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Full text of "Coleccion de libros españoles raros ó curiosos"

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COLECCIÓN 

DE 

LIBROS     ESPAÑOLES 

RAROS  Ó  CURIOSOS 


TOMO  DECIMOS^TIMO. 


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012ül 


CARTAS 


DE 


ANDRÉS  DE  ALHANSA  Y  MEMA 

NOVEDADES    DE    ESTA   CORTE 

Y   AVISOS 

RECIBIDOS  DE  OTRAS   PARTES 

1621-1626 


cA 


O 


IMPRENTA    DE    MIGUEL    GINESTA 
calle  de  Campomanes,  í> 

1886 


LAS  veinte  Relaciones  que  en  este 
volumen  reimprimimos  se  refieren 
á  sucesos  ocurridos  en  la  Monar- 
quía española,  y  principalmente  en  Ma- 
drid, en  los  primeros  cinco  años  del 
reinado  de  Felipe  IV,  á  partir  de  la 
enfermedad  y  muerte  de  su  padre,  cuyo 
relato  es  curiosísimo.  Diez  y  siete  de 
ellas  forman  una  serie  seguida,  citada 
y  descrita  por  primera  vez  en  el  Memo- 
rial histórico  español  {i),  y  por  cierto 


(I)  Tomo  i3.*;  i.'de  Cartas  de  algunos  PP. 
dt  la  Compayiía  de  Jesús  al  P.  Rafael  Perey- 
ra,  pág.  XI. 


TI 

encareciendo  la  conveniencia  de  su  pu- 
blicación por  su  importancia  y  rareza. 
Las  tres  que  hemos  añadido  son  del 
mismo  género,  se  refieren  á  la  misma 
época,  y,  aunque  dos  de  ellas  se  publi- 
caron anónimas,  no  tenemos  por  inve- 
rosímil que  sean  del  mismo  autor. 

Fué  este  Andrés  de  Almansa  y  Men- 
doza, de  quien  no  tenemos  más  noticias 
que  las  poquísimas  que  él  mismo  nos 
dá  en  algunas  de  sus  cartas,  pero  que 
debia  tener  muchas  y  buenas  relaciones 
con  la  gente  palaciega,  única  manera 
de  proporcionarse  las  curiosísimas  noti- 
cias que  le  servian  para  su  correspon- 
dencia; en  la  cual  se  da  á  veces  el  caso 
de  adelantar  los  acuerdos  que  se  habian 
tomado,  sobre  asuntos  cuya  resolución 
definitiva  no  era  un  hecho  hasta  algún 
tiempo  después. 

La  Relación  que  se  imprime  entre 
la  décimaquinta  y  la  décimasexta,  ade- 
más de  ser  del  mismo  Mendoza,  nos 
suministra  un  dato  curioso  en  su  dedi- 
catoria al  Duque  de  Medina-Sidonia,  en 
la  cual  dice:  «Esta  carta,  siguiendo  las 
que  he    acostumbrado   á   escribir   del 


VII 


tiempo  del  Rey  nuestro  señor....,»  de 
donde  deducimos,  que  aunque  no  tiene 
la  numeración  que  las  otras,  siendo  del 
mismo  género,  se  escribió  con  igual 
objeto,  y  forma,  por  decirlo  así,  parte  de 
un  todo,  por  lo  que  la  hemos  colocado 
en  el  sitio  que  por  su  fecha  la  corres- 
ponde; parécenos  asimismo  una  prueba 
de  que  sus  trabajos  periodísticos,  si  así 
pueden  llamarse ,  no  empezaron,  con 
plan  fijo  al  menos,  antes  de  aquella 
fecha.  Por  lo  demás  son  varias  las  Rela- 
ciones que  hay  del  mismo  autor,  refe- 
rentes á  sucesos  particulares  de  estos 
años,  citadas  unas  por  él  en  las  que 
aquí  reimprimimos,  y  otras  que  no 
cita  (i);  con  posterioridad  al  año  1626, 
no  hemos  visto  ninguna. 


(1 )  Encontramos  citadas,  la  Relación  de  la  en- 
trada del  Príncipe  de  Gales  (pág.  209),  la  de  la 
salida  y  viaje  del  mismo  (pág.  217),  la  del  naci- 
miento y  bautismo  de  la  Infanta  (pág.  256),  y  la 
del  Auto  de  fe  de  Enero  de  1624  (pág.  264); 
esta  última  es,  á  no  dudarlo,  la  que  en  nuestra 
Noticia  Bibliográfica  ocupa  el  núm.  46,  y  la 
anterior  pudiera  ser  la  del  núm.  44;  las  otras 
dos  no  las  hemos  visto.  En  cambio,  de  las  que 
describimos  bajo  los  números  35  y  68,  y  de  la 


▼III 


La  que  precede  á  la  décimaséptima, 
fechada  en  Enero  de  1626,  tampoco 
pertenece  á  esta  serie,  pero  como  es  del 
mismo  género,  y  como  refiere  algunos 
sucesos  de  que  no  se  habla  en  la  si- 
guiente, nos  ha  parecido  no  estaría 
demás  su  inclusión;  con  tanto  más  mo- 
tivo, cuanto  que,  como  la  última,  se 
refiere  á  los  años  1623  y  1626,  de  los 
cuales,  sin  esta,  no  habría  más  que  una 
Relación,  habiendo  tres  del  que  menos 
de   los  anteriores.  La  reimpresión  de 


que  se  imprime  en  este  tomo  páginas  269  ¿  aSS, 
nada  dice.  Alguna  otra  ha  de  haber  también 
suya  como  la  de  las  fiestas  de  toros  y  cañas  en 
honor  del  Príncipe  de  Gales,  la  cual  no  hemo« 
visto  impresa,  pero  sí  una  mala  copia  (tan  mala 
que  según  *clla  lo  mismo  puede  ser  una  que  tna 
Relaciones)  dividida  en  tres  partes,  la  primera 
con  el  título:  Relación  de  la  máscara  que  se 
Aí^o,  con  una  dedicatoria  de  Andrés  de  Mendo- 
za, á  doña  Vitoria  Colona,  duquesa  de  Medina 
de  Rioseco,  y  la  fecha  al  hn,  Abril  9  de  lóaS;  y 
las  otras  dos  sin  fecha  ni  dedicatoria  con  estot 
títulos:  A  la  villa  de  Madrid  Cabe^^a  del  Mm- 
do.  Relación  de  los  primeros  toros.— Al  Ctmde 
de  Olivares,  mi  Señor.  Relación  de  los  según- 
do%  toros. 


Lima  ofrece  la  singularidad  de  tener 
al  fin  las  misma  provisiones,  tanto  para 
el  Perú  como  para  la  Nueva  España, 
que  pone  Mendoza  en  su  décimaséptima 
y  última. 

Réstanos  decir  algo  de  la  que  publi- 
camos en  el  Apéndice,  titulada  «Suma- 
rio de  las  nuevas  de  la  Corte,»  y  que 
debia  haberse  impreso  á  seguida  de  la 
primera  de  Andrés  de  Mendoza,  pero 
que  por  no  interrumpir  sus  Cartas  tan 
al  principio  la  dejamos  para  este  lugar. 
Publícase  por  un  ejemplar  impreso  en 
Lima,  pues  nos  ha  sido  imposible  hallar 
la  edición  de  Madrid  que  debió  hacerse; 
aunque  creemos  difícil  que  pudiera  cor- 
rer en  la  Corte,  porque  aquello  de  decir 
el  Rey  á  D.  Bernabé  de  Vibanco:  «Diez 
años  há  que  andáis  amancebado,  por 
vida  vuestra  que  os  vais  á  la  mano  y 
os  emendéis  de  suerte  que  yo  lo  entien- 
da  »  y  al  Almirante:   «No  andéis  en 

compañías  que  os  estorben  entrar  en 
Palacio»,  etc.  etc.,  y  más  aun  el  saberse 
con  pelos  y  señales  y  publicarse,  nos 
parece  algo  fuerte.  Es  en  nuestra  hu- 
milde opinión  una  de  las  más  curiosas 


del  tomo,  y  quizá  la  más  rara,  y  como 
quiera  que  esta  y  la  primera  de  Men- 
doza, se  publicaron  casi  á  un  tiempo 
(en  Abril  de  1621),  suponemos,  con 
algún  fundamento,  que  juntas  hicieron 
el  viaje  al  Perú,  y  que  allí  se  reimpri- 
mieron ,  la  una  como  complemento  de 
la  otra,  en  el  mismo  año  de  1621,  por 
el  mes  de  Octubre;  habiendo  sucedido 
lo  mismo  con  la  anteriormente  citada 
y  la  décimaséptima  y  última  de  nues- 
tro Autor.  Por  todo  lo  cual,  repetimos 
ahora  lo  que  al  principio  dejamos  apun- 
tado, que  aunque  dos  de  estas  Relacio- 
nes se  publicaron  anónimas,  es  posible 
que  sean  del  mismo  Andrés  de  Al- 
mansa  y  Mendoza. 

Incluimos  también  en  el  Apéndice 
una  noticia  bibliográfica  de  Relaciones 
de  sucesos  particulares  de  estos  mismos 
años,  y  entre  ellas  alguna  que  otra  ma- 
nuscrita, ya  por  parecemos  de  relativa 
importancia,  ya  por  creerla  copiada  de 
otra  impresa;  pero  entiéndase  bien  que 
no  queremos  se  suponga,  ni  por  un 
momento,  que  damos  á  estos  ligeros 
apuntes  importancia  de  ninguna  espe- 


XI 


cié,  estando  como  estamos  seguros  de 
que  sería  fácil  á  cualquier  aficionado 
duplicar  y  aun  triplicar  la  lista  en  breve 
tiempo. 

F.   DEL  V.  S.   R. 


COPIA 

DE    UNA     CARTA     QUE    ESCRIBIÓ     UN    SEÑOR 
DESTA    CORTE   Á   UN   SU   AMIGO 


I 


POR  haberme  mandado  vuestra  mer- 
ced avise  de  la  muerte  de  su  Majes- 
tad, le  escribo  ésta  con  gusto,  por  ser 
muy  servidor  suyo,  y  con  puntualidad,  por 
haber  sido  testigo  de  vistas  y  oidas  de  mu- 
chas de  las  cosas  que  ie  diré  aquí,  breve- 
mente por  no  cansarle.  Después  de  haber 
oido  su  Majestad  el  Rey,  nuestro  señor,  el 
sermón  de  la  Ceniza,  de  Florencia,  se 
sintió  indispuesto.  Atribuyóse  entonces  á 
abundancia  de  sangre,  después  apuntó  en 
isipula.  Fuese  prolongando  el  mal ,  y  mé- 
dicos y  camaristas  desmentian  los  miedos 
del  pueblo  con  palabras  de  mejoría;  que 
los  Reyes  el  primer  dia  están  malos  y  to- 
dos los  demás  mejores.  Duró  ésto  hasta 
la  penúltima  semana  de  Cuaresma,  y  el 
lunes  en  la  noche  se  sintió  tan  apretado 

I 


2  CARTAS  DI 

SU  Majestad,  que  pidió  todos  los  Sacra- 
mentos, y  contra  el  parecer  de  los  médi- 
cos, que  decian  se  habla  puesto  á  parir 
antes  de  tiempo,  los  recibió  é  hizo  su 
testamento,  mejorando,  como  le  pareció, 
el  que  había  hecho  en  Casarrubios;  y,  por- 
que temía  no  poder  firmar,  dio  licencia  y 
poder  al  Presidente  de  Castilla,  que  esta- 
ba presente,  para  que  firmase  por  él.  Esta 
noche  se  despidió  de  sus  hijos,  dándoles 
muy  buenos  documentos,  y  al  Príncipe 
un  papel  cerrado ,  en  que  le  avisaba  de 
algunas  cosas  particulares,  á  que  se  remi- 
tía, dando  por  señas  éste  papel,  cuando 
le  enviaba  á  encargar  alguna  cosa  de 
nuevo;  y  nunca  más  vio  á  su  hijo.  Luego 
por  la  mañana,  martes ,  fué  un  coche  por 
Florencia,  que  le  llamaba  el  Rey  muy 
apriesa,  enviando  el  del  Infantado  tres 
recados  unos  tras  otros.  En  entrando,  le 
salió  á  recibir  al  antecámara  el  Confesor 
del  Rey,  y  á  apercebir  de  que  tratase  á 
su  Majestad  sólo  de  cosas  de  confianza, 
porque  estaba  algo  descaecido,  y  dejase 
lo  demás.  Respondió  Florencia:  «Señor, 
yo  soy  muy  poco  entremetido,  y  desto 
Vuestra  Ilustrísima  es  buen  testigo,  pues 
ha  visto  que  en  dos  años  no  he  entrado 
por  sus  puertas,  y  ahora  vengo  á  ver  la 
primera  vez  á  su  Majestad,  que  Dios  guar- 


ANDBES   DE  MENDOZA.  3 

de,  llamado  con  tres  archeros.» — «¡Jesús! 
Padre,  entre  vuestra  paternidad,  que  pue- 
de entrar  aquí,  cómo  y  cuándo  quisiere; 
sólo  decia  ésto  porque  conozco  á  su  Ma- 
jestad y  sé  lo  que  ahora  es  menester.»  Con 
ésto  entraron  en  el  retrete,  donde  uno  á 
grandes  voces  leía  la  Pasión,  y  otro  le 
estaba  diciendo  conceptos  desaproposita- 
dos  de  la  ocasión  y  tiempo.  Tomó  Flo- 
rencia la  mano,  é  hizo  un  razonamiento 
que  á  todos  cuantos  estaban  allí  les  hizo 
llorar  á  hilo,  y  salió  el  Confesor  á  la  ante- 
cámara enjugándose  los  ojos  y  diciendo: 
«En  mi  vida  he  oido  cosa  más  discreta  y 
espiritual  que  éste  razonamiento.»  El  Rey 
se  dio  por  muy  servido,  y  dijo:  «\  Ah!  buen 
Florencia,  no  os  apartéis  de  aquí  hasta 
que  me  cerréis  los  ojos,  y  será  presto,  que 
ya  le  he  dicho  á  Espejo  que  me  vaya  á 
hacer  el  ataúd.  Florencia,  si  yo  me  hubiera 
aprovechado  de  vuestra  doctrina ,  con  qué 
otro  consuelo  muriera  ahora.»  Y  ésto  lo 
repitió  en  varias  ocasiones  muchas  veces, 
tomándole  las  manos  al  Padre,  y  apretán- 
doselas con  muestras  de  grande  amor. 
Hízole  hacer  muchos  actos  de  contrición, 
repitiendo  el  santo  Rey,  como  si  fuera  un 
niño,  cuanto  le  decia;  hízole  pedir  per- 
dona todos  los  que  hu'iiese  dado  algún 
pesar.  Pidiósele  á  Dios  de  las  omisiones 


4  CARTAS  DE 

que  había  tenido  en  el  reinar,  y  de  no 
haber  gobernado  por  su  persona;  de  haber 
entregado  su  voluntad  á  otro  que  á  Dios 
del  cielo ;  no  haber  sido  cuidadoso  en  sus 
obligaciones;  no  haber  sido  muy  agrade- 
cido á  sus  criados,  y  de  no  haberles  habla- 
do con  mucho  agrado.  Y  después  de  ha- 
berse arrepentido  en  público,  con  grandísi- 
ma humildad,  de  todas  éstas  faltas  y  otras 
que  allí  dijo,  le  suplicó  se  quedase  solo  con 
su  confesor,  y  desto  y  lo  demás  que  se 
acordase  se  reconciliase  para  recibir  nueva 
gracia.  Hízolo,  y  entró  después  el  conde 
deBenavente,  y  dijo  el  Rey:  «¡Ha,  buen 
Conde,  y  lo  qué  os  debo!»  Dijo  Floren- 
cia: «Guarde  Dios  á  Vuestra  Majestad  los 
años  que  la  Cristiandad  há  menester,  que 
así  sabe  honrar  criados  tan  leales  y  cris- 
tianos como  el  Conde.»  Dijo  el  Rey:  «Sí 
lo  es  el  Conde,  por  cierto.»  Trajéronle  las 
reliquias  de  San  Isidro,  y,  llegándoselas  á 
la  cama,  le  suplicó  fuese  diciendo  con  él, 
y  agradeció  al  Santo  la  salud  que  le  había 
dado  en  Casarrubios,  y  pidióle  perdón  de 
no  haberla  empleado  como  en  aquella 
hora  quisiera,  y  hízole  un  voto  de  labrarle 
una  suntuosísima  capilla  si  ahora  se  la 
alcanzaba  de  Dios.  Tenia  sobre  la  cama 
una  imagen  de  Nuestra  Señora;  hizo  la 
misma  oración  y  súplica  de  no  haber  pro-. 


ANDRÉS   DB  MENDOZA.  5 

curado  con  muchas  veras  se  definiese  su 
Inmaculada  Concepción ,  y  hizo  voto  de 
procurallo  con  alma  y  vida,  si  le  daba 
salud.  Delante  de  los  dos  confesores  del 
Rey  y  Príncipe  (que  sin  duda  les  pareció 
^)uena  devoción  para  aquel  paso)  repitió 
muchas  veces  su  Majestad.  «¡Ah,  si  Dios 
me  diera  vida,  cuan  diferentemente  go- 
bernara!» Y  éstas  palabras  han  traido  á  la 
memoria  lo  que  ha  andado  aquí  entre  las 
manos  estos  años,  sin  saber  á  quién  ame- 
zaba,un  pronóstico  que  sacó  un  francés 
en  latin  tres  años  há ,  en  que  por  modo  de 
diálogo  habla  con  un  pintor ,  y  en  que, 
entre  otras  cosas,  decia  que  éste  año  de 
seiscientos  y  veintiuno,  en  el  mes  de 
Marzo,  un  Príncipe  cristiano  de  los  ma- 
yores Monarcas  del  mundo  llegaría  á  gran 
peligro  de  su  vida;  y  que  si  quedare 
con  ella,  que  será  dificultoso,  (píntamele 
de  allí  adelante  con  un  cuchillo  en  la 
boca ,  que  viene  bien  con  el  sentimiento 
que  mostraba  de  la  omisión  que  habia 
tenido  en  el  gobierno  el  santo  Rey,  nacida 
de  la  caridad,  con  que  no  quería  hacer  mal 
á  nadie,  y  de  la  humildad,  con  que  no 
gustaba  de  ruidos,)  muy  de  creer  es  que 
mudara  estilo  y  fuera  más  ejecutivo  de 
justicia.  Y  volviéndose  á  Florencia,  le  dijo: 
«¿Quién  os  puso  á  vos  en  la  boca,  el  miér- 


b  CIRTAS   DE 

coles  de  Ceniza,  alguno  de  los  que  me 
oyen  no  saldrá  de  la  Cuaresma?;  en  mí 
se  cumplió  la  sentencia,  Florencia.»  «Se- 
ñor (dijo  el  Padre),  cierto  es  que  yo  no  lo 
dije  por  Vuestra  Majestad,  que  antes  qui- 
siera se  cumpliera  en  mí;  mas  quiere  Dios 
coronar  á  Vuestra  Majestad  en  el  cielo.» 
«¡  Ah!  en  otro  tiempo  así  lo  entendia  yo 
(dijo  el  Rey  )  cuando  no  veía  tan  de  cerca 
mis  pecados;  ahora  no  hallo  cosa  buena 
que  me  aliente,  ni  vos  cuando  prediquéis 
en  mis  honras  la  hallaréis  qué  decir,  pero 
encargóos  que  miréis  por  la  honra  de  los 
muertos.  Yo  confieso  que  no  merezco 
me  entierren  en  sagrado,  y  que  soy  el 
mayor  pecador  del  mundo.»  A  éstas  pala- 
bras, dichas  con  la  mayor  devoción  que 
puede  imaginarse,  salieron  por  los  ojos  de 
los  presentes  los  corazones  convertidos  en 
agua.  Entonces  el  diestro  piloto,  que  le 
regía  el  cielo,  viendo  lo  que  le  combatía 
ésta  pasión  de  desconfianza,  dijo:  «¿Es 
poco,  Señor,  haber  regido  un  Reino  vein- 
tidós años  con  tanta  entereza ,  que  pueda 
Vuestra  Majestad  decir,  para  el  paso  en  que 
está,  como  nos  lo  ha  dicho  aquí,  que  siem- 
pre ha  hecho  lo  que  entendia  ser  lo  mejor 
y  más  justicia,  y  con  tal  ejemplo  perso- 
nal, como  todo  el  mundo  sabe ,  y  á  mí  me 
ha  dicho  Vuestra  Majestad  muchas  veces, 


ANDRÉS  DE  MENDOZA..  7 

que  por  todo  el  mundo  no  haria  un  pecado 
mortal?  ¿Esto  no  es  así?— ¿Y  cómo?  res- 
pondió el  Rey.— Tras  ésto,  ¿es  poco  lo  que 
Vuestra  Majestad  ha  hecho  en  Alemania, 
sustentando  aquellas  guerras  con  dineros 
y  gentes,  y  asegurando  por  éste  camino  la 
cristiandad  en  Italia  y  España?  ¿Fué  poco 
echar  de  España  los  moriscos  ,  perdiendo 
tanto  de  sus  reales  rentas,  por  no  tener 
en  el  Reino  quien  no  sirviese  á  Dios? — Dios 
os  lo  pague,  Florencia  (respondió  el  Rey) 
no  os  canséis,  que  ya  vamos  ganando 
tierra ,  más  alentado  me  siento ,  ¿qué 
merced  queréis  que  os  haga?  decídmelo, 
por  vuestra  vida.  Besóle  la  mano,  y  agra- 
decióle aquel  favor,  y  dijo  que  no  queria 
una,  sino  dos.  Dijo  el  Rey  tan  presto,  ¿en 
qué? — ¿Q.ué,  me  las  concederá  Vuestra  Ma- 
jestad (dijo  el  Padre)  y  me  dá  su  Real  pa- 
labra?— Sí. — Pues  no  quiero  otras.  Señor, 
sino  que  dando  Dios  á  Vuestra  Majestad 
salud,  ha  de  castigar  malos  y  premiar 
buenos.»  Varón  verdaderamente  apostó- 
lico, pues  teniendo  en  empeño  la  pala- 
bra de  un  Rey,  que  le  deseaba  gratificar 
un  muy  importantísimo  y  muy  aceptado 
servicio,  no  quiso  amancillar  la  gloria 
desto  con  premio  que  no  fuera  eterno; 
y  fué  más  de  alabar  ésta  entereza  en 
tiempo  que  el  Rey  hablaba  tan  de  veras  y 


9  CARTAS   DE 

estaba  repartiendo  mercedes.  Al  de  Uceda 
dio  el  Consejo  de  Estado,  aunque  no  lo 
aceptó,  diciendo  que  nada  podia  recom- 
pensar lo  que  perdia,  y  muerto  el  Rey  no 
queria  más  negocios.  Al  Prior  del  Escu- 
rial  hizo  Obispo  de  Tuy.  A  su  Confesor 
dio  cuatro  mil  ducados  de  renta  de  por 
vida.  Proveyó  dos  plazas  de  Consejo  Real 
en  D.  Juan  de  Frias,  del  Consejo  de  Ha- 
cienda, y  en  D.  Verenguel,  Oydor  de 
Valladolid,  hombres  muy  beneméritos, 
jubilando  de  camino  á  Pedro  de  Tapia,  y 
á  Bonal,  del  mismo  Consejo.  Y  como  Flo- 
rencia estaba  de  rodillas,  lo  más  cerca  de 
la  cama,  lo  más  de  la  conversación  era 
con  él,  y  le  decia:  «Padre  mió  Florencia, 
no  prediquéis  ya  otra  cosa  sino  éste  es- 
pectáculo que  veis.  Decid  que  digo  yo, 
que  no  sirve  ser  Rey  ni  Roque  en  ésta 
hora ,  más  que  para  atormentar  el  haberlo 
sido.  ¡Quién  hubiera  vivido  estos  veintidós 
años  en  las  Tebaidas,  que  estoy  á  riesgo 
de  tormentos  eternos!  Decidme  desto  vos, 
que  lo  tenéis  bien  ponderado»  «Señor, 
¿quiere  Vuestra  Majestad  (le  dijo  Floren- 
cia) hacer  un  acto  que  valga  más  que  lo 
que  hubiera  hecho  todo  el  tiempo  de  su 
vida,  aunque  hubiera  vivido  enel  yermo? — 
¿Y  cómo?--Pues  tome  la  Monarquía  y  la 
vida,  y  póngaselas  á  Dios  en  las  manos, 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  9 

resignándose  en  ellas,  para  hacer  su  vo- 
luntad.— Sí  hago;  ¿y  ésto  basta?— Sí  señor; 
porque,  ¿cuál  quisiera  más  Vuestra  Majes- 
tad, vivir  ó  estar  esos  años  en  el  yermo? — 
Respondió:  Vivir. — ¿Luego  ofrece  Vuestra 
Majestad  á  Dios  cosa  que  estima  más  que 
el  padecer  como  los  anacoretas,  que  es 
la  vida?  Fuera  de  que  Cristo,  que  es  el  su- 
premo Rey  del  cielo,  se  precia  mucho  de- 
ver  á  sus  pies  rendidos  los  Reyes  de  la 
tierra,  y  los  Angeles  le  están  ahora  dando 
el  parabién  de  ver  á  Vuestra  Majestad  ren- 
dido.» Y  repetía  con  gran  ternura  :  «  Sí  lo 
estoy,  por  cierto  á  estos  pies,  como  el  más 
vil  gusano  de  la  tierra,»  besando  los  pies 
de  un  Cristo  con  que  murió  su  padre  y 
abuelo,  y  fué  la  alhaja  que  dejó  al  Prín- 
cipe más  encargada  que  trajese  en  el  co- 
razón y  memoria;  y  no  le  dejó  de  sus 
manos  mientras  le  pudo  sustentar  en  ellas, 
diciéndole  palabras  devotísimas.  Entró  el 
Gobernador  del  Arzobispado,  y  dijóle: 
«Encargóos  mucho  la  buena  educación  de 
Fernando,  que  le  llevo  atravesado  en  mi 
corazón.»  Pidióle  Florencia  que  llamase 
al  Príncipe  y  le  diese  buenos  consejos,  avi- 
sándole de  los  barrancos  que  hay  en  el  go- 
bierno, para  que  no  perdiera  en  ellos  los 
estribos.  Y  como  se  enternecía  mucho  en 
verlo,  dijo:  «Vos  se  los  daréis  después  en 


10  CÍKTA8  01 

mi  nombre,  y  mirad  que  lo  hagáis,  que 
tiene  buen  natural  y  lo  sabrá  aprovechar 
el  Príncipe;  ¡qué  digo  Príncipe!  el  Rey, 
que  yo  no  soy  sino  un  montón  de  tierra.» 
En  ésto  y  otras  cosas  se  pasó  el  tiempo, 
hasta  las  ocho  del  miércoles  por  la  maña- 
na, en  que  fué  perdiendo  el  sentido.  De- 
cíale el  Confesor  á  Florencia  que  se  echa- 
se sobre  la  cama  y  le  dijese  al  oido,  «Je- 
sús», que  hasta  en  aquel  paso  reconocía 
la  voz,  que  tantas  muestras  habia  dado 
de  gustar  della  en  vida;  y  fué  así,  que  casi 
siempre  que  lo  decia,  hasta  muy  tarde, 
mostraba  sentido.  Y  á  las  nueve  y  media 
espiró,  y  ya  goza  de  paz  y  quietud  en  el 
cielo,  mediante  la  misericordia  de  Dios, 
habiendo  dicho  antes  una  oración  muy 
devota,  que  él  sabia,  y  á  Nuestra  Señora 
el  Hora  mortis  suscipCy  y  después  de  haber 
pedido  el  hábito  y  profesión  de  la  tercera 
Orden  de  San  Francisco,  que  se  le  dio  el 
padre  fray  Benigno  de  Genova,  Ministro 
general.  Muerte  digna  de  ser  embidiada 
de  los  más  santos  y  espirituales  religio- 
sos y  anacoretas ,  y  que  para  de  un  car- 
tujo era  santísima.  Salió  Florencia  á  una 
puerta  que  sale  á  los  corredores  del  patio 
segundo,  y  dijo:  «Encomendemos  á  Dios 
el  alma  de  su  Majestad,  que  acaba  de  es- 
pirar  ahora.»  Luego  al  punto  se  pasó  la 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  II 

guarda  al  cuarto  del  Príncipe.  Y  al  Rey 
se  le  puso  morada  la  mano  y  brazo  izquier- 
do de  algún  humor  pestilente  que  estaba 
en  el  corazón,  y  era  el  que  más  le  causaba 
aquellas  melancolías  y  congojas.  Llega- 
ron los  Grandes  y  besáronle  la  mano,  y 
los  de  la  Cámara  entregaron  las  llaves ,  y 
fueron  á  besar  las  del  nuevo  Rey.  Volvie- 
ron á  abrir  el  testamento,  en  que  halla- 
ron viva  la  piedad  del  muerto  Rey.  Dejó 
por  sí  cuarenta  mil  misas ,  sin  otras  dota- 
ciones para  fiestas  de  su  devoción,  con 
jubileos  plenísimos,  limosnas,  dotes  para 
huérfanas,  memorias  de  obras  pías;  en 
particular  encarga  á  su  hijo  lleve  ade- 
lante las  dos  obras  de  la  Reina,  su  esposa, 
del  monasterio  de  la  Encarnación ,  y  el 
Colegio  de  la  Compañía  de  Jesús  de  Sala- 
manca, en  que  quiso  estudiase  gente,  que 
en  el  Setentrion  contra  los  herejes,  y  en 
las  Indias  contra  los  gentiles ,  dilaten  y 
restauren  la  Santa  Fé. 

En  ésta  hora  irán  por  todo  el  mundo 
alterándose  innumerables  cosas,  depo- 
niendo unos  su  potencia  y  armándose 
otros  con  ella.  Los  papeles  que  tenia  el 
duque  de  Uceda  se  dieron  á  don  Baltasar 
deZúñiga;  los  de  Ciriza  á  Antonio  de 
Aróstegui.  Declaróse  la  privanza  por  el 
conde  de  Olivares;  y,  porque  no  faltara 


12  CARTAS  DB 

en  éste  triste  caso  la  indulgencia  que 
concedia  la  Escritura,  mandaron  volver 
los  desterrados,  el  Almirante  de  Aragón, 
marqués  de  Velada,  D.  Pedro  de  Tole- 
do, Alcañices,  Villamediana,  etc.  Y,  dán- 
dose el  duque  Cardenal  por  entendido, 
caminaba  hacia  acá,  mas  enviaron  á  Don 
Alonso  de  Cabrera,  Oidor  del  Consejo 
Real,  que  avisase  se  volviese  á  Valladolid 
hasta  que  se  le  ordenase  otra  cosa.  Fué 
Florencia  á  dar  el  pésame  al  Rey,  y  los 
consejos  que  le  habia  dicho  su  padre  le 
diese;  recibióle  con  mucho  agrado,  y  los 
consejos  con  muestras  de  mucho  agrade- 
cimiento. Díjole  que  le  avisase  siempre 
de  lo  que  le  pareciese  convenir,  «que  mis 
pocos  años  dan  lugar  á  que  podáis  hacer 
muchas  veces  ésto».  El  cuerpo  del  santo 
Rey  muerto  se  llevó  el  viernes  al  Escurial, 
á  estrenar  el  Panteón  suntuosísimo  que 
para  los  huesos  de  sus  padres  habia  hecho. 
El  nuevo  Rey,  con  el  Infante  Carlos,  se 
retiró  á  san  Gerónimo;  la  Reina,  la  In- 
fanta y  el  Cardenalito  á  las  Descalzas. 
Vánse  trazando  las  honras  que  ha  de  hacer, 
y  las  que  ha  de  hacer  la  Villa,  y  los  ser- 
mones de  entrambas  se  los  enviaron  6 
Florencia,  á  quien  hizo  el  Rey  Confesor 
de  sus  dos  hermanos  el  Infante  Don  Carlos 
y  Don  Fernando,  encareciéndole  la  honra 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  1 3 

que  le  hacia  en  fiarle  la  crianza  de  sus  dos 
hermanos;  y  mostrándose  desde  éste  pun- 
to un  rey  Salomón  en  las  palabras  y  en  las 
obras,  pues,  empezando  á  reinar  desde  su 
misma  edad,  imita  su  sabiduría,  con  las 
más  discretas  razones,  tan  presto  y  á 
ocasión,  que  se  pudieran  imaginar,  y  en 
las  obras ,  empezando  por  la  justicia, 
virtud  propia  de  los  Reyes.  Mandó  pren- 
der al  duque  de  Osuna  y  llevarle  á  la 
fortaleza  de  la  Alameda,  y  tras  él  á  algu- 
nos de  sus  criados.  Hizo  la  prisión  Don 
Agustín  Mejía,  y  entrególe  al  marqués  de 
Povar,  que  le  llevó  con  la  guarda  Espa- 
ñola, con  que  habia  primero  cercado  la 
casa.  (Quitáronse  los  papeles  á  Tomás  de 
Ángulo,  y  diéronse  á  Pedro  de  Contreras. 
Envió  su  Majestad  un  recaudo  con  el  de 
Santistéban  áSaldaña,  que  le  habia  oido 
decir  muchas  veces  que  le  deseaba  servir 
en  la  guerra,  que  escogiese  dónde  y  le 
daria  sueldo  de  Grande,  que  son  seis  mil 
ducados  de  renta.  Admitiólo,  pero  después 
ha  salido  con  casarse  con  una  dama  de  la 
infanta  María ,  que  se  llama  Doña  Maria- 
na de  Córdoba.  Dióse  el  oficio  de  Caba- 
llerizo del  Rey,  que  él  tenia,  al  duque  del 
Infantado.  Predicó  Florencia  el  segundo 
dia  de  Pascua  al  Rey ,  y  ponderando  las 
visitas  que  Cristo  habia  hecho  á  los  suyos 


14         CARTAS  DB   ANDRÉS   DE  MEMDOZA. 

m  ipsa  die  (el  mismo  día),  alabó  la  prie- 
sa con  que  despachaba  ahora  y  hacia 
mercedes,  sin  hacer  gastar  á  los  nego- 
ciantes sus  haciendas  en  la  corte.  Después, 
estando  comiendo,  dijo  el  Rey:  «Logremos 
el  sermón  y  lo  que  se  habia  de  hacer  des- 
pués, hágase  luego:  conde  de  Olivares, 
cubrios,»  y  hízole  Grande,  con  gran  gusto 
de  toda  la  corte,  que  le  tienen  por  discreto 
y  honrado  caballero.  Juró  el  Patriarca 
sus  oficios  de  Capellán  mayor.  Limosnero 
y  Presidente  de  la  Cruzada.  A  Roco  de 
Campofrío  declararon  por  Presidente  de 
Hacienda.  Otras  mil  preñeces  hay,  que 
saldrán  á  luz  á  su  tiempo,  y  yo  avisaré 
dellas.  Esto  es  lo  cierto,  aunque  no  lo  es 
todo  lo  que  se  dice.  Guarde  Dios  á  vuestra 
merced.  Abril  13,  1621. 


CARTA  SEGUNDA 

QUE     ESCRIBIÓ     UN     SEÑOR      DESTA     CÓRTE 
Á   UN    SU   AMIGO. 


CONTINUANDO  la  pasada  que  escribí  á 
vuestra  merced  á  13  de  Abril,  diré 
en  ésta  algunas  délas  muchas  nove- 
dades desta  corte,  por  cumplir  lo  que  vues- 
tra merced  me  tiene  mandado.  El  mundo 
se  ha  revuelto  con  el  nuevo  gobierno  desta 
Monarquía,  y  su  Majestad,  Dios  le  guarde, 
la  gobierna  con  tal  celo  y  prudencia,  que 
muestran  sus  acciones  la  asistencia  que  le 
hace  el  Divino  Espíritu ;  consérvele  Dios 
muchos  años,  para  que  tengan  grande 
aumento  tan  felices  principios.  Ya  avisé 
á  vuestra  merced  como  habia  cubierto  al 
conde  de  Olivares ,  caballero  que  hoy  go- 
za mucha  parte  de  la  gracia  del  Rey;  hizóle 
Sumiller  de  Corps,  y  á  D.  Baltasar  de 
Zúñiga  el  todo  en  el  gobierno :  acuerdo 
muy  justificado  por  la  gran  prudencia  y 


Ib  CAITAS  OB 

celosa  cristiandad  deste  caballero,  adonde 
tan  perfectas  calidades  vemos  juntas.  A  la 
muerte  de  su  Majestad  siguió  la  del  con- 
de de  Salazar,  á  quien  llevaron  con  gran 
pompa  á  Castrillo,  lugar  suyo  junto  á  Va- 
lladolid,  y  dieron  su  Encomienda  á  su 
sobrino  D.  Jacinto  de  Velasco,  y  la  com- 
pañía de  Continuos  á  I).  Luis  Enriques 
Monredondo.  A  la  duquesa  de  Gandía  hi- 
cieron Camarera  mayor  de  la  Reina,  con 
que  la  restituyeron  lo  que  la  habían  qui- 
tado. 

Vino  á  esta  corte  la  Infanta  de  Mó- 
dena,  nieta  del  duque  de  Saboya;  apo- 
sentóse en  las  Descalzas,  y  allí  la  reci- 
bió su  Majestad  encubierto.  A  la  marque- 
sa del  Valle  han  nombrado  por  Aya  del 
Infante  que  naciere  á  España ,  y  por  su 
Azafata  á  Doña  Ana  Zapata.  Mayordomo 
mayor  de  la  Reina  hicieron  al  conde  de 
Benavente;  con  que  ha  metido  en  la  pri- 
vanza ambos  hombros,  y  defiende  la  Pre- 
sidencia de  Italia  valientemente,  y  con  ra- 
zón, pues  á  su  grande  capacidad  nada  hay 
incompatible.  Al  conde  de  Arcos  dieron 
título  de  conde  de  Añovcr;  al  marqués  de 
Rentin,  hijo  del  conde  de  Sora,  capitán  de 
la  guarda  Tudesca.  Han  jurado  Caballeri- 
zos del  Rey  á  D.  Juan  de  Gavina  y  á  Don 
Manrique  de  Padilla:  Caballerizo  mayor  al 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  I 7 

buen  duque  del  Infantado,  que  fué  Mayor- 
domo mayor  del  Rey  difunto.  Nombró  su 
Majestad  por  Gentiles-hombres  de  la  boca, 
á  D.  Manuel  Pimentel,  al  conde  de  Año- 
ver,  á  D.   Manuel  Manrique,  á  D.  Pedro 
Pacheco,  al  conde  de  Mejorada,  á  Don 
Baltasar  de  Ribera.  Al  Archiduque,  que 
está  en  Flándes,   dio  su  Majestad  orden 
que  pudiese  dar  veinticuatro   hábitos    de 
las  Órdenes  militares  á  las  personas  que 
mejor  sirvieren  en  aquella  guerra;  y  otra 
al  marqués  Spínola  para  que  pudiese  dis- 
poner de  doce  en  la   misma   forma:  está 
al  presente  en  Flándes.  Al   marqués   de 
Santa  Cruz  hicieron  Teniente  del  príncipe 
Filiberto,  General  de  la  mar,  con  dos  mil 
ducados  de  ventaja;  á  D.  Pedro  de  Leiva, 
que  fué  General  de  las  galeras  de  Ñapóles, 
dieron  las  de  España ;  al  duque  de  Fernan- 
dina.  General  de  las  galeras  de  Ñapóles;  al 
de  Malpica  dieron  la  encomienda  de  Méri- 
da,  y  la  que  él  tenia  dieron  al  de  Rivilla. 
Lunes  de  Pascua  juró  el  de  Povar  su  oíicio 
de  Capitán  de  la  guarda  Española.  Al  con- 
de de  Gelves,  Virey  de  Méjico;  al  doctor 
Roque  Campofrío  se   dio   título   de  Pre- 
sidente de  Hacienda  ,  y  á  Marcial  Gonzá- 
lez, Fiscal  de  aquel  tribunal;  á  D.  Luís 
Vanegas  de  Figueroa,  Aposentador  mayor. 
Dieron  título  de  Secretarios  de  su  Majes- 


l8  CABTAS  DB 

tad  á  Antonio  de  Aróstegui,  que  lo  fué  de 
D.  Juan  Idiaquez,  y  á  Francisco  de  Alviz, 
que  lo  es  de  D.  Baltasar  de  Züñiga. 
El  Embajador  de  Francia,  habiéndose 
ido,  volvió  á  dar  el  pésame  de  parte  de 
aquellas  Majestades.  El  dia  veintitrés  de 
Abril  fué  notable  por  los  dos  personajes 
que  mandaron  salir  de  la  Corte:  al  Inqui- 
sidor general,  que  le  retiraron  á  Santo  Do- 
mingo de  Huete ,  por  un  decreto  que  le 
notificó  la  noche  antes  D.  Alvaro  de  Vi- 
llegas, Gobernador  del  Arzobispado  de 
Toledo;  el  otro  personaje  que  mandaron 
salir  de  la  Corte  fué  al  duque  de  Uceda, 
que  á  veinticuatro  de  Abril  le  retiraron  á 
aquella  villa,  con  pleito  homenje  que  no 
saliese  de  ella  sin  orden  de  su  Majestad; 
diéronle  pocos  dias  antes  título  de  Ma- 
yordomo mayor ,  como  lo  habia  tenido  el 
duque  de  Alba,  D.  Fernando  de  Toledo. 
Dicése  que  se  ha  librado  decreto  para  se- 
crestarle su  hacienda  ,  habiendo  hecho  lo 
mismo  de  la  del  Cardenal,  su  padre,  que- 
dando por  él  solamente  Dénia  y  los  luga- 
res que  tiene  en  el  reino  de  Valencia: 
dicen  ha  mostrado  en  ésta  caida  mayor 
valor  que  el  hijo,  pues  muestra  vivir  ale- 
gre y  entretenido  en  Valladolid,  y  se  dice 
escribió  á  su  Majestad,  acerca  de  sus  nego- 
cios, una  carta  discreta,  que  anda  por 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  1 9 

ésta  Corte  manuescrita.  Háse  hecho  junta 
particular  para  que  se  vean  todas  las 
mercedes  hechas  por  el  Sr.  Rey  Don  Fe- 
lipe III,  para  saber  á  qué  personas,  de 
qué  calidadad  y  cantidades,  particular- 
mente por  decretos  del  duque  de  Uceda  y 
Lerma,  ó  á  sus  criados  y  confidentes. 
Juró  de  la  boca  el  capitán  Francisco  Cal- 
derón, padre  del  marqués  de  Siete  Iglesias 
(cuya  causa  dicen  se  abrevia).  A  Don 
Fernando  Ramirez  Fariñas,  del  Consejo, 
se  ha  mandado  haga  inventario  y  embar- 
go de  los  bienes  del  Duque  Cardenal,  y 
aún  dicen  hay  otro  juez  que  asiste  al  pa- 
so de  Francia,  para  que  no  salgan  bienes 
ni  personas  sospechosas  sin  orden  de  su 
Majestad.  Por  la  Junta  de  censura  se  han 
preso  algunas  personas  lucidas.  Pregonóse 
que  los  que  estuvieren  agraviados,  de 
cualquier  género  de  Ministros,  acudan  á 
la  Junta.  A  D.  Alonso  de  Cabrera  le 
han  mandado  que  administre  y  gobierne 
la  casa  y  hacienda  del  de  Osuna.  A  algu- 
nos señores  han  mandado  salir  de  la  Cor- 
te á  hacer  vida  con  sus  mujeres,  y  á  otros 
que  las  traigan.  SaUó  Juez  particular  para 
averiguar  el  modo  de  vivir  de  los  escriba- 
nos. Prendieron  á  D.  Antonio  de  Álzate, 
Ayo  de  los  pajes  del  Rey,  y  le  sacaron  de 
San  Bernardo  y  está  en  la  cárcel  de  Corte. 


20  CARTAS  DB 

Háse  apretado  más  la  prisión  al  duque 
de  Osuna,  multiplicando  guardas  y  ta- 
piando ventanas;  estáse  en  la  fortaleza  de 
Alameda,  á  cargo  de  D.  Luis  de  Godoy, 
caballero  del  hábito  de  Santiago:  por  ésta 
causa  han  preso  personas  de  considera- 
ción, especialmente  á  su  Mayordomo,  Se- 
cretario, Tesorero  y  Caballerizo,  y  solta- 
ron al  Caballerizo,  y  el  Secretario  dicen 
por  muy  cierto  declaró  gran  cantidad  de 
dinero.  A  Genuino,  aquel  electo  del  pue- 
blo en  la  ciudad  de  Ñapóles,  á  quien  los 
meses  pasados  trajeron  preso  á  la  cárcel  de 
Corte,  ahora  le  mudan  en  casa  de  D.  Luis 
de  Paredes,  que  es  otra  nueva  cárcel  en  ésta 
Corte.  El  conde  de  Saldaña  está  detenido 
ea  Pastrana;  vive  quieto  y  bien  quisto  en 
compañía  de  su  mujer  Doña  Mariana  de 
Córdoba:  aquí  nos  le  hicieron  degollado, 
y  corrió  mucho  ésta  nueva  falsa.  A  Don 
Agustín  Mejía  dieron  la  llave,  merced 
bien  merecida,  y  también  la  dieron  al 
conde  de  Monterey;  y  el  Consejo  de  Esta- 
do á  estos  cuatro,  graduándolos  su  Majes- 
tad como  aquí  van  escritos:  marqués  de 
Aytona,  duque  de  Monteleon,  marqués 
de  Montesclaros  y  D.  Diego  de  Ibarra.  A 
ésta  sazón  murió  la  madre  Águeda  con 
opinión  de  Santa.  Domingo,  dos  de  Mayo, 
fueron    los  Consejos   á    San   Gerónimo 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  21 

á  dar  la  obediencia  y  á  besar  la  mano  á 
su  Majestad;  fueron  todos  á  caballo  con 
grandes  lutos,  lobas  y  capirotes.  A  la  tarde 
se  vistió  de  gala  la  Villa  y  se  colgaron  las 
calles,  y  acompañado  el  Regimiento  de  la 
mayor  parte  de  la  nobleza ,  armas  de  Cas- 
tilla y  León,  atabales  y  trompetas  y  gran 
concurso  de  pueblo,  se  levantó  el  pendón 
Real  por  el  Rey,  nuestro  señor;  hízose  en 
la  Plaza  Mayor  un  lucido  palenque,  adon- 
de cuatro  Reyes  de  armas,  con  cotas  Rea- 
les, acompañaron  el  Estandarte  que  lleva- 
ba D.  Rodrigo  de  Cárdenas,  Alférez  mayor 
de  Madrid,  con  grande  acompañamiento, 
con  lucidos  vestidos  y  caballos.  Arbo- 
lóse el  Estandarte  por  su  Majestad  con 
general  alegría  del  pueblo ,  que  asistió  á 
ésta  solemnidad  en  grande  número.  Pasó 
desde  allí  á  las  Descalzas,  adonde  vieron 
sus  Majestades  la  ceremonia,  y  la  tercera 
vez  se  hizo  en  la  Plazuela  de  la  Villa, 
estando  las  calles  adornadas  ricamente. 
Desde  éste  dia  fueron  viniendo  las  Ciuda- 
des, cabezas  del  Reino,  y  provincias  á  dar 
el  pésame  á  su  Majestad. 

Para  las  honras  del  señor  Rey,  que  está 
en  el  cielo ,  se  dispuso  el  túmulo  de  San 
Gerónimo  el  Real,  con  grandeza  y  majes- 
tad notable:  tenia  de  alto  ciento  cincuenta 
y  cinco  pies  geométricos,  y  de  haz  en  cua- 


22  CARTAS   DE 

dro  veinticuatro,  por  no  tener  más  capaci- 
dad la  Capilla;  formábase  sobre  doce  co- 
lumnas, tres  por  parte  dóricas,  y  sobre  los 
cuatro  cornisamentos,  cuatro  frontispicios 
piramidales  sobre  que  estaban  recostadas 
ocho  estatuas  doradas,  de  forma  gigantea, 
muy  bien  vaciadas.  Habia  otras  ocho  de 
pintura,  cuyas  inscripciones  eran:  de  la 
Gloria,  Vera  quce  intus;áe  la  Fama,  Virtute 
propagatur;  de  la  Fé,  Vincit  mundum;  de 
la  Prudencia,  Indícate  servato  tuetur;  de  la 
Continencia,  Vicia  victrix;  de  la  Manse- 
dumbre, Placidé  potens  regnat;  de  la  Li- 
beralidad, Semper  habebit  opes ;  de  la  Re- 
ligión ,  Regnorum  certa  finitas ;  de  la 
Piedad,  Tumulis  etiam  vivi7;dela  Clemen- 
cia, Ntilla  magis  decet;  de  la  Justicia, 
Perpetinim  facit  Impcrium ;  áe  la  Victoria, 
In  multis  inpaucis;  de  la  Paz,  Ultro  ce- 
dentibus;  de  la  Benignidad,  Praest  ut 
prosit;  de  la  Verdad,  In  ofternum  invales- 
cit;  del  Honor,  Abeuntem séquitur.  Virtu- 
des que  en  el  muerto  Rey  resplandecieron, 
que  á  ponerse  todas  fueran  innumerables. 
Remataba  la  máquina  una  pirámide  coro- 
nada, vistosa  en  extremo.  En  los  cuatro 
ángulos  habia  cuatro  candeleros  de  á  qui- 
nientas velas,  que  se  remataban  en  gran- 
des cirios,  y  lo  mismo  en  las  puntas  y 
comisas  de  los  frontispicios.   Fuera  del 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  23 

cuerpo  del  edificio  habia  otras  cuatro  me- 
dias columnas  cuadradadas,  distribuidas 
igualmente,  y  sobre  cada  una  un  cándele- 
ro  de  doscientas  velas,  que  se  remataban 
con  cirios.  Gubria  la  tumba  un  riquísimo 
paño  de  brocado.  Decia  el  epitafio:  Phi- 
lippo  III.  Hispan.  Regi  potentissimoy  Ca- 
tholicce  Fidei  etverce  Religionis  Cultori 
máximo,  Pacis  perpetuce  Curatori  óptimo  y 
morum  suavitati,  puritate  animi  ornatis- 
simo,  qui  residua  Maurorum  gente  nomini 
Christiano  infeslissima  írans  mare  aman- 
data  ^  civeis  ab  insidiis  tutatus  Hispaniam 
repurgavit.  Larache,  Mamoramque  fidis- 
simas  Piratarum  navibus ,  stationes  aliis 
ante  se  Regibus  frustra  petitas  ditioni 
adiecit;  in  Italia  novas  res  molientes  pu- 
blicce  tranquillitatis  Assertor  compescuit; 
Germanice  perduelles  validis  exercitibus 
ingenti  impensa  comparatis  sub  Imperium 
Romanum  redegit.  Vixitann.  XLII.  mens. 
XI.  dies  XVI.  regnabit  ann.  XXII.  mens. 
VI.  di.  XVIII.  Obiit  prid.  Kal.  April. 
An.  M.DC.XXI.  Pió  erga  carissitnum 
parentem  af/ectu  Pbil.  IV.  faciendum  cu- 
ravit.  Estaban  á  los  pies  la  cota  de  armas, 
la  Corona  y  el  Estoque,  Cetro  y  Tusón.  En 
los  cuatro  ángulos  habia  cuatro  candele- 
ros  de  á  doce  hachas,  con  escudos  de  ar- 
mas, y  desde  ellos  se  hacia  friso  á  toda  la 


24  CAllTAS  DE 

colgadura  de  la  iglesia,  que  era  de  paños 
negros,  y  la  de  la  Capilla  de  damascos  y 
terciopelos  negros,  y  coronada  toda  la 
iglesia  de  luces.  En  las  esquinas  de  los 
arquitrabes  habia  cuatro  banderas  cua- 
dradas, de  las  armas  de  los  abuelos  de 
su  Majestad,  Austria,  Hungría,  Castilla 
y  Portugal;  y  delante  del  cuerpo  del  tim- 
bre, las  armas  y  Tusón  en  escudo,  ban- 
dera Real,  bandera  de  corneta,  estandarte 
de  General,  dos  banderas  blancas  y  rojas 
y  gualdadas,  colores  de  su  Majestad.  En 
medio  estaba  la  bandera  de  su  empresa, 
que  era  un  león  de  oro  en  campo  de 
cielo,  con  un  asta  en  la  mano  y  una  cruz 
en  la  otra,  y  por  letra  Ad  utrumque.  Fue- 
ron los  Consejos  en  forma:  bajó  su  Ma- 
jestad por  el  claustro  acompañado  de  su 
casa  y  de  diez  y  nueve  Grandes,  con  co- 
llar sobre  el  capirote,  y  los  del  Tusón  lo 
mismo,  y  los  maceros  y  Reyes  de  armas 
con  cotas;  la  ñilda  le  llevaba  el  conde  de 
Olivares.  Iba  el  Embajador  extraordinario 
de  Francia,  el  del  Emperador,  cubierto 
el  rostro  á  uso  de  Alemania ,  y  el  de  Ve- 
necia;  el  cardenal  Espinóla  al  lado  del 
Rey.  En  el  banco  de  los  Obispos  presidia 
el  de  Cuenca,  siguiéndose  los  de  Sigüen- 
za,  Segovia,  Avila,  Badajoz,  Pamplona, 
Valladolid,  Cartagena,  Chile,  Urgento; 


▲ÑORES   DE   MENDOZA.  25 

hizo  el  oficio  el  de  Cuenca,  con  la  mú- 
sica de  la  Capilla  Real.  El  dia  siguiente 
bajó  el  Rey  de  la  misma  suerte;  el  obispo 
de  Segovia  celebró  la  primera  Misa,  del 
Espíritu  Santo;  el  de  Sigüenza  la  segun- 
da, de  Nuestra  Señora;  y  el  de  Cuenca 
la  tercera,  de  Réquiem,  á  la  cual  hizo 
ofrenda  su  Majestad  de  cera  y  oro,  remi- 
tiendo el  pan  y  el  vino  á  cantidad  mayor 
-a  los  religiosos.  Predicó  el  padre  Geró- 
nimo Florencia,  de  la  Compañía  de  Jesús, 
con  la  elegancia  y  erudición  que  es  no- 
torio ,  y  se  ha  visto  por  los  que  andan 
impresos.  Habiéndose  dado  cera,  se  em- 
pezaron los  responsos  de  Pontifical  por 
los  obispos  de  Segovia,  Sigüenza,  Avila, 
Valladolid,  rematando  con  el  último  el 
de  Cuenca.  Asimismo  éste  dia  dijeron 
Misa  las  Ordenes  en  altares  que  previnie- 
ron en  el  claustro. 

A  ocho  de  Mayo  hizo  las  honras  de  su 
Majestad  la  villa  de  Madrid,  en  la  iglesia 
de  Santo  Domingo  el  Real;  dispúsose  un 
grandioso  túmulo  de  todo  el  altor  de  la 
iglesia,  que  será  de  ciento  veinte  pies 
geométricos,  y  de  cuadrángulo  seis  varas; 
por  parte  estaba  levantado  en  ocho  gra- 
das, á  cuatro  pórticos,  de  doce  columnas 
dóricas,  á  cuyas  esquinas  se  levantaban 
cuatro  medias  columnas,  en  que  estaban 


26  CASTAS   DI 

estatuas  de  más  de  forma  gigantea,  dora- 
das, y  de  imitación  eran,  de  la  Fé,  Reli- 
gión, Continencia  y  Mansedumbre,  con 
sus  insignias  de  Cáliz,  Cruz,  Ángel  y 
Cordero.  El  cornisamento  desta  máquina 
era  lucidísimo;  rematábase  en  cuatro 
frontispicios  partidos,  y  en  los  tres  linte- 
les habia  escudos  grandes  de  las  armas 
Reales;  en  el  de  la  fachada  principal  es- 
taba ésta  inscripción;  Philippus  III.  Phi- 
lippi  IlfiliuSy  Caroli  V.  Imperatoris  nepos^ 
Augustus^  Máximas  y  Pius^  hcereticorum 
terror  j  Fidei  prcesidium,  Religionis  cul- 
men, vidualis  continentiíP  speculum, 
Maurorum  expulsor  ^  omnium  virtutum 
exemplar^  Obiit  Matriti  prid.  Kal.  April. 
Regni  sui  anno  XXIII  cetatis  suce  XLIII. 
salutis  nostre  M.DC.XXL  Seuatus,  po- 
pulusque  Mantuanus  benefactori  suo, 
ac  filio  consecravit  dicavitque.  Deste  cuer- 
po, en  que  estaba  inclusa  la  tumba,  cu- 
bierta de  paño  de  brocado,  con  las  insig- 
nias vistas  en  el  de  San  Gerónimo,  se 
formaba  otra  en  las  mismas  doce  colum- 
nas, ligadas  tres  por  parte,  en  las  cuales 
estaban  cuatro  banderas  negras  de  las 
armas  Reales,  de  la  una  parte  Corintia,  y 
parte  moderna  Romana;  en  el  cual,  en 
un  pedestal,  estaba  un  globo  coronado,  y 
encima  un  pavón,  que  empezaba  á  des- 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  27 

hacer  la  rueda,  mirando  abajo,  y  por  le- 
tras ésta  inscripción :  Terrenum  in  medio 
rotee  fundamentum  vidi.  Cubríase  éste 
cuerpo  de  una  media  naranja  y  cúpula, 
que  remataba  en  una  pirámide  de  un 
globo  coronado,  y  en  la  superficie  un 
monte  de  velas;  en  las  esquinas  de  los 
arquitrabes  estaban  estatuas  de  menor 
forma,  Templanza,  Clemencia,  Castidad 
y  Justicia.  Todas  las  basas  del  edificio  es- 
taban orladas  de  geroglíficos  de  Reyes 
antiguos  y  modernos,  propios  y  extraños, 
gentiles  y  católicos ,  cuyas  virtudes  tuvo 
el  muerto  en  grado  superior.  El  rey  Don 
Fernando  IV  tenia  por  inscripción :  Foe- 
licis  sceculi  initium;  Cario  Magno,  In  obe- 
dienlia  defensio;  Bamba ,  Consilio  firmata 
Dei;  Alfonso  X,  Reges  Peurom  discipuH; 
Antonino  Pió,  Insuperabilis  clementia; 
Recisbindo,  Digna  miraculi  fides;  San 
Luis,  rey  de  Francia,  Dux  bellorum 
Deus;  David,  Humilitas  fortis;  Salomón, 
Pacifica  Religio;  Filipo  I,  Magnanimitas 
futura;  Ecequías,  Fidelis  pietas;  Vespa- 
siano,  lustum  etiam  supplici;  Fernando  el 
Santo,  Maurorum  expulsor;  Henrico  III, 
Usus  virtutis  prosperitas;  Octaviano,  Uni- 
versee  pacis  typus;  Carlos  V,  Felicior 
Regno  securitas;  Filipo  II,  Finis  virtutum 
constantia;    Alfonso    VIII,  Fortitudo   in 


28 


CARTAS  DI 


fide;U.  Juan  el  II,  de  Portugal,  Legum 
authoritas;  Fernando  el  Católico,  Diix 
omnium  Fides.  Otros  geroglíficos  ocupa- 
ban muchos  espacios  de  la  máquina,  que 
pondré  algunos.  Veíase  en  un  cuadro  un 
sol  que  iba  naciendo,  y  la  letra :  Philippus 
Oriens.  Otro  que  se  ponia,  con  ésta:  Phi- 
lippus Occidens.  Abajo  Castilla  llorando, 
con  ésta:  Et perdidi et  habco.  En  un  cetro 
se  miraban  puestas  tres  coronas  de  oro, 
laurel  y  plata ,  y  la  letra:  In  uno  plura. 
Una  águila  negra  con  un  corazón  ,  y  en  él 
un  libro,  y  en  una  hoja:  Mandata  pulchra, 
y  en  la  otra:  Pulchriora  expíela.  Y  luego: 
Lex  Dei  in  corde  ipsius.  La  figura  de  un 
mancebo  hermoso,  coronado,  llorando,  y 
la  letra:  Polus  Arcticus^  y  abajo:  Ut  luce 
fleam.  Y  en  su  oposición,  en  otro  cuadro, 
un  mozo  moreno,  tocado  á  lo  indio,  con 
perlas  y  joyas,  también  llorando:  Polus 
AntarticuSy  y  luego:  Ut  nocte  fleam.  Una 
corona  en  un  cielo  estrellado,  con  ésta: 
Habitatio  Jirma^  y  otra  corona  en  la 
tierra  entre  árboles  cortados,  con  ésta: 
Peregrinatio  incerta.  La  muerte  que  siega 
con  su  guadaña,  con  una  espiga  coronada 
más  alta  que  un  campo  dellas,  con  ésta 
letra:  Descendunt  cuneta.  Madrid  lloran- 
do, con  ésta:  Qiiod  pietas  iubet,  Fides 
vetat.  Un  león  coronado  con  el  collar  y 


ANDRÉS  DE    MENDOZA.  29 

Tusón  al  cuello,  y  ésta  letra:  Agnus  in 
corde.  Un  cáliz  entre  dos  árboles  que  le 
enraman,  con  ésta  letra:  Inpace  Religio. 
Un  árbol  vuelto,  que  tiene  en  el  cielo  las 
raíces,  con  ésta:  In  Ccelo  radix.  Un  ele- 
fante entre  unos  corderos,  con  ésta:  Nihil 
poteníius.  Una  nave,  roto  el  árbol,  la 
muerte  en  la  popa,  y  que  sin  tormenta  se 
va  á  pique ,  con  ésta :  Sereno  coelo  fran- 
giíur.  Un  túmulo,  y  sobre  una  almohada 
una  muerte  coronada,  con  ésta:  Somnius 
diuturnior  sólito .  Muchos  escudos  de  armas 
reales  adornaban  el  edificio,  que  parecian 
bien  por  extremo.  Colgóse  toda  la  iglesia 
de  lutos,  con  los  mismos  escudos,  y  re- 
matóse de  luces.  Vino  al  oficio  la  villa  á 
caballo,  con  lobas  y  capirotes,  con  sus 
Oficiales  y  Maceros,  y  con  cuatro  Reyes 
de  armas  con  sus  cotas  Reales.  Hizo  el 
oficio  el  obispo  de  Valladolid ,  y  predicó 
su  hermano,  fray  Domingo  Pimentel,  Pro- 
vincial de  la  orden  de  Santo  Domingo, 
hijo  dignísimo  del  conde  de  Benavente. 
Dijo  la  primera  Misa  el  Prior  y  convento 
de  Atocha,  como  casa  Real  y  en  casa  Real 
de  su  Orden;  la  segunda  el  Vicario  gene- 
ral desta  villa,  y  el  clero  y  cabildo;  la 
tercera  el  obispo  de  Valladolid,  y  á  ella 
hizo,  en  nombre  de  Su  Majestad,  ofrenda 
el  Corregidor,  conde  de  Peñaflor,  de  un 


30  CABTA8  Dt 

cirio  y  una  medalla  grande  de  oro,  de  los 
rostros  de  los  Reyes  muerto  y  vivo.  Dióse 
cera  á  la  mayor  parte  de  la  nobleza  y  al 
Consejo  de  Estado,  y  con  el  último  res- 
ponso se  acabó  la  solemnidad. 

Domingo,  nueve  de  Mayo,  se  previno  la 
entrada  de  su  Majestad,  y  desde  la  puerta 
de  Palacio  (que  despejada  de  los  talleres 
y  obra,  quedó  la  fachada  de  alegre  vista), 
hasta  San  Gerónimo;  fué  tal  el  número  de 
tablados  y  prevención  para  ver  la  entra- 
da, que  en  la  calle  Mayor  formaron  otra 
nueva  calle  de  madera,  y  tal  el  número 
de  gente,  como  determinada  toda  la  corte 
á  verla.  El  aderezo  del  ventanaje  y  calles 
fué  el  que  se  deja  advertir  en  dia  tan  fes- 
tivo, y  en  acción  recibida  umversalmente 
con  gusto,  y  en  la  Corte  de  España,  donde 
son  los  menajes  de  las  casas  tan  costosos 
y  ricos.  Pasadas  las  guardas  en  orden  á 
San  Gerónimo  con  sus  Capitanes,  fué  la 
Villa  con  su  Corregidora  dar  la  obediencia 
y  recebir  al  Rey;  llevaban  ropones  de  tela 
blanca  rica,  alcarchofada  de  oro  en  el 
telar,  forros  de  raso  de  oro  y  carmesí, 
jubones  de  las  ropas,  calzas  y  cueras,  de 
pasamanos  de  oro  de  realce,  y  gorras  ade- 
rezadas; cada  vestido  costó  ochocientos 
ducados.  Besada  la  mano,  su  Majestad  se 
puso  á  caballo,  y  el  acompañamiento  (que 


ANDRÉS   DE   UENDOZA.  3 1 

fué  lucido  y  en  hermosos  caballos),  em- 
pezó en  atabales  y  trompetas  de  las  armas 
Reales,  gran  número  de  caballeros  y  se- 
ñores; el  traje,  medias  sotanillas  y  ferre- 
ruelos de  paño,  mangas  de  raso,  luto 
aliviado,  calzas,  botas,  espuelas  y  caño- 
nes ;  los  Maceros  del  Rey,  los  Mayordo- 
mos, los  Reyes  de  armas,  con  cotas;  el 
duque  del  Infantado  con  el  estoque  des- 
nudo al  hombro,  y  él  descubierto,  que  lo 
llevó  como  Caballerizo  mayor  del  Rey  en 
ausencia  del  conde  de  Oropesa,  cuya  es 
en  propiedad  aquella  tan  grande  preemi- 
nencia. Los  Grandes  que  se  hallaron  fue- 
ron: los  duques  del  Infantado,  Alba,  Me- 
dinaceli.  Gandía,  Veraguas,  Pastrana, 
Monteleon,  Peñaranda  y  Cea:  los  mar- 
queses de  Astorga,  Aytona,  Santacruz, 
Aguilar  y  Mondéjar;  el  Almirante  y 
Adelantado;  los  condes  de  Olivares  y  Al- 
tamira,  y  otros  muchos  señores;  y  más 
llegados  á  Su  Majestad,  solos  en  una  hile- 
ra, el  marqués  de  Villena,  el  Condestable  ? 
de  Castilla,  y  D.  Duarte,  marqués  de 
Flechilla,  hermano  del  duque  de  Bergan- 
za.  La  Villa,  á  pié,  llevaba  el  palio,  que 
era  de  brocado  blanco  de  tres  altos,  de- 
lante del  los  Caballerizos,  el  Rey,  á  caba- 
llo, debajo,  con  la  hermosura  de  un  ángel  \ 
y  con  el  mayor  agrado  de  la  tierra;  llevaba 


32  CARTAS  DE 

iuto  aliviado  de  paño,  con  jubón  de  raso, 
calzas  de  obra  negras.  Las  dos  guardas. 
Española  y  Alemana,  iban  á  pié  á  los  dos 
lados,  y  detrás  del  palio  D.  Baltasar  de 
Zúñiga,  á  caballo,  y  luego  la  guarda  de 
Archeros  de  Corps,  á  caballo,  con  su  Ca- 
pitán, el  marqués  de  Falces,  con  las  armas 
y  bizarría  que  estos  soldados  sacan  siem- 
pre en  actos  públicos,  grandes  penacheras 
y  bandas.  Llegó  su  Majestad  á  Santa 
María,  donde  le  recibieron  con  Te  Deum 
LaudamuSf  y  el  Patriarca  de  las  Indias  de 
Pontifical,  y  después  de  la  adoración  y 
oración  pasó  á  Palacio,  donde  le  hicieron 
la  salva  los  archeros  con  las  pistolas  de 
arzón;  llovió  mucho  aquella  tarde,  y  con 
todo  lució  bastantemente  la  grandeza 
desta  Monarquía. 

El  príncipe  Filiberto  venia  á  Madrid  á 
la  posta,  detúvose  en  Barajas  por  causa 
de  una  indisposición,  de  que  le  han  san- 
grado tres  veces,  y  hasta  ahora  no  ha  en- 
trado. El  gobernador  del  Arzobispado, 
D.  Alvaro  de  Villegas,  predicó  las  honras 
de  su  Majestad  en  el  monasterio  de  la 
Encarnación,  con  gran  satisfacción  de  los 
oyentes,  y  se  le  ha  cometido  el  proveer 
todo  lo  eclesiástico,  excepto  las  prevendas 
de  la  santa  iglesia  de  Toledo.  Echanse  de 
Madrid  los  hombres   y  mujeres  de  vivir 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  33 

escandaloso,  y  se  murmura  saldrán  buenos 
mantos  y  capas.  Hoy,  domingo,  partió  su 
Majestad  á  Aranjuez;  muchas  provisiones 
de  personas  beneméritas  y  otras  mil  no- 
vedades se  prometen  cuando  vuelva,  que 
será  al  fin  desta  semana;  cuando  salgan 
las  sabrá  vuestra  merced,  á  quien  guarde 
Dios  muchos  años.  Madrid,  y  Mayo  it'', 
de  1621. 


TERCERA  CARTA 

QUE   ESCRIBIÓ  UN    CABALLERO    DESTA  CÓRTE 
Á    UN   SU   AMIGO. 


POR  la  mia  pasada  de  i6  de  Mayo,  sa- 
brá vuestra  merced  las  novedades 
desta  Corte ,  para  llevar  con  menos 
mal  la  ausencia  della.  La  gran  prudencia 
y  valor  de  su  Majestad ,  que  Dios  guarde, 
su  cristiano  celo,  acertado  gobierno  y 
disposición  loable,  lleva  cada  dia  glorio- 
sos aumentos,  y  se  le  luce  bastantemente 
á  ésta  dichosa  Monarquía  ;  continúe  nues- 
tro Señor  tan  felices  principios,  adonde 
vemos  amparada  la  justicia,  ejercitada  la 
misericordia,  premiados  los  méritos  y 
castigados  los  delitos.  La  Junta  de  censura 
prosigue  en  remediar  excesos ,  en  desterrar 
culpados  y  en  castigar  delitos,  con  que  se 
mira  ésta  máquina  taa  otra ,  que  no  hay 
quien  se  atreva  á  vivir  escandalosamente. 
Quítase  la  casa  de  aposento  á  cien  Algua- 


yj  CARTAS  DE 

ciles  de  Corte  á  quien  se  daba,  reducién- 
dose ésta  merced  á  solos  quince ,  y  quítase 
á  los  Secretarios  del  Rey ,  Escribanos  de 
cámara  y  de  provincia,  y  á  cuantos  les 
valen  derechos  los  oficios;  no  sé  si  tendrá 
efecto  ésta  reformación.  El  número  de 
los  Aposentadores  habia  crecido  á  nueve, 
redujéronlos  a  cinco ,  y  que  éstos  y  el 
Aposentador  mayor  jurasen  los  oficios. 
A  D.  Antonio  de  Castro,  Oidor  del  Con- 
sejo de  Órdenes,  se  ha  remitido  la  visita 
de  los  oficiales  de  aquel  Consejo.  Hay 
junta  en  casa  del  Reverendisímo  Padre 
Maestro  Fray  Antonio  de  Sotomayor, 
Confesor  de  su  Majestad,  para  reformar 
ios  derechos  de  las  Audiencias  del  Nuncio 
y  del  Vicario;  hállanse  en  ella  su  Reve- 
rendisíma,  los  Presidentes  de  Indias  y  Ha- 
cienda, y  D.  Juan  de  Chaves,  Oidor  del 
Consejo  Supremo.  Ha  mandado  su  Ma- 
jestad que  haya  todos  los  días  Consejo 
de  guerra  y  que  se  le  consulte  en  el  mis- 
mo dia  lo  que  en  el  se  tratare.  Hizo  su 
Majestad  del  consejo  de  Cámara  ,  á  Don 
Juan  de  Chave.«:  y  á  D.  Alonso  de  Cabre- 
ra, Oidores  del  Supremo.  Al  hijo  del 
marqués  de  Celada  se  dio  la  encomienda 
de  Bolaños,  que  se  habia  dado  años  antes 
ai  marqués  de  Bclmonte,  hijo  del  duque 
de  Uceda,  y  por  su  muerte  la  tenia  en  en- 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  37 

comienda  su  padre,  por  tiempo  limitado. 
Han  jurado  estos  dias  de  la  boca ,  el  con- 
de del  Risco,  el  de  Elda,  D.  Francisco 
de  Meló,  D.  Aledamo  Carreto,  D.  Pedro 
y  D.  Cristóbal  de  Córdoba  ,  y  háse  dado 
hábito  á  D.  Lope  de  Hoces ,  D.  Luis 
Ponce,  D.  Francisco  Maldonado,  D.  Pedro 
de  Herrera,  D.  Francisco  de  las  Infan- 
tas, D.  Melchor  Espinóla,  D.  Sebastian 
de  Mallea,  D.  Diego  de  Castro,  D.  Fran- 
cisco Manrique  de  Aguayo  y  al  marqués 
de  Espino.  Dióse  encomienda  á  D.  Juan 
Ibañez  y  á  D.  Diego  de  Züñiga.  Mandóse 
retirar  á  Alcalá  de  Henares  al  secretario 
Juan  González  Centeno,  que  lo  fué  del 
Cardenal  de  Lerma,  con  orden  que  no 
salga  de  allí  hasta  tenerla.  Quitáronse 
diez  guardas  al  duque  de  Osuna,  de  vein- 
titrés que  tenia  en  la  fortaleza  de  la  Ala- 
meda, y  diósele  por  prisión  todo  el  sitio; 
fuéle  á  tomar  su  confesión  el  señor  Gas- 
par de  Vallejo,  Oidor  del  Consejo  Su- 
premo, y  después  prendió  el  mismo  á  Don 
Antonio  Manrique,  marqués  de  Charela: 
D.  Andrés  Velazquez ,  Espía  mayor  y 
del  Consejo  secreto,  está  preso  en  casa  de 
D,  Luis  de  Paredes,  Alcalde  de  Corte.  La 
Abadía  de  Alcalá  la  Real  se  dio  á  D.  Pe- 
dro de  Moya,  Capellán  de  su  Majestad  y 
Auditor  del  serenísimo  Infante  Cardenal. 


38  CARTAS   DB 

Al  de  Uceda,  que  dias  antes  estaba  preso 
en  la  fortaleza  de  Torrejon  de  Velasco, 
se  le  ensanchó  la  prisión,  y  no  debió  ser 
con  orden  de  su  Majestad,  pues  por  ello 
fué  preso  Juan  Bautista  de  Lijalde,  su 
Guarda  mayor,  y  se  ha  puesto  en  su  lugar 
á  D.  Francisco  de  Villarroel,  ambos  del 
hábito  de  Santiago. 

Por  el  Cardenal  de  Lerma  se  dio  á  su 
Majestad  un  largo  y  discreto  memorial, 
haciendo  relación  de  los  servicios  de  sus 
pasados  y  suyos,  así  al  señor  rey  D.  Fe- 
lipe segundo  como  al  tercero,  con  el  cual, 
como  por  el  memorial  parece,  privó  tanto 
y  tuvo  tanta  mano,  que  pendió  de  su  per- 
sona todo  el  gobierno  dcsta  Monarquía, 
y  por  sus  muchos  servicios  durante  éste 
tiempo  y  otros  ejemplos  de  servicios  de 
diferentes  personas  que  se  refieren,  pre- 
tende que  la  merced  que  le  hizo  el  señor  rey 
don  Felipe  tercero  de  las  quince  mil  sal- 
mas,  no  fué  excesiva  sino  justa  é  impor- 
tante para  remuneración  de  sus  muchos 
méritos,  y  que  el  reducirse  ésta  merced  á 
setenta  y  dos  mil  ducados  de  renta,  fué 
una  venta  y  compra  y  no  se  le  puede  des- 
poseer della,  pues  no  tiene  un  privilegio 
simple,  sino  un  contrato  privilegiado,  y 
que  cuando  se  le  haya  de  desposeer  de  la 
dicha  merced,  no  ha  de  ser  Juez  el  señor 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  39 

D.  Fernando  Carrillo,  recusándole  por  al- 
gunas causas  de  enemistad  que  allí  con  el 
)  uramento  y  solemnidad  necesaria  expresa; 
y  pide  se  conozca  deste  y  los  demás  plei- 
tos que  se  le  pusieren  en  el  Consejo  de 
Justicia.  Su  Majestad,  como  tan  cristiano 
y  recto,  mandó  fuese  oido  de  justicia, 
pues  si  la  tiene  no  quiere  sea  desposeído 
desta  ni  otras  mercedes,  y  si  no  la  tiene, 
tampoco  quiere  defraudar  su  Real  Patri- 
monio, que  tan  gastado  se  halla  hoy,  y 
tan  sujeto  á  precisas  obligaciones,  así  en 
defensa  de  la  Cristiandad  como  en  la 
reputación  y  conservación  desta  Monar- 
quía. Y  en  lo  que  toca  á  la  recusación  de 
D.  Fernando  Carrillo,  que  sea  ó  no 
sea  Juez  en  ésta  causa  no  importa ,  pues 
sabe  el  mundo  ser  uno  de  los  más  doctos, 
cristianos  y  rectos  jueces  de  Europa. 

Salió  por  General  de  la  artillería  el 
marqués  de  Almenara,  con  cuatrocientos 
ducados  al  mes ,  y  Lelio  BrancaCcio  por 
Maese  de  campo  general  de  Italianos  en 
Ñapóles  y  con  gobierno  de  Provincia.  El 
gobierno  de  Calabria  se  dio  al  Embajador 
que  estaba  en  ésta  Corte  por  la  República 
■de  Luca.  Al  marqués  de  Montenegro,  Ge- 
neral de  la  caballería  de  Sicilia.  El  gobier- 
no de  las  Islas  Terceras  á  D.  Pedro  de 
Avila,  hijo  del  marqués  de  las  Navas-  El 


40  CAIITAS  DB 

vireinado  del  Abruzo  al  marqués  de  Cusa* 
no.  El  de  Monteíiesco  al  marqués  de  la 
Palleta,  y  á  D.  Juan  de  Médicis  un  tercio 
de  Alemanes.  Prendieron  en  Aragón  al 
capitán  Ortiz,  Camarero  del  duque  de 
Osuna,  y  trajéronle  á  Madrid  con  la  guar- 
da de  aquel  Reino.  Han  entrado  estos  dias 
muchos  señores:  el  duque  de  Cardona,  el 
duque  de  Bcjar,  el  marqués  del  Carpió 
y  el  marqués  de  Ayamonte ,  el  marqués 
de  Villanueva  del  Fresno  de  Almuña, 
conde  de  Sinarcas ,  de  los  Arcos,  del 
Real,  y  marqués  de  Villamanriquc.  Entró 
la  duquesa  de  Osuna  con  grande  acompa- 
ñamiento, y  no  con  menos  la  marquesa  de 
Velada.  Besó  la  mano  á  su  Majestad  la 
provincia  de  Guipúzcoa,  acompañada  de  la 
mayor  parte  de  su  nobleza.  Tuvo  audien- 
cia el  gran  Canciller  de  Milán  y  despachó- 
sele  después  de  algunos  dias,  remitiendo 
al  duque  de  Feria  la  entrega  de  la  Balte- 
lina,  gobernándose  según  los  accidentes 
que  de  los  rumores  de  Italia  se  hubieren 
descubierto.  Avisan  de  Portugal,  que  á  la 
ciudad  de  Lagos,  en  el  Algarbe,  han  lle- 
gado veinticinco  velas  de  holandeses  y 
turcos  mezclados,  que  han  puesto  cuida- 
do, aunque  no  han  hecho  hasta  agora  más 
que  darle;  que  aquel  Virey  andaba  visitan- 
do por  su  persona  los  castillos  y  fuerzas 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  41 

de  la  costa  ,  presidiándolas  de  lo  necesario^ 
Quítase  el  gobierno  de  Portugal  por  Virey 
y  nombráronse  tres  Gobernadores  para 
aquella  Corona,  que  son:  D.  Diego  de 
Castro,  conde  de  Vasto;  D.  Alonso  Mejía, 
obispo  de  Coimbra,  y  D.  Ñuño  Alvarez 
Portugal,  y  con  tanto  dará  la  vuelta  á 
Castilla  el  marqués  de  Alenquer,  Virey  de 
aquel  Reino.  Avisan  de  Francia  estar  el 
Rey  Cristianísimo  sobre  San  Juan  de  An- 
gelin,  lugar  fuerte  de  rocheleses,  y  que, 
determinando  el  Consejo  que  cinco  sol- 
dados reconociesen  la  batería,  quiso  su 
Majestad  ser  uno  de  ellos,  y  sin  poderlo 
estorbar  fué  con  los  cuatro  nombrados, 
que  los  hirieron  á  todos,  y  al  Rey  de  un 
mosquetazo  en  un  brazo,  de  recudida  de 
haberle  muerto  el  caballo;  y  al  fin,  tomada 
la  fuerza  por  asedio  se  asentó  por  partido 
que  los  caballeros  saliesen  en  calzas  y  ju- 
bón y  en  hacas ,  y  los  soldados  á  pié  y  en 
camisa:  dícese  que  tiene  cercada  la  Ro- 
chela, y  que  sin  batirla  quiere  que  se  le 
entregue.  De  Inglaterra  avisan  que  los 
veinte  navios  de  la  Concordia,  ingleses,  se 
determinaron  llegar  á  inquietar  á  Argel, 
y  para  ésto  llevaron  dos  bajeles  llenos  de 
ingenios  de  fuego;  quemaron  en  el  puer- 
to de  aquella  ciudad  siete  galeones  gran- 
des y  seis  pataches;  tomaron  un  navio  de 


41  CARTilS   DE 

Pechelingues,  con  gran  riqueza,  y  entro 
diversas  mercaderías  ochenta  mil  reales 
dea  ocho;  cañonearon  la  ciudad  de  Argel 
por  varias  partes ;  echaron  gente  en  tierra 
y  robaron  la  campaña ,  y,  lo  que  más  fué» 
se  volvieron  á  embarcar  sin  riesgo.  Mar- 
tes, veintidós  de  Junio,  fué  la  primera  pro- 
posición de  Cortes,  y  domingo,  veintisiete, 
hubo  en  ésta  Corte  auto  de  Inquisición; 
formóle  la  de  Toledo,  y  penitenció  á  una 
hijadalgo  y  cristiana  vieja,  que  después 
que  se  hizo  beata  se  llamaba  María  de  la 
Concepción,  la  cual,  siendo  virtuosa,  ten- 
tada de  la  carne,  se  dio  á  rienda  suelta  al 
vicio,  y  fria  en  la  caridad;  tentóla  el  de- 
monio en  la  Fé  y  diose  á  todo  género  de 
embustería  y  falsas  ilusiones  ;  fué  blasfe- 
ma, sacrilega,  engañaba  al  confesor  con 
apariencias  virtuosas,  tenia  pacto  expre- 
so con  el  demonio,  escupía  á  un  Crucifi- 
jo ,  recebia  cada  dia  el  Santísimo  Sacra- 
mento dos  y  tres  veces,  con  palabras  blas- 
femas, provocándose  delante  del  á  torpe- 
zas; fué  hereje,  arriana,  nestoriana,  lu- 
terana, calvinista,  mahometana  y  elvi- 
diana,  negando  la  inmortalidad  del  alma, 
el  purgatorio,  infierno  y  cielo,  potestad 
del  Papa,  imágenes  y  Sacramento,  y  úl- 
timamente ateísta:  pidió  misericordia, 
con  contrición,  dolor  y  lágrimas,  y  de  sola 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  43 

delación  suya  se  condenó  á  hábito  y  cár- 
cel perpetua  irremisible,  coroza,  mordaza 
y  azotes. 

El  Nuncio  de  su  Santidad  entró  á  diez 
de  Junio:  fué  á  besar  las  manos  de  su 
Majestad  á  diez  y  ocho  del  dicho,  ocho 
dias  después  de  haber  llegado,  con  grande 
acompañamiento  de  la  mayor  parte  de  la 
nobleza;  llámase  Alejandro  de  Sangro, 
Patriarca  de  Alejandría,  Arzobispo  de  Be- 
nevento.  A  doce  de  Julio  fué  á  besar  las 
manos  á  su  Majestad  el  duque  de  Arescot 
de  la  Orden  del  Tusón  de  Oro,  Embaja- 
dor del  serenísimo  Archiduque  Alberto; 
entró  con  lucido  acompañamiento.  A  ca- 
torce de  Julio  mandó  el  Rey  cubrir  al 
conde  de  Monterey,  y  al  marqués  de  Cas- 
telrodrigo,  conde  de  Lumiares.  Volvió  á 
la  Corte  D.  Diego  de  Aragón ,  hijo  del  du- 
que de  Terranova,  de  servir  el  gobierno 
deMicina;  fué  bien  recebido  y  mandóle 
su  Majestad  servir  su  llave,  y  á  pocos  dias 
le  mandaron  salir  de  la  Corte  y  que  fuese 
á  servir  á  su  Majestad  en  el  dicho  gobier- 
no. Hánse  dado  llaves  al  duque  del  Infan- 
tado ,  conde  de  Fuensalida ,  conde  de 
Portalegre,  conde  de  Peñaranda,  D.  Jai- 
me Manuel,  hijo  del  duque  de  Maqueda, 
yá  los  marqueses  del  Carpió,  el  Villar, 
Cañete,  Camarasa,  y  Caracena.  Al  mar- 


44  CARTiS  DB 

qués  de  Malpica  han  hecho  Ayo  y  Mayordo- 
domo  mayor  del  serenísimo  Infame  Carde- 
nal, y  á  D.  Gaspar  de  Ribera,  su  hijo,  die- 
ron título  de  conde  de  Parla.  Al  conde  de 
Mora  y  á  D.  Luis  Enriquez  hicieron  Ma- 
yordomos de  la  Reina,  nuestra  señora,  y  al 
conde  de  Peñaranda  ayo  del  Infante  Don 
Carlos.  A  D.  Francisco  Paravecino  hicie- 
ron conde  de  la  Torrcta.  A  diez  y  seis  de 
Julio  entró  en  ésta  Corte  la  condesa  de 
Oropesa.  hija  del  conde  de  Benavente, 
viuda  del  santo  conde  D.  Fernando  de 
Toledo,  hijo  del  señor  D.  Duarte,  marqués 
de  Flechilla,  caballero  tan  virtuoso,  que  á 
fuerza  de  penitencias  y  mortificaciones,  de 
veinticinco  años  pasó  á  mejor  vida,  dejan- 
do una  hija  y  dos  hijos;  de  los  cuales,  el 
mayor  murió  después  que  el  padre,  y  para 
asegurar  la  salud  de  los  demás,  con  la 
mudanza  á  mejor  sitio,  los  trujo  á  Madrid 
su  madre:  entró,  aunque  retirada  y  encu- 
bierta, con  grande  acompañamiento  y 
casa.  Dióse  el  hábito  de  Religiosa  en  el 
Monasterio  de  la  Encarnación  á  una  hija 
de  los  condes  de  Santiago,  fué  su  madri- 
na Doña  Francisca  Clourel,  mujer  de  Don 
Baltasar  de  Zúñiga,  Comendador  mayor 
de  León  ;  acompañóla  toda  la  Corte.  El 
Rector  de  la  Universidad  de  Salamanca, 
D.  Felipe  de  Haro,  hijo  del  marqués    del 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  45 

Carpió,  besó  la  mano  á  su  Majestad,  con 
grande  acompaLamiento,  y  iba  él  entre 
seis  caballeros  que  habían  sido  Rectores: 
el  conde  de  Olivares  y  D.  Felipe  de  Haro, 
tios  del  mismo  D.  Fernando;  y  D.  García 
Pimentel,  hijo  del  conde  de  Benavente,  y 
D.  Melchior  y  D.  Antonio  Moscoso,  hijos 
del  conde  de  Altamira. 

Escriben  de  Alemania,  que  pide  el 
Palatino  al  Emperador  la  investidura  de 
su  Estado  para  su  hijo  heredero,  y  ofrece 
enviarle  á  criar  á  la  Corte  imperial;  in- 
terceden con  el  César  los  demás  Electores, 
y  piénsase  que  lo  hará  si  entre  todos  le 
contribuyen  con  un  millón,  para  pagar 
parte  de  gastos,  y  vienen  con  los  protes- 
tantes en  que  le  obezdecan;  y  en  el  ínterin 
que  ésto  se  asienta,  aunque  pasada  la 
tregua  de  Maguncia ,  no  cesa  el  comercio 
y  el  caminar  es  seguro.  Manda  el  serení- 
simo archiduque  Alberto  al  conde  Mauri- 
cio, que  dentro  en  tres  meses  vengan  á 
gozar  el  Principado  de  Oranje,  que  tiene 
■en  Tierrafirme,  donde  nó,  le  da  por  ban- 
dido de  aquellos  Estados,  y  que  como  á 
tal  se  procederá  contra  él.  A  la  princesa 
de  Pomblin,  viuda,  dio  el  Emperador  la 
investidura  de  aquel  Estado ,  y  autoridad 
al  Rey  Católico  para  que  la  pasase  á  los 
sucesores  en  su  casa,  y  con  ésto  ella  casó 


4^  CARTAS  DB 

con  el  duque  de  Brazazu,  cabeza  de  la  ca- 
sa de  Ursino,  y  el  novio  y  su  hermano  el 
Cardenal  la  llevaron  á  Roma.  Asentáron- 
se las  capitulaciones  de  casamiento  entre 
el  marqués  de  Zara,  heredero  del  Ducado 
de  Arcos,  y  hija  del  duque  de  Segorbe,  y 
entre  D.  Hipólito  de  Velasco  y  su  sobrina, 
la  marquesa  propietaria  de  Salinas,  y 
entre  el  conde  de  Salinas  y  Ribadeo  y 
una  hija  del  duque  de  Híjar. 

Por  parte  de  D.  Rodrigo  Calderón  se 
dio  memorial  á  su  Majestad,  implorando 
su  piedad  y  clemencia ,  suplicando  con  él 
se  usase,  pues  cuando  en  él  hubiese  habi- 
do algunos  descuidos  y  culpas  ,  se  hallarán 
algunas  acciones,  que,  cuando  se  hicieron, 
se  tuvieron  por  servicios  y  dignas  de  ala- 
banza, y  la  mudanza  de  las  cosas  y  tiem- 
pos las  hace  parecer  delitos;  y  que  las  acu- 
saciones y  visita  que  le  han  hecho  ha  na- 
cido de  conocida  pasión  y  embidia  de 
muchos  y  poderosos  émulos,  y  que  sus  des- 
cargos no  han  podido  ser  iguales  á  las  di- 
ligencias que  se  habian  hecho  para  sus 
cargos,  y  que  su  Majestad,  que  tiene  el  cie- 
lo ,  aunque  por  su  parte  acudió  á  sus  pies 
suplicando  declarase  algunas  cosas  tocan- 
tes á  su  justicia  ,  no  lo  hizo  tan  cumplida- 
mente como  convenia,  pomo  haber  quién 
Bc   las    trajese  á  la  memoría,  y  por  su 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  47 

muerte.  Y  también  el  Cardenal  Duque,  por 
algunos  justos  respetos  se  ha  abstenido 
de  declarar  mucho  de  lo  que  á  la  justicia 
del  Marqués  tocaba ,  y  que  muchos  de  los 
cargos  que  se  le  hacen  tocan  en  materias 
de  Estado  muy  graves,  y  resueltas  por  el 
Consejo;  y  que  los  oficios  que  él  tuvo  no 
eran  sujetos  á  visita,  y,  cuando  lo  fueran, 
ya  ha  sido  visitado  y  dado  por  libre  el  año 
de  1607,  y  q^^  ^^  ^os  Visitadores  podian  ser 
jueces  en  las  causas  de  sus  visitas,  trayen- 
do para  ésto  algunos  ejemplares.  Y  que  en 
loque  toca  á  haber  recebido  algunas  dádi- 
vas y  presentes,  lo  sabia  su  Majestad,  que 
está  en  el  cielo,  y,  por  justas  causas  y  su 
piedad,  le  perdonó  y  dio  sus  Reales  cédulas, 
y  quitó  el  derecho  al  Fisco  que  podia  tener 
de  volver  á  pedir,  atendiendo  á  sus  muchos 
servicios  de  D.  Rodrigo;  y  para  purgar  si 
en  él  hay  algunas  culpas,  trae  sus  muchas 
molestias  recebidas,  sus  grandes  gastos, 
su  prisión  y  tormento.  Y  no  obstante  éste 
memorial ,  á  nueve  de  Julio  notificó  Lá- 
zaro de  Ríos,  Secretario  de  su  Majestad, 
dos  sentencias  al  dicho  D.  Rodrigo  Calde- 
rón ,  marqués  de  Sieteiglesias,  en  su  per- 
sona, preso  muchos  meses  antes  en  su 
misma  casa:  la  una,  de  las  culpas  que  se 
le  han  causado  por  el  proceso  civil,  y  In 
otra  por  la  causa  criminal.  Por  ésta  dije- 


48  CASTAS   DE 

ron,  que  por  cuanto  el  señor  Fiscal  le  acu- 
só de  culpante  en  la  muerte  de  la  Reina, 
nuestra  señora,  Doña  Margarita  de  Austria, 
que  sea  en  gloria ,  y  no  lo  haber  probado, 
absolvieron  y  dieron  por  libre  della  al 
dicho  D.  Rodrigo  Calderón.  Y  asimismo 
€n  cuanto  le  acusó  de  haber  dado  hechizos 
y  con  ellos  haber  procurado  atraer  las  vo- 
luntades del  Rey,  nuestro  señor,  y  de 
otras  personas,  y  haber  dado  veneno  al 
Padre  Maestro  Fray  Luis  de  Aliaga,  In- 
quisidor general  y  Confesor  que  fué  del 
Rey,  nustro  señor,  que  sea  en  gloria,  y 
haber  hecho  matar  á  D.  Alonso  Carvajal, 
al  Padre  Cristóbal  Xuarez,  de  la  Compa- 
ñía de  Jesús,  á  Pedro  Caballero  y  Alonso 
del  Camino,  también  le  absolvieron,  por 
no  lo  haber  probado  el  dicho  señor  Fiscal. 
Pero  en  cuanto  le  acusó  de  la  prisión  que 
hizo  de  Agustín  de  Avila,  Alguacil  que  fue 
desta  Corte,  y  del  proceso  que  contra  él  le 
formó  y  de  haberle  querido  matar  en  la 
prisión  con  veneno,  últimamente  de  su 
muerte,  y  todo  lo  que  en  ella  pnsó,  y  haber 
cometido  delito  de  asesinato  y  muerte  ale- 
vosa ,  habiendo  hecho  matar  á  Francisco 
de  Ibarra,  por  medio  del  sargento  Juan  de 
Guzman  y  de  otras  diferentes  personas,  y 
haber  pervertido  (con  la  mucha  mano  que 
tenia)  el  juicio  de  la  causa  criminal  que 


ANDRÉS   DE    MENDOZA.  49 

pendió  y  se  trató  en  ésta  Corte  ante  los 
Alcaldes  della,  contra  el  dicho  Pedro  Ca- 
ballero, en  razón  de  la  muerte  del  dicho 
Francisco  de  Ibarra,  amenazando  y  persi- 
guiendo á  uno  de  ellos,  porque  trataba 
de  la  averiguación  y  castigo  deste  delito, 
y  en  haber  ganado  é  impetrado  cédulas 
de  su  Majestad,  que  haya  gloria,  de  per- 
don  y  liberación  desús  delitos,  con  malos 
medios;  dijeron  ,  que  de  la  prisión  en  que 
está  sea  sacado,  caballero  en  una  muía 
ensillada  y  enfrenada,  con  voz  de  pregone- 
ro que  publique  su  delito,  y  sea  traido  por 
las  calles  públicas  y  acostumbradas  de 
ésta  villa  ,  y  llevado  á  la  Plaza  Mayor  de 
ella  ,  donde  para  éste  efecto  esté  hecho  un 
cadahalso  y  en  él  sea  degollado  por  la  gar- 
ganta, hasta  que  muera  naturalmente: 
más  le  condenaron  en  perdimiento  de  la 
mitad  de  sus  bienes  para  la  Real  Ha- 
cienda. 

Por  la  otra  sentencia,  que  dicen 
tiene  doscientos  y  cuarenta  y  cuatro  car- 
gos, le  condenan  en  un  millón  y  doscien- 
tos cincuenta  mil  ducados,  y  por  capítulo 
final  della,  á  que  fueron  remitidas  mu- 
chas de  las  culpas  de  los  dichos  cargos, 
fué  condenado  en  perdimiento  de  todos 
los  Títulos  y  mercedes  que  de  su  Majestad 
tenia,  y  se  le  habia  hecho  merced  y  dado, 


50  GABTAS  DE 

y  en  cualquiera  manera  que  le  pertenecie- 
re y  puede  pertenecer ,  y  en  perdimiento 
de  los  títulos  de  Conde  y  Marqués  y  Capi- 
tán de  la  Guarda,  Contíno  de  la  casa  de 
Aragón  ,  Alguacil  mayor  de  la  Cancille- 
ría de  Valladolid,  Alcayde  de  la  cárcel, 
Archivero  mayor,  Regidor  de  aquella  ciu- 
dad, Mayordomo  de  obras  della,  y  en 
perdimiento  del  oficio  de  Correo  mayor 
de  la  dicha  ciudad  y  perpetuación  que 
tenia,  y  en  perdimiento  del  Patronazgo 
del  Monasterio  de  Portaceli ,  que  hizo  en 
la  ciudad  de  Valladolid,  y  en  todos  los  de- 
mas  títulos  y  mercedes  aplicados  á  su 
Majestad:  y  ansimismo  en  perdimiento 
de  la  merced  que  tenia  sobre  la  Bula  de 
la  Cruzada,  que  se  imprimía  en  Nuestra 
Señora  de  Prado,  que  valia  ocho  mil  du- 
cados de  renta,  y  en  el  oficio  que  tenia  de 
Regidor  y  Escribano  de  Ayuntamiento,  y 
Depositario  de  la  ciudad  de  Plasencia,  y 
de  la  ciudad  de  Soria,  y  villa  de  Nava  y 
otras.  Dtceseque  llevó  éste  golpe  con  valor 
notable,  y  que  está  tan  resignado  en  las 
manos  de  Dios,  y  con  tal  dolor  y  actos  de 
cristiano,  que  edifica  y  apiada  á  cuantos  le 
ven;  hoy  le  han  admitido  la  súplica,  no  se 
sabe  con  cuánto  término,  y  ansí  tiene  sus- 
pensos á  todosel  fin  de  lacausa,  sin  saberlo 
cierto.  Dícese  que  su  encomienda  de  Oca- 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  5 1 

ña  se  ha  dado  al  marqués  del  Villar,  hijo 
del  conde  de  Benavente.  Y  es  cosa  parti- 
cular, que,  según  se  ha  observado  por 
hombres  cuidadosos,  han  sucedido  en 
martes  todos  los  términos  y  sucesos  con- 
siderables en  ésta  causa  de  D.  Rodrigo: 
porque  fué  martes  el  di  a  que  salió  de 
aquí  para  Valladolid,  y  martes  el  que  lo 
prendió  allí  D.  Fernando  Ramírez  Fari- 
ñas; martes  el  dia  que  entró  en  la  fortale- 
za de  Montanches  á  cargo  de  D.  Francis- 
co de  Irazabal;  martes  cuando  le  trajeron 
al  castillo  de  Santorcaz;  martes  cuando 
vino  preso  á  su  casa,  en  poder  de  D.  Ma- 
nuel Francisco  de  la  Hinojosa :  tomáron- 
le la  confesión  en  el  mismo  dia  y  en  el 
mismo  le  dieron  tormento  y  pronuncia- 
ron los  jueces  la  sentencia,  aunque  fué 
Viernes  cuando  selá  notificaron,  como  he- 
mos dicho.  Desta  causa  han  sido  jueces 
los  señores  D.  Francisco  de  Contreras, 
caballero  del  hábito  de  Santiago;  Luis  de 
Salcedo  y  D.  Diego  de  Corral  y  Arrellano, 
Oidores  del  Consejo  Supremo  de  Castilla. 
Dispónese  la  almoneda  de  sus  bienes,  dí- 
cese,  que  de  grandes  riquezas,  y  hánla 
cometido  los  señores  jueces  á  D.  Pedro 
Fernandez  de  Mansilla,  Alcalde  de  Corte. 
También  sentenciaron  el  mismo  dia  al 
sargento  Juan  de  Guzman,  porque  mató 


52         CABTAS  DB  ANDRÉS  DE  MENDOZA. 

alevosamente  á  Francisco  de  Ibarra,  por 
mandado  del  mismo  D.  Rodrigo,  y 
también  se  le  admitió  la  súplica.  Por  no 
cansar  á  vuestra  merced  no  soy  más  largo; 
á  quien  Dios  guarde  como  deseo.  En 
Madrid  á  22  de  Julio  de  1621. 


CUARTA    CARTA 

QUE   ESCRIBIÓ    UN  CABALLERO   DESTA   CORTE 
A    UN  SU  AMIGO. 


EN  la  mía  de  veintidós  de  Julio  dije  á 
vuestra  merced  las  novedades  desta 
Corte,  y  por  mandármelo  voy  conti- 
nuando en  ésta  lo  que  después  de  escrita 
aquélla  va  sucediendo.  Gloriosa  corre  la 
felicidad  en  el  Gobierno  desta  dichosa 
Monarquía;  siglo  de  oro  es  para  España  el 
reinado  del  Rey,  nuestro  señor,  Felipe  IV, 
prometiendo  tan  felices  principios  prós- 
peros fines:  guárdenosle  Dios  sin  límite, 
para  que  perpetuamente  la  prudencia,  la 
paz  y  justicia  se  den  las  manos.  Ya 
dije  á  vuestra  merced  en  la  pasada,  que 
habia  besado  las  manos  á  su  Majestad  y 
Altezas  el  duque  de  Ariscot,  Embajador 
del  serenísimo  archiduque  Alberto;  oiga 
ahora  vuestra  merced  cómo  se  hizo  aquel 


54  CARTAS   DE 

acto:  Por  llevar  luto,  fué  el  acompaña- 
miento en  coches;  aguardó  D.  Baltasar 
de  Zúñiga  al  Embajador  al  apearse,  hon- 
róle mucho  el  Rey,  y  del  cuarto  de  su 
Majestad  pasó  al  de  la  Reina,  nuestra  seño- 
ra, que  le  aguardó  sentada,  y  se  levantó 
cuando  llegó  al  estrado.  Dióle  la  mano  en 
pié,  y  vuelta  á  sentarse,  el  Duque,  de  ro- 
dillas, cumplió  gallardamente  con  su  oñ- 
cio ;  y  hechas  las  cortesías  á  la  Camarera 
mayor  y  Damas,  que  asistieron  cubiertas 
de  luto,  y  besada  la  mano  á  la  Reina 
los  caballeros  que  traia  consigo,  pasó  al 
cuarto  de  sus  Altezas,  donde  tuvo  la  mis- 
ma ceremonia,  primero  que  con  el  Infan- 
te Cardenal,  con  la  señora  Infanta  María, 
que  su  Alteza  y  sus  damas  tenian  echa- 
dos sus  mantos  hasta  el  pecho.  El  acom- 
pañamiento fué  grandioso,  la  familia  del 
Embajador  grande  y  lustrosa;  hízoles  la 
costa  el  Rey  en  casa  del  marqués  de  Falces, 
sirviéndolos  los  oficios  de  la  Casa  Real.  A 
pocos  dias  recibieron  por  Menino  un  hijo 
de  Monsiur  de  Peranzi,  que  vino  con  el 
duque  de  Ariscot  y  se  publicó.  Mandó  su 
Majestad  cubrir  al  príncipe  de  Leñi  y  al 
duque  de  Croy,  ausentes,  y  despachóse 
al  Archiduque  les  diese  la  posesión  de  la 
Grandeza. 

Tomó  juramento  el  Arzobispo  de  Búr- 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  55 

gos,  como  Presidente  de  Castilla,  al  sere- 
nísimo Infante  Cardenal  por  Chanciller 
mayor,  como  Arzobispo  de  Toledo,  dig- 
nidad que  está  aneja  á  éste  oficio  desde 
tiempo  de  los  Reyes  Católicos,  D.  Fer- 
nando y  Doña  Isabel,  por  provisión  suya 
en  favor  del  Cardenal  D.  Pedro  González 
de  Mendoza,  Arzobispo  de  Toledo;  tam- 
bién se  recibió  de  su  Alteza  juramento  de 
la  fé  por  el  Priorato  de  Ocrato.  Diéronse 
llaves  al  duque  de  Medina  Celi,  á  D.  Bal- 
tasar de  Zúñiga,  Comendador  mayor  de 
León;  al  marqués  de  Alcañíz  le  dieron 
las  entradas  en  la  Cámara  sin  llave,  y  las 
mismas  al  conde  de  Chinchón,  para  tratar 
lo  que  se  ofreciere  de  los  Consejos  de 
Italia  y  Aragón,  y  hiciéronle  Mayordomo 
de  su  Majestad.  El  conde  de  Monterey  va 
á  Roma  á  dar  la  obediencia  al  Sumo  Pon- 
tífice, Gregorio  XV.  Ha  estado  muy  enfer- 
mo el  duque  de  Osuna,  y  hánle  mudado 
de  la  Alameda  á  la  casa  de  D.  Iñigo  de 
Cárdenas,  puesta  entre  los  dos  Caraman- 
cheles ;  hánle  ido  á  tomar  la  confesión  y 
dado  licencia  á  que  le  vea  el  marqués  de 
Peñafiel,  su  hijo:  recusó  su  Excelencia  á 
D.  Fernando  Carrillo.  Ha  sido  de  alivio 
general  á  estos  reinos  el  haber  batido  Su 
Santidad  moneda  con  la  imagen  de  la 
Concepción,  por  la  buena  esperanza  que 


5^  cabtás  db 

da,  de  ver  acabado  éste  punto,  ésta  pía 
afición  del  Sumo  Pontífice.  La  señora 
Doña  Ana  Bazan,  hija  del  marqués  de 
Santa  Cruz,  entró  por  dama  de  la  Reina, 
nuestra  señora,  con  grande  acompaña- 
miento; la  Alcaydía  de  la  Casa  Real  del 
Campo  se  dio  en  el  ínterin  á  D.  Agustin 
Mejía,  y  al  Alcayde  de  la  Casa  Real  del 
Pardo  le  dieron  trescientos  ducados  de 
renta  por  su  vida.  El  reino  de  Cerdeña 
besó  la  mano  á  su  Majestad,  dióle  el  pé- 
same y  el  pláceme;  llevó  grande  acompa- 
ñamiento, y  fué  entre  el  marqués  de 
Aytona  y  el  duque  de  Gandía.  La  entrada 
del  marqués  de  Astorga  fué  famosa,  acom- 
pañóle toda  la  Corte  y  veintitrés  Grandes, 
y  su  Excelencia  en  medio  de  D.  Duarte, 
marqués  de  Flechilla,  y  del  duque  de 
Ariscot.  El  dia  de  Santiago,  saliendo  su 
Majestad  de  la  Capilla,  llegó  correo  de 
Flandes  con  nueva  de  la  muerte  del  se- 
renísimo archiduque  Alberto;  Príncipe 
verdaderamente  glorioso,  tanto  por  el 
gobierno  político  cuanto  por  haber  aca- 
bado la  tregua,  pues  en  los  dias  pos- 
treros de  su  vida  mandó  romper  la  guerra 
con  los  rebeldes,  para  cuyos  gastos  libró 
su  Majestad  Católica  un  millón  y  seis- 
cientos mil  ducados.  Ha  dado  pena  y 
cuidado  la  muerte  de  su  Alteza,  y  los 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  57 

Reyes  se  retiraron  con  gran  sentimiento 
y  renovaron  los  lutos.  Dia  de  Santa  Ana 
fueron  cubiertos  al  Monasterio  Real  de 
las  Descalzas,  á  dar  el  pésame  á  la  señora 
infanta  Margarita;  el  mismo  dia  bautizó 
en  la  Capilla  Real ,  D.  Diego  de  Guzman, 
Patriarca  de  las  Indias,  á  seis  moros  y 
una  india,  con  asistencia  de  toda  la  Corte. 
Hablan  de  ser  padrinos  los  Reyes,  y,  por 
el  sentimiento  de  la  muerte  del  Archidu- 
que, lo  remitieron  al  conde  del  Castrillo^ 
del  Consejo  de  Guerra,  y  Mayordomo  de 
la  Reina,  nuestra  señora,  y  á  Doña  María 
Enriquez,  Dueña  de  honor.  A  veintisiete 
se  halló  su  Majestad  en  el  Consejo  de  Es- 
tado, y  pocos  dias  después  enviaron  pode- 
res á  la  señora  infanta  Doña  Isabel  para 
gobernar  los  Estados  de  Flandes,  donde 
se  va  la  guerra  prosiguiendo  con  prósperos 
sucesos  de  la  Monarquía  española.  Al  du- 
que de  Ariscot  hizo  su  Majestad  merced 
de  una  Coronelía  de  alemanes,  con  qui- 
nientos ducados  al  mes,  y,  con  el  sueldo 
que  antes  tenia,  llegó  la  merced  á  ocho 
mil  ducados  cada  año,  que  es  lo  mismo 
que  tenia  su  padre;  á  los  caballeros  que 
venian  con  él  se  les  dieron  á  cincuenta 
y  sesenta  escudos  al  mes,  con  que  todos 
quedaron  contentos.  El  último  dia  de 
Julio,  festividad  del  Santo  Padre  Ignacio 


5$  CARTAS   DI 

de  Loyola,  fué  su  Majestad  al  Colegio  de 
la  Compañía;  recibiéronle  aquellos  Pa- 
dres con  Te  Deum  lauiamus^  por  ser  la 
primera  vez  que  después  de  ser  Rey  había 
visto  aquella  Casa:  hizo  el  oficio  el  padre 
Provincial  desta  provincia.  Háse  encarga, 
do  el  Rey,  nuestro  señor,  de  la  canoniza- 
ción del  bendito  Padre  Francisco  Javier 
porque  la  del  Padre  Ignacio  se  pide  en 
Koma,  á  instancia  del  Rey  de  Francia 
que  la  quiere  hacer  á  sus  expensas.  Al 
marqués  Espinóla  dieron  título  de  mar- 
qués de  Belvis,  en  Castilla;  al  Duque  Car- 
denal mandó  su  Majestad  retirar  á  Toro  ó 
Tordesillas,  (\  su  elección;  á  D.  Francisco 
de  Quevedo  y  Villegas  llevaron  preso  al 
convento  de  Uclés ,  como  Caballero  de 
Santiago.  Despachóse  privilegio  para  ser 
ciudad  la  villa  de  Lucena,  á  pedimiento 
de  su  dueño,  el  duque  de  Segorbe.  Al  du- 
que de  Gandía  se  le  dio  el  Condado  de 
Villalonga  y  treinta  mil  ducados  de  ayuda 
de  costa;  al  conde  de  Villafranqueza  se  le 
dio  perpetuo  aquel  título  y  estado,  que 
desde  la  muerte  de  su  padre  le  tenia  por 
dos  vidas,  diéronle  una  buena  villa  en 
Aragón  y  dos  mil  ducados  de  renta.  Don 
Sancho  de  Monroy  fué  á  Francia  por  la 
posta  con  embajada  extraordinaria;  dic- 
ronsele  cuatro  mil  ducados  de  ayuda  de 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  59 

costa.  A  D.  Francisco  de  Alarcon,  Oidor 
de  Granada,  se  dio  plaza  de  Alcalde  de 
Corte,  y  va  á  Ñapóles  á  la  averiguación 
de  los  negocios  del  duque  de  Osuna;  el 
licenciado    Garciperez    de    Araciel,    del 
Consejo  Real,  se  añadió  á  la  Junta  de  la 
reformación  y  censura.  Hábito  se  ha  dado 
á  D.   Francisco  de  Mendoza  Centurión. 
Vino  el  conde  de  Monredondo,  Cazador 
mayor   de   Portugal,  los   marqueses   del 
Carpió  y  Ayamonte  y  el  conde  de  Torre- 
jon;  á  D.  Cristóbal  de  Rojas  y  Sandoval, 
se  le  dieron  cincuenta  y  cinco  escudos  al 
mes  en  Flandes.  La  señora  duquesa   de 
Cea  ha  visitado  estos  dias  á  los  jueces  de 
su  suegro,  acompañada  de  su  madre,  la 
señora  duquesa  de  Medina  de  Rioseco,  y 
grande    acompañamiento    de    señores    y 
Grandes,  á  pié  y  en  coches.  A  los  Gentiles 
hombres  de  la  boca  mandó   su  Majestad 
que   se    les  guardase  la  antigüedad  que 
tenían  en  los  libros  de  su  padre,  aunque 
jurasen  después.  Han  hecho  de  la  boca  á 
D.  Cristóbal   Colon,  hijo    del   duque   de 
Veraguas;  á  D.  Francisco  Mejía,  hijo  del 
marqués  déla  Guardia;  á  D.  Fernando  de 
Guzman,  su  tio,  y  á  D.  Gabriel  de  Chaves. 
LaJunta  de  jueces  de  D.Rodrigo  Calderón 
ha   andado   liberalísima   estos  dias ,  pre- 
miando los  oficiales  y  ministros  que  han 


6o  CASTAS   DE 

andado  en  la  causa :  al  secretario  Lázaro 
de  los  Ríos  dieron  tres  mil  y  cuatrocientos 
ducados;  á  Gaspar  Pérez,  escribano, 
dos  mil,  y  mil  al  relator  Molino.  Sobre  la 
súplica,  si  se  habia  de  admitir,  de  Don 
Rodrigo  Calderón,  tienen  los  jueces  di- 
versas juntas,  llamando  para  éste  punto 
los  mayores  letrados  desta  Corte ;  que  se 
duda  que  haya  grado  de  suplicación ,  por- 
que cuando  se  procede  en  una  causa  por 
particular  y  absoluta  comisión,  y  se  con- 
sulta, y  el  Príncipe  responde,  abstrae  así 
el  juicio;  y  así,  si  no  es  de  spetiali  man- 
dato PrincipiSy  no  queda  remedio  en  de- 
recho. Hácense  muchas  diligencias  de 
parte  de  D.  Rodrigo,  para  conseguir  la 
súplica,  la  que  doctamente  contradice  el 
Fiscal  de  la  causa ;  ha  hecho  recusación  de 
jueces,  háse  dado  por  ninguna,  y  conde- 
nádole  en  la  pena.  El  Padre  Gerónimo  de 
Florencia  apadrinó  al  Comendador  ma- 
yor de  Aragón,  y  al  conde  de  la  Oliva,  su 
nieto,  para  besar  la  mano  á  su  Majestad 
sobre  la  súplica;  la  marquesa  de  Siete 
Iglesias  y  sus  hijas,  cubiertas  de  luto,  han 
ido  diversas  veces  á  hablar  al  Comenda- 
dor mayor  de  León,  para  que  interceda 
con  su  Majestad,  y  hasta  ahora  solo  se  ha 
negociado  se  remita  •'  los  jueces,  para 
que  vean  si  en  justicia  tiene  lugar  la  sú- 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  6í 

plica.  A  D.  Pedro  Fernandez  de  Mansilla, 
Alcalde  desta  Corte,  le  han  dado  comisión 
de  ejecutar  la  sentencia  de  D.  Rodrigo 
Calderón,  en  la  causa  civil,  con  cédula 
particular  de  su  Majestad,  y  así  se  aper- 
ciben muy  aprisa  los  bienes ,  para  hacer 
almoneda  que  está  ya  empezada.  Murió 
el  marqués  de  Loriana,  y  ha  casado  el 
conde  de  Chinchón  con  la  viuda,  mar- 
quesa de  Salinas,  y  dióle  su  Majestad  fa- 
cultad para  dejar,  después  de  sus  dias,  de 
su  mayorazgo,  cuatro  mil  ducados  de  renta 
de  por  vida  á  la  Condesa.  Hay  junta  en 
casa  del  Confesor  de  su  Majestad,  y  fór- 
manla  su  Paternidad  Reverendísima,  Don 
Baltasar  de  Zúñiga,  el  conde  de  Bena- 
vente  y  los  oidores  D.  Juan  de  Chaves  y 
D.  Francisco  de  Tejada.  A  D.  Pedro  de 
Toledo^  marqués  de  Villafranca  y  príncipe 
de  Montalván,  hizo  su  Majestad  merced 
del  oficio  de  Capitán  general  de  España, 
con  diez  mil  ducados  de  sueldo,  y  que  le 
goce  desde  que  salió  de  Milán.  El  conde 
de  Olivares  da  audiencias  y  recibe  me- 
moriales con  ventura  de  los  pretendien- 
tes, pues  su  gran  cristiandad  y  prudencia 
les  promete  á  todos  felices  sucesos.  A  Don 
Pedro  de  Cifuentes,  Fiscal  del  Consejo 
Supremo  de  la  Inquisición,  se  le  dio  plaza 
de  Inquisidor  del  mismo  Consejo,  y  la 


Cl  CARTAS  DE 

suya  á  D.  Pedro  de  Guevara  Gaviria, 
Inquisidor  de  Logroño;  el  obispado  de  las 
Canarias  se  dio  á  D.  Juan  de  la  Torre, 
Inquisidor  de  Cuenca ,  y  el  de  Orense  al 
Padre  maestro  Fray  Pedro  de  Herrera; 
á  D.  Juan  Chacón  el  oficio  de  Auditor 
del  Infante  Cardenal;  el  corregimiento  de 
las  Cuatro  Villas  de  la  mar,  á  D.  Gerónimo 
de  Herrera;  el  de  Gibraltar  al  capitán 
Mesía  de  Bocanegra  ;  el  de  Bilbao  al  licen- 
ciado Francisco  González  de  Salazar;el 
de  Salamanca  á  D.  Diego  de  Hozes;  el 
obispado  de  Mótala  á  D.  Francisco  Salu- 
cio;  el  de  Hiberito  á  D.  Gerónimo  de 
Costanzo;  el  de  Galipoli  al  obispo  del 
Águila;  el  arzobispado  de  Lanchano  al 
Camarero  del  cardenal  Montalto. 

Avisan  de  Francia  que  aquel  Rey  hacia 
poblar  una  citadela  en  San  Juan  de  An- 
gelis,  que  en  dias  atrás  ocupó  por  asedio, 
y  que  tenia  apretada  la  Rochela  y  no 
queria  concierto  con  los  rebeldes  della,  y 
habia  mandado  al  duque  de  Guisa  la  cer- 
case por  mar,  y  al  de  Pernon  por  tierra. 
Y  caminando  el  Rey  Cristianísimo  á  Len- 
guadoc,  se  le  rindió  la  ciudad  y  fortaleza 
de  Clerac,  concediendo  las  vidas  ú  los  ve- 
cinos y  soldados,  sólo  mandó  ahorcar  á 
cuatro,  los  más  principales  del  rebelión, 
y  echar  por  tierra  la  fortaleza;  y  porque 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  63 

no  se  saquease  la  ciudad  dieron  cincuenta 
mil  ducados:  y  asimismo  se  rindió  Nis- 
mes  y  Mompeller,  y,  prosiguiendo  el  Rey 
su  viaje  á  Montalván ,  se  le  rindieron  otras 
fuerzas.  De  Alemania  avisan  que  la  Ma- 
jestad Cesárea  habia  mandado  hacer  jus- 
ticia en  Praga  de  trienta  y  tres  señores 
rebeldes,  y  que,  saliendo  el  conde  de  Bucoy 
á  reconocer  un  puesto,  con  algunos  impe- 
riales, habia  sido  muerto  en  una  celada, 
con  general  sentimiento  del  César  y  délos 
católicos,  por  la  pérdida  de  tal  soldado;  y 
que  se  pelea  cada  dia  en  Alemania  con  el 
ejército  del  de  Mansfelt  y  otros  rebeldes, 
y  en  Hungría  con  los  rebeldes  y  el  Tran- 
silvano,  y  ordinariamente  con  prósperos 
sucesos  de  los  imperiales.  De  Polonia 
avisan  que  el  gran  Turco  está  en  Andri- 
nópoli  con  ciento  veinte  mil  hombres,  y 
aguardaba  llegase  á  trescientos  mil  para 
entrar  en  Polonia;  y  que  los  cosacos hacian 
grandísimo  daño  á  los  turcos  en  el  Mar 
Negro,  y  hablan  llegado  á  seis  leguas  de 
Constantinopla,  y  puéstola  en  gran  es- 
panto; y  que  hablan  cogido  dos  bajeles 
cargados  de  artillería  y  armas,  y  que,  ha- 
biendo entrado  en  la  Valaquia  gran  número 
de  turcos,  fueron  echados  por  los  polacos 
con  gran  pérdida  de  los  turcos;  y  que, 
habiendo  hecho  puentes  en  el  Danubio, 


64  CARTAS   DB 

pasaron  infinitos  y  corrían  la  campaña ,  y 
siendo  acometidos  por  los  polacos,  en  dos 
escaramuzas  mataron  más  de  veinte  mil 
turcos  y  hicieron  retirar  afrentosamente. 
Y  que  entrando  otra  vez  cuarenta  mil 
tártaros  y  turcos,  habían  sido  desbarata- 
dos por  quince  mil  polacos,  con  muerte 
de  la  mayor  parte  de  los  infieles;  y,  últi- 
mamente, con  el  ejército  turquesco  peleó 
tres  dias  el  príncipe  de  Polonia  y  mató 
más  de  cuarenta  mil,  y  prendió,  entre 
otros  muchos ,  seis  personas  de  gran  con- 
sideración y  rescate,  y  hizo  retirar  al 
enemigo.  De  Inglaterra  avisan  que  el 
obispo  de  Londres,  persona  de  gran  auto- 
ridad y  letras,  y  de  setenta  años  de  edad, 
enfermando  de  muerte,  declaró  j  sus  hijos 
que  moria  católico,  y  les  advirtió  del  en- 
gaño en  que  vivian  en  no  serlo;  envió  á 
pedir  al  Rey  licencia  para  que  le  admi- 
nistrasen los  Sacramentos,  y  que  si  por 
eso  quisiese  su  Majestad  proceder  por 
justicia  contra  él,  que  lo  hiciese  en  hora 
buena,  que  él  estaba  resuelto  á  morir  ca- 
tólico. Respondióle  el  Rey  que  le  pesaba 
de  su  resolución ,  pero  que  hiciese  aquello 
que  su  intención  le  dictase;  con  ésto  envió 
á  llamar  el  Obispo  al  Capellán  del  conde  de 
Gondomar,  embajador  de  España,  con 
quien  hizo  tres  largas  confesiones  en  tres 


ANDRÉS  DE  MEiNDOZA.  65 

dias,  y  al  último  recibió  el  Santísimo  Sa- 
cramento, y  murió  con  grandes  muestras 
de  arrepentimiento:  ha  causado  novedad  á 
los  ingleses,  por  ser  persona  tan  eminen- 
te. La  desgracia  de  Granada  fué  grandísi- 
ma, dia  de  Santiago;  que,  aclamando  á  su 
Majestad  en  aquella  ciudad,  se  cayó  una 
casa  en  la  plaza  de  Bibarambla,  donde  se 
levantaba  el   estandarte  Real,  y  mató  á 
muchas  personas  é  hirió  muchísimas;  el 
número  de  los  muertos  llega  á  doscientos 
cuarenta  y  seis,  y  el  de  los  heridos  á  más 
de  cuatrocientos.  A  quince  de  Agosto,  á  las 
once  y  media  de  la  noche ,  parió  la  Reina, 
nuestra  señora,  una  Infanta  que  se  llamó 
Doña  Margarita  María,  y  como  habia  en- 
trado prósperamente  en  los  meses  mayo- 
res de  su  preñado, se  apercibian  los  seño- 
res y  Grandes  á  grandes  fiestas,  y  está- 
banse haciendo  grandiosas  libreas;  lo  cual 
cesó  todo ,  porque  murió  á  los  diez  y  seis 
del  mismo  mes  á  las  cuatro  de  la  mañana, 
(dicen  que  no  era  de  dias)  y  el  mismo  dia, 
con   pompa  y  acompañamiento    Real   la 
llevaron  á  San    Lorenzo ,  yendo   con   la 
Casa  el  conde  de  Castro,  Mayordomo  de 
la  Reina,  nuestra  señora,  y  con  la  Capilla 
el  obispo  de   Badajoz.  Su  Majestad  de  la 
Reina    está    ya   con   salud,  Dios  nos   la 
guarde  felicísimos  años  para  bien  destos 

5  - 


66  CARTAS  DE 

Reinos,  que  al  principio  nos  dio  mucho 
cuidado  su  enfermedad ,  y  se  hicieron  mu- 
chas rogativas  y  devociones  por  su  salud. 
Gloriosa  ha  sido  la  victoria  que  á  diez  de 
Agosto  ganó  de  holandeses  D.  Fadrique  de 
Toledo  Osorio,  hijo  de  D.  Pedro  de  Tole- 
do, marqués  de  Villafranca  y  príncipe  de 
Montalban,  Capitán  general  que  es  de  la 
armada  y  del  ejército  del  mar  Océano; 
que  saliendo  de  Cádiz,  con  la  Real ,  seis 
navios  y  dos  pataches,  los  tres  de  cuatro- 
cientas cincuenta  toneladas,  los  otros  tres 
de  á  trescientas  treinta,  y  los  dos  pata- 
ches, con  ánimo  de  esperar  en  el  puerto 
de  San  Vicente  los  navios  del  general 
Martin  de  Vallejilla,  que  estaban  en  Lisboa, 
dio  fondo  cuatro  leguas  á  la  mar,  por  ser 
los  tiempos  contrarios,  y  allí  le  cogió  aviso 
de  que  en  Torremolinos  hablan  dado  fon- 
do veintiséis  navios  de  holandeses,  que 
dio  algún  cuidado  á  D.  Fadrique,  por 
haber  venido  otro  aviso  pocos  dias  antes, 
que  habían  salido  de  Holanda  veinticin- 
co navios  con  intención  de  hacer  mucho 
daño  en  los  de  su  Majestad;  y  así,  de  con- 
sejo de  los  capitanes,  se  determinó  el  Ge- 
neral á  irlos  á  esperar  al  Estrecho,  y  así, 
dio  fondo  á  ocho  de  Agosto  en  la  bahía 
de  Gibraltar.  Allí  tuvo  aviso  de  navios,  y 
sahcndo  á  reconocer,  dieron  caza  al  ano- 


ANDRÉS    DE   MENDOZA.  67 

checer  á  dos  que  venían  á  desembocar  al 
Estrecho,  y  á  aquella  hora  se  descubrieron 
muchos  la  vuelta  de  Levante.  Por  ésto 
pasó  D.  Fadrique  toda  la  noche  bordeando 
de  una  vuelta  y  otra,  hasta  que  por  la 
mañana,  dia  de  San  Lorenzo,  á  diez  de 
Agosto,  al  amanecer,  se  halló  á  sotavento 
de  treinta  y  un  navios,  veinticuatro  en 
una  tropa  y  siete  en  otra,  que  todos  ha- 
cían el  mismo  viaje.  D.  Fadrique  se  fué  á 
ellos ,  y  habiendo  ganado  el  viento  á  los 
veinticuatro,  conociendo,  en  el  no  abatir 
el  estandarte  ni  amainar,  que  eran  de 
enemigos  que  se  llegaban  con  ánino  de 
pelear,  desde  muy  cerca  les  dieron  la 
carga  de  artillería  y  mosquetería ,  siendo 
grandiosa  y  bien  empleada  la  de  nuestra 
Real;  y  habiendo  atravesado  tres  veces 
por  medio  dellos,  haciéndoles  mucho 
daño,  abordándoles  cada  uno  como  podia, 
fué  Dios  servido  que  echaron  los  nuestros 
tres  á  fondo  y  tomaron  cinco,  haciendo 
los  españoles  grandes  cosas.  Duró  la  pelea 
desde  que  amaneció  hasta  las  tres  de  la 
tarde,  y  si  á  la  Real  no  le  faltaran  los 
árboles,  que  se  los  llevó  una  ráfaga  de 
viento,  tenia  ánimo  D.  Fadrique  de  ir 
peleando  con  ellos  hasta  acabarlos  á 
todos.  Dicen  que  los  que  huyeron  fueron 
muy  mal   parados  y  con   mucha  gente 


68  CARTAS  DB 

muerta.  Señaláronse  valientemente,  el 
Maese  de  campo  D,  Gerónimo  Agustin;el 
general  D.  Carlos  de  ¡barra;  los  almiran- 
tes D.  Alonso  de  Muxica  y  Roque  Centeno; 
el  Contador  de  la  armada  Juan  de  Varrun- 
dia,  y  los  capitanes  D.  Francisco  de  Her- 
rera y  Meneses,  y  Domingo  de  Hoyos  y 
otros  famosos  soldados :  y  no  es  la  menor 
circunstancia  deste  buen  suceso,  el  haber 
sido  el  primero  después  de  la  rota  de  la 
tregua,  porque  anima  mucho  entrar  ga- 
nando. 

El  duque  de  Ariscot  partió  desta  Corte, 
y  entró  en  ella  el  duque  de  Terranova, 
caballero  de  la  Orden  Real  del  Tusón  de 
Oro,  y  besó  la  mano  á  su  Majestad  con 
grande  y  lucido  acompañamiento.  El 
obispado  de  Lamego,  en  Portugal,  se  dio 
íí  D.  Juan  de  Alencastre,  Capellán  mayor 
de  la  Capilla  Real  de  Lisboa;  y  éste  oficio, 
á  D.  Juan  de  Silva ,  hermano  del  conde 
de  Portalegre.  A  D.  Antonio  de  Atayde, 
Capitán  general  de  la  armada  Real  de 
Portugal,  se  le  mandó  que  saliese  en 
busca  de  los  holandeses,  que  se  dice  andan 
alterando  los  puertos  y  haciendo  los  daños 
que  pueden,  y  que  pelease  con  ellos;  sacó 
de  Portugal  lucidísima  gente.  Dios  los  dé 
ventura.  Para  que  vea  vuestra  merced  lo 
que  duran  las   grandezas  desta  vida,  y 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  69 

cuan  poco  hay  que  fiar  de  las  mayores 
riquezas ,  acabaré  ésta  con  un  suceso  que 
ha  causado  lástima  general  en  cuantos  le 
saben :  ya  dije  á  vuestra  merced  que  Don 
Rodrigo  Calderón  recusó  sus  jueces,  pues 
sepa  vuestra  merced,  que,  admitida  la 
recusación  y  mal  probada  por  él ,  le  con- 
denaron en  doce  mil  maravedís,  y  luego, 
por  otro  auto,  se  los  perdonaron  por  su- 
mamente pobre  y  no  tener  bienes  ni  ha- 
ciendas de  qué  pagarlos.  ¿Q.ué  le  parece  á 
vuestra  merced  de  tal  desdicha  y  qué 
poco  le  aprovecharon  sus  tesoros?  justos 
juicios  son  de  Dios,  el  cuál  á  vuestra  mer- 
ced muchos  años  guarde.  De  Madrid^ 
último  dia  de  Agosto  de  162 1. 


CARTA  QUINTA 

QUE   ESCRIBIÓ   UN   CABALLERO   DESTA  CORTE 
Á    UN   SU   AMIGO. 


POR  la  mia  de  último  de  Agosto 
habrá  sabido  vuestra  merced  las 
novedades  desta  Corte,  y  no  he  po- 
dido, ni  escribir  ésta,  ni  remitir  á  vuestra 
merced  aquélla  con  más  priesa,  porque 
ha  parecido  á  muchos  grande  mi  cuidado 
en  avisar  á  vuestra  merced  de  los  sucesos 
de  aquí,  y  han  procurado  estorbarlo;  como 
si  mis  cartas  tuviesen  algo  dañoso  contra 
la  rectitud  y  prudencia,  pues  antes,  éste 
modo  de  escribir  es  loable,  pues  sin  faltar 
á  la  verdad  de  los  sucesos,  y  sin  daño  de 
nadie,  se  da  un  alivio  lícito  á  los  deseos 
de  los  ausentes  de  la  Corte,  para  que  pa- 
sen las  horas  con  menos  ocio;  entreteni- 
miento á  que  yo  principalmente  tiro  con 
escribir  á  vuestra  merced,  sin  obligarle  á 
que  lo  crea,  pues  ni  yo  escribo  más  que 


72  CARTAS  DE 

lo  que  oigo,  ni  ello  tiene  fuerza  de  ley  ó 
premática  que  no  puede  dudarse  ó  con- 
tradecirse. Demás  de  que  si  la  curiosidad 
de  los  libreros  es  tal  que  sacan  mis  cartas 
á  la  calle,  ¿qué  culpa  tiene  lo  que  yo  hago 
en  mi  casa?  Vuestra  merced,  si  quiere 
saber  nuevas,  las  guarde  mejor,  que  no 
quiero,  por  servir  á  vuestra  merced,  dis- 
gustar á  nadie. 

Algo  correremos  atrasados  por  ésta 
causa  en  los  sucesos;  vuestra  merced  per- 
done y  consuélese  con  que  siempre  es 
bueno  saber  novedades,  y  que  para  quien 
no  las  sabe  son  flamantes  las  más  viejas. 

Empecemos  por  la  reformación  del 
Consejo  de  Hacienda,  cosa  bien  necesaria, 
y  que  pedia  remedio  há  muchos  dias. 
Redúcense,  según  dicen,  á  cuatro  el 
número  de  los  Consejeros,  á  quienes  dará 
nombramiento  su  Majestad,  con  que 
tácitamente  quedan  los  demás  jubilados. 
Los  de  la  Contaduría  mayor  de  Cuentas, 
se  reducen  á  tres,  y  consúmense  los  de- 
más, como  fueren  muriendo.  Consúmese 
el  oficio  del  libro  de  caja,  y  oficiales,  que 
tenia  Francisco  de  Molina. 

Consúmense  los  Ordenadores  de  cuen- 
tas, y  mándase  á  las  partes  que  las  traigan 
ordenadas;  arbitrio  con  que  interesa  mu- 
cho gasto  la  Real  hacienda. 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  73 

Consúmense  las  Contadurías  de  rentas 
y  las  Contadurías  de  quitaciones,  y  agré- 
ganse  á  la  Escribanía  mayor  de  rentas, 
con  que  menguan  muchos  salarios. 

Consúmense  las  Contadurías  de  penas 
de  Cámara,  que  tenían  Francisco  Gómez 
de  Esprilla  y  Antonio  de  Rojas,  y  agré- 
ganse  á  las  Contadurías  de  la  razón.  Con- 
súmense las  recepturías  deste  Consejo,  y 
agréganse  á  la  Contaduría  del  sueldo. 

Consúmense  sesenta  y  dos  Contadores 
zánganos,  dejan  ocho  solos,  los  cuales 
suceden  por  su  antigüedad. 

En  las  Contadurías  de  resultas,  de 
veintinueve  que  habia  se  consumen  trece, 
y  nómbranse  á  tres  Contadores  entreteni- 
dos, con  cédula,  y  que  entren  por  su  an- 
tigüedad, como  los  otros. 

Que  los  Receptores  de  los  partidos 
no  vengan  á  dar  cuentas  á  Madrid,  sino 
que  las  envíen  juradas.  Los  que  tuvieren 
juros  acudan  á  las  cabezas  de  los  partidos, 
donde  los  paguen,  sin  obligar  á  gastos  á 
unos  ni  á  otros. 

Consúmese  el  oficio  de  Secretario,  de 
Pedro  Rodríguez  Criado,  y  agrégase  á  la 
secretaría  de  Miguel  de  Ipenarrieta ,  al 
cual  quitan  el  voto  de  Consejero;  dánle 
un  hábito  y  dos  plazas  de  monjas  en  la 
Encamación  para  sus  hijas.  Dieron  título 


L 


74  CARTAS  01 

de  Contador  á  lusepe  de  Trujillo;  dieron 
título  al  contador  Arellano,  y  la  secretaría 
del  Presidente.  A  todos  los  jubilados  del 
Consejo  de  Hacienda  dejan  los  gajes  por 
sus  vidas;  dicen  está  suplicado  desta  re- 
formación. Consúmese  la  Diputación  del 
medio  general,  y  que  en  la  nueva  nego- 
ciación se  acuda  á  la  Contaduría  de  mer- 
cedes. 

A  los  quince  de  Agosto  entraron  en 
ésta  Corte  tres  Embajadores  extraordina- 
rios de  la  religión  de  San  Juan,  con  muy 
grande  acompañamiento  de  Títulos  y  Se- 
ñores ,  que ,  con  carrozas  de  Palacio  y  de 
otros  caballeros  del  Hábito,  salieron  á 
recibirles  hasta  Caramanchel;  los  cuales, 
á  los  diez  y  nueve,  tuvieron  audiencia  de 
su  Majestad,  para  darle  el  pésame  de  la 
muerte  de  su  padre  y  el  pláceme  de  su 
nuevo  gobierno;  y  si  el  dia  de  la  entrada  fué 
grande  el  acompañamiento,  éste  fué  mu- 
cho mayor,  por  la  honra  que  les  hicieron 
muchos  Grandes,  Títulos  y  Señores  de  la 
Corte.  Fueron  bien  vistos  de  su  Majestad, 
y  ellos  y  los  caballeros  del  Hábito,  de  di- 
versas naciones,  que  fueron  muchos,  le 
besaron  la  mano.  Luego,  á  los  veinticinco, 
tuvieron  segunda  audiencia,  en  la  cual  le 
representaron  todos  tres,  cada  uno  por  su 
provincia,  el  agravio  que  recibe  la  reli- 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  75 

gion  de  que  se  les  suspenda  la  posesión 
que  tiene,  de  preceder  con  el  estandarte 
de  sus  galeras  al  estandarte  de  las  de  la 
República  de  Genova;  diéronle  memorial 
y  razones,  por  las  cuales  muestran  la 
justicia  que  tiene  la  religión,  y  se  espera 
buen  suceso.  Por  la  lengua  de  Italia  vino 
el  Prior  de  Inglaterra,  fray  César  Ferreti; 
por  España  el  comendador  D.  Luis  de 
Moneada,  hermano  del  marqués  de  Ay- 
tona,  y  por  Francia  el  Comendador  fray 
Miguel  Pontalier  Talamey.  Martes,  á  siete, 
se  proveyó  la  Presidencia  de  Castilla  en  el 
Sr.  D.  Francisco  de  Contreras,  jubilado 
del  Consejo  Supremo,  persona  merecedora 
de  tal  oficio  por  su  calidad,  rectitud,  vir- 
tud, cristiandad  y  letras;  elección  acerta- 
dísima, y  que  ha  sido  en  extremo  bien 
vista  de  todos,  y  que  ha  causado  general 
contento  y  satisfacción.  Diéronsele  diez 
mil  ducados  de  ayuda  de  costa,  señaláronle 
al  año  ocho  mil  ducados  de  sueldo,  y 
viernes,  á  diez,  tomó  la  posesión  en  medio 
del  duque  de  Pastrana  y  conde  de  Luna, 
y  acompañado  de  toda  la  Corte.  Desde  el 
Consejo  fué  al  Reino  á  la  concesión  del 
servicio  ordinario,  y  chapin  de  la  Reina, 
y  saliéronle  á  recebir  y  á  acompañar  los 
Procuradores  de  Cortes;  pasó  su  casa  á  la 
del  conde  de  Lodosa ,  y  ha  hecho  su  Se- 


7^  CARTAS   DE 

cretario  á  Gaspar  Ruiz  de  Izcaray.  El 
jueves,  á  nueve,  se  despidió  del  Consejo  el 
señor  arzobispo  de  Burgos,  D.  Fernando 
de  Acevedo,  y  entró  á  jurar  en  el  Consejo 
de  Estado;  hízole  su  Majestad  merced  de 
seis  mil  ducados  de  renta  y  dos  títulos  en 
Italia,  dos  Hábitos,  y  la  primera  Enco- 
mienda que  vacase  en  la  orden  de  San- 
tiago. Prelado  en  todo  dignísimo,  y  por 
su  rectitud,  limpieza,  facilidad  de  au- 
diencias, elecciones  y  disposiciones  del 
gobierno,  virtuosa  vida,  caridoso  y  afable 
natural,  merecedor  de  todo  premio  y  ve- 
neración. Y  el  conde  de  Villamediana  ha 
mostrado  ser  tan  su  amigo,  que,  entre 
otras  muestras  que  ha  dado  del  amor  que 
á  su  Ilustrísima  tiene,  le  presentaba  un 
cintillo  de  diamantes  y  una  venera  de  su 
hábito  de  muy  gran  valor,  y  una  letra 
aceptada  en  los  Tesoreros  de  la  Cruzada^ 
de  mucha  cantidad;  el  Arzobispo  no  lo 
aceptó,  si  bien  agradeció  mucho  tal  ga- 
llardía y  valor,  y  el  Conde  le  presentó  un 
cuadro  de  pintura  de  Ticiano,  de  valor 
de  mil  escudos,  para  que  se  acordase  del 
en  Burgos,  y  este  tomó  el  Arzobispo.  La 
iglesia  de  Toledo  envió  una  Dignidad  y 
Canónigo  para  que  le  asistiese  y  acompa- 
ñase hasta  Burgos,  y  le  hiciese  el  gasto 
del  camino,  y  su  iglesia  hizo  lo  mismo,  y 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  77 

D.  Francisco  de  Irazabal  le  ofreció  tres 
mil  escudos  para  sa  gasto,  y  nada  de  todo 
aquesto  aceptó;  y  despedido  de  todos, 
con  muy  gran  casa  de  criados,  dentro  de 
pocos  dias  partió  para  su  iglesia,  con  ge- 
neral sentimiento  de  los  que  le  perdieron. 
Antes  habia  consagrado  el  señor  arzo- 
bispo de  Burgos  al  obispo  de  Tuy,  Don 
fray  Andrés  de  Peralta,  Prior  de  San  Lo- 
renzo el  Real;  fué  la  consagración  en  la 
Capilla,  presente  el  Rey,  nuestro  señor,  y 
sus  Altezas  y  toda  la  Corte.  Asistiéronle 
los  obispos  de  Badajoz  y  Mérida,  y  su 
Ilustrísima  los  banqueteó  grandemente. 
Fuese  el  duque  de  Ariscot ,  habiendo  re- 
partido entre  los  criados  del  Rey,  truanes 
y  otros,  más  de  seis  mil  ducados.  Ya  dije 
en  mi  carta  cuarta  la  merced  que  le  habia 
hech9  su  Majestad;  diéronse  al  conde  de 
Senegon,  hermano  del  duque  de  Ariscot, 
cien  ducados  al  mes.  Al  sol  de  la  justicia 
distributiva  no  le  vencen  exalaciones  ni 
nieblas,  pues  el  señor  conde  de  Olivares 
hizo  prender  y  proceder  contra  su  Mas- 
tresala,  por  haber  recibido  mil  ducados 
por  la  negociación  de  una  canongía  de 
Málaga;  llevóle  á  la  cárcel  D.  Luis  de 
Paredes,  Alcalde  de  la  Casa  y  Corte  de  su 
Majestad.  Estuvo  muchos  dias  encerrado 
en  la  cámara  del  tormento ,  con  pena  de 


78  Cartas  de 

la  vida  á  quien  le  hablase  sin  orden  par- 
ticular; dióle  el  Conde  una  libranza  de 
cien  ducados  para  sustentarse:  dicen  que 
le  sentenciaran  rigurosamente.  A  Ge- 
nuyno,  electo  del  pueblo  de  Ñapóles,  que 
vino  á  España  con  el  duque  de  Osuna,  y 
estuvo  preso  en  ésta  Corte  en  la  cárcel  y 
en  casa  de  D.  Luis  de  Paredes,  han  lle- 
vado á  Ñapóles,  con  guarda  de  arcabuce- 
ros y  alguaciles  de  Corte. 

A  D.  Martin  Portocarrero,  hermano 
del  marqués  de  Villanueva  de  Barcarrota, 
han  llevado  á  la  fortaleza  de  Santorcaz. 

El  Cardenal,  duque  de  Lerma,  está 
muy  malo  en  Tordesillas,  con  calentura 
continua  y  temores  de  tabardillo;  partió 
á  verle  de  aquí  su  nieto  el  duque  de  Cea. 

El  duque  de  Osuna  está  en  Caraman- 
chel, procédese  en  su  negocio  y  van  á 
Ñapóles,  á  hacer  sus  informaciones,  Don 
Francisco  de  Alarcon  ,  oidor  de  Granada, 
y  D.  Francisco  de  Ortega,  secretario  del 
Consejo  de  las  Órdenes.  Al  duque  de 
Uceda  se  soltó  de  la  prisión  y  se  le 
mandó  ir  á  Arévalo,  donde  estará  hasta 
que  su  Majestad  mande  otra  cosa;  no 
tiene  guardas.  Dióse  por  prisión  al  secre- 
tario Juan  de  Salazar  su  misma  casa,  con 
dos  guardas ;  sacóse  de  la  prisión  á  Don 
Antonio  Manrique,  marqués  de  Charcla, 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  79 

y  á  D.  Andrés  Velazquez,  Espía  mayor  y 
del  Consejo  secreto. 

Después  que  escribí  á  vuestra  merced, 
han  sangrado  dos  vezes  al  infante  Carlos, 
de  una  calentura  maliciosa,  de  que  ya 
está  bueno,  á  Dios  gracias.  A  la  infanta 
María  la  dio  una  calentura  de  cuidado,  y 
quiso  Dios  que  no  pasase  á  segunda.  Su 
Majestad  de  la  Reina,  nuestra  señora,  ha 
pasado  su  enfermedad  de  sobreparto, 
teniendo  á  todos  cuidadosísimos  hasta  su 
mejoría ,  porque  la  calentura  continuaba 
mucho  y  se  acompañó  con  unos  desma- 
yos, que  se  repetían  con  alguna  malicia; 
acudióse  con  remedios  á  bonísimo  punto, 
y  el  pueblo  hizo  á  Dios  afectuosas  roga- 
tivas por  la  salud  de  su  Majestad. 

La  gloriosa  imagen  de  Nuestra  Señora 
de  Atocha  se  sacó  al  cuerpo  de  la  Iglesia, 
concurrida  aquellos  dias  de  innumerable 
gente;  el  Santísimo  Sacramento  se  mandó 
descubrir  universalmente ,  y  ya  la  Reina, 
nuestra  señora,  se  halla  muy  convale- 
ciente de  sus  achaques;  dióla  su  Majestad 
del  Rey,  nuestro  señor,  un  dia  de  sangría, 
un  mazo  de  tres  mil  perlas  retas,  y  cien 
doblones  de  á  cien  escudos :  era  todo  de 
la  almoneda  de  D.  Rodrigo  Calderón. 
Murió  D.  Pedro  de  Carvajal ,  obispo  de 
Coria,  varón  dignísimo;  y  la  condesa  de 


m  CARTAS  DS 

Paredes,  señora  de  vida  santa.  El  Padre 
Florencia  llegó  muy  al  cabo,  estuvo  sin 
habla,  sin  sentido  ni  conocimiento;  ha 
mejorado  milagrosamente  por  una  sangría 
que  el  doctor  Valle  le  hizo  estando  en 
tal  estado:  ya  está  sin  calenturas. 

El  señor  conde  de  Olivares  ha  traido 
poca  salud  estos  dias,  y  el  señor  Comen- 
dador mayor  de  León  no  tiene  mucha. 
Guárdenos  Dios  á  dos  tan  importantes 
sujetos,  para  el  aumento  y  bien  desta 
Monarquía. 

Murió  la  marquesa  del  Valle  en  Pala- 
cio, y  la  sacaron  de  allí  para  dcpositalla, 
con  grande  aparato  y  pompa  funeral,  en 
el  Monasterio  de  los  Clérigos  menores; 
cumplióse  lo  que  dijo  ésta  señora  cuando 
se  procedía  contra  ella,  que  el  tiempo 
descubriría  la  verdad ,  y  que  esperaba  en 
Dios  volver  á  Palacio  tan  honrada  como 
habla  salido,  y  acabar  allí  los  dias  de  su 
vida. 

Hábito  se  ha  dado  á  un  hijo  del  conde 
de  Palma ,  á  D.  Juan  de  la  Puza,  caballero 
vizcaíno,  á  D.  Francisco  de  Alarcon,  á 
D.  Andrés  Gutiérrez,  y  á  éste  plaza  de 
paje;  á  D.  Juan  de  Vera,  á  D.  Gregorio 
Manuel,  plaza  de  paje  y  hábito,  á  Don 
Agustín  Fiesco,  Tesorero  general  del  In- 
fante Cardenal,  y  hábito  de  Santigo.  Y 


ANDRÉS   1)E   MENDOZA.  31 

también  se  dio  hábito  á  D.  Francisco 
Pedro  de  Herrera,  y  á  un  hijo  del  mar- 
qués del  Carpió. 

Hubo  en  Roma  creación  de  Cardena- 
les, Monseñor  Carino,  primero  colateral 
del  Capitolio,  y  el  arzobispo  de  Salerno. 
Al  doctor  Ochoa  dieron  oficio  de  defensor 
fiscal  del  aposento,  y  abogado  de  los 
criados  de  la  casa  Real. 

El  señor  Presidente  de  Castilla  tomó 
juramento  á  su  Majestad  de  guardar  todos 
los  derechos  municipales,  privilegios  y 
estilos  forenses  del  reino.  Hay  junta  de 
reformación  en  el  Consejo  de  Aragón; 
hácenla  el  Canciller,  Oidor,  Regentes  del 
mismo  Consejo,  los  señores  D.  Alonso  de 
Cabrera,  D.  Juan  de  Chaves,  D.  Francisco 
de  Tejada  y  D.  Gaspar  de  Vallejo,  Oido- 
res del  Supremo  de  Castilla.  Vino  Don 
Cristóbal  de  Benavente,  Veedor  general 
de  Flandes,  á  quejarse  de  D.  Luis  de  Ve- 
lasco,  y  el  Consejo  de  Estado  le  mandó 
salir  de  la  Corte. 

Avisan  de  Francia  que  aquel  Rey  cris- 
tianísimo hace  valerosas  facciones  en  la 
reducción  de  los  rebeldes  de  aquel  reino 
y  destruicion  de  los  herejes,  y  sobre 
Montalban  hablan  muerto  el  duque  de 
Humena,  y  su  hermano  el  príncipe  de 
lambila.  Avisan  de  Flandes  estar  el  mar- 


82  CABTA8  DB 

qués  de  Belbis  con  cuarenta  mil  hombres 
en  campaña,  y  el  conde  Mauricio  con 
otros  tantos.  Avisan  de  Italia  que  los  he- 
rejes de  la  liga  de  Grissa  saquearon  los 
católicos  de  Chaula,  ciudad  principal  de 
Baltelina,  y  pidieron  ayuda  al  duque  de 
Feria,  y  diósela  tal  que  recobraron  su 
presa  y  robaron  al  enemigo.  Avisan  de 
Alemania  que  el  Mansfelt,  con  los  ene- 
migos, hizo  descercar  una  ciudad  de 
Bohemia,  degolló  alguna  gente,  y  algunos 
húngaros  desmandados  han  entrado  en  la 
Austria  superior.  Tórnanse  á  rehacer  los 
ejércitos  del  de  Sajonia  y  del  de  Babiera, 
y  en  Italia  hace  gente  el  duque  de  Saboya 
y  el  de  Feria.  El  conde  Mansfelt,  con  el 
enemigo,  aprieta  las  costas  del  Imperio. 
Está  el  Austria  superior  debelada  de  algu- 
nas interpresas  de  húngaros  rebeldes,  que 
hacen  no  pequeño  daño. 

A  D.  Fadrique  de  Toledo  se  dio  una 
Encomienda  de  mil  y  quinientos  ducados 
de  renta  al  año.  El  corregimiento  de  Pla- 
sencia  se  dio  á  D.  Diego  de  Guzman;  y  el 
de  Alcalá  la  Real  á  Gerónimo  Riban  de 
Zúñiga.  Su  Majestad  el  Rey,  nuestro  se- 
ñor, salió  á  la  casa  Real  del  Campillo  á  la 
brama  de  los  venados ;  desde  allí  ha  de  ir 
á  Balsain,  y  detenerse  en  San  Lorenzo 
hasta  ñn  de  Octubre. 


1 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  83 

A  ocho  de  Octubre  se  publicó  en  ésta 
Corte  una  Premática,  en  que  se  reducen 
á  razón  de  á  veinte  los  censos  y  juros 
impuestos  á  más  bajos  precios. 

Dióse  rebato  en  las  tiendas  de  los  jo- 
yeros de  la  calle  Mayor  y  Puerta  de  Gua- 
dalajara,  y  sáceseles  por  justicia  todas 
las  valonas  y  zapatillas  bordadas,  almillas, 
ligas,  bandas,  puntas,  randas,  abaninos, 
puños  aderezados,  y  otras  galas  de  muje- 
res á  éste  modo,  y  otras  cosas  de  que  se 
les  habia  avisado  muchas  veces  por  el 
Consejo  que  no  surtiesen  sus  tiendas,  y 
en  rebeldía  hicieron  los  Alcaldes  ésta  di- 
ligencia por  orden  del  señor  Presidente; 
y  aquella  misma  noche  quemaron  parte 
en  la  calle  Mayor.  Avalúanlo  en  valor  de 
muchos  ducados;  y  dícese  que  será  prin- 
cipio para  grandes  reformaciones  en  tra- 
jes, cuellos  y  vestidos,  por  ser  cosa  su- 
pérflua  lo  que  en  ésto  se  pasa. 

Consumiéronse  los  Alguaciles  de  la 
villa,  que  solian  ser  casi  ciento  y  no  han 
quedado  más  de  los  que  bastan,  para  cada 
oficio  de  Escribano  dos.  Mandóse  que  de 
ninguna  manera  los  porteros  de  vara  de 
Villa,  ni  Corte,  no  prendan,  aunque  sea 
in  fragantif  y  á  los  Alcaides  de  las  dos 
cárceles,  no  admitan  los  presos  que  ellos 
trajeren. 


84         CART48  DB   IKDRÉS  DE  llE!SO0Zi. 

El  conde  de  la  Flor  presentó  á  su  Ma- 
jestad dos  caballos  ricamente  enjaezados. 

De  la  India  oriental  venían  dos  naves 
muy  poderosas:  la  una  tomó  en  Lisboa 
puerto,  y  la  otra,  por  el  temporal,  no 
pudo;  fué  acometida  de  cosarios  dife- 
rentes á  un  tiempo:  dicen  se  defendió  tres 
dias,  y  visto  que  no  podian  tomada,  la 
pegaron  fuego.  Fué  grande  la  pérdida, 
porque  se  aprecia  lo  que  traia  á  más  de 
dos  millones,  y  la  mayor  fué  perecer 
seiscientas  personas  que  venian  en  ella. 
Dicen  pagaron  su  pecado  los  cosarios, 
porque  en  el  Estrecho  topó  con  ellos  Don 
Fadrique  de  Toledo,  y  de  trece  vasos  que 
eran,  echó  á  fondo  nueve,  tomó  dos,  y 
los  otros  dos,  por  huir,  encallaron. 

No  hay  cosa  de  nuevo  más  de  lo  que 
he  dicho  á  vuestra  merced;  avisaré  de  lo 
que  fuere  sucediendo.  Guarde  Dios  á 
vuestra  merced  como  deseo.  De  Madrid  y 
Octubre  14,  de  162 1. 


SEXTA  CARTA 

QUE  ESCRIBIÓ  UN   CABALLERO    DESTA  CORTE 
A   UN   SU   AMIGO. 


EN  la  pasada  mia  prometí  á  vuestra 
merced  avisarle  del  fin  de  D.  Rodrigo 
Calderón,  porque  ya  cuando  le  es- 
cribí se  temia  y  tenía  por  cierta  su  des- 
gracia, que,  cierto,  ha  granjeado  general 
piedad  en  todos ,  porque  con  los  tan  aco- 
sados de  la  fortuna,  es  indigna  la  ven- 
ganza: ¿quién  persiguió  al  perseguido,  y 
quién  tiene  ánimo,  si  se  juzga  con  valor, 
para  maltratar  al  caido  y  desdichado? 
Conñésole  á  vuestra  merced  diversos  efec- 
tos en  su  muerte,  aunque  culpables  de 
muchos  los  inclinados  á  fiereza;  mas  tanto 
vulgo  como  vio  aquel  desdichado  juego 
de  fortuna  ¿cómo  será  poderosa  á  mo- 
derarlo la  razón ,  ni  hallar  puesto  fijo  la 
piedad? 

Ayer,   jueves,  veintiuno  de  Octubre 


86  ^  CARTAS   DE 

Jeste  año  de  seiscientos  veintiuno,  fué  el 
dia  más  famoso  que  ha  mirado  éste  siglo, 
adonde,  con  la  muerte  de  D.  Rodrigo 
Calderón,  degollado  en  la  Plaza  Mayor  de 
Madrid ,  el  desengaño  de  la  poca  consis- 
tencia humana  quedó  tan  claro,  que  pu- 
diera verle  el  más  ciego;  muestra  fué  de 
la  poca  dura  de  las  esperanzas  mejor  fun- 
dadas en  la  tierra,  de  las  medras  más  se- 
guras, y  temor  general  para  los  mayores 
y  más  ocultos  delitos,  pues  desde  puestos 
tan  altos  derriban  las  culpas  propias  para 
topar  el  desengaño  y  el  castigo,  cuando 
el  juicio  humano  le  considera  más  apar- 
tado. ¿Quién  fia  en  prosperidades  de  vien- 
to?: juzgúelo  vuestra  merced  por  éste 
suceso,  y  por  el  curso  apresurado  de  la 
vida  deste  cometa,  que,  desde  el  punto 
indivisible  de  su  principio  humilde,  corrió 
el  cielo  de  la  mayor  privanza  y  de  la  ma- 
yor riqueza,  y  al  fin  vino  á  parar  en  su 
principio,  quebrando  tanta  soberbia  con 
las  mayores  humildades  y  desprecios; 
nótese  despacio  por  éste  discurso  de  sus 
cosas. 

Fué  D.  Rodrigo  Calderón  hijo  de  Fran- 
cisco Calderón,  que,  soldado  en  Flandes, 
le  hubo  en  María  Sandelin,  alemana,  le- 
gitimado después  de  algunos  años  por 
casamiento  de  los  padres;  nació  en  Am- 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  87 

beres,  entre  las  pocas  riquezas  de  un  sol- 
dado, y  entre  los  muchos  infortunios  de 
la  guerra,  y  dióselos  á  temer  su  fortuna 
desde  tan  niño,  que  de  pocos  meses  na- 
cido le  volaron  por  la  muralla  de  la  ciu- 
dad con  ocasión  de  un  saco;  pero  como 
amago  primero  de  su  desdicha,  no  padeció 
más  daño  que  el  temor  del  peligro.  Viudo 
su  padre,  le  trujo  á  Valladolid,  de  donde 
era  natural,  de  honrada  gente  y  heredado 
con  alguna  medianía,  y  viéndole  ya  cre- 
cido y  mal  querido  de  una  madrastra  que 
le  dio  á  pocos  años,  y  que  era  fuerza  bus- 
carle modo  de  vida  para  pasar  la  suya  con 
menos  cuidado,  le  acomodó  primero  por 
paje  del  vicecanciller  de  Aragón,  y  des- 
pués del  marqués  de  Dénia,  D.  Francisco 
Gómez  de  Sandoval  y  Rojas,  hoy  duque 
de  Lerma,  en  quien  cargó  el  peso  del 
gobierno  desta  Monarquía  ,  y  dueño  de  la 
mayor  privanza  del  señor  rey  D.  Felipe  III, 
que  haya  gloria.  Creció  tanto  D.  Rodrigo 
á  la  sombra  de  la  grandeza  de  su  dueño, 
ganándole  la  gracia,  de  manera  que,  am- 
parado de  dos  fortunas,  ocupó  puestos 
grandes:  de  Ayuda  de  cámara  sucedió  á 
D.  Pedro  Franqueza,  conde  de  Villalonga, 
en  la  Secretaría  de  Estado,  manejando  él 
solo  los  papeles  que  antes  ocupaban  mu- 
chos, corriendo  por  su  cuenta  la  expedi- 


5»  CAITAS  DB 

cion  de  los  más  graves  negocios  de  gracias, 
mercedes  y  justicias.  Era  agudo,  bien  en- 
tendido, de  agradable  talle  y  presencia, 
y,  si  bien  soberbio  y  presuntuoso  con  los 
que  le  habian  menester  (que  entonces  eran 
muchos),  puntual,  servicial  y  cuidadoso 
coa  los  que  habia  de  agradar.  Casó  prin- 
cipalmente con  Doña  Inés  de  Vargas,  se-. 
ñora  de  la  Oliva,  de  casa  antigua  y  rica 
de  Extremadura ;  hiciéronle  Caballero  del 
hábito  de  Santiago,  luego  Comendador 
de  Ocaña,  luego  conde  de  la  Oliva  (título 
que  después  pasó  á  su  hijo  D.  Francisco 
Calderón,  primogénito  en  su  casa,  mar- 
qués de  Siete  Iglesias;  últimamente  Capi- 
tán de  la  guarda  Alemana).  El  padre,  vir- 
tuoso varón,  creció  poco,  porque  aun  él 
queria  montar  menos,  que,  como  cuerdo, 
notaba  del  natural  del  hijo  el  fín  que  le 
predijo  tantas  vezes  ( por  eso  tratado  del 
con  tal  aspereza  y  desprecio,  que  lleno  de 
soberbia  le  quiso  negar  por  padre  para 
adjudicarse  á  la  casa  de  un  gran  señor 
destos  reinos,  que  gobernaba  cuando  él 
nació  los  Estados  dePlandes);  con  todo 
le  subió,  ya  viudo  segunda  vez,  á  caba- 
llero de  San  Juan,  y  alcayde  de  Consue- 
gra, después  de  Santiago,  y  Teniente  de 
su  misma  guarda,  y  le  hizo  obtener  la 
Encomienda  mayor  de  Aragón,  en  que 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  89 

quiso  el  padre  poner  límite  á  su  fortuna, 
cuerdo,  cristiano  y  temeroso.  Corrió  la 
fama  de  D.  Rodrigo  la  mayor  parte  de  la 
tierra;  en  toda  ella  se  supo  la  privanza 
que  alcanzó  con  el  Duque»  y  la  gran  mano 
que  tuvo  en  el  gobierno.  Ensoberbecióse 
con  ésto  sobradamente,  tanto,  que  tenía  á 
muchos  lastimados  de  su  trato  y  temerosos 
de  su  proceder;  á  los  mayores  Señores 
estimaba  en  poco,  tratando  á  los  criados 
y  familiares  sobrada  y  soberbiamente.  El 
número  de  sus  delicias ,  regalos  y  rique- 
zas, fué  grandísimo;  la  veneración,  pun- 
tualidad y  respeto  con  que  hacía  servirse 
era  notable,  dificultando  audiencias  y 
debiendo  visitas.  El  poder  y  la  grandeza 
le  trajo,  en  ocasiones,  para  dejarse  cor- 
romper con  cohechos  y  recibos,  tanto, 
que  con  nota  general  se  hizo  riquísimo. 
Grandes  culpas  y  defectos  publicaba  del 
la  mala  opinión  suya,  que  le  obligó  á 
escudarse  con  un  perdón  que  alcanzó  de 
su  Majestad  (después  se  dijo  que  por  malos 
medios),  en  que  le  daba  por  buen  Ministro 
y  le  absolvía  de  todo  lo  pasado.  Con  oca- 
sión del  retiro  del  duque  de  Lerma  á  su 
casa,  se  publicaron  de  nuevo  sus  demasías, 
atreviéndose  la  voz  común  á  adjudicarle 
gravísimos  delitos,  muertes,  falsedades, 
hechicerías  y  cohechos;  fuese  á  Valladolid 


90  CARTAS  DB 

muy   temeroso  de  su  desdicha,  porque 

entre  las  reformaciones  y  residencias  que 
entóneos  habia  de  Ministros,  se  juzgaba 
la  suya  por  malísima:  públicamente  le 
señalaban  todos  por  el  primero  de  los  que 
hablan  de  residenciarse  y  de  prenderse.  Va- 
cilando en  lo  que  baria,  estuvo  en  Valla- 
dolid  algunos  meses  indeterminable,  y 
consultando  sus  intentos  con  una  ejemplar 
Religiosa  que  tenía  en  su  grandioso  mo- 
nasterio de  Portaceli,  y  diciéndola  que 
quería  huir  la  furia  y  rigor  de  un  Rey 
ofendido  y  enojado,  le  respondió  la  santa 
monja,  que  si  quería  salvarse  esperase 
el  ñn  de  sus  sucesos;  razón  que  le  hizo 
esperar  quieto,  si  bien  entonces  no  en- 
tendió por  el  camino  que  lo  decía  la  santa, 
antes,  asegurando  la  libertad  del  cuerpo 
en  lo  que  ella  quizá  ponía  la  salvación 
del  alma,  escondió  muchas  joyas  y  dine- 
ros entre  conocidos  y  amigos,  y,  reco- 
giendo algunos  papeles  importantes,  es- 
peró en  Valladolid  el  fín  de  aquellas 
publicidades,  que  no  se  le  alargó  mucho, 
pues  una  noche  le  prendió  D.  Fernando 
Ramírez  Fariñas,  oidor  del  Consejo  Real; 
con  buena  guarda,  y  á  cargo  de  D.  Fran- 
cisco de  Irazábal,  caballero  de  Santiago, 
le  llevaron  al  castillo  de  Montanches. 
Nombráronse  jueces  para  su  causa  á  Don 


ANDRÉS    DE  HENDOZJl.  9 1 

Francisco  de  Contreras,  hoy  presidente  de 
Castilla,  á  Luis  de  Salcedo  y  D.  Diego 
del  Corral,  oidores  del  Supremo.  Mucha 
hacienda  se  descubrió  en  diversas  partes, 
á  fuerza  de  mandatos  y  censuras;  hízose 
inventario  en  los  bienes  que  tenía  aquí  y 
en  Valladolid,  depositándose  riqueza  in- 
estimable, y  algunas  cosas,  nóminas  y  pa- 
peles, que  atestiguaban  muchas  culpas 
suyas.  Después  de  muchos  dias,  de  Mon- 
tanches  le  renovaron  la  prisión ,  con  la 
misma  guarda,  á  la  fortaleza  de  Santor- 
cáz ,  y  últimamente  le  trajeron  á  su  misma 
casa,á  donde,  en  prisión  apretada,  con 
la  misma  guarda ,  y  á  cargo  de  D.  Manuel 
Francisco  de  la  Hinojosa,  caballero  de 
Santiago,  estuvo  hasta  el  dia  de  su  muer- 
te. Dos  baúles  de  papeles,  que  se  hallaron 
en  poder  de  un  deudo  suyo,  dieron  gran 
luz  de  sus  cosas.  Y  procediendo  en  las  in- 
formaciones y  probanzas,  le  pusieron  á 
cuestión  de  tormento,  el  cual  pasó  vale- 
rosísimamente,  mostrando  el  mismo  valor 
segunda  vez  que  le  reiteraron  la  tortura; 
fué  de  potro  y  de  toca,  sufriendo  muchas 
vueltas  y  muchos  cuartillos  de  agua,  sin 
mostrar  un  punto  de  flaqueza.  Guardá- 
ronse en  su  causa  puntualmente  los  tér- 
minos de  justicia,  de  que  él  mismo  alabó 
á  los  Jueces  en  muchas  ocasiones.  Estaban 


92  CARTiS  DE 

siempre  en  su  mismo  aposento,  pequeño, 
y  tan  oscuro,  que  siempre  tuvo  luz  de 
vela,  dos  guardas  de  posta ,  que  se  remu- 
daban á  tiempos  señalados,  y  un  criado, 
que  sin  salir  de  allí,  le  servia,  y  á  fuera 
repartidas  las  demás  guardas,  hasta  diez 
y  ocho.  Nunca  se  abria  la  puerta,  comia 
ó  cenaba,  sin  la  asistencia  de  la  guarda 
mayor  ó  su  Teniente;  la  comida  era  lo 
que  él  señalaba,  y  en  todo  se  procuró 
siempre  divertirle  y  darle  gusto.  No  le 
habló  nadie  hasta  la  sentencia,  sino  sus 
Procuradores,  Letrados  ó  Confesor,  y  eso 
con  asistencia  de  las  guardas.  Lo  más  del 
tiempo  pasaba  en  la  cama,  con  que  vino 
á  cargarle  gota  en  los  pies,  que  le  nece- 
sitó, cuando  andaba,  á  valerse  de  una  mu- 
letilla. Frontero  del  apartamiento  donde 
estaba  habia  otro,  de  un  oratorio,  en  que 
le  decian  misa,  y  á  donde  él  salia  con 
todas  las  guardas  juntas,  y  otro  á  donde 
los  Jueces  tenian  su  tribunal;  y  todos  estos 
repartimientos  estaban  en  la  sala  que  ser- 
via al  estrado  de  la  Marquesa ;  ¡  tan  capaz 
y  hermosa  eral :  mas,  ^qué  mucho  si  lo  es 
toda  la  casa?  Finalmente,  á  nueve  de 
Julio  se  le  notificaron  dos  sentencias,  la 
una  por  las  culpas  que  se  le  habian  cau- 
sado por  el  proceso  civil,  y  otra  por  la 
causa  criminal;  por  ésta  le  dieron  por 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  93 

libre  en  lo  que  el  señor  Fiscal  le  había 
acusado,  que  habia  sido  culpante  acerca 
de  la  muerte  de  la  Reina,  nuestra  señora, 
Doña  Margarita  de  Austria ,  que  sea  en 
gloria ,  en  lo  que  le  absolvieron  y  dieron 
por  libre  por  no  haberlo  probado  el  señor 
Fiscal;  y  lo  mismo  en  las  muertes  de  Don 
Alonso  de  Carvajal,  el  padre  Cristóbal 
Suarez,  de  la  compañía  de  Jesús,  Pedro 
Caballero  y  Pedro  del  Camino;  pero  por 
la  prisión  y  muerte  de  Agustín  de  Avila, 
Alguacil  que  fué  desta  Corte,  y  todo  lo 
que  en  ella  pasó,  y  haber  cometido  delito 
de  asesino  y  muerte  alevosa,  haciendo 
matar  á  Francisco  de  Xuara  por  mano 
del  sargento  Juan  de  Guzman ,  y  todo  lo 
que  en  ella  pasó,  y  haber  impetrado  de 
su  Majestad,  que  haya  gloria,  cédulas  de 
perdón  y  de  liberación  de  sus  delitos,  con 
malos  medios ;  le  condenaron  á  que  de  la 
prisión  en  que  estaba  le  sacasen  caba- 
llero en  una  muía,  ensillada  y  enfrenada, 
y  con  voz  de  pregonero,  que  publicase  sus 
delitos,  fuese  traido  por  las  calles  acos- 
tumbradas desta  villa,  y  llevado  á  la 
Plaza  Mayor  della,  donde  para  aquel  efecto 
estuviese  hecho  un  cadahalso,  y  que  en  él 
fuese  degollado  por  la  garganta,  hasta 
que  muriese  naturalmente.  Por  la  otra 
sentencia  civil,  que  dicen  tiene  doscientos 


94  CARTAS  DE 

cuarenta  y  cuatro  cargos,  le  condenaron 
en  un  millón  doscientos  cincuenta  mil 
ducados;  y  por  capítulo  final  della,  á  que 
fueron  remitidas  muchas  culpas  de  los 
dichos  cargos,  fué  condenado  en  todos  los 
oficios ,  títulos  y  mercedes  que  tuviese,  y 
en  cualquiera  manera  le  perteneciesen, 
sin  hablar  de  lo  que  fuese  de  sus  hijos. 
De  todo  ésto  llevó  con  gran  valor  aqueste 
golpe,  resignándose  en  las  manos  de  Dios. 
Suplicó  de  la  sentencia  criminal,  y  para 
la  vista  de  la  súplica  se  nombraron  más 
Jueces,  de  los  cuales,  D.  Rodrigo  recusó  á 
algunos,  y  para  ésta  recusación  se  nom- 
braron otros;  declarándole  por  pobre  de 
solemnidad,  y  como  á  tal  le  perdonaron 
la  condenación  de  doce  mil  maravedís, 
en  que  le  condenaron  por  no  haber  pro- 
bado la  recusación  de  los  Jueces.  Volvié- 
ronle, después  de  algunos  dias,  á  notificar 
que  no  habia  lugar  la  súplica;  nueva  re- 
cibida de  su  valor,  como  la  vez  primera. 
Apelaron  sus  letrados  deste  auto,  y  en  re- 
vista mandaron  que  la  sentencia  se  eje- 
cutase sin  embargo.  Desde  la  primera 
notificación  de  la  sentencia  de  muerte,  se 
dio  licencia  para  que  le  viesen  religiosos, 
y  él  se  fué  disponiendo  para  morir  con 
grande  fervor  de  espíritu ;  quitóse  de  la 
comida,  púsose  ^un  cilicio,  no  dormia  en 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  95 

cama,  y  entregóse  de  todo  punto  á  peni- 
tencias y  disciplinas;  pasaba  los  dias  llo- 
rando sus  pecados,  y  las  noches  en  oración 
pidiendo  perdón  dellos.  Tanta  era  la  aspe- 
reza y  rigor  con  que  se  trataba,  que  era 
menester  muchas  veces  que  su  confesor, 
fray  Gabriel  del  Espíritu  Santo,  carmelita 
descalzo,  varón  docto,  ejemplar  y  religio- 
so, que  siempre  le  asistía ,  le  fuese  á  la 
mano  en  tantas  mortificaciones.  Al  grada 
de  arrepentimiento  que  llegó  de  sus  cul- 
pas fué  notable;  famoso  el  ejemplo  que 
dio  de  paciencia  en  tantos  trabajos,  per- 
secuciones, aprietos  y  descomodidades; 
la  resignación  de  su  voluntad  á  Dios,  y  la 
conformidad  que  tuvo  con  la  divina,  ad- 
mira á  quien  la  sabe :  todo  era  ayunos, 
mortificaciones  y  disciplinas,  sin  exceder 
un  punto  ei)  estos  loables  ejercicios,  hasta 
su  fin  último,  con  las  mayores  muestras 
de  dolor,  arrepentimiento  y  contriccion 
que  puede  creerse.  Confesóse  y  recibió 
el  Santísimo  Sacramento  muchas  veces 
en  aquellos  dias,  nunca  sin  lágrimas  y  pre- 
paración de  oración ,  abstinencias  y  azo- 
tes. Notificósele  el  martes  por  la  mañana, 
diez  y  nueve  de  Octubre,  que  hiciese  su 
testamento,  y  testase  de  dos  mil  ducados, 
y  se  dispusiese  para  padecer  de  allí  en  tres 
dias ,  y  dio  mil  abrazos  á  quien  le  dio  ésta 


96  GABTA8   DI 

nueva,  diciéndole  que  se  la  agradecia, 
porque  veía  tan  cerca  el  fin  de  tantos  tra- 
bajos. De  nuevo  volvió  á  impetrar  la  mi- 
sericordia de  Dios  afectuosamente ;  ordenó 
las  cosas  de  su  alma  como  le  pareció  con- 
veniente, y  se  dispuso  como  cristiano  para 
la  última  hora.  Dícese  que  desde  aquel  dia 
no  hizo  si  no  azotarse  sin  querer  más  alivio 
que  llorar  sus  culpas  delante  de  un  Cruci- 
fijo, y  una  imagen  de  la  Santa  madre  Te- 
resa de  Jesús,  que  por  ser  muy  devoto  suyo 
pidió  que  se  la  llevasen.  Siempre  le  asis- 
tieron religiosos  de  todas  órdenes,  que  de 
oirle  y  verle  salian  compungidos  y  edifi- 
cados. Aquel  dia  hizo  una  declaración,  en 
que  libraba  al  sargento  Juan  de  Guzman, 
condenado  con  él  á  muerte  por  la  de  Fran- 
cisco de  Xuara,  en  que  decia  que  él  solo 
habia  tenido  culpa  en  aquel  delito,  por- 
que habia  dado  una  cédula  firmada  de  su 
Majestad  al  Sargento  para  que  lo  hiciese, 
la  cual  él  después  le  habia  vuelto  á  pedir 
y  rompídola,  dándole  la  carta  que  estaba 
presentada  en  el  proceso.  El  miércoles  por 
la  tarde,  por  un  decreto  del  Consejo  de  las 
órdenes,  fué  un  Freyre  y  un  Caballero  de 
Santiago  á  quitarle  el  hábito;  acto  que  sin- 
tió mucho,  aunque  le  llevó  con  gran  valor 
y  paciencia:  decia,  que  deseaba  grande- 
mente llegar  con  él  á  la  hora  de  su  muerte, 


ANDRÉS   DE   MENDOZA..  97 

y  que  en  comparación  de  estos  deseos  no  lo 
habían  sido  los  que  habla  tenido  de  honras, 
privanzas,  riquezas  y  aplausos,  porque  con 
más  .gusto  esperaba  la  muerte  que  con  el 
que  habia  gozado  tantas  felicidades  en  la 
vida.  Pregonóse  que  todos  los  Alguaciles 
de  Corte  estuviesen  á  caballo  en  la  Plaza 
Mayor  á  las  ocho  de  la  mañana  el  jueves, 
y  á  esa  hora  se  halló  la  plaza  despejada,  y 
en  medio  della  un  tablado  alto,  anchuroso 
y  capaz,  y  en  medio  del  una  silla;  cubierto 
todo  de  luto,  que  después  para  la  ejecu- 
ción se  quitó  por  mandato  particular.  La 
gente  que  habia  por  las  calles,  por  donde 
habia  de  ir,  y  en  la  Plaza,  era  innumera- 
ble ;  no  sé  yo  que  pueda  juntarse  en  ésta 
Corte,  para  acto  ninguno,  mayor  número, 
bien  podia  temerse  otra  desgracia  como  la 
de  Granada:  de  sus  casas,  terrados,  bal- 
cones, buhardas  y  tejados,  cosa  fué  de 
admiración  tal  muchedumbre.  A  las  once 
y  media,  de  medio  dia,  esperaban  á  la 
puerta  de  D.  Rodrigo  las  insignias  de  dos 
Cofradías,  y  más  de  setenta  Alguaciles  á 
caballo;  bajó  de  arriba  acompañado  de 
cuatro  frailes  Franciscos,  cuatro  Trinita- 
rios, cuatro  Agustinos,  cuatro  Carmehtas 
calzados  y  cuatro  descalzos,  y  él  con  una 
loba ,  capuz  y  capirote  de  bayeta ,  de  vene- 
rable rostro  y  de  amable  presencia,  el  ca- 


98  CARTAS   DI 

bello  hasta  los  hombros  y  la  barba  hasta 
los  pechos,  porque  en  la  prisión  nunca  se 
cortó  el  pelo.  Para  tomar  la  muía,  que  con 
toca  y  gualdrapa  de  bayeta  le  aguardaba 
en  el  portal,  se  santiguó  dos  veces,  y,  to- 
mando un  Cristo  en  la  mano,  con  gran 
valor  se  compuso  el  capuz,  el  cabello  y 
capirote,  sin  perder  color  ni  mostrar  fla- 
queza, besando  el  Cristo  muchas  veces;  y 
vuelto  á  santiguar  salió  por  la  puerta  de 
su  casa,  rodeado  de  religiosos  á  pié,  y  él 
á  caballo,  entre  dos  alas  que  hacian  los  Al- 
guaciles, y  delante  dos  Cristos  de  las  Co- 
fradías. En  saliendo  á  la  calle  miró  á  todas 
partes,  considerando  la  muchedumbre  de 
gente  que  le  esperaba,  y  poniendo  los  ojos 
en  el  Cielo  estuvo  así  espacio  de  dos  Cre- 
dos, é  inclinándose  después  al  Cristo  y  ado- 
rándole devotamente,  nunca  jamáshasta el 
cadahalso  le  apartó  los  ojos.  Su  confesor 
llegó  á  animarle,  y  él  respondió:  «Padre 
mió,  vamos  en  buen  hora,  que  aquí  no  me 
falta  ánimo,  porque  le  llevo  muy  grande 
á  padecer  esta  muerte,  porque  por  mí  la 
padeció  más  deshonrada  y  abatida  mi  Se- 
ñor Jesucristo;  éa,  vamos  en  nombre  de 
Dios,  pues  su  Majestad  lo  quiere,  que  yo 
voy  muy  contento  á  cumplir  su  voluntad 
y  á  pagar  mis  pecados,^  y  vuelto  al  Cristo 
le  pedia  misericordia.  Este  valor  tuvosiem> 


ANDRÉS  bE   MENDOZA.  99 

pre,  tanto,  que  á  cuantos  le  hablaban  ani- 
maba y  consolaba ;  el  mismo  verdugo  le 
llevaba  la  muía  por  la  rienda,  y  en  empe- 
zando á  andar  se  oyó  éste  pregón :  Esta 
es  la  justicia  que  manda  hacer  el  Rey, 
nuestro  señor ,  á  éste  hombre^  por  haber 
hecho  matar  alevosamente  á  otro,  come- 
tiendo delito  de  asesino, y  haber  sido  cul- 
pado en  la  muerte  de  otro,  y  haber  come- 
tido otras  culpas  que  del  proceso  resultan^ 
por  lo  cual  le  manda  degollar,  para  que 
sea  á  él  castigo  y  á  otros  ejemplo:  quien 
tal  hace  que  tal  pague.  Llegó  al  tablado, 
adonde  le  esperaba  el  Padre  maestro  fray 
Gregorio  de  Pedrosa,  de  la  orden  de  San 
Gerónimo,  predicador  de  su  Majestad,  y 
muy  amigo  de  D.  Rodrigo.  Subieron  todos 
los  frailes  primero,  y  él  entre  algunos  de- 
llos,  apeándose  con  el  mismo  ánimo  y  va- 
lor que  se  habia  puesto  á  caballo,  subió 
sin  turbarse  las  gradas,  recogiendo  el  ca- 
puz airosamente  sobre  el  hombro,  mos- 
trando, aún  en  aquella  miseria,  gravedad 
y  señorío.  Sentóse  un  rato  á  hablar  con  el 
padre  Pedrosa  en  las  mismas  gradas  de  la 
silla,  mientras  los  religiosos  de  rodillas  le 
rezaron  la  recomendación  del  alma.  Vol- 
vióse á  reconciliar,  y  animosamente,  des- 
pedido de  todos,  se  sentó  en  la  silla,  dando 
licencia  al  verdugo  para  que  le  atase  los 


100  CARTAS  DB 

brazos,  pies  y  cuerpo,  y  él  mismo  se  quitó 
las  trenzas  del  cuello,  que  del  todo  le  quitó 
el  verdugo;  y,  llegando  á  pedirle  perdón, 
le  abrazó  y  dio  paz  dos  veces  en  el  rostro, 
diciéndole  que  él  era  su  mayor  amigo,  y 
descubriéndose  bien  la  garganta  para  el 
golpe,  volvió  de  nuevo  á  ofrecerse  á  Dios, 
adorando  el  Cristo  con  dolor  y  arrepenti- 
miento, mientras  que  atándole  el  verdugo 
un  tafetán  en  los  ojos,  y  derribando  la  ca- 
beza sobre  el  espaldar  de  la  silla,  le  dego- 
lló por  la  garganta,  dando  en  un  instante 
el  alma  á  su  Criador,  sin  que  hiciese  el 
cuerpo  movimiento  alguno,  animado  en 
aquel  tránsito  de  las  voces  y  oraciones  de 
los  religiosos,  y  de  los  gritos  y  lágrimas  de 
tanta  muchedumbre.  Apiadados  de  tan  la- 
mentable caso,  de  allí  á  poco  rato  desata- 
ron el  cuerpo,  y  sobre  un  paño  de  bayeta 
y  dos  almohadas  de  luto  le  pusieron  en  el 
mismo  tablado,  descubierta  la  cara  y  cu- 
bierto con  otra  bayeta  lo  restante,  un 
Cristo  sobre  el  pecho,  cuatro  hachas  á  los 
lados  y  guardado  de  muchos  ministros  de 
justicia.  Pregonóse  luego,  que,  pena  de  la 
vida,  nadie  le  quitase,  hasta  tener  orden 
del  señor  Presidente,  y  estuvo  allí  todo  el 
dia,  visitado  de  innumerable  gente,  acom- 
pañado de  sacerdotes  y  religiosos,  que  por 
su  devoción  subian  á  decirle  responsos. 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  101 

Al  anochecer  dieron  licencia  para  enter- 
rarle, y  aunque  se  juntaron  las  religiones 
y  clerecía,  muchas  hachas  y  apercibos 
para  un  grandioso  entierro,  vino  un  man- 
dato que  nadie  le  acompañase ;  y,  sin  dar 
licencia  que  le  bajasen  del  tablado,  le 
amortajaron  en  él  dos  mujeres  que  sirven 
de  amortajar  los  ahorcados.  Allí  entrega- 
ron sus  vestidos  al  verdugo,  y  desnudo  de- 
lante de  tanto  pueblo  ( ¡á  quién  no  enter- 
nece ésta  miseria! )  le  pusieron  encima  de 
una  túnica  un  hábito  de  San  Francisco, 
y  en  el  mismo  ataúd  de  la  parroquia  le  cu- 
brieron con  un  paño  de  bayeta,  y  en  hom- 
bros de  seis  hermanos  de  Antón  Martin, 
con  dos  Cristos  de  las  Cofradías  de  la  Paz 
y  Misericordia ,  que  entierran  los  ahorca- 
dos ,  seis  pobres  con  seis  hachas  y  cuatro 
clérigos  de  la  parroquia,  le  llevaron,  sin 
tocarle  una  campana ,  al  Monasterio  de  los 
Carmelitas  descalzos,  donde  él  mandó  en- 
terrarse, y  en  el  Capítulo  descansa  humil- 
mente.  Hoy  dicen  que  le  han  hecho  un 
grave  oficio ,  y  en  estos  dias  le  han  dicho 
muchas  misas;  tenían  colgada  de  luto  la 
iglesia  aquellos  Padres  con  un  moderado 
túmulo.  Hallaron  al  desnudarle  un  áspero 
cilicio,  el  acto  de  la  contrición  en  el  pecho, 
un  rosario  de  palo  en  la  faltriquera,  y  todo 
el  cuerpo  acardenalado,  llagado  y  denc- 


101  CA.IITÁS  DE 

grido  de  los  muchos  azotes,  y  en  las  rodi- 
llas grandes  llagas  de  rezar  sobre  ellas; 
que  para  que  se  publicase  su  arrepenti- 
miento y  penitencia  debió  de  permitir 
Dios  aquella  afrenta  de  desnudarle  en  pú- 
blico. Ejémplese  en  éste  lastimoso  suceso 
la  fragilidad  humana,  lo  que  hay  que  fiar 
en  las  mayores  felicidades  de  la  vida,  lo 
poco  que  valen  las  riquezas,  pues  cuando 
Dios  dispone  los  sucesos  á  la  mayor  pros- 
peridad derriba  la  menor  desdicha,  y  en  la 
muerte  se  iguala  lo  próspero  y  lo  adverso. 
Todos  los  religiosos  que  le  comunicaron 
aseguran  su  salvación ,  á  lo  que  se  puede 
juzgar  de  su  arrepentimiento  ,  contrición, 
dolor,  trabajos  y  penitencias;  (dichoso  él 
mil  veces,  pues  aunque  perdió  mucho  con 
la  vida,  muchísimo  más  ganó  en  la  muer- 
te! Dios  le  haya  perdonado  por  su  miseri- 
cordia. Amen. 

Dióse  mandamiento  de  ejecución  con- 
tra D.  Rodrigo,  por  doscientos  setenta  y 
dos  cuentos  y  ciento  y  sesenta  y  dos  mil 
y  novecientos  y  sesenta  y  cuatro  marave- 
dís de  las  condenaciones  pecuniarias;  las 
joyas,  alhajas  de  casa,  aplicados  en  ser  á 
su  Majestad,  se  apreciaron  en  ciento  y 
ochenta  y  cuatro  mil  ducados.  Los  oficios, 
títulos  y  mercedes  que  tenia  y  quedaron 
{perdidos  por  la  sentencia,  son: 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  IO3 

Marqués  de  Siete  Iglesias,  Conde  de  la 
Oliva,  comendador  de  Ocaña  en  la  orden 
de  Santiago,  Capitán  de  la  guarda  Ale- 
mana, Continuo  de  la  casa  de  Aragón,  Re- 
gistrador de  la  Ghancillería  de  Valladolid, 
Mayordomo  de  las  obras  de  la  dicha  ciu- 
dad. Archivero  mayor  de  la  dicha  ciudad, 
Alguacil  mayor  de  la  dicha  ciudad  y  de  su 
Chancillería  y  Alcayde  de  la  cárcel  real 
della.  Tenia  dos  Regimientos  en  la  ciudad 
de  ValladoUd  con  voz  y  voto  en  Ayunta- 
miento, y  la  primera  antigüedad;  tenia 
un  balcón  perpetuo  en  las  casas  de  Ayun- 
tamiento de  la  dicha  ciudad;  era  Correo 
mayor  de  la  dicha  ciudad  de  Valladolid; 
tenia  un  maravedí  en  cada  Bula  de  Cruza- 
da que  se  imprimia  en  Valladolid,  que 
montaba  más  de  seis  mil  ducados  de  renta, 
merced  de  su  Majestad.  Tenia  un  aposento 
perpetuo  en  las  casas  de  las  comedias  de 
Valladolid,  otro  en  el  corral  de  la  Cruz  de 
Madrid;  era  Regidor  de  Soria  con  voz  y 
voto  en  Ayuntamiento.  Tenia  dos  Regi- 
mientos en  la  ciudad  de  Plasencia,  con 
voz  y  voto  en  Ayuntamiento;  era  Deposi- 
tario general  en  la  ciudad  de  Plasencia, 
con  voz  y  voto  en  Ayuntamiento ;  era  Es- 
cribano de  Ayuntamiento  de  la  ciudad  de 
Plasencia.  El  Patronazgo  del  monasterio 
de  Portaceli,  de  Valladolid,  y  el  Patro- 


104      CARTAS  DE  ANDRÉS   DE  MENDOZA. 

nazgo  de  la  capilla  Real  del  Monasterio  de 
la  Merced,  de  Madrid.  El  menaje  de  su 
casa  se  tasó  en  cuatrocientos  mil  ducados; 
tenia  la  mitad  del  buzio  que  se  trae  de  la 
India  Oriental,  que  son  treinta  quintales 
de  caracoles,  que  entre  negros  pasa  como 
moneda  de  vellón;  tenia  el  derecho  del 
palo  del  Brasil  que  viene  de  Lisboa,  que 
valdría  doce  mil  ducados  de  renta;  había- 
sele  hecho  merced  que  nadie,  sin  su  licen- 
cia, pudiese  tratar  ni  contratar  en  las  pie- 
dras de  tahona  y  de  barberos,  que  vienen 
de  fuera  para  enviarlas  á  la  India  Orien- 
tal, que  le  valia  muchos  ducados. 

Háse  averiguado  por  cierto  que  cada 
año  entraban  en  su  casa  más  de  doscientos 
mil  ducados  de  renta.  Particularizar  las 
riquezas  suyas  será  imposible  en  mucho 
tiempo. 

Su  padre,  dos  hijos,  y  dos  hijas,  y  su 
mujer,  salieron  de  aquí  dosdias  antes  que 
muriese,  después  de  haber  hecho  grandes 
diligencias  por  su  vida  y  haber  llorado 
muchas  lágrimas;  dicen  que  se  van  á  la 
Oliva.  Dios  los  consuele,  y  guarde  á  vues- 
tra merced  como  deseo.  De  Madrid  y  Oc- 
tubre 22,  de  1621. 


} 


SÉTIMA  CARTA. 

BIEN  SE  PODRA  PONER  POR  SÉTIMA  CARTA  LA 
MUERTE  Y  ELOGIO  DEL  GRAN  CONDE  DE  BENA- 
VENTE,  LA  CUAL  PONDRÉ,  DE  VERBO  AD  VER- 
BUM  ,  COMO  LA  ESCRIBIÓ  UN  VIRTUOSO  DE 
ÉSTA  CORTE,  Y  ÉSTO  HAGO  POR  PROSEGUIR 
CON  MI  OBLIGACIÓN  ,  Y  AVISAR  Á  VUESTRA 
MERCED  DE  LO  Q.UE  HAY  DE  NUEVO 
EN  ÉSTE   LUGAR. 


ESTE  elogio  Ó  epitafio ,  señor  excelen- 
tísimo, bosquejado  entre  el  senti- 
miento de  la  muerte  y  ruido  del  en- 
tierro del  Conde,  mi  señor,  que  está  en  el 
cielo,  remito  á  vuestra  excelencia,  que 
espero  corrija  como  maestro  y  ampare 
como  dueño,  más  por  muestra  de  mi  vo- 
luntad que  alarde  de  sus  virtudes,  pues 
están  en  vuestra  excelencia  tan  hereda- 
das como  su  casa.  Podrá  parecer  á  algún 
crítico  dislatado,  y  demás  de  la  disculpa 
tan  docta  como  curiosamente  dada  del 
Padre   maestro   Hortensio,  afianzada   en 


I06   CARTAS  DE  áNURÉS  DE  MENDOZA. 

la  autoridad  de  San  Gerónimo  á  Paula, 
pienso  que  la  brevedad  de  las  inscripcio- 
nes de  piedras  antiguas,  fué  más  que  in- 
genio de  los  escritores,  falta  de  méritos 
en  los  alabados;  agora  corre  en  contrario 
la  regla,  pues  está  de  mi  parte  la  insufi- 
ciencia y  sobran  méritos  al  Conde,  tales 
que,  no  digo  á  la  lisonja,  no  se  llegará  á  la 
verdad,  de  la  boca  que  jamás  sirvió  sino 
de  puente  á  la  sencillez  del  corazón.  Oir 
un  di  a  antes  de  su  muerte,  que  con  ella 
quedó  confirmado  el  nombre  de  amigo,  dé 
ardimiento  á  desear  el  de  criado;  fío  que 
heredará  vuestra  excelencia,  con  mi  obli- 
gación de  servirle,  la  de  amparar  los  que 
su  padre  quiso  bien,  y  no  frustrará  espe- 
ranza tan  bien  fundada. 

Su  criado,  Andrés  de  A  Imansa 
y  Mendofa. 


DETEN  el  paso  acelerado,  ¡oh  pere- 
grino! y  con  admiración  repara  en 
ésta  urna,  agradece  á  tus  ojos  el  ver 
lo  que  á  tus  oidos  por  fama  habia  llegado, 
y  ellos ,  deudores  al  corazón ,  le  pagarán 
el  debido  sentimiento,  prorumpiendo  el 
dolor  en  lágrimas,  si  el  que  desatado  de 
la  mortalidad  asiste  á  mejor  vida  necesita 
humanas  demostraciones. 

Yace  el  siempre  honrado,  el  honrado 
siempre  D.  Juan  Alfonso  Pimentel  de  Her- 
rera, no  yace  D.  Juan ,  el  vaso  que  le  guar- 
daba sí,  pues  el  espíritu  vestido  de  clari- 
dad, si  el  cadáver  en  sombras  de  muerte, 
vive  en  quietud  dichosa.  Conde  y  Duque 
de  Benavente,  que  aunque  en  él  reinó 
título  de  tanta  grandeza,  el  segundo,  ha- 
biéndole deslustrado  con  infidelidad  el  úl- 
timo Duque,  sin  mirar  la  obligación  de  la 
real  sangre,  aunque  sus  mayores  de  nues- 
tro Conde  no  heredaban  la  suya  no  quisie- 
ron acordar  sus  desaciertos  sin  el  título. 
De  diez  y  seis  años,  habiendo  nacido 
el  de  cincuenta  y  dos,  casó  con  Doña  Ca- 
talina de  Quiñones,  hija  única  y  heredera 
de  la  ilustrísima  casa  de  Luna,  en  quien  al 
primero  tuvo  el  digno  sucesor  que  dejó  á 


I08  CAUTAS  DK 

la  suya,  con  otras  felices  prendas ;  vivió  li- 
gado al  matrimonio  cuatro,  gozando,  en  la 
edad  que  con  más  afecto  se  goza,  su  her- 
mosa juventud;  heredó  en  ella,  y  como  de 
los  bienes  de  naturaleza  y  fortuna  se  debe 
siempre  pensión,  cóbrala  el  necio  ejecu- 
tor, desatando  el  lazo  del  matrimonio: 
voló  el  espíritu  de  la  Condesa  al  descanso 
eterno,  dejando  en  soledad  al  marido,  si 
bien  el  alma  no  desune  la  del  vínculo  del 
amor.  Con  tanta  mocedad,  con  habitua- 
ción de  los  afectos  y  efectos  del  matri- 
monio, dio  el  sol  sobre  su  viudez  cuatro 
vueltas  sobre  sus  epiciclos,  mirándole, 
si  no  el  más  continente,  el  más  escandalo- 
so vicio  que  han  hecho  gala  los  hombres 
de  su  esfera.  Tal  es  la  corrupción  del  siglo, 
semilla  de  juventud  mal  gobernada;  si 
bien  los  fines  desta  parte  de  mocedad  fue- 
ron tales,  que  se  pueden  loar  sus  desacier- 
tos. Y  aunque  el  hecho  en  st  no  bueno, 
califícale  el  suceso,  pues  el  efecto  que  pro- 
dujo está  en  la  perfección  y  la  causó  á  su 
alma,  pues,  conociendo  él  poderse  despe- 
ñar en  estado  de  viudez,  quiso  librarse 
destos  daños,  reiterando  los  lazos  santos 
del  matrimonio;  y  quedando  en  éste  tiem- 
po viuda  de  D.  Pedro  Fajardo,  marqués 
de  los  Vélez,  Doña  Mencía  de  Zúñiga  y 
Requesens,  heredera  y  señora  de  la  casa  y 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  IO9 

valor  y  grandes  servicios  del  Comenda- 
dor mayor  de  Castilla,  jamás  no  alabados^ 
no  premiados  dignamente,  á  quien  habien- 
do propuesto  entre  número  de  grandes 
señores,  que  aspiraban  á  éste  matrimonio, 
al  Conde,  consultó  al  ejemplo  de  la  pru- 
dencia, D.  Felipe  segundo,  el  cual  le  esco- 
gió aunque  más  mozo,  tal  concepto  tenia 
del,  y  quiso  mostrarle  al  mundo  llamán- 
dole á  San  Lorenzo,  haciendo  le  hospeda- 
sen en  su  casa  y  sirviesen  sus  tapicerías  y 
oficios:  cosa  hasta  hoy  con  nadie  reiterada 
en  Castilla.  Elección  de  Rey  tan  cuerdo, 
y  singular  merced  en  el  trato,  hizo  que 
eligiese  al  Conde ,  sin  mirar  que  aunque 
podia  dejar  á  sus  hijos  grandes  señores, 
por  la  estimación  de  las  prendas  del  espo- 
so, quiso  más  que  en  tan  gran  casa  que- 
dasen inferiores. 

Celebró  con  ella  las  segundas  bodas; 
matrona  digna  de  más  dilatadas  alaban- 
zas y  justa  merecedora  de  tal  marido,  á 
quien  ayudaron  á  hacer  bien  casada,  cali- 
dad, hermosura,  edad,  riqueza,  fecundi- 
dad, ingenio  y  virtud.  Dio  el  Conde  hijoá 
su  casa,  señores  al  Villar,  Alcaudete  y 
Viana,  á  los  Velez  y  Oropesa;  Obispos  y 
cabezas  á  ilustres  Iglesias  de  España;  go- 
bierno á  los  polos  de  la  Religión,  masque 
española  universal,  Santo  Domingo  y  San 


lio  CARTAS  DE 

Ignacio;  (aquél,  martillo  de  la  heregía; 
éste,  ayo  á  la  juventud,  mano  ayudadora 
en  las  caidas  de  la  culpa).  Generales  dio 
á  Milán  y  Sicilia,  á  ella  y  á  Ñapóles  Mae- 
ses  de  Campo,  á  Italia  y  Flandes  Capita- 
nes y  soldados;  viendo  en  sus  hijos  la  ben- 
dición felice  que  la  Iglesia  Santa  da  en  las 
bodas,  alcanzando  la  cuarta  generación. 

Llegó  la  jornada  de  Portugal ,  y  quiso 
en  parte  pagar  á  su  Rey  el  concepto  que 
de  su  casa  tuvo  y  las  mercedes  personales, 
sirviendo  á  su  costa,  entre  criados  y  va- 
sallos, con  nueve  mil  hombres,  grandeza 
sin  ejemplar,  y  que  el  hijo,  que  en  ella 
habia  de  suceder,  empezase  á  ejercitar  el 
valor  de  sus  mayores,  haciendo  el  alarde, 
y,  aunque  enfermo,  acaudillase  la  gente;  á 
quien  tenia  ( ¡  oh  caminante ! )  lugar  la  par- 
te de  valor,  de  que  en  la  juventud  habia 
dado  heroicas  señas,  y  téngale  la  mayor, 
haciendo  violencia  al  natural,  venciendo 
á  su  inclinación,  porque  gustaron  los  re- 
yes ejercitase  la  prudencia  en  la  paz,  más 
que  el  heredado  valor  en  las  guerras. 

Cuarenta  años  continuó  su  servicio, 
tan  á  satisfacción  suya  y  de  los  ministros, 
que,  aunque  pudo  aspirar  á  los  ofícios  por 
la  grandeza  de  su  sangre,  más  los  alcanzó 
en  fe  de  su  prudencia;  si  se  hiciera  con 
todos,  fueran  las  materias  políticas  enten- 


▲MDRES   DE   MENDOZA.  III 

didas  más,  más  acertado  el  gobierno. 
Razón  de  Eneas  Silvio,  después  Pío  se- 
gundo, no  por  común  desestimada,  admi- 
rada por  grande,  sí  favorecida  de  la  ley  del 
reino:  Yérranse  las  acciones^  buscando 
oficios  para  los  hombres;  aciértanse,  bus- 
cando hombres  para   los  oficios. 

Suerte  grande  del  Conde,  si  bien  me- 
recida, en  tiempo  no  estéril  de  hombres 
de  partes  juzgarle  digno  de  cualquier  go- 
bierno. En  el  que  tuvo  en  Valencia,  aquel 
reino  experimentó,  entre  la  blandura  de 
su  natural,  lo  severo  en  la  ocasión  de  jus- 
ticia, lo  fácil  en  las  materias  de  gracia. 
Dejóle  con  sentimiento,  pasando  al  de  Ña- 
póles, que  gobernó  ocho  años,  entre  tan- 
tos hijos  y  nietos,  y  con  tal  desinterés,  que, 
acrecentando  á  la  hacienda  Real  ochocien- 
tos mil  ducados  de  renta,  empeñó  su  casa 
en  quinientos  mil,  y  del  taller  donde  se  la- 
bran tan  gruesos  golpes  della,  su  pureza 
de  corazón  ni  aún  con  el  deseo  afectó 
mancha  alguna;  y  con  ser  el  amor  de  los 
hijos  raíz  de  la  codicia,  y  ésta  de  los  ma- 
les y  afecto  siempre  vencedor,  quedó  en 
el  Conde  vencido  de  la  honra,  que  aunque 
el  olor  de  la  buena  fama  pende  del  Tribu- 
nal superior,  la  dice,  no  Italia  sólo,  el 
mundo  á  voces :  y  aunque  en  siglos  pasa- 
dos no  era  alabanza  en  los  hombres  tan 


112  CARTAS   DB 

ilustres,  la  malicia  de  los  tiempos  la  ha 
hecho  primera  en  los  ministros.  ¡Oh  infe- 
lice  siglo,  qué  vicio  á  quien  la  razón  puso 
tan  lejos  de  la  nobleza  se  tiene  por  virtud 
no  haberla  contaminado  1  Tan  ageno  fué 
del  Conde,  que  á  ser  verdad  la  transmi- 
gración de  las  almas  de  Pitágoras,  torpe- 
mente seguida  de  Orígenes,  creyera  ser  la 
suya  de  data  de  quinientos  años  atrás, 
tan  poco  le  alcanzó  el  siglo  depravado. 

No  corra  el  acierto  de  su  gobierno  por 
solo  el  horror  á  la  hacienda  mal  adquirida, 
tenga  parte  la  integridad  y  justicia,  que 
no  templó  en  la  ocasión  ni  la  sangre  ni 
amistad  del  Marqués  de  Santelmo,  ni  in- 
terés de  cincuenta  mil  ducados,  ofrecidos 
para  librar  al  hijo,  aunque  en  tiempo  ha- 
bia  servido,  llegando  á  ser  homicida,  á 
que  no  le  derribase  la  cabeza  de  los  hom- 
bros. ¡Oh  varón  imitador  ó  más  propia- 
mente ejemplar  á  la  severidad  romana, 
pues  parece  que  sus  vaticinios  veían  éste 
caso  para  imitarle  con  Manlio  Capitolino, 
aunque  habia  sido  útil  á  la  República  en 
la  invasión  de  los  galos,  siendo  sedicioso! 
¡Oh  altísima  razón  de  estado,  distinguir 
el  premio  de  la  pena  y  compensarlos,  y 
que  la  cabeza  que  ayer,  sirviendo,  mereció 
corona  cívica  ó  mural,  hoy  esté  á  los  pies 
del  dueño! 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  II3 

Corra  por  cuenta  de  la  prudencia  en 
tal  continuación  de  autos  ejecutada. 

Tenga  parte  la  piedad  de  su  pecho,  tan 
dilatada  que  se  extendió  á  los  enemigos, 
experimentada  de  algunos  á  quien  justa- 
mente castigó,  librando  ellos  en  su  pie- 
dad el  descargo  de  sus  almas;  si  no  ya  la 
que  usó  con  sus  vasallos  el  año  de  seis- 
cientos cuatro,  que  no  habiendo  la  tierra 
retribuido  el  depósito  á  sus  sembradores, 
y  viéndose  perdidos,  acudieron  al  asilo 
de  su  piedad,  y  tomó  doce  mil  ducados  á 
censo,  con  que  socorrió  la  necesidad  pre- 
sente. Su  gran  fé  y  religión  fué  tal ,  que 
mereció  de  condigno  la  gloria  que  posee, 
pues,  en  medio  del  bullicio  del  gobierno  y 
esplendor  de  cortesanos,  estaba  en  sole- 
dad de  afectos,  gastando  largos  ratos  en 
el  heroico  ejercicio  de  la  oración,  maestra 
de  todo  buen  acierto  de  la  grandeza  de 
su  ánimo.  Entre  tantos  sirvan  de  testigos 
el  cardenal  Guevara,  marqués  de  Santa 
Cruz,  Adelantado  de  Castilla,  si  los  Reyes 
que  el  cielo  tiene  no  experimentaran  en 
sus  obras  su  grandeza  tanto  como  su  ver- 
dad, y  ésta  en  grado  tan  superior,  que  era 
en  él  frase  ordinaria:  Mentira  en  boca  de 
noble,  vicio  que  le  constituye  no  tal. 

Removióle  el  Rey  el  gobierno,  no  solo 
con    dolor   de  los   regnícolas,   sino  del 

8 


114  CABTAS   DK 

mundo  á  quien  es  escala  el  puerto.  Vino 
al  Consejo  de  Estado,  á  continuar  el  amor 
que  habla  granjeado  en  Italia  con  tanta 
satisfacción ,  que  dijo  el  gran  Enrique  IV 
de  Francia,  que  concurrian  cuatro  hom- 
bres en  Italia  á  quien  él  envidiaba:  en 
Clemente  VIII,  el  valor;  en  Ferdinando, 
duque  de  Florencia,  la  magnanimidad; 
las  letras  en  el  duque  de  Urbino;  la  pru- 
dencia en  el  conde  de  Benavente.  Retirado 
á  ésta  villa,  á  tomar  de  más  atrás  la  car- 
rera de  la  virtud,  ejercitándose  en  todas 
y  en  las  penitencias,  de  una  en  otra 
Grecia;  acto  prudencial,  encontrado  con 
algunos  necios  fervores  destos  tiempos, 
que  estando  ayer  en  el  abismo  de  sus  vi- 
cios, quieren,  pasando  de  un  extremo  en 
otro,  haber  llegado á  la  perfección.  Diósela 
Dios,  dividiendo  su  santa  compañía,  pues 
en  los  trabajos  toma  fuerza  la  virtud,  y 
el  de  su  falta,  á  no  estar  prevenida  con  la 
gracia,  sintiera  demasiado  su  alma. 

Volvió  á  Madrid  á  servir  la  presidencia 
de  Italia,  si  ya  no  á  ejercer  sus  virtudes 
y  obligar  en  el  ejemplo  á  ejercitarlas, 
donde  en  servicio  de  su  Rey,  en  aplauso 
universal,  en  estimación  de  su  prudencia, 
en  continuación  de  su  bondad,  más  que 
le  emulaban  le  envidiaban  todos:  tanto 
importa  la  buena  vida* 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  II5 

Fué  en  la  muerte  de  aquel  Rey  ter- 
cero, en  la  santidad  primero,  no  el  que 
menos  le  ayudó,  quien  más  le  aconsejó  y 
de  quien  más  fió;  y  si  las  palabras  de 
los  Reyes,  siempre  grandes,  mayores  en 
la  muerte,  débese  estimar  las  que  le  dijo: 
«¡Oh  buen  conde  de  Benaventc,  bien  me 
habéis  querido,  si  yo  hubiera  hecho  lo 
que  me  decíades,  de  buenos  miedos  se 
librara  mi  alma!»  Dejóla  en  sus  brazos, 
recibiendo  el  Conde  el  último  vapor  de 
su  espíritu.  Dióle  su  digno  sucesor  la  ma- 
yordomía  mayor  de  la  Reina ,  que  sirvió 
con  lealtad,  ejemplificó  con  sosiego, 
ilustró  con  explendor;  pues  cuando  faltara 
el  de  su  casa  no  podia  el  de  sus  canas  y 
venerable  aspecto.  Hizo  á  sus  hijos  mer- 
cedes, si  no  las  que  merecían;  y  de  sus 
dichas  no  es  la  menor,  que  entre  quince 
no  bastardease  en  ninguno  su  virtud,  sino 
que  tan  hijos  fueron  della  como  de  la 
sangre ,  cuyos  aciertos  ayudaron  á  su  for- 
tuna en  gran  parte.  Y  habiendo  en  sesenta 
y  nueve  años  llegado  á  tal  colmo  de  feli- 
cidades, una  calentura  lenta  purificó  lo 
terreno,  volando  el  espíritu  con  el  nombre 
de  Jesús  al  lugar  para  donde  le  habían 
criado,  y  en  la  agonía  de  la  muerte,  en  que 
todos  fluctúan  como  en  mar  impetuoso, 
navegó  quietamente,  guiado  del  viento  de 


Il6       CÍRTA.S   DE  ANDRÉS   DB   MENDOZA. 

las  oraciones  de  siete  hijos,  tomando 
puerto  en  ella,  siendo  solo  el  que  tocó  sin 
horror  la  vecindad  de  la  sepultura. 

Q.uedó  el  cadáver  en  la  tierra,  mos- 
trando el  rostro  la  gloria  del  alma.  El 
concurso  universal  le  venció;  cuál  por 
sangre,  cuál  por  amistad,  cuál  por  be- 
neficio, cuál  por  respeto;  y  por  la  vir- 
tud todos.  Diéronsele  las  últimas  honras 
en  modo  no  imitable,  sin  que  faltasen  á 
ellas  ni  aun  los  Reyes.  El  gran  sentimiento 
templa  en  parte  el  sucesor  que  deja,  me- 
recedor de  su  casa,  y  por  la  disposición 
de  su  ánimo  heredero  á  sus  virtudes,  y,  en 
el  concepto,  de  todos  sus  cargos,  cuyo 
piadoso  pecho  levantó  éste  trofeo;  primer 
cuidado  de  tal  hijo  a  tan  grande  padre. 

Esta  piedra  dura  y  fría 
el  cadáver  noble  abscondc, 
del  sólo  en  España  Conde, 
y  que  á  Italia  presidia. 

Fué  ejemplo  de  cortesía, 
de  verdad,  lealtad,  prudencia, 
murió  en  quietud  de  conciencia; 
que  en  las  muertes  dcsic  modo, 
acredita  Dios  el  todo 
del  ser  de  su  providencia. 


OCTAVA  CARTA 


NUEVAS     GENERALES     DESDE     VEINTIDÓS      DE 

OCTUBRE    DE    SEISCIENTOS  VEINTIUNO,  HASTA 

DIEZ   Y  OCHO  DE   MARZO  DE    SEISCIENTOS 

VEINTIDÓS. 


PERDONE  vuestra  merced  el  no  haberle 
dado  cueata  de  lo  sucedido,  después 
que  lo  hice  en  mi  última  de  veintidós 
de  OctuJDre,  porque  ha  dado  cuidado  á 
tantos  nuestra  correspondencia,  que  han 
procurado  estorbarla,  por  paracerles  que 
es  caso  de  Corte  cualquiera  de  estos  avi- 
sos, y  vuestra  merced  tiene  la  culpa,  que 
guarda  tan  mal  mis  cartas  que  se  las  im- 
primen; si  bien  ésto  merecía  estimación, 
pues,  sin  decir  mal  de  nadie,  se  alivian  los 
ausentes  de  la  Corte  hallando  juntos  los 
sucesos. 

Es  glorioso  éste  siglo  para  España; 
viva  mil  años  nuestro  gran  monarca  Fi- 
iipo  IV,  pues,  con  su  católico  y  acertado 
gobierno,   luce  grandiosamente   su  pru- 


Il8  C1IITA8  DB 

dencia,  en  el  provecho  común  y  bien  uni- 
versal de  sus  vasallos.  El  valor  y  la  virtud 
crecen  premiados;  los  vicios  enflaquecen 
con  el  castigo;  gobierna  la  justicia  y  la 
prudencia,  y  el  favor  se  ha  desterrado,  de 
manera  que  ya  es  ciego  y  manco  para 
todo,  gracias  á  las  dos  columnas  desta 
Monarquía,  que  se  desvelan  en  su  aumen- 
to, y  en  la  elección  de  Ministros  acertados 
con  que  nada  puede  errarse.  Hánse  lle- 
nado las  plazas  de  los  Consejos  de  sujetos 
capaces,  con  que  crece  el  acierto  de  go- 
bierno y  elecciones. 

Su  Majestad,  antes  de  entrar  éste  año, 
fué  al  Pardo  dos  veces,  y  al  Escurial,  y 
quiso  hacer  la  vuelta  á  la  posta,  con  mu- 
chas galas;  ocasiones  en  que  lució  bas- 
tantemente la  liberalidad  y  gallardía  del 
conde  de  Villamediana,  Correo  mayor. 
Al  conde  de  Monterey  mandó  su  Majes- 
tad cubrir  por  Grande  de  España,  y  partió 
para  Roma  á  dar  la  obediencia  al  pontífice 
Gregorio  XV,  de  parte  de  su  Majestad 
católica.  Hizo  ésta  jornada  con  gasto  y 
acompañamiento  magnífico,  grandes  galas 
y  libreas,  mucho  número  de  criados, 
lucida  familia  y  muchos  caballeros  que  le 
asistiesen  hasta  la  vuelta.  De  aquí  sahó 
acompañado  de  la  mayor  parte  de  la  no- 
bleza de  la  Corte,  y,  pasando  por  el  terrero 


ANDRÉS  DE  UENDOZi.  II9 

de  Palacio,  salieron  á  verle  sus  Majestades 
y  Altezas. 

A  D.  Fernando  Alvarez  de  Toledo, 
duque  de  Huesear,  primogénito  del  duque 
de  Alba,  mandaron  cubrir  por  Condesta- 
ble de  Navarra,  que  besó  á  su  Majestad  la 
mano,  acompañado  de  muchos  señores. 

Murió  el  conde  de  Benavente,  lunes, 
á  ocho  de  Noviembre  del  año  pasado; 
Príncipe  dignísimo,  por  su  valor,  gobier- 
no, servicios,  virtud,  bondad,  grandeza 
y  cumplida  generación,  pues  dejó  vivos 
catorce  hijos,  catorce  nietos  y  tres  biz- 
nietos. Pomposa  y  honoríficamente  ador- 
naron su  cuerpo;  el  concurso  de  pueblo 
que  acudió  á  verle  fué  notable,  muchos 
los  sufragios  que  se  hicieron  por  su  alma, 
acudiendo  todas  las  Religiones  á  decirle 
responsos;  hasta  que  con  acompañamiento 
grandísimo  le  llevaron  á  Benavente,  y  le 
pusieron  en  Santo  Domingo  de  aquella 
villa,  donde  descansa  entre  los  señores  de 
su  casa.  Al  conde  de  Luna,  su  heredero, 
le  dieron  su  oficio  de  Mayordomo  mayor 
de  la  Reina,  nuestra  Señora,  y  al  Sr.  Don 
Baltasar  de  Zúñiga,  la  presidencia  del 
Consejo  de  Italia,  para  que  de  todas  ma- 
neras le  sucediesen  al  Conde  personas 
dignísimas. 

A  veintiuno  de  aquel    mes   cumplió 


laO  CARTAS  DI 

años  la  Reina,  nuestra  Señora;  dia  cele- 
brado con  muchas  galas  y  regocijos. 

Las  honras  del  marqués  de  Sieteiglc- 
sias,  D.  Rodrigo  Calderón,  se  hicieron  en 
el  Monesterio  del  Carmen  descalzo,  ha- 
llándose en  ellas  el  capitán  Francisco 
Calderón,  su  padre,  acompañado  de  al- 
gunos Grandes  y  Titulados,  y  otros  ca- 
balleros; celebróse  el  oficio  con  gran 
pompa  funeral,  estando  sobre  la  tumba  el 
paño  con  el  hábito  de  Santiago.  El  dia  de 
Santa  Catalina,  yendo  los  estudiantes,  en 
Salamanca,  en  el  acompañamiento  que 
aquel  dia  se  hace  al  Rector,  se  atravesó 
un  Alguacil  de  la  ciudad  con  un  estudian- 
te, y  se  encendió  tanto  el  fuego,  que  se 
pusieron  en  armas  la  ciudad  y  Universi- 
dad, y  llegaron  á  las  manos  por  dos  ve- 
ces; y  fuera  grandísimo  el  daño  si  la  gran 
prudencia  del  Obispo,  Maestrescuela, 
Rector  y  caballeros  no  lo  apaciguara.  A 
la  averiguación  deste  negocio  ha  ido  el 
alcalde  D.  Luis  de  Paredes ,  donde  está  al 
presente. 

Al  Sr.  D.  Baltasar  de  Züñiga  le  nació 
un  hijo  varón;  bautizóse  en  el  real  mo- 
nasterio de  la  Encarnación;  fueron  sus 
padrinos  el  Rey,  nuestro  Señor,  y  la  Se- 
ñora condesa  de  Olivares:  grandioso  dia 
en  Madrid  de  acompañamiento,  galas  y 


ANDRÉS  DE   ME.NDOZA.  121 

bizarrías.  Por  haberse  retirado  á  su  casa 
D.  Bernabé  de  Vivanco,  le  sucedió  en  su 
oficio  Antonio  de  Losa,  hombre  de  cono- 
cidas partes  y  calidades,  y  muy  digno 
Ministro  de  su  Majestad,  y  que  dio  otro 
famoso  dia  á  Madrid  con  el  bautismo  de 
otro  hijo,  de  quien  fueron  padrinos  los 
señores  condes  de  Olivares,  con  grandiosa 
acompañamiento  de  Grandes,  Títulos  y 
Señores. 

Entró  por  Menina  de  la  Reina ,  nues- 
tra Señora,  una  hija  del  conde  de  Oli- 
vares. 

Sus  Majestades  fueron  servidos  que  los 
criados  y  criadas  franceses,  que  vinieron 
con  la  Reina ,  nuestra  Señora ,  se  volvie- 
sen á  Francia,  haciendo  á  todos  muchas 
mercedes  y  favores ;  quedaron  en  España 
Madama  Cápela,  que  cuando  la  jornada 
de  Portugal  casó  con  un  caballero  portu- 
gués, y  otras  dos  hijas  del  ama  de  la 
Reina,  nuestra  Señora,  que  casaron  en 
ésta  Corte  con  personas  principales. 

Suspendióse  de  oficio  á  diez  y  seis  al- 
guaciles de  Corte,  y  á  algunos  Escribanos 
reales,  pero  después  se  dio  licencia  á  los 
más  dellos,  y  se  entiende  se  dará  á  todos. 

Háse  impreso  un  libro  de  las  virtudes 
de  D.  Juan  García  Alvarez  de  Toledo, 
quinto  conde  de  Oropesa ,  y  es  cosa  ma- 


\t%  CARTAS   DS 

ravillosa  su  ejemplar  y  santa  vida.  Famosa 
fué  la  victoria  que  tuvieron  D.  Pedro  de 
Leiva  y  D.  Diego  Pimentel,  Generales  de 
las  galeras  de  Ñapóles  y  Sicilia,  pues  co- 
gieron al  Turco  muchos  vasos  y  presa,  que 
se  apreció  en  grandes  sumas.  Hánse  su- 
bido los  juros  de  catorce  á  veinte,  por 
premática  particular,  así  los  antiguos 
como  los  que  de  nuevo  se  fundaren.  A 
catorce  de  Enero  deste  año,  remitió  su 
Majestad  al  señor  Presidente  de  Castilla 
un  decreto  ñrmado  de  su  Real  mano,  su 
fecha  en  el  Pardo,  por  el  cual  manda  que 
todos  sus  Ministros  y  criados,  desde  el 
más  superior  hasta  el  más  inferior,  que 
hubieren  servido  á  su  Real  hacienda  y 
Corona,  en  cualquier  ocupación  y  oficio 
de  justicia  y  gobierno,  desde  el  año  de 
noventa  y  dos,  y  le  sirvieren  adelante, 
•den  inventario  de  la  hacienda  con  que 
entraron  y  entraren  á  servirle ,  y  lo  que 
han  granjeado,  cómo  y  por  dónde ,  y  ésto 
con  grandes  penas  á  los  que  encubrieren 
ó  no  registraren  dentro  de  diez  dias.  Y 
después,  por  otro  decreto,  su  fecha  en  el 
Pardo  á  veintitrés  de  Enero,  da  su  Majes- 
tad la  forma,  al  señor  Presidente,  que  se 
ha  de  tener  en  el  dicho  registro  é  inven- 
tario, y  de  los  bienes  que  se  han  de  de- 
clarar, que  son  los  lugares,  señoríos,  ju- 


ANDRBS   DE   MENDOZA.  1 23 

risdicciones ,  bienes  raíces ,  casas ,  hereda*- 
mientos,  términos  redondos,  que  tuvieren 
los  dicijos  Ministros  y  criados,  con  men- 
ción particular  de  lo  que  cada  uno  renta, 
y  si  son  heredados ,  comprados  ó  de  mer- 
ced; Ítem  todo  el  menaje  de  casa,  como 
es  vajillas  de  plata  labrada,  blanca  ó  do- 
rada, coches,  caballos,  literas,  y  todo 
con  particular  especificación;  y  que  todo 
se  cumpla  dentro  de  quince  dias,que  se 
cuenten  desde  el  dia  de  la  publicación 
deste  segundo  decreto,  sin  otra  dilación  y 
recurso:  y  por  tercero  decreto  declara  su 
Majestad  que  su  real  voluntad  es  que  se 
comprendan  en  ésto  los  Regidores,  Jura- 
dos, Veinticuatros  y  Aposentadores.  Son 
Jueces  desto  el  obispo  de  Cuenca  (que  ya 
está  en  la  Corte),  los  señores  D.  Juan  de 
Chaves  y  D.  Alonso  de  Cabrera,  Oidores 
del  Supremo  y  de  la  Cámara,  y  fiscal 
Antonio  González  de  Legarda,  y  secre- 
tario Lázaro  de  Rios.  Por  decreto  de  su 
Majestad  se  manda  que  todas  las  consul- 
tas que  se  han  hecho,  así  á  su  Majestad 
como  á  su  padre ,  que  está  en  el  cielo,  de 
cualquier  Consejo  ó  Tribunal,  las  resti- 
tuya, así  los  vivos  como  los  hijos  de  los 
difuntos;  y  éstas  consultas,  juntamente 
con  las  que  de  nuevo  se  hicieren,  se 
guarden  en  el  Consejo  Real  en  un  archivo 


124  CARTAS  DB 

aparte,  y  que  éste  archivo  esté  á  cargo  de 
una  persona  de  confianza,  á  satisfacción 
del  señor  Presidente,  y  éste  no  las  entre- 
gue, sino  con  intervención  de  su  señoría 
ilustrísima.  Al  Padre  maestro  fray  Iñigo 
de  Bri^uela,  de  la  orden  de  Santo  Do- 
mingo, y  confesor  que  fué  del  archiduque 
Alberto,  han  dado  el  obispado  de  Segovia, 
y  hecho  Presidente  de  un  Consejo  Su- 
premo que  se  ha  de  hacer  para  lo  tocante 
á  los  Estados  de  Flandes.  Al  confesor  de 
la  Cristianísima  reina  de  Francia,  el  Padre 
maestro  Rivas,  de  la  orden  de  San  Fran- 
cisco, dieron  el  obispado  de  Ciudarrodri- 
go;  el  obispado  de  Zamora  al  de  Tuy,  que 
fué  Prior  del  Escorial;  y  el  obispado  de 
Tuy  al  doctor  Herrera,  catedrático  de 
Salamanca;  el  de  las  Canarias  á  fray  Juan 
de  Guzman,  fraile  francisco.  Murió  el 
obispo  de  Plasencia,  D.  Enrique  Enriquez, 
gran  Prelado;  dieron  su  obispado  á  Don 
Sancho  de  Avila;  el  de  Sigüenza  al  Almi- 
rante de  Aragón;  el  de  Cuenca  dicen  que 
al  Patriarca  de  las  Indias.  El  marqués  de 
Malpica,  Ayo  y  Mayordomo  mayor  del 
Cardenal  Infante;  el  duque  de  Scgorbe 
virey  de  Valencia ;  el  de  Alcañices  llave 
capona  y  Montero  mayor  de  su  Majestad. 
Del  Consejo  de  Guerra  los  siguientes: 
D.  Iñigo  de  Borja,  D.  Pedro  Pacheco,  Don 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  I 25 

Juan  Iv<riardo,  D.  Carlos  Coloma.  El  prín- 
cipe Feliberto,  Generalísimo  de  la  mar; 
es  virey  de  Sicilia,  donde  tiene  la  Real. 
D.  Juan  Fajardo  vá  por  Capitán  general 
de  una  escuadra  de  veinte  galeones  al 
Estrecho  de  Gibraltar.  El  duque  de  Ma- 
queda,  gobernador  de  Oran,  ha  pedido  li- 
cencia para  venir  á  ésta  Corte,  y  en  su 
lugar  vá  por  ínterin  el  Maese  de  campo 
D.  Juan  Manrique  de  Cárdenas,  su  her- 
mano. Capitulóse  el  marqués  de  Zara  con 
hija  del  duque  de  Segorbe;  capitulóse  el 
conde  de  Niebla  con  su  tia,  hermana  de 
su  padre.  Concedióse  al  reino  de  Galicia 
que  nombre  Procuradores  en  las  Cortes, 
y  en  éstas  nombraron  al  Sr.  D.  Baltasar 
de  Zúñiga  y  al  conde  de  Monterey;  y  por 
la  merced  dicha  sirve  el  reino  á  su  Ma- 
jestad con  cien  mil  ducados,  para  ayuda 
á  hacer  los  navios  que  se  han  de  poner  en 
la  Coruña,  y  que  cada  casa  solariaga 
sustentará  un  soldado  en  los  dichos  na- 
vios. Vino  á  ésta  Corte  un  padre  capu- 
chino, italiano,  que  se  llama  fray  Jacinto 
de  Casal  de  Monferrato,  gran  predicador, 
enviado  por  Embajador  á  su  Majestad  de 
Su  Santidad,  y  no  se  sabe  á  qué  negocio; 
hácele  el  gasto  el  Ilustrísimo  Monseñor 
Nuncio.  Al  presente  predica  en  castellano, 
y  dos  sermoneshahechoenitaliano,  eluno 


t.ad  CARTAS   DI 

en  el  Hospital  de  los  italianos,  y  el  otro  al 
consejo  de  Italia  en  San  Nicolás.  La  no- 
che de  Carnestollendas  llegó  á  ésta  Corte 
Monseñor  Aquaviva,  Extraordinario  de 
Su  Santidad,  á  dar  el  pésame  y  pláceme 
á  su  Majestad.  El  duque  de  Uceda  se  está 
en  Arévalo,  y  tiénela  por  cárcel;  al  de 
Sáldaña,  su  hermano,  le  nació  un  hijo 
deste  segundo  matrimonio,  en  la  villa  de 
Arganda,  donde  reside.  Llegó  el  príncipe 
de  Esquilache  á  esta  Corte,  y  ha  dado  su 
inventario  como  Virey  que  ha  sido  del 
Pirú ;  besó  la  mano  á  su  Majestad  el  obispo 
de  Cuenca,  por  Inquisidor  general.  Al 
marqués  de  Montesclaros ,  del  Consejo  de 
Estado  y  Guerra,  y  seis  mil  ducados  de 
renta  por  dos  vidas;  la  encomienda  del 
conde  de  Nieva,  al  almirante  de  Castilla; 
la  del  príncipe  de  Marruecos,  al  duque  de 
Sesa ;  á  D.  Pedro  de  Toledo,  Capitán  ge- 
neral de  la  caballería  de  España;  al  padre 
Rojas,  de  la  orden  de  la  Santísima  Tri- 
nidad, Provincial  desta  provincia,  han 
hecho  confesor  de  la  Reina,  nuestra  Se- 
ñora. 

Tratan  los  descalzos  de  San  Francisco 
de  hacer  Vicario  general  y  eximirse  de  la 
obediencia  de  los  Calzados ;  han  ganado 
Breve  de  su  Santidad,  y  viene  nombrado 
por  primer  Vicario  general,  hasta  la  elec- 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  12J 

cion  primera,  el  padre  fray  Juan  de  Santa 
María,  confesor  de  la  serenísima  infanta 
María.  También  han  sacado  Vicario  ge- 
neral los  descalzos  Mercenarios  y  Agus- 
tinos. Entró  en  la  Corte  D.  José  de  Meló, 
arzobispo  de  Evora,  en  Portugal,  con 
gran  casa,  muchos  criados  y  ostentación. 
Hicieron  virey  de  la  India  al  conde  de  la 
Vidigueira,  gran  soldado;  hízole  su  Ma- 
jestad muchas  mercedes,  y  partió  de  aquí 
á  los  últimos  de  Enero,  á  disponer  su 
jornada.  Ha  mandado  su  Majestad  que  en 
todos  sus  Consejos  haya  una  ventana  se- 
creta, donde  vaya  de  su  cámara  á  ver  lo 
que  se  trata  en  los  Consejos,  y  en  la  forma 
que  se  despachan  los  negocios.  A  D.  Mi- 
guel de  Cárdenas,  Alcalde  que  era  de  los 
Bosques,  le  han  hecho  Alcalde  de  Corte, 
con  ejercicio  y  con  la  antigüedad  que  se 
tenía;  á  D.  Juan  de  Castilla,  caballero  de 
Burgos,  han  hecho  Corregidor  de  Madrid; 
ejerce  su  oficio  con  mucha  cristiandad  y 
rectitud.  A  diez  de  Marzo  murió  el  duque 
de  Veraguas;  estos  dias  ha  estado  indis- 
puesto el  Sr.  D.  Fernando  Carrillo,  Pre- 
sidente de  Indias,  mas  ya  está  mejor. 
Viernes,  diez  y  ocho  de  Marzo,  casó  el 
duque  de  Terranova  con  Doña  Ana  de 
Mendoza  y  de  la  Cerda,  dama  de  la  Reina, 
nuestra  Señora,  en  la  Capilla  real;  fueron 


128  CARTiS  DK 

padrinos  los  señores  infantes  D.  Carlos  y 
Doña  María.  Salgamos  con  ésto  de  la  Cor- 
te, donde  no  hay  otro  suceso  considerable, 
y  vamos  á  que  sepa  vuestra  merced  lo  que 
nos  avisan  de  más  lejos. 

Murió  en  Roma  el  doctísimo  cardenal 
Roberto  Belarmino,  cargado  de  años  y 
merecimientos;  hízose  solemne  entierro, 
con  asistencia  del  Sumo  Pontífice,  que 
tomó  su  breviario  por  reliquia,  y  entre 
los  Cardenales  se  repartieron  otros  bienes 
suyos;  hizo  heredera,  de  los  pocos  que 
dejó,  á  la  Compañía,  cuyo  religioso  fué 
más  de  sesenta  y  ocho  años:  gran  varón, 
y  que  su  memoria  vivirá  eternos  siglos. 
Dícese  que  ha  partido  de  Roma,  para  Es- 
paña, á  cumplimientos  con  su  Majestad 
católica,  de  parte  de  Su  Santidad,  Monse- 
ñor Aquaviva,  napolitano,  y  arzobispo  de 
Tebas. 

A  diez  de  Noviembre  del  año  pasado, 
llegaron  á  Roma  tres  Embajadores,  que 
los  Cantones  de  csguízaros  católicos  en- 
viaron á  dar  la  obediencia  á  Su  Santidad; 
entraron  con  grande  acompañamiento,  y 
ú  catorce  hicieron  en  público  una  solemne 
entrada,  y  á  diez  y  ocho,  con  lucidísimo 
cortejo,  fueron  al  palacio  de  San  Pedro, 
donde  en  público  consistorio,  en  presen- 
cia del  Sacro  Colegio,  en  la  sala  que  lU- 


INDRÉS  DE  MENDOZA.  1 29 

man    Ducal,    prestaron  la   obediencia  á 
Su  Santidad  en  nombre  de  su  República. 

Habiendo  Su  Santidad  resuelto  de  re- 
formar el  Cónclave  y  modo  de  elegir  Pon- 
tífice, á  trece  de  Noviembre  hizo  con- 
gregación con  diez  y  ocho  Cardenales, 
que,  en  nombre  de  todo  el  Sacro  Colegio, 
confirmaron  la  Bula  hecha  á  este  fin;  la 
cual,  Su  Santidad  publicó  á  quince  del 
mismo  mes  en  Consistorio,  para  que  de 
aquí  adelante  se  observe  inviolablemente 
en  la  elección  de  futuro  Papa. 

Sábese  por  carta  de  Milán,  su  fecha 
trece  de  Diciembre,  que  el  duque  de  Feria 
fué  en  persona  á  la  Baltelina  á  los  herejes 
Grisones,  que  á  la  salida  abrasaron  la 
mayor  parte  del  lugar  de  Bormio,  que  su 
excelencia  se  apoderó  de  la  ciudad  de 
Chiabena,  obligando  á  la  mayor  parte  de 
los  enemigos  retirarse  al  lugar  de  Pachia- 
no,  que  al  fin  se  rindió  á  españoles;  que, 
ocupado,  le  saquearon  con  todo  el  valle 
de  Brigalla,  que  tenian  Grisones,  de  ma- 
nera que  no  queda  por  dellos  nada  desta 
parte  de  los  montes;  que  también  los 
asaltaba  el  serenísimo  Leopoldo,  por  la 
Añadina,  que  entró  á  ocupar  cierto  feudo 
con  seiscientos  soldados,  que  han  hecho 
grandes  daños  en  los  Grisones,  con  muerte 
de  muchos  y  de  algunas  de  sus  mujeres, 

9 


130  Cartas  de 

que  murieron  defendiendo  sus  casas,  hijos 
y  haciendas  con  valor  increible,  y,  acosa- 
dos de  todas  partes,  han  enviado  Emba- 
jadores á  pedir  suspensión  de  armas  y  á 
ofrecer  partidos  de  paz. 

El  corsario  inglés,  llamado  Sansón, 
tomó  cinco  naves  flamencas  que  iban  de 
Genova  á  Levante  por  trigo,  y  ha  hecho 
otros  muchos  daños,  y  que  sallan  en  su 
busca  las  galeras  de  Ñapóles  y  Cicilia. 
Esto  me  escriben  de  Genova,  en  cuyo  mar 
acometieron  veintidós  bajeles  de  corsarios 
moros  un  bajel  inglés  que  venia  con 
mercadurías  á  Italia;  y,  defendiéndose 
valerosamente,  le  ayudaron  las  galeras 
francesas  que  llegaron  acaso,  y  después 
de  haber  peleado  mucho,  cogieron  doce 
bajeles  de  los  veintidós,  y  libraron  al  in- 
glés y  huyeron  los  demás.  Avisan  de 
Francia  que  se  defiende  valerosamente 
Montalban,  del  Rey  Cristianísimo,  cuya 
gente  habia  ocupado  dos  baluartes  y  un 
rebellín  de  aquella  fortaleza,  adonde  se 
hablan  puesto  ochenta  cañones  de  arti- 
llería, que  por  mandado  del  Rey  baten  la 
ciudad,  con  daño  grande,  porque  esti 
resuelta  aquella  Majestad  de  arruinar  la 
ciudad  por  la  mucha  obstinación  de  aque- 
llos herejes  hugonotes,  que  se  defienden 
fuertemente,  no  con  poco  daño  de  los 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  I3I 

católicos  del  Rey,  cuyos  soldados  cogieron 
ocho  mil  doblas  de  á  cuatro  que  los  here- 
jes de  Francia  enviaban  á  los  de  la  Ro- 
chela. También  avisan  que  en  el  campo 
Real,  sobre  Montalban,  habia  el  Rey 
mandado  ahorcar  á  un  artillero,  porque 
disparaba  la  artillería  sin  balas  contra  la 
ciudad ;  y  que  los  católicos  franceses  que 
habian  ido  contra  la  Rochela,  hablan 
ocupado  la  isla  de  Rens,  importante  lugar 
para  facilitar  aquella  empresa.  En  Mo- 
ravia  han  ocupado  los  húngaros  rebeldes 
la  gran  ciudad  de  Ugripont,  á  costa  de 
mil  dellos  y  de  pocos  de  los  imperiales 
que  estaban  de  presidio.  Del  príncipe 
Transilvano  se  dice,  que,  con  diez  mil 
caballos  y  catorce  mil  infantes,  trata  de 
volver  sobre  la  ciudad  de  Possonia,  en 
Hungría,  donde  la  caballería  del  conde  de 
Arach  ha  muerto  muchos  turcos  de  la 
otra  parte  del  rio  Leida,  con  presa  de 
muchos  caballos  y  libertad  de  doscientos 
cincuenta  cautivos;  de  Amberes  avisan, 
que  pasando  el  tercio  de  napolitanos  al 
sitio  de  la  ciudad  de  Juliers,  encontró  con 
gente  del  conde  Mauricio,  y  en  una  reñida 
escaramuza  que  se  trabó  entre  unos  y 
otros,  con  poco  daño  de  los  nuestros,  per- 
dió el  enemigo  muchos  soldados,  y  que 
estaba  temeroso  de  perder  la  dicha  ciu- 


132  CARTAS   DE 

dad ,  porque  apretaba  mucho  el  cerco  el 
conde  Enrico  de  Bergu,  con  gente  que  le 
envió  el  marqués  Espinóla;  y  que  por  eso 
el  enemigo  había  enviado  socorro  de  mil 
carros  con  seis  mosqueteros  cada  uno. 
De  Micina  avisan  haber  llegado  allí  algu- 
nos caramuzales  y  bajeles,  cargados  de 
ricas  mercaderías,  que  al  Turco  cogieron 
en  Levante  las  galeras  de  la  católica  ar- 
mada, la  cual  se  halla  ahora  en  el  canal 
de  Constantinopla ,  con  ánimo  de  hacer 
presa  en  ciertas  naves  que  se  esperaban, 
cargadas  de  trigo,  para  provisión  de  aque- 
lla ciudad,  que  padece  notable  falta  dello. 
En  Ñapóles  se  embarca  mucha  infantería 
en  aquellos  galeones ;  nó  se  sabe  para  qué 
efecto. 

Sábese  que  en  el  Mar  Negro  andan 
corseando  contra  el  Turco  setenta  barcas 
armadas,  de  cosacos  gente  del  rey  de  Po- 
lonia ,  y  que  prendieron  sesenta  caramu- 
zales, llenos  de  bastimentos,  que  llevaban 
á  Constantinopla;  saquearon  la  gran  ciu- 
dad de  Cafa,  corte  del  Tártaro,  y  otros 
muchos  lugares  del  Turco  en  aquel  mar, 
poniéndolos  todos  á  fuego  y  sangre;  des- 
pués, en  el  Danubio,  hicieron  un  botin  de 
quince  mil  vacas  y  treinta  mil  carneros, 
y  con  esto  se  volvieron  al  campo  de  su 
Rey  Polaco,  que  estaba  con  grueso  e)ér- 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  1 33 

cito  en  tierra  de  Moldavia,  quemando  las 
puentes  de  madera  que  los  turcos  tenian 
hechas  en  el  Danubio  para  pasar  su  ejér- 
cito en  Moldavia  contra  el  Polaco.  El  rey 
de  Polonia  trae  consigo  al  príncipe  La- 
dislao, su  hijo,  doce  mil  Barones,  señores 
y  caballeros  polacos,  cien  mil  hombres  de 
á  caballo,  veinticuatro  mil  infantes  mos- 
queteros, alemanes,  diez  y  ocho  mil  cosa- 
cos arcabuceros  á  caballo,  y  veinte  mil 
que  andan  en  las  barcas;  el  Rey  anda  en 
persona  en  el  ejército,  haciendo  lo  que 
debe  un  valeroso  soldado.  Envió  treinta 
mil  cosacos,  por  tierra,  á  buscar  al  ene- 
migo; corrieron  hasta  Andrinópoli,  que 
está  una  jornada  de  Constantinopla,  y 
volvieron  con  gran  presa,  asolando  cuanto 
hallaban.  En  el  camino  se  encontraron  con 
catorce  mil  genízaros  que  iban  de  presidio 
á  las  fortalezas  de  Moldavia,  por  donde, 
como  digimos,  haze  la  entrada  el  rey  de 
Polonia,  y,  degollándolos  casi  á  todos,  les 
tomaron  ciento  ochenta  piezas  gruesas  de 
artillería,  que  llevaban  para  surtir  las 
fortalezas,  y  muchos  mantenimientos  y 
municiones  que  venian  para  el  ejército 
del  Turco,  que  iba  marchando;  y,  después 
de  haber  puesto  esta  presa  en  seguro, 
volvieron  sobre  muchos  turcos  que  venian 
tras  los  genízaros,  á  la  deshilada,  é  hicie- 


I3#  CARTAS  DI 

ron  en  ellos  grande  estrago,  sin  hallar 
resistencia  hasta  la  vista  del  ejército  tur- 
quesco. Q.uemaron  una  ciudad  á  seis  le- 
guas de  Constantinopla,  y,  desde  un  rio, 
los  de  las  barcas  hacen  mucho  daño  sin 
poderlo  recebir,  é  impiden  los  bastimen- 
tos á  Constantinopla,  por  lo  cual  pasa 
mucha  necesidad.  Trata  de  paces  el  Turco, 
que  se  halla  en  persona  en  Andrinópoli, 
por  medio  del  Emperador,  y  el  Polaco  y 
los  de  su  ejército  han  jurado  de  no  volver 
á  sus  tierras  sin  destruir  á  aquel  enemigo 
común,  con  el  favor  de  Dios;  y  es  sin 
duda,  que  si  caminan  tan  prósperamente 
como  hasta  aquí,  que  tomarán  á  Constan- 
tinopla. Dios  lo  ordene  como  más  há  me- 
nester la  cristiandad ,  y  guarde  á  vuestra 
merced  muchos  años. 

PROVISIONES   TOCANTES  X   INDIAS. 

Presidencia  de  la  casa  de  la  Contrata- 
ción, á  D.  Fernando  de  Villaseñor,  del 
Consejo  de  Indias.  El  Licenciado  Marcos 
de  Torres,  del  Consejo  de  Indias,  en  lugar 
de  D.  Antonio  de  Vergara,  que  murió. 
Plaza  de  General  de  la  flota  de  Nueva  Es- 
paña, á  D.  Carlos  de  Ibarra.  La  de  Almi- 
rante, á  Garci  Alvarez  de  Figueroa.  La  de 
Almirante  de  Tierra-firme,  á   D.  Pedro 


ANDRÉS  DB  MENDOZA.  135 

Pasquier.  La  de  General  de  la  dicha  flo- 
ta, á (i). 

Al  secretario  Juan  Ruiz  de  Contreras, 
se  hizo  merced  de  dos  mil  ducados  de 
renta  por  dos  vidas,  en  indios  vacos  de  la 
provincia  de  Guatemala,  y  señaladamente 
en  un  pueblo,  cuya  renta  estaba  destinada 
para  la  fábrica  del  puerto  de  Santo  Tomás 
de  Castilla,  de  aquella  provincia,  que  co- 
mienzan á  contarse  desde  su  hijo,  Don 
Fernando,  con  que  goce  el  dicho  su  padre 
de  la  renta  todos  los  dias  de  su  vida;  y  al 
dicho  D.  Fernando  se  dio  título  de  secre- 
tario del  Consejo  de  Indias,  y  que  lo  use 
desde  luego  en  impedimento,  enfermedad 
ó  ausencia  de  su  padre,  y  después  de  sus 
dias  la  futura  sucesión.  Y,  atento  á  que  se 
casó  el  dicho  D.  Fernando  con  una  hija 
de  una  Ama  de  la  Reina,  le  dieron  mil  qui- 
nientos ducados  de  renta,  de  dote,  en  la 
renta  de  su  Cámara  por  la  vida  de  la  dicha 
su  mujer,  y  veinte  mil  ducados  en  joyas 
y  ajuar. 

Dióse  al  Licenciado  Morquecho,  Oidor 
de  Lima ,  la  antigüedad  que  tenia  en  la 
Audiencia  de  Méjico,  y  para  ello  se  man- 
dó librar  sobrecédula,  y  se  le  mandaron 
pagar  en  la  casa  Real  de  la  dicha  Audien- 


(T)    En  bl«nco  en  el  original. 


136  CARTAS  DE 

cia  de  Lima,  cincuenta  y  siete  dias  que 
se  detuvo  en  el  camino  más  de  los  seis 
meses  de  término  que  le  fueron  señalados. 
Visitador  general  de  la  Audiencia  de 
Lima,  D.  Juan  Gutiérrez  Flores,  Inquisi- 
dor de  la  Inquisición  de  Méjico.  Visitador 
de  la  Audiencia  de  los  Charcas,  el  Doctor 
Galdós,  de  Valencia.  Visitador  general  de 
la  Audiencia  de  Q.uito,  el  Licenciado  Juan 
Muñozca ,  y  por  Inquisidor  de  la  Inquisi- 
ción de  Lima.  Visitador  de  la  Audiencia 
del  Reino,  Oidor  de  Chile.  Juan  de  Mun- 
guía,  Tesorero  de  la  Casa  Real  de  Gua- 
dalajara.  Juan  de  Ortíz  de  Eguiluz,  Con- 
tador de  Yucatán.  D.  Luis  de  Nevares, 
Tesorero  de  Trujillo.  Licenciado  Juan 
Ortíz  de  Cervantes,  Fiscal  del  Nuevo 
Reino.  D.  Fernando  de  Saavedra,  Oidor 
de  la  misma  Audiencia.  Gobierno  de  Santa 
Cruz  de  la  Sierra,  en  Gonzalo  de  Solís 
Olguin;  y  Aguarsongo  y  Pacamoros,cn 
el  capitán  D.  Pedro  del  Castillo.  El  de 
Cuenca  á  D.  Juan  de  Medrano.  El  de  Ma- 
requeta  en  D.  Juan  de  Morales.  La  Alcaldía 
de  minas  de  Potosí  en  Antonio  Romero  de 
Lugones.  La  Tesorería  del  Cuzco,  á  Diego 
López  de  Herrera.  Oidor  de  Lima,  Doctor 
Galdós  de  Valencia. 

Canongía  de  Lima,  D.  Pedro  Mauricio 
de  Mendoza.  Ración  de  Lima ,  á  D.  Luis 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  1 37 

de  Aliri.  Canongía  de  Trujillo,  al  Maestro 
Martin  Velasco.  Dos  Canongías  de  Gua- 
manga,  Doctor  Juan  Nuñez  Mexía,  y  Don 
Sancho  de  Paz.  Maestrescolia  de  Arequipa, 
el  Doctor  Antonio  deMoniel.  La  Tesorería 
desta  Iglesia  al  Doctor  D.  Juan  Bautista 
de  Aguilar.  Una  Canongía  della,  el  Doctor 
Marcelo  de  Aramburu.  Canongía  de  Pa- 
namá, el  Doctor  Hernando  de  Herrera. 
Dos  Canongías  de  Santiago  de  Chile,  Her- 
nando de  Salvatierra  y  Francisco  Foron- 
da. Arcedianato  del  Rio  de  la  Plata,  en 
Francisco  Caballero.  Canongía  desta  igle- 
sia, en  Pedro  Isbran.  Castellano  de  Por- 
tovelo,  D.  Gonzalo  de  Medinasison.  Dean 
de  la  iglesia  de  Durango,  el  Bachiller  Juan 
Martínez.  El  Bachiller  Juan  de  Frías,  Ar- 
cediano. Mateo  de  Soto,  Chantre.  Doctor 
Francisco  de  Espinosa,  Canónigo.  Bachi- 
ller Francisco  de  Porres,  Canónigo.  Li- 
cenciado Juan  Delgado,  Canónigo  de  Gua- 
jaca.  Francisco  Serrano,  Racionero  de 
Santo  Domingo.  El  Corregimiento  de  las 
minas  de  Potosí  se  dio  á  D,  Felipe  Man- 
rique. El  gobierno  de  Antiochía  á  Garci 
Tello  de  Sandoval  y  Hábito  de  Calatrava. 
La  plaza  de  Cabo  de  Honduras ,  al  alférez 
Juan  de  Noguerol. 


CARTA  NONA. 


EL  no  haber  escrito  á  vuestra  merced 
desde  diez  y  ocho  de  Marzo  las  nue- 
vas, así  destos  reinos  como  de  los 
extranjeros,  según  se  platican  en  esta 
Corte,  en  la  cual,  como  plaza  del  mundo, 
cuanto  en  él  pasa  se  sabe,  ha  sido  causa 
mi  poca  salud  y  ausencia,  y  el  poco  recato 
que  vuestra  merced  tiene  en  guardar  mis 
cartas,  pues  no  solo  las  da  á que  las  lean, 
sino  á  que  las  trasladen  é  impriman  algu- 
nos curiosos  para  presentar  y  vender,  y 
las  traigan  á  la  Corte,  de  que  resulta  mo- 
lestia á  quien  las  vende,  y  enemistad  á 
quien  las  escribe;  y  por  evitarlo  determiné 
no  escribir  más  esta  materia,  pero  asegu- 
rado, como  vuestra  merced  rae  asegura, 
guardar  secreto,  diré  así: 

Esta  Monarquía  de  las  Españas,  que 
Dios  prospere  como  á  firme  columna  de 
la  cristiandad,  espera  el  más  feliz  tiempo 


'  140  CiBTAS  DI 

que  jamás  ha  gozado  desde  que  se  des- 
membró del  romano  Imperio;  porque  el 
Rey,  nuestro  Señor,  á  quien  Dios  guarde, 
es  un  segundo  Trajano  ó  Teodósio,  y  así 
como  estos  valerosos  Emperadores  (espa- 
ñoles ambos),  fué  el  uno  lustre  y  amparo 
del  Imperio  romano,  y  el  otro  del  griego, 
el  Rey,  nuestro  Señor,  lo  es  del  español; 
y,  para  que  tenga  con  brevedad  efecto,  ha 
formado  una  junta  de  las  personas  más 
doctas  y  eminentes  destos  reinos,  en  que 
entran  los  Presidentes,  y  algunos  Conse- 
jeros de  todos  los  Consejos,  los  Diputados 
del  reino,  y  otras  personas  muy  califica- 
das, que  vean  cómo  se  podrá  la  República 
descargar  de  tributos,  excusar  gastos  su- 
perfinos, poblar  los  pueblos,  y  otras  cosas 
de  importancia  tocantes  al  gobierno  polí- 
tico. Asiste  á  ello,  con  gran  cuidado, 
D.  Francisco  de  Contreras,  Presidente  del 
Real  Consejo,  que  con  justo  título  pueden 
llamar  padre  de  la  patria.  Su  gran  cris- 
tiandad, letras  y  partes  son  notorias;  el 
cuidado  y  diligencia  con  que  sirve  su 
plaza,  es  de  los  primeros  que  vá  al  Con- 
sejo; da  en  su  casa  audiencia  á  todas  horas, 
sin  excepción  de  personas;  sus  porteros 
andan  preguntando  por  la  casa  si  hay 
quien  quiera  hablarle;  ampara  á  los  po- 
bres, viudas  y  huérfanos;  acude  con  pun- 


ÁNDDES  DE   MENDOZA.  I41 

tualidad  á  las  juntas,  asistiendo  á  algunas 
hasta  las  diez  de  la  noche ,  que  para  su 
edad  es  mucho. 

Estos  dias  ha  ido  su  Majestad  á  caza  á 
los  montes  de  Toledo,  y  antes  de  irse 
proveyó  algunos  oficios  en  personas  be- 
neméritas, como  son  D.  Enrique  de  Guz- 
man,  marqués  de  Povara,  Capitán  de  la 
guarda  española,  por  Virey  de  Valencia, 
con  cédula  particular  de  retención  de  su 
plaza;  perpetuóle  el  oficio  de  Correo  ma- 
yor de  Jerez  de  los  Caballeros,  y  á  su  hijo 
primogénito  hizo  merced  de  la  futura 
sucesión  de  la  Clavería  de  Alcántara.  A 
D.  Duarte,  marqués  de  Flechilla,  se  dio 
llave  sin  asistencia  de  servir,  pero  para 
poder  entrar  á  hablar  á  su  Majestad  en 
cualquier  tiempo;  dicen  le  dieron  cinco 
mil  ducados  de  renta  en  Portugal;  ha  sido 
merced  bien  merecida,  porque  dejando 
aparte  sus  merecimientos,  es  en  efecto 
biznieto  del  rey  D.  Manuel  de  Portugal, 
y  pariente  en  cuarto  grado  del  Rey,  nues- 
tro Señor.  Dio  plazas  de  Mayordomos,  su 
Majestad,  á  D.  Lorenzo  de  Cárdenas,  conde 
déla  Puebla  del  Maestre;  á  D.  Rodrigo 
Enriquez,  tio  del  Almirante;  á  D.  Juan 
de  Fonseca,  marqués  de  Orellana;  al 
conde  de  Barajas  y  al  marqués  de  las 
Navas,  que  lo  hablan  sido  de  su  padre;  y 


IÍ|A  GABTAS  DE 

por  Virey  de  Ñapóles  fué  el  duque  de  Alba, 
el  cual  salió  desta  Corte  con  lucidísimo 
acompañamiento  y  riquísima  recámara. 
El  conde  de  Salinas,  hijo  del  marqués  de 
Alenquer,  Gobernador  que  fué  de  Portu- 
gal, fué  á  Zaragoza  á  casarse  con  la  du- 
quesa de  Híjar;  casamiento  grandioso, 
así  por  la  calidad  de  la  novia  como  por 
su  gran  estado.  Entró  también  en  esta 
Corte  el  conde  de  Monterey,  viniendo  de 
Roma  de  su  embajada,  que  concluyó  fe- 
lizmente, al  cual,  al  entrar  en  Madrid, 
acompañó  toda  la  nobleza  de  la  Corte; 
entró  muy  galán,  y  tanto  que  su  vestido, 
de  bordado  de  oro ,  apenas  se  conocia  co- 
lor: metió  muchos  criados  con  costosas  y 
lucidas  libreas.  Nombró  su  Majestad  por 
Virey  de  Cataluña  al  duque  de  Pastrana; 
el  ir  á  Cataluña  no  se  sabe  si  será  tan 
presto,  por  estar  aquí  diversos  Embaja- 
dores y  otras  personas  por  aquel  Princi- 
pado y  Condado  de  Barcelona,  preten- 
diendo que  su  Majestad  no  hade  nombrar 
Virey  sin  haber  primero  jurado  en  Cortes 
de  aquel  Estado,  como  dicen  han  hecho 
los  Reyes,  sus  antecesores,  y  por  ser  con- 
forme á  sus  fueros:  han  hablado  sobre 
esto  diversas  veces  á  su  Majestad,  y  su 
Majestad  ha  escrito  al  Principado.  Vino 
los  dias  pasados ,  sobre  ello,  el  Conseller 


ÁNDBES   DE   MENDOZA.  1 43 

mayor,  el  cual  entró  en  esta  Corte  con 
lucidísimo  acompañamiento,  con  grande 
casa  y  ostentación ;  al  cual  sobrevino  una 
enfermedad ,  de  que  murió,  con  gran  sen- 
timiento de  aquella  Corona ,  por  sus  mu- 
chas partes.  En  su  lugar  vinieron  dos: 
han  dado  á  su  Majestad  sobre  ello  diversos^ 
memoriales,  y  respondido  á  ellos  el  Fiscal 
de  Aragón;  no  se  sabe  la  resolución  que 
se  tomará.  Al  hijo  primogénito  del  dicho 
Duque,  concertado  de  casar  con  hija  de 
D.  Baltasar  de  Zúñiga,  que  Dios  tenga  en 
su  gloria,  le  dieron  una  Encomienda  de 
cuatro  mil  ducados  de  renta.  Entró  por 
Dama  de  la  Reina  la  hija  del  marqués  Es- 
pinóla ,  que  está  en  Flandes ,  la  cual  lle- 
varon á  Palacio  las  condesas  de  Olivares 
y  de  Monterey,  acompañadas  de  toda  la 
nobleza  de  la  Corte.  Desposóse  en  Pala- 
cio el  marqués  de  Javalquinto  con  Doña 
Isabel  de  la  Cueva,  Dama  de  la  Reina, 
hija  de  Doña  María  de  Benavides,  Dueña 
de  honor;  fueron  padrinos  los  Reyes,  y 
comieron  aquel  dia  en  público,  y  la  des- 
posada con  ellos;  el  novio  comió  con  el 
conde  de  Benavente:  fué  banquete  Real. 
A  la  tarde  fueron  doscientos  caballeros 
por  la  duquesa  de  Cea ,  que  habia  de  sa- 
car la  novia  con  la  duquesa  de  Medina  de 
Rioseco,  su  hermana;  acompañó  el  Rey 


144  CASTAS   DI 

á  la  novia  hasta  los  corredores  de  Pala- 
cio, y  de  allí  salieron  con  grande  acom- 
pañamiento, grande  bizarría  y  gala,  por 
la  calle  Mayor,  hasta  fin  del  lugar;  fueron 
aquella  noche  á  una  legua  de  Madrid  á 
consumar  el  matrimonio:  al  dicho  Mar- 
qués le  dieron  tres  mil  ducados  de  renta 
por  dos  vidas.  A  veinticuatro  de  Setiem- 
bre, fué  su  Majestad,  á  caballo,  á  nues- 
tra Señora  de  Atocha,  á  darle  las  gracias 
de  la  rota  del  conde  Mansfelt;  fué  muy 
á  lo  soldado,  con  un  penacho  en  el  som- 
brero y  una  cadena  de  oro  atravesada, 
con  acompañamiento  Real.  La  rota  deste 
Conde  no  se  pone  aquí,  por  andar  im- 
presa. 

Ha  salido  orden  que  ningún  extran- 
jero venga  á  vivir  con  su  casa  á  estos  rei- 
nos sin  licencia  de  su  Majestad,  y  los 
que  están  en  ellos  no  salgan  sin  la  misma 
licencia;  y  premática,  en  que  se  manda, 
debajo  de  grandes  penas,  no  se  pongan 
juros  en  personas  supuestas,  para  excusar 
fraudes.  Asimismo  ha  dado  su  Majestad 
licencia  á  todos  sus  vasallos  destos  rei- 
nos de  España,  puedan  armar  navios  para 
andar  en  corso  contra  enemigos,  como 
son  turcos,  moros,  rocheleses,  holande- 
ses y  celandeses,  sacando  primero  licen- 
cia (que  se  les  dará  luego),  dando  fianzas 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  I45 

de  no  robar  á  naturales  y  amigos,  sino 
darles  favor  y  ayuda,  y  pagarán  los  dere- 
chos de  su  Majestad,  con  que  los  navios 
sean  de  trescientas  toneladas;  y  manda 
su  Majestad ,  en  todos  sus  reinos  los  aco- 
jan y  den   armas,  municiones,  y  otras 
cosas  necesarias  para  la  navegación  ,  por 
su  justo   valor.    Asimismo,  se   entiende 
que  de  la  Junta   han   resultado  muchas 
cosas  importantes  al  bien  y  aumento  de 
la  República,  como  es  se  quiten  los  millo- 
nes desde  el  año  de  veinticuatro,  y  que 
en  su  lugar  sustente  el  reino  treinta  mil 
soldados  de  infantería  con  seis  ducados 
al  mes  á  cada  uno;  y  que   para  la  paga 
desta  gente  se  puedan  valer  los  pueblos 
de  sus  baldíos,  y  de  los  de  su  Majestad 
(do  los  hubiere),  sembr¿índolos  ó  arren- 
dándolos, y  de  otro  cualquier  género  de 
arbitrios  justificados  y  en  provecho  de  los 
pueblos.  Que  se  quiten  los  coches  que  no 
fueren  de  cuatro  caballos,  excepto  los  de 
los  Consejeros  que  los  puedan  traer  con 
dos,  en  ésta  Corte.  Quq  se  establezcan  en 
estos  reinos  Erarios,  con  que  se  remedia- 
rán las  necesidades,  apoca  costa,  y  se 
evitarán   muchos   pecados  y   ofensas  de 
Dios,  que  cometerf-l-^í^reros  y  mohatreros 
con  sus  tratos  ilícitos,  siendo  sanguisue- 
las de  la  República.  Se  quitan  guarnicio- 

10 


146  GASTAS  DE 

nes  de  oro  y  plata ,  y  telas  de  plata  y  oro, 
en  cualquier  género  de  vestidos,  capas 
de  seda,  sedas  sobre  sedas  y  exceso  de 
guarniciones,  puntas  en  mantos,  ni  en 
otros  adornos,  bordados  y  dorados,  si  no 
fuere  cosas  de  iglesia  ó  milicia ;  se  quite 
el  azul,  y  reformen  los  cuellos  ó  traigan 
valonas,  por  ser  grande  el  gasto  que  desto 
se  sigue,  y  mucho  el  oro  y  plata  que  sale 
cada  año  destos  reinos  por  trueco  de  los 
lienzos  y  azul.  Que  no  salgan  jueces  de 
comisión  de  la  Corte,  ni  Chancillerías, 
si  no  fueren  pesquisidores  por  causas  cri- 
minales, y  éstos  con  mucha  moderación, 
como  la  ley  manda,  y  se  cometan  las 
causas,  aunque  sean  privilegiadas,  á  las 
justicias  ordinarias.  Y  porque  hay  muchos 
Ministros  de  justicia,  como  escribanos  y 
otros,  se  consuman  algunos  destos  ofi- 
cios; se  moderen  los  dot^s,  y  ponga  límite 
en  tener  criados;  que  se  vayan  los  Seño- 
res de  la  Corte  a  sus  tierras,  que  no  tuvie- 
ren justas  y  precisas  obligaciones  para 
estar  en  ella.  Se  favorezcan  mucho  los 
casamientos,  y  á  los  que  hasta  edad  de 
diez  y  ocho  años  se  casaren,  se  les  con- 
ceden muchos  privilegios,  especialmente 
á  los  que  se  casaren  de  diez  y  ocho  años 
se  les  entregue  sus  haciendas,  como  si 
fueran  mayores  de  edad ;  y  los  que  tuvie- 


ANDRBS   DE  MENDOZA.  147 

ren  veinticinco  años,  y  fueren  solteros, 
paguen  los  repaptimientos  y  tributos  como 
los  vecinos  casados,  aunque  estén  en  la 
patria  potestad.  A  los  plateros  ponen  tasa 
en  las  hechuras.  Consúmense  los  cien  Re- 
ceptores de  Corte,  y  que  no  se  examinen 
Escribanos  reales  en  veinte  años.  Esto  se 
platica  en  ésta  Corte,  y  escribe  de  otras 
partes ,  hasta  que  se  publique  no  se  sabe 
cosa  cierta;  y  aunque  su  Majestad,  con 
justa  causa,  podía  mandar  publicar  éstas 
Premáticas,  ha  mandado  (como  en  efecto 
se  ha  hecho)  enviar  un  traslado  á  muchos 
Señores,  y  á  cada  ciudad  y  cabeza  de 
partido,  para  que  allí  se  vea ,  por  el  regi- 
miento y  personas  inteligentes  de  ciencia 
y  conciencia,  si  es  necesario  reformar 
alguna  cosa;  con  que  vendrá  á  salir  la 
resolución  que  se  tomare  muy  justificada, 
y  se  entiende  se  guardará  como  ley  in- 
violable. 

Hizo  su  Majestad  del  Consejo  de  Esta- 
do, al  conde  de  Olivares,  con  antigüedad; 
é  hizo  también  deste  Consejo  al  marqués 
de  la  Hinojosa  y  á  D.  Fernando  Girón, 
que  ambos  lo  eran  del  de  Guerra;  hicie- 
ron al  marqués  de  Castelrodrigo,  hijo  de 
D.  Cristóbal  de  Mora,  Veedor  de  la  ha- 
cienda en  el  Consejo  de  Portugal;  dióse 
el  marquesado  de  Velmar  á  D.  Juan  de  la 


t^fi  CARTAS  DB 

Cueva,  hermano  del  cardenal  de  Velmar. 
Hizo  su  Majestad  Gentil-hombres  de  la 
boca,  á  D.  Alvaro  de  Guzman,  D.  Sancho 
de  Fonseca,  D.  Garlos  de  ¡barra,  D.  Gon- 
zalo de  Monroy,  D.  Juan  Enriquez,  Don 
Felipe  Camaño,  D.  García  de  Castro, 
D.  Diego  de  Cárcamo  y  á  D.  Diego  Co- 
loma. A  D.  Gerónimo  Pimentel,  General 
de  la  caballería  de  Milán,  dieron  título  y 
doce  mil  ducados  de  ayuda  de  costa.  A 
quince  de  Octubre  hizo  años  el  infante 
D.  Carlos;  fué  dia  muy  solemne  en  Pa- 
lacio, y  por  la  mañana  hubo  Junta,  en 
que  se  halló  el  Rey,  y  por  la  tarde  fueron 
á  San  Gerónimo,  y  desde  allí  fueron  con 
el  Condestable  de  Castilla  á  su  quinta, 
donde  les  dio  una  famosa  merienda.  Por 
Mayordomo  y  Ayo  del  señor  infante  Don 
Carlos  salió  el  conde  de  Alcaudete,  con 
retención  de  su  oficio.  Desposóse  el  conde 
de  Benavente  con  Doña  Leonor  Pimentel, 
dama  de  la  Reina;  fueron  padrinos  el  in- 
fante D.  Carlos  y  la  infanta  María;  vino 
su  Majestad  de  San  Lorenzo  el  Real  ha 
hallarse  en  la  boda;  llevaron  á  la  novia, 
desde  Palacio  á  su  casa,  la  condesa  de 
Olivares;  dicen  lleva  de  dote  once  mil 
ducados  de  renta,  con  la  legítima  de  su 
madre  y  mercedes.  D.  Fernando  Ramírez 
Fariñas,  Oidor  del  real  Consejo,  va  por 


i 


AÑORES  DE  MENDOZA.  1 49 

Asistente  de  Sevilla,  con  título  de  Señoría. 
Famosa  fué  la  victoria  de  D.  Juan  de 
Cárdenas,  que  gobierna  á  Oran,  hermano 
del  duque  de  Maqueda,  con  los  turcos  y 
moros  africanos  que  cercaron  aquella 
plaza,  el  cual,  no  solo  la  defendió  valero- 
samente con  pocos  soldados,  siendo  los 
moros  más  de  treinta  mil,  pero  en  las 
salidas  que  hizo  mató  infinidad  dellos,  y 
les  obligó  á  alzar  el  cerco,  sin  perder  de 
su  parte  un  soldado.  También  fué  mucho, 
la  armada  del  Estrecho  de  Gibraltar,  con 
diez  y  seis  navios  y  cuatro  pataches,  de- 
fender el  paso  á  ochenta  navios  holande- 
ses, y  hacerlos  retirar  con  gran  pérdida: 
destas  cosas  andan  relaciones  impresas,  y 
así  no  se  especifican.  Grande  ha  sido  la 
peste  en  toda  África  y  Grecia ,  especial- 
mente en  Constantinopla ,  donde  fué 
muerto  violentamente  Osman,  Gran  Tur- 
co; para  contar  la  muerte  desgraciada 
deste  gran  Príncipe,  que  se  intitulaba 
Rey  de  Reyes,  es  necesario  hacer  discurso 
de  algunos  años  antes;  por  mi  poca  salud 
y  lugar,  lo  dejaré  para  otra  carta,  do  es- 
cribiré también  muchas  provisiones,  en 
particular  de  las  Indias,  y  cosas  de  fuera 
del  reino.  Y  es  cierto  éste  año  han  muerto 
grandes  hombres,  como  fué,  en  Malta, 
Alosio  de  Wiñacurt,    caballero  francés, 


t^  CARTAS  DB 

gran  Maestre  de  la  Religión  de  San  Juan, 
que  tuvo  veintidós  años  aquel  Maestrazgo; 
fué  en  su  lugar  electo  fray  Luis  Méndez 
de  Vasconcelos,  caballero  del  Priorato  de 
Portugal ,  valiente  soldado,  que  ha  tenido 
grandes  cargos  en  la  religión ,  como  Ca- 
pitán de  infantería,  Recebidor  de  la  Re- 
ligión en  el  reino  de  Portugal,  Embajador 
ordinario  en  Roma,  General  de  las  gale- 
ras de  su  religión  y  Embajador  extra- 
ordinario en  Francia.  Ha  sido  muy  sen- 
tida en  ésta  Corte,  y  toda  España,  la 
muerte  de  D.  Baltasar  de  Züñiga,  Co- 
mendador mayor  de  León,  Presidente  del 
Consejo  de  Italia;  murió  dentro  de  Pala- 
cio; pusieron  su  cuerpo  en  San  Gil;  acu- 
dieron todas  las  religiones  á  decirle  res- 
ponsos, lleváronle  á  enterrar  al  Paular 
de  Segovia;  acompañáronle  hasta  fuera 
del  lugar  los  caballeros  de  la  Corte,  y 
hasta  el  Paular  el  conde  de  Monterey,  á 
quien  su  Majestad  hizo  merced  de  la  plaza 
de  Presidente  de  Italia.  Escribió  su  Ma- 
jestad á  Doña  Francisca  Clourel,  mujer 
de  D.  Baltasar  de  Züñiga ,  cartas  de  gran 
consuelo,  prometiendo  de  amparar  á  sus 
hijos  y  su  persona,  mandándola  no  sa- 
liese de  Palacio,  sino  que  acudiese  al  ser- 
vicio de  la  Reina  en  compañía  de  la  Ca- 
marera mayor;  por   estar   enferma   de 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  I5I 

sentimiento,  bajó  la  Reina  á  consolarla  á 
su  cuarto,  y  á  darle  la  carta  del  Rey,  que 
fue  favor  grande.  Mandó  su  Majestad  to- 
mar los  papeles  que  tenía  D.  Baltasar  de 
Zúñiga  al  conde  de  Olivares,  y,  aunque 
rehusó  al  principio,  obedeció,  mandándo- 
selo segunda  vez.  Murió  también  el  conde 
de  Lemos,  gran  caballero,  excelente  Mi- 
nistro por  la  buena  cuenta  que  dio  de 
sus  oficios;  murió  en  ésta  Corte,  habiendo 
venido  á  ver  á  su  madre.  Camarera  ma- 
yor de  la  infanta  María,  que  estaba  in- 
dispuesta; su  cuerpo,  después  de  haberle 
dicho  todas  las  Ordenes  sus  responsos, 
fué  depositado  en  las  Descalzas;  su  sermón 
funeral  predicó  el  padre  Florencia ,  de  su 
Encomienda  hizo  su  Majestad  merced  á  la 
hija  del  conde  de  Olivares:  sucedió  en  su 
estado  D.  Fracisco  de  Castro,  hermano 
suyo,  á  quien  se  le  han  muerto  dos  hijos 
en  Gaeta,  en  el  reino  de  Ñapóles.  Dejó 
el  conde  de  Lemos,  después  de  muchas 
mandas  que  hizo,  lo  restante  de  todos  sus 
bienes  libres  á  Doña  Catalina  de  Sando- 
val,  su  mujer,  la  cual,  sabiendo  su  en- 
fermedad, vino  con  gran  priesa  de  Mon- 
forte  de  Lemos  á  ver  su  marido,  y  entró 
en  ésta  Corte  con  gran  acompañamiento; 
y  en  efecto,  vio  vivo  al  Conde,  y  vivió 
después  algunos  dias,  que  es  gran  con- 


153  CARTAS   DE 

suelo  para  viudas  de  tan  gran  calidad. 
Murió  también  el  arzobispo  de  Santiago, 
D.  Beltran  de  Guevara,  viniendo  de  ca- 
mino a  la  Corte,  á  quien  llamaba  su  Ma- 
jestad para  negocios  de  importancia.  Por 
muerte  de  D.  Fernando  Carrillo,  Presi- 
dente de  Indias,  gran  Juez,  dióse  aquella 
Presidencia  á  D.  Juan  de  Villela,  Oidor 
que  fué  en  las  Indias,  y  en  el  Supremo 
Consejo  dellas,  y  en  el  Real  de  Castilla, 
y  otros  grandes  cargos;  fué  elección  muy 
acertada,  así  por  sus  grandes  partes,  como 
por  la  mucha  noticia  que  tiene  de  aquellas 
tierras.  Asimismo  murió  en  ésta  Corte 
el  duque  de  Monteleon.  Fueron  lastimosas 
las  muertes  de  D.  Femando  Pimentel, 
hijo  del  conde  de  Benavcnte,  y  del  conde 
de  Villamediana ,  Correo  mayor,  ambas 
violentas,  y  cogiéndolos  descuidados  y 
desapercebidos;  del  de  Villamediana  no 
se  ha  sabido  el  matador  ni  la  causa;  de 
D.  Fernando  Pimentel,  fué  matador  Don 
Diego  Enriquez  de  Lujan ,  á  quien,  preso 
en  Uclcs,  fué  lí  tomar  su  confesión  Don 
Luis  de  Villaviccncio,  Consejero  de  Or- 
denes, por  mandado  deste  Tribunal:  en- 
tiéndese tiene  mal  pleito,  aunque  los 
hermanos  no  le  piden  nada.  También  fué 
desgraciada  la  muerte  de  D.  García  Pi- 
mentel, Capitán  en  Flandes,  que  estando 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  I  53 

con  SU  compañía  en  un  fuerte,  le  minaron 
los  enemigos,  y  volaron  á  él  y  á  los  de- 
más que  estaban  dentro.  Murieron  tam- 
bién los  Obispos  de  Ciudad  Rodrigo,  de 
Tortosa  y  el  electo  de  Guadíx.  Murió  el 
marqués  de  Villanueva  de  Barcarrota; 
antes  de  su  muerte  dejó  desposada  su  hija, 
heredera  de  su  Estado,  con  el  conde  de 
Fuensalida;  hale  puesto  pleito  D.  Martin 
Portocarrero,  hermano  del  Marqués  di- 
funto, diciendo  que  aquel  mayorazgo  es 
de  agnación,  y  no  suceden  hembras  ha- 
biendo varones.  Murió  D.  Juan  Ibañez  de 
Segovia,  Tesorero  de  su  Majestad,  caba- 
llero muy  rico,  noble,  y  de  muy  buena 
fama,  su  cuerpo  se  llevó  á  Segovia,  donde 
le  salió  á  recibir,  como  á  Regidor  y  tan  va- 
ledor de  aquella  ciudad,  toda  la  gente  lu- 
cida; fué  su  entierro  muy  suntuoso;  que- 
dó en  el  oficio  su  hijo.  Fué  Gaspar  de 
Vallejo  á  tomar  la  confesión  al  duque  de 
Osuna,  sobre  lo  que  se  ha  averiguado  en 
Ñapóles  y  Sicilia;  estuvo  algunos  dias  en 
tomarla:  está  el  Duque  en  Vallecas,  dicen 
se  acabará  con  brevedad  su  negocio.  Sobre 
el  subir  la  plata  hay  grandes  pareceres,  y 
se  han  dado  muy  doctos  memoriales,  así 
aprobando  el  subirla  como  contradicien- 
do; pero  salió  decreto  del  Rey,  en  que 
dice  no  subirá  la  moneda,  ni  juros,  ni  se 


154  CARTIS  DB 

aprovechará  de  los  depósitos,  porque  su 
voluntad  es  no  deshacer  los  tratos,  y  así 
por  ahora  parece  no  hay  orden  de  subir 
oro  ni  plata.  Salió  la  canonización  de 
Santo  Tomás  de  Villanueva,  Arzobispo  de 
Valencia,  y  la  beatificación  de  Fray  Pedro 
de  Alcántara,  y  vino  Bula  de  Su  Santidad 
para  hacer  la  probanza  de  la  santidad  y 
milagros  de  Sor  Juana  de  la  Cruz,  Monja 
en  el  monasterio  de  la  Cruz,  junto  al  lu- 
gar de  Cubas,  cinco  leguas  de  Madrid, 
donde  hicieron  gran  fiesta  y  estuvo  su 
cuerpo  manifiesto  tres  dias  en  la  iglesia 
del  Monasterio,  acudiendo  gran  gente  de 
toda  la  comarca. 

La  Fiscalía  de  la  Contaduría  dieron  á 
Pedro  Rodríguez  de  Torres.  Hicieron  del 
Consejo  de  Hacienda  á  Tomás  de  Ángulo, 
y  á  un  hijo  suyo  dieron  un  hábito.  Dióse 
el  Corregimiento  de  Córdoba  al  Alcalde 
Cabrera,  de  Granada,  con  retención  de  su 
plaza,  y  que  pueda  poner  Teniente.  Al 
Licenciado  Letona,  Oidor  de  Galicia,  die- 
ron plaza  de  Oidor  de  Valladolid.  Hánse 
proveído  tres  plazas  de  Secretarios  del 
Rey:  P'omat,  para  lo  de  Cerdeña,  D.  Luis 
Blasco,  para  lo  de  Montesa,  y  Nicolás 
Mensa,  para  lo  de  Valencia.  Al  Secretario 
de  D.  Baltasar  de  Züñiga  se  dio  título  de 
Secretario  del  Rey.  Al  Padre  Mariana,  de 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  I  55 

la  Compañía  de  Jesús,  hizo  su  Majestad 
merced  de  mil  y  quinientos  ducados  para 
imprimir  la  Historia  de  España^  que  tiene 
muy  añadida.  El  arzobispado  de  Santiago 
se  dio  al  Obispo  de  Málaga;  dicen  viene  á 
la  Corte.  Al  marqués  de  Cerralbo  y  Don 
Diego  Mejía,  hicieron  del  Consejo  de 
Guerra;  dieron  á  D.  Diego  Mejía  la  futura 
sucesión  del  castillo  de  Amberes  y  del 
tercio  de  D.  Iñigo  de  Borja,  y  á  D.  Iñigo 
el  Generalato  de  la  artillería.  A  D.  Fabio 
Carachola,  Embajador  de  Ñapóles,  se  dio 
título  de  Conde.  A  D.  Jerónimo  Pimentel 
hicieron  del  Consejo  de  Guerra.  Proveye- 
ron por  Mayordomos  de  la  Reina  al  con- 
de de  Siruela,  á  D.  Antonio  de  Toledo, 
Señor  de  la  Horcajada,  y  á  D.  Diego  Bro- 
chero.  Concedió  el  Pontífice  la  Bula  de  la 
Santa  Cruzada  en  el  Reino  de  Ñapóles  y 
Ducado  de  Milán.  Al  duque  de  Albur- 
querque  hizo  merced  Su  Santidad  de  los 
meses  que  tiene  las  vacantes  en  el  Mar- 
quesado de  Cuéllar.  Al  Cardenal  Zapata, 
Virey  de  Ñapóles  en  el  ínterin,  hizo  tam- 
bién Su  Santidad  merced  de  ocho  mil  du- 
cados en  una  Abadía.  Efectuóse  el  casa- 
miento de  la  princesa  de  Venosa,  gran 
señora  en  Italia,  con  un  sobrino  del  Pon- 
tífice. Hizo  Su  Santidad  merced  de  toda  la 
vacante  de   D.  Fernando  Pimentel  á  un 


15^  CARTAS  DE 

hijo  del  conde  de  Benavente.  Dicen  se  ha 
de  hacer  un  Consejo  para  los  negocios  to- 
cantes al  arzobispado  de  Toledo,  que  se 
ofrecieren  al  Infante  Cardenal,  y  para  po- 
nerle casa  están  electos  para  los  oficios 
personas  de  mucha  calidad,  como  son:  Ma- 
yordomo mayor,  el  marqués  de  Malpica; 
Sumiller  de  Corps,  el  de  Camarasa;  Ma- 
yordomos, D.  Francisco  de  Villasis,  Cor- 
regidor que  fué  de  Madrid,  el  conde  del 
Real,  D.  F'adrique  de  Vargas,  y  D.  Anto- 
nio de  Cardona.  De  la  Cámara  de  su  Al- 
teza, el  marqués  de  Orani,  el  conde  de 
Puñonrostro,  el  conde  de  Villaflor  y  el 
conde  de  Villalba;  Gentiles-hombres  ecle- 
siásticos, D.  Antonio  Portocarrero,  Arce- 
diano de  Toledo  y  D.  Juan  de  Bracamon- 
te,  su  Tesorero,  y  Maestro  de  Cámara, 
D.  Agustin  Fiesco;  á  su  Camarero  Don 
Melchor  de  Moscoso,  dieron  el  episcolato 
de  Toledo.  Las  cosas  de  Alemania  han  su- 
cedido prósperamente  en  favor  del  Empe- 
rador, y  están  sus  enemigos,  no  sólo  ven- 
cidos pero  temerosos;  mas  como  la  tierra 
es  tan  grande,  tantos  y  tan  poderosos  los 
enemigos,  no  cesan  de  todo  punto  las 
guerras.  En  Flandes  pelean  los  rebeldes 
con  gran  pertinacia,  favorecidos  de  algu- 
nos extranjeros;  y,  aunque  la  fortuna  es 
varia,  se  ha  mostrado  favorable  en  las  co- 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  1 57 

sas  de  importancia  á  la  Majestad  católica. 
Inglaterra  goza  de  paz,  si  la  puede  haber 
en  República  do  está  en  opiniones  la 
religión.  Hay  dése  reino  dos  Embajado- 
res en  esta  Corte,  uno  ordinario  y  otro 
extraordinario;  el  extraordinario  entró  en 
Madrid  con  buen  acompañamiento,  y  con 
el  propio  fué  á  Palacio  á  besar  la  mano  ú 
sus  Majestades  y  Altezas.  El  conde  de 
Gondomar,  D.  Diego  Sarmiento  de  Acu- 
ña, vino  á  esta  Corte,  de  Embajador  de 
Inglaterra,  habiendo  usado  aquel  oficio 
con  gran  aprobación  de  ambos  reinos;  en- 
tró en  su  plaza  de  Mayordomo  de  su  Ma- 
jestad: entiéndese  le  ocuparán  en  nego- 
cios de  mucha  importancia.  Al  rey  de 
Francia  le  sucede  todo  prósperamente 
contra  los  herejes  rebeldes;  créese  los  su- 
jetará á  todos  con  brevedad,  porque  Mon- 
talban  y  Rochela  no  pueden  defenderse 
mucho,  pues  no  sólo  les  ha  de  hacer  guer- 
ra el  Rey  Cristianísimo  sino  la  necesidad 
y  hambre;  y,  ganadas  estas  plazas,  queda 
concluida  la  guerra  en  aquel  reino,  en  el 
cual  ha  sido  grande  el  contento  de  los  ca* 
tólicos  y  pesar  de  los  herejes,  por  la  re- 
ducción del  de  Ladiguera,  á  quien  su  Ma- 
jestad ha  hecho  Condestable  y  Caballero 
del  Espíritu  Santo. 

La  poca  salud  hace  no  ser  más  largo; 


138   CARTAS  DE  ANDRÉS  DE  MENDOZA. 

vuestra  merced  perdone  si  algo  de  lo  es- 
crito no  saliere  cierto,  pues  lo  cierto  es 
yo  escribo  lo  que  se  platica  en  la  Corte 
entre  personas  fidedignas,  que  podrán  en- 
gañarse como  yo  en  escribirlo.  De  Madrid 
diez  y  seis  de  Noviembre  de  mil  seiscien- 
tos veintidós. 


CARTA    DECIMA, 


A  diez  y  seis  de  Noviembre  de  mil 
seiscientos  veintidós,  escribí  á  vues- 
tra merced  las  novedades  que  ha- 
bia,  especialmente  la  Junta  que  se  habia 
formado,  para  tratar  del  remedio  y  go- 
bierno destos  reinos,  y  de  paso  traté  lo 
que  se  decia  estaba  resuelto.  Concluyóse, 
salió  la  Premática,  publicóse  en  once  de 
Febrero;  por  la  que  envié  á  vuestra  mer- 
ced sabe  lo  que  contiene.  Su  Majestad,  no 
sólo  como  buen  legislador  hizo  la  ley, 
sino  que  ejemplarmente  la  cumple,  ha- 
biendo puesto  valona  con  el  Serenísimo 
Infante  D.  Carlos.  Asimismo  dio  orden, 
que  ningún  criado  suyo,  ni  Presidentes, 
Consejeros,  Secretarios,  Contadores,  ni 
otras  personas  traigan  cuellos  sino  valo- 
nas, que  se  ejecuta  inviolablemente.  Los 
cuellos  pequeños  los  traen  viejos  y  algu- 
nas otras  personas  que  les  están  bien.  Dia 


1 6o  CARTAS  DE 

del  Ángel  de  la  Guarda,  miércoles  de  Ce- 
niza, se  comenzaron  á  ejecutar  las  Pre- 
máticas  en  esta  Corte.  Prendieron  á  mu- 
chos, ó  porque  las  valonas  tenian  rayos,  ó 
porque  los  cuellos  eran  mayores  de  lo  que 
se  mandaba,  ó  el  demás  vestido  contrave- 
nia á  lo  publicado;  no  paró  en  hombres, 
sino  que  también  denunciaron  á  mujeres 
por  puntas,  lechugillas  de  colores,  tocas 
y  otras  cosas:  á  otras  quitaron  las  virillas 
de  plata  de  los  chapines.  Corrió  la  voz  del 
rigor,  llegó  á  los  oidos  del  Presidente  y 
Consejeros,  y  aún  dicen  á  los  de  su  Ma- 
jestad, y  se  entiende  dieron  orden,  como 
tan  grandes  Gobernadores,  otro  dia  en  las 
Audiencias  los  echasen  fuera  á  todos,  y 
dieron  las  denunciaciones  por  nulas,  man- 
dando se  guardase  con  puntualidad  la 
Premática,  pero  que  no  se  entendiese 
contravenir  á  ella  llevando  valona  con 
rayos,  ni  vainilla,  ni  en  que  los  vestidos 
que  estaban  hechos  se  trajesen  en  el  tér- 
mino que  señala  la  PremiUica,  no  siendo 
cosas  que  desde  luego  se  prohiban,  como 
puntas,  azul,  y  otras;  declarando  se  po- 
dían traer  virillas  de  plata  en  los  chapi- 
nes. Replicaron  los  pasamaneros,  que  se 
les  hacia  más  agravio  que  ú  los  demás; 
dieron  memorial  á  su  Majestad,  hablaron 
al  conde  de  Olivares,  Padre  Confesor  y  á 


ANDnés   DE   MENDOZA.  lól 

Otras  personas,  que  intercediesen  con  su 
Majestad,  con  quien  fué  menester  poco, 
porque  como  Príncipe  benigno,  no  pro- 
cura el  daño,  sino  el  bien  de  sus  vasallos, 
y  que  para  este  efecto  instituyó  nuevas 
leyes  y  Pragmáticas,  que  aunque  ahora  á 
algunas  personas  se  les  hacen  duras,  con 
el  tiempo  se  verá  el  beneficio  y  fruto  de- 
llas.  En  efecto,  sus  memoriales  fueron  re- 
mitidos al  Presidente,  y,  aunque  con  algu- 
na dificultad,  fueron  oídos  de  justicia,  y 
se  les  dio  licencia  pudiesen  acabar  las 
lelas  que  tenian  empezadas,  y  gastar  la 
seda  que  tenian  comprada  para  este  mi- 
nisterio, con  alguna  limitación,  para  que 
en  este  tiempo  den  orden  en  tejer  otras 
cosas  ó  tomar  otro  modo  de  vivir.  Los 
Montes  de  piedad ,  y  soldadesca  del  reino 
se  remitieron  á  las  Cortes,  que  se  junta- 
rán á  veinte  de  xMarzo.  Volvió  su  Majes- 
tad de  caza  de  los  montes  de  Toledo;  no 
se  halló  tanta  como  se  entendió,  especial- 
mente de  osos,  que  parece  que  los  propios 
animales  con  la  esterilidad  de  los  tiem- 
pos se  han  agotado:  lleváronse  grandes 
prevenciones,  como  fueron  las  tiendas 
de  campaña  de  Carlos  V.  y  de  D.  Juan 
de  Austria,  por  ser  tierra  despoblada.  A 
Fray  Antonio  de  Guzman,  monje  Benito, 
dieron  el  Obispado  de  Osma.  A  D.  Cris- 


Ib2  CARTAS   DB 

tóbal  de  Lobera,  Obispo  de  Osma,  le  die- 
ron el  de  Pamplona.  A  Fray  Diego  Ló- 
pez, de  la  Orden  de  San  Agustín,  el  Ar- 
zobispado de  Otranto,  en  Ñapóles.  A  PVay 
Juan  de  San  Agustín,  Provincial  que  fué 
de  la  dicha  Orden,  hicieron  Predicador 
de  su  Majestad.  Al  Doctor  Molina,  Cape- 
llán de  su  Majestad,  hermano  de  Melchor 
de  Molina,  del  Consejo  y  de  la  Cámara, 
el  Obispado  de  León.  Al  Padre  M.  Fray 
Agustín  Antolinez,  de  la  Orden  de  San 
Agustín,  Catedrático  de  Prima  de  Sala- 
manca, dieron  el  Obispado  de  Ciudad- 
Rodrigo.  A  D.  Martin  Manso,  Obispo  de 
Oviedo,  le  promovieron  al  de  Osma,  y  el 
de  Oviedo  dieron  á  Fray  Plácido  de  To- 
santos.  Obispo  de  Guadix.  y  el  de  Guadix 
á  un  Religioso  Carmelita,  Obispo  de  Ve- 
geven,  en  Italia,  cuñado  del  Secretario 
Antonio  de  Aróstigui.  El  Obispado  de  Cá- 
diz, á  Fray  Plácido  Pacheco,  General  de 
los  Benitos;  y  el  Obispado  de  Tortosa  se 
dio  al  Cardenal  Espinóla,  hijo  del  marqués 
Espinóla,  por  muerte  del  Doctor  Tenas, 
Canónigo  que  fué  de  la  Santa  Iglesia  de 
Toledo.  Al  Almirante  de  Aragón  le  die- 
ron el  Obispado  de  Sigüenza,  gozóle  po- 
cos dias,  por  morir  brevemente;  fuélc  á 
dar  sepultura  el  Doctor  Villegas,  Gober- 
nador del  Arzobispado  de  Toledo,  que 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  IÓ3 

llevó  el  cuerpo  al  Colegio  de  la  Compañía 
de  Jesús  de  Alcalá  de  Henares.  Su  Enco- 
mienda, cuando  le  dieron  el  Obispado,  se 
dio  al  Marqués  de  Toral.  A  Antonio  de 
Aróstigui ,  Secretario  del  Consejo  de 
Guerra,  le  hicieron  del  dicho  Consejo,  coa 
título  de  Señoría;  gozó  poco  la  plaza,  por 
morir  de  allí  á  pocos  dias,  y  fué  deposi- 
tado en  San  Felipe  de  Madrid,  y  los  pape- 
les se  dieron  á  Pedro  de  Contreras,  con 
retención  de  la  Secretaría  de  la  Cámara. 
Antes  desto  habia  muerto  Doña  Francisca 
Clourel,  mujer  de  D.  Baltasar  de  Zúñiga, 
de  pesar  de  la  muerte  de  su  marido;  acom- 
pañó su  cuerpo  hasta  el  Paular  de  Segovia 
el  Obispo  de  aquella  ciudad  é  Iglesia. 
Sintióse  mucho  en  Palacio  su  muerte,  y 
Su  Majestad  fué  servido,  después  de  algu- 
nos dias,  entrase  por  Menino  un  hijo  su- 
yo, y  una  hija  suya  por  Menina,  hacién- 
doles algunas  mercedes  por  los  méritos  de 
sus  padres.  El  negocio  del  duque  de  Uceda 
se  vio  en  la  Junta,  y  se  llevó  á  consultar  á 
su  Majestad  en  Aranjuez;  dióle  el  Rey, 
nuestro  Señor,  el  Vireynato  de  Cataluña 
(que  no  aceptó),  y  suspendió  por  particu- 
lar decreto  las  penas  que  los  juezes  hablan 
declarado  contra  él.  Hacen  instancia  once 
Embajadores  de  aquel  Principado,  para 
que  su  Majestad  vaya  á  tener  Cortes  á  Ca- 


I 64  CARTAS   DE 

taluña;  á  algunos  dcUos  mandaron  salir  de 
la  Corte.  La  plaza  de  Mayordomo  mayor, 
que  tenia  el  duque  de  üceda,  se  dio  al 
duque  del  Infantado;  y  la  que  tenia  de 
Caballerizo  mayor,  se  dio  al  conde  de 
Olivares.  Diérónse  Hábitos  de  Santiago  á 
los  señores  Gilimon  de  la  Mota  y  a  Garci- 
Perez  de  Araziel,  del  Consejo  Real,  y  á 
Ipeñarieta,  del  Consejo  de  Hacienda.  Al 
Maese  de  campo,  Centeno,  que  lo  fué  en 
Bretaña  y  en  la  Tercera,  le  han  hecho  del 
Consejo  de  Guerra.  Celebró  matrimonio 
D.  Diego  Pimentel,  General  de  la  escua- 
dra de  las  galeras  de  Ñapóles,  con  hija 
del  conde  de  Villaverde,  D.  Tello  de  Guz- 
man.  Salió  Decreto  de  su  Majestad  para 
los  Consejos,  mandando  que  en  las  con- 
sultas hagan  relación  de  los  servicios  de 
los  pretendientes,  6  de  sus  pasados,  y  si 
están  ó  han  estado  en  la  Corte,  y  qué 
tiempo;  que  no  quiere  que  por  solicitud 
se  alcancen  las  pretensiones,  sino  por  me- 
recimientos. Dicronse  Hábitos  al  General 
D.  Alonso  Enriquez  de  Silva,  D.  Ñuño  de 
VillavicencioNegron,D.  Esteban  Carrillo, 
D.  Luis  Egas  de  Córdova,  D.  Diego  de 
Valencia  y  del  Castillo,  D.  Vicencio  Vi- 
lori,  D.  Carlos  de  Borgoña,  D.  Diego  del 
Castillo  y  Ziíñiga,  D.Andrés  deLedcsma. 
D.  Fernando  de  Sande  v  Mcsn,  D.  Pedro 


ANDRÉS   DE    MENDOZA.  1 65 

de  Vega  Vozmediano,  D.  Diego  del  Cor- 
ral Arellano,  á  quien  hizo  su  Majestad 
merced  de  la  Alcaidía  de  Baza,  D.  Fran- 
cisco de  Herrera,  D.  Alonso  de  Rocaful  y 
al  General  D.  Diego  de  Astudillo.  Casó 
D.  Sancho  de  Monroy,  caballero  de  Ex- 
tremadura, con  Doña  María  de  Guzman, 
Dama  de  la  Reina;  hízole  merced  su  Ma- 
jestad del  título  de  conde  de  San  Juan,  y 
deEmbajadorde  Genova;  Uevadedote  esta 
señora  doce  mil  ducados  de  ayuda  de  costa, 
y  dos  mil  de  renta  por  dos  vidas.  Al  mar- 
qués de  Castelrodrigo,  de  la  Cámara  del 
Rey,  hijo  de  D.  Cristóbal  de  Mora,  hicie- 
ron del  Consejo  de  Portugal  y  Veedor  de 
la  Hacienda  de  aquel  reino.  A  la  mujer 
de  D.  Rodrigo  Calderón,  hizo  merced  su 
Majestad  del  título  de  condesa  de  la  Oliva, 
y  de  diez  mil  ducados  por  una  vez;  y  a  ella 
y  á  sus  hijos  del  Patronazgo  del  convento 
de  Portaceli,  en  Valladolid,  y  de  la  casa 
de  las  Aldabas,  y  al  hijo  mayor,  del  título 
de  conde  de  la  Oliva;  y  á  Francisco  Cal- 
derón, padre  de  D.  Rodrigo,  hizo  merced 
de  la  villa  de  Siete  Iglesias.  Murió  la 
condesa  de  Salazar,  y  D.  Juan  Manrique 
de  Padilla,  el  Padre  Fray  Juan  de  Santa- 
maría, el  Vicecanciller  de  Aragón  y  don 
Diego  de  Ayala,  del  Consejo  Supremo,  el 
conde  de  Siruela,  el  viejo,  y  la  condesa  de 


l66  CARTAS   DI 

Elda.  Hicieron  Aposentador  mayor  á  don 
Luys  Vanegas  de  Córdova.  Después  de  la 
victoria  que  tuvo  D.  Gonzalo  de  Córdova, 
hermano  del  duque  de  Sessa, contra  el  con- 
de Mansfelt,  le  hizo  su  Majestad  merced 
de  tres  mil  ducados  de  renta  en  el  Reino 
de  Ñapóles,  y  de  una  ciudad,  con  título  de 
Príncipe  della,  llamada  Ramalea.  Llegó 
nueva  á  esta  Corte,  á  los  primeros  de  Ene- 
ro, que  en  la  India  Oriental  habia  el  Per- 
siano,  con  ayuda  por  mar  de  corsarios  in- 
gleses, tomado  á  Ormuz,  plaza  importante 
en  la  India.  D.  Francisco  de  Córdova,  her- 
mano del  dicho  duque  de  Sessa,  se  capituló 
de  casar  con  su  sobrina,  hija  del  mismo 
Duque,  heredera  de  la  casa  de  Poza,  por 
pasar  este  Estado  al  hijo  segundo.  El 
duque  de  Medina  Sidonia  trujo  dispensa- 
ción para  que  su  hijo  heredero  casase  con 
su  tia.  hermana  del  mismo  Duque.  Las 
galeras  de  Sicilia  se  dieron  al  marqués  de 
Santacruz,  en  el  ínterin  que  otra  cosa  se 
proveía,  como  Asistente  en  aquel  reino  y 
Teniente  del  príncipe  de  Saboya.  Murió 
fuera  desta  Corte  la  hermana  del  dicho 
Marqués,  marquesa  de  Villanueva  de 
Barcarrota,  habiendo  ido  con  el  alcalde 
D.  Francisco  de  Valcárcel  á  sacar  ciertas 
escrituras  tocantes  al  mayorazgo,  para 
concluir  el  pleito  que  ha  puesto  D.  Martin 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  í^J 

Portocarrero.  Vino  á  esta  Corte  Doña 
Dorotea  de  Austria,  hija  natural  de  Ro- 
dulfo,  Emperador  de  Alemania,  paró  en 
la  quinta  del  Condestable;  estuvo  allí  dos 
noches,  hasta  que  viernes,  á  treinta  de  Di- 
ciembre de  mil  seiscientos  veintidós,  con 
gran  acompañamiento  entró  en  Madrid; 
iban  en  su  coche  las  condesas  de  Olivares 
y  Monterey ,  las  marquesas  del  Carpió  y 
Alcañizas;  apeóse  en  las  Descalzas,  adon- 
de estaban  aguardándola  sus  Majestades  y 
Altezas ;  recibiéronla  con  mucho  amor,  y 
mandó  su  Majestad  se  suspendiese  la  en- 
trada en  el  Monasterio,  y  la  aposentasen 
en  el  cuarto  de  la  Emperatriz.  Martes,  á 
tres  de  Enero  de  mil  seiscientos  veintitrés, 
Juan  Bautista  Lavaña,  Coronista  mayor 
en  el  reino  de  Portugal,  metió  dos  hijas 
monjas  en  el  monesterio  de  la  Concepción 
Francisca;  fueron  madrinas,  la  condesa 
de  Olivares  y  marquesa  de  Castelrodrigo; 
apadrináronlas  sus  Majestades  y  Altezas 
con  muy  lucido  acompañamiento.  A  don 
Antonio  de  Mendoza  dieron  cuatro  escri- 
banías de  rentas,  de  las  ciudades  de  Avila 
y  Patencia ,  y  villas  de  Medina  del  Campo 
y  Carrion  de  los  Condes,  y  todas  las  de 
sus  partidos,  que  tenia  por  merced  el 
conde  de  Villamediana.  Al  marqués  de 
Montesclaros  mandó  su  Majestad  acabase 


|68  CARTAS   DE 

la  visita  y  reformación  de  los  hombres 
de  armas,  que  habia  empezado  el  conde 
de  Salazar.  Al  conde  de  la  Puebla  del 
Maestre,  D.  Lorenzo  de  Cárdenas,  Ma- 
yordomo de  los  cuatro,  se  le  cometió  la 
reformación  de  Palacio  en  todo  género 
de  oficios,  atendiendo  á  la  casa  que  tuvo 
el  señor  Rey  Felipe  II.  Dícese  el  duque 
de  Pastrana  va  á  Roma  por  Embajador. 
D.  Fernando  Ramírez  Fariña  salió  dcsta 
Corte,  con  título  de  Señoría,  por  Asistente 
de  Sevilla  y  Capitán  general  del  reino; 
antepónenlc  en  preeminencia  á  la  Audien- 
cia, y  que  cuando  vuelva  sea  Consejero 
de  Cámara  ;  dánle  dos  Hábitos,  uno  para 
su  persona  y  otro  para  su  hijo.  A  D.  Pe- 
dro de  Guzman ,  del  Consejo  de  órdenes, 
hermano  del  marqués  de  Camarasa,  le 
hicieron  del  Consejo  Real.  Hizo  su  Majes- 
tad merced  de  la  llave  de  Cámara,  con 
ejercicio,  á  D.  Agustín  Mexía,  de  los  con- 
sejos de  Estado  y  Guerra,  y  á  D.  Luis  de 
Haro,  hijo  del  marqués  del  Carpió,  y  á 
D.  Fernando  de  Guzman,  sobrino  del 
conde  de  Olivares.  Murió  en  Sevilla  el 
Obispo  de  Chile,  fraile  Francisco,  dejó 
más  de  cincuenta  mil  ducados  á  su  Majes- 
tad. A  D.  Fernando  de  Cárdenas  le  die- 
ron el  Gobierno  del  castillo  de  Pomblin  y 
la  Elba,  que  están  juntoi  Puerto  Hércules 


ANDRÉS   ÜE  MENDOZA.  169 

en  la  Toscana.  Murió  en  Dueñas  el  adelan- 
tado de  Castilla,  y  su  encomienda  se  dio 
al  duque  del  Infantado;  heredó  el  Estado 
el  duque  de  Cea,  y  también  la  dignidad 
de  Adelantado,  por  ser  merced  de  dos 
vidas;  púsole  pleito  el  marqués  de  la  Alga- 
ba por  la  villa  de  Dueñas.  Al  padre  fray 
Juan  Venido,  de  la  Orden  de  San  Francisco, 
Comisario  general  de  las  Indias,  hizo  su 
Majestad  confesor  de  la  Serenísima  Infanta 
María,  por  muerte  de  fray  Juan  de  Santa 
María.  Murió  en  Salamanca,  de  una  caida, 
D.  Alonso  Suarez  de  Solís,  Adelantado 
de  Yucatán;  D.  Diego  Sarmiento  de  Acu- 
ña, conde  de  Gondomar,  va  á  Alemania  á 
la  Dieta.  Mandó  su  Majestad,  que  el  dia 
de  la  Purificación  de  Nuestra  Señora,  sir- 
viese la  casa  que  se  habia  puesto  al  Infan- 
te Cardenal.  Otro  dia,  que  fué  de  San 
Blas,  á  instancia  de  su  Majestad,  se  mandó 
guardar,  por  haber  sido  el  año  pasado 
enfermo  de  garrotillo;  fueron  sus  Majes- 
tades á  la  hermita ,  acompañados  de  los 
Grandes  y  Señores  de  la  Corte;  salieron 
cuarenta  y  una  conductas  de  Capitanes. 
Capitulóse  el  casamiento  del  duque  de 
Medinaccli  con  hija  del  marqués  de 
Alcalá,  heredera  del  Estado.  Nombró  el 
Rey,  nuestro  Señor,  por  médicos  de  su 
familia,  al  Doctor  Ordoñez,  Catedrático 


170  CARTAS  nE 

que  era  de  Sigüenza;  al  Doctor  Leonardo 
García;  al  Doctor  Ladrón;  al  Doctor  Can- 
seco  de  Valladolid ;  al  Doctor  Salazar,  Ca- 
tedrático de  Alcalá  y  al  Doctor  Muñoz;  y 
por  médicos  de  la  familia  de  la  Reina,  al 
Doctor  Garzón  y  al  Doctor  Velasco.  Llegó 
nueva  á  Madrid  de  los  galeones  y  flota  de 
Tierra-Firme,  y  la  gran  tormenta  que 
padeció  á  los  principios  de  Setiembre, 
donde  se  perdió  el  Almiranta  de  la  flota, 
sin  escaparse  de  ella  más  que  tres  hom- 
bres y  dos  muchachos:  el  galeón  de  la 
Margarita  también  se  fué  á  pique,  esca- 
pándose el  Capitán  y  sesenta  personas; 
también  se  perdió  una  fragata  con  cin- 
cuenta y  seis  personas,  las  cuales  pere- 
cieran si  no  las  llevara  á  su  galeón  Almi- 
ranta el  capitán  Tomás  de  Razpuru,  por 
las  cuales  fué  en  una  chalupa.  El  galeón 
de  Nuestra  Señora  del  Rosario  se  fué  á 
pique  en  la  Tortuga ,  escapándose  toda  la 
gente,  plata  y  artillería;  otras  dos  naos 
de  la  flota  no  han  parecido.  Trescientas  y 
noventa  y  una  personas  en  los  dos  ga- 
leones, Almiranta,  Nuestra  Señora  de 
Atocha  y  la  Margarita ,  se  ahogaron,  y 
sesenta  y  una  se  salvaron ,  como  parece 
por  una  relación  fidedigna,  impresa,  su 
fecha  en  la  Habana.  El  Rey,  nuestro  Se- 
ñor, nombró  por  General  de  la  armada 


ANDBES   DE   MENDOZA.  IJÍ 

de  Indias,  deste  año  de  mil  seiscientos 
veintitrés,  á  D.  Antonio  de  Oquendo,  que 
lo  era  de  la  escuadra  de  Cantabria,  una 
de  las  de  Vizcaya,  que  son  cuatro  ga- 
leones, y  tomando  otros  cuatro  de  la  de 
D.  Luis  Fajardo,  que  son  en  todos  ocho, 
vaya  con  esta  flota  á  Indias  á  traer  la 
plata  deste  año.  Nombró  también  por 
Almirante  á  Juan  Flores  Ravanal,  y  por 
Gobernador  del  tercio,  á  D.  Antonio  Sar- 
miento de  Acuña,  y  por  Sargento  mayor, 
á  Juan  de  Haro;  dícese  que  no  aceptan 
estos  oficios,  D.  Antonio  Sarmiento  y 
Juan  de  Haro.  Salieron  por  capitanes: 
Martin  Ruiz  de  Salazar,  Juan  Alvarez  de 
Aviles,  Pedro  Pérez  de  Arallizabal,  Do- 
mingo de  Bilbao  la  Vieja,  Martin  de  La- 
riaga,  Lúeas  de  Rojas,  Juan  Barvan  y 
Pedro  Luis  de  Torres.  El  licenciado  Es- 
pino de  Cáceres,  Oidor  de  Panamá,  va 
promovido  á  Oidor  de  Quito;  y  el  licen- 
ciado D.  Juan  de  Burgos  va  por  Oidor 
de  Panamá ;  D.  Blas  de  Torret  Altami- 
rano,  Alcalde  de  corte  de  Lima,  promo- 
vido á  Oidor  de  la  misma  Audiencia; 
Juan  de  Bedoya  Mogrovexo  va  por  Al- 
calde de  corte  de  Lima.  El  Corregimiento 
de  Tunja,  en  el  nuevo  reino  de  Granada, 
se  dio  á  Alejandrino  Ramirez  de  Arellano; 
y  el  Corregimiento  de  Quito,  á  Juan  Nu- 


172  G&BTAS   DE 

ñez  de  lUescas;  el  de  Arequipa,  á  don 
García  Garavito;  el  Gobierno  de  los  Mu- 
sos  y  Columas,  á  Martin  de  Acebedo 
Cotrina,  y  el  Corregimiento  de  la  Grita, 
á  Juan  Pacheco  Maldonado.  Los  católicos 
del  reino  de  Irlanda  dieron  memorial  á 
su  Majestad,  suplicando  que,  pues,  por 
ensalzar  la  fe  y  bien  de  los  católicos  de 
ios  reinos  de  la  Gran  Bretaña,  se  trataba 
el  casamiento  de  la  Serenísima  Infanta 
María  con  el  príncipe  de  Inglaterra,  si 
tuviese  efecto,  se  acordase  del  reino  de 
Irlanda  en  los  capítulos  matrimoniales 
que  se  asentasen,  pues  estaba  destruido 
por  ser  fieles  á  la  Iglesia  Romana,  y  no 
querer  admitir  la  herejía,y  haber  servido 
á  los  señores  Reyes  Felipe  II  y  III  en  las 
ocasiones  de  su  tiempo;  y  una  de  las  prin- 
cipales mercedes  que  se  les  habían  de 
hacer,  era  capitular  que  en  el  reino  de 
Irlanda  se  diese  libertad  de  conciencia ,  y 
que  todos  los  que  estaban  ausentes  de 
aquel  reino  por  la  fe  y  parcialidad  espa- 
ñola, se  l«s  volviesen  sus  haciendas  y 
fuesen  dados  por  buenos  y  leales  vasallos. 
Dicen  que  en  esto  será  muy  interesada  la 
Real  hacienda,  por  los  muchos  salarios 
que  da  su  Majestad  á  irlandeses  en  dife- 
rentes partes  de  su  Monarquía,  y  cómo 
esto  se  podrá  efectuar  para  que  otro  dia 


ANDRÉS   DE    MEXDOZA.  I73 

no  se  contravenga  á  ello.  Vino  á  esta 
Corte  Embajador  del  Rey  de  Polonia, 
dicen  que  á  tratar  negocios  de  gran  con- 
sideración ;  fué  á  Palacio  á  besar  la  mano 
á  su  Majestad  con  muy  lucido  acompaña- 
miento; está  aposentado  junto  á  San 
Francisco,  en  las  casas  de  Gilimon  de  la 
Mota.  Estando  su  Majestad  en  el  Pardo, 
llegó  correo  de  Flándes,  el  mes  pasado  de 
Enero  de  mil  seiscientos  veintitrés:  dio 
aviso  que  el  enemigo  procuró  tomar  á 
Amberes,  habiendo  metido  en  la  mar 
bajeles,  en  que  habia  diez  mil  hombres 
de  pelea;  sucedióle  muy  al  contrario,  por- 
que se  levantó  una  tormenta  y  se  anega- 
ron algunos  bajeles,  sin  poder  llegar 
otros:  parece  que  fué  milagro,  porque 
con  la  traza  que  traían ,  y  topando  á  los 
de  la  ciudad  descuidados,  ó  habiendo 
trato  con  algunos  della,  fuera  fácilmente 
entrada,  especialmente  que  dicen  ve- 
nían mil  hombres  en  hábitos  de  frailes  y 
clérigos  con  pistolas  y  otras  armas,  los 
cuales  habian  de  fingir  huir  de  los  herejes 
al  castillo,  para  apoderarse  de  la  fuerza, 
si  se  apiadaban  de  ellos  y  les  abrian  las 
puertas,  pero  Dios  castigó  sus  malos 
intentos.  De  Alemania  escriben  que  el 
ejército  Imperial  tomó  la  villa  y  castillo 
de  Glatz  á  partido,  con  que  saliesen  los 


174  CARTAS  DE 

cercados  con  armas  y  bagaje,  y  no  to- 
masen las  armas  contra  la  Majestad  Impe- 
rial en  seis  meses.  Empezó  á  juntarse  en 
Ratisbona  una  Dieta  de  todos  los  Señores 
alemanes,  especialmente  Electores,  para 
poner  orden  en  las  cosas  del  Imperio, 
y  que  cesasen  las  guerras,  tan  perjudi- 
ciales á  todos  Estados;  pero  ha  sido  tal  la 
astucia  de  los  calvinistas  y  otros  herejes 
que  han  sembrado  cizaña  entre  los  Seño- 
res, que  algunos  dellos  no  quieren  hallarse 
en  ella ,  especialmente  el  duque  de  Saxo- 
nia,  el  cual  está  armado;  convídanle  con 
mil  honrados  conciertos,  que  no  admite; 
témese  de  su  porfía  nazcan  nuevos  incon- 
venientes. Los  campos,  por  la  aspereza 
del  invierno,  estuvieron  quedos.  De  Hun- 
gría avisan  cosas  extrañas,  que  mueren 
muchos  de  peste,  y  lo  peor  es,  que  cierta 
enfermedad  reina  en  ellos  de  la  cual  se 
vuelven  rabiosos,  y  llegó  á  tal  extremo, 
que  les  fué  fuerza,  por  decreto  público, 
matar  á  arcabuzazos  á  más  de  trescien- 
tos que  habian  acorralado  por  sus  hechos 
monstruosos  y  actos  inhumanos,  privados 
de  todo  género  de  razón  y  conocimiento, 
acometiendo  con  saña  rabiosa  á  hombres 
y  animales;  por  esta  ocasión  tienen  cer- 
radas algunas  ciudades  y  otros  pueblos,  y 
llegó  hasta   la  corte  de  Bethleengabor, 


ANDRÉS    DE  MENDOZA.  I  75 

príncipe  de  Transilvania,  cuya  guarda 
padeció  esta  enfermedad,  faltando  della 
muchos;  llaga  cruel  y  pocas  veces  oida. 
De  Flándes,  se  dice  que  los  holandeses 
hacen  levas  de  gente  en  Alemania,  en  sus 
tierras  y  otras  partes;  está  á  la  mira  el 
marqués  Espinóla,  para  estorbar  sus  de- 
¿gnios.  Francia  no  está  aun  de  todo 
punto  quieta,  ni  sosegado  aquel  reino, 
porque  los  herejes  del,  con  fuerza  de 
armas,  dineros  y  astucias,  procuran  con- 
seguir su  intento,  pero  la  gran  vigilancia 
del  Rey  no  da  lugar  á  sus  estratagemas, 
teniendo  todavía  en  pié  su  ejército:  tuvo 
vistas  en  Aviñon  con  el  duque  de  Saboya, 
donde  se  hicieron  grandes  cortesías,  y 
trataron  de  sus  negocios  en  público  y 
secreto  en  el  discurso  de  tres  di  as.  Tam- 
bién acudió  á  León  el  rey  de  Francia ,  con 
la  reina  Cristianísima  Doña  Ana  de  Austria, 
y  Reina  madre,  adonde  vinieron,  el  prín- 
cipe de  Pi amonte,  Vitorio  Amadeo,  y  Ma- 
dama Cristiana,  su  mujer,  hermana  del 
Rey,  que  saUó  á  recebirlos  fuera  de  la 
ciudad  con  las  Reinas  y  con  su  Corte;  las 
cortesías  al  encontrarse  fueron  grandísi- 
mas, y  las  fiestas  que  se  hicieron  en  la 
ciudad  también;  muchos  y  grandiosos  pre- 
sentes concurrieron  de  una  y  otra  parte, 
no  se  especifican  por  andar  impresos. 


lyG  CARTAS   DE 

A  D.  Gaspar  de  Guzman,  conde  de 
Olivares,  hizo  su  Majestad  merced  de 
perpetuarle  la  Alcaidía  de  los  Alcaceres  y 
Atarazanas  Reales  de  Sevilla,  para  él  y 
sus  sucesores  en  su  casa  y  mayorazgo,  y 
que  pueda  cargar  cincuenta  mil  ducados 
sobre  su  Estado.  La  plaza  que  tenia  el 
marqués  de  Falces,  de  Capitán  de  los 
archeros,  se  dio  al  conde  de  Sora,  y  el 
marqués  de  Falces  va  á  Flandes.  Al  alcalde 
D.  Pedro  Fernandez  de  Mansilla  dieron 
plaza  de  Consejero  de  Indias;  y  á  Pedro 
Baez,  Fiscal  de  la  cárcel,  plaza  de  Alcal- 
de de  corte;  á  D.  Baltasar  de  Alamos, 
Fiscal  de  la  cárcel;  al  linccnciado  Mateo^ 
López  le  hicieron  Juez  de  obras  y  bos- 
ques ;  al  Arzobispo  de  Santiago,  D.  Luis 
Fernandez  de  Córdova,  que  al  presente 
está  en  esta  corte,  le  dieron  la  visita  de 
la  Diputación  y  medio  general,  y  por  su 
escribano  nombraron  al  contador  Antonio 
González  de  Legarda,  y  le  examinó  el 
Consejo. 

La  máscara  que  se  hizo  en  Madrid  á 
veintinueve  de  Febrero  fué  lucidísima,  y 
con  la  mayor  grandeza  que  jamás  se  ha 
Yisto  en  esta  Corte;  entró  en  ella  su  Ma- 
jestad y  el  Serenísimo  Infante  Carlos; 
hubo  cuarenta  y  ocho  parejas  con  la  del 
Rey  é  Infante,  no  se  especifica  aquí  por 


AKDRES  DE  MEIÍDOZl.  177 

andar  impresa.  Las  cosas  de  Italia  andan 
muy  calladas ;  presumióse  hablan  de  parar 
€n  muy  sangrientas  guerras,  pero  Dios  lo 
quiso  remediar,  poniéndose  de  por  medio 
el  Pontífice,  á  quien  dicen  se  ha  de  entre- 
gar lo  Valtolina  en  depósito.  Murió  la  du- 
quesa de  Feria  en  Milán ,  y  murió  en  esta 
Corte  el  embajador  de  Genova;  envió  otro 
la  Señoría.  Para  las  Cortes  que  se  han  de 
hacer  en  esta  villa,  salieron  por  Procura- 
dores della,  como  parroquiano,  el  conde 
de  Olivares,  y  como  Regidor,  D.  Pedro 
de  Torres.  A  D.  Antonio  de  Mendoza  se 
dio  título  de  Secretario  del  Rey.  Trátase 
de  la  beatificación  de  Juan  de  Dios  y 
Antón  Martin,  para  esto  se  han  leido 
edictos  en  las  iglesias  y  hecho  probanzas 
de  Su  Santidad;  trátase  también  déla  co- 
locación del  cuerpo  del  beato  padre  Oroz- 
co,  que  está  en  el  colegio  de  Doña  María 
de  Aragón.  Pregonóse  en  esta  Corte,  que 
ninguna  persona  sacase  de  España  oro  ni 
plata  en  ninguna  especie,  aunque  tuvie- 
sen licencia  para  ello,  hasta  venir  la  flota. 
Las  cosas  de  Turquía  andan  todavía  albo- 
rotadas, no  obedeciendo  todo  aquel  Im- 
perio al  nuevo  Turco;  los  Príncipes  co- 
marcanos se  han  valido  de  la  ocasión  para 
mejorar  sus  partidos:  será  Dios  servido 
que  esta  Monarquía,  que  fué  creciendo 


I7S   CARTAS  DK  ANDRÉS  DB  MENDOZA. 

como  luna,  al  propio  paso  mengüe.  Pu- 
diera escribir  sobre  esto  algunas  parti- 
cularidades, mas  por  la  brevedad  las  dejo 
y  no  ser  importantes.  Guarde  Dios  á 
vuestra  Merced.  De  Madrid,  á  doce  de 
Marzo  de  mil  seiscientos  veintitrés  años. 


CARTA  UNDÉCIMA. 


CUANTO  más  he  prevenido  á  vuestra 
merced  que  á  solas  se  entretenga 
con  mis  cartas,  y  en  la  novena  le 
advertía  el  riesgo  que  habría  de  publicarse 
ó  imprimirse,  tanto  más  las  veo  divulga- 
das; mas  no  por  eso  excusaré  de  pagar  la 
pensión  que  debo  á  nuestra  amistad,  con- 
tinuando nuestra  correspondencia,  y  oca- 
sionando á  vuestra  merced  á  que  en  esa 
soledad  aliente  su  ánimo  con  manjares 
cortesanos,  pero  más  medidamente  que 
hasta  aquí,  conformándome  en  lo  que  es- 
cribiere con  lo  que  dijo  un  filósofo,  que 
quien  escribe  (  aunque  muy  en  secreto), 
debe  pensar,  para  no  errar,  que  escribe 
en  lo  más  público  del  mundo:  y  ansí, 
avisaré  á  vuestra  merced  de  las  cosas  más 
públicas  desta  Corte,  reservando  las  se- 
cretas para  cuando  nos  veamos.  A  doce  de 
Marzo  deste  año,  que  fué  el  de  la  fecha  de 


I 8o  CARTAS  DE 

mi  última  y  décima  carta,  murió  en  pocos 
dias,  de  enfermedad,  la  señora  Doña  Isa- 
bel de  Aragón,  Dama  de  Palacio,  hermana 
de  la  duquesa  de  Villahermosa,  cuya  cor- 
dura y  cristiandad  causó  general  compa- 
sión y  soledad ;  y  más  á  la  señora  Doña 
Juana,  su  hermana,  á  quien  dejó  diez  mil 
ducados  que  tenia  en  joyas,  y  otros  diez 
mil  ducados  á  sus  criadas.  Depositóse  en 
las  Descalzas  hasta  que  la  lleven  á  Aragón 
al  entierro  de  sus  padres. 

Murió  D.  Diego Bazán,  del  Consejo  de 
Hacienda,  y  se  enterró  en  la  Compañía 
de  Jesús. 

A  Juan  de  Insausti,que  asiste  en  la 
Secretaría  de  las  Consultas,  se  dio  título 
de  Secretario  ordinario  de  su  Majestad,  y 
un  Hábito  de  Santiago. 

Y  á  Francisco  de  Elosu  y  Albiz,  que 
asiste  en  la  dicha  Secretaría,  se  dio  título 
de  Secretario,  y  llave  de  Ayuda  de  cá- 
mara de  su  Majestad. 

Murió  la  condesa  de  Elda,  Dueña  de 
honor  de  Palacio,  y  la  depositaron  en  San 
Gil. 

El  conde  de  Siruela  murió  en  la  villa 
de  Roa,  del  Obispado  de  Osma. 

A  D.  Fadrique  de  Toledo,  General  del 
armada  de  Cádiz,  se  le  remitieron,  para 
el  entretenimiento  de  ella,  noventa  mil 


AISDRES  DE  MENDOZA.  IQI 

ducados;  y  á  D.  Juan  Fajardo,  General 
de  la  del  Estrecho  de  Gibraltar,  setenta 
mil. 

Nombró  su  Majestad  por  Juezes  contra 
D.  Antonio  de  Ataide,  General  del  armada 
de  la  India,  de  Portugal,  sobre  la  nao  que 
saquearon  y  quemaron  á  la  vista  de  Lis- 
boa diez  y  siete  navios  de  turcos,  habrá 
más  de  un  año  (la  cual  pérdida  importó 
más  de  dos  millones  y  medio,  y  más  de 
setecientas  personas),  al  duque  de  Villa- 
hermosa,  Presidente  del  Consejo  de  Por- 
tugal, y  al  marqués  de  Castel  Rodrigo, 
Veedor  de  Hacienda,  y  á  D.  Antonio  Pe- 
reira,  del  mismo  Consejo,  y  á  D.  Fer- 
nando Girón,  del  Consejo  de  Estado. 

Bautizóse  en  la  iglesia  de  San  Ginés 
un  hijo  del  Embajador  de  Alemania,  con 
grande  solemnidad,  fiesta  y  música,  acom- 
pañamiento y  ricas  colgaduras  y  cama, 
por  mano  de  D.  Alonso  de  Requesens, 
Obispo  de  Rosana,  Sufragáneo  y  Visitador 
del  Arzobispado  de  Toledo.  Fueron  sus 
padrinos  el  marqués  de  Renti,  Capitán  de 
la  Guarda  tudesca,  y  la  condesa  de  Barajas. 

Mandó  su  Majestad  á  D.  Lorencio  de 
Cárdenas,  conde  de  la  Puebla  del  Maestre, 
visitar  y  tomar  cuenta  á  Francisco  Gui- 
Uamas  Velazquez,  del  oficio  que  tuvo  de 
Maestre  de  cámara,  y  se  proveyó  el  dicho 


l8a  CARTAS  DE 

oficio  en  D.  Manuel  de  Hinojosa,  guarda 
mayor  que  fué  de  D.  Rodrigo  Calderón;  y 
por  no  haberlo  aceptado,  se  dio  al  capitán 
Tomás  de  Cardona,  criado  del  conde  de 
Olivares;  y  al  dicho  Francisco  Guillamas 
se  le  dio  título  de  Consejero  de  Hacienda, 
para  en  acabándose  su  visita. 

Hánse  traido  dos  Breves  de  Su  Santi- 
dad: el  uno,  para  que  los  frailes  Fran- 
ciscos traigan  los  mantos  media  vara  más 
cortos  que  los  hábitos,  y  que  no  tengan 
libros  propios  en  sus  celdas,  sino  que  se 
sirvan  de  los  de  las  librerías  comunes  de 
los  conventos;  y  otro,  á  instancia  del 
doctor  Villegas,  Gobernador  del  Arzobis- 
pado de  Toledo,  para  que  los  religiosos  de 
todas  Ordenes  sean  examinados  para  con- 
fesar y  predicar,  y  para  que  los  Ordina- 
rios se  hallen  presentes  á  tomar  las  cuen- 
tas á  los  Mayordomos  de  los  conventos  de 
monjas  sujetos  á  frailes,  y  á  las  elecciones 
de  las  Preladas,  y  para  que,  sin  el  con- 
sentimiento del  Ordinario,  no  se  admitan 
en  los  dichos  conventos  de  monjas  seño- 
ras ni  criadas  seglares ;  los  cuales  Breves 
hasta  agora  no  se  han  mandado  ejecutar. 

A  diez  y  nueve  del  dicho,  llegó  á  esta 
Corte  el  Cardenal  Zapata,  de  su  Virei- 
nado  de  Ñapóles,  y  se  hospedó  en  la 
quinta  de  su  primo,  D.  Juan  Serrano  Za- 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  I 83 

pata,  del  Consejo  de  Ordenes,  que  es  de 
mucha  vivienda  y  recreación. 

A  los  treinta,  partió  el  duque  de  Pas- 
trana  para  su  embajada  extraordinaria 
de  Roma;  salió  á  la  ligera,  con  solos  cin- 
cuenta criados  y  personas,  y  llevó  consigo 
al  padre  fray  Diego  López,  Arzobispo  de 
Otranto;  salióle  acompañando  el  Señor 
Nuncio  de  Su  Santidad ,  D.  Inocencio 
Massinio,  Obispo  de  Bertinoro,  hasta  la 
quinta  del  Condestable  de  Castilla. 

Al  conde  de  Castrillo,  Mayordomo  de 
la  Reina,  hizo  su  Majestad  merced  del 
cargo  de  Virey  de  Navarra,  en  lugar  del 
marqués  de  la  Hinojosa,  que  fué  por  Em- 
bajador extraordinario  á  Inglaterra. 

En  primero  de  Abril,  se  hicieron  las 
honras  del  Rey  D.  Felipe  III ,  en  el 
Escurial,  y  en  la  Capilla  real,  y  en  las 
Descalzas,  y  en  la  Encarnación,  por  ser  el 
dia  aniversario  de  su  muerte,  asistiendo 
personas  Reales,  y  muchos  señores  y  per- 
sonajes, donde  tuvieron  presente  la  bon- 
dad y  cristiandad  deste  católico  monarca 

En  seis,  entró  en  esta  Corte  un  Jurado 
in  capite  de  Barcelona,  para  instar  en  la 
suplicación  que  aquel  reino  y  los  otros 
dos  de  la  Corona  de  Aragón  hacen  á  su 
Majestad,  para  que  les  vaya  á  jurar  sus 
fueros;  y  de  paso  besó  la  mano  á  su  Ma- 


184  CAETAS  DB 

jestad,  yendocon  grande  acompañamiento 
de  personas  de  la  Casa  Real,  caballeros 
de  su  reino  y  de  la  Corte,  y  muchos  Seño- 
res y  Grandes. 

El  dicho  dia  besaron  la  mano  á  su 
Majestad  los  Caballeros  Procuradores  de 
Cortes,  Diputados  de  los  reinos  de  Castilla 
y  León,  por  haberse  congregado  para  las 
Cortes  que  se  están  celebrando. 

Hizo  su  Majestad  merced  al  conde  de 
Gondomar  de  título  de  Consejero  de  Es- 
tado; y,  dándole  el  parabién  dello,  dijo 
(preciándose  de  medianero  de  las  alianzas 
con  Inglaterra),  que  estimaba  en  mucho 
que  su  Majestad  hiciese  á  un  inglés  de  su 
Consejo  de  Estado. 

A  ocho  del  dicho  hubo  en  esta  Corte 
mucha  gala  y  bizarría,  y  la  alegría  general 
que  suele  en  semejantes  ocasiones,  con 
fiesta  particular  en  las  Descalias,  por  ser 
dia  en  que  su  Majestad  cumplió  sus  diez 
y  ocho  años;  felices  y  dichosos  le  conte- 
mos muchos  de  su  Monarquía. 

A  nueve,  que  fué  Domingo  de  Ramos, 
hubo  la  procesión  de  los  ramos  por  los 
corredores  altos  de  Palacio,  en  la  forma 
que  se  suele  hacer,  asistiendo  en  ella  sus 
Majestades  y  sus  Altezas,  con  tan  grande 
acompañamiento  de  sus  Damas  cortesa- 
nas, Caballeros,  Señores,  Grandes  y  gente 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  I 85 

popular  y  las  guardas,  que  apenas  habia 
por  do  pasar;  y  con  tantas  galas,  riquezas 
y  joyas,  que  podia  admirar  al  príncipe  de 
Gales  y  á  sus  ingleses,  que  estuvieron  para 
verla  en  unas  ventanas  de  las  del  Rey  que 
caen  á  los  corredores. 

Desde  este  dia  asistieron  sus  Majesta- 
des á  los  Oficios  Divinos  de  la  Semana 
Santa,  en  la  forma  que  siempre  se  suele 
hacer,  lavando  los  pies  á  los  pobres,  y 
dándoles  de  comer,  y  vestido  y  limosna, 
y  andando  sus  estaciones  á  pié,  y  viendo 
las  procesiones  de  disciplina,  y  en  par- 
ticular las  de  las  Ordenes  Descalzas,  como 
en  otra  relación  de  la  entrada  del  Príncipe 
lo  avisé  á  vuestra  merced. 

Los  dias  de  Pascua  de  Resurrección, 
lo  parecieron  muy  bien  en  las  galas  y  bi- 
zarría de  los  cortesanos,  y  en  la  solemni- 
dad con  que  todos  los  Consejos  vinieron 
á  darlas  á  su  Majestad,  como  suelen,  y  en 
la  alegría  con  que  el  príncipe  de  Gales 
subió  á  darlas  á  su  Majestad;  y  los  dos  pa- 
saron en  público  con  los  Infantes  por  los 
corredores,  con  grande  acompañamiento, 
á  darlas  á  la  Reina  y  á  la  Infanta. 

A  diez  y  ocho  deste,  murió  la  marquesa 
de  Malpica,  á  cuya  cristiandad  y  virtud, 
más  se  ha  tenido  envidia  que  lástima;  si 
bien  el  Marqués  estuvo  retirado  ocho  dias 


I 86  CiKTAS  DE 

€n  las  casas  y  ¡ardin  del  marqués  de  Fal- 
ces, por  ser  muy  alegres,  y  posar  en  ellas 
«1  conde  de  Castro,  su  cuñado. 

A  veintitrés,  se  pregonó  un  Registro 
general  de  todo  género  de  gentes,  más 
apretado  que  el  que  hubo  en  Valladolid, 
estando  allí  la  Corte,  que  causó  tanta  con- 
fusión, y  se  hallaron  tantos  inconvenien- 
tes en  él,  que  su  Majestad  mandó  que  ce- 
sara y  de  ninguna  manera  se  hablara  más. 

A  veintiséis,  hizo  el  conde  de  Monte- 
rey  un  suntuoso  banquete  al  marques  de 
Boquingan,  y  á  todos  los  caballeros  in- 
gleses que  asisten  con  el  Príncipe,  de  que 
habrá  vuestra  merced  visto  particular  re- 
lación ;  y  otro  no  menor,  que  le  hizo  don 
Fernando  Girón,  del  Consejo  de  Estado. 

A  treinta,  se  consagró  en  la  Capilla 
real  de  Palacio,  el  Cardenal  Ambrosio 
Espinóla,  por  Arzobispo  de  Tortosa,  por 
mano  del  Inquisidor  mayor,  D.  Andrés 
Pacheco,  con  toda  la  grandeza  que  tal 
acto  y  lugar  requería. 

Dia  de  Santiago,  primero  de  Mayo,  por 
la  tarde,  salió  su  Majestad  por  el  parque 
con  sus  coches,  por  la  ribera  del  Manza- 
nares, hasta  entrar  en  el  sotillo  de  San- 
tiago el  Verde,  que  es  un  sitio  muy  agra- 
dable y  de  grande  entretenimiento  aquel 
dia,  por  concurrir  allí  toda  la  Corte  á  pié 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  1 87 

y  á  caballo  y  en  coche,  con  grandes  rego- 
cijos, bailes,  burlas  y  fiestas,  donde  su 
Majestad,  y  el  Príncipe,  y  los  Infantes,  y 
los  señores  que  los  acompañaban ,  se  hol- 
garon infinito. 

A  tres,  murió  la  duquesa  de  Villaher- 
mosa,  de  un  mal  parto  de  una  hija;  depo- 
sitáronla en  las  Descalzas.  Despachóse 
luego  á  Aragón,  á  tomar  la  posesión  de 
su  Estado,  por  el  conde  de  Ficallo,  su  hijo 
mayor,  de  edad  de  diez  años,  y  dejó  otros 
seis  hijos;  y  á  trece,  se  le  hicieron  sus 
honras  en  las  Descalzas,  donde  predicó 
largo  de  sus  virtudes  el  Padre  Florencia. 

A  diez,  se  trasladaron  las  Arrepentidas 
de  la  casa  donde  estaban,  en  la  calle  de 
los  Peregrinos,  por  ser  pequeña  y  en  mal 
sitio,  á  otra  casa  más  buena  que  se  les 
compró  en  la  calle  de  Hortaleza ,  que  era 
de  Mateo  de  la  Cana,  Alguacil  de  corte,  y 
fueron  en  procesión  cincuenta  y  dos  mu- 
jeres, vestidas  con  sacos  de  sayal,  descal- 
zas, cubiertas  con  velos  blancos,  de  dos  en 
dos,  y  con  velas  blancas  en  las  manos, 
acompañadas  del  Vicario  general  de  Ma- 
drid, y  de  toda  su  clerecía,  cruces  y  es- 
tandartes; y  del  Corregidor  y  Regidores 
en  forma  de  Villa,  con  sus  porteros  y 
maceros;  estando  en  la  Puerta  del  Sol  el 
conde  de  Olivares  y  otros  Señores,  que 


M 


CARTAS  DI 


llevaron  al  príncipe  de  Gales  á  ver  pasar 
la  dicha  procesión. 

A  trece,  salió  el  marqués  de  la  Hino- 
josa  para  la  embajada  extraordinaria  de 
Inglaterra,  por  la  posta,  con  doce  posti- 
llones, y  cuarenta  y  tres  caballos  de 
criados  y  caballeros  que  le  acompañaban, 
vestidos  todos  de  lucidas  libreas  naranja- 
das, y  muchas  galas,  plumas  verdes ,  pa- 
samanos y  cadenas  de  oro,  muchas  joyas 
y  cintillos  de  diamantes,  que  fué  una  cosa 
muy  para  ver. 

A  catorce,  salió  desta  Corte  el  duque 
de  Fernandina,  con  su  casa  y  mujer,  á 
servir  el  cargo  de  las  galeras  de  España. 

A  quince,  se  celebró  la  fiesta  del  Santo 
San  Isidro  Labrador,  de  Madrid,  con 
grandísima  solemnidad,  en  la  parroquia 
de  San  Andrés,  donde  está  su  cuerpo,  y 
con  procesión  general  de  danzas  y  fiestas, 
y  asistiendo  el  Regimiento  de  la  villa;  la 
cual  sus  Majestades  y  Altezas  vieron  desde 
sus  ventanas  de  Palacio. 

A  diez  y  seis,  cumplió  catorce  años  el 
Infante  Cardenal,  en  cuya  consideración 
vistieron  grandes  galas  todos  sus  criados, 
y  los  señores  y  cortesanos ,  como  se  suele 
hacer. 

A  veinte,  murió  en  esta  Corte  la  con- 
desa de  Pliego,  Vireina  de  Nueva  España, 


ANDBÉ3  DE  MENDOZA.  I 89 

que  por  falta  de  salud  y  quedar  recien 
preñada  no  fué  con  su  marido  á  Méjico, 
malparió  una  niña,  y  poco  tiempo  des- 
pués sucedió  su  muerte. 

Salieron  de  Cádiz  diez  y  seis  galeones 
bien  armados,  los  ocho  á  cargo  del  almi- 
rante Ribera ,  y  los  ocho  á  cargo  del  Sar- 
gento mayor  Juan  de  Bitrial,  y  Jusepe  de 
Mena  por  cabo  destas  dos  escuadras,  en 
busca  de  los  bajeles  holandeses  y  de  tur- 
cos, y  á  venir  en  conserva  de  los  galeones 
de  la  plata  y  naves  del  Pirú. 

D.  Juan  Roqueta,  Capitán  francés, 
puso  carteles  en  esta  Corte  para  enseñar 
á  jugar  de  pica  y  alabarda,  y  hacha  de 
armas,  y  enarbolar  bandera,  y  hizo  reseña 
destas  suertes  y  de  su  destreza  delante  de 
su  Majestad  y  sus  Altezas,  con  grande  pri- 
mor y  bizarría. 

A  veintiséis,  murió  Gaspar  López  de 
Salcedo,  Secretario  de  las  tres  Órdenes 
militares,  y  su  Majestad  hizo  merced  á  su 
mujer,  por  su  vida,  de  setecientos  duca- 
dos que  su  marido  tenia  de  gajes;  y  dio 
el  oficio  de  Secretario  de  las  dichas  Órde- 
nes al  secretario  Francisco  de  Elosu  y 
Albiz. 

Este  dia  vino  extraordinario  de  Sevi- 
lla al  Consejo  Real,  avisando  de  un  en- 
cuentro que  tuvo  el  asistente  D.  Fernando 


igO  CARTAS  DE 

Ramírez  Fariñas  con  el  Audiencia  Real, 
por  haber  prendido  el  Asistente  algunos 
esclavos  moros  que  habia  en  aquella  ciu- 
dad, y  haberlos  mandado  soltar  el  Au- 
diencia; y  el  Consejo  mandó  que  se  sobre- 
seyera el  Asistente  en  la  ejecución  de  la 
premática  de  los  dichos  esclavos. 

A  veintiocho,  por  la  tarde,  fué  el  Nun- 
cio de  Su  Santidad,  con  grande  acompa- 
ñamiento de  la  nación  italiana,  á  llevar  un 
Breve  de  Su  Santidad  al  príncipe  de  Ga- 
les: entró  primero  en  el  cuarto  del  conde 
de  Olivares,  y  de  allí  vino  acompañado  del 
Conde,  y  del  marques  de  Montesclaros  y 
de  D.  Fernando  Girón,  y,  entrando  en  el 
cuarto  del  Príncipe,  los  salió  á  recibir 
hasta  la  escalera;  y  haciéndose  grandes 
cortesías,  y  llevando  al  Nuncio  de  la  mano 
al  lado  derecho,  se  sentaron  en  su  retrete, 
y  allí  le  dio  un  largo  recado  de  parte  de 
Su  Santidad,  y  el  dicho  Breve,  cuya  copia 
ya  habrá  vuestra  merced  visto  en  español 
y  en  latin,  porque  luego  se  divulgó  im- 
preso. El  Príncipe  lo  recibió  con  grande 
cortesía,  haciendo  suma  estimación  del, 
y  de  quien  lo  enviaba,  y  de  quien  lo  traía. 

Este  dia  partió  D.  Enrique  Pimcntel, 
hermano  del  conde  de  Benavente,  á  su 
Obispado  de  Cuenca. 

A  veintinueve,  dio  el  Príncipe  á  Pedro 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  I91 

de  Sierra,  Alguacil  de  corte,  una  cadena 
de  setecientos  escudos,  por  haberse  ocu- 
pado en  traer  su  recámara  y  algunos 
criados,  desde  Santander  á  esta  Corte;  y 
su  Majestad  dio  otra  cadena  de  cuatrocien- 
tos escudos  á  un  bufón  inglés  que  trajo 
consigo  el  Príncipe. 

Este  dia  se  dijo  que  las  cosas  del  Im- 
perio del  Gran  Turco  andaban  con  mucha 
inquietud,  porque  el  Bajá  del  gobierno  de 
Babilonia,  y  los  del  gobierno  de  Corfú, 
de  Alepo,  de  Damasco  y  de  Hungría,  se 
le  hablan  rebelado  y  levantado,  y  que  en 
Constantinopla  se  hablan  encontrado  los 
genízaros  con  la  caballería;  y  agora  últi- 
mamente se  dice  que  es  muerto  el  Gran 
Turco,  en  su  tierna  edad,  y  por  no  haber 
quedado  hermano  ni  deudo  suyo,  con  que 
se  ha  visto  cumplida  la  profecía  del  fin  y 
ruina  de  la  Casa  Otomana,  estaba  aquel 
Imperio  puesto  en  grande  discordia,  y 
para  perderse;  y  en  defecto  de  sucesores 
de  aquella  Casa,  hablan  puesto,  por  elec- 
ción, un  renegado  albanés  en  aquel  Im- 
perio. 

No  aviso  á  vuestra  merced  de  las  fies- 
tas de  toros  que  hubo  á  primero  de  Junio, 
porque  luego  se  estampó  relación  particu- 
lar dellas,  y  vuestra  merced  la  habrá 
visto. 


ipa  CiKTAS  DE 

A  tres,  vino  nueva  de  Lisboa  cómo  el 
Almirante  Ribera  encontró  en  el  Cabo  de 
San  Vicente  tres  bajeles  de  turcos;  los 
echó  á  fondo;  y  el  otro,  que  era  de  sete- 
cientas toneladas,  cogió,  y  en  él  ciento 
cuarenta  esclavos. 

A  cuatro,  dia  de  Pascua  del  Espíritu 
Santo,  fué  el  Príncipe  á  dar  las  buenas 
pascuas  á  sus  Majestades  y  Altezas,  como 
en  la  pasada. 

Segundo  dia  de  Pascua,  salieron  á  en- 
sayarse algunos  caballeros  que  han  de 
jugar  las  cañas  en  unas  fíestas  principa- 
les, donde  ha  de  entrar  la  persona  Real, 
que  senm  en  este  mes  de  Agosto. 

A  seis,  parió  la  duquesa  de  Cea  un 
hijo,  á  quien  fueron  luego  á  dar  el  para- 
bien  todas  las  señoras  de  la  Corte,  y  al 
Duque  todos  los  señores,  y  el  conde  de 
Olivares;  aunque  se  sospechó  que  el  niño 
no  era  de  dias,  y  ansí,  de  allí  á  pocos,  á 
trece  del  dicho,  murió. 

Y  el  mismo  dia  vino  correo  de  Ingla- 
terra, y  con  él  se  avisó  cómo  aquel  Rey 
hizo  merced  al  marqués  de  Boquingan  de 
título  de  Duque,  que  será  el  primero  que 
ha  habido  en  aquel  Reino. 

A  siete,  vino  correo  de  la  llegada  de 
los  galeones  de  la  plata  y  flota  de  Tierra- 
Firme,  que  trajo  el  marqués  de  Cadereita, 


AÑORES    DE  MENDOZA.  I93 

que  por  la  tormenta  que  tuvieron,  á  cinco 
de  Setiembre  de  seiscientos  veintidós,  al 
salir  de  la  Habana,  en  el  Canal  de  Baha- 
ma,  se  hablan  detenido  hasta  agora,  como 
habrá  visto  vuestra  merced  por  la  relación 
que  se  imprimió  de  aquel  suceso,  y  arri- 
baron á  España  con  prosperidad,  y  sin 
otra  desgracia;  trujeron  parte  de  la  plata 
de  los  galeones  que  se  perdieron,  y  se  en- 
tiende que  la  demás  y  el  artillería  se  sa- 
cará, para  cuyo  ministerio  quedó  allí  el 
piloto  mayor  Gaspar  de  Vargas. 

A  ocho,  hizo  el  Nuncio  de  Su  Santidad 
un  banquete  muy  regalado  y  espléndido, 
de  todo  el  dia,  á  los  Embajadores  de  Ale- 
mania y  Francia  y  á  sus  mujeres,  y  al  de 
Venecia,  en  la  casa  de  recreación  que  su 
Majestad  tiene  en  Bacia-Madrid,  riberas 
de  Jarama,  donde  se  holgaron  y  entretu- 
vieron mucho  cazando  y  pescando. 

Dícese  que  á  diez  deste  llevó  el  duque 
de  Boquingan  al  Príncipe,  en  secreto,  en 
coche  cerrado,  á  casa  de  Vicente  Juárez, 
músico  de  cámara  de  su  Majestad,  para 
que  se  entretuviera  oyendo  cantar  dos 
hijas  que  tiene,  y  después  de  haber  can- 
tado y  tañido  en  todos  instrumentos  con 
notable  destreza  más  de  una  hora,  de  que 
su  Alteza  quedó  muy  gustoso  y  alegre, 
pidió  el  Duque  la  hija  mayor  para  que 

i3 


194  CAITAS   ÜE 

sirviese  á  la  Duquesa,  y  dio  á  cada  una 
una  cadena  de  trescientos  escudos,  y  ellas 
las  recibieron  con  mucha  cortesía,  sin 
responder  entonces  á  lo  demás. 

De  Italia  se  escribió  á  los  doce  deste, 
que  el  duque  de  Alva,  Virey  de  Ñapóles, 
gobierna  aquel  reino  prudentísimamente 
y  envió  con  un  correo  ordinario  la  con- 
cesión del  donativo,  con  que  aquel  Reino 
sirve  cada  año  á  su  Majestad;  y,  además 
de  él,  concedieron  otro  donativo  extraor- 
dinario, de  á  trescientos  mil  ducados  en 
cada  uno  de  cuatro  años  siguientes,  que 
montan  un  millón  y  ducientos  mil  duca- 
dos. Y  se  avisa  que  andan  mal  seguros 
aquellos  mares  y  costas,  y  que  algunas 
Señorías  y  Potentados  no  proceden  con 
toda  llaneza,  á  cuya  causa,  en  lo  general, 
aclaman  justísimamente  aquellos  Reinos 
en  todas  ocasiones  por  el  valor  del  duque 
de  Osuna. 

Y  de  Milán  se  avisó  cómo  los  Grisones 
católicos  de  la  Baltelina  no  vienen  de  nin- 
guna manera  en  estar  debajo  de  la  pro- 
tección de  otro  Príncipe,  sino  de  su  Ma- 
jestad Católica,  a  quien  con  todas  veras  y 
resolución  se  han  sometido;  sobre  lo  cual 
se  despachó  luego  al  duque  de  Feria  por 
el  Consejo  de  Estado:  no  se  sabe  hasta 
agora  la  orden  que  se  le  envió. 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  I95 

A  trece,  vino  correo  de  Lisboa,  despa- 
chado al  Consejo  de  Portugal,  conque 
avisan  que  al  puerto  de  Macao,  en  la 
China,  llegaron  quince  navios  de  holande- 
ses, con  intento  de  ganar  y  robar  aquella 
ciudad  á  los  portugueses,  que  es  el-  más 
rico  é  importante  comercio  del  Oriente,  y 
quedarse  en  ella  y  en  la  amistad  de  los 
chinos,  á  los  cuales  se  opusieron  sesenta 
soldados  portugueses,  con  algunos  merca- 
deres y  esclavos  que  allí  habia,  y  alguna 
otra  gente  que  acudió  de  la- ciudad,  y  die- 
ron en  los  holandeses  (que  eran  más  de 
dos  mil)  con  tanta  osadía  y  valor,  que 
habiéndoles  muerto  más  de  setecientos,  se 
retiraron  los  demás  volviendo  muy  mal- 
tratados. 

Este  dia  vino  aviso  de  Málaga,  que 
llegando  allí  dos  galeras  de  España,  y  ha- 
ciendo la  salva  acostumbrada  á  su  entra- 
da, se  pegó  fuego  en  la  cámara  de  la  mu- 
nición de  la  una  galera ,  y  se  abrió  toda  y 
se  fué  á  fondo,  ahogándose  todos  los  forza- 
dos y  algunos  soldados,  y  otros  se  volaron 
con  el  fuego,  donde  murieron  más  de  du- 
cientas  personas;  desgracia  harto  notable. 

A  catorce,  fueron  sus  Majestades  y  Al- 
tezas al  convento  Real  de  los  Angeles,  á 
ver  dar  dos  hábitos  de  monjas  á  dos  hijas 
del  Relator  Juan  de  la  Rea,  del  Consejo 


196      CARTAS   DE   ANDRÉS   DE   MENDOZA. 

de  Indias,  á  las  cuales  llevaron  en  coche 
y  apadrinaron  la  condesa  de  Monterey  y 
marquesa  del  Carpió,  hermanas  del  conde 
de  Olivares,  asistiéndoles  la  duquesa  del 
Infantado  y  otras  muchas  señoras,  á  las 
cuales,  y  á  las  personas  reales,  dieron  las 
monjas  muchas  y  muy  regaladas  cola- 
ciones. 

Los  demás  sucesos  y  cosas  de  nuevo 
que  sucedieren,  yo  prometo  á  vuestra 
merced  de  avisar  en  la  docena  carta,  la 
cual  será  con  mucha  brevedad. 


-% 


CARTA  DUODÉCIMA, 


EN  la  oncena  carta  prometí  á  vues- 
tra merced,  con  mucha  brevedad ,  de 
enviarle  la  docena,  y  así,  para 
cumplir  con  la  obligación  tan  grande  que 
á  vuestra  merced  tengo,  le  enviaré  á  de- 
cir las  cosas  nuevas  que  después  acá  de  la 
oncena  han  sucedido. 

Jueves  á  quince,  dia  del  Corpus ^  se 
hizo  la  procesión  general  del  Santísimo 
Sacramento,  para  solo  la  descripción  de 
la  cual  quisiera  comenzar  otro  discurso,  y 
no  referirla  al  fin  deste,  tan  largo  que  lo 
leerá  vuestra  merced  cansado.  Fué,  señor, 
con  tan  grande  adorno  y  majestad,  cual 
jamás  se  ha  visto;  para  la  cual,  desde 
nueve  deste  se  habian  prevenido  por  el 
Consejo  de  Órdenes  todos  los  caballeros 
de  las  tres  Ordenes  militares,  y  por  la 
Asamblea  los  de  San  Juan ,  para  que  asis- 


198  CARTAS  4)B 

tiesen  á  ella  con  sus  mantos  capitulares; 
y  por  mandato  de  su  Majestad  todas  las 
Ordenes  monacales  y  las  exemptas,  que, 
sin  embargo  de  sus  exempciones  ó  cos- 
tumbre de  no  salir,  por  esta  vez  asistiesen 
á  esta  procesión.  Comenzó  á  salir,  como 
suele,  de  la  iglesia  de  Santa  María  (Perro- 
quia  más  antigua),  á  las  nueve  de  la  ma- 
ñana, y  se  acabó  cerca  de  las  tres  de  la 
tarde;  bajó  por  la  puerta  de  la  casa,  que 
se  quemó,  del  Almirante  de  Castilla,  y  por 
la  del  duque  de  Pastrana,  y  por  las  caba- 
llerizas del  Rey,  derecha  á  la  puerta  de 
Palacio,  subió  hasta  San  Juan,  y,  por  la 
puerta  de  la  casa  que  se  está  labrando  del 
conde  de  Olivares,  á  la  calle  de  Santiago, 
y  salió  á  la  puerta  de  Guadalajara,  y  bajó 
por  la  Platería,  y  casa  del  marqués  de  Ca- 
ñete, á  la  Iglesia  donde  habia  salido. 
Estuvieron  todas  las  calles  y  partes  dichas 
ricamente  aderezadas  de  colgaduras  y  ta- 
picerías, y  en  particular,  desde  las  Caba- 
llerizas hasta  San  Juan,  las  muy  ricas  de 
su  Majestad ,  de  las  guerras  de  Túnez  y  la 
Goleta,  y  la  de  Abrahan  y  la  de  Noé;  y 
frontero  de  Palacio  hubo  un  altar  con 
grandiosas  joyas  y  riquezas,  y  un  dosel 
nuevo,  de  seda,  plata  y  oro,  el  mejor  que 
desta  calidad  se  ha  visto,  hecho  en  el 
nuevo  obraje  que  ha  traído  á  su  villa  de 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  199 

Pastrana  el  Duque ,  para  emulación  de 
los  chinos  y  flamencos,  pues  se  han  hecho 
ya  allí  algunas  tapicerías ,  las  mejores  que 
dicen  se  hallan  en  Europa.  Dicha  la  misa 
por  el  Inquisidor  mayor  y  Capilla  real, 
con  asistencia  de  su  Majestad  y  el  Infante 
D.  Carlos,  cardenales  Zapata  y  Espinóla, 
Grandes  y  Embajadores,  en  sus  asientos, 
caminó  la  procesión,  yendo  los  atabaleros 
y  trompetas  delante.  Luego  veinticuatro 
pendones,  con  sus  Piostres,  Mayordomos 
y  Oficiales- de  las  cofradías,  con  sus  cetros 
de  plata,  y  más  de  cincuenta  hachas  blan- 
cas con  cada  pendón.  Luego  los  niños 
desamparados,  con  su  pendón,  vestidos 
con  ropas  azules,  y  los  niños  de  la  Doc- 
trina ,  con  su  pendón  y  ropas  pardas, 
todos  con  sobrepellices  y  guirnaldas  de 
flores  en  las  cabezas,  y  ramos  en  las  ma- 
nos. Luego  los  hermanos  del  Hospital  ge- 
neral; delarrte  una  cruz,  y  detras  el  Preste 
con  capa  y  reliquia,  y  Diáconos  á  los  la- 
dos. Luego  el  Tribunal  del  Santo  Oficio 
de  la  Inquisición,  con  su  estandarte  de 
las  armas  de  Santo  Domingo,  y  todos  los 
Familiares,  Notarios,  Comisarios,  Con- 
sultores y  Calificadores  desta  corte  y  su 
distrito,  con  hachas  y  velas  de  cera,  y  sus 
insignias  en  las  capas  y  pectorales  en  los 
pechos.  Luego  la  religión  de  Juan  de  Dios 


200  CARTAS   DE 

con  guión  de  plata,  y  el  Preste  con  capa  y 
reliquia,  y  Diáconos.  Luego  los  Capuchi- 
no* ,  con  cruz  delante ,  y  Preste  con  reli- 
quia y  Diáconos.  Luego,  de  la  misma 
manera,  los  Mercenarios  descalzos,  los 
Trinitarios,  los  Recoletos  agustinos  y  los 
Carmelitas  descalzos.  Luego  la  religión 
de  los  Clérigos  menores,  la  Compañía  de 
Jesús,  en  que  iban  más  de  doscientos  re- 
ligiosos; los  Mínimos  vitorianos  de  San 
Francisco  de  Paula,  los  Gerónimos,  lo* 
Mercenarios ,  los  Trinitarios,  los  Agusti- 
nos, los  Franciscos  descalzos  y  calzado* 
juntos,  que  fueron  más  de  doscientos,  y 
los  Dominicos.  Luego  los  monjes,  los  Ba- 
silios, los  Preraostenses,  los  Bernardos,  y, 
en  último  lugar,  los  Benitos,  que  es  la 
más  antigua  religión  de  la  Iglesia  latina; 
llevando  todas  temos  y  guiones  muy  cos- 
tosos y  ricos,  y  acólitos  con  incensarios. 
Tras  las  Órdenes  monacales  fueron  las 
cruzes  de  las  parroquias ,  y  luego  las  tres 
Órdenes  de  caballeros  militares,  con  sus 
mantos  de  capítulo,  la  de  Alcántara,  la  de 
Calatrava  y  la  de  Santiago,  yendo  los  tí- 
tulos y  Grandes  que  tenían  Hábitos,  con 
el  Cuerpo  de  los  Caballero  de  su  orden; 
en  medio  de  las  Órdenes  militares  iba  el 
Clero  en  dos  hileras.  Luego  los  Consejos 
por  su  orden  y  antigüedad,  en  dos  hileras. 


ANDRÉS   DE  MExNDOZá.  20F 

y  en  medio  de  los  Consejos  la  música  de 
la  Capilla  real ,  y  algunos  veinte  clérigos 
revestidos  para  llevar  la  Custodia ,-  que  es 
muy  rica ,  y  pesa  más  de  catorce  arrobas 
de  plata  y  en  medio  un  relicario  de  oro,  en 
que  va  el  Santísimo  Sacramento,  que  pesa 
una  arroba,  llevando  los  Regidores  de  la 
Villa  las  varas  y  cordones  del  palio.  Detrás 
del  Santísimo  Sacramento  iba  el  Inquisi- 
dor mayor  que  habia  hecho  el  oficio,  y  por 
los  lados  veinticuatro  Capellanes  de  honor 
del  Rey,  con  capas.  Luego  los  Mayordo- 
mos semaneros,  y  algunos  Grandes  que' 
no  tenían  Hábitos;  y  luego  su  Majestad  con 
tanta  devoción  como  es  su  gallardía  y  brío, 
con  un  rico  vestido  bordado  noguerado,  y 
el  collar  grande  del  Tusón;  y  su  hermano 
D.  Carlos  á  la  mano  izquierda,  como  un 
paso  delante,  y  otro  detras,  á  los  lados  de 
9u  Majestad,  los  dos  Cardenales,  y  detras 
de  su  Majestad  los  Embajadores,  y  el 
Capellán  mayor  y  Obispos,  cercados  to- 
dos, como  suelen,  de  la  guarda  de  los 
Archeros,  yendo  delante  la  española  aí 
lado  derecho,  y  la  tudesca  al  lado  iz- 
quierdo ,  llevando  todas  las  personas  rea- 
les, y  las  eclesiásticas  y  seglares,  velas 
blancas  en  las  manos,  que  siempre  da  la 
Villa  este  dia,  en  que  se  suele  gastar 
muchos  ducados. 


«02  CARTAS   VTB, 

Al  pasar  la  procesión  por  la  puerta  de 
Palacio,  hizo  su  Majestad  gran  cortesía  á 
la  Reina,  que  estaba  en  el  balcón  princi- 
pal con  la  Infanta  y  el  Infante  Cardenal, 
y  la  misma  cortesía  hizo  al  príncipe  de 
Gales,  que  estaba  con  su  gente  en  los 
balcones  de  su  cuarto,  los  cuales  hicieron 
grandes  cortesías  y  reverencias  á  su  Ma- 
jestad, y  grandes  humillaciones  y  adora- 
ciones, adorando  de  rodillas  al  Santísimo 
Sacramento  cuando  pasó;  y  algunos  de 
los  caballeros  que  con  él  han  venido  fue- 
ron en  la  procesión,  y  se  dice  por  cierto 
que  son  católicos,  y  todos  en  general  hi- 
cieron la  misma  cortesía  que  su  Príncipe, 
desde  donde  estaban,  cuando  pasaba  la 
Custodia. 

Por  la  tarde  se  representaron  los  au- 
tos de  los  carros  á  la  puerta  de  Palacio, 
asistiendo  sus  Majestades  y  Altezas  á  ve- 
llos, en  una  ventana  baja  que  está  junto  á 
la  puerta  principal;  y  el  príncipe  de  Ga- 
les, por  gozar  mejor  de  la  vista  de  la  In- 
fanta, no  estuvo  en  ventana,  sino  en  un 
coche  con  el  duque  de  Boquingan  y  otros 
caballeros,  cerradas  algo  las  cortinas, 
frontero  del  tablado  y  de  la  ventana  de 
sus  Majestades,  donde  pudo  gozarlo  todo. 

No  refiero  á  vuestra  merced  las  proce- 
siones y  tiestas  de  la  Octava  del  Sacra* 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  20$ 

-mentó,  que  se  han  hecho  por  su^turno  en 
las  iglesias  de  San  Pedro,  San  Martin, 
San  Gil,  en  la  Encarnación,  en  San  Felipe, 
en  la  Trinidad  y  en  las  Descalzas,  y  en 
las  demás  perroquias  desta  corte,  aunque 
han  sido  de  grande  admiración  y  se  han 
visto  en  ellas  innumerables  riquezas, 
siendo  más  acertado  remitirlo  á  su  cuerda 
consideración  de  vuestra  merced  que  á 
mi  tosca  y  prolija  relación;  solo  le  quiero 
ponderar  el  valor  de  dos  tapicerías  que 
hubo  en  la  fiesta  de  San  Felipe,  una  de 
Sansón  y  otra  de  Judich,  hechas  en  Pas- 
trana,  con  lo  que  oí  decir  á  unos  flamen- 
cos que  trataban  dellas  estándolas  mi- 
rando, que  no  habia  en  el  mundo  pincel 
que  las  pudiese  exceder,  ni  hombre  enten- 
dido dellas  que  las  supiese  estimar. 

A  diez  y  siete  se  publicó  la  merced  que 
su  Majestad  hizo  al  conde  de  Osona,  hijo 
mayor  del  marqués  de  Aytona,  de  la  Em- 
bajada ordinaria  de  Alemania,  con  doce 
mil  ducados  de  ayuda  de  costa. 

Este  dia  hubo  cartas  de  Roma,  en  que 
se  avisó  el  grande  recibimiento  que  se 
hizo  en  aquella  corte  al  duque  de  Pastra- 
na,  que  le  salieron  á  recibir  más  de  cien 
carrozas  de  Cardenales  y  Señores,  y  en 
apeándose  en  casa  del  duque  de  Albur- 
querque,  Embajador  ordinario,  fué  á  be»- 


W04  CAftTAS  DE 

sar  el  pié  á  Su  Santidad,  de  quien  fué 
recibido  con  grande  benevolencia  y  amor. 

Este  dia  llegó  aviso  de  la  ciudad  de 
Mazagan,  en  África,  de  cómo  Blas  Tellez 
de  Meneses,  Gobernador  y  Capitán  gene- 
ral de  aquella  plaza,  se  opuso  con  cuatro- 
cientos ochenta  portugueses  contra  el  po- 
der de  cinco  mil  caballos  y  cinco  mil 
peones  moros,  saliendo  en  campaña  rasa, 
donde  se  dio  una  grande  batalla,  que  duró 
desde  las  ocho  de  la  mañana  hasta  la  una 
de  la  tarde,  en  que  murieron  inñnitos 
moros,  y  alcanzó  la  victoria  el  dicho  Go- 
bernador con  sola  la  pérdida  de  un  sóida- 
do  y  veinte  heridos. 

A  diez  y  ocho  se  consagró  en  la  Capilla 
real  de  Palacio  el  doctor  Molina,  hermano 
de  Melchor  de  Molina,  del  Consejo  real  y 
de  la  Cámara,  para  el  Obispado  de  León, 
por  mano  del  Inquisidor  mayor,  asistien- 
do los  dos  Obispos  de  Rosana  y  de  Sirene. 

Desde  que  llegó  el  príncipe  de  Gales  a 
esta  corte,  se  ha  tenido  con  su  Alteza  la 
cortesía  posible  y  cuidado  de  su  regalo  y 
deseo  de  festejarle  y  entretenerle,  así  con 
diversas  fiestas  que  se  le  han  hecho,  cor- 
riendo toros  en  cantidad,  con  rejones  y 
lanzadas  admirables,  como  jugando  cañas 
de  vistosas  libreas,  caballos  y  jaeces,  co- 
sas pocas  veces  ó  nunca  vistas  de  la  Nación 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  205 

inglesa;  ya  con  máscaras  y  encamisadas, 
que  han  bien  merecido  las  particulares 
relaciones  que  dellas  se  han  hecho,  y  ya 
con  comedias  excelentes,  ansí  por  los  auto- 
res que  las  han  hecho  como  por  el  primor 
á  que  ha  llegado  la  poesía  y  elegancia 
dellos  en  estos  tiempos,  y  por  las  diferen- 
cias de  bailes  y  músicas  con  que  las  han 
adornado,  y  esto  con  tanta  frecuencia, 
que  cada  semana  ha  oido  una  ó  dos  co- 
medias. Ya  saliendo  á  caza  ó  á  montería 
al  Pardo,  á  los  bosques  y  sotos  de  su  Ma- 
jestad, que  por  ser  tantos  y  tan  abundan- 
tes de  caza  mayor  y  menor,  ha  tenido 
particulares  entretenimientos  y  gusto  en 
ellos,  y  le  han  sucedido  dichosos  lances; 
ya  saliendo  á  las  casas  de  placer  de  su 
Majestad,  á  la  del  Campo,  donde  dicen 
que  está  la  primavera  del  paraíso  en  cua- 
dros de  flores,  calles  de  árboles,  burlado- 
res, grutas  y  fuentes  de  agua,  hermosísi- 
mos y  grandiosos  estanques,  abundan- 
tes de  peces  y  de  cisnes,  y  por  remate 
aquel  admirable  caballo  puesto  sobre  un 
pié,  y  encima  el  retrato  al  natural  del 
rey  D.  Felipe  el  tercero,  armado  y  con 
un  bastón,  todo  de  bronce  y  de  una  pieza 
sobre  una  eminente  basa  cuadrada  de  lo 
mismo,  y  lo  envió  el  gran  duque  de  Flo- 
rencia, y  dicen  se  debe  estimar  por  una 


^b  CARTAS  DE 

de  las  maravillas  del  mundo.  Ya  visitando 
el  maravilloso  sitio  de  San  Lorenzo  el 
real,  en  el  Escurial,  que  por  ser  la  novena 
maravilla  no  hay  para  qué  entrar  en  la 
ponderación  de  sus  grandezas,  y  ya  re- 
creándose en  el  milagroso  de  Aranjuéz, 
cuya  grandeza  y  amenidad  ya  vuestra 
merced  habrá  visto,  ó,  en  su  defecto, 
leido  la  elegante  relación  que  de  él  escri- 
bió en  tercetos  Lupercio  Leonardo  de 
Argensola,  que  comienza: 

Hay  un  lugar  en  lo  mejor  de  España, 
Donde  Tajo  á  Jarama  el  nombre  quita 
Y  con  sus  olas  de  cristal  lo  baña. 

Aquí  se  admiró  su  Alteza  de  ver  ser- 
virse aquella  casa  con  camellos  en  lugar 
de  acémilas,  y  de  ver  la  cantidad  de  aves- 
truces que  hay,  grandes  y  pequeños,  cria- 
dos en  aquel  sitio,  lo  cual  ocasionó  á  su 
Majestad  á  que  presentase  al  Príncipe  un 
elefante  y  cinco  camellos  y  un  avestruz, 
lo  cual  su  Alteza  recibió  y  mandó  enviar 
luego  á  Inglaterra.  Otras  veces  entrete- 
niéndose viendo  hacer  mal  á  caballos,  ó 
jugar  á  la  pelota,  ó  en  ver  correr  sortija 
y  estafermo,  retirado  con  su  Majestad  en 
los  jardines  de  la  Priora;  y  muchas  tardes 
en  ver  jugar  las  armas,  á  cuyo  ejercicio 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  20/ 

acudieron  á  Palacio  el  Maestro  mayor  ae- 
llas y  el  de  su  Majestad,  y  D.  Luis  de 
Narvaez ,  primor  de  la  destreza  verdadera, 
y  otros  maestros  desta  corte  y  de  diver- 
sas partes,  y  caballeros  y  señores  aficio- 
nados á  ellas,  para  los  cuales  hubo  dias 
en  que  se  dieron  á  los  que  se  aventajaron 
premios  de  guantes,  bandas,  medias  y 
cortes  de  jubones  de  tela  y  aderezos  de 
espadas;  lo  cual  estímanlo  de  manera  que 
la  frecuencia  creció  y  el  punto  de  la  re- 
putación apretó  hasta  salir  descalabrados- 
y  heridos  los  más  diestros,  y  un  maestro 
con  un  ojo  menos  que  le  sacaron  y  le  saltó 
al  suelo  de  una  estocada,  á  quien  su  Ma- 
jestad mandó  dar  cien  escudos  para  cu- 
rarse; en  cuyo  ejercicio  se  ha  visto  claro, 
que  excede  la  fuerza,  ligereza  y  osadía  á 
toda  cualquier  destreza  del  arte.  Todos 
los  cuales  ejercicios  y  divertimientos  no 
han  sido  parte  para  que  su  Alteza  lo  tenga 
del  principal  intento  que  le  trajo  á  Espa- 
ña, pues  en  medio  del  poder  de  todos  les 
volvia  las  espaldas,  y  brevemente  los  de- 
jaba por  verse  á  los  rayos  de  su  sol,  que 
donde  quiera  le  abrasaba;  y  ansí,  á  pocas 
partes  procuraba  ni  dejaba  ir,  donde  la 
Infanta  no  estuviese,  y,  cuanto  en  sí  es, 
ha  dado  increíble  priesa  á  la  resolución 
de  sus  casamientos,  venciendo  todos  los 


208  CARTAS   DE 

inconvenientes  y  dificultades  que  se  han 
opuesto,  y  allanándose  á  todas  las  condi- 
ciones justas  y  santas,  que  de  parte  de  Su 
Santidad  y  de  su  Majestad  se  han  pedido, 
como  precisas  y  necesarias,  para  la  vali- 
dación del  indisoluble  vínculo  del  matri- 
monio. A  cuyo  fin  se  han  enderezado  los 
penosos  estudios  y  vigilias  de  los  doctísi- 
mos ingenios  de  los  señores  desta  junta; 
con  cuyo  parecer  se  resolvió,  lunes  diez  y 
siete  de  Julio,  el  efectuarse  estos  casa- 
mientos, estando  todos  ciertos  que  han 
de  ser  para  gran  servicio  de  Dios,  nuestro 
Señor,  y  notable  utilidad  de  la  Religión 
cristiana;  que  pues,  ahora  á  los  principios, 
afirman  los  dos  Embajadores  que  tenemos 
en  Inglaterra  la  innumerable  cantidad 
de  católicos  que  se  declaran  cada  dia,  y 
la  frecuencia  grande  que  hay  de  los  Sa- 
cramentos, y  el  agrado  y  afabilidad  con 
que  son  tratados  del  Rey  y  sus  ministros, 
y  de  toda  la  nobleza,  y  del  común,  cierto 
es  que  en  lo  de  adelante  se  acrecentará  á 
mejor  estado,  y  para  ello  se  están  labran- 
do y  edificando  templos,  iglesias  y  orato- 
rios. 

Martes,  diez  y  ocho  de  Julio,  mandó 
su  Majestad  avisar  esta  resolución  á  todos 
los  Señores,  Grandes  y  Consejos,  para 
que,  en  este  dia  y  en  los  dos  siguientes,  se 


AÑORES   DE  MENDOZA.  20^> 

hiciesen  públicas  alegrías  y  luminarias 
por  ello,  y  ansí  las  hubo  por  toda  la  Cor- 
te; con  que  fueron  los  tresdias  de  mayo- 
res y  más  excesivos  calores  que  se  han 
visto  muchos  años  há  en  España. 

De  Roma  vino  aviso  como  la  Santidad 
de  nuestro  Beatísimo  Padre  Gregorio, 
Papa  decimoquinto,  murió  á  los  diez 
deste. 

Este  dia  se  confirmó ,  en  grado  de  re- 
vista, la  sentencia  que  en  ocho  de  Mayo 
habia  salido  contra  D.  Antonio  Manrique, 
marqués  de  Chirela,  por  la  vista  que  se 
le  tomó  del  tiempo  que  estuvo  en  Italia, 
y  fué  Estraticol  de  Mecina ,  en  que  fué 
condenado  en  veinticinco  mil  ducados  y 
las  costas,  y  en  seis  años  de  destierro  de 
esta  Corte  y  de  los  reinos  de  Ñapóles  y 
SiciUa. 

En  mi  relación  de  la  entrada  del  Prín- 
cipe, veria  vuestra  merced  como  sirvió 
aquel  dia  la  compañía  de  los  archeros 
huérfanamente,  sin  su  capitán  el  mar- 
qués de  Falces,  y  ansí  se  está  hasta  hoy, 
porque  el  Marqués  suplicó  á  su  Majestad, 
que  en  remuneración  de  sus  servicios  de 
treinta  y  seis  años  continuos,  hechos  á 
tres  Reyes,  le  hiciese  merced  de  jubilarlo, 
dando  su  plaza  al  conde  de  Sobre ,  su  so- 
brino, haciéndole  á  él  merced  condigna 


210  CAnTAS    DE 

de  sus  muchos  méritos  y  servicios,  y  ha- 
biéndose publicado  luego  la  merced  de  la 
plaza  al  dicho  Conde,  no  hablan  salido 
hasta  agora  las  mercedes  del  Marqués;  al 
cual,  en  quince  de  Julio,  fué  su  Majestad 
servido  de  honrar,  dándole  los  gajes  de  la 
dicha  plaza  por  su  vida,  en  su  casa,  y  la 
futura  sucesión  de  su  encomienda  de  Mo- 
hernando,  para  después  de  sus  dias,  al 
conde  de  Santistéban,  su  hijo,  poniéndole 
desde  luego  el  hábito  de  Santiago;  y  ansi- 
mismo  le  hizo  merced  del  oficio  de  Gran 
Mariscal  de  Navarra.  Cargo  de  grandísima 
estimación  en  aquel  reino,  pues  lo  han 
tenido  hijos  y  hermanos  de  reyes  de  Na- 
varra. Con  lo  cual  el  dicho  Marqués  se  va 
honroso  y  gustoso  á  residir  en  su  estado, 
y  el  dicho  Conde  vendrá  de  Flándes  este 
otoño  á  servir  el  dicho  cargo  de  capitán 
de  los  Archeros. 

Ha  hecho  su  Majestad  merced  al  al- 
calde D.  Pedro  Fernandez  de  Mansilla,  de 
una  plaza  de  Oidor  del  Consejo  de  Indias, 
y  á  D.  Pedro  de  Guzman,  hermano  del 
marqués  de  Camarasa,  del  cargo  de  Vice- 
canciller de  Aragón,  y  á  D.  Alonso  de  la 
Carrera,  catedrático  de  prima  de  Cánones 
en  Salamanca,  de  plaza  de  Oidor  de  Gali- 
cia, y  á  Felipe  de  Salas,  de  título  de  Se- 
cretario ordinario,  y  á  D.  Fernando  de  la 


ANDRÉS   DE   MBNDOZi.  211 

Gefda,  hermano  de  la  princesa  de  Asculi, 
del  cargo  de  Capitán  de  la  guarda  del  se- 
ñor Infante  Cardenal,  con  que  se  acres- 
cerá  á  su  Alteza  un  increíble  y  bien  excu- 
sado gasto;  y  será  el  primer  Infante  de 
Castilla  que  haya  tenido  guarda  particular. 
Hizo  asimismo  merced  á  D.  Gonzalo 
de  Campo,  Provisor  y  Gobernador  que 
fué  del  Arzobispado  de  Sevilla,  del  Obis- 
pado de  Guadix,  y,  antes  de  haber  enviado 
por  las  Bulas,  se  le  dio  el  Arzobispado  de 
Lima,  que  es  el  mejor  de  todas  las  Indias. 

Y  á  Pedro  de  Contreras,  Secretario  de 
la  cámara  y  de  las  consultas,  hizo  merced 
de  un  hábito  de  Santiago. 

Y  á  D.  Carlos  de  Ibarra,  que  viene  por 
General  de  la  flota  que  llegará  de  Nueva- 
España,  dio  la  futura  sucesión  de  la  en- 
comienda de  Villahermosa,  que  tiene  Don 
Diego  de  Ibarra,  su  padre;  y,  por  ser  de 
la  orden  de  Santiago,  se  pondrá  el  hábito 
della  y  dejará  el  que  tiene  de  Alcántara. 
Esta  misma  merced  estaba  hecha  á  Don 
Francisco  de  Ibarra,  su  hermano  mayor, 
Maese  de  campo  que  era  de  infantería  es- 
pañola en  Flándes,  y  murió,  sirviendo  allí, 
en  la  batalla  que  ganó  D.  Gonzalo  Fer- 
nandez de  Córdova  contra  el  conde  Mans- 
felt,  entre  Bruselas  y  Genape. 

De  Alemania  se  avisó,  que  la  Cesárea 


313  CARTAS  DB 

Majestad  mandó  echar  á  todos  los  protes- 
tantes de  Ildemberg,  corte  del  Palatino, 
con  que  acabó  de  limpiar  desta  gente  lo 
que  le  está  sujeto,  y  que  se  trata  de  tener 
Dieta  para  la  elección  de  Rey  de  Romanos; 
y  por  carta  del  cardenal  Diatristan,  que 
escribió  á  Doña  Beatriz  Diatristan,  su 
hermana,  marquesa  de  Mondéjar,  se  dijo 
que  sentido  el  duque  de  Sajonia  de  que 
el  Emperador  hubiese  echado  los  herejes 
Je  Bohemia,  que  los  más  eran  Martinis- 
tas  y  estaban  á  su  protección,  habia  co- 
menzado á  levantar  gente  para  inquietar 
el  Imperio;  y,  sabido  por  el  Emperador, 
le  envió  al  Lansgrave  de  Hessen  para  sose- 
garle y  pedirle  que  se  viesen  en  Praga ,  ó 
que  de  no  venir  le  obligaria  de  ir  á  Sajo- 
nia, con  lo  cual  el  Duque  respondió  al 
Lansgrave  que  iria  á  verse  con  su  Majes- 
tad Cesárea,  debajo  de  su  fé  y  seguro 
real.  Y  últimamente  se  ha  escrito,  que 
el  Lansgrave  Mauricio  procura  inquietar  y 
perturbar  el  Imperio  y  ha  enviado  á  pedir 
socorro  al  rey  de  Dinamarca,  porque  el 
arzobispo  de  Colonia  y  el  duque  de  Sajo- 
nia adjudicaron  al  Emperador,  como  jue- 
ces arbitros,  doscientos  mil  ducados  de 
renta  de  un  Estado  que  el  dicho  Lans- 
grave Mauricio  poseía. 

De  Flándes  se  avisó,  por  Marzo,  que 


&NDRES   DE   MENDOZA.  213 

habia  salido  el  marqués  Espinóla  á  visitar 
algunas  fronteras  y  presidios  de  aquellos 
Estados,  y  que  á  la  vuelta  dellos  supo 
como  habían  salido  de  las  Islas  diez  y  seis 
galeones,  con  mucha  gente  y  pertrechos 
de  guerra,  municiones  y  sillas  de  caba- 
llos y  materiales  para  edificar,  y  que  se 
entendía  que  venian  á  las  Canarias  á  en- 
contrar los  galeones  de  la  plata  ó  á  tomar 
la  Mamora;  y  por  Junio  vino  correo  par- 
ticular, con  despachos  secretos,  en  res- 
puesta de  lo  cual  se  enviaron  letras  de 
setecientos  mil  ducados.  Y  últimamente, 
que  de  parte  de  las  Islas  se  hace  instancia 
pidiendo  treguas. 

Ya  sabrá  vuestra  merced  la  alegré 
nueva  de  que  es  cierto  el  preñado  de  la 
Reina,  nuestra  Señora,  pues  cosa  de  tanta 
consideración  no  camina  sino  vuela,  si 
bien  se  habia  disimulado,  viendo  que  su 
Majestad  asistía  á  las  fiestas  de  toros,  pero 
es  cierto  que  está  ya  de  seis  faltas. 

Porque  no  vaya  esta  relación  á  pié, 
diré  á  vuestra  merced,  por  remate  della, 
el  presente  que  envió  á  su  Majestad  el  du- 
que de  Medina  Sidonia  de  veinticuatro 
caballos,  con  otros  tantos  jaeces  y  escla- 
vos, para  que  su  Majestad  se  sirva  dellos 
en  estas  fiestas,  donde  ha  de  entrar  su 
Real  persona;  lleváronlos  á  Palacio,  miér- 


314  CABTAS  DE 

coles,  nueve  deste,  por  la  tarde.  Cosa  muy 
digna  de  ver  y  de  estimar,  porque  los  ca- 
ballos fueron  hermosísimos,  de  admirables 
obras  y  parecer,  que  algunos  costaron  á 
más  de  veintisiete  mil  reales,  y  el  menor 
no  bajó  de  ochocientos  ducados.  Los 
jaeces  fueron  riquísimos:  uno  de  inesti- 
mables perlas,  otros  de  monte  con  clava- 
zones de  plata,  otros  de  monte  con  los 
mismos  hierros  y  los  cueros  aderezados 
de  ámbar,  otros  de  los  realzados  y  abo- 
llados de  plata  y  oro  de  Córdoba ,  manda- 
dos hacer  con  todo  primor,  y  los  dos  últi- 
mos todos  de  oro,  que  valdrán  más  de 
seis  mil  ducados  cada  uno;  y  sobré  cada 
caballo,  un  telliz  de  terciopelo  azul,  con 
borlas,  flecos,  y  dos  guarniciones  anchas 
bordadas  de  oro,  y  las  armas  de  su  Majes- 
tad, y  la  cifra  grande  de  su  nombre,  Feli- 
pe IV,  forradas  en  tela  de  oro,  azul,  blan- 
ca y  encarnada,  y  los  esclavos,  mozos  de 
muy  buenos  talles,  con  libreas  de  raja 
azul  y  muchos  pasamanos  de  oro.  Yendo 
delante  de  los  caballos  dos  muy  buenos 
trompetas,  de  librea  azul  de  camino,  y 
encima  sayos  grandes  de  terciopelo  azul, 
cuajados  de  pasamanos  de  oro,  y  las  armas 
del  Duque,  al  hombro  izquierdo,  bordadas 
en  tarjeta  y  en  las  banderolas  de  damasco 
de  las  trompetas,  y  detras  algunos  oficia- 


ANDRÉS   DE   MENDOZV.  21  5 

^  de  la  caballeriza,  y  el  Caballerizo  ma- 
yor del  Duque  vestido  de  camino,  de  espo- 
lín azul  y  negro  guarnecido  de  vidrios. 
Concurrió  tanta  infinidad  de  gente  á  ver- 
los por  las  calles  y  plazas,  que  no  se  po- 
día caminar  por  ellas,  y  en  la  de  Palacio 
y  en  sus  balcones  estaba  todo  el  resto  de 
la  Corte,  pero  su  Majestad  y  sus  hermanos 
y  el  Príncipe  bajaron  á  verlos  á  la  Priora, 
donde  el  caballerizo  del  Duque  dio  las 
cartas  que  traía,  y  presentó  los  caballos, 
y  su  Majestad  mostró  agradecerlo  y  esti- 
marlo mucho,  y  sus  hermanos  y  el  Prín- 
cipe dijeron  que  era  presente  de  un  Rey. 
El  del  cielo  guarde  á  vuestra  merced  como 
deseo;  dia  de  su  Madre,  15  de  Agosto 
de  623. 

Los  demás  sucesos  y  cosas  de  nuevo 
que  sucedieren,  yo  prometo  á  vuestra 
merced  de  avisar  en  la  décimatercia  car- 
ta, la  cual  será  con  mucha  brevedad. 


CARTA  DECIMATERCERA, 

SUCESOS      DESTA      CORTE      DESDE       1 5       DE 
AGOSTO   HASTA  FIN   DE   OCTUBRE. 


A  dos  de  vuestra  señoría  ilustrísíma 
debo  respuesta:  en  ambas  confieso 
la  merced  recebida  con  las  gacetas 
de  esa  Corte,  y  agradezco  el  aviso  de  la 
salud  de  Su  Santidad,  y  me  ha  mara- 
villado la  muerte  de  los  doce  señores 
Cardenales  y  treinta  Conclavistas,  en  que 
se  ve  cuan  peligrosa  vivienda  es  ¿míes  de 
las  mutaciones;  y  suplico  á  vuestra  seño- 
ría ilustrísima,  si  hubiere  de  asistir  ahí 
los  veranos,  no  sea  viviendo  á  Ripa  Gran- 
de ni  á  Ripeta,  pues  son  sitios  mal  sanos. 
En  la  relación  de  la  salida  y  viaje  del 
Príncipe,  remito  á  la  que  imprimió  An- 
drés de  Mendoza;  si  omitió  algo  lo  refe- 
riré, y  en  ésta  irán  los  sucesos  desde 
quince  de  Agosto  hasta  fin  de  Octubre. 


2l8  CAnTAS   DB 

Murió  el  marqués  de  las  Navas,  Ma- 
yordomo del  Rey,  persona  de  gran  seso  y 
calidad;  lleváronle  á  Avila,  entierro  de 
sus  mayores,  sus  hijos,  con  grande  osten- 
tación y  acompañamiento  de  los  religio- 
sos. Vino  la  flota  de  Indias  á  salvamento, 
y  avísase  que  los  reinos  de  Pirú  y  Nueva 
España  han  servido  de  donativo  á  su  Ma- 
jestad con  tres  millones  y  medio,  y  que 
los  galeones  traen  doce  millones  en  reales. 
Olvidóse  Mendoza ,  en  la  relación ,  haberle 
dado  su  Majestad  las  pinturas  de  Venus 
del  Ticiano,  y  Nuestra  Señora  de  Corre- 
gió, porque  su  Alteza  es  gran  estimador 
deste  arte  y  así  no  dejó,  ni  en  la  almo- 
neda del  conde  de  Villamediana  ni  en  la 
Corte,  cosa  de  estima  que  no  la  llevase;  y 
el  de  Olivares  dio  al  duque  de  Boquingan 
una  colgadura  de  verano,  de  riquísima 
bordadura,  dádiva  como  de  tal  persona  al 
Duque;  y  D.  Jaime  Manuel  de  Cárdenas 
otros  seis  caballos  á  los  caballeros  criados 
de  su  Alteza;  y  el  señor  Almirante  de 
Castilla  otros  seis,  muy  como  de  su  Exce- 
lencia, í\  los  demás  señores  ingleses.  El 
marqués  del  Carpió  presentó  al  Príncipe 
un  caballo  y  doce  potros,  casta  Valen- 
zuela  de  Córdoba,  y  su  Alteza  mandó  dar 
cuatro  mil  reales  á  su  Caballerizo. 

No  descansa  el  Consejo  Real,   que, 


ANDRÉS    DE    MENDOZA.  219 

como  la  hermana  mayor  en  las  virtudes 
reales  es  la  justicia,  se  administra  en  esta 
Monarquía  sin  excepción  de  personas,  y 
así  ha  visto  el  pleito  de  los  señores  duque 
del  Infantado  con  D.  Diego  Hurtado  de 
Mendoza,  su  sobrino,  sobre  el  Estado,  y 
el  del  conde  de  Fuensalida  con  D.  Martín 
Portocarrero,  sobre  el  estado  de  Villa- 
nueva  de  Barcarrota,  ambos  en  el  juicio 
de  la  posesión;  y,  en  grado  de  mil  y 
quinientas,  el  del  marquesado  de  Orella- 
na,  entre  el  marqués  della  y  D.  Pedro  de 
Orellana,  su  primo;  y  en  el  juicio  de  la 
propiedad ,  en  el  Consejo  de  las  Indias ,  el 
del  Ducado  de  Veraguas,  entre  el  Duque 
que  posee  y  D.  Luis  Colón  y  otros  preten- 
sores. 

Hánse  dado  hábitos:  á  D.  Antonio  de 
Aguiar  de  Segovia,  á  D.  Guillen  de  Cas- 
tro, á  Gaspar  de  Fuentes,  criado  del  señor 
Almirante,  al  duque  de  Eboli,  á  Don 
Gómez  del  Castillo,  y  á  D.  Luis  de  UUoa; 
y  el  señor  conde  de  Olivares,  con  grande 
ostentación ,  dio  el  de  Calatrava  á  D.  An- 
tonio de  Mendoza,  de  la  Cámara  de  su 
Majestad,  y  su  valido,  justamente,  por  su 
calidad,  su  ingenio,  agrado  y  buenas  par- 
tes, pues  pocas  veces  se  hallan  hombres 
de  ánimo  igual.  Por  muerte  del  Obispo  de 
Coimbra,  se  dio  el  gobierno  de  Portugal 


320  CARTiS  DB 

{que  imita  al  Triunvirato  de  los  roma- 
nos) al  conde  de  Portalegre,  D.  Diego, 
que,  si  es  Gobernador  como  santo,  será 
excelente  eieccicrti.  Hizo  su  Majestad  mer- 
ced de  hacer  Consejeros  de  Guerra:  áDon 
Melchor  de  Borja,  hermano  del  de  Gandía; 
á  D.  Luis  Bravo  de  Acuña,  Embajador  que 
fué  de  Venecia;  al  conde  de  la  Puebla  del 
Maestre,  su  Mayordomo;  al  marqués  de 
Bedmar,  su  General  que  fué  de  las  flotas; 
á  D.  Lorenzo  Tellez,  Bailío  del  Sepulcro, 
y  á  Juan  de  Pedroso,  del  Consejo  de  Ha- 
cienda. 

El  señor  conde  de  Lemos  vino  de  Ita- 
lia, habiendo  en  el  camino  enviudado  de 
una  de  las  más  santas  y  hermosas  seño- 
ras de  nuestro  tiempo;  y  la  señora  con- 
desa de  Monterey  fué  á  ver  la  santa 
monja  de  Carrion  y  aguardar  allí  al  Con- 
de. Salió  sentencia  en  favor  del  reino  de 
Galicia,  para  que  tenga  voto  en  las  Cor- 
tes destos  reinos  de  Castilla  y  León. 

Volvieron  á  servir  sus  plazas  del  Con- 
sejo los  señores,  licenciado  Pedro  de 
Tapia  y  doctor  Antonio  Bonal,  jubila- 
dos ,  y  ha  sido  su  vuelta  con  agrado  uni- 
versal. Dióse  á  la  marquesa  de  las  Navas 
cuatro  mil  ducados  de  por  vida,  y  al  nuevo 
Marqués  la  encomienda  de  su  padre,  y 
desposóse  con  la  hija  del  conde  de  Bena- 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  221 

vente,  en  casa  de  la  señora  condesa  de 
Oropesa,  su  tia,  y  aunque  de  secreto,  por 
el  luto,  fué  con  la  gala  y  lucimiento  de 
tan  grandes  señores;  fueron  padrinos  el 
señor  D.  Duarte  de  Portugal  y  Doña  Ma- 
riana de  Toledo  y  Portugal,  su  nieta; 
desposólos  el  Gobernador  deste  Arzobis- 
pado, y  el  banquete  fué  en  casa  de  los 
padres  de  la  desposada,  y  á  la  noche,  con 
acompañamiento  de  deudos  y  amigos,  se  la 
llevó  á  su  casa.  Diéronse:  el  Arzobispado 
de  Zaragoza  al  Obispo  de  Zamora,  D.  Fray 
Luis  de  Peralta,  de  la  orden  de  San  Geró- 
nimo, y  el  de  Tarragona  al  Obispo  de 
Ciudad-Rodrigo,  Antolinez.  Al  marqués  de 
Castel-Rodrigo  hizo  su  Majestad  merced 
de  la  Encomienda  mayor  de  Christus ,  de 
Portugal,  y  porque.no  vale  más  de  cua- 
tro mil  ducados ,  y  la  que  él  tiene  de  Al- 
cántara Mayor  vale  doce,  se  le  manda 
cumplir  de  los  bienes  realengos  de  la 
corona  de  Portugal;  y  la  Encomienda 
Mayor  de  Alcántara  se  dio  al  señor  conde 
de  Olivares,  y  á  la  señora  Condesa,  su 
mujer,  el  oficio  de  Aya  de  lo  que  feliz- 
mente esperamos  que  haya  de  parir  la 
Reina,  nuestra  Señora. 

Dia  de  San  Gerónimo  y  San  Francisco, 
como  esta  Monarquía  tiene  por  basa  la 
religión,  su  Majestad  fué  á  las  iglesias  de 


111  CARTAS  DE 

tan  grandes  Santos  á  concelebrar  su  fiesta; 
los  Franciscos  le  recibieron  con  TeDeunty 
que  no  habia  entrado  en  su  casa  después 
que  reina,  y  predicaron  Pedrosa  y  Arauz, 
sus  predicadores,  conocidos  por  su  virtud 
como  por  las  letras. 

Honras  de  su  Majestad,  la  Reina 
Santa  (si  es  lícito,  que  sí  es,  pues  nace 
el  nombre  del  concepto  que  tenemos  de 
su  virtud)  Doña  Margarita,  celebradas 
en  la  capilla  por  su  Majestad,  con  asis- 
tencia de  la  Reina  y  sus  Altezas,  casi 
de  todos  los  Grandes  y  Prelados,  Confe- 
sores y  Predicadores  de  las  personas  Rea- 
les. Celebró  el  Arzobispo  de  Santiago,  y 
predicólas  fray  Gregorio  de  Pedrosa,  luz 
de  la  predicación,  de  quien,  si  no  estu- 
viera prendado  de  la  amistad,  me  explaya- 
ra en  sus  elogios  más  merecidos  aunque 
notorios. 

Avisan  de  Santander,  que  fué  tan 
grande  la  provisión  por  el  cuidado  del 
licenciado  Quiñones,  que  en  tan  gran 
concurso  de  gentes  no  hubo  falta,  ni  jun- 
tándose diferentes  naciones  no  se  metió 
mano  á  la  espada,  ni  hubo  desgracia; 
sólo  una  noche,  un  barril  de  pólvora,  que 
en  una  casa  tenian  para  festejar  las  noches 
con  las  luminarias  é  invenciones  de  fuego, 
se  pegó  y  voló  una  casa  de  una  parte  para 


ANDRÉS   DE    MENDOZA.  223 

Otra;  entró  el  Quiñones  y  sacó  un  hombre, 
y  una  mujer,  y  una  criatura,  que  estaban 
enterrados,  ios  dos  muertos  y  la  criatura 
viva  en  brazos  de  la  mujer. 

La  armada  fué  de  catorce  navios  de 
guerra ,  tales  cual  nunca  se  han  visto, 
muy  reforzados  y  llenos  de  piezas  de  batir 
naranjedas,  el  que  menos  de  sesenta,  y 
tan  galanes,  que  de  alcorza  no  pudieran 
ser  más  lindos;  y  la  Real  do  su  Alteza  ha- 
bla de  pasar,  llamada  El  Príncipe,  es  un 
prodigio  ó  castillo  en  el  mar,  en  la  cual 
dio  el  domingo,  veinticuatro  del  pasado, 
banquete  á  todos  los  señores  y  caballeros, 
tan  grande,  que  demás  del  matalotaje 
con  que  de  parte  de  su  Majestad  se  le  sir- 
vió, traían  dos  de  las  naves  cargadas  de 
regalo  para  él.  Fué  en  esta  forma:  en  la 
popa  se  puso  una  mesa  que  venia  á  coger 
toda  la  plaza  de  armas ,  que  hacia  cinco 
diferencias,  si  bien  todas  se  cubrían  con 
unos  manteles;  la  que  estaba  en  la  popa, 
más  alta,  para  su  Alteza;  luego,  un  pal- 
mo más  baja ,  la  segunda ,  que  quedaba  en 
vacío,  y  dos  por  los  lados  desta  como  alas, 
en  que  estuvieron  los  señores,  cardenal 
Zapata,  marqués  de  Aytona,  conde  de 
Gondomar,  el  de  Monterrey,  duque  de 
Boquingan  y,Embajador  ordinario  de  In- 

[erra,  conde  de  Barajas;  y  en  la  otra 


224  CARTAS  DS 

los  Gentiles-hombres  de  la  boca  vistos 
en  la  relación ,  haciendo  cabeza  y  frontera 
del  Príncipe  el  conde  de  Villamor,  como 
más  antiguo.  Sirviéronse  todas  á  un  tiem- 
po, y  sirviéronles  mil  y  seiscientos  platos 
de  extraordinaria  y  mucha  vianda,  con 
grande  ostentación,  cubriéndose  la  mesa 
seis  veces ;  y  los  cuatrocientos  fueron  de 
dulces.  Fué  el  banquete  de  pescado  y  car- 
ne, de  mar  y  tierra,  y  á  los  brindis,  que 
fueron  muchos,  á  la  salud  de  los  Reyes 
de  Inglaterra  y  España,  á  los  Infantes  y 
Príncipe,  y  la  señora  infanta  María,  se 
disparaba  toda  la  artillería  de  la  armada, 
que  era  tanta  como  se  ha  visto,  y  algunas 
veces  descomponían  los  aparadores  que 
estaban  con  la  ostentación  que  se  deja 
inferir  de  tan  Real  acción.  Salióse  bien 
tarde  del. 

Y  esta  noche  se  despidió  su  Alteza  de 
todos,  y  tornó  á  dar  al  conde  de  Gondo- 
mar  una  sortija  de  dos  mil  escudos,  y  las 
mercedes  á  los  demás,  ordenando  á  su 
Embajador  que  repartiese  cuarenta  mil 
ducados  entre  todos,  por  ayuda  de  costa 
del  viaje:  á  los  Gentil-hombres  de  la  boca 
á  mil  ducados,  en  plata  labrada  dorada, 
como  talleres,  aderezos  de  mesa,  saleros, 
azucareros,  pimenteros,  jarros,  fuentes  y 
salvillas;  y   á  D.   Francisco  Zapata  dos 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  225 

mil,  y  á  este  modo  á  los  demás.  A  las 
guardas,  demás  de  tres  mil  ducados  á 
cada  guarda  por  mayor,  á  los  que  dellos 
fueron  con  su  Alteza,  y  á  los  lacayos,  á 
cuarenta  escudos  para  un  brindis  para  el 
camino.  A  los  cabos  de  escuadra  á  cin- 
cuenta, tantos  á  los  cocheros,  y  á  diez  á 
los  mozos  de  coche;  y  en  Madrid  se  dieron 
á  las  guardas,  á  cada  uno  de  los  soldados 
á  veinticinco  escudos,  á  los  cabos  á  cin- 
cuenta, á  los  sargentos  á  setenta  y  cinco, 
á  los  Alféreces  á  ciento. 

De  orden  de  su  Majestad  y  cuidado  del 
conde  de  Barajas,  licenciado  D.  Diego 
Francos  de  Cárnica  y  Juan  de  Quiñones, 
( que  fué  menester  todo  para  la  esterilidad 
de  la  tierra)  á  que  no  ayudaron  poco  los 
alguaciles  Pedro  de  Sierra,  Pedro  Vergel 
y  Diego  López  y  San  Vicente,  se  sirvió 
á  su  Alteza  para  la  embarcación,  por 
mano  de  Leonardo  Gutiérrez  de  Bonilla, 
Contador,  y  Francisco  de  Meneses,  Cuar- 
damanjel,  con  el  matalotaje  siguiente: 

Dos  mil  gallinas,  dos  mil  pollos,  dos 
mil  pichones,  quinientos  capones,  cien 
carneros;  docientos  cabritos,  doce  vacas, 
cincuenta  terneras,  cincuenta  pemiles, 
cincuenta  barriles  de  aceitunas,  cincuenta 
pipotes  de  conserva,  cien  pellejos  de 
vino,  doce  pellejos  de  aceite,  ocho  pe- 

i5 


236  CARTAS  DB 

llejos  de  vinagre;  salsería,  potajería,  fru- 
tería, con  grandísimo  cuidado.  Y,  porque 
habia  mostrado  gusto  de  caminar  en  los 
coches  de  muías,  se  le  sirvió  con  once  pa- 
res de  muías  y  dos  machos  regalados  para 
su  persona,  seis  acémilas  y  dos  carrozas, 
una  inglesa  y  otra  española,  y  gran  suma 
de  plata  labrada  de  ostentación,  y  una 
fuente  que  lo  pudiera  ser  del  Prado. 

Concedió  el  Reino  á  su  Majestad  ser- 
vicio de  setenta  y  dos  millones  en  doce 
años,  con  voto  consultivo;  cosa  tan  gran- 
de, que  solo  aun  imaginarlo  pudiera 
menos  ánimo  que  el  de  España,  y  inferir 
las  Naciones  que  solo  esta  Monarquía 
puede  hacer  tales  esfuerzos. 

Su  Majestad  dio  licencia  al  señor  du- 
que de  Camina,  marqués  de  Villarreal,  se 
venga  por  este  invierno  á  descansar  á 
Portugal,  dejando  Teniente  en  Ceuta. 
Domingo  ocho,  asistiendo  los  Reyes,  sus 
Altezas,  el  Nuncio,  Patriarca,  Arzobispo 
de  Santiago,  Grandes,  Títulos,  Caballeros 
y  Pretendientes,  en  la  Capilla,  sustentó 
D.  Enrique  de  Haro,  hijo  del  marqués  del 
Carpió,  conclusiones  De  adquirenda  pos- 
sessione.  Presidiólas  D.  Alonso  de  la  Car- 
rera, Presidente  del  magistrado  de  Milán, 
y  argüyéronlas  D.  Pedro  de  Vega  y  el 
doctor    Valencia,    catedrático   de   Sala- 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  227 

manca.  Renunció  la  señora  duquesa  de 
Nájera  su  estado  en  el  duque  de  Maque- 
da,  su  hijo.  Y  su  Majestad  y  su  Alteza  se 
fueron  á  Balsain ,  dando  al  conde  de 
Osona,  Embajador  de  Alemania,  ocho  mil 
ducados  de  sueldo  y  ocho  mil  de  ayuda  de 
costa.  Don  Tomás  de  Labaña  y  Doña  Ana 
de  Guevara,  ambos  de  la  Cámara  de  los 
Reyes,  se  desposaron,  dándoles  el  alcaidía 
de  Mecina,  un  título  en  Italia,  y  dos  mil 
escudos  de  ayuda  de  costa;  sacó  á  la  des- 
posada la  señora  marquesa  del  Carpió, 
con  tan  grande  acompañamiento  que 
hubo  nueve  Grandes  y  toda  la  Corte,  y 
mucho  lucimiento  en  los  desposados;  que 
es  muy  bien  valido  el  novio  de  los  señores 
condes  de  Olivares  y  del  marqués  de 
Castel-Rodrigo.  Sábado,  se  empezó  la 
beatificación  de  San  Juan  Gapistrano, 
fraile  francisco;  al  Santo  le  vistió  la  Reina 
de  una  tela  rica  de  Milán,  plateada  y  al- 
cachofada de  oro.  Lleváronle  á  las  Des- 
calzas Reales,  donde  celebró  el  Obispo 
francisco  que  aquí  tiene  su  Alteza  del 
Infante,  y  acabadas  las  Vísperas,  y  asis- 
tiendo el  Comisario  general,  y  tres  ó 
cuatro  Provinciales,  y  tres  Obispos  de  la 
misma  Orden,  y  las  tres  religiones  fran- 
ciscas, Capuchina,  Descalza  y  del  Paño, 
salió  la  procesión  de  las  Descalzas,  y  le 


228  CARTAS   DE 

sacó  hasta  la  calle,  donde  el  Clero  y  la 
Religión  le  recibieron,  y  la  música  de  la 
Capilla  Real,  y  con  solemne  procesión, 
yendo  por  Palacio  á  su  casa.  Es  la  estatua 
excelente,  si  bien  salió  el  rostro  pequeño 
de  forma  humana;  las  insignias,  Mitras 
postradas,  libro  como  doctor  y  oficio  de 
tal,  bandera  de  Inquisidor:  la  Iglesia  es- 
taba excelentemente  aderezada,  y  los 
nueve  dias  han  predicado  y  celebrado 
Obispos,  y  Perlados,  y  los  predicadores 
del  Rey. 

La  religión  de  la  Santísima  Trinidad, 
Redempcion  de  cautivos,  en  cumplimiento 
de  su  instituto,  determinó  que  partiesen  á 
Berbería  los  Padres  Redemptores,  para 
este  efecto  elegidos,  con  el  dinero  de  las 
limosnas  que  hasta  entonces  se  habian 
juntado  para  la  ejecución  de  tan  santa 
obra;  salieron  desta  villa  de  Madrid  desde 
el  convento  de  la  Santísima  Trinidad, 
acompañados  de  todos  los  Religiosos  del. 
en  esta  forma: 

Iban  delante  atabales  y  trompetas,  y 
luego  seis  acémilas  con  reposteros  borda- 
dos, y  encima  unas  banderillas  con  las 
armas  de  la  Santísima  Trinidad;  luego  se 
siguieron  todos  los  religiosos  uno  á  uno. 
en  medio  cada  fraile  de  dos  caballeros 
conocidos,  y  algunos  de  los  Padres  gra- 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  229 

ves  fueron  acompañados  de  Señores,  de 
Títulos  y  Grandes,  como  el  Padre  M.  Hor- 
tensio,  que  iba  en  medio  del  duque  de 
Cea  y  marqués  de  Velada:  demás  destos 
dos  señores  Grandes,  asistieron  otros  tres, 
que  fueron,  el  marqués  de  Villena,  Don 
Duarte  de  Portugal  y  duque  de  Maqueda. 
Salieron  desta  Corte  D.  José  de  Meló, 
Arzobispo  de  Ebora,  á  su  Arzobispado,  y 
el  Embajador  de  Polonia,  el  cual  va  á 
Roma  á  dar  la  obediencia  á  Su  Santidad 
en  nombre  de  su  Rey;  hizo  imprimir  una 
relación  diaria  de  los  valerosos  hechos  de 
los  polacos  contra  los  turcos,  siendo  ge- 
neral su  Príncipe. 

Auto  de  la  Fe,  celebrado  en  Valladolid 
día  de  San  Francisco. 

La  procesión  de  la  tarde,  á  llevar  la 
Cruz  al  tablado,  fué  de  mas  de  dos  mil 
Familiares  y  de  todas  las  Religiones,  los 
Señores  Grandes  y  Titulados;  llevó  el  es- 
tandarte el  hermano  del  Inquisidor  más 
antiguo,  D.  Pedro  Morejon.  Del  acompa- 
ñamiento de  la  mañana  fué  la  Universi- 
dad, Ciudad,  Títulos,  Grandes  y  Audien- 
cia; y  los  penitenciados  cuarenta  y  cuatro: 
Una  mujer  y  cinco  hombres,  azotados  y 
desterrados;  por  casados  dos  veces,  nueve„ 


iy>  GAITAS  DB 

ocho  hombres  y  una  mujer;  tres  por 
hechiceras;  sambenitos  de  media  aspa, 
dos;  sambenitos  enteros,  diez  y  siete,  y 
los  más  cárcel  perpetua  irremisible;  un 
quemado,  pertinaz,  vivo;  otra  mujer  que 
iba  para  lo  mismo  se  redujo  en  el  tabla- 
do; una  estatua  de  un  muerto  en  las  cár- 
celes reconciliado;  otra  quemada  y  los 
huesos,  por  domatista  y  pertinaz;  un  Clé- 
rigo que  murió  rebelde  en  las  cárceles, 
por  la  seta  de  alumbrados,  se  quemó  su 
estatua  y  huesos;  y  otra  estatua  de  otra 
mujer  cómplice  del  Clérigo,  se  reconcilió; 
y  tuvo  fin  un  dia  tan  solene. 

A  los  Embajadores,  ordinario  y  ex- 
traordinario de  Inglaterra,  mandó  su  Al- 
teza se  fuesen  á  besarle  las  manos  á  su 
Majestad;  hiciéronlo  la  vigilia  de  San 
Lúeas.  Por  haber  proveído  á  D.  Gerónimo 
del  Águila  á  la  tesorería  de  la  Reina,  se 
dio  el  oficio  de  Veedor  y  Contador  de  su 
Caballeriza  á  D.  Juan  de  Mansilla,  ma- 
yordomo del  conde  de  Olivares.  Habíase 
quedado  aquí  convaleciente  el  secretario 
Cotenton,  que  lo  es  de  la  embajada  de 
Inglaterra  y  del  Estado,  y  su  Majestad  le 
hizo  merced,  para  el  viaje,  de  una  litera  de 
su  persona  y  cuatro  machos.  Su  Majestad 
hizo  merced  al  señor  Presidente  de  Cas- 


ANDRÉS   DB   MENDOZA.  23 1 

tilla  de  un  Hábito;  dióse  á  D.  Francisco 
de  Ribera,  su  sobrino. 

Honras  de  la  condesa  de  Lemos  en  las 
Descalcas  Reales. 

Predicólas  el  Maestro  Fray  Antonio 
Pérez,  General  que  fué  de  San  Benito, 
Catedrático  y  Maestro  de  la  escuela  de  Sa- 
lamanca; asistió  toda  la  Corte,  en  que 
hubo  trece  Grandes:  mereciólo  la  virtud, 
demás  de  la  gran  calidad  de  la  casa,  y  el 
seso  tan  acreditado  del  Conde. 

Murió  el  Obispo  de  Solsona  en  Catalu- 
ña, halláronle  catorce  mil  ducados  en 
dinero  de  espolio  para  la  Cámara  Apos- 
tólica. 

La  Reina,  nuestra  Señora,  labra  una 
capilla  para  la  Virgen  del  Almudena,  y 
para  este  efecto  la  sacaron  al  cuerpo  de 
la  Iglesia  y  á  las  demás  imágenes  de  de- 
voción. Volvió  su  Majestad  de  Balsain,  y 
este  dia  comulgaron  sus  criados  por  el 
buen  suceso  del  parto,  por  haber  entrado 
en  nueve  faltas;  perdone  V.  ilustrísima 
las  de  esta  carta,  y  guárdemele  Dios.  De 
Madrid  y  Octubre  31  de  1623. 


CARTA  DÉCTMACUARTA. 

DE  UN  CORTESANO    A     UNO   DE   LOS   SEÑORES 
OBISPOS   DESTOS   REINOS. 


QUIEN  pensara  que  la  turbulencia 
de  los  vientos,  que  procelosos  in- 
quietaron el  mar  de  la  Corte,  no 
hubiera  calmado  en  los  discursos  y  nove- 
dades de  la  carta  de  veintinueve  del  pa- 
sado, pues  tanto  más  han  crecido  las 
aguas,  tanto  más  se  fluctúa  en  ellas,  y 
tanto  mayores  peligros  se  le  acrecen  al 
navegante  que  procura  sondearlas.  ¡Di- 
choso el  que  las  puede  mirar  del  puerto, 
ó  entre  sus  lares  hacer  á  sus  hijuelos 
alarde  de  las  tormentas  (ya  pasadas)  que, 
si  le  sirven  de  escarmiento,  serán  padrón 
ó  guía  de  los  que  entran  de  nuevo  á 
navegar ! 

Llevado  del  sentimiento  ó  escarmen- 
tado de  la  experiencia,  corria  la  pluma 
como  vela  este  mar,  y  temeroso  de  dar 


234  CáRTAS  DE 

en  algún  ¿bajío,  ya  que  amainarla  no 
puedo,  la  desarbolo.  Perdone  V.  ilustrí- 
sima,  y  guárdemele  Dios. 

Como  la  verdadera  razón  de  estado 
práctica,  es  tener  los  vasallos  beneficia- 
dos de  suerte  que  no  deseen  mudar  señor 
ni  fortuna,  en  la  justicia  distributiva  se 
tiene  gran  cuidado,  que  el  beneficiar  la 
nobleza  es  el  vínculo  que  más  la  obliga;  y 
así  se  han  dado  Hábitos  á  D.  Diego  Xi- 
menez  de  Enciso,  Venticuatro  de  Sevilla, 
y  al  secretario  Francisco  Albiz,  que  lo  es 
de  las  Órdenes,  y  á  D.  Gerónimo  Carrillo 
de  Mendoza,  pretendiente  del  Condado  de 
Pliego,  á  D.  Gabriel  de  Henao,  yerno  del 
fiscal  de  Hacienda,  y  á  D.  Juan  del  Cas- 
tillo, de  la  Cámara  del  Rey,  y  á  los  capi- 
tanes D.  Guillen  de  Castañeda,  Juan, 
Diego,  y  Alonso  de  Rozas.  A  D.  Antonio 
Chumacero,  Oidor  de  Valladolid,  que 
gobernaba  el  Principado  de  Asturias,  el 
corregimiento  de  Córdoba,  con  retención; 
y  al  licenciado  Rodrigo  de  Caberas,  Al- 
calde de  Granada ,  que  asistía  en  Córdo- 
ba ,  plaza  de  Alcalde  de  la  casa  y  Corte.  Y 
el  gobierno  del  Principado  al  licenciado 
Herrera,  Oidor  de  Valladolid,  el  cual 
murió  luego  que  llegó  allí,  y  su  plaza  de 
Oidor  de  Valladolid,  se  dio  á  D.  Antonio 
de  Valencia,   Oidor    de  Granada;  y   al 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  235 

barón  de  Auxi ,  el  oficio  de  Teniente  de 
la  guarda  de  los  Archeros. 

Mandóse  á  D.  Vicente  Pimentel,  hijo 
de  aquel  gran  conde  de  Benavente,  Don 
Juan,  llevase  desde  Italia  á  Flandes  sete- 
cientos caballos  á  su  orden. 

Dióse  el  Obispado  de  Bosa  á  Fray  Bal- 
tasar de  los  Angeles,  francisco  descalzo, 
confesor  de  la  Infanta  Margarita.  La 
Abadía  de  San  Isidro  de  León,  á  Don 
Pedro  de  Trejo,  hermano  del  Sr.  Carde- 
nal, y  Capellán  mayor  de  las  Descalzas  de 
la  Emperatriz;  y  el  gobierno  de  la  Flori- 
da, á  D.  Luis  de  Rojas,  primo  del  duque 
de  Sesa  y  nieto  del  santo  padre  Francisco 
de  Borja,  dichoso  duque  de  Gandía,  y 
más  dichoso  Prepósito  General  de  la  Com- 
pañía. 

Mandó  su  Majestad  dar  convocatorias, 
para  que  el  estado  Eclesiástico  se  congre- 
gue sobre  los  servicios  que  le  hace.  Y  el 
Domingo,  cinco,  como  Maestro  y  patrón 
nuevo,  trasladó á  esta  corte  el  Monesterio 
de  Monjas  Bernardas,  de  la  orden  de  Ca- 
latrava,  que  estaba  en  Almonacir  de  Zu- 
rita; y  habiéndolas  traido  en  los  coches 
de  Palacio,  hasta  el  Monesterio  de  Santa 
Isabel,  donde  estuvieron  dos  dias,  con 
solemne  procesión  fueron  llevadas  á  su 
casa,  asistiendo  el  Rey  y  toda  la  Corte, 


>|6  CARTAS  DB 

llevada  cada  una  de  dos  Caballeros  de  su 
Orden,  y  las  ancianas  de  los  Grandes 
que  son  della,  y  la  Priora  de  los  condes  de 
Olivares  y  Castrillo,  y  celebróse  con  gran 
majestad  por  ocho  dias  la  fiesta  de  la  De- 
dicación. Y  el  dia  antes  había  muerto  Don 
Pedro  de  Guzman,  hermano  del  marqués 
de  Camarasa,  Vicecanciller  de  Aragón,  fal- 
tando á  su  hermano  un  gran  apoyo  de  su 
casa,  y  cayendo  él  de  grandes  esperanzas, 
por  su  sangre  y  el  puesto  de  su  primo; 
enterróse  en  el  Noviciado  de  la  Compañía, 
patronazgo  de  su  madre. 

El  gobierno  de  Chucuito  se  dio  al  ge- 
neral D.  Rodrigo  de  Mendoza,  caballero 
del  Orden  de  Calatrava;  y  al  tesorero 
Alonso  Ruiz  de  Bustillo,  caballerizo  del 
marqués  de  Montesclaros,  el  gobierno  de 
Castrovirreina  y  minas  de  Choclococha. 

A  D.  Luis  de  Baeza  y  Mendoza ,  señor 
de  las  villas  de  Estepar  y  Frandovines ,  se 
dio  el  administración  general  de  los  admo- 
jarifazgos  de  Sevilla  y  Andalucía. 

Por  muerte  de  D.  Antonio  de  Alamos, 
caballero  del  hábito  de  Alcántara  y  criado 
del  excelentísimo  Cardenal  Duque,  se  dio 
el  corrregimiento  de  Baeza  á  su  Teniente. 

Partió  el  duque  de  Maqueda  al  gobier- 
no de  Oran ,  que  con  tantos  aciertos  como 
enseña  la  experiencia  le  ocupó,  si  bien 


ANDRÉS   DE    MENDOZA.  237 

los  de  su  hermano  D.  Juan  de  Cárdenas 
no  han  sido  inferiores. 

Habia  vendido  su  Majestad  los  oficios 
de  Receptores,  en  doscientos  y  cuarenta 
mil  ducados,  y  algunos  de  los  Consejos  y 
la  Sala  del  crimen  no  les  querían  dar  los 
negocios ;  y  habiéndose  ellos  agraviado  ,  y 
reducídolo  á  conciencia ,  dieron  su  pare- 
cer el  gobernador  del  Arzobispado  y  el 
Padre  Confesor,  en  que  conforme  á  ella 
su  Majestad  les  habia  de  hacer  buena  la 
venta,  y  así  dio  Decreto  en  que  manda  á 
los  Consejos  de  Estado  y  Guerra,  y  todos 
los  demás ,  les  den  los  negocios  que  hu- 
biere y  se  les  notifique. 

Por  haber  venido  la  dispensación  de 
D.  Felipe  Pacheco,  marqués  de  Villena, 
y  Doña  Catalina  de  Zúñiga  y  Sandoval 
(nieta  de  los  excelentes  y  grandes  conde 
de  Miranda  y  Cardenal  Duque ,  igual 
como  en  el  nombre,  en  la  virtud  y  valor, 
á  aquellas  condesas  de  Lemos,  vireinas  de 
Ñapóles,  sus  lias)  hizo  el  Marqués,  y  por 
alegrar  á  su  Majestad  de  la  Reina  en  la 
esperanza  de  su  parto,  fiesta  en  la  plaza 
del  Parque,  de  jineta  y  caballería,  en  que 
mostró  destreza,  y  que  la  robustez  del 
ánimo  no  está  ligada  á  la  grandeza  de  los 
miembros,  sino,  como  dice  el  proverbio 
castellano,  el  corazón  manda  las  carnes. 


238  CARTAS   DE 

Dióse  al  Juez  de  la  Monarquía  de  Si- 
cilia beneficio  simple  de  mil  y  quinientos 
ducados  de  renta,  y  el  Obispado  de  Za- 
mora á  D.  Fray  Plácido  de  Tosamos ,  que 
lo  era  de  Oviedo;  y  se  supo  de  Milán  ha- 
ber muerto  allí  el  conde  de  Cocentaina. 
El  Consejo  Real  dio  auto  por  el  cual  de- 
clara, en  la  causa  que  de  asesino  intentó 
el  licenciado  Salinas  contra  D.  Juan  de 
Bracamonte  Zapata,  que  en  conocer  y 
proceder  el  juez  conservador  no  hacia 
fuerza;  mandóle  soltar  de  la  prisión  y 
quitar  las  guardas,  y  remitió  la  causa  al 
Consejo  de  Órdenes. 

La  Reina,  nuestra  Señora,  ha  preveni- 
do para  el  parto  una  cama,  el  maderaje  de 
plata  maciza ,  y  la  colgadura  cual  se  deja 
advertir  de  tal  persona  en  tal  ocasión.  Y 
no  ha  sido  la  menor  de  alegría ,  que  yendo 
destos  Reinos,  donde  tanto  se  le  deseó 
servir,  y  tanto  se  le  desea  su  bien,  lle- 
gase con  él  el  Serenísimo  Príncipe  de  In- 
glaterra al  Reino  que  le  espera,  aunque 
tardó  diez  y  ocho  dias  en  la  navegación, 
y  suele  hacerse  en  tres;  porque  Eolo  y 
Neptuno,  envidiosos  de  la  gloria  de  Es- 
paña, habiéndole  tenido  por  huespede  de 
trece  de  Marzo  á  treinta  de  Octubre, 
viéndole  en  sus  distritos  le  detuvieron  en 
ellos.  En  desembarcando  de  la  canal  del 


I         ANDRÉS   DB   MENDOZA.  239 

rio  donde  habia  navegado,  tomó  los  co- 
ches, y  llegado  á  Londres,  que  de  con- 
tento no  creía  su  venida,  y  le  recibió  con 
todas  las  demostraciones  de  fiesta  posible, 
ardiéndose  en  fuegos,  invenciones  y  lu- 
minarias el  lugar  por  veinticuatro  horas, 
y  dejando  los  mercaderes  abiertas  sus 
casas  al  arbitrio  de  todos,  y  en  casa  de 
las  personas  públicas  dando  banquetes 
universales  á  quien  los  quiso  recibir,  y 
perdonando  la  vida  á  trece  que  ahorcaban 
aquel  dia  por  sus  deUtos,  y  mandando 
soltar  todos  los  católicos,  por  cualquiera 
cosa  que  estuviesen  detenidos  en  las  cár- 
celes, encargándose  de  sus  deudas,  partió 
al  bosque  de  Rostona,  donde  estaba  su 
padre  aguardándole,  con  el  aplauso  y  de- 
mostración que  remito  á  pliegos  aparte. 
La  Serenísima  Infanta  Doña  Isabel  le 
envió  al  Rey  y  á  su  Alteza  la  norabuena 
de  su  llegada,  con  D.  Juan  Niño  de  Ta- 
bora, Capitán  de  la  guarda  y  Maese  de 
Campo,  á  quien  acompañaron  y  honraron 
D.  Manuel  Pimentel,  hermano  del  conde 
de  Benavente,  y  D.  Fernando  de  Guz- 
rnan,  marqués  que  será  de  Valdonquillo; 
y  lo  mismo  han  hecho  el  Emperador, 
reyes  de  Francia,  Dinamarca  y  Polonia, 
y  no  son  tan  poco  políticos  los  Potenta- 
dos de  Alemania  y  Señores  de  Venecia, 


240  GAITAS  DB 

que  hayan  faltado  en  este  caso,  y  de  los 
de  Italia  se  debe  inferir  lo  mismo.  Y  en 
alegría  de  la  llegada  del  Príncipe  de  Gales 
á  su  Reino,  su  Majestad  hizo  merced  de 
enviar  á  todos  los  del  Parlamento  joyas 
de  á  ocho  mil  ducados. 


Inscripción  ó  epitafio  del  trofeo  que  se 

levanta  en  el  lugar  donde  se  despidieron 

el    Rey  y  el  Principe,  hizola   el  Padre 

Hernando  de  Salazar,  Predicador 

de  su  Majestad. 

Hic  ubi  fausta  sunt  tullit  ad  prcerupti 
montis  radices  in  late  patenti  campulo  so- 
lemni  Regum  venatione  nobili,  sed  inso- 

lentis  rei  cventu  longc  nobilior, 
Philipus  lili,  Hispaniaruitiy  Indiarum- 
que  Rex  Catholicus,  et  CaroluSy  Serenissi- 
mus  Walice  Princeps  ^  pactis  cum  Sere- 
nissima  Infante  nuptiisy  ad  quas  petendas. 
(i  fama  per  Orbem)  in  Hesperiam  prope- 
raraty  dextras  dederunt^  et  in  amplexus, 
peramanter  ruentes,  pacis  et  amicitia' 
¿eterna  f cederá  nodo  astrictierunt  Hercú- 
leo. Oh  magnum  et  invictum  Regem  pars 
sine  pariy  imb  ipsi  potius  perfide  affren- 
dente,  nec  Hercules  contra  dúo,  contra 
omnes  dúo  Alcide  solo  y  saloque;  insupera- 
bilis  sisti  Fama.  Non  plus  ultra. 


ANDRÉS  DR   MENDOZA.  24 I 

Viderunty  suspexerunt  dúo  Austriacce  so- 
bolis  incrementa  máxima,  Carolus  et  Fer- 
dinandus,  Serenissimi  Infantes;  Gaspar  y 
ExcellentissimeOlivariorum  Comes,  a  Be- 
Ui^  Siatusque  Consilüs  Hispaniannn  Me- 
gistanes,  sacratioris  cubiculi,  et  stabuli 
Regii  summus  Prcefectus;  Didacus,  Car- 
pensis  Marchioy  cid  fas  per  sacratioris 
aulce  limen.  Ex  Britannis  Heroibus^  loan- 
neSy  Bristolicus  Comes,  Orator  extra  or- 
dinem,  Gualterius  Astomius,  Legatus,  ex 
muñere  Baro  Kensintnius,  Prcetoriance 
militice  Britanice  Princeps. 
Posteritate  sacrum. 

Murió  de  repente  de  apoplegía,  en 
una  hora,  la  condesa  de  Croy,  suegra  del 
Sr.  D,  Baltasar  de  Zúñiga;  lleváronla  á  la 
Cartuja  del  Paular;  acompañáronla  don 
Antonio  de  Toledo,  Señor  de  la  Horcaja- 
da,  y  el  conde  de  Cantillana  y  otras  muchas 
personas.  Encargóse  del  hijo  de  D.  Balta- 
sar el  señor  conde  de  Monterey.  Y  en 
Flandes  mataron  (como  quien  era)  á  don 
Cristóbal  Colon,  hermano  del  duque  de 
Veraguas.  Jueves,  [nueve,  yendo  en  un 
coche,  buena  parte  de  la  noche  andada, 
D.  Fernando  de  Toledo,  Señop  de  Higa- 
res,  Embajador  de  Venecia,  y  D.  Fran- 
cisco de  Morbeli,  y  D.  Tomás  de  Vargas, 

Ib 


242  CARTAS  DE 

Caballeros  de  Sevilla,  junto  al  pasadizo 
del  Rey,  tiraron  un  pistoletazo,  que  la 
bala  y  munición  pasó  por  los  hombros  á 
algunos;  sirvióse  Dios  que  no  ofendiese  á 
nadie :  huyóles  el  agresor.  Dióse  al  mar- 
qués de  Cadereita  el  Consejo  de  la  Guerra, 
y  al  doctor  Juan  de  Balboa,  la  cátedra 
de  prima  de  Salamanca  con  mucha  razón; 
y  otra  cátedra  de  prima  al  doctor  Arce; 
y  a  D.  Rodrigo  de  Aguiar,  del  Consejo  de 
las  Indias,  Hábito,  y  á  D.  Antonio,  su 
hijo,  la  tenencia  de  Canciller  mayor  de 
las  Indias,  con  quinientos  escudos  ¿c 
sueldo  y  Hábito. 

Domingo,  doce,  en  imitación  del  anfi- 
teatro de  la  antigüedad,  se  formó  el  circo 
debajo  de  las  ventanas  de  la  galería  del 
cierzo  de  Palacio,  de  madera  alta  coma 
tres  cuerpos  de  hombre,  en  que  se  echo 
un  robusto  león  á  los  lebreles  de  Irlanda 
y  algunos  nacidos  destos  Reinos,  que. 
aunque  al  principio  se  acobardaron,  le 
embistieron  después  valientemente,  y  el 
bruto  con  desestimación  real  los  dejaba, 
hasta  que  acosado  dellos  le  fué  fuerza 
mostrar  las  suyas;  mató  á  uno  y  maltra- 
tólos á  todos :  fué  un  dia  muy  solemne  y 
de  grandísimas  apuestas.  Esta  noche  su 
Majestad  de  la  Reina ,  por  estar  ya  cercana 
a)  parto  (désele   Dios  como  merece  su 


AnOBES  DE   MENDOZA.  243 

celo),  hizo  su  testamento,  siendo  testigos 
el  Inquisidor  general,  el  conde  de  Oliva- 
res y  el  santo  Padre  Fray  Simón  de  Rojas, 
su  confesor,  el  secretario  Pedro  de  Con- 
treras  que  lo  otorgó,  y  el  secretario  Na- 
varrate,  que  lo  es  de  su  Cámara.  Entre 
otras  cosas ,  instituye  tres  obras  dignas 
de  la  piedad  y  clemencia  Real,  y  tan 
grandes,  que  solo  ella  las  puede  hacer: 
La  primera  ,  erige  una  Iglesia  Colegial  en 
esta  Corte,  en  el  sitio  que  hoy  está  Santa 
María ,  y  en  la  casa  de  los  señores  de  Gri- 
ñón y  Cubas,  que  se  quemó,  y  en  lo  de- 
mas  hasta  la  puerta  de  la  Vega,  la  cual 
ha  de  ser  del  patronazgo  real,  y  se  le 
agregan  sesenta  mil  ducados  de  renta  de 
beneficios  y  Abadías  simples,  y  otros 
bienes  eclesiásticos  del  patronazgo;  y 
ofreciéndole  la  Villa  para  ello  ciento  y 
cincuenta  mil  ducados,  respondió  con 
ánimo  cristiano  razón  tal,  que  debia  es- 
culpirse en  bronce:  «Admito  el  servicio  de 
la  Villa,  como  no  sea  de  sisas  ni  tributos 
cargados  á  los  pobres»  (ni  menor  ánimo 
que  el  desta  villa  Imperial  pudo  hacer  tal 
oferta.)  Manda  asimismo  desde  luego  ins- 
tituir un  hospital  donde  se  sustenten, 
vistan  y  alberguen,  cincuenta  soldados 
pobres;  señala  salario  á  su  solicitador  y 
abogado  que  atiendan  á   su  despacho,  y 


244  CARTAS  «K 

en  saliendo  uno  se  reciba  otro;  y  otro 
hospital  que  crie  siempre  cincuenta  niños 
huérfanos,  enseñándoles  el  marinaje  para 
pilotos  y  hombres  de  mar:  pensamientos 
reales  y  dignos  de  su  virtud.  Y  dia  de  San 
Kugenio,  primer  Arzobispo  de  Toledo, 
fué  la  celebridad  de  poner  la  primera  pie- 
dra en  la  Iglesia  Parroquial,  digo  Cole- 
gial, de  Santa  María  de  la  Almudena; 
formóse  de  madera  y  tapicería  el  sitio,  y 
en  el  altar,  en  el  lugar  que  ha  de  ser  el 
mayor,  púsose  la  cortina  y  demás  preven- 
ciones, como  en  la  capilla  de  Palacio,  de 
donde  salió  la  procesión  de  cruces,  pen- 
dones, cofradías,  gigantes,  danzas  é  in- 
venciones como  el  dia  del  Corpus^  el 
clero,  confesores,  predicadores  y  cape- 
llanes y  música  del  Rey.  Celebró  el  ilus- 
trísimo  Nuncio,  que  para  mostrar  loque 
desea  servir  á  sus  Majestades,  aun  el 
echar  piedras  tiene  por  cordura;  la  Reina, 
la  Infanta ,  el  Cardenal  Infante  y  la  demás 
nobleza  de  Palacio  y  las  señoras  de  la 
Corte,  asistieron  en  las  ventanas,  y  á  la 
procesión  salieron  el  Rey  y  el  Infante 
Carlos,  con  grandes  aderezos  de  piedras. 
Hubo  catorce  Grandes,  Embajadores,  Pa- 
triarca, Arzobispo  de  Santiago  y  Prelados, 
y  demás  Señores.  Echáronse  en  el  lugar 
de  la  piedra,  en  el  hueco  della,  madallas 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  245 

del  rostro  del  Pontífice ,  de  los  Reyes  y 
de  las  demás  personas  Reales,  y  de  las 
principales  en  calidad  y  puesto  en  el 
mundo ,  y  monedas  de  todas  suertes,  y  la 
Bula  é  inscripciones  de  la  erección;  y 
tuvo  fin  el  dia  ó  empezó  en  la  mayor  can- 
tidad de  luminarias  y  fuegos,  como  se. 
debe  advertir  del  cuidado  de  D.  Juan  de 
Castro  y  Castilla,  Corregidor  desta  Corte, 
merecedor  aun  de  mayores  puestos. 

Volvió  de  Ñapóles  D.  Francisco  de 
Alarcon  de  los  descargos  del  duque  de 
Osuna ,  y  los  que  se  han  hecho  en  esta 
Corte  corrieron  por  mano  del  Sr.  Beren- 
guel  de  Aoiz,  cuya  virtud  y  entereza  no- 
toria da  esperanzas  del  feliz  suceso  de 
los  negocios  deste  gran  Señor,  merecidos, 
demás  de  la  grandeza  de  su  casa,  de  su 
valor. 

La  Villa  replicó  á  la  Reina,  que  los 
ciento  y  cincuenta  mil  ducados  se  los 
daba  en  dehesas  y  tierras  valdías;  con  que 
la  obra  pía  lo  será  y  bien  grande.  Y  fuélo 
la  que  instituyó  en  su  testamento  Diego 
de  Yanguas,  vecino  de  Sevilla,  de  seis- 
cientos mil  ducados  para  un  hospital  de 
convalecientes,  y  nombró  por  patrones 
los  Priores  de  Santa  María  de  las  Cuevas, 
déla  Cartuja,  San  Gerónimo  de  Buena- 
vista  y  San  Isidro  del  Campo.  El  Consejo 


34^  CARTAS   DE 

por  decreto  del  Rey,  tomando  su  admi- 
nistración ,  formó  Junta  para  ella  de  los 
Señores  Gilimon  de  la  Mota,  D.  Juan  de 
Chaves  y  Mendoza,  D.  Francisco  de  Te- 
jada y  Mendoza,  y  Garci  Pérez  de  Araciel; 
y  diósele  la  superintendencia  por  el  mis- 
mo decreto  al  Sr.  D.  Juan  de  Chaves, 
varón  verdaderamente  grande,  cuya  ca- 
lidad, virtud  heroica,  facilidad  de  oido, 
afecto  de  hacer  bien,  blandura  de  trato  y 
i'mimo  igual,  le  hacen  digno  del  lugar 
que  ocupa,  y  con  deseo  universal  se  afecta 
para  él  mayor  fortuna. 

Dijo  Livio,  que  la  felicidad  de  la  Re- 
pública consistió  en  entregarse  a  uno, 
porque,  en  determinando  los  hombres  jun- 
tarse á  la  vida  social,  fué  menester  el 
Imperio  y  Magistrado  que  los  gobernase, 
mas  la  corrupción  de  las  costumbres  hizo 
venal  la  parte  de  Imperio  que  se  les  con- 
cedió, y  es  la  más  penosa  acción  del  go- 
bierno. Así  es  tan  de  estimar  la  integridad 
y  limpieza  de  manos  con  que  procede  el 
señor  conde  de  Olivares,  que  es  tal,  que 
aun  cuando  no  fuera  tan  acertado  su  go- 
bierno, estaparte  le  hiciera  amable.  De 
orden  de  su  Majestad  (no  se  sabe  el  para 
qué),  se  embargaron  á  un  tiempo  en  los 
puertos  todos  los  navios  de  extranjeros 
que  había.  Diose  al  Maestro  de  Capilla  de 


A\OR"ES    DE   MENDOZA.  247 

4*alacio,  Capitán ,  plaza  de  Capellán  de  los 
Reyes  nuevos  de  Toledo,  con  retención 
del  magisterio  y  de  la  que  tiene  de  honor. 
El  Consejo  pleno,  por  dos  dias,  vio  el 
pleito  de  la  Iglesia  y  Arzobispo  de  San- 
tiago de  Galicia,  asistiendo  él  al  lado  del 
Presidente  con  dos  mil  lugares  destos 
Reinos,  que  pretenden  no  están  obligados 
al  voto  de  Santiago ;  vióse  en  el  grado  de 
las  mil  y  quinientas,  y  por  Decreto  de! 
Príncipe,  particular,  se  mandó  que  lo 
viese  todo  el  Consejo.  La  señora  duquesa 
de  Medina  de  Rioseco,  mujer  del  señor 
Almirante,  celebró  ñesta  al  nombre  san- 
tísimo de  María,  en  la  Trinidad;  dijo  el 
Padre  Rojas  la  Misa,  predicó  el  Maestro 
Hortensio  Félix,  más  felice  ingenio  que 
el  Romano,  si  mas  valiente  orador.  La 
iglesia,  la  música,  el  ornato  de  cera  y 
flores  y  olores,  y  concurrencia  de  los  se- 
ñores y  Señoras  de  la  Corte  muy  célebre, 
y  toda  la  festividad;  y  para  mí,  la  mayor 
es  servir  á  V.  ilustrísima,  á  quien  pro- 
meto, del  parto  de  la  Reina  nuestra  Se- 
ñora y  de  lo  que  sucediere ,  larga  relación. 
Madrid  y  Noviembre  diez  y  ocho  de  mil  y 
seiscientos  veintitrés. 


CARTA  DECIMAQUINTA. 


COPIA  DE    UNA   CARTA    DE    ANDRÉS    DE   MEN- 
DOZA   AL    DUQUE    DE    BEJAR,    MARQUES   DE 
GIBRALEON,    CONDE    DE    BELALCÁZAR, 
CABALLERO  DEL    INSIGNE 
TUSÓN    DE    ORO. 


SI  la  hermosura  de  la  naturaleza  con- 
siste en  la  variedad,  no  dejará  de  ser 
agradable  á  vuestra  excelencia  esta 
carta,  pues  tan  varias  circunstancias  la 
hermosean;  y  verá  qué  desigualdades  des- 
cubren las  operaciones  de  los  hijos  de  los 
hombres,  qué  sin  consistencia  sus  discur- 
sos, cuantos  anhelan  por  la  pretensión, 
pensando  terminar  sus  deseos,  y  lo  que 
habia  de  ser  límite  dello,  es  causa  de  ma- 
yores incentivos,  pues  la  voracidad  del 
fuego,  con  aplicarle  materia,  levanta  ma- 
yores llamas.  ¡Cuántos  han  muerto  á 
manos  de  pretensiones  sin  desengañarse! 


250  TARTAS    nf. 

¡Dichosos  los  que  se  saben  desengañar! 
Buenos  ejemplares  se  verán,  si  bien  el 
hechizo  de  la  Corte  nos  tiene  en  mortal 

letargo. 


Su  criado^ 
Andrés  de  Mendoza. 


APENAS  habia  cerrado  la  de  diez  y 
ocho  de  Noviembre  (que  el  curioso 
impresor,  ó  poco  recatado  secreta- 
rio dio  á  la  estampa),  cuando  vi  en  la 
calle  Mayor  al  excelentísimo  conde  de 
Olivares,  que,  como  Caballerizo  mayor, 
salia  en  público  á  pasearla,  y,  por  ser  la 
primera  vez,  le  acompañaron  todos  los 
oficiales  mayores  y  menores;  el  primero 
Caballerizo  y  los  demás  pajes  en  cuerpo, 
en  los  caballos  saltadores,  y  tan  gran 
concurso  de  señores  y  pueblo  como  gran- 
jea su  agrado. 

Súpose  de  Italia,  el  haber  nuestro  se- 
ñor dado  á  monseñor  Barbarino,  su  ne- 
pote, Capelo,  por  cuya  asumpcion,  su  Ma- 
jestad mandó  hacer  luminarias  y  fiestas 
de  noche,  y  fuéronlo  grandes  y  de  gusto. 
Y  que  murió  en  Sicilia,  General  de  sus 
galeras,  D.  Octavio  de  Aragón,  de  la  Real 
sangre  de  sus  Reyes,  hijo  de  la  casa  de 
Terranova;  y  en  Madrid,  los  licenciados 
Gaspar  de  Vallejo  y  Marcos  de  Torres,  de 
los  Consejos  Real  y  de  las  Indias;  varones, 
si  grandes  en  la  inteligencia  del  derecjho, 
mayores  profesores  de  la  virtud,  merece» 
dores  de  mayores  puestos,  de  más  dilata- 


252  CARTAS   DI 

das  alabanzas,  si  á  la  envidia  de  los  tiem- 
pos no  les  parecieran  superticiosas,  con 
que  á  los  muertos  ni  lisonjear,  ni  tener 
podemos,  pasiones  con  que  se  minoran  ó 
crecen  los  méritos  en  los  vivos.  Y  muric-' 
ron,  el  obispo  de  León  D.  Juan  de  Molina, 
(en  ochenta  años,  habia  merecido  su  vir- 
tud y  sciencia  aún  mayores  dignades;)  y 
en  Sevilla,'D.  Pedro  de  Castro  y  Quiñones, 
su  Arzobispo,  de  ciento  y  dos  años,  virgen, 
según  fama  universal  y  confesión  suya, 
que  siendo  de  virtud  es  más  dificultosa 
que  nuestra  creencia,  mas  la  virtud  ha 
de  ser  pública  cuando  la  intención  es 
oculta.  Eterno  estudiante,  y  más  eterno 
velador  de  su  grey;  cuyas  letras,  calidad  y 
caridad,  no  inclusa  en  límites  de  Oidor 
de  Valladolid,  Presidente  de  Granada  y 
Valladolid,  Arzobispo  de  Granada,  donde 
le  favoreció  Dios  descubiertamente,  y 
electo  de  Santiago,  que  no  quiso  aceptar, 
subió  al  de  Sevilla,  que  aceptó  por  obe- 
diencia al  Pontífice  con  Breve  particular. 
Fué  Prelado  treinta  y  siete  años,  ejemplo 
á  los  demás;  envió  diez  y  seis  dias  antes 
á  hacer  dejación  de  su  dignidad,  y,  aunque 
por  culpa  de  sus  criados  se  detuvo,  llegó 
á  tiempo.  Gentil  contera  de  tan  buena 
espada. 

Dióse  á  D.  Juan  de  Hoces  el  Arzobispa- 


ANDRÉS    DE   MENDOZA.  253 

do  de  Tarragona,  Prelado  de  los  que  deseó 
San  Gregorio  Magno  en  el  pastoral,  pues 
los  buenos  no  solicitan  ni  admiten  las  dig- 
nidades, antes  las  rehusan,  y  él,  si  grande 
en  la  aceptación  desta  por  la  obedien- 
cia, mayor  en  la  desestimación  de  tantas; 
y,  aunque  la  fortuna  suele  repartirse  cie- 
gamente, se  corriera  de  no  ver  premiadas 
su  virtud,  letras  y  entereza.  Y  D.  Fray 
Iñigo  de  Brizuela,  considerando  que  no 
hermanaba  su  conciencia,  Obispo  y  ausen- 
te de  su  esposa ,  como  lo  deben  entender 
los  buenos  Obispos ,  renunció  su  Obispado 
de  Segovia,  porque  demás  del  capítulo 
Per  Hueras  de  supplenda  negligentia  Prce- 
latorwn,  de  la  Santidad  de  Honorio  III, 
hay  tantos  textos  y  autoridades  de  los 
Padres,  que  el  no  ajustarse  á  ellas,  si  ya 
no  impiedad  es  no  creerlas,  mala  inteli- 
gencia es  no  seguirlas.  Hízole  su  Majestad 
merced  de  tres  mil  ducados  de  pensión  en 
el  Obispado,  y  seis  mil  en  el  Patriarcado 
de  Indias,  y  quedó  en  la  Corte  para  cosas 
de  su  servicio. 

Súpose  de  Italia  que  D.  Felipe  de  Eril, 
con  las  galeras  de  Sicilia,  entró  en  el 
puerto  de  Biserta  y  quemó  cuatro  bajeles 
grandes  redondos,  y  tomó  cinco  á  vista  de 
sus  vecinos  y  defensores;  en  que  mostró 
que  el    valor   español  tiene  calidad  de 


254  CAnTAS  r>c 

palma,  á  quien  el  mayor  peso  levanta 
más,  pues  el  peligro  en  que  debia  fallecer 
cobra  nuevos  alientos. 

Y  de  Flándes,  haberse  recuperado 
Lipstar,  plaza  fuerte  del  país  de  Juliers, 
ocupada  el  año  atrás  del  hereje  obispo 
Arlestad;  recuperóla  el  conde  Enrique 
de  Bergas,  soldado  digno  de  que  en  sus 
elogios  se  explayara  la  pluma,  si  no  hicié- 
ramos sospechosa  la  verdad  con  los  hipér- 
boles della  y  ninguno  lo  fuera. 

Hánse  dado  Hábitos,  que  es  bien 
honrar  á  los  nobles  y  que  sirven,  á  don 
Pedro  Collado  de  Alarcon ;  á  Juan  de  Pe- 
droso.  Consejero  de  guerra;  D.  Juan  de 
Parra;  D.  Manuel  de  Castrejon;  D.  Oracio 
de  Castelví;  D.  Diego,  y  D.  Luis  Carrillo 
de  Mendoza;  D.  Fernando  dé  Céspedes; 
D.  Antonio  de  Aguiar,  teniente  de  canci- 
ller mayor  de  Indias;  D.  Francisco  de 
Rojas,  y  D.  Juan  del  C^istillo,  de  la  cáma- 
ra del  Rey.  A  D.  Alonso  de  Navarrete,  Fé- 
lix de  Vallejo,  y  D.  Diego  de  Barrionucvo, 
Regidores  de  Madrid,  Hernando  de  Espejo, 
Caballeriro  de  la  Reina,  y  Rafael  Cornejo, 
Secretario  del  Reino;  á  los  cinco  para  su» 
hijos,  y  á  Pedro  Martinez,  Escribano  Ma- 
yor del  Ayuntamiento,  para  casar  un¿É 
hija:  á  Pedro  de  Artiaga,  D.  Pedro  Lan- 
chero, D.  Jerónimo  de  Quero,  Ruy-Díaz 


ÁNDBés   DE   MENDOZA.  255 

dé  Mendoza  y  D,  Ferirando  de  Contreras. 

Plazas  de  Acroy&,  á  D.  García  de 
Avila  Ponce,  D.  Pedfo  Alarcon,  D.  Diego 
de  Mendoza  y  D.  Juan  de  Bustamante;  y 
llave  de  ayudas  del  señor  Infante  Carlos, 
á  D.  Jerónimo  Nuñez  de  León.  Caballe- 
rizo del  señor  Cardenal  Infante,  á  don 
Antonio  de  Bilbao;  y  vara  de  alguacil 
mayor  de  la  Inquisición  de  Toledo,  á  don 
Juan  de  Santacruz,  camarero  del  señor 
conde  de  Olivares.  La  encomienda  de 
Silla,  al  marqués  de  Albayda;  y  la  futura 
sucesión,  y  en  ella  ochocientos  ducados 
de  pensión,  á  D.  Pedro  Luis  de  Borja. 

Desposáronse  los  señores  marqueses 
de  Villena  en  casa  de  la  señora  condesa 
de  Miranda,  abuela  y  tia  de  los  desposa- 
dos; desposólos  el  señor  Inquisidor  gene- 
ral (canas,  si  graves  en  la  edad,  mayores 
en  la  santidad  y  letras),  padrinos,  los  se- 
ñores condes  de  Olivares,  con  tanta  ri- 
queza en  el  ornato,  como  agrado  en  el 
modo,  lustre  y  esplendor  de  los  criados 
de  ambas  casas,  tal  como  se  advierte  del 
que  en  tantos  actos  han  experimentado, 
si  no  les  oscurecieran  el  de  los  desposados, 
que  dieron  librea,  á  su  gran  número  de 
criados,  de  terciopelo  negro,  prensado  y 
picado,  forros,  plumas  y  cabos  de  color 
celeste,  vistosa  y  rica.  Y  en  Palacio,  don 


256  -CVKT&S  DR 

Antonio  Mascareñas,  nuevo  conde  de 
Palma,  con  Doña  María  de  Tabora,  hija 
del  conde  de  San  Juan,  por  mano  del 
Patriarca,  á  la  presencia  de  los  Reyes,  pa- 
drinos, que  hicieron  merced  á  los  desposa- 
dos de  estimación  de  nueve  mil  ducados 
de  renta;  y  ellos  se  vistieron  de  verde,  ri- 
camente bordado  de  oro,  y  la  librea  de 
sus  criados  lo  mismo;  honró  la  Reina, 
con  asistencia  de  la  Infanta,  á  la  despo- 
sada á  su  mesa.  Fué  la  gala  extraordina- 
ria por  ser  los  años  de  su  Majestad.  Sa- 
cóla de  palacio  la  señora  condesa  de  Oli- 
vares, con  el  acompañamiento  que  á  la 
calidad  de  su  excelencia  y  los  desposa- 
dos y  á  la  costumbre,  sigue.  Y  en  la  huerta 
de  la  señora  condesa  de  Valencia,  por 
mano  del  Arzobispo  de  Santiago,  los  se- 
ñores duques  de  Sesa,  padrinos  y  padres, 
desposaron  su  hija  mayor  (marquesa  de 
Poza  que  será)  con  D.  Francisco  de  Cór- 
dova,  hermano  del  Duque;  y,  aunque  pro- 
curaron celarlo,  á  la  gran  calidad  de  sus 
personas  y  su  agrado  acompañó  la  mayor 
parte  de  la  nobleza.  La  gala  y  banquete 
fué  tan  grande  como  todo. 

Ocurrió  en  estos  dias  el  nacimiento  y 
bautismo  de  la  Infanta,  nuestra  señora, 
visto  ya  por  relación  mía,  causa  que  de- 
vuelve las  partes  desta  carta  al  levantarse 


ANDRÉS   DE    MENDCZV.  257 

la  Reina,  día  de  la  Espectacion.  Hizo  el 
marqués  de  Alcañizas  festín  en  su  casa, 
á  que  convidó  toda  la  corte;  asistiendo 
más  de  setenta  señoras  en  público,  á  que 
siguieron  lo  que  se  deja  advertir  de  seño- 
res, y  en  los  celajes  de  una  celosía,  si  ya 
no  el  sol,  las  estrellas  de  primera  gran- 
deza desta  Monarquía.  Hiciéronseles  dos 
comedias  por  diferentes  autores,  con  ex- 
celentes bailarines,  hijos  del  lugar,  una 
máscara  de  danza,  con  tanta  gala  como 
destreza,  estando  la  sala  dando  envidia  á 
las  esferas  en  hermosura  y  luces,  si  ya 
ellas  no  trasladadas  á  la  pieza.  Dióseles 
colación  de  cien  platos,  y  continuaron  los 
dos  dias  en  tanta  variedad  de  hachas, 
ruido  de  sillas,  coches  y  criados,  que  fué 
no  la  menor  parte  de  la  fiesta. 

La  vigilia  de  San  Andrés,  por  los 
años  del  serenísimo  Príncipe  de  Gales, 
mandó  su  Majestad  que  en  la  plaza  del 
Parque  hubiese  cañas,  que  á  su  presencia 
y  á  la  de  sus  Altezas,  veinticuatro  Gran- 
des, títulos  y  caballeros,  con  gala  negra, 
cabos,  bandas  y  plumas  blancas,  las  juga- 
ron excelentísimamente,  asistiendo  Em- 
bajadores, Ministros  y  Consejos;  y,  aun- 
que el  dia  lluvioso,  no  aguado  el  contento 
sino  le  hubiera  templado  el  saberse  de 
Londres,  que  estando  trescientas  perso- 

17 


258  CARTAS    l»E 

ñas  católicas  (que  donde  quiera  tiene  Dios 
quien  le  sirva,  y  pues  aun  en  medio  de 
leones  se  halla  un  Daniel)  en  casa  del 
embajador  de  Francia  al  sermón,  permi- 
tió se  cayese  el  techo,  que  maltrató  á 
muchas  personas,  matando  setenta.  ¡Di- 
chosos los  que  murieron  buscando  su  ma- 
yor perfección,  y  desdichado  del  pecador, 
pues  si  el  justo  no  se  libra  de  trabajos, 
qué  seguridad  tiene  el  que  no  lo  es! 

Dia  de  Santo  Tomás,  le  dio  á  su  Alte- 
za alferecía,  que  no  desobligó  al  Rey,  con 
galas  y  Tusón  grande,  faltase  á  la  celebri- 
dad, con  que  tenia  el  corazón  sobresalta- 
do; porque  á  la  Fe  del  Monarca  de  las 
Españas  no  descompone  el  dar  muestras 
públicas  della,  aun  tan  naturales  senti- 
mientos como  la  muerte  de  una  hija 
única.  La  noche  se  gastó  en  procesiones  y 
rogativas,  y  por  si  multiplicando  interce- 
sores se  impetrase  su  salud,  se  trajeron  A 
Palacio  las  imágenes  del  Almudena,  Ato- 
cha y  Buen  Suceso,  y,  entre  el  número  de 
reliquias  desta  gran  Corte,  los  cuerpos  de 
San  Isidro,  la  madre  Águeda  y  padre 
ürozco,  imágenes  de  San  Nicolás  de  To- 
lentino  y  San  Antonio  de  Pádua;  mas  el 
que  tenia  determinado  de  mejorarla  en 
Reino,  se  le  dio  al  romper  el  alba  el 
viernes.  Linda  observación,  en  viernes  re- 


ANDRÉS   DR   MENDOZA.  259 

nació  Dios  por  los  méritos  que  él  granjeó 
en  la  Cruz,  y  en  viernes,  al  romper  del  al- 
ba, fué  á  ser  eterno  lucero  del  Sol  de  jus- 
ticia. En  esto  lleváronla  á  San  Lorenzo 
un  Obispo  y  un  Mayordomo  del  Rey,  de 
semana,  las  dueñas  de  honor,  los  Gentiles- 
hombres  de  la  boca  y  de  la  casa,  y  la  guar- 
da de  á  caballo;  y  el  señor  conde  de  Oliva- 
res la  acompañó,  que  quiso  no  faltar  á  la 
demostración  de  sentimiento  en  la  prenda 
única  del  amor  de  su  Rey,  pagándole  en 
parte  el  que  le  tiene,  y  parecía  obligación 
forzosa  el  hacerlo,  pues  los  brazos  que 
quince  días  antes  hablan  sido  cuna  al  bau- 
tismo de  la  gracia  fuesen  cúmulo  á  la 
muerte  que  le  perpetuó  gloria. 

La  vigilia  de  Pascua  gastó  el  Consejo 
Real  en  la  visita  general  de  las  cárceles 
de  esta  Corte  y  Villa;  porque  á  la  piedad 
sólida  usada  en  tan  grandes  dias,  no  impi- 
dió el  sentimiento,  que  nuestros  Reyes  no 
permiten  que  á  virtud  tan  de  Reyes  falte 
por  ningún  accidente.  Y  así  el  Consejo 
(presidiendo  el  señor  Pedro  de  Tapia)  usó 
con  justicia  del  poder  y  acostumbrada 
magnificencia,  y  no  comieron  después  con 
el  señor  Presidente,  con  quien  es  costum- 
bre el  dia  de  Pascua  y  los  demás.  Su  Ma- 
jestad, con  las  galas  y  grandeza  que  siem- 
pre, asistió  á  la  solemnidad;  cuyo  ánimo 


2tiO  CAATIS    Oe 

católico,  aunque  con  dolor  y  sentimientos 
interiores,  no  falló  á  la  observancia  de  los 
actos  de  religión,  primer  pretesto  de  su 
celo,  mayor  basa  de  su  Imperio.  Y  el  dia 
del  Nombre  de  Jesús  fué  á  honrar  la  Com- 
pañía como  á  Religión  hija  de  España,  co- 
luna de  la  fé,  guía  de  juventud,  reparo  á 
lus  miserias  de  la  culpa;  y  el  dia  de  los 
Reyes  le  ministró  los  cálices  el  señor 
Infante  Carlos.  No  hablo  en  la  solenidad 
á  que  celebran  los  ilustrísimos  Nuncio,  Pa- 
triarca, Arzobispo  de  Santiago;  y,  aunque 
en  todas  acciones  grande  Palacio,  en  nin- 
guna tanto  como  en  la  música,  que  fué  es- 
tos dias  estraña,  ingenio  del  maestro  de 
capilla,  Capitán,  letras  de  don  Antonio  de 
Mendoza,  Secretario  de  la  cámara  de  su 
Majestad,  ejecutado  por  los  mayores  can- 
tores del  mundo. 

El  segundo  dia  de  Pascua  besaron 
los  Consejos  la  mano,  y  al  Real  dio  el  se- 
ñor Presidente  banquete  tan  grande  y  tan 
regalado,  que  solo  la  grandeza  de  su  Ilus- 
trísima,  y  cuidado  de  Juan  Bautista  de 
Franco,  su  mayordomo,  docto  en  tantas 
experiencias  le  pudieron  dar.  Y  el  dia  de 
ios  Inocentes,  el  Marques  de  Montesclaros 
dio  Á  su  Consejo  de  Hacienda  y  Contadu- 
ría, banquete  de  doscientos  y  cincuenta 
;:  latos   tres   doblados,    tan   grandes,   que 


ANDKÉS    DE    ME5Ü0ZA.  261 

desacreditó  la  moderación  española,  acu- 
sada neciamente  de  cortedad  por  italianos 
V  Flamencos,  pues  los  dejó  vencidos,  si 
bien  imitando  sus  vicios;  efecto  que  sigue 
á  las  Monarquías,  como  lo  advirtió  san 
León  Papa,  hablando  con  las  demás,  con 
la  República  Romana,  que  imperando  á 
las  naciones  fué  esclava  de  las  costumbres 
de  todas.  Buenas  experiencias  tenemos  en 
lo  excesivo  de  los  gastos,  pues  parece  que 
no  se  vive  más  que  para  cumplir  con  los 
efectos  de  la  vanidad,  desfalleciendo  la 
robusticidad  del  ánimo,  la  blandura  y 
riqueza  de  los  trajes  y  comida. 

Hizo  su  Majestad  mercedes  (oficio  pro- 
pio á  ios  Reyes,  mayor  vínculo  de  los  Im- 
perios, pues  nada  les  constituye  duración 
como  la  manirotura ,  pues  más  granjeó 
Servio  en  los  banquetes  Romanos,  que  en 
el  Consulado  de  Asia,  y  con  ser  tiranía 
la  de  César,  y  de  su  muerte  á  la  libertad 
no  hubo  más  de  siete  años,  y  haber  muer- 
to con  violencia,  no  cobró  la  República 
libertad  en  virtud  de  la  largueza  de  su 
mano,  antes  constituyó  imperio  que  le 
posee  su  casa  del  Rey  nuestro  señor,  y  h  i 
que  dura  mil  y  ochocientos  años;  pues  esta 
virtud  es  mayor  muestra  de  la  generosidad 
del  ánimo),  y  las  principales  fueron:  al 
Obispo  de  Catania,  don  Juan  de  Torres,  del 


262  CARTAS  DE 

Obispado  de  Oviedo;  á  D.  Melchor  de 
Moscoso  y  Sandoval,  Sumiller  de  Cortina, 
del  Obispado  de  Segovia;  y  no  oso  deter- 
minar cuál  de  los  dos  es  más  santo  Prela- 
do. A  D.  Cristóbal  de  Porras,  de  Conde  de 
Castronuevo;  á  D.  Luis  Gaitan  de  Ayala, 
de  Conde  de  Villafranca  de  Gaitan;  al  se- 
ñor de  Luque  (casa  de  Córdoba),  de  Conde 
de  Marbella;  al  señor  de  Cedillo,  Toledo 
y  Luna,  de  Conde  de  Cedillo;  á  D.  Fa- 
drique  de  Toledo,  de  Marqués,  y  al  señor 
de  Valverde,  casa  Alarcon,  título  de  Con- 
de. A  D.  Juan  de  Eraso,  título  en  Italia  y 
la  futura  sucesión  de  Statrico  de  Mecina; 
á  D.  Antonio  Churaacero,  de  plaza  de 
Alcalde  de  corte;  y  á  D.  Francisco  de 
Valcárcel,  Alcalde,  con  retención  de  su 
plaza,  el  Corregimiento  de  Córdoba.  A 
D.  Juan  de  Carvajal  Sande,  colegial  de 
Cuenca,  la  Regencia  de  Canaria.  Secreta- 
rios del  Rey,  á  Pedro  Zapata  del  Marmol 
y  D.  Fernando  Vallejo,  más  antiguo  del 
Consejo  Real;  D.  Pedro  de  Vallejo  Caba- 
nas, que  lo  es  del  Sr.  Duque  de  Medina- 
sidonia;  Melchor  de  Castromacedo,  Con- 
tador de  resultas;  Pedro  de  Ceniceros, 
oñcial  de  Estado;  Esteban  Arias,  oHcial 
mayor  de  la  Cámara;  Juan  del  Castillo, 
que  remite  sus  memoriales;  Pedro  de 
Aybar,  Contador  de  Zacatecas;  Jerónimo 


ANDRÉS    DE    SIENOOZA.  263 

de  Canencia,  Secretario  del  de  Montes- 
claros;  Antonio  Carnero,  secretario  del 
Sr.  Conde  de  Olivares. 

Concurrió  en  la  segunda  semana  del 
año  la  fiesta  grande  del  Destierro  de  María 
Santísima,  por  siete  dias,  en  el  religioso 
monasterio  del  gran  Patriarca  San  Ber- 
nardo, donde  el  aderezo  de  la  iglesia  fué 
de  las  grandes  cosas  que  se  han  visto  en 
la  Corte;  y  si  pudo  ser  inferior,  lo  fué  al 
altar,  á  la  muchedumbre  de  luces,  flores, 
olores,  música  y  valentía  de  las  oraciones, 
en  que  los  grandes  predicadores  mostra- 
ron cuánto  lo  son,  y  la  procesión  del 
último  dia  fué  en  todas  circunstancias 
grande.  Asistida  toda  la  fiesta  del  Nuncio, 
Embajadores,  Prelados,  Presidentes,  Gran- 
des, Consejeros,  Inquisidores  y  Ministros, 
y  admirada  de  nobleza  y  pueblo.  El  Arzo- 
bispado de  Sevilla  se  dio  al  Arzobispo  de 
Santiago.  Llaves  de  Gentilhombre  de  la 
Cámara  del  Rey,  al  Conde  de  los  Arcos, 
con  retención  de  oficio  de  Mayordomo; 
al  Duque  de  Villahermosa,  padre,  y  al 
Duque  su  hijo.  Encomienda  de  dos  mil  du- 
cados por  dos  vidas;  la  superintendencia 
de  las  Armadas,  á  D.  Diego  Brochero.  Y 
partió  el  Conde  de  Osona  á  su  Embajada 
de  Alemania.  Vino  la  señora  doña  María 
Bazan,  mujer  de  D.  Jerónimo  Pimentel, 


¿64  CillTiS  DE 

General  de  la  caballería  de  Milán,  y  en 
viniendo  fué  á  besar  las  manos  á  los  Reyes 
al  Pardo,  á  que  la  acompañaron  gran 
número  de  señores  y  señoras. 

Diéronse  «las  Hábitos  á  D.  Trebucio 
de  Redin,  D.  Pedro  de  Contreras,  don 
Pedro  de  Sansoles,  D.  Diego  Gallo,  don 
Fernando  de  Barradas,  al  señor  de  Cor- 
fiago  y  D.  Tomás  de  Tovar;  y  el  Corregi- 
miento de  Ciudad-Real,  á  D.  Antonio 
Navamuel. 

El  Auto  de  la  fé  ya  se  ha  visto  por  rela- 
ción mia;  cuyo  dia  en  San  Ginés  un  fraile 
descalzo  francisco,  de  grande  opinión  de 
santidad,  se  arrebató  en  éxtasis,  en  el  cual, 
desde  la  mitad  de  la  iglesia,  fué  hasta  el 
altar  por  el  aire,  y  en  él  estuvo  un  cuarto 
de  hora  mirandoel  Santísimo  Sacramento, 
á  vista  de  gran  pueblo,  que  le  hizo  peda- 
zos el  hábito;  á  que  suplió  la  piedad  y 
grandeza  de  la  señora  Duquesa  de  Nájera. 

Murió  la  Vicaria  de  las  Descalzas  Rea- 
les, persona  de  tan  gran  calidad,  gran  va- 
limiento y  mayor  santidad,  á  cuyo  entier- 
ro y  honras  asistió  toda  la  Corte  y  no  fal- 
tarla la  celestial. 

Sábado  veinte  y  siete,  por  haber  con- 
fesado de  hurtos  más  de  doscientos  mil 
ducados,  ahorcaron  á  seis  hombres  y  azo- 
taron otros,  que  el  mayor  no  tenía  veinte 


AXDItÉS   DE   MENDlZA.  265 

y  cinco  años,  conocidos  y  de  buen  pelo. 
Uno  de  ellos  habia  sido  fraile  cartujo  y 
Jerónimo;  porque  no  tenga  excepción  la 
regla,  que  el  que  desampara  la  Religión 
no  tenga  buen  fin,  si  bien  sus  muertes 
fueron  de  codicia.  Dijo  (que  el  corazón 
es  gran  profeta)  que  habia  diez  años,  y 
más,  que  pedia  á  Dios  con  San  Agustín: 
Utinam  mors  mea  iií  mors  siispensoriim. 
Miércoles  último  de  Enero,  el  señor 
conde  de  Olivares,  porque  este  dia  se 
votaba  su  pleito,  vino  del  Pardo,  y  no  sólo 
acompañó  sus  jueces  de  la  puerta  al  Con- 
sejo, más  á  todos  los  señores  del;  y  advir- 
tiéndole: «Ticio  viene,  mas  no  es  juez,v» 
respondió:  «A  la  dignidad  de  Consejero, 
mano  derecha  del  Rey,  todos  debemos 
acompañar;»  respuesta  digna  de  tan  gran 
persona.  Lo  segundo  de  ponderar  en  esta 
acción  es  que  no  quiso  que  le  acompañase 
nadie,  sino  las  partes.  El  pleito  salió  por 
el  Conde,  contra  el  Duque  de  Medina- 
sidonia  y  sus  hermanos,  en  revista,  me- 
jorándole de  lugar  en  la  sentencia  de 
prelacion  á  otros  acreedores,  y  principal- 
mente en  favor  de  D.  Francisco  de  Espi- 
nosa; dicen  importa  más  de  doscientos  mil 
escudos.  Gastó  el  Consejo  en  votarlo  un 
dia,  que  jamás  falta  á  la  administración 
de  la  justicia,  y   los  más  dias  en  cinco 


266  CARTAS  DE 

salas.  Y  este  mes  ha  visto  el  pleito  del 
Conde  de  Casares,  entre  el  Sr.  Duque  de 
Arcos  y  el  heredero  de  la  casa  de  Cedillo; 
y  el  de  los  Marqueses  de  los  Velez  y  el 
Villar,  sobre  el  mayorazgo  del  Comenda- 
dor D.  Juan  de  Zúñiga,  en  el  grado  de  se- 
gunda suplicación;  y  el  del  condado  de 
Luna,  entre  el  Conde  de  Mayorga  y  Luna, 
y  el  que  se  llama  Conde  de  Luna,  hijos 
primero  y  segundo  del  Sr.  Conde  de  Be- 
navente,  sobre  este  condado,  con  su 
padre,  pretendiendo  tocarle  cada  uno:  y 
esto  sin  faltar  á  tantas  juntas  del  Gobier- 
no monárquico,  económico,  político  y 
doméstico,  y  á  tantas  cosas  como  destc 
gran  Consejo  penden,  pues  los  demás,  si 
tienen  jurisdicción  privativa  y  específica 
en  algunas  cosas,  él  universal  en  todas,  y 
los  que  ocupan  el  puesto  tales,  que  pudie- 
ra cada  uno  suplir  por  todos.  En  los 
demás  Consejos  jamás  cesa  el  despacho 
universal;  y  no  es  bien  olvidar  en  esta 
parte  que  en  el  de  justicia  de  hacienda,  en 
que  preside  D.  Lorenzo  Ramírez  de  Prado, 
hombre  de  tan  grandes  letras  y  talento, 
se  está  parado  los  más  dias,  por  la  priesa 
que  dio  al  despacho  de  los  negocios  luego 
que  entró  á  presidir. 

Dióse  el  gobierno  de  la  isla  de  Cuba  á 
D.  Pedro  de  Fon  seca  Vetancor,  y  el  de 


ÁiNDHÉS   DE   MEiNDOZA.  267 

Venezuela  á  D.  Juan  de  Padilla,  Caballe- 
ros del  hábito  de  Santiago;  y  Caballerizo 
del  señor  Infante  Carlos  á  D.  Fernando 
de  Contreras. 

Murió  la  Marquesa  de  Poza,  madre  de 
la  señora  Duquesa  de  Sessa,  persona  en 
quien  lo  menos  fué  el  ser  hija  de  la  casa 
del  señor  Almirante,  pues  tal  virtud,  in- 
genio y  partes  (mayores  que  su  gran  cali- 
dad), fueron  tales,  que  escurecieron  las 
matronas  antiguas.  El  cuerpo  se  puso  en 
su  casa,  con  la  majestad  y  decencia  debida 
á  tal  persona,  donde  acudió  toda  la  Corte, 
y  las  sagradas  religiones  todas  á  celebrar 
los  Oñcios;  y  con  la  misma  pompa  fune- 
ral se  depositó  en  el  monesterio  de  doña 
María  de  Aragón. 

Dia  de  la  Purificación  de  María  Santí- 
sima, se  trasladó  esta  Corte  al  Pardo,  que 
aun  en  los  bosques  no  permite  el  celo 
católico  del  Rey,  se  falte  á  la  veneración 
y  culto  de  Dios;  y  así  la  procesión  y  ben- 
dición de  la  cera,  por  mano  del  Patriarca, 
fué  en  los  Capuchinos,  terminándose  la 
majestad  y  grandeza  en  la  pequenez  mo- 
desta y  religiosa  de  aquel  templo.  Asistió 
su  Majestad  la  Reina,  la  Infanta  é  Infan- 
tes, dueñas,  damas  y  meninas,  con  tantas 
galas  de  campaña,  que  parecía  más  Abril 
que  Febrero;  fué  muy  solemne  y  ayudóle 


208    CARTAS  DE  ANDKÉS  DE  UBNDCZA. 

el  sol.  Con  que  cierro  esta  carta  remi- 
tiendo la  jornada  de  su  Majestad  el  avisar 
los  sucesos. 

De  los  desta  carta  verá  vuestra  exce- 
lencia se  sirve  y  hace  gusto  á  todos,  más 
es  fuerza  hacerme  esta  pregunta,  á  cuya 
objeción  tácita  respondo.  ¿Cómo  sirviendo 
á  tantos,  me  hacen  tan  pocos  bien?  Señor, 
los  hombres  obran  bien,  ó  por  naturaleza 
ó  emulación;  los  que  obran  conforme  á 
ella,  encuentran  tantos  en  quien  ejecutar 
el  afecto,  ó  considerando  la  bajeza  de  mi 
ser,  no  topan  conmigo.  Los  segundos, 
como  los  primeros  no  los  dan  ocasión 
con  hacerme  bien,  no  obran  por  la  envi- 
dia. He  sacado  que  fuera  muy  desdichado 
si  me  tuviera  por  tal,  y  estoy  en  un  felice 
estado,  pues  la  esperanza  de  mayor  for- 
tuna no  me  desvanece,  ni  el  temor  de 
perder  la  que  poseo  postra  el  ánimo  cons- 
tante. Serélo  en  servir  á  V.  Exc.  Madrii 
y  Febrero  3  de  1624. 


AL  DUQ.UE  DE  MEDINASIDOiNIA, 

VII     SEÑOR,     DEL     CONSEJO     DE    ESTADO 
DE  SU  MAJESTAD,  ETC. 


PÓNENOS  V.  Excelencia  cada  dia  en 
nuevos  y  no  escusados  temores, 
pues  poniéndonos  su  grandeza  en 
nuevas  obligaciones,  pena  de  desconoci- 
dos á  lo  que  por  naturaleza  se  le  debe  y 
á  lo  que  nos  granjea  su  ánimo,  es  fuerza 
meternos  en  cuidado  en  representar  á  su 
cordura,  que  la  demasía  del  sentimiento 
(si  bien  no  será  por  tal  causa  demasiado) 
excede  los  límites  del  sentir  católico, 
pues  se  contrista  en  la  muerte  de  mi  se- 
ñora la  Duquesa,  como  si  no  tuviera  espe- 
ranza de  la  gloria  que  posee,  que  es  la  que 
alivia  (en  doctrina  del  Apóstol)  estas  pen- 
siones y  defectos  forzosos  de  la  naturaleza, 
tanto,  que,  entre  el  colmo  de  miserias  de 
aquel  abismo  de  paciencia,  Job  libraba 
su  consuelo  en  que  á  su  pecho  guardase 
esta  esperanza.  Demás,  que  no  era  amarla 
ílesear  su  vid^i  temppral,  pues  ;es^  ja  pri- 


270  CARTAS    DE 

vaba  de  la  eterna  que  gíjkísa;  y  dar  rien- 
da al  sentimiento  es  la  mayor  parte  del, 
que  en  la  duración  continua  hace  más  el 
tiempo  dilatando  que  la  intención,  pues 
esa  puede  acabar  el  sujeto  y  débese  aten- 
der á  su  conservación,  porque  vuestra 
excelencia  no  es  suyo,  sino  de  una  hija 
no  puesta  en  estado,  y  de  tantos  subditos 
como  de  él  dependen,  obligación  en  que 
Dios  le  puso.  Y  así,  mejor  es  que  haga  el 
entendimiento  lo  que  ha  de  hacer  el  tiem- 
po por  fuerza;  advertencia  de  San  Jeró- 
nimo á  Paula  en  el  consuelo  de  Eustoquio. 
Esta  carta,  siguiendo  las  que  ya  he  acos- 
tumbrado escribir  del  tiempo  del  feliz 
Imperio  del  Rey  nuestro  señor,  remito 
á  V.  Excelencia,  no  porque  pensé  que  el 
dolor  sea  tan  leve  ni  la  elocuencia  tan 
grande  que  pueda  templarle,  sino  sus- 
penderle; y  juzgo  que  se  me  habia  de 
mandar  positivamente  las  escribiese  yo, 
que,  cuando  me  falte  (como  me  falta)  el 
ingenio,  lo  noticioso  de  la  memoria,  lo 
urbano  del  decoro  de  las  personas  no  se 
me  podrá  negar.  Y  estas  cartas  familiares 
tienen  en  letras  sacras  y  profanas  acredi- 
tada su  estimación,  y  en  nuestros  dias 
fueron  primeros  corifeos  de  ellas  D.  An- 
tonio de  Guevara,  Anibal  Caro  y  e\  Patti- 
garola;  siempre  serán  cual  fuere  el  seso  del 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  271 

que  las  escribe,  y  aunque  del  mió  no  tengo 
confianza,  suplico  á  V.  Excelencia  pase 
los  ojos  por  ella,  darale  crédito  en  sus 
iguales,  estimaciones  en  los  inferiores. 
Madrid  y  Noviembre  23  de  1624. 

Su  criado, 
Andrés  de  Mendoza. 


NUESTRA  España  ha  sido  tan  célebre 
en  todos  siglos,  que  en  lo  espiritual 
y  temporal  la  han  mirado  con  gran 
respeto.  En  la  primera  parte  las  Bulas  de 
tantos  Pontífices,  las  Extravagantes  escri- 
tas á  nuestros  Reyes,  honrándolos  con  los 
nombres  de  religiosísimos,  píos,  defenso- 
res de  la  fé,  gloriosísimos,  católicos,  desde 
D.  Alonso  el  Primero,  Rey  de  León,  nos  lo 
muestran.  En  la  segunda,  los  Sénecas, 
Claudianos,  Silios  y  Quintilianos,  tan  en- 
carecidos de  la  pluma  de  San  Jerónimo, 
que  llamó  Príncipes  de  la  elocuencia  lati- 
na; y  en  la  estimación  de  las  armas,  los 
Viriatos  y  otros  generosos  capitanes,  no 
olvidando  los  Arcadios,  Honorios,  Teodo- 
sios  y  Trajanos,  Melquiades,  Dámasos, 
Joanes,  Calixtos  y  Alejandros,  que  con 
razón  pudo  decir  Plinio  en  el  Panegírico 
que  las  naciones  todas  tributaban  á  Roma 
de  lo  que  abundaban  y  España  la  daba 
IMncipes.  Obligaciones  que  han  cargado 
el  ánimo  de  la  Majestad  del  Rey,  nuestro 
señor,  a  considerar  cuánto  debe  mirar  la 
conservación  deste  crédito  generoso.  Y 
porque  el  primer  paso  de  la  felicidad  des- 
tos  Reinos  se  debe  á  la  Religión  (joh,  si 


CARTAS  DE  ANDRÉS  DE  MENDOZA.   273 

lo  entendiesen  así  los  demás  Reyes!),  de- 
más del  cuidado  de  su  observancia,  por  la 
justificación  propia,  el  desvelo  de  que  la 
guarden  pura  los  subditos,  porque  nada 
los  contiene  en  sujeción  y  en  paz  como  la 
unión  del  culto  (verdad,  que  aún  la  al- 
canzó el  Filósofo  sin  lumbre  de  fé);  la 
experiencia  la  acredita,  pues  bebiendo  las 
provincias  septentrionales  los  errores  de 
Arrio,  feroces  ya  los  ánimos  en  la  obsti- 
nación de  la  herejía,  se  derramaron  aque- 
llos bárbaros  á  invadir  las  provincias,  y 
aun  la  nuestra:  y  Alemania,  Inglaterra  y 
Francia  muestran  bien  lastimosamente  la 
falta  desta  verdad,  y  el  Jarife,  nuestro 
vecino,  nos  la  acredita  en  Fez.  Otra  razón 
milita  en  el  ánimo  del  Rey  y  de  los  que  le 
asisten,  ver  que  la  Religión  consiste  su 
observancia  en  gran  parte  en  la  elección 
de  Ministros  idóneos;  y  asi  hizo  merced 
del  Obispado  de  Mallorca  á  D.  Félix  de 
Guzman,  Arcediano  de  Sevilla,  hijo  de 
aquel  gran  Consejero  licenciado  Tejada, 
si  ya  no  más  propiamente  hijo  de  sus 
virtuosas  obras;  el  de  Zamora,  por  muer- 
te de  D.  Fray  Plácido  de  Tossantos,  honra 
de  la  Religión  del  gran  padre  San  Benito, 
se  dio  á  D.  Juan  Roco  de  Campofrio,  Pre- 
sidente de  Hacienda,  varón  de  letras  y 
virtud,  que  no  hábia  aceptado  el  de  Gua- 

18 


274  CiRTÁS  DE 

dix,  y  se  dio  á  fray  Juan  de  Arauz,  que 
por  la  religión  del  Serafín  en  carne,  hon- 
raba el  pulpito  del  Rey  con  tanta  inteli- 
gencia de  la  Escritura  y  celo  de  la  salva- 
ción de  las  almas,  como  sabe  el  mundo. 
La  Abadía  de  Alfaro,  á  D.  Alvaro  Pérez 
de  Araciel;  el  Priorato  de  Roche,  á  don 
Mendo  de  Benavides,  Presidente,  de  Gra- 
nada; la  Abadía  de  Fitero,  á  Fray  Plá- 
cido del  Corral,  que,  después  de  grandes 
puestos  en  la  Religión  del  Cister,  la  me- 
reció; el  Generalato  de   San  Jerónimo, 
á  Fray  Gregorio  de  Pedrosa,  su  predi- 
cador, que,  sin  agravio  de  otros,  es  la 
noejor  capilla  de  España,  y   pocos  dias 
después  el  Obispado  de  León,  con  espe- 
ranza de  mejorarle,  si  bien  la  mudanza 
de  los  Obispos,  como  ha  de  ser  por  útil 
de  sus  esposas,  materia  tan  dificultosa  de 
averiguar,  tiene  gran  parte  siempre  de 
peligro:  dejó  por  General  á  fray  Vicente 
de  Montalban,  cuya  virtud  había  mere 
cido  el  puesto  otras  dos  veces;  y  al  Obis- 
po de  Lugo  el  Obispado  de  Valladolid,  y 
el  de  Lugo  al  doctor  D.  Diego  Vela,  Vi- 
cario de  Madrid.  Plaza  del  Consejo  de 
Inquisición,  con  la  visita  de  Pirú  y  Mé- 
jico, á  D.  Martin  Carrillo  de  Alderete;  y 
Obispado  de  Coimbra  á  D.  Juan  Manuel, 
Obispo  de  Viseo,  y  éste  á  D.  Francisco  de 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  273 

Venganza,  cuya  calidad,  letras  y  virtud  de 
todo  le  hacen  digno,  y  él  lo  mostró  en 
desestimarle.  Y  á  los  señores  Cardenal  de 
Jaén  y  Obispo  de  Cuenca,  el  Obispado  de 
Córdoba,  y  no  le  aceptaron  por  no  repu- 
diar sus  esposas. 

En  la  justicia,  hermana  mayor  de  las 
virtudes  reales  y  vocación  original  de  los 
Reyes,  que  es  la  que  enfrena  el  ardimiento 
de  los  subditos,  virtud  tan  de  Reyes,  que 
aun  Dios,  por  serlo  y  guardarla,  puso  en 
una  Cruz  su  hijo,  que  por  la  ostensión  de 
la  justicia  dice  el  Apóstol  que  lo  hizo  así, 
se  ha  tenido  tanto  cuidado  como  se  infiere 
destas  elecciones:  Para  el  Consejo  Real, 
primer  móvil  del  cielo  desta  Monarquía, 
á  D.  Pedro  Marmolejo,  que  lo  era  del  de 
Indias,  y  á  D.  García  de  Haro,  hermano 
del  Marqués  del  Carpió,  Conde  que  será 
de  Castrillo,  que  lo  era  de  las  Ordenes,  y 
á  esta  plaza  D.  Miguel  de  Carvajal,  her- 
mano del  Marqués  de  Jodar;  á  las  de  In- 
dias D.  Francisco  de  Alarcon,  Oidor  de 
Granada,  y  D.  Diego  de  Contreras,  Fiscal 
que  era,  último  asilo  de  la  inteligencia 
del  derecho,  si  bien  no  reconoce  ventajas 
á  nadie  D.  Antonio  de  la  Cueva,  que  le 
sucedió  en  la  Fiscalía;  y  plaza  de  Alcalde 
de  Casa  y  Corte  al  Licenciado  Veas  Be- 
Uon,  Oidor  de  Sevilla,  sujeto  bien  expe- 


276  CARTAS   DE 

rimentado,  y  á  su  plaza  D.  Pedro  Gonzá- 
lez de  Mendoza,  que  era  Alcalde,  y  á  ella 
D.  Francisco  de  Alarcon,  hijo  del  señor 
Fiscal  del  Consejo.  A  la  Chancillería  de 
Valladolid  el  Licenciado  Pérez  de  Laca  y 
D.  Luis  Gudiel,  Oidores  de  Granada,  Li- 
cenciado Diego  de  Castillo,  que  era  Al- 
calde, y  D.  Jerónimo  Pacheco,  que  lo  era 
de  hijosdalgo;  y  á  esta  plaza  D.  Jerónimo 
Pueyo  de  Mendoza,  colegial  del  Arzobis- 
po, y  D.  Agustin  Gilimon  de  la  Mota,  hijo 
del  Sr.  Gilimon  de  la  Mota,  del  Consejo; 
y  á  D.  Diego  de  Riaño,  Fiscal  de  Vallado- 
lid,  plaza  de  Oidor  de  Granada,  y  la  mis- 
ma á  D.   Juan   de   Morales;    Alcalde  de 
hijosdalgo  della   á  D.   Diego  de  Ribera, 
sobrino  del  Sr.  Presidente  de  Castilla;  y 
plaza  de  Quito  al  Licenciado  Diego  García 
Maldonado,  y   al  Licenciado   Bustos  de 
Bustamante  plaza  de   la  Contaduría;   y 
por  muerte  del  Licenciado  Marciel  Gon- 
zález, Fiscal  deste  Consejo,  se  dio  la  Fis- 
calía á  D.  Juan  de  Molina,  sobrino  del 
señor  Melchor  de  Molina,  del  Consejo, 
letras  no  inferiores  á  las  de  su  tío,  que  es 
bastante  alabanza.  Y  del  Consejo  de  la 
Cámara,  D.  Fernando  Ramírez  Fariñas, 
T  Garci  Pérez  de  Araciel.  Asistencia  de 
Sevilla  á  D.  Francisco  de  Avila  y  Guz- 
man,  primo  hermano  del  Sr.  Conde  de 


AiNDRSS   DE   MENDOZA.  277 

Olivares;  Gobierno  de  Tucuman  á  D.  Fe- 
lipe de  Albornoz;  de  la  Trinidad,  á  don 
Luis  de  Monsalve;  Corregimientos  de  Gui- 
púzcoa,  de   Bilbao,   de   Guadalajara,   de 
Orense,  de  Tordesillas,  á  los  Licenciados 
Juan  de  Larrea,  Puente  Agüero,  D.  Fran- 
cisco de  Alderete,  el    Licenciado  Mejía, 
doctor  Bonifacio;  al  Licenciado  Badillo 
el  de   Molina,   y   el  Adelantamiento   de 
Burgos  al  doctor  Paez  de  Vergara,  y  á 
Jaén  á  D.  Bartolomé  de  Morquecho,  Oidor 
de  Granada,  á  gobernar  y  conocer  del  de- 
lito del  Corregidor,  que,  pretexto  de  la 
autoridad  del  oficio,  dicen  dio  unas  heri- 
das á  un  caballero;  y  confióse  justamente 
de  D.  Bartolomé,  que  demás  de  su  calidad 
y  ciencia,   su  cordura  le  hace  digno  de 
cualquiera  puesto.  Y  todos  los  referidos 
son  tales,  que  otras  veces  se  puede  haber 
dado  oficio  á  las  personas  y  ahora  perso- 
nas á  los  oficios;  y  al  Sr.  Presidente  y  Con- 
sejo de  la  Cámara  estále  bien,  y  aun  al 
Rey  y  Ministro  superior,  elegir  los  bene- 
méritos, pues  las  elecciones  acertadas  acre- 
ditan que  el  imperio  de  los  ignorantes  ni 
es  durable,  ni  da  honor,  ni  aun  la  retri- 
bución del  ánimo  no  saben  dar,  que,  como 
no  tienen  talento,  no  atribuyen  al  poder 
el  puesto  que  adquieren. 

Habiendo  hablado  de  la  justicia  con- 


278  CARTAS   DE 

mutativa  y  pugnitiva,  ó  de  los  Ministros 
della,  tiene  lugar  la  distributiva  de  los 
honores,  y  de  tanta  estimación,  que  aun- 
que el  pueblo  romano  permitió  á  los  no- 
bles la  desigualdad  de  los  tributos,  en  los 
honores  no  lo  consintió;  y  porque  tienen 
su  lugar  no  se  pueden  dejar  dos  adverten- 
cias en  esta  parte,  que  las  demás  provin- 
cias, que  tanto  se  arrogan  la  nobleza, 
todas  son  inferiores  á  la  nuestra,  pues 
nadie  la  califica  y  perficiona  como  España. 
Infiérese  del  cuidado  de  un  Consejo  que 
no  asiste  á  otra  cosa,  haciendo  probanzas 
tan  secretas  con  personas  de  tanta  confi- 
dencia, pues  en  las  demás  partes,  en  bau- 
tizándose una  mujer,  6  de  la  ley  de  Moi- 
sén,  ó  de  la  secta  de  Mahoma,  ó  redu- 
ciéndose de  la  herejía,  se  casa  con  ella  d 
mayor  señor,  y  no  se  repara  en  nada,  y 
nuestra  nobleza  se  deslustra  y  pierde,  en 
cualesquier  destas  cosas,  y  no  basta  la 
notoriedad,  ni  la  grandeza  de  las  casas  para 
dejar  de  hacerles  información;  y  las  últi- 
mas desta  especie,  en  los  señores  Condes 
de  Olivares  y  Marqués  de  Castelrodrigo, 
para  las  Encomiendas  mayores  de  Alcán- 
tara y  Christus,  á  los  señores  Duques  del 
Infantado  y  de  Escalona,  para  que  se  les 
dieron,  y  Hábitos,  despacháronlas,  y  con 
figuroso  examen  se  descubrió  la  gran  ver- 


AÑORES   DE  UEND0Z4.  279 

dad  de  su  nobleza,  á  que  ni  la  hacienda 
ni  el  poder  no  valen  contra  la  entereza  del 
Consejo,  á  D.  Francisco  Zapata.  Al  Conde 
de  Pliego,  para  su  hermano,  Chantre  de 
Cuenca;  á  Alonso  Nuñez  de  Valdivia,  Se- 
cretario que  fué  de  las  Ordenes  (i) 

en  medianía,  como  se  podía  olvidar  sin 
cuidado  el  escritor  de  lo  venerable  de  la 
persona  del  Duque  (2),  de  la  grandeza  de  su 
ánimo,  de  los  oficios  de  Mayordomo  mayor 
de  dos  Reyes,  Caballerizo  mayor  de  uno, 
Gentil-hombre  de  la  Cámara  de  tres,  Con- 
sejero de  Estado  y  Guerra  de  los  mismos. 
Su  cuerpo  se  puso  en  la  pieza  grande  de 
su  casa,  aderezada  de  riquísima  tapicería 
en  túmulo  alto,  con  cama  y  dosel  de  bro- 
cado, armado,  y  con  el  manto  de  su  Or- 
den, entre  una  selva  de  luces  en  blando- 
nes y  candeleros  de  plata  y  otras  ricas 
materias,  y  tres  altares  de  terciopelo  ne- 
gro, y  ornamentos  de  lo  propio,  donde 
acudieron  todas  las  sagradas  Religiones  á 
celebrar  misas  y  sufragios  los  dos  dias, 
hasta  que  el  cuerpo  se  llevó  á  Guadalajara, 


(i)  Aquf  falta  en  el  original,  no  sabemos  si  un  pliego 
entero,  ó  dos  ó  tres  líneas  por  descuido  del  impresor; 
desde  que  notamos  la  falta  hasta  imprimir  la  Relación, 
no  nos  |ia  sido  posible  hallar  otro  ejemplar. 

(3)   Se  refiere  al  duque  át\  Infantado. 


s8d  eirRTAS  DK 

sepulcro  de  sus  mayores,  cuyo  acompaña- 
miento le  aguardó  á  las  diez  de  la  noche 
toda  la  Corte,  y  le  guiaban  cien  religiosos 
á  caballo  con  hachas,  tantos  criados  en  la 
misma  forma;  el  cuerpo  en  andas  de  lite- 
ra, cubierto  de  paño  de  brocado,  con  cruz 
y  cuatro  faroles  grandes,  y  rodeado  de  los 
pajes  con  hachas,  no  sólo  suyos  sino  de 
todos  los  Señores,  y  detrás  el  marqués  de 
Mondejar,  Montesclaros,  D.  Rodrigo  En- 
riquez  de  Mendoza,  marqués  de  Valdon- 
quillo,  conde  de  Goruña,  que  eran  los  que 
huian  con  él;  y  después  los  alcanzó  Diego 
Gómez  de  Sandoval,  conde  de  Saldaña, 
padre  del  nuevo  Duque,  á  quienes  seguian 
entre  quince  Grandes,  cuatro  primogéni- 
tos y  más  de  sesenta  Señores,  hermanos 
de  Grandes  y  Títulos,  otros  doscientos 
Caballeros.  Fué  el  número  de  las  luces 
tanto,  que  no  hizo  falta  el  luminar  mayor. 
Su  Majestad  hizo  merced  por  renuncia- 
ción de  mi  señora  en  su  nieto,  de  pasarle 
el  título  y  darle  la  encomienda  de  su 
abuelo  y  las  casas  accesorias;  y  el  dia  que 
se  cubrió,  fué  asombro  el  acompañamien- 
to y  aun  la  advertencia  del  niño,  y  aquí 
la  tiene  en  el  título  que  los  Señores  Reyes 
Católicos  dieron  á  esta  casa,  dice:  «Vos 
facemos  el  primer  y  mayor  de  nuestros 
Grandes,  y  el  primero  y  mayor  de  nucs- 


AIIDRÉS  DE   MENDOZA.  281 

tros  Duques.»  De  Italia  se  supo  la  muerte 
del  serenísimo  Príncipe  de  Urbino,  cuya 
antiquísima  casa  de  los  Guidos  de  Monte- 
feltro  entró  en  la  Baronía  de  la  familia 
de  la  Robere,  en  un  sobrino  de  la  feliz  re- 
cordación del  pontífice  Sixto  IV,  cuya  fué 
la  extravagante  Grave  nimis  al  misterio 
de  la  Concepción;  y  el  muerto,  demás 
de  tan  clara  ascendencia,  fué  de  los  gran- 
des Príncipes  del  mundo,  y  que  supo  no 
como  Señor  sino  como  Maestro,  y  de  los 
más  afectos  á  esta  Corona. 

De  dos  partes  que  constantemente  he 
deseado  se  compusiese  esta  carta,  preci- 
sión y  orden,  faltará  la  segunda  en  este 
párrafo  último,  pues  es  fuerza  hacer  una 
miscelánea  de  varias  cosas,  ormitando  el 
caos  antes  de  la  separación  de  las  mate- 
rias, que  llamó  el  Poeta:  Rudis  indigesta- 
que  moles,  ó  como  al  ñn  habrá  de  con- 
fundirse todo,  pues  ha  de  volver  á  su 
primer  ser.  Hizo  su  Majestad  merced  á 
diferentes  personas  beneméritas,  mudan- 
do unas  é  introduciendo  otras  de  diez  y 
ocho  Dignidades  y  Canongías,  en  sus 
iglesias  de  las  Indias:  j ojalá  todas  las  de 
sus  Reinos  fueran  á  su  presentación,  y  no 
se  hubieran  introducido  por  los  regresos 
y  coadjutorías  al  estado  eclesiástico  al- 
gunas personas,  que  por  la  falta  de  calí- 


282  CARTAS  DI 

dad,  letras  y  virtud  le  deslustran !  daño 
digno  de  temer,  pues  por  haber  admitido 
la  familia  de  los  Poticios,  dedicada  al 
culto  de  Hércules,  á  los  libertos  por 
coadjutores,  cegó  el  principal ,  y  la  fami- 
lia, con  pasarde  seiscientas  casas,  se  acabó 
en  breve  tiempo.  Y  si  un  dios  falso  no 
sufre  indignos  ministros,  ^cómo  los  su- 
frirá el  verdadero?  Besó  la  mano  al  Rey, 
nuestro  señor,  el  duque  de  Alcalá.  Despi- 
diéronse y  partieron  D.  Juan  de  Cárdenas 
Manrique,  hermano  del  duque  de  Maque- 
da,  para  el  Generalato  del  artillería  de 
Milán  y  gobierno  de  su  tercio,  y  D.  Bal- 
tasar de  Haro,  hermano  del  marqués  del 
Carpió,  con  cien  escudos  de  entreteni- 
miento, á  continuar  en  la  misma  parte  el 
servir  á  su  Rey,  obligación  de  su  naci- 
miento. El  marqués  de  Becerril,  Ambro- 
sio Espinóla,  digno  de  inmortales  blaso- 
nes, pues  han  puesto  sus  hazañas  en 
olvido  las  de  la  antigüedad,  puso  sitio 
á  Breda,  ojo  derecho  de  Holanda,  con 
treinta  y  dos  mil  hombres,  la  flor  de  la 
milicia  veterana  de  aquellos  Estados,  de- 
jando otro  ejército  que  campease  (linda 
prudencia  militar)  para  que  no  le  divir- 
tiese el  enemigo;  y  ha  apretado  el  sitio,  de 
manera  que  no  sale  un  pájaro  del  lugar;  y 
aunque  á  rendírsele  han  salido  más  de  mil 


AJIDIÉS   DE    MENDOZA.  283 

hombres,  los  ha  hecho  volver  á  la  villa, 
pues  mus  le  ayudan  consumiendo  los  man- 
tenimiento y  municiones,  que  puede  ofen- 
derle su  muchedumbre:  espérase  buen  su- 
ceso. Las  presas  que  este  año  han  hecho 
el  duque  de  Maqueda,  marqués  de  Santa 
Cruz,  duque  de  Fernandina  y  el  malogra- 
do D.  Diego  Pimentel,  bien  las  han  publi- 
cado las  relaciones,  y  ansí  las  excuso  por 
notorias.  La  señora  Infanta  de  Flandes, 
como  conoce  el  ánimo  belicoso  del  Rey 
nuestro  señor,  les  presentó  á  su  Majestad 
y  al  señor  Infante  Carlos  arneses  para  á 
caballo  y  á  pié,  y  vestidos  de  gala  y  de 
armar:  su  Majestad,  después  del  agrade- 
cimiento justo,  le  presentó  doce  caballos, 
y  á  la  Majestad  del  Emperador  treinta  y 
seis,  todos  como  de  la  grandeza  de  quien 
los  daba  y  de  quien  los  habia  de  recibir. 
Y  su  Majestad  Cesárea  presentó  á  la  seño- 
ra Infanta  Margarita,  Descalza,  una  ima- 
gen de  plata,  de  figuras  de  la  adoración 
de  los  Reyes,  del  tamaño  de  dos  pliegos  de 
marca  mayor,  y  de  su  misma  escuadra, 
cosa  tan  grande,  que  pudo  ser  digno  pre- 
sente de  un  Emperador  dado  á  su  Alteza. 
Promulgóse  ley,  por  la  cual  se  prohibe, 
pena  de  la  vida,  que  ninguna  persona 
saque  plata,  ni  oro  de  estos  Reinos  ni 
meta  vellón,  y  la  pena  se  entienda  por  un 


184  CARtáS  Ok 

solo  real,  y  se  mandó  á  los  señores  Alcal- 
des D.  Miguel  de  Cárdenas  y  D.  Antonio 
Chumacero,  fuesen  á  las  costas  del  Anda- 
lucía á  castigar  los  que  han  delinquido 
en  esta  parte;  que  las  leyes  no  consiste 
su  observancia  en  hacerse,  sino  en  hacer- 
se guardar.  Habiendo  tenido  noticia  el 
duque  de  Ciudad-Real  que  algunas  naves 
de  piratas  ó  armada  de  enemigos  andaba 
infestando  los  mares  de  Galicia,  se  bajó  á 
las  costas  de  Rivadeo  á  visitar  y  presidiar 
aquellos  lugares,  con  tan  gran  cuidado 
y  diligencia  que  enfrenó  el  orgullo  que 
pudiera  tener  el  enemigo  de  invadirlos; 
y  hallándose  cerca,  visitando  el  Obispado, 
D.  fray  Rafael  Diaz  de  Villanueva,  Obis- 
po de  Mondoñedo,  se  fué  á  acompañar  al 
Duque,  y  él  y  sus  criados  asentaron  plaza 
de  soldados,  y  entró  de  guarda  los  dias 
siguientes,  haciendo  sus  centinelas.  Y  la 
mayor  ayuda  y  mejor  que  dio  fué  so- 
correr á  más  de  tres  mil  quinientos  solda- 
dos pobres  y  gente  de  la  tierra,  que  acudia 
á  la  defensa,  por  más  de  quince  dias,  para 
lo  cual,  no  sólo  vendió  la  plata  de  servicio, 
más  los  pectorales  y  la  que  perteneciaá  la 
autoridad  de  la  dignidad;  que  los  bue- 
nos Prelados,  su  principal  obligación  es 
el  socorro  de  los  pobres,  y  la  opinión 
general  de  virtuoso  le  acredita,  que  es 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  285 

la  que  da  fama  á  los  Prelados.  Bien  han 
entendido  esta  vendadlos  señores  Cardenal 
de  Jaén  D.  Sancho  de  Avila,  Obispo  de 
Plasencia,  D.Francisco  de  Mendoza,  Obis- 
po de  Málaga,  D.  Enrique  Pimentel,  de 
Cuenca;  y  todos  lo  entenderán  así,  que  en 
esta  parte,  de  buenos  Prelados,  bien  di- 
chosa ha  sido  y  es  nuestra  provincia.  No 
será  inferiora  ninguno  D.  Melchor  de  Mos- 
coso  y  Sandoval,  Obispo  de  Segovia,  á 
quien  consagró  el  Patriarca  con  los  Obis- 
pos de  Urgento  (regla  de  buenos  y  cons- 
tantes amigos,  y  en  quien  lo  menos  son  las 
letras  y  experiencia)  y  coadj  utor  del  Sr.  Car- 
denal  Infante,  en  la  Capilla  Real,  con  asis- 
tencia de  la  Reinay  sus  Altezas  y  de  lo  más 
ilustre  de  la  Corte,  por  deudos  y  amigos; 
y  después  les  dio  el  consagrante  un  ex- 
pléndido  banquete.  Y  el  que  dio  el  señor 
Embajador  del  Emperador  al  señor  Em- 
bajador de  Dinamarca,  en  que  se  hallaron 
el  señor  Nuncio,  Embajador  de  Ingla- 
terra, conde  de  Sora,  y  otros  personajes, 
fué  á  la  usanza  alemana,  de  más  de  dos 
horas  de  tiempo  y  de  extraordinario  re- 
galo. En  estos  dias  hizo  su  Majestad  mer- 
ced á  D.  Alonso  de  Toledo  de  título  de 
marqués  de  Villamaina,  y  á  Domingo  de 
Oribe,  de  la  Contaduría  y  pagador  del 
Principado  de  Cataluña;  y  celebró  el  ani- 


286  GABTA8   DE 

versarlo  y  honras  de  la  santa  Reina  Marga- 
rita, su  madre,  de  quien  nadie  se  acordará 
sin  lágrimas,  si  fuera  posible  olvidarla, 
asistiendo  sus  Majestades  y  Altezas,  los 
Prelados,  Grandes,  confesores  y  predica- 
dores, celebrando  el  Patriarca  y  predi- 
cando el  padre  Jerónimo  de  Florencia:  y 
en  todo  se  mostró  piadosamente  el  esplen- 
dor de  la  acción.  Y  cierto,  que  con  gusto 
advierto  á  V.  Excelencia,  que  hoy  23 
hace  años  la  Reina,  que  los  celebraron 
con  galas  sus  criados  y  vasallos,  que  si 
los  lutos  son  sentimiento  de  la  muerte  de 
la  pasada,  las  galas  alegría  de  la  vida  de 
la  presente;  y  para  que  todas  las  almas  la 
consigan,  á  petición  de  la  Reina,  nuestra 
Señora,  Su  Santidad  concedió,  en  toda  la 
octava  de  los  Santos,  fuesen  de  alma  los 
altares  todos  de  la  iglesia  de  Santa  María 
del  Almudena.  Y  porque  guardar  el  alma 
es  la  primera  obligación,  puso  en  cobro  la 
suya  su  hija  mayor  del  señor  Conde  de 
Lemos  en  Santa  Teresa  de  Lerma,  olvi- 
dando las  esperanzas  que  le  pudiera  cau- 
sar su  sangre,  sus  años  y  hermosura;  mas 
la  perfecta  hermosura  se  perfecciona  en 
el  temor  de  Dios.  Esta  Imperial  Villa,  por 
alegrar  los  Reyes  y  festejar  al  señor  du- 
que de  Neoburs,  tuvo,  á  veinte,  toros,  el 
encierro  alegre,  y  mas  la  entrada  del  Rey  á 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  2S7 

caballo,  que  le  honró  con  su  lado;  no  hubo 
desgracia,  y  las  suertes  del  rejón,  á  que 
anduvieron  D.  Francisco  de  Valdés,  con 
ocho  lacayos  de  noguerado  y  plata,  don 
Juan  de  Castilla  con  siete,  á  lo  tudesco,  de 
plata  y  nácar,  D.  Gaspar  Bonifaz  y  don 
Jerónimo  de  Medinilla  con  otros  ocho, 
fueron  de  galantería;  y  suertes  no  menos 
airosas  y  arriesgadas,  las  que  á  la  brida 
hicieron  los  duques  de  Ixar  y  Uceda,  y  la 
librea  de  terciopelo  negro  á  doce  lacayos, 
con  tahalíes,  aderezos  y  cabos  de  oro,  fué 
señoril  y  vistosa.  Las  cañas  guiaron  cua- 
renta trompetas  y  atabales  de  librea  blan- 
ca y  encarnada,  y  cuatro  acémilas  con  ca- 
ñas; fueron  cincuenta  en  seis  cuadrillas, 
con  penachos,  toquillas,  bandas,  jubones, 
cabos,  bandas  de  adarga  y  barbas  turcas, 
encarnadas,  negras,  azules,  blancas,  no- 
gueradas y  verdes;  buena  la  entrada,  no 
errada  la  escaramuza  y  las  cañas  mejores 
que  nunca;  la  noche  dio  fin  á  esta  acción. 
Las  desta  carta  han  sido  como  V.  Exc  in- 
ferirá, tantas,  tan  varias  y  tan  grandes; 
dóile  ñn  con  advertirle  que  fortalece  mu- 
cho á  nuestra  Santa  Fé  Católica  y  á  las 
buenas  costumbres  considerar  que  de  toda 
la  grandeza  aquí  referida  con  tal  puntua- 
lidad, dentro  de  cien  años,  y  aun  menos, 
no  habrá  quedado  sino  lo  que  hubieren 


288    CARTAS  DE  ANDRÉS  DE  MENDOZA. 

obrado  bien  los  contenidos  en  ella.  Consi- 
deración que  aun  á  los  gentiles,  sin  lum- 
bre de  fé,  los  templaba  y  componía,  el 
saber  que  la  historia  habia  de  continuar 
en  la  memoria,  como  los  aciertos,  los  de- 
fectos de  los  á  que  obligó  la  culpa  del 
primer  padre.  Libre  Dios  á  V.  Exc.  Cum- 
plido hé  con  hacer  gusto  á  todos  la  doc- 
trina de  Epiteto,  asiendo  del  asa  que  me 
toca,  si  no  asieren  de  la  otra  no  es  culpa 
mia,  y  bastantemente  quedo  premiado  en 
obrar  bien. 


CARTA  DECIMASEXTA 

QUE   ESCRIBIÓ  UN  SEÑOR   DESTA  CORTE 
Á   UN    SU   AMIGO. 


POR  las  mias  pasadas  le  he  dado  cuen- 
ta á  Vmd.  de  las  novedades  desta 
Corte,  y  avisos  que  se  han  tenido 
de  otras  partes;  continuando  nuestra  amis- 
tad, me  atrevo  á  escrebir  ésta,  fiado  en  la 
palabra  que  me  ha  dado  de  que  no  la  dará 
á  la  estampa,  sino  que  habrá  muy  gran 
recato  que  algún  curioso  no  la  coja  para 
hacello. 

Hizo  su  Majestad  merced  del  Obis- 
pado de  Lugo  á  D.  Diego  Vela,  Vicario 
desta  villa  de  Madrid.  Dióse  la  Secretaría 
del  Consejo  de  Estado  á  D.  Andrés  de 
Prada.  Hizo  su  Majestad  merced  del  Con- 
sejo de  Estado  al  duque  de  Pastrana, 
duque  de  Alburquerque,  Conde  de  Le- 
mos,  conde  de  Monterey,  marqués  de 
Caracena,  marqués  de  Gslbes,  á  Fray  Iñi- 

19 


290  CARTAS    DE 

go  de  Brizuela,  Obispo  que  fué  de  Sego- 
via  y  Presidente  que  es  de  Flándes;  don 
Luis  de  Velasco,  General  de  la  caballería 
de  Flándes;  Fray  Antonio  de  Sotomayor, 
Confesor  de  su  Majestad,  y  D.  Andrés  Pa- 
checo, Inquisidor  mayor.  Casóse  el  mar- 
qués de  Caracena  con  hija  de  D.  Juan  de 
Acuña,  dama  de  la  Reina,  con  esperan- 
zas de  varón. 

Salió  de  Cádiz  D.  Fadrique  con  vein- 
tiséis velas  á  buscar  los  galeones;  volvió 
con  ellos  desde  el  Cabo  de  San  Vicente. 
Vino  su  Majestad  de  la  jornada  que  hizo 
:i  la  Andalucía  á  18  de  Abril.  Murió 
la  duquesa  de  Frias.  Llegó  correo  de 
Inglaterra,  en  que  avisa  de  como  el  Par- 
lamento se  habia  declarado  contra  el  Em- 
perador, ayudando  al  Palatino  con  dos 
millones  y  medio.  Murió  Macíagonzalez, 
Fiscal  del  Consejo  de  Hacienda,  dióse  su 
F'iscalía  á  D.  Antonio  de  Molina,  letrado 
eminente.  Llegó  á  esta  Corte  el  duque  de 
Alburquerque,  quedándose  en  Roma  con 
la  Embajada  el  duque  de  Pastrana.  Con  la 
tormenta  que  recibió  la  flota  que  partió 
por  Abril  para  las  Indias,  dieron  en  Ber- 
bería dos  pataches  y  una  nao.  Murió  la 
marquesa  Deste.  Dióse  la  Presidencia  de 
Granada  al  Obispo  de  Ciudad-Rodrigo 
D.  Matías  Fernandez  Portocarrcro.  Murió 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  291 

el  duque  de  Uceda  á  los  últimos  de  Mayo, 
en  Alcalá  de  Henares,  al  cual,  de  secreto, 
la  propia  noche  le  trujeron  á  esta  Corte  á 
su  monasterio,  donde  dejó  su  entierro,  y 
que  trújese  á  su  mujer,  que  estaba  en  Va- 
Uadolid.  Volvió  su  Majestad  la  Alcaldía  de 
Granada  al  marqués  de  Mondéjar,  con 
aplauso  del  pueblo;  lo  demás  no  se  ha 
proveído. 

El  duque  de  Veraguas  se  casó  con  su 
prima  la  marquesa  de  Gelves;  estuvo  en 
las  monjas  de  Pinto,  hasta  que  vino  la 
dispensación,  depositada:  ya  se  casaron 
con  lucimiento.  Por  la  visita  que  hizo 
D.  Fernando  Ramírez  Fariñas  en  la  Chan- 
cilleríade  Valladolid,  se  confirmó  la  sen- 
tencia que  dio,  privando  algunos  Oido- 
res, y  suspendió  otros  dos.  Llegó  el  cor- 
reo de  Flándes,  que  el  Maestro  de  Cam- 
po Luis  Alvarez  de  Olivera,  Portugués, 
salió  de  Dunquerque  con  seis  navios,  y  se 
encontró  con  catorce  de  las  islas,  peleando 
veinte  horas,  echando  á  fondo  cada  uno, 
uno;  y  visto  el  nuestro  la  ventaja  del  con- 
trario, se  retiró  al  puerto  de  Dobla  en 
Inglaterra.  Llegó  á  esta  Corte,  con  emba- 
jada de  la  señora  Infanta,  D.  Diego  Mesía 
de  Guzmán,  á  tratar  lo  que  los  Embaja- 
dores de  las  Islas  propusieron  en  razón  de 
reducirse  á  la  Corona,  y  lo  que  el  Emba- 


292  CABTAS   DE 

jador  de  Dinamarca  propuso  por  ellas, 
por  haberse  el  Rey  puesto  por  medianero, 
con  que  el  Palatinado  se  vuelva  al  Conde. 
Habiendo  enviado  el  Emperador  á  Flán- 
des  al  marqués  de  Montenegro  con  quince 
mil  hombres  para  el  campo,  en  el  cual 
hay  sesenta  mil. 

No  habiendo  hallado  socorro  el  conde 
Mansfelt  en  Francia  para  las  Islas,  pasó 
á  Inglaterra.  Va  por  Embajador  ordi- 
nario D.  Diego  Hurtado  de  Mendoza,  y 
el  convite  que  se  le  hizo  fué  muy  grande, 
pues  los  favores  de  los  Reyes  salen  ya  en 
estampa  por  competir  con  otros.  Volvió 
su  Majestad  este  dia  el  cofrecillo  de  joyas, 
que  dejó  para  la  señora  Infanta  del  dia 
de  los  desposorios,  al  Embajador  de  In- 
glaterra, el  cual  despachó  dando  cuenta  á 
su  Rey  de  lo  hecho.  Ya  las  cosas  de  mar 
y  tierra  de  las  Indias  corren  parejas,  pues 
con  la  llegada  de  los  galeones  á  2  de  Ju- 
nio, de  los  cuales  el  nombrado  El  Espíritu 
Santo  se  anegó,  sin  salvarse  cosa,  y  la 
Almirante,  salvándose  toda  la  gente  y  la 
mitad  de  la  plata,  de  que  otros  tratarán 
más  por  extenso,  llegó  nueva  de  la  ciu- 
dad de  México,  como  habia  tenido  grande 
discordia  con  el  Virey,de  que  resultó  en- 
viar á  la  Coruña  por  el  marqués  de  Cer- 
ralvo,  que  la  gobernaba;  el  cual  llegó  á 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  293 

esta  Corte  á  la  posta,  estando  en  ella  tres 
dias,  y  después  dallos  partió  á  embarcar- 
se por  Virey  de  México,  habiendo  causado 
mucho  cuidado  el  desasosiego  de  aquel 
Reino. 

Hizo  su  Majestad  merced  del  Obis- 
pado de  León  al  Padre  Fray  Gregorio  de 
Pedrosa,  Predicador  de  su  Majestad  y 
General  de  su  Orden.  Dióse  el  Gobierno 
de  la  Coruña,  en  el  ínterin  que  otra  cosa 
se  proveia,  al  marqués  de  San  Damián, 
nieto  de  D.  Juan  Idiaquez.  Las  seis  gale- 
ras de  Florencia  tuvieron  nueva  que  ha- 
blan bajado  las  siete  reforzadas  de  Viser- 
ta  y  cuatro  de  Argel  al  paraje  del  verano 
pasado,  y  junto  á  Marsella  se  encontraron 
peleando,  llevando  los  florentines  en  una 
galeota  muertos  cuatrocientos  soldados,  y 
de  los  turcos  mil;  llegó  esta  nueva  con  ex- 
traordinario de  Genova.  Murió  el  Secre- 
tario Jorge  de  Tobar,  de  los  papeles  to- 
cantes al  Patrimonio  Real  eclesiástico,  la 
cual  Secretaría  se  dio  al  Secretario  Juan 
de  Insausti,  con  retención  de  los  despa- 
chos de  Estado.  La  Secretaría  de  la  Cá- 
mara de  Justicia  de  Pedro  de  Contreras,  se 
dio  á  D.  Sebastian  de  Contreras,  quedán- 
dose su  padre  con  los  papeles  del  despa- 
cho del  conde  de  Olivares.  El  gran  torea- 
dor de  á  pié  llamado  Arañuela  (que  citó 


2^4  CARTAS  DE 

D.  Francisco  de  Quevedo  en  su  carta  de 
la  jornada  de  Andalucía)  le  mató  un  toro 
junto  Alcalá,  en  un  lugar  llamado  Meco; 
hirióle  por  la  barba,  suerte  que  hizo  de 
ponerle  el  rejón  entre  los  cuernos.  Queda 
su  Majestad  de  la  Reina,  nuestra  Señora, 
preñada  en  tres  meses.  Don  Andrés  de 
Castro,  tio  del  conde  de  Lemos,  se  casa 
con  hija  de  la  condesa  de  la  Torre.  Hízo- 
se  asiento  con  los  hombres  de  negocios,  de 
seis  millones  para  las  guerras  de  Flándes. 
El  General  Vallecilla  bajó  al  Canal  de 
Inglaterra  con  doce  galeones  á  buscar  los 
holandeses  que  bajan  de  la  India.  Hizo 
alarde  en  Flándes  el  marqués  Spínola  de 
setenta  mil  hombres.  Dióse  la  Presidencia 
de  Granada  á  D.  Mendo  de  Benavides,  in- 
quisidor de  la  general.  Prendieron  á  don 
Antonio  de  Oquendo  y  á  su  Almirante 
Rabanal  por  invernar  en  la  Habana,  ha- 
ciéndoles cargo  de  algunas  cosas.  Pide  su 
Majestad  lanzas  á  todos  los  titulados  para 
Ja  liga  del  francés,  islas  y  venecianos;  sa- 
lieron á  hacer  gente  cuarenta  capitanes. 
Dióse  el  Obispado  de  Guadixal  Padre  Fray 
Juan  de  Arauz,  de  la  Orden  de  San  Fran- 
cisco, y  Predicador  de  su  Majestad.  Llegó 
á  esta  Corte  el  Embajador  del  Rey  de  Di- 
namarca á  tratar  se  permitiese  el  contrato 
de  su  Reino,  y  á  la  reducción  de  las  Islas, 


ANDRÉS  DE  MBNDOZA.  295 

con  que  al  Palatino  se  le  vuelva  su  Es- 
tado. 

Llegó  nueva  que  treinta  y  seis  navios 
hablan  tomado  en  el  Brasil  la  ciudad  de  la 
Bahía  de  Todos  Santos,  habiéndose  for- 
tificado en  ella,  habiendo  cargado  doce 
naos  de  despojos,  enviándolas  á  las  Islas, 
y  haberles  bajado  de  socorro  veinticinco 
naos  para  defenderla.  Su  Majestad  junta 
Armada  de  cuarenta  navios;  nombró  por 
General  de  mar  y  tierra  á  Don  Fadrique 
de  Toledo  con  cuatro  soldados  viejos  que 
tenga  por  consejeros:  vá  lo  mejor  de  Por- 
tugal y  mucha  gente  de  Castilla,  que 
serán  ocho  mil  hombres.  Tomáronse  todas 
las  rentas  de  Almoxarifazgos  de  Sevilla 
de  negros  y  difuntos,  y  otras  cosas,  para 
sacar  quinientos  mil  ducados  para  apres- 
tarla, y  lo  propio  en  Lisboa,  habiendo  ido 
á  Cádiz  el  Secretario  Bartolomé  de  Anaya 
al  despacho  della,  la  cual  saldrá  á  los  úl- 
timos deste  mes  de  Octubre.  Habiendo  las 
ciudades  negado  los  setenta  y  dos  millones, 
se  hizo  una  junta  grande,  que  así  se  nom- 
bró, del  Consejo  de  Estado  y  Castilla  con 
su  Majestad,  para  si  de  poder  absoluto  lo 
podia  pedir,  y  para  adelante,  quitando  los 
Procuradores,  y  que  las  ciudades  no  tu- 
viesen que  confirmar  lo  que  el  Consejo  de 
Estado  mandase,  por  cuya  materia  de  Es- 


296  CARTAS  DE 

tado  se  gobierna  la  Monarquía.  Hubo  mu- 
chas juntas  sobre  ello.  Dícese  no  pudo  qui- 
tar á  sus  ciudades  los  estatutos  y  costum- 
bres; y  llegando  á  votar  el  marqués  de 
Montesclaros,  Presidente  que  es  de  Ha- 
cienda y  de  los  Consejos  de  Estado  y 
Guerra,  de  la  Cámara  de  su  Majestad,  se- 
gundo privado,  quedaron  todos  admira- 
dos del  sujeto,  que  tal  cosa  no  se  habia 
visto,  diciendo  después  el  Cardenal  Za- 
pata que  ni  en  Roma,  ni  en  toda  la  Euro- 
pa, se  habia  oído,  ni  visto  sujeto  tal.  Dí- 
cese que  lo  que  se  determinó  fué  escrebir 
á  las  ciudades  socorriesen  á  su  Majestad, 
por  la  necesidad  tan  grande  que  tenía  para 
acudir  a  las  guerras.  En  esta  junta,  la  pri- 
mera del  mundo,  el  Presidente  de  Casti- 
lla estuvo  á  la  mano  derecha  de  su  Majes- 
tad, y  á  la  izquierda  el  Cardenal  Zapata, 
aunque  después  en  los  asientos  los  Con- 
sejeros de  Estado  tuvieron  mejor  lugar; 
aquí  se  caliñcó  ser  después  de  su  Majestad 
la  primera  persona  el  Presidente  de  Cas- 
tilla. 

A  i.°  de  Agosto  murió  el  duque  del 
Infantado  de  ocho  dias  de  cama,  no  cono- 
ciéndole el  mal,  ó  no  atreviéndoselo  á 
decir,  pues  en  dos  horas  recibió  los  Sa- 
cramentos; dio  poder  á  la  Duquesa  para 
testar.  Lleváronlo  á  Guadalajara.  La  Du- 


ANDRÉS  DE  MENDOZA.  297 

quesa  renunció  el  título  de  Duque  en  su 
nieto,  y  su  Majestad  le  mandó  cubrir; 
dióse  la  Mayordomía  al  duque  de  Arcos, 
el  cual  la  aceptó.  Al  duque  de  Osuna  por 
estar  tan  á  lo  último,  le  trajeron  á  esta 
Corte  para  curarle;  está  en  las  casas  de 
Gilimon  de  la  Mota.  El  duque  de  Fernan- 
dina  cogió  tres  navios  de  turcos,  pelean- 
do siete  horas;  fué  presa  muy  grandiosa. 
El  marqués  de  San  Germán  fué  á  Ingla- 
terra con  embajada;  viene  por  Flándes  sin 
despedirse  del  Rey,  el  cual  envió  un  me- 
morial con  uno  de  su  Cámara,  dándole  á 
su  Majestad  y  á  los  de  Estado,  pidiendo  á 
su  Majestad  satisfacción  del  caso;  ha  ha- 
bido juntas  de  Estado  acerca  desto.  Man- 
dóse que  también  viniese  aquí  D.  Carlos 
Coloma,  y  que  fuese  por  la  posta  el  Se- 
cretario Bruneo,  que  lo  era  aquí  del  Con- 
sejo de  Flándes,  para  que  haga  oficio  de 
Embajador  en  el  ínterin  que  se  envia  otro. 
Condenóse  al  duque  de  Lerma  en  las  tra- 
tas con  los  frutos  caldos,  que  son  casi  tres 
millones. 

Llegó  correo  de  Flándes,  que  el  mai^- 
qués  Spínola  habia  cercado  á  Breda  con 
cuarenta  mil  hombres,  quitándoles  el  rio 
Musa,  no  les  entrase  socorro,  y  que  lo 
demás  del  ejército  hasta  setenta  mil  era 
volante  en  guarda,  si  el  enemigo  salia  por 


298  CARTAS  DE 

Otra  parte.  Dióse  título  de  marquesa  de 
Liche  á  la  hija  del  conde  de  Olivares,  y  se 
casa  con  el  marqués  de  Toral.  En  Palermo, 
ciudad  en  el  Reino  de  Sicilia,  dio  peste, 
y  en  ocho  dias  murió  el  Príncipe  Filiber- 
to:  muere  mucha  gente.  Quedó  con  el 
gobierno  el  Cardenal  Doria,  hasta  que  se 
provea,  y  el  ser  Gran  Prior  le  viene  de 
derecho  á  D.  Diego  Brochero,  por  Baylio 
de  Lora.  Murió  la  duquesa  de  Medina- 
Sidonia;  murió  el  conde  de  Ci fuentes. 
Escribe  el  duque  de  Feria  que  el  Polaco 
degolló  al  Turco  treinta  mil  tártaros.  Salió 
decreto  de  que  no  se  pudiesen  darfoturas 
sucesiones  en  ningún  cargo.  En  casa  del 
marqués  de  Alenquer  se  hace  junta  con 
algunas  personas  y  dos  del  Consejo  de 
Hacienda,  sobre  el  ensayo  de  unas  minas 
de  oro  y  plata  que  se  han  descubierto  en 
Castilla;  y  también  se  admiten  arbitrios 
de  cómo  se  puede  consumir  el  vellón, 
pues  hay  tanto  que  pasa  el  premio  de  la 
plata  á  diez  y  siete  reales  el  ciento,  cosa 
que  nunca  se  ha  visto.  Este  dia  pasado  no 
hubo  quien  subiese  la  comida  al  Rey,  y  el 
Conde  mandó  prender  á  los  ayudas  de  Cá- 
mara, que  eran  de  guarda,  en  sus  casas 
con  dos  alguaciles.  A  los  Tesoreros  de  la 
Cruzada  se  les  apretó  mucho;  y  á  D.  Fran- 
cisco, hermano  de  D.  Agustín,  se  le  aprc- 


ANDRÉS   DR   MENDOZA.  299 

tó  en  la  cárcel,  que  á  no  intervenir  la 
Reina  por  una  dama  suya,  hija  del  mar- 
qués Spínola,  que  lo  pidió,  le  sucediera 
mucho  mal,  porque  un  criado  descubrió 
unos  cofres  de  joyas  y  dineros  que  tenian 
escondidos.  Quisieron  sacar  al  D.  Agustín 
de  casa  del  Embajador  de  Francia;  defen- 
diólo, hablando  á  su  Majestad,  y  como 
deudos  del  marqués  Spínola,  y  el  dicho 
Marqués  escribió  á  Garlo  Strata  acomó- 
dase estos  negocios,  y  con  esto  él  y  Juan 
Lúeas  y  Vicencio  Squarcafigo  lo  hacen, 
concertándose  con  las  partes,  y  su  Majes- 
tad le  dio  licencia  al  dicho  D.  Agustín 
Fiesco,  para  que  labrase  doscientos  mil 
ducados  de  vellón  dentro  de  un  año,  que 
por  lo  menos  todos  cobraran,  siendo  me- 
nos la  pérdida. 

Murió  Fray  Plácido  de  Tosantos,  Obis- 
po de  Zamora;  murió  Mardones,  fraile 
dominico.  Obispo  de  Córdoba.  Al  mar- 
qués de  la  Hinojosa  se  le  ha  mandado  no 
entre  en  la  Corte  y  diez  leguas  alrededor. 
De  Flándes  llegó  correo  á  siete  deste  mes 
de  Septiembre,  como  el  conde  Enrique  de 
Bergas  habia  tomado  á  los  holandeses  el 
Ducado  de  Cleves  y  su  provincia,  que  era 
todo  del  Principado  de  Orliens,  que  como 
murió  sin  heredero,  le*  tomaron  los  de  las 
Islas.  Al  Licenciado   Márquez  Cisneros, 


300  CARTAS   DB 

Oidor  de  la  Contaduría,  hizo  su  Majestad 
Regente  de  Sevilla;  á  su  hijo  de  Gilimon 
de  la  Mota  le  hicieron  Alcalde  de  los  hijos- 
dalgo de  Granada.  En  esta  Monarquía  han 
sucedido  casos  prodigiosos,  como  ha  sido 
lo  del  hereje  en  San  Felipe,  de  que  se 
imprimieron  algunas  relaciones,  y  des- 
pués la  Inquisición  las  mandó  recoger; 
hiciéronse  muchas  procesiones  el  dia  del 
octavario.  En  San  Felipe  se  hizo  otra  pro- 
cesión general  alrededor  de  la  Iglesia, 
donde  se  halló  su  Majestad  con  los  Con- 
sejos; y  después  sus  Majestades,  domingo 
y  lunes  de  la  Magdalena,  hicieron  en  Pa- 
lacio su  fíesta,  y  la  mayor  que  los  nacidos 
han  visto,  ni  se  verá,  disponiéndola  desta 
suerte:  habiendo  adornado  todos  los  cor- 
redores altos  de  los  dos  patios,  en  el  de  la 
Reina  estuvo  su  altar,  que  en  riqueza  de 
diamantes  y  forma  del  se  llevó  el  nombre; 
tendria,  con  voto  de  todos,  tres  millones. 
Enfrente  estaba  el  del  Infante  Cardenal, 
á  cuyo  adorno  asistieron  los  Teatinos.  La 
escalera  principal  se  cerró,  haciendo  un 
tablado  en  ella  y  un  altar  que  se  andaba 
alrededor  á  cuatro  haces,  habiendo  traido 
del  Escurial  los  frontales  y  reliquias  para 
su  adorno,  y  en  medio,  de  bulto,  San  Pe- 
dro teaiendo  una  columna,  y  encima  la 
Fé,que  fué  una  ñguraque  llaman  Mecina, 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  3OI 

que  la  dicha  ciudad  la  presentó  al  Rey. 
nuestro  Señor,  Felipe  II,  y  la  dio  al  Es- 
curial,  que  es  de  oro  y  plata,  que  se  esti- 
ma en  doscientos  mil  ducados.  En  los  cor- 
redores del  Rey,  nuestro  Señor,  estaba 
otro  de  la  señora  Infanta,  á  cuyo  adorno 
asistieron  los  Clérigos  menores,  cosa  su- 
perior; lo  que  habia  en  frente  era  el  que 
propiamente  era  del  Rey,  con  sola  una 
Custodia  grande  de  piedras  de  ágatas, 
que  el  de  Osuna  envió  al  Rey  nuestro  Se- 
ñor, Felipe  III,  de  Ñapóles,  y  encima  pu- 
sieron aquellas  grandes  reliquias  de  nues- 
tra redención  que  están  en  la  flor  de  lis, 
que  son  un  pedazo  del  Inincrucis  con  un 
Cristo  de  lo  propio,  que  hizo  San  Geróni- 
mo, y  luego  un  clavo:  en  esto  pasmaba  la 
Corte.  Fué  la  procesión  por  la  tarde;  sa- 
lieron de  luto  los  Reyes  por  sentimiento 
de  lo  pasado.  Todo  lo  referido  se  estuvo 
los  dos  dias  dichos  para  que  la  Corte  lo 
viese,  habiendo  guardas  la  noche  y  dia; 
la  entrada  fué  dificultosa,  que  fué  por  la 
escalerilla  de  la  portería  de  las  damas,  y, 
visto  la  confusión,  se  mandó  que,  sin  per- 
juicio del  altar,  se  quitasen  unas  tablas, 
para  que  por  la  escalera  grande  sólo  baja- 
sen y  por  la  chica  subiesen:  con  que  aca- 
bo con  lo  dicho. 

Habiendo  el   propio  dia  sucedido  á 


302  CARTAS  DE 

la  misma  hora  en  Santa  Bárbara  llegar 
un  loco  y  arrebatar  el  Santísimo  Sacra- 
mento de  las  manos  al  Sacerdote  cuan- 
do le  iba  á  alzar,  como  sucedieron  en- 
trambas cosas  en  un  día,  estaba  la  Corte 
atemorizada;  probósele  serlo,  y  que  vivia 
allí  cerca,  y  que  era  aguardientero;  dió- 
sele  cárcel  perpetua,  aunque  estaba  loco. 
Con  estas  cosas  se  pusieron  sus  Majesta- 
des luto,  y  en  ocho  dias  no  se  represen- 
tó, ni  hubo  mujeres  públicas.  Diéronse 
muchas  limosnas.  Todos  los  monasterios 
ayunaron  con  disciplinas  y  procesiones, 
descubriendo  después  el  Santísimo  Sacra- 
mento; y  los  dias  primeros  se  cubrieron  de 
luto  los  dos  altares:  casos  dignos  de  per- 
petuas lágrimas.  Habiéndose  dado  la  ma- 
yordomía  del  Rey,  y  acetádola  el  duque 
de  Arcos,  se  excusó  por  el  accidente  de  la 
gota  que  le  sobrevino.  Nombró  su  Majes- 
tad por  Embajador  ordinario  de  Francia 
á  D.  Fernando  de  Toledo,  señor  de  Higa- 
res.  Llegó  correo  de  Sicilia,  avisando 
como  habia  mejorado  Palermo  y  Trápana 
de  la  peste.  Murió  D.  Pedro  Fernandez  de 
Mansilla,  Oidor  del  Consejo  de  las  Indias. 
Llegó  extraordinario  del  Brasil  como  el 
Obispo  con  alguna  gente  se  defendia  de 
los  holandeses,  y  no  los  dejaban  campear, 
matándoles  mucha  gente;  están  esperan- 


ANDRÉS   DE  MENDOZA.  303 

do  el  socorro  para  acabar  de  echarlos. 
Murió  el  duque  de  Osuna  de  sus  enfer- 
medades, y  tan  en  Dios,  que  es  para  dar  mil 
gracias  de  tan  grandes  maravillas.  Depo- 
sitóse de  secreto  en  San  Felipe,  y  á  otro 
dia  se  hicieron  sus  exequias,  habiendo 
colgado  toda  la  iglesia  de  luto.  Hízose  un 
túmbulo  muy  alto  con  ocho  gradas,  en  la 
última  una  almohada  con  el  Tusón.  Acu- 
dió este  dia  toda  la  Grandeza  de  la  Corte, 
y  á  su  novenario  su  casa  cada  dia  con 
grande  ostentación;  el  primero  y  el  últi- 
mo dijo  la  Misa  de  Pontifical  el  Inquisi- 
dor mayor,  no  hubo  sermón,  y  al  tercer 
dia  fué  su  hijo  el  Duque  con  grande  acom- 
pañamiento á  besarle  la  mano  á  su  Ma- 
jestad, al  cual  mandó  cubrir.  Murió  Garci- 
perez  de  Araciel  á  veintinueve  de  Setiem- 
bre con  las  honras  del  mundo,  que  por  sus 
trabajos  y  cuidados  en  servicio  de  su  Ma- 
jestad le  hizo,  haciéndole  Vicecanciller  de 
Aragón  y  del  Consejo  de  Estado;  y,  lleván- 
dole estas  mercedes ,  respondió  que  ya 
no  estaba  para  cosas  del  mundo,  sino  para 
dar  cuenta  á  Dios  de  su  vida.  Llegó  la 
beatificación  del  santo  Francisco  de  Borja, 
de  la  Compañía  de  Jesús,  y  los  Borjas  hi- 
cieron una  máscara  para  alegrar  la  Corte, 
con  que  se  regocijó.  El  preñado  de  la 
Reina,  nuestra  Señora,  se  deshizo,  ha- 


304  CARTAS   DB 

biéndole  bajado  á  los  últimos  de  cuatro 
meses.  Llegó  la  nao  de  la  India  de  Portu- 
gal, con  cuatro  millones  de  mercaduría,  á 
Lisboa  en  salvamento.  Murió  también  en 
este  dicho  mes  el  Padre  fray  Simón  de 
Rojas,  confesor  de  la  Reina,  nuestra  Se- 
ñora, arrebatándole  Dios  con  una  prope- 
gia,  durando  dia  y  medio  sin  volver  en  sí; 
y  fué  tan  grande  el  sentimiento  de  sus 
Majestades  y  la  Corte  de  su  muerte,,  que 
el  dia  de  su  entierro  fué  necesario  enviase 
el  Rey  su  guarda,  por  el  concurso  tan 
grande  y  aplauso  desta  Corte  á  quitalle  los 
hábitos,  tocar  rosarios,  que  todas  las  reli- 
giones doce  dias  por  su  orden  le  han  dicho 
su  Misa  y  sermón,  predicando  las  grande- 
zas y  milagros  que  Dios  obró  por  su  sier- 
vo, que  tan  ocultas  estaban;  y  el  dia  del 
Padre  Florencia  fué  cosa  espantosa  el  con- 
curso: tiéncse  por  cierto  se  verá  presto 
su  beatificación.  Sus  Majestades  enviaron 
por  sus  hábitos,  y  no  hay  lugar  para  es- 
crebir  las  grandezas  deste  siervo  de  Dios; 
£1  Condestable  de  Castilla  se  casó  con 
doña  Isabel  de  Guzman,  hermana  del  mar- 
qués de  Toral,  menina  de  la  Reina.  Todo 
esto  se  ha  platicado  en  la  Corte. 

De  Flándes  se  escribe  que  el  Francés 
envió  cuatro  mil  hombres  á  las  Islas  y  el 
Inglés  seis  mil,  y  que  el  cerco  de  los  núes- 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  305 

tros,,  que  está  en  lo  de  Breda,  vá  muy 
adelante,  que  para  Navidad  estará  rendida 
la  dicha  fuerza.  El  duque  de  Neoburg  y 
eleves  y  Tulieris,  potentado  de  Alema- 
nia, de  quinientos  mil  ducados  de  renta,  y 
cuñado  del  duque  de  Baviera,  entró  en  esta 
Corte  á  los  siete  de  Octubre,  y,  ya  en  ella, 
se  buscan  nuevas  grandezas  de  recebimien- 
tos,  pues  el  suyo  ha  sido  el  más  grandioso 
que  se  ha  visto,  habiendo  salido  el  conde 
de  Olivares  á  caballo  con  toda  la  Grande- 
za desta  Corte  á  la  puerta  de  Fuencarral, 
llevándole  á  Palacio,  de  donde  salió  de 
noche,  teniendo  todos  prevenidas  hachas; 
que  desde  Palacio  á  San  Gerónimo,  donde 
fué  aposentado  en  el  cuarto  de  su  Majes- 
tad, habría  más  de  quinientas,  llevándole 
el  Conde  á  la  mano  derecha.  Tratóle  su 
Majestad  de  dirección,  como  trata  el  Em- 
perador á  los  Electores;  viene  á  la  ligera 
con  ochenta  personas,  á  tratar  de  sus  Es- 
tados, como  el  Rey  se  los  quitó  á  las  Islas 
por  las  fuerzas,  por  estar  entre  la  Frisa  y 
holandeses:  es  católico  y  acepto  al  Empe- 
rador. Llegó  correo  de  Milán,  del  duque  de 
Feria,  que  habia  llegado  el  Archiduque 
Carlos  y  bajaba  á  Genova  á  embarcarse, 
y  que  el  dicho  Duque  habia  enviado  á  Cer- 
deña  por  el  tercio  que  estaba  alojado  de 
dos  mil  españoles,  por  las  premisas  que 


306  CARTAS   DB 

tenia  del  Francés  de  tener  hecha  gente 
para  ir  contra  la  Valtelina,  y  estar  preve- 
nido para  lo  dicho.  Murió  la  marquesa  de 
Tabara  en  Valladolid. 

Hizo  su  Majestad  merced  al  Maese  de 
campo  de  Chile  D.  Diego  Florez  de  un 
Hábito.  Hizo  su  Majestad  merced  del  Ar- 
zobispado del  Nuevo  Reino  de  Granada  á 
fray  Antonio  Pérez,  monje  benito:  dicen 
no  lo  aceptó.  La  Tesorería  de  la  Iglesia 
de  Lima  al  licenciado  D.  Juan  Cabrera, 
canónigo  de  dicha  Iglesia,  y  su  canongia 
en  el  doctor  D.  Juan  de  Villa,  Dean  de 
Quito.  Una  canongia  de  la  santa  Iglesia 
del  Cuzco  en  el  licenciado  Ramos.  El  Ar- 
cedianato  de  la  santa  Iglesia  de  Arequipa 
en  el  bachiller  Juan  de  Aguilar  del  Rio, 
que  era  el  Chantre;  su  Chantría  en  el 
Maestro  D.  Francisco  de  Godoy.  Una  ca- 
nongia de  la  santa  Iglesia  de  Truxillo  en 
el  doctor  D.  Pedro  de  Reina  Maldonado. 
El  Arcedianato  de  la  santa  Iglesia  de  Qui- 
to en  el  Bachiller  D.  Matías  Rodrigues  de 
la  Vega,  Maestrescuela;  el  Deanato  desta 
misma  Iglesia  en  el  doctor  D.  Gaspar 
Centurión,  que  era  Arcediano.  Una  ca- 
nongia desta  Iglesia  en  el  doctor  D.  Diego 
de  Encinas  Cañizares.  La  Chantría  de 
Cartagena  en  el  doctor  Francisco  de  Ri- 
bcro$,  que  era  canónigo;  esta  canongia 


AÑORES   DE  MENDOZi.  3O7 

de  Cartagena  en  el  doctor  D.  Matías  Sua- 
rez  de  Meló.  La  Tesorería  de  Santa  Marta 
en  Antonio  de  Fuentes.  Una  canongía  de 
la  Iglesia  de  la  Concepción  de  Chile  en 
Francisco  de  Espinosa  Caracol.  De  lo  que 
fuere  sucediendo  ofrezco  á  Vmd.  trasla- 
do, etc.  Guarde  Dios  á  Vmd. 


\ 


CUANDO  las  Indias  no  debieran  otra 
cosa  á  España  que  el  aprieto  y 
congoja  en  que  la  han  tenido  este 
año,  por  la  falta  de  sus  avisos,  no  se  lo 
pagaran  con  el  Cerro  de  Potosí;  dos  que 
vinieron  de  la  Nueva-España  tuvieron  tan 
buena  suerte,  que  sus  dos  Capitanes  eran 
moriscos  encubiertos,  y  así,  en  doblando 
el  Cabo,  se  fueron  á  Zalé  á  descansar  con 
sus  padres  y  abuelos,  dejándonos  acá  so- 
plando las  manos  y  mesando  las  barbas. 
Esto  se  vino  á  saber  por  los  desdichados 
que  con  ellos  venian  y  quedaron  cautivos, 
que  avisaron  de  la  traición  y  engaño  con 
que  fueron  llevados  allí.  Del  Pirú  sólo  un 
aviso  vino,  y  ese  con  tan  pocas  cartas, 
que  es  como  si  no  viniera.  Por  San  Juan 
se  despachó  de  aquí  otro  aviso  para  que 
partiese  en  conserva  de  la  flota  de  Nueva- 
España,  y  el  orgullo  del  que  le  llevaba  fué 
tal,  que  salió  la  noche  antes  y  al  medio 
dia  siguiente  estaba  en  poder  de  los  moros, 
que,  en  compañía  de  los  moriscos,  está 


310  CASTAS   DI 

sembrada  la  mar  de  sus  bajeles.  Entre  los 
despachos  que  llevaba,  el  que  más  pena 
me  dio  que  se  perdiese  fué  el  título  para 
dar  el  hábito  de  Santiago  á  D.  Antonio 
de  las  Infantas,  caballero  muy  calificado 
de  Córdoba,  que  pasó  en  compañía  y  ser- 
vicio del  señor  marqués  de  Guadalcázar; 
pero  ahora  va  y  más  seguro. 

Fuerza  es  tomar  la  corriente  de  atrás 
en  esta  relación,  que  menos  importa  que 
se  lean  dos  veces  unas  nuevas  que  no  que 
se  dejen  de  saber.  Digo,  pues,  señor,  que 
en  este  año  hemos  sido  atormentados  y 
amenazados  de  Inglaterra  y  su  armada 
tan  valientemente,  que  cada  dia  temíamos 
una  gran  ruina  en  nuestros  puertos;  pero 
su  Majestad,  Dios  le  guarde,  y  el  señor 
conde  de  Olivares  los  proveyeron  tan  con 
tiempo  como  convenia  para  resistir  á  tan 
poderosa  armada,  y  es  sin  duda,  que  á 
ningún  puerto  llegara  que  no  llevara  en 
caperuza.  Pero  nuestro  miedo  era  mayor 
que  su  poder,  si  bien  temíamos  que  todo 
él  se  ordenaba  á  coger  los  galeones  de  la 
plata,  con  que  ellos  quedaran  tan  pujantes 
y  nosotros  perdidos  para  siempre.  Llegó, 
pues,  el  dia  de  Todos-Santos  la  armada 
de  Inglaterra  sobre  Cádiz  á  boca  de  noche, 
que  como  ya  tenian  conocida  su  playa,  no 
quisieron  probar  otra.  Esta  plaza  estaba  á 


INDRES  DE   MENDOZA.  311 

cargo  de  D.  Fernando  Girón,  Consejero 
de  Guerra  y  Estado  de  su  Majestad,  y  tan 
gran  soldado  cual  para  tal  empresa  con- 
venia. Al  punto  que  se  descubrieron  más 
de  cien  velas,  que  fué  á  la  boca  de  noche, 
despacharon  á  toda  España,  y  el  duque  de 
Medina  con  toda  la  Andalucía,  y  de  la 
Corte,  no  quedando  hombre  de  capa  ne- 
gra, se  juntó  el  mundo  todo  en  Cádiz  y  en 
Jerez.  El  enemigo  (por  abreviar)  echó  en 
tierra  hasta  cuatro  mil  hombres,  ganó  un 
fuertecillo  que  estaba  en  el  Puntal  con 
sesenta  hombres  y  cuatro  tiros  de  artille- 
ría, que  se  dieron  á  partido  porque  no 
tenian  defensa.  Empezaron  á  atrinche- 
rarse y  el  tiempo  y  aguas  á  hacerles 
guerra,  de  manera  que  aunque  estuvieron 
allí  ocho  dias,  en  que  no  les  fué  bien  en 
algunas  escaramuzas,  viendo  los  nuestros 
que  con  priesa  se  iban  embarcando  y  reti- 
rando, dieron  sobre  ellos,  y  sin  resistencia 
mataron  más  de  cuatrocientos,  sin  otros 
tantos  que  debieron  de  ahogarse  con  la 
priesa  del  huir.  Cogiéronles  mucho  baga- 
je, cuatro  piezas  de  batir  y  cantidad  de 
caballos,  que  para  tirar  dellas  habian 
echado  en  tierra;  fué  gran  desconsuelo 
para  la  nuestra  verlos  hacer  á  la  mar,  por 
parecer  iban  en  busca  de  los  galeones, 
que  ya  por  horas  se  esperaban.  Pregonóse 


312  CARTAS   DB 

en  Sevilla  y  Lisboa  que  el  que  alcanzase 
á  avisar  al  de  Cadereyta  le  darían  seis  mil 
ducados,  y  al  segundo  que  llegase  cuatro 
y  al  tercero  dos;  con  que  partieron  de 
ambos  puertos  arriba  de  cuarenta  cara- 
belas, y  la  fortuna  de  España  estuvo  en 
que  ninguna  le  encontró.  No  se  supo  de 
la  armada  enemiga  en  muchos  dias,  y  por 
esto  se  entendía  habia  pasado  á  las  Indias 
ó  habia  ido  sobre  alguna  isla;  ahora  se  ha 
sabido  llegó  á  su  puerto  con  cincuenta 
bajeles,  todos  destrozados  y  perdidos,  y 
el  que  más  gente  llevaba  eran  diez  hom- 
bres, toda  la  demás  gente  y  bajeles  se 
piensa  los  tragó  la  mar,  porque  vivos  ni 
muertos  no  se  sabe  dellos,  ni  Dios  per- 
mita que  parezcan.  A  D.  Fernando  Girón 
hizo  su  Majestad  título  por  los  servicios 
desta  ocasión,  que  fueron  notables.  Es- 
tando, pues,  en  este  aprieto  á  veintinueve 
de  Noviembre,  llegó  á  boca  de  noche  el 
de  Cadereyta  á  Cádiz,  sin  haber  encon- 
trado carabela  amiga  que  le  avisase  del 
peligro,  ni  bajel  de  enemigo  que  le  turba- 
se, por  lo  cual  su  Majestad  cristianísiraa- 
mente  mandó  se  dotase  en  toda  España, 
á  veintinueve  de  Noviembre,  una  fiesta 
al  Santísimo  Sacramento,  por  la  gran 
merced  que  este  dia  hizo  á  toda  la  Cris- 
tiandad. 


ANDRBS   DE  MENDOZi.  313 

Don  Fadrique  volvió  del  Brasil  tan 
derrotado,  que  ni  vaso  ni  soldado  pudo 
servir  en  esta  ocasión.  En  Lisboa  estaban 
cuarenta  y  cinco  galeones  por  cuenta  de 
Tomás  de  Larraspur  y  D.  Alonso  de  Mú- 
gica;  á  estos  no  les  pareció  iguales  armas 
para  salir  al  enemigo,  ni  para  desamparar 
el  puerto,  donde,  si  no  estuvieran,  se  te- 
mieron iria  á  dar.  Al  de  Cadereyta,  por  la 
buena  fortuna  y  diligencia  deste  hecho,  le 
hizo  su  Majestad  Mayordomo  de  la  Reina, 
y  recibió  una  hija  por  Menina,  con  la  su- 
cesión del  virreinado  de  Méjico. 

Los  treinta  navios  que  al  salir  del  Bra- 
sil encontró  D.  Fadrique,  que  enviaba  el 
holandés  de  socorro,  y  se  le  desaparecie- 
ron, dieron  sobre  Puerto-Rico,  donde  es- 
tán hechos  fuertes,  y  mucho  más  los  nues- 
tros en  la  fortaleza  del  castillo  con  cua- 
trocientos soldados  y  socorro  que  de  San- 
to Domingo  le  envian  cadadia:  mujeres  y 
niños  y  hacienda  se  retiraron  la  tierra 
adentro,  donde  dicen  están  seguros.  Aho- 
ra parte  D.  Juan  de  Andrada  Colmenero, 
General  del  mar  del  Sur,  y  de  camino, 
con  la  armada  que  para  allá  lleva,  pa- 
gará de  contado  la  buena  obra  que  en 
Puerto-Rico  están  haciendo  los  holan- 
deses. 

Mientras  el  enemigo  estaba  en  Cádiz, 


314  CARTAS  DE 

la  señora  Infanta,  en  Flándes,  ha  hecho 
gran  daño  á  los  holandeses  é  ingleses 
destruyéndoles  las  pesquerías,  que  eran 
todo  su  sustento. 

La  guerra  de  Genova  ha  tenido  felice 
suceso,  porque  pudiendo  el  de  Saboya  en- 
trar á  pié  enjuto,  y  hacerse  señor  de  todo 
su  Estado,  cuando  llegó  á  seis  leguas  de  la 
ciudad,  después  le  han  hecho  retirar  mal 
de  su  grado,  adonde  no  alzará  cabeza  ja- 
más. 

Su  Majestad  justamente  ofendido  del 
ingrato  y  ruin  trato  del  Príncipe  de  Ga- 
les, ya  Rey  de  Inglaterra,  tiene  toda  Es- 
paña en  arma,  y  ha  hecho  plaza  dellas  en 
Llerena,  donde  está  D.  Agustin  Mexía asis- 
tiendo con  D.  Diego  Mexía,  primo  del  de 
Olivares;  y  dicen  que  á  la  vuelta  de  Ara- 
gón, donde  su  Majestad  hoy  está,  se  ven- 
drá allí  á  hacer  una  valiente  armada  y  ejér- 
cito, para  obligar  al  enemigo  á  que  guarde 
sus  puertos,  y  no  inquiete  los  nuestros. 

Un  dia  después  de  los  Reyes  partió  su 
Majestad  á  las  Cortes  de  Monzón  á  la  li- 
gera, que  sólo  un  coche  de  muías  llevaba, 
y  en  seis  dias  se  puso  en  Zaragoza,  donde, 
Martes  á  catorce,  entró  con  palio.  Hizo 
una  acción  tan  soberana,  que  quedan  lo- 
cos de  contento  todo  aquel  Reino:  Pasan- 
do por  el  castillo  donde  estaba  el  presidio 


inORÉS   DE    I1END0Z4.  315 

que  su  abuelo  puso  (ignominia  de  aquel 
Reino)  preguntó  al  Jurado  en  Cap,  que  lle- 
vaba á  su  lado:  «¿Qué  edificio  es  este?» — 
«Señor,  el  presidio  que  su  abuelo  de  vues- 
tra Majestad  puso  cuando  la  pesadumbre 
desta  ciudad.»  Volvió  al  conde  de  Oliva- 
res y  díjole:  «Conde,  quitad  este  presidio^ 
que  no  quiero  que  á  vasallos  tan  leales 
de  hoy  más  se  les  haga  esta  vejación.» 
Fué  tan  grande  el  ruido  y  alboroto  del 
pueblo  por  calles  y  ventanas,  que  no  se 
oyó  otra  cosa  que  un  clamor  público, 
jVIVA  EL  REY!  hasta  que  entró  en  pa- 
lacio. 

El  dia  antes  que  partiese  de  Madrid 
dejó  proveído  el  oficio  de  Pedro  de  Le- 
desma.  Secretario  de  Indias,  en  Antonio 
González  de  Legarda,  contador  que  solía 
ser.  Ledesma  fué  tras  de  su  Majestad,  que 
le  hizo  del  Consejo  de  Indias,  con  que 
queda  consolado  del  primer  golpe. 

Al  Sr.  D,  Juan  de  Villela  hizo  su  Ma- 
jestad de  Consejo  de  Estado  y  mandó  en- 
tregar los  papeles  que  Ciriza  tenía,  y  los 
que  por  muerte  de  D.  Andrés  de  Prada 
estaban  sin  dueño,  señalándole  los  gajes 
de  ambos  secretarios.  Llévale  consigo  esta 
jornada  para  valerse  de  su  entendimiento, 
con  título  de  Superintendente,  para  todos 
los  negocios  graves  que  en  aquellos  tres 


3l6  CARTAS   DB 

reinos  se  ofrecen.  La  Presidencia  ó  Go- 
bierno de  las  Indias  dieron  al  Sr,  D.  Gar- 
cía de  Haro,  hermano  del  Marqués  del 
Carpió;  el  gobierno  del  Consejo  de  Ha- 
cienda á  Gilimon  de  la  Mota,  del  Consejo 
Real,  porque  el  de  Montesclaros  fué  á  la 
¡ornada.  Otras  mil  preñeces  de  novedades 
quedan  para  salir  un  dia  de  estos,  si  fuere 
antes  que  se  cierre  el  pliego  irán  con  estas. 

La  Reina,  nuestra  Señora,  parió  una 
hija  el  dia  de  la  Presentación,  y  aunque 
fuera  más  bien  recibido  un  hijo,  su  Ma- 
jestad está  contento  con  ella.  No  se  ha 
bautizado  en  público,  porque  esperaban 
al  Nepote  del  Papa  que  la  sacase  de  pila, 
cuya  venida  se  ha  turbado  y  pie  parece 
que  ya  no  será. 

Murió  la  Marquesa  de  Toral,  consue- 
gra de  Olivares;  depositáronla  en  el  No- 
viciado de  la  Compañía  de  Jesvís,  y  por 
relevar  el  entierro  del  ordinario,  fué  de 
noche  á  caballo  desde  Palacio,  yendo  todas 
las  religiones  con  sus  hachas,  y  cuatro  due- 
ñas en  sus  muías  detras  del  cuerpo.  Murió 
D.  Diego  Brochero,  y  al  infante  Carlos 
hicieron  gran  Prior.  Trujeron  los  huesos 
de  Filiberto  á  San  Lorenzo.  Murió  D.  Félix 
de  Guzman,  Arcediano  de  Sevilla,  electo 
Obispo  de  Mallorca,  y  este  obispado  se 
dio  á  un  hijo  de  la  Duquesa  de  Gandía. 


ANDÜÉS  DE  MENDOZA.  317 

Murió  la  Condesa  de  Chinchón  sin  dejar 
hijos;  y  ahora  en  Toledo,  en  desafío,  un 
mercader  mató  á  D.  Pedro  de  Ulloa,  mozo 
de  veintidós  años,  hiíjo  de  D.  Antonio  de 
ülloa  y  de  doña  Inés  B^zan.  Murió  Juan 
de  Gamboa  del  Consejo  de  Hacienda;  mu- 
rió Ü.  Bernabé  de  Vibanco  y  dejó  toda  la 
hacienda  á  las  monjas  del  Caballero  de 
Gracia;  murió  el  hermano  del  conde  de 
Salazar  en  Flandes,  y  ahora  un  hermano 
de  la  señora  doña  Francisca  de  Tabara, 
dama  de  Palacio.  Murió  D.  Sancho  de 
Avila,  obispo  de  Plasencia. 

Canonizaron  á  Santa  Isabel,  reina  de 
Portugal.  Beatiñcaron  al  padre  Francis- 
co de  Borja,  de  la  Compañía  de  Jesús, 
porque  se  han  hecho  en  esta  Corte  mu- 
chas fiestas  y  procesiones.  Expidió  Su 
Santidad  breve  para  que  ningún  Santo 
colocado  destos  tiempos  quedase  con 
altar. 

Juraron  en  Alemania  al  hijo  del  Em- 
perador por  Rey  de  Romanos,  con  que  se 
ha  publicado  el  casamiento  de  nuestra 
Infanta  María  con  él,  que  estará  un  poco 
mejor  que  con  el  de  Gales,  cuya  jornada 
dicen  hace,  y  la  lleva  D.  Diego  de  Guz- 
man,  Patriarca  que  era  y  hoy  Arzobispo 
de  Sevilla.  Hasta  ahora  no  hay  cosa  cierta 
en  esto,  sólo  lo  es  el  casamiento. 


3lS  CiRTiS  Dg 

La  ciudad  de  Breda,  cuyo  cerco  duró 
tanto  tiempo,  en  Flandes,  se  rindió  á  par- 
tido, y  fué  la  señora  Infanta  á  tomar  po- 
sesión con  el  general  regocijo  de  toda 
España,  por  ver  libre  al  ejército  para  acu- 
dir á  los  enemigos,  que  por  tantos  cami- 
nos nos  desean  hacer  pesares.  Otros  su- 
cesos de  guerras  particulares  ha  tenido 
buenos  esta  Corona,  y  el  Emperador  aven- 
tajadísimos contra  los  herejes,  que  por 
no  hacer  larga  esta  relación  lo  dejo  de 
decir. 

El  dia  de  San  Agustin  se  tocó  la  cam- 
pana de  Velilla,  en  Aragón,  por  tres  dias, 
en  diversas  veces,  y  se  dice  que  al  tiempo 
que  se  tocaba  echaba  como  unas  centellas 
de  fuego,  señalando  hacia  las  partes  de 
franela;  estuvo  mucha  gente  que  concur- 
rió á  ver  este  espectáculo,  y  el  Vircy  de 
Aragón,  D.  Fernando  de  Borja,  que  envió 
á  esta  Corte  testimonio  desto.  Bien  hemos 
visto  el  gran  peligro  que  nos  amenazaba; 
el  ordinario  es  tocarse  cuando  se  fabrica 
algu/ia  traición  contra  España. 

El  reino  y  todos  los  vasallos,  viendo  á 
su  Majestad  tan  apretado  y  con  tanto 
enemigo,  en  esta  ocasión  le  han  socorrido 
valientemente;  ellos,  con  donativo  mas 
de  lo  que  sus  fuerzas  pueden,  pero  no 
como  pide  su  obligación,  él,  dando  poder 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  319 

para  que  cargue  sobre  los  millones  qui- 
nientos mil  ducados  de  renta,  con  que  ya 
vienen  á  quedar  perpetuos.  La  Señoría  de 
Genova  dicen  ha  hecho  un  gran  donativo, 
fuera  de  otro  empréstito,  reconocida  del 
gran  bien  que  en  esta  ocasión  de  España 
ha  recibido.Aquí llegó  un  Embajador  suyo 
á  dar  las  gracias,  y  antes  de  verle  la  cara 
se  murió. 

El  Cardenal  Zapata,  mi  señor,  aceptó 
el  gobierno  de  este  Arzobispado,  tan  hi- 
dalgamente, que  señalándole  el  Infante 
Cardenal  doce  mil  escudos  de  gajes,  no  ha 
querido  aceptar  un  real  ni  reservar  para  sí 
provisión  ninguna,  sino  que  su  Alteza  sea 
dueño  de  todo,  con  que  ha  hecho  gran 
bien  á  esta  República  y  al  estado  ecle- 
siástico. 

Cayó  de  su  privanza  y  oficio  Antonio 
de  Losa,  ayuda  de  cámara  de  Su  Majes- 
tad, y  entró  en  todo  D.  Antonio  de  Men- 
doza, su  compañero,  por  una  cosa  bien 
niña  y  que  esperamos  tendrá  remedio,  por 
ser  muy  buena  persona  el  caido  y  muy 
bien  quisto,  si  bien  no  lo  es  menos  el  que 
en  su  lugar  ha  entrado. 

Hizo  Su  Majestad  merced  de  volver  la 
Alcaidía  de  la  Alhambra  al  marqués  de 
Mondéjar,  que  los  años  pasados  le  hablan 
quitado.  Dio  título  de  Conde  á  D.  Fran- 


320    CARTAS  DE  ANDBES  DE  MENDOZA. 

cisco  de  Eraso,  y  á  D.  Francisco  Dávila, 
primo-hermano  del  de  Olivares,  y  al  señor 
de  Valdonquillo,  y  á  D.  Antonio  de  Cór- 
dova,  y  á  D.  Pedro  Niño,  el  de  Toledo. 

La  Comisaría  de  Cruzada  al  Arzobis- 
po de  Zaragoza.  Capellán  y  limosnero  á 
un  hermano  del  duque  de  Medina. 

Al  marqués  de  Charela  han  dado  título 
de  España,  y  en  Zaragoza  presentó  la 
ciudad  una  bolsa  con  diez  mil  escudos  á 
su  Majestad  y  un  sin  número  de  cosas  de 
comer.  A  23  deste  quitó  su  Majestad  todo 
el  Consejo  de  Hacienda  y  Tribunal  de 
Contaduría  mayor,  y  ha  puesto  de  nuevo 
á  D.  Francisco  Dávila,  á  D.  Juan  de  Casti- 
lla, á  D.  Francisco  de  Boorques,  hijo  del 
Oidor,  y  sólo  quedó  Ipeñarrieta.  Esto  es 
lo  más  digno  de  memoria  que  al  presente 
puedo  avisar  en  esta  relación,  que  se  im- 
prime á  los  27  de  Enero  de  1626. 


CARTA  DÉCIMASÉTIMA. 


A  7  de  Enero  deste  año  1626,  partió 
su  Majestad  desta  Corte  á  Zarago- 
za, llevando  en  su  compañía  al  se- 
ñor Infante  D.  Garlos  y  algunos  Grandes, 
Titulados  y  Caballeros,  así  de  los  Conse- 
jos de  Estado  y  Guerra,  como  de  su  casa. 
Siguióle  también  el  Consejo  de  Aragón  y 
parte  de  los  soldados  de  las  tres  guardas; 
los  sucesos  de  la  jornada  y  de  las  tres 
Cortes  saldrá  impreso.  Todo  se  concluyó 
brevemente,  y  su  Majestad  volverá  á  esta 
Villa  muy  presto  á  dar  orden  en  las  cosas 
de  paz  y  guerra,  porque  el  Palatino,  como 
despojado  de  sus  Estados,  convoca  á  todos 
los  Príncipes  herejes  para  que  le  ayuden 
á  cobrarlos.  Con  este  color  han  hecho  los 
herejes  una  gran  liga,  que  toda  ella  cons- 
pira contra  España  y  casa  de  Austria, 
por  ser  freno  de  sus  diabóHcas  intencio- 
nes y  trazas;  en  ella  entran  el  Rey  de  In- 
glaterra, cuñado  del  Palatino,  el  de  Dina- 


322  CiRTAS  DE 

marca,  el  de  Suecia,  el  duque  de  Saboya, 
duque  de  Pomerania,  Bethlengabor,  tirano 
de  Transilvania;  los  holandeses,  venecia- 
nos,y  algunas  ciudades  Anseáticas  de  Ale- 
mania. Los  desta  liga  enviaron  Embajado- 
res al  Turco  para  impedir  las  paces  con  el 
Emperador,  y  al  fin  se  concluyeron  por 
diez  años. 

El  de  Dinamarca  empezó  luego  á  po- 
ner en  ejecución  lo  capitulado  con  los  de 
la  liga  herética  (que  ellos  llaman  de  la 
Religión),  y  levantó  por  la  primavera  de 
625 un ejércitode veinte  mil  hombresydiez 
mil  caballos;  y,  marchando  hacia  el  Palaii- 
nado,  el  conde  Tilli,  Capitán  general  del 
duque  de  Baviera,  y  General  del  Ejército 
de  la  Liga  Católica,  le  salió  al  encuentro 
y  le  desbarató  dos  veces,  y  en  la  una  mató 
al  duque  de  Saxa,  pariente  muy  cercano 
del  duque  de  Sajonia,  el  cual  se  habia  re- 
conciliado tres  veces  con  el  Emperador. 
Últimamente  vino  nueva,  en  15  de  Di- 
ciembre de  625 ,  que  el  conde  de  TiUi 
pasó  á  cuchillo  diez  y  siete  compañías  de 
caballos  y  mucha  infantería  en  una  bata- 
lla que  se  dieron;  cogió  el  Estado  de  Brans- 
uic  y  el  de  Alberstat,  cuyo  Obispo  mató, 
y  quedaba  haciendo  una  fortaleza  muy 
grande  en  la  junta  del  rio  Rhin  y  Mosa, 
con  que  quita  el  comercio  á  los  hoian- 


ÁNtRES  DE   MENDOZA.  323 

deses  con  las  ciudades  Anseáticas  y  otras 
tierras  del  Imperio,  que  les  importa  gran 
suma  cada  año. 

El  de  Inglaterra  casi  al  mismo  tiempo 
estaba  aprestando  una  gruesa  armada  de 
ciento  treinta  navios,  y,  por  no  declararse 
por  enemigo,  puso  en  todos  los  navios  las 
armas  del  Palatino.  Tardóse  mucho  en  sa- 
lir, con  ocasión  de  una  gran  peste  que  hu- 
bo en  Inglaterra;  en  el  ínterin  hubo  tiem- 
po para  fortificar  los  puertos  y  fronteras 
destos  Reinos,  á  donde  su  Majestad  hizo 
llevar  municiones  y  conducir  gente.  Hicié- 
ronse  muchos  galeones  nuevos,  de  los 
cuales  es  General  Tomás  de  Laraspuru,  y 
son  más  de  sesenta  fuera  de  los  que  don 
Fadrique  trujo  de  la  toma  del  Brasil.  Los 
catorce  son  del  Reino  de  Portugal,  decio- 
cho  de  Vizcaya,  nueve  de  los  flamencos 
de  Sevilla  y  los  demás  de  su  Majestad. 

Acabada  de  apercibir  su  Armada  el 
Ingles  en  el  puerto  de  Plemoa,  la  despa- 
chó en  24  de  Octubre,  y  tuvieron  tan  feliz 
viaje,  que  llegaron  á  Cádiz  víspera  de 
Todos-Santos; y,  aunque  la  señora  Infanta 
despachó  luego  correo,  llegó  antes  el  ene- 
migo, con  que  turbó  notablemente  la  ciu- 
dad de  Cádiz.  Tocaron  á  rebato,  y  acu- 
dieron luego  los  de  Xerez  y  otros  pueblos 
á  la  puente  de  Zuazo,  y  la  defendieron 


5^4  CiRTAS   DE 

valerosamente;  don  Fernando  Girón  puso 
luego  la  gente  de  Cádiz  en  orden  para  re- 
sistirlos. Lo  primero  que  hizo  el  enemigo 
fué  batir  el  fuerte  del  Puntal,  y  se  apode- 
raron presto  del  por  faltar  la  munición  á 
los  nuestros;  echaron  en  tierra  mucha 
gente,  caballos  y  artillería.  Al  segundo 
dia  se  comenzaron  á  atrincherar,  y  estu- 
vieron algunos  dias  sin  hacer  nada  por  lo 
mucho  que  llovia.  En  el  ínterin  llegó  gran 
multitud  de  gente  de  todas  partes;  toda  la 
nobleza  desta  Corte  fué,  y  algunos  en  ma- 
chos de  albarda  por  no  hallarse  otra  cosa. 
El  duque  de  Fernandina,  General  de 
las  galeras  de  Sicilia  y  Ñapóles,  se  reco- 
gió al  Puerto  de  Santa  María,  donde  el 
primer  dia  pasó  á  vista  de  los  enemigos 
seis  cientos  hombres  á  Cádiz,  y  después 
todo  lo  necesario.  El  duque  de  Medina- 
Sidonia  ha  andado  muy  liberal  en  esta 
ocasión,  dando  á  todos  los  soldados  un 
real  cada  dia;  y  la  santa  Iglesia  de  Sevilla 
daba  cada  dia  cien  fanegas  de  pan  cocido  á 
los  cercados,  n  que  acudió  un  canónigo.  De- 
sesperados los  Ingleses  de  hacer  nada,  al  oc- 
tavo dia  se  quisieron  embarcar;  acometió 
D.  Fernando  Girón  á  cinco  mil  dellos  con 
seis  cientos  soldados  de  los  nuestros,  y  les 
pegaron  con  tanto  denuedo,  que  mataron 
más  de  doscientos,  y  se  ahogaron  muchos 


ANDRÍS  DR   MENDOZA.  325 

con  la  priesa  con  que  los  hacían  embarcar. 
Salieron  de  la  bahía  en  busca  de  la 
flota,  la  cual  venía  á  reconocer  en  el  mis- 
mo tiempo  el  Cabo  de  San  Vicente,  como 
los  enemigos;  fué  Nuestro  Señor  servido 
que  se  levantase  una  borrasca  que  echó 
los  nuestros  hacia  África,  y  los  enemigos 
á  otra  parte,  y  fué  milagro  no  verla,  por- 
que pasaron  medio  grado  una  armada  de 
otra.  La  nuestra  llegó  libre  á  Cádiz  cua- 
tro dias  después  de  salido  el  enemigo,  sin 
haber  encontrado  aviso  alguno  de  más 
de  cuarenta  que  le  despacharon.  Lo  que  se 
ha  sabido  pretendían  los  Ingleses  era  co- 
ger los  navios  de  D.  Fadrique,  que  sabían 
venían  derrotados  del  Brasil,  y  después  á 
Cádiz,  y  hacerse  fuertes  en  aquella  ciudad, 
para  desde  allí,  con  socorro  de  otras  par- 
tes, conquistar  á  Andalucía,  que  les  pare- 
cía no  tenía  dificultad.  Su  Majestad  ha 
sentido  en  extremo  este  desacato,  por 
haber  venido  los  Ingleses  como  piratas, 
sin  denunciar  guerra,  y  por  la  ingratitud 
de  aquel  Rey,  á  quien  acarició  y  regaló 
tanto  en  esta  Corte.  Quíntase  gente  muy 
apriesa  en  toda  España,  y  se  hacen  galeo- 
nes en  muchas  partes,  que  su  Majestad  dice 
quiere  hacer  una  gruesa  Armada  para  en- 
frenar á  los  herejes;  y  en  orden  á  esto  ha 
hecho  las  provisiones  siguientes:  Al  In- 


3^6  CARTAS  DB 

fante  D.  Carlos,  Generalísimo  de  mar  y 
tierra;  al  conde  de  Olivares,  Capitán  ge- 
neral de  la  caballería;  á  D.  Agustín  Mesía, 
Capitán  general  de  todo  el  ejército;  por 
Proveedor  y  Comisario  general  á  Juan  de 
Pedroso;  plaza  de  armas  en  Llerena  de 
Extremadura;  á  D.  Diego  Mesía,  primo 
hermano  del  conde  de  Olivares,  Maestre 
de  Campo  general;  á  D.  Pedro  de  Toledo, 
á  Barcelona  por  Capitán  general  de  mar 
y  tierra;  al  marqués  de  Belmar,  á  Aragón 
á  conducir  un  tercio;  al  marqués  de  los 
Velez,  á  Murcia  por  Capitán  general;  al 
conde  de  Lemos  á  Galicia,  y  al  conde  de 
Santisteban  á  levantar  gente  en  el  Obis- 
pado de  Jaén  y  Reino  de  Granada.  Su 
Majestad  ha  mandado  que  todos  los  Obis- 
pos, Comendadores  y  Caballeros  de  las 
Órdenes  tengan  á  puoto  las  lanzas  que 
tienen  obligación  de  dar. 

El  de  Suecia  levantó  en  Junio  pasado 
de  625  un  ejército  de  veinte  mil  hombres; 
al  mismo  tiempo  se  previno  el  Polaco,  su 
vecino,  juntando  mucha  gente  de  cosacos 
y  polacos  para  defenderse.  Presentóle  la 
batalla*,  desbaratóle  y  le  mató  mucha  gen- 
te, y  prendió  á  muchos  señores  Suecos;  y 
ocho  navios  de  guerra  que  enviaba  el  Rey 
de  Suecia  al  de  Dinamarca,  con  una  tem- 
pestad, se  derrotaron  y  perdieron. 


ÁNDBES  DE   MENDOZA.  327 

El  duque  de  Saboya,  con  ayuda  de 
Francia  y  de  los  Venecianos  (los  cuales 
le  dan  del  tesoro  de  San  Marcos  cien  mil 
ducados  cada  mes),  pretendió  coger  á  Ge- 
nova y  saquearla,  que  dicen  es  la  bolsa  de 
España.  Hiciéralo,  si  el  duque  de  Feria, 
Virey  de  Lombardía,  y  el  marqués  de 
Santacruz,  General  de  las  Galeras  de  Sici- 
lia y  Ñapóles,  no  se  lo  impidieran»  porque 
habia  cogido  toda  la  campaña  del  Ginove- 
sado.  Echáronle  luego  della,  y  le  han  des- 
truido gran  parte  de  los  lugares  abiertos 
del  Piamonte.  Cercóle  el  duque  de  Feria 
la  ciudad  de  Berrua,  y,  por  haber  llovido 
mucho  y  ser  el  principio  del  invierno,  le 
fué  forzoso  retirarse;  hízolo  con  grande 
destreza  y  ardiz,  enviando  lo  primero  la 
artillería  á  Milán  por  «1  rio  Pó,  y,  que- 
riendo retirar  la  infantería,  dejó  ochocien- 
tos caballos  en  emboscada.  Viendo  los  cer- 
cados ir  la  infantería,  salió  una  gran  multi- 
tud dellos,  y,  ya  que  estaban  cebados  en 
ofender  la  retaguardia,  dieron  los  caballos 
de  repente  sobre  ellos,  y  mataron  muchos, 
y  los  demás  huyeron  á  la  ciudad.  El  mar- 
qués de  Santacruz,  con  la  gente  de  las 
galeras,  tuvo  otra  refriega  con  el  Prín- 
cipe Thomas,  y  le  desbarató  y  quemó  tres 
lugares,  habiéndolos  saqueado. 

El  duque  de  Boquingan,  Privado  del 


3l8  CARTAS   DE 

Rey  de  Inglaterra,  fué  á  Holanda  por  No- 
viembre de  625,  dicen  que  para  hacer  otra 
armada,  para  estorbar  á  los  navios  de 
Dunquerque  las  correrías  y  presas  que 
continuamente  les  hacen,  porque  con  ellos 
no  tienen  navio  seguro  en  aquellos  mares; 
para  alcanzar  esto,  ofrecia  Boquingan  á 
los  Estados  cuarenta  mil  hombres,  con  con- 
dición que  el  Palatino  fuese  General  dellos, 
y  que  tomasen  por  protector  al  Rey  de 
Inglaterra.  Los  holandeses  olieron  el  pos- 
te, y  echaron  de  ver  no  pretendian  otra 
cosa  que  hacer  Señor  de  Holanda  al  Pa- 
latino, con  lo  cual  le  despidieron  sin  efec- 
tuar nada.  E\  duque  de  Pomerania  envia- 
ba seis  mil  hombres  de  socorro  al  Rey  de 
Dinamarca,  tuvo  aviso  el  Polaco,  y  puso 
mucha  caballería  de  cosacos  en  celada,  y 
los  pasaron  á  cuchillo  casi  todos. 

Salida  la  armada  de  Inglaterra,  que* 
daron  sesenta  velas  holandesas  en  el  Canal 
para  estorbar  la  salida  á  los  nuestros  de 
Dunquerque,  pero  Nuestro  Señor  fué  ser- 
vido de  enviarles  una  tempestad  tan  gran- 
de, cual  jamás  han  visto  los  vivos  en 
aquellas  partes,  que  excepto  á  cinco,  to- 
dos los  demás  hundió,  con  lo  cual  los  de 
Dunquerque  tuvieron  el  paso  libre,  y  fue- 
ron á  la  pesquería  de  Noruega,  donde  co- 
gieron dos  navios  de  guerra  de  holande- 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  329 

ses  y  hundieron  más  de  cuatrocientas  bar- 
cas que  estaban  asidas  unas  con  otras  ten- 
didas las  redes,  muy  descuidadas.  Desde 
allí  tomaron  su  derrota  á  la  otra  pesque- 
ría que  los  ingleses  y  holandeses  tienen  en 
Terranova,  donde  hallaron  tres  navios  de 
guerra  en  guarda  de  las  barcas,  y  á  todas 
las  hundieron,  y  de  los  tres  navios  uno 
cogieron,  el  otro  huyó,  y  el  tercero  por 
no  rendirse  se  quemó.  Con  lo  cual  se  vol- 
vieron á  Flándes  cargados  de  despojos,  y 
trajeron  algunos  capitanes  muy  afamados 
de  los  holandeses;  y  dicen  importa  la 
pérdida  más  de  tres  millones.  Todas  las 
ciudades  de  Flándes,  con  licencia  de  su 
Majestad,  arman  navios,  y  los  de  Ostende 
cogieron  en  8  de  Diciembre  de  625  dos 
navios  de  Ingleses,  uno  cargado  de  mer- 
cadurías y  otro  de  guerra  con  seiscientos 
soldados  y  cuarenta  piezas,  que  era  la 
estafeta  de  aquellas  partes. 

En  8  de  Enero  de  626  vino  nueva  que 
el  marqués  de  Santa  Cruz,  con  los  solda- 
dos de  Genova,  cogió  al  Saboyano  tres 
lugares:  á  Ormea  cogieron  de  repente,  y 
los  soldados  se  recogieron  al  castillo,  y 
viendo  no  les  iba  socorro,  se  rindieron; 
Garesio  y  Cheva  fueron  puestos  á  saco,  y 
viendo  el  Marqués  no  los  podia  sustentar, 
les  hizo  arrasar  las  murallas. 


330  CARTAS  DE 

En  20  de  Enero  vino  nueva  que  los 
Caballeros  de  Malta  cogieron  un  galeón 
turquesco  con  gran  suma  de  mercaderías, 
y  que  Su  Santidad  habia  beatificado  al 
santo  fray  Feliche  de  Cantalicio,  religio- 
so capuchino;  y  que  el  Emperador  estaba 
en  Hungría,  teniendo  Cortes  en  aquel 
Reino,  y  que  coronaron  á  su  hijo  por  Rey, 
con  grandes  fiestas  y  regocijos.  Y  propo- 
niéndoles su  Majestad  Imperial  cuatro, 
para  que  escogiesen  uno  por  Palatino,  es- 
cogieron al  conde  Estrasi ,  que  no  fue 
ocasión  de  menor  alegría,  por  ser  gran 
católico  y  hombre  de  grandes  partes;  y  á 
petición  de  su  Majestad  Imperial  volvie- 
ron á  las  iglesias  las  haciendas  que  les  te- 
nian  usurpadas  los  herejes. 

En  21  de  Enero  vino  aviso  de  Ingla- 
terra que  la  Armada  inglesa  habia  llegado 
muy  mal  parada.  El  mismo  dia  vino  nue- 
va que  los  cosacos  del  Rey  de  Polonia  y 
los  tártaros  hicieron  una  grandiosa  cor- 
rería en  las  tierras  del  Turco,  y  trujeron 
muchos  despojos  y  cautivos;  y  que  yendo 
ciento  cincuenta  caballeros  nobles  ingleses 
á  holgarse  la  Pascua  de  Navidad  con  el  Pa- 
latino, que  está  en  Holanda,  los  cogieron 
los  navios  de  Dunquerque,  y  les  ha  de  cos- 
tar el  rescate  mucha  suma. 

A  D.  Diego  de  Guzman,  Patriarca  de 


ANDRÉS   DE    MENDOZA.  33  I 

las  Indias,  han  hecho  Arzobispo  de  Sevi- 
lla, y  con  lo  que  él  tenía  han  acomodado 
los  siguientes:  Al  Inquisidor  general,  don 
Andrés  Pacheco,  dieron  el  Patriarcado, 
con  solos  dos  mil  ducados  de  renta  (el 
cual  no  lo  gozó,  porque  murió  lunes  6  de 
Abril  á  las  tres  de  la  mañana;  llevaron  su 
cuerpo  á  la  Puebla,  donde  se  mandó  de- 
positar hasta  que  se  acabe  el  convento  que 
dotó  y  fundaba  en  Cuenca,  de  Carmelitas 
descalzos),  y  de  los  doce  mil  ducados  que 
son,  han  repartido  los  diez  mil  entre  Car- 
denales de  Roma:  al  Arzobispo  de  Zara- 
goza, que  fué  Prior  del  Escurial,  han  dado 
la  Cruzada:  á  D.  Alonso  de  Guzman,  hijo 
del  duque  de  Medina-Sidonia,  Limosnero 
y  Capellán  mayor  de  su  Majestad,  y  una 
canongía  de  Toledo  que  tenía  el  Carde- 
nal de  la  Cueva.  El  Obispado  de  Plasen- 
cia,  que  vacó  por  D.  Sancho  Davila,  se 
dio  á  D.  Francisco  de  Mendoza,  Obispo 
de  Málaga.  El  Oidor  Melchor  de  Molina 
ha  tomado  residencia  secreta,  desde  el 
año  623,  á  los  del  Consejo  de  Hacienda,  y 
há  muchos  dias  que  se  rugia  hablan  de 
jubilar  algunos;  difiriólo  su  Mejestad 
hasta  principio  del  mes  de  Enero  deste 
año,  que  desde  Guadalaxara  envió  las  ór- 
denes siguientes,  que  jubilaba  á  los  del 
Consejo  de  Hacienda  siguientes:  D.  Pedro 


332  CARTAS  DC 

Mesía  de  Tobar,  Juan  de  la  Serna,  Juan 
de  Soria,  Miguel  de  Peñarrieta.  Los  dos 
Secretarios,  que  son  Pedro  de  Lezama  y 
Juan  Rodríguez  Nuñez,  quedan  con  sus 
gajes.  Los  que  entraron  son  los  siguien- 
tes: Gilimon  de  la  Mota,  del  Consejo  Su- 
premo, por  Contador  mayor  y  con  preemi- 
nencias de  Presidente;  los  demás  Conta- 
dores mayores  son,  D.  Francisco  Davila, 
marqués  de  la  Puebla;  D.  Juan  de  Casti- 
lla, D.  Antonio  de  Bohorques,  D.  Baltasar 
de  Álamos,  y  por  Secretario  con  primer 
voto  Miguel  de  Peñarriera,  y  D.  Juan  de 
Molina  por  Fiscal.  Para  el  título  de  provi- 
siones 6  libranzas  se  intitula  dicho  Con- 
sejo: «A  vos  el  mi  Contador  mayor,  Presi- 
dente y  Contadores  mayores  de  mi  Con- 
sejo de  Hacienda;»  y  éstos  no  han  de  durar 
más  de  dos  años,  como  se  declara  en  el 
juramento  que  se  les  tomó  de  fidelidad, 
para  que  no  sientan  cuando  su  Majestad 
los  quiera  promover  ó  quitar. 

A  D.  Juan  de  Villela,  Presidente  de 
Indias,  han  hecho  del  Consejo  de  Estado 
y  Sobreestante  de  los  Secretarios  de  este 
Consejo;  y  han  puesto  por  Gobernador 
del  Consejo  de  Indias  á  D.  García  de  Haro, 
hermano  del  marqués  del  Carpió,  persona 
de  grandes  partes.  Al  Secretario  Pedro  de 
Ledesma  han  hecho  Consejero  de  Indias, 


ANDRÉS  DE   MEND02A.  333 

y  en  su  oficio  entró  Antonio  González  de 
Legarde.  En  esta  villa  de  Madrid  murió 
el  gran  Prior  de  San  Juan  D.  Diego  Bro- 
chero;  su  cuerpo  fué  llevado  á  Salamanca 
al  convento  de  los  religiosos  Mínimos. 

Su  Santidad  crió  en  el  Consistorio,  en 
15  de  Enero,  doce  Cardenales,  que  son  los 
siguientes:  A  Monseñor  Patriarca  Caeta- 
no;  al  Arzobispo  de  León,  de  Francia;  al 
Arzobispo  de  Praga,  de  Alemania;  al  Ar- 
zobispo de  Damiata,  Nuncio  en  Francia; 
al  Obispo  de  Montefrascone,  Mayordomo 
de  su  Santidad;  al  Obispo  de  Remini,  de 
Venecia;  al  Obispo  de  Bergamo;  al  Obispo 
de  Gravino,  Nuncio  en  esta  Corte;  al  Au- 
ditor de  la  Cámara;  al  Datarlo  de  la  Rota; 
á  Monseñor  Briscia,  clérigo  de  la  Cámara; 
á  D.  Enrique  de  Haro  y  Guzman,  hijo  del 
marqués  del  Carpió. 

Desde  i6  de  Enero  deste  año  de  626 
hasta  17  de  Febrero  no  ha  cesado  de  llo- 
ver, y  han  sido  las  avenidas  de  los  ríos 
tan  furiosas,  que  se  han  llevado  muchos 
pueblos,  y  en  Salamanca  y  Sevilla  fueron 
los  daños  grandísimos,  no  sólo  derribando 
muchas  casas,  sino  parroquias  y  monaste- 
rios muy  fuertes, deque  andan  relaciones 
impresas. 

En  18  de  Febrero  vino  nueva  de  Flán- 
des  que  los  navios  de  Dunquerque  cogie- 


334  CARTáS    DE 

ron  cinco  de  holandeses  que  venían  de  la 
India  cargados  de  ricas  mercaderías,  y 
se  aprecian  en  un  millón. 

El  Cardenal  Legado  tomó  puerto  en 
Barcelona  con  muchos  Prelados  y  señores, 
en  ocasión  que  su  Majestad  se  hallaba  en 
aquella  ciudad,  y  le  fué  á  recebir  el  nuevo 
Cardenal,  Nuncio  de  su  Santidad,  con  gran 
acompañamiento.  En  su  compañía  vino  el 
nuevo  electo  General  de  San  Francisco, 
Fray  Bernardino  de  Sena,  natural  del 
Reino  de  Portugal.  La  señora  Infanta  doña 
Isabel  ha  enviado  de  Flándes  por  Emba- 
jador al  Príncipe  de  Gabas,  conde  de 
Egmont,  gran  señor  en  aquellos  Estados; 
entró  en  esta  Corte  con  buen  acompaña- 
miento. Tiene  gran  casa  y  ostentación,  y 
se  entiende  será  de  grande  efecto  su  em- 
bajada. 

Ht'ínse  proveído  para  el  Pírü  las  plazas 
siguientes:  La  Presidencia  de  Chile,  ádon 
Francisco  de  Yrazabal;  Corregidor  de  Are- 
quipa, á  D.  Pedro  de  Jarava;  Corregidor  de 
Guamanga,  á  D.  García  Osorio  de  Valdcs; 
Corregidor  de  la  Paz,  á  D.  Antonio  Mogo- 
llón de  Ribera;  Corregidor  de  Truxillo,  á 
D.  Juan  de  Losada;  Corregidor  de  Yca,  á 
D.  Diego  de  Cárdenas;  Corregidor  de  Loxa, 
á  D.  Antonio  Ortiz  de  Espinosa;  Corregi- 
dor de  Cuenca,  á  D.  Alvaro  de  Zuñiga; 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  335 

Corregidor  de  San  Marcos  de  Arica,  á  don 
Diego  Enriquez;  Corregidor  de  Guaya- 
quil, áD.  Francisco  deNavarrete;  Oidores 
de  Panamá,  al  licenciado  D.  Sebastian 
Alvarez  de  Aviles  y  al  doctor  D.  Miguel 
de  Miñaca;  Tesorero  del  Cuzco,  á  Manuel 
de  Guevara,  que  lo  era  de  la  Paz,  y  la  Te- 
sorería de  la  Paz,  á  Fermín  de  Elcarte;  Te- 
sorero de  la  Concepción  de  Chile,  á  Diego 
Martinez  de  Prado,  que  lo  era  de  Tucu— 
man;  Tesorero  de  Loxa,  á  Agustín  Delga- 
do de  Segovia;  Sargento  mayor  de  Carta- 
gena, á  D.  Antonio  Maldonado  de  Tejada; 
Corregidor  de  Quito,  á  D.  Antonio  Carre- 
ro de  Valderrábano. 

Chantre  de  Guamanga,  al  doctor  Juan 
Nuñez  Mexía,  canónigo;  Arcediano  de  Pa- 
namá, á  D.  Alonso  de  Pareja,  Chantre, 
y  Sochantre  á  Jorge  de  Montalvo,  Maestre- 
escuela; dos  Raciones  de  los  Charchas,  la 
una  al  Doctor  Juan  de  Vargas,  y  otra  á 
PVancisco  Gil  Negrete;  dos  Raciones  del 
Nuevo  Reino,  al  Licenciado  Miguel  Geró- 
nimo de  la  Cerda  y  Maestro  Alonso  Ruiz 
de  Baena  Castillejo;  Canongía  de  la  Con- 
cepción de  Chile,  al  Bachiller  Juan  de 
Aranguiz;  la  Tesorería  de  Santa  Marta  ú 
Alexo  Rodríguez,  canónigo. 

En  la  Nueva-España  han  hecho  Obispo 
de  Traxcala  al  Doctor  Gutierre  Bernardo 


336  CARTAS  DE 

de  Quirós,  Inquisidor  de  Toledo;  Racio- 
nero de  México,  al  doctor  León  Lasso  de 
la  Vega.  Dieron  media  Ración  de  Traxcala 
al  doctor  Diosdado;  Arcediano  de  Vene- 
zuela al  doctor  D.  Diego  Suarez  de  Apon- 
te; Ración  de  Santo  Domingo,  al  licen- 
ciado Gerónimo  de  Alcocer.  Salió  por 
Oidor  de  México  el  licenciado  Miguel 
Ruiz  de  la  Torre,  Alcalde  que  era;  por 
Gobernador  de  Cumana  D.  Christóbal  de 
Guiño;  Alcalde  mayor  de  los  Suchitepe- 
ques  hicieron  á  D.  Bartolomé  Estupiñan, 
y  Alcalde  de  México  al  licenciado  D.  Gas- 
par de  Bedoya  Carvajal. 

Los  Procuradores  de  Cortes  de  las  Co- 
ronas de  Castilla  y  León,  con  voto  de  las 
ciudades,  han  concedido  doce  millones  á 
su  Majestad  pagados  en  seis  años,  y  para 
su  paga  imponen  uno  por  ciento  en  todas 
las  cosas  que  se  vendieren  y  trocaren,  sin 
haber  cosa  reservada,  excepto  el  pan  co- 
cido; en  los  anclajes  de  los  navios  en  los 
puertos;  dos  reales  en  cada  hanega  de  sal, 
y  dos  reales  en  cada  resma  de  papel  blan- 
con  ordinario,  en  la  de  marquilla  seis,  en 
la  de  marca  mayor  doce;  esto  es  de  lo  que 
viene  de  fuera  del  Reino,  que  lo  que  en  él 
se  labra  es  más  barato.  Para  esto  saca  por 
condición  que  en  veinte  años  no  se  labre 
moneda  de  vellón,  y  otras  cosas  muy  im- 


ANDRÉS    DE   MENDOZA.  337 

portantes  al  bien  común.  Hácense  infor- 
maciones de  la  santidad  de  la  sierva  de 
Dios  doña  Luisa  de  Carvajal,  señora  muy 
principal,  nacida  en  la  villa  de  Jaraicejo 
de  Extremadura,  cuyo  cuerpo  está  en  el 
monesterio  de  la  Encarnación  de  Madrid: 
murió  en  prisión  en  Inglaterra  por  predi- 
car la  Fé  de  Christo,  etc. 

De  Madrid,  á  15  de  Abril,  1626. 


a 


APÉNDICE. 


SUMARIO 

DE  LAS  NUEVAS  DE  LA  CORTE,  Y  PRINCIPIOS 

DEL  NUEVO  GOBIERNO  DE  LA  CATÓLICA 

MAJESTAD  DEL  REY  DON  FELIPE  IV 

NUESTRO  SEÑOR. 

TRATEMOS  agora  del  Rey  nuevo,  del  cual 
digo  que  en  menos  de  ocho  dias  ha  he- 
cho y  dicho  cosas  extrañas  de  gran  pe- 
cho ;  están  todos  contentísimos.  Luego  que  mu- 
rió su  padre,  envió  á  la  Reina,  y  á  la  Infan- 
ta, y  el  Cardenal,  sus  hermanos,  á  las  Descalzas, 
y  él,  con  D.  Carlos  su  hermano,  se  fué  á  San 
Gerónimo,  á  estar  la  Semana  Santa.  Yendo  en  el 
coche  le  sucedió  un  caso  de  verdadero  cristiano, 
y  fué  que  llevaban  el  Santísimo  Sacramento  á  un 
enfermo;  apeóse  con  su  hermano,  haciendo  lo 
mismo  los  Grandes  que  le  acompañaban,  y  todos 
fueron  y  vinieron  acompañando  al  Señor  hasta 
dejarle  en  la  iglesia  de  Santa  Cruz,  y  mandó  dar 
doscientos  ducados  para  la  cera  y  ciento  al  en- 
fermo, por  ser  pobre,  y,  acabado  esto,  le  dieron 
un  memorial  cerrado  en  la  misma  iglesia,  y  luego 
le  abrió,  y  pidiendo  luz  le  leyó  y  le  metió  en  el 
pecho,  cosa  que  á  todos  causó  admiración  y  con- 
tento. 

Fué  la  Infanta  María  á  la  nueva  Reina,  j. 


342  CARTAS   DB 

echándose  á  sus  pies,  la  dijo  llorando:  Ya  vuestra 
Majestad  es  Reina  de  España,  gózelo  muchos 
años  con  más  ventura  que  mi  madre;  yo  me  huel- 
go en  el  alma  de  tener  por  Reina  á  quien  tanto 
adoro,  aunque  me  hallo  huérfana  de  padre  y 
madre;  palabras  que  causaron  gran  sentimiento 
y  dolor.  Y  luego  la  Reina  la  levantó  dándola 
muchos  besos  y  abrazos,  y  diciéndola  que  ella 
era  y  había  de  ser  la  Reina,  y  estuviese  cierta 
que  no  habia  de  echar  menos  á  su  padre  y 
madre. 

Luego  los  Infantes  fueron  á  besar  la  mano 
al  nuevo  Rey,  el  cual  los  abrazó  y  consoló  dl- 
ciéndoles,  que  si  hasta  allí  les  habia  tenido  por 
hermanos,  ahora  les  ternia  por  hijos,  y  ellos  á  él 
por  hermano  y  padre,  y  que  echarían  de  ver  lo 
mucho  que  por  ellos  hacia;  y  con  esto  se  fueron 
á  sus  cuartos,  adonde  les  fué  á  ver  con  grandes 
muestras  de  amor  y  afabilidad. 

Luego  mandó  enviar  un  recado  muy  honra- 
do á  la  de  Gandía,  diciéndola,  que,  pues  su  abuelo 
la  habia  señalado  para  camarera  de  su  madre,  y 
que  se  lo  habían  quitado  sin  culpa,  se  lo  restituía, 
la  hacía  de  la  Reina  su  mujer;  fueron  por  ella 
muchos  grandes  y  señores,  y  la  trujeron  con 
grandísimo  acompañamiento. 

Ha  hecho  el  Rey  dos  Consejos,  hallándose  en 
ellos,  y  dicho  que  se  guarden  las  órdenes  y  cos- 
tumbres del  Rey  su  abuelo,  y  que  no  ha  de  tener 
más  oficios  que  su  abuelo  tuvo;  ha  dicho  que  le 
han  de  dar  cuenta  de  treinta  mará  vedis  de  su 
servicio;  ha  quitado  sesenta  Contadores  del  Con- 
'^K>>  y  dejado  solamente  ocho.  Ha  dicho  que  está 


ANDRÉS   DE   MENDOZA.  343 

pobre  y  todos  sus  criados  ricos,  y  que  solos  los 
hombres  de  pluma  labran  casas  y  son  estimados, 
y  que  ningún  soldado,  capitán,  ni  Maestre  de 
Campo,  ve  labrar  casas  en  Madrid;  y  así  ha  co- 
menzado á  premiar  este  género  de  personas, 
para  que,  con  la  codicia  del  premio,  se  alienten 
á  servirle.  Dio  á  un  soldado  de  Milán  tres  mil 
ducados  de  renta,  que  habiendo  servido  muchos 
años,  no  le  dio  el  duque  de  Lerma  siquiera  una 
ventaja.  Los  oficios  y  plazas  impertinentes  que  ha 
quitado  importan  más  de  doscientos  mil  duca- 
dos por  cada  un  año.  Dijo  que  su  Confesor  no 
haga  más  de  confesar,  que  los  Reyes  no  habian 
menester  privados,  y  que  para  consejos  ahí  esta- 
ban sus  consejeros,  y  para  entretenerse  que  ahí 
estaba  su  mujer  y  hermanos  á  quien  él  ama 
como  á  sí  mismo,  y  que  solo  sirva  D.  Baltasar  de 
Zúñiga  de  recoger  los  memoriales  y  hacerle  rela- 
ción, que  él  ha  de  ser  el  que  los  ha  de  despachar; 
y  ha  tomado  á  pecho,  que  de  ordinario  está  en- 
tendiendo en  negocios  y  papeles. 

El  sábado,  víspera  de  Ramos,  pidió  el  pleito 
de  Calderón,  y  habiéndole  visto,  y  estado  tres 
horas  con  los  del  Consejo  y  los  jueces  de  esta 
causa,  dijo  con  gran  resolución:  Haced  justicia 
deste  hombre  y  abreviad  con  él.  Ha  dicho  que 
en  su  casa  nadie  ha  de  tener  oficios  doblados,  y 
envió  luego  á  decir  al  Patriarca,  que  de  los  que 
tenía  escogiese  el  que  le  pareciere  mejor  y  deja- 
se los  demás. 

Ha  mandado  su  Majestad  á  D.  Baltasar  de 
Zúñiga  que  las  Audiencias  las  dé  públicamente, 
y  así  sale  á  darla  á  cuantos  le  quieren  hablar;  y 


344  CARTAS  DB 

le  dijo  que  á  nadie  oyese  en  su  aposento,  y  que 
luego  se  le  hiciese  relación  para  despachar  á  los 
negociantes,  porque  no  quiere  que  en  la  Corte 
gasten  sus  años  y  haciendas.  Entró  un  sobrino 
del  Conde  de  Salazar,  que  le  hereda  y  tiene  su 
padre  en  Flandes  y  ha  servido  mucho  al  Rey,  y 
dijo:  Señor,  el  Conde,  mi  tio,  es  muerto,  y  vacó 
su  Encomienda,  suplico  á  Vuestra  Majestad  me 
haga  merced  della  por  los  servicios  de  mi  padre 
y  tio;  á  lo  cual  respondió  el  Rey:  Por  los  de 
vuestro  tio  no,  por  los  de  vuestro  padre  si,  y  de 
muy  buena  gana  yo  os  hago  merced  della.  H» 
dicho  que  los  señores  y  caballeros  que  no  hicie- 
ren vida  con  sus  mujeres,  les  ha  de  desterrar 
del  Reino,  y  que  cada  uno  mire  como  vive  y  lo 
que  hace  porque  á  ninguno  piensa  perdonar,  y 
que  todos  vivan  como  cristianos.  Entró  su  so- 
brina de  la  Infanta  de  Lorena,  nieta  del  de  Sa- 
boya,  que  viene  á  ser  monja  á  las  Descalzas,  y 
la  hizo  gran  recibimiento,  disponiendo  las  cosas 
para  su  entrada  en  el  monasterio;  y  la  llevó  á  la 
nueva  Reina,  la  cual,  viendo  á  la  Infanta,  se  le 
renovó  el  sentimiento  de  la  muerte  de  su  padre» 
y  acudiendo  el  Rey  á  su  consuelo,  la  dijo:  Ami- 
ga y  señora,  no  tengáis  pena  ni  me  la  deis  á  mf, 
ni  queráis  que  yo  pierda  padre  y  esposa,  y  ad- 
vertid, señora,  que  si  habéis  perdido  un  padre 
Rey,  os  ha  dado  Dios  un  Rey  marido,  que  ootv 
su  favor  no  habéis  de  echar  menos  la  muerte  de 
mi  padre. 

Llevando  D.  Baltasar  de  Zúñiga  tres  memo- 
riales para  que  los  ñrmara  su  Majestad,  tocan- 
tes á  negocios  de  guerra,  proveidos  en  cortesa- 


ANDRÉS    DE   MENDOZA.  345 

nos,  le  preguntó  el  Rey:  ¿Por  ventura  no  hay 
soldados  en  esas  partes,  que  estén  sirviendo  ó 
hayan  servido,  á  quien  se  deben  dar  esos  ofi- 
cios? y  D.  Baltasar  respondió  que  sí,  y  el  Rey 
le  dijo:  Pues  no  lo  quiero  firmar,  dense  á  quien 
está  sirviendo  y  lo  merece,  que  con  eso  habrá 
quien  se  anime  á  servir  á  los  Reyes  si  se  tiene 
cuidado  de  premiarles.  Antonio  González  de  la 
Garda,  contador  de  su  Majestad,  dice,  que  mi- 
rando sus  libros  habia  hallado  una  partida  con- 
tra la  Real  Hacienda,  que  importaba  ochocien- 
tos mil  ducados,  en  favor  de  Octavio  Centurión 
Ginoves,  y,  descubriéndola ,  le  habian  querido 
tapar  la  boca,  y  porque  no  habian  podido,  le 
echaron  de  la  contaduría:  ha  estado  fuera  tres  ó 
cuatro  años,  ahora  se  dice  se  ha  descubierto  la 
partida,  y  que  se  le  han  embargado  al  Centurión 
cuarenta  y  siete  mil  ducados  de  renta  que  tenía 
sobre  la  Real  Hacienda,  que  su  principal  será 
ochocientos  mil  ducados.  A  D.  Bernabé  de  Vi- 
banco,  le  dijo  su  Majestad:  D.  Bernabé,  diez  años 
há  que  andáis  amancebado,  por  vida  vuestra 
que  os  vais  á  la  mano  y  os  enmendéis,  de  suerte 
que  yo  lo  entienda,  no  sea  esto  causa  que  des- 
doréis vuestros  buenos  servicios,  y  me  obliguéis 
á  que  os  envié  á  decir  lo  que  tengo  determinado 
sino  os  enmedais;  con  lo  cual,  echó  de  la  Corte 
la  ocasión  de  su  tropiezo  y  anda  más  justo  que 
una  bota  blanca.  Envió  á  llamar  al  Almirante,  y 
le  dijo:  Por  vida  vuestra  que  lo  pasado  sea  pa- 
sado, y  que  os  enmendéis  y  no  me  digan  de  vos 
lo  que  se  dice  en  la  Corte,  ni  andéis  en  compa- 
ñías que  os  estorben  entrar  en  Palacio;  con  lo 


34^  CARTAS    DE 

cual,  se  enmendó  de  manera,  que  luego  echó  de 
su  casa  á  todas  las  comediantas  y  demás  gente- 
cilla que  la  ocupaban,  y  vive  tan  solamente  en 
compañía  de  su  mujer,  que  había  mucho  se 
deseaba:  y  agora  dice  el  Almirante  por  donaire 
que  se  ha  metido  recoleto.  Un  capitán  que  ha- 
bla servido  á  su  Majestad  muchos  años  en  Flan- 
des,  adonde  actualmente  tiene  un  hijo  en  aque- 
llos Estados  sirviendo,  dio  memorial  á  su  Majes- 
tad, representándole  sus  servicios  y  de  su  hijo, 
pidiendo  le  hiciese  merced  para  su  hijo  de  un 
Castillo  que  habia  vacado  en  aquellos  Estados; 
el  Rey  tomó  el  memorial,  y  luego  llamó  al  don 
Baltasar  y  preguntó  si  conocía  á  aquel  capitán, 
y  respondió  que  sí,  y  que  habia  servido  en  Fian- 
des  muchos  años  valerosamente.  Su  Majestad 
preguntó  si  era  casado;  respondióle  que  no,  pero 
que  sabia  tenía  un  hijo  muy  valiente  soldado, 
que  actualmente  estaba  sirviendo  en  Flandes. 
—¿Estáis  bien  informado  deso?  Señor,  sí,  le  res- 
pondió, entonces  sacó  el  Rey  el  memorial  y  le 
mandó  le  diesen  lo  que  pedia,  y  le  escribiese  que 
sin  venir  á  la  Corte  ni  hacer  gastos  se  le  haría 
merced,  y  á  los  demás  que  lo  mereciesen:  con 
que  toda  la  gente  de  guerra  quedó  muy  alentada 
con  la  esperanza  del  premio.  Mandó  también  su 
Majestad,  que  no  se  le  abran  los  memoriales  que 
se  le  dieren  cerrados,  porque  no  gusta  que  lo  que 
se  le  avisa  en  secreto  lo  sepa  nadie;  con  lo  cual 
ningún  privado  recibe  memorial.  Quiere  grande- 
mente á  la  Reina,  nuestra  señora,  á  quien  visita 
y  consuela  muy  á  menudo,  mostrándola  grande 
amor  y  estimación,  habiéndola   con  palabras 


ANDRÉS   DR   MENDOZA.  347 

amorosas;  con  lo  cual,  muestra  el  deseo  que 
tiene  de  darle  gusto,  y  todos,  con  esto,  cobran 
mayor  reverencia  á  su  Majestad, 

Quejándose  el  marqués  de  Santa  Cruz,  que 
tiene  las  galeras  mal  paradas  y  mal  proveidas  y 
sin  dineros  para  pagar  la  gente,  le  respondió:  No 
os  de  pena,  marqués,  que  yo  haré  que  presto  so- 
bren dineros.  Y  tratándole  de  la  Valtelina,  que  le 
tomaron  al  conde  Palatino  pocos  meses  há,  dijé- 
ronle  que  se  quejaban  los  Príncipes  circunsveci- 
nos,  de  que  la  poseyese  su  Majestad;  á  lo  cual, 
respondió:  ¿Ya  no  es  mia?  pues  pídanmela  como 
quisieren  que  yo  la  defenderé,  y,  en  siendo  Dios 
servido  de  darme  un  hijo,  pienso  salir  á  campaña 
como  mi  abuelo.  A  D.  Podrigo Calderón  trajeron 
á  la  cárcel  pública  y  le  doblaron  las  prisiones, 
dicen  que  está  condenado  á  muerte.  Este  dia  pidió 
el  Rey  una  corona  y  cetro  de  cristal,  que  el  Duque 
habia  presentado  a  su  padre,  y  diciendo,  por  via 
de  donaire,  que  era  la  con  que  se  habia  de  coro- 
nar por  Rey  de  Ñapóles,  y,  tomándola  en  la  ma- 
no, dijo  parecia  buena  para  su  coronación.  El 
padre  Florencia  y  el  padie  Fray  Diego  López, 
el  Viernes  Santo  y  el  segundo  dia  de  Pasqua, 
hicieron  dos  sermones  á  su  Majestad,  sobre  como 
se  ha  de  gobernar,  que  dejaron  admirado  al  audi- 
torio y  con  gran  gusto,  por  haber  dicho  en  ellos 
muchas  verdades,  que  oyó  su  Majestad  con  gran 
gusto  y  atención;  y  salió  de  allí  con  gran  deseo  y 
ánimo  de  poner  en  ejecución  lo  que  habia  oido, 
y  envió  á  decir  al  padre  Florencia  y  al  padre  Fray 
Diego  López,  que  no  se  cansasen  ni  encogiesen 
en  decirle  verdades,  porque  él  no  se  cansaría,  ni 


34^  cabtás  db 

en  oírles  ni  en  enmendar  cuanto  oyese.  Lle- 
vando á  firmar  á  su  Majestad  una  merced  que 
había  hecho  su  padre ,  la  cual  no  pudo  firmar 
por  la  enfermedad  que  le  sobrevino,  y  pregun- 
tando, que  era  la  mereed  que  había  de  firmar, 
le  respondió  D.  Baltasar,  era  el  Principado  de 
Poblin.  ¿Cuánto  tiene  de  renta?  dijo  el  Rey;— de 
seis  mil  ducados  reza  la  merced  deste  decreto.— Y 
vos,  ¿qué  decís  que  renta?  ¿estáis  informado  de- 
11o?  No,  señor,  le  respondió;— pues  informaos  y 
avisadme  con  puntualidad.  Hízolo  y  avisó  como 
rentaba  sobre  cincuenta  mil  ducados;  á  lo  cual, 
respondió:  Así  informaban  á  mi  padre,  mejor  es 
esto  para  mi  hermano  D.  Carlos;  y  yéndose  á  su 
aposento,  y  hallándole  durmiendo,  le  despertó  y 
dijo:  Toma,  Carlos,  esta  merced  te  he  hecho 
para  agujetas,  que  vale  más  de  cincuenta  mil 
ducados  de  renta,  que  son  mejores  para  tí  que 
para  el  duque  de  Uceda,  y  yo  pondré  las  cosas 
de  manera,  siendo  Dios  servido,  que  se  vuelvan 
á  sus  lugares,  con  que  yo  me  desempeñe  y  mis 
Reinos  y  vasallos  no  estén  oprimidos.  Una  per- 
sona eclesiástica  fué  con  un  memorial  á  D.  Bal- 
tasar de  Zúñiga,  representándole  sus  partes, 
letras  y  servicios,  diciendo  que  había  sido  con- 
sultado tres  veces  para  un  obispado,  y  que  nunca 
se  lo  habian  dado,  suplicándole  intercediese  con 
su  Majestad  que  se  lo  diese;  estando  informando 
á  D.  Baltasar,  llegó  su  Majestad  y  preguntó  qué 
era  aquello,  y,  diciéndoselo  D.  Baltasar,  le  res- 
pondió su  Majestad:  Decidle,  que  digo  yo,  que, 
si  llovieseo  más  mitras  que  cuando  llueve  agua 
menuda,  no  cairia  ninguna  sobre  su  cabeza,  por- 


ANDRÉS  DE   MENDOZA.  349 

que  las  pensaba  dar  á  quien  se  las  volviese  des- 
pués de  habérselas  dado  y  no  á  quien  las  pidiere, 
porque  estarán  mejor  dadas  á  quien  las  merece 
que  á  quien  las  pretende.  Es  cierto  qne  su  Ma- 
jestad dio  su  palabra  á  todos  los  de  su  Cámara, 
con  juramento,  que  al  que  le  cogiese  en  mentira, 
por  pequeña  que  fuese,  le  habia  de  mandar  qui- 
rar  la  vida  ó  no  le  ha  de  ver  más  la  cara,  ni  ha 
de  estar  más  en  su  servicio;  y  que  en  Palacio  no 
ha  de  haber  truhanes,  ni  lisonjeros,  ni  chismo- 
sos. Con  lo  cual,  se  limpiaron  los  zaguanes  des- 
tas  malas  sabandijas,  y  á  los  de  la  Cámara  les 
tiembla  la  barba,  y  nadie  pretende  ser  el  prime- 
ro á  quien  su  Majestad  haga  semejantes  mer- 
cedes. 

Lunes,  á  25  de  Enero,  dio  el  mal  de  muerte 
á  nuestro  santo  Padre  Paulo  V,  de  que  murió  á 
los  28  del  dicho  mes,  á  las  cuatro  de  la  tarde; 
hiciéronle  las  exequias  de  los  nueve  dias  de 
cuerpo  presente  según  costumbre,  y  los  pueblos 
comarcanos  se  despoblaban  para  venir  á  besarle 
el  pié  á  la  Capilla,  adonde  fué  llevado  en  hom- 
bros de  los  Canónigos  y  demás  personajes,  que 
ya  están  señalados  por  sus  lugares  y  dignidades, 
con  toda  la  solemnidad  que  en  semejantes  actos 
se  acostumbra. 

Entraron  en  cónclave  los  Ilustrísimos  Carde- 
nales, y  á  los  nueve  de  Febrero,  á  las  diez  de  la 
noche,  salió  electo  por  Papa  nuestro  muy  santo 
Padre  Gregorio  XV,  no  habiendo  estado  en  su 
elección  más  tiempo  de  dieciseis  horas,  de  edad 
de  sesenta  y  ocho  años  y  seis  de  Cardenal.  Era 
Arzobispo  de  Bolonia,  llamábase  Ludovico,  es 


350  CABTA8   DI 

el  primero  á  quien  nuestro  Rey  pedia  en  la  no- 
minación de  los  que  señalaba.  Es  muy  afecto  y 
devoto  de  la  Compañía  de  Jesús;  yéndole  á  besar 
el  pié  el  General  della,  y  habiéndole  recibido  con 
gran  benignidad,  le  dijo  que  se  holgaría  mucho 
de  la  continuación  entre  herejes  y  gentiles.  Suce- 
dió en  Francia  una  gran  discordia  entre  el  duque 
de  Nevers  y  el  Cardenal  de  Guisa,  que,  trayendo 
pleito  sobre  una  Abadía,  dióse  por  ofendido  el 
Cardenal  de  unos  escritos  que  hizo  el  de  Nevers, 
en  defensa  de  su  justicia,  por  lo  cual  le  andaban 
buscando  en  compañía  deJainvilla,  su  hermano, 
y  le  halló  en  casa  de  un  letrado;  y,  diciéndoleel 
Cardenal  algunas  malas  palabras,  le  dio  un  bofe- 
tón, y  queriendo  echar  mano  á  la  espada  el  de 
Nevers  se  cortó  la  mano,  y,  antes  que  desenvai- 
nase, cerraron  con  él  y  le  echaron  en  el  fuego  y 
le  trataron  muy  mal.  Háse  puesto  en  campaña 
el  Cardenal  en  hábito  de  soldado,  y  no  se  halla 
medio  para  ponerlos  en  paz,  por  ser  la  ofensa 
tan  grave;  están  juntos  en  una  parte  Nevers, 
Humayna  y  el  conde  de  Yasal,  y  Longavilla,  y  el 
conde  de  Halpony;  y  de  la  otra,  el  Cardenal  y  su 
hennano,  el  Príncipe  de  Jainvilla  y  el  conde  de 
Guisa.  Dicen  costará  mucha  sangre;  el  de  Hu- 
mayna se  muestra  tan  ofendido,  que  dice  no  per- 
donará jamás.  Está  señalado  combate  de  dos  en 
dos.  que  son  el  de  Humayna  y  el  de  Nevers, 
contra  el  Cardenal  y  su  hermano;  el  Rey  ha  dis- 
puesto salir  á  buscarlos  y  ha  enviado  delante  su 
guardia,  para  estorbar  no  se  junte  la  gente  que 
cada  uno  tiene  de  su  parte. 

Ha  sido  su  Majestad  servido  de  mandar  satis- 


ANDRÉS   DE    MENDOZA.  35I 

facer  la  octava  parte  que  se  tomó  del  oro  y  plata 
de  particulares  el  año  pasado  de  1620,  en  esta 
manera:  que  libra  en  la  moneda  de  vellón  lo  que 
monte  el  ocho  por  ciento,  dándoselo  á  los  mer- 
caderes y  negociantes  lo  que  les  perteneciere  en 
la  dicha  labranza,  y  á  los  particulares  á  cinco 
por  ciento. 

Hánse  acabado  las  paces  con  holandeses,  y 
manda  el  Rey  pregonar  guerra  contra  ellos,  y, 
pena  déla  vida,  salgan  luego  de  su  tierra,  y  man- 
da se  tengan  todos  los  puertos  y  fronteras  forta- 
lecidas de  todo  lo  necesario  en  ellas.  Y  se  entien- 
de no  se  harán  más  paces  con  ellos,  porque 
teniendo  su  Majestad  en  la  mano  un  papel, tocan- 
te á  una  confederación  que  le  pedían,  preguntó 
si  eran  católicos,  y,  diciéndole  que  no,  rompió  el 
papel  diciendo:  Defiéndanse  ellos,  que  no  quiero 
paces  con  gente  semejante,  que  Dios  me  ha  de 
ayudar  á  defender  mis  Reinos  sin  ayuda  de  here- 
jes, Y  así  habrá  muy  grandes  guerras,  porque, 
aunque  ellos  están  ricos,  está  nuestro  Rey  ven- 
cedor con  el  Palatino,  que  le  ha  ganado  muchas 
tierras  y  el  valle  de  la  Valtelina,  que  es  lo  que 
el  Rey  más  ha  menester  en  aquellos  Reinos,  por 
ser  el  camino  por  donde  le  estorbaban,  y  ahora 
tiene  libre  todo  el  paso  y  camino  necesario  para 
todo  lo  que  quisiere. 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA 

DE 

ALGUNAS  RELACIONES  DE  SUCESOS  PARTICULARES 

DE  LOS  AÑOS  162 1  AL  1626,  DE  LA  MAYOR  PARTE 

DE  LOS  CUALES  HACE  MENCIÓN  EN  SUS  CARTAS 

ANDRÉS  DE  ALMANSA  Y  MENDOZA  (l). 


ANO  DE  1621. 


*  I.    Copia  de  vna  carta  que  escriuio  vn  Se- 
ñor I  desta  Corte  á  vn  su  amigo. 
Fol.— 2  hojas. 
Impresa  en  este  tomo  pág i. 

2.  Nuevas  |  de  Castilla,  ve-  |  nidas  este  prc- 
lente  |  año  de  1621.  por  el  mes  de  Otubre.  (Al 
fin):  Con  licencia,  en  Lima  |  por  Geronymo  de 
Contreras;  Año  |  de  1G21. 

Empieza:  Después  de  haber  oido  su  Magestad, 
el  Rey  nuestro  Señor 


(i)  Cuando  la  Relación  tiene  portada  ó  empieza  el 
texto  después  de  la  primera  página,  lo  advertimos, 
así  como  también  cuando  hay  página  ú  hoja  blanca,  y 
si  está  foliada  ó  paginada  ó  con  signatura.  El  orden 
seguido  es  el  cronológico  de  los  sucesos,  en  cuanto 
nos  ha  sido  posible. 

23 


354  NOTICIA  BIBLIOGRÁFIOA. 

Acaba:  Otras  mil  preñezes  hay  que  saldrán 
á  luz  á  su  tiempo  de  que  se  auisará. 

F0I.-2  h. 

Reimpresión  de  la  anterior,  suprimiendo  las  tre«  pri- 
meras lineas  y  unas  cuantas  palabras  del  fin. 

3.  Discurso  que  el  Conde  de  Benabentc  dio 
á  su  Ma gestad  el  Rey  nuestro  señor  Felipe 
quarto,  sobre  lo  que  se  debe  hacer  en  el  gobier- 
no presente,  y  las  causas  de  la  destruicion  desta 
Monarquía  y  estilo  nuevo  de  gcuernar. 

Empieza:  La  reputación  del  gobierno  desta 
Monarquía  se  halla  en  tanta  quiebra  que  llega 
á  ser  desestimado 

4."— 6  h.,  la  última  en  blanco.  (Manuscrito.) 

4.  Codicillo  I  donde  se  declara  el  |  testamento 
y  mandas  |  de  nuestro  muy  Católico  Rey  Don 
Felipe  I  Tercero  que  sea  en  gloria.  |  Compuesto 
por  el  Licenciado  Gaspar  de  Roxas.  E  Impres$a 
en  Salamanca  |  con  licencia  del  señor  Prouisor, 
y  agora  en  Barcelona  con  licencia  del  Or-  |  d¡- 
nario  por  Esteuan  Liberos  en  la  Calle  de  Santo 
Domingo.  (Figurita). 

Tres  romances  que  empiezan: 
!.•    Ya  el  Rey  Felipe  tercero 

aquel  Monarcha  excelente, 

que  en  santidad  y  costumbres 

cxemplo  fue  de  los  Reyes .... 
a.*   En  las  manos  religiosas 

de  aquel  gran  P.  Florencia 

hijo  de  la  Compañía 

que  haze  á  los  infíernos  guerra  ..^ 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  355 

3.*    Avia  su  testamento 
su  Magestad  ordenado 
quando  estuuo  en  Casarrubios 
como  ya  es  notorio  malo 

4.*-2  h. 

5.  Copiosa  relación  |  de  la  enfermedad  y 
mver-  |  te  del  muy  Catholico  Rey  Don  Felipe 
tercero  deste  |  nombre,  á  quien  Dios  tenga  en 
su  santa  gloria,  el  qual  |  como  tan  Catholico, 
murió  con  el  santo  habito  |  de  los  Menores  del 
glorioso  Patriarcha  de  |  pobres  S.  Francisco,  en 
tres  Romances  |  diferentes  de  los  otros.  (Es- 
tampeta.)  (Al  fin):  En  Barcelona  por  Esteuan 
Liberos  en  la  Calle  de  Santo  |  Domingo.  Año, 
M.DC.XXI. 

Tres  romances  que  empiezan: 

I.**    En  la  villa  de  Madrid 
y  en  su  Palacio  y  Alcafar 
está  indispuesto  Felipe 
el  de  la  gran  casa  de  Austria...^ 

2.*    Lleno  de  angustias  mortales 
que  acobardan  al  mas  fuerte 
mandó  llamar  á  sus  hijos 
este  Rey  sabio  y  prudente 

3.*    Vn  anciano  labrador 

conforme  á  los  del  buen  tiempo 
con  vn  báculo  en  la  mano 

blanca  la  barba,  y  cabello 

4,'— 2  h.  sign.  A. 

6.  En  esta  breue  relación  se  refiere  |  la  tris- 
teza y  sentimiento  que  la  Corte  y  villa  de  Ma- 


356  NOTICIA   BIBLI0GRÁFIG4. 

drid,  y  |  todos  los  Reynos,  y  señoríos  de  la  Mo- 
narquía Española,  |  han  hecho  por  la  muerte  de 
su  Magestad.  Compuesto  por  |  Francisco   Ro- 
dríguez. Impresso  en  V^alladolid  con  licen-  |  cia 
del   señor  Prouisor,    vistas  y  examinadas,    en 
casa  1  de  la  viuda   de  Francisco  de   Cordoua, 
año  1621.  I 
Cuatro  romances,  que  empiezan: 
I.*    Ya  la  parca  inexorable 
cuyos  valientes  azeros 
destruyen  las  Monarquías 

y  castigan  los  Imperios 

3.*  Lvego  que  por  su  palacio 
se  estendio  la  triste  nueua 
de  la  muerte  del  mayor 

Monarca  que  huuo  en  la  tierra 

3.*    Lvego  que  la  triste  nueua 
se  estendio  por  toda  España 
ciudades  y  nobles  villas 
su  sentimiento  declaran.. .. 
4.*    Ya  la  fama  voladora 

mas  desatada  que  vn  rayo 
que  la  pintan  con  cien  lenguas 

con  cien  pies  y  con  cien  manos 

4.*— 4  h.  sign.  A. 

•  7.  Svmario  |  de  las  nuevas  de  |  la  Corte,  y 
principios  del  nuevo  |  Gouierno  de  la  Católica 
Magestad  del  Rey  Don  Felipe  |  Quarto  nuestro 
Señor.  (Al  fin):  Con  licencia,  en  Lima  |  por  Gc- 
ronymo  de  Contreras;  Año  |  de  163 1. 

Fol— 3  h.  sign.  A. 

Impresa  en  este  tomo  pág 341 . 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  357 

*8    Carta  scgvnda,  que  escrivio  vn  cava-  j 
llero  desta  Corte  á  vn  su  amigo. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág 1 5. 

*9.     Tercera  carta  que  escriuio  vn  Cauallero 
desta  Corte  á  vn  su  amigo. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág. 35. 

*  10.  Qvarta  Carta,  que  escriuio  vn  Cauallero 
desta  Corte  á  vn  su  amigo. 

F0I.-2  h. 

Impresa  en  este  tomo  pág 53. 

*ii.    Quinta  carta,  que  escriuio  vn  Cauallero 
desta  Corte  á  vn  su  amigo. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág 71. 

*i2.    Sexta  carta  que  escriuio  vn  Cauallero 
desta  Corte  á  vn  su  amigo. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág 85. 

*  1 3.  Séptima  carta.  |  Bien  se  podra  poner  por 
séptima  Carta,  |  la  muerte  y  Elo  |  gio  del  gran 
Conde  de  Benauente,  la  qual  pondré  de  ver-  |  bo 
ad  verbum,  como  la  escriuio  un  virtuoso  de 
esta  I  Corte,  y  esto  hago  por  proseguir  con  mi 
obli-  I  gacion,  y  auisar  á  v.  m.  de  lo  que  hay 
de  I  nueuo  en  este  lugar. 

F0I.-2  h. 

Impresa  en  este  tomo  pág io5. 


35^  NOTICIA  bibliogeíficí. 

14.  Relación  |  diaria  de  |  las  gverras  teni- 1 
das  entre  Polacos  y  Turcos  por  |  los  años  1620. 
y  1621.  I  Dirigida  al  Serenissimo  Principe  Don 
Carlos  I  Infante  de  las  Españas.  |  Por  Mathias 
Titlevvski  I  Cauallero  Polaco.  (Adorno).  Con  pri- 
vilegio, En  Madrid,  Por  Tomas  lunti,  Impressor 
del  Rey  N.  S.  |  Año  M.DC  XXIII. 

Empieza  (después  de  tres  hojas  de  portada  y 
preliminares):  Los  antiguos  Geógrafos  señalaron 
dos  Sarmacfas,  la  una  Asiática,  y  la  otra  Eu- 
ropea. 

Acaba:  que  sea  prouechosa,  y  felicissima 

para  toda  la  República  Christiana.— Fia 

4,*— 20  h.  sig  A-E  y  foliadas. 

En  el  mismo  año  y  por  el  mismo  impresor  se  habla 
publicado  ya  esta  Relación  en  latin.  La  edición  caste- 
llana tiene  en  las  preliminares  varias  composiciones 
poéticas  de  D.  Francisco  de  Contreras,  natural  de  Ar- 
gamasilla  de  Alba.  Mendoza  dice  que  la  hizo  imprimir 
el  Embajador  de  Polonia  (pág.  229). 


ANO  DE  162X 


ib.  Discvrso  i  qve  del  naciroien- I  to,  btptit- 
mo  y  poses-  |  sion  de  la  Monarqvia  |  del  gran 
Rey  Católico,  don  Felipe  Illl.  nuestro  |  señor, 
que  largos,  y  dichosos  años  la  goze,  hÍ20  j  el 
padre  fray  Lucas  de  Montoya,  Predicador,  y  | 
Coronista  general  de  la  Orden  de  los  Mini-  j  mos 
de  san  Francisco  de  Paula,  y  presen-  |  tó  á  su 
Mágestad,  este  año  |  de  1622. 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  359 

Empie:{a:  Devda  natural  es  servir  los  vasss- 
Uos  á  sus  Reyes 

Acaba:  En  Madrid,  y  en  este  Convento  de 
nuestra  Señora  de  la  Vitoria,  Orden  de  los  Mi- 
nifflos  de  san  Francisco  de  Paula. — De  V.  M.  Ca- 
tólica vasallo  y  Capellán  perpetuo. — Fr.  Lucas 
de  Montoya. 

4.*— 8  h.  sign.  A,  y  foliadas. 

*  16,    Nueuas  generales,  desde  22.  de  Octubre 
de  621.  hasta  18.  de  Marzo,  de  622. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág 117. 

17.  Fiestas  que  hizo  el  Religiosissimo  Co- 
lé- I  gio  de  S.  Alberto  de  Seuilla,  del  Orden  de 
nuestra  Señora  del  Carmen  de  la  Obseruan- 
cia,  I  por  la  Canonización  de  santa  Teressa  de 
lesvs,  Monja  del  dicho  Orden,  y  |  Fundadora  de 
sus  Descalcos,  y  Descalcas,  en  seis  de  Agosto.j 
de  1622  años.  | 

Empieza:  Lvego  que  llegaron  á  Seuilla  las 
alegrissimas  nueuas  de  la  canonización 

Acaba: y  pague  el  cielo  á  aquellos  santos 

Religiosos  la  piedad  y  trabajo  de  tan  solemnes 
fiestas  como  hizieron  á  su  Santa. —Finis. 

Fol.— 8  h.  sign,  A-D.  y  foliadas. 

En  prosa  y  verso. 

18.  Relación  |  de  la  canonización,  |  nacimien- 
to, vida,  muerte  y  prodigio-  |  sas  marauillas  de 
santa  Teresa  de  lesus,  gloria  de  España,  Ma-  | 
drey  Fundadora  de  la  santissima  Recolecion  |  de 


360  NOTICIA   BIBLIOGBÍFICA. 

los  Carmelitas.  |  Refiérese  vn  caso  admirable, 
que  le  sucedió  á  Fernando  de  Tre  |  jo,  cauallero 
desta  ciudad  de  Seuilla,  y  otro  á  vn  clérigo 
desta  I  dicha  ciudad ,  y  otros  sucessos  peregri- 
nos y  de  notar.  |  Dizese  con  gracioso  estilo, 
como  la  Giralda,  auisada  de  la  Fa-  |  ma,  dio  la 
nueua  á  Seuilla,  que  luego  hizo  varias  demos- 
trado- I  nes  de  alegria,  por  cuya  causa  el  Betis 
ó  Rio  Guadalquiuir,  jun-  |  tando  sus  Ninfas,  las 
mandó  cantassen  loores  de  la  Santa,  á  quien  | 
respondieron  las  de  los  montes  vezinos  á  sus 
riberas.  |  Compuesto  en  quatro  Romances  por 
vn  deuoto  suyo.  (Escudo.)  Con  licencia  en  Seui- 
lla por  luán  Serrano  de  Vargas. 

Empieza  (á  la  vuelta  de  la  portada): 
Rom.  I.*  La  mujer  ilustre  canto 

gloria  del  Monte  Carmelo 
de  la  que  habla  sin  duda 

el  libro  de  los  Prouerbios 

2.*    O  tu  Cherubin  hermoso 
que  al  Profeta  Cortesano 
con  el  carbón  encendido 
purificaste  los  labios.. .. 
3.*   Ivnto  á  la  región  del  fuego 
tiene  vna  casa  tu  fama, 
donde  siempre  están  abiertas 

las  puertas  y  las  ventanas 

4.*  A  la  música  del  Betis 
estuuo  todo  suspenso, 
elada  el  agua  del  rio, 

y  con  prisiones  el  viento 

4.*~4  h.:  Al  fin,  Aprobación  y  licencia,  esta 
del  Lie.  D.  Fnncisco  de  Rojas,  y  de  Melchor  de 


NOTICIA   BIBLIOGRÁFICA.  361 

Valencia  aquella,  fechadas  en  i."  y  4  de  Mayo 
de  1622. 

19.  Relación  |  verdadera,  de  la  |  Vitoria  que 
tuuo  don  Fadrique  de  Toledo  Ossorio,  Ca  |  pi- 
tan General  de  la  Armada,  y  del  exercito  del 
mar  |  Océano,  contra  treynta  y  vn  nauios  de 
olandeses,  |  en  el  Estrecho  de  Gibraltar,  en  10 
de  Agosto  I  año  de  1622.  dia  de  san  Lorenzo,  j 
Impressa  con  licencia  del  señor  Don  Gonzalo 
Pérez  Valen  |  guela,  del  Consejo  de  su  Magestad, 
En  Madrid  en  |  casa  de  Bernardino  de  Guz- 
man.  j  Dirigido,  á  don  luán  Vidaurre  de  Orduña, 
vno  de  los  Ca-  |  pitanes  ordinarios  de  infanter ia, 
del  Real  numero  |  de  su  Magestad,  en  Madrid. 

Empieza:  Aviendo  salido  don  Fadrique  de 
Toledo 

Acaba:  de  que  se  den  á  Dios  gracias  pues 

es  suya. 

Fol.— 2  h.  sign.  A. 

20.  Relación  certissima  de  la  felicissi-  |  ma 
Vitoria  que  ha  tenido  D.  Gonfalo  de  Cordoua, 
en  los  Estados  de  Flandes  |  en  29  de  Agosto  des- 
te  año  de  1622.  Impresso  con  licencia  del  |  Real 
Consejo,  en  Madrid  por  Andrés  de  Parra. 

Empie:{a\  Los  Dias  pasados  escribi  á  v.  m. 

como  el  Conde  bastardo  de  Mansulet 

Acaba:  De  Bruzelas  7  de  Setiembre  1622  años. 
F0I.-2  h. 

21.  Relación  certissima  de  la  felicissima  |  Vi- 
toria que  a  tenido  Don  Gonzalo  de  Cordoua,  en 


362  NOTICIA  BIBLlOGIllFlCi. 

los  Estados  de  Flandes  |  en  39.  de  Agosto  del 
Año  de  1622.  I  Tratase  en  esta  relación  de  la 
violenta  mverte  de  |  el  Gran  Turco,  y  rebelión 
que  vuo  contra  el,  leuantando  por  Emperador 
A  su  tio,  hombre  inútil. 

Empieza:  Como  el  Conde  bastardo  de  Mans- 
uelt,  y  el  Obispo  Luterano 

Acaba: y  se  deue  esperar  cosas  grandes  en 

favor  de  la  Christiandad. 
Fol.~2  h. 

Reimpresión  de  la  anterior,  con  algunas  variantes, 
adicionada  con  la  de  la  violenta  muerte  del  Gran  Tur- 
co, etc.  Parece  impresa  en  Lima,  y  probablemente  en 
elafiode  i633. 

21.  Carta  escrita  de  vn  soldado  de  |  Oran  á 
un  Consejero  de  su  Magestad,  en  respuesta  de 
vna  I  suya  de  ao.  de  lulio  de  1622.  (Al  ñn):  Con 
licencia  en  Madrid.  |  Por  la  viuda  de  Alonso 
Martin. 

Empieza:  Avnquelo  que  V.  S  me  manda,  que 
le  de  razón  de  las  entradas  en  África  del  señor 
don  Juan  Manrique  de  Cárdenas..... 

Acaba:  De  Oran  a  3o  de  Agosto  de  162a  años. 

F0I.-2  h. 

23.  Breve  relación  1  de  las  cosas  svcedidasl 
en  el  cerco  de  la  Rochela,  |  desde  el  mes  de 
Agojito  dcste  presente  año  de  mil  I  y  seiscientos 
y  veinte  y  dos.  |  Fielmente  traduzida  de  lengua 
Francesa  en  Castellana,  |  Por  el  Licenciado  Mi- 
,gucl  de  León.  |  Con  licencia  en  Madrid,  Por  la 
viuda  de  Cosme  Delga-  j  do.  Año  de  M.DC  JCXH. 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  363 

Empieza:  Entre  las  ciudades  de  Europa  mas 
fuertes 

Acaba:  y  atrevimiento  á  su  Rey  y  se- 
ñor ^c. 

F0I.-2  h. 

24.  Relación  |  de  las  cosas  de  mar,  |  svcedi- 
das  á  las  galeras,  y  armada  |  Naual  que  tiene 
el  Rey  de  Francia  en  el  Océano,  cuyo  |  General 
es  el  Duque  de  Guisa.  |  Impressa  con  licencia.  | 

Empieza:  Viendo  el  Rey  de  Francia  que  no 
podia  sugetar 

Acaba:  De  la  baia  de  la  Isla  de  Esguillon,  á  '^o 
de  Otubre  de  1622  años. 

F0I.-2  h. 

Esta  última  fecha  es  la  de  una  carta  del  Duque  de 
Guisa  inserta  en  la  Relación. 

*23.    Carta  nona.  (Sin  mas  título). 

Fol.— 2  h.  sign.  A, 

Impresa  en  este  tomo  pág iSg. 

26.  Relación  breve  de  los  |  grandes  y  rigvro- 
sos  martirios  qve  el  a-  |  no  passado  de  1622. 
dieron  en  el  lapon,  á  ciento  y  diez  y  |  ocho 
illustrissimos  Martyres,  sacada  principalmente 
de  las  Cartas  de  los  Padres  de  la  compañia  de 
íesvs  I  que  alli  residen:  y  de  que  an  referido 
muchas  personas  de  aquel  Reyno,  que  en  dos 
Navios  I  llegaron  á  la  Ciudad  de  Manila  á  12  de 
Agosto  de  1623. 

Empie;(a:  La  causa  de  tantas  novedades  y 
atroces  martirios... . 


364  NOTICIA   BIBLIOGRÍFICA. 

Acaba: y  los  demás  degollados.  De  que  se 

de  gloria  á  Dios  para  siempre. 
F0I.-2  h. 


ANO  DE  iñii. 


27.  Capitvlos  I  de  reformación,  I  qve  sv  Ma- 
gostad se  sirve  |  de  mandar  guardar  por  esta 
ley,  para  el  |  gouierno  del  Reyno.  (Esc.  Real.) 
En  Madrid  |  Por  Tomas  lunti,  Impressor  del 
Rey  nuestro  señor.  |  Año  M.DC.XXIII.  |  Vénden- 
se en  la  calle  de  Santiago,  en  casa  de  Antonio 
Rodriguez  Librero. 

La  ley  ó  pragmática  tiene  22  hojas  de  texto, 
sign.  A,  y  foliadas,  dentro  de  un  pliego  que  con- 
tiene la  portada,  licencia  y  tasa  en  la  i.'  hoja: 
y  la  Publicación  en  la  última,  á  1 1  de  Febrero 
de  1623,  rubricada  por  Hernando  de  Vallejo;  en 
todo  24  hojas  en  fól. 

28.  Capitvlos  de  reforma-  j  cion  que  su  Ma- 
gestad  se  sirue  de  mandar  guardar,  j  por  esta 
ley,  para  el  Guouierno  del  Reyno.  (Al  fin), 
Impresso  en  Lima;  Por  Gcronymo  de  Contre- 
ras;  |  Año  de  1623. 

Fol.— 8  h.  sign.  A. 

Reimpresión  de  U  anterior.  Una  gran  parte  de  lo 
que  se  manda  en  esta  ley  lo  adelantó  Mendoza  en  su 
Carla  9."  (páginas  146  y  I47);  después  en  la  carta  Ic' 
(pág.  159  y  siguientes)  se  vuelve  á  referir  á  ella  al  ha- 
blar de  su  publicación  en  11  de  Febrero,  y  de  las  gra- 


NOTICIA   BIBLlOGBÁFlCi.  365 

ves  dificultades  que  inmediatamente  surgieron  y  por 
las  que  parece  se  aplazó  su  cumplimiento,  al  menos  en 
gran  parte.  También  dice  en  la  misma  pág.  147,  que  se 
habían  mandado  enviar  traslados  á  muchos  Señores  y 
á  cada  Ciudad  y  Cabeza  de  partido;  y,  como  para  esto 
era  más  breve  imprimirla  que  sacar  copias,  es  proba- 
ble que  asi  se  hiciese  y  que  haya  una  edición  anterior, 
quizá  connotablesvariantes. 

•29.     Carta  decima.  (Sin  más  título). 

F0I.-2  h. 

Impresa  en  este  tomo,  pág íbg. 

3o.    (Sin  título). 

Empieza:  El  viernes  en  la  noche,  diez  y  siete 
deste  entre  las  diez  y  las  onze,  llegaron  dos  Ga- 
ualleros  á  casa  del  Conde  de  Bristol 

Acaba:  Esto  es  lo  que  por  aora  se  ofrece  que 
escriuir;  después  yre  auisando  á  V.  r.  de  las  co- 
sas que  fueren  sucediendo.  Guarde  nuestro  Se- 
ñor á  V.  r.  muchos  años  como  desseo. 

F0I.-2  h. 

Impresa  en  letra  bastardilla,  y  con  la  última  página 
en  blanco.  Se  refiere  á  la  entrada  del  Príncipe  de  Ga- 
les en  Madrid,  de  incógnito;  no  alcanza  á  la  entrada 
oficial,  que  fué  el  domingo  26  del  mismo  mes  (Mar- 
zo 1623),  según  otra  relación  Ms.  que  tenemos  á  la  vis- 
ta, en  la  que  después  de  copiar  casi  á  la  letra  la  pre- 
sente, se  continúa  hasta  referir  su  entrada  en  público. 

3i.  Relación  de  algvnos  |  de  los  mvchos  mi- 
lagros, qve  I  a  obrado  Dios  nuestro  Señor  en 
Munebrega,  lugar  de  la  comunidad  |  de  Calata- 
yud,  por  medio  de  una  imagen  de  San  Ignacio 


366  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

de  Loyola,  |  Fundador  de  la  Compañía  de  lesvs, 
en  los  meses  de  Abril  y  |  Mayo  de  iGiS.  (Al 
fin):  Impresso  con  licencia  en  Madrid  por  Luis 
Sánchez  |  Impressor  del  Rey  N.  S. 

Empie^^a:  En  17  días  de  Abril  del  presente 
año  de  1623.  segundo  dia  de  Pascua.^.. 

Acaba: y  el  Padre  Valerio  Piquer  y  el  Padre 

Francisco  Pérez  de  Culla,  de  la  misma  Compa- 
ñía, an  escrito  á  los  Padres  de  Madrid. 

F0I.-2  h. 

32.  Relación  de  algvnos  |  de  los  mvchos  mi- 
lagros, qve  a  obrado  Dios  |  nuestro  Señor  en 
Munebrega,  lugar  de  la  comunidad  de  Calata- 
yud  por  medio  de  |  vna  imagen  de  San  Ignacio 
de  Loyola,  Fundador  de  la  Compañia  delesvs,! 
en  los  meses  de  Abril  y  Mayo  de  1623.  (Al  fin): 
Impresso  en  Lima  por  Geronymo  de  Contreras. 
Año  de  1624. 

Empieza:  En  17  de  Abril  del  presente  afio 
de  1623 

Acaba: an  escrito  á  los  Padres  de  Madrid. 

F0I.-2  h. 

Reimpresión  de  la  anterior. 

*33.    Carta  vndecima.  (Sin  más  título). 

Fol.— 2  h.  sig.  A. 

Impresa  en  este  tomo  pág 179. 

34.  Verdadera  |  relación  |  de  la  entrada  |  y 
recebimíento  qve  |  hizicron  á  don  luán  de  Men- 
do9a,  Marques  |  de  la  Hínojosa,  y  Capitán  ge- 
neral de  la  Arti-  |  Hería  de  España,  y  Embaza- 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  367 

dor  trasor-  |  dinario  de  Inglaterra,  que  al  pre- 
sen I  te  está  por  el  Rey  nuestro  |  señor.  (Es- 
cudo Imp.  con  el  águila  de  dos  cabezas.)  (Al  fin): 
Con  licencia.  |  De  el  señor  Oydor  Veas  Vellón, 
Oydor  de  |  la  Real  Audiencia  de  |  Sevilla.  |  Im- 
presso  I  en  casa  de  Gabriel  Ramos  Vejarano,  en 
la  calle  de  |  Genova.  En  este  año  de  |  1623. 

Empie:(a:  Partió  el  Marques  de  la  Hinojosa  de 
Madrid,  á  treze  dias  del  mes  de  Mayo... . 

Acaba:  Por  momentos  aguardamos  la  alegre 
nueva  de  que  esta  efectuado  el  matrimonio. 
Dios  lo  ordene  como  puede,  todo  para  servicio 
suyo. 

F0I.-2  h. 

35.  ^  I  Relación  |  verdadera,  de  la  |  insigne 
Vitoria  que  Nuestro  Señor  ha  sido  |  servido  de 
dar,  en  seis  de  Agosto  deste  año  |  de  1623  al 
Conde  de  Tylli,  Teniente  de  |  General  del  exer- 
cito  de  la  liga  Católica,  |  contra  el  Duque  Cus- 
tiano  de  Bron-  j  zuyque,  Obispo  de  Alberstat,) 
y  su  exercito.  (Al  fin):  Con  licencia.  |  En  Ma- 
drid, por  Diego  Flamenco,  (  Año  de  1623. 

Empieza:  Vna  de  las  cosas  en  que 

Acaba: en  semejantes  ocasiones  fundan  sus 

buenos  y  felizes  sucesos. 
F0I.-2  h. 

36.  Relación  |  verdadera  de  la  |  milagrosa 
Vitoria  que  tuuieron  los  |  Católicos  de  la  Liga, 
en  Ale-  |  manía,  contra  los  |  Hereges.  |  Con  li- 
cencia. I  En  Madrid,  Por  Bernardino  de  Guz- 
man.  I  AñoM.DCXXIII. 


368  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

Empieza:  El  Conde  de  Tilli,  Teniente  Gene- 
ral de  la  Liga  Católica 

Acaba: por  tantas  mercedes  como  nos  hice 

por  todos  caminos.— Fin. — 

Fol.— 2  h.,  la  última  pág.  en  blanco. 

37.  )$(  I  Relación  |  verdadera  |  en  que  se  da 
qventa  |  muy  por  extenso  de  la  primera,  y  se- 
gunda I  parte  de  la  Victoria  que  Dios  nuestro 
Señor  fue  ser-  |  uido  de  dar  al  Conde  de  Tylli 
en  Alemania,  contra  |  los  Hereges  rebeldes,  y 
enemigos  de  la  Liga  Católica,  |  Traduzida  de 
lengua  Flamenca  en  Castellano  |  por  luán  de 
Vargas  vezino  de  Madrid.  |  Impresso  con  licen- 
cia de  los  Señores  del  Consejo  Real,  |  En  Ma- 
drid por  Andrés  de  Parra,  año  1623.  (Al  fin): 
Esta  tassado  por  los  Señores  del  O)nsejo  Real, 
cada  pliego  |  desta  Relación  á  quatro  mara- 
vedís. I 

Empiei^a:  Muy  notorio  es  como  el  B«stMtlo 
Mansuelt 

Concluye:  .....se  esperan  presto  otros  buenos 
sucessos  mediante  el  üiuor  de  la  Virgen  mana. 

Fol. -2  h. 

•38.    Carta  dvodecima.  (Sin  más  título). 

F0I.-2  h. 

Impresa  en  este  tomo  pág 197. 

39.  Elogio  descrip-  |  tivo  a  las  fiestas  |  que 
su  Magestad  del  Rey  Filipo  lili  |  hizo  por  su 
persona  en  Madrid  á  21.  |  de  Agosto  de  1623. 
años,  á  la  celebra-  |  cion  de  los  conciertos  entre 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  369 

el  serenisjsimo  Carlos  Estuardo,  Principe  de  In- 
I  glaterra,  y  la  serenissima  Maria  de  |  Austria 
Infanta  de  |  Castilla  |  Al  Duque  Adelantado,  ^c. 
(Dedicatoria  en  cuatro  líneas.)  El  licenciado 
D.  luán  Ruyz  de  Alarcon  |  y  Mendoca  (Al  fin): 
Con  licencia.  I  En  Madrid,  Poria  viuda  de  |  Alonso 
Martin.  |  Véndese  en  la  torre  de  Santa  Cruz. 
Empieza: 

Mientras  la  admiración  auara  atiende 
á  tanta  Magestad,  á  tanta  pompa, 
el  buelo,  ó  fama,  con  la  voz  suspende, 
porque  informada  bien  silencios  rompa: 
no  encarecida  la  verdad  aprende, 
que  no  mendiga  aumentos  de  su  trompa 
ministrará  mi  numerosa  Clio 
lengua  á  tu  aliento,  y  ley  á  tu  albedrio. 
4.*— 8  h.  sign.  A  y  foliadas. 
Poemita  en  y3  octavas. 

40.  Relación  |  breve  del  mar-  |  tirio  qve  die- 
ron á  veinte  y  tres  |  Mártires  del  Orden  de 
Santo  Domingo,  en  la  Prouincia  del  lapon  en  las] 
Filipinas:  sin  otros  muchos  que  los  dias  possa- 
dos  murieron  á  manos  de  |  Maros  infieles  (de 
diferentes  Religiones  )  Embio  esta  Reía-  |  cion  el 
P.  Fr.  Melchor  Montano,  Prouincial  de  las  |  Fi- 
lipinas, al  P.  Fr.  Domingo  González  |  desta  di- 
cha Religión,  que  es  Pre-  |  dicador,  y  Comissa- 
rio  del  |  santo  Oficio.  (Al  ñn):  Con  licencia  En 
Seuilla,  por  luán  de  Cabrera.  Frontero  del  |  Cor- 
reo Mayor.  Año  de  1627. 

Empieza:  Las  Filipinas  es  la  Prouincia  mas 
vezina  á  las  del  lapon.... 


370  NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA. 

Acaba:  y  los  hizo  pintar  y  poner  en  sus 

marcos  en  el  dicho  Conuento.  — Lavs  Deo.— 
Fol.— 3.  h  sign.  A. 

De  esta  Relación  debe  haber  ediciones  anteriores, 
pues  el  último  martirio  á  que  se  refiere  ocurrió  en 
Agosto  de  1623. 

41.  Relación  ver  |  dadera  de  la  grandeza 
con  I  qve  se  celebro  el  Avto  de  la  Fe  en  |  Va- 
lladolid,  por  los  señores  de  la  Santa  Inquisi- 
ción, á  quatro  de  Otubre  |  deste  presente  año 
de  1623.  Compuesto  por  Diego  |  Ossorio  de 
Basurto.  |  Con  licencia,  en  Madrid,  por  Diego 
Flamenco,  y  en  Sevilla  por  |  Francisco  de  Lyra. 
Año  de  i(S23. 
Cuatro  romances,  que  empician: 
!.•    El  divino  tribunal 

en  cuyos  onbros  descansa, 
la  Fe  como  en  centro  suyo 

y  en  sus  pechos  se  regala 

2  •    Martes  á  las  tres  y  media 
quando  el  sol  en  su  carroza 
va  recogiendo  los  rayos 

por  quien  Je  noche  se  tbrma 

3.*    Miércoles,  tres  oras  antes 
que  diese  el  aurora  muestra 
de  salir  dando  á  los  campos 

su  rozio  en  blancas  perlas 

4*    El  luevcs  por  la  maftana 
anda  van  los  forasteros 
por  las  calles  aguardando 

l«  procession  de  los  reos 

4*-4  h. 


MOTIGIA    BIBLIOGBÁFICA.  37I 

*42.    Sucessos  desta  Corte,  desde  i5.  de  Agos- 
to, hasta  fin  de  Octubre. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág 217 

*43.    Carta  de  vn  Cortesano,  á  vno   de  los 
señores  Obispos  destos  Reynos. 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág 233 

44,  Relación  verdadera,  |  del  acompañamien- 
to y  Baptismo,  de  la  serenissima  1  Princesa» 
Margarita,  Maria,  Catalina.  (Al  fin):  Con  licen- 
cia, En  Madrid  por  Diego  Flamenco.  Año  de  1623, 

Empieza:  Para  el  Viernes,  (dia  de  la  purissi- 
ma  Concepción  de  la  intacta  Madre  de  Dios, 
ocho  del  mes  de  Diziembre)  se  publicó 

Acaba: á  la  diversión  de  los  cuerpos  y  á  la 

grandeza  de  tan  celebre  dia.  ' 

F0I.-2  h. 

45.  >í<  I  Discvrso  I  sobre  el  nacimiento  y 
bap-  I  tismo  de  \a  Serenissima  Princesa  Doña 
Marga-  |  rita  de  Austria.  Y  Relación  de  las  fies- 
tas que  huuo,  y  honra  que  |  hizo  su  Magestad 
al  Marques  de  Alcafiizas,  |  yendo  este  dia  á  su 
casa.  I  Por  el  Doctor  Juan  Antonio  de  la  Peña, 
natural  de  Madrid.  |  A  D.  Ynes  de  Guzman, 
Marquesa  de  Alcañizas,  Sfc.  fAl  fin):  Con  Licen- 
cia en  Madrid,  Por  la  \iuda  de  Cosme  Delga- 
do. I  Año,  M  DCXXllI 

Empiei^a  (A  la  vuelta  de  la  i.*  hoja  en  que 
esta  el  título  y  la  dedicatoria):  Al  uniuersal  de- 


372  NOTICU   BIBLIOGRÁFICA. 

seo  de  España  en  el  feliz  parto  que  se  espe- 
raba  

Acaba:  y  dentro  de  Palacio  lo  que  pre- 
sume la  felicidad  del  dia  y  junta  de  Damas  y 
Señores. 

Fol.— 4  h.  sig.  A.,  la  última  pág.  en  blanco. 


ANO  DE  1624. 


46.  Relación  del  Avto  publico  |  de  la  Fe,  que 
se  celebro  en  esta  Corte,  Domingo  21.  de  Ene- 
ro I  de  1624.  I  A  la  señora  Doña  María  Paulina  de 
Chaues,  muger  del  señor  Don  luán  de  Chaues  y 
Mendoza.  (Al  fin):  Con  licencia»  En  Madrid,  por 
Diego  Flamenco. 

Empieza:  Como  la  lusticia  es  la  virtud,  Real 
y  principal  exercicio  de  los  Reyes 

Acaba:  ....aumentos  en  la  gracia  y  mejoras 
en  estado  doy  fin  á  esta  narración,  ^c. 

F0I.-2  h. 

l.n  dedicatoria  está  suscrita:  «Su  criado— Andrés  de 
Mendoza.* 

47.  Relación  |  verdadera ,  cmbiada  |  de  los 
Estados  de  Flande.s  por  j  personas  fidedignas, 
de  la  ruyna  que  ha  causado  el  mucho  |  yelo  y 
nicue  en  la  Isla  de  Olanda,  y  como  el  rio  Leeck  | 
ha  anegado  mas  de  quarcnta  ciudades  y  villa.s, 
donde  mu  |  rieron  muchas  personas  y  se  perdió 
gran  cantidad  |  de  hazicnda.  y  ganados  mayores 
y  menores,  |  como  mas  largamente  se  refiere  j 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  373 

en  esta  relación.  |  Con  licencia  en  Madrid,  Por 
luán  González,  año  1624. 

Empieza:  En  la  Isla  de  Holanda,  por  causa 
de  los  yelos 

Acaba:  Son  estas  nueuas  autenticas  y  verda- 
deras, trasladadas  de  las  cartas  venidas  de 
Flandes. 

Fol.— 2  h. 

*  48.  >í(  I  Copia  de  |  vna  carta  de  Andrés  I  de 
Mendoza.  |  Al  Duque  de  Vexar,  Marques  de  Gi- 
bra-  I  león.  Conde  de  Belalcacar,  Cauallero  del  | 
insigne  Tusón  de  oro.  (Al  fin):  Con  licencia  del 
Real  Consejo  de  su  Magestad  |  y  prohibición.  | 
Impresso  en  Madrid  por  Andrés  de  Parra,  Año 
1624.  I  Véndese  en  casa  de  Alonso  de  Paredes, 
junto  á  la  cárcel  de  Corte. 

Fol— 4  h.,  sign.  A,  y  foliadas. 

Impresa  en  este  tomo  pág 249. 

Empieza  el  texto  á  seguida  del  titulo  y  dedicatoria, 
y  está  en  blanco  la  última  página. 

49.  Copia  de  vna  carta  de  |  Andrés  de  Men- 
doza. I  Al  Duque  de  Bejar,  Marques  de  Gibra- 
leon.  Conde  de  Belalcacar,  |  Cauallero  del  insig- 
ne Tusón  de  oro.  (Al  fin):  Con  licencia  en  Ma- 
drid, por  la  viuda  de  Cosme  Delgado.  Véndese 
al  lado  de  la  cárcel  de  Corte. 

Fol.- 2  h. 

Reimpresión  de  la  anterior,  ó  la  anterior  de  esta. 

50.  ^  I  Verdadera  Reía-  (  cion  de  la  gran 
batalla,  que  don  Fiey  |  Luys  de  Cárdenas,  Ge- 


374  NOTICIA   BIBLIOGRÁFICA. 

ncral  de  las  Galeras  de  Malta,  |  tuuo  con  dos 
nauios  de  guerra  y  treze  Caramufales  |  de  Tur- 
cos, que  cargados  de  ricas  mercaderías  que  | 
yuan  á  Constantinopla.  Sucedió  á  tres  de  Fe-  | 
brero  deste  año  de  1624.  á  la  entrada  |  del 
canal,  j  Refiérese  vna  graciosa  burla  que  hizo 
al  gran  Turco  |  don  frey  Antonio  de  Quiñones, 
cauallero  de  León.  (Estampeta.)  Con  licencia; 
En  Madrid  por  Diego  Flamenco.  |  Año  de  (624. 

Empie:{a  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Tenien- 
do auiso  el  gran  Maestre  de  Malta 

Acaba: tiempo,  ni  ocasión  para  cscriuir- 

las.  Guarde  N  S.  jfc.  Malta  y  Febrero  5.  de  1624. 
afiós.— Kl  Capitán  don  Frey  iuan  Maldonado. 

F0I.-2  h. 

5 1.  Salida  del  |  Rey  nvestro  Señor  |  Don  Feli- 
pe qvarto,  de  la  villa  |  de  Madrid,  para  la  Ciudad 
de  Sevilla,    lueves  ocho  |  de  Febrero  de  1624. 

I  Sacado  de  una  carta  escrita  de  Madrid,  á  una; 
persona  grave  j  desta  ciudad  de  Sevilla.  |  Dase 
cuenta  del  acompañamiento  de  su  Real  persona, 
y  de  las  pre- 1  venciones  de  Sevilla  para  rccebillc. 
(Esc.  Real.)  Con  licencia.  |  Impresso  en  Sevilla, 
por  Francisco  Pérez  de  Estupiñan.jAño  de  1614. 

Empie:{a  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Querien- 
do el  Rey  nuestro  señor  don  Felipe  Quarto 

Acaba: terror  de  los  enemigos,  y  asombro 

de  las  naciones  estrangeras.— Lavs  Deo. 

Fol.— 2  h. 

52.  Avisos  I  muy  verdaderos,  |  que  ha  tray- 
do  el  vltimo  Correo  extraordinario  de  I  Flandes. 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  375 

Contienen,  el  daño  que  los  Olandeses  han  |  rece- 
bido  por  las  inundaciones  passadas:  la  entrada 
que  I  el  exercito  de  su  Magestad  ha  hecho  en 
tierra  de  |  aquellos  rebeldes:  y  la  vitoria  que 
quatro  na-  |  uios  de  su  Magestad  tuuieron  con- 
tra I  nueue  de  los  mismos  rebeldes.  |  De  Ambe- 
res,  á  21.  d  Febrero  1624.  (Al  fin):  Con  licencia. 
En  Madrid,  por  Diego  |  Flamenco.  Año  1624. 

Empie:^a:  En  cartas  de  Amsterdam  de  catorze 
deste,.... 

Acaba: los  quales  han  padecido  muchisgi- 

mo  por  las  inundaciones  del  Reno, 

Fol.~2  h. 

53.  Entrada,  |  Que  el  exerci  j  to  de  Sv  Ma- 
gestad |  en  Flandes,  hizo  en  Olanda,  en  )  la 
tierra  de  aquellos  rebeldes,  por  orden  de  la  Se- 
ré- I  nissima  señora  Infanta,  y  prevenciones  del 
Mar-  I  ques  Espinóla,  para  dar  sobre  los  |  ene- 
migos. I  Dase  cventa  de  la  vitoria  qve  I  quatro 
Navios  de  su  Magestad  tuvieron  contra  nueve  | 
de  Olanda,  y  de  el  miserable  estado  en  que 
están  |  aquellas  Provincias  |  De  Amberes,  á  21. 
de  Febrero  Año  1624.  (Esc.  Real).  (Al  fin):  Con 
licencia.  |  En  Sevilla,  por  |  Francisco  deLyra.  | 
I  1624. 

Empieza:  En  cartas  de  Amsterdam,  de  cator- 
ze deste,.... 

Acaba: los  quales  an  padecido  muchissimo 

por  las  inundaciones  del  Rio  Reno. 

Fol,— 2  h,,  sign.  A. 

Reimpresión  de  la  anterior. 


37^  NOTICIA  BIRLIOGRÁFiCA. 

54.  Relación  (  cierta  y  verdadera  |  de  la  feliz 
Vitoria  y  prósperos  sucessos  que  en  la  India  O- 
riental  |  han  conseguido  los  Portugueses,  contra 
armadas  muy  po-  |  derosas  deOlanda,  y  Persia, 
este  año  de  1624.  La  fecha  |  en  la  ciudad  de 
Goa,  cabera  de  aquel  Reyno,  á  27.  |  de  Mar^o 
del  dicho  año,  y  vino  en  la  nao  j  Santo  Tomé.  | 
Refierense  las  naos  y  armadas  que  á  los  enemi- 
gos le  han  desbarata  |  do,  la  muchedumbre  de 
gente  que  le  han  muerto,  las  fortalezas,  y  |  luga- 
res que  le  han  ganado,  y  vna  ciudad  muy  fuer- 
te, I  con  otras  nueuas  de  grande  alegría  j  para 
los  Católicos.  (Al  fin):  Impresso  en  Madrid  en 
casa  de  Bernardino  de  Guzman.  j  Año  de  1625. 

Empieza:  Ha  sido  Nuestro  Señor  seruido  de 
premiar 

Acaba:  mas  de  dozientas  mil  personas  que 

estauan  deslumbradas  del  santo  £uangelio. 

F0I.-2  h. 

55.  Vitoria  |  q ve  los  monges  |  del  Monasterio 
de  Nves-  |  tra  Señora  de  Oya  de  la  orden  de  | 
Cistel  tuvieron  contra  cinco  Navios  de  Turcos,  | 
que  davan  ca(;a  á  dos  Naos  Portuguesas,  |  y 
una  Francesa.  |  Dase  cuenta  de  como  le  echa- 
ron á  fondo  la  Capitana ,  ahogándose  |  los  que 
venian  en  ella:  y  de  los  captivos,  |  y  presa.  |  Es- 
crita por  Andrés  de  mendo<;a,  assistente  en  la 
Corte  (Esc.  Real).  Con  licencia.  |  En  Sevilla.  Por 
Francisco  de  Lyra.  Año  1624  | 

Empieza  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Entre 
otros  diez  y  seys  Monasterios,  que  el  Rey  don 
Alonso..... 


N0TICI4  BIBLKMJRAFICA.  377 

Acaba: y  mas  con  el  ayuda  de  Maria  san- 

tissima.— Lavs  Deo. 
Fol  -2  h. 

56.  Racon  y  discurso  de  lo  sucedido  en  el 
viage  de  la  Real  Armada  de  la  guarda  de  las 
Indias  del  cargo  del  General  D,  Antonio  de 
Oquendo,  desde  9  de  Abril  deste  año,  tercero  dia 
de  Pascua  de  Resurrección,  que  salió  del  puerto 
de  la  Habana  para  los  reinos  despaña,  deste  año 
de  24. 

Empieza:  Lo  primero  del  dicho  discurso  y 
viage  es  decir  que  después  de  la  invernada  y 

haber  dado  carena  á  todas  las  naos 

Fol.— 4  h.,  la  última  blanca.  (Manuscrito.) 
Fechado  en  Sevilla  á  2  de  Junio  de  1624. 

57.  Copia  de  |  vna  carta  qve  de  j  la  Ciudad 
de  Palermo  embio  el  Capitán  Francisco  |  Ruiz 
Diaz  de  Villegas,  Secretario  del  Marques  de 
Santa  Cruz,  á  |  Don  luán  Vidaurre  de  Orduña 
entretenido  por  su  Magestad  en  esta  |  Corte,  y 
vno  de  sus  Capitanes  ordinarios  de  Infantería, 
en  que  se  |  haze  relación  de  la  gran  Vitoria  que 
Don  Alvaro  Ba^an,  Marques  |  de  Santa  Cruz, 
general  de  las  galeras  de  Sicilia,  y  Teniente  de 
su  Al  I  teza  el  Principe  Filiuerto  Virrey  de  Sici- 
lia, y  general  de  la  mar,  tuuo  |  con  quatro  na- 
uios  de  guerra  de  enemigos,  que  hazian  gran 
daño  en  |  las  costas  de  los  Reynos  de  Sicilia  y 
Ñapóles,  con  el  Cosario  Sansón,  j  por  otro  nom- 
bre llamado  Ali  Arráez,  renegado,  á  cuyo  cargo  | 
venian  estos  navios,  que  eran  de  Isuph  Bey, 


37^  NOTICIA    BIBLIOGIIÁFIC&. 

Rey  de  Túnez.  |  los  quales  auian  hecho  muy 
gran  daño  |  á  la  Christiandad.  (Al  fín):  Con  li- 
cencia I  de  los  señores  del  Conse-  |  jo  Real.  |  En 
Madrid.  Por  Bernardino  de  Guzman. 

Principia  (á  seguida  del  título  y  de  la  dedica- 
toria suscrita  por  su  autor,  y  fechada  enPalenno  á 
I.*  de  Julio  de  1624.):  A  los  veynte  y  vno  de  Mayo 
partió  el  Marqués  de  Santa  Cruz  de  Palermo 

Acaba: y  los  Capitanes  de  las  galeras  á  sa- 

tisfecion  de  su  Excelencia. 

F0I.-2  h. 

58.  Declaración  'de  |  las  prodigiosas  señales 
del  monstrvo  |  so  pescado  que  se  hallo  en  vn 
Rio  de  Polonia  en  |  Alemania,  cuyo  retrato  se 
embió  á  España  j  este  año  de  1624.  |  A  Don 
Francisco  de  Toledo  y  Solicr.  |  Pides,  Religio 
Pugnent;  Árabes  Deus  Indicat  Hostes  (Grabado 
que  ílgura  el  monstruo,  y  debajo  repite):  Pides 
Religio  Pugnant;  Árabes  Deus  ludicat  Hostes.  | 
Con  licencia.  |  En  Montilla  en  la  calle  de  la  Im- 
prenta por  luán  Batista  |  de  Morales  su  Autor. 
Año  de  M.DC.XXIIII 

Empieza  (en  la  hoja  segunda):  No  es  nueuo 
auisar  Dios  á  los  hombres  por  medio  de  Anima- 
les y  Monstruos. 

Acaba:  ....so  cuya  corrección  e  hecho  esto 
explicación,  sugetandome  en  todo  á  ella.— Lava 
Deo- 

La  primera  hoja  contiene  la  portada  y  la  dedicatoria 
■saacrita  por  el  «utor,  con  estampilla. 


NOTICU  BIBLI0GRAFIC4.  379 

5q.  La  prometida  (  declaración  |  venida  de 
España,  |  de  las  prodigiosas  señales  del  |  mons- 
truoso Pescado  que  se  halló  en  un  rio  de  Polo- 
nia en  I  Alemania,  cuyo  retrato  se  embio  a  Es- 
paña, I  este  año  de  1624.  |  A  Don  Francisco  de 
Toledo  y  Solier.  |  Por  luán  Baptista  de  Morales 
su  Autor,  (Al  fin):  Impresso  en  Lima;  Por  Ge- 
ronymo  de  Conireras,  Año  de  1625.  | 

Empieza:  No  es  nueuo  auisar  Dios  a  los  hom- 
bres por  medio  de  animales 

Acaba:  ....so  cuya  corrección  e  hecho  esta  ex- 
plicación, sujetándome  en  todo  á  ella. 

F0I.-2  h. 

Reimpresión  de  la  anterior. 

60,  Jí<  Relación  verdadera  j  del  Avto  de  la  Fe, 
qve  se  celebro  j  en  la  villa  de  Madrid,  á  catorze 
días  del  mes  de  lulio  [  deste  presente  año  de 
1624.  I  Compuesta  por  el  Licenciado  Pedro  Ló- 
pez de  Mesa  |  residente  en  esta  Corte.  (Al  fin): 
Con  licencia  en  Madrid  por  Diego  Flamenco 
Año  de  1624.  I 

Empieza:  Si  se  huuieran  de  contar  porextenso 
las  cosas 

Acaba: y  darnos  su  gracia  para  que  le  sit- 
uamos, Amen.  (Sigue  una  aprobación  del  li- 
cenciado Alvarado  Calderón,  dada  en  Madrid 
á    17  Julio  1624.) 

Fol.~2  h. 

61.  Relación  verda  |  dera  de  la  gran  vitoria 
que  el  Chris-  |  tianissimo  Rey  de  Francia  ha  te- 
nido contra  el  Rey  de  Ingala-  j  térra  y  el  Conde 


380  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

Palatino  su  yerno,  de  vna  poderosa  armada  de  | 
c]uarenta  Galeones  bien  artillados  con  gran  nu- 
mero de  sóida-  |  dos,  en  la  qual  armada  venían 
también  muchos  grandes  de  In-  |  galaterra,  y  por 
General  della  el  Conde  Palatino.  Y  que  como  el  | 
Rey  de  Francia  con  solos  veinte  naos  desbarató  la 
armada,  y  |  echó  á  fondo  diez  nauios,  y  siete  que 
le  cogió  con  muchos  cau-  |  tiuos.  y  con  gran  nu- 
mero de  riquezas  y  mucha  artillería,  y  otros  | 
pertrechos  de  guerra  que  tenian  hechos  para 
saltar  en  tierra,  y  |  tomar  el  puerto  de  santa 
Marta,  amparo  y  defensa  de  toda  la  pro  |  uincia 
de  la  Picardía,  tierra  de  Francia,  para  vengarse 
de  la  per-  |  secucion  que  el  Rey  de  Francia  hizo 
al  Príncipe  de  Gales  |  quando  passo  en  España 
el  año  de  i023.  |  Traduzído  de  Francés  en  Caste- 
llano por  don  Iñigo  Perea.  (Estampeta).  Impresso 
con  licencia  en  Seuilla  por  luán  Serrano  de  I  Var- 
gas año  dé  1625. 

Cinco  romanes  que  empiezan,  á  la  vuelta  de 
la  portada: 

I.*    Desde  quevino  por  MatíO 

del  año  de  veinte  i  tres 

para  casarse  en  España 

el  Príncipe  de  Gales..^. 
a.*     Y  hechas  por  ambas  partes 

tan  grandes  conuocacíones 

las  campañas  se  cubrieron 

de  diversos  tornasoles 

3.*    Con  esto  el  mes  de  lulio 

del  año  de  veinttquatro 

vino  sobre  Santa  Marta 

el  Ingles  determinado 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  381 

4.*    Aqui  Belina  de  Toro 
sera  razón  que  te  quente 
los  particulares  hechos 
de  aquel  Sol  de  los  Franceses.. .. 
5.*    Vencidos  por  mar  y  tierra 
lacobo  y  el  Palatino, 
que  vanamente  pensauan 

ser  rayos  de  Ludouico 

4.*— 4.  h.  La  última  página  la  ocupa  un  es- 
cudo de  las  armas  imperiales. 

62.  Verda  (escudo)  dera  |  Relación  |  de  la 
gran  |  viioria  qve  el  Exce-  |  lentissimo  Dvque 
de  Fernán-  |  dina  á  tenido  sobre  Arenas  gordas, 
captivando  muchos  |  Moros  en  quatro  Navios 
que  les  quito,  y  vno  que  Uevavan  |  de  presa, 
con  muerte  de  muchos  dellos  que  dieron  |  fin  á 
sus  días  en  la  batalla:  la  qual  duró  desde  |  las 
cinco  de  la  mañana,  hasta  las  |  onze  de  el  día. 
(Estámpela),  Impresso  en  Sevilla  en  la  Impren- 
ta de  luán  de  Cabrera,  |  Con  licencia.  En  la  calle 
de  Martin  Cerón,  |  frontero  del  Correo  Mayor.  | 
Año  1624. 

Empieza  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Para  sa- 
lir en  Coso  mando  el  señor  Duque  de  Fernan- 
dina.... 

Acaba: á  los  que  mas  pusieron  á  riesgo  sus 

vidas,  ofrecía  mayor  premio.— Lavs  Deo.  (Sigue 
la  licencia  á  Juan  de  Cabrera  ) 

Fol,-2  h. 

')3.  Copia  de  carta  escrita  de  vn  Religioso 
del  Mo-  I  nasterio  de  señor  San  Felipe  de  Ma- 


382  ¡SOTIGIA  BIBLIOGRÁFICA. 

drid  de  la  Orden  de  señor  San  |  Agustín,  al 
P.  Prior  de  Osuna  de  la  misma  Orden. 

Empie:{a:  Por  consolar  en  parte  essa  Santa 
Comunidad  de  V.  P.  que  la  considero  tierna  de 
la  muerte  del  Duque  de  Osuna 

Acaba:  Basta,  Padre  mió.  nuestro  Señor  con- 
serve á  V.  P.  en  su  santo  amor,  y  gracia,  Ma- 
drid 27.  de  Setiembre  1624  — Consieruo  en  el 
señor.— Fray  luán  de  Sevilla  Religioso  Agus- 
tino. 

F0I.-2  h. 

Ó4.  Discvrso  de  mvchas  |  cosas  notables  y 
de  edificación,  |  que  dixo  c  hizo  en  la  prission» 
y  al  tiempo  de  |  su  muerte,  el  Excel.  Duque 
de  I  Osuna.  (Al  fin):  Irnpresso  en  Lima;  por  Gc- 
ronymo  de  Contreras  Año  de  1625.  | 

Empieza:  Para  consuelo  de  V.  S.  hiüe  esta 
breue  recopilación 

Acaba:  ó  por  lo  menos  esta   muy  cerca 

della. 

F0I.-2  h. 

65.  Relación  |  de  la  di-  j  chosa  vida  |  rover- 
te,  y  onras,  que  |  las  sagradas  religiones  de  |  la 
Villa  de  Madrid  hizicron  en  la  muerte  de  el  | 
R.  P.  M.  Fr.  Simón  de  Roxas,  Contcssor  |  de  la 
Reyna  nuestra  j  señora.  (Al  fin):  Impresso  en 
Sevilla  por  luán  de  Cabrera.  Por  original  |  im- 
presso por  Diego  Flamenco  en  Madrid  |  Año  de 
1623.  I 

Empieza.  Aviendose  conocido  la  buena  y  di- 
chosa vida..... 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  383 

Acaba: las  informaciones  por  Buleto  que 

vino  del  señor  Nuncio  para  ello. 
Fol,— 2  h.,  sign.  A. 

66.  Relación  |  de  la  presa,  que  Don  |  Diego 
Pimentel,  que  este  en  el  cielo,  Ge-  |  neral  de  la 
esquadra  de  Ñapóles,  hizo  |  á  la  vista  de  las 
islas  de  san  Pedro,  con  |  ocho  galeras  de  su 
escuadra,  quatro  de  Fio-  |  rencia,  y  tres  del 
Papa.  (Al  fin):  Con  licencia.  En  Madrid  por  luán 
Delgado. 

Empieza:  Salió  de  Ñapóles  á  los  ocho  de  Se- 
tiembre  

Acaba:  importaria  toda  la  presa  docientos 

mil  ducados,  antes  mas  que  menos. 

F0I.-2  h. 

Aunque  no  tiene  año  esta  Relación,  la  ponemos  en 
el  de  1624,  porque  el  malogrado  D.  Diego  Pimentel, 
de  quien  habla  Mendoza  en  su  carta  de  2  3  de  Noviem- 
bre de  dicho  año  (pág.  283),  debe  ser  el  que  mandaba 
en  este  combate,  que  murió  al  dia  siguiente,  4  de 
Octubre,  de  resultas  de  una  herida  de  bala  de  mosquete 
en  la  boca  del  estómago. 

67.  Socorro  |  qve    el  |  estado  |  eclesiástico  | 
de  España  |  parece  podia  hazer  |  al  Rey  |  Nues- 
tro Señor,  |  en  el  aprieto  de  hazienda  |  en  qve 
oy  se  halla,  |  con  menos  niengva  de  sv  |  inmu- 
nidad, I  y  avtoridad,  |  y  provecho  mayor  svyo» 
y  del  Reyno.  |  A  las  |  Iglesias  j  de  la  Corona  | 
de  Castilla.  |  Por  el  Maestro  Fr.  Ángel  Manri 
qve,  Abad  del  j  Colegio  de  San  Bernardo,  y  ca- 
tedrático de  Filosofía  Moral  j  de  la  Vniuersidad 


384  NOriCIA  BIBUOGRáFlOA. 

de  Salamanca.  |  En  Salamanca,  en  la  Imprenta 
de  Antonia  Ramírez.  |  Año  de  1624  | 

Empie^^a  (en  la  2.'  hoja):  Qvanto  es  mal  re- 
cibido en  el  Derecho,  que  el  Estado  Eclesiástico  ^ 

Acaba:  pedia  otro   niemorial    mas  largo 

que  este.— Lavs  Dec— 

Fol.— 16  h.,  sipn.  A,  y  paginadas  desde  la  2.' 
1.a  primera,  con  la  portada  y  á  su  vuelta  la  de- 
dicatoria, suscrita  en  Salamanca  10.  Octubre 
de  1624;  la  última  página  la  ocupa  el  Índice. 

Papel  curiosísimo,  pues,  siendo  su  autor  un  fraile 
sienta  y  defiende: 

•Que  á  España,  á  proporción  del  pucMo  que  tiene  le 
sobran  eclesiásticos;  y  que  esta  sobra  no  solo  no  es  del 
servicio  de  Dios  ni  de  autoridad  y  honra  de  su  Yglesia 
antes  tan  perjudicial  á  entrambos  fines,  que  por  »olo> 
ellos  se  debiera  iiacer  una  gran  reformación  aunque  la 
necesidad  del  Reino  no  apretara.» 

68.  ^  I  Relación  de  Andrés  |  de  Mendoza, 
capitvlaciones  |  de  los  señores  Marqueses  de  To- 
ral» y  boda  del  señor  |  Condestable  de  Castilla, 
mascara,  y  acompaña-  |  miento  de  su  Magestad.| 
A  la  Condesa  de  Olivares  mi  j  señora  guarde 
Dios.  (Al  fin):  Con  licencia  en  Madrid,  Por  Ber- 
nardino  de  Guzman. 

Empieza  (á  seguida  de  la  dedicatoria):  Deter- 
minado el  señor  Conde  de  Olivares  celebrar  lo.s 
bodasde  la  Marquesa  de  Lidie,  su  hija  única,  con 
el  Marqués  de  Toral  señor  de  la  casa  de  Guzman  .. 

Acaba: ...  .  Ha  sido  (la  fiesta)  de  las  lustrosas 
de  la  corte:  perdóneseme  el  olvido  de  algunas 
circunstancias,  pues  ingenio  de  hombres,  ni  me- 


NOTICIi    BIBLIOGRÁFICA.  385 

memoria  no  pueden  tenerla  de  todo,  protestando 
con  el  perdón  cobre  nueva  vida  la  relación,  y 
la  pluma  nuevos  alientos. 
FoL— 4  h.  sign.  A,  y  foliadas. 

Las  capitulaciones  de  los  Marqueses  de  Toral  tuvie- 
ron lugar  el  jueves  ii  de  Octubre,  la  máscara  el  lunes, 
y  el  miércoles  I7  la  boda  del  Condestable,  siendo  pa- 
drinos los  Reyes,  y  asistiendo,  como  no  podía  menos 
de  ser,  todo  lo  más  notable  de  la  Grandeza  de  la  Corte, 
y  más  de  cuatrocientos  entre  caballeros  y  Gentiles 
hombres  de  la  Boca  y  de  la  Casa.  Mendoza  detalla  mi- 
nuciosamente los  trages  de  los  Reyes,  los  de  los  Gran- 
des y  Caballeros,  el  aderezo  y  tapicerías  de  la  casa  del 
Condestable,  donde  merendó  el  Rey,  las  galas  de  la  Rei- 
na, Infanta  y  desposada,  etc.,  etc.;  siendo  por  lo  tanto 
una  de  las  más  curiosas  de  nuestro  Autor.  La  boda  de 
los  Marqueses  de  Toral,  ó  sea  de  D.  Ramiro  Nuñez  Fe- 
lipez  de  Guzman,  Señor  de  la  Casa  de  Guzman,  con 
Doña  María  de  Guzman,  marquesa  de  Liche,  se  efectuó 
en  9  de  Enero  del  siguiente  año  de  1625,  según  Mén- 
dez Silva  (I). 

69.  Verdadera  |  relación  |  de  las  admira-  | 
bles  Vitorias,  qve  |  an  sucedido,  assi  por  mar, 
como  en  tierra,  y  en  |  diferentes  partes,  en  fauor 
de  la  Christian  |  dad,  el  año  passado  de  mil  y 
seys  I  cientos  y  veynte  y  quatro.  (Esc.  Real.) 
Con  licencia.  |  Impressoen  Lima;  |  Por  Gerony- 
mo  de  Contreros;  Año  |  de  1623.  (Al  fin):  Im- 
presso  en  Lima;  por  Geronymo  de  Conereras; 
Año  de  1623. 


(I)  Breve,  curiosa  y  aiustada  noticia,  de  los  Ayos  y 
Maestros  que  hasta  oy  nan  tenido  los  Principes  Infantes 
V  otras  personas  Reales  de  Castilla.  Madrid,  1 634.-8.0. 

25 


386  NOTICIA  tlBLlOGtlFICA. 

Empieza  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Sábado 
veynte  de  Abril,  se  vieron  en  la  costa  de  Galicia.... 

Acaba: sin  tomar  para  si  mas  que  el  honor 

de  la  Vitoria. 

F0I.-2.  h. 

70.  Traslado  |  de  vna  carta  c  n  j  que  declara 
todo  lo  sucedido  en  los  Esta-  |  dos  de  Flandes, 
desde  fin  de  Agosto,  |  hasta  20.  de  Octubre  de  | 
1624.  I  El  desafio  de  cinco  del  Campo  |  del  Rey, 
contra  cinco  de  Mauricio,  y  también  de  los  qua- 
tro  (  baxeles  de  Dunquerque,  y  como  la  gente  de 
Mauricio,  |  intento  tomar  el  castillo  de  Ambcres, 
con  I  otras  cosas  sucedidas.  (Al  fin):  Impressa 
con  licencia.  |  En  Madrid,  Por  luán  Delgado.  | 
Afio  de  M.DC.XXIIII. 

Empieza:  Ya  auise  á  V.  merced,  como  el  Prin- 
cipe de  Polonia 

Acaba:  De  lo  demás  que  sucediere  yre  siem- 
pre auisando  á  v.  m.  á  quien  Dios  guarde.  De 
Ambers  y  Octubre  á  20.  de  1624.— Rodrigo  de 
Lara. 

F0I.-3.  h. 

71.  Traslado  |  de  vna  carta  |  en  qre  declara 
todo  lo  qve  |  ñ  sucedido  en  los  Estados  de  Flan- 
des,  desde  fin  de  Agosto,  |  hasta  los  veynte  de 
Noviembre,  de  este  |  año  de  1624.  1  También  se 
da  aviso  del  famoso  |  desafio  de  cinco,  del  Campo 
del  Rey,  contra  otros  cinco  de  el  Campo  |  de 
Mauricio,  y  también  de  los  quatro  baxeles  de 
Dunquerque,  |  y  como  la  gente  de  Mauricio,  in- 
tento tomar  el  Castillo  |  de  Ambcres,  y  Como 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  387 

dize  el  refrán,  viniendo  por  la-  |  na,  bolvieron 
trasquilados.  (Al  fin):  En  Sevilla  por  luán  de 
Cabrera,  por  original  |  Impresso  en  Madrid,  en 
la  imprenta  |  de  luán  Delgado.  1024. 

Empie^^a:  Los  dias  passados  avise  á  v.  m, 
como  el  Principe  de  Polonia 

Acaba:  De  lo  demás  que  sucediere  iré  siempre 
avisando  á  v.  m.  De  Amberes,  y  Noviembre, 
a  20  de  1624. 

Fol.— 2  h.  sign.  A. 

Reimpresión  de  la  anterior,  con  algunas  variantes. 
La  fecha  del  fin  debe  estar  equivocada,  pues  la  edición 
de  Madrid  descrita  antes  de  esta,  dice  Octubre  en  vez 
de  Noviembre. 

72.  Memorable  |  svceso,  qve  este  |  ano  de 
mil  y  seyscientos  y  veinte  |  y  quatro  á  veynte 
y  cinco  del  mes  de  Otubre,  se  vido  en  |  Seuilla, 
escrito  á  vn  amigo,  en  que  le  da  cuenta  de  como  | 
vn  hombre  auiendo  preso  á  su  muger  por  adul- 
tera, y  sen-  |  tenciados  á  degollar  por  manos  de 
su  marido,  se  le  entre-  )  garon  en  vn  cadahalso, 
para  que  executasse  la  sen  |  tencia:  declarase  el 
principio  del  caso,  el  |  medio  que  tuuo,  y  el  buen 
fin  I  que  se  consiguió.  I  Impresso  con  licencia  en 
Seuilla  por  Manuel  Ximenez,  año  de  1624. 

Empie:{a:  Por  ser  este  vn  caso  peregrino  y 
que  raras  veces  se  ve  con  entera  execucion 

Acaba:  acordándose  del  miserable  trance 

en  que  se  vieron.  Sea  nuestro  Señor  seruido  dar- 
nos gracia,  para  que  conozcamos  esta  suma  mi- 
seria, amen. 

F0I.-2  h. 


388  NOTICIA   BIBLIOGBÁFICA. 

73.    (Sin  título). 

Empieza: 

A  vosotras  las  casadas 
pido  que  viváis  alerta 
y  hagáis  vuestros  cenachos 
con  discreción  y  cautela. 

Fol.— 2  h.  (Manuscrito.) 

Es  un  romance  ó  relación  de  ciego;  se  refiere  al  mis- 
mo suceso  que  la  anterior. 

*  74.  Al  Dvqve  de  Medinasidonia  mi  |  señor, 
del  Consejo  de  Estado  de  su  Majestad,  ^'c  (Al 
fin):  Con  licencia,  en  Madrid  por  han  Gonfalez. 

Fol.— 2  h.  sign.  A. 
Impresa  en  este  tomo  pág 2(k). 

Es  lie  Andrés  de  Mendoza,  aunque  no  de  la  serie  de 
las  17  cartas;  está  fechada  en  23  de  Noviembre  de  1624. 
En  el  presente  ejemplar  no  viene  bien  el  reclamo  de  I.1 
primera  hoja  con  la  segunda,  quizá  la  falte  un  pliego 
en  medio,  y  entonces  tendría  cuatro  hojas. 

75.  Relación  |  de  la  entrada  qve  hizo  |  en  esta 
Corte  á  los  2.S.  de  Nouiembre  destcaño  de  |  1624 
el  señor  Don  Carlos  Archiduque  de  Austria,  |  Y 
como  le  salieron  á  rccebir  los  señores  lnfantcs,|y 
el  Rey  nuestro  señor,  con  'el  Duque  de  Neo-  j 
bur,  y  Clebes.  Y  el  recebimiento  que  se  le  |  hizo 
en  Alcalá  de  Henares.  |  Al  Excelentissinio  Señor 
Don  Ivan  |  Alfonso  Enriquez  de  Cabrera,  Almi- 
rante de  Castilla,  ^c.  (Al  ñn):  Con  licencia.  En 
Madrid,  |  por  Diego  Flamenco,  Año  1624. 

Empieza  (á  seguida  de  la  Dcd.  suscrita  por  el 
Doctor  luán  Antonio  de  la  Peña,  que  ocupa,  con 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  389 

el  título,  la  pág.  i."):  Aviendo  el  Viernes  pasado 
22  deste,  salido  desta  Corte  el  Señor  Almirante 
de  Castilla 

Acaba:  censura  que  da  el  discreto  á  los  pa- 
peles que  se  le  ofrecen  con  buen  desseo. 

Fol.— 2.  h. 

76.  Panegyrico  |  al  Sereniss.""  Señor  1  Ar- 
chidvqve  Carlos  |  de  Avstria.  |  En  sv  venida  á 
España,  (adorno)  Dedicado  |  al  Excelentissimo 
Señor  Don  \  Francisco  Christoval  Quevenhiller, 
Conde  de  |  Franquemburg,  Barón  de  Landts- 
cron,  I  i  Werem-  |  berg,  señor  hereditario  en 
Halto  Osterwitz.  i  |  Carlsperg,  Cavallerizo  ma- 
yor perpetuo  de  Ca-  |  rinthia,  Cavallero  de  el 
Orden  de  el  Tusón  |  de  oro,  de  el  Consejo  de 
Estado,  Gentil- 1  hombre  de  la  Cámara  de  el  Em- 
I  perador,  i  su  Embaxador  |  en  España,  |  ^c. 

Empieza  (después  de  la  portada,  y  la  dedi- 
catoria suscrita  por  su  autor  D.  Diego  de  Silva, 
que  ocupan  las  dos  primeras  hojas): 

Carlos  Augusto,  en  cuyo  excelso  nombre 

Cifró  tanto  poder  Naturaleza, 

Que  á  la  exageración  falta  renombre 

fíe  tu  valor  capaz,  de  tu  grandeza: 

Formándote  portento,  con  que  assombre 

De  su  pródiga  mano  la  destreza; 

Para  que  en  todo  fuesses,  sin  segundo, 

Vniversal  admiración  al  mundo. 

4.*— 14  h.,  sign.  A.  B.  C,  y  foliadas  desde 
la  3.*;  al  ejemplar  que  describimos  le  falta  la 
última,  que  no  sabemos  si  sería  blanca. 

Poemita  en  64  octavas. 


390  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

77.  ){(  Relación  |  de  la  gran  vito-  |  na  que 
tuuieron  las  galeras  de  Floren-  |  cía  en  el  Canal 
de  Constantinopla,  con  las  galeras  que  j  em- 
biaua  el  Rey  de  Argel  al  gran  Turco,  con  la 
garra-  |  ma  que  auia  cobrado  en  los  estados 
del  Poniente,  que  |  eran  dos  millones,  y  vn 
presente  de  treynta  cauti-  |  uos  christianos,  y 
ocho  donzellas  Calabresas,  j  en  veynte  y  ocho 
de  Nouiembre.  |  de  mil  y  seyscientos  y  veyn-  | 
te  y  quatro,  (Al  ñn):  Impresso  con  licencia  en 
Madrid  en  casa  de  Bernar  j  diño  de  Cuzman. 
Año  de  1623. 

Empei:^a:  Ks  de  todos  muy  sabido  como  al 
gran  Turco  le  rinden  y  pagan  parias  mucho6 
Reyes  del  Puniente..... 

Acaba:  .....contento  de  que  fuesse  hazienda  de 
tan  mal  enemigo. 

F0I.-2  h. 

78.  Nueuas  que  escrive  el  P.  Rector  del  Co- 
llegio  Ingles  de  Seuilla  á  22  de  Noviembre  de 
1C24,  De  la  Beatificación  del  Santo  Francisco  de 
Borja  y  fiestas  de  Madrid. 

Empieza:  El  estado  que  tiene  el  Rey  y  nación 
inglesa  es  el  mas  perplexo  que  han  tenido...^ 
Fol.—a  h.  (Manuscrito.) 

El  P.  Rector  debia  llamarse  Francisco  de  los  Ca- 
meros, y  la  carta  ir  dirigida  i  D.  Felipe  Manrique, 
Corregidor  del  Cuzco,  según  dice  un  segundo  títu- 
lo. Al  copiarla  equivocaron,  sin  duda,  el  mes,  po- 
niendo Noviembre  en  vez  de  Diciembre,  pues  la  bea- 
tificación fué  por  bula  de  3  3  de  Noviembre  de  este 
mismo  aiío. 


NOTICU  BIBLIOGRÁFICA.  39 1 

*  79     Carta  que  escribió  un  señor  desta  Corte 
á  vn  su  amigo. 
F0I.-2  h. 

Impresa  en  este  tomo  pág 289 . 

No  tiene  fecha  pero  debió  imprimirse  á  fines  de  1624. 
Es  la  i6.*  de  las  de  Andrés  de  Mendoza. 

80.    Carta  |  qve  vn  amigo  |  escriue  á  otro, 
auisando  de  vn  |  presente  que  se  hizo  á  su  Ma- 
gestad,  I  y  otras  cosas,  j  Año  (adorno)  1624. 
En  22  octavas,  la  primera: 

Después  Don  Diego  que  me  days  licencia 
Para  que  en  este  género  os  escriua 
Sucessos  de  la  corte,  cuya  ausencia 
En  vuestro  mismo  desengaño  estriua: 
No  a  tenido  ocasión  mi  diligencia 
(Puesto  que  á  mil  cuydados  sucessiua) 
Para  admiraros  mas,  si  ser  pudiera 
Que  en  vuestro  ingenio  admiración  cupiera. 
4°-4h. 

En  un  documento  qoe  tenemos  á  la  vista,  firmado  y 
signado  en  Guadalcanal  en  4  de  Octubre  de  1625  por 
el  escribano  Juan  Vázquez  Tamayo,  se  llama  á  D.  Juan 
de  Oñate  «Adelantado  de  las  provincias  de  la  Nueva 
Méjico,  Gobernador  y  Capitán  general  de  las  dichas  pro- 
vincias. Visitador  general  de  las  minas  y  escoriales 
de  estos  Reinos  y  Señoríos  por  el  Rey  nuestro  Señor.» 
Quizá  este  último  nombramiento  se  resolviera  en  la 
Junta  que  se  hizo  en  casa  del  Marqués  de  Alenquer 
«sobre  el  ensayo  de  unas  minas que  se  han  descu- 
bierto en  Castilla»  de  que  habla  Mendoza  (pág.  298). 
Algo  también  parece  deducirse,  referente  al  mismo  asun- 
to y  á  la  importancia  que  se  le  dio,  de  las  dos  octavas 
siguientes  que  son  la  6.*  y  7.*  de  esta  Carta; 


392  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

Feliz  principio  de  la  plata  fina 
Que  cerca  de  los  Montes  Carpentanos 
Saca  de  las  escorias  de  una  mina 
Que  dexaron  labrada  los  Romanos: 
Esta  (el  Invierno  fuera)  determina 
Labrar  de  nuevo,  con  discursos  llanos 
Que  si  riqueza  tal  la  escoria  ha  dado 
La  suya  vendrá  á  ser  la  que  ha  buscado. 

Vn  ensaye  también  hizo  importante 
Del  metal  de  las  minas  de  Calcena, 
Y  á  las  de  Cartagena  de  Leuante, 
Vltimamentc  su  partida  ordena: 
En  tanto  pues  que  á  su  valor  constante 
Agradecida  España  se  desbena 
Oyd  el  que  dio  al  Rey,  presente  rico 
Que  es  el  que  en  estos  versos  os  dedico. 

8i.    Hymeneo  |  á  las  bodas  de  |  doña  Ana 
Enriquez  |  de  Ribera,  y  don  Pedro  |  Faxardo 
Marques  |  de  Molina.  |  Hecho  á  instancia  de  vn 
amigo  del  dicho  |  Marques.  |  Valladolid  en  la 
imprenta  de  Fran-  |  cisca  de  los  Rios,  año  1624- 
Empie:^a  (á  la  vuelta  de  la  portada): 
Crespas  las  hebras  de  oro 
El  que  Thesalio  filé  pastor  vagante, 
Illuminaua  el  Toro, 
Que  lupiter  Tonante 
Fixó  en  el  tachonado  pauimento» 
Ya  Progne  en  su  lamento 
Que  el  año  amanecia, 
De  flores  argentado  repetia. 
Quando  en  el  valle  vmbroso..... 
8.*— 8  h.  sign.  A,  y  foliadas. 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  393 

AÑO  DE  1625. 


82.  Discvrso  I  político  |  del  desempeño  del 
Reyno,  |  segvro  de  la  mar,  y  defensa  de  |  las 
costas  de  la  Monarquía  de  j  España.  |  A  la  Ma- 
gestad  Católica.  (Esc.  Real.)  En  Madrid  |  XXI  de 
Mayo,  Año  M.DC.XXIIII. 

Emp\e:{a  (en  la  hoja  2.*):  Señor— El  Licen- 
ciado Murcia  de  la  Llana 

Acaba: y  de  luz  para  tomar  resolución  en 

lo  que  más  conuenga  al  seruicio  suyo,  y  destos 
Reynos.— ElLic.  Francisco  Murcia  déla  Llana. 

Fol.— 24  h.  sign.  A,  y  foliadas  hasta  la  12. 

La  primera  hoja  es  la  portada  con  la  vuelta  en  blan- 
co, y  está  también  en  blanco  la  última  página. 

Debió  acabarse  de  imprimir  este  Discurso  en  i625, 
de  cuyo  aíío  cita  una  pragmática,  y  es  tan  curioso  que, 
para  dar  una  ¡dea  de  él,  insertamos  á  continuación  el 
primer  párrafo  íntegro: 

•El  Licenciado  Murcia  de  la  Llana,  criado  de  V.  M., 
y  su  Corrector  general  de  libros,  dize,  que  consideran- 
do el  estado  y  empeño  en  que  está  la  Real  hazienda 
de  V.  M.  auiendo  venido  á  tal  estremo,  que  come  la 
casa  Real  la  renta  del  año  de  veinte  y  seis,  constando 
estos  asientos  casi  un  tercio  de  daño,  procediendo  esta 
desdicha  de  auer  hallado  V.  M.  quando  entró  á  Reynar, 
su  patrimonio  tan  acabado  y  exausto,  que  es  milagro 
el  que  su  divina  Magcstad  obra  en  la  conservación  de 
esta  Monarquía,  pues  no  ay  renta  que  poder  vender,  ni 
gracia  que  poder  hacer,  que  todo  no  esté  assolado.  Los 
oficios  que  eran  renunciables  los  ha  hallado  V.  M.  com- 
puestos perpetuamente;  otros  passados  en  sus  sucesso- 
res:  no  hay  de  que  echar  mano  ni  adonde  boluer  los 


394  NOTICIA   BlBLIOGBÁFtGA. 

ojos,  sino  es  á  Dios,  que  de  luz  para  que  se  halle  algún 
medio  suaue  con  que  poder  acudir  á  tanta  aflicción.» 

Propone  una  contribución  sobre  las  herencias  y  la 
defiende  graciosamente  dicicndo: 

«Y  esto  será  fácil  porque  el  que  muere  acá  se  lo  deja, 
y  el  que  lo  hereda  lo  dará  de  buena  gana,  porque  será 
como  el  que  juega  y  gana,  que  dá  con  gusto  el  barato.* 

Propone  también  el  descuento  sobre  todas  cuantas 
cantidades  se  paguen,  «esceptuando  desta  cootribucioa 
los  sueldos  de  soldados.» 

83.  Memorial  I  para  el  Rey  nves-j  tro  Señor,  en 
sv  Conseio  |  de  Kstado.  j  Cerca  |  de  la  reducción 
de  la  moneda  |  de  vellón.  (Esc,  Real).  En  Madrid» 
año  M.DC.XXV. 

Empiei(a  (en  la  2.*  hoja):  Siendo  tan  graues 
los  daños  que  ha  causado  la  subida  del  vellón  á 
estos  Reynos,  destruyendo  totalmente  el  comer- 
cio de  los  naturales... . 

Acaba:  Y  á  V.  M.  suplico  lo  mande  ver  y 
censurar,  y  que  se  consulte  lo  que  pareciere. 
Guarde  Dios  la  Católica  persona  de  V.  M.,  firc. 
Madrid  2.  de  Febrero  1625.— D,  Lorenzo  Brandon. 

4.*— -6  h.  sign.  A,  y  foliadas.  La  vuelta  de  la 
portada  y  las  tres  últimas  páginas  en  blanco. 

84.  Relación  |de  la  batalla  qve|Nuño  Albarez 
Botello,  General  de  la  |  Armada  Portuguesa  de 
altobordo,  del  mar  de  la  India,  tuuo  |  con  las 
Armadas  de  Olanda,  y  Inglaterra  en  el  Estre- 
cho I  de  Ormuz.  De  que  vino  el  auiso  en  20.  |  de 
Febrero  deste  año  de  i626.|Impresso  con  licencia 
de  los  Señores  del  Consejo  Real,  en  j  Madrid,  en 
casa  de  Bernardino  de  Guzman,  |  Año  de  1626. 


NOTICIA    BIBLIOGRÁFICA.  395 

Empieza:  Salió  Ñuño  Albarez  Botello  Capi- 
tán General  de  la  Armada  de  altobordo  de  la 
mar  de  la  India 

Acaba: muchas  Vitorias  contra  los  enemi- 
gos de  la  Fee,  y  de  la  Santa  Iglesia  Católica, 

F0I.-2  h. 

Esta  Relación  y  la  siguiente  son  ¡guales,  y,  según  el 
contenido,  la  batalla  fué  por  Febrero  de  1625. 

85.  Relación  ¡de  la  batalla  qvejNuño  Aluarez 
Botello,  General  de  la  ar  |  mada  Portuguesa  de 
altobordo,  del  mar  de  [  la  India,  tuuo  con  las 
armadas  de  01anda,Jé  Inglaterra,  en  el  estrecho 
de  Or-  I  muz:  por  el  mes  de  Febrero  |  de  1625. 
años.  (Al  fin):  Impresso  en  Lima;  Por  Geronymo 
de  I  Contreras;  Año  de  1626. 

Empie:(a:  Salió  Ñuño  Aluarez  Botello  Capitán 
General  de  la  armada^ .. 

Acaba: contra  los  enemigos  de  la  Fe,  y  de 

la  Santa  Iglesia  Católica.— Lavs  Deo. 

Fol.— 2  h.  sign.  A. 

86.  Relación  de  la  par-jtida  del  Señor  Duque 
de  Neosburque,  y  |  copia  de  vna  carta  de  su 
Confessor,  á  vn  Padre  de  la  |  Compañía  de  lesus 
de  Alcalá.  |  Impresso  con  licencia  en  Madrid 
en  casa  de  Bernardino  de  |  Guzman,  Año  de 
1(325. 

Al  título  sigue  la  Carta  suscrita,  «Butrago, 
Marzo  i6de  1623, — SuhijoTheodoroVramosin,» 
y  después  el  texto  que  empieza:  Testigo  es  Dios 
que  en  los  cinco  meses  y  ocho  dias  que  ha  estado 
en  la  Corte 


39^  NOTICIA  BIBLIOGBÁFICA. 

Acaba: remitiré  á  V.  C.  de  Alemania  di  fin 

de  nuestro  viaje,  y  en  el  de  la  salvación  nos  le 
de  Dios  bueno, 

F0I.-2.  h. 

87.  Relación  |  embiada  |  á  vn  perso-  |  nage 
de  esta  civdad,  j  avisándole  de  algvnos  or-  |  di- 
narios  que  de  Italia,  y  otras  partes  an  venido 
á  la  Cor-  |  te  de  Su  Magestad,  y  de  la  muerte  de 
lacobo  Rey  |  de  Inglaterra,  y  Coronación  |  de 
su  hijo.  I  También  se  avisa  de  los  lutos  que  por 
su  muerte  pusieron  Sus  Ma  |  gestades,  y  como 
en  la  villa  de  Madrid  nacieron  dos  niñas  |  pega- 
das, con  dos  caberas,  quatro  pies  y  quatro  bra- 
90S,y  I  un  ombligo,  recibieron  agua  de  bautismo, 
y  murie-  |  ron,  y  oy  su  madre  esta  viva.  |  en  la 
Corte,  (figurita).  (Al  fin):  Impresso  en  Madrid 
con  licencia,  en  casa  de  Diego  Flamen  |  co,  y 
por  su  original.  En  Sevilla  por  luán  |  de  Cabre- 
ra. Año  de  I  1623. 

Empie:ja:  Kn  veinte  y  tres  de  Abril,  llegó  Or- 
dinario de  la  Ciudad  de  Barcelona 

Acaba: pues  son  el  báculo  de  nuestra  Es- 
paña, y  de  paz  entre  crhistianos.—  Lavs  Dco. 

F0I.-2  h. 

88.  Verdadera  |  relación  de  la  |  victoria,  qve 
han  tenido  |  vnas  naos  de  Vnqvcrqve  con  vna  ( 
armada  de  Olanda,  cerca,  y  á  la  vista  de  Cales, 
puerto  I  del  Rey  de  Francia,  este  año  de  mil  y 
seis-  I  cientos  y  veynte  y  cinco.  |  Va  inserto  con 
esto,  I  la  memoria  de  los  Principes  y  señores,  | 
que  por  mandado  de  su  Magestad  van  á  recorrer 


NOTICIA.  BIBLIOGRÁFICA.  397 

las  costas  |  de  España,  y  preuenirlas  de  lo  neces- 
sario,  I  con  otras  cosas  curiosas.  (Escudo)  Im- 
presso  con  licencia  en  Madrid  por  Diego  Fla- 
menco, y  por  su  origi-  |  nal,  por  Simón  Faxar- 
do,  año  de  1625. 

Empiej^a  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Despves 
de  aver  salido  el  Conde  Mansfel  tan  desbara- 
tado  

Acaba:  si  fueren  pocos,  y  si  se  alargase  el 

tiempo  se  le  darán  cada  mes. 

F0I.-2  h. 

89.  Feliz  I  victoria  |  qve  don  Baltasar  |  de 
Barradas^  cavallero  del  |  abito  de  San  luán,  y 
Capitán  General  de  vn  exercito,  por  |  la  Católica 
Magestad  del  Rey  nuestro  señor,  ha  tenido  en  | 
los  presidios  y  tuercas  de  la  Baltolina,  contra  vn 
exercito  |  de  Franceses  y  Saboyanos,  que  esta- 
uan  de  guarnición ,  pas-  |  sando  á  cuchillo  casi 
dos  mil  dellos,  y  les  gano  dos  fuercas  |  de  mucha 
consideración.  Auisase  también  otras  |  muchas 
cosas  de  Flandes,  Inglaterra,  Francia,  |  y  Italia. 
Fecha  en  Madrid  á  19.  de  Agosto  |  deste  año 
de  1625.  (Esc.  Real.)  (Al  fin):  Impresso  con  li- 
cencia del  señor  Teniente  don  Luys  Ramírez  de 
Are  I  llano,  en  Seuilla  por  Simón  Faxardo,  en 
la  calle  de  la  Sierpe,  |  en  la  calleja  de  las  Mocas. 
Año  de  1625.  I 

Empie^^a:  Don  Baltasar  de  Barradas,  Caua- 
llero  del  Abito 

Acaba: para  desde  allí  pasar  donde  su  Ma- 
gestad le  ordenare. 

F0I.-2  h. 


39^  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

90.  Discurso  y  relación  sobre  la  Inpresa  de 
la  Vaya  de  san  Saluador  del  Brasil  hecho  por 
el  Gouernador  luán   Vicencio  San  Feliche  ótc. 

Empieza:  Acabóse  el  año  i6ao  la  tregua  hecha 
entre  su  Magestad  y  los  rebeldes  Estados  de 
Olanda 

Fol.— 13  h.  (Manuscrito.) 

91.  Svcessos  de  Cádiz  |  y  entrada  del  ene-  | 
migo  Glandes  en  su  Baia.  |  (Al  fin):  Impresso 
en  Lima;  Por  Geronymo  de  Contreras;  |  Año 
de  1626.  I 

Empie:(a:  Sabodo  primero  de  Nouiembre,  dia 
de  todos  Santos 

Acaba:  Permita  Dios,  que  escarmentando  en 
su  daño,  tengamos  presto  auiso  de  su  ruyna. 

Fol.— 2  h.  sign.  A. 

92.  Relación  del  |  Avto  general  de  la  fe  qve 
se  cele-  |  bro  en  la  Ciudad  de  Cordoua,  ¿  dos 
dias  del  mes  de  Diciembre  deste  presente  |  año 
de  mil  y  seyscientos  y  veinte  y  cinco,  Por  los 
señores  Licenciados  don  Damián  |  de  Armenia 
y  Valen9uel8,  Arcediano  y  Canónigo  dcsta  Santa 
Iglesia.  Don  |  luán  Rcmircz  de  Contreras  del 
Habito  de  Sanctiago.  Y  el  D.  Chrisíoual  |  de 
Mesa  Cortes  Canónigo  de  la  mesma  Sancta  Igle- 
sia. Inquisi  I  dores  Apostólicos  de  la  mesma 
Ciudad.  I  Al  lUustrissimo  Señor  don  Andrés  Pa- 
checo, I  Obispo,  y  Inquisidor  General,  óíc  (Al 
fin):  En  Cordoua,  Por  Francisco  Romero,  Im- 
pressor  del  Santo  Officio  de  la  Inquisición,  y  por 
su  I  mandado,  con  especial  Decreto  de  prohibi- 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  399 

cion,  para  que  otro  ninguno  lo  pueda  imprimir, 
ni  co  I  sa  tocante  á  el.  Sopeña  de  Excomunión 
mayor,  y  de  veinte  mil  marauedis,  y  perdimien- 
to de  I  los  moldes. 

Empie:{a  (á  seguida  del  título  y  de  la  Dedi- 
catoria suscrita  por  el  Licenciado  luán  Paez  de 
Valencuela):  Viernes  treinta  de  Octubre  deste 
Año 

Acaba:  como  á  la  Christiandad  le  haze  me- 
nester. 

Fol.— 6  h.  sign.  desde  la  2,'  A-B;  la  primera 
es  una  portada  orlada,  con  la  vuelta  en  blanco, 
que  dice: 

Exurge  Do  |  mine  et  iudi-  |  ca  cavsam  tvam.  |  Anno 
(Esc.  de  la  Inquisición.)  1625.  |  Hostium^nostrvm  |  Do- 
mine, elide  superbiam,  &  eo-  |  rum  contumatiam,  dex- 
teree  |  tuaí  virtute  prosterne. 

93.  Nvevo  j  descubrimiento  |  del  gran  Gatha- 
yo,  ó  Reynos  de  Ti-  |  bet,  por  el  Padre  Antonio 
de  An-  |  drade,  de  la  Compañia  de  |  lesvs,  Por- 
tugués, I  en  el  año  1624.  (Al  fin).  Está  impressa 
esta  Relación  del  Catayo,  con  licencia,  |  Madrid, 
en  casa  de  Luis  Sánchez,  impressor  del  Rey  | 
nuestro  señor,  y  del  Reyno,  año  1627.  |  Laus 
Deo. 

Empie:![a:  Entre  las  grandes  felicidades  y  Vi- 
torias del  notable  año  de  1623 

Acaba:  y  en  la  bendición  de  V.  R.  mucho 

me  encomiendo    &c.  Agrá,    8    de   Nouiembre 
de  624.--Antonio  de  Andrade. 

4.*— 12  h.  signadas  A,  y  foliadas. 

Aunque  el  descubrimiento  fué  á  fines  del  año  1624, 


400  NOTICIA  bibliogrífica. 

en  esta  Relación  precede  á  la  Carta  del  P.  Andrade  uu 
ligerísímo  resumen  de  los  felices  sucesos  (asi  los  lia* 
ma)  del  de  1625,  por  lo  cual  la  colocamos  aquf;  debe 
haber  impresión  de  1626,  según  la  Segunda  carta. 
Véase  el  núm.  107  y  último  de  esta  Noticia. 


AÑO  DE  i6a6. 


04.    * (Sin  título). 

Empieza:  Quando  las  Indias  no  deuieran  otra 
cosa  a  España.... 
F0I.-2  h. 
Impresa  en  este  tomo  pág Sog. 

Esta  debe  ser  la  edición  primitiva,  hecha  en  Madrid, 
lleva  la  fecha  de  27  de  Enero  de  1626. 

Aunque  no  es  de  la  serie  de  las  de  Andrés  de  Men- 
doza la  hemos  incluido  en  este  volumen  por  ser  del 
mismo  género,  y  por  que  dá  algunas  noticias  de  suce- 
sos de  los  años  1625  y  1626  que  no  se  encuentran  en 
la  1 7.*  y  última,  á  pesar  de  que  una  y  otra  se  refieren 
casi  al  mismo  periodo. 

93.  Nuevas  |  de  Castilla,  qve  |  an  venido 
este  I  presente  año  de  1626.  (Al  fin):  Impressoen 
Lima;  Por  Gerónimo  de  Contr«ras,  Año  de  1626. 

Empiei^a:  Quando  las  Indias  no  deuieran  otra 
cosa  a  España 

Acaba:  .....Pación  de  Santo  Domingo  al  Li- 
cenciado Gerónimo  de  Alcocer. 

Fol.— 2  h.  sign.  A. 

Reimpresión  de  la  anterior,  con  la  singularidad  de 
tener  al  fin  las  mismas  Provisiones  para  el  Perú  y  Nue- 


NOTICIA   BIBLIOGRÁFICA.  4OI 

va  España,  que  la  17/  y  última  de  la  Colección  (pa- 
ginas 334-36)  aunque  en  distimo  orden. 


96.  Copia  de  vna  carta  escrita  |  por  vn  Estu- 
diante desta  Vniuersidad  de  Salamanca,  |  á  don 
luán  de  la  Sal  y  Aguilar,  Obispo  de  Bona,  del  | 
Consejo  de  su  Magestad:  donde  se  declara  |  la 
destruycion  que  hizo  la  auenida  |  grande  del  rio 
Tormes.  |  Impressa  con  licencia  del  Ordinario, 
y  del  Señor  Corregidor.  En  Salamanca  |  en  casa 
<ie  Antonia  Ramírez,  este  año  de  1626.  | 

Empie:^a:  Movido  de  dos  razones  mas  que 
negligente  en  el  seruicio  de  V.  S 

Acaba:  y  aprobadas  por  el  Señor  Corre- 
gidor. Si  se  ofrecieren  otras  avisare  á  V.  S.  ^c. 

Fol.— 2.  h.  sign,  A. 

97.  El  Cisne  Negro  |  Poema  trágico,  de  las 
Inundaciones  |  del  Tormes,  y  estragos  de  Sala- 
manca en  I  26.  de  Henero,  y  12.  de  Febrero  |  de 
1636.  años.  I  Compuesto  por  Don  Antonio  Alua- 
rez,  estudiante  desta  Vniuer-  |  sidad,  con  licen- 
cia del  Ordinario,  y  del  señor  Corregidor,  (  im- 
pressas  por  Diego  de  Cussio.  |  Dedicado  A  Don 
Antonio  Cordonero  Obispo  de  Salamanca,  |  del 
Consejo  de  su  Magestad,  8fc. 

Empie^^a  (en  la  pág.  2,  después  del  título,  y 
la  dedicatoria  en  tres  octavas,  que  ocupan 
la  i.«): 

Era  llaue  dorada  el  Sol  luciente 
de  los  cristales  que  su  buelta  abría 
en  arca  de  Saphiro  transparente 
en  vrna  celestial  que  despedia 


402  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

vn  mar  aun  cmispherio,  ingrata  fuente, 
de  quien  turbado  el  claro  autor  del  dia, 
temeroso  dudó  no  pocas  vezes 
por  tantas  aguas  alcanzar  los  pezes. 

Fol,— 2  h.  sign.  A. 

Es  un  poemita  en  40  octavas. 

98.  Relación  en  Madrigales,  que  declara  \os 
traxicos  su  |  cessos  que  causo  la  inundación  de 
Tormes  en  Sala-  |  manca  despojándola  de  su 
arrabal,  quitándole  sus  ha  |  zeñas  destruyéndo- 
les las  vegas,  sotos,  y  riberas;  ayu  |  dado  del 
proceloso,  y  furibundo  Eolo,  y  el  ignibo-  |  mo 
Bulcano:  este  año  de  1626.  á  los  26.  de  Ene  |  ro: 
á  donde  se  añade  la  segunda  inunda-  |  cbn,  y 
el  orrendo  caso  que  cau-  |  so  en  la  puente  u. 
de  I  Febrero.  |  Compuesto  por  Francisco  Celorrio 
y  Pinilla  Numantino,  j  cursante  en  esta  V'niucr- 
sidad.  Con  licencia  del  Ordina  |  rio,  y  del  Señor 
Corregidor,  por  Diego  Cussio.  (  Dirigida  al  lUus- 
trissimo  Señor  D.  Lorenzo  de  Figueroa  Caua- 
llero  I  del  habito  de  S,  luán,  y  Comendador  de 
Pazos,  y  Peñalen. 
Empie:i[a: 

Con  ojos  ciento  miro 
y  cien  vezes  de  verlo  me  retyro, 
mirando  atentamente 
aqueste  nueuo  caso  este  acídente 
milagros  y  prodigios 
del  cielo  las  señales,  y  vestigios-... 
Acaba  con  la  «Summa  de  la  Licencia,*  Sala- 
manca á  8  de  Febrero  de  1626. 
Fol.— 2  h.  sign.  A. 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  403 

99.  Relación  de  la  avenida  del  Rio  de  Sevi- 
lla, y  de  su  ¡inundación  á  los  últimos  de  enero 
del  año  de  1626. 

Empieza:  Muchas  cosas  se  requieren  para  la 
perfección  de  una  historia  pero  la  mas  impor- 
tante es  la  verdad 

4.**— 20  h.  (Manuscrito.) 

Según  esta  Relación,  las  pérdidas  materiales  fueron 
de  ocho  millones  doscientos  ochenta  y  un  mil  ducados. 

100.  >í<  I  Relación  |  cierta ,  y  |  verdadera  de 
la  I  presa  que  las  Galeras  del  gran  Du-  |  que  de 
Florencia,  juntamente  con  la  Patrona  |  de  Sicilia, 
y  su  esquadra,  han  hecho  de  vn  |  Nauio  de  Cos- 
sarios.  Turcos,  Moros,  y  |  Renegados,  que  an- 
dauan  robando  en  |  la  Costa  de  Cataluña,  en  g. 
de  I  Abril  de  1626.  |  Compuesto  por  Francisco 
Cardoso  de  Acuña,  na  |  tural  de  Lisboa,  soldado 
de  las  Galeras.  (Estampeta)  Con  licencia  impres- 
so  en  Madrid  |  en  casa  de  Bernardino  de  |  Guz- 
man,  | 

Etnpie^^a  (á  la  vuelta  de  la  portada):  Viernes 
á  tres  de  Abril  llegaron  á  esta  Ciudad  de  Bar- 
celona  

Acaba:  El  dia  siguiente  llegaron  las  seis  gale- 
ras que  auian  quedado  en  Tarragona».—  Laus 
Deo.— 

F0I.-2  h. 

loi .    * 1 1 1 (Sin  título). 

F0I.--2  h. 

Impresa  en  este  tomo  pág 32 1 

Es  la  17."  y  últimadela  serie.  Desdela  i3.*  inclosive, 


404  NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA. 

ademas  del  título,  tienen  todas  en  la  margen  superior 
derecha  su  número  correlativo;  la  presente  no  tiene  mas 
que  el  número  (17)  y  tres  crucecitas  en  el  centro.  Es  I« 
peor  impresa  de  todas  y  en  peor  papel. 


102.     AI  111.-»  i  Rev.-  S.»'  I  Cardenal  Fran- 
cisco I  Barberino,  |  Legado  de  Sv  Santidad,  j  En 
sv  venida  á  España.  (Escudo)  Año  M.DCJCXVI. 
Empie}[a: 

Quando  (6  Principe  excelso)  tus  honores 
Intento  retratar,  i  tu  nobleza, 
Préstame  liberales  tus  favores. 
De  el  animo  humanando  la  grandeza: 
Al  pincel,  los  finissimos  colores 
De  tus  virtudes,  celen  la  rudeza; 
El  afecto,  tal  vez,  yerros  permite. 
Perdona  el  yerro,  i  el  afecto  admite. 
4.*— 12    h.   sign.  A.  B.  C,  y   foliadas    desde 
la  3.*,  en  que  empieza  el  texto  con  la  palabra 
Panegírico:  las  dos  primeras  contienen  la  por- 
tada y  la  dedicatoria  suscrita  por  D.  Diego  de 
Silva.  A  nuestro  ejemplar  le  falta  la  última  hoja 
que  probablemente  estaría  en  blanco. 

io3.  Relación  de  todo  lo  1  Sucedido  en  la 
Legacia  del  Ilustrissimo  señor  don  Francisco 
Bar  I  barino,  sobrino  de  la  Santidad  de  N.  Bca- 
tissimo  padre  Vrbano  |  Octauo,  donde  se  refiere 
su  jornada  desde  Roma  á  esta  Corte.  En  |  trada. 
Recibimiento,  Visitas  assi  á  los  señores  Reyes  y 
Infantes,  |  como  á  los  Monesterios  de  Monjas,  y 
frayles  Bautismo,  y  Pro  |  cession  del  Corpus 
Va  también  el  traslado  de  la  carta  que  su  |  San- 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  405 

tidad  enbio  á  la  Reyna  N  S.  |  Hecha  y  ordena- 
da por  don  luán  de  la  Rea.  (Al  fin)  Con  licencia 
en  casa  de  Bernardino  de  Guzman. 

Empieza:  Sv  Santidad  como  tan  zelosodel 
bien  vniuersal  de  la  Iglesia,... 

Acaba: y  fiie  vno  de  los  mayores  y  de  ma- 
yor deuocion  que  vio  la  Corte. 

104,    Discvrso.  (Sin  mas  titulo.) 

Empie^^a:  Viendo  el  Maestre  mayor  de  la 
ñaue  de  la  Iglesia 

Acaba:  .....y  de  buen  exemplo  para  alentarse 
al  diuino  seruicio. 

4.*— 22  h.  sign.  A-F,  y  foliadas. 

Dividida  en  párrafos  cuyos  epígrafes  copiamos  aquí, 
para  dar  una  idea  del  contenido  de  esta  Relación;  no 
«abemos  si  le  faltará  al  presente  ejemplar  alguna  hoja 
ú  hojas  al  principio,  con  portada  y  preliminares.  Los 
epígrafes  son  estos:  lomada  del  Conde  de  Oñate.— Jor- 
nada del  Conde  de  Puñoenrostro.— Entrada  del  Rey  N.  S. 
por  la  posta.— Aparato  para  la  entrada  del  señor  Lega- 
do.— Acción  del  Duque  de  Sessa.— Entrada  del  señor 
Legado  en  esta  Corte.— Recámara  del  señor  Legado.— 
Recibimiento  del  Rey  N.  S.— Aparato  de  la  casa  del 
señor  Legado. — Visita  el  señor  Legado  á  Jos  Reyes. — 
Bautismo  de  la  señora  Infante.— De  las  libreas  que  se 
dieron  este  dia.— Fiestas  del  Santissimo  Sacramento. 

io5.  Aparato  |  festivo  en  |  elbavtismo  de  la| 
Serenissima  Infanta  D.  Maria  |  Eugenia,  cele- 
brado con  esplendida  pompa  en  la  Real  Capilla  | 
de  su  Magestad,  á  siete  de  lunio  deste  presente  \ 
año  de  1626.  |  Al  Marques  de  Rol,  Feudatario 
Imperial  Embaxador  del  se-  |  renissimo  señor 


406  NOTICÍA  BIBLIOGRÁFICA. 

Duque  de  Modena,  Cauallero  |  del  Abito  de 
Santiago,  8fc.  (AI  fin):  G)n  licencia  en  casa  de 
Bernardino  de  Guzman.  | 

Empieza:  Magestuosas  grandezas  de  España... 

Acaba:  Preuienense,  sarao,  mascaras,  enca- 
misada, toros,  y  cañas,  para  aplaudir  la  presen- 
cia de  tal  huésped,  y  solenizar  el  regozijo  de 
otros  felizes  sucessos. 

F0I.-2  h. 

La  primera  página  la  ocupan  el  título  y  la  dedicatoria 
suscrita  por  el  Doctor  Antonio  Ferrari,  Capellao  de  Su 
Mageatad;  el  texto  empieza  en  la  2." 

106.  Verissima  f  Relación  en  |  qve  se  da 
q venta  en  el  estado  j  en  que  están  las  guerras 
en  las  Filipinas,  y  Reynos  de  el  |  lapon,  contra 
los  Olandeses.  Y  los  famosos  hechos  |  de  don 
Fernando  de  Silva  Sargento  mayor,  |  con  la  gran 
Vitoria  que  tuvieron  los  Españo-  |  les,  dego- 
llando quatrocientos  |  Olandeses.  Año  de  (  1626. 
(Al  ñn):  Impressa  con  licencia  de  |  el  señor  Don 
Luys  Remirez  de  Arellano,  Teniente  |  Mayor  de 
Sevilla.  I  En  Sevilla,  por  I  van  de  |  Cabrera, 
frontero  del  Correo  Mayor.  |  Año  1626. 

Empie:(a:  Daré  qventa  de  lo  que  en  etti9 
partes  remotas  ay  de  nuevo..... 

Acaba: pero  si  son  las  mugeres  Japonesas, 

se  queden  como  también  las  hijas,  y  lleven  los 
hijos.— LtvsDeo.— 

Fol.— 2  h.  sign.  A.  • 

107.  Segvnda  carta.  |  Prosigue  el  descubri- 
nliento  del  gran  Catayo,  ó  |  Reynos  del  gran 


NOTICIA  BIBLIOGRÁFICA.  407 

Thibet,  por  el  Padre  Antonio  de  Andrada,  de  | 
la  Compañía  de  lesus.  Portugués,  escrita  á  su 
General,  |  y  embiada  del  Virrey  de  la  India  á  su 
Magestad,  |  en  este  año  de  1627.  (Al  fin):  Con 
licencia  del  señor  don  Gonzalo  Pérez  de  Valen- 
?uela,  en  Se-  i  gouia  por  Diego  Flamenco.  Año 
de  1628. 

Empie:(a:  El  año  passado  de  1626,  se  impri- 
mió la  relación  del  primer  descubrimiento 

Acaba:  De  Chaparangue  Corte  del  Rey  del 
gran  Thibet  en  i5.  de  Agosto  de  1626.— El  Pa- 
dre Antonio  de  Andrada. 

Fol.— 6h.  sign.  A;  en  blanco  la  última  página. 

Al  describir  la  primera  Relación  ó  Carta  del  P.  An- 
drade  (ó  Andrada  como  en  esta  se  firma)  impresa  en 
1627,  digimos  que  debía  haber  edición  de  1626;  así 
consta  en  efecto  al  principio  de  esta  segunda:  la  in- 
cluimos aquí,  aunque  de  fecha  algo  posterior  á  la  de  la 
última  carta  de  Andrés  de  Mendoza,  por  ser  continua- 
ción y  complemento  de  aquella.  Véase  el  núm.  93. 


OBRAS  PUBLICADAS. 


I.  Delicado.— La  Lozana  Andaluza. 
II.  Verdugo.— Guerra  de  Frisa. 

III.  Muñón. — Tragicomedia  de  Lisandro 

y  Roselia. 

IV.  Cancionero  llamado  de  Stúñiga. 

V.  Villegas  Selvago. —  Comedia  Sel- 

vagia. 
VI.  Lope   de  Vega. — Comedias    inédi- 
tas. Tomo  I. 
VII.  Milán. — El  Cortesano. 
VIII.  Pero  Tafür. — Andancas  é  viajes. 
IX.  Silva. — La  segunda  Celestina. 
X.  Lucas  Rodríguez. — Romancero  his- 
toriado. 

XI.  Hurtado  de  Mendoza. — Obras  poé- 

ticas. 

XII.  Tirso  y  Guillen  de  Castro. — Co- 

medias. 
XIII.  Varias  Relaciones  del  Perú  y  Chile. 

XIV.  Varias  Relaciones  de  las  campañas 

de  Flandes. 

XV.  Guerra  de  los  españoles  en  África, 

en  1542,  1543  y  1632. 
XVI.  Montesinos.  —  Memorias    antiguas 

del  Perú. 
XVII.  Almansa  y  Mendoza. — Cartas. 


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