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HARVARD
COLLEGE
LIBRARY
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COLOMBIA:
SIENDO
UNA RELACIÓN GEOGRÁFICA, TOPOGRÁFICA,
AGRICULTURAS COMERCIAL, POLÍTICA,
&c. DE AQUEL PAYS,
ADAPTADA PARA
TODO LECTOR EN GENERAL, Y PARA EL
COMERCIANTE Y COLONO
EN PARTICULAR.
TOMO SEGUNDO.
& LONDRES:
PUBLICADO POR BALDWIN, CRADOCK, Y JOY.
1822.
CQLLESE f
¿/ORA**
Edinburgo : v
Impreso por Walker y Grttg.
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CONTENIDOS
DEL
SEGUNDO TOMO.
CAPITULO I. '
DEL PRODUCTO.
Sbcc. 1. Minas,
2. De la Pesca de Perlas,
3. Azúcar,
4. Café,
5. Cacao,
6. Tabaco,
7. Algodón,
8. Añil,
9. De otras Producciones Vegetales,
10. Del Producto Animal,
Pagina l
13
17
53
73
104*
118
127
142
151
' CAPITULO If.
Dsl Comercio.
Secc. 1. De su Estado Antiguo, . . . . 158
2. De las Ventajas Topográficas, . . . 163
3. Géneros Apetecidos en los Mercados de Co-
lombia, 218
4
VI
Skcc. 4. Estado del Comercio. — Derechos de Entrada,
&c Pagina 245
5. De las Ventas, ¿re 254
6. Del Comercio por Menor, • 258
7. Del Trafico entre las Provincias, 260
8. De las Compras del Producto, &c. . . 261
9. Derechos de Extracción, flete, Seguros, 6c. 271
10. Importe de las Extracciones é Ingresos, . 273
11. Del Comercio de Guiana, y en particular del
de Animales, ..... 283
CAPITULO III.
Historia t Estado Político, . 296
COLOMBIA
CAPITULO I.
DEL PRODUCTO.
SECCIÓN I.
MINAS.
íák roca de gneiss, dice Humboldt, que algunas
veces* se cambia en granito de nueva formación,
y á veces en pizarra de mica,, pertenece en Ale-
mania á la especie de rocas mas metalíferas ; pero
en el Nuevo Continente, no se ha observado hasta
ahora qué encierre metales bastante preciosos que
merezcan ser labrados. Las minas mas celebres
de México y del Perú se hallan en el schistus
primitivo y transitivo, en el semi-porfíro, en el
grauwakke, y en la piedra-cal alpina. En varios
parages del valle de Caracas, el gneiss contiene
una pequeña cantidad de oro, esparcida por
* Especialmente á grandes elevaciones.
TOM. II. A
varias venillas de quartz, plata sulfureada, azul de
cobre virgen, y galena; pero está en duda, si
estas diferentes substancias metalíferas no son
acaso demasiado pobres para que merezcan ser
trabaxadas.
Al tiempo de la conquista de la provincia, á
mediados del siglo diez y seis, se hicieron algu-
nas tentativas para este objeto. Desde el pro-
montorio de Paría hasta mas arriba del Cabo de
Vela, los navegantes habían hallado adornos de
oro, y oro en polvo, entre los habitantes de la
costa. Penetraron en el interior del pays para
descubrir de donde venia aquel metal precioso ;
y aunque la información que obtubieron en la
provincia de Coro, y en los mercados de Curiana
y Cauchieto, casi probaba que la verdadera ri-
queza mineral no se hallaba mas que al oeste y
al sud-oeste de Coro, es decir, en las montañas
que están cerca de las de Cundinamarca, sin em-
bargo casi toda la provincia de Caracas fue ex-
plorada con codicia.
La conquista de la provincia de Venezuela
habiendo comenzado á su extremidad occidental,
las montañas vecinas de Coro, Tocuyo, y Barqui-
simeto atrageron primero la atención de los con-
quistadores. Estas montañas se juntan con las
Cordilleras de Nueva Granada (las de Su Fé,
Pamplona, La Grita, y Merida,) á la cadena de
la costa de Caracas. Es una tierra tanto mas
interesante para el geognosto, quanto no hay
mapa alguno que haya aun dado á conocer las
ramificaciones de las montañas, que salen de los
paramos de Niqukao y las Rosas, el ultimo de
los quales sube á la altura de 1600 toisas hacia
el nort-este. Entre Tocuyo, Araure, y Barqui-
simeto, se levanta el grupo de las montañas de
Altar, que se juntan al sud-este con el paramo
de Las Rosas. Un ramo del Altar se extiende
al nort-este, por S* Felipe el Fuerte, juntándose
á las montañas graníticas de la costa cerca de
Puerto Cabello. La otra cadena se dirige al este
hada Nirgua y Tinaco, y junta la cadena del in-
terior, la de Yusma, Villa de Cura, y Sabana de
Ocumare.
Todo el pays que acabamos de describir, separa
las aguas que corren al Orinoco de las que en-
tran en el inmenso lago de Maracaibo, y en el
Mar Caribe. £1 clima que presenta antes es
templado que caliente ; y en el pays consideran
su suelo, á pesar de una distancia de mas de cien
leguas, como una continuación del suelo metalí-
fero de Pamplona.
Fue en el grupo de las montañas occidentales
de Venezuela, que los Españoles, en el año 1551,
labraron la mina de oro de Buria, que fue la
causa de la fundación de la ciudad de Barquisi-
meto. Pero estas obras» como otras machas que
se abrieron sucesivamente, fueron abandonadas.
Aquí, como en todas las montañas de Venezuela,
el metal virgen ha variado mucho en su producto.
Las venas principales se hallan muy amenudo ó
bien divididas ó sino apagadas ; y los metales no
4
se presentan mas que en pedacitos, presentando
apariencias las mas engañosas. Sin embargo no
es mas que en este grupo de montañas de S»
Felipe y Barquisimeto, que las minas han sido
labradas hasta nuestros dias. Las de Aroa, cerca
de Sn Felipe el fuerte, situadas en el centro de
un pays sumamente malsano, son las únicas mi-
nas que se labran en toda la Capitania-tíeneral
de Caracas. Producen una pequeña cantidad de
cobre.
Después de las minas de Buria, cerca de Bar-
quisimeto, las del valle de Caracas, y de las mon-
tañas cerca de la capital, son las mas antiguas.
Francisco Faxardo, y su muger Isabela, de la na-
ción de los Guayquerías, los dos fundadores de
la villa de Collado,* visitaban á menudo el ter-
reno en el que se halla ahora la capital de Vene-
zuela. A este sitio dieron el nombre del Valle
de Sn Francisco ; y habiendo visto á los naturales
con algunos pedacitos de oro, Faxardo logró, en
1560, descubrir las minas de Los Toques, t al sud-
oeste de Caracas, cerca del grupo de la montana
de Cocuiza, que separa los valles de Caracas y
de Aragua. Se cree que en el primero de estos
valles, cerca de Baruta, (al sud del pueblo del
Valle), los naturales habian hecho algunas ex-
* Caravalloda.
f Trece años después, en 1573, Gabriel de Avila, uno de
los alcaldes de la nueva ciudad de Caracas, comenzó de nuevo
a trabaxar aquellas minas, que desde entonces fueron llama-
das Las Minas Reales de Nuestra Señora.
cavaciones en venas de quartz aurífero ; y que
quando los Españoles se establecieron allí, y que
fundaron la ciudad de Caracas, llenaron de agua
los pozos que se habían secado. Es imposible
ahora verificar este hecho ; pero es cierto, que
mucho tiempo antes de la conquista, uno dé los
medios de cambio era los granos de oro, entre
ciertas naciones del Nuevo Continente. Daban
oro para comprar perlas ; y no debe parece muy
singular, que después de haber por mucho tiempo
recogido los granos de oro en los riachuelos, las
naciones que gozaban de habitaciones fixas, y que
se empleaban en la agricultura, hubiesen tratado
de seguir las venas auríferas, en la superficie del
suelo. Las minas de Los Toques no pudieron
labrarse tranquilamente, hasta la completa derrota
del Cacique Guaycaypuro* uno de los mas celebres
gefes de Los Toques, que combatió por tanto
tiempo con los Españoles por la posesión de la
provincia de Venezuela.
También hay otro punto que llamó la atención
de los conquistadores, por la indicación de minas,
tan temprano como á fines del siglo 16. Al se-
guir el valle de Caracas al este de Caurimare, en
el camino de Caucagua, se llega á un pays mon-
tañoso y montuoso, donde hacen mucho carbón,
y que llevaba antiguamente el nombre de la pro-
vincia de Los Manches* En estas montañas
orientales de Venezuela el gneiss pasa á un estado
talcoso. Contiene, como en Salzbourg, venas de
quartz aurífero. Las labores emprendidas desde
hace tanto tiempo, han sido amenudo resumidas y
abandonadas.
Las minas de Caracas eatubieron abandonadas
por mas de cien años» Pero á fines del ultimo
siglo, el intendente de Venezuela, DD José Avalo,
volvió á dar en las ilusiones que habían lisongeado
la avaricia de los Conquistadores. Se le figuró
que todas las montañas cerca de la capital con-
tenían grandes riquezas metálicas. £1 Conde de
Galvez, Virey de Nueva España, que se hallaba,
en aquel periodo en Tierra Firme, para examinar
sus fortificaciones y estado de defensa, dio orden,
á instigación del intendente, para que enviasen
de México algunos mineros. Por desgracia la
elección no fiíe dichosa: los que fueron em-
pleados no sabían distinguir una sola roca ; todo
se les imaginaba oro y plata. Los dos principales
de estos mineros tenian quince mil francos anuales;
y dé consiguiente no era su interés el desalentar
á un gobierno, que estaba dispuesto á no ahorrar
ningún gasto, para promover las labores de las
minas. Sus operaciones se dirigieron hacia la
quebrada de Tipe, y á las antiguas minas de
Baruta, al sud de Caracas, donde los Indios, aun
hasta el tiempo de Humboldt, recogían algo de
oro. £1 zelo de la administración disminuyó
muy pronto, y después de haber incurrido muchos
gatos inútiles, la impresa de las minas fue entera-
mente abandonada. Algunos quantos pyritas
auríferos, algo de plata sulfureada, y un poco de
oro nativo, fue todo lo que se halló, y en un pays
en el que el trabaxo es sumamente caro, no valia
la pena de trabajar minas tan poco productivas.
Humboldt visitó la quebrada de Tipe, situada
en aquella parte del valle que va hacia el Cabo
Blanco. Vio varías venas de quartz en el valle
de Tipe, que se mostraban sobre el terreno. Con-
tenían pyrites, hierro virgen carboneado, huellas
de plata sulfureada (glasserz), y pedazos de cobre
virgen, ó fahlerz. Las obras que habían empren-
dido, ya fuese para extraer el metal, ó para ex-
plorar la naturaleza de su lecho, parecían muy
superficiales. La tierra habiéndose hundido, y
llenado las excavaciones, era imposible juzgar de
la riqueza de las venas.
Apesar de los grandes gastos que se hicieron
baxo el intendente Don José Avalo, la grande
qüestíon, de si la provincia de Venezuela contiene
minas bastante ricas para ser labradas, es aun pro*
blematica. Aunque en los payses que faltan
brazos, la agricultura pide sin contradicción las
primeras atenciones del gobierno, sin embargo el
exemplo de la Nueva España basta para probar,
que el labrar metales no es perjudicial á los pro-
gresos de la agricultura. Los campos Mexicanos
que están mejor cultivados, y que atraen á la me-
moria del viagero los mas hermosos sitios de
Francia y del sud de Alemania, se extienden desde
Silao hacia la Villa de León ; y están en la vecin-
dad de las minas de Guanaxualo, que tan solo
ellas producen una sexta parte de toda la plata
del Nuevo Mundo.
8
Todo considerado parece, que lo desgraciado
de las empresas mencionadas han libertado á los
habitantes de Caracas de los males que acom-
pañan el trabaxo de las minas de oro y plata, que
mientras que duran son el sepulcro de los que las
labran ; destruyen el germen de todas las virtudes
sociales y domesticas ; mantienen el libertinage
y la disipación, con todas los vicios que siguen
en su tren ; y las que, una vez consumidas, subs-
tituyen la pobreza á la prodigalidad, los aventu-
reros á los labradores ; y envían á la sociedad los
trabaxadores que empleaban en ellas, sin otro re-
curso ó elección que la mendicidad ó el robó*
Sin embargo, si estas provincias no han gozado,
ni están probablemente destinadas á gozar del
lustre transitivo que confieren las minas, se ha-
llan ampliamente indemnizadas por las produc-
ciones preciosas é inagotables de un suelo, que,
por razón de su fertilidad y extensión, será la
residencia de la felicidad ; y eso, precisamente,
quando los payses que tanto se jactean de sus
minas, no presentaran mas que escombros, ruinas,
y excavaciones terríficas, monumentos melancóli-
cos de una antigua opulencia.
Apesar de eso, en la jurisdicción de Sn Felipe,
como ya hemos observado antes, algunas minas
de cobre de calidad superior son un objeto de
atención ; pero no emplean tal numero de manos
que hagan suspirar á la humanidad á la vista de
su degradación, ni occasionan una perdida tan
grande de brazos, que perjudiquen al cultivo de
la tierra.
La grande cantidad de este metal, y lo baxo
del precio, no vendiéndose á mas de quince duros
por quintal, ha inducido á la nn.yor parte de los
colonos que cultivan la caña de azúcar, á hacer
sus calderones, y los cilindros de sus molinos, de
este metal. Es probable que este exemplo se se-
guirá umversalmente, en particular con respecto
á los calderones ; pues el cobre siendo mas dúctil
que el hierro, opone menos resistencia á la acción
del fuego, y de consiguiente la ebullición va con
mayor prontitud en los calderones de cobre que
en los de hierro, de lo que resulta un gasto menos
de tiempo y de leña. Otra razón se ofrece en
favor del cobre, y es, que quando un calderón de
hierro ó un cilindro se rompe, hay una perdida
de materiales y de manufactura, mientras que
quando son de cobre, el propietario sufre una
perdida que, á lo mas, es de la hechura.
Ademas de abastecer al gasto local, estas minas
han dado 17 1 quintales para extraer por Puerto
Cabello, que es el puerto mas cómodo ; y la can-
tidad hubiera sido mayor sin las circunstancias
de la guerra.
Sin embargo las minas de Cundinamarca son
objetos de la mayor consideración para su comer-
cio. Se puede afirmar, que esta porción de la
República es tan rica en tesoros minerales, como
la mas rica del Sud de America. Las provincias
de Antioquia y Choco son peculiarmente ricas.
10
La plata que se saca de ellas es sumamente pura.
También se encuentra plomo y cobre, pero no se
sirven mucho de ello. De allí envían á Europa
esmeraldas, y otras piedras preciosas. Platina,
que se creía ser peculiar al suelo de Choco.
Azogue, que tan útil es en un pays de minas, se
ha descubierto últimamente en la provincia de
Antioquia en el valle de Su Rosa, en las montañas
de Quindiu, y cerca del pueblo de Cuenca en
Quito.
Las minas de oro de Nueva Granada solamente,
dice un escritor moderno, producen anualmente
mas de 2,500,000 duros. La provincia de Choco
podía, sola ella, producir anualmente mas de
20,000 marcos, si al poblar mejor esta región, que
es una de las mas fértiles del Nuevo Continente,
el gobierno volviese su atención á los progresos
de la agricultura. Minas de plata hay en la
Vega de Supia con venas muy ricas. Estas minas
que también producen oro, no han sido descubi-
ertas mas que veinte y cinco años ha. Las opera-
ciones fueron interrumpidas en conseqüencia de
un proceso entre los propietarios, justamente al
momento que se hallaban estos minerales abun-
dantemente. Por lo que toca á las minas de plata
de Pamplona, y las de S* Ana, cerca de Mari-
quita, fueron abandonadas por orden del Virey
Español, á causa de la mala inteligencia en el
modo de trabajarlas. No hay duda que el go-
bierno volverá á labrarlas en mejores tiempos,
como las de Sto Christo de las Laxas, y otras
11
cerca del rio Guarino, que antiguamente pro-
ducían una cantidad considerable de plata.
La America en el estado presente, necesita
azogue de Europa; pero probablemente muy
pronto no tendrá necesidad de ello. £1 espíritu
de empresa y de industria aumentara con la
libertad y la población del pays. Si venas pe-
quenas de cinabrio, que apenas están desenter-
radas, como las obras que existen en Huancave-
Üca» producen anualmente 3000 quintales de
mercurio, es imposible no creer que si se hiciesen
las investigaciones requeridas, y si las obras se
condugesen con inteligencia, producirían mas
mercurio que lo que es necesario para toda la
amalgamación del Sud de America. Las obras
de la celebre mina de Almadén, apesar de hal-
larse comunmente inundadas, han sido talmente
perfeccionadas desde el año de 1802, que pro-
ducen 20,000 quintales anuales. En Nueva Gra-
nada el azogue se halla en tres partes diferentes ;
en el Valle de Santa Rosa, en la provincia de
Antioquia, en la montana de Quindiu cerca de
Cartago, y en la provincia de Quito cerca de
Cuenca. Minas abundantes de plomo, hierro, y
cobre, se trabaxan en la provincia de Socorro ; de
este metal, el General MacGregor hizo cañones
en 1813. Las minas de esmeraldas no existen
mas que en la Nueva Granada, en la provincia de
Muso ; las perlas las mas exquisitas pertenecen al
Rio de la Hacha y al Panamá, y la platina no se
halla mas que en Choco y Popayan.
12
Toda la costa al Norte de la provincia de
Caracas abastece una cantidad considerable de
sal blanquísima ; pero los pozos mas abundantes
son los de Araya, que pueden disputárselo á todos
los de America, sin exceptuar los de la Isla del
Turco. £1 pozo de sal consiste en una mezcla
de fósil y de sal marina. Apenas atienden á su
fabrica, de consiguiente no produce la centesima
parte de lo que podría producir. — Cundinamarca
produce también mucha sal, y otras muchas pre-
ciosas substancias minerales.
Estas provincias abundan en aguas minerales,
tanto calientes como frías. Se hallan de varias
calidades, tales como ammoniacas, ferrugenas, ni-
trosas, y también acidas. La medicina no saca de
ellas todas las ventajas que son capazes de pro-
ducir, porque, en general, se hallan en parages
muy distantes de los pueblos ó habitaciones, y de
consiguiente el enfermo no puede, sin privarse de
aquellas atenciones domesticas que tanto contri-
buyen al restablecimiento de la salud, abandonar
su habitación, para ir á probar un remedio que
los inconvenientes locales deben evidentemente
hacer ineficaces. Esta es la única razón porque
estas fuentes se hallan tan poco freqüentadas, y
que aun son tan poco conocidas.
13
SECCIÓN II.
DE LA PESCA DE PERLAS.
La perla-áronde (avienta margaritifera> Cuvier)
abunda en los bancos que se extienden desde el
Cabo Paría hasta el Cabo de Vela. La isla de
Margarita, Cubagua, Coche, Punta Araya, y la
boca del Rio Hacha, eran celebres en el siglo
16, como el Golfo Persiano y la isla de Taprobane
lo eran entre los antiguos. No seria verdad afir-
mar, como varios escritores lo han afirmado, que
los naturales de America no tenían el luxo de la
perla. Los primeros Españoles que desembarca-
ron en Tierra Firme, hallaron los salvages ador-
nados de collares y de brazaletes ; y entre los
pueblos civilizados de México y el Perú, gasta-
ban perlas de una forma muy hermosa. Hum-
boldt ha publicado una disertación sobre la estatua
de una sacerdotisa Mexicana en basalto, cuyo
peinado, que se parece á la calantica de las ca-
bezas de Isis, está adornado de perlas. Las Casas
y Benzoni han descrito, aunque algo exagerada-
mente, las crueldades que exercian sobre los ne-
gros y sobre los desgraciados Indios en la pesca
de perlas. Al principio de la conquista, la isla
de Coche tan solo producia el valor de 1500
marcos de perlas cada mes.
El quinto que los oficiales del rey sacaban del
producto de las perlas subia á 15,000 ducados ;
14
que según el valor del metal en aquellos tiempos,
y de lo extenso del contrabando, puede conside-
rarse como una suma muy considerable. Parece
que el valor de las perlas hasta el año 1530, subia
un año con otro á mas de ochocientos mil duros.
Para juzgar quan importante era este ramo de
comercio en Sevilla, Toledo, Antwerp, y Genoa,
debemos acordarnos, que al mismo periodo todas
las minas de America no daban apenas dos mil-
lones de duros, y que la flota de Ovando parecía
en aquellos tiempos muy rica, porque casi con-
tenia cerca dé 2600 marcos de plata. Las per-
las eran tanto mas requeridas, quanto el luxo
Asiático se habia introducido en Europa por dos
partes diametralmente opuestas; por Constan-
tinopla, en donde los Paleologis gastaban vestidos
cubiertos de filas de perlas ; y por Granada, la
residencia de los reyes Moros, que desplegaban
en su corte todo el luxo Oriental. Las perlas
del Oriente se preferían á las del Occidente, pero
la cantidad de estas no era menor, poco después
de la descubierta de America. Tanto en Italia
como en España, la isla de Cubagua era el objeto
de muchas especulaciones mercantiles.
La pesca de las perlas disminuyó rápidamente
hacia fines del siglo diez y seis ; y, según dice
Laet, habia cesado mucho antes de 1683. La
industria de los Venecianos, que imitaban con
mucha exactitud las perlas mas finas, y el uso fre-
qüente de diamantes tallados, disminuyeron la
pesca de las perlas en Cubagua. Al mismo
15
tiempo las ostras que producían las perlas se hi-
cieron roas escasas, no, como se cree por una tra-
dición popular, porque estos animales, espantados
con el ruido de los remos, se huyeron á otro pa-
rage, pero porque su propagación había sido im-
pedida por la imprudente destrucción de millares
de conchas. La perla-aronde es de una constitu-
ción mucho mas delicada que la mayor parte de
las otras acephalous molluscae. En la isla de
Ceylon, donde, en la Bahía de Condeatchy, la
-pesca emplea seiscientos chapuzadores, y donde
el producto anual es de mas de medio millón de
pesos, se ha tentado en vano trasplantar los ani-
males á otra parte de la costa. El gobierno no
permite pescar allí mas que durante un mes;
mientras que en Cubagua los bancos que conte-
nían las conchas se hallaban freqüentados en
todas las estaciones. Para formarse una idea de
la destrucción en la especie que cometen los cha-
puzadores, no hay mas que saber, que un soló
barco recoge á veces mas -de treinta mil ostraá.
El animal no vive mas que nueve ó diez años ; y
no es sino hasta el quarto año que la perla co-
mienza á mostrarse. En diez mil conchas no se
halla á veces una sola perla de precio. Según
la tradición, los pescadores, en el banco de Mar-
garita» abrían las conchas una por una : en la isla
de Ceylon, hechan los animales en montones sobre
la costa, adonde se pudren en el aire ; entonces
separan las perlas que no están pegadas á la
concha, laban el pulpo del animal, como los
16
roazamorreros laban las arenas que contienen gra-
nos de oro, estaño, 6 diamantes.
A este momento la America Española no pro-
duce otras perlas para comerciar mas que las del
Golfo de Panamá, y las de la boca del Rio de la
Hacha. Sobre los bancos que están al rededor
•de Cubagua, Coche, y de la isla de Margarita, la
pesca está tan abandonada, como en las costas de
California. Se cree en Cumana, que las perlas-
aronde se han multiplicado mucho, después de
dos siglos de reposo ; * y preguntan, porque las
perlas que se hallan ahora en las conchas que los
pescadores casualmente cogen en sus redes son
tan pequeñas, y tan poco brillantes, mientras que á
la llegada de los Españoles, las que tenían los
Indios eran tan brillantes, los que seguramente no
se habían dado el trabaxo de chapuzar en busca
de ellas. Este problema- es tanto mas difícil de
resolver, quanto ignoramos si acaso los terremotos
han alterado la naturaleza del suelo del mar, ó si
los cambios de los comentes submarinos han te-
nido alguna influencia ya en el temperamento del
agua ó en la abundancia de ciertas molluscae, de
la que la perla se alimenta.
La Bahía de Panamá es también famosa por la
perla de ostra j y los bancos cerca de las islas del
Rey, Tabago, y cosa de otros quarenta mas, que
forman un pequeño archipiélago, producían anti-
* En 1812 se hicieron algunas tentativas en Margarita para
renovar la pesca de la perla.
17
guamente perlas tan finas como podían procurarse
en quatesquierá pays del mundo.
En estas islas construían chozas para los pesca-
dores, que la mayor parte eran Negros» que salían
en barcos en los que cabían diez ó doce de ellos
hacia los bancos, que no estaban baxo de agua á
mas que á 90 pies. Los chapuzadores, con una
cuerda atada á su cuerpo, saltaban al mar ; al
llegar al fondo, cogían una concha con la mano
izquierda que ponían baxo del brazo, otra en. la
misma mano, una tercera en la mano derecha» y
á veces otra en la boca ; entonces volvían á subir
para respirar, y poner las conchas en una talega.
En este exercicio los desgraciados esclavos pere-
cían freqüentemente, ó eran la prea de los tibu-
rones, mantas, &c. La manta es un pez muy
grande y aplastado, que coge con sus aletas el
objeto, al que comprime hasta que le ha sacado
la vida. Los Negros llevaban consigo comun-
mente un cuchillo para defenderse, pero á pesar
de esta protección, y la de sus camaradas que
estaban en los barcos, un gran numero de ellos
se veían devorados por estos peces.
SECCIÓN IIL
AZÚCAR.
El azúcar es el primer articulo de producto
comercial en todas las colonias situadas entre los
TOM. II.
/
18
trópicos» aunque en Tierra Firme no goza mas
que de un rango segundario. Se extrae muy
poco al extrangero, ó quiza nada ; pues, excepto
unos quantos quintales de azúcar muy pobre y
basto cargado de melaza, y que llaman papelón,
lo que exportan á Curacoa, se puede asegurar,
que no se vende ni una libra siquiera. No es
porque no haiga mas que unas quantas plantado-
nes, pero porque todo su producto lo consumen
en el mismo sitio. Los Creollos son muy aficio-
nados al dulce, y á todo lo que tiene azúcar.
Todos, sin distinción de condición, color, ó cau-
dal, hacen del azúcar él principal articulo de
consumo.
La parte mas importante de la comida de un
hombre rico es el dulce. En un banquete, los
postres son en donde prodiga toda su ostenta-
ción. He estado en comidas, dice Depons, en
donde se veían mas de trescientos platos de dulces
y azucares, de quantas formas y figuras se pueden
imaginar, dispuestos con mucho gusto en dife-
rentes mesas de las de donde se come la olla y
carnes, y que estaban destinados á captivar la ad-
miración de los convidados. En una palabra, no
hay siquiera un Negro, que, aunque limitado á
una sola comida, no tome su cacao cocido en
mucha agua, con un pedazote de azúcar moreno,
que come como si fuese pan, sorbiendo al mismo
tiempo su cazuelon de chocolate, ó por mejor de-
cir, de tintura de cacao. Esta bebida la llaman
chorote. Ademas de eso, una bebida embriagante,
19
llamada goarapo, se produce de una fermenta-
ción de azúcar y agua, y es tan común en Tierra
Firme, que todas las clases hacen uso de ella, par-
ticularmente los de un rango inferior. Esta cos-
tumbre consume mucho azúcar.
Suelo. — La variedad y extensión de terreno
en las provincias de Caracas, ofrecen fácilmente
un suelo propio para el cultivo de la caña de
azúcar. Los establecimientos de esta especie se
hallan generalmente en las cercanías de las ciuda-
des 6 pueblos, porque alli el azúcar halla venta,
y su proximidad facilita el cultivo. Sin embargo
hay algunas á treinta leguas de distancia ; pero
en un pays tan vasto, en el que algunos colonos
tienen que viajar diez ó doce dias antes de llegar
á sus plantaciones, la distancia de 20 leguas pa-
rece nada.
La caña de azúcar prospera en climas calien-
tes,* y en suelos particulares. Terrenos hume-
dos, cuestas, y llanos arenosos como los que están
al norte del Orinoco, en las cercanías de Mará-
caibo, &c. no son nada propios para , opta especie
de cultivo.
# La caña de azúcar no hay duda que prospera mejor en
los climas calientes : en efecto, ninguno es demasiado caliente
para ella ; pero se puede también obtener, con todas sus pro-
piedades, en la zona templada, tan lejos hacia el norte como el
trópico de Cáncer. En España se cultiva con mucho suceso,
en el reyno de Granada, situado entre el 27° y 28° de latitud
septentrional. Se puede aun cultivar mas el norte, puesto que
en París han obtenido azúcar bien cristalizado de cañas culti-
vadas en el Jardin de las Plantas.
20
La caña de azúcar pide un suelo rico, y en el
que la tierra grasa tenga á lo menos un pie de
profundidad. No debe tampoco ser gredosa, ó
de otra especie en donde el agua corre con difi-
cultad, pues en ese caso las cañas son delgadas,
y su azúcar no pagaría los gastos del cultivo. El
azúcar exige un terreno grueso, y de color de ce-
niza. La tierra que posee estas dos calidades
produce siempre mucho azúcar de excelente cali-
dad. Debemos hacer justicia á los colonos de
Tierra firme por su habilidad en distinguir la es-
pecie de terreno que pide cada producción. La
calidad de sus diversos artículos de producto es
una prueba incontestable de ello.
Especies.— Las tres especies de cañas se pue-
den distinguir hasta de lexos, por el color de sus
hojas ; estas son la antigua caña Creolla, la de
Otaheite, y la de Batavia.
La primera tiene una hoja de un verde mas obs-
curo, y los nudos están mas cerca los unos de
los otros. Esta daña de azúcar se introduxo pri-
meramente* def Oriente en Sicilia, de aqui á las
Islas Canarias, y de estas á las Indias Occiden-
tales.
La segunda es de un verde mas ligero ; y su
caña es mas alta, gruesa, y suculenta. Toda la
planta muestra una vegetación mas rica. Esta
planta se debe á los viages de Bougainville, Cook,
y Bligh. Bougainville la introduxo en la Isla de
Francia, de donde pasó á Cayenne, á la Martini-
ca, y desde 1792 al resto de láJs islas Occidentales.
21
v
La caña de Otaheite, el To de aquellas islas, es
una de las adquisiciones mas importantes que los
colonos deben á los viages de los naturalistas.
No solamente produce una tercera parte mas de
jugo que la Creolla en un mismo espacio de tierra»
pero á causa de lo grueso de su caña, y lo tenaz
de sus fibras, dá mas leña para quemar. Esta
ultima ventaja es de suma importancia en las Ine-
dias, en donde la destrucción de los montes y bos-
ques ha obligado al colono á usar la caña, des.-
poes de haberla sacado el jugo, para mantener el
fuego de sus fabricas. Sino hubiere sido por el
conocimiento de esta planta, los progresos de la
agricultura en la America Española, y la introduc-
ción del azúcar de Java y de las Indias Orientales,
las revoluciones de Sto Domingo, y la destrucción
de las grandes plantaciones de azúcar en aquella
isla, hubieran tenido un efecto mas sensible en los
precios del producto colonial en Europa. La
caña de Otaheite se llevó de la isla de la Trini-
dad á Caracas, de alli pasó á Cucuta, y á Sn Gil
en Nueva Granada. En nuestros días, su cultivo
durante veinte y cinco años ha casi destruido com-
pletamente la aprehensión, que existia antes, de
que trasplantada á America, degeneraría gradual-
mente, haciéndose tan delgada como la Creolla.
Si acaso hay algo de variedad, es una variedad
muy constante.
£ Varias personas, y Depons entre otras, han afir-^
, mado, que la caña mencionada degeneraba en
America ; que el azúcar que extraen de ella no
22
es de tan buena calidad como la Creolla ; que en
parte se liquida en el viage, &c. Estos son er-
rores reconocidos ahora por todos los colonos»
Hay en las colonias, como en todas las demás
partes, un numero de gentes algo tardos de inge-
nio, que se oponen á todo descubrimiente útil con
todo el peso de sus preocupaciones, vanidad, é
ignorancia : estas gentes rehusaron cultivar la
caña de Otaheite por quatro ó cinco años ; pero
ahora que ven que produce una tercera parte mas
de azúcar que la Creolla, su interés les ha hecho
abandonar sus preocupaciones.
También tiene la ventaja de dar una cosecha
muy considerable durante diez años, en tierras de
una fertilidad ordinaria, y por quince ó diez y seis
en un terreno fértil ; mientras que se necesita
volver á plantar la Creolla de dos en dos años en
un terreno mediano, y de cinco en cinco en las
tierras mejores : esta es una ventaja inestimable.
Pero lo que hace aun mas precioso este vegetal
es la flexibilidad de su organización ; ó en otras
palabras, la propiedad que tiene de acomodarse á
varios temperamentos mucho mas aun que la
Creolla. Es bien conocido que la ultima apenas
dá azúcar, y que es necesario plantarla todos los
años, si se quiere que produzca algo, en payses
donde el termómetro de Reaumur baxa, solo por
algunos meses, á 15°. Esto no sucede con la de
Otaheite. En Luisiania, el cultivo de la caña
de azúcar se habia casi abandonado antes de
la Revolución Francesa, porque la caña Creolla
23
apenas daba nada de azúcar. Los emigrados de
S* Domingo introduxeron la de las Islas de Men-
. doza ; y aunque no produce allí tanto como en las
Antillas, sin embargo su cultivo es mas produc-
tivo que el de la Creolla.
La tercera especie, la caña morada, llamada caña
de Batavia ó de Guinea, es seguramente indígena
de la isla de Java, en donde se cultiva, particu-
larmente en los distritos de Japara y de Pasuruan.
Sus hojas son de color de purpura, y muy anchas ;
y en Caracas la prefieren para el ron.
Modo de Plantarla. — La caña de azúcar se
propaga por si sola. Quando la cortan para pa-
sarla por el molino, lo hacen á cosa de un pie de
su cima, afín de poderla plantar. El sitio asig-
nado para plantarla, se divide en quadros, seme-
jantes á los de nuestros jardines, para que al plan-
tarlas sucesivamente, las cañas de cada quadro se
maduren al mismo tiempo, asignando á cada una
el tiempo para cortarse, y al azúcar para fabri-
carse, sin que las otras cañas sufran ningún per-,
juicio. Los Franceses llaman á estos quadros
piéces de carmes ; por lo general tienen quatro de
ellos : los Ingleses los dividen por quince ó veinte
aranzadas, que llaman plats. Los Creollos de
Tierra firme hacen sus divisiones de cien varas
quadradas, y que llaman tablones : en^ la Habana
los hacen del doble, y los llaman cañaverales.
Los tablones están divididos los unos de los otros
por setos de un gramen colosal — el latta, ó gyne-
rium con hojas disticas.
34
£1 tiempo que escogen para plantar la caña es,
quando, según el orden de las estaciones, se espera
lluvia. Esto se observa mas particularmente,
donde no hay ninguna facilidad para el riego:
pues la asistencia del agua es esencial para la ger-
minación de la planta. Sin agua la caña no crece,
ni tampoco adquiere nunca aquel grado de vigor»
y jugo melífero, que se observa quando se halla
bien regada natural ó artificialmente.
Para plantar la caña, hacen hoyos en la tierra,
que tienen quince pulgadas de largo por diez de
ancho, y seis de hondo. En este trabaxo, que es
el mas penible de los que pertenecen á la planta-
ción de la caña de azúcar, no emplean mas que
Negros, y las Negras mas robustas* Cada Negro
puede hacer diariamente, sesenta ú ochenta de
estos agujeros ; pero si la tierra ha estado antes
labrada, que es como sucede en la Jamaica, un
Negro puede hacer el doble.
La distancia entre los agujeros se determina
por la naturaleza del suelo. Por mucho tiempo
se creyó que debían estar cerca los unos de los
otros, en proporción de la riqueza del terreno ;
porque, según decían, la tierra teniendo mas jugos
nutritivos, puede alimentar un numero mayor de
plantas. Esta opinión era especiosa, pero se rem-
plazó muy pronto por una mas filosófica ; y se ha
notado, que quando las cañas están demasiado
juntas, tienen que impedirse reciprocamente en su
crecimiento y madurez. Privándose por su in-
mediación de la luz y del aire, los dos agentes
25
mas poderosos de su existencia y vigor, presentan
siempre el aspecto de abortos antes que de cañas
medrantes. Basta aplicar á una tierra pobre los
principios que se applican á terrenos de una na¿
turdeza mas fértil. La conclusión que deaqüi se
sigue es, que las canas deben plantarse distantes
en proporción á la fecundidad del terreno ; de
este modo, en las tierras pobres están plantadas á
tres pies de distancia y en las ricas- á seis.
Humboldt dice, que la caña Creolla y la de
Otábate se plantan en el mes de Abril, la pri-
mera á quatro, la segunda á cinco pies de distan*
cia : se madura en catorce meses.
Aunque los hoyos no tienen mas que seis pul-
gadas de profundidad, sin embargo la tierra que
ha sido cabada, y que dejan junto al tronco, les
hace parecer que tienen mas de un pie de tierra.
En cada agujero ponen tres plantas de caña, y
no las cubren mas que coit tres pulgadas de
tierra, y sin acalcaría. . Este trabaxo pertenece á
los muchachos, ó á los que no tienen mucha
fuerza. El resto de la tierra queda á los lados
del hoyo, de suerte que los que no tienen cono-
cimiento de estas labores se imaginarían que las
. plantaciones no estaban aun acabadas.
Quando la plantación está en un terreno pan-
tanoso, en el que se teme que la planta se pudra,
cuidan de no poner la caña en el hoyo. No
ponen mas que una extremidad en el fondo del
hoyo, y- la planta se pone en una posición in-
clinada, de suerte que esté de quatro á cinco
«6
pulgadas afuera de la tierra. Esto se llama
plantar en cañón, porque una planta asi se pa-
rece á un cañón que apunta. Semejantes plan-
taciones nunca pagan por el trabaxo que cuestan.
Si se determinase forzar á la naturaleza abso-
lutamente, estableciendo una plantación de azú-
car en un terreno pantanoso, lo que costaría mu-
chísimo trabaxo antes de que pudiese producir,
la prudencia y el ínteres exigen que el terreno
sea secado previamente* Si la falta de un declive
formase un obstáculo insurmontable, un solo ex-
pediente queda, mas fatigante, pero sin embargo
mas ventajoso para la tierra. Recójase el agua
de lluvia de todas las partes sobre el terreno que
se piensa secar : habiendo depositado las partícu-
las de que está cargada, y aclaradose» se la debe
soltar abriendo las esclusas, y esta operación debe
repetirse tan amen u do como lo permitan las llu-
vias. Este método une la doble ventaja de levan-
tar el terreno, y de formar un lecho de tierra
vegetal, de la que derivaría una fecundidad pe-
culiar. Esta especie de tierra es demasiado vigo-
roso para la caña de azúcar. La planta adquiere
un aumento portentoso, pero es tan aquosa que
el mas hábil refinador no puede obtener azúcar
de ella. Este defecto se obvia plantando la tierra
de arroz por dos años sucesivos. La plantación,
de arroz tiene la doble y singular ventaja de le-
vantar la tierra con los tronquillos que dexa, y
de sugetarla extrayendo los jugos sutiles. Quan-
do el arroz cesa de producir, la caña de azúcar le
27
remplaza muy productivamente. Este método
de corregir los terrenos pantanosos, con la ayuda
del agua de lluvia, es doblemente útil para las
tierras que están cerca del mar, porque las limpia
igualmente de aquellas substancias salinas que
son hostiles á la vegetación.
Para Escardar. — A fines de cinco ó mas dias,
á lo mas diez, la caña comienza á mostrarse
baxo la forma de un cañoncito, que en pocos
dias se divide en dos hojas pequeñas, delgadas,
y opuestas. A medida que la planta crece,
hecha dos hojas mas en el mismo orden que las
primeras. A esta época exige lluvia, 6 riego
artificial. Poco después es indispensable quitar
las yerbas que la rodean, sin lo qual la ahoga-
rían -, y el uso de la escarda debe repetirse por
tres veces, hasta . que la caña cobra suficiente
fuerza para ahogar, en su turno, todas las plantas
extrañas. Cada vez que se escarda, se debe cui-
dar de cubrir la joven planta con parte de la
tierra que se dexó á su lado al tiempo de plan-
tarla.
Calidades. — La caña de azúcar se madura
según la estación que experimenta; las lluvias
retardan su madurez, la sequedad la acelera. Mu-
cho depende de la naturaleza del terreno. IJn un
terreno rico y húmedo, la caña no madura por
diez y seis 6 diez y siete meses, mientras que en
un terreno ligero se madura dos meses antes. En
el noveno mes, la planta comienza á despojarse
de sus hojas. Las que están junto al pie caen
28
primero, y las demás siguen en sucesión ; de
suerte que para el tiempo que la planta llega á
su madurez, la pina de hojas que la termina son
las únicas que quedan.
Al mismo tiempo Ja caña toma un color ama-
rillo, señal infalible de la buena calidad del aro-
car qué contiene. Esto no sucede con las cañas
de los terrenos pantanosos, ó baxos ; pues re-
tienen el color verde, qualeáquiera que sea au
edad, anunciando de este modo al refinador la
dificultad que experimentara para obtener el
azúcar.
La distancia de los nudos ofrece igualmente
una señal fixa para determinar la calidad del azú-
car : á medida que se hallan juntos, la planta es
inferior.
Es de mucha importancia al fabricar el azúcar,
recoger la caña á su verdadero punto de madu-
rez. Antes de esta época, producirá mucha
agua y poco azúcar. Si está demasiado madura»
la cantidad de azúcar que produce es mucho me*
ñor que la que produciría si se recogiere al tiem-
po oportuno ; la fabricación será también mas di-
fícil, y la calidad inferior. Hay accidentes que
obligan á pasar las cañas que no están aun ma-
dura al molino ; por exemplo, quando un fuego
consume quarito hay de combustible en un caña-
veral, ó quando algun<tremendo huracán ha ten-
dido las cañas ya demasiado crecidas para poder
esperar que se levanten. En estos casos, lo mas
prudente es hacer arrope ó xarabe de ellas : en
29
vano se tentaría hacer azúcar ; el trabaxo de la
fabricación ocuparía tanto tiempo, que la mayor
parte de las cañas se calentarían de suerte que
ni siquiera arrope producirían.
Para Cortarla. — La caña de azúcar debe
cortarse cerca de la raíz, y cerca de la pina de
hojas de la cima. Un pedazo de la parte mas
tierna de la caña, cerca del cogollo, se guarda
pata plantan
Después que las cañas grandes, que son las
primeras que la planta produce, han sido recogi-
das, los tallos pequeños se dexan, y no necesitan
ma& que ser escardados, y buen tiempo. Una
tierra buena produce hasta cinco cosechas de ta-
llos ; esto es, que se puede cortar una misma
plantación de cañas cinco veces sin necesidad de
volverla* á plantar.
. Sin embargo, á cada corta la cantidad de azú-
car eé ñienor. - Un cañaveral de quatro quadros,
que produce, á la primera corta, siete cientas for-
mas de azúcar basto, cada una pesando cinquen-
ta y quatro librfts, dará de sus primeros tallos
seis dientas formas ; de los segundos, quinientas ;
de los terceros, quatrocietitas y veinte, y asi en
proporción. En un mjtf terrenoia desproporción
es mayor aun. Los segundos tallos en tales plan-
taciones rara vez producen la mitad de lo que
produjeron al cortar las cañas grandes. De con-
siguiente los replantan tan amenudo como lo per-
mite la fuerza del establecimiento.
so
I
Si la planta es bastante vigorosa hecha flor en
el mes de Octubre ; pero cortan el cogollo antes
de que el panículo se desenvuelve. En todas las
plantas monocotiledonas (el maguey que se culti-
va en México para extraer el pulque, el árbol de
palma que da el vino, y la caña de azúcar), la flor
muda la calidad de los jugos.
Pajra Molerla.— La estación del año en que
la caña se corta, influye mucho sobre la cantidad
de azúcar que de ella se saca. Durante el mes
de Noviembre, y los quatro meses que le siguien,
produce una tercera parte mas que en los siete
meses restantes. Esta regla es general, aunque
varía en ciertos parages. En la parte septentrio-
nal de S* Domingo, resulta mucha ventaja en
moler ó fabricar el azúcar en la estación que
hemos mencionado ; pero sin que la diferencia
sea tan grande que impida su fabrica el resto del
año. En las partes orientales y occidentales de
la misma isla, todas las labores que conciernen
la fabrica del azúcar, se hacen exclusivamente en
la buena estación. En Tierra Firme fabrican
azúcar durante todo el año; pero alli, como en
los demás parages, los cinco meses de que hemos
hablado se prefieren.
Las labores de la plantación deben estar dis-
tribuidas de tal suerte, que las diferentes opera-
ciones vayan todas al mismo tiempo. Mientras
que algunos Negros cortan las cañas, otros las
llevan al molino, donde las muelen tan apriesa
como llegan. El jugo que se saca de la caña
31
lo ponen inmediatamente baxo la operación que
debe convertirlo en azúcar. Todo tiene que ha-
cerse al mismo tiempo. Si la caña de azúcar no
se pone asi que la cortan baxo la prensa, se opera
en ella una fermentación que afecta las partes
azucarólas, la fabricación es mas difícil, y los re-
sultados menos favorables. Si el jugo de la caña
no se expone al fuego inmediatamente que se
exprime, contrae un grado acido que embaraza
mucho al refinador. Los colonos de las Indias
Occidentales están tan convencidos de la celeri-
dad requerida en estas diferentes operaciones,
que desde el momento que comienzan á cortar la
caña, las labores de la plantación continúan
noche y dia. Dividen á los Negros en quatro
compañías, ó relevantes, como los marineros en
la navegación, y, excepto los domingos, no hay
intermisión.
Molinos.— El molino para exprimir las cañas
de azúcar se compone de tres cilindros. Uno en
el centro, al que aplican el poder motor, hace
volver á los otros dos, por medio de dientes de
hierro ó de madera, que están en la parte superior
de los cilindros. Estos molinos los anda el agua
ó las muías. El primer medio uñé las dos gran-
des ventajas de la celeridad y de la economía de
animales. Un molino de agua, construido con
dimensiones exactas, dará en veinte y quatro
horas bastante jugo para sesenta formas de azúcar
por refinar, cada una pesando cinquenta y quatro
libras, á menos que la pobreza del suelo, ó una
32
mala estación, presente impedimentos. Un mo-
lino trabaxado por muías, de quálesquier modo
que sea conducido, no dará mas que la mitad de
esa cantidad. Aquellas manufacturas de Tierra
Firme que merecen este nombre, tienen todas
molinos de agua. Sería imperdonable, en un
pays tan provisto de agua, el no aplicar este
fluido á este uso, que se puede obtener en todos
los sitios, y abundantemente.
Fabrica.— El jugo de la caña pasa directa*
mente del molino, por un caño, á un pozo muy
grande, que está junto á uno de los cinco calde-
rones mas grandes. El primer calderón es el
mayor, comunmente tiene cincuenta y quatro
pulgadas de diámetro. En el ultimo es en el que
el azúcar recibe el ultimo grado de ebullición.
Estos calderones están en linea, y junto los unos
de los otros : están fixados sobre un horno, cuyo
foco está baxo el ultimo, y un canal pasa por los
cinco calderones, para dar salida al humo por' una
chimenea que está junto al mayor. Todo el
aparato de estos calderones está por lo general
contra la pared de la fabrica* Pero poco antes
de la Revolución comenzaron á adoptar un mé-
todo de levantar los aparatos en medio de la fab-
rica, afin de emplear dos espumadores para cada
calderón, y para quitar al azúcar todas las partes
heterogéneas con mayor prontidud y perfección.
Para estos aparatos adaptaron dos calderones dé
la especie quinta, y de tal modo que cada uno pu-
diese tener un horno, en el que el fuego se comer-
33
vase por dos aberturas, y en el que la ebullición
del azúcar seria mas pronta ; pues la experiencia
de un siglo ha probado, que el azúcar es mas her-
moso en proporción de la violencia de la ebul-
lición. La quimica moderna hallara, pues, mucha
dificultad en comunicar á las colonias sus aprehen-
siones, de que el azúcar se expone á quemarse en
los calderones ; y su consejo, de efectuar la eva-
poración con menos fuego no será seguido. Pero
al contrarío, emplean quantos medios hay para
aumentar la acción del fuego en las fabricas. Un
aparato está mejor ó peor hecho, un horno es mas
ó menos perfecto, en proporción que facilita la
ebullición. Para favorecer esta operación aun
mas, emplean para quemar las hojas que la caña
desecha al madurar, y que se secaron en los pa-
rages donde cayeron. La caña que ha sido pa-
sada por el molino, se emplea también para este
objeto. Se ha observado, que un hábil trabaxador
obtiene con estas, y con las hojas, un fuego mas
violento y constante que con la leña. También
hay una ventaja en esta especie de fuego, pues la
acción del fuego se puede moderar según uno
quiera. Asi que los que trabaxan allí cesan de
alimentar el fuego, su violencia tiene necesaria-
mente que disminuir, y esto es muy útil para dar
el verdadero grado de ebullición.
Asi que el azúcar ha hervido lo suficiente cesan
de hechar mas hojas en el horno, á fin de retirar
el azúcar, y la ebullición cesa igualmente. Esta
ventaja no puede obtenerse con otra especie de
TOM. II. c
3*
leña ; pues todas ellas depositan en el horno un
lecho de brasas, que mantiene la violencia del
fuego mucho mas tiempo que lo necesario, y re-
duce á un estado de incrustación el azúcar que
está al fondo del calderón.
En Tierra Firme, donde no se usa mas que
leña para fabricar el azúcar, calculan la ebullición
incluyendo la que el azúcar adquiere durante el
tiempo que la retiran de los calderones : pero este
calculo exige una exactitud tan grande que es
muy difícil adquirir, y sucede amenudo que el
azúcar ó bien necesita el grado de hervor reque-
rido, ó bien le excede. Empleando para quemar
las hojas, y la caña que se ha pasado por el mo-
lino, estos inconvenientes se obvian, y el trabaxo
de los Negros que el Creollo envía para corta la
leña se ahorra. Ademas de eso, quando la esta-
ción impide la corta de la leña, la fabrica tiene
que sospenderse, y todo sufre ; mientras que con
una buena provisión de desechos, estas labores ex-
traordinarias se ahorran, y la caña puede cortarse
en qualesquiera estación, y el azúcar fabricarse.
Partes Constituyentes.— Antes de hablar del
modo con que extraen el jugo de la caña, con-
vendrá hablar de la naturaleza de sus partes cons-
tituyentes. ¿ Pero como nos atreveremos á de-
cidir una qüestion en la que hay tantas y diversas
opiniones ? La química quedará aun envuelta por
mucho tiempo en dudas y conjeturas con respecto
al azúcar.
35
Algunos químicos sostienen, que los materiales
heterogéneos del azúcar son, una fécula ó sedi-
mento, un extracto, y una materia colorante, que
se separa por la evaporación. Otros creen que
basta obtener, por una simple evaporación, y por
la acción del niego, una diminución del agua, y
una reunión de las partículas de azúcar, de este
modo facilitando la coagulación y separación de
los sedimentos y de la materia colorante.
Hay otros que consideran el azúcar como una
substancia salina, y como teniendo su sitio medio
entre el mucilago y las sales esenciales.
Los colonos Ingleses cuentan en su composición
ocho partes de agua, una de azúcar, y una de
azeite espeso y de gomas mucilagas, con una
porción de sal esencial ; y baxo estos principios
manufacturan su azúcar.
Los colonos Franceses suponen que el jugo se
compone meramente de una porción de agua su-
perabundante, que se evapora por la ebullición,
y algunos ácidos ó mucilagos, de los quales es
menester desembarazar las partes azucarinas. Para
producir la neutralización oponen á los ácidos una
cantidad proporcionada de alkali, para que la
efervescencia que resulta del alkali con el acido,
asistida por la ebullición, la presente baxo la forma
una espuma saponífera, que la quitan con espu-
maderas hechos para ese fin.
Uso del Alkali.— Los agentes que emplean
para alkalizar el jugo de la caña son cal-viva, ceni-
zas, potasa, &c. No han hallado ningún alkali
36
vegetal que produzca tan buenos efectos. Sin
embargo, algunos de los colonos sistemáticos han
aventurado separarse del uso común, con la espe-
ranza de algún descubrimiento útil. Pero sus ex-
perimentos se ban hecho generalmente á espensas
de sus intereses ; y, según la docilidad ú obstinación
de sus caracteres, han vuelto á adoptar, mas tarde
ó temprano, el método que su amor propio les
hizo abandonar. La única variación razonable
es, según la naturaleza del terreno, para comple-
tar la alkalizacion con potasa en el tercero ó
quarto calderón, después que la cal-viva ha ex-
traído la mayor parte de los mucilagos, y de los
otros- artículos heterogéneos.
Las cenizas de la leña común perjudican ma-
terialmente la calidad del azúcar ; haciéndolo
moreno, sin cristalizarlo ó sin darlo consistencia.
Hace ya tiempo que un habitante de la Jamaica
dio en el plan de alkalizar el azúcar con las ceni-
zas del árbol de pimiento, del alecho, ó de la
madera de Campeche. Las ventajas que por este
método resultaban se verificaron, publicaron, y se
compensaron por la asamblea colonial. Decreta-
ron para Mr Bousie, autor de la descubierta, la
suma de cien mil reales. El uso de la cal se vio
sobre el punto de un destierro vergonzoso, quan-
do se descubrió por el comercio que el azúcar
alkalizado de este modo no podia soportar el mar,
porque estas cenizas evidentemente impedían la
unión intima de las partículas. De consiguiente
la cal recobró la consideración que había comen-
37
zado á perder, y el sistema de Mr Bousie no ob-
tuvo de la generosidad publica mas que un tra-
tado, en el que se declaraba que la cal y las ceni-
zas podían ser empleadas conjuntamente, con
tal que el refinador fuese bastante hábil para com-
binarlas.
Es de una proporción exacta del alkali en las
partes heterogéneas, que debemos esperar el mas
hermoso azúcar. £1 grande arte del refinador
debe pues dirigirse á verificar este punto. La
naturaleza de las cañas que dan el jugo, los ter-
renos en donde se cultivan, y la estación que
prevaleció durante su madurez, anuncian que es
necesario un grado mas ó menos de alkali. La
apariencia, el olor, y el gusto del jugo, indican
también si es necesario poco ó mucho alkali.
Pero estos signos son puramente aproximativos.
No hay mas que el curso de la fabrica que sea
capaz de indicar si son precisos é infalibles; y
como es mas fácil corregir defectos que nacen de
muy poco cal que de mucha, el refinador no usa
al principio mas que dos terceras partes de la
cantidad que cree necesaria para una saturación
perfecta. Hechan la lima en el primer calderón,
quando el liquido está frío. Agitan el jugo lige-
ramente, para que la cal se difunda igualmente.
£1 alkali y el acido ó partes mucilagas entran in-
mediatamente en un conflicto ; y una fuerte ebul-
lición les hecha á la superficie baxo la forma de
espuma, en la que el ojo y el tacto reconoce pro-
piedades saponeas.
38
En la provincia de Caracas usan subcarbonate
de potasa, en lugar de cal, para purificar el jugo
de la caña de azúcar. Las cenizas del bucare,
que es el erithrina corallodendron, se prefieren.
Para Espumar. — Un Negro, á lo menos, tiene
que estar continuamente junto á uno de los cal-
derones, para ir quitándole la espuma ; y á veces
uno no basta. No hay duda que el espumar es
una de las partes mas importantes en la fabrica
del azúcar. De su actividad resulta la .buena ó
mala calidad. Todas las otras condiciones ne-
cesarias para producir un azúcar hermoso, no
servirán de nada si está mal espumada. Esta
operación se comienza en el segundo calderón,
pero rara vez en el primero.
Pronósticos. — La espuma "es al principio de
un color negruzco, y sumamente espesa, pero en
conseqüencia de su separación, adquiere un color
mas pagizo. Quando adhiere á la espumadera,
y que la ebullición es grande, dilatoria, y de un
color obscuro, el alkali es insuficiente. La can-
tidad de cal se aumenta gradualmente hasta que
esta indicación no aparece mas.
Hechan el jugo del primer calderón en el segun-
do, donde experimenta una ebullición de media
hora, durante cuyo tiempo la espumadera pasa
continuamente sobre su superficie ; entonces se
desocupa en el tercero, donde se vuelve á espu-
mar. Desde este calderón lo hechan en el quar-
to, donde lo dexan hasta que dá señales nada
equivocas de limpieza, y de allí lo hechan en el
39
quinto, endonde no nada hay mas que hacer sino
completar la ebullición : de suerte que la decan-
tación de un calderón á otro dá señales, que el
xarabe está bastante limpio para ser admitido en
el quinto*
Quando, al contrario, la espuma pasa fácilmente
por los agujeros de la espumadera, y que la ebu-
llición es pequeña, indica un exceso de alkali por
el que la calidad del azúcar se perjudica. No
tendrá la blancura ni el grano que de otra suerte
poseería. Este defecto se remedia añadiendo
nuevo jugo de caña sin alkali, para que tome la
parte superabundante del alkali. Pero el mal no
desaparece enteramente, no se hace mas que pa-
liarlo.
A veces sucede que las cañas no tienen bas-
tante agua para tenerlas en solución hasta que se
haya espumado completamente. Quando el re-
finador percibe que la espuma continua sucia, y
que la caña adquiere demasiado rápidamente una
consistencia que no es favorable á su desenrollo,
hecha mas agua en el calderón para prolongar su
disolución. Las burbujas de un tamaño media-
no, que están bien separadas y brillantes, y de
un olor balsámico, del tercero ó quarto calderón,
son señales fixas de la buena calidad del azúcar,
y de su buena fabrica. Quando las burbujas de
la quinta son grandes, excesivamente agitadas, y
que hacen explosiones, debemos esperar azúcar de
mala calidad, que no se incrusta sino con dificul-
tad ó quiza nada. La demasiada cantidad de
40
i
agua, que uo se ha evaporada por la acción del
fuego, le tiene en un estado de liquido, condenán-
dole á que se quede en xarabe.
Ebullición.— El talento de hacer hervir bien el
azúcar se aprecia mucho en las colonias, porque
todo depende del grado de exactitud de esta ope-
ración. Si el hervor es demasiado violento, una
parte de las sales esenciales se queman, y dismi-
nuyen la cantidad, y la unión excesiva (ó conso-
lidación) de las partículas, resiste la operación de
las tierras que se hechan para aclararle ; pues las
molasas, que es necesario extraer al blanquear
el azúcar, forman con él una substancia, que el
agua que se usa para purificarle no puede pene-
trar. Si el hervor es demasiado débil, la incrus-
tación del azúcar es imperfecta, y el agua que se
usa con las tierras no hallando suficiente resis-
tencia, se lleva consigo mucho del azúcar en la
forma de xarabe. Cada forma de azúcar basto
pesa, en las colonias Francesas, cinquenta y qua-
tro libras. La operación de quitarlo la tierra lo
reduce á quarenta y una ó á quarenta y dos ;
pero si el azúcar no ha hervido bastante, y la
operación de extraer la tierra se trata de hacer
como si hubiere hervido bien, entonces se reduce
á treinta y dos 6 á treinta y tres libras. Por
esta razón quando piensan vender el azúcar en
su estado grosero, debe recibir mayor hervor que
quando se le extrae la tierra.
El modo de asegurarse del grado de hervor del
azúcar es simple é infalible. Uno de los cucha-
41
roñes de cobre, que se usan para decantar el jugo,
se mete en el calderón quinto, y se retira inmedia-
tamente. Por la cantidad del xarabe que se pega
al cucharon, se percibe el grado de espesura.
Quando esta señal indica que el grado suficiente
de hervor se acerca, vuelven á meter el cucharon,
y cogen con el dedo pulgar quanto se puede de lo
que se ha pegado al cucharon ;— entonces apli-
can el dedo Índice á la porción del liquido que
contiene el pulgar, y se levanta. El xarabe for-
ma un hilo, que debe romperse quando los dedos
están á la distancia de dos pulgadas el uno del
otro, y retirase en la forma de un tornillo, hacia
la materia que contiene el dedo pulgar. Esto
se llama con mucha justicia la prueba, pues no
hay otra mejor. Los químicos han querido subs-
tituir instrumentos que en vano han garantizado
su infalibilidad ; pues los resultados son erróneos
según la diferente naturaleza de la caña que pro-
duxó el azúcar. Finalmente se han visto obliga-
dos á admitir, que la casualidad ha dado á las co-
lonias una señal mas fixa y superior, que todas
quantas el arte ha inventado hasta ahora. El re-
finador sin experiencia no se acomoda al princi-
pio de este método de graduar el hervor, porque
daña el pellejo delicado de sus dedos ; pero se-
gún avanza, el pellejo se endurece, y cria tal callo
que no sufre dolor alguno. Un refinador en
las colonias es fácil reconocer, examinando el pul-
gar y el índice de la mano derecha, . del mismo
42
modo que descubren los marineros disfrazados en
Inglaterra, por los callos de las palmas de las ma-
nos.
La debilidad del hervor se conoce por la difi-
cultad con que se forma el hilo ; su exceso, por
la dificultad con que se retira el hilo quando se
rompe.
Asi que obtienen la indicación requerida cesan
de alimentar el fuego, y retiran el azúcar inme-
diatamente. Dos Negros, y algunas veces tres,
cada uno con un cucharon cuyo mango tiene
diez ó doce pies de largo, le vacian de una vez
en un calderón, que está metido en la tierra entre
el quinto calderón.
Cristalización. — Después que el azúcar ha
estado media hora en este nuevo calderón, lo
menean para que se granule igualmente. Para
este fin se usa una espátula de madera, que tiene
cerca de tres pies, y que los Franceses llaman
mouveron. De este calderón vacian el azúcar en
otro mayor y mas distante del aparato, en donde
lo dexan hasta que ha formado una costra de una
linea de grueso. Esta costra muestra al mismo
tiempo el grado de hervor, y la calidad del azú-
car. Si es verde hacia el centro, el azúcar no es
bueno ; si es frágil ó quebradizo, el azúcar há
hervido demasiado; si no es bastante quebradizo,
entonces ha hervido muy poco. Ha adquirido el
grado exacto de hervor, quando, aplicando la
mano ligeramente á la costra, se dobla y recobra
43
su nivel. Si se rompe demasiado fácilmente, su
hervor fue excesivo ; si no vuelve á tomar su
nivel, el hervor fue deficiente.
Moldes ó Formas. — Mientras que el azúcar
está en este calderón, traen á la fabrica moldes
de barro cocido, que ponen á cierta distancia del
aparato, y que han estado dos ó tres horas en
agua, y bien lavados. Ponen las unas junto á las
otras, con la punta hacia abaxo, el agujero de la
punta estando bien tapado con un tapón de paja.
Emplean tantas formas como se cree contendrán
la materia que ha sido hervida ; hechan el azúcar
en ellas mientras que esta en liquido. Esta ope-
ración tiene también su modo particular. Para
este fin emplean un cucharon con dos mangas, y
de una forma cómoda. Contiene cerca de dos
azumbres, y le llenan del liquido. El Negro que
conduce esta operación cuida de no vaciar el
liquido en un solo molde, pero lo distribuye entre
varios, para que se llenen al mismo tiempo. Esta
precaución es necesaria, para que la parte liquida
del azúcar no vaya en ciertas formas, y todo el
grano en las demás, pero para que la distribución
sea igual.
Para Menearla. — Después de que el azúcar
ha pasado una hora en los moldes, requiere, aun
en el estado de liquidación, ser otra vez menea-
do, lo que es tan esencial como* en la vez prece-
dente. El objeto de esto es deshacer el grano
del azúcar que se ha adherido, por su propio peso,
al fondo y á los lados del molde, y para dividirle
44
igualmente por todo el molde, pues precisamente
al momento de enfriarse los contenidos, dá al
azúcar tal consistencia que impide al grano pre-
cipitarse de nuevo. £1 suceso que debe aguar-
darse de esta operación depende enteramente del
momento en que se hace. Se llama menear el
azúcar. Si el azúcar está demasiado caliente,
perturba la armonía de la formación del grano, y
remueve sin ventaja la que está depositada al
fondo, v á los lados, del molde. Si está deraa-
siado fría, se ha hecho ya muy gruesa para que el
refinador pueda hacer lo que desee.
La practica ha dado el medio de conocer el
momento en que se debe menear el azúcar. £1
refinador mete la espátula hasta el fondo del
molde, y la dexa que se levante sola. Según la
rapidez ó lentitud con que vuelve á subir, juzga
que es ó muy pronto ó muy tarde. La rapidez
denota que no es aun tiempo ; la lentitud mu-
estra que el tiempo ya pasó. Un medio justo
anuncia el momento preciso.
£1 que hace la operación de menear, debe apli-
car la espátula á los lados, y moverlo hacia el
medio del molde. £1 grano se halla de esta su-
erte desapegado de los lados, y distribuido por
toda la forma.
Señales. — £1 azúcar quando frío forma una
costra en la superficie, mas ó menos gruesa, cuyo
centro se hunde aluego, dexando una especie de
circulo que adhiere al molde, y que ce parece á
un plato que no tiene asiento. Este circulo se
45
llama el collar. Para que sea según los deseos
del refinador, debe tener cosa de tres pulgadas
de ancho. Si el circulo es menor, es una prueba
de que el azúcar no ha hervido bastante ; y, al
contrario, si el circulo es demasiado grande.
Esta costra se llama la fuente, porque hay un
agujero en el centro, en donde siempre queda un
poco de xarabe, que no se ha cristalizado aun ;
también denota la cantidad del alkali que ha sido
empleada. Si esta costra tiene grasa, y que al
aplicar la mano se llena de mucilago, es una
prueba que el azúcar no ha recibido bastante cal.
Si, al contrario, la costra es seca y quebradiza, la
cal se ha usado con exceso. El color de la cos-
tra da á la vez dos indicaciones, con respecto al
grado de hervor y al alkali. Un buen color de
oro anuncia que el azúcar ha sido bien fabricado,
y ha hervido bien ; un color amarillo pálido
anuncia la falta de alkali y de hervor ; un amari-
llo demasiado obscuro, muestra los dos excesos.
Quando el azúcar está perfectamente frío, lle-
van las formas ó moldes al lugar donde lo purifi-
can, y lo hechan en ollas muy grandes, con bo-
cas estrechas, llamado canaris. Pero previamente
ño solamente quitan el tapón de paja que cerra-
ba la abertura de la punta de la forma, sino que
pican, con un alfiler ó aguja que tiene pie y me-
dio de largo, sus contenidos. Esto se llamad/car
la forma. El agujero que se hace tiene que ser
exactamente en el centro, para que el agua que
sirve para aclarar penetre igualmente por todas
46
las partes de la forma, y que la dé una blancura
uniforme. Si no se hace el agujero en el centro,
el agua va hacia el vacio ; el lado de la forma
hacia el que todo se inclina, recibe el fluido que
debia difundirse por toda ella : el peso del agua se
lleva hasta el mismo azúcar, y se llena de agujeros ;
mientras que el lado opuesto, privado del agua
que debia recibir, se queda negro, sin obtener
ninguna ventaja del agua de tierra. Los mismos
inconvenientes ocurren á la forma que no está
perfectamente en linea perpendicular sobre el
canari. El lado que se inclina recibe toda el
agua, mientras que el otro retiene toda su mo-
lasa.
Para dar tierra. — Dexan que el azúcar se
deseque, por cinco ó seis dias ; después de lo
qual se hace la operación de la tierra. Quitan
toda la fuente, ó costra de la superficie. Mez-
clan bien el azúcar con una especie de plana, y
ponen sobre él una mano de azúcar ya blaqueado,
lo que unen al otro sin apretarlo. £1 vacío que
queda en el molde de cosa de dos pulgadas, se
llena entonces de una pasta de tierra negra, bien
dividida. El agua que corre por esta tierra pene-
tra toda la forma, y lleva consigo al canari toda la
molasa del azúcar. Quando esta tierra se seca,
se vuelve á hechar agua sobre ella. Esto se llama
refrescarla. El azúcar recibe generalmente la
tierra dos veces.
Para Secarle. — Después que se ha retirado la
tierra, el azúcar continua secándose por doce dias.
47
Entonces se escoge un buen dia para exponerlo
al sol, desde las 'diez hasta las tres. Para este fin
lo vacían de los moldes, y esto se llama soltar el
azúcar. La forma se pone sobre la paja con la
punta bácia arriba, y dando una palmanita sobre
ella, de suerte que la forma no se rompa ni el
azúcar se abrume, pero con fuerza suficiente para
desprenderlo de ella. Esto se logra generalmente
al tercer ó quarto golpe. El azúcar se expone al
sol, para que obtenga una consistencia, que al
cogerle no se deshaga. Después de las tres lo
llevan al horno. Este es un edificio que tiene
veinte pies quadrados, poco mas ó menos, y treinta
de alto, sin otra abertura que una puertecita que
se cierra herméticamente, y que se abre en el
lugar donde se purifica. Se parece algo en la
forma á una torre de las iglesias de nuestro pays.
En uno de los lados exteriores hay una abertura
de dos pies quadrados, junto al suelo, en la que
hay un poyo de hierro, y toda su cavidad está
dentro del horno. En este lugar ponen el fuego
y la leña, que se necesita para mantenerle dia y
noche. El humo sale por el mismo parage por
donde meten la leña, para que no penetre en el
horno. El calor lo mantienen hasta los 40 ó 50
grados del termómetro, de Reaumur. En el in-
terior hay tres ó quatro gradas, dispuestas en
forma de rejas, para poner el azúcar. Doce ó
quince dias bastan para darlo iina solided, que
retendría por dos ó tres años, si se conservase
libre de humedad ó de agua.
8
48
Quando retiran el azúcar del horno, lo hacen
pedazos ó lo polvarizan, y después lo hechan en
cubetos, para entregarlo al comercio.
Para hervir el Xarabe. — £1 xarabe, que
corre de las formas en los canaris, se pone otra
vez baxo la acción del fuego, y produce azúcar
mas porosa que la primera, aunque igualmente
disponible en el mercado ; y pasa por la misma
operación de la tierra. Del xarabe que vuelve
otra vez á resultar hacen azúcar de una calidad
inferior : y finalmente, el ultimo xarabe que re-
sulta lo venden á ios distiladores, para hacer el
ron.
Los Refinadores Creollos. — Es muy necesario
que los Creollos de las partes orientales de Tierra
Firme, adopten el mismo orden en las opera-
ciones relativas al azúcar. Las cenizas forman
la mayor parte del alkali que emplean. De aqui
resulta que á pesar de la riqueza del terreno, su
azúcar no iguala nunca al de las colonias, ya sea
en cristalización, ó en blancura. Su modo de
darle la tierra es igualmente defectuoso. La
tierra no estando bien dividida, no tiene el poder
de forzar al agua á filtrar con bastante lentitud ;
pero, al contrarío, la dexa escapar tan rápida-
mente, que se lleva en su curso mucho del azú-
car, que cae con el xarabe. Esta preocupación
es aun mas de notar, quanto no vuelven á hacer
hervir aun el primer xarabe. Sus lugares para la
purificación, lexos de presentar un aspecto agrada-
ble, parecen antes una pocilga, en la que uno no
49
puede entrar sin meterse en el xarabe hasta los
codos. No hacen uso de los canaris, pero ponen
las formas de azúcar que tienen que ser blanque-
adas sobre una plancha de madera, que se levanta
quatro pies de la tierra. Cada linea de formas
descarga el xarabe en un caño de madera, que lo
conduce á un pozo en el que todos los demás
caños se desocupan. Observan que esto ahorra
el gasto de canaris, y el de transportar el xarabe
al pozo grande ; pero por esta operación pierden
mas en xarabe, que lo que podian costar los
canaris. Ademas de eso, la limpieza de un edi-
ficio, en el que uno puede contemplar el producto
del cultivo, sin que su placer se halle distraído
por la vista asquerosa de la porquería que sale
del xarabe, es seguramente un objeto que merece
consideración.
Su modo de secar el azúcar, no presenta tam-
poco las mismas ventajas que el nuestro. Ex-
tienden el azúcar sobre una plataforma elevada,
cubierta de un techo movible. En el buen tiem-
po mueven el techo, y el azúcar recibe los rayos
del sol. Excepto á tales tiempos, no quitan el
techo, y el azúcar tiene tiempo para recobrar, ya
sea por razón de las lluvias, ó de la humedad de
la noche, aquella humedad que el sol había ex-
traído. Estas transiciones de sequedad á hume-
dad, y vice versd, no pueden menos de destruir
el grano del azúcar, é impedir que adquierra
aquella consistencia que se necesita para hacerle
durable.
TOM. II. D
50
En general, la fabrica del azúcar en Tierra
Firme, y sobre todo el método de dar la tierra,
está y estara, por mucho tiempo, muy atrasado,
porque el interés dicta la venta de una masa com-
puesta de molasa y de ocho decimas partes de
mucilago, como si fuese azúcar, quando la expe-
riencia nos ha enseñado á ponerlo entre las par-
tículas heterogéneas. Esta substancia la dividen
en pequeñas porciones, que llaman papelones.
Por lo general pesan tres libras, y cuestan un
real, mientras que una libra de azúcar blanca
cuesta real y medio. Los pobres, que no viven
apenas de otra cosa mas que de papelón, obtienen
este necesario precioso por muy poco dinero ; y
el habito les hace preferirlo al azúcar aclarado,
que cuesta quatro veces mas.
Por lo que toca al guarapo, de que hablamos al
principio de este articulo, el papelón es mucho
mejor, porque contiene los principios de fermen-
tación en un grado superior aun que el azúcar
aclarado.
En quanto á la poca consistencia que el azúcar
posee, viendo los medios que emplean, no importa
casi nada, puesto que consumen el azúcar casi en
el mismo momento que lo fabrican ; y no como
el azúcar de nuestras colonias, que tiene que pasar
el mar, ser depositado en los almazenes de la me-
trópoli, y quiza después ser transportado al norte
de la Europa. De consiguiente seria iiutil, quiza
perjudicial, á los intereses del colono de Tierra
51
Firme, al privar el azúcar de una humedad que
aumenta el peso, y sus efectos.
No seria extraño, que se operasen pronto en la
fabrica de azúcar una reforma ventajosa en estas
provincias. Humboldt dice, quo desde bace va-
rios años el cultivo y fabrica del azúcar ha ade-
lantado mucho en Tierra Firme ; y como por las
leyes la operación de refinado no es permitido en
la Jamaica, cuentan con el comercio fraudulento
de azúcar refinada con las colonias Inglesas.
Pero el consumo de las provincias de Venezuela,
ya sea en papelón, ó en el azúcar que se emplea
para la fabrica de los dulces, es tan enorme, que
la exportación hasta ahora ha sido nula. Las
plantaciones mas hermosas están en los valles de
Aragua y de Tuy,# cerca de Pao de Zarate, entre
la Victoria y Sn Sebastian,! cerca de Guatire, de
Guarenas, y de Caurimare.t Si las primeras
cañas que llegaron al Nuevo Mundo vinieron de
Canarias, también son los Canarios los que están
ahora á la cabeza de los cañaverales, y que super-
intenden las labores del Cultivo y de la refinación.
Sobre el modo de extraer el azúcar, se han es-
crito muchos tratados. £1 mejor es quiza el de
Duthrone, un medico y propietario de Sto Do-
* Tapatapa, 6 La Trinidad, Cara, Mocundo, £1 Palmar.
f Por exemplo, La Hacienda de Su Rosa.
X Precio en los valles de Aragua : un papelón, 6 un pedazo
que pesa dos libras j media, medio real ; una libra de azúcar
basta un real ; una libra de azúcar clarificada, de un real á
real y medio.
52
mingo. Fue el primero que empleo la especie de
sartenes de cobre, mas anchas y menos hondas
que los calderones de hierro que se usan general-
mente en las plantaciones de azúcar ; por su an-
chura y poca hondura, ahorran el tiempo y el
fuego ; porque el xarabe hierve y se cambia mas
pronto en azúcar en estas que en los calderones.
También se puede menear y espumar mejor en
ellos, lo que disminuye el trabaxo del refinador.
Se observa también, que el azúcar que se hace en
estas calderas es mas ligero, y tiene un color mas
agradable, que el que ha hervido en los de hierro.
Quando un calderón de hierro se rompe, ó que
se hace algún agujero en él, es necesario destruir
el horno para remplazarle con otro, en lo que se
consume mucho tiempo, y algunas veces se pierde
varios quintales de xarabe ; pero quando esto su*
cede con el calderón de cobre, todo el trabaxo
consiste en el soldarle, ó hecharle una chapa, lo
que puede executarse en media hora. Estas, y
otras muchas razones, debían inducir á los culti-
vadores Españoles á abandonar el uso de los
calderones de hierro, como han hecho los Ingleses
en la Jamaica, v en casi todas las otras colonias.
53
SECCIÓN IV.
CAFE.
Las colonias de las otras naciones han hecho
un comercio considerable por mas de cinquenta
años ha, mientras que en las posesiones Españolas
no se cultivaba mas que para el consumo domes-
tico. Sin embargo, no solo las nuevas planta-
ciones, comenzadas desde el año de 1796 en los
valles de Aragua, son de café, sino que muchos
de los habitantes han abandonado el cacao y el
índigo, para cultivar el café* El origen principal
de esto fue la larga guerra de 1793 hasta 1801 :
los mares, cubiertos de navios Ingleses de guerra,
no presentaban al comercio otra perspectiva sino
la de perdidas inevitables ; la comunicación con
el pays materno estando interceptada, los diversos
artículos de producto se quedaban entre las manos
de los colonos, particularmente el cacao. Es bien
conocido que el cacao no se conserva mas que
diez meses ó un año, y que después de ese tiempo
pierde su precio ; era natural, pues, que el colono
substituyese en su lugar otra producción, que tu-
biese mejor venta, ó que se pudiese conservar en
los almazenes, hasta que se operase un cambio
en la política ; y el articulo que presentaba estas
ventajas era el café.
Sin embargo, no debemos suponer que el cultivo
de este ramo haya obtenido todo el aumento de
54
que es susceptible en un suelo tan extenso y fértil
como el de Tierra Firme. La cantidad que pro-
duce, independiente de lo que se usa para el con-
sumo domestico, no excede un millón de libras.
Suelo. — Toda la tierra dentro de una exten-
sión de sesenta leguas en la linea, es propia para
el cultivo del café, excepto la tierra compuesta
de barro duro y frío, ó un terreno arenoso y
ligero sobre un lecho de marl. Las hojas del
café que plantan en tales terrenos se vuelven
amarillas, y el árbol ó perece ó no da fruto.
Exige en preferencia un suelo nuevo y libre, un
poco elevado, donde la frescura modere el calor
excesivo de la zona tórrida, que agobiaría la
planta si estubiese expuesta á toda su violencia.
Una regfy igualmente fácil é invariable al for-
mar una plantación de café, es la de escoger un
terreno nuevamente cultivado. Para juzgar con
exactitud de la fertilidad del suelo,, no hay mas
que observar el tamaño de los arboles. Mon-
tañas ó cuestas, pues la elevación no importa
nada, con tal que el termómetro de Reaumur no
baxe mas abaxo de 10 ó 12 grados. La planta*
cion debe estar lo menos posible expuesta al
norte ; pero esta precaución es mas necesaria en
las Antillas que en Tierra Firme, particularmente
si está á una pequeña distancia del mar, pues el
agua salada destruye el café»
La primera operación requerida para formar
una plantación de café es arrancar los arboles ; y
el modo que se debe usar depende enteramente
55
del carácter de la tierra. Si es anivelada, ó sola-
mente de un declive mediano, se deben arrancar
las raizes y troncos, y quemarles ; pero si el ter-
rena es montañoso, los troncos son necesarios para
impedir los destrozos que puedan hacer los tor-
rentes, que barren delante de si, con mas ó menos
rapidez, en proporción de la violencia de las
lluvias, el lecho de tierra vegetal, que es el de-
posito de todos los principios de la fertilidad»
Muchas plantaciones se han hecho estériles asi
que las formaron, por el descuido de esta precau-
ción.
Para Plantar.— -Una vez que la tierra que se
destina para el café se halla desembarazada de
arboles, hacen hoyos para poner la planta, en el
orden que el cultivador lo juzga mas conveniente,
y á una distancia que la naturaleza de la tierra
determina.
£1 cultivo del café en Tierra Firme no se halla
bastante avanzado, ni el terreno ha sido bastante
examinado, para garantizar la adopción de otro
método de plantar el café mas que en lineas para-
lelas, mas ó menos distantes las unas de las otras,
y los hoyos mas ó menos separados. Pero proba-
blemente el tiempo vendrá, quando la industria,
deseosa de convertirlo todo en utilidad, no desde-
ñara tomar ventaja de los felices resultados, que
los talentos y emulación de sus vecinos han
operado. Para tal época recomendaríamos el
método de plantar en triángulos, un método tanto
mas provechoso, quanto ahorra cerca de una sexta
parte de tierra.
56
Un quadro de tierra plantado en triángulos de
siete plantas, da dos mil novecientas veinte y seis
plantas de café ; en quadros de siete plantas, no
da mas que dos mil y quinientas ; en quadros de
diez» da mil doscientas veinte y cinco ; en trián-
gulos de diez, produce mil quatrocientos quarenta
y una.
Para plantar en triángulos, se debe tirar una
cuerda dividida en nudos, que indiquen las dis-
tancias. Supongamos que son siete ; á cada nudo
se pone una planta de café. Para la segunda fila,
se coge dos varas de siete pies de largo ; y una
se pone junto á la primera planta, y la otra junto
á la ultima ; entonces se juntan las otras dos ex-
tremidades de las varas, y forman la cumbre de
un triangulo equilateral. Al punto que forman
las varas, se pone una estaca, á la que se ata una
cuerda dividida por nudos. La misma operación
se observa al fin de la cuerda. Se fixá, y una
planta de café se deposita á cada nudo. Las
otras filas se forman del mismo modo.
De qualesquier modo que se plante, la distancia
de los hoyos debe proporcionarse á la riqueza del
suelo ; quanto mas fértil es la tierra, tanto mayor
la distancia entre las plantas. Esta, lo mismo
que otras muchos verdades, ha tenido que com-
batir contra la costumbre y contra la preocupa-
ción, pero en nuestras colonias la experiencia le
procuró muy pronto aquel respeto que se debe á
los verdaderos principios. En efecto, era natural
suponer, que en una superficie igual, un numero
57
muy grande de plantas daría mas café que un
numero corto. El influxo de la luz y del aire
sobre la vegetación no se conocía allí teórica-
mente. Andaban atientas en la carrera mages-
tuosa de las operaciones de la naturaleza. Hi-
cieron toda especie de experimentos, y dieron la
preferencia al que tenia mejor suceso. Como se
hallan instigados, al hacer estas operaciones, mas
por la codicia de las riquezas que por el amor de
la ciencia, se aprovechaban de los resultados sin
analizar sus causas.
Era la costumbre de poner las plantas de café
á la misma distancia en toda especie de terreno,
y el interés dictaba que se plantasen muy cerca.
La distancia ordinaria era de quatro á cinco pies.
Después de varios años se descubrió, que por este
método se obtenían buenas cosechas en terrenos
pobres. Donde la tierra era mas fértil, las plan-
tas tenían una apariencia soberbia al momento de
bechar flor. Crecían, y sus ramos se enredaban
y se engazaban de tal suerte, que el cultivador
temía que se romperían con el peso del fruto que
prometían. Pero apenas habían adquirido esta
rica apariencia, que la naturaleza, consumida por
su liberalidad prematurada, cesaba sus dones,
y dexaba al cultivador confundido y desalentado
por un fenómeno tan funesto. Por fin dieron en
aumentar la distancia entre las plantas, y poco á
poco esta distancia se arregló según la naturaleza
del suelo. En las tierras mas pobres no debe ser
menos de quatro pies ; y en las mas fértiles nunca
58
menos de ocho. La prudencia y el ínteres deben
hallar la verdadera proporción.
Un cultivador juicioso arregla también la hon-
dura de los hoyos, según la calidad del suelo.
Quanto mas hondo es el lecho de tierra vegetal,
tanto mas hondo se deben hacer los hoyos, y vice
versa ; pues el grande objeto es impedir que las
raizes no penetren el stratum de piedra, y que
perezcan. De todas suertes, se puede plantar el
café ya sea en granos ó en arbustos, como en Sto
Domingo ; * pero no produce tanto, ni tan pronto,
ni dura tanto como las que se toman de una
almaciga.*— La elección del terreno para las al-
macigas, pide mas atención que la que se supon-
dría. Si el suelo es ingrato, la planta no tendrá
* " Para procurarse la planta de café, arrancan los arbustos
nuevos que están baxo los arboles viejos, y que son el pro-
ducto del fruto maduro que cae de ellos. Los transportan de
una plantación á otra: después de haberles cortado parte de
sos raizes, les meten en les hoyos dispuestos para ellos. Este
modo es defectuoso ; una gran parte de laa plantas que se
procuran de este modo, ademas de los defectos de su for-
mación, que adquieren baxo él árbol paterno, están también
flugetas á la entera privación de los ardores del sol ; de con-
siguiente, no presentan al cultivador ninguna certidumbre de
buen suceso. Los cultivadores tienen amenudo que comen-
zar de nuevo por varios años sucesivos, antes de poderlas
establecer con regularidad.
" Yo he evitado este inconveniente por un expediente que
varios cultivadores han adoptado después.
" Sembré los granos de café á seis pulgadas de distancia, en'
la forma de un quincunx.» en un terreno preparado para el
efecto. La almaciga que se forma de este modo se cuida, y
riega ; de aqui saqué las plantas que necesitaba para formar
59
la cantidad requerida de aquel principio vital que
constituye su vigor, y su trasplantación á un
suelo mejor no remediara nunca este defecto origi-
nal. Si, al contrario, el suelo de la almaciga fuese
mas rico que el de la plantación, la joven planta
no hallara en el nuevo suelo al que se ve trasla-
dada, una cantidad igual de acido carbónico, que
tan poderosamente contribuye á aumentar la en-»
ergia de la vida vegetal ; y perezera inevitable-
mente.
Sin embargo, rara vez atribuyen la caida de
las plantaciones á esta causa, quando todo hace
ver que de otra suerte tendrían el mas feliz
suceso.
Las plantas pequeñas deben sacarse de la tierra
con todas sus raizes, y plantarse del mismo modo.
mis plantaciones. Quando tenían que trasplantarse, se cui-
daba de regar bien la tierra, y la planta se sacaba con la tierra
que rodeaba sus raizes.
" Es fácil imaginarse que las plantas trasplantadas de este
modo de la almaciga, no podían sufrir ninguna alteración 6
retardo en su vegetación : las plantaciones eran también re-
gulares. Había pocas plantas que necesitasen ser remplaza-
das ; ninguna era defectuosa en su formación ; todas estaban
hechas al calor excesivo del sol; y templaba su efecto amon-
tonando piedras al rededor de las plantas ; lo que conservaba
una frescura muy provechosa aun en la estación de sequedad.
Todas aquellas plantas ofrecían las ventajas de ser fuertes y
hermosas, y de producir mas pronto que las de los vecinos
míos que plantaban las suyas al mismo tiempo que yo, según
el método viejo. Me ban asegurado que aun hasta este mo-
mento, en que, como todas las de mas plantaciones de Sto Do*
mingo, se hallan descuidadas, son sin embargo muy her-
mosas." (Memoire sur le Caffé, par M. Bruley).
60
Deben tener dos pies de alto. Se cubren de
tierra hasta cosa de dos pulgadas sobre las raizes,
y se cortan á diez pulgadas de la superficie de la
tierra, no dexando mas que el tallo.
La estación para plantar el café no es muy im-
portante, en una tierra que contiene principio»
bastante aquosos para producir la grande obra
de la vegetación. Pero, por lo general, es mejor
plantarlo antes de las lluvias.
Es muy importante para la fertilidad, que las
plantas se corten á ciertas alturas, según la cali-
dad del terreno. En las tierras mas pobres las
tallan á dos pies y medio, y en las mejores á
quatro ó cinco pies. Los cultivadores de Tierra
Firme no dan á sus plantas mas que quatro pies.
Mantienen con mucha razón, que una mayor ele-
vación hace que la cosecha del café sea difícil é
imperfecta. Sin embargo, esta atención no es ge-
neral ; pues hay muchos que no cortan las plantas,
y que las dejan crezer quanto suelen, que es hasta
veinte y quatro 6 veinte y cinco pies.
Para Escardar. — La precauciones que se ne-
cesitan al plantar el café serian inútiles, si no se
siguen por los que cuidan de quitar la grande
cantidad de yerba, que disputa con ellas las mate-
rias nutritivas, y los principios de crecimiento que
reciben del suelo, del aire, y de la luz. La planta
del café no necesita de mas ayuda para deshacer-
se de estos enemigos de su existencia, que du-
rante los dos primeros años ; pues á medida que
crece, sus ramas se extienden lo bastante para
61
privar á las malezas del aire y de la luz necesarias
para su propagación y aumento. M. Bruley ob-
serva justamente, que antes se debe recomendar,
para impedir la reproducción de las yerbas, y la
injuria que hacen al terreno, el arrancarlas con la
mano, que con la hazada.
Entre las filas de los arboles nuevos de café, se
pueden criar bastantes legumbres que sirvan para
el consumo de la plantación. Un cultivador pru-
dente no deja de aprovecharse de las ventajas que
un suelo labrado ofrece, pues puede tener quan-
tas legumbres desea sin otro trabajo que el de
plantarlas.
A menos que no ocurran algunas contrariedades
ya sea en el suelo ó en la estación, las plantas de
café dan ya cosecha al segundo año, y están en su
perfecta producción al tercero. Cada planta pro-
duce según la naturaleza del suelo. En Sto Do-
mingo calculan que cada planta da una libra ; en
la Jamaica, libra y media ; y en Tierra Firme,
dos libras.
Existen varias causas que son perjudiciales al
café. Una de ellas es la sequedad. La planta
exige mucha agua, excepto al momento de hechar
flor, pues entonces las lluvias destruyen las flores,
y todas las esperanzas del fruto. Una demasiada
cantidad de almendras, es otra. El árbol no
puede entonces proveer suficiente jugo nutritivo
para esta superabundancia de fruto : de consigui-
ente se pierden muchos granos. Otra causa es la
cantidad de yerbas, que, por el descuido del cul-
62
lavador, usurpan una parte del alimento de las
nuevas plantas ; disminuyen su numero, y dañan
á la calidad. Los insectos, una especie de muér-
dago, &c. nieblas y huracanes, perjudican tam-
bién el cultivo del café*
Cosecha. — Hablaremos ahora de su cosecha ;—
una materia tanto mas importante, quanto de ella
depende, de cierto modo, la belleza, buena calidad,
y precio del café. La operación es fácil y muy
simple; no se necesitan talentos muy sobresa-
lientes, ni un conocimiento muy profundo de la
quimica; no consiste en una combinación muy
docta de las materias que tienen que analizarse,
ó que tienen que cambiar su forma, y adquirir
nuevas propiedades.
Todo el conocimiento necesario consiste en
saber como se recoge el grano, como se limpia,
y se seca, sin dañar á aquellas calidades que sir-
ven para aumentar su precio y consumo ; de con-
siguiente todo lo que se necesita para obtener esto
es precisión, y maquinas muy simples ; la atención,
el cuidado, y la exactitud, bastan para formar un
buen fabricante de café. Sin embargo no debe*
mos concluir de aqui, que esta operación es tan
simple que es imposible hacerlo mal. Esta opera-
cion, como todas las obras del hombre, está sugeta
á varías opiniones opuestas, y sistemas diversos.
No poseemos aun, y es posible que no lo poseere-
mos nunca, un solo arte, cuyos principios y ope-
raciones sean irrevocablemente reconocidas y
observadas por todos los que les cultivan ; y en
03
■
'America la fabrica del café no es bastante an-
tigua, ni está suficientemente difundida, ni bas-
tante teóricamente conducida, para formar una
excepción á esta regla general. De consiguiente
es preciso que la experiencia forme por grados el
sendero que conduzca á su perfección. Para este
efecto, es peculiarmente útil, que los diferentes
modos que se usan, no solo entre diferentes na-
ciones coloniales, pero entre los diferentes culti-
vadores, sean dados á conocer, para que sus re-
sultados, de los que solo el comercio puede juzgar,
decidan á que método se debe dar la preferencia.
£1 pays que merece el primer rango en el cul-
tivo del café es la Arabia Feliz. Ya sea á razón
de la superioridad de su suelo, ó ya sea por el
método que se observa al preparar éste articulo,
ó quiza por los dos juntos, el café de este pays
obtiene tres veces el precio del de qaalesquiera
otro. £1 nombre solo de Moka le da esta supe-
rioridad. Es cierto, que la preparación que re-
cibe requiere cuidados demasiado menudos y fas-
tidiosos para que convenga á plantaciones dema-
siado considerables j pero no por eso los princi-
pios que siguen son menos útiles y dignos de ser
conocidos, para que se observen en quanto las lo-
calidades lo permitan.
Quando el cultivador Árabe, dice Mr Bryan
Edwards, observa que su café está maduro, ex-
tiende sobre los arboles lienzos muy grandes, que
menea de tiempo en tiempo para hacer caer las
almendras maduras. Jamas arranca un grano de
64
café con la mano, por muy maduro que parezca*
No considera ninguno como tal, á no ser los que
caen al menear el árbol ligeramente. Esta ope-
ración, mas ó menos rigurosamente observada»
sirve á lo menos para confirmar el principio, que
la madurez perfecta es esencial para obtener buen
café.
Los granos que se recogen de este modo los
exponen al sol sobre esteras con sus pulpos, hasta
que están perfectamente secos; lo que exige
mucho tiempo. Su cascara seca se extracta des-
pués por medio de un cilindro de piedra bastante
grande, y los vuelven á poner al sol ; pues los
cultivadores de Yemen están persuadidos que el
café suele fermentar» mientras que retiene una
sola partícula de humedad. Lo aechan, y lo
empaquetan en balas para el mercado. Esta prac-
tica indica que el café no puede estar demasiado
seco.
Los Ingleses en sus colonias siguen, poco mas
ó menos, el método siguiente. Asi que el grano
del café adquiere un color roxo encendido, está
bastante maduro para recogerlo. Los Negros que
emplean en este trabaxo tienen una talega de
lienzo basto, que está abierta por medio de aro de
madera que tiene á su abertura. El Negro que
recoge el café le lleva atado á su cuello, y des-
pués le vacia en un cestón. Si el Negro es algo
activo, puede recoger tres fanegas diariamente.
Pero nú se le debe apresurar, por temor de que,
para acelerar su trabajo, mezcle granos que están
65
aun verdes con los maduros. Cada cosecha se
hace en tres veces» porque no todos los granos se
maduran al mismo tfempo. Cada vez no se re-
cogen mas que los que están perfectamente ma-
duros. Cien matas de almendras del árbol, pro-
ducen mil libras de café para vender.
Para secarlo. — El café se seca de dos modos ;
el primero es, poniendo los granos al sol, en le-
chos de quatro pulgadas de grueso, en declives
ó plataformas inclinadas.
Fermentan en pocos dias, y arrojan la pulpa
en la fermentación. En este estado dexan el
café hasta que está enteramente seco, para lo que
necesita tres semanas. La corteza de las almen-
dras ya rotas, se extrae por medio de molinos
hechos expresamente para ese fin. Por falta de
molinos, recurren á los morteros* El café pre-
parado de esta suerte, qualesquiera que sea su
calidad, pesa cinco por ciento mas que lo que ha
recibido una preparación diferente.
El otro método es para separar de una vez el
grano del café de la pulpa. Esto se hace por
medio de un molino apropiado para el efecto ; y
los dexan metidos en agua durante veinte y
quatro horas. Después de esta operación, ponen
el grano al sol, para que se seque pronta y per-
fectamente.
Estos dos modos de preparar el café tienen
cada uno muchos abogados, y muchos oponentes.
£1 ultimo modo es quiza mas ventajoso, siendo el
mas expeditivo, pero no hay duda que el pri-
mero conserva mejor el savor del café, particular-
TOM. II. e
66
mente si se cuida impedir que fermente en las
plataformas. . Esto podía fácilmente impedirse
haciendo el lecho menos grrteso, es decir, dando
mas lugar á las almendras que se ponen á secar.
Aun falta el quitar al grano de café la película
con que está embuelto, y. qneiUaxnaxi pergamino.
Para esto se hace también uso de molinos, que el
arte, instigado por el interés, simplifica, «y per-
fecciona todos los dias.
Por fin, Nada falta sino aechar el café que
está mezclado con el polvo de la. película.. Esto
se efectúa por molinos, cuyo . mecanismo varía
según las circunstancias. Después ponen el café
en talegas, y lo envían á vender al primer puerto
de mar.
■ Los Cultivadores de Tierra Firme.— Los
Creollos al este de Tierra Firme no ponen tanto
cuidado en su café como las demás naciones. La
disposición de la naturaleza, que parece dispuesta
á dar al café de Moka un rival peligroso: en este
pays, tan cargado de sus beneficios, se halla con-
trariada por los cultivadores. En particular des-
cuidan eL escardar, de tal suerte que las plantas
nuevas tienen que combatir continuamente contra
las malezas que atacan su existencia.
El mismo descuido se extiende al modo de re-
coger el grano del café. Tanto la almendra que
comienza á enroxarse, como la que lo está entera-
mente, se cogen sin distinción, y se entregan á la
operación para prepararlo, que tampoco está ex-
empta de defectos. Pero todo parece anunciar
que estos males no duran ya mucho.
67
Tales son las relaciones que M. Depons dá
sobre este articulo. Sobre las . que Humboldt
hace las siguientes observaciones :—
M. Depons no habiendo podido dar mas infor-
mación sobre. *el estado deL comercio, y. .de la
agricultura, que hasta el ano de 1804, quiza .algu-
nos documentos mas recientes, y no menos exac-
tos, no dejaran de interesar» Las mas hermosas
plantaciones de café se. hallan ahora en los llanos
de Ocumare cerca de Salamanca, y en Rincón,
en los payses montañosos de los Mariches, Stt An-
tonio Hatillo, y Los Budares. El café de los tres
últimos lugares, al este de Caracas, es de una ca-
lidad superior ; . pera los arboles . no dan mucho,
lo • que atribuyen á la altura del parage, y á lo
fresco del. clima. Las, plantaciones mayores de
la provincia de Venezuela, como Aguacates cerca
-de Valencia, y Rincón,, dan,, en buenos años, un
producto de tres mil quintales. . En 1796, la ex-
portación total de la provincia no era mas que
de quatro mil ochocientos quintales ; y en 1804,
de diez mil ; y sin embargo comenzó en 1789.*
Los precios variaron de seis á diez y ocho duros
por quintal. En la Habana baxó hasta tres
•duros; pero á este periodo, tan desastroso. para
los cultivadores, (en 1810 y 1812), mas de dos
* La siguiente fue la información que obtuvo en la aduana
de La Guayra :
Exportación en 1789 — 223 quintales, cada uno tiene 100
lbs. Castellanas. 1 792—1 48 1
1794— S646
1796—4847
1797—3095
68
millones de quintales de café, cuyo valor subía á
diez millones de libras esterlinas, se acumularon
en los almacenes Ingleses.*
La grande predilección que tienen en esta pro-
vincia por el cultivo del café, se halla, en parte,
en la circunstancia que la almendra puede con-
servarse durante muchos años ; mientras que, á
pesar del mayor cuidado, el cacao se pierde des-
pués de diez ó doce meses. Durante las grandes
disensiones entre los poderes Europeos, quando
la metrópoli estaba demasiado débil para proteger
el comercio de sus colonias, la industria se dirigió
en preferencia hacia producciones cuya venta
fuese menos urgente, y que pudiese aguardar los
sucesos politicos y comerciales. En las planta-
ciones se forman las almacigas, no tanto reco-
giendo las plantas nuevas, que accidentalmente
se levantan baxo de los arboles que han dado
ya fruto, como exponiendo las semillas del café
á la germinación en montones entre las hojas
de los plántanos. Estas simientes las sacan de
la pulpa, pero dejando una parte apegada á
ella. Quando esta semilla ha germinado, se siem-
bra, y produce plantas que pueden soportar
los ardores del sol mucho mejor que las que nacen
en la plantación á la sombra. En este pays
se plantan 5,300 arboles de café en una fanega
de tierra, que sube á 5476 toisas quadradas.t
* Colquhoun sobre la Riqueza del Imperio Británico, 1814,
p. 332.
f Una fanega en Caracas y en Cumana contiene cerca de
tres almudas, ó 28,900 varas quadradas, igual á 20,754 metros
69
Esta tierra, si es capaz de un riego artificial,
cuesta quinientos duros en la parte septentrional
de la provincia. £1 árbol de café no hecha flor
mas que al segundo año, y su flor no dura mas
que veinte y quatro horas. A esta época los ar-
bustos presentan un bello aspecto ; quando sé ven
desde lejos parece que están cubiertos de nieve.
£1 producto del tercer año es muy abundante.
En plantaciones bien escardadas, regadas, y re-
cientemente cultivadas, hallamos arboles que dan
quince, diez y ocho, y aun veinte libras de café.
Sin embargo no se puede contar, en general, con
un producto de mas de libra y media, ó dos libras,
de cada planta : y aun esto es mas que el produc-
to medio de las Islas de las Indias Occidentales.
Las lluvias al momento de dar flor, la falta de
agua para Iqs riegos artificiales, y una planta pa-
rásita, una nueva especie de loranthus, que se
enreda á las ramas, son muy perjudiciales á los
arboles de café. Quando consideramos, en plan-
taciones de ochenta ó cien mil arbustos, la can-
tidad inmensa de materia orgánica que contiene
la pulpa del fruto del café, nos debemos admirar
que no se haya hecho ningún ensayo para extraer
de él algún licor fuerte.*
quadrados. De consiguiente una fanega es casi equivalente á
dos néctares. Una arazanda Francesa legal de 1344 toisas
quadradas, que produce en Europa, en una tierra de mediana
calidad, 1200 Ib. de trigo, ó 3000 Ib. de patatas, es la quarta
parte de una fanega, y produciría anualmente, baxo la zona
tórrida, cerca de 1700 Ib. de café.
* Las almendras del café amontonadas producen una fer-
mentación vinaria, durante la qual emiten un olor alcohólico
70
Si los disturbios de Sto Domingo, la? subida del
precio del producto colonial por cierto tiempo, y
la emigración de los cultivadores Franceses, fueron
las primeras causas del establecimiento del café
en Tierra Firme, en la isla de Cuba, y en la Ja-
maica, su producto ha mas que compensado, la
falta de exportación de las Islas Occidentales
Francesas. Este producto ha aumentado en pro-
muy agradable. Humboldt observó en Caracas, que poniendo
el fruto maduro del café baxo una vasija invertida, llena de
agua, y expuesta al sol, no ocurrió ninguna salida de gas en
las primeras veinte y quatro horas. Después de treinta y seis
horas, «el fruto se volvió pardo, y daba gas. Un termottíetro,
que estaba dentro de la vasija en contacto con el fruto* se
tubo por la noche á 4o 6 5o mas que el aire exterior. En el
espacio de ochenta y siete horas, sesenta almendras, baxo
▼arias vasijas, produgeron de treinta y ocho á quárenta pul-
gadas cubicas de un gas, que no sufrió ninguna diminución
sensible con el gas nitroso. Aunque él agua absorvío una
gran cantidad de acido carbónico según se producía, sin em-
bargo aun quedaba 0-78 en las quárenta pulgadas. £1 resto,
6 0.22, era nitrógeno. £1 acido carbónico no se formó por la
absorción del oxigenó atmosférico. Lo que se escapa de la
fruta del café un poco humedecido, y puesto en una botétlita
llena de aire y con un tapón de cristal, contiene alcohol en
suspensión ; poco mas 6 menos como el tufo que se forma de
la fermentación de las bellotas. Agitando el gas que está en
contacto con el agua, esta adquiere un sabor enteramente al-
cohólico. ¡ Quantas substancias están en un estado de sus-
pensión en las mixturas del acido carbónico y del hidrogeno
que llaman miasmata destructiva, y que baxo los trópicos se
levanta en todos los sitios, en terrenos pantanosos, á las orillas
del mar, en los montes donde *1 suelo esta lleno de hojas mu-
ertas, frutas podridas, y de insectos en un estado de putrefac-
ción !
71
porción de la. población, del cambio de costum-
bres, y del aumento del luxo de las naciones
Europeas. La isla de Sto Domingo exportaba en
1780, «en tiempo de M. Necker, cerca de 26 mil-
lones de libras* de café. La exportación en 1812,
y de los tres años precedentes, subían aun, según
las indagaciones de Mr Colquhoun, á 86 millones. t
El cultivo del árbol de café, menos trabaxoso y
mas barato que el de la caña de azúcar, no ha
sufrido tanto 'con el dominio de los Negros, El
déficit de 40 millones de lbs. se halla ahora rem-
plazado por
26,500,000 libras producto de la Jamaica,
20,000/000 — producto de Cuba, '
11,400,000 — producto de Surinan, Demerara,
Berbice y Curazoa,
5,000,000 — producto de Venezuela,
15,000,000 — producto de Java.£
75,900,000 libras.
* Libras Francesas, que contienen 9216 granos.' 112 libras
Inglesas == é 105 libras Francesas ; y 110 libras Españolas =
á 93 libras Francesas.
f Solo la exportación de St0 Domingo á los puertos Ingleses
subía, de 1809 á 1811, un año con otro, á 19,364,666 libras
Inglesas de café. Colquhoun, p. 331 y 378. Producto de
las Islas Caribes, 14 millones de libras. Producto de Cuba,
solo en 1809, 80,000 quintales.
% Mas de 100,000 pikuls, que cada uno tiene 133 libras.
M. Von Hogendorp cree, que la isla de Java, en su estado
presente de civilización, que no es muy filantrópico, puede
enviar á Europa 50 millones de libras de café. Raffle's Hist.
de Java, vol.i. p. 129. 213.
72
La exportación de café de America á Europa
excede al presente 106 millones de libras (potds
de marc Franceses). Si á esta cantidad aña-
dimos quatro ó cinco millones de- la Isla de
Francia y Bourbon, y 30 millones de Arabia y
Java, hallaremos que todo el consumo de la Eu-
ropa* en 1817 no estaba muy lexos de 140 mil-
lones de libras. En las indagaciones que Hum-
boldt hizo en 1810, la fixó á una cantidad me-
nor, t Este consumo enorme de café no ha dis-
minuido nada el del té, cuya exportación desde
la China ha aumentado mas de una quarta parte
en los quince anos últimos, t El té podia culti-
varse lo mismo que el café en las partes montaño-
sas de las provincias de Caracas y de Cumana.
Cada clima se encuentra alli uno sobre el otro ; y
esta nueva planta prosperaría alli tan bien como
en el hemisferio meridional, donde el gobierno
del Brasil, que protege al mismo tiempo la indus-
tria y la tolerancia religiosa, permitió la introduc-
ción del té, la de los Chinos, y la de los dogmas
de Fo. No hace aun un siglo que se plantó en
Surínam el primer árbol de café, lo mismo que
en las otras partes de las Islas Occidentales, y sin
* El consumo de la Francia se estima generalmente (algo
alto) á 23 millones de libras. Pero la población de Francia es
de cosa de un sexto de toda la Europa*
f Essai Politique sur le Mexique, vol. ii. p. 435.
X La exportación del té de Cantón, desde 1804á 1806, fue
de un medio 260,000 pikuls 6 de 31 millón de libras anuales.
£1 consumo en la Gran Bretaña excede 20 millones. Ibid.
vol. ii. p. 658 ; y Colquhoun, p. 334 ; Appendice, p. 8. 26. 34.
73
embargo el producto de la America sube ya á 15
millones de duros» no contando mas que á 4 duros
cada quintal de café.
SECCIÓN V.
DEL CACAO»
Como el cacao era indígena de America se hizo
uno de los principales alimentos de los Españoles,
como lo había sido de tiempo inmemorial entre
los Indios. El precio de 150 nueces de cacao
era un rea]. El gusto por el chocolate pasó
después de la conquista á España, donde en poco
tiempo lo usaron tan generalmente como en Ame-
rica. Se puede decir que con los Españoles se ha
hecho una necesidad que aun precede á la del
pan. Los frailes Españoles lo introduxeron en
Francia.
El chocolate se usa ahora en toda la Europa.
Cada nación lo prepara diversamente, aunque sin
embargo no puede consistir mas que en el grado
de espesura 6 de liquided que lo dan, ó en la can-
tidad de azúcar, y la calidad de aromas, que se
usa en su composición. Se observa también, que
las naciones meridionales prefieren el cacao acei-
toso, mientras que las del norte dan la preferencia
al seco y amarga .
74
• i Cultivo v^tLas plantaciones de cacao se au-
mentaron rápidamente en Tierra Firme, y. el suelo
segundó tan admirablemente las labores del cul-
tivador, que en el producto la abundancia se
juntó á la excelencia. £1 cacao de esta parte va
después del de Soconusco. Es cosa bien conocida
que la mejor recomendación para el cacao es, que
es de Caracas, ó en otras palabras de Tierra Firme.
Pero aun en las mismas provincias la calidad va-
ría. £1 cacao de .Uritucu es superior al de los
otros lugares» y una cantidad de un tamaño igual
pesa veinte por ciento mas., El cacao ide la costa
va después, y obtiene la preferencia sobre el del
interior. ;....: . « ::
Las plantaciones de cacao .están todas ellas al
norte de la cadena de montañas que corren la
costa del mar, y.:en:iel interior del paya. Las
primeras se extiendenrdesde Cumana hasta la boca
de Tocuyo ; las ultimas están situadas en les valles
de Tuy, Uritucu, Ocumare, Cura, Mario, Tare,
Santa Teresa, Santa Lucia, Zuapira, San Felipe,
Barquisimeto, Valencia, Guigue, y Cariaco.
No todos los terrenos son igualmente adaptados
para, el cultivo del cacaos y menos todas las situ-
aciones. Un análisis del. suelo destinado para
este cultivo no ofrece indicaciones bastante fixas.
El color ó la calidad no importa nada ; lo que se
necesita es. que. esté libre hasta cierta hondura,
cosa que se. verifica por el tamaño de los arboles
de que está cubierto: esta señal determina la
tierra que es propia para el cultivo del cacao.
75
Una situación conteniente no se halla con tanta
facilidad. No debe estar expuesta al norte, y
debe estar á las orillas de un rio, para que en el
tiempo seco comunique humedad al terreno, y
que reciba las aguas en tiempo de lluvia. : Se
prefiere la tierra que puede recibir los beneficios
del riego, sin estar expuesta al daño de bus inun-
daciones. ."'!•
Después de haber elegido el terreno, se debe
limpiar de' -todo* sua arboles, arbustos, y otras
plantas. Esta operación se hace de varios modos.
Es la costumbre en Tierra Firme de comenzar á
cortar los arboles asi que se • acaban la» lluvias ;
esto es, <hácia el mes de Noviembre j -la leña des-
pués de cortada ae deja para que se seque, des-
pués se amontona y se quema. -• -■ -
Asi que los plantaciones están bien desembara-
zadas, cortan, fosos pequeños^ en la dirección del
declive de su suelo : * estos sirven para hacer cor-
rer las aguas paradas, y para regarle quando con-
viene. Entonces hechan la linea sobre la que los
arboles de cacao deben plantarse. Por lo general
los plantan en triángulos ó en quadros. De qua-
lesquier modo que sea,, siempre hay una calle en
el centro, formada de arboles de cacao, y que
corre en la .dirección del este al oeste. Quando
se plantan en quadros, esta calle se halla cruzada
por otra que corre del norte al sud. Las plantas
de cacao, deben ponerse á 15 ó 16 pies (medida
Francesa) unas de otras en un buen terreno, y á
13 ó 14 en un terreno de calidad inferior.
76
Este es quiza el único árbol en la naturaleza
al que los rayos vivificantes del sol sean nocivos.
Exige que se le ponga al abrigo de su ardor ; y
el modo de combinar esta protección con los prin-
cipios de la fertilidad, forma una parte muy esen-
cial de los talentos que pide su cultivo. El árbol
del cacao se pone con otros arboles, que le pro-
tejan de los rayos del sol, sin privarle de su calor.
Para este efecto se sirven del erytrine y del
banana. El ultimo le protege durante el primer
año, por la rapidez con que crece, y por la mag-
nitud de sus hojas. El erytrine dura casi tanto
como el cacao ; sin embargo no todos los terrenos
le convienen. Perece después de algún tiempo
en terrenos arenosos y gredosos ; pero florece en
los que combinan estas dos calidades.
En las Antillas no pueden dar esta protección
al cacao, porque expondría la plantación á ser
destruida por cada huracán. Ademas de eso el
cacao apenas prospera alli, y no tiene tanto aceite
como en otras partes.
El banana y el erytrine se plantan en la misma
linea que los arboles del cacao.
La calidad del suelo y las especies de erytrine,
son las que determinan la distancia á la que deben
ponerse. Aquella especie que los Españoles lla-
man bucare anaveo, se planta en un suelo fértil, á
la distancia de dos calles, es decir, á cada segundo
rango de los arboles de cacao. La que llaman
bucare peonio, se pone á la distancia de tres calles
77
en buenos terrenos, (á cosa de quarenta pies
Franceses).
La primera especie de erytrine es la que se
levanta mas. La segunda especie tiene muchas
espinas, la hoja por encima es mas obscura, y por
debaxo mas blanca. Las dos especies deben cor-
tarse quando la luna está en su menguante, y
dexarse á la sombra hasta su creciente, á cuyo
tiempo deben plantarse. Sin embargo es mas
preferible el tomarlas de una almaciga.
En una fila de arboles de cacao el banana se
pone entre dos cacaos, un erytrine entre los dos
que siguen. En la otra fila, un banana se pone
entre cada árbol de cacao, y ningún erytrine : de
suerte que este está á la distancia de dos calles.
Primero plantan el banana y el erytrine, y una
vez que se ha preparado este modo de poner á
cubierto el cacao, hacen un hoyo, al rededor del
qual plantan quatro tallos del y ucea, á la distancia
de dos pies el uno del otro. Al fin de dos meses
plantan en el hoyo el cacao ; quanto mas pequeña
la planta tanto mejor. Sin embargo hay terrenos
que están sugetos á gusanos, en los que las plantas
pequeñas no convienen ; pero, excepto en este
caso, las plantas pequeñas son las mejores, porque
las mayores exigen mucho mas trabaxo para su
traslación y plantación, muchas de ellas perecen,
y las que viven brotan y dan fruto, pero es de
ningún valor.
La planta de cacao no debe exceder treinta y
seis pulgadas de alto quando se transplanta j si
^
78
es mayor, no prospera tan bien, como ya haremos
ver.
Las almacigas para el cacao requieren un ter-
reno excelente y bien preparado, donde el agua
no se pare. Deben estar al abrigo del sol. Se
forman montones de tierra, en cada uno de los
quales se ponen dos granos de cacao, de tal suerte
que estén paralelos con el nivel del terreno» Du*
rante los primeros veinte dias se cubren las si-
mientes con dos capas de hojas de banana 6 de
otro árbol. Si hubiese necesidad, se riega, pero
es preciso no dexar que el agua se pare. £1
tiempo mas aproposito para la siembra es en
Noviembre.
Donde no hay una facilidad para regar, la
plantación del cacao debe hacerse en la estación
de las lluvias ; pero donde el riego es practicable,
es mejor plantar en tiempo seco, y asistir á Ja na*
turaleza por el riego, puesto que entonces está en
manos del cultivador el dar. la exacta cantidad de
humedad necesaria. Pero en todos los casos, se
debe cuidar que no se mojen las plantas en el in-
tervalo de sacarlas de la tierra y de replantarlas.
Quando el cultivo es en semillas, (que no lo es
nunca en las provincias de Caracas), se plantan
dos granos de cacao del mismo modo que des-
cribimos antes, de suerte que estén al nivel de la
tierra. Entonces los cubren con una hoja de
banana, doblada tres veces, sobre el que ponen
un pesecito para que no la lleve el aire ; asi que
las simientes brotan, quitan la hoja del banana.
79
Si los dos granos brotan, se corta la planta mas
débil, para envigorizar á la otra.
Quando el banana envejeze* se debe cortar por
temor de que perjudique con su caída accidental
á los cacaos. Los- quitan asi que: los ery trines
daa bastante sombra : esta operación da mas airé
á los arboles dé la plantación, y les hace crezer.
Hasta que la planta del cacao llega, á la altura
de quatro pies, tallan sus ramas hasta su pie. Si
hecha varías ramas, las reducen á tres, en dis-
tancias iguales ; y en proporción que la planta
aumenta,: las hojas que aparecen en las tres ramas
se cortan igualmente;: Si se doblan demasiado,
inclinándose hacia la tierra, las atan, para que el
ar bol no se encorbe. Las ramas que desechan
se cortan á la distancia de dos dedos del árbol.
También cortan los pimpollos que nacen del .árbol,
porque no viven mas que á costa suya.
Enemigos.?— El árbol de cacao debe tener bas-
tante sombra, para impedir, que se queme con- los
rayos del sol. Si está demasiado expuesto, sus
nonas se esparcen, se rajan, y el árbol perece.
También se halla infestado de gusanos, que carco-
men su corteza, y atacando después su interior le
destruyen. El único remedio que hasta ahora se
ha hallado, es el de emplear gente que mate á
estos gusanos, los que se hallan depositados por
un insecto con alas, que carcome el árbol : asi
que oye á su destructor, se deja caer, y confia en
sus alas para su seguridad.
80
■
£1 color de este insecto es de una mezcla de
color de ceniza y blanca. Si se le comprime,
hace un ruido algo parecido al del agua que cae
sobre una substancia muy caliente. Tiene dos
cuernecitos en la cabeza, cuyas puntas están hacia
arriba. Es tan vivo, que aun quando le separan
la cabeza del cuerpo, tarda mucho tiempo en
morir. Para depositar sus gusanos, hace agujeros
en el árbol.
Al principio de la estación de las lluvias otro
gusano hace su aparición, que devora las hojas del
árbol de cacao. Esta especie de gusano se llama
goaseme ; y algunos años son tan abundantes que
toda la gente de la plantación está empleada úni-
camente en destruirlos. Este gusano tiene quatro
pulgadas de largo, y es del grueso de un dedo.
Se llama angaripolas ó Indio, por razón de la vi-
vacidad de sus colores. Se cree que estos gusa-
nos nacen de otros gusanos grandes de la tierra,
que son los que engendran á las mariposas, que
pQnen sus huevos en las hojas del cacao. Estos
huevos están llenos de gusanillos, que se alimentan
de las hojas del cacao, y que están en montones
del tamaño de una peseta. Los buscan y des-
truyen con mucho cuidado, porque ocasionan per-
juicios muy grandes. Los que se escapan se me-
ten en la tierra, y al año siguiente se cambian en
mariposas. Al tiempo que el gusano aparece se
encienden hogueras, que no sean bastante grandes
para dañar al cacao, pero lo bastante para atraer
la mariposa y quemarla.
81
Las plantaciones de cacao en el valle de Tuy,
en los distritos de Marín, Cuba, Sabana, Ocu-
mare, San Francisco, &c. están sugetas á otra
especie de gusano llamado rosquilla. Multiplica
en la estación de sequedad.
Hay unos insectillos que los Españoles llaman
acerredores, de la misma figura que los que comen
la corteza del cacao, pero mas grandes, y de un
color que tira á negro. , Se alimentan de las
ramas del cacao. Se les halla siempre sobre las
ramas que han cortado, y el único medio de ob-
viar el mal es destruyéndoles.
Los gusanos que llaman vachacos causan tam-
bién mucho perjuicio. Se comen las hojas y la
flor. Para destruirlos, es necesario buscarles en
sus nidos en la tierra. Hechan agua en ellos, , y
mueven la tierra. De este modo destruyen sus
pequeñuelos, y el mal disminuye, aunque no cese
enteramente.
Hay una planta parásita que se enreda á las
ramas del cacao, envolviéndole de tal suerte que
le seca, alimentándose de su substancia. El único
remedio para esto es arrancarla. Esta es la ocu-
pación de los Negros en los Domingos.
Quando los arboles de cacao están con fruta, se
hallan sugetos á un mal que llaman mancha, y que
es en efecto una mancha negra, que destruye la
planta, atacándola por el tronco. Para conser-
varla se hace, asi que aparece, una mella que
pase la corteza. Pero si la mancha es demasiado
grande, entonces es preciso cortar toda la paite
TOM. II. F
8?
infectada. Entonces descaiga un liquido y queda
curada. La corteza se queda de un color mora-
do en el parage que estaba la mancha.
Los otros enemigos del cacao son el agouti, el
ciervo, la ardilla, la mona, &c. El agouti es el
mas destructor. Su devastacipq no se limita á lo
que come ; perp hstce caer el fryto que nace ea
el cuerpo del árbol. A veces destruye eq una
noche todas las esperanzas del propietario.
Los ciervos comen la vayna ú hollejo del cacao
quando está aun tierno, con tal voracidad, que se
hallaron en el cuerpo de un ciervo, qqe mataron
á las orillas del Tuy, trescientos de ellos sin estar
mascados. También les gustan los cogollos, que
alcanzan levantándose con los pies de atrás j y
por esto son mas peligrosos á causa de lo tierno
de 1^ planta jovep. Producen aun mas mal qui-
tando al árbol la corteza con los cuernos.
Las ardillas no com$n mas que la exudación
liquida del cacao, sin tocar al grano ; pero este
sa cae á tierra, y se pierde, ya sea que le come
algún otra; animal, ó que caiga en los fosos hechos
para dar salida á las aguas.
Las monas devoran el grano como los cochinos.
Los Creollos las llaman guarros^ de los que hay
varias especies. Ocasionan mucho daño, comiendo
las vaynas grandes ó pequeñas, y haciendo caer 4
tierra las flores y el fruto. Para alejar á todos
estos animales es necesario el uso de una, escopeta,
Los pagaros no son tt#nos dañosos al cacao.
Toda la clase de los papagayos, y en particular
el grande ara, que no destruye mas que por des-
truir, y los toritos, que vienen en grandes tropas,
conspiran igualmente en arruinar las plantaciones
de cacao.
Conservación. — Es. necesario que una planta-
ción de cacao tenga siempre sombra y riego : las
ramas de las plantas deben limpiarse de la caspa
que se forma sobre ellas ; los gusanos deben ser
destruidos j no se debe permitir que crezca nin-
guna yerba grande ó arbusto cerca de ella ; puesto
que el menor mal que podía suceder seria la per-
dida total del fruto que cayese entre estas male-
zas. Pero es sumamente esencial el profundizar
los fosos para el agua, á proporción que la planta,
aumenta en volumen, y que sus raizes se meten
mas ; pues si se dexan á la hondura de tres pies,
mientras que las raizes entran hasta seis pies, re-
sulta que la parte inferior de la planta está en una
situación demasiado húmeda, y hecha raíz á flor
del agua. Esta precaución contribuye no solo á
hacer la plantación mas durable, pero también á
hacer que la cosecha sea mas productiva. Es
necesario también abstenerse de cortar alguna
rama de hs que están en un estado de produc-
ción* Tal operación haría que el fruto del año
siguiente fuese mas fuerte ; pero la planta en
aquel momento se enerva, y a veces perece, se-
gún la calidad de la tierra, y el numero de las
ramas que se cortan.
Si la tierra de las plantaciones se halla pisada
por animales, entonces la planta no dura tanto.
84
El riego, quando se hace como se debe, las man-
tiene por mucho tiempo en un estado capaz (Je
producir.
Marchit ación. — El fruto del cacao se seca en
el árbol por estas tres causas : —
* Primera, Quando la plantación está inundad»
de agua por mucho tiempo. Muchas planta-
ciones de cacao, que no habian estado cubierta»
de agua mas que por treinta horas, han perdido*
todo su fruto.
Segunda, Lluvias muy abundantes, particular-
mente en valles demasiado húmedos. Esto se
remedia con los fosos, que conduzcan el agua
inmediatamente afuera de la plantación.
Tercera, La falta de una necesidad absoluta
de regar la plantación baxo un sol abrasador. £1
vapor de la tierra marchita el fruto. Si las lluvias
faltan por algún tiempo, y si se siguen lluvias
demasiado violentas, el fruto perece también.
Esta desecación ó marchitacion sucede en iodos
los parages ; aunque en algunos, el sobrante del
fruto que el árbol no puede alimentar es lo único
que está sugeto á ella. En otros, como en Ara-
guita y Caocaga, se deseca á medida que caen las
lluvias del norte. El suelo también ocasiona otra
-especie de desecación : las vaynas del cacao no
son todas iguales, algunas contienen granos que
son buenos, mientras que otras les tienen malos.
Los Creollos llaman esto defectuoso.
Cosecha. — >E1 cacao da dos principales cose-
chas al año ; una es por Sn Juan, la otra á fines
85
de Diciembre. El cacao se madura, y se coge
también durante todo el año. Pero en todps las
estaciones» la gente de Tierra Firme trata lo
mejor que puede de hacer sus cosechas al men-
guar la luna, porque, según dicen, la experiencia
prueba que con esta precaución el cacao es mas
• solido, y menos expuesto á hecharse á perder.
Sin embargo, Don Fernando Blanco, un habi-
tante de Caracas, mantenía, que esto no era mas
que una preocupación ridicula. También obser-
■ vaba que la practica era imposible, puesto que
seria necesario hacer toda la cosecha en los quince
dias de su menguante ; pero que al observar asi
los cambios de la luna, el cacao no podría reco-
gerse sin que mucho de ello se perdiese en el ár-
bol ; de consiguiente se perdería mucho suspen-
diendo la cosecha durante su creciente.
Para recoger el cacao, suelen emplear los In-
dios y Negros que tienen mejor vista, para que
no escogan mas que el fruto maduro. Los mas
activos y robustos son los que llevan el grano á
.los lugares donde lo menean. Los viejos y los
- estropeados son los que lo menean. Esta opera-
ción se hace en un lugar bien barrido, y cubierto
de hojas verdes, sobre las que ponen el cacao.
Los unos abren la vayna, mientras que los otros
sacuden el grano con una maceta pequeña, que
no tenga corte, pues entonces perjudicaría al
cacao.
El cacao bueno tiene que separarse del malo.
. Hay quatfo especies de cacao en cada cosecha ;
86
el maduro y en buena condición, el verde pero
sano, el carcomido, y el podrido. La primera
especie es la mejor calidad, la segunda no es
mala ; pero las otras dos se deben desechar.
Asi que la especie que no está enteramente
madura comienza á hechar manchas, se debe se-
parar. En quanto á las vaynas que no están en-
teramente maduras, se deben dejar amontonadas
por tres dias baxo las hojas de banana, para que
se maduren antes de abrirlas. Quando se alma-
cena el cacao, es preciso cuidar mucho de no
dexar entre él pedazos de vayna ú hojas, ó qua-
• lesquiera otras partículas excrementicias. Este
cuidado se debe repetir todas las veces que se
mueve del almazen, ó que se vuelve á poner en él.
El cacao debe siempre exponerse al sol al
quarto dia después de haberse recogido, y esto se
debe repetir todos los dias hasta que esté perfec-
tamente seco. Quando lo está, los granos re-
bientan si se comprimen, sus cascaras suenan
quando se las golpea, y no se recalientan mas
quando se las pone en montones : está es la mejor
prueba que la humedad, que tanto daña á su con-
servación, se ha disipado ya. Si el cacao no está
suficientemente expuesto al sol, se enmohece j si
al contrario lo está demasiado, se seca, y se pol-
variza fácilmente.
Quando la cantidad de cacao que se ha reco-
gido es muy grande, se pone al sol por cien quin-
tales á la vez, á no ser que el cultivador tenga
bastante gente para exponer una mayor cantidad :
87
esta operación es indispensable para impedir que
se enmohezca. Si las lluvias impiden su exposi-
ción al sol) es preciso extenderlo, asi que está
bastante limpio, en granjas, salones, ó corredores,
de que una plantación de cacao tiene que estar
provista : esta operación no puede retardarse sin
el peligro de perder la cosecha.
Seria muy ventajoso que empleasen estufas para
secar el cacao quando no hay sol j pero este ex-
pediente, tan simple é importante, es desconocido
en Tierra Firme.
Es casi una opinión universal, que la precau-
ción mas esencial para conservar el cacao con-
siste en recogerlo quando la luna mengua. De*
pons cree que pueden calcular mas seriamente
sobre el cuidado de depositarlo en salas tan her-
méticamente cerradas que el aire no pueda pene-
trar j sería aun mejor que las salas fuesen de ma-
dera* para poder mejor excluir la humedad. £1
suelo debía estar levantado de dos pies* Baxo el
éuelo se pone un brasero de carbón, cubierto de
una especie de embudo, cuya punta entre en el
moóton de cacao* difundiendo su calor. En la
granja que contiene el cacao, hay algunos qué
ponen botellas de vinagre ligeramente tapadas con
papel* para impedir (a formación de los gusanos.
El cacao que comienza á mostrar mánchitas,
se puede librar de una entera corrupción aplicán-
dole un poco de salmuera. Esto ocasiona cierto
grado de fermentación, que basta para destruir los
gusanos, y para conservar el cacao por mucho
88
tiempo contra otros ataques. ¿ Porque no em-
plean este preservativo quando está una vez seco,
y quando esta almacenado para venderse ?
En Sn Felipe hacen uso del humo para conser-
var el cacao ; aseguran que la sal muy fina, espar-
cida entre el cacao, lo protege contra los gusanos.
Han hecho mucho para conservar el cacao
después de estar limpio de todos sus granos ver-
des ó dañados, y de todos los artículos estraños,
quando no ha recibido ninguna injuria ó golpe en
la operación de secarse ; y quando se guardó sub-
seqüente en un sitio seco y nada expuesto al aire :
sin embargo, á pesar de estas precauciones, el
cacao de la mejor calidad no se halla en estado
de venderse al fin de un año.
Estas circunstancias prueban suficientemente,
que el cultivo del cacao exige mas atención que
ciencia, mas vigilancia que ingenio, y mas dili-
gencia que teoría. La elección del terreno, la
distribución y zanjas para las aguas, la posición
de los arboles destinados á dar sombra la cacao,
son casi los únicos puntos que requieren un in-
telecto mas que común. Los gastos de un es-
tablecimiento de esta especie son menores que los
de qualesquiera otro de igual renta. Un jorna-
lero basta para la conservación y cosecha de 1000
plantas, que cada una debe producir á lo menos
una libra de cacao, en un terreno de una cali-
dad moderada, y libra y media en el mejor ter-
reno. Por un calculo de veinte onzas cada planta
una planta con otra, las 1000 plantas tienen que
89
producir 1250 libras, que ai precio acostumbrado
de 20 duros por quintal, dan 250 duros al año por
cada jornalero. Los gastos de las plantaciones,
incluyendo los de los utensilios, maquinas, y edi-
ficios, son también menores para el cacao que para
qualesquiera otro producto* Los retardos de la
primera cosecha, y los accidentes peculiares al
cacao, es lo único que disminuye el numero de
los cultivadores, y que les instigue á preferirle
otras producciones.
La planta de cacao no está en estado de pro-
ducir perfectamente hasta su octavo año en las
plantaciones del interior, y hasta el noveno en las
de la costa. Sin embargo, por una singularidad
que solo la situación es capaz de explicar, la co-
secha del cacao comienza en el sexto año en el
valle de Goapa, y al este de la boca de Tuy.
Cerca de la linea, y á las orillas del rio Negro,
l¿is plantaciones están en su perfecto producto en
el quarto, ó á lo mas en el quinto año.
' El árbol de cacao continua produciendo hasta
la edad de 50 años en la costa, y de 30 en el
interior.
Por lo general el cacao recibe mas atención en
la parte oriental de Tierra Firme que en los otros
sitios, y que en las colonias Francesas. Es cierto
. que la excelencia del suelo contribuye mucho á
.la calidad de este articulo, pero sin la ayuda del
arte, estaña lexos de poseer aquella superioridad
que tiene en el comercio sobre el cacao de los
.otros payses.
90
La provincia de Caracas/ dice Humboldt, pro-
ducía anualmente, al fin del siglo diez y ocho,
150 mil fanegas, 100 mil de las quales se con-
Stimian en España, y 30 mil en la provincia. Es-
timando una fanega de cacao solamente á 25
duros por el precio que se daba en Cádiz, halla-
mos, que el valor total de la exportación de cacao
por los seis puertos de la antigua Capitania*Gene-
ral de Caracas, t sube á 4 millones y 800 mil
duros. Un objeto tan importante de comercio
merece una discusión seria ; y me lisonjeo, que
con los muchos materiales que he recogido sobre
todos los ramos de agricultura colonial, podre
añadir algo á la información publicada por? M.
Depóns en su apreciable obra sobre las provincias
de Venezuela.
El árbol que produce el cacao no se encuentra
ahora silvestre en los montes de Tierra firme, al
norte del Orinoco : no comenzamos á verle sino
mas arriba de los raudales de Atures y Maypures.
Abunda, particularmente, cerca de las orillas del
Ventuari, y en el Alto Orinoco entre el Padamo
y el Gaete. Esta escasez de cacao silvestre en el
Sud de America, al 6o de latitud septentrional,
es un fenómeno muy curioso en la geografía bo-
* La provincia, no la antigua Capitanía-General, exclu-
yendo por consiguiente las plantaciones de cacao de Cumana,
de la provincia dé Barcelona, de Máraoaibo, dé Varinas, y de
la Gulana Española.
f Sto Tomas en la Nueva Guiana 6 Angostura, Cumana,
Nueva Barcelona, La Guayra, Puerto Cabello, y Maracaibó.
91
•
tánica» y sin embargo muy poco conocido. Este
fenómeno parece aun mas extraño, porque, según
el producto anual de la cosecha, el numero de
arboles que dan fruto en las plantaciones de cacao
de Caracas, Nueva Barcelona, Venezuela, Varinas,
y Maracaibo, se computa á mas de 16 millones.
EL árbol de cacao silvestre tiene muchas ramas,
y está cubierto de un follage espeso y obscuro.
Da un fruto muy pequeño, como aquella variedad
que los antiguos Mexicanos llamaban Üalcaca-
huatL Trasplantado en los conucos de los In-
dios de Casiquiare y del rio Negro, el árbol sil-
vestre conserva por varias generaciones aquella
fuerza de vida vegetal, que le hace dar fruto
al quarto año ; mientras que en la provincia de
Caracas, la coseeha no comienza mas que desde
el sexto* séptimo y octavo* Son mas tarde aun
en el interior que en las costas, y en el valle de
Guapo. No encontramos ninguna tribu que pre-
parase alguna bebida con las simientes del árbol
del cacao. Los salvages chupan la pulpa de la
v&yna y arrojan las simientes, que á veces se hallan
en montones donde han pasado la noche. Aun-
que el chorote, que es una infusión muy ligera de
cacao, se considera en la costa como una bebida
muy antigua, ningún hecho histórico prueba que
el chocolate, ó alguna preparación de cacao, fuese
conocida de los naturales de Venezuela antes de
la llegada de los Españoles. A mi me se figura
mas probable, que las plantaciones de cacao de
Caracas fueron hechas en imitación de las de
92
México y Guatimala ; y que los Españoles que
habitaban en Tierra Firme aprendieron el cultivo
del árbol de cacao, á ponerlo en su infancia al
abrigo del follage del erytríne y del plantano, la
fabricación de las pastillas de chocolate, y el uso
del liquido del mismo nombre, por sus comunica-
ciones con México, Guatimala, y Nicaragua, tres
payses, cuyos habitantes eran de un origen Tol-
tecko y Aztecko,*
" El que ha tomado una taza," dice el page de
Hermán Cortes, " puede viajar todo el día sin
necesidad de otro alimento, especialmente en cli-
mas muy calientes ; pues el chocolate es por su
naturaleza frió y refrescativo.,, No podemos
admitir la ultima parte de esta aserción; pero
tendremos muy pronto ocasión, en nuestro viage al
Orinoco, y en nuestras excursiones hacia la cima
de las Cordilleras, de celebrar las saludables pro-
piedades del chocolate. Igualmente fácil de llevar
y emplearle como alimento, contiene una grande
cantidad de partículas nutritivas y estimulantes
en un pequeño espacio. Se ha dicho con mucha
verdad, que en África, el arroz, la goma, y el aceite
del shea, asisten al hombre en atravesar los de-
siertos. En el Nuevo Mundo, el chocolate, y la flor
* El Padre Gili ha mostrado claramente, por dos pasages
en Torrequemada (Monarquía Indiana, lib. xiv. cap. 14. y
42.), que los Mexicanos preparaban la infusión en agua fría ;
y que los Españoles han introducido la costumbre de pre-
parar el chocolate, haciendo hervir la pasta, del cacao en el
«gua.
93
del mate, le han hecho accesibles las tierras ele-
vadas de los Andes, y los vastos y desiertos
montes.
La cosecha del cacao es sumamente variable.
£1 árbol vegeta tan vigorosamente, que la flor
sale aun de los pimpollos que brotan de las
raices, en donde la tierra, los dexa por cubrir.
Sufre de los vientos del nort-este, aunque estos
vientos no hagan baxar mas que unos quantos
grados el temperamento. Las lluvias violentas
que caen irregularmente después de la estación
de las lluvias, desde Diciembre á Marzo, son
también muy perjudiciales al árbol de cacao. £1
propietario de una plantación que tenga 50 mil
arboles, amenudo pierde el valor de mas de 4 ó 5
mil duros en cacao en una hora. La grande
humedad no es favorable al árbol mas que quan-
do aumenta progresivamente, y que es por mucho
tiempo y sin interrupción. Si en la estación de
la sequedad, las hojas y la fruta nueva se mojan
por un chaparrón violento, el fruto se cae del
tallo. Parece que las venas que absueven el agua
se rompen por haberse hecho turgentes. Pero si
la cosecha del cacao es una de las mas inciertas,
á causa de los funestos efectos de las malas esta-
ciones, y del gran numero de gusanos, insectos,
paxaros, y quadrupedos, que devoran la vayna
del cacao ; si este ramo de agricultura tiene la
desventaja de obligar al nuevo cultivador á aguar-
dar ocho ó diez años por el fruto de su trabaxo,
y de producir un articulo muy difícil de conser-
9*
var ;* no debemos olvidar, que las plantaciones
de cacao no exigen tantos trabajadores como las
de otros artículos. Esta consideración es muy
importante á una época que todas las naciones
de la Europa han resuelto noblemente de poner
fin al traficQ -de Negros. Un Negro basta para
cuidar de mil arboles, que un año con otro pue-
den producir 12 fanegas de cacao. Es cierto,
que en la isla de Cuba una plantación grande de
azúcar, con trescientos Negros, da un año con
otro quarenta mil arrobas de azúcar, cuyo valor,
á quarenta duros la caxa,t sube á 100 mil duros j
y que en la provincia de Venezuela, el cacao hasta
el valor de cien mil duros, ó quatro mil fanegas,
quando la fanega está tan solo á 25 duros, nece-
sita 300 ó 330 Negros. Las 200 mil caxas de
azúcar, ó los tres millones 200 mil arrobas^ que
la isla de Cuba ha exportado anualmente desde
1812 hasta 1814, suben á 8 millones de duros, y
podían fabricarse con 24 mil Negros, si la isla
iubiere grandes plantaciones ; pero .esta suposi-
ción no se conforma coa el estado de la colonia,
y con la naturaleza de las cosas. En 1811 la
isla de Cuba empleaba 143 mil Negros solo en
los campos ; mientras que la Capitania-General
de Caracas, que produce anualmente (peco que
* Ei caqao de Guayaquil se conserva mejor que el de
Caracas.
f Una caxa pega de 15 arrobas y media á 16.
% Las haciendas de Choroni, Ocumare, Chuao, Turiamo,
Guaiguaza.
94
exporta) 200 mil fanegas de cacao, ó el valor
de 5 millones de duros, no tiene, ya sea en la*
ciudades ó ya en los campos, mas que 60 mil
Negros. Es casi sqperfluo añadir, que estos re-
sultados variar* según los precios de azúcar y
cacao.
Laa mejores plantaciones de cacao se hallan
en la provincia de Caracas lo largo de la costa,
entre Caravalleda y la boca del rio Tucuyo,*
en loa valles de Cancagua» Capaya, Curiepe* y.
Guapo ; y en los de Cupira, entre el Cabo Co-
dera y el Cabo Uñare, cerca de Arora, Barqui-
aimeto, Guigue, y Uritucu. £1 cacao que crese
en las orillas del Uritucu, á la entrada de loa
Llanos, en la jurisdicción de Sn Sebastian de lo*
Reyes, se considera como de la primera calidad.
Después del cacao de Uritucu va el de Guigue,
de Caucagua, de Capaya, y de Cupira. Los
comerciantes de Cádiz dan el primer rango al
cacao de Caracas, inmediatamente después del
de Soconusco; y su precio es generalmente de
treinta á quarenta por ciento mas que el de
Guayaquil.
No fue mas que á mediados del siglo 17, que
los Holandeses, tranquilos poseedores de la isla de
Curazoa, despertaron, por su contrabando, la in-
dustria agricuhural de los habitantes de las costas
inmediatas, y que el cacao se hizo un objeto de
• Las do* protijwa» de C%r%cas y Nueva Barcelona» se
disputan esta fértilísima pieza de tierra.
7
96
exportación en la provincia de Caracas. Igno-
ramos todo quanto pasaba en aquellos payses
antes del establecimiento de la Compañía Biz-
caina de Guipúzcoa en 1728. Ningún hecho
estatistico ha llegado hasta nosotros ; lo única
que sabemos es, que la exportación de cacao de
Caracas apenas subia, al principio del siglo 18, á
30 mil fanegas anuales. Desde 1730 á 17+8, la
Campañia envió á España 858,978 fanegas, que
hacen un año con otro 47, 700 fanegas ; el precio*
de la fanega cayó en 1732 á 45 duros, quando
se habia tenido antes á 80 duros ! En 1763 el
cultivo aumentó tanto que la exportación subiá á
80,659 fanegas.* Según los registros de la adu-
ana en La Guayra, las exportaciones, sin contar
el producto del trafico ilícito, eran :
En 1789 — 103,655 fanegas,
1792 — 160,592
1794 — 111,133
1796— 75,538
1797 _ 70,832
En los documentos oficiales, tomado de los pa-
peles del ministro de hacienda,! la cosecha de la
provincia de Caracas se computa á 135 mil fane-
gas de cacao ; 33 mil de las quales eran para el
* De estas 80,659, 50,819 se enviaron directamente á
España; 16,364 á Vera Cruz; 11,160 á las Islas Canarias,
y 2,316 á las Islas de las Indias Occidentales.
% Informe (MS.) del Conde de Casa Valencia, consejero
del departamento de Indias, á Don Pedro Várela, ministro de
la Real Hacienda, sobre el comercio de Caracas, el 13 de
Junio de 1797, fol. 46.
1
97
consumo del pays; 10 mil para otras colonias
Españolas ; 77 mil para la metrópoli ; 15 mil
para el comercio ilícito con las colonias Francesas,
Holandesas» Inglesas, y Dinamarquesas. Desde
1789 hasta 1793, la importación desde Caracas á
España fue, un año con otro, 77*719 fanegas al
año, de las quales 65,766 se consumieron en el
pays, y 11,953 se exportaron á Francia, Italia, y
Alemania.* Según los muchos informes, que se.
recogieron en el mismo sitio, estas computaciones
* Según loe registros de los. puertos de, España, la impor-
tación del cacao desde Caracas á la península fue,
En 1789 78,406 fanegas 88 lbs. .
1790 74,089 3 —
1791 71,500 43 —
1792 87,656 34 —
1793 76,983 4 —
Producto de un año con otro 77,719 fanegas.
De estas 77,719 fanegas, las 60,202 se consumían en las
provincias de España contribuyentes, y 5,564 en las pro-
vincias exétnptas de Navarra, Bizcaya, &c. La exportación
de España era,
En 1789 13,718 fanegas 98 lbs.
1790 6,421 80 —
1791 21,446 17 —
1792 17,452 48 —
1793 728 23 —
Producto de un año con otro, 1 1,953 fanegas.
Come en el sistema tan complicado de aduanas en España,
el cacao de Caracas se hallaba sugeto á un impuesto muy dife-
rente, según se consumía en. la península 6 se exportaba al
extrangero, (en el primer caso es de 52 por ciento, y en el -
segundo 29 y medio), una gran cantidad de cacao se vol-
vía á importar á España.
TOM. !!• G
98
son aún demasiado baxas. Solo los registros del
aduana de La Guayra daban, en tiempo de paz,
una exportación de 8D ó 100 mil fanegas al año.
Podemos muy bien aumentar esta suma un quarto
ó un quinto mas, á causa del ttafico ilícito con la
Trinidad, y con las otras Islas de las Indias. Pa-
rece probable, que desde 1800 á 1806, el ultimo
periodo de tranquilidad interior en las colonias
Españolas, la cosecha anual de las plantaciones
de cacao en la Capitanía-General de Caracas, era
á lo menos de 193 mil fanegas, de las quales po-
demos asignar á la provincia de Caracas 150,000
á la de Máracaibo - 20,000
á la de Cumana - 18,000
á la de Nueva Barcelona 5,000
Las dos cosechas que se hacen ahora al año,
varían mucho ; pero sin embargo no tanto como
las de los olivares y viñas de Europa. De las
i 93 mil fanegas de cacao que produce la Capi-
tanía-General de Caracas, 145 mil de ellas pasan
á la Europa, ya sea por los puertos de la penin»
sula, ó por el contrabando.
Estas computaciones* son el resultado de mu-
chos informes locales, y prueban que la Europa
consume, en su estado presente de civilización,-—
* Las Islas de las Indias Occidentales Inglesas expenaban
á diferentes partes del mando, en 1812, mas de 283,000 casas
de azúcar, cada una pesando 1400 libras, lo que hace S9t>
millones de libras ; de las qnálés, tan solo la Jamaica daba,
con 340 mil Negros, 189 millones de libras. £( producto de
Coba y el de Sto Domingo se ha compotado á 120 millones de
99
FtetícasL
£9 millones de libras de cacao, á 120-
francos el quintal, 27,600,000
32 millones de libras de té, á 4 frs.
la Ib. - - 128,000,000
140 millones de lbs. de café, á 114
frs. el quintal, - 159,600,000
450 millones de lbs. de azúcar, á 54
ft*. el quintal, - - 243,000,000
Total,* 558,200,000
La primera de estas quatro producciones, que
se ha hecho en estos dos ó tres últimos siglos el
libras de azúcar. Quando damos el consumo anual de cacao
en Europa á 25 millones, y él de azúcar á 450 millones de
libras, estamos convencidos que es el numero ex&cto dentro
de un quinto. Este grado de precisión se puede alcanzar,
computando con cuidado la exportación de aquellos payses
que producen la mayor cantidad de azúcar y de cacao para
el comercio Europeo ; por exemplo, con respecto al cacao, la
exportación de los puertos de Tierra Firmé, Guayaquil, y
Guatimala ; y para el azúcar, la de las Islas del Occidente
Inglesas, Españolas, y Francesas. Observaremos aqui que el
consumo del azúcar subía, según se ve por las tablas estatis-
ticas de Francia, en 1800, á 54 millones ; en 1817 subía á 56
millones de libras.
* En 1818 el precio del cacao en Londres era, por el de
Caracas, de 6 libras esterlinas á 6 L. 10 shelines ; por el cacao
de calidad inferior de 4 L. lOs. á 3 L. lOs. el quintal ; el azú-
car de 9 L. á 2 L. lOs. El precio de estos doa géneros ha
subido considerablemente desde la publicación de la obra de
Mr ColqubotuT. Es dificil dar un informe fíxo del precio del
/ té, á causa de las grandes diferencias entre las calidades.
100
objeto principal del comercio y de la industria
colonial, pertenece exclusivamente á la America ;
la segunda al Asia exclusivamente, pues la ex-
portación de cacao desde las Islas Filipinas es
aun de tan poca importancia como los ensayos
que han hecho en el Brasil, en la isla de la Tri-
nidad, y en la Jamaica, para cultivar el té. Las
provincias de Caracas dan cerca de las dos terce-
ras partes de todo el cacao que se consume en el
occidente y mediodía de Europa. Este resultado
es aun mas notable, quanto es contra la opinión
general. Pero el cacao de Caracas, Maracaibo, y
Cu mana, no es todo de la misma calidad. Aca-
bamos de ver que el Conde de Casa Valencia
computa el consumo en España solamente á seis
ó siete millones dé libras ; el Abate Hervás lo
fixa á nueve millones. Los que han habitado
por mucho tiempo en España, Francia, é Italia,
deben haber observado que el uso del chocolate
no es común mas que en la primera nación entre
las clases pobres ; y de consiguiente con dificul-
tad creerán, que España no consume mas que
una tercera parte del cacao que se exporta á
Europa.
En 1817, la importación del azúcar de las Indias Orientales
en el puerto de Londres no fue roas que de 50 mil talegas, 6
5,500,000 lbs. Para formarse una idea de la importancia del
comercio Europeo en azúcar, café, té, y cacao, observaremos
que todas las importaciones en Inglaterra, subieron anual-
mente, desde 1805 á 1810, á cosa de 1200 millones de francos*
101
Las ultimas guerras han tenido un efecto mas
funesto sobre el comercio del cacao de Caracas,
que sobre el de Guayaquil. A causa del aumen-
to del precio, se ha consumido en Europa menos
cacao de la primera calidad. En lugar de mez-
clar, como hacían antes, ün quárto de libra de
cacao de Caracas con los tres quartos restantes
de lo de Guayaquil, este ultimo se ha usado en
España sin ninguna mezcla. Debemos observar
aqui, que mucho del cacao inferior, como lo del
Marañoñ, el rio Negro, Honduras, y la isla dé
Su Lucia, pasa en el comercio por cacao de Gua-
yaquil. La exportación de cacao desde este
puerto no sube á mas de 60 mil fanegas, de con-
siguiente es dos-tercios menos que de los puertos
de la antigua Capitania-General de Caracas.
Aunque las plantaciones de cacao han aumen-
tado én las provincias de Cumana, Barcelona, y
Maracaibo, en proporción que han disminuido
en lá provincia de Caracas, se cree aun que, en
general, éste antiguo ramo de industria colonial
se va gradualmente reduciendo. El café y el
árbol efe algodón van progresivamente tomando
el lugar del cacao, cuya cosecha lenta consumé
la paciencia del cultivador. También aseguran
que las plantaciones nuevas de cacao producen
menos que las viejas ; que los arboles no adquie-
ren el mismo vigor, y que dan menos fruto y mas
tarde que antes. También acusan al suelo de no
tener ya mas fertilidad; pero nosotros creemos
antes, que la atmosfera ha cambiado por los pro*
10«
v
gresbs del cultivo, y por la destrucción de arboles
y arbustos. £1 aire que se reposa sobre un suelo
virgen cubierto de montes, está cargado de hume-
dad, y de aquellas mixturas gaseas, que sirven
para alimentar las plantas, y que se levantan de
la decomposicion de substancias orgánicas. Quan-
do un pays ha estado por mucho tiempo sugeto
al cultivo, no son las proporciones entre el azote
y el oxigeno que variail : las bases constituyentes
del atmosfera quedan inalterables ; pero no con-
tiene en suspensión aquellas mixturas binarias y
ternarias de carbónico, azote, é hidrogeno, que
exhala un suelo virgen, y que se consideran como
un origen de fecundidad. £1 aire, mas puro y
menos cargado de miasmata y de emanaciones
heterogéneas, se deseca al mismo tiempo. La
elasticidad de los vapores disminuye sensible-
mente. En la tierra que hace mucho tiempo
que limpiaron, y que de consiguiente no es muy
favorable al cultivo del cacao, por exemplo en
las Islas de las Indias Occidentales, el fruto es
casi tan pequeño como el del cacao silvestre.
Es, como ya hemos observado, á las orillas del
Alto Orinoco, después de haber pasado los lia*
nos, que se halla el verdadero paya para el árbol
del cacao ; montes espesos, en los que un suelo
virgen, rodeado de una atmosfera continua-
mente húmeda, produce arboles que dan cose*
chas abundantes desde el quarto año. En todos
los parages, en los qoe el suelo no está ya consu-
mido, el fruto aumenta en tamaño con el cultivo,
IOS
y és menos amargo, aunque también es mas
lento.
Al Ver la cosecha del cacao disminuir gradual-
mente en Tierra Firme, se puede preguntar si el
consumo en España, Italia, y en el resto de la
Europa, disminuirá en la misma proporción; ó
si no será mas probable, que por la destrucción
de las plantaciones de cacao, el precio aumente
lo bastante para despertar de nuevo la industria
del cultivador? Esta ultima opinión es la que
prevalece en Caracas, entre los que deploran la
diminución de un ramo de comercio tan antiguo
y provechoso. A medida que la civilización se
extiende hacia los húmedos montes del interior,
hacia las orillas del Orinoco y de las Amazonas,
ó hacia los valles que horadan los declives orien-
tales de los Andes, los nuevos cultivadores halla-
ran tierras y una atmosfera igualmente favorables
-al cultivo del árbol de cacao.
Es conocido, que los Españoles en general
temen la mezcla del vanilla con el cacao, porque
irrita el sistema nervoso ; de consiguiente el fruto
de esta planta de hortaliza se halla descuidado
en la provincia de Caracas, aunque se podría
recoger una cosecha abundante en la costa húme-
da y malsana entre Puerto Cabello y Ocumare,
especialmente en Turiamo, donde la fruta del
epidendrum vanilla obtiene hasta once ó doce
pulgadas de largo. Los Ingleses y los Anglo-
Americanos tratan á veces de hacer compras de
▼anilla en La Guayra j pero con dificultad pue-
104
den los comerciantes obtener una pequeña can-
tidad. En los valles que descienden de la cadena
de la costa hacia el Mar Caribe, en la provincia
de Truxillo, lo mismo que én las Misiones de la
Guiana, cerca de los Raudales del Orinoco, se
podría recoger una gran cantidad de vanilla ; su
producto sería aun mas abundante, si, según la
practica de los Mexicanos, desembarazasen la
planta de las muchas yerbas que la rodean, y la
-ahogan.
SECCIÓN VI.
DEL TABACO.
El cultivo de esta planta que se halla favorecida
principalmente por el terreno, y que podia culti-
varse en una escala grande ó pequeña, y sin uten-
silios costosos ó maquinas considerables, era en
todos los respectos adaptado á un pueblo espar-
cido, que no tenia otro medio de vivir sino por el
trabaxo y la perseverancia. El cultivo y la pre-
. paracion del tabaco no exige mucha labor, pero
mucho cuidado : el mas pequeño descuido id
escardar, ó en qualesquiera otra operación, que
• mas abaxo detallaremos, es la causa de la perdida
. de toda la cosecha.
Almacigas. — El tabaco pide un suelo graso y
húmedo. Uritucu tiene arena mezclada con la
105
grasa, y produce el mejor tabaco. Se re-
produciría de sus simientes ; pero forman almaci-
gas» que exigen un suelo rico en donde el agua
na se para ; pues entonces las simientes se podri-
rían en lugar de brotar.
£1 tiempo que se escoge para sembrar es desde
el mes de Agosto hasta Noviembre. £1 pririer
cuidado es impedir, por buenas palizadas, que no
entre ningún animal en la almaciga. Después de
haber acabado la siembra, se riega la tierra, repi-
tiendo esta operación tan amenudo como la falta
de lluvia lo exige. Los cotyledones salen ál
octavo diá ; y la nueva planta se cubre de hojas
muy anchas de heliconia ó de plantano, para abri-
garles contra los rayos directos del sol. Las yer-
bas que nacen al mismo tiempo que el tabaco, le
son muy perjudiciales ; las arrancan con la manó,
cuidando de no dañar la planta. A veces es ne-
cesario sembrar la tierra una segunda vez j pero
tienen siempre que esparcir nuevas simientes en
las partes donde la planta no ha aparecido. Es
muy raro que la primera siembra no dexe grandes
espacios por producir. £1 tabaco se trasplanta
al cabo de 40 ó 50 días.
Para Plantarle. — En el entretanto la tierra
que destinan para plantar se prepara. La rompen
bastante para que las lluvias disuelvan las sales,
la pongan en un estado de fermentación, y hagan
que el tabaco brote tallos fuertes y mucha raíz.
Quando llega el momento de plantar, sacan la
planta con toda la precaución posible, guardan-
106
do la particularmente contra los ardores del sol, y
contra los golpes. Si el tiempo es seco, se debe
regar la almaciga la noche antes, para que las
jóvenes plantas estén mas frescas quando se sacas,
y mejor dispuestas para la nueva germinación.
£1 tabaco se planta en lineas á la distancia de
tres pies y medio las unas de las otras* Los
hoyos se hacen á dos pies de distancia en terrenos
altos, y á uno y medio en los llanos. Deben ha-
cerse dos dias antes de plantar en ellos ; porque
en este intervalo todas las partículas dañosas
tienen tiempo para exhalarse, y la lluvia deposita
la humedad necesaria para la fertilidad.
La planta debe ponerse en el hoyo con mucho
cuidado. Se debe cuidar no solamente de no
dañar sus raizes tiernas, pero también de sacudir
la tierra que se pega á ellas al sacarla. Todos
los terrones duros que podían injuriar á la planta
se quitan, y el hoyo se cubre de modo que tsk agua
no se deposite alli. Sin esta precaución la plante
de tabaco perecería.
Para mejor proteger la planta contra los ardores
del sqI y contra las lluvias violentas* se la debe
cubrir con una hoja del banana, ó Con alguna otra
semejante. Quátró dias despue* se descubre, para
reponer las plantas que no han tomado raiz, ya
¿ea por culpa del cultivador, ó por otra causa
alguna* El tiempo para plantar puede ser en
medio del dia si no hace sol ; de otro modo no
debe ser nunca mas que por la mañana ó por la
tarde.
107
Paba EscAKDAa.-~DeBpoeB de estas precau-
ciones, la plantación debe escardarse tan atnenudo
como lo pida la cantidad de yerbas. Nada tiende
mas al aumento del tabaco, que tenerlo limpio y
desembarazado. Asi que la planta nueva ha
adquirido bastante substancia y tamaño, trata de
deshacerse de sus primeras hojas, que ellas mis-
mas anuncian, por su caida, que son perjudiciales
á la planta. La naturaleza pide en este caso la
ayuda del cultivador.
Gusanos.— Desde su mas tierna edad se ve
atacado el tabaco por varias especies de gusanos*
Perecería inevitablemente si el hombre no le de-
fendiese contra sus destructores. Como cada uno
de estos gusanos destruye á su modo, el mejor
método para destruirlos es examinar bien sus ca-
racteres y movimientos. Quando la planta se
agacha, indica que está atacada por un gusano
que se llama vane. Toman su residencia en la
eimo de la planta» y se hallan al abrir las hojas
que la forman. Toda aquella parte dañada por
los gusanos se corta, junto á la parte sana. En-
tonces hecha un nuevo pimpollo, que, con cui-
dado, hace aun una planta de tabaco bastante
buena.
J^a rosca no ataca mas que por la noche ; por
ei dia se esconde en la tierra. Un lecho de es-
pinas puesto al rededor de la planta, es la mejor
trampa que se les puede hechar.
Hay un insecto que la gente del pays dice que
daña al tabaco por una especie de transpiración
108
corrosiva, que deposita en la planta. £1 tabaco
decaece insensiblemente, y no revive hasta que
se ve libre de su enemigo.
Hay una especie de mariposa, que los Creollos
llaman palometa, que comete mucha devastación
en el tabaco. Se escapa fácilmente durante el
calor del dia, pero la humedad de la mañana le
entorpece, y entonces es fácil matarla.
La lombriz es casi imperceptible ; horada él
pimpollo, y destruye la planta.
También hay una especie de escarabajo, que
en el pays llaman arador, y que metiéndose en la
tierra, come las raices del tabaco, el que hace
morir muy pronto. *
Pero ningún insecto es mas terrible que el gu-
sano con cuernos : no necesita mas que una noche
para devprarse una hoja de tabaco, por grande
que sea.
£1 catalogó de los gusanos que atacan al tabaco
podiá aumentarse considerablemente ; pero he-
mos nombrado los suficientes para dar una idea
de la vigilancia qué esta planta exige del cultiva-
dor.
Aumento. — Pronto la planta crece, y forma en
su cima un cogollo, hacia la que el zumo se diri-
giría si no se aplicase un remedio. £1 medio que
se emplea con ventaja es el de cortar el cogollo.
La planta tiene entonces pie y medio de altó.
Esta operación se repite quando ha llegado á tres
pies. Hay algunos que la repiten tres veces, pero
5sto es raro. Al mismo tiempo cortan todos los
109
pimpollos nuevos, y ramas que atraen á si los
jugos nutritivos de las hojas. La experiencia
prueba que las ramas ó pimpollos que brotan del
tronco, hacen el tabaco amargo, y retardan su
cosecha.
Madurez.— En conseqüencia de estas opera*
ciones, el tabaco adquiere gradualmente un color
entre azul y verde, que es una señal de que su
madurez se acerca. Se conoce que está maduro
por una pequeña mancha azulada, que se forma á
la punta donde la hoja se junta con el tronco: esto
ocurre por lo general eñ el mes de Diciembre.
Todas las hojas no se maduran al mismo tiem-
po, porque el zumo no está igualmente distribuido
por toda la planta. No se recogen mas que las
hojas cuyo color indican estar maduras. Las
otras no tienen aun el jugo necesario, y no darían
sino tabaco sin sabor. La cosecha se continua á
medida que las hojas se van madurando.
Para Recogerlo.— Es muy importante para la
calidad deL tabaco que no se recoga mas que
quando el sol está en toda su fuerza sobre el ho-
rizonte ; pues el roció, ó qualesquiera otra hume-
dad, perjudicaría con la fermentación á sus prin-
cipios constituyentes, y haría ineficaces los bene-
ficios que había recibido de la naturaleza, y los
que podía esperar de una preparación metódica.
A medida que se recogen las hojas maduras, las
ponen en montones de veinte á veinte y cinco de
ellas en cada uno, y entre las filas de las plantas.
Los trabaxadores las recogen, las ponen sobre
110
esteras, las cubren para protegerlas del sol, y las
llevan de este modo á la fabrica.
Los Creollos de Tierra Firme dan á su tabaco
dos especies de preparación ; á la una la llaman
cura seca, y á la otra cura negra. La diferencia
consiste en el grado de fermentación que dan al
tabaco de cura negra. Su objeto es obtener de
él un jugo que se estima mucho en el pays* Esto
es lo que da el nombre de negra á la manera de
curarle.
Cura Seca. — Asi que el tabaco llega de los
campos á las casas ó fabricas, lo dividen en pe-
queños paquetes, que ponen á la sombra hasta el
dia siguiente.
Al cabo de veinte y quatro horas, cuelgan á la
sombra, y sobre barras, las hojas del tabaco de
dos en dos en el invierno, y de quatro en quatro
en el verano. Esto sirve para que el tabaco
pierda, por la acción del aire, su tensión y su
color verde, para que en lugar de eso adquiera
un color que tiene á amarillo, y una suavidad que
lo haga mas flexible. En el tiempo de lluvia
tiene que estar en esta situación tres dias, y á
veces quatro ; pero si el tiempo es seco, dos dias
es suficiente.
Asi que el tabaco ha obtenido el debido color
y suavidad, le descuelgan sin amontonarlo, por
miedo de que fermente. Después le sacan el
vastago, desde la punta hasta dos pulgadas de dis-
tancia de la parte en que la hoja se une al fuste.
Esto se hace con los dedos, y con aquella precau*
111
ckm necesaria para impedir que la hoja se rompa.
Las higas que han experimentado esta operación,
se ponen á un lado, y el tabaco dañado y los
vastagos al otro, sin ponerlos en montones, porque
aun hay peligro de que se calienten y fbrmenten.
Al teísmo tiempo hacen cuerdas ó rollos de
estas hojas, que dividen en bolas de setenta y
cinco libráis, las que después de la preparación se
disminuyen hasta veinte y cinco libras. Toda
esto exige mucha celeridad, porque sino las hojas
se secan, y de consiguiente es mucho mas difícil
sacarla^ el vastago y el enrollarlas. De este tnodo,
si la operación se retarda, será la Hoayor fortuna
si el tabaco se queda aun en la segunda calidad.
El interior de la cuerda se hace, lo mismo que
los cigarros, de hojas rotas, que cubren con una
hoja buena. Asi que la bola es del tamaño re-
querido, se vuelve á torcer de nuevo, de suerte
que la parte exterior se haga el centro de la bala.
Esto es para impedir que se destuerza.
Las bolas de tabaco se ponen en lechos de un
pie de espesura, formados de las ramas ó vasta-
gos, cubiertos de las hojas quebradas. También
extienden ramas sobre las bolas para cubrirlas, y
sobre ellas ponen pesos ó pellejos. Todo esto
tiene que hacerse á la sombra, y baxo sotechados,
pues es preciso guardarlas contra el sol, y contra
la humedad.
Dexan que el tabaco fermente quarenta y ocho
horas, si estaba demasiado seco quando se le
sacó el fbste mayor ;< pero si estaba en el punto
7
112
que conviene, no lo dexan fermentar mas que
veinte horas. Después lo vuelven á enrollar, de
suerte que el exterior se baga el centro; y al
mismo tiempo lo mojan mucha para impedir la
fermentación. Después llevan las bolas al sitio,
donde estaban para que fermenten otra vez ; y
las dexan en este estado veinte y quatro horas, si
fermentaron la primera vez qiíarenta y ocho, y
vke versa.
Quando juzgan que las bolas de tabaco han
íermeptado lo bastante, las exponen al aire hasta
que se enfrien : las tuercen durante tres djas por
la mañana y por la tarde. Por esta operación,
mas ó menos repetida, se corrigen los defectos
visibles del tabaco. Si el color tira á negro, si su
jugo es viscoso, y su olor agradable, entonces
está enteramente exémpto de ellos. .
Por ultimo, desenrollan las bolas, y ponen el
tabaco en manojos, que cuelgan á la sombra se-
paradamente, para que el tabaco pierda su hu-
medad superflua, y para que adquiera aquel color
que tanto influxo tiene en el precio de su comer-
cio. Si el tiempo es demasiado frío, es preciso
encender un fuego debaxo del tabaco sospendido,
ó poner tales materiales que produzcan un humo
espeso.
Es difícil asignar al tabaco un tiempo exacto,
para que continué en este estado. Esto depende
del temperamento, de las partículas mayores ó
menores de la grasa que contiene, y de la natura-
leza de las precauciones observadas en su prepa-.
113
ración. Se verifica abriendo la cuerda y estruxan*
dqla. Si el jugo corre libremente, el tabaco no
está suficientemente seco, pero por lo general se
seca en quarenta ó cinquenta días.
En algunas fabricas ponen el tabaco al princi-
pio en manojos, y los sospenden al aire. Quando
juzgan que están bastante secos, juntan los mano-
jos, de suerte que por el contacto, en el que están
por varias horas, el jugo de la planta se concen-
tra. Toda humedad superflua estando disipada,
se aprovechan de cierto tiempo en la mañana ó
de un dia cubierto, en que la cuerda es mas flexi-
ble, para atar el manojo á quatro puntos de dis-
tancias iguales. Esto se executa con cintas que
fie cortan de la corteza del banana, de modo que
no rompan el tabaco. Después de esto ponen
los manojos en montones, que disponen sobre un
lecho de hojas de banana del altura de cerca de
d* pies. Cubren los montones con las mismas
hojas de banana, sobre las que. ponen pesos, para
apretar la masa.
Al cabo de ocho dias los destapan para exami-
nar el estado de la fermentación ; si es demasiado
considerable, sospenden los manojos de nuevo en
un sitio cubierto, pero donde corra el aire ; alli
los dexan hasta que el defecto de fermentación
excesiva se halla visiblemente corregido. Si la
fermentación está al punto que se desea, forman
otro montón en un orden invertido, y con las mis-
mas precauciones. Quince dias después exami-
nan la fermentación, para invertir él montón otra
TOM. II. H
114
vez ; lo tienen en este estado otros quince días,
como antes.
La humedad del atmosfera ocasiona á veces
una interrupción en el orden de estas operaciones,
ó exige que se ponga mas atención á la operación
de la fermentación, para conservar el tabaco sin
corromperse. Cada vez que se vuelve el montón,
se debe cuidar que la cuerda no se afloxe, ni que
los manojos se abran.
Acabada toda la operación, vuelven á hacer de
nuevo el montón por la ultima vez» Desatan los
manojos, y extienden Jas cuerdas de tabaco en el
suelo ligeramente regado, y cubierto de hojas
'frescas de banana humedecidas por el roció, ó por
un riego ligero* Quando se ha extendido el ta-
baco, se cubre con hojas semejantes, y se vuelve
á poner mas tabaco sucesivamente, hasta que todo
el tabaco se ha amontonado. Después, sobre el
ultimo tabaco, se extienden hojas de banana en
gran cantidad, sobre las que ponen pesos, y a ve-
ces se añade un poco de agua, si se teme que el
tabaco se seque.
En esta situación se queda quatro dias. El fa-
bricante destruerce después la cuerda, y verifica
. la calidad del tabaco. Separa lo que es de una
calidad inferior, y las hace en bolaB de veinte y
cinco libras. El tabaco de la primera calidad re-
cibe la misma forma ; y tanto el uno como el otro
se ponen en almazenes.
Cura Negra.— Todas las operaciones de que
hemos hablado hacen relación á la cura seca.
115
Las que emplean para la cura negra se diferen-
cian en algunos quantos puntos. La primera fer-
mentación del tabaco, quando está en bolas, se
hace al sol, baxo un lecho de yerba verde, sobre
el que ponen pesos para aumentar la compresión.
Al cabo de tres dias se quita el lecho, y emite un
vapor espeso. Las bolas se vuelven después de
estar enrolladas, y se las hace fermentar dos, tres,
y quatro veces, hasta que el color* del tabaco
hace ver que es tiempo de ponerlo á la sombra.
Quando esto está hecho, vuelven á hacer las bo-
las de nuevo, y se pone sobre cada una de ellas
un peso, el que exprime de ellas un licor que se
recibe en vasijas para ese efecto* Después de-
senrollan las bolas, y las vuelven á enrollar, po-
niendo la parte que estaba afuera adentro, y
sometiéndolas á la misma operación ; vuelven á
emitir el mismo licor, que en el pays llaman mu y
chimu.
£1 resto de" la preparación de este tabaco es
poco mas ó menos el mismo que la que hemos ya
descrito.
£1 liquido que exprime el tabaco no1 lo dexan
en ese estado. Lo hierven hasta que adquiere la
consistencia de un xarabe j y de este modo es un
objeto de mucho consumo entre los colonos del
interior de Tierra Firme, principalmente en la
provincia de Varinas. Las mugeres tienen una
caxita, que gastan como si fuese un relox, suspen-
dida á un lado con un cordón. En lugar de una
llave tienen una cucha rita, con la que toman de
11G
tiempo en tiempo este jugo, desleyendole eñ la
boca como si fuese un dulce. Esto corresponde
á Ja costumbre de mazcar tabaco entre los mari-
neros.
Después del tabaco de Cuba y del Rio Negro,
lo mas aromático es lo de Cumana. Excele á
todo el tabaco de Nueva España, y de la provin-
cia de Varinas. La extensión prodigiosa que se
observa en las plantas solaneas del valle de Cu-
manacoa, especialmente en la abundante especie
del solanum arborescens, del aquartia, y del ees-
trum, parece indicar lo favorable que es este sitia
para las plantaciones de tabaco. En efecto, el
suelo de Cumanacoa es tan á proposito para este
ramo de cultivo, que el tabaco creze por cultivar
en qualesquier parage donde la simiente halla
humedad. En el Cerro de Cuchivano, y al rede-
dor de la caverna de Caripe, creze espontanea-
mente. Ademas de eso, el único tabaco que se
cultiva en Cumanacoa, lo mismo que en los dis-
tritos vecinos de Aricagua y SB Lorenzo, es el
tabaco que tiene hojas grandes y se x til es,* llama-
do tabaco de Virginia. El tabaco con hojas pe-
tal i cas, t que es el yetl de los antiguos Mexicanos,
es desconocido aqui, aunque en Alemania lo de-
signan por el nombre singular de tabaco de Tur-
quía.
Si el cultivo del tabaco estubiere libre, solo lo
provincia de Cumana podría dar tabaco á una
gran parte de la Europa. Parece también que
* Nicotiana tabacum. f Nicotiana rustica.
117
varios otros distritos no serían menos favorables á
este ramo de industria colonial que el valle de
Cumanacoa, en el que la demasiada freqüencia
de las lluvias á veces perjudica á la propiedad
aromática de las hojas. El cultivo estando limi-
tado al presente á un pequeño espacio de leguas
quadradas, toda la cosecha no sube á mas de
-6000 arrobas.* Sin embargo las dos provincias
<ie Cumana y de Barcelona consumen 12,000.
Lo que falta lo llevan de la Guian a Española.
Por lo general no hay mas que 1500 personas em-
pleadas en la cosecha de tabaco en las cercanías
de Cumanacoa, y estas son todos blancos. La
esperanza de las ganancias, rara vez sirve de esti-
mulo á los naturales de la raza de los Chaymas
para incitarles á ocuparse de este cultivo, y la
administración no juzga prudente hacerles los
avances.
Al estudiar la historia de nuestras plantas cul-
tivadas, nos sorprendemos al ver, que antes de la
conquista el uso del tabaco era general en la
mayor parte de América, mientras que la patata
era desconocida, tanto en México como en las
Islas de las Indias Occidentales, donde crece muy
bien en las regiones montañosas. . En Portugal'
se ha cultivado también el tabaco desde el año
de 1559» aunque la patata no se hizo un objeto
de agricultura Europea hasta fines del siglo 17.
Esta ultima planta, que tan grande influxo ha
* La cosecha de 1798 fue de 3800 arrobas ; la de 1799
jubio á 6100.
118
tenido en el bien-estar de la sociedad, se ha
fundido en los dos continentes con más lentitud»
que una producción que puede considerarse sim-
plemente como un articulo de luxo.
SECCIÓN VIL
DEL ALGODÓN.
Apenas el añil obtuvo un rango distinguido
entre las producciones comerciales de Tierra
Firme, que se trató de hacer el mismo honor al
algodón, que hasta aquel tiempo no habia servido
mas que para usos domésticos y locales ; pero sin
poderse poner al lado del cacao en punto al co-
mercio. La plantación mayor no tenia apenas
cien plantas. En 1782 algunos colonos obtu-
' bieron del algodón el suceso que no pudieron ob-
tener del añil. Los valles de Aragua, Valencia,
Araure, Barquisimeto, Varinas, Cumana, y su-
cesivamente otros muchos parages en la provincia
de Caracas, asignaron parte de su terreno al cul-
tivo de esta planta.
Suelo. — Quiza no hay ninguna planta menos
delicada respecto á la naturaleza de su suelo.
Crece ep todos los terrenos ; y si prefiere alguno,
es aquel que todos los otros vegetales desechan.
No necesita mas que ser protegida de los vientos
del norte, que le son funestos, por razón de las
119
lloviznas' dd que van acompañados ó seguidos.
Las lluvias violentas le son igualmente perjudi-
ciales. £1 mismo grado de humedad que da vigor
á la vegetación del café, cacao, y de la capa de
azúcar, hace perecer á la planta del algodón.
La parroquia de Trou, situada en la parte sep-
tentrional de Sto Domingo, experimentó cinco
años de una sequedad extraordinaria, que comen-
zó en 1772. Las llanuras cubiertas de cañas de
azúcar, y las cuestas cultivadas de café, estaban
en un estado de desolación. M. Chevalier, un ha-
hitante de aquella parte, tomó la ocasión en 1776
de sembrar sus tierras de algodón, y cogió cose-
chas prodigiosas. Todos los que sufrieron por
aquella calamidad imitaron su exemplo, quando
en 1777, habiendo las lluvias tomado su curso
ordinario, .destruyeron todas las plantaciones de
algodón, y restauraron al suelo sus antiguas pro-
ducciones.
£1 árbol de algodón exige, pues, un terreno
que, por su situación y producciones naturales,
rechaze las nubes en lugar de atraerlas, y que no
esté expuesto al norte. La costa, desde el Cabo
de Vela al Cabo de Paria, es por su situación
impropio para el cultivo del algodón ; de consi-
guiente, no hallamos alli ningún establecimiento
de esta especie.
Plantación. — La única preparación que exige
el suelo destinado para el algodón es el limpiarle de
arboles, arbustos, y otras plantas. Quando la tierra
está bien limpia, proceden á plantar el algodón.
130
i
£1 tiempo mas propio para las colonias del Golfo
de México 'es durante los quatro meses de Junio,
Julio, Agosto, y Septiembre* En las dependen-
cias de Caracas, no plantan mas que en Mayo y
en Junio, porque como la planta del algodón
hecha siempre su flor en el mes de Noviembre,
los que han sido plantados en Julio y Agosto se
verían sorprendidos por la estación de la flor,
antes que hubiesen obtenido su altura natural, y
adquirido la consistencia necesaria para perfec-
cionar la frutificacion.
Por lo general plantan los arboles de algodón,
en las colonias Franceses, en la forma de un quin-
cunx. Este método exige mas tiempo y habilidad,
pero tiene ventajas que lo debe hacer preferible.
En Tierra Firme se planta en lineas rectas, tira-
das á cuerda, y. separadas por un espacio de siete
ú ocho pies. Los hoyos para recibir las simientes
tienen quatro pies de distancia ; y bechan en cada
uno quatro ó cinco granos. Quando nacen la
mitad, la plantación es afortunada. En quince
dias comienza la planta á brotar : á este periodo
una lluvia ligera le asistiría ; pero no hace pro-
gresos muy visibles durante las cinco ó seis pri-
meras semanas. La escardan, para que ninguna
otra planta se apropie los jugos nutritivos de la
tierra; y no dexan mas que tres ó quatro tallos en
cada planta.
Tratamiento. — En las Antillas, no se. escarda
hasta el quarto mes ; y entonces apodan la planta,
cortando una pulgada del vastago lo mismo que
121
de las ramas. Rara vez se ven precisados á re-
petir esta operación, porque el árbol no crece mas
que á la altura de cinco pies, y el zumo no se
extiende á las ramas inútiles ó superfluas. Pero
en Tierra Firme la riqueza del suelo, ó antes la
actividad de sus principios de vegetación, exige
que se comience á apodar en el primer mes, y
debe repetirse cada mes al menguar la luna, y
hasta la estación en que Lechan flor. La primera
vez debe hacerse con el dedo, para no dañar al
árbol que aun está tierno. Después de la pri-
mera vez sq hace uso de la apodadera, para im-
pedir el crecimiento del árbol hasta la altura de
seis pies. Se debe también repetir el escardar
todos los meses, hasta que el árbol de algodón
haya obtenido bastante tamaño para cubrir el
suelo con sus ramas, y que pueda* con su sombra
impedir que crezcan las yerbas.
Desde el quinto hasta el sexto mes, la planta
da grande abundancia de flor, a las que se siguen
las vaynas ó cascaras que contienen las simientes,
envueltas en una pplusa que llaman algodón.
Cosecha.— Después de siete meses el algodón
rompe la cascara,* y si no se recoge á tiempo, se
cae á tierra, y se hecha á perder. Los vientos
violentos y las grandes lluvias que ocurren du-
rante la cosecha del algodón, ocasionan grandes
perdidas al cultivador. No es tan solo á esta
época que la planta del algodón experimenta
muchos peligros. Su simiente, suavizada por el
desenrollo del germen, se halla devorada por
1«S
gusanos, cucarachas, y escarabajos. En el primer
mes de su existencia se ve atacado por grillos,
que 'cometen sus devastaciones durante la noche.
Mientras que sus hojas están aun tiernas, son el
pasto de unos insectos llamados Diablotins (dia-
blillos). Una infinidad de otros gusanos contri-
buyen igualmente á su destrozo.
Los gusanos no habían visitado nunca el árbol
de algodón en los valles de Aragua hasta el año
de 1802, y su aparecimiento se ha atribuido á las
lluvias abundantes que cayeron én los quatro años
precedentes.
Asi que la cosecha se ha acabado, algunos cul-
tivadores Franceses, y los Ingleses en general,
cortan la planta del algodón ; los primeros solar
mente cada segundo ó tercer año, los últimos
todos los años, y a tres ó quatro pulgadas de la
tierra. Los Españoles, como la generalidad de
los Franceses, son de opinión, que trasplantándola
todos los años se aseguran una cosecha mejor ; y
en conformidad con esto, todos los cultivadores
que tienen bastantes brazos para este aumento de
trabaxo, renuevan cada año sus plantaciones de
algodón.
Varios de ellos han asegurado que los pimpollos
de la planta de algodón no dan la mitad de la
cantidad de algodón que la planta original.
Para limpiarlo. — El algodón no solo requiere
mucho cuidado en su cultivo, pero deriva su pre-
cio principal del modo que se prepara. La ope-
ración mas delicada es el limpiarlo ; lo mas esen-
123
de todo es quitarle los granos que envuelve en
la cascara» y esto tiene que ser enteramente ; pues
si se rompen» comunican unas manchas amarillas
al algodón, que disminuyen su valor á medida
del daño que han causado. £1 mérito principal
del algodón consiste.' en su blancura; y todo lo
que contribuye para privarlo dé esta calidad,
tiende á perjudicarlo materialmente.
£1 modo mejor de limpiar perfectamente el al-
godón es el separarlo con las manos, aunqae su len-
titud desalienta. Un obrero, por muy activo que
sea, no puede limpiar mas que ocho libras al dia.
Esta operación tan solo emplearía mas manos, y
mas tiempo, que todo el cultivo, y crearía, gastos
que aumentarían el precio del algodón muchísi-
mo. Esta es una de las razones que asignan
porque su cultivo se ha retardado tanto en Tierra
Firme. En efecto, no aumentó hasta que se in-
trodugeron molinos para limpiar el algodón. El
uso de estas maquinas se ha hecho tan general,
que algunas plantaciones poseen veinte ó veinte
y cinco. Con la ayuda de una de ellas, una per-
sona puede muy bien limpiar veinte y cinco li-
bras de algodón al dia. En el valle de Aragua
varios de los habitantes han sometido estas ma-
quinas á la fuerza hidráulica, y de este modo .se
han ahorrado mucho tiempo y gasto. La pureza
del algodón sufre mucho por los materiales de
que están compuestos los pequeños cilindros
adaptados á estas maquinas. Cilindros de made-
ra no limpiar el algodón tan expeditamente, pero
124
lo limpian mejor : los de hierro estrujan los gra-
nos, rompen los fustes, y alteran muchísimo su
calidad. En Cumana, Barquisimeto, y Varinas,
no usan mas que cilindros de madera ; y el algo-
don de aquellos parages tiene una superioridad
notable sobre lo de los valles de Aragua, donde
no los usan mas que de hierro.
Para EMPAQUETARLo.-^-En general los Españo-
les no cuidan tanto de su algodón como los Ingle-
ses, Franceses, y, sobre todo, Holandeses ; pero
lo empaquetan mejor. En lugar de empaquetar-
lo como las otras naciones en balas pesadas é
incomodas, cuyo peso, que es de 300 libras, hace
el transporte difícil, y su tamaño no es nada fa-
vorable para cargarlo en el navio cómodamente,
los Españoles hacen pequeños paquetes de un
quintal, y lo reducen á un volumen tan pequeño
por medio de prensas, que cada paquete no tiene
mas de quince pulgadas de largo, y diez ó doce
de ancho. Por lo general lo cubren con una
piel de buey, hábilmente dispuesta, para que el
algodón no pueda recibir daño alguno. Este
método debe seguramente recomendarse para su
adopción universal.
Es cierto que las' colonias, no poseyendo tanto
ganado vacuno, no pueden dar á su algodón la
misma cubierta que los Creollos; lo único que
pueden hacer es imitar la forma de los paquetes,
y la razón dicta que aquella es la mejor.
Quiza no es una desventaja el no poder em-
plear las pieles para ese efecto, puesto que rtos-
125
aseguran que este uso debe proscribirse, porque
la piel, quando se moja, despide un licor que
mancha el algodón, le hace mas difícil de hilar, y
menos propio para su fabrica.
Sin embargo, la exportación de algodón desde
Caracas es aun muy pequeña. Apenas subia en
la Guayra, un año con otro, á tres 6 quatrocien-
tas mil lbs. anuales ; pero incluyendo todos los
puertos que formaban la Capitania~General, su-
bió á caqsa del estado floreciente del cultivo en
Cariaco, Nueva Barcelona, y Maracaibo, á mas
de 22,000 quintales.4 Esto es, casi la mitad 'del
producto de todo el Archipiélago de las Indias
Occidentales. t £1 algodón de los valles de Ara-
* En 1794, la exportación de todos los puertos de la Ca-
pitaniatGeneral, para España, sabio á 804,075 lbs? de algo-
don : para otras colonias Españolas en America, particular-
mente para la industriosa provincia de Campeche, donde manu-
facturan una gran cantidad de géneros en algodón, 90,482 ;
paralas colonias estrangeras, 117,281 ; total, 1,011,838 lbs.
En el mismo año, solamente La Guayra exportó 431,658 lbs.
126,486 lbs. fueron para la provincia de Maracaibo. Expor-
tación de este puerto, (sin incluir el comercio de contra-
bando),
1789 - - 170,427 lbs.
1792 - - 258,502 — .
1796 - - 537,178 —
1797 - - 107,996 —
Los precios en 1794 eran de 34 á 56 duros el quintal.
f Mr Medford, en sus indagaciones sobre las manufacturas
Inglesas, calcula, que de 61,380,000 lbs. de algodón que estas
manufacturas consumian en 1805, 31,000,000 venian de los
Estados Unidos, 10,000,000 del Brazil, y 10,000,000 lbs. de
126
gua es de excelente calidad, no cediéndoselo mas
que á lo del Brasil, pues lo prefieren á lo de Car-
tagena, Sto Domingo, y á lo de las Islas Caribes.
£1 cultivo del cacao se extiende, á un lado del
lago, de Maracay á Valencia; y del otro, de
Guayca á Guigue. Las plantaciones grandes
dan de sesenta á setenta mil lbs.%anuales. Quan-
do reflexionamos que en los Estados Unidos (de
consiguiente mas alia de los trópicos), en un cli-
ma variable, á veces contrario á este producto, la
exportación del algodón indígena subió, en 18
años, desde 1797 4 1815, de 1,200,000 lbs. á
83,000,000, es difícil formarse una idea de la in-
mensa extensión que este ramo de comercio ob-
tendrá, quando la industria nacional no tenga
mas trabas en Caracas, Nueva Granada, México,
y en el Rio de la Plata. En el estado presente
de cosas, las costas de la Guiana Holandesa, el
Golfo de Cariaco, los valles de Aragua, y las
provincias de Maracaibo y Cartagena, producen,
después del Brasil, la mayor cantidad de algo-
dón de todo el Sud de America.
las Indias Occidentales. Esta ultima cantidad no era el pro-
ducto de solo un año, ó de tan solo las islas. Las islas grandes
y pequeñas no produjeron en 1812 mas que 5,200,000 lbs. de
algodón, que la mayor parte se recogió en las Barbadas, en
las islas Bahamas, en la Dominica, y en Granada. £1 pro-
ducto del terreno de las Indias Occidentales no debe con-
fundirse con su exportación, que aumenta por su comercio de
transporte. Colquhoun, p. 378. Page, tora. i. p. 3.
1«7
SECCIÓN VIII.
DEL AXIL.
El cacao se cultivaba en las provincias de Ca-
racas basta muy recientemente. En 1774, Don
Pablo Orendain, clérigo, y Don Antonio Arroide,
se aplicaron, al gran pasmo de sus conciudada-
nos, al cultivo del añil, que habia sido previa-
mente emprehendido, y abandonado. Necesi-
taron de toda su firmeza para combatir las indi-
rectas de la preocupación, la que no veía mas
que locura en exigir añil de un suelo que no
producía mas que cacao*
El primer ensayo fue censurado severamente,
el segundo experimento menos severidad ; y des-
pués de cierto tiempo esta pretendida locura ba-
iló un gran numero de apologistas. La fuerza
de la preocupación no pudo resistir el poder de
la experiencia ; y se afirmó muy pronto, que el
añil de Tierra Firme no era inferior en calidad al
de Guatimala, cuyo precio invariable (ocbo duros
por ciento) es mayor que el añil de qualesquiera
otro parage del mundo.
Todas las plantaciones nuevas fueron desde
aquel tiempo preparadas para añil, y los valles de
Aragua, que escogieron para esta nueva especie
de cultivo, experimentaron un aumento rápido, y
sin exemplo. Llanos inmensos, que hasta enton-
128
ees no habían estado cultivados, se hallaron cu-
biertos, como por encanto, con plantaciones de
añil. £1 concurso de cultivadores, y las ganan-
cias que resultaban del añil, fueron el origen de
pueblos nuevos, y dieron á otros que estaban casi
arruinados, como Maracay, Tulmero, y Victoria,
el aspecto risueño de ciudades ricas. El cultivo
del añil se ha extendido desde los valles de Ara-
gua, al sud-oeste, hasta Varinas : sobre la costa
no se ve nada de ello, ni al este de Caracas hacia
el Golfo de Paria, ni al sud hacia el Orinoco.
Después del tabaco, el cultivo mas importante
es el del añil en el valle de Cumanacoa. Las
fabricas de añil de Cumanacoa, San Fernando, y
Arenas, producen añil de un precio mayor que
el de Caracas j y que á veces iguala en esplendor
y riqueza de color al de Guatimala. De esta
provincia fue de donde recibió las primeras si-
mientes del añil indigofera, * que cultivan con la
tinctoria indigofera. Las lluvias siendo dema-
siado freqüentes en el valle de Cumanacoa, una
planta de quatro pies de alto no produce mas
materia colorante, que una que apenas tiene la
tercera parte de su tamaño en los áridos valles
de Aragua, al oeste de la ciudad de Caracas.
* £1 añil que se halla en el comercio nace de quatro plan-
tas diferentes : la indigofera tinctoria» in. añil, in. argéntea, y
la in. disperma. En el Rio Negro, cerca de las fronteras del
Brasil, hallamos la in. argéntea silvestre, pero solo en los lu-
gares que habían estado antiguamente habitados por Indios.
129
Suelo. — £1 añil es una de aquellas plantas que
piden un suelo ligero, y un clima caliente. * La
tierra destinada para el efecto debe limpiarse
bien, y secarse ; pues la misma humedad que fa-
vorece á la planta en su crecimiento, es funesta
al añil.
En las tierras que piensan plantar el añil, se
deben cortar los arboles quatro meses antes de
* Hasta ahora se ha creído» que la planta de añil no flo-
rece mas que en el clima de la zona tórrida, y en aquellas
partes de la zona templada que están cerca de los trópicos.
Los experimentos hechos por Bruley en Italia prueban, que
la naturaleza no ha excluido á la Europa de la posesión de
esta planta. Lo único que se requiere, en un clima meridio-
nal, es un suelo propio y expuesto, el aprovecharse de la es-
tación mas favorable para la vegetación, y el sembrar buenas
simientes, entonces las dificultades principales desaparecerán.
I*as que pertenecen á la fabrica de añil se superarían con el
talento y la observación. Con estas precauciones y expedi-
entes M. Bruley ha obtenido la planta del añil en el Chateau
de la Venerie, cerca dé Turin ; y sometiéndole á la operación
que se usa en Santo Domingo, extractó un añil que podia
compararse con el mejor de las colonias. ' *
M. Bruley hizo sus plantaciones hacia fines de Febrero.
Le dieron tres cortas de una planta mas hermosa que las que
comunmente produce la zona tórrida ; pues subió hasta la al-
tura de cinco pies, mientras que la de America rara vez ex-
cede tres pies. También dio una cantidad de añil igual á la
que daría una planta del mismo tamaño en las colonias. Es
cierto que estas observaciones no se fundan mas que en pe-
queños experimentos; y es posible que tubiesen diferentes
resultados en empresas mayores.
M. Icard de Bataligni, otro cultivador, propietario en San-
to Domingo, un hombre de mucha observación, cultivó el
añil, en 1805, en el departamento de Vaucluse.
TOM. II. I
130
quemarlos. Entonces las llamas les consumen
pías fácilmente hasta sus troncos. Inmediata-
mente después se trazan las lineas, y una vez la
tierra hallándose desembarazada, hechan las si-
orientes «si que caen las primeras lluvias; tres
meses bastan para producir una buena cosecha.
Si£MB*A. — Se debe atender á la elección de las
simientes, y al modo de hacer los hoyos en donde
se ponen. Deben tener tres pulgadas de hondo,
y dos pies de distancia en buen terreno, pero so-
lamente diez pulgadas en uno de calidad inferior.
En las colonias Francesas, los hoyos no tienen
mas que dos pulgadas de hondo, y seis ó siete
pulgadas de distancia. La calidad del terreno
lo exige asi. Es la costumbre hacer estos hoyos
en lineas rectas ; pero en Tierra Firme las plan-
tan también en lechos, y los que han adoptado
este método, lo defienden con tanto calor como
un proyectador defendería un sistema nuevo.
En 'cada hoyo se hechan tantos granos como
se jpueden coger entre el dedo Índice y el pul-
gar; después les cubren con una pulgada de
tierra. Es inútil sembrar campos de añil á no ser
que llueva ; la tierra debe haber recibido agua,
ó si no, la lluvia debe seguirse inmediatamente
después de la siembra, pues de otra suerte la si-
miente se calienta y pudre, perdiéndose lo mismo
que todo el trabaxo que ha ocasionado.
Para Escardar. — Si la estación favorece la
vegetación, el añil empieza á brotar al quarto dia,
y á veces al tercer dia. Al cabo de quince dias
131
se ve atacado por las yerbas, que acaban por
destruirle, si no se usa pronto la escardadera.
£1 escardar de suerte que no quede una sola
yerba es una necesidad absoluta, que tanto la
abundancia de la cosecha, como su fabrica y
calidad, exigen escrupulosamente. Si no se
atiende á esto, ocurrirán muchas dificultades en
su fabrica, que no podran obviarse después que el
añil aparece ; porque se llevan con él á la tina
muchas plantas extrañas. Estas yerbas dan un
jugo, por la fermentación, que destruye las* seña-
les de la fabrica, y por su interferencia impide el
desenrollo y reunión de las partes esenciales del
añil. El añil que se obtiene de este modo es de
mala calidad, y en menor cantidad que prometía
la cosecha.
Corta.— Al cabo de tres meses el añil está en
estado de cortarse, y esta operación no es la me-
nos importante. Tiene también sus reglas y mé-
todo. El objeto primero de atención es la madu-
rez del añil ; el segundo, el cortar la planta á
una pulgada de la tierra. El cortarla mas arriba
retardaría los pimpollos de la segunda corta, ó les
impediría completamente. Navajas grandes y
encorbadas son las mas cómodas para este efecto,
y al mismo tiempo favorecen mas á las cosechas
subseqüentes.
La planta del añil debe transferirse inmediata-
mente que se ha cortado, al lugar destinado para
darla la forma que exige en el comercio.
132
- Las fabricas que examinamos, dice Humboldt,
están todas construidas baxo los mismos princi-
pios. Juntan dos tinas macerantes, que reciben
las plantas que deben fermentar. Cada una tiene
quince pies quadrados, y dos y medio de hondo.
De estas dos tinas altas el licor corre á los bati-
deros, que están entre al molino de agua. El exe
de la rueda grande cruza los dos batideros. Está
provisto de cucharones con mangos muy grandes,
adoptados para batir el licor. Depons da un de-
talle fllayor, y algo diferente.
Todos los implementos, dice, que se necesitan
para la operación química, se reducen á tres gran-
des tinas de obra de albañil, construidas la una
sobre la otra, de tal modo que la que está en
medio puede recibir el liquido de la que está en-
cima, y descargarlo en la que está debaxo. La
primera y mas alta es mucho mayor que las otras
dos. En las colonias Francesas, tiene diez ó doce
pies de largo, catorce ó quince de ancho, y no
mas que veinte pulgadas de hondo.
La segunda tina no es tan ancha, pero mucho
mas honda, para que puedan agitar el agua sin
que se derrame.
La tercera tina, menor aun que la precedente,
se llama el repositorio. En esta es en la que el
índigo recibe su ultima operación. Pero el arti-
culo mas esencial para un fabricante de añil, es
una fuente rápida y clara de agua, que puede
emplearse según se necesite en la fabrica del
añil.
133
Modo de fabricarlo. — Llegamos á un punto
que en aquellos payses parece tan simple, fácil,
y natural, que se lo confian á Negros que no
saben palabra de ello, ó á blancos no menos igno-
rantes. Ni los unos ni los otros pueden dar una
razón de la causa mas trivial ; pero saben produ-
cir efectos admirables, y obtener por la practica,
resultados de que los quimicos mas experimen-
tados se jactearian.
■
La substancia azul colorante, que conocemos
por el nombre de Índigo, está combinada con
artículos heterogéneos, de los que el fabricante
tiene que desembarazarle. Esta combinación es
tan intima, que escapa al ojo mas penetrante.
Como otros muchos resultados, parece el pro-
ducto de una operación peculiar, cuyo efecto da
mucha satisfacción ; pero andamos á tientas quan-
do tratamos de asignar las causas que han con-
tribuido á producirle.
Todo el cuerpo de la planta, comprimido en
una cierta cantidad de agua, entra en una fer-
mentación sumamente activa, cuyos detalles da-
remos aqui.
A medida que aumenta el calórico, descarga
el azote, el mucilago de la yerba se separa, el
vegetal se descompone, y la mixtura absorve oxi-
geno. Al principio, el licor toma en la tina un
color que tira á verde. Lo agitan fuertemente,
para que los elementos del vegetal se sutilizen,
y la fermentación aumenta rápidamente. £1
134
fluido pasa de una tinta verde á una morada, jr de
esta, gradualmente á una azul*
La primera fermentación ocurre en la primera
tina, en la que ponen previamente una agua muy
clara» Impiden que la planta nade» hundiéndola
quando hay necesidad. £1 estado de la planta,
la tierra que la produce, y la estación en que se
cortó, son guias que dirigen al fabricante. Esta
fermentación se hace mas ó menos pronto» según
las causas que pueden concurrir para apresurarla
ó para retardarla. £1 termino, por lo general»
es de &0 y 30 horas ; rara vea requiera mas tiem-
po. En Tierra Firme, quando el estado de, la
planta no lo impide, ó la naturaleza del suelo, ó
la estación, 1% horas bastan para su fermentación.
El grande arte del fabricante es el detener su
curso á un grado exacto. Si la fermentación es
demasiado débil ó pronta, la planta queda im-
pregnada con mucha sal esencial, lo que dismi-
nuye la cantidad de añil. Si demasiado larga,
las extremidades de la planta que son muy tier-
nas se pudren, lo que destruye el color.
El olor del liquido que fermenta, y los muchas
moscas que vuelan al rededor, son signos á los
que los fabricantes de añil en Tierra Firme dan
mucho peso. En Sto Domingo publicaron, algu-
nos años ha, el. índice siguiente, para verificar de
un modo invariable la exacta fermentación del
añil : —
No se necesita mas que escribir sobre papel
blanco con la materia que se quiera examinar.
135
Sí esta tinta fuese de un color muy obscuro» es
una prueba que la fermentación no está aun á sú
verdadero punto. £1 experimento se repite cada
quarto de hora, hasta que se ve que el liquido
ha perdido su colon Esto se pronuncio como
un Índice infalible para mostrar el verdadero
punto de fermentación. Este texto tubo su
tiempo y su modo ; pero tos colonos volvieron al
uso de la taza de plata.
Quando la fermentación está bastante adelan-
tada, hechan algo del liquido en una taza de
plata, y se menea hasta que forma unos granos ;
por su calidad, y por la del fluido, juzgan del
estado de la fermentación. Para este experi-
mento, el mejor método es el de sacar el liquido
por medio de una canilla de la cuba en la taza.*
* El ingenio activo y la observación constante de los habi-
tante* de Sto Domingo, bao llevado. á un graijo de perfección
el producto colonial, que ninguna de las colonia* vecinas han
podido alcanaar. Solo 1a fabrica del añil parecía condenada
i aer d juguete de la casualidad. Su suceso parecía siempre
dudoso. El fabricante de añil que no perdía mas que una
décima parte del producto de las tinas, se le consideraba como
muy babil. Habia algunos, que perdían una quarta parte.
£1 honor de hallar reglas invariables se reservó á la experi-
encia é inteligencia de M. Nazon, un habitante del quartel
de Mirbalais. Las artes le deben ciertas señales fixas» según
las que el añil se puede fabricar sobre ciertos principios tan
constantes como los que dirigen al refinador, en la fabrica del
azúcar. M. Bruley, que ha publicado este descubrimiento en
un excelente tratado sobre el añil, se expresa asi : — Por ob-
servaciones exactas y una larga experiencia, AI. Nazon ha
logrado asegurarse del suceso de todas las tinas de añil»
1SG
Después que se obtienen signos de una com-
pleta fermentación, todos los contenidos de la
Para obtener esta substancia colorante, las plantas de añil
deben cortarse quando están maduras. Se deben poner to-
das á macerar en un pozo de obra de albañil llamado cuba.
Sus dimensiones son de doce pies Franceses ; quatro me-
tros.
La maceracion exige de 15 á 30 ñoras, y á veces 96 horas,
mas 6 menos, según el temperamento que se experimenta en
el momento. Es necesario observar también la calidad de la
planta, la naturaleza del suelo que la produxo, y la del agua
que absuerve.
El primer índice que muestra que la maceracion se acerca
á su verdadero punto, es la de hundirse la espuma, que se
levanta al espacio de cosa de un sexto de metro, que se dexa
vacante en la cuba al comprimir las yerbas : (un metro tiene
S pies). Quando la cuba se cubre de una especie de costra
de azul de cobre, el momento de maceracion perfecta no está
muy lexos. Sin embargo este síntoma no basta, y es á veces
engañoso. Hay otro que es mas fíxo, este es, sacar por una
canilla que esté á la parte mas baxa de la cuba un poco del
fluido que contiene. Se recibe en una taza de plata : quando
las partículas feculentes se comienzan á precipitar al fondo
de la taza, entonces se juzga que las yerbas han obtenido un
verdadero grado de maceracion para obtener el añil.
Tal era la operación que mas se usaba, pero amenudo con*
ducia al error. Un medio fixo para asegurarse de su exacti-
tud es examinar con cuidado el agua que la taza contiene.
Cinco 6 seis minutos después de haberse hechado en ella, for-
ma al rededor de la taza una gloría (aureole), 6 cordón de
sedimento, al principio verde, y después azul. Quando la
maceracion no está al punto requerido, este cordón 6 cintura
se despega con dificultad de los lados de la taza, pero final-
mente se precipita, y se concentra al fondo del vaso siempre
hacia el centro, y el agua de encima se vuelve clara, aunque
un poco teñida de pagizo.
187
primera cuba pasan á la segunda, donde se so-
mete á otra operación más importante ; porque
allí es donde se separa el acido carbónico, y don-
de se facilita la reunión de las partículas que
componen el sedimento azul. Este objeto se
logra agitando Violentamente el fluido. Para
esto se necesita no menos cuidado, atención, y
experiencia, que para la operación precedente.
Quando se notan estas señales, el suceso de esta primera
operación es infalible. £1 liquido se vuelve otra vez á pasar
en la segunda cuba, que está debaxo la otra. £1 uso de esta
cuba es para batir el fluido que está aun cargado de fécula*.
Para que ae separare prontamente, lo menean. Es esencial
no batirlo demasiado tiempo. Un exceso de batimiento
mezclaría de nuevo la fécula? con el agua, y entonces seria
imposible volverlo á separar, y los contenidos de la cuba se
perderían : en lugar de Índigo, no darían mas que agua entur-
biada.
Este ultimo inconveniente puede evitarse fácilmente con
un poco de atención. Quando se observa que las partículas
feculentes están bastante mezcladas, se dexa que el agua de
la segunda cuba pase á la tercera. £1 fondo de la segunda
cuba se halla cubierto con una pasta azul, y muy liquida:
esto se recibe en sacos .de lienzo, muy basto, en forma de
conos invertidos, y las partes aquosas se dexan secar. En-
f tonces desocupan los sacos sobre mesas, en los parages donde
; se secan ; la pasta azul se amasa ; quando se bace espesa se
I corta en pedacitos, que muy pronto se secan. Entonces el
índigo está heeho, y en estado de venderse.
, He suprimido los detalles contenidos en un tratado muy
largo, del que no he dado mas que un extracto.
La experiencia ha probado que este método no ha salido
nunca malo : mas de 500 cubas fabricadas de este modo en
varias partes de Sto Domingo, han dado amplias pruebas de
su exactitud.
138
Según está mal ó bien ejecutado, puede corregir
los errores de una fermentación imperfecta» ó
puede ocasionar la perdida del añil» que ha sido
hasta aquí fabricado correctamente. Sa no ka
estado bastante batido, el grano se queda espar-
cido en el agua, sin reunirse al fondo de la cuba:
la masa de la materia feculente que forma el añil
.se halla también disminuida. Si lo ba estado
demasiado, entonces el grano se rompe, y di-
suelve.
La facilidad con que el grano se precipita al
fondo de la segunda cuba, es una señal nada equi-
voca de que se ha batido hasta el punto requeri-
do. No . se debe vacilar en hechar el agua y la
materia feculente en la tercera cuba.
Después lo único que falta es poner el añil en
sacos, que deben sospenderse para facilitar la ex-
presión del agua que aun retiene. Entonces se
pone á secar al sol, en caxas hechas para ese
efecto, ó en tablas de brasileto, que, teniendo
unas ruedecitas, pueden fácilmente ponerse al
abrigo en caso de lluvia. Los techos baxo los
que se ponen dan al parage en donde se secan la
apariencia de estufas. Antes de que está perfec-
tamente seco, se corta en pedacitos quadrados de
una pulgada, que se despegan fácilmente de la
caxa quando el añil está enteramente seco.
Los habitantes de Tierra Firme secan su añil
baxo sombras. Este método es mas fatigante,
pero favorece á la calidad del añil. Su combina-
189
cion es roa¿ intima, como lo prueba su dureza.
Las acciones diferentes que experimentas aumento
su lustre. Su. peso en proporción de su volumen
es mayor que el del añil secado al sol» Sin em*
bargo, por muy seco que esté el añil» siempre
experimenta, en los primeros meses de su fabrica,
una diminución bastante evidente para garantizar
una venta apresurada.
Por lo general lo empaquetan en barriles, para
circularlo en el comercio. Solo los Españoles lo
ponen en paquetea de un quintal ; pero tan bien
condicionados, que á pesar del mal tratamiento
que encuentran entre el lugar de la fabrica y del
puerto de mar, . no se baila de ningún modo da»
nado.
El añil lo empaquetan en sacos de lienzo, y el
saco le cobren con una piel de buey, cosida tan
herméticamente que nada le puede penetrar. Es-
tos paquetes se llaman cerones. Poseen muchaa
ventajas sobre los barriles Son mas salidos;
pueden caerse sobre la piedra sin incurrir ningún
peligro y y son mas cómodos de transportar. Dos
cerones hacen la carga de un animal. Se pueden
almacenar mejor ; y en su circulación en Europa,
no tienen tanto que temer de la desidia de los
arrieros.
Humboldt observa, que en el valle de Cumansu
coa la fermentación de la planta se produce con
una rapidez extraordinaria. Por lo general no
dura mas que quatro ó cinco horas. Esta peque-
ña duración no puede atribuirse mas que á la
140
humedad del clima, y á la ausencia del sol, mien-
tras que la planta se desenrolla. Creo haber ob-
servado, dice, en el curso de mis viages, que
quanto mas seco es el clima, tanto mas lenta-
mente labra la tina, y tanto mayor es la cantidad
del añil, en el mínimum de oxidación, contenida
en los vastagos. En la provincia de Caracas,
donde 562 pies cúbicos de la planta ligeramente
amontonados dan 35 ó 40 lbs. de añil seco, el
liquido no pasa al batidera hasta después de 20,
30, ó 35 horas. Es probable que los habitantes
de Cumanacoa extraerían mas materia colorante
de la planta, si la dexasen remojarse mas tiempo
en la primera tina.* Humboldt, durante su resi-
dencia en Cumana, hizo varias soluciones del
añil de Cumanacoa, que es algo pesado y cobri-
zo, y del de Caracas, en acido sulfúrico, para
compararlos ; y la solución del primero se le figu-
ro de un azul mas intenso.
El añil de estas provincias se ha considerado
siempre en el comercio como igual, y á veces
como superior al de Guatimala. Este ramo de
cultivo fue seguido del de cacao desde 1772, y
precedido del cultivo de algodón y de café. La
predilección de los colonos se ha fixado alterna-
tivamente en cada una de estas producciones ;
pero el cacao y el café son ahora los únicos ra-
mos de comercio con la Europa. En los tiempos
* Los cultivadores opinan, la mayor parte de ellos, que
la fermentación no debe nunca continuar menos de 10 horas.
141
mas prósperos la fabrica del añil igualo casi la de
México ;* subió en la provincia de Venezuela á
40,000 arrobas, cuyo precio excedió 1,500,000
duros. t Daremos aqui'de documentos oficiales
la aumentación progresiva de este ramo de agri-
cultura en Aragua.
Exportación de añil por la via de La Guayra.
Medio anual desde 177* hasta 1778— 20,300 lbs.
1784—126,233
1785—213,172
1786—271,005
1787—432,570
1788—^505,956
1789—718,393
1792-^680,229
1794—898,353
1796—737,966.
Aquí no hemos incluido el comercio de contra-
bando, qué puede computarse á lo menos á una
quarta ó quinta parte de la exportación anual.
Para formarse una idea de la inmensa riqueza
que sacaban de la agricultura en las colonias Es-
pañolas, debemos observar, que el añil de Cara-
cas, cuyo valor subió en 1794 á mas de seis mil-
lones de francos', no fue mas que el producto de
quatro ó cinco leguas quadradas. En los años
de 1789 — 1795, cerca de 4 ó 5 mil personas iban
anualmente de los Llanos á los valles de Aragua,
* £1 comercio de Guatimala sube á 1,200,000 6 1,500,000
lbs. de añil,
f La libra de añil á 10 reales de plata.
142
para ayudar á cultivar y fabricar el añiL Tra-
baxaban por dos meses, como jornaleros.
La planta de añil empobrece el suelo donde se
cultiva por muchos años, mucho mas que otra
alguna. Las tierras de Maracay, Tapatapa, y
Turmero, se consideran como gastadas, y en efec-
to la cosecha del añil ha disminuido constante-
mente. Las guerras marítimas han parado el
comercio, y el precio ha caido en conseqüencia
de la importación del añil del Asia. La Com-
pañía de las Indias Occidentales vende ahora en
Londres* mas de 5,500,000 lbs. de añil, mientras
que en 1786 no sacaba de sus vastas posesiones
mas que 250,000 lbs. A medida que ha dismi-
nuido el añil en los valles de Aragua, ha aumen-
tado en la provincia de Varinas, y en las llanuras
ardientes de Cucuta, donde, á las orillas del rio
Tachira, una tierra virgen lo produce abundante-
mente, y del color mas rico.
SECCIÓN IX.
DE OTRAS PRODUCCIONES VEGETALES.
1. La Vanilla es el producto de una planta
trepante, que, como la yedra, se enrosca en los
arboles.
* Por exemplo, en 1810 ; véase Colquhoun, p. 23.
143
Crece abundantemente en los montes de San
Felipe en Truxillo, á las orillas del Tuy. Re-
quiere terrenos incultos y húmedos, que estén
cubiertos de arboles grandes.
Para multiplicar esta apreciable planta, no se
necesita mas que plantar algunos de sus tallos en
la tierra cerca de un árbol ; pronto toman raiz,
y se enroscan fuertemente al rededor de él. Un
método mas seguro, aunque menos cómodo, para
impedir que la planta decaiga, es ingerir los ta-
llos en el mismo árbol, á cosa de 20 pulgadas
sobre la tierra*
Solo la provincia de Venezuela, á pesar de la
poca atención que dan á su cultivo, podía reco-
ger mas de 10 mil libras al año ; y esta cantidad
podia fácilmente doblarse con un poco mas de
industria.
Se paga mas de una libra esterlina por libra.
Este articulo interesante de comercio es para
los habitantes de Tierra Firme como un objeto de
pura curiosidad. Apenas venden 200 lbs. de ello
al año. Todo lo que recogen lo destinan para
hacer regalos á sus parientes en España, ó á sus
patrones, por medio de los agentes del gobierno,
y de los que solicitan algún empleo. El resto lo
deían perecer en los arboles, ó es la prea de los
monas, á quienes les gusta mucho. Ademas de
eso, lo poco que recogen no recibe mas que una
preparación muy imperfecta, por lo qual pierde
la superioridad que le dio la naturaleza sobre lo
de México.
144
2. El Árbol de Coco, en America, se cultiva
por lo general cerca de las casas de campo ó ha-
bitaciones, para comerlo como fruta.* En el
Go^fo de Cariaco hay plantaciones de este árbol.
En Cumana hablan de una hacienda de coco,
como de una hacienda de cañas, ó de cacao.
En un terreno fértil y húmedo, el árbol co-
mienza á dar fruto en abundancia al fin del quarto
año ; pero en terrenos secos, no produce mas que
al cabo de 10 años. La durado a del árbol no
excede por lo general 80 ó 100 años ; y su altura
media á esta época es de 70 á 80 pies. Este cre-
cimiento rápido es tanto mas notable, quanto los
otros arboles de palma, por exemplo el moriche,t
y el sombrero, t cuya vida es sumamente larga, á
veces no sube 14 ó 18 pies en 60 años.
En los primeros 30 6 40 años el árbol de coco
del Golfo de Cariaco da cada lunación 10 ó 12
nueces, que, sin embargo, no todas se maduran.
Se puede computar que un año con otro un árbol
produce 100 nueces, que producen ocho fiascos
de aceite. El fiasco se vende á dos reales y me-
dio de plata. En Provence, un olivo de. treinta
años da veinte libras, ó siete fiascos de aceite ; de
suerte que produce algo menos que un árbol de
coco. Hay en el Golfo de Cariaco haciendas
+ El árbol de coco crece en el hemisferio septentrional
desde el equador hasta la latitud de 28°. Cerca del equador
le hallamos desde los llanos hasta 700 toisas de elevación sobre
el nivel del mar.
f Mauritía flexuosa. % Corypha tectorum.
145
que tienen 8 ó 9 mil arboles. Se asemejan, por
su apariencia pintoresca, á aquellas hermosas plan-
taciones de arboles de dátiles, cerca de Elche en
Murcia, donde en una legua quadrada se encuen-
tran mas de 70,000 palmas. £1 árbol de coco da
fruta en abundancia hasta que llega 4 los SO 6 40
años ; después de esta edad el producto dismi-
nuye, y un tronco de 100 años, aunque dá muy
poco producto, no está enteramente estéril.
En la ciudad de Cumana hacen mucho aceite
de cacao, que es muy clara, sin olor, y muy pro-
pia para quemar. El trafico de este aceite no es
menos activo que el de la costa de África en aceite
de palma, que se obtiene de los* elays guiñeen-
sis, y que se usa'como alimento. He visto, dice
Humboldt, llegar canoas cargadas con tres mil
nueces de coco á Cumana. Un árbol en su me-
jor tiempo da una renta anual de dos duros y
medio. Pero en las haciendas de cocos, como
hay arboles de varias edades, el capital* no se
computa por peritas á mas que á quatro duros.
* Estas computaciones pueden servir para hacer ver las
ventajas que se derivan del cultivo de los arboles de fruta
baxo la zona tórrida. Cerca de Cumana el precio de un
banana es un real de plata. Un nispero 6 sapota, 10 duros.
Quatro nueces de coco, ú ocho frutas del nispero pacoras sa*
potas) se venden por medio real. £1 precio del primero se ha
aumentado del doble por estos veinte años, á causa de la
grande exportación que se ha hecho á las islas. Un buen
níspero produce al labrador que pueda vender su fruta en
algún pueblo vecino, cerca de ocho duros anuales : un bixa
(anotto) 6 un granado no producen mas que un duro. La
TOM. II. K
X
146
3. La Cochinilla Silvestre crece en Tierra
Firme, y en Coro, Carora y Truxillo, en gran can-
tidad. No se usa mas que para teñir, y eso no
mas que en los sitios donde lo recogen* El re-
sultado de sus ensayos no les ha convidado á in-
troducirlo como un articulo de comercio.
Cun di ñama rea produce excelente cochinilla.
4. Este pays podría también dar al tintorero
una variedad de maderas, cortezas y plantas, ca-
pazes de producir los colores mas vivos y perma-
nentes.
Sin embargo ninguno de estos artículos cons-
tituyen una parte de su comercio, porque no los
llevan á vender ; aunque las ventajas que de ellos
derivan en el pays, dan suficientes pruebas de lo
favorable que serían para las fabricas.
Maracaibo es casi el único puerto del que ex-
portan un poco de madera del Brasil. Esto creze
abundantemente entre La Victoria y Sn Sebastian
de los Reyes.
Pero quanto mas se penetre en aquellos montes
inmensos, que hasta ahora han sido el patrimonio
exclusivo de fieras y de reptiles venenosos, tanto
mas se descubrirán en ellos, probablemente, nue-
vas producciones, que enriquecerán las artes, y
que extenderán el comercio.
En Nueva Granada las producciones naturales
son las maderas para teñir de la costa septentrio-
granada es muy requerida á causa de su jugo refrescante, que
prefieren al de la pasiflora ó parcha.
1*7
naJ, que se consideran como superiores aun á las
de Yucatán.
5. Gomas, resinas, y bálsamos, harían mucha
figura en el comercio, si no fuere por el descuido
de los habitantes, que prefieren las dulzuras de la
indolencia y de la ociosidad á la perspectiva de
un bien futuro.
Los departamentos de Coro, Carora, Tocuyo,
y de la Alta Ouiana, contienen mucha tierra seca,
que la naturaleza ha cubierto de plantas aroma-
ticas.
6. Seria imposible especificar todas las yerbas,
raizes, y cortezas, que abundan en Tierra Firme
para la medicina. Son innumerables, y están dis-
tribuidas en varias provincias, en las situaciones
que son mas á proposito para su vegetación.
La cantidad de sarsapariüa que recogen en
ellas, excede el consumo de toda la Europa. £1
sasafras y el regaliz abundan principalmente en
las cercanías de Truxillo ; ascaloñas se hallan á
la orilla del mar junto á Lagunetas ; storax en la
jurisdicción de Coro ; casia casi en todos los si-
tios ; guayac se halla en la costa ; aloe en la juris-
dicción de Carora ; una especie de quina se re-
coge en las montañas, &c.
Nueva Granada abunda en drogas medicinales,
entre las quales se encuentra la celebre chinchona
ó quina, y la contrayerba.
Sin embargo, á pesar de la inmensidad de pro-
ducciones vegetales, que serian mas que suficientes
para abastecer á todas las boticas de la Europa,
148
toda la exportación del ano de 1796, por el puerto
de La Guayra, el único que tenia un comercio
directo con el pays materno, consistió en 425 lbs.
de sarsaparilla, aunque los llanos están cubiertos
de ello } 500 lbs. de tamarindos, que se hallan en
todas las partes ; y 239 lbs. de quina, que, es pre-
ciso confesar, no es tan común. Es cierto, que
este descuido lleva consigo la apariencia de la
diminución; pues, según el registro de expor-
taciones del mismo puerto de La Guayra del año
de 1798, parece que los navios de los poderes
neutros que fueron admitidos alli, en conseqüencia
de la guerra, embarcaron 3674 lbs. de sarsaparilla,
y 3400 lbs. de resina. En 1801 embarcaron en
Puerto Cabello, 2394 lbs. de sarsaparilla, y 47,969
lbs. de goma guaiacum. Pero estos artículos, y
sus cantidades, no merecen mencionarse, quando
se comparan con los que se hallan en las provine
cias de Caracas.
7* Hay muy pocos arboles, ó quiza no hay nin-
guno, etilos vastos montes de Tierra Firme, que
no sirvan para algún objeto de utilidad. O bien
producen frutas, ó si no, pueden aplicarse para los
varios usos en que se emplea la madera, que es
dura, alta, ó gruesa.
Los vastos montes que cubren la faz de las
montañas, darían madera suficiente para formar
los astilleros mas extensivos del mundo, si la as-
pereza de estas montañas no hiciesen el trabaxo
de la corta y del transporte demasiado costoso y
difícil, para un pays cuya navegación no recibe
149
♦
bástante fomento para habilitarla á mantenerse
á su propia costa*
Hace treinta años que el Rey de España hizo
hacer disposiciones en la provincia de Cumana
para cortar leña, para abastecer á sus arsenales
Europeos. Este trabaxo no duró mucho tiempo ;
pero no cesó tanto por razón de la escasez de
madera, como por los gastos inmensos que acom-
pañan todas las empresas en las que el Rey entra*
Quando una ocasión semejante se presenta, cada
empleado forma siempre, y freqüentemente rea-
liza, planes para hacer su fortuna, y la conse-
qüencia es que el estado se arruina por operaciones
que enriquezen á algunos quantos individuos.
Toda la madera que se usa en el puerto para
reponer los navios, y aun para su construcción,
lo transportan por el rio Tocuyo y Yaraqui á
Puerto Cabello, situado á 15 liguas á barbolento*
Un poco mas á barbolento de la boca del To-
cuyo, en la latitud de las isletas Tucacas, la proxi-
midad de la madera facilita los establecimientos
de arsenales, pero la falta de demanda hace que
este recurso esté abandonado. En Maracaibo
usan, para la construcción, madera de una calidad
superior á la de Tierra Firme, de consiguiente los
astilleros de aquella ciudad están constantemente
ocupados, y lo estarían aun mas, si la barra per-
mitiese pasar navios de mayor cuerpo.
Los carpinteros y ebanistas hallan también en
estas montañas materiales tan variados que se ven
embarazados en la elección. Por lo general usan
150
de la madera qué los Españoles llaman paréHlo,
para vigas, postes, &c. En algunas partes, en
lugar del pardillo, se usa una especie de encina
muy dura, que es el quercus cerus de Iinnseus, y
el queráis gallifer de Tournefort.
Los ebanistas hacen mucho uso del cedro para
las puertas, ventanas, mesas, y sillas, &c. Para
muebles de adorno, tienen á la mano varias ma-
deras susceptibles del mayor pulimento» Entre
estas se distingue el ébano negro, que se halla en
grande abundancia en varios parages, pero parti-
cularmente á las orillas del To ton doy, que se
desagua en el Lago de Maracaibo. Alli es donde
la naturaleza parece haber puesto la almaciga de
los arboles que son mas aproposito para las necesi-
dades, placer, ó capricho del hombre. Ébano
amarillo es muy común en los montes de Tierra
Firme, y también lo es el ébano encarnada Los
Creollos llaman al ébano negro, ébano ; al ama-
rillo, palo amarillo; al encarnado, granadülo.
Una entera exactitud nos obliga a observar, que
por una de aquellas causas que la filosofía no ha
descubierto aun entre los secretos de la naturaleza,
el acajú no es tan abundante en Tierra Firme
como en la parte de S* Domingo que España
cedió á Francia, ni tampoco tiene comparación
con respecto á sus vetas y brillantez.
Para las obras que requieren una madera suma-
mente dura, hacen uso de la madera de hierro, la
ybera puterana de Marcgrave. Se usa para los
exes de las ruedas de los molinos, para los cilin-
151
dros que sirven para comprimir la caña de azocar,
&c. Esta especie de madera es muy común en
toda la Tierra Firme, excepto en los valles de
Aragua, donde, á causa del cultivo de las tierras,
se halla algo mas distante. El palo que llaman
granadülüy lo aplican al mismo uso que la madera
de hierro, y es aun mas duro.
En Cundinamarca hay madera para construir
navios, y el acajú de Panamá, que es mucho me-
jor y mas hermoso que lo de Guatimah ó de la
Nueva España.
Al coqcluir nuestras observaciones sobre las
producciones vegetales de Colombia, debemos ob-
servar, que el casava, y el maíz, son el pan de los
Indios. En la Cundinamarca el trigo Europeo
se cultiva, y tanto las plantas y legumbres trópicas
como las Europeas se hallan en tan grande abun-
dancia como en Nueva España.
SECCIÓN X.
DEL PRODUCTO ANIMAL.
Es muy difícil formarse una idea exacta de los
ganados que contienen los Llanos de Caracas,
Barcelona, Cu mana, y de la Guiana Española.
M. Depons, que habitó por mucho tiempo en
Caracas, y cuyos informes estatistícos son por lo
152
general exactos, computa que el numero de gana-
do vacuno sube, en aquellos inmensos llanos desde
la boca del Orinoco hasta el Lago de Maracaibo,
á 1,200,000 cabezas; á 180,000 caballos; y á
90,000 muías. £1 valor que producen estos ga-
nados lo hace subir á 5,000,000 de francos ; aña-
diendo al valor de la exportación el precio de las
pieles que se usan en el pays. No aventurásemos
ninguna de estas computaciones, que son en su
naturaleza inciertas ; pero observaremos, que en
los llanos de Caracas, los propietarios de los
grandes hatos ignoran enteramente el numero de
ganado que poseen. No saben mas que el nu-
mero de los pequeños, que cada año marcan con
una letra ó señal para distinguir los hatos. Los
ricos propietarios marcan todos los años hasta
14,000 cabezas, y venden hasta cinco ó seis mil.
Según los documentos oficiales,* la exportación
de pieles de toda la Capitania-General subia
anualmente, solo para las Islas de las Indias, á
174,000 pieles de bueyes, y á 11,500 pieles de
cabras. Quando reflexionamos que estos docu-
mentos han sido tomados de los registros de las
aduanas, donde no «hacen mención del trafico
fraudulento en pieles, no podemos menos de creer
que la estimación de 1,200,000 bueyes, que pacen
en los Llanos del rio Caroni y del Guarapiche
hasta el Lago de Maracaibo, sea demasiado baxa.
Solo el puerto de la Guayra exportaba anual-
V
m
* Informe del Conde de Casa-Valencia, MS.
158
aiente en 1789 hasta 179% 70,000 ú 80,000 pieles, *
registradas en los libros de la aduana, y de las
que apenas una quinta parte pasaba á España.
Las pieles de Caracas las prefieren en la Península
á las de Buenos Ayres ; porque las ultimas pier-
den 12 por ciento en el curtido, á causa de su
pasage de mar mas largo.
- La parte meridional de los llanos llamada
Llanos de Arriba, es muy productiva en bueyes
y muías ; pero los pastos siendo por lo general
menos buenos, tienen que enviar estos animales
á otras llanos para que engorden antes de vender-
los. El Llano de Monai, y todos los Llanos de
abaxo, ño abundan tanto en ganado ; pero sus
pastos son tan buenos, que producen carne de
excelente calidad para abastecer la costa.
Los hatos de bueyes han sufrido considerable*
mente en estos ulümos años por tropas de vaga-
bundos, que rondan los llanos, matando animales
para vender sus pieles. Estos robos han aumen-
tado desde que el comercio del Orinoco se ha
hecho mas floreciente. Por medio siglo, las oril-
las de aquel rio, desde la boca del Apure hasta
Angostura, no eran conocidas mas que de los
frailes misioneros. La exportación de ganado
comenzó solamente por los puertos que están en
la costa septentrional, como Cumana, Barcelona,
•Burburata, y Puerto Cabello. Esta dependencia
de la costa ha disminuido mucho. La parte sep-
tentrional de los llanos ha establecido una comu-
154
nicacion con el Baxo Orinoco j y este trafico es
el mas vivo, porque los que le hacen escapan mas
fácilmente las trabas de las leyes prohibitorias.
Los hatos mayores de los Llanos de Caracas son
los de Mereeure, La Cruz, Belén, Alta Gracia,
y Paveo.
Los caballos de los Llanos» que son de la her-
mosa raza de caballos de España, no son muy
grandes ; par Jo general son de un color uni-
forme, bayo, como la mayor parte de los animales
salvages. Sufriendo alternativamente de la se-
quedad y de las inundaciones, atormentados por
las picaduras de los insectos, y por la mordedura
de murciélagos muy grandes, pasan una vida dura
é inquieta. Después de haber gozado por algu-
nos meses del cuidado del hombre, muestran sus
buenas calidades, y se hacen tractables. Un ca-
ballo salvage en las Pampas de Buenos Ayres,
vale de medio duro á uno ; y en los Llanos de
Caracas, de dos á tres duros. Pero el precio de
los caballos aumenta una vez que han sido doma-
dos, y que pueden servir para las labores de la
agricultura.
" Tube ocasión, dice Lavaysse, de verificar un
hecho bien conocido de todos los que han viajado
en este pays. Los caballos viven aqui en socie-
dades, por lo general hasta el numero de quinien-
tos ó seiscientos, y aun de mil : ocupan llanos in-
mensos, donde es difícil cogerlos y peligroso el
perturbarlos. En la estación de sequedad tienen
155
k á Teces dos 6 tres leguas, y aun nías en
busca de agua. Emprenden sus marchas en filas
regulares de quatro al frente, y de este modo for-
man una procesión de un quarto de legua de
largo. Cinco ó seis escuchas preceden la tropa á
una distancia de cinquenta pasos. Si distinguen
un hombre ó un jaguar, relinchan, y la tropa se
detiene ; si estos les evitan, continúan su marcha ;
pero si tratan de pasar entre ellos, saltan sobre el
imprudente viagero, y lo matan á patadas. El
modo mas seguro es evitarles, y dexarles conti-
nuar su marcha. También tienen un gefe, que va
entre las escuchas y el esquadron, y otros cinco
6 seis caballos van á cada lado de la tropa, que
son como una especie de ayudantes, cuyo deber
es impedir que ninguno se salga de las filas. Si
alguno trata de desviarse, ya sea por hambre ó
por cansancio, le muerden hasta que vuelve á
tomar su lugar, y el desertor obedece con su Ca-
beza baxa. Otros tres ó quatro gefes marchan
como retaguardia á cinco ó seis pasos de la tropa.
Oi hablar varías veces en la Trinidad de esta dis-
ciplina entre los caballos salvages, y confieso que
con dificultad lo pude creer ; pero lo que acabo
de describir es un hecho, que yo mismo he visto
dos veces en las orillas del Guarapiche, en donde
acampe cinco dias con el objeto de ver aquellas
tropas organizadas. He encontrado en las oril-
las del Orinoco, hatos de cinquenta, y de cien
bueyes ; un gefe marchaba á su cabeza, y otro
detras de la tropa."
150
Las muías,- que no son propias para el trabaxa
hasta el quinto ano, y que después las dan el
nombre de mulos de saca, se compran en el pays
por 14 ó 18 duros cada una. En 1800 embar-
caron en Barcelona para las Islas de las Indias
8000 muías ; y se computa que de los llanos
del gobierno de Caracas se enviaban anualmente
30,000 de estos animales para las Islas Españolas,
Inglesas, y Francesas.
Las ovejas son innumerables, y los venados
muy abundantes, particularmente en las jurisdic-
ciones de Coro, Carora, y Tocuyo.
En fin, casi toda especie de quadrupedos Eu-
ropeos, que han sido transportados á aquellos
payses, se han vuelto bravos, y multiplicado ex-
cesivamente en los montes, que abundan de todo
lo necesario para su subsistencia. Ni el ganado
vacuno ni el caballo han conservado la belleza de
los- bueyes de España ni de los caballos finos, sin
duda por el poco cuidado que tienen de ellos;
pero el asno ha crecido mas, y es mas hermoso. 4
Sin embargo, los caballos de Buenos Ayres y de
Chili rivalizan á los de las mas hermosas razas de
Europa. La cabra es menor que la Europea;
pero su carne es mas sabrosa, y da abundancia
de leche deliciosa. Las ovejas quando cuidan de
ellas igualan á las de España. Los marranos no
son tan grandes como los de Europa, pero son
mas prolificos ; y su carne es mas delicada y fácil
de digerir que la del marrano Europeo.
157
Parece cierto que el perro no existia aqui antes
de la llegada de los Europeos j y es una circuns-
tancia muy singular, que los que habitan en los
montes con los salvages, (á quienes les gustan
mucho los perros), han perdido la facultad de
ladrar ; en lugar de eso, aullan como los lobos.
CAPITULO II.
DEL COMERCIO.
SECCIÓN I.
DE SU ESTADO ANTIGUO.
1
Un compilador industrioso, cuyo lenguage no
alteraremos mas que en las partes donde haya
algún error, nos informa sobre esta materia, que
la depresión general de las manufacturas que se
siguió á la expulsión de los Moros de España, la
obligaron á tomar los géneros de los otros payses
para proveer á sus colonias. Estos venian prin-
cipalmente de Holanda, Inglaterra, Francia, y
algunos artículos de luxo de Italia. Pagaban
derechos enormes en la metrópoli, y al llegar á
su destinación, otros aun mayores ; de suerte que,
antes de llegar al mercader de por menor, el pre-
cio de los artículos era ya el doble. Ademas
de eso, como las exportaciones eran pequeñas, era
necesario metálico para procurarlas, de suerte
que las ganancias eran muy contra España, y en
favor del comerciante extrangero.
La siguiente pro forma servirá para mostrar el
precio que pagaba el consumidor por sus géneros,
y formara al mismo tiempo un contraste con el
comercio directo de Inglaterra.
Calculo en moneda Inglesa.
Por 100 libras esterlinas de géneros Ingleses,
compradas en la Gran Bretaña, y enviados á
Cádiz en navios Ingleses: Desde Cádiz en-
viados á la America Española en navios Es-
pañoles : —
Primer coste en Inglaterra, rf.100 0 0
Gastos de embarcación, flete, y gasto
de seguros hasta Cádiz, - - 5 0 0
Derecho de guerra sobre la exporta-
ción, - - - -10 0
Derechos pagados en Cádiz por la
importación, - - - 15 0 0
Ganancia del importador en Cádiz, 20 0 0
Derechos pagados en Cádiz por la re-
embarcacion para la America, 10 0 0
Flete y seguridad desde Cádiz á Ame-
rica, - - - 20 0 0
Primer coste y gastos precedentes
para la America, - - j£.171 0 0
Ganancia del exportador Español á
su llegada á America, freqüente-
mente 200 por ciento ; pero diga-
mos solamente 100 por ciento, 171 0 0
Pagado por el comprador en la Ame-
rica Española, - - £.342 0 0
160
Cálculo en moneda Inglesa.
Por 100 libras de géneros Ingles, enviados inme-
diatamente desde la Gran Bretaña, por comer-
ciantes Ingleses, en navios Ingleses, á la Ame-
rica Española : —
Primer coste, - - - £100 0 0
Derecho de guerra sobre la exporta-
ción, 4 0 0
Gastos de embarcación, y flete, - 10 0 0
Pago de seguros, caso que sea por
navio armado, - - - 6 0 0
Primer coste, y gastos precedentes
para la America, - - £120 0 0
Ganancia del exportador Ingles, á
100 por ciento, - - - 120 0 0
Pagado por el comprador en la Ame-
rica Española, - - ¿£.240 0 0
Mas barato para el comprador en la
America Española, - - 102 0 0
£342 0 0
N. B. — A esta ganancia se puede añadir la de
un valor justo y mas constante de las producciones
del pays para formar retornos, que es la conse-
qüencia natural de la competición en el trafico.
El precio exorbitante de los géneros, que el
consumidor no podia menos de sentir, creaba un
espiritu de contrabando, que siempre salia en
161.
favor del extrangero, que no vendía mas que por
metálico j y las Islas vecinas Inglesas y neutras
eran las que lograban estas ganancias.
£1 comercio directo estaba en un estado de
languidez, por las muchas trabas que tenia, y por
la rivalidad de los poderes neutros j pues la me-
trópoli apenas enviaba mas que lo que podia
ofrecer de si,— no mucho mas que frutas secas,
loza muy inferior, quinquillerías, hierro, aguar-
dientes Catalanes, vinos, aceite, sedas bastas de
Barcelona, escabeches de atún, y otros artículos
semejantes de poca importancia. Los géneros
Ingleses y Alemanes continuaban entrando por
sus vías antiguas y dudosas.
£1 comercio directo, limitado como estaba, va-
riaba mucho, según las vicisitudes de la guerra
ó de la paz. Durante las ultimas guerras se limi-
taba á . pequeñas falucas, que salían cargadas de
papel Español, para hacer cigarros, y que el
Americano Español considera como uno de los
artículos de mas luxo por el, que solía á veces
pagar 40 duros la resma ; y si España cesase de
abastecer este articulo, que principalmente se
hace en Barcelona, su fabrica debía adoptarse en
Inglaterra, porque es lo que exclusivamente con-
viene al fumador, no conteniendo en si ningún
aceite pernicioso empireumatico, ni nada viscoso
ni de añil. A este articulo añadían aguardientes
blancos, y azogue para el uso de las minas. Si
llegaban seguros, traían en retorno cacao, por el
que pagaban 15 duros, y que vendían á su llega-
TOM. II. l
da á 112. Sin embargo, estas no eran mas que
pequeñas venturas» que do tedian el carácter de
comercio, antes tenían el de Loterías, que, seme-
jante á ellas, las emprebendian en partes» inclu-
yendo los seguros.
Casi todo el comercio de las provincias de Ca-
racas con la metrópoli se hacía por el puerto de
La Guayra, qae, apesar de su mala rada, disputó
por mucho tiempo con los otros puertos la ven-
taja de estar mas freqüentado» La razón era»
que las inmediaciones de Caracas, en donde Isa
producciones son mas abundantes» no tenían otra
venta sino la capital, la que en su turno no las
podia exportar á otro porage mas que á La
Guayra -f y, como la población de aquella ciudad
consumía mas artículos de necesidad, comodidad,
ó luxo> el comerciante hallaba su interés en fre-
qiieatar el puerto.
En conseqüencta de estas circunstancias, Puerto
Cabello, que está á 80 leguas á barbolento, no se
usaba nunca como puerto de embarcación, ex-
cepto para los artículos que sus inmediaciones
produce^ y parte de los valles de Aragua, Va-
lencia, S?* Carlos, Sft Felipe, &c Si acaso suce-
día también que el producto natural aumentaba
de tal suerte que excediese el valor de los gene-
ros importados por navios Europeos, los comer-
ciantes iban á La Guayra para disponer de sus
cargamentos Europeos, de los que no podían es-
perar buena venta en otro parage, y después iban
á Puerto Cabello á cargar en retorno.
163
Maracaibo, Cumaaa, y Guiana, recibían cada
una dos ó tres navios de la metrópoli ; pero en
Maracaibo no podían obtener en retorno mas
que café y pieles de venados ; en Cumana, algo-
dón, y un poco de café ; en Guiana, solamente
el producto que llevaban allí de Varinas, Barqui-
simeto, &c. por el rio Apure.
SECCIÓN II.
DE LA& VENTAJAS TOPOGRÁFICAS.
Apesar de los que acabamos de decir, basta
considerar la situación de las provincias, su co-
municación mayor ó menor con las islas á barbo-
lento, la dirección de las montañas, y el curso de
los grandes ríos, para convencerse que Caracas
no puede nunca tener ningún influxo político
sobre los payses de que es la capital. £1 Apure,
el Meta, y el Orinoco, corriendo de oeste al este,
reciben todos los riachuelos de los llanos, y de la
región de los pastos. Sto Tomas de Guiana tiene
que ser necesariamente en lo venidero una plaza
de comercio de la mayor importancia, especial-
mente quando la harina de Cundínamarca, em-
barcada mas arriba de la confluencia del rio
Negro y del Umadea, y descendiendo por el
Meta y el Orinoco, lo prefieran en Caracas y en
La Guiana á la de Nueva Inglaterra.
164
" Desde mi partida de las orillas del Orinoco
y de las Amazonas, dice Humboldt, una nueva
era se ofrece en el estado social de las naciones
del occidente. El furor de disensiones civiles
cederá su lugar á los bienes de la paz, y á un
desenrollo mas libre de las artes y de la indus-
tria. La bifurcación del Orinoco, el Ismo de
Tuamini, tan fácil de pasar por un canal artificial,
fixara la atención de la Europa comerciante. El
Casiquiare, tan ancho como el Rhin, cuyo curso
es de 180 leguas, no formara mas en vano un
canal navegable entre dos lechos de rios, que
tienen una superficie de ciento noventa mil leguas
quadradas. El grano de Nueva Granada se trans-
portara á las orillas del rio Negro. Las lanchas
baxaran desde los manantiales del Ñapo y det
Ucuyabe, desde los Andes de Quito y del Alto
Perú, hasta las bocas del Orinoco, una distancia
igual á la desde Tombuctoo hasta Marseilles. Un
pays nueve ó diez veces mayor que España, y en-
riquecido con producciones las mas variadas, es
navegable en todas sus direcciones, por medio del
canal natural del Casiquiare, y por la bifurcación
de los rios."
Esta materia nos conduce necesariamente á
una descripción mas por menor del Orinoco.
Los manantiales del Orinoco son menos cono-
cidos de los Españoles, que las del Nilo lo eran á
los Europeos, y aun de los Africanos, antes del
tiempo de Bruce. -
Las montañas que están al nort-oeste del lago
de Parima, se llaman, en el idioma de los Indios,
# 165
Ibirinoco. Es muy probable que hayan dado,
según se acostumbra, á este famoso rio el nombre
de estas montañas, porque quiza saca su origen
de ellas. Sin embargo nadie ha verificado este
hecho ; porque los salvages oponen un obstáculo
¿nsurmontable.
Esto el mismo Humboldt tubo ocasión de ex-
perimentar en 1800, al tiempo de su viage al rio
Negro. Quando hubo llegado al punto donde el
Casiquiare. se une por un brazo con el Orinoco,
quiso descubrir quales eran los verdaderos ma-
nantiales de este rio ; pero halló que esto era im-
posible, y tubo que contentarse con el testimonio
que pudo recoger de algunos Indios.
Varios arroyos que corren de las montañas del
Ibirinoco unen sus aguas á 8 6 1 0 leguas de su
origen, y forman un rio, que en el curso de 500
leguas que tiene que atravesar hasta el mar, re-
cibe el tributo de una infinidad de riachuelos. .
Se cree que el curso del Orinoco, por las cien
primeras leguas, es del norte al sud. Se asegura
que dexa dentro de este espacio, á sesenta leguas
de su orilla izquierda, el lago de Parima. Las
contribuciones de los ríos que se juntan con el
Orinoco, le dan un cuerpo tan considerable, y
una corriente tan rápida, que aun antes de estar .
á cien leguas de su origen, tiene tanto agua y
fuerza como el rio mas considerable.
Desde las Esmeraldas á Sn Fernando de Ataba-
po, el Orinoco corre del este ai nort-oeste. Aqui
es donde está el canal del Casiquiare. Forma la
166
comunicación del Orinoco con el rio de las Ama-
zonas, por medio del rio Negro.
Humboldt formó el proyecto, en 1800, de as-
cender el Orinoco, para determinar su comunicar
cion con el rio Negro. Entró en el Orinoco por
el Apure, y llegó, después de dificultades increí-
bles, hasta el Fuerte de Sa Carlos, que confina
con las posesiones Portuguesas. " Desde el
Fuerte de S° Carlos, dice, volvimos á Guiana por
el Casiquiare, un brazo muy grande del Orinoco,
y que forma su comunicación con el rio Negro.
La fuerza de la corriente, el tamaño inmenso de
los mosquitos y de las hormigas, y la falta de
población, hace esta navegación penible y peli-
grosa. Entramos en el Orinoco por el Casiquiare, á
tres gradas y media : ascendimos el Orinoco hasta
las Esmeraldas, el ultimo establecimiento de los
Españoles," &c. Nada falta para que uno pueda
persuadirse que la comunicación del Orinoco es
un hecho verdadero.
El Orinoco, desde su origen hasta el Atures,
atraviesa un territorio que fertiliza, pero que casi
todo está ocupado por Indios bravos.
El Orinoco, antes de llegar al Atures, dirige
su curso al norte hasta la boca del rio Meta, de
donde se inclina al nort-este, para tomar en fin
una dirección oriental, que mantiene hasta caer
en el mar.
Lo que llaman Los Saltos de Atures, son rau-
dales formados por rocas. Ningún navio, grande
ó pequeño, puede pasar estos. El navegante no
167
tiene otra recurso sino tacar su canoa á turra y
Iterarla al otro lado, 3ra sea que ascienda ó que
descienda.
Un poco mas arriba de loa saltos de Atures, et
Orinoco recibe al este laa aguas del Abacuna, y
al oeste las de Biebao. Los payses desiertos por
loa que corren, hace que su descripción sea poco
interesante. Lo mismo sucede con los rio* Me-
toya y Chiricua. *
£1 rio que merece gran consideración es el
Meta : reúne sus aguas á las del Orinoco á 30
leguas mas abaxo de los saltos del Atures, y á
125 leguas de S* Tomas de Guiana» La naturaleza
parece haber destinado este rio para formar vas-
tas relaciones comerciales entre toda la parte
oriental de Cundinamarca y de la Guiana Es-
pañola.
£1 Meta tiene su origen á 150 leguas al sud-
oeste de su confluencia con el Orinoco. Muchos
de los ríos de Cundinamarca aumentan sus aguas.
Es navegable desde Macuco, cerca de los llanos
de Santiago de las Atalayas, á 40 leguas de la
capital. Sus orillas están aun desiertas, ó á lo
mas habitadas por los Guahivos.
El rio Casanare da sus aguas al Meta 7¿ le-
guas antes de entrar en el Orinoco. Estas son,
en gran parte, el tributo de otros ríos. El Meta
lleva sus aguas al Orinoco. Se distingue de los
otros rios por el silencio con que entra en él.
Los rios Meta y Casanare son navegables todo
el año. En el verano, es decir, en la estación de
168
sequedad, hay brisas continuas, y muy frescas ;
en el invierno, calmas y un corriente muy fuerte*
Entonces los barcos van cerca de la orilla : pro-
ceden con mas lentitud, pero tan seguramente
como con los vientos mas favorables. Estos dos
rios tienen baxios en los que los barcos tocan fre-
cuentemente ; pero los hacen flotar con facilidad,
y no experimentan daño, porque no son mas que
de arena. * »
La inmensidad y riqueza del paya por el que
corre el Meta, el gran numero de rios que se le
unen, son otros tantos medios cómodos y venta-
josos para que los habitantes de la parte oriental
de Cundinamarca dispongan de sus comodidades ;
y para que los de la Guiana Española aumenten
su comercio con todas las producciones transpor-
tables por el rio Meta.
Este orden de cosas es tan natural y tan favo-
rable á las dos provincias, que, durante el poco
tiempo que este trato existió, el cultivo en las oril-
las mas altas del Meta y del Casanare, hizo pro-
gresos muy visibles, y el comercio de la Guiana dio
pasos muy rápidos hacia la prosperidad ; pero la
industria que fue el fruto de este trato previo,
en lugar de ser protegida por el gobierno, fue,
al contrario, paralizada por sus ordenes, simple-
mente á causa de tan solo una representación de
los comerciantes de Cartagena.
El ministro Español mandó actualmente, que
de alli en adelante no transportasen de Cundina-
marca, por el rio Meta, á la Guiana, otros pro-
169
ductos territoriales sino harina, y algunos géneros
groseramente fabricados en aquellas regiones, y
que no tomasen mas que dinero en retorno. Esta
medida fue como un rayo para estas provincias.
El comercio sereduxo á casi nada.
Si de aqui infiriésemos que el comercio de Car-
tagena iba á ganar mucho por tal medida, nos
engañaríamos. El cultivador, viendo que ya no
existían los motivos que la habían hecho aban-
donar su inactividad, hallaba que era mas fácil
estar reclinado en su hamaca, y combatir como
antes contra las privaciones, que fatigarse para
procurarse las comodidades, que los gastos de
transporte y el mucho tiempo que se necesitaría
para llevarlo á Cartagena, absorberían quanto
valían, y aun mas. De este modo, las produc-
ciones, y el comercio de ellas, se perdieron para
siempre.
Mas recientemente, no llevaban á Guiana, por
el rio Meta, mas que hamacas, esteras, y algunos
otros artículos groseros en algodón, harina, y un
poco de azúcar, sin que fuese lo suficiente para
exportar la mas pequeña cantidad. Los agentes
de este miserable comercio recibían metálico, con
el que no les permitían comprar ni siquiera los ins-
trumentos de hierro para la agricultura.
Volvamos al Orinoco, enriquecido con los aguas
del Meta. 30 leguas mas abaxo se desagua el
Sinaruco en este rio al oeste, después de haber
atravesado por cosa de 50 leguas un pays del que
nadie pide sus producciones.
170
A 15 leguas mas arriba 'el Apare entra en el
Orinoco.
£1 rio Apure toma su origen en las montanas
vecinas de Sn Cristoval. Tiene un curso de 170
leguas, de las quales 40 son del norte si sud-oeste,
y las demás del oeste al este* Después se dirige
al sud para reunirse al Orinoco* Es navegable
mas de 60 leguas.
En su curso aumenta el cuerpo de sus aguas
por las de un numero inmenso de otros ríos» al-
gunos de los quales son igualmente navegables, y
tanto mas útiles, que después de haber regado la
mayor parte de Venezuela, sirven para el trans-
porte de aquellos mismos artículos que les deben
existencia. Estos rios son, el Tinaco, S* Carlos,
Cojeda, Aguablanca, Acarigoa, Ara, Yarno, Hos-
pina, Maria, Portuguesa, Guanara, Tucupido,
Bocono, Masparo, Yuca, Sto Domingo, Faguey,
Tisnados, &a Todas ellos mezclan sus aguas
sucesivamente en los inmensos llanos de Vene-
zuela. Casi todos ellos se juntan cerca de S°
Jayme, y forman un gran cuerpo de agua, que á
12 leguas mas abaxo se arroja en el Apure, á 20
leguas al norte del Orinoco. El choque es tan
violento, que la agitación se siente hasta en el
medio del rio ; y aun á aquella distancia, la cre-
ciente y los remolinos ponen en gran peligro al
navegante.
Los limites del Orinoco, desde la boca del
Apure, son la provincia de Venezuela y la de
Cu man a hasta el mar.
171
Sobre las orillas del Apure, y de los otros ríos
que recibe, hay una infinidad de comunes, que
contienen muchos animales muy estimados. Se
componen de bueyes, caballos, y muías, pero
principalmente de las ultimas. Su exportación
natural es por La Guiana, á causa de la ventaja
que ofrece el pays para su alimento hasta la mis-
ma boca del Orinoco.
Toda aquella porción de Venezuela, que al
presente forma la nueva provincia de Varinas, y
aun toda la parte meridional de la provincia de
Venezuela, se halla convidada, por la facilidad
del transporte, á enviar sus comodidades á La
Guiana, en lqgar de llevar sobre muías á Caracas
ó Puerto Cabello, su café, su algodón, y su añil,
y de viajar 100 leguas por caminos casi impasa-
bles, é intersectados por ños que freqüentemente
inundan sus orillas.
£1 trato entre la provincia de Varinas y la de
«Guiana, no es tan seguido como la naturaleza de
las cosas parece indicar ; porque la ciudad de
S* Tomé no teniendo apenas metálico, y que rara
vez van alli navios de Europa, el cultivador halla
aun, en el precio por sus artículos en los puertos
de Venezuela, una compensación por los gastos
y dificultades inseparables de un viage largo y
penible hasta Caracas ó Puerto Cabello.
Desde la confluencia del rio Apure con el
Orinoco, hasta Sto Tome, se cuentan 80 leguas.
En todo este espacio ningún rio de importancia
172
se desagua en el Orinoco, á no ser el Caura y el
Caucapana.
La navegación de la parte superior del Orinoco
no es tan fácil y cierta como la magnitud del rio
haría creen Lleno de isletas que obstruyen su
canal, y que unas veces hechan su lecho á la izqui-
erda, y otras á la derecha,— sembrado de peñas de
todos los tamaños y de todas las alturas, algunas
de la quales están á flor del agua, y otras más ó
menos hundidas según la estación, y sugeto á
golpes de viento,— el Orinoco no puede ser nave-
gado mas que por buenos pilotos, y por barcos de
una construcción peculiar, y de un cierto tamaña
Todo esto no hace relación mas que á la navega-
ción que comienza en el puerto de la Guiana para
ascender el Orinoco, ó á la boca del Meta para
descender á la capital.
No nos falta mas que dar a conocer el pequeño
espacio de tres grados cinquenta y dos minutos
de longitud, que separa la presente capital de la
boca del Orinoco ; y para aprovecharnos de las
apreciables informaciones que Humboldt ha dado,
lo tomaremos en el mismo orden. De aquí re-
sulta mayor ventaja, á causa de que el curso de
la navegación es también el mismo. £1 conoci-
miento exacto del Delta, y del curso del rio
Caroni, es igualmente interesante para la hydro-
grafia y para el comercio Europeo.
Para juzgar de la extensión y configuración
de un pays intersectado por los brazos del Ori-
noco, y sugeto á inundaciones periódicas, Hum-
173
boldt halló que era expediente examinar astro-
nómicamente, la situación y los puntos en que
terminan la cima y los ramos mas remotos del
Delta. ,
El Sw Churruca, que fue nombrado, con Don
Joaquín Fidalgo, para inspector las costas de
Tierra Firme, y las Islas de las Indias Occiden-
tales, ha obtenido la latitud y longitud de La
Boca de Manamo, Punta Baxa, y Vieja Guiaría.
Los informes del S" Espinosa nos han dado á
conocer la verdadera situación de Punta Barima ;
de suerte que al corregir las longitudes absolutas
por las de Puerto España en la Isla de la Trini-
dad, y del castillo de SD Antonio en Cumana,
(dos puntos verificados por las observaciones del
mismo Humboldt, y por las indagaciones juiciosas
de M. Oltmanns), ofrecen resultados bastante
exactos.
Seria de desear que se determinase por el chro-
nometro, en un viage sin interrupción, la diferen-
cia de meridiano entre Puerto España y las pe-
queñas bocas del Orinoco, entre Sn Rafael (la
cima del Delta), y Angostura. La situación de
esta, según Humboldt, estriba sobre la de Cuma-
na, y (por la confluencia del Apure) sobre Cara-
cas y Puerto Cabello.*
* Los siguientes son los resultados de sus indagaciones :
Puerta Barima, la orilla oriental de la grande boca (Boca de
Navios) del Orinoco, corregido por Puerto España y Puerto
Rico, según M. Oltmanns, 62° 26' 46" ; por Cumana, según
las observaciones directas de Humboldt, 62° 20' 10" : lo ha
174
Toda la costa oriental del Sud de America,
desde el Cabo de S* Roque, y particularmente
desde el puerto de Maranham, hasta el grupo de
montañas de Paria, es tan baxa, que parece difícil
atribuir el Delta del Orinoco, y la formación de
su suelo, al ciénago acumulado de un solo rio.
£1 Delta del Nilo era, según el testimonio de
los antiguos, un golfo del Mediterráneo, colmado
por aluviones sucesivos. Es fácil concebir, que á
la embocadura de todos los grandes ríos, donde
la velocidad de la corriente disminuye de un
golpe, se forma un banco, una isla, un deposito
de substancias que no pueden ir mas lexos. Tam-
bién es fácil concebir, que el rio, forzado á correr
al rededor de este nuevo banco, se divide en dos
brazos ; y que la tierra que se acumula hallando
un punto de apoyo en la cima del Delta, se ex*
tiende mas y mas, ensanchando estos brazos. Lo
que ocurre en la primera bifurcación, puede muy
bien efectuarse en cada canal separado ; de suerte
fixado á 62° 23', porque los navegantes Españoles salen de la
isla de la Trinidad, y había fixado la longitud de Angostura
por la de Cura ana, uno de los puntos de America cuya posi-
ción es mas fixa y conocida : la Boca de Man amo, que es casi
la mas al occidente de las Bocas Chicas del Orinoco, 64° 44^ ;
Sn Rafael, cerca del punto donde el Caño de Manamo, que
forma las Bocas Chicas, se separa del tronco principal, 64°
18' ; Vieja Guyana, 64° 43' : (La latitud que Churruca ob-
servó en tierra es 8o 8' 24" ; de consiguiente casi la misma
que la latitud de Angostura, que halló ser 8° 8' 11" : La Cruz
y Arrowsmith ponen la Vieja Guyana en 18" y 26" al norte
de Angostura) : Sto Tomé de Angostura, 66° 15' 21".
175
que per la misma operación, la naturaleza puede
formar un laberinto de pequeños canales bifurca-
dos, que se llenan ó se aprofundizan en el curso
de los siglos, según la fuerza y dirección de las
aguas.
No hay duda que el tronco principal del Ori-
noco se ha dividido de este modo, á veinte y
cinco leguas de la Boca de Navios, en dos brazos,
Zacupana é Imataca. Los otros ramos menos
considerables que el rio envia bácia el norte, y
cuyas bocas se llaman Bocas Chicas, parecen ser
un fenómeno semejante al de los Deltas de los
rio» tributarios.
La separación mayor de los brazos del Orinoco
es de 47 leguas náuticas. Esta es la anchura del
Delta del Océano entre Punta Barima y la mas
occidental de las Bocas Chicas. Como hasta
ahora no se ha hecho una exacta mensuracion dé
aquellas costas, el numero de bocas no se conoce.
Una tradición vulgar da siete al Orinoco, y nos
recuerda las septem ostia Niü, tan celebres en la
antigüedad. Pero el Delta del Egipto no se
limitaba siempre á este numero ; y once bocas
considerables se pueden contar en la costa inun-
dada de Guiana.*
* Boca de Navio»; B. de Lauran (Loran, Laurent) ; B. de
Nuina, á do» 6 tres leguas al oeste de la isla de los Cangrejos,
y de doce ó catorce pies de hondo ; B. Cmca de Mariusas,
cinco legues mas arriba, poco conocida ; B. de Vinquinia ; B.
Grande de Mariusas, muy navegable ; B. de M acareo (el Caña
de este nombre admite navios grandes hasta Sn Rafael, donde
176
Después de la Boca de Navios, que los mari-
neros conocen á causa de la Punta de Bariraa, las
Bocas de Mantisas, Macareo, Pedernales, y Ma-
namo Grande, son las mas útiles para la navega-
ción. '
Aquella parte del Delta que se extiende al este
de la Boca de Macareo, está bañada por las aguas
del Golfo de Paria ó Golfo Triste. Este golfo
se forma por las costas orientales de la provincia
de Cumana, y por las occidentales de la isla de la
Trinidad. Se comunica con el Mar Caribe por
las famosas Bocas de Dragos, que los pilotos de
la costa, desde el tiempo de Cristoval Colon, han
sido consideradas, aunque impropiamente, como
las Bocas del Orinoco. #
se separa del tronco principa]) ; B. de Cucuina, mas estrecha,
pero mas honda ; B. de Pedernales, navegable ; B. de Mana-
mo Grande, cerca de las Islas de Plata y Pesquero ; B. de Gua-
nipa. Desde la B. de Nuina hasta la B. de Manamo Grande,
las distancias parciales se indicaron á 5, 7, 8, 6, 4, 8, y 7
leguas- Lo sinónimo de estos canales del Orinoco no deza de
embarazar. ¿ Acaso la B. de Capure entre Pedernales y Ma-
careo, no es idéntica con la B. de Cucuina ? ¿No conduce
el Caño de Laurent, que dicen es sumamente ancho donde se
separa del Orinoco, y muy estrecho á su boca, á una de las
Bocas de Mariusas ?
* Las aguas que tan impetuosamente salen de las Bocas de
Dragos, son, Io, Las del Océano Atlántico, cuyas corrientes
suben hacia la costa de la Guyana, por el canal. del Sur, (en-
tre Punta de Mangles del Continente, y Punta Galiota de la
Isla de la Trinidad), al oeste-nord-oeste ; 2a*» Las aguas dul-
ces de las Bocas Chicas del Orinoco, (de los Caños Peder-
nales y Manamo Grande, unidos á los del rio Guarapiche).
177
Quando un navio quiere entrar por la boca prin«
cápal del Orinoco» la Boca de Navios» debe ir há- -
cía la Punta Barima. La orilla del sud es la mas
alta ; la roca granítica se asoma por encima del
suelo pantanoso á una pequeña distancia en el
interior, entre el Caño Barima, el Aquire, y el
Cuyuni. La orilla del norte del Orinoco es la
mas baxa, y se distingue á gran distancia por los
troncos de palmas de mauritia que adornan el
paysage ; esta costa se extiende lo largo del
Delta, bácia la boca de Mantisas y la Punta
Baxa.*
£1 mauritia es el árbol de sagot del pays;
Es indudable, que el Golfo de Paría formaba antiguamente un
golfo interior, quando la Isla de la Trinidad estaba aun unida
al Cabo de Paria, y al sud-oeste (Punta de Icacos) al Punto
Foleto, situado al este de la Boca de Pedernales. Tres isletaa
de rocas, en parte cultivadas de algodón* (Islas de Monos, de
Huevos, y de Chacachacares), dividen el canal, que tiene tres
6 quatro leguas de ancho, (entre el cabo nord-oeste de la Isla
de la Trinidad, cerca del Puerto de Chaguaramas y de la
Punta de la Pena, la extremidad oriental de la costa de Paria),
en quatro pequeños caños; Boca de Monos, B. de Huevos,
B. de Navios, y B. Grande. Estas bocas colectivamente se
llaman Bocas de Dragos. También hay otras isletas cerca de
la costa oriental de Paría, (El Fraile, El Pato, y El Patito),
cuya existencia atesta las convulsiones á que este pays ha es*
tado expuesto.
• Según Churruca, su latitud es 9o 35' SO", (ó 0° W 5&»
mas al norte que la Punta Barima). Humboldt halló su Ion*
gitud en el 63° 21', según sus observaciones en Cumana.
f La fécula nutritiva 6 harina medular del árbol de sago se
halla principalmente en un grupo de palmas, que M. Kunth
ha distinguido por el nombre de calameae. Sin embargo en
TOM. II. M
178
produce lá harina de que está hecho el pan del
yuruma ; y lesos de ser un árbol de palma de la
costa, como el chamoerops huniilis, el árbol der
coco, y el lodoicea de Commerson, se halla como
un árbol de palma desde los pantanos hasta los
manantiales del Orinoco.
En el tiempo de las inundaciones estos troncos
de mauritia, con sus hojas en forma de abanico,
tienen la apariencia de un monte que se levanta
sobre el seno de las aguas. El navegante, que
va por los canales del Delta del Orinoco por la
noche, ve con sorpresa las cimas de las palmas
iluminadas por grandes fuegos. Estas son las
habitaciones de los Guaraones, que están suspen-
didas á los troncos de los arboles. Estas tribus
cuelgan esteras, sobre las que ponen tierra, y en-
cienden los fuegos necesarios para sus necesida-
el Archipiélago Indiano se recoge como un artículo de co-
mercio de los troncos de los cycas revoluta» del phcenix fnrine-
fera, del corypha umbraculifera, y del caryota urena* La can*
tidad de materia nutritiva que da el verdadero árbol de asgo
del Asia, (sagua Rumphii, 6 metroxylon sagú, Roxburgh),
excede lo que da qualesquiera otra planta útil al hombre* Un
tronco de árbol, en su 15° año, á veces da 600 Ibs. de sago, 9
harina, (pues la. palabra sago significa harina en el dialecto
de Amboina). M. Crawford, que residió mucho tiempo en
el Archipiélago Indiano, calcula, que una aranzada Inglesa
(4020 metros quadrados) puede contener 435 arboles de sago,
que darían 1 20,500 Iba. de fécula, ó mas de 8000 libras al a&o.
Esté producto es triple que el del trigo, y doble que el de pa-
tatas en Francia. Pero el plantano produce, sobre el mismo
espacio de tierra, mas substancia nutritiva que el árbol de
sago.
179
3és domesticas. Deben su libertad é indepen-
dencia desde hace machos siglos, al suelo tré-
mulo y cenagoso, sobre, el que ellos tan solo saben
andar seguramente en tiempo dé sequedad, á sus
soledades en el Delta del Orinoco, y á sus habi-
taciones en los arboles. Él mauritia, el árbol de
la vida de los misioneros, no solo ofrece á los
Guantones una morada segura durante las cre-
cientes del Orinoco, pero también su fruto en
nuez, su medula harinosa, su jugo que abunda
en materia melífera, y las fibras de sus petiolea,
les dan alimento, vino,* y una especie de cáñamo
muy propio para hacer cuerdas y texer hamacas.
Estas costumbres de los Indios del Delta del
Orinoco se hallaban antiguamente entre los del
Golfo dé Darien (Uraba), y en la mayor parte
de los payses inundados entre el Guarapiche y
las bocas de las Amazonas. Es curioso observar,
en el grado mas baxo de civilización humana, la
existencia de toda una raza de hombres que de*
pende de una sola especie de árbol de palma, se-
mejante á aquellos insectos que se alimentan de
una misma flor, ó de la misma parte de una
planta.
No debemos sorprendernos al hallar que haya
tantas opiniones sobre la anchura de la boca prin-
cipal del Orinoco (Boca de Navios). La isla
grande de los Cangrejos no está separada mas
* £1 uso de este vino naurichi no es muy común. Los
Guaraones prefieren por lo general una bebida hecha de miel
fermentada.
18Q
que por un canal estrecho de la tierra inundada,
que se extiende entre las Bocas de Nuina y de
Mariusas, de suerte que se obtendrá 20 6 14 le-
guas náuticas (de 950 toisas cada una), según se
mida (encuna dirección opuesta á la del corriente)
desde Punta Barima hasta la orilla opuesta mas
cercana, ó desde la misma Punta hasta la orilla
oriental de la Isla de los Cangrejos.
£1 canal navegable está atravesado por un
banco de arena, en la que no hay mas que 17
pies de agua; cuyo ancho se cree que es de
2500 á 2800 toisas. El. Orinoco, como el río de
las Amazonas, el Nilo, y todos los ríos que se se-
paran en varios ramos, no es tan ancho á su boca
como se supondría de lo largo de su curso, y de
la anchura que conserva hasta varios cientos de
leguas en el interior.
£1 Orinoco es inferior á las Amazonas en lo
largo de su curso, y aun mas en su anchura en
el interior : pertenece á los ríos del segundo
rango. Pero debemos observar, que todas estas
clasificaciones, sacadas de lo largo de su curso,
ó de lo ancho de las bocas de los ríos, son suma-
mente arbitrarías. Los ríos de las islas Británi-
cas se terminan por golfos ó lagos de agua dulce,
jen los que las mareas Causan ondas y oscilaciones
periódicas ; y nos advierten suficientemente, que
tfo debemos juzgar de la importancia de un siste-
ma hydraulico,* puramente por la extensión de
* £1 Thames y el Severn ; y en el Nuevo Mundo el río
Guayaquil, que nace al pie del Chimborazo, y que hace ver
181
las bocas de los ríos. Toda idea de magnitud
relativa no tendrá precisión, si no se compara* el
volumen de las aguas, verificado por la medida
de su velocidad, y por, el área de las secciones
transversales.t Rios de una anchura aparente-
mente grande, no teniendo lechos tan profundos
y atravesados por varios canales paralelos, con-
tienen menos agua que se supondría á primera
vista ; y el volumen de sus aguas varia tan con-
siderablemente en los dos periodos de su máxi-
mum y de su minimum,í que durante las inunda-
•
«na desproporción entre la breridad de su corso 7 lo ancho
de so boca.
f £1 conocimiento de estas secciones vivas (sections vives)
en el Ganges 7 en el Nilo, le debemos á los trabajos impor-
tantes del Mayor Renell 7 de M. Girard.
% M. Girard halló qoe el volumen del Nilo, en el puerto de
Sjrout, á tiempo de so menguante, era de 678 metros cúbicos
en un segando» mientras que el Ganges le dio durante las in-
undaciones 10247 metros cúbicos. Podemos juzgar por ana-
logia del aumento enorme del Orinoco, si nos acordamos que
en algunos parages sube 25 pies, en los que el medio de su
ancho es de 1000 toisas. La siguiente es una tabla compara-
tita de algunos de los rios grandes del Nuevo Mundo, calculan-
do lo largo de so curso según los mapas mas recientes, 7 aña-
diendo una tercera parte por las tortuosidades.
Las Amazonas, 980 leguas, de 20 leguas en el grado.
El Misi8ipi, 560 leguas, subiendo por el ramo principal
hasta el Chippewa7, pero 815 leguas subiendo hasta su origen.
£1 rio de la Plata, 530 leguas, subiendo por el rio Para-
guay.
£1 Orinoco, la parte conocida 420 leguas.
. (El Indus tiene un curso de 510 leguas, 7 el Ganges de
426.)
182
¿iones son á veces 15 6 20 veces mayores que en
la estación de sequedad.
. Quando se dobla la Punta Barima, y que se
entra en el lecho del Orinoco, no tiene mas que
300 toisas de ancho. Computaciones mayores
nacen del error de los pilotos en no medir el rio
en linea perpendicular á la dirección de su cor-
riente. £1 laberinto de canales que conduce á
las bocas chicas muda diariamente en profundi-
dad y en figura. Muchos pilotos están persuadi-
dos que los canos de Cocuina, Pedernales, y Ma-
careo, por los que se hacía un comercio de con-
trabando con la Isla de la Trinidad, han ganado
mucho en profundidad estos últimos años ; y que
el rio tiene una tendencia á retirar sus aguas de
* la Boca de Navios, y de correr hacia el nord-
oeste. Antes del año de 1760, los barcos que
hacían mas de 10 ó 12 pies de agua rara vez se
aventuraban á entrar en los pequeños caños del
Delta. El miedo de las bocas chicas del Orinoco
ha casi desaparecido j y los navios de los enemi-
gos, que nunca han navegado en aquellas partes»
hallan entre los Guaraones guias oficiosas y ex-
perimentadas. La civilización de esta tribu és
de la mayor importancia para un gobierno que
desee hacerse dueño del Orinoco.
Podemos juzgar del cuidado y habilidad que
exige la navegación del Orinoco en su boca, por
lo que diariamente sucede á los mismos Guaraones.
Nacidos entre las bocas del Orinoco, no viviendo
mas que de la pesca, que les obliga incesante-
183
mente á navegar en las aberturas y canales de
las isletas, que exclusivamente poseen y habitan,
tienen que saber precisamente donde se hallan ;
sin embargo estos mismos hombres anfibios, como
quien dice, se pierden freqüentemente, y tienen
que buscar el corriente, para que les lleve al mar,
y entrar, después que se han asegurado donde se
hallan, por el canal mas adaptado para su vuelta.
Estos canales, formados por una inmensidad de
islas, son tan numerosos, y tienen tantas direc-
ciones, que, en la mayor parte, no se percibe
ningún corriente ; en otros, los remolinos y los
golpes de viento establecen corrientes falsas, que
llevan á uno rio arriba en lugar de río abaxo.
£1 uso del compás no sirve siempre para asegu-
rarse, quando uno se ha perdido, contra el andar
errando por varios dias entre las islas Guaraonas,
y de volver al' mismo punto de donde uno salió,
creyendo en el entre tanto que se subia 6 baxada
el rio. Todas estas circunstancias muestran la
necesidad de tener á bordo un buen piloto, ya
sea para baxar ó subir el Orinoco.
El fluxo y refluxo de la marea se sienten en
el mes de Abril, quando el rio está en su men-
guante, mas arriba de Angostura, á una dis-
tancia de mas de 85 leguas en el interior. A
la confluencia del Caroni, que está á 60 leguas
de la costa, el agua se levanta de un pie y tres
pulgadas. Estas oscilaciones de la superficie del
rio, esta suspensión de su curso, no debe con-
fundirse con una marea que sube. A la boca
184
grande del Orinoco, cerca del Cabo Barima, la
marea se levanta á la altura de dos ó tres pies ;
pero mas lexos hacia el nord-oeste, en el Golfo
Triste, entre la boca de Pedernales, el rio
Guarapiche, y la costa occidental de la Trini-
dad, la marea sube á 7, 8, 9, y hasta 10 pies.
Tal es la influencia que tiene la configuración
de la costa, y los obstáculos que presentan las
Bocas de los Dragos á la salida de las aguas,
sobre puntos de SO ó 40 leguas de distancia las
unas de las otras.
Todo lo que cuentan en obras muy recientes
de los corrientes particulares causados por el Ori-
noco á 2o 6 3o de distancia en plena mar, de los
cambios que se observan en el color del mar, y de
las aguas dulces del Golfo Triste, es enteramente
fabuloso. Las corrientes, en toda esta costa,
• corren desde el Cabo de Orange hacia el nord-
oeste ; y las variaciones que producen las aguas
dulces del Orinoco sobré la fuerza de la corriente
general, y sobre la transparencia y color del mar,
rara vez se extiende mas alia de 3 ó 4 leguas este*
nord-este de la isla de los Cangrejos.
Las aguas del Golfo Triste son saladas, aun-
que en menos grado que en el resto del Mar
Caribe, á causa de las bocas chicas del Delta del
Orinoco, y de la masa de agua que da el Guara-
piche. Por esta razón no hay salinas en esta
costa ; y Humboldt dice haber visto navios de
Cádiz que llegaban á Angostura cargados de sal,
y (lo que caracteriza el estado de la industria en
185
las colonias) aun de ladrillos para edificar la ca-
tedral.
La distancia extraordinaria á la que las pe-
queñas mareas de la costa se sienten en el lecho
de las Amazonas, * y del Orinoco, se ha conside-
rado hasta ahora como una'prueba cierta de que
estos dos ríos no tienen mas que un declive de
unos quantos pies durante un curso, el uno de
£00 leguas, y el otro de 85. Sin embargo, esta
verdad no parece ser irrefragable, si reflexiona-
mos que la magnitud de las undulaciones transmi-
tidas depende mucho de circunstancias locales-
de la forma, de las tortuosidades, y del numero
de los canales de comunicación, de la resistencia
del fondo sobre el que sube la marea, del recha-
zamiento de las aguas por las orillas opuestas, y
de su compresión en un estrecho.
Un hábil ingeniero ha mostrado recientemente,
que en el lecho de la Garonne las oscilaciones
suben, como en un plano inclinado, mucho mas
arriba que el nivel de las aguas del mar á la em-
bocadura del rio. En el Orinoco, las mareas de
una altura desigual de Punto Barima y del Golfo
Triste, se transmiten en intervalos desiguales de
tiempo, por el caño mayor de la Boca de Navios,
y por los caños estrechos, tortuosos, y numerosos
de las Bocas Chicas. Como estos pequeños ca-
nales se separan á un mismo punto del tronco
principal cerca de S* Rafael, se podrían hacer
* El rio de las Amazonas creze periódicamente al Estrecho
de Panxfe, á 192 leguas de la costa.
186
indagaciones muy curiosas sobre la retardación
de las mareas, y sobre la propagación de las olas
en el lecho del Orinoco, sobre y mas abaxo de Sn
Rafael, en el Cabo Barima, en el océano, y en la
boca de Manamo en el Golfo Triste. La arqui-
tectura hydraulica, y la teórica del movimiento
de los fluidos en canales estrechos, ganarían
igualmente por un trabaxo, para cuya execucion
el Orinoco y las Amazonas presentan facilidades
peculiares.
La navegación del rio, ya sea que los navios
lleguen por la Boca de Navios, ó que se aventuren
á entrar por el laberinto de las Bocas Chicas,
exige varias precauciones, según estén las aguas
del rio altas ó baxas. La regularidad de estas
subidas periódicas del Orinoco hace mucho
tiempo que han sido un objeto de admiración para
los viageros, como las inundaciones del Nilo
dieron á los filósofos antiguos un problema difícil
de resolver. El Orinoco y el Nilo, contrarios á la
dirección del Ganges y del Indus, el río de la
Plata y el Eufrates, tienen el mismo curso del
sud al norte ; pero los manantiales del Orinoco
están cinco ó seis grados mas cerca del equádor
que los del Nilo. Al observar todos los días las
variaciones accidentales del atmosfera, es difícil
persuadirse, que en un espacio mayor de tiempo
los efectos de estas variaciones se compensan mu-
tuamente ; que en una larga sucesión de años,
los medios del temperamento, de la humedad, y
de la compresión barométrica, difieren tan poco
187
»
de mes á mes ; y que la naturaleza, apesar de la
multitud de perturbaciones parciales, sigue un
carácter constante en las series de fenómenos
meteorológicos. Rios inmensos se reúnen en un
receptáculo común, que una superficie de varios
miles de leguas quadradas recibe en si. Por muy
desigual que sea la cantidad de lluvia que caiga
jdurante varios años sucesivos en tal ó tal valle,
las crecientes de los ríos que tienen un curso largo
no se bailan de ningún modo influidas por estas
variaciones locales. Las crecientes representan el
estado medio de la humedad que reina en todo el
lecho; sjguen anualmente toda la progresión,
porque su principio y su duración dependen tam-
bién del medio de los periodos, aparentemente
muy variables, del principio y fin de las lluvias en
las diferentes latitudes por las que corren las
aguas del tronco principal, y sus varios rios tribu-
tarios. Pe aqui resulta, que las oscilaciones pe-
riódicas de los rios sdü, como la igualdad del
temperamento de las cavefnf» y de las fuentes,
una indicación sensible de la distribución regular
de la humedad y del calor, que ocurre de año en
año sobre una extensión considerable de terreno.
Sorprenden al vulgo, como sucede siempre quan- .
do no pueden subir á las primeras causas del
orden que perciben en ellas: como los medios
del temperamento, por una larga sucesión de
meses ó años, sorprenden á los que ven por la
primera vez un tratado sobre los climas. Los
rios que pertenecen á la zona tórrida muestran
188
en sus movimientos periódicos aquella regularidad
maravillosa, que es peculiar á una región donde
el mismo viento trae, casi siempre, strata de un
aire de un temperamento igual ; y donde el cam-
bio del sol, en su declinación, causa todos loe
años, al mismo tiempo, una ruptura del equilibrio
en la intensidad eléctrica, en la cesación de las
brisas, y en el principio de la estación de las llu-
vias. El Orinoco, el rio Magdalena, y el Congo
ó Zaire, son los únicos rios grandes de las regiones
equinocciales del globo, que, naciendo cerca del
equador, tienen sus bocas en una latitud mas alta, .
aunque dentro de los trópicos. El Nilo y el rio
de la Plata dirigen su curso en los hemisferios
opuestos desde la zona tórrida hacia la tem-
plada.*
Mientras que confundiendo el rio Paragua de
la Esmeralda con el rio Guaviare, se buscaban
los manantiales del Orinoco hacia el sud-oeste, al
declive oriental de los Andes, las crecientes de
este rio se atribuían á una fundición periódica de
* En Asia, el Ganges, el Burampooter, y loa rios magea»
tuoaos del Indo-China, dirigen su curso hacia el equador.
£1 primero corre desde la zona templada á la tórrida* Esta
circunstancia de corrientes que siguen direcciones opuestas
(hacia el equador, y hacia los climas templados), tienen un
influxo sobre el periodo y la altura de las crecientes, sobre
la naturaleza y variedad de las producciones de las orillas de
los rios, sobre la mayor ó menor actividad del comercio, y
podemos añadir, de lo que sabemos de las naciones del Egipto,
Meroe, é India, sobre los progresos de la civilización lo largo
de los valles del rio.
189
fes nieves. Esta suposición estaba tan distante
de la verdad, como la de que el Nilo crecía por
las nieves derritídas de Abysinia. Las Cordille-
ras de Nueva Granada, cerca de las que los ríos
tributarios del Orinoco, el Guaviare, el Meta, y
el Apure, toman su origen, no entran mas en los
limites de las nieves perpetuas, excepto los Para-
mos de Chita y Mucuchies, que los Alpes de la
Abysinia. Montañas nevadas son mucho menos
raras en la zona tórrida que generalmente se ad-
mite ; y la fundición de la nieve, que en ninguna
estación es alli abundante, no aumenta nada al
tiempo de las inundaciones del Orinoco.
Los manantiales de este rio están (al este de la
Esmeralda) en las montañas de Parima, cuyas
cimas mas altas no exceden 1200 ó 1300 toisas
de elevación ; y desde la Grita hasta Neiva (entre
7*£° y S° de latitud) el ramo oriental de la Cor-
dillera presenta muchos paramos de 1800 á 1900
toisas de alto,* y solo un grupo de Nevadas, es
decir de montañas de 2400 toisas de elevación,
en los cinco Picachos de Chita. Las tres cor-
rientes tributarias occidentales del Orinoco nacen
* Desde el norte al sud : los Paramos de Porqueras, y de
Laura (cerca de la Grita); de Cacota; de Almorzadero,
Zoraca, Guachaneque, y Chíngasa (entre Pamplona y Su Fé
de Bogotá) ; la Suma Paz, entre Pandi y Neiva. £1 tempe-
ramento medio de estos desiertos montañosos que en el paya
llaman Paramos, es de 9o. Humboldt halló algunas veces en
«Nos el termómetro centígrado á 4°. No vio caer nada de
AÍeve periódicamente baxo el equador á la altura absoluta de
1860 ó de 1900 toisas.
19o
fen los Paramos de Cujidinamarca, que estañ des-
tituidos de nieve. Solo los ríos segundarios que
caen en el Meta y el Apure, reciben algunas
aguas de nieve, tales como las del rio Casanare,
que baxan del Nevado de Chita, y el rio Santo
Domingo,* que baxa de la Sierra Nevada de
Merida, y que atraviesa la provincia de Varinas.
La causa de las crecientes periódicas del Ori-
noco obra del mismo modo en todos los rios que
toman su origen en la zona tórrida. Después del
equinoccio vernal, la cesación de las brisas anun-
cian la estación de las lluvias. El aumento de
los rios, que pueden considerarse como ombróme-
tros naturales, es en proporción de la cantidad de
agua que cae en las diferentes regiones. Esta
cantidad, en el centro de los montes del Alto
Orinoco y del rio Negro, excede anualmente,
según Humboldt, 90 ó 100 pulgadas. De con-
siguiente, aquellos naturales que viven baxo el
cielo anublado de la Esmeralda y del Átabapo,
saben, sin tener la mas pequeña noción de filoso-
fía natural, lo que no sabían los Eudoxus y los
Eratosthenes antiguos, que las inundaciones de
* £1 Nevado de Macuchies, la parte oriental de la Sierra
Nevada de Merida, da origen en el sud al rio de S*° Domingo ;
y en el norte, al rio Chama, que se desagua en el Golfo de
Maracaibo. Un rio tributario del primero de estos dos, el
Paguay, viene de la parte occidental de la Sierra Nevada de
Merida. De consiguiente, no hay en toda la circunferencia
del lecho del Orinoco, otra cima que entre en la región per-
petua de las nieves, excepto esta Sierra Nevada de Merida,
(lat. 7o 50'), y el Nevado de Chita (lat. 5o 45'). .
191
los grandes ríos son causadas únicamente por
las lluvias equatoriales.
Lo siguiente es él progreso usual de las osci-
laciones del Orinoco. Poco después del equi-
noccio vernal (algunos dicen el 25 de Marzo)
6e comienza á observar el principio de la cre-
ciente. Primeramente no sube mas que una
pulgada en 24 horas $ algunas veces el rio suele
basarse otra vez en Abril ; llega á su máximum
en Julio ; continúa en el mismo nivel desde
fines de Julio hasta el 25 de Agosto ; y después
disminuye progresivamente, pero mas lentamen-
te que creció. Está en su minimum en el mes
de Enero y Febrero. En los dos mundos, los
ríos de la zona tórrida septentrional llegan á su
mayor altura al mismo tiempo. El Ganges, el
Gambia, y el Niger, están en su máximum, como
el Orinoco, en el mes de Agosto.* El Nílo dos
meses mas tarde.t
* Cerca de 40 6 50 días después del solsticio estival.
\ El punto (17° 35') donde el Tacazze 6 Astaborag entra
en el Nilo. £1 Nílo no recibe ningún rio mas abaxo de aqui,
tanto al este como al oeste ; el único exemplo que hay en la
historia hydrografica del globo. La distancia desde la boca
del Tacazze hasta el Delta es cerca de 1350 millas náuticas ;
de suerte que admitiendo la velocidad media del Nilo á quatro
pies en un segundo, ó á dos millas y media en una hora, 22
dias y medio es el tiempo de la baxada de una partícula de
-agua. Este es también el tiempo que una creciente tomaría
para baxar desde el origen del Orinoco hasta su boca, por un
curso de 1308 millas náuticas. La velocidad del Nilo en
Nubia no hay duda que es mayor que lo que hemos calculado
7
19*
La ley de la creciente y del menguante del
Orinoco es mas difícil de fixar con respecto á
espacio, 6 á la magnitud de las oscilaciones, que
con respecto al tiempo, ó al periodo del máxi-
mum 6 del mínimum. Humboldt, no habiendo
podido medir sino imperfectamente la subida
del rio, presenta computaciones» aunque no sin
vacilar, que difieren mucho entre si. Los pilo-
tos extrangeros admiten 19 pies por la subida,,
ordinaria en el baxo Orinoco. M. Depons, que
por lo general ha recogido nociones muy exac-
tas durante su residencia en Caracas, . la fixa á
veinte y seis varas. Las alturas varían natural-
mente según el ancho del lecho, y el numero
de ríos tributarios que recibe el tronco princi-
pal. Parece que la subida media en Angostura
no excede 24 ó 25 pies. En este sitio, una isla
situada en medio del rio, ofrecería la misma faci-
lidad para medir la creciente, como la que da
el nilometro (megyas) puesto á la punta de la
isla de Roudah. La gente cree que cada 25
años el Orinoco sube S pies mas que acostum-
bra ; pero la idea de este ciclo no estriba sobre
ninguna medida precisa. Sabemos por el testi-
monio de la antigüedad, que las oscilaciones del
Nilo* han sido visiblemente las mismas, respecto
á su altura y duración, por millares de años ;
aquí. La retardación de la oscilación . del Nilo e& muy
notable, comparada con la de los otros ríos de los trópicos.
¿ Acaso esta denota una causa mas remota de la subida de
las aguas ?
193
que es una prueba muy digna de notar, de que
el estado medio de la humedad y del tempera-
mento no varia en aquel vasto lecho.
Humboldt halló, por la altura barométrica de
SD Fernando de Apure, que la inclinación del
Apure y del Baxo Orinoco, desde esta ciudad
á la Boca de Navios, era de tres pulgadas y un
quarto de pulgada en cada milla náutica de 950
toisas cada milla** De. consiguiente, la fuerza
del corriente depende menos de la inclinación
del lecho, que de la acumulación de las aguas
altas, causadas por las lluvias abundantes, y por
el numero de ríos tributarios. Los colonos Euro-
peos han residido ya á las orillas del Orinoco
250 años ; y durante este largo periodo, según
la tradición que ha pasado de generación á gene-
ración, las oscilaciones periódicas del rio (el tiem-
po desde que comienza á crecer, y el tiempo en
que llega á su máximum), no se han retardado
mas que 12 ó 15 dias.
Quandb navios que van muy cargados navegan
hacia Angostura en los meses de Enero y Febre-
ro, favorecidos por las brisas y por la marea, cor-
ren peligro de encallarse. El canal navegable
cambia amenudo su anchura y dirección j sin em-
bargo, aun no han puesto ninguna boya para in-
dicar los bancos formados en el rio, donde las
aguas han perdido su velocidad original. Al sud
* Solo el Apure tiene una inclinación de 13 pulgadas en
cada milla.
TOM. U. N
194
del Cabo Barima, lo mismo que por el rio de este
nombre, por el rio Moroca y por varios e*t».
arios, existe una comunicación con la colonia
Inglesa del Eaequibow Navio» pequeños pueden
penetrar en el interior basta el rio Poumaron,*
en el que están los antiguos establecimientos de
Zealand y de Middlebourg. Hasta entonces esta
comunicación no interesaba mas que al gobierno
de Caracas,, á causa del comercio ilícito que fa-
cilitaba ; pero desde que Berbiee, Demerata, y
Esequibo* han caido entre las manos de un vecina
mas poderoso, ha fixado también la ateocion de
los Americanos Españoles* como unido á la se-
guridad de sus fronteras. Toda la costa entre el
Orinoco y las Amazona» se halla caracterizada
por ríos que tienen un curso paralelo á la costa»
y q«e no están á mas que á 4 ó & millas náuticas
de distancia.
A diez leguas del Cabo Barima, el lecho grande
del Orinoco se divide por la primera ves en dos
ramos de 200Q tobas de ancha Se conocen
bexo lo» nombres Indianos de Zaaupana é Ima-
taca. El primero, que es el que está mas hacia
el norte* se comunica al este de \m Islas de loa
Cangrejos y del Burro con las Bocas Chicas de
* Cerca del Cabo Nassau, el Coronel Inciarte, antes que
se estableciese en Angostura, fue empleado por el Gobierno
Español para examinar y medir el laberinto de esteros y
caños, entre la boca grande del Orinoco y la del Esequibo.
Por desgracia este oficial m> team consigo un cronometro.
195
Laura»,* 'Nuina, y Marineas. Como la Isla de
Burro desaparece en tiempo de las grandes inun-
daciones, desgraciadamente no es propia para
establecer im fuerte. La orilla meridional del
brazo de Imataca está cortada por un* laberinto
de pequeños canales, en los que corren el rio
Imataca y el rio Aquire>t Una larga serie de
cuestas graníticas se levantan en los fértiles
llanos entre el Imataca y el Cuyuni : es una pro-
longación de las Cordilleras de Parima, que sir-
viendo de limites al orizonte al sud de Angostura,
forma los famosos raudales del Caroni, y se acer-
ca al Orinoco como un cabo que se avanza, cerca
del pequeño fuerte de la Vieja Guiana. Las
pobladas misiones de los Indios Caribes, y de la
Guiana, gobernadas por los capuchinos Catalanes,
están cerca de los manantiales del Imataca y del
Aquíre. Las misiones mas orientales son las
de Miamu, Cumamu, y Palmar, situadas en un
pays montuoso, que se extiende hacia Tupuquen,
Santa Maria, y Villa de Upata. Ai subir por el
rio Aquire, y dirigiéndose hacia el sud después
de haber atravesado los pastos; se llega á la
Misión de Belem de Tu m ere m o, y después á
la confluencia del Curumu con el rio Cuyuni,
donde estaba antes establecidp el Destacamento
de Cuyuni. X Entramos en este detalle topogra-
* Caño PraAces.
f Estos caoales se coiftuiMcan con el Gaño de Arecifes,
que se Abro á dos leguas «I oeste del Cabo tarima.
% Al este de tas montanas del Kioeroto.
196
fico, porque el rio Cuyuni 6 Cuduvini corre etí
linea paralela con el Orinoco del oeste al este,
por una extensión de 2.5° 6 3o de longitud, t y
presenta unos excelentes confines naturales entre
el territorio de Caracas y el de la Guiana In-
glesa.
Los dos brazos grandes del Orinoco, el Zacu-
pana y el Imataca, continúan separados por 14
leguas. Mas arriba las aguas del rio se hallan
reunidas t en un canal sumamente ancho ; en su
extremidad occidental se encuentra una segunda
bifurcación ; y como la cima del Delta está en el
brazo septentrional del rio bifurcado, esta parte
del Orinoco es sumamente importante para la
defensa militar del pays. Todos los caños § que
terminan en las Bocas Chicas, salen desde el
f Incluyendo el rio Juruam, uno de los ramos principales
del Cuyuni. El destacamento Holandés está a 5 leguas al
oeste de la unión del Cuyuni con el Esequibo, donde el pri-
mero de estos ríos recibe el Mazuruni.
% A este punto de unión se encuentran dos pueblos de
Guaraones. También llevan el nombre de Imataca y de
Zacupana.
§ Caño de Manamo Grande, C. de Manamo phico, C,
Pedernales, C. Macareo, C. Cutupiti, C. Macuona, C. Grande
de Mariusas, &c. Los tres últimos caños forman por su unión
el canal tortuoso llamado Vuelta del Torno. Aunque el
laberinto de estos pequeños caños parece estar sugeto á cam-
bios muy freqüentes, no es por eso menos cierto que se po-
dría tomar un plan exacto de los grandes caños del Delta del
Orinoco. Este trabajo no hay duda sería largo ; pero rectifi-
cando de tiempo en tiempo las sondas que se marcasen en él,
sería de mucha importancia para la navegación.
197
mismo punto del tronco del Orinoco. El Caño
Manamo que se separa de él cerca del pueblo de
Sn Rafael, no tiene ninguna ramificación hasta
después de tres ó quatro leguas ; y poniendo un
fuerte mas arriba de la isla de Chaguaríes, An-
gostura estaría defendida contra un enemigo que
tratase de penetrar por alguna de las Boqps Chi-
cas* En tiempo de Humboldt, el puesto de lds
lanchas-cañoneras era al este de Sn Rafael, cerca
de la orilla septentrional del Orinoco. Este es
el punto * por el que tienen que pasar los navios
que suben á Angostura, por el caño septentrional,
que es el mas ancho, pero el menos hondo.
A seis leguas sobre el punto donde el Orinoco
envía un caño á los Bocas Chicas, están los Cas-
tillos de la Vieja Guiana, que fueron construidos
en el siglo 16 por la primera vez. En este sitio
el lecho del rio está sembrado de islas de rocas ;t
y aseguran que su ancho es de cerca de 650
toisas. La ciudad está casi arruinada, pero las
fortificaciones í subsisten, y son muy dignas de la
atención del gobierno de Tierra Firme. Hay
una vista magnifica desde la bateria establecida
en un alto al nord-oeste de la antigua ciudad,
que al periodo de las grandes inundaciones está
enteramente rodeada de agua. Anegadizos que
se comunican con el Orinoco forman puertos na-
turales, muy propios para recibir los navios que
; * Barrancas, cerca de Yaya.
| f Al oeste de las Islas Iguanas.
% Los fuertes de San Francisco de Asís y del Padrasto.
198
necesitan reparación. Es de esperar, que ahora
que la paz se ha restituido en aquellos payaos» y
que una política nial entendida no retarda el
curso de la industria, aquellas abras de la Vieja
Guiana serán rodeadas de astilleros para cons-
truir navios. No hay ningún rio, excepto el de
las Amazonas, que á causa de su curso «itoe
montes* pueda ofrecer madera tan excelente para
construir navios como el Orinoco. Esta madera,
sacada de la numerosa familia del laurinos, gut-
tiferee, rutaceae, y arborescent legumina» que
«frecen todas quantas variedades se pueden de-
sear en densidad, gravedad especifica, y en cali-
dad mas ó menos resinosa. Lo único que falta
en este paya es un monte propio para mástiles,
ligeros, elásticos, y ton fibras paralelas, tal como
da el coniferas de las regiones templadas, y de las
ahas montañas de los trópicos.
Después de haber pasado los pequeños fuertes
de k Vieja Guiana, el lecho del Orinoco vuelve
otra vez á ensancharse. El estado del cultivo en
las dos orillas forma un contraste muy singular.
Al norte se ve la parte desierta de la provincia
de Cutnana, llanos destituidos de habitaciones,
y extendiéndose mas alia del rio Mamot hacia
la mesa de Guanipa. Al sud se encuentran tres
pueblos muy poblados que pertenecen á las Mi-
siones del Caroni, á saber, Sn Miguel de Únala,
Sn Félix, y Sn Joaquín. £1 ultimo de estos pue-
blos, situado á las orillas del Caroni cerca del
salto grande del Caroni, se considera como el
199
embarcadero de las Misiones Catalanas» Al na-
vegar mas hacia el este» entre la boca del Caroni
y Angostura» el piloto debe evitar las rocas de
Guanuopo* el banco de arena dé Mamo» y la
Piedra de Rosario. Esta parte de Guiaba será,
por au proximidad á las costas, un objeto de
atracción para los Europeos que vayan á estable-
certe en ellas.
Habiendo tomado esta vista general del espacio
entre la boca del rio y Angostura, recurriremos
otra vez á aquel, y trazaremos los pequeños de-
talles de su navegación subiendo el rio.
Asi que se pasa la barra del rio, tiene de hondo
odio ó diez varas en el lado de la isla de loe Cari-
-grajos, mientras que en el de Barima no tiene
mas que nueve varas. Los bancos de los Can-
grejos se extienden siete leguas hacia el mar:
los de la Punta de Barima no se extienden mas
• que á dos leguas.
A cosa de una legua de la Punta Barima hay
un rio del mismo nombre, que se desagua en el
Orinoco. Se entra por un canal estrecho que
tiene 9 pies de hondo, que corre hacia el nord-
oeste. En la misma orilla meridional del Orí-
ñoco, y á dos leguas sobre el rio Barima, se ve la
boca del rio Amaruco, que atraviesa una gran
paite del lado oriental de Guiana, ocupado por
las Misiones de los Capuchinos Catalanes. Bar-
cos grandes pueden navegar con facilidad este
rio por 10 ó 12 leguas en el interior. Está al
200
sud de la isla y de la Punta de Cangrejos, que
forma el lado septentrional de la Boca de Navios.
Tres leguas mas alia de la isla de los Cangre-
jos se encuentra la isla de Arenas, pequeña, y de
un suelo arenoso. Está cubierta de 12 6 15 pies
de agua en tiempo de las altas mareas. Tiene
un canal en su parte meridional, que, á causa del
arena de que está formado, es muy incierto.
Apenas se sube dos leguas quando uno se en-
cuentra con las dos puntas llamadas Gordas. La
del norte tiene un cabo que se avanza algo, aun-
que no impide la navegación.
Al seguir lo largo de la orilla meridional del
Orinoco, 8 leguas mas alia de Barima, se ve el
rio Aratura. Tiene su origen en las orillas meri-
dionales de las cuestas de Imataca, y limita los
llanos de las Misiones. Su boca es muy estrecha,
pero eso no impide que sea navegable por 10
leguas. Se comunica por varios ramos con el
Amaruco al este, y con el río Aguira al oeste.
A sus orillas se halla mucha madera para cons-
truir y para el trabaxo de ebanistas, y enfrente
de su embocadura hay unas quantas isletas que
llevan su nombre. Al lado opuesto del Orinoco,
es decir, en su orilla septentrional, está el caño
que llaman de Cocaína. Se descarga en el mar.
A la distancia de 1 1 leguas mas alia de Barima
está la isla de Pagayos, en medio del Orinoco,
pero algo mas cerca de áu orilla derecha : su suelo
es de un ciénago blanco, cubierto de mimbres.
Las mareas la cubren de cosa de 11 pies. Se
201
observa que antes era mayor» y que va disminu-
yendo sensiblemente.
Apenas se ha pasado la isla de Pagayos, que
se encuentra la de Juncos. Es la que está mas
al oriente del grupo de islas de Imataca, que
ocupan el espacio de 8 leguas en el Orinoco.
Dividen el rio en dos brazos como, ya hemos ob-
servado; el del sud llamándose Imataca ; y el del
norte, Zacupana. Los dos son navegables ; pero
el del sud, aunque mucho mas ancho, tiene menos
agua. Es por este mayor que los navios grandes
pasan en todas las estaciones. La exactitud de
la descripción pide que comencemos á subir el
brazo de Imataca hasta la punta occidental de la
cadena de las islas, y que después hagamos lo
mismo por la de Zacupana*
La isla de Juncos forma, con la punta de Ba-
rima Zanica, que se avanza de la orilla derecha
del Orinoco, la entrada oriental del ramo de Ima-
taca, que tiene 900 toisas de ancho. A la punta
de Barima Zanica, se separa un canal llamado
Carapo. Corre en el interior, y se une al rio
Aratura, á la espalda de las cuestas de Imataca.
Al subir un poco mas, se encuentra la boca del
rio Aguira. Nace en el territorio de las Misiones
de los Capuchinos Catalanes, y desciende por las
cuestas de Imataca. Sus aguas parecen negras
en el lecho del rio, pero son muy claras en un
vaso. Su embocadura es muy ancha. Tiene
una profundidad de 18 pies, á la distancia de 10
ó 12 leguas del Orinoco. Su navegación se
202
empeora ; pues harta ahora falucas y bergantines
solían entrarle, y al presente un barco mayor que
una chalupa apenas podría navegar en él« Es po-
sible que alguna» que otras preparaciones bastasen
para hacerle tan navegable como lo ha sido antes.
No falta mas que el interés lo mande ; pero como
no atraviesa ningún paya cultivado, la utilidad de
su navegación está limitada á-los que van en bus-
ca de madera.
Continuando nuestra ruta, vemos á dos leguas
de la boca del rio Aguira, y en medio del Orinoco,
la pequeña isla del Venado, que la dexamo* á
nuestra derecha. No ofrece materia para obser-
vación. De consiguiente, continuamos siempre
cerca de la orilla meridional del Orinoco, para
examinar, ocho leguas mas arriba del Aguira, el
canal de Caruzina. Sale del Orinoco, corre por
detras de las montañas, y de allí vuelve liada el
sud-este, de suerte que forma con la parte del rio
que está al sud, una isla, en la que los Indios
Guaraooes han establecido una aldea. Este caño
tiene bastante agua á su entrada ; pero la punta
de la cadena de cuestas de Imataca le estrecha y
obstruye tanto por media legua, que le hace casi
inútil para la navegación. Está subdividido casi á
la infinidad, y de este modo pedia ser de mucha
utilidad para la agricultura. El pays por el que
corre en varias direcciones está bastante elevado
para no temer las inundaciones. Una verdura
eterna se ve siempre alli, una síntoma de fertilidad
nada equivoco. Los Creollos tienen por el suelo
sos
que riega el caño de Carucina un» predilección,
que les ha inducida á formar el proyecto de ex-
peler de él á los Indios Guaraones ; de fundar
pueblos, y de levantar baterías para la defensa del
Lo que el lado meridional ofrece, después del
caño de Caruzina, como digno de observación, es
el rio Imataca- Se llega á él subiendo lo largo
de las islas de Imataca, que continúan á nuestro
norte. La boca de Imataca es estrecha, pero
honda. Tiene de 16 á 18 pies de agua. En-
frente de esta boca el Orinoco tiene baxo de agua
un banco, que se extiende hasta fuera, y que cruza
aun casi todo el brazo de Imataca, excepto un
pasage muy estrecho, que exige cierta precau-
ción del navegante, especialmente quando el agua
está baxa. £1 Imataca se divide, á seis leguas
de su embocadura, en dos ramos: el primero
va hacia el oeste, y entra los valles de los que se
levanta la montaña; el otro va al llano cerca
de la Misión de Palomar. Bergantines y falucas
pueden ascender el rio hasta el mismo sitio donde
se separa.
Desde el rio Imataca no faltan mas que dos
leguas para legar al punto occidental de las islas
Imatacas j es decir, para atravesar todo el brazo
de ese nombre.
El brazo de Zacupana mereciendo igualmente
ser descrito, volveremos ahora á baxar el Orinoco
hasta el punto donde los dos brazos se reúnen, y
le volveremos á subir tomando del otro lado de
20*
la isla de Juncos, y dexandola á nuestra izqui-
erda.
Desde la punta oriental de la isla de Juncos
se avanza un cabo iiácia el norte, y no deja para
la navegación mas que un canal muy estrecho ;
pero los navios hondos, al pasarle, deben ir muy
cerca del lado septentrional.
Dentro de la punta oriental de la isla de Juncos
estaba la isla de Pericos, que ha desaparecido no
hace mucho tiempo. Formaba dos canales : el
del sud estaba casi obstruido por las arenas ; el del
norte, aunque estrecho, permitía paso á los bar-
cos, pero con suma dificultad. Si no se encalla-
ban, tocaban freqüentemente. Esta isla pequeña
y arenosa se veia en tiempo de las mareas y de
las crecientes del Orinoco. Ningún temblor de
tierra, ninguna inundación extraordinaria ha oca-
sionado su desaparecimiento.
Quatro leguas mas arriba del punto donde es-
taba la isla de Pericos, se ve la isla de los Puer-
cos, que se deja á la derecha, porque se inclina
al norte. El canal navegable está al sud. Tiene
entre si y la tierra un canal estrecho, por el que
pueden pasar barcos pequeños.
Una legua al oeste de la isla de los Puercos, se
ve, en la orilla septentrional del Orinoco, el canal
de Laurent, de cuya embocadura corre un cabo
que ocupa la mitad del brazo de Zacupana. El
caño de Laurent tiene una boca que le da la apa-
riencia de un rio grande ; pero á una distancia
muy pequeña al norte, forma tantos estrechos tan
205
pequeños, y tan poco hondos, que no hay mas
que uno por el que los pequeños barcos puedan
salir al mar. A la entrada del caño Laurent hay
una isleta del mismo nombre, de la que sale un
cabo que entra en la boca de Mateo, que ínter-
secta el bra2o de Imataca.
La isla de los Mosquitos, situada cerca del lado
meridional, no es notable mas que por los bancos
que tiene á sus dos puntas oriental y occidental,
que se extienden mas de una legua. En medio
del - río está el canal, que tiene media legua de
ancho.
Desde la boca del canal Abacuyo se extiende
un vado hasta la isla de Palomes. Al lado sep-
tentrional, y enfrente de él, hay dos canales que
corren hacia el mar. Otro vado sale de la isla de
Palomes, y va hasta la punta occidental de las
islas Imatacas.
No nos falta hablar mas que de la isla de Za-
cupana, para haber dado ideas semejantes del
canal de este nombre á las que dimos del de Ima-
taca. A la boca del caño de la isla de Zacupana
comienza un banco que se extiende dos leguas
hacia el oeste, y á veces ocupa la mitad del rio.
Entre este banco y otro que sale de la isla de
Palomes, está el canal por el que deben pasar los
navios, sin salirse del centro ya sea hacia un lado
ó hacia otro ; pues correrían peligro de encallarse.
Aqui el Orinoco, ó para hablar con mas pre-
cisión, aquella parte que se descarga en el mar
por la Boca de Navios, no forma mas que un
206
lecho p<p ocho leguas al oeste. En éste espacio
se ve en la orilla meridional la boca de un lago» á
una pequeña distancia del rio. Se extiende hasta
el mismo pie de la montaña de Piacoa* Tam-
bién se ve, y casi al mismo tiempo, desde el me-
dio del Orinoco, las cuestas de Meri, que están
al sud.
Llegamos á la cadena de isletas que dividen el
canal de Piacoa y el rio. Se extiende 12 leguas
del este al oeste; pero volvamos nuestra vista
hacia la orilla del norte, y veremos la boca del
Pequeño Paragoan, de donde sale un cabo que
va hasta la del Grande Paragoan. Estos dos
caños se juntan antes de llegar al mar.
Mas arriba del Grande Paragoan, se. separa un
brazo conocido por el nombre de la Boca de Pe-
dernales, que el Orinoco presenta del lado de la
Trinidad. Forma una Variedad de canales por
los que van á esta isla desde el Orinoco. Se se-
para del Orinoco á una legua del punto oriental
del Yaya* En este sitio se encuentra un banco
que ocupa la mitad del rio.
Apenas se sube legua y media que uno se halla
afuera de Red Bogs. Es el primer sitio de donde,
al ascender el Orinoco, se ve Tierra Firme, y las
tierras que no están sugetas á inundaciones. El
suelo es firme y roxo. Enfrente hay un banco
que se extiende lo largo del lado meridional, cer-
ca de media legua del este al oeste. El canal
para los navios, en este sitio, está cerca de las dos
orillas. El del norte es el mejor, pues el del sud
207
tiene poca agua. En medio de estos dos canales
hay un cana) muy estrecho, llamado Guaratica,
por el que pueden ir chalupas á un lago que está
muy terca de él, guando suben las mareas, ó
quando él rio está crecido, A las orillas de este
lago ae ven bananas, y arboles de fruta, que los
Indios cultivaban en otros tiempos en este sitio.
No teneihoa que subir mas que una legua para
hallar en la misma orilla septentrional la boca
del Caño de Goaroapo. En el verano tiene tan
poca agua, que apenas pueden pasarle con chalu-
pas* Sin embargo hay anos en que tiene lo bas-
tante para bergantines y falucas, que pasan por
él para hacer ei contrabando en muías, bueyes, y
en varias producciones que vienen de las provin-
cias de Cu mana y Venezuela, dando en cambio
géneros secos. Después de haber pasado la boca,
todo el resto del canal tiene una profundidad
muy grande. Navios grandes le navegan con
facilidad, pero con remos ó á remolque ; pues, á
causa de loa altos montes á cuyo lado se halla, es
imposible aprovecharse de los vientos. Dos le*
guas mas alia de Goaroapo está la isla de Araya :
tiene su dirección al lado septentrional, y es bas-
tante grande.
Del lado del aud se ven las cascadas de Piacoa.
Consisten en tres ó quatro saltos en el medio del
canal del lado meridional; pero hay bastante
agua en el del norte para admitir navios grandes.
En este lado estaban antiguamente las Misiones
de Piacoa y de los Capuchinos Catalanes. Uno
208
halla aquí excelentes pastos, tierras muy fértiles,
buen agua, vientos regulares, y una situación
adaptada para la agricultura.
Después de las tres isletas de Aruba, se ve la
isla de Iguana. Corre por el lado septentrional
del rio por mas de media legua. El lecho del
rio continua siendo navegable en el lado meridio-
nal. En el del norte hay, en el verano, bancos
de arena, que dejan un canal con muy poco de
agua. En el invierno, falucas y bergantines pue-
den pasar con facilidad. Desde el punto occi-
dental de la isla de Iguana no se tiene que ir mas
que una legua para haber pasado la cuesta de Na-
parema. No es mas que una peña muy alta, pero
no muy abultada. Todo este lado, hasta las islas
de Iguana y de Araya, está lleno de bancos de
arena.
El caño de Limones, que está al lado meridio-
nal, no merece quiza ser mencionado, excepto
por las ruinas de un pequeño fuerte que tiene á
su boca, y que le dio el nombre. Desde aqui se
ve la isla* de Don Vicente. Tiene un banco, que
está al este, y que atraviesa el canal hasta un
poco mas abaxo del fuerte ; pero en tiempo de la
creciente no causa ningún inconveniente.
Ahora llegamos al sitio donde estaba la anti-
gua capital de Guiana, antes de que fuese trans-
ferida á Angostura. Ya hemos hecho cinquenta
leguas de viage, y faltan quarenta para llegar á
S'° Tomas. Al transferir la capital á 40 le-
guas mas arriba, los Españoles juzgaron expe-
209
>
diente dexar en el parage donde estaba la capital»
los fuertes destinados para la defensa de Guiana*
Se ven al pie de una pequeña montaña : el uno se
llama Sn Francisco, y el otro el Padaptro. A
uno de los lados hay dos pequeños lagos llamados
Zeibo y Baratillo. Media legua mas abaxQ de
Sn Francisco está el arroyo Usupamo, que Hiene
un lago cerca de su boca. £1 puerte donde está
el destacamento militar, tiene á sus bordes un
numero de rocas, visibles en el verano, pero cu-
biertas en el invierno.
Cerca de media legua mas arriba de la antigua
ciudad» en el medio del río, está el peña de Mo»
rocoto. Está algo mas cerca del lado meridional
que del septentrional* Esta roca está descubierta
en el verano, pero . baxo de agua en el invierno.
No muy lexos de ella está la isla de Mieres, que
atraviesa la mitad del rio. Al lado meridional se
ve la montana de ese nombre, y dentro de su cir-
cunferencia, un poco mas abaxo, la del Hacha.
.Esta isla forma un caqal de cada lado. El del
norte es el mejor y mas ancho. Tres leguas mas
arriba se ve al sud la Punta de Aramaya, que no
es mas que una peña que se avanza hacia el rió.
Enfrente de este mismo punto comienzan las
tres isletas de Sn Miguel. Las tres son de pie-
dra con una orilla lisa de arena. Quando el rio
está á su creciente, de «estas isletas apenas se ve
mas que las cimas.
Al otro lado del río, es decir, cerca de su orí-
lia izquierda, y enfrente del puebla de Sn Miguel
tom. ir. o
«10
•
se ven dos islas llamadas Cbacaranday, á causa
del nombre de la madera de que están cubier-
tas. No están divididas mas que por un canal
muy estrecho, que no es mas que un banco.
Veamos ahora la isla de Faxardo, situada en
medio del rio, aunque algo mas cerca de la orilla
derecha, y enfrente de la boca del Carony. Tiene
3000 toisas de largo, y 1387 de ancho. No está
sugeta á inundaciones mas que en su lado occi-
dental. Piensan hacer de esta isla un puesto mi-
litar, mantenido por un fuerte que defienda el
rio. Como este no es mas que un proyecto # nue-
vo, es difícil proveer si llegara jamas á ser ejecu-
tado.
£1 rio Caroni se desagua en el Orinoco, en-
frente de la isla de Faxardo. Su curso va del
•ud al norte. Sus aguas parecen negras, porque
corren sobre arena negra, pero son claras y ex-
celentes. Su declive visible, y su lecho sembra-
do de peñas, le dan un corriente igualmente rápi-
do y ruidoso, pero aun mayor media legua antes
de entrar en el Orinoco, donde su curso estando
obstruido por peñas, hace terribles esfuerzos para
destruir los obstáculos que se le oponen. De
consiguiente, quando entraben el Orinoco lo hace
con un Ímpetu que es mas fácil concebir que des-
cribir. Con la fuerza que adquiere por su cuer-
po y velocidad, rechazar las aguas del Orinoco
por mucho trecho, sin mezclar las suyas con él
hasta mas de media legua mas abaxo de su em-
bocadura. Este fenómeno se observa aun mas
211
fácilmente, porque la claridad de las aguas del
Caroni se distingue en las aguas constantemente
perturbadas del Orinoco.
A la orilla izquierda del Orinoco, y á una le-
gua mas alia de la isla de Faxardo, está la isla de
Torno. No está separada de la tierra mas que
por un pequeño canal ; en su punto occidental
tiene rocas, y un banco que se prolonga hasta 5
leguas mas arriba.
El primer objeto que debe fixar la atención del
navegante es la Punta del Cardinal. Está al lado
meridional, á S leguas mas arriba de la isla de
Faxardo. - Cerca de un quarto de legua mas ar-
riba de este punto, hay una cadena de rocas, que
corren por la mitad del canal, enfrente de Gua-
rampo. En el invierno no se ve mas que una de
estas rocas. En el verano se ven tres enfrente de
Guarampo ; y en el lado meridional hay un pu-
erto llamado Patacón, formado por la Punta del
Cardinal.
En el lado septentrional, á 5 leguas de la isla
de Faxardo, se ve un montón de rocas que lla-
man-Guarampo. Estas rocas formar! un puerto
al que dan su nombre. Desde este punto se
avanza un banco, que va casi del norte al sud
con la Punta del Cardinal. En algunos sitios
este banco entra en el canal. En su punto ori-
ental hay tres rocas, que en tiempo de las inun-
daciones están cubiertas, dexando el canal princi-
pal entre si y las del lado meridional. A media
legua de Guarampo se encuentra, á la orilla jz-
212
quierda, la isla de Taguache : está á legua y me-
dia del este al oeste.
La isla de Zeiba está al lado opuesto del rio v
tiene 4 leguas de largo, y mas de una de ancho.
El canal que la separa de la tierra tiene muy
poca agua. En el verano está casi seco. Quatido
el rio creze, estas dos islas dejan en el medio del
corriente un canal para navios grandes ; pero en
todas las estaciones hay muchos bancos de arena,
y muy poca hondura. Entre Tierra Firme al
norte, y la isla de Taguache, hay un canal que es
navegable en todas las estaciones.
El cañal ó rio de Cucazana ocupa aqui un lu-
gar solo porque á su punta oriental, y cerca de la
orilla, tiene un banco que se extiende al este, y
que ocupa la mitad del rio. La isla de Cucaza-
na está á la boca del rio del mismo nombre ; está
casi unida á la isla de Taguache por un cabo que
en el verano dexa muchos arrecifes descubiertos.
Desde su punta «oriental se avanza otro que se
inclina hacia el sud. También muestra en el ve-
rano arrecifes.
El caño de Mamo tiene á su boca un banco
pequeño que está en medio del rio ; y á 7 leguas
mas abaxo de la capital hay otro, que corre del
norte al sud con la isla de Mamo. El canal que
deja este banco á cada lado no tiene mas que 8
pies de agua, desde el mes de Enero hasta el
Abril.* Este es el que no permite pasar á navios
muy cargados, y aunque al llegar á él les alige-
* Mr Jones dice haber encontrado 13 pies en el Febrero.
213
ren, rara vez escapan sin. tocar, lo que les hace
perder tres ó quatro dias en volverles á hacer
flotar» La navegación tiene que hacer gastos in-
evitables á este punto, y peligros mas terribles
que corra:. En tiempo de las inundaciones estas
dificultades no existen. Lo mismo sucede en el
canal que forma la isla de Mamo, al punto occi-
dental del Zeiba.
Después de haber superado' estas dificultades,
uno no ve mas que peñas á los lados y en medio
del corriente. Las Puntas da Currucay, al lado
meridional, y tres leguas mas alia de Puerto de
Santa Ana, no son sino rocas que forman ángulos
«alientes. En medio del río, y casi enfrente de
estos Puntos, se ve una roca muy grande llama-
da Peña del Rosario ; entre esta y los lados hay
una infinidad de ellas, que en el invierno están
baxo de agua. , Al norte de la Peña del Rosario
hay un canal muy estrecho, á causa de las peñas
que se extienden de los dos lados. Los navios
no pueden pasar en el verano sin el peligro de
tocar en ellas. En el invierno el corriente es
muy impetuoso, y si por ventura el viento cesa
al llegar aquí, los navios se hallan expuestos á
naufragar contra la Peña del Rosario.
A una legua mas arriba de la Peña del Rosa-
rio, se ve en el lado septentrional un punto de
rocas. A una distancia de aqui hay tres peñas,
las unas cerca de las otras, que ocupan una terce-
ra parte del canal, y que corren del norte al sud
con la punta oriental de la isla de Panapana,
2M
Una de estas penas está casi al norte y al sud
con la punta occidental» y corre hasta la mitad
del rio : hay otras dos cubiertas á sus lados.
La isla de Panapana está á una legua sobre la
Punta de los Conejos, cerca de la orilla meridio-
nal, de la que está separada por un canal de un
ancho moderado, pero que en el verano no tiene
mucha agua. A cada punta oriental y occidental
hay un vado, con muy poca agua. El del occi-
dente corre por mas de una legua, inclinándose
al sud. Entre estjt isla, que tiene legua y media
de largo, y la orilla septentrional, está el canal
principal del Orinoco, algo estrecho, y no muy
hondo, quando las aguas están baxas. En aquel
periodo la navegación no es nada cómoda, pero
quando el rio creze, no debe haber ninguna apre-
hensión*
Dos leguas mas arriba, está el parage mas es-
trecho del Orinoco, llamado por los Españoles
Angosturita. Los puntos que forman esta con-
tracción son unas rocas. Un poco mas arriba
hay una piedra inmensa llamada la Lavandera.
En el verano se ve, pero no en el irivierno. Entre
esta y el lado meridional, hay una isleta de pie-
dras que están al nivel de la tierra, enfrente de la
que se descarga el río Maruanta.
La Punta de Tineo, al norte, está también for-
mada por peñas, que no se ven sino quando el
rio está baxo. La Punta de Nicasi'o, al sud, es
semejante á la otra, excepto que las piedras no
se ven.
en
Por fin llegamos á S° Tomas, la capital de U
Giriana Española, situada al pie de una peque*
ña montaña, en la orilla derecha del ría Han
edificado on fuerte para su defensa, enfrente de
la ciudad, y sobre la orilla izquierda. Está rode-
ado por varias casas, que pertenecen, lo mismo
qne el fuerte, á la provincia de Gitana» A esta
plaza llaman Puerto Rafael : este es el sitio don»
de eBtá el pasage de comunicación entre la Guia*
na, y las provincias de Venezuela y Cumana.
Entre el Puerto Rafael y la ciudad se ve una isla
llamaba Del Medio, ponqué está en medio del
rio. Es una peña, que descubre su parte meri-
dional en el verano, y que rara vez está baxo de
agua en tiempo de las inundaciones. El princi-
pal canal está entre la ciudad y esta isla. Quan»
do el río está bazo tiene 200 pies de agua, y
quando está en su creciente tiene 50 ó 60 mas.
Esto parece suficiente para hacer ver al lector
las dificultades qne se oponen en la navegación
del Orioooo.
Aunque, afin de aprovecharnos de las observa-
ciones de los qne lian examinado ocularmente el
Orinoco, le hemos descrito entre Angostara y su
boca» subiendo el rio; sin embargo, como co-
menzamos trazándole desde su origen, concluire-
mos ahora describiendo el Golfo donde cae, — el
de Paría
■ ■
El Golfo de Paria tiene al oeste Tierra Firme
y al este la Trinidad. De estas dos tierras, ai
norte, salen dos puntos, entre las quales hay dos.
216
islas, que están, con respecto á estas dos puntas,
del este al oeste, de suerte que cierra el Golfo al
norte, dexando, sin embargo, bastante espacio
entre ellas para formar quatro aberturas llamadas
Bocas de los Dragos, por las que descarga las
aguas superfluas. La mayor tiene dos leguas de
ancho, y es la que está al oeste, entre la Punta
de Paría de Tierra Firme y la isla de Chacacha-
cares : al oeste, está iqtersectada de rocas ; pero
como todas son visibles, y que uno puede acer-
carse sin peligro, el navegante las puede evitar.
Esto no es el caso con una roca que sale un poco
á flor de agua, á la distancia de dos cables de la
isla de Chacachacares : su aproximación es peli-
grosa. Entre la ultima isla y la boca de Navios
hay otra menor que la primera, llamada Navios.
Su canal estando de N. al SE. es muy cómodo
para la salida, pero muy malo para la entrada de
los navios. La tercera boca se forma por la isla
de los Navios al oeste, y la de las Monas al este.
Se llama la Boca de Huevos. Su dirección es de
NNE. á SSE. Es mas fácil para la entrada que
para la salida. La quarta es entre aquella isla y
la punta que está mas al OSO. de la isla de la
Trinidad. Se llama Boca de las Monas, sin
duda porque es mas estrecha, y difícil, á causa
de una peña que está en medio de ella, la que,
por su situación, causa una conmoción continua,
al mismo tiempo que la isla de la Trinidad man-
tiene una calma, excluyendo los vientos, que
.alguna que otra vez se halla interrumpida por
. 217
golpes de viento momentáneos. El paso para el
pequeño trafico está entre la isla de la Trinidad
y la peña.
Este Golfo tiene 05 leguas del este al oeste, y
15 del norte al sud. En toda esta extensión hay
anclage ; pero su profundidad varia de 16 á 60
varas. . Cerca de la costa de Paria sus sondas son
menores. Efa efecto, este Golfo es un verdadero
puerto, el que por su excelencia -y extensión, se
lo disputa al mas hermoso del mundo. Tiene un
fondo cenagoso, excepto cerca de la costa de
Tierra Firme, donde hay bancos de arena.
El Golfo recibe, al SSO. un volumen consi-
derable de agua por varias de las bocas del Ori-
noco, que entra en él con una velocidad que in-
comoda mucho á los navios que tienen que ir
junto á ellas en su pasage. Hay razones para
creer, que una parte de las aguas d^l Orinoco han
separado, en un numero de siglos, la isla de la
Trinidad de «Tierra Firme, y que sus devasta-
ciones no cesaran hasta haber abierto las Bocas
del Dragón, y arrojadose "en el océano. En
efecto, los corrientes van siempre al mar por
estas bocas. De consiguiente es imposible en-
trar, particularmente por las pequeñas, á no ser
que los vientos sean muy favorables.
Es tan difícil entrar en el Golfo al sud, como
lo es entrar en él por el norte. El viento tiene
que estar al SE. para poder entrar sin temor de
naufragar. Después es necesario costear hacia
el sud de la isla de la Trinidad, hasta la Punta
«18
de Hicacos, de la que es preciso acercarse á la
distancia de dos cables, para pasar entre aquel
jmnto y un banco que está en medio del canal»
formado por la isleta llamada Soldado y la misma
punta. Después de avanzarse dos terceras partes
de legua hacia el norte, se pueden acercar á una
legua de la costa al oeste de la Trinidad, hasta
que llegan al anclage de Puerto España ; pues se
puede amarrar -á la distancia de dos leguas de la
costa, en una hondura de 10 á 34 varas.
Hay varios puertos y radas lo largo de la costa
dé Paria, que facilitan mucho la comunicación
con la Trinidad. Esta ventaja es ahora exclu-
sivamente en favor de los Ingleses, que son los
poseedores de aquella isla.
La marea no es solo perceptible, pero aun for-
midable en el Golfo de Paria, donde muestra ana
violencia inconcevible para los que no han visto
los grandes fluxos y refluxoe del mar.
SECCIÓN III.
GÉNEROS APETECIDOS EN LOS MERCADOS DE
COLOMBIA.*
Solamente una tercera parte de los cargamen-
tos que solían llegar de la metrópoli, particular-
mente los que se expedían desde Cádiz, donde
se formaban las tres quartas partes de las expedí-
919
ckraes para Tierra Firme, consistía en mercancías
nacionales ; y muy freqüentemente no contenia
mas que una quarta parte. El resto consistía en
géneros extrangeros, que el comercio de Cádiz
atraía de diversas partes de Europa, y que se
naturalizaban por medio de derechos. La Fran-
cia abastecía para este efecto cerca de una mitad ;
la Inglaterra, cerca de una quarta parte j y las
ciudades de Hanse el resto, excepto algunas gasas
que iban de Italia.
Hablando generalmente, los Creollos ño ape-
tecían las lencerías. Ni quiza hubieran adop-
tado el uso de ellas en la ultima guerra, á no ser
por el precio baxo á que se vendían en las coló»
nías Inglesas. Piezas de muselinas bordadas, que
solían venderse á 85 y á 40 duros, se vendían á
12 y 14 duros: y4 todos los demás géneros de
esta especie en igual proporción. El gusto por
estas mercancías se ha hecho ahora permanente.
Los Creollos han preferido siempre lencerías
Alemanas y Silesanas, á causa de que son de
canario $ pero ahora se habitúan á gastar géne-
ros de algodón, que son muy requeridos para
suplir el defecto de aquellos, substituyendo gé-
neros Ingleses. Ticklenburgs y checks forman
los vestidos de los Negros, y de la gente baxa ;
y Bretañas, estopillas, creas á la Morlaix, plati-
llas, y otros géneros semejantes, los de la gente
mas. pudiente. La imitación de estos géneros en
calidad, forma, señales, y modo de embalar, que
han adoptado en las manufacturas Inglesas y
2S0
Escocesas, es muy necesaria. - Aun se les puede
dar una semejanza mas perfecta, lo que les daría
un valor adicional.
Lienzos muy finos, diamantes, y joyas, se ven-
den mejor en México, Perú, y Habana, que en
algún otro parage. En Tierra Firme, los dia-
mantes falsos tienen una venta mayor, en pro*
porción, que los verdaderos. Joyas no pagan
alli, porque los plateros Españoles trabaxan en
oro y plata mas barato que los extrangeros. Es
cierto que el trabaxo es inferior, pero la aparien-
cia es casi la misma, y lo barato del precio re-
compensa por todos sus defectos. Lo que también
contribuye á hacer de las joyas un genero sin
venta, es la idea que tienen los Americanos Es-
pañoles, de que para que el oro sea puro tiene
que ser de un pagizo pálido. * Aunque la piedra
de toque haga ver lo contrario, la preocupación
continua siempre. El platero que prueba el oro
quita 4 ó 5 quilates al oro mas obscuro, que se-
gún ellos le falta en pureza. * Se imaginan que la
diferencia en el color' entre el oro Europeo y el
Americano, consiste en la mezcla que contiene el
primero. Se debe considerar, sin emfcirgo, que
su trabaxo en oro nunca sube á mas que 18 ó
19 quilates, y que para el de plata no hacen uso
mas que de duros, cuya marca es muy inferior á
la que usan nuestros plateros.
Encages forman también parte de los vestidos
de los Creollos. Los de Flandes se preferían ;
pero desde que los Ingleses han llevado la fabrica
22Í
de sus encages á una perfección que ninguna
otra nación iguala/ prefieren . los de Inglaterra*
Estos encages deben ser herniosos, puesto que se
destinan para formar aquella parte del vestido
que mas llama la atención, es justo* que su be-
lleza anuncie la opulencia que cada uno, según
su caudal, desea mostrar. Su venta no es, sin
embargo, muy grande, pues su uso está limitado
á la gente mas rica, y eso solo en los dias festi-
vos. Las mugeres no gastan mucho encase;
pero en recompensa adornan sus mantillas y bas-
quinas de iglesia con blonda negra, que tiene 14
ó 20 pulgadas de ancho. Las que no son' tan
ricas tienen que contentarse con blonda mías
estrecha. En este articulo hay un luxo muy
útil para el comercio.
Todos los artículos negros de esta especie
están mucho en uso entre los Creollos, particu-
larmente sargas, prunellas, rasos, y tafetanes.
Las sotanas y capas de los clérigos son siempre
de uno de estos quatro artículos, lo mismo que
las cinco sextas partes de las basquinas de las
mugeres.
Desde hace 10 años el uso de paños gruesos
se ha hecho general en Caracas y sus dependen-
cias. Hay pocos blancos que no se vistan de
casimiro.
También se venden muchos sombreros entre
los Creollos. * Todos los cívicos, y entre ellos las
personas de la primera clase, gastan sombreros
redondos. Los oficiales militares los gastan de
tres picos. Los clérigos se contentan con dar á
sus sombreros, que tienen una copa muy baxa
con alas muy anchan, la forma de una teja.
I^a juventud Creolla ha adquirido últimamente
una afición á gastar botas : las llevan hechas de
las posesiones Inglesas. La calidad del cuero, y
la moda, que los zapateros del pays no pueden
imitar, hace que su precio sea alto, y jjue este
articulo no tenga competidores. Sin embargo,
el caso difiere con los zapatos. Es necesario que
los que llegan de afuera estén en excelente con-
dición ; ademas de eso los alcances son menores,
porque los zapatos que hacen en el pays son muy
baratos, y bastante buenos*
Como para juzgar del valor y extensión de
comercio en la America Española, y -del modo
con que se hace, es necesario mostrar qual ha
sido en aquellos puertos individuales de los que
tenemos información autentica, copiaremos los
siguientes informes.
Consisten en detalles de la suma y valor de
los géneros que cada nación* Europa enviaba á
España (en tiempo de paz) para sus estableci-
mientos y colonias en México. La mayor parte
de ^stos los embarcaban en Cádiz para el puerto
de Vera Cruz, que dista de la ciudad de México
SOI millas.
223
MH<wmí «i daros • Libras «teriina*
Españoles. Moneda Inglesa.
¿ 15 Las manufacturas y productos —
•§ de Francia, L. 3,375,000
S 8 do. de Inglaterra, 1,800,000
4 do. de España» 900,000
5 do. de Italia, 675,000
H 3 * do. de Alemania, 675,000
» 3 . do. de Flandes, 675,000#
§ 2 . do. de Holanda, 450,000*
g 2 do. de Suezia, 450,000
cu
g — - — — —
Oí 40 Millones de duros á 4 chelines y 6 peni-
ques Ingleses cada duro, hacen L. 9,000,000
La Francia enviaba á España la siguiente es-
pecie de géneros para México, «como también
para los demás establecimientos Americanos : —
Joyas de toda especie, hechas en París de lo
mas magnifico y vistoso que hay ; — reloxes de oro,
con cadenas, sellos, llaves, sortijas,* &c. que se
venden muy barato, y en calidad muy inferior á
los de Inglaterra, pero que sin embargo prefieren,
tanto en España como en la America, porque
eran vistosas y baratas ; servicio de plata y oro
para las iglesias, y para las gentes ricas ; — galo-
nes de oro y plata, pojr los que la demanda es
inmensa ; — encaxes Franceses blancos y negros,
para las señoras, y para los adornos de las igle-
sias ; géneros de seda cite toda especie ; terciopelos,
&c. manufacturados en Lyons, &c. muy apete-
cidos tanto de las señoras y señores como de los
sacerdotes; artículos de moda para las señoras
hechos en París; — paños Franceses superfinos,
8
224
antiguamente mas negros y azulfes que de otro ca-
lor, y de colores encendidos, como de grana, de
rosa, de carmesí, &c. ;— sombreros negros y blan-
cos, fabricados en París, muy adaptados por su
ligereza, &c. tanto para España como para al
America Española; — lienzos blancos, llamados
en España firetañas legitimas, cuyo cpnsumo es
considerable, tanto en España como en la Ame-
rica Española ; — cambrays, mucho en uso entre
las señoras y señores, y en las iglesias. Todos
estos géneros Franceses §e consumían en las co-
lonias Españolas Americanas en cantidades in-
mensas, lo que, en tiempo de paz, daba á Francia
una superioridad decidida sobre la Inglaterra, en
el valor de los géneros que vendían á España
estas dos grandes naciones rivales. Sin embargo
esta computación es mas conforme al viejo sistema
de cosas, que al presente ; pero hace ver los mo-
tivos que tenian los Franceses para apreciar este
comercio, que, sin embargo, ahora la energía del
comerciante Ingles le ha hecho por fin* obtener
la superioridad. é
El comercio al Asia por el Mar del Sud desde
Acapulco se computaba á 10 millones de duros,
que enviaban para comprar muselinas, géneros
estampados, sedas, especies, y perfumes; y de
este mode se hallaba Mexfco y otras provincias
abastecidas. Sin embargo, durante los últimos
años de guerra, la necesidad les obligó á hacer
uso de géneros Europeos para los muebles de
adorno : estos circulaban por la via de Vera Cruz,
235
donde los enviaban de los Estados Unidos, y de
las Islas Inglesas. Tampoco será muy difícil
lacer este comercio en linea directa, si nuestros
manufactureros observan y se conforman al gusto
de los Creollos, y si nuestros comerciantes esco-
gen los cargamentos convenientes. Al abastecer
esta parte del globo el comercio de la Compañía
de las Indias Orientales, podía hacerse un ramo
muy interesante de él.
Selección de un Cargamento adequado, de un mo*
do general, para las Colonias Españ olas Ameru
canas, siendo una lista de los géneros, propor-
ciones, ¿frc. para ayudar al Comerciante Ingles
en la elección de los géneros que son apetecidos.
Paños anchos Superfinos de Lana*
100 Piezas de Paño, empaquetadas en 10 balas, 6 saber,
4 Piezas de Azul Mazarme*
1 Verde.
1 Negra.
1 Pardo obscuro.
1 Blanca, para uniformes»
1 Grana.
1 Purpura.
1 0 Piezas en cada bala.
TOM. II. p
226
Casimiros, 150 Piezas, a saber,
4 Azules.
2 Blancas.
2 Grana.
1 Verde de Botella, 1
1 Parda.
1 Purpura.
4 De diversos colores, como de Chocolate, Morado, &c«
15 Piezas en cada bala.
Paños delgados paralas Señoras, 80 piezas, á saber,
4 Azules.
2 Blancas.
1 Encarnada.
1 Negra*
1 Purpura.
1 Verde de Botella.
10 Piezas en cada bala*
Paños de Lana de Yorkshire, 80 Piezas, a saber,
*4 Azules.
2 Maroon.
1 Grana.
1 Purpura.
1 Blanca.
1 Verde de Botella.
10 Piezas en cada bala.
Paños para Mesas de Trucos.
10 Piezas Verdes, 2da calidad, en dos balas*
Mantas.
6 Balas, baratas, de diferentes tómanos en cada bala.
227
Breas, para Banderas.
It» Pí.
50
P¡«« Amarillas, 1 en ^ de ^ p¡ezag ¡a bala#
Encarnadas^ j
SwitbreroSé
10 Caxas, que contengan 40 Sombreros redondos cada una,
en todo 400 sombreros, de buena calidad*— algunos de
seda,— una quarta parte blancos, con alas verdes por
debaxo, — forros obscuros, 6 los que oculten mas el sudor,
—precio de 8 chelines á 22 chelines,— algunos quantos
sombreros negros y blancos de fraile, es decir, con alas
muy anchas, y una copa pequeña.
2 Caxas de Sombreros de oficiales, adornados en el estilo de
dtapeaux bras> pero grandes,— «ninguno para mugeres, —
cada sombrero debe tener galones y hebillas, y deben
estar compuestos, y tener la forma necesaria para que
se puedan usarles al abrir la caxa. Ningún sombrero
para Negros. Como este articulo es uno de los de mas
luso que tienen los Americanos Españoles, los prefieren
buenos.
Lientos para Colchones*
4 Caxas, y el color que mas usan es azul.
Lienzos, Escoceses é Irlandeses*
Todo lo mas blanco que se pueda, pues los Americanos Es-
pañoles exigen que el genero lisongee y agrade al ojo mas
que al tacto, pero al mismo tiempo lo busca barato ; á saber,
10 Balas Osnaburgs.
5 do. TSckleaburgs.
6 Caxas de Platillas, blancas.
2 do. do. morenas.
4 do. Caserillos.
10 do. Estopillas.
10 do. Bretaña».
328
4 Caxas Ravensburgs.
2 do. para sabanas, dobladas como Rusia.
4 do. Lienzos doblados y marcados como
Creas á la Morlaix.
N. B. — Quanto mas imiten los géneros Alemanes tanto
mejor, porque dan á estos una preferencia muy grande.
Lienzo para Velas, 100 Piezas»
1 No. 1.
1 No. 2.
2 No. S.
2 No. 4.
2 No. 5.
2 No. 6.
10 Piezas en cada bala. De las calidad mas barata*
Para Velas, y Tela de Cedados.
300 libras de peso, en tres balas.
Lienzos Blancos Irlandeses, 200 Piezas.
(Privilegio de Exportación.)
4 Piezas, á 12 peniques la vara.
4 do. á 15 p. do.
4 do. á 18 p. do.
4 do. á 21 p. do.
4 do. á 2 chelines do.
20 Piezas en cada caxa.
N. B.— Vitosas, muy almidonadas, y de buen color.
Checks, '250 Piezas, Lienzo y Algodón*
100 Piezas de Checks de Lienzo, tres quartas, azules buenos
y blancos claros, bien planchados y almidonados, listas
pequeñas. Tiene premio por su exportación.
150 ditto de Checks de Algodón, doblados de modo que
imiten quanto puedan los Checks de Lienzo, y en el
estilo Alemán. Ninguna muestra plegada.
250 Piezas, de 25 en cada bala.
r
229
Pañuelos, 400 Docenas,
200 docenas azules y blancos, fondo azul, con listas blancas
cruzadas, qué midan 35 6 40 pulgadas quadradas.
200 docenas de diferentes colores, como encarnados, purpura,
&c. y con listas blancas,
400 docenas, 25 en cada bala.
N. B. — Como estos pañuelos son para gente pobre deben
ser baratos.
Cólicos Estampados, 100 Piezas de 28 varas cada una.
600 Piezas baratas, digamos, de 16 p. á 22 p. por vara, con
fondos y colores muy encendidos, con ramas bonitas.
Mas depende de los colores y de su estampado que de
la calidad del lienzo ; si no consisten mas que-en dos
colores, que esos sean vivos y chocantes.
200 Piezas, de 20 peniques á 24 p. de chintz para cortinas, &e.
con ramas, vistosas, y de color encendido.
200 Piezas de una ana de ancho, de 2 chelines á 2 ch. y 6
peniques la vara, su largo 21 vara ; todo lo mas vistoso
posible, para imitar los calicos estampados de Por-
tales de Neufchatel, Suezia, 6 de las Indias Orientales,
1000 Piezas embaladas en caxas de 25 piezas la caxa ; una
.mitad dividida en piezas de 7 varas cada una, y plega-
das en el estilo de libro. .
Muselinas Blancas de Glasgow.
500 Piezas dobladas, y mancilladas, cada una conteniendo 10
varas, fondos ligeros, bordadas, y con ramas espesas,
las muestras mas nuevas y mas vistosas, pero de lo
mas barato.
50 Piezas también bordadas en oro, con flores, &c.
200 Vestidos de Señoras, con fondos bordados en colores, vivos,
&c.
100 Docenas de panudos blancos de muselina.
100 Piezas de book muselina, buena calidad.
100 Piezas para cortinas y raudillas contra los mosquitos,
claras, y baratas.
230
Jtope Blanco Holandés, 100 Piezas, á saber,
10 Pieza* á 15 peniques la vwa.
5 do, á!8p. do.
5 do. á 21 p. do«
5 do. á 24? p. do.
25 Piezas en cada caga*
Ginghams, 300 Piezas, a saber,
10 Piezas 6 14 p. la vara.
5 do. á 16 p. do.
5 do. á 18 p, do.
3 do* á 21 p. da
25 Pieza* en cada caxa; los colores que seas vives» ligeroa»
y vistosos» coma de rosa» carmesí» morados», anaarillos» &c.
Musdinetas Blancas de Lancashire.
(Una ▼arfiedbd de nuestras pequeñas,)
00 Piezas en caxas, de 20 en cada uno, pero baratas.
Jeannets* 40 Piezas.
20 Piezas en cada casca» teñidas coa colores vivos.
Cólicos Blancos para Camisas, 200 Piezas,
4 Piezas á 12 p. la vara.
4 do. á 15 p. do»
4 do. á 18 p. do.
4 do. á21p. éo.
4 do. á 24 p. do.
20 Pieza* en cada capta.
Estopillas de Algodón.
500 Piezas, dobladas y embaladas de modo que imiten á las
Alemanas.
I
291
Platillas de Algodón en Piezas pequeña*, 600 Piezas.
Siendo algodón para camisas, cortado en piezas de 7 varas
cada una, dobladas, y empaquetada* de modo que imiten,
en miñatura, á las platillas Aleí
Pañuelos que imiten a los de Madras, 400 Docenas,
Deben imitar, lo mas que se poesía, las» colores verdaderos
vivos, vistosos, &c. 25 docenas en cada caxa.
Manteles de Algodón.
Das cascas ée Manteles, y de Servületas de Id afensv cea
rivetes roxos y azules. Los manteles que no sean de los
mas grandes.
Pañuelos de Puüicat u Romal, 200 Docenas.
Crfore» encendidos' y enrocantes, dte 86b. á 50#. hs docena;
éñéts cas» que contenga 25 presar.
Mantillas.
500 Bordados, vistosas^ y hermosas, de muselina.
200 Velos de encaxe blancos, grandes y de moda.
50 Veta* negros.
Este articulo se fabrica en Nottingham de algodón en
encaxe, bordados las ribetea muy anchos, y gran varie-
dad de muestras.
Velverets.
Todos de Media Ana> ninguno de Media Vara, 100 Piezas.
2 Negras.
4 Azules.
1 Amarilla.
1 Purpura.
1 De rosa.
1 Azul celeste.
10 Piezas en cada caxa, de tenelínes £ peniques, á 3 ch. 6 p.
por vara.
232
Corduroys.
4 Azules.
2 Negros.
4 De diversos colores.
10 Piezas ea cada caxa.
Cinta* Blancas de Algodón.
£1 valor de 100 libras esterlinas, pero que no sean muy an>
. chas.
Algodones Azules, 400 Piezas.
Que imiten á los de la China, bien teñidos, calidad segunda 6
inferior, y empaquetados en balas de 25 piezas cada uno.
Esto se gasta mucho entre los Indios y populacho.
Hilos Blancos de Algodón.
El valor de 50 £, algunos en caxas pequeñas.
Hilos Blancos de Lino.
El valor de 50 £.
Dimtíies 6 Fustianes Blancos, 100 Piezas, de una Vara de
Ancho.
10 á 15 peniques la vara.
5 á 18 do. do.
5á21 do. do. !
5 á 24 do. do.
25 en cada- caxa.
£33
Sedas Ligeras para Vestidos de Señoras, 100 Piezas*
8 Piezas de negro obscuro, para señoras.
5 do. que sea fuerte, para clérigos.
2 do. azules, para señoras.
2 do. de color de rosa.
2 do. blancas.
1 do. . carmesí, para parasoles.
20 Piezas en cada caxa.
20 Piezas mas, de sedas fuertes jaspeadas, para zapatos de
señoras.
Bombazeens Blancos y Negros.
200 Piezas negras, para las señoras y clérigos, de buena cali-
dad. La basquina de las mugeres es de este articulo.
50 Piezas blancas y buenas, para los religiosos Mercenarios,
&c.
250 Piezas empaquetadas en caxas de 25 piezas cada una*
Sedas para Coser.
£1 valor de 50 £.
Cintas de Seda.
4000 Piezas, colores vivos y vistosos.
500 do. para el pelo.
4500 Piezas ; también 1 caxa de cintas de terciopelo, y cintas
para zapatos.
Medias de Seda.
500 Pares para hombres, de moda, pero no demasiado caras.
200 do. para mugeres, con campanillas, &c. y vistosas.
284
Medios Blanco* de Algpdon% sondaleadas, S¡¡c~
1000 Pares con campanillas abiertas, ssyiaat Bbm» y «cogi-
das.
Guantes*
100 Docenas, baratas» de calosas vire** y sJpajMs para: mili-
tares.
Adorno* Militare**
200 Chareteras de oro para Oficiales.
200 De plata do.
100 Cordones para espadas» medio oro y medio plata.
Algunos galones de oto y plata» hilos,, y lentejuelas de lo
mismo.
200 Espadas militaras» y algunas dagas con vayna&y cíntu-
rones completos.
200 Plumages de varios colores, largos y derechos, como, los
db Ua Franceses;
Lozas, 60 Croles, a saber, ,
Algunas Blancas lisas, y otras escogidas.
20 Docenas de platos lisos,
5 do. para sopa,
4 do. cazuelas,
4? do. orinales, ^en cada crate.
2 do. jarras, y vasos,
Y alguna docena de fuentes, que no
sean muy grandes,
Tazas, Platillas, Sfc. de Loza.
200 Gilí Bowls.
100 Juegos de Tazos y Platillos para, el Café, de tamaño
mayor.
335
100 Juegos para el Té, que puedan también servir para el
Chocolate, de tamaño grande.
N. &— J& vendedor dft UMo par den!» par lo que se
rony» ? otees articsfa que he indi r sitas, son inútiles.
Artículos de Vidrio.
30 Caxas de Vasos de una Finta» baratos.
2 do. de Vaaoa» de mejor ceUd*d>
1 do. Botellas de Cristal, vistosas, per» no< muy. costosas.
1 do. Platillos para Dulce, &c. oe muy ricamente cortados*
1 do. Copas, vistosas y baratas.
N. B.— -Si el cargamente fuese para México, se pueden
añadir 40 caxas de cristala» pont vidrieras,. &a por-
que alli se usan mucho.
Espejos»
El valor de 200 £, en Espejos para salas, algunos buenos.
El valor de 50 £, en Espejos comunes para afeitarse» da todos
los tamaños.
Látigos de Mano, Sfc.
50 Docenas de látigos largas*
100 Docenas de Espuelas plateadas, con correas completas.
Papel, SfC.
El valor de 200 £, en buen papel de cartas, y para escribir, y si
se puede obtener, que imite al de Barcelona, para fumar,
algunos libros blancos para cuentas, &c. plumas, lacres,
y obleas en caxas de hojadelata. Alguna* gramáticas
Españolas é Inglesas, y diccionarios.
2 Caxas de Cartas Españolas para Jugar.
]
236
Hamacas.
400 Hamacas de algodón, vistosas y con adoraos, como las
de los Indios, y muy bien imitadas por Meatf* Philips de
Manchester, embaladas.
Parasoles de seda, 300.
10 Parasoles grandes, y de color de carmesí.
4 do. verdes. '
2 do. azul celeste.
2 do. amarillos.
20 Parasoles en cada caxa.
Quitasoles de seda para las Señoras, 300.
10 Carmesí, vistosos, frangeados, bien plateados.
2 Verdes.
4 Azul celeste.
4 De colores vistosos.
20 en cada caxa.
j
N. B. — Este articulo no puede ser nunca demasiado majo 6
adornado, por ser muy de moda.
»
Juguetes.
6 Caxas de pequeñas imágenes, moñas, &c.
Perdigones,
25 Barriles No. 3.
25 do. No. 4.
25 do. No. 5.
25 do. No. 6.
100 Barriles, pero ningunos otros números.
237
Pohora.
50 Barriles de buena calidad, y en polvorines para la caza.
Algunas que otras escopetas Inglesas, y pistolas mas adorna-
das que bien acabadas.
Platos de Estaño, 100 cacas.
Candeleras Plateados.
90 Docenas, muy adornados» y tales como en Inglaterra.se
consideran como antiquados.
Cucharas de Estaño»
20 Gross de cucharas de estaño grandes.
2 ditto de cucharas pequeñas.
Anteojos.
50 buenos, cada uno en su caxa.
Cepillos.
12 Docenas de diversos tamaños.
4 do. para el pelo.
Chismes de Pescar.
£1 valor de 50 £, en anzuelos, &c«
Agujas y Alfileres.
£1 valor de 50 £, de buenas agujas en caxítas de
estaño.
£1 valor de 20 £, en alfileres.
238
Cantina* para Soldados.
El valor de 50 £, empaquetad» en aerees.
Géneros de las Indias Orientales.
4 balas de Nieaaees* color «su!.
2 do. Bailas azulea.
4 do. blancas»
6 do. Nankeenes, azules, blancos, y pagizos.
N. B»— Si estos genera no se pueden obtener baratos, es
mejor excluirlos, pues Jos Estados-Unidos abastecen á
America baratamente.
Clavos.
10 Barriles de Tachuelas.
50 do. de Clavos chatos de media pulgada.
50 do. de una pulgada.
50 do. de pulgada y media.
50 do. de dot pulgadas»
10 do. de tres pulgadas.
Clavos de molde no deben enviarse. Los Españoles están
acostumbrados á los de Liege en Alemania, por la via de
Francia y de Holanda, y no quieren comprar mas que los
que están batidos.
Hierros de Sad.
500 Pares, empaquetados en arpilleras para que no se enmo-
hezcan.
Oüas de Hierro.
El valor de 50 £. Este articulo no se uta mucha, pues los
Españoles cuecen principalmente en ellas de barro de fa-
brica suya.
239
Pucheros de Hierro.
£1 valor de 100 £, de todos loe tamaños.
Braseros.
£1 valor de 20 JE, en braseros para «1 earboa.
Hozadas de Hierro»
£1 valor de 100 £, sin mangos, para el trabaxo del campo, no
nuiv Besadas.
Tachuelas de cabeza de turco para los Cofres.
60 Gross, cada gross tiene doce docenas.
Manchettes, 6000.
Son unas hojas de espada largas y anchas, muy parecidas á
los alfanges que se usan en los navios : los Españoles hacen
uso de ellas para cortar en los montes, para cortar la cafía de
azúcar, y para otros objetos. Los Alemanes eran los que les
abastecían este articulo, y las mas estimadas son las que se
llaman Del Perrillo, por tener un perro estampado en ellas, 6
una media luna y unas estrellas, que son las señales de cierta
fabrica que les da mas valor. £1 mango debe ser largo y
derecho como el de un cuchillo de carnicero, con dos pedazos
de hueso labrado riveteado á cada lado, como el mango del
atargan ó espada Argelina.
Cuchillos de Carnicero, 2000.
Todos con mango de hueso blanco, bien ribeteados, y con
vaynas de cuero negro, baratos.
240
Tiseras.
100 Docenas, baratas, y solo unas quantas mas caras.
Botas.
100 Pares, largas y cortas, pulidas, pero no altas ; pie no muy
grande, ni suelas muy espesas.
Navajas de Afeitar, 100 Docenas*
Principalmente baratas, algunas quantas de calidad superior,
pero en pequeña proporción.
Navajas de Marineros, 200 Docenas.
Grandes, baratas, y si se pueden obtener algunos de las que
tienen la hoja muy larga, como las de los marineros Es-
pañoles y Franceses.
200 Docenas de navajas de faltriquera, alguna con varias ho-
jas, y de buena calidad.
100 Docenas de cortaplumas, escogidos, y de todos los pre-
cios.
Cuchillos de Mesa.
100 Docenas de cuchillos, y de tenedores con tres dientes, de
buena calidad.
100 do. de cuchillos de mesa sin tenedores.
10 do. de tenedores de plata.
5 do. de tenedores para postres de plata.
Peynes.
100 Docenas con dientes pequeños, de todos los tamaños.
241
Botones.
i
El valor de 500 £, en botones de Birmingham, algunos ama-
rillos y blancos lisos, plateados, y dorados, otros para la
marina con ancoras, y botones para la artillería.
Casas de Tabaco.
£1 valor de 200 £, metal y similor, con estampas, retratos de
capricho ; con el de Fernando, con motto encima, y al
rededor ; también el de héroes, y del Rey de Inglaterra.
Cobres para embonar, S¡c.
Una cantidad suficiente para seis bergantines.
Para las Plantaciones de Azúcar.
*
Materiales suficientes para erigir 10 Plantaciones ; pero no
tan grandes como los de la Jamaica* Cuba tiene mucha
necesidad de ellos.
Sierras.
100 Docenas de sierras de varios tamaños, de mano, trian-
gular, &c.
Alquilaras de Cobre.
10 Alambiques de varios tamaños, completas.
2 de 60 gallons cada uno.
2 de 70 ditto.
2 de 80 ditto.
2 de 90 ditto.
2 de 100 ditto.
10 Alambiques, Cobre.
TOM. II. Q
242
Herramientas.
El valor de 200 £, en herramientas para carpinteros, ensam-
bladores, toneleros, herradores, cerraderos, &c« ; también
para reloxeros, plateros, &c.
Candados*
2000 Candados, de varías especies, y tamaños.
CrueibUs.
2 Tierces de Crucibles, para plateros.
Aceites.
Aceites para pintar al olio ; el aceite de almendras de usa
también mucho en las Colonias, y se lleva en botellas de
hojalata; también aceites de esencias y perfumes.
Especerías y canela son buenos artículos, si se compran bara-
tos, y que los Estados Unidos no los hagan mas baratos
aun.
Una pequeña colección de hojas de oro, caparrosa, alumbre,
piedras de moler, molinillos de café, hebillas, &c. para los
silleros, piedras de escopeta, &c.
Instrumentos de Música.
10 Piano-Fortes.
6 Órganos buenos y grandes de sala, con tonos alegres.
Algunas quantas Flautas, Pífanos, Viqiines, Guitarras, Har-
pas, &c.
243
Medicinas»
Una colección que excluya las que hay en el paya, y que con*
anta en Crema de Tartar, Ruibarbo, Senna, Manna, Salea de
Glauber, Cantáridas, Opio, Nitro, Ipecacuanha, Calóme!,
Mercurio, &c. Las drogas deben ir preparadas para us-
arse, en polvo, &c. estas operaciones siendo muy penibles en
un pays caliente, y exigiendo aparatos que no hay.
Joyas.
£1 valor de 400 £, en Pendientes, Collares, Brazaletes, Sor-
tijas, Alfileres, Cruzes, Botones de mangas, Hebillas para
la cintura, Bandeaus, y adornos de cabeza, relicarios, y
alfileres de oro con piedras vistosas, cadenas, &c. Todo
debe ser de oro, nada de cobre, — pues juzgan de este arti-
culo, quando no está manufacturado en el pays, por el olor ;
y otros se cubrirían muy pronto con el calor del clima.
Algunos Quesos, Escabeches, Porter, Cidra, Vinagre buena,
Jabón, Salsas de Pescado, Jamones, &c. se venderían bien,
pero tienen que ir bien empaquetados.
r
Aunque esta lista está algo abultada, se puede sin embargo
reducir, según el gusto del comerciante, 6 según del consumo
del mercado al que el cargamento va destinado.
OBSERVACIONES.
Todos los géneros en piezas, en qualesquiera especie de
balas que vayan, deben ir acompañados de una lista de lo que
contiene la bala, para evitar que la abran, y debe correspon-
der perfectamente. Sera mejor vender por balas, porque de
otra suerte los mercaderes escogerían los géneros mejores,
dexando los de poco 6 ningún precio ; á lo menos escogerían
los que se vendiesen mejor. •
244
Todas las casas, paquetes, y arcas, deben ser buenas ; estas
se venden por su valor neto, y son roas cómodas que las caxas ;
todos los géneros finos deben ir empaquetados en ellas : cada
una bien cubierta, marcada con letras claras, y numeradas en
dos partes, para evitar el trabaxo de levantarlas, y las equi-
vocaciones al embarcarlas y desembarcarlas, &c. y al librarlas
en manos del comprador.
Se debe observar, que los géneros que se destinan para mer-
cado Español, deben, en sus especies respectivas, ser ligeros,
vistosos, finos, y baratos, y baxo un principio de substancia
y duración muy diferente de los que se destinan para el con-
sumo de Inglaterra. Exigen que el articulo sea galán aunque
no dure mucho ; bonito y barato es su proverbio correspon-
diente.
Observaciones sobre los Pesos y Medidas.
100 Varas Inglesas hacen 108 varas Españolas.
100 Anas Inglesas hacen 140 varas Españolas.
97 Libras Españolas son iguales á 100 libras Inglesas.
La fanega Española es igual á cerca de tres bushels In-
gleses, 6 150 libras.
8 Arrobas de vino hacen 25 gallons Ingleses.
1 Arroba tiene 25 libras Españolas.
1 Vara Española tiene 33 pulgadas Españolas.
Para hacer de las anas Flamencas varas Españolas, multipli-
qúese por 80, y divídase por 100.
1 Ana Flamenca contiene 27 pulgadas.
Todos los géneros en piezas se miden, quando se venden
' por la vara Española.
1 Quintal tiene 100 libras Españolas.
4 Arrobas hacen un quintal.
Las facturas Españolas se hacen en reales de vellón ; por
exemplo, dos piezas de paño azul 40} varas á 80 rs. vn. = rs.
vn. 3260. 0.
Para sacar, la usanza Española es de 60 dias.
Reales de plata son, sin embacgo, mas generales en Ame-
rica, y 8 forman el valor de un duro, 6 12 J cientos cada uno.
«45
SECCIÓN IV.
ESTADO DEL COMERCIO. DERECHOS DE
ENTRADA, &C.
Los siguientes documentos ilustran de algún
modo esta materia.
Por una reunión muy respectable de comerci-
antes, dueños de navios, y manufactureros, que
se tubo en la ciudad de Londres, para tomar en
consideración * los medios de establecer una co-
municación entre Inglaterra y los payses del Sud
de America, que estaban baxo el dominio de Es-
paña, se adoptaron unanimamente ciertas resolu-
ciones, que expresaban la opinión de los circuns-
tantes, á saber ; — Que la naturaleza peculiar de
las necesidades y producciones de los payses en
qfiestion, en su estado presente de independencia,
abren un vasto camino para empresas comerciales
de una naturaleza muy importante, con tal que
este pays correspondiese al deseo manifestado tan
sincera y ardientemente por aquellos gobiernos,
para un comercio de beneficio mutup : — Que es
expediente allanar quantos impedimentos se opon-
gan á este estado deseable de cosas, siendo, se-
gún la declaración hecha por el Señor Zea, el
enviado de negocios de los Estados de Colombia,
la determinación de aquellos gobiernos no admi-
tir en sus puertos mas que %los navios y géneros
246
de las' naciones que reconozcan, y admitan las
banderas y productos de sus respectivos payses :
—Que en la Legislatura de los Estados Unidos
se trata de esta materia, lo que dára á los navios
del pays una ventaja decidida, nada menos que
uñ monopolio en el comercio de aquellos payses,
hasta que este pays y otros, adoptando medidas
semejantes, entren á gozar de una parte de él : —
Y que se presente un memorial á los Lords del
Consejo Privado de S. M. respetuosamente ur-
giendo la importancia de la consideración inme-
diata de los medios de establecer un trato comer-
cial entre este reyno, y los payses* de los dichos
Gobiernos del Sud de America.
£1 siguiente memorial fue después adoptado,
incluyendo en él la substancia de las resoluciones,
y sometiendo á la consideración de sus Excelen-
cias, el si, para adherir con exactitud al espíritu
de las leyes de la navegación, su letra no podría
relaxarse hasta el sentido de admitir los navios
que pertenecían á los gobiernos nuevamente es*
tableados en el Sud de America, para que co-
merciasen, como tales, con varios puertos de este
reyno, del mismo modo que los navios de los Es-
tados Unidos, y del Brasil.
A los Lords del muy Honorable Consejo Privado de S. M.
El humilde Memorial de los Comerciantes, Dueños de
Navio, Manufactureros, y Mercaderes de Londres, cuyas
firmas van aqui adjuntas ;
Exponen, — Que desde el establecimiento de los Gobiernos
Independientes en los payses del Sud de America, que esta-
«*7
tan bazo el dominio de España, se ha hecho con' ellos y estt
paya un comerpio muy extenso, ya $ea directamente, 6 por
medio de otros payses :
Que éste importante comercio, que, con debida protección
y fomento, puede hacerse aun mucho mas vasto, ha sido in-
terrumpido, y (según la declaración del S" Zea, el ministro
diputado á los Poderes Europeos por el Gobierno de Colom-
bia) está expuesto á ser enteramente perdido, 6 sugeto á una
perdida considerable, á no ser que el Gobierno de S. JVL tome
aquellas medidas oportunas para establecer una comunicación
comercial entre estos reynos y aquellos payses, que sean con-
formes á los reglamentos que han adoptado en este respecto
como la regla de su gobierno :
Que el principio de estos reglamentos parece ser, el admitir
en sus puertos los navios y géneros de los payses que reconoz-
can, y admitan las banderas y mercancías de sus respectivos
payses :
Que de consiguiente los suplicantes ruegan se les permita
exponer, para la consideración de sus Excelencias, si, para
adherir con exactitud al espíritu de las leyes de la navega-
ción, su letra no podría relaxarse hasta el sentido de admitir
los navios que pertenecen á los Gobiernos nuevamente esta-
blecidos en el Sud de America, para que comerciasen como
tales, con varios puertos de este reyno, del mismo modo que
los navios de los Estados Unidos, y del Brasil :
Que á no ser que los navios de aquellos payses sean admi-
tidos para participar en esta ventaja, los exponentes temen,
que los payses extrangeros, especialmente los Estados Unidos,
(cuyos reglamentos están gobernados por la regla adoptada
por los dichos nuevos Gobiernos), prevaleciendose de la oca-
sión que ofrezca la irresolución de este gobierno, obtengan
para si ventajas las mas importantes, á expensas de los intere-
ses comerciales, navegantes, y manufactureros de esto reyno :
De consiguiente los exponentes ruegan, que esta materia
ocupe la atención de sus Excelencias, y que se adopten
aquellas medidas oportunas que mas aseguren las ventajas de
un comercio directo y extensivo para este reyno, que los go-
biernos ya mencionados le ofrecen; y las que sus Excelencias
248
juzguen expedientes para dilatar y adelantar el comercio de
este imperio— -Y los exponentes rogaran siempre.
Londres* el 23 de Abril de 1822.
Baring, Hermanos y Co.
Richards, Macintosh, Law y Co.
Baiett, Farqubar, Crawford y Co.
Reíd, Irving y Co.
Findlay, Bannatyne y Co.
Campbell, Bowden y Co.
Smith, Inglis y Co.
Paxton, CockereU, Traill y Co.
W. y T. Raikei y Co.
Fletcher, Alexaoder y Co.
Bainbridges y Brown.
Palmer, Wilton y Co.
Frederick Huth y Co,
6. W. y S. Híbbert
Job. Marryat é Hijo.
Hullett, Hermanos y Co.
Richard Jafiray.
R. y B. Brown y Co.
Dickaon, Pisey y Co.
G. J. y G. Ranking.
Barclay, Hermano» y Co.
Anthony Gibo» é Hijo»
G. y. J. Brown.
Buckleaa, Bagster y Co.
Wilaon y Blanahard.
John Jacob,
Copia de una Nota de Señores Cock y Wix-
loughby, á los Señores que firmaron el Me-
morial para el Consejo Privado.
Señores,— -Tenemos el gusto de anunciar á Ustedes que loa
Lords del Consejo han decidido en favor de la aplicación para
permitir la entrada en este paya á los navios de los Gobiernos
Independientes establecidos en la parte de la America Espa-
ñola, conforme al memorial presentado á sus Excelencias el
23 del presente. Tenemos el honor de subscribirnos, sus mas
obedientes servidores.
(Firmado) Cock t Willoughby.
33. Nao Broad Street, 27 de Abril de 1822.
Las siguientes comunicaciones ocurrieron ade-
mas entre el Consejo del Almirantazgo y un co-
merciante de Londres. Esperamos que el con-
sentimiento en esta aplicación es un agüero de
249
una disposición para extender la protección al
comercio de los Estados Independientes.
A los Muy Honorables Lords Comisionados det Almirantazgo.
Mi Lords, — La petición del infraescrito comerciante In-
gles, humildemente expone á Sus Excelencias,—'
Que los intereses manufactureros de estos réynos estaban,
hace algunos años, en un estado alarmante de languidez:
Que esta languidez nacía en la falta de* demanda de los
payses inmediatos, que al presente manufacturan sus propios
géneros, y muchos de los quales están haciendo esfuerzos
para exportar géneros que antes solían recibir de nosotros :
Que las aprehensiones de los manufactureros que ultima-
mente infundían tanto temor, han sido aquietadas únicamente
por la demanda inesperada y considerable, que ha sido hecha
principalmente por los Estados Independientes del Sud de
America, y con nuestras posesiones de las Indias Orientales :
Que los alcances de los manufactureros son ahora muy
cortos, calculando los precios corrientes de los géneros en
Inglaterra :
Que precios baxos son necesarios para la continuación de
su prosperidad presente, para poder competir con suceso con
los géneros extrangeros, y para adelantar su consumo, que
comienza á establecerse en payses nuevos :
Que todo lo que tiende á impedir la libre egresión de las
manufacturas, á destruir la confianza en la seguridad de las
empresas, 6 á aumentar los gastos de los cargamentos, debe
necesariamente retardar aquel periodo de prosperidad, que
servirá para aumentar la demanda, y que los manufactureros
contemplan se halla ahora en el Nuevo Mundo :
Que las exportaciones de los manufactureros á la Jamaica
y á las Islas de las Indias Occidentales han sido en estos últi-
mos años muy importantes :
Que estos. géneros de extracción se vendían principalmente
en Tierra Firme :
Que la idea de un comercio regular y bien establecido di-
rectamente con Tierra Firme, habilitando á los comerciantes
250
y manufacturero* á evitar los gastos de puertos ii
hace inútil su ida á la Jamaica :
Que el comercio con Tierra Firme se halla obstruido por la
poca seguridad que tienen los navios, y que nace de los gran-
des robos que cometen los piratas en los mares del Occidente :
Que ademas del saqueo de los bienes, las barbaridades atro-
ces que cometen -sobre individuos sin armas y sin defensa» son
tan espantosas que alarman é impiden los viages:
Que si fuese posible para hombres, calculando los alcanzas
de la empresa, 61 verse excitados por la humanidad, deben
sentir mucha repugnancia al ser los instrumentos en exponer
á varios hombres á semejantes horrores, rapacidad, y aun á la
muerte :
Que por los seguros se piden diez guineas para Tierra
Firme, lo que baxo circunstancias ordinarias no suelen pe*
dirse mas que dos ó tres por ciento :
Que aun baxo un premio tan enorme es difícil hallar segu-
ros:
Que aunque haya comerciantes, en pequeño numero, que
se sometan á esta carga, sienten muy bien que empresas eje-
cutadas baxo tales peligros, y baxo tantas dudas respecto á
llegar á su destinación, no pueden considerarse buenamente
como operaciones sobre las que los comerciantes deben de-
pender :
Que la protección que los Estados Unidos dan á su comer-
cio con el Nuevo Mundo, asegura á sus habitantes una prece-
dencia en los mercados que nosotros perderemos ; y los es-
fuerzos para suprimir una raza de piratas, formidables en un
estado de guerra, les obtendrán ventajas que aun están á
nuestro alcanze :
Que la continuación de las dificultades que ahora existen,
deben tender á hacer los navios de otros payses los portadores
á Colombia, y perjudicar en cierto grado á nuestros intereses :
£1 exponente representa humildemente que él mismo se
halla muy interesado en el comercio de Tierra Firme :
Que ya ha expedido un navio, la María, para Maracaibo, y
que otro para el mismo destino está presto á marchar ; y
aunque en su humilde capacidad como individuo no exige
£51
Bada de Sus Excelencias, sin embargo, hablando por los inte-
reses de una grande comunidad, espera respetuosamente que
Sus Excelencias se dignaran tomar bazo su mas seria consi-
deración, los mejores medios para dar seguridad á un comer-
cio que promete ser un origen de riqueza para nuestro pays,
y dar animación á aquel espíritu de industria, que ha hecho
de Inglaterra lo que es, y que en efecto es la base de su gloria
y pre-eminéncia :
El exponente no presume indagar los pasps que hayan po- •
dido darse para aliviar estas quejas, pues los comerciantes
Ingleses* reposan su confianza en el Gobierno de S. M. y están
persuadidos que ninguna medida quedara por adoptar que
tienda á aumentar la prosperidad nacional, 6 que justifique
aquella confianza: pero el exponente ruega humildemente,
que ae dé publicidad á todas aquellas medidas que, en con-
formidad con la prosperidad nacional, puedan publicarse, ten-
diendo á desviar aquellas dificultades que el exponente urge
imperfecta aunque humildemente, y á aliviar las aprehen-
siones que generalmente existen. Presumiría sugerir á Sus
Excelencias, que podria resultar mucho bien para el comer-
cio con Colombia si se apuntase un puesto para convoyar
desde una de las islas á barbolento, tal como Barbadas 6 Sn
Vicente : Curazoa seria aun mejor, si la medida no fuese in-
consistente con la política ó miras del Gobierno Holandés.
Esto parece tan necesario que imploraría á Sus Excelencias
reflexionasen sobre ello, y lo diesen eficacia sin dilación al-
guna, si, sin embargo, esto los pareciese expediente.
El exponente no ignora, que se conceden convoyes en la
Jamaica ; pero representaría respetuosamente que este puesto
conviene muy bien para los puertos de S" Marta, .Cartagena,
y los del Golfo de México, pero está demasiado á sotavento
para que pueda convenir para los navios que van á los puertos
importantes de La Guayra y Maracaibo :
El exponente desearía igualmente representar respetuosa-
mente, que á causa del poco trato directo que ha existido con
Colombia y Tierra Firme, los que efectúan seguros dudan
mucho respecto ál conocimiento de los navegantes de la costa,
252
y seria sumamente importante que Sus Excelencias tomasen
aquellos pasos sobre esta materia» que juzguen mas adequa-
dos : y el exponente, al presumir hacer esta representación,
ruega se le permita expresar su confianza, que aunque lo hace
como un humilde individuo, no hallaría muy difícil obtener
una multiplicidad de firmas al sentido de ella : pero no confia
menos por eso en el juicio y medidas operativas de Sus Ex-
celencias, y rogaría humildemente que se le comunicase lo
mas pronto que sea posible lo que Sus Excelencias juzguen
conveniente hacer, pues tendera á aliviarte en las dificultades
que encuentra en. efectuar los seguios sobre el cargamento
que está presto á hacerse á la vela.
(Firmado) * * *
Oficina del Almirantazgo, el VI de Se?, de 1822.
Muy Señor mío, — Habiendo presentado á los mi Lords
Comisionados del Almirantazgo el memorial que Usted les di-
rigió el 10 del presente, he recibido orden de sus Excelencias
para informar á Usted, que han dirigido al oficial comandante
de los Navios de S. M. que dé al comercio desde allí á Mara-
caibo la protección que esté en su poder. Quedo de Usted
su muy humilde servidor,
(Firmado) John Barrow.
Al Sor. * * *
Aqui se sigue la ley del 27 de Septiembre de
1822, decretada por el Congreso General de Co-
lombia, sobre los derechos de ingresa que tienen
que pagarse eri los puertos de Colombia. No te-
niendo el original, solo daremos su substancia.
Todos los derechos de entrada que antigua-
mente tenían varios nombres se consolidan en
«
uno, llamado derecho de ingreso.
253
Por el articulo segundo se fixa á 15 por ciento
la entrada de hierro en barras, plata, estaño y
cobre ; también sobre el papel de toda especie ;
medicinas, instrumentos cirurgicos ; xarcia, pez,
resina, cables, cordage, y ancoras. '
Art 3. Todos los géneros de algodón, lana,
lino, cáñamo, pagaran 17 y medio, p. c.
4. Sombreros de castor, lana, ó seda, pagaran
20 p. c. ; lo mismo que cera, vino, vinagre, y
ácidos de toda especie ; reloxes de plata y oro,
encages, sillas de caballos ; toda especie de lozas
de Europa ó Asia, y todo genero de vidrio y cris-
tal.
5. Toda especie de sedas de Europa ó Asia
pagaran 22¿ p. c. lo mismo que las piedras precio-
sas, joyas, hilos y encages de seda, pañuelos de
punto, flores artificiales, plumas, espejos, per-
fumes, esencias, y aguas olorosas ; especerías,
frutos secos, ó zumos, &c.
6. Por zapatos y botas para mugeres y hom-
bres se pagaran 25 p. c. ; también por toda espe-
cie de muebles ; utensilios de cobre, bronze, hier-
ro, acero, y estaño ; sebo, harina, tasajo, y toda
especie de comestibles extrangeros.
7. Los licores extrangeros sacados de la uba,
del azúcar, ó de otro qualesquiera producción,
pagaran 35 p. c.
8. Las otras especies de mercancías, licores, y
artículos comerciales que no se hallan especifica-
dos en los artículos precedentes, pagaran 20 p. c»
254
Los derechos impuestos por los artículos pre-
cedentes se aplican únicamente á los cargamen-
tos de los navios nacionales.
Las mercancías de los estados neutros ó en
amistad, pagaran 5 p. c. á mas de los derechos
expresados, á no ser que se haya estipulado de
otro modo por algún tratado de comercio.
Se deducirán 7¿ p* c. de los cargamentos de
los navios nacionales, y 5 p. c. de los navios ex-
trangeros, con tal que procedan directamente de
los puertos de Europa á Colombia.
Esta ley empezó á operar el 1 de Enero de
1822.
Un decreto subseqüente al de esta ley exime
de estos derechos los libros en todas las lenguas,
mapas, aparatos filosóficos, pinturas, esculturas,
laminas, herramientas de agricultura, y toda es-
pecie de instrumentos útiles en la navegación en
las artes y en las ciencias.
SECCIÓN V.
DE LAS VENTAS, &C.
Los géneros se depositan en los almacenes de
los factores, donde van los comerciantes por me*
ñor á examinarles. No 'debemos omitir la cir-
cunstancia singular de que estos almacenes tienen
255
i
rara vez la puerta que abra á la calle, excepto
los de Caracas y Angostura. Por lo general es-
tan en el interior de las casas, y freqüentemente
es preciso llamar -á la puerta para que abran. Por
mucho que hagan las leyes en favor del comercio
la opinión nacional le rehusa aquella considera-
ción de que goza én todas las partes. Los Cre-
ollos se oponen aun mas que los Europeos.
Los Catalanes, que forman el mayor y mas rico
cuerpo de comerciantes, son activos, empren-
dedores, y unidos entre si. Quando llega un
cargamento, veinte de ellos se hallaruquiza con-
cernidos .en su compra. Tratan de sacárselo de
las manos del vendedor lo mas barato posible de
un modo peculiar» Como son los únicos capita-
listas, y que no temen competición, uno de ellos,
en di primer día de venta, ofrece en nombre de
los que se han juntado para ese efecto, los precios
en que han convenido. Si los rehusan, al dia
siguiente va otro, y ofrece menos: un tercero
ofrece aun menos. £1 sobrecargo se halla emba-
razado al ver que no alzan el precio, y freqüente-
mente ocurre que dispone de sus géneros mas
barato aun de lo que le ofreció el primero. Des-
pués alzan del mismo modo el precio de los gé-
neros de retorno, sabiendo que el navio tiene que
volverse en cierto tiempo.
Todas las transacciones se conducen secreta y
misteriosamente ; y nunca se juntan en ningún
parage para tratar colectivamente de los nego-
cios. Sus almacenes tienen una apariencia sucia
8
256
i
é irregular ; y tanto en sus personas como en su
trato no parecen en nada á comerciantes y á hom-
bres hacendados. Sin embargo, por lo que toca
á la probidad y solidez en desempeñar sus con-
tratos, una vez concluidos, se puede contar con
ellos. A fuerza de economía á veces acumulan
mucho caudal, y hacen los oficios mas baxos de
sus negocios.
Los géneros se venden á los mercaderes á 4 ó
5 meses de crédito ; pero el pago, aunque prome-
ten hacerle por entero, no se hace, sin embargo,
mas que en parte, y amenudo vuelven hacer nue-
vas contratas para extender el crédito por años.
Es evidente que si el navio tubiese que aguardar
para recoger el pago de su cargamento, y para
cargar sus retornos, consumiría todos sus alcan-
zes, ó quiza causaría perdidas inmensas al comer-
ciante.
Para hacer este comercio con suceso, se debe,
de consiguiente, tener fondos ya investidos en
America, de suerte que se pueda, asi que llegue
el navio, comenzar la compra del producto, que
rara vez se halla recogido en cantidades suficien-
tes para completar el cargamento en pocas dias.
Con el dinero que realizan de cargamentos ante-
cedentes es con lo que el factor debe contar para
cargar y expedir los navios que van llegando.
Se computa que la masa del dinero en circula-
cion no es, en la provincia de Caracas, mas que
de 4 millones de duros, de los quales la quarta
parte es de la moneda pequeña llamada macuquina.
«57
Su forma, que basta para quitarle el honor de cuño,
y también su peso, hacen que continué en el pays,
pues no se podría extraer sin perder una tercera
parte de su valor. Un costalillo de este cuño,
que representa el valor de 1000 duros, no pesa
efectivamente mas que 700; pero como tiene
una circulación que nadie disputa, el cambio
por duros se hace con mucha facilidad, y sin
ningún premio.
Las disputas comerciales no estaban sugetas en
la America Española á los procesos comunes de
tribunales, pero únicamente compadecían ante
el Consulado, cuya decisión era corta, definitiva,
y prontamente llevada á efecto. Si, en. la venta
de un cargamento, el comprador recibía los gé-
neros en nombre del navio, y no del comerciante
que los vendía, la deuda se recogía con mas faci-
lidad, pues una dilación del tiempo convenido le
exponía á una detención de los géneros de re-
torno,—excelente medio para impedir daños en
un pays donde no han adoptado la regularidad
de los contratos. Las ordenanzas de Bilbao eran
las reglas por las que se guiaban en sus transac-
ciones comerciales, — que era un digesto de leyes
y usos mercantiles tan completo como una nación
podia tener, pues comprehendia remedio para
quantos accidentes, ya fuesen causados por des-
gracias 6 fraudes, pudiesen ocurrir en el comercio.
Habían sido recogidas por el cuerpo de comer-
ciantes mas sabio y experimentado de la nación.
Los de Biscaya tubieron la mayor parte en su
TOM. II. R
858
formación, de los que tomó el nombre, y que han
sido siempre los mas famosos. En esta obra, tu-
bieron por delante, mas particularmente, la re-
acción de los abusos que podían resultar de ki
extensión de aquella buena fé, que forma la base
de todo comercio vasto.
SECCIÓN VI.
»
' DEL COMERCIO POR MENOR.
El comercio por menor en géneros enxutos
está en manos de Canarios, y de algunos quantoft
Creollos. Los alcanzes comunes del mercador
son 25 ó SO p. c. De aqui parecería, que hay
pocos oficios por los que se pudiesen hacer cau-
dales mas rápidamente ; y á la verdad esto sería
cierto, si todos los mercaderes pudiesen obtener
muchos parroquianos. Pero la especie de vida
que se necesita para esta ocupación, siendo de
aquella descripción sedentaria que conviene al
genio Español, las tiendas se multiplican de tal
modo, y la venta y ganancias se dividen entre tan-
tos, que no queda á cada mercader mas que lo su-
ficiente para mantener su familia con decencia.
De aqui nace, que esta clase, que en todos los pa-
rages sube muy pronto al rango de comerciantes,
se queda en su estado original entre los Creollos, y
259
se oye mas amenudo de bancarrotas que de cau-
dales.
No es necesario un conocimiento muy profun-
do para descubrir, que estas tiendas no podrían
subsistir sin el crédito que los comerciantes tienen
que darles. Rara vez sucede que un mercader
p^gue por lo que compra al recibirlo : al contra-
rio, el tiempo del crédito expira sin estar preve-
nido para el pago. Sin embargo, si se le exti-
ende el crédito, por lo general satisface todas sus
obligaciones ; pues se observa, que esta clase se
distingue mas que otra alguna por su honradez.
También hay en Tierra Firme ciertas tiendas,
conocidas por los nombres de bodegas y pulperías.
Sus géneros consisten en lozas, alfarería, cosas de
vidrio y de cristal, quinquillerías, herramientas,
vinos, vinagres, azúcar, jamones, frutas secas,
queso, licores, &c. Tienen una ventaja sobre las
otras tiendas, y es el no tener que cerrarlas los
Domingos, ó dias de fiesta. En conseqüencia de
su gran comodidad, se las permite estar abiertas
desde que nace el dta hasta las 9 de la noche.
Este trafico está casi exclusivamente en manos
de Catalanes y Canarios activos, económicos, y
solteros ; y como consiste en artículos frágiles y
quebradizos, está sugeto á daños que deben cu-
brirse por las ganancias de su venta : de consi-
guiente, ninguno de sus artículos se venden á
menos de ciento p. c. de ganancia, y algunos el
doble y el triple de esa suma. En este trafico es
260
en el que se comienzan á hechar las bases para
hacei\ caudal.
Las manufacturas de Colombia son útiles prin-
cipalmente en su comercio interno, y consisten
en alfombras, géneros de algodón, mantas, col-
chas, &c.
SECCIÓN VIL
DEL TRAFICO ENTRE LAS PROVINCIAS.
El comercio que se hace en las diferentes pro-
vincias de Caracas, es de muy poca importancia.
Desde Barcelona á la Habana, llevan carne
salada y seca : lo preparan en Barcelona, donde
apenas cuesta 25 francos el quintal, y se vende
en la Habana á 60 y 70 francos. Los retornos
consisten en azúcar, cera, y plata. -Desde Ma-
racaibo envian cacao, &c. ; desde Coro, pieles de
cabras curtidas, y queso del pays $ de Puerto Ca-
bello, muías, quando no esperan hacer mas de
ellas en la Jamaica; desde La Guayra, cacao,
sarsaparilla, &c. Tanto Cumana y Margarita
como Guiana no tienen ningún trafico con la
isla de Cuba. Todo lo que estas provincias en-
vian á Puerto Rico, ó que reciben de alli, se
transporta por pequeñas falucas, que pasan de
Puerto Rico á La Guayra todos los meses. Todo
961
este comercio, junto con el de Cuba, sube á 100
mil duros anuales.
Alguno» años ha, La Guayra* tenia un tra*
íico con Vera Cruz, que era muy ventajoso
para Tierra Firme. Habia encontrado allí un
mercado nuevo para su cacao, lo que no contri*
buyo poco á mantener el precio de esta produc-
ción. En 1763 exportaba á Vera Cruz 16,804
quintales. Esta extracción continuó por varios
años, pero está ahora casi muerta.,
- Maracaibo hacía alli el comercio mucho mas „
que los otros puertos de Tierra Firme : los carga*
mentos se componían de cacao, balsamo de Co-
pahu, &c. y en retorno traían artículos de vidrio
hechos en México, cuentas de rosario, sacos para
embalar, estofas de Indias, que llegaban á alli de
Acapulco, y oro y plata.
SECCIÓN VIII.
DE LAS COMPRAS DEL PRODUCTO, &C
s
En ninguna ciudad de Tierra Firme, ni siqui-
era en Caracas, tienen los comerciantes ningún
sitio donde reunirse, como nuestras bolsas, para
tratar de negocios comerciales: cada qual tra-
baxa en el silencio y soledad de su oficina. True-
ques les son enteramente desconocidos. Entre
ellos no se ve papel ó vales en circulación ; pues
262
ignoran la costumbre del descuento. Todas las
transacciones se conducen directa y personal-
mente entre el comprador y el vendedor. Ni
tampoco tienen ningún precio-corriente. Aque-
llas ciudades antes son factorías que villas comer-
ciantes.
La compra del producto no se hace en Tierra
Firme, como en otros parages, en grandes canti-
dades. La ciudad de Caracas es el grande em-
porio de la prqvincia ; pero su situación, en me-
dio de montañas, no permitiendo ninguna otra
manera de porte que por muías, las producciones
llegan en pequeñas cantidades, que las llevan por
las calles á quien mas da, vendiéndolas, por lo
general, menos de lo que valen. Los cultiva-
dores no tienen agentes que viajan y factores que
tomen sus producciones á los mercados. £1 cul-
tivador no tiene apenas ningún vinculo de interés,
y menos de intimidad, con el comerciante. Las
necesidades del cultivador ocasionan á veces un
trato momentáneo : se ofrece á entregar al comer-
ciante en un tiempo estipulado cierta cantidad de
producto, á cierto precio, por la que recibe dine-
ro adelantado. De este modo empeña su cose-
cha á un precio mas baxo que el corriente. La
buena fé preside á veces en estos tratos, y efec-
túa una dichosa conclusión. Pero amenudo tam-
bién reclaman la autoridad del tribunal de justi-
cia para hacer llevar á efecto las contratas; y
Depons cree que el comerciante suele ser siem-
pre el aplicante. Las quexas son, generalmente,
£63
contra el descuido del cultivador, la mala calidad
del producto, ó su adulteración. Es evidente,
que tales transacciones antes tienden á producir
desconfianza entre el comerciante y el cultivador
que harmonía, y que esta mala inteligencia es uno
de los mayores obstáculos que se oponen á la
prosperidad nacional»
Las producciones comerciales de Tierra firme
(según hemos observado en uno de los capítulos
precedentes) son de una calidad superior á las
de las islas, excepto el algodón, cuya inferioridad
antes debe atribuirse á la falta de preparación que
á la del suelo.
< £1 cacao de Caracas, después del de Soconus-
co, obtiene en el comercio la preferencia sobre
el de otras partes de America. Quando el ca-
cao de Caracas está á 50 duros el quintal en Cá-
diz, el de Magdalena está á 44, el de Guayaquil
á 82, y el del Marañon á 25. El cacao se vende
por fanega, ó saco de 110 libras Españolas, que
vienen á hacer 100 libras Francesas.
El añil de Caracas no es mas que 8 p. c. me-
nos en valor que el de Guatimala ; pero el mas
pequeño incentivo bastaría para doblar muy
pronto el producto de Tierra Firme. Ninguna
otra especie de añil tiene 25 ó 30 p. c. mas qué
el añil de Caracas. Se distingue en el comercio
por el nombre de flor, ó primera calidad, sobre*
saliente% u ordinario, y corte, ó inferior. Quando
el primero está á 12 reales la libra, el segundo
está á 10, y el tercero á 8.
1
264
Es imposible aun asignar el rango que el co¿
mercio dará al café de Tierra Firme, porque no
se ha extraído al extrangero en cantidades sufi-
cientes para obtener una plaza particular en los
precios-corrientes. Pero la forma del grano, y
su gusto, que no puede disputarse, anuncian que
algún dia, y ese quiza no está muy lexos, el café
de Tierra Firme obtendrá la misma consideración
de que su cacao ha gozado por tanto tiempo.
£1 azúcar hace ver la falta de habilidad é igno-
rancia de sus fabricantes, pero hace honor al
suelo que le produce.
En el mes de Julio de 1804, el cacao se vendió
en Caracas á 160 francos el quintal.— (Su precio
ordinario es de 100 á 110 francos.)
El añil en flor á 68 francos la libra. — El sobre*
saliente y el corte en proporción.
El café á 130 francos el quintal. — (No había
mucho en el mercado.)
El algodón de 60 á 80 francos el quintal.
Al precio del producto que se compra en Ca-
racas se debe añadir el porte á La Guayra, que
es sobre muías, y que cuesta 5 francos la carga
de quatro arrobas, ó de dos quintales.
El tabaco, habiendo estado hasta ahora estan-
cado, sus precios no eran tan altos como si hubie-
sen! entrado en competición por el comercio, y de
consiguiente la extensión de su cultivo no era
muy grande. Sin embargo, buenas autoridades
afirman, que el valor del tabaco que se cogia en
Tierra Firme subia anualmente, según. los precios
«65
del gobierno, á tres millones de duros ; y los Ho-
landeses, que han sido siempre considerados como
buenos peritos, dan á este el doble del valor que
al de la America del Norte, y le dan el segundo
rango después del de Cuba.
El documento siguiente es el decreto del Con*
greso respecto al monopolio de este articulo : —
£1 Congreso General de la República de Colombia, con-
siderando, —
Io. Que, en las circunstancias actuales, no es posible des-
estancar la renta del tabaco, sin causar una grande diminución
en las rentas publicas :
2o. Que» á pesar de esto, es indispensable ir dando gradual-
mente impulso y fomento al cultivo de este precioso ramo de
nuestra agricultura, hasta que pueda dejarse enteramente
libre, y extraerse para el extrangero por cuenta de los parti-
culares :
3*. Que mientras esto sucede es del interés de la República,
no solamente aprovechar las ventajas que rinden los estancos,
sino también dar salida al sobrante, después de satisfacer el
consumo interior, ha venido en decretar, y decreta lo si-
guiente : —
Art. Io. Se conservara en toda la República la renta estan-
cada del tabaco, baxo las reglas que se han observado hasta
.ahora, sugQtas á las variaciones que provisionalmente haga el
Gobierno, las quales executara y presentara al Congreso en
su próxima reunión para su aprobación ó reforma.
Art. 2o. Después de dexar abastecidos los almacenes y
estancos públicos para ocurrir al consumo de los pueblos, se
trasladara el sobrante de las factorías á los puertos mas in-
mediatos de la República, para su venta por mayor con el
objeto de extraerlo para el extrangero.
. Art. 3°. Los compradores de los tabacos con calidad de
exportación prestaran las fianzas necesarias ante los ministro^
del tesoro respectivo, de exportarlos para el extrangero den-
266
tro de sesenta dias, contados desde el día en que se haya veri-
ficado la venta ; cuyo termino podra prorogarse abonando el
-derecho de almacenage.
Art, 4o. La venta de tabacos con calidad de exportación
se hará siempre en los puertos de Colombia con anuencia del
administrador del ramo, y en almonedas publicas, á no ser que
el Gobierno los destine al pago de deudas pendientes ú obli-
gaciones contraidas para objetos del servicio publico.
Art. 5o. £1 tabaco vendido con calidad de exportación no
podra sacarse de los almacenes públicos, hasta que el com-
prador manifieste estar pronto para llevar á efecto su ex-
tracción para el extrangero.
Art. 6o. Esta extracción se verificara precisamente con
anuencia é inspección de los administradores del ramo» y de
las aduanas respectivas, y con presencia de los Guarda-
mayores, 6 Capitanes de puerto, sin deducir por ello emolu-
mento alguno.
Art. 7o. Los productos de la venta del tabaco de exporta-
ción entraran en las cajas del ramo, y en su administración
y manejo se observaran las mismas reglas establecidas para
las demás de su resorte.
Art. 8°. Se autoriza ampliamente al poder executivo para
que ademas de las factorías de tabaco que actualmente exis-
ten, pueda establecer otras nuevas, con tal que esto se veri-
fique en parages de donde puedan trasladarse fácilmente á los
puertos de comercio, para su extracción al extrangero en la
forma prevenida.
Art. 9°. Se autoriza igualmente al poder executivo para
que pueda suprimir alguna 6 algunas de las factorías existen-
tes, siempre que lo juzgue conveniente por las pocas ventajas
que ofrezca su situación local ;
Art. 10°. Para el fomento de las factorías, podra igual-
mente tomar, de qualquiera ramo de las rentas publicas, las
cantidades que crea necesarias, con calidad de reintegro ; y por
defecto de estas, abrir empréstitos, y tomar á crédito, hipóte-'
cando los productos de ellas para el pago del principal 6 in-
teres, que podra estenderse hasta un seis por ciento.
267
Art. 11°. El poder executivo presentara particularmente
todos loe años al Congreso, un estado de las factorías de ta-
baco establecidas en el territorio de la República, manifestan-
do el incremento progresivo de esta renta en sus consumos
y extracciones para el extrangero, á fin de que con presencia
de datos suficientes pueda decretar la absoluta extinción de
los estancos, y su libre extracción, sin el menor perjuicio de
las atenciones á que en el día está destinado este ramo.
Art. 12°. £1 poder executivo dará los reglamentos nece-
sarios para precaver los fraudes y extorciones que puedan
cometerse en las factorías y administraciones de tabaco.
Comuniqúese al Poder Executivo para su cumplimiento*
Dado en el Palacio del Congreso General de Colombia, en
el Rosario de Cúcuta, á 27 de Septiembre de 1821, 11 de la
Independencia. — El Presidente del Congreso, José Y. de
Marques. — El Diputado-secretario, Francisco Soto. — El Di*
putado-secretario, Antonio José Caro. Palacio del Gobierno
en el Rosario de Cúcuta, á 29 de Septiembre de 1821 : Exe-
cutese, José María del Castillo, por S. E. el Vice-Presidente
de la República. — El Ministro, P. Gual.
Es Copia. El Secretario de Hacienda.
La lana de las ovejas del Sud de America, que
ha estado descuidada extraordinariamente por ra-
zón de la falta de incentivo, podría hacerse uno
de sus productos mas importantes de extracción.
Es cierto que manufacturan algunas quantas man-
tas y fresadas, pero no hay ningún deposito ó al-
macén para recoger la lana, prepararla y emba-
larla en su estado natural.
Hasta las pieles de venados, que podían muy
bien recogerse, no se hace caso de ellas. — Ade-
mas de eso, hay una variedad de otros recursos»
que no necesitan mas que fomento para hacerles
sea
artículos comerciales.— En fin, las producciones
de estas regiones son sumamente adequadas para
las necesidades de un pays manufacturero, y con-
vidan al comerciante á visitarle.
Añadimos á esta sección una noticia de la
Feria de Xalapa, en México, donde se hacen las
grandes compras.
Los géneros que van á la Feria de Xalapa, la
mayor en toda la America Española, los envían
de Vera Cruz sobre muías, asnos, &c.
Continua abierta para la venta de géneros seis
meses. Se abre y se proclama con grandes pro-
cesiones publicas y otras solemnidades, á las que
asisten un numero inmenso de gente, acompaña-
das de los clérigos, ordenes religiosas, &c. con
bandas de música, soldados, &c. En esta ocasión
los factores, y los que tienen géneros que vender,'
son muy liberales en sus donaciones á las iglesias,
con las esperanzas de tener buena fortuna, bue-
nas ventas, y alcanzes muy grandes.* Estas pro-
cesiones se repiten el dia después que se ha aca-
bado la Feria, y los factores asisten á las iglesias,
para dar las gracias al Todo-Poderoso por sus
sucesos respectivos, presentando á las iglesias
aquellos dones que mas apetecen.
Según las leyes, ninguna venta, por pequeña
que sea, sera permitida hasta que la Feria haya
sido proclamada, y que las procesiones se hayan
completado; ni tampoco se puede hacer venta
alguna después que se ha hecho la proclamación
del fin de la Feria, por otras procesiones y cere-
269
monias semejantes. Estas una vez completadas»
todos los géneros que han quedado en las manos
del factor sin vender, los almazenan baxo el cui-
dado de ciertos empleados apuntados para ese
efecto, donde tienen que quedar sin ser tocados
hasta que la próxima Feria ha sido abierta y pro-
clamada j entonces los vuelven á entregar á sus
respectivos dueños, seguros y en buena condición,
para que los vuelvan á ofrecer en venta.
Si los géneros son tales que gusten, atraigan,
y convengan á los compradores, las ganancias que
hacen sobre ellos son freqüentemente prodigiosas
— á veces desde 300 á 600 p. c. Si no gustan,
es sumamente difícil disponer de ellos á quales-
quier precio que sea. En el ultimo mes de la
Feria los factores se apresuran mucho para dis-
poner de sus géneros del modo mas ventajoso ;
de cuya disposición los compradores no fallan de
aprovecharse lo mas que pueden.
Las ventas en esta Feria se hacen por lo gene-
ral por pagos inmediatos, que consisten en duros,
oro y plata en pastas, barras, acuñados, &c. y en
productos del pays, como añil, cochinilla, quina,
&c. Rara vez sucede que den crédito alguno
por los géneros que venden en esta Feria, á
causa del gran peligro que habría en confiar á
extrangeros, muchos de los quales viven á la dis-
tancia de 500 á 2000 millas de Xalapa.
Esta grande Feria, como la de Frankfort, Leip-
sic, Brunswick, Nuremberg, fue sospendida en
270
conseqüencia de la guerra, pero, se espera, que
no tardara en restablecerse.
El añil que traen de Guatimala á esta Feria
consiste en quatro calidades, todas ellas excelen-
tes, pero la mas fina es superior á todas las que
vienen á Europa.
La cochinilla de México, sin la qual no se pue-
den producir los colores de purpura ni de graüa,
no se halla pura en ninguna otra parte del mundo.
Su historia natural, y modo de criarla y preparar-
la, se halla en uno de los capítulos anteriores.
La quina, que también traen á la Feria, es una
droga de las virtudes mas saludables, que solo se
halla en el Perú, y que es un articulo muy lucra-
tivo de comercio, y muy precioso en un pays
donde el sistema corpóreo se halla tan debilitado.
Como todos estos géneros, por falta de una na-
vegación interna, se llevan á la Feria sobre mu-
las, y sobre las cabezas de los Indios, los paque-
tes deben ser pequeños, y lo mas ligero posible,
y que no excedan un quintal. Los Indios llevan
y viajan muy apriesa con su carga sobre la ca-
beza, y dos de ellos sirven de carga para una
muía, pues ponen un paquete en cada lado de
una especie de árganas, lo que hace un equilibrio
perfecto. De consiguiente balas pequeñas son
preferibles á caxas ; pero deben ir acompañadas
de targetas. Las cubiertas para los géneros finos
deben tener, como los de las Indias Orientales,
encerados, para impedir que penetre la humedad.
271
SECCIÓN IX.
DERECHOS DE EXTRACCIÓN, FLETE, SEGUROS, &C.
El derecho de extracción del cacao es 10 p. c.
Antes de la reunión del Congreso General en
Cúcuta el año pasado, el café pagaba también un
derecho de extracción de 10 p. c. j pero por un
decreto del Congreso se abolió, para dar mas fo-
mento á su cultivo. En Venezuela se temía, en
el mes de Junio ultimo, que el Intendente se
vería obligado, á causa de los grandes y continua-
dos gastos ocasionados por el sitio prolongado de
Puerto Cabello, á restablecerle por el presente.
Si tal sucediere, su restoracion, probablemente,
no duraría mucho.
La exportación del azúcar de Venezuela está
prohibida por el presente.
Estamos seguros de que los derechos sobre el
añil, el tabaco, y las pieles, son también de 10
p. c. de extracción.
Todos ellos son derechos ad valorean.
£1 flete era tan grande durante la ultima guer-
ra, que bastaba de si solo para paralizar el comer-
cio de las colonias con la metrópoli. £1 cacao,
casi la única producción que enviaban á España,
pagaba 12 duros por quintal, tres de los quales
se pagaban adelantados. Todos los demás artí-
culos eran en proporción.
8
*7*
En tiempo de paz el flete del cacao ha sido de
3 duros por fanega.
£1 catao que se desperdicia durante el viage
se carga á cuenta del capitán. Para cubrir esto
le conceden tres por ciento, es decir, que de 1 10
libras que hace una fanega, no está obligado á en-
tregar mas que 107 libras* Sin embargo, los des-
perdicios suelen subir á veces á mas que el tres
p. c, y el capitán tiene que completar las 107
libras á expensas suyas. Esta perdida se computa
á 1¿ p. c. Esta es una condición que tiende á
hacer al capitán vigilante y cuidadoso*
El flete desde Inglaterra á Tierra Firme es de 1
p. c. mas que á las islas correspondientes en vista
de Tierra Firme.
Derecho de exportación sobre muías, 15 duros.
sobre ganado, 8 —
La extracción de ganado está ahora prohibida.
En Cádiz habia una Cámara de Seguros, su-
geta á reglamentos aprobados por el rey : se di-
solvió por las perdidas enormes que sostúbo al
principio de la guerra con Inglaterra en 1796.
Después los seguros se hacian en pólizas parciales,
de sumas mas ó menos importantes, que ciertos
capitalistas empleaban para ese objeto en navios
particulares : de este modo los dueños de los na*
vios escogían sus seguros, y los hacian compare*
cer ante los tribunales en caso de disputa. El
premio ordinario en Cádiz para el Golfo de Méxi-
co, era de °¿\ á 3 p. c. en tiempo de paz, y según
la estación.
273
En Sto Tomas» donde hay una compañía de se-
guros, se escritura ahora para Tierra Firme. En
' los meses de Mayo y Junio últimos se efectuaron
seguros á 5 p. c. todo peligro incluido. En In-
glaterra no se pueden efectuar en este momento
por el doble de esa suma, por razón de las ultimas
y íreqüentes piraterías.
SECCIÓN X.
IMPORTE DE LAS EXTRACCIONES E INGRESOS.
El establecimiento de los Holandeses en Cura*
zoa en 1634, excitó á los habitantes de Caracas
á dedicarse á los trabaxos de la agricultura.
Pronto comenzaron á exportar cacao y pieles en
cantidades suficientes para hacer un trafico de
trueque con los Holandeses, por aquellos géneros
Europeos que necesitaban los colonos. Este tra-
fico.aumentó de tal suerte que la metrópoli juzgo
que era tiempo de intervenir : publicaron un decre-
to suprimiéndole; y fletaron dos navios desde Es-
paña con géneros para la colonia, sobre los que
pusieron derechos enormes* De consiguiente los
Holandeses comenzaron un comercio de contra-
bando, y vendieron tan barato, que era imposible
para los comerciantes Españoles competir con
ellos, asi que quedaron, hasta 1700, los únicos
dueños del comercio.
TOM. II. s
274
Desdé 1700 hasta 1730, los comerciantes Es-
pañoles trataron de renovar sus especulaciones ;
pero la actividad Holandesa fue tal que les aba-
rataron en todo. A este tiempo, el producto
anual de Caracas solamente en cacao era de
65,000 quintales (de 1600 onzas el quintal).
Las extracciones por las aduanas reales sübian á
21,000 ; de suerte que los Holandeses recibían
los 44,000 quintales restantes en sus navios de
contrabando. La corte de Madrid viendo esta
diminución en sus rentas, y resolviendo poner fin
al trato con los extrangeros, tubieron recurso á
confiscaciones de propiedad, á multas y castigos
sobre las personas que fuesen descubiertas ha-
ciendo el contrabando con los Holandeses.
Apesar de estas medidas, el trafico ilícito con-
tinuaba aun, y los medios adoptados no siendo
suficientes para suprimirle, recurrieron al expe-
diente de formar una Compañía que monopolizase
todo el comercio de exportación y de ingreso de
la capitanía-general. Esto fue llevado á efecto ;
y la vigilancia de los miembros de esta Compañía
era tan grande, que el comercio ilícito fue muy
pronto suprimido, y lograron satisfacer á los co-
lonos completamente por sus continuas remesas,
y comprando todos aquellos artículos que ten-
drían buena venta. Construyeron almacenes
inmensos en diferentes puertos, y adelantaron
mucho dinero á los cultivadores sin ningún in-
terés. Pueblos florecientes se levantaron de todas
partes, y la tierra se convertio de pantanos y
9TJ5
S
montes inmensos en plantaciones risueñas. En
1735, no se exportaban' mas que 65,000 quintales
de cacao, mientras que en 1763, el producto de
este articulo subía á 110,650 quintales. £1 ga-
nado se multiplicó tan rápidamente en las vastas
llanuras del sud, que añadieron pieles á los otros
objetos de extracción. Desde este tiempo, los
derechos que se pagaban en las diferentes adua-
nas eran tan grandes, que no se hacían mas re-
mesas desde México á Caracas para pagar los
gastos de su gobierno.
Pero con todas estas ventajas, que no duraron
mucho, los Directores de la Compañía se arro-
garon poderes que no les pertenecían por la carta
de fueros que se les había concedido : en una pa-
labra, se corrompieron ; y tal era el estado del
•comercio á causa de los abusos que cometían dia-
riamente, que en 1778 la corte de Madrid abrió
los puertos de Venezuela y de España para que
comerciasen reciprocamente. Se hicieron nuevos
reglamentos, y el comercio de la colonia aumentó
gradualmente hasta 1796» quando experimentó
una concusión muy grande por las operaciones
marítimas de los Ingleses, que en aquel tiempo
estaban en guerra con España.
Las cuentas siguientes son las exportaciones
hechas en los quatro años desde 1793 hasta 1796,
comparados con las de los quatro años siguientes.
376
Extracciones desde 1793 hasta 1796.
Duros.
367,819 q. de cacao, á 18 duro», 6,690,742
2,955,963 lbs. de añil, i 12 reales, 5,172,937
1 ,498,332 lbs. de algodón, á 20 reales, 299,666
1,335,584 lbs. de café, á 12 duros el q. 159,070
.12,252,415
Extracciones desde 1796 hasta 1800.
Duros.
239,162 q. de cacao, á 18 duros, 4,304,916
793,210 lbs. de añil, á 14 reales, 1,386,117
2,834,254 lbs. de algodón, á 20 reales, 566,850
J, 536,967 lbs. de café, á 12 duros el q. 184,435
6,442,318
Diminución,— duros, 5,810,097
Sobre esta diminución Depons hace las siguien-
tes observaciones : " Es mas fácil achacar esta
diminución á la guerra, que convenir que, en
parte, es la conseqüencia de una mala administra-
ción. Al admitir que esta causa tiene cierto peso,
seria sin embargo injusto y ridiculo quedar satis-
fechos con una razón que no puede operar mas
que en cierto grado. La guerra no tiene ningún
influxo excepto sobre el precio del producto : no
puede perjudicar á las producciones, mas que
privando á la agricultura de los brazos que exige,
y esto no ha sucedido en estas provincias, excep-
to quiza en unos quantos cientos de hombres de
color emancipados, que han tenido que estar en
los puertos para la defensa del pays. Esta cir-
277
cunstancia no hubiera podido nunca ocasionar
una diminución anual éa la cantidad .del produc-
to hasta el importe de 100,000 duros. Ni podía
la guerra tampoco cambiar el valor de las pro*
ducciones ; han mantenido el mismo precio en los
quatro años desgraciados como en los quatro años
precedentes ; y el añil, estúbo, en uno de los pri-
meros, á 14 reales la libra en lugar de á 12. Esta
igualdad de precio durante los ocho años en
qüestion, es la mejor prueba de que no han falta-
do nunca compradores, y que el comercio ha re-
cibido y pagado lo que los cultivadores han podi-
do dar, excepto el cacao. De consiguiente, no
debemos buscar en la guerra tan solo la causa de
la paralización en que han caido las provincias de
Caracas. No se puede ascribir á ningún azote ó
calamidad, como peste, epidemias, sequedad, ó
inundaciones extraordinarias. La Providencia ha
guardado á Tierra Firme contra tales desgracias.
De consiguiente lo debemos imputar á las malas
disposiciones locales/'
Según los informes que obtubó Lavaisse por
los documentos oficiales en Venezuela durante
1807, el importe del producto agricultural extraí-
do de estas provincias, desde 1794 hasta 1806,
subia anualmente á cosa de 4 millones de duros.
Sin embargo, según los documentos que se cogie-
ron en Puerto España en la Trinidad, y de los de
las islas Granada, Tobago, Curazoa, Sto Tomas, y
Martinica, que hacian el comercio de contraban-
do con las provincias de Venezuela, los contra-
«78
bandistás no podían menos de sacar anualmente,
y.un año con otro, cosa dé*2,500,000 de duros en
producciones, que consistían en cacao, algodón,
añil, un poco de cochinilla, anoto, maderas para
teñir, y para ebanistas, cobre, pieles, maiz, tasajo,
y pescado, bueyes, caballos, y muías, asnos, mo-
nas, papagayos, &c. y cosa de 6 ó 700,000 duros
en especie, y desde 1801 una pequeña cantidad
de azúcar y café. Exportaban anualmente desde
estas provincias á España, y á México, cosa de
2,000,000 duros en producciones coloniales* Es*
to aumenta las exportaciones á cosa de 5,200,000
de duros.
Las computaciones del producto embarcado, en
1801, en navios con pasaportes Ingleses desde
Puerto Cabello, que tenia generalmente 100 de
ellos pequeños empleados en este trafico, son del
modo siguiente ; pero las sumas de dinero que se
enviaban para procurar géneros, y los artículos
que embarcaban clandestinamente en la costa,
son aun mayores.
Añil» . . . .
. 100,000 lbs.
Algodón, . . .
. 350,000 do.
Cacao, . . ,
40,000 fanegas.
Pieles, . . .
70,000 do.
Café, . . . .
20,000 lbs.
Cobre, . .
38,000 do.
CabaHos, . .
500 do.
Muías, . . ,
5,000 do.
Con algunas gomas, drogas, maderas de teñir,
&c.
279
La política de la nación Inglesa en dar pasa-
portes á los buques Españoles, lo que les daba
una seguridad perfecta en aquellas mares, tenia,
adema» del buen efecto de volver á cuenta suya
el comercio de aquellos payses, el de aumentar
un trato que ha dado origen á una reciprocidad
de relaciones comerciales, y el de convencer aun á
la España, que los Ingleses estaban persuadidos
que la guerra, aun en su mayor furor, era mas el
efecto de una política necesaria que de la inclina-
ción.
£1 restante del producto, particularmente lo
mas abultado, aun el cacao, que estaba baxo res-
tricciones y prohibiciones las mas expresas en los
últimos años de la guerra, circulaba por los Esta-
dos Unidos, y de alia iba á Europa ; y el precio
alto al que se tenia este articulo en España, pa-
gaba ampliamente el aumento de gastos que nece-
sariamente tenia que incurrir por una vía tan cir-
cuita ; pues los buques empleados en este trafico
eran muy pocos.
El siguiente modo es del que se sirvian para el
comercio clandestino con las islas de Inglaterra,
baxo pasaportes concedidos por los gobernadores.
Los buques Españoles giraban para el Guadalupe,
La Martinica, y Sto Domingo, entonces en pose-
sión de sus aliados, y quando volvian, producían
descargas de aduana falsas, y papeles fabricados
como materia de forma j y la facilidad con que se
obtenían estos en las islas, parecería extraño á los
que no conocen los tratos que se hacen en las
280
colonias. Un pasaporte para qualesquier parte
que sea, ó papeles de navios de qualesquiera na-
ción» se pueden obtener por una bagatela en Cu-
razoa particularmente, que engañarían, y que en-
gañaban á los navios en corso mas suspicaces.
De este modo se hacían descargas de aduana»
casi todas para islas en las que nunca habia exis-
tido el mas pequeño tráfico ; y tan ventajosa era
este especie de comercio para el pays, dando ven-
ta á su producto» y obteniendo paños, que, á pesar
de la severidad de los decretos que debían sa
origen á los zelos é influxo Francés, nunca inter-
vinieron en él ; y aun á veces los oficiales encar-
gados de su execucion, participaban en sus ga-
nancias.
Los buques ligeros que empleaban para este
trafico, eran por lo general barcos de piloto, cons-
truidos en Virginia; y que enviaban á vender.
Sin embargo en muchos puertos de Tierra firme,
particularmente en Maracaibo, construyen barcos
muy superiores, los que, por lo excelente de la
madera, duran tres veces mas que qualesquiera
otros $ y es una circunstancia que merece muy
bien la atención del constructor de navios espe-
culador de este pays, que la Bahía de Samana es
el parage mas cómodo en estos payses para cons-
truir y obtener madera. Aunque está mucho
mas distante que el Báltico, la madera es mejor,
y los navios construidos de ella aumentan su valor
en proporción.
281
Los documentos oficiales de la intendencia de
Caracas no especificaban los ingresos en pstos
payses, incluyendo el trafico de contrabando, á
mas de 5,500,000 duros al mismo periodo ; pero
aquellos registros no son nada exactos. Un año
con otro desde 1789 hasta 1807» las importacio-
nes anuales subían á cerca de 0,500,000 duros,
incluyendo el contrabando. Antes de la Revo-
lución Francesa, los Franceses tenían la mitad de
este comercio. Los comerciantes Franceses de
la Martinica, los Holandeses de Ste Eustacia y
Curazoa, los Dinamarqueses de S* Tomas, y los
Suecos de Sn Bartolomé, tenian todos ellos su
parte en este comercio ; pero desde que la isla de
la Trinidad cayó en manos de los Ingleses en
1797» estos han obtenido todo el comercio de
aquel pays, donde han establecido relaciones co-
merciales aun hasta el punto mas central del Sud
de America, Ste Fé de Bogotá.
Por lo que toca al puerto de La Guayra, pode-
mos soportar nuestras observaciones con buenas
autoridades, haciendo ver el importe que pasó
por las aduanas en el año de 1796, el periodo
mas neutro de que España ha gozado desde hace
mucho tiempo ; y servirá para asistir en computar
el comercio de otras épocas.
En aquel año, la aduana presenta la llega-
da de 43 navios de varias descripciones, de los
puertos Españoles de Europa, y trayendo á
bordo;—
282
Duro*.
En artículos nacionales, - - 932,881
En 'géneros extrangeros re-manufactu-
rados y preparados en España, como
calicos de fabrica extrangera, pero
estampados en España, - 753,442
En géneros enteramente extrangeros, 1,429)487
8,115,810
Igual á 701,057 libras esterlinas, los que dieron
al Gobierno, en derechos, 300,000 duros. Si es
cierto que el contrabando anual que se hacia en
aquellas mismas costas subia al triple, ó sino al
doble de las entradas regulares, es evidente que
la proporción de géneros extrangeros, regulares
y de contrabando, que se introducían en las co-
lonias Españoles, excedía muchísimo la de los
artículos de comercio nacionales*
Del comercio de Nueva Granada no tenemos
informes muy exactos.
El valor del comercio de ingreso en Nueva
Granada le han puesto á 1,235,000 libras esterli-
nas, y su producto agricultural á 433,300 libras
esterlinas.
Los ingresos en todos estos payses en tiempo
del Gobierno Español, subia á 1 1,800,000 duros
anuales, sin contar el importe de los varios con-
trabandos que se Introducían, y que podían subir
á la mitad de esa suma. De este modo la monta
total de los ingresos que ocurrirán ahora que la
«83
República es independiente, puede muy bien
estimarse á i 6 millones de duros.
^4.
SECCIÓN XI.
DEL COMERCIO DE GUIANA, T EN PARTICULAR DEL
DE ANIMALES.
Para dar una idea de la pobreza de Guiana, '
dice M. Depons, que los diezmos de la provincia
no se arrendaron en 1803 mas que á 4000 duros,
£1 mismo escritor añade, que el ganado de los
Capuchinas misionerqs, entre los que él calcula
solo en ganado vacuno 150,000 cabezas en 1303,
no pagaban diezmos, lo que es muy cierto ; pero
esto no explica porque los diezmos producen tan
poco en esta provincia. £1 hecho es, que paga-
ban tan mal, porque los habitantes podían evadir
el pago muy fácilmente, situados como están
cerca de ríos navegables, donde venden en con-
trabando casi todo su producto y ganado.
Sin embargo, M. Depons admite, que se expor-
taron, desde 1791 hasta 1794, en varios artículos
del pays desde esta provincia á la de Varinas»
10,380 bueyes, y 3,140 muías ; y que introducian
900 esclavos Negros, y 349,448 duros.
Nadie sabia mejor que M. Depons, que ni una
quinta parte del producto de Venezuela iba á
España ; que tres quintas partes, á lo menos, de
284
este producto lo compraban los contrabandistas
Ingleses, principalmente de la Trinidad, y el resto
los contrabandistas Suecos de S Bartolomé, y
Danos de Sto Tomas, que, desde la paz de 1783,
han pagado á los Españoles por lo que les com-
praron de géneros Ingleses. M. Depons puede
muy bien haber tenido sus razones para no divul-
gar estas cosas ; para no decir, que, aunque en
ningún pays las leyes fiscales han sido mas rigu-
rosas que en las colonias Españolas, en ninguna
parte del mundo habia mas contrabando, y en
ninguna los derechos del comercio nacional fue-
ron mas amenudo violados, á causa de lo absurdo
de aquellas leyes.
Quando, por el efecto de un gobierno liberal
y de leyes sabias, la Goiana llegue á aquel grado
de prosperidad, que para obtenerle los habitantes
no tienen mas que aprovecharse de la fertilidad
de su suelo, y de sus riquezas peculiares, de los
numerosos nos navegables que intersectan el pays
en todas sus direcciones, de su posición geográ-
fica, &c. se hará el centro y deposito de un co-
mercio inmenso, de cuya importancia ninguno
que no haya visitado el pays puede formarse una
idea. Es á las orillas del Orinoco que irán los
habitantes de S* Fé de Bogotá, para trocar sus
producciones por géneros Europeos, y por los del
Norte de America ; mientras que será ademas el
centro de un gran comercio entre el Perú y otras
partes del mundo.
285
Sin 'embargo, los esfuerzos de la industria en-
cuentra obstáculos en Guiana en la dificultad de
comunicación» y también por los muchos ríos de
que .está intersecada la provincia, por los pocos
y malos caminos que existeq. Les faltan barcos
para pasar los ríos que son tan numerosos, para
que el cultivador esté seguro de poder á todos
tiempos transportar sus artículos. También les
falta un camino nuevo desde la capital hasta
Cay cara: la comunicación que ahora existe es
muy larga, difícil, y á veces impracticable. Se
necesita también otro camino que vaya de S*
Tomé á Barceloneta, que dista de quatro días.
Y últimamente necesitan igualmente un camino
que vaya al pueblo de Sn Antonio desde la capital.
Los habitantes de Barceloneta representan tam-
bién, por su delegado, que el puerto de S* Tomé
experimenta ciertas usurpaciones, cuyos progre-
sos es indispensable detener. Después de las
lluvias violentas y continuadas que mojan y em-
blandezen sus tierras, el Orinoco con la rapidez
de su corriente se extiende hasta sus casas, ex-
poniéndolas á hundirse desde el mes de Julio
hasta el Septiembre. Es imposible impedir estas
excavaciones, y preservar la ciudad, á no ser por
medio de un muelle solido en aquella parte lla-
mada la Almeda.
Otro trabaxo que la Guiana necesita, es el
minar y saltar las peñas que impiden á los navios
hechar ancora en los sitios mas seguros y como-
dos. Esto puede hacerse muy fácilmente á priru
286
cipios del mes de Febrero, qu&ndo 1** «guwi del
Orinoco, habiendo basado, dexan ettas piedras
descubiertas. Esta operación debe hacerse en el
sitio llamado La Cucuycra, porque $s la parte
mas protegida del puerto, y donde los navios
pierden mas ancoras.
Es sumamente necesario, dice Depon?, que el
paso hasta Mamo, que está á siete leguas ma*
abaxo de la capital, se haga mas navegable»
Desde el mes de Enero hasta el Abril ningún
navio puede pasar cargado. Todos los navios
tienen que descargar sin poder volver á cargar
hasta después de haber pasado este canal, pueá
alli no tiene apenas 7 ú 8 pies de agua. Deben
profundizar su lecho, cuya hondura disminuye
diariamente, tanto por la arena que se deposita
como por el lastre que muchos navios arrojan,
para aligerarse y poder pasar. Sin embargo, Mr
Jones dice, que el George Canning, un barco de
330 toneladas, paso el Mamo cargado en el mes
de Febrero de 1818; y que navios de todas las
descripciones, pero en particular falucas y ber-
gantines, hallan agua suficiente en todas las esta*
dones-
Ademas de eso el Gobierno Español ha juzgado
siempre, que convenia mejor con la defensa de la
Guiana poner la capital á la enorme distancia de
90 leguas del mar, sin dexar en este espacio nin-
guna ciudad expuesta á las invasiones de un ene-
migo. Es seguramente absurdo suponer, que
una ciudad á las orillas de un rio puede defender
287
mejor la entrada en el paya, dexándo entre ella y
el mar la parte mas importante del territorio, que
si estubiese mas cerca del mar, y que si un ene-
migo no pudiese penetrar en el pays sin haberla
tomado primero.
Sin embargo, no examinamos la situación de
S* Tomé que con respecto á su agricultura, nave-
gación y comercio ; y, baxo estos puntos de vista,
nunca podía estar peor situada que lo está ahora.
En todas las edades, la razón há aconsejado
dar la preferencia, para el cultivo del producto
colonial, á las tierras que están en las inmedia-
ciones del mar, 6 á lo menos cerca de ríos nave-
gables ; porque los ahorros que resultan del porte
por agua, disminuyendo los gastos totales, es un
incentivo poderoso para el cultivador, y contri-
buye también á aumentar la agricultura y el co-
mercio*
Baxo este principio, las tierras de la Guiana,
entre el rio Caroni y ^1 mar, son las que debian
haber sido primero cultivadas. Divididos en lla-
nos inmensos, montañas, costados, y valles, cada
producción podia hallar suelo adaptado para si j
y los diferentes rios que enriquezen esta parte
aseguran, en caso de sequedad, riegos que se
substituyesen á la falta de lluvia, y un medio fá-
cil de transporte hasta el Orinoco.
Es imposible que el pays prospere, mientras
que la única ciudad de la Guiana esté á una dis-
tancia tan grande del mar ; pues si para vender
sus productos, y comprar sus necesarios, los habí-
288
tantea al este del Caroni ge ven obligados á aubir
á Sto Tomé, y á exponerse á gastos, retardos, y á
peligros incalculables por todo lo que envían 6
traen de la capital, abandonaran muy pronto, y
con razón, unas posesiones que no les pagan ni
los adelantos que haced ni el trabaxo que exigen.
Si es tan contrario para el cultivo que Sto
Tomé esté tan lejos, la navegación y el comercio
no piden menos que se traiga mas cerca del mar,
y que á Angostura se le substituya otra ciudad.
Las grandes dificultades que tienen que superar
los baxeles de qualesquier tamaño, para ir tan
arriba como Sto Tomé, se han dado ya en la des-
cripcion del Orinoco j y se ha hecho ver que la
política del Gobierno Español la ha puesto en el
parage del río tari cubierto de peñas, escollos, y
bancos, que dirían que la naturaleza la quiso se-
parar del comercio del hombre, mostrándose baxo
formas las mas espantosas.
El viage desde la Boca de Navios hasta S*
Tomé es fatigante. Si á esta se añade el tiempo
que en él se pierde, y los peligros que se corren,
se vera que habrá pocos marineros que no prefi-
riesen ir á Europa, al trabaxo, cuidado, y peli-
gros que se hallan agregados á la navegación del
Orinoco;
La navegación exterior merece, sin embargo,
tanto mas atención, quanto todo lo que se gasta
en vencer las dificultades que se le oponen, lo
paga el cultivador ; pues los gastos y peligros de
la navegación entran siempre en cuenta en las
1
289
especulaciones mercantiles, y necesariamente cau-
san en los artículos del pays una deducción qué
es funesta á la prosperidad local. La navegación
interior haciéndose con canoas y chalupas que
ningún banco puede impedir, es mucho mas ade-
quada para transportar los productos á aquella
parte del Orinoco donde toda especie de navios
de mar pueden subir con facilidad, que obligar á
estos á subir el rio, haciendo el viage mucho mas
largo, costoso, y peligroso.
De consiguiente, es contra todo principio de
economía comercial y agricultura!, que el único
puerto que existe en la Guiana esté de este modo
sumergido, y tan poco accesible á la navegación.
La ciudad de S* Tomé puede muy bien, conti-
nuar donde está ; pero sera imposible sacar nin-
guna ventaja de esta provincia, hasta que no
haya en la parte baxo del Orinoco, y no muy dis-
tante de su boca, algún puerto donde se reciban
los productos del interior, y que facilite á los na-
vios grandes los medios de hacer sus cambios con
mas prontitud y menos gasto.
Por lo que toca al comercio de animales, el
genio natural de los Españoles, mas andigo de una
vida pastoral, que dexa mayores intervalos de re-
poso, que de la agricultural, que exige una con-
tinua actividad, les induce á preferir los áridos
llanos del Orinoco, que cubren de sus ganados,
á los fértiles valles de Venezuela, que podrían
enriquezer con las producciones mas preciosas.
— Desde el pueblo de Pao, en la provincia de
TOM. II. T
290
Cumana, hasta Merida, es decir, una extensión de
mas de 150 leguas del este al oeste, y una an-
chura de 40 leguas, se hallan en todas las partes
hatos de mayor ó menor dimensión, que están
llenos de muías, caballos, y bueyes. Muchos
cultivadores de Caracas tienen esta especie de
haciendas á la distancia de 8, 10, y 12 dias de
jornada de la villa donde residen ; y los cultiva-
dores de Calabozo, SQ Sebastian de los Reyes,
Guanare, Truxillo, Varinas, Sn Carlos, Sn Felipe,
Barquisimeto, Carora, &c. no tienen apenas otras
propiedades. Las rentas que producen estos hatos
son lentas y precarias. Las. inundaciones y la
sequedad ocasionan perdidas, que amenudo des-
truyen las mejores esperanzas de los propietarios.
Las muías no son propias para la labor hasta la
edad de 5 años.
Las hembras de estos animales se prefieren á
los machos. Sufren mas fatiga, y se acostum-
bran mas pronto á pastos nuevos. Hay grande
demanda de ellas en la provincia de Caracas, por-
que todo se transporta sobre muías. Ningún río,
excepto el Orinoco por la Guiaría, lleva el pro-
ducto á los puertos de embarcación. Las muías
son también los únicos animales que se usan en
Tierra Firme para montar, particularmente los
Creollos que viven en las montañas, y que tienen
que atravesarlas. Hallan que son mas seguras
que los caballos, al mismo tiempo que son mas
fáciles de mantener, y mucho mas pacientes de
hambre y sed.
291
En todas las islas, ya sea que estén á barbo-
lento ó á sotavento, las muías son indispensables,
tanto para los coches como para los molinos ; y no
pueden obtenerse mas que de Tierra Firme.— -La
Trinidad las recibe por la vía de Guarapiche, To-
bago, Granada, Barbadas, Sn Vicente, Su Lucia,
Martinica, Guadalupe, por laGuiana, Cumana,
y Barcelona; Puerto Rico por Ste Domingo y
Cuba ; y la Jamaica por Puerto Cabello. Algu-
nas se embarcan en Coro para las dos ultimas
islas.
£1 puerto de La Guayra está de cierto modo
cerrado á este comercio, por la dificultad que
ofrece lo escarpado de sus caminos para la em-
barcación de animales.
Por el inmenso consumo de muías se puede
juzgar quan abundantes son en Tierra Firme.
Se computa que el producto anual es de 16,000 ;
de las quales 6000 se emplean en el mismo pays,
y el restante se extraen á las islas vecinas. La
muía llamada saca, costaba, durante la ultima
guerra, 25 duros en el puerto. Se obtenían én
los sitios donde las crían por 14 ó 15 duros ; pero
ningún especulador prudente las recibe á costa
suya hasta el momento de embarcarlas.
Si la ultima guerra, desde 1793 hasta 1801,
hubiese sido una guerra en favor de Tierra Fir-
me, el precio de las muías hubiera subido á la
vuelta de la paz ; pero el comercio de Tierra
Firme ha disminuido desde aquella época, quando,
por el curso de las cosas, debia haberse hecho mas
•292
activo. De este modo, el precio de las muías ha
disminuido en lugar de aumentan*
Baxo la suposición que el precio de las muías
se tubo á 25 duros, las 10,000 muías que ex-
portaban anualmente darían 250,000 duros. El
flete que recibian los baxeles Españoles, compu-
tándole lo mas baxo posible, y deduciendo las
muías que perecían en la mar, sube á 150,000,
haciendo en el todo 400,000 duros.
Pero como, en lugar de venderlas en el pays,
los Creollos embarcaban las muías á cuenta suya,
y que se vendían en las colonias por 50 ó 60
duros, resulta, admitiendo una perdida de 10 p.
c. en el transporte, que producían la suma de
500,000 duros, que Tierra Firme debe anual-
mente recibir en utensilios de agricultura, dinero,
&c. Parece % por la ultima computación, que dos
terceras partes del importe de las muías se in-
vestía en géneros enxutos, que los pasan de con-
trabando en el continente.
El numero de ganado, que era antiguamente
bastante considerable para el consumo local, y
para el de todas las Antillas, está ahora muy re-
ducido. La falta de exportación, y los regla-
mentos defectuosos de las carnecerias, originó la
caída en el precio del ganado vacuno después
de 1799 ; y las pieles habiendo adquirido un
aumento en el precio desde la misma época, los
# Mr Jones dice, que estaban en Angostura, en 1819 y.
1820, á 45 duros ; y en 1821 subieron á 50 y á 55 duros, de
los quales se pagaban 15 duros por derecho de extracción.
298
animales no se estimaban mas que por sus pieles
y por el sebo. £1 ganado vacuno se solia estimar
á diez francos sobre el mismo sitio, y á veces era
necesario llevarle á la ciudad, donde se lograban
15 francos ; pero los gastos y otros accidentes del
camino, reducía su precio á 5. Las pieles se
solian venden en el mismo sitio á 5 ó 6 francos,
y se disponía de ellas asi que mataban á los ani-
males. El propietario, de este modo asaltado
por la necesidad, y en medio de sus numerosos
ganados, tenia recurso al único expediente que le
quedaba. Puesto que solo las pieles eran las que
tenían precio, á la verdad bien pequeño, pero
cierto, se veia obligado á matar y á despellejar
sus ganados, para vender sus pieles y su sebo.
El empleo de destruirlos se confiaba á hombres
montados á caballo, y armados de lanzas. Toros,
bueyes, vacas, novillos, todo quanto encontraban,
caía baxo su mortal acero. El resto se huía á
los bosques impenetrables, donde el temor retenia
á muchos de ellos. Estas operaciones cesaron
con la necesidad que las ocasionó. Los propie-
tarios trataron de reparar los daños causados por
la desesperación ; pero el exemplo pernicioso dio
á muchos facineroso^ la idea de hacer el comer-
cio, destruyendo ganado para vender sus pieles.
Los llanos se cubrieron muy pronto de esta gente,
que no vive sino de las desgracias de la sociedad.
De todas partes se veían animales despellejados,
y abandonados á la voracidad de las aves de prea.
Los propietarios invocaron la autoridad de las
294
leyes, la protección del Gobierno, y la ayuda de
la fuerza publica. Sus quexas fueron oídas, de-
cretos fueron publicados, y ordenes dadas para
atajar el mal ; pero el mal suceso en la execucion
aseguró impunidad á los delinqüentes, y aumento
su numero*
£1 puerto de Barceloneta ha tenido un comercio
muy activo en este articulo desde 1795- Desde
él se extraían una gran parte del producto de
aquellos inmensos pastos, que se extienden desde
el lado meridional de la cadena de la costa hasta
el Orinoco. La industria comercial de estos
payses depende de la demanda de las grandes y
pequeñas islas occidentales, por tasajo, bueyes,
muías, y caballos. Las costas de Tierra Firme
estando enfrente de las de Cuba, á una distancia
de 15 6 18 dias de navegación, los comerciantes
del Habana prefieren, especialmente en tiempo
de paz, sacar su provisión de Barcelona, que de
exponerse al viage largo y peligroso del otro he-
misferio, é ir á la boca del Rio de la Plata. Dé
una población de Negros que sube, en el archi-
piélago que forman las Islas de las Indias Occi-
dentales, á 1,300,000, solo Cuba tiene mas de
230,000 esclavos,* que se mantienen de legum*
*
* Los debates en las Cortes de Cádiz, sobre la abolición
del trafico de esclavos» hizo que el Consulado de la Habana
procediese á una indagación exacta, en 1811, sobre la pobla-
ción de la isla de Cuba. Se halló que contenia 600,000
almas» de los quales 274,000 eran blancos, 114,000 gente de
color libre, y 212,000 esclavos Negros.
295 -
bres, provisiones saladas, y pescado seco. Todos
los baxeles que trafican en tasajo desde Tierra
Firme, llevan SO ó 30 mil arrobas, cuyo precio es
de mas de 45,000 duros. La situación de Bar-
celona es sumamente ventajosa para el trafico de
animales. El ganado no tiene mas que una jor-
nada de tres dias, desde los Llanos al puerto,
mientras que es necesario 8 ó 10 dias para ir á
Cu mana, á causa de la cadena de montañas del
Bergantín y del Imposible. Según los mejores
informes que Humboldt pudo obtener, 8000
muías se embarcaban en Barcelona, 6000 en
Puerto Cabello, y 3000 en Carupano, en 1799 y
en 1800, para las islas Españolas, Inglesas, y
Francesas. Dice, " Ignoro qual es la exacta
exportación de Burburata, Coro, y de las bocas
del Guarapiche y del Orinoco ; pero creo, que á
pesar de las causas que han disminuido la canti-
dad de ganado en los Llanos de Cumana, Barce-
lona, y Caracas, aquellas inmensas llanuras no
dieron menos en aquel período que 30,000 muías
al año para el comercio de las Islas." Compu-
tando cada muía á 25 duros, (primer coste), hal-
lamos que tan solo este ramo de comercio pro-
duce cerca de 3,700,000 francos, sin contar las
alcances sobre el flete de navios. M. Depons
no las hace subir á tanto; pero como no pudo
visitar en persona los Llanos, su destino de agente
del Gobierno Francés obligándole á residir cons-
tantemente en Caracas, quiza los propietarios de
los hatos le comunicaron cálculos demasiado
baxos.
CAPITULO III.
HISTORIA Y ESTADO POLÍTICO.
Habiendo dado, eíi uno de los capítulos prece-
dentes, una noticia breve y general de la historia
de Colombia antes de los últimos cambios políti-
cos, debemos presentar á nuestro lector una rela-
ción sucinta de las causas que dieron origen, y
que por ultimo conduxeron á la emancipación de
aquella región tan favorecida de la naturaleza.
La materia es tan interesante, tanto en un punto
de vista político como comercial, que esperamos
se nos perdonara si acaso describimos, con dema-
siada particularidad, las primeras simientes del
desafecto sembradas en un pays de que España
había sido la tranquila posesión por mas de tres
siglos.
El primer esfuerzo para sacudir el yugo de la
metrópoli, se hizo en 1797> por tres reos de esta-
do, que habían sido condenados á cárcel perpetua
en los fuertes de La Guayra, por ciertos planes
revolucionarios. Por medio de aquella eloqüencia,
que la rectitud de sus intenciones les inspiraba,
adquirieron muy pronto la confianza de los ofi-
297
cíales y soldados que les guardaban. De estos
recibieron todas aquellas atenciones que eran
compatibles con su situación. La facilidad con
que se les concedía lo que deseaban, el ardor con
que adoptaban sus principios, la veneración con
que se les miraba, ' como siendo mártires de la
libertad, y victimas del despotismo, no solo les
inspiro la idea de hallar medios de romper sus
cadenas, pero les alentaron á promulgar sus opi-
niones con la esperanza de hallar mejor suceso en
Venezuela que habian tenido en España.
Proselitas de todas clases, colores, y* condi-
ciones, se enlistaron con ardor, y los principios de
la libertad iban ganando terreno, quando desgra-
ciadamente todo el designio fue descubierto al
Gobierno. Este dio inmediatamente ordenes de
arrestar á los denunciados. Los dos motores prin-
cipales de la empresa efectuaron su huida. Uno
de ellos, llamado Gual, (hijo de Don Mateo Gual
que tan valientemente defendió La Guayra en
1743 contra los Ingleses, baxo el Almirante
Knowles) era Creollo, y había sido capitán en las
tropas de linea, pero se había ahora retirado del
servicio: el otro, España, era corregidor del
pueblo de Macuto, cerca de La Guayra. Algu-
nos de loa conspiradores se presentaron para re-
cibir el perdón que la Audiencia ofrecía á los que
declarasen su delito. Por desgracia suya no fue
tan generosamente cumplido, ni tan absoluto,
como había prometido. De este modo añadieron
298
otra de aquellas infracciones de su fé á las muchas
que ya habian manchado el nombre Español.
Por los interrogatorios que se hicieron á los de-
linqüentes, y por las deposiciones de los testigos»
resultaba claramente, que la intención deGual y de
sus asociados era subvertir el gobierno existente,
y establecer sobre sus ruinas una República ; ab-
jurar la soberanía de España, y proclamar la inde-
pendencia. Debían sobornar las tropas, arrestar
á los gefes, tomar quantas precauciones dictase
la prudencia para asegurarse del suceso de su
empresa, y convidar á las otras provincias á seguir
su exemplo.
£1 numero de personas que fueron acusadas
subían á 72* De estas, siete fueron condenadas
á muerte; otras á galeras, ó á tantos años de
prisión ; y los demás, contra los que las pruebas
eran demasiado leves, fueron enviados á España,
para que se dispusiese de ellos según la voluntad
del Rey.
De este modo cayó la conjuración de La Gu-
ayra. Aunque no logró su objeto principal, sin
embargo quedara siempre como un monumento
indubitable de las miras sabias y liberales de su
proyectador. Quando consideramos las desven-
tajas baxo las que trabaxaba, y las dificultades
que tenia que superar, no podemos menos de ad-
mirar la sagacidad con que plañó su designio, la
gallardía con que le emprehendio, y su ardiente
amor por la libertad, que desgraciadamente le
299
hizo no reparar en obstáculos casi insurmonta-
bles.
Aunque las conseqüencias inmediatas de la
empresa de Gual no tubieron resultado ninguno
en aquel momento, á causa de las medidas ener~
gicas adoptadas por el gobierno Español asi que
se descabrio la conspiración, sin embargo aun
quedaba un partido, entre los quales los principios
de la libertad que Gual profesaba, habian hecho
demasiada impresión para que se borrasen tan
fácilmente. Para asistir á este espíritu de inde-
pendencia, el General Miranda armó una expe-
dición desde los Estados Unidos el año de 1806.
Antes de dar una relación de esta expedición,
esperamos que nuestros lectores no juzgaran fuera
de sazón, un pequeño bosquejo biográfico de la
vida y ocupaciones anteriores del hombre en cuyo
animo el plan de la emancipación del Sud de
America, si acaso no fue concebido primero que
en algún otro, parece haber sido mas seriamente
considerado, y mas regularmente seguido.
Francisco de Miranda nació en Caracas, y
pertenecía á una de las principales familias de
aquella ciudad. A la edad de 17 años pasó á la
corte de España, y por el influxo de su familia
obtúbo el rango de capitán en el exercito Es-
pañol. Quando Francia y España determinaron
tomar parte en la guerra que la Inglaterra hacia
con sus colonias, el joven Miranda se hallaba en
aquella parte del exercito Español que se destinó
á co-operar con los Franceses. Fue durante esta
300
campaña en America, donde la causa de la libertad
era el objeto del zelo y entusiasmo de cada indi-
viduo, en un pays cuya situación se asemejaba
tanta á la del suyo, que el designio de emancipar
su pays nativo se presentó primeramente á au es-
píritu. Esta impresión tomó tal raiz en su pecho,
que desde aquella época, toda su vida fue dedi-
cada á este único objeto, y en todos los proyectos
de emancipación de las colonjas Españolas en
America, él era el primer motor.
Al fin de la guerra de America se retiró del
servicio de España, habiendo determinado visitar
las naciones . mas ilustradas de la Europa, para
sacar de ellas aquellos conocimientos que pu-
diesen ser mas útiles á su pays nativo. Para este
fin pasó á Inglaterra, donde, aun en una época
tan reciente, él y su plan llamaron la atención de
muchos. Desde Inglaterra pasó á Prusia, Austria,
Italia, Grecia, y á Turquía. De allí pasó á Ru-
sia, donde fue presentado á la Emperatriz por el
Principe Potemkin, al que, como Español que
viajaba en busca de conocimientos, y que actual-
mente los poseia, se le figuró una especie de fenó-
meno. La Emperatriz le urgió mucho para que
se quedase en Rusia. Quando Miranda, en res-
puesta, la informó de los planes que habia formado
en favor de la independencia de su pays, mani-
festó el mas vivo interés en su buen suceso, y le
aseguró, que, caso de lograrle, podía contar con
ella para mantener la independencia del Sud de
America.
SOI
Fue después de este viage en Europa, que, a
su regreso á Inglaterra por Francia, fue introdu-
cido á Mr Pitt por su amigo el Gobernador Pow-
nal, quando le sometíONsu plan, del que España
impedio la execucion con la paz que hizo con In-
glaterra.
Quando la esperanza de verse asistido en su
plan por Inglaterra se cerró por un tiempo inde-
finido, y que los primeros vislumbres de la liber-
tad en Francia llamaban la atención de los cu-
riosos de todas las partes del globo, Miranda
determinó pasar á aquel pays, para tratar de ob-
tener alguna ayuda para establecer en la parte
meridional de America, aquella libertad que
Francia ayudó á establecer en la septentrional.
Por medio de sus compañeros de armas, se vio
muy pronto en relaciones con los principales per-
sonages que estaban á la cabeza de los negocios ;
y quando la Francia Revolucionaría sacó su es-
pada, le persuadieron á que aceptase el mando de
uno de sus exercitos.
Fue durante este periodo, que los principales
Republicanos concibieron el plan de revolucionar
á España y á sus colonias. Aunque este plan era
sumamente esplendido, y bastante para ofuscar el
espíritu de un hombre de una ambición ordinaria,
sin embargo fue finalmente abandonado por la
oposición del General Miranda, que comenzó á
percibir que la Revolución Francesa habia ido
demasiado apriesa, y demasiado lexos.
302
Pocos meses después de esta ocurrencia, co-
menzó el reynado de Robespierre ; y Miranda» con
otros muchos hombres virtuosos, fue arrojado en
un calabozo, y poco faltó para ser aguillotinado.
Después de la muerte de Robespierre, aun podía
haberse hecho uno de los gefes en la Revolución,
y le ofrecieron un mando en el exercito. Su res-
puesta fue, que aunque habia combatido por la
libertad, no pensaba combatir por la conquista ; y
con tal que Francia estableciese un gobierno libre
y moderado, y que se retirase dentro de sus
antiguos limites, combatiría con gusto por ella
contra todos sus enemigos.
Hacia esta época Miranda tubo varías confe-
rencias con varios diputados de México, y de otras
provincias del Sud de America, que habían pasa-
do á Europa, para concertar con él las mejores
medidas para llevar á efecto la independencia de
su pays. En efecto se decidió que pasase a In-
glaterra, á hacer al Gobierno Ingles aquellas pro-
posiciones que le induxese á concederles aquel
socorro que se necesitaba para lograr sus deseos.
Las proposiciones se transmitieron á Mr Pitt,
á las que accedió con mucho ardor. Se convino
en el bosquejo general de las operaciones j los
Estados Unidos debían dar 10,000 hombres, y el
Gobierno Ingles dinero y navios. El Presidente,
Adams, no podia dar una respuesta inmediata :
la conseqüencia fue, que el plan se remitió á
otra época.
sos
A principios de 1801, durante el ministerio de
Lord Sidmouth, el proyecto se volvió otra vez á
presentar. Las formas de gobierno que se re-
comendaban para las provincias del Sud de
America» fueron consideradas y aprobadas ; los
planes para las operaciones militares, bosquejados
y dispuestos ; y todas las operaciones para la ex-
pedición muy adelantadas, quando se firmaron los
preliminares de la paz de Amiens, y la medida
fue diferida hasta otra época.
Quando en 1803 se declaró la guerra contra la .
Francia, las operaciones contra el Sud de Ame-
rica formaban uno de los principales designios de
los ministros ; y se tomaron medidas para poder-
las poner en execucion, asi que la paz que sub-
sistía entonces entre Inglaterra y España cesase.
La medida se tomó ahora con mucho zelo ; y Sir
Home Popham y Lord Melville estaban muy
ocupados en disponer los detalles de la operación,
quando otra vez se desconcertó el proyecto por
el cambio en la política de la Europa.
Cansado de tantos y repetidos contratiempos, y
ardientemente solicitado por los expatriados de
Ste Fé y Caracas que residían en los Estados
Unidos, el General Miranda salió por fin de Ingla-
terra, para llevar á efecto sus planes por medio
de los Estados Unidos. Aunque en aquella época
no tenia que esperar ninguna ayuda de la parte
del Gobierno Ingles, sin embargo le aseguraron
que no permitirían pasar el Atlántico á ningunas
tropas Francesas ó Españolas.
304
Baxo estas circunstancias, tenia razón, de es-
perar que una pequeña fuerza, que bastase úni-
camente para arredrar á las guarniciones Espa-
ñolas, y que diese al pueblo una cierta seguridad,
seria suficiente para efectuar sus planes ; y no le
faltaban esperanzas, que á causa de las disputas
que en aquel momento existían entre España y
los Estados Unidos, no tardaría en recibir de
estos toda la asistencia que necesitase. A su
llegada á America tubo la mortificación de hallar,
que las disputas sobre la Luisiana habian sido
compuestas, y que no debia esperar ninguna
ayuda publica de aquel lado.
El General, alentado por el ardor que inspiran
los grandes proyectos en ánimos grandes y gene-
rosos, en lugar de sucumbir baxo tantas y repeti-
das mortificaciones y contrariedades como había
experimentado en sus esfuerzos para libertar su
pays nativo, dirían que obtenía nuevo vigor y
elasticidad, qúanto mas disminuían sus medios,
y que sus recursos se acortaban. Por fin persua-
dió á Mr Ogden, comerciante del Nuevo York,
que armase un navio, el Leander, Capitán Lewis,
con £00 jóvenes de buenas familias que habian
entrado gustosos como voluntarios, el que debia .
ir á Sto Domingo á juntarse con el Emperador,
mandado por otro Capitán llamado también Lewis,
hermano del Capitán del Leander.
Aunque el Gobierno de los Estados Unidos
juzgo expediente, impelido por las muchas soli-
citaciones de los embaxadores Francés y Español,
305
y para disculparse á los. ojos de aquellos dos Go-
biernos, mandar la prosecución de Mr Ogden, y
del Coronel Smith, un amigo zeloso de la causa
del General Miranda, alegando que el armamento
del Leander era ilegal y sin lá debida autoriza-
ción ; sin embargo resultó por el proceso, y á la
convincion de los jurados, que por esto descar-
garon á los acusados, que el Gobierno estaba de
acuerdo con todas sus operaciones, y que, aunque
juzgaba impolítico el favorecer abiertamente su
causa, no podia menos de aprobar y favorecerla
secretamente.
Sin embargo, las primeras conseqüencias de
este proceso fueron muy perjudiciales al buen su-
ceso de la operación de Miranda ; pues el Capi-,
tan del Emperador, habiendo oido del proceso,
rehusó absolutamente continuar á su destinación.
Fue necesario tomar dos pequeños baxeles en
lugar del Emperador. El General, aunque cruel-
mente . mortificado, por no tener consigo al Em-
perador, un buque armado de 30 cañones, deter-
minó aun proseguir su plan, y para ese fin se di-
rigió á la costa de Caracas, donde, según suponía
que el Gobierno Español no tenia noticia de sus
movimientos, esparaba efectuar su desembarque
sin oposición. Pero el embaxador Español en los
Estados Unidos, habiendo obtenido inteligencia
del destino de la esquadra, había enviado avisos
al Gobernador de Caracas ; y Miranda, en lugar
de no hallar mas que amigos, según aguardaba,
tubo la mortificación de hallar que se habían
TOM. II. u
306
tomado las medidas necesaria para la defensa del
pays. Aquí también cayeron sus dos chalupas
en manos de los guarda-costas, que habían ¿do
apostados alli para proteger la costa.
Baxo estas desgraciadas circunstancias» Miran-
da determinó girar hacia la isla de la Trinidad,
para poder obtener del Almirante Cocbrane, que
era entonces comandante del puesto, una fuerza
auxiliar Inglesa» El almirante accedió inmedia-
tamente á los deseos del general» y dio ordenes
para que acompañasen la expedición algunas
chalupas y lanchas cañoneras.
Con este refuerzo, el general se hizo á la vela
el 24» de Julio de 1806, para la costa de Caracas,
.su flotilla consistiendo ahora de 15 baxeles en
todo, con £00 soldados y oficiales á bordo, todos
voluntarios. £1 2 de Agosto por la mañana su
pequeño ejercito efectuó su desembarque en un
sitio llamado la Vela de Coro. Pero habiéndose
ocasionado cierto retardo en el desembarque, el
enemigo tubo tiempo de dar el alarma, y de
tomar medidas para su defensa. Cosa de 500
Españoles y unos 700 Indios hizieron una peque-
ña resistencia, y después se huyeron en todas di-
recciones. Dos fuertes se entregaron, con todas
sus amuniciones y mas de SO cañones, que habían
sido conducidos al puesto de la Vela, cayeron en
tas manos del general. Habiéndose grangeado
las disposiciones amistosas de los habitantes de
La Vela de Coro, -que subían á 3000, el General
Miranda determinó continuar su marcha á la
307
ciudad de Coro, situada á cosa de 15 millas mas
adentro, y que contenía una población de 13,000
almas. Al dia siguiente, antes del amanecer,
entró en Coro.
Desde la Vela de Coro el general hecho una
proclama, que respiraba los sentimientos robs
puros de afecto y buena intención hacia los habi*
tantes de aquellos payses. Los principios baxo
los que obraba el exercito Colombiano, se expli-
caron en varias proclamas, y en cartas al Cabildo
de Coro, y al Obispo de Herida, que se habían
retirado á Buena Vista, y con quienes el General
Miranda tubo una correspondencia secreta por
varios dias. £1 corto numero de sus tropas pro-
ducía desconfianza en el buen suceso de la em-
presa, y el pueblo temia la venganza del Gobier-
no Español en caso de una derrota. £1 general
habiendo sido informado que un cuerpo de tropas
se estaba reuniendo para marchar contra él, de-
terminó evacuar á Coro, y formar su quartel
general en las inmediaciones de la costa.
Desde allí despachó un oficial á los almirantes
apostados en la Jamaica, representando la abso-
luta necesidad de una fuerza suficiente para dar
confianza al pueblo Americano, y requeriendo se
le enviase inmediatamente. Sir Eyre Coote y
el Almirante Dacres respondieron que sentían
mucho que no estaba en su poder el enviarle el
refuerzo que pedia, no habiendo recibido ningu-
nas instrucciones de su gobierno para ese efecto.
Sin embargo, el Almirante Dacres dio ordenes á
308
sus navios, que le diesen quanta protección estu-
biese en su poder. El Capitán Ledlie volvió con
esta respuesta para Miranda, el que, después de
haberle despachado para la Jamaica, se habia
retirado á Aruba, con la intención de arrojarse
sobre el puesto fuerte del Rio de la Hacha, para
mantenerse allí hasta que le llegasen los socorros.
Sin embargo, poco tiempo después el Almi-
rante Cochrane le envío un navio de guerra y dos
fragatas, asegurándole reiteradamente poder con-
tar con mas socorro. Pero en el entretanto, ha-
biendo llegado ciertos rumores falsos á las Islas
de las Indias, de que el Lord Lauderdale habia
firmado en París preliminares de paz, é intimán-
dose al mismo tiempo que el Almirante Cochrane
tendría en tal caso que retirar sus fuerzas, el
General Miranda tubo que evacuar Tierra Firme,
y retirarse á la Trinidad.
Si el General Miranda hubiese hallado aquella
co-operacion de la parte de los Ingleses, que
tenia motivos de esperar, no hay duda que su
suceso hubiera sido completo. Todas sus miras
y principios eran tales que no podian menos de
ganar la confianza de todo el pueblo ; y no hay
duda que hubiera sido reforzado, si hubiere estado
acompañado de una fuerza suficiente para excul-
parles en caso de adversas conseqüencias.
Un escritor en el Anual Register del año de
1807, del que hemos sacado muchos informes
respecto á nuestra relación de esta expedición
del General Miranda, observa, en alusión á la
309
conducta honrosa y desinteresada del comandante
de la expedición, — " £1 gran designio en que él
y sus dignos compañeros se hallaban ocupados,
no fue malogrado ó desgraciado por ningún mo-
tivo baxo ó interesado de miras particulares. Al
contrario, su principal cuidado fue convencer,
tanto á sus oficiales como á sus soldados, de lo
grande y glorioso de la empresa en que estaban
embarcados, é inspirarles la necesidad de condu-
cirse hacia el pueblo con aquella conducta que
exigía el objeto de su misión — la emancipación ;
mientras que al mismo tiempo puso en obra todos
los medios de persuadir á sus compatriotas de la
beneficencia de sus miras, como también de los
medios justos y conciliatorios por los que espera*
ba obtenerlas."
Durante el año de 1807, nada muy importante
ocurrió que adelantase la separación de estas
provincias del dominio de España. Esto no era
por la mucha satisfacción que el pueblo sentía en
su condición actual, al contrarío, estaban mas
descontentos que nunca, y continuaban enviando
memoriales al pays materno para que se remedi-
asen sus males. Estos la corte de Madrid sabia
muy bien como evadir ; y la situación peculiar en
que se hallaban los Creollos, á causa de los zelos
del Gobierno Español, les impedia recurrir á me-
dios mas forzosos.
No podían aguardar en aquel tiempo ningún
socorro de Inglaterra, á la que miraban siempre
como el poder de donde sacarían el ayuda que
310
necesitasen para establecer su independencia.
Pues, aunque apareció una fuerza Inglesa en otra
parte del Sud de America, baxo el mando del
General Whitelocke, sin embargo sus progresos
iban marcados con una conducta tan diferente de
la que se debía esperar de un poder en amistad,
que no inspiraron mucha confianza en los habi-
tantes de aquel pays respecto á la generosidad de
la nación Inglesa.
Hasta quando este estado de cosas podía haber
continuado, es imposible ahora determinar, si no
hubiere sido por la extraordinaria invasión de
España por Napoleón Bonaparte, que habiendo
afloxado los vínculos que unian los habitantes del
Nuevo con los del Viejo Mundo, y que junto con
la ultima expedición de Miranda, y la conspira-
ción precedente de Gual, hicieron mucha impre-
sión sobre los ánimos de los Creollos, les sacó de
aquella apatía en la que habian estada sepultados
por tres siglos, y dio origen á una Revolución sin
paralelo en los anales de la historia.
En el estado desprovisto en que España se hal-
laba en conseqüencia de las disposiciones hedías
en Bayona en 1808, las provincias que aun no es-
taban ocupadas por los Franceses, formaron Jun-
tas para si, que se revestían del poder supremo.
Entre estas, la Junta de Sevilla, que tomó la ape-
lación de Junta Suprema y Gobernativa de Es-
paña y de Indias, envío diputados á todas las
partes del Sud de America, la que, para mejor
lograr sus miras, afirmaba que la Junta de Sevilla
Sil
era Ja única reconocida y obedecida en la
sola, y exigía un reconocimiento semejante de su
autoridad en America. Al mismo tiempo la Re-
gencia establecida por Fernando en Madrid, antes
de su salida para Bayona, envío también diputa-
dos para requerir el mismo reconocimiento de su
poder supremo en America. Y aun la Junta de ,
Asturias requería el mismo reconocimiento de sü
superioridad, y negaba la autoridad de la de Se-
villa.
Este era, pues, el momento para America de
asertar aquella libertad, cuyo logro habia última-
mente buscado en vano. A nosotros se nos figu-
ra una cosa inexplicable, como pudo dexar perder
una ocasión tan favorable para la emancipación
del Nuevo Mundo. La única razón por la que se
ha tratado de explicar esta conducta tan extraor-
dinaria (y esa Dios sabe quan pobre y fútil es) es,
que se hallaron tan sobrecogidos á unas circuns-
tancias tan nuevas é inesperadas, tan movidos de
compasión á la condición lastimosa á que se veia
reducida la familia real, y aun tan llenos de ad-
miración por la noble lucha que la nación Espa-
ñola estaba haciendo por su libertad, que perdie-
ron el momento dichoso en que podían fácil-
mente haber obtenido tranquila posesión de la
suya.
La conducta de los gobernadores Americanos
á esta época, forma un contraste muy maravilloso
con la del pueblo Americano. Excepto el virey
de México, todos los demás estaban prestos á
314
Gutiérrez, Padilla, Moreno, y otros, respiraban
aquellos sentimientos de puro patriotismo, por lo
que sus nombres fueron después tan celebres.
En el entretanto, el virey de S* Fé determinó
hecbar abaxo, por medio de las armas, la Junta
de Quito; y mientras que él procedía por el
norte, Abascal, virey del Perú, se avanzaba por
el Sud, paro co-operar con ét en el mismo desig-
nio. Después de unas quantas escaramuzas, los
defensores de la Junta sucumbieron baxo un nu-
mero superior, y el gobierno quedó disuelto. Pre-
vio á su sumisión recibieron una promesa del pre-
sidente Español, el Conde Ruiz de Castillo, que
todos los acontecimientos pasados quedarían olvi-
dados. Sin embargo, contrario á esta promesa,
un gran numero de patriotas fueron arrestados, y
al año siguiente, baxo el pretexto de una alarma
causada por los soldados, fueron asesinados en la
prisión ; y las tropas de Lima,' aquarteladas alli
para mantener el orden, tubieron permisión de
saquear quanto quisiesen.
La inteligencia de estos sucesos llegó pronto á
oídos de la Junta Central. Las noticias de los
descontentos que se extendían rápidamente por
las provincias, ya había mucho tiempo que habían
llegado. Las declaraciones de afecto al pays
materno que los Americanos habían hecho tan
repetidamente, y que no hay duda eran sinceras,
no recibieron ningún plan correspondiente de re-
forma.
315
■ De consiguiente comenzaron á cansarse de una
dependencia á un gobierno, que veia gustoso los
grandes sacrificios que hacían por él, sin que to-
mase ni un solo paso para protegerles contra las
opresiones intolerables que sufrían de la rapaci-
dad de los Españoles, que exclusivamente goza-
ban de todos los empleos públicos.
Las noticias de la dispersión de la Junta Cen-
tral, y las elecciones subseqüentes ilegales de una
Regencia, llegando poco después, los habitantes
de Caracas, convencidos que no quedaba ninguna
esperanza de acomodarse con el Capitán General
Emparan, que exigía una sumisión ciega á toda
especie de gobierno Español, nombraron diputa-
dos, los que, juntos con la municipalidad de Ca-
racas, tomaron las riendas del gobierno el 1 9 de
Abril de 1810, tomando la apelación de Junta
Suprema, v manteniendo los derechos de Fernan-
do el VII.'
Los primeros actos del nuevo gobierno fueron
apoderarse de las personas del Capitán General,
y de los miembros de la Audiencia, que enviaron
inmediatamente á los Estados Unidos. Decretaron
que la alcabala (el tributo pagado por los Indios),
y el trafico de esclavos, se aboliesen ;.que se esta-
bleciese la libertad comercial, agricultural, &c. ; y
que estos cambios politicos se publicasen por to-
das las provincias, y se comunicasen al Gobierno
Ingles.
La inteligencia de estas ocurrencias habiéndose
divulgado por toda la Capitania de Caracas, todas
316
las ciudades, excepto Maracaibo y Coro, formaron
Juntas, á imitación de la capital. La Junta de
Guiana reconoció al principio la Suprema Junta
de Caracas, pero después, á causa de la prepon»
derancia del influxo Español en la Junta, renuncio
obediencia á ella, y reconoció la Regencia de
Cádiz. Las Juntas de Varínas y Cumana envia-
ron sus diputados á Caracas. Sin embargo, no
la reconocían como Junta Suprema, pero insistie-
ron sobre la reunión de un Congreso General.
Don Fernando Miyares, gobernador de Mara-
caibo, resistió á las innovaciones de Caracas, y
maltrató á los diputados que el nuevo gobierno le
habia enviado. Después fueron arrestados por
Cevallos el comandante de Coro, y arrojados en
los calabozos de Puerto Rico, de donde salieron
á intercesión de Sir Alexander Cochrane.
La Junta Suprema de Caracas inmediatamente
informó á la Regencia de los cambios ocurridos ;
y en una carta al Marques de las Hermazas, mi-
nistro en España, le daba cuenta de las razones
que habian tenido para ello. Ademas de eso,
ofrecía cordtalmente á la Regencia toda la asis-
tencia que estubiese en su poder, para ayudar á
España á expeler á los Franceses.
Esta conducta no sirvió mas que para irritar
á la Regencia, á la que estas innovaciones no
parecían mas que una rebelión ; é inmediata-
mente pasaron un decreto, con fecha del 10 de
Agosto de 1810, en el que declaraban su deter-
minación " de usar de todos los medios para
317
detener el mal en su origen, é impedir sus pro-
gresos/' Para este fin declararon todos los puer-
tos en posesión del nuevo gobierno en estado de
guerra, y enviaron á Don N. Corta- Várria, con el
titulo de Comisionado Regio, á Puerto Rico, re-
vistiéndole de amplio poder para reducir la pro-
vincia de Venezuela á su antiguo yugo.
Comenzó exhortando al pueblo de Caracas que
disolviesen su Junta, y prometiendo que, á su
disolución, las quejas del pueblo serian remedia-
das. Hallando que esta proclama no tubo ningún
efecto, recurrió á espías y emisarios, los que
despachó á varios puntos para efectuar una con-
trarrevolución.
En el entretanto, la Junta Suprema, previendo
las conseqüencias desagradables que podrían re-
sultar de la oposición del gobernador de Mara-
caibo, que habia sido nombrado Capitán General
por la Regencia, determinó enviar algunas tropas,
baxo el mando del Marques del Toro, paira impe-
dir ser molestadas por Miyares. £1 Marques del
Toro comenzó una correspondencia con el gober-
nador de Maracaibo, tratando de persuadirle que
hiciese causa común con el resto de Venezuela.
Hallando que esto era inútil, y observando el
grande aumento de fuerza que obtenía, por las
emigraciones de las provincias vecinas, el Marques
informó á la Junta Suprema de su intención de
atacar el departamento de Coro, y de las ventajas
que resultarían de esto en el caso de un feliz éxito.
La Junta de Caracas convino en ello, y el Mar-
ques entró en el departamento de Coro el 10 de
318
Noviembre de 1810. Al principio tubo algún
suceso ; pero habiendo descuidado apostar tropas
para conservar su comunicación con Caracas, de
donde sacaba sus socorros, sus provisiones fueron
interceptadas, y el Marques se vio obligado á
hacer su retirada con suma dificultad.
El General Miranda, siempre alerta á lo que
él concebía ser para al bien de su patria, resolvió
hacer otro esfuerzo para lograr su independencia.
Para este fin salió de Londres en el mes de Oc-
tubre de 1810, y llegó á la costa de Caracas pocos
meses después. La Junta, que en aquel tiempo
conducía todas sus operaciones, y publicaba todos
sus actos en nombre de Fernando el VIL había
dado instrucciones á sus agentes de impedir la
salida del General, no por ningún motivo de
aversión particular, pero temían que el recibi-
miento de un hombre que había hecho tantos
esfuerzos para libertar su pays, podía parecer una
contradicción de aquella conducta moderada que
deseaban mantener hacia España.
No debemos omitir hacer mención, entre las
ocurrencias de este año, de un paso del Gobierno
Ingles para reconciliar las disensiones que existían
entre la Regencia de España y los Gobiernos
Americanos. El Lord Liverpool, escribió al Ge-
neral Layard, gobernador de Curazoa, el 29 de
Junio de 1810, " que su Magestad Británica
tenia fuertes razones de esperar, que los habitan-
tes de Caracas reconocerían la autoridad de la
Regencia de España/9 Poco después, el Coronel
319
Robertson, secretario del gobernador, fue despa-
chado á Caracas, aparentemente con el designio
de persuadir á la Junta que accediese á los deseos
del ministro Ingles ; pero habiendo observado el
descontento que prevalecía generalmente contra
el gobierno Español, no se atrevió á dar á conocer
el objeto de. su viage.
Habiendo dado una relación de los sucesos que
ocurrieron en la provincia de Caracas durante el
año de 1810, procederemos ahora á detallar las
ocurrencias que agitaron, durante el mismo año,
al vireynato de Nueva Granada.
Quando se recibieron informes en Cartagena de
España de la dispersión déla Junta Central, ocur-
rieron varios disturbios en las diferentes provin-
cias de este vireynato, que dieron una ocasión á
los habitantes de S* Fé, y de la que se aprove-
charon gustosos, de renunciar su obediencia á los
gobernadores Españoles» y de establecer una
Junta. Esto lo llevaron á efecto el 20 de Julio
de 1810. La Junta reconocía la supremacía de
la Regencia de España, y aun eligieron presi-
dente al gobernador; pero alarmados por un rumor
de una conspiraciou formada por él, y por los
miembros de la Audiencia, dieron ordenes de ar-
restarle, lo mismo que á su Señora, y á la mayor
parte de los miembros de la Audiencia, de enviar
les á Cartagena, y después á España. Desde
entonces no reconocieron mas la autoridad de la
Regencia, y dieron un manifiesto convidando á
las otras provincias de enviar sus diputados á Su
7
320
Fe, para deliberar sobre la mejor forma de go-
bierno que debia adoptarse durante el cautiverio
del Rey.
Las provincias de Tunja, Pamplona, Casanare,
Cartagena, Socorro, Antioquia, Citara, Neiba, y
Mariquita, se declararon en favor de la Revolu-
ción. Su Marta hizo al principio la mismo decla-
ración, aunque después tubo que contradecirse,
en conseqüencia de Ift disolución de la Junta, y
de la formación de otra por los Españoles, en una
conmoción popular que levantaron en su favor.
En el entretanto Tacón, gobernador de Popa-
yan, que, contra la opinión del pueblo, según se
habia expresado en una Junta popular poco tiempo
antes, se opuso á la formación de una Junta, reunió
un exercito para atacar al nuevo gobierno de S* Fé,
que destacó inmediatamente algunas tropas baxo
el mando de A. Baraya para oponerse á la marcha
de Tacón. Esto Baraya lo logró, habiendo der-
rotado á Tacón en un combate que tubieron á las
orillas del rio Palacio, cerca de la ciudad de Po-
payan, á principios de 1811.
El 19 de Septiembre de 1810, la Junta de Car-
tagena publicó un manifiesto, para probar á las
provincias las ventajas que resultarían á Nueva
Granada del establecimiento de un gobierno fe-
derativo. En este manifiesto se insistía parti-
cularmente sobre la plena libertad de las pro-
vincias para adoptar la forma de gobierno que
quisieren. Este razonamiento seduxo á muchos,
y fue el medio de romper una unión que era tanto
321
el interés de las provincias mantener. De aqui
resultó, que varios de los departamentos formaron
el proyecto de separarse de las capitales de las
provincias, y de hacerse provincias separadas.
Entre estos se contaron Sn Gil, un departamento
de Socorro, Girón de Pamplona, y Mompox de
Cartagena; y, en conseqüencia, Mompox tomó1
medidas para formar una Junta separada, y para
nombrar miembros al Congreso de Nueva Granada.
El gobierno de Cartagena se opuso á Mompox,
y envío una expedición baxo el mando de N.
Ayos, que obligó á los habitantes de Mompox á
renovar su fidelidad á Cartagena en el mes de
Enero de 1811.
A esta época, la Junta de S* Fé recibió una
embaxada de la de Caracas, y concluyeron un
tratado de alianza entre si.
Algunos de los miembros nombrados para com-
poner el Congreso General, se habían reunido en
Bogotá en Diciembre de 1810. Entre estos di-
putados habia algunos de los que habian sido
nombrados por los departamentos que deseaban
formar provincias separadas ; á cuya legalidad de
elección objectaron varios de los miembros, baxo
el principio de los inconvenientes que nacerían si
se sancionasen tales innovaciones, que tendían á
encender una guerra civil entre las capitales de
las provincias y las provincias, y á multiplicar las
dificultades que experimentaban para formar un
gobierno para Nueva Granada. En estas objec-
TOM. II. x
3S2
ciones la Junta convino ; y resolvió suspender sus
sesiones por entonces.
Mompox habiendo sido, subyugado por la Junta
de Cartagena, y las provincias habiéndose abierta-
mente declarado contra las absurdas pretensiones
de los departamentos, las disensiones que comen-
zaban á prevalecer en las provincias fueron aquie-
tadas, y el Congreso se juntó otra vez* Los re-
presentantes de Cartagena, Pamplona, Neiba, y
Antioquia, concluyeron un tratado federativo en
Bogotá el 27 de Noviembre de 1811, al que la
provincia de CunÜinamarca, de la que StaTé es la
capital, rehusó dar su consentimiento. La Junta
de S* Fé convocó una asamblea del pueblo, que
tomó el nombre de Colegio Electoral Constitu-
yente, y presentó al pueblo una constitución, que
fue ratificada por una asamblea autorizada para
ese efecto el 17 de Abril de 1812*
Tacón, el gobernador de Popayan, había huido
á Los Pastos después de su derrota en Palacio j y
no pudiendo reunir bastantes tropas para resistir
al exercito de S" Fé, dio la libertad á todos las
esclavos (que eran muy numerosos en Pastos)
para que se rebelasen contra sus amos. Este
exercito, sin embargo, no era bastante numeroso
para guardar el terreno, y se vio baxo la necesidad
de retirarse á la costa del mar, cerca de S° Buena-
ventura. Fue perseguido muy de cerca po* N.
Rodríguez, que había re-emplazado á Baraya en
su mando, y fue completamente derrotado por él»
cerca de Isquande, en 1811.
323
Ya hemos descrito, entre las ocurrencias del
año de 1809, la formación de la Junta de Quito,
y su disolución subseqüente por los esfuerzos
combinados de los vireyes de Nueva Granada y
del Perú. £1 degüello del 2 de Agosto habia
exasperado los ánimos del pueblo de Quito basta
tal puntos que atacaron, no teniendo otras armas,
con navajas y palos á las tropas de Lima que
hicieron fuego sobre el pueblo. El resultado hu«
biera sido contra los Españoles, si el presidente,
el Conde Ruiz del Castillo, y los miembros de la
Audiencia, no hubiesen publicado un acto de
olvido en favor de los habitantes, y mandado á
las tropas de Lima salir de la ciudad* Montafar,
que habia sido enviado como Comisionado Regio
con A. Villavicencio por la Regencia, para man-
tener su autoridad en Nueva Granada, y que ha-
bia llegado ya tarde para poder servirla, tomaron
ventaja de los temores de las autoridades Españo-
las para persuadirlas de formar una Junta, cuyo
presidente debia ser Ruiz del Castillo, La Re-
gencia aprobó esta Junta, la única aprobación de
esta naturaleza que jamas ocurrió, pero nombraron
á Molina presidente.
Volvamos ahora á Caracas, á relatar los sucesos
que ocurrieron alli durante el año 1811.
El Congreso se reunió, según los reglamentos
prescritos por la Junta Suprema, el 2 de Marzo
de 1811. Antes de su reunión habia formado
una diputación, que consistía de Don F. X. Us-
tariz, Don Fermín Paul, el General Miranda,
324
Don Juan Roscio, y de otros, con ordenes de
formar una constitución, que debía ser presentada
para la consideración del Congreso. Los miem-
bros de la diputación tubieron varias juntas, á ex-
cepción del General Miranda, que era de dife-
rente opinión, y convinieron en el plan de una
confederación provisional. Miranda envío un
plan á la diputación, que habia pensado presentar
á los Americanos del Sud, si su expedición de
1806 hubiese tenido buen éxito, y que no diferia
mucho del antiguo gobierno colonial.
Esta circunstancia hizo muchos enemigos á
Miranda. Desde el principio se temia su influxo
en los negocios públicos, aunque los amigos de la
independencia estimaban altamente sus talentos y
sus virtudes. Aun habia muchos que creían era
' imposible obtener la libertad en Venezuela sin
desarraigar todas las instituciones viejas que les
recordaban su antigua dependencia.
El 5 de Julio de 1811, algunos de los miembros
hicieron la proposición en el Congreso de discutir
la independencia de Venezuela, á la que se con-
vino en el mismo dia.
El 1 1 del mismo mes se publicó el Acto de la
Independencia de Venezuela, que, por no estar
muy bien escrito, no insertamos aqui.
El 30 del mismo mes se publicó un Manifiesto
al mundo por la confederación de Venezuela, en
el que se contenían las razones sobre las que fun-
daba su completa independencia de España, ó de
325
qualesquiera otro poder extrangero, y que omiti-
mos por la misma razón que el anterior.
A esta época el Gobierno se halló muy alarmado
por los rumores de una conspiración, de la que
habiéndose recibido noticia oportuna, se arresta-
ron á las principales personas concernidas en ella.
Mientras que estas cosas ocurrían en Caracas,
algunos Españoles obtubieron posesión de Valen-
cia, que tenia una pequeña guarnición, y cuyos
habitantes estaban incomodados con el Congreso.
Se formaron y armaron tropas, é hizieron toda
especié de preparativos para resistir al Gobierno
de Caracas.
El Gobierno se hallaba ahora en una situación
muy crítica. Varios de los conspiradores habian
sido arrestados ; pero rehusaron descubrir sus
acomplices. No podían ahorrar tropas para mar-
char contra Valencia, pues en tal caso hubieran
dexado á Caracas sin protección. En este dile-
ma, resolvieron llamar á los habitantes á las armas,
y enviaron al General Toro á Valencia. Poco
tiempo después dieron el mando al General Mi-
randa, el que después de dos ataques victoriosos,
logró tomar la ciudad por asalto. Miranda ofre-
ció entonces marchar con 4000 hombres contra
Coro, que estaba aún por los Españoles, y el Go-
bierno accedió gustoso á su propuesta ; pero sus
enemigos, exasperados de su feliz suceso contra
el enemigo, pusieron en obra todas los medios
para oponerse á sus planes, en los que el Con-
greso cooperó demasiado.
326
El Congreso volvió ahora su atención hacia la
formación de la nueva constitución. - La mayoría
era decididamente en favor de un gobierno fede-
rativo. Para lograr su adopción, insertaron ensa-
yos en las gazetas, y distribuyeron con mucha
industria quadernos, en los que se trataba de pro-
bar las ventajas que resultarían de una constitu-
ción como la de los Estados Unidos. De este
modo excitaron las esperanzas del pueblo; y
aunque se hubiera podido formar una constitu-
ción mas adequada á los hábitos del pueblo Ame-
ricano del Sud, y mas adaptada á las circuns-
tancias en las que se hallaban entonces, la espe-
ranza de obtener un grado de prosperidad igual
al que gozaban los Estados Unidos, imponía
silencio á quantos argumentos podían urgirse
contra ella.
Después de muchos meses de discusión conti-
nua, los representantes de Venezuela ofrecieron
para la aprobación del pueblo, el 23 de Diciembre
de 1811, la prometida constitución. Formaba un
volumen, dividido en nueve capítulos. En el
primero, se proponía la religión Católica por la
religión de estado. En el segundo, dividían el
Congreso en dos cámaras, la de representantes y
la del senado, que tendrían el poder de hacer los
tratados de guerra y paz, levantar exercitos, &c. :
la elección de los representantes se debía hacer
por los colegios electorales ; la del senado, por
las legislaturas provinciales. El capitulo tercero
trataba del poder executivo, que seria puesto
327
entre las manos de tres personas» que debían ser
elegidas por los colegios electorales ; y estas per-
sonas poseían el poder de nombrar geuerales para
los exercitos, y oficiales para la administración de
la hacienda publica, &c. El capitulo quarto tra-
taba del tribunal supremo, que debía juzgar de
todas las materias respecto á los pactos federa-
tivos, del establecimiento de jurados, &c. £1
quinto determinaba los limites de las autoridades
provinciales, "de las garantías mutuas entre las
provincias, y de que se admitiese la Guian a y
Maracaibo en la confederación, asi que estubiesen
ubres del poder Español. El sexto y el séptimo
proponían de que la constitución se volviese á exa-
minar, y que recibiese la sanción del pueblo. El
octavo declaraba la soberanía del pueblo ; los de-
rechos del hombre en sociedad $ que los extran-
geros, de qualesquiera nación que fueron, se reci-
biesen en Venezuela, con tal que respetasen la
religión nacional ; que se aboliese el uso del tor-
mento, &c. El noveno y ultimo trataba de ma-
tenas generales.
El Congreso señaló, como los Estados Unidos,
un territorio en el que las autoridades confe-
deradas debian residir : se íixó la ciudad de Va-
lencia, y el Congreso tubo allí sus sesiones á prin-
cipios de Marzo de 1812.
Mientras que en America ocurrían estos suce-
sos, la Regencia y las Cortes estaban llenas de
indignación á los actos del gobierno colonial.
La guerra era el deseo que animaba al Gobierno ;
328
y este sentimiento prevalecía igualmente entre
los. comerciantes de Cádiz. Despacharon tropas
á Coro y á Sto Marta, aunque tanto se necesita-
ban en aquel momento para la defensa de la Pen-
ínsula.
El Gobierno Ingles hizo este año (1811) otra
tentativa para efectuar una reconciliación entre
España y sus colonias, que fue tan ineficaz como
la precedente.
Todo prosperaba en esta epoco en Caracas.
El gobierno estaba respetado ; la fuerza militar
era considerable ; y el pueblo estaba contento.
El comercio florecía ; y la America juzgó que ya
habia por fin llegado el momento de recoger el
fruto que invariablemente acompaña á la libertad,
quando uno de los mas tremendos terremotos
que se han conocido9 arruinó toda la ciudad de
Caracas, el Jueves Santo, 26 de Marzo de 1812.
La tierra fue convulsada por un minuto y cinquenta
segundos, en todas sus direcciones, y perecieron
cerca de 20,000 almas.
Nada de mas desgraciado podia haber occur-
rido. Esta calamidad, que en qualesquiera otra
época no hubiera pasado mas que como, una mera
convulsión de la naturaleza, fue inmediatamente
construida por los clérigos, que habían sido pri-
vados por la constitución de algunos de sus pri-
vilegios, lo que les hacia hostiles al estado pre-
sente de cosas, como una manifestación de la
colera divina sobre los que habian favorecido la
revolución. Estas exhortaciones no fallaron en
329
producir un grande efecto, acompañadas de la
circunstancia de que la catástrofe ocurrió el Jueves
Santo, dia en que habian renunciado su fidelidad
al Gobierno Español.
Estos males fueron aun agravados por las ven-
tajas que obtubo Monteverde, el general Espa-
ñol, las que conduxeron á la reducción de Carora,
que estaba entonces en manos de los patriotas.
Las tropas de Barquisimeto se estaban preparan-
do á salir contra ellos, quando se hundieron los
quarteles con el terremoto, sepultando en* sus
ruinas á muchos de los soldados, y dexando á su
comandante Xalon muy mal herido. También
el papel moneda, que el Gobierno se había visto
precisado. á circular para remediar las grandes
urgencias del estado, experimentó desde el terre-
moto un caida considerable en su crédito.
Para remediar á estas urgencias, el Congreso
determinó recurrir á aquellas medidas, .que se
adoptan por lo general en las repúblicas en las
situaciones desesperadas. Resolvieron conferir
á algún gefe un poder dictatorio. Inmediata-
mente eligieron al General Miranda para ese
efecto, dándole el mando del exercito, y autori-
zándole á obrar en todas las ocasiones según
juzgase ser mas ventajoso para el bien de la
patria.
En el entretanto Monteverde tomó Barqui-
simeto, Araure, y Sn Carlos; estas dos ultimas
plazas siendo muy importantes, porque mandan
todos aquellos inmensos llanos, de donde las ciu-
330
i
dades situadas en las partes montañosas de Vene-
zuela reciben sus víveres y ganado. No halló
apenas ninguna resistencia ; cuerpos enteros del
exercito patriota se pasaban á él en los sitios
donde se presentaba.
Si las tropas que Varinas, Cumana, y Caracas
habían enviado contra la Guiana, hubieren sido
empleadas contra Monteverde, se hubiera visto
precisado á retirarse. Pero estas estaban dema-
siado distantes. Ademas de eso, las victorias de
Monteverde les desalentaron de tal suerte» y la
deserción había sido tan grande, que aunque
estaban baxo el punto de tomar la Guiana, se re-
tiraron sin dar ningún golpe importante.
Miranda había evaquado k Valencia» y había
tomado posesión de una posición muy fuerte
llamada la Cabrera» cerca de Lago del Valencia»
el que, poco después, tubo que abandonar por la
traición de los habitantes que se habían declarado
por las realistas» y que mostraron un sendero por
el que podían evitar el desfiladero. £1 General
Miranda tubo, en conseqüencia de esto» que reti-
rarse á la Victoria» donde su retaguardia fue ata-
cada por las tropas realistas, que fueron rechaza-
das con una perdida considerable.
La conducta prudente del General Miranda
comenzaba á restablecer el orden en Caracas, y
la disciplina en el exercito, quando algunos Es-
pañoles tomaron á Puerto Cabello, por la traición
del oficial de guardia. £1 Coronel Simón Bolívar,
que era en aquel tiempo gobernador, juzgando
asi
seria imprudente hacer un ataque sobre el fuerte,
se hizo á la vela por La Guayra con sus oficiales.
La perdida de este fuerte tubo conseqüencias
muy perjudiciales para la causa de la indepen-
dencia. Por su captura, se abrió una comunica-
ción con Coro y Porto Rico, de donde podían
recibir provisiones, que antes tenian que ir á bus*
car á la distancia de 150 leguas.
£1 General Miranda, percibiendo que la deser-
ción aumentaba todos los dias ; que el pays de
donde Caracas sacaba sus socorros estaba en
manos del enemigo ; que su exercito era inferior
en numero al de Monteverde, y ademas de eso
mal armado, la mayor parte de los fusiles y amu-
niciones habiendo sido enterradas ó destruidas el
dia del terremoto ; mientras que Monteverde, ai
contrario, ademas de los socorros que halló en
Puerto Cabello, se hallaba bien provisto de todo
quanto necesitaba, determinó, con la aprobación
del poder executivo, proponer una capitulación,
cuyas condiciones fueron admitidas por Monte-
verde. Estos eran los artículos : —
1. Que la constitución que las Cortes habian
presentado á la nación Española, seria la consti-
tución de Caracas.
2. Que ninguna sería perseguido por sus opi-
niones anteriores.
3. Que toda la propiedad individual debia ser
sagradamente respetada.
4. Que se permitiría emigrar á todos los que
deseasen salir de Venezuela.
S3á
En conseqüencia de esto, Caracas volvió otra
vez á caer en manos de los realistas. Miranda
y otros muchos se dirigieron á La Guayra, coa
la intención de embarcarse alli para Cartagena. —
¡ Ojala estubiese en nuestro poder hechor un velo
sobre las transacciones subseqüentes ! — Basta de-
cir, que Miranda, que durante treinta años había
trabaxado en favor de la libertad de sus compa-
triotas, fue prendido y entregado por aquellos
mismos compatriotas á los Españoles, los que en
desprecio de la capitulación, en desprecio de los
derechos reconocidos por todas las naciones civi-
lizadas, le arrajarQn, como á otros mil, en los
calabozos de La Guayra y Puerto Cabello. Sor-
dos á todo principio de humanidad, encadenaron
á este mártir de la causa de la libertad al suelo
de la prisión en la que le tenian encerrado. De
esta miserable situación salió por la intercesión
de algunos oficiales Ingleses. De alli fue tras-
ladado á Cádiz.
En conseqüencia de esta capitulación, Cumana
y Barcelona se entregaron á Monteverde ; y para
coronar sus sucesos, recibió inteligencia que la
expedición contra Guiana se habia enteramente
malogrado. A la misma época los realistas de
Maracaibo obtubieron posesión de los departa-
mentos de Truxillo y de Merída, habiendo der-
rotado repetidas veces á las tropas que habían
dexado para su defensa, baxo el mando de Paje-
des.
383
De este modo volvió esta provincia á caer baxo
el poder de los Españoles hacia fines de Agosto
de 1812.
Volvamos ahora á los sucesos que pasaban á
esty época en Nueva Granada.
Esta provincia se hallaba perturbada por con-
mociones violentas, ocasionadas por las diversas
opiniones que prevalecían respecto á la forma
de gobierno que debia adoptarse para ella. Lo-
zano, presidente de Cundinamarca, se inclinaba á
una forma federativa de gobierno, en lo que se
veia opuesto por la Junta de Cartagena, y por
el Congreso. Poco después Lozano dio su re-
signación de la presidencia de Cundinamarca, en
cuyo encargo fue reemplazado por A. Nariño,
que en su turno desaprobaba el gobierno federa-
tivo, y propuso otra constitución suya. A* esta
constitución accedieron las provincias de Mari-
quita, Neiba, y Socorro ; y Tunja estaba baxo el
punto de hacer otro tanto, quando una división
de las tropas de Nariño, baxo el mando de Bara-
ya, desertó su estandarte, y se pusieron del lado
del Congreso, que inmediatamente transfirió sus
sesiones á Tunja. Esto dio origen á una guerra
civil entre los partidarios del Congreso y los de
Nariño, á principios de 1812.
El exercito del Congreso, baxo el mando de
Baraya, Ayala, y Ricaute, derrotaron á las tropas
de Nariño en Palo Blanco, en la provincia de So-
corro ; y los agentes del Congreso lograron des-
prender las provincias de Mariquita y Neiba de
334 .
Nariño. Estos sucesos favorables indugeron al
Congreso á establecer sus sesiones en Neiba, á
cuyo parage las transfirieron el 4 de Octubre de
1812. Las tropas de Nariño fueron otra vez
derrotadas en Ventaquemada, y el exercito del
Congreso marchó á sitiar á Ste Fé en Diciembre
de 1812. Nariño, que antes de esto había envia-
do su resignación de presidente, que la represen-
tación nacional rehusó aceptar, ofreció entregar
la plaza y retirarse de Nueva Granada, con tal
que los sitiadores respetasen las vidas y propie-
dad de los habitantes ; pero estos insistieron en
que se rendiesen á discreción, y esto habiendo
sido rehusado, dieron el asalto á la ciudad, pero
fueron completamente derrotados, y su exercito
dispersado. Para recordar esta memorable der-
rota', erigieron un monumento en S* Fé, en el
quartel de Sn Victorino.
Don N. Molina, que había sido nombrado pre-
sidente de la Junta de Quito por la Regencia,
entró en el territorio de Quito á la cabeza de las
tropas de Lima, que se habian retirado de Quito
después del estrago del 2 de Agosto. La Junta
de Quito rehusó admitirle sino desbandaba el
exercito, y se quexaron á las Cortes, las que in-
mediatamente dieron ordenes á Molino de desis-
tir. Esto lo rehusó hafcer, alegando el pretexto
de que tan amenudo se han servido los Españoles,
que habian obtenido la orden por abrepcion y
subrepción. Entonces la Junta dio ordenes al
exercito, que habia formado para su protección
335
contra el obispo de Cuenca, que marchase baxo
el mando de Montafar, el que fue completamente
derrotado por los realistas de Cuenca; y Don
N, Montes, que fue el sucesor de Molino, entró
en Quito el 6 de Noviembre, poniendo todo á
sangre y fuego. Aun no estando satisfecho de
la mortandad que esto ocasionó, despachó tropas
en busca del obispo, monjas, y otras personas que
se habían huido, y en el entretanto hizo morir de
cada cinco habitantes uno de los que habían que-
dado para defender la ciudad. Esta escena car-
nicera la describe el mismo Montes, en una carta
del 11 de Noviembre, al Gobernador de Guaya-
quil.
Monteverde, en lugar de tratar concillarse los
ánimos de los habitantes, que no podían estar mas
cansados de las escenas de turbulencia y revolu-
ción de que habían sido los testigos durante los
dos últimos años, no pensaba mas que en saciar
su venganza. Cada realista se volvió en espía y
denunciador publico ; y era uno de los mayores
crímenes haber pertenecido al partido republi-
cano. Todas las prisiones estaban atestadas de
patriotas ; otros edificios estaban convertidos en
prisiones ; y se podía decir con bastante aparien-
cia de verdad, que toda la población estaba baxo
arresto. Estas medidas severas fueron aprobadas
por las Cortes de España, y Don Juan O'Donaju,
ministro de la guerra, habla, en su informe á las
Cortes del 2 de Octubre de 1813, " de la indul-
8
336
gencia que sé había mostrado á los insurgentes
de Caracas."
Los realistas de Su Marta no estaban tam-
poco ociosos á esta época. Determinaron tomar
ventaja de los disturbios que prevalecían entre el
pueblo de Cartagena, á causa de la circulación
del papel moneda, y de la falta de comercio, que
nacia del estado inquieto en que estaban las pro-
vincias del interior. Lograron tomar posesión de
los departamentos de Tolu y S° Benitos. Estos
sucesos excitaron mucha alarma en Cartagena,
la que aumentó aun mas con la noticia de que
Venezuela estaba en posesión de Monteverde,
y que habia una guerra civil entre Nariño y
el Congreso. — Una fragata Inglesa, la Garland,
llegó en aquel tiempo con proposiciones en favor
de Don Benito Peres, el virey nombrado por el
Gobierno Español, del Almirante Ingles en la
Jamaica, en los que ofrecía llevar á Panamá á los
diputados, caso que las proposiciones fuesen apro-
badas por el Gobierno de Cartagena. Lo fueron
en efecto, y J. M. del Real y G. Pineres fueron
nombrados para tratar con el virey. En conse-
qüencia de esto se embarcaron para Chagres, para
ir de allí á Panamá. A su llegada fueron inme-
diatamente arrestados ; y no fue sino después de
mucho interceder de la parte del Almirante In-
gles, que se les permitió embarcar, después de
haber estado presos ocho semanas.
Sin embargo, el Gobierno de Cartagena estaba
determinado á poner en obra todos los medios
337
m
que estubiesen en su poder, para oponerse á los
Españoles. Para este efecto despacharon á Gu-
tiérrez Moreno á las Islas de las Indias Occiden-
tales, con poderes para conceder patentes á los
que quisieren equipar buques en corso baxo su
pavellon. Obtubó enviar á Cartagena muchos
oficiales, y algunos soldados, lo que molestó
mucho al comercio de los Españoles en aquella
parte. Su exercito estaba disciplinado por ofi-
ciales que habían emigrado de Caracas, y dividido
en dos cuerpos, uno de los quales estaba baxo el
mando de Cortés Campomanes, Español, y el otro
baxo el mando de Labattu, Francés. Cortés re-
conquistó los departamentos de Tolu y de Sn
Benito, y Labattu logró desposeer á los Españoles
de Sn Antonio, del Peñón, Guaymaco, y de otros
puntos fortificados del rio Magdalena. También
logró tomar posesión de S* Marta, el 6 de
Enero de 1818. Labattu tenia ahora en su poder,
hechar á los realista^ afuera de la provincia del
Rio de la Hacha, lo que á haberlo efectuado,
hubiese consolidado el poder de los indepen-
dientes en este lado : pero su conducta hacia los
habitantes de Sto Marta fue tan impolítica, que
se rebelaron contra él, aunque había un partido
muy grande en favor de la independencia. En
lugar de tratar de recobrar y asegurarse de su
conquista, cosa de fácil execucion, el puerto es-
tando en su posesión, y teniendo en él una fuerza
naval considerable, se embarcó precipitadamente
para Cartagena, dexandole en posesión de los
TOM. II. Y
3S8
realistas, que habían recibido refuerzo de Puerto
Bello, Habana, y Maracaibo.
El Gobierno volvió entonces á equipar otra
expedición baxo el mando de Chatillon, oficial
Francés, que atacó á los realistas en Papares ;
pero que fue rechazado, hecho prisionero, y afu-
silado. Volvieron á enviar otra expedición baxo
Labattu, la que también se malogró. Entonces
el Gobierno de Cartagena se contentó con obrar
en la defensiva, protegiendo sus fronteras y la
navegación del rio Magdalena, que había estado
muy interrumpida, y últimamente interceptada
por los realistas.
Samano» que, después de la toma de Quito,
habia sido nombrado por Montes para mandar el
exercito Español, tomó la ciudad de Popayan en
su camino á Su Fé. Los realistas de Los Pas-
tos habían previamente hecho prisionero á Don
J. Caycedo, presidente de la Junta de. Quito, y á
Macauley, un Americano del. Norte, que manda-
ba él exercito de Popayan, y á otros muchos, que
fueron todos sacrificados. El Congreso de Nueva
Granada y Nariño, aunque antes estaban opues-
tos, reunieron Sus tropas unanimamente para re-
sistir a los realistas, las que subían á 8000 hom-
bres, y marcharon al encuentro del enemigo, baxo
el mando de Nariño, que habia sido nombrado
dictador para ese efecto. Nariño derrotó á los
Españoles en una batalla que tubieron en el Alto
del Palacio, y Samano se retiró á Tumbo ; en
donde habiendo sido reforzado por una división
339
de su exercito, que no había tomado parte en el
ultimo combate, prosiguió su camino á Popayan,
y acampó su exeí-cito en Calibio. Náriño ha-
biendo dividido su exercito en tres cuerpos, ata-
có inmediatamente á los Españoles, y ganó una
completa victoria, • Ayméric fue nombrado suce-
sor de Samanó para mandar el exercito, qué re-
forzó con tropas nuevas que había traído de'
Quito. Nariño organizó un gobierno popular, y
se dirigid hacia Los Pastos.
En sú camino á Los Pastos, que dista 80 leguas
de Popayan, Nariño atacó el Alto de Juanambu,
los Tacines, y Aranda, que tomó sucesivamente,
aunque tío sin sostener una perdida considerable.
Nariño estaba ya muy cerca de la ciudad de Pas-*
tos, á la que se avanzaba á la cabeza de una divi-
sión de su exercito, quando las espías del enemigo
divulgaron el rumor de que Náriño había sido
atacado, derrotado, y hecho prisionero. Esto
causó mucha consternación entre las tropas ; y
el enemigo informado de ello, envío un destaca-
mento contra Nariño, verificando el antecedente
rumor, haciéndole prisionero. Este suceso ocur-
rió en el mes de Junio de 1814, y fue sumamente
perjudicial al exercito independiente ; tanto que
con dificultad toda la prudencia y valor de Don
J. M. Cabal bastó para efectuar la retirada del
exercito á Popayan, hasta cuyo parage se vio
perseguido muy de cerca por las tropas Espa-
ñolas de Aymeric.
340
Don Antonio Nariño es uno de aquellos ami-
gos ardientes de su pays que hacía mucho tiempo
deseaba su independencia, y que trató de promo-
verla. La libertad con que expresaba sus deseos
y opiniones, fue la causa de su arresto en el año
de 1794, junto con muchos de sus amigos, jóve-
nes de familias muy distinguidas de. Ste Fé de Bo-
• gota. Duran, Cabal, Cortes, Umana, Nariño,
Zea, (el presente ministro de Colombia á las cor-
tes Europeas), y otros, fueron enviados en aquella
época á España baxo escolta. Nariño se escapó
en el mismo acto de desembarcar en Cádiz, y se
presentó al gobierno de Madrid. Apesar de este
acto de sumisión, dieron ordenes para prenderle,
* y se volvió á escapar, pasó á Francia ; y de allí
vino á Inglaterra, donde llego al mismo momento
que el plan de Pitt para separar á Tierra Firme
del Gobierno Español estaba en contemplación,
en 1796. Entonces Nariño volvió á Nueva Gra-
nada incógnito, con el objeto de llevarlo á efecto ;
pero fue descubierto, y encarcelado por muchos
años, durante los quales sufrió todos los males de
pobreza, de los calabozos, &c. Por fin obtubó
su libertad, baxo la condición que no saldría de
Sta Fé, y de que seria siempre acompañado por
un soldado. Quando la guerra de España co-
menzó, el Gobierno de Sto Fé, temeroso de sus
poderes extraordinarios de persuasión, y del in-
fluxo y crédito que tenia, le hizo arrestar, y le
mandaron enviar á Cartagena; pero Nariño se
volvió otra vez á escapar, y se fue á Ste Marta.
341
Allí fue descubierto por un soldado Español, que
informó al gobernador de ello. Inmediatamente
fue arrestado, y arrojado en los calabozos de
Boca Chica. Quando la Revolución ocurrió fue
puesto en libertad ; pero su salud habia sufrido
mucho, y sus piernas estaban muy hinchadas con
los grillos que habia gastado durante el tiempo
de su prisión. Es una circunstancia muy extra-
ordinaria, la de no haber sido afusilado quando
fue hecho prisionero, como lo fueron la mayor
parte de los que 'cayeron en manos de los Es-
pañoles ; pero en lugar de eso fue conducido á
Quito, de allí á Lima, y después á La Carraca en
Cádiz. De alli salió al tiempo de la ultima revo-
lución en España, y de este modo se halla aun
habilitado para ocupar el resto de una vida, que
ha sido empleada incesantemente en la causa de
la libertad y de la independencia.
Volvamos ahora á la narrativa de los sucesos
que ocurrieron en Venezuela durante los años
1813 y 1814. Los habitantes estaban tan exas-
perados de la conducta cruel y vengativa de los
Españoles, que determinaron renovar sus esfuer-
zos por la independencia. Cumana fue la pri-
mera provincia que dio el exemplo de resistencia
á las opresiones intolerables de M onteverde. D.
N. Marino, un joven activo y valeroso, reunió á
los desafectos, y tomó la ciudad de Maturin.
Fue atacado por los Españoles, los que fueron re-
chazados. Monteverde determinó ir él mismo en
persona contra Marino, é hizo un segundo ataque
042
á principios de Abril, en ej qup fue copipleta-
mente derrotado.
Don Simón Bolívar, uno de los habitantes mqs
distinguidos de Caracas, habia pb te nido del Con-
greso de Nueva Granada cerca de 600 hombres j
y con estos pasó los Andes, situados cerca de las
provincias de Tunja y Pamplona, y se avanzó
hacia la Tachira, los confines de Nueva Granada,
resuelto á efectuar la independencia de su pays,
si esta fuese posible.
Como Bolívar es uno de los 'caracteres mas dis-
tinguidos que han tomado parte en la Revolución
de Colombia, cqnvendra que le introduzcamos
mas particularmente á la noticia del lector.
Bolívar marchó á España quando era muy
joven, y fue uno de Jos pocos Creollos á quienes
la corte de Madrid concedió la permisión de pasar
á Francia y á Italia. Quando ocurrió la Revolu-
ción de Caracas, fue comisionado por Ja Junta
Suprema para qije pasase; á Lqndres á solicitar la
protección del gabinete Ingles en favor del nuevo
Gobierno.
A su vuelta á Caracas, Bolívar, no aprobando
os planes de política que el Congreso seguía en
aquel tiempo, rehusó mezclarse en los negocios
públicos, y vivió muy retirado. El peligro que
amenzaba á su pays después del terremptp le re-
tiró de su soledad, y fue nombrado por Miranda
al puesto de gobernador de Puerto Cabello ; cuy$
plazs} sp perdió desgraciadamente quando esfaba
baxo su mando. La capitulación que Miranda
343
concluyó después, no fue con la aprobación de
Bolívar; y poco después de haber entrado los
realistas en Caracas, obtubó un pasaporte por
favor especial de Monteverde, con el que se em-
burpó, y proseguio hasta Curacoa. Desde esta
isla se hizo á la vela para Cartagena, donde el
Gobierno le dio el mando de una división de
tropas.. Habiendo libertado las orillas del Mag-
dalena del poder de los realistas en 1812, tomó
el camino de Ocaña. Al mismo tiempo envío su
segundo en mando, el Coronel Rivas, á Tunja,
doqde estaba reunido el Congreso de Nueva Gra-
nada» para pedir refuerzos que le habilitasen á
penetrar en Venezuela, los que obtúbo.
JBolivar habiendo tomado por sorpresa á los
realistas en Cúcuta con su pequeño exercito, les
derroto. De alli despachó á N. Briceño con al-
gunos oficiales á Guadalito, donde levantó un
cuerpo de caballería, con el que invadió la pro-
vincia de Varinas, mientras que él mismo tomaba
posesión del departamento de Merida, después de
haber derrotado á los realistas en la Grita. Bri-
ceño fue completamente derrotado poco después,
y él mismo con varios de sus oficiales hechos pri-
sioneros. Tiscar, el gobernador de Varinas, le
mandó afusilar, lo mismo que á ocho de los prin-
cipales habitantes de aquella ciudad, que fueron
acusados de tratar de facilitar la empreza de
Briceño. Esta conducta exasperó el animo de
Bolívar, que resolvió, desde aquel momento* re-
taliar sobre quantos prisioneros cayesen entre sus
344
manos. Desde entonces la guerra fue baxo el
nombre de guerra á muerte.
Bolívar dividió su exercito, que habia aumen-
tado considerablemente, y que aumentaba diaria-
mente, en dos cuerpos ; uno de los quales le puso
baxo el mando del Coronel Rivas. Los dos
cuerpos dirigieron su marcha hacia Caracas, por
los departamentos de Truxillo y de Varínas. Los
realistas fueron rechazados en varios encuentros ;
y en Lastoguanes, donde Monteverde habia jun-
tada sus mejores tropas, fueron completamente
derrotados. Esto victoria se debió principalmente
á la deserción de la caballería de Monteverde.
Entonces el general Español se retiró á Puerto
Cabello con el resto de sus tropas. Bolívar no
perdió tiempo, antes se avanzó sobre Caracas,
donde los habitantes le estaban aguardando con
ansia como á su libertador. En el entretanto,
Eieno, el gobernador Español, reunió una Junto,
compuesta de la Audiencia, del Clero, y de los
principales oficiales de la guarnición, que resol-
vieron enviar comisionados á Bolívar. Los co-
misionados se vieron con Bolívar en La Victoria,
el que aceptó el tratado. Después de la capitu-
lación prometió que ninguno sufriría por su an-
tigua amistad por el Gobierno Español, y que
todos tenían la libertad de retirarse de Venezuela,
y llevarse consigo sus efectos.
La siguiente proclama se publicó el 16 de
Agosto de 1813, pocos días después de su entrada
en la capital de Caracas, que ocurrió el 4 del
3*5
mismo, en la que se invita á todos los extrangeros
á entrar en el servicio de la República.
República de Venezuela.
Simón Bolívar, Brigadier de la Union, y General en
Gefe del Exercito Libertador de Venezuela.
•
Por quanto las Provincias de Venezuela han entrado por
segunda vez en el goze de su libertad é independencia, que
les fue usurpada momentáneamente por un puñado de Es-
pañoles, que han señalado su Gobierno con horrendos críme-
nes y negras injusticias, siendo una de ellas la de robar, per-
seguir, y exterminar á los honrados extrangeros que justa-
mente merecían la protección y consideraciones del Gobierno
en nuestra primera transformación política; y por quanto la
conducta de un pueblo libre debe ser absolutamente opuesta
á la que observan nuestros enemigos, que lo han sido, y serán
siempre de la prosperidad y felicidad de las Americas,—
He resuelto por tanto,
Lo primero, Que se invite de nuevo á los extrangeros, de
qual quiera nación y profesión que sean, para que vengan á
establecerse en estas provincias, baxo la inmediata protección
del Gobierno, que ofrece dispensársela abierta y francamente,
en la segura inteligencia de que la feracidad de nuestro suelo,
sus varías y preciosas producciones, la benignidad de nuestro
clima, y un régimen prudente de administración que garantíze
la seguridad individual, y el sagrado derecho de propiedad,
debe proporcionarles todas las ventajas y utilidades que po-
drían desear en su pays :
Segundo, Que á qualquier extrangero que milite baxo
nuestras banderas, defendiendo la causa de la libertad y de la
independencia, se le conceda el derecho de ciudadano de
Venezuela, y se recompensen sus servicios de un modo com-
petente.
346
Dado en el Quartel-general de Caracas ; registrado por el
Secretario de Estado y relaciones exteriores, y sellado con el
sello de la República, á 16 de Agosto de 1813; 3 de la in-
dependencia, y 1 de la guerra á muerte.
Simón Bolívar.
Antonio Muños febar, Secretario de Estado.
El gobernador de Caracas, sin aguardar por la
ratificación del tratado, se embarcó en La Guayra,
llevándose consigo todo el tesoro publico y pri-
vado que pudo recoger, dexando á la merced del
conquistador cosa 1500 Españoles que no habian
podido emigrar. Los artículos del tratado fueron
enviados á Monteverde á Puerto Cabello» el que
no quiso ratificarles, " porque era derogatorio á
la dignidad de la nación Española el tratar con
insurgentes."
Las provincias que componían lo que entonces
llamaban la República de Venezuela estaban ahora
en posesión de los patriotas; Marino habiendo
efectuado la libertad de las provincias orientales,
mientras que Bolívar libertó las del occidente.
A fines del mes de Agosto, de 1813, solo Puerto
Cabello quedaba en posesión de los Españoles.
A esta época Bolivar envío á Monteverde una
bandera blanca, proponiendo un cambio de pri-
sioneros. Aunque el numero de prisioneros que
tenia Bolivar era mayor que el que tenia Monte-
verde, sin embargo aun asi el general Español se
obstinó en no querer tratar con Bolivar.
Monteverde habiendo recibido un refuerzo de
1200 tropas de España, y creyéndose baataute
347
fuerte para poder obrar en la ofensiva, atacó á los
patriotas en Aguacaliente, y fue completamente
derrotado. Casi todos los Españoles fueron Hu-
ertos ó hechos prisioneros ; y el mismo Monte-
verde fue mal herido en la acción. Sus tropas se
retiraron á Puerto Cabello ; y Salomón tomó su
mando en conseqüencia de la herida de Monte-
verde.
Bolívar hizo la mismo oferta á Salomón que
había hecho antes á Monteverde. Salomón, de-
terminó sobrepasar á su predecesor en falta de fe,
arrestó al raensagero, y le cargó de grillos en los
calabozos do Puerto Cabello. Isueta, su sucesor,
fue aun mas lexos ; para impedir que los sitiadores
hiciesen fuego sobre su linea, fexpuso los prisio-
neros Americanos al fuego de sus baterías, y du-
rante la noche los hecharon en pontones, donde
casi cinquenta morían á la vez de sofocación. Los
sitiadores retaliaron, exponiendo los prisioneros
Españoles delante de su linea de batalla. En-
tonces los Españoles condugeron quatro prisio-
neros Americanos en frente del campamento
Apiericano, y los afusilaron publicamente. Los
nombres de estos distinguidos patriotas son, Pel-
lín, Qsorio, Pointet, y el generoso Manuel Pulido.
Esto necesariamente cerró toda comunicación
entre las partes beligerantes.
La guarnición de Puerto Cabello se mantenía
aun; y aunque carecía de víveres, aun asi no
querían escuchar ningún termino de capitulación.
Los realistas de Cpro habiendo sido reforzados por
348
algunas tropas de Puerto Rico, hicieron una salida,
baxo el mando de Ceballos, y derrotaron á los pa-
triotas en Barquisimeto el 10 de Noviembre. Bo-
lívar marchó contra ellos, y les batió sucesivamente
en Vigirima, en Barbilla, y por ultimo en Araure
el 5 de Diciembre. La batalla de Barbula costó
caro á los patriotas, pues en ella perdieron al joven
Girardot, que se habia distinguido mucho en los
campos de Palacio, de Cúcuta, de Taguanes en
Venezuela, y de Bogotá en Nueva Granada. Bo-
lívar, llamado entonces el Libertador de Venezu-
ela, mando un duelo anual, en consideración de
esta perdida melancólica ; y se asignó una pensión
á la familia de Girardot para siempre.
Quando Bolívar entró en Venezuela, baxo la
protección del Congreso de Nueva Granada, reci-
bió ordenes de restablecer el Congreso Republi-
cano. Esto Bolívar no juzgo político; y el pays
continúo baxo un gobierno militar, durante el
tiempo que estubo en posesión de los patriotas.
Aunque Bolívar no abusó nunca del poder que
poseía, esto no sucedió asi respecto á sus oficiales
inferiores. El mejor de los gobiernos militares
es insoportable, y las opiniones contra él eran tan
decididas, que Bolívar resolvió, para aquietar
estos disturbios, convocar una asamblea de los
magistrados, dignitarios eclesiásticos, municipa-
lidad, colegios, comerciantes, y de todos los pro-
pietarios de tierra, el 2 de Enero de 1814. A
esta asamblea Bolívar dio cuenta de sus operar
ciones é intenciones al invadir Venezuela, y des-
949
pues resignó la autoridad suprema de que había
sido investido. Sin embargo, la asamblea le vol-
vió á investir con el poder dictatorio, á la suges-
tión de Don C. Hurtado de Mendoza, uno de los
mas firmes protectores de la causa de la indepen-
dencia, en la que fue segundado por Don A. Rod-
ríguez, presidente de la municipalidad, y Don
Alzum, hasta la reunión de las provincias de
Venezuela y de Nueva Granada baxo la misma
forma de gobierno.
Los Españoles no pudiendo subyugar la pro-
vincia de Venezuela, resolvieron arrasarla y des-
truirla. £1 gobernador de la Guiana, y los gefes
de Puerto Cabello, determinaron levantar los es-
clavos contra sus amos. Para efectuar este plan,
enviaron muchos partidarios al interior del pays.
Los mas molestos de estos eran Boves, Vanez,
Rosette, Puy, y Palomo. Los quatro primeros
eran Españoles; el ultimo un negro, que había
sido proscripto como ladrón y asesino. Como
Boves y Rósete recibían armas y municiones del
gobernador de Guiana, se hallaron en estado de
poner su plan en execucion en la parte oriental
de la provincia de Caracas. Puy y Palomo re-
cibían socorro de los gobernadores de Coro,
Puerto Cabello, y Maracaibo; y la parte occi-
dental de las provincias de Caracas, Varinas, Me-
rida, y Truxillo, fueron el teatro donde cometían
sus horrores. Tenían una correspondencia regu-
lar con los gefes Españoles; y algunas de sus
350
cartas cayeron en manos de Bolívar, que de este
modo descubrió toé» el plan.
Prometiendo la libertad á todos fttó escfartofi»
que en Venezuela subían á cerca de setenta mil,
y enlistando á todos aquellos foragidos que se
presentasen, que en un pays poco poblado, y que
había sido el teatro de la guerra por tres años,
eran muy numerosos, no fue difícil enlistar un •
cuerpo de hombres, que alarmaban! por su numero
y ferocidad. Por medios semejantes Puy y Pa-
lomo subyugaron á Varinas, Guanare, y algunas
otras ciudades. En Varinas, Puy cometió un acto
de crueldad que relataremos al lector, para Mos-
trar qual era el espíritu de que él y sus cámafadas
iban inspirados. Después de la batalla de Araúré»
en la que Cevallos fue batido, una división del
exercito de Bolívar marchó á Varinas, á cuya
plaza se había retirado Puy, temeroso de perder
su vida. Había mandado arrestar quinientas Se-
tenta y quatro personas, que consideraba como de-
safectas. De estas, quinientas fueron afusiladas sin
ninguna formalidad de juicio, quando uno de los
edecanes de Puy dio el alarma, asegurando que
se acercaban los Republicanos. Puy se informó
con ansia si tendría tiempo para afusilar los se-
tenta y quatro prisioneros restantes. El edecán
reápondio que no ; y de este modo se libraron de
la muerte. Poto tiempo después los Republica-
nos evaquaron Varinas, y Puy volvió á eíitrar,
esparciendo la desolación al rededor de si, y de-
gollando á todos sus habitantes.
351
Boves y Rósete dirigieron su marcha desde el
Orinoco á los valles de Tuy y Aragua. Los
horrores que cometieron eti su marcha son ape-
nas creíbles, y las edades futuras se pasmaran
al oir que tales monstruos existieron baxo la for-
ma humana. En una extensión de 400 millas,
desde las orillas del Orinoco hasta las inmedia-
ciones de Caracas, no ahorraron ni á una sola alma
viva de los que rehusaron seguirles. Por medios
tan desesperados levantaroil un cuerpo de 8000
hombres, dé los que tan solo 50 eran Europeos y
Canarios, algunos quantos mulatos, y el resto es-
clavob. Marchaban como un torrente destruyendo
quanto se les ponia por delante. Boves tomó
posesión dé La Victoria, Rósete de Ocumare, que
ion dos ciudades muy cerca de Caracas. Yanez
y Puy habiendo conquistado á Varinas, efectuaron
una unión con Boves y Rósete, á principios de
Febrero de 1814.
A esta época los prisioneros Españoles en La
Güayra y Caracas entraron en una conspiración
contra el Gobierno. Las tropas de Bolivar eran
pocas comparadas con las del enemigo ; y no se
atrevía á Sacar las guarniciones de La Guayra y
de Caracas, por miedo de que los prisioneros que
estaban alli no hiciesen alguna tentativa, y por
el temor de que los esclavos, que no estaban sino
demasiado dispuestos, se rebelasen contra sus
amos. Habiendo llegado al mismo tiempo la
noticia del degüello de los habitantes de Ocumare,
tres de los quales habian sido asesinados en la
8
352
iglesia, Bolívar, lleno de indignación, y su situa-
ción crítica agravada por cuidados tan agoni-
zantes, mandó, en un momento de frenesí, que
executasen á los prisioneros que estaban en su
poder, y cerca de 800 fueron afusilados en esta
ocasión. Quando el gobernador de Puerto Car
bello recibió noticia de ello, mandó que matasen
á todos los prisioneros en su posesión.
Bolívar se volvió á poner en campaña, y
derrotó á Boves en la Victoria ; el Coronel Rivas
derrotó á Rósete á las orillas del Tuy, y Yanez
fue muerto en Ospinos. Sin embargo, Boves y
Rósete volvieron á reunir sus fuerzas, y se diri-
gieron otra vez á Caracas. Marino, que había
marchado desde Cumana para reforzar á Bolívar,
y que se juntó con una división de sus tropas baxo
Montilla, rechazó á los realistas en Boca Chica*
Pocas días antes Bolívar había batido á los realis-
tas en Sn Mateo ; y estas dos victorias les obligaron
á levantar el sitio de Valencia.
Después de estas perdidas Boves se retiró á
Los Llanos ; y Cevallos, que mandaba el exercito
sitiador en Valencia, se retiró á Sn Carlos, adonde
fue perseguido por Marino ; pero habiendo sido
rechazado en un ataque que hizo el 1 6 de Abril,
se retiró á Valencia. Cagigal, que había sido
nombrado Capitán-General de Venezuela en lu-
gar de Monteverde, traxó refuerzos de Coro ; y
habiendo unido todas las divisiones baxo Cevallos,
Calzada,' y otros, se avanzó hacia esta ultima
plaza, con la intención de librar batalla á los
353
independientes. £1 28 de Mayo de 1814 los exer-
citos se encontraron. La batalla se mantubo con
la mayor obstinación de parte y de otra, pero por
fin la ventaja se volvió en favor de los indepen-
dientes : los realistas fueron completamente der-
rotados, perdieron muchas armas y municiones, y
dejaron 500 hombres en el campo de batalla
entre muertos, prisioneros, y heridos.
Bolívar, considerándose bastante seguro en la
posesión de Venezuela, volvió ahora su atención
hacia Coro y Los Llanos ; esperando destruir las
esperanzas de los realistas, si se apoderaba de
estos puntos, que era de donde los Españoles sa-
caban sus recursos. Para lograr este objeto, Ur-
daneta marchó contra Coro con 500 hombres ;
Marino se dirigió, con cosa del mismo numero,
contra S* Fernando de Apure en Varinas ; y el
general en gefe se quedó, con la otra tercera
parte de su exercito, para oponerse á Boves, que
había estado al combate de Carabobo, y que se
avanzaba con un numeroso cuerpo de caballería
contra Bolívar. Si los realistas hubiesen aguar-
dada á este cuerpo, hubieran quiza ganado esta
ultima batalla ; y si Bolívar no hubiere dividido
sus tropas, Boves hubiera sido indubitablemente
batido, por la superioridad de disciplina de los
patriotas.
Pocos días después, las tres divisiones del exer-
cito se hallaron muy distantes las unas de las
otras. Boves atacó á Bolívar, y le obligó, des-,
pues de muchas horas de combate, á abandonar
TOM. II. z
35*
el campo. Cagigal y Calzada* después de haber
juntado algunas de sus tropas dispersadas, ataca-
ron á la división de Marino, y le forzaron á re*
tirarse á Cumana, después de haber cortado su
comunicación con Caracas. Quañdo Urdatíeta
recibió inteligencia de estas derrotas, se hallaba
demasiado lexos para poder socorrer á Caracas j
de consiguiente se retiró con sus tropas á Cúcuta*
en las fronteras de S* Fé.
Desde este instante la confusión se mezcló
entre los patriotas. En aquel momento no había
ningún exercito para proteger á Caracas. £1
pueblo estaba descontento con él gobierno militar
de Bolívar ; y los habitantes de Los Llanos, desa-
probando la conducta de Don J. Campo Elias,
que hizo morir varios de sus compatriotas, que
había hecho prisioneros en un combate prece*
dente, tomaron abiertamente la causa de los rea*
listas» Levantaron el sitio de Puerto Cabello, y
el exercito se embarcó para Cumana, adonde Bo-
lívar se dirigió con el resto de sus tropas, seguido
de casi toda la población de Caracas, que temia
la cruel barbarie de Boves, y de sus sequaces.
Boves se avanzó sobre Caracas y La Guayra, que
se entregaron en el mes de Julio de 1814. Sin
embargo, Valencia se mantenía aun, y los realis*
tas la pusieron el sitio; pero la guarnición no
teniendo ninguna esperanza de socorro, aceptó
las condiciones de la capitulación de los sitiadores;
Como sabían quan grande era la falta de fé de los
gefes realistas, pidieron que se celebrase una misa
355
antomne delante de los dos exercitos, y que el ge-
neral realista tomase un juramento delante del sa-
cramento pera guardar religiosamente los términos
de la capitulación- Esto hedió» la ciudad fue
estregada ; ¡ y, pocas horas después, los oficiales
republicanos, con una gran parte de los soldados,
fueron afusilados !
Botos siguió y alcanzó al exercito patriota en
Barcelona, que derrotó en Araguita. La fortuna
no acompañaba ya mas á las armas de Bolivar ; y
los comandantes de su flotilla apostados para pro-
teger la costa, rehusaron obedecer á sus ordenes.
Considerando toda esperanza perdida, se embarcó
con algunos de sus oficiales escogidos para Carta*
gena. Rivas y Bermudez se separaron de él, y
se fueron á Maturin con algunas tropas. Altt
se reunieron á ellos todos los patriotas que sabían >
no hallarían quartel si tenían la desgracia de caer
en manos de loe realistas. Morales, y después
Boyes, les atacaron aWi, pero los dos fueron recha-
zados con grande perdida. Rivas y Bermudez
obtubieron muchas ventajas sobre los realistas en
varias acciones subseqüentes, pero los realistas
lograron por fin derrotarles en Úrica el 5 de
Diciembre de 1814. Entonces Maturin cayó en
su poder ; pero tubieron que lamentar la perdida
de su favorito Boves. Rivas fue hecho prisionero
y afusilado, y su cabeza enviada á Caracas, en
donde la expusieron publicamente. Bermudez
se embarcó para la isla de Margarita, donde man-
tubo el gobierno republicano, hasta la llegada
356
de la expedición de España baxo el mando de
Morillo.
Esta expedición consistía en 10,000 hombres,
embarcados en Cádiz en cerca de cinquenta trans-
portes, acompañados de dos fragatas. Este arma-
mento fue enviado por Fernando el bien amado,
que habia obtenido su libertad de Bonaparte, y
que dio un decreto en Junio de 1814, en el que
mandaba á los Americanos hechar ábaxo sus
armas. Toda esperanza de reconciliación habién-
dose ahora terminado; y muchos de los que
hasta aquel momento habían mantenido los dere-
chos de Fernando el VII. percibiendo que no
habia ninguna esperanza de alivio para sus males,
—que no habia ninguna alternativa sino la escla-
vitud ó la libertad, — se pusieron baxo el estan-
darte de la independencia.
Las noticias de la retirada del exercito de Po-
payan, de las victorias de Boves contra los re-
publicanos de Venezuela, y el restablecimiento
del rey Fernando, llegaron todas juntas al Con-
greso de Nueva Granada. Los peligros que ame-
nazaban la independencia del Sud de America se
mostraban ahora en sus verdaderos colores j y se
publicó una proclama, en la que después de reca-
pitular las vicisitudes de los exercitos de las
Repúblicas, y la situación de los negocios mili-
tares en Nueva Granada, exhortaba al pueblo á
hacer quantos esfuerzos estubiesen en su poder
para rechazar á los Españoles, que les reducirían
á aquel estado de abyecta esclavitud de la que
357
tan felizmente acababan de salir. Este docu-
mento es con fecha del 1 de Septiembre de 1814.
A pesar del estado critico de los negocios, Don
Bernardo Alvarez, que había reemplazado á Na-
riño en la presidencia de Cundinamarca, persistía
aun en no querer acceder á la confederación,
aunque tal conducta impedia llevar á efecto las
excelentes medidas que el Congreso tomaba para
la defensa de su paya. Alvarez informado que
la voz general en la provincia era contra él,
convino en enviar diputados para tratar con el
Congreso sobre la unión de S* Fé. Se concluyó
un tratado, pero que rehusó ratificar. Después
propuso una alianza, que el Congreso rehusó
aceptar.
A fines del año de 1814 Bolívar llegó á Tunja,
donde el Congreso tenia entonces sus sesiones.
Las provincias confederadas, que obraban baxo la
dirección del Gobierno General, determinaron
forzar á la provincia de Cundinamarca á some-
terse á su autoridad. Aquella división del exer-
cito de Venezuela, que se habia retirado á Cúcuta,
después de la derrota de Bolívar en La Puerta,
recibió ordenes de marchar á Tunja ; y habiendo
sido reforzada allí, marchó, baxo el mando de
Bolívar, contra Sto Fé, en Diciembre de 1814.
Dieron el asalto á la ciudad, y los principales ar-
rabales ya estaban en poder de Bolívar, quando
Alvarez aceptó la capitulación que se le habia
ofrecido, por la que se proponía, que Cundina-
marca sería reunida á las provincias confederadas,
«58
gozando de los mismos derechos y privilegios que
las demás. El Colegio Electoral se reunió, y
habiendo ratificado la capitulación, invitó xl Con-
greso á fixar su residencia aUi, lo que hizo poco
tiempo después.
El Congreso poseía ahora amplio poder* Pa-
saron varías disposiciones, que tendían á denles
mas vigor en su resistencia contra ke Españoles*
In vestieron con el poder ejecutivo á tres peñones»
Don R. Torices, García Rnbria, y M. Pey, muy
conocidos por sus principios republicanos, y por
sus talentos distinguidos. Al mismo tiempo pu-
blicaron varios decretos, que contenían reglamen-
tos para la elección délos miembros del Congreso,
&c. con otras varias sabias provisiones para la
economía interior del pays.
El Congreso tenia ahora buenas esperanzas
íu turas. Muchas de las cargas mas opresivas
del pueblo habían sido alzadas,; el pueblo es-
taba contento, y ponía confianza en la sabi-
duría y energía del Gobierno. Contribuían
todos con ardor á asistirle con sus personas y
propiedades, y los frailes Dominicos dieron un
noble exemplo de patriotismo, poniendo á la dis-
posición del Gobierno una gran parte de la plata
que habían estado recogiendo por muchos años, y
amontonando en el santuario de Chiqutnquira.
El Congreso, para evitar las intrigas de los Es-
pañoles, decretó su expulsión de las provincias
confederadas, dexandoles almismo tiempo la 4ibre
disposición de sus .propiedades.
359
El Congreso mandó refuerzos para Cabal, que
se estaba oponiendo, con el exercito de Popayan,
á la marcha de los realistas. También Urdaneta
recibió refuerzos para proteger la provincia de
Pamplona, que los realistas de Maracaibo habían
ameuudo amenazado de subyugan S* Marta era
el tercer territorio que poseían los realistas, y á
su reducción dirigía la confederación su principal
atención* £1 haber poseído S* Marta, hubiera
habilitado ai Congreso á hacer una vigorosa resis-
tencia á la expedición de Morillo, que en aquel
tiempo se estaba equipando en Cádiz, si hubiere
sido destinada contra Nueva Granada. Bolívar
fue nombrado Capitán General de los exercitos
de Nueva Granada y Venezuela, y mandaba las
tropas destinadas contra S* Marta. Pero las
diferencias que se levantaron en conseqüencia de
la oposición manifestada por el gobierno de Carta-
gena al nombramiento de Bolívar, y su resenti-
miento á tal oposición poniendo sitio á Cartagena,
deshicieron los planes del Congreso, é hicieron
mutiles ios esfuerzos de las provincias.
Los realistas obtvbieroh posesión de una gran
parte de la provincia, mientras que los indepen-
dientes estaban combatiendo á las mismas puertas
de la ciudad por enemistades particulares; y
Morillo llegó justamente á tiempo para aprove-
charse de la confusión que habían creado estos
disturbios civiles. Bolívar capituló con el Go~
bienio de Cartagena, y salió de la provincia j
desando á sus tropas para la defensa de la ciudad,
360
muy disminuidas por la guerra, y por la maligni-
dad del clima.
Morillo, aprovechándose de estas circunstan-
cias, puso el sitio á Cartagena, y el Gobierno de
Sto Fé no tenia en su poder el asistir á la ciudad*
Sin embargo, se hicieron muchos esfuerzos para,
resistir á los realistas, que invadían la provincia
en tres puntos diferentes. Cada individuo se
esforzó lo mas que pudo j pero la fuerza de los
realistas era tan grande, que ni todas las tropas
recogidas por los patriotas hubieran podido opo-
nerse á sus progresos. Cartagena fue tomada por
los realistas ; y á pesar de los esforzados combates
que libraron los patriotas en Cachiri y Los Reme-
dios, fueron batidos en todas las partes, y Morillo
hizo su entrada triunfante en Santa Fé de Bogotá
en Junio de 1816.
Sin embargo, los negocios de los realistas, á
pesar de sus victorias, no estaban en una condi-
ción nada floreciente, según parece por una carta
de Morillo al Ministro de la Guerra en España,
con fecha del 7 de Marzo de 1816, que se halló,
á bordo del buque La Leona, que iba á Cádiz
desde la Habana, quando fue capturado por una
fragata de Buenos Ayres. En ella se queja de
la resistencia obstinada que halló en todos los
parages, del aborrecimiento por el nombre Espa-
ñol, y del odio que reynaba, aun entre el clero,
por el Gobierno Español. Ademas de eso asegura
que era imposible esperar un feliz resultado ulte-
rior, ni retener en sujeción el pays, sin socorros
361
inmediatos de España de hombres, armas, y mu-
niciones.
En el entretanto Bolívar se había hecho á la
vela para la Jamaica, para armar una expedición
en favor de Cartagena. Con esta intención se
había dirigido á Aux Cayes, pero la captura de
Cartagena impidió la exeeucion de su plan, y otra
vez volvió su atención á Venezuela.
La demasiada arrogancia de los Españoles in-
dúxo á muchos Creollos, que al principio se hubi-
eran alistado baxo sus banderas, á juntarse con
los independientes, que se habían dispersado des-
pués de la batalla de Úrica, y que formaron un
cuerpo de guerrillas. Estos soldados, pues no
pueden llamarse tropas, mandados por Monagas,
Piar, Roxas, Saraza, Llanos, y otros, ocupaban el
interior de la provincia de Guiana, Cumana, Bar-
celona, Caracas, y Varinas, molestando á los des-
tacamentos Españoles que perseguían casualmente,
.y que amenudo derrotaban.
Tal era el estado de Venezuela, quando Ariz-
mendi levantó otra vez el estandarte de la rebelión
en la isla de Margarita ; y habiendo batido varias
á la guarnición Española, tomó posesión de una
parte de la isla, al mismo tiempo que Morillo
tomó la ciudad de Cartagena.
Bolívar, con la esperanza de mejores sucesos,
proyecto una expedición que asistiese á los patrio-
tas de Margarita ; y juntándose á Brion, natu-
ral de Curacoa, que había servido á bordo de la
flotilla de Venezuela, y que habia sido naturali-
362
zádo ciudadano de Cartagena por sus servicios £
aquella provincia, reunió los emigrantes de Ve-
nezuela, y parte de la guarnición que había eva-
cuado á Cartagena. Brioo, que era un hombre
hacendado» pagó ios gastos que se habían in-
currido; por esta razón se le dio el mando de
las fuerzas marítimas, que consistían en dos na-
vios de guerra y en trece transportes, la mayor
parte de ellos armados con cañones, y llevando á
bordo cerca de 1000 soldados. Se hicieron á la
vela de Aux Cayes á últimos de Marzo de 1816,
y á principios de Mayo desembarcaron en Mar-
garita, habiendo primero tomado dos navios de
guerra Españoles, después de un combate muy
sangriento, en el que Brioo fue herida Los
Españoles abandonaron casi toda la isla, no guar-
dando mas que el fuerte de Pampatar.
Desde Margarita, Bolívar se embarcó para Ca-
rupano, una ciudad á pocas leguas al oeste de
Cumana, de que desposeyó á los realistas ; y ha-
biendo armado muchas de las guerillas que vinie-
ron á juntarse con ¿i, se embarcaron para Ocu-
mare, que con Coroni son dos puertos situados en-
tre La Guayra y Puerto Cabello. Cerca de estos
puertos hay muchas plantaciones cultivadas por
esclavos. A estos Bolívar dirigió una prodama
ofreciéndoles su libertad, con fecha de Ocumare
el 6 de Julio de 1816. Después desembarcó
su vanguardia en Coroni, y él con el resto en
Ocumare* Sir Gregor M*Gregor, que mandaba
la vanguardia, tomó á Mar acay y á La Cabrera, y
363
proseguía su camino a La Victoria, quafldo Mo-
rales, que había sido despachado por Morillo á
Venezuela, habiendo recibido inteligencia de la
¿expedición de Bolívar» llegó justamente á tiempo
para oponerse á los patriotas. Morales, viendo el
«eser cito de Bolívar separado por varias leguas de
distancia, atae£ á la retaguardia, que Bolívar man-
daba en persona; y después de una sangrienta
acción, en la que los patriotas perdieron £00 hom-
bres, y sus mejores oficiales, Bolívar tubo que
volverse á embarcar. Sir Gregor M<Gregor, en
conseqüencia de la ausencia de Bolívar, cambio
su destinación anterior, y tomó el camino de Bar-
celona, por los llanos. Después de la derrota de
¿olivar se halló en un peligro inminente ; pero
que superó por su conocimiento del pays, y por
la confianza que inspiró á sus tropas*
Los realistas le persiguieron furiosamente des-
pués de .la derrota de Bolívar, y despacharon
-todas sus tropas para efectuar su destrucción,
cortado como estaba de quantos parages podía
esperar socorro. A pesar de eso logró rechazar
á los realistas en Alacrán, derrotándoles comple-
jamente en Juncal» Estas victorias le pusieron
«a posesión de Barcelona, por cuya via M 'Gregor
podía abrir una comunicación con los generales
patriotas en las provincias de Cumana y de
'Gutasa.
Los Españoles evacuaron á Pampatar el 2 de
Noviembre j y la isla de Margarita estando, en
364
conseqüencia de esto, enteramente libre, el Gene-
ral Arizmendi desbandó sus tropas, y salió para
reunirse con los patriotas en Barcelona. Bolívar,
que después de la derrota de Ocumare habia
vuelto á Aux Cayes, se hizo ál a vela, y desembar-
có en Margarita en Diciembre de 1816, trayendo
refuerzos consigo. Alli publicó. una proclama
convocando á los habitantes de Venezuela á un
Congreso General, y después fue á Barcelona, en
donde organizó un gobierno provisional. En esta
plaza fue atacado en Febrero y Marzo de 1817 i
pero les rechazó con mucha perdida.
£1 11 de Abril Piar derrotó á los realistas en
Guiana, obligándoles á encerrarse en Guiana la
Viga, y en la ciudad de Angostura. Paez obtu-
bo también ventajas considerables cerca de S0
Fernando de Apure, en un combate que tubo con
los realistas, que baxaban de S* Fé hasta 2000
en numero, baxo el mando de Morillo, para re-
forzar á los de Caracas. Sin embargo, los patrio*
tas perdieron la ciudad de Barcelona el 7 de
Abril.
Al siguiente mes llegó de España un refuerzo
de 1600 hombres. Sin embargo, Paez tomó po-
sesión de Calabozo; y de ese modo todos los
llanos de Guiana, Varinas, Cu mana, Barcelona, y
Caracas, estaban en poder de los patriotas.
£1 5 de Junio Brion se embarcó en Pampatar
con su esquadra, para co*operar con Bolívar y
Piar en el sitio á Angostura, que se entregó el 17
365
de Julio, después de un bloqueo riguroso desde
el 17 de Abril. Marino derrotó á los Españoles
á esta época cerca de Cariaco ; su perdida habi-
endo sido estimada á 400 hombres.
Morillo recibía ordenes positivas de Madrid
de apoderarse de la isla de Margarita. £1 Go-
bierno Español sabia quan importante era esta
isla, y percibía claramente que todos sus esfuer-
zos en Tierra Firme no valdrían mucho, mientras
que los patriotas mantubiesen su dominio en ella.
Su posición á una pequeña distancia del conti-
nente, el espíritu invencible y atrevido de sus
habitantes, resueltos por la causa de la indepen-
da, era un punto para los patriotas inapreciable,
los que iban constantemente en busca de hombres,
armas, municiones, &c. que recibían de Inglater-
ra, y en donde equipaban nuevas expediciones
contra la costa.
Era imposible impedir que tales expediciones
desembarcasen en las circunstancias en que se
hallaba Morillo, que tenia al frente una armada
considerable de patriotas. De consiguiente de-
terminó hacer un ataque sobre Margarita con un
cuerpo considerable de tropas. Habiendo, pues,
desembarcado allí, tomó posesión de Pampatar,
y de algunas otras plazas que los habitantes eva-
cuaron á su llegado. Se retiraron á las montañas ;
de donde baxaban en pequeñas partidas, haciendo
una guerra continua contra las fuerzas Españolas,
que sufrían mucho por falta de provisiones, la isla
siendo excesivamente estéril, y dependiendo del
366
continente en provisiones. Morillo no podiendo
obtener posesión de Ib Asumprion,. donde Gómez
el gobernador independiente se había retirados, se
vio forzado á abandonar la isla, después de haber
estado en ella mes y medio,, durante cuyo tiempo
cometió los actos mas horribles de crueldad y da
opresión.
En Octubre los independientes recibieron un
socorro muy oportuno de oficiales, soldados» mu-
niciones, &c, de Inglaterra.
A esta época se tubo un consejo de guerra para
juagar al General Piar, que tomó á Angostura»
Por el proceso parece que había tramado con los
Mulatos (él mismo era Mulato) para encender
una guerra civil, y ponerse á la cabeza de lo&
negocios, en oposición á Bolívar y á los blancos.
Se le halló culpable» y fue condenado á ser afusi-
lado. Sin embargo la perdida de un hombre
como Fiar, á quien la República debía tanto» era
muy sensible ; pero era indispensable, á una épo-
ca en que la unión era esencial para el feliz resul-
tado de la empresa de la independencia, casti-
gar severamente la menor infracción de aquella
unión.
En el mismo mes, Bolívar, que le reconocían
como Gefe Supremo, publicó una ley para la
distribución de la propiedad nacional entre sus
tropas, según el rango de que cada uno gozase
en el exercito. Esta distribución debía hacerse
por una diputación especial, de la que el Gobier-
no tendría la dirección.
867
En el mes precedente Bermudez dexó á An-
gostura, para quitar el mando á Marino, á quien
le formaron su causa por varió* actos de desobe-
diencia hacia el poder executivo. Fue, sin em-
bargo, reintegrado en su mando poco tiempo
después, habiendo ampliamente reconocido á Bo-
lívar por Gefe Supremo, tanto en lo civil como en
lo militar.
Bolívar, habiendo recibido un despacho de Sa-
raza, en el que le informaban que Morillo se había
avanzado á S* Sebastian de los Reyes, con el ob-
jeto de reunir sus fuerzas en Calabozo, sospendio
la expedición que estaba preparando contra SD
Efernando de Apure, y marchó contra Morillo
con 5000 hombres, dexando á Paez para que
continuase bloqueando á S* Fernando*
Bolívar antes de su salida organizó un gobier-
no provisional en Angostura, para la administra-
ción de los negocios, hasta que se pudiese insta-
lar un Congreso.
£1 31 de Enero de 1818 formó una unión con
Paez á las bocas del Apure. De allí se avanza-
ron contra Morillo, que estaba acampado en Ca-
labozo. Atacó á Morillo el 12 de Febrero, y le
forzó á tomar refugio en la ciudad. Los Espa-
ñoles perdieron su bagage, &c. La ciudad fue
después atacada por el exercito patriota, pero
Morillo la evaqúo durante la noche, y huyó.
Bolívar le perseguio inmediatamente ; y el 16 les
volvió á atacar en Sombrero, donde hubo un
combate muy reñido. Sin embargo logró por fin
368 \
forzarles á retirarse á Barbacoas, y de allí á Cu-
ma tagua.
Bolívar envío una división en pos de él, con la
que ocupó los valles de Aragua. Entonces Mo-
rillo juntó las guarniciones de LaGuayra, Puerto
Cabello, y Caracas, le atacó, y le obligó á retirar-
se á la Villa de Cura, de allí á La Puerta, man-
teniendp un fuego continuo. En este ultimo
pueblo, Morillo recibió una herida, que se creyó
por mucho tiempo sería mortal. Le atravesaron
el ingle con una lanza, y fue conducido á Valen-
cia en una hamaca*
Después de la batalla de Sombrera, Bolívar
despachó un cuerpo de tropas para reunirse con
Paez en el sitio de Sn Fernando, que los patriotas
tomaron habiendo sido evacuada precipitadamente
por los realistas, dexando todas sus municiones,
&c. en poder del enemigo.
Calzada, el general realista en Varinas, viendo
el exercito de Bolívar muy debilitado por el des-
tacamento que había enviado al socorro de Paez,
se avanzó para interceptar su comunicación con
los llanos. Dieron un combate que mantubieron
con mucha obstinación de los dos lados. Sin
embargo Bolívar perdió la batalla, y se vio obli-
gado á retirarse á Calabozo, adonde se le juntaron
Paez y Cedeño.
El 26 de Marzo, Paez derrotó á los realistas en
los altos de Ortiz, baxo La Torre, al que obligó
á retirarse á Valencia.
369
En Mayo, Morillo, que se había curado de la
herida, habiendo recogido sus fuerzas, dio bata-
lla á Paez en los llanote de Cojedos, que aunque
los dos oponentes pretendían igualmente á la vic-
toria, quedó por ultimo en favor de los realistas.
La caballería de Paez fue tan maltratada en la
acción que tubo, que retirarse al Apure á remon-
tarla, y de este modo no pudo penetrar hasta
Valencia. — En Sn José, antes de la batalla de
Cojedos, el Coronel López sorprendió á Bolívar,
y, si escapó vivo, lo debió á su buena fortuna.
Morales, el general Español, tubo, sin embar-
go, que evacuar á Calabozo, que había sido toma-
do por La Torre, y se retiró á Sombrero, en con-
seqüencia de una derrota que experimentó un
destacamento de tropas, que había enviado para
observar los movimientos del enemigo, en la que
trescientos carabineros reales fueron muertos y
hechos prisioneros.
Mientras que estos sucesos ocurrían en el inte-
rior, el General Marino tomó á Cariaco; y el
Almirante Brion, después de haber dispersado la
flotilla -Española, y tomado varios barcos en el
Orinoco, en los que hallaron algunas piezas de
artillería, 10,000 fusiles, y muchas municiones,
tomó á Guiana por sorpresa el 24 de Julio.
Morillo mudó su quartel-general de Valencia
á S* Carlos, en conseqüencia de que una divi-
sión del General Paez, baxo el mando del Coro-
nel Peña, batió un cuerpo muy grande de Espa-
ñoles cerca de Coro. El 25, Paez estaba en
TOM. II. a a
370
posesión de toda la provincia de Varinas, y de
todos los llanos baxos dé Caracas. Un cuerpo
escogido de Caballería penetró aun hasta Toru-
nos, donde destruyó un pequeño destacamento
de realistas, y prosiguió hasta la capital de Vari-
nas, que ocupó sin oposición. Calzada, el gene-
ral realista, si retiró sobre Guanare, con 1300
hombres.
Don Francisco Antonio Zea, que era Presi-
dente del Consejo de Gobierno, publicó la pro-
clama que aqui abaxo damos casi en sus mismas
palabras, y que debió haber sido insertada antes,
para haber guardado mejor el orden histórico, pero
que no lo hizimos por no interrumpir la narrativa
de las operaciones militares. Fue dirigida á los
oficiales y soldados Ingleses, que habian ido de
Inglaterra para juntarse con los independientes,
en el curso de este año.
República de Venezuela.
Francisco Antonio Zea, Presidente ad interim del Con-
sejo de Gobierno, Gefe del Departamento de Hacienda
en el Consejo de Estado, Intendente-General de loa
Exercitos de la República, &c.
A los oficiales Ingleses, oficiales sin nombramiento, y sol-
dados de la brigada de artillería, y de los quatro regimientos
enlistados baxo nuestras banderas :
Bien-venidos seáis en esta hora propicia, ilustres defensores
de la libertad ; bien-venidos seáis á los brazos de vuestros her-
manos, y al seno de vuestro pays adoptivo. Nuestros vale-
rosos marineros os fueron á recibir lexos de nuestras orillas,
371
y el héroe que les manda, extrangero como vosotros, podra
testificar si sabemos apreciar á los hombres valientes de todos
los payses, que vienen á asociarse á la gloriosa causa de núes*
tra independencia.
Esta causa es digna de vosotros: es la causa de la sabidu-
ría y de la industria, de las artes y del comercio — la sagrada
causa del trato social, y de consiguiente la de todas las na-
ciones y de todos los individuos. Lo es principalmente la de
vuestra nación, que, siendo la mas activa, industriosa, y co-
mercial, debe interesarse mas en que los Españoles, avari-
ciosos usurpadores de la mitad del mundo, la restituyan á la
rasa humana.
Este grande acto de justicia antes debe llamar la atención
de los gabinetes ilustrados, que la de ejércitos ; j pero nó sé
por que ¡fatalidad la Europa respecta un Gobierno que ha teni-
do la insolencia de insultaría, con el restablecimiento de la
inquisición, y de otras instituciones inhumanas, en faz de la
Real Sociedad de Londres, del Instituto de París, y de cien-
tos de academias y universidades! — Con dificultad podra
creer la posteridad, que la Europa civilizada ha tolerado en
su seno un Gobierno, que, prodigo de sangre, horrores, y de
estragos como en el siglo de Pizaro, arrasa, quema, devora,
y destruye, lo que, en el delirio de un dominio insensato, aca-
bara por privar á las naciones comerciales de las preciosas
producciones de nuestro vasto continente, y á nosotros del
producto de su industria y manufacturas.
Nuestra independencia puede tan solo terminar tantos
males : el mundo exige la independencia de America, y el dia
mas esclarecido de la humanidad será aquel en que se reco-
nozca. ' '
Este suceso memorable será/sin duda, la época roas distin-
guida de la historia. Un nuevo movimiento intelectual — un
nuevo impulso dado á la industria y á las artes, á la agricul-
tura y al comercio : — la America ofrecerá á la Europa mil
producciones nuevas — la Europa, en su turno, ofrecerá á la
America una infinidad de invenciones nuevas ;— tales serán
los frutos de nuestra independencia, y tales los lazos de amis-
tad que unirán el Nuevo Mundo con el Antiguo, en lugar de
372
la barbara cadena que le tiene amarrado tan solamente á Es-
paña. Rompámosla de una vez sobre la cabeza de su Go-
bierno, para que la misma España, libre como nosotros, pueda
participar en las ventajas, y reconciliarse con el genero bu-
mano.
Tal es la sublime empresa en la que os habéis embarcado
con nosotros, y á la que vamos conducidos por un gefe, cu-
bierto de gloría y lleno de virtud, generoso, magnánimo,
siempre patriota, siempre ciudadano, y siempre el mejor ami-
go de los defensores de la libertad. Volad baxo sus banderas,
seguidle en su marcha victoriosa ;-— no os inquietéis por vues-
tra fortuna, y la de vuestros hijos, á la que él mismo ha pro-
visto ; y, llenos solo de la idea de dar la libertad á la tierra de
Colon, abalanzaos con nosotros sobre los Españoles, y arrojé-
mosles de nuestro territorio en el Mar de las Antillas I—Mos-
tremos de una vez lo que puede un exercito compuesto de
Ingleses y Venezuelanos !
Sto Tomas de Nueva Guiana, el 6 de Marzo de 1818;
8™ de la Independencia. Francisco Antonio Zea.
Thomas Richards, Sec. del Consejo de Gobierno.
Bolívar salió en Octubre para juntarse con el
exercito, habiendo nombrado un Consejo de Go-
bierno para las relaciones extrangeras durante su
ausencia, compuesto de Urdaneta, del director-
general Roscio, y del intendente Peñalver. Tam-
bién se publicaron ordenes para la reunión de un
Congreso, que debía instalarse en Caracas, si tal
cosa fuese practicable, y si no, en Angostura.
El 20 de Noviembre Bolivar volvió á Angos-
tura, en conseqüencia de una derrota que Marino
sostubo en Cumana, y que le obligó á cambiar de
plan. De aqui salió para irse á juntar con la
división de Paez.
873
Cedeño desalojó á los Españoles de Tofralva,
donde tenían 400 hombres j y Santander marchó,
con el exercito destinado contra Santa Fé, hacia
Nueva Granada» y el 1 de Octubre llegó á Poré,
en donde hecho una proclama, exhortando á los
habitantes á enlistarse baxo sus banderas. La
comunicación entre Cartagena y Bogotá se halla-
ba completamente interceptada por tres partidas
de guerrillas, que obraban á las orillas del Mag-
dalena.
En Popayan un cuerpo considerable de pa-
triotas se reunió, y el virey Samano tubo que
reunir todas sus fuerzas.
El 15 de Febrero de 1819 el Congreso fue ins-
talado, la siguiente siendo una relación oficial
publicada en Angostura, y traducida del Ingles ;
á la que hemos añadido algunos extractos de la
justamente celebre oración del General Bolivar,
en la sesión del 19 de Febrero j y también al-
gunos de la del SOT Zea, al ser nombrado Presi-
dente del Congreso.
Acta de Instalación del Segundo Congreso de
Venezuela.
En la ciudad de Sto Tomas de Angostura, el
15 del mes de Febrero, *n el A. D. 1819, el 9no
de la Independencia de Venezuela, á las diez y
inedia de la mañana, se reunieron, en virtud de
una citación del Gefe Supremo de la República,
Simón Bolívar, en el Palacio del Gobierno, para
S74
la instalación del Soberano Congreso Nacional,
convocado por el dicho Gefe Supremo* el 22 de
Octubre ultimo, los Diputados, cuyos nombres
son los siguientes : —
Nombrados por la parte libre de Venezuela.
Por la provincia de Caracas :
£1 Dr Juan Germán Roscio.
£1 Dr Luis Tomas Peraza.
£1 Licenciado José España.
Don Onofre Básalo.
Don Francisco Antonio Zea.
Por la provincia de Barcelona :
£1 Coronel Francisco Parejo.
£1 Coronel P. Eduardo Hur-
tado.
£1 Licenciado Diego Bautis-
ta Urbaneja.
£1 Licenciado Ramón Garcia
Cádiz.
Don Diego Antonio Alcalá.
Por la provincia de Cumana ;
£1 General en Gefe, Santiago
Marino.
£1 Brigadier Tomas Mon-
tilla.
£1 Dr Juan Martínez.
£1 Coronel Diego Vallenilla.
Por la provincia de Fariñas :
El Dr Ramón Ignacio Mén-
dez.
£1 Coronel Miguel Guerrero.
£1 General de División, R.
Urdaneta.
£1 Dr Antonio María Bri-
cen o.
Por la provincia de Guayana:
Don £u8ebio Afanador.
Don Juan Vicente Cardozo.
El Intendente del exercito,
F. Peñalver.
£1 Brigadier P. L. Torres.
Por la provincia de Margarita c
£1 Licenciado Gaspar Mar-
cana.
El Dr Manuel Palacio.
£1 Licenciado Domingo Al-
zuru.
Don José de Jesús Guevara.
Y aunque faltaban quatro diputados para com-
poner los treinta de que el Congreso debia con-
sistir, la instalación, en virtud de la regla de con-
vocación, que no requiere mas que las dos terce-
ras partes de los representantes, se hizo con las
formalidades y ceremonias siguientes :— -
375
A las once las salvas de tres cañones anuncia-
ron la llegada del Gefe Supremo, acompañado de
su estado mayor, del gobernador de la plaza, del
comandante de la provincia, y de todos los gefes
y oficiales de esta ciudad. Los diputados salie-
ron á recibir á su Excelencia hasta afuera de
las puertas del palacio, le condugeron á la sala
que se babia preparado para las sesiones, y le pu-
sieron en la silla baxo el solio nacional. £1 con-
curso de ciudadanos y de extrangeros de distin-
ción era inmenso.
£1 Gefe Supremo abrió la sesión leyendo una
larga oración, cuyo objeto principal era explicar
los principios fundamentales del proyecto de una
constitución que presentaba al Congreso, y mos-
trar que era la mas adaptada para el pays. Habló
poco de su administración baxo las circunstancias
mas arduas, intimando que los secretarios de es-
tado darían una relación de sus departamentos
respectivos, y mostrarían los documentos necesa-
rios para ilustrar el verdadero estado actual de la
República ; y no se extendió sino al recomendar
al Congreso la confirmación de la libertad conce-
dida á los esclavos, sin ninguna restricción, — la
institución de la Orden de Libertadores,— y la
ley para la división de la propiedad nacional entre
los defensores de su pays, como la única recom-
pensa por sus heroicos servicios. También en-
cargó al Congreso, del modo mas particular, de
volver toda su atención hacia la fundación de la
deuda nacional, y de proveer medios para su
S?6
pronta extinción, como lo pedia el honor» el re-
conocimiento, y la justicia.
Al fin de su oración, anadio, " El Congreso de
Venezuela está instalado j— en él se halla inves-
tido, desde este instante, la soberanía nacional :
mi espada, (empuñándola), y las de mis ilustres
compañeros de armas, están siempre prestas para
mantener su augusta autoridad. ¡ Viva el Con-
greso de Venezuela !" A esta espresion, varías
veces repetida por el concurso, hicieron una des-
carga de artillería.
£1 Gefe Supremo invitó al Congreso procediese
á la elección de un Presidente ad interim, para
que pusiese en sus manos el mando. £1 diputado
Francisco Antonio Zea habiendo sido unanima-
mente eligido, su Excelencia tomó su juramento
sobre los Santos Evangelios, en lo que fue seguido
por todos los diputados, uno por uno. Quando
su Excelencia hubo tomado el juramento, puso al
Presidente en la misma silla que él había ocupado
baxo del solio, y dirigiéndose á los militares, dixo,
" Generales, gefes, y oficiales, compañeros de
armas, no somos mas que simples ciudadanos,
' hasta que el Supremo Congreso se digne emplear-
nos en las clases, y grados que mas guste : con-
tando con vuestra sumisión, voy á darles, en nom-
bre vuestro' y mió, la prueba mas manifiesta de
nuestra obediencia, entregándoles el mando que
se me habia confiado." Al cabo de lo qual, acer-
cándose al presidente del Congreso, y presentán-
dole su bastón, continuó, " Devuelvo á la Re-
j
377
publica el bastón de general que me confio: —
servir en qualesquier rango ó clase que el Con-
greso se digne ponerme, no puede menos de ser
honroso : en él daré un exemplo de aquella sub-
ordinación y ciega obediencia, que debe caracte-
rizar á todos los soldados de la República/' El
Presidente dixo, dirigiéndose al Congreso, " La
confirmación de todos los rangos y empleos con-
feridos por su Excelencia el General Simón Bolí-
var, durante su mando, no parece admitir de nin-
guna discusión j sin embargo, yo pido la aproba-
ción expresa del Congreso para declararlo asi*
¿ Es de la opinión del Congreso, que los grados y
empleos conferidos por su Excelencia el General
Simón Bolivar, Gefe Supremo de la República,
sean confirmados ?" Todos los diputados se le-
vantaron, y digeron, Sí ; y el Presidente continúo,
" El Congreso General de la República confirma,
en la persona de su Excelencia el Capitán General
Simón Bolivar, todos los grados y empleos que
confirió durante su gobierno j" y volviéndole el
bastón, le puso en el asiento á su derecha. Des-
pués de un silencio de algunos minutos, el Pre-
sidente habló poco mas ó menos del modo que
sigue :—
" Todas las naciones y todos los imperios fue-
ron pequeños y débiles en su infancia, como lo
son también los hombres á quienes deben su origen.
Aquellas grandes ciudades, que aun encienden la
imaginación, Memphis, Palmyra, Thebes, Alex-
andria, Tyro, y aun hasta#la misma capital de
378
Bel us y Semiramis, y tu también orgullosa Roma,
dueña del universo» no eran en su principio mas
que unos lugarcillos pobres y miserables. No fue
en el Capitolio, ni en el palacio de Agripa, ni en
el de Trajano, pero fue en una choza solitaria,
baxo un tejado de paja, que Romulo, grosera*
mente vestido, trazó la capital del mundo, y
hecho los fundamentos de su poderoso imperio.
Nada brillaba allí sino su ingenio,— nada había
de grande sino él mismo. No es por el lustre,
ni por la magnificencia de nuestra instalación»
pero por los medios inmensos que nos ha dado la
naturaleza, y por los inmensos planes que formemos
para aprovecharnos de ellos, que debe medirse el
poder y grandeza futura de nuestra República*
El esplendor sin arte del noble acto de patriotis-
mo que el General Bolivar ha dado, un exemplo
tan ilustre y memorable, fixa en esta solemnidad
un carácter de antigüedad, que presagia los altos
destinos de nuestro pays. Jamas presentó Roma,
ni Atenas, ni aun Esparta, en sus días mas puros
de heroísmo y virtud publica, una escena tan su-
blime é interesante. La imaginación se eleva al
contemplarla, los siglos y las distancias desapare-
cen, y nos creemos contemporáneos de los Aris-
tides, de los Phociones, de los Camilos, y de los
jEpaminondas de otras edades. La misma filan-
tropía, y los mismos sentimientos liberales, que
unían á los gefes republicanos de la antigüedad,
con aquellos emperadores benéficos, Vespasiano,
Tito, Trajano, y Marco Aurelio, que tan digna-
379
mente siguieron el mismo sendero, podran á su
Jado á este modesto General, y con ellos brillara
en la historia, y recibirá las bendiciones de la
posteridad. Ahora no es quando puede debida-
mente apreciarse el sublime rasgo de virtud pa-
triótica de que acabamos de ser testigos, y de ad-
mirar ;— quando nuestras instituciones hayan re-
cibido la sanción del tiempo, quando todo lo que
es baxo, y todo lo que es chico en nuestros dias,
— las pasiones, los intereses, las vanidades, — ha-
yan desaparecido, y que solo queden los hechos
grandes y los hombres grandes, entonces recibirá
la abdicación del General Bolívar toda la justicia
que tan dignamente se merece, y su nombre será
pronunciado con orgullo en Venezuela, y con ve-
neración por todo el universo. Olvidando quanto
ha hecho por el establecimiento de nuestras liber-
tades,—ocho años de aflicciones y de peligros, —
él sacrificio de su fortuna y de su reposo, — fati-
gas y males inexpresibles— esfuerzos de que ape-
nas se halla en la historia un exemplo semejante,
—aquella constancia, prueba contra todos los re-
veses—aquella firmeza invencible, de no desespe-
rar nunca de la salvación de nuestra patria, aun
al momento que la veia subyugada, y él mismo
solo, y abandonado ; — digo, que olvidando tantos
derechos á la inmortalidad, fixa toda su atención
á lo que hemos visto y admirado. Si hubiere re-
nunciado la autoridad suprema quando no pre-
sentaba mas que penas y peligros, quando atraia
sobre su cabeza insultos y calumnias, y quando
380
no parecía mas que un nombre sin ningún sen-
tido, aunque no hubiese sido loable, hubiese, á
lo menos, sido prudente ; pero el hacerlo quando
la autoridad comienza á tener algunos atractivos
á los ojos de la ambición, y quando todo presagia
un éxito pronto y feliz según nuestros deseos, y
el hacerlo espontáneamente, y por el puro amor
de la libertad, es un hecho tan heroico y esplen-
dido, que dudo haga tenido jamas otro igual, y
desespero que sea jamas imitado. ¡ Pero que !
¿permitiremos que el. General Bolívar se eleve
tanto sobre sus conciudadanos que les oprima
con su gloria, y que no tratemos, á lo menos, de
competir con él en sentimientos nobles y patrio-
ticos, no permitiéndole salir del recinto de esta
augusta asamblea sin volverle á investir de aque-
lla misma autoridad de que se ha despojado para
mantener inviolable la libertad, pero que en efec-
to era el modo de hacerla peligrar ?" — " No, no,"
replicó el General Bolívar, con vivacidad y ener-
gía, " Jamas, jamas volvere á tomar sobre mi una
autoridad, que de corazón he renunciado para
siempre por principio y sentimiento." Aqui pro-
seguio mostrando los peligros á los que se expo-
nía la libertad, continuando por mucho tiempo
en el mistrib hombre la autorida suprema j mostró
la necesidad de guardarse contra las miras de las
personas ambiciosas, y aun contra la suya propia,
no pudiendo estar seguro de pensar y obrar siem-
pre del mismo modo ; y concluyó su oración pro-
testando, del tono mas fuerte y decidido, que en
381
ningún caso» y por ninguna consideración» volvería
á aceptar una autoridad á la que había renunciado
tan sincera y cordialraente, para mejor asegurar
á su patria los beneficios de la libertad. Su re-
plica acabada» rogó se le permitiese retirar ; á lo
que el Presidente accedió» nombrando una dipu-
tación de diez miembros para conducirle.
Después hubo una discusión en el Congreso
sobre el nombramiento de un Presidente interino
de la República ; pero habiendo ocurrido varias
dificultades en la elección» se convino que el Ge-
neral Bolivar exerciese ese poder por 24 horas ó
á lo mas 48 ; y le enviaron una diputación» con
el General Marino á su cabeza, para comunicarle
esta resolución. El General Bolivar replicó» que
solo aceptaba el encargo en consideración de la
urgencia del caso, y baxo la precisa condición
que no seria mas que por el tiempo señalado.
Este importante negocio habiendo sido con-
cluido» y haciéndose demasiado tarde, el Sobera-
no Congreso resolvió reunirse á la mañana del
dia siguiente , y todos los miembros se dirigieron
á la iglesia catedral, acompañados del poder exe-
cutivo» del estado mayor» de los generales» gefes,
y oficiales del exercito y de la plaza» á dar gracias
al Todo-Poderoso por sus mercedes en haberles
concedido la feliz reunión de la representación
nacional» para fixar el de la República» dándola
una constitución, capaz de elevarla al colmo de
la gloria al que le destinó la naturaleza.
382
El Presidente declaró concluida la sesión de la
instalación del Supremo Congreso de Venezuela,
y propuso que el Acta se firmase por todos los
diputados, y por el Gefe Supremo, que habia
aquel mismo día entregado su autoridad, y que
fuese contra-firmada por el secretario nombrado
interinamente para ese fin*
Simón Bolívar.
Francisco Antonio Zea.
Juan Germán Roscio.
Luis Tomas Peraza.
José España.
Onofre básalo.
Francisco Parejo.
Eduardo Hurtado.
Ramón García Cádiz.
Diego Antonio Alcalá.
Tomas Montilla.
Juan Martínez.
Santiago Marino.
Diego Vallenilla.
Ramón Ignacio Méndez.
Miguel Guerrero.
Rafael Urdaneta.
Antonio María Briceño.
Ensebio Afanador.
Juan Vicente Cardozo.
Fernando Peñalver.
Pedro León Torres.
Gaspar Marcana.
Manuel Palacio.
Domingo Alzuru.
José de Jesús Guevara.
Diputado Secretario, ad interim, Diego Bautista Urbaneja.
Palacio del Congreso Nacional en Angostura, el 17 de
Febrero de 1819. — Que se comunique al Supremo Poder
Executivo para su publicación y circulación.
Francisco Antonio Zea, Presidente.
Diego Bautista Urbaneja, Secretario.
En el Palacio del Gobierno, á 18 de Febrero de 1819. —
Imprimase, publiquese, y comuniqúese á los gefes de las pro*
vincias libres, y de las municipalidades.
Simón Bolívar.
Pedro B. Méndez,
Secretario de Estado.
383
Harenga del General Bolívar al Congreso
de Venezuela* traducida del Ingles.
Señores. — Me considero uno de los seres mas favorecidos
de la Divina Providencia, al tener el honor de reunir los
Representantes de Venezuela en este augusto Congreso, el
único manantial de autoridad legitima, el deposito de la vo-
luntad soberana, y el arbitro del destino de la nación.
Al devolver á los Representantes del pueblo el poder su-
premo que me fue confiado, satisfago á los deseos de mi cora-
zón, y calmo los de mis conciudadanos, y los de las genera-
ciones futuras, que esperan todo de vuestra sabiduría, recti-
tud, y prudencia. Al llenar este delicioso deber, me liberto
de la ilimitada autoridad que me oprime, y también de la in-
mensa responsabilidad que pesa sobre mis débiles manos.
Una necesidad imperativa, junto con un deseo fuertemente
expresado de la parte del pueblo, pudieron solamente indu-
cirme á tomar sobre mi la terrible y peligrosa carga de dic-
tador, de gefe supremo de la República. A lo menos, ahora
respiro al volver la autoridad, que con tanto peligro, dificul-
tad, y trabaxo, he mantenido, en medio de tan horrendas ca-
lamidades como han podido jamas afligir á un cuerpo social.
En la época en que presidi sobre la República, no era
tan solo una tormenta política la que desolaba, durante una
guerra sanguinaria, en un tiempo de anarquía popular, pero
era la tempestad del desierto, un torbellino de todos los ele-
mentos desorganizados, el despeño de un torrente infernal
que inundó la tierra de Venezuela. ¡ Un hombre, y un hom-
bre como yo ! ¿ que diques, que resistencia podia oponer á una
devastación tan furiosa ? En medio de un mar de aflicciones
y males, no fui mas que el miserable juguete del huracán re-
volucionario, impelido de aqui allí como el ave del océano.
Yo no podia hacer ni mal ni bien ; un poder irresistible, indepen-
diente de toda dirección humana, conducía la marcha de nues-
tros destinos ; y el pretender que yo fui el primer móvil de los
sucesos que han ocurrido, seria injusto, y seria darme una im-
7
384
portancia que no me merezco. ¿ Deseáis saber qual fue el
origen de aquellas ocurrencias, y de nuestra situación pre-
sente ? Consultad los anales de España» de America, y de
Venezuela; examinad las leyes de Indias» la conducta de
vuestros antiguos gobernadores» el influxo de la religión, y
del dominio extrangero ; observad los primeros actos del Go-
bierno Republicano» la ferocidad de vuestros enemigos, y el
carácter nacional. Repito otra vez» que no me puedo consi-
derar mas que como el mero instrumento de las grandes
causas que se. han operado en nuestro paye. Mi vida» mi con-
ducta, todas mis acciones publicas y privadas están, sin em-
bargo, delante del pueblo — y, Representantes, vuestro deber
es juzgar de ellas. Someto á vuestra decisión imparcial el
modo con que he executado mi autoridad, y no añadiré nada
para excusar — pero ya he dicho lo suficiente para mi justifi-
cación. Si mereciese vuestra aprobación, habré adquirido el
sublime titulo de buen ciudadano, que yo prefiero al de liber-
tador» que Venezuela ha conferido sobre mi ; al de pacifica-
dor, que me ha dado Cundinamarca ; y á todos quantos el
universo pudiese conferir.
¡ Legisladores ! — Yo deposito en vuestras manos el mando
supremo de Venezuela, y es ahora vuestro sagrado deber el
consagraros á la felicidad de la República; en vuestras manos
está la balanza de nuestro destino, y los medios de nuestra
gloria. — Vosotros confirmareis los decretos que establecen
nuestra libertad.
£1 supremo gefe de la República no es, á este momento»
mas que un simple ciudadano, — y tal desea pontinuar hasta
su ultima hora. Sin embargo, servirá en los exercitos de
Venezuela, mientras que un enemigo pise su suelo.
Nuqstro pays contiene en su seno muchos hijos meritorios»
capaces de dirigirla. Los talentos, la virtud, la experiencia,
y quanto se necesita» para bien gobernar á un pueblo libre»
son el patrimonio tanto de muchos de los que en esta augusta
asamblea representan al pueblo» como de los que se hallan
afuera de ella. Se pueden hallar ciudadanos que han dado»
en todos tiempos, pruebas de su valor al combatir contra los
peligros, de su prudencia en evitarles, y en una palabra, del
385
arte de gobernarse a si mismos, y de gobernar á los otros.
Estos ilustres personages merecen, indudablemente, los sufra-
gios del Congreso, y que se les confíe aquel gobierno, que
yo, con tanta cordialidad y sinceridad» acabo de renunciar
para siempre.
La continuación de la autoridad en un mismo individuo, ha
sido freqüentemente el sepulcro de los gobiernos demo-
cráticos. Las freqüentes elecciones son esenciales en siste-
mas populares, pues no hay nada mas peligroso que permitir
que un ciudadano continué investido con el poder por mucho
tiempo ; el pueblo acostumbrado á obedecer, y él á madar,
da origen á la usurpación y á la tiranía. Una sospecha rigo-
rosa es la garantía de la libertad republicana, y los ciuda-
danos de Venezuela deben temer, con la mayor justicia, que el
mismo magistrado que les ha gobernado por tanto tiempo,
les gobierne siempre.
Confío, que por este acto de adhesión á la libertad de mi
paya» podre aspirar á la gloria de ser contado como uno de
sus mas fíeles amantes.
Permítaseme, Señores, exponer respetuosamente, y con la
franqueza de un verdadero republicano, un bosquejo de un
proyecto de constitución, que me tomo la libertad de ofrecer,
como un testimonio de la sinceridad y candor de mis senti-
mientos. Como en él se trata de la seguridad publica, me.
atrevo á creer, que, tengo el derecho- de ser oido por los re-
presentantes del pueblo. Estoy bien persuadido, que vuestra
sabiduría no tiene necesidad de consejeros, y ademas de eso
estoy igualmente convencido, que mi proyecto parecerá erro-
neo é impracticable ; pero, Señores, dígnense Ustedes acep-
tar bondadosamente esta obra, que antes es un tributo de mi
sincera sumisión hacia el Congreso, que la producción de una
▼anidad presumptuosa. Ademas de eso, vuestra instalación,
constituyendo la creación de un cuerpo político, y aun, se
puede decir, la creación de toda una comunidad, rodeada por
quantos inconvenientes puede presentar una situación la mas
crítica y singular, quiza la voz de un ciudadano podra indi**
car en donde se oculta el peligro.
TOM. II. B b
.386
■
Hechando una mirada sobre lo pasado, veremos qual debe
ser la base de la República de Venezuela.
La separación de America de la monarquía Española se
parece al estado del Imperio Romano, quando aquella enorme
masa se arruinó en medio del antiguo mundo. Cada desmem-
bramiento formó entonces una nación independiente, confor-
me á su situación é intereses ; pero con la diferencia que estas
asociaciones volvieron á sus principios originales. Nosotros
no retenemos ningún vestigio de lo que eramos antiguamente :
no somos Europeos, no somos Indios, pero una raza medí*'
entre los Indígenas y los Españoles. Americanos por nací-
miento, y Europeos en derechos, nos hallamos en» el extraor-
dinario predicamento de disputar con los naturales nuestro
privilegio de posesión, y de mantenernos en el pays en que
nacimos contra los esfuerzos de los invasores originales, y de
este modo nuestra situación es la mas extraordinaria y com-
plicada.
Ademas de eso, nuestro destino ha sido siempre puramente
pasivo; nuestra existencia politica ha sido siempre nugatoria ;
y de consiguiente nosotros hallamos mas dificultades que la de
vencer en el establecimiento de nuestras libertades, habiendo
continuado hasta ahora en un grado mas baxo de degradación
que la misma servidumbre ; y no solo hemos estado privados
de nuestra libertad» sino que siquiera hemos sufrido una
tiranta bastante activa y dominante, que hubiese excitado sen-
timientos de indignación.
Permítaseme explicar la paradoxa: — En el exercioio de un
poder absoluto autorizado, no hay limites : la voluntad del
despota es ley suprema ; arbitrariamente executada por infe-
riores, que participan en la organizada opresión, en propor-
ción de la autoridad que poseen, estandoles confiadas todas
las funciones civiles, políticas, militares, y religiosas. La
America las recibía todas de España, no tenia la practica y
exercicio de una tiranía activa, y no se la permitía participar
en la administración de sus negocios domésticos, y disposi-
ciones interiores.
Este estado abyecto de depresión nos impedia saber qual
era el curso de los negocios públicos, y por eso gozábamos
387
4
ta» poco de aquella conseqüencia y respeto personal, que da
á los ojos del pueblo la pompa de la autoridad, y que tan im-
portante es en las grandes revoluciones. Vuelvo á decir, que
estábamos abstraídos y ausentes del mundo, en quanto teñí*
referencia á la ciencia del gobierno. El pueblo de America
uncido al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía, y del
vicio, no podia obtener ciencia, poder, 6 virtud.
Discípulos de maestros tan perniciosos— las lecciones que
recibíamos, y los exemplos que seguíamos, eran los mas des-
tructivos. Estábamos mas gobernados por el engaño y la
perfidia que por la fuerza ; y estábamos mas degradados por
el vicio, que por la superstición. La esclavitud es la hija de
las tinieblas, y una persona ignorante es por lo general el
ciego instrumento de su ruina: la ambición y la intrigase
aprovechan de la credulidad, y de la inexperiencia de hom-
bres totalmente ignorantes de todos los principios de econo-
mía política y civil : los ignorantes adoptan como realidad lo
que no es sino pura ilusión — toman la licencia por la libertad,
la traición por el patriotismo, y la venganza por la justicia.
Si un pueblo corrompido obtubiese la libertad, no tardaría
mucho en perderla ; pues en vano la luz de la experiencia
le muestra que la dicha consiste en la practica de las virtudes,
y que el gobierno de las leyes es mas poderoso que el de los
tiranos, porque son mas inflexibles, y que todos tienen que
someterse á su severidad saludable ; que las buenas costum-
bres, y no la fuerza, constituyen los pilares de la ley ; y que
el exercicio de la justicia es el exercício de la libertad.
De este modo, Legisladores! nuestra tarea es tanto mas
ardua, temando que tratar con hombres corrompidos por las
ilusiones del error, y por incentivos dañosos. La libertad»
dice Rousseau, es un alimento suculento, pero difícil de di-
gerir. Nuestros frágiles y débiles conciudadanos tendrán que
aumentar en grado superior su fuerza de animo, antes que se
hallen en estado de digerir el alimento saludable de la liber-
tad. Con miembros entorpecidos por los grillos, y con una
vista debilitada por la obscuridad de los calabozos, ¿serán
capazes de marchar con p^so firme hacia el augusto templo
388
de la Libertad? ¿Serán capases de soportar sus brillantes
rayos ; 6 de respirar libremente el puro ether que reyna allí?
¡ Legisladores ! — Considerad bien el objeto de vuestra elec-
ción ; tened siempre presente que vais á formar leyes funda-
mentales para un pueblo incipiente, al que, si proporcionaseis
la base de la estructura según se debe esperar, llegara á aquel
grado de elevación al que la naturaleza le llama. Si el Genio
tutelar de Venezuela no dirige vuestra elección, y no os ins-
pira aquella prudencia y acierto necesarios para escoger la
forma de gobierno que vais á adoptar para la felicidad del
pueblo — si no fixais sobre una que sea buena, creedme, la es-
clavitud será su resultado.
Los anales de otras edades nos presentan una inmensa va-
riedad de gobiernos : atraed á vuestra memoria las naciones
que han sido mas celebres en la historia del mundo, y con
aflicción observareis, que casi toda la tierra ha sido, y es, la
victima de sus gobiernos. Hallareis muchos sistemas para
gobernar á los hombres, pero mas aun para oprimirles ; y si
la costumbre de ver la raza humana conducida por los pas-
tores del pueblo no disminuyese el horror de un espectá-
culo tan detestable, nos chocaríamos al observar nuestras
dóciles especies vegetar sobre la faz de la tierra," como el ga-
nado del campo, destinado para el usó de sus crueles amos.
No hay duda que la naturaleza nos dota al nacer de cierta
inclinación hacia la libertad ; pero ya sea por floxedad 6 por
alguna otra causa, es un hecho positivo, que no se mueve
baxo las redes que hechan sobre ella. Al contemplarla en
este estado de prostitución, parecería que tenemos razón de
persuadirnos, que la mayoría de los hombres consideran cómo
cierta aquella máxima humillante, de que es mas difícil mante-
ner el equilibrio de la libertad, que sostener el peso de la ti-
ranía. ¡ Ojala que esta máxima, tan contraria á la naturaleza,
fuese falsa ! ¡ Ojala que esta máxima no hubiese sido sancio-
nada por la indolencia del genero humano respecto á sus de-
' rechos los mas sagrados !
• Muchas naciones antiguas y modernas han sacudido el
yugo de la opresión, pero muy pocas han sabido gozar de los
preciosos momentos de la libertad ; pronto han vuelto á sus
389
i ■
antiguos vicios políticos, pues et pueblo atrae sobre si la tira-
nía mas amenudo que el gobierno. £1 habito de la sumisión
les hace insensibles á los epcantos del honor y de la prospe-
ridad nacional, y les hace mirar con indiferencia la gloria de
ser libre baxo la protección de leyes dictadas por su voluntad
propia. La historia del mundo proclama esta terrible verdad.
Solo la democracia es, en mi opinión, susceptible de una
m libertad completa ; ¿ pero que gobierno democrático ha unido
jamas al mismo tiempo el poder, la prosperidad, y la estabili-
dad? ¿y, al contrarío, no hemos visto la aristocracia y la mo-
narquía establecer grandes y poderosos imperios por siglos y
siglos ? ¿ Que gobierno, es mas antiguo que el de la China ?
¿ Que repúblicas han excedido en duración á las de Esparta
y Venecia? ¿No conquistó al mundo el Imperio Romano?
¿No existió la monarquia en Francia por catorce siglos?
¿ Que estado mas poderoso que Inglaterra? Sin embargo, los
gobiernos de estas naciones eran» ó bien aristocráticos 6 mo-
nárquicos.
A pesar de refecciones tan dolorosas, mi animo se llena de
alegría al ver los grandes progresos que ha hecho nuestra Re-
publica en su gloriosa carrera— amando lo que es útil, anima-
do por lo que es justo, y aspirando á la que es perfecto.. Ve-
nezuela, al separarse de España, recobró su independencia y
libertad, su igualdad y su soberanía nacional : constituyéndose
en república democrática, proscribió la monarquia, las distin-
ciones, la nobleza, las executorias, y los privilegios ; declaró
los derechos del hombre, — la libertad de obrar, pensar, ha-
blar, y escribir. Aquellos hechos, tan eminentemente libera-
les, no pueden suficientemente ser admirados por la pureza
de su origen. El primer Congreso de Venezuela ñxó con
caracteres indelibles en los anales de nuestra legislación, la
magestad del pueblo, tan bien expresados en el pacto social,
como por ser la mas propia para, formar la dicha de la nación.
Todas mis facultades no bastan para apreciar debidamente el
super-eminente bien contenido en aquel código inmortal de
nuestros derechos y de nuestras leyes. Pero al mismo tiempo,
¿ como me expresaré ? ¿ Osare profanar con mi censura las
sagradas tablas de nuestras leyes ? Hay sentimientos que no
390
pueden continuar quietos en el seno del hombre que ama asa
P*y*> y 1ne> aunque trate de ocultarlos) le agitan por su vio-
lencia, 7 que una fuerza imperiosa le obliga á manifestar.
Me da pena al pensar que el gobierno de Venezuela exige
reforma ; y aunque muchos ilustres ciudadanos opinan como
yo, todos no poseen bastante atrevimiento para dar publica-
mente su opinión en favor de la adopción de nuevos princi-
pios. Esta consideración me ha conducido á ser el primero
en introducir una materia de la mayor importancia— -aunque,
al hacerlo asi, hay una audacia excesiva en pretender aconse-
jar á los consejeros de la nación.
Quanto mas admiro la excelencia de la constitución federati-
va de Venezuela, tanto mas veo la imposibilidad de aplicarla á
nuestra situación ; y según mi modo de pensar, es un milagro
que su modelo en el Norte de America haya existido con
tanta prosperidad, y que no haya caído en la confusión á la
primera apariencia de peligro ó de dificultad. A pesar de eso,
aquel pueblo es un exemplo de virtud politice, y de rectitud
moral : la libertad ha sido su cuna, ha crecido en la libertad,
y se mantiene en pura libertad. Añadiré, que aquel pueblo
es el único en la historia de la raza humana ; y repito, que es
un prodigio, que un sistema tan débil y complicado como el
federativo, haya podido existir baxo circunstancias tan difí-
ciles y delicadas como las que han ocurrido. Sin embargo,
qualesquiera que sea el caso respecto al Gobierno, debo decir
del pueblo Americano, que la idea nunca entró en mi espíritu
de asimilar la situación y la naturaleza de dos naciones tan
distintas como la Anglo y Hispano Americanas. ¿ No seria
muy difícil aplicar á España el código político, civil, y reli-
gioso de Inglaterra? Pues aun mas difícil seria adoptar en
Venezuela las leyes del Norte de America. ¿No dice el es-
píritu de las leyes, que las leyes deben ser conformes al pue-
blo que las hace, y que es por una gran casualidad, que las
de una nación convengan á otra?— ¿que las leyes deben tener
relación al estado físico del pays, á su clima, á la calidad de
su suelo, & su situación, á su extensión, y al método de vida
de sus habitantes, refiriéndose al grado de libertad que puede
soportar la constitución, á la religión del pueblo, á sus racli-
391
naciones, á sus riquezas, á su numero, á su comercio, á sus
costumbres, y á su moralidad ?
Ahora presento el código, que, según mi modo de pensar,
debemos adoptar.
La constitución de Venezuela, aunque está fundada sobre
principios los mas perfectos, difiere muchísimo de la de Ame-
rica en un punto esencial, y sin duda el mas importante. Ei
Congreso de Venezuela, como el de America, participa en
algunos de los atributos del poder executivo. Pero nosotros
vamos aun mas lexos, y le gubdividimos depositándole en un
cuerpo colectivo, y de consiguiente estamos sugetos al incon-
veniente de hacer la existencia del gobierno periódica, de
suspenderle, y de disolverle siempre que se separan los miem-
bros. Nuestro triunvirato no tiene, por decirlo asi, unidad,
duración, y responsabilidad personal : á veces se halla desti-
tuido de acción ; no tiene vida perpetua, uniformidad real, y
responsabilidad inmediata ; y un gobierno que no posee con-
tinuidad, puede llamarse una nulidad. Aunque los poderes
del Presidente de los Estados Unidos se hallan limitados por
una infinidad de restricciones, exerce por si solo todas las
funciones de la autoridad que la constitución le concede ; y
no hay duda que su administración tiene que ser mas unifor-
me, constante, y verdaderamente propia, que la de un poder
dividido entre varios individuos, cuya composición no p*uede
menos de ser monstruosa.
El poder judicial en Venezuela es como el de America, in-
definido en su duración, temporal y no perpetuo, y goza de
toda la independencia necesaria.
El primer Congreso, en su constitución federativa, antes
consultó el espíritu de las diferentes provincias, que la solida
idea de establecer una república indivisible y concentrada.
AHi sentados nuestros legisladores baxo el influxo de las pro-
vincias, arrebatados por la apariencia deslumbrante de felici-
dad del Norte de America, imaginándose que los beneficios
de que gozaba los debia exclusivamente á su forma de go-
bierno, y no al carácter del pueblo. ¿ Pero quien resistiría
á la gloriosa atracción del entero y absoluto goze de la sobe-
ranía, y de la independencia, y de la libertad ? Por muy
1
392
hermoso que pareciera ó que en efecto fuera este magnifico
sistema federativo, Venezuela no podía gozar 'de él asi que
«acudió sus cadenas : no estábamos preparados para un bien
tan grande. £1 bien, lo mismo que el mal, causa la muerte
quando viene repentinamente 6 con exceso : nuestra consti-
tución moral no poseía aun los beneficios de un gobierno
completamente representativo, y que es tan sublime quando
puede adoptarse por una república de santos.
i Representantes del pueblo 1 estáis convocados para confir-
mar ó revocar todo lo que os parezca propio de conservar,
reformar, 6 expungir en nuestro pacto social. Vuestro deber
es corregir la obra de nuestros primeros legisladores ; y aun
diría, que á vosotros os pertenece cubrir una porción de las
bellezas que contiene nuestro código político; pues todos los
corazones no están igualmente formados para admirar todas
las bellezas, ni todos los ojos capaces de soportar el esplendor
celeste de la perfección. £1 Libro de los Apostóles, la doc-
trina de Jesús, las Sagradas Escrituras, todos enviados por
una Providencia llena de gracia para mejorar á los hombres,
tan ' sublimes, y tan santos, encenderían un océano de llamas
en Constantinopla, y toda el Asia ardería furiosamente, si se
la impusiese de una vez el Libro de Paz por código de su re-
ligión, leyes, y costumbres.
Permítaseme llamar la atención del Congreso á una mate-
ria que puede ser de una importancia vital: — Tened presente
que nuestra población no es Europea ni Americana, antea es
un compuesto de origen Africano y Americano, porque ni
aun la misma España no es propiamente Europea, por su sangre
Africana, instituciones, y carácter. Es imposible indicar con
propiedad- á que familia pertenecemos :— la mayor parte de
los indígenas han sido exterminados ; el Europeo se ha mez-
clado con el Americano y con el Africano, y este se ha mez-
clado también con el Indio y el Europeo. Todos hijos de
una misma madre, nuestros padres, varios en origen y en
sangre, son extrangeros, y todos se diferencian en figura y
forma los unos de los otros.
Todos los ciudadanos de Venezuela gozan por la consti-
tución de una igualdad política; y si aquella igualdad no
S9S
hubiere sido un dogma en Atenas, en Francia, y en America,
deberíamos confirmar el principio, para corregir la diferencia
que pueda existir. ¡ Legisladores 1 mi opinión es, que el prin-
cipio fundamental de nuestro sistema depende inmediata y
únicamente del establecimiento y practica de la igualdad en
Venezuela. Que todos los hombres han nacido con. iguales
derechos á los beneficios de la sociedad, ha sido sancionado
por casi todos los sabios de todas las edades; lo mismo que
no todos los hombres han nacido con iguales capacidades para
obtener todos los rangos ; lo mismo que todos los hombres
deben practicar la virtud, y todos no lo hacen; todos deben
poseer talentos, y todos no los tienen ; todos deben ser vale-
rosos, y todos no lo son* De aqui nacen las verdaderas dis-
tinciones que se observan entre los individuos de las socieda-
des mas liberalmente establecidas.
Si este principio, de igualdad politica es tan generalmente
admitido, no lo es menos el de la inigualdad física y mora!.
Seria ana ilusión, un absurdo, suponer lo contrario. La natu»
raleza hace á los hombres desiguales en ingenio, tempera-
mento, fuerza, y carácter. Las leyes corrigen aquella dife-
rencia, poniendo al individuo en la sociedad donde la educa-
ción, la industria, las artes, las ciencias, y las virtudes, dan
una igualdad ficticia propiamente llamada politica y social.
La unión de todas las clases en un estado es eminentemente
útil, y en la que la diversidad se multiplica en proporción de
la propagación de las especies. Por ella solo se ha desarrai-
gado la discordia, y evitado muchas sospechas, locuras, y preo-
cupaciones.
Nuestra diversidad de origen exige el pulso mas poderoso,
y un tacto muy delicado, para combinar un cuerpo tan hete-
rogéneo, pues una composición tan complicada puede al
menor cambio dislocarse, dividirse, y disolverse.
£1 sistema más perfecto de gobierno es el que produce un
gradó mayor de dicha» de seguridad social, y de estabilidad
politica.
Por las leyes dictadas por el primer Congreso, tenemos ra-
zón de esperar que la dicha sera el dote de Venezuela ; y de
394
vosotros nos podemos lisongear, que la seguridad y la esta-
bilidad perpetuaran aquella felicidad.
v A vosotros os pertenece resolver el problema,— de que
modo, después de haber roto los grillos de nuestros antiguos
opresores» cumpliremos la maravillosa hazaña de impedir que
el resto de nuestras pesadas cadenas no se vuelva en armas de
licencia. Las reliquias del dominio Español continuaran por
mucho tiempo antes que las podamos destruir completamente:
nuestra atmosfera está impregnada con la contagión del des*
potismo ; y ni la llama de la guerra, ni lo especifico de núes*
tras salutarias leyes, han podido aun purificar el aire que res-
piramos. Nuestras manos están en efecto libres, pero nues-
tros corazones sufren aun de los efectos de la servidumbre.
£1 hombre, dice Homero, al perder su libertad, pierde la
mitad de su espíritu.
Un gobierno republicano ha sido, es, y debe ser el de Ve-
nezuela ; su base debe ser la soberanía del pueblo, la división
del poder, la libertad civil, la prohibición de la esclavitud* y
la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesita-
mos la igualdad para moldear de nuevo, por decirlo asi,
hombres, opiniones politicas, y costumbres publicas. He-
chando nuestra vista sobre el vasto campo que tenemos que re-
correr, fixemos nuestra atención en los peligros que tenemos
que evitar, y que la historia nos guie en nuestra carrera.
Atenas nos presenta un exemplo de los mas brillantes de
una absoluta democracia, y al mismo tiempo es una prueba
melancólica de la extrema debilidad de aquella especie de
gobierno. £1 nías sabio legislador de la Grecia no vio su re-
pública durar mas de diez años» y sufrió la humillación de
tener que confesar la insuficiencia de una absoluta democra-
cia para gobernar qualesquiera especie de sociedad, ni aun la
mas moral, cultivada, y moderada, porque no está iluminada
mas que con relámpagos de libertad. Confesemos pues que
Solón ha desengañado al mundo, y mostrado quan difícil es
gobernar á los hombres simplemente con leyes.
La república de Esparta, que parecía una invención quí-
merica} produxo efectos mas reales que la obra ingeniosa de
Solón : la gloria, la virtud, la moralidad, y de consiguiente la
895
dicha nacional, fueron los resultados de la legislatura de Ly-
cargo. Aunque dos reyes en un estado eran como dos mons-
truos para devorarle, Esparta sofrío muy poco de aquella
doble dignidad real ; y Atenas gozó del destino mas esplen-
dido baxo una soberania absoluta,— las elecciones libres de
magistrados cambiados fYeqüentemente,~- leyes suaves, sabias,
y políticas. Piwstrato, un usurpador y un despota, hizo mas
bien á Atenas que todas sus leyes ; y Peñoles, aunque tam-
bién usurpador, fue el ciudadano roas útil.
La república de Tebes no existió sino durante el tiempo
que vivieron Pelopidos y Epaminondas, pues son los hombres,
y no los principios, los que forman los gobiernos. Por muy
sabios que sean los códigos, los sistemas, y los estatutos,
tienen muy poco influxo sobre la sociedad ; son los hombres
virtuosos, patrióticos, y sabios, los que constituyen las re-
publicas.
La constitución Romana fue la que produxo al pueblo mas
•poder y caudal que alguna otra del mundo : en ella no habia
ninguna exacta distribución del poder. Los cónsules, el se-
nado, y el pueblo, eran legisladores, magistrados, y jueces :
todos ellos participaban en todos aquellos oficios.. El execu-
tivo, consistiendo de dos cónsules, tenia el mismo inconve-
niente que el de Esparta, y, á pesar de esta deformidad, la
república no sufrió aquella discordancia maligna, que uno su-
pondría inseparable de una magistratura, que consistía de dos
individuos igualmente dotados del poder de un monarca. Un
gobierno cuya única inclinación era la guerra y la conquista,
no parecía debia poder establecer la dicha del pueblo. Un
gobierno monstruoso en si, y puramente guerrero, elevó á
Roma al grado mas alto de virtud y de gloria, y formó del
mundo el imperio Romano, probando á los hombres la fuerza
de las virtudes políticas, y el influxo trivial de las institucio-
nes.
Pasando de los tiempos antiguos á los modernos, hallamos
Inglaterra y Francia mereciendo la atención general, y dando
lecciones impresivas en todas las especies desgobiernos. Las
revoluciones en aquellos dos grandes estados, han llenado al
mundo como brillantes meteoros de una profusión tan grande
396
de luz política, que todos los hombres que piensan han apren-
dido quales son los derechos y deberes del hombre ; en que
consiste la excelencia de los gobiernos, y en que sus vicios ;
todos saben apreciar el valor intrinsico de las especulaciones
teoréticas de los filósofos y legisladores modernos. En una
palabra, esta estrella en su brillante carrera inflamó hasta el
Español apático, que entrando también en el torbellino poli-
tico, dio pruebas efémeras de libertad, y mostró su incapaci-
dad para vivir baxo el suave dominio de la ley, volviendo des-
pués de algunas llamaradas á su esclavitud original.
¡ Legisladores ! Este es el momento de repetir lo que dice
el eloqüente Volney en su dedicación de las Ruinas de Pal-
mira,—" Ai pueblo naciente de las Indias Españolas— á los
generosos gefes que les conducen á la libertad— que los erro-
res y desgracias del Antiguo Mundo enseñen al Nuevo el ca-
mino de la sabiduría y de la dicha."— Que no se pierdan
nunca, pero que se aprovechen de las lecciones de experi-
encia que han dado la Grecia, Roma, Francia, Inglaterra, y
America, y que aprendan de ellas la ciencia dificultosa de
establecer y conservar las naciones con leyes adequadas, justas,
legitimas, y sobre todo útiles; no olvidando nunca, que la
excelencia de un gobierno no consiste en su teoría, forma,
ó mecanismo ; pero en. ser adaptado á la naturaleza y carácter
del pueblo para el que ha sido instituido.
Roma é Inglaterra son las naciones que han sobresalido mas
entre los antiguos y los modernos. Las dos nacieron para
mandar,, y ser libres ; y sin embargo sus constituciones no
están modeladas en las formas mas brillantes de la libertad
pero en establecimientos solidos ; y por esta razón, Represen-
tantes, os recomiendo el estudio de la constitución Inglesa,
que parece estar destinada á producir el mayor efecto posible
para el pueblo ; pero por muy perfecta que sea, estoy muy lexos
de proponer una imitación servil. Quando hablo de la con-
stitución Inglesa, hago referencia únicamente £ su parte de-
mocrática ; y á la verdad se puede llamar un sistema monár-
quico, en el qua se reconoce la soberanía del pueblo, )a divi-
sión y equilibrio del poder, la libertad civil, la libertad de con-
ciencia, y de la imprenta, y todo lo que es sublime en al
397
política* De un grado mayor de libertad, es imposible que
gote qualesqaiera república ; y en efecto puede pretender á
un rango mas elevado en el orden social. Yo recomiendo
aquella constitución como el mejor modelo para los que as-
piran al goze de Jos derechos del hombre, y de toda aquella
felicidad política compatible con nuestra frágil naturaleza.
En nada tendríamos que cambiar nuestras leyes fundamen-
tales, si adoptásemos un poder legislativo semejante al del
Parlamento Ingles. Hemos dividido, lo mismo que los Ame-
ricanos, la representación nacional en dos cámaras, la de re-
presentantes y la del' senado. La primera está sabiamente
compuesta ; goza de todos los privilegios que le convienen, y
ño es susceptible de un cambio esencial, habiéndola ya dado
la constitución el origen, forma, y los poderes requeridos por
la voluntad del pueblo, para ser legal y competentemente re-
presentado.
Si el senado en lugar de ser electivo fuese hereditario, seria
en mi concepto la base, el vinculo, el alma de la república, y
en las tormentas políticas, poseería las funciones del, gobierno;
por la poderosa instigación de su propia conservación, se
opondría siempre á las tentativas que' hiciese el pueblo contra
la jurisdicción y autoridad de sus magistrados. Es preciso
confesar, que la mayor parte de los hombres ignoran sus ver-
daderos intereses, y les están continuamente atacando en las
manos de aquellos á quienes les han sido confiados, — el indi-
viduo contiende contra la masa general, y la masa general
contra la autoridad; y de consiguiente es necesario que
exista un cuerpo neutro en todos los gobiernos, para pro-
teger al injuriado, y desarmar al ofensor. Este cuerpo neu-
tro, para que tal pueda ser, no debe sacar su origen de la
elección del gobierno, ni de la del pueblo, pero de modo que
goze de una independencia completa — sin temer ni esperar
nada de ninguna de estas dos fuenteé de autoridad. Un senado
hereditario, como parte del pueblo, participaría en sus in-
tereses, en sus opiniones, y en su espíritu, y por esa razón es
vde presumir, que un 'senado hereditario no se separaría de los
intereses del pueblo, y olvidaría sus deberes legislativos. Los
cenadores en Roma, y los pares en Inglaterra, se han mos-
398
trado los pilares mas solidos en la gloriosa estructura de la
libertad civil y politica.
Estos senadores serán elegidos, por la primera vez, por el
Congreso, y sus sucesores en el senado ocuparan la principal
atención del Gobierno, el que les bara educar en un colegio
especialmente separado para la instrucción de aquellos guar-
dianes y legisladores futuros del pays. Se les enseñaran las
artes, las ciencias, y quanto puede adornar el entendimiento de
un hombre publico ; desde su mas tierna infancia se lea haré
saber qual es la carrera que les destina la Providencia, y de
sus mas tiernos años sus ánimos se elevaran 6 la dignidad que
les aguarda.
De ningún modo la creación de un senado hereditario seria
una violación de la igualdad politica : no es una nobleza la
que yo deseo se establezca, porque eso seria, según lo ha
dicho un celebre republicano, destruir de una vez la igualdad
y la libertad. Es un puesto para el que los aspirantes deben
estar preparados, y también es un puesto que exige muchas
luces, y medios proporcionados para obtenerlas.
El las elecciones todo no debe dexarse á la ventura, pues
el publico se engaña mas fácilmente que la naturaleza perfec-
cionada por el arte ; y aunque es un hecho, que estos sena*
dores no saldrán del seno de la virtud, es igualmente cierto,
que saldrán dotados con una educación la mas completa. A-
demas de eso, los libertadores de Venezuela deben poseer
eternamente un rango mas elevado en la República, por ser á
quienes debe ella su existencia ; y estoy persuadido que la
posteridad observaría con pena la extinción de los ilustres
nombres de sus primeros bienhechores. Diré mas, que es
para el interés publico, que es para el honor nacional, y que
Venezuela debe en reconocimiento conservar, en honor de la
posteridad mas remota, una raza de hombres virtuosos, pru-
dentes, y valientes, que, superando todos los obstáculos, han
establecido la república á expensas de sacrificios los mas he-
roicos ; y, si el pueblo de Venezuela no aplaude y se regocija
de la elevación de sus bienhechores, es indigno de ser libre, y
no lo sera nunca.
399
Vuelvo á decir, que un se— do hereditario será la base fun-
damental del poder legislativo, y de consiguiente la base de
todo el gobierno. Obrara igualmente como un contrapeso
para ef pueblo y para el gobierno, y será una autoridad inter-
media para despuntar las flechas que estos dos perpetuos
rivales se están constantemente disparando.
En todas las contestaciones, la interposición de una tercera
persona sirve de medio de reconciliación ; y de este modo
sera el Senado de Venezuela el cimiento del delicado edificio
tan sugeto á conmociones violentas. Sera el medio de calmar
la furia, y de mantener la harmonía, entre los miembros y la
cabeza de este cuerpo político. Nada puede corromper á un
cuerpo legislativo revestido de los mas altos honores ; no de-
pendiendo mas que de si solo, sin temer nada del pueblo, 6
sin esperar nada del gobierno ; cuyo objeto único es reprimir
toda tendencia hacia el mal, y fomentar todo lo que tiende al
bien ; y que se halla profundamente interesado en la existencia
de una sociedad con la que participa la adversidad y la pros-
peridad.
Se ha observado con mucha justicia» que la Cámara de los
Pares de Inglaterra es una institución inapreciable para el
pueblo, como formando el baluarte de las libertades del pue-
blo; y me atrevo á añadir! que el Senado de Venezuela no
solo seria el baluarte de la libertad, sino que asistirá á per-
petuarla»
El poder executivo en Inglaterra posee toda la autoridad
soberana que \e conviene ; pero se halla igualmente circuns-
crito por una triple linea de fosos, barreras, y palizadas*
El soberano es á la verdad la cabeza del gobierno, pero sus
ministros y oficiales dependen mas de las leyes que de su auto-
toridad, porque son personalmente responsables, y de esa res-
ponsabilidad ni aun la autoridad real les puede eximir. El rey
es comandante en gefe del exercito y de la narina, hace paz
y declara guerra, pero solo el parlamento es el que vota anu-
almente los subsidios. Para neutralizar su poder, la persona
del rey es inviolable y sagrada ; mientras que su cabeza está
libre, tiene sus manos liadas. El soberano Ingles tiene tres
rivales formidables-— el Gabinete, que es responsable al pueblo
7
400
y al parlamento ; la Cámara de los Pares, que protege los in-
tereses del pueblo, como representando la nobleza de que está
compuesta ; y la Cámara de los Comunes, el órgano del pub-
lico Ingles. Como ademas de eso los Jueces son responsables
del exacto desempeño de las leyes, adhieren severamente á
ellas ; y los administradores de las rentas publicas siendo tam-
bién responsables no solo de qualesquiera violación de su
parte, pero aun de la parte del gobierno, cuidan de que no se
malgasten.
Quanto mas uno examina el poder executivo en Inglaterra,
tanta mas uno 6e inclina á creer que es el modelo mas per-
fecto ya sea para una monarquía, para una aristocracia, ó para
una democracia. Que en Venezuela el poder executivo sea
exercido por un Presidente, nombrado por el pueblo 6 sus
representantes, y habremos dado entonces un paso muy grande
hacia la felicidad nacional.
Qualesquiera que sea el ciudadano que ocupe aquel puesto,
sera soportado por la constitución ; autorizado para hacer el
bien, no podra hacer el mal ; pues, sometido á las leyes, sus
ministros co-operaran con él ; y si, al contrario, hiciese alguna
tentativa para violarlas, sus mismos ministros le abandonaran,
-dexandole insulado en medio de la República, y aun podran
acusarle ante el senado. Los ministros siendo responsables
por aquellas ofensas que se cometan, son en efecto los que
gobiernan ; y no es menos ventajoso para el sistema, que los
que exercen mas inmediatamente las funciones de) poder exe-
cutivo, tomen una parte activa é interesante en las deli-
beraciones del gobierno, y consideren sus deberes como per-
sonales*
Puede suceder que el Presidente no sea un hombre de
grandes talentos 6 virtudes, y que ápesar de la falta de estas
qualidades esenciales, desempeñe los deberes de su situación
de un modo satisfactorio, porque, en tal caso, los ministros,
haciendo todo quanto hay que hacer, todo el peso del estado
recae sobre ellos. Por muy exorbitante que parezca en
Inglaterra la autoridad del poder executivo, no lo seria quiza
demasiado en Venezuela : aqui el Congreso ha liado tanto las
manos como la cabeza de los magistrados, y se ha revestido
401
de una porción del poder executivo, contra la máxima de
Montesquieu, que dice que un cuerpo representante no debe
nunca tomar sobre si' ningún principio activo ; debe hacer
leyes, y ver que estas sean ejecutadas. Nada es mas peli-
groso para un pueblo que un executivo débil ; y si ha sido
necesario revestirle de tantos atributos en una monarquía,
quan infinitamente mas indispensable lo sería en una repúb-
lica. Fixemos nuestra atención sobre esta diferencia, y hal-
laremos que el equilibrio del poder debe ser distribuido de
dos modos. En una república el executivo debe ser el mas
fuerte, porque todo conspira contra él ; y, del otro lado, en
una monarquía, el legislativo debe ser el mas poderoso, porque
todo se une en favor del soberano. Láf veneración que tiene
el pueblo por la dignidad real, es una prueba de su influxo
en -aumentar el respeto supersticioso que pagan á aquella
especie de autoridad. £1 esplendor del trono, de la corona, '
de la purpura ; la ayuda formidable que le da la nobleza-; las
inmensas riquezas acumuladas por las generaciones de una
misma dinastía; y la protección fraternal que se dan unos
reyes á otros ; son ventajas considerables que militan en fa-
vor de la autoridad real, y que casi le hace ilimitada. Estas
mismas ventajas son una razón porque un magistrado republi-
cano debe poseer mas poder que el que tiene un principe
constitucional.
Un magistrado republicano es un individuo insulado en
medio de la sociedad, á* quien se le ha confiado el deber de
domar el ímpetu del pueblo hacia la licencia, y la propensi-
dad de los jueces y administradores háoia el abuso de las
leyes. Tal es, respecto al cuerpo legislativo, al senado, y al
pueblo, un solo individuo resistiendo los ataques combinados
de las opiniones, de los intereses, de las pasiones de la socie-
dad ; que, según dice Carnot, está constantemente combatien-
do entre el deseo de gobernar, y el de no estar sugeto á nin-
guna autoridad. En efecto, es un atleta opuesto á una muí- '
titud de otros. El único correctivo para tal debilidad es una
resistencia vigorosa y adaptada á la oposición del executivo
contra el cuerpo legislativo, y contra el pueblo de una repúb-
lica. Sí el executivo no posee los medios de exercer toda la
TOM. II. C C
402
autoridad qtie propiamente tiene á su disposición» se hace
nulo, y el gobierno expira, dexando la anarquía, la usurpa-
ción, y la tiranía, por sus herederos y sucesores.
Que todo el sistema sea propiamente fortalecido, y el equi-
librio establecido de tal modo que no pueda, ser destruido, ni
que su refinamiento sea una causa de descaecimiento. Como
no hay ninguna forma de gobierno que sea, mas débil que una
democracia, su constitución debe ser tan solida como sea noci-
ble* y sus instituciones conducentes á la estabilidad. Si esto
no fuere asi, podemos decir que no tenemos mas, que un
gobierno de ensayo, y no un sistema permanente ;— una co-
munidad mutable, tumultuosa, y anárquicas y no un esta-
blecimiento qocial, en el que reyna la dicha» la. paz, y la
justicia*
\ Legisladores ! — No seamos presumptuosos ea nuestras pre-
tensiones, antes seamos moderados. No es de- ningún modo
probable que nosotros podamos hacer lo. que no.se ha efectu-
ado nunca por ninguna porción de la raza humana, lo que las
naciones mas grandes y mas sabias no han podido nunca cum-
plir. La libertad indefinida, y la absoluta democracia, son
los escollos contra los que han naufragado los deseos y esper
randas republicanas.
Haced un examen de las repúblicas de la antigüedad, de
las de los tiempos modernos, y de las que están ahora nacien-
do, y hallareis que casi, todas ellas han sido frustradas en sus
empresas. Los hombres que buscan instituciones legitimas,
y perfecciones sociales, no hay duda que merecen ser alaba-
dos ; ¿ pero quien podra decir que el hombre posee una sabi-
duría perfecta ; ó que practica todas aquejlas virtudes que
imperativamente, pide la unión del poder y de la justicia ?
Los angeles, y no los hombres, pueden tan solo eKÍstir libreq,
tranquilos, y dichosos, en el exercicio del. poder soberano.
Mientras que el pueblo de Venezuela exerce los derechos
de que gozan legítimamente — moderemos las excesivas, pre-
tensiones que podía sugerir una forma de gobierno incompe-
tente, y, abandonemos aquel sistema federativo que no no?
conviene; — deshagámonos del poder ejecutivo tri uní virado,
coacentrerao$lp en un Presidente, y démosle bastante.autori-
403
dad para que pueda resistir á loe- inconvenientes que ñafitean
de¿ nuestra pedente situación, del estado dé guerra, buco el
que canto hemos-sufrido, y de la especie de enemigos extter*>
not é interno» con lo» que hemos tenido que combatir, y con
loi que aun tendremos que luchar por mucho tiempo. Que
el poder legislativo resigne4 lo» atributo» que pertenecen al
exeontívo» y sin embargo que adquiera nueva consistencia y
nuevo influxo en el equilibrio de la autoridad. Que los tri-
bunales de justicia sean reformados, por la permanencia é in-
dependencia de los jueces, por el establecimiento dé jurados,
y de códigos civiles y criminales, que no sean dictados por la
antigüedad ni por reyes conquistadores, pero por la voa déla
naturaleza* por la de la justicia, y por el genio de la sabiduría.
Bami deseo al* mas ardiente, que cada parte del gobierno
y de la, administración' adquiera aquel grado de vigor, que
tan solo es capar de mantener el debido equilibrio, no
solo entre loa miembros del- gobierno, pero aun entre1 los
varios rangos de que la sociedad está compuesta. No impor*
taria nada* que se relajasen los resortes de un -sistema poli-
tico, si tal reJaxacion no ocasionase la disolución del cu-
erpo social, y la ruina de loa asociados. Los gritos de la
rasa humana en el campo de batalla, y en las asambleas tu-
multuosas, apelan al Cielo contra aquello» legisladores ciegos
é inconsiderados, que creían podían impunemente hacer en-
sayos de instituciones quiméricas. Todas las naciones de la
tierra han buscado la libertad, las ynas cenias armas, las otras
con la» leyes» pasando alternativamente de la anarquía al des-
potismo, ó del despotismo á la anarquía ; pero pocos se han
contentado con alcances moderados, 6 adoptado constituciones
conformes á sus medios, naturaleza, y circunstancias.
No emprendamos lo que es itnpossible, á no ser que, al tra-
tar de elevamos demasiado en las regiones de la libertad, cai-
gamos en el abismo de la tiranía. De la libertad absoluta al
poder absoluto hay siempre una basada ; y el medio entre los
dos extremos es la suprema libertad social. Ideas abstratas
originan la idea perniciosa de libertad ilimitada. Obremos de
suerte que el poder del pueblo sea confinado dentro de los
limites de la razón y del interés ; que la voluntad nacional sea
404
domada por una autoridad adequada, y qué una legislación'
crimina]» análoga á nuestra constitución, gobierne imperativa-
mente al poder judicial : en cuyo caso existirá un equilibrio,
y se evitaran aquellas disensiones y discordias, que embara-
zarían los negocios del estado, lo mismo que aquella especie
de complicación que enreda á la sociedad en lugar de unirla.
Para formar un gobierno estable, se necesita un sentimiento
nacional, que posea una inclinación uniforme hacia dos pun-
tos principales, — arreglar la voluntad publica, y limitar la au- *
toridad publica, cuyos limites es difícil asignar; pero es de
suponer que la mejor regla para dirigirnos en esto, es la restric-
ción y concentración reciproca, de suerte que haya muy poca •
colisión entre la voluntad legitima y el poder legitimo. .
£1 amor de la patria, de las leyes, y de los magistrados,
debe ser la pasión reynante en el corazón de cada republi-
cano. Los Venezuelanos aman á su pays, pero no á las leyes,
porque son malas, y el origen del mal ; y no pueden tampoco
respeta? mucho á sus magistrados, porque los viejos eran malos,
y los nuevos apenas son conocidos en la carrera que han comen-
zado. Si no existe un sagrado respeto por el pays, por las
leyes,' y por las autoridades constituidas, la sociedad es un es«
tado de confusión, un abismo, y un conflicto entre hombre y
hombre, y entre cuerpo y cuerpo.
Para librar á nuestra República incipiente de tal caos, todo
nuestro poder moral no bastara, á menos que no fundamos
todo el pueblo en una masa : la composición del gobierno es
un todo, la legislación es un todo, y el sentimiento es un todo.
Unidad, Unidad, Unidad, debe ser nuestra devisa. La sangre
de nuestros ciudadanos es varía, mezclémosla para formar tan
solo una; nuestra constitución ha dividido la autoridad, conven-
gámonos en unirla ; nuestras leyes son los tristes restos de nues-
tros despotismos antiguos y modernos, destruyamos una es- '
truc tura tan monstruosa, que caiga, y, saliendo de sus ruinas,
erijamos un templo á la justicia, y baxo los auspicios de su
sagrado influxo, dictemos un código de leyes á Venezuela. Si
deseásemos consultar los recuerdos y los modelos de la legis-
lación, Inglaterra, Francia, y el Norte de America, nos pre-
sentan unos admirables.
405
La educación publica debe ser el primer cuidado del afecto
.paternal del Congreso. La mora) y la» luces son los pontos
cardinales de una República, y la moralidad y los conocimi-
entos es Jo que mas necesitamos.
Tomemos de Atenas su Areopago, y los guardianes de las
costumbres, y de las leyes, — tomemos de Roma sus censores,
y tribunales domésticos,— y formando una sagrada alianza de
-aquellas instituciones morales, renovemos en la tierra la ¡dea
de un pueblo que no está contento con ser libre y poderoso,
sino que también desea ser virtuoso.
Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos, y for-
memos de estas tres fuentes un reservatorio de virtud.
Demos á nuestra república un quarto poder, con autoridad
de presidir sobre la infancia y corazones de los hombres—
«obre el espíritu publico, las buenas costumbres, y la moralidad
.republicana. Constituyamos este Areopago, que vele sobre la
educación de la juventud, y sobre la instrucción nacional, para
.purificar quanto haya de corrompido en la República, — para
acusar £ la ingratitud, al egoísmo, á la indiferencia por la
- causa del pays, a la indolencia, y al ocio, — y para condenar á los
-primeros, gérmenes de la corrupción, y al exeraplo pernicioso.
Deberíamos castigar las malas costumbres con penas- morales,
. lo mismo que las leyes castigan los crímenes con penas corpo-
• rales,— -no solo lo que ofende, sino lo que tienda á ridicul-
izarla ; no solo lo que asalte sino lo que debilite ; y no solo lo
que pueda violar la constitución, sino quanto quebrante la de-
cencia publica.
La jurisdicción de este tribunal verdaderamente sagrado
debe ser efectiva en quanto se refiera á la educación, y á la
• instrucción, y solo deliberativo respecto á las penas y castigos ;
y de este modo sus anales y recuerdos, en los que se inscríb-
• irán sus actos y deliberaciones, y los principios y acciones mor-
ales de los ciudadanos, serán los registros de la virtud y del
• vicio,— -registros que el pueblo consultara en sus elecciones,
los magistrados en sus determinaciones, y los jueces en sus
' decisiones. Una institución semejante, por muy quimérica
qúñ parezca, es mucho mas fácil de realizar que otras de
. menos utilidad para la. humanidad, establecidas por algunos
legisladores antiguas y modernos.
406
i Legisladores !— Por el proyecto de da const&sáen, que
respetuosamente someto á vuestra consideración, descubriréis
el .sentimieate que le dictó.
Al proponer la división de nuestros .oradadanos en activa y
pasiva, be tratado de excitar la prosperidad nacional por los
des grandes resortes de la industria—^el trabaxo y la ciencia.
Estimulado* por estas dos causas poderosas, las mayores difi-
cultades pueden vencerse, y los ¿tambres podran lograr digni-
dad y dicha.
Al imponer restricciones justas y prudentes á las /asan Wess
primarias y electorales, la primesa batiera contra la licencia
popular se bajía de este modo establecida, y .por ella se evitan
aquellas reuniones tumultuosas» que en todas las edades han
dado origen $ mil oonseaüeoctas perjudiciales en la elección, y
que han recaído naturalmente sobre lossaagistradsa y sobre el
gobierno, porque el acto primordial engendra ya sea la libertad
i la esclavitud de un pueblo»
Aumentando en la balanza del poder el peso del dengreao,
por el pumero de legisladores y la naturaleza del Senado, se
fixn la base de este cuerpo primario de la nación, y se reviste
de wayior importancia para el ejercicio de sos funciones so-
berana*.
AJ separar distintamente el exécutivo del legislativo, no es
m,i intención sembrar la división entre estas autoridades su-
premas, perp para unirlas ea los vínculos de la harmonía que
nace de la independencia.
Al revestir al poder exécutivo con una autoridad mayor que
la que ha tenido hasta aqui, no es mi intención habilitar á un
déspota £ que tirantee sobre la República, pero para impedir
que el despotismo del deliberativo sea la causa inmediata de
un circulo de cambios despóticos, en el que la anarquía sería
alternativamente reemplazada por la oligarquía y la meno-
crafia,
41 solicitar la independencia de los jueces, el establecimi-
ento de los jurados, y un código nuevo, no se pide mas que la
seguridad de la libertad civil : la mas estimable, la mas equtta-
ble, 4* mas necesaria, y en una palabra la única libertad, porque
f»in ella todas las otras son nulas» Se pide un remedio para los
407
i
abusos lamentables de nuestra judicatura, que derivan su ori-
gen del asqueroso sumidero de la legislación Española, reco-
gidos en varias edades, y de varias fuentes, tanto de las pro-
ducciones de la locura como del talento, del fruto del buen
sentido como de lá extravagancia; y que forman tanto él re-
cuerdo del ingenio como del capricho. La encyclopedia
judicial, aquel monsthto con diez mil cabezas, que ha sido
hasta ahora la vara del castigo para las naciones Españolas,
és la calamidad mas tremenda con que la cólera Divinase hizo
sentir sobre aquél desgraciado imperio.
Al meditar sobre los medios mas efectivos para regenerar
el caiacter y costumbres que nos han dado la guerra y lá
tiranía, me he atrevido á sugerir un poder moral, sacado de
las edades mas remotas de la antigüedad, y de aquellas leves
¿bsoletafe,- que por algún tiempo mantubieron la virtud publi-
ca entre los Griegos y Tos Romanos ; y aunque quiza se con-
siderara como puramente un capricho de la imaginación, es
sin embargo de probable execucion, y me lisongeo que no se
despreciara una idea, que, una vez mejorada por la ciencia y
lá experiencia, podra ser de la mayor eficacia.
Espartado al ver la desunión que ha existido hasta ahora
entte nosotros, por la sutilidad de espíritu que caracteriza al
sistema federativo, me veo precisado & solicitar se adopte la
unión y concentración de todoá los estados de Venezuela
en una República, una é indivisible : una medida que, en mi
opinión, és urgente, vital, y económica ; y de tal naturaleza,
que sin ella el fruto de nuestra regeneración seria destruc-
ción*
Es mi deber, Legisladores, presentaros una pintura fiel y
justa de mi administración, política, civil, y militar ; pero esto
sería cansar demasiado vuestra preciosa atención, y robaros á
este momento de un tiempo igualmente precioso y urgente ;
de consiguiente, los secretarios de estado darán una relación
al Congreso de sus varios departamentos, y al mismo tiempo
presentaran aquellos documentos y recuerdos necesarios para
ilustrar todo, y para informaros á fondo del estado actual de
la República.
408
No hace mención de ninguno de los actos mas importantes
de mi mando, aunque conciernen á la mayor parte de mis
compatriotas, y solamente llamare su atención á la ultima
memorable revolución. Una horrible, atroz, é impía esclavi-
tud, cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y
nuestra atmosfera, sobrecargada de nubes espesas y tenebro-
sas, amenazaba un fiero diluvio. Imploré la protección del
Dios de la naturaleza, y á su poderosa palabra la tempestad
se disipó. £1 lucero de la libertad lucio, la esclavitud rompió
sus cadenas, y Venezuela se vio rodeada de hijos nuevos y
llenos de reconocimiento, los que volvieron los instrumentos
de su opresión y esclavitud en armas de la libertad. ¡ Si l Jos
que antes eran esclavos, son ahora libres ; los que antea eran
los enemigos de nuestra patria, son ahora sus defensores.
A vuestra autoridad soberana dexo la reforma 6 revocación
de todas mis ordenanzas, estatutos, y decretos ; pero implo-
ro que confirméis la completa emancipación de los esclavos,,
como imploraría mi vida ó la salvación de la República.
El presentar la historia militar de Venezuela sería atraer á
vuestra memoria la historia del heroísmo republicano entre
los antiguos ; seria mostrar que Venezuela había hecho sacrifi-
cios igualmente brillantes en el sagrado altar de la libertad. Los
nobles corazones de nuestros generosos guerreros han estado
llenos de aquellos nobles y sublimes sentimientos, que se atri-
buyen á los bienhechores de la especie humana. No combatían
por el poder, ó por las riquezas, ni aun por la gloría, solo com-
batían por la libertad ; el titulo de Libertador de la República
ha sido su mayor recompensa; habiendo instituido la orden
de Libertadores de Venezuela, al formar una asociación de
aquellos nobles héroes. — ¡ Legisladores ! á vosotros os perte-
nece el conferir honores y decoraciones, y es vuestro deber
exercer ese acto de gratitud nacional.
Hombres que han abandonado todos los beneficios y venta-
jas de que gozaban anteriormente, como una prueba de su
virtud y desinterés — hombres que han sufrido quanto hay de
mas horrible en una guerra inhumana, privaciones las mas
penosas, y angustias las mas crueles — hombres tan benemeri-
409
tos de su pays, merecen la atención del. Gobierno ; y de con-
siguiente he dado direcciones para recompensarles sacándolo
de la propiedad nacional.
Si yo hubiere adquirido algo de mérito á los ojos de mis
compatriotas, os ruego, Representantes, que os digneis confir-
mar mi demanda, como una recompensa de mis cortos servi-
cios ; y que el Congreso mande una distribución de la pro-
piedad nacional, • conforme á la ordenanza que di en nombre
de la República, en favor de los hijos militares de Venezuela.
Después que nuestros exercitos hubieron derrotado, por
una sucesión de victorias, los de la metrópoli, la Corte de Ma-
drid, desesperando, trató en vano sorprender los sentimientos
de aquellos magnánimos soberanos que acababan de extermi-
nar la usurpación y la tiranía en Europa, y que debian prote-
ger lo legitimo y justo de la causa de America. España, no
pudiendo reducirnos á la sujeccion por la fuerza de las armas,
tubo recurso á su política insidiosa, y puso en obra todos sus
pérfidos artificios. Fernando se humilló hasta confesar, que
sin la ayuda extrangera no podría volvernos á uncir baxo
su yugo ignominioso ; yugo, baxo el que ningún poder hu-
mano nos podra obligar á entrar. Venezuela, convencida
de que tiene bastante fuerza para rechazar á sus opresores,
ha declarado, por medio del Gobierno, 6u determinación fixa
y final de combatir hasta ser aniquilada en defensa de su vida
política, no solo contra España, pero aun contra el universo,
si el universo estubiere tan degradado que tomase la parte de
un Gobierno destructor, cuyo único objeto es establecer la
Inquisición, y ver todo exterminado — un Gobierno, que no
desea regiones fértiles, sino desiertos,— .que no quiere ciuda-
des, sino ruinas, — que no desea sugetos, sino sepulcros. La
declaración de la República de Venezuela es el acto mas glo-
rioso, mas heroico, y noble de un pueblo libre ; y es con una
satisfacción particular que tengo el honor de ponerla delante
del Congreso, sancionada como lo está por la unánime apro-
bación de todos los hombres libres del pays.
Desde la segunda época de la República, nuestros exerci-
tos no tenían nada de lo necesarkr para la guerra ; les falta-
ban siempre armas y municiones, y estaban en todas las oca-
410
¿iones mal equipados ; pero al presente los nóblefc defensores
de la independencia no soló están armados áe justicia, pero
de poder, y nuestras tropas pueden disputárselo al élite de
las de Europa, ahora que poseen igualmente los medios de
destrucción.
Estas ventajas importantes la* debemos á bt ilimitada libe-
ralidad de algunos extrangeros generosos, que oyendo los tíil-
mores de la humanidad sufriente, y viendo la causa de la
libertad, de la razón, y de la justicia á pique de perecer, no
pudieron contemplarlo con sosiego, sin volar á socorrernos con
su generosa ayuda y protección, proveyendo á la República
de aquello que necesitaba para hacer triuhfar sus principios
filantrópicos. Aquellos amigos de la humanidad son los ge-
nios protectores dé America, y á ellos les debemos una deuda
de eterna gratitud, lo mismo que un desempeñó religioso de
las varias obligaciones que hemos contraído con ellos. ¡ Le-
gisladores ! la deuda nacional es el deposito de la buena fé,
del honor, y de la gratitud de Venezuela : respetadla como
la arca sagrada que contiene, no solo loa derechos de nuestros
bienhechores, pero la gloria de nuestra fidelidad. Perezca-
mos antes de faltar en el mas mínimo punto al desempeño dé
aquellas obligaciones, que han sido los medios de la salvación
de nuestra patria y de nuestros hijos.
La unión de Nueva Granada y de Venezuela en un grande
estado, ha sido uniformemente el deseo ardiente del pueblo,
y de los gobiernos de estas Repúblicas. La fortuna de lá
guerra ha efectuado esta ünloú tan deseada pót todos los
Americanos; y en efecto estamos incorporados. Estas na-
ciones hermanas os han confiado sus intereses, sus derechos,
y sus destinos. Al contemplar la unión de este distrito in-
menso, mi espíritu se eleva con delicia á la altura estupenda
que sé necesita para poder ver bien una pintura tan maravi-
llosa.
Abandonando los tiempos presentes y cercanos, mi imagina-
ción se arroja en las edades mas remotas, desde las que obser-
vo con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, y la
animación, que habrá adquirido esta vas^a región : — Mis ideas
se dilatan, y veo mi amada patria en el centro del universo,
411
extmUeadose entre sus distantes cortas, entre dos océanos
separados por la naturaleza, y que la industria de mi pays
habrá unido por canales grandes y espaciosos. La veo como
s¡ fuese el vinculo, el centro, y el emporio de la raza humana ;
— la reo transmitiendo á los limites mas remotos de la tierra,
aquellos tesoros que contiene en sus montañas de oro y pla-
ta $— la veo distribuyendo, coa sus plantas salutíferas, salud y
vida á los afligidos del Viejo Mundo ; — la veo comunicar á los
sabios de otras regiones sus inapreciables secretos, que hasta
entonces ignoraban quan superior era su ciencia al exceso de
su riqueza. ] Si ! la veo sentada en el trono de la libertad,
tremolando el cetro de la justicia, y coronada de gloria, mos-
trar al Antiguo Mundo la majestad del Nuevo.
¡ Legisladores I— Condescended á recibir con indulgencia
la declaración de mi credo político ; los deseos mas ansiosos
de mi corazón, y la ardiente demanda que me he atrevido á
haceros en nombre del pueblo.
Dignaos conceder á Venezuela un gobierno puramente po-
pular, puramente justo, y puramente moral, y que encadene
á la opresión, á la anarquía, y al crimen. Un gobierno, que
haga reynar la inocencia, la filantropía, y la paz. Un gobier-
no, que baxo de leyes inexorables, haga triunfar la igualdad y
la libertad.
; Señores !— Comenzad vuestros deberes, yo he acabado los
míos.
£1 Congreso de la República de Venezuela está instalado ;
en él se halla concentrado desde este momento la soberanía
nacional» y é el todos debemos obediencia y fidelidad. — Mi
espada, y las de mis ilustres compañeros de armas, manten-
drán su augusta autoridad.
I Viva el Congreso !
Pocos (lias después Bolívar marchó á mandar
el ejercito, que se había concentrado á las orillas
del Apure. Morillo habiendo reunido sus fuer-
zas á las de La Torre, Morales, y Calzada, con
la intención de llegar hasta Angostura, pasó el
412
Apure el 25 de Enero de 1819 á la cabeza de
5000 hombres. Bolívar, para atraer ai enemigo
al interior, se retiró detras de Arauca. Eí 5, Mo-
rillo pasó aquel rio, los habitantes huyendo de-
lante de él, después de haber destruido sus casas,
provisiones, &c. El general Español, que comen-
zó á sentir que sus recursos le faltaban, envío un
destacamento de 600 hombres, para buscar provi-
siones: estos cayeron en una emboscada que les
Jiabia tendido Eaez, y fueron completamente
aniquilados. No pudiendo encontrar provisiones
para sus trocas, todas sus partidas forrageras
viéndose destruidas por las guerrillas de Paez,
Morillo tubo que comenzar su retirada el 15 de
•Febrero. Paez, el indefatigable Paez, cayendo
continuamente sobre su retaguardia, le molestaba
considerablemente. El general Español procedió
hasta Achaguas, una isla en el Apure, en donde
se acampó.
Mientras que estas ocurrencias sucedían en el
continente, M'Gregor, el mismo que acompañó
á Bolívar en su expedición de Aux Cayes en 1816,
equipó una expedición desde Inglaterra, . en la
que se embarcaron 300 voluntarios Ingleses, con
la intención de dar algún golpe importante en el
Continente Americano. Para este efecto se diri-
gió al Golfo de México, juzgando con bastante
acierto que el sitio de la guerra habiendo estado
siempre mas lexos de aquella parte, hallaría las
posesiones de los . realistas menos defendidas que
las que están situadas mas al este. Y en efecto no
se engañaba. Quando se presentó delante de
41S
Puerto Bello, uña de las plazas mas fortificadas eu
las colonias Españolas, no halló apenas resistencia
de los pocos soldados negros de que consistía la
guarnición realista: la fortaleza habiendo sido
evaquada así qué se presentó. Hasta aquí las
armas de los patriotas fueron afortunadas ; pero
esta buena fortuna no duró mucho, á causa del
descuido, y falta de orden y disciplina, que el
General permitió á sus tropas, las que cometieron
los mayores excesos sin haber sido en nada castiga-
das. El general realista Hore, que estaba en las
cercanías de la ciudad, percibiendo el descuido y
falta de atención de los patriotas, determinó to-
mar ventaja de ello, y pocos dias después les sor-
prendió tan eficazmente, que la mayor parte de
los oficiales fueron hechos prisioneros en sus
camas, y que el mismo M'Gregor se tubo que
escapar saltando por una ventana desnudo, y na-
dando á un navio Ingles que estaba en aquel mo-
mento en el puerto. Esta conducta vergonzosa
no merece comento.
En conseqüencia de una derrota que un cuer-
po de tropas que baxaba de Su Fé á juntarse con
Morillo, sostubo con Santander, que mandaba las
fuerzas independientes en aquella parte, y en
conseqüencia de la estación de las lluvias que
comenzaba entonces, el general Español tubo
que dexar á A chaguas, y que retirarse á S° Car-
los. Entonces Santander se avanzó hacia Tunja,
donde los habitantes habian recogido una suma
considerable para pagar por los socorros de armas,
L
414
municiones, &c. que habían recibido de Yenezit-
eku
El Gobierno Colombiano dio un decreto á esto
época* que forma un admirable contraste entre su
conducta y la que sus enemigos manifestaron)
hacia aquellos desgraciados republicanos, que
caían en. sus oíanos»
En ella se decretaba que ningún individuo, ya
fuese Americano ó Español, que se presentase á
qualésquiera de los gefes de las tropas que perte-
necían á la República, seria molestado en su per-
sona ó hacienda, qualésquiera que fbese su con-
dición, ó su conducta anterior. Los que abrcu
zasen el partido de la República, se les conserva»
ría su rango, distinción, y clase. Las. vidas y
propiedades de los habitantes de un paya liberta^
do, lo mismo que todas las cosas sagradas, monu¿*
mentps, establecimientos públicos, archivos, &c.
serian respetados y protegidos.
De la execucion exacta y de la religiosa obser-
vancia de esta ley, se hacia responsables á los
comandantes que ocupasen con sus divisiones los
distritos libertados. De este modo abriendo la
puerta á cientos de ciudadanos Americanos y
Empapóles, que se habían visto forzados, á tomar
armas contra Ib República, y contra sus mismos
intereses*
A este periodo la República tubo que deplo-
rar, la perdida de Don Manuel Palacio, que había
vuelto últimamente á Angostura de una misión
á Europa, después de haber empleado varias años
415
en ella, en servicio de loa patriotas. A su regre-
so habia sido nombrado secretario de negocios
e^traqgeroe. Sus conocimientos científicos, y sus
amables modales, le h«ci#n íM#ar de qu autos te-
nían la dicha de coQpqerlje ; y sus sentimiento*
patrióticos y ardiente amor del pays, se manifes-
taron eminentemente en una vida, que desde el
principio de la r^vol^icion dsdiijó incesantemente
á su servicio y felicidad.
Maíllo persistía aun en la ^ntencijon dé tomar
4 Angostura, lo que habia en. vano emprendido
aquel mismo año, y despachó para ese fin ua
cuerfp de sitf mejores tropas, baxp el mando del
Coronel Arana, para tomar la ciudad por un coup
¡de mairij si tal fuere posible. Después de lo qual
debia ser arrasada. Marino, habiendo recibido
inteligencia de su aproximación, marchó inmedia^
tamente á la cabeza de 1300 hombres para cu-
brir la ciudad. Marino conduxó él mismo sus
tropas al £}¿?que, y derrotó completamente á los
Españoles. En la comunicación oficial que da
de esta victoria hace subir el numero de enemi-
gos muertos á 1000, ademas de los prisioneros,
municiones, bagage, &c. con fecha del 12 de Ju-
nio, en Cantara.
Poco después Berra udpz derrotó un cuerpo de
realistas, que subia á 600 hombres, que, ignoran-
do la derrota de Arana, marchaba á juntarse con
él.
£1 14 de Julio la esquadra mandada por Brion
salió de Margarita, llevando á bordo la división
1
416
del General English, y 300 Margaritanos. Las
baterías del Morro de Barcelona fueron poco
después tomadas por asalto por estas mismas tra-
pas. £1 ataque fue mandado por el Coronel
Urslar, y se logró el objeto con solo la perdida
de once soldados, y de dos oficiales.. Urslar se
quedó allí de gobernador.
Bolívar, que habia salido de Angostura en
Mayo para ir á Nueva Granada, efectúo su unión
con Santander el 15 de Junio. El 30 su quartel-
generfcl estaba en Paya, desde donde despachó
una carta oficial al Vice-Presidente de la Repú-
blica, en la que se expresaba poco mas ó menos
en estos términos.
Quartel-general, .Paya> 30 de Junio de 1819.
Simón Bolívar, Presidente del Estado, Capitan*General
de Venezuela y Nueva Granada, &c. &c. á S. Ex. el Vice-
Presidente de la República.
Desde mi ultima carta de Guadalito, nada de importante
ha occurrido en este exercito. Nuestras operaciones ae han
ceñido únicamente á los progresos de nuestra marcha por
medio de payses en amistad, hasta el 27 del presente, que
atacamos la vanguardia que el enemigo habia apostado aquí,
y que consistía de 300 hombres. Este suceso fue el principio
de la campaña en Nueva Granada ; y si la primera tentativa
puede considerarse como un presagio de su éxito final, tene-
mos razón de esperar que será favorable : — 300 lanceros de
las tropas enemigas fueron desalojados de una posición tan
fuerte por la naturaleza, que 100 hombres hubieran bastado
para defenderla contra 1000.
Las ventajas que nos han resultado de esta victoria se
limitan á la posesión del desfiladero, el enemigo habiéndose
escapado vadeando el rio Paya, que estaba á su espalda ; sin
417
embargo, perdió algunos soldados y sus provisiones. Pero
esta victoria no ha sido la única causa de satisfacción para el
exercito, 6 la que mas fatiga nos haya causado. Los princU
pales obstáculos que hemos tenido que vencer nacian de los
caminos : — hemos caminado un mes entero en la provincia de
Casanare, y vencido nuevos impedimentos todos los dias, que
parecían aumentar según nos avanzábamos. Es milagroso
que hayamos tenido la buena fortuna de venir tan lexos sin
ningún accidente, apesar de haber atravesado una multitud
de ríos navegables, que inundaban una gran parte del camino
en los llanos. Esta era la principal dificultad en nuestra
marcha, y una vez superada, creímos que en el resto no habría
ya nada que vencer ; pero pronto hallamos nuevos obstáculos,
que sin una perseverancia á toda prueba era imposible superar.
Lo escarpado de las montañas que cruzamos es increíble para
los que no las han visto nunca* Para formarse una idea del
camino, basta decir, que en quatro dias de marcha los fur-
gones del parque de artillería se inutilizaron, y el ganado de
relevos pereció todo. La inclemencia del tiempo anadio
también á las dificultades del camino — llovió casi noche y día;
Por fin, aunque nuestra marcha no se ha terminado, nos
podemos lisongear que lo peor ha pasado ya, y que tocamos
al termino de nuestras fatigas. Esperamos poder llegar á
Sogamozo en ocho dias á lo mas, donde nuestra situación
sera muy mejorada.
Todas quantas noticias recibimos de Nueva Granada ani-
man nuestras esperanzas. Todas ellas afirman que en el in-
terior del pays hay una multitud de guerrillas, que incesante-
mente molestan al enemigo, que está lleno de miedos respecto
á nosotros, y los habitantes están muy impacientes por nues-
tra llegada. Si estos rumores son ciertos, (y nosotros no
tenemos motivos de dudarles), nuestra campaña acabara
pronto y gloriosamente. Nada podra resistírsenos si la pobla-
ción está de nuestro lado. La fuerza del enemigo no basta
para oponerse á los paysanos.
El General Paez rae ha informado, con fecha del 15 del
presente, que había batido la facción en Guaca, quemado su
pueblo, y destruido sus campos : — se estaba preparando para,
TOM. II. D d
418
■
marchar contra Pedrea*, en hincad» um división del enemi-
go de 700 hombres» que se había avanzado haita aquel!»
piase,, y espeta (« tiene la buena fortuna de caer con él>
poder dar buena cuenta de él*
No tengo avisos de V. E. subseqücoies al 1 de Mayo, que
es le fecha de su ultimo oficio»
(Firmado) Bomtajs*
El 25 de Julio se publicó un bulethi, en el que
se notificaba una victoria completa que obtubie-
ron las armas de la República sobre los Españoles
cerca de la ciudad de Tunja ; lo siguiente es su
contenido :— *
BÜLETIN, No. 2.
Julio d 25 de 1819.
Ai* que se juntaron algunas colnnmas» que no estaban en
la marcha de Garnesa, el exercito continúo hacia el departa*
mentó de Sta Rosa» con la intención de tomar posesión, de
aquel fértil distrito, y de mandar sobre el valle de Sogameao,
Este movimiento obligó al enemigo á abandonar su posición
en la Pena de Topaga, y de retirarse hasta los malino* de
BoDza, en las inmediaciones de la ciudad de Tunja* £1 20,
nuestro exercito se presentó al frente de las posiciones del
enemigo, que eran excelentes, por los parapetos y fosos que
les ofrecían las murallas y terrenos quebrados* Todas aues*
tras tentativas para desalojar al enemigo nq predugeipn otro
efecto sino el batir quanta* guerrillas nos enviaron para re*
chafarnos.
A las cinco esta mañane el exercito marchó por el camas
de Salitre de Paypa, pera atacar al enemigo espada en mane»
y forzarle á abandonar su* puestos* A las diez el ejercite
logró pasar al río Sogamozo, y £ las doce se encontró con el
enemigo, que se bahía avanzado hacia nosotros.
Las circunstancias nos obligaron á tomar una posición ex-
traordinariamente mala, en la que pos vimos atacados coa
419
glande impetuosidad por todo el exercito Español de Nueva
Granada*
£1 primer batallón del rey, con algunas compañías del
seguíalo^ marcharon sobre nuestra izquierda, y á estos se les
opusieron dos batallones de la vanguardia* Al mismo tiempo
el enemigo avanzó sobre nuestra frente el segundo y tercer
batallón de Numancia, los restos del Tambo, y el regimiento
de dragones de Granada, los que fueron atacados por una
columna de la retaguardia, á cuya cabeza se bailaban algunas
compañías de Isr legión Inglesa, que cargaron con tal intre*
pidez que el enemigo se vio de una vez batido y dispersado.
Pero habiéndose replegado de nuevo, acometió furiosamente,
y se hizo dueño de los altos ; y nuestro exercito, casi rodeado,
sufrió un fuego terrible de todos los lados. Qualesquiera
otras tropas que las de la República hubieran: perdido una
victoria tan brillante como la que hemos ganado. Una co*
lumna de caballería, conducida por el valiente Comandante
Rondón, destruyó una parte de la infantería del enemigo, y
al mismo tiempo nuestra infantería haciendo otro tanto con la
que estaba á nuestra espalda; y otra parte dé nuestra cabal-
lería, mandada, por el Teniente Carvajal, cargó sobre la del
enemigo en el camino real.
£1 exercito Español se vio: desalojado de quantos puntos
ocupaba, y la excelente posición que tomaron los restos de
su< caballería fue únicamente lo que la libró de una destruc-
ción: total. La. batalla continúo hasta.despues de la caída del
sol, coa una obstinación y encarnizamiento de que apenas se
puede formar idea». £1 enemigo perdió en .muertos y heridos .
quinientos de sus mejores soldados, y dexó en nuestra pose-
sión una multitud de prisioneros, fusiles, lanzas, caxas de
municiones, trompetas, caxas militares, y. dos estandartes de
los dragones de Granada, sin poder calcular con exactitud el
numero de los dispensados.
Nuestra perdida consiste de 104 muertos y heridos.
Cada cuerpo del exercito se ha distinguido mucho ; pero
se debe mencionar en particular la conducta del Comandante
Rondón y el Teniente Carvajal ; y lo mismo la de las com-
pañías Inglesas, á las que su Excelencia el Presidente de la
H
420
República, á pesar de haber «ido la primera ves que han
combatido baxo nuestras banderas, las ha concedido la orden
de libertadores, en testimonio de su firmeza y valor.
Estamos ahora en posesión de toda la provincia de Tunja
á excepción de la. capital, y las de Socorro y Pamplona están
enteramente libres ; el resto del pays está en abierta insurrec-
ción. Las ciudades de Nueva Granada han recibido al erer-
cito libertador con el mas extraordinario entusiasmo. Todas
están determinadas á ser libres ; y el exercito, rodeado de
ciudades tan patrióticas y decididas, no tiene necesidad de
nada.
Nombres de Oficiales muertos.
Vanguardia — Mateo Franco, Teniente de Cazadores.
Retaguardia — £1 Teniente-Coronel José Ximenes, y los
Capitanes Ramón, García, y Manuel Orta.
Legión Inglesa— £1 Teniente Cazeley.
. Oficiales heridos.
Vanguardia — El Ayudante Pedro Torneros, y los Sub-
tenientes Manuel Linares, y Manuel Sara, de los Cazadores,
y el Capitán Encarnación Ruiz, de la Caballería.
Retaguardia— El Coronel Justo Briceño, el Teniente-Coro-
nel Arthur Sands, el Capitán Manuel Ferron, el Mayor de
Brigada Manuel Crespo, el Teniente Vicente Belandia, y los
Sub- tenientes Nonato Freytes, Paulaleon Flores, y Juan
Silva, de la Infantería; los Tenientes Manuel Delgadillo, y
José Rico, y el Cadete Mileton Escalona, de la Caballería.
Legión Inglesa— El Coronel James O'Rooke y el Sub-
teniente MacManus, y el Capitán Daniel F. O'Leaiy, del
estado mayor de la Retaguardia.
Quartel-general, en los Altos de Vargas.
(Firmado) Manuel Manrique,
Ayudante- General encargado del Estado Mayor.
Por fin, el exercito independiente logró, des-
pués de varías sangrientas batallas, tomar la
421
I
ciudad de SuFé el 11 de Agosto. Para dar mejor
idea de los importantes sucesos que condugeron
á este brillante resultado, daremos la substancia
de los buletines originales que se publicaron en-
tonces.
Batalla de Bojaca.
Ayer, al amanecer, los puestos avanzados noticiaron que el
enemigo marchaba por el camino de Samaca. Inmediata*
mente el exercito se puso sobre las armas, y asi que afirma-
mos que la intención del enemigo era pasar el Puente de Bo-
jaca, para abrir su comunicación con la capital, marchamos
por el camino real para interceptarle, ó para obligarle á entrar
en acción.
A las dos P. M. la primera división del enemigo llego al
puente, quando nuestras videntes de caballería se mostraron.
El enemigo, que no podía aun descubrir nuestro exercito, y
que solo creía estar en presencia de un cuerpo de observa-
ción, atacó con sus cazadores, mientras que el cuerpo princi-
pal de su exercito continúo su camino. Nuestras divisiones
se avanzaron á paso redoblado, y, á la gran sorpresa del ene-
raigo, toda nuestra infantería apareció en columna sobre una
eminencia que mandaba la posición. Algunas tropas avanza-
das habían subido parte del camino persiguiendo á nuestros
videntes, y el resto estaba abaxo, á la distancia de un quarto
de legua del puente, y hacian ver una fuerza de 3000 hom-
bres. El batallón de cazadores de nuestras avanzadas des-
tacó una compañía en guerrilla, mientras que el resto en
columna atacó á los cazadores enemigos, rechazándoles hasta
unas ruinas, de donde les desalojo ; después pasó el puente,
y tomó una posición en el lado opuesto. AI mismo tiempo
nuestra infantería baxó de la eminencia, y la caballería conti-
núo su marcha pnr el camino. Entonces el enemigo trató de
avanzarse por su derecha* pero se vio opuesto por el cuerpo
de tiradores, y por la legión Inglesa. El primer batallón de
Barcelona, y el Bravo de Paez, con el esquadron de los Llanos
423
Altos, formaron el centro. £1 batallón de linea de Nueva
Granada, y las guias de la retaguardia, junto con el batallón
de cazadores, estaban á la izquierda : las columnas de Tanja
y Socorro estaban en reserva.
Inmediatamente la acción se hizo general por toda lá linea.
£1 General Auzuategui dirigió las operaciones del centro y
de la derecha : atacó á un batallón que el enemigo había
destacado en guerrilla, á un valle, y le forzó á retirarse á sus
lineas, que, ahora estaban sobre una eminencia, con tres
piezas de canon en el centro, y dos cuerpos de caballería,
.aguardando nuestro ataque.
Las tropas en puestro centro, á pesar del fuego vivo de
.algunos de las fuerzas del enemigo que estaban á nuestro
Banco izquierdo, atacaron á su cuerpo principal : el enemigo
sostubo un fuego violento, pero nuestras tropas, con suma
bizarría, y executando sus movimientos con la mejor diaci»
plína, rodeo á todo el cuerpo del enemigo. £1 esquadron de
los Llanos Altos cargó con su acostumbrado valor : desde aquel
momento todos los esfuerzos del general Español fueron in-
útiles ; y tubo que abandonar su posición. La compañía de
granaderos de acaballo, todos Españoles, fueron los primeros
que huyeron. La infantería hizo un esfuerzo para formarse
en una cuesta vecina, pero fue inmediatamente destruida. Un
cuerpo de reserva de caballería nos aguardaba con sus lanzas
preparadas para cargar, y fue totalmente destruido ; y final*
mente, todo el exercito Español en completa derrota, y vién-
dose cercados de todos los lados, entregaron sus armas, dán-
dose por prisioneros de guerra. Casi al mismo tiempo, el
General Santander, que mandaba la izquierda, y que había
hallado una resistencia temeraria de parte de la vanguardia
del -enemigo, á la que no tenia mas que oponer sino sus caza-
dores con algunas compañías de linea, y las guias de la reta-
guardia, pasó el puente, y completó la victoria.
Todo el exercito enemigo fue hecho prisionero. £1 Gene-
ral Barreyro, comandante en gefe de las fuerzas de Nueva
Granada, y su segundo en mando, el Coronel Ximenez, casi
todos los comandantes y gefes de batallón, una multitud de
subalternos, y mas de 1000 hombres, son prisioneros, pon sus
443
armas, municione», caballería, &c. Apenas se han escapado
50 hombres, con algunos oficíales, qué huyeron antes que el
combate fuese terminado. El comandante en gefe, Barreyro,
fue hecho prisionero por Pedro Martínez, un soldado raso de
los tiradores.
E) General Santander, con las avanzadas, y con las guias
de kt reserva, continúo persiguiendo á los fugitivos, hasla
fequf ; y el General Auzcrategui, con el resto del exercito, se
quedaron durante la noche en el campo de batalla* Las ven-
tajas que la República ha obtenido por la gloriosa victoria de
ayer son incalculables.
Nunca nuestras tropas ganaron un triunfo mas decisivo, y
<jmsa no se han visto jamas opuestas á tropas mejor discipli*
nadas, 6 mejor mandadas*
Nada se puede comparar á la intrepidez manifestada por ei
General Auzuategui, ú la cabeza de áos batallones, y de un
esquadron de caballería, con los que atacó é hizo prisioneros
«1 cuerpo principal del exercito enemigo: á él debemos
^principalmente esta victoria.
SI General Santander dirigió sus maniobras con juicio y
valor. El regimiento del Bravo de Paez, el primero de Bar-
celona, y el esquadron dé los Llanos Altos, combatieron con
un valor distinguido. Las columnas de Tunja y de Socorro se
juntaron con la derecha al momento de la victoria. En fin, su
Excelencia está muy satisfecho con la conducta de los gefes»
oficiales» y soldados del .exercito Libertador, en este dia
memorable.
Quaftel-general, en la Venta Quemada» el 8 de Agosto de
1819.
P. Soüblettk, Gefe del Estado Mayor.
Batalla de Bojaca.
Continuación.
El Teniente-Coronel Mugica, con el cuerpo de dragones
y gulas, continúo persiguiendo al enemigo temprano pot la
mañana del 8. A las onze del mismo dia, su Excelencia
siguió con la caballería de los Llanos Altos, y se juntó en Cho-
434
conti. £1 9 toda la infantería marchó. El 10 su Excelencia,
al llegar al puente del Común, recibió inteligencia de la capi-
tal, que el Virey, la Audiencia Real, con la guardia de honor,
y con el regimiento de cazadores de Aragón, con todos los
empleados' del Gobierno, civil y militares, habían abandonado
la capital en la mañana del 9, desando la plaza en la mayor
confusión y alarma. Su Excelencia apresuró su marcha, y
entró en la capital el mismo dia entre las aclamaciones de los
habitantes, á quienes faltaban palabras para expresar su dicha,
y que, después de tres años de la mas cruel opresión, apenas
podían creer en la realidad de un suceso tan súbito é inespe-
rado. Las calles y las plazas estaban llenas de gentes, ansi-
osas de ver á su Excelencia, y de asegurarse de la verdad*
El Virey Samano ha tomado la dirección de la Honda, y
Calzada se ha ido hacia el sud ; y hay buenas razones de es-
perar que ninguno se escapara. El exercito libertador ha
.cumplido lo que emprendió en esta campana. En 75 dias de
marcha, desde el pueblo de Mantecal, en la provincia desa-
rmas, su Excelencia hizo su entrada en la capital del Nuevo
Reyno, después de haber vencido obstáculos y dificultades
mucho mayores que se habían previsto al momento de em-
prender esta expedición, y destruido un exercito tres veces
mayor que el suyo.
La precipitación con que el Virey y sus satélites huyeron
á las primeras noticias de la perdida de la batalla de Bojaca,
le impidió salvar el tesoro publico, En la casa de la moneda
hemos hallado medio millón de duros, en metal ; y en los de-
mas edificios públicos, bastantes materiales de guerra para
equipar un exercito numeroso. La libertad de Nueva Gra-
nada ha establecido infaliblemente la del todo el Sur de Ame-
rica, y el año de 1819 pondrá fin á la guerra que España ha
hecho contra nosotros, con tantas violaciones de la humani-
dad, desde el año de 1810.
9 £1 Gefe del Estado Major,
SoüBLKTTE.
Quartel-general, en Sta Fé, el 11 de Agosto de 1819.— 9o'
425
Las armas de la República eran victoriosas en
todas las partes de Nueva Granada, y el quartel-
general estaba ahora en la ciudad de S* Fé, de
donde su Excelencia el Presidente envió á su
Excelencia el Vice-Presidente un despacho en el
siguiente tenor.
Quartd-general, en &" F¿> el 14 de Agosto de 1819.
Simón Bolívar, Presidente de la República, Capitán Qene-
ral de las Faena» de Venezuela y Nueva Granada, á su
• Excelencia el Vice-Presidente de la República.
*
Dksdk el momento que concebí el proyecto de marchar con
el exercito al interior de este reyno, sabia muy bien que las
aprehensiones de los Españoles les excitarían á poner en ac-
ción todos sos recursos ; y esta opinión, fundada en la expe-
riencia, de mis propias observaciones, fue confirmada por los
despachos militares del Virey, que tubimos la buena fortuna dé
■interceptar. Por ellos descubrí, que un exercito superior de
tropas bien disciplinadas se habia reunido en las fronteras,
para que rechazaran, y finalmente destruyeran, al valiente exer-
cito libertador. Sin embargo* yo conté con que las cruel-
dades y opresiones que tan inhumanamente habían exercido
con todas las clases del pueblo, deberían haber preparado sus
.sentimientos para unirse en la causa de sus heroicos liberta-
dores ; y, en efecto, apenas . habia pasado la Cordillera que
separa los llanos de la provincia de Casanare, que me vi saluda-
do con las bendiciones de miles, que aguardaban ansiosamente
al exercito con todo el entusiasmo de hombres que suspiran
por la libertad, como el único remedio para poner termino á
todas las calamidades y aflicciones que sufrían, las que les ha-
oían exasperado hasta el ultimo grado. Un hábil oficial, á la
.cabeza de 4,000 á 5,000 guerreros, fue el primero que se
avanzó contra mi en el campo de batalla. El General Don
- José María Barreyro, á quien habían confiado este cuerpo,
406
hiló quinto se debía esperar del valor! de la táctica, y de la
disciplina ; pero esto no sirvió sino para añadir Duero lustre á
las armas de la República. La disciplina de sus trapas, las
posiciones ventajosas que ocupaban, y los muchos recursos
que poseían, mostraron claramente, que nuestra empresa no
podía completarse «too á fuerza de perseverancia y de intre-
pided ; qualidades de que el exercito de la República bahía
dado pruebas tan convincentes en tantas ocasiones. La ba-
talla de Bojaca, en la que obtuvimos la victoria mas completa,
ha decidido el destino de este reyno. Después de haber des-
truido el exercito realista hasta sus mismos elementos, be
venido á la capital á abrazar á mis conciudadanos, á quienes
hallo émulos en sus expresiones de gratitud, y prestes á unir
sus esfuerzos á los nuestros para la exterminación de nuestro
(enemigo común ; y aun tomaron las armas para perseguir á
los fugitivos que se nos habían escapado. Los detallas de
aquellos triunfos se hallaran en los impresos adjuntos* Mi
sensibilidad no sufrió poco al ver, á mi llegada aqui, las sedales
de la devastación y crueldad que los proseütas de m Península
han cometido. El Virey Samano, acompañado de todos lea
que tenían empleos baxo su gobierno, la mayor paite Españo-
les, y el resto de las tropas, huyeron á las primeras noticias de
nuestra victoria ; pero antes de entrar en la capital, despache
algunas divisiones hacia el sud y al oeste, (los caminos que
siguieron), y espero que pocos se escaparan. A pesar de lo
mucho que este reyno ha sufrido, la República puede contar
con un millón de duros en metálico, exclusive de la soma
inmensa que se realizan con la venta de la propiedad, publica
y privada, de los descontentos que se han huido.
Me ocupo activamente en arreglar la economía interior, y
la excelente disposición del pueblo, entre el que apenas hay
un enemigo, me induce á creer que el poder del enemigo se
halla completamente aniquilado.
Ruego á V. E. y á la República se dignen recibir mis con-
gratulaciones las mas cordiales, y los ruegos de los Granadinos,
que no aspiran sino á gozar de nuestra dicha mutua sobre
este grande suceso, y que V. E. tendrá la bondad de presentar
427
al Congreso los triunfos de la victoria obtenida baxo ni man-
do, como un tributo de mi deber.
•Que Dios guarde £ V. E. muchos anos.
Bolívar.
Mientras que ocurrían estos sucesos en Nueva
Granada, Paez continuaba empleando seriamente
al enemigo en el interior de Venezuela ; como
lo testifica una carta que escribió á Bolívar, y que
venia á ser según sigue*
£xcblknxi*imo Seno*,
Ek continuación de mi despacho anterior diré, que el 10
del presente levanté nú quartel-general de la isla de Achaguas,
.y continué marchando á un ledo del Apure. Mi intención
ara ir á Nutrias á atacar y batir su guarnición ; y para ese
efecto hize marchar á la infantería Inglesa, y á algunas tropas
paysanas últimamente enlistadas, las que con la caballería
formaban una división respetable. El 16 llegamos al vado
Mamporal ; y no pudiendo ir mas adelante con la infantería
¿ causa de la inundación de las Sabanas, la envíe á Acha-
gual y proseguí solo jcoo la caballería, con el objeto de hacer
una tentativa ¿obre Guanare, y otros puntos al oeste de Ca-
racas. Para mejor lograr este objeto, di ordenes al Coronel
Arizmeodi para que hiciese un ataque fingido sobre la capi-
tal de Varinas con el regimiento de La Muerte, para dispersar
.6* distraer la fuerza que habia batido pocos días antes. £1 17
continué mi marcha por el camino hasta este pueblo, que nu-
estras guias nos aseguraron era el mejor ; y habiendo progre-
sado por tres dias sucesivos, sin hallar en ningún parage pro-
visiones para nuestras tropas, ni siquiera un sitio seco donde
pasar la noche, acampamos el 19 por la noche á una legua
de este lugar, en donde recibí información de mis videntes,
que una división del enemigo, que consistía de S50 hombres
de apie, y de algunos carabineros, baxo el mando del Teniente
Coronel Duran, acababa de tomar posesión del pueblo, para el
doble objeto de batir las guerrillas, continuar en sus inme-
4£8
diaciones, quemar el pueblo, destruir las plantaciones, y llevar
prisioneros á los habitantes á Hutríns. Me preparé inme-
diatamente para darle una lección, y al amanecer el día 20
levantamos el campo, é hize mis disposiciones para el ataque-
La linea se formó en batalla. Di el mando de la derecha al
Coronel Muñoz, á la cabeza de mi guardia de honor ; al co-
ronel A. Rangel la izquierda,, con el regimiento de Valientes ;
y al General Torres el centro, con los húsares desmontados.
£1 enemigo se formó en un quadro en el pueblo, hizo una
resistencia obstinada, rechazando nuestros ataques aun á la
V bayoneta; pero previendo su destrucción inevitable por el
gran numero de los que caían á su lado muertos ó heridos, se
retiró en buen orden, aunque baxo un fuego muy animado, á
una casa-fuerte, donde se puso al abrigo del ataque. Enton-
ces me preparé á asaltarle, formando quatro columnas de la
caballería ligera desmontada, las que avalanzandose simultá-
neamente á todo peligro, llegaron á la casa, y atacaron con
. sumo valor ; algunos cortando con sus sables las puertas y las
ventanas, otros con troncas tratando de hechar abaxo las
paredes ; pero estaban tan expuestos al fuego de adentro, que
tubieron que retirarse. Sin embargo volvieron otra vez al
asalto ; pero percibiendo que seria imposible entrar en ella sin
las Herramientas requeridas, di ordenes de que se retirasen,
mientras que la voz era " Morir ó Vencer," y traté persua-
dirles que el valor sin la prudencia daría la palma al enemigo,
asegurándoles que si querían confiar en mi, la plaza caería en
nuestras manos antes de la mañana siguiente ; que en el entre-
tanto debian reposarse un poco, y estar preparados á obtener
el fruto de su valor. Habiendo pues concentrado la caballe-
ría, puse quatro guerrillas de húsares desmontados en las
casas mas cerca del frente, con ordenes de hacer fuego sobre
quanto se presentase por delante, y particularmente á las ven-
tanas de la casa-fuérte. Esto fue executado puntualmente á
la gran molestia del enemigo durante todo el día, mientras que
descubrimos por detrás de la casa un sendero, que había esca-
pado á nuestra observación durante nuestros ataques de la
mañana. Al caer la noche las columnas de caballería se vol-
vieron ú formar para el ataque, y fingiendo un asalto en el
429
frente, Be dio el verdadero por el sendero de atrás, quando, á
pesar de la resistencia formidable que hizo el enemigo, nos-
llevamos todo por delante, y obtubimos una victoria que ha
cubierto de eterno honor á las armas de la República. Era
imposible detener la furia de los soldados, que pasaron á la
bayoneta todos los enemigos que se les opusieron, y ninguno
escapó, excepto el comandante (mal herido) y cosa de SO
soldados, favorecidos por una noche muy obscura y lluviosa, y
conducidos por el ingrato capitán Americano Yazza, que les
sirvió de guia ; pero envié inmediatamente un cuerpo de guer-
rilla á sus alcances, y espero recibir buena cuenta de ellos»
Entre los oficiales enemigos muertos está el Capitán Torres,
un oficial Español muy distinguido. El resultado de este
suceso ha sido muy favorable» Hemos tomado todas las mu-
niciones, 200 arjnas almacenadas, y toda la división ha sido
aniquilada. Encontramos después muchos heridos ocultados
entre las espesuras*
Nuestra perdida consiste en 5 oficiales, 4 sargentos, y 20
soldados muertos ; y los heridos son 11 oficiales, y 85 solda-
dos. Entre los primeros lamentairios al valiente Coronel Ur-
quiola, que cayó gloriosamente al desempeñar su deber de
patriota; el Teniente-Coronel Navarro; el Capitán Pedro
Juan Gamarra, y el Teniente Pedro Gómez, cuyos nombre»
vivirán por mucho tiempo en este exercito. Entre los
últimos están el Coronel Juan Gómez, el Teniente- Coronel
Manuel Arraiz, el Capitán Ramón Estevez, el Teniente Fruc-
tuer Estevez, y los Sub-tenientes Ronaldo Salar, Encarnación
Castillo, Eusebio Ledesma, Julián Peña, León Estevez, —
Pedro Oliva, y Juan Aspré.
Faltaría á mi deber si no recomendase á V. E. el valor bri-
llante y distinguido del General Torres," del valiente Coronel
Rangel, del Coronel Muñoz, y del Teniente-Coronel Lauren-
cio Silva, que fueron los primeros que asaltaron, y flecharon
abaxo las ventanas con sus sables ; y el Coronel Carmona, el
Teniente-Coronel José Maria Augule, el Teniente-Coronel
Jacinto Imrabad, y el Tienente Tomas Cürtejon, por su valor
y perseverancia durante toda la acción ; y en efecto, todo el
cuerpo, tanto oficiales como soldados, eran émulos los unos de
los otros en obtener una victoria tan completa.
430
Dignes* V. B« recibir y aventar este oficia c*n»uit ts&Mto
pan 1* República, y da» 6 conocerá su» valientes defensores.
Jos» AVfOffWPAl*.
Quartel-genersl, en el pueble dé La €rt»t el 21 : de Julio
<fe *8Í9.
£1 General Auzuategui persiguió á los reafetas
que se habían huido de Sto Fé hasta Nare, á las
orillas del rio del mismo nombre» El Coronel
Plaza marchó en busca da Calzada,, que se habia
retirado hacía Popayan. Las provincias de Neyva
y Mariquita, la primera al sud, y la ultima al
norte de Bogotá, declararon su independencia.
El 28 de Agosto destacaron una división á Po-
payan ; otra contra Su Marta ; y otra al Apure,
por los valles de Cuenta, para juntarse oon Paez.
Cúcuta habia sido ocupada poco antes por Soub-
lette.
Bolívar, aprovechándose de su experiencia pa-
sada, determinó hacer la guerra vigorosamente ; y
consideró prudentemente todo lo que habia obte-
nido como los medios para obtener mas. Para
este fin remitió 300,000 duros á Angostura, para
comprar fusiles, y armar la multitud de los que
acudían de todos las partes de. Nueva Granada á
ponerse baxo su estandarte. El mando del exer-
cito al oeste del Apure se dio á Paez, y el del
este á Marino» Bermudez, el segundo en mando,
fue. despachada para que tragese tropas de Ma*%
garita á Maturin.
En el mes de Julio de este año, D'Evereux se
embarcó en Liverpool con ¿000 hombres de tro-
431
*
pas, para irse, á rarair con loa independientes de
Colembia. Antes de esta época habían llegado á
Tierra Firme varios navios cargados, por decirlo
asi, de oficiales y soldados. La verdadera con-
dición de America apenas se conoce, aun á este
momento, pero, menos se conocía entonces. Ha-
bían oído de America como del pays del oro y de
la plato ; hftbian leído de las minas de México y
del Perú» y creían, que no había mas que presen-
tarse pa*a adquirir una parte de las riquezas que
los Españoles habían por tanto tiempo gozado
solos. La mayor parte de estos soudisant oficiales,
que ni siquiera habían visto el fuego de una esco-
peta, estaban ya cansados de la empresa aun an-
tes de llegar, á la mitad del viage. La disciplina
que ]ps coronóles de los diferentes regimientos,
que. por lo general habían sido oficiales en el ser-
vicio Ingles, trataron de introducir, era intoler-
able para hombres que no* tenían la menor idea,
de obediencia, y que no entraban en la carrera
militar con el objeto de continuar en ella, pero
únicamente con la intención de hacer suficiente
caudal para abandonarla quanto antes. Es fácil
concebir qual seria su sorpresa al ver, que en
lugar de encontrarse con un exercito que gozase
de todas aquellas conveniencias á las que están
acostumbrados los soldados Ingleses, se hallaron,
con hombres que apenas tenían por vestido mas
que una manta, y preparados á sufrir todas las
inclemencias de los trópicos en defensa del pays.
En lugar de ver realizados sus sueños de riquezas
432
y de caudales, qual seña su pasmo al oir que los
soldados de pays servían sin recibir paga, y que
Bolívar no tenia quiza en aquel momento 1000
duros en su tesoro.
Las quejas de los que marcharon allí procedían
también de que la mayor parte de ellos eran gentes
descontentadlas, y que se revestían de un grado
de conseqüencia y autoridad que nada con venia
con la subordinación que se necesitaba. Pero
aunque sus quejas hubieran estado bien fundadas, '
todo ello procedía de lo mucho que el pays habia
sufrido, y de su miserable situación.
Respecto á la expedición de D'Evereux, el prin-
cipal origen de todas las quejas y desgracias, basta
decir, que sin la mas mínima intimación previa al
gobierno, ó á algunas de las partes concernidas,
2000 hombres desembarcaron en Margarita, una
isla estéril, que recibe sus provisiones de extran-
gero. Jamas se pudo cometer mayor locura ; ¡ y
la culpa se la hechaban al Gobierno, que nada
sabia !
Estos patriotas desinteresados, frustrados en sus
esperanzas, á su regreso á Inglaterra escribieron
y publicaron sus miserias para sacar algún dinero,
convencidos de que no habia ninguno allí que
tubiese los medios de contradecir en detalle nin-
guna de sus aserciones.
Asi que Morillo recibió inteligencia de la mar-
cha de Bolívar para Nueva Granada, despachó
inmediatamente, por el camino de Merida, á La
Torre, para que tomase allí el mando. Llegó 4
433
Cuenta el 4 de Agosto ; pero el 10 Bolívar estaba
ya en posesión de S* Fé, de Barreyro, y de su
exercito.
Don José Bausa, que era gobernador de Pam-
plona, evacúo la ciudad muy pronto ; y Antio-
quia y Popayan declararon poco después su inde-
pendencia. Tolca, el gobernador de la primera,
se huyó hacia Cartagena con 100 hombres, pero
fue hecho prisionero en el Peñón, y cogieron tam-
bién 14 muías suyas, cargadas de dinero.
Poco tiempo antes, Bolívar habia propuesto un
troque de prisioneros con el Virey ; pero este
habiendo huido, asi que se gano la batalla de
Bojaca, Bolívar .no quiso ratificarlo.
El 21 de Septiembre el General Santander di-
rigió una proclama á los habitantes de Nueva
Granada, en la que expone los triunfos que aca-
baban de obtener en favor de la independencia,
exaltando la noble conducta del Libertador Bolí-
var, y previniéndoles de no volver á caer en
aquella apatía que en 1816 les habia conducido
á la esclavitud, en medio de las intrigas y de la
desunión» En ella exhortaba tanto a los ministros
de la religión, como á los soldados, comerciantes,
y labradores, de contribuir en quanto estubiese
en su poder hacia la defensa de sus derechos, que
tanta sangre les habia costado. Y él, como go-
bernador de S* Fé, se ofrecía á defenderlos, y á
co-operar en todo con los Libertadores.
El siguiente decreto, que se publicó á esta
época, le insertamos aqui, como la mejor res-
TOM. II. e e
43é
puesta que puede ofrecerse á las muchas impu-
taciones de ingratitud que se han hecho á la Re-
publica de Colombia, respecto á su conducta hacia
los oficiales y tropas Inglesas, Da pruebas las
mas evidentes de las buenas intenciones del Go-
bierno hacia los que se habían esforzado en la
causa de la independencia. No teniendo su ori-
ginal, damos una traducción.
Juan Bautista Ahizmendi, Vice-Preaidente de la
República, &a &c.
Habibndo tomado cu consideración el mérito distinguido
que adquiere la República por las tropas extranjeras que
combaten baxo nuestras banderas, los muchos derechos que
tienen á una justa remuneración por sus servicios, y la invio-
labilidad que debe observarse en las contratas baso las que
fueron embarcados en Inglaterra para venir á Venezuela, con
el objeto de defender nuestra libertad, he juagado en decretar
lo siguiente : —
Art* 1. Las tropas extrangeros que han venido á Venezuela,
en virtud de las contratas hechas por los comisionados del
Gefe Supremo, son, y constituyen parte del exercito de la
República ; y como tales gozan de los mismos derechos, pre-
eminencias, y privilegios, que los naturales del pays.
2. En consequencia del dicho articulo, gozaran de todas
las distribuciones de la propiedad nacional que les han sido
decretadas por la ley promulgada el 10 de Octubre de 1817,
por su Excelencia el Presidente, entonces Gefe Supremo,
asignando á cada soldado 500 duros ; y asi en proporción i
las otras clases y oficiales del exercito.
3. Se desempeñaran exactamente las condiciones estipu-
lada» para su transporte con los dichos comisionados, y los
desembolsos que hayan hecho qualesquiera de los individuos,
se les pagara por cuenta de los fondos nacionales.
4. Para este objeto, los gefes y comandantes de los desta-
camentos extrangeros transmitirán inmediatamente al Gobier-
435
so Jas contratas que tengan en bu posesión, y también una
lista exacta de todos los soldados y oficiales, incluyendo las
sumas que se deben á cada individuo, desde el día que lle-
garon á Venezuela.
5. Si, á causa de los retrasos que occurren durante una
campaña, por razón de la distancia del centro del Gobierno,
f por la dificultad de comunicaciones, ao se hubiesen dado
todas las. raciones que se convino, el Gobierno es responsable
para pagar lo restante en dinero, 6 en lo que cada individuo '
desee.
6. El Ministro de la Guerra queda encargado de la execu-
cion del presente decreto, que se imprimirá, publicara, y cir»
calara, por las autoridades á quienes concierna.
Dado en el Palacio del Gobierno, en la capital de la
Guiana, á 11 de Octubre de 1819.
(Firmado) Juan Bautista Arizmbndi, Vice- Presidente.
Diego B. Urbanija, Ministro de la Guerra.
Después de este decreto, el Vice-Presidente
Arizmendi dio una proclama el 23 de Noviembre,
en la que exalta los nobles sentimientos de los
generosos extrangeros que habian abandonado su
pays para venir á combatir por la libertad y la
independencia. La República les mira como á
sus hijos, habiéndoles ya hecho participar en sus
derechos, privilegios» y en las recompensas que
son debidas á los libertadores. En ella alaba la
conducta de las tropas Inglesas que habian acom-
pañado á Bolívar j y les exhorta á seguir su ex-
emplo, guardando la subordinación, el respecto
por las leyes de Venezuela, una rígida disciplina,
y una perfecta unión con sus hermanos de armas
los Venezulanos.
436
La entrada de Bolívar en Angostura, después
de su ultima y gloriosa campaña en Nueva Gra-
nada, fue uno de los espectáculos mas gratos y
tiernos que hayan ocurrido desde los días de
Washington. Fue aclamado por toda la pobla-
ción, como el libertador y padre de su pays, el
destructor de la opresión, y el vencedor de la
tiranía.
El 17 de Diciembre se publicó la ley funda-
mental de la República, por la que las provincias
de Nueva Granada y la Capitanía-General de
Venezuela quedaban unidas en un solo Estado.
Como este documento es de la mayor importan-
cia, no hay duda que nuestros lectores recibirán
placer al verle insertado aqui.
LEY FUNDAMENTAL DE LA REPÚBLICA DE
COLOMBIA.
El Soberano Congreso de Venezuela, á cuya autoridad
han querido voluntariamente sujetarse los Pueblos de la
Nueva Granada recientemente libertados por las armas de la
República; considerando» —
1. Que» reunidas en una sola República, las provincias de
Venezuela y de la Nueva Granada tienen todas las propor-
ciones y medios de elevarse al mas alto grado de poder y
prosperidad :
2. Que constituidas en Repúblicas separadas, por mas es-
trechos que sean los lazos que las unan, bien lejos de aprove-
char tantas ventajas, llegarían difícilmente á consolidar y
hacer respetar su Soberanía :
S. Que estas verdades, altamente penetradas por todos los
hombres de talentos superiores y de un ilustrado patriotismo,
habían movido los Gobiernos de las dos Repúblicas á convenir
487
en su reunión, qué las vicisitudes de la guerra impidieron
verificar :
Por todas estas consideraciones de necesidad y de interés
reciproco, y con arreglo al informe de una comisión especial
de Diputados de la Nueva Granada y de Venezuela, en el
nombre y baxo los auspicios del Ser Supremo» ha decretado
y decreta la siguiente ley fundamental de la República de
Colombia:—
ArU 1. Las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada
quedan desde este día reunidas en una sola, baxo el titulo
glorioso de República de Colombia :
2. Su territorio sera el que comprendían la antigua Capi-
tanía-General de Venezuela, y el Vireynato del nuevo Reyno
de Granada, abrazando una estension de 115 mil leguas
quadradas, cuyos términos precisos se fixaran en mejores cir-
cunstancias :
3. Las deudas que las dos Repúblicas han contrahido se-
paradamente, son reconocidas in solidum por esta ley como
deuda nacional de Colombia, á cuyo pago quedan vinculados
todos los bienes y propiedades del estado, y se destinaran los
ramos mas' productivos de las rentas publicas :
4. £1 poder executivo de la República sera exercido por
un Presidente, y en su defecto por un Vice-Presidente, nom-
brados ambos interinamente por el actual Congreso :
5. La República de Colombia Be dividirá en tres grandes
departamentos, Venezuela, Quito, y Cundtnamarca; que com-
prenderá las provincias de la Nueva Granada, cuyo nombre
queda desde hoy suprimido. Las capitales de estos departa-
mentos serán las ciudades de Caracas, Quito, y Bogotá, qui-
tada la adición de Santa Fé :
6. Cada departamento rendrá una administración superior,
y un gefe, nombrado por ahora por este Congreso, con titulo
de Vice-Presidente :
7. Una nueva ciudad, que llevará el nombre del Libertador
Bolívar, sera la capital de la República de Colombia. Su
plan y situación se determinaran por el primer Congreso
General, baxo el principio de proporcionarla á las necesidades
438
de los tres departamentos, y ala grandeza á que este opulento
país está destinado por la naturaleza:
8. £1 Congreso General de Colombia se reunirá el primero
dé Enere de 1821, en ls villa del Rosan» de Cécuta, que por
todas circunstancias se considera es loga* mas- bien propor-
cionado* Su convocación se hará por el Presidente de la
República el 1 de Enero de 1820, cao comunicación del re-
glamento para las elecciones, que sera formado per una, comi-
sión especial, y aprobado por el Congreso actual :
9* La constitución de la República de Colombia sera for-
mado por su Congreso Generalr á quien se presentara, en clase
de proyecto, la que ba decretado el actual, y qee, con las leyes
dadas por él mismo, se pondrá1 desde luego, por vi* de en-
sayo, en execucion i
10. Las armas y el pavelkm de Colombia se decretaran pee
el Congreso General, sirviéndose entretanto de tas armas y
pevellon de Venezuela por ser mas conocido :
I-L~ El actual Congreso se pondrá en receso el 15 de Enere
de 1&20, debiendo precederse á. nuevas elecciones para el
Congreso General de Colombia :
12. Una comisión de seis Miembros y un Presidente que-
dara en lugar del Congreso, cen atribuciones especiales que
se determinaran por un decreto :
13. La República de Colombia sera solemnemente procla-
mada en los pueblos, y en los exercitos, con fiestas y regoci-
jos públicos, verificándose en esta capital el 25 del corriente
Diciembre, en celebridad del nacimiento del Salvador del
mundo, baxo cuyo patrocinio se ha logrado esta deseada re-
unión, por la quai se regenera el estado :
14. El aniversario de esta regeneración política se celebrara
perpetuamente con una fiesta nacional, en que se premiaran
como en las de Olimpia, las virtudes y las luces.
La presente ley fundamental de la República de Colombia
sera promulgada solemnemente en los pueblos y en los exer-
citos, inscrita- en todos los registros públicos, y depositada en
todos los archivos de los cabildos, municipalidades, y corpora-
ciones, asi eclesiásticas como seculares.
439
Dada en el palacio del Soberano Congreso de Venezuela»
en la ciudad de Sto Tomas de Angostura, á diez y siete
dias del mes de Diciembre, del Año del Señor mil ochocien-
tos diez y nueve— Noveno de la Independencia.
£1 Presidente del Congreso, Francisco Antonio Zea, Joan
(forman Roscio, Manuel Sedeño, Juan Martines, José Es-
paña* Luís Tomas Peraaa, Antonio M. Briceñoj Eusebio
Afanador, Francisco Conde, Diego Bautista Urbaneja, Juan
Vicente Cardoso, Ignacio Muñoz, Onofre Básalo, Domingo
Alzuru, José Tomas Machado, Ramón García Cádiz; El
Diputado Secretario, Diego de Vallenilla.
Palacio del Soberano Congreso de Venezuela en Angos-
tura, á 17 de Diciembre de 1819—9°.
El Soberano Congreso decreta, que la presente ley funda-
mental de la República de Colombia sea comunicada al su-
premo poder executivo, por medio de una diputación, para su
publicación y cumplimiento.
Francisco A. Zea, Presidente.
Diego na Vallenilla, Sec.
Palacio del Gobierno, en Angostura, á 17 de Diciembre
de 1819—9°.
Imprimase, publiquese, executese, y autorisese con el sello
del estado.
(Firmado) Simón Bolívar,
Por S. E. el Préndente de la República.
£1 Ministro del interior y de la justicia,
DíEGÓ B. ÜRBANfeJA.
La incorporación de los dos estados es una
medida de la mayor importancia para los intereses
de los dos ; y es verdaderamente grato al observar
con que ansia la Cabeza del Gobierno habla sobre
el sugeto de aquellas deudas, que se han contraído
para el servicio de la República. Parece que las
deudas contraidas por cada estado separada-
mente, para obtener socorros, han sido reconocí-
440
das, y fundidas en una sola, y se ha formado el
plan de la liquidación. No hay duda que esto
debe servir de mucho consuelo á aquellos indivi-
duos en este pays, que, baxo circunstancias las
mas arduas, confiaron en la buena fé y honor de
la República de Venezuela, y de su valiente
Gefe, que parece dispuesto á no olvidar nunca
sus servicios.
Pocos días después Bolívar hecho una proclama
á la Legión Irlandesa, en la que después de alabar
los sentimientos que les llevaron á Colombia, les
promete solemnemente de desempeñar las prome-
sas que les hizo el General D'Evereux.
La celeridad con que obraba el Gefe Colom-
biano era extraordinaria. Después de haber ar-
reglado varios negocios del estado, salió de An-
gostura el 25, para completar la grande obra de
la emancipación de Colombia, llevando consigo
armas, municiones, &c. para los 6000 hombres
en Pamplona, y los 4000 de la división de Paez
en Vari ñas y Guanare. £1 gefe realista» La Torre,
que tenia 2000 hombres en Cúcuta, se retiró
ahora á Merida. £1 exercito del este, baxo el
mando de Arizmendi y Bermudez, marchó hacia
Calabozo, para efectuar una unión con Bolívar y
Paez. La división de Soublette se habia ya jun-
tado con Paez en Noviembre. La intención de
los patriotas era concentrar sus fuerzas, y mar-
char contra Morillo, que se habia juntado con
Morales, y asegurarse por una acción decisiva de
441
la independencia de las provincias, que aun reco-
nocían el dominio de España.
El 20 de Enero Don Francisco Antonio Zea,
Presidente del Congreso, y Vice-Presidente de la
República dé Colombia, dirigió un manifiesto al
Pueblo de Colombia, lleno de energia y eloqüen-
cia, del que daremos su substancia no teniendo el
original.
Comienza exaltando la grande obra de la unión
entre los habitantes de Venezuela, Cundinamarca,
y Quito, los que baxo el puñal de un Boves, y en
la atroz escuela del pérfido y sanguinario Morillo,
babian por fin aprendido á ser libres é indepen*
dientes. La concentración política que habían
verificado, y la ley fundamental que confirmaba
aquel acto, y que, por su medio, el Congreso
ofrecía al pueblo para su suprema sanción, no
podía menos de llenar todos los deseos de la
nación, promover los intereses de todos sus indi-
viduos, cimentar su independencia baxo una base
duradera, establecerla por todo el Sud de Ame-
rica, y consolidar su poder. Esta elevación poli-
tica no se limitaba únicamente al estado, pero
debía llenar el noble orgullo de cada una de sus
individuos ; pues si el decir, " Soy Ingles/' ins-
piraba ideas grandes, y sentimientos de venera-
ción, por pertenecer á un pays tan poderoso, las
palabras de " Soy Colombiano" podran un día
pronunciarse con orgullo, con tal que haya uni-
dad é integridad en un pueblo, que, dividido en
muchas pequeñas y débiles repúblicas, no podrían
44S
prosperar como quando reunidas todas ellas en
una sola, llena de vigor y opulencia, cuya gloria
y grandeza no pedia menos de redundar á la
dicha del todo. Reunidas estas tres grandes
provincias, el imperio de los Medas ó de los Asi-
ríos, de los Augustos ó de los Alexandros, no po-
drían nunca compararse con una república tan co-
losal, la que, con un pie en el Atlántico y el otro
en el Pacifico, contemplaría á la Europa y al Asia
multiplicando las producciones del ingenio y délas
artes, y cubrir con sus navios los dos mares, para
cambiar aquellas por los metales y piedras pre-
ciosas de sus minas, y aun lo que mas precioso era,
por los frutos de sus valles y prolificós montes.
La situación geográfica de Colombia no puede
ser mas ventajosa para el comercio. Se halla en
el centro del Nuevo Continente, con muchos y
cómodos puertos en los dos océanos ; el interior
está intersectado por ríos caudalosos, que baxan
de los Andes en todas sus direcciones : los que
un día extenderán la navegación interna de las
costas opuestas al centro, y aun quiza hasta los
Nuevos Estados del Sur— desde la Giriana al
Perú, desde Quito y Cundinamarca hasta el Bra-
sil, y quiza hasta el Paraguay, y quien sabe si no
llegara hasta Buenos Ayres. En un pays, tan
poco conocido de sus mismo naturales, y en el
que sin embargo se han hallado tantas y tan ex-
tensas comunicaciones, es de creer que el Genio
de la libertad descubrirá otras aun mas impor-
tantes. ¡Quantas no había hallado el ilustre
448
Caldas en sus excursiones botánicas y geológicas !
aquel sabio industrioso y sin pretensiones, que
Morillo sacrificó, por un estupido frenesí pasa
extinguir con él toda la virtud é ilustración de
Colombia, que consideraba como sus principales
enemigos. ¡Desgraciado naturalista! dice Zea,
las ciencias te levantaron un monumento, y el
bárbaro te erigió un patíbulo !
Después continua hablando de la importancia
del ismo, al que concurrirá el mundo entero, una
vez que se abra y que sea navegable. La em-
presa se hallaba ya muy adelantada por el plan
que había formado Caldas, por los medios que
babia ofrecido el magnánimo Corral, y por las
requeridas mensuraciones y nivelaciones de Uribe,
que ya habia delineado ana carta hidrográfica
para ponerle en execucion,*— quando la Inquisi-
ción y Morillo, con su nueva caxa de Pandora,
llegó á 9us costas, difundiendo entre los habitan-
tes d$ Colombia el fanatismo, la crueldad, la bar-
barie, y en una palabra, todos los horrores del des-
potismo, manifestando un profundo aborrecimien-
to por quanto era grande ó liberal.
Después les exhorta á que sean unánimes en
adoptar una unión, de cuyas ventajas geográficas
derivarían tanto poder, gloria, y prosperidad : á
que promulguen solemnemente estos principios,
que no solo serán los medios de su salvación, sino
de poderse sentar al lado de las naciones mas po-
derosas del globo*
444
La situación geográfica, la variedad de climas,
y la diversidad y singularidad de sus producciones,
todo hace probable su grandeza futura.
Después enumera con mucho discernimiento
las preciosas producciones de los reynos animal»
vegetal, y mineral, haciendo una descripción mag-
nifica de cada uno de ellos. Su pintura de las
grandes y hermosas perspectivas que presenta el
pays es verdaderamente sublime. ¿ Pero por que
fatalidad este pays, que es el primero en el mundo
físico, no existe siquiera en el mundo político?
Es, dice, porque no lo habéis querido ; queredlo,
y está hecho. Decid, " Que Colombia sea, y
Colombia sera." Para mejor efectuar esto, y ocu-
par un lugar en el mundo político, no tenéis mas
que sancionar esta ley, y jurar en las aras de la
patria la unidad y concentración en una sola re-
publica, y el triunfar ó morir en defensa de ella.
Los dos requisitos 6 condiciones para poder ser
admitidos en la grande familia de las naciones,
son, una firme manifestación de tal deseo, y una
magnitud considerable de teritorío. Una masa
de mas de tres millones de hombres ; un territorio
de cien mil leguas quadradas ; una posición geo-
gráfica eminentemente comercial ; posesiones in-
mensas en minas de oro y plata ; frutos los mas
estimables, y producciones naturales las mas pre-
ciosas, forman, no hay duda, un estado de inmensa
magnitud, al que nada le falta sino presentarse y
ser reconocido. La unanimidad, y la firme reso-
lución de los Colombianos, le darán de una vez
445
existencia y durabilidad. Seria pues una degra-
dación que poseyendo en si los medios de ser li-
bres y poderosos, prefiriesen ser, por apatía, una
miserable colonia — ¡ y eso de España !
Prosigue después á aconsejarles, que una vez
elevados á la dignidad de nación, deben respetar
solemnemente las instituciones, y aun los capri-
chos de los otros gobiernos ; porque en nuestro
siglo, dice, es permitido ser libre como un Ingles ;
pero no tanto como un Ateniense, mucho menos
como un Romano, y mucho menos aun cómo un
Lacedemonio. Que es preciso vivir como en
nuestro siglo, y coexistir con nuestros contempo-
ráneos. Un pueblo no debe gobernarse, al des-
precio de todo el mundo, por teorías de perfec-
ción, que no sean consistentes con el orden y
naturaleza de la sociedad ; y los hijos de Colom-
bia deben tomar en consideración estas ideas, para
adoptar una constitución que sea justa, benéfica,
y liberal.
Después les hace ver quan importante es elegir
para el próximo Congreso constituyente, hombres
distinguidos por sus luzes, juicio, virtudes, y pa-
triotismo. Como aquel Congreso es el que debe
dar á Colombia su constitución, es de una impor-
tancia vital que sus miembros sean los dignos
órganos de sus sentimientos, para que den un có-
digo que no solo convenga á Colombia, sino que
convenga á todo el genero humano; y que no
respire sino una filantropía universal.
446
Le» hace una exhortación: sumamente eloqüen-
te, en la que les recuerda fas proscripciones de
Morillo contra tantos clérigos ilustrados y sagaces
legistas, que todo su crimen era su demasiada
honradez y muchas luces. Morillo, que solicita-
ba curas de España para volverles á sumergir en
las tinieblas de la ignorancia, y flecharles cade-
nas aun mas pesadas, les habia convencido que
su salvación dependía enteramente de su absoluta
independencia y libertad, sin lo qual nada tenían
que esperar sino una esclavitud la mas infame.
En efecto, les congratula de que la Providencia
les habia puesto baxo la dichosa necesidad de
elevarse al alto rango para el que les destinó.
Pero que el estado necesitaba que pusiesen en
acción todos sus medios y recursos ; pues de otra
suerte, los débiles sacrificios, y los esfuerzos lentos
ó tardíos, tenian necesariamente que ir empo-
breciendo al estado, sin producir ningún efecto
pronto y decisivo. Un movimiento simultaneo y
general para arrojar al enemigo de su teritorio, es
quanto se necesita. El dia que esto suceda, aquel
dia sera el ultimo de la guerra, y el primero de su
grandeza y prosperidad. La industria y el co-
mercio florecerán. Los puertos se abrirán á todas
las naciones, y admitirán á todas los hombres co-
mo amigos ó ciudadanos, comerciantes ó propie-
tarios. Numerosos colonos cultivaran sus fértiles
llanos, para extraer los productos naturales de
sus montañas, ó explorar los metales y piedras
preciosas de una. infinidad de minas, abandonadas
447
por la falta de brazos ó de capitalistas emprende-
dores ; el comercio y la industria, el talento y la
ciencia» aplicadas á un pays tan favorecido de la
naturaleza, presentaran diariamente nuevas rique-
zas, y nuevos manantiales de prosperidad al uni-
verso.
Por fin, concluye elogiando la conducta de las
Colombianas, que han sabido sacrificar sus joyas
en las sagradas aras de la patria. La inmortal
Salabarieta, dice, no sera nuestra única heroína ;
mil otras se levantaran, ¿ y quien podra calcular
los esfuerzos entusiásticos que inspiraran estas
amantes hijas de la patria? Dad este grand
impulso, impelid este movimiento universal,— y
con vosotros comenzara la historia de Colombia,
y su primera y mas luminosa pagina sera consa-
grada á inmortalizar vuestros nombres.
Dado en el Palacio del Congreso Soberano, en
Angostura, el 13 de Enero de 1820, y el
lO™ de la Independencia.
A principios de este año, Fernando publicó
una proclama para sus vasallos Americanos, que
es bastante curiosa, siendo el ultimo esfuerzo de
los Españoles pjira recobrar su autoridad perdida,
y que no debió alentar poco á los Colombianos,
siendo una prueba evidente de la debilidad de
España, que trata de volverles á uncir á su yugo
por promesas falsas, y por amenazas vanas. Los
últimos cambios que habian ocurrido en España
dieron origen á este documento, y la corte de
5
448
Madrid juzgó que la oferta, de que el Pueblo de
Colombia gozaría de la misma constitución que
España, les haría someterse á aquellas Cortes,
que no solo permitieron las atrocidades de un
Monteverde, de un Ruiz de Castilla, y de un Sa-
lomón, sino que las recomendaron. Daremos
aqui la substancia de él, para que nuestros lecto-
res puedan ellos mismos hacer sus comentos.
EL REY Á SUS VASALLOS DE ULTRAMAR.
Primero comienza acusando á la fatalidad,
quando en 1814 restableció ciertas instituciones,
que por estar confirmadas por el uso de muchos
años se consideraban como superiores. Pero,
dice, la desgraciada experiencia de seis años, y
los muchos males que se iban acumulando por
aquellos mismos medios que juzgaba debían pro-
ducir una dicha universal — las quejas generales
del pueblo de los dos hemisferios, y sus enérgicas
demostraciones, me convincieron de la necesidad
de volver á adoptar aquella conducta de que nos
habíamos separado ; y viendo que el deseo gene-
ral de la nación era de elevarse á aquel rango á
que fue destinada, jme resolví á jurar la constitu-
ción formada en Cádiz por las Cortes Generales
Extraordinarias, y proclamada en aquella ciudad
en Marzo de 1812. Nada puede exceder la sa-
tisfacción que tube al ver el regocijo universal
que esto produxo. Después continua haciendo
449
la debida justicia á la generosidad del pueblo
Español, que perdona y olvida tan fácilmente las
injurias que habia padecido; y contempla los
felices resultados que tendrá un sistema libre é
instituciones sabias y liberales ; afirmando que la
confirmación de la constitución no es ningún
sacrificio para él, antes es un motivo de regocijo,
persuadido como lo está, que asi lo exige el bien
publico.
Después dice á los Americanos. — ¡Americanos!
os habéis separado mucho del sendero de vuestros
verdaderos intereses — á esta época ya sentís lo
mucho que os ha costado vuestra mala conducta —
aquellas fatigas inmensas, peligros sin fin, guerras
sanguinarias, devastaciones espantosas, y los ex-
tremos de todos los males. Nada os ha resultado
sino lagrimas y penas, turbulencias y resentimi-
entos, hambres, destrucciones, y horrores inaudi-
tos— resultados que os cubrirán de oprobio hasta
las generaciones futuras. ¿ Que podéis aguardar
de estos? Escuchad la voz alagueña de vues-
tro rey y padre. Arrojad lexos de vosotros las
sospechas é inquietudes que os agitan, y rempla-
zadlas por sentimientos tiernos y generosos. — En
este estilo continua tratando de hacer ver la ne-
cesidad de una conciliación entre individuos que
teniendo en común la misma lengua, religión,
costumbres, leyes, y sobre todo las mismas virtu-
des, deben renovar aquellas relaciones que por
tanto tiempo unieron los dos hemisferios. Les
dice, que ahora España ha adoptado un sistema
TOM. II. f f
450
mas amplio en sus principios, y conforme al que
ellos mismos deseaban. Les exhorta á adoptar
una conducta franca y leal, opuesta á aquella
política mal entendida y llena de astucia» que por
sus combinaciones falsas é intrincadas no puede
producir sino resultados contrarios.
Después dice, que las Cortes, cuyo nombre
tan solo es una garantía favorable de las grandes
ventajas y beneficios que resultaran para todos
los Españoles, están sobre el punto de reunirse.
Que sus hermanos de la Península esperan con
ansia, y cotí los brazos abiertos, para fraternizar y
unirse con los del otro hemisferio baxo una base
de igualdad, de la que aun ellos mismos sacaran
mas ventajas: la seguridad de sus personas se
halla garantizada por las leyes del honor nacional,
y que habiendo jurado á la faz del universo, las
observaran religiosamente. ¡ Que beneficios, que
felicidad no producirá esta unión tan deseada !
El comercio, la industria, la agricultura, las cien-
cias y las artes, florecerán de un modo nunca
visto. La justicia y la política prescriben esta
conducta, y un gobierno Constitucional, común á
todos, en el que no puede existir nada de injusto
ó arbitrario, no puede menos de conducir á todas
al mas alto grado de prosperidad. Pero añade
después, que si no escuchan estos consejos salu-
dables que su querida patria les da de lo mas
intimo de su corazón, tendrán que temer aque-
llos males que produce la furia de una guerra
civil— todos aquellos males que resultan á un es-
tado destituido de su gobierno legitimo y natural,
451
y á que esta expuesto por las seducciones insidio-
sas de hombres ambiciosos, que promueven los
horrores de la anarquía con el objeto de arrancar
de las manos del gobierno su cetro; aquellos
forragidos sin principios, aventureros desconoci-
dos— aquellos extrangeros intrusos, que buscan
con ansia las ocasiones de sembrar los frutos de
la discordia ; que tratan de dividir, y que no di-
viden mas que para dominar; en fin, todos los
horrares y convulsiones que sufren los estados en
una crisis tan violenta, en la que las pasiones y
los principios políticos se hallan en abierto con-
flicto. Y concluye diciendo, que ademas sentirán
todos aquellos terribles efectos que deben aguar-
dar de la indignación nacional y de un gobierno
justamente ofendido ; un gobierno el mas fuerte
y poderoso quando se ve soportado por el pueblo,
y dirigido por los principios que le actúan. Pero
quiera el cielo que una obstinación tan inconsi-
derada no llegue nunca. Nunca— pues el agudo
dolor que causaría no podría menos de poner ter-
mino á los dias de vuestro tierno é indulgente
padre. Fernando.
Sobre el rumor de tal proposición, apareció un
articulo en el Correo del Orinoco el 1 7 de Junio,
que se suponía ser al mismo tiempo una declara-
ción official de los sentimientos del Gobierno Pa-
triota en Angostura, sobre los cambios políticos
en España, y sobre la suspensión de hostilidades,
á las que se aguardaban de la parte de Morillo.
La siguiente venia á ser su contenido.
452
Hay un rumor en la ciudad, de la llegada de algunos oficía-
les Españoles á las Barbadas, que van á Caracas, con propo-
siciones para un armisticio con el Presidente de Colombia,
ha6ta que las Cortes se reúnan y determinen la qüestion de
paz 6 de guerra con el Sud de America. Este rumor, que
sera tan agradable para los que desean que cese de correr la
sangre humana, necesita confirmación.
En todos los documentos que hemos visto publicados por
la Junta Provisional de España, no hemos descubierto nada
sobre el Sud de America, excepto el restablecimiento del
antiguo departamento para la administración de los negocios
ultramarinos. Puede ser que por esta via vengan las tales-
proposiciones de armisticio, para los Americanos que ya han
sacudido el yugo de España. Si la junta provisional de
Madrid fuese actuada por los mismos sentimientos de gene-
rosidad que los gefes que han libertado á la Península, nada
mas propio que poner un fin á aquella efusión de sangre, que
fue la delicia de Fernando y de sus satélites en Venezuela.
Morillo, que fue el principal instrumento de los estragos y
desolación en Venezuela, ha continuado en aquel puesto en
el que cometió tantas y tan atroces crueldades, aunque estaba
bien informado de los sentimientos de generosidad y modera-
ción de aquellos gefes, publicados en todas las partes lo mismo
que de sus miras magnánimas. Morillo, que no puede existir
sino en medio de los estragos y de la sangre humana, ha obli-
gado á los pueblos de Colombia á continuar las hostilidades
por mar y por tierra. Tubimos previa información que las
ordenes de Morillo á la flotilla que sallo de Cumana en Abril,
eran de matar, quemar, y destruir quanto se presentase por
delante, sin reserva 6 distinción ; y estas ordenes estabas fir-
madas por este abominable monstruo, quando había recibido
informes positivos de la insurrección en España en favor de
la constitución ; del juramento tomado por Fernando de man-
tener y obedecer aquella constitución ; del establecimiento de
la junta provisional ; de las deliberaciones de aquellos patrio-
tas y sabios de España que habían estado en calabozos, en
presidios, y en la Inquisición, por opiniones políticas ; de la
abolición del tribunal de la Inquisición ; y del restablecimiento
de la libertad de la imprenta.
453
*
Hubiera sido de desear que las hostilidades hubiesen cesa-
do al momento que se recibió en Caracas la proclama de.
Quíroga y Acevedo. Pero Morillo, continuando su sistema
sanguinario, nos impuso la necesidad de defendernos, y de
perseguir en justicia á un infame y pérfido enemigo.
Es imposible afirmar al presente qual podra ser la natura-
leza de un armisticio recibido en La Guayra por la via de las
Barbadas, si es que han . recibido tal ; ni es tampoco posible
determinar si tales proposiciones se aceptaran ó desecharan.
i Que precauciones no se necesitarían para impedir quales-
quiera accidenté que dependiese del carácter ó conducta de
agentes tan distantes de sus gefes ! Suponiendo que la junta
provisional fuere mas digna de confianza que Fernando, y que
el mismo Morillo no fuese menos digno de confianza en honor,
6 humanidad, 6 fé, que la junta, aun asi podrían resultar
muchos males de mil circunstancias imprevistas, contra las
quales sería suma locura no estar preparados. Estas conside-
raciones deben ser imperativas para todos aquellos á quienes
se les haga aberturas, quando debe considerarse que la auto-
ridad superior del partido adverso que hace las proposiciones
está á la distancia de 2000 leguas : este es un inconveniente
contra las leyes y constitución que tienen que operar á tan
grande distancia.
Por mucho que se mejore 6 perfeccione la constitución de
1812, estos payses están demasiado distantes del sitio de su
operación, para que pudiesen participar en estas amelioracio-
nes ; ninguno de ellos puede derivar, como España, la ven-
taja de una fiel observancia aun de sus principios fundamen-
tales. Esta constitución se comunico al Sud de America el
año de su publicación, al Perú, á México, y á Venezuela ;
pero no sirvió mas que como una mera maquina de opresión
en las manos de los Callejas, de los Monteverdes, y de los
Abascales. Ni siquiera un solo abuso de los muchos que
exercieron estos satrapes del despotismo se remedio baxo su
establecimiento ; y los habitantes del Perú, de México, y Ve-
nezuela, continuaron tan oprimidos como, lo habian estado
antes, baxo la pretendida sombra de esta potente constitución ;
de este modo obligando á los que no podían ya ser engaña-
. 454
dos, 6 que estaban determinados á no ser mas esclavos, á
buscar un remedio en un esfuerzo mas vigoroso para su eman-
cipación.
La primera regencia de España convidó á los Americanos
Españoles á enviar diputados á las Cortes, y, quando se vie-
ron convocados, indicaron los males baxo los que aquellos
payses habían tanto sufrido. El Sud de America se vio teo-
réticamente aligerado de las cadenas de una sujeción colo-
nial por la regencia ; y confesaron, que la distancia de estos
payses del sitio del gobierno, les exponía siempre á aquellas
injurias. Tales eran los sentimientos manifestados per la
regencia en aquella epcrca.
Por muy excelente que sea una constitución, no puede im-
pedir los males que resultan de la distancia, y si la rafe de
estos males existiere, los mismos males tienen que nacer de
ella. La regencia dixo entonces, lo que tenia razón de decir,
que se trataba á los Americanos con indiferencia, adonde la
avaricia no les injuriaba, 6 encorbaba baxo el peso de la igno-
rancia en el poder; pero continuaron siendo oprimidos aun
baxo aquella regencia, sin ninguna mitigación ó amelioracion.
El manantial original del mal durara mientras que continué
la distancia que les separa del centro del gobierno ; y ningu-
na medida política, por muy importante que sea, podra jamas
vencer dificultades insuperables.
De circunstancias semejantes á estas, el celebre autor del
Espíritu de las Leyes concluye, que á no ser un gobierno
despótico ninguno otro puede conservar payses á grande dis-
tancia del centro del gobierno. El lector quiza preguntara
qual puede ser el objeto de estas observaciones, y que tienen
de común con el rumor de armisticio. Aqui no nos hemos
propuesto entrar en una análisis del rumor de una paz, que
quiza terminara en una guerra renovada con mas ardor ; la
atención de este artículo se dirige á las Cortes reunidas en
Madrid, 6 en qualesquiera otro parage de la Península. Es
fácil imaginarse, que una mayoría en las Cortes se ocupe seri-
amente en buscar los medios de adaptar la constitución á la
situación del Sud de America, y aun se puede anticipar una
oferta de que para remediar los males existentes en America
455
se leí dará una representación igual á la de la Península ; y,
por fin, que se traten de rectificar todos los defectos de la
constitución de 1812» respecto al Sud de America, de tal
modo que puedan juzgar según la conducta de los Ameri-
canos de aceptar 6 desechar tal proposición, como una alter-
nativa de recurrir á las armas para continuar la guerra.
Estas ideas son puramente hipotéticas. No afirmaremos
positivamente, que tales sean los resultados de las delibera-
ciones de las. Cortes con el Sud de America. Si todos los
miembros de las Cortes, ó una mayoría de ellas, fuesen Qui-
rogas 6 Acevedos, no habría nada que temer ; la terminación
de esta guerr? sanguinaria seria entonces cierta, y seria se-
guida de un tratado definitivo de paz, cuya base fundamental
fuese la independencia absoluta del Sud de America.
Pero como esto es probable que no suceda, no* propone-
mos ofrecer una respuesta sin replica al proyecto en qüestion,
qual es, que el poder supremo central de que habla la consti-
tución se establecerá en el Sud de America ; que el cuerpo
legislativo nacional se reunirá en Panamá, ó en qualesquiera
otro parage del Sud de America, donde residirá igualmente
el executivo ; y que España dependerá de la autoridad de su
gobierno común. Tal es el bosquejo del contra-proyecto*
Bazo -estas condiciones, es de presumir que el pueblo del Sud
de America juraría la constitución.
Una prueba de esta verdad podemos ofrecer en la conce-
sión de uno de los oponentes mas inveterados contra la inde-
pendencia del Sud de America. Aludimos al ultimo párrafo
en un articulo contenido en la Gazeta de Madrid* del 8 de
• £1 siguiente es el tenor del párrafo de la Gazeta de Madrid :—
" La época no está muy distante, quando una sabia política instruirá á los
gabinetes Europeos, que la dependencia del Sud de America no es una
ventaja únicamente peculiar para España, pero que entra profundamente en
los intereses generales de la Europa, cuya antigua supremacía y preponde-
rancia sobre todas las otras partes del globo quedaran destruidas, asi que la
independencia establezca su templo en aquellas regiones, que la naturaleza
ha enriquecido con tanta munificencia y abundancia. La actividad del espí-
ritu de la industria y de las artes, las precipitara sobre aquellos paysea mas
456
Julio de 1816. Todo hombre libera) está convencido de la
fuerza de aquella producción eloqüente : ninguno de ello6 de-
seara depender de un gobierno que existiese en el Istno de Da-
rien, en Quito, 6 en Bogotá. Todos hecharian sus ojos sobre
Portugal, y la insignificancia en la que ha caído desde que se
transfirió el sitio del gobierno al Brasil ; y apuntaran también
á la malograda tentativa de los grandes del Portugal Europeo,
de hacerse independientes de la corte del Rio Janeiro, única-
mente con el objeto de impedir los males que resultan de la
distancia de Portugal del centro de su gobierno. Que los
Españoles sean justos hacia los Americanos del Sud, que,
después de 300 años de injusticia y privaciones, reclaman sus
derechos, con el único objeto de hacerse libres é independien-
tes, y según los mismos Españoles constitucionales lo desean
para si. Los Americanos han sacrificado ya la mejor sangre
y los ingenios mas esclarecidos de entre ellos para obtener
aquella libertad y emancipación ; y el logre de estos derechos
no sera mas que una justa recompensa por tales sacrificios.
El conflicto en tal caso quedara justificado de la parte de los
Americanos del Sud, porque no tendrían mas que producir el
exemplo reciente del pueblo Español, que ha exercido el
mismo derecho de insurrección contra el poder arbitrario, re-
sistiendo al despota que les oprimía. Entonces la firmeza y
la constancia de los patriotas Americanos obtendrán un triunfo
completo, y los defensores de una causa tan justa lograran
aquella gloria inmortal, que es debida á los que tienen una
constancia á toda prueba, y un valor invencible, en una carrera
tan gloriosa.
El poder judicial en la Península se exercera según las
formas de la ley presentada el 10 de Octubre de 1812, para
el Sud de America ; y la America exercera su poder judicial
independiente de toda interferencia de la parte de España*
florecidos; la Europa quedara abandonada; y aquella superioridad que
hasta ahora ha dado con justicia el derecho á la Europa de ser el centro de
la civilización, no solo cesara, sino que la Europa se transformara en la
csclaTadel Nuevo Mundo."
457
A semejantes proposiciones es probable que los Españoles
ofrezcan las mismas objeciones que han dado ya los Ameri-
canos del Sud ; porque el poder judicial, dirían, se exerceria
muy diferentemente á la distancia de 2000 leguas. Los Es-
pañoles no podrían alegar que tenían mejores motivos en tal
caso que los Americanos de mantener sus derechos por la
fuerza de las armas desde 1819. Luego, si esto es asi, ¿por-
que querer que los Americanos se sometan á lo que los Es-
pañoles desean, quando ellos mismos rehusarían someterse
baxo los mismos términos á los Americanos ? ¿ Donde está;
entonces, la observancia fiel de los derechos naturales del
genero humano, tan obligatoria para España como para la
America, según nuestra hipótesis ? No hagas á tu próximo
lo que no deseases te hiciesen á ti mismo. ¿ Que hacer en
esta alternativa ?
Supongamos que se pone el sitio del gobierno en la Bermu-
da, 6 en otra isla igualmente distante de los dos payses ; en
efecto, no hay otro paso intermediario que pueda obviar lo
absurdo de dos payses, tan distantes, y tan desiguales en ex*
tensión y población, de quererles gobernar baxo iguales con-
diciones. Como este es el único remedio para poder obtener
esta unidad, y este parece impracticable, el dilatado territorio
del Sud de America no puede nunca esperar llegar á aquel
estado de felicidad al que la naturaleza parece haberle desti-
nado, á no ser que sea por una independencia verdadera y
absoluta.
Los patriotas no se engañaban en sus conjetu-
ras. El mismo dia que se publicó este articulo en
Angostura, se despacharon comisionados al Con-
greso con una carta de Morillo, para proponer
una suspensión de hostilidades, hasta que se efec-
tuase una reconciliación. A esta dieron una res-
puesta, en la que el Congreso manifestaba la firme
determinación de mantener inviolable aquella in-
458
dependencia que estaban sobre el punto de lograr,
después de 10 años de lucha.
Al mismo tiempo Morillo despachó cartas á
varios de los generales independientes, incluyendo
la proclama de Fernando, invitándoles á una con-
ferencia, y suspensión de hostilidades. Damos
aqui la substancia de las cartas de Morillo al
Congreso y á Mariano Montilla, con la de las res-
puestas de este general, y del Presidente Penal-
ver.
El General Morillo dice al Soberano Congreso
de Colombia, que no dudando que Su Alteza Se-
renísima esté ya informado de los últimos sucesos
que habían ocurrido en la Península, y del triunfo
de la voluntad general de la nación en restablecer
la constitución de la monarquía Española, y que
habiendo recibido ordenes positivas del Rey Cons-
titucional para entrar en una reconciliación franca
y liberal, que vuelva á unir á toda la familia, y
poder gozar de la ultima regeneración política,
poniendo un fin á la opresión, que lexos de ser
peculiar á aquellas regiones, había sido general
por todo el imperio j se apresuraba á comunicar
á Su Alteza, que había abierto una comunicación
con los gefes militares del gobierno, para propo-
ner una suspensión de hostilidades, hasta que se
efectué la reconciliación, para cuyo cumplimiento
iban diputados el Brigadier Don Tomas de Cires,
gobernador de la provincia de- Cumana, y Don
José Domingo Duarte, intendente del exercito,
para que tratasen con el Congreso sobre una base
459
equitable, y de ventaja mutua» En el entretanto
había dado ordenes á sus oficiales para üebar in-
mediatamente á efecto la suspensión de hostili-
dades, y continuar en las posiciones que ocupaban
entonces, á no ser que fuesen atacados.
Como gefe militar, obediente á aquella subor-
dinación que le había guiado siempre en su car-
rera, hizo guerra ; y ahora como reconciliador se
sumetia gustoso á la misma subordinación para
restablecer la paz.
Eii este momento el Congreso debe correr un
velo sobre los horrores de la guerra, y solo fixar
su vista en la deliciosa esperanza de reunir los
hijos á los padres, los hermanos á los hermanos,
los amigos á los amigos, y los Españoles á los
Españoles, que por una fatalidad se ven dividi-
dos ; y para lograr este fin, ' deben de abrazar la
constitución, que podra perfeccionarse por un
consentimiento común, y según lo dicte la expe-
riencia.
Los comisionados, dice, presentaran al Con-
greso los principios de reconciliación, que espe-
ran adoptara para restablecer la fraternidad; y
que si, por alguna aprehensión de lo que había
pasado en épocas de 'furia y desesperación, no
acceptasen inmediatamente las proposiciones de
la nación, aun asi debian de hacer justicia á las
buenas intenciones que las habían dictado.
Por fin concluía diciendo, que quan agradable
seria para todos el verse reunidos, y para él
mismo el poderse presentar sin el aparato de la
4(J0
guerra, como un simple ciudadano Español,
uniendo su voz á las expresiones generales de
gozo por la victoria ganada reciprocamente sobre
sus pasiones. Hasta que esto ocurra, su Alteza
no podra nunca graduar la diferencia del general
al ciudadano, que tiene el honor constitucional
de ser el mas obediente servidor de su Alteza
Serenísima. (Firmado) Pablo Morillo.
En el Quartel-general de Caracas, el
17 de Junio de 1820.
La respuesta del Congreso al General Morillo
venia á ser asi :—
Excelentísimo Señor, — El Congreso Sobe-
rano convocado expresamente con el objeto de
leer la carta que V. E. le ha dirigido desde su
quartel-general, con fecha del 17 de Junio ultimo,
informándole que el Brigadier Don Tomas de
Cires, y Don José Domingo Duarte, habían sido
comisionados para venir á esta capital, á solicitar
la unión de estos payses con la monarquía consti-
tucional de España, y que estos señores presenta-
rían los principios de reconciliación propuestos
por la nación, deliberados el 11 del mismo, en
una sesión publica, y por respuesta transmito á
V. E. el decreto siguiente : —
El Soberano Congreso de Colombia, deseoso
de establecer la paz, oirá con gusto aquellas pro-
posiciones que le sean hechas de la parte del
Gobierno Español, con tal que tengan por base
el reconocimiento de la soberanía é independen-
*6l
cia de Colombia/ y do admitirá otras que no con-
tengan este principio, tantas veces declarado por
el Gobierno y pueblo de esta República.
£1 Presidente del Congreso tiene el honor de
ser de V. E. el muy obediente servidor.
Fernando de Penalver.
Felipe Depiano, Secretario.
Nueva Guiana, el 13 de Julio de 1820.
La substancia de la carta de Morillo á Mon-
tilla era esta : —
Comienza anunciándole los grandes y dichosos
sucesos que habían aburrido en España, cuyos
resultados habian sido la adopción de la constitu-
ción política de la monarquía por el rey, y jurada
por toda la nación Española ; añadiendo que las
provincias Americanas habian seguido el exemplo
de España, en medio de las aclamaciones del
pueblo, haciendo desaparecer por su noble con-
ducta los horrores de una guerra intestina, como
debe esperarse en tales circunstancias.
Después dice que el Rey, aunque en medio de
negocios de la mayor importancia, ha vuelto sus
ojos hacia aquellas provincias de la monarquía
que han sido devastadas por una guerra ocasio-
nada por la fatalidad, y por principios que quiza
son enteramente equívocos. El Rey, penetrado
de dolor, y deseando poner tenhino á tantos
males, ha dirigido la adjunta proclama, llena de
moderación y de bondad, digna del reconoci-
miento de sus vasallos, y de la admiración de los
462
extranjeros. Su Magestad le había autorizado
á tratar con los gobernadores disensos, para hacer
que desapareciese hasta la memoria de los suce-
sos pasados; y para este fin habió ya enviado
comisionados á las autoridades que gobernaban en
los diversos payses, para terminar las disensiones.
Pero como no es fácil entenderse ú oírse con las
armas en la mano, seria necesario Bospender las
hostilidades para dar lugar á la razón que amor-
tigüé las pasiones.
Para este efecto, dice, que había dado ordenes
á los comandantes de las divisiones del exeráto
y de la marina baxo su mando» de hacer que ce-
sasen las hostilidades de su parte, que dándose
en el territorio que ocupaban, y que contasen
sobre esta suspensión necesaria desde el día que
la comunicasen á los gefes contrarios, hasta un
mes después. Y añade, qué no pudiendo comu-
nicar esta indispensable medida al Gobierno á que
Montilla pertenecie, con la celeridad necesaria,
creia deberle dirigir directamente una comunica*
cion tan interesante. Concluye diciendo, que
espera reconocerá la franqueza de su proceder,
la sinceridad de sus intenciones, y la bondad del
Rey, que desea con ansia la reunión y dicha de
la grande familia.
QuarteUgeneral, en Caracas, el
17 de Julio de 1820.
La substancia de la respuesta de Mantilla á
Morillo era esta : —
463
Después, de los males irreparables que la con-
ducta atroz y sanguinaria de los generales Es-
pandes en America habia acumulado sobre el
desgraciado pueblo Americano— después de que
el mismo Morillo habia inundado de sangre, y
cubierto de luto, quantos payses habia pisado—
después de tantos horrores, atrocidades, y actos
de barbarie y de perfidia, sus proposiciones de
paz y reconciliación llegaban demasiado tarde.
£1 Americano ha dado á conocer su deseo con
aquella firmeza que su causa y su experiencia le
inspira, y jurado por los nombres sagrados de las
victimas, tan impíamente sacrificadas por el mismo
Morillo, que no dependerá de nadie sino de sus
mismas medidas por su destino futuro. Después
sigue eloqiientemen^e atrayendo á su memoria las
horribles escenas.de que él mismo fue el autor, —
escenas que nada podra borrar de la memoria, y
males que nada podra reparar.
Después declara, que él de su lado no piensa
sospender hostilidades ó entrar en ninguna nego-
ciación que no tenga por base la independencia de
America. Lo que hará sera observar inviolable-
mente los derechos de las naciones, y los sagra-
dos principios de humanidad, en la continuación
ulterior de la guerra, si se observasen igualmente
de la parte de su adversario. Pero si, al contra-
rio, se adoptase un sistema diferente, tendría que
hacer violencia á sus sentimientos, y usar de una
justa retaliación. Si en lugar de victorias y de
triunfos, hubiesen sufrido reveses, su lenguage
8
464
seria el mismo, pues lexos de ser el esclavo de las
circunstancias, obraba por convincion y por prin-
cipio. Concluye diciendo, que el mundo sabrá
apreciar las razones de Colombia, su conducta, y
la determinación que arreglara aquella en lo veni-
dero, ya sea por la paz ó por la guerra ; y su im-
parcialidad en la justicia que recomendaría los
sucesos presentes á la posteridad, y á la genera-
ción existente. Dios y la Libertad.
Mariano Montilla.
Baranquilla, el 28 de Julio de 1820.
Varias otras cartas pasaron entre los diversos
gefes, pero todas ellas estaban en el mismo tenor,
tanto las proposiciones como las respuestas.
El General Bolivar se identificó con el Con-
greso en su respuesta á Morillo. La indepen-
dencia absoluta era la única base sobre la que él
estaba autorizado á tratar. Paez respondió, que
él pertenecia á un gobierno, y que con él debia
de tratar. Del mismo modo los otros generales
refirieron Morillo al Gobierno. De este modo
su plan de " Divide et Impera," no tubo efecto.
Jamas se hallo un gobierno y un pueblo tan uni-
dos en un mismo punto, como contra la depen-
dencia de Colombia de España. Duarte, Cires,
y Esena, los comisionados de Morillo, estubie-
ron en el Orinoco, pero no les permitieron pasar
mas adelante dé Guiana. La respuesta del Con-
greso fue, que no podian recibir ningún comisio-
nado, que no tubiese el poder de tratar sobre la
465
base de independencia y soberanía absoluta de
Colombia.
A principios de este año el Gobierno envió á
Don Francisco Antonio Zea, el Vice-Presidente
de Colombia, á las Islas de las Indias Occidenta-
les, con todo el dinero que quedaba en el tesoro,
que subía á una suma considerable, para comprar
fusiles. De allí debía ir al New York, y después
á Inglaterra, donde debía negociar, y acomodar
varios negocios importantes relativos al Gobierno.
£1 objeto de la expedición al Rio de la Hacha,
que había salido de Margarita baxo el mando del
General Montilla (que era el de formar una unión
con Urdaneta por el Val d'Upari) habiéndose
hallado impracticable, retiró su exercito con la
intención de volverse á embarcar, quando fue
atacado por el general Español Sánchez Lima con
2500 hombres. La legión Irlandesa, de 800
hombres, que constituía la fuerza principal del
General Montilla, á pesar de mucha insubordina-
ción, tomaron las armas, y rechazaron á los Es-
pañoles. Después de esto los Irlandeses habién-
dose amotinado otra vez, los embarcaron para la
Jamaica. Aquí damos un extracto de una carta
del oficial comandante de la expedición, en la que
describe la conducta vergonzosa y ultrajante de
estas tropas Irlandesas.
Extracto de una carta del General Montilla,
comandante de la expedición de Margarita, del
4 de Junio, á bordo de la esquadra de Brion.
Después de relatar la gallarda acción en la 700
TOM. II. Gg
466
soldados suyos rechazaron mas de 2000 Españo-
les, continua asi :—
Esta ventaja me dio la esperanza de que podría avanzar-
me sobre Su Marta, y co-operar con la división de Urdaneta
en la reducción de aquella plaza ; pero mis tropas» que bacía
ya mucho tiempo que estaban descontentas de las privaciones
que sufrían, y particularmente de la falla de paga, que me
era imposible darles, rehusaron ir mas adelante, hasta que se
hubiese satisfecho á todas sus demandas. Les represente la
imposibilidad de satisfacerlas alli, urgiendoles á que marcha-
sen á Ste Marta, en donde se les pagarían todas ellas sobre la
captura de aquella plaza. Esto no tubo ningún efecto, y
amenazaron saquear y quemar La Hacha, y desertarse á les
Españoles, los que, digeron, estaban seguros les pagarían
liberalmente. Sin embargo los Españoles se habían retirado
ya tan lexos, después de la ultima derrota, que esa imposible
poderse juntar con ellos. Después les represente su situación
-—que les era imposible quedarse alli 6 salir sin co-operar con
nuestra flota, y les propuse, que la marcha por tierra hacién-
dose impracticable, que irían alli por mar. A esto consintie-
ron, pero no hasta después de haber quemado una parte de la
ciudad, y saqueado á los miserables habitantes del Rio de la
Hacha, Habiendo antes de esto embargado los barcos que
estaban en el puerto, á bordo de los quales les hice conducir,
y habiendo concertado el plan con el Almirante Brion, cada
partida que llegaba á bordo se la iba desarmando, y poniendo
baxo custodia. Quando todos fueron embarcados, les hioe
informar que no quería mas tratar con tropas que habían tan
abiertamente quebrantado la disciplina militar, pidiendo su
paga á un momento que sabían era imposible dársela; y que
amenazaron quemar y saquear las casas y personas de su
amigos y aliados, para vengarse de ello. Les dixe que tenían
la libertad de ir adonde gustasen ; que sus armas estaban ya
depositadas con nosotros, y que la República no tenia ya mas
necesidad de sus servicios. Todos ellos han marchado a la
Jamaica.
4&7
El General Montilla y Brion marcharon á ata-
car á Sabanilla, un puerto que está á la boca occi-
dental del rio Magdalena* Habiendo logrado su
empresa, todo el pays se declaró por los indepen-
diantes.
Massa, un oficial de guerilla, baxó por el Mag-
dalena desde Sf* Fé, con un cuerpo de volunta-
rios^ en ocho canoas, una de ellas llevando un
cañón de á quatro, atacaron las lanchas caño-
neras de Tenerife (catorce en numero, algunas
montando cañones de á catorce, y armadas de
250 soldados), y en muy pocos instantes se apode*
raron ó destruyeron todas ellas, el comandante
habiéndose saltado la tapa de los sesos. De este
modo todo el curso del Magdalena, desde Su Fé
á Sabanilla, estaba abierto á los patriotas, y soló
Cartagena quedaba en manos de tos Españoles.
Esta ciudad fue prontamente investida por Mon-
tilla y Garda, que fixaros su quartel-general en
Turbaco, á una legua de ella.
Bolívar había abandonado su proyectó de ata-
car las lineas Españolas, y se había dirigido hacia
Nueva Granada. En Cúcuta se concluyó un
armisticio de un mes con La Torre, que fue pro-
puesto de la parte de Morillo, para poder traer una
eterna reconciliación. Sin embargo, aquel intimó
claramente, que ningún tratado se oiría que no tu-
biese por base la independencia de la República de
Colombia. Después marchó para Mompox, que
se habia entregado pqco tiempo antes, donde llego
el 15 de Agosto, y donde fue recibido con el
468
mayor entusiasmo. De alli continuó basta Bar-
ranquilla, para inspectar las Uanchas cañoneras,
antes de emprender una proyectada expedición
contra S* Marta.
El exercito de Paez, con las divisiones Irlan-
desas baxo los Coroneles Power y Lyster, se que-
daron en Calabozo, prestos á juntarse con Bolí-
var, quando lo exigiesen las circunstancias* £1
exercito del sud, baxo Valdes, marchaba á Quito,
habiendo batido la guarnición de Popayan, en
una acción en la que los Ingleses, baxo el mando
del Coronel Mackintosh, se distinguieron grande-
mente.
En Baranquilla, Bolivar se encontró con el
general D'Evereux, al que recibió cordialmente,
absolviendo de toda culpa por la deserción de los
Irlandeses. Al mismo tiempo, su Excelencia re-
cibió una declaración firmada por todos los oficia-
les, sargentos, y soldados de cada compañía, que
estaban entonces en el Apure, en la que expresa-
ban su sorpresa é indignación al oir la deserción
de la legión Irlandesa de la causa de la inde-
pendencia, en la que tan generosamente se ha-
bían embarcado. Su sentimiento era aun mayor,
quanto lo habían hecho á un momento tan crí-
tico, que hubiera sido tan productivo de honor y
ventaja para ellos, y para la causa de la indepen-
dencia. Al mismo tiempo le aseguran, que ellos
están prestos á sacrificar sus vidas y reposo para
mantener la libertad é independencia de Colom-
bia. Después siguen sus nombres, que son —
469
John Blossell, Coronel, comandante en gefe.
John Deighton, Mayor, comandante de caballería
de la L. B
Charles Minshin, Capitán de caballería, ditto.
John Lannyan, Teniente, ditto.
Tilomas Baker, sargento, ditto.
Peter Slain, soldado, ditto.
W. Davey, Ten.-Cor., comandante de infantería, ditto.
J. W. Hodgkinson, Capitán, ditto.
David Stainson, Teniente, ditto.
John Sydenham, sargento, ditto. «
James Hawkins, soldado, ditto.
ÍBrook Young, Teniente-Coronel, 1° Infantería Ligera.
James D. Paterson, Capitán, ditto.
Walter O'Callaghan, Teniente, ditto.
Hugh Murray, sargento, ditto.
Thomas Slack, soldado, ditto.
Achaguas, el 25 de Agosto,
La expedición á Su Marta se tubo que diferir en
conseqüencia de una salida que hizo la guarnición
de Cartagena ; en cuyp ocasión los cuerpos ente-
ros de los Coroneles Ayala y García, que forma-
ban una parte de la fuerza que bloqueaba la ciu-
dad, se huyeron, y los coroneles los primeros. En
vano un cuerpo de 25 Irlandeses trató de mante-
ner el combate ; y el Teniente Barnes, de la artil-
lería, pereció gallardamente defendiendo su cañón.
La partida enemiga llegó hasta Turbaco, donde
degollaron cosa de cien habitantes (principal-
mente mugeres y niños) que se habían refugiado
en la iglesia, y se llevaron la caxa que contenia
unos 3000 duros : cosa de cinqüenta hombres de
los patriotas perecieron en esta sorpresa. Sin
470
embargo, á la vista de una pequeña partida de la
caballería independiente, los Españoles se retira-
ron á Cartagena. Pocas horas antes de esta salida,
Bolivar habia salido de Turbaco para Cúcuta, y se
cree que este golpe se dirigía á su persona ; y tam-
poco faltan motivos para sospechas de traición.
Poco tiempo después, la expedición se hizo á la
vela ; y el 1 1 de Octubre, el Fuerte Ciénega, en
§1 rio Magdalena, fue toncado por asalto, después
del destrozo de 690 realistas j y al día siguiente
el Almirante Brion hecho ancora con su esqua-
dra delante de Su Marta, que se entregó á la pri-
mera intimación.
La población se mostraba en todas las partes
ansiosa por la independencia. La contagión no
se limitaba á ella únicamente, pero se habia ex-
tendido hasta los mismos soldados. Los Creollos
desertaban la causa de España por regimientos y
ciudades enteras. £1 batallón de La Reyna se
pasó á los patriotas á las orillas del rio Tuy.
Navarro, el comandante de milicias de las ciuda-
des adyacentes, desertó de los Españoles, y se
juntó con los patriotas con la mayor parte de su
fuerza. El cantón de Guaca, y la villa de Cana-
gua, levantaron también el estandarte de Colom-
bia. La Torre tubo que retirarse á Caracas con
toda su fuerza, temeroso que todos los Creollos
de su exercito no siguiesen el mismo exemplo que
300 de su caballería, que últimamente se habían
desertado.
El 25 de Noviembre se concluyó un armisticio
entre las partes beligerentes, para enviar á España
47.1
comisionados que tratasen sobre los medios de
reconciliarse. Debía continuar por seis meses.
Aunque la esperanza que en aquella época se
tenia, de que conduciría á un tratado de paz sobre
una base de independencia, salió por desgracia
frustrada, á pesar de eso la humanidad debe re-
gocijarse al articulo que se introdúxo, por el que
si se recovasen las hostilidades, debian ser arreg-
ladas baxo los principios establecidos entre las
naciones independientes y civilizadas, y que no
fuesen mas continuadas con aquella ferocidad y
crueldad, qué tan peculiarmente habia caracteri-
zado la lucha.
Los detalles siguientes respecto á las condicio-
nes baxo las que fue concluido el armisticio, apa-
recieron en el Times de Sto Tomas del 24 de Di-
ciembre.
" Curacoa, d9 de Diciembre. — El 27 del mes ultimo, los
Generales Morillo y Bolívar firmaron un armisticio en Sto Ana,
cerca de Truxillo, que consistía en 13 artículos, que sin em-
bargo no fueron publicados; pero se dio i entender que
tenían por base la restauración de la paz. De cada lado
se nombraron dos diputados, para que vayan á España, á
tratar difinitivamente con las Cortes, y que deben embarcarse
á bordo de la fragataf Descubierta, acompañados por Morillo.
Todos deben primero pasar 6 la Habana, y de allí á Es-
.paña.
El Armisticio entre los Exerchos Español y Patricia, venia á
ser dd modo siguiente.
Los Gobiernos de España y de Colombia, deseosos de
ahogar las discordias que existen entre los dos partidos, y
considerando que el paso mas esencial para obtener este feliz
4tf«
resultado es una suspensión de armas, para mejor entenderse y
explicarse, han venido en nombrar comisionados para estipu-
lar y determinar este armisticio ; y para este efecto el General
en Gefe del Exercito Expedicionario, Don Pablo Morillo, ha
nombrado, de la parte del Gobierno Español, á los Señores
Don Ramón Correa, Gefe Político de Venezuela, á Don Joan
Rodríguez del Toro, y á Don Francisco Gonzalos Linares ;
y su Excelencia el Presidente de Colombia, Simón Bolívar, ba
nombrado, por parte de su Gobierno, á los Señores Don An-
tonio José Sucre, Brigadier-general, Don Pedro Brisefio
Méndez, Coronel, y Don José Gabriel Pérez, Teniente-Coro-
nel, los que, después de haber conferenciado juntos, el 22 del
presente mes y ano, convinieron en un tratado de armisticio,
baxo las siguientes clausulas :—
1. Asi que se publique la ratificación del presente tratado,
todas las hostilidades cesaran entre los exercitos Españoles y
Colombianos ; y este estado de suspensión continuara durante
todo el periodo del presente armisticio.
2. El periodo de este armisticio durara seis meses, á contar
desde el dia de su ratificación ; pero como la base fundamen-
tal de este tratado es la conclusión de la guerra, se extendera
este termino hasta que se juzgue necesario, con tal que el
tiempo aquí estipulado haya terminado, y que las negocia-
ciones sobre este punto estén aun por terminar, pero sobre
las que aun haya esperanzas de que se concluirán.
3. Las tropas de los dos exercitos retendrán las posiciones
- sobre las que se hallen al momento de la publicación de la
suspensión de hostilidades ; pero para obviar las dificultades
que nazcan de la confusión de sus limites, se prescriben los
siguientes ; —
Io. El río Uñare, desde donde desagua en el océano hasta
que se encuentra con el Guanare ; los corrientes del ultimo
hasta sus manantiales ; desde aquí una linea que llegue hasta
donde principia el Manapire ; ]p& corrientes de este hasta el
Orinoco ; la orilla izquierda de la confluencia del Apure ;
este hasta donde recibe el rio Sto Domingo; las aguas de
este hasta la ciudad de Vari ñas, desde donde se hechara una
linea recta hasta Bocono de Truxillo, y desde aquí la linea
4TJS
limítrofe natural que divide la provincia dé Caracas del de-
partamento de Truxillo.
2o. Las tropas de Colombia* que están operando contra
Maracaibo, podran atravesar el territorio ocupado por los Es-
pañoles, asi que el armisticio se publique, para juntarse con
los otros cuerpos de la República» con tal que sean conduci-
dos por un oficial EspañoL
3°. Las demás tropas que no están comprehendidas dentro
de los limites prescritos, continuaran en las posiciones que
ocupen, hasta que los oficiales nombrados de los dos lados
convengan en las limites que deben separar el territorio.
4. Como es probable que al momento de dar á conocer
este tratado se hallen algunas guerrillas mas alia de la linea
que se prescribe en el articulo 3°, y que no deben continuar
mas en el territorio que ocupan, se conviene en lo siguiente : —
Io. Que las tropas que estén sobre la linea limítrofe, y,
entre estas, las que pertenezcan á la República, y que ocupen
la orilla izquierda del Guanare y del Uñare, se retiraran á
Pirita, Clarines, y á otras ciudades adyacentes.
2o. Que las guerrillas en tal caso serán desarmadas,
desbandadas, y reducidas á la clase de simples ciudadanos,
6 retiradas del mismo modo que las tropas de linea. En
el primero de estos casos, se ofrece la mas perfecta garan-
tía á los que se hallan incluidos en esto ; y los dos gobiernos
se obligan á no enlistarles durante el armisticio, baxo sus
respectivos estandartes, pero al contrario, . se les permitirá
salir del territorio, y juntarse con el exercito al que perten-
cian, á la expiración de este tratado.
5. Aunque la villa de Carache está situada dentro de la
linea que pertenece al exercito Colombiano, se conviene en
que residirá en ella un comandante Español, con una partida
de paysanos armados, que no excedan 25. Las autoridades
civiles que existen alli continuaran también.
6. Como una prueba de la buena fé y sinceridad que carac-
teriza este tratado, se determina que no quedara en la ciudad
de Varinas mas que un comandante militar de la República, con
una partida de observación de 25 paysanos armados ; como
474 •
también los labradora nocosarios paca al comercio de Merida
y de Truxillo, y para conducir el ganado.
7. Las hostilidades en d océano cesaran también, ea SO
días de la ratificación de este tratado pana formara Amen*
canos, y en 90 para loa Europeos. Las presas hechas después
de este periodo, se devolverán reciprocamente ; y loa navios
en corsos serán responsables por loa dafios que ocurran por
su detención.
8. Desde el momento que ae ratifique eate armisticio, se
abrirá el trato entre los respectivos territorios» para abaste-
cerse con ganado, y con toda especie de vivera y mercancías.
Los traficantes y especuladores se proveerán de pasaportes,
que serán visados por las autoridades de los territorios adonde
vayan, para impedir desorden. •
9. La ciudad y puerto de Mamcaibo quedara ubre para el
trato con el pueblo del interior, tanto para lo necesario £ la
vida, como para las transacciones mercantiles» Loa buques
mercantes que pertenezcan k España 6 á Colombia, aeran
tratados como extrangeros, y como tales pagaran derechos, y
estaran sujetos á las leyes del paya.
10. La ciudad de Cartagena gozara de la misma libertad
que Maracaibo durante el armisticio.
11. Como el fundamento de este armisticio es la negociar
cion de paz, los comisionados para este efecto serán recibida*
por cada gobierno, y sus personas garantizadas, y tratadas
según el carácter que merecen los agentes de paz.
12. Si por desgracia se renovasen las hostilidades entre los
dos Gobiernos, el lado que se prepare á romper el armisticio
dará intimación de ello al otro 40 días antes de comenzar las
hostilidades.
15. Se considerara como un acto de hostilidad el armar
una expedición militar contra qualesquiera de las plazas in-
cluidas en este tratado. Pero como es posible que algún ar-
mamento Español esté en camino para las costas de Colombia,
se les permitirá relevar un numero igual de navios de guara,
baxo la expresa condición que no desembarcaran ningunas
tropas.
4175
1* Pam dar al airado tmteatisnomo de los principio* filan-
trópicos y libéralo que actúan á toa dos Gobiernos, como para
desarraigar la fiaría y los errores que han caracterizado la
lucha» loa doa Gobiernos se obligan por la presente á entrar en
un tratado para arreglar la guerra, según los derechos del
fcombre, y según las practicas mas tamaña*, sabias y gene-
rosas, entro las naciones civilizadas.
15* £1 presente aera ratificado por los dos partidos dentro
de 60 horas, y se comunicara á los gefiss de división inmedia-
tamente, por oficiales nombrados de la parte de los dos Gobiérn-
aos para ese efecto*
Dado y firmado en la ciudad de Truxillo, £ las 10 de ia
noche el 25 de Noviembre de 1820, por
Kamon Correa*
Antonio José de Sucre.
Juan Rodríguez de Toro.
Pedro Brisefio Méndez.
Francisco Gonzales de Linares.
José Gabriel Pérez,
£1 presente tratado le apruebo y ratifico en todas sus
partes. En el Quartel-general, Carache, el 26 de Noviembre
de 1820.
Pablo Morillo.
José Caparros, Secretario.
El siguiente extracto de una carta de Puerto
Cabello, con fecha del 5 de Diciembre, contiene
una información ulterior de estos importantes
negocios : —
• El 27 ultimo por Ja mañana, el General Bolívar, acompaña-
do de su estado mayor, fué recibido por nuestros comisiona-
dos, en el quartel-general del General Morillo. Los generales
se abrazaron del modo mas amistoso, y después de deplorar
amargamente la efusión de tanta sangre inocente en Vene-
zuela, el General Bolívar reconoció la constitución de la na-
476
clon Española. Después loa dos generales tomando entre loa
dos una piedra grande, la pusieron en la plaza de la ciudad,
para que serviese como un monumento memorable de su en-
cuentro. El dia se pasó con mucha alegría y entusiasmo, y
por la noche los generales dormieron en el mismo quarto.
Al dia siguiente despacharon dos oficiales con las noticias
de este suceso al reyno de Su Fé, dos á Calabozo, dos á Ja
Guiana, y dos á Margarita : á estos últimos les aguardan aqui
hoy ó mañana, y se embarcaron á bordo de un navio de
guerra para su destino. El General Morillo dio quarenta
pasaportes á varios oficiales del exercito Colombiano, para
que volviesen á sus casas á visitar á sus familias. Esto es
quanto sabemos hasta ahora de estas importantes materias ; y
de este modo se ha terminado felizmente en un instante la
lucha de Venezuela, que ha durado mas de 10 años.
Poco después de la conclusión del armisticio
se recibió la agradable noticia de la unión de
Guayaquil á Colombia, comunicada en un bule-
tin del Gobierno de Cundinamarca, cuya subs-
tancia era esta :—
En la mañana del 9 las tropas apostadas aqui,
en unión con los habitantes, desplegaron el es-
tandarte de la independencia con el mayor en-
tusiasmo. Pero tan grande era el orden que
mantubieron, que esta transacción antes parecía
un regocijo publico que una revolución.
Al mismo tiempo Reyes Vargas, un coronel
en el servicio Español, descendiente de los anti-
guos caciques, y un hombre de la mayor impor-
tancia en aquel pays, notificó su deserción de la
causa realista en una proclama muy enérgica, en
la que, dirigiéndose á sus conciudadanos y á sus
antiguos compañeros de armas, les dice, que en-
477
ganado por el enemigo común, había guerreado
con una mano liberticida contra su propio pays ;
pero habia reconocido su error asi que sintió en
su seno la sagrada llama del patriotismo. La
misma España, dice» le habia dado una impor-
tante lección sobre los derechos del hombre.
España le habia enseñado, que el pueblo es el
verdadero soberano, y el rey sujeto á él. Quan-
do su razón se hallaba alucinada, creía, como sus
antecesores, que el Rey era el Señor y amo de la
nación : entonces expuso con gusto su vida en
defensa suya ; pero ahora que el inmortal Riego
y Quiroga le habian abierto los ojos, estaba con-
vencido que tanto España como America poseían
el derecho de establecer aquel gobierno que juz-
gasen mas propio para obtener su dicha y pros-
peridad.
Después dice á sus antiguos cantaradas de
armas, que la constitución Española les excluye
baxo el pretexto de ser Africanos, y que la de
Colombia reconoce sus derechos de ciudadanos,
exhortándoles que vuelvan al seno de la patria.
Yo fui, dice, su mayor enemigo. Ahora soy su
mas zeloso defensor. Viva Colombia! Morir
por mi pays sera mi gloria. Reyes Vargas.
En el Quartel-Divisional, Carora,
el 21 de Octubre de 1820.
Morillo viendo que era vana la esperanza de
recobrar aquellas provincias para el Rey su amo,
y temeroso de perder los pocos laureles que habia
47$
ganado tan caramente, tomó esta ocMiaa de vol-
ver 4 España, baxo el pretexto de hacer ver á so
Corte la necesidad de concluir una paz inmediata
con Colombia. De consiguiente se embarcó en
Ta fragata Descubierta, acompañado de los dos
diputados Americanos, Echevarría y Revenga,
que habían sido enviados por la República para
tratar definitivamente con las Cortes.
Todo justificaba la conclusión, que este armis-
ticio sería un preludio de paz entre las dos na-
ciones. La proclama del mismo Bolívar publi-
cada poco tiempo después de su conclusión, forti-
ficaba esta impresión. Esta era la substancia de
ella :—
Decía á los Soldados, que el primer paso hacia
la paz se había ya dado. Que los Gobiernos de
Colombia y de España habian firmado una tregua
de seis meses, durante los quales se trataría de
terminar los horrores de la guerra. Que él Go-
bierno Español era ahora libre y generoso, y de-
seaba obrar con justicia hacia Colombia. Sus
generales habian manifestado con franqueza y
sinceridad, su deseo y amor de la paz, de la liber-
tad, y de Colombia. La paz derramara sobre
ella todos sus beneficios, y por la primera vez sus
brillantes rayos iluminan su suelo. Pero» añade,
si nuestros enemigos, por una funesta ceguedad,
que sin embargo ninguna aprehensión debemos
tener ni aun remotamente, persistiesen en ser in-
justos, ¿ no sois, les pregunta, los hijos de la vic-
toria?
Quartd-General, Fariñas, di de Diciembre de 1820.
479
Que esta opinión no solo existía en el pays,
sino que también era la de otros payses, se puede
inferir por «1 siguiente párrafo de kt orwkm del
Presidente de los Estados Unidos al Congreso, el
14 de Noviembre de 1890.
La lucha entre España y sus colonias se mantiene, según
las noticias mas autenticas, en favor de estas. Las desgra-
ciadas disensiones que hace algún tiempo existían en Buenos
Ayres, según dicen, continúan aun. En ninguna parte del
Sud de America ha hecho España ninguna impresión sobre
las colonias ; mientras que en muchas de ellas, y particular-
mente en Venezuela y Nueva Granada, las colonias han
ganado fuerza, y obtenido reputación, tanto en el sistema
de guerra como en su administración interna. Lob últimos
cambios que han ocurrido en el gobierno de España, por el
rertaUechniento de la constitución de 1812, es un acontece
miento que promete ser favorable á la Revolución. Baxo la
autoridad de las Cortes se propuso al Congreso de Angostura
de abrir una negociación para terminar las disputas que entre
días existen ; á lo que respondieron, que abrirían gustosos
negociaciones, con tal que su base fuere el reconocimiento de
su independencia. No tenemos mas noticias ulteriores de
este negocio ; ningún hecho tiende á establecer la opinión,
de que algún poder extrangero tomara parte en la disputa ;
de donde se puede inferir, al pesar todas las circunstancias
que pueden producir algún resultado» que se concluirá final-
mente un tratado con las colonias baxo la base que estas pro-
ponen. El promover este resultado con los otros poderes, é
incluyendo á España, por consejos amistosos, ha sido la polí-
tica uniforme de este Gobierno.
En el mes de Enero de 1821 la provincia de
Cuenca declaró su independencia ; y én conse-
qüencia de una expedición que envió el Gobierno
de Guayaquil contra Quito, (aunque su objeto
s
480
principal salió frustrado), los distritos de Ham-
bato, Riobamba, y Quaronda, declaran también
su independencia, y renunciaron reconocer la
autoridad del Gobernador Español. Al mismo
tiempo los patriotas recibieron un aumento con-
siderable de fuerza por la reunión de la provincia
del Rio de la Hacha á la República.
Bolívar escribió una carta, con fecha del 10 de
Marzo de 1821, á La Torre, el comandante-en-
gefe, desde la ida de Morillo, de las fuerzas Es-
pañolas, en Bocono de Truxillo, en la que le in-
forma que la escasez de provisiones entre el exer-
cito del Apure, baxo el mando del Coronel Plaza,
le forzaba á volver á comenzar las hostilidades, á
no ser que el Gobierno Español accediese á sus
justas demandas. A esto La Torre respondió en
una carta del 21 de Marzo, que en conformidad
con el articulo 12 del armisticio, las operaciones
militares comenzarían el 28 de Abril. De este
modo se destruyeron las esperanzas que tan gus-
tosamente habian formado, de que este armisticio
seria el preludio de una paz sincera y duradera :
y este hermoso pays, manchado con la sangre de
los dos partidos por once años precedentes, se
vio destinado á continuar siendo el teatro de una
guerra civil. Sin embargo, la guerra, desde que
volvieron á las hostilidades, no ha sido conducida
con aquella crueldad que la distinguía antes del
armisticio, y el humano lector no encontrara nin-
guna de aquellas escenas de horror que tan fre-
qüentemente ocurrían antes, y sobre las que un
481
espíritu cultivado no puede menos de mirar sino
con sentimientos de horror y de disgusto.
La revolución que se efectuó en Maracaibo,
continuo sin interrupción hasta el 28 de Marzo,
quando se hizo una tentativa para traer una con-
tra-revolución, pero fue prontamente suprimida,
y los conspiradores fueron arrestados. £1 16 de
Abril todos los navios que estaban en el puerto
fueron puestos en requisición, para llevar las
tropas destinadas para Gibraltar, que está á 60
millas de Maracaibo, en el lago de aquel nombre,
para volver á comenzar las hostilidades el 28, que
era el dia que el armisticio concluía.
Los generales Españoles, Morales y La Torre,
no estaban nada ociosos en sus preparaciones
para la próxima campaña. Recogieron todas
sus fuerzas, y las concentraron cerca de Valencia
y Calabozo, dexando á Caracas sin protección.
Bermudez-, observando este descuido, marchó
sobre la ciudad con 1300 hombres. En su mar-
cha encontró con 300 hombres, que dispersó. El
gobernador entonces se avanzó á la cabeza de
600 hombres, pero tubo que retirarse con preci-
pitación. Volviéndose á Caracas, convocó la
junta provisional, á la que informó, que no les
quedaba otro remedio sino hacer el mejor tratado
que pudiesen con el enemigo. Entonces tubieron
una conferencia con Bermudez, al que le pregun-
taron si pensaba adherir al tratado de Truxillo,
por el que se habia arreglado el tratamiento de
las plazas conquistas, y habiendo afirmado que si,
TOM. II. h h
482
se declararon prestos á recibirle como amigo.
Los adhesores del Gobierno Español, consider-
ando su seguridad comprometida, huyeron á La
Guayra, en donde embarcaron toda la propiedad
que habian podido traer, y se hicieron á la vela
para Puerto Cabello. £1 gobernador y tropas de
La Guayra les acompañaron. Antes de evaquar
la ciudad tubieron un consejo de guerra, en la
que se aprobó esta medida ; y en conseqüeneia
de esto, cayó en manos de los patriotas el 15 de
Mayo. Coro fue también abandonada», al oir que
un cuerpo de tropas habia salido de Maracaibo
para investirla. El gobernador Español, Correa,
se hizo á la vela para Curacoa, donde llegó poco
después.
El 4 de Mayo» la flotilla Colombiana, que con-
sistía en 30 lanchas cañoneras, baxo el mando del
Coronel Padilla, entró en el abra de Cartagena
por Pasa Cavallos, y de consiguiente cortó la co-
municación entre aquella ciudad y Boca Chica,
que es la defensa impregnable de la ciudad contra
los ataques marítimos. Las lanchas cañoneras
fueron amarradas cerca de las mismas murallas,
y se creía que la ciudad no podría mantenerse
por mucho tiempo.
Después de 12 días de residencia en Caracas,
los. patriotas se vieron obligados á abandonársela
' otra vez á los realistas el 25 de Mayo, los que al
día siguiente obtubieron posesión de La Guayra.
La captura de esta ciudad fue sin oposición, por-
que Bermudez juzgó que su fuerza era inade-
quada para poder hacer resistencia.
483
£1 27 del mismo mes, Morales, después de
haber tomado Caracas y La Guayra, marchó á
Valencia á juntarse con La Torre, dexando el
Coronel Pereira con 1500 hombres para defender
la ciudad contra Bermudez. Después de algu-
nos encuentros de poca importancia, Pereira se
vio obligado á retirarse. Los habitantes de La
Guayra, amenazados de otra invasión, se retira-
ron á Puerto Cabello el 22 de Junio. £1 23,
Bermudez entró en Caracas para atacar a la divi-
sión de Pereira, pero fue derrotado, y perseguido
por aquel, Hasta la distancia de 7 ú 8 leguas de la
ciudad.
En el entretanto Bolívar y Paez habían efectu-
ado una unión en Varinas, desde donde marcha*
ron á Valencia á librar batalla á La Torre. El
24 de Junio hubo un combate en Carabobo, en el
que los Españoles fueron completamente derrota-
dos. Lo que sigue es la substancia del despacho
oficial de Bolívar al Presidente del Congreso.
Excelentísimo Señor,— Ayer se celebró el nacimiento
político de Colombia por una esplendida victoria.
Las divisiones del Exercito Libertador habiéndose juntado
en los llanos de Tinaquillo el 23, marchamos ayer por la ma-
ñana sobre el quartel-general del enemigo, que estaba en
Carabobo.
La primera división, compuesta del valiente batallón Ingles,
del Bravo de Apure, y de 1500 hombres de caballería, baxo
las ordenes del General Paez. La segunda, compuesta de la
segunda brigada de guardias, del batallón de tiradores de Bo-
yaca, del de Vargas, y del sagrado esquadron, mandado por
el ezforzado Coronel Arizmendi, baxo las ordenes del Gene-
484
ral Sedeño. La tercera» compuesta de la primera brigada de
guardias, de los batallones de cazadores, granaderos, vence-
dores de Boyaca, Auzuategui, y del regimiento de caballería
del intrépido Coronel Rondón, baxo las ordenes del Coronel
Plaza.
Nuestra marcha sobre las montanas y por los desfiladeros,
que nos separaban del campo del enemigo, fue rápida, y con
orden. A las once de la mañana desfilamos por nuestra iz-
quierda en frente del enemigo, y bazo su fuego : pasamos un
arroyo, en el que solo un hombre podia pasaba á la vez, en
presencia de un exercito que estaba en un alto inaccesible,
que nos dominaba de todos los lados.
£1 gallardo general Paez, á la cabeza de dos batallones de
su división, y el valiente Coronel Muñoz con su regimiento
de caballería, atacaron la derecha del enemigo con tal furia,
que en media hora fue completamente derrotado. Es impo-
sible hacer suficiente honor al valor de nuestras tropas. La
legión Inglesa, mandada por el digno Coronel Ferrier, se
distinguió entre otras tropas valientes, y sufrió una perdida
grande de oficiales.
La conducta del General Paez en esta ultima y gloriosa
victoria de Colombia, le hace merecedor del mas alto rango
militar ; y yo, de consiguiente, ofrecí, en nombre del Con-
greso, y en el campo de batalla, nombrarle General en Gefe
del Exercito.
Ningunas tropas de la segunda división participaron en la
acción, excepto una parte de los tiradores, mandada por el
digno comandante Heras. Pero su general, exasperado de
que toda su división no podia entrar en acción, á causa de los
obstáculos del terreno, cargo él solo sobre una masa de infan-
tería, y cayó en su centro, del modo heroico que debia de
cerrar la carrera del bravo mas valiente de Colombia. En el
General Sedeño la República ha perdido uno de los mas
firmes protectores, tanto en la paz como en la guerra : ningu-
no mas valiente que él, ninguno mas obediente ásu Gobierno.
Recomiendo las cenizas de este héroe al Congreso Soberano,
para que se le hagan los honores debidos á su memoria.
48¿
Si mismo dolor sufre Ja República con la muerte del esfor-
zado Coronel Plaza» que animado de un ardiente entusiasmo,
se hecho' sobre un batallón del enemigo» pidiendo se entrega-
se. £1 Coronel Plaza es digno de las lagrimas de Colombia,
y de que el Congreso confiera sobre él los honores debidos á
su distinguido patriotismo.
£1 ardor de nuestros gefes y oficiales fue tan grande para
perseguir al enemigo, que sostubimos mucha perdida entre
ellos. £1 buletin comunicara sus ilustres nombres.
£1 exercito Español excedia 6000 hombres, compuesto de
las mejores tropas de las expediciones pacificadoras. Aquel
exercito ya no existe : solo 400 habrán tomado refugio este
dia en Puerto Cabello.
£1 Exercito Libertador tenia una fuerza igual á la del ene-
migo ; pero apenas una quinta parte fue la que decidió la for-
tuna del dia. Nuestra perdida no es grande — apenas 200
hombres en muertos y heridos.
• £1 . Coronel Rangel, que, como siempre, hizo prodigios,
marcha hoy mismo á tomar una linea en frente de Puerto
Cabello.
Que el Congreso se digne aceptar, en nombre de los hé-
roes que tengo el honor de mandar, el homenage de un exer-
cito vencido, el mas numeroso, y el mas hermoso, que llevó
armas en los campos de Colombia.
Tenga el honor, &c.
Bolívar.
Qpartd-general del Exercito Libertador,
. en Valencia, el 25 de Junio de 1821.
. Por lo que toca á la independencia de Colom-
bia, esta batalla se puede considerar como ha-
biéndola decidido. Jamas tubieron victoria mas
completa, ni que tubiere conseqüencias mas im-
portantes.
Las fuerzas realistas se refugiaron en Puerto
Cabello, después de esta batalla.
486
La noticia de este suceso habiéndose divulgado
entre las tropas Españolas, la división de Pereira
trató de replegarse sobre Caracas, habiendo aban-
donado la idea de perseguir á Bermudez. En su
marcha, una división de tropas independientes
salió á interceptar á Pereira, y se vio obligado á
retirarse á La Guayra. Alli* llegó el 2 de Julio,
después de una marcha forzada; y alli se dirigió
Bolívar, después de haber entrado el 30 de Junio
en Caracas, con 4000 hombres.
La guarnición, que consistía en 900 hombres,
estaba reducido á un estado de hambre, quando
el Almirante Jurien, que mandaba una esquadra
Francesa en aquellos mares, hecho ancora en la
rada. Pereira declaró su determinación al ayu-
dante enviado por el Almirante de perecer antes
que de entregarse á Bolívar ; y pidió que el al-
mirante embarcase la guarnición Española, para
llevarla á Puerto Cabello. Jurien, juzgando que
la mediación era el único curso que debía adop-
tar para reconciliar á los dos partidos, propuso á
Pereira de aceptar la capitulación de Bolívar,
baxo la condición de que el general permitiría
embarcar á las tropas Españoles á bordo de los
navios Franceses. Este, que era el único medio
de salvarse, fue adoptado con placer por los oficia-
les y soldados de la guarnición ; y poco después
comenzaron las negociaciones. El 4 de Julio
temprano por la mañana, un oficial Español y un
edecán de Bolívar, fueron á bordo del Colosse,
el navio almirante de Jurien, para notificar que
487
la capitulación habia sido aceptada, y que la em-
barcación debia hacerse inmediatamente. De
este modo se puso fin á un negocio, que, sin los
buenos oficios del almirante Francés, Hubiera sido
muy sangriento, y que acabó á la satisfacción de
los dos partidos. .
Después de la victoria de Carabobo, el enemi*
go, que se habia retirado á Puerto Cabello, en-
vió algunos destacamentos, baxo el mando de
Ramos y Alexos, para efectuar una- contra-revo-
lución entre los habitantes de los llanos ultima-
mente libertados. Una esquadra de navios con
tropas á bordo salió para la Vela de Coro. Para
proteger á los habitantes de las partidas de guer-
rilla del enemigo, Bolívar juzgó prudente dividir
la parte occidental del pays en dos departamentos
militares. El uno, consistiendo en las provincias
de Coro, Maracaibo, Merida, y Truxillo, se puso
baxo el mando de Marino ; el otro, consistiendo
de las provincias de Varinas y Caracas, se le con-
fiaron á Paez. Ademas de las precauciones que
acabamos de mencionar, apostaron un batallón
de infantería, y un regimiento de caballería, en
Calabozo, un esquadron en Sn Carlos, y un ba-
tallón en la ciudad de Araure. Los distritos de
Barcelona, Cumana, y Margarita, fueron también
organizados en un departamento militar, y pues-
tos baxo el mando de Bermudez. Brizeño fue
despachado con 1000 hombres, con una columna
de tropas baxo Gómez, y otra división de 500
hombres, contra la expedición que habia llegado
488
é
á Coro de Puerto Cabello. Marino, con dos
batallones de reserva, fixó su quartel-general en
Carora, para poder acudir á donde la necesidad
le llamase. El resto de la caballería se retiró al
otro lado del Apure. Al mismo tiempo,. Bolívar
despachó 800 hombres desde Las Esmeraldas
á Guayaquil, baxo el mando del Coronel Mack-
intosh, para ir contra Quito de aquel lado, mien-
tras que él atacaría á la ciudad del lado de Fas-
tos.
Habiendo informado á nuestros lectores de los
planes de la patriotas para libertar á las provin-
cias que estaban aun baxo el dominio de los Es-
pañoles, y de los medios que adoptaron. para pro-
teger á los habitantes del pays que estaba en su
posesión contra las incursiones del enemigo, sera
necesario que recurramos á las labores no menos
importantes de aquellas personas, que habían sido
convocadas para re-organizar un pays tan dea-
trozado por la guerra civil, y para infundir en los
ánimos de sus poseedores hábitos diametralmente
opuestos a los que hacia tanto tiempo habían es-
tado acostumbrados. La diputación de Legisla-
ción, á la que habían confiado la ardua tarea de
formar una constitución para la República de
Colombia, presentó el siguiente informe al Sobe-
rano Congreso :-*-
489
INFORME con que la Comisión de Legislación presentó al
Soberano Congreso el Proyecto de la Constitución de
Colombia*
8bnor,— La comisión de Legislación pone en manos de
V. M. el proyecto de Constitución para Colombia, que acaba
de formar. Ha tenido presente en este trabajo no solo el
sancionado por el Congreso de Venezuela, sino también va-
rias de las mejores producciones de esta especie, que han
salido á luz después de la invención del sistema representa-
tivo.
La precipitación con que ha procedido en sus tareas, y la
necesidad de ceder á las repetidas instancias de muchos Se-
ñores Diputados, sobre que quanto antes se presentase, no le
permiten entrar en una larga análisis. Reserva pues para el
tiempo de la discusión, hacer diferentes explicaciones que
pueden contribuir á la ilustración de algunos puntos, y se
limita ahora á decir en general, que no se encontrara en este
proyecto aquella funesta manta, que tanto ha dominado, de
adoptar sistemas teoréticos, solo por que se presentan como
el colmo de la perfección política, y de aumentar principios
filosóficos y máximas abstractas que á nada conducen. La
comisión ha procurado no establecer principio alguno que no
tenga una aplicación inmediata, y de que no se deribe un bien
real, ó alguna conseqüencia muy interesante : ha evitado co-
mo peligroso todo lo que no pueda pasar de una mera espe-
culación. La ciencia política es el resultado de muchos siglos
de experiencia y de observaciones. Asombra que la especie
humana, después de haberse multiplicado por tantos millares
de años, perfeccionando todas las ciencias ó creando otras
nuevas, y dando la existencia á imperios y naciones colosales
que han desaparecido de' la faz del globo, estubiese todavía
tan niña y tan imbécil en la ciencia mas esencial para su fe-
licidad, y en la que continuamente tenia que estudiar y me-
ditar para la dirección de sus negocios. Pero quanto mas
nos asómbrelo moderno del sistema representativo, y la incal-
culable cadena de opresiones, violencias; y males de toda
490
especie que ha debido sufrir la especie humana antes de ar-
rancar de la naturaleza este feliz secretp» tanto mas debemos
ser exactos par no extraviarnos del camino que nos han tra-
zado otras naciones sabias.
Lejos de que pretendiésemos remontarnos sobre sus insti-
tuciones» daríamos en un«escollo no menos real, y no menos
funesto, si hubiésemos de adherirnos ciegamente á sus leyes, á
sus practicas» á todos sus usos y costumbres. £1 camino al
templo de la libertad es largo» y esta muy cercado de preci-
picios. Se necesita de mucha constancia» de muchos sacrifi-
cios, y de muchos años para salvar este espacio. Asi nosotros
debemos limitarnos á adoptar aquellas primeras formas y bases
que son inseparables del nuevo sistema que hemos adoptado.
No. es posible derrocar de un golpe la masa enorme de nues-
tras preocupaciones» costumbres y habitudes. Basta minarla
y entorpecer su movimiento. Dejemos la perfección de la
obra al progreso de las luces, al influxo del presente siglo» á
los esfuerzos graduales del Cuerpo Legislativo, y á los gér-
menes de una lenta y dichosa metamorfosis» que envuelven en
si todos los principios que van establecidos en el proyecto.
En orden á elecciones se ha aplicado á Colombia» en quanto
era posible, el mismo sistema de la Constitución de Venezuela.
No nos conviene una elección rigorosamente democrática, no
nos convendrá en muchos anos» y pudiera añadirse que tal vez
nunca será preferible á la que se propone. Ha sido preciso
dar al Congreso la parte que se observa en la perfección de
las elecciones populares. A su tiempo se harán ver los incon-
venientes que se presentaban de otra suerte, y las ventajas
que de esto pueden resultar.
La Comisión no se detiene en demostrar la importancia, 6
t mas bien necesidad, de dividir el Cuerpo Legislativo en dos
Cámaras» porque todo el mundo conoce las razones solidas, y
fundadas en una larga experiencia» que apoyan esta sabía dis-
posición.
Los individuos del senado no son vitalicios como en la Cons-
titución de Venezuela. Los miembros del Poder Legislativo
nunca deben serlo en un sistema popular. Los abusos ven-
drían tarde ó temprano. Senadores perpetuos, hombrea re-
491
vestidos de la autoridad de juagar á los vas altos magistrados,
y con una parte tan considerable, no solo en la formación de
la ley, sino también en la provisión de los mas importantes
destinos; poco á poco aumentarían sus prerogativas, se acos-
tumbrarían á mirarse como una sesión distinta del pueblo, y
muy eminente en la sociedad; harían causa común con el
executivo; y en ocasión oportuna trastornarían la Constitu-
ción. En un sistema representativo en- todas sus partes como el
que adoptamos, el cuerpo neutro, entré el pueblo que quiere
anonadar la autoridad, y el poder executivo que tiende siem-
pre á aumentarla, no es el Senado, es todo el Cuerpo Legisla-
tivo : todo él tiene una suprema inspección sobre los altos
magistrados ; todo él vela para mantener el imperio de la
Constitución. Únicamente divide el exercicio de sus fun-
ciones ; los Representantes acusan, y el Senado juzga ; pero
ambas Cámaras son igualmente inspectoras, ambas tienen el
mismo interés en la conservación del orden. ¿Yno sería un
delirio hacer á todo el Cuerpo Legislativo vitalicio? De este
punto á la destrucción del sistema representativo, no habría
que dar sino un solo paso.
En nuestra forma de gobierno no hay necesidad de que el
equilibrio nazca de un riguroso sistema de guerra, que fue ne-
cesario establecer en otras antiguas, y por lo mismo imper-
fectas, á pesar de que el tiempo las haya consolidado. Donde
el poder executivo es hereditario, 6 por lo menos vitalicio, —
donde se mira como inviolable y sin responsabilidad,-~donde
la persona que le exerce es considerada como de una esfera
distinta y superior á toda la nación, y no como un miembro
de ella, — fácilmente se reconoce la necesidad de un cuerpo
intermedio, que en las circunstancias difíciles haga causa co-
mún con la nación para evitar que la oprima con su inmenso
poder ; pero donde el executivo es de corta duración, donde
no tiene esas prerogativas inmensas, y donde todos los dias
puede descender por qualquier abuso del elevado puesto que
ocupa, no se alcanzan á adivinar la necesidad ni las ventajas
de un cuerpo vitalicio, que al fin anonadarla 6 á la represen-
tación popular, ó á este mismo poder executivo.
49*
•' Nada mas absurdo que la introducción de un dictador ca
nuestra República. Este expediente estupendo y mortal para
la libertad» es la mejor prueba de la infancia de la patria entre
los pueblos que lo han adoptado. £1 ha concluido siempre
por esclavizarlos* La comisión ba previsto aquellos casos que
pudieran ser un pretexto para tan extraña medida* y es siempre
al Cuerpo Legislativo á quien da la potestad de conceder la
' autoridad extraordinaria que pudiera necesitarse en estos
casos para la salud de la República ; pero siempre restringién-
dola á hechos, á lugares, y á tiempo determinado. Asi en
todos tiempos, en todos los momentos, la Constitución está
subsistente : en todos. 6 en casi todos los ángulos del territorio
de la República, nunca hay una autoridad omnipotente» y la
libertad no corre ningún riesgo.
Pero ni la separación de los poderes, ni las freqüentes elec-
ciones de los supremos magistrados, ni la responsabilidad á
que todos están sujetos, son garantías suficientes de la liber-
tad. Un pueblo abyecto que no puede publicar sus opiniones»
llamar á cuentas á sus mandatarios ante el supremo tribunal
de la censura publica : ciudadanos infelices, que por la mas
leve causa, 6 solo por un mero capricho de los jueces» pueden
ser sepultados en una prisión, 6 que á cada momento pueden
ser despojados de sus bienes, nunca serán verdaderos ciuda-
danos, ni reconocerán su propia dignidad, ni sabrán sacrifi-
carse por una libertad cuyo precio les es desconocido. Sin
libertad individual, no hay libertad publica ; asi como sin in-
dividuos no hay pueblos, y sin pueblos no hay nación.
La intima penetración de esta verdad ba dirigido á la Co-
misión al extender el titulo octavo del proyecto donde están
consignados el goze y la garantía de estas dulces prerogativas
del hombre libre; prerogativas en cuya conservación debe
fincar V. M. todas sus esperanzas de que se consolide el sis-
tema representativo, y de que el Colombiano cambie las
tristes habitudes de un pueblo esclavo por las nobles costum-
bres de una nación virtuosa y grande.
- Resta, aun, hacer la división de los departamentos de la
República ; crear las cortes de justicia ; señalarles sus atribu-
ciones ; organizar en lo posible la mas recta y expedita ad-
498
ininistiracion de la justicia; señalar los sueldos de todos los
oficiales del gobierno ; establecer reglas y castigos contra los
abusos de la libertad de la prensa; y extender una ley de na-
turalización de extrangeros. La Comisión se ocupa de estos
trabajos que muy pronto tendrá la satisfacción de presentarlos
áv.M:
Añadirá una palabra en orden al proyecto de constitución
formado por jel actual Vice- Presidente interno de la Repúb-
lica, Antonio Nturiño. £1 es impracticable en nuestros dias, y
quien sabe en quantoa años: se extravia considerablemente
de los principios consagrados por los mejores políticos, acre-
ditados por la larga practica de naciones civilizadas : es una
especulación que todavía no está apoyada por ninguna ex-
periencia favorable ; y este, por omitir otras razones, bastaría
para descebarle. Nada tan aproposito como repetir aqui las
mismas palabras del autor del proyecto, en el discurso con que
lo ba acompañado. " ¿ Que es, dice, lo que la sana razón nos
dicta que debemos bacer ? parece que es bacer lo que actu-
almente nos conviene, sin cerrar la puerta á las generaciones
venideras, para que hagan igualmente lo que en distintas cir-
cunstancias mas les convenga ? ¿ Pues porque queremos desde
ahora prevenirlo y hacerlo todo ? ¿ Porque queremos cer-
rarles las puertas, para exponerlos 6 á una convulsión, 6 á no
hacer lo que crean justo ?" Parece que quando escribía estas
clausulas se empeñaba en formar su propia impugnación.
Con todo, siempre que V. M. Jo juzgue conveniente, la Comi-
sión está pronta á bacer un análisis mas exacto de los defectos
6 irregularidad del citado proyecto, á pesar de que hasta
ahora no ha sido presentado sino una pequeña parte de 61.
En quanto al de la Comisión, todo sus votos se contrallen
únicamente á que el plan de las bases principales puedan
lograr la aprobación de V. M. á fin de que siquiera economize
el tiempo que se gastaría en la formación de otro mejor. Si
alcanza esto, sera lo bastante para que repute por bien apro-
vechadas sus tareas : y por lo demás tendrá la mas completa
satisfacción de ver mejoradas todas sus partes por las sabias
observaciones de vuestros miembros ; de modo que aparezca
una obra verdaderamente capaz de hacer la felicidad deCo*
494
iombia, y de merecerse el aprecio de los pueblos ilustrados
del mundo.
Villa del Rosario, Julio S de 1821. Señor, — José Manuel
Restrepo, Luis Ignacio Mendosa» Vicente Azuero, Diego
Fernando Gómez, José Cornelio Valencia.
Por fin, la constitución que debia asegurar la
libertad y la prosperidad á Colombia, fue publi-
cada. Hace honor á sus proyectadores. Por toda
ella prevalece un espíritu de republicanismo ; y
un laudable temor, que harían bien en cultivarle
siempre, de que el poder executivo no se arro-
gue demasiado poder supremo, parece haber ac-
tuado á la mayoría. No hay duda que se pueden
impugnar algunos artículos, y á veces con justicia.
Muchas de las leyes que son adaptadas á su situ-
ación presente, no convendrían á un estado mas
civilizado. De esto ellos mismos parecen con-
vencidos ; y aprovechándose de los errores come-
tidos por otros legisladores, que contemplaban
absurdamente la eterna excelencia de sus leyes,
el Congreso ha insertado el articulo 191» por el
que se previene, que después de que una practica
de diez ó mas años haya descubierto todos los in-
convenientes ó ventajas de la presente constitu-
ción, se convocara, por el Congreso, una gran
convención de Colombia, autorizada para exami-
narla ó reformarla en su totalidad.
Como el establecimiento de esta constitución
era la principal causa de la guerra entre las colo-
nias y la metrópoli, y que de consiguiente forma
una de las facciones mas importantes en su histo-
495
ria, la insertamos aqui toda entera. Nuestros
lectores podran de este modo juzgar por si mis-
mos de las ventajas que ofrece á los habitantes
oprimidos y perseguidos del Mundo Antiguo, au-
mentadas por aquella belleza de clima, y fertilidad
de suelo, que tan peculiarmente distinguen al
Nuevo.
CONSTITUCIÓN
DE
LA REPÚBLICA DE COLOMBIA.
ÉL CONGRESO GENERAL Á LOS HABITANTES DE
COLOMBIA.
Colombianos ! — El mas ardiente deseo de todos
y cada uno de vuestros Representantes há sido
cumplir fielmente con los altos deberes que les
habéis encargado, y creen haber llenado tan sa-
gradas funciones al presentaros la Constitución,
que há sido sancionada por el voto general. En
ella encontraréis, que sobre la base de la unión
de pueblos que antes formaron diferentes estados,
se há levantado el edificio firme y sólido de una
4*96
«
nación, cuyo gobierno es popular representativo ;
y cuyos poderes, legislativo, executivo y judicial,
exactamente divididos, tienen sus atribuciones
marcadas y definidas, formando, sin embargo, un
todo, de tal suerte combinado y armonioso, que
por él resultan protegidas vuestra seguridad,
libertad, propiedad, é igualdad ante la ley*
El Poder Legislativo, dividido en dos cámaras,
os da una intervención plena en la formación de
vuestras leyes, y el mejor derecho á esperar que
sean siempre justas y equitativas : no seréis liga-
dos sino por aquellas á que hayai$ consentido por
medio de vuestros representantes, ni estaréis
sujetos á otras contribuciones que las que ellos
hayan propuesto y aprobado : ninguna carga se
echara sobre alguno que no sea común á todos }
y estas no serán para satisfacer á pasiones de
particulares, sino para suplir á las necesidades de
la República.
£1 Poder Executivo, en una sola persona, á
quien toca velar por la tranquilidad interior y
seguridad exterior de la República, tiene todas
las facultades necesarias para el desempeño de su
elevado encargo. Vosotros encontrareis que en
todo el brillo de su autoridad puede llenaros de
beneficios ; pero no causaros perjuicio alguno :
su espada está solo desembaynada contra los ene-
migos del Gobierno, sin posibilidad de ofender al
pacifico Colombiano : es como un sol, cuyo calor
benéfico, extendido por todo el territorio de la
República, contribuye á desarrollar las preciosas
497
-semillas de nuestra felicidad' y prosperidad: la
educación publica, la agricultura, el comercio,
las artes y ciencias, y todos los ramos de indus-
tria nacional, están dentro del orden de su sabia
administración, y sujetos á su benigno influxo.
El Poder Judicial, donde los asaltos de la intrí-
- ga pierden toda su fuerza, y el rico todo su ascen-
diente; á donde nadie puede llegar con rostro
-sereno, sino va revestido con los simples adornos
de la justicia, está destinado á dirimir imparcial-
mente vuestras contiendas, reprimir al malvado,
-y favorecer la inocencia : en tan respetuoso lugar
rinden todos bomenage á la ley ; y alli veréis las
pasiones desarmadas, cortadas las tramas del arti-
1 ficio, y- descubierta la verdad.
Tal ha sido el plano sobre que se ha levantado
la Constitución de Colombia. Vuestros Repre-
sentantes solo han puesto una confianza ilimitada
en las leyes ; por que ellas son las que aseguran
la equidad entre todos y cada uno ; y son tam-
bién el apoyo de la dignidad del Colombiano, la
fuente de la libertad, el alma y el consejo de la
República. Pero lo que vuestros Representantes
han tenido siempre á la vista, y lo que ha sido el
objeto de sus mas serias meditaciones, es que
estas mismas leyes fuesen enteramente conformes
con las máximas y dogmas de la Religión Cató-
lica Apostólica Romana, que todos profesamos, y
nos gloriamos de profesar ; ella ha sido la reli-
• gion de nuestros padres, y es y sera la religión
- del Estado : sus ministros son los únicos que
TOM. II. I i
498
están en libre exercicio de sus funciones, y el Go-
bierno autoriza las contribuciones necesarias para
el culto sagrado.
£1 Congreso General en sus deliberaciones no
ha tenido otras miras que el bien común y el en-
grandecimiento de la nación. Los agentes prin-
cipales del Gobierno dependen de vuestra elec-
ción : considerad» meditad bien, que del acierto en
ellas pende vuestra dicha,— que la intriga ó la fac-
ción jamas dirijan vuestro juicio ; mientras que las
luces, la virtud y el valor, prudentemente escogi-
dos y elevados por vosotros, sean las firmes colum-
nas que perpetúen la duración del edificio.
Villa del Rosario de Cuenta, treinta de Agosto
de mil ochocientos veinte y uno— undécimo
de la independencia.
(Firmado)
Dr Miguel Peña, Presidente del Congreso.
Rafael, Obispo de Merida de Maracaibo, Vice-Presklente.
£1 Diputado Secretario, Francisco Soto.
£1 Diputado Secretario, Miguel Santa Mari*
£1 Diputado Secretario, Antonio José Caro*
CONSTITUCIÓN
DE
LA REPÚBLICA DE COLOMBIA.
•
En el nombre de Dios, Autor y Legislador
del Universo.
Nos, los Representantes de los Pueblos de Co-
lombia, reunidos en Congreso General, compilen-
499
do con los deseos de nuestros constituentes, en or-
den á íixar las reglas fundamentales de su unión,
y establecer una forma de gobierno que les afi-
ance los bienes de su libertad, seguridad, propie-
dad é igualdad, quanto es dado á una nación que
comienza su carrera política, y que todavía lucha
por su independencia, ordenamos y acordamos la
siguiente : —
TITLULO PRIMERO.
DB LA NACIÓN COLOMBIANA, Y DE LOS COLOMBIANOS.
Sección l.-~Dela Nación Colombiana.
Articulo 1. La nación Colombiana es para siempre, é irre-
vocablemente, libre é independiente de la monarquía Espa-
ñola, y de qualquiera otra potencia 6 dominación extrangera;
y no es, ni será nunca, el patrimonio de ninguna familia ni
persona-
Artículo 2. La soberanía reside esencialmente en la nación.
Los magistrados y oficiales del gobierno, investidos de qual- .
quiera especie de autoridad, son sus agentes ó comisarios, y
responsables i ella de su conducta publica.
Articulo S. Es un deber de la nación proteger por leyes
sabias y equitativas la libertad, la seguridad, la propiedad, y
la igualdad de todos los Colombianos.
Sección II.— De los Colombianos.
Articulo 4. Son Colombianos —
1. Todos los hombres libres nacidos en el territorio de
Colombia, y los hijos de estos.
2. Los que estaban radicados en Colombia al tiempo de su
transformación política, con tal que permanezcan fieles á la
causa de la independencia.
500
3. Los no nacidos en Colombia, que obtengan carta • de
naturaleza.
Articulo 5. Son deberes de cada Colombiano,-«-viv¡r some-
tido á la constitución y á las leyes ; respetar y obedecer á las
autoridades que son sus órganos ; contribuir á los gastos pú-
blicos ; y estar pronto en todo tiempo á servir y defender á la
patria, haciéndole el sacrificio de sus bfenes y de su vida, si
fuere necesario.
TITULO SEGUNDO.
DEL TERRITORIO DE COLOMBIA, Y DE SU GOBIERNO.
Sección L — Dd Territorio de Colombia.
Articulo 6. £1 territorio de Colombia es el mismo que
comprehendian el antiguo Vireynato de la Mueva Granada y
Capitanía- General de Venezuela.
' Articulo 7- Los pueblos de la extencion expresada, que
están aun baxo el yugo Español, en qualquier tiempo en que
se liberten, harán parte de la República, con derechos y
representación iguales á todos los demás que la componen.
Articulo 8. El territorio de la República sera dividido en
departamentos ; los departamentos en provincias ; las provin-
cias en cantones ; y los cantones en parroquias.
Sección II. — Del Gobierno de Colombia,
Articulo 9. El Gobierno de Colombia es popular represen-
tativo.
Articulo 10. El pueblo no exercera por si mismo otras
atribuciones de la soberanía que la de las elecciones prima-
rias ; ni depositara el exercicio de ella en unas solas manos.
El poder supremo estara dividido para su administración, en
legislativo, executivo, y judicial.
Articulo 11. El poder de dar leyes corresponde al Con-
greso ; el de hacer que se execütén al Presidente de la Re-
pública ; y el de aplicarlas, en las causas civiles y criminales»
$ los Tribunales y Juzgados,
501
TITULO TERCERO.
DE LAS ASAMBLEAS PARROQUIALES T ELECTORALES»
Seccíon I. — De las Asambleas Parroquiales, y Escrutinio
de sus Elecciones,
r
Articulo 12. En dada parroquia, qualquiera que sea su
población, habrá una asamblea parroquial, el ultimo Domingo
de Julio de cada quatro años.
Articulo 13. La asamblea parroquial se compondrá de los
sufragantes parroquiales no suspensos, vecinos de cada parro-
quia, y sera presidida por el juez 6 jueces de ella, con asisten-
cia de quatro testigos de buen crédito, en quienes concurran
las qualidades de sufragante parroquial.'
Articulo 14. Los jueces, sin necesidad de esperar, ningunas
ordenes, deberán convocarla indispensablemente en dichos
períodos, para el dia señalado en la constitución.
Articulo 15. Para ser sufragante parroquial se necesita— .
1. Ser Colombiano.
2. Ser casado ó mayor de veinte y un años.
3. Saber leer y escribir; pero esta condición no tendrá
lugar hasta el año de 1840*
4. Ser dueño de alguna propiedad raíz que alcance al valor
libre de cien pesos. Suplirá este defecto el exercitar algún
oficio, profesión, comercio, 6 industria útil, con casa 6 taller
abierto, sin dependencia de otro, en clase de jornalero ó sir-
viente.
Articulo 16. La calidad de sufragante parroquial se pierde—
1. Por admitir empleo de otro gobierno, sin licencia del
Congreso, teniéndolo con renta, ú exerciendo otra confianza
en el de Colombia»
2. Por sentencia en que se impongan penas aflictivas 6
infamantes, si no se obtiene rehabilitación.
3. Por haber vendido su sufragio, ó comprado el de otro,
para si 6 para un tercero, bien sea en las asambleas primarias,
en las electorales, 6 en otras.
502
Articulo 17. El exercicio de sufragante parroquial se sus-
pende—
1. En los locos furiosos ó dementes.
2. En los deudores fallidos, y en los vagos declarados por
tales.
S. En los que tengan causa criminal abierta, hasta que sean
declarados absueltos 6 condenados á pena no aflictiva ni infa-
matoria*
4. En los deudores á caudales públicos con plazo cum-
plido.
Articulo 18. El objeto de las asambleas parroquiales es
votar por el elector 6 electores que corresponden al cantón.
Articulo 19. La provincia á quien corresponda un soto
representante nombrara diez electores, distribuyendo su
nombramiento entre los cantones que tenga, con proporción
á la población de cada uno.
Articulo 20. La provincia que debe nombrar dos 6 mas
representantes, tendrá tantos electores quantós correspondan
á los cantones de que se compone; debiendo elegir cada
cantón un elector por cada quatro mil almas, y otro mas por
un residuo de tres mil. Todo cantón, aunque no alcance á
aquel numero, tendrá siempre un elector.
Articulo 21. Para ser elector se requiere —
1. Ser sufragante parroquial no suspenso.
2. Saber leer v escribir.
i/
3. Ser mayor de veinte y cinco años cumplidos, y vecino de
qual quiera de las parroquias del cantón que va á hacer las
elecciones.
4. Ser dueño de una propiedad raíz que alcance al valer
libre de quinientos pesos, 6 gozar de un empleo de trecientos
pesos de renta anual, 6 ser usufructuario de bienes que pro-
duzcan una renta de trecientos pesos anuales, 6 profesar
alguna ciencia, 6 tener un grado científico*
Articulo 22. Cada sufragante parroquial votara por el elec-
tor 6 electores del cantón, expresando publicamente los nom-
bres de otros tantos ciudadanos vecinos del mismo cantón,
los quales serán indispensablemente asentados en su presencia,
en un registro destinado á este solo fin.
503
Artículo 23. Las dudas 6 controversias que hubiere sobre
qualidades 6 formas en los sufragios parroquiales, y las quejas
que se succttáren sobre cohecho 6 subonio, se decidirán por
los jueces y testigos asociados» y su resolución se llevara á
efecto por entonces ; pero quedando salva la reclamación al
cabildo del cantón.
Articulo 24. Las elecciones serán publicas, y ninguno po-
dra presentarse armado en ellas.
Articulo 25* Las elecciones estaran abiertas por el termino
de ocho días, concluido el qual, la asamblea queda disuelta ;
y qualquiera otro acto mas alia de lo que previene la consti-
tución 6 la ley, no solamente es nulo, sino atentado contra la
seguridad publica.
Articulo 26. Apenas esté concluido el acto de elecciones,
el juez 6 jueces que hayan presidido la asamblea, remitirán al
cabildo el registro de las celebradas en su parroquia, en pliego
cerrado y sellado.
Articulo 27. Luego que estén recogidos los pliegos de las
asambleas parroquiales, el cabildo del cantón, presidido por
alguno de los alcaldes ordinarios, y en su defecto por uno de
los regidores, se reunirá en sesión publica. En su presencia
serán abiertos los pliegos de las asambleas parroquiales, y se
irán formando listas y cotejos de todos los votos, asentándolos
en un registro.
Articulo 28. Los ciudadanos que resulten con el mayor
numero de votos se declararan constitucionalmente nombrados
para electores. Quando ocurriere alguna duda por igualdad
de sufragios, se decidirá por la suerte.
Articulo 29. £1 cabildo del cantón remitirá al de la capital
de la provincia el resultado del escrutinio que ha verificado ; y
dará también pronto aviso á los nombrados, para que concur-
ran á la capital de la provincia en el día prevenido por la
constitución.
Sección II— De las Asambleas Electorales 6 de Provincia.
Articulo SO. La asamblea electoral se compone de los elec-
tores nombrados por los cantones.
504.
Articuló SI. El día 1 de Octubre de cada quatro anos se
reunirá la asamblea electoral en la capital de la provincia, y
procederá á hacer todas las elecciones que le corresponden,
estando presentes por lo menos las dos terceras partes de loe
electores. Presidirá su reunión el cabildo de la capital»
mientras la asamblea elige un presidente de entre sus miem-
bros, que sera el que obtenga mayor numero de rotos.
Articulo 32. Los artículos 24 y 25 son comunes á las asam*
bleas electorales»
Articulo 33. £1 cargo de elector durara por quatro anos.
Las vacantes se llenaran quando se necesario por loe que
sigan en votos.
Articulo 34. Son funciones de las asambleas electorales,
sufragar —
1. Por el Presidente de la República.
2. Por el Vice-Presidente de la misma.
3. Por los Senadores del departamento.
4. Por el Representante 6 Representantes diputados de la
provincia.
Articulo 35. Los votos de estas quatro clases de elecciones
se asentaran en quatro registros diversos, y la misma asam-
blea electoral procederá á hacer el escrutinio de la ultima.
Articulo 36. Para ser representante de una provincia se
requiere haber obtenido la pluralidad absoluta, esto es» un
voto mas sobre la mitad de todos los de los electores que han
asistido á la elección.
Articulo 37. Los representantes serán nombrados de uno
en uno, en sesión permanente ; y se declararan elegidas los
que obtengan la indicada mayoría. Si ninguno la hubiere
alcanzado, los dos que hayan tenido el mayor numero entra-
ran en segundo escrutinio, y sera representante el que reúna
la pluralidad. Los casos de igualdad se decidirán por la
suerte.
Articulo 38. Perfeccionadas de esta manera las elecciones
del representante 6 representantes, el presidente de la asam-
blea electoral avisara sin demora alguna á los nombrados,
para que asistan á la próxima reunión ; y los registros se
505
remitirán en pliego cerrado y sellado á la cámara de repre-
sentantes.
Articulo 39. Con igual formalidad, y sin hacer escrutinio,
serán remitidos al cabildo de la capital del departamento los
registros de las votaciones para Presidente de la República ;
para Vice- Presidente de la misma ; y para Senadores ; á ñn
de que luego que se hayan reunido alli los pliegos de todas
las asambleas provinciales, los diriga oportunamente á la Cá-
mara del Senado, para que tenga lugar lo prevenido en la,
Sección 5. del Titulo iv.
TITULO QUARTO.
DEL PODER LEGISLATIVO.
Sección I. — De la División, Limites, y Funciones
cíe este Poder.
Articulo 40. £1 Congreso de Colombia estará dividido en
dos cámaras, que serán la del Senado y la de Representan-
tes.
Articulo 41. En qualquiera de las dos podran tener origen
las leyes ; y cada una respectivamente podra proponer á la
otra, reparos, alteraciones ó adiciones, para que las examine,
ó rehusar á la ley propuesta su consentimiento por una nega-
tiva absoluta.
Articulo 42. Se exceptúan las leyes sobre contribuciones 6
impuestos, las quales no pueden tener origen sino en la cáma-
ra de representantes; pero quedando al senado el derecho
ordinario de adicionarlas, alterarlas ó rehusarlas.
Articulo 43. Los proyectos 6 proposiciones de ley que fue-
sen aceptados conforme á las reglas de debate, sufrirán tres
discusiones en sesiones distintas, con el intervalo de un dia,
quando menos, entre unas y otras ; sin cuyo requisito no se
podran determinar.
Articulo 44. En el caso de que la proposición sea urgente,
podra dispensarse esta ultima formalidad, precediendo una
discusión y declaración de la urgencia; en la misma cámara
506
donde tenga su principio/ Esta declaración y las razones
que la motivaron, se pasaran á la otra cámara junto con el
proyecto de ley, para que sea examinado. Si esta cámara no
cree justa la urgencia» devuelve el proyecto para que se deli-
bere con las formalidades legales.
Articulo 45. Ningún proyecto ó proposición de ley recha-
zado por una cámara, podra ser presentado de nuevo hasta la
sesión del año siguiente ; pero esto no impedirá que algunos
de sns- artículos compongan parte de otras proposiciones no
rechazadas.
Articulo 46. Ningún proyecto ó proposición de ley consti-
tucionalmente aceptado, discutido, y determinado en ambas
cámaras, podra tenerse por ley de la República, hasta que no
haya sido firmado por el poder executivo. Si este no creyere
conveniente hacerlo, devolverá el proyecto á la cámara de su
origen, acompañándole sus reparos, sea sobre falta en las for-
mulas, 6 en lo substancial, dentro del termino de diez dias,
contados desde su recibo.
Articulo 47* Los reparos presentados por el poder execu-
tivo, se asientan en el registro de las sesiones de la cámara
donde tuvo la ley su origen. Si no queda esta satisfecha, dis-
cute de nuevo la materia, y resultando segunda vez aprobada
por una mayoría de las dos terceras partes de los miembros
presentes, la pasa con los reparos á la otra cámara. El pro-
yecto tendrá fuerza de ley, y deberá ser firmado per el poder
executivo, siempre que en esta otra cámara lo aprueben tam-
bién las dos terceras partes de los miembros presentes.
Articulo 48. Si pasados los diez dias que señala el articulo
46. no hubiere sido devuelto el proyecto con las objeciones,
tendrá fuerza de ley, y sera promulgado como tal ; á menos
que, corriendo este termino, el Congreso so haya suspendido
6 puesto en receso ; en cuyo caso deberán presentársele las
objeciones en la primera próxima sesión.
Articulo 49. La sanción del poder executivo es también
necesaria para que tengan fuerza las demás resoluciones, de*
cretos, estatutos, y actos legislativos de las cámaras ; excepto
los que sean de suspensión y emplazamiento de sus sesiones ;
los decretos en que pidan informes, 6 den comisiones en los
507
negocios de su incumbencia ; las elecciones que les correspon-
den; los juicios sobre calificación de sus miembros ; la» ordenes
para llenar algunas vacantes en las cámaras ; las reglas de sus
debates y policía interior; ei castigo dé tus miembros, y de
quantos les falten al debido respeto; y qualesquiera otros
actos en que no sea necesaria la concurrencia de ambas*
Articulo 50. Las proposiciones que hayan pasado como
urgentes en las dos cámaras, serán sancionadas 6 devueltas
por el poder ejecutivo dentro de dos días, sin mezclarse en la
urgencia.
Articulo 51. Al pasarse las deliberaciones de una cámara á
otra, y al poder executivo, se expresaran los dias en que se
discutió la materia ; la fecha de las respectivas resoluciones,
inclusa la de urgencia quando la haya ; y la exposición de las
razones y fundamentos que las han motivado. Quando se
omita alguno de estos requisitos, deberá volverse el acto dentro
de dos dias á la cámara donde se note la omisión, 6 á la del
origen, si hubiere ocurrido en ambas.
Articulo 52. Siempre que una ley haya de pasarse al poder
executivo para su sanción, se extendera por duplicado en la
forma correspondiente, y se leerá en las dos cámaras. Am-
bos originales serán firmados por sus respectivos presidentes y
secretarlos, y se presentaran luego al Presidente de la Repú-
blica por una diputación.
Articulo 5Sé Sancionada ú objetada la ley por el Presiden-
te de la República, con arreglo al Articulo 46. devolverá á
las cámaras con el secretario del despacho respectivo, uno
de los dos originales con su decreto, para que se dé cuenta en
ellas. Este original se conservara en el archivo de la cámara
donde la ley tuvo su origen.
Articulo 54. Para la promulgación de la ley se usara siem-
pre de esta formula : — " £1 Senado y Cámara de Represen-
tantes de la República de Colombia, reunidos en Congreso,
&c. decretan.
508
Sección II. — De las Atribuciones Especiales del Congreso* •
Articulo 55. Son atribuciones exclusivamente propias del
Congreso,—
1. Fixar cada año los gastos públicos en vista de los presu-
puestos que le presentara el poder executivo.
2. Decretar lo conveniente para la administración, conser-
vación, y enagenacion de los bienes nacionales.
3. Establecer toda suerte de impuestos, derechos 6 contri-
buciones, velar sobre su inversión, y tomar cuenta de ella al
poder executivo y de mas empleados de la República. •
4. Contraer deudas sobre el crédito de Colombia.
5. Establecer un banco nacional*
6. Determinar y uniformar el valor, peso, tipo, y nombre
de la moneda.
7. Fixar y uniformar los pesos y medidas.
8. Crear las cortes de justicia, y juzgados inferiores de la
República.
9. Decretar la creación ó supresión de los empleos públi-
cos, y señalarles sueldos, disminuirlos ó aumentarlos*
10. Establecer reglas de naturalización.
11. Conceder premios y recompensas personales á los que
hayan hecho grandes servicios á Colombia.
12. Decretar honores públicos á la memoria de los grandes
hombres.
13. Decretar la conscripción y organización de los exerci-
tos; determinar su fuerza en paz y guerra, y señalar el tiem-
po que deben existir.
14. Decretar la construcción y equipamento de la marina ;
aumentarla, 6 disminuirla.
15. Formar las ordenanzas que deban regir las fuerzas de
mar y tierra. .
16. Decretar la guerra en vista de los datos que le presente
el poder executivo.
17* Requerir al poder executivo para que negocie la paz.
18. Prestar su consentimiento y aprobación á los tratados
509
de paz, de alianza, de amistad, de comercio, de neutralidad, y
qualesquiera otros que celebre el poder executivo.
■ 19. Promover por leyes la educación publica, y el progreso
de las ciencias, artes, y establecimientos útiles ; y conceder
por tiempo limitado derechos exclusivos para su estimulo y
fomento.
' 20. Conceder indultos generales quando lo exfga algún
grande motivo de conveniencia publica.
21. Elegir la ciudad que deba servir.de residencia al Go-
bierno, y variarla quando lo juzgue conveniente.
22. Fixar los limites de los departamentos, provincias, y de-
más divisiones del territorio de Colombia, como sea mas con-
veniente para su mejor administración.
23. Permitir, 6 no, el paso de tropas de otro estado por el
territorio de Colombia.
24. Permitir, 6 no, la estación de esquadras de otro estado
en los puertos de Colombia por mas de un mes.
• 25. Conceder, durante la presente guerra de independencia,
al poder executivo aquellas facultades extraordinarias, que se
juzguen indispensables en los lugares que inmediatamente
están sirviendo de teatro á las operaciones militares, y en loa
recien libertados del enemigo ; pero detallándolas en quanto
sea posible, y circunscribiendo el tiempo que solo sera el muy
necesario.
* 26. Decretar todas las demás leyes y ordenanzas de qual-
quier naturaleza que sean ; y alterar, reformar, 6 derogar las
establecidas. El poder executivo solo podra presentarle al-
guna materia para que la tome en consideración ; pero nunca
baxo la formula de ley.
Sección III. — De las Funciones Económicas y Prerogativas
comunes a ambas Cámaras, y á sus Miembros.
Articulo 56. Cada cámara tiene el derecho de establecer
los reglamentos que deba observar en sus sesiones, debates y
deliberaciones. Conforme á ellos, podra castigar á qualquiera
de sus miembros que los infringe, 6 que de otra manera se
haga culpable^ con las penas que establezca ; hasta expeler*
510
los de su seno, y declararlos indignos de obtener otros oficio*
de confianza 6 de honor en la República 3 quando así se decU
da por el voto unánime de los dos tercios de los miembros
presentes.
Artículo 57. Ninguna de ellas podra abrir sus sesiones sin
la concurrencia» de la. abisalkmsf abestocst de» mm míesabas*^
pero en todo caso el numero existente, qualquiera que sea,
deberá reunirse, y compeler á los ausentes á que concurra*
del modo y baxo las penas que las mismas cámaras establez-
can.
Articulo 58. Una vez abiertas las sesiones de cada ano,
bastara la concurrencia de las dos terceras partes de los miem-
bros presentes para que continúen las sesiones; con tal de
que estas dos terceras partes nunca sean menos de los dos
tercios de la pluralidad absoluta.
Articulo 59. Las cámaras» en la casa de sos sesiones, goza-
ran del derecho exclusivo de policía ; y fuera de ella, en to-
do lo qué conduzca si libre exercicio de sus atribuciones. En
uso de este derecho, podran castigar, 6 hacer que se castigue
con las penas que hayan acordado, á todo el que les falte al
debido respeto, 6 que amenace atentar contra el cuerpo» 6
contra la inmunidad de sus individuos ; ó que de qualquiera
otro modo desobedezca 6 embarase sus ordenes y delibera*
ciones.
Articulo 60. Las sesiones de ambas enmaras serán publi-
cas i pero podran secretas quando ellas lo orean necesario.
Articulo 61. £1 proceder de cada cámara constara sotan»
nemente de un registro diario, en que se asienten sus debeles
y resoluciones ; el qual se publicara de tiempo en tiempo,
exceptuando aquellas cosas que deben reservarse, según el
acuerdo de cada una : y siempre, que lo reclame la quinta
parte de los miembros presentes, deberán expresarse nominal-
mente los votos de sus individuos, sobre toda moción ó deli-
beración.
Articulo 62. Cada cámara elige de entre sus miembros un
Presidente y un Vice*Presidente, cuyas funciones serán anu-
ales, desde una sesión ordinaria hasta otra ; y nombrara de
dentro 6 fuera de su seno un Secretario. También nombrara
511 .
los oficiales que juzgue necesarios para el desempeño de sus
trabajos, asignando á estos empleados la» correspondientes
gratificaciones.
Articulo 63. Las comunicaciones entre las cámaras y el
poder executivo, ó entre ss mismas, se harán por el conducto
de los respectivos presidentes, ó por medio de diputaciones.
Articulo 64. Los senadores y representantes tienen este
carácter por la nación, y no por el departamento 6 provincia
que loa nombra : ellos no pueden recibir ordenes ni instruc-
ciones particulares de las asambleas electorales, que uño
podran presentarles peticiones.
Articulo 65. No podran ser senadores ni representantes, el
Presidente y Vice-Presideote de la República, los ministros
de la alta corte de justicia, los secretarios del despacho, los
intendentes, los gobernadores, y los demás empleados publi*
eos i quienes se prohiba por ley : los otros podran serlo, con
tal que suspendan el personal exercicio de sus empleos mien-
tras duren las sesiones. Quando un senador 6 representante
sea nombrado para otro destino publico, quedara á su elec-
ción admitirle ó rehusarle.
Articulo 66* Los miembros del Congreso gozan inmunidad
en sus personas y en sus bienes durante las sesiones, y mien-
tras van á ellas ó vuelven á sus casas, excepto en los casos
de traición, 6 de otro grave delito contra el orden social : y
no son responsables por los discursos y opiniones que hayan
manifestado en las cámaras ante ninguna autoridad ni en nin-
gún tiempo.
Articulo 67* Loa senadores y representantes obtendrán del
tesoro nacional una indemnización determinada por la ley,
computándose el tiempo que deben haber invertido en venir
de sus casas al lugar de la reunión, y volver á ellas conclui-
das las sesiones.
512
V
Sección IV. — Del Tiempo, Duración, y Lugar de las
Sesiones del Congreso.
' Articulo 68. £1 Congreso se reunirá cada año precisamente»
verificando la abertura de sus sesiones ordinarias el dos de
'Enero.
Articulo 69. Cada reunión ordinaria del Congreso dorara
noventa dias. En caso necesario podra prorogarla hasta por
treinta dias mas.
Articulo 70. Las cámaras residirán en una misma parro-
quia : y mientras se hallen reunidas, ninguna podra suspen-
der sus sesiones por mas de dos dias, ni emplazarse para otro
lugar distinto de aquel en que residieren, sin su mutuo con-
sentimiento ; pero si, conviniendo en la translación, difiriesen
respecto del tiempo y lugar, el poder executivo tendrá la in-
tervención de fixar un termino medio entre los extremos de
la disputa.
Sección V.— Del Escrutinio y Elecciones correspondientes
al Congreso.
Articulo 71* En los años de elecciones se reunirá el Con-
greso en la cámara del Senado. En su presencia se abrirán
los pliegos de las elecciones del Presidente y Vice-Presidente
de la República, y de los Senadores de los departamentos :
y se formaran listas de todos los sufragios de las asambleas
electorales, asentándolos en el registro correspondiente á cada
clase de elecciones. El escrutinio se hace publicamente por
quatro miembros del Congreso y los Secretarios,
- Articulo 72. Para ser Presidente de la República se necesi-
tan las dos terceras partes de los votos de los electores, que
concurrieron á las asambleas provinciales. Se declarara, pues,
Presidente al que resulte con esta mayoría.
Artículo 73. Siempre que falte la mayoría indicada, el Con-
greso separa los tres que reúnan mas sufragios, y procede á
elegir uno de entre ellos. El que obtuviere en esta elección
513
•
los votos de las dos terceras partes de los miembros presentes*
sera el Presidente de la República.
Articulo 74. Si hecho el escrutinio ninguno resultare elec-
to, el Congreso contrae la votación á los dos que hayan al-
canzado mayor numero de votos en el acto antecedente.
Articulo 75. La elección del Presidente se hará en una sola
sesión, que sera permanente.
Articulo 76. £1 Vicepresidente de la República sera ele-
gido con las mismas formalidades que el Presidente.
Articulo 77. El Congreso declarara senadores á los que
hayan alcanzado la pluralidad absoluta de votos1 de los elec-
tores de cada departamento, que concurrieron á la elección.
Articulo 78. Si no concurriere á favor de ninguno, 6 de
algunos, la mayoría indicada, el Congreso tomara un numero
igual ; 6 si no lo hubiere, aproximado al triple de los que fal-
ten entre los que tengan mas votos. Hecha esta separación,
procederá á eligir entre estos uno por uno, los que hayan de
nombrarse. Quando en el escrutinio no resulte elección, se
repetirá el acto conforme al articulo 74.
Articulo 79. En los casos de duda por causa de igualdad
en materia de elecciones, la suerte decide.
Articulo 80. Quando falte algún senador ó representante
por muerte, renuncia, destitución, ú otro causa, se llenaran las
vacantes por el Congreso, escogiendo uno entre los tres que
en los registros de las asambleas electorales se sigan con
mayor numero de votos ; pero si en dichos registros no que-
dare este numero, la respectiva cámara expedirá ordenes para
que se nombre otra persona, de la maneta prevenida en esta
Constitución. La duración del asi nombrado solo sera hasta
las próximas elecciones ordinarias.
Articulo 81. Si una misma persona fuere nombrada á la
vez por el departamento de su naturaleza y por el de su ve-
cindad, 6 por la provincia de su naturaleza y la de su vecin-
dad, subsistirá el nombramiento por razón de la naturaleza.
Articulo 82. El Congreso pasara aviso á los que resulten
nombrados en los destinos de Presidente, Vice-Presidente, y
Senadores, para qué ocurran á posesionarse en el dia que se
les asigne.
TOM. II. K k
514
Articulo 83. En esta primera vez, nombra el actual Con-
greso el Presidente, el Vice- Presidente de la República, y loa
Senadores.
Sección VI. — De la Cámara de Representantes.
Articulo 84. La Cámara de Representantes se compone de
los diputados nombrados por todas las provincias de la Re-
publica, conforme á esta Constitución.
Articulo 85. Cada provincia nombrara un representante
por cada treinta mil almas de su población ; pero si calculada
esta quedare un exceso de quince mil almas, tendrá un re-
presentante mas; y toda provincia, qualquiera que sea su
población, nombrara por lo menos un representante. £1 ac-
tual Congreso señalara, por medio de un decreto» el numero
de representantes que deba nombrar cada provincia, hasta
tanto que se formen censos de la población*
Articulo 86. Esta proporción de uno por treinta mil con-
tinuara siendo la regla de la representación, basta que el nu-
mero de representantes llegue á ciento ; y aunque se aumente
la población, no se aumentara por eso el numero, sino que pe
elevara la proporción hasta que corresponda un representante
á cada quarenta mil almas. En este estado continuara la
proporción de uno por quarenta mil, hasta que lleguen á
ciento y cincuenta los representantes ; y entonces, como en
el caso anterior, se elevara la proporción á cincuenta mil por
uno. En todos estos casos se nombrara un representante mas
por un residuo, que alcance á la mitad de la base.
Articulo 87. No podra ser representante el que, ademas de
las qualidades de elector, no tenga —
1. La calidad de natural 6 vecino de la provincia que le
elige.
2. Dos años de residencia en el territorio de la República
inmediatamente antes de la elección. Este requisito no ex-
cluye á los ausentes en servicio de la República, 6 con per-
miso del Gobierno ; ni á los prisioneros, desterrados, ó fugiti-
vos del país, por su amor ó servicios á la causa de la inde-
pendencia.
515
3. Ser dueño de una propiedad rafa que alcance al valor
Ubre de dos mil pesos ; 6 tener una renta ó usufructo de
quinientos pesos anuales ; 6 ser profesor de alguna ciencia*
Articulo 83* Los no nacidos en Colombia necesitan, para
ser representantes» tener ocho afios de residencia de la repúb-
lica, y diez mil pesos en bienes raices : se exceptúan los naci-
dos en qualquiera parte del territorio de America, que el año
de 1810 dependía de la España, y que* no se ha unido á otra
nación extrangera ; á quienes bastara tener quatro años de
residencia, y cinco mil pesos en bienes raices.
Articulo 89. La cámara de representantes tiene el derecho
exclusivo de acusar ante el senado, al Presidente de la Repúb-
lica, al Vice-Presidente, y á los ministros de la alta corte de
justicia, en todos los casos de una conducta manifiestamente
contrario al bien de la República y á los deberes de sus em-
pleos, 6 de delitos graves contra el orden social.
Articulo 90. Los demás empleados de Colombia también
están sujetos á la inspección de la cámara de representantes;
y podra acusarlos ante el senado por el mal desempeño de sus
funciones, ú otros graves crímenes. Pero esta facultad no
deroga m disminuye la de otros gefes y tribunales, para velar
en la observancia de las leyes, y juzgar, deponer y castigar,
según ellas, á sus respectivos subalternos.
Articulo 91. El tiempo de las funciones de representante
sera de quatro años.
Articulo 92. A la cámara de representantes corresponde la
calificación de las elecciones y qualidades de sus respectivos
miembros, su admisión, y la resolución de las dudas que sobre
esto puedan ocurrir.
Sección VIL — De la Cámara del Senado.
Articulo 93. El Senado de Colombia se compone de los
senadores nombrados por los departamentos de la República,
conforme á esta constitución. Cada departamento tendrá
quatro senadores.
Articulo 94. El tiempo de las funciones de los senadores
sera de ocho años. Pero los senadores de cada departamento
516
¿eran divididos en dos clases: los de la primera quedaran
vacantes al fin del quarto año, y los de la segunda al fin del
octavo; de modo que cada quatro años se haga elección de la
mitad de ellos. En esta vez la cámara, en su primera reunión,
sacara á la suerte los dos senadores de cada departamento,
cuyas funciones hayan de espirar al fin del primer periodo.
Articulo 95. Para ser senador se necesita, ademas de las
calidades de elector —
1. Treinta años de edad.
2. Ser natural 6 vecino del departamento que hace la elec-
ción.
5. Tres años de residencia en el territorio de la república
inmediatamente antes de la elección, con las excepciones del
articulo 87.
4. Ser dueño de una propiedad que alcance al valor libre
de quatro mil pesos en bienes raices ; ó en su defecto tener el
usufructo 6 renta de quinientos pesos anuales, 6 ser profesor
de alguna ciencia.
Articulo 96. Los no nacidos en Colombia no podran ser
senadores, sin tener doce años de residencia y diez y seis mil
pesos en bienes raices: se exceptúan los nacidos en qual-
quiera parte del territorio de la America, que en el año de
1810 dependía de la España, y que no se ha unido á otra na-
ción extrangera ; á quienes bastara tener seis años de residen-
cia y ocho mil pesos en bienes raices.
Articulo 97. Es una atribución especial del senado exercer
el poder natural de una corte de justicia, para oir, juzgar, y
sentenciar á los empleados de la República, acusados por la
cámara de representantes en los casos de los artículos 89 y 90.
Articulo 98. En los casos en que el senado hace las fun-
ciones de corte de justicia, la cámara de representantes escoge
uno de sus miembros para que haga las veces de acusador ; el
qual procederá conforme á las ordenes é instrucciones que le
comunique la cámara.
Articulo 99. El senado instruye el proceso por si mismo, 6
por comisión emanado de su seno, reservándose la sentencia
que la pronunciara el mismo.
517
Artículo 100. Siempre que una acusación propuesta ante
el senado es admitida por -el, queda de hecho suspenso de su
empleo el acusado, y la autoridad á quien corresponde,
provee la plaza interinamente.
Articulo 101. Nadie podra ser condenado en qp tos juicios
sin el voto unánime de las dos terceras partes de los sena-
dores presentes.
Articulo 102. Las determinaciones del senado, en estos
casos, no podran extenderse á otra cosa que á deponer de su
empleo al convencido, y declararle incapaz de obtener otros
honoríficos, lucrativos, ó de confianza en Colombia ; pero el
culpado ' quedara sin embargo sujeto á acusación, prueba,
eentencia y castigo, según la ley.
Articulo IOS. En los casos en que el senado lo juzgue con-
veniente, asistirá á sus juicios, para informar é instruir en el
derecho, el presidente de la alta corte de justicia, 6 alguno
de sus miembros»
Articulo 104. Los decretos, autos y sentencias, que pro-
nuncie el senado en estos juicios, deben executarse sin la
«ancion del poder executivo.
TITULO QUINTO.
DEL PODER EXECUTIVO.
Sección I.— De la Naturaleza y Duración de este Poder.
Artículo 105. £1 poder executivo de la República estara
depositado en una persona, con la denominación de Presidente
ée la República de Colombia.
Articulo 106. Para ser Presidente, se necesita ser ciuda-
dano de Colombia por nacimiento, y todas las otras qualidades
que para ser senador.
Articulo 107* La duración del Presidente sera de quatro
años; y no podra ser reelegido mas de una vez sin inter-
1 ' misión.
Articulo 108. Habrá un Vice-Presidente, que exercera las
funciones del Presidente en los casos de muerte, destitución,
518
6 renuncia, hasta que se nombre el sucesor, que sera en la
próxima reunión de las asambleas electorales. También en*
trara en las mismas funciones por ausencia, enfermedad, 6
qualquiera otra falta temporal del Presidente.
Articulo 109. El Vice-Presidente de la República debe
tener las mismas calidades que el Presidente.
Articulo 110. £1 Presidente del Senado suple las faltas del
Presidente y Vice-Prestdente de la República ; pero quando
estás sean absolutas, se procederá inmediatamente á Henar
las vacantes, conforme á esta Constitución.
Articulo 111. La duración del Presidente y Vice- Presi-
dente nombrados fuera de les periodos constitucionales, solo
sera hasta la próxima reunión ordinaria de las asambleas cons»
titucionales.
Articulo 113. £1 Presidente y Yice-Pkeaidente reciben por
sus servicios los sueldos que la ley les señala ; los quales nun-
ca serán aumentados ni disminuidos en su tiempo.
Sección II.— De las Funciones, Deberes, y Prerogativas del
Presidente de la República.
Articulo 113. £1 Presidente es gefe de la administración
general de la República. La conservación del orden y tran-
quilidad en lo interior, y de la seguridad en lo exterior, le esta
especialmente cometida.
Articulo 114. Promulga, manda executar y cumplir las
leyes, decretos, estatutos y actos del Congreso, quando, con-
forme queda establecido por la sección 1. del título 4. de esta
Constitución, tengan fuerza de tales ; y expide los decretos,
reglamentos, é instrucciones, que sean convenientes para sa
execucion.
Artículo 115. Convoca al Congreso en los periodos señala-
dos por esta Constitución, y en los demás casos extraordina-
rios en que lo exfga la gravedad de alguna ocurrencia.
Articulo 116. Dicta todas las ordenes convenientes para
que oportunamente se bagan las elecciones constitucionales*
Artículo 117. Tiene en toda la República el mando supre-
mo de las fuerzas de mar y tierra, y esta exclusivamente en-
519
cargado de su dirección ; pero no podra mandarlas eri persona
sin previo acuerdo y consentimiento del Congreso.
Articulo 118. Quando, conforme al articulo anterior, el
Presidente mande en persona las fuerzas de la República, ó
alguna parte de ellas, las funciones del poder executivo re-
caerán por el mismo hecho en el Vice- Presidente.
Articulo 119. Declara la guerra en nombre de la Repúb-
lica, después que el Congreso la haya decretado» y toma
todas las medidas preparatorias.
Articulo 120¡» Celebra los tratados de paz, alianza, amistad,
treguas^ comercio, neutralidad, y qualesquiera otros, eon los
principes, naciones, 6 pueblos extrangeros : pero sin el con-
sentimiento y aprobación del Congreso, no presta ni deniega
su ratificación á los que estén ya concluidos por los plenipo-
tenciarios.
Articulo 121. Con previo acuerdo y consentimiento del
Senado nombra toda especie de ministros y agentes diploma-
ticos, y los oficiales militará desde coronel inclusive arriba.
Articulo 122. En los recesos del Senado puede dar en
comisión dichos empleos, quando urgiere su nombramiento,
hasta que en la próxima reunión ordinaria 6 extraordinaria
del Senado sean provistos conforme al articulo anterior.
Articulo 128. También le corresponde el nombramiento
de los demás empleados civiles y militares, que no reserve á
otra autoridad la constitución 6 la ley.
Articulo 124. Cuida de que la justicia se administre pronta
y cumplidamente por los tribunales y juzgados de la Repú-
blica, y de que sus sentencias se cumplan y executen.
Articulo 125. Puede suspender de sus destinos á los em-
pleados ineptos, 6 que delinean en razón de su oficio ; pero
avisara al mismo tiempo al tribunal que corresponda, acom-
pañándole el expediente 6 documentos que motivaron su pro-
cedimiento, para que siga el juicio con arreglo á las leyes.
Articulo 126. No puede privar á ningún individuo de su
libertad, ni imponerle pena alguna. En caso de que el bien
y seguridad de la República exigan el arresto de alguna per-
sona, podra el Presidente expedir ordenes al efecto; pero
con la condición de que, dentro de quarenta y ocho horas,
520
deberá hacerla entregar á disposición del tribunal 6 juez com-
petente.
Articulo 127. En favor de la humanidad puede, quando lo
exíga algún grave motivo, conmutar las penas capitales de
acuerdo con los jueces que conozcan de la causa ; bien sea á
su propuesta, 6 á la de aquellos.
Articulo 128. En los casos de conmoción interior á mano
armada que amenace la seguridad de la República, y en los
de una invasión exterior y repentina; puede, con previo
acuerdo y consentimiento del Congreso, dictar todas aquellas
medidas extraordinarias que sean indispensables, y que no
estén comprehendidas en la esfera natural de sus atribuciones.
Si el Congreso no estuviese reunido, tendrá la misma facultad
por si solo ; pero le convocara sin la menor demora, para
proceder conforme á sus acuerdos. Esta extraordinaria au-
torización sera limitada únicamente á los lugares y tiempo
indispensablemente necesarios.
Articulo 129. El Presidente de la República, al abrir el
Congreso sus sesiones anuales, le dará cuenta en sus dos
cámaras del estado político y militar de la nación ; de sus
rentas, gastos, y recursos ; y le indicara las mejoras 6 reformas
que pueden hacerse en cada ramo.
Articulo 190. También dará á cada cámara quantos infor-
mes le pida ; pero reservando aquellos cuya publicación no
convenga por entonces, con tal que no sean contrarios á los
que presenta.
Articulo 131. El Presidente de la República, mientras dura
en este empleo, solo puede ser acusado y juzgado ante el
Senado en los casos del articulo 89.
Articulo 132. El Presidente no puede salir del territorio
de la República durante su Presidencia, ni un ano después,
sin permiso del Congreso.
Ssccion III. — Del Consejo de Gobierno.
Articulo 133. El Presidente de la República tendrá un
Consejo de Gobierno, que sera compuesto del Vice-Presi-
dente de la República, de un ministro de la alta corte de
521
justicia» nombrado por el mismo, y de los Secretarios del
despacho.
Articulo 134. £1 Presidente oirá el dictamen del consejo
en todos los casos de los artículos 66, 119» 120, 121, 122, 123,
125, 127» 128, y en los demás de gravedad que ocurran, 6 que
le parezca ; pero no sera obligado á seguirle en sus delibera-
ciones.
Articulo 135. £1 consejo llevara un registro de todos sus
dictamentes, y pasara cada año al Senado un testimonio ex-
acto de el» exceptuando solamente los negocios reservados
mientras haya necesidad de la reserva.
*
Sección IV. — De los Secretarios del Despacho.
Articulo 136. Se establecen para el despacho de los nego-
cios cinco secretarios de estado ; á saber — de relaciones exte-
riores, del interior, de hacienda, de marina, y de guerra. £1
poder executivo puede reunir temporalmente dos secretarías
en una.
Articulo 137. £1 Congreso hará en el numero de ellas las
variaciones que la experiencia muestre, 6 las circunstancias
exigan ; y por un reglamento particular, que hará el poder
executivo, sometiéndole á su aprobación, se asignaran á cada
secretario los negocios que deben pertenecerle.
Articulo 138. Cada secretario es el órgano preciso é indis-
pensable por donde el poder executivo libra sus ordenes á las
autoridades que le están subordinadas. Toda orden que no
este autorizada por el respectivo secretario, no debe ser exe-
cutada por ningún tribunal, ni persona publica ó privada.
Articulo 139. £s de la obligación de los secretarios del
despacho dar á cada cámara, con anuencia del poder execu-
tivo, quantos informes se les pidan, por escrito 6 de palabra, en
sus respectivos ramos, reservando solamente lo que no con-
venga publicar.
Ó22
TITULO SEXTO.
DEL PCT>I» JUDICIAL.
Sección I.— De las Atribuciones de la Aka Corte de Justicia,
Elección y Duración de sus Miembros.
Articulo 140. La alta corte de justicia de Colombia se
compondrá de cinco ministros por lo menos.
Articulo 141. Para ser ministro de la alta corte de justicia
se necesita—
1. Gozar de los derechos de elector.
2. Ser abogado no suspenso.
3. Tener la edad de treinta años cumplidos.
Articulo 142. Los ministros de la alta corte de justicia se-
rán propuestos por el Presidente de la República á la Cámara
de Representantes, en numero triple. La cámara reduce
aquel numero al doble, y lo presenta al Senado para que este
nombre los que deben componerla. £1 mismo orden se se-
guirá siempre, que por muerte, destitución ó renuncia, sea
necesario reemplazar toda la alta corte, 6 alguno de sus miem-
bros. Pero si el Congreso no estuviere reunido, el poder
executivo proveerá interinamente las plazas vacantes, hasta
que se haga la elección en la forma dicha. En esta vez serán
nombrados por el actual Congreso.
Articulo 145. Corresponde á la alta corte de justicia el
conocimiento—
1. De los negocios contenciosos de embajadores, ministros,
cónsules, 6 agentes diplomáticos.
2. De las controversias que resultaren en los tratados y
negociaciones que haga el poder executivo.
S. De las competencias suscitadas, 6 que se suscitaren, en
los tribunales superiores.
Articulo 144. La ley determinara el grado, forma y casos,
en que deba conocer de los negocios expresados, y de quales-
quiera otros civiles y criminales que se le asignen.
523
Articulo 145. Los ministros de la alta corte de justicia
duraran en sus empleos todo el tiempo de su buena con-
ducta.
Articulo 146. En periodos fixos, determinados por la ley»
recibirán por este servicio los sueldos que se les asignaren.
Sección II.—- De las Cortes Superiores de Justicia,
y Juzgados Inferiores.
Articulo 147- Para la mas pronta y fácil administración de
justicia, el Congreso establecerá en todo la República las
cortes superiores que juzgue necesarias, 6 que las circunstan-
cias permitan crear desde ahora, asignándoles el territorio á
que se extienda su respectiva jurisdicción, y los lugares de su
residencia.
Articulo 148. Los ministros de las cortes superiores serán
nombrados por el poder executivo, á propuesto en terna de la
alta corte de justicia. Su duración sera la expresada en el
articulo 145.
Articulo 149. Los juzgados inferiores subsistirán por ahora
en los términos que se* prescribirá por ley particular, hasta
tanto que el Congreso varié la administración de justicia.
TITULO SÉPTIMO.
DE LA ORGANIZACIÓN INTERIOR DE LA REPÚBLICA.
Sección I.— De la Administración de los Departamentos,
Articulo 150. El Congreso dividirá el territorio de la Re-
publica en seis 6 mas departamentos, para su mas fácil y có-
moda administración.
Articulo 151. El mando político de cada departamento re-
sidirá en un magistrado, con la denominación de Intendente,
sujeto al Presidente de la República, de quien sera el agente
natural é inmediato. La ley determinara sus facultades.
524
Articulo 152. Los Intendentes serán nombrados por él
Presidente de la República, conforme á lo que prescriben los
artículos 121 y 122. Su duración sera de tres años.
Sección II. — De la Administración de las Provincias
y Cantones,
Articulo 153. En cada provincia habrá un Gobernador, que
tendrá el régimen inmediato de ella, con subordinación al in-
tendente del departamento y las facultades que detalle la ley.
Durara y sera nombrado en los mismos términos que los inten-
dentes.
Articulo 154. £1 intendente del departamento es el Gober-
nador de la provincia, en cuya capital reside.
Articulo 155. Subsisten los cabildos 6 municipalidades de
los cantones. £1 Congreso arreglara su numero, sus limites
y atribuciones, y quanto conduzca á su mejor administración.
TITULO OCHESIMO.
DISPOSICIONES GENERALES.
Articulo 156. Todos los Colombianos tienen el derecho de
escribir, imprimir, y publicar libermente sus pensamientos y
opiniones, siiwiecesidad de examen, revisión, 6 censura alguna
anterior á la publicación. Pero los que abusen de esta pre-
ciosa facultad sufrirán los castigos á que se hagan acreedores
conforme á las leyes.
Articulo 157. La libertad que tienen los ciudadanos de re-
clamar sus derechds ante los depositarios de la autoridad pub-
lica, con la moderación y respeto debidos, en ningún tiempo
sera impedida ni limitada. Todos* por el contrarío, deberán
hallar un remedio pronto y seguro, con arreglo á las leyes,
de las injurias y danos que sufrieren en sus personas, en sus
propiedades, en su honor y estimación.
Articulo 158. Todo hombre debe presumirse inocente hasta
que se le declare culpado, con arreglo á la ley. Si antes de
esta declaración se juzga necesario arrestarle ó prenderle, no
525
debe emplearse ningún rigor que no sea indispensable para
asegurarse de su persona.
Articulo 159. En negocios criininales, ningún Colombiano
puede ser preso, sin que preceda información sumaria del
hecho, por el que merezca según la ley ser castigado con
pena corporal.
Articulo 160. En fraganti, todo delinquente puede ser ar-
restado, y todos pueden arrestarle y conducirle á la presencia
del juez, para que se proceda inmediatamente á lo prevenido
en el articulo anterior.
Artículo 161. Para que un ciudadano pueda ser preso, se
necesita—
1. Una orden de arresto, firmada por la autoridad á quien la
ley confiera este poder.
2. Que ta orden exprese los motivos para la prisión.
3. Que se le intime, y de una copia de ella.
Articulo 162. Ningún alcaide 6 carcelero puede admitir ni
detener en la prisión á ninguna persona, sino después de haber
recibido la orden de prisión 6 arresto, de que habla el articulo
anterior.
Articulo 16S. El alcaide 6 carcelero no podra prohibir al
preso la comunicación con persona alguna, sino en el caso de
que la orden de prisión contenga la clausula de incomunica-
ción. Esta no puede durar mas de tres dias : y nunca usara
de otros apremios 6 prisiones que los que expresamente le
haya prevenido el juez.
Articulo 164. Son culpables y están sujetos á las penas de
detención arbitraria —
1. Los que sin poder legal arestan, hacen, ó mandan ares-
tar á qualquiera persona.
2. Los que con dicho poder abusan de él, arrestando, 6
mandando arrestar, 6 continuando en arresto á qualquiera per-
sona, fuera de los casos determinados por k ley, 6 contra las
formas que haya prescripto, 6 en lugares que no estén publica
y legalmente conocidos por cárceles.
3. Los alcaides 6 carceleros que contravengan á lo dispuesto
en los artículos 162 y 163.
526
Articulo 165. En qualquier tiempo en que parezcan dea-
vaneado* los motivos que hubo para el arresto, detención 6
prisión, el arrestado sera puesto en libertad* También la ob-
tendrá dando fianza, en qualquier estado de la causa en que
se vea, que no puede Imponerse pena corporal. Al tiempo de
tomar la confesión al procesado, que deberá ser á lo mas dentro
de tercero dia, se le leerán integramente todos los documentos
y declaraciones de los testigos, con los nombres de estos ; y ai
por ellos no los conociere, se le darán todas las noticias posi-
bles para que venga en conocimiento de quienes son.
Articulo 166. Nadie podra ser juzgado por comisiones es-
peciales, sino por los tribunales á quienes corresponda el caso
por las leyes.
Articulo 167. Nadie podra ser juzgado, y mucho menos
castigado, sino en virtud de una ley anterior á su delito 6
acción, y después de habérsele oído ó citado legaimente ; y
ninguno sera admitido, ni obligado con juramento, ni con
otro apremio, á dar testimonio contra si mismo en causa cri-
minal ; ni tampoco lo serán reciprocamente entre si, los ascen-
dientes y descendientes, y los parientes, hasta el quarto grado
civil de consanguinidad, y segundo de afinidad.
Articulo 168b Todo tratamiento que agrave la pena deter-
minada por la ley, es un delito.
Articulo 169. Nunca podra ser allanada la casa de ningún
Colombiano, sino en los casos determinados por la ley, y haxo
la responsabilidad del juez que expida la orden.
Articulo 170. Los papeles particulares de los ciudadanos,
lo mismo que sus correspondencias epistolares, son inviolables ;
y nunca podra hacerse su registro, examen 6 interceptación,
fuera de aquellos casos en que la ley expresamente lo pres-
criba.
Articulo 171. Todo juez y tribunal debe pronunciar sus
sentencias con expresión de la ley 6 fundamento aplicable al
caso.
Articulo 172. En ningún juicio habrá mas de tres instan-
cias ; y los jueces que hayan fallado en una, nunca podran
asistir á la vista del mismo pleito en otra.
527
Articulo 173. La infamia que afecta á algunos delitos
nunca sera trascendental á la familia 6 descendencia del
delinquente.
Artículo 174. Ningún Colombiano, excepto. los que estu-
vieren empleados en la marina, ó en las milicias que se halla-
ren en actual servicio, deberá sujetarse á las leyes militares,
ni sufrir castigos provenidos de ellas.
Artículo 175. Una de las primeras atenciones del Congreso
sera introducir en cierto genero de causas el juicio por jura*
des» hasta que bien conocidas prácticamente las ventajas de
esta in8tituciony se extienda á todos los casos criminales y
civiles á que comunmente se aplica en otras naciones, con
todas las formas propias de este procedimiento.
Artículo 176. Los militares en tiempo de paz no podran
aquartelarse, ni tomar alojamiento en las casas de los demás
ciudadanos, sin el consentimiento de sus dueños ; ni en tiem-
po fie guerra, sino por orden de los magistrados civiles, con-
forme á las leyes.
Articulo 177. Ninguno podra ser privado de la menor por-
cion de su propiedad ; ni esta sera aplicada á usos públicos,
sra su propio consentimiento, 6 el del cuerpo legislativo.
Quando alguna publica necesidad, legalmente comprobada,
exigiere que la propiedad de algún ciudadano se aplique á
usos semejantes, la condición de una justa compensación debe
presuponerse.
Articulo 178. Ningún genero de trabajo, de cultura, de
industria, 6 de comercio, sera prohibido á los Colombianos ;
excepto aquellos que ahora son necesarios ppra la subsisten-
cia de la República, que se libertaran por el Congreso quando
lo juzgue oportuno y conveniente.
Artículo 179. Se prohibe la fundación de mayorazgos, y
toda clase de vinculaciones.
Artículo 180. No se extraerá del tesoro común cantidad
alguna en oro, plata, papel, ú otra forma equivalente, sino
para los objetos é inversiones ordenados por la ley ; y anual-
mente se publicara un estado y cuenta regular de las entradas
y gastos de los fondos públicos, para conocimiento de la
nación.
528
Articulo 181. Quedan extinguidos todos los títulos de
honor concedidos por el Gobierno Español, y el Congreso no
podra conceder otro alguno de nobleza, honores 6 distinciones
hereditarias, ni crear empleos u oficio alguno, cuyos sueldos
6 emolumentos puedan durar mas tiempo que el de la buena
conducta de los que los sirvan.
Articulo 1 82. Qual quiera persona que exerza algún empleo
de confianza ú honor baxo la autoridad de Colombia, no po-
dra aceptar regalo, titulo ó emolumento, de algún rey, prin-
cipe, ó estado extrangero, sin el consentimiento del Con-
greso.
Articulo 1 $3. Todos los extrangeros, de qualquiera nación,
serán admitidos en Colombia : ellos gozaran en sus personas y
propiedades de la misma seguridad que los demás ciudadanos,
siempre que respeten las leyes de la República.
Articulo 184. Los no nacidos en Colombia, que, durante la
guerra de la independencia, han hecho 6 hicieren una 6 mas
campanas con honor, ú otros servicios muy importantes en
favor de la República, quedan igualados con los naturales del
país en su aptitud para obtener todos los empleos, en que no
se exiga ser ciudadano de Colombia por nacimiento, siempre
que concurran en ellos las mismas qualidades.
TITULO NUEVO.
DEL JURAMENTO DE LOS EMPLEADOS.
Articulo 185. Ningún empleado de la República podra?
exercer sus funciones sin prestar el juramento de sostener y
defender la Constitución, y de cumplir fiel y exactamente los
deberes de su empleo.
Articulo 186. El Presidente y Vice-Presidente de la Re-
publica prestaran este juramento en presencia del Congreso,
en manos del presidente del senado. Los presidentes del
senado, de la cámara de representantes, y de la alta corte de
justicia, le prestaran en presencia de sus respectivas corpora-
ciones ; y los individuos de estas lo harán á su vez en manos
de sus presidentes.
529
Articulo 187. Los secretarios del despacho, los ministros
de las cortes superiores de justicia, los intendentes departa-
mentales, los gobernadores de provincias, los generales de
exercito, y demás autoridades principales, juran ante el Presi-
dente de la República, 6 ante la persona á quien él cometa
esta función.
TITULO DIEZ.
DE LA OBSERVANCIA DE LAS LEYES ANTIGUAS ; INTER-
PRETACIÓN T REFORMA DE ESTA CONSTITUCIÓN.
Articulo 188. Se declaran en su fuerza y vigor las leyes
que hasta aqui han regido en todas las materias y puntos, que
directa 6 indirectamente no se opongan á esta Constitución,
ni á los decretos y leyes que expidiere el Congreso.
Articulo 189. El Congreso podra resolver qualquiera duda
que ocurra sobre la inteligencia de algunos artículos de esta
Constitución.
Articulo 190. En qualquier tiempo en que las dos terceras
partes de cada una de las cámaras juzguen conveniente la re-
forma de algunos artículos de esta Constitución, podra el Con-
greso proponerla, para que de nuevo se tome en consideración,
quando se haya renovado, por lo menos, la mitad de los
miembros de las cámaras que propusieron la reforma ; y si
entonces fuere también ratificada por los dos tercios de cada
una, procediendose con las formalidades prescriptas en la
Sección 1. del Titulo IV. sera valida, y hará parte de la Con-
stitución ; pero nunca podran alterarse las bases contenidas en
la Sección 1. del Titulo I. y en la 2. del Titulo II.
Articulo 191. Quando ya libre toda 6 la mayor parte de
aquel territorio de la República, que hoy está baxo del poder
Español, pueda concurrir con sus representantes á perfec-
cionar el edificio de su felicidad ; y después que un practica
de diez ó mas años haya descubierto todos los inconvenien-
tes 6 ventajas de la presente Constitución, se convocara por el
Congreso una gran convención de Colombia, autorizada para
examinarla 6 reformarla en su totalidad.
TOM. II. L 1
530
Dada en el primer Congreso General de Colombia, y fir-
mada por todos los diputados presentes, en la villa del Rosario
de Cúcuta, á 30 de Agosto del año del Señor de 1821 —
11 de la independencia.
£1 Presidente del Congreso» Dr Miguel Pena,
El Vice-Presidente del Congreso, Rafael, Obispo de
Merida de Maracaibo.
Luis Ignacio Mendoza, Vicente Azuero, Diego F. Gómez,
José Y. de Márquez, Antonio Maria Brizeño, Joaquín Fer-
nandez de Soto, José Antonio Borrero, Miguel de Zarraga,
Diego B. Urbaneja, José Antonio Yanez, Manuel Benitez,
Pedro F. Carbajal, Alejandro Osorio, José CornelioValencia,
Joaquín Borrero, Salvador Camacho, Francisco de P. Orbe-
gozo, Dr Ramón Ignacio Méndez, Mariano Escobar,. Ilde-
fonso Méndez, José F. Blanco, Domingo B. Y. Brizeño, José
Maria Hinestrosa, Miguel Domínguez, Bartolomé Osorio,
José Antonio Paredes, Juan Honderos, J. Prudencio Lanz,
Manuel Maria Quijano, Sinforoso Mutiz, Miguel de Tobar,
José Gabriel de Alcalá, J. Francisco Pereyra, Joaquín Plata,
Dr Félix Restrepo, Pedro Gual, José Manuel Restrepo,
Casimiro Calvo, Juan Bautista Esteves, Gabriel Brizeño,
Francisco José Otero, Lorenzo Santander, José Ignacio Bal-
buena, Nicolás Bailen de Guzman, Pacifico Jaime, Bernar-
dino Tobar, Miguel Ibañez, José de Quintana Navarro, Poli-
carpo Uricoechea, José A. Mendoza, Carlos Alvarez, Vicente
A. Borrero, Andrés Rojas, Francisco Gómez, Corbellon
Urbina, Francisco Conde.
El Diputado Secretario, Francisco Soto.
El Diputado Secretario, Miguel Santa María.
El Diputado Secretario, Antonio José Caro.
Palacio del Gobierno de Colombia en el Rosario de Cúcuta,
á^ de Octubre de 1821. Cúmplase, publiquese, y circúlese.
Dado, firmado de mi mano, sellado con el' Sello Provisional de
la República, y refrendado por los ministros secretarios del
despacho. — Simón Bolívar. Hay un Sello. El Ministro
de Marina y Guerra, Pedro Brizeño Méndez. El Minis-
tro de Hacienda y Relaciones Exteriores, Pedro Gual.
El Ministro del Interior y de Justicia, Diego B. Urbaneja.
531
Bolívar fue elegido otra vez por Presidente,
conforme á la nueva constitución ; y Santander,
que se había distinguido por muchos excelentes
reglamentos que habia hecho durante su residen-
cia en Bogotá, fue elegido Vice-Presidente de la
República.
El 05 de Septiembre se hizieron y aceptaron las
proposiciones de capitulación para la entrega de
Cartagena, una de las plazas mas fuertes y mejor
fortificadas del Sud de America. Al dia siguí-
ente, el 26, Miguel Martínez, edecán de Mon-
tilla, que mandaba el exercito patriota sitiador,
llegó á Sabanilla de Turbaco, donde estaban
acampadas las fuerzas independientes, con orde-
nes para todos los navios que se hallasen en el
puerto de desembarcar sus cargos, y de marchar
á Cartagena para llevar la guarnición á Cuba.
El General Montilla hecho una proclama á los
habitantes de Cartagena, y otra á los soldados
que estaban baxo su mando.
En la proclama á los Cartagineses, les dice,
que viene entre ellos á hacerles que respiren otra
vez el aire de la libertad y de la independencia ;
que las pruebas de adhesión que habían dado en
1815 en favor de la causa, era una garantía de
sus futuras intenciones, y del gusto que recibirían
al volver á abrazar á sus hermanos. A los Euro-
peos les dice, que nada tienen que temer al que-
darse entre ellos, mientras que respeten las leyes
é instituciones de Colombia. Después dice, que
532
olviden todos sus desgracias, y que esperen todo
del gobierno y de la constitución de Colombia*
A los soldados les anima diciendo, que por fin
ya han llenado el noble objeto para el que habían
sido destinados : su valor y virtud debía verse
recompensada por el noble orgullo que debían
sentir al ver capitular á la guarnición que defen-
día la plaza fuerte de Cartagena ; pero que estén
seguros que el Gobierno Supremo no olvidara
recompensarles generosamente ; aunque patriotas
como ellos no piden recompensas por haber liber-
tado á sus hermanos, y que solo los mercenarios
se mueven al interés ; los de la República anima-
dos con el fuego social de la independencia, no
aspiran mas que á la gloria. Recibid, les dice,
el testimonio de mi gratitud por vuestros servi-
cios, y continuad como hasta ahora, siendo los
verdaderos modelos de patriotismo y de subordi-
nación.
Quartel-general, en La Popa, el 3 de Octubre
de 1821, — 11 de la independencia.
£1 5 de Octubre la ciudad fue finalmente ocu-
pada por las tropas patriotas.
A esta época publicó el Congreso la ley sobre
la repartición de la propiedad nacional, de la que
daremos aqui su substancia.
•
£1 Congreso General de Colombia considerando, como uno
de los deberes mas sagrados de la República recompensar los
grandes sacrificios que han hecho sus servidores para conso-
lidar su libertad 6 independencia, y deseando desempeñar con
533
exactitud las repetidas promesas que les han sido hechas, ha
venido en decretar y decreta lo siguiente :—
Art. 1. Las asignaciones hechas en favor de los militares
por la ley del 6 de Enero de 1820, decretada por el Congreso
de Venezuela, y por la del 10 de Octubre de 1817, de que
alli se hace mención, y que son como siguen, quedan confir-
madas en todas sus partes : —
Al General en Gefe,
25,000 duros.
Generales de División, .
. 20,000
Generales de Brigada,
15,000
Coroneles, ....
. 10,000
Tenientes Coroneles,
9,000
Sargentos Mayores,
8,000
Capitanes, . ...
6,000
Tenientes, ....
4,000
Subtenientes, (Cadetes), .
3,000
Sargentos, 1* y 2o",
1,000
Cabos, Io* y 2°%
. 700
Soldados, ....
500
Art. 2. Estas asignaciones deben de entenderse como con-
cerniendo solo á aquellos que estaban en el servicio de la
República desde la campana de 1816 hasta el 15 de Febrero
de 1819, quando se estableció el Congreso de Venezuela en
Angostura, y también á aquellos extrangeros que vinieron, en
virtud de la ley del 10 de Octubre de 1817, á combatir por la
independencia de Colombia, y que llegaron á sus puertos
antes del 6 de Mayo de 1820, como se convino en el dicho
Congreso de Venezuela.
Art. 3. Para poder obtener estas asignaciones por entero,
es necesario haber servido dos años á lo menos, durante el
periodo mencionado en el capitulo precedente, según se esti-
puló en la declaración del 17 de Noviembre de 1817, publi-
cada por el Gefe Supremo, el actual Presidente de la Repúb-
lica : los que no han servido durante todo aquel tiempo, re-
cibirán una parte en proporción al periodo de su servicio ; y,
53*
%
\
de todos los modos, recibirán la asignación correspondiente al
rango durante el dicho periodo.
Art. 4. La propiedad de los militares difuntos descenderá
á sus herederos inmediatos, y por falta de estos, recaerá sobre
el estado; pero de los dos modos las viudas gozaran de la
mitad de la propiedad de sus maridos,
Art. 5. Los militares que no han recibido aun sus asigna-
ciones, pueden disponer de ellas según mas les acomode*
Art. 6. Los pagos de estas asignaciones se harán de,—
1. Todas las tierras que hayan sido ó sean confiscadas, se-
gún las leyes existentes, ó según las que sean decretadas en
lo futuro, pero cuyas tierras no hayan sido aun apropiadas al
tiempo de la publicación de esta ley.
2. Si estas no bastasen, se podran hacer concesiones de
tierra por cultivar, ál valor que comunmente se vende la
fanegada.
3. Toda la demás propiedad nacional movible 6 inmovible,
podra apropiarse á este uso ; y si aun quedasen algunos pagos
por liquidar, estos pagos se. tomaran de los fondos de la Re-
publica, según lo permitan ias necesidades de la guerra» y
nuestro crédito extrangero.
Art. 7. El poder executivo está autorizado para pagar las
asignaciones á los militares, observando sin embargo aquella
igualdad que pide la justicia.
Art. 8. Para efectuar esto con mas regularidad y economía»
el Gobierno nombrara una comisión especial para residir en
la capital de la República, para que arregle en todo los pagos
debidos á los militares, según los reglamentos del dicho go-
bierno.
Art. 9* £1 poder executivo nombrara quantas comisiones
subordinadas juzgue necesarias para facilitar sus operaciones
en los otros parages. Estas comisiones estaran en todo baxo
la dirección de la principal.
Art. 10. El poder executivo dará las direcciones necesarias
para que la comisión principal reciba con prontitud las prue-
bas de los militares que tienen reclamaciones, de los que ya
las han recibido en parte 6 en totalidad, y de las sumas res-
585
tantes debidas á cada uno por la República ; y para que las
ajuste y tome á cuenta.
Art. 11. Mandara también que se tome inmediatamente in-
forme de las seguridades y propiedad nacionales existentes en
cada una de las provincias, y que se verifique igualmente la
porción de la propiedad confiscada, para que se puedan hacer
las disposiciones necesarias para impedir su ruina total.
Art. 12. Toda la propiedad nacional que deba apropiarse á
los militares, sera apreciada por peritas : esto se hará antes
que sea reclamada por alguno de ellos. Se hará lo mismo con
la propiedad que haya sido ya apropiada al dicho efecto, y
que no había sido valuada.
Art. 13. La comisión que existía en 'Angostura, y que es-
taba autorizada para dar vales en favor de los militares, que-
dara suprimida: todos los papeles que están en sus archivos
se tranferíran al de la comisión de que habla esta ley.
Art. 14. La circulación de los dichos vales cesara absoluta-
mente ; los militares se podran aprovechar de ellos para pro-
bar el importe que les es debido, 6 que hayan recibido : las
reclamaciones sobre estos vales se pagaran asi que la comisión
les haya tomado en cuenta, para cuyo efecto el Gobierno dará
las ordenea necesarias, para impedir el fraude.
Art. 15. Considerando que los principios vitales de la Re-
publica han sido renovados y extendidos por la fuerza de las
armas, se satisfarán á las reclamaciones de los militares, y de
los empleados en el exercito, antes que á las de los empleados
puramente civiles, que tengan también reclamaciones; y el
Gobierno queda autorizado para satisfacerles según sus ser-
vicios.
Art. 16. Como por esta ley queda prohibido la venta de la
propiedad nacional, y que esta se habia destinado para pagar
. los atrasos de los sueldos tanto militares como civiles hasta el
15 de Febrero de 1819, el Gobierno queda autorizado para
hacer los pagos de los dos de la dicha propiedad nacional,
observando en todo los reglamentos de los artículos 8, 9, y
12.
Art. 17. £1 Gobierno cuidara que la comisión ajuste el im-
porte debido en atrasos, tanto á los militares como á los civiles,
536
dentro del termino de un año. Los documentos respectivos
que hagan ver las reclamaciones de los diferentes individuos
se les devolverán en las respectivas oficinas.
Art. 18. £1 poder executivo aclarara quantaa dudas y difi-
cultades ocurran en la execucion de la presente ley, y pre-
sentara al próximo Congreso un estado de las determinaciones
que haya tomado, y del monto total de la propiedad nacional
que baya sido ó esté por aplicar para el desempeño de esta
porción de la deuda nacional.
Comuniqúese al poder executivo para su cumplimiento.
Dado en el Palacio del Congreso General de Colombia» en
el Rosario deCúcuta, á 28 de Septiembre de 1821,-— 11 de la
independencia.
Joss Ipnacjo se Márquez, Presidente del Congreso.
Francisco Soto, le Diputado Secretario.
Antonio Jóse Caro, le Diputado Secretario.
En el Palacio del Gobierno, en el Rosario de Cúcuta, á 29
de Septiembre de 1821.
Por S. £. el Vice- Presidente de la República,
£1 Ministro Pedro Gual.
Executese, — Joss María del Castillo.
Cúmplese, publiquese, executese, y comuniqúese á quienes
concierna, recomendando la transmisión de la información re-
querida.
SOUBLBTTE.
Caracas, á 28 de Enero de 1822.
• Poco tiempo después se publicó la siguiente ley
que paso el Congreso, respecto los sueldos y do-
taciones que deben darse á los empleados militares
y civiles de la República de Colombia.
El Congreso General de Colombia, conside-
rando, Que en una República naciente, y que
aun todavía lucha por su independencia, las
• dotaciones de los empleados militares y civiles
537
deben estar proporcionadas de tal suerte, que,
consultanda á un mismo tiempo á la economía,
tengan los servidores de la patria una decente
y cómoda subsistencia, ha venido en decretar,
y decreta lo siguiente : —
Articulo 1 • Las asignaciones de sueldos hechas por el Con-
greso de Venezuela en su decreto de 19 de Enero de 1820,
subsistirán hasta el 81 de Diciembre próximo, y continuara
pagándose en numerario la parte decretada por el Gobierno.
Lo demás que se deba de aquellos sueldos hará parte de la
deuda nacional, para satisfacerse del modo que ha resuelto el
Congreso en la ley de asignaciones militares.
Articulo 2. Desde el 1 de Enero de 1822, gozaran los em-
pleados las siguientes asignaciones de sueldos.
I.^-FODBR LEGISLATIVO.
Cada uno de los Senadores y Representantes disfrutara de
nueve pesos diarios, por todo el tiempo de las sesiones. Por
cada legua Colombiana de camino que las provincias del do-
micilio de los representantes y senadores diste del lugar en
que se reúna el Congreso, se les abonaran uno y medio pe-
sos.
II.— PODER EXECUTIVO.
El Presidente y Více-Presidente de ia República gozaran
ios sueldos asignados por la ley de 7 de Septiembre ultimo,
los que se pagaran sin deducción alguna.
Cada uno de los secretarios del despacho tendrá 6000 pesos
anuales.
Los oficiales mayores de las secretarios 1800 pesos cada
uno.
- El poder executivo establecerá en cada una de las secreta-
rias el numero de oficiales y amanuenses que juzgue necesa-
rios, haciéndoles las correspondientes asignaciones, que se les
538
abonaran por el tesoro publico, y se consultaran al primer
Congreso para su aprobación 6 reforma.
III.— GOBIERNO DE LOS DEPARTAMENTOS.
Los intendente» gozaran el sueldo anual cada
uno de 6000 pesos.
Los asesores de los intendentes • . • • • 2000
Y los derechos de asesorías.
Los secretarios de las intendencias . • . 1200
£1 poder executívo asignara por ahora el numero, y suel-
dos de los subalternos de las secretarías de las intendencias, y
gobiernos de las provincias» los que consultara al Congreso en
su primera reunión, conforme á lo dispuesto en el Articulo 11.
de la ley sobre organización política de las diversas partes de
la República.
IV. — GOBIERNO DE LAS PROVINCIAS.
Los gobernadores de Sta Marta, Cartagena, Antioqtria,
Choco, Socorro, Varinas, y Guayana, tendrán el sueldo de
4000 pesos anuales cada uno.
Los de Mariquita, Neyvar Pamplona, Merido, Trunllo, y
Coro, gozaran el sueldo de 8000 pesos.
Los de Barcelona, Margarita, Casanare, y Rio Hacha, ten-
drán el de 2000 pesos.
Los asesores de los gobernadores que disfrutan el sueldo
de 4000 pesos, tendrán el de 1500 ,* los de aquellos que go-
zen el de 3000, el de 1200; y 800, los de los gobernadores
que tengan 2000 pesos de sueldo ; todos podran llevar los
derechos de asesorías.
Los secretarios de los gobernadores que tienen 4000 pesos
de sueldo, gozaran 900 pesos anuales; los de aquellos que
disfruten el de S0Ó0, tendrán 700 pesos ; y 500 los de aque-
llos gobernadores que gozan el de 2000 pesos ; reuniéndose
las secretarias á las escribanías de Gobierno donde sea conve-
niente.
539
v. — contaduría general de hacienda.
£1 contador decano tendrá • . . 2600 pesos anuales.
Cada uno de los contadores generales
disfrutara el sueldo de 2400
Los demás subalternos y oficiales tendrán los sueldos que
les asigne el poder executivo, conforme £ las facultades que
se le han conferido para la organización de la contaduría ge-
neral.
VI. — PODER JUDICIAL.
Cada uno de los ministros de la alta corte de justicia ten-
drá el sueldo de ....... . 4000 pesos anuales.
Cada uno de los ministros de las cortes
superiores de justicia gozara el de . . 3600
Las cortes de justicia respectivas consultaran al poder exe-
cutivo los sueldos y obenciones que deban disfrutar los rela-
tores, secretarios, y demás subalternos de sus tribunales ; y la
resolución del executivo se llevara á efecto, hasta que el
Congreso la apruebe 6 reforme.
Vil. — asignaciones militares.
Peiot.
£1 General en Gefe disfru-
tara el sueldo, por mes,
de 500
£1 General de División, 400
£1 General de Brigada, 300
£1 Coronel, .... 200
£1 Teniente Coronel, 150
£1 Sargento Mayor, . 100
£1 Capitán, .... 70
£1 Teniente, .... 40
£1 Subteniente,
£1 Cirujano,
£1 Capellán, .
£1 Sargento, Io,
El 2o,
£1 Tambor Mayor
El Cabo, Io, .
El 2o, .
£1 Tambor, .
£1 Soldado, .
Peso*.
30
50
40
18
15
18
12
11
11
10
Articulo 3. £1 Poder Executivo asignara el sueldo de los
auditores de guerra, comisarios, y demás empleados en la
540
lista militar, que no se hallen expresados en la enumeración
anterior. Tales asignaciones se llevaran a efecto, y se con-
sultaran al próximo Congreso,
Articulo 4. También asignara del mismo modo los sueldos
ó gratificaciones que deban darse á los ministros, cónsules, y
agentes, que se envíen á las naciones extrangeras.
Artículo 5. £1 mismo poder executivo asignara los sueldos
de todos los empleados en la administración civil de hacienda,
fixando el numero de ellos, y el de los subalternos que juzgue
necesarios, en cada una de las diferentes administraciones y
tesorerías. Igualmente suprimirá todos aquellos destinos que
no sean precisos, y establecerá otros nuevos en donde fuere
conveniente, formando un plan general de todas las oficinas
y empleados en la hacienda publica, el que presentara al
próximo Congreso para su aprobación 6 reforma.
Articulo 6. El Gobierno Supremo asignara también el suel-
do á los gobernadores de las provincias que se vayan liber-
tando del enemigo, colocando á cada una en la clase que le
corresponda, según su importancia, población y riqueza.
Articulo 7. Durante la guerra de la independencia, y dos
años después, solo se pagaran en dinero efectivo á todos los
empleados civiles y militares, los dos tercios de su asigna-
ción ; á no ser que la escases de fondos, ú otros circunstan-
cias particulares y extraordinarias, obliguen al executivo á
disminuir la quota del pagamento, lo que podra hacer tempo-
ralmente, aunque siempre con igualdad á todos los servidores
de la patria.
Articulo 8. Los militares quando estén en campaña no su-
frirán el descuento de la contribución directa, de la qual se
les exime en aquel caso.
Articulo 9. Del descuento que se manda hacer por el articulo
7. á los empleados publicas, se cobrara el derecho de media
annata con arreglo á las leyes ; pero ningún juez 6 empleado
que no goze de sueldo del tesoro nacional, pagara en lo suc-
cesivo la media annata.
Articulo 10. De otra parte del descuento que se hace por
esta ley á los militares, y á los empleados civiles vitalicios, se
formara por el executivo un monte pió, semejante al que
541
existia baxo el Gobierno Español, cuyo plan se presentara al
próximo Congreso para su aprobación 6 reforma.
Articulo 11. El resto de los descuentos de la tercera parte
de sueldos se reconocerá como deuda nacional, para satisfa-
cerse igualmente á todos los servidores de la patria, baxo las
reglas que prescriba el Congreso. Entre tanto se llevara la
debida cuenta de su monto en las respectivas oficinas, y anu-
almente se dará por los gefes de ellas una certificación al in-
teresado, en que conste lo que se les descontó en aquel ano,
para que á su tiempo justifique su acción contra el Estado.
Articulo 12. Ningún empleado publico podra gozar de dos
sueldos pagados del tesoro nacional : quando acontezca que
alguno obtenga al mismo tiempo dos 6 mas destinos, cobrara
el sueldo mayor.
Comuniqúese al poder executivo para su cumplimiento.
Dado en el Palacio del Congreso General de Colombia en
la villa del Rosario de Cúcuta, á 8 de Octubre de 1821, —
11 de la independencia.
El Presidente del Congreso, José Y. de Marques.
El Diputado Secretario, Miguel Santa María.
El Diputado Secretario, Francisco Soto.
Palacio del Gobierno en el Rosario de Cúcuta, á 10 de
Octubre de 1821. Executese,
Francisco P. Santander.
Por S. E. el Vice-Presidente de la República,
El Ministro, P. Gual, El Secretario de Hacienda.
Es copia.
Elecciones de Senadores.
Debiendo hacerse por el Congreso General en
esta primera vez, con arreglo á la constitución, y
efectuadas en las sesiones del 8, 9, y 10 del cor-
542
riente (Octubre), resultaron constitucionalmente
electos Senadores : —
Por el Departamento del Orinoco*
Señores General Santiago Marino.
Fernando Peñalver.
Ensebio Afanador.
General de Brigada Antonio Sucre.
Por el Departamento de Venezuela.
General Josef Antonio Paez.
Dr Ramón Ignacio Méndez, (Ecles.)
Martin Tobar.
Coronel Judas Piñango.
Por el> Departamento de Sulia.
General Rafael Urdaneta.
Illmo. Obispo de Merida, Rafael Laso.
Dr Antonio María Brizeño, (Ecles.)
Luis Baralu
Por el Departamento de Boyaca.
Nicolás Cuervo, Vicario-general del
Arzobispado de Bogotá.
Francisco Cuevas.
Francisco Soto.
Antonio Malo.
Por el Departamento de Cundinamarca.
General Antonio Nariño.
Coronel Luis Rieux.
Estanislao Vergara.
Miguel Uribe.
Por el Departamento del Magdalena.
Josef María del Real.
Dr Manuel Benito Rebollo, (Ecles.)
543
Señores Coronel Josef Francisco Munive.
Remigio Marques;
Por el Departamento del Cauca,
Gerónimo Torres.
Agustín Baroana.
Joaquín Mosquera.
Vicente Lucio Cabal.
Por aquella época, el Congreso, juzgando pro-
pio mudar el lugar de sus sesiones del Rosario de
Cúcuta á Bogotá, dio el siguiente decreto, en el
que explican los motivos que tubieron para ha-
cerlo :—
Decreto sobre la Residencia Provisional del
Gobierno.
£1 Congreso General de Colombia, considerando, —
Io, Que habiéndose reservado, por la ley fundamental de
unión, para mejores días levantar la ciudad de Bolivar, que
debe ser la capital de la República, es necesario entretanto
designar el lugar que por ahora sea la residencia ordinaria del
Gobierno, conforme al párrafo 21 del art. 55 de la Consti-
tución.
2o, Que debe escogerse, en quanto sea posible, aquel que
diste y se comunique con mas igualdad á los extremos del
territorio de la República, al propio tiempo que haga menos
peligrosas y mas expeditas y freqüentes las relaciones con los
diversos pueblos del interior, esparcidos en un pais tan vasto,
con caminos y montañas casi inaccesibles.
S°, Que al consultar estas ventajas es preciso atender tam-
bién á la benignidad del clima, multiplicidad de edificios,
abundancia de recursos en todos los ramos de la administra-
ción, y otras comodidades de la vida.
4o, Que ninguna mejor que la ciudad de Bogotá reúne estas
proporciones, situada por la naturaleza en el corazón de la
544
República, y con dos rios navegables al poniente y al oriente,
que le ofrecen pronta comunicación con sus costas y con Jos
departamentos de la antigua Venezuela.
5o, Que la necesidad de llevar la guerra á los opresores de
la desgraciada Quito, reclama la cercanía y las principales
atenciones del Gobierno, al menos por ahora, hacia aquella
interesante porción de Colombia, ha venido en decretar y de-
creta:—
Art, 1. La ciudad de Bogotá sera la residencia del Gobier-
no Supremo de la República, hasta tanto que variadas las
presentes circunstancias, no se designe otro lugar por el Con*
greso.
ArU 2. El poder ezecutivo dictara todas las dispoáciones
necesarias para el cumplimiento de este decreto, preparando
los edificios, enseres, y demás, que sea conducente para la re-
unión y despacho de las Cámaras del Senado y de Represen-
tantes, del .poder executivo y secretarias de la alta corte de
justicia, y demás tribunales y oficinas establecidas por las leyes,
que deban residir en la capital.
Comuniqúese para su debida execucion.
Dado en el Palacio del Congreso General de Colombia, en
la villa del Rosario de Cúcuta, á 8 de Octubre de 1821, —
11 de la independencia.
£1 Presidente del Congreso, J. Y. de Márquez.
£1 Diputado Secretario, Miguel Santa María.
El Dipatádo Secretario, Francisco Soto.
Palacio del Gobierno de Colombia en el Rosario dé Cúcu-
ta, á 11 de Octubre de 1821. Executese, publiquese, y
comuniqúese á quienes corresponda.
F. de P. Santander.
Por S. E. el Vice-Presidente de la República,
El Ministro del Interior, Diego Bautista Urbaneja.
545
Bolívar, por un decreto del 9 de Octubre, au-
torizó á Santander á que exerciese las funciones
del poder executivo durante su ausencia con el
exercito. Antes de su salida, publicó una pro-
clama para los habitantes de Colombia, en la que
discurrirá sobre la excelencia de la constitución
que les presentaba, y sobre la prosperidad de que
gozarían baxo la administración del Vicepresi-
dente.
El 14 de Octubre, el Congreso cerró sus labo-
res. En la ultima sesión, antes de su proroga-
cion, votaron unanimamente sus gracias al Lord
Holland, al Abate de Pradt, en otro tiempo ar-
zobispo de Mechline, á Henry Clay, en otro ti-
empo Presidente de la Cámara de Representantes
de los Estados Unidos, al Coronel William Duane,
redactor del periódico intitulado la Aurora de Fi-
ladelfia, á Mr Marryat, y á Sir Robert Wilson,
miembros del Parlamento Ingles, por lo que ha-
bían hecho para promover la causa de la indepen-
dencia.
El día de la terminación del Congreso dieron
una proclama á sus constituyentes, cuya substan-
cia era esta : —
Comienza diciendo, que el Congreso ha terminado sus
augustos deberes, y que sus miembros se retiran confiados en
que han llenado el objeto de sus deseos. Que ahora poseen
una constitución que parece la mas propia para asegurarles el
goze de sus libertades y propiedades. La República se ha
consolidado también por la unión de los territorios de que
está ahora compuesta. Los derechos de los que tienen las
riendas del gobierno han sido definidos y circunscritos : todos
tom. ir, m m
546
los derechos del pueblo se hallen ahora bazo las mas solemnes
garantías.
£1 territorio queda dividido en departamentos, y su gobier-
no ha sido completamente organizado. Se han establecido
tribunales de justicia para la protección y beneficio de los
ciudadanos, y también han establecido tribunales en todas las
provincias para causas menores* El Congreso, persuadido de
la importancia de esta medida, le ha dado toda su considera-
ción.
£1 Coilgreso ha establecido escuelas, y casas de educación,
colegios y universidades, aplicando los fondos de los estable-
cimientos religiosos suprimidos á este efecto; pues .Una B*>
publica no puede mantenerse sino por las virtudes Mpiflas á
los conocimientos.
£1 Congreso no ha olvidado aquella desgraciada porción
de la humanidad, que hasta entonces Jtábia llevado Ja señal
de su degradación ; pero por la ajtflicion de la esclavitud, el
Congreso no habia tampoco olvidado los derechos de propie-
dad que tenían sus amos.
Las rentas publicas, tan disminuidas por las calamidades
desastrosas de la guerra, estaban ahora establecidas por leyes
«económicas y saludables. Los impuestos de toda especie
habían sido disminuidos lo mas que habia sido posible.
La destilación de licores fuertes está ahora libre* Por las
leyes sobre las rentas publicas, las contribuciones serian mo-
deradas, y baxo una base de igualdad, mientras que al mismo
tiempo podrían ganar su vida con facilidad. Pero como el
Gobierno tiene que incurrir aun gastos indispensables, el
Congreso habia decretado una contribución directa, según
los medios de cada uno.
. Tales han sido las labores de los Representantes. Del
pueblo depende ahora la consolidación de Colombia* Des-
pués les exhorta á vivir como hermanos, sin zelos ó rivalidad :
pues estas fueron las fatales armas de que sus enemigos *e
sirvieron para encender la discordia entre ellos. La unión
les hará invencibles, — la desunión es el único enemigo que
deben temer. Obediencia á las leyes, que ellos mismos han
formado, y respeto por los magistrados que ellos mismos eli-
547
gen» Que se acuerden que nada es perfecto en su principio,
y que entonces las leyes necesitan mas obediencia para ob*
tener mat vigor. La libertad de la imprenta, que es el mejor
medio para fixar y expresar sus opiniones, se había también
establecido. Que usen de eik. con la moderación que pres-
criben las leyes, y de este modo conservaran sus derechos
ilesos.
Los Representantes les comunicaran los motivos que han
tenido en lo que han hecho ; les explicaran lo que no entien-
dan. Obraran de modo que merezcan su confianza ; y su
candor y buena fé les tranquilizara»
Despreciad, les dice* los clamores de la ignorancia y del
fanatismo. Estas son las armas de que se sirven sus enemigos
para sumergirles otra vez en la esclavitud y en la degradación.
Lexos de haber difundido máximas impias ó irreligiosas, como
sus enemigos quiza insinuaran, no han hecho sino purgar á la
religión de los abusos que la manchaban. Estos instigadores
no tienen otro Dio» sino el ínteres, y su religión no consiste
sino en hipocresía y preocupaciones. El Congreso no ha
tenido otro deseo sino su dicha. Tara hacer esto, adoptó sus
principios. Es posible que no haya llenado todas sus espe-
ranzas, pero pueden estar seguros que han hecho quanto esta-
ba en su poder. Su prosperidad era su objeto, y la única re-
compensa que desea es su aprobación.
Dado en el Congreso General de la República de Colom-
bia, en el Rosario de Cúcuta, á 14 de Octubre de 1821.
Por el Préndente del Congreso,
Jóse Ignacio db Marques.
Por lee Ministros y Secretarios,
Miguel Santa María.
Francisco Soto.
La República de Colombia recibió dos accesos
importantes á esta época. Guayaquil se puso
baxo la protección de la República, por un de-
creto publicado poco tiempo antes ; y Cumana,
después de una resistencia tan larga, se entregó al
548
General $ermudez, el 15 de Octubre. La guar*
nicion, que consistía de 1500 hombres, se embar-
có para Puerto Rico.
En Cartagena estaban preparando una expedi-
ción contra Panamá, en la que las tropas Inglesas
debían ser principalmente empleadas, quando
afortunadamente todo el Ismo de Darien esta-
bleció su independencia, que efectuó del modo
siguiente.
£1 General Lia Cruz Murgeon, gobernador de
Panamá, se habia embarcado desde allí, de acuer-
do con los empleados Españoles en Quito, para
atacar á Guayaquil. Los habitantes de las cer-
canías de la ciudad de Panamá se aprovecharon
de esta ocasión para significar á las autoridades,
que no querían continuar mas baxo el dominio
Español. El Coronel F. Fabrega, que habia que-
dado allí por gobernador interino, convocó una
junta, el 20 de Noviembre, de las gentes princi-
pales, en la que se decidió que cada distrito en-
viaría un diputado, por el que expresarían sus
deseos respectó á la forma de gobierno que de-
bria adoptarse. Pero esto no se realizó, pues
los habitantes de Panamá declararon espontanea-
mente su independencia, el 28. En Puerto Bello,
la independencia se proclamó el 5 de Diciembre.
. Morales, que era ahora el comandante-en-gefe
de las fuerzas Españolas, pues La Torre habia
sido nombrado gobernador de Puerto Rico, se
embarcó para Curaba, para recoger 500,000
duros, y poder continuar la guerra. Esto, no
549
l
pudo efectuar totalmente, y tubo que abandonar
aquella plaza con apenas Ja tercera parte de la
suma en su posesión. A su vuelta á Puerto
Cabello, marchó á la cabeza de un cuerpo de
tropas, y tomó posesión de Coro.
Del lado de Quito, nada que fuese material-
mente á la ventaja de las armas de Colombia
habia ocurrido* Sucre, que mandaba en aquella
parte, habia concluido una tregua á últimos del
año anterior con Aymericb, el general realista, que
esperaban terminaría en una capitulación, pero el
22 de Febrero de 1822 volvieron á comenzar las
hostilidades.
Las tropas de Maracaibo, subiendo á unos mil
hombres, y la legión Irlandesa de 250 hombres,
baxo el mando del Mayor Ferrier, atravesaron el
Golfo de Alta Gracia, en el mes de Marzo, para
marchar contra Coro. Hubo algunas escaramu-
zas con las guerrillas, de las que se desertaron
algunas á Alta Gracia.
Sin embargo, la expedición se malogro com-
pletamente : fueron derrotados, y se vieron obli-
gados á retirarse sobre esta ultima plaza. Mo-
rales, á la cabeza de 3000 hombres, les persiguió
con ardor, y se avanzó hasta 20 millas de Mara-
caibo. Luis Clementi, el gobernador, hecho in-
mediatamente una proclama, llamando á todos
los habitantes á las armas para defender la ciudad.
Tropas acudían de todos los lados ; y los habi-
tantes mostraban una disposición de recibir al
550
enemigo con energía, si hubiese hecho alguna
tentativa sobre la ciudad,
£1 bloqueo de Puerto Cabello continuaba aun.
Por dos buletines, publicados el 19 y el 23 de
Abril, por el general patriota Paee, parece que
las operaciones para la reducción de la plaza con-
tinuaban con mucha actividad. Estas no podían,
sin embargo, tener mucho efecto, por $dta de
fuerza marítima para impedir que entrasen provi-
siones en el fuerte. La fragata Ligera pasaba y
repasaba desde Cura^oa al Continente sin ninguna
dificultad ó peligro, á pesar de la fuerza que la
República habia apostado afuera del puerto. En
efecto la marina Colombiana ha sido hasta ahora
muy trivial, y á no ser que la aumenten, la suje-
ción final de Puerto Cabello por los independien-
tes sera muy larga é incierta.
■El 9$ de Abril, Morales, que aun continuaba
en posesión de Alta Gracia, logró desembarcar
500 hombres mas abaxo de la ciudad de Mará-
caibo, y por la noche del dia siguiente 400 mas
arriba de la ciudad. El 34, estos últimos fueron
atacados por el regimiento Creollo de Tiradores,
y derrotados completamente. La mayor parte
quedaron tendidos en el campo de batalla, y el
resto se entregó á discreción. La otra división,
baxo el mando de Morillito, habiendo recibido
noticias de esta derrota, se entregó prisionera de
guerra, y la llevaron á Maracaibo, en donde poco
después la embarcaron para la Jamaica.
551
Bolívar, que había marchado á la cabeza de un
exercito respetable contra Quito, por el lado de
Pastos, se encontró con el General Murgeon en
los altos de Curiaco.
Entraron en un combate, que fue mantenido
de los dos lados con grande obstinación. Porün
la victoria se decidió por los patriotas; y los
Españoles tubieron que retirarse del campo» de-
xando un gran numero de prisioneros, y la mayor
parte de sus municiones, en manos de los Colom-
bianos. Murgeon ftie herido gravemente, y mu-
rio dos dias después. Esta batalla ocurrió el 7
de Abril.
Estas no fueron las únicas victorias que ganaron
las armas Colombianas durante este mes. El
General Sucre, que mandaba el exercito desti-
nado á obrar contra Quito del lado de Guayaquil,
habiendo atacado y derrotado un cuerpo de tropas
que hicieron algunas demostraciones de resisten-
cia, entró y tomó posesión de la importante villa
de Riombamba, situada á cosa de cien millas al
sud de Quito.
En el siguiente mes, la vigia militar llamada el
Mirador de Solano, que domina sobre Puerto
Cabello, se entregó por capitulación al General
Paez, y la guarnición fue conducida á Puerto
Rico, conforme á una de las condiciones.
En conseqüencia de una batalla que ocurrió
entre los dos partidos en Pichincha, situada á una
quantas leguas al sud de Quito, en la que los
realistas fueron derrotados después de una lucha
55%
desesperada, los Españoles hicieron proposiciones
de capitulación, á las que el general independiente
accedió,
BATALLA DE PICHINCHA.
Quartel-General en Quito, á 28 de Mayo 1822.
Señor,— Desde las ventajas obtenidas por nuestros grana-
deros y dragones sobre toda la caballería enemiga en Rao-
bamba, nada de consecuencia ha ocurrido, Loe diferentes
cuerpos de la división se pusieron en marcha el 8 ultimo, y
llegaron á Tagunea el 20. Los Españoles tenían sus posi-
ciones en la ciudad de Machad, que domina sobre los pasos
inaccesibles de Jalupana y La Vindicta. Era preciso evitar-
les, marchando sobre su flanco izquierdo ; y saliendo el 13,
llegamos el 16 al valle de Chillo*, á quatro leguas de la capi-
tal» después de haber pasado las cimas heladas de las montanas
del Cotopaxi, y dormido sobre ellas. El enemigo percibió
nuestros movimientos, y aquella misma noche ocupó á Quito.
La escarpada cima del Puengasi, que divide el valle de
Chilloe de la ciudad, es de difícil paso, pero logramos eludir
la vigilancia del enemigo, el 20 pasamos la montana. El
21» baxaraos á los llanos de Tambamba, y ofrecimos batalla al
enemigo. Nos aguardábamos á que los Españoles la acep-
tarían, teniendo la ventaja del terreno ; pero quedaron en sus
posiciones impenetrables, y la división tubo que tomar una
posición, después de varias maniobras, en la ciudad de Chilloe
Gallo, á una milla de distancia del enemigo.
Durante el 22 y el 23 tratamos de provocarles al combate,
y no pudiendo obtenerlo, resolví marchar por la noche á acam-
par en un común al norte de la ciudad, donde el terreno es
mas favorable, y que nos pondría entre Quito y Pastos. De
consiguiente despaché al Coronel Córdoba con dos compañías
del batallón del Magdalena. Un camino muy malo retardó
nuestra marcha, pero á las ocho de la mañana llegamos á los
altos de Pichincha, que dominan á Quito, dexando atrás nues-
tra artillería protegida por el batallón de Albion. Mientras
553
que las tropas descansaban un poco, envié la compañía de Ca-
zadores de Paya á reconocer los pasos. A esta siguió inme-
diatamente el batallón de Truxillo (del Perú), mandado por
el Coronel Santa Cruz, comandante-general de la división del
Perú* A las nueve y media los Cazadores se encontraron con
toda la división Española, que marchaba á nuestra derecha
hacia la posición que ocupábamos. Los Cazadores continu-
aron el fuego hasta que se les acabaron las municiones, pero
el batallón de Truxillo vino muy á tiempo, y tomó parte en el
combate. Poco después, las dos compañías de Yaguachi,
mandadas por el Coronel Morales en persona, se juntaron á
él. El resto de nuestra infantería, bazo las ordenes del Ge-
neral Mires, siguió después, excepto dos compañías del Mag-
dalena, con las que el Coronel Córdoba marchó para tomar
una posición detras del enemigo ; pero no pudiendo lograr
esto, se tubo que volver. El batallón de Paya estaba presto,
quando la falta de municiones obligó á los otros dos cuerpos
á retirarse, después de sostener con firmeza el fuego del ene-
migo. Este se avanzó un poco, y como el terreno apenas
permitía mas que un batallón á la vez en el combate, los Ca-
zadores recibieron ordenes de avanzarse cargando á la bayo-
neta. La carga se executo brillantemente, y el enemigo per-
dio la ventaja que había ganado. El fuego comenzó otra vez,
y solo la situación del terreno induxo al enemigo á continuar*
Este despachó tres compañías del regimiento de Aragón para
atacarnos por el flanco derecho; y favorecidos por la espe-
sura del bosque, habían ya llegado á la cima de los altos,
quando las tres compañías de Albion, que habían quedado
atrás con la artillería, les atacaron, y con aquella gallardía
que ha distinguido siempre á este cuerpo, derrotaron com-
pletamente á los Aragoneses. En el entretanto el Coronel
Córdoba recibió ordenes de ir á asistir á los Cazadores con las
dos compañías del Magdalena. Este gefe, cuya intrepidez es
bien conocida, hizo una admirable carga ; el enemigo se puso
en desorden, y poco después fue derrotado. Por la tarde los
soldados de la libertad fueron coronados de victoria. Ayuda-
dos por los Cazadores de Paya, por una compañía Yaguachi,
y por las tres compañías de Albion, el Coronel Córdoba per*
¿54
siguió á los Españoles basta las puertas do la capital, y obligó
ai resto á ampararse en ei fuerte del Panecillo»
Deseando ahorrar la efusión de sangre que podían oca-
sionar el asalto del fuerte y la defensa de la ciudad, despaché
mi edecán, O'Leary, al General Aymerich, con un tnemage
verbal de entregaras; y en el entretanto me avancé con la
parte principal de la división, y ocupé loa arrabales, habiendo
despachado previamente al Coronel Ibarro, (que había acom-
pañado á la infantería durante la batalla), con la caballería,
para que persiguiese á la caballería enemiga, que observé se
dirigía hacia Pastos. £1 General Aymerich propasó capitu-
lar, y las condiciones fueron aceptados y ratificados al día
siguiente*
Los resultados de la batalla de Pichincha son, la ocupación
de esta ciudad y de sus fortificaciones por la tarde del 25, la
tranquilizacion de todo el departamento, y la captura de 1 100
soldados, 160 oficiales, 14 piezas de artillería, 1700 fusiles,
toda sus municiones, estandartes, caxas, drc 400 hombrea
del enemigo, y 900 nuestros, quedaron muertos en el campo
de batalla ; tenemos 190 prisioneros heridos, y 140 de los
nuestros heridos. Entre los muertos están el Teniente Mol-
lina, y el Sub-Teniente Mendosa ; y entre los heridos están
los Capitanes Cabal, Castro, y Alsuro ; los Tenientes Caldo*
ron y Ramírez, y los Subtenientes Barrero y Ardugo.
Las tropas han hecho todas su deber. Gefes, oficiales, y
soldados, parecían émulos en la gloria del triunfo. El boletín
que entregaran á V. E. hace mención de aquellos gefes y ofi-
ciales subalternos que se han distinguido mas, y considerare
como mi deber recomendarles al Gobierno. La condocta del
Teniente Calderón merece mención particular. Recibió qua-
tro heridas consecutivas, pero rehusó retirarse del campo
hasta el fin. Me temo que sean mortales ; pero el Gobierno
no dexara de compensar á su familia por los servicios de este
heroico oficial.
La caballería Española queda dispersada, y el cuerpo man-
dado por Cestari, ai que yo había previamente apostado entre
Quito y Pastos, está á sus alcanaes. El 26 salieron los comi-
sionados de los dos Gobiernos para Pastos, para anunciar la
555
capitulación de Quito, cuyas condiciones «pero serán ratifi-
cadas por el Libertador. Otros oficiales marchan en la direc-
ción de las Esmeraldas y Barbacoas ; y en corto tiempo los
habitantes de estos payses gosaran de pas y de sosiego» como
lesvprimeroa beneficios que les dará la República.
La división del sod ha dedicado sus trofeos y laureles al
Libertador de Colombia.
Que Dios guarde áV. E. muchas años.
(Firmado) A. J. de Sucas.
A su Excelencia el Presidente.
Capitulación de Quito.
La fortuna de la guerra obligándonos á buscar medios de
conciliar el interés del exercito Español por razón de la ocu-
pación de esta ciudad y provincia por las divisiones de Colom-
bia y del Perú, baxo el mando del General Sucre, después de
su victoria en los altos de Pichincha, en cuya ocasión los dos
exercitos combatieron con aquel entusiasmo que les carac-
teriza; y considerando la falta de comunicación con la Penín-
sula, la opinión publica en este pays, y la falta de recursos
para continuar la lucha, como también conforme á las ordenes
del ministro de la guerra á S. E. el General Murgeon, con
fecha del S de Abril de 1822, loe gefes de los dos .exercitos
han venido en terminar la disputa, y para este efecto han
nombrado al General Sucre, á los Coroneles Don Andrea de
8* Cruz, comandante de las tropas Peruvianas, y á Don An-
tonio Morales, Gefe del Estado-Mayor de las fuerzas Colom-
bianas;—y á S. E. el General Don Melchior Aymerich, á los
Coroneles Don Francisco González, Don Manuel María Mar-
tínez de Aparicio, Ayudante-general y gefe de la división
Española» y á Don Patricio Bryan, Ayudante del mismo cu-
erpo, cuyos poderes habiendo sido reconocidos varias veces,
han convenido en las siguientes estipulaciones :—
Art. 1. El fuerte de Panecillo (Quito), y todo el territorio
al norte y al sud de esta ciudad, que estaba sujeto á la auto-
ridad Española, con todas las armas, provisiones y municiones,
556
serán entregada! á los comisionados que el General Sucre
nombre para ese efecto.
Art. 2. Las tropas Españolas saldrán de la plaza con los
honores de la guerra; y al tiempo y lugar que nombre el
General Sucre» también entregaran sus armas, estandartes, y
municiones; y en consideración de su gallarda conducta en el
combate de ayer, y en conformidad con los convenios particu-
lares que sean hechos sobre este punto, se permitirá á todos
los oficiales, tanto Europeos como Americanos, volver á Eu-
ropa, 6 á qualesquiera otra parte. Las tropas tendrán también
la misma permisión. Los oficiales que deseen quedarse, serán
admitidos en el exercito, 6 se les considerara como simples
ciudadanos.
Art. 3. Los oficiales retendrán sus armas, equtpages, y ca-
ballos.
Art. 4. Los oficiales que' deseen volver á Europa, serán
conducidos hasta la Habana, á expensas del Gobierno Colom-
biano, por la via de Guayaquil y Panamá, baxo una escolta,
hasta el punto de su embarque ; y pagaran en el primer puerto
Español que lleguen, á los comisionados nombrados para con-
ducirles, el monto de los gastos ocasionados.
Art. 5. El General Aymerich tendrá la libertad de ir adonde
y quando guste con su familia, y recibirá quantas atenciones
y respetos son debidos á su rango y carácter.
Art. 6. Se concede una aronestia respecto á las opiniones;
y todas las personas que tengan empleos civiles 6 eclesiásticos,
que deseen volver á Europas, recibirán pasaportes ; pero irán
á gastos suyos.
Art. 7. Como en el articulo 1. todas las tropas de Pasto, y
en aquella dirección, se hallan comprehendidas en esta capi-
tulación, se nombraran dos oficiales de cada lado para con-
ducirlas aquí, y para tomar posesión de las armas, municiones,
prisioneros, &c ; pero como en el presente estado de cosas
en aquella parte del pays, el Gobierno Español no puede
tomar sobre si el ver executado el cumplimento de este arti-
culo, el Gobierno Colombiano obrara en este caso según mas
juzgue conveniente.
557
Art. 8. Después de la ratificación de este tratado por los
dos partidos, el General Sucre podra ocupar la ciudad y fuerte
en el día y hora que apunte. — Los susodichos comisionados
han firmado estos artículos antes de su ratificación por las
partes contratantes, en el Palacio del Gobierno de Quito, con
fecha del S de Abril de 1822.
Andrés de Santa Cruz, Antonio Morales ; Francisco
González, Manuel Maria Martínez de Aparicio,
Patricio Bryan.
Los oficiales y tropas hechas prisioneras juraran de no
tomar las armas contra los estados independientes de Colom-
bia y del Perú.
Santa Cruz, Morales ; González, Aparicio, Bryan.
Quartel- General en Quito, el 25 de Mayo de 1822.
Lo ratifico y apruebo, y lo desempeñare con fidelidad y
religiosidad en todos sus particulares.
Mexchior Aymbrich.
Aprobado y ratificado,
Antonio José de Sucrb.
Quartel-General en Quito, el 26 de Mayo de \%22.
•
Por este tratado los patriotas se vieron en po-
sesión de todo el territorio de Quito, con todos
los almazenes, municiones, armas, &c. La mayor
parte de las tropas Españolas se juntaron á los
independientes ; y el resto, por el art 4. del tra-
tado, no podían tomar armas contra la República.
En el entretanto, Bolívar, que ademas de la
disposición hostil que los habitantes de la provin-
cia de Pasto habian manifestado siempre, tenia
que vencer obstáculos casi insurmontables que lo
escarpado del pays le oponía, continúo su marcha
con una actividad y perseverancia invencible.
Después de trabaxos y de fatigas increíbles, se
558
presentó delante de la ciudad de Fasto á fflter de
Mayo ; y poco después de su llegada, á su inex-
presible satisfacción y sorpresa, el comandante
Español le hizo proposiciones de capitular, á las
que Bolívar accedió, después de algunas altera-
ciones triviales. La carta de Pérez, el secretario
general de Bolívar, al secretario de la guerra, en
la que da una cuenta de las operaciones que
ocurrieron antes de la capitulación» hace ver la
importancia que da el Presidente de Colombia á
este acceso. Este venia á ser su contenido.
Oficina del Secretario-General, QuarteUGeneral
en Pastos, á 8 de Junio de 1822.
Al Secretario de la Guerra,
Tengo el honor de informar á V. E. del glorioso resultado
de la campaña del sod, que las armas Colombianas han liber-
tado desde Popayan hasta sus confines. Dos esplendidas
batallas han decidido el destino de estas hermosas provincias»
aquella ciudad habiéndose entregado la ultima á sus liberta-
dores. V. £. quedara informado de la notificación hecha per
S. £• el Libertador á los defensores de Pasto, £1 coman-
datite-en-gefe de la división Española consintió» asegurándole
de su' disposición á capitular ; y en conseqüencia lo consultó
con los gefes de su división, y con la municipalidad de aquella
ciudad, que estaban todos decididos á capitular con el ejer-
cito libertador ; pero el pueblo, adheriendo con tenacidad á
la causa real, resistió toda insinuación, y el gefe Español tubo
que solicitar la ayuda del obispo de Popayan, que en aquel
momento estaba ausente de la ciudad. En efecto aquel pre-
lado logró vencer la obstinación del pueblo ; y el 90, los Te-
nientes-Coroneles Fierro y Retamal marcharon para el quartei-
genersl ; pero sus progresos fueron retardados por accidentes
inevitables y casuales, y por contramarchas) ocasionadas por las
malas guias. S. E. se preparaba á entrar en Juanambu por la
formidable abertura, quando se presentaron los comisionados
559
con sos credenciales para tratar de k capitulación, que tengo el
gusto de incluir. S. E. sin aguardar por la ratificación, continuo
su marcha con una columna de Cazadores ; y hoy á lasquatro
p. m. entró en esta ciudad, en medio de las acclamaciones y
voces de los gefes y nobleza de la ciudad. £1 illustrisiroo señor
obispo salió á su encuentro baxo el palio, y después se cantó un
solemne Te Deum* La guarnición de esta ciudad, y todas
las tropas baso eJ'comandante-en-gefe de la segunda división
Española, se han entregado ya al Gobierno Colombiano, Ó han
recibo ordenes para ese efecto. Por esta capitulación la Re-
publica de Colombia ha adquirido 2000 veteranos, que han
defendido hasta ahora el estandarte real en las posiciones mas
formidables, que pueda presentar la naturaleza para favorecen
la guerra— posiciones que hubieran sostenido el choque de
todas las fuerzas de Colombia* S. E. considera la capitula-
ción de Pasto como el mas importante suceso militar de la
campaña, y ha dicho que vale mas de diez victorias ganadas
sobre estas cadenas de peñas. Pero lo que ha aumentado el
gozo de las armas Colombianas, es la victoria obtenida cerca
del volcan de Pichincha sobre la ciudad de Quito. El 24
ultimo, la división del General Sucre, que habia ocupado por
tres días las inmediaciones de Quito, libró una batalla gene-
ral al enemigo, trepando hasta eminencias inaccesibles, entre
bosques que impedían toda comunicación. Tres horas no
mas decidieron del destino de . aquella importante ciudad.
El enemigo se retiró con su infantería á Panecillo, donde
capituló el 25. Inmediatamente el General Sucre ocupó la
ciudad de Quito. Por lá victoria de Pichincha, y por la capi-
tulación, el General Sucre ha hecho mas de 1000 prisioneros,
incluyendo gefes, oficiales, y soldados ; ha tomado 14 piezas de
artillería, 1300 fusiles, y los almacenes de la ciudad. No
puedo detallar á V. E. los movimientos particulares del Gene-
ral Sucre, no habiendo recibido aun noticias circunstanciadas,
y teniendo ordenes de S. E. de no perder tiempo en comuni-
car al Gobierno sucesos tan importantes. Asi que recibamos
otras noticias del General Sucre, y las ordenes que deben
tomarse para el movimiento militar que han tenido las fuerzas
de Colombia, el secretario de la guerra quedara informado de
s
560
todo. En el entretanto S. E. me ha mandado transmita al
Gobierno los sentimientos de gozo al ver una terminación tan
feliz de la guerra Colombiana. Las battallas de Bombona y
de Pichincha siendo los teatros mas gloriosos del Sur, y las
capitulaciones de Pastos y de Quito los sucesos mas ventajosos,
la República debe congratularse al haber conquistado á sus
enemigos en la batalla, y al haber mostrado la mayor genero-
sidad en sus tratados. Los habitantes del Sur son ahora de
la grande y glorióla familia de Colombia; y no hay duda que
los libertadores serán los ídolos á los que ofrecerán sus sacri-
ficios. S. E. el Libertador se lisongea que los habitantes del
Sur serán émulos con nosotros en gratitud, como lo somos en
generosidad con sus opresores. Dios guarde á V. E. muchos
años.
(Firmado) J. G. Pjsrbz,
Secretario-General de & £.
Los siguientes son los términos de la capitula-
ción : —
Los Tenientes-Coroneles Don Pantaleon de
Fierro, y Don Miguel Retamal, comisionados por
el comandante-general de la 2da división Espa-
ñola del Sur, el Coronel Don Basilio García, pre-
sentaron los siguientes artículos de capitulación á
S. E. el Libertador Presidente de Colombia ; que
nombró al Coronel José Gabriel Pérez, y al Te-
niente-coronel Vicente González, para concluir
este tratado.
Proposiciones.
Articulo 1. Ningún individuo baxoel comandante-general
de la 2a* división del Sur sera perseguido» ni tampoco ninguno
que haya pertenecido al exercito Colombiano, incluyendo los
soldados y ciudadanos de las provincias baxo su mando, cuyos
territorios se extienden desde Tulcan á Popayan, y á las costas
ÓÓ1
de Barbacoas. Los clérigos seculares y regulares quedarán
exémptos de toda carga y responsabilidad.
Concedido, sin ninguna restricción.
Articulo 2. Los oficiales y soldados Españoles, y otros del
pays, no podran ser forzados á tomar armas en Colombia con-
tra sus inclinaciones, sin haber sido previamente invitados y
avisados de ello.
Concedido* — Este articulo debe ser entendido solo con res-
pecto á los soldados Españoles, y á los de Pasto.
Articulo S. Los oficiales y tropas Españolas que deseen
ser conducidas al puerto mas cercano de España, serán pro-
vistas de medios de transporte, pagando los gastos, 6 según
mejor convenga.
Concedido. — Si los oficiales y tropas Españolas se trans-
portan inmediatamente á España, el Gobierno Español avan-
zara el dinero ; pero si fuesen á los puertos Españoles Ameri-
canos, 6 á los puertos neutros del America, entonces la Re-
publica de Colombia pagara los gastos.
Articulo 4. Los oficiales y soldados Españoles no serán
insultados por ningún individuo de la República» pero serán
respetados y protegidos por las leyes. Los gefes y oficiales (los
emigrados incluidos) podran llevar y hacer uso de sus espadas,
equipages, y propiedades. Si se quebrantase este articulo,
las leyes y el pays de Colombia les asistirán, observando el
tratado de Truxillo.
Concedido.
Articulo 5. Los Españoles (militares ó civiles) que deseen
prestar juramento al Gobierno de Colombia, quedaran en
posesión de sus empleos y propiedades. A pesar de. lo que
queda expresado en el Articulo Io, se entenderá como inclu-
yendo en él, y en los otros, los individuos concernidos en las
guerrillas de Palia, y los que estén dentro de la linea del exer-
cito de la República de Colombia, que dependen del coman- %
dante-general de la 2a* división Española del Sur ; y que no
pueden ser acusados de ofensas, aunque sean de la mayor res-
ponsabilidad. Y últimamente, S. E. el Presidente, como con- >
quietador poseído de gran nobleza de alma, como en efecto
sucede, usara á los prisioneros de guerra, á los ciudadanos, 6 á
TOM. II. n n
562
los habitantes de Pasto y de su jurisdicción, con toda posible
bondad*
Concedido.
Articulo 6. Que asi como las personas y propiedades de las
tropas veteranos, y ciudadanos de Pasto son protegidos, aque-
llos, y los que vivan allí, aunque no sean naturales del pays,
no podran ser enlistados á ninguna época, pero serán consi-
derados como hasta ahora, es decir como cívicos, sin tener que
salir de su territorio. Que se concedan pasaportes á los emi-
grados, para que puedan ir á juntarse con sus familias ; y con-
siderando la pobreza de Pasto, y lo mucho que ha tarrido
durante la guerra, quedara exémpto de todo cargo»
Respuesta. — Los ciudadanos de Pasto, ya sean naturales 6
domiciliados, serán tratados como los Colombianos mas favo-
recidos, y tendrán todos los derechos de ciudadanos de la Re-
publica; al mismo tiempo soportaran los pesos del Estado
como los demás ciudadanos. S. £. dará á conocer sus bené-
ficas intenciones á los habitantes de Pasto en una proclama
particular, que sera obligatoria, y considerada como sagrada.
Los emigrados obtendrán sus pasaportes para retirarse á sus
casas.
Articulo 7. Que no se cambiara en nada la Religión Cató-
lica Apostólica Romana ; y sus ceremonias quedaran invio-
lables.
Concedido. — La República de Colombia, glorificándose
estar baxo los auspicios de la sagrada religión de Jesús, no
cometerá nunca la absurda impiedad de cambiarla.
Articulo 8. £1 territorio baxo el comandante-general de la
2a» división del Sur, expresado en el Art. 1°, al quedar sujeto
á la República de Colombia, las posesiones de los ciudadanos
de Pasto, y de todo el territorio, serán protegidas, y quedaran
siempre ilesas.
Concedido.
Articulo 9. Que si S. £• el Libertador Presidente juzgase
á proposito ir á Pasto, es de esperar que obrara según su
acostumbrada humanidad y consideración, al contemplar el
estado miserable de la ciudad.
Concedido. — & £. el Libertador promete tratar á la ciudad
563
de Pasto con la mayor benignidad, y no exigirá el mas ligero
sacrificio para el servicio del exercito libertador* £1- comi-
sario general pagara el exacto valor de quanto se necesite
para la continuación de la marcha por el territorio de
Pasto.
Artículo 10. Que S. E. el Libertador habiéndose dignado
prometer á Pasto, de- que gozara de las mismas prerogativas
que la capital de la República, sancionara el establecimiento
de la casa de la moneda, según se halla al presente.
Respuesta. — S. £. el Libertador no estando investido del
poder de decidir respecto al establecimiento de la casa déla
moneda, que» es un privilegio que solo pertenece al Congreso
General, los habitantes de Pasto pueden solicitar éste favor
directamente de 61, ó por medio de sus' representantes.
Articulo 11. Que la persona del üustrisimo Obispo de Po-
payan, y la de los otros eclesiásticos forasteros, serán tratadas
con las mismas prerogativas que se prometen á todos los ciu-
dadanos de Pasto; respecto á sus dignidades* .
Concedido.— -El Gobierno y pueblo de Colombia han res-
petado siempre, eon la mas profunda veneración, ai ilustre
Obispo y á todos los clérigos de la nación, como siendo los
ministros del Todo Poderoso, y los legisladores de la morali-
dad.
A cuyos artículos hemos convenido en nombre de nuestros
respectivos gefes. Este tratado sera ratificado dentro de
48 horas por S. B. el Libertador Presidente de Colombia, y
por el Comandante-General de la 2*1* división Española dei
Sud, firmado dos de cada lado, en el quartel-general, Berrue-
cos, á 6 de Junio de 1822, á las seis p. m.
(Firmado) Pantalón Fierro, Miguel Ratamal.
Jóse Gabriel Pérez, Vicente González.
Quartel-general en Pasto, á 8 de Junio de 1822.
Apruebo y ratifico el presente tratado, S. Bolívar.
Por S. E. el Libertador,
José Gabriel Pérez.
Quartel-general, Divisiop de Pasto, & 8 de Junio*
Ratifico y convengo á todo quanto aqui está Contenido.
Basilio García.
564
Esta venia á ser la proclama de Bolívar á su
entrada en Pasto.
Colombianos !— Ahora todo vuestro delicioso pays está,
libre. Las victorias de Bombona y de Pichincha han com-
pletado el objeto de vuestro heroísmo. Desde las orillas del
Orinoco hasta los Andes del Perú, el exercito libertador^
marchando en triunfo, ha cubierto con sus brazos protectores
toda la extensión de Colombia. Solo una plaza resiste aun;,
pero esa tiene que caer.
Colombianos del Sur ! — La sangre de vuestros hermano*
os ha redimido do los horrores de una guerra ; os ha abierto
una puerta para que entréis á gozar de los sagrados derechos-
de la libertad y de la igualdad. Las leyes Colombianas han
consagrado la alianza de la' prerogativa social con los dere-
chos de la naturaleza. La constitución de Colombia es el
modelo de un gobierno representante, republicano, y pode-
roso. Otro mejor es imposible hallar entre las instituciones
políticas de este mundo, donde nada hay de perfecto. Re-
gocijaos» pues, que pertenecéis á la grande familia, que ahora
se reposa á la sombra de los laureles que ha ganado, y que
nada la queda por desear sino ver acelerarse la marcha del
tiempo, para desenrollar los principios de dicha que nuestra*
leyes contienen.
Colombianos I— Participad conmigo en el extremo gozo
que siente mi corazón, y erigid altares en el vuestro al exer-
cito libertador, que os ha dado gloria, paz, y libertad.
S. Bolívar.
QuarteUgeneral en Pasto, 6 8 de Junio de 1822,
— 12° de la República.
El 7 de este mes, el rápido y feliz suceso de las
armas Colombianas fue interrumpido por una
derrota que sostubo el Coronel Penango, que
mandaba del lado de Coro, porlas tropas de Mo-
rales. El mismo Coronel fue hecho prisionero,
565
•.y sus tropas sufrieron mucho. Sin embargo,
esta victoria no tubo ningunas malas conseqüen-
cias para los independientes, pues los Españoles
no hicieron ninguna otra tentativa.
Al siguiente mes, Morales se embarcó con sus
tropas á bordo de la fragata Ligera, del buque
de guerra Hercules, y de nueve transportes, y se
hizo á la vela para Puerto Cabello, adonde llegó
poco después. El estado miserable del pays al
rededor de Coro, y la dificultad de procurarse
provisiones, le obligaron á adoptar esta medida.
El 3 de Agosto, este general, activo y empren-
dedor, marchó á la cabeza de 2000 hombres de
Puerto Cabello contra Valencia y Caracas. El
General Paez, que se habia retirado á los altos de
Birgirama con la mayor parte de sus tropas, á
causa de lo mal sano del pays cerca de Puerto
Cabello, se encontró con él. Libraron combate ;
Morales y sus tropas fueron completamente der-
rotadas, y pocas escaparon.
El 5 una partida de realistas, 400 en numero,
desembarcó en Ocumare. Se encontró con una
partida republicana, y después de un combate
muy reñido, que duró varias horas, los realistas,
flespues de perder 200 hombres, se entregaron á
las armas victoriosas de Colombia.
Puerto Cabello es la única plaza que queda en
manos de los Españoles, y según los ultimas noti-
cias, Bolívar, habiendo terminado dichosamente
la guerra del Sur, marchaba á tomar sobre si el
mando del exercito empleado en la reducción de
566
aquella importante fortaleza. Su captura inme-
diata se anticipa aun mas, por la noticia de que
la marina Colombiana se ha aumentado de dos
navios de guerra, y por la esperanza de que muy
pronto recibirán otros.
En esta lucha los Americanos del Sud tienen
que haber mostrado perseverancia, firmeza, y
valor, de otra suerte no hubieran nunca podido
batir á Morillo quando desembarcó en 1815o 1816,
con 10,000 veteranos de la Península, con todos
los fuertes en su poder, y quando los patriotas no
poseían literalmente sino los montes del Orinoco.
Las tropas del pays han combatido siempre sin
paga, y á veces han entrado en batalla con gar-
rotes contra las bayoneta de Morillo. Quando
este desembarcó con 10,000 hombres, Bolívar no
tenia en todo su exercito 1000 fusiles, ni quiza
1000 duros en su tesoro.
. Todo esto no podía haber sido executado sin
alguna de aquellas qualidades, que en los otros
payses consideran como siendo las que ennoblecen
al carácter del hombre, aunque su posesión ha
sido tan poco permitida á los Americanos del Sur.
Los Colombianos y su causa se han visto ex-
puestos á toda especie de calumnia de las Islas
adyacentes. La razón es obvia: si logran su
independencia, el comercio indirecto con las islas
cesaría, y naturalmente se adoptaría el trato directo
con Inglaterra. — En compensación por su hostili-
567
dad, el Gobierno Colombiano ha decretado, que
todos los géneros que vayan directamente de Eu-
ropa, pagaran menos derechos que los de las Islas
adyacentes.
Si, entre los ignorantes de Colombia, ha ha-
bido algunos que envidien el socorro extrangero
que les ha sido enviado, ¿acaso son los únicos
hombres en el mundo que estén agitados por
la envidia ? ¿ Acaso se puede efectuar una revo-
lución semejante, sin excitar ninguna de aquellas
pasioncillas é infirmidades que afligen á la natur-
aleza humana, en mayor ó menor grado, según el
estado de civilización al que hayan llegado ^
Los amigos de la independencia se regocijaran
al ver no muy distante el termino de la guerra
sanguinaria, que por tantos años ha desolado estos
hermosos payses. La moderación y el patriotismo
desinteresado que han manifestado constante-
mente los gefes, no les debe hacer temer que la
discordia intestina venga á desperdiciar las ac-
ciones heroicas que han executado ; y no duda-
mos que sus esfuerzos serán completamente co-
ronados de gloria, al ver el espíritu liberal que
actúa al Gobierno, y el ardiente deseo que mani-
fiesta para adelantar, por quantos medios están
en su poder, la dicha y prosperidad del pueblo
que está baxo su dirección.
568
Estos son los diferentes ramos de rentas en Co-
lombia :—
Derechos de importación, de 5 á 25 p. c. sobre
el valor de géneros importados, establecidos por
un decreto del Congreso.
Derechos de exportación, 10 p. c. sobre todo
el producto extraído.
Un derecho de 15 duros por cabeza de todo el
ganado vacuno y de caballerías exportada.
£1 monopolio de la venta del tabaco. Todo el
tabaco que creze en Colombia tiene que ser estan-
cado, y el gobierno lo vende á una ganancia de
100 p. c.
Un derecho de alcabala dé 8 p. c. sobre todo el
producto que se vende. Este derecho le pagan
los labradores.
Un derecho de alcabala de 8 p. c. sobre todas
las mercancías que envían de una ciudad á otra,
para venderlas por menor.
Un tanto p, c. sobre el producto de las minas ;
pero como no se labran aun ó muy poco, este
ramo de reptas, no debemos ahora contar mucho
con él.
Seria inútil tratar de valuar lo que producen
estos varios ramos de rentas. Colombia, teniendo
ahora un Gobierno Representativo, informara al
publico de todas estas cosas clara y periódica-»
mente.
569
La siguiente Memoria dá una relación favorable
del estado politico de una porción muy impor-
tante de Colombia.
Los Encargados de la Secretaria-General del De-
partamento de Cundinamarca, presentan á S. E.
el General F. de P. Santander, Vicepresi-
dente del mismo Departamento, la Memoria
correspondiente al año de 1820.
DE ORDEN SUPERIOR.
memoria correspondiente a los ramos de
guerra y hacienda.
Excelentísimo Señor,
Quando el exceso de la opresión ha llenado la
medida de los crímenes del opresor, brillan las
virtudes del pueblo que lucha por su libertad.
Saliendo el hombre de la degradación, conoce su
dignidad, su poder, y halla en el fondo de su
corazón un valor de que no tenia idea ; entonces
hace el sacrificio absoluto de sus haberes, y se
consagra sin reserva á la felicidad de su patria.
El magistrado, que en tales circunstancias gobier-
na un pueblo, se encuentra en la mejor actitud
para conquistarle su libertad, y para defenderle
del tirano que pretenda reducirle á sus antiguas
cadenas. Baxo este punto de vista, no admiraron
los esfuerzos y sacrificios que Cundinamarca ha
hecho por su independencia en este año, á hom-
bres que han sido inflamados alguna vez con
esta sagrada llama, que alimentada por la natura-
570
leza, eo vano emplea el despotismo sus conatos
para extinguirla ; asombraran si á los esclavos, ins-
trumentos ó adoradores viles . de la tiranía, para
quienes la degradación, y el anonadamiento de
su ser es un deber del hombre en sociedad. Los
sacrificios, sin embargo, y los votos de los pueblos,
se inutilizan, se disipan, y desaparecen, si el en-
cargado de los negocios públicos, si el que gira y
dirige la maquina del gobierno, no pone en movi-
miento con acierto, y hace de los medios el uso
que conviene, para llenar en lo posible los deseos
de los pueblos, y para la mejor execucion de la
empresa. Es pues sin duda satisfactorio á V. E.
presentar al mundo una idea de los esfuerzos que
han hecho las provincias de Cundinamarca, y dar
cuenta á ellas y al gobierno de la conducta de V.
E. y su manejo, de las operaciones que se han
executado, y de los efectos que han producido los
sacrificios de la nación y las providencias de
V. E.
En menos de quatro meses desaparecieron de
Bogotá, Tunja, Socorro, Pamplona, Mariquita,
Antioquig, Choco, Neyva, y Popayan, los agentes
de la tiranía, que oprimían á estas provincias.
Donde se presentó un soldado de Boyaca, se res-
tituyó la libertad, y los vencedores hacían brillar
un nuevo dia en esta extensión de territorio, á la
manera que el sol va disipando las tinieblas á
medida que su luz se dilata por el globo. Entre-
tanto el gobierno se ocupaba en crearlo todo.
Los primeros elementos de la guerra demandaron
sus preferentes providencias ; fabricas de nitros y
571
pplyora ; adquisición de estaños» plomos, y cobres.;
¿creación de. cuerpos de infantería y caballería ;
reglamentos para su conservación y remplazo;
providencias para evitar el abuso y desorden de
las tropas que debían transitar por las provincias ;
reculos para ocurrir á los exercitos ; medidas de
economía» y de mejor inversión de las rentas pu-
blicas ; ! decretos fuertes contra la tnalaversacion ;
creación de una esquadrilla en el Magdalena;
fortificación de los puntos que lo exigían en ra-
?on de las circunstancias ; arreglo en los cuerpos
de milicias ; establecimiento de academias, y todas
aquellas medidas de que se ha dado cuenta en la
memoria del año anterior, fueron la ocupación de
Y. E. en losquatro últimos meses, y primeros de
esta nueva época.
Las provincias, libertadas por las divisiones que
destacadas del ejercito libertador, habían llevado
el espanto y el terror al corazón de los enemigos»
do estaban armadas competentemente para con-
servar su libertad, y oponerse á los esfuerzos, que
en su desesperación debian hacer para subyu-
garlas de nueVo. La extraordinaria actividad
del jExmo. Señor Libertador había levantado dos
«exercitos en pocos días ; pero el primero al mando
del B°. General Soublette había marchado al
Apure, y el seguido fue á cubrir el norte de
Cundinamarca, amenazado por el General La
Torre. Mas de 4000 reclutas se habían reunido,
y seguían á Venezuela en diferentes partidas ;
700 se instruían en esta capital para el batallón
granaderos de la guardia, que marchó bien pronto
572
á reforzar el ezercito del norte, armado con los
fusiles reparados en esta maestranza. El batallón
Albton, formado y organizado en Tunja, estaba por
Enero completo en su fuerza. El batallón Varga*
fue organizado en el Socorro, con el quadro de
veteranos que salió de esta capital, y una com-
pañía que existía en Girón. En Antioquia se
completaba un batallón, á tiempo que su coman-
dante-general recibió orden de formar otro. Dos
batallones ocupaban á Cauca y Popayan. En
Neyva, á mas de un cuerpo fuerte de caballería
se formaba otro de infantería ; en Honda se crea-
ba el batallón del Alta-Magdalena ; el gobernador
del Choco tubo orden de levantar un batallón, y
en esta capital se adelantaba con regularidad el
esquadron de húsares : se compraban y reunían
buenos caballos para este cuerpo, y para la caba-
llería del exercito del norte, con el objeto de tener
remontas útiles, y evitar á los pueblos repentinos
y violentos despojos de sus caballerías, que debían
serles dolorosos.
Esta fuerza habría bastado á la defensa de las
*
provincias libertadas, si no se hubiera hallado
desarmado. No teníamos abundancia sino de
armas blancas, y de resolución para sacrificarlo
todo á* la causa publica. La debilidad se veía en
todos los puntos ; y entretanto llegaban las armas,
para cuya adquisición se habían enviado sumas
considerables, parecían expuestas las provincias á
ser presa de un invador activo, emprendedor, y
obstinado. Evacuado Popayan por Calzada, en
fuerza de los repetidos triunfos que sobre él
573
obtubieron las reuniones mal armadas de patriotas
del Cauca, había sido ocupado en 21 de Octubre
por las tropas de la República. Antes de Enero
se anunciaba que reforzado el enemigo con tropas»
dinero, y armas, remetidas por el Presidente de
Quito, y con las que el habia recluitado protegido
por el Obispo Ximenez, volvia sobre Popayan ;
pero nada se sabia positivamente. En Antio-
quia una compañía habia castigado el temerario
orgullo de su Ex-Gobernador Tolrá, que la inva-
dió por Zaragoza. En Ocaña se organizaba una
columna enemiga para reforzar la división del
General La Torre, ó amagar á la provincia de
Pamplona por la parte de Cácota ; y en Mompox
se equipaba una expedición contra Honda. Tal
era la situación del departamento ; pero se veía
como dé lejos una nube densa, que obscurecía el
horizonte de las provincias, y que anunciaba la
tempestad que cercaba á Cundinamarca.
El Exmo. Libertador en el Congreso de Vene-
zuela, ocupado entre otras cosas de la creación
de la República de Colombia, distaba mucho de
estas provincias. El exercito del norte, que
había perdido al B°. General Anzuategui, no habia
podido obtener una victoria sobre la división de
La Torre, que evitaba cuidadosamente todo en-
cuentro y combate, y apenas habia ocupado los
pueblos de la Grita y Bayladores á principios de
Enero, haciendo replegar á La Torre hacia Me-
rida. Alejados los enemigos, el Coronel Salón,
que mandaba nuestro exercito, remitió 600 hom-
574
bres por la montaña de Sn Camilo ál exercito de
Apure, y quedó el del norte en estado de no
poder ser disminuida su fuerza sin exponer aquella
frontera, y sin riesgo de que volviendo La Torre
sobre él, ó lo ¿atiese, ó lo obligase á evacuar el
pays, dexando abandonados al enemigo pueblos á
quienes habia costado caro su libertad.
Fue en estas circunstancias que se vio Cundi-
namarca atacada á la vez por seis direcciones.
Una partida de la columna de Ocañá, invadiendo
la provincia de Pamplona, se habia acercado á
Cácota de Surátá; 700 hombres en 11 buques de
guerra, atacaban la provincia de Mariquita, diri-
giéndose á la Angostura de Nare ; 500, al mando
de Warleta, amenazaban á Antioquia, y se Jison-
geaban reconquistarían esta rica provincia ; una
flotilla habia penetrado por el Atrató con el objeto
de apoderarse del Choco; Calzada, reforzado
efectivamente, como antes se habia anunciado,
marchaba sobre Popayan don 2000 hombres de
toda arma, y V. E. entretanto no podía disponer
sino de cuerpos desarmados. Acontecimientos
imprevistos habian entorpecido la remisión de
fusiles de Guayana, y no habia esperanza de que
llegasen oportunamente ; y no pudiendo reforzar-
se los puntos débiles, parecía difícil no dolo disi-
par la tempestad, pero aun contener ó dilatar su
extrago. Reunir en un solo punto las armas que
tenían nuestras divisiones en diferentes partes,
habría sido franquear muchas puertas sil enemigo
para acercarse á la capital. La entereza, la acti-
575
vidad, la energía, únicas armas de que podía dis-
poner el gefe del departamento ; el entusiasmo, '
el valor, la resolución, la desesperación misma,
recursos que prestaban los pueblos, harían que
venciendo en una ó algunas provincias, se dismi-
nuyesen las atenciones, y siendo menores los pe*
ligros, se tendrían á la mano otros recursos, y
podrían tomarse otras medidas.
Valor, actividad, y energía extraordinaria, fue-
ron los objetos y la regla que V. E. les presentó
á todas las provincias amenazadas. En la dificul-
tad de auxiliar la expedición del Sur, el coman-
dante-general de Popayan debió evacuar esta
ciudad, posición anti-militar, que ofrecía pocos
recursos, y ningunas ventajas, y retirándose al
Cauca, debía, á favor del terreno, y del entusiasmo
de sus habitantes, hacer una vigorosa y obstinada
defensa. El comandante-general había tomado
sus medidas ; pero el dia de emprender la retirada,
fue atacado en las calles de la ciudad : 400 fusiles,
y la mayor parte de lá columna que la defendía,
fueron presa del enemigo, que no debió este
triunfo ni al valor, ni á la pericia militar, ni á la su*
periorídad de sus fuerzas, sino á circunstancias á
que no es mi objeto con traerme.
Este aciago acontecimiento apuró mas la críti-
ca situación de Cundinamarca. Ocupado Po-
payan, era consiguiente la invasión del Valle del
Cauca, y podía extenderse hasta la provincia de
Ney va* Subyugado el primero, estaba en la elec-
ción del enemigo combinar sus operaciones con
576
Warleta, para ocupar á Antioquia, invadir á Ney-
ba, y formar una linea de operaciones desde el
Quartel-general de Morillo por toda la costa de
Cartagena, hasta las inmediaciones de esta capi-
tal.
En estas circunstancias se enviaron á Honda
É
quantos auxilios podían prestarse : la artillería
necesaria para las fortificaciones de Nare, y para
los buques ; municiones, pertrechos, vestuarios,
dinero, vivieres ; se repitieron ordenes para la
construcción de buques con la mas grande activi-
dad ; se enviaron oficiales á fortificar regular-
mente la Angostura de Carare, otros á montar
los buques, otros á dirigir y mandar la tropa y
la esquadrilla ; descargando de este cuidado al
Gobernador Montilla, ocupado de mil importan-
tes atenciones. Este debia baxar á la Angostura
á activar el equipamento de la flotilla, su arreglo,
y partida, embarcando quanta buena tropa pudiera
reunirse, y disponiendo el ataque 6 defensa, se-
gún fuesen favorables las circunstancias, y siem-
pre contrayéndose á frustrar la combinación que
debia existir naturalmente entre las fuerzas su-
tiles y la columna de Warleta.
El resultado dte estas medidas fue el brillante
suceso del 23 de Enero en el Peñón de Barba-
coas. Destruida la flotilla al mando de Barrada,
la República adquirió 500 fusiles que eran condu-
cidos con el objeto de armar á los de Antioquia ;
tomada que fuese aquella provincia, venir á Hon-
da, y de alli .á esta capital. Desconcertada la
577
combinación, la actividad y la energía se redo-
blaron ; 300 fusiles se enviaron en el momento
á Antioquia, con las municiones, pertrechos, y
quantos auxilios podia V. E. franquear por en-
tonces. Y si no hubiera sido necesario retirar el
esquadron de guias, y dirigirlo al sur, el Magda-
lena había quedado libre desde este brillante
acontecimiento.
Mientras las armas de la República triunfaban
en el Magdalena, Calzada asesinaba á los oficiales
prisioneros, y desolaba el Cauca. Caly, despre-
ciando las fuerzas enemigas, se atrevió á soste-
nerse con solo 40 fusileros y 500 hombres de caba-
llería. Calzada respeto por muchos días su reso-
lución y actitud ; pero Caly al fin fue ocupada,
retirándose sus defensores hacia las provincias del
Choco.
A tiempo que se ordenaba la persecución del
enemigo por el Magdalena, que la esquadrilla se
dirigía sobre Mompox, y se armaban los batal-
lones organizados en Antioquia, poniéndose esta
provincia en un verdadero estado de defensa, no
solo para rechazar la invasión de Warleta, é im-
poner respeto al enemigo, sino también, con el
objeto de que pudiese auxiliar al Cauca por el
camino que conduce á Anserma, se tomaron me-
didas para proteger y socorrer la numerosa emi-
gración, que, huyendo de la ferocidad de Calzada,
atravesaba los Andes por Quindió y Barragan,; y
providencias las mas executivas se dictaban para
auxiliar el Cauca, y arrojar los enemigos de la
TOM. II. o o
578
provincia. Un gobernador activo, el Coronel
Concha, fue enviado á que reuniese los dispersos
en Ybagué, y defendiese, si aun era tiempo, loa
puntos no ocupados : se le remitieron algunos
fusiles del armamento tomado al enemigo en Bar-
bacoas, municiones, dinero, y un numero consi-
derable de armas blancas. Se previno á este gefe
la formación de dos batallones con los dispersos
de los de Cazadores de Cundinamarca y Cauca,
y con los emigrados útiles para llevar las armas :
que publicase la resolución del Gobierno de tras-
ladar al Cauca la capital de la provincia, cuyo
honor obtendría la ciudad que mas se distinguiese
por sus servicios, y por la co-operacion en la des-
. truccion del enemigo : que ofreciese, por medio
de bandos y á nombre del Gobierno, la libertad á
los esclavos emigrados que se alistasen en el exer-
cito por tres arios, salvo el derecho al propietario
contra el tesoro-nacional. Importaba mucho la
libertad del Cauca, para poder recibir por la
Buenaventura el armamento que debia conducir
el comisionado Teniente-Coronel Muñoz, des-
pachado á Chile desde Enero con el objeto de
comprar 3000 fusiles, y otros artículos de guerra,
pues aunque podían recibirse en la costa del Cho-
co, se tocaban grandes dificultades para su trans-
porte por tierra.
No era entretanto descuidada la provincia de
Neyba. En 1 de Febrero se remitieron á su
Gobernador Caycedo algunos fusiles» y las muni-
ciones correspondientes, para que poniéndolas á
579
disposición del Comandante Garría, cubriese esté
los caminos que conducen á la Plata. Al Coro*
nel Rodríguez se encargó el alistamiento, organi-
zación, y mando de los cuerpos de caballería.
El 27 del mismo mes se enviaron mas municiones,
armas, y los artículos necesarios para el batallón
de la provincia ; se publicó la ley marcial por or-
den de V. E. comprensiba solo á su territorio ; y
se puso á toda la provincia en actitud militar.
V. £. les anunció que marcharían los batallones
Albion, Vargas, los Guias de Apure, y V. E.
mismo, si tenia el enemigo la osadía de atravesar
los Andes. Si Calzada se hubiese atrevido á in-
vadir el valle de Neyba, allí favorecidos nosotros
del terreno plano, de la decisión, valor, y entu-
siasmo de sus habitantes, habría sido absoluta-
mente destruido el enemigo : su exercito dismi-
nuido en el paso de los Andes, habría sufrido una
total destrucción ; y tomada su espalda por los
Gobernadores de Popayan, Choco, y Antioquia,
no habría quedado retirada á los restos que hu-
bieran podido escapar. V. E. trazo el plan, y
dio las ordenes convenientes para el caso.
Providencias no menos activas se tomaban para
auxiliar la provincia del Choco, aunque tan dis-
tante para recibir oportunamente los recursos
convenientes. Con anticipación se habían remi-
tido municiones y otros artículos de guerra. La
columna que por el Atrato atacó á esta provincia
fue casi destruida el 19 de Enero ; y en el Atrato
como en el Magdalena recibieron los conquista-
580
dores del pais lecciones de lo que pueden los
pueblos resueltos á defenderse, y de lo que es
capaz un Gobierno enérgico y activo, Al mismo
tiempo el Comandante de la fragata los Andes»
buque nacional de Chile, ocupando algunos puer-
tos de la costa del sur, hacia triunfar en ella las
armas de la libertad.
Como á tiempo que fue invadida la provincia
de Antioquia, su Gobernador Córdoba se hallaba
enfermo, V. E. tomó la medida de enviar inme-
diatamente un joven de actividad, energía, y ex-
perimentado valor, que tomase el mando. Mar-
chó, y á su arribo á Antioquia encontró á Cór-
doba restablecido, y al frente de las tropas reuni-
das en las llanuras de Barbosa. El enemigo, que
solo habia amagado por Zaragoza para atacar de
firme por Caceres, se dirigió al pueblo del Yaru-
mal. £1 11 y 12 de Febrero fueron batidas dos
partidas, y esta sola operación, con el conocimien-
to, tal vez, de haberse destruido la combinación
acordada con las fuerzas de la esquadrilla, lo ob-
ligaron á abandonar el pueblo, y emprender una
vergonzosa retirada.
A fines de Febrero las atenciones del Gobierno
eran menores, y casi ningunos sus cuidados. La
tempestad se disipaba en menos tiempo que aquel
en que habia sido formada : el horizonte se iba
despejando, y el suceso de Calzada no era ya,
sino un triunfo efímero, insignificante á la Re-
publica, y de ninguna ventaja al enemigo. En-
tró, sin embargo, en el calculo de V. E. que podía
581
ó formarse otra combinación entre Cal-
zada, que ocupaba ó Cartago, aunque molestado
por diferentes partidas en el valle, y Warleta, que
aun no babia abandonado las inmediaciones de
Antioquia. Para desconcertarla, se dictaron or-
denes eficaces : mas armas, y mas municiones, y
mas auxilios de toda especie, se enviaron á Neyba,
Ybagué, Antioquia, y al Magdalena. £1 Coman-
dante García debía penetrar por Guanacas, ó el
camino de tierra adentro á Popayan ó Calote ;
él Coronel Concha por Quindió á Cartago ; parte
de las tropas de Antioquia defender el estrecho
de Bufó en el Cauca*; y la esquadrilla hacer in-
cursiones en el distrito de Ocaña, Isla de Mora-
les, inmediaciones de Mompox, sin compromet-
erse en encuentros desiguales, y obrando siempre
con grande circunspección, atendido á que para
reforzar á Antioquia había sido debilitada su
fuerza con la separación del esquadron de Guias
de la Guardia, que tanta parte tuvo en el suceso
de Barbacoas ; debía sin embargo ponerse en
comunicación y contacto con la expedición del
Coronel Carmona hacia Ocaña, co-operar con esa
división en los términos que le indicase su gefe,
y comunicarle los movimientos que por el rio hi-
ciese el enemigo con sus fuerzas sutiles. Calzada
se lisongeaba desde Popayan con la idea de sub-
yugar al Cauca, y reconquistar el rey no ; y el
cobarde se ve obligado á evacuar el valle al solo
amago de avanzarse tropas por Guanacas y Quin-
dió : tiembla al aspecto de pequeñas partidas, y
¿82
se extremece al ruido que se percibe á ta inmedia*
cion de los bosques agitados por el vienta Er-
guido con el brillo aparente de up inútil suceso,
le embaraza la presencia de un peligro quimérico.
No contaba él, sin duda, con la unión, la firmeza,
el valor, la constancia extraordinaria de los pue-
blos. V. E. vio á ios de este valle redoblar sus
esfuerzos según las exigencias, y arrancar triun-
fos á una fortuna tantas veces adversa* V. E. ha
visto á los de Antioquia imperturbables en medio
de los riesgos inminentes, esperar las ordenes del
Gobierno, y precipitarse después para oponerse
en masa á los ataques del invasor.
En virtud de estas disposiciones, el comandante
del batallón de Neyba batió en Lame una colum-
na enemiga de cien hombres, que persiguió hasta
Pitayó : otra columna organizada en Ybagué
ocupó á Cartago sin oposición el 22 de Marzo,
baxo la dirección del Teniente-Coronel Mur-
gueytio ; y en esta fecha nuestra esquadriila se
hallaba en el puerto nacional de Ocaña, en co-
municación con el Coronel Carmona, que desde
el 10 había ocupado la ciudad con ordenes di-
rectas de S. E. el Libertador.
Warleta, sea que conociese la temeridad de su
empresa, ó que tuviese noticia del desgraciado
suceso de Barrada, y de la expedición de Ocaña»
baxó á Mompox, y dividió su fuerza, reforzando
la esquadriila que se hallaba en el Banco, y cu-
briendo á Tamalameque y Chiriguana, con el ob-
jeto de entorpecer las operaciones del Coronel
583
Carmona. No teniendo que temer Antioquia ni
á Warleta ni á las fuerzas de Popayan, los Guias
y Albion qué estaban marchando en auxilio de
aquella provincia, recibieron contra-orden. Va-
riadas en un todo las circunstancias, juzgó el
Gobierno era llegado el caso de obrar sobre
Mompox desde Antioquia, no solo para amagar
y divertir al enemigo por su flanco y espalda,
para impedirle obrar ofensivamente con su esqua-
drilla, ó con su columna de Chiriguana; sino
para que se ocupase á Mompox en una favorable
oportunidad. £1 Teniente-Coronel Cordova fue
encargado de estas operaciones, dexando el manda
de la provincia al Teniente-Coronel Ricaurte.
A tiempo que se extendía rápidamente el ter-
ritorio libertado, que se anonadaban los esfuerzos
del enemigo, y que triunfaban por todas partes
las armas de la República, se presentó segunda
vez en el departamento el Exmo. Señor Liberta-
dor. ^ El B. General Valdes conducía desde el
oriente de Venezuela una fuerte y respetable di-
visión. Acantonada esta en Sogamozo, el Gene-
ral Valdes fue encargado de la dirección y mando
del exercito del sur, reunido ya la mayor parte en
Neyba á las ordenes del Señor Coronel Mires, y
consistente en tres batallones de infantería, y un
buen cuerpo de caballería, á que se debían reunir
las fuerzas que obraban en el Cauca: muni-
ciones, artillería, pertrechos, vestuarios, armeros,
caxa de armería, botiquines, cirujanos, practi-
cantes, dinero, y quanto era necesario para'equi-
584
par este exercito, había remitido V. E. ; y por ulti-
mo le remitió el armamento, que conduxo el mis-
mo General Valdes. Auxilios de igual natura-
leza se habían enviado á la división de Cartago.
Si no se comprehende como, en que tiempo, y
con que recursos, se arrojan los enemigos de Cá-
cota, se vence en el Magdalena, en el Cauca, en
Antioquia, en Lame, en el A trato; como una
columna del Choco viene á la Buenaventura en
auxilio de la provincia del Cauca ; otra marcha
desde Antioquia hacia Mompox ; otra ocupa las
ciudades de Anserraa y de Cartago ; la esqua-
drilla se encuentra en aptitud de atacar al ene-
migo en sus posiciones, vencerlo y destruirlo;
como quedan, sin embargo, armadas y en estado
de defensa las provincias ;— menos podra compre-
henderse como al mismo tiempo ha podido form-
arse, en medio de tantas atenciones, un exercito
respetable destinado & llevar la libertad á los
pueblos del departamento de Quito, quedando,
sin embargo, eQ esta capital el nuevo batallón de
Bogotá constante de mas de mil hombres. Quando
la opinión y la voluntad de los pueblos es una ;
quando prefieren dexar de existir á ser esclavos ;
quando de ellos no se encuentra un ciudadano
que desee á los tiranos ; quando la unanimidad
decide, que la subyugación es el ultimo de los
males ; y quando á proporción templados los re*
sortes de la maquina política, gira con rapidez,
y obra con actividad, — nada debe ser extraordi*
nario.
585
' Las activas providencias de V. E«, sostenidas y
executidas con entusiasmo por los pueblos, pro-
ducían estos grandes efectos, estos adelantamien-
tos casi inconceribles de los que debían esperarse
ventajosos resultados, que podían solo medirse
por la energía, por el movimiento de impulsión,
que deban las operaciones del Gobierno, y por
los esfuerzos, unión y constancia, de los pueblos.
En medio de los grandes sacrificios, que hacían
las provincias del Chocó, Antioquia, Fopayan y
Mariquita, se les exigieron 3500 esclavos, que
dexarian de serlo desde que hubiesen servido
en los exercitos de la República por tres años,
conforme al decreto de S. E. el Libertador. Asi
se iba á ver al esclavo combatir á la vez por su
libertad civil y política, y concillarse la dificul-
tad de conceder de hecho la libertad á los escla-
vos declarada ya de derecho, dándola al tiempo,
y por servicios hechos á lá República, de que iban
á ser ciudadanos*
Mientras la provincia de Antioquia se despren-
día generosamente del contingente de esclavos
que se le señalo, las de Mariquita y Neyba daban
ochocientos soldados robustos para el exercito
reunido en Cúcuta. La primera, y la de Bogotá,
remitían alli mismo un numero considerable de
acémilas, la mayor parte donadas voluntariamente.
A este tiempo el pretendido reconquistador del
reyno, que evacúa las ciudades del valle, ig-
norando absolutamente nuestro estado, necesita
enviar una columna de trecientos hombres, que
586
atraviese los Andes para tomar noticias del in-
terior. £1 General Valdes aun no se hallaba al
frente del exercito ; pero su segundo» el Coronel
Mires, dio á la columna enemiga en La Plata, en
vez de las noticias que venían á indagar, las que
debían prometerse del valor y arrojo de soldados
que combaten por su patria. Puesto en movi-
miento el exercito libertador del sur, una pequeña
parte de él, en Pitayó, destrozo el 6 de Junio las
mejores tropas de una división, que no babia
obtenido otras ventajas que las del asesinato, la
rapiña, la desolación de los pueblos, que había
ocupado por algunos días. Calzada fue el ene-
migo, que en la simultanea invasión del departa-
mento fue mas tarde escarmentado, porque asi lo
exigieron las circunstancias. Derrotada la parte
principal del enemigo en Pitayó, Calzada conservó
una columna en las inmediaciones de Popayan :
nuestro exercito excesivamente fatigado en el
paso de los Andes, cansadas las caballerías, y des*
provisto de bagages, se dirigió por disposición del
General Valdes á Caloto, con el objeto de reunirse
á las tropas que estaban operando en el valle, y
proveerse de los recursos que le faltaban, no solo
para acabar de destruir al enemigo, sino para se-
guir á Pasto, atravesando un territorio decidida-
mente contrario á nuestra causa, y por donde ni
podía adquirir los medios que le faltaban, ni podia
recibir los que poco á poco se le remitiesen del
Cauca y Popayan. Esta ciudad fue ocupada al
fin el 15 de Julio ; y en 16 informó al Gobierno el
¿37
General que no creía conveniente aun continuar
sus operaciones hacia Pasto, sin tener todos los
medios que le faltaban: el exercito no estaba
enteramente armado, y el Gobierno usó siempre
en su dirección de la circunspección y prudencia,
que eran tan necesarias para no exponerlo á un
desastre difícil de reparar por lo pronto, y mucho
menos en circunstancias en que se esperaba ad-
quirir todos los elementos indispensables, y en
que S. £. el Libertador Presidente había orde-
nado á V. E. que no se comprometiesen aquellas
fuerzas en operaciones dudosas y de peligro cono-
cido-
Vista por los informes del General la imposibi-
lidad de avanzar mas adelante de Popayan, V. E.
le hizo entender el peligro que corria el exercito
estacionado en una ciudad, que siempre había
estado expuesta á sorpresas, en donde se acababa
de executar la de 24 de Enero con buen suceso
para el enemigo, y en donde la opinión del pueblo
en lo general no era decidida por la causa publica»
Ademas el General había lamentador ya de. la
deserción que experimentaba, y de las dificultades
con que le llegaban las provisiones ; y estos infor-
mes, con la idea de que en el Valle de Cauca po-
drían remplazarse los cuerpos, reorganizarse, sub-
sistir cómodamente, y sobre todo situarse con
seguridad fuera de todo peligro de ser sorprendi-
dos y dispersados, dictaron á V. E. la orden de 29
de Julio para evacuar á Popayan, dexando solo
en la ciudad un pequeño cuerpo de observación.
588
V. E. observó todo lo que le dictaba la razón, la
experiencia, y la circunspección ; y sin embargo,
dexó al general la libertad de no evacuar la
ciudad, siempre que salvase las dificultades que
le presentaba. El general halló prudentes Jas
observaciones de V. E. y se resolvió á salir de
Popayan, y situarse en el Valle de Cauca á re-
organizar el exercito, disciplinarlo y estar prepa-
rado á moverse hacia Pasto en tiempo oportuno.
El Libertador Presidente fue impuesto de estas
providencias, y manifestó á V. E. su aprobación,
como muy conformes á sus miras, y plan general
de campaña.
Para ayudar á los pueblos del Cauca á proveer
de subsistencia al exercito, V. E. ordenó al Go-
bernador de Neyba hiciese freqüentes remisiones
de víveres á aquella provincia, remitió 500 arrobas
de sal de las salinas de Zipaguirá, y puso en Neyba
4000 pesos á disposición del Gobernador Concha,
para comprar ganados, y otros artículos para la
subsistencia de las tropas. A la comisaria del
exercito se hicieron otras remisiones de dinero de
las caxas de esta capital ; y al Pascua, se le si-
guieron enviando partidas de municiones, según y
como nuestras fabricas de nitro y pólvora iban
produciendo, y según que lo permitían otras aten-
ciones no menos preferentes en otros puntos.—
Paso al Magdalena.
Sabida la ocupación del Rio Hacha por la es-
quadra del Almirante Brion, y tropas del Coman-
dante-general Montilla, se envió el correspon-
589
diente armamento al Gobernador de Mariquita
para el batallón del Alto-Magdalena, con orden de
que se embarcase sin perdida de tiempo al mando
del Teniente-coronel Maza, quien combinando sus
movimientos con los del Teniente-coronel Cor-
dova, que estaba operando por el rio Cauca sobre
Mompox, pondría estas fuerzas á su disposición.
La columna de Cordova desalojó de las bocas, de
Nechi á los enemigos que defendían esta impor-
tante posición. Poco después 40 hombres en
Mojana destruyeron una columna triple, y se al-
lanaron la entrada en Mompox. Maza obtuvo
otras ventajas en el Magdalena. Mompox fue
ocupado al fin, obligando esta operación á los
Españoles á retirarse á la fuerte posición de Te-
nerife. Reunidos Cordova y Maza sin perder
momento, fueron atacadas y destruidas todas las
fuerzas sutiles enemigas, sin que quedase á los
Españoles un buque en el Magdalena. Progresos
tan rápidos fueron efecto de providencias bien
meditadas, activas y oportunas, executadas con
tino, exactitud y valor. Pasado el tiempo en que
el Gobierno, embriagado con los triunfos, dormía
á la sombra de los laureles con que se cubrían las
armas de la Libertad, las victorias en estos tiem-
pos de actividad la hacían redoblar. Nuevas
providencias se dictaron para que estos 2 batal-
lones se elevasen á 800 plazas cada uno ; para
que se formase otro en Mompox, haciendo mar-
char al efecto 200 hombres de Antioquia ; para
que el batallón Girardot, al mando del Teniente-
590
coronel Ricaurte, siguiese á reunirse al exercito
de la costa ; para conducir á ese exercito y á la
esquadra, dinero, harinas, azucares, y otros artícu-
los; quantos fueron necesarios para sostenerlo,
ponerlo en aptitud de executaf las operaciones
que le fueron confiadas, y en el pie brillante en
que se encuentra.
V. E. dirigió las operaciones en el Magdalena,
hasta que, después del triunfo glorioso de Tene-
rife, se pusieron todos nuestras fuerzas á las or-
denes del Comandante-general Montitta, que ha-
biendo desocupado á Rio Hacha por motivos que
no me toca recordar, se habia introducido con el
Almirante por el Magdalena, ocupados varios
pueblos, y franqueado la comunicación con el
interior. £1 Libertador siguió con la dirección de
la guerra en esta parte hasta Noviembre, en que
marchando al frente del exercito por las provin-
cias occidentales de Venezuela, cometió de nuevo
á V. E. la dirección de! exercito del Magdalena,
y el arreglo de todos los ramos públicos. Y. E.
teniendo por principio las miras generales de S. E.
y el estado de las operaciones en las provincias de
Cartagena y Su Marta, dictó las providencias que
parecían oportunas.
La actividad extraordinaria del Almirante Brion,
el tino, juicio, y energía del Comandante- general
Montilla, dexaron á V. E. muy desembarazado
en la dirección de la guerra. El desgraciado
suceso de Turbaco ocurrido en 1 de Septiembre
se reparó ; la opinión de los pueblos de fa pro-
¿91
vincia de Cartagena subministró muchos medios \
y V. £. freqüentemente hizo remisiones de dinero
al exercito y esquadra, para ayudar á poner en
acción las tropas remitidas de las provincias de
Antioquia y Mariquita, las que habia llevado el
Coronel Lara de Cúcuta, Pamplona y el Socorro»
y las que habia formado el General Montilla.
Este Gefe atendió á poner en estado respetable
el bloqueo de Cartagena, y á hacer marchar la
expedición contra Su Marta que confio al bravo
Coronel Carreño : algunas dificultades se opusie-
ron en la marcha de esta expedición ; pero todas
se allanaron con el valor de las tropas, y el tino
del Gefe ; y al fin, después del combate sangriento
del 10 de Noviembre en la Ciénega, en que los
batallones rifles y Giraldot, organizado en An-
tioquia, se distinguieron valerosamente, la ciudad
de Su Marta fue libertada el 11, y Cundinamarca
ganó una nueva provincia* Algunos pueblos de
ella se habían alarmado contra los independientes,
y parecían resueltos á continuar en la obstinación
de luchar contra sus libertadores ; pero todos han
ido deponiendo las armas, entregándolas al Coro-
nel Narvaez, que tubo la comisión de pacificarlos,
y están ya reunidos al Gobierno de la República,
habiéndose logrado un suceso tan importante por
medios suaves, á fuerza de buen trato y genero-
sidad con los que se. habian extraviado, guiados
por su docilidad á las sugestiones del enemigo.
En Septiembre tubo V. E. avisos del Gobierno
de Chile de 7 de Agosto, en que le informaba que
el 15 saldría sin falta para el Perú el exercito del
8
592
General San Martin, y la esquadra del Lord
Cochran. Inmediatamente V. E. lo avisó al ge-
neral del exercito del sur, y le previno, que estu-
biese preparado á marchar hacia Pasto y Quito,
luego que se le presentase una ocasión favorable
al mejor éxito de sus operaciones. £1 Goberna-
dor del Cauca recibió orden de formar un nuevo
batallón de reserva, y el de Neyba la de remitir al
Cauca 300 reclutas.
En circunstancias de haber llegado al puerto
de la Buenaventura, un comerciante extrangero,
despachado de Chile con seguros y conocimientos
de nuestro comisionado Muñoz, con varios ele-
mentos de guerra, suficientes no solo para armar.
y equipar el exercito del sur, sino para formar un .
gran parque de reserva, se supo que la provincia
de Guayaquil habia proclamado su independencia
de España. El General Valdes contrató todos
aquellos elementos á buenos precios, y con plazos
cómodos ; cuya contrata aprobó V. E. ; y en 2 de
Noviembre avisó que iba á ponerse en marcha
inmediatamente para Popayan y Pasto, á aprove-
charse de los ventajosos sucesos de Guayaquil.
El Gobierno contaba con que marchando in-
mediatamente el exercito del sur á Pasto á tiempo
que Cuenca también habia proclamado su inde-
pendencia, y que de Guayaquil se habia dirigido
á Quito una expedición que reunió muchos pueb-
los á su partido, aquel departamento quedaría
libre en todo Diciembre, y la República habría
extendido su territorio por todo aquel país. A
593
pesar de que en nuestro exercito se tubieron fre-
qüentes noticias, de que los enemigos habían aban-
donado el Juanambu, y debilitado la guarnición
de Pasto, y de que nuestra fuerza parecía sufi-
ciente para marchar y aprovechar la ocasión mas
favorable que se presentaba, no pudo moverse
del valle hasta el 2 de Diciembre, por . causa,
dixo el General, de que las tropas carecían de
vestuarios para emprender la campaña. Popa-
yan fue nuevamente ocupada por nuestras armas
sin oposición ; y el exercito continuó sus opera-
ciones, á pesar de las baxas que experimentó, sin
que hasta hoy haya tenido el Gobierno aviso al-
guno del éxito y resultado.
La columna del Chocó, unida á las tropas de la
costa, tubo orden de obrar baxo la dirección del
Coronel Cansino, sobre los puntos mas convenien-
tes, y hasta ahora se sabe solo la ocupación del
puerto de Esmeraldas en las inmediaciones de
Quito, y es muy probable que Barbacoas sea tam-
bién libertada, quedando por estas operaciones
reintegrada al Gobierno Republicano casi toda la
provincia de Popayan.
Equipado el exercito del sur, ha quedado un
sobrante de elementos de guerra con que habilitar
dos exercitos de reserva. El Comisionado Mu-
ñoz llegó á la Buenaventura, conduciendo el resto
de los efectos militares, que había conseguido á
fuerza de zelo, y barfo el crédito del Gobierno,
habiendo consentido en dexar que el propietario
vendiese en Guayaquil los que alli se necesitaban
tom. ii. pp
594*
para asegurar mejor la plaza y provincia. El
Coronel Cansino debe formar un gran parque de
reserva en el Cauca, y es de esperar de los cono-
cimientos é interés de este gefe que baga des-
cansar á V. E. en el particular, asi como lo veri-
ficó en el despacho y habilitación del comisionado
Muñoz.
Vino también una división de buques de guerra
demasiado grande para él Pacifico, respecto de las
posesiones qui allí tenemos, y sobre su adquisi-
ción quedan aun pendientes algunas dudas, que
aclarará su dueño luego qué llegue á este capital
Quando iba á moverse el exercito reunido en
Cúcuta hacia las provincias occidentales de Vene-
zuela, marchó de esta capital á reunifsele el ba-
tallón Bogotá, equipado perfectamente y en estado
regular. También siguieron del Socorro y de
Tunja los batallones formados, equipados, y orga-
nizados en aquellas provincias, baxo la dirección
inmediata de sus gobernadores, á los quales V. E.
auxilió en lo posible para cumplir este encargo.
Nuevos depósitos mandó V. E. formar en las pro*
vincias de Pamplona, Tunja, Socorro y Bogotá,
para reemplazar el exercito del norte j en Mari-
quita y Antioquia para reemplazar el del Magda-
lena y y en Neyba y Cauca para el del sur. Se
formaron inmediatamente, y el deposito de Bo-
gotá siguió luego á Cúcuta, equipado de to-
do : un tercer deposito se hizo formar en esta
provincia, el qual ya esta reunido, y se organiza
595
«
y disciplina con tesón, asi como se hace en las
demás provincias con los suyos respectivos.
Las milicias se han continuado organizando é
instruyendo; los pueblos se han disputado el
honor de alistarse preferentemente, y se disputan
también el de su disciplina. Los gefes de estos
cuerpos han acudido con zelo é interés á cumplir
las órdenes del Gobierno, y á dar un carácter
militar á hombres que miraban con terror y aver-
sión el uniforme de soldado.
El 18 de Diciembre recibió V. E. las comuni-
caciones que acompañaban los tratados de armis-
ticio, y de regularizacion de guerra, ajustados en
Truxillo ; y el siguiente dia los comunicó V. E,
á todos los gefes de provincias y de divisiones,
que le tocaba comunicar. Con el motivo de este
armisticio V. E. ha renovado sus ordenes para
aumentar los depósitos, redoblar las horas de su
instrucción, y tener preparados todos los medios
necesarios para decidir de un golpe la suerte de
Colombia, si desgraciadamente se rompen las
hostilidades, y quieren los enemigos entregarse á
los resultados de una ó mas batallas.
Las atenciones de la guerra no absorbían ex-
clusivamente el tiempo. A preveer y evitar un
trastorno en las provincias en caso de enfermedad
ó muerte de un gobernador comandante-general,
y evitar dudas y consultas en la sucesión del
mando cuerpos y divisiones activas, expidió V.
E. la resolución de 13 de Enero : — Conforme á
la ordenanza general, recaerá el mando de pro-
596
vincia en el oficial de mayor graduación, sin dis-
tinción de arma, de graduados, efectivos, refor-
mados, de linea ó de milicias,— en igualdad de
graduación en el mas antiguo, y en igualdad de
antigüedad se estara á la del grado anterior.
Esta providencia debe entenderse hasta tanto que
el Gobierno destine el oficial que juzgue mas
conveniente, sin atender á grados ni antigüedades.
El mando de un batallón debe recaer en el mayor;
y en su defecto, y no estando agregado á él algún
teniente-coronel, en el capitán mas antiguo, que-
dando en esta parte reformada la ordenanza gene-
ral. El mando accidental de una división activa»
6 de un exercito, que no tubiere nombrador por
el Gobierno un segundo gefe, recaerá en el de
superior graduación de qualquiera arma, que se
halle destinado en él, prefiriendo los graduados á
los efectivos, si su grado es de mas antigüedad.
Los cuerpos de milicias demandaban también
para su mejor arreglo, lustre y consideración, la
providencia que dictó V. E. en 15 de Enero. La
multitud de oficiales hacía poco apreciable en
otros tiempos esta distinción ; y para que tenga el
aprecio que corresponde, se previno que en todos
los cuerpos de milicias que se instruyan y disci-
plinen, se nombren solos dos oficiales por com-
pañía de las clases de teniente y subteniente ; que
las personas que se propongan sean de conocido
patriotismo y aptitud ; que todo oficial que pase
del servicio de milicias á cuerpos de linea sea con
ün grado menos; que quatido las milicias sean
i
•i
ocupadas en servicio activo, tengan los cuerpos y.
compañías, sus oficiales correspondientes, pro-
poniéndose á los que hayan manifestado actitud
amor á la carrera j que ningún oficial de milicias
de la primera época de la República se reconozca
por tal, si no ha obtenido restitución expresa del
actual Gobierno ; y que, en fin, á ningún paisano
se le colocara de oficial en cuerpo veterano, sin
que haya pasado antes por la clase de aspirante, ó
manifieste tener un conocimiento del servicio,
fuera del caso en que haya hecho con las armas
particulares servicios á la República.
Para precaver competencias entre la jurisdic-
ción militar y civil, acordó V. E. en el reglamen-
to de 15 de Enero, lo conveniente sobre fuero,
tanto de los cuerpos de linea en servicio activo,
como de los de milicias: en él se detallan los
casos en que el miliciano está sujeto á la jurisdic-
ción ordinaria, y aquellos en que puede conocer
el gefe del cuerpo.
Temiéndose que algunos oficiales subalternos
causasen vexaciones á los pueblos, excediéndose
en sus comisiones, y no tratando á los ciudadanos
con la consideración que se merecen, el Gobierno
ha encargado muy particularmente á los gefes el
mayor zelo en la disciplina de las tropas. . Con
este objeto, y consultando el bien publico, previno
V. E. al general del sur evitase, por medio de las
ordenes mas eficaces, los perjuicios que ordinaria-
mente se causan en la adquisición de caballerías ;
que el oficial no tubiese sino la acémila absoluta-
598
mente necesaria para su marcha, y que no llevase
este tren dispendioso» que embaraza y detiene los
movimientos militares ; y que se castigase con la
ultima severidad, el robo, venta, ó extravio de ca-
ballerías. V. E. ha querido que los pueblos sufran
el menor mal posible, y que el trato de los mili-
tares les haga hacer mas llevadero el peso de las
cargas publicas. V. E. ha hecho quanto ha creído
conveniente para que el oficial y el soldado se
persuadan que son ciudadanos armados, no para
hostilizar á los otros ciudadanos desarmados, sino
para defenderlos, protegerlos, y pagarles con su
servicio frente al enemigo, los que ellos hacen
manteniendo los exercitos con su trabajo y sacrifi-
cios, y sufriendo el peso de las cargas publicas ya
ordinarias ó extraordinarias ;— que el labrador y
el soldado son individuos de una misma nación,
que merecen la consideración del Gobierno; y
que es de su reciproco interés procurarse todo el
bien que esté á su alcance, y evitarse toda especio
de mal posible.
La provisión de bagages era articulo que gra-
vitaba solo sobre los pueblos situados en los ca-
minos por donde transitaban las tropas, y en la
necesidad de hacerse marchas forzadas, se toma-
ban sin discreción, y el pueblo sufría un grave
perjuicio. V. E. ha prevenido á todos los gober-
nadores de provincia provean de una muía á cada
oficial de los que se hallan en su provincia dis-
puestos á salir á campaña, y de dos á los gefes de
sargento mayor arriba, comprándolas de los fondos
599
del tesoro publico, marcándolas con hierro parti-
cular, y no entregándolas sino quando haya de
verificarse la marcha. Obligado todo oficial á
presentar su pasaporte á las justicias de los pueblos
por donde transita ; en ellos se expresara el nu-
mero de bestias que lleva, con la nota de que no
tienen los pueblos que franquearle ningunas. £1
oficial no puede enagenar sus bestias, porque la
enagenacion está declarada nula, y el comprador
debe pagar una mplta. V. E. encargó el exacto
cumplimiento de esta providencia, y de lo acor-
dado en el reglamento de 1 de Diciembre, en la
inteligencia de que el oficial que falte, no solo
sera castigado severamente, como infractor de las
providencias superiores, sino como indigno de
pertenecer á la honrosa carrera de las armas.
El resultado hasta ahora ha correspondido á las
miras de V. E. Varios cuerpos han marchado en
diferentes direcciones, y no han molestado á los
pueblos con demandas de bagages.
Los Españoles obligaban á los pueblos á sub-
ministrar las raciones de las tropas en marcha ó
reposo; y esta obligación arrancaba lagrimas al
infeliz labrador, á quien muchas veces se le quita-
ban hasta las semillas. V. E. ha desterrado tan
horrible pensión, mandando ocurrir con caudales
de las tesorerías á la provisión de raciones para
las tropas de marcha, y ha visto con satisfacción
que tal medida ha producido el alivio de los pue-
blos, y ha atraido sobre el Gobierno numerosas
bendiciones.
600
. Otro de los males que los pueblos sufrieron
baxo el poder de los Españoles, fue el de aloja-
mientos de oficiales en casas de particulares.
Obligados los ciudadanos á mantener alojados,
eran estos una carga penosa á las familias* En la
necesidad de franquearles quanto necesitaban, de
lisongear sus caprichos, y hasta sus vicios, se su-
frían vexaciones y desprecios continuos. Con
estos amos de casa, mas bien que huespedes, que
violaban á cada paso la hospitalidad, molestos y
peligrosos espias de los movimientos, operaciones,
y palabras de la familia, era necesario tener las
ultimas consideraciones. No debian causar los
oficiales de la República tan insufribles vexa-
ciones; pero siempre era una pensión para los
ciudadanos, aunque muchos hacian un deber ó
tenían un placer en alojarlos. V. E. reformó en
gran parte el articulo de alojamientos, y habló
á S. E. el Libertador sobre este punto, á conse-
qüencia de representación del procurador-general
del Socorro, y obtuvo el decreto, en virtud del
qualsolo se debe dar alojamiento al oficial transe-
únte, que no se detiene en un lugar mas de ocho
días, siendo obligación del Gobierno proveerle
quartel como á las tropas estacionarias pasado este
termino : Al oficial que de transito se haya enfer-
mado, ó al que por falta de hospital haya sido
destinado á una casa particular, se le debe tanto
por el Gobierno, como por los vecinos, toda pro-
tección,- socorros y cuidado, que están en su po-
der ; las casas que sirvan en tales circunstancias
601
.serán muy consideradas, para que no se les grave
posteriormente con alojamientos, sino en el ultimo
extremo.
La facilidad en el manejo de caudales con las
tropas en Tunja exigía un comisario, y depositario
proveedor dé víveres en aquella provincia ; y á
este efecto se acordó para la organización y arre-
glo de sus correspondientes oficinas el reglamento
de 13 de Mayo.
La creación y organización de una escuela
militar, tan necesaria en el departamento, no
puede ser obra sino de otros tiempos, y de me-
jores circunstancias. El Gobierno, deseando te-
ner militares que honren la carrera, ya que no
.puedan procurárseles todos los conocimientos ne-
cesarios á sus destinos, estableció provisionalmen-
te una escuela militar, en la que se pudieran
adquirir algunos. Allí han de enseñarse á todos
los oficiales de la guarnición de qualquiera arma
las ordenanzas del exercito, para imponerlos en
sus respectivas obligaciones, servicio de campaña
y plaza, ordenes generales, penas, &c. : alli apren-
derán los principios de fortificación regular y de
campaña, con los demás preliminares que sean
indispensables ; y los de artillería lo peculiar á su
arma ; los cadetes y demás oficiales serán instrui-
dos en los principios de educación y civilidad,
tan propios de la carrera militar ; se darán tam-
bién lecciones del idioma Francés, conciliando las
horas para no distraerse de su objeto principal. La
academia no está limitada á instruir á solo los
604
térra, quando los partidos y facciones han hecho
de esta isla famosa, un teatro de carnicería y de
horror ; presentarse á la Francia en los tiempos
de ese fortuito concurso de monstruosidades mo-
rales, que están mas alia de la naturaleza, y del
crimen ; hacer en fin un paralelo entre Colombia»
con exercitos, con recursos, con economía, y con
la imponente actitud, que le dan su resolución, su
unión, y su constancia— con la nación nuestra
enemiga, que dividida en partidos, y entregada á
creearlo todo, lucha con la miseria y las desgracias
que le han acarreado el orgullo y la ignorancia de
un régimen despótico. «
HACIENDA.
Destruido un gobierno, en cuyo interés estaba
la ruina de los pueblos ; que para ocurrir á sus
necesidades, cegaba torpemente las fuentes de la
riqueza, sin mirar por su propia comodidad á lo
futuro, no podia haber sino confusión, desorden
y escombros, en el importante ramo de la hacien-
da publica. El Gobierno que le sucede ¡ quanto
no necesita de una mano diestra, que buscando lo
útil por entre las ruinas, no le sirvan ellas de em-
barazo para levantar el nuevo edificio de que nece-
sita para subsistir ! En circunstancias en que
luchando por todas partes por su existencia, no le
bastan á sus inmensas erogaciones las rentas ordi-
605
narias, y que necesita de nuevas fuentes, la im-
previsión, el desorden, la disipación arrastraría
infaliblemente su ruina. No basta, sin embargo,
evitar estos defectos ; es preciso un espíritu orga-
nizador, de previsión, económico, y si puede ser
un espiritu creador. No es lo mismo arreglar
muchos ramos de hacienda en una nación cons-
tituida y tranquila, en donde todos los negocios
llevan su curso mas ó menos arreglado, que or-
ganizados todos simultáneamente en la transfor-
mación absoluta de un Gobierno, y en medio de
las atenciones de la guerra. Sean quales fueren
las dificultades que presente esta ardua materia,
ya se han visto las primeras providencias que se
dictaron en los quatro últimos meses del año
pasado. En este se han acordado varios regla-
mentos, reformado otros, dado nuevas instruc-
ciones, expedido multitud de decretos, ordenado
mejor algunos ramos de hacienda, arreglado ad-
ministraciones, y organizado las oficinas : se han
creado ó suprimido plazas, según y como ha pa-
recido conveniente; disminuido, aumentado, ó
variado empleados para el mejor arreglo y manejo
de las rentas. Los canales del erario publico
adquiriendo consistencia, y progresando de dia
en dia, han podido sostener y sufragar en parte
erogaciones, que nunca han sido mas grandes.
Seria hacer demasiado difusa esta memoria entrar
en el por menor de todas las providencias dictadas
en esta materia ; por los gastos y su inversión se
vendrá en conocimiento de las medidas tomadas
606
para aumentar y economizar el erario de la nación,
evitando en lo posible á los pueblos sacrificios
extraordinarios y erogaciones, que no fuesen de
absoluta necesidad.
No existiendo aun el cuerpo soberano á quien
corresponde dictar las leyes, y autorizado Y. E.
para expedir los decretos mas indispensables, y
facultado después por especial decreto de 9 de
Mayo para las reformas que se creyesen conve-
nientes en la hacienda publica, todas las provi-
dencias y decretos no han sido acordados sino con
calidad de por ahora y hasta que el Congreso de
Colombia les ponga el sello de su soberana sanción,
los revoque 6 reforme.
Notada la lentitud con que varias providencias
de la superintendencia de hacienda eran cumpli-
das con perjuicio del publico y del erario, para
corregir la ineficacia en el pronto cumplimiento
de ordenes que demandasen actividad, si amplia-
ron las facultades del superintendente-general, y
se le concedió la de imponer penas correccio-
nales á los morosos ; y se declaró que la reinciden-
cia de un empicado en manejarse con lentitud y
poco zelo, sería suficiente causa para separarlo de
su destino, y proveer la vacante.
En virtud de algunos inconvenientes que se
tocaron, y para arreglar mejor la Junta Superior
de Hacienda, se reformó el articulo tercero del
reglamento de 23 de Octubre, previniéndose que
en defecto del superintendente de hacienda sea
presidida la Junta por el ministro de la alta corte
607
de justicia, que sea miembro de ella, y no por el
asesor, como estaba antes acordado.
Para prevenir en tiempo la morosidad ó malicia
de los empleados, que por tales causas dexasen de
presentar sus cuentas en los tiempos señalados por
varias providencias, y evitar procedimientos per-
judiciales ai erario, acordó V. E. que qualquiera
empleado en rentas publicas que pasado el ter-
mino prescripto para presentar sus cuentas, no lo
verificase, quedaba expuesto á perder el empleo
que obtenía ; siendo un deber de la autoridad á
quien corresponda, dar oportuno aviso baxo su
responsabilidad, como lo sera del tribunal mayor
de cuentas poner en conocimiento del Gobierno
los alcances, con especificación de las causas, para
poder aplicar las penas señaladas en otros acuer-
dos.
En circunstancias de no poderse dar al comer-
cio toda la franqueza y libertad que podría tener
en beneficia de la agricultura y prosperidad del
pais, consultándose las grandes erogaciones del
tesoro, y el alivio de los pueblos en las pensiones
extraordinarias que sobre ellos gravitaban, se
declaró libre el comercio con todas las naciones
(á excepción de la España dominada por su Rey
Fernando) en los puertos de Buenaventura, Cu-
pica, Char&mbira, y qualquiera otro de los libres
en la costa del Choco por el Mar del Sur, y en el
Océano por el Atrato. Los artículos de guerra
se declararon libres de derechos. Aqui V. E. no
se contraxo sino á estos puntos, por que no había
7
608
otros libres ; el de Sabanilla quedó expedito por
Julio, y el de Sto Marta en Noviembre. S. E.
el Libertador directamente expidió un decreto
sobre el derecho de importación.
Como la extracción de oro en polvo ó pastas, á
la vez que privaba al tesoro de los derechos de
amonedación, disminuía la circulación interior, fue
prohibida su extracción fuera de las provincias
libres del departamento, baxo pena de confiscación
en el caso de aprehenderse al salir de su territo-
rio ; reservándose el Gobierno permitir su extrac-
ción en los casos en que, por causas que calculase
legitimas y se versase el interés de la República,
lo creyese conveniente.
Notándose que en la casa de moneda no eran
introducidos todos los oros que se fundían ; y reze-
lando V. E. con justicia, que las barras de oro se
reservarían para hacerse con ellas negociaciones
internas ó externas con perjuicio del tesoro publico
en los derechos de amonedación y conducion por
los correos, prohibió todo contrato de compra,
venta, y permuta en plata, ú oro en pasta, declarán-
dose nulo sin la intervención de la autoridad del
Gobierno, y baxo la pena de confiscación de la
plata ú oro al vendedor ó permutante que en tales
términos hubiese vendido ó permutado.
Siendo el tabaco uno de los ramos cuya siem-
bra y cultivo debe ser en el pais una fuente de
riqueza, y tratando V. E. de promoverlo, acordó
en 5 de Octubre, que el tabaco que se introduxe-
se en buques extrangeros ó nacionales, en qual-
609
quiera de los puertos habilitados en el Océano ó
Pacifico, no siendo del que se cultiva en Colom-
bia, pagase un 50 por ciento de derechos de im-
portación.
Como la experiencia haya demonstrado, que
las quiebras y alcances en los empleados de esta
renta, freqüentes en'otros tiempos, hayan prove-
nido las mas veces de la extensión de territorio
de la administración principal de esta capital, que
no ha permitido, en razón de la distancia, tenerse
á la vista á los empleados en ella, y vigilar en su
conducta, ni zelar eq el arreglo de esta renta ; se
juzgó conveniente dividir la administración de
tabacos en dos principales, la una aqui, y la otra
en el Socorro, conforme al plan trasado en el
tribunal mayor de cuentos, y superintendencia
general de hacienda ; que aprobó V. E. acordando
á su conseqüencia el de empleados y sus asigna-
ciones, con declaración de que los sueldos seña-
lados á los de la administración principal del So-
corro, serian los que disfrutaban los empleados en
la de esta capital, sin hacerse por ahora novedad
en la suma que en razón de media paga se les
satisface.
Se han remitido á las factorías de Ambalema y
Pié de Cuesta las cantidades, no precisamente
las necesarias ; pero si aquellas que las preferen-
tes atenciones de la guerra y demás urgencias han
permitido.
Para dar algún aliciente á los cosecheros ó cul-
tivadores del tabaco en Ambalema, y compensar
TOM. ii. q q
610
la tardanza que pudieran sufrir en los pagos, se
les ha eximido de los alistamientos militares, aun
en los cuerpos de milicias, y de las contribuciones
extraordinarias.
£1 zelo y vigilancia en los ramos que consti-
tuyen el patrimonio de la República, principal-
mente en aquellos que le son mas productivos,
liberta á los pueblos de contribuciones y exac-
ciones extraordinarias, haciendo ingresos en los
fondos públicos sus rentas ordinarias. A este fin
se ha dirigido el decreto de 22 de Agosto, en que
declarando subsistentes las leyes que persiguen
el contrabando del tabaco, y los castigan severa-
mente, clasificó V. £. las personas, calidades y
sexos, para determinar conforme á ellas las penas
que debían aplicárseles, en caso de ser aprendidas
con contrabandos ; penas proporcionadas al deli-
to, y á los delinqüentes, y en que el Gobierno na
tendría obstáculos que vencer para aplicarlas. Se
ha fixado la cantidad de cien libras de tabaco,
para quedar incursos los contrabandistas en estas
penas, debiéndose observar y cumplir las instruc-
ciones de la renta, quando se versa menor canti-
dad.
Los fundamentos que motivaron la creación de
una administración principal de tabacos en el
Socorro, influyeron también para la divisiop en
los mismos términos de la administración de al-
cabalas, creándose otra principal en el mismo So-
corro. Se preveía que manejada esta renta por
arriendos, según lo quería S. E. el Libertador, el
611
erario publico tendría mayores productos, en vir-
tud de ahorrarse el pago de sueldos dé empleados,
y evitarse el peligro de quiebras. V. E. hizo
verificar el ensayo, declarando qbe el remate que
subiese sobre el producto líquido que la admi-
nistración daba al erario, subsistiese, y no dé
otro manera. £1 resultada ha hecho ver, que no
ha sido conveniente rematar en todas partes la
renta de alcabalas, y que soló en Zipaquira, So-
gamozo, y la Mesa, ha tenido buen éxito este sis-
tema*
Lo mismo se ha practicado con la renta de
aguardientes : en donde los productos, que ella da,
administrados por el Gobierno, son mayores que
los que ofrecen los rematadores, la administración
subsiste. En Antioquia y Velez se tocó este in-
conveniente, y la renta ha continuado administra-
da el estado.
El sistema de correos se ha ordenado y regu-
larizado mas. Dos se han establecido y arregla-
do mensualmente para la comunicación con Gua-
yan a y las provincias orientales de Venezuela. Ale-
jándose los exercitos del sur y norte de Cundí-
namarca, se han mandado establecer tres mensua-
les, en vez de los dos subsistentes por estas dos
vías. Las comunicaciones freqüentes dan un
conocimiento pronto y oportuno de la marcha de
los negocios, y este conocimiento es de grande
importancia en las operaciones del Gobierno. El
establecimiento de postas ha recibido el orden y
612
arreglos posibles, dirigiéndose á este fin varias
providencias, reglamentos é instrucciones.
- Los trabajos de la casa de moneda se han acti-
vado en términos, que lo que en otros tiempos se
hubiera hecho en tres años, se ha hecho en solo
uno : adquiriendo la renta ahorro de una ventaja
extraordinaria j sin perjuicio de la amonedación
de los caudales del estado, los oros de los parti-
culares no han sufrido demora, y se ha amoneda-
do de estos en el año la suma que manifiesta el
adjunto estado.
£1 ramo de seqüestrós, canal extraordinario del
tesoro publico, .espantosamente desordenado en
los primeros dias, pe ha arreglado en lo posible»
previniéndose el modo y términos de practicarse
los arriendos de los bienes embargados, y encar-
gando á los ministros del tesoro la cobranza y re-
caudación de los réditos. El decreto dé S. E. el
Libertador, en la materia, ha sido cumplido con
puntualidad : ninguna familia de emigrada ha
quedado sumida en la indigencia ; los bienes
dótales se han devuelto, las deudas justificadas
se han pagado, y los herederos forzosos no han
sido privados de la parte que pudiera correspon-
defles. Asi el erario, y las familias, han disfru-
tado de lo que la ley les había señalado.
Libertados las provincias de Cartagena, Su
Marta* y Rio Hacha, por las armas de la Repúb-
lica, ha acordado V. E. como Gefe Superior de
la administración en el departamento, y con cali-
613
dad de provisional, el arreglo de todos los ramos
de hacienda, y plan de empleados en ella, que
regira en estas provincias hasta que el tiempo
indique alguna variación, ó lo prevenga la autori-
dad á quien corresponda. V. E. ha tenido siempre
presente que un sistema regular de administración
es el que proporciona al Gobierno los medios de
ocurrir á sus inmensos gastos ; que no solo de las
leyes que detallan el modo de administrar, sino
de la elección de las personas que deben cumplir-
las, nace la regularidad del sistema de adminis-
tración ; exigiendo esta una discreción muy deli-
cada en la elección de los empleados públicos, en
circunstancias de que, en la devastación general
dé las provincias por el Gobierno Español, no es
fácil ocurrir con freqiiencia á todas las necesida-
des de la República.
Siendo los diezmos una de las rentas mas pro-
ductivas que tiene el departamento, y queriendo
V. E. uniformar su administración en los obispa-
dos que comprende, decreto en 17 de Agosto,
que los de Cartagena y Su Marta se adminis-
tren del mismo modo, y en los propios términos
que los de la diócesis de Popayan, observándose
lo que con este objeto se expuso en el reglamento
de 24 de Noviembre del año pasado. Para dar
un aumento mas á esta renta en el departamento,
V. E. ha declarado á los rematadores exentos de
comisiones publicas y de alistamientos, y á sus
caballerías las ha excluido de servicio que no sea
de grande urgencia, y quando ya no hubiera otras
614
que ocupar. El resultado ha correspondido á las
miras de V. E. : se ha informado que general-
mente los remates de diezmos huí subido sobre
los del año pasado $ y esta acrecencia á la vez
que refluye en favor de las iglesias y del clero,
de este clero que todo lo ha consagrado á la
causa de su patria, va á producir al tesoro nacio-
nal una ganancia de mucha consideración.
Quando en la prosperidad de la nación tiene el
Gobierno su esplendor y su gloria, se fatiga me-
ditando medios para aumentar los canales del
haber publico* sea sin gravamen, sea con grava-
men indirecto, y siempre con el menor posible ;
mientras se ve en el Gobiernp opresor un afen
por empobrecer á los ciudadanos, pretendiendo
afianzar su dominación sobre tas ruinas y aniqui-
lamiento de los pueblos. Nada importa al Go-
bierno enemigo de dios por constitución, des-
tructor por conveniencia, secar de un golpe en
sus urgentes necesidades las fuentes de la riqueza,
y hacer desaparacer las fortunas particulares ; pero
el Gobierno constituido para la felicidad común,
prevee en tiempo, si es posible, la necesidad, y el
medio de ocurrir á ella. Bien pocos arbitrios
han podido presentarse en la actual situación del
departamento ; pero V; E. ha abrazado aquellos
que las circunstancias permiten.
£1 precio del papel sellado se ha aumentado á
seis reales el pliego que valia á quatro, y á un
real el que valia medio. Si esta providencia pro-
duxese el efecto de minorar los pleitos, trairia
615
un gran bien ; pero en todo caso condenado en
costas el litigante temerario, pesa justamente
sobre este el aumento del precio del papel. To-
dos los despachos de empleados de 1000 pesos
arriba se mandaron refrendar, y extenderse en el
papel del sello primero, debiendo en lo sucesivo
observarse este requisito. La deuda del quinto
que deben satisfacer los labradores de oros, llama-
dos por otro nombre mazamorreros, se ha tenido
presente, para que su cobranza y pago aumente
jos fondos públicos. Las minas de oro llamadas
de Malposo en la provincia de Mariquita, se han
puesto en administración desde el 13 de Noviem-
bre, con encargo de darse cuenta de los gastos y
sus productos para calcular la utilidad del erario.
Las de plata en Betas, que se exploran por cuenta
del estado, han sido auxiliadas por V. E. con los
útiles que se han solicitado. En 29 de Abril se
ha acordado una instrucción para el cultivo y
fomento de los tabacos de tinte. Se han reunido
las dos administraciones de tabacos y aguardien-
tes en la villa de Maranillu, con el fin de ahorrar
gastos y sueldos. Con este mismo objeto, y el
de proveer á la subsistencia del exercito de Cúcu-
ta, se envió desde Enero un comisionado á los
llanos de Casanare, para que hiciese contratas de
ganados, y remitiese partidas conforme fuese ne-
cesario. Los sueldos de los capitanes mayores se
han reducido desde 4 de Febrero al prest de qua-
renta pesos mensuales. Ofreciendo la platina la
gran ventaja de que la República vaya pagando
616
la deuda nacional contraída con algunas casas del
comercio Británico, y de hacer con leste precioso
metal contratas por los artículos que se necesi-
tan, se ha ordenado á las provincias mineras,
recojan todo el que encuentren» remitiendo i la
capital las cantidades que reúnan. Coü el fin de
evitar quiebras en perjuicio del tesoro, se previno
k fixacion de un termino á los recaudadores de
hacienda que no hubiesen afianzado, -el qual pa-
sado, procederían los ministros al nombramiento
de otros recaudadores de confianza. Para evitar
el fraude á los derechos de alcabalas en favor de
la renta de propios del Citará, se ha aprobado la
medida propuesta por el gobernador del Choco,
sobre establecer en el paso de Bebará bodegas y
corrales, cobrándose el mismo derecho que en el
paso de Juntas de Tamaña se cobra por razón de
peage. Igual establecimiento, y con los mismos
derechos, se ha aprobado en el puerto interior de
Andágueda, recomendándose al gobernador la
apertura del camino de Nóvita á Anserma.
Estrechado el Gobierno á ocurrir á las urgentes
necesidades de los exercitos, á tantos preferentes
gastos, y á meditar medios de aumentar los fondos
nacionales para proveer tan grandes erogaciones,
no ha dexado de aliviar ó los pueblos, dictando
providencias benéficas. En 24» de Mayo se de-
claró á los indígenas de Cundinamarca libres del
pago de los tributos que adeudasen desde tercios
anteriores, hasta el de Sn Juan del año pasado»
no debiendo cobrárseles esta pensión, sino desde
€17
él. tercio de navidad en adelante. A los indíge-
nas del pueblo del Naranjal se les ha eximido del
pago de tributos que adeudaban, y de los que
causen en el año entrante. A los de Jaguá y
Pital se les ha dispensado el pago de los causados
hasta el tercio de Sn Juan de este año. Son re-
conocidas en el tesoro publico las deudas liquidas
de los individuos de la provincia de Pamplona,
<jue, en calidad de empréstito, consignaron sus
víveres al ejercito, satisfaciéndoseles anualmente
el rédito de un cinco por ciento. Atendida la
escazes de víveres de la provincia del Choco, re*
presentada por su gobernador, se ha concedido á
los soldados que hacen el servicio en ella el haber
de ocho pesos íntegros sin ración. A representa-
ción de los ministros del tesoro publico de esta
capital, y del de Pamplona, se ha creado en la
tesorería de Bogotá una quinta plaza de oficial
de pluma, con la asignación de trecientos pesos,
y una segunda en Pamplona con la de 250.
Acordada la instrucción provisional para los co-
lectores de rentas nacionales en la provincia de
Cartagena, y para el arreglo y administración de
la hacienda publica en los distritos de su cargo,
se declaró en 18 de Octubre abolido, en alivio de
los pueblos de esta provincia, el derecho conocido
con el nombre de Sisa, impuesto sobre carnes
muertas, haciéndose extensiva esta abolición en
la de Su Marta, si allí existiere tal impuesto.
Se declaró igualmente abolido el derecho de al-
cabala sobre los frutos de necesidad para la vida,
618
siempre que se expendiese en plazas publicas, ó
alhondigas, pero no si fuere en tiendas ó pulpe-
rías ; en cuyo caso queda vigente la instrucción
del ramo. Estas exenciones han comprendido
á las provincias de Cartagena, S* Marta, y Río
Hacha.
Los notables progresos de los ramos de hacien-
da han sido un efecto de su arreglo y orden, del
zelo, vigilancia, y economía de V. K, de la dis-
creción en la elección de las personas» y del justi-
ficado zelo del superintendente-general, y demás
empleados de la hacienda. Comparados los pro-
ductos líquidos del ramo de salinas en este año
con los del ultimo año del Gobierno Español, re-
sulta de aumento, por una computación arizmetiea,
casi un ciento por ciento ; siendo su producto en
el presente sistema el que manifiesta el estado
adjunto, fuera de 8 á 10 ff pesos que deben pro*
ducir las salinas de Chita. Baxo el sistema opre-
sor en el año de 1818, produjeron las alcabalas,
abiertos los puertos, 42,404 pesos ; y cerrados en
este año, y reducidos los derechos á los efectos
llamados de la tierra, han producido casi una
igual suma.
Esta renta debe tener un ingreso considerable,
abiertos los puertos de SP* Marta y Sabanilla,
y mayor á proporción de que se franqueen los
demás j como que las importaciones por ellos son
la fuente de su aumento y prosperidad. Sin em-
bargo de la exención de tributos concedida por
el Gobierno á varios pueblos, ha producido este
619,
ramo la misma suma que en el año de 1818, y de-
berá tener adelantamientos en virtud de las pro*
videncias que se han tomado para su mejor arre-
glo, y orden en la presentación de cuentas» y ex-
actitud en la cobranza. Los ramos de mesadas
eclesiásticas, y de temporalidades, abandonados
antes del tiempo de la República, producen regu-
larmente. Ocupados los puertos por las armas
de la República, arrojados los enemigos del terri-
torio que ocupan en el departamento, y franco el
comercio de provincia á provincia, progresara el
ramo de correos, é ingresara el de encomiendas.
La casa de moneda, ademas de tener un fondo
que no tenia, ha consignado, desde que entraron
los tropas de la República, la suma de 210,100
pesos en plata, producta de la amonedación de la
recogida por el Gobierno Español, y depositada
allí : de esta ha salido ademas la cantidad de
105,200 pesos, que la mayor parte se remitió al
exercito del Apure. Con el ahorro de las asig-
naciones que se empleaban en las contadurías de
las rentas estancadas, y la diminución de sueldos
á los empleados en el tribunal mayor de cuentas,
resultan de utilidad al tesoro publico mas de
25,000 pesos en él actual sistema de reunión de
todos los ramos á este tribunal. La renta de
tabacos, deducidos los gastos, ha ingresado lo
que aparece en su respectivo estado.
No habiendo podido presentarse todas las cu-
entas relativas á este año, sino solamente las del
corrido. hasta 31 de Diciembre próximo pasado,
6*0
no es posible hablar con exactitud sobre el au-
mento de los ramos en general que constituyen
el patrimonio de la República. Por la cuenta
del año pasado, y según la relación del tribunal
mayor de ellas, contrayéndose solamente á 16
caxas y administraciones, resultan de utilidad al
erario nacional 141,237 pesos, 3 reales.
Con tales adelantamientos, siempre con orden,
y sobre todo con economía, es que han podido
vestirse, equiparse, y pagarse los exercitos de
Cúcuta, Cauca, Cartagena, Ste Marta, y la es-
quádra ; auxiliarse el exercito del General Paez ;
proveerse de todo las divisiones del Baxo Magda-
lena, Ocaña, y la esquadrilla $ sostenerse las ma-
estranzas, nitrerías, hospitales, y empleados ; ha-
cerse algunos envíos á Tunja, y Socorro, cuyas
jrentas con la de Pamplona han ingresado siempre
en la comisaria del exercito del norte ; mandarse
comprar y pagar el armamento y elementos de
guerra arribados á los puertos del sur j remitirse
cantidades á las factorías de tabaco de Ambalema
y Pié de Cuesta ; cubrirse los considerables libra-
mientos que se han mandado á estas caxas por
suplementos ó contratas hechas en Guayana, ó
con el comandante-general del exercito de S*
Marta, ó con el almirante, á favor de la. Repúbli-
ca ; socorrerse con algunas sumas á las personas
que disfrutaban de monte pió ; continuarse el
pago de los pensionistas sobre vacantes mayores
y menores ; asignarse gratuitamente sueldos á
algunas personas que han representado su indi-
681
gencia ; y satisfacerse en fin los réditos de mas,
de 300 jj pesos impuestos en los fondos públicos.
Quando apenas los productos ordinarios podían
bastar á tantas erogaciones, se pidieron al Gobi-
erno en Abril, por el ministerio de guerra, 18Q jp
pesos para el exercito de Cúcuta, que .debían
estar remitidos en Octubre. Entonces representó
V. E. quanto juzgó conveniente á dar una idea
de las rentas, recursos, y gastos : en su vista, el
Ex rao. Libertador tomó la medida de autorizar á
V. E. ilimitadamente, por decreto de 9 de Mayo,
para aumentar los impuestos, crear otros, exigir
empréstitos, y mejorar el sistema de hacienda en
el modo posible.
Facultado V. E. en estos términos procedió á
tomar en empréstito las cantidades que existiesen
en los fondos llamados de los santos lugares, que
no pueden aplicarse ahora al piadoso objeto de
su instituto, con cargo, según lo permitan las cir-
cunstancias, de reintegrarse, reconociéndose en-
tretanto cpmo deuda nacional. En iguales tér-
minos se mandaron tomar las tres quartas partes
de las cantidades existentes en numerario, que
perteneciesen á fabricas, cofradías, ú obras pías.
Se aumentó, como ya he dicho, el precio del
papel sellado con el carácter de contribución ex-
traordinaria, que cesara cesando las circunstancias
que la motivaron. Se decretó un repartimiento
de 12,000 pesos al venerable clero de esta capital,
y provincia de Bogotá. Se pidió á Antioquia y
Choco un empréstito, pagadero con los derechos
622
de importación. Se tomó también en calidad dé
empréstito en la provincia de Antioquia, la canti-
dad existente del ramo de diezmos. Fue decre-
tada una moderada capitación, conforme al haber
de cada uno, en la que el de mayor caudal ha
contribuido con 20 pesos, y el de menor con un
real : á ella se sujetaron los propietarios, los em*
pleados civiles y militares, los eclesiásticos, y to-
dos los que exercen alguna profesión 6 oficio,
como que á todos interesa la defensa común y la
independencia de la República. Esta capitación
se ha cobrado en los meses de junio y Noviem-
bre. Se pidió en fin al comercio, hacendados y
propietarios de esta provincia, un empréstito de
125,000 pesos, conforme las facultades de cada
prestamista; en la inteligencia de que la suma
excedente de quatro mil pesos que diese uno solo,
la tomaba el estado á crédito á razón de un 4 por
100, hipotecando al efecto los bienes nacionales
y los fondos de la República, y adjudicando en
pago al acreedor que lo solicitase qualquiera de
los bienes nacionales existentes en el departa-
mento. V. E. ofreció ademas conceder la grada
de exención ó rebaxa de derechos de importación
ó exportación al que necesitándola la pretendiese,
pudiéndose verificar, ó por via de reintegro ó por
privilegio especial, según la oportunidad y suma
con que auxiliase en las circunstancias al erario.
Con tales providencias dio no solo cumplimien-
to V. E. á la orden del Exmo. Libertador, aun
antes del mes de Octubre, sino que remitió al
623
mismo tiempo una suma considerable de pesos al
Baxo Magdalena, y un cargamento de harina; otra
de no menor consideración al exercito del sur ;
otra á los establecimientos de tabacos ; y otras á
la esquadrilla. V. E. tubo la satisfacción de ver
el crédito del Gobierno en la brevedad con que
se verificó el empréstito, en los deseos manifesta-
dos por muchos individuos, en repetidas ocasio-
nes, de exhibir las cantidades que ha necesitado
de pronto Vé E. para remitir á los exercitos ; en
los ofrecimientos de dar en el momento algunas
sumas, por considerables que hayan sido necesa-
rias, para que les sean satisfechas quando buena-
mente pueda el Gobierno.' Este crédito lo ha
adquirido V. E. por la exactitud y buena fé en
el cumplimiento de sus promesas, exactitud que
ha alejado toda desconfianza, y dado á los pu-
dientes la satisfacción de servir á la República
sin temer un perjuicio á sus intereses.
Los estados adjuntos manifiestan por menor las
remisiones que V. E. ha hecho de caudales á los
diferentes cuerpos de operaciones en la Repú-
blica ; y el estado respectivo de capitación de-
muestra el producto de ella en las provincias en
que se ha cobrado. Mucho mas pudiera haber
producido, si los encargados de la cobranza hu-
biesen tenido la eficacia del gobernador político
de Antioquia, del de Bogotá, y del gobernador
militar de Tunja; pero los otros no pudieron
atender á este ramo por ocupaciones de no menor
preferencia.
624
t
Los prestamistas han comenzado á recibir do-
cumentos de pago en las aduanas del departa-
mento. ; y al expedirlos V. E. ha tenido en consi-
deración el bene6cio particular de ellos, y el no
privar de un golpe al erario de sumas, que en-
trando al tesoro, libertaran á los pueblos, y á lo
mismos acreedores de nuevas erogaciones para
ocurrir al sosten de la República-
Grandes han sido los sacrificios de los pueblos
de Cundinamarca, muy oportunos y generales sus
esfuerzos ; pero ellos han sido bien dirigidos, y
ellos han dado la existencia á la República. V.
E. no se ha propuesto otro tema que el de que la
salud del pueblo es la suprema ley.
El militar, el empleado, el propietario, el arte-
sano, el rico, el pobre, todos contemplan con ad-
miración el magestuoso edificio de la libertad,
elevado en un inmenso pais, que pocos meses
antes estaba sometido á sus conquistadores: mi-
ran próximo el reconocimiento de la independen-
cia de Colombia, no sienten lo pasado, y se pre-
paran á nuevos sacrificios. Si ha gravitado sobre
todoí el peso de las contribuciones, sufrimientos,
y privaciones, participan todos del brillo y de la
gloria de la República. En 14 meses se han
superado obstáculos invencibles, multiplicado los
triunfos, adquirido victorias, que parecerán in-
creíbles, meditado recursos para inmensas eroga-
ciones, y aniquilado los esfuerzos de los Espa-
ñoles. Se ha obligado al enemigo á envainar la
espada, se ha levantado un muro á Ja devasta-
62$
cion, y se ha arrancado la promesa de la paz, que
no está legos de Colombia ; y la paz, la indepen-
dencia, y la libertad, serán el premio de tantos
sacrificios,— bienes que disfrutaran los que un dia,
no muy distante, se llamaran con orgullo Colom-
bianos ; yV.E. gozara desde ahora la indisput-
able satisfacción de haber contribuido eficaz-»
ítaente á prosperidad tan grande, y á tanta gloria»
Bogotá, Diciembre 31 de 1820.
Exmo. Señor, Alexandro Osorio, Secretario
de guerra y hacienda ; Exmo. Señor, Vice-
presidente General F. P. Santander.
ji «
Memoria del Encargado del Despacho Interior
y Justicia del Departamento de Cundinamarca,
presentada á Su Excelencia el Vi ce-Presiden te
en 31 de Deciembre.
Excelentísimo Señor,
Los gobiernos se han establecido para. la felici-
dad de los pueblos. Esta máxima, que se deriba
del derecho nacional, y ha sido sancionada por el
de gentes, solo se ha podido desconocer por los
tiranos : solo ellos, creyéndose superiores al resto
de los hombres, han tenido la osadía de suponer
que las sociedades y las naciones les pertenecen
del mismo modo que á un labrador sus bueyes ;
y que, como este pueden disponer de ellas á su
TOM. II. r r
6d6
arbitrio y voluntad. Solo ellos, preconizando que
son emanaciones de la Divinidad, se han atrevido
á negar las relaciones que existen entre el gobier-
no y los pueblos j y ellos solamente se han juz-
gado sin responsabilidad sobre la tierra j pretex-
tando lo que recibieron 4del cielo el cetro» el po-
der, y la autoridad. ¡ Quan diversos principios
dirigen al gefe de una República ! Persuadido
de que no es mas que un mandatario de la socie-
dad, arregla sus operaciones á las leyes: la volun-
tad general le guia, la utilidad publica es el obje-
to de sus providencias, y la prosperidad de la na-
ción, y el bien estar de los individuos, el norte de
su conducta. Conoce que tiene deberes que lle-
nar, un mandato que cumplir ; que le es impu-
table qualquiera negligencia, y que es responsable
de sus descuidos.
Estas verdades han conducido á V. £. en la
administración del departamento. No habiendo
independencia, no hay patria, no hay libertad,
no hay - república, y el principal deber de un
Gobernante en Colombia, consiste en redimir á
los pueblos de toda dominación extrangera. To-
dos los conatos de V. E« todos sus esfuerzos, han
tenido por fin esta obligación sagrada. La oiga- .
nizacion de tropas, el arreglo y buen orden de
las rentas publicas, los impuestos extraordinarios,
aunque moderados, se han dirigido á este objeto j
y tres ¿victorias en el sur, dos en el Magdalena,
y dos en Antioquk, son el mejor garante de que
V. E. ha cumplido fielmente con el encargo de
asegurar la independencia á Cundinamarca. Si
los enemigos han pisado alguna parte del territo-
rio, sus ventajas han sido momentáneas y efíme-
ras ; y derrotas multiplicadas les han hecho cono-
cer, que existe un Gobierno consagrada á la de-
fensa de pueblos, decididos á no sufrir otra vez un
yugo ignominioso.
Aunque ocupado V. E. en perfeccionar y lle-
var al cabo la obra de la independencia, no por
esto ha dejado de cumplir con otro deber que
le impone su destino. La revolución, como ha
^lieho S. £• el Libertador, ha desquiciado todos
los fundamentos del orden social. Es preciso
zanjarlos de nuevo, y con ruinas y escombros
erigir el templo de la libertad, que debe princi-
palmente estribar en la observancia de las leyes.
Mientras Esparta, Roma y Atenas, cumplieron
con las instituciones, la libertad se sostubo, y su
grandeza, su poder, y su gloria se conservaron sin
mengua; pero ellas decayeron inmediatamente
que perdieron los ciudadanos sus antiguas virtu-
des. Corresponde a los que gobiernan excitarlas
entre nosotros ; porque, como dice Montesquieu,
" En las repúblicas son los gefes quienes hacen
la institución, y la institución después hace los
gefes/' Aquéllas repúblicas no habrían ciado el
ser á Milciades, Aristides, Cincinato, Camilo,
Leónidas y Lisandro, sino les hubieran precedido
Solón, Bruto, Publicóla, y Licurgo. Aspfrando
pues V. E. á la felicidad de Cundinamarca, y á
la estabilidad de Colombia, ha debido hacer que
« 628
se ejecuten las leyes ; que los derechos del bombfe
se respeten, que la justicia se administre con pron-
titud é imparcialidad, que los magistrados subal-
ternos se conduzcan bien : ha debido practicar
quanto podia interesar á la nación, y quanto la
utilidad publica y el bien de la sociedad exigie-
sen, y estubiera al alcanze del Gobierno. Lcfc
pueblos juzgaran por las providencias de que voy
á tratar, si V. E. ha procurado llenar su encargo
en esta parte. —
Interior. -1
La Nueva Granada, y Venezuela, baxo el re-
gimen Español, constituían dos provincias separa-
das, gobernadas por distintos gefes, aunque por
las mismas leyes. En un mismo año, y con corta
diferencia de tiempo, proclamaron su libertad ; y
á pesar de que sus sentimientos eran iguales, de
que ambas estaban animadas con el fuego santo
de la patria, y de que causas en todo semejantes
les habian obligado á tomar la resolución de no
depender sino de si propias : la desunión subsistió,
y cada una se erigió en república, y se constituyó
á su modo. La desgracia les advirtió que debían
prestarse auxilios mutuos; la necesidad de pro-
curárselos estrechó sus relaciones, y se comenzó
á tratar de una mas intima unión. Este plan no
tubo efecto por causas que ninguno ignora, y qne
el dolor no me permite referir.
SJ. E. el Presidente todo lo supera : aniquila el
poder Español ; y el triunfo de Boyaca prepara
03®
la. unión de los Granadinos y Venezolanos, que
solo S. E* podía realizar. Libertador de uno y
otro pueblo, ambos le debían su existencia poli*
tica y el goze de sus derechos naturales, y una
sublime gratitud reunía en su persona los votos y
las voluntades de todos. En estas felices circuns-
tancias él concibió hermanar «unos pueblos de
que era padre común : expone su proyecto al
Congreso, lo adopta; y en el momento nace
Colombia con la ley fundamental de 17 de Di-
ciembre de 1819.
»• Quando á V. *E~ le fue comunicada esta dispo-
sición, inmediatamente calculó sus ventajas y los
beneficios que podía producirnos. V. E. conoció
que la reunión de fuerzas» la acumulación de re-
cursos, no podían menos de hacernos formidables
en lo interior, y respetables en lo exterior ; pero
sin embargo, no se atrevió á decretar el obedeci-
miento» hasta no consultarlo con las autoridades
generales del departamento. Penetrados de la
importancia de la unión, y de que con ella se
afianzaba mas la independencia, todos los magis-
trados de común acuerdo resolvieron, que. se
cumpliese la ley, reservándose al Congreso Gene-
ral de Colombia su confirmación, reforma, ó alte-
ración. Era muy justa, muy debida esta cautela
para la firmeza misma de la asociación, que con-*
teniendo un pacto, exige el voto expreso, libre y
formal, de -los contratantes. *
La publicación de la ley fundamental ha mar
nifestado el acierto del Congreso en sancionarla,
630
y el de V* E. en preveak su complimiento. fió
todas las proviúcias se ha recibido con aplausos,
con jubilo, y transporte : Se ha proclamado con
la mas grande solemnidad, y todos los buenos, y
todos los que aman la felicidad de su país, han
visto en ella expresados sus Fotos y sentimientos.
Cundinamarca» en esta ocasión, ba dado una
prueba de moderación, de desprendimiento» y de
amor por el bien publico, de que mu^ pocos pue-
blos han dexado exemplos, y en que pocos la
imitaran. Ha triunfado de mezquinas pasiones»
de pequeños intereses» y de los enemigos de la
libertad é independencia, que en la división y en
nuestras desavenencias fincaron siempre las espe-
ranzas de subyugarnos.
£1 deseo sincero de4 la unión se lia manifestado
mas en éste, departamento, quando V. E. circu-
lando la convocatoria de 17 de Enero ultimo, ex-
citó á las provincias á que eligiesen sus represen-
tantes para el Congreso General de Colombia.
Superando los obstáculos que se presentaron k las
que se hallaban libres en aquel tiempo, han veri-
ficado la «lección Juego que les ha sido posible ;
y las que han sido libertadas después, lo están
haciendo ahora, . denotando en la p-ronta execu~
<áon el anhelo que tiene de ver reunida la .repre-
sentación general de la República, y d cuerpo
que debe tratar de los intereses comunes á Vene-
zolanos y Cundinamarqueses. Preludios tan faus-
tos hacen esperar que el Congreso establecerá la
unión baxo solidas y permanentes bases, y que
681
íbrmara una constitución que asegurando los
derechos de los pueblos asociados y de loe indivi-
duos, y dando consistencia y vigor al Gobierno,
haga callar las opiniones de los publicistas» que
han proclamado no ser adequada una República
á un vasta territorio.
Siempre ha sido un objeto de disensiones» y de
discordias en ks Repúblicas, la elección de fun-
cionarios. * En Atenas fueron muy fireqüentes ;
se puede decir, que nacieron con la República.
Teqústocles, Aristides, y Alcibiades, las continu-
aron , y duraban aun en el tiempo de Demostenes,
quando la gloría de Atenas estaba para eclipsarse.
Los comicios de Roma eran el campo de com-
bate de la seducción» de la intriga, y del soborno.
Divididos los ánimos, y exaltadas ía envidia y la
ambición, fueron causa dé los mas grandes ex-
ceso*, origen de guerras civiles, y últimamente
destruyeron la libertad; Entre nosotros no hay
ambiciosos de mando como en Atenas, ni de
poder como en Roma ; nuestros pueblos virtuosos
y sencillos desconocen la corrupción del Romano,
y la inconstancia del Ateniense ; pero componi-
éndose también de hombres revestidos de pasiones
inherentes á su naturaleza, y capaces de producir
desordenes, era un deber del Gobierno tomar
medidas para precaverlos. V. E. se lo encargó á
los gobernadores de las provincias, y ellos lo han
cumplido, sin coartar la libertad de sufragio, sino
antes bien asegurándola. En las elecciones se ha
oido solamente la voz de la patria, y en lo gene-
63«
ral han recaído en ciudadanos conocidos por sus
luces, por sus talentos, y por sus virtudes. ¡ Feliz
Cundinamarca, si siempre observa la misma con-
ducta en la elección de sus representantes !
La creación de Colombia no debía ser un mo-
tivo de luto, de tristeza, y de lagrimas, sino por
el contrarío de placer y regocijo. Pan promo-
verlos era conveniente una ley que estrechase los
vínculos de familia nuevamente, asi como la unkm
«estrechaba los sociales ; que calmase la inquietud
y sobresalto de tantas madres, esposas, é hijos, de
los desgraciados que emigraron llevados del ter-
ror que les había infundido el Gobierno Español,
6 por sus comprometimientos con él ; que asegu-
rase á estos la vida y existencia si se presenta-
ban, y que echase un velo sobre sus faltas ante-
riores. Con este objeto el Congreso expidió el
indulto de 12 de Enero de este año, que V. E.
ha cumplido con exactitud, y aun con exceso*
No contento con haberlo comunicado á los gober-
nadores encargándoles su puntual execuckra, V.
E. mismo ha visitado las cárceles de esta capital,
aplicándoles el perdón á los que por causas poli-
ticas, y por delitos no exceptuados, estaban pre-
sos. V. E. ha dado permiso para que vuelvan á
su domicilio las personas expatriadas por la mala
conducta que habían observado en tiempo de los
Españoles ; V. E. ha librado salvos conductos á
todos los que han solicitado, sin hacer distinción
de Español ó Americano. V. E. ha recibido con
benignidad á los que se han presentado, y V. E.
683
ha llenado las miras y la intención del poder le*
gialativo, amparando á los que se han acogido á la
protección del Gobierno.
Es cierto que no había sido necesaria esta san*
cion del Congreso para que V. E. manifestase su
inclinación á las medidas de clemencia y de hu-
manidad.— Como la provincia de Antioquia divide
limites con la de Cartagena, ocupada al principio
del año por los Españoles, el Gobernador de
aquella creyó conveniente tomar algunas medidas
de precaución en lo interior, conforme á las or-
denes que tenia. Dispuso la salida de algunos
sujetos; pero otros á quienes se les intimó el
viage, se refugiaron á los montes. V. E. lo supo
y expedió entonces la amnistía de 9 de Febrero,
fecha muy anterior á la en que recibió la ley del
indulto. V. E. garantizó la vida y propiedades de
los prófugos de Antioquia, que se presentaran
dentro, de 30 días, y juraran obediencia al Go-
bierno de la República. Este acto de beneficencia
tubo el mejor efecto, y V. E. á pocos días después
tubo la satisfacción de saber, que los habitantes
de Antioquia generalmente, y sin excepción, ha-
bían consagrado sus servicios en defensa de la
patria, corriendo apresurados al campo de batalla.
Si el nacimiento de Colombia exigia que se
marcase con un acto de beneficencia» otro de jus-
ticia no era menos interesante. Quando toda la
República respira libertad, quando ha proclamado
los derechos del hombre, y quando lia declarado
que ningún, hombre puede ser propiedad de otro,
«34
permitir la servidumbre hubiera «ido contrariarse
en los principias, chocar con sus propios hechos,
y minar una de las bases sobre que principalmente
debe estribar el edificio social. Con estos funda-
mentos el Congreso sancionó la libertad de los
esclavos en la ley 1 1 de Enero ultimo, declaran*-
dolos á todos libres por derecho mientras pueden
serlo de hecho, quando se acordare la indemniza-
ción á sus amos ; y por derecho y de hecho, á los
que se aplicaré» al servicio de las armas. Esta
ley tan sabia como filantrópica ha dado á la Re-
publica infinidad de ciudadanos que antes no per-
tenecían á la sociedad, sino á la propiedad de unos
ppcos ; y la ha libertado de los inconvenientes
que no supo preveér el austero legislador de Es-
parta, donde por secretas tramas se daba muerte
á los Ilotas, para que no creciese tanto su numero
que excediese al de los hombres libres. Escan-
dalosa crueldad ! pero necesaria, pero forzosa en
un estado, cuya existencia peligraba por el vkao
de su misma constitución.
Quando por orden de V. E. se publicó esta ley
en las provincias del departamento, un choque se
suscitó entre la propiedad personal de los esclavos,
y la moviliaria de sus señores* cuyas conseqüehctas
pudieron ser funestas si V. E. con tiempo no hu-
biera ocurrido al remedio. Creyéndose los escla-
vos del Cauca y el Choco absolutamente libres,
abandonan el servicio de sus amos que quieren
compelerlos á permanecer en él, como que aun
no se les ha indemnizado de su valor. Aquéllos
tías
huyen, estos les persiguan, y hacen fuertes y
enérgicas redamaciones para qué se les reduzca
nuwnmqnfc A su dominio. Loa gobernadores,
(y principalmente el del Cauca, donde el negocio
era ya de mucha entidad, porque los -esclavos se
hallaban dispuestos á cometer graves excesos), no
sabiendo que conducta debían observar, consultan
á V. E. lo que deberían hacer en circunstancias
tan criticas. V. £» les recomendó el exacto cum-
plimento de la ley que hace esperar á los escla-
vos su absoluta libertad, de las medidas que to-
mare el Congreso General de Colombia, y declara
que entretanto las cosas debían quedar en el es-
tado <que tenían : les previno que obligasen á los
disidentes á volver al servicio de sus amos, aun
valiéndose pasa dio de la fuerza, y facultó al Go-
bernador del Cauca para que impusiese hasta la
pena de muerte á los esclavos que resistiesen estas
providencias. Las quexas se acallaron, el desor-
den cesó, la tranquilidad renació, y los unos con
la esperanza de la libertad, y los otros con la de
que serán indemnizados, aguardan sin murmura-
ciones la decisión del Congreso.
La ley fundamental de Colombia introduxo un
orden de cosas absolutamente nuevo, y como dice
«1 cuerpo que la sancionó, dio á la República una
existencia nueva y .una forma colosal. Era preciso
•que al ser le siguiera el modo de ser, y que se
organizasen las partes de este gran todo, desig-
nándose á cada una las funciones que debía Henar.
£1 Congresp asi lo executo, y en el reglamento
636
provisional, datado el 3 de Enero, detalló las atri-
buciones de los Vice-Prestdentes departamentales
y expresó sus facultades y autoridad* Cesárea
entonces las que le babian sido conferidas á V. E.
por el Exrao. Señor Presidente de la República»
y en lo sucesivo solo podía exercer las quo le co-
metía esta ley. En efecto, ella ha sido la regla
de las operaciones de V. E, desde el 29 de Febrero
en que la recibió, y la mandó circular en las pro-
vincias del departamento*
Siendo V. E. por esta disposición un agente in-
mediato del poder executivo, y el órgano de co-
municación y execucion de las ordenes del Exmo.
Señor Presidente de la República, era de su deber
y obligación poner en practica y hacer cumplir en
el departamento las providencias dictadas por S.
E., quien, con sus talentos sublimes, con su pers-
picacia extraordinaria, y con su genio grande,
laborioso, infatigable, todo lo ve, todo lo observa,
todo lo ordena y arregla. Los viages continuos
de S. E. por estas provincias, le habían hecho no-
tar la decadencia de la agricultura, de la industria,
y del comercio : emprendió vivificar, animar, y
fomentar estas fuentes de la riqueza nacional ; y
expedió el reglamento de 21 de Mayo, por el que
previno el establecimiento de juntas provinciales
compuestas de comerciantes y hacendados. No
hay duda que si los gobernadores políticos toman
un vivo interés en estos establecimientos, y si las
juntas, penetradas de la importancia de su instituto,
llenan sus funciones, pronto se vera progresar la
•B97
-agricultura, aventajarse la industria, y recibir con-
siderables aumentos el comercio: los caminos
serán mas fáciles y cómodos: los ríos se harán
navegables : las tierras valdias é incultas frutifica-
ran : desaparecerá la ociosidad ; y los que antes
por su olgazanería eran la polilla del estado, de-
dicados al trabajo, formaran nuevas poblaciones,
y mantendrán sus familias con el fruto de su cul-
tivo, y con el precio de lo que les produzcan sus
talleres. ¡ Dichosa institución, de que tantos
bienes deben nacer ! — ¡ Ricos comerciantes, gran*
des propietarios, que sois llamados para promo-
verlos,, manifestad vuestro, patriotismo y vuestros
deseos por la común felicidad ! £1 padre de la pa-
tria os lo encarga y os autoriza para ello : seguid
su exemplo, y exeoutad sus preceptos. — Si ; serán
cumplidos, y V. E. ha tomado el mayor empeño
en que lo sean.
Recibido este decreto, V. £• interesó á los go-
bernadores comandantes generales, y á los po-
líticos, á que lo pusieran inmediatamente en plan-
ta. Encargó á los primeros su cumplimento y
publicación, y á los segundos su execucion ; con
el fin de que procediendo unidos y de acuerdo,
fuesen mas felices y mas eficaces los resultados.
Varios negocios que han ocurrido sobre mer-
cedes de tierras, V. E. los ha pasado al conoci-
miento de las juntas, para excitarlas á que se em-
pleen en los objetos de su establecimiento. Los
gobernadores, en quienes no se ha notado toda la
eficacia necesaria, han sido requeridos por V. E.
638
nuevamente ; y como al fin del año las juntas de-
ben dar cuenta á V, £. de los proyectos que se
hayan formado, y de los progresos y esperanzas
que prometan, es de creerse que aun quando no
sea mas que por el honor de los individuos qué
las compongan, ellas emprenderán alguna cosa
utiL
Las miras de S. £. el Presidente, aunque son
tan vastas que comprehenden el bien de toda la
sociedad ; sin embargo S. E. las circumscribe á un
circulo mas estrecho quando el mismo bien común
lo exige. Fue asi que quando S. E. meditaba dar
impulso á la agricultuca, á 1% industria, y al co-
mercio de Cundinamarca, extendía también sus
cuidados paternales sobre los indígenas, dignos
. por su estado miserable, y por su infeliz situación,
de las atenciones de un gobierno liberal. Aun-
que las leyes habían querido protegerles, el interés
personal había conseguido eludirlas, y dexar sin
efecto el favor que les dispensan» Se había aten-
tado á su libertad, forzándoles á servir sin recom-
pensarles su trabajo : su propiedad se había vio-
lado con las usurpaciones de los resguardos, con
los gravámenes que el capricho y la arbitrariedad
había cargado sobre las tierras comunes, y con las
contribuciones que á pretexto de piedad pe les
exfigian : jamas se les había proporcionado alguna
educación, para que, conservando siempre su estu-
pidez, no pudiesen reclamar sus derechos ; nunca
se les había inspirado el incentivo de la propiedad,
repartiéndoseles tierras, y obligándoles á su cul-
639
tivo : en fin, la servidumbre acompañada de todos
sus horrores y de sus vicios, pesaba sobre ellos.
Era propio del Libertador quebrantar las cadenas
que agoviaban á estos desgraciados, haciendo ce-
sar los abusos de que eran victimas, y preparán-
doles, por medio de la instrucción, el camino que
debe conducirlos á la dase de hombres y de ciu-
dadanos. Tales fueron los objetos que S. E. se
propuso quando previno en el reglamento de 20
de Mayo ; que los resguardos se reintegrasen con-
forme á los títulos que tubiera cada pueblo ; que
las tierras se repartiesen entre las familias, dándole
á cada uno la que cómodamente pudiera cultivar ;
que las restantes se arrendasen en publico remate,
y que con el producto de los arrendamientos se
pagasen los maestros que debian destinarse para
las escuelas publicas ; que los indígenas cultivasen
por si el terreno que se les repartiese, y caso de
arrendarlo fuera por contrato formal, autorizado
por el Juez político ; que no se les obligase á con-
tribución alguna eclesiástica ; que nadie podía ser-
virse de ellos sin satisfacerles el precio de su tra-
bajo según lo estipukjen ; y que no se les impi-
diera exercer su industria y talentos, comerciar
con sus frutos y efectos, y seguir á los mercados y
ferias que ellos quisieren y eligieren por su mayor
comodidad*
Esta disposición tubo el mismo obedecimiento
que la de 21 de Mayo de que antes hablé ; pero
V. E. no solo la hizo comunicar á los goberna-
dores militares y políticos» sino también al discreto
640
Provisor del Arzobispado, para que por su parte let
diese cumplimiento» y auxiliase las providencias
que dictaran aquellos magistrados en su execucion.
En esta los gobernadores políticos de Antioquia
y de Pamplona hallaron algunos obstáculos, con-
sultaron, y V. E. con prontas decisiones facilitó
los medios de llevar al cabo tan interesante arre*
gio > y Para <lue tubiera mas efecto, y fuese mejor
recibido de los indígenas, que habituados á la es-
clavitud adoran los grillos que les abruman, V. £•
generalmente les condonó parte de los tributos ; y
á uno ú otro pueblo que ha representado sus pade-
cimientos, sus constantes servicios, y su miseria,
les ha hecho mayores relevos. £1 ínteres obrara,
si acaso no pudiese obrar la razón, que se conoce
muy tarde por almas oprimidas, constantemente, y
por lo mismo envilecidas.
Concedido á los indígenas el beneficio de escue-
las publicas, V. E. consideró que las demás clases
de la sociedad tenían igual derecho para recla-
marlo, y lo hizo extensivo á todas por el regla-
mento de 6 de Octubre. Cada ciudad, cada villa,
cada parroquia, cada pueblo, debe tener su escuela»
pagada de los propio», ó de las contribuciones de
los vecinos, á quienes asiste una obligación sa-
grada de propender á la educación é instrucción
de los hijos que la naturaleza les ha dado. V. E.
encargó la dirección de estos públicos estableci-
mientos á los gobernadores políticos, facultándoles
para que arreglasen su economía interior, y el or-
den que debía guardarse en la enseñanza, en los
641
premios, y en los castigos: les recomendó que
allanasen quántos obstáculos se opusieran, y los
hizo responsables de los perjuicios que pudieran
seguirse á la causa publica, por su negligencia ó
descuido en punto de tanto importancia y tras-
cendencia. Todavía quiso V. E. hacer mas uni-
versal y efectivo el beneficio, y requirió á los pre-
lados regulares para que conforme á la voluntad
de la silla apostólica, en cada convento de su or-
den plantasen escuela : ellos se prestaron, y V. E.
lo decretó. Los bienes que Cundinamarca con-
seguirá con este reglamento, no se pueden calcu-
lar. Las ciencias, las artes, la agricultura, la in-
dustria progresaran á proporción que las primeras
nociones de leer, de escribir, y de la aritmética, se
hagan mas vulgares. £1 estudio de los derechos
y deberes del hombre hará ciudadanos ; el de los
dogmas de la religión, y de la moral Cristiana, les
dará costumbres ; y la iglesia y el estado tendrán
copia de sujetos á quienes emplear con utilidad y
provecho de ambos.
Pero estos reglamentos habrían sido inútiles, ó
por lo menos en gran parte infructuosos, si V. E.
no hubiera expedido el de 19 de Agosto, para el
arreglo y organización de las rentas concejiles.
Las juntas de comercio deben premiar á los que
se aventajaren en algún ramo de agricultura ó de
industria, con los sobrantes de los propios, proce-
diendo de acuerdo con los cabildos. De las rentas
de propios, se han de sacar los costos en la refac-
tom. ii. s s
642
cion y composición de caminos públicos: las rentas
de propios deben sufragar para estipendio de los
maestros de escuela en las ciudades y villas ; y las
rentas de propios, en el mayar desordenar sdmka-
tamente decaídas por su mala administración, no
podían atender ni á los gastos mas precisos y de
primera necesidad. Para organizarías, y ponerlas
en estado productivo, V. E. renovó las preven-
ciones de la ordenanza de intendentes, y conforme
á ellas dispuso que todos los ramos de la renta se
arrendasen en publica almoneda ; que se estable*
ciesen juntas para cuidar del cobro é inversión de
los caudales ; que se nombrasen mayordomos para
recaudarlos ; que se pusiesen arcas para guardar-
los inmediatamente que se cobraran ; que ninguna
cantidad se extragera de ellas sin preceder li-
branza girada por todos los de la junta ; que no
hiciese gasto alguno extraordinario si no estaba
aprobado por el gobierno del departamento i y en
fin, que las juntas y sus mayordomos prestasen
cuentas, que los cabildos las revisaran, y los mi-
nistros del tesoro publico las feneciesen^ con en-
cargo al tribunal mayor de cuentas para que exi-
giera de estos últimos certificación del fenecimi-
ento, y á el superintendente-general de hacienda
para que dictase providencias fuertes y eficaces
en esta materia. La responsabilidad de estos ma-
gistrados, y su zelo por el bien publico, prometen
felices resultados ; y areglada la'Yfenta de propios,
la execucion del decreto de Si de Mayo sera mas
643
fácil, y mejor y mas pronto el cumplimiento del de
6 de Octubre.
Con el establecimiento de escuelas publicas S.
E. el Presidente y V. E. comenzaron á zanjar los
fundamentos del templo de Apolo y de Minerva ;
pero aun faltaba mucho para llevarlo á su perfec-
ción, y antes de emprenderlo, convenia separar
los obstáculos qué se presentaban. Era uno, y
muy grave, que los colegios seminarios no estu-
biesen baxo la inspección del Gobierno, como
han debido estarlo en todo tiempo, supuesto á
que en ellos no solo se educa la juventud para el
servicio de la iglesia, sino también del estado, y á
que no es limitada su instrucción al Canto-llano, á
la moral, á la liturgia, y á la sagrada escritura,
como lo prescribe el Concilio de Trento, sino que
se extiende á las ciencias naturales y abstractas,
y aun al estudio de los derechos. V. E. lo re-
presentó asi al Exmo. Señor Presidente ; y S. E.
por el decreto 20 de Junio, declaró en favor de
los V ice-Presidentes departamentales el patrona-
to y gobierno de las casas de estudio y educación,
inclusos los seminarios, en quienes conservó á los
prelados eclesiásticos el derecho que tienen para
nombrar los seminaristas, y el exercicio de sus
atribuciones con respecto á ellos.
Esta disposición concilio los derechos que asis-
ten á la autoridad civil y á la eclesiástica sobre
los seminarios ; y V. E. para aclararlos mas, para
evitar toda disputa y toda competencia en el ne-
gocio, y para arreglar al mismo tiempo el orden
644
y economía del de la capital, usando ya de las
facultades de patrono, dictó el decreto de 8 de
Julio, por el que fueron reservadas al Gobierno
las provisiones de rector, vice-rector, y pasante,
y las de catedráticos de latinidad, de filosofía, y
de los derechos civil, canónico y publico, dexan-
dole al prelado eclesiástico la de los catedráticos
de teología, como que tienen una relación inme-
diata con el seminario. Por el también se fixó
termino al servicio del rectorado, vice-rectorado
y pasantía ; se establecieron las formalidades con
que debían hacerse los nombramientos para estos
destinos, y el orden con que se procedería en la
provisión de cátedras ; y se designaron expresa-
mente los asuntos y negocios en que había de
intervenir la potestad eclesiástica, previniéndole
al rector que cumpliera las providencias que por
ella se dictaren en las materias designadas* £1
.discreto Provisor del Arzobispado luego que se
le comunicaron uno y otro decreto los obedeció,
y V. -E. proveyó inmediatamente los destinos y
cátedras que se hallaban vacantes, para que la
propiedad empeñase mas á los nombrados en el
fiel y exacto cumplimiento de sus importantes
deberes, que los interinos llenan, pero con frial-
dad é indiferencia.
Autorizado ya V. E. para dirigir los colegios y
casas de educación, emprendió uniformar el méto-
do de estudios, que era muy vario y muy defectu-
oso. Los estudiantes aprendían Latín sin saber
el Castellano : concluían filosofía, los derechos, la
645
teología, sin que hubiera llegado á su noticia la
historia de estas facultades, el origen de ellas,
quienes las habían inventado y cultivado, las rela-
ciones que tienen entre si, á que objetos se diri-
gen, y que ventajas ha conseguido el genero hu-
mano con su descubrimiento : terminaban sus
estudios, recibían grados, y entraban en la socie-
dad, sin haber oído jamas hablar de la retorica, ni
de la oratoria ; y erizadas sus memorias de textos,
de doctrinas, y de autoridades, ignoraban en que
punto de la tierra vivían, que derechos tenían,
que deberes, que obligaciones les eran inherentes
como á hombres, y como á ciudadanos, y en fin
carecían de toda noción aun para poder escribir
un periodo correcto. Deseando V. E. que los
jóvenes adquirieran en los colegios toda clase de
conocimientos útiles, con fecha 16 de Octubre ha
formado un nuevo plan de estudios, en el que se
han procurado reformar los vicios y defectos del
antiguo. Executandose, la Gramática Castellana
sera enseñada antes que la Latina ; se «darán
lecciones de retorica en las clases de latinidad y
filosofía ; al estudió de las facultades precederá el
de su historia ; los jóvenes aprenderán aritmética,
geometría, la trigonometría, y la arquitectura
civil y militar ; beberán los principios en las me-
jores fuentes ; desde muy temprano se acostum-
braran á formar discursos en las materias que se
les propongan ; y la emulación, origen y causa
de los mas grandes adelantamientos, se promove-
rá en ellos por medio de los exámenes anuales, y
646
de las conclusiones publicas y privadas entre
mayor numero de estudiantes. Para compróme
ter á los catedráticos á que cumplieran con este
plan, V- E. les impuso la obligación de expresar,
baxo juramento, en los certificados que dieran á
sus discípulos, haberles leido las materias que en
él se refieren ; y establecía un director de estu-
dios para que diese pase á las certificaciones, sin
cuyo requisito no pueden darse grados en la uni-
versidad.^ ¡ Quiera el Cielo que los . superiores é
institutores de la juventud en los colegios, dando
impulso á las ideas del Gobierno, contribuyan
por su parte á perfeccionar la educación publica
que es, en concepto de Sócrates, el mayor servicio
que puede hacerse al estado !
Aunque V. E. quando acordó el nuevo plan de
estudios, mandó que observara en los conventos
de religiosos en quanto lo permitieren sus cons-
tituciones, creyó sin embargo necesario y con-
veniente repetir en el decreto de 7 de Noviemhre
este precepto, no ya condicional sino absoluta-
mente, respecto al convento de S° Francisco de
Tunja. Aquella útil, comunidad, animada del
mas ardiente zelo por eí bien publico, deseosa de
propagar las luces y los principios liberales que
poseen sus beneméritos hijos, y de contribuirá
la felicidad de la provincia en que reside, impetró
de V. E. la gracia de enseñar publicamente la
filosofía, y teología, y la de que aquellos estudios
se habilitasen para obtener grados. V. E. oido
antes el informe de la universidad, accedió á la
647
solicitud, gustoso en dar una prueba de la esti-
mación que • profesa a la religión de S* Fran-
cisco, y en proporcionar á los pueblos de Tunja
una recompensa á los constantes sacrificios que
han hecho por la causa de la libertad* Habilitó,
pues, loa estudios referidos, y para que ellos tu-
hieran un feliz y pronto efecto, estableció en el
mismo convento una cátedra de latinidad, nom-
bró el maestro, y lo dotó de las rentas publicas.
Encargó de la dirección de este establecimiento
al gobernador político de la provincia ; y para su
mejor arreglo dispuso, que anualmente pasasen los
catedráticos matriculas de los estudiantes al mismo
director y á la universidad, que las cátedras se
diesen por oposición, á la que asistiría una persona
nombrada por el Gobierno del departamento, para
que le informase del mérito de los opositores y de
los actos ; y con este conocimiento proceder al
pase de la patente, que debe presentar el nombrado
antes de seguir á su destino. Si los padres de
familia aprovecharen para sus hijos el beneficio
que V. £. ha querido dispensarles, Tunja, en
pocos año?, podra; gosar de las ventajas que son
anexas a la civilizadoR y & las luces»
¡ De que utilidad no seria par la República la
multiplicación de semejantes establecimientos ! Si
en cada provincia de Cundinaraarca hubiera por
lo menos uno,* el estudio de ciertas facultades, y
principalmente el de las humanidades, se haría
general ; talentos, que per falta de cultivo no se
desarrollan, saldrían de la obscuridad ; los jóvenes
648
que por carecer de recursos para venir á los cole-
gios, no adquieren educación, la recibirían en su
propio pais, y en lo sucesivo podrían emplearse
con provecho en las artes, en los oficios, y aun en
los destinos y ministerios públicos. V. E. por
estas consideraciones, hubiera querido hacer ex-
tensivo á todos los pueblos del departamento el
favor que dispensó al de Tunja ; y aun ha tratado
de concedérselo al Socorro, donde abandonado el
edificio de los capuchinos se podría dedicar para
colegio; pero se han dificultado los medios, y
V. £. conoció que no todo es asequible en los
principios. El tiempo brindara mayores propor-
ciones, y el Congreso General ó el Gobierno que
establezca, concluirá la obra á que V. E. ha dado
la primera mano.
Mas, ¿de que sirve, Señor Exmo. que los pueblos
se ilustren, si su población esta amenazada por
enfermedades generales, y con ellas peligra la
existencia de sus inviduos ? La República tiene
mayor interés en el aumento y conservación de los
hombres, que en su ¡Ilustración ; porque, como
dice un escritor sagrado, en la muchedumbre del
pueblo consiste la dignidad del Gobierno. V. E.
tubo presentes estos principios, quando por el re-
glamento de 22 de Mayo decretó el estableci-
miento de ún lazareto en la provincia del So-
corro, por el que clamaron los cabildos, suplicaron
los que estaban expuestos al contagio de la ele-
fancía, solicitaron algunas autoridades, é infor-
maron de su necesidad los facultativos. A la
r
649
verdad el mal de S° Lázaro impone y aterra, y es
tanto mas peligroso, quantosu duración es mas larga.
Para detener sus progresos, V. E. previno á los go-
bernadores políticos de Tunja, Pamplona, Mariqui-
ta, Ney va, Socorro, y Bogotá, que hiciesen recoger
á todos los lazarinos existentes en sus respectivas
provincias, y los remitiesen al lazareto, donde,
conforme á las ordenes de V. E. estaran separa-
-dos del comercio con los sanos, y asistidos en lo
espiritual por un capellán, en sus enfermedades
por un medico, y en sus necesidades por un ad-
ministrador que nombrara el gobernador político
del Socorro, á quien V. E. confirió las facultades
bastantes para establecer esta casa de misericordia,
dirigirla y gobernarla. El administrador tiene el
encargo de cobrar la sexta parte del noveno de hos-
pitales, y los productos de un quartillo en cada
azumbre de aguardiente que se venda en las ad-
ministraciones, y los de dos y tres quartos por
ciento que han de satisfacer los asentistas, y son
los fondos asignados para la mantención de los
enfermos, y para el pago de las dotaciones de
medico y capellán. V. E, nada ha omitido que
pudiese contribuir al pronto logro de un estable-
cimiento tan útil, arregló su policía, ordeno la
forma del edificio, y designó el lugar donde había
de plantarse ; puso termino á la construcción, é
hizo las recomendaciones mas encarecidas al ma-
gistrado á quien comisionó para su dirección. Si
todo se consiguiere como V. E. apetece, Cundi-
namarca quedara libre de una peste, que aunque
no tan activa, no es menos cruel y horrorosa
650
que la que despobló al Ática en tiempo de Pén-
eles.
Quando V. £• trataba de poner diques á la
elefancía» otra peste aparecía en las provincias
del norte, que llamaba las atenciones del Gobier-
no. La viru ela hacia estragos en el Socorro, en
Tunja y Pamplona. Los gobernadores lo repre-
sentaron, y V. £. para oceurrir al remedio, lea
hizo remisiones de vacuna en pus, en hilos y en
postillas, hasta por tercera vez, acompañándoles
indicaciones de facultativos para la aplicación.
Se frustró el efecto de este modo, y entonces se
remitieron desde la capital niños vacunados, que
de brazo á brazo fueron comunicando este anti-
dota á los pueblos que padecían el contagio; á
cuyos gobernadores se dieron las mas estrechas
órdenes para que cuidasen de conservar y propa-
gar el beneficio. £1 tesoro publico no contri*
buyo con cantidad alguna en esta ocasión, y V. E.
sin gravarle ocurrió á los gastos con arbitrios
extraordinarios.
Pocos dias después, la provincia del Socorro
se presentó á V. £. cubierta de luto» y con el
acento del dolor, de la tristeza, y de la deses-
peración, imploró nuevamente la asistencia y
miradas compasivas del Gobierno: todo era
efecto de una enfermedad, que atacó primero á
los libertos aplicados al servicio de las armas, y se
hizo después trascendental á los vecindarios de
Vara-Florida, y el Socorro, donde en un corto
periodo hizo progresos. V. E. escuchó los cía-
£51
mores de aquellos pueblos, y los acalló remitiendo
de esta capital, á costa del tesoro publico, un
.facultativo bien conocido por sus talentos y
acierto, quien auxiliado del Gobernador coman-
dante-general de la provincia, tomó medidas tan
vigorosas que al instante desapareció completa-
mente la enfermadad. V. E. las tomó también
para que esta no se propagase en las provincias
limítrofes, y logró que ellas no sintiesen el con-
tagio.
No han sido estas las únicas providencias que
V. E. haya dictado para consolar la humanidad
paciente* Al mismo tiempo que establecía un
lazareto, y que con él proveía á la conservación
de la salud de cada ciudadano, y al alivio de los
que la habían perdido, prevenía á los Goberna-
dores políticos del Socorro y de Pamplona visi-
tasen los hospitales de Sn Gil, VaraJFlorida y
Girón, de cuya administración se tenian malos
informes. El manejo de las rentas no era muy
puro; la asistencia de los enfermos no myy
exacta ; y convenia cortar algunos abusos que
la negligencia, el descuido, ó tal vez la malicia,
habían introducido en perjuicio de los miserables
que occuren á curarse en aquellas casas de piedad.
Los gobernadores referidos tubieron orden para
inspeccionar, averiguar, informarse de todo por
sí, ó por personas de su confianza ; de hacer las
reformas que juzgasen necesarias y útiles, y de
dar cuente á V. E. de los resultados de la co~
65*
misión, para poder, baxo datos ciertos, arreglar
esta materia con provecho de los pacientes.
Aun no se han recibido los informes pedidos á
los gobernadores ; pero sean quales fueren, per-
suadido V. E. que providencias parciales nunca
producirán un efecto general ; y que los hospitales
no serán bien asistidos, mientras no haya un
cuerpo que zele á los que están encargados de su
servicio, medita el establecimiento de un proto-
medicato, á quien se le atribuirán esta función, y
otras no menos interesantes al bien publico. Los
estudios de medicina se formalizaran entonces:
empezaran á enseñarse entre nosotros la bo-
tánica, la química, la farmacia, y terapéutica:
se ordenaran las boticas ; desaparecerán los bo-
ticarios imperitos, y estas materias abandonadas
ahora, recibirán orden y regularidad. Algunos
inconvenientes, y principalmente la falta de fon-
dos, han detenido á V. £. para establecer el proto-
medicato; pero el amor á la humanidad, el in-
terés común, y la felicidad de todos, obraran en
V. £. para superar aun lo que parece invencible.
Rodeado V. E. de tantas atenciones, y quando
estaba dedicado á la organización de todos los
ramos, negocios de otra clase, pero de la mayor
trascendencia á la sociedad, demandaban reme-
dios prontos, y determinaciones enérgicas para
precaver funestos resultados. El Obispo de Po-
payan, no contento con haber abandonado su
diócesis, prohibió, baxo excomunión, al cabildo
eclesiástico y al metropolitano que nombrasen
653
vicario, con el maligno objeto de mantener én
anarquía la iglesia que le estaba encomendada,
hacerse desear, y pervertir á los incautos para
que se declarasen por el Gobierno Español, y
desertasen de las banderas de la República, á cuyos
defensores y afectos declaró excomulgados. De
tan horrible seducción, en que se empleaban las
armas de la iglesia contra los que han proclamado
sus derechos, y combaten por ellos, todo era de
temerse ; y V. E. para sufocarla, destruirla y ani-
quilarla de un solo golpe, hizo obrar las mismas
armas, apoyándolas en la razón, en la justicia, en
la doctrina de Jesu Christo, y en las disposiciones
canónicas. El discreto Provisor del Arzobis-
pado, á excitación de V. E. y con acuerdo de teó-
logos y canonistas, libró exhórtos al obispado de
Popayan, probando que la causa de la libertad en
nada se oponía á los preceptos del Evangelio ;
que los patriotas no faltaban al dogma, ni á la
moral Christiana ; y que las censuras fulminadas
por aquel prelado en materias puramente políticas,
eran atentadas, nulas é ineficaces.
Los temores en gran parte cesaron con esta
declaratoria, emanada de una autoridad legitima
mas extensa en algunos casos que la de los obis-
pos, y que puede corregir sus providencias, re-
formarlas y revocarlas ; pero la raiz del mal per-
manecía aun, y la tempestad no se habia disipado
enteramente. El autor de las censuras era reco-
nocido en su diócesis, y aun por V. E. mismo que
le excitó á que volviese. No habia otra jurisdic-
654
cion que la suya ; y al mismo tiempo se hallaba
huérfana y anárquica la iglesia que Dios le en-
comendó. ¡ Extraña paradoxa, á la vez existir
y no existir una cosa ! y estaba reservado sola-
mente al Señor Ximenez hacerla posible. Y. E.
convencido ya de que ningún partido se podría
sacar de él ; que no era conveniente guardar
consideraciones á un enemigo declarado de la
República ; y que era necesario para aniquilar
su influxo, y para asegurar la tranquilidad pu-
blica, expelerlo del territorio de Colombia, usando
de las facultades que le confieren las leyes en
estos casos, y aplicando la suprema de todas, que
es la salud del pueblo, decretó en 1 1 de Enero la
expatriación de aquel prelado, y la ocupación de
sus temporalidades.
La sorpresa de Popayan por las tropas del Rey
paralizó por un corto tiempo los efectos de esta
providencia. El Obispo volvió con Calzada, y la
conducta que observó entonces justificó mas y
mas el acierto de V. E. en expatriarlo. Vino ;
pero no á consolar á su grey, á instruirla y edifi-
carla, sino á llenarla de terror, á exasperarla y á
destruirla. Prohibió, é hizo jurar á los curas de
la provincia del Cauca que cumplirían la prohibi-
ción de no administrar los sacramentos, ni aun
en caso de muerte, á los amantes de la indepen-
dencia. Abuso escandaloso de un ministro de
paz y de conciliación, que obligó á V. E. á to-
mar medidas mas eficaces y enérgicas para cortar
sus conseqüencias j y asi fue que recuperada la
655
provincia, teatro de aquella guerra religioso-poli-
tica» V. E. hizo publicar en todoe los pueblos el
decreto referido, y excito al discreto Provisor del
Arzobispado, para que en uso de la autoridad
que por los cañones tienen los metropolitanos
para suplir la negligencia de los sufragáneos,
nombrase un vicario-general del obispado de Po-
payan. La excitación tubo efecto-, el nombra-
miento se hizo, y recayó en un eclesiástico acree-
dor por sus luces, por sus virtudes y patriotismo,
á la confianza, del Gobierno, y de los fieles cuya
conducta se le encargaba. Sus operaciones han
acreditado el acierto de su elección : él ha pro-
visto las vicarias del Choco y Antioquia, como
V. E. se lo recomendó ; él, á ruego de V. £., ha
restituido á los curas, que en odio de su opinión
despojó el obispo de sus beneficios ; y él ha res-
tablecido la calma y la serenidad de que tanto
necesitaba la iglesia de Popayan.
Arreglados ya los negocios eclesiásticos de
aquella diócesis, V. E. concentró su atención en
la del Arzobispado, que reclamaba la protección
del Gobierno. Los beneficios no se proveían en
propiedad, y de aqui resultaban males intolera-
bles. Los interinatos no tenían termino contra
las prohibiciones canónicas. Eclesiásticos bene-
méritos carecían de ascensos, en ofensa de la
causa publica, y de la justicia conmutativa :
muchos curatos estaban sin párroco, y abandona-
dos hacia largos años, en perjuicio de la religión
y de la moral Cristiana ; y todo el arzobispado
656 ,
áe parecía á las ruinas de un edificio» que antes
había sido hermoso y magnifico* V. E. empren-
dió levantarlo de nuevo, y hacer cesar los abusos
que lo habían desmoronado ; y á este fin luego
que recibió la ley provisional de 3 de Enero, en
que se declara, que por ahora, y mientras se hace
un concordato con la silla apostólica, los Vice-
presidentes de ¿os departamentos se limiten en
las provisiones eclesiásticas á expresar si el pro-
visto es de su confianza, ó no es. V. E. requirió
al discreto Provisor para que procediese al con-
curso de beneficios vacantes, conforme á esta dis-
posición y á la del Concilio de Trento que trata
de la materia. Persuadido el discreto Provisor
que era necesaria la medida que V. E. le indicaba,
convocó el concurso á beneficios vacantes ; pero
con él no se hubiera remediado absolutamente
las necesidades de la iglesia, ni el clero hubiera
quedado satisfecho, si V. E. no declara, por el
decreto de 17 de Agosto, que el Gobierno no
reconocía por párrocos á los curas emigrados, y
que los curatos que obtenian en el Gobierno Es-
pañol debían proveerse en propiedad. Para esta
declaratoria tubo presente V. E. el derecho de
gentes, que no permite se mantengan empleados
en una nación que se halla en guerra con otra j á
los subditos de su contendora la justicia que
prescribe no goze del beneficio el que no trabaja :
el derecho que tiene el Gobierno de proteger á
la iglesia nunca mejor aplicado, que quando se
trata de mejorar su situación j y los cañones que
657
prescriben, se despojen de sus curatos á los curas
que no residieren. El prelado eclesiástico requi-
rido por V. E. para que hiciese la misma declara-»
toria, la dictó en efecto ; pero antes llamó por
edictos á los eclesiásticos contra quienes se diri-
gía, y las citaciones, acabaron de comprobar su
contumacia. Fueron pues legal y canónicamente
depuestos, y sus beneficios, asi como todos los
otros vacantes, han sido provistos con anuencia
de V. E. Ya el arzobispado está servido por
curas propietarios; ya las reglas canónicas han
tenido cumplimiento ; y ya el clero ha recibido,
por los esfuerzos del Gobierno parte de la recom-
pensa que le es debida por su consagración á la
causa de la República.
A la verdad, los eclesiásticos del departamento
merecen las consideraciones del Gobierno. Acor-
des en el amor á la independencia, y decididos
por ella, han empleado todo el influxo que les da
su ministerio, para animar á los pueblos á la de-
fensa de sus derechos ; se los han hecho conocer ;
les han instruido de sus deberes, y les han dado
el exemplo de subordinación en el fiel cumpli-
miento de las providencias que V. E. ha dictado.
Los empréstitos, las contribuciones que han sido
necesarias para mantener los exercitos, ellos las
han pagado con presteza y con desinterés, y no
satisfechos con haber contribuido como todos los
demás ciudadanos, han cedido en favor del estado
los novenos beneficíales, quando V. E. los requi-
rió. Entonces se ha visto que el patriotismo del
TOM. II. t t
658
clero llega hasta la exaltación. Parece que entre
sus individuos se suscitó la mas noble emulación
de servir á la República : unos hicieron sus cesio-
nes con limitación de años ; otros por el tiempo
de la guerra; otros á voluntad del Gobierno:
otros de lo que se les adeudaba en muchos anos
de servicio, y de lo que en adelante devengasen ;
y otros en fiíkoírecieron anualmente algunas cas*
tidades por via de donativo ademas de sus nove-
nos. La Asamblea Nacional de Francia» en su
sesión del 4 al 5 de Agosto de 1789» no vio en
los eclesiásticos tanto espíritu publico» tanto ar-
dor por la libertad» ni sentimientos tan cívicos y
generosos. ¡ Felices los pueblos que san adminis-
trados por párrocos ciudadanos !
Pero hagamos un homenage á la justicia. La
disposición del clero en favor de la causa de la
República no se hubiera ipanifestado claramente»
sino con timidez y precaución» si las autoridades
eclesiásticas que le gobiernan, no hubieran toma*
do el mas grande interés en que triunfe la inde-
pendencia, y si no hubieran co-operado á ello con
sus esfuerzos. Los han hecho extraordinarios el
cabildo eclesiástico» con los prelados regulares de
esta metrópoli, y el ^Provisor del obispado de Po-
payan» prestándose á quanto el Gobierno ha exi-
gido 4e su autoridad. Y los ha hecho muy sin-
gulares el Prelado del Arzobispado» con quien
V. E- ha tocado mas inmediata y freqüentemente.
¿ Que se le ha pedido que haya rehusado ? £1
Exmo. Señor Presidente de la República, y V. E.
659
le rogaron que expidiese Pastorales : él las ex-
pide; V. E. lo solicita para que diriga sus preces
á la 8* Silla : él las dirige. V. E. le exhorta
á que prevenga á los curas hagan votos y rog*>
eiones publicas por la prosperidad de la Repúbli-
ca: y él lo dispone. V. E. le excita £ que con-
voque el concurso á beneficios vacantes : él la
convoca. V. £. le pide que declare nulas y aten-
tadas las excomuniones del obispo de Fopayan :
él las declara. V. £• le recomienda á eclesiásti-
cos seculares para que les coloque» y á regulares
para que les destine : él atiende los recomenda-
dos. Y esta armonía, tan necesaria en un estado
naciente, ha contribuido admirablemente á con*
solidar la paz interior, y á fixar el orden y la
tranquilidad. ¡ Gloria á los ministros del san-
tuario que saben llenar sus obligaciones sociales !
¡ Honor á los apostóles de la libertad é indepen-
dencia de Colombia ! ¡ Que ellos gozen del fruto
de sus fatigas y sacrificios, y que las generaciones
futuras, les coloquen en el numero de sus liberta-
dores !
' Tanta deferencia de parte del clero y de sus
prelados, demandaban del Gobierno reciprocidad
ya retribución. Asi es que V. £. les ha guardado
sus privilegios, y ha protegido y hecho respetar la
autoridad eclesiástica, y la disciplina canónica,
en todos los negocios que se ha ofrecido. Asi es
que en materias que tubiesen alguna relación con
la iglesia ó sus ministros, V. E. no ha dictado
providencias sin el acuerdo y anuencia de los
660
prelados respectivos : que, por favorecer al clero,
V. E. sobreseyó en el cobro de las quartas arzo-
bispales, á cuya percepción tenia un derecho in-
disputable el estado por la vacante de la mitra :
que, para precaver la dilapidación de los intereses
de fabrica, V. E. dispuso que los mayordomos
afianzasen á satisfacción de los curas y vecindarios,
y previo este requisito, no obstante las necesida-
des del erario, les ha mandado entregar los nove-
nos pertenecientes á cada pueblo ó parroquia,
para que no decaiga el culto : y que, finalmente,
por conservar á la iglesia sus derechos sustancia*
les, que consisten en su creencia, en sus dogmas
y disciplina, V. E. ha tomado medidas para pre*
venir la impiedad. Estas providencias deben
convencer al clero que el Gobierno le respeta y
venera, asi como á sus instituciones j le deben
dar una idea de las ventajas que conseguirá
quando la República esté bien consolidada ; y le
deben haber hecho entrever una perspectiva feliz
en el triunfo de la independencia. Si el clero
continua tan consagrado á ella, la República le
abrirá el camino de las dignidades y honores de
que estaba privado en el sistema colonial, y baxo
un gobierno que rara vez premiaba el mérito 7 la
virtud de los Americanos.
Los esfuerzos del clero, y de las otras clases
que constituyen á Colombia, son capaces ellos
solos de adquirirles la independencia» mas no lo
son de consolidarla ; y necesitan de la co-opera-
cion de las demás secciones de America que están
661
en lucha como nosotros. Desengañémonos ; mien-
tras la España domine, aunque no sea sino un palmo
de tierra en el Nuevo Mundo, nunca dexara de ha-
cer la guerra á los independientes, ni les permiti-
da que gozen de los frutos de la paz* Es preciso
pues la reunión entre ellos, y quanto más estre-
cha fuere, tanto mejores serán sus resultados. V.
E. por este motivo ha cuidado de establecerla
coa los estados de Chile, y del Rio de 1* Plata,
manteniendo freqüente comunicación con sus go-
biernos, y de una y otra parte ha habido armonía
y confianza. El equilibrio del universo, como ha
llamado uno de nuestros escritores á lo que deben
guardar las Repúblicas de America, empieza ya,
y él vendrá á terminar en una confederación
general, que nos ponga á cubierto de los desas-
tres de que ha sido teatro la Europa, por las miras
contrarias de sus gabinetes.
Tales han sido las providencias que V. E. ha
dictado, y las medidas que ha tomado, para arre-
glar lo interior del departamento, y para asegu-
rarle la independencia conquistada en Boy acá;
pero todas ellas hubierqft sido inútiles, si al mismo
tiempo no dictara otras1 para arreglar y mejorar
la administración de justicia, sin la qual nada son
los estados, según un escritor, sino glandes latro-
cinios.
im
JUSTICIA.
La administración de justicia, en concepto de
Mr Tomas, es la función mas bella de la humani-
dad. En efecto, ¿ que cosa mas noble para los
hombres que usar de la razón para reparar los
agravios hechos á sus semejantes ; que valerse de
la ley para socorrer á los débiles j que mantener
los derechos de cada uno, y conservar ilesos los
de todos, refrenando las pasiones, corrigiendo los
vicios, y amparando la inocencia y la virtud ? Si
nos remontamos al origen de las sociedades, ha-
llaremos á los hombres reuniéndose para evitar la
violencia, y para buscar un abrigo contra la injus-
ticia. £1 contrato social no tubo mas objeto, ni
otro fin sino la formación de los gobiernos. Deben
pues los magistrados, por su propia satisfacción,
por su obligación, y por sn instituto, administrar
justicia ; y este convencimiento ha obrado en V*
E. para dictar las providencias siguientes.
Restablecido el Gobierno de la República, nada
era tan justo como restituir en sus propiedades á
los que en tiempo del Gobierno Español fueroú
despojados de ellos por su adhesión á la libertad»
Si el embargo hubiera subsistido ; si los que causad-
ron el despojo, y los que contribuyeron á el, com*
prando los bienes confiscados, hubieran permane-
cido pacíficos poseedores, habría sido preciso con-
cluir, que la opresión era legitima, y el amor á la
patria un crimen* S. E. el Libertador se apresuró
663
á borrar tan horrible conseqüencia, declarando
por el decreto de 15 de Septiembre dé 1619» que
los bienes confiscados á los patriotas, y enage-
nados, debían devolvérseles, aunque se bailaran
en poder de un tercero ó quarto poseedor, contra
quienes dio acción á los dueños ; pero esta pro-
videncia, cuyo favor algunos reclamaron, habría
quedado sin efecto, por las competencias que ya
comenzaban á suscitarse sobre la autoridad que
debía conocer en tales demandas, si V. E. no
dictara la de 9 de Enero de este año, que atribuyó
aquel conocimiento á los gobernadores políticos.
Teniendo estos magistrados jurisdicción mas vas-
ta que los jueces ordinarios, y siendo letrados,
sus determinaciones serán pronunciadas con mas
discernimiento, y con mayor reflexión ; serán
mas respetadas, y mas pronto executadas > y los
despojados, exentos de gastos y recursos inútiles
y dispendiosos, alcanzaran con brevedad el rein-
tegro que solicitan.
Mas esta posesión sería bien efímera, y al mis-
mo acto de conseguirla los interesados la hubie-
ran perdido, á no afianzarla V. E. con el decreto
de 23 de Agosto, en que declaró, que los dueños
de las propiedades embargadas por el Gobierno
Español, no estaban obligados á pagar los réditos
de los censos causados en tiempo del seqüestro.
Durante él no habían disfrutado, y como la esen-
cia del contrato consiste en el goze de la cosa, y
el rédito lo produzca la utilidad, era faltar á su
tenor compeler á los despojados al pago de canti-
664
dados que no habían ganado ; y era también in-
humano obligarles, quando el mismo embargo les
había reducido á la miseria. Los fiscales ddi de-
partamento, á quienes consultó V. K, asi lo ex-
pusieron ; y V. E. resolvió conforme á sus exposi-
ciones, libertando á los que obtenían la restitución
de sus bienes de las gestiones de los sensualistas
que los habrían hecho embargar de nuevo para
la satisfacción de sus créditos, y por lo mismo la
adquisición de los propietarios se habría vuelto
ilusoria.
. Si el interés de una sola clase de personas exi-
gió de V. E. las declaratorias referidas, el de
todas, el de los pueblos en general, le obligó, con
acuerdo del tribunal de justicia del departamento,
á expedir el decreto de 28 de Enero, qué en cier-
tos negocios ó de quantía determinada, hizo á los
gobernadores políticos jueces de apelación. Es
una ventaja incalculable para los que repiten sus
derechos hacerlo en su mismo territorio, y no á
grandes distancias : de ella gozaron los pueblos
en el sistema de la época anterior de la Repúbli-
ca, y de ella debían gozar ahora, teniendo un
gobierno propio, y únicamente atento á propor-
cionarles su felicidad en todos y en cada uno de
los ramos de la administración publica.
Al concederles V. E. este beneficio previo que
los gobernadores políticos podían errar ; que eran
hombres ; y que era peligroso librar en el juicio
de ellos solos la propiedad de los ciudadanos: y
para precaver todo exceso en la materia» deternuU
665
nó que el tribunal de justicia conociese en ulti-
mo resorte, y por el recurso de suplica de los
negocios que en segunda instancia hubieran sen-
tenciado aquellos magistrados. Quedaron pues
asegurados por este decreto los derechos indivi-
duales, los de la propiedad» y los. de la justicia
que los litigantes obtendrán mejor, quanto mas se
variaran los jueces que en los diversos, grados de
los negocios deben conocer y determinar.
Sin embargo que, por el reglamento citado, la
administración de justicia debió hacerse mas ex-
tensa, V. E. consideró preciso generalizarla, para
que todos disfrutasen del derecho de igualdad.
Residiendo los jueces ordinarios en las ciudades
y villas, no podían oir y despachar las quexas de
los miserables que habitando en pueblos distantes
eran oprimidos y sufrían ; porque su misma mise-
ria les quitaba los medios de reclamar la opresión.
Ellos pertenecen al genero humano, están en la
sociedad, y las leyes, y el Gobierno deben prote-
gerlos como á hombres y como á ciudadanos.
Tai fue el objeto de V. E. quando á consulta del
gobernador comandante-general de Tunja, y en
providencia de 4 de Abril declaró, que los jueces
políticos de los cantones en que están diyididas
las provincias del departamento, tienen jurisdic-
ción ordinaria acumulativa con los alcaldes del
distrito. Como estos empleados ya .sea por el
cobro de tributos que les está encomendado, ya
para establecer les escuelas publicas, y hacer com-
poner los caminos j ó ya para cumplir las comi-
666
siones que se les encarguen, deben visitar muy
freqüentemente los pueblos de su cantón; los
agraviados ocurrirán á ellos con sus demandas, y
con el auxilio de la cosa presente, las podran
despachar con brevedad, y sin que las partes sean
gravados como lo eran antes.
Entre los miserables se computan, y con mu*
cha razón, los indígenas, en quienes el habito dé
una larga servidumbre ha producido la estupi-
dez. Ellos pueden considerarse como niños en
la infancia, que necesitan de un tutor que cuide
de ellos y de sus negocios. ¿ Y quien puede y
debe exercer mejor esta función que el mismo
Gobierno ? Cumpliendo con este deber, ¡SL £. el
Libertador Presidente dictó las providencias con-
venientes para su educación, y para que se respe-
tasen sus derechos sociales : encargó, por el regla*
mentó de 20 de Mayo, de su amparo y protec-
ción á los jueces políticos, y á los gobernadores
de las provincias ; pero no designó la autoridad
que debia conocer de sus pleitos. El tribunal de
justicia del departamento lo consultó, y en provi-
dencia de $7 de Octubre declaró V. E. provi-
sionalmente, que la ley municipal qué les conce-
día el caso de corte en los asuntos en que litiga-
sen como autores, debia sostenerse; y atribuyó
el conocimiento de aquellos en que fuesen reos é
los gobernadores políticos* para que gozasen mtó
íntnediatamente de la protección del Gobierno, y
de la de los tribunales superiores.
667
No era posible al tiempo mismo de restáble*
eerse la República, y quando aun sonaba el ruido
del cañün y del clarín» que destruyó á los enemi+
gos en Boyaca, organizarlo todo y arreglarlo;
Poco á poco debia irse notando lo que era preciso
reformar ó alterar, para que se mejorarse la admi*
nistracion de justicia ; y asi ha sido que también
poco á poco ha dictado V. E. providencias en
esta materia. Desde Septiembre de 1819, S. E.
Libertador estableció un tribunal de justicia en
el departamento, y nombró sus ministros ; y hasta
13 de Marzo ultimo no se declaró el modo y ter*
minos con que debian recusarse, por que hasta
entonces no había ocurrido caso para la declara-»
toria. En un asunto particular la solicitó un
ciudadano ; y V. E. no hallando nada dispuesto
sobre recusaciones en las leyes de la República,
y concillando la dignidad de los jueces con la
libertad de los litigantes, determinó que para la
recusación se probase la causa sin dar fianzas, ni
obligarse á pena alguna el recusante, como lo
prevenían antes las disposiciones del Código Es*
pañol; que, queriendo divinizar á los oydores,
castigaban al que se atrevía á manifestar que nd
tenia confianza en sus juicios, porque las pasiones,
el error, ó la ignorancia podían dirigirlos. %
El tribunal de justicia. del departamento no ser
conformó con la resolución de V. E< La reclamó,
pero V. E. no hallando fundado motivo para revo-
carla, y consultando con el Exmo. Señor Liberta-*
dor Presidente, que por entonces se hallaba en esta
668
capital» declaró en 17 de Marzo, que no tenia
lugar la que se proponía dirigida, á que los recu-
santes prestasen la fianza de que se les había rele-
vado.
El tribunal de justicia puede sentenciar, apli-
cando mal la ley ó disposición, ó faltando abierta-
mente á su tenor, y en este caso hay un recurra
de injusticia notoria al poder executivo, conforme
á la constitución provisional, y al reglamento de
18 de Febrero de 1819* Eran ya- muy frequen-
tes los recursos que de esta clase se dirigían, y la
temeridad de los litigantes habia convertido en
veneno lo que por su salud se estableció. Faz»
refrenarlos, el tribunal indicado propuso á V. E.
que se mandasen observar las leyes del código
Español, que prevenían á los recurrentes diesen
fianzas para el pago de cierta cantidad en que se
les condenaba, si sus recursos no eran fundados ;
y V. E. atendiendo al bien publico, interesado en
la pronta conclusión de los pleitos, y en que las
cosas tengan dueño, dictó en 17 de Marzo la pro-
videncia que se solicitaba.
Por la constitución y reglamento citados, solo
S. E. el Presidente de la República puede cono-
cer en los casos de injusticia notoria, y á él solo
corresponde impugnar las sentencias del poder
judicial ; y como S. E. hallándose al frente de
los exercitos, dirigiendo las operaciones, no tenia
una residencia fiza, esta disposición presentaba en
su execucion muchos inconvenientes. Los expe-
dientes no se les podían remitir con seguridad,
669
ni S. E. ocupado en mas graves atenciones, podía
resolverlos con prontitud : entretanto las senten-
cias estaban suspensas, é indecisos los derechos
de las partes, que padecían notablemente con la
tardanza. V. £• se lo representó, y S. E. enton-
ces dictó el decreto 20 de Junio, creando una
comisión de gobierno en esta capital, en quien
delegó sus facultades para conocer y determinar
de los recursos de injusticia notoria. V. E. la
estableció inmediatamente, y los negocios tienen
un breve y pronto curso con evidente utilidad de
los litigantes, quando las sentencias están confor-
mes á las leyes.
Resta aun que hacer en esta materia ; pero es
del resorte del supremo poder legislativo suplir
lo que falte. La constitución previene, que si el
poder judicial insiste en los decretos que se le han
impugnado, el executivo dé cuenta al senado para
que decida definitivamente. El tribunal de jus-
ticia del departamento ha usado algunas veces
de la facultad que se le concede : V. E. ha sus-
pendido las determinaciones, y remitido á S. E.
el Presidente los asuntos que en largo tiempo no
se han vuelto, pot la enorme distancia que media
entre Cundinamarca y el centro del Gobierno
Supremo. En la administración de justicia, es
preciso que los términos y las distancias se acor-
ten, para que no perezcan los derechos individua-
les, como sucedió baxo el régimen Español, que
hubo pleito en que las partes perdieron toda su
fortuna antes de haber visto la resolución. El
G70
Congreso General, como es de esperarse, allanara
tan graves inconvenientes.
' V. E. los previo aun mas grandes, quando el
Congreso de Guayaría resolvió que la alta-corte
de justicia de la República quedara reasumida en
él tribunal establecido para el departamento do
Venezuela, pues que el de Cundinaraarcá se
éreyó abolido, y entendió que por el decreto se
debían remitir todos los asuntos en segunda ins-
tancia basta aquella plaza. Se lo expresó á V.
E. indicándole que en obedecimiento el tribunal
quedaba disuelto : y V. £. figurándose los males
que de esta medida se seguirían, provisionalmente
dispuso que los ministros no cesaran en sus fun-
ciones ; y dirigió al Exmo. Señor Presidente una
exclamación enérgica y vigorosa, en virtud de la
que la diputación permanente declaró, que el
animo del Congreso no habia sido extinguir el
tribunal de justicia de Cundinamarca, y aprobó
la disposición provisional de V. E.
- La función del magistrado no se Umita á la
administración de justicia de particular á particu-
lar ; ella abraza mas vastos objetos, teniendo á su
cargo imponer castigos á los delinquientes, y hacer
reparar el agravio que por el crimen ha sufrido
lá sociedad. Consideración que ha influido en'
V. E. para fulminar diversas penas contra los que
han infringido el pacto social, los derechos del
Hombre, y las leyes que los conservan.
Es sin duda un delito usurpar la propiedad dé
otro ; pero es mas grave quando ella pertenece á
671
la República, y por esto las leyes. Romanas, y las
de la antigua legislación Española, lo castigaban
ton la muerte. V. E. no tan inexorable como
días, pero siempre armado de un justo rigor
contra los malversadores de los intereses públicos,
quando por el decretó de 21 de Enero previno
que los comisionados de seqüestros diesen cuenta
de su manejo, dispuso también que se les casti-
gase con cinco anos de presidio, si resultaban
alcanzados -.—prevención saludable, que aunque
no ha tenido aplicación por la honradez y buena
conducta de la mayor parte de los comisionados,
ha quitado á los que no tubieran estas calidades
el poder de dilapidar unos caudales, en que tanto'
interés tiene el estado como los particulares.
En efecto, los ascendientes y descendientes de
los que han padecido el embargo de sus bienes,
como que deducido el tercio y quinto el resto les
corresponde, tenían un derecho para quexarse y
reclamar, si en algo se les defraudaba por los ad-
ministradores de seqüestros. V. E. ninguna re-
clamación ha recibido de esta clase, y los intere-
sados, tanto en virtud de aquel decreto como por
los que ha dictado el tribunal de justicia á sus
gestiones, y que V. E. ha mandado poner en exe-
cucion, gozan ya de sus propiedades, libres de la
miseria á que en igual caso condenó el Gobierno
Español á las familias de los afectos á la libertad.
V. E. para que entrasen inmediatamente en la
posesión de sus* * fincas y haberes los interesados
en los seqüestros, no solo les ha admitido el pago
8
672
del tercio y quiote en víveres y en efectos; na
solo les ha concedido que reconozcan en las mis*
mas fincas que se les han devuelto, la cantidad
perteneciente al erario, sino que por el decreta
de 1 de Agosto excitó á los acreedores, y á los que
tubiesen algún derecho en los bienes embargados»
á que quanto antes lo reclamasen. Con tal fin,
les asignó el termino ultimo y perentorio de dos
meses, contados desde aquella fecha, para que
ocurriesen con sus demandas al tribunal de jus-
ticia, y declaró, que pasado este tiempo ninguna
gestión seria admisible para estimular asi á los
negligentes y descuidados. Tanta es la liberali-
dad de los que gobiernan la República, que cuidan
de la felicidad y bien-estar aun de las familias de
los enemigos de la independencia.
Entre los que han sufrido el embargo hay mu-
chos que no tienen ascendientes ni descendientes»
y no habiéndose aprovechado de las amnistías del
Congreso, ninguna indulgencia cabe ya con dios,
en quanto á la devolución de sus bienes, que por
su qualificada renuencia en presentarse á las au-
toridades de la República, deben quedar para
siempre confiscados. £1 tratado de armisticio ha
brindado la ocasión á esos emigrados de volver á
los lugares de su antigua residencia ; y V. E. para
que no creyesen que su vuelta tenia los efectos
que el postlirainio entre los Romanos, en SO de
Diciembre decretó, que ninguna reclamación se
les oiria por sus haciendas y fincas embargadas,
y que estas seguirían administrándose por el
678
estadp, hasta que el Congreso General determinase
otra cosa*
Los diezmos se cuentan también como renta de
la República, y le pertenecen en la mayor parte
por los novenos, por las vacantes mayores y me-
nores, y por las cesiones que han hecho de sus
haberes los párrocos. Considerables cantidades
se adeudaban al ramo hacia muchos años; y co-
njo su pago, ademas de ser de justicia, debia pro-
porcionar al Gobierno medios de ocurrir á las
necesidades del erario, sin gravar tanto á los pue-
blos, V. E. por el decreto de 24 de Mayo, dispuso
que todos los deudores á diezmos, dentro de dos
meses, hicieran proposiciones para satisfacer sus
créditos, y á los que no las hicieran, los conmino
con la pena de dos años de presidio. Este de-
creto tubo el mejor resultado, y el erario ya en
dinero, ya en víveres y efectos, para las tropas, ha
ingresado quantiosas sumas.
Son los derechos de la sociedad un producto de
los derechos individuales, y el Gobierno que. cuida
de, la conservación de los unos, debe procurar
igualmente que se mantengan ilesos los otros. El
de propiedad, y de seguridad, estaban atacados
por algunos malvados, que escalaban las casas,
violentaban y maltrataban á los dueños, y les pilla-
ban sus bienes. Hasta en esta ciudad y sus arra-%
bales, á pesar de la vigilancia de los magistrados,
y del zek> de las patrullas, se sufría el mal ; y como
quando el delito es muy repetido, es preciso para
contenerlo un crudo escarmiento, . como dice una
TOM. II. ü U
de nuestras leyes, V. E. conforme á efia deter-
minó, en 17 de Julio, que los ladrones á quienes
se les convenciese haber cometido el crinen con
escalamiento de casa, y forzando á los dueños, en
sumario, y con sola su confesión, se les condenase
á muerte, haciéndote exequible la sentencia á k
mayor brevedad. Con la publicación de esta pro-
videncia cesaron y se contubieron absolutamente
«nos atentados, que por sa qnalidad y circunstan-
cias eran de la mayor gravedad.
Contribuyó mucho la aprensión de los que ha*
bian sido autores de ellos, para lo qaal fue preciso
usar de la fuera. Unos desertores los habían
causado, y formado el proyecto de armarse en
guerrillas, con el auxilio de algunos perversos, que
tienen su interés en el desorden, y con el de al-
gunos Españoles que desde la acción de Boyaca
estaban escondidos. La tranquilidad publica era
amenazada, y para restablecerla, usando V. E.
de la facultad que en este caso concede la consti-
tución al poder executivo, hizo prender á los de*
sertores, y á todos sus cómplices ; y seguido el
proceso basta que resultó un grado de convenci-
miento al que no podían negarse, á los principales
los condenó á muerte, y á los cómplices, según su
mayor ó menor complicidad, los destinó al servi-
cio del exercüo, ó á destierro á Casanare, Neyva
y S" Martin.
Después de este acto de rigor para asegurar
mas la tranquilidad publica, que nunca dexaria
de ser turbada, mientras permaneciesen algunos
©75
ocultos en los montes» V. £. creyó conveniente
usar de beneficencia. £1 armisticio, y el tratado
de regwtarizacion de la guerra, presentaban un
motivo digno y decoroso ; y V. E» se aprovechó
de él para expedir en 21 de Diciembre una am-
nistía á todos los que se hallasen en aquellas cir-
cunstancias» y que dentro de ocho ditas se presen-
tasen al juez mas inmediato. Los que lo han
hecho se hallan ahora en el seno de sus familias,
cumpliendo con sus deberes, y viviendo sin zozo-
bras*
Aunque el Gobierno tome las medidas mas
enérgicas para contener el crimen, como no esta
en su poder que los hombres sean todos justos
y virtuosos» siempre habrá quienes le cometan :
habrá ladrones, y es de necesidad castigarles, para
que expíen con la pena la infracción de sus debe-
res. Con este fin estableció V. E. el presidio de
las Minas de la Baxa, que arregló y organizó el
gobernador comandante-general de Pamplona por
orden de V. E. ; y adonde, conforme al decreto de
6 de Abril, deben remitirse los reos de hurto de
las provincias de Neyva, Mariquita, Casanare,
Socorro, Tunja, Bogotá, y la misma de Pamplona,
condenándose en sumario, como está prevenido
en una de nuestras leyes, y consultándose la sen-
tencia con el tribunal de justicia del departamen-
to. Algunos han seguido ya: el trabajo y la
ocupación les harán mudar de hábitos y costum-
bres, y la Bepublica se utilizara con su reforma.
676
Neyva, Mariquita, y Bogotá, se hallan á mucha
distancia de Pamplona, y los reos sufren dema-
siado en un viage tan largo» haciéndoseles el casti-
go mas duro por .el absoluto abandopo de sus f&»
milias. La humanidad se interesa por ellos» y la
justicia exige que sufran la pena, ai posible fuere,
en el mismo lugar en que cometieron el delito,
para que sea mas visible el. escarmiento. V. E.
pretende conciliario todo, estableciendo, otro pre-
sidio en la mina del Mal-Paso de Mariquita, cuyo
dueño ha convenido con el Gobierno en que ae
administre por el estado, dándole á él una ter-
cera parte de los productos netos, deducidos los
costes que el debe también satisfacer en una. ter-
cera parte. Los seis meses primeros acreditaran
si esa administración le és ó no útil al. erario, y
según lo que resultare baxo datos ciertos, podra
* V. E. establecer el presidio . de un modo perma-
nente y duradero*
Le faltaba áV.E, corregir otro defecto en que
se incurría repetidamente : el de. creerse cada
ciudadano autorizado para resistir la admisión de
la moneda que estaba . en circulación. Es un
desacato á la soberanía nacional, á quien priva-
tivamente corresponde determinar el peso y el
valor de la moneda, y n» á pingun particular j
pero como este irrespeto provenia de las varia-
ciones que entre nosotros ha habido, y de que la
moneda macuquina da motivo 4 dudas por estar
alguna absolutamente recortada, qo era de casti-
garse con el rigor que en otras circunstancias se
677
debia. V. E. se ha limitado á decretar en las pro-
videncias de 21 de Febrero y de 24 de Marzo, que
se les exígan multas á los que resistieren admitir
las monedas, que por las leyes vigentes, y por las
resoluciones de los cuerpos legislativos de la Re-
pública, se han declarado legitimas ; y que V. E.
designó expresa y nominalmente, añadiendo con
respecto á la macuquina, que se recibiese por su
valor imaginario, con tal que el recorte no fuera
tanto que hubiera perdido las dos terceras partes
de su peso.
- Pero todas estas providencias para su execu-
cion y la mejor administración de justicia exigían
el arreglo de los territorios, sin el qual las autori-
dades y justicias, empeñándose freqüen temen te
en competencias, no pueden dar acción á las dis-
posiciones, aun las mas benéficas. V. £. para
evitar inconvenientes de tanta trascendencia, fixó
provisionalmente, y hasta la resolución del Con-
greso General, los limites de las provincias de
Mariquita y Bogotá, que en todos tiempos han
dado materia á disputas, é hizo arreglar los de los
cabildos de Antioquia, cuya división era embara-
zosa.
En medio de tantos cuidados, y rodeado de
tantas atenciones, V. E. ha tenido la satisfacción
de ver reinar la armonía y la concordia entre to-
das las autoridades del departamento. Si alguna
vez se han suscitado competencias, ni las pasiones
ni la ambición han tenido parte en ellas, sino el
mejor cumplimiento de las leyes, y el decoro de
678
los empleos. V. E. las ha decidido, y con sa re-
solución, los magistrados han quedado contentos,
y sus debates han cesado sin que el publico haya
sufrido con ettos.
La misma armonía ha existido entre los pue-
blos y sus gefes, á quienes respetan y quieres, y
en cuyo acierto y honradez confian. Si V, EL ha
tratado de separar algunos de ellos paca darles
otro destino, inmediatamente ha recibido repre-
sentaciones de los cabildos reclamando esa medi-
da; y V. E. atento siempre al interés publico, se ha
visto precisado á ceder. V. E. ha estado siempre
pronto á oír las quexas de los pueblos, y con igual
prontitud les ha impartido la justicia que han te»
nido : si alguna vez la indisciplina militar traspasó
los limites que se tienen señaladas á la milicia,
V. E. ha corregido inmediatamente al infractor,
y ha establecido la mas posible armonía entre
ella y el paisanage.
V. E. debe tener la mas grande satisfacción, de
que durante su administración todo ciudadano ha
vivido seguro en su hogar, y ha disfrutado con
libertad de sus propiedades : que su autoridad ha
vigilado constantemente sobre la tranquilidad in-
dividual de los ciudadanos, y la general del de-
partamento : que no se ha conocido facción, ni
partido alguno ; y que sus providencias de qoal-
quiera genero han sido executadas con prontitud,
con zek), y actividad*
Tal es, Señor Exmo. el quadro de la conducta
de V. E. en el año que termina : los pueblos
679
(Hieden juzgar por él, si V* E. ha procurado cum*
plir con su deber, y hacerles sentir la diferencia
de la dominación Española. El Congreso Gene*
ral, á quien V. E. va á someter todas las provi-
dencias de que he informado» y delante de cuya
soberana autoridad V, E. se presentara á dar
cuenta de su administración, reformara y añadirá
todo lo que es preciso para elevar la República al
grado de perfección posible. El Congreso com-
pletara la obra de la independencia empezada» y
seguida á tanta costa» consolidara la unión, y
dará á Colombia las instituciones y las leyes mas
liberales, y mas adequadas á las luces del siglo, y
á la voluntad general de los pueblos. Entretanto
V. E» puede gloriarse de haber concurrido con
todos sus esfuerzos á hacer librea á sus compatrio-
ta*, después de haber combatido por hacerles in-
dependientes.
Exmo. Señor, Estanislao Vergara , Exmo. Se-
ñor, Vice-Presidente General Francisco de
Paula Santander.
Bogotá, 31 de Diciembre de 1820,
Las Memorias antecedentes fueron dirigidas al
Poder Executivo de la República con el siguiente
oficio : —
Señor Ministro, — Ninguna satisfacción puede
llenar el corazón de un magistrado, como la de
680
presentar su conducta delante de los ojos del
Gobierno, y de sus mismos conciudadanos. Esta
me cabe á mi actualmente presentando á & E. el
Libertador Presidente, por medio de V. S. las
memorias adjuntas, en que S. £. encontrara re-
unidas las medidas y providencias que me han
tocado dictar en el año pasado, como gefe de este
vasto departamento.
No me es dado vanagloriamente de haber acer-
tado ; pero sí, puedo jactarme de haber cumplido
activamente las ordenes de la suprema autoridad,
y de que mi zelo por su cumplimiento no ha alte-
rado la tranquilidad de estas provincias. Desde
las bocas del Magdalena hasta el Arauca, y
desde Popayan hasta el Tachira, no hay mas que
una opinión, y un interés, — la independencia.
V. S. hará de estos documentos el uso que es-
time conveniente, y ofrezco á V. S. pasar por
separado los decretos y providencias de que ellos
hacen mención, para que en oportunidad se pasen
al Congreso General.
Dios guarde á V. S. muchos años.
F. P. Santander.
Bogotá, Enero 15. de 1821.
Señor Ministro de Guerra del Gobierno de
Colombia.
681
Estado, que demuestra las cantidades remitidas
por las Caxas de Bogotá, en todo el año de
1820, á los diferentes Cuerpos del Exercito,
Factorías, y pagos verificados por su Equipo y
Subsistencia.
251,200
0
34,000
0
48,000
0
36,000
0
34,000
0
33,000
0
Ai quartel-general Libertador,
Mas á orden de S. E. el Presidente,
Al Señor General Paez en moneda
recogida por el Virrey, 38,000
pesos, y en doblones 10,000 pesos,
Al Cauca, y exercito de Popayan,
Al exercito del Magdalena,
Al Exmo. Almirante,
A Onda, para tropas y fuerzas su-
tiles, - - - 7,000 0
A Ney va, para tropas y víveres para
el sur, - - -
A acreedores extrangeros,
A la Maestranza de Bogotá,
Abonados á diezmos, por suplemen-
tos al exercito
Abonados á particulares por lo
mismo,
A la factoría de Ambalema,
A la factoría de Pie-Cuesta,
Sttma,
9,000
17,265
35,000
0
2*
0
24,837
H
2,994
14,000
6,000
3
0
0
552,296
6|
68*
Nota. — No se han incluido las cantidades in-
vertidas en prest, y paga de los diversos cuerpos,
que han permanecido en las provincias interiores,
en raciones, nitros, y vestuarios ; ni las que se han
consumido en los hospitales, botiquines, sueldos de
los empleados de hacienda y de la administración
civil ; ni los pagos de inválidos, pensiones, y re-
ditos de los principales impuestos en los fondos
públicos ; ni las cantidadas, que de las cazas de
provincias se han remitido directamente á loa exer-
citos, compras de armas, &c &c
Estado de las Cantidades Acuñadas en la Casa
de Moneda de Bogotá, desde 1 de Septiembre
1819, hasta 19 de Deciembre 1820.
En pesos fuertes y pesetas, hasta
Diciembre de 1819, - - 47,100 0
En pesos y pesetas, en todo el año
de 1820, - - 181,36» 0
Total en plata, 2*8,463 0
En oro el año de 1820, nueve mil
ciento sesenta marcos, cinco onzas
y dos ochavas, que importan, 1,191,963 0
Total de la amonedación en plata
y oro, - - - 1,420,426 2
683
Un millón quatrocientos veinte mil quatrocientes
veinte y seis pesos fuertes, y dos reales.
Bogotá, 4 de Enero de 1821.
Finnado por el Cantador»
José Joaquín Zbbszukla.
Visado por el Superintendente,— Pey.
Estado Comparativo del Producto Liquido de la
Salina de Zipaquira, en 1890, baxo el Gobierno
de Colombia, con el Producto de 1818, baxo
el Gobierno Español >
Sal vyua* Sal común. Liq. prod.
Año de 1818.
Arrobas vendidas, 219,176 148,959 74,000 pesos.
A£o de 1820.
Arroba* wyididaa, «1,716 ««,$764; 126,199 pesos.
wfm^mm
Diferencia en favor del año de 1820, 52,199 ps. liq.
Nota. — £1 producto total en 1818 alcanzó á
136,610 pesos, y en 1820 á 216,199 pesos.
Bogotá, Enero 5. de 1821.
El Administrador,
Cristóbal de VergAra.
684
Artículos Fabricados en la Maestranza de
*
Bogotá, en el ano de 1820.
Gorras para infantería,
6,040
Gorras para Caballería,
461
Fornituras completas,
13,366
Sillas, para Caballería,
639
Maletones, - - - -
902
•
Armería.
Fusiles muy inútiles habilitados,
1,933
Carabinas inútiles habilitadas,
129
Fusiles recompuestos de los menos
inútiles, - - -
2,198
\
Nota.— No es fácil incluir el por menor de to-
dos los trabaxos en erraduras, caxones, morrtage
de artillería, porta-fusiles, y tantos otros artículos
de que han menester las tropas.
Fabrica de Pólvora.
Se han fabricado 641 arrobas de pólvora.
Se han labrado 246,547 balas de fusil.
Existen para la fabrica, 596 arrobas de nitro,
y, - 200 azufre.
Bogotá, 31 de Diciembre de 1820.
Firmado por el Director,
José María Barríonüevo.
685
Nota. — No ha sido posible presentar todos los
estados generales de que se ha hecho mención j
porque ni los particulares han podido remitirse
uniformes, ni el tiempo ha sido suficiente, pues
todos se han pasado inmediatamente al Congreso
General, en donde era indispensable su conoci-
miento.
Para publicar los estados de los artículos con
que cada provincia ha concurrido á formar y
equipar el exercito, seria preciso un legajo abul-
tado y costoso. Se omite por esto, y porque no
hay Colombiano que no los conozca.
FIN.
Edinburgo:
Impreso por Walkor y Grog.
t»
14
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Please rcturn promptly.
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