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Full text of "Coleccion de Romances Castellanos anteriores al siglo 18..."

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ROMANCERO 

DB HOMAIfCES 

CABALLERESCOS É HISTÓRICOS 

AnmiORBS u, s)6L0 xnn, 

fuc eonllnu lot de Amor, lai de la T^Ma Redonda , Ío$ dt Cario 

Magna y Int Boee Parts, let de Bernardo del Carpió, del Cid 

Campeador, de lot Iiifanttt dt Zara, &c. 



por JO. :2t(ju0ttn JDuran. 



PARTE II. 



MADRID: 
IMPRENTA DE DON EUSEBIO AGUADO, 

u3¿-.iib,Goog[c 



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iHimiiuii/iit/uwiiiJumwiitiiimiiiiiiitwuit^ 

rouaivces 

»E LOS INFANTES DE LARA 

T DEL BASTARDO MUDARRA. 



A Calitrava la Vieja 
La combaten caglellanoi; 
Por cima de GuadUna 
Derribaron Ires pedaios; 
Por los dos «alea los moros, 
,_J?or el pao entran críitianoa. 
Allá dentro de la plaza 
Fueron á armar un tablado, 
Que aquel que lo derribara 
Ganará de oro un *tf afirt. 
Ese Don Ilodr¡f;o Larai 
Que es quien lo babia ganado, 
(DeGarci Herpandez sobrino 
T de Doña Sancha hermano) 
Al conde Don Garci Hernandes 
Se lo llevó pretenlado. 
Que le trate caimiento 
Pretende con Doña Lambra. 



Ta se trata el caaainicnlo. 
Hecho fue en bora incngnad*. 
Con Doña Lambra Burueva 

Y Don Bodrígo de liara; 
Las boda» fueron en Burgoa, 
Las tornabodas en Salas, 
En bodas y tornabodas 
Pasaron siele semanas. 
Tantas vienen de las gentes 
Que no caben por las platal, 

Y aún faltaban por venir 
Los siete Infantes de Lara, 
Helos, helos por do vienen 
Con toda la su compaña; 
Saliólos i recebir 

La su madre Doña Sancha. 

• — Bien vengades, los mia bijoa, 

Buena sea vuestra llegada, 



(i) £o in/orme j- niiHeo de rsle romanet.la 
eta m tu forma, jr alonantía mutUran que at con 
^ombrt lego , x ¡al va m mutha antigüidad. 

381700 



, ta falla de eanueum~ 
eompatictaa a de algun 



j¿i.z.iiuGoog[c 



Allá irédes á posar 
A tí* cal de Cantarranas; 
flallareis tas mesai jrae«laa. 
Viandas aparr.jadai. . . . 

Desque bayades comido, bijoa, 
No aalgades á laí plazas, 
Porqae las gentes son muchas, 

Trábansí mechas barajas. 

Desque todos baa comido 
Van á bohordar á la plaaa. 
No salen los siete lafanles, 
Qne su madre lo mandara ¡ 
Mas desque bubíeron comido 
Siéntanse á jugar las tablas. 
Tiran unos, liran oíros, 
Ningono bien bohordaba. 
Alli salió un caballero 
De los de Gitrdoba )a llana, 
Bohordá'hJcia el tablado 
T una vara bien lirara. 
Alli hablara la novia , 
Desta manera hablara: 
—Amad, señoras, annd 
Cada una en su lugar. 
Que mas vale un caballero ' 
De los de Córdoba la llana 
Que no veinte ni treinta 
De los de casa de Lará(i). — 
Ofdolo babia Doña Sancha, 
Desta manera hablara: 
— No digáis eso, seüora. 
No digades lal palabra, 
Porqne hoy os deaposaroh 
Con Don Rodrigo de Lara. 

Callad, Doña Sancha, vos 

No debéis ser escuchada. 



Que siete hijos parjsles 
Como puerca encenagada.^— 
Ofdolo habia el ayo 
Que i los Infantes criaba: 
De allí se habia salido, 
Triste se fue i sn posada: 
Halló que estaban jugando 
Los Infantes á bs tablas. 
Sino era el menor detlos, 
Gonzalo Gonzalea se llnna; 
Recostado lo halló 
De pechos á una baranda. 

¿Cómo venís triste, ayo? 

Dccf, ¿quién os enojara?^ 
Tanto le rogó Gonzalo 
Que el ayo se lo contara: 
— Mas mucho os ruego , mi 

hijo, 
Que no salgáis á la plaza. -^ 
No lo quño hacer Gonzalo, - 
Mas antes tomó una lanza. 
Caballero en un caballo 
Vaae derecho i la plaza : 
Vido estar allí el 'ublado 
Qu« nadie lo derribara; 
Enderezóse en la silla. 
Con él ea el suelo daba; 
De qne lo bobo derribado 
Desta manera hablara : 

■^Amade P , amad 

Cada ana en su lugar, 
Que mas vale nn caballero 
De los de casa de Lara, 

De los de Córdoba la llana. 

Do&a Lambra qoe esto oyera 



o Lambra d los cabatlrros /oraitrroi. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Bajóle muy «aojada, 

Fuese á sgoai-dar d !()« Myo», 

Faeie pan au pond>> 

Htlld en ella á Don Rodrigo, ' 

Deila msiurB le bsMa: 

— Yo me e«taba en Barbad!-' 

llo(,) 
En esa mi heredad. 
Mal me qaieren en Castilla I - 
Los que me habían de ^ardsr 
Los hijos de DoBa Sancha 
Mal aiúenaiado me han 
Qae me corlarian las baldu 
Por vergonioao Inflar (3), 
X ceharian ana hatcoveí 
Dentro de mí palomar. 



¥ me foreariBB mis iaiaaa 
Casadas.' y por -caur^ . 
Maldroñme mi cociitaro , 
So laidas de mi btiatv 
Si desto no me vengaiS' . 
Yo riiora me ir¿ á'tavnar.— 
AIK habld Don Rodrigo, 
Bien oiréis lo que diri: 
-^-Ginedes, la mi seSora, - - 
Vos. no digades la Ul ¡ 
De loa Infantes de Lara- 



Yo o 



mod V 



Trejilla les ten^o <irili^, 
Bien se la cuido tramar, 
Qae dicidoa y por nanv 
Dello tengan ipie oontar. . 



«j; 



y.Díos, q«é b«tn caballera Coa U linda Do3a'I»Bbra, 



^ 



')on Rodrigo de t*r^, 
iBló (JAco mil moros 
Wáentos que' llevaba ! 
v* te mnriera entonces 
dfn i fama qiie dejara ! 
a:sps. sobrinos 
Los siclB Infantes Ai Lara, 
Ni vendiera sus cabezos 
Al moró qiie las llevara. ' 
Ya se . tfatábao las - bodas 



Las bodas sa hacen en -Burgos, 
Las tornabodas en Salas: 
Las bodas y tornabodas-'' - 
' J>nraroB siete semanasit 

Las bodas fueron nniy bWnas, 
_J/as tornabodas muy iii«tas. 
Ya convidan por Castilla, 
Por Castilla y por 'Navarra: 
Tanta v¡e«e de la gente 
Qae no hallaban posadas, 



fanrirntra parte Üí. ¡os dit Cid, que di- 



Entre rllos i* nota eí %." át L ¡ 
Cí.-Df» «á ai loí péyís. ' • ' 

(a) ía « ft Hgio Xltl y XtV se etítí^iA» ¿ lüi ramtttís coMán- 
dolai lat faldas r echándolas asi públiautunle de los pueblos. Asi 
.Dona Sancha, le dice d su dupatado.uaa. cosa, toa o/iasiua porania-- 
citarle á la venganza. 

(i) El -al mivna esunio gae el anterior , /. oomo mas moderna es- 
plita alfana» cosai ebicarai det otro. ■ ■ ' 



Dg.l.zedt>>COOgle 



T tAn fallaban por venir 
Lot «iete Infantei de Lara. 
Htlat, heloi por do vUiun.{l) 
Por aquella vega llcuta : 
SdUlot d rttxbir 
ía lu madre Doña Sancha, 
•— Bien vengadeM, lo» mis fijos. 
Buena tía vueta llegada. 
— - Norabuena esíeit , señara , - 
Huesa madre Daña Sancha.—— 
Ellos le bcMn iu mano*) 
T «lia É eltoa én la cara. 
—Huelgo de veroj á todoi, 
Que ningnao no faltara* 
Porque i vos, mi Gonialvioo,' 
T i todos mucho os amaba. 
Tornad á cabalgar, hijos, 
T tomad las vuestras armas, 
Tillí os ¡reís á posar 
Al barrio de Caularranaa. 
Por Dios os ruego, mis hijos,' 
No salgáis de tas posadas. 
Porque en semcjanlel fieilas 
Se urden buenas lanaadas,— 
Ya cabalgan los Infantes 
T se van i aut posadas; 
Hallaron las mesas puestas. 
Viandas aparejadas. 
Después que hubieron comido ' 
Pidieron jur|¡os de tablas. 
Sino fuera Gonsalvico 
Que su caballo demanda, 
T muf bien puesto en la silla 
Se sale para la plata. 
En donde haltd i Don Bodrígo 
Que i vna torre tira varas,. 



T con fneru miiy crecida 
A la otra parle pasaban. 
Gonialvico qaesto viera 
Las su^as también tirara. 
Las sjtyat qne pesan macho 
A lo alio no llegaban. 
Doña Lambra queslo vido 
De esta manera le hablaba: 

— Amad, ó dueSas, amad 
Cada cual en su lu;;ar¡ 
Mas vale mi caballero 

Que cuatro de los de Salas.— 
Cuando Sancha aquesto oyó 
Beapondid muy enojada: 
-^Calledes, Lambra, lallcdes, 
Non digáis la* tal palabra, 
Que si mis fijos lo saben 
Anle tí le lo mataran. 

Calledes vos, DoBa Sancha, 

Que tenéis porque callar, 
Pues psrislea siete fijos 
Como puerca en muladar.—* 
Gontalvico queslo oyera 
Esla respuesta le da : . 

— Yo le cortaré las fatdaa 
Por vergonzoso lugar. 
Por cima de las rodillas 
Un palmo y mucbo mas.^— 
Al llanto de Doña Lambra 
Don Bodrígo fue á llegar: 

■ — ¿Quesaqueslo, Doña Lambra? 
jQuién os pretendió enojar? 
Si me lo dices yo entiendo . 
Que te lo he de bien vengar. 
Porque á dueila tal que vos 
Todos la deben honrar. 



(i) £os verlos en tetra itdliea perttneent d un romance mes aali- 
fuo f y M han iniercatado en éste sin duda por ti qut ¡o compuso. , 



Dg.l.zedt>>COOgle 



i," por Sepdlatda. 



De toa reino* de León 
Btrmado tiene el reinida: 
En CM ciudad de Burgos 
Bodaa oe. habwn concerUdo: 
Ray VelitqtMi e> de Lara 
£1 qae ha de ifr dciposado', 
Caajraie can. Doíía Hambra, . 
Muger es de f r«n astado. 
Gouulo Gnalios el Buena 
A las bodas es llegado, 
CuSsdo es de Buy Velaiqnez ~ 
Con la sn hermana cagado. 
Trae consigo atete Inlanles, 
Que de Lara se han nombrada* 
Hijos de Genoalo Guatios, 
Sobrinos del desposado. 
Criólos NnSs Salido, 
Caballero inay honrado; 
Mostróles bnenas costumbre* ' 
Come í nobles hijos-datgo. 
A todos tieleen un dia 
Caballero* han armado. 
Armóles Gatci"F«rnandcE 
Ese Conde, ciulct laño. . .' 

Caballeroa ^on. muy hoenoa, 'i 
Bn armu>hicn' se han probado. 
Mochos vietaan-& Ua bodas . 
Caballeros' dá altoeslado: :. ' 
Duraron. cinco aemants ' 
lias fieaif* qna haA coUianudctt 
Do cckbMil .firandt* fiéatat.. i..': 
De plater.tnuy.aublllnada.,.'^ 
Lf> poslrelr srimBDa dellds 
Don Hodriga(Bl^>an tablada. 
Muy jiintv'idie nna ríbcta 
Que d«\Bi79Q9res -cercano. ' 
Al taUado tiran muchos, . 
Feronobnr tmh^éméio ■■'■ 



Quelle«*seá dairxiníl. 
Aunque mucho* lo han probado, 
Un primo de Dbtta.Lambra, 
Que Alvar Sanche* es llunadoi. 
Vio qoe caballero alcana . 
Mo alcanzaba en el tiiblad». 
Lantó á él un gran bobQrdtfi . 
Gran ferida en .él ha d^o. 
Quebrantóle alonas tabla*, 
DoSa JLambrai se ha goiads, 
Dello holM) gran pUcer, . 
Con su GuüsdB ha babUdo. 
Dfjole: — ¿Veis, Dofta Sancha, 
Qué caballero- efforTddo . 
Que es. mi bnen. priraA At*ar 

Sanche*, 
T tan bien encabalgada 
Qne ningono.lia d^do golpe 
Adonde ello había dadoF— . 
Duna Sancha y Jo» am hijo* . 
Riendo dello han estada; - 
Ninguno dio njeutr í ello. 
Que están las; tabla* ¡«gtodo* ,^ 
Solo Goncala Gentaleí, ■ 
El menor de los iiermanos, 
Que i fu^^U) de todos ello* 
Cabalgaba en sd caballo. 
Con él iba unvesCnderp 
Que un aior Ueva en la nano. 
G9nE*la tomó, un bohordo, 
Fue doifde eílnha-eL^labladot 
Tan gran goipe>diÓ en él 
Qac'pdr in^dib It) ha quebrada 
DoBa Sanchairyi los soi, hijos . 
GranjplaMr<dBlW Itaa tomado:' 
'No ptaci* i Dona I^mlvB >. : , 
Qae nufcbo lehabit pes*do., 
Loa' Infante* qne lo.titrov i ' 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



Todo* luego bao ctlnlgado: 

Temieron que verni» mal 
A DouGonuloau faermaDO. 
AWar Sánchez con pesar 
Al Infante ha denoaiado, 
£l Tcapendió á ana fiahbraa, 
A las manos baii^le|;ado. 
Gran ferida di¿ el Infante ' 
A Alvar Sahehes sa contrarío: 
DitSla «a inndio del nutre 
La mano 'el poAo cerrado, 
QuabranliUe )aa quijada», 
Loa diente* le ba derribado:' 
Muerto cayií luego ca tierra 
Di encima de au caballo. 
Dofia Lambra que- lo vido 
Grandes vocea-Mtd dando, 
Feríase en el au rostro 
Con laj manos araBando, 
Diciendo: ¿qué due&a alguna 
Adsí se había deshonrado 
En bodas que fresen hecha» 
Sino á eHa sota en su cabo? 
Buy Velaeqoes qne lo oyá 
Loego-'fanbia cabalgado; ' 

Tomó UB astil de lama, 
Fueidondeestá Don Gonialo; ' 
Firiíralo en la 4»beza , 
Gran herida' le bahía dado. 
Cuando Gonaa lo Gomales ' 
Se 'vido tHH lastrinado 
Dijo á Don Rodrif;o : -i — Tío, 
Nuticti os'hice désgaisádo ' ' 
Para recebir herida . • '' 

Como *oa me la habéis dado; ' 
To cuido della morir; . 
Pero ruego i míii'bermanoa ' 
Que si delU'yO'iiiáriere ': ' 
A vot^'tiotl bay«ii rógidot' " 
Y á vo«.' Roy Vclaiquti, ruego 



Qoe seáis bien meniraclo, 
Ñon me firais otra vea 
Qne vos será dernaadado, 
T yo no podría snfrir 
Hombre tan desneinrado, ->— 
Buy 'Velaaqnei con enojo 
Otro golpe le ha tirado, 
No le acertó en la cabeza, 
En. el hombro le había dado, 
El aslíl qnebró por medioj 
El Infante de enojado 
Tomó el azor qne trata 
En ía roano á su criado, 
Pnes no traía arma algnna. 
Coa ii á BU tío ha dado; 
Juntamente con el puSo 
Todo. lo ha desmeDUsado, 
Por ta boca y las narices 
Sangre roocfaa ha derramado. 
Mal trecho era Buy Vela zquei. 
Armas es tí demandando 
Llamando i sus caballeros 
T á todos los ¿e su bando. 
Docientos bombres:de estima 
Eslan jnotOB i lukdo: 
tios Inrantesy'^piírientes 
También se habían juntado. 
<>arc¡ Fernandez, eVConde ' ' 
De Castilla esecondado, 
T el bueno Gonialó' Gustioa 
Todo lo han epacigiiadoi. 
tHlcirironlos loego qraigos, - 
La saña hbbian qnebrantádoi 
Entonees Gbnialo Guslios . - 
A Boy Velaiquez ha babMo, 
Díjóle :— ■ Vosy Don- Rodrigo,' 
Sois caballera estiWiads, : 
"Y habéis muygi-ani-prez «nar.^ 

Mas ijhM'^toto Jes fciáiiane*; : 



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No fai]' BÍBpino qne no tema 
De ttneroa por caatrario, 
Y qne.DO vos tenga envidia, 
Porque «oís Un afamado; 
Yo teifgo por bien mía hijos 
Os alrvandeinuy buen grado, 
¥ gnarden vueiira persont, 
Vo* lei hareia buen ainpaio 
De gaisa qne valgan nwa 
Por estar á vnestrO lado.— 

i' por 

Acabada* son las bodas 
Qne alli en BoTgos se b*ci*ii 
De Buy Velatqoei de Lara 
Con la qne Lambra decían. 
Dofia Lambra j su cndada 
De Burgos ambas parliaa. 
Con ellas van los Infantes 
Que de I>ara se apellidan, 
Bi)os de Gómalo Guitios, 
Caballero* de valia: 
También va Vano Salida 
Que los Infantes regia. 
Llegaron i BarbadiLIo, 
Que Rny VelaEqúei tenis. 
Los siete Infantes hermanos 
Por bcr^acer i sn tía 
For aquese rio Arlan» 
Cazando con aves iban. 
Después cfne bobieron cacado 
A Barbadíllo volvían; 
Entraron en una baerta 
Qae de placer ende babia. : 
A sombra del arboleda 
Los Ipfantes se ponian: 
El menor de los hcrntaiios, 
Qne Don GonialO deciau, 
Uu azoTitoati en su.manoj.. 



Don Rodrigo rekpondid: 

Soy contento y mny pagado: 

Gran placer dello recibo. 
Con ello, cnñ»do honrado, 
Barbea yo. toda bonra, 
De mi serin mny amados, 
Por ser lado» mis soWioos 
Serin ellos bien tratados* ' 
Mayormente siendo hijos 
De hermana que ttnto amo> 



En el agna lo ponia, ' 
Con taborde lo alegrar : 
Macho regalo le hacia. 
Doña Lambra que lo vida, — 
Como mny mal lo qneria. 
Llamado habí* nn criado, 
Dcsla suerte le decia : 
^Toma agora td ob cobo'^ro. 
Fínchelo de sangre viva, ' \- 

Y arrd>ase1o á Gonzalo* . -..: 
Aquel. que el ator tenia; - 
Vente -l(»ep> para nf, r i ■■ ' 
Qne yo te mampararia.*— - 

El hombre tomó nn cohombro - 

Y de sangre lo (efiia. 

Dio con él i Don GodeiIo,- 
Eo fan^re untado lo había.. ' 
Sus hermanos que lo viaron . 
Moy graupesrfr recebiaB,: ■■ ' 
Duéleles el coraton, . 
Vengarlo lúucho querían, 

Y con crecido pesar 
Desla maneradecidn: 

— ^Ciñamos suest'riisi.cs^dM 
Qne nadie bOs las vexia , > . i 
Debajo dQinpeat'o» ma»IOt' . - 
Y- vayamos por la vía , ■ 



Dg.l.zedt>>COOgle 



10 

Contra de aquel peón 

Qae hilo ul villanía; 

Y ai vibremos qnc alieode 

T no miiwlra cobardía. 

Tendremos que con locara 

Lo biio y slfaardonfa; 

Maa *í fuere á Doin Lambra 



ella.e 



i lo 



Ho le nos escapf & vida.— — 
Fuéronie para et palacio; 
£1 bombre cuando loa «la 
Acogióse í Dofia Lambra, 
So an brial te mella: 
Loa InTantes q>ie lo' vieron 
A DoAa Lambra decían: 
•— Caitada, qnílaos aíuéra, 



No aniptceia qnicn mal hacia. 
■^— Mi Taaallo ea eate hombret 
Doña Lambra respondía, 
Si algo contra vos híio 
To voa lo caaligaria , ^ 
Míenlraaifiica en mi poder 
Niogono lo ferina.-^— 
Los Infantes con bravcta , 
Sin bacer lo qae decía , 
Mfrtftroa ti bombre alK 
Ante ella qnt lo vela, 
Y con la sangre del bombre 
Sus tocas se las teñían. 
Los Infánlcs cabalgaron, 
Para Salaa se volvían, 
Llevaron i. Doña Sancha 
Su madre en sú compañía. 



S." por SepdJaeda. 



. 9/Say grande era el lamentar 
Que Doña Lambra bacía . 
Sobre aqnel que los de Lara 
Delante muerto le bebian: 
En medio de un gran corral 
Un lecho armado tenía. 
Cubierto de pañoa negros, 
De hombre muerto parecía. 
Doña Lambra y las 'Sua duefias 
Gran lloro sobre él hacían, 
Y con mnj crecidos gritos 
Viuda tríate se decía. 
De marido j» olvidada 
T que ya no lo tenia. 
Buy VeUzquez ha llegado 
Que lo pasado sahiai 
Doña Lambra se fue' ante él, - 
Estas palabras decía: 
—Mocho os pessi RayVelai- 



De la gran deshonra mia. 
Que me han hei^bo los Infantes 
Una grande alevosía. 
Que si vos no me vengaia 

— No voa cuiledes, señora, 
Buy Velaiquet respondía, 
Que yo os daré tal derecho 
Quel mundo se espantaría. -~— 
Luego i Don Gómalo G«alias - 
Sus mensageros cnvia 
Bogándole venga i tí ■ 
Porque hablarle queriii, . 
Luego vi^to Don Gonialo:, ' 
Sus hijos en compañía, 
Becibiólas Don Rodrigo 
Encubriendo )a enemiga , - 
Halagólos con palabr** 
Como quien bien^los qneria; ' ' 
Porque no ae recatasen ' 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Segurado 1m había. 
Hablando está con sn padre, 
Detta maneta decia: 
— — Cnflado, Gootalo Gaalioii 
Lai bodas qae he hecho hoy día 
G>ilÍroufDe f(randc haber, 
Nulie me favortcia. 
Aqo«M Rry Alnanior, 
Que en Córdoba rpiidia, 
Gran ayuda me mandó 
Para el ^lato que hacia. 
Bu^fovoi par bíeo hayáis 
Llevar mi meDsaf;erJa ; 
Saludadlo de mi parle, 
Pedir heia lo que decia.— - 
GoDulo Gvsliot le dijo 
Qoe muy . bien to cainplirla. 
Roy Velaiquet con enojo 
Gran traición obrado había; 
ApiTlóae con un moro 
Qoe bien Mbe el Aliamfa, 
Y escribióle al Almantor 
Una caria dtsla gaiaa : 
«^alod i vos, Almanaor, 

■ Buy VebiqoFEOa envía: 
■Los hijos de Gonulo Gustíos, 

■ Que con esta caria ibao, 
• Deshonraron mi mager, 

■ Y á m( gran enojo hacian; 

■ Yo en tierra de los cristíiinos 

■ Vengarme no me podría: 
■Envióos alli al su padre, 

■ Quiíalde luego li vida. 

■ Yo sacaré Us mis huestes 

■ Para .Córdoba esa villa, 
■Llevaré »a» siete hijos, 

■ Y irán en mi compañía: 

■ A Almenar iré con elloa. 



11 

■ Y yo os enlregaria 

■ A los vuestros caballeros 

■ De manera «{ne no viv^. 
■Cortaréisles las cabesu, 

■ Dello gran bien os vernia, 

■ Lur|o habréis loda Castilla, 

■ Que eslos son los mas cootra- 

■ Que en loda Castilla ,habia, 

■ En quien tiene sn esperaaia 

■ Ese Conde Don Garcfa.» 
La caria se cerró y loe^ 
Al moro malar hacia. 
Dio la caria i su cuñado, 
£1 cual turgo se partía. 

A Córdoba había llrgado 
Donde Almansor residía, 
Dióle la carta en sn mano, 
Desla sticrle te decia; 
— Ruy Vtlaiquez et de Lara 
Saludes muchas le envía, 
Buegate Iupro le envíes 
Lo que ahí le eicrebia.-— 
Almantor leyó la carta 
Y luego allí la rompía. 
Dljole :— jGonialo Gustíos, 
A qoé fue la. tu venida I 
Td sepa» que Buy Velaiqoes 
A rogarme mocho envía 
Que le corle la cabeza] ' 

Yo'no haré, tal villanía. 

Mandólo poner en cárcel. 
En prisiones lo ponían. 
EncomrDddlo i nna mora 
Que por hermana tenia 
Para que mucho lo honre, 
Que lo honre y qoe le sirva. 



Dg.l.zedt>>C0l7gle 



iS 



Bu; Vduqau el de Lara 
Gran maldad obrado había, ' 
Qnp al bueno Goniato Gaatk» - 
Para Córdoba lo cnvia 
Para qoe luego lo mate 
Almincor que ahí reiidia. 
A Im Infante* de Lara, 
Hi^oS úá\, qoe DO debía, 
CoD palabras cngaBosaa 
Graa eagaño les hacia. 
Sfjoles; — Los mis sobrinos, 
Mientras mi hermano volvía 
Quiero hacer una entrada 
Haita Almenar esa villa. 
Si vos habedes por bien 
De ir en mi compaSia 
Habré gran placer con vnKo; 

Qoedad i guardar la tierra, 
Qae (olo por mi lo baria.— 
Los Infantes respondieron 
Que todo* con él ¡han, 

Y que yendo ¿I contra moros 
Bien gniíado non seria 
Qoedar ellos en ia tierra 

Y él aventurar su vida. 
Ruy VelaaqufE les mandó 
Aderecen aa partida, 

Y que en Febros esa vega 
Allí -lo» atendería. 
Saliós« de Barbadillo 
Con la gen te que lenie, . 
Los Infantes van traiiíl, 
So ayo con ellos iba. 
Llegados i on pinar ■ 



Qae en la carrera te hacía. 

Catado áfe'ban que agtterea 

Malos mostrado se bahías. 

Ese huen Nuito Salido 

Gran pesar dello tenia; 

Dfjoles^ — Tomaos, Infantca, 

A Salas la vtteslra villa, 

No pasemos adelante, 

Malos anüeroi había. 

Un buho ¿á grandes gritos. 

Un jguila ae carpía. 

Cuervos muy mal la aqnejabéiit 

Yo de aqof no pasaría.^— 

El menor de lo* Inrautea, 

Don Gonialo se decia, 

Df ¡ole : — Vuño Salido, 

Vo hablisleís i mi guisa, 

Que el agüero que decís 

A noj nada emprsceria, ' 

Sino al que hace la hoeale 

Y por mayor la regi»; 

Mas vps qae sois ya mu; vicio 
T de muy gran ancianía, 

Y no para las batallas, 
Volveos por esa vía, 

Ca DOS adelante iremos. 
Que volver lio nos cumplía. 
Hijos, respondió DonNvSa, 



e dolía 



Porque vais esa carrera 
Que lleváis moy mala gnia, 
Ca taUs aglieroa vide 
Mon volvereis i Castilla, 
Y pues á mí' non creia . 
De vos yo me despedía.' ¡ 



t>> Google 



Llegúelos ion los lofanlea, 
Que de Lara se decían 
En esa vega de Febroi 
Dó Velazqucz atendía: 
Saliólos á recibir 
Con muy fingida alegría, 
Preguntóle» por Don Nuüo, 
Que ellos por ayo teniao. 
Los Infante* respoudíeron 
Que i Satas vnelto le había 
Porque vio malo) agüeros 
Por la vía qae veniín. 
Don Rodrigo respondió, 
Dcsla manera decía: 

Sobrinos, esos agüeros 

Para nos gran bien serian, 
Porqoe nos dan i entender 
Que bien nos lucederia, 
Ganaremos gran victoria, 
Nada no se perdería: 
Don Moño lo hizo mny m»\ 

Mande Dios qae se arrepienta 
T me lo pague algún dia.— 
Estando en estas, ratones 
Don NdÜo llegado bablá. 
Los Infantes I» abraxaron^ 
Grande placer recebian. 
Ray Velatquee con enojo 
Contra Don Nnño decía: 
—-Siempre fuistes mi contrario 
Hasta hoy «n este dia, 
Si derecho no be'de vos' 
Mucho á m( me pesaría,— 
Respondió Nnilo Salido: 
■^Don Rodrigo, yo falsía ' 
Honca la tave con vos, 



Ni menos tave enemiga: 
Siempre dije yo verdad, 

Y por tanto yo decía, 
Quien dijere estos agSeroa " 
Ser buenos, muy mal ntentr*, 
y que trae gran traidon 
Contra los que aqui yacian.-^ 
Por deshonrado se tavo 

Rny Velazqnes que lo o(a. 
Díjole» i Auí vasallos: 

Soldados, oíd en mal día, 

Qoe me vedes deshonrar 

Y por mí nadie volvía; 
Dadme ya derecho (l«t, 

A grandes voces pedia. ^— 
Levantóse un caballero, 
Mano á su espada ponia. 
Fue contra Knño Salido, 
Con e4la darlequeria: 
El menor de los Infantes 
Delante se le ponia, 
Dióle tan grande pnflíaija 
Que en la tierra lo ponía; 
A los píes de Ruy Veíatqnet 
Muerto lo dejó sin vid»; 
Ruy Velaiquee pidió af mas 
Porque vengarse quefia ■■ • 
De los étit siete sobrinos, ' 
Su muerte mucbo coldiciá.' ' 
Las faces tienen paradas^ 
Pelear todos querían, '■ 
Gonzalo Gonsalea el Btieno 
A Ruy Vetazquei decía: 
— >Sacástenos de la tierra 
Contra aquesta morería, 

Y ora querernos matar 
Mal contado vos sería. 



.;i.z.iit,,Coogle 



Si querella babcii de nos, Que era liien lo qtre deciaj 

Aquf le o* enmendaría. — Porqae no podía vengarse 

Ray Velaiquez reipondítf, Diiimnlado lo había. 



8." (Anónimo). 



¿Qaiín M aqnel caballero 
Que Un gran traiciou bacía? 
Buy Velazqaes ea de Lara 
Que i lus lobrinoi vendía. 
En el campo de Almenar 
A los Infante* decia 
Que fu Fien á correr inoroat 
Que él la«. acor re ría, 
Que habrían tnuj grao ganancia, 
Mucbos capllvos traerían. 
Ellos en. aquesto estando 
Grandes gente* parecianj 
Mas de diea mil *oa los moros, 
Las enseitas traen tendida*. 
JjOs Infante* le preguntan \ 

Qué gente e» la que venia. 
-^ Nu hayail miedoi mía so- 
Ruy Velaaquez respondía* 
Todos son moras astrosos, 
Moros de poca valía . . 

Que viendo que vais á ellos 
A hair luego cebarían; 
T bí ellos vos aguardan 
To en vuestro socorro iría: 
Corrilos yo muchas veces. 
Ninguno lo defendí). 
A ellos id , mis sobrinos, 
No mostredes cobardía.^— 
¡Palabras son cngaílosa* 
T de muy grande falaía! 
Los Infantas como bueno* 
Con mon^s arremetian; 
Caballeros son doscicnlos 



Lo* qne su goarda legníáB. 

Él i furto de cristianos 

A los rporos se venía, 

Díjole* qne tai sobrino* 

Ho escape ningono i vida, 

Que le* corten Isi cabeíaa 

Quel no los defendería, 

Docienio* hombre* no mas 

Llevaban en compañía. 

Don Nufto que ir los vido 

Ido había por su eapfa, 

Y cuando oyó las palabras 

Que i los moro* les decía, 

Daba moy grandes las voces 

Que En el cielo las ponía. 

—Don Ruy Velazquei, traidor 

El mayor que ser podrís, 

¿K tus sobrino* Infintas 

A la muerte loa traías? 

Mientra* el mundo durare 

Durará In alevosía, 

T la falsedad que has becbo 

Contra la tu sangre míama. — • 

Después qu'aqnesto bobo dicho 

A los Infantes volvía, 

Di jotes: — Armaos, mí* hijoi» 

Que vuestro tío os vendía: 

De consuno es con los moros. 

Ya concertado tenían 

Que o* maten á todos ¡untos.— 

Ellos armironse aína: 

Las qaince huestes de moros 

A todos cerco ponían; 

Don Ñuño que era sv ajo 



í3i.z.iit>,Goog[c 



Haced to que yo hacia: 
A Dios yo voi encomiendo, 
Mo«tra4 vaeítra valentí».— 
En la tlelantera hai ' 

Don NtiSo herido había 
T muerto ntochoa de moroí, 
Ma« á ál muerto lo habían. 
Los Infantei arremeten 
Con la su caballería; 
MezcUronse con ios morot) 
A muchos quitan la vida. 
Los cristianos eran pocos, 
Veinte moros á uno hahia( 
Mataron á los críalianps, 
Qne i vida ninguna finca; 
Solos quedan los hermanos, 
Que ninguna aynda habían. 
Encomendironse i Dios, . 
Santiago, valme, decían: 
Hirieron recio en los moros, 
Gran matanu les hacíaOf 
No osan estar delante 
Que gran braveu traían. 



i 6 

Fcnun Gonuk^ menor 
A lui bertnanoB decía: 
— EsforEaM, mi* berinanos. 
Lidiemos con .valentía. 
Mostremos gran coraion 
Contra aquesta morería. 
Ya no habernos ayuda, 
Solo Dios darla podía; 
Xa muri<i. NuSo SalHlo 
T nntalia caballería: - 
Veoi;a£moslo9 ó muramos, 
Nadie muestre cobardía, 
Que duque eslemoi cansadas 
Esta sierra nos valdría. — 
Volvieiron i pelear, 
¡Oh qué reciamente lidian! 
Muchos matan de los moros, 
A otros machos herían; 
Muerto han i. Peman Gonialc^ 
Seis solos quedado habían.:: . 
Cansados ya de lidiar. 
A la sierra se subían, 
Limpiáronse los sas rostros- 
Que sangre y polvo te&iaa. - 



9." par Sepúlotda. 



Cercados son los Infantes 
De los moros de Almenara;. 
Cansados de pelear . 
La muerte tienen cercana. 
Treguas envían í pedir 
A Galve y á Don Vigara 
Capitanes de Almanior 
El que allí los enviara. 
Hasta que au tío to ^epa 
Roy VelasqucE el de Lara, 
£m malo fementido 
Que la muerte les bascara. 



IjOS moros les dan las trej^nas 
Qne los bermanos demandaní' 
Don Diego Gonzalea foe 
El que llevó la embajada. 
Roy Velaaquea que lo oyó 
Dijo:— No sí qué demandan.-— • 
Respondió Diego Gonuleí, . 
Otra vei le replicara: 
•^N'o» olvidéis, Don Rodrigo, 
De cumplir vuestra palabra: 
Sea la vuestra mesura 
Que ayuda nos sea dada, 



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16 

Qae esUmoi en muy gran qaeja, 
3La muerte bibemos cercana. 
Mi heroHao Fernán Goniitet 
Muerto en et cimpo quedaba, 

Y doacientoa caballeros 

Qoe vienen en nnulra goarda: 
Hacedlo por Dio* del cielo 

Y por SD Madre sagrada, 
Calad qoe somos cristiinoa - 

Y fijos de vuestra hermkn», 
Naturales de Castilla, 

Y que hacerlo os obligaba.^— 
Rny Velazqaea como malo ' 
Esta respuesta le daba; 

A buena ventqra os id 

Que yo no iré en vneslra guarda. 
Acordaos de mi desbonra, 
De que en Burgos fuialea cansa, 
Al celebrar de mis boda* 
Do mi coAado mataras; 

Y también de la que becCileis 
A mi mnger Doña Lambra 
Qus le malasles delante 

Un hombre que ella amparara, 

Y el que en la vega de Febros 
Malasias de la puüada. 
Bacnos caballeros sois 

De la alta alcuQa de Lara, 
Pelead cftmo valientes, 
Mi ayuda no ot será dada: 
No tengáis fidncia en jbí, 
Todos jnorireis á espada.— ^ 
Tornado «e babia Don Diego 
Donde los cinco qnedaran,- 
Coutóles la mala ayuda 
Que en el su tio se hallaba.< 
MU cristiano*, í escondidas, 



De Ruy Vetaiqnez se apartin 
A ayndar los seis hermanos, 
Mas el traidor lo eacosaba 
Diciendo: — Dejad, amigos. 
Veremos c¿mo lidiaban. 
Que si ayuda han menester 
Par mi les seria dada.^— 
Mas hasta trescientos dellos 
A sn eicuso se apartaran 
A ayudar á los Infantes 
Que muy ctiitados estaban. 
Loa. hermanos que los vieroD 
A ellos endereiaban 
Creyendo que su roa) tio 
A matarlos se lantnba. 
Los caballeros les dicen: 
— Qtiedoj estad, los de Lara, 
Que venimos á ayudarvoa 

Y vamos en vuestra guarda: 
Con vusco aquí moriremos. 
El vuestro tio , mal baya, 
Que vaeslra maerte procura 

Y en sabor tanto la baya; 

Y si nos fincamos vivos 
No qneremos otra paga 
Sino que del nos libréis 

Si él á Castilla tornaba. 

Ellos se lo prometieron 

Y la fe dello le* daban. 
Fueron i ferir los moros. 
Muy esquiva es la batalla, 
Tan erada que otra mayor 
De tan pcKos no se halla: 
Mil han muerto de los moros. 
Ningún cristiano quedaba: 
Los Infantes de cansados ' 
No pueden mover la espada. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



C*iiMdM de comiMtir 
Eo U ungrient* batalla 
Qaet a vieron con los maros 
Ed campas de Arabiana 
Loa valerosos Infantes 
Siete del nombre de Lars, 
Porque el traidor de so lio 
Les lavo traición armada, 
Dos capitanes contrarios. 
Llamadas Galva 7 Viara, 
Los recogen en sa tienda 
Mientras la tregua está dada. 
Movidos de compasión 



De V 






a famosos guarreros 
Qge tavo ni tenia España, 
Cúranles de las heridas 
T aderáianles las armas, 
Regálanlos con comida 
En blandas y apoestas camas 
Diciéndoles:^— Aunque somos 
De ley y nación catrafta. 
Vuestro valor nos obliga 
A que aquesto y mas se baga.— 
El traidor de Ruy Velaaqnei 



limo), (t) 

Al Rey Almaaiar contaba 
Como le bacen traición 
Los moros GaWa y Viara. 
lEU Rey los manda Iftmar 
T les pregnnla la canaa 
De celebrar amislad 
C09 los Infantes de Lara. 
Ambos responden;— SeSor, 
Es Facón en guerra usada 
Que al enemigo vencido 
No se ba de tirar la lauca; 
Mas caando la traición 
Es de SD daño la causa, 
AV mas rigaroso pecbo 
Le vuelve de cera blanda: 
T si tú, Rey, permitieras 
Que acabaran la batalla 
Otros nuevas capitanes. 
Nos bicieras merced alta. 
Porque la gran sinrazón 
A grandes voces nos llama 
DicieDdoisi es con traición 
Nunca es justa la demanda, 
Ni al vencedor, con insticiS) - 
Se le debe dar la palma. 



Saliendo de Can! cosa 
Por el val de Arabiana 
Donde Don Rodrigo espera 
A los bijos de su hermana. 
Por campo de Palomares 



Vid V 



Muchos yelmos reluciendo, 
Mucha adarga bien labrada, 
Mucho caballo ligera. 
Mucha* laucas aceradas. 



1 gran compafia Es media luna corlada! 



10 asunto hax una de Srpálvtda , qut diet: Caiiiadas 



u3i.z.iit>,Coogle 



n 

AU traen por ■pcUido, 

A Maboma á vocea llaman. 

Tan alloa d»bait ios gritos 

Qac los campo* atronabaii; 

Lo que las vocu deciiu 

Grande mal lignificalilii: 

— Mueran, mneraii, van di- 

Loa siete Infantes de Lara, 

Venguemoi á Don Rodrigo 
Poes tiene con ellos saSa.—- 
Allí eali Noílo Salido, 
El ayo qae los criara. 
Como TÍ la gran morisma 
Des la manera los habla: 
-^;0h los mis amado* bijos! 
¡Quién VITO note bailara 
Por no ver tan gran dolor 
Como agora se eaperabat 
Sí no os habiera criado 
Mo aÍQtiera lanía rabia; 
Mas qUíéroos laulo, mis bijos. 
Que ja se me arranea el alma. 
Ciertamente nuestra muerte 
Eslá bien aparejada, 
No podemos escapar 
De tanta gente pagana; 
Venguemos bien nuestros cner- 
po». 



Y nírcBOi por las almas. 
Peleemos como buenos. 
Las muertes qncden vengadas; 
Ta qne lleven nuestras TÍda« 
Qae las dejen bien pagadas. 
No nos pese de la muerte 
Pac* va tan bien empleada, 
T morimos todos jantoa 
Como boenos en batalla.— 
Como los moros se acercan 
A cada uno por si abraza; 
Cuando llrga i Gonaalvico 
En la cara lo besara: 
— Hijo de Gonzalo Goncaleí, 
De lo que mas me pesara 
Es de lo que lo sentiría 
Vuestra madre Doíla Sancha: 
Érades in claro espejo, 
Mal que i lodos os amaba, 
T agora perderos tiene 
Sin tener mas esperania.'^— 
En esto los moros Hrgan, 
Traban con ellos batalla. 
Los Infantes los reciben 
Con sus adargas y lanías: 
SantUiga , Santiago, cierra, 
A grandes voces clamaban: 
Muy mocbos moros mataron; 
Mas ellos allí quedaran. 



Yantando con Alminior 
Esli Don Bastos de Lara, 
Que bien paede con los Beyes 
Comer el scüor de Salas. 
En Córdoba tiene el cuerpo 
Preso, y en Burgos el alma, 
Do fiucan sos siete bijos 



Y su mnger DoQa Ssnefaa: 

Y dejpues de haber aervido 
Mil manjarea á su nsantt. 
Dice el Rey: — Go nía lo, amigo, 
Un costoso plato falla.— 
Respóndele el nohle hidalgo. 
Descubriendo honradas canas: 



Dg.l.zedt>>COOgle 



— En li til tnMa, («3ór, 
HoB puede haber mengua en 

En tito vino una fócate, 
Que cubría una toalla, 
I en ella siete cabeías, 
De aquel tronco muertas ramas. 
Mira la fuente GonMlo, 
Y dice: — ¡Ay fmla temprana! 
¿Quiín *os Irasporló de Burgos 
A loi campos de Arabiaua? 
;Maa ¡ay mis fijos! que son 

ÍMia preguntas «(tusadas, 
Que con sangre viene escrito 
Que es Rodrigo y Doña Lambra. 
¡Qaién deste ptalopudjera 
Dar la mitad i mi Sancha, 
Qae los mis ojos no pueden 
Cumplir tron desdichas tantas! ' 
Si Narciso en nna fuente 
Se arrojó viendo su cara, 
To qne en tf veo siele, y tales, 



i9 

jCómo no mé arrojoF aguarda. 
Ya, fnente, perdiste el nombre 
En el mar de mis desgracias: 
Huye, Almanior, no te anegue. 
Que sale de padre el agua. 
A todos lloro igualróente 
Con sangre , aunque sale blanca, 
Q™ l¡8,m.. d. mi. ,p. 
Es sangre que vierte el alma. 
León será , yo os prometo, ' 
Mis fijos, en la venganza. 
Mas ¡ay! que annque soy león 
Mi canLiverio es cuartana. 
¡Ay ovejas sin paitar.' 
Que también murió la guarda; 
Y porque los perros se harten 
En Córdoba rl perro guardan. 
Guárdate, Almantor,qae suele 
A veces morder con rabia 
En la tarne del seitor. 
Cnanto y mas si eS i]úien le agra- 



Besando siete cabezas 
Desiele muertos Infantes, 
Agna les d¿ de sus ojos 
Y recibe en cambio sangre 
El viejo Gonzalo Bastos 
Con las ansias mas notables 
Que han causado senliroíenlos. 
Ni han engendrado desasttes. 
No habla palabra alguna. 
Que no es bien embarazarse 
En puerta do salen muchos 
De suerte que nadie sale. - ' - 
A Dios pide mil venganza* 
Con mal de Átíi-áén ^áles; ' ' 
Cou mas paiisax qutpálabras' ' 



Les dice razones 'tales: 
— Bien parece que ea nn Bey 
El que á su mesa me trae, 
Pues que las frutas de postre 
Tan grande interese valen. 
Porque loa eatremos cuente, , 

Y los medios deje aparte, 
Eselpost siete hijos muertos, 

Y una gran traición' el ante. 
Mucho se ha alargado el Bey, 
¡Mas qn£ mucho que se alargue, 
Pues'quiere mi desventura 
Que él convide^ y^ que yo gaste! 
No Ae'tapatlta', ^maVIoa'hijos, 



No Ae'tapatlta', ^maVIoa'hijo! 
Veros y verme en tíl 'trinice, 



u3i.!.iit>,Googlc 



Porque mi traidor mcabicrlo 
Es aeñor de mil léate*. 
Si el ver mnerlo á un hijo *olo 
La paciencia acaba á un padre, 
Ver liete, j i traición mnerioa,' 
La vida es raion que acabe; 
Y puea el número siete 
Tiene excelencias Un grande*. 
No hay trabajo como el mío 
Pues de siete causas nace. 
Fudiei'ae, traidor injusto, 
Homicida, aleve, infame, 



Dejarme de siete e! uno 
Para de)ar de acabarme; 
Mas quisiste temerosa, 
Qne un traidor siempre et c 

barde, 
Porque vengador no quede 
Acabar todo un linage. 
Pues malogras joventudea 
Dignas de dos mil edades. 
Llámente Velaiquei rain, 
No te llamen Ruy VelatqiMS, 



Llorando atiende Gonzalo 
Las ocho amadas cabezas 
De sus bijos y del ayo 
Que yacen solire una mesa. 
El noble cuerpo fidalgo 
Casi fincado por tierra, 
Que esta sola causa pudo 
Fallecer su fortaleza: 
Y como padre robosto 
Fallando prestadas foerzas. 
Las muertas faces bañando. 
Las fabla desta manera: 
1^— De tal suerte denodadas 
Eslades, reliquias tiernas, 
' Que no sá si estáis fablandb, 
O ai estáis del todo muertas. 
¡Oh qné pálidas estades 
De verter sangre las ven*s 
En las lídes.do lidiastes 
Fasta qoedtros sin ella I 



Y en la poca qne quedd 
En las faces, fría y seca, 
Un fénix para vengarme 
Ha de renacer en ellas. 
Si ende no lo vengare, 
En cárcel, ó fuera della, 
El honor de mis fáisSas 
Con las vuestras vidas muera. 
Atended, Infantes míos, 

A vuestra cuita y mi mengtM, 

Y non culpedes mi falla 
Pues finasteis sin afrenta.^— 
Dijo, y erguiéndose en pie, 
Como el que vida no precia, 
Al primero qne falló 
Desarmó con ligereza. 
Prenderte manda, Almansor, 
Los alcaides gritan muera, 

Y antes que fuese á prisión 
A cinco dejó por tierra. 



i5. (Anónimo). 



— No se fwÍP iUwr P*y 
Quien nsa taf .villanfa , . 



(Le dice Goualo.Bntlós 
Al Re/ Almanior nn-dia). 



u3i.z*it>,Goot^lc 



Qae lúbKiidame convidado 
¥ h<cbom« gran corlesfa, 
Como mi sangre mtrece, 
Mg des poF sobrecomida 
La cosa mas d olorosa 
Que jamas dado se habla, 
Mostrfndorae las cabezas 
De siete hi)Di qae tenia, 
Maa obedientes á on padre 
Que jamas visto se había, 
Defensa de los cristianos, 
Destruicion de la morisma. 
Pur traición, Bey Almantor, 
Debió de ser tai desdicha, 
Qae td no fueras bastante, 
Ni toda ta compaitía. 
Si vinieran aplazados 
A batalla conocida, 
A traerlos deste modo 
Qne ante mis ojos los via, 
Fnes de ésle, menor de todos. 
En una batalla un dia 
Te vf JO, Rey Almanzor, 
Alejarte i mas porffa, 
Qoe (fnisieras ta caballo 
Que volara annqne corría, 
y llevar armas mas dobles. 
Mil moros en compafifa. 
Él no habia veinte y un affos, 
T las armas las Irafa 
Por mil partes hechas piezas, - 
Desmallada ta loriga, 
£1 yelmo-todo abollado 
De golpes qne en él tenia, 
Deseoso de alcanzarte 
Por probar tn valentía; 
Tn caballo era rotjor 
Que el qoe el Infante traía, 
T por eso te libraste 
De no morir aquel dia^ 



9) 

Contarle qnierbon ejemplo 

Que á propdsilo venia, 

T es que convidando i DlriO) 

Pompeo, con quien tenia 

Muy antigua eilenlistad ' 

Y batallas cada día. 

Para mas solemnizar 

Su banquete y gran camSdaí 

lie dio libres los cautivos 

Que en su poder le tenia. 

Que pasaban de din mi^ 

Presentóle la baiil'la 

Con que aquel dia sirvieron, 

T otras cosas de vatín 

T en esto mostré Pompea - 

Sn valor y valentía. - 

Tü, teniéndome Ctfutlvo 

Convidándome este dlk, 

En vez dé mi libertad. ' 

Acortas la vida mia.— 

Acabada esta razón 

A lat hijos se volvia. 

Sin poder dlsimnlar 

El gran dolor'qué sentía. 

Limpia las siete cabezas' 

Que á ta meia le servian, 

Las limpia y ^'^* t^'l veces, 

T besindolas'decia: ' 

^— No lloro yo voestt-a moerlr, 

Pues se puede' llamar vida, 

Entendiendo 'Id'vengisteis 

Como el caso lo pedia; ' 

Pero siempre 'qaed a pena 

Que la congoja' la' aviva. 

En ver que fuéscí á traición 

T osando de'villanCa; 

¡Hijos mios! ¡iquién se haltara 

En batalla- tan ¡éiiqaiva, 

Siqniera para poder 

Socorrer la mayor prba! 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Muriera donde voMtros, 

Y «i qnedara con vida 
Fuera por mi) de Almintor, 
Como oirás vecetiolía. — 
Estas palabras diciendo 
Para un moro .arremetía, 

y qnilindole un alfange, 

A ál, y á otroa que allí habla, 

Leí dio Uia ptaa4<u golpes, 

Que nadie ae deféudia 

Que no quedase i tas pies, ... 

Y el que se libraba huía; 

Y de I04 ^ue le aguardaron. 
Con soi b¡)oi. tr«ce enyia. . 
Almanier, Iq Ul& mirando... 
¥ con riiegoi le decia; 

■— Aplaca t Gpnulo Bustos, 

Aplaca la 'grande ira, 

Que me p«M babcrle dado 



Tal pottre en Hta comida. 
Que aunque los Infantes eran ' 
Destrniciou de mi morisma. 
Si los pndiera tornar 
De maerlos.á dar la vida. 
Por ver sa florida edad 

Y BU esfueno en demasía, 
La hiciera, Gonzalo Bustos, 
Aunque es cosa conocida 
Qae si tuvieran vida ello* 
Presto qailaran la mía; 
Pero por satisfacción 

De tu razón conocida 
Yo te concedo licencia 
Para que hoy en este día, 
O cada y cuando que quieras 
Te poedas ir á Castilla, 

Y llevar estas cabezas, 

Si te place, en compaBfa. 



Sentados á un.ajedreí 
Despacio su juego entablan 
Alialar,.Rey de Segura, 
Y el grao bastardo Modarra 
Delante el Bey Almansor 
T en la presencia de Aia, 
Mora , que sirve Aliaiar, 
De mucho donaire y gracia. 
Discurriendo van por lances, . 
Juegan con destreza y maña, 
Que pierde roncho el que pierde 
T gana mucho el que gana. 
El Rey moro, que los ojos 
Tiene pneslos en quien ama. 
Tocó una pieía por otra 
Jugando nna treta falsa: 
Modarra que no conoce 
Del Rey la mano turbada. 



Ni si por ver á su mora 
Vino á lugar ó jugaba, 
A una parle echó la silla. 
Las piezas todas baraja, 

Y dando mano al tablero 
En pie se pone y levanta, 
Diciendo: — Tráteme bien 
Quien á su ¡uego me llama, 
Que aunque no soy reyj U ii 

Con qnien roe enoja me igai 

la. — 
Aliatar se espantó de esto, 

Y de Mudarra se agravia: 
Llámale bajo y espnrio. 
Hijo de ninguno, y nada. 
A sus neones replica 
Mudarra, no con palabras, 



í„Goog[e 



Mis levaoló par» el Re; 
Jonlai njedrct y tablí, . 
Con qae lia reparo «Igaoo 
Be mnerte le deicalahr*, 
Y con presleía no vista 
De allí at parle á.olra sala, 
Do uli la mora au madre 
Ta del ruido alborotada. 



• — Importa, enemiga madre, 
Al enojo coa que ifCi||(o 
Decirme el padre que ten^o, 
Porque importa tener padre; 
Qne yo por muy clara aienlo 
Que tengo padre, y buea padre, 
Por leoer tan buena madre, 
O por mi buen pemMmieulo. 
No quiero i mil o¡o« .*er 
Quien me diga en liempo alguno 
Que w>y hijo de ningaso, 



Poei algnim me AU aer: 

Y li tü, fortnna, aob«as 
En darme mal impftrluna, ' 
Cuando no.aeade ninguno 
Seré hijo de mil obra*.-»- 
Alligida está la mora 

Por verje del bijo que ama 
Ultrajada por un cabo ' 

Y por .otro araenaMda: 
Hablarle quiere y no osa, 
Que.lá.leD);ua >e le Iraba 
Del yerra f)aiado' hecho 
Que al itijo decir no osaba; 
Maa en el r valor del padre . 
Algún tanto confiada, 

Le descubre todo el hecho 
Del de Boatos y el de Lara; 

Y otras razones le dijo 
Salidas de allí del alma. 
Por lo coal vino í tomar 
De >o* hermanos venganaa. 



Una hermana de A Imancor, 
Rey de Córdoba llamado. 
Del bueno Gonzalo Bustos 
PreSada se habla quedado 
Al tiempo que él ac partiú- 
De la prisión donde ha estada. 
Dcnde imuy pocos diaa 
Pariera; del su preñado 
Un hijo había nacida, 
Mudarra le hablan llamado, 
Gonaalet por sobrenombre 
Como d ao padre el honradi». 
Almanaor holgó con i\; 
A dos amaa lo babia dado 
Para que muy bien lo crien 
Y con muy grande recado. 



Dtei aSos había Mudarra, . 
Caballero lo han armado; 
Valiente es de la persona. 
Muestra de ser esforiado. 
A doscientos caballeros 
Almauzor le babla dado^ 
Porque los baya por suyos 

Y cumplan ei au mandadoi 
Mudarra era muy valiente, 
De Almanior es muy amado: 
Es tal que solo Almanior 
No lo bay.mss aventajado. 
Su madre conló i Mudarra 
Todo el fecfao qne es pasado 
De .Don Gañíala su padre, 

Y sus hijos sos hermanos, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



u 

Y de la media «ortija 

Qut ella tiene á gran recado, 

Y de la traición ^ne hiciera 
Ray Veluqoez el malvado: 
Todo M lo declaró, 

Qae nada no le ha eneelado. 
Mudafra caando lo oyá 
Queda nia]r maravillado; 
Volvióle í «na cabaileroa, 
Eitas ratone) hablando: 
— Amigo«,may bien labcdea 
Qae I mi padre Don Gonaala 
Safriera moy |!ran lacina 
En la priiion tantos aSoi, 
A laerto f «in derecho, 
Sin ¡amas haber pecado 
Contra nadie , por do fiieM 
En la tal prisión echado, ' 

Y lambjen cómo mataran 
Siete Infante! eiforiadoa. 
Mía hermanos eran todos. 



To qaícro ir i vengallos 
De aquel qoe tal mal caoaó 
Allí en tierra de cris lian oa. 
Decidac, los mis amigos, 
Si qnereis ir ó qaedaroa. — — 
Bespondieron todos juntos 
Que iriin con él i ayudarlo. 
Porque eran criados suyos 
Qae Almanior se loa ha dado. 
Despidióle de sa oíadre, _ 
Sn camino le ha contado; 
Foe donde estaba Almanior, 
Las manos le habia besado: 
Pidiéndole en gran merced 
Que licencia le baya dado ■ 
Para ir á ver á su padre 
A Castilla ese condado. 
Almanior lo faabo por bien. 
Caballeros le habia dado, 
También le dio gran haber, 
Y i Dios lo habia encomendado. 



A casar va Don Rodrigo, 
T ann Don Rodrigo de Lara, 
Con la gran siesta qoe hace 
Arriniidose ha á una ha;a, 
Maldiciendo á Mudarrillo, 
Hijo de la renegada, 
Que si á las manos le hubiese 
Jara de sacarle el alma. 
El seBor estando en esto 
Mudarrillo que asomaba: 

— Dios .te salve, caballero. 
Debajo la verde haya. 

Así haga á tf, escudero. 

Buena sea tu llegada. 

— Dlgasme tú, el caballero, 
¿Cómo era la tu fnciaf 



— A m[ dicen Don Rodrigo, 

Y aun Don Rodrigo de Lara, 
CnSado de Gómalo Bastos, 
Hermano de Do3a Sancha; 
Por sobriqos me loa habe 
Los siete Infantes de Lara, 
Espero aquf i Mudarrillo, 
Hijo de la renegada. 

Si delante lo tuviese 
Yo Je sacaría el alma. 

— Si i tí dicen Don Rodrigo, 

Y aun Don Rodrigo de Lara, 
A mi Mudarra Gonaalet, 
Hijo de la renegada, 

Ue Gonsalo Bustos hijo, 

Y alnado de Doña Sancha: 



UgfeilbvCOOgle 



Por htrmmos m« los hab« 
Los siete Infantu da Lara: 
Tú loivcndístea, traidor, 
En el val de Arabiana; 
Ma« si Dioa á mf me ayuda 
Aqai dejaris el alma. 



§5 

— Espénine, Don Gonuilo, 
Iré i toinarlai mis armas. 
- — El espera qoe t¿ disle 
A los Infantes de Lara; 
jiqai morirás, traidor {i). 
Enemigo de Doña Sancha. 



ig. (Anónimo). 



Bespnea que Gontalo Boatos 
Dejó el Cordobía palacio 
T en Salas goardaba el sofo. 
Entre daros simalacros 
Fatigábala memoria, 
Culpaba su inijtil brazo, 
Por los efeclos del tiempo 
Arcbivo de sus agravios. 
— [Oh tronco, dice, sin fruto! 
Solo ha* qaedada en el campo 
Do el villano codicioso 
Podó tas pimpollos caros; 
Yo (e conocí coii siete 
Con que fniíte un tiempo ufano, 
¡Y ahora te contentaras 
Con el mas endeble y flaco! 
Cada momento, mis fijos, 
De nnevo os pierdo , y os hallo 
Para gozaros a asentes, 
Eh mi mente degollsdos. 
Fresca está la sangre en ella, 
Qqg el traidor que Gao el daño. 
Con su presencia atormenta 
La poca qne en mi ha qnedado: 
De merced vivo con él, 
T por momentos aguardo 
Caiado qne rri derramarla 
Si no es por vengarse humano. 



¡Ay miserable del solo, 

Y mas cuando el hado'avaro 
Viene i hacer de sus canias 

Mejor estaba entre moros, , 

Fijos, qne en el suelo patrio, 
Que entre ellos halla piedad 

Y quien se movió á mi llanto.^— 
Estas qoejas esparcía 

Desde on mirador Gontalo, 
Bcgtndo sus blancas canas, 
Recostado en un escaño; 
Cuando tendiendo la vista 
Por el espacioso campo. 
Vio en un caballo andaloi 
Venir un moró gallardo. 
Joven , hernioso y dispoísto. 
De rostro agradable, manso. 
Grave, compuesto, gracioso, 
Apacible j despejado. 
En la adarga media luna 
Trac puesta en nn cielo claro, 

Y una roja F en medio 
Con nn letrero dorado, 
Que dice; .^ batearle voy.' 
¡ fentuToto $i le alcanio ! 
En la lanza nn pendoncillo 
Concmcverde en campo blanco. 



(i) Ettoí di» úllinuu viriot ueiianrn eíQaííote, part. II. up. Got 



u3i.z.iit>,Goog[c 



36 

Y ni» cabcia pendiente 
En el preUl del caballo, 
DMtiliado freKi «aDgrc 
Entre el «bello cmido. 
Llegó, y bajando la lUfa, 
£1 anón casi beaando. 
Con el cuento de la lanza 
Sobre la yerba afirmado. 
Dijo : — Tú debea ser, 
Segan laa aeñaa qne traigo, 
El noble acñor de Salas, 
Que clter qne tengo me ba dado. 



Recibe de Roy Vcltiqnet, 
Vendedor de mis bermanoi, 
Etta prenda, que el traidor 
Nunca reposa i »n aalvo. 
To aoyMndarra, leBor, 
Y ha macho tiempo que afano 
Por hacer esta sangría 
En tn tronco antiguo y claro.-^— 
Grandes vocea daba el viejo: 
—Sabe, hijo, y da i mis braios 
Lo que tanto ha deseaban. 
Que boy se acaban mis trabajos. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



«wwkmAwiiHiMivtnnitfwiiNiiiiw^iiiiim^ 
ROMANCES 

SOBItK 

LOS CONDES DE CASTILLA FiaitAIl GONZAXBZ 
T GARCI FERNANDEZ. 



" (Aalinimo). (i) 



JomDeato I lavan beclia, 
Todoa jtiDiiM i ana toi. 
De no volver á Caitilla 
Sin el Conda an uñov. 
La Jmaf;en laya de pkdra 
Llevan tn no carretón, 
BcMeltot «I alr^ no vnalve 
De no volver tílos, non, 
T e) qae faio atrii volviere 
Que quedase por traidor. 
Alzaron lodoa la» manos 
En señal que m jnní. - 
Acabado.e) horoena^- 
FnnéroDtc'aa pendón, 
Y beairoblí la niaaa 
Deade'il'Cbico hasta el lÉayor, 
T como buenos vasallos 
Caminan para Arlanion 
Al pato qae andan los- bne^t 
T á las vueltas que dá el sol. 
Desierta dejan á Burgos 



T pueblos al rededor, 

Solas (fvedin las nivgeres 

T aquellos que BÍBosson: 

Tratando van de) concierto' 

Del caballo j del aior, 

Si ha de hacer libre á Castilla 

Del fendo que da í León; 

T antes de entrar en Navarra 

Toparon fnnlo al tnojon 

Al Conde Fernán Gonaalts, 

En coja demanda son. 

Con su eiposa Dofia Sanch*i 

Que con astucia y valor 

Le sacó de C«stro-vie)o 

Con el ea^MÍio que osó; - 

Con siía bierrok j prisiones ' 

Venían juntos los dos 

En la mola que toroaroB 

A aquet preste catador. 

Al estruendo, de las armas 

£1 Conde se alborotój 



Sin 



o atunto dtl'4e SepÚlotda, fve <fi«.'Enprmon mU' 



L)ji.z.iit>,Coog[c 



38 

Mas conociendo á loctttyot 
Desta manera habló: 

¿Do veafs, mis castellano»? 

Digidesmelo por Dios, 
¿Cómo de¡ais mis castillos 



A peligro de Almancor?— - 
Allí babló Ñoño Lainca; 
■^íbamos, seSor, por vos, 
A quedar presos ó maertotf 
O sacaros de prisión. 



* (Andmino). (i) 



, t>reso eslf Fernán Gonialet, 
El gran Conde de Castilla, . 
Tiénelo el Rey de Navarra 
Maltratado i maravilla. 
Vino allí tm Conde Normando 
Que pataba en romería. 
Supo qne este bombre famoso 
En cárceles padecía. 
Foese para C as tro~ viejo 
Donde el Conde residía, 
Didivas daba al^ alcaide 
Si dejarle ver qneria; 
El alcaide foe contento 
T las prisiones le abría. 
Mucbo los Condes hablaron, . 
El Normando se salía: 
Foese donde estaba el Bey 
Con Jo qne penaado babia. 
Procuró ver i la Infanta 
Poes era hermosa y cumplida. 
Animosa y muy- discreta, 
De pnrsona muy crecida. 
Tanto procura de verla 
Que esto le ba:btara nn dia: 
— Dios o» lo perdone. Infanta, 
Dios, también. Santa María, 
Pues por vos le pierde nn hom- 
bre, ' 



El me)or qOe se sabia: 
Por vos qe cansa gran daio. 
Por vos se pierde Castilla, 
Loa moros entran en ella 
Por no ver quien la regia. 
Que por veros muere preso. 
Por amor de vos moría: 
Mal pagáis amor. Infanta, 
A qnien tanto en vos .con&n. 
Si no remedíais al Conde 
Seréis muy aborrecida. 



II por 



.s él Si 



Heina de Castilla.-— ' 
Tan bien le habla el Mornundo, 
Qne i la lofaola enternecida 
Determina de librallo 
Si por mnger la qneria; . 
£1 Conde se lo proroete, 
T á vello la Infanta iba. 
— No temáis, dijo, seílori 
Que y'os daré la salida.'^ 
Y engañando i aquel alcaide 
Salen los dos de U villa. 
Toda la noche anda'vianNL 
Hasta qne el alba reia.. 
Escondidos en ón boaqnc 
Un Arcipreste los vía^ 
Que venía, andando i caía 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Con HD aur qne traíi: 
AmeniMloi con mnerle 
Si la Infanta no ofreció > 
De fbjgar alK con é\, 
Sino qac al Rey loa iraFría. 
El Conde, maa cruda maerle 
Quisiera, qae lo que oía; 
Pero la discrela Infanta 
Diodole esfueriD decia; 
•^ Por vuestra vida, leSor, 
Mas que esto hacer debria, 
Qae no le sabrá esta afrenta 
Ni se dirá en esta vida.— 
Priesa daba el caaador 
T anienaia todavía: 
Con grillos calaba el Conde 
T sin armas se vela; 
Mas viendo que era foriado 
Cono puede se desvia. 
Apártala el caaador, 
De la mano la traía, 
T cuando abrazalla qniso 
Ella de él muy fuerte bnlai 
Los braaoa le ba emba raudo. 
Socorra al Conde pedia. 
El cual vino apresurado 
Aunqne correr no podia: 
Qniládolc ba al caaador 



29 

Un cnchilla que traía, 
Y con él le diera el pa^^ 

Ajndindole la Infanta 
Camina todo aquel dia, 
T i .la bajada de un puente 
V¿n muj |;ran caballería; 

Porque creen qne el Rey la en- 

La Infanta tiembla y se moerr, 
Gn el jmonle se escondis; 
Mas el Conde mss mirando 
Daba vocea de alearía: 
— Salid , salid , Doüa Sancha, - 
Ved el pendón de Caalitla, 
Míos son los caballeros 
Que i mi socorro venían.—— 
I^ Infanta con gran placer 
A vellos latfio salia. 
Conocidos de loa suyos 
Con alarido venían: 
CattiUa, vienen diciendo. 
Cundida es ¡a jura hojr dim. 
A los dos besan las manos, 
A caballo los subían, 
T así los llevan en aalvo^ 
Al condado de Castilla. 



3.° (Anónimo). 



Caatellauo* y Leoneses 
Tienen graiidea divisiones. 
El Conde Fernán Goniiilea, 
T el buen Rey Don Sancho Or- 

doSeid . . 

Sobre el partir de las tierras 
Ahí pasan malas raaones: 
Llaman se bi-^e-rameras. 
Hijos de padrea traidorra, 



Echan mano i laa espadas. 
Derriban ricos mantones: 
No lea pneden poner tresnas 
Cuantos en la corle soné, 
T pónenaelas dos frsiha 
Aqaesos benditos monges, 
Qael nno e* lío del H^y, 
El otro hermano del Conde. 
Pónenlas por quince días. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



so 

Que non pueden por mu, no, 
Qne se vayan i lot prtidaa 
Qat dicrn de Carrion. 
Si nncho madrona el Rey, 
El Conde non darmia , non; 
£1 Cande parlió de Burnoa, 
¥ e1 Hey partió de León. 
Venido M han i jnnUr 
Al vado de Carrion, 

Y á la pasada del rio 
Movieran ana cuestión: 
Los del Rey qne pasarim, 

Y los del Conde que non. 
£1 Rey , como era rimeñ^T, 
La samularevoivid, 

El Conde con lotanla 
Su caballo arremelitf. 
Con el agua y el arena 
Al boen Rey le salpicó. 
Allí hablara el bnen Rey, 
Sa ((eslo muy demudado; 

Buen Conde Fernán Gonialez, 

Mucho sois desmesurado: 
Sino fuera por las in-guas 
Qne los monf¡ts nos han dado, 
La cabeía de los hombros 
Ya yo os la hubiera quitado, 

Y con la sangre vertida 

Yo tiñera aqnesle vado. 

£1 Conde le respondiera 
Como aquel que era osado: 
-^Eso que decís, baen Rey, 
Vcoto mal aliñado, 

Vos venia rn gruesa mnla, 
To ennn ligero caballo; 
Vos iraeti sayo de seda, 
Yo traigo un arnés Iranudo; 
Vos traéis alfange de ora, ' 



Yo ti 



mí n 



Vos iraeis cetro de Rey, 

Y yo nn venablo acerado; 
Vos con gnantes olorosas, 
To-con los de acero claro; 
"VoM con la gorra de fiesta, 
Yo con un casco afinado; 
Vos traéis ciento de mnla, 
To trescientos de i caballo.^— 
Ellos en aquesto estando. 

Los frailes qne han allegado: 

Tate, tale, caballeros, 

Tate,-t«ie, fijosdalgo, 
¡Cuin mil cMiBplistes las tre- 
guas 
Que nos ha bfadrs mandado!— 
Allf hablara el boeii Rey: 
— Yo las cumpliré de gra- 
do. — 
Pero respondiera el Conde; 
^— Yo de pies pneslo en el cam- 
po.— 
Cuando vido aquesto el Rey 
No quiso pasar el vado; 
Vuélvese para sus tierras, 
Malamente va enojado, 
Grandes bascas va haciendo, 
Reciamente va jurando 
Qne había de matar si Conde 

Y deStmir sa condado. 
Mandó, poes, llamar i cortes. 
Por los grandes ha enviado: 
Todos ello« son venidos, 

Y solo el Conde ha fallado. 
Mensajero se le hace 

A qne cumpla .sn mandad». 
El mensdgero que toe ■ 
Desta atitrrte le ha hablado. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



— -Baeii Conde Ferniin Góma- 
te, 
El Bey envia por voi, 
Que vayidfs á las corlu 
Qne se baciin en Leonj 
Que si voi alli vaia, CoDde, 
Daros han buen galardón, 
Daros ha & Paleniucla 
Y á Patencia la mayor; 
Daros ha í lai nueve villas. 
Con ellas á Garrían, 
Daros ha á Torquemada, 
La torre de Mor mojón; 
Daros faa i Tort^esillas, 
T á Torre de Labalon, 
T si mas qoisierdes. Conde, 
Daros han á Carrion. 
Bacn Conde, ai allá non ides 
Daros «s han por Iraidor.^— 
Allí respondiera el Conde 
T dijera esta raion: 
— Mtniagero ereí, onii';o(i). 
Non merece* culpo, non, 



Villas Y castillos tengo, 
Todos á mi mandar son, 
Dellos me dejó mi padre, 
Dellos me ganara yo: 
Los que me dejó mi padre 
Po hielos de ricos hombres, 
Los que yo me hube ganado 
Poblélos de labradores; 
Quien no leaia mas que nn faney 
Dábale oiro ijae eran dos, 
Al que casaba su bija 
Dóile yo muy rico don, 
Al que fallaban dineros 
También »e loa presto yo; 
Cada dia qae amaneen 
Por m( hacen oración; 
No la hacían por el Bey, 
Que no la merece, non, 
Él les paso ranchos pechos, 
T quiliraselos yo. 



El Rey Don Sancho Ordo 3ei, 
Qae en León tiene el reinada, 
Preso ha i Fernán Gonialea, 
El buen Conde castellano. 
En una torre fue poetto 
Con cadenas, á recado, 
Qoe con el Rey no aprovecha 
Cosa qne le han suplicado 
Para qae suelten al Condo 



De donde está encarcelado. 
La Condesa que lo sapo 
A L^on habla llegado. 
Besó las manos al Bey, 
Con él está raconanda: 

Suplicóos, el Rey, mi lío, 

Que paes no habcii soltado 
A ese Conde mí marido 
Que aea de mf visitado, 



(i) Eetoi do* vtnoM ton afn prooerhtahi. 



u3i.z.iit>,Coogle 



da 

Que yo voy «n rameril 
A la casa de Santiago, 
T quiero faabUr con él 
A lo hacer couioUdo: 
Serile muy gran caninelo 
S«|un eati fatigado. — 
El Bey con alegre cara 
Lo que pidió le ha otorgado. 
La Condeii entrara dentro 
Do e^li el Conde aprisionado. 
Sin que ninguna persona 
Consigo bobiese llevado. 
Vaelvcn i cerrar la puerta. 
Porque «nsi cataba mandada. 
El Conde cuando la vido 
Gran copauelo había cobrado} 
Ambos hablan en secreto, 
T conciertan en celado. 
Parecióle bien al Conde 
Lo que va muger ha hablado, 
T aquese concierto hecho 
Al portero habían llamado, 
£1 cual vino prestamente 

La Condesa le habló, 
El Conde estuvo callado, 
Con palabras que le dijo 
Al portero habla engaBado; 
La puerta le abriera luego. 
El Conde se ha trastocado. 
Tornó á cerrar la puerta 
Como le .estaba mandado. 
La Condesa Doña Sancha 
En. la prisión ha quedado, 
£1 Conde se fue á sa gente 
Como le fuera avisado. 
Los suyos cuando lo vieron 
Gran placer hafaian tomado. 
Volvieron para Castilla, 
Do el Conde (itne tn «atado. 



El Rey cnando hnbo sabido 
Aquesto que ya es contado, 
Gran enojo ha recibido 
Porque ansi faeri engañado. 
La manera qoe se tuvo 
Para poder ser librado, 
Pues con el Rey no aprovecha 
Lo qae tanto le han rogado. 
Fue q«e con varonil esfuerzo 
La Condesa había bahlado: 
— ^Juítaos, Conde, esas ropas, ' 
Las mías habréis tomado, 

Y alli á la media noche 
Estará mas descoídado 
Este portero que os guarda, 

Y en ello no habrá mirado: 
Abiertas qne sean las pnerta* 
Saldréis moy diaimnlado; 
Vos le haréis entender 

Que el vi age comentado 
Que lo queréis acabar 

Y llegar á Santiago, 

T encaminándolo Dios, 
Buen Conde , seréis librado; 
Iréis para vuestra gente 
Qne fuera os esli aguardando, 
Volv,eros heis á Castilla 
Do tenéis vuestro condado. 
Yo quedaré en la prisión, 

Dnlla seréis vos librado. 

De qu'aquesto supo el Bey 
Mostróle muy aplacado; 
Fue donde está la Condesa, 
Desta manera le ha hablado: 

Condesa, voi me engañaates. 

De vos he sido burlado; 
Mas tuvisteis gran raion. 
Como muger de alto estado, 
En librar vuestro marido 
Como vos lo habéis librado. 



u3i.z.iit>,Coogle 



Las mogerea que v 
De peqaeSo y grande grado.— 
ReipoDdióle U Candua; 
—Señor, n'os haya priado 
De librar i mi marido. 
Que ya lo hube ordenado, 
' Que por librar tal persona 
A ntai qneato era obligado.— 



33 

El Rey la recibid bien. 
De la prisión la ha aacado, 
Envióla honradamenlv, . 
A Caililla la ha enviado; 
Muy honradamente vá 
Como conviene i «n catado. 
Halló alii á sn marido 
Por ella mu^ deseado. 
Con gran placer st reciben, 
Qnearabosacbanmiicbo amado. 



G,° por Sepúlueda. 



En muy sangrienta baialFa 
Anda el Conde castellano. 
Nombrado Fernán Gonxalea, 
Con Almanior, l\ey pagano. 
Tres dias ha qoe pelean 
Con sus gentes en el campo. 
Mochos matan de los moroi 
Aqaesoa pocos cristianos. 
Los moros como ion muchos 
AlCoude tienen cercado, 
£1 Conde con gran dolor 
A Dios estaba llamando, 
Los ojo* altos al cielo 
Ellas palabras hablando; 
•^¡Ob Señor de cieb y tierra! 
A vos estoy yo clamando. 



Que se pierda este condado 
Que vos me disteis en guarda; 
Libraldo con vnestra mano, 
Que si Castilla se pierde 
])íorir quiero, y no ser salva- 
Entrara por la batalla, 
Moriré como etfonado. 
Que non qaiero yo vivir 
Por ser tan crecido el daBo^ 
Si los. moros uo me matan 



Matarme he yo con mi mano; 
Dadme vos, Seilor, ventura 
De vencer la lid entrando. 
Pnes que vos me prometisteis 
'Qoe de vos sería ayudado. 
Cumplidme vueitra promesa 
Cual yo cumplid vuestra mando. 
¡Oh Señor! non fallezcáis 
A aqueste vuestro vasallo, 
Que si pecados yo hice, 
T de mí toii deipagado, 
Librad eila tierra vos 
Y de mí OÍ haced vengado^ 
Que yo quiero ler el mnertOt 
No muera tanto cristiano.— 
Diciendo aquestas raiones 
Firiendo iba y matando; 
El campo deja cubierto 
De los moroi que ha matado. 
Una voa oyó del cielo. 
Por su nombre lo ha llamado: 
Dijole: Fernán Gomaln, 
Gran ayuda ti de la bando. 
Acorro te viene grande, 
Diót del cielo ¡a ha enniado. 
Aliara el Conde los 0)01 
Por ver quien lo baUa llamado^ 

3 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



u 

Vido á Santiago el Apmtol, 
Qne janto i él ha Negado; 
Gran gente de caballeEM 
Lo vienen acompasando, , 

Bicas armas traen vestidas, 
Cruces grandes eu sa lado. 
Las haces tienen paradas 
Contra ALmanaor y sa bando. 

De lo ver te han eapanladoj 
Dijeron: — ¿Oó vino al Conde 



ElConde Fernán Gonialaí, 
Qae tiene en Bargas sa campo, 
Con los nobles de Castilla 
VacontraAlmanzor marchando, 
T en las riberas de Arlanu, 
A vista de los contrarios, 
Ordenó el Conde los sayos, 
Menos, y mas esforzados; 
Maa la fuerca del vencer 
Recibe ipa duros casos. 
Del gobierno el capitán, 
Del capitán los soldados. 
Antes de la escaramnza 
Contra el sarraceno bandoy 
Solo nn castellano, solo. 
Picó atrevido un caballo, 

Y apenas de las dos huestes 
Al medio llegaba, cnando 
Súbito se abrió la tierra 
Hasta sa centro roas bajo, 

Y en sos entrafias envuelto 
El misero y sepultado 
Cerró la tierra, y dejó 
Nuevo cuento al mondo vario. 
Del nanea visto suceso 
Temerosos j capanlados - > 



Esta gente que ha llegado 
Cuando ya estaban vencidas . 
Él y todos los cristianos? —• 
El Conde y sus catialleros 
Gran esfuerao habían lomadt^ 
Fieren de recio en los moros. 
Del campo los han lanudo; 
Tantos quedan del los moertos 
Que qaeda cubierto el campo; 
Siguiéronlos hasta Almanaa 
Donde se acabó el estraga. 

■í.imo). 

Dejaban el campo libre 
T vitorioso al pagano; 
Mas el valeroso Conde, 
Con grave y feroa aplauso. 
Levantó en medio de todos 
La espada , la voi , y el braco: 
— ¡Oh mis fidalgos de Burgos! 
.Arredraos, castellanos. 
Non V oí vades las espaldas 
Que non seredes fidalgos, 
Ni enlodéis en solo un dia. 
Por un pavorido espanto. 
Las faaañas que conmigo 
Hobisles en luengos años. 
Parad mientes en mis voces. 
Dejad solaces humanos 
Que asai en breve fallecen. 
La fama non, non, notaldo. 
To no me mnestro afligido, 
¿Para qué temedes tanto? 
Que aunque no venides mnchos, 
Sois pocos y bien gnisados. 
Si ano se tragó la tierra 
En su asiento firme y ancho, ' 
Solo an borne de nosotros 
Mal podrá sostentar tantos. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



AqDÍI estaba Ae maf, 
Nosotros asas sobramos: 
Acometed de consuno, 
Mon estedes empachados, 
Qoe vos afirmo que basta, 
Y por mi sentido fablo, 
Contra mil forsados moros 
Va corazón castellano. 



35 

Pinchad, pinchad los trotones, 

Non fayades, mis fidalgos. 

Que facer alevosía 

Non es de bnenos vaulloh —t 

Esto dice, y arremeten 

Con tal furia á los contrarios, 

Que de innamerahles moros 

Vencieron la hueste y caiDpo■ 



8.° por Sepúltreda, 



En los reinos de León 
Don Sancho el Gordo reinaba: 
Al Conde Fernán González 
Mensageros le enviaba 
Qae loego venga á sus Corles, ^ 
Que en León las celebraba. 
El Conde cumpliera luego 
Lo que el Rey anii mandaba. 
Diciendo: —Gran Bey del cielo, 
Gran Señor, i tf rogaba 
Qoe me quieras ayndar, 
T el favor te demandaba 
De que saqaes i Castilla 
De la gran premia en que estaba, 
T qne en ella otro no mande 
Sino yo que la amparaba. — 
El Rey que supo que el Conde 
A sus Cortea ya llegaba, 
Sal i ara lo á recibir 
Como i persona estimada. 
Ud aJEor el Conde lleva 
Que de muda lo sacaba, 
Y un caballo muy hermoso. 
Que al moro Almanzor ganara, 
Dello se pagaba el Rey, 
Al Conde lo demandaba, 
El Conde lo da de balde, 
Na el Rey lo, quiere .sin paga. . 
Gran haber por ello ofrece 



Si el Conde se lo fiaba; 
Pusieron entre ti el plazo 
En que el Bey baria la paga, 
T si al plazo no pagase 
La moneda se doblaba. 
Acabadas ya las Cortes 
El buen Conde se tornaba. 
Siete años son pasados 
Qne el Rey Don Sancho rnnaba, 
Cartas enviara el Conde 
En que en ellas le mandaba 
Qne ¿por qué venir i Corl«« 
Tanto tiempo dilataba? 
Que si venir no qoeria 
Y i obedescer se negaba. 
Que de)aae su condado 
T que luego díl se salga. 
El Coftde qne oyó el mensage 
Cumplió luego la embajada. 
Llegado era ya á I^on 
Adonde Don Sancho estaba; 
Ante el Rey se hincó de hinojos. 
Las manos le demandaba; 
El Bey no la» qoiso dar, ■ 
Lejos de si lo arredraba. 

Diciendo; Quitadvos , Conde, 

Qne no quiero vuestra fabla, 
-'forqiK '.estáis vos.muy lotano 
Por vencer UnUs'baf^aa. 



u3i.z.iit>,Coogle 



36 

Dm «ño* b* que i mij Cortu 
No yM, «anqne oi llamaba: 
Coa mi condado oi altá^tfia. 
Que fo á vos lo diera en guarda; 
Otroa taertoa me fecfateia 
De que yo agora haln'é paga^— 
El Gomde dijo: — Señor, 
Con la tierra no me alBaba> 
Ni vengo de lal lagar, 
Ni linage qae lo obrara. 
Que en lealtad y maSai buenas 
Por mny bneno me contaba, 
T por tan boen caballero 
Contó el' mejor qoe se halla. 
Otra vei vine i León 
Do la vQcitra Corte estaba, 
Y de viiealros Leaneaei 
Gran deshonra yo cobraba, 
' T esta fae la cauaa, el Rey, 
Qoe t ella*. no continnaba; 
y ai me alao con la tierr» 
To leogo rs»>n f canta, 
Ca me tenedea robado 
Gran haber y gran ganancia. 
Tres aflioa ha lo debéis, 
T i mi no ae me pagaba: 
Dadme, Bey, yoi, fiadore* 
Que i mí me seri pagada; 
Yo dárvoaloa he también 

CaalilU ealaba mny tríst^ 
Crecido* Ibntoa hacia 
Porque et nmerio Hernán Gon- 



De p^gar ai en algo errah*. ■•^ 
El Rcjr recibiera enojo 
Deslo qu'ei Conde hahlalMi; 
Echóle en fuertes prisíoneaf 
Mas ao mnger lo aacaba. 
El Conde iteá aos gentes. 
La tierra del Bey estraga, 
Prendiérale muchoj hombres, 
Muchos ganados llevaba, 
Hasla que le dá sn haber 
Mal al Bey amenazaba. 
£1 Bey d\6 de aus haberes, 

Y á nn hombre le mandaba 
Que luego le pagne al Conde 
Lo qne í pagar se obligara: 
El hombre fue para el Conde 

Y el haber luego le daba; 
Pero no basta á pagallo 
Porque muy mucho sumaba. 
El Bey de muy congojad» , 
Con los suyos acordaba 
Que libre le di el condado 

Si el haber le perdonaba. 
El Conde lo hubo por bien 
Porque mucho le pesaba 
De besar mano í ninguno, 

Y i Dios muchas gracias daba 
Por sacar de tubjecion 

De León i Castilla honrada. 

(O 



El que bien la defendía. 
Su hijo hobo sn estado. 
Ese Conde Don García, 
Fernandei por sobrenombre. 



u3i:z.,iit>,Coogle 



Bien *1 padre parcela. 
GraH cabillero es ile coerpo, 
Caerdo, apuesto í mtravitli, 
La» maooa ba como nieve 
Cnando del cielo cala; 
Cabieftai las trae con loas 
Porqae amor nadie le pida. 
En Francia caad el boen Conde 
Con eia DoOl Argentina, 
Qoe ^laba por su tierra 
A Santiago en romerfa. 
Seis a&o9 vivió con ella, 
No habieron fijo ni fija: 
El Conde esti moy doliente, 
Temió de perder ia vida. 
La Condesa como mala 
Muy gran traición te bacía: 
Fuese á Francia con nn Gande 
Qoe á visitarla venia. 
El Conde Oarcí Pernandei ' 
Gran enojo reCebia; 
T «ano de so dolencia 
A los anyoa lea decía 
Que por cnmplir la promesa 
Qne por su salod bacía, 
Se iba i Rocamador 
Con dones en romería. 
Meiiiite por el camino. 
Un escudera en sn ^i»; 
Ambos van desconocidos. 
Pobres vestidos vcstian: 
.Degados sov d«nde estaban 
Los que ban becho alevosfa. 
El Conde Garci-Fernandel 
Con gran prádencía inquina 
Toda la vida del OoBdc, 
Y sopo qae había- una hija, 
Qoe se nombnl Ooi» $«ncba> - 
Mtif beemoia en dcmasfa. 
Garci Fernanda, discreto. 



37. 



Ca)d¿ qoe le c 
Conversar luego con ella 
De coalqnier manera 6 gníaa. 
Muy mal qniere Doña Sancha 
A aquesa Do3a Argentina, 
Con aa padre la revnelve, 
No puede sufrir (al vida. 
Bascando andaba algún modo 
Como hnya tal fatiga. 
Habldcon nna don>:tlla, 

Amiga , sepaa qoe yo 

Sufrir e>to no pedia: 
¿Has visto tú ya los pobres 
Que dan rtcion cada día 
A la puerta de mi padre? 
Pues-mira, con maestría - 
Si hay en ellos hijodalgo 
Que allí la limosna pida, 
Que tea fermoso, apocsto, 
Y i mí lo trae , qne cumplia, 
Porqae qnicro hablar con él, 
Que macho á mi convenia.— • 
La doncella, qa'es diacrela. 
Por la obra lo ponía: 
Fuese un día do los pobrea 
Becebian la comida, 
T entre ellos vio estar al Conde, 
Al buen Conde de Caililla, 
Que esti pobre y mal vestido; 
Mas muy bien le parecía. 
Vido qne era muy hermoso. 
Grande, apuesto en demula. 
Viole las mano* hormoaaB 
Qn'el buen Conde deunbcia: 
Cuidaba en so coraaon ' 
QnVra hombre de «alia: 
Apa rti ralo de lodoa, 
T conjoridolo babia 
Que dijese si era. hidalgo. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



38 

Qae dcllo gran bítn ternU. 
Di¡o el Conde qiK lo era 
Mm qae e1 tt&or que tenii, 
La doncella paró miente* 
A eslo qm reipondií: 
— Agiiardime iqaf, mSot, 
Yo vtraé por tos aína.— 
Fueae para su teAora, 
Lo pasado le decía. 
Por mando de DoAa Sancha 
Vino anlellaOon Garcta; 
Ella le dijera al Conde: 
—Yo oa mego por cortesía 
Me dígala por, cuil raion 
Voa «oís de aaa hidalgafa 
Que no el acAor de etla lierra* 
Qae yo por padre tenia.— 
Respondió el Conde diciendo; 
^-. En .vuestro poder yacía, 
Ea vuestra mano es mi muerte, 
Dirtncta pódela , ó vida. 
Si queréis «aber de mi 
A vos ote descnbrlria; 
Promeiedme en puridad 
Que de vos no se sabría. — 
Jurábale Do&a Sancha 
Qae no lo replicaría. 
El Conde di}D: ——Señora, 
Verdad digo y no menlira, 
Yo soy Don Garci Fernandei 
Ese Conde de Castilla: 
Vaealro padre que aquí está 
A mi gran maldad hacia: 
Tni)érama mi muger 
Con quien casada yo había, 
Aqaí la tiene consigo, 
Gran pesar i mí venia, 
Y con crecida vcrgüenaa 
Prometido yo tenia 
Be no volver á mi tierra 



Hasta qaílarlca la vida, 

Y por cumplir mi promcaa 
Este mal trage traía 
Porque á mí nadie conoica 

Ni mi vengsnta ie impida.— 
A DoSa Sancha le plugo 
De lo qu'el Conde decía. 
Porque bailaba camino 
Que gran bien se le seguía. 
Dfjole al Conde: — Seitor, 
Quien i¡ vos os diese boy dis 
Carrera para btcer 
Lo que á m( dicho se habia, 
¿Qué le daréis vos por ello, 
O qué galardón habría?— — 
Luego el Conde respondió: 
— Con vos yo me casaría, 
Llevaríaos yo conmigo 
A mí estado de Castilla, 
Seréis Condesa y seüora 
De la tierra que tenia. ^~ 
Ella le dijo que cedo 
Gran venganza tomaría. 
Escondiíralo en secreto 
Adonde entrambos dormiaii. 
Dende i la tercera nocbe 
Doña Sancha uari maestría; 
Al Conde Garci Fernandei 
Un lorigon le ponía 

Y un cuchillo en la sn mano. 
Bajo el lecho lo 0Mtía 

Do sn padre y sn moger 
Tenían U av¡ dormida. 
Mandóle que eiti seguro, 

Y una cuerda al (úe le asía 
Porqne cuando se durmiesen 
Los que tan mal le ofendían, 
DoSa Sancha le tírase, 

Y saliendo Don García, 
A man ttlva y de aeginro 



Dg.l.zedt>>COOgle 



A eatrambos loi mataria. 
Aqnette concierta fecho 
El Conde coa la su amiga 
Echados son en la cama 
¥ debajo Don García: 
Luego te habían dormido. 
Doña Sancha qae lo vfa 
Tira luego de la cuerda^ 
£1 Conde presto sai ia: 
Degollólos á ambos junio*. 
Ambas cabezas leí quita; 
Con eliaa y su ^uger 
Para CaslilU volvía. 
Después que fue» llegado 



39 

Sos gentei jimtar bicit, 
Contóles lo acaecido 
Que cosa non fállescia. 
Dijo el Conde á sus vasallos: 
— Amigos, de aqueste dia 
Soy yo el vuestro señor 
Pues qiK vengado me faabia, 
Que estando tan deshonrada 
Vaialloi no merecía.— 
Casóse con Doua Sancha, 
Alegre vida hacían. 
Naciera ¿ellos Don Sancho 
Que sucediera en Casulla. 



iwwunai» 



Dg.l.z«lt>,GoOglc 



laMrinrtHlMlMAlllWl'WlWliVVUiVUltlimiiniVVMIUI 



ROMANCES 



DE GARCÍA I. m CASntLA, T I» XA TRAICIÓN DE 
I.OS VELAS. 



Reinado en ya Caatilh, 
Reinado, que no condado: 
Ddd García fue ti primero 
Qat por Rey le faa coronado. 
A Bermodo de Lton 
Sa mensage babia enviado 
Demandándole aa bermanft 
Por con elta aer caaado. 
Don Bermodo hubo por bien 
De hacer lo que le e» rogado. 
Concerliron que se hicieMn 
Las bodaa que han concertado 
En León , eaa ciudad 
Cibeía qne es del reinado. 
Llegados aon i León 
Don García y so cnBado, 
Con Don Sancho de Navarra 
Que lo iba acom pifiando. 
Don García entra dentro, 
Los suyos deja en el campo. 
Los faíjos del Conde Vela, 
Que de Castilla bobo echada 
Su padre de Don García 
Por maldad que habían obrado. 
Por vengar la an deahonra 



La gran traición han traudo 
De malar á Don García, 
Aunque eran sui vasallos. 
Disimulan la enemiga, 
Al Rey besaban la mano; 
£1 Bey los recibe bien. 
Recibiólos como i bermano», 
Tórnales toda la tierra 
Qne la padre hahia tomado. 
Fuese í ver i Doña Sancha 
Que lo había mucho en grado, 
Cobráranie gran amor, 
Ambos de sí se han pagado. 

Doña Sancha dijo; Infante, 

1^0 fuisteis bien con se)* Jo 

En no traer vuestras armas 

Y venir bien í recado; 

No sabéis quien mal os quiere, 

Dello mncbo á mí ha pesado. 

■ — Nunca hice mal ninguno, 

SeBora, Dios sea loado. 

Le respondió Don García, 

y armas me fuera eicnaado.— 

La* malo* ponen por obra 

La traición qne han acordado* 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Fajronae pira la pUu, 
En elb arman nn tablado, 
Debajo licúan Ia> armat; 
Gran revuelta habiao trabado 
Con loa -raiallos del Rcf 
Sobre tirar al tablado; 
Cerraron todas laa puerta* 
Qne ningnna habían dejado. 
Hitan mochos caballeroa 
De los buenos castellanos. 
El Infante que lo supo 
A la gran ((rita ha Ikgado: 
-—-Qnedos estad, los traidores, 
No-natedes mis criados.— 
Los Condes fueron i ¿I 
Con 1m venablos akadoa, 
Qnjai^ronló allí matar, 
£1 Infante entró en sagrado 
En Santa María de Begla, 
Maa allí lo habían cercado. 
Prendiéronlo dentro dclla, 
Llevan lo moy deshonrado 
Ante el Conde Don Rodrigo, 
Pariente de los malvados. 
——No me malcdes vosotros, 
El Infante habia hablado, 
Darvos he moy. grandes bienes 

En Castilla mi reinado. 

Gran duelo hebo díl Don Moño, 
A los Condes ha rogado 
Qne no maten al Infante, 
Mas ellos no lo ban en grado, 
Y la Infanta DoSa Sancha, 
Qne supo lo qne es contado. 



Fuese para alU corriendo, 
Grandes vocea iba dando: 
— Al Infante no matedea 
Que voi seri demandado. 
Pues que sois vasallas suyo* 
T obligados i amparallo. 
A mf matad, qoe no í £1, 

Y en él no pongáis la mano, 
Poes contra vosotros , Condw, 
En nada no es ¿1 cnlpado.— 
£1 Conde Fernán Flayno 

A la Infanta habia llegado, 
Dióle muy gran bofetada, 
En sangre la habia bañado. 
Gran pesar tomó el Infante, 
De traidor lo esti llamando, 
Los Conde* como alctosoa 
Grandes feridaa le han dado: 
Mnerto cayera en el aneloi 
El primer qne le hobo dado 
Fue Buy Vela , su padrino 
Cnando foera baptiaado. 
La Infanta qoe lo vida ' 
Sobre el Infante te ha echado, 
Tómala Fernán Flayno 
Como muy desmesurado, 
DiiS con ella por el snelo 

Y por una escala abajo. 
Los malo* con croeldad • 
Al Infante habían tomado, 
Dieron con él por el moro, 
Cayó do esti su cuüado 

Don Sancho , Héy de Navarra, 
Elcnal moy bien lo ha vengado. 



Lo* hijos del Conde Vela Al primer Rey castellano. 

De traiciones faan osado: Don García habia por nombre. 

Mataron con gran aleve Postrer Conde muy loaano: 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



a 

Matáronlo alK en León 
Doado eitnvo deipoaado 
Con li Infanla Doña Sancha. 
Don Bamiro iqo'es su hermano. 
De León había MÜdo 
Mny armado j i recado, 
T paso cerco í Monion 
Que de Caatilla t» reinado. ' 
El alcaide que lo licnei 
Fernán Gulierret llamado» 
Dcnlro los ha recibido 
A SB pesar , mal sn grado. 
Cuando sopo la traición, 
Mnoho se le* bnmillando. 
Convidólos i comer, 
Muy bien los babia engaSado. 
Escribid hiC|to secreto 
A ese baen Bey Don Sancho 
Que viiiieae á socorrerlo 
Qne lo tenían cercado 
Iios bijoR del Conde Vela, 
Esos traidores malvados. 
I^ego el bocn Rey de Navarra 
Con sns dos bijos hemanos 
Y macha gente consigo 
En Monu>n los han cercado. 
Prendieron i todos tres, 
Vivos los habian quemado. ' 
Hernán Flayno, ese traidor) 
Se Iw hahia ucapado: : 



Mudiraie los vestidos, 
Cabalfó sobre an caballo 
Sin llevar silla ni freno, 
Un capota cobiiado. 
La capilla «n ta cabeta, 
En piernas iba el malvado. 
Enlr<5se dentro en los monges^ 
No se halla aunque es buscado. 
El Rey bueno de Navarra ' 
Sa hijo había casado 
Con la tnfaniR Dofia Sancha, 
Con la cnal fue desposado 
El Otro Infante García 



A su suegro as( ha hablado: 
—Buen Rey, 'sí no me vmgais 
Del traidor Feman Flayno, 
Que fue en matar al Infante, 
Que mocho á m( ba lastimado, 
Don García vocstro hijo - 
Jamas me verá á sn lado.^— 
£1 Rey Don Sancho mand6 
Que el monte sea cercado. 
Prendido lo bahía en él 
Al alevoso malvado. 
Tmiíronlo do es la lofanl», 
A ella to han entregado, 
Y fiao eu é\ tal justicia 
Que lo mató por an mano. ' 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



DE LOS ROMANCES DEL CID, 

QDI TBATA DK SD VIDA 

duranit el reinado de Fenutndo I, d Magno. 



—Non mecalpede* ai bt fecho 
Mi ¡asticia y mi deber, 
Migiicr. qne ■ieado peqociLa 
Me nombnite por ¡aei. 
Entre todos me eicoffitte*. 
Por d« tnu madara lien, 
Forqve üdeae derecho ' 
De lo fecho mal J bien. 
Non fagáis de«aguÍHdo 
Si al nabador enforqxié, 
Qm.en bornes este dulito 
No c«ii»a siiii(;ana pres> 
ComOüi* v«raá me fagOt 
OcUa barlú non car¿, ' 
Que et-^óe pogna por U bwra 
Enemigo della fue. • 
Atended qae la justicia. 
En borlas y en veras, fne 
Vara laa firlne y dcrecba . 
Qdc non le podo torcer. 



Verdad, entre baria y jaegOr 
Como et fija de la íé 
Es pcOa que al agaa y viento ' 
Para siempre está de un m. 
Miámbraseme que mi abuelo, ~ 
En boen siglo sa alma est¿. 
Muchas veces me decia 
Aquesto que agora oiréis: 
J£/ Aorne en aui mancebiat 
Siempre JMera aprender ■ 
A facer aiemprt derecho 
Cuandv ea foi hurla» ettí- - 
Asf .fice esta vegadat 
To cuido que fice bien, . 
Que sigo un abuelo honrado.- " 
Que nadie se queja del.— 
Esto decia Rodrigo 
Afinojado ante el Bey, 
Delante loí qipe juagaba 
Aales de Jo* aSÓa dies. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



u 



Cuidando Diego Ltynec 
En la mengaa de su casa, 
Fidatga, rica y anlígua 
Antes que Iñigo Abarca, 
T vJFndo qac le falleacen 
Filenas para la venganta, 
Porqoe por ans luengos di» 
Por i( DO poede tomalla, 
No poede dormir de nocbe, 
Min gustar de las viandas. 
Ni altar del suelo los ojos, 
Ni osar salir de sacas*, 
Nin fablar coa lui amigos, 
Antes les niega la fabla 
Temieodo que les ofenda 
El aliento de sn infamia. 
Estando, pues, combatiendo 
Con ealas faonrosas bascaí, 
Para usar desta esperieDcia, 
Qué no le lalió contraria, 
Mandó llamar i sus hijo», 
T sin decitlea palabra 
Les fue apretando ano á ano 
Las lidalgag tiernas palmas; 
No para mirar en ellas 
Las qui román ticas ra]>as, 
Que e4te fecbicero abaso 
No era nacido en España- 
Mas prealandoel honor fuertas, 
A pesar del tiempo y canas, 
A la fria oangre y vena», 
Nervio* t arterias bfcladaa. 



Les apretó de manera 
Que diieroB : — Señor, baata, 
jQué intentas, ó qa¿ pretendes? 
Suéltanos ya, qae noa matas. — 
Mai cuando llegó á Bodrigo, 
Casi muerta la esperanu 
Del fruto qoe pretendía. 
Que á do no piensan se baila, 
Eucaroiíadoa los ojos 
Cual furiosa tigre h i rea na. 
Con nncba furia y dcnoedo 
Le dice aquellas palabras: 
— Soltedes, padre, 'en mal bora, 
Solledcs, en hora mala, 
Que á no ser padre, no hiciera 
Satisfacción de palabras. 
Antes con la mano mesma 
Vos sacara las eniraSai, 
Faciendo lugar el dedo 
En vea de puñal 6 da^.— 
Llorando de goto el viejo 
Dijo; ——Fijo de mi alma. 
Tu enojó me desenoja, 
T tu indignación me agrada. 
Esos bríos, mi Rodrigo, 
Mnéslralo* en la demanda 
De mi bonor que eali perdido. 
Si en tí no se cobra y gana.^— 
Contóle su agravio, y dióle 
Su bendición, y la espada 
Con qne did al Conde la maeKe, 
T principio á ana faunas. 



' 3.» (Anónimo). ■ 

Pensativo estab* el Cid, MatandoalConde LoaaM. 

Viéndose de pocos ajiíós, Miraba el bando temida 

Para vengar i su padre Del poderoso contrario, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Qoe Cenia en lu monUítaa 
Mil amigos aitarianoa: 
Miriba cooia m las Corles 
Del Bey de León Fernando 
Era >u voto el primero, 
T en guerras mejor su brasa. 
Todo le parece poco 
Respecto de aquel agravio, 
' E) primero que se ba fecbo 
A ia sangre de Lain Calvo. 
Al cielo pide josticis, 
A la tierra pide campo, 
Al vie)0 padre licencia, 
Y j la honra etfoerzo y braso. 
Non cuida de sn niñez, ' 
Qae en naciendo, es coslnm- 

A morir por casos de bonra 
El valiente fijodalgo. 
Descolgó ana espada vieja 
De Mudar ra el castellano, 
Que estaba vieja y mohosa 
Por la mnerte de sa amo: 
y pensando qoe ella sola 
Bastaba para el descarga, 
Antes qoe se la ciSeM 



45 

Asi le dice turbado: 

• — FaE cuenta, valiente es[ada« 

Qoe es de Mndarra mi braao, 

Y qqe con so bvaio riñes, 
Porqoe suyo es el agravio. 
Bien sé qoe te correris 

De verte ail en la mi mano, 
Mas no te podrás correr 
De volver atrás un paso. 
Tan fcierte como tu acero 
Me veris en campo armado; 
Tan bueno como el primero 
Segundo daeño lias cobrado, 

Y cuando alguno te venia. 
Del torpe fecbo enoiado. 
Fasta la cruz en mi pecbo 
Te esconderá muy airado. 
Vamos al campo, qae es hor« 
De dar al Conde Lwno 

El castigo que mejece 

Tan infame lengua y mano.^— 

Determinado va el Cid, 

Y va tan determinado, 
Qae en espacio de nna hora 
Quedó del Conde vengado. 



4.° (Anónimo), (i) 



—Non t» de serados bornes. 
Ni de infantones de pro, 
Facer denaesto a un fidalgo 
Que es tenudo mas que vqs. 
Non los fuertes barraganes 
Del vuestro at^id tan feros 
Prueban en bornes a 



El so javenil furor: 
No son boenas fecborfai 
Qae los hornea de León 
Fieran en el rostro i nn vie^, 
Y no el pecho i nn infanson. 
Cuidarais que era mi padre 
De Lain Calvo ancesor, 



L)¿i.z.iiuGooglc 



T qae na infrcD lot toertM ' 
Loa qae htn de boenos bluoir. 
Mas ¿cd mo vos atrevisteis 
A un home, que solo DioSj 
Siendo ;o su fijo, piiede 
Facer aqaesto, otro non? 
La. su noble faz ñubUiteis 
Con nube de deshonor. 
Mas yo desfaré la niebla, 
QuB es mi fuerza la del Sol; 
Que la sangre diipercude 
Mancha que finca en la honor, 
X ba de ser, si bien me lembro, 
Con sangre del malhechor: 
La vuesa , Conde tirano, 
Lo seri, pues su fervor 
Os movi¿ á desagoisadt» 
Ptiv£ndovos de raían. 
Mano en mi padre pusisteis 
Delante el Bey ctin furor, 
Cnidá qne lo deooslisteis. 



T que Moy ni íyo yo. 

Mal fecho feelstef*, Conde, 
Yo vos reto de traidor, 
T catad si vos atiendo 
Si me causareis pavor. 
Diego Laynea me fiao 
Bien cendrado en su crisol, 
Probaré en vos mi fiereu 
Y en vuesa falsa intencioo.' 
Non TOS valdrá el ardimiento 
De, mañero lidiador, 
Pues para vos combatir 
Traigo mi espada y trotón.*— 
Aqneslo at Conde Lozano 
Dijo el buen Cid Campeador, 
Que despoea por sus faaañas 
Est nombre mereció. 
Dióle la muerte, y vengóse^ 
La cabeza le cortd, 
T con ella ante su padre 
Contento se afinojó. 



5.° (Anónimo), (i) 



Coasolando al noble viejo 
Está el valiente Rodrigo, 
Apercibiendo venganza 
Y resistiendo sospiros. 
Viendo al venerable anciano 
Tan sin razón desmentidla' 
Yantar no puede bocado, 
Que nunca yantó ofendido. 
— — Non vos dé pena, señor, 
£1 tuerto que el Conde os fizo, 
Que cnando se atrevió i vos 
Ñon cuidaba era yo vivo; 
Las lágrimas que vertéis 



Dan en mi alma hito i hilo, 
Y como van i sn centro 
Conviértense en rayos vivos. 
Por el alto Dios del cielo, 
X en fé que soy vueso fi)o. 
Que o» he de facer vengado 
O me mataré á mi mismo. 
Dadme vues^ bendición 
Con la que habéis pretendido 
En piedra de vueso honor 
Probar los quilates mios. 
Siendo vos mi ensayador 
Tanto de punto he subido 



(i) si mitmo atuato dtt anterior. 



D3i.z«it,,Coogle 



Qne pretfo verei* el fia 

Qae fi vncMi mal di¿ princi- 

Tonió una upada y rodela 
Y de Mcreto se ha ido. 
Vida al Coaáe -pastiudo, 
T estu palabru le ha dicho: 
^-^^nde, lozano estaredes 
De aqneate gran VAlentfa, 
Porque posastes la mano 
Donde home hnmaiio ha podido. 
Sf, por la Divina \ej 
Sabéis que fue permitido 
La ofenta que se hiio al padre 
Que la restauren los fijos. 
Aunque ac& por la del duelo, 
Por ser de noventa y cinco, 
El mió no esti ^argado, 
Vos lo estáis y desmentido; 
Qne el que e«U en i:uerpa de 

guarda, 
O es de la edad que he dicho, 



a. 

Ni agnvia ni es afrtBUdOf 

Por las ruones qne fae dichot 
T, antes qae muera de penaf 
O non llegue de corrido, 
Vengo por vuestra cabeú 
Porque se la he prometidfl. — »• 
Faciendo díl menosprecio 
El Conde se ha sonreido. 

Vele, rapii, non le faga 

Atotar cual page ni3o.~ 
Poniendo mano el buen Cid 
Con gran cólera le ha dicho: 
- — -La rason con la nobleaa 
Mas vale que diez amigos. — 
Son tan soberbios los golpes, 
T tan sin reparo han sido, 
Que la cabeza del cuerpo 
En un punto ha dividido: 
Por los cabellos la lleva, , 
T dándola al padre dijo: 
— Quien os trató mal en vida 
Gatalde á vtieso servido.— 



Llorando Diego Laynei 
Tace sentado í la mesa. 
Vertiendo ligrimas triste! 

Y tratando de sn afrenta, 

Y trasportándose d viejo, 
La mente siempre inquieta. 
De temores muy honrados 
Va levantando qaimeras, 
Cuando Rodrigo venia 
Con la cortada cabeza 

Del Conde, vertiendo sangre, 
T asida por la melena. 
Tiró' á sn padre del brato 
T del «neSo lo recuerda, 
T con el goEO que trae 



Le dice de esta manera: 
— Veis aquf la ferba mala, 
Para qne vos comáis bncna; 
Abrid, mi padre, los ojos, 
T alud la fas, qne ya escierU 
Vuesa honra, y ya con vida- 
Os resucita de muerta. 
Dfr sn mancha est j lavada, 
A pesar de su soberbia, 
Que bay manos que no son ma- 

T esta lengua ya no es lengua. 
To os he vengado, señor. 
Que está la venganza cierta 
Cuando la raxon ayuda , . 



D5iiz«iuGbogIe 



A aquel qoc le arma con ella,— 
Píedh que lo soeBa d viejo, 
Ma* BO es así , que do ineSa, 
Sino que el llorar prolijo 
Mil caractéret le maestra; 
Has al fin aInS loa ojos 
Qae fidalgas sombraa ciegan, 
T conoció á so enemigo, it 
Aooi^ne en la morlal librea. 
—Rodrigo, fijo del alma. 
Encobre aqueta cabcea. 
No tea otra MedoM 
Que me traeqne en dnra piedra 



T «ea tal mi deiventor* 
Que ante* que te lo agradeeca 
Se me abra el coraion 
Con alegría tan cierta. 
jOb Conde Lozano infai^! 
El cielo de If me venga, 
T mi raion , contra tí. 
Ha dado á Hodrigo fueraaa. 
Siéntate á yantar, mi fifo, 
Do estoy, i ^i cabecera, 
Qoe qaien tal cabeza trae, 
Seri en mi casa cabeza. 



7." (Andnimo). (1) 



Grande ramor M levanta 
De fritos, armas y vocea 
En el palacio del Rej 
Donde son los Ricos-faomci: 
Baja el Rey de tu aposento 
T con él toda la Corte, 

Y á las pnertas de palacio 
Hallan i Xiroena Goroei, 
Desmelenado el cabello. 
Llorando i «u padre el Conde, 

Y i Rodrigo de Vivar 
Ensangrentado el estoque. 
Vieron al soberbio mozo 
El rostro airado que pone 
De Dofia Ximena oyendo 
Lo qae dicen sos clamores: 
^—Justicia, buen Rey, te pido, 

Y venganza de traidores, 



Asi lo logren tus fijos 

Y de sns lazaíbs goces, 

Qae aqael qoe no la mantime 
De Rey no merece el nombre, 
Nin comer pan en manteles, 
Nin que le sirvan loa nobles. 
Mira, buen Rey, que deciendo 
De aquellos claros varones 
Que á Pe] ayo defendieron 
Con castellanos pendones; 
T cuando as faera asi. 
Tu brazo ba de ser conforma 
Dando venganza i los cbicos 
Con rigor de los mayores. , . 

Y tú, matador rabioso. 

Tu espida sangrienta corre 
Por esta humilde garganta 
Sujeta á su duro golpe. 



(i) Aniti di itti debi¿ pontrte ti de Cabalga D¡e|n Layoez , fue tt 
halla tn it Jlomanetro del Cid, pero te ha tuprimido porgue saca- 
raettr rs una anomalía rriptcto á ¡os demás , f detmitnte Ja ¡dea d* 
la lealtad r/ut atribuimoi a este hérot, tn cufa boca te halla ta ver- 
dad ttPt^a , pfTO no la injuria. 



u3i.z.iit>,Coogle 



'MiUou, traMor; i mí. 
No por muger me perdonei, 
Mirm qae pide jiulicia 
Contra ti Ximeiu Gomei. 
Pun malaate an caballero 
El mejorde lot raejortt. 
La defensa de la Fé, 
Terror de 1m Almaniores, 
No.es mocfao, rapés villano, 
Qae (e afrente y te deibonre. 



Í9 

La inuefle, traídort te pido» 
No me la niegne* ni estorbe*. — 
En uto viendo Ximena 
Que {todrigo no ruponde, 
Y que tomando las ricndaa 
En su caballo se pone, 
El rostro volviendo i todos, 
Por obligallos da voces, 
¥ viendo que no le signen^. 
Dice : f engoma , señoreí. 



S' (Andaimo).^(i) 



Día era de lo* Reyes, ' 
Dia era seKaladoi 
Coando due^s y doncellas 
Al Rey piden aguinaldo, 
Si no es Ximena Gom», 
Hija del Conde Lozano, 
Que puesta delante el Rey 
Desta manera ha hablado: 
— -Con mancilla vivo. Bey, 
Con ella vive taai Aladre; 
Cada dia qite amanece 
Veo quien mató á mi padre 
Caballero en on caballo 

Y en sn mane un gavilanc; 
Otras veces nn halcón 
Que trae para casare, 

Y por me hacer más enojo 
Cabalo en mi paloraare: 
Con sangre de mis palomas 
Ensangrentó mi bríale. 



Enviéselo á decir, 
Euvidme i ipoenaiarc 
Que me cortari mis haldas 
Por vergonioso luga re (3), 
Me fortari mis doncellas 
Casadas y por casare; 
Matura me un pagecico 
So baldas de mi briale. 
Bey que no hace justicia 
No debia de reinare. 
Ni cabalgar en caballo. 
Ni espuela de oro callare, 
Ni comer pan en manteles, 
Ni con la Reina holgare, 
Ni oir misa «n sagnido. 
Porque no merece mase.-— 
El Bey de qne aquesto oyera 
Conienzara de hablare: 
— iOh vitame Dios del cielo! 
Quiérame Dios consejare: 



(i) Macho mal antiguo gue ti anítrior, pero al tttiimo atonto. 
Se ha rtsliAUtido ea ti otoñante primilivo , dt ^ue U privi ntodtr—^ 
aitónthle rí colector del Cancionero de ñomancrt. 
_ (3) Este trozo de romanee hasta donde dice: Rey qnc na bace jns- 
tícia , es casi una repetición de algunos versos qut se hallan en el 
primero de ¡os sitie Infantes de Zara , gue dice : A Calatiava la Vieja. 

i 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



50 

Si yo prendo & mato al Cid, 

Mi( Cortes «e volverane; 

T 91 no h»%o jaaticia 

Mí alma lo pagarac. 

— Ten id las tus Cortea , Rey, 

No te las revoelva nadie, 

T al qae á mi padre mató 

Dimelo td por igoale, 

Queqoien tanto mal «De hiio 

Sé que algoa bien me barae.-— 

Entonces dijera el Bey,' 

Siempre lo oí decir, 

Y agora veo que es terdade, 
Qdc el seso de las mngeres 
Que non era nalurale: 
Hasta a<fo( pidió ¡uslicia, 
Ya quiere coa i\ casare: 
Yo lo haré de maj boen grado, 



De mny boena volaata^ 
Mandarle qniero una carta» - 
Mandarle quiero llama re.-^— 
Las palabra* no aon diclua. 
La carta camino vae, 
Mensagero qoe la lleva 
Dado la faabia i su padre. 
— Malas maitas habeii. Conde, 
No os las puedo yo qaitare. 
Que cartas que el Ref os manda 
No me las queráis mostrare. 
— T4o era nada , mi 6jo, 
Sino qoe vades allae. 
Quedaos vos aqaf, mió hijo. 
Yo iré en vuestro logare. 
— Nanea Dios tal cosa quiera 
Ni Santa María lo mande. 
Sino qoe adonde vos fuércdea 
Qne allá vaya yo delante. 



9." (Anónimo). (■) 



En Bargos está el baen Bey 
Asentado i an yantare, 
Coando la Ximena Gomei 
Se t* vino i querellare. 
Cnblerta toda de tuto, 
Tocas de negro cendale. 
Las rodillas por el suelo 
Comentara de fablare-. 

Con mancilla vivo, Rey, 

Con ella mnrió mi madre. 
Cada día qae amanece 
Veo al que mató á mi padre 
Caballero en un caballo 
Y en su mane on gavilane. 
Por facerme mas despecho 



Cébalo en mi palomare, 
Mátame mis palomillaa 
Criadas y por criare. 
La sangre que sale dellaa 
Teitido me ha mi briale: 
Enviéjelo á decire, 
Envióme á amenazare. 
Rey que non face justicia * 
Non debiera de reinare. 
Ni cabalgar en caballo. 
Ni con la Reina fablare. 
Ni comer pan á manteles, 

£1 Rey coando aquesto oyera 
Comeniara de pensare: 



(i) Otrm versión dtl anterior. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



^Si yo prendo 6 mito al Cid 
Mi* Cortes revolrerinse; 
Pues si lo dejo ile hacer 
Dios me lo ha 4e demindaFe. 
Mandarle qoiera noa caria, 
Mandarle quiero á llamare.— 
Las palabras no son dichas, 
La carta camino vae, 
Mensagero qoe la lleva 
Dado la bahía á sa padre. 
Cuando el Cid aquesto supo 
Así coraentd i fablare: 



5) 

—Malas maSas habéis, Conde, 
Non vos las puedo quitare. 
Que carta que el Rey vos manda 
No me la queréis mostrare. 

Non era nada , mi fijo, 

Si non qae vades allae, 
Fincad vos aci, mi fijo. 
Que yo iré en va eso tugare. 
— Nunca Dios lo tal quisiese 
Ni Santa Marta su madre, 
Sino i{Ue donde vos fnéredet 
Tengo yo de ir adelante. 



'. (Anónimo). (■) 



Delante el Rey de León 
Doña Ximena ana tarde 
Se pone i pedir justicia 
De la muerte ds su padre: 
Para contra el Cid la pide 
Don Rodrigo de Vivare, 
Qae huérfana la dejó, 
Nifta , y de muy poca edade. 

Si tengo ratón ó non, 

Bien, Rey, lo alcantas y sabes, 
Qae los negocios de honra 
Ño pueden disimularse: 
Cada día que amanece 
Veo ai lobo de mi sangre 
Caballero en un caballo 
Por darme mayor pesare. 
Mándale, buen Rey, puespaedes, 
Que no me ronde mi calle, 
Que no sa venga en mogeres 
El hombre qne mucho vale. 
Si mi padre afrentó at soyo^ 
Bien h* vengado i su padre, 



Que si honras pagaron muerte 
Para su disculpa basten. 
Encomendada me tienes. 



Calledes, Doña Ximens, 

Que me dades pena grande. 
Que yo daré buen remedio 
Para todos vuestros males. 
Al Cid no le he de ofender. 
Que es hombre qur mucho vale 
¥ me defiende mis reinos 
T quiero que me los guarde; 
Pero yo faré un partida 
Con él, que no os esté male, 
De lomalle la palabra 

Contenía quedó Ximena 
Con la merced que le face. 
Que quien huérfana la fizo 
Aquese mesmo la ampare. 



i™Goog[c 



53 



ScDtatlo esti et «cñor Rey 
En su lilla de reipaldo 
De »u genic mal regida 
De«a venencias juzgando. 
Dadivoso y JQsliciero 
Premia al bueno y pena al mali^ 
Que castigos y mercedes 
Hacen seguroi vasallos. 
Arrastrando luengos lutos 
Entraron treiula fidalgos 
Escuderos de Xíowna 
Fija del Conde Loiano, 
Despachados los ma ceros 
Quedó sgspenso el palacio, 

Y asi comenzú sus qaeiai . 
Hamlllada en los estrados: 
— Seiior, hoy hace seis meses 
Que murió mi (lailre á roanos 
De un muchacho, que las tuyas 
Para malador criaron. 
Cuatro veces be venida 

A tus pies., y (odas cuatro 
A lea ncé. promel i mientos, 
Justicia jamas alcajnio. 
Don Rodrigo de Vivar, 
RapJE orgulloso y vano,' , 
Profana los justas leyes 

Y td amparas nn profano: 



Td le celas, t& le eitcnlirea, 

Y despoe* de pneato en aalvo 

Castigas á tus merinos, 
Porque no pueden prenda lio. 
Si de Dios los buenos Reyes 
La semejauaa f el cargo 
Representan eU la tierr» 
Con loa humildes bumanos. 
Non debiera de ser Bey 
Bien temido y bien amado 
Quien fallesce en la ¡naticia 

Y esfueru los desacatos. 

Mal lo miras, mal lo piensas, 
Perdona ti mal te fablo. 
Que U injuria en la moger 
Vuelve el respeto en agravio. 
- No haya mas, gentildoDcelU, 
Respondió el primer Fernando, 
Que afalaridarin vueías quejas 
Un pecho de acero y marmol. 
Si yo guardo i Don Rodrigo, 
Para vueio bien lo guardo, 
Tiempo vendrá que por¿l 
Convirtáis en goto el llanto.^— 
En esto llegó á la sala 
De Doña Urraca un recado, 
Asióla del brazo el Bey, 
Donde está la Infanta entraron. 



13. (Anónimo). 

Reyes moros en Castilla Pasaron por junto á Burgos, 

Entran con grande alarido; A Montes-Doca han corrido, 

De moros son cinco Reyes, Y corriendo i Belforado, 

Lo demás macho gentío. También á Santo Domingo, 



(i) JS¡ asunto anterior. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



A Nijera y á LoftoSo, 
Todo lo habían déstrnido. 
Llevan presa de ganados. 
Mucho) cristianos canlivos. 
Hombres mncbos y mogercs, 

Y también niñas y niilos. 
Ya se vuelven á sus tierras 
Bien andantes y muy ricos, 
Porque el Bey, ni oiro ninguno, 
A quitiraelo han salido. 
Rodrigo cuando lo sopo 

En Vivar el so caalillo, 
(Mozo es de pocos días, 
Los veinte aiios no ba cumplido) 
Cabalga sobre Babieca, 

Y con él los sus amigos, 
Apelli4íra £ la tierra, 
Mocba gente le ha venido. 
Gran sallo diera en los moros: 



53 

Ed Montei-Doca cl castillo 
Venciera lodos los moros 

Y prendió los Reyes cinco. 
Quitárales la gran presa 

Y gentes que iban cautivos. 
Repartiera las ganancias 

Con los que le habían segnido* 
Los Reyes trajera presos 
A Vivar el su castillo. 
Entrególos á su madre. 
Ella los ha recibido. 
Soliólos de la prisión, 
Vaíaltage han conocido, 

Y á Rodrigo de Vivar 
Todos lo han bendecida. 
Loaban su valentía. 

Sus parías le han proroetidir, 
Fuéronse para sus tierras 
Cumpliéndolo que hablan dicho. 



De Rodrigo de Vivar 
May grande fama corría, 
Cinco Reyes ha vencido 
Moros de la Morería. 
Soltólos de la prisión 
Do metidos los tenia. 
Quedaron por sus vasallos, 
Sns parias le prometían. 
En Burgos estaba el Rey 
Que Fernando :e deci»; 
Aquesa Ximena Gómez 
Ante el buen Rey parecía: 
Humiltádose había ant'él 
Y su razón proponía: 
——Fija soy yo de Don Gómez 
Que en Gormái condado babia, 
Don Rodrigo de Vivar 
Le mató con valentía, 



La menor soy yo de tres 
Hijas que el Conde tenia, 

Y vengo £ os pedir merced 
Qne me bagáis en este día, 

Y es que aquese Don Rodrigo 
Por mdrido yo os pedia. 
Ternéme por bien casada. 
Honrada me contari*. 

Que soy cierta que su hacienda 
Ha de ir en mejoría, 

Y ¿1 mayor en el estado 

Que en la vuestra tierra hahia. 
Ha reís me así gran merced, 
Hacer á vos bien vernia, 
Porqn'es servicio de Dios, 

Y yo le perdonaría 

La muerte que díó á mí padre 
Si él aqntsto conccdia,-^ 



U3l.z.llt>,COOglC 



El Re; hobo por moy bien 
Lo qae Ximcna pcdit, 
Eacrcbiérale sut carias. 
Que vinieac, le decia, 
A Plasencia donde estaba, 
Qu'es cosa que le cumplía, 
ñodrigo, que vio lascarlas 
Que el Rey Femando le envia, 
Cabalgó sobre Babieca, 
Machos en so campaftfa; 
Todos eran hijosdalgo 
Los que Rodrigo traía. 
Armas nuevas traían todos, > 
De Dua color se vestían. 
Amigos son y parientes, 
Todos á él lo seguiau. 
Trescientos eran aqnellos 
Que con Rodrigo venían. 
El Rey sal¡¿ f recibirlo. 
Que muy mucbo lo qaeria, 
DIjole el Bey : ^— Don Rodrigo, 
Agradéicoos la venida, 
Que aqaesa X i mena Gomet 
Por marido i voi pedia, 
T la muerte del su padre 
Perdonada os la tenia: 



To TOS róegD que lo bagáis, 
Dello gran placer habría, 
HacervDs he gran merced. 
Muchas tierras os daria. 
— Pláceme, Rey, mi aeiloFf 
(Don Rodrigo respondía) 
En esto y en todo aquello 
Que tu voluntad seria. ^— 
El Rey se lo ajradeciój 
Desposadas lo* había 
El Obispo de Pslencia, 
T el Rey didole había 
A Rodrigo de Vivar 
Mucko mas que antes tenia, 
T amóle en su coraaon, 
Que todo lo merecía. 
Despidiérase del Rey, 
Para Vivar se volvia. 
Consigo lleva su esposa, 
Sn madre la recibía: 
Rodrigo se la encomienda 
Como í su persona misma; 
Prometió como quien era 
Que i ella no Uegaria 
Hasta que las cinco hoestes 
De los moros no vencía. 



' A Ximcaa y i Rodrigo 
Prendió el Rey palabra y mana 
De juntarlos para en uno 
En presencia de Lain Calvo. 
Las enemistades v:e}as 
Con amor las olvidaron, 
Que donde preside amor 
5« olvidan muchos agravios. 
El Rey dio al Cid á Valduerna, 
A SaldaSa y Belforado, 
Y á San Pedro de CardcBa 



Que en su hacienda vinciriaroD. 
Entróse i vestir de boda 
Rodrigo con sus hermanos; 
Quitóse gola y arnís 
Resplandeciente y grabado, 
Púsose un medio botarga 
Con unos vivos morados. 
Calzas, balona tndesca 
De aquellos siglos dorsdos, 
Eran de grana de polvo 
Y de vaca los zapatos, 



■L)3i.z.iiuGoogIe 



Con iot behill» por cinta» 
Qae le apretaban loa lados; 
Camisón redondo y justa 
Sin filetes ni recamos 
( Que entonces el almidón 
Era pan para mucbaclios), 
Con jubón de raso negro. 
Ancho de manga, eslolado, 
Qdc en tres ó cuatro batallas 
Su padre lo había sudado. 
Una acuchillada cuera 
Se poso encima del raso, 
En remembranza y memoria 
De las macb'ai que había d»do; 
Una gorra de Conlray 
Con una pluma de gallo, 
Llevaba puesto un tudesco 
En felpa todo aforrado, 
La Tizona rabitiesa 
Del mundo terror y eapanlo, 

Qae costaron cuatro caarlos. 
Mas galán que Geri neldos 
Baja el Cid famoso al patio, 
Donde Rey, Obispo y Grandes 
En pie estaban aguardando. 
Tras esto bajó Ximena 



Tocada en toca de 






Y no con estas quin 
Que agora llaman bnrraoos. 
De paSo de Londres fino 
Era el vestido bordado, 
Unas garnachas muy juslaa 
Con un chapiu colorado. 
Un collar de ocbo pattna* 
Con un San Miguel colgando, 
Que apreciaron una villa 
Solamente de las manos. 
Llegaron jontos los novios, 
T al dar la mano y abraco. 
El Cid mirando la novia 
Le dijo lodo turbado: 
— Maté í tu padre, Ximena, 
Pero no i desaguisado. 
Mátele de hombre á hombre 
Para vengar cierto agravio. 
Maté hombre, y hombre doy, 
Aquí estoy i tu mandado, 
T en lugar del muerto padre 
Cobraste marido honrado^— 
A lodos pareció bien. 
Su discreción alabaron, 
T así se hicieron las bodas 
De Rodrigo el castellano. 



i5. (Anónimo). 

A sn palacio de Sargos, En un arco may polido 

Como buen padrino honrado. Mas de treinta y caatro cuartos. 

Llevaba el Rey á yantar '- En las ventanas alfombras) ^ 

A sus nobles afijados. En el suelo juncia y ramos. 

Salen ¡unios de la Iglesia Y de trecho á trecho había 

El Cid, el Obispo y La i n Calvo, Mil Irobos al desposado. ' 

x^on el genlio del pneWo Saliú Pelayo hpolio loro 

Que les iba acompasando. - ' Con un pa&o coldradoj- - 

Por la calU a¿«nde van: ■ ■ - ' ¥ olros< que le- vaq siguiendo, '■ 

A costa del Rey gastaron Y una daMR^B^laat^ci. - : < 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



56 

También Autolin ibIí6 
A la gineta ea un isno, 

Y PelíM con vejigM 
Fufen do de lot mocbacbos. 
Diet y aeis maravedís 
Mandó el Rey dar á nn lacayo 
Porque tapanuba á las fembras 
Con un vestido de diablo. 
Ma» alrSs viene Ximena 
Trabándola el Rey la mano. 
Con la Reina su madrina, 

Y con la gente de manto. 
Por las rejas y ventanas 
Arrojaban trigo tanto, 

Que el Rey llevaba en la Borri, 
Conuí era ancha, un gran pa- 

Y á la bomildosB Ximena 
Se le metían mil granos, 



Domingo por la mañana 
Cuando el claro sol salió 
Mas alegre que otras veces 



Porg 



ir de la 



Don Rodrigo de Vivar, 
El que la palabra dio 
De casarse con Ximena, 
Ese dia la cumplió: 
Y para ir á la Iglesia 
A tomar la bendición, 
Por mostrar lo qne valia 
¡Ob quí galán que salió! 
Qne de raso columbino 
Llevaba nn rico ¡ubon, 
Calía colorada y justa. 
Porque sn. guato ajustó, 
Bobemio de paño negro. 
De raw> 1* ¿uarnicioii, ., 



Por la matqaesota, al cDello* 

Y el Rey se los vi sacando. 
Envidioso dijo SoerO) 

Que lo oyera el Rey, en alto: 
• — Aunque es de estimar ser Rey' 
Estimara mas ser mtno.— 
Mandóle por el requiebro 
El Rey nn rico penacho, 

Y í Ximena le rogó 

Que en casa le dé nn abraso. 
Fabl jndola iba el Rey, 
Mas siempre la fabla ea vant^ 
Que non dirí discreción 
Como la que fia callando. 
Llegó á la puerta el gentío 

Y partiándo^e i dos lados, 
Quedóse el Rey á comer 

Y los que eran convidados. 



1 6. (An< 



o). 

La manga larga y angosta 
Con capilla de buylron, 
Jaqncta lleva de raja 
T en ella mucho brahon, 

Y las faldetai tan corlas 
Que se parece c! jubón; 
Lleva un cinto tacbonado, 
De plata los cabos son, 
Pendiente lleva del cinto 
Un doblado mocador; 
Zapatos lleva de aeda 

De un amarillo color, 
Abiertos y acuchillados 
Porque era acucbillador; 
Un collar de piedras y oro 
Que al muertn suegro sirvió, 
La gorra lleva con plnmaa, . 

Y nn labrada camiion, 



I, Contóle 



Y la tÍMHuda eipada 

(A quien ti macho estimiS) 

De (erci úpelo morado 

Los tiro* y vaina son. 

Todo* loa Grandes le agaardaa 

Cnanlús rii la Corte son: 

Sale el Cid, y bácenle campo 

Porque era Cid Campea dor> 



57. 

El Bey le lleva din lado, ' 
Qoe en hacerlo adivinó, - - 
Que de oíros muy muchos Reyes 
Rodrigo le hará sedor. 
Todos le llevan en medio 
Ed orden y procesión, 
T para ir á la Igleaia 
Todo» se mueven á oa son. . 



17. por Sepúiveda. (1) 



Ya se parte Don Rodrigo 
Que de Vivar se apellida 
Para visitar Santiago 
Adojide vi en romería. 
Despidiiise de Pernindo 
Aquese Rey de Castilla, 
Que le dio mochos haberes, 
Sin dones qne dado había. 
Veinte vasallos consigo 
Llevaba en su compañía, 
Mucho bien y |;ran limosna 
Hacia por donde iba, 
Daba 4 comer á los pobres, 
T á los que pobreta babiaa. 
Siguiendo por sii camino 
Muy grande llanto ola, 
Que en medio de un tremedal 
Un gafo triste plaüia. 
Dando voces que lo saquen 
Por Dios y Sania María. 
Rodrigo cuando lo oye 
Para el gafo se venia, 
Deccndiera de la bestia, 
En tierra se dccendia: 
Ed U silla lo subió, 



Delante sf lo poniaj 
Llegaron S la posada 
Do albergaron aquel dia. 
Sentados son á cenar, 
Comian i una escudilla. 
Gran enojo hablan los sayos - 
De aquesto que el Cid hacia, 
No quieren estar presentes, 
A otra posada se iban. 
Hicieron al Cid y al gafo 
Una cama en que dormiait ' . 
Ambos, cuando í media noche, 
Ya que Itudrigo dormía, 
Un soplo por las espaldas 
El gafo dado le habia. 
Tan recio fue que á los pechos 
A Don Rodrigo salia. 
Despertó muy espantado, 
Al gafo buscado babioi , 
No lo hallaba eu ta su cama, 
A voces lumbre pedia. 
Traídole hablan la lumbre. 
El gafo no parecía; 
Tornado se habia i la cama, 
Gran cuidado en s( tenia 



(1) fía, 
das, f(M(r 



« rmpieta: Celebradas ya I» bo<i. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



De lo qae le aconteciera, 
Mu vio an hombre qne i él 

Vestido de pa3os blancos, 
T qnc «que«lo le decia: 
— jDueroici ó vcUa , RodrigoP 
'^— No duermo, le respondií, 
Pera dimc qni^n lú erei 
Que Unto resplandecías. 
-^&n Lázaro soy, Rodrigo, 
Yo, qae i te bablar venia; 
To «oy el gafo á que lú 
Por Dios tanto bien bacías. 
Bodrigo, Dios bien te quiere, 
Otorgado te ten i» 
Que lo qae tú comenures 
En lides , A en otra guisa, 
Lo campliris í tu bonra 
T crecerá cada día. 
De todos aeras temido, 
De cristianos j morisma, 
T qnc los toa enemigos 



Empecerte ■» podrian; 
Morirás, tú, muerte honrada. 
No tu persona, vencida. 
Tú -serás d vencedor. 

Dios so bendición te envía. 

En diciendo estas .palabras 
Luego se desparecía, 
LevanlSse Don Bodrí^ 

Y de hinojos se ponía, 

D¡ó gracias á Dios del cielo. 
También á Santa Marfa; 
Aüsi estuvo en oración 
Hasta qne fnera de dia. 
Parliérase i Santiago, 
Su romerfa cumplía; 
De allí se fue i Calahorra 
Adonde el buen Rey yacía. 
Muy bien lo había recebido. 
Holgase con su venida, 
Iiidiú con Martín Gonialea - 

Y en el campo lo vencía. 



Sobre Calahorra esa villa 
Contienda se ha levantado 
Enire el buen lley de León, 
Llamado el primer Femando, 

Y Ramiro de Aragón 
Cuyo reino es el nombrado, 
Que ambos los Beyes dicen 
Que es villa de su reinado. 
Por quitar muertes y guerras 
Los Beyes han acordado 
Que lidien dos caballeros. 
Cada uno de su bando, 

Y el qne de aquestos 
Que su Bey la baya á 



Fernando nombra á Bodrigo 
De Vivar, el muy nombrado, 
Ramiro á Martín Go^^ales 
Muy valiente y esforudo. 
Armados ambos que son 
Eu el campo son entrados: 
En haciendo la seiíal 
Muy recio se ban encontrado; 
Quebraron ambos las lanus. 
Quedaron muy lastimados. 
Mal ferldos de los fierro!. 
De los encuentros pasados. 
Martin le dijo á Rodrigo, 
De esta suerte le había* hablado; 



Dg.l.zedt>>COOgle 



— Mucbo, Rodrip>t voi peie 
De haber «ido Un osado 
De cDlrar conmigo en btulla 
De do Mldreia mal pagado. 
Que iqoeía vdcm cabeaa 
A<]uf (juedard en el campo; 
Non volvereii i CaitiUa 
Ni i Vivar el vaetiro esUdo» 
Ni Xíraena vuetlra etpoia 
Jamas voa veri i su lado, 
Aunque dicen que la amáis 

Y que della sois amado. — - 
De las palabras que ha dicho 
Mocho i Rodrigo ha pesado, 
T con saña muy crecida 
Ansí le hahia hablado: 

— 1 Sois, Martin, buen caballero, 
Notad lo por vos hablado, 
Aqoesas vuestras palabras 
No ion de hambre esforudo, 
Que aquesta lid comenzada 
. Por manos se habrá librado, 
Non por Tazones livianas 
De qne sois tan abastado. 
Én la mano de Dios es 
Lo que habéis vos ratonado, 

Y él dará U honra i quien 
Viere qu'es bien empleado.— 



59 

Dijo, y con crecido enoio 
Para ¿t se fue denodado, 
Muchas heridas le dio. 
En tierra lo ha derribado. 
Don Rodrigo se ape¿, 
La cabeza le ha corlado, 

Y la sangre de su espada 
Luego la bahía limpiado. 
Las rodillas por el suelo, 
Las manos puesta* en alto, 
Muchas gracias daba i Dios 
Que tal victoria le ha dado, 

Y dijoles á los jueces. 
Esto les ha preguplado: 

— ¿Queda aquí mas por hacer 

Para qoe sea del reinado 

De mi seSor Calahorra 

Sobre qne se ha halallado? — - 

Respondieron todos juntos: 

—Ño , caballero esforzado, 

Qoe en U batalla pasada 

£1 derecho le es quitado 

A Ramiro, aquese Rey 

Qoe decia ser de su estado. — • 

Fernando abrazó i Rodrigo, 

Tienen lo por estimado, 

Del Bey era muy querido. 

De todo el mundo loado. 



Al arma , al arma aonaban 
Los pifaros y atambores; 
Guerra, fuego, sangre dicen 
Sos espantosos clamores. 
El Cid apresta su gente, 
Todos se ponen en orden, 
Cuando llorosa y humilde 
hi dice Ximcna Gómez; 



Rej de mi alma , y detta tierra 

Conde, 
¿Por qué me dejat? ¿dónde vat? 

¿adonde? 
Qoe si eres Marte en la gaerra. 
Eres Apolo en la corte. 
Donde matas bellas damas 
Como alli moros feroces. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



60 

Ante lúa ojoi K postrin 
Y ¿t rodilla* M ponen 
Los Bcy«s moros, ha hijas 
De Hey«s cristitnoj nobles: 

Hejr de mi alma, écc. 
Ya lru«can todos la« giUa 
Por lucidos inorrionca. 
Por arnrses de Milán 
Los blandos paSos de Londres: 
Las calías por dnra* grevas, 
Por mallas gaanies de floresj 
Ma* nosotros trociremos 
Lm almai y córaEont*. 



fíe)/ de mi alma, tcc 
Viendo las doras qnercllaa 
De su qoerlda consorte. 
No puede sufrir el Cid 
Que no la consuele y llore. 
— Enjngsd, señora, dice, 
Los ojos hasla que lorne.— 
Ella mirando los sayos 
Su pena publica á voces: 
lUjr de mi alma , y detta lieira 

Conde, 
¿Por qué me dejai? ¿dónde taíf 

¿adonde? 



Haygrandes huestes demoros 
A Eslremadora corrían, 
Captivan mochos cristianos, 
Acorro ninguno habían. 
A RodrÍRo de Vivar 
Los acorra le prdian, 
Don Rodrigo como bueno 
Sus gentes luego apellida. 
Amigos son y parientes 
Todos los que le venían; 
En busca vá de los moros, 
Xa su seQa vá tendida. 
Él iba por capitán, 
Sobre si buena loriga. 
Cabalga sobre Babieca; 
Placer es de ver cual iba. 
Animando vj á los suyos: 
— Nadie muestre cobardía. 
Pues que todos sois hidalgos 
De los buenos de Castilla, 
Muramos como valientes. 
Aquí es bien perder la vida.-^ 



Entre Atienta y San Esteban 

Que de Gormii se decía, 

Alcaniado habían los moros, 

Lid campal habían ferída. | 

Don Rodrigo los venció. 

Libra la gente captiva, 

Quitábales los ganados, I 

Siete teguas los irguia: 

Tantos mató de los moros 

Que contarse no podían; I 

Gran haber ganara dellos, 

Captivos en demasía. 

Doscienlos son los caballos I 

Que á Uon Rodrigo cabian. 

Cien mil marcos el despojo; | 

Él todo lo repartía 

Enlre toda la su gente i 

Comunmente, sin cobdicia; 

A Vivar se habia tornado 

Con gran honra que adqniria: 

De todos es mny loado ' : 

Y del B?y á maravilla. ' 



Dg.l.zedt>>COOgIe 



, (Andaima). 



Trnlc, qne 

Eu dcsprcc 
Forprcciii 



1a noble Xlmena Gómez 
Hija del Conáe Loiaoo, 
Con el Cid, marido iuyo, 
e«laba hablando, 
¡ou y corrida 
el Cid haya dado 

le de toldado, 
Soapechaba qoc el enojo 
Del muerto Conde Lozano 
Vengaba de naevo en ella. 
Aunque estaba bien vengado; 
Y con elle aeatiiuienlo, 
Ticrnamenle sajpirando. 
Con ligninas aworoia* 
AȒ le dijo llorando; 
•^j Deadicliada la dama corte- 



alo 



mejor qoeci 






T dichosa en estremo la aldeana 
Pnea no hay quien de su'bien la 

deiheredel 
Pues si amanece lolaá la maüana 
No hay «uefio por la tarde que 

la vede 
De anochecer al lado de aa cuyo, 
Segura de la ausencia y daño 

Ho la deapierlag sne&os de pele* 



Sino el sediento hijuelo por el 

Con dársele y mecerle fe recrea 
Dejándole dormido y salisfecfao, 
Fienaa que lodo el mondo está 

y debajo Dn pajizo y pobre techo 
De dorados [klacios no se cura, 



. Viene el di-santo, mtidasecamiaa 
T la laya de boda alegremente, 
Corales y patena por divisa 
De gozo y libertad que el alma 

Vase al solái, y en il congoi? 

y risa 
A la vecina encneutra ó al pa- 

De cuyas rodas pláticas ae goza 

Y en años de vejez la juzgan 

No quito el Cid qne Ximena 
Se le aqueje y duela lauto, 

Y en la cruz de «o Tizona, 
Espada que ciñe al lado, 
Le jura de no volver 
Mas al fronterizo cam^, 

Y vivir goiando della 

Y de su noble condado. 



— Espántame, mi Rodrigo, 
Qdc teniendo ya esperiencía 
De la fe que hay en mialma, 
Si es fe la que amor gobierní 
Qne aif de mí os attsenteia. 



Pnes ae sabe qne ana aaaent 
Suele mudar á las veces 

Yo no sé qué desengaño 
Aquestas cosas os muestra. 



uGoog[c 



«3 

O por qi]£ znñ me Iraiail, 
Si no es qae qaereis qne maera, 
J*ues que con larga autencia 
A Ximena quitáis vida y pa- 

Fiáitos en qne os adoro, 
T no mirats )a inclemencia 
Del tiempo, qoe como tiempo 
Cualquier tiempo atrás se deja. 
No os ameiiSEo, Ilodngo, 
Que no es tal vuestra Ximena 
Que os fará desa)(niiado 
Aunque ulos la bagan guerra. 
Por dicba ¿qn£ veis en mf 
Que i dejarme ansí os convenza? 
Diréis que os faltó el querer 
Porque os sobró mi firineta. 
Puta fue con larga ausencia 



A Ximena qaÜaU vida jr p»- 

¡Ay pechos de hombres ingraloi! 
Si las fembras conocieran 
Vuestra tan cierta modanta, 
¡Cómo ninguna os creyera! 
jDó están , Rodrigo, loa lloros, 
Lai palabras balagiieSas, 
Los falsos ofrecimienlos 
Llenos <le faltas promesas? 
Todo el tiempo lo ba mudado. 
De todo solo me queda 
Para mi triste consuelo 
Tierno lloro y tierna queja. 
Pues con tan larga ausencia 
A Ximena quitáis vida y pa- 



Cercada tiene á Coimbra 
Aquese bnen Bey Fernando, 
Siete aitos duró el cerco 
Qafe jamas lo bobo quitado, 
Porque el lugar es muy fuerte 
De muros bien torreado. 
Wo hay vianda en el real 
Que todo lo habían gastado. 
Ya quieren alzar el cerco, 
Al Bey monges han llegada 
De aquese gran monasterio 
Que nombrado era Lormauo, 
Que con trabajo crecido 
Habían mucho trigo alzado. 
Mucho mijo y aun legumbres, 
Y al Rey todo se lo han dado 
Rogándole no alce el cerco. 
Que darian vianda abasto. 
£1 Bey se lo agradeció, 



Tomó lo qne le fue dado. 
Partiólo por sus campaílas, 
Viandas les han ahondado: 
Quebrantaron muchos muros. 
Los iQoros se han atnistado. 
Dádose habian al Rey 
La villa y todo su aÍgo, 
Solo^ncan con las vidas 
Que el Rey se las ba otorgado. 
En tanto que dura el cerco 
TJn romero habia llegado 
Que viene de allá de Grecia 
Al Apóstol Santiago. 
Astiaao bahía por nombre, 
Obispa es Intitulado. 
Faciendo estaba oraciOB 
Ante el Apóstol muy Santo. 
Astianos oyó decir 
Que el Apóstol Santiago 



L)ji.z.iit>,Coogle 



EntnlM en lu {nodei lide* 
Amado 7 en na uballo 
A pelear con 1m moru 
En (kvoT de' los criitianof. 
El Obiipo qne lo oyó 
Muy mucho le había pesado: 
—Non le digáis caballero. 
Pescador era llamado.-^ 
T con esta gran porfía 
Dormido se había quedado. 
Sanliago se le aparece 
Con llaves en la su mano, 
T con mny alegre rosiro 
Dija : — Tú faces escarnio 
Por llamarme caballero, 
¥ en ello tanto has coidado. 
Vengo yo ahora á mostrarte 
Porque no dudes en vano. 
Caballero soy de Cristo, 
Ayndador de cristianos 
Contra el poder de los moros, 

Y dellos soy abogada. 

Estando en estas ratones. 
Traído le fue un caballo, 
Blanco era y muy hermoso, 
Santiago le ba cabalgado 
Gaamido de todas armas, 
Limpian, blancas, relumbrando, 
T i guisa de caballero 
A ayudar vá al Rey Fernando, 
Qoe yace tohre Coimbra 



63 

Babia ya aiete afios. 

— •¥ con estas llaves mismas, 

Dl)a, qoe llevo en mis manos* 

Abriría yo el lugar; 

Maüana el dia llegado 

Daréselo yo al Rey 

Que lo ha tenido cercado.-^ 

Y en aquesta propia hora 
Al Rey la había entregado. 
Nombróse Sania María 

La mezquita que han hallado 
Consagriudola en su nombre,- 

Y en ella se habia armado 
Caballero DonHodrigo 
De Vivar el afamado. 

El Rey le ciñó la espada, 
Paa en la boca le ha dado, 
No le diera pescozada 
Como á otros había dado» 

Y por hacerle mas honra 
La Reina le dio el caballa, 

Y Doña Urraot la Infanta 
Las espuelas le ba calzado. 
Novecientos caballeros 

Don Rodrigo babia armado, 
Muqha honra le hace el Rey 
y mucho fuera loado 
Porque fuera muy valiente 
En ganar lo que es contado, 

Y en otros muchos lugares 
Que i su Rey ha conquistado. 



En Zamora está Rodrigo 
En corle del Rey Fernando, 



Padre del Bey sin ventara 

A quien llamaron Don Sancho, 



o <M de En Zamora estaba el Rey, por Se- 



u3i.z.iit>,Coogle 



Cuando llegan mcnMgflrps 
De los Reyei tributarios 
A Rodrigo de Vivar, 
AI casi dicen humillados: . 
—Buen Cid, i tí nos enviao 
Cinco Beyes tus vasallos, 
A le pagar el tributo 
Que quedaron obligados, 
Y por señal de amistad 
Te envían mas , cien caballos. 
Veinte blancos como armiños, 
T veinte rucios rodados, 
Treinta te envían morcillos, 
T otros laníos alatanos. 
Con todos. sns fnarnimientos 
De diferentes brocados; 
T i mas i Doña Xiaiena 
Muchas joyas y tocadas, 
T á vuestras dos fijas-betlas 
Dos jacintos muy preciadas. 
Dos cofres de mucbas «edaa 
Para vestir tus fidalgos.-^ 



El Cid lesdijtrii^Amigof^ 
El meosage habéis errado, 
Porqne yo no soy leitar 
Adonde esti el Re/ Fernando: 
Todo es suyo , nada es miot 
To soy SD menor vasalla-^ 
El Bey agradeció mocho 
La humildad del Cid honrado, 

Y dijo á los mensajeras: 
— Decidles á vnestros amos. 
Que aunque do es Bey su seBor, 
Con un Rey esti sentado, 

Y que cnanto yo poseo 

El Cid me lo bá couqniatado, 
lY que yo rsloy mny conten!» 
En tener tnu buen vasallo.— 
El Cid despidió á los moro* 
Con dones qae )es ha dado. 
Siendo, dende allí adelante 
El Cid Huía Diaa llamado. 
Apellido, entre los moros. 
De hooie de valor y estado. 



La silla del buen Saat Pedro 
Victor Papa la tenia, 
Y el Emperador Enriqne 
Ante él se hamilló y decía: 
. — Ante vos, el Padre Sant», 
Mi querella proponía 
Conira aqueie Bey Fernando 
Que i Castilla y León tenia, 
Porque todos los cristianos 
Por señor me obedecían, 
Solo él no me conoce 

Constreñidle, Sanio Padre, 
Qne me obedeica este día.— 
El Papa envió su mandado 



En qife pedido te habia 
Que le fuese tributario. 
So pena que enviaría 
Y daria su Crosada 
Porqne no le obedecía. 
Muchos Beyes que allí estaban 
Que en Coucillo presidian 
Belabán al Bey Fernando 
Si eslo cumplir no querit. 
£1 Rey cuando vió las cartas 
Pena recibido había, 
Porque si eslo vá adelante, 
A sns reinos mal vendría. 
A loa BUS honrados hornea 
So' consejo les pedia, 



u3i.z.iit>,Coogle 



EUm al Bey , 

F*ga lo qae le pcdiin, 

Porqne de acr obediente 

A] VéfM i il coDTenii, 

T •! facerlo no qaiere 

A »■' reino* mtl «endria, 

PorqtM vendrfu contra él 

Beyes qae lo dciafiao. 

No estuvo ta eite consejo 

El biMO Cid, qoe ido se habi* 

A ver i XimeDa Gorari 

Sa esposa que bien quería, 

T había muy poco tiempo 

Qoe el boen Cid )a conocía. 

Estando fablando en esto 

Don Rodrigo entrado babia, , 

El Bey catndo vido al Cid 

Lo que ba pasado decia, 

T rogólo le aconseje 

Lo que sobre eso baria- ' 

El CÍ¿ cuaqd» la! oyd 

El corauín le dalia: 

Fabl¿ sa ratón al Rey, 

—Rey Fernando, vos nacisteis 

£u Castilla en fuerte dia, 

Si en vneitro tiempo ba de ser 

A Iribntos «proeiida, 

Xo cual nunca fue hasta aqnf, 

Gran deshonra nos sería: 

Cuanta honra Dios nos did 

Si tal facéis c* perdida. 

Quien esto vos aconseja 

Vuestra honra no qoeria, 

m de Tneslro señorío 

Qne i vos, Bey, obedecía. 

Enviad vuestro menssge 

Al Papa 7 i sn valía, 

T i todos desafiad 

De vnesa parte y la m¡a. 



65 

Poca Castilla se {and 

Por lo* Beyes qne ende babia,. 
Kinguno le* ayudó 
De moros á la conquista. 
Mucha sangre les costó, 

Antes qne pagar Iribalo 
Pues á nadie se dcbia. ^— 
£1 Rey lo tuvo por bien 
I/> qae el baen Cid le decia: 
Al Papa envió el mensage, 

Y por merced le pedia 
No ayude tal ainraion 
Sobre lo qne no la había; 
T al Emperador Enriqoe 

T i aquellos que lo segnian, 

A todos desafiaba, 

T que buscarlo* qoeria.' 

Ocho mil y novecientos 

Caballeros ya venían, 

Parte de ello* son del Rey. 

T otros que el hnen Gid lenif: 

Por Capitán general 

A Don Rodrigo tenían. 

Pasaron los puertos de Aspa, 

Y al encuentro les salía 
Ramón, Conde de Saboyi, 
Con muy gran caballería. 
Con ei Cid hubo batalla, 
La lid fue mocho icrida, 
Mas Rodrigo veoció^l' Conde 

Y en la prisión lo ponía. 
Soliólo con las rehenes 
De una bija que tenía. 

En ella bobo el buen Rey . 
Un fijo que te decía . , 
Don Fernando, Cardenal 
De cae reino de Castítb. 
También Don Rodrigo Dise 
Otra batalla vencía 

5 



u'5i.z.iit>,GoOg[c 



elU 



66 

Ikl tnsypr poder de Franci 
Que al encaentro le salia, 
SÍD que e) Bey se hallase en 
Que atrá» quedádosC habia. 
Los Reyeí y Emperadores 
Con toda la au valía 
Cuando vieron el ealra^ 
Que el baen Cid facíeudo íba, 
Por merced piden >I Papa 



Que ti R<r Fenutndole ««cril» 
Que i Castilla m volvieK 
Que Iriboto no qoerian, 
Qne contra el podet del Cid 
Ninguno se ainpiraria. 
El Rey cuando vio el mensage 
A su tierra se volvia. 
Túvose por moy contento, 
Y al Cid se lo agradecía. 



36. (Anónimo). (i> 



A concilio dentro en Roma 
El Padre Santo ha llamado. ' 
Por obedecer al'Papa 
Esle noble Rey Fernando ' 
Para Roma fue derecha 
Con el Cid acompasado. 
Por BUS iornailas lionladas 
En Roma se ban apeado; 
El Rey con gran cortesía 
Al Papa besó la mano, 

Y el Cid y sus caballeros 
Cada cual de grado en grado. 
En la Iglesia de San Pedro 
Don Rodrigo babia entrado 
Do vido las siete sillas 

De siete Beyes cristianos, 

Y vio la del Rey de Francia 
Junto á la'del Padre Santo,' 

Y la del Rey su señor 
Un estado mas abajo. 

Fuese i la de) Rey de Francia, 
' Con el píe la ha derribado, 
La silla tra de marfil 
Hecho la ha cuatro pedazos. 



T tomó la de sn Rey 

Y subidla en lo mas alto. 
Habló allf un honrado Doqne 
Qoe dicen el Satoyano: 
^Maldito seas, Rodrieo, 
Del Papa descomulgado, 
Porque deshonraste un Rey 
El mejor y mas preciado.— 
Oyendo el Cid sus raionea 
Desta manera ha fablado: 
-^Dejemos los Reyes , Dnque, 

Y si os sentís agraviado 
Bayámoslo entre los dos. 

De mf i vos sea demandado- 
Allegóse cabe el Duque, 
Un gran rempujón le ba dado: 
£1 Duiíue sin responder 
Se quedó may mesurado. 
El Papa cuando lo supo 
Al Cid ha descomulgado; 
Sabiéndolo el d« Vitar 
Ante el Papa se ha postrado. 
■^Absolvedme , dijo. Papa, 
Sino seráos mal contado.— 



(i> Dfl asu 
19 del Quijote. 



m ¡a part. L cap. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



El Papa, padre piadosoí To te abiuelvo de buEii grado, 

Respcmdió'iiiuy meinrado: Con qae aeas eo ni Corté 

—Yoteabanelvo, DonRnyDiai, Muy corUs y .memcado. 



En loi solaros de Bargos 
A sa Rodrigo aguardando 
Tan en cinla está Ximena, 
Que muy cedo aguarda el parlo. 
Cuando ademas dolorida. 
Una mañana en di-tanlo, 
Bañada en Ugrimas tiernas 
Tomó la ploDia en la mano, 

Y despoes de bahevle escrito 
Mil quejas á ta velado, 
Bastantes i domeñar 
Unas entrañas de raarniol, 
De.D^vo tomó la plama 

Y de nuevo tornit al llanto, - 

Y deata guisa le escribe 

AI noble Re; Don Fernando. 
*'A vos, mi .aeQor el Rey, 
vEl liDcno, <l aventurado, 
>EI magno, el conqueridor, 
vEI agradecido, él sabio, 
• La vnrsa sierva Xlmena, 
xFija del CondeLoeano, 
»A <|aien vos marido disteis. 

■ Bien así como burliindo, 
«Desde Burgos os. salada 
«•Donde vive lacerando: 

■ liías' vuesas andanaas btíenaa 
••U^vevoslas Dios al cabo. 

■ Perdonadme, mií stBer, 

■Si DO os fablo muy en salvo, 

■ Que si ina) talante os tengo 
■Non puedo ditimulallo. 
»íQaé ley de Dios vos euseSa 

■ Que podáis por tiempo tanto, 



■ Coando afincáis en tai lidet, 
• Descaiar i los casados? 
"¿Qai buena ratón consírate 

■ Que i on garaon bien dome- 

■ Falagiieito y homildoso 

■ Le moálreis á ser león bravof 

■ jY que de noche j de día ' 

■ Le traigáis atraillada 

■ Sin soUalle para mí 

■ Sino una vea en el efio? 
)>Y esa que me te soltáis 

■ Fasta los pies del caballo 

■ Tan teñida en sangre viene 

■ Que pone pavor roiralto; 

■ Y coando mi* brazos toca, 

■ Luego se duerme en mis bran», 

■ En socios gime y Eorcep, 

■ Que cuida qne esli. lidiando.' 

■ Apenas el alba rompe 
■Cuando lo están acuciando 
■tas esculcas y adalides 

■ Para que se vuelva a) campo. 

■ Lloraiido vos lo pedr, 

■ Y en mi soledad cuidando ' 

■ De cobrar padre y marido, 

■ Ni uno tengo, ni otTWalcaaiO; 

■ Que cbmo otro bien no'tengo 

■ Y rae- 16 habedes qoitado, 

■ En guisa le lloro vivo 

■ Cnal si estuviera 'finado. 

■ Si lo facéis, por faonralle, ■■ • 

■ Mi Rodrigo es tan honrado. 

■ Que no tiene barba-y tiene - 



Dg.l.zedt>>COOgle 



■ Ciaco Bc^ei por vaulloi. xBeipúnáedme en {raridad 

■ Yo finco, MÍIor, en cinta »Con litrii de vneu manOf 
H Que en nnevemuet he entrado, HAanqae il vneao mandadero 



e podrán empecer 

■ Las ligrima* que derrama. 
uNon permitaU se malogren 

■ Prcndaa del mejor vatalla 
«Que tiene cmcea bermejaa 
»Ni i Rey ba besado nano. 



a Le pague yo aa agninaldo. 
vDad este escrito £ Uallamaa 
vT4on se faga de palacio, 
■ Qoe á maloa barnmtadorea 
■Ñon me aeri bien contado." 



PidieHdo á lai dies deldja 
Papel i aa secretario, ' 
A la caria de Ximena 
Responde el Rey por aa mano. 
Despuea de facer la crnx 
Con coairo pontos y nn rasgo, 
Aquestas palabras finca 
A goiía de cprlesano: 
"A vo», Ximena U noMe, 
>La del marido envidiado, 

■ La homildota, la discreta, 

■ La quexédo espera el parto» 

■ El Rey que'nnnca vos taro 
«Taianle desmesorado 

■ VoB envia aus saludes : 

■ En fé deqoereros tanto. 
sDecfsme que soy mal Rey 
■T qne deacaso catados, . . 

■ T qoe por los mis- provecbos 
uNon curo de vnesos daüos: 
■Qtte eslai* de mí qnerclloia 

■ Deefs en vnesos despachos, 

■ Que non vos soello el' marido 

■ Sino una vea en el año, 
>Y que cuando vos le soello 

■ En lugar de falagaros 

■En vuesDS bracos se duerme 
■Como viene tan cansado. 



»Si snpi¿rades , leSort, 

■ Que voa quitaba el velado 

■ Por mis enamoramientos, 

■ Fuera con razón qoepros; 

■ Mas si solo vos lo quito 

■ Para lidiar en el campo 

■ Con loa moros convecinos, 

■ Non TOS fago mucho agravioi 

■ A non voa tener en cinta,' 

■ Seílora, el voeao velada 

■ Creyera de sn dormir 

■ Lo que me habedes contad<^ 
«Pero si os tiene, señora, 

■ Con el brial lerantsdo_u 
■No se ha dormido en el lecho 
■Si espera en vos msyoratgo: 

■ T si en el parlo primero 
xUn marido os ha fallado, ■ 

■ No importa, que sobra nn Rey 

■ Que as fará cien mil regalos. 
■Non le escribades que venga» 
uPorqneannqneestéá vueao lado 
»En oyendo el alambor 

■ Seri forzoso dejaros. 

■ Si non hubiera yo puesto 

■ Las mis boestes í sn cargo, 
■Ni vos fuerais mas que ducüla, 
■Ni él foera mas que un fidalgok 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



sDccti que vneM Rodrigo 

■ Tiene Ktjt» por vasaltoc 
-jOtilá como «on cinco 
nFucran cinco veces cuatro! 
■Porqae teniéndolos el 
>Su)clos i au mBDilado 
uMil caitillos y los vnuos 
uNohubieraa tanUts coDtrarioa. 
■Decfi t\ae cotregiie i las llamu 
sLa caria que me babcis dado: 
sAconlcner bereglas 

■ Fuera digna de lal pago; 
»Mas si coDliene ratones 
itOignas de los Sieie labioSf 

■ Mejor ei pam ni archivo 
>Qac uou pan el fuego in($rato. 



69 

■ T porqae guardéis la mia 
sY non la fagáis pedaios, 
■Por ella i lo que pariérdes 

■ Promelo buen aguinaldo. 
«Si ñ)o, promeLo dalle 
«Una espida y un caballo, 
-T dos mil maravedís 
sPara ayuda de sn g^sto.- 

■ Si ñ'p, para aa dolé 

■ Promelo poner en cambio 

■ Desde el día que nacterCf 

■ De plata cuarenta marcos. 

■ Con esto ceso , señora, 

■ T no de estar suplicando 

■ A U VJrgeA voa alumbre 
•En los peligros del parta" 



Salió i misa de parida 
A San Isidro en León 
La noble X i mena Gome* 
Muger del Cid Campeador, 
Para salir, de Conlray 
Sai escuderos vistió, 
Que el vestido. del criado 
Dice quien es el icüor, 
Un jubón de grana fina 
La be}la.da,ran tacó, . 
Con cajts de terciopelo. . 
Picadas de dos en dos; 
De lo misma ana basquiJU 
Con la mesma gnarnicÍMi, 
Donfs qn« la diera el' Rey 
£1 dia que ;se tatú, 
X con los cabos, de plata 
Un muy ricoiceíUdor, 
Qoe i la CondtM sumadre 
El C(»ide en doB«s le dio, 
Lleva nna cofia.de papos 



De riquisino valor, 

Que le di¿ la lufinla Urraca 

£1 dia que se velój 

Dos. patenas lleva al cuello 

Puestas con mucfao primor. 

Con San Uuro y San Fedro^ 

Sanios de su devoción, 

T las cabellos que al oro 

Disminuyen su color, 

A las espaldas echados 

De lodos hecho un cordón. 

Lleva un manto de Conlr«f, 

Porque las, dueñas de honor 

Mientras mas cubren lu rostro 

Mas deacubren. «u. opinión. 

Tan hermosa iba Xtme«a 

Q.ite suspenso quedó el sol 

En medjo de su carrera 

Por podelb ver mc)or, 

Y i la .enuada de la Igteaia 

Al Rty Femando encontró 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



?0 

Que paramctclla dentro 
De la mano la tomó. 
Dijo el Bey : —Noble Ximena^ 
Puea ea el Cid Campeador 
Vneso dichoio marido • 

Y mi vasallo cl mrjor. 
Que por calar en U» lides 
Hoy de la Isluia falló, 

A falla del brazo snyo 
¥o vueslro bracero soy; ■ 

Y í aqOMa ferio oía Infante 



Que el délo JÍtíim o» dióf 
Mandó mil maravedfi 

Y mi plomare el ine)or.-^ 
Non le agradece Ximena 
Al Rey tanto aa favor, 
Qae le ocupa la vergüentaj 

Y á sus palabras la voa. 
Las manos quiso Ximena 
Besarle, y él las boyó: 
Acompasóla en la Iglesia 

Y i su casa U Votvió. 



Acababa el Bey Fernando 
De distribuir sos tierras. 
Cercano para la muerte 
Qoe le amenaza de cerca, 
Cuando por la trisle sala 
De negro luto cubierta. 
La olvidada Infanta Urraca 
Vertiendo ligrimas entra; 
y viendo i su padre el Beyi 
Con debida reverencia 
De hine)os ante la cama 
La mano le pide y besa; 

Y despoea de baber mostrado 
Con tierno llanto sus quejas 
Moslrando la voz humilde 
Así k Infanta se queja; 

— Enire divinas y humaiHi ' 
iQai ley, padre, vos ensefia 
Para mejorar los bornes 
Desheredar á las fembras? 
A Alfonso, Sancho y García, 
Que están en vaesa presencia. 
Dejais todos los haberes 

Y de mi non se vos lembra. 
Non debo' ser vaesa fijaj 
Que os foriara ai lo fuera 



A tener de mí tembranu 
La vuesR naturaleía. 
Si legítima non soy, 
MagAer que bastarda fuera. 
De alimentar los mesliEos 
Habedes na tura lesa, 
T si ansí non es , decid: 
¿Qué culpa me deshereda? 
¿Qué deaacato voa fice 
Que [al castigo mereicaf 
Si tal tuerto me facéis. 
Las naciones estrangeras - 

Y los vueaos bornes buenos ' ' 
jQué dirán cuando lo sepan?' 
Que non es derecho, non, ' 
Ni tal es raEon que sea, - - 
Podiendo ganalla en lides, - 
Dar í los homes facieuda. 
Dejáisme desheredada, - • ■ '■ 
Pero catad que soy fembra, ' 

Y lo que podrí facer 
Sin varón y sin facienda. 

Si tierras no me de jais '■- '■, . 
I reme por las agenat, 

Y por cubrir vneso tnerto 
Negaré ser fija vucia. ' • . . 



Dg.l.zedt>>COOgle 



En trage d« peregrina 
Pobre iré, mai (accd cneuU 
Qdc lai romeras á veces 
Saelea fincar en raraeru. 
Sangre noble me acora paña, 
Mas cuido que mi nobleza 



7t 

Camo eatrafia olvidara, 

Paea que portal me desechas. 

Tales palabra babló, 
Y esperando la respuesta 
Dio principio al tierno llanto 
Poniendo fin á sns quejas. 



3.. (Anónimo), (i) 



Atento escncba las quejas 
De so fija DoSa TJrraca 
El noble Rey Don Femando 
Desafuciado en la cama: 
De sa libertad se pena, 
Vá á responder y non fabla, 
Que enmudece hasta los Reyes 
Una roager libertada; 
Mas por poder juntamente 
Responder y remedialla, 
Arrancó palabras antes 
Que se le arrancase el alma. 
— ^i cual lloras por facienda 
Por la mi muerte lloraras, 
Non dudo, querida fija. 
Que mi vivir se alargara. 
iQaé lloras, sandia muger, 
Por las tenencias humanas, 
Pnea ves qoe de todas ellas 
Solo llevó boy la mortaja? 
A este restante de vida 
Que me qaeda rindo gracias^ 
Pues que solo en ¿1 consiste 
El dejar tii de ser. mata. 
Cuando parta ¡r£ derecbo 
A U celestial morada. 
Pues me ha sido purgatorio 
El fuego de tas palabras. 



A tos hermanos envidias, 
Mas non atiendes, cuitada, 
Que con la renta les dejo 
Obligación de.gnardalla. 
Ellos con mucho están pobres, 
¥ tú estás rica sin nada, 
Porque las nobles mugeres 
Entre paredes se pasan. . 
Que eres mi bija confieso, 
Pero saliste liviana: 
En liviandades pfnié 
Al tiempo qae teengendrara. 
Parióle madre honor^isa. 
Mas entregironte á nn ama 
Que con tus palabras muestras 
Era la leche villana. 
Dices que í tierras agenas 
Te irás ; pero no, ma espanta 
Qoe la qne se vi deslengua 
A ser infame se vaya. 
Masppr ai puedo atajar 
Tu'dennedo y tus palabras. 
Tras de las mandas. qoe he fecho 
Quiero facer ptp.mfinda. ,(; 
No quiero dfjartA )to)>rB , ,' 
Porque lo dicho. lian fagas. 
Que aunque eres noble mnger 
Eres may deterEÚBadaF 



(i) Igual atunio que ti dtt 



Dg.l.zedt>>COOgle 



72 

Por taya dt)o i Zamora 
Bien guarnida y torreada, 
Qae para toa desvarios 
Convienen fatrlet murallas. 
Horoes batnos bay en ella 
Para servirte y guardilla, 
De sos conieioa te fia 
Y de mis Usoros gasU. 



K ^>rd¿ lal poieaion 
Bt«n faabe de tf inembrinH, 
Tenia td de qae semejes 
A tu sangre y i tu casia. 
A qaieu le qaite i Zamora 
La mi maldición le caiga.^— 
Todos responden amen, 
Sino Don Sancho que calla. 



3,3. (Anónimo), (i) 



Doliente se siente el Rey, 
Este bnen rey Don Fernando, 
Loj pies tiene bicia e) Orienlc 

Y la candela en la mano. 
A su cabecera tiene 
Arzobispos y Perlados, 

A tu man derecha tiene 
A sos hijos todos cuatro. 
Los tres eran de la Be I na 

Y el ano era bastardo: 
Ese que bastardo era 
Qaedaba mejor librado. 



Arzobispo es de Tdedo, 
Maestre de Santiago, 
Abad era en Zaragoia, 
De las Espadas Primado. 

Hijo , si yo no moriera 

Vos fuérades Padre Santo, 
Mas con la renta qae os qneJa 
Vo» bien podéis alcanzarlo.^— 
Ellos estando en aquesto 
Entrara Urraca Fernando, 
Y vuelta hicia sn padre 
Desta manera ha fablade. 



33. (Anónimo). (3) 



Morir vos qaeredes padre, 
Sant Migael vos haya el alma, ' 
Mandásiedes vveslras tierras 
A qnien liien se os antojara. 
Diste i Don Sancho i Castilla, 
Castilla la bien nombrada, 
A Don Alonso i León, 
Y i Don García á Viuay*. 
A mi porqne soy moger 



Dejiisme desheredada. 

Irme be yo por estas tierraa 

Gomo una muger errada, 

Y este mi cuerpo daría 

A qoien bien se me antojara/ 

A los moros por dinero 

T á los cristianos de grada: 

De lo qae ganar pudiere 

Harí bien por vneitra alma.^ 



É$lt y tí qut ligut fon ñl mátalo dtl mníeríoi: 
,. , JDt ¡o tonttnida tn tttt ronumet le tac* mmeiott tñ ti Qaijo» 
le, pan. IL cap. 5. 



f;}: 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Allf prcgODtara cl ftty: 
— jQai^DctcuqDcasf fatbUf— 
Bespondicra cl Anobiipo: 
— Vnrilra hija Doila Urraca. 

Cill«dMÍ hija, calledu, 

No dlgidea tal palabra. 
Que nmger qa« tal ilccia 
Mcresce ¿t ler qurmada. 
Allá en Caitilla la Vitja 
Un rincón ae me olvidaba. 



73 
ZtAon había por nÓBbr^ 
Zamora la bien cercada, 
De una parte la cerca el Doero, 
De oira PeBa T»}»á», 
Del otro ta Morería, 
Una coM ea may preciada: 
Quien 01 la lomare, hlfi, ' 
La mi maldición le caiga. ^— 
Todoi dicen imen, amen, 
Siao Don Sancho qne calla. 



WtlVWIUIWI^ 



Dg.l.zedt>>COOgle 



DE LOS ROIHAJVCES DEL CID, 



de SUS hazmías y aventuras durante el reinado de 
Sancho II. el Fáltente. 



Et VLtj DoD Sancho reinaba 
En Casulla aa reinado, ^^' 
T en Galicia Don Garcf ' 
Qae de Don Sancho es hermano. 
Sobre los reinos los dos 
Mucho habían guerreado, 
T en batalla muy sanf;rienta 
Ambos Beyes se han hallado. 
Machos mueren de sns gentes; 
Prenaió García i Don Sancho, 
Diéralo i kí* caballeros 
Que lo lengan i recaudo; 
Va en alcance de la gente 
Que tenia el Bey su hermano. 
Don Sancho que se fió preso 
Gran enojo había cobrado, 
Dijo i loa que le guardaban 
Que le dejen ir en salvo, 
Fariles grandes mercedes, 
Siempre les darf gran algOf 
T en el reino de sn Rey 



Non fari desaguisado. 
Respondieron todos juntos 
No harían lo que ha mandado 
Fasta que vuelva sn Rey ~ 
T ponga en ello recado. 
Estando Don Sancho preio 
Alvar Falles ha llegado, 
T i los que al Hey tienen preso 
Desta manera ha fablado: 
— Traidores, dejad ini Rey, 
Que tenéis aprisionado.—— 
Y arremetiendo con ellos 
Con todos ha peleado: 
Derribara i los dos de I los, 
Los cuatro huyeron del caropO) 
Don Sancho quedando libre 
De los que le habían guardada 
A muy grandes voces dice: 
^— Venid aquí, mis vasallos, 
Acordaos, mis caballeros. 
Del prez que los castellanos 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Gallasteis ni lai batalla* 

Y lide* io habeb entrado. 
No lo qtterait hoy perder 
Sino adelante llevarlo.-^— 
Caatrocienlúi caballeriM' 
Coa ¿lile habían juntado, 

Y «atando ya todoi jan-toa 
Ei buen Cid había' aaomado, 
Caballero» tras trrscientos 

Y lodos tou fi)oadalgo. 
Cuando Don Sancha los vido 
Muy gran esfueno ha cobrado, 

Y á MI» caballeros dijo; 
^—Bajemos luego í lo llano. 
Que pues el Cid es venido 
Nuestro seri haf el campo.^— 
Recibió bien i Buy 'Diai 

El Cnntwo castellano. 
Diciendo: — Bienveofaia, Cid, 
El muy. bien aforlnnado; 
Ningan vasallo hasta hoy 
A tal panto habia llegado 
A servir i vx seQor 
Como vos, baen Cid honrado. — 
El Cid le reaponde al Rey 
Coa ininto denodado: 
—Bien podéis creer, se3or, 



75 

Qne vos .cobrásteU e] iampO,' 

En el cual vos venceréis 

A García vueso hermano, 

O yo por vos moriré 

Como cualquier buen fidal^_< 

Ellos e^lkndo en aquesto 

Don García había, llegado,. : 

Cantando viene y ailfgre, 

No sabe lo que ba pasado. 

Diciendo como venció 

A su hermano el Rey D..SaDc]ia( 

Y como lo tiene preso 

Y puesto i muy buen recado. 
Como se vieren los Reyes -. 
A otra batalla han tornado 
Mas fuerte que la pasada 

Do fnc preso el Bey Don Sandio.- 
Vencido fue Don García, 
Mueren muchos de sn bsndo: 
Prendió i Don García el Cid ' 
Con sa eSfuerid tan sobradOt ' 
Enlrígólo á sn señor . 
Con placer demasiado: 
En fuertes hierros lo meten 
Por mando del Rey D. SanchO| 
¥ en el castillo de Lana 
Estuviera encarcelado. 



.° por Sepilloeda. 



Don Sancho reina en Castilla, 
Alfonso, ea Leoa, su hermano: 
Sobre caál hsbrá ambos reinos 
Muy gran lid han levantado. 
Jonto alrio de Carrion 
Los Beyes han batallado. 
Da sus genios mueren muchas, 

Don Sancho perdiera el campo Ese buen Cid afamadOj 
Y huj:era de la ,}iatalla, A Dpn Sancho su señor. 

Triste iba y muy cuitado. Estábalp conhortando. 



AlCanso mandó i su gente 
Que no maten los cristianos, 
Gran mancilla tiene de ello. 
De su hermano se ha quejado 
Por haber sido la causa , 
DeL rompimiento pasiLIo.' 
Bodrígo Diáa de' Vivar, 



Dg.l.zedt^COOgle 



76 

IM)ole: — Bey y «eüor, 
Verdad e* lo que os fablo, 
T u qae laj gentci ^Ilegal 
QiWMlan con el vueio hermano, 
Agora (atan birn irgoros - 
En «ua potadla foliando, 

Ni de loa del vneso bando: 
Faced voUer loa que faycn, 
PoDcdloB lo vaesa roano, 
T trai el alba venida 
Con csfuerto denodado 
Ferid en todoa may recio 
Leoneiea y Galicianoi, 
y njoy faerte, ■aoberbienla, 
Con Inimoa eifonadoi; 
Ca ellbi ban por coatnrobre 
Cuando ganan algan campo 
Alabarle de sn eafnerio. 
T etcarnecer al contrario, 
T como gastan la nocbc 
En placer y engatejando, 
Dormirán por la maüana 
Como homei aln cnFdado; 
T>*oi, buen Rey, vencereij 
Y quedareis bien vengado.-^ 
Moy bien le pareció al Rey 
Lo que el Cid le ht conaejado. 
£1 Rey con todas sus gentes 
Firieron en los contrarios; 
Uaoa maUn, otros prenden. 



Todof «m dcabarttsdoi: 
PreitdJeroB al Rey Alfonaa 

En nn templo coniagrado* 
Cuando vieron los LeoMcaea 
Sd seüor aprisionado 
Pelean moy fuerteiBcnte, 
Prendieron al Rey Don Sandio, 
T catorce caballeroa 
Lo llevan á boen rccindo. 
El buen Cid coandolo vido 
En lu alcance es ya llegado, 

Tdf)ol»: Caballeroa. 

Soltad mi seBor de grado, 

Darvos he yo á Don Aironio 

De quien érades vasalloa.^— 

Beapondieron lo« Leoneses 

Al de Vivar afamado: 

—Ruy Dias, volveos en paa. 

Sino ireii aprisionado 

Con vneso señor el Bey, 

Que con naico aqol llevamoa.— 

Gran enojo lomó el Cid 

De lo que le habían hablado: 

Pelea con todos ellos 

T ¿ sn sefior ha librado. 

Los trece deja vencidos. 

El Dno se habla escapado. 

A Burgos llevaron preso 

A Allomo, del Bey hermana. 

Por el gran eafaerzo y fechos 

De aqnese Cid. caalcllauo. . 



3." por S^iúiMda. <■) 

En Toledoetlaba Alfonso DelReyDonSaDcboaaben&ánai 

Hijo del Bey Don Femando, Acogiólo Alímayroon 

Huido catalM por miedo Qoe en Toledo es m reinado. 

(O -En tUe romanee no te habla del Cid, pent tíau conexión con 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Macho quiere i Doa Alfbnto, 
De moros e» eitiinado; 
Dnrmicndo esU ca iia> huerta 
A sombra que hacix Dn árbol, 
Cerca del e>tá Atimiymoa 
Con ana inorot ratonando, 

Dijo: Fnerle es Toledo, 

No puede aer conquiílado 
Si no quitaMB el pan - 
T Ui frutas líele ailot, 
Y teniendo aiempre el cerco 
Sin que se hobieae quiladOt 
Por U falta de viandas 
Tornarle ba el afio ectara.^— 
Don Alfonio qne lo oyó, 
Finge qne durmiendo ba eilad«. 
Por costumbre babianloamorof, 
Que su Iry se lo ba mandado. 
Que degüellen un carnero, 
Ya iban i degollarlo. 
Con el Rey va Don Alfonso 
Qoc lo iba acompasando, 
T ins cristianos también 
De Caslilta habían llegado. 
Don Alfonso es muy hermoso. 
De grandes doñea «lolado, 
Pagábanse del las moros, 
Da todos es muy loado, 
jlanloi van amboi los Reyes, 
Detrás dos moros hablando. 
El nao le AijO i ti otroi 



77 

— ¡Hermoso es «le crisliano! 
Gran leSor merece ser, 
En ^t bien es empleado.— 
Be^icóle el otro moro; 
—Esta noche yo be soSade 
Que Alfonso entraba en Toledo 
En un puerco cabalgando. 
De Toledo ba de ser Rey, . 
Tenlo por averiguado." — ■ 
Ellos hablando en aqu^alQ 
lios..cab>)llo« se han alzado 
A ese hoes Uey Dt» Alfonso: 
Alimaymon con la mano 
Los apretaba hacia yo^o, 
Y ellos siempre catan en alto. . 
El Rey moro bien oyd 
Todo lo.qoei ya contado, 
Hito llamar á ana moros . 
Lof que liencn por mas «ahíos, 
Lo» cuales dicen que Alfo^o 
Habrá el Beino Toledano: 
AconirjaQ que lo maten. 
Mas el Rey no lo hahia en grado 
Porque lo quería mucho; 
Mas jura le habia prendado 
Qae contra él ni it|s hi)os 
Non hará desagoisado. 
Alfonso lo promeliá 
T lo cumplió de buen grado: 
Mucho lo qoiera el Rey moro 
y del eati ateg;arad«. , , 



4.' (Andnim^ 

LTejjadoeaelBty DonSancho Andábala al rededor,. 

Sobre Zamora esa villa: Y el Rey asi al Cid decia:. 

Muchas gentes ¡rae consigo» —'Armada cala sobre Peita 

Que haberla macho queria. Tajada toda esta villa. 

Caballero en nn caballo ! Los moros lien« muy foectci, 

Y el Cid en sa compkSfa, Torres ha en gran d«masfa, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



?8 

Duero la icercaba al píe, 
Fuerte «5 i maravilla, 
No bailan á la tomar 
Cuantos en el mando faabii: 
Si me la diese mi hermana 
Mas qne á España la qaérría. 
Cid, i VDs crió mi padrg, 
Mucbo bien fecho ot habia; 
Ffzoos mayor de su casa 
T caballero en Coimbra 
Cuando la ganara á moros. 
Cuando en CabcEon moria, 
A mí y i lo» mis hermanos 
Encomendado oi habia; 
Jorámosle allí en sos maños 
Facer voi merced cumplida. 
Fíceos mayor de mi casa, 
Gran tierra dado m tenia 
Que vale mas que un condado 
El mayar que bay en Castilla, 
To vos ruego , Don Rodrigó, 
Como «migd de vallaV - 



Que vayádes S Zamora 

Con la mi mentagería, 

I á D6ÍU Uvraca: mi hermuia 

Decid que míe dé esa villa / 

Por gran haber 6 gran cambio. 

Como i ella mejor sería. 

A Medina de Rioaecd 

Yo por'Clla la daria 

Con todo el InEtntaigo, 

T también le prometia 

A VíDalpando y su tierra, 

O Valladolid la rica, 

O á Tiedra, que es buen caslUlo, 

Y juramento la hariri 
Con doce 'de' mía vasalla* 
De cumplir lo que decía; 

Y si no lo quiere hacer, 
Por fuersa la lomaría.—— 
£1 Cid le besó la mano. 
Del buen Rey se despedía. 
Llegado había í Zamora 
Con quince em sn compaitía^ 



' 5." (An¿nimo). 



Después del lamento triste 
De la muerte de Femando, 
Y después de sucederle 
El Rey ia hijo Don Sancho, 
En medio de mil contrastes 
Ordena al Cid caslellano 
Con mil ofertas y ruegos 
Ir al pueblo lamorano 
A rogar i Doña Urraca 
De parle del Rey so hermano 
Que Zamora dé y enlregnÍE > 
A stt potestad y mandoj - 
T partiendi) el de Vivar - 
A facer del Rey el mando, ' 
Llqado «1 postigd viejo - 



Qne esti con orden guardado, 
Como preliiben ' la entrada 
Al que honra' al poeblo bispBno, 
Intenta romper la guardia i. 
Por cumjptir del Rey el mandtÁ 
Ya la defensa del muro 
La guarda qne esli velando 
Procara, y la resistencia, 

Y al rnmor del castellano 
La oprimida Do2a Urraca' 
Vestida de negros paño» 
Pone el pechcsobÑc] muro,- 

Y moviendo ^1 'rostro y nJaaw^ 
Humedeciendo loa ojos 

Le dice & Rodrigo el bravO: % 



t>,Goog[c 



—¿Por t{ai por pturlat agcttdis 
Vencidas con loa Vitorias 
Llamas , paes con dio ordenas 
Que eHé viva á vivas penu 
T muerta para las glorias? 

Y pnes el trato de amiga 
Depuaisife i j das de mano 
Sin ver que ¡uslicia sigo: 
Afuera, afuera, Rodrigo, 
El soberbio catlellano. 

Afuera , pues une quebraste 
La palabra y jura ¿ aquella 
En cuya alma te enterraste, 

Y al fin se la lastimaile 
Por no quedar denlro della; 
Mas cuando tu mano fiera 
Firmó en mi daño ordenado 
Aunque el Rey te lo impidiera. 
Acordártele debiera 

De aquel buen tianpo patada. 

Yo soy muger, y pasión 
No me da lugar que pida. 
Al cielo to perdición. 
Que si es mi alma ofendida, 
Así lo ha ] 



79 

Y aanqoe por ta canta mncr* 
No le qniero dar mal pago, 
Porque yo! me acuerdo, fieto. 
Cuando le armé caballero 

En el aliar de Saníiago, 
Lo que no consideraste 
Consideran las mugeras; 
Mas cuando al (rato t« ballade 
De lo que eras te acordasU 

Y olvidaste lo que eres: 
Esta disculpa te hallo. 

Pues ya eres fidalgo de armas. 
Mas sin serlo , aunque vasallo, 
Mi padre le diá lat arma». 
Mi madre te dio el caballo. 

Al estado te subieron - 
Que pac. In medio perdf; 
Tu bien y mi mal bicsen^r '. 
Pue^ cuanta honra te diero* . 
Tanta me quitaste i jaíi : .', 

Y guardándole el decoro <' 
Del gusto á mi pídre .amado, 
Yo que por tu causa lloro, 

Yo le calcé espuela de oro 
Porque fueset mas honrado. 



' (Anónimo). 



Entrado ba el Cideu Zamora, Que á mi padre fecho babia> ■\ 



En Zamora aquesa villa^ 
Llegado ha ante DoQa Urraca 
Que máy bien lo recibía, 
Dicho le había el menaage 
Que para ella trafa. 
DoSa Urraca qpe lo oyó 
Mocha* ligrimas Yertia, 
Diciendo: — ¡Triste caitadfi ! 
Dea Sancho ¿qní me qneriaf 
No cumpliera el jnratntnto 



Que aun apenas fuera ¡mnerlo, 
A mi bar man o Don García. .: 
Le tomó toda su lierrá 
Y en prisiones lo pouia, 
T cual si fuese ladrón 
Agora en ellas yacia. . 
También á Alfonsp mi hemUUIO 
Sa, reino se lo tenia, v < ■ 
Huyóse para. Toledo, 
Con lo» (lloros esti hoy dfa. / 



L)ji.z.iit>,Coogle 



80 

A Toro tomií i mí benjuí», 
A mi htriBana Doña Elvira; 
Tonarme «(aiere á Zamora, 
Graa pe»ar yo recibi»; 
Muy trien Mbe el Rey D. Sancho 
Qae (oy mug^r femenina 
Y non lidiaré con é), 
Ma* i furlo ó paladina 
Yo kar^ que le den la mnerle 
Qoe muy bien lo merecía. — 
Levantóse Ariai Gonialo 
T reapondido la Labia: 
—Non llorede* voi, leSora, 
To por merced o« pedía 
Que f la bora de la cdÍU 
Consejo mejor aer(a 
Que non acuilarvoi tanto 
Que gran daño i vos vendría. 
Hablad con vuesoj vImIIos, 
Decid lo qne e) Itey pedia, 
' T si ellos lo han por bien 
Dadle al Bey luego la villa; 
T si Bon les pareciwe . 



Facer lo qne el Rey pedia. 
Muramos todoi en elli, 
Como manda la hidalguía. ^~ 
La Infanta tuvo por bien 
Facer lo qae le decia; 
Sus vasallos la juraron 
Que antes todos morirían 
Cercados dentro en Zamora 
Que nodar al Bey la villa. 
Con esta respuesta el Cid 
Ai buen Bey vuelto se había: 
El Bey cuando aquesto oyá 
Al buen Cid le respondía: . 
——Vos aconsejas leía, Cid, 
No darme lo qne quería, 
Porque vos criasteis dentro 
De Zamora aquesa villa, 
Y i no ser por la criania 
Que en vos mi padre facía 
Luego os mandara enforcar, 
Mas de boy .en noveno día 
Os mando vais de mis tierras ' 
T del reino de Castilla. 



El Cid fue para sn tierra. 
Con sus vasallos partía 
Para Toledo do estaVa 
Alfonio cuando fufa. 
1,01 Condes y B icos- harnea 
Al Bey Don Sancho decían 
No perJiese tal vasallo 

Y de tania valentía 
Como es Ruy Diai el Cid, 
Qu'ej muy grande su valía. 
El Bey vi do qu'es muy bien 
Facer lo qne le decían, 

Y lahl^ndo i Diego OrdoSeK 



Mandóte qne al Cid le diga 

Que se venga Inego á él 

Que como bueno lo haría, 

Y que le haría el mayor 

De los que en su casa hahía. 

Ordoño fue Iras del Cid, 

Su mensage le decía: 

El Cid se habla aconsejado 

Con los suyúi que tenia 

Si haría lo que el Bey manda. 

Su parecer leí pedia: 

Qae se vuelva al Bey diierou 

Pues sn disculpa le envía . 



u3i.z.iit>,Coogle 



XI Cid con ellos m vuelve. 
El Rtj coando lo tibia 
Dos legoM Mli¿ i il. 
Quinientos van en su gnia. 
El Cid cnando vido al Rey 



s< 



De B*biect descendía, 
Besóle luego Isa mano*. 
Para <l real se volvía 
T todos los easlellanot 
Gran placer con il hablan. 



Apenas era el Bej mnerlo 
Zamora ya rsli cercada; 
De un cabo la cerca el Rey, 
Del oiro el Cid lo cercaba, 
Del cabo que el Rey la cerca 
Zamora no se da nada. 



Del cabo qve et Cid la aqneja 
Zamora ya se tomaba. 
Doña Urraca en tanto aprieta 
Asomttse á una ventana, 
Y allí de nna torre mocha 
Estas palabras fablaba. (t) 



9.° (Anónimo). (1) 



— Afuera, afuera, Rodrigo, 
El soberbio caiiellaso, 
AcordirietE d ebria 
De aquel boen tiempo pasado 
Coando fnlsle caballero 
Eu el altar de SaDtiai;o, 
Cuando el Rey fue tu padrino 
Tú, Rodrigoi el afijada: 
Mi padre te dio las armas. 
Mi madre te dio el caballo, 
Yo te calcé las espuelas 
Porque fueras mas honrado: 
Pensé de catar contigo. 
No lo quiso mi pecado, 
' Casi siete con X i mena 
Fija del Conde Louno: 



Con ella hnbisle dinero, 
Conmigo hubieras estado. 
Porque si la renta es buena 
Muy mejor es el estado. 
Bien casislele, Rodrigo, 
Muy mrjor fueras casadoj 
Dejaste fija de Rey 
Por lomar la de un vasallo.— 
En oir ralo Rodrigo 
Quedó dello algo turbado; 
Con la turbación que tiene 
Esta respuesta le ba dado: 
—Si os parece , mi señora, 
Bien podemos deiviallo.— 
Respondióle Doña Urraca 
Con rostro muy sosegado: 



(■) £at pátabrat jr ijvt'¡ai dt Dofía 
romancr. 
(a) Can algaaai variantes t* ti miun 



7rraca ion las del liguienle 
I gut ti dtl Ramanetro dil Gd. 

6 



u3i.z.iit>,Coogle 



83 

—No lo ininde DIoi del cielo Loi it i pie y lo* de i caballa, 
Qac por mi *e baga tal caao: Pnei it aqaella torre mocba 



Mi iníma penaría 
Si yo faeie en discrepallo.— 
VolvUte presto Rodrigo 
T dijo moy aogaatiado; 
— Afaera , afuera, los laios, 



ba pe lado, 
remedio siento 
mas penado. 



Riberas del Dnero arriba 
Cabalgan dos Eamoranos, 
Las divisas llevan verdes. 
Loa caballos alaianoa. 
Ricas espadas ceñidas. 
Sos cuerpos muy bien armados. 
Adargas ante sus pechos. 
Gruesas lanzas en »a» manos. 
Espuelas, llevan ginetas 

Y los frenos plateados. 
Como ton lan bien dispneslos 
Parecen xatij bien armados, 

Y por on repecho arriba 
Salen mas recios qoe g^'S^ 
T sAbenlos ¿ mirar 

Del real del Rey Don Sancbo. 
Desqne i otra parle foeron 
Dieroa vuelta á los cabillos, 
T al cabo de nna gran pieu 
Soberbios ansi ban íáblade: 
^— j.Tendredes dos para dos, 
Caballeros castellanos, 
Que puedan armas facer 
Con otros dos aamoraDOS, 
Para daros i entender 
Ho face el Rey como hidalgo 
Cn qoiiar i DoBb Urraca 
ho que sn padre le ba dado? 
Non qneremo* aer tenidos, 



Ni queremos ser bonradoa, 
Ni Rey de nos faga caeuta, 
Ni Conde nos ponga al lado. 
Si i los primeros encoenlros 
No los hemos derribado: 

Y siquiera salgan tres, 

Y siquiera salgan cuatro, 

Y siquiera salgan cinco, 
Salga siquiera el diablo, 
Con tal que no salga el Cid 
Ni ese. noble Rey Don Sancho, 
Que lo habemos por señor, 

Y el Cid nos ha por hermanos: 
De los otros cahalleros 
Salgan los mas es'foraados, — 
Oídolo habian dos Condes 

Los cuales eran cuñados: 
•^—Atended , los caballeros, 
Kfienlras estamos armados.-!^ 
Piden apriesa las amas. 
Saben en buenos caballos, 
Caminan para las tiendas 
Donde yace el Rey Don Sancho: 
Piden qoe los dé licencia 
Que ellos puedan hacer campo 
Contra aquellos caballeros 
Que con soberbia han hablado. 
Allf fablara el bnen Cid 
Qoe es de loa baenot dechado: 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



—Los dos coDtnrioi pn/mnt 
Non i<u ttofp yo por nulo*, 
Porqnecnmucbajüdude «rmu 
Su valor habito noslrado, 
Que en el cerco de Zamori 

El rooEO iDal¿ i los doi. 
El viejo mató & los cn*lro. 
Por uno que se les fuera 
Las barbas le van pelando.-^ 
Enojados vsD los Condes 
De lo que el Cid ba fablado: 
El Bey cuando ir los viera 
Que vori van eslá mandando; 
Olorgú cuanCo pedían 
Mas por fuersa. qae de grado. 
Mlcnlras los Condes *a arman 
El padre al fijo eslá hablando: 

Volved, fijo, hacia Zamora, 

A Zamora y sus andamios. 
Mirad dueñasy doncellas 
Como nos están tnirandoi 
Fijo, no miran á mí 
Porque ya soy viejo y cano. 
Mas mÍMU i vot, mi fijo, 



83 

Qoe MIS. moio y esforudo. 
Si vos facéis como bueno 
Seréis de ellas muy bonrado, 
Si lo facéis de cobarde. 
Abatido y ultrajado.' 
Afirmas en los estribos, 
Terciad la lanza en las msnos. 
Esa adarga anie los pechas, 
T apercibid el caballo, 
Que al que primero acometo- 
Tienen por mas esforudo.-^ 
Apenas esto hubo dicho 
Ya los Condes han llegado, 
El nno viene de negro 

Y el otro de colorado; 
Vanse unos para otras. 
Fuertes encuentros se han dado. 
Mas el que al mozo le copo 
Derribólo del caballo, 

Y el viejo al otro de cncneniro 
Pasóle de claro en claro. 

£1 Conde de que esto viera 
Huyendo sale del campo, 

Y los dos van i Zamora 
Con viioria moy honrados. 



Guarte, guarle, Rey D.Sancbo, 
No digas que no te aviso 
Que de dentro de Zamora 
Un alevoso ha salido: 
Llámase Vellido Dolfos, 
Bi)0 de Dolfos Vellido, 
Cuatro traiciones ha fecho ' 
T con esta serín cinco. 
Si gran traidor fue el padre 
Mayor traidor ea d fijo. 



Gritos dan en el real, 
Qnej D.Sancbo han mal herido: - 
Muerto le ba Vellido Dolfos, 
Gran traición ha cometida. 
Desque le tuviera mus rio 
Metióse por un postigo, 
Por las calles de Zamora 
Va dando voces y §rilot: 
—Tiempo era , DoSa Urraca, 
De cnmplir lo prometido. 



u3i.z.iit>,Coogle 



Si 



. (Anónimo), (i) 



De Zimora mIc DoKm 
Corriendo y aprunrado: 
Huyendo va de los hijo* 
Dtl buen viejo Ariat Gonulo, 
T en la tienda del buen Rey 
En ella le había amparado: 

Manléneate Dios, el Rey. 

Vellido, teas bien llegado. 

•^SeSor, tu vasallo soy, 
Ta vasallo y de la bando, 
T yo por aconsejarle 
A aqael viejo Arias Gómalo 
Que te entregase í Zamora 
Pues se te babia quitado, 
.Hamc querido matar 
Y del me soy eicapado. 
Asi me vengo, señor, 
Por ser e» el tu mandado, 
Con deseo de servirle 
Como coalqoier fijodalgo. 
To te enlregard á Zamora 
Annque péie á Arias GonLalo, 
Que por un falso postigo 

En ella serás entrado. 

El baen Arias, el leal, 
Al Rey babia avisado 
Desde el moro del adarve 
Estas palabras hablando: 
——A 1( lo digo , buen Rey, 
y i todos tns castellanos, 
Qoe alli i salido Vellido, 
Vellido un traidor malvado, 
Qat sí traición te ficiere 

A nos non tea ímpalado. 

Oídolo había Vellido 



Qoe al Rey tiene por la mano: 
— Non lo creades, seitor, 
Lo qoe contra mí ba fabladOj 
Que Don Arias lo publica 
Porque el lugar no sea entrado. 
Porgue él sabe que yo sé 
Por donde seri tomado.— 
Allí le fablara el Rey 
De Vellido conGado: 
— Yo lo creo bien. Vellido 
El Dolfos, mi buen criado; 
Por tanto vamonos luego 
A ver el postigo falso. 
— VdmoDos luego, seAor, 
Id solo, no acompasado.— 
Apartados del real 
El bnen Rey se babia apartado 
Con voluntad de facer 
Lo que i nadie es escasado: 
El venablo que llevaba 
A Vellido *e lo hadado. 
El cual desque así lo vido 
De espaldas y descuidado, 
Levaol^se en los estribos. 
Con fuerza se lo ha tirado; 
Di ara le por las espaldas 

Y á los pechos ha pasado. 
Allí cayó luego el Bey 
Muy morlalmenle llagadOf 
Viole caer Don Rodrigo 
Que de Vivar es llamado, 

Y como le vid ferido 
Cabalgara en sa caballo: 
Con la priesa qoe tenia 
Espuelas no se ha taludo. 



f i) Mat compitió f modenu pero al miaño aiuaío del anterior. 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



Hnyeado iba el traidor, 
Trai él iba el caitellano, 
Si apriesa había MÜdo 
A mayor se había entrado. 
ilodri|;a ya le alcanuha, 
Mas viendo i Dolfoa en ulvo 
Mil mildicíone* se echaba 
£1 nielo de l.a¡n Calvo: 
——Maldito sea el caballera 
Qne como yo ha cabalgado. 
Que li yo espacial trajera 
. No le me fuera el malvado.^« 
Todos van á ver al Rey 
Qoe mortal estaba echado: 
Todos le dicen lisúDJas, 
Nadie verdad ha tablado 



85 

Sino fue el Conde de Cabra^ 
Un buen caballero ancianot ■ 
-—Sois mi Rey y mi señor 
T yo soy iinttQ vasallo. 
Cumple qoe miréis por vos 
Que es verdad lo que vos bhlo, 
Que del iniroa coredes. 
Del cuerpo non fagáis casoj 
A Dios vos encomendad 
Pues fue este dia aciago. 
— Buena ventora hayáis, Conde, 

Que as( me he is aconsejado 

Eo dicieado estas palabra* 
£1 alma á Dios había dado. 
De esta suerte murió el Rey 
Por haberse confiado. 



Con el cuerpo qoe igoniía 
Despidiéndose del alma, 
Diciendo tales razones 
Qoe tierna lástima cansan, 
£1 malogrado Don Sancho 
A vista del cerco estaba. 
Que si lejos estuviera 
Fuera de mas importancia. 
Muerto le deja un traidor. 
Que siempre tuvo esta fama. 
Movida de sn albedrío, 
Qoe i un traidor esto te hasta. 
Por fiarse de sa abrigo 
T de sa alevosa traza, 
Qoe quien de traidores fia 
En tales inceaos para. 
A so malograda mnerte 
El famoso Cid se halla, 
Que si en vida le creyera 
Un mundo no le matara. 



Viendo el caso desastrada 
De tan notable desgracia, 
T viendo blandir no puede 
Contra Zamora la lanta 
Por el juramento fecho 
Con que las minos le ala. 
Que aunque la ratón le fuerta 
Mira i Dios y i sn palabra, 
Quiere acudir al remedio 

Y allí el remedio le falta, 
PorqueaonqneestialKeldironto 
Vé que está anseule la cansa. 
Unas veces se enternece, 
Otras suspira y repara, 
Otras le mira y revuelve, 

T viéndole muerto, calla. 

Ta-fia, ya deiconfia 

Viendo que el hablar le falla, 

Y aunque revuelto en sn sangre 
Así le dice y abraza;. 



D3i.zedt,,Coogle 



86 

-— -FamoM Rey, q«e ya U tierra fria 
Trinnla de la valor y , braxo faerle. 
De quien el mando todo ae temía 
Procurando rendido obedecerle; 
jDe qué le aprovecb¿ tn valentía? 
Pne* por la dura y por tu avara saerte 
. Vencido qaedaj en la tierra dura 
G)n inay eslraSa y grave de*venlnra<' 

Miriraa, Bey, que al fin era la hermana 
La qae m caía y tierra defcndia, 
Y la raion qae el Cid, aanqne liviana, 
Te dijo para el fin de eita porKa: 
Afora qoedirá leda y nraua 
Viendo moerlo á quien lanío la ofendía, 
Tendido en esla licrra fria y dará 
Con tan eitraüa y grave desventara. — ' 

Eilat raionet le dijo Meten ■) cuerpo en sn tamba 

Y el tierno llanlo le alaja, Para qne le den morla|a, 

Y aslranerto como está Dando traza m la real 
Le rcapela y le «vasalla. Para la jtula vénganla. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



BE LOS ROMANCES DEL CID, 

QUE TRATA 

del reto de Zamora, y de sus hazañas hasta qtu 
empezó á reinar Alfonso FI. el Bravo. 



t." (Anónima), (i) 



Maerto face «1 Rey D. Sancho, 
Vellido muerto le babia; 
Paaado está de un venablo 
Y gran lisliina ponía. 
Llorando calaba lobre él 
Toda la flor de Caalltla, 
Don Rodrigo de Vivar 
Es el que oíaa lo sentia. 
Con ligrima* de su« ojos 
Deala manera decia; 
^— Rey D. Sancho, aeSor mío, 
Muy aciago fue Ȓ\atX dia 
Que Id eercaate i Zamora 
Contra la voluntad mia. 
Quien le lo acanMJó, Rey, 
A Dioa ni al mnndo temia. 



Poea te fixo qnebrantar 
La ley de caballería. — 

Y viendo el hecho en tal panto 
A grandes voces decia; 
■^Que se nombre un caballero 
Aules que se pase el dia 

Para retar i Zamora 
Por tan grande alevosía.—^ 
Todos dicen que es muy bieil, 
Mas nadie al campo salía. 
Tímense de Arias Gonaalo - 

Y cuatro bijosque tenia, ' 
Mancebos de granvslor. 
De gran esrueraO y estima. 
Mirando estaban al Cid ' 
Por ver li Jo aceptaría, '' 



o oí aamto gue anpUzff: 



L)ji.z.iit>,Coogle 



88 

T el de Vivar qve lo enticadc' 
Dula manera decía; 
—Caballeros fijosdalgo, 
Ta sabéis qae non podía 
Armarine contra Zamora, 
Que jurado lo tenia. 
Ma« yo daré un cabatlero 
Que combibla por Caslilla, 
Tal , que catando él en el campo 

No aintaii la falla mía. 

Levantóse Diego Ordoñea 
Que á los piel del Bey yacía. 
La Qor es de los de Lar* - 
T lo me)or de Gatiilla, 
Con voi enojos* y ronca 
De esta manera decía; 



— Poes el Cid había jairada 
Lo que jurar no debía, 
No es menester que seüale 
Quien la batalla prosiga. 
Caballeros hay en ella 
De lanío esftierEo y vaKa 
Cotno el Cid, aunque es muy 

T yo por tal lo tenia; 
Mas si queréis, caballeros, 
Yo lidiaré la conquista 
Aventurando mí cuerpo. 
Poniendo á riesgo mi vida, 
Pues que la de] buen vasallo 
Es por su Rey ofrecida. 



Después qne Vellido Dolfos, 
Aquel traidor afamado. 
Derribó con cruda muerte 
Al valiente Rey Don Sancho, 
Se allegan en una tienda 
Los mayores de su campo. 
Jdnlase todo el real 
Como estaba alborotado 
De ver el venablo agudo 
Que á su Bey ha traspasado. 

Hasta que baya confesado, 
T ese Conde Don García, 
Que de Cabra era llamado. 
Viendo de tal modo al Itey 
Desta manera le ha hablado: 
—¡Oh rey, en quien yo tenia 



Veote I; 
Que 



isa de mi estado! 
mal herido 
lio no be hallado 
Sino solo encomendarte 
A lo qué eres obligado: 
Toma caenta i (n conciencia 
Y míi'a pn lo que has errado 
Contra aquel alio Señor 
Que l~e puio en Ul estad». 



Ale 



irpo K 



Porque su tiempo es pasado. 
Ya son tus dias cumplidos. 
Ya tu plaz^ es allegado. 
Faga lo que le obligaste ' 
Cuando, fuiste baptitado. 
La muerte, sjerva y seüora. 
No te dá mas largo placo. 



1 Bomaneera del Cid con aigmat 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Mo coniifale ipelMion 
Sino qae pagues áe gr>tlot 
Cumple cnrar de ta alma, 
Delcvcrpono hayíj cuidado.— 
ItMpondiA en aquesto el Bey, 
Todo en ligrimas bailado, 
Temblando tiene la lengua 
¥ el futo tiene mudado; 
— Biüu andante seades, Conde, 
T en armai aventurado, 
En todo habilites tony bien, 
Buen consejo me babeis dado: 
Yo bien lí cual es la causa 
Que en tal punto soy llegado 
Por pecado* cometido* 
Al inmenso Dios sagrado, 
T también fue por la jura 
Que á i¿i padre bube quebrado 
En cercar cata ciudad 
Que i mi hermana bobo dejado. 
A Dios encomiendo el alma; 
Pac* que estoy en tal estado 



89 

Traedme loi Sacramentos 

Porque est4 i muerte llegado.^— 

Ansi se salid el alma 

T el cuerpo le le ha enfriado. 

Sus vasallos en aquesto 

A Zamora han enviado 

A aqoese Don Dirgo Ordoñei, 

Va caballero eslimado, 

A decir i los vecinos 

Como i su Bey ba matado 

El fallo Vellido Dolfos 

Vasallo del Rey Don Sancbo, 

Por lo cual desafiaba 

Al traidor de Arias Gonuk) 

T i los Zamoranos todos 

Pue* en ella se han hallado, 

Y á lo* panes, y i las aguas, 
T i lo qtw no csli criado, 
T aun i todo* los nacido* 
Que en Zamora son hallados, 

Y £ los grandes y pequeños 
Aunque no Kan engendrado*. 



3.' (Anónimo), (i) 



Ya cabalga Diego Ordoiiei, 
Del real se babia salido 
De dobles pie»* armado 
En OQ caballo morcillo: 
V¿ á reptar los Zan)oranos 
Por la muerte de^ju primo 
Que mat¿ Vellido Dolfos, 
B>¡» de Dolfos Vellido. 
— Toos repto, los Zamoranos, 
Por traidores fementidos, 
Bepto á todos los mncrios 



T con ellos á los vivos, 
Rrplo homlires y rougeres. 
Los por nascer y naicidos, 
Bepto á lodos los grandes, 
A los grandes y í los chicos, 
A las cai'ne* y pescados, 
Y í las aguas de los ríos.— 
AUi >a1>ló Arias Gonzalo. 
Bien oirei* lo que hubo dicho i 
— ¿Qué culpa tienen lo* viejos? 
¿Qué culpa tienen lo* niflosP 



(i) El eontrniJa de tttt romantt le cita m la part. II. cap. 37 d< 
Quijote, X f* '^ miimo amata drl fut le precia. 



L)ji.z.iit>,Goog[c 



90 

¡Qai nereceit Ui 

T los que no aoa nagcidos? 

¿Por qué reptas i los moerlos. 

Los fisnado* y los ríos? 

Bien sabéis vos, Diego Ordoñcz, 



Ma7 bien lo tencis »Bido, 
Que aquel cfue repta coucejo 
Debe de lidiar con diico.^ 
Ordoñei le respondió: 
—Traidores heia todo* sido^— 



Despacs que retd í Zamora 
Don Diego OrdoBei de Lara, 
Vengador noble y vaütnlc 
Del Bey Sancho, que Dios baya, 
Su consejo liene ¡unto 
En palacio Doña Urraca, 
' Por su hei'mano dolorida, 
Por sa reto lasltmadaj 
T como la vil envidia 
Cu3nlo no merece lacha. 
De la virtud enemiga, 
Peligro de la privanit, 
Murmoraba maldícienle 
De Arias Gonzalo que falla. 
Sospechando falsamente 
Que es por mengua sn (ardanta. 
A aquellos que lo calumnian, 
Empuñando la su espada, 
Denodado les responde 
Ñuño Cabeía de Vaca; 
^— Aquel civil que prcsum* 
Temor, ba'ytza ó fé mala 
De Arias Gonzalo mi lio. 
Miente, miente por la barba: 
Y el que negare c) respeto 
A sus venerables canas, 
A mi que las reverencio 
Me ponga la ul demanda. — 
Estando en esto, el buen viejo 
Entró grave por la sala, 
Arnslrando grande loto, 



Haciendo sos hijos ptaia. 
La mano i la Infanta pide, 
Mesnra Gio i la Infanta, 
Saludé i los bornes buenoi, 
T desla suerte les fabla-. 

Noble Infanta, leal Consejo, 

Don Diego OrdoileE de Lara, 
Que parn buen caballero 
Es(e apellido le basta. 
En ves del Cid Don Bodrígo 
Que cooiQnS alianza. 
Por la pro de so Rey moerlo 
Con infame reto os carga. 
A vnetlro cabildo vengo 
Con estos cuatro en compiSs 
Ciudadanos, fijos mioa. 
De Lain Calvo sangre honrada. 
Tardíme un poco en venir. 
Que plíticas no me «gradan 
Cuando los negocios piden 
Obras, valor y vénganla.— 
A una el viejo y sus fij^s 
Los largos capaces rasgan 
Quedando en armas lucidas. 
Llord de nuevo la Infanta, 
Los viejos graves se admiran. 
La Infanta so ser alaba, 
Porque todos daban voces 
T nadie quien lidie daba- 
Arias GottsaUi prosigue 
Diciendo:— Recibe, Urraca, 



i33i.z.iit>,Coogle 



Mi> unu pin coDM}», 
Mil fijoa p>» baUlU; 
Dalcí tu mano, teitora, 
Qae ID juventud loun» 
Seri invencible, li fuere 
De Id romo real tocada. 
Hotirir i la (ente barna, 
T eiolra conian pagarla, 
Le cumple al Rey que deaea 
DomeSar fuersas coutrarlai, 
T con saD|re de Don Diego 
Que ae ijuile aquella mancba 
Qae i If 7 i ta pneLlo reía 



91 

Coa tan ÍMtnfríble in&inia: 
T si cata langre, que es bnena 
Y »e ba de vender muy cara, 
Faltire, in muerte honroia 
Viva manlendri su fama, 
To aeré el quinto y primero 
Que volveré por la c*om. 
Aunque mi vejea parezca 
Mocedad noble afrentada. 
Al campo me voy , aeilora. 
No me deia por cato gracia*, 
Que el buen vasallo al buen Bef 
Debe hacienda , vida j fama. 



El bijo de Artaa Gonaalo, 
El raancebilo Pedro Ariaa, 
Para reipondcr á un reto 
Velando eataba unaa armas. 
Era m padre el padrino, 
La madrina DoBa Urraca, 
T el Obispo de Zamora 
Es el qi;c la Misa canta: 
El altar tiene compuesto, 

Y el sacríitan perfumaba 
A San Jorge y San Roroan, 

Y á Santiago el de España: 
Estaban sobre la mesa 

Las nnevas y frescas armas. 
Dando espejas í los ojos 

Y esfuerzo á quien las miraba. 
Salió el Obispo vestido, 

Dijo la Misa cantada, 

Y el arnés pieaa por pieía 
Bendice, y arma á Pedro Arias. 
Enlázale el rico yelmo. 

Que como et sol relumbraba, 
Relevado de mil flores, 
Cubierto de plumaa blancas. 



AI amarle caballero 
Sacó el padrino la eipada, 
Dindoli con ella un golpe 
Le dice aqaestas palabras: 
^-Caballero eres, mi hijo, 
Hidalgo y de noble casta. 
Criado en buenos respetos 
Desde los pechos del ama: 
Higale Dios lal que acas 
Como yo deseo que salgas, 
En los trabajos sufrida, 
Esforaado en las batallas. 
Espanto de tus contrarios. 
Venta roso con la espada. 
De tus amigos y grniea 
Mora, eiruerao y esperanu: 
No te agrades de traidores 
Ni les mires i la cara. 
De quien de tf se fiare 
No le engaaei, que te engaSas 
Perdona al vencido triste 
Que no puede lomar lama. 
No des lugar que tu brazo 
Rompa las medrosas armas; 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



92 

Mas en Unto que durare 
En tn contrario lasaña. 
Na ¿adts el golpe fiero 
Ni perdones U eitocada; 
A Zamora te encomiendo 
Conlr* Don Diego de Lara, 
Que nada slenle de honra 
Qaieii no defiende su casa.-» 



En el libro de ta Misa 
Le loma jura y palabra; 

Pedrarias dice: Sí otorgo 

Por aqueslas letras sanias. —— 

El padrino'ledió pai, 

T el fuerle escudo le embraza, 

T Doña Urraca le ciñe 

Al lado iiquierdo la espada. 



6." (An¿nimo>. (i) 



Arias Gonialo responde 
Diciendo qoe han mal bablado; 
Mandan as i na r varones 
Que juzguen en esle caso. 
Doce salen de Zamora 
T otros doce van del campo. 
Arias Gonzalo se armaba 
Para combatir el pacloi 
Consigo lleva cualro bijas 
Que en elmundoDiosle hadado; 
A lodos iai de Zamora 
Desta manera ha hablado! 
•^—Varones de gran estima, 
Los pequeños y d'ettado, 
' Si hay atgano entre vosotros 
Que en la muerte de Don Sancho 
y en la traición de Vellido 



Pueda encontrarse cnlpedo, 
Dígalo muy preslamenle. 
De decillo no haya empacho, 
Que masquiero irmeen destierro 
Y en África desterrado. 
Que no en campo ser vencido 

Por alevoso j malvado. 

Todos dicen prestamente 
Sin alguno estar callado: 
^^Malfuego nos qneme, Conde, 
Si en tal muerte hemos estado. 
No hay en Zamora nioguno 
Que tal hubiese mandado: 
El traidorVellido Dolfo» ^ 
Por tí solo lo ha acordado, 
Bien podéis vos ir seguro. 
Id con Dios, Arias Gonzalo. 



Ya se salen por la puerta, 
Por la que salia al campo. 



;.° (Anónimo), (i) 



Todos juntos i so lado. 



(i) M mismo oiunlo haf uno rn los romanees dt Sepúlurda, qut 
tmpieza asi: De la cobdicia que e> mala. 

(a) Este romance t$td unido al anttrior en el Cancionero de fío- 
jnantei, pero en ti Romancero del Cid está srparado y forma uno por 



i,Goog[c 



Él qniere ser el primero 
Porqae cit la muerte no ha «i- 

lado 
De Don Sancho, mas la Infanta 
La batalla le b» quitado, 
Llorando de loi saa ojos 

Y el cabello deslrenuido: 

¡Ay! rargovoi por Dios , dice, 

El baen Conde Ariai Gonzalo, 
Que dejéis esla batalla 
Porque tais viejo y cansado, 
Dejáisme desamparada 
T todo mi haber cercado. 
Ya sabéis como mí padre 
A voi áe]ó encomendado 
Qae no me desamparéis, 
Ende mas en tal estada. — • 
En oyendo aquesto el Conde 
Mostróse muy enojado: 
— Dejédesrae ir , mi seSora, 
Que yo estoy desafiado 

Y teugo de hacer batalla 
Porque fui traidor llamado.— 
Con la Infanta, caballeros 
Junios al Conde han rogado 
Que les deje la batalla 

Que la tomarán de grado. 
Desqae el Conde vido aquesto 
Recibió pesar doblada; 
Llamara sus cuatro hijos 

Y al nno dellos ha dado , 
Las sn« armas -y su escudo, 
El »a estoque y an caballo. 
Al primero le bendice 
Porque era del muy amado, 
Pedrariai había por nombre, 
Pedrarias el Castellano. 

Por la puerta de Zamora 
Se sale fuera y armado, 
Topánue con Don Diego 



93 

Su enemigo y sn contrario: 
— Sálveos Dios, D. Diego Or> 

Y ¿1 os haga prosperado. 
En las armas muy dichoso. 
De traiciones libertado: 
Ya sabéis qae soy venida 
Para lo que está aplacado, 
A libertar á Zamora 

De lo que le han levanlado.— • 
Don Diego le respondiera 
Con soberbia que ha lomado; 
. — Todos ¡unios sois traidores. 

Por tales seréis qnedados. 

Vuelven los dos las espaldas 
Por tomar lugar del campo. 

En los pechos muy de grado, 
Saltan astas de las lanaas 
Con el golpe que se han dado, 
No te hacen mal alguno 
Porque van muy bien armados. 
Don Diego dlú en la cabeza 
A Pedrarias desdichado, 
CorláraJe lodo el yelmo 
Con un pedazo del casco; 
Desque se vido herido 
Pedrarias y lastimado, 
Abraijrase i las clines 

Y al pescoe») del caballo: 
Sacó esfuerzo de flaqueza 
Aonqne estaba mal llagado, 
Quiso ferir í Don Diego, 
Mas acertó en el caballo, 
Qae la sangre que corria 
La vista le habla qnilado; 
Cayó muerto prestamente 
Pedrarias el Castellano. 
Don Diego que vido aquesto 
Toma la vara en la mano, 



u3i.z.iit>,Coogle 



u 

Dijo i vocm: — ¡Ah Zimonl 
¿Dónde «itás, Ariai Gonulo? 
Envía «I hi)0 •rgnndo 
Quf e) primero ya el fiuado_ 
Envió el hijo argundo 
Que Di«Ko Ariat e« llamado. 
Tornara á aalir Don Diego 
Con arma* y «iro caballo, 
Y diérale fin ¿ aqueale 
Como al primtro le ha dado. 
El Conde viendo i tui liijoi 
Qne loi dos le han ya fallado, 
Quiso enviar al Irrcero 
Auni^ue con temor doblado: 
Llorando de loa sus ojos 
Dijo; — Vé, mi bijo amado, 
Hai como buen cabatlrro 
Lo que lú eres obligado: 
Pues sBsIenlas la verdad 
De Dios serás ayudado. 
Venga las muerte* sin culpa 
Qne ban pasado tus bci 
Uenun D'arias, el tercero, 



Al palenque habia llegado. 
Mucho mal quiere á D. Diego, 
Mucho mal y mucho daito. 
Ataó la mano con saüa. 
Un gran golpe le bahia dado, 
Mal b<-rÍdo le ha en el hombro, 
Eu el hombro y en el braio. 
Don Dirgo con el su estoque 
Le hiriera muy de au grado, 
Hirtéralo en la cabeía. 
En el casco le hf tacado. , 
Becudió el hi)0 tercero 
Con on gran golpe al caballo. 
Que hizo ir i Don Diego 
Huyendo por todo el campo. 
Así quedó esta batalla 
Sin quedar averif^uado 
Cuiles.son los vencedores, 
LiOa de Zamora á del campo. 
Quisiera volver Don Diego 
A la balalta de grado. 
Mas no quisieron los fieles. 
Licencia no le han dado. 



Ante los nobles j el valgo 
Dése pueblo Zamora no 
Hablando con Diego OrdoSet 
Esli el viejo Arias Gonialp. 
En las palabras que dice 
Con .pecho feroz y airado 
Arias demuestra su enojo, 
T OrdoBec sti pecho hidalgo. 
■^Cobarde, el viejo le dice, 
Animoso con muchachos, 
Pero con hombres de barba 
Tímido cual liebre al galgoj 
Si yo d batalla saltera 
No vivKradcs nlano. 



Vi trajera por mis hijos 
Aqueste caput cerrado, 
Que por vos el de Vivar 
Le trajera coal le traigo. 
Siendo la menor hazaña 
Que se aplicara á mi brazo, 
Pues bien sé qae sofs, OrdoÜei, 
Mas arrogante qne bravo, 

Y sabéis que en todo tiempo 
Obro mas de lo que hablo, 

Y con aquesto saheís 

Qne por miedo el Bey D. Sancbo 
Estorbó qne los tres Condes 
No entraran conmigo en campo. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Contando mil valeatflis 
Cuando dijo al Zamórano: 
Mete hierro y saca sangre 

Y espolea Cíe caballo; 

Y cuando inalé á los dos. 
Por el que se fue escapando 
Cual si yo fuera el vencido 
Quedé mi barba mesando; 

Y lamliien como los Condes . 
Porque fueron lan osaiios. 
Del rucueniro de mi lauía 
Volaron de tas caballos, 

A cuya causa las damas 
Bajaron de las andamio^, 
T á compelencia mi cuello 
Enlataron con sus brazos, 
Por los que dieran mancebos 
Sus liemos y verdes años. 
Movidos solo de envidia 
De los desle viejo cano. 
También lendi'edes memoria 
De cuando con diez paganos 
Tuve aolo escaramuza 
Dando de din, nueve al campo; 

Y con aquella noticia 

De cuando vencí i Albencaidos, 
Saliendo de industria á pie 

Y ct diestro moro á caballa, 
Cuando le dejé la vida 
Porque dijo: ^^Arias Gonzalo, 

■ Mas vale ser tu vencido 

■ Queservencedorde un. campo.'' 

Y otro* faecbos valerosos 
Que el munJo dice y yo callo, 
Porqne en infinito tiempo 
No bay tiempo para contallo. 
Porqne. de pavor no mueras 
Aqueste esloque no arrabeo, 
Queesli de no millón de mnertot 
Boto j d« sanare eamall^do. 



95 

Estas honroMi haEaaaa 
Porto ínfamiay mi honor saco; 
Las tuyas son que mataste 
Un rapjt y otro mucbacho.— 
El cortés Don Diego OrdoSes 
Templóse de cortesano, 
Respondiendo & voces allaa, 
Con órgano humilde y bajo; 

Y con el rostro risueño, 

Un poco torcido el braeo, , 

De codo «obre la espada, 

Y el rostro sobre la mano. 
Le dice ; Aqucsas proezas 

Y e:os becbos soberanos, 
£1 cielo y lu buena suerte 
Se las concedió i tu brazo: 
En lu causa soy lesligo, 

Y por serlo en raion valgo, 

Y ló en las mías no vales 
Por testigo apasionado, 

¥ aunque puedo referirle , 
ValenLías y hechos raros 
Que casi imitan los luyos. 
Aunque i los luyos agravio. 
Solo diré por honrarme 
Con lo que me has deshonrado, 
Que les di muerte á do* hijo* 
Del iiuc ha sido tan honrado 
Que se ba atrevido i venir 
Al real de sn contrario, 
Bepórlaleí Gonzalo Arias, 
Bepdrlale, Arias Gonulo.»» 
El viejo que ya tenia 
£1 corazón desfogado. 
Conoció haber emprendida 
Un hecho muy temeraria; 
Deslo y del valor de OrdoScs 
Viéndose tan obligado. 
Profesando aa amistad 
Le pide U amiga roano. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



96 

Di<Ha Don Dítgo de Lira 
Con an «emblante gallardo, 
T tras darla, el nno al otro 
Enreda y croia lot bmos. 



Celebran la* ainislades 
Todos y et Cid casteliano, 
¥ con esto dio la vaelta 
A Zamora Aria* Gouulo. 



9." (An¿nÍmo). (i) 



Sembrado Mtí el doro anclo 
De la sangre tamorana 
De lus tres hijos queridos 
Del buen viejo Gonzalo Arias: 
Sembrado eslá el duro suelo 
De las i>iezai de las armas, 

Y del batir de los golpes 
Sarcada la empalizada. 
Rodrigo Arias queda muerto 
En medio de la estacada, 

Y sn caballo á Don Di«go 
Sacó fuera de la raya, 

Y aun el animoso OrdoSez 
Volver quiere á la batalla 
Para lidiar con los dos 
Qoe por vencer le quedaban. 



El viejo Aria* armado 
Furioso empolla la lanza, 
Que quiere vengar con ella 
Tanta «angre derramada. 
Can la vez ronca y Lorrlblc 
Por medio de todos pasa, 
Y al matador de sus bijos 
Dice airado estas palabras: 
—Pues la sangre-, ardiente jovctt. 
Crudo lobo, no le barta, 
Mata tu sed con lamia. 
De un viejo qne le duama» 
Que yo beberé la tuya 
Con que mitigue mi saSa, 
T acoinpaiiarf mis bijot 
£n la maerle por tv patria. 



10. (Anónimo). 



Por aquel postigo viejo 
Que nunca fuera cerrado 
Vi venir pendón bermejo 
Con trescientos de í caballo: 
En medio de los trescientos 
Viene un monumento armado, 
' Y dentro del monumento 
Viene un atabud de palo, 
Y dentro del atabud 
Venia un cuerpo finado 
Qu'cra el de Fernando D'arias, 



El bijo de Arias Gómalo. 
Llorábanle cien doncellas. 
Todas ciento hijosdalgo. 
Toda» eran sus parientaa 
tercero y cuarto grado. 



Lasi 



s le dici 



Otras le llar 



n hermano, 



Otras lo llaman cuñado. 
Sobre todas lo lloraba 
Aquesa Urraca Hernando. 



(i) S¡ miimo atonto gut ti del 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



; V coto bien qa» Uí eoniod» A(|iií ncjqaedaban cnatrif ; 
Eae viejo Aríis Gonialo! No murió por Ut tabcrnai 

— ¿PorqDélloraÍ3,misdoDCella3? Ni i las labias jogaudo, 
¿Por qai bacei* Un grande lUn- . Mai morió sobre Zamora 



No lloréis asi, seüoras. 
Que no es para llorallo, 
Que si nn hi)o me han muerto 



Vnestra bonra bieu gnardando; 
Murió como caballero 
Con sus armas peleando. 



ii.i;ii%iumi%w\ 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



DE LOS ROMANCES DEL CID, 

áe SUS hechos durante el reinóte de Alfonso VI. el 
Bravo, y de su muerte. 

i^(Aiifolin»). <i) 

DoÜa Urraca aqneii Infanta (i) OlJai cl nqneado, 

Menaigerot ha enviado Toparotí i Peraniureí, 

Qdc vayan con las ms carias Un caballero afamado 

A Don Alfouio su faermano. Que en libertar i sa Rey 

El cnal eslaba en Toledo Mocho tiempo faa traba)adot 

Del Bey moro acompafiído. Llamara loi menaageros 

Toman caballos y postas En un lugar apartado, 

Loi mas ligeros y flacos, Corlirtleí lai cabezas, 

Caminan días y noches Las cartas les ha tomado, 

Con camino apresorado: Futrase para Toledo 

Llegaron presto k Toledo; Sin i nadie haber topado: 

Ed un laf;ar moy poblado, Fnese para Don Alfonso 

Oltas habia por nombre, Qae del era moy amado. 



^aj Stíde aqaí empUtan loi romanea t¡ut tratan del jur. 
exigido r tomaio por ti Gd al Rtjr Al/otuo VI, hoHa gut itíe Iv 
dnitrró. 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



Contóle toda b muerte 
Que fae dada al Bey D. Sancho, 
Y como por él veuiau ' 
Para dalle m niMado; 
Qae lo ttiviue secreto 
ForquealRey parteDohadadot 
BegpúUdió el Bej qae if {>ari* 
Que no tnvieM cuidado. 
Fuéraie el Bey Don Alfraito, 
Cnando deste te ba apartado, - 
A CM Bey Aliniaymoi), 
Que ¿Toledo había lomado; 
Díjole secretameitic 
Todo lo ({ne había pisadoi 
Porque aicmpre Do a Alfonao 
Foe ditcreto y avisadoi 
y pensó qae si estas nwvu 
De otro el Bey faese inrormado 
Qae no le vendría hicB' 
Sino mocho mal y daSft, . 
Pero respondióle el Re^ 
Con %T%a placer que ha lomado: 

To te doy mi féy palabra 

Qoe la Dios le ha consejado, 
Porqne Icngo en los camíiios 
Mucha gente de caballo 
Qae te farden las aalidM 
T 1m entradas y paso^i - 
Si salieras sin licencia ' 
Td foeras despedaAdo, 
Mu poca oreí td tan fiel 
Galardón te tari dado.4-K 
Sentáronse en nna mesa . 
T el ajedrea han tomado: 
Juega tanto Don Alfonso 
Qoe el Rey estaba enojado, 

Treí veces le dijo; Vete, 

Vele y salle del palacio. — 
Don AKmuo mvy coBlento 
Foese i sn casa de grado, 



99 

Fvesc cdn ól Peranmres'. , 
Que desto mucho sa ha holgado. 

Por:s«lvar del maro «baje. 
Afuera caballos tietlcD, 
Todos están en el campo. 
Sflense i la media Docha 
Que esll todo asosegado, . 
(Cubierto con las eslreÜM 

Y con la luna alambrado. 
Bajan por San t Agustín . 

Un modesterio cercado, ■ . ■ . 
Cerca cali de la ribenk 
De aquese ri» de Tajo, 
Sálense hdcia la vega 

Y en el camino han entrado, 
No paran noche ni dia 
Porque no hayan de akans«Uoai 
Llegan may presto i Zanor* . 
QoaesptKblo muy bien cenado. 
Sos vasallos lo reciben 
Aunque Bo le habían ian(do<<; 
Hablando esli con su heErtiaiÚ 
De la moertc de su hermanio» 
Coando salió un caballero 
Qae Ruy Díaz es llamado:- 
Este nunca habia querido .' ! 
A so Bey besar la mano, 
Hasta que por juramento 
Pmebe giíe libre y aalvado 

De la mOerle que fne dada . . 
A su hermana eIRey D. Sancho^ 
Porque nadie de los suyos 
Nunca en esto ha sido osado 
De tomar tal ioramcuta 
Sino el Cid que es muy honrado. 
En esto respondió el Bey, 
Bien oiréis lo qne ha hablado: ' 
— jCoil M«sa, vaMllM.tMAs,: 
Cail es, la cansa y pecado ''' 



Dg.l.z«lt>,GoOgLC 



100 

Que 10)0 Buy Díaz qu«d« 
Que naine bfM )k manof ' 
Yo siempre U hic^ honra ' - 
ConMfiíni padre' ha mandado,- 
Sifuipre ie hice mercerfrs,' 
De todo* e» mai privado.— 
AUE EeapAn'iera el Cid ' 
Con semblante mesnrado: ' 
^— Om Alfonso, -Don Atfomo,' 
Por fuerM teaeii «bmIíos, ^ 
Que todos tienen sospecha- 
Que v<»iioN>BOÍa cnipado- ' 
De la muerte que fue dada 
A vuestro hermano en el OMDpit; 
T cualquier que me quisiere ' 
Porc«iít)iio y por vasallo ' 
Paiaráme tattf buen suelti«^ 
Yribo «oy libertado. 
Que nw -aietTo de .traidorca 
Ñó ne-'eiimple ur ea mt-p-ado-,' 
Vos hareia e) -joraitieDti»' - ' 
QuB'toidei'haB demandado.-'— 
MuDtaasc faolg¿ el Rey 
Dr)é-que41 Cid faa habla do;- 
—Dioioi ponga enfaonra ,' «1 GM,' 
En gran honra y graii catado. 
Buego'á la Vjrgeh Marfa 
T á sn.Hijo muy amado ' 
Que murieM por tal motme 
Como mnrid el Bey Dj^anelio, 
Si ful en dicho ni en 'beebo - 
I>eiliiiilaerie de mi fatmiM, 
Aanqoc.como sabéis lodos 
Me- invo cl reiuO fortado: 
Por lanloes racgo, señores, 



Como amigoty «asallo», ' 
Qiie deis «rden y manera - 
Como desto sea libr*(lo.r— 
Allí respondieran todos 
Sus vasallba y criados; -;-'- - 

— Este' jora-BtMito, el Hay, ' 
En Bargos-4ebr«á'iar«rlo,:' ' 
En Santa Agoedalá Ifflesá 
Uo jaran lo« bliqsdalgo, 
Ves y doae- cabal lerM 
De los vneslros Tóledanosi— , 
Él fne deslo mny Mntent* 
T luego lo baee de grado. 
En Sahla Agueda^e Barga*' 
Estaba <) Bey asentado 
Cuando se llegó el Cid 
Con nn 'libro en la sD maiKv 
En qae est^n lo* EvangeüM ' 
T un Cr«cifijo pinlado: - 
ComienM destá manera; - - 
Desta manera ba habladoc 
— Túdóa venU con el Bey . 
Pttrqne ^re y sea librado: ' 
Si cualquiera de vosotro*- 
En aquesto babeis esiaJov' - 
O si vos'.-'Bcy Don AlfonH, . 
De croel'Muerte seáis matados. 
• — AméD,'amín, dijo el Bey, 
Que de tal no soy culpado.— 
Los sus vasallos entonces 
Las llavca te han entregsi^; - 
Alsironki'por su Bey, 
Todos leiMsan las umbos, 
A todos'fatfce meicedea, 
De todos- es «ray amado; . 



:' . BnTolcd* Miaba Alfonso 
* ^Üe non cuidaba reinar, 



Desictrlnl* Don Sancho'. 
Por surdM le qtiitar. - 



u3i.z.iit>,Goog[c 



DoSa Urrac» á Daa Alfoaio 
Men»Bgtl-a fae.i enviar. 
Las nueva* que It U-afan 
A él gran placrr le dan. 
— Rey Alfonso, Key AlfonaOt 
Que te envían á llamar; 
Caatellanos y^l^oBMea- . 
ForReyaliMbie ban 
Rir la nitiértie' de 'DoD Sancho' 
Qae ycIJido.fne i maUr: 
Solo enlre todos Bodrigo 
Qae aó te quiere, acetar, 
Porqne amaba in.ucboi al üey 
Quiere que hayas de )urar 
Que en la »u -moerte, seÜoK, 
No tuviste que guipar., 
.r-Bien vengáis, los. meruagerov 
Secretos queráis est»r. 
Que si el Rey moro, lo sabe 
El aqoi nos delendrj. — 
El Conde Don Pe rao zuces 
Vií conselo- le fue i dar, 
Qwc' «aballos.lwii.berrados 
Al revés, babiui, de herrar. 
Descnétganse'por el. muro. 
Sálense .de U cjudad, 
Fueroa á dar á Cwtiila 
Do esperánd»bM esl^n. 
Al Rey le besan la roano, 
El Cid DO quiere besar. 
Sus parientes castellanos 
Todos juntaiáo se . ban. 
-^Heredero soi», Alfonso, 
Madie 09 lo quiere negar; 
Pero si os place, seSor, 
Non 'VOS debe de pesar 
Que nos fagáis juramento 
Cual vos lo quieren (omar. 
Vos y doce áe fos vtíesoa, 
Los que vos queráis nombrar, - 



10) 

De que eu la. moet'ter del Rey , 
Non lenedes que Qulparl. 

Pláceme, los casleUsnoá, 

Todo os lo quiero otorgar. 

£n Sania Gadea de Burgos 
Allí el Bey se va á ¡urar, 
Rodrigo tomú la j»ra ' • 
Sin un punto mas laidat-, ' 
Y en un cerrojo beudilo 
Le comienza i canjurat': -- - 
_Dpn Alfonso, y los Leobesca, 
Venios vos á salvar 
Que en Ja muerlft de D. Sancho . 
Ñon tuvisteis que ;eiil¡)arj : 
Ni. tampo.cOidelU. os pilttgOi: . 

Ni á elU disteiiilqi^ari 

Mala mnerle bvy«M, Alfoisp,; 

Si non dijevdes -V^rda^V ':• ' 
Villanos sean ra ella '., . . : 
Non fidalgos^ile solar, .... 
Que non seau Castellanos ■ . 
Por nías, deahtMavBivos.. ijaCt) 'i 

Sino de Asturias de .Oviuht 

Que nos vos tenga» , p(ed«d. 
< — Amén, amén,.idijo..eliI^>'r' 
Que non. fui en lal.maldaA — 
T|-e» veces tomó. Já jui», . 
Tantas )e va á. preguntan .'> ' 
El Bey -viéndose alineado. 
Contra el Cid se fue á airar: 
— Mucho me afincáis , Rodrigo, 
En lo que uo hay qi)e ^dar. 
Oras befarme beis ^ W»«<) 
Si agora rae hact^s jurar.,,,: . 
-t-tSÍ feSor, dijera el C i dj ■■ 
Si el suelo me habéis de. dar. 
Que en la tierra de otros Beyes 
A Gjosdalgos tes dan; 
Cdyo visallrfyo ftfeifej^ ' ., 
También me la hi ^e'^agar,' . 



L)ji.z.iit>,Coogle 



101 

Si *« ¿Írmelo qaiilíredci 
A mf placer roe vendri.— — 
El Rcf por Uleí ruonct 



Hito tiK«r kl Re; AlfonM 
El Cid uQ lolemne jara 
Delante de machos (;nndei 
Qat se hallaron en Burgoí. 
Mandó qac con il víniejen 
Doce caballeros sd^os 
ISira qne con i>l )nruen 
~ Cada cnal ano por ano 
En la mncrlc de Don Sancho 
Qac lo inataron segaro 
En el c«rco de Zamora 
A traición y jonto al muro. 
T cuando en el Templo santo 
Estovieron lodos jontos, 
Levanlów del escaSo 
El Cid , y aqaeilo propaso: 
—Por aqaesta Sania Casa 
Donde eatamof ende ayaso. 
Que dlgadea la verdad 
Draqnetlo qne vos pregunto. 
Si VOS) Bejr fnfsleis la cansai 
O de loa voesea atgniiOt 



Contra el Cid se Tve i enojar^ 
Siempre desde allí adelaal* 
Gran lieinpa le q«t»o mal. 

lónimo). 

En la maerle de Iton Sanchot 
Hayáis la muerte que él habo> — 
Todos dijeroDi Amén; 
Mas el Rey qnedó confbso^ 
Pero por cumplir el voto, 
Respondió: — Lomesmo )iiro^' 
Fincó la rodilla en tierra 
Por facer la corta aynso, 
El Cid delante de todo* 
Al Bey le Tabla «tsndo: 
— — Si ayer non vos be*j nanoi 
Mi Bey , i ello tai tenndo. 
Mas Bfiora vos la beso 
Con todo mi grado y gnito. 
En esto qne aqnf he fablado 
No os he fecho agravio algano. 
Que esio debiera al Bey Sandro 
Como leal vasallo aayo, 
T si aquesto non ficiera 
To qaedara por perjuro, 
El non por bnen caballero 
Bde laviera lodo el vnlgo. 



<•• (Anónimo). <i) 

En Santa Águeda de Burgo* Ese buen Cid CMlellano, 

Do jaran los hijosdalgo. Sobre an cerrojo de fiem 

Le lomaban jara i Alfonso T ana ballesta de paloi 

Por la muerte de sn hermano. T con anos Evangelio* 

Tomibasela el boen Cid, T an Craci6{o en Ja man« 



u3i.z.iit>,Goog[c 



Lai paUIwas «on Un focrletf 
Qoeal buen ReypDnca capanto: 
•^Villanos tnálcnle, Alfonso, 
Villanos, que no fidalf^os. 
De 1m Asiuriai de Oviedo 
Qae no K«n CMlellanos; 
Mítemie coa aguija^M 
No con lautas ni coa dardos. 
Con cochillos cachicuernos 
Na con paüales dorados. 
Abarcas traigan calladas 
Qdc no ta patos con lato. 
Capas traigan aguaderas 
No át coulray uí frisado, 
Con camifonei de estopa 
No de holanda, ni labrados, 
Cabalguen en sendas barras 
Que na en mnlas ni encaballas, 
Frenos traigan de cordel . 
Que no cueros fogocados, 
Mátenle por las aradas 
Que DO en villas ni en poblado, 
Siquente el coraton vivo 
Por el liniealro collado. 
Si no dices la verdad 
De lo que eres preguntado. 
Sobre si fuiste tí no 
En la muerte d« tn hermano. — 
Las juras eran tan fnerlea 
Que el Rey no las ba otorgado: 
Allí bjibló un caballero 
Qae del Rey es mas privado; 
■—Haced la jora, buen Rey, 



tos 

No tengáis deso cnidadoi. , 
Que nanea fue Rey traidor, 

Ni Papa descomalgado.— 
Jorade habia el buen Rey 
Qae en tal nunca fue hallado; 
Pero también dijo presto 
Mala man te y enojado; 
— Mujr mal me conjaras, Cid, 
Cid, nay mal me has conjuradoi 
Porque hoy le tomas ta jui-a 
A quien faas.de besar mano-' 
Vele de mis tierras, Cid, 
Mal caballero probado, 

Y na vengas mas a ellas 
Deuds este día en un a3o. 

Pláceme, dijo el buen Cid, 

Pláceme, dijo, de grado. 

Por «er la primera cosa 
Que mandas en tu reinado: 
Por un año me deslierras. 
Yo me destierro por caatro. — 
X)k se p^rtia el boen Cid 
A su destierro de grada 
Con trescientos caballen» 
Todos eran hijosdalgo. 
Todos «00 hombres mancebo». 
Ninguno allí no faab.ia cano. 
Todos llevan lanza en, pnSo ' 
Con el fierro acicalado,, , 

Y llevan sendas adargaa 
Con borlas de colorado, ¡ 
X no le falló al haen,Cid 
Ádondo asentar sa camp9. 



5.* (Anónimo), (i) 



—Fincad ende mas sesudo^ 
Don Rodrigo, coa roa faUn, 



Calad qne soy vucsira Bey 
■"Maguer que no esté jarado/ ' ■ 



o dt los anltriartí. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



m 

Y Mte crrrD}0 de hierro 

Y tttt faillMia de palo, 
Como fincan en mi jor»" 
FinoD también en mi agravio. 
Yo fa{^ -testigo i Dios 

Y i nuuiro pilron Santiago, 
Que non he aido traidor 

En It muerte de Don Sancho. 
Non moitreii con aer sañudo 
Ser, Rodrigo, apitionado, 
Qoe maguer qne haya raion 
Se ha de hnmillar el vaMllo. 
Si con las hnesles, ItodrigDi 
Fincadet sañudo y hravo, 
a loa Reyej " 



Bien le rae'lembra del tiempo 
Que como noble soldado ' 

Habeia servido en las lides 
A mi padre Don Fernando, 
Mas non vos ensoberbeican 
liOs triunfos que heisalcantado,' 
Que es Ib jactancia nn borrón 
Que borra fechos muy claros. 



Decía 






[ he sido 



seríls n 






Los fecho» de vuestros I 
Que el fablar sin ocasiot 
E« de homes afeminados 



En la muerte de mi hermano 
Que me den villaao* muerte. 
Pabláis bien, aerin villanos; 
Non fincari contra Rey 
Ningun vasallo fidalgo. 
Que un fidalgo nunca emprende 
Facer tal desaguisado.— — 
Esto di|o Don Alfonso 
Teniendo puesta la mano 
Sobre un cerrojo de hierro 
Y una ballesta de palo. 



{.? (Anónimo), (i) 



Por la muerte qse le dieron 
En Zamora al Rey Don Sancho 
Han jurado al Rey Alfonso- 
Los hombres buenos y honrados 
Castellanos y leoneses. 
Con GaUegos y AsturíBrros: 
El Cid fehnsa la jura ■■ 
¥ asi el buen Rey le ha fablado: 
^--Deeíd^i ¿'por qaánonqoereia, 
Buen C[d, helarme U mitBO 
Pnes que lo han hecho los gran- 
des 
Cuantos hay en mí reinado?— 



El Cid respondié: — SeBor, 

Ficiéralo de buen grado 

Si no fuera por el vulgo 

Que gran aospecba ha tomado 

Que por vuestra orden y mía ' 

A traicion'mvrió Don Sanchos 

Para que mejor se entienda ' '. 

La verdad y lo contrario, 

Es bien que fagáis la jura ' '.' 

En -un altar consagrado 

De que nunca hubiste parle 

En [eche tan feo y malo. 

El Rey fue contento desto, 



, pero ti mefor canúátrándalo 



Dg.l.zedt>>COOgle 



T en UD «lUr consagrado 
Ambaí hs dos vaanni pi»a 
Sobre un Evsogrlra ai«(o,' 
DieicBdo non babvr parle 
En la niD^te de su hennano. 
El Cid tres vete» repite, 
Por )o qae el Rey eno}a¿o 
Le dijo: BaiU qae hagáis 



Ese buen Cid Campeador 
Ta se parle de Castilla: 
Por mando del Hey Alfonso 
Lleva su raensagerCa ' 
A Almucanis ese moro 
Ref de Córdoba y S»v>tl«, 
Parf que le den las parias 
Pasadas que le debía. 
En Sevilla eslaba elCiil 
Faciendo i lo que venia.' 
Mndafir, Rey de Granada, 
A AliDucaBÍs mal' quería, 
Caballeros caslellanos 
Mudafir consigo habia, 
Son de los mas estimadas 
Que habia deniro en Castilla: 
Don Garefa Oráoíto el uno 
Qae Conde lodo* decían, ' 
Fernán Sanehei en el otro 
Temo del Rey Don 'García, 
1 Lope Sanche! sú hermano 
EsUba en sn compañía, 
T ot re caballero honrado, - 
Diego Pereí se deoia:- 
Ellos con grandes poderes 
Con el Mudafir veoian 



105 

Lo juttD y no demasiado, 
Pero yo juro y prometo 
Que presto me haga vengado. 
—Buen Rey, faced vuestra guisa. 
Respondió el Cid sosegado. 
Que yo tengo hecho mi oficia 
Como caballero honrado. 



Qiic pechero es dé i 

£1 Cid cuando aquesto sopo 



Mucho pesado le había, 

Enviárales «as carias 

Y en ellas asi decia; 

«Que non vengan con «n gente 

«Contra el reino de Sevilla, 

■ Que es pechero al Rey Alfonso- 

■ Con quien amistad tenia: 
»Y si lo quieren facer, 
vQue su Rey ayudarla 
»A Almucanis su vasallo 
-Que otra cosa no pedia." 
Recibido han las cartas 
Mas en nada las tenian: 
Entran en tierras del Rey, 
Del Rey moro de Sevilla, 
Quemando van y estragando 
Fasta Cabra aquesa villa. 

El Cid cnando aquesto sopo 
Contra ellos U parlia: 
Moros, llevaba consigo. 
Cristianos los que podía. 
Las huestes se habían juntado, 
El Cid mataba y beria: 
Muy reñida es la batalla. 
Durado ha casi tin dia. 
Fasta que venciera el Cid 
¥ en huida los ponía. 
-.Acafeáileros cristiano*', 
El boen C(d mochos fneadia. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



• 06 

De moroa non había citenta 
Loi que cantidad* habit. 
Trudias tuviera presos 
Loi criftianoi que vcpcia; 
VoIvíAk cod gran detpojo 
A. Serilla do parti*; 



Almacania ii6 la*' pariaa- 
¥i CailillaraevoWia. 
Mncbo plngA al Rey Alfonao 
De lo que el Cid. f«cbo bahía, 
T de aquel día adelante 
Al Cid Campeador decian. 



8." (Anónimo), (i) 



Pablando eatabaen el cUnatro 
De Sin Pedro de Cárdena 
El boen Rey Alfoiuo al Cid, 
Detpnet de Miía, noa fiesta; 
Trataban de lat conquistas 
De las mal perdidas lierraa 
Por pecados de Rodrigo 
Qoe amor discnlpa y condena. 
Propaso el buen Rey al Cid 
El ir i ganar i Cuenca, 
T Rodrigo mesurado 
Le dice desta manera: 
—Nuevo sois, el Rey Alfonso, 
Nnevo Rey sois en la tierra, ' 
Antes qae i gnerras vayade* 
Sosegad la* voeaas tierras. 
MtKhosdaflo* han venido 
Por lo* Reyes que se aosentan, 
Qat apenas han calentado 
Lt corona en la cabesa: 
T voa no citáis mny seguro 
De la calamnia propuesta 
En la moertc de Don Sancho 
Sobre Zamora la Vieja, 
Qae ann hay sangre de Vellido, 
MagOer qoe en fidalgas venas, 



Y el qoe fiío aqnel venablo 
Si le pagan fari treinla.-^ 
Bermudo en lagar del Bey 
Dice ai Cid :^ Si vos aquejan 
El cansancio de lai lide* 

O el deseo de Ximena, 
Idvos i Vivar, Rodrigo, 
T dejadle al Rey la empresa. 
Que humes tiene tan fidalgos 
Qae non volverla sin ella. 
— ¿QaMn vos mete, dijoelCid, 
En el consejo de gaerra. 
Fraile honrado, á vos agor* 
La vocsa cogulla puesta? 
Subid vos á la tribuna 
T rogad á Dios que venaao, 
Qoe non venciera Jotai 
Si Moisés non lo ficiera. 
Llevad vos la capa al coro, 
To el pendan á las fronteras, 

Y el Rey sosiegoe »a cas* 
Antes que basqna \*! agcna, 
Que n(n me brin cobarde 
El mi atnor, ni la mi qneía, 
Qae mas traigo siempre «I lado 
A Tisana , que. i Ximena. 



^i) ji^ tmpiaan loi romaactt dit Cid dtttaraáo halla qat eoit- 
qtmitd d Valtm^a y eneió parias ai Sfjr Atfomo. Sé eomprendm 
tmnbil* loi de Martiit Ptiatz. 



...Coót^le 



—Home Mf, dijo Bennvdo) 
Que anleí qoe entrara en-k regla. 
Si non vencí Reyes morot 
Engendra qaien los venciera; 
T agora en vct de cognib, 
Coando la ocaiion m ofretca. 
Me calar¿ la ccbda 
T pondré al caballo eipoelat. 
— Para fu|;¡r, dijo el Cid, 
Fodri aer. Padre, qoe acá, 
Que maa de aceite que aangre 
HanciMdo el hábiü> moeaira. 



107 

— Calledea, le dijo el Bey, 
En mal hora , qne no en boena; 
AcordirKvoa debía 
De la ¡ora y la btlWla. 
Coiaa tenedea, el Cid, 
Qoe farin fablar laa piedru, 
Puea por caalquier niSerla 
Faceia campada la Igleaia.^— 
Paaaba el Conde de OaaU 
Qoe llevaba la au dueña, 
T el Bey por [acer meann 
AcompaJIóU i la puerta; 



^— Si Btendeia qoe de loa braaoa 
Vos alce, atended primero 
Si no ea bien qne con loi mÍoa 
Coide anbirvoa al cielo: 
Bien citai* afinojado, 
Que et pavor vero* cnbieilo, 
Qoe atiento el aMa debido 
El aoelo de tos toberbioa: 
Descubierto eitais mejor 
Deipnés qoe ae han deacobiérto 
De voeaaa altanerlai 
Loa mal gniaados esceaoa. 
¿En qné os babeii empacbado 
Que dende el pasado invierno 
Non vos han visto en las Cortea 
Poesio que Corlea ae han fecho? 
¿Por qn<, siendo cortesano, 
Traéis la barba y cabella 
Descompaetto y desviada 
Como loa padres del yermo? 
Puea aunqoc vo* lo pregnnlo 
Asia que bien o* entiendo, 

T el temblante falagSeSo; 
Querrcia decir ^ae cnidaiido 



Gn mis tierras y pertrechos 
Non coidadei de aliBarvos 
La barba y cabello laengo. 
Al de AlcaU conlrallásteia 
Mis tregnai, pai y concierto, 
Bien como si el querer mió 
Tnviérsdei por may vneao- 
A los fronlcriaot moros 
Dii qoe tenéis por tan vuelo* 
Qoe os adoran como & Dioai 
(Grandea algos habréis del los! 
Cuando en mi)nraas balliateii. 
Después del triste suceao 
Del Rey D. Sancho mi berntan» 
Por Vellido traidor mnerlo, . 
Todos besaron mi mano 
Y por Rey me obedeciemn, . 
Solo vos me conlratUsleia 
Tomlndome ioraroenl»: 
En Santa Gadea lo fice 
Sobre los coalro Evangelio^ 
T en el ballestón dorado 
Teniendo el oasdrillo al pecho. 
Maláradea i Vellido 
Si bciéraia como baeno. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



108 

Qbc Ao ha &lUdo quien di^' 
Qat tuvAtck »tí¡í tiempo: 
Fait* e> moro lo segnliteis, 

Y ti entrar la pnerta dentvo - 
Bien cerca- estaba qirien diio 
Qoe non osáateis de'mieáO: 

Y nnnca fil»i-bn loa tnlM 
Tan astuto* y maitera* 

Qge cnidisen qtie Dtiii >Sincfao 
Muriese por mb conaei<M; 
Mario porque á Dloa 1; plugo ' 
En so joVCio secreto, 
Qaiif porque de mi padre 
Quebrantó sa« manda mieáhw. 
Por ettos desaguisados, 



DeHVcnrnclas' y 'tuertos. 
Con ti'uls'de enemigo ' 
De mil Teinei vos destierro. 
Yo tendré vucsoí condadas 
Fasta saber por entero. 
Con aCDBrdo de los mió*) 
Si con6scárvoalos puedo. 
Non repliqncdes palabra. 
Que vos juro por San Pedro 
Y por San Millin bendita 
Que podré enforcaro* luego.—- 
Estas palabras le di^ 
El Rey Don Alfonso el Seilo, 
Inducido át traidores, 
A) Cid, honor de sus reinos. 



— Tíngavos de replicar 
Y de con irs llar vos leiigo. 
Que no han pavor los valientes 
Ni los non colpados-mitdo. 
Si finca mnerla la honra 
A manos át los denaeito«i 
Henos mil seri tnforcarme 
Qne el mol queme ha brdrs fecho. 
To seré en tierra hómildoso 
A gniss de vurso siervo, 
Qa* teniendo los mis braios 
Cuido alEarme sín los vnesos. 
Cúbranse y non vos acaten 
Los ociosos falagüeüos. 
Que magSer yo non:lo soy - 
Me puedo cubrir prinxro. 
Do« vegadas hubo Corles 
Desde aolaño por invierno, 
Dis qve^por la pro conian, 
O por los Taesos provechos: 
Vos en León las ficistoís. 



Pero yo en tos campo* yermo* 
Faciendo las mias , desBoe 
Del contrario los pertrechos. 
Lo fecho en Álcali vídca. 
Non lo que fic< prÍHiero, ' 

Y es mal faigador quien ¡niga 
Sin uotsr todo el proceso. ■ 
Folgi que el moro de allende ' 
Respete mis fechos buenos, 
Qoc sí non me los respeta . 
Non vos gaardari respeto; . 
Asái me semeiais blando 
Porque dé tiempo tan luengo-' 
De apretarvos en la >urA . 

Vos duele el eacocimienlM 
Mentiri ti qne.me achacare . 
Del traidor Dolfos el taerto, - • 
Paes. sabedes lo que fue . . 

Y )o que fice en el rct«¡ ' 
Adenias qne sin espnctas. 
Cabalgué entonces por ycrr«) 



u3i.z.iit>,Coogle 



Vencen pesadas falsfai . 
Al noble y sencillo pecho. 

Y poes gaaté lAis b'abereí 
En preí del servicio vnesOí 

Y de lo qne bube gaoCdo 
VoB fioe señor, y docSe,- 
Non mt lo confiícaredea ' 
Vos, ni *ne»o* conicieros, 
Qae mú podrcdes tolletilie 



tes 

Lá fiQÍenda que non lengo. 

De boy mas mí facen do«o 

Pnes hoj. dé v6s,íae dettierro, 

Y de hoy para mí me gano, 

Puniboy para vos me pierdo.— 

Estas palabras decía 

El noble Cid resptwdiendo 

A las ijuerelUa injusUs 

Del Bey Don Alfonso el Seda 



Del Bey AlEonso s» tpieja 
Ese buen Cid castielUno. . 
Por la ínjiulafaga'y'pFMnio 
Qae i sus servicioaba dpdo. 
Dice entre ainado y forioso. 
El roslro tristd y Iniibadoi 
— Md te llamor,. Bey,' üi justo, 
Porque al .fin ^loy 'Ut vasialto, 
Ni porque me dedterraAe . - 
De tu reino y mi «onáado, 
Solo porque me pcrdi . 
En hacer tu f;nata y ^do. 
Malqubla estoy con eJ mando 
Por acretenlar tüíeátado,. 
T por suplir los bqDeaiti' . 
Dicen, querolM y que^maio' 
£)os falsos consejeros . 
Que te eslaa aconsejando, 
Corderos en la apariencia, 
Y lobos en los estragos. 
¡Pb-oain fáciles. .te hactn' 
Mil dificoltosos^asfu, . 
Qbc qniíi «in; mtpMteoqia i 
ResnltáiAi eu.HÚl. daioi! 
Acoérdale., Rey AI£dm^ , 



Qoe soy el. Cid tu vasallo, , 
Mas presto para servirte 
Que tii para darme el paga 
De mis honrados servicios 
Annque li¡ me ha( destertfdo 
Movido, según enljen^'o, 
De que estoy atesúcando, . 

Y sin mirar que si .(«niQ . . . 
Algo , liodo lo be BKnvdo . 
A' Urdeco. de saogre y .fu«rtÉ 
De mi cuerpo y de int .braip,, 

Y no viviendo en. el ocio 
Qge hay en tu real palacio, 
Donde se pasan losidias 
Eji.lUicer grandes . estragas. 
No en.hM moros frqnterÍM*t 
Sin4:CD.'deahonraE hi>)alga4- 
No quiero ya los favores, 
Bey, de todos tus privados, 
Que sin ellos los tendrá 
Dénmeos buen(r& hid»lgo«.^ 
]&it«dAeiaBodrigf>.,. 

Cuando, «stab)i .«puteado . . ,i 
L^ necesario y foraoso ; 
Para s^lír desterrado.: 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



1«< 



De pilacio Mte el Cid 
SetriMo de una palebre, 
QoB qnioi jMlahni no aicnle 
El MDtimieBto le felte. 
Lu ii»a«« toerce fnrla*o 
Aaaqne no por c»ti|{Rrtei, 
Parqae contra an cebeta 
Sos manos ao le levantan. 
Hecboí dof Etna* lu ojoi 
Brotan fuego y vivaa llamai, 
Porque en elloa como en lienio 
Pinta tv f*iion el alma. 
Eritadoi loa cabello), 
Bevoella la barba cana. 
Que et tiro de la deahonra 
l^icotnpone barbacanas. 
Pasible lin compás 
Y alterada voi tevaaUi 
Qae el eoraioU con decir 
&> pesadai&bre descama: 

Mil fablaites de rol , el Scy, 

Coa Vtii laay deMntonada,- 
To palabra non vos dije, ' 
Ga por mi mi i obras fablin, 
T (ablara mi TíEona 
Por mi bonor j por su fama, 
Sino qae «I ser *os quien sois 
La enmudece en la sn vaina. 



Vaestra fobli, Bejr Alfoits^ ' 
A mi braa non la Infann, 
Ca el aeSer á iv Tisallo 
Annque mas diga no agravia. 
Desterráisme de mi tierra, 
Desto non me finca saSa, 
C« el hombre bneno fidalgo 
De tierra agen* bace patria. 
Están mncbos envidiólos 
Junto á vos de mía fauilas, 
Ci de ordinario la envidia 
A la virtud acoiópáña. 
Dicen ewlre juglerías 
Basonei desagnisadasv 
T porque non vomitedes 
Va la ptldbra dorada. 
Mil mentiras falagBeñas, < ■ 
Non verdadMj.i vos fablan^- - 
Ca una vegada bregaron 
La verdad ¿<.|a privanu. 
Non BEBlirédes tni mengoa 
Fasta la primer batalla, 
Ca el bien noA es conocido 
Faeta que net face falta .^— 
Eslo dijo el 6id Roy Diai - 
Coando en Babieca cabalga, 
T bici a 'Valencia camina, 
Tierra rica, hermosa j llasn. 



ti.'. (Anónimo). 



Crande saBa cobró Alfiraso 
Contra él bnan Cid caslétitno, 
Porqoe le tomó la fura' 
De la mnerte de su faeraiano: ' 
Encubrió lá sn enemiga. 
Aguardó i hacerse vengado. 
Et Rey moro de Toledo, 



Qne UaK Haymon «• llamado^ 
Del Cid se. quefara al Bey 
Qneensn reinólo había entrado» 
T faasu dentro de Toledo 
Sus moro* ha cantivadoi 
Siete mil son los cantivos^ 
Sin otro mncho ganado. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Macbo al lUy A)l*nw pe», 
Conlr* el Cid eHaba airado 
Mncbo laaa qneiuie* eslaba; 
Con el Rey lo hablan mezclado 
Por envidia qne le tientn 
lo» grandes de lu reinado. 
Escribióle el Bey al Cid 
Que salga dé sn reinado 
Dentro de- leu nncv* días, 
Qne mas no le d> de plaBO-. 
Él bncn Cid á ans parienlea 
Las cartas les ba moatra'dot 
Todo* se quejan del Bey 
De baberla tan md mirado. 
Desterrando on caballero - 
Tan valiente y esforiado, 
Qae inny bien babia aervido 



tu 

A ¿1 , i «a padre , y sn hermano: 
OfrfeenM de ir con él 
A lo servir may de grado, 
T que todos moririan . 
Con él inñlM en el campo. 
El Cid les agradecia 
La palabra qne le ban dado, 
T otro dia salió el Cid 
De Vivar, qne era «n estado, 
Con toda sn compafila 
Con ánimos esforsadosi 
Volvióse á avs caballeros 
Y esto les e»i& fablando.- 
^Amigos, ti i Dioi plognieie 
Que, i Castilla nos volvamos, 
Dfgovos qae lornaremo* 
Todos muy ricos y honrados. 



^— Obedeico la sentencia. 
Maguer que non soy cnlpado, 
Pues es ¡nsto mande el Bey 
T que obcdeaca el vasallo; 
Y plrgne i Huesa Señora 
Que vos faga aventurado, 
Tal qne non ecbedes menos 
La mi espada ni el mi brato. 
Bien cuido que non vos mneve 
Servos yo dtiagnisado, 
Sé qne envidiosos i veces 
Manchan los pechos fidalgos: 
Haa al fin ti tUmpo v^a. twá 

Que ellos mugera ton , y yo A>- 

drigo. 
Esos bravos infansoncs 
Qae comen k voeso lado. 
Consejeros mentirosos. 
Lidiadores en palacio, 



jCóroo non vos acorrieron' 
Cuaifdo preso vos llevtron, 
Y cnando yo vos qaité 
Solo i trece en medio el campó? 
Sinon qae á rienda suelta 
Fuyeron los amenguados 
Donde mostraron tener 
Lengua asái y pocas manos; 
Mal al fin el tiempo voi itri 

Que ellos mugeret ion, j JO Ho- 

drigo. 
Membradvos, Rey D. AlConiOi 
De lo que agora vos falilo, ' 
Vos con. iiita , yo scsndo. 
Vos vengado y yo agraviado. 
Que yo fago pleitesía 
A San Pedro y á San Pablo 
De meiclar, Dioa en aynso. 
Mi hueste con los paganos, 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Y ti btcb veitcedor 
Poner á vBCfo mindado 
Loi cMliDoi J fronteras, 
Poeblos, h*bcre«, va**)loi: 



Mas al Jííi. él -tiempo ' eos se 
Que ellos mugeres son, grjrb £ 



Escachó el B«]r Don AlfiMso 
LaS'ptUbrai btla^Su 
Del Cid en ia deapadida 
Cuando le parlid i la gnerra, 
T dijo i eaa infanzones: 

Hoy deja Boestra» banderas 

El hoDe mas animosa 
Qa« sangre de Moros riega, 
¥ aunque parezca osadfB . ■■ 
El.fabiar con lanías veras, 
Non fueron alrevimienloa 
Supuesto qoe lo asemejan. 
Los amor Jo* del alma 
En ej pecbo do *e encierran 
Lealtad.y'Bmor, con su. Rey 
Tienen para hablar licencia. 
Alongado va al destierro, 

Y veo que en su presencia 
Es solo un borne el t)oe parte 

Y mil voluntades lleva; 

T caÍ4o que un buen gnerrera 
Ctiiiiido.de su Bey se ausenta 



Reprochado de su Corte 
Se ha .de lener-i la agena. ; 
Qae de an edificio grande. 
Si te le roi^pe una piedr* 
Por júlOiSn desencaje : , . 
Se suele venir i tierra.- . , 
No hay. fdf at-se entre las Beyes, 
Que nunca los Beyes faelgan 
Caidando el pro de sns rei»as 
Y baciendu en los lueSes §«erra. 
Si fidalitos con la capada 
Por su Rey en lides entran. 
El Bey con espada y alma 
Anda, padece y pelea. , . 
Gran lidiador, es eJ Cid, 
Fuerte y noble en ^ran manera, 
Pero sino es bomildoso 
¿De Dios y .del Bey qué. espera? 
ConvieUe quD.el Cid se alongBQ 
T dirán en IneScs tiierraa, . 
Que Alfonso face justicia 
Ten castigo á nadie cscepta. 



,,<Doi^ Rodrigo de Virar 
Está^tínDoSa Ximena 
De su. destierro tratando^ 
Q<)e sin culpa le deslierran. 
El Bey Alfonso Iq manda, 
Sus CAvidiosos se huelgan^ 
Llórale ioda Castilla 
Porque .btrirfana )a-de)a. 



Gran parte de sus haberes 
Ha gastado el Cid en guerra. 
No halla para et camiuo 
Dinero sobre su hacienda^ .. 
A dos Judio* convida, 
Y sentados á ao mesa . . 
Con amigables caricias i - 
Mil Dorines tes pidiera. . 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



DfceUa que por seguro 
Dos cofru de pUta lengín, 

Y que li dentro de ua »iío 
No lea paga , que la vendan 

Y cobren U logrería 
Como concertado queda. 
Didlu dos cofres cerrados 
Entrambos llenos de areD«i 
T conñados del Cid 

Dos mil florines le prestan. 
>^¡Oh necesidad infame 
A coantos honrados faenas 
A qne por MÜr de tí 
Bagan mil cosas mal bccbaí! 
Bey Alfonso, leftor mío, 
A traidores das «rejas, 
y á los fidalgoa leales 



H3 

Palacios y orejas cierras. 
Mañana saldrá de Bur^s 
A ganar en las fronteras 
Algún peqaeSo castillo 
Adonde mis gentes quepan; 
Mas según son de orgullosos 
Los que llevo en mi defensa. 
Las cuatro partes del mando- 
Tendrán por inorada estrecha. 
Estarla mis estandartes 
Tremolando en las almenas, 
Caballeros agraviados 
Hallarin gnarida en ellas; 
Y por conservar el nombre 
De tas reinos , qoc es mi tierra. 



£se buen Cid Campeador, 
Qae Dios en salnd mantenga, 
Faciendo esti una vigilia 
En San Pedro de Cardefla, 
Qae el caballero cristiano 
Con las armas de la Iglesia 
Debe de guarnir sn pecbo 
Si qniere vencer las guerras. 
DoAa Elvira y Dofta Sol, 
Las sus dos fijas tan bellas, 
Acompañan i su madre 
Ofreciendo rica ofrenda. 
Cantada qne fue la Misa, 
£1 Abad y Mongea llegan 
A bendecir el pendón. 
Aquel de la croa bermeja. 
Soltó el manto de los hombros, 
y en cuerpo con armas nuevas, 
Del pendón prendió los cabos, 
Y dcsla sverle dijera; 



-^Feridon bendecido y santo» 
Un castellano le lleva 
Por su Bey mal desterrado. 
Bien plaQido por su tierra. 
A mentiras de traidores 
Inclinando sus orejas 
Diú su preE y mis fazaias, 
¡Desdichado dé) y dellas!' 
Cuando los Beyes se pagan 
De falsías faatagüeSas, 
Mal parados van los snyos, 
Luengo mal les viene cerca. 
Bey Alfonso, Bey Alfonso, 
Esos cantos de sirena 
Te adormecen por malartr, 
¡Ay de tí si no recnet^das!- - 
Tu Castilla me vedaste 
Por haber folgado en ella, 
Que soy espanto de ingrato» 
Y conmigo noii cupieran. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



¡Plegué £ Dioi qoe non «e caigan^ 
Sin roí brazo, tu almenai! 
Tú qtie íicDtei me baldón», 
Sin MDtir me lloran ellas. 
Con todo, por mi lealtad 
Te prometo las teneuciai 
Que ta Uí fronlerai ganaren 
Mil lanías y mía balleataa. 



Qne venganu de vasallo 
Contra el Rey, traición semeja, 
Y el sufrir los loertos suyos 
Es aeSal de saogre buena. — 
Esta jura dijo el Cid, 
¥ luego i Doita Ximena 
T á sus dos fijas abraza: 
Mudas y en llanto las deja. . 



i8. { Andnimo). (i) 



Estando cnroplíendo el Cid 
El destierro en que yacía, 
Aquel á quien Don Alfonso 
Mandó salir de Castilla: 
Por siniestras relaciones 
Que envidiosos becbo babiaa 
Contra el Cid, cosa ordinaria 
Su propicia suerte vista, 
Porque siempre al semejante 
Coyas baiaSas se estiman 
Le nacen Seros contrarios 
Del efecto dellaa mismas, 
Viendo qne en él y nv en ellos 
Con raioii ponen la vista^ 
T que escurece sos noiobret 
El que ayer no le tenia. 
Como si de sus principios 
No se tuviese noticia 
De que fueron adqnirítlo* 
Deltas 1 rea por una via, 
O por privanza con Reyes, 
O por letras, ó malicia, 
T que al que hoy da so valor 

nombre 
Verle enstlaado ae admiran 



Sin por qué , pues no es ventaja 
La antigüedad de algún dia, 
y deben de presumir 
Que esde sangre ilaatrey limpia, 
Porque la qoe no lo es 
Nobles acciones no cria. 
£1 SDgeto valeroso 
Es parage de la invidia 
Do hacen presa las lenguas 
Por mil diferentes vías, 
Qne como ven que i la fama 
Con sus baaaSas obligan, 
T las inútiles suyaa 
Hacen el fin con sos vidaj. 
Procuran qne las agcnas 
No se celebren y digan. 
Que las ignoren los Beyes 
Pretendiendo con malicia. 
Queriendo tragarlo lodo 
Estas inmundas arpeas. 
Digo pnes, que como el Cid 
Con la paz no se entendía, 
T en los peligros mayores 
Puesta llevase la mira. 
Cercó i Alcocer qne de moros 



(i) En ¡ot remanen de SmUvtda hay tato al aaaii 
Por mando del Rey Alfonso, lino jr otro ton detutabht. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Era una fuere* eict^ida 
Y U de mu importancia 
En Uí partes fronteriu*; 
Pero DO pudiendo enlrarla 
Con iiperas ba(erfa«, 
Echii mano de la jndnstri*, 
Que no es de menos cilima 
Qae ti valor j foruleía 
Ni de menor gloria digna, 
Coa* loable en la guerra. 
Codiciada y permitida. 
Hiu> pues para cebarloi 
Qae con su genic haf*, 
T que levantaba el cerco 
Por hambre, sed y faligas, 
Dejindose muchas tiendas 
Con preseas varias, ricas, 
Porque el codicioso moro 



Salga y el alcance siga. 
Trayendo para robarlas 
Menos orden con mas prisa, 
Dejando la fuerza sola 
' Sin quien la entrada resista: 
T fue asi, que como viesen 
La repentina huida 
Desamparando el caitillo 
En su seguimiento tiran. 
Pero á pequeüa distancia 
Vuelve con suerte propicia 
El famoso de Vivar 
Que una gruesa lanía cimbra, 
y en el bravo sarracena 
Haciendo sangrienta rita. 
Sin aventarar soldado 
Entró la fuerta y la villa. 



Ya qne acabó la vigilia 
Aquel noble Cid honrado 

Y de)ó á Doña Ximena 

Y á sus dos £)as llorando, 
A la vista de San Pedro 
En nn espacioso llano 
Dijo con grande denuedo 

A los que le están mirando: 
—Quinientos Sdalgos sois 
Los que me heis acompañado, 
A quien no diré lo mucho 
Que 01 obliga el ser fidalgos; 
Pero pues que me destierra 
El Re]r por injustos casos. 
Faced cuenta, mis amigos, 
Qse Iodos vais desterrados, 
T qne han de goardsr mi honra 
Vueso valor y mi braco. 
Que annqae ¿1 faa sido injusto 



No lo han de ser soa vasallos, 
Antes derramar la sangre 
Por vencer á los contrarios.^— 
Todos responden: — Buen Cid, 
Vqcso hablar es escnsado, 
Fnes basta que nos mandeia 
Para quedar obligados.— 
Por tierras de moros entran 
Machas balalbs ganando, 
Rindiendo muchos castillos, 

Y Beyes atribulando. 
Tanto pudo el gran valor 
De aquel noble Cid honrado 
Que en poco tiempo conquista 
Hasta Valencia llegando, 
Donde alcanzó gran tesoro, 

Y un gran presente b a enviado 
Al ingrato Bey Alfonso 

De cien hermosos caballos, . 



L)ji.z.iit>,Coogle 



146 

Todo» con rico* íaeces 
De díferenlet borctados, 

Y cien moros, qae los Itevaa 
De las riendas, las eaclavos, 

Y cien llaves de laa villaa 



T castilla* que ba ganado, 

Y también al Re; envía 
Castro Reyes sai vasallos: 
Aqueste présenle lleva 
OMoño sn gran privado. 



— ^Slentirosos adalides 
Que de las vidas «gena* 
Guisáis plato para el gasto 
De muchas sordas orejas: 
Fidalgos de Villalon, 
Caballeros de Valduerna, 
Bombrcs bnenos de Villalva 

Y cristianos de Sansa r fia; 
Escuchadme ai fiociredes 
Con memoria , qoc mis quejas 
Son fijas de vaeso agravio 

T de vDCsa colpa nietas: 
Yo soy el Cid Campeador 
Que finco aobrc Consaegra, 
Tan hnmilde al Bey Alfonso 
Cnanto i mí Doña Ximena: 
Yo .soy aqoel que mis armas 
Toda la semana entera 
Non se qailan dos vegadas 
Del cnerpo qac las sustenta, 

Y el qne en las batallas cmdas 
Con mi lanu y mi ballesta 
Soy el primero de lodos, 

Y que non duermo en las tiendas: 
Non fago loerto i los míos 
Maguer facerlo padiera, 
Antes les entrego juntos 

Los haberes y tenencias: 
Peleo con la Tieona, 
Non ofendo con )a lengaa 
Por non con ella imitar 



A las mal Tabladas fembras: 
Como en el suelo por falta 
De las levantadas mesas, 

Y por postre tengo asaltos, 
Que son frutes qae me alegran: 
Non desentierro las vidas 

De hombre hneno 6 moger bnena, 
Nin digo si foc fidalgo, 
~ Nin si ha pechado Ó si pecha: 
Non trato sobre comida 
De facer i nadie ofensa, 
Sinon de si han apretado 
Bien las cinchas i Babieca: 
Non me acuesto imaginando 
Con mentiras quitar tierras. 
Si acaso puedo las gano 

Y si non finco sin ellas, 

Y conquistando el castillo 
Fago pintar en sos piedras 
Las armas del Rey Alfonso, 

Y yo humillado i par delUs: 
Lloro, caando estoy á solas. 
La mi consorte Ximena^ 
Que finca cnal lortolilla 
Sola y triste en tierra agena* 
Que maguer es tierra saya 
Tiene enemigos mny cerca. 
Que pues lo aon de sn esposo* 
¿Quién dnda lo serin della? 
Pido insticia, y mis voces 
Cuido futa el cielo llegan. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Qae cómo aon roces jostas A loa Condes de Camutfjta, 

Non dado qoe llegar paedao.x— A los fidalgos y ricos, 
'Aquesto escribe Rodrigo Sin honor y sin fscienda. 



Ese bncD Cid Campeador 
De Zarago» partia, 
Sus gentes lleva consiga 
¥ la sn sefia tendida 
Para correr f Montón: 
A Huesca lamliieD corria, 
A Onda con Almenar 
Estragado los habia. 
El Rej Pedro de Aragón 
Muy gran pesar recibia 
Cuando, snpo que el buen Cid 
Tan cerca de sí yacía. 
Apellidara sus gentes, 
Macfaas son en demasía; 
Llegado han á Piedra Alia, 
Sos tiendas fincar facia, 
A oíos. está del Cid 
Mu para él no venia. 



£1 Cid salid de Montón 
Con doce en su compañía 
A holgarse por el campo 
Armados de buena guisa. 
Los de ese Rey de Aragón 
Le tuvieron puesta espía, 
Caballeros eran ciento 
¥ cincuenta que i él salían. 
El Cid lidiara con todos, 
Como bueno los vencia: 
Siete son los caballeros 
¥ caballos qne prendía. 
Los otros huyen del campo 
Que aguardarle no querian: 
Los presos piden merced, 
Que lo* «nelte le pedían, 
El Cid como es muy honrado 
Lo qne piden concedia. 



Adofir de Modafir 
A Rueda en guarda tenia 
Por el buen Rey Don Alfonso 
Que conquerido la había. 
Almofalas, ese moro. 
Con sobrada maestría 
Mctidse dentro el castillo, 
Con él altado se había; 
Adofir coando lo sopo 
Al Bey so mensage envia^ 
Pidiéndole so socorro 
Para recobrar la villa. 
El Rey envió á Ramiro 



¥ i ese Conde Don García, 
Con muchas gentes armadas 
Que van en su compañía. 
El moro cuando lo supo 
Dijo «I castillo daría / 

A ese hnen Rey Don Alfonso, 
¥ que í otro no qneria. 
Convidóle a comer 
Por hacelle alevosía 
Allá dentro del castilla; 
El Rey temido «e habia, 
. El Infante Don Ramiro 
Con el Conde en compañía 



u3i.z,iit>,Coogle 



118 

Entraron para comer 
Que ir el Rey no quería; 
Mas liic|;o qae entraron dentro- 
A entraioboi quitan ta vida 
Con otroa que van con etloa 
Y al Bey mucbo le dolia. 
Tüvoie por deshonrado, 
y si Cid sus cartas envía, 
Que estaba cerca de allí 
Desterrado de Castilla. 
Rodrigo que vid el mensage 
Para el Rey largo venia; 
Caballeros fiioidalgo 
Acompasado lo habían: 
Coando lo vido el buen Rey 
Su perdón le concedía: 
Contóle lo aconlecido. 
Que le vengue le pedia, 
T qoe con íl se viniese 
A su reino y señorfs. 
El Cid le besó las manos 
Por el perdón qne le bacía. 
Mas no lo qniso aceptar 
Si el Rey no le prometía 



De dar á los fijosdalgo 
Un plazo de treinta dias 
Para salir de la tierra 
Si algún crimen cometían. ' 

Y que f&sta ser oidos 
Jamas loa desterraría, 

Nin quebrsolaria los fueros 
Que sus vasallos tenían, 
Nin menos que los pechase 
Mas de lo que conveuia, 

Y que ai lo tal ficiese 
Contra él alzarse podían. 
Todo lo promete el Rey 
Qoe nada contradecía, 

Y i Castilla caminando 
Rodrigo el cerco ponía, 
Al moro qae la) mal fiío 
Por gran fambre lo prendia, 

Y í todos los mas traidores 
Al Bey luego los envía. 

El Rey los ha recibido, 
Dell os fiío gran justicia, 

Y mucho agradece al Cid 
El presente qne le bacía. 



i3, (AniSnimo). (i) 

— Ceitid los membrudos bratos Facedlo que bien podéis, 

Al cuello qae bien os quiere, É cuidi non me mancbedes, 

Por ser asas de tal dueSo Qneadnfincaentaivaeaas armas 

Qoe el mundo otro par no tiene; La sangre mora reciente. 

Non rehuyáis de abrasarme, Mo alendáis tuertos qoe os fice 

Qne braios de borne tan fuerte Pues tan buen precio merecen, 

Desentol leseen mis tierras Que non quise en mi servicio 

T las de moros tollescen; Homes á qnien sirven Reyes. 



(O -^ pfsar de etta rteateiliacion el Cid no voloié d la eortt, f 
el Rey retuoo d- Ximtna ]■ tul hijat ea rihtnes , como tt vtrá mat 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Si vos deaterr¿, Rodriga, 
Fae porque á moroi qae crecen 
Desterréis sus fechoría «, 
Y las vDCsas alto vaelen. 
Non vos eché de mi reino 
Por falsos que vos mal quieren. 
Sí porque en tierras agenas 
Por vos mi poder se muestre- 
De Alvar Fañex vdcso primo 
Recebf vueao presente, 
Mo en feudo voeso, Rodrigo, 
Sinon como de parientes- 
Las banderas que ganasteis 
A sarracenos de atiende. 
Por vuesa mandadería 
En San Pedro las veredes. 
La vnesa Ximena Gomei, 
Qne tanto vos quiso siempre, 
Porque la desmaridé 
Mil pleitos contra mí tiene. 
Non escuchéis ans querellas 
Cnando á mf las enderece, 



)f9 

Qae i las fe^bras inai astalii 
Cualquier enojo las vence. 
Acudid en su presencia, 
Que cuido qoe vos atiende 
Mas ganosa de vos ver 
Que vos ven i des de verme, 
Que si malos consejeros 
Facen oficios que suelen, 
En tambio de saludarme 
Atenderédes mi muerte; 
Non la atendáis, borne bueno, 
Ansi os valga San Llórenle, 
T riBaa de por San Juan 
Sean paz que dure siempre. 
Prended al cuello los brazos, 
Que vuesos brazos bien pueden 
Prender en paz vneso Rey 
Pues en guerra cinco prenden .-> 
El Rey Don Alfonso el Sexto 
Le dice esto al Cid valiente, 
Que de lidiar con los moros 
Victorioso á su Rey vnelve. 



i4- (Anónimo). 



FaUaudo estaba en celada 
£1 Cid con la su Ximena 
Poco antes que se fuese 
A las lides de Valencia: 

Bien sabéis, dice, seSora, 

Como las nuesas querencias 
En fe de su voluntad 
Muy mal admiten ausencia; 
Pero piérdese el derecho 
Adonde interviene fuerza, 
Que «I servir al Bey lo es 
Quien noble sangre semeja. 
Faced en la mi mudanza 
Conft) tan sesada fentbra, 
V en vos no se Vea ifiílgana 



Pues venís de honrada cepa. 
Ocupad las cortas horas 
En catar vnesas faciendas. 

Pues es lo mismo que muerta. 
Guardad vuestros ricos paSos 
Para cuando yo dé vuelta, 
Qué la fembra lin marido 
Debe andar con gran 'llaneza. 
Mirad por las vuesas fijas. 
Celadlas, pero nó entiendan 
Que algún viciO' presumís 
Porque faíeis qué lo entiendan: 
No las apartéis un pnnto 
De junto i vnesa cabeza,' '- 



UglJilbvCOOgle 



120 

Qae las fijas aia su madre 
Muycerca eitan de perderla. 
Sed grave con loi criados, 
Agradable con las daeSas, 
Con los estrañoa sagaz, 
Y con los propio* severa. 
Non enseñéis las mis cartas 
A la mas cercana doeila, 
Parque no sepa el mas sabio 
Como. paso yo las vuesas.; 
M ostra Idas & vnesas fijas. 
Si non tavícrdes prudencia 
Para encubrir vuestro gozo 
Que suele ser propio en femtirai. 
S¡ vos consejaren bieu 
Faced lo que vos consejan, 
¥ si mal vos consejaren 



Faced lo qae maa convenga. 
Veinte y dos mtravedU 
Para cada dia os qnedan, 
Traladvos como quien soia 
Non enduréis la despensa: 
Si dineros vos faltaren 
Faced como no se entienda^ 
Enviádmelos á pedir, 
Non empecéis vuestras prendas 
Buscad sobre mi palabra, 
Que bien fallareis sobre ella 
Quien á vuestra cnila corra 
Paes yo acudo á las aireñas; 
Con tanto, señora, í Dios 
Que el ruido de armas resuena^ 
Y tras un estrecbo abrazo 
Ligero sabio en Babieca. 



nS. (Anónimo). 



V Apretada está Valencia, 
Paádeae mal defensar 
Porque los Almorávides 
No la quieren ayudi 
Viendo aquesto un 
Qae solía adivinar, 
Subiérase & úa alta torre 
Para bien la contemplar. 
Cnanto mas la mira hermosa 
Mas le crece su pesar, 
Sospirando con gran pena 
Aqaesto fue i razonar: 
~— ¡Ob ValcD.QÍa! joh Valencia, 
Digna dp'sieuipre reinar! 
Si Dios de ti no se duele 
Tu honra se va apocar, 

Y con ella las holganzas 
Que nifs suelen deleitar: 
Las cuatro piedras caudales 
Do fuiste el muro á seular, 



Para llorar si pudiesen 
Se querrian ayuntar: 
Tus muros tan preminentes 
Que fuertes sobre ella están, 
viejo De mucho ser combatidos 
Todos, los veo temblar: 
Las torres que las las gentes 
De lejos suelen mirar. 
Que su alteza ilustre y clara 
Los solia consolar. 
Poco á poco se derriban 
Sin podellas reparar; 

V las tus blancas almenas 
Que lucen como el cristal. 
Su lealtad han perdido 

Y todo so belmirar: . 
Tu rio lan caudaloso, . 
Tu rio Guadalaviaf, 
Con las, otras agnas tqyas 
De ■na«ú'e. ,*alido ba: ,. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Tus arroyos crifialinos 

Tarbios ya siempre vendrin, 

Tas fuente! y manaotiales 

Todoa secado se han: 

Tua verdes huertas viciosas 

A ningano gozo dan, 

Que la raíz de sas yerbas 

Bestias roído las fian: 

Tus prados de cien mil Dores 

Olores de sí no dan, 

Mustios «odaa y marchitos, 

Aquel honrado provecho 
De to playa y de tu mar. 



En deshonra y daíto toma, 
¡Mal te pttede aprovechar! 
Los montes, campos y tierral 
Qae tú solias mandar. 
El humo de los sns faegoa 
Tus ojos cegado ban; 
Es tan |rave tn dolencia 
Y tanta tu enfermedad. 
Que los hombres desesperan 
De salud poderle dar. , 

¡Oh Valencia! ¡oh Valencia! 
Dios te qniera remediar, 
Que muchas veces predije 
lio que agora veo llorar. 



Cercada tiene i Valencia 
Ese buen Cid castellano, 
Con los moros qne están dentro 
Cada día peleando; 
Muchos ha muerto y prendido 
T á otros ha cautivado. 
Al real del buen Rodrigo 
Un caballero ha llegado, 
Martin Priaez ha por nombre, 
Martin Prtaes Astnrianoj 
Muy crecido es en el cuerpo, 
En los miembros arreciado. 
Aqueste es de buen donaire, 
Pero muy acobardado, 
Halo mostrado en las lides 
Ybatallas do se ha hallado. . 
Mucho le pesa at buen Cid 
Cuando to vÍdo á su lado, 
No es para vivir con £1 
Hombre tan afeminado. 
Un dia entrara el buen .Cid 
Y con él los sas vasallos 
En batalla con los moros. 



Pelean como esforsados. 
Allá va Marlin Pelaea 
Bien armado y i caballo! 
Antes de dar el torneo 
Al real habia (ornadO) 
Fuese para su posada 
Cubierto y disimulado. 
En fila andavo escandido 
Hasta que el Cid ha tornado; 
Dejó muertos machos moros, 
A ellos ganara el campo. 
El Cid se sentó á comer 
Como tiene acostumbrado. 
Solo en sn cabo á una mesa 

Y en el su escaño asentado, 
¥ en otra sus caballeros. 
Los que tiene por preciados. 
Con aqaestos nadie come .. 
Sino los mas afamados, 

Así lo ordenó el buen Cid 
Por facerlos esforEados,. 

Y que cada ano procure 
Facer fechos estimados 



Ugl.zíiltvGoO'ílc 



Para comer á h meu 
De Alvar FaSeí j ta hermano. 
Bien caidó Martin Pelaea 
Que non vid el Cid lo psaado, 
T así la( manoi se lava, 
A la mesa le ba sentado 
Donde cslá Don Alvar FañeE 
Con la compaña de honradoi. 
El Cid le foe para í\ 
Y delbraio le ha trabado. 
Diciendo; — Non sois vos tal 
Para en tal meia aeutarvos 



Con estos parientes mios 
A qaitn vos podáis llefarros; 
Mas valen qae ;o ni vos, 
Qne son buenos y aprobados, 
Sentadvos d la mi mesa, 
Comed conmigo i mi plato.-— 
Con mengna de entendimiento 
No creyó que es baldonado, 
Asentóse con el Cid 
A su mesa y i so lado, 
T él Cid con grande cordura 
Esta reprensión le ha dado. 



A solas le reprehende 
A Martin Pelaei el Cid, 
Qoe las fallas de los buenos 
A solas se ha) de reSir. 
Dicele con rostro airado; 
^— ¿Es posible qne faír 
Pueda an home, siendo noble, 
Por temores de nna lid, 

Y mas vos siendo quien sois, 
Viniendo de do venís, 

Que cnando fiocirais mnerlo 
Os faera honroso el morir? 
Levánteme de la mesa 
Do bocado no comr, 
¡ Qné bnena pro me tuviera 
Cuidando en el qne vos v<! 
Atended lo qae vos digo 

Y non cuidéis en foir, 
Porque f oyendo afrentadea 
A vuesa honra y i mi. 

Si me dades por discolpa 
Decir que visteis venir 
Mocha mnltilud de moros, 



NoD la quiero recibir. 
Entraos en la religión 
Adonde podréis vivir 
Sirviendo í Dios, qoe en' las 

Non sois para lo servir. 
Pusiera i «os i mi lado, 
Que pudiera ser que allí 
Se vos quitara el pavor 
T vuesas menguas cubrir. 
Salid esta tarde al campo, 
Que quiero ver si sufrís 
Mas qoe os afrenten mil hornea 
Qne quedar muerto en la lid. 

Y podr£ ser quedéis vivo 
Que yo tengo de ir alli, 

Y veré lo qoe faoedes 

Y si de honra sentís. 
Con esto, Martin, á Dios, 
Qoe habéis de yantar sin mi 
Hasta que traigáis cobrado 
El honor qne yo VOS df. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



38. (Aninimo). (i) 



—De vocatra honra el criiol 

Ha manchado el JDsto cielo, 

Poes ■aliiles de la lid 

T 01 vieron salir fufendo. 

Levanti, Martin PeUei, 

Pdu se ha visto al deacnbierlo 

Qae fniates afeminado 

Como cobarde mancebo. 

No comáis entre infanaanes, 

Que para comer con ellos 

El menester pelear 

Con inimo j fnerte pecho. 

Tened memoria, Martin, 

De vuestros padre« y abuelos, ' 

T repetid las palabras 

Que voy agora diciendo: 

Primero lie de morir entre pa- 

Que me quiten ¡a honra entre 

erUtiaao», 
Puet que loa juato el délo me 

pertigue 



Yo he de hacer gae su furia te 

mitigue. 
Ponderad estas palabras, 
Mirad no las lleve el viento. 
Que tener vida sin bonra 
Es vivir an borobre muerto. 
¿De qní sirvió la nobleza? 
En el campo ¿qué se hicieron 
Los títulos y renombres 
Pues se escribieron en negr<^ 
¿Dó dejastes el trotón? 
Cuido to dejaste muerto, 
Que quien de »l no se membra 
Mal cuidará de lo ageno.-^ 
Eslo decia el bnen Cid 
A Martin con gran secreto, 
T levantando la vos 
Dijo con pecho de acero: 
Primero he de morir entre pa- 

Que me quiten la honra entre 



Corrido Martin Pelaea 
De lo que el Cid ha Tablado, 
Dello cobró gran vergitenza. 
Del I o esti muj ocupado. 
Foeie para sn posada. 
Triste estaba y moy cuitado 
Viendo como el Cid ha visto 
Su cobardía tan claro, 
Por lo cual no consintió 



Propóneie ler valiente 
O de morir en e) campo. 
Otro dia salió el Cid, 
Junto i Valencia ha llegadt^ 
Salieron luego los moros 
A ferir en los cristianos. 
Llegan denodadamente 
Con los esfoerEos sobrados. 
Martin Petaca fae el primero 



Que coma con los honrados; Que la lid babia entrado. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



tu 

Y 6ri6 tan recia en ellos 
Qae i mncfaos ha derribado; 
Allí perdió toda el miedo, 
Mu; gran esfaerzo ha cobrado, 
Peleó valiealenienle 
Mientra* la lid ha durado, 
Unot mala y otros hiere, 
Hiso en ellos grande estrago: 
Los moros diceo á gritos; 
—¿De dó ha venido este diablo? 
Hasta aqni no le bemos visto 
Tan valiente y esforzado, , 
A todos nos hiere y mala, 
Del campo nos ha lanEado.^— 
Por las puertas de Valencia 
A los moros ha encerrado, 
Los brazos hasla los codos 
En sangre lleva bañados, 
Ninguna hay tal como él 
Sino es el Cid afamado. 
Loa moros fueron vencidos, 
Pelaez se habia lomado, 
Esperándole está el Cid 



Fasla qne fuera llegado, 
Con moy crecido pbcer 
Rodrigo lo babia abrasado, 

Dfjale: Martin Pelaei, 

Vos sois bueno y esforzado, 
Non sois tal que mereccais 
De boy mas conmigo sentaros. 
Asentaos con Alvar Fañes 
Que era mi primo hermano, 
Y con estos caballeros 
Que son buenos y eslimados. 
Que los vuísoa buenos fechos 
Siempre serín bien mentados, 
Seréis dellos compaSe.ro, 
Sentaros hei* á su Lado.— 
De aqnel dia en adelante 
Fiao fechos muy granados 
De esforzado caballero, 
BaeAo como el mas preciado. 
Aquf se cumplió el proverbia 
Entre todos divulgado, 
Queel queá buen árbol se arrima 
De buena sombra es tapado. 



3o. (Anónimo), (i) 



Por la mano prende «1 Cid, 
No con rigor ni con saña, 
Al ¡oven Martin Pelaei 
Que fuyó de la batalla, 
Et por mejor reprendelte 
De sa cobardía mala, 
Le sienta á su mesa y dice 
Con amorosas palabras: 
—Yantemos en uno juntos, 
Que non he sabor ni gana 
Que yautedes con los grandes 



Que ban ganado con sn espada; 
Yantad en esta escodilla. 
Que el uno al otro se llama. 
Yo por nó ser bueno os qniero 
A mi lado y á mi estancia: 
Los que alli con Alvar FsScí 
Con él se asientan y yantan. 
Ganaron con sns proezas 
La mesa y perpetua fama. 
Con la sangre de enemigos 
Es bien lavar nuestras manchas 



(i) j͡ mitmo aturUo del X 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



Qae en el honor ban caído 
Rindiendo la vida y almai. 
VergoBosa vida atiende 
Aqoel qoc valor le falla, 
MagSer que bf ya au facienda 
De los mejore» de EspaBa. 
Miémbresevos de loi fecbos 
Paaidoa qae ha fecho ea armai 
Mi amigD Pedro Bermadez, 
T caán bien aa eapada talla. 
Aguis£tnonos de gnisa 
Que ningDQo tuerto faga, 
Mi los moros Valencianos 
Pnedan afrentar tas lanus. 
Facer lo qae home es tenado 
De toda colpa descarga, 
Porqnc alU no hay fallimiento 



195 

De lo qne la honra encarga.— 
Esto dicho, el Cid callóse, 

Y la comida acabada 
Mandó tocar las trompetas 

Y que se pongan en armas, 

Y los moros Valencianos 
Con las gentes Asturianas 
Traban una eacaramnia 
Encendiendo nueva saíia. 
Corrido Martin Pelaez 
De las pamas palabras. 
Fizo cosas SqQcl día 

Que al Cid admiran y espantan, 
Tanio que aquel vencimiento 
A Martin Pelaet se daba. 
Los moros su nombre temen, 
Con qae ganó lauro y palma. 



—■Partios ende los moros, 
Non pongáis mientes en al, 
Cnidi de los doloridos 

Y los muertos soterrad; 
Decidles i los cniíados 

Y i las cuitadas contad, 

Qoc el saber nueso en la gnerra 

Es bnmildoso en la pai; 

Poned la furia e'n facer 

Que me vengan i foblar, 

Porqne les diga mi boca 

Toda la mi voluntad, 

Qne non quiero sns faciendas 

Nin se las he de tirar, 

Nin para mii barraganas 

Sns £)as be de tomar, 

Qne yo non uso mugeres 

Slnon la mía natural, 

Qae en San Pedro de Cárdena 

Yace agora al mi mandar, 



Y mindovos yo, Alvar FaSes, 
Si he poder de vos mandar. 
Vais por ella y por mis fijas. 
Mis fijas otro que tal. 
Llevad treinta marcos de oro 
Con qoc se puedan guiar 
Para venir á Valencia 

A la ver y i la gotar: 
Lleva otros lautos de plata 
Para San Pedro y su altar, 

Y entregadlos i Don Sancho 
Que ende yace por Abad; 

Y al noble Rey Don Alfonso, 
Mi baen seBor natural. 
Lleva doscientos caballos 
Bien guarnidos al mi usar; 
¥ á los honrados jndlos 
Baqnel y Vidas llevi 
Doscientos marcos de oro, 
Tantos de plata, y non mas, 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



426 

Qne me endonaron preiUdot 

Cuando me partí. á lidiar 

Sobre dos cofres de areni 

Debajo de mi verdad; 

Rogarles beis de mi parte 

Que me qnieran perdonar, 

Qoe con Benita lo fice 

De mi gran necesidad, 

Que aanqac caídan que es aren* 

Lo que en los cofres titi. 

Quedó soterrado en ella 

El oro de mi verdad. 

Págales la logrería 

Qne so; leñado i les dar 



Del tiempo qne so dinero 

He lenido á mi mandar. 
Y vos, Martin Anlolinei, 
Le iredea á acompañar, 
T las mis buenas ventaras 
A mi Ximena contad. 
Diréis al Rey Don Alfonso 
Que me empreste en su lugar. 
Porque i mi Ximena agrada 
Mucbo el taller y cantar.— 
Aquesto, dijera el Cid 
Después que ya entrado ha 
En Valencia vitorioso 
Pues conqtKrído la ha. 



3i. (Anónimo), (i) 



Desterrado estaba el Cid 
De la corte 7 de su aldea 
De Castilla por sn Rey, 
Cansada de vencer guerras, 

Y en las venturosas armas 
Apenas las manchas secas 

, De la sangre de los moros 
Que ba vencido en sus fronteras, 
T aun eslabtn los pendones 
Tremolando en las almenas 
De las soberbias murallas 
Humilladas de Valencia, 
Cuando para el Rey Alfonso 
Va rico presente ordena 
De cautivos y caballos. 
De despojas y riqueMS. 
Todo lo despacha i Bnrgos, 

Y i Alvar FaBez qne lo lleva, 
Para que lo diga al Rey 



Le dice desta manera: 
—Dile, amigo, al Rey Alfonso, 
Que reciba su grandeza 
De nn fidalgo desterrado 
La voluntad y )a ofrenda, 

Y que en este don pequeüa 
Solamente tome en cuenta 
Que es comprado de los moros 
A precio de sangre buena: 
Que con mi espada en dosaBos 
Le be ganado yo mas tierras 
Que le dejó el Rey Femando 
Su padre que en gloria sea: 
Que en feudo dello le tome, 

Y qoe no juzgue i soberbia 
Que con parias de otros Reyes 
Pague yo á mi Rey mis dendas; 
Que poes é\ como señor 

Me pudo qnitar mi hacienda, 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Bien puedo yo como pobre 
Pagar con bacienda ageua: 
T qac iaigne qae cu au dichm 
Son delante mii cDieSaa 
Millaradas de enemigoi 
Como ante el aol las tínicblai: 
¥ espero en Dios qae mi braco 
Hade faaccllo rico, mieatras 
La mano aprieta i Titona 
í el talón fiere á Babiecaí 
T en tanto mis envidiosos 
Descansen) mientras les sea 
Firme muralla mi pccbo 
De su vida y de sus tierras, 

Y entreténganse en palacio, 

Y guárdense no me vendan. 
Que del tropel de los moros 
Soltaré twa vez la presa 

Y Uegarin su avenida 

A ver entre sos almenas; 
T defiendan bien sus bonraa 
Como mancban las agenas; 

Y si les diere en los ojos 

Lo que les dio en las orejas, 
Verin qae el Cid no es tan malo 
Como son sus obras buen a s, 

Y si sirven á sn Bey 

En la pai como en la guerra 

Mentirosos lisonjeros. 

Con la espada ¿ con la lengna, 

Y verá rl buen Rey Alfonso 
Si son de Burgos las faenas 
Los caminos de ladrillo 



197 

o los inímos de piedra: 
Qae le snplico permita 
Se pongan esas bandera* 
A los ojos del glorioso 
Mi Príncipe de la Iglesia, 
En seBal que con su synda 
Apenas enhiestas quedan 
En toda Espa&a otras tantas, 

Y ya me parto por ellas: 

Y le suplico me envié 
Mis fijas y mi Ximena, 
Deata alma sola afligida. 
Regalada y dulce prenda: 
Que si non mi soledad, ' 
La suya al menos le duela. 
Porque de mi gloria goce 
Ganada en tan larga ausencia. 
Mirad, Alvaro, no erréis. 
Que en cada raion 
Lleváis delante del Rey 
Mi descargo y mi limpie». 
Decidlo con libertad, 
Quebienséqnebabrienlameda 
Quien mis pensamientos mida 

Procurad que annque les pese 

A los que mi bien les pesa. 

No lleven mas que la envidia 



De m[, de v 






Valencia amada 
No me hallareis i la vuelta. 
Peleando me hallaredes 
Con los Moros de Consnegra. 



33. (Anónimo). 

Llegó Alvar FaSea i Burgos Entró á beaarle la mano, 

A llevar al Rey la empresa Después de darle licencia, 

De cantÍTOs y caballos, ¥ poesto ante él de rodillas 

De despojoa y riqtxtas. Este recaodo o 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



138 

— Poderoso Rey Alfonio, 
Becib* vncM grtndeu 
De nn fidtlgo desterrado 
La voluntad y la orrcnda. 
Don Rodrigo de Vivar, 
Fnerte maro cd ta dcfeuM, 
Por envidia desterrado 
De »u cata y de so tierra. 
Pide que con libertad 
Hable puuto en an defeDii, 

Y aii quiero por no errar 
Decir aos palabrai raeiioai. 
Dice; que eale don peqoeSo 
Toméis aolaniente en cncttia, 
Que es ganado de los moros 
A precio de sangre buena: 
Que con su espada en dos aBo) 
Te ha ganado el Cid mas tierras 
'Que le dejú el Rey Fernando, 
Tu padre, qae en gloria sea: 
Que en feudo deslo lo tomes, 

Y no iazguei á soberbia 

Qoe con parias de otros Reyes 
£1 pagoe á su Bey sus deudas; 

Y pues td como señor 
Le qoilasle su facieoda, 
Que bien puede como pobre 
Pagar con facienda agena. 
Que fies en Dios y en él 
Qaeteh>debaccrrico, mientras 
La mano aprieta á Tiaona 

Y el talón biere i Babieca. 

Y que gustes que en San Pedro 
Se pongan estas banderas 

A los ojos del glorioso 
Gran Príncipe de la Iglesia 
En seSal que con su ayuda 
Apenas enhiestas quedan 
En toda EspaSa otras tantas 

Y ya se parle por ellas. 



Qae le suplica le enviea 
Sus fijas y su Ximena, 
Del alma triste afligida 
Regaladas dnfces prendas: 
T si nos su soledad, 
La suya al menos te daela, 
Para qae sn alma goce 
Ganada en tan larga ausencia. 
No quisiera haber errado, 
Qae en cada palabra destas 
Te traigo, Rey, de Rodrigo ^ 
So descargo y su linipiesa.^~ 
Apenas dio la embajada 
Cuando la envidia revienta 
De envidiosos lisonjerot 

Y corredores de orejas.' 
Movióse un Conde agraviada, 

Y dfjole al Rey: — To Alten 
No áí crédito 1 estas cosa* ' 
Que son engafina que ceban. 
Querrá ahora el Cid Rodrigo 
Coa esto qne te présenla 
Venirse i Burgos mañana 

A confirnurtua ofensas.— 
CalA Alvar Fsñet la gorra 

Y empuñando en la derecha, ' 
Tartamudo de corage 

Le diiS al Conde esta respuesU: 
Nadie se mude ni hable, 

Y el qoe se moviere atienda 
Que le fabla el Cid presente, 
Poes yo lo soy en su ausencia: 

Y cuando en mi pobre esfnerw 
Capiere alguna flaqueza, 

La gran firmeía del Cid 
Me ayuda desde Valencia: 
No le venda ningún falso 
Ni sus lisonjas le vendan. 
Que del y de mf, en sn nombre. 
No aseguro la cabeta. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Y liS, Rty, que laa lUonj» 
Acomodas y aprovechai, : . 
Hai de liíooiat murallas 
y veris como pelean. 
Pcrdooa que con enojo 
Pierdo el reipelo á tn-Alteu, 
T dame si me hai de dar 
-Del Cid las queridas prendas; 



139 

A Dofta Ximeoa digo,. 

Y A sni dos hijas con ella, - 
Pnes te bfreico so rescate 
Como si estuvieran presas;-'— 
Levántese el Rey Alfonso, . 

Y á Alvar Fañri pide j rtuft 
Qna se tosiegoe y Im do»' 
Vayan d ver i Ximena. 



3^. (Anónimo), (i) 



"El vasallo deilealt, 
uEl desterrado, el traidor, 

■ El qoe noa copo en Castilla 

■ MagSer que. en ella nació, 
>EI avillada de todos, 

■ Y mas qoe delios de vos, 
bEI que de lí non se miembra 
> Por .tratar de vuestro pro, 

■ El qoe de vuesos denuedos 

■ Ya non se le acuecda, non, 
■Desde Valsncia a« envía 

■ Salud,, olórgaeosla Dios. 
■Non satisface los Itwrtos 

■ Que le liclsleis,. señor, 

■ Pues dellos ha resultado 

■ Vuestro provecho y su honor. 

■ Sus maldicientes perd'ona, 

■ Aunque indigno* de. perrfOD, 

■ Tienen asii gran fondón, 
■Que por donde el homc cuida 

■ Qne amaga su perdición 

■ Viene lu pro i las vegadas, 

■ ¡Mirad pues cuín altos son! 

■ Yo fablarí de espcríencia 



■ Que he recibido el favor^ 

■ Y vos sois en grave parte 

■ El instrumento de Dios.' 

■ En ese arque ton de piala 

■ Vos endono un rico don, 

■ Estimadlo, Alfonso, en mucho 

■ Que merece estimación. 
B Cinco coronas vaw ende 

■ Cada con su rtal pculob/ 

■ Cinco cetros de oro puro 

■ Que de cinco Beye* ioír, 

■ Cinco llaves van lambiea, 
uQue como é Rey y sefior 

> Vos entriega el vuestro siem», 

■ Non lo ficiera nn traidor.. 

■ Chanlaida* en vueso escudó 

■ Que non menguareis de hondr, 

■ Farla sanare asas me cuesta-. 

■ Su prolija aquistacloD. 

■ Non deis nada al mandadero 

■ Que ya le he paf>ado yo, 

■ Qoe ef Alvar FaAei Minaya - 

■ Un mi sirviente de pro: 

■ Conocelde, señor Bey, 

■ Y fablaMe con amor. 



1 con Alvar FaHrs 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



130 

»¥• quÉ yo na be akanudo 

■ Eate Éfasajo de voi, 

¡■Qae el bnta fablar en loi Reyca 

■ CouU muy poco, «eflor, 
bY face vaaalJos leales, 
»Lo qae non face el temor, 

HComen en un plato, non) 
■•y el temido, poca* vece* 

■ Fue amado de coracoD. 

■ Direii que aqueste Rodrigo 

■ Siempre íaé acontejador, 
xT afna o» diría loa tiempos 

■ Si tenéis Ciro me)or, 

■ Qae don soy Un maJ vasallo 



aQae con muchos como yo 
>Non restanrara de preato 
uLo que el Bey Godo perdid. 

■ Gocéis lo a|e os doy mil «itos, 

■ Que hoyvot pongo en posesión, 

■ Non quiero para mi nada, 

■ Solo escucho vnegtro amor, 

■ Y que por la mi Ximeua, 
■Que es dueita de gran valor, 

■ Miredes y por mis fijas: 

■ Solo vos pido este don 

■ En pago de mis servicios 

■ Si merecen galardón, 
uQoe non vos seri afsnoao 

■ Cumplir vuestra obligación.'^ 



Victorioso vuelve el Cid 
A San, Pedro de CardeAa 
De las guerras qor ha tenida 
Con lof moros de Valencia. 
Las trompetas van sonando 
Por dar aviso que llega« 
T entre todos se setialan 
Los relinchos de Babieca. 
El Abad y monges jalen. 
A recibirlo. í la poerLa, 
, Dando ajábanlas á Dios 
T al Cid mil enhorabaenaa. 
-Apeóse del caballo, 
T antes de entrar en la Iglesia 
TomiS el pendón en sos enanos 
Y dice de esta manera; 
— Salf de tí. Templo aanto. 
Desterrado de mi tierra. 
Mas ya vuelvo i visitarte 
Acogido en las- agenas. 



Desterróme el Rey Alfonso 
Porque allá en Santa Gadea 
Le tomé el sn juramento 
Con mas rigor que él quisiera. 
Las leyes eran del pueblo. 
Que no excedí un punto delbf, 
Pues como leal vasallo 
Saqué á mi Bey desospecha. 
¡Oh envidiosos castellanos, - 
Cuín mal pagáis la defensa 
Que tuvistes en mí espada 
Eoiancbando vuestra cerca! 
Veis aquí os traigo ganado 
Otro reino y mil fronteras, 
Qne os quiero dar tierras mías 
Aunqne meecbeii délas vuestras. 
Pudiera dárselo i estraüos, 
Mas para cosas tan feas 
Soy Rodrigo de Vivar, 
Castellano á las derechas. 



I. Contóle 



' 3fi. por Stpiíí</eda. 



Aqaeie &nMO Cid 
Con gran raum n laido; 
Ganada liene i Valencia, 
De.inoroi la ha conqaialado: 
En día está in mogcr 
Fija d«l Conde Lomdo, 
DoSa Sol y DoiU Elvira 
Poco ba que hablan llegado 
De San Pedro de CardcBa 
Do «1 Cid lai habla dejado. 
Estando el Cid á placer 
Nueva» le habían Uegado 
Que el Gran Miran» ino lio. 
Bey de Túnu coronad^ 
Venia 4 m la quitar 
Con gran gente de á caballo: 
Cincuenta mil eran ¿atoa. 
Loa de i pie no tienen c^io. 
El Cid como era valiente 
T en arniaa tan- aprobadp, 
Ba«leció bien los caatiiloa 
T en todo puaorecaadoi . . 

Eafonó sus caballero* 
Como lo babia acbalumbrado.' 
Subiera á Deita Ximena 
T A sus fijas en lu cabo . . 

Ea nu« torre mas^alt^ 
Qoe tn el alcatar ae ha halbdo. 
Miraron ^ntra la mar. 
Loa morot catan mhnindo 
Viendo come armaban tiendas 
A gran priesa jr gran cuidado. 
Al rededor de Valencia: 
Grandes alarido* dando, 
Tañendo sus atamborea 
Loa aires van penetrando' 
DoSa Ximena y sus fijas 
Gran pavor habían cobrado 



Potque jamai habían vislo. 
Tantas gentes en nn campoj 
Esforaibalas el Cid 
De aquesta suerte fablando; 
—No temáis, Doia Ximeni, 

Y fijaa que tanto am». 
Mientras qne yo fnere vive 
De nada tengáis raidado. 
Que los moro* que aijaf vedes 
Vencidos .babrán qttedado, 

Y con el su gna. beber. 
Fijas, os babrt casado,' 

Que cuanto* mas son losmores 
Mas ganancia habrán -dqjado, 

Y las bocinas qoa traeo 

¥ ante vok se babian tocado^ 
Servirán para.la Iglcai»i , 
Desle pueblo valew¡ianói>-«' 

Por las huertas han. enlrado - 
Derramados y -cspwcidas' 
Sin orden j á.malrccaodo, 
A Don Alvar Salvadores 
Le dijo: — Sed Inego armado. 
Tomareis doscientos bornes 
De i caballo, edereiftdoa, 

Y haced ana elpelonada 
Contra, los perros paganos, . 
Porqoe Ximena y SMS I £ ja* j 
Vean que sois estoFEado;— 
Salvadores lo compbera 
Como el Cid la babia mandado. 
Did de tropel ea.loniqprot, 
De las huerleelos ha ochado; 
Firiendo iban enellos,, 
Firiendo van y matando 
Hasta dentro de las tiendas 
Que los moros han armado. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



na 

De a1l( M tornaron todot Se latttó Ualo en los morof 

Doacientús moroi mataniito: Qdc la habian cautivado; 

Preio queda Salvadoreí, Sacóle el Cid otro dia 

Que por ler aTCDtajado Lo* moroi deAljaraUndo. 

37. por Stpútveda. 



Ya M lalen de Valencia 
Con el buen Cid caalellano 
Sui gentes bien ordenadas, 
Lai de á pie y las de i caballo. 
Su seña lleva tendida 
Bcrinndea el esfonado. 
Por la poerla la Cnlebra 
Sallan todos al campo. 
Don Geróurmo Anobispo 
Delante va bien armado 
Para contra el moro Rey 
Miramamolin llamadO) 
Que venia contra «I Cid . 
A le quitar lo ganado. 
Cincnenta mil caballeros 
Trae el moro á su mandado; 
Las bacei rony ordenadas 
Ambas ae habian juntado; 
Como los moros son muchos 
T tan pocos los crlslianos 
Tíznenlos en f;rande aprieto, - 
Mas el boen Ctd ha llegado - 
A f^lndes voces diciendo, 
En Babieca cabalgado: 
Hiof ayuda j Santiago. 
Firiendo van en los moros, . 
Firieudovan y matando. 
Graude favor habia el Cid 
ti f^abalgado 



En la sangre de los moros 
Fasta el codo ensangrtntadoj 
No hiere mas de una vea 
Almoroqueosaaguaraallo. 
Fuido han en fin los moros 

Y el campo le* ban dejado; 
Mas yendo en su legaimienlo 
Con el Rey mor-o babia dado. 
Tres veces ya I0 ha herido, 
Mas el moro es bien armado 

Y el caballo del buen Cid 
Macho adelante ha pasada, 

Y cuando tornara al moro 
Macha tierra le ha cobrado. 
No lo podiera alcantar. 

En un castillo se^ha entrado: 
De las gentes que traía 
Solamente habian q Dedada 
No mas de mil y quinientos. 
Los mas muerto y cablivado. 
Gran haber hubiera el Cid 
De oro y plata y de caballos, . 

Y una tienda la mas rica 
Que se viera entre cristianos. 
A Don Alvar Salvadores 

En la tienda lo ha hallado^ 
De lo cual so alegró el Cid, 

Y fi Valencia *e ha tomado, 

Y Ximena con su* fijas 
Gran placer babiui tomado. 



D5.i.z«it>,Goog[c 



133 



38. (Aa^nimo). (i) 



Coniíderando lo* Condu 
Lo que el de Vivir v»le 
T que *a ftini le aumcats 
Por'Iai fauil*a que face, 
Al Bey Don Alfoaio piden 
Que con «as G¡as Wt caae, 
Porque ser ferno« del Cid 
£s bien qae puede estíinsrae. 
El Hey por facelleí bien 
Luego le en*i¿ un menaage 
Que se viniese i Reqaena 
Para qne con él lo trate. 
Rodrigo visla la noeva 
Dio dello á Ximeiia parle. 
Que en lal caso Ids mugeres 
Suelen ler muy imporlantM. 
Sabido, no gustó dellu 
T dijo al Cid: — Non me phM 
De emparentar con los Condes, 
Maguer sean de linage, 
Maa fágase ende, Hodrigo, 
Lo qae i vos mas os agrade. 
Que no hay mengaa de consejo 
Do está el Rey y vos eslades.-. 
Xodrigo partía i Reqnena, 
Y también el Bey se parte 
Jautamente con lo* Condes 
Porque el Cid los vea y feble. 
Después de dicha una Misa 
Delante el Rey y loa grandes 
Por Don Gerónimo Obispo 
Con mucbas solrmnidadei, 
El Rey al Cid apartó 



De todos Io« círcnnitantc*, 
T estas palabras propuso 
Con gravedoso seniblanlc: 
—Bien sabedes, Don Rodrigo, 
Que os tengo amor asái grande, 

Y por vuestras cotas cuido . 
Con solicitud bastante: 
Por ende habéis de saber 
Que fice aqueste viage 

Por fablarot de a» negocio 
Que ioiporia con vos se laUfc 
Los Condes de Carrion 
Me han rogado qae vos trate 
En que )ei deis vucsaa Gja* 

Y que coa ellas los case, 
Qne es tarín agradecidos 
Si esta merced se les face. 
Porque es gran raion se estimen 
Fijas que son de lal padre. 
Codician vuesa amistadr 
Atienden al trato afable. 
Aman mucho varaas cosas, 

T estiman i vuesa sangre.^— 
Agradeció el Cid entonces 
Al Rey la merced tan grande, 

Y díjole Sf sirviese 

De to4o lo que á él tocase* 
Qne del, de fija», de h»b«ña' 
Ficiese lo qne mandisc, ; . 
Que él no casaba i sus £j#>. 
Mas las da que se laac4M. 
Dióte el Rey graciaa; per ello - 

Y mandó les enlregaieDi . : , 



" ' ■ [ ' . I jül ' ! ' ■" - 

(i) Aguí emptetan tos romaners dt lo* Condtt dr Caü^üh , ton ifu 
badat r la afrrrtia hteha á lat hi/as det Gd; haila^ué't'ilt los nló 
por dio ante rl He^ Al/oiuo y lat Cortf. • ■ -, 



L)¿i.;.iiuGoOg[e 



131 

Ocho mil marco* d« plalta 
Para el dia cu qne ic cascD, 
T al tio de laa doncellaa, 
Qae era el Iniea D. Alvar FaSet, 
MandA el Bey que U« tuvieic 
Fasta qne ae despojasen. 
Luego el Tley llamó á los Condes 
Y mandó qne le besasen 
3Las manos al Cid Ray Dits 
T le fagan bomenafje, 
Ficiérúula asf los Condes 
Delante el Rey y los grandes, 
T convidii et Cid á todos 
Porque en sus bodas se bailen. 
Parlióse el Rey á Castilla 
T el de Vivar con él parle 
T á dos leguas mandó el Rey 
Que no pasen adelante. 
Fuese Rodrigo i Valencia 
Donde quiso se juntasen 
Ixts Condes y caballeros 
Porque- las bodas se acaben. 
Cuando el Cid los vido ¡autos 
Di jóle i Don Alvar FaSts 



Que lo qae el Rey le mandó 
Luego al panto efecloase, 
Qae liraiese í sos sobrinas, 

Y que á los Condes ó Infantes 
Que llaman de Carrion 

Al punto las entregase. 
DiéroDSelas, y los Condes 
Con amorosas señales 
Dieron maestras del contento 
Que deste suceso nace. 
Porque es tan fuerte el amor 

Y son sus efectos tales. 
Que lo publican los o}os 
Aonque la lengua lo calle. 
Fizo el Obispo su oficio, 
Dio bendiciones y paces. 
Hubo fisslas ocho dias 
De cañas, toros y bailes. 
Diú grandes dones el Cid 
A los Condes y magnates, 
Qne aquel que es grande en sos 

Snele ser en todo grande. 



Acabado de jaular. 
La (bx en somo la mano, 
Dnrmiendo'esti el tefior Cid 
En el BU precioso escaño. 
Gnsnlándole eslan el aucSo 
Sus yerAos Diego y Fernand» 

Y el larlaioso Bermndo 
En lides determinado: 
Pablando eslan juglerías. 
Cada caaf para hablar paso 

Y por soi^fla^ la risa 
PneslA la-^ito cu los labios; 
Cuando uflas voces oyerox 



Que atronaban «1 palacio 
Diciendo:— Gnarda el Leda, 
Mal muera quien lo ba soltado.— 
No se turbó Don Bermudo, 
Empero los dos hermanos 
Con la cuita del pavor 
De la risa se olvidaron, 

Y esforiándose las voces 
En puridad se hablaron, 

Y acunie járonse aprisa 
Que no fuyrsen despacio. 
£1 menor Fernán Gomales 
Did principio al fecha malo. 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



En E*g« el Cid le ucondió 
B*jo BD uciiSo igachulo. 
DiegO) el mayor de las dos, 
Se escondió i trecho mas largo 
En un lugar lan lijoso 
Qae na paede ser contado. 
EntrÜ gritando el gentío 
T el León entró bramando, 
A quien Berma do atendió 
Con el estoque en la nano. 
Aquí dio ana voi el Gd, 
A quien cano por milagro 
Se hamillú la bestia fiera, 
Hamildasa y coleando. 
Agradecióselo el Cid 
T al caello le echó los braxoi 
T llevólo á la leonera 
Faciiindale mil falagoi. 
Aturdido está el gentío 
Viendo lo tal, no acatando 
Que ambos eran leones, 
Mas el Cid era mas bravo. 
Vuelto pues i la su sala, 
Alegre y no demndado. 
Preguntó por sus dos yernos 
Su maldad adivinando. 
Bermndo le respaadió: 
—Del uno os daré meando ' 



)35 

Que aqnf se sgaebó por ver 

Si el León es lembra ó maclio..^ 
Allí entró Martin Pelaee 
Aquel temido asturiano. 
Diciendo á voces; -^Sefior, 
Albricias, ya lo han aseado. — 
El Cid replicó : — jA qoiéo? — 
Él respondió: — Al otro her- 

Que se sumió de pavor 
Do no se sumiera «1 diablo. 
Miradle, señor, do viene, 
Empero faceos á un lado 
Que babeis para estar par dít 
Menester un incensario.—" 
Desenjaularon al uno. 
Metieron otro del braeo. 
Manchados de cosas malM 
De boda los ricos pafios. 
Movido de saSa el Cid 
A uno y i otro mirando 
Reventando por tablar 
Y por callar reventando, 
Al cabe soltó la voi 
El soberbio castellano, 
X los denuestos les dijo . 
Que vos contaré despacto. 



4o. (Anónimo). 

—Non quisiera, yernos míos, ¿Por qué fuglsteis entrambos? 

Haber visto tal. (qí^ado. ¿Non eaiábades conmigo 

Cual el oeste nul snceso, . . Para siquiera mirallo? . . 

Maguer cuide algiui gian daito. Pedísteis al Bey mis fijas 

¿Sofi ealas ropaf de bodas? Cuidando de valer algo, 

¡Haya mdl grada el diablo! ; Non (i(;e mi vojuiitad, 

¿Qa£ pavor ha sido'el vneso Mas lice en el su mandado. 

Que habr.is fecho tal recaudo? ¿Vosotros sodes los novjos 

Teniendo las yitos^s armas, ; Para Aii vejez guardados? 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



136 

¡Bmna veles iDc darcdu 
Sieodo tan ■feminados! 
No quiero paur de aqní. 
Que si miro lo pasado 
Reviento de pesadumbre 
Considerando eile caso.— ^ 



Eslaa palabras el Cid 

Les dijo muy enojado 

For-haber asf fuido 

Del León los dos bermanos: ' 

Agraviáronse los Condes, 

y con é\ quedan odiados. 



—Si de morlalea ftridaa 
Fincare roaerlo en 1* gnerra, 
Llevadmr, Ximrna roia, 
A San Pedro de Cardeila: 
T asf bnena andanza hayadet 
Qat me farades la baesa 
Jantú al altar de SantiaBOt 
Amparo de lides nuesas. 
Non me enredes plaQír, 
Porque la tni i;ente bnena 
Viendo que falla mi braco 
Non íaja y deje mi tierra. 
Non vos conozcan los moros 
£n vuestro pecho flaqueta, 
Sino qne aquí griten armas, 
T allí me fagan obsequias: 
Y la Tiurna qne adorna 
Esta mi mano derecha 
Non pierda de su derecho, 
Ni venga i manoi de terobra. 



Que el mi caballo Babieca 
Fincare sin sn arftor 

Y llamare A vuesa puerta. 
Abridle y ocariiladlc 

Y dadle ración entera, 

Que quien sirve á buen teBor 
Baen galardón del espera. 
Pontdme de vuesa mano 
El pelo, espaldar y grevas, 
Brazal, celada y manoplas. 
Escudo,' )an>a y espuelai; 

Y puesto que rompe el dia 

Y me dan los moros priesa. 
Dadme vuesa bendición 

¥ fincad enhorabuena.^— 
Con esto sal i¿ Rodrigo 
De los muros de Valencia 
A dar la batalla A Bucar, 
¡Plegué á Diosque con bien ' 



ilva! 



La venida del Rey Bncar 
A la ciudad de Valencia 
Esti consultando el Cid 
Con muchos bornes de enenta. 
Estando en aquesta fabla 
Han entrado por la puerta 
Sua yernos diaímtilando 



Asiento les diera el Cid 
A la su roano derecha, 
Él temblando de atrevido 
Y ellos tiemblan de flaqaeu. 
Que los ánimos cobarde* 
Carecen de fortaleza. 
En estas fablas estando 



La traición qiic aaii te ordenan. Toda la gente (rae n 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Con cii)M| ptbnoi, trompai, 
De como lo* moro* llegin. 
Snbiise el Cid con lo* soyo* 
A aa» torre laa aobrrbii 
O>iiio ion tas penga ID i en I o» 
Que i((ualan i ta* eslrellas. 
PiMilo de peclioael Cid 
En l*j soberbias almena*, 
Miraba al Rry qae ha llegada 
Con el ejercílo y tiendas, 
De (]ue sos cobarde* yerno* 
Ya se temen y recelan. 
£1 Cid ha «ido avisado 
Que no recaudo del Rey llega, 
Bajóse por recibillo 
~ 1 bajar su forlaleía. 



Ala) 



s del n 



Atiende el Cid con prodenci*, 

T torbado de su aspecto 

Le dice desin manera: 

— El Rey Bocar, mi teSor, 

Ha venido de *a tierra 

A deihacer el gran tuerto 

Con que Iti le tiene» ésta. 

Envíatela i pedir, 

T eu viendo ^ne no ta dejaa 

Te apercibe i la baUlla 

T procura defendclla. — 

Oida* estas ratonea 

No faciendo dellas cuenta. 

Alegre responde el C!d, 

Mostrando mucha clemencia; 

^Dile al Rey (jne se aperciba, 

Qne yo pondré mi defensa; 

Valencia me cnrata mocbo 

I no piensa salir dclla. 

Porque be pasado en ganalla 

Muy grandes cuitas y penas. 

Gncias infinita* doy 

A la infinita grandna 



137 

Qne ine otorgó la vi lo ría 
En tan peligrosa gnerraj 
A solo Dios lo agrsdeico, 
Y á la sangre y gente buena - 
De mis parientes y amigos 
Quelambíeii mucho les cuesta_ 
El moro ae despidió 
Cobarde en ver su presencia, 



Al Rry le lleva la nueva. 
El Cid se queda ordenando 
Cosas sobre esla facienda, 
¥ conoció de sus yernos 
La cobardía que encierran. 
Mandóles que se quedasen- 
Porque no prueben sua fuerias: 
Ellos temerosos desto 
Corridos de Isl afrenta, 
Le dicen qne han de ir con i\ 
A tan peligrosa eApresa.. 
Junlss \a» gentes del Cid 
Sus haces traían y ordenan. 
Todos salen al rral 

Y el Cid con tanta braveta, 
Que los moros temeroso* 
Sus haces juntan aprieaa. 
Al son de pífano y caja* 

La batalla se comienia, 
Animindotos Rodrigo 
Que lleva la delantera; 
Con su gente puesta en orden 
La batalla les presenta. 
Embistense ambas las perteS( 

Y en Ja batalla sangrienta 
Diet y ocho Reyes preadc, 

Y í lodo* ellos prendicm, 
Mas poniendo í loa pie* ala* 
Desembarazan la tierra, 

Y aunque costó mucha sangre 
Durando tan grande pieza, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



138 

La Vitoria llevó el Cid Iteaéinle mil ulodci 

Y con ella eotrd en Valencia. Para »u amparo y defen*a. 

Recibidlo la ciudad T él contento y mny alegre 

Con aplauso y bncna estrena. Se va á ver á «u XimeDa. 

43. por Sepútveda. 



En batalla teinerosa 
Andaba el Cid caslellano 
Con Bucar ese Rey moro 
Que contra el Cid faa llegado 
A le ganar á Valencia 
Qoe el bnen Cid ba conqniítado. 
Los Condes de Carrion 
En ella se babian bailado, 
Y contra nn Infante de ellos, 
Fernán Gonulet llamado. 
Un mofo viene corriendo 
Coii fuerte lanza en sa mano; 
Fuert; maestra el moro aer 
Segtin viene denodado. 
£1 Conde que vido al moro 
Huyendo va por el campo: 
No lo habia visto ninguno 
Para que sea publicado, 
Sino fuera Don Ordofio, 
Escudero es muy honrado, 
Qae del buen Cid es sobrino. 
De Pedro Bermndo bermano. 
Ordofio foe contra el moro, 
Con sn lanu lo ha encontrado, 
T firiéndoto en los pechos 
Pas¿lo de lado ¿ lado, 
£1 pendón que va en la lansa 
Todo, sale ensangrentado: 
El moro cayera moerlo, 
Don. Ordofio se ha apeado 



T el caballo qoe traía 
Con las Brina« le ha tomado. 
Llamó á sn caBado el Conde, 
Esto le estaba hablando; 
— Cañado Fernán Gon sales. 
Tomad vos este caballo. 
Decid qne al moro matasteis 
Qoe en i\ venia cabalgando, 
Qoe en dias que yo viviere 
Ñon dirÉ yo lo contrario, 
Non faciendo vos por qn^t 
Siempre se estari encelado.— • 
Estando en estas razones 
El buen Cid Jiabia llegado, 
A nn moro venia siguiendo - 
¥ muerto lo ha derribado. 
Don Ordoño dijo al Cid: 
—Señor, esle yerno honrado. 
Que por bien os ayudar 



Un o 



laló. 



a ele. 



De un golpe qiie le A\6, 
Suyo fizo este caballo.— 
Mucho le plugo al buen Cid . 
De lo que le había contado, 
Cuidando decir verdad 
Macho á su yerno ha loado. 
Juntos van por la batalla, 
Firiendo van y matando, 
Y en moros que los aguardan 
Haciendo van grande estrago. 



u3i.z.iit>,Goog[c 



«■í 



' Lopt de Vega, (i) 



—Tirad, fidalgot, ijrail 
A vuestro trotón el freno, 
- Que En fuir de aqueie modo 
Moatraia el pavor del pecho. 
De DU faome aolo fufa, 
Mirad qne no eide homcj boenoi 
Fuir en la! lid de un moro 
Donde hay tautoi que lo vieron. 

Como boea fi dalgo i fierro, 

Non vivaia entre fid«lgúi 

Que fincan conlino mtiertoa. 

Tornadvos Inego i Valencia, 

Que si non facéis maa qn'cao 

También saldrin á lidiar 

Lai damas que quedan dentro. 

Mal andanu voa dé Dios, 

Paes con «apéelo tan feo 

Aaí en público fufa, 

¿Qué vos djrin en aecreto? 

Mala doctrina toniaatcf 

De n 

Puea 

Deabonrando el honor viejo. 



Decides que sois fidalgos, 
Paes ya voa juro i San Pedro 
Que tales desagniaadoa 
Ñon facen fidalgoa baenos. 
F.as armas [raeia doradas. 
Non laa regaléis , mancebos. 
Porque son fitrroa dorados 
Qoe publican vuealroa ycrrot. 
Tomad aquese caballo 
Del moro que yace mnerlo, 

Y decid que le veocistes, 
Qne de callar os prometo. 
Galanes sola entre damas. 
Sed valientes entre perros 
Porque non digan de vos 

A loa qne os han parentesco: 

Y á Dios, qne quiero partirme 
Porque el Cid mi tio es viejo, 

Y le quiero ir á ayudar 

Pnes no le ayudan ana yernos — 
Ealo dijo el buen Bermudei 
Porque el Infante Don Diego 
En la Vega de Valencia 
Puyó de an moro gran trecho. 



¡fi. (Anónimo), (a) 



Hilo, bélo por do viene 
El moro por la calcada, 
Caballero i la gineta 
Encima nna yegua baya, 
Borceguíes marroquíes 
T espuela de oro calzada. 
Una adarga ante los pechos 



Y en sa mauo i^na atagiya. 
Mira y dice á esa Valencia: 

De mal fuego seas quemada, 

Primero fuiste de moros 
Que de cristianos ganada. 
Si la lanaa no me miente 
A moroa seria tornada. 



Ala 



o atunto del anttrior. 



It por anligütdad f popularidad uno A tos n 
it nailon tu ¡a Goleeeioa. _ 



i.,Goog[c 



uo 

Y á aqacl perro de «qml Gd 
Prenderéis por la barba, 

Su mager I>o3a Ximena 
Será de mi captivada, 

Y lu hija Urraca Hernand» 
Será la mi enamorada, 
Deipoei de yo harlo della 

La entrrfjarí i mil compañas. -i¿ 
El buen Cid no rilá tan lejoa 
Qae todo no lo escnchara. 
— Venid voi acá, mi fija, 
Mi fija Doila Urraca, 
Dejad las ropas conlinaa 

Y veslid ropas dr Pascoa, 
A aifuel moro hi-de-perro 
Detiénemelo en palabras, 
Mieolras yo ensillo i Babieca 

Y me ciño la mi espda.-^ 
La doncella taay ferniosa 
Se paró i una ventana, 

El moro desque la vido 
Deata suerte le fablara: 
— Ali te guarde , señora, 
Mi seBori Doña Urraca. 
^— As( faga í vos,aeSor, 
Buena sea vuestra llegada. 
Siete añoa ha, Rey,slele, 
Qae aoj vuestra enamorada. 
—Otros tantos lia, señora, 
Qoeos tengo dentro cnm¡ alma— 
Ellos estando en aqneslo 
El buen Cid ya se asomaba. 
—A Dios, i Dios, mi señora. 



La mi linda enamorada. 
Que del caballo Babieca . 
Yo bien oigo la patada.— - 
Do la yegua pone el pie 
Babieca pone la pata. 
El Cid fablrt-a al caballo, 
Bien oiréis lo qlie fabtaba: 
■ — Bevrntar debia la madre 
Que á su bijo no esperaba. -•• 
Siete vtiellas la rodea 
Al derredor de nna ¡ara. 
La yegua que era ligera 
Muy adelante pasaba 
Fasta llagar cabe un rio 
Adonde una barca eaiaba; 
El moro desqae la vido 
Con ella bien se folgaba, 
Grandes gritos da al barquero 
Que le allpgase la barca: 
El barquero es diligente 
Ttivosela aparejada, 
Embarcóse presto en ella 
Que no ae delnvo nada. 
Estando el moro embarcado 
El buen Cid le llegó al agua, ' 
T por ver al moro en aalvo 
De tris leía reventaba, 
Mas con la furia que tiene 
Una lama le arrojaba^ 
Y dijo:— Coged, mí yerno, 
Arrecogedme esa lanía. 
Que quiíi tiempo verni 
Que os «eri bien demandada. 



46. (Anónima). <i) 



Enconlridose ba el buen Cid Con aquese moro Bncar 
En medio de la batalla Que tanto 1e amenaiaba. 



(i) jÍI atonto del anltrior. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



Cuando el moro vida il Cid 
Vuelta ]e ha las cspatdaí, 
Hicia \» mar ibb hujenda, 
Parece llevaba ala»; 
Caballo trae corredor 
Muy recio lo espoleaba: 
Alonttado le ba del Cid, 
Qae Babieca no le alcania 
Por estar laso y cansado 
De la batalla pasada. 
El Cid con f;rin velaálftd 



De*. 



a i\ I 



Para lacarmlenlo del moro 



Y de toda au compafiai 
Hiérele de las espuelas, 
Mas poco te aprovechaba. 
Cerca llegaba del moro 
T U espada lo arrojaba. 
En las espaldas le birló, 
Mucbp sangre derramaba. 
El moro se entró huyendo 
En la barca que le aguarda. 
Apeárase el buen Cid 
Para toibiir la su espada. 
También lomó l> M moro 
Que era buena j mny preciada. 



47. (ABÓniíno). (1) 



De concierto están las Condes 
Hermanos Diego y Fernando, 
Afrentar quieren al Cid 
T han mv^gran-lraicimí armado. 
Qnjeren volverse i sna tierra*, 
Sus mitgeres demandando, 
T luego les dice el Cid 
Cuando las hubo entregado: 
—Mirad, yernos, que Iratedes 
Como i duefiai hijaidalgo 
Mis biias, pues qneí vosotros 
Por.mugrTe* las be dado.— * 
Ellos amibos le prometen 
De obedecer so mandado. 
Ya cabalgaban las Condes, 
Y al buen Cid ya eslt a caballo 
Con lodos sus caballeros 
Qae le Tan acompaüandoi 
Por las huertas y iardines 
Van riendo y festeiandoi 



Por espacio de una tegoa 
El Cid los ha acompañado. 
Cnaudo dellas se despide 
Ligrimas le van sallando^ . 
Como hombre que ya sospechs 
La gran traición que han ar- 
mada. 
Manda qoe vaya Iras etloa 
Alvar Faüec su criado. 
Vuélvese el Cid y su gente 
Y los Condes van de largo. 
Andando con muy gran priesa 
En un monte habían entrado 
Muy espeso y muy obscura 
De altos' irboies poblado; - 
Mandan ir toda so gente 
AdeUnle muy gran rato, - 
Qaédaiise'con sus mugerca 
Tan solos Diego y Fernando- 
De sns caballos se apean ^ 



Conpoau varianitt et tt nútato gue mat modirrUtado ti 
n ti Samancero éel Ci4, 



i.Coot^lc 



Mi 

Y lu rienda! han qnitado. 
So* magerM qoe lo ven 
Muy gran llanio han levanUdoj 
A pía nial de la* mutas 
Cada caal [lera *a lado; 
Como lat parió lu madre 
Ambas It* han demudado, 
T luego i «endas encinas 
Las haa fnerlemcnle atado. 
Cada uno atota la sa^a 
Con rlcodis de su caballo, 
Z.a sangre que del I as corre 
El campo tiene bailado; 
Mas no coulentoi con eslo 
Allí le las han dejaÜo. 
So primo que laa ballira. 



Como hombre rony enojado 
A buscar los Condei iba, 
T como no los ha hallado 
Volvió» presto para ellas 
Muy pensativo y turlwdo: - 
En casa de un labrador 
Allf se la* ha dejado. 
Váse para el Cid au tÍo, 
Todo se le ha coñudo; 
Con muy gran caballería 
Por ellas ha enviado. 
De aquesta tan grande afreala 
El Cid al Bey se ha quejado. 
El Bey como aquesto vido 
Tres Corles habia armado. 



En las maleta* de nn monte 
Desnudas por gran traición, 
Dos sote* contempla el touodo 
Doita Elvira y Doña Sol, 
Rija* de Ximcna Gomn 
T del buen Cid Campeador, 
Regalo del alma suya 
T prendas del coraiOB. 
Allf en la blanca aiuccna 
Moeatra el lirio tu color, 

Y en dos alba* clara* bellas 
La grana por arrebol: 

Dos cielos que llueven perlai 

Y estrellas dan al licor, 

Y entre aljotar y c<frali[s 
Esta voz forma el dolor. 
/Mjf dufo roble.' 

¡Ay loledadí ¡Ay breña.' 
¡Ay.' quien del mundo fia ¡como 

^— ¡Ay aleve* Condes, dicen. 



Cuin ciegos en vuestro error. 
De jais presas nuestras manosf 
Sueltas las del vengador! 
¡ Ay famoso Cid ! tus obras 
Ganadas con tu valor, 
Roy en dui'os robles mueren 
A manos del desamor. 
Mil baluartes y moros 
Ha derribado el lansor 
De tu braio, í quien nltrajak 
Las choaas de Carrion. 
¡Espanto de mil Iraidones! 
Ya diri el mondo traidor 
Que se le atreven los Condes 
Al que es de Beyes SeBorc 
¡Ay duro rMe.' &c. 

¡Ay honor, prenda del Úoui 
Decidle al Cid que os gand 
Entre lanías de dos hierros 
Que en uno solo ot perdifi. 
Id Inego, no vais agora, . 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Pero na lo bareú vM,'no, 
Qoe ■borrcceU i deiDadoi 

Y i detbonndo* mejor. 

Id, poes qae míi Un iUíto, 
Decid al Bey en León 
Qoe «o duela cuando os mire 
O que oi voelva ca»l ai vi¿: 

Y en tanto deita* nH»Uu3a« 



143 

Con tierna lamentación 

VolTeremoi de 1m fiera* 
En piedad dnice el rigor. 

/jiy duro roble/ 

¡Aj tottdad! ¡Ay. breña-' 

¡Aj! quien del mundo fia ¡eámo 



Al cielo piden ¡niticia 
De lo* Conde* de Carrion 
Amba* las fiias del Cid 
Doña. Elvira y Dofta Sol. 
A lendoi robleí atada* 
Dan gri'o* qne ei compa*ion, 

Y no la* re*ponde nadie 
Sino el eco de «a voz. 
El menoiprecio y afrenta 
Sienten, que las llaga* non, 
Que M dolor k par de rooerte 
En la mnger un baldón. 

Tal fuerza líene conaigo 

La verdad y la raioii. 

Que bailan en los montes ((entes 

Y en las fieras compasión. 
A lo* lamento* cjae bactn 
Por allí pasó on pastor. 
Por donde no pn*o pie 
Cosa botnaita, si abora non. 
Danle voces qoe se acerqoe 

Y él no o*a de pavor. 

Que son bijas de ignorancia 
El empacho y el temor. 
— Por Dios te rogamos, borne, 
Que bayas de nos compasión, 
Ai( tus ganados vayan 
Siempiie de bien en mejor; 



Nunca le* falten las agoas 
EnelesifO y calor. 
Las yerbas no se le sequen 
Con la htlada ¡r con el sol, 
Tos lieKOO* fijnelo* veas 
Criados en bendición, 
Y peines tus blancas' canal 
Sin dolencia y sin lesión; 
Que desales nuestras manos, 
Pues que Us tuyas non son 
Como les que flos at.trOil 
De malicia y de traición.—^ 
Estando en esta* palabras 
El buen Ordoño Ikgó 
En bibito de romero 
De orden de) Cid sa Mñon 
Prestamente las desala 
Diaimalaodo el dolor. 
Ella* qoe lo conocieron 
Junta* lo abracan las dos; 
Llorando tes dice: — Primas, 
Secretos del cielo son, 
Coya voz y cuya cansa ■ 
Está reservada á Dios. ' 
No tuvo la colpa el Cid 
Qoe el Rey.se loaconsejd; 
Mas boen padre tenéis, dueSas, 
Qae .vitelva por vueso honor. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



iáá: 



— Atended i la mi faUa, . 
Aleves yerncM del Cid, 
Cobardes como iraidorca, 
Qat siempre u cobarde ou vil, 
jHoniea buenos sois vosotros? - 
Non sois, si canalla rain, 
Qae el Gd en sns fechorías 
Da demostración de si. 
Non fujrais, aleves Condes, 
Qoe non vos valdrá el bir» . 
Qae es igaila la vénganla 
Cuando el agravio ea nabli. 
Un hpoje solp «* va en zaga, 
Non fofai», facelde huirt. 
Mas es la raion gigante 
Qae se «compaña con miL. - 



Volved, qne non me detmayan 
Las espedís que ceñís, 
Qae el Cid las cabrio de sangre, 
Pero vosotros de orín. 
Sat dos fi¡ss le asolisteis; 
Poro fue tuerto que al fin 
Al Cid ofendéis y i Dios, 
Al Rejr Alfonso y í roí: 
Todos caatro son leones, 
Y roas bravos, siadverlb, .■ 
Qne toroarin la venganta - 
Sin pasta di roen ja f.— 
Desta siterte i l4s Infantes, 
Dando rienda i an rocín, 
Loa sigue el valiente OrdoSo 
El buen sobDtno del Cid. 



Enir 



:o|to 



:DÍd3doso Alvar Fañei (t). . 
Al mandato de su tio 
Obedece, porque sabe . 
Que las sospechas dudosas 
Suelen engi^ndrar verdades. 
Viendo desnadas sus primas 
A la iiiclentencia del aire 
Amarrailas á drs robles 
Así empezó, á lamentarse: 
—/Cómo et tjue ansí »b trate 
La honra de mi lio jr vuetlro pa- 
dre.' 



No qniso llegar i ellas 
Mientras los dos miserabUi 
Al peregrina snceso 
Dieron Gn para. ausentarse. 
Bien se atreviera á los dos 

Y á ciento de su línage, 
Si no fuera en guarda soya 
Una gran cuadrilla infame) 

Y viendo que estaban solas^ 
Trille ante sus ojos parte, 
Qiiees propio en unpecbo noble 
Caando no puede vengarse. 
Al cielo vuelve los ojos 
Reventando de corage, 

Y dice, rai raudo .atenta 



Dg.l.zedt>>COOgle 



De »m prímM ]*■ míUIu: 

— /Cómo es que antise trate, i¿c. 

Si vneslra honra es l> mia. 
No *i bien honrado me llame 
Si no gano como fuerte 
Lo que hof pierda por cobarde. 
Entended, alevea Condes, 
Qne á mi tio no afr^ntaates, 
Ni qne M mancha tal paSo 
Con cuatro gola* de sangre. 
No puede, aunque fue en d«i 

Afrenta «qncsla llamarse 
Si el Cid que el baldón recibe 
Ni lo escucha ni 16 sabe; 
Mas desaten vos mis manos, 
Que del recibido nltrage 
Vénganla nos dari el cielo 



lis 

Si yo no fuere baalantei 
¡Cémo et qut an»i te trate , &c. 

Con in capa las cubría 
Que están desnudas al airr, 

Su manto piadoso esparce. 
A la choia de un p«slor 
Vinieron á repararse, 
Qne i. veces pueden hnmildes 
Hacer merced á tos grandes. 
En esto amaneció el dia, 
T el pastor corriendo parle 
A dar las noevas al Cid, 
T así replica Alvar Faileí: 

¡Cómo es que ansí le trate 

£a Aonra de mi lío y vuestro 
padre! 



— Elvira , soltf el pnital, 
Doña Sol, tiradvos fnera. 
Non me Itngades el braao, ' 
Dejadme , Doña Ximena. 
Non me lollais el rencor. 
Que me empacha la vergüer 
Que todas mis fecborfas 
Manchen mis suertes si 
iK mis fijas, falsos Condes, 
T i mis «caladas duelas, 
Canes, facéis tales tuertas 
Tenadas en lue&as tierras? 
jA mí, qae tos d( hamildoso 
Mis fijas cuando os las diera - 
De mil pulidas garnacha* 
Guarnidas y ricas prendas? 
Endoné vos mi* e*pádas. 
Lo me)or de mi facteada, 
Y en do* mil maravedís 



Me eropeSara yo en Valenciv; 
Cadenas de oro de Arabia 
Con buenos ingenios fechas. 
Que en la su mandaderfa 
Ñe enviara el Bey de Pcrsisi 
Caballos oi di roanos, 

Y para en plaia seis yegaas, 
Sendas capas de conlray 
Con los aforros de felpa; 
jY «n pago de mis fiducias, 

Y en pago de mis rcqueslas 
Me la* enviadcs, Condes, 
Azotadas sin vergüenza. 
Sus albos cuerpos desnadoist 
Ligadas su* manos bellas, 
So* crencha* desmelenadas. 
So* trille* carne* abierlas? 
Voló bago al Pescador 

Que gobierna nuestra Iglesia, 

10 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



146 

Y mal gr«i]o hay» con il 
Cataio le fable eD Cárdena, 
Si en FroDiMta y Carrion, 
Torqncmada y Valenaueh, 
Villas de yauot condadoí, 
Queda piedra «obre piedra. 
AntoliDeiteslimoiiioi 
Feltea vído con ellai; 
To vos pondré la calp3a 
Tal qae atemorice tu vella; 
Qae con ella y mi ratón, 



Elloa y mi parentelas 
Han de fincar á mí« ma&M,. 
A mis agravisa desfechai. 
Campero» tiene el buen Rey 
Qoe voi apa Sen y prendan; 
Figame iuiticia en todo 

Y tendré mi espada qoeda.— 
Esto fablú y dijo el Cid, 

Y cabalgando en Babieca 
Partió de Valencia á Bargoa 
A dar al Rey sn querella. 



53, (Anónimo). 



Lloraba Doíta Ximcsa 
A to* solas con el Cid 
La afrenta de tai dos fijas, 
T asf comentó á decin 
—¿Cómo es posible , señor. 
Siendo temido en la lid 
Qae os afrentasen dos bornes 
No siendo bástanles mil? 
¥ si aquesto no vos duele 
Ved que á mi padre perdi 
Por ser vos tan vengativo 
En las cosas qae sentís. 



Considerad vnesas fijas, 

Aqaesas que yo parí, 

Que non son fijas prestadas 

Sinon de vos y de mí. 

Es bien que aquesto miredcSf 

Y que esa gente ruin 

Non se atreva á facer tal 

Sabiendo que sois el Cid, 

Paes no faltarán salida 

Para poderse eximir. 

Si es bien qne aquesto sinladet 

Parto os be dicho, sentid. 



Después qoe ona Gesta fito 
Al sanio y divino Pedro 
Aquel que africanos moros 
Pagaron tributo y pecho, 
Hizo una junta en m casa 
De parientes y bornes buenos, 
Y como juntos los vido 
El buen Cid les dijo aqoesio: 
— Bien sabéis, amigos míos. 
La fataita de mis yernos; 
¡Bien me pagaron las obras 



Que en Valencia bice por ellos! 
Con riendas me las pagaron, 
No teniendo rienda en ellos 
De ponellas en mis fijas 
Atetadas en desiertos: , 
Y agora el Rey de León 
Dice por sa mandadero 
Que dentro de treiqla dias 
Tengo de esíar en Toledo. 
Así vos auptico y pido. 
Aunque no es menester ruegos 



I, Contóle 



'^ 147 

Para amigos tan leales - Nbnrablaadoeanacslroifeclioa 

Teniendo fidalgos p«choa, Qae yo ¡yudré la demanda 
Non se fable allá eñ la» Corles, De lo quí les di primero, 

Nio perdamos el rcspelo La facienda, plata j oro, 

A) Bey, qae non es raxon Las espadas amen d^so. 

Juagando bien y derecho. Y pediré el desacato 

Non se descomida nadie Qae á mia fijas les ficlcron. 

55. (Anónimo). 



Asida estidel estribo 
La noble Ximena Gomei, 
T en tanto qne al Cid le babla 
El Cid SQ gabán compone. 
^— Mirad, le dice, señor, 
Qae la sangre de aquel Conde 
Que matasteis bneno á baeno 
Que la vengaeis cOmo noble. 
A las Cortes vais, bnen Cid, 

Y á lo qne oi lleva á la corle 
Ha de dar corte la espada 
Porque no tiene otro corle. 
Al Bey habrán prevenido, 

Y á sus amigos, los Condes, 
Qae es de cobardes muy propio 
Socorrerse de invenciones. 

No acetéis del Bey Alfonso- 
Escusas , rnegos ni dones. 
Que mal se cubre naa injuria 
Con afeite de razones. 
Considerad vuesaa fijas 
Amarradas i dos robles. 
De quien hoy tiemblan las hojas 
Condolidas de sus voces; 

Y mirad que aqaella ofensa 
Contra mf fecha en el monte. 
Descubre en vos las sedales, 

Y en mis fijas los azotes. 
Dioi. os guarde donde vades, 
Qae son los competidores 



Crueles como cobardes, 
Como cobardes traidores. 
Yo sé bien que vais seguro. 
Si no fuere de traiciones. 
Que atrevidos con mugeres 
Nunca la son con los hambres. 
No «nireis, sefior, en batalla, 
Que menguáis vuesos blasones 
Honrando con vuesa espada 
Una sangre tan enorme. 
El que venciij á tantos Reyes 
No se iguale á aquestos bornes. 
Que relinchos de Babieca 
Han- vencido otros mejorea. 
Cobrad Vuesas dos espadas 
Para Bermudo y Ordoüez, 
Que ellos pondrán en stu filos 
£1 Dso de vuesos golpes. 
Sacará del fuego mió 
La Tizona los tizones, 
¥ la famosa Colada 
La ifiancha de mis pasiones. 

Que á mi venganza st; ponen, 
Desde luego la esperanza 
Me promete alegres dones. 
^Así suceda, Ximena,— 
El lamoso Cid responde, 
Yabajando la cabeza ' ' . ' 
PiciS á Babieca y partióse. 



D3l.z.llt>,G00g[C 



148 



Si. (Anónimo), (r) 



Recibiendo cl alboftda 
Qae vieae á alegrar la tierra 
Tocaban á recoger 
Seis clarines por Valencia. 
Don Rodrigo de Vivar, 
£t buen Cid , su gente apresta 
Para partir á Toledo, 
Que á Corlea el Rey le capera. 
Ya la plaia del palacio 
Esti de gente cubierta, 
De escttderoa j fidalgos 
Esperando qne el Cid venga. 
Él sale ya de'la sala, 
Ya eslá en medio la escalera, 
T sálenle á acompaüar 
Sos dos fijas j 'Ximena, 
Abrázalas corleimenle 
Y mígales que se vuelvait. 
Que en ver presentes su* ¿¡as 
Tiene presente su afrenta. 
Descendió fasta el zaguán 
Donde estaba su Babieca, 
Que de ver triste á su amo 
€a«i siente su Iríjteza. 
Salió en cuerpo hasta la, plaza 
Armado con armas negras, 
Sembradas de cruces de oro 
Desde la gola á las grevas. 



\ió SI 



1 la 



gente 



1 lucida 



'Diana á^ Ximena, 

Y por facer loiania 

Puso al caballo las piernas. 
Llevó los ojos de todos, 

Y al cabo de'la carrera 



Quitó á XioMua la gorra 
T tocaron las trompeta i. 
Todos siguieron tras é], 
¡Cuan lucida gente lleva! 
Pues alegre el sol de velloa 
£ti las armas reverbera. 
Caminan por sus ¡ornadat» 

Y á la vista de Reqnena 
Detuvo la rienda el Cid, - 
Que no quiso entrar en «lia. 
Acordóse en aquel punto 
Que allí fue la veí primera 
Que le llamó el sexto AlfoDW» 
Estando £1 quieto en ella. 
Con grave y severa vos 
Levantando la viiera 

Y afirmado en los eilribos 
La dice desla manera; 
^—Teatro de mi deshonra 
Do »e hizo la tragedia 

En qne mis aleves yernos 
Fueron los autores della; 
Principio de mi desdicha. 
Do sin ser jueves de Cena 
Comieron con fax doblada 
Ambos Judas i mi m^sa; 
Al Rey vó á pedir justicia, 
Ruego á Dios que no la toeru, 
Que á f)oslre de mi vénganla 
Ño estaréis en mi frontera.— 

Y llevado de furor 

Puso al caballo laa piernas 
Contra la flai^a muralla 
Que de verle airado tiembla. 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



Tres Corleí armara «I Rey 
Toda* trcí i- ana Mson, 
Lai nnai arman en Sajgoa, 
Las otras arnid en Ledo, 
Las otras armó ea Toledo 
Doade los hidalgas gon,' 

- Para rnmplJr de justicia 
Al chico con el mayor. 
Treinta dias da de plazo, 
Treinta dias, que mas non, 
Y el qae á la postre viniese 
Que lo diesen por traidor. 
Veinte noeve son pasados 
Los Condes llegados son. 
Treinta dias son pasados 
T el buen Cid non viene, non. 
AUi hablaran los Condes: 
— Señor, dadlo por traidor.^ 
Respondiérales el Rey: 

Eso non faria, non. 

Que el boca Cid es caballera 

De batallas vencedor. 

Pues qne rn todaí las mis Cortea 

Non lo babia otro mejor.— 

Ellos en aqaeslo estando 

El buen Cid allí aaomó 

Con trescientos caballeros, 

* Todos fijosdalgo son, 
Todos vestidos de nn paüo, 
De un paSo y de upa color. 
Sino fuera el buen Cid 
Que trata nn albornoi; 
El albornoi era blanco. 
Parecía emperador. 
Capacete en la cabeza 
Que. relumbra como el soL 



—Dios vos mantenga, boenRey, 
T i vosotros silveos Dios, 
Que non labio yo i los Condes, 
Que mis enemigos son,— — 
Allf dijeron los Condes, 
Fablaron cala ratón: 
— Moa somos fijos de Beyes, 
Sobrinos de Emperador, 
^Merescimos ser casados 
JCon £)a« de nn labrador?^ 
Allí hablara el Cid, 
Bien oiréis lo que fabl¿: 
— Convidiraos yo á comer, 
Buen Rey, lomástelo vos, 

Y al aUar de los manteles 
Dijistes esta razón: 

Que casase yo mis fijas 
Con I6s Condes de Carrtou. 
Di£raos yo en respaesla 
Con respeto y con amor: 
Pregunlarélo ti in madre 
Su madre que las parió, 
Preguntarlo he yo á sa aya 
Al ayo qne las crió. 
Dijérame á mf.el ayo: 
Buen Cid, non lo fagáis, non, ' 
Qae los Condes ton muy pobres' 

Y tienen gran preanncion: 
Mas por non contradeciros, 
Buen Bey, ficiéralo yo. 
Treinta dias duraron las bodas, 
Que non quisieron mas, non, ' 
Cien cabezas yo matara 

De mi ganado mayor: 
De gallinas y capones. 
Buen Rey, non lo cnento, non. 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



150 



5S. (Anónimo), 



-^Idoi VOS) Mirtín Felaei, 
A mi Valencia y guarda II a 
Mientras que me quejo al Rey 
De aqQMla traición tamaña. 
Bogaréis que se lemLre 
Cuando i mis Gjaj casara 
Contra la mi voluntad, 
De mi Ximeaa y mi casa; 
T que por facer la soya 
T camplir la id palabra, ' 

Yo folgué que se ficiesen 
Aquestas bodas amargas. 
Diré le yo como Ordofio 
Las falló tan mal paradas 
TC dcsnodas de las ropas 
Que les diera para honrallas; 
V ai lo» ojos me dejan 
Contar tan malas fazañas, 
Dirí como las toparon 
En el monte aprisionadas, 



T pedir¿ qae en itts Cortes 

Desagravie aquestas canas. 
Que el deshonor de mis fijas 
Las tienen avergonzadas. 

Y de tan grande traición 
Faré un reto, upa demanda 
A los Condes, si tnvieren 
La faz para snstentalla. 
Cobraré allí mis dos joyas. 
Pues están mal empleadas 
En poder de dos traidores 
Mi Tizona y mi Colada: 

Y vos. amigo Martin, 
eis desla vegada 

i falta gobernallas. 



Queda I 






s á Xir 



illa y regalalla. 

Tendréis mucha cuenta en esto* 

Catad que os dejo en mi cua. 



5g. (Anónimo), (i) 



— AQos Iiace, el Rey Alfomo, 
Que solo en vueso servicio 
El arambre de Tizona 
Apenas lo he visto limpio, 
Y que mí pobre Ximena 
Nacida en contrario signo, 
Fne por m{ sola de padre 
Como por vos de marido. 
Ella en mi ausencia ha llorado 
El medio lecho vacío, 
Mientras que yo derribaba 
Mil estandartes moriscos. 



Testigos tengo presentes, 

Y vos. Rey, sois buen testigo 
Que he atropellado mas lunas 
Que el sol ha durado siglos. 
Fui eit juveniles aSos 

Rayo en vneíos enemigos, 
Como agora son mis canas 
Terrero de mal nacidos. 
Todo lo gobierna el cielo 
Con su nivel y destino, 
Desde la tierra á su altura 

Y desde el cielo i la abismo. 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



Al pavón le i\6 lot piei, 
Al iguiU «1 corvo pico, 
'y »1 león la calentara 
Porque Mteu menoi allivoj. 
Dos fijaa tengo, leuor, 
Y porqae le hurlé al arrvirot 
El' tiempo del engendra lias 
Las engendré con delito. 
Agraviáronlas traidom, 
T por haberse atrevido, 
Aunqae mi brazo pudiera 
Sol* al voeso lo remito. 
Dos cobardes las ofenden 
Cuyos corazones tibios 
Al temor hacen aliares 
T le ofrecen sacrificios. 



15) 

Garrió n les da Ir i bola 
Como la fama al olvido, 
Y por tal yo me querello 
De tal iniuria ofendida. 
Levante vnesa justicia 
El peso con el cuchillo, 
Qiie aunqae sayo sea el peso 
£1 pKsar ha de ser mÍo, 
Si la ¡usticia en las armas 
Falló el natural abrigo. 



Ya s¡ 



oyoc 






Faced justicia y castigo. 
Si Dios es justo y e) hone 
Tan obligado á servil lo. 
En caanlo mas le imitare 
Será mas justo y mas digno. 



Medio dia era por filo, 
Las doce daba el reló. 
Comiendo está con los grandes 
El Bey Alfonso en León, 
Cuando entrara por la sala, 
Casi perdido el color, 
De todas armas armado 
El noble Cid Campeador, 
Que viene á pedir justicia 
A su Rey y aa señor 
De vn agravio que le han fecho 
Los Condes de Carriou. 
En ¿1 pone el Rey loa ojos 
Y en sus oidús la voz: 

Justicia venga del cielo. 

Si non me la facéis vos. 

Los grandes le alborotaron, 
Ninguno á comer volvió, 
Sui amigos de cuidado. 
Sus contrarios de temor. 
—Venganza vengo á pediros 



Pudiéndola tomar yo. 
Que con sangre de traidores 
Suelo yo limpiar roí honor. 
Reyes moros tengo amigos 
Que vasallos mioi son, 
Y en las fronteras me temen 
En miranda m¡ pendón. 
Mis fijas son agraviadas 
Doña Elvira y Doña Sol, 
Si ¡uslicia no me guardas 
Venganza tomaré yo. 
Fagarinmelo sus fijos 
En pago del galardón. 
Porque de so sangre aleve 
I4on ha de quedar varón. 
Mira, Alfonso, por mi honra. 
Por la vucsa mire Dio^ 
Que si fiáis de traidores 
Non comeréis con hnen pro. 
Si en algo les he agraviado 
Salgan, que en el campo estoy. 



L)¿i.z.iiuGooglc 



isa 

Qoc i mí upada y i mi brato Y el Rey de comer ali¿. 

Le ha venido su ocaaion.— ¥ mandó que ae pregonCB 

Con eato volvió la espalda Laa Corlea para León. 



A Toledo babia llegado 
Buy Diaz» que el Cíd decian, 
A Corte» del Bey Alfonso 
Que por sa amor las hacia 
Para le dar gran derecho 
De la gran alevosía 
Que sus yernos los lofanles 
De Cerrión fecho babian. 
En palacios de Galiana 
£1 Rey mandado tenia 
Que le ¡unten á las Corlea 
Todos los que alK vendriaji. 
La silla del Bey Alfonao, 
Que era muy hermosa y rica, 
Pdiose al mejor lugar 
Que en toda la sala había, 
Al rededor de la cual 
EacaSos grandes ponian, 
Donde se sentasen lodos 
Los de la caballería. 
El Cid llamó á un escoderoi 
Muy Gdalgo en demasía, 
Fernán Alfoaio ha por nombre. 
El Cid criado le había. 
Maullóle tome un escaAo 
Que de Valencia (raía, 
Que se lo ganó al Bey moro 
Cuando en ella lo vencía. 
Mandóle que le pusíeie 
Donde el Bey tenia só aílla, 
' Escuderos Sjoadalgo 
Mandó lleve en compaítía 
T que guarden el escaño 
Hasla que lea otro día. 



Todo* llevan el escaño. 
Que es hermoso á maravilla, 
Su* espadas á loa cnellos, 
¡Oh qué bien que parecían! 
Pusieron el rico escaño 
Donde el Cid mandado babia. 
Cubierto de ricos paños 
De oro, aeda y pedrería. 
Otro dia de mañana 
Despuea qne el Rey oyó Hiaa, 
Fnese para los palacios 
Con muy gran caballería. 
Solo el Cid no va con él 
Que en so posada yac/a, 
Garci Ordoñei, ese Conde 
Queai buen Cid muy mal quería. 
Cuando viera aquel escaño 
Al Rey dijo desta guisa: 

Por merced os pido. Bey, 

Oigáis lt> que yo decía; 
Aquel lilamo que armaron 
Junio de la vocsa silla 
¿Para cnil novia ae armó? 
Pregdntoot, ¿verná vestida 
De almejías ó alquiceles, 
O cómo verni guarnida? 
. Mandadle quitar de allí 
Porque á vos perlcoecia.— ^ 
Fernán Alfonso lo oyó, 
Al Conde le respondía: 
— Conde, mny mal raaouadea. 
Mucho mal dcHo o* vemia. 
Que decides mal de aquel 
Que muy mas que vos valia. 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



No novU, como decís, 
T ai- decís qoe mentÍB 
L*s manos yo vos pondrá 

Y coaocervos firia 

Ante ei Rey que eiti pretcnte 
De qaé lagar descendía, 
Qoe no me podréis negar 
No tener vos mejoría.— 
Mocho le pesó al hnen Bey 
T i los que con él venían 
De lo qne había pasado, 
ilii el Conde Don García 
Como era hombre sifiado 
El manto al braio ponía. 

Dijo: Dejadme ferir 

Al rapii qoe tal decía.— 
Alfonso cutndo lo vido 
Sd espada sacado había 
Viniéndose contra el Conde 

Diciendo ; Castigarla 

Las locuras que habéis dicho. 
Mas por el Rey no- osarla."— 
£1 Rey loa ha despartido 

Y í los presentes dcciai 



153 

' — Ninguno debe fablar 
Deste escaSo qne aqnf había. 
Que e) Cid lo gand muy bien 
y como home de valla, 

Y es caballero esfortado 

Y de moy gran valentía, 

Y non hay oiro en el mundo 
Qoe tan bien lo merecía 
Como el baeo Cid mí vasallo 
De tan alta nombrsdfs: 

Y cnanto el Cid es mejor 
Mas honra á mí me venia, 
Que cuando gan¿ el escaño 
A mucfaos moros vencía. 
Envióme so presente. 

Por seüor me obedecía. 
Como vasallo leal 
Cumpliendo lo qae debía: 
Muchos caballos me dio. 
Con moros que los Iraíali, 

Y envíirame mi quinto 
Como i mf perlenecia. 
Nadie non fable del Ci<), 
Qne segondo no tenia. 



——Digidesme, aleves Condes, 
¿Qué lalUsteía en mis fijas,' 
Y cnindo tener eaidisleis 
Dueñas de tan alta guisa ? 
¿Por aveolora con ellas 
Loa fidalgos de Castilla 
Qué baldones vos han dado? 
¿En qué vaao bonorvos quitan? 
Por madre han i mi-Xímcna 
La mi Doüa Sol y Elvira; 
De tal madre ¿qné enseñan»? 
¿Nin qué fembras'de tal vida? 
En dolé vos di con ellas 



Los haberes qne tenia, 
Y tas mis ricas espadaa 
Que menos falla mi cinta: 
Mas fámbri^ntas las tenedes, 
Non yantan como solían, 
Que siempre fechos cobardes 
Dan escasas las fcridas. 
Yo vos las demando. Condes, 
Ante el Rey que ende nos mira. 
Porque i Colada y Tiiona 
No es bien que aleves las ciñan. 
Non son heredadas, non. 
Sino en batallai tenidas ' 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



15i 

De entre lanua y con sangre 
Mil armas todas teñidas. 
En los robledos de Tormei 
Me la dejadei venida; 
Mas la de dueñas atalet 
Ved qaé varones no estiman. 
Non por ende me afrenladea 
Por ser mis fijas queridas, 
Que aunque son mi iao{;re estaba 
En vnesas mugeres mismas. 
Con todo vos reto. Condes, 



Por facer la sangre limpia, 
Porque el golpe del agravio 
No hay miembro que nolaatin 
Tenudo soy i facello 
Por vueja honra y la mia, 
Que la mancha del bonor 
Solo con sangre se qnila.^— 
Estas palabras el Cid 
A sus dos yernos decit, 
Levantado del escaño 
La mano á la barba asida. 



63. (Anónimo), (i) 



El temido de los moroi^ 
Aquella gloria de España, 
El que nunca fue vencido, 
El rayo de las batallas, 
Ese buen Cid Campeador 
Defensor de nuestra patria, 
Espejo de capitanes 
y de traidores venganta, 
En las Cortes de Toledo 
Do le fueron entregadas 
Ante el sexto Bey Alfonso 
Por los Condes las espadas, 
Así fabkba con ; lias 
Sin hartarse de mirallas; 
— ¿Dó estáis, misqueridas prendas? 
¿A dó estáis, mis prendas caras? 
No caras porque os comprí 
Por dinero, oro ni plata, 
Mas caraa porque os gané 
Con el sudor de mi cara, 
Al Bey moro de Marrueco* 
Siendo Valencia cercada 



A vos gané, mi Tiu>na, 
Que vos traía en so guarda;' 
T al Conde de Barcelona 
A vos os gané. Colada, 
Cuando les tomé á lo» moros 
Los castillos de Bríanda. 
To nunca os fice cobardes, 
Antes por la Fé criitiana 
En la sarracena gente 
Os traje siempre cebadas. 
A los Condes mis dos yernos, 
Por ser joyas tan precia,das. 
Vos d[, y ellos (¡mal pecado!) 
Os tienen de orin manchadas. 
Non érades par* ellos 
Qne vos traían afrentadas, 
Por de dentro muy fambrientaa, 
Por de fnera pavonadas. 
Libres estáis de las manoi 
Qne os traían cantivadas, 
£1 Cid os mira en las suyas 
Donde seréis mas honradas^— 



!, Contóle 



Dijo', y i I^ro Bermodez 
Y á Don Alvar Fañez llama. 



T molida qne se Us goacden 
Mientras lai Córtu doraban. 



— A Tojolros femenlidoa, 
Condes de villano pecho; 
Como traidores al Bey 
A enlrambos junios vos relo. 
Mis 6¡as os di, traidores, 
Pero non, que en ello miento, 
Al Be!^ las di que las diese 
A qaien él fuese contento. 
A él se Uto esta injuria, 
A él se fi«> este avieso, 
T él las recibid por fijas, 
Yo & vosotros por mis yernos. 
Por ser l'ecba ¿ mi señor 
Esta injuria, por él vuelva, 
Que el que ha vasallos honrados 
Ellos le enmiendan sus tuertos. 
Con mugereí tenéis manos, 
¡Por Dios bravos caballero]. 
Si al veros con el Bey Bucar 
No fuerais de pies tan prestos! 
Pero bien dice el refrán 
Que hay tan valientes guerreros 



Por los pies como por mano. 
Y vosotros sois de aquestos. , 
;Ob cuánto dierais agora 
Por fallar otros dispuestos 
Tales como los fallisteis 
Cuando los leones saellos! 
Faced caenta son leonas 
Los que en es le pecho siento, 
Que es on león cada agravia 
Fecho en un honrado pecho. 
Agradecédselo al Bey . 
Que le veo y le respeto; 
Pero pagarla heis, villanos. 



Ma! 



I subáis al cielo, 
ion subiréis, cobardes, 
s Dios grande justiciero 
I no consiente traidores 
Sin castigo de sus yerros: 
Cuanto mas qae la Colada 
T la Tiiooa yo entiendo 
Vos serán tal pnrgatorio 
Que vais desta culpa absoellot. 



65, por Stpáíveda. (i) 



Ante el Bey Alfonso estaba 
Ese buen Cid castellano 
A querellar de los Condes 
De Car r ion su condado, 



Con semblante denodado 
Y voi que puso temor 
A los Condes así hablando; 
,-~A vos digo, Hernán Gontaleí, 



Que en los robledos del Tormes Y también al vuestro hermano, 
Sus hijas han maltratado. Qne habéis fecho alevosía 

Puso la mano en su barba Y no como fijosdalgo, 



(i) ^¡ miimo atonto dtl anltrior. 



L)¿i.z.iiuGoog[c 



156 

En dcábUñrárae mii bíi*! 
De focra de lo poblado: 
Sin fiaber causa ninguna 
Caso habéis fecho malvado. 
Ante el Rey qne eatí preaenlí, 
T grandei qae le ban janlado, 
Vttí repto por aleToaoa 
Poca que detlo habéis uiado: 
Darvos be vaestros igoalea 
Qne os lo combatan en campo, 
Do diréis con vuestras bocas 
Ser verdad eslo que^hablo, 
O en él vos matarán 
Si no qnereii confuallo.— ~ 
Mo respondieron los Condes, 
Sa tío es el qae ba hablado; 
£m Conde Don Garcfa 
Que en Cabra tiene el condado. 
Dijo á los Condes: — Sobrinos, 
Afuera queráis quitaros, 
Dejadlo estar al Cid 
En el su escai)o asentado, 
Que me semeja que es novio 
Según está mesuradg, 
¿Cuida con su barba luenga 
A nosotros espantarnos? 
Viyase para Molina 
Do dan parías Aioroa flacos, 
o; para el rio de HormaSa 
Donde él es el beredado, 



A adobar los sus molinos 
Para ser alimentado, 
Pues no es tal el Cid que pueda 
Con nnsco ser igualado.— 
De aquesto que dijo el Conde 
Mucho el Cid se babia enojado; 
T en ver qae no respondía 
Caballero de su bando. 
Volvióse á Pedro Bermvdex 
T con semblante enojado 

Dfjote: Tú, Pedro mudo, 

¿No bablas? ¿Por qaé bas callado? 
¿No sabes que tú y mis bijas 
El deudo habéis muy cercanot 
T qne de la su deshonra 
Gran parte te hsbrialcaniado? — 
Corrióse Pedro Bermndei 
Porque mudo lo ha llamado; 
Fuese para Don García- 
Y para los de sn bando. 
Diárale tan gran puñada 
Que ca tierra lo ha derribado. 
Gran revaelti hay en la Corle 
Entre el Cid y su* contrarios. 
Los Condes i grandes voces 
Cabra y Carrion han llamado» 
Loa del Cid dicen Valencia 
T Vivar están nombrando. 
Levantóse el Rey á ellos 
T Lodo se ba sostgador 



66. por StpiUeeda. 

En las Cortea de Toledo Deshonrado las habian. 

Que el buen Rey Alfonso hacia Vuelto le han sus dos espadas. 

Para dar derecho al Cid El haber también volvían. 

Que querellado se faabia El Cid por grandes traidores 

De loa Condes de Carrion A ambos retado babia; 

Sus yernos qu« ser solían. Los InTantes no responden 

Porqoe i sus buenas mugeres A lo que el buen Cid decia. 



!, Contóle 



El Itiy dijo i lof taEiRtc* 
Qué era lo que reipoadian, 
Dirgo Gontalcz el uno 
Al Bey así le decía; 
—Ya, leüor, tabeia que spnioa 
De los buenoj ¿e Castilla, 
Dejamos naesas mugeres 
Porque DO uoa merecían; 
Catar con fijas del Cid 
Gran deshonra no* trafa.- — • 
Los del Cid uo respondieron, 
Queel,Cid mandado Icnia 
Que si él no lo mandase 
ÑiogonofabUT debia. 
Ordpflo, sobrino suyo, 
Era el que respondía: 
-^-Calla tú, Diefgo Gonialez, 
Que eres de gran cobardía; 
Muy >ali(|nle eres de lengua, 
Mas esfuerao no tenias, 
T en esa tn falsa boca 
Ninguna verdad había. 
Lémbrate cuando en Valencia 
En ia lid que el Cid facía 
Echaste, i fuir de un moro, 

Y el moro bien te seguía, 
T yo le salí al encaeniro, 
Muerto en tierra lo ponía. 
Díte su caballo y armas 

Y al Cid entender facia 
Que tú mataste aquel moro 
Que aquel caballo traía. 
Yo lo fice por te honrar 
Por casar con la mi prima: 
Alabdstete tú dcsto, 



157 

Yo l« olQTgaba i (u fvm,. 
Nunca salió de mi boca 
Fasta hoy que lo decia, 

Y si agora lo publico 
Es por tu gran villanía: 

Y sepan cuando en Valencia 
Cuando el León que ende había 
Se solió de donde estaba, 

Tú, porque i esconderle ibas, 

Rompiste el manto y el sayo 

Que cobija do tenias, 

Por entrar bajo un escalo 

Qoe en el aposento habia. 

No digo como tu hermano, 

Qoe es aquel que me vela, 

Cayó con notable miedo 

En parle do no debia. 

Así, señor Rey AlfoDso, 

A tu Alteza yo decía 

Que este día fuera bien 

Demostrar su valentía. 

No en los robledos de Tormes 

Do fqrido babian mis primas, 

Mugeres de tal linage 

Que muy mas que ellos valiao. 

Que si yo ende estuviera 

Cometerlo no osarían; 

Picierou como cobardes, 

Yo se lo combatiría. 

No ficieron como bvenos 

Como manda ta hidalgaía. 

Muy feble es facer tal cosa 

Ningún borne de valía, 

Y poner mano ea mqgeres 
Non e* de caballería. 



DespaesqueclCidCampeador Por qae fueron emplazados 
Pidió derecho del tuerto Los Condes para Toledo, 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



158 

El Rey Dan Alfonso el Bravo, 
Aquel que coa gran denuedo 
Al foradar de la mano 
Tdto aiempre el braio quedo, 
Mandó qae dentro en tres meses 
Pareciesen en Toledo, 
O fincasen por traidores 
Ellos y el Conde Dan Suero. 
Mandó qae le fagan Cortes 
T se junten i ellas cádo 
Sus Grandes j Ricos homes 
Que quiere tomar su acuerdo; 
Que si los Condes son nobles, 
Alfonso es Rey de derecho, 
Maguer que el Cid en honor 
Es honrado caballero. 
Antes de cumplir et plaio 
Todos á Corlea vinieron, 
¥ el Cid tru)o en su compaita 
Novecientos caballeros. 
Salió el Rey á recibirlo 
A dos leguas de Toledo; 
Unos de envidiosos callan, 
Otros dicen que es esceso. 
Palacios de Galiana 
Mandó el Rey estén compuestos, 
Las paredes de brocado 
T el suelo de terciopelo. 
Junto á ta silla del Rey 
Su escaüo del Cid pusieron. 
De que mofaban los Condes 
Profanando y zaherieado. 
Sentados en Cortes todos 
Fabló el Bey á sus porteros: 

Mando vos que callea todos, 

Infaniones y bornes buenos: 
Vos, el Cid, decid su culpa 
Y ellos defiendan >a pleito. 



Librirsevoi ba jnsltda 
Con que quedéis satisfecho. 
Seis Alcaldes vos seüalo 
De mi casa y mi consejo, 

Y que todos ellos juntos - 
Juren por los Evangelios 

Que cuidarán de ambas partea 
Asaz entender el pleito, 

Y entendido juzgarán 

Sin pasión, amor, ni miedo.-^ 
Levantóse luego el Cid, 

Y sin mas alongamientos 
Pide le den sus espadas 
Tizona y Colada luego. 

El Rey miraba á los Condes 
Qu£ responden atendiendo, 
Pero ninguna razón 
En su defensa dijeron. 
Los jueces mandan las den 
Sin ningún de ten i miento; 
Maguer hubieron pavor, 
Entregarlas no quisieron. 
El Key dijo: — 'Descorteses, 
Volvédselas i su dueiío, 
Qae supo mejor ganallas 
De los moros de Marruecos.— • 
Ya cobradas las espadas 
Dos mil marcos de dinero 
Les pide y todas las joyas 
Que les dio en los casamientos. 
Unánimes los jueces, 
De coman consentimiento. 
Los condenan á qae pagnen 
De contado todo el precio. 
Comenzó de nuevo el Cid, 
Los ojos como de faego 
Y el rostro como tina gualda, 
A demandalles el tuerto. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



159 



En la» Cor(í* áe Tolfáft 
A do yace Alfonio el lezlo. 
El Cid le fabla á Bermudo 
Con muy grande sentimiento: 
—itHon fablais voi, Pedro mudo? 
Fablad, que non caíais mocrto: 
¿Non sabedes que mis fijas 
Son vnesas primas en dcadof 
Ende mis que en su deshonra 
Mucha parle os cabe dello.— 
Mucha le pesó i Bermndo 
De lo qne el Cid ha propnesto: 
Jnnióse con Garci OrdoSeí 
T desqae fne cerca paeslo 
Le diera tan gran pnfiada 
Que dio con él en el suelo. 
Alborótame las Cortes, 
No queda nadie en su asiento, 
Aquí sacan las espadas, 
Alti dicen mil denuestos. 
Unos apellidan Cabra, 
Otros Valencia, otros Reino, 
El Key esti ardiendo en ira, 

Dicieudoi Afuera, teneos.^' 

Otra vei replicó: —Afuera, 
Sin roas andiencia condeno 
Con acuerdo de mi Corte 
T de' mi real Consejo, 
Por los méritos que falla 
Que resultan deste pleito, 
A lo* Conde* de Carrion 



Qne lidien conforme al reto, 

Y que el Cid baya camplido 
Con dalles tres escuderos^ 

Y los que mejor lidiaren 
Ellos salven su derecho.^— 
Pidieron pliso los Condes 
Para guisar en el fecho, 

Y al cabo de ruegos ranchos 
La noche se puso en medio. 
Volvióse el Bey á sn casa, 
La Corle í su alojamiento, 

Y al salir de los palacios 
Donde las Corles se ban fecho. 
De Navarra y de Aragón 

Al Bey vienen mensageros. 
Cartas le traen de sus Beye* 
Pidiéndole otorgamiento 
De las dos fijas del Cid 
Para dos fijos mancebos. 
Don Bamiro el de Navarra 
La pide, si bien me acuerdo, 
A la mayor Doña Elvira, 
Dnetia de virtod y arreo: 
A la menor DoAa Sol 
Ha pedido el Bey Don Pedro 
Para ta hijo Don Sancho 
De Aragón propio heredero. 
Partióse á Valencia el Gd 
Ufano, alegre y contento, 
Desagraviadas sus fijas 
A guisar los casamientos. 



Ya se parte de Toledo 
Ese buen Cid afamado, 
Y acaUronse las Corle* 
Que allí se babian celebrado. 



Agnese bnen Rey Alfonso 
May gran derecho le ha dado 
, De los Infantes, los Condes 
De CarrioD el condado. 



Dg.l.zedt>>C00gle 



i60 

Don Rodrigo va á Valencia 
Qat « los moro* la ha ganado: 
Movcciento* caballeroa 
Lleva todoi fijosdalgo, 
Que de la rienda le llevan 
A Babieca el baen caballo. . 
DespidiÚM el Rey del Cid, 
Que le había acompasado, 
Lejos van uno de otro. 
El Cid enviú an recauda 
PUiendo merced al Rey 
Le aj^narde para hablallo. 
£1 Rey aguardara al Cid 
Como i bueno y leal vasallo, 
T el Cid le dijo: — Buen Rey, 
T& he sido muy mal mirado 
En llevarme yo i Babieca 
Caballa tan afamado. 
Que á voí, seBor, pertenece 
Como mas aventajado. 
Non te merece nin^nno, 
Vos si solo i vueso cabo, 
T porque veáis cual es . 
T si ts, bien el estimaltof 
Quiero facer anle vos 
Lo qae no he acostumbrado 
Sinoa es cuando hube lide* 
Con enemigas en campo. — 
Cabalgó el buen Cid en él 
De piel de armiíio arreado, 
Firidle de las espuelas, 
£1 Rey M quedó espantado 
£n mirar cuan bien lo face. 



A ambos esti alabando; 

Alababa i quien lo rige 

De valiente yesforaado, 

T al caballa por mejor. 

Que otro no es visto ni hallado. 

Con la furia de Babieca 

Una rienda se ha quebrado. 

Paróse con una sola 

Como si estuviera en prado. 

£1 Rey y ios ricos bornes 

De verlo se han espantado> 

Diciendo qoe nunca oyeron 

Pablar de tan buen caballo. 

£1 Cid le dijo: Baen Rey, 

Suplicóos queráis tomallo. 
^Non lo tomaré yo, el Cid, 
El Rey por respuesta ha dado, 
Si fuera, buen Cidj el mío 
To vos lo diera de grado, 
Queen vos mejor qoeen ninguno 
El caballo está empleado. 
Con él honradea A vos 
T i nos en estremo grado, 
Y í todos los de mis tierras - 
Por voesos fechos granados; 
Mas yo lo tomo por mió 
Con qne vos queráis llevarlo, 
Que cuando yo lo qnisiere 
Por Tol vos será tomado,—' 
Despidióse el Cid del Rey, 
Las manos le había besado, 
T fuese para Valencia 
Donde le están aguardando. . 



70. por Sq/díiieda. 



Ta se parte el Rey Alfonso, 
De Toledo se partía . 
Para. ir i Carrion, 
Qoe los Condes no venían . 



A lidiar con lo* del Cid 
Que retados los tenia 
Por la dea honra qse hicieron ' 
Aleve y gran villanía 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



A lu aoa fi)W d«l Cid 
DoSa Sol y Doña Elvira. 
Consigo lleva los ■(■« 
Jaecu de la tal porfíi, 
Doa fiamoQ yerno del Bey 
Lleva Im en la compaftfa, 
T lo* que babian de lidiar 
CoD loa que el alev.e baciau. 
A Carrion e« llegado 
A la vega qae ende babl*, 
Sdi tienda! mandara armar, 
Ixw Conde» i é\ veniaa 
Con au tio Sucr Gonulec, 
Que la gran Inician ardía. 
Traen consigo sos parientei, 
Machos son en demasf*! 
Armados venían todos 
De ricas focrlea lorigas. 
Que entre sí han acordado 
Que si tiempo se ofrecia 
De matar á los del Cid 
D< cualquier guisa lo barita 
Antea de entrar en la lid 
Porque asi Le* co|ivenia. 
Los del Cid lo babian acntido, 
T al Rey— Señor, le deciau, 
En vuesa mano y qierced 
£1 de Vivar no* pania,~ 
Por eto, señor, pedimos 
Non consintáis que boy dia 
Nos tagan deiagaisados, 
Nin tnerlo, ni alevosía, 
Que con la merced de Dios 
El Cid vengado serla: 
Derecho habremoa de aquesto 
Qoe Dios nos ayudaría.^— 
El Rey di)o: — Man temai* 
Maguer yo lo prfiveeria.— 
Mandó dar luego un pregón 
Questas palabra* decia: 



161 



■ Allf.lodo lo perdiese." 
Ét lo* metiera en el campo 
Do'la lid hacerse babia, 
Los Infante* y *n lio 
También al campo acndiaB. '. 
Gran compaña traen consigo 
De gente qoe loa *egaia¡ 
El Rey i mny graudts WKea 
Estas palabra* d«da: ' 
— — Infanlea de Carrion, 
La lid que hacerse queria 
En Toledo la quisiera 
¥ non en aquesta villa. 
Dijls'teis que gaaruimienloa ' 
A vos aljf ftlleciao, . 
Vine al voeso natural 
Por .faceros C«rlca(a: 
Los caballeros del Cid 
Conmigo yo lo* Irafa, . 
En mi f¿ y en nií verdad . . 
Ellos BUS vidas ponían. > ' 

Condea, yo vos desengaño' 
A vos y i voesa vaKa 
Non fágales conlra ellas . 
Lo que hacer non ae debiai 
Que aqoel que la tal ficieae 
Ya yo mandado tenia 
En campo le deapedacca 
Sio, (^ nadie tp lo impida.—- 
A lo* Condes les petó . 
De lo que el Bey ks avisan 
La Colada y U Tiiona 
Al Rey suplicado liabtan " 
Que po entren en la lid 
Que era.miicba tn vaUa. 
El Rey les dijera: -^biCaltte*, 
Facfr eso no podía, 
11 



L)ji.z.iit>,Coogle 



FidiáradMlo en Toledo^ -' 
Que aqaf htgtr ya no-había: ' 
Melcd V03 muy bneuas wrrotts 
Que no' se os coBtradiiríd, ' ' 
Que creciiloi lois de cucrpoj ' 

Peltwd con valentía. -'■ ■ '■ 

En el campo soa metido* 
Toiios stií como camplia, 
Arreada rftd la geate ' ■■■ ' ■ 
Y todos »eaptn" 



Embnia 



a tose 



mdos,: 



Pónense \»s cafcUinas, ' 
Firiéronse de las lamas 
Qdc a» los braios tenían.' 
A Pedro Bermudo luego 
Fernán GoflzaleE hería. 
Pasóle lodo el escudo, 
En la carne no le hería. 
Él Grió á Fernán Goncalez ' 
De una muy grande ferida, ' 
Pasóle de lado ¿ lado, 
Mucba sangre le salía,' 
T ya deunayado en tierra 
Fernán GoBMleicafa 
Por las ancaí del caballo ' 
Asido á la misma lilla; 
La lanza echara de si, 
Mano i Tizona ponía, 
'Uijate á Fernán González; 
— Traidor, perderás la vida.— 

Y é\ coaociendo la espada . 
^Que el buen Bermndeí traía 

SJÉrase de Ja maerlF, 

TI anleí qvt U diera herida 

Dijo: — Yo vencidiD aoy 

Y por tal me cbnocia.-^ 
Martin Antolín de Burgos 
Coa e~l otro está en gran prisa 
Quebrado habían las laoEas, 
Con las espadas re Bisa. 



Antolín le diera on golpe 
G>n Colada espada fina 
Por cima de Í3 cabeza 
Que mal feríéd b habla; 
Corlirale el gnarn ¡miento 

Y el casto lattibíen hendk. 
Diego -Goñzalefe desmaya, 
Cuidó qoe Ao escaparía- 
Grandes voces da el Infante 
Por golpes que recibía. 
Sacóle el caballo fuera 

Del cerco f(ue el Key' ponía. 
Vencido es conib sn hermano, 

Y por tal él 'se tenía. 
Nuilo Busto' y Suer González 
Se fieren con valentía, 
Las lanzas traen muy fuertes, 



Bec 



*ílla. 



Suer González i Nu 3» Bollos 
El escudo te partía, 
, Pasóle de p^rte i parir, 
Que el golpe mny recio iba; 
Pasóle los gaarnitn lentos. 



A la 



opr. 



ndia. 



Firme esttivó Moño Bustos 
Que era de grande valla, 
Pasárale con la lanza 
El escudo que tenia, 

Y fuera de las espaldas 
El hierro se parecía. 

Suer González cayó en tierra, 
I^uño Bustos' le ponía 
La su lanta sobre el rostro, 
Herirlo oira i'ez qneria. 
— Non )o firades, por Dios, 
Su padre á voíes decía, 
Que mi fijo ya es vencido 

Y creo muerto estaría.^— 
Nuito Bustos i los fieles 
Dijo si aquello valia; 



i™Goog[c 



—tia wt}t 0a4a, rwponden. 
Si él propio no lo decia^— 
Saer Gonzalcí volvió en ti; 

Yo aoy veacidoi publica. 

Por alevoio» el Rey 
Los lieoe desde aquel dia, 
Con lu tioSuer Goüíaleí 
Que el cottaejo dado habia. 
Fuyéronae de la tierra 



Í63 

Qdc jaiiiaa no parecian, 

Ni maa aliaron cabeía: 

Los del Cid con bonra fincan, 

Diólrs moy grandes haberes^ 

A Valencia se volvían. 

Gran conipaita lea da el Ref, - 

Muy seguros los envia 

Para tu aeftor el Cid 

Que por tal le rouocian. 



Cuando el rojo y claro Apolo 
El hemisferio alumbraba 

Y caanda so bermana bella 
En el otro se mostraba. 
Por una verde espesura 

De arboleda bien cercada 
Donde dulces ruiseñores 
Muy claramente canta han, 

Y donde el céfiro nienia 
Sabranamenle soplaba. 
Con esfuerio y gallardía 
Un caballero pasaba 
En xta caballo furioso 
Bordado el jaez de plata, 
Las armas de fino acero. 
Todo lie blanco se armaba. 
Una hnaa larga y gruesa 

Y en ella veleta blanca^ 
Ha salido de Castilla 

¥ entra bravo en Lusilanía. 
Solo va & buscar un moro 
Que el fuerte Audalla se llama, 
Qdc la fama de sus hechos - 
Por toda España volaba. 
En medio de su camina 
El caballo se paraba. 
Don Rodrigo es de Vivar 
Que con la espuela le daba, 



Mas el caballo por eso 
Adelante no pasaba. 
Como esto *ido Rodrigo 
En los estribos se aluba; 
Por ver qoé cosa ser(a 
A todas parles miraba, 
niñeando la lanía én tierra 
En ella el cuerpo afirmaba, 

Y oyó una Vos que deda, 
Aunifue no vio quien la daba; 

;0b ingrata y froal fortuna! 

Di si estJs de mi v<^ng:)da, 
Faes me has quitado la vida ' 

Y con ella el bien del alma.^— 
Mellóse por la espesura 

Por saber quien lamentaba, 
Cuando no lejos de s( 
Vio que un moro se quejaba 
Tendido en la fresca yerba 
Que en sangre tefiida estaba 
De las heridas que tiene 
Que todo el cuerpo le pasan. 
Cuando lo vÍ<S Don Rodrigo, 
Movido de grande lástima, 
Apeóse del caballo, 
Mas ann bien no se apeaba 
Vio estar cuatro caballero*' 

Y con ellos ana dama , 



D3i.z«it,,Coogle 



16i 

Qve del|<» M dcfeodia 
Aunque y« canudí eslaba, 
y como \i6 i Don Rodrigo 
A grandci voeci le Uama; 
— Ayndtiime, caballero, 
Si corlesfa ea vm h faallt; 
Yo aof Aja, lia vcnliira, 
CatilivB del fot r te Andalla.— 
Arremelriii Doa Bodr¡|0 
Fonienda al -riitrc la tañía, 
Loi cDitro vienan £ él 
Y cada cual le eacontraba. 
. No le mueven de la aill« 
-Y él á ano derrotaba. 
VncWe furioM i tof (reí 



Poniendo mano i la e*pad«, 
Di¿ al uno lan recio gotpe 
Que en tierra lo derribaba; 
Los dos le vuelven buyendv 

Y ¿1 dellos no le caraba. 
A la dama le volvia 
Por aaber'lo que pisaba, 
Mas la dama temerosa 
No le responde palabra. 
Antes por la espesura 

Iba buscando i lu Audalla. 
No coró mai de seguirla. 
Mas en Castilla ae entraba, 

Y asi hiio buena obra 

A quien la pens¿ hacer mala. 



Acabada la biUlla 
Por .el de Vivar pedida 
Contr^ los aleves Condea 
Que le afrentanon sus fijas, 
£1 noble Iley Don Alfonso, 
Que el suceso honroso estima 
Que hajra sido por el Cid, 
Como el que tenia justicia. 
Con Jos Ires fuertes gueireroa 
Que por él lidiado habiin 
Y alcanaado la victoria, 
Asf escribe al Cid Roy Diai; 
*<A vos, el Cid castellano, 

■ El. de la espada temida, 

■ Peililcncia de los moros 
«Y defensa de Castilla, 

»A vos i quien guarde el cielo 
»Ea próspera y Larga vida 
>Para que estemos seguros 
hDc la enemiga morisma, 

■ A yiM el Bey Don Alfonso 

■ Salud por esta «s «nvia, 



■ Como vn««o -mm» amigo 

■ Aunque enemigo* resistan. 

• El luceto del combate 
rQae se ha hecho en esa villa 

• De-Caivlon por el orden 

■ Que se dio en las Cortes mias, 

■ Os lo escribo por mi mano 

■ Y va con mi sello y firma 

• Porque sea testimonio 

• Verdadero y sin malicia, 

• T que en la edad venidera 

■ Como fue se entienda y diga, 

• Sin que amistad á respetos 

• Hagan que acorten li acidan. 

• Luego que fueron las Cortes 

• En Toledo concluidas, 

• A esta villa no* partimos 

■ Por lo* do* Condes pedida. 

■ Su demanda ái^ aosptcfaa 

• Por ser en *n tierra misma, 

• Qoe tierra que cria aleve* 
' No *in recelo *e pita. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



uTt> aHgnré wte'reuh), 

■ Purqae i los tres que venian 

■ Por vos i lidiar con ellos 
■Guardé can la guarda mia. 
H Siempre los tuve delante 
■CoDociendo bien que habia 

■ De la parle de los Condes 
>Mas traición qae valentía. 
■Llegd el plazo j dia as¡i;nada 

■ En que habían de ser vigías 

■ La )asiicia y la raían 

■ Lidiar con la alevosía. 

■ Hizose na fuerte palenque 

■ Cerrado, y pnestoa enciúia 

■ Asientos y seis Jaeces, 

■ T enfrente mi real silla, 

■ A todo estuve presente 

■ Porque en ni ausencia nodigan 

■ Que el rostro escondí al efecto 

■ En qae el bonor vueso iba, 

■ Porque no (a bien aitnellos 

■ Que Tueso daño codician 
■Qae os falta el Rey D. Alfonio 

■ Como no os &llá en la vida, 

■ Attitqae por malditos medios , 

■ Traidores nos revolvían 

■ Vuesa lealiad condenando 
■Con envidiosas mentiras:' 

■ Advertido desle engaño, 

■ A maldades conocidas 

■ Les cerré el oido á aquellos 

■ Que os coadenaban en vidaí 

■ He querido que entendáis 

■ Que sn maldad entendida 

■ Hago el honor vueso mió, 

■ Cual lo mostré en la conquista, 

■ Qpe yo propio y i mi ladO' 

■ Metí los tres que venían 
» A defender vnesa caasa,. 

■ Que yo llamo propia aüa. 



. 165 

■ Puestos por mf en el palenque, 

■ Los dos Condes i la mira 
-Y Suer Goaialez su lío 

■ Llegaron cual convenia 

■ De fuertes afinas cubiertos 

■ Con muy grande compañía 

■ De parientes y de amigos 

■ T el puebla que los seguía. 
■Cuando yo vi- tanta gente 
■Qoe en torno i todos aeguia, 

■ Temí el seguro no fuese 

■ El robo de las Sabinas. 
■rMandé sentar á los Jueces, 

■ Tyo tomando mi silla - 

■ Sosegado el alboroto 

■ Fue de mf esta raion diiiha: 

■ Condes, las fijas del Cid, 

■ por vos sin causa ofendidas 

■ Con la traía mas soáz : 
■Que se ba visto ni hlay escrita, 
■Demandaron la venga naa 

■ De so afrentosa ignominia 

■ Al Cid su padre, queatpunlo 

■ Salió i ella por sus G)as. 
uPidió campo á.'taJos tres 

■ Para que en él fuese visU 

■ Como quedaba su. ofensa 
uCon la sangre vbesa limpia. 

■ Respondisteis qua.con él 

■ La batalla que os pedia. 

■ Mo queríades fater 
"Porque yo lo ayudaría, . 

■ Que enviase á quien quisiese 

■ Que sobre la causa miima 

■ Con vos ficiese batalla 

■ Según fueros de Castilla 

■ Estos tres nobles gwerrefoa 

■ El Cid por su parie enyia» 

o Que yaen el campóos aguanJaOi 

■ O* retan y dettífian..; 



Dg.l.zedt>>COOgle 



i>Hace¿ voeslrft oUigacian 
nQae Mlaqneoa faena yobliga, 
vQuc es tiempo qae la« ruonei 



KQaUiíroQDie átr reipnuta 

■ Y de inf no siendo oída 
hA dar principio al cómbale 

■ Fueron annque lo temían. 

■ Partidles el campo largo 

■ Un rey de armas con insignias 
hDcI terrible ministerio 
xQue administrándotts iba. 

■ De Ires eii tres en sos pncilos 

■ Se pusieran, recogida* 
«Las riendas á los oballoi, 
uLas lenrjis apercibidas. 
nConlra el Conde D. Fernando 
>Qae i la. victoria se aplica 

■ Martin Antolínea fue 
sFuego echando por la vista. 

■ A Don-Dief;o, el otro hermana 

■ Qaeenirendióla horrible cisma, 
uLe cupo Pedro Bermadea 

■ Para la batalla esquiva: 

■ Mnilo Bustos de Linzuela 

■ Ardrando en honrosa ira 

■ Se opuso coa Suer GoDialea 

■ Autor de la alevosía. 

■ Cuando vi tres contra tres 

■ En doa hilaras distintas, 

■ La lid de los Cor i acias 

■ Se me Gf^ura que vía. 

■ A este punto el ronco son 

■ De la trompa les avisa 
nQue den principio á la lid 

■ Para el fin i\m pretendían, 
u Arremetieron & una 
hToiIos; la seAa.I oida, 
HCada cual con el contrario 

■ Que rnfrenle de sí tenia. 



• Don Fernando y Anlolincz 

• Que ignalmenle se herían 
•Quebraron )untas las lansaa, 

■ Firmes quedan en tas sitias, 

• Mas desnudando i Colada, 
•Después de mucha* feridaa 

• Que Antolinei le dio al Conde 

• Con desireca y valentía, 

■ Le dio un golpeen to mas alto 

■ Del yelmo, que las hebilla* 

■ Fallaron y ta cabeaa 
■Fue en dos parles dividida. 

■ Derribóle del caballo, 

■T el suyo dejando, encima 

■ Del cuello se puso en pie, 

■ Y el acero al pecbo afirma. 

■ A esle punto un gran mida ' 

■ Se alió y una vulgar grita 

■ Pidiendo no le matase 

■ Cumpliendo con que se rind». 

■ Fue poderoso el clamor 
uDe aplacar la ardiente ira 

■ Del vencedor animoso 

■ Para dejsllo con vida; 

■ Mas pnesto sobre ¿I de piea 

■ A Pedro BermadcE mira 

■ Que traia al Conde D. Diego 
■Sin valor con que resista. 
uDi¿Ie un golpe con Tíiona 

■ Después de tener rompida* 

• Las lanías, y fue tan fuerte 

• Que hombre y caballo derriba. 
° Pidióle misericordia 
.Pidiendo en merced la vida, 
nConfesando su maldad 

• Diciendo que se rendía. 

■ No dio oído á sus plegarias, 

■ Mas la fiera espada hinca 

■ Por el alevoso pecho 

■ Con qne did fin ¿ an vida. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



>EI valien^ NuSp Biulos 
b¥ Suer Gontalez querían 
»Cada uno de por si 
sLa victoria de aquel día, 
BÜuró mucho eile combale, 
vMas la Jualícjk diyioa 
xDiii victoria á Kaño Bustos 
■•Como á quicD tenia ¡uslicia. 
>.Alrave*ó i íu contrario 
«De parte i parte, y fui/ grima 
>. Verle venir del caballo 

■ Cayendo la boca arriba. 

■ Con esto »cab¿ el, Cucábale 
mY lof vencedores grjian 
i>Si habla que hacer i^as 

hO mas traidores que rindaa. 
B Respondieron les que no, 
hQuc la victoria (enian 
"Ganada coipo,valienl,u 

■ Sin haber quie? ^e lo impida. 
oDos cap» y un pregonero, 

■ Puestos á este punto encima 

■ Det palenque, resonaron 

■ ¥ U victoria os aplican. 



167 

»Glreyd« armas CQn mi. gnard» 
oA los vencedores guian 
uAdonde los aguardaba^ 
bTo y toda mi compañía. ' 

■ Lnego dieron los Jueces 
uSenlencia diBnitiva, 
"Que por Irsidores infdacs. 

■ De huoor los inha'bílilai). 
uEsta sentencia fue al panto 

■ Confirmada y queda escrita 

■ Para qae pueda dar íé, 

■ Sin la roía, coa, seis firmas. 

■ Buen, Cid, ^sto es lo que pas» 

■ Sin que falte ni se añida, 

■ Sin qae odio ni Btnislqd. 

■ Fagan qoe otra co^a escriba. 
■Ved si no CLiiedaÍ,s 9041^^010 . 

■ Y queréis que se prosiga . 

■ Contra todo su linsge 

■ Sin de)itr. persona viva. 

■ EncoDj^ndadme á Jfjpena . , , 

■ Y abrazadipt- á vne^S fijas, ,' 

■ Y decibles que de'iiseya .. 

■ Su pausa toma.fttr pU-V .. 



De aqiiese buen Rfy Alfonso 
Los, del Cid se dieipediaa 
Para volverse á sus tierras 
Pues ya vencidos tenían 
A los Condes de Cardón 
Por el aleve que baciap. , 
Llegados son á.Valtmcia 
A Ao el bufu C^d rrsidia: 
Gran placer hubo con ellos, 
Mfry gran goio y alegrís, 
Muy mayor. cnaiido dijerou 
Coiuo el buen Rey ifado había 
Por alevosos loa Cojides 



Y i Don Suer.qtwjlosimi^a, 
HÍQCado se babiík d(t faiincios. 
Las manos puestas arriba, 
Grandes gracias da i Dios 
Por la vénganla que había 
De los malos yeriiof sg;p9 ;; 

Y el, tío que los regia.', , 
A J)«ija;Ximena G04MA . 
Muy alegre le decía: 

De tan grande villanía . 
Como ficieron IoS'(|^ondes 
A nos y á tas ntWM* fijas.-— ' 



Dg.l.zedt>>COOgle 



168 

Cnindo tos i}u oyeron 
Lo qne tanto oír querian, 
BecibieroQ gran placrr, 
El mafor que ser podia. 
Muy gran loor dan í Dios, 
Graciai grandes le rendían 
Porque vengd lu dethonra, 
Y con loi braioi corrian 



A alMvur «I buen Bermodes 
T i toda la compañía; 
Besar leí quieren las manos 
Del placer qae ende habiau. 
Muy grandes fiestas bicicron 
Qne duraron ocbo días, 
Porqne Dios les di¿ vengaaEa 
De los que el mal cometían. 



—Erguios, no estéis postrado, 
Que no es justo ni raxon 
Que eslí ante mi de fino jos 
Quien Beyes afinojó. 
Cubrid las canas honradas ' 
De grande prez y valor, 
y del mas leal vasallo 
Que tuvo Rey ni señor. 
Quedaos á yantar conmigb' 
Que me fareia gran favor, 
T me tendrán las viandas 
Deste yantar mejor pro. ' 
Y desque hayamos yantadú 
Vos quiero íacer favor 
De contaros de la enmienda 
Del tuerto de Carriun; 
Mas quiero facerlo loego, 
Sabed que le plago á Dios . 



De guardarles sendas Beyea 
A £1vira y i Doña Sol: 
Ser< en las bodas padrino 
Pues casamentero soy, 
Porqoe para fijas vnesas 
Los tales padrinos son. ' 
Alvar Fañea de Minaya 
Vueso presente nos di¿, 
To y ñusco le recibimos 
Con gran talento y amor, 
Y por primeras mercedes 
Bien dignas de quien vossOis, 
Mando que no haya cadera 
En vaesa comparación 
'Sino fuere cual yo Rey 
O dignidad superior.-^ 
Esto dijo el Bey Alfonso 
A ese buen Cid Campeador. 



;5. por Sepú¡t)eda (i). 

Rodrigo Diat de Vivar; Como bueno guerreando, 

Nombrado el Cid castellano, Vivía á placer en ella 

Después que ganó & Valencia Siendo temido y bonrado^ 



(i) Coniiene toda ¡a fuilbriit.de to$ Caniles de Carrion gut 
lacian con el Cid. Solo te pone este mal romance por ser uo retí 
varios anteriores, x parifué.skve para su mt/or inttiigineia' 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Teniendo en su compiSfa 
Sú nager que tanto ha amado, 
Llamada Xioiena Gomei 
Hija del Conde Loianot 
Qae Don Gómez de Gormix 
Por todoi era llamado, 
Con sni doi bijas doncellas 
Hermosas en ignal grado. 
Daba i Dios crecidas gracias 
T al Apóstol Santiago 
Porque lo faa favorecido 
T tenido de an mano 
Eb vencer tantas batallas 
T en aatir dellas tan aaUo, 
Ganando tanto i los moros 
Cnanto ningano ha ganado. 
Estas naevaa en Caalilla 
Mucho se ban publicado. 
Los Condes de Garrían 
Ambos tienen acordado 
De pedirle a) Rey Alfoaso, 
Hijo del Rey Don Fernando, 
Qu'el Rtj hubiese por bien 
Al Cid enviar mandado 
Pidiéndole sus dos hijas 
Para estos dos hermanos. 
Que se caskrán con ellas 
Porque son de alto estado. 
De loa buenos de le tierra, 
Y aun de los mas mejorados. 
Por bien ha tenido el Bey ' 
De hacer lo sn plica do: 
Mensajeros hilo al Cid 
Con quien envió sn recado: 
Bogábale i^ue en Rtqneiia 
Ambos se hayan ¡untado. 
El Cid que vido las (»rtas 
Hase bien aparejado, 
T el día que mandé él Bey 
A Beqoena babiv llegado. - 



«6:9 

El Rey que vido al buen Cid 
Luego lo había abrazado. 
Preguntó el Rey á Rodrigo 
De las guerras en que ha andado: 
Dióte dellas larga cuenta 
Como su vasallo honrado. 

El Rey le dijo: Buen Cid, 

Mucho por cierto he holgado 
De vurstras grandes victorias 
T haberes que habéis ganadOj ~ 
T de veros que estáis viejo 
Me hago maravillado. 
— Bue nBey.respondieraelCid, 
Los trabajos lo han causado 
Que me han dado tantas guerras 
Y las lides en que he andado, 
Que un día no he yo tenido 
Que pueda llamar descanso. 
Gané, buín Rey, á Valencia 
Donde hobe muy gran algo: 
Todo es vuestro, buen señor. 
Todo está i vuestro mandado. 

Dios os lo gnarde, hnen Cid, 

Pues tan bien forra ganado. 
Muy bien rae puedo alabar 
Que Ids Beyes que ban pasado 
No han tenido en los sus tiempos 
Ta) vasallo y tan honrado. 
Valiente por so persona. 
Ni Isn bien aforlunado. 
Lo que agora ói quiero, Cid, 
Por mi vos será contado. 
Los Condes de Carrion 
Ambos me bao suplicado 
Que á Doita Sol y á Klvira 
Se las entreguéis de grado 
Para que casen con ellas, 
Porser bijas de hombre honrado. 
No rehuséis. Cid, mi ruego 
Pues que vtis ^uc yo las casor 



Dg.l.zedt>>COOgle 



170 

Que li nul estadal faercn. , 
Yo me temé por colpado.— ■ 
£1 Cii) reiporidió; — StSor, 
Ellas aoD ao el vuu(ro mando, 
Dellas y de mí podréis 
Hacer muy bien vueairo grado. 
Vo», bucD leñor, las caséis 
Camo lo habéis raionado, 
To dello aoy muy conleulo, 
Alegre aoy y pajado.— 
Mucho el Bey «e lo agradece, 

Y toa Condes han llegada. 
Besan las manos al Cid 
Por esto que ha otorgado. 
El Rey se vuelve á Castilla, 
£1 Cid 4t tornó á su estado, 
A la muy noble Valencia 
Que á moros bobo ganado. 
Los Condes llevó consigo 

T al qtie los habia criado 
Para celebrar las bodas 
Qu'el buen Bey ba concertado. 
Andando por sus jornadas . 
A Valencia habían llegado, 
T Doña Ximeua Gómez 
Moy gran placer ba cobrado, 

Y gran placer ambas bijas ' 
Con el buan Cid han tomado. 
Aquese buen Alvar Fañei 
l,aa doncellas ha e'ntrpgado < 
A .loa dos hermanos Condes 
Como el Rey se lo ba mandado. 
Don Hierónimo Arzobispo 
Luego tos ha desposado. 
Fechos ya. los casamientos 
Fiestas se babian ordenado 
De justas y de torueosi 

Los moros con los cristianos 
Todos están con placer 
En muy sublimado grado. 



La forlona que es avicH 
No deja cosa en su estada: 
£1 Cid tiene nn gran León, 
Muy grande es y denodado, 

Y estando el buen Cid durmieuilo 
El León se babia soltado. 

Por descuido de su guarda 

Y no por serle mandado. 

El León con muy gran furia 
Donde esti el Cid babia entrada 

Y donde cataban los Condéa 
Ambos las tablas joga^doi 
Como vieron al León 

A bair babian echado. 

A) ruido de laa voces 

El buen Cid ba recordado. 

Antes estaba durmiendo 

Echado sobre el su escauoi; 

Visto por ét el León 

Una gran voz le habia dado, 

£1 León lo conoció. 

Donde estaba se ha tornado: 

Los Condes quedan corrido* 

Y ambos mny afrentados 
Creyendo qu'el Cid babieie 
Hecho lo que cs ya contada, 

Y coo may mal pensamiento 
Del bupn Cid han murmarado. 
Hablan los. dos en secreto» 
Con su tio habiau hablado 
Que se despidan del Cid 

Para Castilla su estado, . 

Y que lleven sus mngerea. 
Con quten.se habían desposadoi 

Y pues no pueden del padre 
De la . afrenta s«r ■vengados, . 
Se vengiten en sus doa hijas 

Y qaedarán bien pagados. 
Con aqve'sle mal aauerdo. 

Al bueaCid así han hablado:. 



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-—Licencia nos dad, acBor, 
Que tenemos acordado 
De nos volver á Castilla 
A estar en nuestro Condado 
Con ambas nuestras mageres: 
Nuestro padre lo ha ruaiidndo— • 
El Cid les did la licencia, 
Aunque se hubo recelado 
De que estos dos yernos suyos 
No faubieten concertado 
De matarle sus dos bijas 
U otro gran desagoisado. 
Porque los tiene por bombres 
No bien acondicioaados; 
Mas por cumplir lo qne debe 
En ello no puso embargo, 

Y con sus geiiles guarnidos 
Su camino han comeiuado. 
Como el Cid tiene recelo / 
Aqueslo habia acordado: 
Llamd i su sobrino Ordoño 

Y luego le había mandado 
Qne vaya tras de sus hijas 
Cubierto disimulado, 

Y que vea muy bien visto 
Lo que hubiese pasado. 
Porque el corazón le dice 
El mal que le esti guardado. 
Los Condes con sns rongeres 
Por su camino han andado. 
Por los lugares do van 
Eran muy bien hospedados 
Porque los seSores dellos 
Del buen Cid eran vasallos. 
Andando por sus jornadas 

A Tormes babian llagado 
T entre loa robledos dál 
Las damas han apeado, 
De las ínulas en que van 
AI suelo las han bajado. 



171 

Mandan primero 6 »a geale . 
Se hubiese adelinlado. 
Por los cabellos las toman 
Habiéndolas desnudado, 
Arrástranbs por el suelo, 
Tríenlas de uno. i otro lado, 
Danles muchas espoladas, 
En sangre- las han bañado, . 
Con palabras injuriosas ' 
Mucho las han denostado. 
Los caba;rdes caballeros - - 
Por muertas las han dejado, 
Diciendo: —"Hijas del Cid,- 
En vos seremos vesgadoa, 
Qne vosotras no sois laJes . 
Para con ñusco casaros;. ' 

Pagaríisnos las deshonras 
Que el Cid á nos bobo dado ' 
Cuando soltara el Le¿it 
Y procuraba matarnos.-»- 
En medio de aquel robledo 
Atadas babian quedado. - 
Signen ambos su camiao, '• 
A abs gentes han llegado, - . - 
Las genle» í sus señores 
Por (Mas han preguntado: - 
Ambos Condes respondieron < 
Que quedan i buen rccando. ' 
Las señoras muy cuitadas 
Muy gran llanlo han 
Alharidos dan al cielo 
Su desdicha lamenlandii, 
Diciendo-: — Condes trsidoresr 
Cuin mal que lo babeia aiado ' 
Siendo nos hijas del Cid- 
A quien habéis deshonrado,' 
Tal es él que venga rí ■ 
La traición que habéis obrado. .-^' 
El llanlo qire están haciendo 
Don Ordoflo lo.ba eicuchvd». 



Dg.l.zedt>>COOgle 



172 

Y 6 Ui voces que •atbat Sku 
Donde eilBD htbia llegadis 
T coando vido i lus primas 
I^ cara se uti arañafido. 
Mesaba los sos cabellos, 
Grandes voces t*ií dandOr 
A los Cotidrs alevosos 
A grandes gritos llamandor 
Porque i las tales señoras 
Se bace lal desaguisado, . 
Mayormente liendo bijas 
Dean padre lan estimado; 
De tan grande alevosía 
£l se bari mny bien vengado. 
En las ramas de los robles 
A las damas babia cebado, 
Cabriolas con sn vestido. 
Allí las había deisdo; 
A buscar va do Us ponga 
Para que eslen i recado. 
Ventura le deparó 
Casa de un labrador honrado 
T muy servidor del Cid, 
Que veces lo hubo hospedado. 
Ordoño y el labrador 
Al robledo babian tornado, 
T donde dejó sus primas 
Allí las habia bailado. 
Hévaolas i aquel lugar, 
Qoe es secreto J apartado: 
All[ son bien acogidas 
Desle labrador honrado 
X de su mager y hijos. 
Todas bacian su mandada. 
Dnn Ordofio habló con elUs, 
DesU suerte ha rasonado; 
' — SeBoras, yo quiero ir 
A Valencia nuestro estado 
A decir al vuestro padre 
Es^o que os ha pasado. 



T que vcHKOe Tuestrft injaria 
Pues que tanto le ha toc»do.->» 
Ellas lo hnlHeroii por bian, 
Su viage ha comentado. 
Andando por sus jornadas 
A Valencia habla llegado^ 
T en presencia del buen £id 
Grande llanto ha comenawki; 
Contóle lo acaecido 
Sin palabra haber faltado. 
El bnen Cid como discreta 
Muy bien lo ha di si inn lado, 
Que lo que espera vengaosa 
No conviene ser llorado. 
Su mnger Ximena Gomes 
Esquíen mas pena ba mostrada; 
Lloraba de los tvt ojos, 
Fuentes se le habían lomado. 
Macho la consuela el Cid 
Como discreto y honrado. 
Con las cosas que le h* djcko 
Mucho la ha consolado. 
Despachó sus mensageros 
Para ese Rey caslellano, ' 
Al cual le hace saber 
Aqaeste hecho malvado. 
Pidióle qoe haya por bien 
Que dello se haya vengado, 
T para que baya efecto 
LicrDcia le ha demandado 
Para venir i Toledo 
Do el Rey eslá aposentado. 
£1 Rey que sopo el negocio 
Gran enojo bahía cobrada 
De los Condes y sn tio 
Que'los hubo aconsejado: 
lÁ licencia que el Cid pide 
El Bey se la babia otorgado, 
Y el Cid con sos caballeros 
A Toledo había llegado; 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Fue ie\ Rey bien recibida 
CuaV merece tal criado. 
Propuso el Cid »a raBon- 
Cono hombre sabio y hoarado; 
•^Bíen labeiSi.Beyíai se&or, 
Que soy yo vuestro vaasllo, 
Crióme el Rey vuestro padre 

Y Don Sancho vuestro hermano. 
A ambos yo los serví 

Como muy leal criado. 
Muchos servicios les hice 

Y fui por vos desterrado. 
Por vuestro mando, scQor, 
Mis biias bube casado 
Con los Condes de Carrion 
Do se cumplió vueso grado. 
Diles yo de mis haberes 

Coa que fueron muy honrados, 
Dites Tizona y Colada 
Las espadas de mi lado. 
Ellos sin cauia ninguna 
May malraetiabiandeshonradoi 
Deiaron^s mis dos bijas - 
De fuenb de lo pablado, 

Y como á malas mogeres 
No hijas de padre honrado. 
A vos, buen Rey y señor, 
Conviene me hagáis vengado. 
Vos fuistes quien las caiastes, 
Yo bjce vuestro mandado. 
Que no á mf solo los Condes, 
Mas á vos han injuriado. 
Hacedme, buen Rey, justicia 
Que á vos tolo es esto dado, 
Que «i por las armas fuera 
Ya ellos fueran' casti{pi dos. -^ 
El Rey respondió:-^ Buen Cid, 
Vos Id habéis bien raionado 
En lo pedir por justicia 

Sin haber muertes ni bandos, 



173 

Questa tanto se ús bari 
Como quedéis bien vengado.'^— 
m Cid las manos al Rey 
Por la merced le ha besado, . 

Y para qae 'se cumpla esto 
A Corles había llamado, 
Mandando que en treinta día* 
Todos se hubiesen juntado. 
Dentro del tiempo que es dicho- 
A Toledo son llegado* 

Los Condes con sus parientes. 
Que son muy emparentados. 
Estando allJ todos juntos 
El boen Cid ha raEooBdo: 

Ante vos, buen Bey Alfonso, 

Pido á los Condes mí algo. 
Pido i Tisona y Colada 
Que yo les bube prestado, . 
Pues que no hay causa ninguna 
Las tengan contra mi grado. — ■ 
Los Condes dicen tenerlo, 
¥ el Bey ha determinado 
Que todo se vuelva al Cid 
Pues' 'es snyo y bien ganado. 
Esto fue luego cumplido , : . 
Como el Cid lo ha demandado,: 

Y luego se puso e 



está r 



indo 



Echando mano & su barba. 
Con semblante denodado: 
—Condes, ante el Rey presenit 
¥ grandes de su reinado 
Vos repto por alevosos. 
Pues que dello habéis- nudo 
En deshonrarme mis hija*. 
Señoras de alto estado, 
Sin tener causa ninguna^ - 
De ansi las haber tratado 
Como, Condes, la* Iratasles 
Ea Tornes eje collado: 



u3i.z.iit>,Googlc 



i7i 

Pero p*f|irroeto h«ía 
T'«l int os hubo coniBJkdoi - 
Loa dos Condes y su tio 
Attdin MOOMS bascindo; - 
Pero no las hallan talca 
Que se hai;an disculpádoj.' - 
El Reyoidaa lai parte* 
Aqu«»to ka. delerminado: 
t*Qae loa Condes ; su lio 

■ Con olrM tre* en el campo' 

■ Lidien como cabaltemí, 

■ Qne allf se verá el cnipado.' 
Aqneilo» fneron Bermades 
Con aut doi primo* herminoj 
El Cid se volvió á Valencia 
Siendo «qneslo f» acordado,' 
En el plato que el Rey paso 
Aqaellos han batallado. 
Los Condes quedan vencidas 
Coa *a lio ya nombrado; ' 
Confiesan ser alevosos 
T portales fueron dado*. 
Quedaron Un abatidos 
Qae hasta a|;«ra son reptados, 
¥ por esta alevosía 
El Bey les qnitd el estadi 



Los cabalteros del Cid 
— A Valencia se han tornado. 
Son del Cid bien recibidos 
Como qaien los ha criado^ 
Cuántanle de la justicia 
Que el Rey Alfonso ha usado 
Con los Condes y sn lio, - 

Y todo lo qne es pasado, ' 
£1 Cid da infinitas gracias 
A Dios que lo faa bien veniado, 
Agradccid miicfao al Rey 

' Lo que con ét se ha usado. 
Estando el Cid mny temido, 

I. Sus hijas le han demandado 
Un Infante de líavarra 
¥ otra de Aragón reinado, 
¥ del an ayuntamiento 
Un hip'se ha procreado: 
Deste proceden linages 
Que hoy aioilen mas sablimados; 
Donde podemos notar 
El mal ser bien castigado, . 

Y aquel qne usa del bien ■ • ■ 
I, Por Dios es galardonado: 

Lo mismo cOnleciú al Cid i 
En el caga que es contado. 



Llegj ta fama del Cid 
A los confines de Pcrsía 
Cuando andaba por et mundo 
Dando r<ion de quien era, 
Y como lo oytS el Soldán ' 

Un presente le apareja. 
Cargó copia de camellos 
De grana, pdrpura y^sedaSf 
Oro, plata, incienso y^ mirra. 



Con otras machas riquetas^ 

Y con un pariente suyo 
De los de sn casa y mesa 
Le envia al Cid el présenle 
Diciendo desta manera: 

' — Diris á Roy Diaz el Cid 
Que el Soldán se le encomienda. 

Le tengo grande querencia, 

Y por vida de Mahoma 
¥ de mi real cabeía 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Que le diera mi corona 
.Solo por verle en (ni tierra: 
T qne aqnese don peqoeño 
Reciba de mi grandeza, 
£a'aeñ:il que aoj *U amigo 
Y lo seré haala 



Eli 



taó el I 



. JO poco llegó á Valencia, 
Piditodo licencia al Cid 
Parn hablarle en sa presencia. 
El Cid salió & recibirlo 
Antes de sallar en tierra, 

Y cuando io viera el moro 
De verle delante tiembla. 
Empero i darle el recaudo, 

Y como á darlo no acierta 
De turbado, el Cid le toma 
La mano y asf dijera: 

Bien venido i mi Valencia, 
Si tu Rey fuera cristiano 



17S 

Fuera ya í verle i su tin-ra.— — 
Con ratas y otras ratones' 
A la cfndad ambos llegan, 
Adonde los ciadadanos ' 
Ficieron tony grande 'fitítld. 
El Cid le mostró so caaa, 
A SUS' fija* y á Ximenai 
De <{oe el moro esli espantado 
Viendo tan grande riijUen. 
Estúvose algunos diaa ■ 
£1 moro bolgiiidoSe en ella 
Hhila que se qniso ir 
Y pidió para ir liceitc!a. 
En retorno del presente 
Que del Soldán recibfet-a, 
Otras cosas le envia el Cid 
Las cnales allí no hnbíerá. 
Despedido que fué el morOi' 



rigo c 



:■ Xiro 



Se quedó y con sus dos fijas 
Dando á Dios gracias inroeasas, 



77- por Sepátaeda. (i) 



Muy doliente estaba el Cid, 
De trabajos muy cansado, 
Cansado de tantas guerras 
Como por i\ ban pasada. 
Nuevas le fueron venidas 
Que le ponen en cnidado 
Que el Rey Bucar , fuerte moro, 
Sobre Valencia ba llegado. 
Treinta Reyes trae consigo, 
Valientes son y esforzados. 
Con mucha gente degoerra, 
De í pie son y de á caballo. 
Ecbado estaba el buen Cid 



Sobre su cama acostado, 
Pensando estaba cnídoso 
En fecho tan afamado, 
Suplicando i Dios del cielo ^ 
Que siempre estj de sa bando, 
Y de peligro tan grande 
Con honra le saqae i salvo. 
Cuando el Cid no se cató 
Un hombre vido i su lado. 
El rostro resplandeciente' 
Como crespo y relumbrando,' 
Tan blanco como la nieve 
Con olor mny sublimado. 



(i) Et el mitmo que dice: Estando en Valencia A Cid. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



176 

I}(¡ote:^¿Dnerinc3 Rodrigo? 
Recaerda y está velando,— 
D(io)eelC¡d;-~¿Qai¿n*o>*vos 
Qoe aal lo hkbeii preguntado? 
— —San Pedro llaman i mí 
Príncipe del Apostolado: 
Veogo i decirte, Rodrigo, 
Otro que no estás cuidando, 

Y es qae dejes este mundo. 
Dios al otro le hi llamado 

Y i la, vida qne no ba fin 
Do están los Sanios holgando. 
Morirás en treinta días 
Desde hoy que esto te fahlo. 
Dios te quiere mucho, Gd, 

Y esta merced te ha otorgado 

Y es que después de tu muerte 
Venzas á.Bucar en campo. 
Tus gentes habrán batalla 
Con todos los de sa bando, 

Y esto será con ajruda 
Del Apóstol Santiago. 
Tit, Rodrigo Campeador, 
Fai enmienda á tu pecado. 



Porque mnerlo qne tú leaa 
A la gloria seas llevado, 
Que Dios por amor de m( 
Ha todo aquesto ordenadt^ 
Porque honraste la mi casa 
Do Cárdena era nombrado.^-* 
Cuando lo oyera el buen Cid 
Gran placer habia tomado, 
Salló laego de la cama, 
Xh rodillas se ba postrado 
Para besarle los pies 
Al buen Apóstol sagrado. 
Dijo San Pedro; — Rodrigo, 
Aqneso es ya escusado 
Queá mí no podrás llegar, 
No te Iraluies en vano, 
Mas ten por cosa muy cierta 

Aquesto que te be contado. 

Esto dicho, el santo Apóstol 
A los cielos se ha tornado; 
Rodrigo quedó contenió, 
Alegre y muy consolado. 
Dando á Dios crecidas gracias 
Por lo' que le bahía otorgado. 



;8. (Anónimo). 



En Valencia estaba el Cid 
Doliente del mal postrero, 
Que agravios en pechos nobleí 
Pueden mucho mas que el tiempo. 
A su cabecera tiene 
Religiosos. y hombres. buenos, 
Y en torno de su persona 
Sus amigos y sus deudos, 
Coyos semblantes miranda 
De dolor y cuita llenos. 
Con tan sesudas razones 
Así conhorta su duelo: ■ 
—Bien sé , mis buenos amigos. 



Que en tan duro aparlamienlo 
Ho hay causa para alegraros 
Y hay mucha para dolergs;. 
Pero mosirad mi enseñanza 
COnIra los adversos tiempos. 
Que vencer á la fortuna 
Es mas que veficer mil reinoa. 
Mortal me parió mi madre, 
T pues pude morir luego. 
Lo que el cielo dio de gracia 
Non lo pidáis de derecho. 
No muero er 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Cuanto mas que alendo I ierra 
El propia heredad del muerto. 
No aiento el verme morir, 
Que ai esta vida es destierro, 
Los que á la muerte gniamoa 
A nuestra patria volvemos. 
Tan solo llevo en el alma 
Que en poder de un Re^ vos dejo 
En. quien vos podrí empecer 

Qae trate bien mis soldados 
Pues le defienden sus reinos, 
T crea i piernas quebradaa 
Maa qoe i sabios consejeros. 
Que traiga stenipre en balanaa 
El castigo con e! premin, 
Qae la Irallad de vasallos 



17? 

Viriofl pone j pone miedo. 
Que estime an noble leal 
Mas que mochos falagüeños. 
Que de mochos hornea malos 
Non puede facer un bnenoj 
¥ A quien menester bnbiere 
Nunca le faga denuestos. 
Ni pague servicios propiof 
Por pareceres ágenos. 
T non fablode agraviado, 
Antes le quedo debiendo, 



En eslo entrara Ximens, 
Cuyo desaniparo viendo 
Ellos se eiiiugsn los ojos 
y el Cid di'jii el parlamento. 



— La que i nadie no perdona 
A Reyes ni i Kicoi bonies, 
A mf fincado en Valencia 
Llegó á mi puerta v llamóme; 
¥ faliindome dispuesto 
A sn voluntad conforme, 
Fago as( ni lestamenio, 
Y mi voluntad al postre. 
"Yo Rodrigo de Vivar, 

■ Llamado por otro nombre 
»EI bravo Cid Camppador 

>EI alma encomit'ndo i Dios 

■ Y el cuerpo fecho de tierra 
xMando que i au centro torne: 
»Y después que sea finado, ' 
»Con los nnlos de los boles 
sQue me tndonóelReydePersia 

■ Unten, compongan y adoben; 



D.Y pneslo sobre babieca 
■•Tras mi seSa y mis pendones, 
>iLo enieñedes a) Rey Bucar 
uY á todos sos valedores. 

■ Y mando qne i mi Babieca 
»Lo sotierren y lo afoden, 
uNon coman canas caballo 
uQue carnes de canes rompe. 

■ Y para facerme obsequias 

■ Se junten mis infanzones, 
uLos de mi pan y mi mesa 
uLos buenos conqueridores. 
»Y i la j»nta cofradía 
•■Del rico Li laro pobre 
-Mando el prado de Vivar 
uEnde, ariupnde, y su qnÍ3oné. 
ullem, mando que no alqnilea'^ 

■ Plañideras que me lloren|_ 

■ Bastan las de mi Ximena 

■ Sin qne otras ligrimas compre. 

12 



L)ji.z.iit>,Coogle 



i 78 

kT en San Pedro de CcrdcíU 
«Junio al Santo Puudore 

■ Me fibriquen un ÍomI 
sCon lu túmulo ie bronce, 
■ítem, mando (|nc al Jodio, 

■ Que enjfaüé eilando laii [lobrri 

■ Lo t]ue pesare de ircoa 

■ Lt den de piala otro cofre. 
>T i Gil Diai lornadiio 



■ Le maado mía femolariu, 

■Mia coraiaa y «luijotea. 

■ El noble Rey Don AKonao 

■ Y el bnen ObÍ*po Don Lope 
■T mi aobrino Alvar Fafies 

■ Sran mis cábetadores. 

■ Y lo demás de 'mi haber 

■ Se reparla entre los pobres^ 
■Quesoaenlre el bombrey Dioa 



■ Que de moro á Dios volvidse, ■Padrinos y valedoies.'' 
So. (Anónimo), (i) 



'Coronadas de victorias 
Atfuellai dichosas sienes* 
Con un frió insoportable 
£1 buen Cid esii i la moerte. 
Presente se bailó Ssn Pedro, 
Que quiso bailarse presente 
Para mostrar que su vida 
Mereció fin lau alegre. 
DoBa Ximeoa le llora 
Que roncho su muerte sientCi 
Porque si le qniso en vida 
Mncho roas le quiere en rouerte. 
Comentó el buen Cid sus mandas 
Como vé que le conviene 
Para el pro de sus criados, 
De su alma, hacienda y ^ente. 
Dice: — «Porque sé que Bocar 

■ Con crecido poder viene 
■Para cercar i Valencia, 

■ Mando mi cuerpo se lleve 

■ Bien armado y en Babieca 
■De suerte que nie sustente, 

■ Mi Tiiona en la una mano 

■ T en la olra mi insignia llevej 



■ Y roandoqne no se vista 
■Nadie lulo, pues conviene, 

■ Antes con ropa de seda 

■ Grande ale|;ría se muestre; 

■ Y que se toquen contino 

■ Los instruoientos que hubiere, 

■ Y se ponga en la ronralla 

■ Xiroena, y consigo ilevc 

■ Sus daross y las demás 

■ Que mejor le parecieren, 

■ Y qae mis gentes se vistan 

■ De blanco, roorado y verde. 

■ Acabada la batalla 

■ Mando roí cuerpo se lleve 

■ Con roi tesoro i Castilla, 

■ El cual quiero que herede 

■ MI inuger Doíla Xiroena, 

■ Y desto el cargo le quede 

■ A Don Gerónimo Obispo 

■ Para que en todo dispense. 

■ Quiero que cada hijodalgo 

■ Después de roi muerte herede 

■ Quinientos maravedís, 

■ Y mil quien los mereciere. 



(i) M atunlo dtl anterior. 



u3i.z.iit>,Coogle 



■pero BtrniiHlM mi primo 
hEii do Ximen* estuviere 

■ La «irva de mayordomo 
■Si CD liempo le venciere. 

■ liem, mando que las villas, 

■ Catlillos y casaj fuertes 

■ La* herede el Rey Alfonso 
■Como al presente la* tiene, 

■ Porque yo nunca gané 
■Ciudades ni villas fuertes 
■Sino en nombre y como suyi 
■De mis señorea los Reyes. 

■ Y no hago restitución 

■ De ningún cargo de bienes 

■ Alos Reyes de Castilla, 

8 1. (Aadni 

A la poslrimera hora > 

Muy btigado en I> cama i 

Ese hiten Cid Campeador i 

Hoy quiere ordenar m alma, i 

Y presente Alvar FaAez, 
Qut es escribana de fama, 

Y con él cuatro Icstígoi, 
Asf comienia sus mandas. 
"Mi alma quien la crió 

■ Es muy justo qae la haya, 

■ Mi caerpo i la dura tierra 

■ Pues de la tierra fue planta. 

■ A mi querida Ximena 

■ Mando que le sean dsdas 
■Las mis lierrss que gan¿ 
■Con mi valor y mi espada. 

■ ítem, diez maravedU 

■ Cada un aüo esl¿ obligada 

■ A dar para, que se casen 



«9 

■Porqtte anlea «líos me deben 

■ El tesoro qne he f;aslado 

■ Peleando contra infieles; 
xLo cual todo lo perdono 

■ Sin que ellos nada me 

■ ítem, mando que Babii 

■ Despuesdemoerto le en 

■ Porqi 



^Iten. 



■ Y & San Pedro de CardeSa 
uMando que mi cuerpo lleven, 

■ Que es monesterio en Castilla 

■ Dondeqoieroque le enlierren; 
>¥ á Dios pido me perdone 
■Cuando desie mundo fuere." 

»)■(■) 

■ Huárfanas desamparadas. 

■ ítem mas, siete reales 

■ Den para bacer una casa 

■ Donde huéspedes reciban 

■ Que peregrinando pasan. 

■ DoBa Sol, mi hija mayor, 

■ Mando que sea mejorada 

■ En veinte maravedís 

■ Y ei 

■ I tea 
■Un 

■ Que fué del Rey de Valencia 

■ Guarnida de hoja d« lata. 

■ A Martin Pelaei le manda 
trotón y dos lansas. 

Mi sayo con mi jubón, 
>Y juntamente mis caltas. 
Tres reales temando i NnSeE, 
Pero en obligación haya 



1 loda 



>BI 



(i) Como el aaltrior. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



180 

>De me decir treínla Mi«ai 

■ Cuando deite mando vays. 

■ Mando qae entre laia loldadoi 

■ SeisrealíS se repartan, 

■ Porque ruegucii por iii[ á D!a¡ 

■ En qaien estí mi esperanza. 

■ Ilem, mando que mi cuerpo, 
■Acabada la balalb, 

■ Le lleven lufgo á San Pedro 



■En uu atabad ú anda<, ' 
»T que anie el Aliar mayar 
II Un rico sepulcro *e baga, 
vAale qaien siempre den luz 

■ Trci limparaa plateadas. 

■ Para fábrica del templo 

■ Y aceite, dejo por manda 
■Catorce maravedí» 

■Que el Bey de Córdoba paga.*^ 



La* obsequias funerales 
Celebra DoAa X i mena 
De Rodrigo de Vivar 
En San Pedro de CardeSa, 
Janlainenlc con sus fijii, 
A quien el cielo hito Kejnaa 
Satisfacipndo el agravio 
Nt> debido & su inocencia. 
Pone el cuerpo en una tumba 
Mas .que su esperanza negra, 
Y asf llorando le dice 
Como si vivo estuviera: 
-— jOb amparo de los cristianos! 
¡Rayo del cielo en la tierra.' 
¡Atole de la morisma! 
¡De la Féde Dios defensa! 
¿Ho sois aquel que jamas 
Os. vieron la espalda- vuelta 



Los disfraaados amigos 

Que causaron vuestra aiuencla7 

¿Ko sois el que desterrado 

Por palabras lisonjeras 

Allanó para su Rey 

Mil castillos y fronteras? | 

¿No sois vos quien sujetí 

A la ciudad de Valencia, 

Y el que venció en seis batallas 

Sin alma mil almas fieras? 

¡Ay amarga soledad 

Cómo al sufrimiento easeSaa 

A sufrir coutra justicia 

Tan penosa y 11 

No pudo pasar de aquí 



ladre de fa ) 



Dbleí 



Que sobre el cuerpo cayó 
Desmayada ó casi muerta. 



83. por SepdleCda. 



Muerto yace ese buen Cid 
Que de Vivar se llamaba, 
Gil Diaz sn buen criado 
Cumpliera lo que mandara. 
Embalsamara sn cuerpo 



color 



Muy bermosa y c 

Los ojos igual abiertos. 

Muy apuesta la su barba, 

Non parece que esti moerlc 

Antes vivo semejabaj 

¥ para que esté derecbo 

Este ardid Gil Diaa osaba; 



u3i.z.iit>,Coogíe 



Paao el caerpo en nna ailli^ 
Una labia «n las espaldas 

Y otra delante del pecho 
7 á loi Udos se juntaban, 
Llegaban bajo los brazoi 

Y el colodrillo tapaban. 
Esta era h de atrái 

Y otra llegaba á la barba, 
Teaiendo el cuerpo derecha 
A niiiKiiii <^abo iiiclinaba. 
Doce dias 90» pasados \ 
Después i{ne el C>d acabara; 
Aderézanje 1a« gentes 
Para salir á batalla 

Con Biicar ese Rey moro 
T contra la so canalla. 
Cuando fuera media noche 
El cuerpo así como estaba 
lie ponen sobre Babieca, 
y al caballa la ataban. 
Derecho está y muy igual. 
Estar vivo semejaba. 
Calzas Heneen las sus piernas 
De blanco J negro labradas, 
Parecian brasonelas 
De las que en vida calzaba; 
Vistiéronle veslidara 
Que el pespunte se mostraba, 
T VI escudo puesta al cuello 
Con su divisa ondeada, 
Capellina en su cabeza 
De pergamino pintada, 
Parece que era de fierro 
Según esli bien labrada. 
En la su maiio derecha 
La Tizona le fuá atada 
Satilmeiite, á maravilla 
Iba en la su mano alzada. 
De un cabo iba el Obispa 
Don Gerónimo de íam», 



181 

Del Otra ?ha Gil Di» 
El i]ue á Babieca guiaba. 
Salió Don Pedro Bermndei 
Con sella del Cid altada. 
Con cuatrocientos Cdarges 
Que con é\ van en su guarda; 
Saliera luego el recuage. 
Otros tantos lo guardaban, 
. Saliera el cuerpo del Cid 
Con gente muy esforiada. 
. Ciento son los guardadores 
. Que el cuerpo honrado llevaban. 
Tras él va Doíta Ximena 
Cgn toda la su compafia. 
Con seiscientos caballeros 
Qoe para guarda le daban: 
Callando van y tan paso 
Que veinte no semejaban. 
Ta están fuera de Valencia, 
Claro el dia se mostraba; 
Alvar Faílea íaé el primero 
Que arremetió con gran saSa 
Contra el gran poder de moros 
Que Bucar trae en su compaña. 
Halló delante de sí 
Una mora muy ga'llarda 
Gran maestra en el tirar 
Con saetas del aljaba 
De los arcos de Turquía, 
Estrella era nombrada 
Por ta destreza que habia 
En el herir de la jara. 
Ella foera la primera 
Que á caballo cabalgara 
Can otras cien compañeras 
Muy valientes y esfonadas. 
Los del Cid las fieren recio, 
Muertas en tierra quedaran. 
Visto los había el Rey Bucar 
Con los Reyes de ao banáa. 



D3l.z«lt,,CO0glC 



T qaedin maravillados 
En ver la gente criatiana. 
Setenta mil caballeros 
Leí pareció que lle|{aban 
Todoi blanco* como nieve, 
T nao qae los asombraba, 
M*i crecido que ñinga no, 
En blanco caballo aadaba, 
Crai colorada en et pecho, 
En la mano aeílal blanca, 
La espada semeja á fuego 
Con qne á los moros llagaba; 
Gran mortandad face en elloi, 
Fnyendo van nut no aguardan 
El Rcf Bucar y sus Reyes 
Et campo desamparaban, 
Camino van de la mar . 
Do loi navio» estaban. 



Los del Cid los van firiendo, 
Ninguno habia de eicapa, 
Eu la mar se ahogan todos, 
Mas de diet mil se anegaban, 
Que con la prisa que traen 
Todos juntos no se embarcan. 
De los Reyes mueren veinte, 
Bucar huyendo se escapa. 
Los del Cid ganan las tiendas 

[ Con mocho oro y mucha plata, 
£1 mas pobre queda rico 

, De Id que ende ganara. 
Caminan para Castilla 
Como el buen Cid ordenaba; 
Llegado* son á San Pedro, 
De Cárdena se nombraba, 

' Do quedó el cuerpo del Cid 
B) que á EspaSa tanto honraba. 



Si. (Anónimo), (i) 



Mientras *e apresta Ximen! 
Con algunos de los sayos 
Para partir de Valencia 
Con el silencio no turno, 
T los nobles castellanos. 
Mas valerosos que muchos,' 
Con fingidas alegrías 
Velan los soberbios muros, 
Alvar Failex de Minaya, 
Don Ordoño y Don Bermodo 
Para la batalla aprestan 
Del Cid el caerpo diTanto. 
No le visten la loriga 
Qoe i\ eu las lides trujo 
Por cumplir lo que mandó 
En su postrimera panto. 



(i) M aianto dtt anitrior. 



De pergamino pintado 
Le ponen yelmo y escudo 
V en medio de dos tablones 
El embalsamado balto, 
T de nn cendal claro verde 
Vestido un tabardo justo, 
Al pecho sa roja insignia 
Honor y asombro del mondo. 
Unas calías de colores 
Goarnecidas de dibujo, 
En lienio crudo pintadas 
y ellas son de lienzo crudo. 
El derecho brazo alzado 
Al menos cuanto se pudo. 
En la mano su Tizona 
El limpio fierro desnudo. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



DmU gaita 1c aprciUroBt 
T cuando ■prestido catavo 
Pavor lea ¿Ü de niiralle, 
Tal se mural» de sañudo. 
Trujeron pue* i Bablrca, 
T en Riirliidole le puso 
Tan trille como *i fuera 
Maj razonable que bruto. 
Alirople i lo* •nanea 
FnertemcnlB por toa imialoi, 



<83 

T los pEea á lo» «atriliM 

Ponjac rucien mas aegnrot. 
Y í la lumbre del lucero 
Que por verle se delavo, 
Con su Capitán sin alma 
Salieron al campo ¡unios. 
Donde vencierou i Bncac 
Solo porque & Dios le plofO, 
T acabando la batalla 
El aol acaba m cnvso. 



8S. (Andnimo). 



Vencido queda el Re; Bucar 
Con todos tns aUe|;ados 
Déla campaña del Cid 
En el campo valenciana. 
Para CaslllU caminan, 
£t baeit Cid era finado. 
Caballero va en Babieca 
Con los suyos i su lado. 
No llevaba armas ninfjunai 
Sino sobre if unas pailoa: 
Los que no saben su muerte 
Por vivo lo babian juz{;sdo. 
Cada vcE que bacen jornada 
Quitábanlo del caballo, 
Quedaba yerto y derecho 
En la silla cabalgado. 
La buena Ximena Goraei 
Su mensaje habia enviado 
A los parientes del Cid 
Para que ven{;an i bonrallo, 
T también i sus dos yernos 
Que eran Beyes coronados. 
En tanto que ellos venian 
Alvar Ftñet ha Tablado 
Que pon^n el cuerpo mnerto 
En atabud y tapado, 
Y con púrpura te cubran, 



Con clavo* de oro clavado. 
No quiso DoS* Ximena, 
T así loa ha raionado: 

El Cid tieneel rostro hennoHi, 

Los ojos muy aseados, 
Mientras eslfi desta suerte 
No hay para que sea mudado, 
Que mis yernos folj^arán 
T mil fi¡as en sa cabo 
De verlo como ahora está 
Que non su cuerpo enterrada..^ 
Todos hubieron por bien 
Lo que Ximena ba ordenado: 
Don Sancho y también GaícU 
Están al Cid aguardando, 
T media legua de Olmed» 
Todos se habian ¡untado. 
Ese buen Rey de Aragón 
Caballeros tiene armados, 
Al revés traen los escudos 
De los ariones colgados. 
Las capas tratan uegrai 
May grande duelo mostrando, 
Las capillas traen tendida* 
Según uso caslellano. 
DoSa Sol y las sus doeBa* 
Estamefla han cobijado: 



u3i.z.iit>,Coogle 



tu 

Gran daclo qoerian h*cer 
Mai aa midre lo ha vedadoj 
Porque isí lo mandó fl Cid 
Y ají ha de ser obrado. 
E[ Bey y la la mager 
Para el Cid habian ll«gado, 
Amboj las maiioa le bciati. 
De lo ver le faan espantado, 
Que no semeíaba muerto 
Sino vivo y muy honrada; 
Muchos vienen á lo ver 
De Castilla eie reinado,. 
También vino Don Garda 
Rey dése reino navarro, 
Con9Íf;o,trae tu muger 
Fija del buen Cid loado. 
Las manos besan al Cid 



Mochas ligrimas llorando. 
Todo, van para San Pedro 
Porque allí le han enterrado. 
Aqapse buen Bey Aironso 
Que ha sabido lo pasado 
De Toledo se partiera 
T i San Pedro había lle^o: 
Saliéronle i recibir 
Los si Cid emparentados. 
Mincha honra fiío el Rey . 
Al cuerpo del Cid honrado. 
Mandó que no se enlerrast. 
Sino que el cuerpo arreado 
Se ponga junto al Altar 
T i Tizona en la su mano: 
Asf estuvo mocho tiempo, 
Que fueron mas de diei aftoa. 



En Bnrgos nacid el valor 
Gloria y amparo de Espaita, 
Que es costumbre en la cabeza 
Poner la insignia roas alta. 
Aquel qae vilortas suyas 
De eterna memoria estampa 
En los dos polos su nombre 

Y el cielo da gloría al alma: 
De qoien espaüoles Reyes 
Tienen de su sangre tanta. 
Que si duermen tos despierta 
A la guerra y las hazañasi 
El que i los hijos de Agar 
Destruyeron sus espadas, 

Y i siete Reyes venció 
Después de muerto en batalla: 
El valeroso y leal 

A su señor y d su patria, 
Qae hiao famosa i Hesperia 

Y á las estrellas la cnsilui 



A quien prodenles varones 
Ponen solo enlN las armas, 

Y por sus grandes proezas 
Príncipe deltas le llaman, 

Y moros sos enemigos 
Por eicelencia llamaban 
El invencible Rodrigo 

Y seSar de la campaSa. 

Y siendo cnan bueno fue 
Tiró la envidia so lanza. 
Mas las armas de virlud 
El hierro snyo no pasan. 
Que como sucede siempre 
Quien mal anda mal acaba, 

Y golpes de arma traidora . 
A su mismo dueño mslan* 
No padieron las traiciones 
De muchos manchar su fama. 
Que con la infamia de aquello* 
El cielo se la limpiaba. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



En San Pedro ¿t Car<leB« Qut como lo hiio en vida 

Su cuerpo Ib tierra en»nch«. Allí limpoco le falta. 



87. por Sepúlpeda. (1) 



En Sanl Pedro de Cardefia 
Está et Cid embaljamado, 
El vencedor no vniciilo 
De moro» ni de cristianos. 
Por mando del Bey Alfonso 
En su escaño »lá sentado, 
Su noble y fuerte persona 
De vestidos arreado: 
Descubierto tiene el rostro 
De f^ran gravedad dolado. 
Su blanca barba crecida 
Coma de hombre eslimadoi 
La buena etpada Ticona 
Puesta la tiene á su lado; 
No parece qoe está muerto 
Sino vivo y muy honrado. 
Siete aBos estuvo ail 
Como eslá ya ratonado; 
Por so alma que es en gloria 
Hacen fiesta cada afio. 
A ver su cnerpo tan bueno 
Mucba i;ente se ha llegado. 
Fuera de donde esti el Cid 
La fiesta se hiio un año, 
Su cuerpo quedaba solo. 
Ninguno le ha acompañado. 
Estando drsta manera 
Un ¡udCo habla llEgado: 
Cuidando estaba entre s( 
Deata suerte r 



—Este es el cuerpo del Cid 
Por todos tan alabado, < 

T dicen que en la su vida 
Nadie á su barba ha llegado, 
Quiero yo asirle della 

Y lomarla en la mi maoo, 
Que pues squ( yace muerto 
Por il no será escusado: 
To quiero ver qué fari 

Si me pondrá algún espanto.^— 
Tendía la mano el judío 
Para hacer lo que ha pensado, 
T antes que á la barba llegue 
El buen Cid había empuñada 
A la íu espada Tlsona 

Y un palmo la habitt aacado. 
El judío que ello vido 
Muy ^raa pavor ha cobrado: 
Tendido cayú de espaldas 
Amortecido de espanto. 
Halláronlo allí caído 
Losque en la Iglesia han entrado, 
Agua le ec^D por el rostro 
Para facerlo acordado, 

Y vuelto que fuera en ti 
Todps le han preguntado 
Qué cota fuera la canaa 
Da, verlo tan mal parado: 
Él luego les declaró 
La cansa de lo pasado. 



(i) m ttíe r 
ir eotocaa tomo 



•j ni tí que tígue ton dt la vida dti Cid, pero 
de tila porqut Itatart dt la mrmvitr dt ttte 



Dg.l.zedt>>COOgle 



186 

Todos d*B ertcUa i DiM 
Por el milagro contado 
En M acordar que »a lierro 
No quiao focM enlaciado 
Por mano de aquel judio 
Qoe tan mal la babia peniado. 



CríitisDO ae voIvt¿ Inego, 

Diego Gil era llamado: 

Fincó eo tervicio de Dioa 

En San Pedro el ya nombrado^ 

T en él acabó aai día* 

Como cualquier buen criatiaao. 



De Castilla 
A Navarra con in gente 
D.Ssnchoáquien dieron nombre 
Por IOS hechoa de valiente. 
Delante lleva el despojo 
Que ganó sn brazo fuerlE 
En las tierras de Castilla 
Sin qne nadie le impidiese. 
Triunfante, rico j contento 
Por sus jornadas se vuelve, 
Dejando á loa castellanos 
Despojados de ans bienes. 
Por San Pedro de CardeSa 
Mandó que el curso enderecen 
1.a escolla y la cabalgada 
Para qne por allí fuesen. 
, Como llegase la fama 
Al Abad que en gnarda tiene 
El santo cuerpo del Cid, 
Aguardó que el Rey se acerque. 
Aderezóse cnlrr tanto 
Como en procesión solemne, 
Y con la insignia del Cid 
Sale para cnando llegue. 
Al son de las roncas cajas 
Marchando de siele en siete 
Al Rey que llevan en medio 



es. (Anónimo), (i) 
larcbandv 



Junto al Rey, qne ateg'Temelll* 
En ellas ponía los ojoi 
Como en su mayor deleite. 
Yendo el valiente Don Sancbo 
Marchando con sus gineles. 
Llegó donde el santo Abad 
Le aguardaba alegremente. 
Puso tn tierra las rodillas 
Diciendo:^ Rey, no desprecies 
Mi raaon, ni á la voz mia 
Tu justo oído le cierres. 
Bien sabes, valiente Bey, 

Y cuantos eilais presentes, 
Que esa presa es de cristiano* 

Y no es justo qoe la lleves. 
Tras que tr.ien contigo 



Son c 



1 pont 



Por tn áaño y con 

Muy bien pudiera 

La sangre que dellol viertes 

Con que volvieras la espalda 

A los moros qae nos vencen. 

Mira, buen Rey, rala insignia 

Que es del C id de quien desciéndela 



(i) jf ifuai attmto dtt áe Stpihtda qut £ee • En Navarra «s Re|- 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



T pingotcla deltnle 
Para qne e«a presa dtjeí.^ 
Conociendo el Re; la insigDÍa 
Del caballo se desciende, 
T en el luelo de rodillas 
La salada de si a suerte: 

¡Ob eslaudarle poderoio 

De aqael yaroQ eacelenle 
Que tai muro de Castilla 
Y CDcfaillo de la muerle; 
De quien tembló' la morisma; 
Quien deshizo sos poderes; 
Qoienvenció muerto al Bey Bu- 

T tuvo vasallos Beju; 

A qnien bablaban los Santos 



187 

Y le acompaüabaii siempre, 

Y 1c alcanaaron de Dios 

A vos y anic vos consagro 
Como i quien tan bien se deben 
Estos despojos de guerra 

Y en vuestra templo te cncl- 
guen. 

Y en diciendo estas razones 
Mandd qne los presos snelltiit 

Y toda la presa junta 

Al bendita Abad se enlregne 
Por amor y reverencia 
Del Cid, i quien se la ofrece, 
Beconociéudole dinerlo, 
Que nunca so nombre mnere. 



^g. (Andnimo). (i) 



—Por el mes era de mayo 




Cuando hace la calor, 


Cabellos de mi cabeu 


Cuando cania la calandria 


LlégaUme al corbejon. 


¥ responde el ruiseñor. 


Los cabello* de mi barba 


Cuando los enamorados 


Por manteles tengo yo. 


Van i servir al amor, 


Las nñas de la* mis manoa 


Sino yo, triste cuitado, 


Por cuchillo tajador: 


Que vivo en «la prisión, 


Si lo hacia el buen Rejí 


Que ni sé cuando es de dia 


Hácelo corao seBor, 


Ni cuando las noches son, 


Si lo hace eí carcelero 


Sino por una avecilla 


Hácelo coijio traidor. 


Que me canlaba el albor. 


¡Mas quiéi agora me diese 


Matóla un ballestero. 


Un pájaro hablador, 



(i) Site romance vtrdadrrammle popular no habla del Cid, prro 
ptrttnicr d la irrie de ta fiiiloria porgue Iraía de la muerte de Don 
García dnpojado x opritionado por Don Sancho , j ai Cual Dan Alc/f 
tQ Vt no yuifo dá' libertad para aprovecharle de la uturpacioa em- 
petada por aifuel. JEttt aatnío le traía muj mal SeptUvtda itt.iM ro- 
manee qu» diee: En el castillo de Lona. 



L) i iiz^iib, Google ■ 



m 

Siquiera fti«se calandria, 
O lordico 6 ruÍMBor, 
Criado fuese entre damas 
Y avezado á la razón. 
Que me lleve una embajada 
A mi esposa Leonor, 



No de Irnchas ni lalmon. 
Sino de una lima sorda 

Y de no pico Ujador, 
La lima para los hierros 

Y el pico para el lorreon!- 
Oídolo habla el Rey, 



e una empatiada Mandóle quitar la prisi 
90. (Andnimo). (i) oiun: 



Ese bnea Bey Don Alfonso 
El de' la roano horadada. 
Después que ganó i Toledo 
En él paso su morada. 
De do ganó los lugares 
De moros qoe allí quedaban, 
Montalban y Talavera, 
Oropcsa y Mejorada, 

Y la villa de Escalona, 

A Maqiieda y Santa Olalla. 
Ganó á Canales y. á lllescas, 
Madrid y Guadalajara, 
Alcalá y Tordflaguna, 
AUceda y á Salamanca. 
Ganó á Buitrago y Atienza, 
A SIgüenza y i Berlanga, 
T ganó á MedinacelJ, 

Y ganó toda el Alcarria 
De la otra parte del rio 
Qne a^ora Tajo se llama, 
Sin otros muchos lugares 
Que allende el rio ganara. 
Luego en ganando el lugar 
De cristianos le poblaba, 
Luego le hace su Iglesia, 
Luego le pone campanas: 
Déjalos fortalecidos . 



Y i Toledo se tornara. 
Elegido ha uu Ariobispo, 
Don Bernardo se llamaba. 
Hombre de muy «anta vid». 
De leli-33 y buena fama, 

Y de que lo hubo elegido 
Por nombre le intitulaba 
Ariobispo de Toledo, 
Primado de las Espaítas: 
Todo cuanto el Bey te diera 
Se lo confirmara el Papa: 
Desque ya tovo el buen Rey 
Esta tierra sosegada, 

A la Reina su mnger 
En gobernación la daba. 
Fnese i visitar su reino. 
Fué á Galicia y su comarca. 
Después de partido el Rey 
La Reina Doña Coslanza 
Viendo su mari 
Pensamientos Ii 
Nod, 






Mas de salva 



alm 



Estando asi pensativa 
El Arzobispo llegara. 
En llegando el Arzobispo 
Desla manera le habla: 



(1) ' Támpoep tt del Gd, pera perleiuet d la hiitoria de tu tUwft». 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Don Sernftrdo, ¿qnc haremoa, 

Que la concieucu me agrava 
De ver laeniuila de moros 
La que rué Iglesia santa. 
Donde la Reina del ciclo 
Solía ser bien honradaf 
jQuí inodo, dice, tememos 
Que torne á ler consagrada, 
Que el Rey no quiebre la fé 
Que í los moros tiene dada? — 
Cuando esto oyó el Arcobiapo 
De rodillas se híucaba: 
Alió tos o)os al cíelo, 
Las'manos puestas bablaba; 
-^^racias doy i Jesucristo , 
T á su Madre Virgen Santa, 

De lo que yo deseaba. 
QuilécDosela á los moros 
Autrs hoy que no raaflana, 
Mo dejéis el bien eterno 
Por la temporal palabra. 
Ya que el Rey se ensaüc (anlo 
Que venga í lomar venganza, 
Perdamos, Reina, los cuerpos 
Pues que se ganaií las almas, — 
Luego aquella misma noche 
Dentro en la rociquila entraba: 
Limpiando los l'atsos ritos 
A Dios la rediTicaba 
Diciendo Misa esle dia 
El Arzobispo cantada. 
Cuando los moros lo vieron 
Quejas al Rey le enviaban; 
Mas el Rey cuando lo supo 
Gravemente se ensaílaba; 
A la Reina y al Perlado 
Malamente amenazaba; 



189 

Sin esperar mas Consejo 

A Toledo caminaba. 

Los moros que lo supieron 

Luego consejo lomaban; . 

Sáleuselo i recibir 

Hasta Olías y CabaBas. 

Llegados delante el Rey 

De rodillas se hincaban; 

Mercedes, buen Bey, mer- 



cedes 



Dic. 



I , las manos cruzada; 

el Rey que así li 



ido 



Calledes, buenos amigos, 

Que esle hecho me locaba, 
Quien á vos ha hecho luert» 
A mi quebró la palabra; 
Mas yo haré lal castigo 

Que aína habréis la venganza. 

Los moros cuando esto oyeron 
En alias voces clamaban: 
— Merced, buen seilor, merced, 
La vuestra merced no* valga; 
Si lomáis venganza deslo 
A nos coslard bien cara, 
Quien matare hoy á la Reina 
Arrepentirse ha mañana. 
La mezquita ya es Iglesia, 
No nos puede ser tornada, 
Perdouédesá la Reina 
¥ á los que nos la quitaran, 
Que nosotros desde agora , 
Os alzamos la palabra.—- 
El buen Rey cuando esto oyera 
Grandemente se holgara, 
Dándoles gracias por ello 
Perdido ha toda la aaSa, 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



19Q 



91. (Aa¿iiiiin>j. (O 



Ca*ntos dicen mal del Cid 
NÍDgano con verdad habla, 
Que el Cid fue buen caballero 
De los mejores de España: 
Gran servidor de sus Reyes, 
Gran defensor de su patria, 
Enemigo de traidores, 

Y amigo de genle honrada, 
El qoe en la vida y la muerte 
Mereció digna alabanta, 
Aunque malvados poetas 

Se atreven y desacatan. 
Dice nao no son verdad 
Los hechos qne del se cantan, 

Y qué las historias nuestras 
' Son consejas y patrañas. 

Contra el que niega el principio 
' El filósofo nos manda 
Que no arguyamos, y es justo 
Porque niega de ignorancia. 
Decir mal de las historias 
Suele el que á la verdad falta. 
Para decir su mentira 
T arrojarse en ta baraja. 
Dicen que los necios crean 
Que muerto Venció barallas, 
Como si fuera imposible 
Al que los Sanios guardaban. 
Niegan iiue no fue verdad 
Que sacó la media espada 
Contra el judío que quiso 
Tocalle muerto á la barba: 
Estos ruines poetas, 
Como están fuera de gracia, 



No en tienden que Díoa se acuerda 
De los suyos y loa guarda; 

Y sin que leyes del duelo 
I.e obligasen i esta cansa. 
La ley que guardó de Dios 
Muerto le libró de infamia. 
Los Condes de Carrion 
Dicen también como enfadan, 

Y que no fue caso honroso 
Pooellos el Cid demanda. 
Qni ¿quieres tó, mal poeta, 
Que los Condes se quedaran 
Con semejante traición 

Y el ofendido no hablara? 
¿Qué es lo que del Cid dijeras. 
Si con sSlir á la causa 

Y destruir los aleves 

Lo muriuoraa y lo ultrajas? 
Sin duda de tales fechos 
Tu mal intento se paga, 

Y en tu muger y tus fijas 
Mas sufrieras y callaras, 
O por fallarle el valor, 

O porque cosas tan altas 
No son para Ráeos pechos 
Donde las lenguas son almas. 
¿Cuál diablo le engañó. 
Poeta con pies de cafla, 
A tratar del noble Cid, 



De 1 



la? 



¿Ho tenias i la mano 
Otros con quien te estrellaras, 
Que cuanto dijeras dellos 
Les hiciera consonancia? 



u3i,¿.iit>,Coogle 



jNo pndieru hablar, di» 
Con lenf;aa desmesarada 
Del otro que en (odaí ciencias 
Sin «aber romance habla, 
¥ come mas colación 
Qae diez asnoi beben agna? 
¿O del otro adulador 
Que con la vos señaUda 
Oía marrourar de todos 
Como prenda rematada? 
jDel bijo de no sé quien 
Que cnlreficlalj;os se ensancha, 
T ea un libro de novelas 
La mayor verdad que trata? 
Aqal pareciera bien 



19í 

Qoe afilaría la ii>v8¡a 
T bablarai i Im ancbTtrai^ 
T no del faonor de EspaSa. 
De tn loco atrevimiento 
Débese lomar venga nta, 

Y yo U cito y aplaao 

Para qnc i mi audiencia vayaa; 
Descomulga tus escriloa. 
Tus verso» repone y tacha, 
Condena ta mata lengua 

Y abomina tut palabras. 
Ruego i Dio* sobre las obraa, 
En pago del mal que hablas. 
Tantas cimaras te den 

Que entrar no paedaí en cama. 



t>,Goog[c 



VK^lvw¡%l%vvvmlmx^!vvwl%xvvv%nnlvvmnnMv^nm 



ROMAIVCES 



CUTOS ASUNTOS ESTÁN TOMADOS DE lAS CRÓNICAS 
DE LA VIDA DE ALFONSO EL SABIO. 



Al Mbio B«y Don Alonia 
Por vello lan humitdoao 
Y afable ood sui coinpaital 
Su Merino asf fablólo: 
^Por qu¿, nobr« señor nueso. 
Siendo Rey tan poderoso 
A f^ÍM de hombre llano 

Vo* endonáis lodo á lodosF 

Conocida su calufia 
£1 sabio Bey replicólo: 

Atended, el mí Merino, 

Non caloAeis dése modo: 
Porque todos se roe endonen. 
Amigo, i lodos me endono, 
Que la aspereza en el Rey 
Meicla hornecinos é odios. 
Non lo quiera el señor Dios 
Que el que á muchos manda solo 



Con pocos se comnniqae 
Dejando á machos quejosos. 
Amor del buen ¡nfanzou 
Al señor liene en reposo. 
Pues gravedad non conserva 
Lo que fai trato gracioso, 
Tenudo es dar sujeción 
Al Rey sa gentío acucioso, 
Y el Rey hará igual justicia 
Con trato manso faonoroso. 
En las leyendas At Roma 
Drpartia un Marco Porcio, 
Ser aquel pueblo perpetuo. 
Sin perder jamas so (roño. 
Do falla el Bey obediencia 
Por su talante amoroso, 
Que del amor del caudillo 



De la gran Constan t inopia Do está el buen Rey de Caslilla. 
Su Emperalrii se partia: Don Alfonso era llamado, 

A Burgos habia llegado Hijo del Rey que i Sevilla 



L)ji.z.iit>,Coogle 



Caiiqaíst¿ como vilíeote 
Con toda el Andalucía. 
TreÍBla dticSas lra« consigo, 
Todaí de negro veitian: 
El Rey y oíros caballeros 
Salieron á recebtlla. 
Hisole toda la honra 
Qne i »a estado convenia, 
Llevirda i aa palacio 
A do la Reina vivía. 
Mocho le plugo i la Reina, 
Con ella placer hahi>; 
La me» mandó poner 
Y la Reina la convida. 
Respondió la Emperalríi 
Qoe i meta no comería: 
La Reina pidió la causa. 
Ella luego respondía: 
_Tú, Reioa, ealis en tu honra, 
T ésla á mi roe fallecía. 
Tú estás con el tu marido, 
Yo tríate no lo leniaj 
El toyo eslá en libertad, 
£1 mío preso yaclaj 
Ausente de la su líerrf 
£1 Soldán me lo tenia. 
Quintales cincoeala en plata 
Por su rescate pedia. 
El Papa me diera el tercio 
Qoe demandado le habla. 
Otro tanto el Bey de Francia 
A mf me lo concedía. 
Nnevaí me dieron del Rey 
Que por marido lú hablas, 
Loaron la gran nobleza 
T la bondad que tenia. 
Vengóle í pedir sooorro 



193 

Como i Rey de gran valia 

Para librar mi marido 

De la crecida fatiga 

Que padece en captiverio 

Como contado te había, 

Y basta qae haya la respuesta 



La Reina lo dijo al Rey, 

Y el buen Rey le prometía 
Por su fé y real corona 
De cumplir lo que pedia, 

Y qne comiese á manteles 
Porque él lo proveería. 
EatoDces la Empcralrii 
Eo los manteles comía 

A la mesa de la Reina 
Con gran placer y alegría, 

Y aqnese hnen Rey Alfonso 
Dende al veinteno día 
Toda la tama de plata 

Le diera que prometía. 

Contrae alPapa y Rey de Francia 

Diese lo que recibía. 

Con este haber fuera libre 

£1 que captivo yacía. 

Publica el Emperador 

La bondad qoe el Rey tenía. 

Juntamente la franquea» 

Y valor que en ál había. 
Sonando por todo el mundo 
La fama qoe del corría. 
Moriera el Rey de AlemaSs 
Cuando aquesto acaecía, 

Y en concordia al Rey Allbnso 
Para sn Rey lo elegían, 
Porque era merecedor 

Desto y de mayor valía. 



Ugl.zíilbvGoO'ílc 



tH 



i." por SepiUpeda, 



A<|iie«e Infante Don Sancho 
Biin lo qae no debía, 
Alióse contra tn padre 
Que Alfonso el Sabio decian. 
Tomóle todas lus rentas, 
Sus ciudades ; aua villas, 
Diciendo es pródigo el Re; 

Y qiie del I o usado babia 
Por baber becbo moneda 
Que burn valor no tenia, 
T quitado el vasallage 
Qae á Castilla le debia 
Ese Rey de Portugal 
Casada con ta sn bija, 

Y que diera mucha piala 
Qne una Beina le pedía 
Para sacar de prisión 

A un marido que tenia. 

Muy triste está el Bey Alfonso, 

Muyeran pobreza tenia, 

Y con desesperación 

Sn corona allende envía 
A Abenynca ese Rey moro, 

Y emprestado le pedía; 
»ióle setenta mil doblas 

Y el buen Rey las recebia. 
Estando nn día Abenyuca 
Con la su caballería 
Mostrándoles la corona, 
Dijérales desta guisa: 

—— Voluntad grande me viene 
De ir, y hacerlo quería. 
A ayudar á este buen Bey 
Qae su mal hijo afligía; 
Todo el reino le ha quitado, 
Sola le qnpda Sevilla.- — ■ 
Los suyos le respondieron 
Que era bien lo qve decia. 



Porque haría mal 6 cristiano* 
Y i sn amigo ayudaría. 
Envió sus mensageros 
A ese buen Rey de Castilla- 
Ofreciendo de ayudarle 
Con persona y morería. 
El Bey se lo agradeció 
La promesa que le hacia. 
Pasó Abenyuca la mar 
Con gran tlola qne traía, 
Pasaba la mar con bien. 
Descendiera en Algecira. 
Recibiólo el Rey Alfonso 
Con mny crecida alegrfji 
Ambos sobre los «sien toa 
Estaban en gran porfía. 
Abenyuca, ese Bey moro, 
Por hacer mas corlesfa 
A los pies del Bey Alfonso 
Sentarse el moro queria. 
El buen Rey no lo consicnle, ' 
So que eslan en ignalía 
Sentados en un estrado; 
Mas el moro respondía: 
-Noes ratón, buen Rey Alfonso, 
Ni en la crianza cabía 
Ser Igual ea los asientos 
Yo con la tu seAoría, 
Porque á tí de loengo tiempo 



El I 



lado t. 



Yo lo era desde boy 

Que Dios dado me lo babia.— 

Don Alfonso dijo al moro, 

Desta suerte respondía: 

— No da Dios honra ni reino» 

Sino á quien lo merecía, 

¥ ansí te los dio i tí. Rey, 

Porque en tí muy híen cabía.— 



Dg.l.zedt>>COOgle 



'Amboa firman m amistkd 

Y Ab«tif uca se partía. 

Combatió machoa lagares 

Que al buen Rey do obedecían, Por el socorro que el 



195 

tfigana M pera i a. 
10 cobnS loa reinos 

icho le impedia, 



Con gran valantad le hacia. 



4° por Sipdleeda. 



El viejo Rey Don Alfonso 
Iba bwyendo' á mas «ndar 
Que su bijo el Bey D. Sancho 
Desbe redado lo ha. 
Mandóse dar por sentencia 
No ser él para reinar. 
Con ligrimas en tas ajos 
Eslaa trovas fue i- Irovari 
"Sania María, Seflora, 
bNo me quieras olvidar, 
-Caballeros de Castilla 
iiDeíamparado me han, 
»Y por miedo de Don Sancho 
uNo me osan ayudar: 
xlrfme á tierras agenas 
» Navegando i mas andar, 
bEq una galera ntgra 
vQuedenote mi pesar, 
kV sin gobierno ni jarcia 
vMe porní par alta mar, 
■ Que asi ficíera Apolonio, 
uY yo faré otro qae tal.'' 

Que la fuesen á empeñar 
A WB Rey de Berbería 
Que llaraan Abenyucaf. 
El Rey viendo el roensagero 
Su consejo fue á juntar, 
Dfjole»: — ',Oh mis vasallos! 
Bien me queráis coaiejarj 
Alfonso, Rey de Castilla, 



Está en gran necesidad, 
Porque sn hijo Don StOicbo 
Desfae redado lo ha. 
Su corona me ba enviado 
A que la baya de empeSar, 
Ved en esto qué os parece 
Que tengo de él piedad.— 
Allí habló un moro anciano. 
Anciano y de gran edad. 
Que en EspaSa ba guerreado 
Siendo de maa fresca edadi 
— Lo qiie me parece, oh Ríy, 
Es que lé hayas de ayodsr,' 
Que Altbnso e» buen caballen» 

Y en todo muy principal, 

Y las obras que son santas 
Suélense muy bien pagar.— 
El Rey que era valeroso 
Mandó e) cristiano llamar, 

Dfjole; Diris á Alfonso 

Que quiera en Dios confiar^' 
Veinte y cuatro mil caballos 
En an favor pasardnj 

Y si aqueatos pocos foeren 
Mi persona pasará.— ~ 
Dióle sesenta mil doblas, 
La corona le fue á dar, 
Pero no llegó el socorro 
Por forlana de la mar 
Donde se perdieron lodo* 
Que moró no fué á quedar: 



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Pero tn ese medio y tiempo Qne sa hijo el Rey Don Sancho 
Alfonso tornó á reinar No gotó «a mocedad. 



Opreso ealá el Bey Alfonso, 
Oprimido y acalcado, 
Porque Don Sancho au hijo 
Qne era nombrado el Bravo, 
Se le ha aleado con los reinos 
T loi mas le había ganado. 
Nuevas de nnevo le vienen 
Que el cansón le han quebrado 
Que Don Sancho yace mnertoj 
T con aemblanle coitado, 
Disimulando su pena 
Por los que allí se han hallado. 
Solo se entró en na retreta, 
Ninguno lo ba acompafiado. 
Pelaba su blanca barba 
Muchas lágrimas llorando, 
Con voces mucbo crecidas 

Decía; Bey desdichado, 

Ta es muerto Sancho tu hijo 
Qae te habia desheredado: 
La luí era de tus ojos, 
Espejo en qne te has mirado, 
Que si se alió contra tí 
Fue por mal aconsejado, 
Que no por su voluntad; 
Mas Grandes de ta reinado 
Le dijeron que l« hiciese 
Qa'el no lo tenia en grado, 
¥ si erró fue como mozo 
Ignorante del pecado. 
¡Oh EapaSa cuánto pierdes! 
Pues tal sefior te ba laltado. 
Llorarás con gran razón 
Infame tan seSalado. 
Muerto es el mejor hombre 



Que en sn linage es hallado, , 

De los grandes muy temido, 

De los menores amado. 

¡Oh muerte cnanto lastimas 

A este Bey desdichado!-^ 

Los suyos que lo han oÍda, 

Uno qu^'CTa mas privado 

Atrevióse al Bey y dijo: 

—Bey, serios mal contado 

Haber tan grande pesar 

Por vuestro hijo Don Sancboj 

Creedme que si lo saben 

-Los que son al vuestro mandOf 

Que los perderedes todos 

Y nadie qnerrá ayadaros. 

Tomarán contra vos ira 

En ver que vos ha pesado.^— 

X,\ Bey con alegre rostro 

Su pasión disimulando, 

•Dijo; No lloraba yo 

A mi querido Don Sancho, 
Mas lloro el caso meiquiuo 
De que I pues ^1 es finado, 
Nunca cobraró mis reinos 
Que Don Sancho me ha tomado. 
Pues tan grande será el miedo 
Qae tomarán mis vasallos 
Los que tienen mis castillos 
Que contra inl se han alcadc^ 
Por el gran yerro que hicieron. 
Que no podiin ser cobrados: 
Cobra ralos fácilmente 
Del Infante y no de laníos.— 
Con esto encubrió el pesar 
Que su hijo le ba cansado. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Don Sancho colir¿ salad, 
XI Rey macho k ha alegrado. 
EiUndo el Bey en Sevilla 
Crecido mal le había dado, 
May cercano es i la maerle, 
A todos ba perdoaado 
A aquellos que mal ardieron 
Por do fuese mallralado. 



♦97 

Recibid el cuerpo de Dios 
Como moy devoto y sabio, 
Falleció de aqaesta vida, 
Fue por todos muy llorado: 
Enterra ron lo en Sevilla 
Junto á DoQ Fernando el Santo, 
Su padre, que la ganó 
De moros como esforzado. 



6.° (Anónimo), (i) 



En Túnel estaba Enriqqe 
De Castilla desterrado. 
El Rey le hace gran honra 
Por ser varón esfónado. 
Los moros de mas es lima 
Con envidia se han innlado. 
Dijeron al Rey: — SeSor, 
Este cristiano ha ganado 
Los coraiones del paeUo, 

Y otros miedo le han cobrado, 

Y él y sns caballeros 
Qae con él acá han pasado 
Cuando menos lo pensares 
Se alaarin con lo reinado; 
Conviene lo eches, seSor, 
De esta tu corle y estado: 
Admite nuestro consejo, 
No estés dello disgustado; 
Qoe por tn honra y sosiego 
Te lo habernos esplicado. — 
El Rey de aqoestas raiones 
No poco se había enojado, 
Qae de la virtud del mozo 
En eslremo era agradado, 
Que allende de ser valiente 

Y en linage aventajado. 



Era fiel , honesto y cuerdo. 
Gentil hombre y agraciado; 
Mas tantas cosas le dicen 
Que el intento le han mudado. 
De enviarle faera piensa, ' 
Pero también ha pensado 
Que si el caso advirtiese. 
Según es determinado, 
Forná en revuelta su rcÍ»o 
Por ser de muchos amado. 
A la fin se determina 
Por estar asegurado 
Que muera el hermoso Infante, 

Y aií un dia Je ha llamado; 
Tomándole por )a mano 
En an carral lo ha entrado. 
Como que de un gran secreta 
Le quiere hacer avisado, 

Y desque dentro le tuvo 

' — Atended, le dijo, amado, 
En el ptinto vuelvo 6 voi 
Qae voy a cierto recado. — 
Salido se ha por la puerta 
La cual presto se ha cerrado,, 

Y abriéndose otra que había 
Por ella misma han intradA 



(i) EttlmltmoatuntoiitldeGnnqnKnlUtieni-eX'Res.deSfpiltvedit. 

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. 198 

Dos leoDtJ muy feroCM 
Con el aspecto daBado. 
Cuando el Infante lo* vido 
Sa buena espada ha sacado, 
Sa maulo al braao revoelve 
Con el iuimo arriscado. 
Hace rostro i los leones 
¥ de verle tan osado 
No osaron llegar i él: 
Entonces él denodado 
Llegado se habia i la puerta 
T i coces la ha derribado, 
T faérase libremente 
De la maldad espantado. 
En este tiempo á los sujros 



El Bey babia encarcelado, 

Y sabiendo que el Infante 
Del peligróse ha escapado 
No quiso <]ne le matasen, 

Y por otros le b> mandado 
Que salga de la su tierra 
Pues con la vida ha escapado. 
El Infante ha respondido 
Que obedecía de grado, 

Mas qne le dé sus varones 
Que él había emprisionado. 
£1 Bey se los mandó dar 
Con los bienes que ha ganado. ' 
Con todo se partió luego 
De aquel Bey y de sd estado. 



En corte del Rey Alfonso 
Ese que ganó á Algeciras, 
Había dos caballeras 
De mu; alia nombradla: 
El uno el Payo Bodrignea 
Que de Avila se decía, 
El otro Buy Paez de Viezma, 
Valientes i maravilla. 
Ruy Paei habió el primero, 
Ante el Rey ansí decía: 
—-Traidor sois, Payo Rodríguez, 
£1 mayor que ser podía, 
Porque siendo natural 
De los reinos de Castilla, 
Vasallo del Bey Alfonso, 
Hiclstrle alevosía, . 

Que sin dél desnaturarvos 
Entrasles con gran cuadrilla 
Con el Bey de Portugal 
Qne en contra del Bey venia. 
Posiste fuego í su tierra, 
Comba listes las sus villss. 



Tomástesle sus castillos, 
Dello gran mal ae segnia: 
Yo vos haré conocer 
Ser verdad lo qa£ decia, 



Entra 



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vencería. 
— Mentides, Ruy Paeide Viedma, 
Payo BodrigueK r^pondia. 
Que yo nunca fui traidor, 
Sóíslo vos en demasía 
Que procuraste matar 
Al Bey que ante nos yacía: 
Probaré bieLn con las manos 
Eito qne contado habia, 
Por esto Sois vos reptado. 

No yo que nada debía. 

Diéronse luego sus gajes 

Y en el campo entrado babiaft 

En Jerez de la Frontera 

Ante el Bey y su valj'a. 

Un día todo lidiaron, 

No se ha visto mejoría; 



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Depirlíéraloi U noche 
Do tacaran gran herida. 
Otro día de ma&ana 
Vuelloa 900 á la porfía; 
Basta la noche p«leao, 
Vencerse do se podían. 
Salieron muy mas heridos 
Que no el primero día. 
Vuelto» son tercera vei 
A la lid como «olían, 
Procuran de se matar, 
May crnel batalla habían: 
Grandes heridas se han dado, 
Grande e* sn valentía. 
Mocha tingre de sns cuerpos 



199 

En abundancia corría: 
No se pudieron vencer. 
En ningapo hsy demasía. 
El Bey los ha departido 

Y estas palabras decia: 

— No es ya jaslo, caballeros, 
Morir quien lanío valía. 
Quiero yo para los moros 
La vuestra caballería,^ 
Sacólos luego del campo, 
Moy gran honra les hacia. 
Todos loaban lu esfuerto 

Y aa muy gran valentía, 
Que tres dias pelearon 

Sin que niDestrm cobardía. 



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«n«lWtillt/lllWllVl«VUi«tl«ilWlJ1.%WWtlllllllWll%íVl^ 

ROMANCES 

DE ASUNTOS TOMADOS EN J.A CRÓNICA DE SATiCRO IV 
EL BEAVO. 



Eoojailo con raxon 
El Rey Don Sancho yaci> 
De aijDMe lofante Don Joan 
Que por hermana tenia. 
También del Conde D. Lope 
Qu'ea casado con sd hija. 
Abenynca eie Rey moro 
La traición le descahria. 
nUole saber al Bey 
Que 5i contra él salia 
Arabos tenían concertado 
Que eu ella lo malariaii. 
£1 Rey andaba buscando 

Para los prender i ambos 
Con los que traición traían; 
Mosiríbales buena cafa 
Encabriendo la enemiga. 
Dales lo qne le demandan. 
Todo lo cumple á aa guisa. 
Asegurados tos tiene, 
Recelo ninguno hablan; 
El Rey may disimulado 
Al Conde 1edÍ}o un día: 

Vamos á ver vuestra tierra 

Que.ñtty gran placer habría. 



— Vamoa, respondió, sellar, 
Con muy poca compañía, 
Porqne la mi tierra es pobre 
Y mucho se eslragaria. 
—Ansí se bar£, buen Conde,— 
El buen Rey le respondía. 
Llegado habian á Burgos^ 
De allí i Alfaro venían 
Que era suyo de Don Lope; 
Aposento et Bey bacía 
Aili en la fortaleza 
y los suyos en la villa. 
£1 Conde suplicó al Rey 
Con él comiese a qnel dia, 
El Rey lo bobo por bien 
¥ al Conde mandado envía 
Vaya luego á hablar con (] 
Que rancho le convenia. 
El Conde llamó i Don Juan 
El *n yerno que ahí venia, 
Dijérale como el Rey 
Por «1 enviado habia. 
Vamos í ver quí nos quiere; 
Mas el Infante decia; 

Conde, no vadea alli 

Que el corazón me adeviua 



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Qoe DO vos verni bien dcllo, 

Eicnsid aqaesta ida. 

— EaUndo el Rey en mi lierr» 

Yo mnjr poco le lemia, 

Respondió el Conde i lu yerno, 

Venid en mi compañía. — 

Ambos van para el caslillo, 

Al eucnenlro tes salía 

Don Diego Lope de Campos, 

Al castillo le subían. 

El Conde iba delante, 

Don Diego iba en su guia. 

El Infaole va & ta postre, 

El Conde dicho le babta: 

^— Vos, Infante, sois postrero 

Habiendo de ser la guia; 

Parece que vais llorando. 

No mostredts cobardía. 

Si Dios me salve me pesa 

Oc aquesta nneslra venida. 
Temo qae si dentro entramos 
Gran dailo á nos vernia,— • 
Hablando aqnestas i'azones 
Do está el Rey entrado hablan. 
Los [torteros cierran Inego 
Las poerlas', y no querían 
Que entrase nadie con ellos. 
Ellos preguntas hacían 
Por quri cerraban las puertas, 
Los porteros respondían;' 
— Porqae asf nos es mandado.—- 
Ellos adelante iban. 
Llegaron do está el estrado 
Qae para el Rey se pouia, 
PreganlaroD por el Rey, 
Su capellán les decía - 
Que luego vernia i ellosi 
En esto el Rey ya salia. 
El Conde está en el estrado 
Que ningnn recelo habia. 



201 

Dijo al Rey: — ^¿QqÍ me qnerets? 
—Conde , lo qne yo quería 
Es que desfagais los tuertos 

Y agravios que hecbo habías 
A muchos de los mis reinos: 
Emendarlo convenía 

Pues qoe no hay razón ni caasa 
Que á lo hacer os movia; 
Dadme luego mis castillos, 

Qne yo tenerlos quería. 

El Conde como burlando 
Al Rey habló desta guisa: 
^— No bago lo qne decíSf 

Y quien tal dice mentía. 
Vos come redes conmigo 

Y alti yo vos los daria. 
Que no los traigo en la bolsa 
Los castillos que pedias. — < 

Conde, no saldréis de aquí, 

El Rey laego respondía. 
Hasta qne los mis castillos 

Me volváis que yo os pedia. ^-• 
El Conde mal lo mirando 
Se levantó muy apriesa 
Diciendo grandes injurias 
Contra el Rey con ufanía, 

Y puso mano á nn cuchillo. 
Para el Rey arremelia; 

El Rey le salid al encaentro 
Que otro cnchillo traía. 
Dio al Condeno golpe en el braio. 
En tierra se lo ponia 
Juntamente con el hombro; 
El Rey , malaldo , decía: 
Luego salen hombres de armas 

Y allí te quitan la vida. 
El Infante faé í la Reina, 
La Reina lo defendía. 

El Rey qne anda mny saBudo 
Coa la espada sin vaina, 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



103 

Encontró con Diego López, 
El Rey ansi le decía: 
—¿Aqal lois, falso alevoso? 
Nadie valeros podría 
Para os librar de mU manos 
Por la gran alevosía 
Que hecisles contra val, 
Qoe yo n'os lo merecía.— r - 
Dióle na muy recio golpe, 



La cabera le partia, 
Y á ruego áe la Reina 
A su hermano lo libra. 
£1 Rey sqaegd sus reinos, 
A Tarifa coiiqueria 
De lo* moros renegados 
Víspera de Santa María: 
Hobo otras machas viclorias, 
Fue Bey de gran nombradla. 



Don Sancho reina en Castilla 
Que el IV era llamado: 
El buen Bey ganó á Tarifa, 
De los moros la ha ganado, 
T luego la diera en guarda 
Al muy bueno y esforzado 
Qae es llamado Alfonso Pérez 
De Guzman el afamado. 
Muy temido de lo* moros, 
De cristianos muy amado: 
Mochos moros ha vencido 

Y dellos ganara el campo. 
' Et Rey ha tenido preso . , 

A D. Joan que era su bermano,. 
Soltólo de la prisión 
Porque le fue muy rogado. 
Et Infante con mal seso 
Allende se había pasado ; 

' AI Rey moro Abenyacaf 
De Velamarin nombrado. 
Becibiólo bien el moro, 
En lo ver mucbo se ha holgado. 
Don Joan le estaba diciendo 
De rodillas humillado. 
Que le diese de sus gentes 
Para ir contra su hermano, 

Y qae él cobraria d Tarifa 

Y la ganara i crísljanos 



Y se la dará al Bey moro 
A qnien le fuera ganado. 
Mucho plugo á Abenyacaf 
De lo que l'era demandado: 

De á pie le dio muchos moros, 

Y cinco mil de á caballo. 
Entraron por Algecira 
Ese castillo nombrado, 
Lnego cercan i Tarifa 

Que D. Alfonso ha & su cargo. 
Combátenla con porfía, , 

No la hacen mal ni daño. 
Por ser bueno el que la guarda 

Y el castillo bien cercado. 
En el real de los moros, 

Don Alfonso, aqueste honrado, 
Tiene nn hijo de valía. 
De Don Juan era criado. 
El Infante con gran saña 
Mensage le había enviado 
A ese buen Don Alfonso, 
Que es el que tiene cercado. 
Pidióle qoeá Tarifa 
Se la dé sin mas embargo, 

Y sí luego no la dá 

Su hijo habrá degollado. 
El buen Alcaide , animoso. 
Macho leal v esfonado^ 



L)j\.z.iit>,Coogle 



Ea oyendo ute mesiage ' 
EUta reapoeita había dado: 

Diréis al vuestro seüor 

El qae & mf os ha enviado. 
Que á Tarifa yo U tengo 
Por el Rey Sancho su hermano. 
Hecho homenage le tengo 
De se U dar á aer malo, 
Yo no la daré á ningnno 
Sino al que á mí me la ha dado, 
T que antes yo morirá 
Que no traidor ser llamado. 
Si él quisiere, al bija mío 
Luego podrá degollarlo, 
T otros diez que yo tuviese 
Por no hacer tal desaguitado 
Antea que dar á Tarifa 
Sino al huen Bey castellano.-^ 
Loego tomando un cuchillo 
Por cima el maro lo ha echado. 
Junto cayií del real 



203 

De qve Twríf* es cercada, 
Dijo: — Mataldo con este 
Si lo habéis determinado, 
Que mas quiero honra sin hijo 
Que hijo con mi honor man- 
chado. — 
El Infante con gran saiía 
Qae desto habia cobrado, 
Con aquel propio cuchillo 
El hijo le ha degollado: 
Presente el buen caballero 
Desde el maro lo ha mirado. 
Luego Sue quitado el cerco. 
Los moros se hablan tornado 
A allende donde vinieron, 

Y á Tarifa faan descercado 
Viendo qae era por demás 
Pensar ellos de ganarlo, 
Por ser tan bneno el Alcaide 

Y en lealtad inhumado. 



L)ji.z.iit>,Goog[c 



%lkVtnitW%«!lWVllVtl1llIVII%WVlIl<lIl'lIlWl'llliVhW%WWllW 

RO]IIA]\CES 

DON PEDRO EL CRUEL. 



— ^Tome uUba alli en Coimbre 
Que ;o me la habe ganado. 
Cuando me vinieron cartai 
Del Rey D. Pedro mi bermano 
Qne fnue á vtr los torneos 
Que en Sevilla se faan armado. 
Yo Maestre sin ventura, 
To Maestre desdicbado, 
Tomara trece de mala 
Veinte y cinco de caballo, 
'Todos con cadenas de oro 

Y jubones de brocado: 
Jornada de ijaince di as 
En ocho la babia andado. 
A la pasada de na rio. 
Pasándole por el vado, 
Cayó mi mala conmigo, 
Perdí mi puüal dorado, 
Abogáraseme nn page 
D¿ los mios mas privado. 
Criado era en mi sata 

Y de mf muy regalado. 
Con todas estas desdichas 
A Sevilla bnbe llegado, 
A la poerta Macarena 
Encontré me un ordenado. 



Ordenado de Evangelio, 
Que Misa no babia cantada: 
— Manténgate Dios , Maestre 
Maestre, bien seáis llegado. 
Boy te ba nacido un bi')o, 
Hoy cumples veinte y an aiios. 
Si te plngaieae. Maestre, 
Volvamos i bapliíallo, 
Qne yo seria el padrino. 
Tú, Maestre, el ahijado.^ 
Allf bablara el Maestre, 
Bien oiréis lo que hablado: 
■—No me lo mandéis, seAor, 
Padre, no queráis mandallo. 
Que voy á ver qué me quiere 
El Bey D. Pedro mi bermano.-±> 
Df de espuelas á mi roula. 
En Sevilla me habe entrado; 
De que no vi tela puesta 
Ni vi caballero armado, 
Parllme para el alcázar 
Del ney D. Pedro mi bermano. 
En entrando por las puertas. 
Las puertas me babian cerrado. 
Quitáronme la mi espada, 
La que yo trata al lado, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Quitáronme mi compaita 
La que me había acompaSado. 
X/OS mioa desqne esto vieron 
De traición me han aviaadoj 
Que me saliese por faera 
Qae ellos me pondrían en salvo. 
Yo como esUba ain culpa 
De nada hobe carado, 
Fuíme para el aposento 
Ddl Bey D. Pedro mi hermano: 

Manténgaos DÍ09,elhuenRey, 

T á todos de caba j cabo. 
^..Eii mal hora vengáis , Maestre, 
Maestre, mal seaia llegado; 
Kunca nos venís i ver 
Sino una ve; en el afio, 
T esa que venís, Maestre, 
Es por fuerza ó por mandado. 
Vuestra cabeza. Maestre, 
Mandada ealá en aguinaldo. 

¿Por quées aqueso, buen Rey? 

Nanea hice desaguisado. 
Ni os deja yo en la lid. 
Ni con moros peleando. 
^— Venid aci, mis porteras, 
Higase lo que he mandado, — . 
Ann no lo hobo bien dicho 
La cabeza le han corlado; 
A Dona María de Padilla 
En un plato la han enviado, 
Qo'asl hablaba con ella 
Cual ai viva hahiera estado. 
Las palabras que le dice 
Deata suerte eatá hablando: 
—^Así pagareis, traidor, 



' 205 

Lo de anlaito y lo de ogafiof 

Y el mal consejo que diste 

Al Rey D, Pedro tu hermano 

Asidla por los cabellos, 
Échesela á un alano. 
El alano es del Maestre; 
Púsola sobre an estrado, 

Y i los ahullidoa qne daba 
Atronó lodo el palacio. 
Allí demandara el Rey; 

— ¿Quién hace mal á ene alano?— 
Allí respondieron lodos 
A loa cualns ha pesado; 

Con la cabeta lo ha 

Del Maestre vuestro hermano. — ' 
Allí hablara una su tía 
Que tía era de entrambos: 
—■¡Cuín-mal lo mirastea. Rey! 
Rey ¡qa£ mal lo habéis mirado! 
Por una mala muger 

Habéis muerto un tal hermano 

Aun no lo habia bien dicho, 
Cuando ya te hahia pesado. ' 
Fuese par* Doña Mbeíb, 
Desla suerte le ha hablado; 

Prendedla , mis caballeros, 

Ponédmela á buen recaudo. 
Yo la daré tal castigo 
Que i todos sea sonado.—^ 
En circeles muy escuras 
Allí la habia aprisionado; 
Él mismo le dá. á comer, 

No se la fia á ninguno 
Sino á un page que ha criado. 



Doña Blanca está 
Contando sa historia amarga 



•."• (Anónimo). 
Sido ni; 



Qne en la prisión la acoropatla. 



L)ji.z.iit>,Coogle ^ 



206 

-^De Borbon, dice, soy hip. 
De Cirios Del6n cuñada, 
T el Rey de la flor de 1Í5 
Pone en su escudo mis armas. 
De Francia vine á Castilla, 
¡Nunca dejara yo á Francia! 
T al [iempo que la dejé 
El atma al cuerpo dejara. 
Pero si pueden desdichas 
Venir á ser heredadas, 
Segan desgraciada sot, 
Hija soy de la desgracia. ' 
Cáseme en Valladolid 
Con D. Pedro Rey de Espafia; 
El semblante tiene hermoso. 
Los hechos de ti^re hircana. 



A nna tal DoSa María 
Que de Padilla se llama, 

Y deja su mesma esposa 
Por una manceba falsa. 
Por consejo de los Grande* 
Le vi una vet en mi casa, 
Ocho dias estuvo en ella, 
Cien mil ha que della falla, • 
Cáseme en un dia aciago, 
Martes fue por la mafiana, 

Y el miércoles enviudaron 
El tálamo y Ja esperanza. 
Dilenna cinta á D. Pedro 
De mil diamantes sembrada. 
Pensando enlazar con ella 

Lo que amor bastardo enlau: 
Húliola Doña María 



ijiome ei si, no ei l-di»uii. 
Alevosa es tu palabra; 


Que cuanto pretende a Irania, 


Rey que la palabra miente 


Entrególa á un hecLicero 


¿Qué mal habrá qae no haga? 


De la hebrea sangre ingrala, 


Posesión lomé en la maoo, 


Hizo parecer culebras 


Mas no la tomé en el alma, 


Las que eran prendas del aliga, 


Porque se la dio primero 


Y en este punto acabaron 


A otra mas dichos» danu^ 


La fortuna y mi esperanza. 



En un escaro retrete 
Adonde del sol los rayos 
No llegín porque lo impiden 
Las paredes de palacio, 
Contemplando en sus desdícfaas 
Está una Blanca que es blanco 
Adonde tiran los tiios 
Que arroja un Rey inbumano. 
Y entre las lóbregas redes 
Que por balcones dorados 
I<e sirven á la que un tiempo 
No hacia de balcones caso, 
Con el eco que las voces 



Le arrojan de cuando en cuando, 



Así s 



Dando: 






^iQuébrevi 

Que ofrece á sus aliadt 
Aqueste mundo caduco 
Todo de espinas cercado! 
Los pesares, las tristezas. 
Los males y los trabajos 
¡Qué largos y qné sin fin 
A quien lo ha esperi mentado! 
Ayer reinando me vi 
Con gloria , pompa y estado. 



u3i.z.iit>,Coogle 



i' hay para que nie coDiocIe 
Apenas tengo un vasallo. 
Ayer el niiinilo era poco, 
T hoy le miro tan sobrado. 
Que en esle retrete éacuro 
La laiíerle esloy aguardando. 
Tragedia fue mi reinar, 
Y así reiné en el tralro; 
Mas ya del reino deauada 
¿Por qué me entré en veitnario? . 



207 

Moneda «timada be sido, 
¥ ya tan poqnito valgo 
Que íoy blanca, que es moneda 
Deqoien se hace menos caso. 
Ta se marchitó mi flor. 
Ya se volvió en lirio cárdeno. 
Porque el sol del Rey me ha he- 
rido 
Con sm muy ardientes rayos. 



4." (Anónimo). (1) 



Enn 



A la es 
Estaba n 



1 retrete en que apenas 
n las paredes 

lu lóbrega laz 
iridad escede, 
n sol que se puso 
Aiiles quE el alba salicise, 
(Que Im nubes del rigor - 
Sus rayos y Iue delieuen), 
Una blanca flor de lis 

(El to'rraeiilo y el dolor 
Lo blanco morado ¥uel¥e)i 



Do 



a Blanca de Rarbon 



Que Don Pedro presa tiene 
Por mandado de su gusto 

Y de quien mas qoe ellos puede, 

Y entre las obscuridades 
Aquella Beina inoceole 
L'n pagecillo divisa 

Por entre menudas redes, 
¥ dicele; — Sietes noble, 

Y si fuiste mi sirviente, 
Qae como reiní tan poco 
Aun no puedo 



:S manso le vieres. 



Dile á mi 
Cuando n 
Que una francesa mnger 
Pide que della se acuerde. 
No le digas que es la Beina, 
Ni á Dofia Blanca le míenles. 
Que soy blanco de su ira 
Y no hay mal que no me acierte. 
Aguarda que esté delante - 
Aquella que lanío quiere, 
Que en presencia de su Beina 
Por fueria ha de hacer mercedes. 
Pedirisle de mi parte 
Que me vea y no me suelte. 
Aunque por ley quede libre 
Quien vé la cara á los Beyes. 
Mas lemo que su justicia, 

Me aliviarS las prisiones 
Porque viva y porque pene. 
Dile que es testigo el cielo, 
A quien lodo lees presente. 
Que le quiero y que le adoro, 
Al paso que él me aborrece; 



o atunlo dtl anterior. 



u3i.z.iit>,Goog[c 



Ü08 

¥ que li dcMO vivir 

Ea aquesta amarga saerle 

Es por penMr que Don Pedro 

^s hombre y mudarte puede. 

De día cuando paiea 

T de noche cuando dnerme, 

lie ruego i Diga que le guarde, 

T i mf que roe deje verle. 

Él nos junio con un nudo 

Que le divide la moerlc. 



No contento el Rey O; Pedro 
De tener apriilonada 
A Dofia Blanca en Sidonia 
Sin razón ni ¡osla causa, 
A petición de Padilla, 
Bella tigre de la Blrcania, 
Permite el Rey que la Reina 
Acabe »u vida amarga: 
La cual le dice: — Seiior, 
Si vale vuestra palabra, 
Xa es tiempo que me cumpláis 
La que á m( me tenéis dada, 
Mediante la cual me huhíslea. 
Viviendo en mi casa , honrada 

Y codiciada de muchos 
Señores de voMtra Espa&a. 
Disteme nombre de amiga 
Con qu%el vulgo me disfama. 
Pues por deshonra me dicen 
Que solo el nombre me basta, 

Y hubiera ya de bastar 
Que estoy de hijos cargada 
Vuestros, que porque lo son 

Vivo yo tan deshonrada. 

Movieron al ciego Rey 

Las balagüefias palabras 
Que la matrona le dice 



Y annqne i\ me lo di de hierro, 
Qoiiis vendrá á conocerse. 
Agua le doy de mil ojos, 

T él fuego qnel pecho vierte. 
Podrá ser que yo le apagne 
Si allí llega mi corriente. 
Mas ¡ay! que Do3a María 
Le detiene que no llegue. 
Que lágrimas de muger 
Mueven mucho mas presente*. 

.dntoo). 

Fingidas y bien lloradas- 
Para su casa se fué 

Y una diabólica traía 
DId luego llegando í ella. 
Dañosa á su vida y alma. 
A un su privado le.dice 
Que luego al punto se parla 
A Sidonia í toda priesa 

Y que mate á DoQa Blanca, 
El hidalgo le responde: 

No es justo que yo tal haga. 

Pues quien á la Reina ofende 

Ofende al Rey y á su fama. 

Enfadado el Rey de aquesta 
Manda i un montero de maza 
Que vaya y mate á la Reina 
Si quiere estar en su gracia. 
El villano otorgó luego, 
Qne siempre en villanos se halla 
Un vil acometimiento 

Y una obra infame y baja, 
Llrgado que fue á Sidonia 
A la Rriaa le declara 
El mandato que traía, 
La cual responde turbada; 
— ;0h Bey cruel , injusto, 
Rey severo y tirano! 



Dg.!.zedt>>"COOgle 



iCórna tal crueldad 
Perinites inhamanoP 
£1 ci«lo te castigue, 

Y Dios ponga sa mano 
En remediar mi alma 
Por quien fanmilde clamo; 

T pido te perdone 
Tas grande desconcierto 

Y que se olvide el aiglo 
De tal agravio y tuerto. 

Y tú que eres mandado 
Del Re;, osa tu oficio, 
Desla doncella casta 
Haz pronto el sacrificio, 

Paes tal me hallo ahora 
Cual me parió mi madre, 

Y ¡oh! nunca me enviara, 
Cual me envió mi padre, 

A ser del Itey severo 
No mnger, sino esclava, 

Y tal que en m[ la suma 
De desgracias se acaba. 

¡Oh Francia dulce patria! 



Í09 

¿Por qué no me Inviste' 
Cuando i sufrir á Espa3tt 
De ti salir me viste? 

De aquesta no me quejo 
Pues que sos naturales 
Contino como es ¡uslo 
Han sentido mis males: 

Empero el Bey permite, 
A pesar de Castilla, 
Muera su muger propia 
Por dar gusto á Padilla: / 

Mi queja y lamentar, 
Me tenga de su mano 
Quiero i Dios suplicar. — 
Con es lo acah^ la Reina 
Sin ventura y desdichada 
So vida , quedando virgen 
De poca edad malograda; 
Y por ser tan de improviso 
Fue sn muerte hien llorada 
En general de sus gentes 
Por ser de todos amada. 



fi." (Anónimo), (i) 



— DoSa María Padilla, 
M'os mostréis tan triste vos, 
Qne si me cas¿ dos veces 
Hfcelo por vuestra pro, 
Y por hacer menosprecio 
A esa Blanca de Borbon, 
Que á Medínasidonia envió 
A que me labre un pendón, 
SeH el color de sn sangre, 
De lágrima* la labor. 
Tal pendón, DoBa María, 



Yo lo haré hacer para vos.— 
Llamó luego á lüigo Ortis 
Ud escelente varón, 
Di i ole fuese i Medina 
A dar fin á tal lahor. 
Respondiera ISigo Ortiii 
— Aqueso no lo haré yo. 
Que quien mata á su señora - 
Face aleve £ so seAor.-— 
El Rey d'aqueslo enojado 
A sn cámara se entró 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



910 

Y á na iMUulero de mau 
El Rey in ardenania dio. 
Aqaeste vii^o á la Heina 
T h>ll¿U en oricion. 
Guando vido al ballealero 
La SD triste muerte vi(í. 
Aqnel le dijo:^ SeSora, 
El Re; acá me envitf 
A que ordeneii voestra alma 
Con aquel qoe la crió, 
Que vaeilra hora e« llegidi) 
No poedo alargalla yo. 
-^- Amigo, (lijo la Reina, 
Mi muerte os perdono yo: 
Si el Rey mi aeftor lo manda 
HigaM lo que ordenó. 
Confesión no se me niegne. 
Porque pida í Dios perdón.-^ 
CoD ligrimas y pmidos 



Al macero enterneció, 

T con vos Saca , temblando 

Esto á decir comenzó: 

¡Oh Francia mi noble tierra! 

¡Oh mi sangre de Borbon! 
Hoy cnmplo detisiete afios 
T en los deciocho voy; 
El Bey no me ha conocido. 
Con las vírgenes me voy. 
Castilla, df ^ ¿qué te hiceP 
To no te hice traición, 
Las coronas qoe me diste 
De sangre y sospiro* son. 
Mas otra terne en el cielo 
Qoe serd de mas va1or.-« 
T dichas estas palabras 
El macero la hirió: 
Los sesos de m cabesa 
Por la sala los seiabró. 



Dia ble muy aciago 
jAy qnel alma me lo daba! 
Caando partí de mi reino 
T del Alhambra mi casa 
Con trecientos de mis moros; 
Todos eran de mi gnarda 
T entre ellos uno escogido 
Que Don Edrit se llamaba: 
Hi)0 es de Osmin el bravo, 
^ May aventajada lanas. 
El qtte prendió á loa Infanles 
En la Vega de Granada. 
To UtíBé todas mis joyas 
Para al Rey Don Pedro dallas, 
T llegando á nna villa 
Qoe Veana *e nombraba, 
T i Gatierre de Toledo 
En ella me encomendara: 



Bogoéie qae me llevase 
Donde el Bey D. Pedro eaUba: 
Al Prior le plació dello 
T al Rey me presentara. 

Dijo : Dios te salve , el Rey, 

T ensalce corona y fama; 
To me pongo en la tn mano* 
Roígote qo'ella me vala, 
Qne mi hermano Mahomad 
Se me ha entrado por Granada. 
Si tiime vales, el Rey, 
Siempre yo te daré parias.—^ 
Respondióle el Rey Don Pedro, 
Mostrándole alegre cara: 
—Seáis bien venido, Rey, 
Reposad en la mi casa. 
Que la aynda qoe es posible 
Jamas os será negada,^— 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Mandironrae apMenlar 
En ani buena ponda; 
Doa García de Toledo 
A cenar me convidara. 
Estando con él comiendo 
Entró mucha gente armaila, 
A mí y i mis caballeros, 
Loi que estaban i la tabla, 
n<M penden con det mesura 
T laa joyas nos qnitaban. 
A mí y á todos los míos 
Metea en la Taratana, 
Y luego dende á dos días. 
Un martes en la maSana, 
Sacironme sobre nn asno 
Con mi ropa de escaríala 
A nm campo que se decia 
El campo de la Tablada. 



SH 

AIK vino «1 Rey Don Pedro 

En un caballo, con lanía: 
Treinta y siete buenos moros 
Qae vinieron de Granada 
Hizo luego hacer pedaaoi, 
A ninguno perdonara, 
T llegando al Rey Bermejo 
Di ó le una mortal Untada, 
Diciendo:^ Toma, alevoso, 
Que jamas se me olvidara 
Qne hice una pleitesía 
. Con el Rey de Aragón mala 
Por tf, do perdf el castillo 
De Ariía y su comarca.— 
Respondiírale el Rey moro 
En su lengua estas palabral: 
— Rey D.Pedro, Rey D.Pedro, 
Hecho has corta cabalgada. 



Mahomad, Rey de Granada, 
A Sevilla babia llegado 
Con cincuenta caballeros 
Qae lo venian guardando. 
Mochas joya* trae el moro 
Para ese Rey castellano: 
Don Pedro era el Cruel 
El qae tenia el reinado. 
Vi^nele á pedir ayuda 
QueelRey se la babia mandado. 
Que tiene guerra con moros 
De él quiere ser ayudado. 
Mandiralo el Rey prender, 
Llívanlo mny maltratado. 
Taradle lo que traía 
T £ Tablada lo han llevado, 
Donde al Rey moro y tos sayos 
A las caBas han jugado; 



El Rey como es tan cruel 
De crueldad babia usado; 
Tiróle al moro una lama 
Él propio con la su mano. 
Pasóle de parle í parte- 
Lo que á Rey no era dado. 
El Rey moro en alta voi 
En arábigo ha hablado, 

Dijo; ¡Oh qué torpe triunfo, 

Rey Pedro babíisoí ganado 
En matar & m( sin causa 
Con sed qae te habla cegado 
De mi sangre y mis tesoros 
Que tú me habías tomado!-^ 
También matara i los suyos 
Qne ninguno habia dejado: 
Todos mueren i las caSas 
QueelmalRey lo habia mandado. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



3)3 



Los fieros caerpoi rcvneltoa 
Entre los robastoa brazos 
Están el croel D. Pedro 
y Don Enrique sn faerio*no. 
No son abrazos de amor 
Los qoe los dos SE están dando) 
Que el nno tiene ana daga 

Y otro un puñal acerado. 

El Rey tiene á Enrique estrecbo 

Y Enrique al Rey apretado. 
Uno en cólera enceudido 

Y otro de rabia abrasado; 

Y en aquesta fiera Incba 
Solo un testigo se ba hallado, 
Page de espada de Enrique 
Qne de afuera mira el caso. 
Después de tucbar vencidos 

¡ Oh saceso desgraciado! 



Que ambo* vinieron al tnelo, 

Y Enriqne cayó debajo. 
Viendo el page í su seSor 
En tan peligroso caso 

Pur detrás al Rey se allega 
Reciamente de él tirando, 

Diciendo: Na quilo ñey 

Ni ponga 'Rey de mi mano, 
Pero hago lo que debo 
Al oficio de criado. 

Y dio con el Rey de espaldas 

Y Enrique vino á lo alto, 
Hiriendo con un puSal 
£a el pecho del Rey Talso, 
Donde á vueltas de la sangre. 
El vital bilo cortando, 

Salió et alma mas cruel 

Que vivió en pecbo cristiano. 



10. (Anónimo). 



A los pies de Don Enrique 
* Yace muerta el Rey D. Pedro, 
Mas que por sn valen t (a 
Por voluntad de los cielos. 
Al envainar el pañal 
El pie le puso en el cuello, 
Que aun allí no está seguro 
De aquel invencible cnerpo. 
RiSeron los dos hermanos, 
X de tal suerte riieron 
Qae fuera Cain el vivo 
A no haberlo sido el muerto. 
Los ejércitos movidos 
A compasión y contento 
Mezclados nnos con otros 
Corren á ver el sncesoj 
Y loi de Enrique 



Cantan, repican j grílan 
yiva Enrique; y lot de Pedro 
Clamorean, doblan, lloran 
Su Rey muerto. 

Unos dicen qne Toe justo, 
Otros dicen qne mal hecho. 
Que el Bey no es crnel si nace 
En tiempo que importa serlo, 

Y qae no es razón que el vnlgo 
Con el Rey entre á consejo 

A ver si casos tan graves 
Han sido bien ó mal hechoi; 

Y que los yerros ip amor 
Son tan dorados y bellos 
Cuanto la hermosa Padilla 
Ha qaedado por ejemplo, 
Que nadie verá sus ojos 



i.,Goog[e 



Que no lenga el Rey por cnerdo. 
Mientras como otro Bodrigo 
No paio fuego á lo rtiiio. 
T los de Enrique Stc 

Los que con ánimos vilea 
O por liionja ó por miedo. 
Siendo del bando vencido 
Al vencedor siguen luego, 
Valiente llaman á Enrique, 

Y i Pedro tirano y ciego, 
Porque amistad y justicia 
Siempre mueren con el muerto. 
La tragedia del Maestre, 

La naerte del tiijo tierno, 
La prisión de Doña Blanca, 
Sirven de infame proceso. 
Alanos pocos leales 
Dan voces pidiendo al cielo 
JuRticia, pidiendo al Rey, 

Y mientras que dicen esto 
Los de Enrique &c. 

Llora la hermosa Padilla 
El desdichado suceso. 
Como esclava del Rey vivo 

Y como viuda del muerto. 
¡Ay Pedro! que iDuerle infame 
Te han dado matos consejos, 
Confianzas engaBosas, 

T atrevidos pensamientos.' 
Salló corriendo á la tienda 

Y vi¿ con triste silencio 
Llevar cubierto su esposo 
De sangre y de paBos negros, 
•Y que en otra parte i Enrique 
I.e dan con «plauso el cetro: 
Campan aa tocan los unos, 

Y loa otros instrumentos: v 
y ¡o* de Enrique ia:. 



213 

Como acrecienta el dolor 
La envidia del bien ageno, 

Y el ver á los enemigo» 
Con favorable suceso. 
Así la triste seBora 
Llora y se deshace viendo 
Cubierto á Pedro de sangre, 

Y á Enrique de oro cubierto. 
Echó al cabello la mano. 
Sin tener culpa el cabello, 

Y mezclando perlas y oro 

De oro y perlas cubrió el cuello: 
Quiso decir Pedro, á voces, 
Villanos, vive en mi pecho; 
Mas poco le e provecho, 

Y inientras lo está diciendo. 
Los de Enrique &e. 

Rasgó las tocas mostrando 
El blanco pecho encnbterio, 
Como ai fuera cristal 
Por donde se viera Pedro: 
No la vieron los contrarios 

Y viola invidioso e) cielo. 
De ver en tan poca nieve 
Un elemento de fuego. 
Desmayóse ya vencida 
Del poderoso tormento, 
Cnbriendo los bellos ojos 
Muerte, amor, silencio y sM&o. 
Entre tanto el campo todo 
Aquí y alli van corriendo 
Vencedores y vencidos, 
Soldados y caballeros: 

Y ¡os de Enrique 
Cantan , repican y gritan 
P'iea Enrique ; y ¡os de Pedro 
Ciamarean, doMan, ¡¡oran 
Su Bejr muerto. 



u3i.z.iit>,Goog[c 



tii«iiv»iiiitiiiiii>v^vmv»iivMit,iiir\itti»i»ivvii 



ROMAI^CES 



DON ALVARO DE LUNA. 



' (Anónimo). 



Halikiido ctU^ «obrcmeía 
Con paridad y ■ilenciO) 
IiCM o)oB cnUmecidof, 
íot inimcM ínqoielos. 
La Dnqneía de Eicalona 
T el Condenable del reino. 
No como otras vecei snelen 
De placeres y contentoi. 
Mo daban gratoi oidos 
Al dnlEor del initroinenlo, 
Ni de gracioMM ¡agí ares 
Goilan donairct y cnenloi, 
Qne al coraaon afligido 
Cuando el alma da tormento, 
No deja logar vacio 
Que no lo ocnpe en el pecho. 
Tomd el Mautre la mano, 
Bepresentando ca m gesto 
Vna trágica detdicba 
De ance«oi verdadero!. 
——No »é qué imaginación 
Contra mi dicha ae ha pneito, 
Qne amenaxa nna caida 
Haata el mu profundo centro; 
Poco í poco va faltando 
Aquel rciplandor «upremo 



Qne i mi Lona preitú el aol, 
T hoy en vea d'el presta dnelo, 
¡Mas aj vida infelice y deía- 

Antet lormenia *oií que dulce 

Fai remedando al cipria 
Qae qaiere subir al cielo* 
Y faalld mas cerca del rayo 
£1 rigor de sa elemento: 
Prestóme , coma i Faetón, 
Sd carro y caballos Febo, 
T de sn fuego abrasada 
En humo quedó deshecho. 
En vencer mis enemigos 
Nada á Josué me parezco, 
Paes él venció con h Inc 
¥ yo con ella pereceo. 
De Nabncodonosor 
En mf la ealftoa contemplo 
De oro y polvo levantada 
Que deshecha vino al snelo. 
Un declarado enemigo 
Pone i mi vida estropiesa. 
De la codicia engafiado. 
Nacido en el hondo infierno. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Dicen que m llama fnvidií, 

T aiinqtie(D rostroy Ullecj btllo 

Vivo raí le despedazan 

Vientre, eatrañai,pecbo7caerpo. 

Atilte en loj tribanales 

¥ en los palacios soberbioSi 

Vístese de cortesía, 

Traía con los lisonjeros: 

íMoí ay vida infeiice y desO' 

Antea tormento sois que dulce 

Eate contrario insafrible 
Cansa mi pena y tormenioi 
Que acomete acompañado, 
Y yo, como solo, temo. 
Conozco de sus astucias 
Los engaüosos rodeos. 
Que las eulraSas destruye 
El arqailran de su fuego. 
Prodigio soy de mi mano, 
D'el no huyo aunque lo tío. 



115 

TemeriMo qoe ni tambre 

Fallará por an dmicnto. 

No bailo Iglesia segura, 

Pues la puerta de m templa 

Me ba cerrado el Rey D. Juan, 

Y á mi honor ba puesto hierro. 

Volverá i mi suerte humilde 

Como la piedra á su centro, 

Pues me ha dado como ni3o 

¥ quitado como vicio. 

¡Ay pompa humana del mirado 

Traida de los cabellos! 

¿Cómo te gocé temprano 

Para perderte mas prealo?— ■ 

Mas adelante pasara 

El llanto y sollosos tiernos; 

Llegó del Rey nn recado, 

¥ levantóse diciendo: 

{Mat ajr vida infeiice y dtta- 

Antes tormenta tois que dulet 



A D. Alvaro de Lnna, 
Condestable de Castilla, 
El Rey D. Juan el segundo 
Con mal semblante le mira. 
Diá viKlta la rueda varia, 
Trocó- en safia sus caricias, 
El favor en amenazas, 
Privaba , mas ya' no priva. 
Ejemplo dejó en la tierra 
Porque el hombre mire arriba, 
No hay seguridad humana 
Sin contradicción divina. 
Una siesta , el Condestable, 
Que dormilla no podía,, 
Can so •ecrelario á solas 



Desta manera platica: 
—Hoy el Rey no me ha hablado. 
Miróme de mala guisa. 
Dejáronme venir solo 
Las gentes qae me segnian: 
Traidores me quieran mal 
¥ con el Rey me malsinan, 
Él es fácil, falsas ellos. 
Vencerán le si porfian.' 
-^-Condestable, mi aeSor, 
El raar brama, el aire arrima 
Tu nave á enemigas rocas, 
A mayo a porque no embista. 
Sigue, cual la sombra al cuerpo, 
A la privanza la envidia. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



216 

ApriM snbi>t« al trono, 
Guarda no bijea aprisa. 
La pompa fanmana Id í»het 
Que engendra ambición mal- 

Pesadumbre qae en el aire 
Está de un cabello asida. 
A loí piefl del Rey te arroja. 
Di le, tenor, resacita 
£«[e maerto á k tu gracia, 
Van íae tn gracia su vida. 
Grande amor nanea se acaba 
Sin dejar grandes reliquias 
Qae discnlpen del amado 

a." (Al 

j^ El Maestre de Sanliígo 
De los privados ejemplo, 
A los pies del Bey «e arrdja 
£stas palabras diciendo: 

Bien se echa de ver, señor, 

Qae hay falsos en la consejo. 
Pues qne puede una traición 
Mas que el amor en tu pecho. 
Los faaheres qne me diste 
Fueron la caasa , pues ellos 
Dieron principio i la envidia 
Que en este pato ine ha puesto. 
Fácil fuiste para darlos 
y fáciles se volvieron. 
Que mercedes tan baratas 
No tienen buen fundamento. 
Esta cruE que me pusiste 
£s la crac que agora llevo, 
Qne et amor hiio suave 
Y tu desamor tormento. 
Bien tiene que ver el mundo 
De mi terrible suceso. 
Pues el que se vi6 á tu lado 



Agravios y demasías. 
Tendrán tus amigos gloria. 
Tus enemigos desdicha, 
Tu verdad Vitorias claras, 
Claras penas sus mentiras. 
La humildad todo lo vence 
Con tos Beyes, las porfías 
Son vaivenes peligrosas, 
Dan miserable caída.--— 
Esto dijo el secretario. 
Triste el Maestre suspira. 
Diciendo qne á Dios ensaSa 
£1 hombre que cd hombre fia. 



Se vé á los pies sin remedio. 
No pido que me perdones 
Que contra l( no hice yerro. 
Antes aquestos me pones 
Porque parezca tenellos. 
Conteola á mis enemigos, 
Pero nira. Rey, qne veo, 
Pues que me matan sin causa. 
No estés muy seguro dellos. 
Dellos te guarda , seilor. 
Que es en traidores muy cierto 
En haciendo una traición 
' No parar hasta ser ciento. 
A muerte estoy condenado , 
Y de morir no roe quejo, 
Porque acabarse tenian 
Cosas que no son del cielo. 
Rico y próspero me he visto, 
Pobre y cautivo me veo, 
Lo ano para mi daSo, 
Lo otro por mi consaelo. 
Ya mi Lana está ectipsada* 
Ya no da luz cual nn tiempo, 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



Porque le b« faltada e] «ol 
Qae )e di¿ la lat que pierdo. 
Sé que se traU en pedir 
Limoma para mi entierro, 
Yo caal alma tela pido 
De aquel tu querido cnerpo. 
Tu miiericordia es falsa, 



Tu jmlicia no la temo, 

Pues voy delante de un ¡neí 

Mas justo y mas juiliciero. — 

Esto dijo el Condestable, 

Y el Rey eotrd en su aposenlo 

Sin respondellc palabra 

A lo que estaba diciendo. 



— Subid, señor Condestable, 
£n ese trotón aprisa, 
Fugireis del Rey la saSa 
Qne i daros la muerte iacita. 
Ño oa fiéis de la fortuna 
Que cuido qne borrible os mira, 
¥ es sin prudencia su rueda 
T os puede abatir de arriba. 
Inconstantes son los hombres, 
Sds palabra» son fingidas. 
Cautelosas sos mercedes 

Y sus falagos mentiras. 
Volved los ojos , señor, 
A las pasadas ruinas, 

T fartad el cuerpo agora 
A la que vos viene encima. 
Teaedes espejos claros 
De mil pasadas desdichas, 
El tiempo vos da lugar. 
Las señales vos avisan. 
De los privados lisonjas 
Son afeitadas mentiras, 

Y cuido que ban de ser sombra 
Pues el Rey su gracia oa qoita. 
A las pasadas mercedes 

No miréis, que ya declinan, 

Y enredan ou hombre baenoj 
Non vos fiéis, mas fogildaa. 
Que i la corriente furiosa 
La saBa del Rey imita. 



Con cuyo raudal veloz 

Lo mas alio se derriba. 

Pensad que habrdes subido 

A cslremo de la' desdiclia. 

La levantada privanza 

Vos amenaza caida. 

La muerte viene con ala* 

Puestas las faldas en cÍBla, 

Non hay plazo que non llegne 

Ni deuda que non se pida. 

De invidia una escora nube 

Vuestros reflejos eclipsa, 

¥ desos divinos rayoi 

La loi de privanza qaitan. 

Machos grandes conocéis 

Que vos tienen grande invidia, 

£) Rey es fácil, vos solo. 

Guardad no vos hagan minas, 

Qne en la casa de los Reyes 

Como la ambición domina, 

Anda solapado el odio 

Y cansa grandes rofnas. 

La Reina os quiere dar muerte. 

El Rey el segur afila, 

Dalde lugar en que quÑbre 

El tiempo sus graves iras. 

No vos sujetéis í fierros 

De tas cárceles esquivas, 

Que enemigo aherrojado 

Mas á la contrario «viva. 



u3i.z.iit>,Coogle 



9)8 

Non seti* en vaettraa coms 
ía flor de U maravilla, 
Qne crece' at MÜr d *ol 
Y el mismo «>1 la marchila. 
Activad la aguda upaelt, 
Mirad non voi falten cincbaí. 
Que mal qne ruego de baenos 
Oí importa la fúgida. 



Dad oido á mis rauncí 

Qoe el amor la lengna incita^ 

Dejad la corte y fugid, 
Qne esperar non acredita.— 
£atú dijo al gran Maestre 
Un page que le servia; 
Non cnró de ¿I, 
Recostado en ana silla. 



El Be; se sale de Misa 
De Santa María la Blanca; 
Don Alvaro el Condestable 
Con otroi lo acompañaba, 
Dfjole el Rey en llegando 
Con enojo estas palabras: 
—Partios de aqnf, Condestable, 
Que por vos me desacatan; 
Por creer vuestros consejos 
Mal me quieren en España: 
Si por ende hacedes otro 
Harfadea en ello saña.— 
Ta se parte el Condestable, 
Ya ae vuelve i so posada 
Amenasando i los Grandes 
Que al Bey tan mal informaran. 
En la noche á la su cena 
Diego Golér recio entrara, 

Dfjole; Catad señor, 

Que por todo Burgos anda 
Como habedes de ser preso 
El miércoles que es mañana: 
Cabalgi en la mi muía 
Que yo os sacaré en ancas 
A la puerta de San Juan 
Cnbierlo con la mi capa.— 
£1 Maestra se tarbú, 
Dfjole que bien hablaba; 
Pidi 4 ana copa de vino 



Con unas peraa asadas: 
Como las hubo comido 
Adormido se quedara. 
Dtjole Diego Gotér 
Saliese qoe ae tardaba: 
Dijérale, anda, vele, 
Que voto á tal que no es nada. 
A la mañana otro dia 
Cartagena ae levanta, 
Viii venir Don Alvar Ziiñiga 
Con doscientos hombres d'armaa. 
Fue i despertar al Maestre, 
El Maestre luego a'arma: 
Di jóle á tu padre avisa 
Qoe por él cercan la casa: 
Castilla viene diciendo, 
Libertad el Rey demanda. 
£1 Maestre al gran ruido 
Asomóse á una ventana. 
Dijo hermosa gente es esta; 
Mas luego dentro s'entrara 
Que le tira un ballestero 
Y por mny poco le errara, 
£1 combate fne tan recio 
Que no hay cosa que le valga; 
Acordó darse i prisión 
Así como el Rey lo manda. 
El Bey pasaba á comer. 
Iba allí el Obispo de Ávila, 



u3i.z.iit>,Coogle 



Viált Momar el Macilr« 
1 como le vi¿ mí l'faabla. 
El dedo pacato en 1« frente 
Dijera con vob njny alta: 

Para esta , Don Obispillo, 

Qae la paguéis bien doblada — — 
El Obispo respondiera 
Con miedo al velle coa saSai 
—Por laa ordene» qoe tengo, 



ai 9 

SeSor, yo no os culpo en nada. 
Ni 03 tengo mas cargo desto 
Qae os tiene el Rey de Granada.-- 
Envi¿ el Maestre al Rey 
Le escachase una palabra: 
El Rey le eavi¿ á decir 
Se acnerde le aconsejara 
Qae á hombre qoe prendiese 
Nunca le mnestre la cara. 



Ta le sacan del portillo 
Con moy gran caballería 
A Don Alvaro de Lona 
Condestable de Caitilla. 
Sácalo Diego de ZdSíga 
Qnel en (jnarda lo tenia, 
Muy cercado de hombresd'armas 
T de gente mny Incida. 
LléTanlp á Valladolid 
Q»e B9Í el Rey lo prevenía, 
' T al llegar jonto á TndeU 
Le salieron i la via 
Ciertos frailes de Albroy 
T fray Alonso de Espina, 
Va reverendo maestro 
En santa Teología. 
Cuando los vido el Maestre 
Moy mala leital sentía; 
Mas los frailes le aportaron, 
Fray Alonso le decía: 
—Mirad, bijo, qaeste mondo 
Pasa como fantasía, 
T da mny mal galardón . 
Al qae mejor le servia. 
Recibid, paes, con paciencia 
La mnerle que os acndia 
En pago de los dcliloa 



Qne habeia hecho hasta este dia. 

Pedid perdón muy humilde 

T con el alma contrita 

Al Omnipotente Dioa 

Que es lo que mas os cumplía.-^ 

Con estas tales ra sones, 

T otra» qne ansi le decía, 

Llegan á Valladolid 

A las tres horas del dia, 

T llévanlo á aposentar 

A la* casa* do vivia 

Alonso Peres Vivero 

Qael Maestre muerto había. 

Allí la mnger y hijos 

Con gran rabia le decíaU: 

— Aqnf pagaría. Maestre, 

La ta. grande villanía; 

La muerte del buen Vivero 

Hecha con alevosía,-^ 

Oyendo aqnesta* ra iones 

Gran pena y dolor sentía. 

De ver cual se holgaban todoa 

Del gran mal que le venia. 

Estuvo en eslaa priaionea 

Hasta qoe el sol se ponía, 

T laego en anocheciendo 

Lo llevan, qne ansi cnmplia, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



330 

A cas Don Alonso d« Zd&iga, 
Los frailes en compa&fa, 



Y macba gente de guarda 
Que en la casa do cabía. 



El año rail caá 1 rocíenlos 
Cincnenta y dos ba pasado 
Del muy lauto nacimiento 
Del Hijo de Dios sagrado. 
Presidentes y Oidores, 

Y todo el Real Senado, 
Están viendo un proceso 
De crimen muy snslanciado 
Contra Don Alvaro Luna 

Del Bey Don Joan gran privado. 
Visto y revisto por todos 
T muy bien examinado, 
Dan una crael seq Cencía 
Todos en ono acordando, 
Qae le priven de sos tierras, 
Que le quiten sos estados 
De Condettable en Castilla, 
De Maestre de Santiago, 
De Conde de Santisteban, 
A Trujillo y su ducado, 
T que vuelva á la corona 
Del Bey de do fue asurpadoj 
y atíntos i sus delitos 

Y 6. los mates que ha causado, 
Mandan que ie saquen luego 
Como hombre reo y culpado 
A la voü del pregonero. 

Que publiqueel mal que ba abra- 
do. 
Por las calles de la villa 

Y lo lleven al mercado, 

Y qne i fuer de hijo-dtlgo sea 



En la plaza degollado, 

Y que pongan su cabeu 
Con nn clavo atli hincado, ■ 

Y que esté allí nueve días 
Sin ser de nadie qnitado 
Porque á otro sea escarmiento 

Y sea bien castigado. 
Sin ninguna apelación 
Manda sea ejecntado. 
Vinselo i notificar 

Al Maestre desdichado 
A casa de Alonso de Zúfliga' 
Do i.\ estaba encarcelado, 
El cnal dijo que lo o(a 
Muy sereno y no turbado. 
Pues quel Bey era conletifb 
Que él era también pagado.' ' 
Luego confiesa y comulga' - 
Con un fraile gran letrado, ' 
Pide algo de comer 
Porque estaba desmayado. 
Trujéranle pan y guindas 



Y del 



i han 



cado. 



Tomó tres 6 cuatro dellaa 

Y del pan solo un bocado. 
Mas bebió una ves de vino, 

Y antes de babel lo tragado 
Asentóse en una silla 

No mny quieto de cnidado: 
Así esperaba la muerte 
Muy tdste y desconsolado. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



S.o (Anc 

Con trisle y grave lembUnU 
Oyendo esU U atnlencia 
El Condutablp de Luna 
Sin género de fliqaeza. 
No te ha turbado et temor 
De la muerte ni el afrenta 
Del acusado delito, 
.Antes dice con paciencia: 
-—Justo pago lia dado el cielo 
A mi privanza soberbia, 
^Que de servicios bumildea 
Favores de «n Bey la engendra, 
Pnes como biedra en sus brazos 
Creció, y en fin como biedra 
En fallándole sn sombra 
No hay cosa qoe no la ofenda. 
Nadie procure privar 
Con los Reyea, porqae sepan 
Que quien mascón Reyes priva 
Tiene la muerte maa cerca, 
Qne la privanza en el suelo 
Et nna insaciable fiera. 
Tósigo que sin sentirse 
Se derrama por lai venas. 
Es blanco donde la envidia 
Todos sus tiros «siesta, 
Terrero de las malicias, ' 
'Forlaleca sin defensa. 
Púsome & m( la fortuna 
En la cumbre de su rueda. 
Mas coma es rueda rodó 
Hasta bajarme á la tierra. 
¡Ah segando Bey Don Juan 
Y quí contento muriera 
Si por servirle este dia 
Me quitaras la cabeza! 
Mas siento el perder la fama 
Qne me quita ta grandeza. 



inino). 

Qne el castigo que me das, 
Puesto que lo mereciera. 
No me espantará la muerte 
Pues no es morir cosa nueva. 
Mas morir en tu desgracia 
Masque el morir mealormenla. 
Si jamas en dicho á hecbo 
Ofendí tu Real grandeza. 
No me perdone mis culpas 
Dio), á quien voy á dar cumia: 
Sino es que el hado infelice. 
Mi clima y fatal estrella. 
Quiso porque el cielo quiso 
Que con voz de traidor muera. 
Luna fui que allá en tu cielo 
Tanto crecí, que pudiera 
Cual otro Faetón al mundo 
Abrasar si traidor fuera,- 
Pero mientras no vencieron 
Las invidiosas tinieblas 
De tn sol las confianzas 
En la fe de mi nobleza, 
Mi Luna dio tanta Iue 
Con la tuya acá en la tierra. 
Que d« invidia se turbaron 
En tn cielo mis estrellas, 
Do hicieron tales efectos 
En el sol de (u grandeza. 
Que hacen menguar á mi Luna 
Antes qoe se viese llena. 
Entró la ventara el tiro. 
Desenfrenaron las lenguas 
Los émulos, y acertaron 
En dalles tú grata audiencia; 
Y como es todo finito 
El bien que nos da la tierra, 
En tierra me vuelvo yo 
Con esta inmortal afrenta. 



L)ji.z.iit>,Coogle 



Crezcan contento* agora 
Los que mi menguante eaperan. 
Moa miren qae acaba el mío 
Cuando i llenarse comieuian.— 
Qniao pagar adelante, 
Mas na pudo porqae entran 
El de ZáAiga y seia frailea 
Qne faa ya rato qae le eaperan. 
Acompasóle gran gente 
Como amiga de novelas. 
Hasta qae en el cadahalso 
Vio el verdugo qne le capera. 



Abraióte S nn Cmcifijo 
Vertiendo lágrima» tiemai, 
Que an pecho qae eitá lin culpa 
Con facilidad las echa. 
Vaeltos los ojos al cielo 
T lai rodillas en tierra. 

Dijo : Dulce Seitor mío. 

Mi alma se os encomienda. 
Cortó el astnto verdugo 
De los-homhroa la cabeza, 
Qae por el aire decía; 
Q-edo, credo í es/uerta , esfuerta. 



9.° (Anónimo). 



£1 segando Re; D. Juan 
Turbado loma ta pluma 
Para firmar la sentencia 
De Don Alvaro de Luna, 
T viendo que siete letras 
Son en deshacer su hechura. 
Que con mercedes tan altas 
Tan ignal hito las sayas. 
La Real mano le tiembla, 
La veloz leagna le turba, 
Qae clamor que esti en el pecho 
Mal los hombres diiimajan. 
^— ¡Ay ! dice, ¿cómo es posible 
El aiclo permita y sufra 
Qae quien tantas firmas hizo 
Solo las desbaga unii* 
¡Ay Don Alvaro mezquino! 
¡Grande fue tu desventura, 
Pues aunque te amó un Rey 
Todo su reino te culpa! . 
Bien (e librara del reino 
Que en perseguirte se atina, 
Maa sois, Don Alvaro, solo 
T sus envidias son muchas. 
Sobre la mar de mi gracia 



Te aliaste cual blanca cspomat 
Que lo qne larda en hacerse 
Eso solamente dura. 
Confiasies en el tiempo 
Que i los confiados burla, 
Que es con los males de plomo, 
T con los bienes de pluma. 
Esta sentencia que firmo 
Hoy contra mi se ejecuta, 
Qoe si eres hechura nía 
Hoy se deshace mi hechura. — 
Firmó poniendo la B, 
Viola, y dijo; — Letra dtirn 
Borrarle quiero , mas no, 
Queel horror tristeza anancia<^i 
Paso la o y la n, 

Y como vio parte ¡anta^ 
Dijo : — No es don y sf lo es. 
Es desdicha y no ventura.— 
Acabó poniendo el Juan, 

Y luego arroja la ploma, 
Diciendo :_Qaiebro esta flecha 
Que me ha muerta con la pun- 
ta. — 

No pudo hablar roas palabra. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Qne la garganta le aüiidan 
L*» lágrimas qae pretenden 
Salir de aa pecho janlu. 
Echó el proceso en el luelo, 



T en so retrete ae oculta, 
Y el Secretario con uso 
Parte á la prisioa obscura. 



llnstrísimo se Sor, 
Vuestra Esceleocia perdone, 
T pues es fuerte resista 
De la fortuna loa golpes. 
Secretario soy del Rey, 
T el Rey, mi señor, mandóme 
Qne de la triste sentencia 
Os relate estos renglones. 
Pésame, porqne es de muerte, 
Y de muerte tan inorme: 
£stadnie atento, señor, 
Que así dicen sus tenores: 
'^^Yo et famoso Bey Don Juan, 
• Segundo de aqueste nombre, 

■ Mando lo siguiente cumplan 
^Los de mi Palacio y Corle. 
vA Don Alvaro de Luna, 
nDuque de Trnjillo, y Conde 

■ De Gomera y Escalona, 
nMarquésde Trujillo y snorbe, 
vCondeslable de Castilla, 

hY sobre aquestos renombres 
oMaestre de Santiago 

■ Y de sus Comendadores, 
■Mando : qne sea sacado 
nDe las obscuras prisiones, 

■ Y llevado por las calles 
»Con trompetas y pregona, 

■ Y en VOE alta sns delitos 
vPabliqtKD por los cantonea 

■ (Que lo que el tiempo descubre 
hNo es bien encabran los hom- 
bres); 



»Y en tin alto cadahalso 
»Lnego.su cabeza corten, 
»Y en lina escarpia la enclaven, 
nPorque escarmiento le tome; 
»Y qae sos bienes confisquen, 

■ Que pues por justas razonea 
iiSon nuestros, será raían 

■ Que á nuestra Cimara tornen,'* 
De oir tan triste sentencia 

El Condestable turbóse, 

Y los ojos llenos de agua 
De aquesta suerte responde: ' 
—Yo, Secretario, os perdono 
Porque í mf Dios me perdone. 
Olvidando la venganza. 

Que ya es tiempo de perdones. 
Con la muerte me contento. 
La afrenta es razón que tiore. 
Que la muerte al noble alivia, 

Y la afrenta afrenta al noble. 
Con grandes bienes me vf, 
Respetado entre señores, 

Mas quiere Dios que los bienes 
En grandes males se tornen. 
Sabio aprisa mi subir 
Que me hizo dar gran golpe, 
Que los qne suben mas alto 
Dan las caidas mayores. 
Enseñóse en mi á ser franco 
El Rey, y en mf enseñóse, 

Y después qne lo aprendió 
Mas qne me ha dado quitóme. 
Hfume de nada el Rey, 



L)ji.z.iit>,Co.ogle 



¡ai 

T porqae pompa no cobre, 
Quiere el cielo soberano 
Que en nada me vuelva y torné. 
Del Itey oigo la sentencia. 
Con 9U gasto soy conforme, 
Qaeqaiero tanto sd gusto 
Qne rae pesa qne se enoje. 
Grande me hiio ¿ ilostre 
Siendo page humilde y pobre, 
Fue de pajas mi cimiento, 



C*y¿ al peso de jai torre. 
Baton és qne mnera yo 
Para qne tomen los hombres 
De mi caida escarmiento, 
¥ de mi moer te se a sombren .^^ 
Aqnestas palabras dijo 
Ligrimas vertiendo el Conde, 
¥ el Secretario también 
Llorando de allí salióse. 



Aqnella Lana hermosa. 
Qne «as rayos le di¿ el sol, 
Hoy en uu mortal eclipse 
Pierde luí y resplandor. 

Y en la mas alta sabida 
Del cielo de sa valor. 
Baja i la casa del Toro, 

Y mnere en la del León. 

Y por vivir para el cielo 
Ya que en la tierra mariií. 
Ansí ordena el testamento 

Y última disposición. 
<*To Don Alvaro de Luna, 
■Freile dt mi religión, 
uMaeslre de mis desdichas 
»Pnes en la cátedra estoy, 
■De mis bienes adquiridos 
>Hago libre dgnacion 

bA qnien me los did de gracia 
sMieatras la ^uya dur¿. 
>De Page gubf á Marques 
»Qtie fué el primer escalón, 
"Con título de Villena, 
»Mas no vf por qné menguó. 
■ Conde me llamó Castilla 
nEstable, per» mintió, 
«Que siendo Lana del snelo. 



■ Mndanta me derribó, 

■ En los bienes fui mudable 

■ Y en el mal estable soy, 

■ Y son tantos los que paso 
■Que de verlos llora el sol. 
uEn Portillo preso estuve, 
«Mas no le hice en mi honor, 
uQue el muro de mi nobleca 

■ Portillo jamas sufrió. 

■ Mis enemigos lo bicitron 
»Con la bala de ambición 
»Ycoa pólvora de envidia, . 
xQue es muy fuerte munición. 

■ Mando, que despaes de muerto 

■ A los buitres de mi honor 
dLcs entreguen ese cuerpo 

■ ¥ se ceben á sabor: 

■ Mas no coman, que presumo 
xQue les hará mala pro, 

■ Que un fiel bocado es pon^Sa 

■ En el pecho de on traidor. 

■ A la Condesa le pido 

»Por nuestro entraBable amor 

■ AldeSaldaña le endone 

II La estrella qne alumbré yo. 

■ Al Conde le doy palabra, 

■ AI mando también le doy. 



D3i.z«it,,Coogle 



»Mo pierda nada mi hija 
» Por Mr yo quien la «ngendró: 
a Y'ya que por m( perdiera, 
nía madre que la parió 
sSapliera' por mf tai falUí 
hA sombra de sa valor. 
uAqaeite anillo qne ciSe 
-El dedo del coraton, 

■ Con él le doy i Morale* 
vPor lo bien que me lirtid; 
»Y li del que ciAe el mando 
» Fuera naiverial aefiory 
itDespaes de mi Rey, le diera 
bA quien estotro le ¿ay-, 
Hpero eche colpa i la envidia 
»Qne fue la que me postró, 
>>Que mi lealtad biea merece 
uSubir de dondp bajó. 

»T mis amigos qiiiiierau' 

• Viendo el pato en que catoy 
»Dar remedio á la* desdicbas 
kQdc es el consuelo mayor. 

■ A qnien voy á dar cuenta, 

■ Me la tome con rigor, 

»Si en el dicho 6 en el hccbo 
»No tuve buena intencioli. 

• Por ello prometo y jaro 



aas 

• Al Rey Don Juan mi seiíor, 

• Que le be sido leal vasallo, 

• Los aleves ellos ton. 

• T si socorro pedí 

• A ninguno éa mi priaion, - 

• Como la tuve en el cuerpo 

• Pase al alma, qu'es peor. 

• Al Bey le pido m« entierrc 

• Con la limosna qoe hoy 

• Llcgire misericordia, 

■ Pues sn justicia llegó. 
•Este vestido que traigo 

• Qae soto no me dejó, 

• Pido no lo baya el verdugo, 

• Porque al fin lo traje yo. 

• Esta cadena le mando, 

• Qoe solas prisiones doy, 

■ Si acaso también no dice 

■ Qu'es falso como el dadorj 

■ T firmo mi testamento - 

• Con sangre, que como es boy 
•Dia de decir verdades 

• No hay otra tinta mejor. 
»T i' los que en Valladolid 

■ Tienen de mf compasión, 

■ Pido mi alma encomienden 
hAI Señor qne la crió." 



—A Dios, privania de Reyes, 
Loca vanidad, i Dios, 
Pues ayer me acompailáateis 
T aolo me dejaia hoy. 
Firme en vuestros engafioa 
Y descDgaSado estoy, 
Qoe solo di lo que tiene 
El mando al mayor leSor. 
Fnodé en é\ mis eaperanias 
T cayeron c»mo yo, 



Que es derto qne cae roas bajo 

El qne roas alto lubió. 

Cual remolino hasta el cíelo 

Quise snbir, mas sopló 

Viento contrario y dcahito 

Mi locura y ambición. 

De leales fui dechado, 

Y aabe el cielo lo j*oy. 

Mas el leal solo vive 

Lo qne permite el traidor. 

45 

u3i.z.iit>,Goog[c 



336 

OohIm U Primavera 
Coaado el AgMto Uefó, 
Que el £atfo de ordinario 
Marchita la meior flor. 
Siendo Luna crecí Unto 
Qdc qniíe ifiaalar at lol, 
Mas como fnc lol de hcbrera 
A lo meior me dejó. ' ■ 
¿Qaiia de un Rey no cooGira? 
¡ Ay Be; DoD Joan mi aeSor! 
¡Cómo tu» reales favore* 
El vicDlo se loa llcv¿! 
Hechura £<ií de tus manoa, 
Y •noque hacerme le CMtó, 
Fui como vaso de vidríoi 
T en tus mano* se quebnS. 
Fuf archivo de maccfedet^i ^ ■ ■ 
Pero imagino qae son 
Como tesoro de doende 
Que le me ha vuelto carbón. 



Fahricaate en mi um» mIíIim 
Cnal NabucodonoMr, 
Maa fueron lo> pica de barro 
T al primer golpe cayó. 
Machos ti In los me diste. 
Mas paes me los quitas hoy 
Fue tragedia mi priva a aa 
Que tu amor represea id. 
Mil veces firmí por tí, 
T sola una qoe firmd 
Tu Real mano, fue bastante 
A deshacer mi opinión. 
A la muerte me condenas. 
Con gutto i la mtieric voy. 
Que ei bien qae siegues la espiga 
Qae to mano cultivó^— 
Esto Don Alvaro dijo 
Saliendo de la prisión. 
Donde mediante la moer te 
Su Luna llena eclipsd. 



—Los que servía á los Btjtcs 
Motad bien la historia'aiai 
Catad qué i la fio se engaña 
El hombre que en hambres ié. 
Nací desnudo y crieme 
En estrecha y pobre vida. 
Mas mi noble y alta sangre 
Bien no me lo permitía. 
Apenas tuve siete años i . . 
De Aragón vine á Castilla : 
A servir al Rey Don Jjith 
Qae el Segundo se decia: 
Servfle veinte y seis aSos 
Los mejorea de'mi vida, ' 
Poso el ánimo en quererme, 
Grandes mercedes me hacia. 
FaJ Conde de Santisieban, 



Condestable de Castilla, 
Duque de cinco ciudades^ 
Señor de sesenta villas; 
Maestre fui de Santiago, 
Que es ser lo que ser podi*. 
Por mi la Inoa en el mnndo 
Mas qu'el sol resplandecía. 
Duques, Condes y Mar^oeae* 
Hacia yo y. deshacía: 
Ciudades, villas, castillo» 
A mi mandar loa tenia. 
Fortuna , qv« del discreto 
Pocas veces se desvia. 
Aparejóme ocasión. 
Yo bien se las entendía; 
Pero A golpes de fortuna 
No hay esfueno y ralcntfa. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Qae lin poderme valer 
VaMlloi ni nombriidí», 
- Afio de mi) CDktrocienlos 
Cincacnta y treí «icribii. 
Cuando en medio de ana pita* 
Un triste pregón dccia: 
**Manda el Rey q«e eite hombre 

■ Qae tanto le deiervia: 
bY le corteo la cabeaa, . 

Opinión bnbo enlrc gente* 
Que entonces no moriri* 
Si viese la ara al Rey 
Como yo m lo pedia. 
Escarmiente en mi todo hombre 



927 

Qae en este mvndo confia, 
Qae yo por fiarme de él 
Bien pagado me lo babia. 
Por haberle dicho al Rey 
Qae cuando i a^aien mal quería 
Pusiese por ley constante 
Qae nuaca le miraria, 
Agora la ley que pnie 
En mi veo se cumplia, 
Que la preiencÍB Real 
Se me niega en este dia. 
Muera, pues el Rey lo manda, 
Pague el cuerpo pues debía, 
T perdone Dios mi alma 
Por su bondad infinita. 



—Riguroso desengaño. 
Conocido mal y tarde, 
Llave de soñadas glorias, 
Si en el sueQo glorias caben: 
Aborrecible es (n n«mbre, / 
Todos hoyen de hospedarle, . 
T el que mas debe i forlana 
Rebosa mas el tocarte. 
En terrible ceynntara 
Bas pisado mis umbrales, 
Mes quien enemigos tiene 
Obligado esti á guardarse. 
Presunción, privan**, altea* 
Favorecieron nia partes; 
Pero tu golpe croel 
Hoy me maestra lo qae vale. 
A la oreja de mi Rey 
Td y mis émttlos llamasles, 
Qae el qae envidiosas escacha ' 
Vive entre errores y grandeai 
Pero al fin el Rey es moM 



T sajelo á novedades, 
Y mis enemigos machos 
T continao so combate. 
Que¡* algan* tengo de él, 
Pero m*a pnedo quejarme, 
No quiero decir de quien 
Pues ya no presta, ni vale, 
Que el lag*r qne yo ocupé 
Es duro de conservsrse,. 
T sítelas con tal esccao 
Anoncian caídas tales. 
I,** privan*** con lo* Reyes 
Deben por cierto estimarse 
Cuando á cada cual se dan 
Cargo* que al mondo no espan- 
ten; 
Qae el dar al particular 
Lo qa'e* debido i lo* grande*, 
Corta providencia argnye 
En qaien las metxede* h*(x. 
Demás que el que las recibe 



Dg.l.zedt>>GOOgle 



228 

Becibe igravio notable, 
Pnu le dan nn pregonera 
De sn »er y calidadeaj 
T el uo darlo á qaien u debe 
Se puede llamar qailarw, 
Cuando el grande j el no tanto 
Son en merced» igualei. 
Llegué al punto de privanza, 
No tuvo el Rey mai que darme, 
Vióte mi Luna creciente, 
Y agdardaba la menguante. 
Por traidor dicen que muero. 
Dio» y el Rey muy bien lo saben, 
Tacón el Rey no bay discalpa. 
Con Dios al, no bay engañarle. 
Dijera el pregón mejor: 
"Muere ette hombre miserable 



¡Qui¿n faera an pastor cuitado 



Entre míseros «ayales. 
Que en la comalia del mando 
Hiciera nn hambre ignoraAte!— > 
Esto el de Lana decía, 
Cuando del Abrojo nn frail« 
Le dice que se perciba 
Para el riguroso trance: 
Que deje cosas de mundo 
Pues dan el psgo que sabe, 
T que fije en Dios la mente 
Y méritos de su sangre: 
Que tenga ¿ dicfaoia muerie 
El qve sos cnlpas se laven 
CoD tal género de muerte 
Por do le pingo llamarle. 
En esto el duro cacbillo 
Rechinando por los aires, 
Dividió del cuerpo aflito 
Los espiritas vitales. 



—Lo de ayer yt se pasó. 
Lo de boy cnal viento pasa; 
Lo de mañana ann no llega. 
Asi aqueste mundo anda. 
En él lo Brme perece 
A manos de la mudanza. 
Lo mas «ano luego enferma, - 
El deseo no se alcanza. 
En cien aSos, si hay de vida, 
De contento ana hora falta, 
Porqne á quien prende na suelta 
Si el mundo una vea le ata. 
Aflige y no da consuelo. 
Roba sin que vuelva nada,' 
Altera y ao pacifica. 
Lastima y después halaga: 
Sin «iros da sentencia. 



Vivo os sepnlta y acaba, 
Lo qne promete uo cnropie. 
Sírvese bien, y mal paga. 
' Convida para engañar 

Y para abatir levanta, 
Síd perdonaros castiga. 

Da honra y deipnes infama. 
' Quien mas acierta mas yerra, 

Pierde qnien piensa qne gana, 
' Lasta por él qnien le fia, 

Y es inqnietnd su privanta. 
En él entramos Dorando, 
De él con lloro noa apartan, 
Qne lo qoe se siembra en llcnros 
Cn lloros el frnlo paga. 
Mientras te vive es pesar. 
Confusión, tormento y ansia. 



Dg.l.zedt^COOgle 



Y al fin pira en ■Aieciotí, 
Ingratitud, temor, rabia. 
¡Qaé de llaonjai, mealirai, 
Presoncioa y glorias vanai, 
Locaras y menoiprtcios, 
Honras, riqneías soñadas! 
¡Qué de miquinas, codiciag, 
Tráfagos, {lícitos y trampas, 
Sobornos y tiranías, 



Iras, poderes, vcD^anias! 
Arrincwia la bomildad, 
Trianfa y vale la ignorancia. 
Que en el favor, iolerís 
Tiene segura* espaldas.-^ 
Esto entre otras coaaa dice 
Va fraile que consolaba 
A Don Alvaro de Luna 
Mientras la muerte csparalia. 



^— Hagan bien para hacer bien 
Por el alma de$le hombre. 
Al son de las campanillas 
Van diciendo en altas voces: 
Den para enterrar el cnerpo 
Del rico ayer, y hoy tan pobre. 
Que si no le dan mortaja 
No la tiene ni hay de donde. 
Mueva i compasión su muerte, 
Socorrelde, pretensores. 
Pues que tanto dio y dar pudo 
A .tantos de loa qjie le oyen. 
El que daba dignidades 
Haciendo Duques y Condes, 
Grandes, Marqnesea,. Prelados, 
Maestres, GiMen dad ores, 
Al que con la voluntad 
Podo hacer y biiO hombres, 
Como delincaente muere: 
Dalde limosna, aeilofes. 
Ayer el mundo mandó, 
Hoy de nn bochín sucio y torpe 
Se sujeta al proceder, 
T humilde á aus pies se pone. 
Por estas calles que hoy pasa 
Entre confusos pre^nts. 
Le vimos acompañado 
Del mismo Bey y sa corte. 



T ¡dichoso el qae alcaniaba 
Su lado, 6 ponerse adonde 
Con su vista le alcaniase, 
Ta que no con sua raaones! 
Hoy i.eate mismo acompafian 
Mil populares montones 
De gente ociosa, perdida. 
Vagamundos, malhechores. 
El que, pudo lo que q;aisQ 
Con loa dados por tutores, 
Como delincuente boy naaerc! 
Dalde limosna, seAores. . 
¡Ob mando vano, c^ducD, , 
Cáxaa pagas á quien pone , . 
Sus esperanias en tf! 
¡ T cuin pocos te conocen ! — 
Esto un cofrade decia 
De la Caridad é voces, ->, , 
Cuando por la Costanilla .,; 
Un tropel de gesUe. ■«mpt^.r 
La guarda del Bey D»ii J««a' 
Se divide en escuadrOBCS^ :■ , 
Papa que de , su justicia ;) '■ 
La eiecucion no ae ealwlKi ^ ' 
Gran cantidad da alguacMes, 
Dos Alcaldes da, ««.corte,,,,,. ' 
Tres Capitanes con güntev 
Por las calle* y cantodcs: . 



Dg,l,z«lt>,GoOg[C ■ 



S30 

Plata, aparte,' apartt, cUman 
Djciendo los nnSidorea: 
llagan bien para hacer hita 
Por ti alma dtile hombrr. 
En medio viene el de .Lan* 
Rompiendo lo» coratonea, 
En nna maU enjntada, 
CapnE li»U lo« tatonet. 
Una caperuia negra, 
Agravado con priaiones, 
A los lados DDO j Otro 
Un par de predicadores. 



T(»dos se conmueven de ét, 
Ho hay qnien de vello no llore, 
¥ al preguntar por qtié mnere 
Todos los hombros encojen: 
Los pregonero* lo dicen, 
Unos i otros lo responden. 
Llegaron' á nu cadahalso 
Encima del caal le ponen. 
Teatro de sn tragedia. 
Donde lo que dicen oye: 
Hagan bien para hacer bien 
Por el alma desie pobre. 



Apriesa llega la noche 
Envaella en sn manto negro. 
Con qne apenas se divisan 
Formas y plantas del «Délo; 
Escasa SD las mostraban 
Las bellas lumbres del cielo 
Pronosticando desdichas 
Con infelices portentos: 
EacondMse el claro dia, 
Pasúseá occidente Fcbo, 
Dejando de sns reliquias 
El campo mustio y enfermo; 
Era maa de media noche 
Cuando en profnndo silencio 
Dan descanso los mortafes 
A los fatigados cuerpos. 
Cuando et cansancio dittmo 
Se restaara con el sueño, 
T todo duerme y reposa, 
T tan solo ladra el perro. 
Que cOn mortales abullidoa 
Da mucho espanto i los eco> 
Como que anuncian ruina 
Del verdadero suceso. 
A tal hora vide un bullo 



Formado de secos huesos, 
Con nna vara en la mano 
T una Luna puesta al cuello. 
*^To soy la Muerte , me dijo, 
oCulpa del padre primero^ 
sDe ínobedieDcia nacida 
u Para pena y daño vuestro, 
uSoy del divino juicio 

■ Enviada contra on reo, 
bQuc en esta Luna subido 

■ Tuvo sn felii asiento. 

■ Condénale la malicia, 

■ Siendo U envidia del pueblo 
bEI fiscal del acusado, 

kTo el cordel y el instrumento. 

■ Mañana i las diet del dia 
■Conocerla mis efetos, 

■ Y el rigor de mi cuchillo 

■ En el hombre mas enhiesto. 

■ Darí en tierra con la cumbre 

■ Del edificio roas bello 

■ Qae levantó el Bey Don Joan 

■ T qne han visto nuestros licm- 

Volvf 6 mirarle los ojos. 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



T vik cercado y preio, 
A caballo ea nni mala 
Cobicrto de loto negro. 
Advertí el valgo afligido. 
Sordo, lloroso j aoipeiisa 
Contení piando esta caída 
Como en cristalino espejo. 
De dos en dos divididos 
lie siguen de Ireclio i trecho. 
Los ojos enternecidos 
Con qne algunos van contentos. 
Mirí bien j conocí 



231 

Al Condestable del reino, 

Maestre dé Suitiago, 

De la vida humana «íemplo. 

Eo las manos del verdn^ . 

Inclinaba el grave cuello. 

Cuya sentencia pobllca 

En voE alia el pregonero:, 

CúmptoMt la juaiida, . . 

Que munáa el Rey jr quiere ia 

maSeia, . . 

Sobre eiU dttdiehhdo 
JOelaternodetu LuBodenribado. 



^Bajad, pensamiento, dice' ' 
El Condestable aBigido, 
No imitéis á vuestro dueSo 
En descender al abismo, 
Qae annqne del alba hermosa 
Vais adornado y vestido, 
Como la nieve os regalan 
Jjos rayos del sol divina. 
Tuve sus luces prestadas. 
Un nublado las desbíao 
Con no vapor levantado 
De la malicia del siglo. 
Hechura fol ie mi tlvy, ' 
Mejor fuera no babev srdo, 
Pnes hoy dethacenii eslitoa ' 
El furor del torbellino. 
jAy triste miseria hnmana 
Llena de fragosos riscos! 
jQaé de cnlpaa alimentas! 
Tú sustentas como; á bl}o« . 
Con el dulior de tn mesa; 
Los qne en habiendo comido - 
Como sirenas' «Bcanlai, ■ '' 
Malas comói^modrilD. '■'. 

Es la aparíencia dq! ttnndo" ' 



PonuBs de basilisco. 
Una piedra imán del alma, '■ 
Lasos det'coerpo y bechieoí ' 
De la.mas humilde 'tierra 
El piadoso Dios n«s hia«, 

Y com6 mejor :al hombre 
Sobre' lodos di¿<doiDÍinb> ' 
Ayer da, nada nací, 

y hoy en siete pies ^elido( 
A la anligaa madre doy '; ■' 
Pensioav tributo- y- sabaidio; 
Qae si naclldedtisét'ia, I 
Miseria soy coBvertid«^ 
Volviendo i mi pi'opÍD oeAlro 
Muy mas pobre qaefaf'iricn.- 
Hoy jni^a ef cielo mi a cntpaft' 
En el divino concilio, 

Y el vecdádero Jota s*b«!' ' 
Que en nada al Bcybt «fendidt). 
Sola la envidia me tiiéHi •■ '■ 
Qn'es' el mayer.ien( Ji ai | o- ' " 
Qneaa aTPffign^aA «neMrts'jw^ 

Para lanla'idal'fiacido.'"'-'- "* 
Encl'.UMHodoafa^o»'»'' '' 



Dg.l.zedt>>COOgle 



333 

A^irdindo d crael mrlirio, T 4tiiparc mii triitu hiju.^— 

Boy rcprcfenlo de Abel Dio mí al verdugo U venda 

L> humilde inocencia «I vivo. Y principio á in CMtigo. 
Perdone Dioi mis pecado* 



19. (Anónimo). 



Un mi^rcoleademaüana, 
A !•• aor.ve boraidct día, 
Sacan al gran Condestable 
Por Valladolid la villa. . 
Con la Yos, el pregonero, 
Aqoeitai cosas publica: 
^^Porqne sea á todos notorio, 

■ Sepan que esta es la juilkia 
vQue manda hacer et Rey 

■ DrJ hombre que iqof Tvnia. 1 

■ Por aioEpador tirano 

■ Que ha usado gran tiranía 

■ Conlra la noble corona 

■ Real de Jinestra Castilla, - 

■ Manda <|ae sea degollado 
■En pago de sn malicia.'^ 
Uévanlo por cal de Francos 
T por la Pidunerfa, 

T por cal de Caatarrana* - 
Salen á Ja Costanilla. 
Dende alU van i la Plata 
Do baf ge^e,qne no cabia: 
Un Cadahalso bisn alto 
De madera bccbo había. 
Apeóse de una mala 
T subióle Incgo arriba, 
Vido nn tapete tendido, 
T en una crna allí encima 
Ciertas antorchas de cera - 
Qoe jnJttDal tapete ardian.i 
Adoró luego la crua ■' ■ 

T besóte con pérffa, 
T loego enpcaó á paacarst* ' 



A nn cabo y otro volvía. 
Tomó nn sombrero y anillo 
Qoe en la su mano traía, 
Dióselo i Moralicos 
Un page que le servía: 
—Cata aquí el postrero bien 

. Qoe yo hacerte podía.— 
Recibiólo el pagecilo 
Con grande llanto <]ne hacia, 
La gente qne lo miraba 
Lloraba é gran vocería. 
El Maestre muy sereno 
Todo cito miraba y vía, 
T vido citar Varrasa 
Qne al Príncipe le servia 
De ser tn caballeriio, 
T vino á ver aquel día 
La justicia ejecutar 
Qa'el Maestre recibía: 
— Ven acá , hermano Varraia, 
Df al Prfndpe, por tu vida, 
Qoe d¿ mejor galardón 
A quien sirve lu sefiorfa. 
Que no el qne el Bey mi se3ar 
Me manda dar este dia.-^ 
Luego llegóse el verdugo 
Con un cordel qne trafa: 
Preguntóle el Maestre 
Que para qnf lo quería; 
Dijo : — Para alar las manos 

. Es i viiettra scSoría^^ 
Desatóse de los.pcahos 
Una cinta que tenia; 



!, Contóle 



Dijo:^Aume con mU 

A Id volnnUd j gniu, 

Y raégote qae el poBal 

Lo traigas caal con venia .— 

Lo^o vio csUr una eicarpia 

Qne ea nn palo le tenia, 

T pregan I ole el Ma catre 

Par» qgé allí te ponia. 

—Para que esté sa cabeía 

Pnesta hasta el noveno dia. 

—'Después de yo degollado 

T mi ánima salida, 

Hagan della j aun del cuerpo 

Lo qoe i ellos mas placía. — 

Ltiego abajó el collar 

De un jubón de seda fina, 

De cbamelole aanl 

Una ropa que vestía. 



333 

Despoe* que la bobo adobado 
De rodillas se ponía: 
El verdugo le did paz, ' - 
También perdón le pedia. 
Corrióle por la garganta - 
El puBal con gran porfía, 
T corlóle U cabesa 
Can presteza en demasfa. 
Asi feneció el Maealrc, 
Sn gran prez y alia valía. 
¡Qnién jamas vio de (an alto 
Dar tan profunda caída, 
Qae para haber de enlerralle 
Se pidió en una bacina!' 
Por eso tomen ejemplo 
Los de alto estado y cima, 
No vengan i fenecer 
Como aqueste fenecía. 



En ana oculta Capilla 
A doesti encerrado y preso 
£1 gran Don Alvaro solo, 
Agirá rdando el fin postrero; 
E» la tierra arrodillado. 
Inclinado rostro y pecho, 
Adoraba nn Crocifijo 
Qae estaba en sos aras pnesto. 
— Ihisirfsimo Dios, dice. 
Bajado del cielo al sttelo 
A padecer por el hombre 
Muerte de crn* y tormento, 
Tan pobre en BeUn nacistu, 
' Que desnudo al crudo hielo 
Os recosió vuestra Madre 
Entre dos animalejos. 
Teneía abiertos loa braios 
Por mostrar -^ue recibiendo 
Estáis .i los pecidovca 



En la foenle del consuelo. : 
Bompió el divino costado ' 
El temple agndo del hierro, 
T la gravedad del mío 
Otra vcE lo ha descubierto. ' 
Alzad, pastor amoroso. 
Volved esos ojos Cellos, 
Que soy la oveja perdida 

Y á vuestra manada voelvo; 

Y pues mandaste, SeSor, 
Al Pontífice San Pedro 
Tantas veces perdonase 
Cuantas, se acusase el reo. 
Avergonzado jr contrito 
Perdón pido y me confieso, 
Qne del bien falso del mundo 
Considerando el elerno, 

"So bago cuenta. Dios mirl. 
Con la codicia del vuestro. 



I., Contóle 



su 

Dadme la muía divina 
Saldr£ dute lafO ; cieno, 
Dem clemencia a;ri>i^o 
Qae me lleve i llano paertoj 
Que en la íé de mi birqniUa 
Con ambas manos me teugo^ 
Procanndo no deslicen 
IiOs pies á toa hondos centros.-^ 
En esto llamó i la puerta 



Un cristiano y santo viajo 
Del orden de San Franciico, 
Abrazóle, y dijo luefjo: 

Sea, padre, bien venido. 

Loa para el alma le pido, 

Qne ai la tiene el alma. 

Del samo Dio* espero alema 



En un alto. cadahalso 
Todo cnbierto de loto. 
Teatro foneslo y triste 
De las trafedias del mundo, 
A Don Alvaro de Lona 
£spera un croel verdugo. 
Tierra qne se puto en medio 
Del y Don Joan el Segando: 
T haciendo la oración. 
La plata i mirar se puso, 
T lodo en llanto deshecho 
Vido an pagecito suyo, 
Dtjole qae se allegase, 
T cnando cerca te tuvo, 
Envnellas en triste llanto 
Estas palabras propaso: 
— Dile, pagecito mío, 
Al Bey -mi señor y tuyo, 
Qae hoy podri ver en mi sangre 
Lo qae en. este pecho copo. 
Con muerte, sangre y cabeía - 
Lo qae me honró reatitoyo. 



Qae lo qae debe mi pecho 
Pagar con menos no pndo. 
Mira bien, privado mió. 
No fies en allos pantos, i 
Que es, un fuego la privaoia 
Que pira en ceniía y homo. 
Nace el gusto de los Reyes, 

Y la privanza del gasto, 
De la privanza la envidia, 

Y de toda males mochos. 
Hoy todos me desamparan. 
Todos hoy me dejan iontos, 
Que hay muchoi para la vida 
T en la moerte no hay nioganO. 
Toma este aaillo y i Dios, 
Que qaiero acabar mi cnrso. 
Que es menester que yo mengüe 
Para que crezcan algunos.—— 

Y ansí arrodUlado en tierra . 
Le cubrió un nublado escoro 
Sus ojos daros, y. luego 
Meagoóse, eclipsóse y poso. 



Tocaba las oraciones Al mondo sn manto negro; 

La campana del silencio, Divfdense los corrillos 

T tiende la noche oseara De lo iliutce j lo plebeyo. 



DgiizedtíCOOgle 



T votan «Uf li el ato 
Fne bien liecho 6 foe nkl hecho. 
Van dicen que el CHtigo 
Fue muy digno de ■□ yerro; ' 
Otros que li envidia sola 
Fne qoien le cchd en el saelo. 
Paré el pato premrofo 
Para saber el anceto, 
T o( ana vos qoe decía 
Eb nn (ono lastimero: 
Dadme por Dios , hermano. 
Para ayudar d enterrar este 



Fose i la voi el oido 
T allá caminé derecho, 
T en nnis andas hnmildes 
Vide sin cabeu nn cnerpo, 
T i loa pies nn pagectco 
Llorando con ojos tiernos, 
Qne los besaba y re(;aba 
Solo con ligrima* dellos. 
Pregan lindóle la cansa, 
Di jome : — SeSori sabeldo 
. Deiie rótnlo, que eKrito 



335 

Lleva encima de an pecho, 
Qne dioe: Yo ao^ la Luna 
Que alumbraba todo et autío! 
Solo na, eclipse foe can» 
De que diga nn pregonero! 
BadTne por Dio», hermano, 
Para ayudar d ealirrar ttte 
eritliaao. 
To soy aquel qne llaatabaa 
Los ancianos y modernos 
GranMonarca, yhoymellamaa 
De desvenlnras ejemplo. 
Considéranme tan polM« 
Loa qoe ayer me conocieron, 
Que no me entierran por falla 
De ventora y de dÍBcro; 
T en hombros de cnitro pobres. 
Movidos de amor y celo. 
Llevan el cnerpo i enterrar, 
T tras él la vos diciendo: 
Dadme por Dios, hermano. 
Para ayudar á enterrar este 



La miserable tragedia 
Desde sn humilde principio 
En el teatro Pinciano ' 
Recita el de Lana al vivo. 
Un page fae la primera 
Fignra qne en ella hiio. 
Del Rey Don Jnan el Segundo 
Con grande amor recibido. 
Otro con llave dorada 
De sn cámara j servici(>, 
De Conde de Santisleban 
T de Daqne de Tmjillo, 
Maestre con la gran cmi 



Del Patrón nnestro candíllo, 

Condestable de Castilla, 

No Grande nna vea , mas cinco: 

Oe Villena gran Marqn^, 

A quien dio el Rey coanto qniso. 

Con mayor mano y privanu 

Que jamis hombres han visto. 

Rentóla con coniianaa 

De su soerte y de sf mismo, 

TJna binchada fignra 

Qne echa al mal sabio «1 abismo. 

Y queriendo con el pn3o 

Berir el pacbo contrito. 



Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



936 

Al levantar el capm 
La ro)> Gnu en él vid«. 
Benav¿lc sns doloreí 
Dando á «ni ansias principió, 
L*i rodillas Ai6 al tablado, 
T cD ella los ojos, dijo: 
— ¡ObCrDE, mil veces Irianfantc 
Del fnerte orgnlloio libro! 
Mal aposentada fuiste 
En eate mi pecho indigno, 
Puet debiendo derramar 
Esta aangre en to aervicio. 
He venido i qoc un verdugo 
La vierta con un cnchillo. 
Por la que en t( derramó 
El Nasiceno vendido, 
Que en $a presencia te acnerdea 
De eate misrrable inicno; 
No por lo qne yo mereaco. 
Mas por haberte traido, 
Que al £n baa sido roi Croa, 
Aunque Cruz suave baa sido. 
De t( muero acompañado, 
Que es para mi grande alivio, 
T llevo gran eapcrinia '' 



De aer de l[ socorrido. 

Yo muero muy conaotadot 

Qse esta muerte me convino. 

Que Dios da lo que conviene. 

Si no da lo que pedimos. 

El poco bien que he becbo llorOf 

Del mal voy arrepentido. 

Que elqne tiene í mano y pnede 

MO ha de ser al bien esquivo — 

No pudo sofrir el llanto I 

Todo-el pueblo condolido-. 

Dan mil anspiros los hombres I 

T las mogeres niil gritos. 

Con esto volvió al verdugo 

Diciíndolr, has lu oficio. 

Que imperio titntt tn mi 

Pats el cielo ati ¡o quigo. 

Tras esto 1c dio í besar 

Un buen Traile nn CrocÍfi)0, 

Y por la tierna girganta 

Le pasó el verduf;o el filo. , 

Fue la .postrera fi|;nra ' 

Que en esta .tragedia faiao, 

Dejando memoria al mando 

De priva nía y de castigo. 



Eclipsada ya del todo 
Aijnella menguante Lana, 
Con las aombras ds la muerte 
^n la faa sangrienta y mustia. 
Junio al desangrado- cuerpo 
Cercado de espesa turba,; 
Un pequeüo pagccico 
Llora y. lamenta sn cuitai • 
•^¿Dónde eatis, dice, seSor, 
Que mis raaones no eacncbas? 
jOb cielo Bordo i misqueiM.' 
jCómo de cseucharlaa. gualásí 



Vive lo que vive en ti 
Que me es la vida tan dora. 
Que entenderé que me agravia* 
Si de acabarme te acusas. 
Da vida i quien la agradeaca, 
No fi quien entiende le injatias, 
Qn'en diferentea aogetos 
No son las mercedes «tas.. 
Don Alvaro, roi se^or, 
A quien hoy la tierra dora 
Con estrecho abra eo. a guarda ' 
Ufana de tal ventara, 



Dg.l.zedt>>COOgle 



Llévame por D!oi contigo: 
jPor qoí Uevirme rehoMi t 
To p«cbo ocapé rWJendo, 
Mi inima muriendo ocnpai. 
Contigo voy aao «i maero, 
TenlO) Mñor, por lia dada. 
Que si licito me fuera 
Me entrara en tu upaltara. 
Viviendo hlciaie por mucboi, 
¿No ha y qnien en tu moer le senda 
' Ni aun d darte una mortaja 
Si «*te trille no la baica? 
De limoina al fin le enticrran, 
No hay ()U¡cn de los hados boya. 
Nadie se espante de nada. 
Mientras este tiglo ocupa. 
Ella Crai que esli en mi pecho 
Lo «eri sin dada alguna 
De mi aQiftida memoria. 
Que (1 fin e* dádiva laya. 
Vivirá en perpetuo llanta, '- 
Pnei la suerte avara y cruda 



ÍÍ7 

Me guarda. (an tríale Íh,- 
T i if tan corla ventura. ' 
Tü mueres sabe Dios cómo. 
Hombres son loa qneleju^pn. 
Mucho {medeii'«DVÍdÍosoi 
T mas cuando los escuchan. 
Díganle ai Bey que Morales 
Dice mi) deseo vallaras, 
Que le envié con so amo 
Que scri sentencia ¡asta.— ~ 
Ello el belto' )oven tierno 
Con larga, pana y profoiula 
Decia, bailada el. roitro 
T la amada Caá- difunta.' 
A lodo el pueblo conmtovc, 
Todo* i llorar le ayadan,r 
Su entrañable amor alaban - 
T perseverancia mucha; 
T aun con: gran di6cullac( : 
T permaiiqn imporMna ' . 
Le dividieron del cnerp« 
Para darle lepullnra', ' 



Iba declinando el dia . 
Su curso y lígerai boras, 
T d padreque alumbra el mundo 
Para occidenle se torna. 
A los reQe|os divinos 
De aqaella luí milagrosa 
Pilidoi, descoloridoi, 
Cubiertos de negras sombras, 
Amenazaba la noche 
Moitia, temerosa y sorda, 
No de luceros vestida 
De que se pule y se adorna. 
La luna en el primer cielo 
Con las nubes se arrebosa, 
T en loa escondidos valles 



Aljófar y perlas llora. 
De las aldeas vecinas 
Dejan desierta* y lolas, 
Unos las casas baldías, 
O I roí lat pBgisas choiaa. 
Sonaba en Valladolid 
El eco de vocei roncal, 
Y reiponden los ejidos 
De lai apartadas rocas. 
Hace señal San Benito, 
¥ su rico templo adornan 
Con los funeilos tapices 
De bayeta laitímosa. 
Mormuraban por la« callea 
De nnai orejas en otraa 



Dg.l.zedt>>COOgle 



338 

Lk no penHwU c«i¿>. 
De aqocllk Lona hcrraoM. 
JanlirODM los ilmtru, 
Y lu Igletiat entonaa 
£1 eniierro de aqncl cuerpo 
Qoe del cnellD sangre brota. 
En los hombroi le reciben 
Cuatro coa sai emees ro)*s, 
Que le sirvieron en vida 
T en la moerte le dan bonra. 
pDsieroii el cnerpo triste 
Debajo nna dura losa, 
T COD el peso iosofrible 
Di¿ temblor la tierra toda. 
T a) rededor de la tumba 
Arden lumbres, todos lloran 
De U miseria infeijce 
La tragedia d olorosa. 
Sollotan sus tiernos hijos, 
Lamenta su triste «posa, 
T de sa sangre vertida 
Fide al cíelo la deshonra. 
•— Qnerido señor, le dice. 
Que eterno desonso gota* 
En la celestial altura, 
Ho coal esta fatimana ^oria: 



Snbi^te el Rey á la cumbre 
Mas alta de su corona, 
T boy la mudable fortuna 
De so rueda te trastorna. 



ilat: 



afrii 



La debida pensión tornas. 
Parque la bumana milicia 
Con tus bienes se componga. 
La vislumbre de sus rayos, 
Como á torpe mariposa. 
Te dio por manjar la invidiaf 
Emprendióle sn pontoBa. 
Diste il mundo lo qoe es suyo. 



YÍK 






Que cansaron tus desdicbas. 
Que hoy te entierran de limoa- 

Esto escucha el Bey D. Juan, 

T i Pacheco de Mendoza, 

Enternecido, repite 

Con voE grave y dolor osa: 

Luna bel!» del cUío 

La muerte de tu liu lamenta el 

Be la dipera caída 

Con el merlaí edipu de ta fida. 



Dg.l.zedt>>COOgle 



índice por materias. 



R 



.OMAHC» de lo» Infaníu de Lora y del battardo Modorra. 3 
Id. lobre lo» Conde» de Castilla Fernán Gonzatet j Gorei- 

Fermtndet. ....',.....'•' 37 

Jd. deGarcia I de CaetUla , y trai^on -de loa Vúa» . '. 4** 



Primera parte- de íot Bomaneet del Gd, gue trola de »u 
vida durante eJ reinado de Fernando I el Magno 4^ 

Segunda parte' de lo» Romance» del Cid, que trata de Su» 
hataña» bajo el reinado de Sancho II si Falieiüe, .... 74 

Terctra parte de lo» Romances dü Cid, y tiu hecho* detde 
la muerte de Sancho el II, hasta la coronación de Alfon- 
so VI el Bravo, el de la mano horadada 87 

Cuarta parle de lot Romanees del Cid, y »m hatañai du- 
rante el reinado de jfífonso VI el Bravo, el de la titano 
horadada, ■ ■ 98 

Romanee» sobre asunto» tomados en la crónica del reina- 
do de Alfonso el Sabio 193 

Id. de la de Sancho IV el Braco 100 

Id. de la Historia de Dan Pedro el Cruel 3o4 

Id. lomados de la crónica de Don Alvaro de Luna 314 



Dg.l.zedt>>COOgle 



340 

ÍNDICE ALFABÉTICO. 



A.. 



Xcabtba el Rey FtTa»aia..Jiamaactro düGi 70 

Acabada la baulU. Id. 16^ 

Acabadas ion la* bodas. Romanees, dt StpiUMd» g 

Acabado de yantar. Romancero del Cid ^H 

A Caktrava la Vieja. Caacionvo de romaneit 3 

A caiar va Don RodrÍKo. Id. ,'. 1 j 

A Concilio deniro en Roma. Romancero del Gd 66 

A Dioa, privania de Reyes. Romancero general >i5 

AdoGr de Mudafár. Romancero del Cid t >7 

A DoD Alvaro de Lona. Id 9 ■ 5 

Afuera, afoera, Rodrigo. Cancionero de romances 8' 

A la postrimera hora. Romancero gtnertd. ....'. 179 

Al arma, al arma sonaban. Id. 5g 

Al cielo piden justicia. Romancero del Cid i43 

A tos pies de Don Enriqne. Romaneado general. •' . aii 

Al sabio Rey Don Alonso. Id 191 

Ante el'Rey Alfonso eat>b>. Romancee de Stpdteeda. . .. i55 

Ante lof nobleí y el vulgo. Romancero general 9^ 

Años bace, el Rey Alfonso. Romancero del Gd iSo 

Apenas en el Rey muerto. Cancionero de romanen Si 

Apretada es 1¿ Valencia. Id. isft 

Apriesa 'llega la noche. Silea de varío* romoncet a3o 

Aquella L.D(ia bermos^. Id aif 

Aquese famoso Cid. Romancero del Cid t3i 

Aqneae Infamóle Ooii Sancbo. Romance* de Sepdlveda. . . . . i^i 

Arias Gontalo responde. Cancionero de romances 93 

Asida está del estribo. > AotB«t><wro del Cid 1^7 

A solaa le reprehende. Id ia> 

A SD palacio de Sorgo*.- Üomancero general 55 

AUnded á la mi fabla. Id t4( 



u3i.z.iit>,Coogle 



Atento cscDcbi Ih qne)«a. Bomancero dt¡ Cid ;■ 

A Toledo había llegado. Id ;..... iSs 

A voíotroa fementidoi. Id i55 

A Xímena y i Rodrigo. Id Si 

Ay Dio«, qpi buen caballero. Silaa de varios romanctt. . . S 

B 

Ba}ad, penumigiito, dice. Sil»a dt «arios romances a3i 

Besando «iele cabeui. ^amajicero gtneral ig 

Boen Conde FeriUD GdBMlei. Cancionero de romances- . . . 3i 



Cansados de combatir. Romancero general 17 

Catlellanoi y Leoneses. Cancionero de romances 19 

Castilla estaba may triste. Bomances de Sepúheda 36 

Ceñid los membrudos braios. Romancero del Cid. .' 118 

Cercada tiene i Coimbra. Id 61 

Cercada tieae i Valencia. Id 131 

Cercados son los Inrantes. Romance» de Sepúlveda ' 1 5 

Can el caerpo que af;onÍEa. Romancero del Cid 8S 

CoDsiderando los Condes. Id i33 

Consolando al noble «ieio. Romancero general 4^ 

Con triste y grave temblante. Id aai 

Coronadas de victorias. Id.^ i;8 

Corrido Martin Felaei. Romancero del Cid 1 33 

Caando el rojo y claro Apolo. J¿. 163 

Caantos dicen mal de) Cid. Id. tgo 

Cuidando Diego Lainei. Id. 44 



De aqnese bnen Bey Alfonso. Romancero del Cid 167 

De Castilla van marchando. Id . . 186 

De concierto están los Condes. Cancionero de romances. . . ■4< 

De la gran Consta ntinopla. Romanees de Sepúlseda 191 

Delante el Rey de Ijeaa. Romancero general. Si 

De loa- reino» de León. Romanees de Sepúlveda. 7 

Del Rey Alfonso se qoeja. Rmnaneero general log 

16 

Dg.l.z«lt>,GoOg[C 



De palacio mIc el Cid. Banunutro ftnerúl ......'. no 

De Rodrigo de Vivar. Romanctro dtí Ci4. ..,.,,...:.. 53 

Después del lameato triste. Id. ...... . ;8 

Dcspnu que el Cid Campeador. _Id. .>.... 157 

Después que GodliIo Buslas. Romancero gentral 35 

Después que retó á Zamora. Romanctro del Cid. go 

Después que una fiesta fiío. Id '<6 

Después que Vellido Dolfos. Cancionero de romance». .... 8S 

Desterrado estaba el Cid, Romancero del Cid. , . laC 

De vuestra honra el crisol. Segunda parle del Romance- 

ro general por Madrigal i a3 

De Zamora sale Dolfos. Romancero del Cid 84 

Dia era de los Reyes. Cancionero de romance! 49 

Día fue mnf aciago. Romancet de SepiUaeda aio 

DigádeamC) aleves Condes. Romancero del Cid *53 

Doliente se siente el Rey. Cancionero de romances 7* 

Domingo por la mañana. Romancero general S6 

Don Rodrigo de Vivar. Romancero del Cid. na 

Don Sancho reina en Castilla. Jd 75 

Don Sancho reina en Castilla. Rumances de Sepdlveda. aoi 

DoBa Blanca está en Sidonia. Romancero general. ..•■.< aoj! 

DoBa Mar(a Padilla. Cancionero de romances - • ao9 

DoAa' Urraca aqueta lufanta. Id. 98 

E 

Eclipsada ya del lodo. Sil^a de Borioi romancea a36 

El año mil cna trocí en los. Id . . . 310 

El Cid fue para su tierra. Rorfiances de SepiÜveda 80 

El Conde Fernán Gonialez. Romancera general 34 

XI hijo de Arias Gonzalo. Id. 91 

El Maestre de Santiago, Suva de narioe romanees. 3i£ 

El Rey Don Sancho Ordoñez. Romancet de Sepultada ... 3 1 

El Bey Don Sancho reinaha, Raipancero del Qdt ■ .74 

El Bey se sale de mita. Silea de varimí ¡rvmancea... . . . . . ,3i8 

El segundo Rey Don Juan. Id, . , « 3i« 

El temido de los moros. Roimmeero del Cid-.. ■ ■ .■ t^'i 

El vasallo desleale. Romancero general ... . ,'. 1 , 199 

El viejo Rey Don Alfonso. Rfimftnees dt Sepúkeda. . . . < . 195 
Elvira, «olli el pdfial. Romancero del Cid.. ;. . . >45 



uGoogle 



En biiUlU temeroaa. Aomancero dclOd i38 

En Bargos «sti el buen Rey. Id, ...;., 5a 

En Bai^os naci(Í el valor. U, . . . j. ,■, 184 

EncoDtridoM ba el buen Cid. Id. 140 

En Corte del Rey Alfonso. Bomanctt dt Stpúlfcda tgS 

En )*i Corle* de Toledo. Romancero ■ dt¡ Cid i56 

En las Corle» de Tolrd». Id. . . 1 Sg 

En 1*1 malnas de un monte. Segunda parte del Romance- 
ro general por Madrigal ijs 

En loa reinos de León. Romanceg de Sepúleeda 35 

En loa solares de Burgos. Romancero del Cid 67 

En moy sangrienta batalla. Aomancet de SeptUveda 33 

Enojado con raion. Id aoo 

En Santa Agneéa de Bargos. Cancionero , de romanees. . . . 103 

En Sant Pedro de Cárdena. Romancero dtl Cid. i85. 

En Toledo estaba Alfonso, Romances de Sepúleeda 7G 

En Toledo estaba Alfonso. Romancero del Cid 100 

Entrado ha el Cid en Zamora. 14 79 

Eit Tunei estaba Enrique. Depping 197 

En- nn alto cadabalso. Silva de earios romances. ....'. . . '34 

En nna oculta capilli. Id a33 

En un escaro retrete. Romancero general io€ 

En nn retrete que apenas. Segunda parle del Romancero 

general por Madrigal. 107 

En Valencia «alaba' el Cid. Romancero del Cid i ;£ 

En Zamora está Rodrigo. Id. . . .' 63 

Erguios, no estéis postrado. Id. 168 

EKUchó el Rey Don Alfonso. Segunda parle del Romaa- 

eero- general- por Mwtrigal iii 

Eie bueu Cid .Campeador. Romaneere del Cid. loS 

Ese buen Cid Campeador. Id, . ■ • ■ i3 

Ese buen Cid Campeador. Id., 117 

Ese buen Rey Don. Alfonso. Cantioitero de romances.. . . . 188 

Espíntame, mi .Rodrigo. Romaneero general 61 

Estando cumplieodo-el Cid. Id 4 

Fablando estaba en celada. Segunda parle del Romancero 
general por Madrigal, 119 



UgWlbvCOOgle 



FabUndo cjtaba en ct cUoitro. Botmtnctro del Cid. loG 

Fincad ende mas sesndo. fíomancero general io3 

G 

Grande ramor m levanta. Romancero del Cid ^8 

Grande latla cobró Alfonso. Id. i lo - 

Guarte, goarte. Re; Don Sancho. Caaeionero de romancee. 83 

H 

Hablando eaUn aohretnci». Siloa de varios romances 3ij 

Hagan bien para hacer bien. Id. 339 

Helo, b£lo por do viene. Cancionero de romances i3g 

Híeo hacer al Rey Alfonso. Boitutnctro del Cid. loi 

I 

Iba declinando el día. Silaa de parios romances 137 

Ido* voa, Martin Felaez. Romancero del Cid. ^. iSo 

Ilustrísimo Señor. Silva de varios romances aaS 

J 

Juramento llevan faecbo. Romancero general. a; 

L 

La miserable tragedla. SUea de Bario» romances s35 

La noble Ximena Gómez. Romancero general. 61 

La que & nadie no perdona. Romancero del Gd 177 

La lilla del buen Sant Pedro. Id fi{ 

Las obseqaias faneralti. Id. 180 

La venida del Rey Rucar. Id i36 

Lo de ayer ya ge pasó. Romancero general ^ aaS 

Los fieros cuerpos revueltos. Id aii 

Loa bijoa del Conde Vela. Romances de Sepiiiaeda 4 ' 

Los que seryís i los Beyes. Id. aa6 



u3i.z.iit>,Coogle 



945 
LL 

Lltgado M «1 Bey Don Sancho. Romancero del Cid 77 

Llegados ion lo» Infantet. Romances de Sepúlveda i3 

Llegó Alvar F^&ez í Burf;os. Romancero del Cid ...... . 117 

Llegó la fama del Cid. Id 174 

Lloraba Doña Ximena. Id i^S 

Llorando atiende Gonzalo. Segunda parle del Romancera 

general por Madrigal 30 

Llorando Diego Lainez. Romancero del Cid 47 

M 

Mabomad, Bey de Grioada. Romanea de Sepüleeda aii 

Medio día era por filo. Romancero del Cid iSi 

Mentirosos adalides. Id i iG 

Mientras se apresta Ximena. Romancero general, iSa 

Morirvos queredes padre. Cancionero de romancee 7a 

Muerto yace el Bey Don Sancho. Romancero del Cid. ... 87 

Mnerlo yace e«e buen Cid. Id iBo 

Muy doliente estaba el Cid. Jd ifS 

Muy grande era el lamentar. Romanee» de Stpáliieda. .... 10 
Muy grandes huestes de raoroa. Id 60 

. . N 

No con poco sentimiento. Romancera general. t-^^ 

No contento el Bey Don Pedro, Id 108 

Non es de sesudos faomu. Romancero del Cid ^S 

Non loe culpedes ti h« fecho. Romancero general 4^ 

Non quisiera, yernos míos. Romapcero del Cid iÍ5 

No >e puede llamar Bey. Romancero general ao 

O 

Obedeico U sentencia. Romancero del Cid 1 1 1 

Oprcso ut£ el Rey Alfoiuo. Bamancei de Sepülveda . ... 196 



u3i.z.iit>,Coogle 



3<i6 



ParUoa eiule loa moro*. Romancero del Gd n^ 

PenMtivo Mlabft el Cid. Jd ü 

Pidiendo i las di» d«4 día. Id. 6S 

Por aqoel poilJKo vie\i}. .Ctuicíoniro dt romance». gfi 

Por el i)>M era de mayo. M i»! 

Por U mano prende el Cid. Segunda parle del Romancero 

general por Madrigal, . i a{ 

Por la. muerte. t)ue le. dieron. Itomencero general lo^ 

Preso eati Fernán Gooialei. Cancionero de romances .... al i 



Qoién ea aquel caballero. Romanee» de Sepúlveétt 

R 

ISccibiendó el alborada. Romancero del Cid >4S 

Btinadok era ya Castilla. Romances de Sepiíletda. ■ • ■ 4' 

Beyes moros en CastUU. Romancero del Cid Si 

Bifiarüso desengaüo. Siha de varios romances 317 

B i be raí .del Doero arriba. .Aomiineíro del Cid.' 61 

Rodrif;o Diaa de Vivar. Romanees de Sepúlveda lEi 

Rny Velatqaet el de Lar*. Id • 



Saliendo de Canicosa.' ATms de varios romanees. '. 

Salid A mis». de parida. Aomancero del Cid. . .' 6} 

Sembrado está el doro suelo. Segunda parte dei Romancero 

^general -por Madrigal ... : .. . : 9Í 

Sentado eslá el señor Itey. Romancero del Cid 

Seulados i un ajedrei. Romancero general 

Si ateodeia qoe de los brazos. Romancero del Cid. 

Si de mortales feridas. Idi ; 

Sobre Calahorra esa villa. Romances dé Sepúlcedá 

Subid, scffor Condestable. Sitea de varios romanees. 



t>,Coog[c. 



T 

T¿ugovoi de replicar. Romancera del Cid, loS 

Tirad , fidalgoi, tirad. Romancero generaJ. i3g 

Tocaba lai oracionea. Silva de parios romanea a34 

Tres Cartea armara el Bey. Cancionero de romanctt 14$ 

U 

Una bermaDa de Almanior. Romance» de Sepdliieda aS 

Un miércolca de mañana, S'lva de vario$ r 



V 

Vencido queda el Bey Bucar. Romatuxro del Cid i83 

Victorioso vuelve el Cid. Romancero general i3a 

Y 

Ya cabalga Diego OrdoSea. Candontro dt romanees 89 

Ta le sacan del portillo. Siltvi de varios romancet. 319 

Yantaado con Almanior. Segunda parte del Romancero f»~ 

neral por Madrigal, 1 ifi 

Ya que acabó la vigilia. Romancero del Cid ii5 

Ya se prle de Toledo. Id 1 59 

Ta M parte Don Rodrigo. Romancea de SepúUeda S7 

Ya se parte el Bey Alfonso. Romancera del Cid. 160 

Ta «e salen de Valencia, Id ' i3s 

Ya ae salen por la puerta. Id. 9a 

Yo rae estaba alli en Coimbre. Cancionero de romanceé, . ao4 



L)¿i.z.iiuGoog[e 



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