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ROMANCERO
DB HOMAIfCES
CABALLERESCOS É HISTÓRICOS
AnmiORBS u, s)6L0 xnn,
fuc eonllnu lot de Amor, lai de la T^Ma Redonda , Ío$ dt Cario
Magna y Int Boee Parts, let de Bernardo del Carpió, del Cid
Campeador, de lot Iiifanttt dt Zara, &c.
por JO. :2t(ju0ttn JDuran.
PARTE II.
MADRID:
IMPRENTA DE DON EUSEBIO AGUADO,
u3¿-.iib,Goog[c
Dg.l.zedt>>COOgle
iHimiiuii/iit/uwiiiJumwiitiiimiiiiiiitwuit^
rouaivces
»E LOS INFANTES DE LARA
T DEL BASTARDO MUDARRA.
A Calitrava la Vieja
La combaten caglellanoi;
Por cima de GuadUna
Derribaron Ires pedaios;
Por los dos «alea los moros,
,_J?or el pao entran críitianoa.
Allá dentro de la plaza
Fueron á armar un tablado,
Que aquel que lo derribara
Ganará de oro un *tf afirt.
Ese Don Ilodr¡f;o Larai
Que es quien lo babia ganado,
(DeGarci Herpandez sobrino
T de Doña Sancha hermano)
Al conde Don Garci Hernandes
Se lo llevó pretenlado.
Que le trate caimiento
Pretende con Doña Lambra.
Ta se trata el caaainicnlo.
Hecho fue en bora incngnad*.
Con Doña Lambra Burueva
Y Don Bodrígo de liara;
Las boda» fueron en Burgoa,
Las tornabodas en Salas,
En bodas y tornabodas
Pasaron siele semanas.
Tantas vienen de las gentes
Que no caben por las platal,
Y aún faltaban por venir
Los siete Infantes de Lara,
Helos, helos por do vienen
Con toda la su compaña;
Saliólos i recebir
La su madre Doña Sancha.
• — Bien vengades, los mia bijoa,
Buena sea vuestra llegada,
(i) £o in/orme j- niiHeo de rsle romanet.la
eta m tu forma, jr alonantía mutUran que at con
^ombrt lego , x ¡al va m mutha antigüidad.
381700
, ta falla de eanueum~
eompatictaa a de algun
j¿i.z.iiuGoog[c
Allá irédes á posar
A tí* cal de Cantarranas;
flallareis tas mesai jrae«laa.
Viandas aparr.jadai. . . .
Desque bayades comido, bijoa,
No aalgades á laí plazas,
Porqae las gentes son muchas,
Trábansí mechas barajas.
Desque todos baa comido
Van á bohordar á la plaaa.
No salen los siete lafanles,
Qne su madre lo mandara ¡
Mas desque bubíeron comido
Siéntanse á jugar las tablas.
Tiran unos, liran oíros,
Ningono bien bohordaba.
Alli salió un caballero
De los de Gitrdoba )a llana,
Bohordá'hJcia el tablado
T una vara bien lirara.
Alli hablara la novia ,
Desta manera hablara:
—Amad, señoras, annd
Cada una en su lugar.
Que mas vale un caballero '
De los de Córdoba la llana
Que no veinte ni treinta
De los de casa de Lará(i). —
Ofdolo babia Doña Sancha,
Desta manera hablara:
— No digáis eso, seüora.
No digades lal palabra,
Porqne hoy os deaposaroh
Con Don Rodrigo de Lara.
Callad, Doña Sancha, vos
No debéis ser escuchada.
Que siete hijos parjsles
Como puerca encenagada.^—
Ofdolo habia el ayo
Que i los Infantes criaba:
De allí se habia salido,
Triste se fue i sn posada:
Halló que estaban jugando
Los Infantes á bs tablas.
Sino era el menor detlos,
Gonzalo Gonzalea se llnna;
Recostado lo halló
De pechos á una baranda.
¿Cómo venís triste, ayo?
Dccf, ¿quién os enojara?^
Tanto le rogó Gonzalo
Que el ayo se lo contara:
— Mas mucho os ruego , mi
hijo,
Que no salgáis á la plaza. -^
No lo quño hacer Gonzalo, -
Mas antes tomó una lanza.
Caballero en un caballo
Vaae derecho i la plaza :
Vido estar allí el 'ublado
Qu« nadie lo derribara;
Enderezóse en la silla.
Con él ea el suelo daba;
De qne lo bobo derribado
Desta manera hablara :
■^Amade P , amad
Cada ana en su lugar,
Que mas vale nn caballero
De los de casa de Lara,
De los de Córdoba la llana.
Do&a Lambra qoe esto oyera
o Lambra d los cabatlrros /oraitrroi.
Dg.l.zedt>>COOgle
Bajóle muy «aojada,
Fuese á sgoai-dar d !()« Myo»,
Faeie pan au pond>>
Htlld en ella á Don Rodrigo, '
Deila msiurB le bsMa:
— Yo me e«taba en Barbad!-'
llo(,)
En esa mi heredad.
Mal me qaieren en Castilla I -
Los que me habían de ^ardsr
Los hijos de DoBa Sancha
Mal aiúenaiado me han
Qae me corlarian las baldu
Por vergonioao Inflar (3),
X ceharian ana hatcoveí
Dentro de mí palomar.
¥ me foreariBB mis iaiaaa
Casadas.' y por -caur^ .
Maldroñme mi cociitaro ,
So laidas de mi btiatv
Si desto no me vengaiS' .
Yo riiora me ir¿ á'tavnar.—
AIK habld Don Rodrigo,
Bien oiréis lo que diri:
-^-Ginedes, la mi seSora, - -
Vos. no digades la Ul ¡
De loa Infantes de Lara-
Yo o
mod V
Trejilla les ten^o <irili^,
Bien se la cuido tramar,
Qae dicidoa y por nanv
Dello tengan ipie oontar. .
«j;
y.Díos, q«é b«tn caballera Coa U linda Do3a'I»Bbra,
^
')on Rodrigo de t*r^,
iBló (JAco mil moros
Wáentos que' llevaba !
v* te mnriera entonces
dfn i fama qiie dejara !
a:sps. sobrinos
Los siclB Infantes Ai Lara,
Ni vendiera sus cabezos
Al moró qiie las llevara. '
Ya se . tfatábao las - bodas
Las bodas sa hacen en -Burgos,
Las tornabodas en Salas:
Las bodas y tornabodas-'' -
' J>nraroB siete semanasit
Las bodas fueron nniy bWnas,
_J/as tornabodas muy iii«tas.
Ya convidan por Castilla,
Por Castilla y por 'Navarra:
Tanta v¡e«e de la gente
Qae no hallaban posadas,
fanrirntra parte Üí. ¡os dit Cid, que di-
Entre rllos i* nota eí %." át L ¡
Cí.-Df» «á ai loí péyís. ' • '
(a) ía « ft Hgio Xltl y XtV se etítí^iA» ¿ lüi ramtttís coMán-
dolai lat faldas r echándolas asi públiautunle de los pueblos. Asi
.Dona Sancha, le dice d su dupatado.uaa. cosa, toa o/iasiua porania--
citarle á la venganza.
(i) El -al mivna esunio gae el anterior , /. oomo mas moderna es-
plita alfana» cosai ebicarai det otro. ■ ■ '
Dg.l.zedt>>COOgle
T tAn fallaban por venir
Lot «iete Infantei de Lara.
Htlat, heloi por do vUiun.{l)
Por aquella vega llcuta :
SdUlot d rttxbir
ía lu madre Doña Sancha,
•— Bien vengadeM, lo» mis fijos.
Buena tía vueta llegada.
— - Norabuena esíeit , señara , -
Huesa madre Daña Sancha.——
Ellos le bcMn iu mano*)
T «lia É eltoa én la cara.
—Huelgo de veroj á todoi,
Que ningnao no faltara*
Porque i vos, mi Gonialvioo,'
T i todos mucho os amaba.
Tornad á cabalgar, hijos,
T tomad las vuestras armas,
Tillí os ¡reís á posar
Al barrio de Caularranaa.
Por Dios os ruego, mis hijos,'
No salgáis de tas posadas.
Porque en semcjanlel fieilas
Se urden buenas lanaadas,—
Ya cabalgan los Infantes
T se van i aut posadas;
Hallaron las mesas puestas.
Viandas aparejadas.
Después que hubieron comido '
Pidieron jur|¡os de tablas.
Sino fuera Gonsalvico
Que su caballo demanda,
T muf bien puesto en la silla
Se sale para la plata.
En donde haltd i Don Bodrígo
Que i vna torre tira varas,.
T con fneru miiy crecida
A la otra parle pasaban.
Gonialvico qaesto viera
Las su^as también tirara.
Las sjtyat qne pesan macho
A lo alio no llegaban.
Doña Lambra queslo vido
De esta manera le hablaba:
— Amad, ó dueSas, amad
Cada cual en su lu;;ar¡
Mas vale mi caballero
Que cuatro de los de Salas.—
Cuando Sancha aquesto oyó
Beapondid muy enojada:
-^Calledes, Lambra, lallcdes,
Non digáis la* tal palabra,
Que si mis fijos lo saben
Anle tí le lo mataran.
Calledes vos, DoBa Sancha,
Que tenéis porque callar,
Pues psrislea siete fijos
Como puerca en muladar.—*
Gontalvico queslo oyera
Esla respuesta le da : .
— Yo le cortaré las fatdaa
Por vergonzoso lugar.
Por cima de las rodillas
Un palmo y mucbo mas.^—
Al llanto de Doña Lambra
Don Bodrígo fue á llegar:
■ — ¿Quesaqueslo, Doña Lambra?
jQuién os pretendió enojar?
Si me lo dices yo entiendo .
Que te lo he de bien vengar.
Porque á dueila tal que vos
Todos la deben honrar.
(i) £os verlos en tetra itdliea perttneent d un romance mes aali-
fuo f y M han iniercatado en éste sin duda por ti qut ¡o compuso. ,
Dg.l.zedt>>COOgle
i," por Sepdlatda.
De toa reino* de León
Btrmado tiene el reinida:
En CM ciudad de Burgos
Bodaa oe. habwn concerUdo:
Ray VelitqtMi e> de Lara
£1 qae ha de ifr dciposado',
Caajraie can. Doíía Hambra, .
Muger es de f r«n astado.
Gouulo Gnalios el Buena
A las bodas es llegado,
CuSsdo es de Buy Velaiqnez ~
Con la sn hermana cagado.
Trae consigo atete Inlanles,
Que de Lara se han nombrada*
Hijos de Genoalo Guatios,
Sobrinos del desposado.
Criólos NnSs Salido,
Caballero inay honrado;
Mostróles bnenas costumbre* '
Come í nobles hijos-datgo.
A todos tieleen un dia
Caballero* han armado.
Armóles Gatci"F«rnandcE
Ese Conde, ciulct laño. . .'
Caballeroa ^on. muy hoenoa, 'i
Bn armu>hicn' se han probado.
Mochos vietaan-& Ua bodas .
Caballeros' dá altoeslado: :. '
Duraron. cinco aemants '
lias fieaif* qna haA coUianudctt
Do cckbMil .firandt* fiéatat.. i..':
De plater.tnuy.aublllnada.,.'^
Lf> poslrelr srimBDa dellds
Don Hodriga(Bl^>an tablada.
Muy jiintv'idie nna ríbcta
Que d«\Bi79Q9res -cercano. '
Al taUado tiran muchos, .
Feronobnr tmh^éméio ■■'■
Quelle«*seá dairxiníl.
Aunque mucho* lo han probado,
Un primo de Dbtta.Lambra,
Que Alvar Sanche* es llunadoi.
Vio qoe caballero alcana .
Mo alcanzaba en el tiiblad».
Lantó á él un gran bobQrdtfi .
Gran ferida en .él ha d^o.
Quebrantóle alonas tabla*,
DoSa JLambrai se ha goiads,
Dello holM) gran pUcer, .
Con su GuüsdB ha babUdo.
Dfjole: — ¿Veis, Dofta Sancha,
Qué caballero- efforTddo .
Que es. mi bnen. priraA At*ar
Sanche*,
T tan bien encabalgada
Qne ningono.lia d^do golpe
Adonde ello había dadoF— .
Duna Sancha y Jo» am hijo* .
Riendo dello han estada; -
Ninguno dio njeutr í ello.
Que están las; tabla* ¡«gtodo* ,^
Solo Goncala Gentaleí, ■
El menor de los iiermanos,
Que i fu^^U) de todos ello*
Cabalgaba en sd caballo.
Con él iba unvesCnderp
Que un aior Ueva en la nano.
G9nE*la tomó, un bohordo,
Fue doifde eílnha-eL^labladot
Tan gran goipe>diÓ en él
Qac'pdr in^dib It) ha quebrada
DoBa Sanchairyi los soi, hijos .
GranjplaMr<dBlW Itaa tomado:'
'No ptaci* i Dona I^mlvB >. : ,
Qae nufcbo lehabit pes*do.,
Loa' Infante* qne lo.titrov i '
L)¿i.z.iiuGoog[c
Todo* luego bao ctlnlgado:
Temieron que verni» mal
A DouGonuloau faermaDO.
AWar Sánchez con pesar
Al Infante ha denoaiado,
£l Tcapendió á ana fiahbraa,
A las manos baii^le|;ado.
Gran ferida di¿ el Infante '
A Alvar Sahehes sa contrarío:
DitSla «a inndio del nutre
La mano 'el poAo cerrado,
QuabranliUe )aa quijada»,
Loa diente* le ba derribado:'
Muerto cayií luego ca tierra
Di encima de au caballo.
Dofia Lambra que- lo vido
Grandes vocea-Mtd dando,
Feríase en el au rostro
Con laj manos araBando,
Diciendo: ¿qué due&a alguna
Adsí se había deshonrado
En bodas que fresen hecha»
Sino á eHa sota en su cabo?
Buy Velaeqoes qne lo oyá
Loego-'fanbia cabalgado; '
Tomó UB astil de lama,
Fueidondeestá Don Gonialo; '
Firiíralo en la 4»beza ,
Gran herida' le bahía dado.
Cuando Gonaa lo Gomales '
Se 'vido tHH lastrinado
Dijo á Don Rodrif;o : -i — Tío,
Nuticti os'hice désgaisádo ' '
Para recebir herida . • ''
Como *oa me la habéis dado; '
To cuido della morir; .
Pero ruego i míii'bermanoa '
Que si delU'yO'iiiáriere ': '
A vot^'tiotl bay«ii rógidot' "
Y á vo«.' Roy Vclaiquti, ruego
Qoe seáis bien meniraclo,
Ñon me firais otra vea
Qne vos será dernaadado,
T yo no podría snfrir
Hombre tan desneinrado, ->—
Buy 'Velaaqnei con enojo
Otro golpe le ha tirado,
No le acertó en la cabeza,
En. el hombro le había dado,
El aslíl qnebró por medioj
El Infante de enojado
Tomó el azor qne trata
En ía roano á su criado,
Pnes no traía arma algnna.
Coa ii á BU tío ha dado;
Juntamente con el puSo
Todo. lo ha desmeDUsado,
Por ta boca y las narices
Sangre roocfaa ha derramado.
Mal trecho era Buy Vela zquei.
Armas es tí demandando
Llamando i sus caballeros
T á todos los ¿e su bando.
Docientos bombres:de estima
Eslan jnotOB i lukdo:
tios Inrantesy'^piírientes
También se habían juntado.
<>arc¡ Fernandez, eVConde ' '
De Castilla esecondado,
T el bueno Gonialó' Gustioa
Todo lo han epacigiiadoi.
tHlcirironlos loego qraigos, -
La saña hbbian qnebrantádoi
Entonees Gbnialo Guslios . -
A Boy Velaiquez ha babMo,
Díjóle :— ■ Vosy Don- Rodrigo,'
Sois caballera estiWiads, :
"Y habéis muygi-ani-prez «nar.^
Mas ijhM'^toto Jes fciáiiane*; :
Dg.l.zedt>>COOgle
No fai]' BÍBpino qne no tema
De ttneroa por caatrario,
Y qne.DO vos tenga envidia,
Porque «oís Un afamado;
Yo teifgo por bien mía hijos
Os alrvandeinuy buen grado,
¥ gnarden vueiira persont,
Vo* lei hareia buen ainpaio
De gaisa qne valgan nwa
Por estar á vnestrO lado.—
i' por
Acabada* son las bodas
Qne alli en BoTgos se b*ci*ii
De Buy Velatqoei de Lara
Con la qne Lambra decían.
Dofia Lambra j su cndada
De Burgos ambas parliaa.
Con ellas van los Infantes
Que de I>ara se apellidan,
Bi)os de Gómalo Guitios,
Caballero* de valia:
También va Vano Salida
Que los Infantes regia.
Llegaron i BarbadiLIo,
Que Rny VelaEqúei tenis.
Los siete Infantes hermanos
Por bcr^acer i sn tía
For aquese rio Arlan»
Cazando con aves iban.
Después cfne bobieron cacado
A Barbadíllo volvían;
Entraron en una baerta
Qae de placer ende babia. :
A sombra del arboleda
Los Ipfantes se ponian:
El menor de los hcrntaiios,
Qne Don GonialO deciau,
Uu azoTitoati en su.manoj..
Don Rodrigo rekpondid:
Soy contento y mny pagado:
Gran placer dello recibo.
Con ello, cnñ»do honrado,
Barbea yo. toda bonra,
De mi serin mny amados,
Por ser lado» mis soWioos
Serin ellos bien tratados* '
Mayormente siendo hijos
De hermana que ttnto amo>
En el agna lo ponia, '
Con taborde lo alegrar :
Macho regalo le hacia.
Doña Lambra que lo vida, —
Como mny mal lo qneria.
Llamado habí* nn criado,
Dcsla suerte le decia :
^Toma agora td ob cobo'^ro.
Fínchelo de sangre viva, ' \-
Y arrd>ase1o á Gonzalo* . -..:
Aquel. que el ator tenia; -
Vente -l(»ep> para nf, r i ■■ '
Qne yo te mampararia.*— -
El hombre tomó nn cohombro -
Y de sangre lo (efiia.
Dio con él i Don GodeiIo,-
Eo fan^re untado lo había.. '
Sus hermanos que lo viaron .
Moy graupesrfr recebiaB,: ■■ '
Duéleles el coraton, .
Vengarlo lúucho querían,
Y con crecido pesar
Desla maneradecidn:
— ^Ciñamos suest'riisi.cs^dM
Qne nadie bOs las vexia , > . i
Debajo dQinpeat'o» ma»IOt' . -
Y- vayamos por la vía , ■
Dg.l.zedt>>COOgle
10
Contra de aquel peón
Qae hilo ul villanía;
Y ai vibremos qnc alieode
T no miiwlra cobardía.
Tendremos que con locara
Lo biio y slfaardonfa;
Maa *í fuere á Doin Lambra
ella.e
i lo
Ho le nos escapf & vida.— —
Fuéronie para et palacio;
£1 bombre cuando loa «la
Acogióse í Dofia Lambra,
So an brial te mella:
Loa InTantes q>ie lo' vieron
A DoAa Lambra decían:
•— Caitada, qnílaos aíuéra,
No aniptceia qnicn mal hacia.
■^— Mi Taaallo ea eate hombret
Doña Lambra respondía,
Si algo contra vos híio
To voa lo caaligaria , ^
Míenlraaifiica en mi poder
Niogono lo ferina.-^—
Los Infantes con bravcta ,
Sin bacer lo qae decía ,
Mfrtftroa ti bombre alK
Ante ella qnt lo vela,
Y con la sangre del bombre
Sus tocas se las teñían.
Los Infánlcs cabalgaron,
Para Salaa se volvían,
Llevaron i. Doña Sancha
Su madre en sú compañía.
S." por SepdJaeda.
. 9/Say grande era el lamentar
Que Doña Lambra bacía .
Sobre aqnel que los de Lara
Delante muerto le bebian:
En medio de un gran corral
Un lecho armado tenía.
Cubierto de pañoa negros,
De hombre muerto parecía.
Doña Lambra y las 'Sua duefias
Gran lloro sobre él hacían,
Y con mnj crecidos gritos
Viuda tríate se decía.
De marido j» olvidada
T que ya no lo tenia.
Buy VeUzquez ha llegado
Que lo pasado sahiai
Doña Lambra se fue' ante él, -
Estas palabras decía:
—Mocho os pessi RayVelai-
De la gran deshonra mia.
Que me han hei^bo los Infantes
Una grande alevosía.
Que si vos no me vengaia
— No voa cuiledes, señora,
Buy Velaiquet respondía,
Que yo os daré tal derecho
Quel mundo se espantaría. -~—
Luego i Don Gómalo G«alias -
Sus mensageros cnvia
Bogándole venga i tí ■
Porque hablarle queriii, .
Luego vi^to Don Gonialo:, '
Sus hijos en compañía,
Becibiólas Don Rodrigo
Encubriendo )a enemiga , -
Halagólos con palabr**
Como quien bien^los qneria; ' '
Porque no ae recatasen '
Dg.l.zedt>>COOgle
Segurado 1m había.
Hablando está con sn padre,
Detta maneta decia:
— — Cnflado, Gootalo Gaalioii
Lai bodas qae he hecho hoy día
G>ilÍroufDe f(randc haber,
Nulie me favortcia.
Aqo«M Rry Alnanior,
Que en Córdoba rpiidia,
Gran ayuda me mandó
Para el ^lato que hacia.
Bu^fovoi par bíeo hayáis
Llevar mi meDsaf;erJa ;
Saludadlo de mi parle,
Pedir heia lo que decia.— -
GoDulo Gvsliot le dijo
Qoe muy . bien to cainplirla.
Roy Velaiquet con enojo
Gran traición obrado había;
ApiTlóae con un moro
Qoe bien Mbe el Aliamfa,
Y escribióle al Almantor
Una caria dtsla gaiaa :
«^alod i vos, Almanaor,
■ Buy VebiqoFEOa envía:
■Los hijos de Gonulo Gustíos,
■ Que con esta caria ibao,
• Deshonraron mi mager,
■ Y á m( gran enojo hacian;
■ Yo en tierra de los cristíiinos
■ Vengarme no me podría:
■Envióos alli al su padre,
■ Quiíalde luego li vida.
■ Yo sacaré Us mis huestes
■ Para .Córdoba esa villa,
■Llevaré »a» siete hijos,
■ Y irán en mi compañía:
■ A Almenar iré con elloa.
11
■ Y yo os enlregaria
■ A los vuestros caballeros
■ De manera «{ne no viv^.
■Cortaréisles las cabesu,
■ Dello gran bien os vernia,
■ Lur|o habréis loda Castilla,
■ Que eslos son los mas cootra-
■ Que en loda Castilla ,habia,
■ En quien tiene sn esperaaia
■ Ese Conde Don Garcfa.»
La caria se cerró y loe^
Al moro malar hacia.
Dio la caria i su cuñado,
£1 cual turgo se partía.
A Córdoba había llrgado
Donde Almansor residía,
Dióle la carta en sn mano,
Desla sticrle te decia;
— Ruy Vtlaiquez et de Lara
Saludes muchas le envía,
Buegate Iupro le envíes
Lo que ahí le eicrebia.-—
Almantor leyó la carta
Y luego allí la rompía.
Dljole :— jGonialo Gustíos,
A qoé fue la. tu venida I
Td sepa» que Buy Velaiqoes
A rogarme mocho envía
Que le corle la cabeza] '
Yo'no haré, tal villanía.
Mandólo poner en cárcel.
En prisiones lo ponían.
EncomrDddlo i nna mora
Que por hermana tenia
Para que mucho lo honre,
Que lo honre y qoe le sirva.
Dg.l.zedt>>C0l7gle
iS
Bu; Vduqau el de Lara
Gran maldad obrado había, '
Qnp al bueno Goniato Gaatk» -
Para Córdoba lo cnvia
Para qoe luego lo mate
Almincor que ahí reiidia.
A Im Infante* de Lara,
Hi^oS úá\, qoe DO debía,
CoD palabras cngaBosaa
Graa eagaño les hacia.
Sfjoles; — Los mis sobrinos,
Mientras mi hermano volvía
Quiero hacer una entrada
Haita Almenar esa villa.
Si vos habedes por bien
De ir en mi compaSia
Habré gran placer con vnKo;
Qoedad i guardar la tierra,
Qae (olo por mi lo baria.—
Los Infantes respondieron
Que todo* con él ¡han,
Y que yendo ¿I contra moros
Bien gniíado non seria
Qoedar ellos en ia tierra
Y él aventurar su vida.
Ruy VelaaqufE les mandó
Aderecen aa partida,
Y que en Febros esa vega
Allí -lo» atendería.
Saliós« de Barbadillo
Con la gen te que lenie, .
Los Infantes van traiiíl,
So ayo con ellos iba.
Llegados i on pinar ■
Qae en la carrera te hacía.
Catado áfe'ban que agtterea
Malos mostrado se bahías.
Ese huen Nuito Salido
Gran pesar dello tenia;
Dfjoles^ — Tomaos, Infantca,
A Salas la vtteslra villa,
No pasemos adelante,
Malos anüeroi había.
Un buho ¿á grandes gritos.
Un jguila ae carpía.
Cuervos muy mal la aqnejabéiit
Yo de aqof no pasaría.^—
El menor de lo* Inrautea,
Don Gonialo se decia,
Df ¡ole : — Vuño Salido,
Vo hablisleís i mi guisa,
Que el agüero que decís
A noj nada emprsceria, '
Sino al que hace la hoeale
Y por mayor la regi»;
Mas vps qae sois ya mu; vicio
T de muy gran ancianía,
Y no para las batallas,
Volveos por esa vía,
Ca DOS adelante iremos.
Que volver lio nos cumplía.
Hijos, respondió DonNvSa,
e dolía
Porque vais esa carrera
Que lleváis moy mala gnia,
Ca taUs aglieroa vide
Mon volvereis i Castilla,
Y pues á mí' non creia .
De vos yo me despedía.' ¡
t>> Google
Llegúelos ion los lofanlea,
Que de Lara se decían
En esa vega de Febroi
Dó Velazqucz atendía:
Saliólos á recibir
Con muy fingida alegría,
Preguntóle» por Don Nuüo,
Que ellos por ayo teniao.
Los Infante* respoudíeron
Que i Satas vnelto le había
Porque vio malo) agüeros
Por la vía qae veniín.
Don Rodrigo respondió,
Dcsla manera decía:
Sobrinos, esos agüeros
Para nos gran bien serian,
Porqoe nos dan i entender
Que bien nos lucederia,
Ganaremos gran victoria,
Nada no se perdería:
Don Moño lo hizo mny m»\
Mande Dios qae se arrepienta
T me lo pague algún dia.—
Estando en estas, ratones
Don NdÜo llegado bablá.
Los Infantes I» abraxaron^
Grande placer recebian.
Ray Velatquee con enojo
Contra Don Nnño decía:
—-Siempre fuistes mi contrario
Hasta hoy «n este dia,
Si derecho no be'de vos'
Mucho á m( me pesaría,—
Respondió Nnilo Salido:
■^Don Rodrigo, yo falsía '
Honca la tave con vos,
Ni menos tave enemiga:
Siempre dije yo verdad,
Y por tanto yo decía,
Quien dijere estos agSeroa "
Ser buenos, muy mal ntentr*,
y que trae gran traidon
Contra los que aqui yacian.-^
Por deshonrado se tavo
Rny Velazqnes que lo o(a.
Díjole» i Auí vasallos:
Soldados, oíd en mal día,
Qoe me vedes deshonrar
Y por mí nadie volvía;
Dadme ya derecho (l«t,
A grandes voces pedia. ^—
Levantóse un caballero,
Mano á su espada ponia.
Fue contra Knño Salido,
Con e4la darlequeria:
El menor de los Infantes
Delante se le ponia,
Dióle tan grande pnflíaija
Que en la tierra lo ponía;
A los píes de Ruy Veíatqnet
Muerto lo dejó sin vid»;
Ruy Velaiquee pidió af mas
Porque vengarse quefia ■■ •
De los étit siete sobrinos, '
Su muerte mucbo coldiciá.' '
Las faces tienen paradas^
Pelear todos querían, '■
Gonzalo Gonsalea el Btieno
A Ruy Vetazquei decía:
— >Sacástenos de la tierra
Contra aquesta morería,
Y ora querernos matar
Mal contado vos sería.
.;i.z.iit,,Coogle
Si querella babcii de nos, Que era liien lo qtre deciaj
Aquf le o* enmendaría. — Porqae no podía vengarse
Ray Velaiquez reipondítf, Diiimnlado lo había.
8." (Anónimo).
¿Qaiín M aqnel caballero
Que Un gran traiciou bacía?
Buy Velazqaes ea de Lara
Que i lus lobrinoi vendía.
En el campo de Almenar
A los Infante* decia
Que fu Fien á correr inoroat
Que él la«. acor re ría,
Que habrían tnuj grao ganancia,
Mucbos capllvos traerían.
Ellos en. aquesto estando
Grandes gente* parecianj
Mas de diea mil *oa los moros,
Las enseitas traen tendida*.
JjOs Infante* le preguntan \
Qué gente e» la que venia.
-^ Nu hayail miedoi mía so-
Ruy Velaaquez respondía*
Todos son moras astrosos,
Moros de poca valía . .
Que viendo que vais á ellos
A hair luego cebarían;
T bí ellos vos aguardan
To en vuestro socorro iría:
Corrilos yo muchas veces.
Ninguno lo defendí).
A ellos id , mis sobrinos,
No mostredes cobardía.^—
¡Palabras son cngaílosa*
T de muy grande falaía!
Los Infantas como bueno*
Con mon^s arremetian;
Caballeros son doscicnlos
Lo* qne su goarda legníáB.
Él i furto de cristianos
A los rporos se venía,
Díjole* qne tai sobrino*
Ho escape ningono i vida,
Que le* corten Isi cabeíaa
Quel no los defendería,
Docienio* hombre* no mas
Llevaban en compañía.
Don Nufto que ir los vido
Ido había por su eapfa,
Y cuando oyó las palabras
Que i los moro* les decía,
Daba moy grandes las voces
Que En el cielo las ponía.
—Don Ruy Velazquei, traidor
El mayor que ser podrís,
¿K tus sobrino* Infintas
A la muerte loa traías?
Mientra* el mundo durare
Durará In alevosía,
T la falsedad que has becbo
Contra la tu sangre míama. — •
Después qu'aqnesto bobo dicho
A los Infantes volvía,
Di jotes: — Armaos, mí* hijoi»
Que vuestro tío os vendía:
De consuno es con los moros.
Ya concertado tenían
Que o* maten á todos ¡untos.—
Ellos armironse aína:
Las qaince huestes de moros
A todos cerco ponían;
Don Ñuño que era sv ajo
í3i.z.iit>,Goog[c
Haced to que yo hacia:
A Dios yo voi encomiendo,
Mo«tra4 vaeítra valentí».—
En la tlelantera hai '
Don NtiSo herido había
T muerto ntochoa de moroí,
Ma« á ál muerto lo habían.
Los Infantei arremeten
Con la su caballería;
MezcUronse con ios morot)
A muchos quitan la vida.
Los cristianos eran pocos,
Veinte moros á uno hahia(
Mataron á los críalianps,
Qne i vida ninguna finca;
Solos quedan los hermanos,
Que ninguna aynda habían.
Encomendironse i Dios, .
Santiago, valme, decían:
Hirieron recio en los moros,
Gran matanu les hacíaOf
No osan estar delante
Que gran braveu traían.
i 6
Fcnun Gonuk^ menor
A lui bertnanoB decía:
— EsforEaM, mi* berinanos.
Lidiemos con .valentía.
Mostremos gran coraion
Contra aquesta morería.
Ya no habernos ayuda,
Solo Dios darla podía;
Xa muri<i. NuSo SalHlo
T nntalia caballería: -
Veoi;a£moslo9 ó muramos,
Nadie muestre cobardía,
Que duque eslemoi cansadas
Esta sierra nos valdría. —
Volvieiron i pelear,
¡Oh qué reciamente lidian!
Muchos matan de los moros,
A otros machos herían;
Muerto han i. Peman Gonialc^
Seis solos quedado habían.:: .
Cansados ya de lidiar.
A la sierra se subían,
Limpiáronse los sas rostros-
Que sangre y polvo te&iaa. -
9." par Sepúlotda.
Cercados son los Infantes
De los moros de Almenara;.
Cansados de pelear .
La muerte tienen cercana.
Treguas envían í pedir
A Galve y á Don Vigara
Capitanes de Almanior
El que allí los enviara.
Hasta que au tío to ^epa
Roy VelasqucE el de Lara,
£m malo fementido
Que la muerte les bascara.
IjOS moros les dan las trej^nas
Qne los bermanos demandaní'
Don Diego Gonzalea foe
El que llevó la embajada.
Roy Velaaquea que lo oyó
Dijo:— No sí qué demandan.-— •
Respondió Diego Gonuleí, .
Otra vei le replicara:
•^N'o» olvidéis, Don Rodrigo,
De cumplir vuestra palabra:
Sea la vuestra mesura
Que ayuda nos sea dada,
ügiiizedUCoogle
16
Qae esUmoi en muy gran qaeja,
3La muerte bibemos cercana.
Mi heroHao Fernán Goniitet
Muerto en et cimpo quedaba,
Y doacientoa caballeros
Qoe vienen en nnulra goarda:
Hacedlo por Dio* del cielo
Y por SD Madre sagrada,
Calad qoe somos cristiinoa -
Y fijos de vuestra hermkn»,
Naturales de Castilla,
Y que hacerlo os obligaba.^—
Rny Velazqaea como malo '
Esta respuesta le daba;
A buena ventqra os id
Que yo no iré en vneslra guarda.
Acordaos de mi desbonra,
De que en Burgos fuialea cansa,
Al celebrar de mis boda*
Do mi coAado mataras;
Y también de la que becCileis
A mi mnger Doña Lambra
Qus le malasles delante
Un hombre que ella amparara,
Y el que en la vega de Febros
Malasias de la puüada.
Bacnos caballeros sois
De la alta alcuQa de Lara,
Pelead cftmo valientes,
Mi ayuda no ot será dada:
No tengáis fidncia en jbí,
Todos jnorireis á espada.— ^
Tornado «e babia Don Diego
Donde los cinco qnedaran,-
Coutóles la mala ayuda
Que en el su tio se hallaba.<
MU cristiano*, í escondidas,
De Ruy Vetaiqnez se apartin
A ayndar los seis hermanos,
Mas el traidor lo eacosaba
Diciendo: — Dejad, amigos.
Veremos c¿mo lidiaban.
Que si ayuda han menester
Par mi les seria dada.^—
Mas hasta trescientos dellos
A sn eicuso se apartaran
A ayudar á los Infantes
Que muy ctiitados estaban.
Loa. hermanos que los vieroD
A ellos endereiaban
Creyendo que su roa) tio
A matarlos se lantnba.
Los caballeros les dicen:
— Qtiedoj estad, los de Lara,
Que venimos á ayudarvoa
Y vamos en vuestra guarda:
Con vusco aquí moriremos.
El vuestro tio , mal baya,
Que vaeslra maerte procura
Y en sabor tanto la baya;
Y si nos fincamos vivos
No qneremos otra paga
Sino que del nos libréis
Si él á Castilla tornaba.
Ellos se lo prometieron
Y la fe dello le* daban.
Fueron i ferir los moros.
Muy esquiva es la batalla,
Tan erada que otra mayor
De tan pcKos no se halla:
Mil han muerto de los moros.
Ningún cristiano quedaba:
Los Infantes de cansados '
No pueden mover la espada.
Dg.l.zedt>>COOgle
C*iiMdM de comiMtir
Eo U ungrient* batalla
Qaet a vieron con los maros
Ed campas de Arabiana
Loa valerosos Infantes
Siete del nombre de Lars,
Porque el traidor de so lio
Les lavo traición armada,
Dos capitanes contrarios.
Llamadas Galva 7 Viara,
Los recogen en sa tienda
Mientras la tregua está dada.
Movidos de compasión
De V
a famosos guarreros
Qge tavo ni tenia España,
Cúranles de las heridas
T aderáianles las armas,
Regálanlos con comida
En blandas y apoestas camas
Diciéndoles:^— Aunque somos
De ley y nación catrafta.
Vuestro valor nos obliga
A que aquesto y mas se baga.—
El traidor de Ruy Velaaqnei
limo), (t)
Al Rey Almaaiar contaba
Como le bacen traición
Los moros GaWa y Viara.
lEU Rey los manda Iftmar
T les pregnnla la canaa
De celebrar amislad
C09 los Infantes de Lara.
Ambos responden;— SeSor,
Es Facón en guerra usada
Que al enemigo vencido
No se ba de tirar la lauca;
Mas caando la traición
Es de SD daño la causa,
AV mas rigaroso pecbo
Le vuelve de cera blanda:
T si tú, Rey, permitieras
Que acabaran la batalla
Otros nuevas capitanes.
Nos bicieras merced alta.
Porque la gran sinrazón
A grandes voces nos llama
DicieDdoisi es con traición
Nunca es justa la demanda,
Ni al vencedor, con insticiS) -
Se le debe dar la palma.
Saliendo de Can! cosa
Por el val de Arabiana
Donde Don Rodrigo espera
A los bijos de su hermana.
Por campo de Palomares
Vid V
Muchos yelmos reluciendo,
Mucha adarga bien labrada,
Mucho caballo ligera.
Mucha* laucas aceradas.
1 gran compafia Es media luna corlada!
10 asunto hax una de Srpálvtda , qut diet: Caiiiadas
u3i.z.iit>,Coogle
n
AU traen por ■pcUido,
A Maboma á vocea llaman.
Tan alloa d»bait ios gritos
Qac los campo* atronabaii;
Lo que las vocu deciiu
Grande mal lignificalilii:
— Mueran, mneraii, van di-
Loa siete Infantes de Lara,
Venguemoi á Don Rodrigo
Poes tiene con ellos saSa.—-
Allí eali Noílo Salido,
El ayo qae los criara.
Como TÍ la gran morisma
Des la manera los habla:
-^;0h los mis amado* bijos!
¡Quién VITO note bailara
Por no ver tan gran dolor
Como agora se eaperabat
Sí no os habiera criado
Mo aÍQtiera lanía rabia;
Mas qUíéroos laulo, mis bijos.
Que ja se me arranea el alma.
Ciertamente nuestra muerte
Eslá bien aparejada,
No podemos escapar
De tanta gente pagana;
Venguemos bien nuestros cner-
po».
Y nírcBOi por las almas.
Peleemos como buenos.
Las muertes qncden vengadas;
Ta qne lleven nuestras TÍda«
Qae las dejen bien pagadas.
No nos pese de la muerte
Pac* va tan bien empleada,
T morimos todos jantoa
Como boenos en batalla.—
Como los moros se acercan
A cada uno por si abraza;
Cuando llrga i Gonaalvico
En la cara lo besara:
— Hijo de Gonzalo Goncaleí,
De lo que mas me pesara
Es de lo que lo sentiría
Vuestra madre Doíla Sancha:
Érades in claro espejo,
Mal que i lodos os amaba,
T agora perderos tiene
Sin tener mas esperania.'^—
En esto los moros Hrgan,
Traban con ellos batalla.
Los Infantes los reciben
Con sus adargas y lanías:
SantUiga , Santiago, cierra,
A grandes voces clamaban:
Muy mocbos moros mataron;
Mas ellos allí quedaran.
Yantando con Alminior
Esli Don Bastos de Lara,
Que bien paede con los Beyes
Comer el scüor de Salas.
En Córdoba tiene el cuerpo
Preso, y en Burgos el alma,
Do fiucan sos siete bijos
Y su mnger DoQa Ssnefaa:
Y dejpues de haber aervido
Mil manjarea á su nsantt.
Dice el Rey: — Go nía lo, amigo,
Un costoso plato falla.—
Respóndele el nohle hidalgo.
Descubriendo honradas canas:
Dg.l.zedt>>COOgle
— En li til tnMa, («3ór,
HoB puede haber mengua en
En tito vino una fócate,
Que cubría una toalla,
I en ella siete cabeías,
De aquel tronco muertas ramas.
Mira la fuente GonMlo,
Y dice: — ¡Ay fmla temprana!
¿Quiín *os Irasporló de Burgos
A loi campos de Arabiaua?
;Maa ¡ay mis fijos! que son
ÍMia preguntas «(tusadas,
Que con sangre viene escrito
Que es Rodrigo y Doña Lambra.
¡Qaién deste ptalopudjera
Dar la mitad i mi Sancha,
Qae los mis ojos no pueden
Cumplir tron desdichas tantas! '
Si Narciso en nna fuente
Se arrojó viendo su cara,
To qne en tf veo siele, y tales,
i9
jCómo no mé arrojoF aguarda.
Ya, fnente, perdiste el nombre
En el mar de mis desgracias:
Huye, Almanior, no te anegue.
Que sale de padre el agua.
A todos lloro igualróente
Con sangre , aunque sale blanca,
Q™ l¡8,m.. d. mi. ,p.
Es sangre que vierte el alma.
León será , yo os prometo, '
Mis fijos, en la venganza.
Mas ¡ay! que annque soy león
Mi canLiverio es cuartana.
¡Ay ovejas sin paitar.'
Que también murió la guarda;
Y porque los perros se harten
En Córdoba rl perro guardan.
Guárdate, Almantor,qae suele
A veces morder con rabia
En la tarne del seitor.
Cnanto y mas si eS i]úien le agra-
Besando siete cabezas
Desiele muertos Infantes,
Agna les d¿ de sus ojos
Y recibe en cambio sangre
El viejo Gonzalo Bastos
Con las ansias mas notables
Que han causado senliroíenlos.
Ni han engendrado desasttes.
No habla palabra alguna.
Que no es bien embarazarse
En puerta do salen muchos
De suerte que nadie sale. - ' -
A Dios pide mil venganza*
Con mal de Átíi-áén ^áles; ' '
Cou mas paiisax qutpálabras' '
Les dice razones 'tales:
— Bien parece que ea nn Bey
El que á su mesa me trae,
Pues que las frutas de postre
Tan grande interese valen.
Porque loa eatremos cuente, ,
Y los medios deje aparte,
Eselpost siete hijos muertos,
Y una gran traición' el ante.
Mucho se ha alargado el Bey,
¡Mas qn£ mucho que se alargue,
Pues'quiere mi desventura
Que él convide^ y^ que yo gaste!
No Ae'tapatlta', ^maVIoa'hijos,
No Ae'tapatlta', ^maVIoa'hijo!
Veros y verme en tíl 'trinice,
u3i.!.iit>,Googlc
Porque mi traidor mcabicrlo
Es aeñor de mil léate*.
Si el ver mnerlo á un hijo *olo
La paciencia acaba á un padre,
Ver liete, j i traición mnerioa,'
La vida es raion que acabe;
Y puea el número siete
Tiene excelencias Un grande*.
No hay trabajo como el mío
Pues de siete causas nace.
Fudiei'ae, traidor injusto,
Homicida, aleve, infame,
Dejarme de siete e! uno
Para de)ar de acabarme;
Mas quisiste temerosa,
Qne un traidor siempre et c
barde,
Porque vengador no quede
Acabar todo un linage.
Pues malogras joventudea
Dignas de dos mil edades.
Llámente Velaiquei rain,
No te llamen Ruy VelatqiMS,
Llorando atiende Gonzalo
Las ocho amadas cabezas
De sus bijos y del ayo
Que yacen solire una mesa.
El noble cuerpo fidalgo
Casi fincado por tierra,
Que esta sola causa pudo
Fallecer su fortaleza:
Y como padre robosto
Fallando prestadas foerzas.
Las muertas faces bañando.
Las fabla desta manera:
1^— De tal suerte denodadas
Eslades, reliquias tiernas,
' Que no sá si estáis fablandb,
O ai estáis del todo muertas.
¡Oh qné pálidas estades
De verter sangre las ven*s
En las lídes.do lidiastes
Fasta qoedtros sin ella I
Y en la poca qne quedd
En las faces, fría y seca,
Un fénix para vengarme
Ha de renacer en ellas.
Si ende no lo vengare,
En cárcel, ó fuera della,
El honor de mis fáisSas
Con las vuestras vidas muera.
Atended, Infantes míos,
A vuestra cuita y mi mengtM,
Y non culpedes mi falla
Pues finasteis sin afrenta.^—
Dijo, y erguiéndose en pie,
Como el que vida no precia,
Al primero qne falló
Desarmó con ligereza.
Prenderte manda, Almansor,
Los alcaides gritan muera,
Y antes que fuese á prisión
A cinco dejó por tierra.
i5. (Anónimo).
— No se fwÍP iUwr P*y
Quien nsa taf .villanfa , .
(Le dice Goualo.Bntlós
Al Re/ Almanior nn-dia).
u3i.z*it>,Goot^lc
Qae lúbKiidame convidado
¥ h<cbom« gran corlesfa,
Como mi sangre mtrece,
Mg des poF sobrecomida
La cosa mas d olorosa
Que jamas dado se habla,
Mostrfndorae las cabezas
De siete hi)Di qae tenia,
Maa obedientes á on padre
Que jamas visto se había,
Defensa de los cristianos,
Destruicion de la morisma.
Pur traición, Bey Almantor,
Debió de ser tai desdicha,
Qae td no fueras bastante,
Ni toda ta compaitía.
Si vinieran aplazados
A batalla conocida,
A traerlos deste modo
Qne ante mis ojos los via,
Fnes de ésle, menor de todos.
En una batalla un dia
Te vf JO, Rey Almanzor,
Alejarte i mas porffa,
Qoe (fnisieras ta caballo
Que volara annqne corría,
y llevar armas mas dobles.
Mil moros en compafifa.
Él no habia veinte y un affos,
T las armas las Irafa
Por mil partes hechas piezas, -
Desmallada ta loriga,
£1 yelmo-todo abollado
De golpes qne en él tenia,
Deseoso de alcanzarte
Por probar tn valentía;
Tn caballo era rotjor
Que el qoe el Infante traía,
T por eso te libraste
De no morir aquel dia^
9)
Contarle qnierbon ejemplo
Que á propdsilo venia,
T es que convidando i DlriO)
Pompeo, con quien tenia
Muy antigua eilenlistad '
Y batallas cada día.
Para mas solemnizar
Su banquete y gran camSdaí
lie dio libres los cautivos
Que en su poder le tenia.
Que pasaban de din mi^
Presentóle la baiil'la
Con que aquel dia sirvieron,
T otras cosas de vatín
T en esto mostré Pompea -
Sn valor y valentía. -
Tü, teniéndome Ctfutlvo
Convidándome este dlk,
En vez dé mi libertad. '
Acortas la vida mia.—
Acabada esta razón
A lat hijos se volvia.
Sin poder dlsimnlar
El gran dolor'qué sentía.
Limpia las siete cabezas'
Que á ta meia le servian,
Las limpia y ^'^* t^'l veces,
T besindolas'decia: '
^— No lloro yo voestt-a moerlr,
Pues se puede' llamar vida,
Entendiendo 'Id'vengisteis
Como el caso lo pedia; '
Pero siempre 'qaed a pena
Que la congoja' la' aviva.
En ver que fuéscí á traición
T osando de'villanCa;
¡Hijos mios! ¡iquién se haltara
En batalla- tan ¡éiiqaiva,
Siqniera para poder
Socorrer la mayor prba!
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Muriera donde voMtros,
Y «i qnedara con vida
Fuera por mi) de Almintor,
Como oirás vecetiolía. —
Estas palabras diciendo
Para un moro .arremetía,
y qnilindole un alfange,
A ál, y á otroa que allí habla,
Leí dio Uia ptaa4<u golpes,
Que nadie ae deféudia
Que no quedase i tas pies, ...
Y el que se libraba huía;
Y de I04 ^ue le aguardaron.
Con soi b¡)oi. tr«ce enyia. .
Almanier, Iq Ul& mirando...
¥ con riiegoi le decia;
■— Aplaca t Gpnulo Bustos,
Aplaca la 'grande ira,
Que me p«M babcrle dado
Tal pottre en Hta comida.
Que aunque los Infantes eran '
Destrniciou de mi morisma.
Si los pndiera tornar
De maerlos.á dar la vida.
Por ver sa florida edad
Y BU esfueno en demasía,
La hiciera, Gonzalo Bustos,
Aunque es cosa conocida
Qae si tuvieran vida ello*
Presto qailaran la mía;
Pero por satisfacción
De tu razón conocida
Yo te concedo licencia
Para que hoy en este día,
O cada y cuando que quieras
Te poedas ir á Castilla,
Y llevar estas cabezas,
Si te place, en compaBfa.
Sentados á un.ajedreí
Despacio su juego entablan
Alialar,.Rey de Segura,
Y el grao bastardo Modarra
Delante el Bey Almansor
T en la presencia de Aia,
Mora , que sirve Aliaiar,
De mucho donaire y gracia.
Discurriendo van por lances, .
Juegan con destreza y maña,
Que pierde roncho el que pierde
T gana mucho el que gana.
El Rey moro, que los ojos
Tiene pneslos en quien ama.
Tocó una pieía por otra
Jugando nna treta falsa:
Modarra que no conoce
Del Rey la mano turbada.
Ni si por ver á su mora
Vino á lugar ó jugaba,
A una parle echó la silla.
Las piezas todas baraja,
Y dando mano al tablero
En pie se pone y levanta,
Diciendo: — Tráteme bien
Quien á su ¡uego me llama,
Que aunque no soy reyj U ii
Con qnien roe enoja me igai
la. —
Aliatar se espantó de esto,
Y de Mudarra se agravia:
Llámale bajo y espnrio.
Hijo de ninguno, y nada.
A sus neones replica
Mudarra, no con palabras,
í„Goog[e
Mis levaoló par» el Re;
Jonlai njedrct y tablí, .
Con qae lia reparo «Igaoo
Be mnerte le deicalahr*,
Y con presleía no vista
De allí at parle á.olra sala,
Do uli la mora au madre
Ta del ruido alborotada.
• — Importa, enemiga madre,
Al enojo coa que ifCi||(o
Decirme el padre que ten^o,
Porque importa tener padre;
Qne yo por muy clara aienlo
Que tengo padre, y buea padre,
Por leoer tan buena madre,
O por mi buen pemMmieulo.
No quiero i mil o¡o« .*er
Quien me diga en liempo alguno
Que w>y hijo de ningaso,
Poei algnim me AU aer:
Y li tü, fortnna, aob«as
En darme mal impftrluna, '
Cuando no.aeade ninguno
Seré hijo de mil obra*.-»-
Alligida está la mora
Por verje del bijo que ama
Ultrajada por un cabo '
Y por .otro araenaMda:
Hablarle quiere y no osa,
Que.lá.leD);ua >e le Iraba
Del yerra f)aiado' hecho
Que al itijo decir no osaba;
Maa en el r valor del padre .
Algún tanto confiada,
Le descubre todo el hecho
Del de Boatos y el de Lara;
Y otras razones le dijo
Salidas de allí del alma.
Por lo coal vino í tomar
De >o* hermanos venganaa.
Una hermana de A Imancor,
Rey de Córdoba llamado.
Del bueno Gonzalo Bustos
PreSada se habla quedado
Al tiempo que él ac partiú-
De la prisión donde ha estada.
Dcnde imuy pocos diaa
Pariera; del su preñado
Un hijo había nacida,
Mudarra le hablan llamado,
Gonaalet por sobrenombre
Como d ao padre el honradi».
Almanaor holgó con i\;
A dos amaa lo babia dado
Para que muy bien lo crien
Y con muy grande recado.
Dtei aSos había Mudarra, .
Caballero lo han armado;
Valiente es de la persona.
Muestra de ser esforiado.
A doscientos caballeros
Almauzor le babla dado^
Porque los baya por suyos
Y cumplan ei au mandadoi
Mudarra era muy valiente,
De Almanior es muy amado:
Es tal que solo Almanior
No lo bay.mss aventajado.
Su madre conló i Mudarra
Todo el fecfao qne es pasado
De .Don Gañíala su padre,
Y sus hijos sos hermanos,
Dg.l.zedt>>COOgle
u
Y de la media «ortija
Qut ella tiene á gran recado,
Y de la traición ^ne hiciera
Ray Veluqoez el malvado:
Todo M lo declaró,
Qae nada no le ha eneelado.
Mudafra caando lo oyá
Queda nia]r maravillado;
Volvióle í «na cabaileroa,
Eitas ratone) hablando:
— Amigo«,may bien labcdea
Qae I mi padre Don Gonaala
Safriera moy |!ran lacina
En la priiion tantos aSoi,
A laerto f «in derecho,
Sin ¡amas haber pecado
Contra nadie , por do fiieM
En la tal prisión echado, '
Y lambjen cómo mataran
Siete Infante! eiforiadoa.
Mía hermanos eran todos.
To qaícro ir i vengallos
De aquel qoe tal mal caoaó
Allí en tierra de cris lian oa.
Decidac, los mis amigos,
Si qnereis ir ó qaedaroa. — —
Bespondieron todos juntos
Que iriin con él i ayudarlo.
Porque eran criados suyos
Qae Almanior se loa ha dado.
Despidióle de sa oíadre, _
Sn camino le ha contado;
Foe donde estaba Almanior,
Las manos le habia besado:
Pidiéndole en gran merced
Que licencia le baya dado ■
Para ir á ver á su padre
A Castilla ese condado.
Almanior lo faabo por bien.
Caballeros le habia dado,
También le dio gran haber,
Y i Dios lo habia encomendado.
A casar va Don Rodrigo,
T ann Don Rodrigo de Lara,
Con la gran siesta qoe hace
Arriniidose ha á una ha;a,
Maldiciendo á Mudarrillo,
Hijo de la renegada,
Que si á las manos le hubiese
Jara de sacarle el alma.
El seBor estando en esto
Mudarrillo que asomaba:
— Dios .te salve, caballero.
Debajo la verde haya.
Así haga á tf, escudero.
Buena sea tu llegada.
— Dlgasme tú, el caballero,
¿Cómo era la tu fnciaf
— A m[ dicen Don Rodrigo,
Y aun Don Rodrigo de Lara,
CnSado de Gómalo Bastos,
Hermano de Do3a Sancha;
Por sobriqos me loa habe
Los siete Infantes de Lara,
Espero aquf i Mudarrillo,
Hijo de la renegada.
Si delante lo tuviese
Yo Je sacaría el alma.
— Si i tí dicen Don Rodrigo,
Y aun Don Rodrigo de Lara,
A mi Mudarra Gonaalet,
Hijo de la renegada,
Ue Gonsalo Bustos hijo,
Y alnado de Doña Sancha:
UgfeilbvCOOgle
Por htrmmos m« los hab«
Los siete Infantu da Lara:
Tú loivcndístea, traidor,
En el val de Arabiana;
Ma« si Dioa á mf me ayuda
Aqai dejaris el alma.
§5
— Espénine, Don Gonuilo,
Iré i toinarlai mis armas.
- — El espera qoe t¿ disle
A los Infantes de Lara;
jiqai morirás, traidor {i).
Enemigo de Doña Sancha.
ig. (Anónimo).
Bespnea que Gontalo Boatos
Dejó el Cordobía palacio
T en Salas goardaba el sofo.
Entre daros simalacros
Fatigábala memoria,
Culpaba su inijtil brazo,
Por los efeclos del tiempo
Arcbivo de sus agravios.
— [Oh tronco, dice, sin fruto!
Solo ha* qaedada en el campo
Do el villano codicioso
Podó tas pimpollos caros;
Yo (e conocí coii siete
Con que fniíte un tiempo ufano,
¡Y ahora te contentaras
Con el mas endeble y flaco!
Cada momento, mis fijos,
De nnevo os pierdo , y os hallo
Para gozaros a asentes,
Eh mi mente degollsdos.
Fresca está la sangre en ella,
Qqg el traidor que Gao el daño.
Con su presencia atormenta
La poca qne en mi ha qnedado:
De merced vivo con él,
T por momentos aguardo
Caiado qne rri derramarla
Si no es por vengarse humano.
¡Ay miserable del solo,
Y mas cuando el hado'avaro
Viene i hacer de sus canias
Mejor estaba entre moros, ,
Fijos, qne en el suelo patrio,
Que entre ellos halla piedad
Y quien se movió á mi llanto.^—
Estas qoejas esparcía
Desde on mirador Gontalo,
Bcgtndo sus blancas canas,
Recostado en un escaño;
Cuando tendiendo la vista
Por el espacioso campo.
Vio en un caballo andaloi
Venir un moró gallardo.
Joven , hernioso y dispoísto.
De rostro agradable, manso.
Grave, compuesto, gracioso,
Apacible j despejado.
En la adarga media luna
Trac puesta en nn cielo claro,
Y una roja F en medio
Con nn letrero dorado,
Que dice; .^ batearle voy.'
¡ fentuToto $i le alcanio !
En la lanza nn pendoncillo
Concmcverde en campo blanco.
(i) Ettoí di» úllinuu viriot ueiianrn eíQaííote, part. II. up. Got
u3i.z.iit>,Goog[c
36
Y ni» cabcia pendiente
En el preUl del caballo,
DMtiliado freKi «aDgrc
Entre el «bello cmido.
Llegó, y bajando la lUfa,
£1 anón casi beaando.
Con el cuento de la lanza
Sobre la yerba afirmado.
Dijo : — Tú debea ser,
Segan laa aeñaa qne traigo,
El noble acñor de Salas,
Que clter qne tengo me ba dado.
Recibe de Roy Vcltiqnet,
Vendedor de mis bermanoi,
Etta prenda, que el traidor
Nunca reposa i »n aalvo.
To aoyMndarra, leBor,
Y ha macho tiempo que afano
Por hacer esta sangría
En tn tronco antiguo y claro.-^—
Grandes vocea daba el viejo:
—Sabe, hijo, y da i mis braios
Lo que tanto ha deseaban.
Que boy se acaban mis trabajos.
Dg.l.zedt>>COOgle
«wwkmAwiiHiMivtnnitfwiiNiiiiw^iiiiim^
ROMANCES
SOBItK
LOS CONDES DE CASTILLA FiaitAIl GONZAXBZ
T GARCI FERNANDEZ.
" (Aalinimo). (i)
JomDeato I lavan beclia,
Todoa jtiDiiM i ana toi.
De no volver á Caitilla
Sin el Conda an uñov.
La Jmaf;en laya de pkdra
Llevan tn no carretón,
BcMeltot «I alr^ no vnalve
De no volver tílos, non,
T e) qae faio atrii volviere
Que quedase por traidor.
Alzaron lodoa la» manos
En señal que m jnní. -
Acabado.e) horoena^-
FnnéroDtc'aa pendón,
Y beairoblí la niaaa
Deade'il'Cbico hasta el lÉayor,
T como buenos vasallos
Caminan para Arlanion
Al pato qae andan los- bne^t
T á las vueltas que dá el sol.
Desierta dejan á Burgos
T pueblos al rededor,
Solas (fvedin las nivgeres
T aquellos que BÍBosson:
Tratando van de) concierto'
Del caballo j del aior,
Si ha de hacer libre á Castilla
Del fendo que da í León;
T antes de entrar en Navarra
Toparon fnnlo al tnojon
Al Conde Fernán Gonaalts,
En coja demanda son.
Con su eiposa Dofia Sanch*i
Que con astucia y valor
Le sacó de C«stro-vie)o
Con el ea^MÍio que osó; -
Con siía bierrok j prisiones '
Venían juntos los dos
En la mola que toroaroB
A aquet preste catador.
Al estruendo, de las armas
£1 Conde se alborotój
Sin
o atunto dtl'4e SepÚlotda, fve <fi«.'Enprmon mU'
L)ji.z.iit>,Coog[c
38
Mas conociendo á loctttyot
Desta manera habló:
¿Do veafs, mis castellano»?
Digidesmelo por Dios,
¿Cómo de¡ais mis castillos
A peligro de Almancor?— -
Allí babló Ñoño Lainca;
■^íbamos, seSor, por vos,
A quedar presos ó maertotf
O sacaros de prisión.
* (Andmino). (i)
, t>reso eslf Fernán Gonialet,
El gran Conde de Castilla, .
Tiénelo el Rey de Navarra
Maltratado i maravilla.
Vino allí tm Conde Normando
Que pataba en romería.
Supo qne este bombre famoso
En cárceles padecía.
Foese para C as tro~ viejo
Donde el Conde residía,
Didivas daba al^ alcaide
Si dejarle ver qneria;
El alcaide foe contento
T las prisiones le abría.
Mucbo los Condes hablaron, .
El Normando se salía:
Foese donde estaba el Bey
Con Jo qne penaado babia.
Procuró ver i la Infanta
Poes era hermosa y cumplida.
Animosa y muy- discreta,
De pnrsona muy crecida.
Tanto procura de verla
Que esto le ba:btara nn dia:
— Dios o» lo perdone. Infanta,
Dios, también. Santa María,
Pues por vos le pierde nn hom-
bre, '
El me)or qOe se sabia:
Por vos qe cansa gran daio.
Por vos se pierde Castilla,
Loa moros entran en ella
Por no ver quien la regia.
Que por veros muere preso.
Por amor de vos moría:
Mal pagáis amor. Infanta,
A qnien tanto en vos .con&n.
Si no remedíais al Conde
Seréis muy aborrecida.
II por
.s él Si
Heina de Castilla.-— '
Tan bien le habla el Mornundo,
Qne i la lofaola enternecida
Determina de librallo
Si por mnger la qneria; .
£1 Conde se lo proroete,
T á vello la Infanta iba.
— No temáis, dijo, seílori
Que y'os daré la salida.'^
Y engañando i aquel alcaide
Salen los dos de U villa.
Toda la noche anda'vianNL
Hasta qne el alba reia..
Escondidos en ón boaqnc
Un Arcipreste los vía^
Que venía, andando i caía
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Con HD aur qne traíi:
AmeniMloi con mnerle
Si la Infanta no ofreció >
De fbjgar alK con é\,
Sino qac al Rey loa iraFría.
El Conde, maa cruda maerle
Quisiera, qae lo que oía;
Pero la discrela Infanta
Diodole esfueriD decia;
•^ Por vuestra vida, leSor,
Mas que esto hacer debria,
Qae no le sabrá esta afrenta
Ni se dirá en esta vida.—
Priesa daba el caaador
T anienaia todavía:
Con grillos calaba el Conde
T sin armas se vela;
Mas viendo que era foriado
Cono puede se desvia.
Apártala el caaador,
De la mano la traía,
T cuando abrazalla qniso
Ella de él muy fuerte bnlai
Los braaoa le ba emba raudo.
Socorra al Conde pedia.
El cual vino apresurado
Aunqne correr no podia:
Qniládolc ba al caaador
29
Un cnchilla que traía,
Y con él le diera el pa^^
Ajndindole la Infanta
Camina todo aquel dia,
T i .la bajada de un puente
V¿n muj |;ran caballería;
Porque creen qne el Rey la en-
La Infanta tiembla y se moerr,
Gn el jmonle se escondis;
Mas el Conde mss mirando
Daba vocea de alearía:
— Salid , salid , Doüa Sancha, -
Ved el pendón de Caalitla,
Míos son los caballeros
Que i mi socorro venían.——
I^ Infanta con gran placer
A vellos latfio salia.
Conocidos de loa suyos
Con alarido venían:
CattiUa, vienen diciendo.
Cundida es ¡a jura hojr dim.
A los dos besan las manos,
A caballo los subían,
T así los llevan en aalvo^
Al condado de Castilla.
3.° (Anónimo).
Caatellauo* y Leoneses
Tienen graiidea divisiones.
El Conde Fernán Goniiilea,
T el buen Rey Don Sancho Or-
doSeid . .
Sobre el partir de las tierras
Ahí pasan malas raaones:
Llaman se bi-^e-rameras.
Hijos de padrea traidorra,
Echan mano i laa espadas.
Derriban ricos mantones:
No lea pneden poner tresnas
Cuantos en la corle soné,
T pónenaelas dos frsiha
Aqaesos benditos monges,
Qael nno e* lío del H^y,
El otro hermano del Conde.
Pónenlas por quince días.
Dg.l.zedt>>COOgle
so
Que non pueden por mu, no,
Qne se vayan i lot prtidaa
Qat dicrn de Carrion.
Si nncho madrona el Rey,
El Conde non darmia , non;
£1 Cande parlió de Burnoa,
¥ e1 Hey partió de León.
Venido M han i jnnUr
Al vado de Carrion,
Y á la pasada del rio
Movieran ana cuestión:
Los del Rey qne pasarim,
Y los del Conde que non.
£1 Rey , como era rimeñ^T,
La samularevoivid,
El Conde con lotanla
Su caballo arremelitf.
Con el agua y el arena
Al boen Rey le salpicó.
Allí hablara el bnen Rey,
Sa ((eslo muy demudado;
Buen Conde Fernán Gonialez,
Mucho sois desmesurado:
Sino fuera por las in-guas
Qne los monf¡ts nos han dado,
La cabeía de los hombros
Ya yo os la hubiera quitado,
Y con la sangre vertida
Yo tiñera aqnesle vado.
£1 Conde le respondiera
Como aquel que era osado:
-^Eso que decís, baen Rey,
Vcoto mal aliñado,
Vos venia rn gruesa mnla,
To ennn ligero caballo;
Vos iraeti sayo de seda,
Yo traigo un arnés Iranudo;
Vos traéis alfange de ora, '
Yo ti
mí n
Vos iraeis cetro de Rey,
Y yo nn venablo acerado;
Vos con gnantes olorosas,
To-con los de acero claro;
"VoM con la gorra de fiesta,
Yo con un casco afinado;
Vos traéis ciento de mnla,
To trescientos de i caballo.^—
Ellos en aquesto estando.
Los frailes qne han allegado:
Tate, tale, caballeros,
Tate,-t«ie, fijosdalgo,
¡Cuin mil cMiBplistes las tre-
guas
Que nos ha bfadrs mandado!—
Allf hablara el boeii Rey:
— Yo las cumpliré de gra-
do. —
Pero respondiera el Conde;
^— Yo de pies pneslo en el cam-
po.—
Cuando vido aquesto el Rey
No quiso pasar el vado;
Vuélvese para sus tierras,
Malamente va enojado,
Grandes bascas va haciendo,
Reciamente va jurando
Qne había de matar si Conde
Y deStmir sa condado.
Mandó, poes, llamar i cortes.
Por los grandes ha enviado:
Todos ello« son venidos,
Y solo el Conde ha fallado.
Mensajero se le hace
A qne cumpla .sn mandad».
El mensdgero que toe ■
Desta atitrrte le ha hablado.
Dg.l.zedt>>COOgle
— -Baeii Conde Ferniin Góma-
te,
El Bey envia por voi,
Que vayidfs á las corlu
Qne se baciin en Leonj
Que si voi alli vaia, CoDde,
Daros han buen galardón,
Daros ha & Paleniucla
Y á Patencia la mayor;
Daros ha í lai nueve villas.
Con ellas á Garrían,
Daros ha á Torquemada,
La torre de Mor mojón;
Daros faa i Tort^esillas,
T á Torre de Labalon,
T si mas qoisierdes. Conde,
Daros han á Carrion.
Bacn Conde, ai allá non ides
Daros «s han por Iraidor.^—
Allí respondiera el Conde
T dijera esta raion:
— Mtniagero ereí, onii';o(i).
Non merece* culpo, non,
Villas Y castillos tengo,
Todos á mi mandar son,
Dellos me dejó mi padre,
Dellos me ganara yo:
Los que me dejó mi padre
Po hielos de ricos hombres,
Los que yo me hube ganado
Poblélos de labradores;
Quien no leaia mas que nn faney
Dábale oiro ijae eran dos,
Al que casaba su bija
Dóile yo muy rico don,
Al que fallaban dineros
También »e loa presto yo;
Cada dia qae amaneen
Por m( hacen oración;
No la hacían por el Bey,
Que no la merece, non,
Él les paso ranchos pechos,
T quiliraselos yo.
El Rey Don Sancho Ordo 3ei,
Qae en León tiene el reinada,
Preso ha i Fernán Gonialea,
El buen Conde castellano.
En una torre fue poetto
Con cadenas, á recado,
Qoe con el Rey no aprovecha
Cosa qne le han suplicado
Para qae suelten al Condo
De donde está encarcelado.
La Condesa que lo sapo
A L^on habla llegado.
Besó las manos al Bey,
Con él está raconanda:
Suplicóos, el Rey, mi lío,
Que paes no habcii soltado
A ese Conde mí marido
Que aea de mf visitado,
(i) Eetoi do* vtnoM ton afn prooerhtahi.
u3i.z.iit>,Coogle
da
Que yo voy «n rameril
A la casa de Santiago,
T quiero faabUr con él
A lo hacer couioUdo:
Serile muy gran caninelo
S«|un eati fatigado. —
El Bey con alegre cara
Lo que pidió le ha otorgado.
La Condeii entrara dentro
Do e^li el Conde aprisionado.
Sin que ninguna persona
Consigo bobiese llevado.
Vaelvcn i cerrar la puerta.
Porque «nsi cataba mandada.
El Conde cuando la vido
Gran copauelo había cobrado}
Ambos hablan en secreto,
T conciertan en celado.
Parecióle bien al Conde
Lo que va muger ha hablado,
T aquese concierto hecho
Al portero habían llamado,
£1 cual vino prestamente
La Condesa le habló,
El Conde estuvo callado,
Con palabras que le dijo
Al portero habla engaBado;
La puerta le abriera luego.
El Conde se ha trastocado.
Tornó á cerrar la puerta
Como le .estaba mandado.
La Condesa Doña Sancha
En. la prisión ha quedado,
£1 Conde se fue á sa gente
Como le fuera avisado.
Los suyos cuando lo vieron
Gran placer hafaian tomado.
Volvieron para Castilla,
Do el Conde (itne tn «atado.
El Rey cnando hnbo sabido
Aquesto que ya es contado,
Gran enojo ha recibido
Porque ansi faeri engañado.
La manera qoe se tuvo
Para poder ser librado,
Pues con el Rey no aprovecha
Lo qae tanto le han rogado.
Fue q«e con varonil esfuerzo
La Condesa había bahlado:
— ^Juítaos, Conde, esas ropas, '
Las mías habréis tomado,
Y alli á la media noche
Estará mas descoídado
Este portero que os guarda,
Y en ello no habrá mirado:
Abiertas qne sean las pnerta*
Saldréis moy diaimnlado;
Vos le haréis entender
Que el vi age comentado
Que lo queréis acabar
Y llegar á Santiago,
T encaminándolo Dios,
Buen Conde , seréis librado;
Iréis para vuestra gente
Qne fuera os esli aguardando,
Volv,eros heis á Castilla
Do tenéis vuestro condado.
Yo quedaré en la prisión,
Dnlla seréis vos librado.
De qu'aquesto supo el Bey
Mostróle muy aplacado;
Fue donde está la Condesa,
Desta manera le ha hablado:
Condesa, voi me engañaates.
De vos he sido burlado;
Mas tuvisteis gran raion.
Como muger de alto estado,
En librar vuestro marido
Como vos lo habéis librado.
u3i.z.iit>,Coogle
Las mogerea que v
De peqaeSo y grande grado.—
ReipoDdióle U Candua;
—Señor, n'os haya priado
De librar i mi marido.
Que ya lo hube ordenado,
' Que por librar tal persona
A ntai qneato era obligado.—
33
El Rey la recibid bien.
De la prisión la ha aacado,
Envióla honradamenlv, .
A Caililla la ha enviado;
Muy honradamente vá
Como conviene i «n catado.
Halló alii á sn marido
Por ella mu^ deseado.
Con gran placer st reciben,
Qnearabosacbanmiicbo amado.
G,° por Sepúlueda.
En muy sangrienta baialFa
Anda el Conde castellano.
Nombrado Fernán Gonxalea,
Con Almanior, l\ey pagano.
Tres dias ha qoe pelean
Con sus gentes en el campo.
Mochos matan de los moroi
Aqaesoa pocos cristianos.
Los moros como ion muchos
AlCoude tienen cercado,
£1 Conde con gran dolor
A Dios estaba llamando,
Los ojo* altos al cielo
Ellas palabras hablando;
•^¡Ob Señor de cieb y tierra!
A vos estoy yo clamando.
Que se pierda este condado
Que vos me disteis en guarda;
Libraldo con vnestra mano,
Que si Castilla se pierde
])íorir quiero, y no ser salva-
Entrara por la batalla,
Moriré como etfonado.
Que non qaiero yo vivir
Por ser tan crecido el daBo^
Si los. moros uo me matan
Matarme he yo con mi mano;
Dadme vos, Seilor, ventura
De vencer la lid entrando.
Pnes que vos me prometisteis
'Qoe de vos sería ayudado.
Cumplidme vueitra promesa
Cual yo cumplid vuestra mando.
¡Oh Señor! non fallezcáis
A aqueste vuestro vasallo,
Que si pecados yo hice,
T de mí toii deipagado,
Librad eila tierra vos
Y de mí OÍ haced vengado^
Que yo quiero ler el mnertOt
No muera tanto cristiano.—
Diciendo aquestas raiones
Firiendo iba y matando;
El campo deja cubierto
De los moroi que ha matado.
Una voa oyó del cielo.
Por su nombre lo ha llamado:
Dijole: Fernán Gomaln,
Gran ayuda ti de la bando.
Acorro te viene grande,
Diót del cielo ¡a ha enniado.
Aliara el Conde los 0)01
Por ver quien lo baUa llamado^
3
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
u
Vido á Santiago el Apmtol,
Qne janto i él ha Negado;
Gran gente de caballeEM
Lo vienen acompasando, ,
Bicas armas traen vestidas,
Cruces grandes eu sa lado.
Las haces tienen paradas
Contra ALmanaor y sa bando.
De lo ver te han eapanladoj
Dijeron: — ¿Oó vino al Conde
ElConde Fernán Gonialaí,
Qae tiene en Bargas sa campo,
Con los nobles de Castilla
VacontraAlmanzor marchando,
T en las riberas de Arlanu,
A vista de los contrarios,
Ordenó el Conde los sayos,
Menos, y mas esforzados;
Maa la fuerca del vencer
Recibe ipa duros casos.
Del gobierno el capitán,
Del capitán los soldados.
Antes de la escaramnza
Contra el sarraceno bandoy
Solo nn castellano, solo.
Picó atrevido un caballo,
Y apenas de las dos huestes
Al medio llegaba, cnando
Súbito se abrió la tierra
Hasta sa centro roas bajo,
Y en sos entrafias envuelto
El misero y sepultado
Cerró la tierra, y dejó
Nuevo cuento al mondo vario.
Del nanea visto suceso
Temerosos j capanlados - >
Esta gente que ha llegado
Cuando ya estaban vencidas .
Él y todos los cristianos? —•
El Conde y sus catialleros
Gran esfuerao habían lomadt^
Fieren de recio en los moros.
Del campo los han lanudo;
Tantos quedan del los moertos
Que qaeda cubierto el campo;
Siguiéronlos hasta Almanaa
Donde se acabó el estraga.
■í.imo).
Dejaban el campo libre
T vitorioso al pagano;
Mas el valeroso Conde,
Con grave y feroa aplauso.
Levantó en medio de todos
La espada , la voi , y el braco:
— ¡Oh mis fidalgos de Burgos!
.Arredraos, castellanos.
Non V oí vades las espaldas
Que non seredes fidalgos,
Ni enlodéis en solo un dia.
Por un pavorido espanto.
Las faaañas que conmigo
Hobisles en luengos años.
Parad mientes en mis voces.
Dejad solaces humanos
Que asai en breve fallecen.
La fama non, non, notaldo.
To no me mnestro afligido,
¿Para qué temedes tanto?
Que aunque no venides mnchos,
Sois pocos y bien gnisados.
Si ano se tragó la tierra
En su asiento firme y ancho, '
Solo an borne de nosotros
Mal podrá sostentar tantos.
Dg.l.zedt>>COOgle
AqDÍI estaba Ae maf,
Nosotros asas sobramos:
Acometed de consuno,
Mon estedes empachados,
Qoe vos afirmo que basta,
Y por mi sentido fablo,
Contra mil forsados moros
Va corazón castellano.
35
Pinchad, pinchad los trotones,
Non fayades, mis fidalgos.
Que facer alevosía
Non es de bnenos vaulloh —t
Esto dice, y arremeten
Con tal furia á los contrarios,
Que de innamerahles moros
Vencieron la hueste y caiDpo■
8.° por Sepúltreda,
En los reinos de León
Don Sancho el Gordo reinaba:
Al Conde Fernán González
Mensageros le enviaba
Qae loego venga á sus Corles, ^
Que en León las celebraba.
El Conde cumpliera luego
Lo que el Rey anii mandaba.
Diciendo: —Gran Bey del cielo,
Gran Señor, i tf rogaba
Qoe me quieras ayndar,
T el favor te demandaba
De que saqaes i Castilla
De la gran premia en que estaba,
T qne en ella otro no mande
Sino yo que la amparaba. —
El Rey que supo que el Conde
A sus Cortea ya llegaba,
Sal i ara lo á recibir
Como i persona estimada.
Ud aJEor el Conde lleva
Que de muda lo sacaba,
Y un caballo muy hermoso.
Que al moro Almanzor ganara,
Dello se pagaba el Rey,
Al Conde lo demandaba,
El Conde lo da de balde,
Na el Rey lo, quiere .sin paga. .
Gran haber por ello ofrece
Si el Conde se lo fiaba;
Pusieron entre ti el plazo
En que el Bey baria la paga,
T si al plazo no pagase
La moneda se doblaba.
Acabadas ya las Cortes
El buen Conde se tornaba.
Siete años son pasados
Qne el Rey Don Sancho rnnaba,
Cartas enviara el Conde
En que en ellas le mandaba
Qne ¿por qué venir i Corl««
Tanto tiempo dilataba?
Que si venir no qoeria
Y i obedescer se negaba.
Que de)aae su condado
T que luego díl se salga.
El Coftde qne oyó el mensage
Cumplió luego la embajada.
Llegado era ya á I^on
Adonde Don Sancho estaba;
Ante el Rey se hincó de hinojos.
Las manos le demandaba;
El Bey no la» qoiso dar, ■
Lejos de si lo arredraba.
Diciendo; Quitadvos , Conde,
Qne no quiero vuestra fabla,
-'forqiK '.estáis vos.muy lotano
Por vencer UnUs'baf^aa.
u3i.z.iit>,Coogle
36
Dm «ño* b* que i mij Cortu
No yM, «anqne oi llamaba:
Coa mi condado oi altá^tfia.
Que fo á vos lo diera en guarda;
Otroa taertoa me fecfateia
De que yo agora haln'é paga^—
El Gomde dijo: — Señor,
Con la tierra no me alBaba>
Ni vengo de lal lagar,
Ni linage qae lo obrara.
Que en lealtad y maSai buenas
Por mny bneno me contaba,
T por tan boen caballero
Contó el' mejor qoe se halla.
Otra vei vine i León
Do la vQcitra Corte estaba,
Y de viiealros Leaneaei
Gran deshonra yo cobraba,
' T esta fae la cauaa, el Rey,
Qoe t ella*. no continnaba;
y ai me alao con la tierr»
To leogo rs»>n f canta,
Ca me tenedea robado
Gran haber y gran ganancia.
Tres aflioa ha lo debéis,
T i mi no ae me pagaba:
Dadme, Bey, yoi, fiadore*
Que i mí me seri pagada;
Yo dárvoaloa he también
CaalilU ealaba mny tríst^
Crecido* Ibntoa hacia
Porque et nmerio Hernán Gon-
De p^gar ai en algo errah*. ■•^
El Rcjr recibiera enojo
Deslo qu'ei Conde hahlalMi;
Echóle en fuertes prisíoneaf
Mas ao mnger lo aacaba.
El Conde iteá aos gentes.
La tierra del Bey estraga,
Prendiérale muchoj hombres,
Muchos ganados llevaba,
Hasla que le dá sn haber
Mal al Bey amenazaba.
£1 Bey d\6 de aus haberes,
Y á nn hombre le mandaba
Que luego le pagne al Conde
Lo qne í pagar se obligara:
El hombre fue para el Conde
Y el haber luego le daba;
Pero no basta á pagallo
Porque muy mucho sumaba.
El Bey de muy congojad» ,
Con los suyos acordaba
Que libre le di el condado
Si el haber le perdonaba.
El Conde lo hubo por bien
Porque mucho le pesaba
De besar mano í ninguno,
Y i Dios muchas gracias daba
Por sacar de tubjecion
De León i Castilla honrada.
(O
El que bien la defendía.
Su hijo hobo sn estado.
Ese Conde Don García,
Fernandei por sobrenombre.
u3i:z.,iit>,Coogle
Bien *1 padre parcela.
GraH cabillero es ile coerpo,
Caerdo, apuesto í mtravitli,
La» maooa ba como nieve
Cnando del cielo cala;
Cabieftai las trae con loas
Porqae amor nadie le pida.
En Francia caad el boen Conde
Con eia DoOl Argentina,
Qoe ^laba por su tierra
A Santiago en romerfa.
Seis a&o9 vivió con ella,
No habieron fijo ni fija:
El Conde esti moy doliente,
Temió de perder ia vida.
La Condesa como mala
Muy gran traición te bacía:
Fuese á Francia con nn Gande
Qoe á visitarla venia.
El Conde Oarcí Pernandei '
Gran enojo reCebia;
T «ano de so dolencia
A los anyoa lea decía
Que por cnmplir la promesa
Qne por su salod bacía,
Se iba i Rocamador
Con dones en romería.
Meiiiite por el camino.
Un escudera en sn ^i»;
Ambos van desconocidos.
Pobres vestidos vcstian:
.Degados sov d«nde estaban
Los que ban becho alevosfa.
El Conde Garci-Fernandel
Con gran prádencía inquina
Toda la vida del OoBdc,
Y sopo qae había- una hija,
Qoe se nombnl Ooi» $«ncba> -
Mtif beemoia en dcmasfa.
Garci Fernanda, discreto.
37.
Ca)d¿ qoe le c
Conversar luego con ella
De coalqnier manera 6 gníaa.
Muy mal qniere Doña Sancha
A aquesa Do3a Argentina,
Con aa padre la revnelve,
No puede sufrir (al vida.
Bascando andaba algún modo
Como hnya tal fatiga.
Habldcon nna don>:tlla,
Amiga , sepaa qoe yo
Sufrir e>to no pedia:
¿Has visto tú ya los pobres
Que dan rtcion cada día
A la puerta de mi padre?
Pues-mira, con maestría -
Si hay en ellos hijodalgo
Que allí la limosna pida,
Que tea fermoso, apocsto,
Y i mí lo trae , qne cumplia,
Porqae qnicro hablar con él,
Que macho á mi convenia.— •
La doncella, qa'es diacrela.
Por la obra lo ponía:
Fuese un día do los pobrea
Becebian la comida,
T entre ellos vio estar al Conde,
Al buen Conde de Caililla,
Que esti pobre y mal vestido;
Mas muy bien le parecía.
Vido qne era muy hermoso.
Grande, apuesto en demula.
Viole las mano* hormoaaB
Qn'el buen Conde deunbcia:
Cuidaba en so coraaon '
QnVra hombre de «alia:
Apa rti ralo de lodoa,
T conjoridolo babia
Que dijese si era. hidalgo.
Dg.l.zedt>>COOgle
38
Qae dcllo gran bítn ternU.
Di¡o el Conde qiK lo era
Mm qae e1 tt&or que tenii,
La doncella paró miente*
A eslo qm reipondií:
— Agiiardime iqaf, mSot,
Yo vtraé por tos aína.—
Fueae para su teAora,
Lo pasado le decía.
Por mando de DoAa Sancha
Vino anlellaOon Garcta;
Ella le dijera al Conde:
—Yo oa mego por cortesía
Me dígala por, cuil raion
Voa «oís de aaa hidalgafa
Que no el acAor de etla lierra*
Qae yo por padre tenia.—
Respondió el Conde diciendo;
^-. En .vuestro poder yacía,
Ea vuestra mano es mi muerte,
Dirtncta pódela , ó vida.
Si queréis «aber de mi
A vos ote descnbrlria;
Promeiedme en puridad
Que de vos no se sabría. —
Jurábale Do&a Sancha
Qae no lo replicaría.
El Conde di}D: ——Señora,
Verdad digo y no menlira,
Yo soy Don Garci Fernandei
Ese Conde de Castilla:
Vaealro padre que aquí está
A mi gran maldad hacia:
Tni)érama mi muger
Con quien casada yo había,
Aqaí la tiene consigo,
Gran pesar i mí venia,
Y con crecida vcrgüenaa
Prometido yo tenia
Be no volver á mi tierra
Hasta qaílarlca la vida,
Y por cumplir mi promcaa
Este mal trage traía
Porque á mí nadie conoica
Ni mi vengsnta ie impida.—
A DoSa Sancha le plugo
De lo qu'el Conde decía.
Porque bailaba camino
Que gran bien se le seguía.
Dfjole al Conde: — Seitor,
Quien i¡ vos os diese boy dis
Carrera para btcer
Lo que á m( dicho se habia,
¿Qué le daréis vos por ello,
O qué galardón habría?— —
Luego el Conde respondió:
— Con vos yo me casaría,
Llevaríaos yo conmigo
A mí estado de Castilla,
Seréis Condesa y seüora
De la tierra que tenia. ^~
Ella le dijo que cedo
Gran venganza tomaría.
Escondiíralo en secreto
Adonde entrambos dormiaii.
Dende i la tercera nocbe
Doña Sancha uari maestría;
Al Conde Garci Fernandei
Un lorigon le ponía
Y un cuchillo en la sn mano.
Bajo el lecho lo 0Mtía
Do sn padre y sn moger
Tenían U av¡ dormida.
Mandóle que eiti seguro,
Y una cuerda al (úe le asía
Porqne cuando se durmiesen
Los que tan mal le ofendían,
DoSa Sancha le tírase,
Y saliendo Don García,
A man ttlva y de aeginro
Dg.l.zedt>>COOgle
A eatrambos loi mataria.
Aqnette concierta fecho
El Conde coa la su amiga
Echados son en la cama
¥ debajo Don García:
Luego te habían dormido.
Doña Sancha qae lo vfa
Tira luego de la cuerda^
£1 Conde presto sai ia:
Degollólos á ambos junio*.
Ambas cabezas leí quita;
Con eliaa y su ^uger
Para CaslilU volvía.
Después que fue» llegado
39
Sos gentei jimtar bicit,
Contóles lo acaecido
Que cosa non fállescia.
Dijo el Conde á sus vasallos:
— Amigos, de aqueste dia
Soy yo el vuestro señor
Pues qiK vengado me faabia,
Que estando tan deshonrada
Vaialloi no merecía.—
Casóse con Doua Sancha,
Alegre vida hacían.
Naciera ¿ellos Don Sancho
Que sucediera en Casulla.
iwwunai»
Dg.l.z«lt>,GoOglc
laMrinrtHlMlMAlllWl'WlWliVVUiVUltlimiiniVVMIUI
ROMANCES
DE GARCÍA I. m CASntLA, T I» XA TRAICIÓN DE
I.OS VELAS.
Reinado en ya Caatilh,
Reinado, que no condado:
Ddd García fue ti primero
Qat por Rey le faa coronado.
A Bermodo de Lton
Sa mensage babia enviado
Demandándole aa bermanft
Por con elta aer caaado.
Don Bermodo hubo por bien
De hacer lo que le e» rogado.
Concerliron que se hicieMn
Las bodaa que han concertado
En León , eaa ciudad
Cibeía qne es del reinado.
Llegados aon i León
Don García y so cnBado,
Con Don Sancho de Navarra
Que lo iba acom pifiando.
Don García entra dentro,
Los suyos deja en el campo.
Los faíjos del Conde Vela,
Que de Castilla bobo echada
Su padre de Don García
Por maldad que habían obrado.
Por vengar la an deahonra
La gran traición han traudo
De malar á Don García,
Aunque eran sui vasallos.
Disimulan la enemiga,
Al Rey besaban la mano;
£1 Bey los recibe bien.
Recibiólos como i bermano»,
Tórnales toda la tierra
Qne la padre hahia tomado.
Fuese í ver i Doña Sancha
Que lo había mucho en grado,
Cobráranie gran amor,
Ambos de sí se han pagado.
Doña Sancha dijo; Infante,
1^0 fuisteis bien con se)* Jo
En no traer vuestras armas
Y venir bien í recado;
No sabéis quien mal os quiere,
Dello mncbo á mí ha pesado.
■ — Nunca hice mal ninguno,
SeBora, Dios sea loado.
Le respondió Don García,
y armas me fuera eicnaado.—
La* malo* ponen por obra
La traición qne han acordado*
Dg.l.zedt>>COOgle
Fajronae pira la pUu,
En elb arman nn tablado,
Debajo licúan Ia> armat;
Gran revuelta habiao trabado
Con loa -raiallos del Rcf
Sobre tirar al tablado;
Cerraron todas laa puerta*
Qne ningnna habían dejado.
Hitan mochos caballeroa
De los buenos castellanos.
El Infante que lo supo
A la gran ((rita ha Ikgado:
-—-Qnedos estad, los traidores,
No-natedes mis criados.—
Los Condes fueron i ¿I
Con 1m venablos akadoa,
Qnjai^ronló allí matar,
£1 Infante entró en sagrado
En Santa María de Begla,
Maa allí lo habían cercado.
Prendiéronlo dentro dclla,
Llevan lo moy deshonrado
Ante el Conde Don Rodrigo,
Pariente de los malvados.
——No me malcdes vosotros,
El Infante habia hablado,
Darvos he moy. grandes bienes
En Castilla mi reinado.
Gran duelo hebo díl Don Moño,
A los Condes ha rogado
Qne no maten al Infante,
Mas ellos no lo ban en grado,
Y la Infanta DoSa Sancha,
Qne supo lo qne es contado.
Fuese para alU corriendo,
Grandes vocea iba dando:
— Al Infante no matedea
Que voi seri demandado.
Pues que sois vasallas suyo*
T obligados i amparallo.
A mf matad, qoe no í £1,
Y en él no pongáis la mano,
Poes contra vosotros , Condw,
En nada no es ¿1 cnlpado.—
£1 Conde Fernán Flayno
A la Infanta habia llegado,
Dióle muy gran bofetada,
En sangre la habia bañado.
Gran pesar tomó el Infante,
De traidor lo esti llamando,
Los Conde* como alctosoa
Grandes feridaa le han dado:
Mnerto cayera en el aneloi
El primer qne le hobo dado
Fue Buy Vela , su padrino
Cnando foera baptiaado.
La Infanta qoe lo vida '
Sobre el Infante te ha echado,
Tómala Fernán Flayno
Como muy desmesurado,
DiiS con ella por el snelo
Y por una escala abajo.
Los malo* con croeldad •
Al Infante habían tomado,
Dieron con él por el moro,
Cayó do esti su cuüado
Don Sancho , Héy de Navarra,
Elcnal moy bien lo ha vengado.
Lo* hijos del Conde Vela Al primer Rey castellano.
De traiciones faan osado: Don García habia por nombre.
Mataron con gran aleve Postrer Conde muy loaano:
L)¿i.z.iiuGoog[c
a
Matáronlo alK en León
Doado eitnvo deipoaado
Con li Infanla Doña Sancha.
Don Bamiro iqo'es su hermano.
De León había MÜdo
Mny armado j i recado,
T paso cerco í Monion
Que de Caatilla t» reinado. '
El alcaide que lo licnei
Fernán Gulierret llamado»
Dcnlro los ha recibido
A SB pesar , mal sn grado.
Cuando sopo la traición,
Mnoho se le* bnmillando.
Convidólos i comer,
Muy bien los babia engaSado.
Escribid hiC|to secreto
A ese baen Bey Don Sancho
Que viiiieae á socorrerlo
Qne lo tenían cercado
Iios bijoR del Conde Vela,
Esos traidores malvados.
I^ego el bocn Rey de Navarra
Con sns dos bijos hemanos
Y macha gente consigo
En Monu>n los han cercado.
Prendieron i todos tres,
Vivos los habian quemado. '
Hernán Flayno, ese traidor)
Se Iw hahia ucapado: :
Mudiraie los vestidos,
Cabalfó sobre an caballo
Sin llevar silla ni freno,
Un capota cobiiado.
La capilla «n ta cabeta,
En piernas iba el malvado.
Enlr<5se dentro en los monges^
No se halla aunque es buscado.
El Rey bueno de Navarra '
Sa hijo había casado
Con la tnfaniR Dofia Sancha,
Con la cnal fue desposado
El Otro Infante García
A su suegro as( ha hablado:
—Buen Rey, 'sí no me vmgais
Del traidor Feman Flayno,
Que fue en matar al Infante,
Que mocho á m( ba lastimado,
Don García vocstro hijo -
Jamas me verá á sn lado.^—
£1 Rey Don Sancho mand6
Que el monte sea cercado.
Prendido lo bahía en él
Al alevoso malvado.
Tmiíronlo do es la lofanl»,
A ella to han entregado,
Y fiao eu é\ tal justicia
Que lo mató por an mano. '
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
DE LOS ROMANCES DEL CID,
QDI TBATA DK SD VIDA
duranit el reinado de Fenutndo I, d Magno.
—Non mecalpede* ai bt fecho
Mi ¡asticia y mi deber,
Migiicr. qne ■ieado peqociLa
Me nombnite por ¡aei.
Entre todos me eicoffitte*.
Por d« tnu madara lien,
Forqve üdeae derecho '
De lo fecho mal J bien.
Non fagáis de«aguÍHdo
Si al nabador enforqxié,
Qm.en bornes este dulito
No c«ii»a siiii(;ana pres>
ComOüi* v«raá me fagOt
OcUa barlú non car¿, '
Que et-^óe pogna por U bwra
Enemigo della fue. •
Atended qae la justicia.
En borlas y en veras, fne
Vara laa firlne y dcrecba .
Qdc non le podo torcer.
Verdad, entre baria y jaegOr
Como et fija de la íé
Es pcOa que al agaa y viento '
Para siempre está de un m.
Miámbraseme que mi abuelo, ~
En boen siglo sa alma est¿.
Muchas veces me decia
Aquesto que agora oiréis:
J£/ Aorne en aui mancebiat
Siempre JMera aprender ■
A facer aiemprt derecho
Cuandv ea foi hurla» ettí- -
Asf .fice esta vegadat
To cuido que fice bien, .
Que sigo un abuelo honrado.- "
Que nadie se queja del.—
Esto decia Rodrigo
Afinojado ante el Bey,
Delante loí qipe juagaba
Aales de Jo* aSÓa dies.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
u
Cuidando Diego Ltynec
En la mengaa de su casa,
Fidatga, rica y anlígua
Antes que Iñigo Abarca,
T vJFndo qac le falleacen
Filenas para la venganta,
Porqoe por ans luengos di»
Por i( DO poede tomalla,
No poede dormir de nocbe,
Min gustar de las viandas.
Ni altar del suelo los ojos,
Ni osar salir de sacas*,
Nin fablar coa lui amigos,
Antes les niega la fabla
Temieodo que les ofenda
El aliento de sn infamia.
Estando, pues, combatiendo
Con ealas faonrosas bascaí,
Para usar desta esperieDcia,
Qué no le lalió contraria,
Mandó llamar i sus hijo»,
T sin decitlea palabra
Les fue apretando ano á ano
Las lidalgag tiernas palmas;
No para mirar en ellas
Las qui román ticas ra]>as,
Que e4te fecbicero abaso
No era nacido en España-
Mas prealandoel honor fuertas,
A pesar del tiempo y canas,
A la fria oangre y vena»,
Nervio* t arterias bfcladaa.
Les apretó de manera
Que diieroB : — Señor, baata,
jQué intentas, ó qa¿ pretendes?
Suéltanos ya, qae noa matas. —
Mai cuando llegó á Bodrigo,
Casi muerta la esperanu
Del fruto qoe pretendía.
Que á do no piensan se baila,
Eucaroiíadoa los ojos
Cual furiosa tigre h i rea na.
Con nncba furia y dcnoedo
Le dice aquellas palabras:
— Soltedes, padre, 'en mal bora,
Solledcs, en hora mala,
Que á no ser padre, no hiciera
Satisfacción de palabras.
Antes con la mano mesma
Vos sacara las eniraSai,
Faciendo lugar el dedo
En vea de puñal 6 da^.—
Llorando de goto el viejo
Dijo; ——Fijo de mi alma.
Tu enojó me desenoja,
T tu indignación me agrada.
Esos bríos, mi Rodrigo,
Mnéslralo* en la demanda
De mi bonor que eali perdido.
Si en tí no se cobra y gana.^—
Contóle su agravio, y dióle
Su bendición, y la espada
Con qne did al Conde la maeKe,
T principio á ana faunas.
' 3.» (Anónimo). ■
Pensativo estab* el Cid, MatandoalConde LoaaM.
Viéndose de pocos ajiíós, Miraba el bando temida
Para vengar i su padre Del poderoso contrario,
Dg.l.zedt>>COOgle
Qoe Cenia en lu monUítaa
Mil amigos aitarianoa:
Miriba cooia m las Corles
Del Bey de León Fernando
Era >u voto el primero,
T en guerras mejor su brasa.
Todo le parece poco
Respecto de aquel agravio,
' E) primero que se ba fecbo
A ia sangre de Lain Calvo.
Al cielo pide josticis,
A la tierra pide campo,
Al vie)0 padre licencia,
Y j la honra etfoerzo y braso.
Non cuida de sn niñez, '
Qae en naciendo, es coslnm-
A morir por casos de bonra
El valiente fijodalgo.
Descolgó ana espada vieja
De Mudar ra el castellano,
Que estaba vieja y mohosa
Por la mnerte de sa amo:
y pensando qoe ella sola
Bastaba para el descarga,
Antes qoe se la ciSeM
45
Asi le dice turbado:
• — FaE cuenta, valiente es[ada«
Qoe es de Mndarra mi braao,
Y qqe con so bvaio riñes,
Porqoe suyo es el agravio.
Bien sé qoe te correris
De verte ail en la mi mano,
Mas no te podrás correr
De volver atrás un paso.
Tan fcierte como tu acero
Me veris en campo armado;
Tan bueno como el primero
Segundo daeño lias cobrado,
Y cuando alguno te venia.
Del torpe fecbo enoiado.
Fasta la cruz en mi pecbo
Te esconderá muy airado.
Vamos al campo, qae es hor«
De dar al Conde Lwno
El castigo que mejece
Tan infame lengua y mano.^—
Determinado va el Cid,
Y va tan determinado,
Qae en espacio de nna hora
Quedó del Conde vengado.
4.° (Anónimo), (i)
—Non t» de serados bornes.
Ni de infantones de pro,
Facer denaesto a un fidalgo
Que es tenudo mas que vqs.
Non los fuertes barraganes
Del vuestro at^id tan feros
Prueban en bornes a
El so javenil furor:
No son boenas fecborfai
Qae los hornea de León
Fieran en el rostro i nn vie^,
Y no el pecho i nn infanson.
Cuidarais que era mi padre
De Lain Calvo ancesor,
L)¿i.z.iiuGooglc
T qae na infrcD lot toertM '
Loa qae htn de boenos bluoir.
Mas ¿cd mo vos atrevisteis
A un home, que solo DioSj
Siendo ;o su fijo, piiede
Facer aqaesto, otro non?
La. su noble faz ñubUiteis
Con nube de deshonor.
Mas yo desfaré la niebla,
QuB es mi fuerza la del Sol;
Que la sangre diipercude
Mancha que finca en la honor,
X ba de ser, si bien me lembro,
Con sangre del malhechor:
La vuesa , Conde tirano,
Lo seri, pues su fervor
Os movi¿ á desagoisadt»
Ptiv£ndovos de raían.
Mano en mi padre pusisteis
Delante el Bey ctin furor,
Cnidá qne lo deooslisteis.
T que Moy ni íyo yo.
Mal fecho feelstef*, Conde,
Yo vos reto de traidor,
T catad si vos atiendo
Si me causareis pavor.
Diego Laynea me fiao
Bien cendrado en su crisol,
Probaré en vos mi fiereu
Y en vuesa falsa intencioo.'
Non TOS valdrá el ardimiento
De, mañero lidiador,
Pues para vos combatir
Traigo mi espada y trotón.*—
Aqneslo at Conde Lozano
Dijo el buen Cid Campeador,
Que despoea por sus faaañas
Est nombre mereció.
Dióle la muerte, y vengóse^
La cabeza le cortd,
T con ella ante su padre
Contento se afinojó.
5.° (Anónimo), (i)
Coasolando al noble viejo
Está el valiente Rodrigo,
Apercibiendo venganza
Y resistiendo sospiros.
Viendo al venerable anciano
Tan sin razón desmentidla'
Yantar no puede bocado,
Que nunca yantó ofendido.
— — Non vos dé pena, señor,
£1 tuerto que el Conde os fizo,
Que cnando se atrevió i vos
Ñon cuidaba era yo vivo;
Las lágrimas que vertéis
Dan en mi alma hito i hilo,
Y como van i sn centro
Conviértense en rayos vivos.
Por el alto Dios del cielo,
X en fé que soy vueso fi)o.
Que o» he de facer vengado
O me mataré á mi mismo.
Dadme vues^ bendición
Con la que habéis pretendido
En piedra de vueso honor
Probar los quilates mios.
Siendo vos mi ensayador
Tanto de punto he subido
(i) si mitmo atuato dtt anterior.
D3i.z«it,,Coogle
Qne pretfo verei* el fia
Qae fi vncMi mal di¿ princi-
Tonió una upada y rodela
Y de Mcreto se ha ido.
Vida al Coaáe -pastiudo,
T estu palabru le ha dicho:
^-^^nde, lozano estaredes
De aqneate gran VAlentfa,
Porque posastes la mano
Donde home hnmaiio ha podido.
Sf, por la Divina \ej
Sabéis que fue permitido
La ofenta que se hiio al padre
Que la restauren los fijos.
Aunque ac& por la del duelo,
Por ser de noventa y cinco,
El mió no esti ^argado,
Vos lo estáis y desmentido;
Qne el que e«U en i:uerpa de
guarda,
O es de la edad que he dicho,
a.
Ni agnvia ni es afrtBUdOf
Por las ruones qne fae dichot
T, antes qae muera de penaf
O non llegue de corrido,
Vengo por vuestra cabeú
Porque se la he prometidfl. — »•
Faciendo díl menosprecio
El Conde se ha sonreido.
Vele, rapii, non le faga
Atotar cual page ni3o.~
Poniendo mano el buen Cid
Con gran cólera le ha dicho:
- — -La rason con la nobleaa
Mas vale que diez amigos. —
Son tan soberbios los golpes,
T tan sin reparo han sido,
Que la cabeza del cuerpo
En un punto ha dividido:
Por los cabellos la lleva, ,
T dándola al padre dijo:
— Quien os trató mal en vida
Gatalde á vtieso servido.—
Llorando Diego Laynei
Tace sentado í la mesa.
Vertiendo ligrimas triste!
Y tratando de sn afrenta,
Y trasportándose d viejo,
La mente siempre inquieta.
De temores muy honrados
Va levantando qaimeras,
Cuando Rodrigo venia
Con la cortada cabeza
Del Conde, vertiendo sangre,
T asida por la melena.
Tiró' á sn padre del brato
T del «neSo lo recuerda,
T con el goEO que trae
Le dice de esta manera:
— Veis aquf la ferba mala,
Para qne vos comáis bncna;
Abrid, mi padre, los ojos,
T alud la fas, qne ya escierU
Vuesa honra, y ya con vida-
Os resucita de muerta.
Dfr sn mancha est j lavada,
A pesar de su soberbia,
Que bay manos que no son ma-
T esta lengua ya no es lengua.
To os he vengado, señor.
Que está la venganza cierta
Cuando la raxon ayuda , .
D5iiz«iuGbogIe
A aquel qoc le arma con ella,—
Píedh que lo soeBa d viejo,
Ma* BO es así , que do ineSa,
Sino que el llorar prolijo
Mil caractéret le maestra;
Has al fin aInS loa ojos
Qae fidalgas sombraa ciegan,
T conoció á so enemigo, it
Aooi^ne en la morlal librea.
—Rodrigo, fijo del alma.
Encobre aqueta cabcea.
No tea otra MedoM
Que me traeqne en dnra piedra
T «ea tal mi deiventor*
Que ante* que te lo agradeeca
Se me abra el coraion
Con alegría tan cierta.
jOb Conde Lozano infai^!
El cielo de If me venga,
T mi raion , contra tí.
Ha dado á Hodrigo fueraaa.
Siéntate á yantar, mi fifo,
Do estoy, i ^i cabecera,
Qoe qaien tal cabeza trae,
Seri en mi casa cabeza.
7." (Andnimo). (1)
Grande ramor M levanta
De fritos, armas y vocea
En el palacio del Rej
Donde son los Ricos-faomci:
Baja el Rey de tu aposento
T con él toda la Corte,
Y á las pnertas de palacio
Hallan i Xiroena Goroei,
Desmelenado el cabello.
Llorando i «u padre el Conde,
Y i Rodrigo de Vivar
Ensangrentado el estoque.
Vieron al soberbio mozo
El rostro airado que pone
De Dofia Ximena oyendo
Lo qae dicen sos clamores:
^—Justicia, buen Rey, te pido,
Y venganza de traidores,
Asi lo logren tus fijos
Y de sns lazaíbs goces,
Qae aqael qoe no la mantime
De Rey no merece el nombre,
Nin comer pan en manteles,
Nin que le sirvan loa nobles.
Mira, buen Rey, que deciendo
De aquellos claros varones
Que á Pe] ayo defendieron
Con castellanos pendones;
T cuando as faera asi.
Tu brazo ba de ser conforma
Dando venganza i los cbicos
Con rigor de los mayores. , .
Y tú, matador rabioso.
Tu espida sangrienta corre
Por esta humilde garganta
Sujeta á su duro golpe.
(i) Aniti di itti debi¿ pontrte ti de Cabalga D¡e|n Layoez , fue tt
halla tn it Jlomanetro del Cid, pero te ha tuprimido porgue saca-
raettr rs una anomalía rriptcto á ¡os demás , f detmitnte Ja ¡dea d*
la lealtad r/ut atribuimoi a este hérot, tn cufa boca te halla ta ver-
dad ttPt^a , pfTO no la injuria.
u3i.z.iit>,Coogle
'MiUou, traMor; i mí.
No por muger me perdonei,
Mirm qae pide jiulicia
Contra ti Ximeiu Gomei.
Pun malaate an caballero
El mejorde lot raejortt.
La defensa de la Fé,
Terror de 1m Almaniores,
No.es mocfao, rapés villano,
Qae (e afrente y te deibonre.
Í9
La inuefle, traídort te pido»
No me la niegne* ni estorbe*. —
En uto viendo Ximena
Que {todrigo no ruponde,
Y que tomando las ricndaa
En su caballo se pone,
El rostro volviendo i todos,
Por obligallos da voces,
¥ viendo que no le signen^.
Dice : f engoma , señoreí.
S' (Andaimo).^(i)
Día era de lo* Reyes, '
Dia era seKaladoi
Coando due^s y doncellas
Al Rey piden aguinaldo,
Si no es Ximena Gom»,
Hija del Conde Lozano,
Que puesta delante el Rey
Desta manera ha hablado:
— -Con mancilla vivo. Bey,
Con ella vive taai Aladre;
Cada dia qite amanece
Veo quien mató á mi padre
Caballero en on caballo
Y en sn mane un gavilanc;
Otras veces nn halcón
Que trae para casare,
Y por me hacer más enojo
Cabalo en mi paloraare:
Con sangre de mis palomas
Ensangrentó mi bríale.
Enviéselo á decir,
Euvidme i ipoenaiarc
Que me cortari mis haldas
Por vergonioso luga re (3),
Me fortari mis doncellas
Casadas y por casare;
Matura me un pagecico
So baldas de mi briale.
Bey que no hace justicia
No debia de reinare.
Ni cabalgar en caballo.
Ni espuela de oro callare,
Ni comer pan en manteles,
Ni con la Reina holgare,
Ni oir misa «n sagnido.
Porque no merece mase.-—
El Bey de qne aquesto oyera
Conienzara de hablare:
— iOh vitame Dios del cielo!
Quiérame Dios consejare:
(i) Macho mal antiguo gue ti anítrior, pero al tttiimo atonto.
Se ha rtsliAUtido ea ti otoñante primilivo , dt ^ue U privi ntodtr—^
aitónthle rí colector del Cancionero de ñomancrt.
_ (3) Este trozo de romanee hasta donde dice: Rey qnc na bace jns-
tícia , es casi una repetición de algunos versos qut se hallan en el
primero de ¡os sitie Infantes de Zara , gue dice : A Calatiava la Vieja.
i
L)¿i.z.iiuGoog[c
50
Si yo prendo & mato al Cid,
Mi( Cortes «e volverane;
T 91 no h»%o jaaticia
Mí alma lo pagarac.
— Ten id las tus Cortea , Rey,
No te las revoelva nadie,
T al qae á mi padre mató
Dimelo td por igoale,
Queqoien tanto mal «De hiio
Sé que algoa bien me barae.-—
Entonces dijera el Bey,'
Siempre lo oí decir,
Y agora veo que es terdade,
Qdc el seso de las mngeres
Que non era nalurale:
Hasta a<fo( pidió ¡uslicia,
Ya quiere coa i\ casare:
Yo lo haré de maj boen grado,
De mny boena volaata^
Mandarle qniero una carta» -
Mandarle quiero llama re.-^—
Las palabra* no aon diclua.
La carta camino vae,
Mensagero qoe la lleva
Dado la faabia i su padre.
— Malas maitas habeii. Conde,
No os las puedo yo qaitare.
Que cartas que el Ref os manda
No me las queráis mostrare.
— T4o era nada , mi 6jo,
Sino qoe vades allae.
Quedaos vos aqaf, mió hijo.
Yo iré en vuestro logare.
— Nanea Dios tal cosa quiera
Ni Santa María lo mande.
Sino qoe adonde vos fuércdea
Qne allá vaya yo delante.
9." (Anónimo). (■)
En Bargos está el baen Bey
Asentado i an yantare,
Coando la Ximena Gomei
Se t* vino i querellare.
Cnblerta toda de tuto,
Tocas de negro cendale.
Las rodillas por el suelo
Comentara de fablare-.
Con mancilla vivo, Rey,
Con ella mnrió mi madre.
Cada día qae amanece
Veo al que mató á mi padre
Caballero en un caballo
Y en su mane on gavilane.
Por facerme mas despecho
Cébalo en mi palomare,
Mátame mis palomillaa
Criadas y por criare.
La sangre que sale dellaa
Teitido me ha mi briale:
Enviéjelo á decire,
Envióme á amenazare.
Rey que non face justicia *
Non debiera de reinare.
Ni cabalgar en caballo.
Ni con la Reina fablare.
Ni comer pan á manteles,
£1 Rey coando aquesto oyera
Comeniara de pensare:
(i) Otrm versión dtl anterior.
Dg.l.zedt>>COOgle
^Si yo prendo 6 mito al Cid
Mi* Cortes revolrerinse;
Pues si lo dejo ile hacer
Dios me lo ha 4e demindaFe.
Mandarle qoiera noa caria,
Mandarle quiero á llamare.—
Las palabras no son dichas,
La carta camino vae,
Mensagero qoe la lleva
Dado la bahía á sa padre.
Cuando el Cid aquesto supo
Así coraentd i fablare:
5)
—Malas maSas habéis, Conde,
Non vos las puedo quitare.
Que carta que el Rey vos manda
No me la queréis mostrare.
Non era nada , mi fijo,
Si non qae vades allae,
Fincad vos aci, mi fijo.
Que yo iré en va eso tugare.
— Nunca Dios lo tal quisiese
Ni Santa Marta su madre,
Sino i{Ue donde vos fnéredet
Tengo yo de ir adelante.
'. (Anónimo). (■)
Delante el Rey de León
Doña Ximena ana tarde
Se pone i pedir justicia
De la muerte ds su padre:
Para contra el Cid la pide
Don Rodrigo de Vivare,
Qae huérfana la dejó,
Nifta , y de muy poca edade.
Si tengo ratón ó non,
Bien, Rey, lo alcantas y sabes,
Qae los negocios de honra
Ño pueden disimularse:
Cada día que amanece
Veo ai lobo de mi sangre
Caballero en un caballo
Por darme mayor pesare.
Mándale, buen Rey, puespaedes,
Que no me ronde mi calle,
Que no sa venga en mogeres
El hombre qne mucho vale.
Si mi padre afrentó at soyo^
Bien h* vengado i su padre,
Que si honras pagaron muerte
Para su disculpa basten.
Encomendada me tienes.
Calledes, Doña Ximens,
Que me dades pena grande.
Que yo daré buen remedio
Para todos vuestros males.
Al Cid no le he de ofender.
Que es hombre qur mucho vale
¥ me defiende mis reinos
T quiero que me los guarde;
Pero yo faré un partida
Con él, que no os esté male,
De lomalle la palabra
Contenía quedó Ximena
Con la merced que le face.
Que quien huérfana la fizo
Aquese mesmo la ampare.
i™Goog[c
53
ScDtatlo esti et «cñor Rey
En su lilla de reipaldo
De »u genic mal regida
De«a venencias juzgando.
Dadivoso y JQsliciero
Premia al bueno y pena al mali^
Que castigos y mercedes
Hacen seguroi vasallos.
Arrastrando luengos lutos
Entraron treiula fidalgos
Escuderos de Xíowna
Fija del Conde Loiano,
Despachados los ma ceros
Quedó sgspenso el palacio,
Y asi comenzú sus qaeiai .
Hamlllada en los estrados:
— Seiior, hoy hace seis meses
Que murió mi (lailre á roanos
De un muchacho, que las tuyas
Para malador criaron.
Cuatro veces be venida
A tus pies., y (odas cuatro
A lea ncé. promel i mientos,
Justicia jamas alcajnio.
Don Rodrigo de Vivar,
RapJE orgulloso y vano,' ,
Profana los justas leyes
Y td amparas nn profano:
Td le celas, t& le eitcnlirea,
Y despoe* de pneato en aalvo
Castigas á tus merinos,
Porque no pueden prenda lio.
Si de Dios los buenos Reyes
La semejauaa f el cargo
Representan eU la tierr»
Con loa humildes bumanos.
Non debiera de ser Bey
Bien temido y bien amado
Quien fallesce en la ¡naticia
Y esfueru los desacatos.
Mal lo miras, mal lo piensas,
Perdona ti mal te fablo.
Que U injuria en la moger
Vuelve el respeto en agravio.
- No haya mas, gentildoDcelU,
Respondió el primer Fernando,
Que afalaridarin vueías quejas
Un pecho de acero y marmol.
Si yo guardo i Don Rodrigo,
Para vueio bien lo guardo,
Tiempo vendrá que por¿l
Convirtáis en goto el llanto.^—
En esto llegó á la sala
De Doña Urraca un recado,
Asióla del brazo el Bey,
Donde está la Infanta entraron.
13. (Anónimo).
Reyes moros en Castilla Pasaron por junto á Burgos,
Entran con grande alarido; A Montes-Doca han corrido,
De moros son cinco Reyes, Y corriendo i Belforado,
Lo demás macho gentío. También á Santo Domingo,
(i) JS¡ asunto anterior.
Dg.l.zedt>>COOgle
A Nijera y á LoftoSo,
Todo lo habían déstrnido.
Llevan presa de ganados.
Mucho) cristianos canlivos.
Hombres mncbos y mogercs,
Y también niñas y niilos.
Ya se vuelven á sus tierras
Bien andantes y muy ricos,
Porque el Bey, ni oiro ninguno,
A quitiraelo han salido.
Rodrigo cuando lo sopo
En Vivar el so caalillo,
(Mozo es de pocos días,
Los veinte aiios no ba cumplido)
Cabalga sobre Babieca,
Y con él los sus amigos,
Apelli4íra £ la tierra,
Mocba gente le ha venido.
Gran sallo diera en los moros:
53
Ed Montei-Doca cl castillo
Venciera lodos los moros
Y prendió los Reyes cinco.
Quitárales la gran presa
Y gentes que iban cautivos.
Repartiera las ganancias
Con los que le habían segnido*
Los Reyes trajera presos
A Vivar el su castillo.
Entrególos á su madre.
Ella los ha recibido.
Soliólos de la prisión,
Vaíaltage han conocido,
Y á Rodrigo de Vivar
Todos lo han bendecida.
Loaban su valentía.
Sus parías le han proroetidir,
Fuéronse para sus tierras
Cumpliéndolo que hablan dicho.
De Rodrigo de Vivar
May grande fama corría,
Cinco Reyes ha vencido
Moros de la Morería.
Soltólos de la prisión
Do metidos los tenia.
Quedaron por sus vasallos,
Sns parias le prometían.
En Burgos estaba el Rey
Que Fernando :e deci»;
Aquesa Ximena Gómez
Ante el buen Rey parecía:
Humiltádose había ant'él
Y su razón proponía:
——Fija soy yo de Don Gómez
Que en Gormái condado babia,
Don Rodrigo de Vivar
Le mató con valentía,
La menor soy yo de tres
Hijas que el Conde tenia,
Y vengo £ os pedir merced
Qne me bagáis en este día,
Y es que aquese Don Rodrigo
Por mdrido yo os pedia.
Ternéme por bien casada.
Honrada me contari*.
Que soy cierta que su hacienda
Ha de ir en mejoría,
Y ¿1 mayor en el estado
Que en la vuestra tierra hahia.
Ha reís me así gran merced,
Hacer á vos bien vernia,
Porqn'es servicio de Dios,
Y yo le perdonaría
La muerte que díó á mí padre
Si él aqntsto conccdia,-^
U3l.z.llt>,COOglC
El Re; hobo por moy bien
Lo qae Ximcna pcdit,
Eacrcbiérale sut carias.
Que vinieac, le decia,
A Plasencia donde estaba,
Qu'es cosa que le cumplía,
ñodrigo, que vio lascarlas
Que el Rey Femando le envia,
Cabalgó sobre Babieca,
Machos en so campaftfa;
Todos eran hijosdalgo
Los que Rodrigo traía.
Armas nuevas traían todos, >
De Dua color se vestían.
Amigos son y parientes,
Todos á él lo seguiau.
Trescientos eran aqnellos
Que con Rodrigo venían.
El Rey sal¡¿ f recibirlo.
Que muy mucbo lo qaeria,
DIjole el Bey : ^— Don Rodrigo,
Agradéicoos la venida,
Que aqaesa X i mena Gomet
Por marido i voi pedia,
T la muerte del su padre
Perdonada os la tenia:
To TOS róegD que lo bagáis,
Dello gran placer habría,
HacervDs he gran merced.
Muchas tierras os daria.
— Pláceme, Rey, mi aeiloFf
(Don Rodrigo respondía)
En esto y en todo aquello
Que tu voluntad seria. ^—
El Rey se lo ajradeciój
Desposadas lo* había
El Obispo de Pslencia,
T el Rey didole había
A Rodrigo de Vivar
Mucko mas que antes tenia,
T amóle en su coraaon,
Que todo lo merecía.
Despidiérase del Rey,
Para Vivar se volvia.
Consigo lleva su esposa,
Sn madre la recibía:
Rodrigo se la encomienda
Como í su persona misma;
Prometió como quien era
Que i ella no Uegaria
Hasta que las cinco hoestes
De los moros no vencía.
' A Ximcaa y i Rodrigo
Prendió el Rey palabra y mana
De juntarlos para en uno
En presencia de Lain Calvo.
Las enemistades v:e}as
Con amor las olvidaron,
Que donde preside amor
5« olvidan muchos agravios.
El Rey dio al Cid á Valduerna,
A SaldaSa y Belforado,
Y á San Pedro de CardcBa
Que en su hacienda vinciriaroD.
Entróse i vestir de boda
Rodrigo con sus hermanos;
Quitóse gola y arnís
Resplandeciente y grabado,
Púsose un medio botarga
Con unos vivos morados.
Calzas, balona tndesca
De aquellos siglos dorsdos,
Eran de grana de polvo
Y de vaca los zapatos,
■L)3i.z.iiuGoogIe
Con iot behill» por cinta»
Qae le apretaban loa lados;
Camisón redondo y justa
Sin filetes ni recamos
( Que entonces el almidón
Era pan para mucbaclios),
Con jubón de raso negro.
Ancho de manga, eslolado,
Qdc en tres ó cuatro batallas
Su padre lo había sudado.
Una acuchillada cuera
Se poso encima del raso,
En remembranza y memoria
De las macb'ai que había d»do;
Una gorra de Conlray
Con una pluma de gallo,
Llevaba puesto un tudesco
En felpa todo aforrado,
La Tizona rabitiesa
Del mundo terror y eapanlo,
Qae costaron cuatro caarlos.
Mas galán que Geri neldos
Baja el Cid famoso al patio,
Donde Rey, Obispo y Grandes
En pie estaban aguardando.
Tras esto bajó Ximena
Tocada en toca de
Y no con estas quin
Que agora llaman bnrraoos.
De paSo de Londres fino
Era el vestido bordado,
Unas garnachas muy juslaa
Con un chapiu colorado.
Un collar de ocbo pattna*
Con un San Miguel colgando,
Que apreciaron una villa
Solamente de las manos.
Llegaron jontos los novios,
T al dar la mano y abraco.
El Cid mirando la novia
Le dijo lodo turbado:
— Maté í tu padre, Ximena,
Pero no i desaguisado.
Mátele de hombre á hombre
Para vengar cierto agravio.
Maté hombre, y hombre doy,
Aquí estoy i tu mandado,
T en lugar del muerto padre
Cobraste marido honrado^—
A lodos pareció bien.
Su discreción alabaron,
T así se hicieron las bodas
De Rodrigo el castellano.
i5. (Anónimo).
A sn palacio de Sargos, En un arco may polido
Como buen padrino honrado. Mas de treinta y caatro cuartos.
Llevaba el Rey á yantar '- En las ventanas alfombras) ^
A sus nobles afijados. En el suelo juncia y ramos.
Salen ¡unios de la Iglesia Y de trecho á trecho había
El Cid, el Obispo y La i n Calvo, Mil Irobos al desposado. '
x^on el genlio del pneWo Saliú Pelayo hpolio loro
Que les iba acompasando. - ' Con un pa&o coldradoj- -
Por la calU a¿«nde van: ■ ■ - ' ¥ olros< que le- vaq siguiendo, '■
A costa del Rey gastaron Y una daMR^B^laat^ci. - : <
L)¿i.z.iiuGoog[e
56
También Autolin ibIí6
A la gineta ea un isno,
Y PelíM con vejigM
Fufen do de lot mocbacbos.
Diet y aeis maravedís
Mandó el Rey dar á nn lacayo
Porque tapanuba á las fembras
Con un vestido de diablo.
Ma» alrSs viene Ximena
Trabándola el Rey la mano.
Con la Reina su madrina,
Y con la gente de manto.
Por las rejas y ventanas
Arrojaban trigo tanto,
Que el Rey llevaba en la Borri,
Conuí era ancha, un gran pa-
Y á la bomildosB Ximena
Se le metían mil granos,
Domingo por la mañana
Cuando el claro sol salió
Mas alegre que otras veces
Porg
ir de la
Don Rodrigo de Vivar,
El que la palabra dio
De casarse con Ximena,
Ese dia la cumplió:
Y para ir á la Iglesia
A tomar la bendición,
Por mostrar lo qne valia
¡Ob quí galán que salió!
Qne de raso columbino
Llevaba nn rico ¡ubon,
Calía colorada y justa.
Porque sn. guato ajustó,
Bobemio de paño negro.
De raw> 1* ¿uarnicioii, .,
Por la matqaesota, al cDello*
Y el Rey se los vi sacando.
Envidioso dijo SoerO)
Que lo oyera el Rey, en alto:
• — Aunque es de estimar ser Rey'
Estimara mas ser mtno.—
Mandóle por el requiebro
El Rey nn rico penacho,
Y í Ximena le rogó
Que en casa le dé nn abraso.
Fabl jndola iba el Rey,
Mas siempre la fabla ea vant^
Que non dirí discreción
Como la que fia callando.
Llegó á la puerta el gentío
Y partiándo^e i dos lados,
Quedóse el Rey á comer
Y los que eran convidados.
1 6. (An<
o).
La manga larga y angosta
Con capilla de buylron,
Jaqncta lleva de raja
T en ella mucho brahon,
Y las faldetai tan corlas
Que se parece c! jubón;
Lleva un cinto tacbonado,
De plata los cabos son,
Pendiente lleva del cinto
Un doblado mocador;
Zapatos lleva de aeda
De un amarillo color,
Abiertos y acuchillados
Porque era acucbillador;
Un collar de piedras y oro
Que al muertn suegro sirvió,
La gorra lleva con plnmaa, .
Y nn labrada camiion,
I, Contóle
Y la tÍMHuda eipada
(A quien ti macho estimiS)
De (erci úpelo morado
Los tiro* y vaina son.
Todo* loa Grandes le agaardaa
Cnanlús rii la Corte son:
Sale el Cid, y bácenle campo
Porque era Cid Campea dor>
57.
El Bey le lleva din lado, '
Qoe en hacerlo adivinó, - -
Que de oíros muy muchos Reyes
Rodrigo le hará sedor.
Todos le llevan en medio
Ed orden y procesión,
T para ir á la Igleaia
Todo» se mueven á oa son. .
17. por Sepúiveda. (1)
Ya se parte Don Rodrigo
Que de Vivar se apellida
Para visitar Santiago
Adojide vi en romería.
Despidiiise de Pernindo
Aquese Rey de Castilla,
Que le dio mochos haberes,
Sin dones qne dado había.
Veinte vasallos consigo
Llevaba en su compañía,
Mucho bien y |;ran limosna
Hacia por donde iba,
Daba 4 comer á los pobres,
T á los que pobreta babiaa.
Siguiendo por sii camino
Muy grande llanto ola,
Que en medio de un tremedal
Un gafo triste plaüia.
Dando voces que lo saquen
Por Dios y Sania María.
Rodrigo cuando lo oye
Para el gafo se venia,
Deccndiera de la bestia,
En tierra se dccendia:
Ed U silla lo subió,
Delante sf lo poniaj
Llegaron S la posada
Do albergaron aquel dia.
Sentados son á cenar,
Comian i una escudilla.
Gran enojo hablan los sayos -
De aquesto que el Cid hacia,
No quieren estar presentes,
A otra posada se iban.
Hicieron al Cid y al gafo
Una cama en que dormiait ' .
Ambos, cuando í media noche,
Ya que Itudrigo dormía,
Un soplo por las espaldas
El gafo dado le habia.
Tan recio fue que á los pechos
A Don Rodrigo salia.
Despertó muy espantado,
Al gafo buscado babioi ,
No lo hallaba eu ta su cama,
A voces lumbre pedia.
Traídole hablan la lumbre.
El gafo no parecía;
Tornado se habia i la cama,
Gran cuidado en s( tenia
(1) fía,
das, f(M(r
« rmpieta: Celebradas ya I» bo<i.
Dg.l.zedt>>COOgle
De lo qae le aconteciera,
Mu vio an hombre qne i él
Vestido de pa3os blancos,
T qnc «que«lo le decia:
— jDueroici ó vcUa , RodrigoP
'^— No duermo, le respondií,
Pera dimc qni^n lú erei
Que Unto resplandecías.
-^&n Lázaro soy, Rodrigo,
Yo, qae i te bablar venia;
To «oy el gafo á que lú
Por Dios tanto bien bacías.
Bodrigo, Dios bien te quiere,
Otorgado te ten i»
Que lo qae tú comenures
En lides , A en otra guisa,
Lo campliris í tu bonra
T crecerá cada día.
De todos aeras temido,
De cristianos j morisma,
T qnc los toa enemigos
Empecerte ■» podrian;
Morirás, tú, muerte honrada.
No tu persona, vencida.
Tú -serás d vencedor.
Dios so bendición te envía.
En diciendo estas .palabras
Luego se desparecía,
LevanlSse Don Bodrí^
Y de hinojos se ponía,
D¡ó gracias á Dios del cielo.
También á Santa Marfa;
Aüsi estuvo en oración
Hasta qne fnera de dia.
Parliérase i Santiago,
Su romerfa cumplía;
De allí se fue i Calahorra
Adonde el buen Rey yacía.
Muy bien lo había recebido.
Holgase con su venida,
Iiidiú con Martín Gonialea -
Y en el campo lo vencía.
Sobre Calahorra esa villa
Contienda se ha levantado
Enire el buen lley de León,
Llamado el primer Femando,
Y Ramiro de Aragón
Cuyo reino es el nombrado,
Que ambos los Beyes dicen
Que es villa de su reinado.
Por quitar muertes y guerras
Los Beyes han acordado
Que lidien dos caballeros.
Cada uno de su bando,
Y el qne de aquestos
Que su Bey la baya á
Fernando nombra á Bodrigo
De Vivar, el muy nombrado,
Ramiro á Martín Go^^ales
Muy valiente y esforudo.
Armados ambos que son
Eu el campo son entrados:
En haciendo la seiíal
Muy recio se ban encontrado;
Quebraron ambos las lanus.
Quedaron muy lastimados.
Mal ferldos de los fierro!.
De los encuentros pasados.
Martin le dijo á Rodrigo,
De esta suerte le había* hablado;
Dg.l.zedt>>COOgle
— Mucbo, Rodrip>t voi peie
De haber «ido Un osado
De cDlrar conmigo en btulla
De do Mldreia mal pagado.
Que iqoeía vdcm cabeaa
A<]uf (juedard en el campo;
Non volvereii i CaitiUa
Ni i Vivar el vaetiro esUdo»
Ni Xíraena vuetlra etpoia
Jamas voa veri i su lado,
Aunque dicen que la amáis
Y que della sois amado. — -
De las palabras que ha dicho
Mocho i Rodrigo ha pesado,
T con saña muy crecida
Ansí le hahia hablado:
— 1 Sois, Martin, buen caballero,
Notad lo por vos hablado,
Aqoesas vuestras palabras
No ion de hambre esforudo,
Que aquesta lid comenzada
. Por manos se habrá librado,
Non por Tazones livianas
De qne sois tan abastado.
Én la mano de Dios es
Lo que habéis vos ratonado,
Y él dará U honra i quien
Viere qu'es bien empleado.—
59
Dijo, y con crecido enoio
Para ¿t se fue denodado,
Muchas heridas le dio.
En tierra lo ha derribado.
Don Rodrigo se ape¿,
La cabeza le ha corlado,
Y la sangre de su espada
Luego la bahía limpiado.
Las rodillas por el suelo,
Las manos puesta* en alto,
Muchas gracias daba i Dios
Que tal victoria le ha dado,
Y dijoles á los jueces.
Esto les ha preguplado:
— ¿Queda aquí mas por hacer
Para qoe sea del reinado
De mi seSor Calahorra
Sobre qne se ha halallado? — -
Respondieron todos juntos:
—Ño , caballero esforzado,
Qoe en U batalla pasada
£1 derecho le es quitado
A Ramiro, aquese Rey
Qoe decia ser de su estado. — •
Fernando abrazó i Rodrigo,
Tienen lo por estimado,
Del Bey era muy querido.
De todo el mundo loado.
Al arma , al arma aonaban
Los pifaros y atambores;
Guerra, fuego, sangre dicen
Sos espantosos clamores.
El Cid apresta su gente,
Todos se ponen en orden,
Cuando llorosa y humilde
hi dice Ximcna Gómez;
Rej de mi alma , y detta tierra
Conde,
¿Por qué me dejat? ¿dónde vat?
¿adonde?
Qoe si eres Marte en la gaerra.
Eres Apolo en la corte.
Donde matas bellas damas
Como alli moros feroces.
Dg.l.zedt>>COOgle
60
Ante lúa ojoi K postrin
Y ¿t rodilla* M ponen
Los Bcy«s moros, ha hijas
De Hey«s cristitnoj nobles:
Hejr de mi alma, écc.
Ya lru«can todos la« giUa
Por lucidos inorrionca.
Por arnrses de Milán
Los blandos paSos de Londres:
Las calías por dnra* grevas,
Por mallas gaanies de floresj
Ma* nosotros trociremos
Lm almai y córaEont*.
fíe)/ de mi alma, tcc
Viendo las doras qnercllaa
De su qoerlda consorte.
No puede sufrir el Cid
Que no la consuele y llore.
— Enjngsd, señora, dice,
Los ojos hasla que lorne.—
Ella mirando los sayos
Su pena publica á voces:
lUjr de mi alma , y detta lieira
Conde,
¿Por qué me dejai? ¿dónde taíf
¿adonde?
Haygrandes huestes demoros
A Eslremadora corrían,
Captivan mochos cristianos,
Acorro ninguno habían.
A RodrÍRo de Vivar
Los acorra le prdian,
Don Rodrigo como bueno
Sus gentes luego apellida.
Amigos son y parientes
Todos los que le venían;
En busca vá de los moros,
Xa su seQa vá tendida.
Él iba por capitán,
Sobre si buena loriga.
Cabalga sobre Babieca;
Placer es de ver cual iba.
Animando vj á los suyos:
— Nadie muestre cobardía.
Pues que todos sois hidalgos
De los buenos de Castilla,
Muramos como valientes.
Aquí es bien perder la vida.-^
Entre Atienta y San Esteban
Que de Gormii se decía,
Alcaniado habían los moros,
Lid campal habían ferída. |
Don Rodrigo los venció.
Libra la gente captiva,
Quitábales los ganados, I
Siete teguas los irguia:
Tantos mató de los moros
Que contarse no podían; I
Gran haber ganara dellos,
Captivos en demasía.
Doscienlos son los caballos I
Que á Uon Rodrigo cabian.
Cien mil marcos el despojo; |
Él todo lo repartía
Enlre toda la su gente i
Comunmente, sin cobdicia;
A Vivar se habia tornado
Con gran honra que adqniria:
De todos es mny loado ' :
Y del B?y á maravilla. '
Dg.l.zedt>>COOgIe
, (Andaima).
Trnlc, qne
Eu dcsprcc
Forprcciii
1a noble Xlmena Gómez
Hija del Conáe Loiaoo,
Con el Cid, marido iuyo,
e«laba hablando,
¡ou y corrida
el Cid haya dado
le de toldado,
Soapechaba qoc el enojo
Del muerto Conde Lozano
Vengaba de naevo en ella.
Aunque estaba bien vengado;
Y con elle aeatiiuienlo,
Ticrnamenle sajpirando.
Con ligninas aworoia*
AȒ le dijo llorando;
•^j Deadicliada la dama corte-
alo
mejor qoeci
T dichosa en estremo la aldeana
Pnea no hay quien de su'bien la
deiheredel
Pues si amanece lolaá la maüana
No hay «uefio por la tarde que
la vede
De anochecer al lado de aa cuyo,
Segura de la ausencia y daño
Ho la deapierlag sne&os de pele*
Sino el sediento hijuelo por el
Con dársele y mecerle fe recrea
Dejándole dormido y salisfecfao,
Fienaa que lodo el mondo está
y debajo Dn pajizo y pobre techo
De dorados [klacios no se cura,
. Viene el di-santo, mtidasecamiaa
T la laya de boda alegremente,
Corales y patena por divisa
De gozo y libertad que el alma
Vase al solái, y en il congoi?
y risa
A la vecina encneutra ó al pa-
De cuyas rodas pláticas ae goza
Y en años de vejez la juzgan
No quito el Cid qne Ximena
Se le aqueje y duela lauto,
Y en la cruz de «o Tizona,
Espada que ciñe al lado,
Le jura de no volver
Mas al fronterizo cam^,
Y vivir goiando della
Y de su noble condado.
— Espántame, mi Rodrigo,
Qdc teniendo ya esperiencía
De la fe que hay en mialma,
Si es fe la que amor gobierní
Qne aif de mí os attsenteia.
Pnes ae sabe qne ana aaaent
Suele mudar á las veces
Yo no sé qué desengaño
Aquestas cosas os muestra.
uGoog[c
«3
O por qi]£ znñ me Iraiail,
Si no es qae qaereis qne maera,
J*ues que con larga autencia
A Ximena quitáis vida y pa-
Fiáitos en qne os adoro,
T no mirats )a inclemencia
Del tiempo, qoe como tiempo
Cualquier tiempo atrás se deja.
No os ameiiSEo, Ilodngo,
Que no es tal vuestra Ximena
Que os fará desa)(niiado
Aunque ulos la bagan guerra.
Por dicba ¿qn£ veis en mf
Que i dejarme ansí os convenza?
Diréis que os faltó el querer
Porque os sobró mi firineta.
Puta fue con larga ausencia
A Ximena qaÜaU vida jr p»-
¡Ay pechos de hombres ingraloi!
Si las fembras conocieran
Vuestra tan cierta modanta,
¡Cómo ninguna os creyera!
jDó están , Rodrigo, loa lloros,
Lai palabras balagiieSas,
Los falsos ofrecimienlos
Llenos <le faltas promesas?
Todo el tiempo lo ba mudado.
De todo solo me queda
Para mi triste consuelo
Tierno lloro y tierna queja.
Pues con tan larga ausencia
A Ximena quitáis vida y pa-
Cercada tiene á Coimbra
Aquese bnen Bey Fernando,
Siete aitos duró el cerco
Qafe jamas lo bobo quitado,
Porque el lugar es muy fuerte
De muros bien torreado.
Wo hay vianda en el real
Que todo lo habían gastado.
Ya quieren alzar el cerco,
Al Bey monges han llegada
De aquese gran monasterio
Que nombrado era Lormauo,
Que con trabajo crecido
Habían mucho trigo alzado.
Mucho mijo y aun legumbres,
Y al Rey todo se lo han dado
Rogándole no alce el cerco.
Que darian vianda abasto.
£1 Bey se lo agradeció,
Tomó lo qne le fue dado.
Partiólo por sus campaílas,
Viandas les han ahondado:
Quebrantaron muchos muros.
Los iQoros se han atnistado.
Dádose habian al Rey
La villa y todo su aÍgo,
Solo^ncan con las vidas
Que el Rey se las ba otorgado.
En tanto que dura el cerco
TJn romero habia llegado
Que viene de allá de Grecia
Al Apóstol Santiago.
Astiaao bahía por nombre,
Obispa es Intitulado.
Faciendo estaba oraciOB
Ante el Apóstol muy Santo.
Astianos oyó decir
Que el Apóstol Santiago
L)ji.z.iit>,Coogle
EntnlM en lu {nodei lide*
Amado 7 en na uballo
A pelear con 1m moru
En (kvoT de' los criitianof.
El Obiipo qne lo oyó
Muy mucho le había pesado:
—Non le digáis caballero.
Pescador era llamado.-^
T con esta gran porfía
Dormido se había quedado.
Sanliago se le aparece
Con llaves en la su mano,
T con mny alegre rosiro
Dija : — Tú faces escarnio
Por llamarme caballero,
¥ en ello tanto has coidado.
Vengo yo ahora á mostrarte
Porque no dudes en vano.
Caballero soy de Cristo,
Ayndador de cristianos
Contra el poder de los moros,
Y dellos soy abogada.
Estando en estas ratones.
Traído le fue un caballo,
Blanco era y muy hermoso,
Santiago le ba cabalgado
Gaamido de todas armas,
Limpian, blancas, relumbrando,
T i guisa de caballero
A ayudar vá al Rey Fernando,
Qoe yace tohre Coimbra
63
Babia ya aiete afios.
— •¥ con estas llaves mismas,
Dl)a, qoe llevo en mis manos*
Abriría yo el lugar;
Maüana el dia llegado
Daréselo yo al Rey
Que lo ha tenido cercado.-^
Y en aquesta propia hora
Al Rey la había entregado.
Nombróse Sania María
La mezquita que han hallado
Consagriudola en su nombre,-
Y en ella se habia armado
Caballero DonHodrigo
De Vivar el afamado.
El Rey le ciñó la espada,
Paa en la boca le ha dado,
No le diera pescozada
Como á otros había dado»
Y por hacerle mas honra
La Reina le dio el caballa,
Y Doña Urraot la Infanta
Las espuelas le ba calzado.
Novecientos caballeros
Don Rodrigo babia armado,
Muqha honra le hace el Rey
y mucho fuera loado
Porque fuera muy valiente
En ganar lo que es contado,
Y en otros muchos lugares
Que i su Rey ha conquistado.
En Zamora está Rodrigo
En corle del Rey Fernando,
Padre del Bey sin ventara
A quien llamaron Don Sancho,
o <M de En Zamora estaba el Rey, por Se-
u3i.z.iit>,Coogle
Cuando llegan mcnMgflrps
De los Reyei tributarios
A Rodrigo de Vivar,
AI casi dicen humillados: .
—Buen Cid, i tí nos enviao
Cinco Beyes tus vasallos,
A le pagar el tributo
Que quedaron obligados,
Y por señal de amistad
Te envían mas , cien caballos.
Veinte blancos como armiños,
T veinte rucios rodados,
Treinta te envían morcillos,
T otros laníos alatanos.
Con todos. sns fnarnimientos
De diferentes brocados;
T i mas i Doña Xiaiena
Muchas joyas y tocadas,
T á vuestras dos fijas-betlas
Dos jacintos muy preciadas.
Dos cofres de mucbas «edaa
Para vestir tus fidalgos.-^
El Cid lesdijtrii^Amigof^
El meosage habéis errado,
Porqne yo no soy leitar
Adonde esti el Re/ Fernando:
Todo es suyo , nada es miot
To soy SD menor vasalla-^
El Bey agradeció mocho
La humildad del Cid honrado,
Y dijo á los mensajeras:
— Decidles á vnestros amos.
Que aunque do es Bey su seBor,
Con un Rey esti sentado,
Y que cnanto yo poseo
El Cid me lo bá couqniatado,
lY que yo rsloy mny conten!»
En tener tnu buen vasallo.—
El Cid despidió á los moro*
Con dones qae )es ha dado.
Siendo, dende allí adelante
El Cid Huía Diaa llamado.
Apellido, entre los moros.
De hooie de valor y estado.
La silla del buen Saat Pedro
Victor Papa la tenia,
Y el Emperador Enriqne
Ante él se hamilló y decía:
. — Ante vos, el Padre Sant»,
Mi querella proponía
Conira aqueie Bey Fernando
Que i Castilla y León tenia,
Porque todos los cristianos
Por señor me obedecían,
Solo él no me conoce
Constreñidle, Sanio Padre,
Qne me obedeica este día.—
El Papa envió su mandado
En qife pedido te habia
Que le fuese tributario.
So pena que enviaría
Y daria su Crosada
Porqne no le obedecía.
Muchos Beyes que allí estaban
Que en Coucillo presidian
Belabán al Bey Fernando
Si eslo cumplir no querit.
£1 Rey cuando vió las cartas
Pena recibido había,
Porque si eslo vá adelante,
A sns reinos mal vendría.
A loa BUS honrados hornea
So' consejo les pedia,
u3i.z.iit>,Coogle
EUm al Bey ,
F*ga lo qae le pcdiin,
Porqne de acr obediente
A] VéfM i il coDTenii,
T •! facerlo no qaiere
A »■' reino* mtl «endria,
PorqtM vendrfu contra él
Beyes qae lo dciafiao.
No estuvo ta eite consejo
El biMO Cid, qoe ido se habi*
A ver i XimeDa Gorari
Sa esposa que bien quería,
T había muy poco tiempo
Qoe el boen Cid )a conocía.
Estando fablando en esto
Don Rodrigo entrado babia, ,
El Bey catndo vido al Cid
Lo que ba pasado decia,
T rogólo le aconseje
Lo que sobre eso baria- '
El CÍ¿ cuaqd» la! oyd
El corauín le dalia:
Fabl¿ sa ratón al Rey,
—Rey Fernando, vos nacisteis
£u Castilla en fuerte dia,
Si en vneitro tiempo ba de ser
A Iribntos «proeiida,
Xo cual nunca fue hasta aqnf,
Gran deshonra nos sería:
Cuanta honra Dios nos did
Si tal facéis c* perdida.
Quien esto vos aconseja
Vuestra honra no qoeria,
m de Tneslro señorío
Qne i vos, Bey, obedecía.
Enviad vuestro menssge
Al Papa 7 i sn valía,
T i todos desafiad
De vnesa parte y la m¡a.
65
Poca Castilla se {and
Por lo* Beyes qne ende babia,.
Kinguno le* ayudó
De moros á la conquista.
Mucha sangre les costó,
Antes qne pagar Iribalo
Pues á nadie se dcbia. ^—
£1 Rey lo tuvo por bien
I/> qae el baen Cid le decia:
Al Papa envió el mensage,
Y por merced le pedia
No ayude tal ainraion
Sobre lo qne no la había;
T al Emperador Enriqoe
T i aquellos que lo segnian,
A todos desafiaba,
T que buscarlo* qoeria.'
Ocho mil y novecientos
Caballeros ya venían,
Parte de ello* son del Rey.
T otros que el hnen Gid lenif:
Por Capitán general
A Don Rodrigo tenían.
Pasaron los puertos de Aspa,
Y al encuentro les salía
Ramón, Conde de Saboyi,
Con muy gran caballería.
Con ei Cid hubo batalla,
La lid fue mocho icrida,
Mas Rodrigo veoció^l' Conde
Y en la prisión lo ponía.
Soliólo con las rehenes
De una bija que tenía.
En ella bobo el buen Rey .
Un fijo que te decía . ,
Don Fernando, Cardenal
De cae reino de Castítb.
También Don Rodrigo Dise
Otra batalla vencía
5
u'5i.z.iit>,GoOg[c
elU
66
Ikl tnsypr poder de Franci
Que al encaentro le salia,
SÍD que e) Bey se hallase en
Que atrá» quedádosC habia.
Los Reyeí y Emperadores
Con toda la au valía
Cuando vieron el ealra^
Que el baen Cid facíeudo íba,
Por merced piden >I Papa
Que ti R<r Fenutndole ««cril»
Que i Castilla m volvieK
Que Iriboto no qoerian,
Qne contra el podet del Cid
Ninguno se ainpiraria.
El Rey cuando vio el mensage
A su tierra se volvia.
Túvose por moy contento,
Y al Cid se lo agradecía.
36. (Anónimo). (i>
A concilio dentro en Roma
El Padre Santo ha llamado. '
Por obedecer al'Papa
Esle noble Rey Fernando '
Para Roma fue derecha
Con el Cid acompasado.
Por BUS iornailas lionladas
En Roma se ban apeado;
El Rey con gran cortesía
Al Papa besó la mano,
Y el Cid y sus caballeros
Cada cual de grado en grado.
En la Iglesia de San Pedro
Don Rodrigo babia entrado
Do vido las siete sillas
De siete Beyes cristianos,
Y vio la del Rey de Francia
Junto á la'del Padre Santo,'
Y la del Rey su señor
Un estado mas abajo.
Fuese i la de) Rey de Francia,
' Con el píe la ha derribado,
La silla tra de marfil
Hecho la ha cuatro pedazos.
T tomó la de sn Rey
Y subidla en lo mas alto.
Habló allf un honrado Doqne
Qoe dicen el Satoyano:
^Maldito seas, Rodrieo,
Del Papa descomulgado,
Porque deshonraste un Rey
El mejor y mas preciado.—
Oyendo el Cid sus raionea
Desta manera ha fablado:
-^Dejemos los Reyes , Dnque,
Y si os sentís agraviado
Bayámoslo entre los dos.
De mf i vos sea demandado-
Allegóse cabe el Duque,
Un gran rempujón le ba dado:
£1 Duiíue sin responder
Se quedó may mesurado.
El Papa cuando lo supo
Al Cid ha descomulgado;
Sabiéndolo el d« Vitar
Ante el Papa se ha postrado.
■^Absolvedme , dijo. Papa,
Sino seráos mal contado.—
(i> Dfl asu
19 del Quijote.
m ¡a part. L cap.
Dg.l.zedt>>COOgle
El Papa, padre piadosoí To te abiuelvo de buEii grado,
Respcmdió'iiiuy meinrado: Con qae aeas eo ni Corté
—Yoteabanelvo, DonRnyDiai, Muy corUs y .memcado.
En loi solaros de Bargos
A sa Rodrigo aguardando
Tan en cinla está Ximena,
Que muy cedo aguarda el parlo.
Cuando ademas dolorida.
Una mañana en di-tanlo,
Bañada en Ugrimas tiernas
Tomó la ploDia en la mano,
Y despoes de bahevle escrito
Mil quejas á ta velado,
Bastantes i domeñar
Unas entrañas de raarniol,
De.D^vo tomó la plama
Y de nuevo tornit al llanto, -
Y deata guisa le escribe
AI noble Re; Don Fernando.
*'A vos, mi .aeQor el Rey,
vEl liDcno, <l aventurado,
>EI magno, el conqueridor,
vEI agradecido, él sabio,
• La vnrsa sierva Xlmena,
xFija del CondeLoeano,
»A <|aien vos marido disteis.
■ Bien así como burliindo,
«Desde Burgos os. salada
«•Donde vive lacerando:
■ liías' vuesas andanaas btíenaa
••U^vevoslas Dios al cabo.
■ Perdonadme, mií stBer,
■Si DO os fablo muy en salvo,
■ Que si ina) talante os tengo
■Non puedo ditimulallo.
»íQaé ley de Dios vos euseSa
■ Que podáis por tiempo tanto,
■ Coando afincáis en tai lidet,
• Descaiar i los casados?
"¿Qai buena ratón consírate
■ Que i on garaon bien dome-
■ Falagiieito y homildoso
■ Le moálreis á ser león bravof
■ jY que de noche j de día '
■ Le traigáis atraillada
■ Sin soUalle para mí
■ Sino una vea en el efio?
)>Y esa que me te soltáis
■ Fasta los pies del caballo
■ Tan teñida en sangre viene
■ Que pone pavor roiralto;
■ Y coando mi* brazos toca,
■ Luego se duerme en mis bran»,
■ En socios gime y Eorcep,
■ Que cuida qne esli. lidiando.'
■ Apenas el alba rompe
■Cuando lo están acuciando
■tas esculcas y adalides
■ Para que se vuelva a) campo.
■ Lloraiido vos lo pedr,
■ Y en mi soledad cuidando '
■ De cobrar padre y marido,
■ Ni uno tengo, ni otTWalcaaiO;
■ Que cbmo otro bien no'tengo
■ Y rae- 16 habedes qoitado,
■ En guisa le lloro vivo
■ Cnal si estuviera 'finado.
■ Si lo facéis, por faonralle, ■■ •
■ Mi Rodrigo es tan honrado.
■ Que no tiene barba-y tiene -
Dg.l.zedt>>COOgle
■ Ciaco Bc^ei por vaulloi. xBeipúnáedme en {raridad
■ Yo finco, MÍIor, en cinta »Con litrii de vneu manOf
H Que en nnevemuet he entrado, HAanqae il vneao mandadero
e podrán empecer
■ Las ligrima* que derrama.
uNon permitaU se malogren
■ Prcndaa del mejor vatalla
«Que tiene cmcea bermejaa
»Ni i Rey ba besado nano.
a Le pague yo aa agninaldo.
vDad este escrito £ Uallamaa
vT4on se faga de palacio,
■ Qoe á maloa barnmtadorea
■Ñon me aeri bien contado."
PidieHdo á lai dies deldja
Papel i aa secretario, '
A la caria de Ximena
Responde el Rey por aa mano.
Despuea de facer la crnx
Con coairo pontos y nn rasgo,
Aquestas palabras finca
A goiía de cprlesano:
"A vo», Ximena U noMe,
>La del marido envidiado,
■ La homildota, la discreta,
■ La quexédo espera el parto»
■ El Rey que'nnnca vos taro
«Taianle desmesorado
■ VoB envia aus saludes :
■ En fé deqoereros tanto.
sDecfsme que soy mal Rey
■T qne deacaso catados, . .
■ T qoe por los mis- provecbos
uNon curo de vnesos daüos:
■Qtte eslai* de mí qnerclloia
■ Deefs en vnesos despachos,
■ Que non vos soello el' marido
■ Sino una vea en el año,
>Y que cuando vos le soello
■ En lugar de falagaros
■En vuesDS bracos se duerme
■Como viene tan cansado.
»Si snpi¿rades , leSort,
■ Que voa quitaba el velado
■ Por mis enamoramientos,
■ Fuera con razón qoepros;
■ Mas si solo vos lo quito
■ Para lidiar en el campo
■ Con loa moros convecinos,
■ Non TOS fago mucho agravioi
■ A non voa tener en cinta,'
■ Seílora, el voeao velada
■ Creyera de sn dormir
■ Lo que me habedes contad<^
«Pero si os tiene, señora,
■ Con el brial lerantsdo_u
■No se ha dormido en el lecho
■Si espera en vos msyoratgo:
■ T si en el parlo primero
xUn marido os ha fallado, ■
■ No importa, que sobra nn Rey
■ Que as fará cien mil regalos.
■Non le escribades que venga»
uPorqneannqneestéá vueao lado
»En oyendo el alambor
■ Seri forzoso dejaros.
■ Si non hubiera yo puesto
■ Las mis boestes í sn cargo,
■Ni vos fuerais mas que ducüla,
■Ni él foera mas que un fidalgok
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
sDccti que vneM Rodrigo
■ Tiene Ktjt» por vasaltoc
-jOtilá como «on cinco
nFucran cinco veces cuatro!
■Porqae teniéndolos el
>Su)clos i au mBDilado
uMil caitillos y los vnuos
uNohubieraa tanUts coDtrarioa.
■Decfi t\ae cotregiie i las llamu
sLa caria que me babcis dado:
sAconlcner bereglas
■ Fuera digna de lal pago;
»Mas si coDliene ratones
itOignas de los Sieie labioSf
■ Mejor ei pam ni archivo
>Qac uou pan el fuego in($rato.
69
■ T porqae guardéis la mia
sY non la fagáis pedaios,
■Por ella i lo que pariérdes
■ Promelo buen aguinaldo.
«Si ñ)o, promeLo dalle
«Una espida y un caballo,
-T dos mil maravedís
sPara ayuda de sn g^sto.-
■ Si ñ'p, para aa dolé
■ Promelo poner en cambio
■ Desde el día que nacterCf
■ De plata cuarenta marcos.
■ Con esto ceso , señora,
■ T no de estar suplicando
■ A U VJrgeA voa alumbre
•En los peligros del parta"
Salió i misa de parida
A San Isidro en León
La noble X i mena Gome*
Muger del Cid Campeador,
Para salir, de Conlray
Sai escuderos vistió,
Que el vestido. del criado
Dice quien es el icüor,
Un jubón de grana fina
La be}la.da,ran tacó, .
Con cajts de terciopelo. .
Picadas de dos en dos;
De lo misma ana basquiJU
Con la mesma gnarnicÍMi,
Donfs qn« la diera el' Rey
£1 dia que ;se tatú,
X con los cabos, de plata
Un muy ricoiceíUdor,
Qoe i la CondtM sumadre
El C(»ide en doB«s le dio,
Lleva nna cofia.de papos
De riquisino valor,
Que le di¿ la lufinla Urraca
£1 dia que se velój
Dos. patenas lleva al cuello
Puestas con mucfao primor.
Con San Uuro y San Fedro^
Sanios de su devoción,
T las cabellos que al oro
Disminuyen su color,
A las espaldas echados
De lodos hecho un cordón.
Lleva un manto de Conlr«f,
Porque las, dueñas de honor
Mientras mas cubren lu rostro
Mas deacubren. «u. opinión.
Tan hermosa iba Xtme«a
Q.ite suspenso quedó el sol
En medjo de su carrera
Por podelb ver mc)or,
Y i la .enuada de la Igteaia
Al Rty Femando encontró
L)¿i.z.iiuGoog[e
?0
Que paramctclla dentro
De la mano la tomó.
Dijo el Bey : —Noble Ximena^
Puea ea el Cid Campeador
Vneso dichoio marido •
Y mi vasallo cl mrjor.
Que por calar en U» lides
Hoy de la Isluia falló,
A falla del brazo snyo
¥o vueslro bracero soy; ■
Y í aqOMa ferio oía Infante
Que el délo JÍtíim o» dióf
Mandó mil maravedfi
Y mi plomare el ine)or.-^
Non le agradece Ximena
Al Rey tanto aa favor,
Qae le ocupa la vergüentaj
Y á sus palabras la voa.
Las manos quiso Ximena
Besarle, y él las boyó:
Acompasóla en la Iglesia
Y i su casa U Votvió.
Acababa el Bey Fernando
De distribuir sos tierras.
Cercano para la muerte
Qoe le amenaza de cerca,
Cuando por la trisle sala
De negro luto cubierta.
La olvidada Infanta Urraca
Vertiendo ligrimas entra;
y viendo i su padre el Beyi
Con debida reverencia
De hine)os ante la cama
La mano le pide y besa;
Y despoea de baber mostrado
Con tierno llanto sus quejas
Moslrando la voz humilde
Así k Infanta se queja;
— Enire divinas y humaiHi '
iQai ley, padre, vos ensefia
Para mejorar los bornes
Desheredar á las fembras?
A Alfonso, Sancho y García,
Que están en vaesa presencia.
Dejais todos los haberes
Y de mi non se vos lembra.
Non debo' ser vaesa fijaj
Que os foriara ai lo fuera
A tener de mí tembranu
La vuesR naturaleía.
Si legítima non soy,
MagAer que bastarda fuera.
De alimentar los mesliEos
Habedes na tura lesa,
T si ansí non es , decid:
¿Qué culpa me deshereda?
¿Qué deaacato voa fice
Que [al castigo mereicaf
Si tal tuerto me facéis.
Las naciones estrangeras -
Y los vueaos bornes buenos ' '
jQué dirán cuando lo sepan?'
Que non es derecho, non, '
Ni tal es raEon que sea, - -
Podiendo ganalla en lides, -
Dar í los homes facieuda.
Dejáisme desheredada, - • ■ '■
Pero catad que soy fembra, '
Y lo que podrí facer
Sin varón y sin facienda.
Si tierras no me de jais '■- '■, .
I reme por las agenat,
Y por cubrir vneso tnerto
Negaré ser fija vucia. ' • . .
Dg.l.zedt>>COOgle
En trage d« peregrina
Pobre iré, mai (accd cneuU
Qdc lai romeras á veces
Saelea fincar en raraeru.
Sangre noble me acora paña,
Mas cuido que mi nobleza
7t
Camo eatrafia olvidara,
Paea que portal me desechas.
Tales palabra babló,
Y esperando la respuesta
Dio principio al tierno llanto
Poniendo fin á sns quejas.
3.. (Anónimo), (i)
Atento escncba las quejas
De so fija DoSa TJrraca
El noble Rey Don Femando
Desafuciado en la cama:
De sa libertad se pena,
Vá á responder y non fabla,
Que enmudece hasta los Reyes
Una roager libertada;
Mas por poder juntamente
Responder y remedialla,
Arrancó palabras antes
Que se le arrancase el alma.
— ^i cual lloras por facienda
Por la mi muerte lloraras,
Non dudo, querida fija.
Que mi vivir se alargara.
iQaé lloras, sandia muger,
Por las tenencias humanas,
Pnea ves qoe de todas ellas
Solo llevó boy la mortaja?
A este restante de vida
Que me qaeda rindo gracias^
Pues que solo en ¿1 consiste
El dejar tii de ser. mata.
Cuando parta ¡r£ derecbo
A U celestial morada.
Pues me ha sido purgatorio
El fuego de tas palabras.
A tos hermanos envidias,
Mas non atiendes, cuitada,
Que con la renta les dejo
Obligación de.gnardalla.
Ellos con mucho están pobres,
¥ tú estás rica sin nada,
Porque las nobles mugeres
Entre paredes se pasan. .
Que eres mi bija confieso,
Pero saliste liviana:
En liviandades pfnié
Al tiempo qae teengendrara.
Parióle madre honor^isa.
Mas entregironte á nn ama
Que con tus palabras muestras
Era la leche villana.
Dices que í tierras agenas
Te irás ; pero no, ma espanta
Qoe la qne se vi deslengua
A ser infame se vaya.
Masppr ai puedo atajar
Tu'dennedo y tus palabras.
Tras de las mandas. qoe he fecho
Quiero facer ptp.mfinda. ,(;
No quiero dfjartA )to)>rB , ,'
Porque lo dicho. lian fagas.
Que aunque eres noble mnger
Eres may deterEÚBadaF
(i) Igual atunio que ti dtt
Dg.l.zedt>>COOgle
72
Por taya dt)o i Zamora
Bien guarnida y torreada,
Qae para toa desvarios
Convienen fatrlet murallas.
Horoes batnos bay en ella
Para servirte y guardilla,
De sos conieioa te fia
Y de mis Usoros gasU.
K ^>rd¿ lal poieaion
Bt«n faabe de tf inembrinH,
Tenia td de qae semejes
A tu sangre y i tu casia.
A qaieu le qaite i Zamora
La mi maldición le caiga.^—
Todos responden amen,
Sino Don Sancho que calla.
3,3. (Anónimo), (i)
Doliente se siente el Rey,
Este bnen rey Don Fernando,
Loj pies tiene bicia e) Orienlc
Y la candela en la mano.
A su cabecera tiene
Arzobispos y Perlados,
A tu man derecha tiene
A sos hijos todos cuatro.
Los tres eran de la Be I na
Y el ano era bastardo:
Ese que bastardo era
Qaedaba mejor librado.
Arzobispo es de Tdedo,
Maestre de Santiago,
Abad era en Zaragoia,
De las Espadas Primado.
Hijo , si yo no moriera
Vos fuérades Padre Santo,
Mas con la renta qae os qneJa
Vo» bien podéis alcanzarlo.^—
Ellos estando en aquesto
Entrara Urraca Fernando,
Y vuelta hicia sn padre
Desta manera ha fablade.
33. (Anónimo). (3)
Morir vos qaeredes padre,
Sant Migael vos haya el alma, '
Mandásiedes vveslras tierras
A qnien liien se os antojara.
Diste i Don Sancho i Castilla,
Castilla la bien nombrada,
A Don Alonso i León,
Y i Don García á Viuay*.
A mi porqne soy moger
Dejiisme desheredada.
Irme be yo por estas tierraa
Gomo una muger errada,
Y este mi cuerpo daría
A qoien bien se me antojara/
A los moros por dinero
T á los cristianos de grada:
De lo qae ganar pudiere
Harí bien por vneitra alma.^
É$lt y tí qut ligut fon ñl mátalo dtl mníeríoi:
,. , JDt ¡o tonttnida tn tttt ronumet le tac* mmeiott tñ ti Qaijo»
le, pan. IL cap. 5.
f;}:
Dg.l.zedt>>COOgle
Allf prcgODtara cl ftty:
— jQai^DctcuqDcasf fatbUf—
Bespondicra cl Anobiipo:
— Vnrilra hija Doila Urraca.
Cill«dMÍ hija, calledu,
No dlgidea tal palabra.
Que nmger qa« tal ilccia
Mcresce ¿t ler qurmada.
Allá en Caitilla la Vitja
Un rincón ae me olvidaba.
73
ZtAon había por nÓBbr^
Zamora la bien cercada,
De una parte la cerca el Doero,
De oira PeBa T»}»á»,
Del otro ta Morería,
Una coM ea may preciada:
Quien 01 la lomare, hlfi, '
La mi maldición le caiga. ^—
Todoi dicen imen, amen,
Siao Don Sancho qne calla.
WtlVWIUIWI^
Dg.l.zedt>>COOgle
DE LOS ROIHAJVCES DEL CID,
de SUS hazmías y aventuras durante el reinado de
Sancho II. el Fáltente.
Et VLtj DoD Sancho reinaba
En Casulla aa reinado, ^^'
T en Galicia Don Garcf '
Qae de Don Sancho es hermano.
Sobre los reinos los dos
Mucho habían guerreado,
T en batalla muy sanf;rienta
Ambos Beyes se han hallado.
Machos mueren de sns gentes;
Prenaió García i Don Sancho,
Diéralo i kí* caballeros
Que lo lengan i recaudo;
Va en alcance de la gente
Que tenia el Bey su hermano.
Don Sancho que se fió preso
Gran enojo había cobrado,
Dijo i loa que le guardaban
Que le dejen ir en salvo,
Fariles grandes mercedes,
Siempre les darf gran algOf
T en el reino de sn Rey
Non fari desaguisado.
Respondieron todos juntos
No harían lo que ha mandado
Fasta que vuelva sn Rey ~
T ponga en ello recado.
Estando Don Sancho preio
Alvar Falles ha llegado,
T i los que al Hey tienen preso
Desta manera ha fablado:
— Traidores, dejad ini Rey,
Que tenéis aprisionado.——
Y arremetiendo con ellos
Con todos ha peleado:
Derribara i los dos de I los,
Los cuatro huyeron del caropO)
Don Sancho quedando libre
De los que le habían guardada
A muy grandes voces dice:
^— Venid aquí, mis vasallos,
Acordaos, mis caballeros.
Del prez que los castellanos
Dg.l.zedt>>COOgle
Gallasteis ni lai batalla*
Y lide* io habeb entrado.
No lo qtterait hoy perder
Sino adelante llevarlo.-^—
Caatrocienlúi caballeriM'
Coa ¿lile habían juntado,
Y «atando ya todoi jan-toa
Ei buen Cid había' aaomado,
Caballero» tras trrscientos
Y lodos tou fi)oadalgo.
Cuando Don Sancha los vido
Muy gran esfueno ha cobrado,
Y á MI» caballeros dijo;
^—Bajemos luego í lo llano.
Que pues el Cid es venido
Nuestro seri haf el campo.^—
Recibió bien i Buy 'Diai
El Cnntwo castellano.
Diciendo: — Bienveofaia, Cid,
El muy. bien aforlnnado;
Ningan vasallo hasta hoy
A tal panto habia llegado
A servir i vx seQor
Como vos, baen Cid honrado. —
El Cid le reaponde al Rey
Coa ininto denodado:
—Bien podéis creer, se3or,
75
Qne vos .cobrásteU e] iampO,'
En el cual vos venceréis
A García vueso hermano,
O yo por vos moriré
Como cualquier buen fidal^_<
Ellos e^lkndo en aquesto
Don García había, llegado,. :
Cantando viene y ailfgre,
No sabe lo que ba pasado.
Diciendo como venció
A su hermano el Rey D..SaDc]ia(
Y como lo tiene preso
Y puesto i muy buen recado.
Como se vieren los Reyes -.
A otra batalla han tornado
Mas fuerte que la pasada
Do fnc preso el Bey Don Sandio.-
Vencido fue Don García,
Mueren muchos de sn bsndo:
Prendió i Don García el Cid '
Con sa eSfuerid tan sobradOt '
Enlrígólo á sn señor .
Con placer demasiado:
En fuertes hierros lo meten
Por mando del Rey D. SanchO|
¥ en el castillo de Lana
Estuviera encarcelado.
.° por Sepilloeda.
Don Sancho reina en Castilla,
Alfonso, ea Leoa, su hermano:
Sobre caál hsbrá ambos reinos
Muy gran lid han levantado.
Jonto alrio de Carrion
Los Beyes han batallado.
Da sus genios mueren muchas,
Don Sancho perdiera el campo Ese buen Cid afamadOj
Y huj:era de la ,}iatalla, A Dpn Sancho su señor.
Triste iba y muy cuitado. Estábalp conhortando.
AlCanso mandó i su gente
Que no maten los cristianos,
Gran mancilla tiene de ello.
De su hermano se ha quejado
Por haber sido la causa ,
DeL rompimiento pasiLIo.'
Bodrígo Diáa de' Vivar,
Dg.l.zedt^COOgle
76
IM)ole: — Bey y «eüor,
Verdad e* lo que os fablo,
T u qae laj gentci ^Ilegal
QiWMlan con el vueio hermano,
Agora (atan birn irgoros -
En «ua potadla foliando,
Ni de loa del vneso bando:
Faced voUer loa que faycn,
PoDcdloB lo vaesa roano,
T trai el alba venida
Con csfuerto denodado
Ferid en todoa may recio
Leoneiea y Galicianoi,
y njoy faerte, ■aoberbienla,
Con Inimoa eifonadoi;
Ca ellbi ban por coatnrobre
Cuando ganan algan campo
Alabarle de sn eafnerio.
T etcarnecer al contrario,
T como gastan la nocbc
En placer y engatejando,
Dormirán por la maüana
Como homei aln cnFdado;
T>*oi, buen Rey, vencereij
Y quedareis bien vengado.-^
Moy bien le pareció al Rey
Lo que el Cid le ht conaejado.
£1 Rey con todas sus gentes
Firieron en los contrarios;
Uaoa maUn, otros prenden.
Todof «m dcabarttsdoi:
PreitdJeroB al Rey Alfonaa
En nn templo coniagrado*
Cuando vieron los LeoMcaea
Sd seüor aprisionado
Pelean moy fuerteiBcnte,
Prendieron al Rey Don Sandio,
T catorce caballeroa
Lo llevan á boen rccindo.
El buen Cid coandolo vido
En lu alcance es ya llegado,
Tdf)ol»: Caballeroa.
Soltad mi seBor de grado,
Darvos he yo á Don Aironio
De quien érades vasalloa.^—
Beapondieron lo« Leoneses
Al de Vivar afamado:
—Ruy Dias, volveos en paa.
Sino ireii aprisionado
Con vneso señor el Bey,
Que con naico aqol llevamoa.—
Gran enojo lomó el Cid
De lo que le habían hablado:
Pelea con todos ellos
T ¿ sn sefior ha librado.
Los trece deja vencidos.
El Dno se habla escapado.
A Burgos llevaron preso
A Allomo, del Bey hermana.
Por el gran eafaerzo y fechos
De aqnese Cid. caalcllauo. .
3." por S^iúiMda. <■)
En Toledoetlaba Alfonso DelReyDonSaDcboaaben&ánai
Hijo del Bey Don Femando, Acogiólo Alímayroon
Huido catalM por miedo Qoe en Toledo es m reinado.
(O -En tUe romanee no te habla del Cid, pent tíau conexión con
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Macho quiere i Doa Alfbnto,
De moros e» eitiinado;
Dnrmicndo esU ca iia> huerta
A sombra que hacix Dn árbol,
Cerca del e>tá Atimiymoa
Con ana inorot ratonando,
Dijo: Fnerle es Toledo,
No puede aer conquiílado
Si no quitaMB el pan -
T Ui frutas líele ailot,
Y teniendo aiempre el cerco
Sin que se hobieae quiladOt
Por U falta de viandas
Tornarle ba el afio ectara.^—
Don Alfonio qne lo oyó,
Finge qne durmiendo ba eilad«.
Por costumbre babianloamorof,
Que su Iry se lo ba mandado.
Que degüellen un carnero,
Ya iban i degollarlo.
Con el Rey va Don Alfonso
Qoc lo iba acompasando,
T ins cristianos también
De Caslilta habían llegado.
Don Alfonso es muy hermoso.
De grandes doñea «lolado,
Pagábanse del las moros,
Da todos es muy loado,
jlanloi van amboi los Reyes,
Detrás dos moros hablando.
El nao le AijO i ti otroi
77
— ¡Hermoso es «le crisliano!
Gran leSor merece ser,
En ^t bien es empleado.—
Be^icóle el otro moro;
—Esta noche yo be soSade
Que Alfonso entraba en Toledo
En un puerco cabalgando.
De Toledo ba de ser Rey, .
Tenlo por averiguado." — ■
Ellos hablando en aqu^alQ
lios..cab>)llo« se han alzado
A ese hoes Uey Dt» Alfonso:
Alimaymon con la mano
Los apretaba hacia yo^o,
Y ellos siempre catan en alto. .
El Rey moro bien oyd
Todo lo.qoei ya contado,
Hito llamar á ana moros .
Lof que liencn por mas «ahíos,
Lo» cuales dicen que Alfo^o
Habrá el Beino Toledano:
AconirjaQ que lo maten.
Mas el Rey no lo hahia en grado
Porque lo quería mucho;
Mas jura le habia prendado
Qae contra él ni it|s hi)os
Non hará desagoisado.
Alfonso lo promeliá
T lo cumplió de buen grado:
Mucho lo qoiera el Rey moro
y del eati ateg;arad«. , ,
4.' (Andnim^
LTejjadoeaelBty DonSancho Andábala al rededor,.
Sobre Zamora esa villa: Y el Rey asi al Cid decia:.
Muchas gentes ¡rae consigo» —'Armada cala sobre Peita
Que haberla macho queria. Tajada toda esta villa.
Caballero en nn caballo ! Los moros lien« muy foectci,
Y el Cid en sa compkSfa, Torres ha en gran d«masfa,
Dg.l.zedt>>COOgle
?8
Duero la icercaba al píe,
Fuerte «5 i maravilla,
No bailan á la tomar
Cuantos en el mando faabii:
Si me la diese mi hermana
Mas qne á España la qaérría.
Cid, i VDs crió mi padrg,
Mucbo bien fecho ot habia;
Ffzoos mayor de su casa
T caballero en Coimbra
Cuando la ganara á moros.
Cuando en CabcEon moria,
A mí y i lo» mis hermanos
Encomendado oi habia;
Jorámosle allí en sos maños
Facer voi merced cumplida.
Fíceos mayor de mi casa,
Gran tierra dado m tenia
Que vale mas que un condado
El mayar que bay en Castilla,
To vos ruego , Don Rodrigó,
Como «migd de vallaV -
Que vayádes S Zamora
Con la mi mentagería,
I á D6ÍU Uvraca: mi hermuia
Decid que míe dé esa villa /
Por gran haber 6 gran cambio.
Como i ella mejor sería.
A Medina de Rioaecd
Yo por'Clla la daria
Con todo el InEtntaigo,
T también le prometia
A VíDalpando y su tierra,
O Valladolid la rica,
O á Tiedra, que es buen caslUlo,
Y juramento la hariri
Con doce 'de' mía vasalla*
De cumplir lo que decía;
Y si no lo quiere hacer,
Por fuersa la lomaría.——
£1 Cid le besó la mano.
Del buen Rey se despedía.
Llegado había í Zamora
Con quince em sn compaitía^
' 5." (An¿nimo).
Después del lamento triste
De la muerte de Femando,
Y después de sucederle
El Rey ia hijo Don Sancho,
En medio de mil contrastes
Ordena al Cid caslellano
Con mil ofertas y ruegos
Ir al pueblo lamorano
A rogar i Doña Urraca
De parle del Rey so hermano
Que Zamora dé y enlregnÍE >
A stt potestad y mandoj -
T partiendi) el de Vivar -
A facer del Rey el mando, '
Llqado «1 postigd viejo -
Qne esti con orden guardado,
Como preliiben ' la entrada
Al que honra' al poeblo bispBno,
Intenta romper la guardia i.
Por cumjptir del Rey el mandtÁ
Ya la defensa del muro
La guarda qne esli velando
Procara, y la resistencia,
Y al rnmor del castellano
La oprimida Do2a Urraca'
Vestida de negros paño»
Pone el pechcsobÑc] muro,-
Y moviendo ^1 'rostro y nJaaw^
Humedeciendo loa ojos
Le dice & Rodrigo el bravO: %
t>,Goog[c
—¿Por t{ai por pturlat agcttdis
Vencidas con loa Vitorias
Llamas , paes con dio ordenas
Que eHé viva á vivas penu
T muerta para las glorias?
Y pnes el trato de amiga
Depuaisife i j das de mano
Sin ver que ¡uslicia sigo:
Afuera, afuera, Rodrigo,
El soberbio catlellano.
Afuera , pues une quebraste
La palabra y jura ¿ aquella
En cuya alma te enterraste,
Y al fin se la lastimaile
Por no quedar denlro della;
Mas cuando tu mano fiera
Firmó en mi daño ordenado
Aunque el Rey te lo impidiera.
Acordártele debiera
De aquel buen tianpo patada.
Yo soy muger, y pasión
No me da lugar que pida.
Al cielo to perdición.
Que si es mi alma ofendida,
Así lo ha ]
79
Y aanqoe por ta canta mncr*
No le qniero dar mal pago,
Porque yo! me acuerdo, fieto.
Cuando le armé caballero
En el aliar de Saníiago,
Lo que no consideraste
Consideran las mugeras;
Mas cuando al (rato t« ballade
De lo que eras te acordasU
Y olvidaste lo que eres:
Esta disculpa te hallo.
Pues ya eres fidalgo de armas.
Mas sin serlo , aunque vasallo,
Mi padre le diá lat arma».
Mi madre te dio el caballo.
Al estado te subieron -
Que pac. In medio perdf;
Tu bien y mi mal bicsen^r '.
Pue^ cuanta honra te diero* .
Tanta me quitaste i jaíi : .',
Y guardándole el decoro <'
Del gusto á mi pídre .amado,
Yo que por tu causa lloro,
Yo le calcé espuela de oro
Porque fueset mas honrado.
' (Anónimo).
Entrado ba el Cideu Zamora, Que á mi padre fecho babia> ■\
En Zamora aquesa villa^
Llegado ha ante DoQa Urraca
Que máy bien lo recibía,
Dicho le había el menaage
Que para ella trafa.
DoSa Urraca qpe lo oyó
Mocha* ligrimas Yertia,
Diciendo: — ¡Triste caitadfi !
Dea Sancho ¿qní me qneriaf
No cumpliera el jnratntnto
Que aun apenas fuera ¡mnerlo,
A mi bar man o Don García. .:
Le tomó toda su lierrá
Y en prisiones lo pouia,
T cual si fuese ladrón
Agora en ellas yacia. .
También á Alfonsp mi hemUUIO
Sa, reino se lo tenia, v < ■
Huyóse para. Toledo,
Con lo» (lloros esti hoy dfa. /
L)ji.z.iit>,Coogle
80
A Toro tomií i mí benjuí»,
A mi htriBana Doña Elvira;
Tonarme «(aiere á Zamora,
Graa pe»ar yo recibi»;
Muy trien Mbe el Rey D. Sancho
Qae (oy mug^r femenina
Y non lidiaré con é),
Ma* i furlo ó paladina
Yo kar^ que le den la mnerle
Qoe muy bien lo merecía. —
Levantóse Ariai Gonialo
T reapondido la Labia:
—Non llorede* voi, leSora,
To por merced o« pedía
Que f la bora de la cdÍU
Consejo mejor aer(a
Que non acuilarvoi tanto
Que gran daño i vos vendría.
Hablad con vuesoj vImIIos,
Decid lo qne e) Itey pedia,
' T si ellos lo han por bien
Dadle al Bey luego la villa;
T si Bon les pareciwe .
Facer lo qne el Rey pedia.
Muramos todoi en elli,
Como manda la hidalguía. ^~
La Infanta tuvo por bien
Facer lo qae le decia;
Sus vasallos la juraron
Que antes todos morirían
Cercados dentro en Zamora
Que nodar al Bey la villa.
Con esta respuesta el Cid
Ai buen Bey vuelto se había:
El Bey cuando aquesto oyá
Al buen Cid le respondía: .
——Vos aconsejas leía, Cid,
No darme lo qne quería,
Porque vos criasteis dentro
De Zamora aquesa villa,
Y i no ser por la criania
Que en vos mi padre facía
Luego os mandara enforcar,
Mas de boy .en noveno día
Os mando vais de mis tierras '
T del reino de Castilla.
El Cid fue para sn tierra.
Con sus vasallos partía
Para Toledo do estaVa
Alfonio cuando fufa.
1,01 Condes y B icos- harnea
Al Bey Don Sancho decían
No perJiese tal vasallo
Y de tania valentía
Como es Ruy Diai el Cid,
Qu'ej muy grande su valía.
El Bey vi do qu'es muy bien
Facer lo qne le decían,
Y lahl^ndo i Diego OrdoSeK
Mandóte qne al Cid le diga
Que se venga Inego á él
Que como bueno lo haría,
Y que le haría el mayor
De los que en su casa hahía.
Ordoño fue Iras del Cid,
Su mensage le decía:
El Cid se habla aconsejado
Con los suyúi que tenia
Si haría lo que el Bey manda.
Su parecer leí pedia:
Qae se vuelva al Bey diierou
Pues sn disculpa le envía .
u3i.z.iit>,Coogle
XI Cid con ellos m vuelve.
El Rtj coando lo tibia
Dos legoM Mli¿ i il.
Quinientos van en su gnia.
El Cid cnando vido al Rey
s<
De B*biect descendía,
Besóle luego Isa mano*.
Para <l real se volvía
T todos los easlellanot
Gran placer con il hablan.
Apenas era el Bej mnerlo
Zamora ya rsli cercada;
De un cabo la cerca el Rey,
Del oiro el Cid lo cercaba,
Del cabo que el Rey la cerca
Zamora no se da nada.
Del cabo qve et Cid la aqneja
Zamora ya se tomaba.
Doña Urraca en tanto aprieta
Asomttse á una ventana,
Y allí de nna torre mocha
Estas palabras fablaba. (t)
9.° (Anónimo). (1)
— Afuera, afuera, Rodrigo,
El soberbio caiiellaso,
AcordirietE d ebria
De aquel boen tiempo pasado
Coando fnlsle caballero
Eu el altar de SaDtiai;o,
Cuando el Rey fue tu padrino
Tú, Rodrigoi el afijada:
Mi padre te dio las armas.
Mi madre te dio el caballo,
Yo te calcé las espuelas
Porque fueras mas honrado:
Pensé de catar contigo.
No lo quiso mi pecado,
' Casi siete con X i mena
Fija del Conde Louno:
Con ella hnbisle dinero,
Conmigo hubieras estado.
Porque si la renta es buena
Muy mejor es el estado.
Bien casislele, Rodrigo,
Muy mrjor fueras casadoj
Dejaste fija de Rey
Por lomar la de un vasallo.—
En oir ralo Rodrigo
Quedó dello algo turbado;
Con la turbación que tiene
Esta respuesta le ba dado:
—Si os parece , mi señora,
Bien podemos deiviallo.—
Respondióle Doña Urraca
Con rostro muy sosegado:
(■) £at pátabrat jr ijvt'¡ai dt Dofía
romancr.
(a) Can algaaai variantes t* ti miun
7rraca ion las del liguienle
I gut ti dtl Ramanetro dil Gd.
6
u3i.z.iit>,Coogle
83
—No lo ininde DIoi del cielo Loi it i pie y lo* de i caballa,
Qac por mi *e baga tal caao: Pnei it aqaella torre mocba
Mi iníma penaría
Si yo faeie en discrepallo.—
VolvUte presto Rodrigo
T dijo moy aogaatiado;
— Afaera , afuera, los laios,
ba pe lado,
remedio siento
mas penado.
Riberas del Dnero arriba
Cabalgan dos Eamoranos,
Las divisas llevan verdes.
Loa caballos alaianoa.
Ricas espadas ceñidas.
Sos cuerpos muy bien armados.
Adargas ante sus pechos.
Gruesas lanzas en »a» manos.
Espuelas, llevan ginetas
Y los frenos plateados.
Como ton lan bien dispneslos
Parecen xatij bien armados,
Y por on repecho arriba
Salen mas recios qoe g^'S^
T sAbenlos ¿ mirar
Del real del Rey Don Sancbo.
Desqne i otra parle foeron
Dieroa vuelta á los cabillos,
T al cabo de nna gran pieu
Soberbios ansi ban íáblade:
^— j.Tendredes dos para dos,
Caballeros castellanos,
Que puedan armas facer
Con otros dos aamoraDOS,
Para daros i entender
Ho face el Rey como hidalgo
Cn qoiiar i DoBb Urraca
ho que sn padre le ba dado?
Non qneremo* aer tenidos,
Ni queremos ser bonradoa,
Ni Rey de nos faga caeuta,
Ni Conde nos ponga al lado.
Si i los primeros encoenlros
No los hemos derribado:
Y siquiera salgan tres,
Y siquiera salgan cuatro,
Y siquiera salgan cinco,
Salga siquiera el diablo,
Con tal que no salga el Cid
Ni ese. noble Rey Don Sancho,
Que lo habemos por señor,
Y el Cid nos ha por hermanos:
De los otros cahalleros
Salgan los mas es'foraados, —
Oídolo habian dos Condes
Los cuales eran cuñados:
•^—Atended , los caballeros,
Kfienlras estamos armados.-!^
Piden apriesa las amas.
Saben en buenos caballos,
Caminan para las tiendas
Donde yace el Rey Don Sancho:
Piden qoe los dé licencia
Que ellos puedan hacer campo
Contra aquellos caballeros
Que con soberbia han hablado.
Allf fablara el bnen Cid
Qoe es de loa baenot dechado:
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
—Los dos coDtnrioi pn/mnt
Non i<u ttofp yo por nulo*,
Porqnecnmucbajüdude «rmu
Su valor habito noslrado,
Que en el cerco de Zamori
El rooEO iDal¿ i los doi.
El viejo mató & los cn*lro.
Por uno que se les fuera
Las barbas le van pelando.-^
Enojados vsD los Condes
De lo que el Cid ba fablado:
El Bey cuando ir los viera
Que vori van eslá mandando;
Olorgú cuanCo pedían
Mas por fuersa. qae de grado.
Mlcnlras los Condes *a arman
El padre al fijo eslá hablando:
Volved, fijo, hacia Zamora,
A Zamora y sus andamios.
Mirad dueñasy doncellas
Como nos están tnirandoi
Fijo, no miran á mí
Porque ya soy viejo y cano.
Mas mÍMU i vot, mi fijo,
83
Qoe MIS. moio y esforudo.
Si vos facéis como bueno
Seréis de ellas muy bonrado,
Si lo facéis de cobarde.
Abatido y ultrajado.'
Afirmas en los estribos,
Terciad la lanza en las msnos.
Esa adarga anie los pechas,
T apercibid el caballo,
Que al que primero acometo-
Tienen por mas esforudo.-^
Apenas esto hubo dicho
Ya los Condes han llegado,
El nno viene de negro
Y el otro de colorado;
Vanse unos para otras.
Fuertes encuentros se han dado.
Mas el que al mozo le copo
Derribólo del caballo,
Y el viejo al otro de cncneniro
Pasóle de claro en claro.
£1 Conde de que esto viera
Huyendo sale del campo,
Y los dos van i Zamora
Con viioria moy honrados.
Guarte, guarle, Rey D.Sancbo,
No digas que no te aviso
Que de dentro de Zamora
Un alevoso ha salido:
Llámase Vellido Dolfos,
Bi)0 de Dolfos Vellido,
Cuatro traiciones ha fecho '
T con esta serín cinco.
Si gran traidor fue el padre
Mayor traidor ea d fijo.
Gritos dan en el real,
Qnej D.Sancbo han mal herido: -
Muerto le ba Vellido Dolfos,
Gran traición ha cometida.
Desque le tuviera mus rio
Metióse por un postigo,
Por las calles de Zamora
Va dando voces y §rilot:
—Tiempo era , DoSa Urraca,
De cnmplir lo prometido.
u3i.z.iit>,Coogle
Si
. (Anónimo), (i)
De Zimora mIc DoKm
Corriendo y aprunrado:
Huyendo va de los hijo*
Dtl buen viejo Ariat Gonulo,
T en la tienda del buen Rey
En ella le había amparado:
Manléneate Dios, el Rey.
Vellido, teas bien llegado.
•^SeSor, tu vasallo soy,
Ta vasallo y de la bando,
T yo por aconsejarle
A aqael viejo Arias Gómalo
Que te entregase í Zamora
Pues se te babia quitado,
.Hamc querido matar
Y del me soy eicapado.
Asi me vengo, señor,
Por ser e» el tu mandado,
Con deseo de servirle
Como coalqoier fijodalgo.
To te enlregard á Zamora
Annque péie á Arias GonLalo,
Que por un falso postigo
En ella serás entrado.
El baen Arias, el leal,
Al Rey babia avisado
Desde el moro del adarve
Estas palabras hablando:
——A 1( lo digo , buen Rey,
y i todos tns castellanos,
Qoe alli i salido Vellido,
Vellido un traidor malvado,
Qat sí traición te ficiere
A nos non tea ímpalado.
Oídolo había Vellido
Qoe al Rey tiene por la mano:
— Non lo creades, seitor,
Lo qoe contra mí ba fabladOj
Que Don Arias lo publica
Porque el lugar no sea entrado.
Porgue él sabe que yo sé
Por donde seri tomado.—
Allí le fablara el Rey
De Vellido conGado:
— Yo lo creo bien. Vellido
El Dolfos, mi buen criado;
Por tanto vamonos luego
A ver el postigo falso.
— VdmoDos luego, seAor,
Id solo, no acompasado.—
Apartados del real
El bnen Rey se babia apartado
Con voluntad de facer
Lo que i nadie es escasado:
El venablo que llevaba
A Vellido *e lo hadado.
El cual desque así lo vido
De espaldas y descuidado,
Levaol^se en los estribos.
Con fuerza se lo ha tirado;
Di ara le por las espaldas
Y á los pechos ha pasado.
Allí cayó luego el Bey
Muy morlalmenle llagadOf
Viole caer Don Rodrigo
Que de Vivar es llamado,
Y como le vid ferido
Cabalgara en sa caballo:
Con la priesa qoe tenia
Espuelas no se ha taludo.
f i) Mat compitió f modenu pero al miaño aiuaío del anterior.
L)¿i.z.iiuGoog[c
Hnyeado iba el traidor,
Trai él iba el caitellano,
Si apriesa había MÜdo
A mayor se había entrado.
ilodri|;a ya le alcanuha,
Mas viendo i Dolfoa en ulvo
Mil mildicíone* se echaba
£1 nielo de l.a¡n Calvo:
——Maldito sea el caballera
Qne como yo ha cabalgado.
Que li yo espacial trajera
. No le me fuera el malvado.^«
Todos van á ver al Rey
Qoe mortal estaba echado:
Todos le dicen lisúDJas,
Nadie verdad ha tablado
85
Sino fue el Conde de Cabra^
Un buen caballero ancianot ■
-—Sois mi Rey y mi señor
T yo soy iinttQ vasallo.
Cumple qoe miréis por vos
Que es verdad lo que vos bhlo,
Que del iniroa coredes.
Del cuerpo non fagáis casoj
A Dios vos encomendad
Pues fue este dia aciago.
— Buena ventora hayáis, Conde,
Que as( me he is aconsejado
Eo dicieado estas palabra*
£1 alma á Dios había dado.
De esta suerte murió el Rey
Por haberse confiado.
Con el cuerpo qoe igoniía
Despidiéndose del alma,
Diciendo tales razones
Qoe tierna lástima cansan,
£1 malogrado Don Sancho
A vista del cerco estaba.
Que si lejos estuviera
Fuera de mas importancia.
Muerto le deja un traidor.
Que siempre tuvo esta fama.
Movida de sn albedrío,
Qoe i un traidor esto te hasta.
Por fiarse de sa abrigo
T de sa alevosa traza,
Qoe quien de traidores fia
En tales inceaos para.
A so malograda mnerte
El famoso Cid se halla,
Que si en vida le creyera
Un mundo no le matara.
Viendo el caso desastrada
De tan notable desgracia,
T viendo blandir no puede
Contra Zamora la lanta
Por el juramento fecho
Con que las minos le ala.
Que aunque la ratón le fuerta
Mira i Dios y i sn palabra,
Quiere acudir al remedio
Y allí el remedio le falta,
PorqueaonqneestialKeldironto
Vé que está anseule la cansa.
Unas veces se enternece,
Otras suspira y repara,
Otras le mira y revuelve,
T viéndole muerto, calla.
Ta-fia, ya deiconfia
Viendo que el hablar le falla,
Y aunque revuelto en sn sangre
Así le dice y abraza;.
D3i.zedt,,Coogle
86
-— -FamoM Rey, q«e ya U tierra fria
Trinnla de la valor y , braxo faerle.
De quien el mando todo ae temía
Procurando rendido obedecerle;
jDe qué le aprovecb¿ tn valentía?
Pne* por la dura y por tu avara saerte
. Vencido qaedaj en la tierra dura
G)n inay eslraSa y grave de*venlnra<'
Miriraa, Bey, que al fin era la hermana
La qae m caía y tierra defcndia,
Y la raion qae el Cid, aanqne liviana,
Te dijo para el fin de eita porKa:
Afora qoedirá leda y nraua
Viendo moerlo á quien lanío la ofendía,
Tendido en esla licrra fria y dará
Con tan eitraüa y grave desventara. — '
Eilat raionet le dijo Meten ■) cuerpo en sn tamba
Y el tierno llanlo le alaja, Para qne le den morla|a,
Y aslranerto como está Dando traza m la real
Le rcapela y le «vasalla. Para la jtula vénganla.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
BE LOS ROMANCES DEL CID,
QUE TRATA
del reto de Zamora, y de sus hazañas hasta qtu
empezó á reinar Alfonso FI. el Bravo.
t." (Anónima), (i)
Maerto face «1 Rey D. Sancho,
Vellido muerto le babia;
Paaado está de un venablo
Y gran lisliina ponía.
Llorando calaba lobre él
Toda la flor de Caalltla,
Don Rodrigo de Vivar
Es el que oíaa lo sentia.
Con ligrima* de su« ojos
Deala manera decia;
^— Rey D. Sancho, aeSor mío,
Muy aciago fue Ȓ\atX dia
Que Id eercaate i Zamora
Contra la voluntad mia.
Quien le lo acanMJó, Rey,
A Dioa ni al mnndo temia.
Poea te fixo qnebrantar
La ley de caballería. —
Y viendo el hecho en tal panto
A grandes voces decia;
■^Que se nombre un caballero
Aules que se pase el dia
Para retar i Zamora
Por tan grande alevosía.—^
Todos dicen que es muy bieil,
Mas nadie al campo salía.
Tímense de Arias Gonaalo -
Y cuatro bijosque tenia, '
Mancebos de granvslor.
De gran esrueraO y estima.
Mirando estaban al Cid '
Por ver li Jo aceptaría, ''
o oí aamto gue anpUzff:
L)ji.z.iit>,Coogle
88
T el de Vivar qve lo enticadc'
Dula manera decía;
—Caballeros fijosdalgo,
Ta sabéis qae non podía
Armarine contra Zamora,
Que jurado lo tenia.
Ma« yo daré un cabatlero
Que combibla por Caslilla,
Tal , que catando él en el campo
No aintaii la falla mía.
Levantóse Diego Ordoñea
Que á los piel del Bey yacía.
La Qor es de los de Lar* -
T lo me)or de Gatiilla,
Con voi enojos* y ronca
De esta manera decía;
— Poes el Cid había jairada
Lo que jurar no debía,
No es menester que seüale
Quien la batalla prosiga.
Caballeros hay en ella
De lanío esftierEo y vaKa
Cotno el Cid, aunque es muy
T yo por tal lo tenia;
Mas si queréis, caballeros,
Yo lidiaré la conquista
Aventurando mí cuerpo.
Poniendo á riesgo mi vida,
Pues que la de] buen vasallo
Es por su Rey ofrecida.
Después qne Vellido Dolfos,
Aquel traidor afamado.
Derribó con cruda muerte
Al valiente Rey Don Sancho,
Se allegan en una tienda
Los mayores de su campo.
Jdnlase todo el real
Como estaba alborotado
De ver el venablo agudo
Que á su Bey ha traspasado.
Hasta que baya confesado,
T ese Conde Don García,
Que de Cabra era llamado.
Viendo de tal modo al Itey
Desta manera le ha hablado:
—¡Oh rey, en quien yo tenia
Veote I;
Que
isa de mi estado!
mal herido
lio no be hallado
Sino solo encomendarte
A lo qué eres obligado:
Toma caenta i (n conciencia
Y míi'a pn lo que has errado
Contra aquel alio Señor
Que l~e puio en Ul estad».
Ale
irpo K
Porque su tiempo es pasado.
Ya son tus dias cumplidos.
Ya tu plaz^ es allegado.
Faga lo que le obligaste '
Cuando, fuiste baptitado.
La muerte, sjerva y seüora.
No te dá mas largo placo.
1 Bomaneera del Cid con aigmat
Dg.l.zedt>>COOgle
Mo coniifale ipelMion
Sino qae pagues áe gr>tlot
Cumple cnrar de ta alma,
Delcvcrpono hayíj cuidado.—
ItMpondiA en aquesto el Bey,
Todo en ligrimas bailado,
Temblando tiene la lengua
¥ el futo tiene mudado;
— Biüu andante seades, Conde,
T en armai aventurado,
En todo habilites tony bien,
Buen consejo me babeis dado:
Yo bien lí cual es la causa
Que en tal punto soy llegado
Por pecado* cometido*
Al inmenso Dios sagrado,
T también fue por la jura
Que á i¿i padre bube quebrado
En cercar cata ciudad
Que i mi hermana bobo dejado.
A Dios encomiendo el alma;
Pac* que estoy en tal estado
89
Traedme loi Sacramentos
Porque est4 i muerte llegado.^—
Ansi se salid el alma
T el cuerpo le le ha enfriado.
Sus vasallos en aquesto
A Zamora han enviado
A aqoese Don Dirgo Ordoñei,
Va caballero eslimado,
A decir i los vecinos
Como i su Bey ba matado
El fallo Vellido Dolfos
Vasallo del Rey Don Sancbo,
Por lo cual desafiaba
Al traidor de Arias Gonuk)
T i los Zamoranos todos
Pue* en ella se han hallado,
Y á lo* panes, y i las aguas,
T i lo qtw no csli criado,
T aun i todo* los nacido*
Que en Zamora son hallados,
Y £ los grandes y pequeños
Aunque no Kan engendrado*.
3.' (Anónimo), (i)
Ya cabalga Diego Ordoiiei,
Del real se babia salido
De dobles pie»* armado
En OQ caballo morcillo:
V¿ á reptar los Zan)oranos
Por la muerte de^ju primo
Que mat¿ Vellido Dolfos,
B>¡» de Dolfos Vellido.
— Toos repto, los Zamoranos,
Por traidores fementidos,
Bepto á todos los mncrios
T con ellos á los vivos,
Rrplo homlires y rougeres.
Los por nascer y naicidos,
Bepto á lodos los grandes,
A los grandes y í los chicos,
A las cai'ne* y pescados,
Y í las aguas de los ríos.—
AUi >a1>ló Arias Gonzalo.
Bien oirei* lo que hubo dicho i
— ¿Qué culpa tienen lo* viejos?
¿Qué culpa tienen lo* niflosP
(i) El eontrniJa de tttt romantt le cita m la part. II. cap. 37 d<
Quijote, X f* '^ miimo amata drl fut le precia.
L)ji.z.iit>,Goog[c
90
¡Qai nereceit Ui
T los que no aoa nagcidos?
¿Por qué reptas i los moerlos.
Los fisnado* y los ríos?
Bien sabéis vos, Diego Ordoñcz,
Ma7 bien lo tencis »Bido,
Que aquel cfue repta coucejo
Debe de lidiar con diico.^
Ordoñei le respondió:
—Traidores heia todo* sido^—
Despacs que retd í Zamora
Don Diego OrdoBei de Lara,
Vengador noble y vaütnlc
Del Bey Sancho, que Dios baya,
Su consejo liene ¡unto
En palacio Doña Urraca,
' Por su hei'mano dolorida,
Por sa reto lasltmadaj
T como la vil envidia
Cu3nlo no merece lacha.
De la virtud enemiga,
Peligro de la privanit,
Murmoraba maldícienle
De Arias Gonzalo que falla.
Sospechando falsamente
Que es por mengua sn (ardanta.
A aquellos que lo calumnian,
Empuñando la su espada,
Denodado les responde
Ñuño Cabeía de Vaca;
^— Aquel civil que prcsum*
Temor, ba'ytza ó fé mala
De Arias Gonzalo mi lio.
Miente, miente por la barba:
Y el que negare c) respeto
A sus venerables canas,
A mi que las reverencio
Me ponga la ul demanda. —
Estando en esto, el buen viejo
Entró grave por la sala,
Arnslrando grande loto,
Haciendo sos hijos ptaia.
La mano i la Infanta pide,
Mesnra Gio i la Infanta,
Saludé i los bornes buenoi,
T desla suerte les fabla-.
Noble Infanta, leal Consejo,
Don Diego OrdoileE de Lara,
Que parn buen caballero
Es(e apellido le basta.
En ves del Cid Don Bodrígo
Que cooiQnS alianza.
Por la pro de so Rey moerlo
Con infame reto os carga.
A vnetlro cabildo vengo
Con estos cuatro en compiSs
Ciudadanos, fijos mioa.
De Lain Calvo sangre honrada.
Tardíme un poco en venir.
Que plíticas no me «gradan
Cuando los negocios piden
Obras, valor y vénganla.—
A una el viejo y sus fij^s
Los largos capaces rasgan
Quedando en armas lucidas.
Llord de nuevo la Infanta,
Los viejos graves se admiran.
La Infanta so ser alaba,
Porque todos daban voces
T nadie quien lidie daba-
Arias GottsaUi prosigue
Diciendo:— Recibe, Urraca,
i33i.z.iit>,Coogle
Mi> unu pin coDM}»,
Mil fijoa p>» baUlU;
Dalcí tu mano, teitora,
Qae ID juventud loun»
Seri invencible, li fuere
De Id romo real tocada.
Hotirir i la (ente barna,
T eiolra conian pagarla,
Le cumple al Rey que deaea
DomeSar fuersas coutrarlai,
T con saD|re de Don Diego
Que ae ijuile aquella mancba
Qae i If 7 i ta pneLlo reía
91
Coa tan ÍMtnfríble in&inia:
T si cata langre, que es bnena
Y »e ba de vender muy cara,
Faltire, in muerte honroia
Viva manlendri su fama,
To aeré el quinto y primero
Que volveré por la c*om.
Aunque mi vejea parezca
Mocedad noble afrentada.
Al campo me voy , aeilora.
No me deia por cato gracia*,
Que el buen vasallo al buen Bef
Debe hacienda , vida j fama.
El bijo de Artaa Gonaalo,
El raancebilo Pedro Ariaa,
Para reipondcr á un reto
Velando eataba unaa armas.
Era m padre el padrino,
La madrina DoBa Urraca,
T el Obispo de Zamora
Es el qi;c la Misa canta:
El altar tiene compuesto,
Y el sacríitan perfumaba
A San Jorge y San Roroan,
Y á Santiago el de España:
Estaban sobre la mesa
Las nnevas y frescas armas.
Dando espejas í los ojos
Y esfuerzo á quien las miraba.
Salió el Obispo vestido,
Dijo la Misa cantada,
Y el arnés pieaa por pieía
Bendice, y arma á Pedro Arias.
Enlázale el rico yelmo.
Que como et sol relumbraba,
Relevado de mil flores,
Cubierto de plumaa blancas.
AI amarle caballero
Sacó el padrino la eipada,
Dindoli con ella un golpe
Le dice aqaestas palabras:
^-Caballero eres, mi hijo,
Hidalgo y de noble casta.
Criado en buenos respetos
Desde los pechos del ama:
Higale Dios lal que acas
Como yo deseo que salgas,
En los trabajos sufrida,
Esforaado en las batallas.
Espanto de tus contrarios.
Venta roso con la espada.
De tus amigos y grniea
Mora, eiruerao y esperanu:
No te agrades de traidores
Ni les mires i la cara.
De quien de tf se fiare
No le engaaei, que te engaSas
Perdona al vencido triste
Que no puede lomar lama.
No des lugar que tu brazo
Rompa las medrosas armas;
L)¿i.z.iiuGoog[e
92
Mas en Unto que durare
En tn contrario lasaña.
Na ¿adts el golpe fiero
Ni perdones U eitocada;
A Zamora te encomiendo
Conlr* Don Diego de Lara,
Que nada slenle de honra
Qaieii no defiende su casa.-»
En el libro de ta Misa
Le loma jura y palabra;
Pedrarias dice: Sí otorgo
Por aqueslas letras sanias. ——
El padrino'ledió pai,
T el fuerle escudo le embraza,
T Doña Urraca le ciñe
Al lado iiquierdo la espada.
6." (An¿nimo>. (i)
Arias Gonialo responde
Diciendo qoe han mal bablado;
Mandan as i na r varones
Que juzguen en esle caso.
Doce salen de Zamora
T otros doce van del campo.
Arias Gonzalo se armaba
Para combatir el pacloi
Consigo lleva cualro bijas
Que en elmundoDiosle hadado;
A lodos iai de Zamora
Desta manera ha hablado!
•^—Varones de gran estima,
Los pequeños y d'ettado,
' Si hay atgano entre vosotros
Que en la muerte de Don Sancho
y en la traición de Vellido
Pueda encontrarse cnlpedo,
Dígalo muy preslamenle.
De decillo no haya empacho,
Que masquiero irmeen destierro
Y en África desterrado.
Que no en campo ser vencido
Por alevoso j malvado.
Todos dicen prestamente
Sin alguno estar callado:
^^Malfuego nos qneme, Conde,
Si en tal muerte hemos estado.
No hay en Zamora nioguno
Que tal hubiese mandado:
El traidorVellido Dolfo» ^
Por tí solo lo ha acordado,
Bien podéis vos ir seguro.
Id con Dios, Arias Gonzalo.
Ya se salen por la puerta,
Por la que salia al campo.
;.° (Anónimo), (i)
Todos juntos i so lado.
(i) M mismo oiunlo haf uno rn los romanees dt Sepúlurda, qut
tmpieza asi: De la cobdicia que e> mala.
(a) Este romance t$td unido al anttrior en el Cancionero de fío-
jnantei, pero en ti Romancero del Cid está srparado y forma uno por
i,Goog[c
Él qniere ser el primero
Porqae cit la muerte no ha «i-
lado
De Don Sancho, mas la Infanta
La batalla le b» quitado,
Llorando de loi saa ojos
Y el cabello deslrenuido:
¡Ay! rargovoi por Dios , dice,
El baen Conde Ariai Gonzalo,
Que dejéis esla batalla
Porque tais viejo y cansado,
Dejáisme desamparada
T todo mi haber cercado.
Ya sabéis como mí padre
A voi áe]ó encomendado
Qae no me desamparéis,
Ende mas en tal estada. — •
En oyendo aquesto el Conde
Mostróse muy enojado:
— Dejédesrae ir , mi seSora,
Que yo estoy desafiado
Y teugo de hacer batalla
Porque fui traidor llamado.—
Con la Infanta, caballeros
Junios al Conde han rogado
Que les deje la batalla
Que la tomarán de grado.
Desqae el Conde vido aquesto
Recibió pesar doblada;
Llamara sus cuatro hijos
Y al nno dellos ha dado ,
Las sn« armas -y su escudo,
El »a estoque y an caballo.
Al primero le bendice
Porque era del muy amado,
Pedrariai había por nombre,
Pedrarias el Castellano.
Por la puerta de Zamora
Se sale fuera y armado,
Topánue con Don Diego
93
Su enemigo y sn contrario:
— Sálveos Dios, D. Diego Or>
Y ¿1 os haga prosperado.
En las armas muy dichoso.
De traiciones libertado:
Ya sabéis qae soy venida
Para lo que está aplacado,
A libertar á Zamora
De lo que le han levanlado.— •
Don Diego le respondiera
Con soberbia que ha lomado;
. — Todos ¡unios sois traidores.
Por tales seréis qnedados.
Vuelven los dos las espaldas
Por tomar lugar del campo.
En los pechos muy de grado,
Saltan astas de las lanaas
Con el golpe que se han dado,
No te hacen mal alguno
Porque van muy bien armados.
Don Diego dlú en la cabeza
A Pedrarias desdichado,
CorláraJe lodo el yelmo
Con un pedazo del casco;
Desque se vido herido
Pedrarias y lastimado,
Abraijrase i las clines
Y al pescoe») del caballo:
Sacó esfuerzo de flaqueza
Aonqne estaba mal llagado,
Quiso ferir í Don Diego,
Mas acertó en el caballo,
Qae la sangre que corria
La vista le habla qnilado;
Cayó muerto prestamente
Pedrarias el Castellano.
Don Diego que vido aquesto
Toma la vara en la mano,
u3i.z.iit>,Coogle
u
Dijo i vocm: — ¡Ah Zimonl
¿Dónde «itás, Ariai Gonulo?
Envía «I hi)0 •rgnndo
Quf e) primero ya el fiuado_
Envió el hijo argundo
Que Di«Ko Ariat e« llamado.
Tornara á aalir Don Diego
Con arma* y «iro caballo,
Y diérale fin ¿ aqueale
Como al primtro le ha dado.
El Conde viendo i tui liijoi
Qne loi dos le han ya fallado,
Quiso enviar al Irrcero
Auni^ue con temor doblado:
Llorando de loa sus ojos
Dijo; — Vé, mi bijo amado,
Hai como buen cabatlrro
Lo que lú eres obligado:
Pues sBsIenlas la verdad
De Dios serás ayudado.
Venga las muerte* sin culpa
Qne ban pasado tus bci
Uenun D'arias, el tercero,
Al palenque habia llegado.
Mucho mal quiere á D. Diego,
Mucho mal y mucho daito.
Ataó la mano con saüa.
Un gran golpe le bahia dado,
Mal b<-rÍdo le ha en el hombro,
Eu el hombro y en el braio.
Don Dirgo con el su estoque
Le hiriera muy de au grado,
Hirtéralo en la cabeía.
En el casco le hf tacado. ,
Becudió el hi)0 tercero
Con on gran golpe al caballo.
Que hizo ir i Don Diego
Huyendo por todo el campo.
Así quedó esta batalla
Sin quedar averif^uado
Cuiles.son los vencedores,
LiOa de Zamora á del campo.
Quisiera volver Don Diego
A la balalta de grado.
Mas no quisieron los fieles.
Licencia no le han dado.
Ante los nobles j el valgo
Dése pueblo Zamora no
Hablando con Diego OrdoSet
Esli el viejo Arias Gonialp.
En las palabras que dice
Con .pecho feroz y airado
Arias demuestra su enojo,
T OrdoBec sti pecho hidalgo.
■^Cobarde, el viejo le dice,
Animoso con muchachos,
Pero con hombres de barba
Tímido cual liebre al galgoj
Si yo d batalla saltera
No vivKradcs nlano.
Vi trajera por mis hijos
Aqueste caput cerrado,
Que por vos el de Vivar
Le trajera coal le traigo.
Siendo la menor hazaña
Que se aplicara á mi brazo,
Pues bien sé qae sofs, OrdoÜei,
Mas arrogante qne bravo,
Y sabéis que en todo tiempo
Obro mas de lo que hablo,
Y con aquesto saheís
Qne por miedo el Bey D. Sancbo
Estorbó qne los tres Condes
No entraran conmigo en campo.
Dg.l.zedt>>COOgle
Contando mil valeatflis
Cuando dijo al Zamórano:
Mete hierro y saca sangre
Y espolea Cíe caballo;
Y cuando inalé á los dos.
Por el que se fue escapando
Cual si yo fuera el vencido
Quedé mi barba mesando;
Y lamliien como los Condes .
Porque fueron lan osaiios.
Del rucueniro de mi lauía
Volaron de tas caballos,
A cuya causa las damas
Bajaron de las andamio^,
T á compelencia mi cuello
Enlataron con sus brazos,
Por los que dieran mancebos
Sus liemos y verdes años.
Movidos solo de envidia
De los desle viejo cano.
También lendi'edes memoria
De cuando con diez paganos
Tuve aolo escaramuza
Dando de din, nueve al campo;
Y con aquella noticia
De cuando vencí i Albencaidos,
Saliendo de industria á pie
Y ct diestro moro á caballa,
Cuando le dejé la vida
Porque dijo: ^^Arias Gonzalo,
■ Mas vale ser tu vencido
■ Queservencedorde un. campo.''
Y otro* faecbos valerosos
Que el munJo dice y yo callo,
Porqne en infinito tiempo
No bay tiempo para contallo.
Porqne. de pavor no mueras
Aqueste esloque no arrabeo,
Queesli de no millón de mnertot
Boto j d« sanare eamall^do.
95
Estas honroMi haEaaaa
Porto ínfamiay mi honor saco;
Las tuyas son que mataste
Un rapjt y otro mucbacho.—
El cortés Don Diego OrdoSes
Templóse de cortesano,
Respondiendo & voces allaa,
Con órgano humilde y bajo;
Y con el rostro risueño,
Un poco torcido el braeo, ,
De codo «obre la espada,
Y el rostro sobre la mano.
Le dice ; Aqucsas proezas
Y e:os becbos soberanos,
£1 cielo y lu buena suerte
Se las concedió i tu brazo:
En lu causa soy lesligo,
Y por serlo en raion valgo,
Y ló en las mías no vales
Por testigo apasionado,
¥ aunque puedo referirle ,
ValenLías y hechos raros
Que casi imitan los luyos.
Aunque i los luyos agravio.
Solo diré por honrarme
Con lo que me has deshonrado,
Que les di muerte á do* hijo*
Del iiuc ha sido tan honrado
Que se ba atrevido i venir
Al real de sn contrario,
Bepórlaleí Gonzalo Arias,
Bepdrlale, Arias Gonulo.»»
El viejo que ya tenia
£1 corazón desfogado.
Conoció haber emprendida
Un hecho muy temeraria;
Deslo y del valor de OrdoScs
Viéndose tan obligado.
Profesando aa amistad
Le pide U amiga roano.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
96
Di<Ha Don Dítgo de Lira
Con an «emblante gallardo,
T tras darla, el nno al otro
Enreda y croia lot bmos.
Celebran la* ainislades
Todos y et Cid casteliano,
¥ con esto dio la vaelta
A Zamora Aria* Gouulo.
9." (An¿nÍmo). (i)
Sembrado Mtí el doro anclo
De la sangre tamorana
De lus tres hijos queridos
Del buen viejo Gonzalo Arias:
Sembrado eslá el duro suelo
De las i>iezai de las armas,
Y del batir de los golpes
Sarcada la empalizada.
Rodrigo Arias queda muerto
En medio de la estacada,
Y sn caballo á Don Di«go
Sacó fuera de la raya,
Y aun el animoso OrdoSez
Volver quiere á la batalla
Para lidiar con los dos
Qoe por vencer le quedaban.
El viejo Aria* armado
Furioso empolla la lanza,
Que quiere vengar con ella
Tanta «angre derramada.
Can la vez ronca y Lorrlblc
Por medio de todos pasa,
Y al matador de sus bijos
Dice airado estas palabras:
—Pues la sangre-, ardiente jovctt.
Crudo lobo, no le barta,
Mata tu sed con lamia.
De un viejo qne le duama»
Que yo beberé la tuya
Con que mitigue mi saSa,
T acoinpaiiarf mis bijot
£n la maerle por tv patria.
10. (Anónimo).
Por aquel postigo viejo
Que nunca fuera cerrado
Vi venir pendón bermejo
Con trescientos de í caballo:
En medio de los trescientos
Viene un monumento armado,
' Y dentro del monumento
Viene un atabud de palo,
Y dentro del atabud
Venia un cuerpo finado
Qu'cra el de Fernando D'arias,
El bijo de Arias Gómalo.
Llorábanle cien doncellas.
Todas ciento hijosdalgo.
Toda» eran sus parientaa
tercero y cuarto grado.
Lasi
s le dici
Otras le llar
n hermano,
Otras lo llaman cuñado.
Sobre todas lo lloraba
Aquesa Urraca Hernando.
(i) S¡ miimo atonto gut ti del
L)¿i.z.iiuGoog[e
; V coto bien qa» Uí eoniod» A(|iií ncjqaedaban cnatrif ;
Eae viejo Aríis Gonialo! No murió por Ut tabcrnai
— ¿PorqDélloraÍ3,misdoDCella3? Ni i las labias jogaudo,
¿Por qai bacei* Un grande lUn- . Mai morió sobre Zamora
No lloréis asi, seüoras.
Que no es para llorallo,
Que si nn hi)o me han muerto
Vnestra bonra bieu gnardando;
Murió como caballero
Con sus armas peleando.
ii.i;ii%iumi%w\
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
DE LOS ROMANCES DEL CID,
áe SUS hechos durante el reinóte de Alfonso VI. el
Bravo, y de su muerte.
i^(Aiifolin»). <i)
DoÜa Urraca aqneii Infanta (i) OlJai cl nqneado,
Menaigerot ha enviado Toparotí i Peraniureí,
Qdc vayan con las ms carias Un caballero afamado
A Don Alfouio su faermano. Que en libertar i sa Rey
El cnal eslaba en Toledo Mocho tiempo faa traba)adot
Del Bey moro acompafiído. Llamara loi menaageros
Toman caballos y postas En un lugar apartado,
Loi mas ligeros y flacos, Corlirtleí lai cabezas,
Caminan días y noches Las cartas les ha tomado,
Con camino apresorado: Futrase para Toledo
Llegaron presto k Toledo; Sin i nadie haber topado:
Ed un laf;ar moy poblado, Fnese para Don Alfonso
Oltas habia por nombre, Qae del era moy amado.
^aj Stíde aqaí empUtan loi romanea t¡ut tratan del jur.
exigido r tomaio por ti Gd al Rtjr Al/otuo VI, hoHa gut itíe Iv
dnitrró.
L)¿i.z.iiuGoog[e
Contóle toda b muerte
Que fae dada al Bey D. Sancho,
Y como por él veuiau '
Para dalle m niMado;
Qae lo ttiviue secreto
ForquealRey parteDohadadot
BegpúUdió el Bej qae if {>ari*
Que no tnvieM cuidado.
Fuéraie el Bey Don Alfraito,
Cnando deste te ba apartado, -
A CM Bey Aliniaymoi),
Que ¿Toledo había lomado;
Díjole secretameitic
Todo lo ({ne había pisadoi
Porque aicmpre Do a Alfonao
Foe ditcreto y avisadoi
y pensó qae si estas nwvu
De otro el Bey faese inrormado
Qae no le vendría hicB'
Sino mocho mal y daSft, .
Pero respondióle el Re^
Con %T%a placer que ha lomado:
To te doy mi féy palabra
Qoe la Dios le ha consejado,
Porqne Icngo en los camíiios
Mucha gente de caballo
Qae te farden las aalidM
T 1m entradas y paso^i -
Si salieras sin licencia '
Td foeras despedaAdo,
Mu poca oreí td tan fiel
Galardón te tari dado.4-K
Sentáronse en nna mesa .
T el ajedrea han tomado:
Juega tanto Don Alfonso
Qoe el Rey estaba enojado,
Treí veces le dijo; Vete,
Vele y salle del palacio. —
Don AKmuo mvy coBlento
Foese i sn casa de grado,
99
Fvesc cdn ól Peranmres'. ,
Que desto mucho sa ha holgado.
Por:s«lvar del maro «baje.
Afuera caballos tietlcD,
Todos están en el campo.
Sflense i la media Docha
Que esll todo asosegado, .
(Cubierto con las eslreÜM
Y con la luna alambrado.
Bajan por San t Agustín .
Un modesterio cercado, ■ . ■ .
Cerca cali de la ribenk
De aquese ri» de Tajo,
Sálense hdcia la vega
Y en el camino han entrado,
No paran noche ni dia
Porque no hayan de akans«Uoai
Llegan may presto i Zanor* .
QoaesptKblo muy bien cenado.
Sos vasallos lo reciben
Aunque Bo le habían ian(do<<;
Hablando esli con su heErtiaiÚ
De la moertc de su hermanio»
Coando salió un caballero
Qae Ruy Díaz es llamado:-
Este nunca habia querido .' !
A so Bey besar la mano,
Hasta que por juramento
Pmebe giíe libre y aalvado
De la mOerle que fne dada . .
A su hermana eIRey D. Sancho^
Porque nadie de los suyos
Nunca en esto ha sido osado
De tomar tal ioramcuta
Sino el Cid que es muy honrado.
En esto respondió el Bey,
Bien oiréis lo qne ha hablado: '
— jCoil M«sa, vaMllM.tMAs,:
Cail es, la cansa y pecado '''
Dg.l.z«lt>,GoOgLC
100
Que 10)0 Buy Díaz qu«d«
Que naine bfM )k manof '
Yo siempre U hic^ honra ' -
ConMfiíni padre' ha mandado,-
Sifuipre ie hice mercerfrs,'
De todo* e» mai privado.—
AUE EeapAn'iera el Cid '
Con semblante mesnrado: '
^— Om Alfonso, -Don Atfomo,'
Por fuerM teaeii «bmIíos, ^
Que todos tienen sospecha-
Que v<»iioN>BOÍa cnipado- '
De la muerte que fue dada
A vuestro hermano en el OMDpit;
T cualquier que me quisiere '
Porc«iít)iio y por vasallo '
Paiaráme tattf buen suelti«^
Yribo «oy libertado.
Que nw -aietTo de .traidorca
Ñó ne-'eiimple ur ea mt-p-ado-,'
Vos hareia e) -joraitieDti»' - '
QuB'toidei'haB demandado.-'—
MuDtaasc faolg¿ el Rey
Dr)é-que41 Cid faa habla do;-
—Dioioi ponga enfaonra ,' «1 GM,'
En gran honra y graii catado.
Buego'á la Vjrgeh Marfa
T á sn.Hijo muy amado '
Que murieM por tal motme
Como mnrid el Bey Dj^anelio,
Si ful en dicho ni en 'beebo -
I>eiliiiilaerie de mi fatmiM,
Aanqoc.como sabéis lodos
Me- invo cl reiuO fortado:
Por lanloes racgo, señores,
Como amigoty «asallo», '
Qiie deis «rden y manera -
Como desto sea libr*(lo.r—
Allí respondieran todos
Sus vasallba y criados; -;-'- -
— Este' jora-BtMito, el Hay, '
En Bargos-4ebr«á'iar«rlo,:' '
En Santa Agoedalá Ifflesá
Uo jaran lo« bliqsdalgo,
Ves y doae- cabal lerM
De los vneslros Tóledanosi— ,
Él fne deslo mny Mntent*
T luego lo baee de grado.
En Sahla Agueda^e Barga*'
Estaba <) Bey asentado
Cuando se llegó el Cid
Con nn 'libro en la sD maiKv
En qae est^n lo* EvangeüM '
T un Cr«cifijo pinlado: -
ComienM destá manera; - -
Desta manera ba habladoc
— Túdóa venU con el Bey .
Pttrqne ^re y sea librado: '
Si cualquiera de vosotro*-
En aquesto babeis esiaJov' -
O si vos'.-'Bcy Don AlfonH, .
De croel'Muerte seáis matados.
• — AméD,'amín, dijo el Bey,
Que de tal no soy culpado.—
Los sus vasallos entonces
Las llavca te han entregsi^; -
Alsironki'por su Bey,
Todos leiMsan las umbos,
A todos'fatfce meicedea,
De todos- es «ray amado; .
:' . BnTolcd* Miaba Alfonso
* ^Üe non cuidaba reinar,
Desictrlnl* Don Sancho'.
Por surdM le qtiitar. -
u3i.z.iit>,Goog[c
DoSa Urrac» á Daa Alfoaio
Men»Bgtl-a fae.i enviar.
Las nueva* que It U-afan
A él gran placrr le dan.
— Rey Alfonso, Key AlfonaOt
Que te envían á llamar;
Caatellanos y^l^oBMea- .
ForReyaliMbie ban
Rir la nitiértie' de 'DoD Sancho'
Qae ycIJido.fne i maUr:
Solo enlre todos Bodrigo
Qae aó te quiere, acetar,
Porqne amaba in.ucboi al üey
Quiere que hayas de )urar
Que en la »u -moerte, seÜoK,
No tuviste que guipar.,
.r-Bien vengáis, los. meruagerov
Secretos queráis est»r.
Que si el Rey moro, lo sabe
El aqoi nos delendrj. —
El Conde Don Pe rao zuces
Vií conselo- le fue i dar,
Qwc' «aballos.lwii.berrados
Al revés, babiui, de herrar.
Descnétganse'por el. muro.
Sálense .de U cjudad,
Fueroa á dar á Cwtiila
Do esperánd»bM esl^n.
Al Rey le besan la roano,
El Cid DO quiere besar.
Sus parientes castellanos
Todos juntaiáo se . ban.
-^Heredero soi», Alfonso,
Madie 09 lo quiere negar;
Pero si os place, seSor,
Non 'VOS debe de pesar
Que nos fagáis juramento
Cual vos lo quieren (omar.
Vos y doce áe fos vtíesoa,
Los que vos queráis nombrar, -
10)
De que eu la. moet'ter del Rey ,
Non lenedes que Qulparl.
Pláceme, los casleUsnoá,
Todo os lo quiero otorgar.
£n Sania Gadea de Burgos
Allí el Bey se va á ¡urar,
Rodrigo tomú la j»ra ' •
Sin un punto mas laidat-, '
Y en un cerrojo beudilo
Le comienza i canjurat': -- -
_Dpn Alfonso, y los Leobesca,
Venios vos á salvar
Que en Ja muerlft de D. Sancho .
Ñon tuvisteis que ;eiil¡)arj :
Ni. tampo.cOidelU. os pilttgOi: .
Ni á elU disteiiilqi^ari
Mala mnerle bvy«M, Alfoisp,;
Si non dijevdes -V^rda^V ':• '
Villanos sean ra ella '., . . :
Non fidalgos^ile solar, ....
Que non seau Castellanos ■ .
Por nías, deahtMavBivos.. ijaCt) 'i
Sino de Asturias de .Oviuht
Que nos vos tenga» , p(ed«d.
< — Amén, amén,.idijo..eliI^>'r'
Que non. fui en lal.maldaA —
T|-e» veces tomó. Já jui», .
Tantas )e va á. preguntan .'> '
El Bey -viéndose alineado.
Contra el Cid se fue á airar:
— Mucho me afincáis , Rodrigo,
En lo que uo hay qi)e ^dar.
Oras befarme beis ^ W»«<)
Si agora rae hact^s jurar.,,,: .
-t-tSÍ feSor, dijera el C i dj ■■
Si el suelo me habéis de. dar.
Que en la tierra de otros Beyes
A Gjosdalgos tes dan;
Cdyo visallrfyo ftfeifej^ ' .,
También me la hi ^e'^agar,' .
L)ji.z.iit>,Coogle
101
Si *« ¿Írmelo qaiilíredci
A mf placer roe vendri.— —
El Rcf por Uleí ruonct
Hito tiK«r kl Re; AlfonM
El Cid uQ lolemne jara
Delante de machos (;nndei
Qat se hallaron en Burgoí.
Mandó qac con il víniejen
Doce caballeros sd^os
ISira qne con i>l )nruen
~ Cada cnal ano por ano
En la mncrlc de Don Sancho
Qac lo inataron segaro
En el c«rco de Zamora
A traición y jonto al muro.
T cuando en el Templo santo
Estovieron lodos jontos,
Levanlów del escaSo
El Cid , y aqaeilo propaso:
—Por aqaesta Sania Casa
Donde eatamof ende ayaso.
Que dlgadea la verdad
Draqnetlo qne vos pregunto.
Si VOS) Bejr fnfsleis la cansai
O de loa voesea atgniiOt
Contra el Cid se Tve i enojar^
Siempre desde allí adelaal*
Gran lieinpa le q«t»o mal.
lónimo).
En la maerle de Iton Sanchot
Hayáis la muerte que él habo> —
Todos dijeroDi Amén;
Mas el Rey qnedó confbso^
Pero por cumplir el voto,
Respondió: — Lomesmo )iiro^'
Fincó la rodilla en tierra
Por facer la corta aynso,
El Cid delante de todo*
Al Bey le Tabla «tsndo:
— — Si ayer non vos be*j nanoi
Mi Bey , i ello tai tenndo.
Mas Bfiora vos la beso
Con todo mi grado y gnito.
En esto qne aqnf he fablado
No os he fecho agravio algano.
Que esio debiera al Bey Sandro
Como leal vasallo aayo,
T si aquesto non ficiera
To qaedara por perjuro,
El non por bnen caballero
Bde laviera lodo el vnlgo.
<•• (Anónimo). <i)
En Santa Águeda de Burgo* Ese buen Cid CMlellano,
Do jaran los hijosdalgo. Sobre an cerrojo de fiem
Le lomaban jara i Alfonso T ana ballesta de paloi
Por la muerte de sn hermano. T con anos Evangelio*
Tomibasela el boen Cid, T an Craci6{o en Ja man«
u3i.z.iit>,Goog[c
Lai paUIwas «on Un focrletf
Qoeal buen ReypDnca capanto:
•^Villanos tnálcnle, Alfonso,
Villanos, que no fidalf^os.
De 1m Asiuriai de Oviedo
Qae no K«n CMlellanos;
Mítemie coa aguija^M
No con lautas ni coa dardos.
Con cochillos cachicuernos
Na con paüales dorados.
Abarcas traigan calladas
Qdc no ta patos con lato.
Capas traigan aguaderas
No át coulray uí frisado,
Con camifonei de estopa
No de holanda, ni labrados,
Cabalguen en sendas barras
Que na en mnlas ni encaballas,
Frenos traigan de cordel .
Que no cueros fogocados,
Mátenle por las aradas
Que DO en villas ni en poblado,
Siquente el coraton vivo
Por el liniealro collado.
Si no dices la verdad
De lo que eres preguntado.
Sobre si fuiste tí no
En la muerte d« tn hermano. —
Las juras eran tan fnerlea
Que el Rey no las ba otorgado:
Allí bjibló un caballero
Qae del Rey es mas privado;
■—Haced la jora, buen Rey,
tos
No tengáis deso cnidadoi. ,
Que nanea fue Rey traidor,
Ni Papa descomalgado.—
Jorade habia el buen Rey
Qae en tal nunca fue hallado;
Pero también dijo presto
Mala man te y enojado;
— Mujr mal me conjaras, Cid,
Cid, nay mal me has conjuradoi
Porque hoy le tomas ta jui-a
A quien faas.de besar mano-'
Vele de mis tierras, Cid,
Mal caballero probado,
Y na vengas mas a ellas
Deuds este día en un a3o.
Pláceme, dijo el buen Cid,
Pláceme, dijo, de grado.
Por «er la primera cosa
Que mandas en tu reinado:
Por un año me deslierras.
Yo me destierro por caatro. —
X)k se p^rtia el boen Cid
A su destierro de grada
Con trescientos caballen»
Todos eran hijosdalgo.
Todos «00 hombres mancebo».
Ninguno allí no faab.ia cano.
Todos llevan lanza en, pnSo '
Con el fierro acicalado,, ,
Y llevan sendas adargaa
Con borlas de colorado, ¡
X no le falló al haen,Cid
Ádondo asentar sa camp9.
5.* (Anónimo), (i)
—Fincad ende mas sesudo^
Don Rodrigo, coa roa faUn,
Calad qne soy vucsira Bey
■"Maguer que no esté jarado/ ' ■
o dt los anltriartí.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
m
Y Mte crrrD}0 de hierro
Y tttt faillMia de palo,
Como fincan en mi jor»"
FinoD también en mi agravio.
Yo fa{^ -testigo i Dios
Y i nuuiro pilron Santiago,
Que non he aido traidor
En It muerte de Don Sancho.
Non moitreii con aer sañudo
Ser, Rodrigo, apitionado,
Qoe maguer qne haya raion
Se ha de hnmillar el vaMllo.
Si con las hnesles, ItodrigDi
Fincadet sañudo y hravo,
a loa Reyej "
Bien le rae'lembra del tiempo
Que como noble soldado '
Habeia servido en las lides
A mi padre Don Fernando,
Mas non vos ensoberbeican
liOs triunfos que heisalcantado,'
Que es Ib jactancia nn borrón
Que borra fechos muy claros.
Decía
[ he sido
seríls n
Los fecho» de vuestros I
Que el fablar sin ocasiot
E« de homes afeminados
En la muerte de mi hermano
Que me den villaao* muerte.
Pabláis bien, aerin villanos;
Non fincari contra Rey
Ningun vasallo fidalgo.
Que un fidalgo nunca emprende
Facer tal desaguisado.— —
Esto di|o Don Alfonso
Teniendo puesta la mano
Sobre un cerrojo de hierro
Y una ballesta de palo.
{.? (Anónimo), (i)
Por la muerte qse le dieron
En Zamora al Rey Don Sancho
Han jurado al Rey Alfonso-
Los hombres buenos y honrados
Castellanos y leoneses.
Con GaUegos y AsturíBrros:
El Cid fehnsa la jura ■■
¥ asi el buen Rey le ha fablado:
^--Deeíd^i ¿'por qaánonqoereia,
Buen C[d, helarme U mitBO
Pnes que lo han hecho los gran-
des
Cuantos hay en mí reinado?—
El Cid respondié: — SeBor,
Ficiéralo de buen grado
Si no fuera por el vulgo
Que gran aospecba ha tomado
Que por vuestra orden y mía '
A traicion'mvrió Don Sanchos
Para que mejor se entienda ' '.
La verdad y lo contrario,
Es bien que fagáis la jura ' '.'
En -un altar consagrado
De que nunca hubiste parle
En [eche tan feo y malo.
El Rey fue contento desto,
, pero ti mefor canúátrándalo
Dg.l.zedt>>COOgle
T en UD «lUr consagrado
Ambaí hs dos vaanni pi»a
Sobre un Evsogrlra ai«(o,'
DieicBdo non babvr parle
En la niD^te de su hennano.
El Cid tres vete» repite,
Por )o qae el Rey eno}a¿o
Le dijo: BaiU qae hagáis
Ese buen Cid Campeador
Ta se parle de Castilla:
Por mando del Hey Alfonso
Lleva su raensagerCa '
A Almucanis ese moro
Ref de Córdoba y S»v>tl«,
Parf que le den las parias
Pasadas que le debía.
En Sevilla eslaba elCiil
Faciendo i lo que venia.'
Mndafir, Rey de Granada,
A AliDucaBÍs mal' quería,
Caballeros caslellanos
Mudafir consigo habia,
Son de los mas estimadas
Que habia deniro en Castilla:
Don Garefa Oráoíto el uno
Qae Conde lodo* decían, '
Fernán Sanehei en el otro
Temo del Rey Don 'García,
1 Lope Sanche! sú hermano
EsUba en sn compañía,
T ot re caballero honrado, -
Diego Pereí se deoia:-
Ellos con grandes poderes
Con el Mudafir veoian
105
Lo juttD y no demasiado,
Pero yo juro y prometo
Que presto me haga vengado.
—Buen Rey, faced vuestra guisa.
Respondió el Cid sosegado.
Que yo tengo hecho mi oficia
Como caballero honrado.
Qiic pechero es dé i
£1 Cid cuando aquesto sopo
Mucho pesado le había,
Enviárales «as carias
Y en ellas asi decia;
«Que non vengan con «n gente
«Contra el reino de Sevilla,
■ Que es pechero al Rey Alfonso-
■ Con quien amistad tenia:
»Y si lo quieren facer,
vQue su Rey ayudarla
»A Almucanis su vasallo
-Que otra cosa no pedia."
Recibido han las cartas
Mas en nada las tenian:
Entran en tierras del Rey,
Del Rey moro de Sevilla,
Quemando van y estragando
Fasta Cabra aquesa villa.
El Cid cnando aquesto sopo
Contra ellos U parlia:
Moros, llevaba consigo.
Cristianos los que podía.
Las huestes se habían juntado,
El Cid mataba y beria:
Muy reñida es la batalla.
Durado ha casi tin dia.
Fasta que venciera el Cid
¥ en huida los ponía.
-.Acafeáileros cristiano*',
El boen C(d mochos fneadia.
L)ji.z.iit>,Coogle
• 06
De moroa non había citenta
Loi que cantidad* habit.
Trudias tuviera presos
Loi criftianoi que vcpcia;
VoIvíAk cod gran detpojo
A. Serilla do parti*;
Almacania ii6 la*' pariaa-
¥i CailillaraevoWia.
Mncbo plngA al Rey Alfonao
De lo que el Cid. f«cbo bahía,
T de aquel día adelante
Al Cid Campeador decian.
8." (Anónimo), (i)
Pablando eatabaen el cUnatro
De Sin Pedro de Cárdena
El boen Rey Alfoiuo al Cid,
Detpnet de Miía, noa fiesta;
Trataban de lat conquistas
De las mal perdidas lierraa
Por pecados de Rodrigo
Qoe amor discnlpa y condena.
Propaso el buen Rey al Cid
El ir i ganar i Cuenca,
T Rodrigo mesurado
Le dice desta manera:
—Nuevo sois, el Rey Alfonso,
Nnevo Rey sois en la tierra, '
Antes qae i gnerras vayade*
Sosegad la* voeaas tierras.
MtKhosdaflo* han venido
Por lo* Reyes que se aosentan,
Qat apenas han calentado
Lt corona en la cabesa:
T voa no citáis mny seguro
De la calamnia propuesta
En la moertc de Don Sancho
Sobre Zamora la Vieja,
Qae ann hay sangre de Vellido,
MagOer qoe en fidalgas venas,
Y el qoe fiío aqnel venablo
Si le pagan fari treinla.-^
Bermudo en lagar del Bey
Dice ai Cid :^ Si vos aquejan
El cansancio de lai lide*
O el deseo de Ximena,
Idvos i Vivar, Rodrigo,
T dejadle al Rey la empresa.
Que humes tiene tan fidalgos
Qae non volverla sin ella.
— ¿QaMn vos mete, dijoelCid,
En el consejo de gaerra.
Fraile honrado, á vos agor*
La vocsa cogulla puesta?
Subid vos á la tribuna
T rogad á Dios que venaao,
Qoe non venciera Jotai
Si Moisés non lo ficiera.
Llevad vos la capa al coro,
To el pendan á las fronteras,
Y el Rey sosiegoe »a cas*
Antes que basqna \*! agcna,
Que n(n me brin cobarde
El mi atnor, ni la mi qneía,
Qae mas traigo siempre «I lado
A Tisana , que. i Ximena.
^i) ji^ tmpiaan loi romaactt dit Cid dtttaraáo halla qat eoit-
qtmitd d Valtm^a y eneió parias ai Sfjr Atfomo. Sé eomprendm
tmnbil* loi de Martiit Ptiatz.
...Coót^le
—Home Mf, dijo Bennvdo)
Que anleí qoe entrara en-k regla.
Si non vencí Reyes morot
Engendra qaien los venciera;
T agora en vct de cognib,
Coando la ocaiion m ofretca.
Me calar¿ la ccbda
T pondré al caballo eipoelat.
— Para fu|;¡r, dijo el Cid,
Fodri aer. Padre, qoe acá,
Que maa de aceite que aangre
HanciMdo el hábiü> moeaira.
107
— Calledea, le dijo el Bey,
En mal hora , qne no en boena;
AcordirKvoa debía
De la ¡ora y la btlWla.
Coiaa tenedea, el Cid,
Qoe farin fablar laa piedru,
Puea por caalquier niSerla
Faceia campada la Igleaia.^—
Paaaba el Conde de OaaU
Qoe llevaba la au dueña,
T el Bey por [acer meann
AcompaJIóU i la puerta;
^— Si Btendeia qoe de loa braaoa
Vos alce, atended primero
Si no ea bien qne con loi mÍoa
Coide anbirvoa al cielo:
Bien citai* afinojado,
Que et pavor vero* cnbieilo,
Qoe atiento el aMa debido
El aoelo de tos toberbioa:
Descubierto eitais mejor
Deipnés qoe ae han deacobiérto
De voeaaa altanerlai
Loa mal gniaados esceaoa.
¿En qné os babeii empacbado
Que dende el pasado invierno
Non vos han visto en las Cortea
Poesio que Corlea ae han fecho?
¿Por qn<, siendo cortesano,
Traéis la barba y cabella
Descompaetto y desviada
Como loa padres del yermo?
Puea aunqoc vo* lo pregnnlo
Asia que bien o* entiendo,
T el temblante falagSeSo;
Querrcia decir ^ae cnidaiido
Gn mis tierras y pertrechos
Non coidadei de aliBarvos
La barba y cabello laengo.
Al de AlcaU conlrallásteia
Mis tregnai, pai y concierto,
Bien como si el querer mió
Tnviérsdei por may vneao-
A los fronlcriaot moros
Dii qoe tenéis por tan vuelo*
Qoe os adoran como & Dioai
(Grandea algos habréis del los!
Cuando en mi)nraas balliateii.
Después del triste suceao
Del Rey D. Sancho mi berntan»
Por Vellido traidor mnerlo, .
Todos besaron mi mano
Y por Rey me obedeciemn, .
Solo vos me conlratUsleia
Tomlndome ioraroenl»:
En Santa Gadea lo fice
Sobre los coalro Evangelio^
T en el ballestón dorado
Teniendo el oasdrillo al pecho.
Maláradea i Vellido
Si bciéraia como baeno.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
108
Qbc Ao ha &lUdo quien di^'
Qat tuvAtck »tí¡í tiempo:
Fait* e> moro lo segnliteis,
Y ti entrar la pnerta dentvo -
Bien cerca- estaba qirien diio
Qoe non osáateis de'mieáO:
Y nnnca fil»i-bn loa tnlM
Tan astuto* y maitera*
Qge cnidisen qtie Dtiii >Sincfao
Muriese por mb conaei<M;
Mario porque á Dloa 1; plugo '
En so joVCio secreto,
Qaiif porque de mi padre
Quebrantó sa« manda mieáhw.
Por ettos desaguisados,
DeHVcnrnclas' y 'tuertos.
Con ti'uls'de enemigo '
De mil Teinei vos destierro.
Yo tendré vucsoí condadas
Fasta saber por entero.
Con aCDBrdo de los mió*)
Si con6scárvoalos puedo.
Non repliqncdes palabra.
Que vos juro por San Pedro
Y por San Millin bendita
Que podré enforcaro* luego.—-
Estas palabras le di^
El Rey Don Alfonso el Seilo,
Inducido át traidores,
A) Cid, honor de sus reinos.
— Tíngavos de replicar
Y de con irs llar vos leiigo.
Que no han pavor los valientes
Ni los non colpados-mitdo.
Si finca mnerla la honra
A manos át los denaeito«i
Henos mil seri tnforcarme
Qne el mol queme ha brdrs fecho.
To seré en tierra hómildoso
A gniss de vurso siervo,
Qa* teniendo los mis braios
Cuido alEarme sín los vnesos.
Cúbranse y non vos acaten
Los ociosos falagüeüos.
Que magSer yo non:lo soy -
Me puedo cubrir prinxro.
Do« vegadas hubo Corles
Desde aolaño por invierno,
Dis qve^por la pro conian,
O por los Taesos provechos:
Vos en León las ficistoís.
Pero yo en tos campo* yermo*
Faciendo las mias , desBoe
Del contrario los pertrechos.
Lo fecho en Álcali vídca.
Non lo que fic< prÍHiero, '
Y es mal faigador quien ¡niga
Sin uotsr todo el proceso. ■
Folgi que el moro de allende '
Respete mis fechos buenos,
Qoc sí non me los respeta .
Non vos gaardari respeto; .
Asái me semeiais blando
Porque dé tiempo tan luengo-'
De apretarvos en la >urA .
Vos duele el eacocimienlM
Mentiri ti qne.me achacare .
Del traidor Dolfos el taerto, - •
Paes. sabedes lo que fue . .
Y )o que fice en el rct«¡ '
Adenias qne sin espnctas.
Cabalgué entonces por ycrr«)
u3i.z.iit>,Coogle
Vencen pesadas falsfai .
Al noble y sencillo pecho.
Y poes gaaté lAis b'abereí
En preí del servicio vnesOí
Y de lo qne bube gaoCdo
VoB fioe señor, y docSe,-
Non mt lo confiícaredea '
Vos, ni *ne»o* conicieros,
Qae mú podrcdes tolletilie
tes
Lá fiQÍenda que non lengo.
De boy mas mí facen do«o
Pnes hoj. dé v6s,íae dettierro,
Y de hoy para mí me gano,
Puniboy para vos me pierdo.—
Estas palabras decía
El noble Cid resptwdiendo
A las ijuerelUa injusUs
Del Bey Don Alfonso el Seda
Del Bey AlEonso s» tpieja
Ese buen Cid castielUno. .
Por la ínjiulafaga'y'pFMnio
Qae i sus servicioaba dpdo.
Dice entre ainado y forioso.
El roslro tristd y Iniibadoi
— Md te llamor,. Bey,' üi justo,
Porque al .fin ^loy 'Ut vasialto,
Ni porque me dedterraAe . -
De tu reino y mi «onáado,
Solo porque me pcrdi .
En hacer tu f;nata y ^do.
Malqubla estoy con eJ mando
Por acretenlar tüíeátado,.
T por suplir los bqDeaiti' .
Dicen, querolM y que^maio'
£)os falsos consejeros .
Que te eslaa aconsejando,
Corderos en la apariencia,
Y lobos en los estragos.
¡Pb-oain fáciles. .te hactn'
Mil dificoltosos^asfu, .
Qbc qniíi «in; mtpMteoqia i
ResnltáiAi eu.HÚl. daioi!
Acoérdale., Rey AI£dm^ ,
Qoe soy el. Cid tu vasallo, ,
Mas presto para servirte
Que tii para darme el paga
De mis honrados servicios
Annque li¡ me ha( destertfdo
Movido, según enljen^'o,
De que estoy atesúcando, .
Y sin mirar que si .(«niQ . . .
Algo , liodo lo be BKnvdo .
A' Urdeco. de saogre y .fu«rtÉ
De mi cuerpo y de int .braip,,
Y no viviendo en. el ocio
Qge hay en tu real palacio,
Donde se pasan losidias
Eji.lUicer grandes . estragas.
No en.hM moros frqnterÍM*t
Sin4:CD.'deahonraE hi>)alga4-
No quiero ya los favores,
Bey, de todos tus privados,
Que sin ellos los tendrá
Dénmeos buen(r& hid»lgo«.^
]&it«dAeiaBodrigf>.,.
Cuando, «stab)i .«puteado . . ,i
L^ necesario y foraoso ;
Para s^lír desterrado.:
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
1«<
De pilacio Mte el Cid
SetriMo de una palebre,
QoB qnioi jMlahni no aicnle
El MDtimieBto le felte.
Lu ii»a«« toerce fnrla*o
Aaaqne no por c»ti|{Rrtei,
Parqae contra an cebeta
Sos manos ao le levantan.
Hecboí dof Etna* lu ojoi
Brotan fuego y vivaa llamai,
Porque en elloa como en lienio
Pinta tv f*iion el alma.
Eritadoi loa cabello),
Bevoella la barba cana.
Que et tiro de la deahonra
l^icotnpone barbacanas.
Pasible lin compás
Y alterada voi tevaaUi
Qae el eoraioU con decir
&> pesadai&bre descama:
Mil fablaites de rol , el Scy,
Coa Vtii laay deMntonada,-
To palabra non vos dije, '
Ga por mi mi i obras fablin,
T (ablara mi TíEona
Por mi bonor j por su fama,
Sino qae «I ser *os quien sois
La enmudece en la sn vaina.
Vaestra fobli, Bejr Alfoits^ '
A mi braa non la Infann,
Ca el aeSer á iv Tisallo
Annque mas diga no agravia.
Desterráisme de mi tierra,
Desto non me finca saSa,
C« el hombre bneno fidalgo
De tierra agen* bace patria.
Están mncbos envidiólos
Junto á vos de mía fauilas,
Ci de ordinario la envidia
A la virtud acoiópáña.
Dicen ewlre juglerías
Basonei desagnisadasv
T porque non vomitedes
Va la ptldbra dorada.
Mil mentiras falagBeñas, < ■
Non verdadMj.i vos fablan^- -
Ca una vegada bregaron
La verdad ¿<.|a privanu.
Non BEBlirédes tni mengoa
Fasta la primer batalla,
Ca el bien noA es conocido
Faeta que net face falta .^—
Eslo dijo el 6id Roy Diai -
Coando en Babieca cabalga,
T bici a 'Valencia camina,
Tierra rica, hermosa j llasn.
ti.'. (Anónimo).
Crande saBa cobró Alfiraso
Contra él bnan Cid caslétitno,
Porqoe le tomó la fura'
De la mnerte de su faeraiano: '
Encubrió lá sn enemiga.
Aguardó i hacerse vengado.
Et Rey moro de Toledo,
Qne UaK Haymon «• llamado^
Del Cid se. quefara al Bey
Qneensn reinólo había entrado»
T faasu dentro de Toledo
Sus moro* ha cantivadoi
Siete mil son los cantivos^
Sin otro mncho ganado.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Macbo al lUy A)l*nw pe»,
Conlr* el Cid eHaba airado
Mncbo laaa qneiuie* eslaba;
Con el Rey lo hablan mezclado
Por envidia qne le tientn
lo» grandes de lu reinado.
Escribióle el Bey al Cid
Que salga dé sn reinado
Dentro de- leu nncv* días,
Qne mas no le d> de plaBO-.
Él bncn Cid á ans parienlea
Las cartas les ba moatra'dot
Todo* se quejan del Bey
De baberla tan md mirado.
Desterrando on caballero -
Tan valiente y esforiado,
Qae inny bien babia aervido
tu
A ¿1 , i «a padre , y sn hermano:
OfrfeenM de ir con él
A lo servir may de grado,
T que todos moririan .
Con él inñlM en el campo.
El Cid les agradecia
La palabra qne le ban dado,
T otro dia salió el Cid
De Vivar, qne era «n estado,
Con toda sn compafila
Con ánimos esforsadosi
Volvióse á avs caballeros
Y esto les e»i& fablando.-
^Amigos, ti i Dioi plognieie
Que, i Castilla nos volvamos,
Dfgovos qae lornaremo*
Todos muy ricos y honrados.
^— Obedeico la sentencia.
Maguer que non soy cnlpado,
Pues es ¡nsto mande el Bey
T que obcdeaca el vasallo;
Y plrgne i Huesa Señora
Que vos faga aventurado,
Tal qne non ecbedes menos
La mi espada ni el mi brato.
Bien cuido que non vos mneve
Servos yo dtiagnisado,
Sé qne envidiosos i veces
Manchan los pechos fidalgos:
Haa al fin ti tUmpo v^a. twá
Que ellos mugera ton , y yo A>-
drigo.
Esos bravos infansoncs
Qae comen k voeso lado.
Consejeros mentirosos.
Lidiadores en palacio,
jCóroo non vos acorrieron'
Cuaifdo preso vos llevtron,
Y cnando yo vos qaité
Solo i trece en medio el campó?
Sinon qae á rienda suelta
Fuyeron los amenguados
Donde mostraron tener
Lengua asái y pocas manos;
Mal al fin el tiempo voi itri
Que ellos mugeret ion, j JO Ho-
drigo.
Membradvos, Rey D. AlConiOi
De lo que agora vos falilo, '
Vos con. iiita , yo scsndo.
Vos vengado y yo agraviado.
Que yo fago pleitesía
A San Pedro y á San Pablo
De meiclar, Dioa en aynso.
Mi hueste con los paganos,
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Y ti btcb veitcedor
Poner á vBCfo mindado
Loi cMliDoi J fronteras,
Poeblos, h*bcre«, va**)loi:
Mas al Jííi. él -tiempo ' eos se
Que ellos mugeres son, grjrb £
Escachó el B«]r Don AlfiMso
LaS'ptUbrai btla^Su
Del Cid en ia deapadida
Cuando le parlid i la gnerra,
T dijo i eaa infanzones:
Hoy deja Boestra» banderas
El hoDe mas animosa
Qa« sangre de Moros riega,
¥ aunque parezca osadfB . ■■
El.fabiar con lanías veras,
Non fueron alrevimienloa
Supuesto qoe lo asemejan.
Los amor Jo* del alma
En ej pecbo do *e encierran
Lealtad.y'Bmor, con su. Rey
Tienen para hablar licencia.
Alongado va al destierro,
Y veo que en su presencia
Es solo un borne el t)oe parte
Y mil voluntades lleva;
T caÍ4o que un buen gnerrera
Ctiiiiido.de su Bey se ausenta
Reprochado de su Corte
Se ha .de lener-i la agena. ;
Qae de an edificio grande.
Si te le roi^pe una piedr*
Por júlOiSn desencaje : , .
Se suele venir i tierra.- . ,
No hay. fdf at-se entre las Beyes,
Que nunca los Beyes faelgan
Caidando el pro de sns rei»as
Y baciendu en los lueSes §«erra.
Si fidalitos con la capada
Por su Rey en lides entran.
El Bey con espada y alma
Anda, padece y pelea. , .
Gran lidiador, es eJ Cid,
Fuerte y noble en ^ran manera,
Pero sino es bomildoso
¿De Dios y .del Bey qué. espera?
ConvieUe quD.el Cid se alongBQ
T dirán en IneScs tiierraa, .
Que Alfonso face justicia
Ten castigo á nadie cscepta.
,,<Doi^ Rodrigo de Virar
Está^tínDoSa Ximena
De su. destierro tratando^
Q<)e sin culpa le deslierran.
El Bey Alfonso Iq manda,
Sus CAvidiosos se huelgan^
Llórale ioda Castilla
Porque .btrirfana )a-de)a.
Gran parte de sus haberes
Ha gastado el Cid en guerra.
No halla para et camiuo
Dinero sobre su hacienda^ ..
A dos Judio* convida,
Y sentados á ao mesa . .
Con amigables caricias i -
Mil Dorines tes pidiera. .
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
DfceUa que por seguro
Dos cofru de pUta lengín,
Y que li dentro de ua »iío
No lea paga , que la vendan
Y cobren U logrería
Como concertado queda.
Didlu dos cofres cerrados
Entrambos llenos de areD«i
T conñados del Cid
Dos mil florines le prestan.
>^¡Oh necesidad infame
A coantos honrados faenas
A qne por MÜr de tí
Bagan mil cosas mal bccbaí!
Bey Alfonso, leftor mío,
A traidores das «rejas,
y á los fidalgoa leales
H3
Palacios y orejas cierras.
Mañana saldrá de Bur^s
A ganar en las fronteras
Algún peqaeSo castillo
Adonde mis gentes quepan;
Mas según son de orgullosos
Los que llevo en mi defensa.
Las cuatro partes del mando-
Tendrán por inorada estrecha.
Estarla mis estandartes
Tremolando en las almenas,
Caballeros agraviados
Hallarin gnarida en ellas;
Y por conservar el nombre
De tas reinos , qoc es mi tierra.
£se buen Cid Campeador,
Qae Dios en salnd mantenga,
Faciendo esti una vigilia
En San Pedro de Cardefla,
Qae el caballero cristiano
Con las armas de la Iglesia
Debe de guarnir sn pecbo
Si qniere vencer las guerras.
DoAa Elvira y Dofta Sol,
Las sus dos fijas tan bellas,
Acompañan i su madre
Ofreciendo rica ofrenda.
Cantada qne fue la Misa,
£1 Abad y Mongea llegan
A bendecir el pendón.
Aquel de la croa bermeja.
Soltó el manto de los hombros,
y en cuerpo con armas nuevas,
Del pendón prendió los cabos,
Y dcsla sverle dijera;
-^Feridon bendecido y santo»
Un castellano le lleva
Por su Bey mal desterrado.
Bien plaQido por su tierra.
A mentiras de traidores
Inclinando sus orejas
Diú su preE y mis fazaias,
¡Desdichado dé) y dellas!'
Cuando los Beyes se pagan
De falsías faatagüeSas,
Mal parados van los snyos,
Luengo mal les viene cerca.
Bey Alfonso, Bey Alfonso,
Esos cantos de sirena
Te adormecen por malartr,
¡Ay de tí si no recnet^das!- -
Tu Castilla me vedaste
Por haber folgado en ella,
Que soy espanto de ingrato»
Y conmigo noii cupieran.
L)ji.z.iit>,Coogle
¡Plegué £ Dioi qoe non «e caigan^
Sin roí brazo, tu almenai!
Tú qtie íicDtei me baldón»,
Sin MDtir me lloran ellas.
Con todo, por mi lealtad
Te prometo las teneuciai
Que ta Uí fronlerai ganaren
Mil lanías y mía balleataa.
Qne venganu de vasallo
Contra el Rey, traición semeja,
Y el sufrir los loertos suyos
Es aeSal de saogre buena. —
Esta jura dijo el Cid,
¥ luego i Doita Ximena
T á sus dos fijas abraza:
Mudas y en llanto las deja. .
i8. { Andnimo). (i)
Estando cnroplíendo el Cid
El destierro en que yacía,
Aquel á quien Don Alfonso
Mandó salir de Castilla:
Por siniestras relaciones
Que envidiosos becbo babiaa
Contra el Cid, cosa ordinaria
Su propicia suerte vista,
Porque siempre al semejante
Coyas baiaSas se estiman
Le nacen Seros contrarios
Del efecto dellaa mismas,
Viendo qne en él y nv en ellos
Con raioii ponen la vista^
T que escurece sos noiobret
El que ayer no le tenia.
Como si de sus principios
No se tuviese noticia
De que fueron adqnirítlo*
Deltas 1 rea por una via,
O por privanza con Reyes,
O por letras, ó malicia,
T que al que hoy da so valor
nombre
Verle enstlaado ae admiran
Sin por qué , pues no es ventaja
La antigüedad de algún dia,
y deben de presumir
Que esde sangre ilaatrey limpia,
Porque la qoe no lo es
Nobles acciones no cria.
£1 SDgeto valeroso
Es parage de la invidia
Do hacen presa las lenguas
Por mil diferentes vías,
Qne como ven que i la fama
Con sus baaaSas obligan,
T las inútiles suyaa
Hacen el fin con sos vidaj.
Procuran qne las agcnas
No se celebren y digan.
Que las ignoren los Beyes
Pretendiendo con malicia.
Queriendo tragarlo lodo
Estas inmundas arpeas.
Digo pnes, que como el Cid
Con la paz no se entendía,
T en los peligros mayores
Puesta llevase la mira.
Cercó i Alcocer qne de moros
(i) En ¡ot remanen de SmUvtda hay tato al aaaii
Por mando del Rey Alfonso, lino jr otro ton detutabht.
Dg.l.zedt>>COOgle
Era una fuere* eict^ida
Y U de mu importancia
En Uí partes fronteriu*;
Pero DO pudiendo enlrarla
Con iiperas ba(erfa«,
Echii mano de la jndnstri*,
Que no es de menos cilima
Qae ti valor j foruleía
Ni de menor gloria digna,
Coa* loable en la guerra.
Codiciada y permitida.
Hiu> pues para cebarloi
Qae con su genic haf*,
T que levantaba el cerco
Por hambre, sed y faligas,
Dejindose muchas tiendas
Con preseas varias, ricas,
Porque el codicioso moro
Salga y el alcance siga.
Trayendo para robarlas
Menos orden con mas prisa,
Dejando la fuerza sola
' Sin quien la entrada resista:
T fue asi, que como viesen
La repentina huida
Desamparando el caitillo
En su seguimiento tiran.
Pero á pequeüa distancia
Vuelve con suerte propicia
El famoso de Vivar
Que una gruesa lanía cimbra,
y en el bravo sarracena
Haciendo sangrienta rita.
Sin aventarar soldado
Entró la fuerta y la villa.
Ya qne acabó la vigilia
Aquel noble Cid honrado
Y de)ó á Doña Ximena
Y á sus dos £)as llorando,
A la vista de San Pedro
En nn espacioso llano
Dijo con grande denuedo
A los que le están mirando:
—Quinientos Sdalgos sois
Los que me heis acompañado,
A quien no diré lo mucho
Que 01 obliga el ser fidalgos;
Pero pues que me destierra
El Re]r por injustos casos.
Faced cuenta, mis amigos,
Qse Iodos vais desterrados,
T qne han de goardsr mi honra
Vueso valor y mi braco.
Que annqae ¿1 faa sido injusto
No lo han de ser soa vasallos,
Antes derramar la sangre
Por vencer á los contrarios.^—
Todos responden: — Buen Cid,
Vqcso hablar es escnsado,
Fnes basta que nos mandeia
Para quedar obligados.—
Por tierras de moros entran
Machas balalbs ganando,
Rindiendo muchos castillos,
Y Beyes atribulando.
Tanto pudo el gran valor
De aquel noble Cid honrado
Que en poco tiempo conquista
Hasta Valencia llegando,
Donde alcanzó gran tesoro,
Y un gran presente b a enviado
Al ingrato Bey Alfonso
De cien hermosos caballos, .
L)ji.z.iit>,Coogle
146
Todo» con rico* íaeces
De díferenlet borctados,
Y cien moros, qae los Itevaa
De las riendas, las eaclavos,
Y cien llaves de laa villaa
T castilla* que ba ganado,
Y también al Re; envía
Castro Reyes sai vasallos:
Aqueste présenle lleva
OMoño sn gran privado.
— ^Slentirosos adalides
Que de las vidas «gena*
Guisáis plato para el gasto
De muchas sordas orejas:
Fidalgos de Villalon,
Caballeros de Valduerna,
Bombrcs bnenos de Villalva
Y cristianos de Sansa r fia;
Escuchadme ai fiociredes
Con memoria , qoc mis quejas
Son fijas de vaeso agravio
T de vDCsa colpa nietas:
Yo soy el Cid Campeador
Que finco aobrc Consaegra,
Tan hnmilde al Bey Alfonso
Cnanto i mí Doña Ximena:
Yo .soy aqoel que mis armas
Toda la semana entera
Non se qailan dos vegadas
Del cnerpo qac las sustenta,
Y el qne en las batallas cmdas
Con mi lanu y mi ballesta
Soy el primero de lodos,
Y que non duermo en las tiendas:
Non fago loerto i los míos
Maguer facerlo padiera,
Antes les entrego juntos
Los haberes y tenencias:
Peleo con la Tieona,
Non ofendo con )a lengaa
Por non con ella imitar
A las mal Tabladas fembras:
Como en el suelo por falta
De las levantadas mesas,
Y por postre tengo asaltos,
Que son frutes qae me alegran:
Non desentierro las vidas
De hombre hneno 6 moger bnena,
Nin digo si foc fidalgo,
~ Nin si ha pechado Ó si pecha:
Non trato sobre comida
De facer i nadie ofensa,
Sinon de si han apretado
Bien las cinchas i Babieca:
Non me acuesto imaginando
Con mentiras quitar tierras.
Si acaso puedo las gano
Y si non finco sin ellas,
Y conquistando el castillo
Fago pintar en sos piedras
Las armas del Rey Alfonso,
Y yo humillado i par delUs:
Lloro, caando estoy á solas.
La mi consorte Ximena^
Que finca cnal lortolilla
Sola y triste en tierra agena*
Que maguer es tierra saya
Tiene enemigos mny cerca.
Que pues lo aon de sn esposo*
¿Quién dnda lo serin della?
Pido insticia, y mis voces
Cuido futa el cielo llegan.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Qae cómo aon roces jostas A loa Condes de Camutfjta,
Non dado qoe llegar paedao.x— A los fidalgos y ricos,
'Aquesto escribe Rodrigo Sin honor y sin fscienda.
Ese bncD Cid Campeador
De Zarago» partia,
Sus gentes lleva consiga
¥ la sn sefia tendida
Para correr f Montón:
A Huesca lamliieD corria,
A Onda con Almenar
Estragado los habia.
El Rej Pedro de Aragón
Muy gran pesar recibia
Cuando, snpo que el buen Cid
Tan cerca de sí yacía.
Apellidara sus gentes,
Macfaas son en demasía;
Llegado han á Piedra Alia,
Sos tiendas fincar facia,
A oíos. está del Cid
Mu para él no venia.
£1 Cid salid de Montón
Con doce en su compañía
A holgarse por el campo
Armados de buena guisa.
Los de ese Rey de Aragón
Le tuvieron puesta espía,
Caballeros eran ciento
¥ cincuenta que i él salían.
El Cid lidiara con todos,
Como bueno los vencia:
Siete son los caballeros
¥ caballos qne prendía.
Los otros huyen del campo
Que aguardarle no querian:
Los presos piden merced,
Que lo* «nelte le pedían,
El Cid como es muy honrado
Lo qne piden concedia.
Adofir de Modafir
A Rueda en guarda tenia
Por el buen Rey Don Alfonso
Que conquerido la había.
Almofalas, ese moro.
Con sobrada maestría
Mctidse dentro el castillo,
Con él altado se había;
Adofir coando lo sopo
Al Bey so mensage envia^
Pidiéndole so socorro
Para recobrar la villa.
El Rey envió á Ramiro
¥ i ese Conde Don García,
Con muchas gentes armadas
Que van en su compañía.
El moro cuando lo supo
Dijo «I castillo daría /
A ese hnen Rey Don Alfonso,
¥ que í otro no qneria.
Convidóle a comer
Por hacelle alevosía
Allá dentro del castilla;
El Rey temido «e habia,
. El Infante Don Ramiro
Con el Conde en compañía
u3i.z,iit>,Coogle
118
Entraron para comer
Que ir el Rey no quería;
Mas liic|;o qae entraron dentro-
A entraioboi quitan ta vida
Con otroa que van con etloa
Y al Bey mucbo le dolia.
Tüvoie por deshonrado,
y si Cid sus cartas envía,
Que estaba cerca de allí
Desterrado de Castilla.
Rodrigo que vid el mensage
Para el Rey largo venia;
Caballeros fiioidalgo
Acompasado lo habían:
Coando lo vido el buen Rey
Su perdón le concedía:
Contóle lo aconlecido.
Que le vengue le pedia,
T qoe con íl se viniese
A su reino y señorfs.
El Cid le besó las manos
Por el perdón qne le bacía.
Mas no lo qniso aceptar
Si el Rey no le prometía
De dar á los fijosdalgo
Un plazo de treinta dias
Para salir de la tierra
Si algún crimen cometían. '
Y que f&sta ser oidos
Jamas loa desterraría,
Nin quebrsolaria los fueros
Que sus vasallos tenían,
Nin menos que los pechase
Mas de lo que conveuia,
Y que ai lo tal ficiese
Contra él alzarse podían.
Todo lo promete el Rey
Qoe nada contradecía,
Y i Castilla caminando
Rodrigo el cerco ponía,
Al moro qae la) mal fiío
Por gran fambre lo prendia,
Y í todos los mas traidores
Al Bey luego los envía.
El Rey los ha recibido,
Dell os fiío gran justicia,
Y mucho agradece al Cid
El presente qne le bacía.
i3, (AniSnimo). (i)
— Ceitid los membrudos bratos Facedlo que bien podéis,
Al cuello qae bien os quiere, É cuidi non me mancbedes,
Por ser asas de tal dueSo Qneadnfincaentaivaeaas armas
Qoe el mundo otro par no tiene; La sangre mora reciente.
Non rehuyáis de abrasarme, Mo alendáis tuertos qoe os fice
Qne braios de borne tan fuerte Pues tan buen precio merecen,
Desentol leseen mis tierras Que non quise en mi servicio
T las de moros tollescen; Homes á qnien sirven Reyes.
(O -^ pfsar de etta rteateiliacion el Cid no voloié d la eortt, f
el Rey retuoo d- Ximtna ]■ tul hijat ea rihtnes , como tt vtrá mat
Dg.l.zedt>>COOgle
Si vos deaterr¿, Rodriga,
Fae porque á moroi qae crecen
Desterréis sus fechoría «,
Y las vDCsas alto vaelen.
Non vos eché de mi reino
Por falsos que vos mal quieren.
Sí porque en tierras agenas
Por vos mi poder se muestre-
De Alvar Fañex vdcso primo
Recebf vueao presente,
Mo en feudo voeso, Rodrigo,
Sinon como de parientes-
Las banderas que ganasteis
A sarracenos de atiende.
Por vuesa mandadería
En San Pedro las veredes.
La vnesa Ximena Gomei,
Qne tanto vos quiso siempre,
Porque la desmaridé
Mil pleitos contra mí tiene.
Non escuchéis ans querellas
Cnando á mf las enderece,
)f9
Qae i las fe^bras inai astalii
Cualquier enojo las vence.
Acudid en su presencia,
Que cuido qoe vos atiende
Mas ganosa de vos ver
Que vos ven i des de verme,
Que si malos consejeros
Facen oficios que suelen,
En tambio de saludarme
Atenderédes mi muerte;
Non la atendáis, borne bueno,
Ansi os valga San Llórenle,
T riBaa de por San Juan
Sean paz que dure siempre.
Prended al cuello los brazos,
Que vuesos brazos bien pueden
Prender en paz vneso Rey
Pues en guerra cinco prenden .->
El Rey Don Alfonso el Sexto
Le dice esto al Cid valiente,
Que de lidiar con los moros
Victorioso á su Rey vnelve.
i4- (Anónimo).
FaUaudo estaba en celada
£1 Cid con la su Ximena
Poco antes que se fuese
A las lides de Valencia:
Bien sabéis, dice, seSora,
Como las nuesas querencias
En fe de su voluntad
Muy mal admiten ausencia;
Pero piérdese el derecho
Adonde interviene fuerza,
Que «I servir al Bey lo es
Quien noble sangre semeja.
Faced en la mi mudanza
Conft) tan sesada fentbra,
V en vos no se Vea ifiílgana
Pues venís de honrada cepa.
Ocupad las cortas horas
En catar vnesas faciendas.
Pues es lo mismo que muerta.
Guardad vuestros ricos paSos
Para cuando yo dé vuelta,
Qué la fembra lin marido
Debe andar con gran 'llaneza.
Mirad por las vuesas fijas.
Celadlas, pero nó entiendan
Que algún viciO' presumís
Porque faíeis qué lo entiendan:
No las apartéis un pnnto
De junto i vnesa cabeza,' '-
UglJilbvCOOgle
120
Qae las fijas aia su madre
Muycerca eitan de perderla.
Sed grave con loi criados,
Agradable con las daeSas,
Con los estrañoa sagaz,
Y con los propio* severa.
Non enseñéis las mis cartas
A la mas cercana doeila,
Parque no sepa el mas sabio
Como. paso yo las vuesas.;
M ostra Idas & vnesas fijas.
Si non tavícrdes prudencia
Para encubrir vuestro gozo
Que suele ser propio en femtirai.
S¡ vos consejaren bieu
Faced lo que vos consejan,
¥ si mal vos consejaren
Faced lo qae maa convenga.
Veinte y dos mtravedU
Para cada dia os qnedan,
Traladvos como quien soia
Non enduréis la despensa:
Si dineros vos faltaren
Faced como no se entienda^
Enviádmelos á pedir,
Non empecéis vuestras prendas
Buscad sobre mi palabra,
Que bien fallareis sobre ella
Quien á vuestra cnila corra
Paes yo acudo á las aireñas;
Con tanto, señora, í Dios
Que el ruido de armas resuena^
Y tras un estrecbo abrazo
Ligero sabio en Babieca.
nS. (Anónimo).
V Apretada está Valencia,
Paádeae mal defensar
Porque los Almorávides
No la quieren ayudi
Viendo aquesto un
Qae solía adivinar,
Subiérase & úa alta torre
Para bien la contemplar.
Cnanto mas la mira hermosa
Mas le crece su pesar,
Sospirando con gran pena
Aqaesto fue i razonar:
~— ¡Ob ValcD.QÍa! joh Valencia,
Digna dp'sieuipre reinar!
Si Dios de ti no se duele
Tu honra se va apocar,
Y con ella las holganzas
Que nifs suelen deleitar:
Las cuatro piedras caudales
Do fuiste el muro á seular,
Para llorar si pudiesen
Se querrian ayuntar:
Tus muros tan preminentes
Que fuertes sobre ella están,
viejo De mucho ser combatidos
Todos, los veo temblar:
Las torres que las las gentes
De lejos suelen mirar.
Que su alteza ilustre y clara
Los solia consolar.
Poco á poco se derriban
Sin podellas reparar;
V las tus blancas almenas
Que lucen como el cristal.
Su lealtad han perdido
Y todo so belmirar: .
Tu rio lan caudaloso, .
Tu rio Guadalaviaf,
Con las, otras agnas tqyas
De ■na«ú'e. ,*alido ba: ,.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Tus arroyos crifialinos
Tarbios ya siempre vendrin,
Tas fuente! y manaotiales
Todoa secado se han:
Tua verdes huertas viciosas
A ningano gozo dan,
Que la raíz de sas yerbas
Bestias roído las fian:
Tus prados de cien mil Dores
Olores de sí no dan,
Mustios «odaa y marchitos,
Aquel honrado provecho
De to playa y de tu mar.
En deshonra y daíto toma,
¡Mal te pttede aprovechar!
Los montes, campos y tierral
Qae tú solias mandar.
El humo de los sns faegoa
Tus ojos cegado ban;
Es tan |rave tn dolencia
Y tanta tu enfermedad.
Que los hombres desesperan
De salud poderle dar. ,
¡Oh Valencia! ¡oh Valencia!
Dios te qniera remediar,
Que muchas veces predije
lio que agora veo llorar.
Cercada tiene i Valencia
Ese buen Cid castellano,
Con los moros qne están dentro
Cada día peleando;
Muchos ha muerto y prendido
T á otros ha cautivado.
Al real del buen Rodrigo
Un caballero ha llegado,
Martin Priaez ha por nombre,
Martin Prtaes Astnrianoj
Muy crecido es en el cuerpo,
En los miembros arreciado.
Aqueste es de buen donaire,
Pero muy acobardado,
Halo mostrado en las lides
Ybatallas do se ha hallado. .
Mucho le pesa at buen Cid
Cuando to vÍdo á su lado,
No es para vivir con £1
Hombre tan afeminado.
Un dia entrara el buen .Cid
Y con él los sas vasallos
En batalla con los moros.
Pelean como esforsados.
Allá va Marlin Pelaea
Bien armado y i caballo!
Antes de dar el torneo
Al real habia (ornadO)
Fuese para su posada
Cubierto y disimulado.
En fila andavo escandido
Hasta que el Cid ha tornado;
Dejó muertos machos moros,
A ellos ganara el campo.
El Cid se sentó á comer
Como tiene acostumbrado.
Solo en sn cabo á una mesa
Y en el su escaño asentado,
¥ en otra sus caballeros.
Los que tiene por preciados.
Con aqaestos nadie come ..
Sino los mas afamados,
Así lo ordenó el buen Cid
Por facerlos esforEados,.
Y que cada ano procure
Facer fechos estimados
Ugl.zíiltvGoO'ílc
Para comer á h meu
De Alvar FaSeí j ta hermano.
Bien caidó Martin Pelaea
Que non vid el Cid lo psaado,
T así la( manoi se lava,
A la mesa le ba sentado
Donde cslá Don Alvar FañeE
Con la compaña de honradoi.
El Cid le foe para í\
Y delbraio le ha trabado.
Diciendo; — Non sois vos tal
Para en tal meia aeutarvos
Con estos parientes mios
A qaitn vos podáis llefarros;
Mas valen qae ;o ni vos,
Qne son buenos y aprobados,
Sentadvos d la mi mesa,
Comed conmigo i mi plato.-—
Con mengna de entendimiento
No creyó que es baldonado,
Asentóse con el Cid
A su mesa y i so lado,
T él Cid con grande cordura
Esta reprensión le ha dado.
A solas le reprehende
A Martin Pelaei el Cid,
Qoe las fallas de los buenos
A solas se ha) de reSir.
Dicele con rostro airado;
^— ¿Es posible qne faír
Pueda an home, siendo noble,
Por temores de nna lid,
Y mas vos siendo quien sois,
Viniendo de do venís,
Que cnando fiocirais mnerlo
Os faera honroso el morir?
Levánteme de la mesa
Do bocado no comr,
¡ Qné bnena pro me tuviera
Cuidando en el qne vos v<!
Atended lo qae vos digo
Y non cuidéis en foir,
Porque f oyendo afrentadea
A vuesa honra y i mi.
Si me dades por discolpa
Decir que visteis venir
Mocha mnltilud de moros,
NoD la quiero recibir.
Entraos en la religión
Adonde podréis vivir
Sirviendo í Dios, qoe en' las
Non sois para lo servir.
Pusiera i «os i mi lado,
Que pudiera ser que allí
Se vos quitara el pavor
T vuesas menguas cubrir.
Salid esta tarde al campo,
Que quiero ver si sufrís
Mas qoe os afrenten mil hornea
Qne quedar muerto en la lid.
Y podr£ ser quedéis vivo
Que yo tengo de ir alli,
Y veré lo qoe faoedes
Y si de honra sentís.
Con esto, Martin, á Dios,
Qoe habéis de yantar sin mi
Hasta que traigáis cobrado
El honor qne yo VOS df.
Dg.l.zedt>>COOgle
38. (Aninimo). (i)
—De vocatra honra el criiol
Ha manchado el JDsto cielo,
Poes ■aliiles de la lid
T 01 vieron salir fufendo.
Levanti, Martin PeUei,
Pdu se ha visto al deacnbierlo
Qae fniates afeminado
Como cobarde mancebo.
No comáis entre infanaanes,
Que para comer con ellos
El menester pelear
Con inimo j fnerte pecho.
Tened memoria, Martin,
De vuestros padre« y abuelos, '
T repetid las palabras
Que voy agora diciendo:
Primero lie de morir entre pa-
Que me quiten ¡a honra entre
erUtiaao»,
Puet que loa juato el délo me
pertigue
Yo he de hacer gae su furia te
mitigue.
Ponderad estas palabras,
Mirad no las lleve el viento.
Que tener vida sin bonra
Es vivir an borobre muerto.
¿De qní sirvió la nobleza?
En el campo ¿qué se hicieron
Los títulos y renombres
Pues se escribieron en negr<^
¿Dó dejastes el trotón?
Cuido to dejaste muerto,
Que quien de »l no se membra
Mal cuidará de lo ageno.-^
Eslo decia el bnen Cid
A Martin con gran secreto,
T levantando la vos
Dijo con pecho de acero:
Primero he de morir entre pa-
Que me quiten la honra entre
Corrido Martin Pelaea
De lo que el Cid ha Tablado,
Dello cobró gran vergitenza.
Del I o esti muj ocupado.
Foeie para sn posada.
Triste estaba y moy cuitado
Viendo como el Cid ha visto
Su cobardía tan claro,
Por lo cual no consintió
Propóneie ler valiente
O de morir en e) campo.
Otro dia salió el Cid,
Junto i Valencia ha llegadt^
Salieron luego los moros
A ferir en los cristianos.
Llegan denodadamente
Con los esfoerEos sobrados.
Martin Petaca fae el primero
Que coma con los honrados; Que la lid babia entrado.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
tu
Y 6ri6 tan recia en ellos
Qae i mncfaos ha derribado;
Allí perdió toda el miedo,
Mu; gran esfaerzo ha cobrado,
Peleó valiealenienle
Mientra* la lid ha durado,
Unot mala y otros hiere,
Hiso en ellos grande estrago:
Los moros diceo á gritos;
—¿De dó ha venido este diablo?
Hasta aqni no le bemos visto
Tan valiente y esforzado, ,
A todos nos hiere y mala,
Del campo nos ha lanEado.^—
Por las puertas de Valencia
A los moros ha encerrado,
Los brazos hasla los codos
En sangre lleva bañados,
Ninguna hay tal como él
Sino es el Cid afamado.
Loa moros fueron vencidos,
Pelaez se habia lomado,
Esperándole está el Cid
Fasla qne fuera llegado,
Con moy crecido pbcer
Rodrigo lo babia abrasado,
Dfjale: Martin Pelaei,
Vos sois bueno y esforzado,
Non sois tal que mereccais
De boy mas conmigo sentaros.
Asentaos con Alvar Fañes
Que era mi primo hermano,
Y con estos caballeros
Que son buenos y eslimados.
Que los vuísoa buenos fechos
Siempre serín bien mentados,
Seréis dellos compaSe.ro,
Sentaros hei* á su Lado.—
De aqnel dia en adelante
Fiao fechos muy granados
De esforzado caballero,
BaeAo como el mas preciado.
Aquf se cumplió el proverbia
Entre todos divulgado,
Queel queá buen árbol se arrima
De buena sombra es tapado.
3o. (Anónimo), (i)
Por la mano prende «1 Cid,
No con rigor ni con saña,
Al ¡oven Martin Pelaei
Que fuyó de la batalla,
Et por mejor reprendelte
De sa cobardía mala,
Le sienta á su mesa y dice
Con amorosas palabras:
—Yantemos en uno juntos,
Que non he sabor ni gana
Que yautedes con los grandes
Que ban ganado con sn espada;
Yantad en esta escodilla.
Que el uno al otro se llama.
Yo por nó ser bueno os qniero
A mi lado y á mi estancia:
Los que alli con Alvar FsScí
Con él se asientan y yantan.
Ganaron con sns proezas
La mesa y perpetua fama.
Con la sangre de enemigos
Es bien lavar nuestras manchas
(i) j͡ mitmo aturUo del X
L)¿i.z.iiuGoog[c
Qae en el honor ban caído
Rindiendo la vida y almai.
VergoBosa vida atiende
Aqoel qoc valor le falla,
MagSer que bf ya au facienda
De los mejore» de EspaBa.
Miémbresevos de loi fecbos
Paaidoa qae ha fecho ea armai
Mi amigD Pedro Bermadez,
T caán bien aa eapada talla.
Aguis£tnonos de gnisa
Que ningDQo tuerto faga,
Mi los moros Valencianos
Pnedan afrentar tas lanus.
Facer lo qae home es tenado
De toda colpa descarga,
Porqnc alU no hay fallimiento
195
De lo qne la honra encarga.—
Esto dicho, el Cid callóse,
Y la comida acabada
Mandó tocar las trompetas
Y que se pongan en armas,
Y los moros Valencianos
Con las gentes Asturianas
Traban una eacaramnia
Encendiendo nueva saíia.
Corrido Martin Pelaez
De las pamas palabras.
Fizo cosas SqQcl día
Que al Cid admiran y espantan,
Tanio que aquel vencimiento
A Martin Pelaet se daba.
Los moros su nombre temen,
Con qae ganó lauro y palma.
—■Partios ende los moros,
Non pongáis mientes en al,
Cnidi de los doloridos
Y los muertos soterrad;
Decidles i los cniíados
Y i las cuitadas contad,
Qoc el saber nueso en la gnerra
Es bnmildoso en la pai;
Poned la furia e'n facer
Que me vengan i foblar,
Porqne les diga mi boca
Toda la mi voluntad,
Qne non quiero sns faciendas
Nin se las he de tirar,
Nin para mii barraganas
Sns £)as be de tomar,
Qne yo non uso mugeres
Slnon la mía natural,
Qae en San Pedro de Cárdena
Yace agora al mi mandar,
Y mindovos yo, Alvar FaSes,
Si he poder de vos mandar.
Vais por ella y por mis fijas.
Mis fijas otro que tal.
Llevad treinta marcos de oro
Con qoc se puedan guiar
Para venir á Valencia
A la ver y i la gotar:
Lleva otros lautos de plata
Para San Pedro y su altar,
Y entregadlos i Don Sancho
Que ende yace por Abad;
Y al noble Rey Don Alfonso,
Mi baen seBor natural.
Lleva doscientos caballos
Bien guarnidos al mi usar;
¥ á los honrados jndlos
Baqnel y Vidas llevi
Doscientos marcos de oro,
Tantos de plata, y non mas,
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
426
Qne me endonaron preiUdot
Cuando me partí. á lidiar
Sobre dos cofres de areni
Debajo de mi verdad;
Rogarles beis de mi parte
Que me qnieran perdonar,
Qoe con Benita lo fice
De mi gran necesidad,
Que aanqac caídan que es aren*
Lo que en los cofres titi.
Quedó soterrado en ella
El oro de mi verdad.
Págales la logrería
Qne so; leñado i les dar
Del tiempo qne so dinero
He lenido á mi mandar.
Y vos, Martin Anlolinei,
Le iredea á acompañar,
T las mis buenas ventaras
A mi Ximena contad.
Diréis al Rey Don Alfonso
Que me empreste en su lugar.
Porque i mi Ximena agrada
Mucbo el taller y cantar.—
Aquesto, dijera el Cid
Después que ya entrado ha
En Valencia vitorioso
Pues conqtKrído la ha.
3i. (Anónimo), (i)
Desterrado estaba el Cid
De la corte 7 de su aldea
De Castilla por sn Rey,
Cansada de vencer guerras,
Y en las venturosas armas
Apenas las manchas secas
, De la sangre de los moros
Que ba vencido en sus fronteras,
T aun eslabtn los pendones
Tremolando en las almenas
De las soberbias murallas
Humilladas de Valencia,
Cuando para el Rey Alfonso
Va rico presente ordena
De cautivos y caballos.
De despojas y riqueMS.
Todo lo despacha i Bnrgos,
Y i Alvar FaBez qne lo lleva,
Para que lo diga al Rey
Le dice desta manera:
—Dile, amigo, al Rey Alfonso,
Que reciba su grandeza
De nn fidalgo desterrado
La voluntad y )a ofrenda,
Y que en este don pequeüa
Solamente tome en cuenta
Que es comprado de los moros
A precio de sangre buena:
Que con mi espada en dosaBos
Le be ganado yo mas tierras
Que le dejó el Rey Femando
Su padre que en gloria sea:
Que en feudo dello le tome,
Y qoe no juzgue i soberbia
Que con parias de otros Reyes
Pague yo á mi Rey mis dendas;
Que poes é\ como señor
Me pudo qnitar mi hacienda,
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Bien puedo yo como pobre
Pagar con bacienda ageua:
T qac iaigne qae cu au dichm
Son delante mii cDieSaa
Millaradas de enemigoi
Como ante el aol las tínicblai:
¥ espero en Dios qae mi braco
Hade faaccllo rico, mieatras
La mano aprieta i Titona
í el talón fiere á Babiecaí
T en tanto mis envidiosos
Descansen) mientras les sea
Firme muralla mi pccbo
De su vida y de sus tierras,
Y entreténganse en palacio,
Y guárdense no me vendan.
Que del tropel de los moros
Soltaré twa vez la presa
Y Uegarin su avenida
A ver entre sos almenas;
T defiendan bien sus bonraa
Como mancban las agenas;
Y si les diere en los ojos
Lo que les dio en las orejas,
Verin qae el Cid no es tan malo
Como son sus obras buen a s,
Y si sirven á sn Bey
En la pai como en la guerra
Mentirosos lisonjeros.
Con la espada ¿ con la lengna,
Y verá rl buen Rey Alfonso
Si son de Burgos las faenas
Los caminos de ladrillo
197
o los inímos de piedra:
Qae le snplico permita
Se pongan esas bandera*
A los ojos del glorioso
Mi Príncipe de la Iglesia,
En seBal que con su synda
Apenas enhiestas quedan
En toda Espa&a otras tantas,
Y ya me parto por ellas:
Y le suplico me envié
Mis fijas y mi Ximena,
Deata alma sola afligida.
Regalada y dulce prenda:
Que si non mi soledad, '
La suya al menos le duela.
Porque de mi gloria goce
Ganada en tan larga ausencia.
Mirad, Alvaro, no erréis.
Que en cada raion
Lleváis delante del Rey
Mi descargo y mi limpie».
Decidlo con libertad,
Quebienséqnebabrienlameda
Quien mis pensamientos mida
Procurad que annque les pese
A los que mi bien les pesa.
No lleven mas que la envidia
De m[, de v
Valencia amada
No me hallareis i la vuelta.
Peleando me hallaredes
Con los Moros de Consnegra.
33. (Anónimo).
Llegó Alvar FaSea i Burgos Entró á beaarle la mano,
A llevar al Rey la empresa Después de darle licencia,
De cantÍTOs y caballos, ¥ poesto ante él de rodillas
De despojoa y riqtxtas. Este recaodo o
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
138
— Poderoso Rey Alfonio,
Becib* vncM grtndeu
De nn fidtlgo desterrado
La voluntad y la orrcnda.
Don Rodrigo de Vivar,
Fnerte maro cd ta dcfeuM,
Por envidia desterrado
De »u cata y de so tierra.
Pide que con libertad
Hable puuto en an defeDii,
Y aii quiero por no errar
Decir aos palabrai raeiioai.
Dice; que eale don peqoeSo
Toméis aolaniente en cncttia,
Que es ganado de los moros
A precio de sangre buena:
Que con su espada en dos aBo)
Te ha ganado el Cid mas tierras
'Que le dejú el Rey Fernando,
Tu padre, qae en gloria sea:
Que en feudo deslo lo tomes,
Y no iazguei á soberbia
Qoe con parias de otros Reyes
£1 pagoe á su Bey sus deudas;
Y pues td como señor
Le qoilasle su facieoda,
Que bien puede como pobre
Pagar con facienda agena.
Que fies en Dios y en él
Qaeteh>debaccrrico, mientras
La mano aprieta á Tiaona
Y el talón biere i Babieca.
Y que gustes que en San Pedro
Se pongan estas banderas
A los ojos del glorioso
Gran Príncipe de la Iglesia
En seSal que con su ayuda
Apenas enhiestas quedan
En toda EspaSa otras tantas
Y ya se parle por ellas.
Qae le suplica le enviea
Sus fijas y su Ximena,
Del alma triste afligida
Regaladas dnfces prendas:
T si nos su soledad,
La suya al menos te daela,
Para qae sn alma goce
Ganada en tan larga ausencia.
No quisiera haber errado,
Qae en cada palabra destas
Te traigo, Rey, de Rodrigo ^
So descargo y su linipiesa.^~
Apenas dio la embajada
Cuando la envidia revienta
De envidiosos lisonjerot
Y corredores de orejas.'
Movióse un Conde agraviada,
Y dfjole al Rey: — To Alten
No áí crédito 1 estas cosa* '
Que son engafina que ceban.
Querrá ahora el Cid Rodrigo
Coa esto qne te présenla
Venirse i Burgos mañana
A confirnurtua ofensas.—
CalA Alvar Fsñet la gorra
Y empuñando en la derecha, '
Tartamudo de corage
Le diiS al Conde esta respuesU:
Nadie se mude ni hable,
Y el qoe se moviere atienda
Que le fabla el Cid presente,
Poes yo lo soy en su ausencia:
Y cuando en mi pobre esfnerw
Capiere alguna flaqueza,
La gran firmeía del Cid
Me ayuda desde Valencia:
No le venda ningún falso
Ni sus lisonjas le vendan.
Que del y de mf, en sn nombre.
No aseguro la cabeta.
Dg.l.zedt>>COOgle
Y liS, Rty, que laa lUonj»
Acomodas y aprovechai, : .
Hai de liíooiat murallas
y veris como pelean.
Pcrdooa que con enojo
Pierdo el reipelo á tn-Alteu,
T dame si me hai de dar
-Del Cid las queridas prendas;
139
A Dofta Ximeoa digo,.
Y A sni dos hijas con ella, -
Pnes te bfreico so rescate
Como si estuvieran presas;-'—
Levántese el Rey Alfonso, .
Y á Alvar Fañri pide j rtuft
Qna se tosiegoe y Im do»'
Vayan d ver i Ximena.
3^. (Anónimo), (i)
"El vasallo deilealt,
uEl desterrado, el traidor,
■ El qoe noa copo en Castilla
■ MagSer que. en ella nació,
>EI avillada de todos,
■ Y mas qoe delios de vos,
bEI que de lí non se miembra
> Por .tratar de vuestro pro,
■ El qoe de vuesos denuedos
■ Ya non se le acuecda, non,
■Desde Valsncia a« envía
■ Salud,, olórgaeosla Dios.
■Non satisface los Itwrtos
■ Que le liclsleis,. señor,
■ Pues dellos ha resultado
■ Vuestro provecho y su honor.
■ Sus maldicientes perd'ona,
■ Aunque indigno* de. perrfOD,
■ Tienen asii gran fondón,
■Que por donde el homc cuida
■ Qne amaga su perdición
■ Viene lu pro i las vegadas,
■ ¡Mirad pues cuín altos son!
■ Yo fablarí de espcríencia
■ Que he recibido el favor^
■ Y vos sois en grave parte
■ El instrumento de Dios.'
■ En ese arque ton de piala
■ Vos endono un rico don,
■ Estimadlo, Alfonso, en mucho
■ Que merece estimación.
B Cinco coronas vaw ende
■ Cada con su rtal pculob/
■ Cinco cetros de oro puro
■ Que de cinco Beye* ioír,
■ Cinco llaves van lambiea,
uQue como é Rey y sefior
> Vos entriega el vuestro siem»,
■ Non lo ficiera nn traidor..
■ Chanlaida* en vueso escudó
■ Que non menguareis de hondr,
■ Farla sanare asas me cuesta-.
■ Su prolija aquistacloD.
■ Non deis nada al mandadero
■ Que ya le he paf>ado yo,
■ Qoe ef Alvar FaAei Minaya -
■ Un mi sirviente de pro:
■ Conocelde, señor Bey,
■ Y fablaMe con amor.
1 con Alvar FaHrs
L)¿i.z.iiuGoog[c
130
»¥• quÉ yo na be akanudo
■ Eate Éfasajo de voi,
¡■Qae el bnta fablar en loi Reyca
■ CouU muy poco, «eflor,
bY face vaaalJos leales,
»Lo qae non face el temor,
HComen en un plato, non)
■•y el temido, poca* vece*
■ Fue amado de coracoD.
■ Direii que aqueste Rodrigo
■ Siempre íaé acontejador,
xT afna o» diría loa tiempos
■ Si tenéis Ciro me)or,
■ Qae don soy Un maJ vasallo
aQae con muchos como yo
>Non restanrara de preato
uLo que el Bey Godo perdid.
■ Gocéis lo a|e os doy mil «itos,
■ Que hoyvot pongo en posesión,
■ Non quiero para mi nada,
■ Solo escucho vnegtro amor,
■ Y que por la mi Ximeua,
■Que es dueita de gran valor,
■ Miredes y por mis fijas:
■ Solo vos pido este don
■ En pago de mis servicios
■ Si merecen galardón,
uQoe non vos seri afsnoao
■ Cumplir vuestra obligación.'^
Victorioso vuelve el Cid
A San, Pedro de CardeAa
De las guerras qor ha tenida
Con lof moros de Valencia.
Las trompetas van sonando
Por dar aviso que llega«
T entre todos se setialan
Los relinchos de Babieca.
El Abad y monges jalen.
A recibirlo. í la poerLa,
, Dando ajábanlas á Dios
T al Cid mil enhorabaenaa.
-Apeóse del caballo,
T antes de entrar en la Iglesia
TomiS el pendón en sos enanos
Y dice de esta manera;
— Salf de tí. Templo aanto.
Desterrado de mi tierra.
Mas ya vuelvo i visitarte
Acogido en las- agenas.
Desterróme el Rey Alfonso
Porque allá en Santa Gadea
Le tomé el sn juramento
Con mas rigor que él quisiera.
Las leyes eran del pueblo.
Que no excedí un punto delbf,
Pues como leal vasallo
Saqué á mi Bey desospecha.
¡Oh envidiosos castellanos, -
Cuín mal pagáis la defensa
Que tuvistes en mí espada
Eoiancbando vuestra cerca!
Veis aquí os traigo ganado
Otro reino y mil fronteras,
Qne os quiero dar tierras mías
Aunqne meecbeii délas vuestras.
Pudiera dárselo i estraüos,
Mas para cosas tan feas
Soy Rodrigo de Vivar,
Castellano á las derechas.
I. Contóle
' 3fi. por Stpiíí</eda.
Aqaeie &nMO Cid
Con gran raum n laido;
Ganada liene i Valencia,
De.inoroi la ha conqaialado:
En día está in mogcr
Fija d«l Conde Lomdo,
DoSa Sol y DoiU Elvira
Poco ba que hablan llegado
De San Pedro de CardcBa
Do «1 Cid lai habla dejado.
Estando el Cid á placer
Nueva» le habían Uegado
Que el Gran Miran» ino lio.
Bey de Túnu coronad^
Venia 4 m la quitar
Con gran gente de á caballo:
Cincuenta mil eran ¿atoa.
Loa de i pie no tienen c^io.
El Cid como era valiente
T en arniaa tan- aprobadp,
Ba«leció bien los caatiiloa
T en todo puaorecaadoi . .
Eafonó sus caballero*
Como lo babia acbalumbrado.'
Subiera á Deita Ximena
T A sus fijas en lu cabo . .
Ea nu« torre mas^alt^
Qoe tn el alcatar ae ha halbdo.
Miraron ^ntra la mar.
Loa morot catan mhnindo
Viendo come armaban tiendas
A gran priesa jr gran cuidado.
Al rededor de Valencia:
Grandes alarido* dando,
Tañendo sus atamborea
Loa aires van penetrando'
DoSa Ximena y sus fijas
Gran pavor habían cobrado
Potque jamai habían vislo.
Tantas gentes en nn campoj
Esforaibalas el Cid
De aquesta suerte fablando;
—No temáis, Doia Ximeni,
Y fijaa que tanto am».
Mientras qne yo fnere vive
De nada tengáis raidado.
Que los moro* que aijaf vedes
Vencidos .babrán qttedado,
Y con el su gna. beber.
Fijas, os babrt casado,'
Que cuanto* mas son losmores
Mas ganancia habrán -dqjado,
Y las bocinas qoa traeo
¥ ante vok se babian tocado^
Servirán para.la Iglcai»i ,
Desle pueblo valew¡ianói>-«'
Por las huertas han. enlrado -
Derramados y -cspwcidas'
Sin orden j á.malrccaodo,
A Don Alvar Salvadores
Le dijo: — Sed Inego armado.
Tomareis doscientos bornes
De i caballo, edereiftdoa,
Y haced ana elpelonada
Contra, los perros paganos, .
Porqoe Ximena y SMS I £ ja* j
Vean que sois estoFEado;—
Salvadores lo compbera
Como el Cid la babia mandado.
Did de tropel ea.loniqprot,
De las huerleelos ha ochado;
Firiendo iban enellos,,
Firiendo van y matando
Hasta dentro de las tiendas
Que los moros han armado.
L)ji.z.iit>,Coogle
na
De a1l( M tornaron todot Se latttó Ualo en los morof
Doacientús moroi mataniito: Qdc la habian cautivado;
Preio queda Salvadoreí, Sacóle el Cid otro dia
Que por ler aTCDtajado Lo* moroi deAljaraUndo.
37. por Stpútveda.
Ya M lalen de Valencia
Con el buen Cid caalellano
Sui gentes bien ordenadas,
Lai de á pie y las de i caballo.
Su seña lleva tendida
Bcrinndea el esfonado.
Por la poerla la Cnlebra
Sallan todos al campo.
Don Geróurmo Anobispo
Delante va bien armado
Para contra el moro Rey
Miramamolin llamadO)
Que venia contra «I Cid .
A le quitar lo ganado.
Cincnenta mil caballeros
Trae el moro á su mandado;
Las bacei rony ordenadas
Ambas ae habian juntado;
Como los moros son muchos
T tan pocos los crlslianos
Tíznenlos en f;rande aprieto, -
Mas el boen Ctd ha llegado -
A f^lndes voces diciendo,
En Babieca cabalgado:
Hiof ayuda j Santiago.
Firiendo van en los moros, .
Firieudovan y matando.
Graude favor habia el Cid
ti f^abalgado
En la sangre de los moros
Fasta el codo ensangrtntadoj
No hiere mas de una vea
Almoroqueosaaguaraallo.
Fuido han en fin los moros
Y el campo le* ban dejado;
Mas yendo en su legaimienlo
Con el Rey mor-o babia dado.
Tres veces ya I0 ha herido,
Mas el moro es bien armado
Y el caballo del buen Cid
Macho adelante ha pasada,
Y cuando tornara al moro
Macha tierra le ha cobrado.
No lo podiera alcantar.
En un castillo se^ha entrado:
De las gentes que traía
Solamente habian q Dedada
No mas de mil y quinientos.
Los mas muerto y cablivado.
Gran haber hubiera el Cid
De oro y plata y de caballos, .
Y una tienda la mas rica
Que se viera entre cristianos.
A Don Alvar Salvadores
En la tienda lo ha hallado^
De lo cual so alegró el Cid,
Y fi Valencia *e ha tomado,
Y Ximena con su* fijas
Gran placer babiui tomado.
D5.i.z«it>,Goog[c
133
38. (Aa^nimo). (i)
Coniíderando lo* Condu
Lo que el de Vivir v»le
T que *a ftini le aumcats
Por'Iai fauil*a que face,
Al Bey Don Alfoaio piden
Que con «as G¡as Wt caae,
Porque ser ferno« del Cid
£s bien qae puede estíinsrae.
El Hey por facelleí bien
Luego le en*i¿ un menaage
Que se viniese i Reqaena
Para qne con él lo trate.
Rodrigo visla la noeva
Dio dello á Ximeiia parle.
Que en lal caso Ids mugeres
Suelen ler muy imporlantM.
Sabido, no gustó dellu
T dijo al Cid: — Non me phM
De emparentar con los Condes,
Maguer sean de linage,
Maa fágase ende, Hodrigo,
Lo qae i vos mas os agrade.
Que no hay mengaa de consejo
Do está el Rey y vos eslades.-.
Xodrigo partía i Reqnena,
Y también el Bey se parte
Jautamente con lo* Condes
Porque el Cid los vea y feble.
Después de dicha una Misa
Delante el Rey y loa grandes
Por Don Gerónimo Obispo
Con mucbas solrmnidadei,
El Rey al Cid apartó
De todos Io« círcnnitantc*,
T estas palabras propuso
Con gravedoso seniblanlc:
—Bien sabedes, Don Rodrigo,
Que os tengo amor asái grande,
Y por vuestras cotas cuido .
Con solicitud bastante:
Por ende habéis de saber
Que fice aqueste viage
Por fablarot de a» negocio
Que ioiporia con vos se laUfc
Los Condes de Carrion
Me han rogado qae vos trate
En que )ei deis vucsaa Gja*
Y que coa ellas los case,
Qne es tarín agradecidos
Si esta merced se les face.
Porque es gran raion se estimen
Fijas que son de lal padre.
Codician vuesa amistadr
Atienden al trato afable.
Aman mucho varaas cosas,
T estiman i vuesa sangre.^—
Agradeció el Cid entonces
Al Rey la merced tan grande,
Y díjole Sf sirviese
De to4o lo que á él tocase*
Qne del, de fija», de h»b«ña'
Ficiese lo qne mandisc, ; .
Que él no casaba i sus £j#>.
Mas las da que se laac4M.
Dióte el Rey graciaa; per ello -
Y mandó les enlregaieDi . : ,
" ' ■ [ ' . I jül ' ! ' ■" -
(i) Aguí emptetan tos romaners dt lo* Condtt dr Caü^üh , ton ifu
badat r la afrrrtia hteha á lat hi/as det Gd; haila^ué't'ilt los nló
por dio ante rl He^ Al/oiuo y lat Cortf. • ■ -,
L)¿i.;.iiuGoOg[e
131
Ocho mil marco* d« plalta
Para el dia cu qne ic cascD,
T al tio de laa doncellaa,
Qae era el Iniea D. Alvar FaSet,
MandA el Bey que U« tuvieic
Fasta qne ae despojasen.
Luego el Tley llamó á los Condes
Y mandó qne le besasen
3Las manos al Cid Ray Dits
T le fagan bomenafje,
Ficiérúula asf los Condes
Delante el Rey y los grandes,
T convidii et Cid á todos
Porque en sus bodas se bailen.
Parlióse el Rey á Castilla
T el de Vivar con él parle
T á dos leguas mandó el Rey
Que no pasen adelante.
Fuese Rodrigo i Valencia
Donde quiso se juntasen
Ixts Condes y caballeros
Porque- las bodas se acaben.
Cuando el Cid los vido ¡autos
Di jóle i Don Alvar FaSts
Que lo qae el Rey le mandó
Luego al panto efecloase,
Qae liraiese í sos sobrinas,
Y que á los Condes ó Infantes
Que llaman de Carrion
Al punto las entregase.
DiéroDSelas, y los Condes
Con amorosas señales
Dieron maestras del contento
Que deste suceso nace.
Porque es tan fuerte el amor
Y son sus efectos tales.
Que lo publican los o}os
Aonque la lengua lo calle.
Fizo el Obispo su oficio,
Dio bendiciones y paces.
Hubo fisslas ocho dias
De cañas, toros y bailes.
Diú grandes dones el Cid
A los Condes y magnates,
Qne aquel que es grande en sos
Snele ser en todo grande.
Acabado de jaular.
La (bx en somo la mano,
Dnrmiendo'esti el tefior Cid
En el BU precioso escaño.
Gnsnlándole eslan el aucSo
Sus yerAos Diego y Fernand»
Y el larlaioso Bermndo
En lides determinado:
Pablando eslan juglerías.
Cada caaf para hablar paso
Y por soi^fla^ la risa
PneslA la-^ito cu los labios;
Cuando uflas voces oyerox
Que atronaban «1 palacio
Diciendo:— Gnarda el Leda,
Mal muera quien lo ba soltado.—
No se turbó Don Bermudo,
Empero los dos hermanos
Con la cuita del pavor
De la risa se olvidaron,
Y esforiándose las voces
En puridad se hablaron,
Y acunie járonse aprisa
Que no fuyrsen despacio.
£1 menor Fernán Gomales
Did principio al fecha malo.
L)¿i.z.iiuGoog[c
En E*g« el Cid le ucondió
B*jo BD uciiSo igachulo.
DiegO) el mayor de las dos,
Se escondió i trecho mas largo
En un lugar lan lijoso
Qae na paede ser contado.
EntrÜ gritando el gentío
T el León entró bramando,
A quien Berma do atendió
Con el estoque en la nano.
Aquí dio ana voi el Gd,
A quien cano por milagro
Se hamillú la bestia fiera,
Hamildasa y coleando.
Agradecióselo el Cid
T al caello le echó los braxoi
T llevólo á la leonera
Faciiindale mil falagoi.
Aturdido está el gentío
Viendo lo tal, no acatando
Que ambos eran leones,
Mas el Cid era mas bravo.
Vuelto pues i la su sala,
Alegre y no demndado.
Preguntó por sus dos yernos
Su maldad adivinando.
Bermndo le respaadió:
—Del uno os daré meando '
)35
Que aqnf se sgaebó por ver
Si el León es lembra ó maclio..^
Allí entró Martin Pelaee
Aquel temido asturiano.
Diciendo á voces; -^Sefior,
Albricias, ya lo han aseado. —
El Cid replicó : — jA qoiéo? —
Él respondió: — Al otro her-
Que se sumió de pavor
Do no se sumiera «1 diablo.
Miradle, señor, do viene,
Empero faceos á un lado
Que babeis para estar par dít
Menester un incensario.—"
Desenjaularon al uno.
Metieron otro del braeo.
Manchados de cosas malM
De boda los ricos pafios.
Movido de saSa el Cid
A uno y i otro mirando
Reventando por tablar
Y por callar reventando,
Al cabe soltó la voi
El soberbio castellano,
X los denuestos les dijo .
Que vos contaré despacto.
4o. (Anónimo).
—Non quisiera, yernos míos, ¿Por qué fuglsteis entrambos?
Haber visto tal. (qí^ado. ¿Non eaiábades conmigo
Cual el oeste nul snceso, . . Para siquiera mirallo? . .
Maguer cuide algiui gian daito. Pedísteis al Bey mis fijas
¿Sofi ealas ropaf de bodas? Cuidando de valer algo,
¡Haya mdl grada el diablo! ; Non (i(;e mi vojuiitad,
¿Qa£ pavor ha sido'el vneso Mas lice en el su mandado.
Que habr.is fecho tal recaudo? ¿Vosotros sodes los novjos
Teniendo las yitos^s armas, ; Para Aii vejez guardados?
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
136
¡Bmna veles iDc darcdu
Sieodo tan ■feminados!
No quiero paur de aqní.
Que si miro lo pasado
Reviento de pesadumbre
Considerando eile caso.— ^
Eslaa palabras el Cid
Les dijo muy enojado
For-haber asf fuido
Del León los dos bermanos: '
Agraviáronse los Condes,
y con é\ quedan odiados.
—Si de morlalea ftridaa
Fincare roaerlo en 1* gnerra,
Llevadmr, Ximrna roia,
A San Pedro de Cardeila:
T asf bnena andanza hayadet
Qat me farades la baesa
Jantú al altar de SantiaBOt
Amparo de lides nuesas.
Non me enredes plaQír,
Porque la tni i;ente bnena
Viendo que falla mi braco
Non íaja y deje mi tierra.
Non vos conozcan los moros
£n vuestro pecho flaqueta,
Sino qne aquí griten armas,
T allí me fagan obsequias:
Y la Tiurna qne adorna
Esta mi mano derecha
Non pierda de su derecho,
Ni venga i manoi de terobra.
Que el mi caballo Babieca
Fincare sin sn arftor
Y llamare A vuesa puerta.
Abridle y ocariiladlc
Y dadle ración entera,
Que quien sirve á buen teBor
Baen galardón del espera.
Pontdme de vuesa mano
El pelo, espaldar y grevas,
Brazal, celada y manoplas.
Escudo,' )an>a y espuelai;
Y puesto que rompe el dia
Y me dan los moros priesa.
Dadme vuesa bendición
¥ fincad enhorabuena.^—
Con esto sal i¿ Rodrigo
De los muros de Valencia
A dar la batalla A Bucar,
¡Plegué á Diosque con bien '
ilva!
La venida del Rey Bncar
A la ciudad de Valencia
Esti consultando el Cid
Con muchos bornes de enenta.
Estando en aquesta fabla
Han entrado por la puerta
Sua yernos diaímtilando
Asiento les diera el Cid
A la su roano derecha,
Él temblando de atrevido
Y ellos tiemblan de flaqaeu.
Que los ánimos cobarde*
Carecen de fortaleza.
En estas fablas estando
La traición qiic aaii te ordenan. Toda la gente (rae n
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Con cii)M| ptbnoi, trompai,
De como lo* moro* llegin.
Snbiise el Cid con lo* soyo*
A aa» torre laa aobrrbii
O>iiio ion tas penga ID i en I o»
Que i((ualan i ta* eslrellas.
PiMilo de peclioael Cid
En l*j soberbias almena*,
Miraba al Rry qae ha llegada
Con el ejercílo y tiendas,
De (]ue sos cobarde* yerno*
Ya se temen y recelan.
£1 Cid ha «ido avisado
Que no recaudo del Rey llega,
Bajóse por recibillo
~ 1 bajar su forlaleía.
Ala)
s del n
Atiende el Cid con prodenci*,
T torbado de su aspecto
Le dice desin manera:
— El Rey Bocar, mi teSor,
Ha venido de *a tierra
A deihacer el gran tuerto
Con que Iti le tiene» ésta.
Envíatela i pedir,
T eu viendo ^ne no ta dejaa
Te apercibe i la baUlla
T procura defendclla. —
Oida* estas ratonea
No faciendo dellas cuenta.
Alegre responde el C!d,
Mostrando mucha clemencia;
^Dile al Rey (jne se aperciba,
Qne yo pondré mi defensa;
Valencia me cnrata mocbo
I no piensa salir dclla.
Porque be pasado en ganalla
Muy grandes cuitas y penas.
Gncias infinita* doy
A la infinita grandna
137
Qne ine otorgó la vi lo ría
En tan peligrosa gnerraj
A solo Dios lo agrsdeico,
Y á la sangre y gente buena -
De mis parientes y amigos
Quelambíeii mucho les cuesta_
El moro ae despidió
Cobarde en ver su presencia,
Al Rry le lleva la nueva.
El Cid se queda ordenando
Cosas sobre esla facienda,
¥ conoció de sus yernos
La cobardía que encierran.
Mandóles que se quedasen-
Porque no prueben sua fuerias:
Ellos temerosos desto
Corridos de Isl afrenta,
Le dicen qne han de ir con i\
A tan peligrosa eApresa..
Junlss \a» gentes del Cid
Sus haces traían y ordenan.
Todos salen al rral
Y el Cid con tanta braveta,
Que los moros temeroso*
Sus haces juntan aprieaa.
Al son de pífano y caja*
La batalla se comienia,
Animindotos Rodrigo
Que lleva la delantera;
Con su gente puesta en orden
La batalla les presenta.
Embistense ambas las perteS(
Y en Ja batalla sangrienta
Diet y ocho Reyes preadc,
Y í lodo* ellos prendicm,
Mas poniendo í loa pie* ala*
Desembarazan la tierra,
Y aunque costó mucha sangre
Durando tan grande pieza,
Dg.l.zedt>>COOgle
138
La Vitoria llevó el Cid Iteaéinle mil ulodci
Y con ella eotrd en Valencia. Para »u amparo y defen*a.
Recibidlo la ciudad T él contento y mny alegre
Con aplauso y bncna estrena. Se va á ver á «u XimeDa.
43. por Sepútveda.
En batalla teinerosa
Andaba el Cid caslellano
Con Bucar ese Rey moro
Que contra el Cid faa llegado
A le ganar á Valencia
Qoe el bnen Cid ba conqniítado.
Los Condes de Carrion
En ella se babian bailado,
Y contra nn Infante de ellos,
Fernán Gonulet llamado.
Un mofo viene corriendo
Coii fuerte lanza en sa mano;
Fuert; maestra el moro aer
Segtin viene denodado.
£1 Conde que vido al moro
Huyendo va por el campo:
No lo habia visto ninguno
Para que sea publicado,
Sino fuera Don Ordofio,
Escudero es muy honrado,
Qae del buen Cid es sobrino.
De Pedro Bermndo bermano.
Ordofio foe contra el moro,
Con sn lanu lo ha encontrado,
T firiéndoto en los pechos
Pas¿lo de lado ¿ lado,
£1 pendón que va en la lansa
Todo, sale ensangrentado:
El moro cayera moerlo,
Don. Ordofio se ha apeado
T el caballo qoe traía
Con las Brina« le ha tomado.
Llamó á sn caBado el Conde,
Esto le estaba hablando;
— Cañado Fernán Gon sales.
Tomad vos este caballo.
Decid qne al moro matasteis
Qoe en i\ venia cabalgando,
Qoe en dias que yo viviere
Ñon dirÉ yo lo contrario,
Non faciendo vos por qn^t
Siempre se estari encelado.— •
Estando en estas razones
El buen Cid Jiabia llegado,
A nn moro venia siguiendo -
¥ muerto lo ha derribado.
Don Ordoño dijo al Cid:
—Señor, esle yerno honrado.
Que por bien os ayudar
Un o
laló.
a ele.
De un golpe qiie le A\6,
Suyo fizo este caballo.—
Mucho le plugo al buen Cid .
De lo que le había contado,
Cuidando decir verdad
Macho á su yerno ha loado.
Juntos van por la batalla,
Firiendo van y matando,
Y en moros que los aguardan
Haciendo van grande estrago.
u3i.z.iit>,Goog[c
«■í
' Lopt de Vega, (i)
—Tirad, fidalgot, ijrail
A vuestro trotón el freno,
- Que En fuir de aqueie modo
Moatraia el pavor del pecho.
De DU faome aolo fufa,
Mirad qne no eide homcj boenoi
Fuir en la! lid de un moro
Donde hay tautoi que lo vieron.
Como boea fi dalgo i fierro,
Non vivaia entre fid«lgúi
Que fincan conlino mtiertoa.
Tornadvos Inego i Valencia,
Que si non facéis maa qn'cao
También saldrin á lidiar
Lai damas que quedan dentro.
Mal andanu voa dé Dios,
Paes con «apéelo tan feo
Aaí en público fufa,
¿Qué vos djrin en aecreto?
Mala doctrina toniaatcf
De n
Puea
Deabonrando el honor viejo.
Decides que sois fidalgos,
Paes ya voa juro i San Pedro
Que tales desagniaadoa
Ñon facen fidalgoa baenos.
F.as armas [raeia doradas.
Non laa regaléis , mancebos.
Porque son fitrroa dorados
Qoe publican vuealroa ycrrot.
Tomad aquese caballo
Del moro que yace mnerlo,
Y decid que le veocistes,
Qne de callar os prometo.
Galanes sola entre damas.
Sed valientes entre perros
Porque non digan de vos
A loa qne os han parentesco:
Y á Dios, qne quiero partirme
Porque el Cid mi tio es viejo,
Y le quiero ir á ayudar
Pnes no le ayudan ana yernos —
Ealo dijo el buen Bermudei
Porque el Infante Don Diego
En la Vega de Valencia
Puyó de an moro gran trecho.
¡fi. (Anónimo), (a)
Hilo, bélo por do viene
El moro por la calcada,
Caballero i la gineta
Encima nna yegua baya,
Borceguíes marroquíes
T espuela de oro calzada.
Una adarga ante los pechos
Y en sa mauo i^na atagiya.
Mira y dice á esa Valencia:
De mal fuego seas quemada,
Primero fuiste de moros
Que de cristianos ganada.
Si la lanaa no me miente
A moroa seria tornada.
Ala
o atunto del anttrior.
It por anligütdad f popularidad uno A tos n
it nailon tu ¡a Goleeeioa. _
i.,Goog[c
uo
Y á aqacl perro de «qml Gd
Prenderéis por la barba,
Su mager I>o3a Ximena
Será de mi captivada,
Y lu hija Urraca Hernand»
Será la mi enamorada,
Deipoei de yo harlo della
La entrrfjarí i mil compañas. -i¿
El buen Cid no rilá tan lejoa
Qae todo no lo escnchara.
— Venid voi acá, mi fija,
Mi fija Doila Urraca,
Dejad las ropas conlinaa
Y veslid ropas dr Pascoa,
A aifuel moro hi-de-perro
Detiénemelo en palabras,
Mieolras yo ensillo i Babieca
Y me ciño la mi espda.-^
La doncella taay ferniosa
Se paró i una ventana,
El moro desque la vido
Deata suerte le fablara:
— Ali te guarde , señora,
Mi seBori Doña Urraca.
^— As( faga í vos,aeSor,
Buena sea vuestra llegada.
Siete añoa ha, Rey,slele,
Qae aoj vuestra enamorada.
—Otros tantos lia, señora,
Qoeos tengo dentro cnm¡ alma—
Ellos estando en aqneslo
El buen Cid ya se asomaba.
—A Dios, i Dios, mi señora.
La mi linda enamorada.
Que del caballo Babieca .
Yo bien oigo la patada.— -
Do la yegua pone el pie
Babieca pone la pata.
El Cid fablrt-a al caballo,
Bien oiréis lo qlie fabtaba:
■ — Bevrntar debia la madre
Que á su bijo no esperaba. -••
Siete vtiellas la rodea
Al derredor de nna ¡ara.
La yegua que era ligera
Muy adelante pasaba
Fasta llagar cabe un rio
Adonde una barca eaiaba;
El moro desqae la vido
Con ella bien se folgaba,
Grandes gritos da al barquero
Que le allpgase la barca:
El barquero es diligente
Ttivosela aparejada,
Embarcóse presto en ella
Que no ae delnvo nada.
Estando el moro embarcado
El buen Cid le llegó al agua, '
T por ver al moro en aalvo
De tris leía reventaba,
Mas con la furia que tiene
Una lama le arrojaba^
Y dijo:— Coged, mí yerno,
Arrecogedme esa lanía.
Que quiíi tiempo verni
Que os «eri bien demandada.
46. (Anónima). <i)
Enconlridose ba el buen Cid Con aquese moro Bncar
En medio de la batalla Que tanto 1e amenaiaba.
(i) jÍI atonto del anltrior.
L)ji.z.iit>,Coogle
Cuando el moro vida il Cid
Vuelta ]e ha las cspatdaí,
Hicia \» mar ibb hujenda,
Parece llevaba ala»;
Caballo trae corredor
Muy recio lo espoleaba:
Alonttado le ba del Cid,
Qae Babieca no le alcania
Por estar laso y cansado
De la batalla pasada.
El Cid con f;rin velaálftd
De*.
a i\ I
Para lacarmlenlo del moro
Y de toda au compafiai
Hiérele de las espuelas,
Mas poco te aprovechaba.
Cerca llegaba del moro
T U espada lo arrojaba.
En las espaldas le birló,
Mucbp sangre derramaba.
El moro se entró huyendo
En la barca que le aguarda.
Apeárase el buen Cid
Para toibiir la su espada.
También lomó l> M moro
Que era buena j mny preciada.
47. (ABÓniíno). (1)
De concierto están las Condes
Hermanos Diego y Fernando,
Afrentar quieren al Cid
T han mv^gran-lraicimí armado.
Qnjeren volverse i sna tierra*,
Sus mitgeres demandando,
T luego les dice el Cid
Cuando las hubo entregado:
—Mirad, yernos, que Iratedes
Como i duefiai hijaidalgo
Mis biias, pues qneí vosotros
Por.mugrTe* las be dado.— *
Ellos amibos le prometen
De obedecer so mandado.
Ya cabalgaban las Condes,
Y al buen Cid ya eslt a caballo
Con lodos sus caballeros
Qae le Tan acompaüandoi
Por las huertas y iardines
Van riendo y festeiandoi
Por espacio de una tegoa
El Cid los ha acompañado.
Cnaudo dellas se despide
Ligrimas le van sallando^ .
Como hombre que ya sospechs
La gran traición que han ar-
mada.
Manda qoe vaya Iras etloa
Alvar Faüec su criado.
Vuélvese el Cid y su gente
Y los Condes van de largo.
Andando con muy gran priesa
En un monte habían entrado
Muy espeso y muy obscura
De altos' irboies poblado; -
Mandan ir toda so gente
AdeUnle muy gran rato, -
Qaédaiise'con sus mugerca
Tan solos Diego y Fernando-
De sns caballos se apean ^
Conpoau varianitt et tt nútato gue mat modirrUtado ti
n ti Samancero éel Ci4,
i.Coot^lc
Mi
Y lu rienda! han qnitado.
So* magerM qoe lo ven
Muy gran llanio han levanUdoj
A pía nial de la* mutas
Cada caal [lera *a lado;
Como lat parió lu madre
Ambas It* han demudado,
T luego i «endas encinas
Las haa fnerlemcnle atado.
Cada uno atota la sa^a
Con rlcodis de su caballo,
Z.a sangre que del I as corre
El campo tiene bailado;
Mas no coulentoi con eslo
Allí le las han dejaÜo.
So primo que laa ballira.
Como hombre rony enojado
A buscar los Condei iba,
T como no los ha hallado
Volvió» presto para ellas
Muy pensativo y turlwdo: -
En casa de un labrador
Allf se la* ha dejado.
Váse para el Cid au tÍo,
Todo se le ha coñudo;
Con muy gran caballería
Por ellas ha enviado.
De aquesta tan grande afreala
El Cid al Bey se ha quejado.
El Bey como aquesto vido
Tres Corles habia armado.
En las maleta* de nn monte
Desnudas por gran traición,
Dos sote* contempla el touodo
Doita Elvira y Doña Sol,
Rija* de Ximcna Gomn
T del buen Cid Campeador,
Regalo del alma suya
T prendas del coraiOB.
Allf en la blanca aiuccna
Moeatra el lirio tu color,
Y en dos alba* clara* bellas
La grana por arrebol:
Dos cielos que llueven perlai
Y estrellas dan al licor,
Y entre aljotar y c<frali[s
Esta voz forma el dolor.
/Mjf dufo roble.'
¡Ay loledadí ¡Ay breña.'
¡Ay.' quien del mundo fia ¡como
^— ¡Ay aleve* Condes, dicen.
Cuin ciegos en vuestro error.
De jais presas nuestras manosf
Sueltas las del vengador!
¡ Ay famoso Cid ! tus obras
Ganadas con tu valor,
Roy en dui'os robles mueren
A manos del desamor.
Mil baluartes y moros
Ha derribado el lansor
De tu braio, í quien nltrajak
Las choaas de Carrion.
¡Espanto de mil Iraidones!
Ya diri el mondo traidor
Que se le atreven los Condes
Al que es de Beyes SeBorc
¡Ay duro rMe.' &c.
¡Ay honor, prenda del Úoui
Decidle al Cid que os gand
Entre lanías de dos hierros
Que en uno solo ot perdifi.
Id Inego, no vais agora, .
Dg.l.zedt>>COOgle
Pero na lo bareú vM,'no,
Qoe ■borrcceU i deiDadoi
Y i detbonndo* mejor.
Id, poes qae míi Un iUíto,
Decid al Bey en León
Qoe «o duela cuando os mire
O que oi voelva ca»l ai vi¿:
Y en tanto deita* nH»Uu3a«
143
Con tierna lamentación
VolTeremoi de 1m fiera*
En piedad dnice el rigor.
/jiy duro roble/
¡Aj tottdad! ¡Ay. breña-'
¡Aj! quien del mundo fia ¡eámo
Al cielo piden ¡niticia
De lo* Conde* de Carrion
Amba* las fiias del Cid
Doña. Elvira y Dofta Sol.
A lendoi robleí atada*
Dan gri'o* qne ei compa*ion,
Y no la* re*ponde nadie
Sino el eco de «a voz.
El menoiprecio y afrenta
Sienten, que las llaga* non,
Que M dolor k par de rooerte
En la mnger un baldón.
Tal fuerza líene conaigo
La verdad y la raioii.
Que bailan en los montes ((entes
Y en las fieras compasión.
A lo* lamento* cjae bactn
Por allí pasó on pastor.
Por donde no pn*o pie
Cosa botnaita, si abora non.
Danle voces qoe se acerqoe
Y él no o*a de pavor.
Que son bijas de ignorancia
El empacho y el temor.
— Por Dios te rogamos, borne,
Que bayas de nos compasión,
Ai( tus ganados vayan
Siempiie de bien en mejor;
Nunca le* falten las agoas
EnelesifO y calor.
Las yerbas no se le sequen
Con la htlada ¡r con el sol,
Tos lieKOO* fijnelo* veas
Criados en bendición,
Y peines tus blancas' canal
Sin dolencia y sin lesión;
Que desales nuestras manos,
Pues que Us tuyas non son
Como les que flos at.trOil
De malicia y de traición.—^
Estando en esta* palabras
El buen Ordoño Ikgó
En bibito de romero
De orden de) Cid sa Mñon
Prestamente las desala
Diaimalaodo el dolor.
Ella* qoe lo conocieron
Junta* lo abracan las dos;
Llorando tes dice: — Primas,
Secretos del cielo son,
Coya voz y cuya cansa ■
Está reservada á Dios. '
No tuvo la colpa el Cid
Qoe el Rey.se loaconsejd;
Mas boen padre tenéis, dueSas,
Qae .vitelva por vueso honor.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
iáá:
— Atended i la mi faUa, .
Aleves yerncM del Cid,
Cobardes como iraidorca,
Qat siempre u cobarde ou vil,
jHoniea buenos sois vosotros? -
Non sois, si canalla rain,
Qae el Gd en sns fechorías
Da demostración de si.
Non fujrais, aleves Condes,
Qoe non vos valdrá el bir» .
Qae es igaila la vénganla
Cuando el agravio ea nabli.
Un hpoje solp «* va en zaga,
Non fofai», facelde huirt.
Mas es la raion gigante
Qae se «compaña con miL. -
Volved, qne non me detmayan
Las espedís que ceñís,
Qae el Cid las cabrio de sangre,
Pero vosotros de orín.
Sat dos fi¡ss le asolisteis;
Poro fue tuerto que al fin
Al Cid ofendéis y i Dios,
Al Rejr Alfonso y í roí:
Todos caatro son leones,
Y roas bravos, siadverlb, .■
Qne toroarin la venganta -
Sin pasta di roen ja f.—
Desta siterte i l4s Infantes,
Dando rienda i an rocín,
Loa sigue el valiente OrdoSo
El buen sobDtno del Cid.
Enir
:o|to
:DÍd3doso Alvar Fañei (t). .
Al mandato de su tio
Obedece, porque sabe .
Que las sospechas dudosas
Suelen engi^ndrar verdades.
Viendo desnadas sus primas
A la iiiclentencia del aire
Amarrailas á drs robles
Así empezó, á lamentarse:
—/Cómo et tjue ansí »b trate
La honra de mi lio jr vuetlro pa-
dre.'
No qniso llegar i ellas
Mientras los dos miserabUi
Al peregrina snceso
Dieron Gn para. ausentarse.
Bien se atreviera á los dos
Y á ciento de su línage,
Si no fuera en guarda soya
Una gran cuadrilla infame)
Y viendo que estaban solas^
Trille ante sus ojos parte,
Qiiees propio en unpecbo noble
Caando no puede vengarse.
Al cielo vuelve los ojos
Reventando de corage,
Y dice, rai raudo .atenta
Dg.l.zedt>>COOgle
De »m prímM ]*■ míUIu:
— /Cómo es que antise trate, i¿c.
Si vneslra honra es l> mia.
No *i bien honrado me llame
Si no gano como fuerte
Lo que hof pierda por cobarde.
Entended, alevea Condes,
Qne á mi tio no afr^ntaates,
Ni qne M mancha tal paSo
Con cuatro gola* de sangre.
No puede, aunque fue en d«i
Afrenta «qncsla llamarse
Si el Cid que el baldón recibe
Ni lo escucha ni 16 sabe;
Mas desaten vos mis manos,
Que del recibido nltrage
Vénganla nos dari el cielo
lis
Si yo no fuere baalantei
¡Cémo et qut an»i te trate , &c.
Con in capa las cubría
Que están desnudas al airr,
Su manto piadoso esparce.
A la choia de un p«slor
Vinieron á repararse,
Qne i. veces pueden hnmildes
Hacer merced á tos grandes.
En esto amaneció el dia,
T el pastor corriendo parle
A dar las noevas al Cid,
T así replica Alvar Faileí:
¡Cómo es que ansí le trate
£a Aonra de mi lío y vuestro
padre!
— Elvira , soltf el pnital,
Doña Sol, tiradvos fnera.
Non me Itngades el braao, '
Dejadme , Doña Ximena.
Non me lollais el rencor.
Que me empacha la vergüer
Que todas mis fecborfas
Manchen mis suertes si
iK mis fijas, falsos Condes,
T i mis «caladas duelas,
Canes, facéis tales tuertas
Tenadas en lue&as tierras?
jA mí, qae tos d( hamildoso
Mis fijas cuando os las diera -
De mil pulidas garnacha*
Guarnidas y ricas prendas?
Endoné vos mi* e*pádas.
Lo me)or de mi facteada,
Y en do* mil maravedís
Me eropeSara yo en Valenciv;
Cadenas de oro de Arabia
Con buenos ingenios fechas.
Que en la su mandaderfa
Ñe enviara el Bey de Pcrsisi
Caballos oi di roanos,
Y para en plaia seis yegaas,
Sendas capas de conlray
Con los aforros de felpa;
jY «n pago de mis fiducias,
Y en pago de mis rcqueslas
Me la* enviadcs, Condes,
Azotadas sin vergüenza.
Sus albos cuerpos desnadoist
Ligadas su* manos bellas,
So* crencha* desmelenadas.
So* trille* carne* abierlas?
Voló bago al Pescador
Que gobierna nuestra Iglesia,
10
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
146
Y mal gr«i]o hay» con il
Cataio le fable eD Cárdena,
Si en FroDiMta y Carrion,
Torqncmada y Valenaueh,
Villas de yauot condadoí,
Queda piedra «obre piedra.
AntoliDeiteslimoiiioi
Feltea vído con ellai;
To vos pondré la calp3a
Tal qae atemorice tu vella;
Qae con ella y mi ratón,
Elloa y mi parentelas
Han de fincar á mí« ma&M,.
A mis agravisa desfechai.
Campero» tiene el buen Rey
Qoe voi apa Sen y prendan;
Figame iuiticia en todo
Y tendré mi espada qoeda.—
Esto fablú y dijo el Cid,
Y cabalgando en Babieca
Partió de Valencia á Bargoa
A dar al Rey sn querella.
53, (Anónimo).
Lloraba Doíta Ximcsa
A to* solas con el Cid
La afrenta de tai dos fijas,
T asf comentó á decin
—¿Cómo es posible , señor.
Siendo temido en la lid
Qae os afrentasen dos bornes
No siendo bástanles mil?
¥ si aquesto no vos duele
Ved que á mi padre perdi
Por ser vos tan vengativo
En las cosas qae sentís.
Considerad vnesas fijas,
Aqaesas que yo parí,
Que non son fijas prestadas
Sinon de vos y de mí.
Es bien que aquesto miredcSf
Y que esa gente ruin
Non se atreva á facer tal
Sabiendo que sois el Cid,
Paes no faltarán salida
Para poderse eximir.
Si es bien qne aquesto sinladet
Parto os be dicho, sentid.
Después qoe ona Gesta fito
Al sanio y divino Pedro
Aquel que africanos moros
Pagaron tributo y pecho,
Hizo una junta en m casa
De parientes y bornes buenos,
Y como juntos los vido
El buen Cid les dijo aqoesio:
— Bien sabéis, amigos míos.
La fataita de mis yernos;
¡Bien me pagaron las obras
Que en Valencia bice por ellos!
Con riendas me las pagaron,
No teniendo rienda en ellos
De ponellas en mis fijas
Atetadas en desiertos: ,
Y agora el Rey de León
Dice por sa mandadero
Que dentro de treiqla dias
Tengo de esíar en Toledo.
Así vos auptico y pido.
Aunque no es menester ruegos
I, Contóle
'^ 147
Para amigos tan leales - Nbnrablaadoeanacslroifeclioa
Teniendo fidalgos p«choa, Qae yo ¡yudré la demanda
Non se fable allá eñ la» Corles, De lo quí les di primero,
Nio perdamos el rcspelo La facienda, plata j oro,
A) Bey, qae non es raxon Las espadas amen d^so.
Juagando bien y derecho. Y pediré el desacato
Non se descomida nadie Qae á mia fijas les ficlcron.
55. (Anónimo).
Asida estidel estribo
La noble Ximena Gomei,
T en tanto qne al Cid le babla
El Cid SQ gabán compone.
^— Mirad, le dice, señor,
Qae la sangre de aquel Conde
Que matasteis bneno á baeno
Que la vengaeis cOmo noble.
A las Cortes vais, bnen Cid,
Y á lo qne oi lleva á la corle
Ha de dar corte la espada
Porque no tiene otro corle.
Al Bey habrán prevenido,
Y á sus amigos, los Condes,
Qae es de cobardes muy propio
Socorrerse de invenciones.
No acetéis del Bey Alfonso-
Escusas , rnegos ni dones.
Que mal se cubre naa injuria
Con afeite de razones.
Considerad vuesaa fijas
Amarradas i dos robles.
De quien hoy tiemblan las hojas
Condolidas de sus voces;
Y mirad que aqaella ofensa
Contra mf fecha en el monte.
Descubre en vos las sedales,
Y en mis fijas los azotes.
Dioi. os guarde donde vades,
Qae son los competidores
Crueles como cobardes,
Como cobardes traidores.
Yo sé bien que vais seguro.
Si no fuere de traiciones.
Que atrevidos con mugeres
Nunca la son con los hambres.
No «nireis, sefior, en batalla,
Que menguáis vuesos blasones
Honrando con vuesa espada
Una sangre tan enorme.
El que venciij á tantos Reyes
No se iguale á aquestos bornes.
Que relinchos de Babieca
Han- vencido otros mejorea.
Cobrad Vuesas dos espadas
Para Bermudo y Ordoüez,
Que ellos pondrán en stu filos
£1 Dso de vuesos golpes.
Sacará del fuego mió
La Tizona los tizones,
¥ la famosa Colada
La ifiancha de mis pasiones.
Que á mi venganza st; ponen,
Desde luego la esperanza
Me promete alegres dones.
^Así suceda, Ximena,—
El lamoso Cid responde,
Yabajando la cabeza ' ' . '
PiciS á Babieca y partióse.
D3l.z.llt>,G00g[C
148
Si. (Anónimo), (r)
Recibiendo cl alboftda
Qae vieae á alegrar la tierra
Tocaban á recoger
Seis clarines por Valencia.
Don Rodrigo de Vivar,
£t buen Cid , su gente apresta
Para partir á Toledo,
Que á Corlea el Rey le capera.
Ya la plaia del palacio
Esti de gente cubierta,
De escttderoa j fidalgos
Esperando qne el Cid venga.
Él sale ya de'la sala,
Ya eslá en medio la escalera,
T sálenle á acompaüar
Sos dos fijas j 'Ximena,
Abrázalas corleimenle
Y mígales que se vuelvait.
Que en ver presentes su* ¿¡as
Tiene presente su afrenta.
Descendió fasta el zaguán
Donde estaba su Babieca,
Que de ver triste á su amo
€a«i siente su Iríjteza.
Salió en cuerpo hasta la, plaza
Armado con armas negras,
Sembradas de cruces de oro
Desde la gola á las grevas.
\ió SI
1 la
gente
1 lucida
'Diana á^ Ximena,
Y por facer loiania
Puso al caballo las piernas.
Llevó los ojos de todos,
Y al cabo de'la carrera
Quitó á XioMua la gorra
T tocaron las trompeta i.
Todos siguieron tras é],
¡Cuan lucida gente lleva!
Pues alegre el sol de velloa
£ti las armas reverbera.
Caminan por sus ¡ornadat»
Y á la vista de Reqnena
Detuvo la rienda el Cid, -
Que no quiso entrar en «lia.
Acordóse en aquel punto
Que allí fue la veí primera
Que le llamó el sexto AlfoDW»
Estando £1 quieto en ella.
Con grave y severa vos
Levantando la viiera
Y afirmado en los eilribos
La dice desla manera;
^—Teatro de mi deshonra
Do »e hizo la tragedia
En qne mis aleves yernos
Fueron los autores della;
Principio de mi desdicha.
Do sin ser jueves de Cena
Comieron con fax doblada
Ambos Judas i mi m^sa;
Al Rey vó á pedir justicia,
Ruego á Dios que no la toeru,
Que á f)oslre de mi vénganla
Ño estaréis en mi frontera.—
Y llevado de furor
Puso al caballo laa piernas
Contra la flai^a muralla
Que de verle airado tiembla.
L)¿i.z.iiuGoog[c
Tres Corleí armara «I Rey
Toda* trcí i- ana Mson,
Lai nnai arman en Sajgoa,
Las otras arnid en Ledo,
Las otras armó ea Toledo
Doade los hidalgas gon,'
- Para rnmplJr de justicia
Al chico con el mayor.
Treinta dias da de plazo,
Treinta dias, que mas non,
Y el qae á la postre viniese
Que lo diesen por traidor.
Veinte noeve son pasados
Los Condes llegados son.
Treinta dias son pasados
T el buen Cid non viene, non.
AUi hablaran los Condes:
— Señor, dadlo por traidor.^
Respondiérales el Rey:
Eso non faria, non.
Que el boca Cid es caballera
De batallas vencedor.
Pues qne rn todaí las mis Cortea
Non lo babia otro mejor.—
Ellos en aqaeslo estando
El buen Cid allí aaomó
Con trescientos caballeros,
* Todos fijosdalgo son,
Todos vestidos de nn paüo,
De un paSo y de upa color.
Sino fuera el buen Cid
Que trata nn albornoi;
El albornoi era blanco.
Parecía emperador.
Capacete en la cabeza
Que. relumbra como el soL
—Dios vos mantenga, boenRey,
T i vosotros silveos Dios,
Que non labio yo i los Condes,
Que mis enemigos son,— —
Allf dijeron los Condes,
Fablaron cala ratón:
— Moa somos fijos de Beyes,
Sobrinos de Emperador,
^Merescimos ser casados
JCon £)a« de nn labrador?^
Allí hablara el Cid,
Bien oiréis lo que fabl¿:
— Convidiraos yo á comer,
Buen Rey, lomástelo vos,
Y al aUar de los manteles
Dijistes esta razón:
Que casase yo mis fijas
Con I6s Condes de Carrtou.
Di£raos yo en respaesla
Con respeto y con amor:
Pregunlarélo ti in madre
Su madre que las parió,
Preguntarlo he yo á sa aya
Al ayo qne las crió.
Dijérame á mf.el ayo:
Buen Cid, non lo fagáis, non, '
Qae los Condes ton muy pobres'
Y tienen gran preanncion:
Mas por non contradeciros,
Buen Bey, ficiéralo yo.
Treinta dias duraron las bodas,
Que non quisieron mas, non, '
Cien cabezas yo matara
De mi ganado mayor:
De gallinas y capones.
Buen Rey, non lo cnento, non.
L)¿i.z.iiuGoog[e
150
5S. (Anónimo),
-^Idoi VOS) Mirtín Felaei,
A mi Valencia y guarda II a
Mientras que me quejo al Rey
De aqQMla traición tamaña.
Bogaréis que se lemLre
Cuando i mis Gjaj casara
Contra la mi voluntad,
De mi Ximeaa y mi casa;
T que por facer la soya
T camplir la id palabra, '
Yo folgué que se ficiesen
Aquestas bodas amargas.
Diré le yo como Ordofio
Las falló tan mal paradas
TC dcsnodas de las ropas
Que les diera para honrallas;
V ai lo» ojos me dejan
Contar tan malas fazañas,
Dirí como las toparon
En el monte aprisionadas,
T pedir¿ qae en itts Cortes
Desagravie aquestas canas.
Que el deshonor de mis fijas
Las tienen avergonzadas.
Y de tan grande traición
Faré un reto, upa demanda
A los Condes, si tnvieren
La faz para snstentalla.
Cobraré allí mis dos joyas.
Pues están mal empleadas
En poder de dos traidores
Mi Tizona y mi Colada:
Y vos. amigo Martin,
eis desla vegada
i falta gobernallas.
Queda I
s á Xir
illa y regalalla.
Tendréis mucha cuenta en esto*
Catad que os dejo en mi cua.
5g. (Anónimo), (i)
— AQos Iiace, el Rey Alfomo,
Que solo en vueso servicio
El arambre de Tizona
Apenas lo he visto limpio,
Y que mí pobre Ximena
Nacida en contrario signo,
Fne por m{ sola de padre
Como por vos de marido.
Ella en mi ausencia ha llorado
El medio lecho vacío,
Mientras que yo derribaba
Mil estandartes moriscos.
Testigos tengo presentes,
Y vos. Rey, sois buen testigo
Que he atropellado mas lunas
Que el sol ha durado siglos.
Fui eit juveniles aSos
Rayo en vneíos enemigos,
Como agora son mis canas
Terrero de mal nacidos.
Todo lo gobierna el cielo
Con su nivel y destino,
Desde la tierra á su altura
Y desde el cielo i la abismo.
L)¿i.z.iiuGoog[c
Al pavón le i\6 lot piei,
Al iguiU «1 corvo pico,
'y »1 león la calentara
Porque Mteu menoi allivoj.
Dos fijaa tengo, leuor,
Y porqae le hurlé al arrvirot
El' tiempo del engendra lias
Las engendré con delito.
Agraviáronlas traidom,
T por haberse atrevido,
Aunqae mi brazo pudiera
Sol* al voeso lo remito.
Dos cobardes las ofenden
Cuyos corazones tibios
Al temor hacen aliares
T le ofrecen sacrificios.
15)
Garrió n les da Ir i bola
Como la fama al olvido,
Y por tal yo me querello
De tal iniuria ofendida.
Levante vnesa justicia
El peso con el cuchillo,
Qiie aunqae sayo sea el peso
£1 pKsar ha de ser mÍo,
Si la ¡usticia en las armas
Falló el natural abrigo.
Ya s¡
oyoc
Faced justicia y castigo.
Si Dios es justo y e) hone
Tan obligado á servil lo.
En caanlo mas le imitare
Será mas justo y mas digno.
Medio dia era por filo,
Las doce daba el reló.
Comiendo está con los grandes
El Bey Alfonso en León,
Cuando entrara por la sala,
Casi perdido el color,
De todas armas armado
El noble Cid Campeador,
Que viene á pedir justicia
A su Rey y aa señor
De vn agravio que le han fecho
Los Condes de Carriou.
En ¿1 pone el Rey loa ojos
Y en sus oidús la voz:
Justicia venga del cielo.
Si non me la facéis vos.
Los grandes le alborotaron,
Ninguno á comer volvió,
Sui amigos de cuidado.
Sus contrarios de temor.
—Venganza vengo á pediros
Pudiéndola tomar yo.
Que con sangre de traidores
Suelo yo limpiar roí honor.
Reyes moros tengo amigos
Que vasallos mioi son,
Y en las fronteras me temen
En miranda m¡ pendón.
Mis fijas son agraviadas
Doña Elvira y Doña Sol,
Si ¡uslicia no me guardas
Venganza tomaré yo.
Fagarinmelo sus fijos
En pago del galardón.
Porque de so sangre aleve
I4on ha de quedar varón.
Mira, Alfonso, por mi honra.
Por la vucsa mire Dio^
Que si fiáis de traidores
Non comeréis con hnen pro.
Si en algo les he agraviado
Salgan, que en el campo estoy.
L)¿i.z.iiuGooglc
isa
Qoc i mí upada y i mi brato Y el Rey de comer ali¿.
Le ha venido su ocaaion.— ¥ mandó que ae pregonCB
Con eato volvió la espalda Laa Corlea para León.
A Toledo babia llegado
Buy Diaz» que el Cíd decian,
A Corte» del Bey Alfonso
Que por sa amor las hacia
Para le dar gran derecho
De la gran alevosía
Que sus yernos los lofanles
De Cerrión fecho babian.
En palacios de Galiana
£1 Rey mandado tenia
Que le ¡unten á las Corlea
Todos los que alK vendriaji.
La silla del Bey Alfonao,
Que era muy hermosa y rica,
Pdiose al mejor lugar
Que en toda la sala había,
Al rededor de la cual
EacaSos grandes ponian,
Donde se sentasen lodos
Los de la caballería.
El Cid llamó á un escoderoi
Muy Gdalgo en demasía,
Fernán Alfoaio ha por nombre.
El Cid criado le había.
Maullóle tome un escaAo
Que de Valencia (raía,
Que se lo ganó al Bey moro
Cuando en ella lo vencía.
Mandóle que le pusíeie
Donde el Bey tenia só aílla,
' Escuderos Sjoadalgo
Mandó lleve en compaítía
T que guarden el escaño
Hasla que lea otro día.
Todo* llevan el escaño.
Que es hermoso á maravilla,
Su* espadas á loa cnellos,
¡Oh qué bien que parecían!
Pusieron el rico escaño
Donde el Cid mandado babia.
Cubierto de ricos paños
De oro, aeda y pedrería.
Otro dia de mañana
Despuea qne el Rey oyó Hiaa,
Fnese para los palacios
Con muy gran caballería.
Solo el Cid no va con él
Que en so posada yac/a,
Garci Ordoñei, ese Conde
Queai buen Cid muy mal quería.
Cuando viera aquel escaño
Al Rey dijo desta guisa:
Por merced os pido. Bey,
Oigáis lt> que yo decía;
Aquel lilamo que armaron
Junio de la vocsa silla
¿Para cnil novia ae armó?
Pregdntoot, ¿verná vestida
De almejías ó alquiceles,
O cómo verni guarnida?
. Mandadle quitar de allí
Porque á vos perlcoecia.— ^
Fernán Alfonso lo oyó,
Al Conde le respondía:
— Conde, mny mal raaouadea.
Mucho mal dcHo o* vemia.
Que decides mal de aquel
Que muy mas que vos valia.
L)¿i.z.iiuGoog[e
No novU, como decís,
T ai- decís qoe mentÍB
L*s manos yo vos pondrá
Y coaocervos firia
Ante ei Rey que eiti pretcnte
De qaé lagar descendía,
Qoe no me podréis negar
No tener vos mejoría.—
Mocho le pesó al hnen Bey
T i los que con él venían
De lo qne había pasado,
ilii el Conde Don García
Como era hombre sifiado
El manto al braio ponía.
Dijo: Dejadme ferir
Al rapii qoe tal decía.—
Alfonso cutndo lo vido
Sd espada sacado había
Viniéndose contra el Conde
Diciendo ; Castigarla
Las locuras que habéis dicho.
Mas por el Rey no- osarla."—
£1 Rey loa ha despartido
Y í los presentes dcciai
153
' — Ninguno debe fablar
Deste escaSo qne aqnf había.
Que e) Cid lo gand muy bien
y como home de valla,
Y es caballero esfortado
Y de moy gran valentía,
Y non hay oiro en el mundo
Qoe tan bien lo merecía
Como el baeo Cid mí vasallo
De tan alta nombrsdfs:
Y cnanto el Cid es mejor
Mas honra á mí me venia,
Que cuando gan¿ el escaño
A mucfaos moros vencía.
Envióme so presente.
Por seüor me obedecía.
Como vasallo leal
Cumpliendo lo qae debía:
Muchos caballos me dio.
Con moros que los Iraíali,
Y envíirame mi quinto
Como i mf perlenecia.
Nadie non fable del Ci<),
Qne segondo no tenia.
——Digidesme, aleves Condes,
¿Qué lalUsteía en mis fijas,'
Y cnindo tener eaidisleis
Dueñas de tan alta guisa ?
¿Por aveolora con ellas
Loa fidalgos de Castilla
Qué baldones vos han dado?
¿En qué vaao bonorvos quitan?
Por madre han i mi-Xímcna
La mi Doüa Sol y Elvira;
De tal madre ¿qné enseñan»?
¿Nin qué fembras'de tal vida?
En dolé vos di con ellas
Los haberes qne tenia,
Y tas mis ricas espadaa
Que menos falla mi cinta:
Mas fámbri^ntas las tenedes,
Non yantan como solían,
Que siempre fechos cobardes
Dan escasas las fcridas.
Yo vos las demando. Condes,
Ante el Rey que ende nos mira.
Porque i Colada y Tiiona
No es bien que aleves las ciñan.
Non son heredadas, non.
Sino en batallai tenidas '
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
15i
De entre lanua y con sangre
Mil armas todas teñidas.
En los robledos de Tormei
Me la dejadei venida;
Mas la de dueñas atalet
Ved qaé varones no estiman.
Non por ende me afrenladea
Por ser mis fijas queridas,
Que aunque son mi iao{;re estaba
En vnesas mugeres mismas.
Con todo vos reto. Condes,
Por facer la sangre limpia,
Porque el golpe del agravio
No hay miembro que nolaatin
Tenudo soy i facello
Por vueja honra y la mia,
Que la mancha del bonor
Solo con sangre se qnila.^—
Estas palabras el Cid
A sus dos yernos decit,
Levantado del escaño
La mano á la barba asida.
63. (Anónimo), (i)
El temido de los moroi^
Aquella gloria de España,
El que nunca fue vencido,
El rayo de las batallas,
Ese buen Cid Campeador
Defensor de nuestra patria,
Espejo de capitanes
y de traidores venganta,
En las Cortes de Toledo
Do le fueron entregadas
Ante el sexto Bey Alfonso
Por los Condes las espadas,
Así fabkba con ; lias
Sin hartarse de mirallas;
— ¿Dó estáis, misqueridas prendas?
¿A dó estáis, mis prendas caras?
No caras porque os comprí
Por dinero, oro ni plata,
Mas caraa porque os gané
Con el sudor de mi cara,
Al Bey moro de Marrueco*
Siendo Valencia cercada
A vos gané, mi Tiu>na,
Que vos traía en so guarda;'
T al Conde de Barcelona
A vos os gané. Colada,
Cuando les tomé á lo» moros
Los castillos de Bríanda.
To nunca os fice cobardes,
Antes por la Fé criitiana
En la sarracena gente
Os traje siempre cebadas.
A los Condes mis dos yernos,
Por ser joyas tan precia,das.
Vos d[, y ellos (¡mal pecado!)
Os tienen de orin manchadas.
Non érades par* ellos
Qne vos traían afrentadas,
Por de dentro muy fambrientaa,
Por de fnera pavonadas.
Libres estáis de las manoi
Qne os traían cantivadas,
£1 Cid os mira en las suyas
Donde seréis mas honradas^—
!, Contóle
Dijo', y i I^ro Bermodez
Y á Don Alvar Fañez llama.
T molida qne se Us goacden
Mientras lai Córtu doraban.
— A Tojolros femenlidoa,
Condes de villano pecho;
Como traidores al Bey
A enlrambos junios vos relo.
Mis 6¡as os di, traidores,
Pero non, que en ello miento,
Al Be!^ las di que las diese
A qaien él fuese contento.
A él se Uto esta injuria,
A él se fi«> este avieso,
T él las recibid por fijas,
Yo & vosotros por mis yernos.
Por ser l'ecba ¿ mi señor
Esta injuria, por él vuelva,
Que el que ha vasallos honrados
Ellos le enmiendan sus tuertos.
Con mugereí tenéis manos,
¡Por Dios bravos caballero].
Si al veros con el Bey Bucar
No fuerais de pies tan prestos!
Pero bien dice el refrán
Que hay tan valientes guerreros
Por los pies como por mano.
Y vosotros sois de aquestos. ,
;Ob cuánto dierais agora
Por fallar otros dispuestos
Tales como los fallisteis
Cuando los leones saellos!
Faced caenta son leonas
Los que en es le pecho siento,
Que es on león cada agravia
Fecho en un honrado pecho.
Agradecédselo al Bey .
Que le veo y le respeto;
Pero pagarla heis, villanos.
Ma!
I subáis al cielo,
ion subiréis, cobardes,
s Dios grande justiciero
I no consiente traidores
Sin castigo de sus yerros:
Cuanto mas qae la Colada
T la Tiiooa yo entiendo
Vos serán tal pnrgatorio
Que vais desta culpa absoellot.
65, por Stpáíveda. (i)
Ante el Bey Alfonso estaba
Ese buen Cid castellano
A querellar de los Condes
De Car r ion su condado,
Con semblante denodado
Y voi que puso temor
A los Condes así hablando;
,-~A vos digo, Hernán Gontaleí,
Que en los robledos del Tormes Y también al vuestro hermano,
Sus hijas han maltratado. Qne habéis fecho alevosía
Puso la mano en su barba Y no como fijosdalgo,
(i) ^¡ miimo atonto dtl anltrior.
L)¿i.z.iiuGoog[c
156
En dcábUñrárae mii bíi*!
De focra de lo poblado:
Sin fiaber causa ninguna
Caso habéis fecho malvado.
Ante el Rey qne eatí preaenlí,
T grandei qae le ban janlado,
Vttí repto por aleToaoa
Poca que detlo habéis uiado:
Darvos be vaestros igoalea
Qne os lo combatan en campo,
Do diréis con vuestras bocas
Ser verdad eslo que^hablo,
O en él vos matarán
Si no qnereii confuallo.— ~
Mo respondieron los Condes,
Sa tío es el qae ba hablado;
£m Conde Don Garcfa
Que en Cabra tiene el condado.
Dijo á los Condes: — Sobrinos,
Afuera queráis quitaros,
Dejadlo estar al Cid
En el su escai)o asentado,
Que me semeja que es novio
Según está mesuradg,
¿Cuida con su barba luenga
A nosotros espantarnos?
Viyase para Molina
Do dan parías Aioroa flacos,
o; para el rio de HormaSa
Donde él es el beredado,
A adobar los sus molinos
Para ser alimentado,
Pues no es tal el Cid que pueda
Con nnsco ser igualado.—
De aquesto que dijo el Conde
Mucho el Cid se babia enojado;
T en ver qae no respondía
Caballero de su bando.
Volvióse á Pedro Bermvdex
T con semblante enojado
Dfjote: Tú, Pedro mudo,
¿No bablas? ¿Por qaé bas callado?
¿No sabes que tú y mis bijas
El deudo habéis muy cercanot
T qne de la su deshonra
Gran parte te hsbrialcaniado? —
Corrióse Pedro Bermndei
Porque mudo lo ha llamado;
Fuese para Don García-
Y para los de sn bando.
Diárale tan gran puñada
Que ca tierra lo ha derribado.
Gran revaelti hay en la Corle
Entre el Cid y su* contrarios.
Los Condes i grandes voces
Cabra y Carrion han llamado»
Loa del Cid dicen Valencia
T Vivar están nombrando.
Levantóse el Rey á ellos
T Lodo se ba sostgador
66. por StpiUeeda.
En las Cortea de Toledo Deshonrado las habian.
Que el buen Rey Alfonso hacia Vuelto le han sus dos espadas.
Para dar derecho al Cid El haber también volvían.
Que querellado se faabia El Cid por grandes traidores
De loa Condes de Carrion A ambos retado babia;
Sus yernos qu« ser solían. Los InTantes no responden
Porqoe i sus buenas mugeres A lo que el buen Cid decia.
!, Contóle
El Itiy dijo i lof taEiRtc*
Qué era lo que reipoadian,
Dirgo Gontalcz el uno
Al Bey así le decía;
—Ya, leüor, tabeia que spnioa
De los buenoj ¿e Castilla,
Dejamos naesas mugeres
Porque DO uoa merecían;
Catar con fijas del Cid
Gran deshonra no* trafa.- — •
Los del Cid uo respondieron,
Queel,Cid mandado Icnia
Que si él no lo mandase
ÑiogonofabUT debia.
Ordpflo, sobrino suyo,
Era el que respondía:
-^-Calla tú, Diefgo Gonialez,
Que eres de gran cobardía;
Muy >ali(|nle eres de lengua,
Mas esfuerao no tenias,
T en esa tn falsa boca
Ninguna verdad había.
Lémbrate cuando en Valencia
En ia lid que el Cid facía
Echaste, i fuir de un moro,
Y el moro bien te seguía,
T yo le salí al encaeniro,
Muerto en tierra lo ponía.
Díte su caballo y armas
Y al Cid entender facia
Que tú mataste aquel moro
Que aquel caballo traía.
Yo lo fice por te honrar
Por casar con la mi prima:
Alabdstete tú dcsto,
157
Yo l« olQTgaba i (u fvm,.
Nunca salió de mi boca
Fasta hoy que lo decia,
Y si agora lo publico
Es por tu gran villanía:
Y sepan cuando en Valencia
Cuando el León que ende había
Se solió de donde estaba,
Tú, porque i esconderle ibas,
Rompiste el manto y el sayo
Que cobija do tenias,
Por entrar bajo un escalo
Qoe en el aposento habia.
No digo como tu hermano,
Qoe es aquel que me vela,
Cayó con notable miedo
En parle do no debia.
Así, señor Rey AlfoDso,
A tu Alteza yo decía
Que este día fuera bien
Demostrar su valentía.
No en los robledos de Tormes
Do fqrido babian mis primas,
Mugeres de tal linage
Que muy mas que ellos valiao.
Que si yo ende estuviera
Cometerlo no osarían;
Picierou como cobardes,
Yo se lo combatiría.
No ficieron como bvenos
Como manda ta hidalgaía.
Muy feble es facer tal cosa
Ningún borne de valía,
Y poner mano ea mqgeres
Non e* de caballería.
DespaesqueclCidCampeador Por qae fueron emplazados
Pidió derecho del tuerto Los Condes para Toledo,
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
158
El Rey Dan Alfonso el Bravo,
Aquel que coa gran denuedo
Al foradar de la mano
Tdto aiempre el braio quedo,
Mandó qae dentro en tres meses
Pareciesen en Toledo,
O fincasen por traidores
Ellos y el Conde Dan Suero.
Mandó qae le fagan Cortes
T se junten i ellas cádo
Sus Grandes j Ricos homes
Que quiere tomar su acuerdo;
Que si los Condes son nobles,
Alfonso es Rey de derecho,
Maguer que el Cid en honor
Es honrado caballero.
Antes de cumplir et plaio
Todos á Corlea vinieron,
¥ el Cid tru)o en su compaita
Novecientos caballeros.
Salió el Rey á recibirlo
A dos leguas de Toledo;
Unos de envidiosos callan,
Otros dicen que es esceso.
Palacios de Galiana
Mandó el Rey estén compuestos,
Las paredes de brocado
T el suelo de terciopelo.
Junto á ta silla del Rey
Su escaüo del Cid pusieron.
De que mofaban los Condes
Profanando y zaherieado.
Sentados en Cortes todos
Fabló el Bey á sus porteros:
Mando vos que callea todos,
Infaniones y bornes buenos:
Vos, el Cid, decid su culpa
Y ellos defiendan >a pleito.
Librirsevoi ba jnsltda
Con que quedéis satisfecho.
Seis Alcaldes vos seüalo
De mi casa y mi consejo,
Y que todos ellos juntos -
Juren por los Evangelios
Que cuidarán de ambas partea
Asaz entender el pleito,
Y entendido juzgarán
Sin pasión, amor, ni miedo.-^
Levantóse luego el Cid,
Y sin mas alongamientos
Pide le den sus espadas
Tizona y Colada luego.
El Rey miraba á los Condes
Qu£ responden atendiendo,
Pero ninguna razón
En su defensa dijeron.
Los jueces mandan las den
Sin ningún de ten i miento;
Maguer hubieron pavor,
Entregarlas no quisieron.
El Key dijo: — 'Descorteses,
Volvédselas i su dueiío,
Qae supo mejor ganallas
De los moros de Marruecos.— •
Ya cobradas las espadas
Dos mil marcos de dinero
Les pide y todas las joyas
Que les dio en los casamientos.
Unánimes los jueces,
De coman consentimiento.
Los condenan á qae pagnen
De contado todo el precio.
Comenzó de nuevo el Cid,
Los ojos como de faego
Y el rostro como tina gualda,
A demandalles el tuerto.
Dg.l.zedt>>COOgle
159
En la» Cor(í* áe Tolfáft
A do yace Alfonio el lezlo.
El Cid le fabla á Bermudo
Con muy grande sentimiento:
—itHon fablais voi, Pedro mudo?
Fablad, que non caíais mocrto:
¿Non sabedes que mis fijas
Son vnesas primas en dcadof
Ende mis que en su deshonra
Mucha parle os cabe dello.—
Mucha le pesó i Bermndo
De lo qne el Cid ha propnesto:
Jnnióse con Garci OrdoSeí
T desqae fne cerca paeslo
Le diera tan gran pnfiada
Que dio con él en el suelo.
Alborótame las Cortes,
No queda nadie en su asiento,
Aquí sacan las espadas,
Alti dicen mil denuestos.
Unos apellidan Cabra,
Otros Valencia, otros Reino,
El Key esti ardiendo en ira,
Dicieudoi Afuera, teneos.^'
Otra vei replicó: —Afuera,
Sin roas andiencia condeno
Con acuerdo de mi Corte
T de' mi real Consejo,
Por los méritos que falla
Que resultan deste pleito,
A lo* Conde* de Carrion
Qne lidien conforme al reto,
Y que el Cid baya camplido
Con dalles tres escuderos^
Y los que mejor lidiaren
Ellos salven su derecho.^—
Pidieron pliso los Condes
Para guisar en el fecho,
Y al cabo de ruegos ranchos
La noche se puso en medio.
Volvióse el Bey á sn casa,
La Corle í su alojamiento,
Y al salir de los palacios
Donde las Corles se ban fecho.
De Navarra y de Aragón
Al Bey vienen mensageros.
Cartas le traen de sus Beye*
Pidiéndole otorgamiento
De las dos fijas del Cid
Para dos fijos mancebos.
Don Bamiro el de Navarra
La pide, si bien me acuerdo,
A la mayor Doña Elvira,
Dnetia de virtod y arreo:
A la menor DoAa Sol
Ha pedido el Bey Don Pedro
Para ta hijo Don Sancho
De Aragón propio heredero.
Partióse á Valencia el Gd
Ufano, alegre y contento,
Desagraviadas sus fijas
A guisar los casamientos.
Ya se parte de Toledo
Ese buen Cid afamado,
Y acaUronse las Corle*
Que allí se babian celebrado.
Agnese bnen Rey Alfonso
May gran derecho le ha dado
, De los Infantes, los Condes
De CarrioD el condado.
Dg.l.zedt>>C00gle
i60
Don Rodrigo va á Valencia
Qat « los moro* la ha ganado:
Movcciento* caballeroa
Lleva todoi fijosdalgo,
Que de la rienda le llevan
A Babieca el baen caballo. .
DespidiÚM el Rey del Cid,
Que le había acompasado,
Lejos van uno de otro.
El Cid enviú an recauda
PUiendo merced al Rey
Le aj^narde para hablallo.
£1 Rey aguardara al Cid
Como i bueno y leal vasallo,
T el Cid le dijo: — Buen Rey,
T& he sido muy mal mirado
En llevarme yo i Babieca
Caballa tan afamado.
Que á voí, seBor, pertenece
Como mas aventajado.
Non te merece nin^nno,
Vos si solo i vueso cabo,
T porque veáis cual es .
T si ts, bien el estimaltof
Quiero facer anle vos
Lo qae no he acostumbrado
Sinoa es cuando hube lide*
Con enemigas en campo. —
Cabalgó el buen Cid en él
De piel de armiíio arreado,
Firidle de las espuelas,
£1 Rey M quedó espantado
£n mirar cuan bien lo face.
A ambos esti alabando;
Alababa i quien lo rige
De valiente yesforaado,
T al caballa por mejor.
Que otro no es visto ni hallado.
Con la furia de Babieca
Una rienda se ha quebrado.
Paróse con una sola
Como si estuviera en prado.
£1 Rey y ios ricos bornes
De verlo se han espantado>
Diciendo qoe nunca oyeron
Pablar de tan buen caballo.
£1 Cid le dijo: Baen Rey,
Suplicóos queráis tomallo.
^Non lo tomaré yo, el Cid,
El Rey por respuesta ha dado,
Si fuera, buen Cidj el mío
To vos lo diera de grado,
Queen vos mejor qoeen ninguno
El caballo está empleado.
Con él honradea A vos
T i nos en estremo grado,
Y í todos los de mis tierras -
Por voesos fechos granados;
Mas yo lo tomo por mió
Con qne vos queráis llevarlo,
Que cuando yo lo qnisiere
Por Tol vos será tomado,—'
Despidióse el Cid del Rey,
Las manos le había besado,
T fuese para Valencia
Donde le están aguardando. .
70. por Sq/díiieda.
Ta se parte el Rey Alfonso,
De Toledo se partía .
Para. ir i Carrion,
Qoe los Condes no venían .
A lidiar con lo* del Cid
Que retados los tenia
Por la dea honra qse hicieron '
Aleve y gran villanía
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
A lu aoa fi)W d«l Cid
DoSa Sol y Doña Elvira.
Consigo lleva los ■(■«
Jaecu de la tal porfíi,
Doa fiamoQ yerno del Bey
Lleva Im en la compaftfa,
T lo* que babian de lidiar
CoD loa que el alev.e baciau.
A Carrion e« llegado
A la vega qae ende babl*,
Sdi tienda! mandara armar,
Ixw Conde» i é\ veniaa
Con au tio Sucr Gonulec,
Que la gran Inician ardía.
Traen consigo sos parientei,
Machos son en demasf*!
Armados venían todos
De ricas focrlea lorigas.
Que entre sí han acordado
Que si tiempo se ofrecia
De matar á los del Cid
D< cualquier guisa lo barita
Antea de entrar en la lid
Porque asi Le* co|ivenia.
Los del Cid lo babian acntido,
T al Rey— Señor, le deciau,
En vuesa mano y qierced
£1 de Vivar no* pania,~
Por eto, señor, pedimos
Non consintáis que boy dia
Nos tagan deiagaisados,
Nin tnerlo, ni alevosía,
Que con la merced de Dios
El Cid vengado serla:
Derecho habremoa de aquesto
Qoe Dios nos ayudaría.^—
El Rey di)o: — Man temai*
Maguer yo lo prfiveeria.—
Mandó dar luego un pregón
Questas palabra* decia:
161
■ Allf.lodo lo perdiese."
Ét lo* metiera en el campo
Do'la lid hacerse babia,
Los Infante* y *n lio
También al campo acndiaB. '.
Gran compaña traen consigo
De gente qoe loa *egaia¡
El Rey i mny graudts WKea
Estas palabra* d«da: '
— — Infanlea de Carrion,
La lid que hacerse queria
En Toledo la quisiera
¥ non en aquesta villa.
Dijls'teis que gaaruimienloa '
A vos aljf ftlleciao, .
Vine al voeso natural
Por .faceros C«rlca(a:
Los caballeros del Cid
Conmigo yo lo* Irafa, .
En mi f¿ y en nií verdad . .
Ellos BUS vidas ponían. > '
Condea, yo vos desengaño'
A vos y i voesa vaKa
Non fágales conlra ellas .
Lo que hacer non ae debiai
Que aqoel que la tal ficieae
Ya yo mandado tenia
En campo le deapedacca
Sio, (^ nadie tp lo impida.—-
A lo* Condes les petó .
De lo que el Bey ks avisan
La Colada y U Tiiona
Al Rey suplicado liabtan "
Que po entren en la lid
Que era.miicba tn vaUa.
El Rey les dijera: -^biCaltte*,
Facfr eso no podía,
11
L)ji.z.iit>,Coogle
FidiáradMlo en Toledo^ -'
Que aqaf htgtr ya no-había: '
Melcd V03 muy bneuas wrrotts
Que no' se os coBtradiiríd, ' '
Que creciiloi lois de cucrpoj '
Peltwd con valentía. -'■ ■ '■
En el campo soa metido*
Toiios stií como camplia,
Arreada rftd la geate ' ■■■ ' ■
Y todos »eaptn"
Embnia
a tose
mdos,:
Pónense \»s cafcUinas, '
Firiéronse de las lamas
Qdc a» los braios tenían.'
A Pedro Bermudo luego
Fernán GoflzaleE hería.
Pasóle lodo el escudo,
En la carne no le hería.
Él Grió á Fernán Goncalez '
De una muy grande ferida, '
Pasóle de lado ¿ lado,
Mucba sangre le salía,'
T ya deunayado en tierra
Fernán GoBMleicafa
Por las ancaí del caballo '
Asido á la misma lilla;
La lanza echara de si,
Mano i Tizona ponía,
'Uijate á Fernán González;
— Traidor, perderás la vida.—
Y é\ coaociendo la espada .
^Que el buen Bermndeí traía
SJÉrase de Ja maerlF,
TI anleí qvt U diera herida
Dijo: — Yo vencidiD aoy
Y por tal me cbnocia.-^
Martin Antolín de Burgos
Coa e~l otro está en gran prisa
Quebrado habían las laoEas,
Con las espadas re Bisa.
Antolín le diera on golpe
G>n Colada espada fina
Por cima de Í3 cabeza
Que mal feríéd b habla;
Corlirale el gnarn ¡miento
Y el casto lattibíen hendk.
Diego -Goñzalefe desmaya,
Cuidó qoe Ao escaparía-
Grandes voces da el Infante
Por golpes que recibía.
Sacóle el caballo fuera
Del cerco f(ue el Key' ponía.
Vencido es conib sn hermano,
Y por tal él 'se tenía.
Nuilo Busto' y Suer González
Se fieren con valentía,
Las lanzas traen muy fuertes,
Bec
*ílla.
Suer González i Nu 3» Bollos
El escudo te partía,
, Pasóle de p^rte i parir,
Que el golpe mny recio iba;
Pasóle los gaarnitn lentos.
A la
opr.
ndia.
Firme esttivó Moño Bustos
Que era de grande valla,
Pasárale con la lanza
El escudo que tenia,
Y fuera de las espaldas
El hierro se parecía.
Suer González cayó en tierra,
I^uño Bustos' le ponía
La su lanta sobre el rostro,
Herirlo oira i'ez qneria.
— Non )o firades, por Dios,
Su padre á voíes decía,
Que mi fijo ya es vencido
Y creo muerto estaría.^—
Nuito Bustos i los fieles
Dijo si aquello valia;
i™Goog[c
—tia wt}t 0a4a, rwponden.
Si él propio no lo decia^—
Saer Gonzalcí volvió en ti;
Yo aoy veacidoi publica.
Por alevoio» el Rey
Los lieoe desde aquel dia,
Con lu tioSuer Goüíaleí
Que el cottaejo dado habia.
Fuyéronae de la tierra
Í63
Qdc jaiiiaa no parecian,
Ni maa aliaron cabeía:
Los del Cid con bonra fincan,
Diólrs moy grandes haberes^
A Valencia se volvían.
Gran conipaita lea da el Ref, -
Muy seguros los envia
Para tu aeftor el Cid
Que por tal le rouocian.
Cuando el rojo y claro Apolo
El hemisferio alumbraba
Y caanda so bermana bella
En el otro se mostraba.
Por una verde espesura
De arboleda bien cercada
Donde dulces ruiseñores
Muy claramente canta han,
Y donde el céfiro nienia
Sabranamenle soplaba.
Con esfuerio y gallardía
Un caballero pasaba
En xta caballo furioso
Bordado el jaez de plata,
Las armas de fino acero.
Todo lie blanco se armaba.
Una hnaa larga y gruesa
Y en ella veleta blanca^
Ha salido de Castilla
¥ entra bravo en Lusilanía.
Solo va & buscar un moro
Que el fuerte Audalla se llama,
Qdc la fama de sus hechos -
Por toda España volaba.
En medio de su camina
El caballo se paraba.
Don Rodrigo es de Vivar
Que con la espuela le daba,
Mas el caballo por eso
Adelante no pasaba.
Como esto *ido Rodrigo
En los estribos se aluba;
Por ver qoé cosa ser(a
A todas parles miraba,
niñeando la lanía én tierra
En ella el cuerpo afirmaba,
Y oyó una Vos que deda,
Aunifue no vio quien la daba;
;0b ingrata y froal fortuna!
Di si estJs de mi v<^ng:)da,
Faes me has quitado la vida '
Y con ella el bien del alma.^—
Mellóse por la espesura
Por saber quien lamentaba,
Cuando no lejos de s(
Vio que un moro se quejaba
Tendido en la fresca yerba
Que en sangre tefiida estaba
De las heridas que tiene
Que todo el cuerpo le pasan.
Cuando lo vÍ<S Don Rodrigo,
Movido de grande lástima,
Apeóse del caballo,
Mas ann bien no se apeaba
Vio estar cuatro caballero*'
Y con ellos ana dama ,
D3i.z«it,,Coogle
16i
Qve del|<» M dcfeodia
Aunque y« canudí eslaba,
y como \i6 i Don Rodrigo
A grandci voeci le Uama;
— Ayndtiime, caballero,
Si corlesfa ea vm h faallt;
Yo aof Aja, lia vcnliira,
CatilivB del fot r te Andalla.—
Arremelriii Doa Bodr¡|0
Fonienda al -riitrc la tañía,
Loi cDitro vienan £ él
Y cada cual le eacontraba.
. No le mueven de la aill«
-Y él á ano derrotaba.
VncWe furioM i tof (reí
Poniendo mano i la e*pad«,
Di¿ al uno lan recio gotpe
Que en tierra lo derribaba;
Los dos le vuelven buyendv
Y ¿1 dellos no le caraba.
A la dama le volvia
Por aaber'lo que pisaba,
Mas la dama temerosa
No le responde palabra.
Antes por la espesura
Iba buscando i lu Audalla.
No coró mai de seguirla.
Mas en Castilla ae entraba,
Y asi hiio buena obra
A quien la pens¿ hacer mala.
Acabada la biUlla
Por .el de Vivar pedida
Contr^ los aleves Condea
Que le afrentanon sus fijas,
£1 noble Iley Don Alfonso,
Que el suceso honroso estima
Que hajra sido por el Cid,
Como el que tenia justicia.
Con Jos Ires fuertes gueireroa
Que por él lidiado habiin
Y alcanaado la victoria,
Asf escribe al Cid Roy Diai;
*<A vos, el Cid castellano,
■ El. de la espada temida,
■ Peililcncia de los moros
«Y defensa de Castilla,
»A vos i quien guarde el cielo
»Ea próspera y Larga vida
>Para que estemos seguros
hDc la enemiga morisma,
■ A yiM el Bey Don Alfonso
■ Salud por esta «s «nvia,
■ Como vn««o -mm» amigo
■ Aunque enemigo* resistan.
• El luceto del combate
rQae se ha hecho en esa villa
• De-Caivlon por el orden
■ Que se dio en las Cortes mias,
■ Os lo escribo por mi mano
■ Y va con mi sello y firma
• Porque sea testimonio
• Verdadero y sin malicia,
• T que en la edad venidera
■ Como fue se entienda y diga,
• Sin que amistad á respetos
• Hagan que acorten li acidan.
• Luego que fueron las Cortes
• En Toledo concluidas,
• A esta villa no* partimos
■ Por lo* do* Condes pedida.
■ Su demanda ái^ aosptcfaa
• Por ser en *n tierra misma,
• Qoe tierra que cria aleve*
' No *in recelo *e pita.
Dg.l.zedt>>COOgle
uTt> aHgnré wte'reuh),
■ Purqae i los tres que venian
■ Por vos i lidiar con ellos
■Guardé can la guarda mia.
H Siempre los tuve delante
■CoDociendo bien que habia
■ De la parle de los Condes
>Mas traición qae valentía.
■Llegd el plazo j dia as¡i;nada
■ En que habían de ser vigías
■ La )asiicia y la raían
■ Lidiar con la alevosía.
■ Hizose na fuerte palenque
■ Cerrado, y pnestoa enciúia
■ Asientos y seis Jaeces,
■ T enfrente mi real silla,
■ A todo estuve presente
■ Porque en ni ausencia nodigan
■ Que el rostro escondí al efecto
■ En qae el bonor vueso iba,
■ Porque no (a bien aitnellos
■ Que Tueso daño codician
■Qae os falta el Rey D. Alfonio
■ Como no os &llá en la vida,
■ Attitqae por malditos medios ,
■ Traidores nos revolvían
■ Vuesa lealiad condenando
■Con envidiosas mentiras:'
■ Advertido desle engaño,
■ A maldades conocidas
■ Les cerré el oido á aquellos
■ Que os coadenaban en vidaí
■ He querido que entendáis
■ Que sn maldad entendida
■ Hago el honor vueso mió,
■ Cual lo mostré en la conquista,
■ Qpe yo propio y i mi ladO'
■ Metí los tres que venían
» A defender vnesa caasa,.
■ Que yo llamo propia aüa.
. 165
■ Puestos por mf en el palenque,
■ Los dos Condes i la mira
-Y Suer Goaialez su lío
■ Llegaron cual convenia
■ De fuertes afinas cubiertos
■ Con muy grande compañía
■ De parientes y de amigos
■ T el puebla que los seguía.
■Cuando yo vi- tanta gente
■Qoe en torno i todos aeguia,
■ Temí el seguro no fuese
■ El robo de las Sabinas.
■rMandé sentar á los Jueces,
■ Tyo tomando mi silla -
■ Sosegado el alboroto
■ Fue de mf esta raion diiiha:
■ Condes, las fijas del Cid,
■ por vos sin causa ofendidas
■ Con la traía mas soáz :
■Que se ba visto ni hlay escrita,
■Demandaron la venga naa
■ De so afrentosa ignominia
■ Al Cid su padre, queatpunlo
■ Salió i ella por sus G)as.
uPidió campo á.'taJos tres
■ Para que en él fuese visU
■ Como quedaba su. ofensa
uCon la sangre vbesa limpia.
■ Respondisteis qua.con él
■ La batalla que os pedia.
■ Mo queríades fater
"Porque yo lo ayudaría, .
■ Que enviase á quien quisiese
■ Que sobre la causa miima
■ Con vos ficiese batalla
■ Según fueros de Castilla
■ Estos tres nobles gwerrefoa
■ El Cid por su parie enyia»
o Que yaen el campóos aguanJaOi
■ O* retan y dettífian..;
Dg.l.zedt>>COOgle
i>Hace¿ voeslrft oUigacian
nQae Mlaqneoa faena yobliga,
vQuc es tiempo qae la« ruonei
KQaUiíroQDie átr reipnuta
■ Y de inf no siendo oída
hA dar principio al cómbale
■ Fueron annque lo temían.
■ Partidles el campo largo
■ Un rey de armas con insignias
hDcI terrible ministerio
xQue administrándotts iba.
■ De Ires eii tres en sos pncilos
■ Se pusieran, recogida*
«Las riendas á los oballoi,
uLas lenrjis apercibidas.
nConlra el Conde D. Fernando
>Qae i la. victoria se aplica
■ Martin Antolínea fue
sFuego echando por la vista.
■ A Don-Dief;o, el otro hermana
■ Qaeenirendióla horrible cisma,
uLe cupo Pedro Bermadea
■ Para la batalla esquiva:
■ Mnilo Bustos de Linzuela
■ Ardrando en honrosa ira
■ Se opuso coa Suer GoDialea
■ Autor de la alevosía.
■ Cuando vi tres contra tres
■ En doa hilaras distintas,
■ La lid de los Cor i acias
■ Se me Gf^ura que vía.
■ A este punto el ronco son
■ De la trompa les avisa
nQue den principio á la lid
■ Para el fin i\m pretendían,
u Arremetieron & una
hToiIos; la seAa.I oida,
HCada cual con el contrario
■ Que rnfrenle de sí tenia.
• Don Fernando y Anlolincz
• Que ignalmenle se herían
•Quebraron )untas las lansaa,
■ Firmes quedan en tas sitias,
• Mas desnudando i Colada,
•Después de mucha* feridaa
• Que Antolinei le dio al Conde
• Con desireca y valentía,
■ Le dio un golpeen to mas alto
■ Del yelmo, que las hebilla*
■ Fallaron y ta cabeaa
■Fue en dos parles dividida.
■ Derribóle del caballo,
■T el suyo dejando, encima
■ Del cuello se puso en pie,
■ Y el acero al pecbo afirma.
■ A esle punto un gran mida '
■ Se alió y una vulgar grita
■ Pidiendo no le matase
■ Cumpliendo con que se rind».
■ Fue poderoso el clamor
uDe aplacar la ardiente ira
■ Del vencedor animoso
■ Para dejsllo con vida;
■ Mas pnesto sobre ¿I de piea
■ A Pedro BermadcE mira
■ Que traia al Conde D. Diego
■Sin valor con que resista.
uDi¿Ie un golpe con Tíiona
■ Después de tener rompida*
• Las lanías, y fue tan fuerte
• Que hombre y caballo derriba.
° Pidióle misericordia
.Pidiendo en merced la vida,
nConfesando su maldad
• Diciendo que se rendía.
■ No dio oído á sus plegarias,
■ Mas la fiera espada hinca
■ Por el alevoso pecho
■ Con qne did fin ¿ an vida.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
>EI valien^ NuSp Biulos
b¥ Suer Gontalez querían
»Cada uno de por si
sLa victoria de aquel día,
BÜuró mucho eile combale,
vMas la Jualícjk diyioa
xDiii victoria á Kaño Bustos
■•Como á quicD tenia ¡uslicia.
>.Alrave*ó i íu contrario
«De parte i parte, y fui/ grima
>. Verle venir del caballo
■ Cayendo la boca arriba.
■ Con esto »cab¿ el, Cucábale
mY lof vencedores grjian
i>Si habla que hacer i^as
hO mas traidores que rindaa.
B Respondieron les que no,
hQuc la victoria (enian
"Ganada coipo,valienl,u
■ Sin haber quie? ^e lo impida.
oDos cap» y un pregonero,
■ Puestos á este punto encima
■ Det palenque, resonaron
■ ¥ U victoria os aplican.
167
»Glreyd« armas CQn mi. gnard»
oA los vencedores guian
uAdonde los aguardaba^
bTo y toda mi compañía. '
■ Lnego dieron los Jueces
uSenlencia diBnitiva,
"Que por Irsidores infdacs.
■ De huoor los inha'bílilai).
uEsta sentencia fue al panto
■ Confirmada y queda escrita
■ Para qae pueda dar íé,
■ Sin la roía, coa, seis firmas.
■ Buen, Cid, ^sto es lo que pas»
■ Sin que falte ni se añida,
■ Sin qae odio ni Btnislqd.
■ Fagan qoe otra co^a escriba.
■Ved si no CLiiedaÍ,s 9041^^010 .
■ Y queréis que se prosiga .
■ Contra todo su linsge
■ Sin de)itr. persona viva.
■ EncoDj^ndadme á Jfjpena . , ,
■ Y abrazadipt- á vne^S fijas, ,'
■ Y decibles que de'iiseya ..
■ Su pausa toma.fttr pU-V ..
De aqiiese buen Rfy Alfonso
Los, del Cid se dieipediaa
Para volverse á sus tierras
Pues ya vencidos tenían
A los Condes de Cardón
Por el aleve que baciap. ,
Llegados son á.Valtmcia
A Ao el bufu C^d rrsidia:
Gran placer hubo con ellos,
Mfry gran goio y alegrís,
Muy mayor. cnaiido dijerou
Coiuo el buen Rey ifado había
Por alevosos loa Cojides
Y i Don Suer.qtwjlosimi^a,
HÍQCado se babiík d(t faiincios.
Las manos puestas arriba,
Grandes gracias da i Dios
Por la vénganla que había
De los malos yeriiof sg;p9 ;;
Y el, tío que los regia.', ,
A J)«ija;Ximena G04MA .
Muy alegre le decía:
De tan grande villanía .
Como ficieron IoS'(|^ondes
A nos y á tas ntWM* fijas.-— '
Dg.l.zedt>>COOgle
168
Cnindo tos i}u oyeron
Lo qne tanto oír querian,
BecibieroQ gran placrr,
El mafor que ser podia.
Muy gran loor dan í Dios,
Graciai grandes le rendían
Porque vengd lu dethonra,
Y con loi braioi corrian
A alMvur «I buen Bermodes
T i toda la compañía;
Besar leí quieren las manos
Del placer qae ende habiau.
Muy grandes fiestas bicicron
Qne duraron ocbo días,
Porqne Dios les di¿ vengaaEa
De los que el mal cometían.
—Erguios, no estéis postrado,
Que no es justo ni raxon
Que eslí ante mi de fino jos
Quien Beyes afinojó.
Cubrid las canas honradas '
De grande prez y valor,
y del mas leal vasallo
Que tuvo Rey ni señor.
Quedaos á yantar conmigb'
Que me fareia gran favor,
T me tendrán las viandas
Deste yantar mejor pro. '
Y desque hayamos yantadú
Vos quiero íacer favor
De contaros de la enmienda
Del tuerto de Carriun;
Mas quiero facerlo loego,
Sabed que le plago á Dios .
De guardarles sendas Beyea
A £1vira y i Doña Sol:
Ser< en las bodas padrino
Pues casamentero soy,
Porqoe para fijas vnesas
Los tales padrinos son. '
Alvar Fañea de Minaya
Vueso presente nos di¿,
To y ñusco le recibimos
Con gran talento y amor,
Y por primeras mercedes
Bien dignas de quien vossOis,
Mando que no haya cadera
En vaesa comparación
'Sino fuere cual yo Rey
O dignidad superior.-^
Esto dijo el Bey Alfonso
A ese buen Cid Campeador.
;5. por Sepú¡t)eda (i).
Rodrigo Diat de Vivar; Como bueno guerreando,
Nombrado el Cid castellano, Vivía á placer en ella
Después que ganó & Valencia Siendo temido y bonrado^
(i) Coniiene toda ¡a fuilbriit.de to$ Caniles de Carrion gut
lacian con el Cid. Solo te pone este mal romance por ser uo retí
varios anteriores, x parifué.skve para su mt/or inttiigineia'
Dg.l.zedt>>COOgle
Teniendo en su compiSfa
Sú nager que tanto ha amado,
Llamada Xioiena Gomei
Hija del Conde Loianot
Qae Don Gómez de Gormix
Por todoi era llamado,
Con sni doi bijas doncellas
Hermosas en ignal grado.
Daba i Dios crecidas gracias
T al Apóstol Santiago
Porque lo faa favorecido
T tenido de an mano
Eb vencer tantas batallas
T en aatir dellas tan aaUo,
Ganando tanto i los moros
Cnanto ningano ha ganado.
Estas naevaa en Caalilla
Mucho se ban publicado.
Los Condes de Garrían
Ambos tienen acordado
De pedirle a) Rey Alfoaso,
Hijo del Rey Don Fernando,
Qu'el Rtj hubiese por bien
Al Cid enviar mandado
Pidiéndole sus dos hijas
Para estos dos hermanos.
Que se caskrán con ellas
Porque son de alto estado.
De loa buenos de le tierra,
Y aun de los mas mejorados.
Por bien ha tenido el Bey '
De hacer lo sn plica do:
Mensajeros hilo al Cid
Con quien envió sn recado:
Bogábale i^ue en Rtqneiia
Ambos se hayan ¡untado.
El Cid que vido las (»rtas
Hase bien aparejado,
T el día que mandé él Bey
A Beqoena babiv llegado. -
«6:9
El Rey que vido al buen Cid
Luego lo había abrazado.
Preguntó el Rey á Rodrigo
De las guerras en que ha andado:
Dióte dellas larga cuenta
Como su vasallo honrado.
El Rey le dijo: Buen Cid,
Mucho por cierto he holgado
De vurstras grandes victorias
T haberes que habéis ganadOj ~
T de veros que estáis viejo
Me hago maravillado.
— Bue nBey.respondieraelCid,
Los trabajos lo han causado
Que me han dado tantas guerras
Y las lides en que he andado,
Que un día no he yo tenido
Que pueda llamar descanso.
Gané, buín Rey, á Valencia
Donde hobe muy gran algo:
Todo es vuestro, buen señor.
Todo está i vuestro mandado.
Dios os lo gnarde, hnen Cid,
Pues tan bien forra ganado.
Muy bien rae puedo alabar
Que Ids Beyes que ban pasado
No han tenido en los sus tiempos
Ta) vasallo y tan honrado.
Valiente por so persona.
Ni Isn bien aforlunado.
Lo que agora ói quiero, Cid,
Por mi vos será contado.
Los Condes de Carrion
Ambos me bao suplicado
Que á Doita Sol y á Klvira
Se las entreguéis de grado
Para que casen con ellas,
Porser bijas de hombre honrado.
No rehuséis. Cid, mi ruego
Pues que vtis ^uc yo las casor
Dg.l.zedt>>COOgle
170
Que li nul estadal faercn. ,
Yo me temé por colpado.— ■
£1 Cii) reiporidió; — StSor,
Ellas aoD ao el vuu(ro mando,
Dellas y de mí podréis
Hacer muy bien vueairo grado.
Vo», bucD leñor, las caséis
Camo lo habéis raionado,
To dello aoy muy conleulo,
Alegre aoy y pajado.—
Mucho el Bey «e lo agradece,
Y toa Condes han llegada.
Besan las manos al Cid
Por esto que ha otorgado.
El Rey se vuelve á Castilla,
£1 Cid 4t tornó á su estado,
A la muy noble Valencia
Que á moros bobo ganado.
Los Condes llevó consigo
T al qtie los habia criado
Para celebrar las bodas
Qu'el buen Bey ba concertado.
Andando por sus jornadas .
A Valencia habían llegado,
T Doña Ximeua Gómez
Moy gran placer ba cobrado,
Y gran placer ambas bijas '
Con el buan Cid han tomado.
Aquese buen Alvar Fañei
l,aa doncellas ha e'ntrpgado <
A .loa dos hermanos Condes
Como el Rey se lo ba mandado.
Don Hierónimo Arzobispo
Luego tos ha desposado.
Fechos ya. los casamientos
Fiestas se babian ordenado
De justas y de torueosi
Los moros con los cristianos
Todos están con placer
En muy sublimado grado.
La forlona que es avicH
No deja cosa en su estada:
£1 Cid tiene nn gran León,
Muy grande es y denodado,
Y estando el buen Cid durmieuilo
El León se babia soltado.
Por descuido de su guarda
Y no por serle mandado.
El León con muy gran furia
Donde esti el Cid babia entrada
Y donde cataban los Condéa
Ambos las tablas joga^doi
Como vieron al León
A bair babian echado.
A) ruido de laa voces
El buen Cid ba recordado.
Antes estaba durmiendo
Echado sobre el su escauoi;
Visto por ét el León
Una gran voz le habia dado,
£1 León lo conoció.
Donde estaba se ha tornado:
Los Condes quedan corrido*
Y ambos mny afrentados
Creyendo qu'el Cid babieie
Hecho lo que cs ya contada,
Y coo may mal pensamiento
Del bupn Cid han murmarado.
Hablan los. dos en secreto»
Con su tio habiau hablado
Que se despidan del Cid
Para Castilla su estado, .
Y que lleven sus mngerea.
Con quten.se habían desposadoi
Y pues no pueden del padre
De la . afrenta s«r ■vengados, .
Se vengiten en sus doa hijas
Y qaedarán bien pagados.
Con aqve'sle mal aauerdo.
Al bueaCid así han hablado:.
Dg.i.zedt>> Google
-—Licencia nos dad, acBor,
Que tenemos acordado
De nos volver á Castilla
A estar en nuestro Condado
Con ambas nuestras mageres:
Nuestro padre lo ha ruaiidndo— •
El Cid les did la licencia,
Aunque se hubo recelado
De que estos dos yernos suyos
No faubieten concertado
De matarle sus dos bijas
U otro gran desagoisado.
Porque los tiene por bombres
No bien acondicioaados;
Mas por cumplir lo qne debe
En ello no puso embargo,
Y con sus geiiles guarnidos
Su camino han comeiuado.
Como el Cid tiene recelo /
Aqueslo habia acordado:
Llamd i su sobrino Ordoño
Y luego le había mandado
Qne vaya tras de sus hijas
Cubierto disimulado,
Y que vea muy bien visto
Lo que hubiese pasado.
Porque el corazón le dice
El mal que le esti guardado.
Los Condes con sns rongeres
Por su camino han andado.
Por los lugares do van
Eran muy bien hospedados
Porque los seSores dellos
Del buen Cid eran vasallos.
Andando por sus jornadas
A Tormes babian llagado
T entre loa robledos dál
Las damas han apeado,
De las ínulas en que van
AI suelo las han bajado.
171
Mandan primero 6 »a geale .
Se hubiese adelinlado.
Por los cabellos las toman
Habiéndolas desnudado,
Arrástranbs por el suelo,
Tríenlas de uno. i otro lado,
Danles muchas espoladas,
En sangre- las han bañado, .
Con palabras injuriosas '
Mucho las han denostado.
Los caba;rdes caballeros - -
Por muertas las han dejado,
Diciendo: —"Hijas del Cid,-
En vos seremos vesgadoa,
Qne vosotras no sois laJes .
Para con ñusco casaros;. '
Pagaríisnos las deshonras
Que el Cid á nos bobo dado '
Cuando soltara el Le¿it
Y procuraba matarnos.-»-
En medio de aquel robledo
Atadas babian quedado. -
Signen ambos su camiao, '•
A abs gentes han llegado, - . -
Las genle» í sus señores
Por (Mas han preguntado: -
Ambos Condes respondieron <
Que quedan i buen rccando. '
Las señoras muy cuitadas
Muy gran llanlo han
Alharidos dan al cielo
Su desdicha lamenlandii,
Diciendo-: — Condes trsidoresr
Cuin mal que lo babeia aiado '
Siendo nos hijas del Cid-
A quien habéis deshonrado,'
Tal es él que venga rí ■
La traición que habéis obrado. .-^'
El llanlo qire están haciendo
Don Ordoflo lo.ba eicuchvd».
Dg.l.zedt>>COOgle
172
Y 6 Ui voces que •atbat Sku
Donde eilBD htbia llegadis
T coando vido i lus primas
I^ cara se uti arañafido.
Mesaba los sos cabellos,
Grandes voces t*ií dandOr
A los Cotidrs alevosos
A grandes gritos llamandor
Porque i las tales señoras
Se bace lal desaguisado, .
Mayormente liendo bijas
Dean padre lan estimado;
De tan grande alevosía
£l se bari mny bien vengado.
En las ramas de los robles
A las damas babia cebado,
Cabriolas con sn vestido.
Allí las había deisdo;
A buscar va do Us ponga
Para que eslen i recado.
Ventura le deparó
Casa de un labrador honrado
T muy servidor del Cid,
Que veces lo hubo hospedado.
Ordoño y el labrador
Al robledo babian tornado,
T donde dejó sus primas
Allí las habia bailado.
Hévaolas i aquel lugar,
Qoe es secreto J apartado:
All[ son bien acogidas
Desle labrador honrado
X de su mager y hijos.
Todas bacian su mandada.
Dnn Ordofio habló con elUs,
DesU suerte ha rasonado;
' — SeBoras, yo quiero ir
A Valencia nuestro estado
A decir al vuestro padre
Es^o que os ha pasado.
T que vcHKOe Tuestrft injaria
Pues que tanto le ha toc»do.->»
Ellas lo hnlHeroii por bian,
Su viage ha comentado.
Andando por sus jornadas
A Valencia habla llegado^
T en presencia del buen £id
Grande llanto ha comenawki;
Contóle lo acaecido
Sin palabra haber faltado.
El bnen Cid como discreta
Muy bien lo ha di si inn lado,
Que lo que espera vengaosa
No conviene ser llorado.
Su mnger Ximena Gomes
Esquíen mas pena ba mostrada;
Lloraba de los tvt ojos,
Fuentes se le habían lomado.
Macho la consuela el Cid
Como discreto y honrado.
Con las cosas que le h* djcko
Mucho la ha consolado.
Despachó sus mensageros
Para ese Rey caslellano, '
Al cual le hace saber
Aqaeste hecho malvado.
Pidióle qoe haya por bien
Que dello se haya vengado,
T para que baya efecto
LicrDcia le ha demandado
Para venir i Toledo
Do el Rey eslá aposentado.
£1 Rey que sopo el negocio
Gran enojo bahía cobrada
De los Condes y sn tio
Que'los hubo aconsejado:
lÁ licencia que el Cid pide
El Bey se la babia otorgado,
Y el Cid con sos caballeros
A Toledo había llegado;
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Fue ie\ Rey bien recibida
CuaV merece tal criado.
Propuso el Cid »a raBon-
Cono hombre sabio y hoarado;
•^Bíen labeiSi.Beyíai se&or,
Que soy yo vuestro vaasllo,
Crióme el Rey vuestro padre
Y Don Sancho vuestro hermano.
A ambos yo los serví
Como muy leal criado.
Muchos servicios les hice
Y fui por vos desterrado.
Por vuestro mando, scQor,
Mis biias bube casado
Con los Condes de Carrion
Do se cumplió vueso grado.
Diles yo de mis haberes
Coa que fueron muy honrados,
Dites Tizona y Colada
Las espadas de mi lado.
Ellos sin cauia ninguna
May malraetiabiandeshonradoi
Deiaron^s mis dos bijas -
De fuenb de lo pablado,
Y como á malas mogeres
No hijas de padre honrado.
A vos, buen Rey y señor,
Conviene me hagáis vengado.
Vos fuistes quien las caiastes,
Yo bjce vuestro mandado.
Que no á mf solo los Condes,
Mas á vos han injuriado.
Hacedme, buen Rey, justicia
Que á vos tolo es esto dado,
Que «i por las armas fuera
Ya ellos fueran' casti{pi dos. -^
El Rey respondió:-^ Buen Cid,
Vos Id habéis bien raionado
En lo pedir por justicia
Sin haber muertes ni bandos,
173
Questa tanto se ús bari
Como quedéis bien vengado.'^—
m Cid las manos al Rey
Por la merced le ha besado, .
Y para qae 'se cumpla esto
A Corles había llamado,
Mandando que en treinta día*
Todos se hubiesen juntado.
Dentro del tiempo que es dicho-
A Toledo son llegado*
Los Condes con sus parientes.
Que son muy emparentados.
Estando allJ todos juntos
El boen Cid ha raEooBdo:
Ante vos, buen Bey Alfonso,
Pido á los Condes mí algo.
Pido i Tisona y Colada
Que yo les bube prestado, .
Pues que no hay causa ninguna
Las tengan contra mi grado. — ■
Los Condes dicen tenerlo,
¥ el Bey ha determinado
Que todo se vuelva al Cid
Pues' 'es snyo y bien ganado.
Esto fue luego cumplido , : .
Como el Cid lo ha demandado,:
Y luego se puso e
está r
indo
Echando mano & su barba.
Con semblante denodado:
—Condes, ante el Rey presenit
¥ grandes de su reinado
Vos repto por alevosos.
Pues que dello habéis- nudo
En deshonrarme mis hija*.
Señoras de alto estado,
Sin tener causa ninguna^ -
De ansi las haber tratado
Como, Condes, la* Iratasles
Ea Tornes eje collado:
u3i.z.iit>,Googlc
i7i
Pero p*f|irroeto h«ía
T'«l int os hubo coniBJkdoi -
Loa dos Condes y su tio
Attdin MOOMS bascindo; -
Pero no las hallan talca
Que se hai;an disculpádoj.' -
El Reyoidaa lai parte*
Aqu«»to ka. delerminado:
t*Qae loa Condes ; su lio
■ Con olrM tre* en el campo'
■ Lidien como cabaltemí,
■ Qne allf se verá el cnipado.'
Aqneilo» fneron Bermades
Con aut doi primo* herminoj
El Cid se volvió á Valencia
Siendo «qneslo f» acordado,'
En el plato que el Rey paso
Aqaellos han batallado.
Los Condes quedan vencidas
Coa *a lio ya nombrado; '
Confiesan ser alevosos
T portales fueron dado*.
Quedaron Un abatidos
Qae hasta a|;«ra son reptados,
¥ por esta alevosía
El Bey les qnitd el estadi
Los cabalteros del Cid
— A Valencia se han tornado.
Son del Cid bien recibidos
Como qaien los ha criado^
Cuántanle de la justicia
Que el Rey Alfonso ha usado
Con los Condes y sn lio, -
Y todo lo qne es pasado, '
£1 Cid da infinitas gracias
A Dios que lo faa bien veniado,
Agradccid miicfao al Rey
' Lo que con ét se ha usado.
Estando el Cid mny temido,
I. Sus hijas le han demandado
Un Infante de líavarra
¥ otra de Aragón reinado,
¥ del an ayuntamiento
Un hip'se ha procreado:
Deste proceden linages
Que hoy aioilen mas sablimados;
Donde podemos notar
El mal ser bien castigado, .
Y aquel qne usa del bien ■ • ■
I, Por Dios es galardonado:
Lo mismo cOnleciú al Cid i
En el caga que es contado.
Llegj ta fama del Cid
A los confines de Pcrsía
Cuando andaba por et mundo
Dando r<ion de quien era,
Y como lo oytS el Soldán '
Un presente le apareja.
Cargó copia de camellos
De grana, pdrpura y^sedaSf
Oro, plata, incienso y^ mirra.
Con otras machas riquetas^
Y con un pariente suyo
De los de sn casa y mesa
Le envia al Cid el présenle
Diciendo desta manera:
' — Diris á Roy Diaz el Cid
Que el Soldán se le encomienda.
Le tengo grande querencia,
Y por vida de Mahoma
¥ de mi real cabeía
Dg.l.zedt>>COOgle
Que le diera mi corona
.Solo por verle en (ni tierra:
T qne aqnese don peqoeño
Reciba de mi grandeza,
£a'aeñ:il que aoj *U amigo
Y lo seré haala
Eli
taó el I
. JO poco llegó á Valencia,
Piditodo licencia al Cid
Parn hablarle en sa presencia.
El Cid salió & recibirlo
Antes de sallar en tierra,
Y cuando io viera el moro
De verle delante tiembla.
Empero i darle el recaudo,
Y como á darlo no acierta
De turbado, el Cid le toma
La mano y asf dijera:
Bien venido i mi Valencia,
Si tu Rey fuera cristiano
17S
Fuera ya í verle i su tin-ra.— —
Con ratas y otras ratones'
A la cfndad ambos llegan,
Adonde los ciadadanos '
Ficieron tony grande 'fitítld.
El Cid le mostró so caaa,
A SUS' fija* y á Ximenai
De <{oe el moro esli espantado
Viendo tan grande riijUen.
Estúvose algunos diaa ■
£1 moro bolgiiidoSe en ella
Hhila que se qniso ir
Y pidió para ir liceitc!a.
En retorno del presente
Que del Soldán recibfet-a,
Otras cosas le envia el Cid
Las cnales allí no hnbíerá.
Despedido que fué el morOi'
rigo c
:■ Xiro
Se quedó y con sus dos fijas
Dando á Dios gracias inroeasas,
77- por Sepátaeda. (i)
Muy doliente estaba el Cid,
De trabajos muy cansado,
Cansado de tantas guerras
Como por i\ ban pasada.
Nuevas le fueron venidas
Que le ponen en cnidado
Que el Rey Bucar , fuerte moro,
Sobre Valencia ba llegado.
Treinta Reyes trae consigo,
Valientes son y esforzados.
Con mucha gente degoerra,
De í pie son y de á caballo.
Ecbado estaba el buen Cid
Sobre su cama acostado,
Pensando estaba cnídoso
En fecho tan afamado,
Suplicando i Dios del cielo ^
Que siempre estj de sa bando,
Y de peligro tan grande
Con honra le saqae i salvo.
Cuando el Cid no se cató
Un hombre vido i su lado.
El rostro resplandeciente'
Como crespo y relumbrando,'
Tan blanco como la nieve
Con olor mny sublimado.
(i) Et el mitmo que dice: Estando en Valencia A Cid.
Dg.l.zedt>>COOgle
176
I}(¡ote:^¿Dnerinc3 Rodrigo?
Recaerda y está velando,—
D(io)eelC¡d;-~¿Qai¿n*o>*vos
Qoe aal lo hkbeii preguntado?
— —San Pedro llaman i mí
Príncipe del Apostolado:
Veogo i decirte, Rodrigo,
Otro que no estás cuidando,
Y es qae dejes este mundo.
Dios al otro le hi llamado
Y i la, vida qne no ba fin
Do están los Sanios holgando.
Morirás en treinta días
Desde hoy que esto te fahlo.
Dios te quiere mucho, Gd,
Y esta merced te ha otorgado
Y es que después de tu muerte
Venzas á.Bucar en campo.
Tus gentes habrán batalla
Con todos los de sa bando,
Y esto será con ajruda
Del Apóstol Santiago.
Tit, Rodrigo Campeador,
Fai enmienda á tu pecado.
Porque mnerlo qne tú leaa
A la gloria seas llevado,
Que Dios por amor de m(
Ha todo aquesto ordenadt^
Porque honraste la mi casa
Do Cárdena era nombrado.^-*
Cuando lo oyera el buen Cid
Gran placer habia tomado,
Salló laego de la cama,
Xh rodillas se ba postrado
Para besarle los pies
Al buen Apóstol sagrado.
Dijo San Pedro; — Rodrigo,
Aqneso es ya escusado
Queá mí no podrás llegar,
No te Iraluies en vano,
Mas ten por cosa muy cierta
Aquesto que te be contado.
Esto dicho, el santo Apóstol
A los cielos se ha tornado;
Rodrigo quedó contenió,
Alegre y muy consolado.
Dando á Dios crecidas gracias
Por lo' que le bahía otorgado.
;8. (Anónimo).
En Valencia estaba el Cid
Doliente del mal postrero,
Que agravios en pechos nobleí
Pueden mucho mas que el tiempo.
A su cabecera tiene
Religiosos. y hombres. buenos,
Y en torno de su persona
Sus amigos y sus deudos,
Coyos semblantes miranda
De dolor y cuita llenos.
Con tan sesudas razones
Así conhorta su duelo: ■
—Bien sé , mis buenos amigos.
Que en tan duro aparlamienlo
Ho hay causa para alegraros
Y hay mucha para dolergs;.
Pero mosirad mi enseñanza
COnIra los adversos tiempos.
Que vencer á la fortuna
Es mas que veficer mil reinoa.
Mortal me parió mi madre,
T pues pude morir luego.
Lo que el cielo dio de gracia
Non lo pidáis de derecho.
No muero er
Dg.l.zedt>>COOgle
Cuanto mas que alendo I ierra
El propia heredad del muerto.
No aiento el verme morir,
Que ai esta vida es destierro,
Los que á la muerte gniamoa
A nuestra patria volvemos.
Tan solo llevo en el alma
Que en poder de un Re^ vos dejo
En. quien vos podrí empecer
Qae trate bien mis soldados
Pues le defienden sus reinos,
T crea i piernas quebradaa
Maa qoe i sabios consejeros.
Que traiga stenipre en balanaa
El castigo con e! premin,
Qae la Irallad de vasallos
17?
Viriofl pone j pone miedo.
Que estime an noble leal
Mas que mochos falagüeños.
Que de mochos hornea malos
Non puede facer un bnenoj
¥ A quien menester bnbiere
Nunca le faga denuestos.
Ni pague servicios propiof
Por pareceres ágenos.
T non fablode agraviado,
Antes le quedo debiendo,
En eslo entrara Ximens,
Cuyo desaniparo viendo
Ellos se eiiiugsn los ojos
y el Cid di'jii el parlamento.
— La que i nadie no perdona
A Reyes ni i Kicoi bonies,
A mf fincado en Valencia
Llegó á mi puerta v llamóme;
¥ faliindome dispuesto
A sn voluntad conforme,
Fago as( ni lestamenio,
Y mi voluntad al postre.
"Yo Rodrigo de Vivar,
■ Llamado por otro nombre
»EI bravo Cid Camppador
>EI alma encomit'ndo i Dios
■ Y el cuerpo fecho de tierra
xMando que i au centro torne:
»Y después que sea finado, '
»Con los nnlos de los boles
sQue me tndonóelReydePersia
■ Unten, compongan y adoben;
D.Y pneslo sobre babieca
■•Tras mi seSa y mis pendones,
>iLo enieñedes a) Rey Bucar
uY á todos sos valedores.
■ Y mando qne i mi Babieca
»Lo sotierren y lo afoden,
uNon coman canas caballo
uQue carnes de canes rompe.
■ Y para facerme obsequias
■ Se junten mis infanzones,
uLos de mi pan y mi mesa
uLos buenos conqueridores.
»Y i la j»nta cofradía
•■Del rico Li laro pobre
-Mando el prado de Vivar
uEnde, ariupnde, y su qnÍ3oné.
ullem, mando que no alqnilea'^
■ Plañideras que me lloren|_
■ Bastan las de mi Ximena
■ Sin qne otras ligrimas compre.
12
L)ji.z.iit>,Coogle
i 78
kT en San Pedro de CcrdcíU
«Junio al Santo Puudore
■ Me fibriquen un ÍomI
sCon lu túmulo ie bronce,
■ítem, mando (|nc al Jodio,
■ Que enjfaüé eilando laii [lobrri
■ Lo t]ue pesare de ircoa
■ Lt den de piala otro cofre.
>T i Gil Diai lornadiio
■ Le maado mía femolariu,
■Mia coraiaa y «luijotea.
■ El noble Rey Don AKonao
■ Y el bnen ObÍ*po Don Lope
■T mi aobrino Alvar Fafies
■ Sran mis cábetadores.
■ Y lo demás de 'mi haber
■ Se reparla entre los pobres^
■Quesoaenlre el bombrey Dioa
■ Que de moro á Dios volvidse, ■Padrinos y valedoies.''
So. (Anónimo), (i)
'Coronadas de victorias
Atfuellai dichosas sienes*
Con un frió insoportable
£1 buen Cid esii i la moerte.
Presente se bailó Ssn Pedro,
Que quiso bailarse presente
Para mostrar que su vida
Mereció fin lau alegre.
DoBa Ximeoa le llora
Que roncho su muerte sientCi
Porque si le qniso en vida
Mncho roas le quiere en rouerte.
Comentó el buen Cid sus mandas
Como vé que le conviene
Para el pro de sus criados,
De su alma, hacienda y ^ente.
Dice: — «Porque sé que Bocar
■ Con crecido poder viene
■Para cercar i Valencia,
■ Mando mi cuerpo se lleve
■ Bien armado y en Babieca
■De suerte que nie sustente,
■ Mi Tiiona en la una mano
■ T en la olra mi insignia llevej
■ Y roandoqne no se vista
■Nadie lulo, pues conviene,
■ Antes con ropa de seda
■ Grande ale|;ría se muestre;
■ Y que se toquen contino
■ Los instruoientos que hubiere,
■ Y se ponga en la ronralla
■ Xiroena, y consigo ilevc
■ Sus daross y las demás
■ Que mejor le parecieren,
■ Y qae mis gentes se vistan
■ De blanco, roorado y verde.
■ Acabada la batalla
■ Mando roí cuerpo se lleve
■ Con roi tesoro i Castilla,
■ El cual quiero que herede
■ MI inuger Doíla Xiroena,
■ Y desto el cargo le quede
■ A Don Gerónimo Obispo
■ Para que en todo dispense.
■ Quiero que cada hijodalgo
■ Después de roi muerte herede
■ Quinientos maravedís,
■ Y mil quien los mereciere.
(i) M atunlo dtl anterior.
u3i.z.iit>,Coogle
■pero BtrniiHlM mi primo
hEii do Ximen* estuviere
■ La «irva de mayordomo
■Si CD liempo le venciere.
■ liem, mando que las villas,
■ Catlillos y casaj fuertes
■ La* herede el Rey Alfonso
■Como al presente la* tiene,
■ Porque yo nunca gané
■Ciudades ni villas fuertes
■Sino en nombre y como suyi
■De mis señorea los Reyes.
■ Y no hago restitución
■ De ningún cargo de bienes
■ Alos Reyes de Castilla,
8 1. (Aadni
A la poslrimera hora >
Muy btigado en I> cama i
Ese hiten Cid Campeador i
Hoy quiere ordenar m alma, i
Y presente Alvar FaAez,
Qut es escribana de fama,
Y con él cuatro Icstígoi,
Asf comienia sus mandas.
"Mi alma quien la crió
■ Es muy justo qae la haya,
■ Mi caerpo i la dura tierra
■ Pues de la tierra fue planta.
■ A mi querida Ximena
■ Mando que le sean dsdas
■Las mis lierrss que gan¿
■Con mi valor y mi espada.
■ ítem, diez maravedU
■ Cada un aüo esl¿ obligada
■ A dar para, que se casen
«9
■Porqtte anlea «líos me deben
■ El tesoro qne he f;aslado
■ Peleando contra infieles;
xLo cual todo lo perdono
■ Sin que ellos nada me
■ ítem, mando que Babii
■ Despuesdemoerto le en
■ Porqi
^Iten.
■ Y & San Pedro de CardeSa
uMando que mi cuerpo lleven,
■ Que es monesterio en Castilla
■ Dondeqoieroque le enlierren;
>¥ á Dios pido me perdone
■Cuando desie mundo fuere."
»)■(■)
■ Huárfanas desamparadas.
■ ítem mas, siete reales
■ Den para bacer una casa
■ Donde huéspedes reciban
■ Que peregrinando pasan.
■ DoBa Sol, mi hija mayor,
■ Mando que sea mejorada
■ En veinte maravedís
■ Y ei
■ I tea
■Un
■ Que fué del Rey de Valencia
■ Guarnida de hoja d« lata.
■ A Martin Pelaei le manda
trotón y dos lansas.
Mi sayo con mi jubón,
>Y juntamente mis caltas.
Tres reales temando i NnSeE,
Pero en obligación haya
1 loda
>BI
(i) Como el aaltrior.
L)ji.z.iit>,Coogle
180
>De me decir treínla Mi«ai
■ Cuando deite mando vays.
■ Mando qae entre laia loldadoi
■ SeisrealíS se repartan,
■ Porque ruegucii por iii[ á D!a¡
■ En qaien estí mi esperanza.
■ Ilem, mando que mi cuerpo,
■Acabada la balalb,
■ Le lleven lufgo á San Pedro
■En uu atabad ú anda<, '
»T que anie el Aliar mayar
II Un rico sepulcro *e baga,
vAale qaien siempre den luz
■ Trci limparaa plateadas.
■ Para fábrica del templo
■ Y aceite, dejo por manda
■Catorce maravedí»
■Que el Bey de Córdoba paga.*^
La* obsequias funerales
Celebra DoAa X i mena
De Rodrigo de Vivar
En San Pedro de CardeSa,
Janlainenlc con sus fijii,
A quien el cielo hito Kejnaa
Satisfacipndo el agravio
Nt> debido & su inocencia.
Pone el cuerpo en una tumba
Mas .que su esperanza negra,
Y asf llorando le dice
Como si vivo estuviera:
-— jOb amparo de los cristianos!
¡Rayo del cielo en la tierra.'
¡Atole de la morisma!
¡De la Féde Dios defensa!
¿Ho sois aquel que jamas
Os. vieron la espalda- vuelta
Los disfraaados amigos
Que causaron vuestra aiuencla7
¿Ko sois el que desterrado
Por palabras lisonjeras
Allanó para su Rey
Mil castillos y fronteras? |
¿No sois vos quien sujetí
A la ciudad de Valencia,
Y el que venció en seis batallas
Sin alma mil almas fieras?
¡Ay amarga soledad
Cómo al sufrimiento easeSaa
A sufrir coutra justicia
Tan penosa y 11
No pudo pasar de aquí
ladre de fa )
Dbleí
Que sobre el cuerpo cayó
Desmayada ó casi muerta.
83. por SepdleCda.
Muerto yace ese buen Cid
Que de Vivar se llamaba,
Gil Diaz sn buen criado
Cumpliera lo que mandara.
Embalsamara sn cuerpo
color
Muy bermosa y c
Los ojos igual abiertos.
Muy apuesta la su barba,
Non parece que esti moerlc
Antes vivo semejabaj
¥ para que esté derecbo
Este ardid Gil Diaa osaba;
u3i.z.iit>,Coogíe
Paao el caerpo en nna ailli^
Una labia «n las espaldas
Y otra delante del pecho
7 á loi Udos se juntaban,
Llegaban bajo los brazoi
Y el colodrillo tapaban.
Esta era h de atrái
Y otra llegaba á la barba,
Teaiendo el cuerpo derecha
A niiiKiiii <^abo iiiclinaba.
Doce dias 90» pasados \
Después i{ne el C>d acabara;
Aderézanje 1a« gentes
Para salir á batalla
Con Biicar ese Rey moro
T contra la so canalla.
Cuando fuera media noche
El cuerpo así como estaba
lie ponen sobre Babieca,
y al caballa la ataban.
Derecho está y muy igual.
Estar vivo semejaba.
Calzas Heneen las sus piernas
De blanco J negro labradas,
Parecian brasonelas
De las que en vida calzaba;
Vistiéronle veslidara
Que el pespunte se mostraba,
T VI escudo puesta al cuello
Con su divisa ondeada,
Capellina en su cabeza
De pergamino pintada,
Parece que era de fierro
Según esli bien labrada.
En la su maiio derecha
La Tizona le fuá atada
Satilmeiite, á maravilla
Iba en la su mano alzada.
De un cabo iba el Obispa
Don Gerónimo de íam»,
181
Del Otra ?ha Gil Di»
El i]ue á Babieca guiaba.
Salió Don Pedro Bermndei
Con sella del Cid altada.
Con cuatrocientos Cdarges
Que con é\ van en su guarda;
Saliera luego el recuage.
Otros tantos lo guardaban,
. Saliera el cuerpo del Cid
Con gente muy esforiada.
. Ciento son los guardadores
. Que el cuerpo honrado llevaban.
Tras él va Doíta Ximena
Cgn toda la su compafia.
Con seiscientos caballeros
Qoe para guarda le daban:
Callando van y tan paso
Que veinte no semejaban.
Ta están fuera de Valencia,
Claro el dia se mostraba;
Alvar Faílea íaé el primero
Que arremetió con gran saSa
Contra el gran poder de moros
Que Bucar trae en su compaña.
Halló delante de sí
Una mora muy ga'llarda
Gran maestra en el tirar
Con saetas del aljaba
De los arcos de Turquía,
Estrella era nombrada
Por ta destreza que habia
En el herir de la jara.
Ella foera la primera
Que á caballo cabalgara
Can otras cien compañeras
Muy valientes y esfonadas.
Los del Cid las fieren recio,
Muertas en tierra quedaran.
Visto los había el Rey Bucar
Con los Reyes de ao banáa.
D3l.z«lt,,CO0glC
T qaedin maravillados
En ver la gente criatiana.
Setenta mil caballeros
Leí pareció que lle|{aban
Todoi blanco* como nieve,
T nao qae los asombraba,
M*i crecido que ñinga no,
En blanco caballo aadaba,
Crai colorada en et pecho,
En la mano aeílal blanca,
La espada semeja á fuego
Con qne á los moros llagaba;
Gran mortandad face en elloi,
Fnyendo van nut no aguardan
El Rcf Bucar y sus Reyes
Et campo desamparaban,
Camino van de la mar .
Do loi navio» estaban.
Los del Cid los van firiendo,
Ninguno habia de eicapa,
Eu la mar se ahogan todos,
Mas de diet mil se anegaban,
Que con la prisa que traen
Todos juntos no se embarcan.
De los Reyes mueren veinte,
Bucar huyendo se escapa.
Los del Cid ganan las tiendas
[ Con mocho oro y mucha plata,
£1 mas pobre queda rico
, De Id que ende ganara.
Caminan para Castilla
Como el buen Cid ordenaba;
Llegado* son á San Pedro,
De Cárdena se nombraba,
' Do quedó el cuerpo del Cid
B) que á EspaSa tanto honraba.
Si. (Anónimo), (i)
Mientras *e apresta Ximen!
Con algunos de los sayos
Para partir de Valencia
Con el silencio no turno,
T los nobles castellanos.
Mas valerosos que muchos,'
Con fingidas alegrías
Velan los soberbios muros,
Alvar Failex de Minaya,
Don Ordoño y Don Bermodo
Para la batalla aprestan
Del Cid el caerpo diTanto.
No le visten la loriga
Qoe i\ eu las lides trujo
Por cumplir lo que mandó
En su postrimera panto.
(i) M aianto dtt anitrior.
De pergamino pintado
Le ponen yelmo y escudo
V en medio de dos tablones
El embalsamado balto,
T de nn cendal claro verde
Vestido un tabardo justo,
Al pecho sa roja insignia
Honor y asombro del mondo.
Unas calías de colores
Goarnecidas de dibujo,
En lienio crudo pintadas
y ellas son de lienzo crudo.
El derecho brazo alzado
Al menos cuanto se pudo.
En la mano su Tizona
El limpio fierro desnudo.
Dg.l.zedt>>COOgle
DmU gaita 1c aprciUroBt
T cuando ■prestido catavo
Pavor lea ¿Ü de niiralle,
Tal se mural» de sañudo.
Trujeron pue* i Bablrca,
T en Riirliidole le puso
Tan trille como *i fuera
Maj razonable que bruto.
Alirople i lo* •nanea
FnertemcnlB por toa imialoi,
<83
T los pEea á lo» «atriliM
Ponjac rucien mas aegnrot.
Y í la lumbre del lucero
Que por verle se delavo,
Con su Capitán sin alma
Salieron al campo ¡unios.
Donde vencierou i Bncac
Solo porque & Dios le plofO,
T acabando la batalla
El aol acaba m cnvso.
8S. (Andnimo).
Vencido queda el Re; Bucar
Con todos tns aUe|;ados
Déla campaña del Cid
En el campo valenciana.
Para CaslllU caminan,
£t baeit Cid era finado.
Caballero va en Babieca
Con los suyos i su lado.
No llevaba armas ninfjunai
Sino sobre if unas pailoa:
Los que no saben su muerte
Por vivo lo babian juz{;sdo.
Cada vcE que bacen jornada
Quitábanlo del caballo,
Quedaba yerto y derecho
En la silla cabalgado.
La buena Ximena Goraei
Su mensaje habia enviado
A los parientes del Cid
Para que ven{;an i bonrallo,
T también i sus dos yernos
Que eran Beyes coronados.
En tanto que ellos venian
Alvar Ftñet ha Tablado
Que pon^n el cuerpo mnerto
En atabud y tapado,
Y con púrpura te cubran,
Con clavo* de oro clavado.
No quiso DoS* Ximena,
T así loa ha raionado:
El Cid tieneel rostro hennoHi,
Los ojos muy aseados,
Mientras eslfi desta suerte
No hay para que sea mudado,
Que mis yernos folj^arán
T mil fi¡as en sa cabo
De verlo como ahora está
Que non su cuerpo enterrada..^
Todos hubieron por bien
Lo que Ximena ba ordenado:
Don Sancho y también GaícU
Están al Cid aguardando,
T media legua de Olmed»
Todos se habian ¡untado.
Ese buen Rey de Aragón
Caballeros tiene armados,
Al revés traen los escudos
De los ariones colgados.
Las capas tratan uegrai
May grande duelo mostrando,
Las capillas traen tendida*
Según uso caslellano.
DoSa Sol y las sus doeBa*
Estamefla han cobijado:
u3i.z.iit>,Coogle
tu
Gran daclo qoerian h*cer
Mai aa midre lo ha vedadoj
Porque isí lo mandó fl Cid
Y ají ha de ser obrado.
E[ Bey y la la mager
Para el Cid habian ll«gado,
Amboj las maiioa le bciati.
De lo ver le faan espantado,
Que no semeíaba muerto
Sino vivo y muy honrada;
Muchos vienen á lo ver
De Castilla eie reinado,.
También vino Don Garda
Rey dése reino navarro,
Con9Íf;o,trae tu muger
Fija del buen Cid loado.
Las manos besan al Cid
Mochas ligrimas llorando.
Todo, van para San Pedro
Porque allí le han enterrado.
Aqapse buen Bey Aironso
Que ha sabido lo pasado
De Toledo se partiera
T i San Pedro había lle^o:
Saliéronle i recibir
Los si Cid emparentados.
Mincha honra fiío el Rey .
Al cuerpo del Cid honrado.
Mandó que no se enlerrast.
Sino que el cuerpo arreado
Se ponga junto al Altar
T i Tizona en la su mano:
Asf estuvo mocho tiempo,
Que fueron mas de diei aftoa.
En Bnrgos nacid el valor
Gloria y amparo de Espaita,
Que es costumbre en la cabeza
Poner la insignia roas alta.
Aquel qae vilortas suyas
De eterna memoria estampa
En los dos polos su nombre
Y el cielo da gloría al alma:
De qoien espaüoles Reyes
Tienen de su sangre tanta.
Que si duermen tos despierta
A la guerra y las hazañasi
El que i los hijos de Agar
Destruyeron sus espadas,
Y i siete Reyes venció
Después de muerto en batalla:
El valeroso y leal
A su señor y d su patria,
Qae hiao famosa i Hesperia
Y á las estrellas la cnsilui
A quien prodenles varones
Ponen solo enlN las armas,
Y por sus grandes proezas
Príncipe deltas le llaman,
Y moros sos enemigos
Por eicelencia llamaban
El invencible Rodrigo
Y seSar de la campaSa.
Y siendo cnan bueno fue
Tiró la envidia so lanza.
Mas las armas de virlud
El hierro snyo no pasan.
Que como sucede siempre
Quien mal anda mal acaba,
Y golpes de arma traidora .
A su mismo dueño mslan*
No padieron las traiciones
De muchos manchar su fama.
Que con la infamia de aquello*
El cielo se la limpiaba.
L)ji.z.iit>,Coogle
En San Pedro ¿t Car<leB« Qut como lo hiio en vida
Su cuerpo Ib tierra en»nch«. Allí limpoco le falta.
87. por Sepúlpeda. (1)
En Sanl Pedro de Cardefia
Está et Cid embaljamado,
El vencedor no vniciilo
De moro» ni de cristianos.
Por mando del Bey Alfonso
En su escaño »lá sentado,
Su noble y fuerte persona
De vestidos arreado:
Descubierto tiene el rostro
De f^ran gravedad dolado.
Su blanca barba crecida
Coma de hombre eslimadoi
La buena etpada Ticona
Puesta la tiene á su lado;
No parece qoe está muerto
Sino vivo y muy honrado.
Siete aBos estuvo ail
Como eslá ya ratonado;
Por so alma que es en gloria
Hacen fiesta cada afio.
A ver su cnerpo tan bueno
Mucba i;ente se ha llegado.
Fuera de donde esti el Cid
La fiesta se hiio un año,
Su cuerpo quedaba solo.
Ninguno le ha acompañado.
Estando drsta manera
Un ¡udCo habla llEgado:
Cuidando estaba entre s(
Deata suerte r
—Este es el cuerpo del Cid
Por todos tan alabado, <
T dicen que en la su vida
Nadie á su barba ha llegado,
Quiero yo asirle della
Y lomarla en la mi maoo,
Que pues squ( yace muerto
Por il no será escusado:
To quiero ver qué fari
Si me pondrá algún espanto.^—
Tendía la mano el judío
Para hacer lo que ha pensado,
T antes que á la barba llegue
El buen Cid había empuñada
A la íu espada Tlsona
Y un palmo la habitt aacado.
El judío que ello vido
Muy ^raa pavor ha cobrado:
Tendido cayú de espaldas
Amortecido de espanto.
Halláronlo allí caído
Losque en la Iglesia han entrado,
Agua le ec^D por el rostro
Para facerlo acordado,
Y vuelto que fuera en ti
Todps le han preguntado
Qué cota fuera la canaa
Da, verlo tan mal parado:
Él luego les declaró
La cansa de lo pasado.
(i) m ttíe r
ir eotocaa tomo
•j ni tí que tígue ton dt la vida dti Cid, pero
de tila porqut Itatart dt la mrmvitr dt ttte
Dg.l.zedt>>COOgle
186
Todos d*B ertcUa i DiM
Por el milagro contado
En M acordar que »a lierro
No quiao focM enlaciado
Por mano de aquel judio
Qoe tan mal la babia peniado.
CríitisDO ae voIvt¿ Inego,
Diego Gil era llamado:
Fincó eo tervicio de Dioa
En San Pedro el ya nombrado^
T en él acabó aai día*
Como cualquier buen criatiaao.
De Castilla
A Navarra con in gente
D.Ssnchoáquien dieron nombre
Por IOS hechoa de valiente.
Delante lleva el despojo
Que ganó sn brazo fuerlE
En las tierras de Castilla
Sin qne nadie le impidiese.
Triunfante, rico j contento
Por sus jornadas se vuelve,
Dejando á loa castellanos
Despojados de ans bienes.
Por San Pedro de CardeSa
Mandó que el curso enderecen
1.a escolla y la cabalgada
Para qne por allí fuesen.
, Como llegase la fama
Al Abad que en gnarda tiene
El santo cuerpo del Cid,
Aguardó que el Rey se acerque.
Aderezóse cnlrr tanto
Como en procesión solemne,
Y con la insignia del Cid
Sale para cnando llegue.
Al son de las roncas cajas
Marchando de siele en siete
Al Rey que llevan en medio
es. (Anónimo), (i)
larcbandv
Junto al Rey, qne ateg'Temelll*
En ellas ponía los ojoi
Como en su mayor deleite.
Yendo el valiente Don Sancbo
Marchando con sus gineles.
Llegó donde el santo Abad
Le aguardaba alegremente.
Puso tn tierra las rodillas
Diciendo:^ Rey, no desprecies
Mi raaon, ni á la voz mia
Tu justo oído le cierres.
Bien sabes, valiente Bey,
Y cuantos eilais presentes,
Que esa presa es de cristiano*
Y no es justo qoe la lleves.
Tras que tr.ien contigo
Son c
1 pont
Por tn áaño y con
Muy bien pudiera
La sangre que dellol viertes
Con que volvieras la espalda
A los moros qae nos vencen.
Mira, buen Rey, rala insignia
Que es del C id de quien desciéndela
(i) jf ifuai attmto dtt áe Stpihtda qut £ee • En Navarra «s Re|-
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
T pingotcla deltnle
Para qne e«a presa dtjeí.^
Conociendo el Re; la insigDÍa
Del caballo se desciende,
T en el luelo de rodillas
La salada de si a suerte:
¡Ob eslaudarle poderoio
De aqael yaroQ eacelenle
Que tai muro de Castilla
Y CDcfaillo de la muerle;
De quien tembló' la morisma;
Quien deshizo sos poderes;
Qoienvenció muerto al Bey Bu-
T tuvo vasallos Beju;
A qnien bablaban los Santos
187
Y le acompaüabaii siempre,
Y 1c alcanaaron de Dios
A vos y anic vos consagro
Como i quien tan bien se deben
Estos despojos de guerra
Y en vuestra templo te cncl-
guen.
Y en diciendo estas razones
Mandd qne los presos snelltiit
Y toda la presa junta
Al bendita Abad se enlregne
Por amor y reverencia
Del Cid, i quien se la ofrece,
Beconociéudole dinerlo,
Que nunca so nombre mnere.
^g. (Andnimo). (i)
—Por el mes era de mayo
Cuando hace la calor,
Cabellos de mi cabeu
Cuando cania la calandria
LlégaUme al corbejon.
¥ responde el ruiseñor.
Los cabello* de mi barba
Cuando los enamorados
Por manteles tengo yo.
Van i servir al amor,
Las nñas de la* mis manoa
Sino yo, triste cuitado,
Por cuchillo tajador:
Que vivo en «la prisión,
Si lo hacia el buen Rejí
Que ni sé cuando es de dia
Hácelo corao seBor,
Ni cuando las noches son,
Si lo hace eí carcelero
Sino por una avecilla
Hácelo coijio traidor.
Que me canlaba el albor.
¡Mas quiéi agora me diese
Matóla un ballestero.
Un pájaro hablador,
(i) Site romance vtrdadrrammle popular no habla del Cid, prro
ptrttnicr d la irrie de ta fiiiloria porgue Iraía de la muerte de Don
García dnpojado x opritionado por Don Sancho , j ai Cual Dan Alc/f
tQ Vt no yuifo dá' libertad para aprovecharle de la uturpacioa em-
petada por aifuel. JEttt aatnío le traía muj mal SeptUvtda itt.iM ro-
manee qu» diee: En el castillo de Lona.
L) i iiz^iib, Google ■
m
Siquiera fti«se calandria,
O lordico 6 ruÍMBor,
Criado fuese entre damas
Y avezado á la razón.
Que me lleve una embajada
A mi esposa Leonor,
No de Irnchas ni lalmon.
Sino de una lima sorda
Y de no pico Ujador,
La lima para los hierros
Y el pico para el lorreon!-
Oídolo habla el Rey,
e una empatiada Mandóle quitar la prisi
90. (Andnimo). (i) oiun:
Ese bnea Bey Don Alfonso
El de' la roano horadada.
Después que ganó i Toledo
En él paso su morada.
De do ganó los lugares
De moros qoe allí quedaban,
Montalban y Talavera,
Oropcsa y Mejorada,
Y la villa de Escalona,
A Maqiieda y Santa Olalla.
Ganó á Canales y. á lllescas,
Madrid y Guadalajara,
Alcalá y Tordflaguna,
AUceda y á Salamanca.
Ganó á Buitrago y Atienza,
A SIgüenza y i Berlanga,
T ganó á MedinacelJ,
Y ganó toda el Alcarria
De la otra parte del rio
Qne a^ora Tajo se llama,
Sin otros muchos lugares
Que allende el rio ganara.
Luego en ganando el lugar
De cristianos le poblaba,
Luego le hace su Iglesia,
Luego le pone campanas:
Déjalos fortalecidos .
Y i Toledo se tornara.
Elegido ha uu Ariobispo,
Don Bernardo se llamaba.
Hombre de muy «anta vid».
De leli-33 y buena fama,
Y de que lo hubo elegido
Por nombre le intitulaba
Ariobispo de Toledo,
Primado de las Espaítas:
Todo cuanto el Bey te diera
Se lo confirmara el Papa:
Desque ya tovo el buen Rey
Esta tierra sosegada,
A la Reina su mnger
En gobernación la daba.
Fnese i visitar su reino.
Fué á Galicia y su comarca.
Después de partido el Rey
La Reina Doña Coslanza
Viendo su mari
Pensamientos Ii
Nod,
Mas de salva
alm
Estando asi pensativa
El Arzobispo llegara.
En llegando el Arzobispo
Desla manera le habla:
(1) ' Támpoep tt del Gd, pera perleiuet d la hiitoria de tu tUwft».
Dg.l.zedt>>COOgle
Don Sernftrdo, ¿qnc haremoa,
Que la concieucu me agrava
De ver laeniuila de moros
La que rué Iglesia santa.
Donde la Reina del ciclo
Solía ser bien honradaf
jQuí inodo, dice, tememos
Que torne á ler consagrada,
Que el Rey no quiebre la fé
Que í los moros tiene dada? —
Cuando esto oyó el Arcobiapo
De rodillas se híucaba:
Alió tos o)os al cíelo,
Las'manos puestas bablaba;
-^^racias doy i Jesucristo ,
T á su Madre Virgen Santa,
De lo que yo deseaba.
QuilécDosela á los moros
Autrs hoy que no raaflana,
Mo dejéis el bien eterno
Por la temporal palabra.
Ya que el Rey se ensaüc (anlo
Que venga í lomar venganza,
Perdamos, Reina, los cuerpos
Pues que se ganaií las almas, —
Luego aquella misma noche
Dentro en la rociquila entraba:
Limpiando los l'atsos ritos
A Dios la rediTicaba
Diciendo Misa esle dia
El Arzobispo cantada.
Cuando los moros lo vieron
Quejas al Rey le enviaban;
Mas el Rey cuando lo supo
Gravemente se ensaílaba;
A la Reina y al Perlado
Malamente amenazaba;
189
Sin esperar mas Consejo
A Toledo caminaba.
Los moros que lo supieron
Luego consejo lomaban; .
Sáleuselo i recibir
Hasta Olías y CabaBas.
Llegados delante el Rey
De rodillas se hincaban;
Mercedes, buen Bey, mer-
cedes
Dic.
I , las manos cruzada;
el Rey que así li
ido
Calledes, buenos amigos,
Que esle hecho me locaba,
Quien á vos ha hecho luert»
A mi quebró la palabra;
Mas yo haré lal castigo
Que aína habréis la venganza.
Los moros cuando esto oyeron
En alias voces clamaban:
— Merced, buen seilor, merced,
La vuestra merced no* valga;
Si lomáis venganza deslo
A nos coslard bien cara,
Quien matare hoy á la Reina
Arrepentirse ha mañana.
La mezquita ya es Iglesia,
No nos puede ser tornada,
Perdouédesá la Reina
¥ á los que nos la quitaran,
Que nosotros desde agora ,
Os alzamos la palabra.—-
El buen Rey cuando esto oyera
Grandemente se holgara,
Dándoles gracias por ello
Perdido ha toda la aaSa,
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
19Q
91. (Aa¿iiiiin>j. (O
Ca*ntos dicen mal del Cid
NÍDgano con verdad habla,
Que el Cid fue buen caballero
De los mejores de España:
Gran servidor de sus Reyes,
Gran defensor de su patria,
Enemigo de traidores,
Y amigo de genle honrada,
El qoe en la vida y la muerte
Mereció digna alabanta,
Aunque malvados poetas
Se atreven y desacatan.
Dice nao no son verdad
Los hechos qne del se cantan,
Y qué las historias nuestras
' Son consejas y patrañas.
Contra el que niega el principio
' El filósofo nos manda
Que no arguyamos, y es justo
Porque niega de ignorancia.
Decir mal de las historias
Suele el que á la verdad falta.
Para decir su mentira
T arrojarse en ta baraja.
Dicen que los necios crean
Que muerto Venció barallas,
Como si fuera imposible
Al que los Sanios guardaban.
Niegan iiue no fue verdad
Que sacó la media espada
Contra el judío que quiso
Tocalle muerto á la barba:
Estos ruines poetas,
Como están fuera de gracia,
No en tienden que Díoa se acuerda
De los suyos y loa guarda;
Y sin que leyes del duelo
I.e obligasen i esta cansa.
La ley que guardó de Dios
Muerto le libró de infamia.
Los Condes de Carrion
Dicen también como enfadan,
Y que no fue caso honroso
Pooellos el Cid demanda.
Qni ¿quieres tó, mal poeta,
Que los Condes se quedaran
Con semejante traición
Y el ofendido no hablara?
¿Qué es lo que del Cid dijeras.
Si con sSlir á la causa
Y destruir los aleves
Lo muriuoraa y lo ultrajas?
Sin duda de tales fechos
Tu mal intento se paga,
Y en tu muger y tus fijas
Mas sufrieras y callaras,
O por fallarle el valor,
O porque cosas tan altas
No son para Ráeos pechos
Donde las lenguas son almas.
¿Cuál diablo le engañó.
Poeta con pies de cafla,
A tratar del noble Cid,
De 1
la?
¿Ho tenias i la mano
Otros con quien te estrellaras,
Que cuanto dijeras dellos
Les hiciera consonancia?
u3i,¿.iit>,Coogle
jNo pndieru hablar, di»
Con lenf;aa desmesarada
Del otro que en (odaí ciencias
Sin «aber romance habla,
¥ come mas colación
Qae diez asnoi beben agna?
¿O del otro adulador
Que con la vos señaUda
Oía marrourar de todos
Como prenda rematada?
jDel bijo de no sé quien
Que cnlreficlalj;os se ensancha,
T ea un libro de novelas
La mayor verdad que trata?
Aqal pareciera bien
19í
Qoe afilaría la ii>v8¡a
T bablarai i Im ancbTtrai^
T no del faonor de EspaSa.
De tn loco atrevimiento
Débese lomar venga nta,
Y yo U cito y aplaao
Para qnc i mi audiencia vayaa;
Descomulga tus escriloa.
Tus verso» repone y tacha,
Condena ta mata lengua
Y abomina tut palabras.
Ruego i Dio* sobre las obraa,
En pago del mal que hablas.
Tantas cimaras te den
Que entrar no paedaí en cama.
t>,Goog[c
VK^lvw¡%l%vvvmlmx^!vvwl%xvvv%nnlvvmnnMv^nm
ROMAIVCES
CUTOS ASUNTOS ESTÁN TOMADOS DE lAS CRÓNICAS
DE LA VIDA DE ALFONSO EL SABIO.
Al Mbio B«y Don Alonia
Por vello lan humitdoao
Y afable ood sui coinpaital
Su Merino asf fablólo:
^Por qu¿, nobr« señor nueso.
Siendo Rey tan poderoso
A f^ÍM de hombre llano
Vo* endonáis lodo á lodosF
Conocida su calufia
£1 sabio Bey replicólo:
Atended, el mí Merino,
Non caloAeis dése modo:
Porque todos se roe endonen.
Amigo, i lodos me endono,
Que la aspereza en el Rey
Meicla hornecinos é odios.
Non lo quiera el señor Dios
Que el que á muchos manda solo
Con pocos se comnniqae
Dejando á machos quejosos.
Amor del buen ¡nfanzou
Al señor liene en reposo.
Pues gravedad non conserva
Lo que fai trato gracioso,
Tenudo es dar sujeción
Al Rey sa gentío acucioso,
Y el Rey hará igual justicia
Con trato manso faonoroso.
En las leyendas At Roma
Drpartia un Marco Porcio,
Ser aquel pueblo perpetuo.
Sin perder jamas so (roño.
Do falla el Bey obediencia
Por su talante amoroso,
Que del amor del caudillo
De la gran Constan t inopia Do está el buen Rey de Caslilla.
Su Emperalrii se partia: Don Alfonso era llamado,
A Burgos habia llegado Hijo del Rey que i Sevilla
L)ji.z.iit>,Coogle
Caiiqaíst¿ como vilíeote
Con toda el Andalucía.
TreÍBla dticSas lra« consigo,
Todaí de negro veitian:
El Rey y oíros caballeros
Salieron á recebtlla.
Hisole toda la honra
Qne i »a estado convenia,
Llevirda i aa palacio
A do la Reina vivía.
Mocho le plugo i la Reina,
Con ella placer hahi>;
La me» mandó poner
Y la Reina la convida.
Respondió la Emperalríi
Qoe i meta no comería:
La Reina pidió la causa.
Ella luego respondía:
_Tú, Reioa, ealis en tu honra,
T ésla á mi roe fallecía.
Tú estás con el tu marido,
Yo tríate no lo leniaj
El toyo eslá en libertad,
£1 mío preso yaclaj
Ausente de la su líerrf
£1 Soldán me lo tenia.
Quintales cincoeala en plata
Por su rescate pedia.
El Papa me diera el tercio
Qoe demandado le habla.
Otro tanto el Bey de Francia
A mf me lo concedía.
Nnevaí me dieron del Rey
Que por marido lú hablas,
Loaron la gran nobleza
T la bondad que tenia.
Vengóle í pedir sooorro
193
Como i Rey de gran valia
Para librar mi marido
De la crecida fatiga
Que padece en captiverio
Como contado te había,
Y basta qae haya la respuesta
La Reina lo dijo al Rey,
Y el buen Rey le prometía
Por su fé y real corona
De cumplir lo que pedia,
Y qne comiese á manteles
Porque él lo proveería.
EatoDces la Empcralrii
Eo los manteles comía
A la mesa de la Reina
Con gran placer y alegría,
Y aqnese hnen Rey Alfonso
Dende al veinteno día
Toda la tama de plata
Le diera que prometía.
Contrae alPapa y Rey de Francia
Diese lo que recibía.
Con este haber fuera libre
£1 que captivo yacía.
Publica el Emperador
La bondad qoe el Rey tenía.
Juntamente la franquea»
Y valor que en ál había.
Sonando por todo el mundo
La fama qoe del corría.
Moriera el Rey de AlemaSs
Cuando aquesto acaecía,
Y en concordia al Rey Allbnso
Para sn Rey lo elegían,
Porque era merecedor
Desto y de mayor valía.
Ugl.zíilbvGoO'ílc
tH
i." por SepiUpeda,
A<|iie«e Infante Don Sancho
Biin lo qae no debía,
Alióse contra tn padre
Que Alfonso el Sabio decian.
Tomóle todas lus rentas,
Sus ciudades ; aua villas,
Diciendo es pródigo el Re;
Y qiie del I o usado babia
Por baber becbo moneda
Que burn valor no tenia,
T quitado el vasallage
Qae á Castilla le debia
Ese Rey de Portugal
Casada con ta sn bija,
Y que diera mucha piala
Qne una Beina le pedía
Para sacar de prisión
A un marido que tenia.
Muy triste está el Bey Alfonso,
Muyeran pobreza tenia,
Y con desesperación
Sn corona allende envía
A Abenynca ese Rey moro,
Y emprestado le pedía;
»ióle setenta mil doblas
Y el buen Rey las recebia.
Estando nn día Abenyuca
Con la su caballería
Mostrándoles la corona,
Dijérales desta guisa:
—— Voluntad grande me viene
De ir, y hacerlo quería.
A ayudar á este buen Bey
Qae su mal hijo afligía;
Todo el reino le ha quitado,
Sola le qnpda Sevilla.- — ■
Los suyos le respondieron
Que era bien lo qve decia.
Porque haría mal 6 cristiano*
Y i sn amigo ayudaría.
Envió sus mensageros
A ese buen Rey de Castilla-
Ofreciendo de ayudarle
Con persona y morería.
El Bey se lo agradeció
La promesa que le hacia.
Pasó Abenyuca la mar
Con gran tlola qne traía,
Pasaba la mar con bien.
Descendiera en Algecira.
Recibiólo el Rey Alfonso
Con mny crecida alegrfji
Ambos sobre los «sien toa
Estaban en gran porfía.
Abenyuca, ese Bey moro,
Por hacer mas corlesfa
A los pies del Bey Alfonso
Sentarse el moro queria.
El buen Rey no lo consicnle, '
So que eslan en ignalía
Sentados en un estrado;
Mas el moro respondía:
-Noes ratón, buen Rey Alfonso,
Ni en la crianza cabía
Ser Igual ea los asientos
Yo con la tu seAoría,
Porque á tí de loengo tiempo
El I
lado t.
Yo lo era desde boy
Que Dios dado me lo babia.—
Don Alfonso dijo al moro,
Desta suerte respondía:
— No da Dios honra ni reino»
Sino á quien lo merecía,
¥ ansí te los dio i tí. Rey,
Porque en tí muy híen cabía.—
Dg.l.zedt>>COOgle
'Amboa firman m amistkd
Y Ab«tif uca se partía.
Combatió machoa lagares
Que al buen Rey do obedecían, Por el socorro que el
195
tfigana M pera i a.
10 cobnS loa reinos
icho le impedia,
Con gran valantad le hacia.
4° por Sipdleeda.
El viejo Rey Don Alfonso
Iba bwyendo' á mas «ndar
Que su bijo el Bey D. Sancho
Desbe redado lo ha.
Mandóse dar por sentencia
No ser él para reinar.
Con ligrimas en tas ajos
Eslaa trovas fue i- Irovari
"Sania María, Seflora,
bNo me quieras olvidar,
-Caballeros de Castilla
iiDeíamparado me han,
»Y por miedo de Don Sancho
uNo me osan ayudar:
xlrfme á tierras agenas
» Navegando i mas andar,
bEq una galera ntgra
vQuedenote mi pesar,
kV sin gobierno ni jarcia
vMe porní par alta mar,
■ Que asi ficíera Apolonio,
uY yo faré otro qae tal.''
Que la fuesen á empeñar
A WB Rey de Berbería
Que llaraan Abenyucaf.
El Rey viendo el roensagero
Su consejo fue á juntar,
Dfjole»: — ',Oh mis vasallos!
Bien me queráis coaiejarj
Alfonso, Rey de Castilla,
Está en gran necesidad,
Porque sn hijo Don StOicbo
Desfae redado lo ha.
Su corona me ba enviado
A que la baya de empeSar,
Ved en esto qué os parece
Que tengo de él piedad.—
Allí habló un moro anciano.
Anciano y de gran edad.
Que en EspaSa ba guerreado
Siendo de maa fresca edadi
— Lo qiie me parece, oh Ríy,
Es que lé hayas de ayodsr,'
Que Altbnso e» buen caballen»
Y en todo muy principal,
Y las obras que son santas
Suélense muy bien pagar.—
El Rey que era valeroso
Mandó e) cristiano llamar,
Dfjole; Diris á Alfonso
Que quiera en Dios confiar^'
Veinte y cuatro mil caballos
En an favor pasardnj
Y si aqueatos pocos foeren
Mi persona pasará.— ~
Dióle sesenta mil doblas,
La corona le fue á dar,
Pero no llegó el socorro
Por forlana de la mar
Donde se perdieron lodo*
Que moró no fué á quedar:
D3i.z«it,,Coogle
Pero tn ese medio y tiempo Qne sa hijo el Rey Don Sancho
Alfonso tornó á reinar No gotó «a mocedad.
Opreso ealá el Bey Alfonso,
Oprimido y acalcado,
Porque Don Sancho au hijo
Qne era nombrado el Bravo,
Se le ha aleado con los reinos
T loi mas le había ganado.
Nuevas de nnevo le vienen
Que el cansón le han quebrado
Que Don Sancho yace mnertoj
T con aemblanle coitado,
Disimulando su pena
Por los que allí se han hallado.
Solo se entró en na retreta,
Ninguno lo ba acompafiado.
Pelaba su blanca barba
Muchas lágrimas llorando,
Con voces mucbo crecidas
Decía; Bey desdichado,
Ta es muerto Sancho tu hijo
Qae te habia desheredado:
La luí era de tus ojos,
Espejo en qne te has mirado,
Que si se alió contra tí
Fue por mal aconsejado,
Que no por su voluntad;
Mas Grandes de ta reinado
Le dijeron que l« hiciese
Qa'el no lo tenia en grado,
¥ si erró fue como mozo
Ignorante del pecado.
¡Oh EapaSa cuánto pierdes!
Pues tal sefior te ba laltado.
Llorarás con gran razón
Infame tan seSalado.
Muerto es el mejor hombre
Que en sn linage es hallado, ,
De los grandes muy temido,
De los menores amado.
¡Oh muerte cnanto lastimas
A este Bey desdichado!-^
Los suyos que lo han oÍda,
Uno qu^'CTa mas privado
Atrevióse al Bey y dijo:
—Bey, serios mal contado
Haber tan grande pesar
Por vuestro hijo Don Sancboj
Creedme que si lo saben
-Los que son al vuestro mandOf
Que los perderedes todos
Y nadie qnerrá ayadaros.
Tomarán contra vos ira
En ver que vos ha pesado.^—
X,\ Bey con alegre rostro
Su pasión disimulando,
•Dijo; No lloraba yo
A mi querido Don Sancho,
Mas lloro el caso meiquiuo
De que I pues ^1 es finado,
Nunca cobraró mis reinos
Que Don Sancho me ha tomado.
Pues tan grande será el miedo
Qae tomarán mis vasallos
Los que tienen mis castillos
Que contra inl se han alcadc^
Por el gran yerro que hicieron.
Que no podiin ser cobrados:
Cobra ralos fácilmente
Del Infante y no de laníos.—
Con esto encubrió el pesar
Que su hijo le ba cansado.
Dg.l.zedt>>COOgle
Don Sancho colir¿ salad,
XI Rey macho k ha alegrado.
EiUndo el Bey en Sevilla
Crecido mal le había dado,
May cercano es i la maerle,
A todos ba perdoaado
A aquellos que mal ardieron
Por do fuese mallralado.
♦97
Recibid el cuerpo de Dios
Como moy devoto y sabio,
Falleció de aqaesta vida,
Fue por todos muy llorado:
Enterra ron lo en Sevilla
Junto á DoQ Fernando el Santo,
Su padre, que la ganó
De moros como esforzado.
6.° (Anónimo), (i)
En Túnel estaba Enriqqe
De Castilla desterrado.
El Rey le hace gran honra
Por ser varón esfónado.
Los moros de mas es lima
Con envidia se han innlado.
Dijeron al Rey: — SeSor,
Este cristiano ha ganado
Los coraiones del paeUo,
Y otros miedo le han cobrado,
Y él y sns caballeros
Qae con él acá han pasado
Cuando menos lo pensares
Se alaarin con lo reinado;
Conviene lo eches, seSor,
De esta tu corle y estado:
Admite nuestro consejo,
No estés dello disgustado;
Qoe por tn honra y sosiego
Te lo habernos esplicado. —
El Rey de aqoestas raiones
No poco se había enojado,
Qae de la virtud del mozo
En eslremo era agradado,
Que allende de ser valiente
Y en linage aventajado.
Era fiel , honesto y cuerdo.
Gentil hombre y agraciado;
Mas tantas cosas le dicen
Que el intento le han mudado.
De enviarle faera piensa, '
Pero también ha pensado
Que si el caso advirtiese.
Según es determinado,
Forná en revuelta su rcÍ»o
Por ser de muchos amado.
A la fin se determina
Por estar asegurado
Que muera el hermoso Infante,
Y aií un dia Je ha llamado;
Tomándole por )a mano
En an carral lo ha entrado.
Como que de un gran secreta
Le quiere hacer avisado,
Y desque dentro le tuvo
' — Atended, le dijo, amado,
En el ptinto vuelvo 6 voi
Qae voy a cierto recado. —
Salido se ha por la puerta
La cual presto se ha cerrado,,
Y abriéndose otra que había
Por ella misma han intradA
(i) EttlmltmoatuntoiitldeGnnqnKnlUtieni-eX'Res.deSfpiltvedit.
.Cooglc
. 198
Dos leoDtJ muy feroCM
Con el aspecto daBado.
Cuando el Infante lo* vido
Sa buena espada ha sacado,
Sa maulo al braao revoelve
Con el iuimo arriscado.
Hace rostro i los leones
¥ de verle tan osado
No osaron llegar i él:
Entonces él denodado
Llegado se habia i la puerta
T i coces la ha derribado,
T faérase libremente
De la maldad espantado.
En este tiempo á los sujros
El Bey babia encarcelado,
Y sabiendo que el Infante
Del peligróse ha escapado
No quiso <]ne le matasen,
Y por otros le b> mandado
Que salga de la su tierra
Pues con la vida ha escapado.
El Infante ha respondido
Que obedecía de grado,
Mas qne le dé sus varones
Que él había emprisionado.
£1 Bey se los mandó dar
Con los bienes que ha ganado. '
Con todo se partió luego
De aquel Bey y de sd estado.
En corte del Rey Alfonso
Ese que ganó á Algeciras,
Había dos caballeras
De mu; alia nombradla:
El uno el Payo Bodrignea
Que de Avila se decía,
El otro Buy Paez de Viezma,
Valientes i maravilla.
Ruy Paei habió el primero,
Ante el Rey ansí decía:
—-Traidor sois, Payo Rodríguez,
£1 mayor que ser podía,
Porque siendo natural
De los reinos de Castilla,
Vasallo del Bey Alfonso,
Hiclstrle alevosía, .
Que sin dél desnaturarvos
Entrasles con gran cuadrilla
Con el Bey de Portugal
Qne en contra del Bey venia.
Posiste fuego í su tierra,
Comba listes las sus villss.
Tomástesle sus castillos,
Dello gran mal ae segnia:
Yo vos haré conocer
Ser verdad lo qa£ decia,
Entra
ilid
n ella v
vencería.
— Mentides, Ruy Paeide Viedma,
Payo BodrigueK r^pondia.
Que yo nunca fui traidor,
Sóíslo vos en demasía
Que procuraste matar
Al Bey que ante nos yacía:
Probaré bieLn con las manos
Eito qne contado habia,
Por esto Sois vos reptado.
No yo que nada debía.
Diéronse luego sus gajes
Y en el campo entrado babiaft
En Jerez de la Frontera
Ante el Bey y su valj'a.
Un día todo lidiaron,
No se ha visto mejoría;
ügiiized^ Google
Depirlíéraloi U noche
Do tacaran gran herida.
Otro día de ma&ana
Vuelloa 900 á la porfía;
Basta la noche p«leao,
Vencerse do se podían.
Salieron muy mas heridos
Que no el primero día.
Vuelto» son tercera vei
A la lid como «olían,
Procuran de se matar,
May crnel batalla habían:
Grandes heridas se han dado,
Grande e* sn valentía.
Mocha tingre de sns cuerpos
199
En abundancia corría:
No se pudieron vencer.
En ningapo hsy demasía.
El Bey los ha departido
Y estas palabras decia:
— No es ya jaslo, caballeros,
Morir quien lanío valía.
Quiero yo para los moros
La vuestra caballería,^
Sacólos luego del campo,
Moy gran honra les hacia.
Todos loaban lu esfuerto
Y aa muy gran valentía,
Que tres dias pelearon
Sin que niDestrm cobardía.
iwwtumiwwiiiL
Dg.l.zedt>>COOg[C
«n«lWtillt/lllWllVl«VUi«tl«ilWlJ1.%WWtlllllllWll%íVl^
ROMANCES
DE ASUNTOS TOMADOS EN J.A CRÓNICA DE SATiCRO IV
EL BEAVO.
Eoojailo con raxon
El Rey Don Sancho yaci>
De aijDMe lofante Don Joan
Que por hermana tenia.
También del Conde D. Lope
Qu'ea casado con sd hija.
Abenynca eie Rey moro
La traición le descahria.
nUole saber al Bey
Que 5i contra él salia
Arabos tenían concertado
Que eu ella lo malariaii.
£1 Rey andaba buscando
Para los prender i ambos
Con los que traición traían;
Mosiríbales buena cafa
Encabriendo la enemiga.
Dales lo qne le demandan.
Todo lo cumple á aa guisa.
Asegurados tos tiene,
Recelo ninguno hablan;
El Rey may disimulado
Al Conde 1edÍ}o un día:
Vamos á ver vuestra tierra
Que.ñtty gran placer habría.
— Vamoa, respondió, sellar,
Con muy poca compañía,
Porqne la mi tierra es pobre
Y mucho se eslragaria.
—Ansí se bar£, buen Conde,—
El buen Rey le respondía.
Llegado habian á Burgos^
De allí i Alfaro venían
Que era suyo de Don Lope;
Aposento et Bey bacía
Aili en la fortaleza
y los suyos en la villa.
£1 Conde suplicó al Rey
Con él comiese a qnel dia,
El Rey lo bobo por bien
¥ al Conde mandado envía
Vaya luego á hablar con (]
Que rancho le convenia.
El Conde llamó i Don Juan
El *n yerno que ahí venia,
Dijérale como el Rey
Por «1 enviado habia.
Vamos í ver quí nos quiere;
Mas el Infante decia;
Conde, no vadea alli
Que el corazón me adeviua
Dg.l.zedt>>COOgle
Qoe DO vos verni bien dcllo,
Eicnsid aqaesta ida.
— EaUndo el Rey en mi lierr»
Yo mnjr poco le lemia,
Respondió el Conde i lu yerno,
Venid en mi compañía. —
Ambos van para el caslillo,
Al eucnenlro tes salía
Don Diego Lope de Campos,
Al castillo le subían.
El Conde iba delante,
Don Diego iba en su guia.
El Infaole va & ta postre,
El Conde dicho le babta:
^— Vos, Infante, sois postrero
Habiendo de ser la guia;
Parece que vais llorando.
No mostredts cobardía.
Si Dios me salve me pesa
Oc aquesta nneslra venida.
Temo qae si dentro entramos
Gran dailo á nos vernia,— •
Hablando aqnestas i'azones
Do está el Rey entrado hablan.
Los [torteros cierran Inego
Las poerlas', y no querían
Que entrase nadie con ellos.
Ellos preguntas hacían
Por quri cerraban las puertas,
Los porteros respondían;'
— Porqae asf nos es mandado.—-
Ellos adelante iban.
Llegaron do está el estrado
Qae para el Rey se pouia,
PreganlaroD por el Rey,
Su capellán les decía -
Que luego vernia i ellosi
En esto el Rey ya salia.
El Conde está en el estrado
Que ningnn recelo habia.
201
Dijo al Rey: — ^¿QqÍ me qnerets?
—Conde , lo qne yo quería
Es que desfagais los tuertos
Y agravios que hecbo habías
A muchos de los mis reinos:
Emendarlo convenía
Pues qoe no hay razón ni caasa
Que á lo hacer os movia;
Dadme luego mis castillos,
Qne yo tenerlos quería.
El Conde como burlando
Al Rey habló desta guisa:
^— No bago lo qne decíSf
Y quien tal dice mentía.
Vos come redes conmigo
Y alti yo vos los daria.
Que no los traigo en la bolsa
Los castillos que pedias. — <
Conde, no saldréis de aquí,
El Rey laego respondía.
Hasta qne los mis castillos
Me volváis que yo os pedia. ^-•
El Conde mal lo mirando
Se levantó muy apriesa
Diciendo grandes injurias
Contra el Rey con ufanía,
Y puso mano á nn cuchillo.
Para el Rey arremelia;
El Rey le salid al encaentro
Que otro cnchillo traía.
Dio al Condeno golpe en el braio.
En tierra se lo ponia
Juntamente con el hombro;
El Rey , malaldo , decía:
Luego salen hombres de armas
Y allí te quitan la vida.
El Infante faé í la Reina,
La Reina lo defendía.
El Rey qne anda mny saBudo
Coa la espada sin vaina,
L)¿i.z.iiuGoog[e
103
Encontró con Diego López,
El Rey ansi le decía:
—¿Aqal lois, falso alevoso?
Nadie valeros podría
Para os librar de mU manos
Por la gran alevosía
Que hecisles contra val,
Qoe yo n'os lo merecía.— r -
Dióle na muy recio golpe,
La cabera le partia,
Y á ruego áe la Reina
A su hermano lo libra.
£1 Rey sqaegd sus reinos,
A Tarifa coiiqueria
De lo* moros renegados
Víspera de Santa María:
Hobo otras machas viclorias,
Fue Bey de gran nombradla.
Don Sancho reina en Castilla
Que el IV era llamado:
El buen Bey ganó á Tarifa,
De los moros la ha ganado,
T luego la diera en guarda
Al muy bueno y esforzado
Qae es llamado Alfonso Pérez
De Guzman el afamado.
Muy temido de lo* moros,
De cristianos muy amado:
Mochos moros ha vencido
Y dellos ganara el campo.
' Et Rey ha tenido preso . ,
A D. Joan que era su bermano,.
Soltólo de la prisión
Porque le fue muy rogado.
Et Infante con mal seso
Allende se había pasado ;
' AI Rey moro Abenyacaf
De Velamarin nombrado.
Becibiólo bien el moro,
En lo ver mucbo se ha holgado.
Don Joan le estaba diciendo
De rodillas humillado.
Que le diese de sus gentes
Para ir contra su hermano,
Y qae él cobraria d Tarifa
Y la ganara i crísljanos
Y se la dará al Bey moro
A qnien le fuera ganado.
Mucho plugo á Abenyacaf
De lo que l'era demandado:
De á pie le dio muchos moros,
Y cinco mil de á caballo.
Entraron por Algecira
Ese castillo nombrado,
Lnego cercan i Tarifa
Que D. Alfonso ha & su cargo.
Combátenla con porfía, ,
No la hacen mal ni daño.
Por ser bueno el que la guarda
Y el castillo bien cercado.
En el real de los moros,
Don Alfonso, aqueste honrado,
Tiene nn hijo de valía.
De Don Juan era criado.
El Infante con gran saña
Mensage le había enviado
A ese buen Don Alfonso,
Que es el que tiene cercado.
Pidióle qoeá Tarifa
Se la dé sin mas embargo,
Y sí luego no la dá
Su hijo habrá degollado.
El buen Alcaide , animoso.
Macho leal v esfonado^
L)j\.z.iit>,Coogle
Ea oyendo ute mesiage '
EUta reapoeita había dado:
Diréis al vuestro seüor
El qae & mf os ha enviado.
Que á Tarifa yo U tengo
Por el Rey Sancho su hermano.
Hecho homenage le tengo
De se U dar á aer malo,
Yo no la daré á ningnno
Sino al que á mí me la ha dado,
T que antes yo morirá
Que no traidor ser llamado.
Si él quisiere, al bija mío
Luego podrá degollarlo,
T otros diez que yo tuviese
Por no hacer tal desaguitado
Antea que dar á Tarifa
Sino al huen Bey castellano.-^
Loego tomando un cuchillo
Por cima el maro lo ha echado.
Junto cayií del real
203
De qve Twríf* es cercada,
Dijo: — Mataldo con este
Si lo habéis determinado,
Que mas quiero honra sin hijo
Que hijo con mi honor man-
chado. —
El Infante con gran saiía
Qae desto habia cobrado,
Con aquel propio cuchillo
El hijo le ha degollado:
Presente el buen caballero
Desde el maro lo ha mirado.
Luego Sue quitado el cerco.
Los moros se hablan tornado
A allende donde vinieron,
Y á Tarifa faan descercado
Viendo qae era por demás
Pensar ellos de ganarlo,
Por ser tan bneno el Alcaide
Y en lealtad inhumado.
L)ji.z.iit>,Goog[c
%lkVtnitW%«!lWVllVtl1llIVII%WVlIl<lIl'lIlWl'llliVhW%WWllW
RO]IIA]\CES
DON PEDRO EL CRUEL.
— ^Tome uUba alli en Coimbre
Que ;o me la habe ganado.
Cuando me vinieron cartai
Del Rey D. Pedro mi bermano
Qne fnue á vtr los torneos
Que en Sevilla se faan armado.
Yo Maestre sin ventura,
To Maestre desdicbado,
Tomara trece de mala
Veinte y cinco de caballo,
'Todos con cadenas de oro
Y jubones de brocado:
Jornada de ijaince di as
En ocho la babia andado.
A la pasada de na rio.
Pasándole por el vado,
Cayó mi mala conmigo,
Perdí mi puüal dorado,
Abogáraseme nn page
D¿ los mios mas privado.
Criado era en mi sata
Y de mf muy regalado.
Con todas estas desdichas
A Sevilla bnbe llegado,
A la poerta Macarena
Encontré me un ordenado.
Ordenado de Evangelio,
Que Misa no babia cantada:
— Manténgate Dios , Maestre
Maestre, bien seáis llegado.
Boy te ba nacido un bi')o,
Hoy cumples veinte y an aiios.
Si te plngaieae. Maestre,
Volvamos i bapliíallo,
Qne yo seria el padrino.
Tú, Maestre, el ahijado.^
Allf bablara el Maestre,
Bien oiréis lo que hablado:
■—No me lo mandéis, seAor,
Padre, no queráis mandallo.
Que voy á ver qué me quiere
El Bey D. Pedro mi bermano.-±>
Df de espuelas á mi roula.
En Sevilla me habe entrado;
De que no vi tela puesta
Ni vi caballero armado,
Parllme para el alcázar
Del ney D. Pedro mi bermano.
En entrando por las puertas.
Las puertas me babian cerrado.
Quitáronme la mi espada,
La que yo trata al lado,
Dg.l.zedt>>COOgle
Quitáronme mi compaita
La que me había acompaSado.
X/OS mioa desqne esto vieron
De traición me han aviaadoj
Que me saliese por faera
Qae ellos me pondrían en salvo.
Yo como esUba ain culpa
De nada hobe carado,
Fuíme para el aposento
Ddl Bey D. Pedro mi hermano:
Manténgaos DÍ09,elhuenRey,
T á todos de caba j cabo.
^..Eii mal hora vengáis , Maestre,
Maestre, mal seaia llegado;
Kunca nos venís i ver
Sino una ve; en el afio,
T esa que venís, Maestre,
Es por fuerza ó por mandado.
Vuestra cabeza. Maestre,
Mandada ealá en aguinaldo.
¿Por quées aqueso, buen Rey?
Nanea hice desaguisado.
Ni os deja yo en la lid.
Ni con moros peleando.
^— Venid aci, mis porteras,
Higase lo que he mandado, — .
Ann no lo hobo bien dicho
La cabeza le han corlado;
A Dona María de Padilla
En un plato la han enviado,
Qo'asl hablaba con ella
Cual ai viva hahiera estado.
Las palabras que le dice
Deata suerte eatá hablando:
—^Así pagareis, traidor,
' 205
Lo de anlaito y lo de ogafiof
Y el mal consejo que diste
Al Rey D, Pedro tu hermano
Asidla por los cabellos,
Échesela á un alano.
El alano es del Maestre;
Púsola sobre an estrado,
Y i los ahullidoa qne daba
Atronó lodo el palacio.
Allí demandara el Rey;
— ¿Quién hace mal á ene alano?—
Allí respondieron lodos
A loa cualns ha pesado;
Con la cabeta lo ha
Del Maestre vuestro hermano. — '
Allí hablara una su tía
Que tía era de entrambos:
—■¡Cuín-mal lo mirastea. Rey!
Rey ¡qa£ mal lo habéis mirado!
Por una mala muger
Habéis muerto un tal hermano
Aun no lo habia bien dicho,
Cuando ya te hahia pesado. '
Fuese par* Doña Mbeíb,
Desla suerte le ha hablado;
Prendedla , mis caballeros,
Ponédmela á buen recaudo.
Yo la daré tal castigo
Que i todos sea sonado.—^
En circeles muy escuras
Allí la habia aprisionado;
Él mismo le dá. á comer,
No se la fia á ninguno
Sino á un page que ha criado.
Doña Blanca está
Contando sa historia amarga
•."• (Anónimo).
Sido ni;
Qne en la prisión la acoropatla.
L)ji.z.iit>,Coogle ^
206
-^De Borbon, dice, soy hip.
De Cirios Del6n cuñada,
T el Rey de la flor de 1Í5
Pone en su escudo mis armas.
De Francia vine á Castilla,
¡Nunca dejara yo á Francia!
T al [iempo que la dejé
El atma al cuerpo dejara.
Pero si pueden desdichas
Venir á ser heredadas,
Segan desgraciada sot,
Hija soy de la desgracia. '
Cáseme en Valladolid
Con D. Pedro Rey de Espafia;
El semblante tiene hermoso.
Los hechos de ti^re hircana.
A nna tal DoSa María
Que de Padilla se llama,
Y deja su mesma esposa
Por una manceba falsa.
Por consejo de los Grande*
Le vi una vet en mi casa,
Ocho dias estuvo en ella,
Cien mil ha que della falla, •
Cáseme en un dia aciago,
Martes fue por la mafiana,
Y el miércoles enviudaron
El tálamo y Ja esperanza.
Dilenna cinta á D. Pedro
De mil diamantes sembrada.
Pensando enlazar con ella
Lo que amor bastardo enlau:
Húliola Doña María
ijiome ei si, no ei l-di»uii.
Alevosa es tu palabra;
Que cuanto pretende a Irania,
Rey que la palabra miente
Entrególa á un hecLicero
¿Qué mal habrá qae no haga?
De la hebrea sangre ingrala,
Posesión lomé en la maoo,
Hizo parecer culebras
Mas no la tomé en el alma,
Las que eran prendas del aliga,
Porque se la dio primero
Y en este punto acabaron
A otra mas dichos» danu^
La fortuna y mi esperanza.
En un escaro retrete
Adonde del sol los rayos
No llegín porque lo impiden
Las paredes de palacio,
Contemplando en sus desdícfaas
Está una Blanca que es blanco
Adonde tiran los tiios
Que arroja un Rey inbumano.
Y entre las lóbregas redes
Que por balcones dorados
I<e sirven á la que un tiempo
No hacia de balcones caso,
Con el eco que las voces
Le arrojan de cuando en cuando,
Así s
Dando:
^iQuébrevi
Que ofrece á sus aliadt
Aqueste mundo caduco
Todo de espinas cercado!
Los pesares, las tristezas.
Los males y los trabajos
¡Qué largos y qné sin fin
A quien lo ha esperi mentado!
Ayer reinando me vi
Con gloria , pompa y estado.
u3i.z.iit>,Coogle
i' hay para que nie coDiocIe
Apenas tengo un vasallo.
Ayer el niiinilo era poco,
T hoy le miro tan sobrado.
Que en esle retrete éacuro
La laiíerle esloy aguardando.
Tragedia fue mi reinar,
Y así reiné en el tralro;
Mas ya del reino deauada
¿Por qué me entré en veitnario? .
207
Moneda «timada be sido,
¥ ya tan poqnito valgo
Que íoy blanca, que es moneda
Deqoien se hace menos caso.
Ta se marchitó mi flor.
Ya se volvió en lirio cárdeno.
Porque el sol del Rey me ha he-
rido
Con sm muy ardientes rayos.
4." (Anónimo). (1)
Enn
A la es
Estaba n
1 retrete en que apenas
n las paredes
lu lóbrega laz
iridad escede,
n sol que se puso
Aiiles quE el alba salicise,
(Que Im nubes del rigor -
Sus rayos y Iue delieuen),
Una blanca flor de lis
(El to'rraeiilo y el dolor
Lo blanco morado ¥uel¥e)i
Do
a Blanca de Rarbon
Que Don Pedro presa tiene
Por mandado de su gusto
Y de quien mas qoe ellos puede,
Y entre las obscuridades
Aquella Beina inoceole
L'n pagecillo divisa
Por entre menudas redes,
¥ dicele; — Sietes noble,
Y si fuiste mi sirviente,
Qae como reiní tan poco
Aun no puedo
:S manso le vieres.
Dile á mi
Cuando n
Que una francesa mnger
Pide que della se acuerde.
No le digas que es la Beina,
Ni á Dofia Blanca le míenles.
Que soy blanco de su ira
Y no hay mal que no me acierte.
Aguarda que esté delante -
Aquella que lanío quiere,
Que en presencia de su Beina
Por fueria ha de hacer mercedes.
Pedirisle de mi parte
Que me vea y no me suelte.
Aunque por ley quede libre
Quien vé la cara á los Beyes.
Mas lemo que su justicia,
Me aliviarS las prisiones
Porque viva y porque pene.
Dile que es testigo el cielo,
A quien lodo lees presente.
Que le quiero y que le adoro,
Al paso que él me aborrece;
o atunlo dtl anterior.
u3i.z.iit>,Goog[c
Ü08
¥ que li dcMO vivir
Ea aquesta amarga saerle
Es por penMr que Don Pedro
^s hombre y mudarte puede.
De día cuando paiea
T de noche cuando dnerme,
lie ruego i Diga que le guarde,
T i mf que roe deje verle.
Él nos junio con un nudo
Que le divide la moerlc.
No contento el Rey O; Pedro
De tener apriilonada
A Dofia Blanca en Sidonia
Sin razón ni ¡osla causa,
A petición de Padilla,
Bella tigre de la Blrcania,
Permite el Rey que la Reina
Acabe »u vida amarga:
La cual le dice: — Seiior,
Si vale vuestra palabra,
Xa es tiempo que me cumpláis
La que á m( me tenéis dada,
Mediante la cual me huhíslea.
Viviendo en mi casa , honrada
Y codiciada de muchos
Señores de voMtra Espa&a.
Disteme nombre de amiga
Con qu%el vulgo me disfama.
Pues por deshonra me dicen
Que solo el nombre me basta,
Y hubiera ya de bastar
Que estoy de hijos cargada
Vuestros, que porque lo son
Vivo yo tan deshonrada.
Movieron al ciego Rey
Las balagüefias palabras
Que la matrona le dice
Y annqne i\ me lo di de hierro,
Qoiiis vendrá á conocerse.
Agua le doy de mil ojos,
T él fuego qnel pecho vierte.
Podrá ser que yo le apagne
Si allí llega mi corriente.
Mas ¡ay! que Do3a María
Le detiene que no llegue.
Que lágrimas de muger
Mueven mucho mas presente*.
.dntoo).
Fingidas y bien lloradas-
Para su casa se fué
Y una diabólica traía
DId luego llegando í ella.
Dañosa á su vida y alma.
A un su privado le.dice
Que luego al punto se parla
A Sidonia í toda priesa
Y que mate á DoQa Blanca,
El hidalgo le responde:
No es justo que yo tal haga.
Pues quien á la Reina ofende
Ofende al Rey y á su fama.
Enfadado el Rey de aquesta
Manda i un montero de maza
Que vaya y mate á la Reina
Si quiere estar en su gracia.
El villano otorgó luego,
Qne siempre en villanos se halla
Un vil acometimiento
Y una obra infame y baja,
Llrgado que fue á Sidonia
A la Rriaa le declara
El mandato que traía,
La cual responde turbada;
— ;0h Bey cruel , injusto,
Rey severo y tirano!
Dg.!.zedt>>"COOgle
iCórna tal crueldad
Perinites inhamanoP
£1 ci«lo te castigue,
Y Dios ponga sa mano
En remediar mi alma
Por quien fanmilde clamo;
T pido te perdone
Tas grande desconcierto
Y que se olvide el aiglo
De tal agravio y tuerto.
Y tú que eres mandado
Del Re;, osa tu oficio,
Desla doncella casta
Haz pronto el sacrificio,
Paes tal me hallo ahora
Cual me parió mi madre,
Y ¡oh! nunca me enviara,
Cual me envió mi padre,
A ser del Itey severo
No mnger, sino esclava,
Y tal que en m[ la suma
De desgracias se acaba.
¡Oh Francia dulce patria!
Í09
¿Por qué no me Inviste'
Cuando i sufrir á Espa3tt
De ti salir me viste?
De aquesta no me quejo
Pues que sos naturales
Contino como es ¡uslo
Han sentido mis males:
Empero el Bey permite,
A pesar de Castilla,
Muera su muger propia
Por dar gusto á Padilla: /
Mi queja y lamentar,
Me tenga de su mano
Quiero i Dios suplicar. —
Con es lo acah^ la Reina
Sin ventura y desdichada
So vida , quedando virgen
De poca edad malograda;
Y por ser tan de improviso
Fue sn muerte hien llorada
En general de sus gentes
Por ser de todos amada.
fi." (Anónimo), (i)
— DoSa María Padilla,
M'os mostréis tan triste vos,
Qne si me cas¿ dos veces
Hfcelo por vuestra pro,
Y por hacer menosprecio
A esa Blanca de Borbon,
Que á Medínasidonia envió
A que me labre un pendón,
SeH el color de sn sangre,
De lágrima* la labor.
Tal pendón, DoBa María,
Yo lo haré hacer para vos.—
Llamó luego á lüigo Ortis
Ud escelente varón,
Di i ole fuese i Medina
A dar fin á tal lahor.
Respondiera ISigo Ortiii
— Aqueso no lo haré yo.
Que quien mata á su señora -
Face aleve £ so seAor.-—
El Rey d'aqueslo enojado
A sn cámara se entró
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
910
Y á na iMUulero de mau
El Rey in ardenania dio.
Aqaeste vii^o á la Heina
T h>ll¿U en oricion.
Guando vido al ballealero
La SD triste muerte vi(í.
Aqnel le dijo:^ SeSora,
El Re; acá me envitf
A que ordeneii voestra alma
Con aquel qoe la crió,
Que vaeilra hora e« llegidi)
No poedo alargalla yo.
-^- Amigo, (lijo la Reina,
Mi muerte os perdono yo:
Si el Rey mi aeftor lo manda
HigaM lo que ordenó.
Confesión no se me niegne.
Porque pida í Dios perdón.-^
CoD ligrimas y pmidos
Al macero enterneció,
T con vos Saca , temblando
Esto á decir comenzó:
¡Oh Francia mi noble tierra!
¡Oh mi sangre de Borbon!
Hoy cnmplo detisiete afios
T en los deciocho voy;
El Bey no me ha conocido.
Con las vírgenes me voy.
Castilla, df ^ ¿qué te hiceP
To no te hice traición,
Las coronas qoe me diste
De sangre y sospiro* son.
Mas otra terne en el cielo
Qoe serd de mas va1or.-«
T dichas estas palabras
El macero la hirió:
Los sesos de m cabesa
Por la sala los seiabró.
Dia ble muy aciago
jAy qnel alma me lo daba!
Caando partí de mi reino
T del Alhambra mi casa
Con trecientos de mis moros;
Todos eran de mi gnarda
T entre ellos uno escogido
Que Don Edrit se llamaba:
Hi)0 es de Osmin el bravo,
^ May aventajada lanas.
El qtte prendió á loa Infanles
En la Vega de Granada.
To UtíBé todas mis joyas
Para al Rey Don Pedro dallas,
T llegando á nna villa
Qoe Veana *e nombraba,
T i Gatierre de Toledo
En ella me encomendara:
Bogoéie qae me llevase
Donde el Bey D. Pedro eaUba:
Al Prior le plació dello
T al Rey me presentara.
Dijo : Dios te salve , el Rey,
T ensalce corona y fama;
To me pongo en la tn mano*
Roígote qo'ella me vala,
Qne mi hermano Mahomad
Se me ha entrado por Granada.
Si tiime vales, el Rey,
Siempre yo te daré parias.—^
Respondióle el Rey Don Pedro,
Mostrándole alegre cara:
—Seáis bien venido, Rey,
Reposad en la mi casa.
Que la aynda qoe es posible
Jamas os será negada,^—
Dg.l.zedt>>COOgle
Mandironrae apMenlar
En ani buena ponda;
Doa García de Toledo
A cenar me convidara.
Estando con él comiendo
Entró mucha gente armaila,
A mí y i mis caballeros,
Loi que estaban i la tabla,
n<M penden con det mesura
T laa joyas nos qnitaban.
A mí y á todos los míos
Metea en la Taratana,
Y luego dende á dos días.
Un martes en la maSana,
Sacironme sobre nn asno
Con mi ropa de escaríala
A nm campo que se decia
El campo de la Tablada.
SH
AIK vino «1 Rey Don Pedro
En un caballo, con lanía:
Treinta y siete buenos moros
Qae vinieron de Granada
Hizo luego hacer pedaaoi,
A ninguno perdonara,
T llegando al Rey Bermejo
Di ó le una mortal Untada,
Diciendo:^ Toma, alevoso,
Que jamas se me olvidara
Qne hice una pleitesía
. Con el Rey de Aragón mala
Por tf, do perdf el castillo
De Ariía y su comarca.—
Respondiírale el Rey moro
En su lengua estas palabral:
— Rey D.Pedro, Rey D.Pedro,
Hecho has corta cabalgada.
Mahomad, Rey de Granada,
A Sevilla babia llegado
Con cincuenta caballeros
Qae lo venian guardando.
Mochas joya* trae el moro
Para ese Rey castellano:
Don Pedro era el Cruel
El qae tenia el reinado.
Vi^nele á pedir ayuda
QueelRey se la babia mandado.
Que tiene guerra con moros
De él quiere ser ayudado.
Mandiralo el Rey prender,
Llívanlo mny maltratado.
Taradle lo que traía
T £ Tablada lo han llevado,
Donde al Rey moro y tos sayos
A las caBas han jugado;
El Rey como es tan cruel
De crueldad babia usado;
Tiróle al moro una lama
Él propio con la su mano.
Pasóle de parle í parte-
Lo que á Rey no era dado.
El Rey moro en alta voi
En arábigo ha hablado,
Dijo; ¡Oh qué torpe triunfo,
Rey Pedro babíisoí ganado
En matar & m( sin causa
Con sed qae te habla cegado
De mi sangre y mis tesoros
Que tú me habías tomado!-^
También matara i los suyos
Qne ninguno habia dejado:
Todos mueren i las caSas
QueelmalRey lo habia mandado.
Dg.l.zedt>>COOgle
3)3
Los fieros caerpoi rcvneltoa
Entre los robastoa brazos
Están el croel D. Pedro
y Don Enrique sn faerio*no.
No son abrazos de amor
Los qoe los dos SE están dando)
Que el nno tiene ana daga
Y otro un puñal acerado.
El Rey tiene á Enrique estrecbo
Y Enrique al Rey apretado.
Uno en cólera enceudido
Y otro de rabia abrasado;
Y en aquesta fiera Incba
Solo un testigo se ba hallado,
Page de espada de Enrique
Qne de afuera mira el caso.
Después de tucbar vencidos
¡ Oh saceso desgraciado!
Que ambo* vinieron al tnelo,
Y Enriqne cayó debajo.
Viendo el page í su seSor
En tan peligroso caso
Pur detrás al Rey se allega
Reciamente de él tirando,
Diciendo: Na quilo ñey
Ni ponga 'Rey de mi mano,
Pero hago lo que debo
Al oficio de criado.
Y dio con el Rey de espaldas
Y Enrique vino á lo alto,
Hiriendo con un puSal
£a el pecho del Rey Talso,
Donde á vueltas de la sangre.
El vital bilo cortando,
Salió et alma mas cruel
Que vivió en pecbo cristiano.
10. (Anónimo).
A los pies de Don Enrique
* Yace muerta el Rey D. Pedro,
Mas que por sn valen t (a
Por voluntad de los cielos.
Al envainar el pañal
El pie le puso en el cuello,
Que aun allí no está seguro
De aquel invencible cnerpo.
RiSeron los dos hermanos,
X de tal suerte riieron
Qae fuera Cain el vivo
A no haberlo sido el muerto.
Los ejércitos movidos
A compasión y contento
Mezclados nnos con otros
Corren á ver el sncesoj
Y loi de Enrique
Cantan, repican j grílan
yiva Enrique; y lot de Pedro
Clamorean, doblan, lloran
Su Rey muerto.
Unos dicen qne Toe justo,
Otros dicen qne mal hecho.
Que el Bey no es crnel si nace
En tiempo que importa serlo,
Y qae no es razón que el vnlgo
Con el Rey entre á consejo
A ver si casos tan graves
Han sido bien ó mal hechoi;
Y que los yerros ip amor
Son tan dorados y bellos
Cuanto la hermosa Padilla
Ha qaedado por ejemplo,
Que nadie verá sus ojos
i.,Goog[e
Que no lenga el Rey por cnerdo.
Mientras como otro Bodrigo
No paio fuego á lo rtiiio.
T los de Enrique Stc
Los que con ánimos vilea
O por liionja ó por miedo.
Siendo del bando vencido
Al vencedor siguen luego,
Valiente llaman á Enrique,
Y i Pedro tirano y ciego,
Porque amistad y justicia
Siempre mueren con el muerto.
La tragedia del Maestre,
La naerte del tiijo tierno,
La prisión de Doña Blanca,
Sirven de infame proceso.
Alanos pocos leales
Dan voces pidiendo al cielo
JuRticia, pidiendo al Rey,
Y mientras que dicen esto
Los de Enrique &c.
Llora la hermosa Padilla
El desdichado suceso.
Como esclava del Rey vivo
Y como viuda del muerto.
¡Ay Pedro! que iDuerle infame
Te han dado matos consejos,
Confianzas engaBosas,
T atrevidos pensamientos.'
Salló corriendo á la tienda
Y vi¿ con triste silencio
Llevar cubierto su esposo
De sangre y de paBos negros,
•Y que en otra parte i Enrique
I.e dan con «plauso el cetro:
Campan aa tocan los unos,
Y loa otros instrumentos: v
y ¡o* de Enrique ia:.
213
Como acrecienta el dolor
La envidia del bien ageno,
Y el ver á los enemigo»
Con favorable suceso.
Así la triste seBora
Llora y se deshace viendo
Cubierto á Pedro de sangre,
Y á Enrique de oro cubierto.
Echó al cabello la mano.
Sin tener culpa el cabello,
Y mezclando perlas y oro
De oro y perlas cubrió el cuello:
Quiso decir Pedro, á voces,
Villanos, vive en mi pecho;
Mas poco le e provecho,
Y inientras lo está diciendo.
Los de Enrique &e.
Rasgó las tocas mostrando
El blanco pecho encnbterio,
Como ai fuera cristal
Por donde se viera Pedro:
No la vieron los contrarios
Y viola invidioso e) cielo.
De ver en tan poca nieve
Un elemento de fuego.
Desmayóse ya vencida
Del poderoso tormento,
Cnbriendo los bellos ojos
Muerte, amor, silencio y sM&o.
Entre tanto el campo todo
Aquí y alli van corriendo
Vencedores y vencidos,
Soldados y caballeros:
Y ¡os de Enrique
Cantan , repican y gritan
P'iea Enrique ; y ¡os de Pedro
Ciamarean, doMan, ¡¡oran
Su Bejr muerto.
u3i.z.iit>,Goog[c
tii«iiv»iiiitiiiiii>v^vmv»iivMit,iiir\itti»i»ivvii
ROMAI^CES
DON ALVARO DE LUNA.
' (Anónimo).
Halikiido ctU^ «obrcmeía
Con paridad y ■ilenciO)
IiCM o)oB cnUmecidof,
íot inimcM ínqoielos.
La Dnqneía de Eicalona
T el Condenable del reino.
No como otras vecei snelen
De placeres y contentoi.
Mo daban gratoi oidos
Al dnlEor del initroinenlo,
Ni de gracioMM ¡agí ares
Goilan donairct y cnenloi,
Qne al coraaon afligido
Cuando el alma da tormento,
No deja logar vacio
Que no lo ocnpe en el pecho.
Tomd el Mautre la mano,
Bepresentando ca m gesto
Vna trágica detdicba
De ance«oi verdadero!.
——No »é qué imaginación
Contra mi dicha ae ha pneito,
Qne amenaxa nna caida
Haata el mu profundo centro;
Poco í poco va faltando
Aquel rciplandor «upremo
Qne i mi Lona preitú el aol,
T hoy en vea d'el presta dnelo,
¡Mas aj vida infelice y deía-
Antet lormenia *oií que dulce
Fai remedando al cipria
Qae qaiere subir al cielo*
Y faalld mas cerca del rayo
£1 rigor de sa elemento:
Prestóme , coma i Faetón,
Sd carro y caballos Febo,
T de sn fuego abrasada
En humo quedó deshecho.
En vencer mis enemigos
Nada á Josué me parezco,
Paes él venció con h Inc
¥ yo con ella pereceo.
De Nabncodonosor
En mf la ealftoa contemplo
De oro y polvo levantada
Que deshecha vino al snelo.
Un declarado enemigo
Pone i mi vida estropiesa.
De la codicia engafiado.
Nacido en el hondo infierno.
Dg.l.zedt>>COOgle
Dicen que m llama fnvidií,
T aiinqtie(D rostroy Ullecj btllo
Vivo raí le despedazan
Vientre, eatrañai,pecbo7caerpo.
Atilte en loj tribanales
¥ en los palacios soberbioSi
Vístese de cortesía,
Traía con los lisonjeros:
íMoí ay vida infeiice y desO'
Antea tormento sois que dulce
Eate contrario insafrible
Cansa mi pena y tormenioi
Que acomete acompañado,
Y yo, como solo, temo.
Conozco de sus astucias
Los engaüosos rodeos.
Que las eulraSas destruye
El arqailran de su fuego.
Prodigio soy de mi mano,
D'el no huyo aunque lo tío.
115
TemeriMo qoe ni tambre
Fallará por an dmicnto.
No bailo Iglesia segura,
Pues la puerta de m templa
Me ba cerrado el Rey D. Juan,
Y á mi honor ba puesto hierro.
Volverá i mi suerte humilde
Como la piedra á su centro,
Pues me ha dado como ni3o
¥ quitado como vicio.
¡Ay pompa humana del mirado
Traida de los cabellos!
¿Cómo te gocé temprano
Para perderte mas prealo?— ■
Mas adelante pasara
El llanto y sollosos tiernos;
Llegó del Rey nn recado,
¥ levantóse diciendo:
{Mat ajr vida infeiice y dtta-
Antes tormenta tois que dulet
A D. Alvaro de Lnna,
Condestable de Castilla,
El Rey D. Juan el segundo
Con mal semblante le mira.
Diá viKlta la rueda varia,
Trocó- en safia sus caricias,
El favor en amenazas,
Privaba , mas ya' no priva.
Ejemplo dejó en la tierra
Porque el hombre mire arriba,
No hay seguridad humana
Sin contradicción divina.
Una siesta , el Condestable,
Que dormilla no podía,,
Can so •ecrelario á solas
Desta manera platica:
—Hoy el Rey no me ha hablado.
Miróme de mala guisa.
Dejáronme venir solo
Las gentes qae me segnian:
Traidores me quieran mal
¥ con el Rey me malsinan,
Él es fácil, falsas ellos.
Vencerán le si porfian.'
-^-Condestable, mi aeSor,
El raar brama, el aire arrima
Tu nave á enemigas rocas,
A mayo a porque no embista.
Sigue, cual la sombra al cuerpo,
A la privanza la envidia.
L)ji.z.iit>,Coogle
216
ApriM snbi>t« al trono,
Guarda no bijea aprisa.
La pompa fanmana Id í»het
Que engendra ambición mal-
Pesadumbre qae en el aire
Está de un cabello asida.
A loí piefl del Rey te arroja.
Di le, tenor, resacita
£«[e maerto á k tu gracia,
Van íae tn gracia su vida.
Grande amor nanea se acaba
Sin dejar grandes reliquias
Qae discnlpen del amado
a." (Al
j^ El Maestre de Sanliígo
De los privados ejemplo,
A los pies del Bey «e arrdja
£stas palabras diciendo:
Bien se echa de ver, señor,
Qae hay falsos en la consejo.
Pues qne puede una traición
Mas que el amor en tu pecho.
Los faaheres qne me diste
Fueron la caasa , pues ellos
Dieron principio i la envidia
Que en este pato ine ha puesto.
Fácil fuiste para darlos
y fáciles se volvieron.
Que mercedes tan baratas
No tienen buen fundamento.
Esta cruE que me pusiste
£s la crac que agora llevo,
Qne et amor hiio suave
Y tu desamor tormento.
Bien tiene que ver el mundo
De mi terrible suceso.
Pues el que se vi6 á tu lado
Agravios y demasías.
Tendrán tus amigos gloria.
Tus enemigos desdicha,
Tu verdad Vitorias claras,
Claras penas sus mentiras.
La humildad todo lo vence
Con tos Beyes, las porfías
Son vaivenes peligrosas,
Dan miserable caída.--—
Esto dijo el secretario.
Triste el Maestre suspira.
Diciendo qne á Dios ensaSa
£1 hombre que cd hombre fia.
Se vé á los pies sin remedio.
No pido que me perdones
Que contra l( no hice yerro.
Antes aquestos me pones
Porque parezca tenellos.
Conteola á mis enemigos,
Pero nira. Rey, qne veo,
Pues que me matan sin causa.
No estés muy seguro dellos.
Dellos te guarda , seilor.
Que es en traidores muy cierto
En haciendo una traición
' No parar hasta ser ciento.
A muerte estoy condenado ,
Y de morir no roe quejo,
Porque acabarse tenian
Cosas que no son del cielo.
Rico y próspero me he visto,
Pobre y cautivo me veo,
Lo ano para mi daSo,
Lo otro por mi consaelo.
Ya mi Lana está ectipsada*
Ya no da luz cual nn tiempo,
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
Porque le b« faltada e] «ol
Qae )e di¿ la lat que pierdo.
Sé que se traU en pedir
Limoma para mi entierro,
Yo caal alma tela pido
De aquel tu querido cnerpo.
Tu miiericordia es falsa,
Tu jmlicia no la temo,
Pues voy delante de un ¡neí
Mas justo y mas juiliciero. —
Esto dijo el Condestable,
Y el Rey eotrd en su aposenlo
Sin respondellc palabra
A lo que estaba diciendo.
— Subid, señor Condestable,
£n ese trotón aprisa,
Fugireis del Rey la saSa
Qne i daros la muerte iacita.
Ño oa fiéis de la fortuna
Que cuido qne borrible os mira,
¥ es sin prudencia su rueda
T os puede abatir de arriba.
Inconstantes son los hombres,
Sds palabra» son fingidas.
Cautelosas sos mercedes
Y sus falagos mentiras.
Volved los ojos , señor,
A las pasadas ruinas,
T fartad el cuerpo agora
A la que vos viene encima.
Teaedes espejos claros
De mil pasadas desdichas,
El tiempo vos da lugar.
Las señales vos avisan.
De los privados lisonjas
Son afeitadas mentiras,
Y cuido que ban de ser sombra
Pues el Rey su gracia oa qoita.
A las pasadas mercedes
No miréis, que ya declinan,
Y enredan ou hombre baenoj
Non vos fiéis, mas fogildaa.
Que i la corriente furiosa
La saBa del Rey imita.
Con cuyo raudal veloz
Lo mas alio se derriba.
Pensad que habrdes subido
A cslremo de la' desdiclia.
La levantada privanza
Vos amenaza caida.
La muerte viene con ala*
Puestas las faldas en cÍBla,
Non hay plazo que non llegne
Ni deuda que non se pida.
De invidia una escora nube
Vuestros reflejos eclipsa,
¥ desos divinos rayoi
La loi de privanza qaitan.
Machos grandes conocéis
Que vos tienen grande invidia,
£) Rey es fácil, vos solo.
Guardad no vos hagan minas,
Qne en la casa de los Reyes
Como la ambición domina,
Anda solapado el odio
Y cansa grandes rofnas.
La Reina os quiere dar muerte.
El Rey el segur afila,
Dalde lugar en que quÑbre
El tiempo sus graves iras.
No vos sujetéis í fierros
De tas cárceles esquivas,
Que enemigo aherrojado
Mas á la contrario «viva.
u3i.z.iit>,Coogle
9)8
Non seti* en vaettraa coms
ía flor de U maravilla,
Qne crece' at MÜr d *ol
Y el mismo «>1 la marchila.
Activad la aguda upaelt,
Mirad non voi falten cincbaí.
Que mal qne ruego de baenos
Oí importa la fúgida.
Dad oido á mis rauncí
Qoe el amor la lengna incita^
Dejad la corte y fugid,
Qne esperar non acredita.—
£atú dijo al gran Maestre
Un page que le servia;
Non cnró de ¿I,
Recostado en ana silla.
El Be; se sale de Misa
De Santa María la Blanca;
Don Alvaro el Condestable
Con otroi lo acompañaba,
Dfjole el Rey en llegando
Con enojo estas palabras:
—Partios de aqnf, Condestable,
Que por vos me desacatan;
Por creer vuestros consejos
Mal me quieren en España:
Si por ende hacedes otro
Harfadea en ello saña.—
Ta se parte el Condestable,
Ya ae vuelve i so posada
Amenasando i los Grandes
Que al Bey tan mal informaran.
En la noche á la su cena
Diego Golér recio entrara,
Dfjole; Catad señor,
Que por todo Burgos anda
Como habedes de ser preso
El miércoles que es mañana:
Cabalgi en la mi muía
Que yo os sacaré en ancas
A la puerta de San Juan
Cnbierlo con la mi capa.—
£1 Maestra se tarbú,
Dfjole que bien hablaba;
Pidi 4 ana copa de vino
Con unas peraa asadas:
Como las hubo comido
Adormido se quedara.
Dtjole Diego Gotér
Saliese qoe ae tardaba:
Dijérale, anda, vele,
Que voto á tal que no es nada.
A la mañana otro dia
Cartagena ae levanta,
Viii venir Don Alvar Ziiñiga
Con doscientos hombres d'armaa.
Fue i despertar al Maestre,
El Maestre luego a'arma:
Di jóle á tu padre avisa
Qoe por él cercan la casa:
Castilla viene diciendo,
Libertad el Rey demanda.
£1 Maestre al gran ruido
Asomóse á una ventana.
Dijo hermosa gente es esta;
Mas luego dentro s'entrara
Que le tira un ballestero
Y por mny poco le errara,
£1 combate fne tan recio
Que no hay cosa que le valga;
Acordó darse i prisión
Así como el Rey lo manda.
El Bey pasaba á comer.
Iba allí el Obispo de Ávila,
u3i.z.iit>,Coogle
Viált Momar el Macilr«
1 como le vi¿ mí l'faabla.
El dedo pacato en 1« frente
Dijera con vob njny alta:
Para esta , Don Obispillo,
Qae la paguéis bien doblada — —
El Obispo respondiera
Con miedo al velle coa saSai
—Por laa ordene» qoe tengo,
ai 9
SeSor, yo no os culpo en nada.
Ni 03 tengo mas cargo desto
Qae os tiene el Rey de Granada.--
Envi¿ el Maestre al Rey
Le escachase una palabra:
El Rey le eavi¿ á decir
Se acnerde le aconsejara
Qae á hombre qoe prendiese
Nunca le mnestre la cara.
Ta le sacan del portillo
Con moy gran caballería
A Don Alvaro de Lona
Condestable de Caitilla.
Sácalo Diego de ZdSíga
Qnel en (jnarda lo tenia,
Muy cercado de hombresd'armas
T de gente mny Incida.
LléTanlp á Valladolid
Q»e B9Í el Rey lo prevenía,
' T al llegar jonto á TndeU
Le salieron i la via
Ciertos frailes de Albroy
T fray Alonso de Espina,
Va reverendo maestro
En santa Teología.
Cuando los vido el Maestre
Moy mala leital sentía;
Mas los frailes le aportaron,
Fray Alonso le decía:
—Mirad, bijo, qaeste mondo
Pasa como fantasía,
T da mny mal galardón .
Al qae mejor le servia.
Recibid, paes, con paciencia
La mnerle que os acndia
En pago de los dcliloa
Qne habeia hecho hasta este dia.
Pedid perdón muy humilde
T con el alma contrita
Al Omnipotente Dioa
Que es lo que mas os cumplía.-^
Con estas tales ra sones,
T otra» qne ansi le decía,
Llegan á Valladolid
A las tres horas del dia,
T llévanlo á aposentar
A la* casa* do vivia
Alonso Peres Vivero
Qael Maestre muerto había.
Allí la mnger y hijos
Con gran rabia le decíaU:
— Aqnf pagaría. Maestre,
La ta. grande villanía;
La muerte del buen Vivero
Hecha con alevosía,-^
Oyendo aqnesta* ra iones
Gran pena y dolor sentía.
De ver cual se holgaban todoa
Del gran mal que le venia.
Estuvo en eslaa priaionea
Hasta qoe el sol se ponía,
T laego en anocheciendo
Lo llevan, qne ansi cnmplia,
Dg.l.zedt>>COOgle
330
A cas Don Alonso d« Zd&iga,
Los frailes en compa&fa,
Y macba gente de guarda
Que en la casa do cabía.
El año rail caá 1 rocíenlos
Cincnenta y dos ba pasado
Del muy lauto nacimiento
Del Hijo de Dios sagrado.
Presidentes y Oidores,
Y todo el Real Senado,
Están viendo un proceso
De crimen muy snslanciado
Contra Don Alvaro Luna
Del Bey Don Joan gran privado.
Visto y revisto por todos
T muy bien examinado,
Dan una crael seq Cencía
Todos en ono acordando,
Qae le priven de sos tierras,
Que le quiten sos estados
De Condettable en Castilla,
De Maestre de Santiago,
De Conde de Santisteban,
A Trujillo y su ducado,
T que vuelva á la corona
Del Bey de do fue asurpadoj
y atíntos i sus delitos
Y 6. los mates que ha causado,
Mandan que ie saquen luego
Como hombre reo y culpado
A la voü del pregonero.
Que publiqueel mal que ba abra-
do.
Por las calles de la villa
Y lo lleven al mercado,
Y qne i fuer de hijo-dtlgo sea
En la plaza degollado,
Y que pongan su cabeu
Con nn clavo atli hincado, ■
Y que esté allí nueve días
Sin ser de nadie qnitado
Porque á otro sea escarmiento
Y sea bien castigado.
Sin ninguna apelación
Manda sea ejecntado.
Vinselo i notificar
Al Maestre desdichado
A casa de Alonso de Zúfliga'
Do i.\ estaba encarcelado,
El cnal dijo que lo o(a
Muy sereno y no turbado.
Pues quel Bey era conletifb
Que él era también pagado.' '
Luego confiesa y comulga' -
Con un fraile gran letrado, '
Pide algo de comer
Porque estaba desmayado.
Trujéranle pan y guindas
Y del
i han
cado.
Tomó tres 6 cuatro dellaa
Y del pan solo un bocado.
Mas bebió una ves de vino,
Y antes de babel lo tragado
Asentóse en una silla
No mny quieto de cnidado:
Así esperaba la muerte
Muy tdste y desconsolado.
Dg.l.zedt>>COOgle
S.o (Anc
Con trisle y grave lembUnU
Oyendo esU U atnlencia
El Condutablp de Luna
Sin género de fliqaeza.
No te ha turbado et temor
De la muerte ni el afrenta
Del acusado delito,
.Antes dice con paciencia:
-—Justo pago lia dado el cielo
A mi privanza soberbia,
^Que de servicios bumildea
Favores de «n Bey la engendra,
Pnes como biedra en sus brazos
Creció, y en fin como biedra
En fallándole sn sombra
No hay cosa qoe no la ofenda.
Nadie procure privar
Con los Reyea, porqae sepan
Que quien mascón Reyes priva
Tiene la muerte maa cerca,
Qne la privanza en el suelo
Et nna insaciable fiera.
Tósigo que sin sentirse
Se derrama por lai venas.
Es blanco donde la envidia
Todos sus tiros «siesta,
Terrero de las malicias, '
'Forlaleca sin defensa.
Púsome & m( la fortuna
En la cumbre de su rueda.
Mas coma es rueda rodó
Hasta bajarme á la tierra.
¡Ah segando Bey Don Juan
Y quí contento muriera
Si por servirle este dia
Me quitaras la cabeza!
Mas siento el perder la fama
Qne me quita ta grandeza.
inino).
Qne el castigo que me das,
Puesto que lo mereciera.
No me espantará la muerte
Pues no es morir cosa nueva.
Mas morir en tu desgracia
Masque el morir mealormenla.
Si jamas en dicho á hecbo
Ofendí tu Real grandeza.
No me perdone mis culpas
Dio), á quien voy á dar cumia:
Sino es que el hado infelice.
Mi clima y fatal estrella.
Quiso porque el cielo quiso
Que con voz de traidor muera.
Luna fui que allá en tu cielo
Tanto crecí, que pudiera
Cual otro Faetón al mundo
Abrasar si traidor fuera,-
Pero mientras no vencieron
Las invidiosas tinieblas
De tn sol las confianzas
En la fe de mi nobleza,
Mi Luna dio tanta Iue
Con la tuya acá en la tierra.
Que d« invidia se turbaron
En tn cielo mis estrellas,
Do hicieron tales efectos
En el sol de (u grandeza.
Que hacen menguar á mi Luna
Antes qoe se viese llena.
Entró la ventara el tiro.
Desenfrenaron las lenguas
Los émulos, y acertaron
En dalles tú grata audiencia;
Y como es todo finito
El bien que nos da la tierra,
En tierra me vuelvo yo
Con esta inmortal afrenta.
L)ji.z.iit>,Coogle
Crezcan contento* agora
Los que mi menguante eaperan.
Moa miren qae acaba el mío
Cuando i llenarse comieuian.—
Qniao pagar adelante,
Mas na pudo porqae entran
El de ZáAiga y seia frailea
Qne faa ya rato qae le eaperan.
Acompasóle gran gente
Como amiga de novelas.
Hasta qae en el cadahalso
Vio el verdugo qne le capera.
Abraióte S nn Cmcifijo
Vertiendo lágrima» tiemai,
Que an pecho qae eitá lin culpa
Con facilidad las echa.
Vaeltos los ojos al cielo
T lai rodillas en tierra.
Dijo : Dulce Seitor mío.
Mi alma se os encomienda.
Cortó el astnto verdugo
De los-homhroa la cabeza,
Qae por el aire decía;
Q-edo, credo í es/uerta , esfuerta.
9.° (Anónimo).
£1 segando Re; D. Juan
Turbado loma ta pluma
Para firmar la sentencia
De Don Alvaro de Luna,
T viendo que siete letras
Son en deshacer su hechura.
Que con mercedes tan altas
Tan ignal hito las sayas.
La Real mano le tiembla,
La veloz leagna le turba,
Qae clamor que esti en el pecho
Mal los hombres diiimajan.
^— ¡Ay ! dice, ¿cómo es posible
El aiclo permita y sufra
Qae quien tantas firmas hizo
Solo las desbaga unii*
¡Ay Don Alvaro mezquino!
¡Grande fue tu desventura,
Pues aunque te amó un Rey
Todo su reino te culpa! .
Bien (e librara del reino
Que en perseguirte se atina,
Maa sois, Don Alvaro, solo
T sus envidias son muchas.
Sobre la mar de mi gracia
Te aliaste cual blanca cspomat
Que lo qne larda en hacerse
Eso solamente dura.
Confiasies en el tiempo
Que i los confiados burla,
Que es con los males de plomo,
T con los bienes de pluma.
Esta sentencia que firmo
Hoy contra mi se ejecuta,
Qoe si eres hechura nía
Hoy se deshace mi hechura. —
Firmó poniendo la B,
Viola, y dijo; — Letra dtirn
Borrarle quiero , mas no,
Queel horror tristeza anancia<^i
Paso la o y la n,
Y como vio parte ¡anta^
Dijo : — No es don y sf lo es.
Es desdicha y no ventura.—
Acabó poniendo el Juan,
Y luego arroja la ploma,
Diciendo :_Qaiebro esta flecha
Que me ha muerta con la pun-
ta. —
No pudo hablar roas palabra.
Dg.l.zedt>>COOgle
Qne la garganta le aüiidan
L*» lágrimas qae pretenden
Salir de aa pecho janlu.
Echó el proceso en el luelo,
T en so retrete ae oculta,
Y el Secretario con uso
Parte á la prisioa obscura.
llnstrísimo se Sor,
Vuestra Esceleocia perdone,
T pues es fuerte resista
De la fortuna loa golpes.
Secretario soy del Rey,
T el Rey, mi señor, mandóme
Qne de la triste sentencia
Os relate estos renglones.
Pésame, porqne es de muerte,
Y de muerte tan inorme:
£stadnie atento, señor,
Que así dicen sus tenores:
'^^Yo et famoso Bey Don Juan,
• Segundo de aqueste nombre,
■ Mando lo siguiente cumplan
^Los de mi Palacio y Corle.
vA Don Alvaro de Luna,
nDuque de Trnjillo, y Conde
■ De Gomera y Escalona,
nMarquésde Trujillo y snorbe,
vCondeslable de Castilla,
hY sobre aquestos renombres
oMaestre de Santiago
■ Y de sus Comendadores,
■Mando : qne sea sacado
nDe las obscuras prisiones,
■ Y llevado por las calles
»Con trompetas y pregona,
■ Y en VOE alta sns delitos
vPabliqtKD por los cantonea
■ (Que lo que el tiempo descubre
hNo es bien encabran los hom-
bres);
»Y en tin alto cadahalso
»Lnego.su cabeza corten,
»Y en lina escarpia la enclaven,
nPorque escarmiento le tome;
»Y qae sos bienes confisquen,
■ Que pues por justas razonea
iiSon nuestros, será raían
■ Que á nuestra Cimara tornen,'*
De oir tan triste sentencia
El Condestable turbóse,
Y los ojos llenos de agua
De aquesta suerte responde: '
—Yo, Secretario, os perdono
Porque í mf Dios me perdone.
Olvidando la venganza.
Que ya es tiempo de perdones.
Con la muerte me contento.
La afrenta es razón que tiore.
Que la muerte al noble alivia,
Y la afrenta afrenta al noble.
Con grandes bienes me vf,
Respetado entre señores,
Mas quiere Dios que los bienes
En grandes males se tornen.
Sabio aprisa mi subir
Que me hizo dar gran golpe,
Que los qne suben mas alto
Dan las caidas mayores.
Enseñóse en mi á ser franco
El Rey, y en mf enseñóse,
Y después qne lo aprendió
Mas qne me ha dado quitóme.
Hfume de nada el Rey,
L)ji.z.iit>,Co.ogle
¡ai
T porqae pompa no cobre,
Quiere el cielo soberano
Que en nada me vuelva y torné.
Del Itey oigo la sentencia.
Con 9U gasto soy conforme,
Qaeqaiero tanto sd gusto
Qne rae pesa qne se enoje.
Grande me hiio ¿ ilostre
Siendo page humilde y pobre,
Fue de pajas mi cimiento,
C*y¿ al peso de jai torre.
Baton és qne mnera yo
Para qne tomen los hombres
De mi caida escarmiento,
¥ de mi moer te se a sombren .^^
Aqnestas palabras dijo
Ligrimas vertiendo el Conde,
¥ el Secretario también
Llorando de allí salióse.
Aqnella Lana hermosa.
Qne «as rayos le di¿ el sol,
Hoy en uu mortal eclipse
Pierde luí y resplandor.
Y en la mas alta sabida
Del cielo de sa valor.
Baja i la casa del Toro,
Y mnere en la del León.
Y por vivir para el cielo
Ya que en la tierra mariií.
Ansí ordena el testamento
Y última disposición.
<*To Don Alvaro de Luna,
■Freile dt mi religión,
uMaeslre de mis desdichas
»Pnes en la cátedra estoy,
■De mis bienes adquiridos
>Hago libre dgnacion
bA qnien me los did de gracia
sMieatras la ^uya dur¿.
>De Page gubf á Marques
»Qtie fué el primer escalón,
"Con título de Villena,
»Mas no vf por qné menguó.
■ Conde me llamó Castilla
nEstable, per» mintió,
«Que siendo Lana del snelo.
■ Mndanta me derribó,
■ En los bienes fui mudable
■ Y en el mal estable soy,
■ Y son tantos los que paso
■Que de verlos llora el sol.
uEn Portillo preso estuve,
«Mas no le hice en mi honor,
uQue el muro de mi nobleca
■ Portillo jamas sufrió.
■ Mis enemigos lo bicitron
»Con la bala de ambición
»Ycoa pólvora de envidia, .
xQue es muy fuerte munición.
■ Mando, que despaes de muerto
■ A los buitres de mi honor
dLcs entreguen ese cuerpo
■ ¥ se ceben á sabor:
■ Mas no coman, que presumo
xQue les hará mala pro,
■ Que un fiel bocado es pon^Sa
■ En el pecho de on traidor.
■ A la Condesa le pido
»Por nuestro entraBable amor
■ AldeSaldaña le endone
II La estrella qne alumbré yo.
■ Al Conde le doy palabra,
■ AI mando también le doy.
D3i.z«it,,Coogle
»Mo pierda nada mi hija
» Por Mr yo quien la «ngendró:
a Y'ya que por m( perdiera,
nía madre que la parió
sSapliera' por mf tai falUí
hA sombra de sa valor.
uAqaeite anillo qne ciSe
-El dedo del coraton,
■ Con él le doy i Morale*
vPor lo bien que me lirtid;
»Y li del que ciAe el mando
» Fuera naiverial aefiory
itDespaes de mi Rey, le diera
bA quien estotro le ¿ay-,
Hpero eche colpa i la envidia
»Qne fue la que me postró,
>>Que mi lealtad biea merece
uSubir de dondp bajó.
»T mis amigos qiiiiierau'
• Viendo el pato en que catoy
»Dar remedio á la* desdicbas
kQdc es el consuelo mayor.
■ A qnien voy á dar cuenta,
■ Me la tome con rigor,
»Si en el dicho 6 en el hccbo
»No tuve buena intencioli.
• Por ello prometo y jaro
aas
• Al Rey Don Juan mi seiíor,
• Que le be sido leal vasallo,
• Los aleves ellos ton.
• T si socorro pedí
• A ninguno éa mi priaion, -
• Como la tuve en el cuerpo
• Pase al alma, qu'es peor.
• Al Bey le pido m« entierrc
• Con la limosna qoe hoy
• Llcgire misericordia,
■ Pues sn justicia llegó.
•Este vestido que traigo
• Qae soto no me dejó,
• Pido no lo baya el verdugo,
• Porque al fin lo traje yo.
• Esta cadena le mando,
• Qoe solas prisiones doy,
■ Si acaso también no dice
■ Qu'es falso como el dadorj
■ T firmo mi testamento -
• Con sangre, que como es boy
•Dia de decir verdades
• No hay otra tinta mejor.
»T i' los que en Valladolid
■ Tienen de mf compasión,
■ Pido mi alma encomienden
hAI Señor qne la crió."
—A Dios, privania de Reyes,
Loca vanidad, i Dios,
Pues ayer me acompailáateis
T aolo me dejaia hoy.
Firme en vuestros engafioa
Y descDgaSado estoy,
Qoe solo di lo que tiene
El mando al mayor leSor.
Fnodé en é\ mis eaperanias
T cayeron c»mo yo,
Que es derto qne cae roas bajo
El qne roas alto lubió.
Cual remolino hasta el cíelo
Quise snbir, mas sopló
Viento contrario y dcahito
Mi locura y ambición.
De leales fui dechado,
Y aabe el cielo lo j*oy.
Mas el leal solo vive
Lo qne permite el traidor.
45
u3i.z.iit>,Goog[c
336
OohIm U Primavera
Coaado el AgMto Uefó,
Que el £atfo de ordinario
Marchita la meior flor.
Siendo Luna crecí Unto
Qdc qniíe ifiaalar at lol,
Mas como fnc lol de hcbrera
A lo meior me dejó. ' ■
¿Qaiia de un Rey no cooGira?
¡ Ay Be; DoD Joan mi aeSor!
¡Cómo tu» reales favore*
El vicDlo se loa llcv¿!
Hechura £<ií de tus manoa,
Y •noque hacerme le CMtó,
Fui como vaso de vidríoi
T en tus mano* se quebnS.
Fuf archivo de maccfedet^i ^ ■ ■
Pero imagino qae son
Como tesoro de doende
Que le me ha vuelto carbón.
Fahricaate en mi um» mIíIim
Cnal NabucodonoMr,
Maa fueron lo> pica de barro
T al primer golpe cayó.
Machos ti In los me diste.
Mas paes me los quitas hoy
Fue tragedia mi priva a aa
Que tu amor represea id.
Mil veces firmí por tí,
T sola una qoe firmd
Tu Real mano, fue bastante
A deshacer mi opinión.
A la muerte me condenas.
Con gutto i la mtieric voy.
Que ei bien qae siegues la espiga
Qae to mano cultivó^—
Esto Don Alvaro dijo
Saliendo de la prisión.
Donde mediante la moer te
Su Luna llena eclipsd.
—Los que servía á los Btjtcs
Motad bien la historia'aiai
Catad qué i la fio se engaña
El hombre que en hambres ié.
Nací desnudo y crieme
En estrecha y pobre vida.
Mas mi noble y alta sangre
Bien no me lo permitía.
Apenas tuve siete años i . .
De Aragón vine á Castilla :
A servir al Rey Don Jjith
Qae el Segundo se decia:
Servfle veinte y seis aSos
Los mejorea de'mi vida, '
Poso el ánimo en quererme,
Grandes mercedes me hacia.
FaJ Conde de Santisieban,
Condestable de Castilla,
Duque de cinco ciudades^
Señor de sesenta villas;
Maestre fui de Santiago,
Que es ser lo que ser podi*.
Por mi la Inoa en el mnndo
Mas qu'el sol resplandecía.
Duques, Condes y Mar^oeae*
Hacia yo y. deshacía:
Ciudades, villas, castillo»
A mi mandar loa tenia.
Fortuna , qv« del discreto
Pocas veces se desvia.
Aparejóme ocasión.
Yo bien se las entendía;
Pero A golpes de fortuna
No hay esfueno y ralcntfa.
Dg.l.zedt>>COOgle
Qae lin poderme valer
VaMlloi ni nombriidí»,
- Afio de mi) CDktrocienlos
Cincacnta y treí «icribii.
Cuando en medio de ana pita*
Un triste pregón dccia:
**Manda el Rey q«e eite hombre
■ Qae tanto le deiervia:
bY le corteo la cabeaa, .
Opinión bnbo enlrc gente*
Que entonces no moriri*
Si viese la ara al Rey
Como yo m lo pedia.
Escarmiente en mi todo hombre
927
Qae en este mvndo confia,
Qae yo por fiarme de él
Bien pagado me lo babia.
Por haberle dicho al Rey
Qae cuando i a^aien mal quería
Pusiese por ley constante
Qae nuaca le miraria,
Agora la ley que pnie
En mi veo se cumplia,
Que la preiencÍB Real
Se me niega en este dia.
Muera, pues el Rey lo manda,
Pague el cuerpo pues debía,
T perdone Dios mi alma
Por su bondad infinita.
—Riguroso desengaño.
Conocido mal y tarde,
Llave de soñadas glorias,
Si en el sueQo glorias caben:
Aborrecible es (n n«mbre, /
Todos hoyen de hospedarle, .
T el que mas debe i forlana
Rebosa mas el tocarte.
En terrible ceynntara
Bas pisado mis umbrales,
Mes quien enemigos tiene
Obligado esti á guardarse.
Presunción, privan**, altea*
Favorecieron nia partes;
Pero tu golpe croel
Hoy me maestra lo qae vale.
A la oreja de mi Rey
Td y mis émttlos llamasles,
Qae el qae envidiosas escacha '
Vive entre errores y grandeai
Pero al fin el Rey es moM
T sajelo á novedades,
Y mis enemigos machos
T continao so combate.
Que¡* algan* tengo de él,
Pero m*a pnedo quejarme,
No quiero decir de quien
Pues ya no presta, ni vale,
Que el lag*r qne yo ocupé
Es duro de conservsrse,.
T sítelas con tal esccao
Anoncian caídas tales.
I,** privan*** con lo* Reyes
Deben por cierto estimarse
Cuando á cada cual se dan
Cargo* que al mondo no espan-
ten;
Qae el dar al particular
Lo qa'e* debido i lo* grande*,
Corta providencia argnye
En qaien las metxede* h*(x.
Demás que el que las recibe
Dg.l.zedt>>GOOgle
228
Becibe igravio notable,
Pnu le dan nn pregonera
De sn »er y calidadeaj
T el uo darlo á qaien u debe
Se puede llamar qailarw,
Cuando el grande j el no tanto
Son en merced» igualei.
Llegué al punto de privanza,
No tuvo el Rey mai que darme,
Vióte mi Luna creciente,
Y agdardaba la menguante.
Por traidor dicen que muero.
Dio» y el Rey muy bien lo saben,
Tacón el Rey no bay discalpa.
Con Dios al, no bay engañarle.
Dijera el pregón mejor:
"Muere ette hombre miserable
¡Qui¿n faera an pastor cuitado
Entre míseros «ayales.
Que en la comalia del mando
Hiciera nn hambre ignoraAte!— >
Esto el de Lana decía,
Cuando del Abrojo nn frail«
Le dice que se perciba
Para el riguroso trance:
Que deje cosas de mundo
Pues dan el psgo que sabe,
T que fije en Dios la mente
Y méritos de su sangre:
Que tenga ¿ dicfaoia muerie
El qve sos cnlpas se laven
CoD tal género de muerte
Por do le pingo llamarle.
En esto el duro cacbillo
Rechinando por los aires,
Dividió del cuerpo aflito
Los espiritas vitales.
—Lo de ayer yt se pasó.
Lo de boy cnal viento pasa;
Lo de mañana ann no llega.
Asi aqueste mundo anda.
En él lo Brme perece
A manos de la mudanza.
Lo mas «ano luego enferma, -
El deseo no se alcanza.
En cien aSos, si hay de vida,
De contento ana hora falta,
Porqne á quien prende na suelta
Si el mundo una vea le ata.
Aflige y no da consuelo.
Roba sin que vuelva nada,'
Altera y ao pacifica.
Lastima y después halaga:
Sin «iros da sentencia.
Vivo os sepnlta y acaba,
Lo qne promete uo cnropie.
Sírvese bien, y mal paga.
' Convida para engañar
Y para abatir levanta,
Síd perdonaros castiga.
Da honra y deipnes infama.
' Quien mas acierta mas yerra,
Pierde qnien piensa qne gana,
' Lasta por él qnien le fia,
Y es inqnietnd su privanta.
En él entramos Dorando,
De él con lloro noa apartan,
Qne lo qoe se siembra en llcnros
Cn lloros el frnlo paga.
Mientras te vive es pesar.
Confusión, tormento y ansia.
Dg.l.zedt^COOgle
Y al fin pira en ■Aieciotí,
Ingratitud, temor, rabia.
¡Qaé de llaonjai, mealirai,
Presoncioa y glorias vanai,
Locaras y menoiprtcios,
Honras, riqneías soñadas!
¡Qué de miquinas, codiciag,
Tráfagos, {lícitos y trampas,
Sobornos y tiranías,
Iras, poderes, vcD^anias!
Arrincwia la bomildad,
Trianfa y vale la ignorancia.
Que en el favor, iolerís
Tiene segura* espaldas.-^
Esto entre otras coaaa dice
Va fraile que consolaba
A Don Alvaro de Luna
Mientras la muerte csparalia.
^— Hagan bien para hacer bien
Por el alma de$le hombre.
Al son de las campanillas
Van diciendo en altas voces:
Den para enterrar el cnerpo
Del rico ayer, y hoy tan pobre.
Que si no le dan mortaja
No la tiene ni hay de donde.
Mueva i compasión su muerte,
Socorrelde, pretensores.
Pues que tanto dio y dar pudo
A .tantos de loa qjie le oyen.
El que daba dignidades
Haciendo Duques y Condes,
Grandes, Marqnesea,. Prelados,
Maestres, GiMen dad ores,
Al que con la voluntad
Podo hacer y biiO hombres,
Como delincaente muere:
Dalde limosna, aeilofes.
Ayer el mundo mandó,
Hoy de nn bochín sucio y torpe
Se sujeta al proceder,
T humilde á aus pies se pone.
Por estas calles que hoy pasa
Entre confusos pre^nts.
Le vimos acompañado
Del mismo Bey y sa corte.
T ¡dichoso el qae alcaniaba
Su lado, 6 ponerse adonde
Con su vista le alcaniase,
Ta que no con sua raaones!
Hoy i.eate mismo acompafian
Mil populares montones
De gente ociosa, perdida.
Vagamundos, malhechores.
El que, pudo lo que q;aisQ
Con loa dados por tutores,
Como delincuente boy naaerc!
Dalde limosna, seAores. .
¡Ob mando vano, c^ducD, ,
Cáxaa pagas á quien pone , .
Sus esperanias en tf!
¡ T cuin pocos te conocen ! —
Esto un cofrade decia
De la Caridad é voces, ->, ,
Cuando por la Costanilla .,;
Un tropel de gesUe. ■«mpt^.r
La guarda del Bey D»ii J««a'
Se divide en escuadrOBCS^ :■ ,
Papa que de , su justicia ;) '■
La eiecucion no ae ealwlKi ^ '
Gran cantidad da alguacMes,
Dos Alcaldes da, ««.corte,,,,,. '
Tres Capitanes con güntev
Por las calle* y cantodcs: .
Dg,l,z«lt>,GoOg[C ■
S30
Plata, aparte,' apartt, cUman
Djciendo los nnSidorea:
llagan bien para hacer hita
Por ti alma dtile hombrr.
En medio viene el de .Lan*
Rompiendo lo» coratonea,
En nna maU enjntada,
CapnE li»U lo« tatonet.
Una caperuia negra,
Agravado con priaiones,
A los lados DDO j Otro
Un par de predicadores.
T(»dos se conmueven de ét,
Ho hay qnien de vello no llore,
¥ al preguntar por qtié mnere
Todos los hombros encojen:
Los pregonero* lo dicen,
Unos i otros lo responden.
Llegaron' á nu cadahalso
Encima del caal le ponen.
Teatro de sn tragedia.
Donde lo que dicen oye:
Hagan bien para hacer bien
Por el alma desie pobre.
Apriesa llega la noche
Envaella en sn manto negro.
Con qne apenas se divisan
Formas y plantas del «Délo;
Escasa SD las mostraban
Las bellas lumbres del cielo
Pronosticando desdichas
Con infelices portentos:
EacondMse el claro dia,
Pasúseá occidente Fcbo,
Dejando de sns reliquias
El campo mustio y enfermo;
Era maa de media noche
Cuando en profnndo silencio
Dan descanso los mortafes
A los fatigados cuerpos.
Cuando et cansancio dittmo
Se restaara con el sueño,
T todo duerme y reposa,
T tan solo ladra el perro.
Que cOn mortales abullidoa
Da mucho espanto i los eco>
Como que anuncian ruina
Del verdadero suceso.
A tal hora vide un bullo
Formado de secos huesos,
Con nna vara en la mano
T una Luna puesta al cuello.
*^To soy la Muerte , me dijo,
oCulpa del padre primero^
sDe ínobedieDcia nacida
u Para pena y daño vuestro,
uSoy del divino juicio
■ Enviada contra on reo,
bQuc en esta Luna subido
■ Tuvo sn felii asiento.
■ Condénale la malicia,
■ Siendo U envidia del pueblo
bEI fiscal del acusado,
kTo el cordel y el instrumento.
■ Mañana i las diet del dia
■Conocerla mis efetos,
■ Y el rigor de mi cuchillo
■ En el hombre mas enhiesto.
■ Darí en tierra con la cumbre
■ Del edificio roas bello
■ Qae levantó el Bey Don Joan
■ T qne han visto nuestros licm-
Volvf 6 mirarle los ojos.
L)¿i.z.iiuGoog[e
T vik cercado y preio,
A caballo ea nni mala
Cobicrto de loto negro.
Advertí el valgo afligido.
Sordo, lloroso j aoipeiisa
Contení piando esta caída
Como en cristalino espejo.
De dos en dos divididos
lie siguen de Ireclio i trecho.
Los ojos enternecidos
Con qne algunos van contentos.
Mirí bien j conocí
231
Al Condestable del reino,
Maestre dé Suitiago,
De la vida humana «íemplo.
Eo las manos del verdn^ .
Inclinaba el grave cuello.
Cuya sentencia pobllca
En voE alia el pregonero:,
CúmptoMt la juaiida, . .
Que munáa el Rey jr quiere ia
maSeia, . .
Sobre eiU dttdiehhdo
JOelaternodetu LuBodenribado.
^Bajad, pensamiento, dice' '
El Condestable aBigido,
No imitéis á vuestro dueSo
En descender al abismo,
Qae annqne del alba hermosa
Vais adornado y vestido,
Como la nieve os regalan
Jjos rayos del sol divina.
Tuve sus luces prestadas.
Un nublado las desbíao
Con no vapor levantado
De la malicia del siglo.
Hechura fol ie mi tlvy, '
Mejor fuera no babev srdo,
Pnes hoy dethacenii eslitoa '
El furor del torbellino.
jAy triste miseria hnmana
Llena de fragosos riscos!
jQaé de cnlpaa alimentas!
Tú sustentas como; á bl}o« .
Con el dulior de tn mesa;
Los qne en habiendo comido -
Como sirenas' «Bcanlai, ■ ''
Malas comói^modrilD. '■'.
Es la aparíencia dq! ttnndo" '
PonuBs de basilisco.
Una piedra imán del alma, '■
Lasos det'coerpo y bechieoí '
De la.mas humilde 'tierra
El piadoso Dios n«s hia«,
Y com6 mejor :al hombre
Sobre' lodos di¿<doiDÍinb> '
Ayer da, nada nací,
y hoy en siete pies ^elido(
A la anligaa madre doy '; ■'
Pensioav tributo- y- sabaidio;
Qae si naclldedtisét'ia, I
Miseria soy coBvertid«^
Volviendo i mi pi'opÍD oeAlro
Muy mas pobre qaefaf'iricn.-
Hoy jni^a ef cielo mi a cntpaft'
En el divino concilio,
Y el vecdádero Jota s*b«!' '
Que en nada al Bcybt «fendidt).
Sola la envidia me tiiéHi •■ '■
Qn'es' el mayer.ien( Ji ai | o- ' "
Qneaa aTPffign^aA «neMrts'jw^
Para lanla'idal'fiacido.'"'-'- "*
Encl'.UMHodoafa^o»'»'' ''
Dg.l.zedt>>COOgle
333
A^irdindo d crael mrlirio, T 4tiiparc mii triitu hiju.^—
Boy rcprcfenlo de Abel Dio mí al verdugo U venda
L> humilde inocencia «I vivo. Y principio á in CMtigo.
Perdone Dioi mis pecado*
19. (Anónimo).
Un mi^rcoleademaüana,
A !•• aor.ve boraidct día,
Sacan al gran Condestable
Por Valladolid la villa. .
Con la Yos, el pregonero,
Aqoeitai cosas publica:
^^Porqne sea á todos notorio,
■ Sepan que esta es la juilkia
vQue manda hacer et Rey
■ DrJ hombre que iqof Tvnia. 1
■ Por aioEpador tirano
■ Que ha usado gran tiranía
■ Conlra la noble corona
■ Real de Jinestra Castilla, -
■ Manda <|ae sea degollado
■En pago de sn malicia.'^
Uévanlo por cal de Francos
T por la Pidunerfa,
T por cal de Caatarrana* -
Salen á Ja Costanilla.
Dende alU van i la Plata
Do baf ge^e,qne no cabia:
Un Cadahalso bisn alto
De madera bccbo había.
Apeóse de una mala
T subióle Incgo arriba,
Vido nn tapete tendido,
T en una crna allí encima
Ciertas antorchas de cera -
Qoe jnJttDal tapete ardian.i
Adoró luego la crua ■' ■
T besóte con pérffa,
T loego enpcaó á paacarst* '
A nn cabo y otro volvía.
Tomó nn sombrero y anillo
Qoe en la su mano traía,
Dióselo i Moralicos
Un page que le servía:
—Cata aquí el postrero bien
. Qoe yo hacerte podía.—
Recibiólo el pagecilo
Con grande llanto <]ne hacia,
La gente qne lo miraba
Lloraba é gran vocería.
El Maestre muy sereno
Todo cito miraba y vía,
T vido citar Varrasa
Qne al Príncipe le servia
De ser tn caballeriio,
T vino á ver aquel día
La justicia ejecutar
Qa'el Maestre recibía:
— Ven acá , hermano Varraia,
Df al Prfndpe, por tu vida,
Qoe d¿ mejor galardón
A quien sirve lu sefiorfa.
Que no el qne el Bey mi se3ar
Me manda dar este dia.-^
Luego llegóse el verdugo
Con un cordel qne trafa:
Preguntóle el Maestre
Que para qnf lo quería;
Dijo : — Para alar las manos
. Es i viiettra scSoría^^
Desatóse de los.pcahos
Una cinta que tenia;
!, Contóle
Dijo:^Aume con mU
A Id volnnUd j gniu,
Y raégote qae el poBal
Lo traigas caal con venia .—
Lo^o vio csUr una eicarpia
Qne ea nn palo le tenia,
T pregan I ole el Ma catre
Par» qgé allí te ponia.
—Para que esté sa cabeía
Pnesta hasta el noveno dia.
—'Después de yo degollado
T mi ánima salida,
Hagan della j aun del cuerpo
Lo qoe i ellos mas placía. —
Ltiego abajó el collar
De un jubón de seda fina,
De cbamelole aanl
Una ropa que vestía.
333
Despoe* que la bobo adobado
De rodillas se ponía:
El verdugo le did paz, ' -
También perdón le pedia.
Corrióle por la garganta -
El puBal con gran porfía,
T corlóle U cabesa
Can presteza en demasfa.
Asi feneció el Maealrc,
Sn gran prez y alia valía.
¡Qnién jamas vio de (an alto
Dar tan profunda caída,
Qae para haber de enlerralle
Se pidió en una bacina!'
Por eso tomen ejemplo
Los de alto estado y cima,
No vengan i fenecer
Como aqueste fenecía.
En ana oculta Capilla
A doesti encerrado y preso
£1 gran Don Alvaro solo,
Agirá rdando el fin postrero;
E» la tierra arrodillado.
Inclinado rostro y pecho,
Adoraba nn Crocifijo
Qae estaba en sos aras pnesto.
— Ihisirfsimo Dios, dice.
Bajado del cielo al sttelo
A padecer por el hombre
Muerte de crn* y tormento,
Tan pobre en BeUn nacistu,
' Que desnudo al crudo hielo
Os recosió vuestra Madre
Entre dos animalejos.
Teneía abiertos loa braios
Por mostrar -^ue recibiendo
Estáis .i los pecidovca
En la foenle del consuelo. :
Bompió el divino costado '
El temple agndo del hierro,
T la gravedad del mío
Otra vcE lo ha descubierto. '
Alzad, pastor amoroso.
Volved esos ojos Cellos,
Que soy la oveja perdida
Y á vuestra manada voelvo;
Y pues mandaste, SeSor,
Al Pontífice San Pedro
Tantas veces perdonase
Cuantas, se acusase el reo.
Avergonzado jr contrito
Perdón pido y me confieso,
Qne del bien falso del mundo
Considerando el elerno,
"So bago cuenta. Dios mirl.
Con la codicia del vuestro.
I., Contóle
su
Dadme la muía divina
Saldr£ dute lafO ; cieno,
Dem clemencia a;ri>i^o
Qae me lleve i llano paertoj
Que en la íé de mi birqniUa
Con ambas manos me teugo^
Procanndo no deslicen
IiOs pies á toa hondos centros.-^
En esto llamó i la puerta
Un cristiano y santo viajo
Del orden de San Franciico,
Abrazóle, y dijo luefjo:
Sea, padre, bien venido.
Loa para el alma le pido,
Qne ai la tiene el alma.
Del samo Dio* espero alema
En un alto. cadahalso
Todo cnbierto de loto.
Teatro foneslo y triste
De las trafedias del mundo,
A Don Alvaro de Lona
£spera un croel verdugo.
Tierra qne se puto en medio
Del y Don Joan el Segando:
T haciendo la oración.
La plata i mirar se puso,
T lodo en llanto deshecho
Vido an pagecito suyo,
Dtjole qae se allegase,
T cnando cerca te tuvo,
Envnellas en triste llanto
Estas palabras propaso:
— Dile, pagecito mío,
Al Bey -mi señor y tuyo,
Qae hoy podri ver en mi sangre
Lo qae en. este pecho copo.
Con muerte, sangre y cabeía -
Lo qae me honró reatitoyo.
Qae lo qae debe mi pecho
Pagar con menos no pndo.
Mira bien, privado mió.
No fies en allos pantos, i
Que es, un fuego la privaoia
Que pira en ceniía y homo.
Nace el gusto de los Reyes,
Y la privanza del gasto,
De la privanza la envidia,
Y de toda males mochos.
Hoy todos me desamparan.
Todos hoy me dejan iontos,
Que hay muchoi para la vida
T en la moerte no hay nioganO.
Toma este aaillo y i Dios,
Que qaiero acabar mi cnrso.
Que es menester que yo mengüe
Para que crezcan algunos.——
Y ansí arrodUlado en tierra .
Le cubrió un nublado escoro
Sus ojos daros, y. luego
Meagoóse, eclipsóse y poso.
Tocaba las oraciones Al mondo sn manto negro;
La campana del silencio, Divfdense los corrillos
T tiende la noche oseara De lo iliutce j lo plebeyo.
DgiizedtíCOOgle
T votan «Uf li el ato
Fne bien liecho 6 foe nkl hecho.
Van dicen que el CHtigo
Fue muy digno de ■□ yerro; '
Otros que li envidia sola
Fne qoien le cchd en el saelo.
Paré el pato premrofo
Para saber el anceto,
T o( ana vos qoe decía
Eb nn (ono lastimero:
Dadme por Dios , hermano.
Para ayudar d enterrar este
Fose i la voi el oido
T allá caminé derecho,
T en nnis andas hnmildes
Vide sin cabeu nn cnerpo,
T i loa pies nn pagectco
Llorando con ojos tiernos,
Qne los besaba y re(;aba
Solo con ligrima* dellos.
Pregan lindóle la cansa,
Di jome : — SeSori sabeldo
. Deiie rótnlo, que eKrito
335
Lleva encima de an pecho,
Qne dioe: Yo ao^ la Luna
Que alumbraba todo et autío!
Solo na, eclipse foe can»
De que diga nn pregonero!
BadTne por Dio», hermano,
Para ayudar d ealirrar ttte
eritliaao.
To soy aquel qne llaatabaa
Los ancianos y modernos
GranMonarca, yhoymellamaa
De desvenlnras ejemplo.
Considéranme tan polM«
Loa qoe ayer me conocieron,
Que no me entierran por falla
De ventora y de dÍBcro;
T en hombros de cnitro pobres.
Movidos de amor y celo.
Llevan el cnerpo i enterrar,
T tras él la vos diciendo:
Dadme por Dios, hermano.
Para ayudar á enterrar este
La miserable tragedia
Desde sn humilde principio
En el teatro Pinciano '
Recita el de Lana al vivo.
Un page fae la primera
Fignra qne en ella hiio.
Del Rey Don Jnan el Segundo
Con grande amor recibido.
Otro con llave dorada
De sn cámara j servici(>,
De Conde de Santisleban
T de Daqne de Tmjillo,
Maestre con la gran cmi
Del Patrón nnestro candíllo,
Condestable de Castilla,
No Grande nna vea , mas cinco:
Oe Villena gran Marqn^,
A quien dio el Rey coanto qniso.
Con mayor mano y privanu
Que jamis hombres han visto.
Rentóla con coniianaa
De su soerte y de sf mismo,
TJna binchada fignra
Qne echa al mal sabio «1 abismo.
Y queriendo con el pn3o
Berir el pacbo contrito.
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
936
Al levantar el capm
La ro)> Gnu en él vid«.
Benav¿lc sns doloreí
Dando á «ni ansias principió,
L*i rodillas Ai6 al tablado,
T cD ella los ojos, dijo:
— ¡ObCrDE, mil veces Irianfantc
Del fnerte orgnlloio libro!
Mal aposentada fuiste
En eate mi pecho indigno,
Puet debiendo derramar
Esta aangre en to aervicio.
He venido i qoc un verdugo
La vierta con un cnchillo.
Por la que en t( derramó
El Nasiceno vendido,
Que en $a presencia te acnerdea
De eate misrrable inicno;
No por lo qne yo mereaco.
Mas por haberte traido,
Que al £n baa sido roi Croa,
Aunque Cruz suave baa sido.
De t( muero acompañado,
Que es para mi grande alivio,
T llevo gran eapcrinia ''
De aer de l[ socorrido.
Yo muero muy conaotadot
Qse esta muerte me convino.
Que Dios da lo que conviene.
Si no da lo que pedimos.
El poco bien que he becbo llorOf
Del mal voy arrepentido.
Que elqne tiene í mano y pnede
MO ha de ser al bien esquivo —
No pudo sofrir el llanto I
Todo-el pueblo condolido-.
Dan mil anspiros los hombres I
T las mogeres niil gritos.
Con esto volvió al verdugo
Diciíndolr, has lu oficio.
Que imperio titntt tn mi
Pats el cielo ati ¡o quigo.
Tras esto 1c dio í besar
Un buen Traile nn CrocÍfi)0,
Y por la tierna girganta
Le pasó el verduf;o el filo. ,
Fue la .postrera fi|;nra '
Que en esta .tragedia faiao,
Dejando memoria al mando
De priva nía y de castigo.
Eclipsada ya del todo
Aijnella menguante Lana,
Con las aombras ds la muerte
^n la faa sangrienta y mustia.
Junio al desangrado- cuerpo
Cercado de espesa turba,;
Un pequeüo pagccico
Llora y. lamenta sn cuitai •
•^¿Dónde eatis, dice, seSor,
Que mis raaones no eacncbas?
jOb cielo Bordo i misqueiM.'
jCómo de cseucharlaa. gualásí
Vive lo que vive en ti
Que me es la vida tan dora.
Que entenderé que me agravia*
Si de acabarme te acusas.
Da vida i quien la agradeaca,
No fi quien entiende le injatias,
Qn'en diferentea aogetos
No son las mercedes «tas..
Don Alvaro, roi se^or,
A quien hoy la tierra dora
Con estrecho abra eo. a guarda '
Ufana de tal ventara,
Dg.l.zedt>>COOgle
Llévame por D!oi contigo:
jPor qoí Uevirme rehoMi t
To p«cbo ocapé rWJendo,
Mi inima muriendo ocnpai.
Contigo voy aao «i maero,
TenlO) Mñor, por lia dada.
Que si licito me fuera
Me entrara en tu upaltara.
Viviendo hlciaie por mucboi,
¿No ha y qnien en tu moer le senda
' Ni aun d darte una mortaja
Si «*te trille no la baica?
De limoina al fin le enticrran,
No hay ()U¡cn de los hados boya.
Nadie se espante de nada.
Mientras este tiglo ocupa.
Ella Crai que esli en mi pecho
Lo «eri sin dada alguna
De mi aQiftida memoria.
Que (1 fin e* dádiva laya.
Vivirá en perpetuo llanta, '-
Pnei la suerte avara y cruda
ÍÍ7
Me guarda. (an tríale Íh,-
T i if tan corla ventura. '
Tü mueres sabe Dios cómo.
Hombres son loa qneleju^pn.
Mucho {medeii'«DVÍdÍosoi
T mas cuando los escuchan.
Díganle ai Bey que Morales
Dice mi) deseo vallaras,
Que le envié con so amo
Que scri sentencia ¡asta.— ~
Ello el belto' )oven tierno
Con larga, pana y profoiula
Decia, bailada el. roitro
T la amada Caá- difunta.'
A lodo el pueblo conmtovc,
Todo* i llorar le ayadan,r
Su entrañable amor alaban -
T perseverancia mucha;
T aun con: gran di6cullac( :
T permaiiqn imporMna ' .
Le dividieron del cnerp«
Para darle lepullnra', '
Iba declinando el dia .
Su curso y lígerai boras,
T d padreque alumbra el mundo
Para occidenle se torna.
A los reQe|os divinos
De aqaella luí milagrosa
Pilidoi, descoloridoi,
Cubiertos de negras sombras,
Amenazaba la noche
Moitia, temerosa y sorda,
No de luceros vestida
De que se pule y se adorna.
La luna en el primer cielo
Con las nubes se arrebosa,
T en loa escondidos valles
Aljófar y perlas llora.
De las aldeas vecinas
Dejan desierta* y lolas,
Unos las casas baldías,
O I roí lat pBgisas choiaa.
Sonaba en Valladolid
El eco de vocei roncal,
Y reiponden los ejidos
De lai apartadas rocas.
Hace señal San Benito,
¥ su rico templo adornan
Con los funeilos tapices
De bayeta laitímosa.
Mormuraban por la« callea
De nnai orejas en otraa
Dg.l.zedt>>COOgle
338
Lk no penHwU c«i¿>.
De aqocllk Lona hcrraoM.
JanlirODM los ilmtru,
Y lu Igletiat entonaa
£1 eniierro de aqncl cuerpo
Qoe del cnellD sangre brota.
En los hombroi le reciben
Cuatro coa sai emees ro)*s,
Que le sirvieron en vida
T en la moerte le dan bonra.
pDsieroii el cnerpo triste
Debajo nna dura losa,
T COD el peso iosofrible
Di¿ temblor la tierra toda.
T a) rededor de la tumba
Arden lumbres, todos lloran
De U miseria infeijce
La tragedia d olorosa.
Sollotan sus tiernos hijos,
Lamenta su triste «posa,
T de sa sangre vertida
Fide al cíelo la deshonra.
•— Qnerido señor, le dice.
Que eterno desonso gota*
En la celestial altura,
Ho coal esta fatimana ^oria:
Snbi^te el Rey á la cumbre
Mas alta de su corona,
T boy la mudable fortuna
De so rueda te trastorna.
ilat:
afrii
La debida pensión tornas.
Parque la bumana milicia
Con tus bienes se componga.
La vislumbre de sus rayos,
Como á torpe mariposa.
Te dio por manjar la invidiaf
Emprendióle sn pontoBa.
Diste il mundo lo qoe es suyo.
YÍK
Que cansaron tus desdicbas.
Que hoy te entierran de limoa-
Esto escucha el Bey D. Juan,
T i Pacheco de Mendoza,
Enternecido, repite
Con voE grave y dolor osa:
Luna bel!» del cUío
La muerte de tu liu lamenta el
Be la dipera caída
Con el merlaí edipu de ta fida.
Dg.l.zedt>>COOgle
índice por materias.
R
.OMAHC» de lo» Infaníu de Lora y del battardo Modorra. 3
Id. lobre lo» Conde» de Castilla Fernán Gonzatet j Gorei-
Fermtndet. ....',.....'•' 37
Jd. deGarcia I de CaetUla , y trai^on -de loa Vúa» . '. 4**
Primera parte- de íot Bomaneet del Gd, gue trola de »u
vida durante eJ reinado de Fernando I el Magno 4^
Segunda parte' de lo» Romance» del Cid, que trata de Su»
hataña» bajo el reinado de Sancho II si Falieiüe, .... 74
Terctra parte de lo» Romances dü Cid, y tiu hecho* detde
la muerte de Sancho el II, hasta la coronación de Alfon-
so VI el Bravo, el de la mano horadada 87
Cuarta parle de lot Romanees del Cid, y »m hatañai du-
rante el reinado de jfífonso VI el Bravo, el de la titano
horadada, ■ ■ 98
Romanee» sobre asunto» tomados en la crónica del reina-
do de Alfonso el Sabio 193
Id. de la de Sancho IV el Braco 100
Id. de la Historia de Dan Pedro el Cruel 3o4
Id. lomados de la crónica de Don Alvaro de Luna 314
Dg.l.zedt>>COOgle
340
ÍNDICE ALFABÉTICO.
A..
Xcabtba el Rey FtTa»aia..Jiamaactro düGi 70
Acabada la baulU. Id. 16^
Acabadas ion la* bodas. Romanees, dt StpiUMd» g
Acabado de yantar. Romancero del Cid ^H
A Caktrava la Vieja. Caacionvo de romaneit 3
A caiar va Don RodrÍKo. Id. ,'. 1 j
A Concilio deniro en Roma. Romancero del Gd 66
A Dioa, privania de Reyes. Romancero general >i5
AdoGr de Mudafár. Romancero del Cid t >7
A DoD Alvaro de Lona. Id 9 ■ 5
Afuera, afoera, Rodrigo. Cancionero de romances 8'
A la postrimera hora. Romancero gtnertd. ....'. 179
Al arma, al arma sonaban. Id. 5g
Al cielo piden justicia. Romancero del Cid i43
A tos pies de Don Enriqne. Romaneado general. •' . aii
Al sabio Rey Don Alonso. Id 191
Ante el'Rey Alfonso eat>b>. Romancee de Stpdteeda. . .. i55
Ante lof nobleí y el vulgo. Romancero general 9^
Años bace, el Rey Alfonso. Romancero del Gd iSo
Apenas en el Rey muerto. Cancionero de romanen Si
Apretada es 1¿ Valencia. Id. isft
Apriesa 'llega la noche. Silea de varío* romoncet a3o
Aquella L.D(ia bermos^. Id aif
Aquese famoso Cid. Romancero del Cid t3i
Aqneae Infamóle Ooii Sancbo. Romance* de Sepdlveda. . . . . i^i
Arias Gontalo responde. Cancionero de romances 93
Asida está del estribo. > AotB«t><wro del Cid 1^7
A solaa le reprehende. Id ia>
A SD palacio de Sorgo*.- Üomancero general 55
AUnded á la mi fabla. Id t4(
u3i.z.iit>,Coogle
Atento cscDcbi Ih qne)«a. Bomancero dt¡ Cid ;■
A Toledo había llegado. Id ;..... iSs
A voíotroa fementidoi. Id i55
A Xímena y i Rodrigo. Id Si
Ay Dio«, qpi buen caballero. Silaa de varios romanctt. . . S
B
Ba}ad, penumigiito, dice. Sil»a dt «arios romances a3i
Besando «iele cabeui. ^amajicero gtneral ig
Boen Conde FeriUD GdBMlei. Cancionero de romances- . . . 3i
Cansados de combatir. Romancero general 17
Catlellanoi y Leoneses. Cancionero de romances 19
Castilla estaba may triste. Bomances de Sepúheda 36
Ceñid los membrudos braios. Romancero del Cid. .' 118
Cercada tiene i Coimbra. Id 61
Cercada tieae i Valencia. Id 131
Cercados son los Inrantes. Romance» de Sepúlveda ' 1 5
Can el caerpo que af;onÍEa. Romancero del Cid 8S
CoDsiderando los Condes. Id i33
Consolando al noble «ieio. Romancero general 4^
Con triste y grave temblante. Id aai
Coronadas de victorias. Id.^ i;8
Corrido Martin Felaei. Romancero del Cid 1 33
Caando el rojo y claro Apolo. J¿. 163
Caantos dicen mal de) Cid. Id. tgo
Cuidando Diego Lainei. Id. 44
De aqnese bnen Bey Alfonso. Romancero del Cid 167
De Castilla van marchando. Id . . 186
De concierto están los Condes. Cancionero de romances. . . ■4<
De la gran Consta ntinopla. Romanees de Sepúlseda 191
Delante el Rey de Ijeaa. Romancero general. Si
De loa- reino» de León. Romanees de Sepúlveda. 7
Del Rey Alfonso se qoeja. Rmnaneero general log
16
Dg.l.z«lt>,GoOg[C
De palacio mIc el Cid. Banunutro ftnerúl ......'. no
De Rodrigo de Vivar. Romanctro dtí Ci4. ..,.,,...:.. 53
Después del lameato triste. Id. ...... . ;8
Dcspnu que el Cid Campeador. _Id. .>.... 157
Después que GodliIo Buslas. Romancero gentral 35
Después que retó á Zamora. Romanctro del Cid. go
Después que una fiesta fiío. Id '<6
Después que Vellido Dolfos. Cancionero de romance». .... 8S
Desterrado estaba el Cid, Romancero del Cid. , . laC
De vuestra honra el crisol. Segunda parle del Romance-
ro general por Madrigal i a3
De Zamora sale Dolfos. Romancero del Cid 84
Dia era de los Reyes. Cancionero de romance! 49
Día fue mnf aciago. Romancet de SepiUaeda aio
DigádeamC) aleves Condes. Romancero del Cid *53
Doliente se siente el Rey. Cancionero de romances 7*
Domingo por la mañana. Romancero general S6
Don Rodrigo de Vivar. Romancero del Cid. na
Don Sancho reina en Castilla. Jd 75
Don Sancho reina en Castilla. Rumances de Sepdlveda. aoi
DoBa Blanca está en Sidonia. Romancero general. ..•■.< aoj!
DoBa Mar(a Padilla. Cancionero de romances - • ao9
DoAa' Urraca aqueta lufanta. Id. 98
E
Eclipsada ya del lodo. Sil^a de Borioi romancea a36
El año mil cna trocí en los. Id . . . 310
El Cid fue para su tierra. Rorfiances de SepiÜveda 80
El Conde Fernán Gonialez. Romancera general 34
XI hijo de Arias Gonzalo. Id. 91
El Maestre de Santiago, Suva de narioe romanees. 3i£
El Rey Don Sancho Ordoñez. Romancet de Sepultada ... 3 1
El Bey Don Sancho reinaha, Raipancero del Qdt ■ .74
El Bey se sale de mita. Silea de varimí ¡rvmancea... . . . . . ,3i8
El segundo Rey Don Juan. Id, . , « 3i«
El temido de los moros. Roimmeero del Cid-.. ■ ■ .■ t^'i
El vasallo desleale. Romancero general ... . ,'. 1 , 199
El viejo Rey Don Alfonso. Rfimftnees dt Sepúkeda. . . . < . 195
Elvira, «olli el pdfial. Romancero del Cid.. ;. . . >45
uGoogle
En biiUlU temeroaa. Aomancero dclOd i38
En Bargos «sti el buen Rey. Id, ...;., 5a
En Bai^os naci(Í el valor. U, . . . j. ,■, 184
EncoDtridoM ba el buen Cid. Id. 140
En Corte del Rey Alfonso. Bomanctt dt Stpúlfcda tgS
En )*i Corle* de Toledo. Romancero ■ dt¡ Cid i56
En las Corle» de Tolrd». Id. . . 1 Sg
En 1*1 malnas de un monte. Segunda parte del Romance-
ro general por Madrigal ijs
En loa reinos de León. Romanceg de Sepúleeda 35
En loa solares de Burgos. Romancero del Cid 67
En moy sangrienta batalla. Aomancet de SeptUveda 33
Enojado con raion. Id aoo
En Santa Agneéa de Bargos. Cancionero , de romanees. . . . 103
En Sant Pedro de Cárdena. Romancero dtl Cid. i85.
En Toledo estaba Alfonso, Romances de Sepúleeda 7G
En Toledo estaba Alfonso. Romancero del Cid 100
Entrado ha el Cid en Zamora. 14 79
Eit Tunei estaba Enrique. Depping 197
En- nn alto cadabalso. Silva de earios romances. ....'. . . '34
En nna oculta capilli. Id a33
En un escaro retrete. Romancero general io€
En nn retrete que apenas. Segunda parle del Romancero
general por Madrigal. 107
En Valencia «alaba' el Cid. Romancero del Cid i ;£
En Zamora está Rodrigo. Id. . . .' 63
Erguios, no estéis postrado. Id. 168
EKUchó el Rey Don Alfonso. Segunda parle del Romaa-
eero- general- por Mwtrigal iii
Eie bueu Cid .Campeador. Romaneere del Cid. loS
Ese buen Cid Campeador. Id, . ■ • ■ i3
Ese buen Cid Campeador. Id., 117
Ese buen Rey Don. Alfonso. Cantioitero de romances.. . . . 188
Espíntame, mi .Rodrigo. Romaneero general 61
Estando cumplieodo-el Cid. Id 4
Fablando estaba en celada. Segunda parle del Romancero
general por Madrigal, 119
UgWlbvCOOgle
FabUndo cjtaba en ct cUoitro. Botmtnctro del Cid. loG
Fincad ende mas sesndo. fíomancero general io3
G
Grande ramor m levanta. Romancero del Cid ^8
Grande latla cobró Alfonso. Id. i lo -
Guarte, goarte. Re; Don Sancho. Caaeionero de romancee. 83
H
Hablando eaUn aohretnci». Siloa de varios romances 3ij
Hagan bien para hacer bien. Id. 339
Helo, b£lo por do viene. Cancionero de romances i3g
Híeo hacer al Rey Alfonso. Boitutnctro del Cid. loi
I
Iba declinando el día. Silaa de parios romances 137
Ido* voa, Martin Felaez. Romancero del Cid. ^. iSo
Ilustrísimo Señor. Silva de varios romances aaS
J
Juramento llevan faecbo. Romancero general. a;
L
La miserable tragedla. SUea de Bario» romances s35
La noble Ximena Gómez. Romancero general. 61
La que & nadie no perdona. Romancero del Gd 177
La lilla del buen Sant Pedro. Id fi{
Las obseqaias faneralti. Id. 180
La venida del Rey Rucar. Id i36
Lo de ayer ya ge pasó. Romancero general ^ aaS
Los fieros cuerpos revueltos. Id aii
Loa bijoa del Conde Vela. Romances de Sepiiiaeda 4 '
Los que seryís i los Beyes. Id. aa6
u3i.z.iit>,Coogle
945
LL
Lltgado M «1 Bey Don Sancho. Romancero del Cid 77
Llegados ion lo» Infantet. Romances de Sepúlveda i3
Llegó Alvar F^&ez í Burf;os. Romancero del Cid ...... . 117
Llegó la fama del Cid. Id 174
Lloraba Doña Ximena. Id i^S
Llorando atiende Gonzalo. Segunda parle del Romancera
general por Madrigal 30
Llorando Diego Lainez. Romancero del Cid 47
M
Mabomad, Bey de Grioada. Romanea de Sepüleeda aii
Medio día era por filo. Romancero del Cid iSi
Mentirosos adalides. Id i iG
Mientras se apresta Ximena. Romancero general, iSa
Morirvos queredes padre. Cancionero de romancee 7a
Muerto yace el Bey Don Sancho. Romancero del Cid. ... 87
Mnerlo yace e«e buen Cid. Id iBo
Muy doliente estaba el Cid. Jd ifS
Muy grande era el lamentar. Romanee» de Stpáliieda. .... 10
Muy grandes huestes de raoroa. Id 60
. . N
No con poco sentimiento. Romancera general. t-^^
No contento el Bey Don Pedro, Id 108
Non es de sesudos faomu. Romancero del Cid ^S
Non loe culpedes ti h« fecho. Romancero general 4^
Non quisiera, yernos míos. Romapcero del Cid iÍ5
No >e puede llamar Bey. Romancero general ao
O
Obedeico U sentencia. Romancero del Cid 1 1 1
Oprcso ut£ el Rey Alfoiuo. Bamancei de Sepülveda . ... 196
u3i.z.iit>,Coogle
3<i6
ParUoa eiule loa moro*. Romancero del Gd n^
PenMtivo Mlabft el Cid. Jd ü
Pidiendo i las di» d«4 día. Id. 6S
Por aqoel poilJKo vie\i}. .Ctuicíoniro dt romance». gfi
Por el i)>M era de mayo. M i»!
Por U mano prende el Cid. Segunda parle del Romancero
general por Madrigal, . i a{
Por la. muerte. t)ue le. dieron. Itomencero general lo^
Preso eati Fernán Gooialei. Cancionero de romances .... al i
Qoién ea aquel caballero. Romanee» de Sepúlveétt
R
ISccibiendó el alborada. Romancero del Cid >4S
Btinadok era ya Castilla. Romances de Sepiíletda. ■ • ■ 4'
Beyes moros en CastUU. Romancero del Cid Si
Bifiarüso desengaüo. Siha de varios romances 317
B i be raí .del Doero arriba. .Aomiineíro del Cid.' 61
Rodrif;o Diaa de Vivar. Romanees de Sepúlveda lEi
Rny Velatqaet el de Lar*. Id •
Saliendo de Canicosa.' ATms de varios romanees. '.
Salid A mis». de parida. Aomancero del Cid. . .' 6}
Sembrado está el doro suelo. Segunda parte dei Romancero
^general -por Madrigal ... : .. . : 9Í
Sentado eslá el señor Itey. Romancero del Cid
Seulados i un ajedrei. Romancero general
Si ateodeia qoe de los brazos. Romancero del Cid.
Si de mortales feridas. Idi ;
Sobre Calahorra esa villa. Romances dé Sepúlcedá
Subid, scffor Condestable. Sitea de varios romanees.
t>,Coog[c.
T
T¿ugovoi de replicar. Romancera del Cid, loS
Tirad , fidalgoi, tirad. Romancero generaJ. i3g
Tocaba lai oracionea. Silva de parios romanea a34
Tres Cartea armara el Bey. Cancionero de romanctt 14$
U
Una bermaDa de Almanior. Romance» de Sepdliieda aS
Un miércolca de mañana, S'lva de vario$ r
V
Vencido queda el Bey Bucar. Romatuxro del Cid i83
Victorioso vuelve el Cid. Romancero general i3a
Y
Ya cabalga Diego OrdoSea. Candontro dt romanees 89
Ta le sacan del portillo. Siltvi de varios romancet. 319
Yantaado con Almanior. Segunda parte del Romancero f»~
neral por Madrigal, 1 ifi
Ya que acabó la vigilia. Romancero del Cid ii5
Ya se prle de Toledo. Id 1 59
Ta M parte Don Rodrigo. Romancea de SepúUeda S7
Ya se parte el Bey Alfonso. Romancera del Cid. 160
Ta «e salen de Valencia, Id ' i3s
Ya ae salen por la puerta. Id. 9a
Yo rae estaba alli en Coimbre. Cancionero de romanceé, . ao4
L)¿i.z.iiuGoog[e
Dg.i.zedt>> Google
u3i.z.iit>,Coogle
u3i.z.iit>,Coogle