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Full text of "Colombia: siendo una relacion geografica, topografica, agricultural, comercial, politca, &c. de aquel pays, adaptada para todo lector en general, y para el comerciante y colono en particular"

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COLOMBIA: 


SIENDO 


UNA  RELACIÓN  GEOGRÁFICA,  TOPOGRÁFICA, 

AGRICULTURAS  COMERCIAL,  POLÍTICA, 

&c.  DE  AQUEL  PAYS, 


ADAPTADA  PARA 

TODO  LECTOR  EN  GENERAL,  Y  PARA  EL 

COMERCIANTE  Y  COLONO 

EN  PARTICULAR. 


TOMO  SEGUNDO. 


&     LONDRES: 

PUBLICADO  POR  BALDWIN,  CRADOCK,  Y  JOY. 


1822. 


CQLLESE    f 
¿/ORA** 


Edinburgo :        v 
Impreso  por  Walker  y  Grttg. 


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CONTENIDOS 


DEL 


SEGUNDO  TOMO. 


CAPITULO  I.    ' 


DEL  PRODUCTO. 


Sbcc.  1.  Minas, 

2.  De  la  Pesca  de  Perlas, 

3.  Azúcar, 

4.  Café, 

5.  Cacao, 

6.  Tabaco, 

7.  Algodón, 

8.  Añil, 

9.  De  otras  Producciones  Vegetales, 
10.  Del  Producto  Animal, 


Pagina  l 

13 

17 

53 

73 

104* 

118 

127 

142 

151 


'  CAPITULO  If. 
Dsl  Comercio. 


Secc.  1.  De  su  Estado  Antiguo,       .        .        .        .  158 

2.  De  las  Ventajas  Topográficas,     .        .        .  163 

3.  Géneros  Apetecidos  en  los  Mercados  de  Co- 

lombia,   218 

4 


VI 


Skcc.  4.  Estado  del  Comercio. — Derechos  de  Entrada, 

&c Pagina  245 

5.  De  las  Ventas,  ¿re 254 

6.  Del  Comercio  por  Menor,  •  258 

7.  Del  Trafico  entre  las  Provincias,  260 

8.  De  las  Compras  del  Producto,  &c.      .        .        261 

9.  Derechos  de  Extracción,  flete,  Seguros,  6c.     271 

10.  Importe  de  las  Extracciones  é  Ingresos,     .        273 

11.  Del  Comercio  de  Guiana,  y  en  particular  del 

de  Animales,  .....        283 

CAPITULO  III. 
Historia  t  Estado  Político,  .        296 


COLOMBIA 


CAPITULO  I. 


DEL  PRODUCTO. 


SECCIÓN  I. 

MINAS. 

íák  roca  de  gneiss,  dice  Humboldt,  que  algunas 
veces*  se  cambia  en  granito  de  nueva  formación, 
y  á  veces  en  pizarra  de  mica,,  pertenece  en  Ale- 
mania á  la  especie  de  rocas  mas  metalíferas ;  pero 
en  el  Nuevo  Continente,  no  se  ha  observado  hasta 
ahora  qué  encierre  metales  bastante  preciosos  que 
merezcan  ser  labrados.  Las  minas  mas  celebres 
de  México  y  del  Perú  se  hallan  en  el  schistus 
primitivo  y  transitivo,  en  el  semi-porfíro,  en  el 
grauwakke,  y  en  la  piedra-cal  alpina.  En  varios 
parages  del  valle  de  Caracas,  el  gneiss  contiene 
una    pequeña  cantidad   de  oro,    esparcida  por 

*  Especialmente  á  grandes  elevaciones. 

TOM.  II.  A 


varias  venillas  de  quartz,  plata  sulfureada,  azul  de 
cobre  virgen,  y  galena;  pero  está  en  duda,  si 
estas  diferentes  substancias  metalíferas  no  son 
acaso  demasiado  pobres  para  que  merezcan  ser 
trabaxadas. 

Al  tiempo  de  la  conquista  de  la  provincia,  á 
mediados  del  siglo  diez  y  seis,  se  hicieron  algu- 
nas tentativas  para  este  objeto.  Desde  el  pro- 
montorio de  Paría  hasta  mas  arriba  del  Cabo  de 
Vela,  los  navegantes  habían  hallado  adornos  de 
oro,  y  oro  en  polvo,  entre  los  habitantes  de  la 
costa.  Penetraron  en  el  interior  del  pays  para 
descubrir  de  donde  venia  aquel  metal  precioso ; 
y  aunque  la  información  que  obtubieron  en  la 
provincia  de  Coro,  y  en  los  mercados  de  Curiana 
y  Cauchieto,  casi  probaba  que  la  verdadera  ri- 
queza mineral  no  se  hallaba  mas  que  al  oeste  y 
al  sud-oeste  de  Coro,  es  decir,  en  las  montañas 
que  están  cerca  de  las  de  Cundinamarca,  sin  em- 
bargo casi  toda  la  provincia  de  Caracas  fue  ex- 
plorada con  codicia. 

La  conquista  de  la  provincia  de  Venezuela 
habiendo  comenzado  á  su  extremidad  occidental, 
las  montañas  vecinas  de  Coro,  Tocuyo,  y  Barqui- 
simeto  atrageron  primero  la  atención  de  los  con- 
quistadores. Estas  montañas  se  juntan  con  las 
Cordilleras  de  Nueva  Granada  (las  de  Su  Fé, 
Pamplona,  La  Grita,  y  Merida,)  á  la  cadena  de 
la  costa  de  Caracas.  Es  una  tierra  tanto  mas 
interesante  para  el  geognosto,  quanto  no  hay 
mapa  alguno  que  haya  aun  dado  á  conocer  las 


ramificaciones  de  las  montañas,  que  salen  de  los 
paramos  de  Niqukao  y  las  Rosas,  el  ultimo  de 
los  quales  sube  á  la  altura  de  1600  toisas  hacia 
el  nort-este.  Entre  Tocuyo,  Araure,  y  Barqui- 
simeto,  se  levanta  el  grupo  de  las  montañas  de 
Altar,  que  se  juntan  al  sud-este  con  el  paramo 
de  Las  Rosas.  Un  ramo  del  Altar  se  extiende 
al  nort-este,  por  S*  Felipe  el  Fuerte,  juntándose 
á  las  montañas  graníticas  de  la  costa  cerca  de 
Puerto  Cabello.  La  otra  cadena  se  dirige  al  este 
hada  Nirgua  y  Tinaco,  y  junta  la  cadena  del  in- 
terior, la  de  Yusma,  Villa  de  Cura,  y  Sabana  de 
Ocumare. 

Todo  el  pays  que  acabamos  de  describir,  separa 
las  aguas  que  corren  al  Orinoco  de  las  que  en- 
tran en  el  inmenso  lago  de  Maracaibo,  y  en  el 
Mar  Caribe.  £1  clima  que  presenta  antes  es 
templado  que  caliente ;  y  en  el  pays  consideran 
su  suelo,  á  pesar  de  una  distancia  de  mas  de  cien 
leguas,  como  una  continuación  del  suelo  metalí- 
fero de  Pamplona. 

Fue  en  el  grupo  de  las  montañas  occidentales 
de  Venezuela,  que  los  Españoles,  en  el  año  1551, 
labraron  la  mina  de  oro  de  Buria,  que  fue  la 
causa  de  la  fundación  de  la  ciudad  de  Barquisi- 
meto.  Pero  estas  obras»  como  otras  machas  que 
se  abrieron  sucesivamente,  fueron  abandonadas. 
Aquí,  como  en  todas  las  montañas  de  Venezuela, 
el  metal  virgen  ha  variado  mucho  en  su  producto. 
Las  venas  principales  se  hallan  muy  amenudo  ó 
bien  divididas  ó  sino  apagadas ;  y  los  metales  no 


4 

se  presentan  mas  que  en  pedacitos,  presentando 
apariencias  las  mas  engañosas.  Sin  embargo  no 
es  mas  que  en  este  grupo  de  montañas  de  S» 
Felipe  y  Barquisimeto,  que  las  minas  han  sido 
labradas  hasta  nuestros  dias.  Las  de  Aroa,  cerca 
de  Sn  Felipe  el  fuerte,  situadas  en  el  centro  de 
un  pays  sumamente  malsano,  son  las  únicas  mi- 
nas que  se  labran  en  toda  la  Capitania-tíeneral 
de  Caracas.  Producen  una  pequeña  cantidad  de 
cobre. 

Después  de  las  minas  de  Buria,  cerca  de  Bar- 
quisimeto, las  del  valle  de  Caracas,  y  de  las  mon- 
tañas cerca  de  la  capital,  son  las  mas  antiguas. 
Francisco  Faxardo,  y  su  muger  Isabela,  de  la  na- 
ción de  los  Guayquerías,  los  dos  fundadores  de 
la  villa  de  Collado,*  visitaban  á  menudo  el  ter- 
reno en  el  que  se  halla  ahora  la  capital  de  Vene- 
zuela. A  este  sitio  dieron  el  nombre  del  Valle 
de  Sn  Francisco  ;  y  habiendo  visto  á  los  naturales 
con  algunos  pedacitos  de  oro,  Faxardo  logró,  en 
1560,  descubrir  las  minas  de  Los  Toques, t  al  sud- 
oeste de  Caracas,  cerca  del  grupo  de  la  montana 
de  Cocuiza,  que  separa  los  valles  de  Caracas  y 
de  Aragua.  Se  cree  que  en  el  primero  de  estos 
valles,  cerca  de  Baruta,  (al  sud  del  pueblo  del 
Valle),  los  naturales  habian  hecho  algunas  ex- 

*  Caravalloda. 

f  Trece  años  después,  en  1573,  Gabriel  de  Avila,  uno  de 
los  alcaldes  de  la  nueva  ciudad  de  Caracas,  comenzó  de  nuevo 
a  trabaxar  aquellas  minas,  que  desde  entonces  fueron  llama- 
das Las  Minas  Reales  de  Nuestra  Señora. 


cavaciones  en  venas  de  quartz  aurífero ;  y  que 
quando  los  Españoles  se  establecieron  allí,  y  que 
fundaron  la  ciudad  de  Caracas,  llenaron  de  agua 
los  pozos  que  se  habían  secado.  Es  imposible 
ahora  verificar  este  hecho ;  pero  es  cierto,  que 
mucho  tiempo  antes  de  la  conquista,  uno  dé  los 
medios  de  cambio  era  los  granos  de  oro,  entre 
ciertas  naciones  del  Nuevo  Continente.  Daban 
oro  para  comprar  perlas ;  y  no  debe  parece  muy 
singular,  que  después  de  haber  por  mucho  tiempo 
recogido  los  granos  de  oro  en  los  riachuelos,  las 
naciones  que  gozaban  de  habitaciones  fixas,  y  que 
se  empleaban  en  la  agricultura,  hubiesen  tratado 
de  seguir  las  venas  auríferas,  en  la  superficie  del 
suelo.  Las  minas  de  Los  Toques  no  pudieron 
labrarse  tranquilamente,  hasta  la  completa  derrota 
del  Cacique  Guaycaypuro*  uno  de  los  mas  celebres 
gefes  de  Los  Toques,  que  combatió  por  tanto 
tiempo  con  los  Españoles  por  la  posesión  de  la 
provincia  de  Venezuela. 

También  hay  otro  punto  que  llamó  la  atención 
de  los  conquistadores,  por  la  indicación  de  minas, 
tan  temprano  como  á  fines  del  siglo  16.  Al  se- 
guir el  valle  de  Caracas  al  este  de  Caurimare,  en 
el  camino  de  Caucagua,  se  llega  á  un  pays  mon- 
tañoso y  montuoso,  donde  hacen  mucho  carbón, 
y  que  llevaba  antiguamente  el  nombre  de  la  pro- 
vincia de  Los  Manches*  En  estas  montañas 
orientales  de  Venezuela  el  gneiss  pasa  á  un  estado 
talcoso.  Contiene,  como  en  Salzbourg,  venas  de 
quartz  aurífero.     Las  labores  emprendidas  desde 


hace  tanto  tiempo,  han  sido  amenudo  resumidas  y 
abandonadas. 

Las  minas  de  Caracas  eatubieron  abandonadas 
por  mas  de  cien  años»  Pero  á  fines  del  ultimo 
siglo,  el  intendente  de  Venezuela,  DD  José  Avalo, 
volvió  á  dar  en  las  ilusiones  que  habían  lisongeado 
la  avaricia  de  los  Conquistadores.  Se  le  figuró 
que  todas  las  montañas  cerca  de  la  capital  con- 
tenían grandes  riquezas  metálicas.  £1  Conde  de 
Galvez,  Virey  de  Nueva  España,  que  se  hallaba, 
en  aquel  periodo  en  Tierra  Firme,  para  examinar 
sus  fortificaciones  y  estado  de  defensa,  dio  orden, 
á  instigación  del  intendente,  para  que  enviasen 
de  México  algunos  mineros.  Por  desgracia  la 
elección  no  fiíe  dichosa:  los  que  fueron  em- 
pleados no  sabían  distinguir  una  sola  roca ;  todo 
se  les  imaginaba  oro  y  plata.  Los  dos  principales 
de  estos  mineros  tenian quince  mil  francos  anuales; 
y  dé  consiguiente  no  era  su  interés  el  desalentar 
á  un  gobierno,  que  estaba  dispuesto  á  no  ahorrar 
ningún  gasto,  para  promover  las  labores  de  las 
minas.  Sus  operaciones  se  dirigieron  hacia  la 
quebrada  de  Tipe,  y  á  las  antiguas  minas  de 
Baruta,  al  sud  de  Caracas,  donde  los  Indios,  aun 
hasta  el  tiempo  de  Humboldt,  recogían  algo  de 
oro.  £1  zelo  de  la  administración  disminuyó 
muy  pronto,  y  después  de  haber  incurrido  muchos 
gatos  inútiles,  la  impresa  de  las  minas  fue  entera- 
mente abandonada.  Algunos  quantos  pyritas 
auríferos,  algo  de  plata  sulfureada,  y  un  poco  de 
oro  nativo,  fue  todo  lo  que  se  halló,  y  en  un  pays 


en  el  que  el  trabaxo  es  sumamente  caro,  no  valia 
la  pena  de  trabajar  minas  tan  poco  productivas. 

Humboldt  visitó  la  quebrada  de  Tipe,  situada 
en  aquella  parte  del  valle  que  va  hacia  el  Cabo 
Blanco.  Vio  varías  venas  de  quartz  en  el  valle 
de  Tipe,  que  se  mostraban  sobre  el  terreno.  Con- 
tenían pyrites,  hierro  virgen  carboneado,  huellas 
de  plata  sulfureada  (glasserz),  y  pedazos  de  cobre 
virgen,  ó  fahlerz.  Las  obras  que  habían  empren- 
dido, ya  fuese  para  extraer  el  metal,  ó  para  ex- 
plorar la  naturaleza  de  su  lecho,  parecían  muy 
superficiales.  La  tierra  habiéndose  hundido,  y 
llenado  las  excavaciones,  era  imposible  juzgar  de 
la  riqueza  de  las  venas. 

Apesar  de  los  grandes  gastos  que  se  hicieron 
baxo  el  intendente  Don  José  Avalo,  la  grande 
qüestíon,  de  si  la  provincia  de  Venezuela  contiene 
minas  bastante  ricas  para  ser  labradas,  es  aun  pro* 
blematica.  Aunque  en  los  payses  que  faltan 
brazos,  la  agricultura  pide  sin  contradicción  las 
primeras  atenciones  del  gobierno,  sin  embargo  el 
exemplo  de  la  Nueva  España  basta  para  probar, 
que  el  labrar  metales  no  es  perjudicial  á  los  pro- 
gresos de  la  agricultura.  Los  campos  Mexicanos 
que  están  mejor  cultivados,  y  que  atraen  á  la  me- 
moria del  viagero  los  mas  hermosos  sitios  de 
Francia  y  del  sud  de  Alemania,  se  extienden  desde 
Silao  hacia  la  Villa  de  León  ;  y  están  en  la  vecin- 
dad de  las  minas  de  Guanaxualo,  que  tan  solo 
ellas  producen  una  sexta  parte  de  toda  la  plata 
del  Nuevo  Mundo. 


8 

Todo  considerado  parece,  que  lo  desgraciado 
de  las  empresas  mencionadas  han  libertado  á  los 
habitantes  de  Caracas  de  los  males  que  acom- 
pañan el  trabaxo  de  las  minas  de  oro  y  plata,  que 
mientras  que  duran  son  el  sepulcro  de  los  que  las 
labran ;  destruyen  el  germen  de  todas  las  virtudes 
sociales  y  domesticas ;  mantienen  el  libertinage 
y  la  disipación,  con  todas  los  vicios  que  siguen 
en  su  tren  ;  y  las  que,  una  vez  consumidas,  subs- 
tituyen la  pobreza  á  la  prodigalidad,  los  aventu- 
reros á  los  labradores  ;  y  envían  á  la  sociedad  los 
trabaxadores  que  empleaban  en  ellas,  sin  otro  re- 
curso ó  elección  que  la  mendicidad  ó  el  robó* 

Sin  embargo,  si  estas  provincias  no  han  gozado, 
ni  están  probablemente  destinadas  á  gozar  del 
lustre  transitivo  que  confieren  las  minas,  se  ha- 
llan ampliamente  indemnizadas  por  las  produc- 
ciones preciosas  é  inagotables  de  un  suelo,  que, 
por  razón  de  su  fertilidad  y  extensión,  será  la 
residencia  de  la  felicidad ;  y  eso,  precisamente, 
quando  los  payses  que  tanto  se  jactean  de  sus 
minas,  no  presentaran  mas  que  escombros,  ruinas, 
y  excavaciones  terríficas,  monumentos  melancóli- 
cos de  una  antigua  opulencia. 

Apesar  de  eso,  en  la  jurisdicción  de  Sn  Felipe, 
como  ya  hemos  observado  antes,  algunas  minas 
de  cobre  de  calidad  superior  son  un  objeto  de 
atención ;  pero  no  emplean  tal  numero  de  manos 
que  hagan  suspirar  á  la  humanidad  á  la  vista  de 
su  degradación,  ni  occasionan  una  perdida  tan 


grande  de  brazos,  que  perjudiquen  al  cultivo  de 
la  tierra. 

La  grande  cantidad  de  este  metal,  y  lo  baxo 
del  precio,  no  vendiéndose  á  mas  de  quince  duros 
por  quintal,  ha  inducido  á  la  nn.yor  parte  de  los 
colonos  que  cultivan  la  caña  de  azúcar,  á  hacer 
sus  calderones,  y  los  cilindros  de  sus  molinos,  de 
este  metal.    Es  probable  que  este  exemplo  se  se- 
guirá umversalmente,  en  particular  con  respecto 
á  los  calderones ;  pues  el  cobre  siendo  mas  dúctil 
que  el  hierro,  opone  menos  resistencia  á  la  acción 
del  fuego,  y  de  consiguiente  la  ebullición  va  con 
mayor  prontitud  en  los  calderones  de  cobre  que 
en  los  de  hierro,  de  lo  que  resulta  un  gasto  menos 
de  tiempo  y  de  leña.    Otra  razón  se  ofrece  en 
favor  del  cobre,  y  es,  que  quando  un  calderón  de 
hierro  ó  un  cilindro  se  rompe,  hay  una  perdida 
de  materiales  y  de  manufactura,  mientras  que 
quando  son  de  cobre,  el  propietario  sufre  una 
perdida  que,  á  lo  mas,  es  de  la  hechura. 

Ademas  de  abastecer  al  gasto  local,  estas  minas 
han  dado  17 1  quintales  para  extraer  por  Puerto 
Cabello,  que  es  el  puerto  mas  cómodo ;  y  la  can- 
tidad hubiera  sido  mayor  sin  las  circunstancias 
de  la  guerra. 

Sin  embargo  las  minas  de  Cundinamarca  son 
objetos  de  la  mayor  consideración  para  su  comer- 
cio. Se  puede  afirmar,  que  esta  porción  de  la 
República  es  tan  rica  en  tesoros  minerales,  como 
la  mas  rica  del  Sud  de  America.  Las  provincias 
de  Antioquia  y  Choco  son  peculiarmente  ricas. 


10 

La  plata  que  se  saca  de  ellas  es  sumamente  pura. 
También  se  encuentra  plomo  y  cobre,  pero  no  se 
sirven  mucho  de  ello.  De  allí  envían  á  Europa 
esmeraldas,  y  otras  piedras  preciosas.  Platina, 
que  se  creía  ser  peculiar  al  suelo  de  Choco. 
Azogue,  que  tan  útil  es  en  un  pays  de  minas,  se 
ha  descubierto  últimamente  en  la  provincia  de 
Antioquia  en  el  valle  de  Su  Rosa,  en  las  montañas 
de  Quindiu,  y  cerca  del  pueblo  de  Cuenca  en 
Quito. 

Las  minas  de  oro  de  Nueva  Granada  solamente, 
dice  un  escritor  moderno,  producen  anualmente 
mas  de  2,500,000  duros.  La  provincia  de  Choco 
podía,  sola  ella,  producir  anualmente  mas  de 
20,000  marcos,  si  al  poblar  mejor  esta  región,  que 
es  una  de  las  mas  fértiles  del  Nuevo  Continente, 
el  gobierno  volviese  su  atención  á  los  progresos 
de  la  agricultura.  Minas  de  plata  hay  en  la 
Vega  de  Supia  con  venas  muy  ricas.  Estas  minas 
que  también  producen  oro,  no  han  sido  descubi- 
ertas mas  que  veinte  y  cinco  años  ha.  Las  opera- 
ciones fueron  interrumpidas  en  conseqüencia  de 
un  proceso  entre  los  propietarios,  justamente  al 
momento  que  se  hallaban  estos  minerales  abun- 
dantemente. Por  lo  que  toca  á  las  minas  de  plata 
de  Pamplona,  y  las  de  S*  Ana,  cerca  de  Mari- 
quita, fueron  abandonadas  por  orden  del  Virey 
Español,  á  causa  de  la  mala  inteligencia  en  el 
modo  de  trabajarlas.  No  hay  duda  que  el  go- 
bierno volverá  á  labrarlas  en  mejores  tiempos, 
como  las  de  Sto  Christo  de  las  Laxas,  y  otras 


11 

cerca  del  rio  Guarino,  que  antiguamente  pro- 
ducían una  cantidad  considerable  de  plata. 

La  America  en  el  estado  presente,  necesita 
azogue  de  Europa;  pero  probablemente  muy 
pronto  no  tendrá  necesidad  de  ello.  £1  espíritu 
de  empresa  y  de  industria  aumentara  con  la 
libertad  y  la  población  del  pays.  Si  venas  pe- 
quenas  de  cinabrio,  que  apenas  están  desenter- 
radas, como  las  obras  que  existen  en  Huancave- 
Üca»  producen  anualmente  3000  quintales  de 
mercurio,  es  imposible  no  creer  que  si  se  hiciesen 
las  investigaciones  requeridas,  y  si  las  obras  se 
condugesen  con  inteligencia,  producirían  mas 
mercurio  que  lo  que  es  necesario  para  toda  la 
amalgamación  del  Sud  de  America.  Las  obras 
de  la  celebre  mina  de  Almadén,  apesar  de  hal- 
larse comunmente  inundadas,  han  sido  talmente 
perfeccionadas  desde  el  año  de  1802,  que  pro- 
ducen 20,000  quintales  anuales.  En  Nueva  Gra- 
nada el  azogue  se  halla  en  tres  partes  diferentes ; 
en  el  Valle  de  Santa  Rosa,  en  la  provincia  de 
Antioquia,  en  la  montana  de  Quindiu  cerca  de 
Cartago,  y  en  la  provincia  de  Quito  cerca  de 
Cuenca.  Minas  abundantes  de  plomo,  hierro,  y 
cobre,  se  trabaxan  en  la  provincia  de  Socorro ;  de 
este  metal,  el  General  MacGregor  hizo  cañones 
en  1813.  Las  minas  de  esmeraldas  no  existen 
mas  que  en  la  Nueva  Granada,  en  la  provincia  de 
Muso ;  las  perlas  las  mas  exquisitas  pertenecen  al 
Rio  de  la  Hacha  y  al  Panamá,  y  la  platina  no  se 
halla  mas  que  en  Choco  y  Popayan. 


12 

Toda  la  costa  al  Norte  de  la  provincia  de 
Caracas  abastece  una  cantidad  considerable  de 
sal  blanquísima ;  pero  los  pozos  mas  abundantes 
son  los  de  Araya,  que  pueden  disputárselo  á  todos 
los  de  America,  sin  exceptuar  los  de  la  Isla  del 
Turco.  £1  pozo  de  sal  consiste  en  una  mezcla 
de  fósil  y  de  sal  marina.  Apenas  atienden  á  su 
fabrica,  de  consiguiente  no  produce  la  centesima 
parte  de  lo  que  podría  producir. — Cundinamarca 
produce  también  mucha  sal,  y  otras  muchas  pre- 
ciosas substancias  minerales. 

Estas  provincias  abundan  en  aguas  minerales, 
tanto  calientes  como  frías.  Se  hallan  de  varias 
calidades,  tales  como  ammoniacas,  ferrugenas,  ni- 
trosas, y  también  acidas.  La  medicina  no  saca  de 
ellas  todas  las  ventajas  que  son  capazes  de  pro- 
ducir, porque,  en  general,  se  hallan  en  parages 
muy  distantes  de  los  pueblos  ó  habitaciones,  y  de 
consiguiente  el  enfermo  no  puede,  sin  privarse  de 
aquellas  atenciones  domesticas  que  tanto  contri- 
buyen al  restablecimiento  de  la  salud,  abandonar 
su  habitación,  para  ir  á  probar  un  remedio  que 
los  inconvenientes  locales  deben  evidentemente 
hacer  ineficaces.  Esta  es  la  única  razón  porque 
estas  fuentes  se  hallan  tan  poco  freqüentadas,  y 
que  aun  son  tan  poco  conocidas. 


13 


SECCIÓN  II. 


DE  LA  PESCA  DE  PERLAS. 


La  perla-áronde  (avienta  margaritifera>  Cuvier) 
abunda  en  los  bancos  que  se  extienden  desde  el 
Cabo  Paría  hasta  el  Cabo  de  Vela.  La  isla  de 
Margarita,  Cubagua,  Coche,  Punta  Araya,  y  la 
boca  del  Rio  Hacha,  eran  celebres  en  el  siglo 
16,  como  el  Golfo  Persiano  y  la  isla  de  Taprobane 
lo  eran  entre  los  antiguos.  No  seria  verdad  afir- 
mar, como  varios  escritores  lo  han  afirmado,  que 
los  naturales  de  America  no  tenían  el  luxo  de  la 
perla.  Los  primeros  Españoles  que  desembarca- 
ron en  Tierra  Firme,  hallaron  los  salvages  ador- 
nados de  collares  y  de  brazaletes ;  y  entre  los 
pueblos  civilizados  de  México  y  el  Perú,  gasta- 
ban perlas  de  una  forma  muy  hermosa.  Hum- 
boldt  ha  publicado  una  disertación  sobre  la  estatua 
de  una  sacerdotisa  Mexicana  en  basalto,  cuyo 
peinado,  que  se  parece  á  la  calantica  de  las  ca- 
bezas de  Isis,  está  adornado  de  perlas.  Las  Casas 
y  Benzoni  han  descrito,  aunque  algo  exagerada- 
mente, las  crueldades  que  exercian  sobre  los  ne- 
gros y  sobre  los  desgraciados  Indios  en  la  pesca 
de  perlas.  Al  principio  de  la  conquista,  la  isla 
de  Coche  tan  solo  producia  el  valor  de  1500 
marcos  de  perlas  cada  mes. 

El  quinto  que  los  oficiales  del  rey  sacaban  del 
producto  de  las  perlas  subia  á  15,000  ducados ; 


14 

que  según  el  valor  del  metal  en  aquellos  tiempos, 
y  de  lo  extenso  del  contrabando,  puede  conside- 
rarse como  una  suma  muy  considerable.  Parece 
que  el  valor  de  las  perlas  hasta  el  año  1530,  subia 
un  año  con  otro  á  mas  de  ochocientos  mil  duros. 
Para  juzgar  quan  importante  era  este  ramo  de 
comercio  en  Sevilla,  Toledo,  Antwerp,  y  Genoa, 
debemos  acordarnos,  que  al  mismo  periodo  todas 
las  minas  de  America  no  daban  apenas  dos  mil- 
lones de  duros,  y  que  la  flota  de  Ovando  parecía 
en  aquellos  tiempos  muy  rica,  porque  casi  con- 
tenia cerca  dé  2600  marcos  de  plata.  Las  per- 
las eran  tanto  mas  requeridas,  quanto  el  luxo 
Asiático  se  habia  introducido  en  Europa  por  dos 
partes  diametralmente  opuestas;  por  Constan- 
tinopla,  en  donde  los  Paleologis  gastaban  vestidos 
cubiertos  de  filas  de  perlas ;  y  por  Granada,  la 
residencia  de  los  reyes  Moros,  que  desplegaban 
en  su  corte  todo  el  luxo  Oriental.  Las  perlas 
del  Oriente  se  preferían  á  las  del  Occidente,  pero 
la  cantidad  de  estas  no  era  menor,  poco  después 
de  la  descubierta  de  America.  Tanto  en  Italia 
como  en  España,  la  isla  de  Cubagua  era  el  objeto 
de  muchas  especulaciones  mercantiles. 

La  pesca  de  las  perlas  disminuyó  rápidamente 
hacia  fines  del  siglo  diez  y  seis ;  y,  según  dice 
Laet,  habia  cesado  mucho  antes  de  1683.  La 
industria  de  los  Venecianos,  que  imitaban  con 
mucha  exactitud  las  perlas  mas  finas,  y  el  uso  fre- 
qüente  de  diamantes  tallados,  disminuyeron  la 
pesca  de  las  perlas  en   Cubagua.     Al  mismo 


15 

tiempo  las  ostras  que  producían  las  perlas  se  hi- 
cieron roas  escasas,  no,  como  se  cree  por  una  tra- 
dición popular,  porque  estos  animales,  espantados 
con  el  ruido  de  los  remos,  se  huyeron  á  otro  pa- 
rage,  pero  porque  su  propagación  había  sido  im- 
pedida por  la  imprudente  destrucción  de  millares 
de  conchas.  La  perla-aronde  es  de  una  constitu- 
ción mucho  mas  delicada  que  la  mayor  parte  de 
las  otras  acephalous  molluscae.  En  la  isla  de 
Ceylon,  donde,  en  la  Bahía  de  Condeatchy,  la 
-pesca  emplea  seiscientos  chapuzadores,  y  donde 
el  producto  anual  es  de  mas  de  medio  millón  de 
pesos,  se  ha  tentado  en  vano  trasplantar  los  ani- 
males á  otra  parte  de  la  costa.  El  gobierno  no 
permite  pescar  allí  mas  que  durante  un  mes; 
mientras  que  en  Cubagua  los  bancos  que  conte- 
nían las  conchas  se  hallaban  freqüentados  en 
todas  las  estaciones.  Para  formarse  una  idea  de 
la  destrucción  en  la  especie  que  cometen  los  cha- 
puzadores, no  hay  mas  que  saber,  que  un  soló 
barco  recoge  á  veces  mas  -de  treinta  mil  ostraá. 
El  animal  no  vive  mas  que  nueve  ó  diez  años ;  y 
no  es  sino  hasta  el  quarto  año  que  la  perla  co- 
mienza á  mostrarse.  En  diez  mil  conchas  no  se 
halla  á  veces  una  sola  perla  de  precio.  Según 
la  tradición,  los  pescadores,  en  el  banco  de  Mar- 
garita» abrían  las  conchas  una  por  una :  en  la  isla 
de  Ceylon,  hechan  los  animales  en  montones  sobre 
la  costa,  adonde  se  pudren  en  el  aire ;  entonces 
separan  las  perlas  que  no  están  pegadas  á  la 
concha,   laban  el  pulpo  del  animal,   como  los 


16 

roazamorreros  laban  las  arenas  que  contienen  gra- 
nos de  oro,  estaño,  6  diamantes. 

A  este  momento  la  America  Española  no  pro- 
duce otras  perlas  para  comerciar  mas  que  las  del 
Golfo  de  Panamá,  y  las  de  la  boca  del  Rio  de  la 
Hacha.  Sobre  los  bancos  que  están  al  rededor 
•de  Cubagua,  Coche,  y  de  la  isla  de  Margarita,  la 
pesca  está  tan  abandonada,  como  en  las  costas  de 
California.  Se  cree  en  Cumana,  que  las  perlas- 
aronde  se  han  multiplicado  mucho,  después  de 
dos  siglos  de  reposo ;  *  y  preguntan,  porque  las 
perlas  que  se  hallan  ahora  en  las  conchas  que  los 
pescadores  casualmente  cogen  en  sus  redes  son 
tan  pequeñas,  y  tan  poco  brillantes,  mientras  que  á 
la  llegada  de  los  Españoles,  las  que  tenían  los 
Indios  eran  tan  brillantes,  los  que  seguramente  no 
se  habían  dado  el  trabaxo  de  chapuzar  en  busca 
de  ellas.  Este  problema-  es  tanto  mas  difícil  de 
resolver,  quanto  ignoramos  si  acaso  los  terremotos 
han  alterado  la  naturaleza  del  suelo  del  mar,  ó  si 
los  cambios  de  los  comentes  submarinos  han  te- 
nido alguna  influencia  ya  en  el  temperamento  del 
agua  ó  en  la  abundancia  de  ciertas  molluscae,  de 
la  que  la  perla  se  alimenta. 

La  Bahía  de  Panamá  es  también  famosa  por  la 
perla  de  ostra j  y  los  bancos  cerca  de  las  islas  del 
Rey,  Tabago,  y  cosa  de  otros  quarenta  mas,  que 
forman  un  pequeño  archipiélago,  producían  anti- 

*  En  1812  se  hicieron  algunas  tentativas  en  Margarita  para 
renovar  la  pesca  de  la  perla. 


17 

guamente  perlas  tan  finas  como  podían  procurarse 
en  quatesquierá  pays  del  mundo. 

En  estas  islas  construían  chozas  para  los  pesca- 
dores, que  la  mayor  parte  eran  Negros»  que  salían 
en  barcos  en  los  que  cabían  diez  ó  doce  de  ellos 
hacia  los  bancos,  que  no  estaban  baxo  de  agua  á 
mas  que  á  90  pies.  Los  chapuzadores,  con  una 
cuerda  atada  á  su  cuerpo,  saltaban  al  mar ;  al 
llegar  al  fondo,  cogían  una  concha  con  la  mano 
izquierda  que  ponían  baxo  del  brazo,  otra  en.  la 
misma  mano,  una  tercera  en  la  mano  derecha»  y 
á  veces  otra  en  la  boca ;  entonces  volvían  á  subir 
para  respirar,  y  poner  las  conchas  en  una  talega. 
En  este  exercicio  los  desgraciados  esclavos  pere- 
cían freqüentemente,  ó  eran  la  prea  de  los  tibu- 
rones, mantas,  &c.  La  manta  es  un  pez  muy 
grande  y  aplastado,  que  coge  con  sus  aletas  el 
objeto,  al  que  comprime  hasta  que  le  ha  sacado 
la  vida.  Los  Negros  llevaban  consigo  comun- 
mente un  cuchillo  para  defenderse,  pero  á  pesar 
de  esta  protección,  y  la  de  sus  camaradas  que 
estaban  en  los  barcos,  un  gran  numero  de  ellos 
se  veían  devorados  por  estos  peces. 


SECCIÓN  IIL 


AZÚCAR. 


El  azúcar  es  el  primer  articulo  de  producto 
comercial  en  todas  las  colonias  situadas  entre  los 


TOM.  II. 


/ 


18 

trópicos»  aunque  en  Tierra  Firme  no  goza  mas 
que  de  un  rango  segundario.  Se  extrae  muy 
poco  al  extrangero,  ó  quiza  nada ;  pues,  excepto 
unos  quantos  quintales  de  azúcar  muy  pobre  y 
basto  cargado  de  melaza,  y  que  llaman  papelón, 
lo  que  exportan  á  Curacoa,  se  puede  asegurar, 
que  no  se  vende  ni  una  libra  siquiera.  No  es 
porque  no  haiga  mas  que  unas  quantas  plantado- 
nes,  pero  porque  todo  su  producto  lo  consumen 
en  el  mismo  sitio.  Los  Creollos  son  muy  aficio- 
nados al  dulce,  y  á  todo  lo  que  tiene  azúcar. 
Todos,  sin  distinción  de  condición,  color,  ó  cau- 
dal, hacen  del  azúcar  él  principal  articulo  de 
consumo. 

La  parte  mas  importante  de  la  comida  de  un 
hombre  rico  es  el  dulce.  En  un  banquete,  los 
postres  son  en  donde  prodiga  toda  su  ostenta- 
ción. He  estado  en  comidas,  dice  Depons,  en 
donde  se  veían  mas  de  trescientos  platos  de  dulces 
y  azucares,  de  quantas  formas  y  figuras  se  pueden 
imaginar,  dispuestos  con  mucho  gusto  en  dife- 
rentes mesas  de  las  de  donde  se  come  la  olla  y 
carnes,  y  que  estaban  destinados  á  captivar  la  ad- 
miración de  los  convidados.  En  una  palabra,  no 
hay  siquiera  un  Negro,  que,  aunque  limitado  á 
una  sola  comida,  no  tome  su  cacao  cocido  en 
mucha  agua,  con  un  pedazote  de  azúcar  moreno, 
que  come  como  si  fuese  pan,  sorbiendo  al  mismo 
tiempo  su  cazuelon  de  chocolate,  ó  por  mejor  de- 
cir, de  tintura  de  cacao.  Esta  bebida  la  llaman 
chorote.  Ademas  de  eso,  una  bebida  embriagante, 


19 

llamada  goarapo,  se  produce  de  una  fermenta- 
ción de  azúcar  y  agua,  y  es  tan  común  en  Tierra 
Firme,  que  todas  las  clases  hacen  uso  de  ella,  par- 
ticularmente los  de  un  rango  inferior.  Esta  cos- 
tumbre consume  mucho  azúcar. 

Suelo. — La  variedad  y  extensión  de  terreno 
en  las  provincias  de  Caracas,  ofrecen  fácilmente 
un  suelo  propio  para  el  cultivo  de  la  caña  de 
azúcar.  Los  establecimientos  de  esta  especie  se 
hallan  generalmente  en  las  cercanías  de  las  ciuda- 
des 6  pueblos,  porque  alli  el  azúcar  halla  venta, 
y  su  proximidad  facilita  el  cultivo.  Sin  embargo 
hay  algunas  á  treinta  leguas  de  distancia ;  pero 
en  un  pays  tan  vasto,  en  el  que  algunos  colonos 
tienen  que  viajar  diez  ó  doce  dias  antes  de  llegar 
á  sus  plantaciones,  la  distancia  de  20  leguas  pa- 
rece nada. 

La  caña  de  azúcar  prospera  en  climas  calien- 
tes,* y  en  suelos  particulares.  Terrenos  hume- 
dos,  cuestas,  y  llanos  arenosos  como  los  que  están 
al  norte  del  Orinoco,  en  las  cercanías  de  Mará- 
caibo,  &c.  no  son  nada  propios  para ,  opta  especie 
de  cultivo. 

#  La  caña  de  azúcar  no  hay  duda  que  prospera  mejor  en 
los  climas  calientes :  en  efecto,  ninguno  es  demasiado  caliente 
para  ella ;  pero  se  puede  también  obtener,  con  todas  sus  pro- 
piedades, en  la  zona  templada,  tan  lejos  hacia  el  norte  como  el 
trópico  de  Cáncer.  En  España  se  cultiva  con  mucho  suceso, 
en  el  reyno  de  Granada,  situado  entre  el  27°  y  28°  de  latitud 
septentrional.  Se  puede  aun  cultivar  mas  el  norte,  puesto  que 
en  París  han  obtenido  azúcar  bien  cristalizado  de  cañas  culti- 
vadas en  el  Jardin  de  las  Plantas. 


20 

La  caña  de  azúcar  pide  un  suelo  rico,  y  en  el 
que  la  tierra  grasa  tenga  á  lo  menos  un  pie  de 
profundidad.  No  debe  tampoco  ser  gredosa,  ó 
de  otra  especie  en  donde  el  agua  corre  con  difi- 
cultad, pues  en  ese  caso  las  cañas  son  delgadas, 
y  su  azúcar  no  pagaría  los  gastos  del  cultivo.  El 
azúcar  exige  un  terreno  grueso,  y  de  color  de  ce- 
niza. La  tierra  que  posee  estas  dos  calidades 
produce  siempre  mucho  azúcar  de  excelente  cali- 
dad. Debemos  hacer  justicia  á  los  colonos  de 
Tierra  firme  por  su  habilidad  en  distinguir  la  es- 
pecie de  terreno  que  pide  cada  producción.  La 
calidad  de  sus  diversos  artículos  de  producto  es 
una  prueba  incontestable  de  ello. 

Especies.— Las  tres  especies  de  cañas  se  pue- 
den distinguir  hasta  de  lexos,  por  el  color  de  sus 
hojas ;  estas  son  la  antigua  caña  Creolla,  la  de 
Otaheite,  y  la  de  Batavia. 

La  primera  tiene  una  hoja  de  un  verde  mas  obs- 
curo, y  los  nudos  están  mas  cerca  los  unos  de 
los  otros.  Esta  daña  de  azúcar  se  introduxo  pri- 
meramente* def  Oriente  en  Sicilia,  de  aqui  á  las 
Islas  Canarias,  y  de  estas  á  las  Indias  Occiden- 
tales. 

La  segunda  es  de  un  verde  mas  ligero ;  y  su 
caña  es  mas  alta,  gruesa,  y  suculenta.  Toda  la 
planta  muestra  una  vegetación  mas  rica.  Esta 
planta  se  debe  á  los  viages  de  Bougainville,  Cook, 
y  Bligh.  Bougainville  la  introduxo  en  la  Isla  de 
Francia,  de  donde  pasó  á  Cayenne,  á  la  Martini- 
ca, y  desde  1792  al  resto  de  láJs  islas  Occidentales. 


21 

v 

La  caña  de  Otaheite,  el  To  de  aquellas  islas,  es 
una  de  las  adquisiciones  mas  importantes  que  los 
colonos  deben  á  los  viages  de  los  naturalistas. 
No  solamente  produce  una  tercera  parte  mas  de 
jugo  que  la  Creolla  en  un  mismo  espacio  de  tierra» 
pero  á  causa  de  lo  grueso  de  su  caña,  y  lo  tenaz 
de  sus  fibras,  dá  mas  leña  para  quemar.  Esta 
ultima  ventaja  es  de  suma  importancia  en  las  Ine- 
dias, en  donde  la  destrucción  de  los  montes  y  bos- 
ques ha  obligado  al  colono  á  usar  la  caña,  des.- 
poes  de  haberla  sacado  el  jugo,  para  mantener  el 
fuego  de  sus  fabricas.  Sino  hubiere  sido  por  el 
conocimiento  de  esta  planta,  los  progresos  de  la 
agricultura  en  la  America  Española,  y  la  introduc- 
ción del  azúcar  de  Java  y  de  las  Indias  Orientales, 
las  revoluciones  de  Sto  Domingo,  y  la  destrucción 
de  las  grandes  plantaciones  de  azúcar  en  aquella 
isla,  hubieran  tenido  un  efecto  mas  sensible  en  los 
precios  del  producto  colonial  en  Europa.  La 
caña  de  Otaheite  se  llevó  de  la  isla  de  la  Trini- 
dad á  Caracas,  de  alli  pasó  á  Cucuta,  y  á  Sn  Gil 
en  Nueva  Granada.  En  nuestros  días,  su  cultivo 
durante  veinte  y  cinco  años  ha  casi  destruido  com- 
pletamente la  aprehensión,  que  existia  antes,  de 
que  trasplantada  á  America,  degeneraría  gradual- 
mente, haciéndose  tan  delgada  como  la  Creolla. 
Si  acaso  hay  algo  de  variedad,  es  una  variedad 
muy  constante. 
£  Varias  personas,  y  Depons  entre  otras,  han  afir-^ 
,  mado,  que  la  caña  mencionada  degeneraba  en 
America ;  que  el  azúcar  que  extraen  de  ella  no 


22 


es  de  tan  buena  calidad  como  la  Creolla ;  que  en 
parte  se  liquida  en  el  viage,  &c.  Estos  son  er- 
rores reconocidos  ahora  por  todos  los  colonos» 
Hay  en  las  colonias,  como  en  todas  las  demás 
partes,  un  numero  de  gentes  algo  tardos  de  inge- 
nio, que  se  oponen  á  todo  descubrimiente  útil  con 
todo  el  peso  de  sus  preocupaciones,  vanidad,  é 
ignorancia :  estas  gentes  rehusaron  cultivar  la 
caña  de  Otaheite  por  quatro  ó  cinco  años ;  pero 
ahora  que  ven  que  produce  una  tercera  parte  mas 
de  azúcar  que  la  Creolla,  su  interés  les  ha  hecho 
abandonar  sus  preocupaciones. 

También  tiene  la  ventaja  de  dar  una  cosecha 
muy  considerable  durante  diez  años,  en  tierras  de 
una  fertilidad  ordinaria,  y  por  quince  ó  diez  y  seis 
en  un  terreno  fértil ;  mientras  que  se  necesita 
volver  á  plantar  la  Creolla  de  dos  en  dos  años  en 
un  terreno  mediano,  y  de  cinco  en  cinco  en  las 
tierras  mejores :  esta  es  una  ventaja  inestimable. 

Pero  lo  que  hace  aun  mas  precioso  este  vegetal 
es  la  flexibilidad  de  su  organización  ;  ó  en  otras 
palabras,  la  propiedad  que  tiene  de  acomodarse  á 
varios  temperamentos  mucho  mas  aun  que  la 
Creolla.  Es  bien  conocido  que  la  ultima  apenas 
dá  azúcar,  y  que  es  necesario  plantarla  todos  los 
años,  si  se  quiere  que  produzca  algo,  en  payses 
donde  el  termómetro  de  Reaumur  baxa,  solo  por 
algunos  meses,  á  15°.  Esto  no  sucede  con  la  de 
Otaheite.  En  Luisiania,  el  cultivo  de  la  caña 
de  azúcar  se  habia  casi  abandonado  antes  de 
la  Revolución  Francesa,  porque  la  caña  Creolla 


23 

apenas  daba  nada  de  azúcar.  Los  emigrados  de 
S*  Domingo  introduxeron  la  de  las  Islas  de  Men- 
.  doza ;  y  aunque  no  produce  allí  tanto  como  en  las 
Antillas,  sin  embargo  su  cultivo  es  mas  produc- 
tivo que  el  de  la  Creolla. 

La  tercera  especie,  la  caña  morada,  llamada  caña 
de  Batavia  ó  de  Guinea,  es  seguramente  indígena 
de  la  isla  de  Java,  en  donde  se  cultiva,  particu- 
larmente en  los  distritos  de  Japara  y  de  Pasuruan. 
Sus  hojas  son  de  color  de  purpura,  y  muy  anchas  ; 
y  en  Caracas  la  prefieren  para  el  ron. 

Modo  de  Plantarla. — La  caña  de  azúcar  se 
propaga  por  si  sola.  Quando  la  cortan  para  pa- 
sarla por  el  molino,  lo  hacen  á  cosa  de  un  pie  de 
su  cima,  afín  de  poderla  plantar.  El  sitio  asig- 
nado para  plantarla,  se  divide  en  quadros,  seme- 
jantes á  los  de  nuestros  jardines,  para  que  al  plan- 
tarlas sucesivamente,  las  cañas  de  cada  quadro  se 
maduren  al  mismo  tiempo,  asignando  á  cada  una 
el  tiempo  para  cortarse,  y  al  azúcar  para  fabri- 
carse, sin  que  las  otras  cañas  sufran  ningún  per-, 
juicio.  Los  Franceses  llaman  á  estos  quadros 
piéces  de  carmes  ;  por  lo  general  tienen  quatro  de 
ellos  :  los  Ingleses  los  dividen  por  quince  ó  veinte 
aranzadas,  que  llaman  plats.  Los  Creollos  de 
Tierra  firme  hacen  sus  divisiones  de  cien  varas 
quadradas,  y  que  llaman  tablones :  en^  la  Habana 
los  hacen  del  doble,  y  los  llaman  cañaverales. 
Los  tablones  están  divididos  los  unos  de  los  otros 
por  setos  de  un  gramen  colosal — el  latta,  ó  gyne- 
rium  con  hojas  disticas. 


34 

£1  tiempo  que  escogen  para  plantar  la  caña  es, 
quando,  según  el  orden  de  las  estaciones,  se  espera 
lluvia.  Esto  se  observa  mas  particularmente, 
donde  no  hay  ninguna  facilidad  para  el  riego: 
pues  la  asistencia  del  agua  es  esencial  para  la  ger- 
minación de  la  planta.  Sin  agua  la  caña  no  crece, 
ni  tampoco  adquiere  nunca  aquel  grado  de  vigor» 
y  jugo  melífero,  que  se  observa  quando  se  halla 
bien  regada  natural  ó  artificialmente. 

Para  plantar  la  caña,  hacen  hoyos  en  la  tierra, 
que  tienen  quince  pulgadas  de  largo  por  diez  de 
ancho,  y  seis  de  hondo.  En  este  trabaxo,  que  es 
el  mas  penible  de  los  que  pertenecen  á  la  planta- 
ción de  la  caña  de  azúcar,  no  emplean  mas  que 
Negros,  y  las  Negras  mas  robustas*  Cada  Negro 
puede  hacer  diariamente,  sesenta  ú  ochenta  de 
estos  agujeros  ;  pero  si  la  tierra  ha  estado  antes 
labrada,  que  es  como  sucede  en  la  Jamaica,  un 
Negro  puede  hacer  el  doble. 

La  distancia  entre  los  agujeros  se  determina 
por  la  naturaleza  del  suelo.  Por  mucho  tiempo 
se  creyó  que  debían  estar  cerca  los  unos  de  los 
otros,  en  proporción  de  la  riqueza  del  terreno ; 
porque,  según  decían,  la  tierra  teniendo  mas  jugos 
nutritivos,  puede  alimentar  un  numero  mayor  de 
plantas.  Esta  opinión  era  especiosa,  pero  se  rem- 
plazó muy  pronto  por  una  mas  filosófica ;  y  se  ha 
notado,  que  quando  las  cañas  están  demasiado 
juntas,  tienen  que  impedirse  reciprocamente  en  su 
crecimiento  y  madurez.  Privándose  por  su  in- 
mediación de  la  luz  y  del  aire,  los  dos  agentes 


25 

mas  poderosos  de  su  existencia  y  vigor,  presentan 
siempre  el  aspecto  de  abortos  antes  que  de  cañas 
medrantes.  Basta  aplicar  á  una  tierra  pobre  los 
principios  que  se  applican  á  terrenos  de  una  na¿ 
turdeza  mas  fértil.  La  conclusión  que  deaqüi  se 
sigue  es,  que  las  canas  deben  plantarse  distantes 
en  proporción  á  la  fecundidad  del  terreno ;  de 
este  modo,  en  las  tierras  pobres  están  plantadas  á 
tres  pies  de  distancia  y  en  las  ricas-  á  seis. 

Humboldt  dice,  que  la  caña  Creolla  y  la  de 
Otábate  se  plantan  en  el  mes  de  Abril,  la  pri- 
mera á  quatro,  la  segunda  á  cinco  pies  de  distan* 
cia :  se  madura  en  catorce  meses. 

Aunque  los  hoyos  no  tienen  mas  que  seis  pul- 
gadas de  profundidad,  sin  embargo  la  tierra  que 
ha  sido  cabada,  y  que  dejan  junto  al  tronco,  les 
hace  parecer  que  tienen  mas  de  un  pie  de  tierra. 
En  cada  agujero  ponen  tres  plantas  de  caña,  y 
no  las  cubren  mas  que  coit  tres  pulgadas  de 
tierra,  y  sin  acalcaría.  .  Este  trabaxo  pertenece  á 
los  muchachos,  ó  á  los  que  no  tienen  mucha 
fuerza.  El  resto  de  la  tierra  queda  á  los  lados 
del  hoyo,  de  suerte  que  los  que  no  tienen  cono- 
cimiento de  estas  labores  se  imaginarían  que  las 
.  plantaciones  no  estaban  aun  acabadas. 

Quando  la  plantación  está  en  un  terreno  pan- 
tanoso, en  el  que  se  teme  que  la  planta  se  pudra, 
cuidan  de  no  poner  la  caña  en  el  hoyo.  No 
ponen  mas  que  una  extremidad  en  el  fondo  del 
hoyo,  y-  la  planta  se  pone  en  una  posición  in- 
clinada, de  suerte  que  esté  de  quatro  á  cinco 


«6 

pulgadas  afuera  de  la  tierra.      Esto  se  llama 
plantar  en  cañón,  porque  una  planta  asi  se  pa- 
rece á  un  cañón  que  apunta.    Semejantes  plan- 
taciones nunca  pagan  por  el  trabaxo  que  cuestan. 
Si  se  determinase  forzar  á  la  naturaleza  abso- 
lutamente, estableciendo  una  plantación  de  azú- 
car en  un  terreno  pantanoso,  lo  que  costaría  mu- 
chísimo trabaxo  antes  de  que  pudiese  producir, 
la  prudencia  y  el  ínteres  exigen  que  el  terreno 
sea  secado  previamente*   Si  la  falta  de  un  declive 
formase  un  obstáculo  insurmontable,  un  solo  ex- 
pediente queda,  mas  fatigante,  pero  sin  embargo 
mas  ventajoso  para  la  tierra.     Recójase  el  agua 
de  lluvia  de  todas  las  partes  sobre  el  terreno  que 
se  piensa  secar :  habiendo  depositado  las  partícu- 
las de  que  está  cargada,  y  aclaradose»  se  la  debe 
soltar  abriendo  las  esclusas,  y  esta  operación  debe 
repetirse  tan  amen  u do  como  lo  permitan  las  llu- 
vias.  Este  método  une  la  doble  ventaja  de  levan- 
tar el  terreno,  y  de  formar  un  lecho  de  tierra 
vegetal,  de  la  que  derivaría  una  fecundidad  pe- 
culiar.   Esta  especie  de  tierra  es  demasiado  vigo- 
roso para  la  caña  de  azúcar.     La  planta  adquiere 
un  aumento  portentoso,  pero  es  tan  aquosa  que 
el  mas  hábil  refinador  no  puede  obtener  azúcar 
de  ella.   Este  defecto  se  obvia  plantando  la  tierra 
de  arroz  por  dos  años  sucesivos.     La  plantación, 
de  arroz  tiene  la  doble  y  singular  ventaja  de  le- 
vantar la  tierra  con  los  tronquillos  que  dexa,  y 
de  sugetarla  extrayendo  los  jugos  sutiles.     Quan- 
do  el  arroz  cesa  de  producir,  la  caña  de  azúcar  le 


27 

remplaza  muy  productivamente.  Este  método 
de  corregir  los  terrenos  pantanosos,  con  la  ayuda 
del  agua  de  lluvia,  es  doblemente  útil  para  las 
tierras  que  están  cerca  del  mar,  porque  las  limpia 
igualmente  de  aquellas  substancias  salinas  que 
son  hostiles  á  la  vegetación. 

Para  Escardar. — A  fines  de  cinco  ó  mas  dias, 
á  lo  mas  diez,  la  caña  comienza  á  mostrarse 
baxo  la  forma  de  un  cañoncito,  que  en  pocos 
dias  se  divide  en  dos  hojas  pequeñas,  delgadas, 
y  opuestas.  A  medida  que  la  planta  crece, 
hecha  dos  hojas  mas  en  el  mismo  orden  que  las 
primeras.  A  esta  época  exige  lluvia,  6  riego 
artificial.  Poco  después  es  indispensable  quitar 
las  yerbas  que  la  rodean,  sin  lo  qual  la  ahoga- 
rían -,  y  el  uso  de  la  escarda  debe  repetirse  por 
tres  veces,  hasta .  que  la  caña  cobra  suficiente 
fuerza  para  ahogar,  en  su  turno,  todas  las  plantas 
extrañas.  Cada  vez  que  se  escarda,  se  debe  cui- 
dar de  cubrir  la  joven  planta  con  parte  de  la 
tierra  que  se  dexó  á  su  lado  al  tiempo  de  plan- 
tarla. 

Calidades. — La  caña  de  azúcar  se  madura 
según  la  estación  que  experimenta;  las  lluvias 
retardan  su  madurez,  la  sequedad  la  acelera.  Mu- 
cho depende  de  la  naturaleza  del  terreno.  IJn  un 
terreno  rico  y  húmedo,  la  caña  no  madura  por 
diez  y  seis  6  diez  y  siete  meses,  mientras  que  en 
un  terreno  ligero  se  madura  dos  meses  antes.  En 
el  noveno  mes,  la  planta  comienza  á  despojarse 
de  sus  hojas.    Las  que  están  junto  al  pie  caen 


28 

primero,  y  las  demás  siguen  en  sucesión ;  de 
suerte  que  para  el  tiempo  que  la  planta  llega  á 
su  madurez,  la  pina  de  hojas  que  la  termina  son 
las  únicas  que  quedan. 

Al  mismo  tiempo  Ja  caña  toma  un  color  ama- 
rillo, señal  infalible  de  la  buena  calidad  del  aro- 
car  qué  contiene.  Esto  no  sucede  con  las  cañas 
de  los  terrenos  pantanosos,  ó  baxos ;  pues  re- 
tienen el  color  verde,  qualeáquiera  que  sea  au 
edad,  anunciando  de  este  modo  al  refinador  la 
dificultad  que  experimentara  para  obtener  el 
azúcar. 

La  distancia  de  los  nudos  ofrece  igualmente 
una  señal  fixa  para  determinar  la  calidad  del  azú- 
car :  á  medida  que  se  hallan  juntos,  la  planta  es 
inferior. 

Es  de  mucha  importancia  al  fabricar  el  azúcar, 
recoger  la  caña  á  su  verdadero  punto  de  madu- 
rez. Antes  de  esta  época,  producirá  mucha 
agua  y  poco  azúcar.  Si  está  demasiado  madura» 
la  cantidad  de  azúcar  que  produce  es  mucho  me* 
ñor  que  la  que  produciría  si  se  recogiere  al  tiem- 
po oportuno  ;  la  fabricación  será  también  mas  di- 
fícil, y  la  calidad  inferior.  Hay  accidentes  que 
obligan  á  pasar  las  cañas  que  no  están  aun  ma- 
dura al  molino ;  por  exemplo,  quando  un  fuego 
consume  quarito  hay  de  combustible  en  un  caña- 
veral, ó  quando  algun<tremendo  huracán  ha  ten- 
dido las  cañas  ya  demasiado  crecidas  para  poder 
esperar  que  se  levanten.  En  estos  casos,  lo  mas 
prudente  es  hacer  arrope  ó  xarabe  de  ellas :  en 


29 

vano  se  tentaría  hacer  azúcar ;  el  trabaxo  de  la 
fabricación  ocuparía  tanto  tiempo,  que  la  mayor 
parte  de  las  cañas  se  calentarían  de  suerte  que 
ni  siquiera  arrope  producirían. 

Para  Cortarla. — La  caña  de  azúcar  debe 
cortarse  cerca  de  la  raíz,  y  cerca  de  la  pina  de 
hojas  de  la  cima.  Un  pedazo  de  la  parte  mas 
tierna  de  la  caña,  cerca  del  cogollo,  se  guarda 
pata  plantan 

Después  que  las  cañas  grandes,  que  son  las 
primeras  que  la  planta  produce,  han  sido  recogi- 
das, los  tallos  pequeños  se  dexan,  y  no  necesitan 
ma&  que  ser  escardados,  y  buen  tiempo.  Una 
tierra  buena  produce  hasta  cinco  cosechas  de  ta- 
llos ;  esto  es,  que  se  puede  cortar  una  misma 
plantación  de  cañas  cinco  veces  sin  necesidad  de 
volverla*  á  plantar. 

.  Sin  embargo,  á  cada  corta  la  cantidad  de  azú- 
car eé  ñienor.  -  Un  cañaveral  de  quatro  quadros, 
que  produce,  á  la  primera  corta,  siete  cientas  for- 
mas de  azúcar  basto,  cada  una  pesando  cinquen- 
ta  y  quatro  librfts,  dará  de  sus  primeros  tallos 
seis  dientas  formas  ;  de  los  segundos,  quinientas  ; 
de  los  terceros,  quatrocietitas  y  veinte,  y  asi  en 
proporción.  En  un  mjtf  terrenoia  desproporción 
es  mayor  aun.  Los  segundos  tallos  en  tales  plan- 
taciones rara  vez  producen  la  mitad  de  lo  que 
produjeron  al  cortar  las  cañas  grandes.  De  con- 
siguiente los  replantan  tan  amenudo  como  lo  per- 
mite la  fuerza  del  establecimiento. 


so 

I 

Si  la  planta  es  bastante  vigorosa  hecha  flor  en 
el  mes  de  Octubre  ;  pero  cortan  el  cogollo  antes 
de  que  el  panículo  se  desenvuelve.  En  todas  las 
plantas  monocotiledonas  (el  maguey  que  se  culti- 
va en  México  para  extraer  el  pulque,  el  árbol  de 
palma  que  da  el  vino,  y  la  caña  de  azúcar),  la  flor 
muda  la  calidad  de  los  jugos. 

Pajra  Molerla.— La  estación  del  año  en  que 
la  caña  se  corta,  influye  mucho  sobre  la  cantidad 
de  azúcar  que  de  ella  se  saca.  Durante  el  mes 
de  Noviembre,  y  los  quatro  meses  que  le  siguien, 
produce  una  tercera  parte  mas  que  en  los  siete 
meses  restantes.  Esta  regla  es  general,  aunque 
varía  en  ciertos  parages.  En  la  parte  septentrio- 
nal de  S*  Domingo,  resulta  mucha  ventaja  en 
moler  ó  fabricar  el  azúcar  en  la  estación  que 
hemos  mencionado ;  pero  sin  que  la  diferencia 
sea  tan  grande  que  impida  su  fabrica  el  resto  del 
año.  En  las  partes  orientales  y  occidentales  de 
la  misma  isla,  todas  las  labores  que  conciernen 
la  fabrica  del  azúcar,  se  hacen  exclusivamente  en 
la  buena  estación.  En  Tierra  Firme  fabrican 
azúcar  durante  todo  el  año;  pero  alli,  como  en 
los  demás  parages,  los  cinco  meses  de  que  hemos 
hablado  se  prefieren. 

Las  labores  de  la  plantación  deben  estar  dis- 
tribuidas de  tal  suerte,  que  las  diferentes  opera- 
ciones vayan  todas  al  mismo  tiempo.  Mientras 
que  algunos  Negros  cortan  las  cañas,  otros  las 
llevan  al  molino,  donde  las  muelen  tan  apriesa 
como  llegan.     El  jugo  que  se  saca  de  la  caña 


31 

lo  ponen  inmediatamente  baxo  la  operación  que 
debe  convertirlo  en  azúcar.  Todo  tiene  que  ha- 
cerse al  mismo  tiempo.  Si  la  caña  de  azúcar  no 
se  pone  asi  que  la  cortan  baxo  la  prensa,  se  opera 
en  ella  una  fermentación  que  afecta  las  partes 
azucarólas,  la  fabricación  es  mas  difícil,  y  los  re- 
sultados menos  favorables.  Si  el  jugo  de  la  caña 
no  se  expone  al  fuego  inmediatamente  que  se 
exprime,  contrae  un  grado  acido  que  embaraza 
mucho  al  refinador.  Los  colonos  de  las  Indias 
Occidentales  están  tan  convencidos  de  la  celeri- 
dad requerida  en  estas  diferentes  operaciones, 
que  desde  el  momento  que  comienzan  á  cortar  la 
caña,  las  labores  de  la  plantación  continúan 
noche  y  dia.  Dividen  á  los  Negros  en  quatro 
compañías,  ó  relevantes,  como  los  marineros  en 
la  navegación,  y,  excepto  los  domingos,  no  hay 
intermisión. 

Molinos.— El  molino  para  exprimir  las  cañas 
de  azúcar  se  compone  de  tres  cilindros.  Uno  en 
el  centro,  al  que  aplican  el  poder  motor,  hace 
volver  á  los  otros  dos,  por  medio  de  dientes  de 
hierro  ó  de  madera,  que  están  en  la  parte  superior 
de  los  cilindros.  Estos  molinos  los  anda  el  agua 
ó  las  muías.  El  primer  medio  uñé  las  dos  gran- 
des ventajas  de  la  celeridad  y  de  la  economía  de 
animales.  Un  molino  de  agua,  construido  con 
dimensiones  exactas,  dará  en  veinte  y  quatro 
horas  bastante  jugo  para  sesenta  formas  de  azúcar 
por  refinar,  cada  una  pesando  cinquenta  y  quatro 
libras,  á  menos  que  la  pobreza  del  suelo,  ó  una 


32 

mala  estación,  presente  impedimentos.  Un  mo- 
lino trabaxado  por  muías,  de  quálesquier  modo 
que  sea  conducido,  no  dará  mas  que  la  mitad  de 
esa  cantidad.  Aquellas  manufacturas  de  Tierra 
Firme  que  merecen  este  nombre,  tienen  todas 
molinos  de  agua.  Sería  imperdonable,  en  un 
pays  tan  provisto  de  agua,  el  no  aplicar  este 
fluido  á  este  uso,  que  se  puede  obtener  en  todos 
los  sitios,  y  abundantemente. 

Fabrica.— El  jugo  de  la  caña  pasa  directa* 
mente  del  molino,  por  un  caño,  á  un  pozo  muy 
grande,  que  está  junto  á  uno  de  los  cinco  calde- 
rones mas  grandes.  El  primer  calderón  es  el 
mayor,  comunmente  tiene  cincuenta  y  quatro 
pulgadas  de  diámetro.  En  el  ultimo  es  en  el  que 
el  azúcar  recibe  el  ultimo  grado  de  ebullición. 

Estos  calderones  están  en  linea,  y  junto  los  unos 
de  los  otros :  están  fixados  sobre  un  horno,  cuyo 
foco  está  baxo  el  ultimo,  y  un  canal  pasa  por  los 
cinco  calderones,  para  dar  salida  al  humo  por'  una 
chimenea  que  está  junto  al  mayor.  Todo  el 
aparato  de  estos  calderones  está  por  lo  general 
contra  la  pared  de  la  fabrica*  Pero  poco  antes 
de  la  Revolución  comenzaron  á  adoptar  un  mé- 
todo de  levantar  los  aparatos  en  medio  de  la  fab- 
rica, afin  de  emplear  dos  espumadores  para  cada 
calderón,  y  para  quitar  al  azúcar  todas  las  partes 
heterogéneas  con  mayor  prontidud  y  perfección. 
Para  estos  aparatos  adaptaron  dos  calderones  dé 
la  especie  quinta,  y  de  tal  modo  que  cada  uno  pu- 
diese tener  un  horno,  en  el  que  el  fuego  se  comer- 


33 

vase  por  dos  aberturas,  y  en  el  que  la  ebullición 
del  azúcar  seria  mas  pronta  ;  pues  la  experiencia 
de  un  siglo  ha  probado,  que  el  azúcar  es  mas  her- 
moso en  proporción  de  la  violencia  de  la  ebul- 
lición. La  quimica  moderna  hallara,  pues,  mucha 
dificultad  en  comunicar  á  las  colonias  sus  aprehen- 
siones, de  que  el  azúcar  se  expone  á  quemarse  en 
los  calderones ;  y  su  consejo,  de  efectuar  la  eva- 
poración con  menos  fuego  no  será  seguido.  Pero 
al  contrarío,  emplean  quantos  medios  hay  para 
aumentar  la  acción  del  fuego  en  las  fabricas.  Un 
aparato  está  mejor  ó  peor  hecho,  un  horno  es  mas 
ó  menos  perfecto,  en  proporción  que  facilita  la 
ebullición.  Para  favorecer  esta  operación  aun 
mas,  emplean  para  quemar  las  hojas  que  la  caña 
desecha  al  madurar,  y  que  se  secaron  en  los  pa- 
rages  donde  cayeron.  La  caña  que  ha  sido  pa- 
sada por  el  molino,  se  emplea  también  para  este 
objeto.  Se  ha  observado,  que  un  hábil  trabaxador 
obtiene  con  estas,  y  con  las  hojas,  un  fuego  mas 
violento  y  constante  que  con  la  leña.  También 
hay  una  ventaja  en  esta  especie  de  fuego,  pues  la 
acción  del  fuego  se  puede  moderar  según  uno 
quiera.  Asi  que  los  que  trabaxan  allí  cesan  de 
alimentar  el  fuego,  su  violencia  tiene  necesaria- 
mente que  disminuir,  y  esto  es  muy  útil  para  dar 
el  verdadero  grado  de  ebullición. 

Asi  que  el  azúcar  ha  hervido  lo  suficiente  cesan 
de  hechar  mas  hojas  en  el  horno,  á  fin  de  retirar 
el  azúcar,  y  la  ebullición  cesa  igualmente.  Esta 
ventaja  no  puede  obtenerse  con  otra  especie  de 

TOM.  II.  c 


3* 

leña ;  pues  todas  ellas  depositan  en  el  horno  un 
lecho  de  brasas,  que  mantiene  la  violencia  del 
fuego  mucho  mas  tiempo  que  lo  necesario,  y  re- 
duce á  un  estado  de  incrustación  el  azúcar  que 
está  al  fondo  del  calderón. 

En  Tierra  Firme,  donde  no  se  usa  mas  que 
leña  para  fabricar  el  azúcar,  calculan  la  ebullición 
incluyendo  la  que  el  azúcar  adquiere  durante  el 
tiempo  que  la  retiran  de  los  calderones :  pero  este 
calculo  exige  una  exactitud  tan  grande  que  es 
muy  difícil  adquirir,  y  sucede  amenudo  que  el 
azúcar  ó  bien  necesita  el  grado  de  hervor  reque- 
rido, ó  bien  le  excede.  Empleando  para  quemar 
las  hojas,  y  la  caña  que  se  ha  pasado  por  el  mo- 
lino, estos  inconvenientes  se  obvian,  y  el  trabaxo 
de  los  Negros  que  el  Creollo  envía  para  corta  la 
leña  se  ahorra.  Ademas  de  eso,  quando  la  esta- 
ción impide  la  corta  de  la  leña,  la  fabrica  tiene 
que  sospenderse,  y  todo  sufre ;  mientras  que  con 
una  buena  provisión  de  desechos,  estas  labores  ex- 
traordinarias se  ahorran,  y  la  caña  puede  cortarse 
en  qualesquiera  estación,  y  el  azúcar  fabricarse. 

Partes  Constituyentes.— Antes  de  hablar  del 
modo  con  que  extraen  el  jugo  de  la  caña,  con- 
vendrá hablar  de  la  naturaleza  de  sus  partes  cons- 
tituyentes. ¿  Pero  como  nos  atreveremos  á  de- 
cidir una  qüestion  en  la  que  hay  tantas  y  diversas 
opiniones  ?  La  química  quedará  aun  envuelta  por 
mucho  tiempo  en  dudas  y  conjeturas  con  respecto 
al  azúcar. 


35 

Algunos  químicos  sostienen,  que  los  materiales 
heterogéneos  del  azúcar  son,  una  fécula  ó  sedi- 
mento, un  extracto,  y  una  materia  colorante,  que 
se  separa  por  la  evaporación.  Otros  creen  que 
basta  obtener,  por  una  simple  evaporación,  y  por 
la  acción  del  niego,  una  diminución  del  agua,  y 
una  reunión  de  las  partículas  de  azúcar,  de  este 
modo  facilitando  la  coagulación  y  separación  de 
los  sedimentos  y  de  la  materia  colorante. 

Hay  otros  que  consideran  el  azúcar  como  una 
substancia  salina,  y  como  teniendo  su  sitio  medio 
entre  el  mucilago  y  las  sales  esenciales. 

Los  colonos  Ingleses  cuentan  en  su  composición 
ocho  partes  de  agua,  una  de  azúcar,  y  una  de 
azeite  espeso  y  de  gomas  mucilagas,  con  una 
porción  de  sal  esencial ;  y  baxo  estos  principios 
manufacturan  su  azúcar. 

Los  colonos  Franceses  suponen  que  el  jugo  se 
compone  meramente  de  una  porción  de  agua  su- 
perabundante, que  se  evapora  por  la  ebullición, 
y  algunos  ácidos  ó  mucilagos,  de  los  quales  es 
menester  desembarazar  las  partes  azucarinas.  Para 
producir  la  neutralización  oponen  á  los  ácidos  una 
cantidad  proporcionada  de  alkali,  para  que  la 
efervescencia  que  resulta  del  alkali  con  el  acido, 
asistida  por  la  ebullición,  la  presente  baxo  la  forma 
una  espuma  saponífera,  que  la  quitan  con  espu- 
maderas hechos  para  ese  fin. 

Uso  del  Alkali.— Los  agentes  que  emplean 
para  alkalizar  el  jugo  de  la  caña  son  cal-viva,  ceni- 
zas, potasa,  &c.     No  han  hallado  ningún  alkali 


36 

vegetal  que  produzca  tan  buenos  efectos.  Sin 
embargo,  algunos  de  los  colonos  sistemáticos  han 
aventurado  separarse  del  uso  común,  con  la  espe- 
ranza de  algún  descubrimiento  útil.  Pero  sus  ex- 
perimentos se  ban  hecho  generalmente  á  espensas 
de  sus  intereses ;  y,  según  la  docilidad  ú  obstinación 
de  sus  caracteres,  han  vuelto  á  adoptar,  mas  tarde 
ó  temprano,  el  método  que  su  amor  propio  les 
hizo  abandonar.  La  única  variación  razonable 
es,  según  la  naturaleza  del  terreno,  para  comple- 
tar la  alkalizacion  con  potasa  en  el  tercero  ó 
quarto  calderón,  después  que  la  cal-viva  ha  ex- 
traído la  mayor  parte  de  los  mucilagos,  y  de  los 
otros-  artículos  heterogéneos. 

Las  cenizas  de  la  leña  común  perjudican  ma- 
terialmente la  calidad  del  azúcar ;  haciéndolo 
moreno,  sin  cristalizarlo  ó  sin  darlo  consistencia. 

Hace  ya  tiempo  que  un  habitante  de  la  Jamaica 
dio  en  el  plan  de  alkalizar  el  azúcar  con  las  ceni- 
zas del  árbol  de  pimiento,  del  alecho,  ó  de  la 
madera  de  Campeche.  Las  ventajas  que  por  este 
método  resultaban  se  verificaron,  publicaron,  y  se 
compensaron  por  la  asamblea  colonial.  Decreta- 
ron para  Mr  Bousie,  autor  de  la  descubierta,  la 
suma  de  cien  mil  reales.  El  uso  de  la  cal  se  vio 
sobre  el  punto  de  un  destierro  vergonzoso,  quan- 
do  se  descubrió  por  el  comercio  que  el  azúcar 
alkalizado  de  este  modo  no  podia  soportar  el  mar, 
porque  estas  cenizas  evidentemente  impedían  la 
unión  intima  de  las  partículas.  De  consiguiente 
la  cal  recobró  la  consideración  que  había  comen- 


37 

zado  á  perder,  y  el  sistema  de  Mr  Bousie  no  ob- 
tuvo de  la  generosidad  publica  mas  que  un  tra- 
tado, en  el  que  se  declaraba  que  la  cal  y  las  ceni- 
zas podían  ser  empleadas  conjuntamente,  con 
tal  que  el  refinador  fuese  bastante  hábil  para  com- 
binarlas. 

Es  de  una  proporción  exacta  del  alkali  en  las 
partes  heterogéneas,  que  debemos  esperar  el  mas 
hermoso  azúcar.  £1  grande  arte  del  refinador 
debe  pues  dirigirse  á  verificar  este  punto.  La 
naturaleza  de  las  cañas  que  dan  el  jugo,  los  ter- 
renos en  donde  se  cultivan,  y  la  estación  que 
prevaleció  durante  su  madurez,  anuncian  que  es 
necesario  un  grado  mas  ó  menos  de  alkali.  La 
apariencia,  el  olor,  y  el  gusto  del  jugo,  indican 
también  si  es  necesario  poco  ó  mucho  alkali. 
Pero  estos  signos  son  puramente  aproximativos. 
No  hay  mas  que  el  curso  de  la  fabrica  que  sea 
capaz  de  indicar  si  son  precisos  é  infalibles;  y 
como  es  mas  fácil  corregir  defectos  que  nacen  de 
muy  poco  cal  que  de  mucha,  el  refinador  no  usa 
al  principio  mas  que  dos  terceras  partes  de  la 
cantidad  que  cree  necesaria  para  una  saturación 
perfecta.  Hechan  la  lima  en  el  primer  calderón, 
quando  el  liquido  está  frío.  Agitan  el  jugo  lige- 
ramente, para  que  la  cal  se  difunda  igualmente. 
£1  alkali  y  el  acido  ó  partes  mucilagas  entran  in- 
mediatamente en  un  conflicto ;  y  una  fuerte  ebul- 
lición les  hecha  á  la  superficie  baxo  la  forma  de 
espuma,  en  la  que  el  ojo  y  el  tacto  reconoce  pro- 
piedades saponeas. 


38 

En  la  provincia  de  Caracas  usan  subcarbonate 
de  potasa,  en  lugar  de  cal,  para  purificar  el  jugo 
de  la  caña  de  azúcar.  Las  cenizas  del  bucare, 
que  es  el  erithrina  corallodendron,  se  prefieren. 

Para  Espumar. — Un  Negro,  á  lo  menos,  tiene 
que  estar  continuamente  junto  á  uno  de  los  cal- 
derones, para  ir  quitándole  la  espuma ;  y  á  veces 
uno  no  basta.  No  hay  duda  que  el  espumar  es 
una  de  las  partes  mas  importantes  en  la  fabrica 
del  azúcar.  De  su  actividad  resulta  la  .buena  ó 
mala  calidad.  Todas  las  otras  condiciones  ne- 
cesarias para  producir  un  azúcar  hermoso,  no 
servirán  de  nada  si  está  mal  espumada.  Esta 
operación  se  comienza  en  el  segundo  calderón, 
pero  rara  vez  en  el  primero. 

Pronósticos. — La  espuma  "es  al  principio  de 
un  color  negruzco,  y  sumamente  espesa,  pero  en 
conseqüencia  de  su  separación,  adquiere  un  color 
mas  pagizo.  Quando  adhiere  á  la  espumadera, 
y  que  la  ebullición  es  grande,  dilatoria,  y  de  un 
color  obscuro,  el  alkali  es  insuficiente.  La  can- 
tidad de  cal  se  aumenta  gradualmente  hasta  que 
esta  indicación  no  aparece  mas. 

Hechan  el  jugo  del  primer  calderón  en  el  segun- 
do, donde  experimenta  una  ebullición  de  media 
hora,  durante  cuyo  tiempo  la  espumadera  pasa 
continuamente  sobre  su  superficie ;  entonces  se 
desocupa  en  el  tercero,  donde  se  vuelve  á  espu- 
mar. Desde  este  calderón  lo  hechan  en  el  quar- 
to,  donde  lo  dexan  hasta  que  dá  señales  nada 
equivocas  de  limpieza,  y  de  allí  lo  hechan  en  el 


39 

quinto,  endonde  no  nada  hay  mas  que  hacer  sino 
completar  la  ebullición  :  de  suerte  que  la  decan- 
tación de  un  calderón  á  otro  dá  señales,  que  el 
xarabe  está  bastante  limpio  para  ser  admitido  en 
el  quinto* 

Quando,  al  contrario,  la  espuma  pasa  fácilmente 
por  los  agujeros  de  la  espumadera,  y  que  la  ebu- 
llición es  pequeña,  indica  un  exceso  de  alkali  por 
el  que  la  calidad  del  azúcar  se  perjudica.  No 
tendrá  la  blancura  ni  el  grano  que  de  otra  suerte 
poseería.  Este  defecto  se  remedia  añadiendo 
nuevo  jugo  de  caña  sin  alkali,  para  que  tome  la 
parte  superabundante  del  alkali.  Pero  el  mal  no 
desaparece  enteramente,  no  se  hace  mas  que  pa- 
liarlo. 

A  veces  sucede  que  las  cañas  no  tienen  bas- 
tante agua  para  tenerlas  en  solución  hasta  que  se 
haya  espumado  completamente.  Quando  el  re- 
finador percibe  que  la  espuma  continua  sucia,  y 
que  la  caña  adquiere  demasiado  rápidamente  una 
consistencia  que  no  es  favorable  á  su  desenrollo, 
hecha  mas  agua  en  el  calderón  para  prolongar  su 
disolución.  Las  burbujas  de  un  tamaño  media- 
no, que  están  bien  separadas  y  brillantes,  y  de 
un  olor  balsámico,  del  tercero  ó  quarto  calderón, 
son  señales  fixas  de  la  buena  calidad  del  azúcar, 
y  de  su  buena  fabrica.  Quando  las  burbujas  de 
la  quinta  son  grandes,  excesivamente  agitadas,  y 
que  hacen  explosiones,  debemos  esperar  azúcar  de 
mala  calidad,  que  no  se  incrusta  sino  con  dificul- 
tad ó  quiza  nada.     La  demasiada  cantidad  de 


40 

i 

agua,  que  uo  se  ha  evaporada  por  la  acción  del 
fuego,  le  tiene  en  un  estado  de  liquido,  condenán- 
dole á  que  se  quede  en  xarabe. 

Ebullición.— El  talento  de  hacer  hervir  bien  el 
azúcar  se  aprecia  mucho  en  las  colonias,  porque 
todo  depende  del  grado  de  exactitud  de  esta  ope- 
ración. Si  el  hervor  es  demasiado  violento,  una 
parte  de  las  sales  esenciales  se  queman,  y  dismi- 
nuyen la  cantidad,  y  la  unión  excesiva  (ó  conso- 
lidación) de  las  partículas,  resiste  la  operación  de 
las  tierras  que  se  hechan  para  aclararle ;  pues  las 
molasas,  que  es  necesario  extraer  al  blanquear 
el  azúcar,  forman  con  él  una  substancia,  que  el 
agua  que  se  usa  para  purificarle  no  puede  pene- 
trar. Si  el  hervor  es  demasiado  débil,  la  incrus- 
tación del  azúcar  es  imperfecta,  y  el  agua  que  se 
usa  con  las  tierras  no  hallando  suficiente  resis- 
tencia, se  lleva  consigo  mucho  del  azúcar  en  la 
forma  de  xarabe.  Cada  forma  de  azúcar  basto 
pesa,  en  las  colonias  Francesas,  cinquenta  y  qua- 
tro  libras.  La  operación  de  quitarlo  la  tierra  lo 
reduce  á  quarenta  y  una  ó  á  quarenta  y  dos ; 
pero  si  el  azúcar  no  ha  hervido  bastante,  y  la 
operación  de  extraer  la  tierra  se  trata  de  hacer 
como  si  hubiere  hervido  bien,  entonces  se  reduce 
á  treinta  y  dos  6  á  treinta  y  tres  libras.  Por 
esta  razón  quando  piensan  vender  el  azúcar  en 
su  estado  grosero,  debe  recibir  mayor  hervor  que 
quando  se  le  extrae  la  tierra. 

El  modo  de  asegurarse  del  grado  de  hervor  del 
azúcar  es  simple  é  infalible.     Uno  de  los  cucha- 


41 

roñes  de  cobre,  que  se  usan  para  decantar  el  jugo, 
se  mete  en  el  calderón  quinto,  y  se  retira  inmedia- 
tamente. Por  la  cantidad  del  xarabe  que  se  pega 
al  cucharon,  se  percibe  el  grado  de  espesura. 
Quando  esta  señal  indica  que  el  grado  suficiente 
de  hervor  se  acerca,  vuelven  á  meter  el  cucharon, 
y  cogen  con  el  dedo  pulgar  quanto  se  puede  de  lo 
que  se  ha  pegado  al  cucharon ;— entonces  apli- 
can el  dedo  Índice  á  la  porción  del  liquido  que 
contiene  el  pulgar,  y  se  levanta.  El  xarabe  for- 
ma un  hilo,  que  debe  romperse  quando  los  dedos 
están  á  la  distancia  de  dos  pulgadas  el  uno  del 
otro,  y  retirase  en  la  forma  de  un  tornillo,  hacia 
la  materia  que  contiene  el  dedo  pulgar.  Esto 
se  llama  con  mucha  justicia  la  prueba,  pues  no 
hay  otra  mejor.  Los  químicos  han  querido  subs- 
tituir instrumentos  que  en  vano  han  garantizado 
su  infalibilidad ;  pues  los  resultados  son  erróneos 
según  la  diferente  naturaleza  de  la  caña  que  pro- 
duxó  el  azúcar.  Finalmente  se  han  visto  obliga- 
dos á  admitir,  que  la  casualidad  ha  dado  á  las  co- 
lonias una  señal  mas  fixa  y  superior,  que  todas 
quantas  el  arte  ha  inventado  hasta  ahora.  El  re- 
finador sin  experiencia  no  se  acomoda  al  princi- 
pio de  este  método  de  graduar  el  hervor,  porque 
daña  el  pellejo  delicado  de  sus  dedos ;  pero  se- 
gún avanza,  el  pellejo  se  endurece,  y  cria  tal  callo 
que  no  sufre  dolor  alguno.  Un  refinador  en 
las  colonias  es  fácil  reconocer,  examinando  el  pul- 
gar y  el  índice  de  la  mano  derecha,  .  del  mismo 


42 

modo  que  descubren  los  marineros  disfrazados  en 
Inglaterra,  por  los  callos  de  las  palmas  de  las  ma- 
nos. 

La  debilidad  del  hervor  se  conoce  por  la  difi- 
cultad con  que  se  forma  el  hilo ;  su  exceso,  por 
la  dificultad  con  que  se  retira  el  hilo  quando  se 
rompe. 

Asi  que  obtienen  la  indicación  requerida  cesan 
de  alimentar  el  fuego,  y  retiran  el  azúcar  inme- 
diatamente. Dos  Negros,  y  algunas  veces  tres, 
cada  uno  con  un  cucharon  cuyo  mango  tiene 
diez  ó  doce  pies  de  largo,  le  vacian  de  una  vez 
en  un  calderón,  que  está  metido  en  la  tierra  entre 
el  quinto  calderón. 

Cristalización. — Después  que  el  azúcar  ha 
estado  media  hora  en  este  nuevo  calderón,  lo 
menean  para  que  se  granule  igualmente.  Para 
este  fin  se  usa  una  espátula  de  madera,  que  tiene 
cerca  de  tres  pies,  y  que  los  Franceses  llaman 
mouveron.  De  este  calderón  vacian  el  azúcar  en 
otro  mayor  y  mas  distante  del  aparato,  en  donde 
lo  dexan  hasta  que  ha  formado  una  costra  de  una 
linea  de  grueso.  Esta  costra  muestra  al  mismo 
tiempo  el  grado  de  hervor,  y  la  calidad  del  azú- 
car. Si  es  verde  hacia  el  centro,  el  azúcar  no  es 
bueno ;  si  es  frágil  ó  quebradizo,  el  azúcar  há 
hervido  demasiado;  si  no  es  bastante  quebradizo, 
entonces  ha  hervido  muy  poco.  Ha  adquirido  el 
grado  exacto  de  hervor,  quando,  aplicando  la 
mano  ligeramente  á  la  costra,  se  dobla  y  recobra 


43 

su  nivel.  Si  se  rompe  demasiado  fácilmente,  su 
hervor  fue  excesivo ;  si  no  vuelve  á  tomar  su 
nivel,  el  hervor  fue  deficiente. 

Moldes  ó  Formas. — Mientras  que  el  azúcar 
está  en  este  calderón,  traen  á  la  fabrica  moldes 
de  barro  cocido,  que  ponen  á  cierta  distancia  del 
aparato,  y  que  han  estado  dos  ó  tres  horas  en 
agua,  y  bien  lavados.  Ponen  las  unas  junto  á  las 
otras,  con  la  punta  hacia  abaxo,  el  agujero  de  la 
punta  estando  bien  tapado  con  un  tapón  de  paja. 
Emplean  tantas  formas  como  se  cree  contendrán 
la  materia  que  ha  sido  hervida ;  hechan  el  azúcar 
en  ellas  mientras  que  esta  en  liquido.  Esta  ope- 
ración tiene  también  su  modo  particular.  Para 
este  fin  emplean  un  cucharon  con  dos  mangas,  y 
de  una  forma  cómoda.  Contiene  cerca  de  dos 
azumbres,  y  le  llenan  del  liquido.  El  Negro  que 
conduce  esta  operación  cuida  de  no  vaciar  el 
liquido  en  un  solo  molde,  pero  lo  distribuye  entre 
varios,  para  que  se  llenen  al  mismo  tiempo.  Esta 
precaución  es  necesaria,  para  que  la  parte  liquida 
del  azúcar  no  vaya  en  ciertas  formas,  y  todo  el 
grano  en  las  demás,  pero  para  que  la  distribución 
sea  igual. 

Para  Menearla. — Después  de  que  el  azúcar 
ha  pasado  una  hora  en  los  moldes,  requiere,  aun 
en  el  estado  de  liquidación,  ser  otra  vez  menea- 
do, lo  que  es  tan  esencial  como*  en  la  vez  prece- 
dente. El  objeto  de  esto  es  deshacer  el  grano 
del  azúcar  que  se  ha  adherido,  por  su  propio  peso, 
al  fondo  y  á  los  lados  del  molde,  y  para  dividirle 


44 

igualmente  por  todo  el  molde,  pues  precisamente 
al  momento  de  enfriarse  los  contenidos,  dá  al 
azúcar  tal  consistencia  que  impide  al  grano  pre- 
cipitarse de  nuevo.  £1  suceso  que  debe  aguar- 
darse de  esta  operación  depende  enteramente  del 
momento  en  que  se  hace.  Se  llama  menear  el 
azúcar.  Si  el  azúcar  está  demasiado  caliente, 
perturba  la  armonía  de  la  formación  del  grano,  y 
remueve  sin  ventaja  la  que  está  depositada  al 
fondo,  v  á  los  lados,  del  molde.  Si  está  deraa- 
siado  fría,  se  ha  hecho  ya  muy  gruesa  para  que  el 
refinador  pueda  hacer  lo  que  desee. 

La  practica  ha  dado  el  medio  de  conocer  el 
momento  en  que  se  debe  menear  el  azúcar.  £1 
refinador  mete  la  espátula  hasta  el  fondo  del 
molde,  y  la  dexa  que  se  levante  sola.  Según  la 
rapidez  ó  lentitud  con  que  vuelve  á  subir,  juzga 
que  es  ó  muy  pronto  ó  muy  tarde.  La  rapidez 
denota  que  no  es  aun  tiempo ;  la  lentitud  mu- 
estra que  el  tiempo  ya  pasó.  Un  medio  justo 
anuncia  el  momento  preciso. 

£1  que  hace  la  operación  de  menear,  debe  apli- 
car la  espátula  á  los  lados,  y  moverlo  hacia  el 
medio  del  molde.  £1  grano  se  halla  de  esta  su- 
erte desapegado  de  los  lados,  y  distribuido  por 
toda  la  forma. 

Señales. — £1  azúcar  quando  frío  forma  una 
costra  en  la  superficie,  mas  ó  menos  gruesa,  cuyo 
centro  se  hunde  aluego,  dexando  una  especie  de 
circulo  que  adhiere  al  molde,  y  que  ce  parece  á 
un  plato  que  no  tiene  asiento.     Este  circulo  se 


45 

llama  el  collar.  Para  que  sea  según  los  deseos 
del  refinador,  debe  tener  cosa  de  tres  pulgadas 
de  ancho.  Si  el  circulo  es  menor,  es  una  prueba 
de  que  el  azúcar  no  ha  hervido  bastante ;  y,  al 
contrario,  si  el  circulo  es  demasiado  grande. 
Esta  costra  se  llama  la  fuente,  porque  hay  un 
agujero  en  el  centro,  en  donde  siempre  queda  un 
poco  de  xarabe,  que  no  se  ha  cristalizado  aun ; 
también  denota  la  cantidad  del  alkali  que  ha  sido 
empleada.  Si  esta  costra  tiene  grasa,  y  que  al 
aplicar  la  mano  se  llena  de  mucilago,  es  una 
prueba  que  el  azúcar  no  ha  recibido  bastante  cal. 
Si,  al  contrario,  la  costra  es  seca  y  quebradiza,  la 
cal  se  ha  usado  con  exceso.  El  color  de  la  cos- 
tra da  á  la  vez  dos  indicaciones,  con  respecto  al 
grado  de  hervor  y  al  alkali.  Un  buen  color  de 
oro  anuncia  que  el  azúcar  ha  sido  bien  fabricado, 
y  ha  hervido  bien ;  un  color  amarillo  pálido 
anuncia  la  falta  de  alkali  y  de  hervor  ;  un  amari- 
llo demasiado  obscuro,  muestra  los  dos  excesos. 

Quando  el  azúcar  está  perfectamente  frío,  lle- 
van las  formas  ó  moldes  al  lugar  donde  lo  purifi- 
can, y  lo  hechan  en  ollas  muy  grandes,  con  bo- 
cas estrechas,  llamado  canaris.  Pero  previamente 
ño  solamente  quitan  el  tapón  de  paja  que  cerra- 
ba la  abertura  de  la  punta  de  la  forma,  sino  que 
pican,  con  un  alfiler  ó  aguja  que  tiene  pie  y  me- 
dio de  largo,  sus  contenidos.  Esto  se  llamad/car 
la  forma.  El  agujero  que  se  hace  tiene  que  ser 
exactamente  en  el  centro,  para  que  el  agua  que 
sirve  para  aclarar  penetre  igualmente  por  todas 


46 

las  partes  de  la  forma,  y  que  la  dé  una  blancura 
uniforme.  Si  no  se  hace  el  agujero  en  el  centro, 
el  agua  va  hacia  el  vacio ;  el  lado  de  la  forma 
hacia  el  que  todo  se  inclina,  recibe  el  fluido  que 
debia  difundirse  por  toda  ella :  el  peso  del  agua  se 
lleva  hasta  el  mismo  azúcar,  y  se  llena  de  agujeros ; 
mientras  que  el  lado  opuesto,  privado  del  agua 
que  debia  recibir,  se  queda  negro,  sin  obtener 
ninguna  ventaja  del  agua  de  tierra.  Los  mismos 
inconvenientes  ocurren  á  la  forma  que  no  está 
perfectamente  en  linea  perpendicular  sobre  el 
canari.  El  lado  que  se  inclina  recibe  toda  el 
agua,  mientras  que  el  otro  retiene  toda  su  mo- 
lasa. 

Para  dar  tierra. — Dexan  que  el  azúcar  se 
deseque,  por  cinco  ó  seis  dias ;  después  de  lo 
qual  se  hace  la  operación  de  la  tierra.  Quitan 
toda  la  fuente,  ó  costra  de  la  superficie.  Mez- 
clan bien  el  azúcar  con  una  especie  de  plana,  y 
ponen  sobre  él  una  mano  de  azúcar  ya  blaqueado, 
lo  que  unen  al  otro  sin  apretarlo.  £1  vacío  que 
queda  en  el  molde  de  cosa  de  dos  pulgadas,  se 
llena  entonces  de  una  pasta  de  tierra  negra,  bien 
dividida.  El  agua  que  corre  por  esta  tierra  pene- 
tra toda  la  forma,  y  lleva  consigo  al  canari  toda  la 
molasa  del  azúcar.  Quando  esta  tierra  se  seca, 
se  vuelve  á  hechar  agua  sobre  ella.  Esto  se  llama 
refrescarla.  El  azúcar  recibe  generalmente  la 
tierra  dos  veces. 

Para  Secarle. — Después  que  se  ha  retirado  la 
tierra,  el  azúcar  continua  secándose  por  doce  dias. 


47 

Entonces  se  escoge  un  buen  dia  para  exponerlo 
al  sol,  desde  las  'diez  hasta  las  tres.  Para  este  fin 
lo  vacían  de  los  moldes,  y  esto  se  llama  soltar  el 
azúcar.  La  forma  se  pone  sobre  la  paja  con  la 
punta  bácia  arriba,  y  dando  una  palmanita  sobre 
ella,  de  suerte  que  la  forma  no  se  rompa  ni  el 
azúcar  se  abrume,  pero  con  fuerza  suficiente  para 
desprenderlo  de  ella.  Esto  se  logra  generalmente 
al  tercer  ó  quarto  golpe.  El  azúcar  se  expone  al 
sol,  para  que  obtenga  una  consistencia,  que  al 
cogerle  no  se  deshaga.  Después  de  las  tres  lo 
llevan  al  horno.  Este  es  un  edificio  que  tiene 
veinte  pies  quadrados,  poco  mas  ó  menos,  y  treinta 
de  alto,  sin  otra  abertura  que  una  puertecita  que 
se  cierra  herméticamente,  y  que  se  abre  en  el 
lugar  donde  se  purifica.  Se  parece  algo  en  la 
forma  á  una  torre  de  las  iglesias  de  nuestro  pays. 
En  uno  de  los  lados  exteriores  hay  una  abertura 
de  dos  pies  quadrados,  junto  al  suelo,  en  la  que 
hay  un  poyo  de  hierro,  y  toda  su  cavidad  está 
dentro  del  horno.  En  este  lugar  ponen  el  fuego 
y  la  leña,  que  se  necesita  para  mantenerle  dia  y 
noche.  El  humo  sale  por  el  mismo  parage  por 
donde  meten  la  leña,  para  que  no  penetre  en  el 
horno.  El  calor  lo  mantienen  hasta  los  40  ó  50 
grados  del  termómetro,  de  Reaumur.  En  el  in- 
terior hay  tres  ó  quatro  gradas,  dispuestas  en 
forma  de  rejas,  para  poner  el  azúcar.  Doce  ó 
quince  dias  bastan  para  darlo  iina  solided,  que 
retendría  por  dos  ó  tres  años,  si  se  conservase 
libre  de  humedad  ó  de  agua. 

8 


48 

Quando  retiran  el  azúcar  del  horno,  lo  hacen 
pedazos  ó  lo  polvarizan,  y  después  lo  hechan  en 
cubetos,  para  entregarlo  al  comercio. 

Para  hervir  el  Xarabe. — £1  xarabe,  que 
corre  de  las  formas  en  los  canaris,  se  pone  otra 
vez  baxo  la  acción  del  fuego,  y  produce  azúcar 
mas  porosa  que  la  primera,  aunque  igualmente 
disponible  en  el  mercado ;  y  pasa  por  la  misma 
operación  de  la  tierra.  Del  xarabe  que  vuelve 
otra  vez  á  resultar  hacen  azúcar  de  una  calidad 
inferior :  y  finalmente,  el  ultimo  xarabe  que  re- 
sulta lo  venden  á  ios  distiladores,  para  hacer  el 
ron. 

Los  Refinadores  Creollos. — Es  muy  necesario 
que  los  Creollos  de  las  partes  orientales  de  Tierra 
Firme,  adopten  el  mismo  orden  en  las  opera- 
ciones relativas  al  azúcar.  Las  cenizas  forman 
la  mayor  parte  del  alkali  que  emplean.  De  aqui 
resulta  que  á  pesar  de  la  riqueza  del  terreno,  su 
azúcar  no  iguala  nunca  al  de  las  colonias,  ya  sea 
en  cristalización,  ó  en  blancura.  Su  modo  de 
darle  la  tierra  es  igualmente  defectuoso.  La 
tierra  no  estando  bien  dividida,  no  tiene  el  poder 
de  forzar  al  agua  á  filtrar  con  bastante  lentitud  ; 
pero,  al  contrarío,  la  dexa  escapar  tan  rápida- 
mente, que  se  lleva  en  su  curso  mucho  del  azú- 
car, que  cae  con  el  xarabe.  Esta  preocupación 
es  aun  mas  de  notar,  quanto  no  vuelven  á  hacer 
hervir  aun  el  primer  xarabe.  Sus  lugares  para  la 
purificación,  lexos  de  presentar  un  aspecto  agrada- 
ble, parecen  antes  una  pocilga,  en  la  que  uno  no 


49 

puede  entrar  sin  meterse  en  el  xarabe  hasta  los 
codos.  No  hacen  uso  de  los  canaris,  pero  ponen 
las  formas  de  azúcar  que  tienen  que  ser  blanque- 
adas sobre  una  plancha  de  madera,  que  se  levanta 
quatro  pies  de  la  tierra.  Cada  linea  de  formas 
descarga  el  xarabe  en  un  caño  de  madera,  que  lo 
conduce  á  un  pozo  en  el  que  todos  los  demás 
caños  se  desocupan.  Observan  que  esto  ahorra 
el  gasto  de  canaris,  y  el  de  transportar  el  xarabe 
al  pozo  grande  ;  pero  por  esta  operación  pierden 
mas  en  xarabe,  que  lo  que  podian  costar  los 
canaris.  Ademas  de  eso,  la  limpieza  de  un  edi- 
ficio, en  el  que  uno  puede  contemplar  el  producto 
del  cultivo,  sin  que  su  placer  se  halle  distraído 
por  la  vista  asquerosa  de  la  porquería  que  sale 
del  xarabe,  es  seguramente  un  objeto  que  merece 
consideración. 

Su  modo  de  secar  el  azúcar,  no  presenta  tam- 
poco las  mismas  ventajas  que  el  nuestro.  Ex- 
tienden el  azúcar  sobre  una  plataforma  elevada, 
cubierta  de  un  techo  movible.  En  el  buen  tiem- 
po mueven  el  techo,  y  el  azúcar  recibe  los  rayos 
del  sol.  Excepto  á  tales  tiempos,  no  quitan  el 
techo,  y  el  azúcar  tiene  tiempo  para  recobrar,  ya 
sea  por  razón  de  las  lluvias,  ó  de  la  humedad  de 
la  noche,  aquella  humedad  que  el  sol  había  ex- 
traído. Estas  transiciones  de  sequedad  á  hume- 
dad, y  vice  versd,  no  pueden  menos  de  destruir 
el  grano  del  azúcar,  é  impedir  que  adquierra 
aquella  consistencia  que  se  necesita  para  hacerle 
durable. 

TOM.  II.  D 


50 

En  general,  la  fabrica  del  azúcar  en  Tierra 
Firme,  y  sobre  todo  el  método  de  dar  la  tierra, 
está  y  estara,  por  mucho  tiempo,  muy  atrasado, 
porque  el  interés  dicta  la  venta  de  una  masa  com- 
puesta de  molasa  y  de  ocho  decimas  partes  de 
mucilago,  como  si  fuese  azúcar,  quando  la  expe- 
riencia nos  ha  enseñado  á  ponerlo  entre  las  par- 
tículas heterogéneas.  Esta  substancia  la  dividen 
en  pequeñas  porciones,  que  llaman  papelones. 
Por  lo  general  pesan  tres  libras,  y  cuestan  un 
real,  mientras  que  una  libra  de  azúcar  blanca 
cuesta  real  y  medio.  Los  pobres,  que  no  viven 
apenas  de  otra  cosa  mas  que  de  papelón,  obtienen 
este  necesario  precioso  por  muy  poco  dinero  ;  y 
el  habito  les  hace  preferirlo  al  azúcar  aclarado, 
que  cuesta  quatro  veces  mas. 

Por  lo  que  toca  al  guarapo,  de  que  hablamos  al 
principio  de  este  articulo,  el  papelón  es  mucho 
mejor,  porque  contiene  los  principios  de  fermen- 
tación en  un  grado  superior  aun  que  el  azúcar 
aclarado. 

En  quanto  á  la  poca  consistencia  que  el  azúcar 
posee,  viendo  los  medios  que  emplean,  no  importa 
casi  nada,  puesto  que  consumen  el  azúcar  casi  en 
el  mismo  momento  que  lo  fabrican ;  y  no  como 
el  azúcar  de  nuestras  colonias,  que  tiene  que  pasar 
el  mar,  ser  depositado  en  los  almazenes  de  la  me- 
trópoli, y  quiza  después  ser  transportado  al  norte 
de  la  Europa.  De  consiguiente  seria  iiutil,  quiza 
perjudicial,  á  los  intereses  del  colono  de  Tierra 


51 

Firme,  al  privar  el  azúcar  de  una  humedad  que 
aumenta  el  peso,  y  sus  efectos. 

No  seria  extraño,  que  se  operasen  pronto  en  la 
fabrica  de  azúcar  una  reforma  ventajosa  en  estas 
provincias.  Humboldt  dice,  quo  desde  bace  va- 
rios años  el  cultivo  y  fabrica  del  azúcar  ha  ade- 
lantado mucho  en  Tierra  Firme ;  y  como  por  las 
leyes  la  operación  de  refinado  no  es  permitido  en 
la  Jamaica,  cuentan  con  el  comercio  fraudulento 
de  azúcar  refinada  con  las  colonias  Inglesas. 
Pero  el  consumo  de  las  provincias  de  Venezuela, 
ya  sea  en  papelón,  ó  en  el  azúcar  que  se  emplea 
para  la  fabrica  de  los  dulces,  es  tan  enorme,  que 
la  exportación  hasta  ahora  ha  sido  nula.  Las 
plantaciones  mas  hermosas  están  en  los  valles  de 
Aragua  y  de  Tuy,#  cerca  de  Pao  de  Zarate,  entre 
la  Victoria  y  Sn  Sebastian,!  cerca  de  Guatire,  de 
Guarenas,  y  de  Caurimare.t  Si  las  primeras 
cañas  que  llegaron  al  Nuevo  Mundo  vinieron  de 
Canarias,  también  son  los  Canarios  los  que  están 
ahora  á  la  cabeza  de  los  cañaverales,  y  que  super- 
intenden  las  labores  del  Cultivo  y  de  la  refinación. 

Sobre  el  modo  de  extraer  el  azúcar,  se  han  es- 
crito muchos  tratados.  £1  mejor  es  quiza  el  de 
Duthrone,  un  medico  y  propietario  de  Sto  Do- 

*  Tapatapa,  6  La  Trinidad,  Cara,  Mocundo,  £1  Palmar. 

f  Por  exemplo,  La  Hacienda  de  Su  Rosa. 

X  Precio  en  los  valles  de  Aragua :  un  papelón,  6  un  pedazo 
que  pesa  dos  libras  j  media,  medio  real ;  una  libra  de  azúcar 
basta  un  real ;  una  libra  de  azúcar  clarificada,  de  un  real  á 
real  y  medio. 


52 

mingo.  Fue  el  primero  que  empleo  la  especie  de 
sartenes  de  cobre,  mas  anchas  y  menos  hondas 
que  los  calderones  de  hierro  que  se  usan  general- 
mente en  las  plantaciones  de  azúcar  ;  por  su  an- 
chura y  poca  hondura,  ahorran  el  tiempo  y  el 
fuego  ;  porque  el  xarabe  hierve  y  se  cambia  mas 
pronto  en  azúcar  en  estas  que  en  los  calderones. 
También  se  puede  menear  y  espumar  mejor  en 
ellos,  lo  que  disminuye  el  trabaxo  del  refinador. 
Se  observa  también,  que  el  azúcar  que  se  hace  en 
estas  calderas  es  mas  ligero,  y  tiene  un  color  mas 
agradable,  que  el  que  ha  hervido  en  los  de  hierro. 
Quando  un  calderón  de  hierro  se  rompe,  ó  que 
se  hace  algún  agujero  en  él,  es  necesario  destruir 
el  horno  para  remplazarle  con  otro,  en  lo  que  se 
consume  mucho  tiempo,  y  algunas  veces  se  pierde 
varios  quintales  de  xarabe  ;  pero  quando  esto  su* 
cede  con  el  calderón  de  cobre,  todo  el  trabaxo 
consiste  en  el  soldarle,  ó  hecharle  una  chapa,  lo 
que  puede  executarse  en  media  hora.  Estas,  y 
otras  muchas  razones,  debían  inducir  á  los  culti- 
vadores Españoles  á  abandonar  el  uso  de  los 
calderones  de  hierro,  como  han  hecho  los  Ingleses 
en  la  Jamaica,  v  en  casi  todas  las  otras  colonias. 


53 


SECCIÓN  IV. 


CAFE. 


Las  colonias  de  las  otras  naciones  han  hecho 
un  comercio  considerable  por  mas  de  cinquenta 
años  ha,  mientras  que  en  las  posesiones  Españolas 
no  se  cultivaba  mas  que  para  el  consumo  domes- 
tico.    Sin  embargo,  no  solo  las  nuevas  planta- 
ciones, comenzadas  desde  el  año  de  1796  en  los 
valles  de  Aragua,  son  de  café,  sino  que  muchos 
de  los  habitantes  han  abandonado  el  cacao  y  el 
índigo,  para  cultivar  el  café*    El  origen  principal 
de  esto  fue  la  larga  guerra  de  1793  hasta  1801 : 
los  mares,  cubiertos  de  navios  Ingleses  de  guerra, 
no  presentaban  al  comercio  otra  perspectiva  sino 
la  de  perdidas  inevitables ;  la  comunicación  con 
el  pays  materno  estando  interceptada,  los  diversos 
artículos  de  producto  se  quedaban  entre  las  manos 
de  los  colonos,  particularmente  el  cacao.   Es  bien 
conocido  que  el  cacao  no  se  conserva  mas  que 
diez  meses  ó  un  año,  y  que  después  de  ese  tiempo 
pierde  su  precio ;  era  natural,  pues,  que  el  colono 
substituyese  en  su  lugar  otra  producción,  que  tu- 
biese  mejor  venta,  ó  que  se  pudiese  conservar  en 
los  almazenes,  hasta  que  se  operase  un  cambio 
en  la  política ;  y  el  articulo  que  presentaba  estas 
ventajas  era  el  café. 

Sin  embargo,  no  debemos  suponer  que  el  cultivo 
de  este  ramo  haya  obtenido  todo  el  aumento  de 


54 


que  es  susceptible  en  un  suelo  tan  extenso  y  fértil 
como  el  de  Tierra  Firme.  La  cantidad  que  pro- 
duce, independiente  de  lo  que  se  usa  para  el  con- 
sumo domestico,  no  excede  un  millón  de  libras. 

Suelo. — Toda  la  tierra  dentro  de  una  exten- 
sión de  sesenta  leguas  en  la  linea,  es  propia  para 
el  cultivo  del  café,  excepto  la  tierra  compuesta 
de  barro  duro  y  frío,  ó  un  terreno  arenoso  y 
ligero  sobre  un  lecho  de  marl.  Las  hojas  del 
café  que  plantan  en  tales  terrenos  se  vuelven 
amarillas,  y  el  árbol  ó  perece  ó  no  da  fruto. 
Exige  en  preferencia  un  suelo  nuevo  y  libre,  un 
poco  elevado,  donde  la  frescura  modere  el  calor 
excesivo  de  la  zona  tórrida,  que  agobiaría  la 
planta  si  estubiese  expuesta  á  toda  su  violencia. 

Una  regfy  igualmente  fácil  é  invariable  al  for- 
mar una  plantación  de  café,  es  la  de  escoger  un 
terreno  nuevamente  cultivado.  Para  juzgar  con 
exactitud  de  la  fertilidad  del  suelo,,  no  hay  mas 
que  observar  el  tamaño  de  los  arboles.  Mon- 
tañas ó  cuestas,  pues  la  elevación  no  importa 
nada,  con  tal  que  el  termómetro  de  Reaumur  no 
baxe  mas  abaxo  de  10  ó  12  grados.  La  planta* 
cion  debe  estar  lo  menos  posible  expuesta  al 
norte  ;  pero  esta  precaución  es  mas  necesaria  en 
las  Antillas  que  en  Tierra  Firme,  particularmente 
si  está  á  una  pequeña  distancia  del  mar,  pues  el 
agua  salada  destruye  el  café» 

La  primera  operación  requerida  para  formar 
una  plantación  de  café  es  arrancar  los  arboles  ;  y 
el  modo  que  se  debe  usar  depende  enteramente 


55 

del  carácter  de  la  tierra.  Si  es  anivelada,  ó  sola- 
mente de  un  declive  mediano,  se  deben  arrancar 
las  raizes  y  troncos,  y  quemarles  ;  pero  si  el  ter- 
rena es  montañoso,  los  troncos  son  necesarios  para 
impedir  los  destrozos  que  puedan  hacer  los  tor- 
rentes, que  barren  delante  de  si,  con  mas  ó  menos 
rapidez,  en  proporción  de  la  violencia  de  las 
lluvias,  el  lecho  de  tierra  vegetal,  que  es  el  de- 
posito de  todos  los  principios  de  la  fertilidad» 
Muchas  plantaciones  se  han  hecho  estériles  asi 
que  las  formaron,  por  el  descuido  de  esta  precau- 
ción. 

Para  Plantar.— -Una  vez  que  la  tierra  que  se 
destina  para  el  café  se  halla  desembarazada  de 
arboles,  hacen  hoyos  para  poner  la  planta,  en  el 
orden  que  el  cultivador  lo  juzga  mas  conveniente, 
y  á  una  distancia  que  la  naturaleza  de  la  tierra 
determina. 

£1  cultivo  del  café  en  Tierra  Firme  no  se  halla 
bastante  avanzado,  ni  el  terreno  ha  sido  bastante 
examinado,  para  garantizar  la  adopción  de  otro 
método  de  plantar  el  café  mas  que  en  lineas  para- 
lelas, mas  ó  menos  distantes  las  unas  de  las  otras, 
y  los  hoyos  mas  ó  menos  separados.  Pero  proba- 
blemente el  tiempo  vendrá,  quando  la  industria, 
deseosa  de  convertirlo  todo  en  utilidad,  no  desde- 
ñara tomar  ventaja  de  los  felices  resultados,  que 
los  talentos  y  emulación  de  sus  vecinos  han 
operado.  Para  tal  época  recomendaríamos  el 
método  de  plantar  en  triángulos,  un  método  tanto 
mas  provechoso,  quanto  ahorra  cerca  de  una  sexta 
parte  de  tierra. 


56 

Un  quadro  de  tierra  plantado  en  triángulos  de 
siete  plantas,  da  dos  mil  novecientas  veinte  y  seis 
plantas  de  café  ;  en  quadros  de  siete  plantas,  no 
da  mas  que  dos  mil  y  quinientas ;  en  quadros  de 
diez»  da  mil  doscientas  veinte  y  cinco ;  en  trián- 
gulos de  diez,  produce  mil  quatrocientos  quarenta 
y  una. 

Para  plantar  en  triángulos,  se  debe  tirar  una 
cuerda  dividida  en  nudos,  que  indiquen  las  dis- 
tancias. Supongamos  que  son  siete ;  á  cada  nudo 
se  pone  una  planta  de  café.  Para  la  segunda  fila, 
se  coge  dos  varas  de  siete  pies  de  largo  ;  y  una 
se  pone  junto  á  la  primera  planta,  y  la  otra  junto 
á  la  ultima ;  entonces  se  juntan  las  otras  dos  ex- 
tremidades de  las  varas,  y  forman  la  cumbre  de 
un  triangulo  equilateral.  Al  punto  que  forman 
las  varas,  se  pone  una  estaca,  á  la  que  se  ata  una 
cuerda  dividida  por  nudos.  La  misma  operación 
se  observa  al  fin  de  la  cuerda.  Se  fixá,  y  una 
planta  de  café  se  deposita  á  cada  nudo.  Las 
otras  filas  se  forman  del  mismo  modo. 

De  qualesquier  modo  que  se  plante,  la  distancia 
de  los  hoyos  debe  proporcionarse  á  la  riqueza  del 
suelo  ;  quanto  mas  fértil  es  la  tierra,  tanto  mayor 
la  distancia  entre  las  plantas.  Esta,  lo  mismo 
que  otras  muchos  verdades,  ha  tenido  que  com- 
batir contra  la  costumbre  y  contra  la  preocupa- 
ción, pero  en  nuestras  colonias  la  experiencia  le 
procuró  muy  pronto  aquel  respeto  que  se  debe  á 
los  verdaderos  principios.  En  efecto,  era  natural 
suponer,  que  en  una  superficie  igual,  un  numero 


57 

muy  grande  de  plantas  daría  mas  café  que  un 
numero  corto.  El  influxo  de  la  luz  y  del  aire 
sobre  la  vegetación  no  se  conocía  allí  teórica- 
mente. Andaban  atientas  en  la  carrera  mages- 
tuosa  de  las  operaciones  de  la  naturaleza.  Hi- 
cieron toda  especie  de  experimentos,  y  dieron  la 
preferencia  al  que  tenia  mejor  suceso.  Como  se 
hallan  instigados,  al  hacer  estas  operaciones,  mas 
por  la  codicia  de  las  riquezas  que  por  el  amor  de 
la  ciencia,  se  aprovechaban  de  los  resultados  sin 
analizar  sus  causas. 

Era  la  costumbre  de  poner  las  plantas  de  café 
á  la  misma  distancia  en  toda  especie  de  terreno, 
y  el  interés  dictaba  que  se  plantasen  muy  cerca. 
La  distancia  ordinaria  era  de  quatro  á  cinco  pies. 
Después  de  varios  años  se  descubrió,  que  por  este 
método  se  obtenían  buenas  cosechas  en  terrenos 
pobres.  Donde  la  tierra  era  mas  fértil,  las  plan- 
tas tenían  una  apariencia  soberbia  al  momento  de 
bechar  flor.  Crecían,  y  sus  ramos  se  enredaban 
y  se  engazaban  de  tal  suerte,  que  el  cultivador 
temía  que  se  romperían  con  el  peso  del  fruto  que 
prometían.  Pero  apenas  habían  adquirido  esta 
rica  apariencia,  que  la  naturaleza,  consumida  por 
su  liberalidad  prematurada,  cesaba  sus  dones, 
y  dexaba  al  cultivador  confundido  y  desalentado 
por  un  fenómeno  tan  funesto.  Por  fin  dieron  en 
aumentar  la  distancia  entre  las  plantas,  y  poco  á 
poco  esta  distancia  se  arregló  según  la  naturaleza 
del  suelo.  En  las  tierras  mas  pobres  no  debe  ser 
menos  de  quatro  pies ;  y  en  las  mas  fértiles  nunca 


58 

menos  de  ocho.    La  prudencia  y  el  ínteres  deben 
hallar  la  verdadera  proporción. 

Un  cultivador  juicioso  arregla  también  la  hon- 
dura de  los  hoyos,  según  la  calidad  del  suelo. 
Quanto  mas  hondo  es  el  lecho  de  tierra  vegetal, 
tanto  mas  hondo  se  deben  hacer  los  hoyos,  y  vice 
versa  ;  pues  el  grande  objeto  es  impedir  que  las 
raizes  no  penetren  el  stratum  de  piedra,  y  que 
perezcan.  De  todas  suertes,  se  puede  plantar  el 
café  ya  sea  en  granos  ó  en  arbustos,  como  en  Sto 
Domingo ;  *  pero  no  produce  tanto,  ni  tan  pronto, 
ni  dura  tanto  como  las  que  se  toman  de  una 
almaciga.*— La  elección  del  terreno  para  las  al- 
macigas,  pide  mas  atención  que  la  que  se  supon- 
dría.    Si  el  suelo  es  ingrato,  la  planta  no  tendrá 

*  "  Para  procurarse  la  planta  de  café,  arrancan  los  arbustos 
nuevos  que  están  baxo  los  arboles  viejos,  y  que  son  el  pro- 
ducto del  fruto  maduro  que  cae  de  ellos.  Los  transportan  de 
una  plantación  á  otra:  después  de  haberles  cortado  parte  de 
sos  raizes,  les  meten  en  les  hoyos  dispuestos  para  ellos.  Este 
modo  es  defectuoso ;  una  gran  parte  de  laa  plantas  que  se 
procuran  de  este  modo,  ademas  de  los  defectos  de  su  for- 
mación, que  adquieren  baxo  él  árbol  paterno,  están  también 
flugetas  á  la  entera  privación  de  los  ardores  del  sol ;  de  con- 
siguiente, no  presentan  al  cultivador  ninguna  certidumbre  de 
buen  suceso.  Los  cultivadores  tienen  amenudo  que  comen- 
zar de  nuevo  por  varios  años  sucesivos,  antes  de  poderlas 
establecer  con  regularidad. 

"  Yo  he  evitado  este  inconveniente  por  un  expediente  que 
varios  cultivadores  han  adoptado  después. 

"  Sembré  los  granos  de  café  á  seis  pulgadas  de  distancia,  en' 
la  forma  de  un  quincunx.»  en  un  terreno  preparado  para  el 
efecto.  La  almaciga  que  se  forma  de  este  modo  se  cuida,  y 
riega ;  de  aqui  saqué  las  plantas  que  necesitaba  para  formar 


59 

la  cantidad  requerida  de  aquel  principio  vital  que 
constituye  su  vigor,  y  su  trasplantación  á  un 
suelo  mejor  no  remediara  nunca  este  defecto  origi- 
nal. Si,  al  contrario,  el  suelo  de  la  almaciga  fuese 
mas  rico  que  el  de  la  plantación,  la  joven  planta 
no  hallara  en  el  nuevo  suelo  al  que  se  ve  trasla- 
dada, una  cantidad  igual  de  acido  carbónico,  que 
tan  poderosamente  contribuye  á  aumentar  la  en-» 
ergia  de  la  vida  vegetal ;  y  perezera  inevitable- 
mente. 

Sin  embargo,  rara  vez  atribuyen  la  caida  de 
las  plantaciones  á  esta  causa,  quando  todo  hace 
ver  que  de  otra  suerte  tendrían  el  mas  feliz 
suceso. 

Las  plantas  pequeñas  deben  sacarse  de  la  tierra 
con  todas  sus  raizes,  y  plantarse  del  mismo  modo. 

mis  plantaciones.  Quando  tenían  que  trasplantarse,  se  cui- 
daba de  regar  bien  la  tierra,  y  la  planta  se  sacaba  con  la  tierra 
que  rodeaba  sus  raizes. 

"  Es  fácil  imaginarse  que  las  plantas  trasplantadas  de  este 
modo  de  la  almaciga,  no  podían  sufrir  ninguna  alteración  6 
retardo  en  su  vegetación :  las  plantaciones  eran  también  re- 
gulares. Había  pocas  plantas  que  necesitasen  ser  remplaza- 
das ;  ninguna  era  defectuosa  en  su  formación ;  todas  estaban 
hechas  al  calor  excesivo  del  sol;  y  templaba  su  efecto  amon- 
tonando piedras  al  rededor  de  las  plantas ;  lo  que  conservaba 
una  frescura  muy  provechosa  aun  en  la  estación  de  sequedad. 
Todas  aquellas  plantas  ofrecían  las  ventajas  de  ser  fuertes  y 
hermosas,  y  de  producir  mas  pronto  que  las  de  los  vecinos 
míos  que  plantaban  las  suyas  al  mismo  tiempo  que  yo,  según 
el  método  viejo.  Me  ban  asegurado  que  aun  hasta  este  mo- 
mento, en  que,  como  todas  las  de  mas  plantaciones  de  Sto  Do* 
mingo,  se  hallan  descuidadas,  son  sin  embargo  muy  her- 
mosas."    (Memoire  sur  le  Caffé,  par  M.  Bruley). 


60 

Deben  tener  dos  pies  de  alto.  Se  cubren  de 
tierra  hasta  cosa  de  dos  pulgadas  sobre  las  raizes, 
y  se  cortan  á  diez  pulgadas  de  la  superficie  de  la 
tierra,  no  dexando  mas  que  el  tallo. 

La  estación  para  plantar  el  café  no  es  muy  im- 
portante, en  una  tierra  que  contiene  principio» 
bastante  aquosos  para  producir  la  grande  obra 
de  la  vegetación.  Pero,  por  lo  general,  es  mejor 
plantarlo  antes  de  las  lluvias. 

Es  muy  importante  para  la  fertilidad,  que  las 
plantas  se  corten  á  ciertas  alturas,  según  la  cali- 
dad del  terreno.  En  las  tierras  mas  pobres  las 
tallan  á  dos  pies  y  medio,  y  en  las  mejores  á 
quatro  ó  cinco  pies.  Los  cultivadores  de  Tierra 
Firme  no  dan  á  sus  plantas  mas  que  quatro  pies. 
Mantienen  con  mucha  razón,  que  una  mayor  ele- 
vación hace  que  la  cosecha  del  café  sea  difícil  é 
imperfecta.  Sin  embargo,  esta  atención  no  es  ge- 
neral ;  pues  hay  muchos  que  no  cortan  las  plantas, 
y  que  las  dejan  crezer  quanto  suelen,  que  es  hasta 
veinte  y  quatro  6  veinte  y  cinco  pies. 

Para  Escardar. — La  precauciones  que  se  ne- 
cesitan al  plantar  el  café  serian  inútiles,  si  no  se 
siguen  por  los  que  cuidan  de  quitar  la  grande 
cantidad  de  yerba,  que  disputa  con  ellas  las  mate- 
rias nutritivas,  y  los  principios  de  crecimiento  que 
reciben  del  suelo,  del  aire,  y  de  la  luz.  La  planta 
del  café  no  necesita  de  mas  ayuda  para  deshacer- 
se de  estos  enemigos  de  su  existencia,  que  du- 
rante los  dos  primeros  años ;  pues  á  medida  que 
crece,  sus  ramas  se  extienden  lo  bastante  para 


61 

privar  á  las  malezas  del  aire  y  de  la  luz  necesarias 
para  su  propagación  y  aumento.  M.  Bruley  ob- 
serva justamente,  que  antes  se  debe  recomendar, 
para  impedir  la  reproducción  de  las  yerbas,  y  la 
injuria  que  hacen  al  terreno,  el  arrancarlas  con  la 
mano,  que  con  la  hazada. 

Entre  las  filas  de  los  arboles  nuevos  de  café,  se 
pueden  criar  bastantes  legumbres  que  sirvan  para 
el  consumo  de  la  plantación.  Un  cultivador  pru- 
dente no  deja  de  aprovecharse  de  las  ventajas  que 
un  suelo  labrado  ofrece,  pues  puede  tener  quan- 
tas  legumbres  desea  sin  otro  trabajo  que  el  de 
plantarlas. 

A  menos  que  no  ocurran  algunas  contrariedades 
ya  sea  en  el  suelo  ó  en  la  estación,  las  plantas  de 
café  dan  ya  cosecha  al  segundo  año,  y  están  en  su 
perfecta  producción  al  tercero.  Cada  planta  pro- 
duce según  la  naturaleza  del  suelo.  En  Sto  Do- 
mingo calculan  que  cada  planta  da  una  libra ;  en 
la  Jamaica,  libra  y  media ;  y  en  Tierra  Firme, 
dos  libras. 

Existen  varias  causas  que  son  perjudiciales  al 
café.  Una  de  ellas  es  la  sequedad.  La  planta 
exige  mucha  agua,  excepto  al  momento  de  hechar 
flor,  pues  entonces  las  lluvias  destruyen  las  flores, 
y  todas  las  esperanzas  del  fruto.  Una  demasiada 
cantidad  de  almendras,  es  otra.  El  árbol  no 
puede  entonces  proveer  suficiente  jugo  nutritivo 
para  esta  superabundancia  de  fruto :  de  consigui- 
ente se  pierden  muchos  granos.  Otra  causa  es  la 
cantidad  de  yerbas,  que,  por  el  descuido  del  cul- 


62 

lavador,  usurpan  una  parte  del  alimento  de  las 
nuevas  plantas ;  disminuyen  su  numero,  y  dañan 
á  la  calidad.  Los  insectos,  una  especie  de  muér- 
dago, &c.  nieblas  y  huracanes,  perjudican  tam- 
bién el  cultivo  del  café* 

Cosecha. — Hablaremos  ahora  de  su  cosecha  ;— 
una  materia  tanto  mas  importante,  quanto  de  ella 
depende,  de  cierto  modo,  la  belleza,  buena  calidad, 
y  precio  del  café.  La  operación  es  fácil  y  muy 
simple;  no  se  necesitan  talentos  muy  sobresa- 
lientes, ni  un  conocimiento  muy  profundo  de  la 
quimica;  no  consiste  en  una  combinación  muy 
docta  de  las  materias  que  tienen  que  analizarse, 
ó  que  tienen  que  cambiar  su  forma,  y  adquirir 
nuevas  propiedades. 

Todo  el  conocimiento  necesario  consiste  en 
saber  como  se  recoge  el  grano,  como  se  limpia, 
y  se  seca,  sin  dañar  á  aquellas  calidades  que  sir- 
ven para  aumentar  su  precio  y  consumo ;  de  con- 
siguiente todo  lo  que  se  necesita  para  obtener  esto 
es  precisión,  y  maquinas  muy  simples ;  la  atención, 
el  cuidado,  y  la  exactitud,  bastan  para  formar  un 
buen  fabricante  de  café.  Sin  embargo  no  debe* 
mos  concluir  de  aqui,  que  esta  operación  es  tan 
simple  que  es  imposible  hacerlo  mal.  Esta  opera- 
cion,  como  todas  las  obras  del  hombre,  está  sugeta 
á  varías  opiniones  opuestas,  y  sistemas  diversos. 
No  poseemos  aun,  y  es  posible  que  no  lo  poseere- 
mos nunca,  un  solo  arte,  cuyos  principios  y  ope- 
raciones sean  irrevocablemente  reconocidas  y 
observadas  por  todos  los  que  les  cultivan  ;  y  en 


03 

■ 

'America  la  fabrica  del  café  no  es  bastante  an- 
tigua, ni  está  suficientemente  difundida,  ni  bas- 
tante teóricamente  conducida,  para  formar  una 
excepción  á  esta  regla  general.  De  consiguiente 
es  preciso  que  la  experiencia  forme  por  grados  el 
sendero  que  conduzca  á  su  perfección.  Para  este 
efecto,  es  peculiarmente  útil,  que  los  diferentes 
modos  que  se  usan,  no  solo  entre  diferentes  na- 
ciones coloniales,  pero  entre  los  diferentes  culti- 
vadores, sean  dados  á  conocer,  para  que  sus  re- 
sultados, de  los  que  solo  el  comercio  puede  juzgar, 
decidan  á  que  método  se  debe  dar  la  preferencia. 

£1  pays  que  merece  el  primer  rango  en  el  cul- 
tivo del  café  es  la  Arabia  Feliz.  Ya  sea  á  razón 
de  la  superioridad  de  su  suelo,  ó  ya  sea  por  el 
método  que  se  observa  al  preparar  éste  articulo, 
ó  quiza  por  los  dos  juntos,  el  café  de  este  pays 
obtiene  tres  veces  el  precio  del  de  qaalesquiera 
otro.  £1  nombre  solo  de  Moka  le  da  esta  supe- 
rioridad. Es  cierto,  que  la  preparación  que  re- 
cibe requiere  cuidados  demasiado  menudos  y  fas- 
tidiosos para  que  convenga  á  plantaciones  dema- 
siado considerables j  pero  no  por  eso  los  princi- 
pios que  siguen  son  menos  útiles  y  dignos  de  ser 
conocidos,  para  que  se  observen  en  quanto  las  lo- 
calidades lo  permitan. 

Quando  el  cultivador  Árabe,  dice  Mr  Bryan 
Edwards,  observa  que  su  café  está  maduro,  ex- 
tiende sobre  los  arboles  lienzos  muy  grandes,  que 
menea  de  tiempo  en  tiempo  para  hacer  caer  las 
almendras  maduras.    Jamas  arranca  un  grano  de 


64 

café  con  la  mano,  por  muy  maduro  que  parezca* 
No  considera  ninguno  como  tal,  á  no  ser  los  que 
caen  al  menear  el  árbol  ligeramente.  Esta  ope- 
ración, mas  ó  menos  rigurosamente  observada» 
sirve  á  lo  menos  para  confirmar  el  principio,  que 
la  madurez  perfecta  es  esencial  para  obtener  buen 
café. 

Los  granos  que  se  recogen  de  este  modo  los 
exponen  al  sol  sobre  esteras  con  sus  pulpos,  hasta 
que  están  perfectamente  secos;  lo  que  exige 
mucho  tiempo.  Su  cascara  seca  se  extracta  des- 
pués por  medio  de  un  cilindro  de  piedra  bastante 
grande,  y  los  vuelven  á  poner  al  sol ;  pues  los 
cultivadores  de  Yemen  están  persuadidos  que  el 
café  suele  fermentar»  mientras  que  retiene  una 
sola  partícula  de  humedad.  Lo  aechan,  y  lo 
empaquetan  en  balas  para  el  mercado.  Esta  prac- 
tica indica  que  el  café  no  puede  estar  demasiado 
seco. 

Los  Ingleses  en  sus  colonias  siguen,  poco  mas 
ó  menos,  el  método  siguiente.  Asi  que  el  grano 
del  café  adquiere  un  color  roxo  encendido,  está 
bastante  maduro  para  recogerlo.  Los  Negros  que 
emplean  en  este  trabaxo  tienen  una  talega  de 
lienzo  basto,  que  está  abierta  por  medio  de  aro  de 
madera  que  tiene  á  su  abertura.  El  Negro  que 
recoge  el  café  le  lleva  atado  á  su  cuello,  y  des- 
pués le  vacia  en  un  cestón.  Si  el  Negro  es  algo 
activo,  puede  recoger  tres  fanegas  diariamente. 
Pero  nú  se  le  debe  apresurar,  por  temor  de  que, 
para  acelerar  su  trabajo,  mezcle  granos  que  están 


65 

aun  verdes  con  los  maduros.  Cada  cosecha  se 
hace  en  tres  veces»  porque  no  todos  los  granos  se 
maduran  al  mismo  tfempo.  Cada  vez  no  se  re- 
cogen mas  que  los  que  están  perfectamente  ma- 
duros. Cien  matas  de  almendras  del  árbol,  pro- 
ducen mil  libras  de  café  para  vender. 

Para  secarlo. — El  café  se  seca  de  dos  modos ; 
el  primero  es,  poniendo  los  granos  al  sol,  en  le- 
chos de  quatro  pulgadas  de  grueso,  en  declives 
ó  plataformas  inclinadas. 

Fermentan  en  pocos  dias,  y  arrojan  la  pulpa 
en  la  fermentación.  En  este  estado  dexan  el 
café  hasta  que  está  enteramente  seco,  para  lo  que 
necesita  tres  semanas.  La  corteza  de  las  almen- 
dras ya  rotas,  se  extrae  por  medio  de  molinos 
hechos  expresamente  para  ese  fin.  Por  falta  de 
molinos,  recurren  á  los  morteros*  El  café  pre- 
parado de  esta  suerte,  qualesquiera  que  sea  su 
calidad,  pesa  cinco  por  ciento  mas  que  lo  que  ha 
recibido  una  preparación  diferente. 

El  otro  método  es  para  separar  de  una  vez  el 
grano  del  café  de  la  pulpa.  Esto  se  hace  por 
medio  de  un  molino  apropiado  para  el  efecto ;  y 
los  dexan  metidos  en  agua  durante  veinte  y 
quatro  horas.  Después  de  esta  operación,  ponen 
el  grano  al  sol,  para  que  se  seque  pronta  y  per- 
fectamente. 

Estos  dos  modos  de  preparar  el  café  tienen 
cada  uno  muchos  abogados,  y  muchos  oponentes. 
£1  ultimo  modo  es  quiza  mas  ventajoso,  siendo  el 
mas  expeditivo,  pero  no  hay  duda  que  el  pri- 
mero conserva  mejor  el  savor  del  café,  particular- 

TOM.  II.  e 


66 

mente  si  se  cuida  impedir  que  fermente  en  las 
plataformas. .  Esto  podía  fácilmente  impedirse 
haciendo  el  lecho  menos  grrteso,  es  decir,  dando 
mas  lugar  á  las  almendras  que  se  ponen  á  secar. 

Aun  falta  el  quitar  al  grano  de  café  la  película 
con  que  está  embuelto,  y.  qneiUaxnaxi  pergamino. 
Para  esto  se  hace  también  uso  de  molinos,  que  el 
arte,  instigado  por  el  interés,  simplifica,  «y  per- 
fecciona todos  los  dias. 

Por  fin,  Nada  falta  sino  aechar  el  café  que 
está  mezclado  con  el  polvo  de  la. película..  Esto 
se  efectúa  por  molinos,  cuyo .  mecanismo  varía 
según  las  circunstancias.  Después  ponen  el  café 
en  talegas,  y  lo  envían  á  vender  al  primer  puerto 
de  mar. 

■  Los  Cultivadores  de  Tierra  Firme.— Los 
Creollos  al  este  de  Tierra  Firme  no  ponen  tanto 
cuidado  en  su  café  como  las  demás  naciones.  La 
disposición  de  la  naturaleza,  que  parece  dispuesta 
á  dar  al  café  de  Moka  un  rival  peligroso:  en  este 
pays,  tan  cargado  de  sus  beneficios,  se  halla  con- 
trariada por  los  cultivadores.  En  particular  des- 
cuidan eL  escardar,  de  tal  suerte  que  las  plantas 
nuevas  tienen  que  combatir  continuamente  contra 
las  malezas  que  atacan  su  existencia. 

El  mismo  descuido  se  extiende  al  modo  de  re- 
coger el  grano  del  café.  Tanto  la  almendra  que 
comienza  á  enroxarse,  como  la  que  lo  está  entera- 
mente, se  cogen  sin  distinción,  y  se  entregan  á  la 
operación  para  prepararlo,  que  tampoco  está  ex- 
empta  de  defectos.  Pero  todo  parece  anunciar 
que  estos  males  no  duran  ya  mucho. 


67 

Tales  son  las  relaciones  que  M.  Depons  dá 
sobre  este  articulo.  Sobre  las .  que  Humboldt 
hace  las  siguientes  observaciones  :— 

M.  Depons  no  habiendo  podido  dar  mas  infor- 
mación sobre. *el  estado  deL  comercio,  y. .de  la 
agricultura,  que  hasta  el  ano  de  1804,  quiza  .algu- 
nos documentos  mas  recientes,  y  no  menos  exac- 
tos, no  dejaran  de  interesar»  Las  mas  hermosas 
plantaciones  de  café  se. hallan  ahora  en  los  llanos 
de  Ocumare  cerca  de  Salamanca,  y  en  Rincón, 
en  los  payses  montañosos  de  los  Mariches,  Stt  An- 
tonio  Hatillo,  y  Los  Budares.  El  café  de  los  tres 
últimos  lugares,  al  este  de  Caracas,  es  de  una  ca- 
lidad superior ; .  pera  los  arboles .  no  dan  mucho, 
lo •  que  atribuyen  á  la  altura  del  parage,  y  á  lo 
fresco  del.  clima.  Las,  plantaciones  mayores  de 
la  provincia  de  Venezuela,  como  Aguacates  cerca 
-de  Valencia,  y  Rincón,,  dan,,  en  buenos  años,  un 
producto  de  tres  mil  quintales.  .  En  1796,  la  ex- 
portación total  de  la  provincia  no  era  mas  que 
de  quatro  mil  ochocientos  quintales ;  y  en  1804, 
de  diez  mil ;  y  sin  embargo  comenzó  en  1789.* 
Los  precios  variaron  de  seis  á  diez  y  ocho  duros 
por  quintal.  En  la  Habana  baxó  hasta  tres 
•duros;  pero  á  este  periodo,  tan  desastroso. para 
los  cultivadores,  (en  1810  y  1812),  mas  de  dos 

*  La  siguiente  fue  la  información  que  obtuvo  en  la  aduana 
de  La  Guayra : 

Exportación  en  1789 — 223  quintales,  cada  uno  tiene  100 
lbs.  Castellanas.      1 792—1 48 1 

1794— S646 
1796—4847 
1797—3095 


68 

millones  de  quintales  de  café,  cuyo  valor  subía  á 
diez  millones  de  libras  esterlinas,  se  acumularon 
en  los  almacenes  Ingleses.* 

La  grande  predilección  que  tienen  en  esta  pro- 
vincia por  el  cultivo  del  café,  se  halla,  en  parte, 
en  la  circunstancia  que  la  almendra  puede  con- 
servarse durante  muchos  años ;  mientras  que,  á 
pesar  del  mayor  cuidado,  el  cacao  se  pierde  des- 
pués de  diez  ó  doce  meses.    Durante  las  grandes 
disensiones  entre  los  poderes  Europeos,  quando 
la  metrópoli  estaba  demasiado  débil  para  proteger 
el  comercio  de  sus  colonias,  la  industria  se  dirigió 
en  preferencia  hacia  producciones  cuya  venta 
fuese  menos  urgente,  y  que  pudiese  aguardar  los 
sucesos  politicos  y  comerciales.     En  las  planta- 
ciones se  forman  las  almacigas,  no  tanto  reco- 
giendo las  plantas  nuevas,  que  accidentalmente 
se  levantan  baxo  de  los  arboles  que  han  dado 
ya  fruto,  como  exponiendo  las  semillas  del  café 
á  la  germinación  en  montones  entre  las  hojas 
de  los  plántanos.    Estas  simientes  las  sacan  de 
la  pulpa,   pero  dejando    una  parte  apegada  á 
ella.    Quando  esta  semilla  ha  germinado,  se  siem- 
bra,  y   produce   plantas  que   pueden   soportar 
los  ardores  del  sol  mucho  mejor  que  las  que  nacen 
en  la  plantación   á  la  sombra.      En  este  pays 
se  plantan  5,300  arboles  de  café  en  una  fanega 
de  tierra,  que  sube  á  5476  toisas  quadradas.t 

*  Colquhoun  sobre  la  Riqueza  del  Imperio  Británico,  1814, 
p.  332. 

f  Una  fanega  en  Caracas  y  en  Cumana  contiene  cerca  de 
tres  almudas,  ó  28,900  varas  quadradas,  igual  á  20,754  metros 


69 

Esta  tierra,  si  es  capaz  de  un  riego  artificial, 
cuesta  quinientos  duros  en  la  parte  septentrional 
de  la  provincia.  £1  árbol  de  café  no  hecha  flor 
mas  que  al  segundo  año,  y  su  flor  no  dura  mas 
que  veinte  y  quatro  horas.  A  esta  época  los  ar- 
bustos presentan  un  bello  aspecto ;  quando  sé  ven 
desde  lejos  parece  que  están  cubiertos  de  nieve. 
£1  producto  del  tercer  año  es  muy  abundante. 
En  plantaciones  bien  escardadas,  regadas,  y  re- 
cientemente cultivadas,  hallamos  arboles  que  dan 
quince,  diez  y  ocho,  y  aun  veinte  libras  de  café. 
Sin  embargo  no  se  puede  contar,  en  general,  con 
un  producto  de  mas  de  libra  y  media,  ó  dos  libras, 
de  cada  planta :  y  aun  esto  es  mas  que  el  produc- 
to medio  de  las  Islas  de  las  Indias  Occidentales. 
Las  lluvias  al  momento  de  dar  flor,  la  falta  de 
agua  para  Iqs  riegos  artificiales,  y  una  planta  pa- 
rásita, una  nueva  especie  de  loranthus,  que  se 
enreda  á  las  ramas,  son  muy  perjudiciales  á  los 
arboles  de  café.  Quando  consideramos,  en  plan- 
taciones de  ochenta  ó  cien  mil  arbustos,  la  can- 
tidad inmensa  de  materia  orgánica  que  contiene 
la  pulpa  del  fruto  del  café,  nos  debemos  admirar 
que  no  se  haya  hecho  ningún  ensayo  para  extraer 
de  él  algún  licor  fuerte.* 

quadrados.  De  consiguiente  una  fanega  es  casi  equivalente  á 
dos  néctares.  Una  arazanda  Francesa  legal  de  1344  toisas 
quadradas,  que  produce  en  Europa,  en  una  tierra  de  mediana 
calidad,  1200  Ib.  de  trigo,  ó  3000  Ib.  de  patatas,  es  la  quarta 
parte  de  una  fanega,  y  produciría  anualmente,  baxo  la  zona 
tórrida,  cerca  de  1700  Ib.  de  café. 

*  Las  almendras  del  café  amontonadas  producen  una  fer- 
mentación vinaria,  durante  la  qual  emiten  un  olor  alcohólico 


70 

Si  los  disturbios  de  Sto  Domingo,  la?  subida  del 
precio  del  producto  colonial  por  cierto  tiempo,  y 
la  emigración  de  los  cultivadores  Franceses,  fueron 
las  primeras  causas  del  establecimiento  del  café 
en  Tierra  Firme,  en  la  isla  de  Cuba,  y  en  la  Ja- 
maica, su  producto  ha  mas  que  compensado,  la 
falta  de  exportación  de  las  Islas  Occidentales 
Francesas.     Este  producto  ha  aumentado  en  pro- 

muy  agradable.  Humboldt  observó  en  Caracas,  que  poniendo 
el  fruto  maduro  del  café  baxo  una  vasija  invertida,  llena  de 
agua,  y  expuesta  al  sol,  no  ocurrió  ninguna  salida  de  gas  en 
las  primeras  veinte  y  quatro  horas.  Después  de  treinta  y  seis 
horas,  «el  fruto  se  volvió  pardo,  y  daba  gas.  Un  termottíetro, 
que  estaba  dentro  de  la  vasija  en  contacto  con  el  fruto*  se 
tubo  por  la  noche  á  4o  6  5o  mas  que  el  aire  exterior.  En  el 
espacio  de  ochenta  y  siete  horas,  sesenta  almendras,  baxo 
▼arias  vasijas,  produgeron  de  treinta  y  ocho  á  quárenta  pul- 
gadas cubicas  de  un  gas,  que  no  sufrió  ninguna  diminución 
sensible  con  el  gas  nitroso.  Aunque  él  agua  absorvío  una 
gran  cantidad  de  acido  carbónico  según  se  producía,  sin  em- 
bargo aun  quedaba  0-78  en  las  quárenta  pulgadas.  £1  resto, 
6  0.22,  era  nitrógeno.  £1  acido  carbónico  no  se  formó  por  la 
absorción  del  oxigenó  atmosférico.  Lo  que  se  escapa  de  la 
fruta  del  café  un  poco  humedecido,  y  puesto  en  una  botétlita 
llena  de  aire  y  con  un  tapón  de  cristal,  contiene  alcohol  en 
suspensión  ;  poco  mas  6  menos  como  el  tufo  que  se  forma  de 
la  fermentación  de  las  bellotas.  Agitando  el  gas  que  está  en 
contacto  con  el  agua,  esta  adquiere  un  sabor  enteramente  al- 
cohólico. ¡  Quantas  substancias  están  en  un  estado  de  sus- 
pensión en  las  mixturas  del  acido  carbónico  y  del  hidrogeno 
que  llaman  miasmata  destructiva,  y  que  baxo  los  trópicos  se 
levanta  en  todos  los  sitios,  en  terrenos  pantanosos,  á  las  orillas 
del  mar,  en  los  montes  donde  *1  suelo  esta  lleno  de  hojas  mu- 
ertas, frutas  podridas,  y  de  insectos  en  un  estado  de  putrefac- 
ción ! 


71 

porción  de  la.  población,  del  cambio  de  costum- 
bres, y  del  aumento  del  luxo  de  las  naciones 
Europeas.  La  isla  de  Sto  Domingo  exportaba  en 
1780,  «en  tiempo  de  M.  Necker,  cerca  de  26  mil- 
lones de  libras*  de  café.  La  exportación  en  1812, 
y  de  los  tres  años  precedentes,  subían  aun,  según 
las  indagaciones  de  Mr  Colquhoun,  á  86  millones. t 
El  cultivo  del  árbol  de  café,  menos  trabaxoso  y 
mas  barato  que  el  de  la  caña  de  azúcar,  no  ha 
sufrido  tanto 'con  el  dominio  de  los  Negros,  El 
déficit  de  40  millones  de  lbs.  se  halla  ahora  rem- 
plazado por 

26,500,000  libras  producto  de  la  Jamaica, 
20,000/000    —    producto  de  Cuba, ' 
11,400,000     —    producto  de  Surinan,  Demerara, 

Berbice  y  Curazoa, 
5,000,000     —    producto  de  Venezuela, 
15,000,000     —    producto  de  Java.£ 


75,900,000  libras. 


*  Libras  Francesas,  que  contienen  9216  granos.'  112 libras 
Inglesas  ==  é  105  libras  Francesas ;  y  110  libras  Españolas  = 
á  93  libras  Francesas. 

f  Solo  la  exportación  de  St0  Domingo  á  los  puertos  Ingleses 
subía,  de  1809  á  1811,  un  año  con  otro,  á  19,364,666  libras 
Inglesas  de  café.  Colquhoun,  p.  331  y  378.  Producto  de 
las  Islas  Caribes,  14  millones  de  libras.  Producto  de  Cuba, 
solo  en  1809,  80,000  quintales. 

%  Mas  de  100,000  pikuls,  que  cada  uno  tiene  133  libras. 
M.  Von  Hogendorp  cree,  que  la  isla  de  Java,  en  su  estado 
presente  de  civilización,  que  no  es  muy  filantrópico,  puede 
enviar  á  Europa  50  millones  de  libras  de  café.  Raffle's  Hist. 
de  Java,  vol.i.  p.  129.  213. 


72 

La  exportación  de  café  de  America  á  Europa 
excede  al  presente  106  millones  de  libras  (potds 
de  marc  Franceses).  Si  á  esta  cantidad  aña- 
dimos quatro  ó  cinco  millones  de-  la  Isla  de 
Francia  y  Bourbon,  y  30  millones  de  Arabia  y 
Java,  hallaremos  que  todo  el  consumo  de  la  Eu- 
ropa* en  1817  no  estaba  muy  lexos  de  140  mil- 
lones de  libras.  En  las  indagaciones  que  Hum- 
boldt  hizo  en  1810,  la  fixó  á  una  cantidad  me- 
nor, t  Este  consumo  enorme  de  café  no  ha  dis- 
minuido nada  el  del  té,  cuya  exportación  desde 
la  China  ha  aumentado  mas  de  una  quarta  parte 
en  los  quince  anos  últimos,  t  El  té  podia  culti- 
varse lo  mismo  que  el  café  en  las  partes  montaño- 
sas de  las  provincias  de  Caracas  y  de  Cumana. 
Cada  clima  se  encuentra  alli  uno  sobre  el  otro ;  y 
esta  nueva  planta  prosperaría  alli  tan  bien  como 
en  el  hemisferio  meridional,  donde  el  gobierno 
del  Brasil,  que  protege  al  mismo  tiempo  la  indus- 
tria y  la  tolerancia  religiosa,  permitió  la  introduc- 
ción del  té,  la  de  los  Chinos,  y  la  de  los  dogmas 
de  Fo.  No  hace  aun  un  siglo  que  se  plantó  en 
Surínam  el  primer  árbol  de  café,  lo  mismo  que 
en  las  otras  partes  de  las  Islas  Occidentales,  y  sin 

*  El  consumo  de  la  Francia  se  estima  generalmente  (algo 
alto)  á  23  millones  de  libras.  Pero  la  población  de  Francia  es 
de  cosa  de  un  sexto  de  toda  la  Europa* 

f  Essai  Politique  sur  le  Mexique,  vol.  ii.  p.  435. 

X  La  exportación  del  té  de  Cantón,  desde  1804á  1806,  fue 
de  un  medio  260,000  pikuls  6  de  31  millón  de  libras  anuales. 
£1  consumo  en  la  Gran  Bretaña  excede  20  millones.  Ibid. 
vol.  ii.  p.  658  ;  y  Colquhoun,  p.  334 ;  Appendice,  p.  8. 26. 34. 


73 

embargo  el  producto  de  la  America  sube  ya  á  15 
millones  de  duros»  no  contando  mas  que  á  4  duros 
cada  quintal  de  café. 


SECCIÓN  V. 


DEL  CACAO» 


Como  el  cacao  era  indígena  de  America  se  hizo 
uno  de  los  principales  alimentos  de  los  Españoles, 
como  lo  había  sido  de  tiempo  inmemorial  entre 
los  Indios.  El  precio  de  150  nueces  de  cacao 
era  un  rea].  El  gusto  por  el  chocolate  pasó 
después  de  la  conquista  á  España,  donde  en  poco 
tiempo  lo  usaron  tan  generalmente  como  en  Ame- 
rica. Se  puede  decir  que  con  los  Españoles  se  ha 
hecho  una  necesidad  que  aun  precede  á  la  del 
pan.  Los  frailes  Españoles  lo  introduxeron  en 
Francia. 

El  chocolate  se  usa  ahora  en  toda  la  Europa. 
Cada  nación  lo  prepara  diversamente,  aunque  sin 
embargo  no  puede  consistir  mas  que  en  el  grado 
de  espesura  6  de  liquided  que  lo  dan,  ó  en  la  can- 
tidad de  azúcar,  y  la  calidad  de  aromas,  que  se 
usa  en  su  composición.  Se  observa  también,  que 
las  naciones  meridionales  prefieren  el  cacao  acei- 
toso, mientras  que  las  del  norte  dan  la  preferencia 
al  seco  y  amarga    . 


74 


•  i  Cultivo v^tLas  plantaciones  de  cacao  se  au- 
mentaron  rápidamente  en  Tierra  Firme,  y.  el  suelo 
segundó  tan  admirablemente  las  labores  del  cul- 
tivador, que  en  el  producto  la  abundancia  se 
juntó  á  la  excelencia.  £1  cacao  de  esta  parte  va 
después  del  de  Soconusco.  Es  cosa  bien  conocida 
que  la  mejor  recomendación  para  el  cacao  es,  que 
es  de  Caracas,  ó  en  otras  palabras  de  Tierra  Firme. 
Pero  aun  en  las  mismas  provincias  la  calidad  va- 
ría. £1  cacao  de  .Uritucu  es  superior  al  de  los 
otros  lugares»  y  una  cantidad  de  un  tamaño  igual 
pesa  veinte  por  ciento  mas.,  El  cacao  ide  la  costa 
va  después,  y  obtiene  la  preferencia  sobre  el  del 
interior.         ;....:  .  «  :: 

Las  plantaciones  de  cacao  .están  todas  ellas  al 
norte  de  la  cadena  de  montañas  que  corren  la 
costa  del  mar,  y.:en:iel  interior  del  paya.  Las 
primeras  se  extiendenrdesde  Cumana  hasta  la  boca 
de  Tocuyo  ;  las  ultimas  están  situadas  en  les  valles 
de  Tuy,  Uritucu,  Ocumare,  Cura,  Mario,  Tare, 
Santa  Teresa,  Santa  Lucia,  Zuapira,  San  Felipe, 
Barquisimeto,  Valencia,  Guigue,  y  Cariaco. 

No  todos  los  terrenos  son  igualmente  adaptados 
para, el  cultivo  del  cacaos  y  menos  todas  las  situ- 
aciones. Un  análisis  del. suelo  destinado  para 
este  cultivo  no  ofrece  indicaciones  bastante  fixas. 
El  color  ó  la  calidad  no  importa  nada ;  lo  que  se 
necesita  es.  que.  esté  libre  hasta  cierta  hondura, 
cosa  que  se. verifica  por  el  tamaño  de  los  arboles 
de  que  está  cubierto:  esta  señal  determina  la 
tierra  que  es  propia  para  el  cultivo  del  cacao. 


75 

Una  situación  conteniente  no  se  halla  con  tanta 
facilidad.  No  debe  estar  expuesta  al  norte,  y 
debe  estar  á  las  orillas  de  un  rio,  para  que  en  el 
tiempo  seco  comunique  humedad  al  terreno,  y 
que  reciba  las  aguas  en  tiempo  de  lluvia.  :  Se 
prefiere  la  tierra  que  puede  recibir  los  beneficios 
del  riego,  sin  estar  expuesta  al  daño  de  bus  inun- 
daciones. ."'!• 

Después  de  haber  elegido  el  terreno,  se  debe 
limpiar  de' -todo*  sua  arboles,  arbustos,  y  otras 
plantas.  Esta  operación  se  hace  de  varios  modos. 
Es  la  costumbre  en  Tierra  Firme  de  comenzar  á 
cortar  los  arboles  asi  que  se  •  acaban  la»  lluvias ; 
esto  es,  <hácia  el  mes  de  Noviembre j -la  leña  des- 
pués de  cortada  ae  deja  para  que  se  seque,  des- 
pués se  amontona  y  se  quema.  -•    -■    - 

Asi  que  los  plantaciones  están  bien  desembara- 
zadas, cortan,  fosos  pequeños^  en  la  dirección  del 
declive  de  su  suelo :  *  estos  sirven  para  hacer  cor- 
rer las  aguas  paradas,  y  para  regarle  quando  con- 
viene. Entonces  hechan  la  linea  sobre  la  que  los 
arboles  de  cacao  deben  plantarse.  Por  lo  general 
los  plantan  en  triángulos  ó  en  quadros.  De  qua- 
lesquier  modo  que  sea,,  siempre  hay  una  calle  en 
el  centro,  formada  de  arboles  de  cacao,  y  que 
corre  en  la  .dirección  del  este  al  oeste.  Quando 
se  plantan  en  quadros,  esta  calle  se  halla  cruzada 
por  otra  que  corre  del  norte  al  sud.  Las  plantas 
de  cacao,  deben  ponerse  á  15  ó  16  pies  (medida 
Francesa)  unas  de  otras  en  un  buen  terreno,  y  á 
13  ó  14  en  un  terreno  de  calidad  inferior. 


76 

Este  es  quiza  el  único  árbol  en  la  naturaleza 
al  que  los  rayos  vivificantes  del  sol  sean  nocivos. 
Exige  que  se  le  ponga  al  abrigo  de  su  ardor ;  y 
el  modo  de  combinar  esta  protección  con  los  prin- 
cipios de  la  fertilidad,  forma  una  parte  muy  esen- 
cial de  los  talentos  que  pide  su  cultivo.  El  árbol 
del  cacao  se  pone  con  otros  arboles,  que  le  pro- 
tejan de  los  rayos  del  sol,  sin  privarle  de  su  calor. 
Para  este  efecto  se  sirven  del  erytrine  y  del 
banana.  El  ultimo  le  protege  durante  el  primer 
año,  por  la  rapidez  con  que  crece,  y  por  la  mag- 
nitud de  sus  hojas.  El  erytrine  dura  casi  tanto 
como  el  cacao ;  sin  embargo  no  todos  los  terrenos 
le  convienen.  Perece  después  de  algún  tiempo 
en  terrenos  arenosos  y  gredosos  ;  pero  florece  en 
los  que  combinan  estas  dos  calidades. 

En  las  Antillas  no  pueden  dar  esta  protección 
al  cacao,  porque  expondría  la  plantación  á  ser 
destruida  por  cada  huracán.  Ademas  de  eso  el 
cacao  apenas  prospera  alli,  y  no  tiene  tanto  aceite 
como  en  otras  partes. 

El  banana  y  el  erytrine  se  plantan  en  la  misma 
linea  que  los  arboles  del  cacao. 

La  calidad  del  suelo  y  las  especies  de  erytrine, 
son  las  que  determinan  la  distancia  á  la  que  deben 
ponerse.  Aquella  especie  que  los  Españoles  lla- 
man bucare  anaveo,  se  planta  en  un  suelo  fértil,  á 
la  distancia  de  dos  calles,  es  decir,  á  cada  segundo 
rango  de  los  arboles  de  cacao.  La  que  llaman 
bucare  peonio,  se  pone  á  la  distancia  de  tres  calles 


77 

en  buenos  terrenos,  (á  cosa  de  quarenta  pies 
Franceses). 

La  primera  especie  de  erytrine  es  la  que  se 
levanta  mas.  La  segunda  especie  tiene  muchas 
espinas,  la  hoja  por  encima  es  mas  obscura,  y  por 
debaxo  mas  blanca.  Las  dos  especies  deben  cor- 
tarse  quando  la  luna  está  en  su  menguante,  y 
dexarse  á  la  sombra  hasta  su  creciente,  á  cuyo 
tiempo  deben  plantarse.  Sin  embargo  es  mas 
preferible  el  tomarlas  de  una  almaciga. 

En  una  fila  de  arboles  de  cacao  el  banana  se 
pone  entre  dos  cacaos,  un  erytrine  entre  los  dos 
que  siguen.  En  la  otra  fila,  un  banana  se  pone 
entre  cada  árbol  de  cacao,  y  ningún  erytrine :  de 
suerte  que  este  está  á  la  distancia  de  dos  calles. 
Primero  plantan  el  banana  y  el  erytrine,  y  una 
vez  que  se  ha  preparado  este  modo  de  poner  á 
cubierto  el  cacao,  hacen  un  hoyo,  al  rededor  del 
qual  plantan  quatro  tallos  del  y  ucea,  á  la  distancia 
de  dos  pies  el  uno  del  otro.  Al  fin  de  dos  meses 
plantan  en  el  hoyo  el  cacao ;  quanto  mas  pequeña 
la  planta  tanto  mejor.  Sin  embargo  hay  terrenos 
que  están  sugetos  á  gusanos,  en  los  que  las  plantas 
pequeñas  no  convienen ;  pero,  excepto  en  este 
caso,  las  plantas  pequeñas  son  las  mejores,  porque 
las  mayores  exigen  mucho  mas  trabaxo  para  su 
traslación  y  plantación,  muchas  de  ellas  perecen, 
y  las  que  viven  brotan  y  dan  fruto,  pero  es  de 
ningún  valor. 

La  planta  de  cacao  no  debe  exceder  treinta  y 
seis  pulgadas  de  alto  quando  se  transplanta j  si 


^ 


78 

es  mayor,  no  prospera  tan  bien,  como  ya  haremos 
ver. 

Las  almacigas  para  el  cacao  requieren  un  ter- 
reno excelente  y  bien  preparado,  donde  el  agua 
no  se  pare.  Deben  estar  al  abrigo  del  sol.  Se 
forman  montones  de  tierra,  en  cada  uno  de  los 
quales  se  ponen  dos  granos  de  cacao,  de  tal  suerte 
que  estén  paralelos  con  el  nivel  del  terreno»  Du* 
rante  los  primeros  veinte  dias  se  cubren  las  si- 
mientes con  dos  capas  de  hojas  de  banana  6  de 
otro  árbol.  Si  hubiese  necesidad,  se  riega,  pero 
es  preciso  no  dexar  que  el  agua  se  pare.  £1 
tiempo  mas  aproposito  para  la  siembra  es  en 
Noviembre. 

Donde  no  hay  una  facilidad  para  regar,  la 
plantación  del  cacao  debe  hacerse  en  la  estación 
de  las  lluvias ;  pero  donde  el  riego  es  practicable, 
es  mejor  plantar  en  tiempo  seco,  y  asistir  á  Ja  na* 
turaleza  por  el  riego,  puesto  que  entonces  está  en 
manos  del  cultivador  el  dar. la  exacta  cantidad  de 
humedad  necesaria.  Pero  en  todos  los  casos,  se 
debe  cuidar  que  no  se  mojen  las  plantas  en  el  in- 
tervalo de  sacarlas  de  la  tierra  y  de  replantarlas. 

Quando  el  cultivo  es  en  semillas,  (que  no  lo  es 
nunca  en  las  provincias  de  Caracas),  se  plantan 
dos  granos  de  cacao  del  mismo  modo  que  des- 
cribimos antes,  de  suerte  que  estén  al  nivel  de  la 
tierra.  Entonces  los  cubren  con  una  hoja  de 
banana,  doblada  tres  veces,  sobre  el  que  ponen 
un  pesecito  para  que  no  la  lleve  el  aire ;  asi  que 
las  simientes  brotan,  quitan  la  hoja  del  banana. 


79 

Si  los  dos  granos  brotan,  se  corta  la  planta  mas 
débil,  para  envigorizar  á  la  otra. 

Quando  el  banana  envejeze*  se  debe  cortar  por 
temor  de  que  perjudique  con  su  caída  accidental 
á  los  cacaos.  Los-  quitan  asi  que:  los  ery trines 
daa  bastante  sombra :  esta  operación  da  mas  airé 
á  los  arboles  dé  la  plantación,  y  les  hace  crezer. 

Hasta  que  la  planta  del  cacao  llega,  á  la  altura 
de  quatro  pies,  tallan  sus  ramas  hasta  su  pie.  Si 
hecha  varías  ramas,  las  reducen  á  tres,  en  dis- 
tancias iguales ;  y  en  proporción  que  la  planta 
aumenta,:  las  hojas  que  aparecen  en  las  tres  ramas 
se  cortan  igualmente;:  Si  se  doblan  demasiado, 
inclinándose  hacia  la  tierra,  las  atan,  para  que  el 
ar bol  no  se  encorbe.  Las  ramas  que  desechan 
se  cortan  á  la  distancia  de  dos  dedos  del  árbol. 
También  cortan  los  pimpollos  que  nacen  del  .árbol, 
porque  no  viven  mas  que  á  costa  suya. 

Enemigos.?— El  árbol  de  cacao  debe  tener  bas- 
tante sombra,  para  impedir,  que  se  queme  con- los 
rayos  del  sol.  Si  está  demasiado  expuesto,  sus 
nonas  se  esparcen,  se  rajan,  y  el  árbol  perece. 
También  se  halla  infestado  de  gusanos,  que  carco- 
men su  corteza,  y  atacando  después  su  interior  le 
destruyen.  El  único  remedio  que  hasta  ahora  se 
ha  hallado,  es  el  de  emplear  gente  que  mate  á 
estos  gusanos,  los  que  se  hallan  depositados  por 
un  insecto  con  alas,  que  carcome  el  árbol :  asi 
que  oye  á  su  destructor,  se  deja  caer,  y  confia  en 
sus  alas  para  su  seguridad. 


80 

■ 

£1  color  de  este  insecto  es  de  una  mezcla  de 
color  de  ceniza  y  blanca.  Si  se  le  comprime, 
hace  un  ruido  algo  parecido  al  del  agua  que  cae 
sobre  una  substancia  muy  caliente.  Tiene  dos 
cuernecitos  en  la  cabeza,  cuyas  puntas  están  hacia 
arriba.  Es  tan  vivo,  que  aun  quando  le  separan 
la  cabeza  del  cuerpo,  tarda  mucho  tiempo  en 
morir.  Para  depositar  sus  gusanos,  hace  agujeros 
en  el  árbol. 

Al  principio  de  la  estación  de  las  lluvias  otro 
gusano  hace  su  aparición,  que  devora  las  hojas  del 
árbol  de  cacao.  Esta  especie  de  gusano  se  llama 
goaseme  ;  y  algunos  años  son  tan  abundantes  que 
toda  la  gente  de  la  plantación  está  empleada  úni- 
camente en  destruirlos.  Este  gusano  tiene  quatro 
pulgadas  de  largo,  y  es  del  grueso  de  un  dedo. 
Se  llama  angaripolas  ó  Indio,  por  razón  de  la  vi- 
vacidad de  sus  colores.  Se  cree  que  estos  gusa- 
nos nacen  de  otros  gusanos  grandes  de  la  tierra, 
que  son  los  que  engendran  á  las  mariposas,  que 
pQnen  sus  huevos  en  las  hojas  del  cacao.  Estos 
huevos  están  llenos  de  gusanillos,  que  se  alimentan 
de  las  hojas  del  cacao,  y  que  están  en  montones 
del  tamaño  de  una  peseta.  Los  buscan  y  des- 
truyen con  mucho  cuidado,  porque  ocasionan  per- 
juicios muy  grandes.  Los  que  se  escapan  se  me- 
ten en  la  tierra,  y  al  año  siguiente  se  cambian  en 
mariposas.  Al  tiempo  que  el  gusano  aparece  se 
encienden  hogueras,  que  no  sean  bastante  grandes 
para  dañar  al  cacao,  pero  lo  bastante  para  atraer 
la  mariposa  y  quemarla. 


81 

Las  plantaciones  de  cacao  en  el  valle  de  Tuy, 
en  los  distritos  de  Marín,  Cuba,  Sabana,  Ocu- 
mare,  San  Francisco,  &c.  están  sugetas  á  otra 
especie  de  gusano  llamado  rosquilla.  Multiplica 
en  la  estación  de  sequedad. 

Hay  unos  insectillos  que  los  Españoles  llaman 
acerredores,  de  la  misma  figura  que  los  que  comen 
la  corteza  del  cacao,  pero  mas  grandes,  y  de  un 
color  que  tira  á  negro. ,  Se  alimentan  de  las 
ramas  del  cacao.  Se  les  halla  siempre  sobre  las 
ramas  que  han  cortado,  y  el  único  medio  de  ob- 
viar el  mal  es  destruyéndoles. 

Los  gusanos  que  llaman  vachacos  causan  tam- 
bién mucho  perjuicio.  Se  comen  las  hojas  y  la 
flor.  Para  destruirlos,  es  necesario  buscarles  en 
sus  nidos  en  la  tierra.  Hechan  agua  en  ellos, ,  y 
mueven  la  tierra.  De  este  modo  destruyen  sus 
pequeñuelos,  y  el  mal  disminuye,  aunque  no  cese 
enteramente. 

Hay  una  planta  parásita  que  se  enreda  á  las 
ramas  del  cacao,  envolviéndole  de  tal  suerte  que 
le  seca,  alimentándose  de  su  substancia.  El  único 
remedio  para  esto  es  arrancarla.  Esta  es  la  ocu- 
pación de  los  Negros  en  los  Domingos. 

Quando  los  arboles  de  cacao  están  con  fruta,  se 
hallan  sugetos  á  un  mal  que  llaman  mancha,  y  que 
es  en  efecto  una  mancha  negra,  que  destruye  la 
planta,  atacándola  por  el  tronco.  Para  conser- 
varla se  hace,  asi  que  aparece,  una  mella  que 
pase  la  corteza.  Pero  si  la  mancha  es  demasiado 
grande,  entonces  es  preciso  cortar  toda  la  paite 

TOM.  II.  F 


8? 

infectada.  Entonces  descaiga  un  liquido  y  queda 
curada.  La  corteza  se  queda  de  un  color  mora- 
do en  el  parage  que  estaba  la  mancha. 

Los  otros  enemigos  del  cacao  son  el  agouti,  el 
ciervo,  la  ardilla,  la  mona,  &c.  El  agouti  es  el 
mas  destructor.  Su  devastacipq  no  se  limita  á  lo 
que  come ;  perp  hstce  caer  el  fryto  que  nace  ea 
el  cuerpo  del  árbol.  A  veces  destruye  eq  una 
noche  todas  las  esperanzas  del  propietario. 

Los  ciervos  comen  la  vayna  ú  hollejo  del  cacao 
quando  está  aun  tierno,  con  tal  voracidad,  que  se 
hallaron  en  el  cuerpo  de  un  ciervo,  qqe  mataron 
á  las  orillas  del  Tuy,  trescientos  de  ellos  sin  estar 
mascados.  También  les  gustan  los  cogollos,  que 
alcanzan  levantándose  con  los  pies  de  atrás  j  y 
por  esto  son  mas  peligrosos  á  causa  de  lo  tierno 
de  1^  planta  jovep.  Producen  aun  mas  mal  qui- 
tando al  árbol  la  corteza  con  los  cuernos. 

Las  ardillas  no  com$n  mas  que  la  exudación 
liquida  del  cacao,  sin  tocar  al  grano ;  pero  este 
sa  cae  á  tierra,  y  se  pierde,  ya  sea  que  le  come 
algún  otra;  animal,  ó  que  caiga  en  los  fosos  hechos 
para  dar  salida  á  las  aguas. 

Las  monas  devoran  el  grano  como  los  cochinos. 
Los  Creollos  las  llaman  guarros^  de  los  que  hay 
varias  especies.  Ocasionan  mucho  daño,  comiendo 
las  vaynas  grandes  ó  pequeñas,  y  haciendo  caer  4 
tierra  las  flores  y  el  fruto.  Para  alejar  á  todos 
estos  animales  es  necesario  el  uso  de  una,  escopeta, 

Los  pagaros  no  son  tt#nos  dañosos  al  cacao. 
Toda  la  clase  de  los  papagayos,  y  en  particular 


el  grande  ara,  que  no  destruye  mas  que  por  des- 
truir, y  los  toritos,  que  vienen  en  grandes  tropas, 
conspiran  igualmente  en  arruinar  las  plantaciones 
de  cacao. 

Conservación. — Es.  necesario  que  una  planta- 
ción de  cacao  tenga  siempre  sombra  y  riego :  las 
ramas  de  las  plantas  deben  limpiarse  de  la  caspa 
que  se  forma  sobre  ellas  ;  los  gusanos  deben  ser 
destruidos j  no  se  debe  permitir  que  crezca  nin- 
guna yerba  grande  ó  arbusto  cerca  de  ella ;  puesto 
que  el  menor  mal  que  podía  suceder  seria  la  per- 
dida total  del  fruto  que  cayese  entre  estas  male- 
zas.   Pero  es  sumamente  esencial  el  profundizar 
los  fosos  para  el  agua,  á  proporción  que  la  planta, 
aumenta  en  volumen,  y  que  sus  raizes  se  meten 
mas ;  pues  si  se  dexan  á  la  hondura  de  tres  pies, 
mientras  que  las  raizes  entran  hasta  seis  pies,  re- 
sulta que  la  parte  inferior  de  la  planta  está  en  una 
situación  demasiado  húmeda,  y  hecha  raíz  á  flor 
del  agua.     Esta  precaución  contribuye  no  solo  á 
hacer  la  plantación  mas  durable,  pero  también  á 
hacer  que  la  cosecha  sea  mas  productiva.     Es 
necesario  también  abstenerse  de  cortar  alguna 
rama  de  hs  que  están  en  un  estado  de  produc- 
ción*    Tal  operación  haría  que  el  fruto  del  año 
siguiente  fuese  mas  fuerte ;  pero  la  planta  en 
aquel  momento  se  enerva,  y  a  veces  perece,  se- 
gún la  calidad  de  la  tierra,  y  el  numero  de  las 
ramas  que  se  cortan. 

Si  la  tierra  de  las  plantaciones  se  halla  pisada 
por  animales,  entonces  la  planta  no  dura  tanto. 


84 

El  riego,  quando  se  hace  como  se  debe,  las  man- 
tiene por  mucho  tiempo  en  un  estado  capaz  (Je 
producir. 

Marchit ación. — El  fruto  del  cacao  se  seca  en 
el  árbol  por  estas  tres  causas : — 
*  Primera,  Quando  la  plantación  está  inundad» 
de  agua  por  mucho  tiempo.  Muchas  planta- 
ciones de  cacao,  que  no  habian  estado  cubierta» 
de  agua  mas  que  por  treinta  horas,  han  perdido* 
todo  su  fruto. 

Segunda,  Lluvias  muy  abundantes,  particular- 
mente en  valles  demasiado  húmedos.  Esto  se 
remedia  con  los  fosos,  que  conduzcan  el  agua 
inmediatamente  afuera  de  la  plantación. 

Tercera,  La  falta  de  una  necesidad  absoluta 
de  regar  la  plantación  baxo  un  sol  abrasador.  £1 
vapor  de  la  tierra  marchita  el  fruto.  Si  las  lluvias 
faltan  por  algún  tiempo,  y  si  se  siguen  lluvias 
demasiado  violentas,  el  fruto  perece  también. 

Esta  desecación  ó  marchitacion  sucede  en  iodos 
los  parages  ;  aunque  en  algunos,  el  sobrante  del 
fruto  que  el  árbol  no  puede  alimentar  es  lo  único 
que  está  sugeto  á  ella.  En  otros,  como  en  Ara- 
guita  y  Caocaga,  se  deseca  á  medida  que  caen  las 
lluvias  del  norte.  El  suelo  también  ocasiona  otra 
-especie  de  desecación :  las  vaynas  del  cacao  no 
son  todas  iguales,  algunas  contienen  granos  que 
son  buenos,  mientras  que  otras  les  tienen  malos. 
Los  Creollos  llaman  esto  defectuoso. 

Cosecha. — >E1  cacao  da  dos  principales  cose- 
chas al  año ;  una  es  por  Sn  Juan,  la  otra  á  fines 


85 

de  Diciembre.  El  cacao  se  madura,  y  se  coge 
también  durante  todo  el  año.  Pero  en  todps  las 
estaciones»  la  gente  de  Tierra  Firme  trata  lo 
mejor  que  puede  de  hacer  sus  cosechas  al  men- 
guar la  luna,  porque,  según  dicen,  la  experiencia 
prueba  que  con  esta  precaución  el  cacao  es  mas 
•  solido,  y  menos  expuesto  á  hecharse  á  perder. 

Sin  embargo,  Don  Fernando  Blanco,  un  habi- 
tante de  Caracas,  mantenía,  que  esto  no  era  mas 
que  una  preocupación  ridicula.  También  obser- 
■  vaba  que  la  practica  era  imposible,  puesto  que 
seria  necesario  hacer  toda  la  cosecha  en  los  quince 
dias  de  su  menguante  ;  pero  que  al  observar  asi 
los  cambios  de  la  luna,  el  cacao  no  podría  reco- 
gerse sin  que  mucho  de  ello  se  perdiese  en  el  ár- 
bol ;  de  consiguiente  se  perdería  mucho  suspen- 
diendo la  cosecha  durante  su  creciente. 

Para  recoger  el  cacao,  suelen  emplear  los  In- 
dios y  Negros  que  tienen  mejor  vista,  para  que 
no  escogan  mas  que  el  fruto  maduro.  Los  mas 
activos  y  robustos  son  los  que  llevan  el  grano  á 
.los  lugares  donde  lo  menean.  Los  viejos  y  los 
-  estropeados  son  los  que  lo  menean.  Esta  opera- 
ción se  hace  en  un  lugar  bien  barrido,  y  cubierto 
de  hojas  verdes,  sobre  las  que  ponen  el  cacao. 
Los  unos  abren  la  vayna,  mientras  que  los  otros 
sacuden  el  grano  con  una  maceta  pequeña,  que 
no  tenga  corte,  pues  entonces  perjudicaría  al 
cacao. 

El  cacao  bueno  tiene  que  separarse  del  malo. 
.  Hay  quatfo  especies  de  cacao  en  cada  cosecha ; 


86 

el  maduro  y  en  buena  condición,  el  verde  pero 
sano,  el  carcomido,  y  el  podrido.  La  primera 
especie  es  la  mejor  calidad,  la  segunda  no  es 
mala ;  pero  las  otras  dos  se  deben  desechar. 

Asi  que  la  especie  que  no  está  enteramente 
madura  comienza  á  hechar  manchas,  se  debe  se- 
parar. En  quanto  á  las  vaynas  que  no  están  en- 
teramente maduras,  se  deben  dejar  amontonadas 
por  tres  dias  baxo  las  hojas  de  banana,  para  que 
se  maduren  antes  de  abrirlas.  Quando  se  alma- 
cena el  cacao,  es  preciso  cuidar  mucho  de  no 
dexar  entre  él  pedazos  de  vayna  ú  hojas,  ó  qua- 
•  lesquiera  otras  partículas  excrementicias.  Este 
cuidado  se  debe  repetir  todas  las  veces  que  se 
mueve  del  almazen,  ó  que  se  vuelve  á  poner  en  él. 

El  cacao  debe  siempre  exponerse  al  sol  al 
quarto  dia  después  de  haberse  recogido,  y  esto  se 
debe  repetir  todos  los  dias  hasta  que  esté  perfec- 
tamente seco.  Quando  lo  está,  los  granos  re- 
bientan  si  se  comprimen,  sus  cascaras  suenan 
quando  se  las  golpea,  y  no  se  recalientan  mas 
quando  se  las  pone  en  montones :  está  es  la  mejor 
prueba  que  la  humedad,  que  tanto  daña  á  su  con- 
servación, se  ha  disipado  ya.  Si  el  cacao  no  está 
suficientemente  expuesto  al  sol,  se  enmohece  j  si 
al  contrario  lo  está  demasiado,  se  seca,  y  se  pol- 
variza  fácilmente. 

Quando  la  cantidad  de  cacao  que  se  ha  reco- 
gido es  muy  grande,  se  pone  al  sol  por  cien  quin- 
tales á  la  vez,  á  no  ser  que  el  cultivador  tenga 
bastante  gente  para  exponer  una  mayor  cantidad : 


87 

esta  operación  es  indispensable  para  impedir  que 
se  enmohezca.  Si  las  lluvias  impiden  su  exposi- 
ción al  sol)  es  preciso  extenderlo,  asi  que  está 
bastante  limpio,  en  granjas,  salones,  ó  corredores, 
de  que  una  plantación  de  cacao  tiene  que  estar 
provista :  esta  operación  no  puede  retardarse  sin 
el  peligro  de  perder  la  cosecha. 

Seria  muy  ventajoso  que  empleasen  estufas  para 
secar  el  cacao  quando  no  hay  sol j  pero  este  ex- 
pediente, tan  simple  é  importante,  es  desconocido 
en  Tierra  Firme. 

Es  casi  una  opinión  universal,  que  la  precau- 
ción mas  esencial  para  conservar  el  cacao  con- 
siste en  recogerlo  quando  la  luna  mengua.  De* 
pons  cree  que  pueden  calcular  mas  seriamente 
sobre  el  cuidado  de  depositarlo  en  salas  tan  her- 
méticamente cerradas  que  el  aire  no  pueda  pene- 
trar j  sería  aun  mejor  que  las  salas  fuesen  de  ma- 
dera* para  poder  mejor  excluir  la  humedad.  £1 
suelo  debía  estar  levantado  de  dos  pies*  Baxo  el 
éuelo  se  pone  un  brasero  de  carbón,  cubierto  de 
una  especie  de  embudo,  cuya  punta  entre  en  el 
moóton  de  cacao*  difundiendo  su  calor.  En  la 
granja  que  contiene  el  cacao,  hay  algunos  qué 
ponen  botellas  de  vinagre  ligeramente  tapadas  con 
papel*  para  impedir  (a  formación  de  los  gusanos. 

El  cacao  que  comienza  á  mostrar  mánchitas, 
se  puede  librar  de  una  entera  corrupción  aplicán- 
dole un  poco  de  salmuera.  Esto  ocasiona  cierto 
grado  de  fermentación,  que  basta  para  destruir  los 
gusanos,  y  para  conservar  el  cacao  por  mucho 


88 

tiempo  contra  otros  ataques.  ¿  Porque  no  em- 
plean este  preservativo  quando  está  una  vez  seco, 
y  quando  esta  almacenado  para  venderse  ? 

En  Sn  Felipe  hacen  uso  del  humo  para  conser- 
var el  cacao ;  aseguran  que  la  sal  muy  fina,  espar- 
cida entre  el  cacao,  lo  protege  contra  los  gusanos. 

Han  hecho  mucho  para  conservar  el  cacao 
después  de  estar  limpio  de  todos  sus  granos  ver- 
des ó  dañados,  y  de  todos  los  artículos  estraños, 
quando  no  ha  recibido  ninguna  injuria  ó  golpe  en 
la  operación  de  secarse ;  y  quando  se  guardó  sub- 
seqüente  en  un  sitio  seco  y  nada  expuesto  al  aire  : 
sin  embargo,  á  pesar  de  estas  precauciones,  el 
cacao  de  la  mejor  calidad  no  se  halla  en  estado 
de  venderse  al  fin  de  un  año. 

Estas  circunstancias  prueban  suficientemente, 
que  el  cultivo  del  cacao  exige  mas  atención  que 
ciencia,  mas  vigilancia  que  ingenio,  y  mas  dili- 
gencia que  teoría.  La  elección  del  terreno,  la 
distribución  y  zanjas  para  las  aguas,  la  posición 
de  los  arboles  destinados  á  dar  sombra  la  cacao, 
son  casi  los  únicos  puntos  que  requieren  un  in- 
telecto mas  que  común.  Los  gastos  de  un  es- 
tablecimiento de  esta  especie  son  menores  que  los 
de  qualesquiera  otro  de  igual  renta.  Un  jorna- 
lero basta  para  la  conservación  y  cosecha  de  1000 
plantas,  que  cada  una  debe  producir  á  lo  menos 
una  libra  de  cacao,  en  un  terreno  de  una  cali- 
dad moderada,  y  libra  y  media  en  el  mejor  ter- 
reno. Por  un  calculo  de  veinte  onzas  cada  planta 
una  planta  con  otra,  las  1000  plantas  tienen  que 


89 

producir  1250  libras,  que  ai  precio  acostumbrado 
de  20  duros  por  quintal,  dan  250  duros  al  año  por 
cada  jornalero.  Los  gastos  de  las  plantaciones, 
incluyendo  los  de  los  utensilios,  maquinas,  y  edi- 
ficios, son  también  menores  para  el  cacao  que  para 
qualesquiera  otro  producto*  Los  retardos  de  la 
primera  cosecha,  y  los  accidentes  peculiares  al 
cacao,  es  lo  único  que  disminuye  el  numero  de 
los  cultivadores,  y  que  les  instigue  á  preferirle 
otras  producciones. 

La  planta  de  cacao  no  está  en  estado  de  pro- 
ducir perfectamente  hasta  su  octavo  año  en  las 
plantaciones  del  interior,  y  hasta  el  noveno  en  las 
de  la  costa.  Sin  embargo,  por  una  singularidad 
que  solo  la  situación  es  capaz  de  explicar,  la  co- 
secha del  cacao  comienza  en  el  sexto  año  en  el 
valle  de  Goapa,  y  al  este  de  la  boca  de  Tuy. 
Cerca  de  la  linea,  y  á  las  orillas  del  rio  Negro, 
l¿is  plantaciones  están  en  su  perfecto  producto  en 
el  quarto,  ó  á  lo  mas  en  el  quinto  año. 

'  El  árbol  de  cacao  continua  produciendo  hasta 
la  edad  de  50  años  en  la  costa,  y  de  30  en  el 
interior. 

Por  lo  general  el  cacao  recibe  mas  atención  en 

la  parte  oriental  de  Tierra  Firme  que  en  los  otros 

sitios,  y  que  en  las  colonias  Francesas.     Es  cierto 

.  que  la  excelencia  del  suelo  contribuye  mucho  á 

.la  calidad  de  este  articulo,  pero  sin  la  ayuda  del 

arte,  estaña  lexos  de  poseer  aquella  superioridad 

que  tiene  en  el  comercio  sobre  el  cacao  de  los 

.otros  payses. 


90 

La  provincia  de  Caracas/  dice  Humboldt,  pro- 
ducía anualmente,  al  fin  del  siglo  diez  y  ocho, 
150  mil  fanegas,  100  mil  de  las  quales  se  con- 
Stimian  en  España,  y  30  mil  en  la  provincia.  Es- 
timando una  fanega  de  cacao  solamente  á  25 
duros  por  el  precio  que  se  daba  en  Cádiz,  halla- 
mos, que  el  valor  total  de  la  exportación  de  cacao 
por  los  seis  puertos  de  la  antigua  Capitania*Gene- 
ral  de  Caracas,  t  sube  á  4  millones  y  800  mil 
duros.  Un  objeto  tan  importante  de  comercio 
merece  una  discusión  seria ;  y  me  lisonjeo,  que 
con  los  muchos  materiales  que  he  recogido  sobre 
todos  los  ramos  de  agricultura  colonial,  podre 
añadir  algo  á  la  información  publicada  por?  M. 
Depóns  en  su  apreciable  obra  sobre  las  provincias 
de  Venezuela. 

El  árbol  que  produce  el  cacao  no  se  encuentra 
ahora  silvestre  en  los  montes  de  Tierra  firme,  al 
norte  del  Orinoco :  no  comenzamos  á  verle  sino 
mas  arriba  de  los  raudales  de  Atures  y  Maypures. 
Abunda,  particularmente,  cerca  de  las  orillas  del 
Ventuari,  y  en  el  Alto  Orinoco  entre  el  Padamo 
y  el  Gaete.  Esta  escasez  de  cacao  silvestre  en  el 
Sud  de  America,  al  6o  de  latitud  septentrional, 
es  un  fenómeno  muy  curioso  en  la  geografía  bo- 

*  La  provincia,  no  la  antigua  Capitanía-General,  exclu- 
yendo por  consiguiente  las  plantaciones  de  cacao  de  Cumana, 
de  la  provincia  dé  Barcelona,  de  Máraoaibo,  dé  Varinas,  y  de 
la  Gulana  Española. 

f  Sto  Tomas  en  la  Nueva  Guiana  6  Angostura,  Cumana, 
Nueva  Barcelona,  La  Guayra,  Puerto  Cabello,  y  Maracaibó. 


91 

• 

tánica»  y  sin  embargo  muy  poco  conocido.  Este 
fenómeno  parece  aun  mas  extraño,  porque,  según 
el  producto  anual  de  la  cosecha,  el  numero  de 
arboles  que  dan  fruto  en  las  plantaciones  de  cacao 
de  Caracas,  Nueva  Barcelona,  Venezuela,  Varinas, 
y  Maracaibo,  se  computa  á  mas  de  16  millones. 
EL  árbol  de  cacao  silvestre  tiene  muchas  ramas, 
y  está  cubierto  de  un  follage  espeso  y  obscuro. 
Da  un  fruto  muy  pequeño,  como  aquella  variedad 
que  los  antiguos  Mexicanos  llamaban  Üalcaca- 
huatL  Trasplantado  en  los  conucos  de  los  In- 
dios de  Casiquiare  y  del  rio  Negro,  el  árbol  sil- 
vestre conserva  por  varias  generaciones  aquella 
fuerza  de  vida  vegetal,  que  le  hace  dar  fruto 
al  quarto  año ;  mientras  que  en  la  provincia  de 
Caracas,  la  coseeha  no  comienza  mas  que  desde 
el  sexto*  séptimo  y  octavo*  Son  mas  tarde  aun 
en  el  interior  que  en  las  costas,  y  en  el  valle  de 
Guapo.  No  encontramos  ninguna  tribu  que  pre- 
parase alguna  bebida  con  las  simientes  del  árbol 
del  cacao.  Los  salvages  chupan  la  pulpa  de  la 
v&yna  y  arrojan  las  simientes,  que  á  veces  se  hallan 
en  montones  donde  han  pasado  la  noche.  Aun- 
que el  chorote,  que  es  una  infusión  muy  ligera  de 
cacao,  se  considera  en  la  costa  como  una  bebida 
muy  antigua,  ningún  hecho  histórico  prueba  que 
el  chocolate,  ó  alguna  preparación  de  cacao,  fuese 
conocida  de  los  naturales  de  Venezuela  antes  de 
la  llegada  de  los  Españoles.  A  mi  me  se  figura 
mas  probable,  que  las  plantaciones  de  cacao  de 
Caracas  fueron  hechas  en  imitación  de  las  de 


92 

México  y  Guatimala ;  y  que  los  Españoles  que 
habitaban  en  Tierra  Firme  aprendieron  el  cultivo 
del  árbol  de  cacao,  á  ponerlo  en  su  infancia  al 
abrigo  del  follage  del  erytríne  y  del  plantano,  la 
fabricación  de  las  pastillas  de  chocolate,  y  el  uso 
del  liquido  del  mismo  nombre,  por  sus  comunica- 
ciones con  México,  Guatimala,  y  Nicaragua,  tres 
payses,  cuyos  habitantes  eran  de  un  origen  Tol- 
tecko  y  Aztecko,* 

"  El  que  ha  tomado  una  taza,"  dice  el  page  de 
Hermán  Cortes,  "  puede  viajar  todo  el  día  sin 
necesidad  de  otro  alimento,  especialmente  en  cli- 
mas muy  calientes ;  pues  el  chocolate  es  por  su 
naturaleza  frió  y  refrescativo.,,  No  podemos 
admitir  la  ultima  parte  de  esta  aserción;  pero 
tendremos  muy  pronto  ocasión,  en  nuestro  viage  al 
Orinoco,  y  en  nuestras  excursiones  hacia  la  cima 
de  las  Cordilleras,  de  celebrar  las  saludables  pro- 
piedades del  chocolate.  Igualmente  fácil  de  llevar 
y  emplearle  como  alimento,  contiene  una  grande 
cantidad  de  partículas  nutritivas  y  estimulantes 
en  un  pequeño  espacio.  Se  ha  dicho  con  mucha 
verdad,  que  en  África,  el  arroz,  la  goma,  y  el  aceite 
del  shea,  asisten  al  hombre  en  atravesar  los  de- 
siertos. En  el  Nuevo  Mundo,  el  chocolate,  y  la  flor 

*  El  Padre  Gili  ha  mostrado  claramente,  por  dos  pasages 
en  Torrequemada  (Monarquía  Indiana,  lib.  xiv.  cap.  14.  y 
42.),  que  los  Mexicanos  preparaban  la  infusión  en  agua  fría ; 
y  que  los  Españoles  han  introducido  la  costumbre  de  pre- 
parar el  chocolate,  haciendo  hervir  la  pasta,  del  cacao  en  el 
«gua. 


93 

del  mate,  le  han  hecho  accesibles  las  tierras  ele- 
vadas de  los  Andes,  y  los  vastos  y  desiertos 
montes. 

La  cosecha  del  cacao  es  sumamente  variable. 
£1  árbol  vegeta  tan  vigorosamente,  que  la  flor 
sale  aun  de  los  pimpollos  que  brotan  de  las 
raices,  en  donde  la  tierra,  los  dexa  por  cubrir. 
Sufre  de  los  vientos  del  nort-este,  aunque  estos 
vientos  no  hagan  baxar  mas  que  unos  quantos 
grados  el  temperamento.  Las  lluvias  violentas 
que  caen  irregularmente  después  de  la  estación 
de  las  lluvias,  desde  Diciembre  á  Marzo,  son 
también  muy  perjudiciales  al  árbol  de  cacao.  £1 
propietario  de  una  plantación  que  tenga  50  mil 
arboles,  amenudo  pierde  el  valor  de  mas  de  4  ó  5 
mil  duros  en  cacao  en  una  hora.  La  grande 
humedad  no  es  favorable  al  árbol  mas  que  quan- 
do  aumenta  progresivamente,  y  que  es  por  mucho 
tiempo  y  sin  interrupción.  Si  en  la  estación  de 
la  sequedad,  las  hojas  y  la  fruta  nueva  se  mojan 
por  un  chaparrón  violento,  el  fruto  se  cae  del 
tallo.  Parece  que  las  venas  que  absueven  el  agua 
se  rompen  por  haberse  hecho  turgentes.  Pero  si 
la  cosecha  del  cacao  es  una  de  las  mas  inciertas, 
á  causa  de  los  funestos  efectos  de  las  malas  esta- 
ciones, y  del  gran  numero  de  gusanos,  insectos, 
paxaros,  y  quadrupedos,  que  devoran  la  vayna 
del  cacao ;  si  este  ramo  de  agricultura  tiene  la 
desventaja  de  obligar  al  nuevo  cultivador  á  aguar- 
dar ocho  ó  diez  años  por  el  fruto  de  su  trabaxo, 
y  de  producir  un  articulo  muy  difícil  de  conser- 


9* 

var  ;*  no  debemos  olvidar,  que  las  plantaciones 
de  cacao  no  exigen  tantos  trabajadores  como  las 
de  otros  artículos.  Esta  consideración  es  muy 
importante  á  una  época  que  todas  las  naciones 
de  la  Europa  han  resuelto  noblemente  de  poner 
fin  al  traficQ  -de  Negros.  Un  Negro  basta  para 
cuidar  de  mil  arboles,  que  un  año  con  otro  pue- 
den producir  12  fanegas  de  cacao.  Es  cierto, 
que  en  la  isla  de  Cuba  una  plantación  grande  de 
azúcar,  con  trescientos  Negros,  da  un  año  con 
otro  quarenta  mil  arrobas  de  azúcar,  cuyo  valor, 
á  quarenta  duros  la  caxa,t  sube  á  100  mil  duros j 
y  que  en  la  provincia  de  Venezuela,  el  cacao  hasta 
el  valor  de  cien  mil  duros,  ó  quatro  mil  fanegas, 
quando  la  fanega  está  tan  solo  á  25  duros,  nece- 
sita 300  ó  330  Negros.  Las  200  mil  caxas  de 
azúcar,  ó  los  tres  millones  200  mil  arrobas^  que 
la  isla  de  Cuba  ha  exportado  anualmente  desde 
1812  hasta  1814,  suben  á  8  millones  de  duros,  y 
podían  fabricarse  con  24  mil  Negros,  si  la  isla 
iubiere  grandes  plantaciones ;  pero  .esta  suposi- 
ción no  se  conforma  coa  el  estado  de  la  colonia, 
y  con  la  naturaleza  de  las  cosas.  En  1811  la 
isla  de  Cuba  empleaba  143  mil  Negros  solo  en 
los  campos ;  mientras  que  la  Capitania-General 
de  Caracas,  que  produce  anualmente  (peco  que 

*  Ei  caqao  de  Guayaquil  se  conserva  mejor  que  el  de 
Caracas. 

f  Una  caxa  pega  de  15  arrobas  y  media  á  16. 

%  Las  haciendas  de  Choroni,  Ocumare,  Chuao,  Turiamo, 
Guaiguaza. 


94 


exporta)  200  mil  fanegas  de  cacao,  ó  el  valor 
de  5  millones  de  duros,  no  tiene,  ya  sea  en  la* 
ciudades  ó  ya  en  los  campos,  mas  que  60  mil 
Negros.  Es  casi  sqperfluo  añadir,  que  estos  re- 
sultados variar*  según  los  precios  de  azúcar  y 
cacao. 

Laa  mejores  plantaciones  de  cacao  se  hallan 
en  la  provincia  de  Caracas  lo  largo  de  la  costa, 
entre  Caravalleda  y  la  boca  del  rio  Tucuyo,* 
en  loa  valles  de  Cancagua»  Capaya,  Curiepe*  y. 
Guapo ;  y  en  los  de  Cupira,  entre  el  Cabo  Co- 
dera y  el  Cabo  Uñare,  cerca  de  Arora,  Barqui- 
aimeto,  Guigue,  y  Uritucu.  £1  cacao  que  crese 
en  las  orillas  del  Uritucu,  á  la  entrada  de  loa 
Llanos,  en  la  jurisdicción  de  Sn  Sebastian  de  lo* 
Reyes,  se  considera  como  de  la  primera  calidad. 
Después  del  cacao  de  Uritucu  va  el  de  Guigue, 
de  Caucagua,  de  Capaya,  y  de  Cupira.  Los 
comerciantes  de  Cádiz  dan  el  primer  rango  al 
cacao  de  Caracas,  inmediatamente  después  del 
de  Soconusco;  y  su  precio  es  generalmente  de 
treinta  á  quarenta  por  ciento  mas  que  el  de 
Guayaquil. 

No  fue  mas  que  á  mediados  del  siglo  17,  que 
los  Holandeses,  tranquilos  poseedores  de  la  isla  de 
Curazoa,  despertaron,  por  su  contrabando,  la  in- 
dustria agricuhural  de  los  habitantes  de  las  costas 
inmediatas,  y  que  el  cacao  se  hizo  un  objeto  de 

•  Las  do*  protijwa»  de  C%r%cas  y  Nueva  Barcelona»  se 
disputan  esta  fértilísima  pieza  de  tierra. 

7 


96 

exportación  en  la  provincia  de  Caracas.  Igno- 
ramos todo  quanto  pasaba  en  aquellos  payses 
antes  del  establecimiento  de  la  Compañía  Biz- 
caina  de  Guipúzcoa  en  1728.  Ningún  hecho 
estatistico  ha  llegado  hasta  nosotros ;  lo  única 
que  sabemos  es,  que  la  exportación  de  cacao  de 
Caracas  apenas  subia,  al  principio  del  siglo  18,  á 
30  mil  fanegas  anuales.  Desde  1730  á  17+8,  la 
Campañia  envió  á  España  858,978  fanegas,  que 
hacen  un  año  con  otro  47, 700  fanegas ;  el  precio* 
de  la  fanega  cayó  en  1732  á  45  duros,  quando 
se  habia  tenido  antes  á  80  duros !  En  1763  el 
cultivo  aumentó  tanto  que  la  exportación  subiá  á 
80,659  fanegas.*  Según  los  registros  de  la  adu- 
ana en  La  Guayra,  las  exportaciones,  sin  contar 
el  producto  del  trafico  ilícito,  eran : 

En  1789  —  103,655  fanegas, 

1792  —  160,592 

1794  —  111,133 

1796—    75,538 

1797  _    70,832 
En  los  documentos  oficiales,  tomado  de  los  pa- 
peles del  ministro  de  hacienda,!  la  cosecha  de  la 
provincia  de  Caracas  se  computa  á  135  mil  fane- 
gas de  cacao ;  33  mil  de  las  quales  eran  para  el 

*  De  estas  80,659,  50,819  se  enviaron  directamente  á 
España;  16,364  á  Vera  Cruz;  11,160  á  las  Islas  Canarias, 
y  2,316  á  las  Islas  de  las  Indias  Occidentales. 

%  Informe  (MS.)  del  Conde  de  Casa  Valencia,  consejero 
del  departamento  de  Indias,  á  Don  Pedro  Várela,  ministro  de 
la  Real  Hacienda,  sobre  el  comercio  de  Caracas,  el  13  de 
Junio  de  1797,  fol.  46. 


1 


97 

consumo  del  pays;  10  mil  para  otras  colonias 
Españolas ;  77  mil  para  la  metrópoli ;  15  mil 
para  el  comercio  ilícito  con  las  colonias  Francesas, 
Holandesas»  Inglesas,  y  Dinamarquesas.  Desde 
1789  hasta  1793,  la  importación  desde  Caracas  á 
España  fue,  un  año  con  otro,  77*719  fanegas  al 
año,  de  las  quales  65,766  se  consumieron  en  el 
pays,  y  11,953  se  exportaron  á  Francia,  Italia,  y 
Alemania.*  Según  los  muchos  informes,  que  se. 
recogieron  en  el  mismo  sitio,  estas  computaciones 

*  Según  loe  registros  de  los.  puertos  de,  España,  la  impor- 
tación del  cacao  desde  Caracas  á  la  península  fue, 

En  1789 78,406  fanegas  88  lbs.  . 

1790 74,089   3  — 

1791 71,500   43  — 

1792 87,656   34  — 

1793 76,983   4  — 

Producto  de  un  año  con  otro  77,719  fanegas. 
De  estas  77,719  fanegas,  las  60,202  se  consumían  en  las 
provincias  de  España  contribuyentes,  y  5,564  en  las  pro- 
vincias exétnptas  de  Navarra,  Bizcaya,  &c.    La  exportación 
de  España  era, 

En  1789 13,718  fanegas  98  lbs. 

1790 6,421    80  — 

1791 21,446    17  — 

1792 17,452    48  — 

1793 728   23  — 

Producto  de  un  año  con  otro,  1 1,953  fanegas. 

Come  en  el  sistema  tan  complicado  de  aduanas  en  España, 
el  cacao  de  Caracas  se  hallaba  sugeto  á  un  impuesto  muy  dife- 
rente, según  se  consumía  en.  la  península  6  se  exportaba  al 
extrangero,  (en  el  primer  caso  es  de  52  por  ciento,  y  en  el  - 
segundo  29  y  medio),  una  gran  cantidad  de  cacao  se  vol- 
vía á  importar  á  España. 

TOM.  !!•  G 


98 

son  aún  demasiado  baxas.  Solo  los  registros  del 
aduana  de  La  Guayra  daban,  en  tiempo  de  paz, 
una  exportación  de  8D  ó  100  mil  fanegas  al  año. 
Podemos  muy  bien  aumentar  esta  suma  un  quarto 
ó  un  quinto  mas,  á  causa  del  ttafico  ilícito  con  la 
Trinidad,  y  con  las  otras  Islas  de  las  Indias.  Pa- 
rece probable,  que  desde  1800  á  1806,  el  ultimo 
periodo  de  tranquilidad  interior  en  las  colonias 
Españolas,  la  cosecha  anual  de  las  plantaciones 
de  cacao  en  la  Capitanía-General  de  Caracas,  era 
á  lo  menos  de  193  mil  fanegas,  de  las  quales  po- 
demos asignar  á  la  provincia  de  Caracas  150,000 

á  la  de  Máracaibo        -        20,000 
á  la  de  Cumana  -        18,000 

á  la  de  Nueva  Barcelona  5,000 
Las  dos  cosechas  que  se  hacen  ahora  al  año, 
varían  mucho ;  pero  sin  embargo  no  tanto  como 
las  de  los  olivares  y  viñas  de  Europa.  De  las 
i 93  mil  fanegas  de  cacao  que  produce  la  Capi- 
tanía-General de  Caracas,  145  mil  de  ellas  pasan 
á  la  Europa,  ya  sea  por  los  puertos  de  la  penin» 
sula,  ó  por  el  contrabando. 

Estas  computaciones*  son  el  resultado  de  mu- 
chos informes  locales,  y  prueban  que  la  Europa 
consume,  en  su  estado  presente  de  civilización,-— 

*  Las  Islas  de  las  Indias  Occidentales  Inglesas  expenaban 
á  diferentes  partes  del  mando,  en  1812,  mas  de  283,000  casas 
de  azúcar,  cada  una  pesando  1400  libras,  lo  que  hace  S9t> 
millones  de  libras ;  de  las  qnálés,  tan  solo  la  Jamaica  daba, 
con  340  mil  Negros,  189  millones  de  libras.  £(  producto  de 
Coba  y  el  de  Sto  Domingo  se  ha  compotado  á  120  millones  de 


99 


FtetícasL 

£9  millones  de  libras  de  cacao,  á  120- 

francos  el  quintal,  27,600,000 

32  millones  de  libras  de  té,  á  4  frs. 

la  Ib.  -  -  128,000,000 

140  millones  de  lbs.  de  café,  á  114 

frs.  el  quintal,  -  159,600,000 

450  millones  de  lbs.  de  azúcar,  á  54 

ft*.  el  quintal,  -  -  243,000,000 


Total,*    558,200,000 

La  primera  de  estas  quatro  producciones,  que 

se  ha  hecho  en  estos  dos  ó  tres  últimos  siglos  el 

libras  de  azúcar.  Quando  damos  el  consumo  anual  de  cacao 
en  Europa  á  25  millones,  y  él  de  azúcar  á  450  millones  de 
libras,  estamos  convencidos  que  es  el  numero  ex&cto  dentro 
de  un  quinto.  Este  grado  de  precisión  se  puede  alcanzar, 
computando  con  cuidado  la  exportación  de  aquellos  payses 
que  producen  la  mayor  cantidad  de  azúcar  y  de  cacao  para 
el  comercio  Europeo ;  por  exemplo,  con  respecto  al  cacao,  la 
exportación  de  los  puertos  de  Tierra  Firmé,  Guayaquil,  y 
Guatimala ;  y  para  el  azúcar,  la  de  las  Islas  del  Occidente 
Inglesas,  Españolas,  y  Francesas.  Observaremos  aqui  que  el 
consumo  del  azúcar  subía,  según  se  ve  por  las  tablas  estatis- 
ticas  de  Francia,  en  1800,  á  54  millones ;  en  1817  subía  á  56 
millones  de  libras. 

*  En  1818  el  precio  del  cacao  en  Londres  era,  por  el  de 
Caracas,  de  6  libras  esterlinas  á  6  L.  10  shelines ;  por  el  cacao 
de  calidad  inferior  de  4  L.  lOs.  á  3  L.  lOs.  el  quintal ;  el  azú- 
car de  9  L.  á  2  L.  lOs.  El  precio  de  estos  doa  géneros  ha 
subido  considerablemente  desde  la  publicación  de  la  obra  de 
Mr  ColqubotuT.  Es  dificil  dar  un  informe  fíxo  del  precio  del 
/  té,  á  causa  de  las  grandes  diferencias  entre  las  calidades. 


100 

objeto  principal  del  comercio  y  de  la  industria 
colonial,  pertenece  exclusivamente  á  la  America ; 
la  segunda  al  Asia  exclusivamente,  pues  la  ex- 
portación de  cacao  desde  las  Islas  Filipinas  es 
aun  de  tan  poca  importancia  como  los  ensayos 
que  han  hecho  en  el  Brasil,  en  la  isla  de  la  Tri- 
nidad, y  en  la  Jamaica,  para  cultivar  el  té.  Las 
provincias  de  Caracas  dan  cerca  de  las  dos  terce- 
ras partes  de  todo  el  cacao  que  se  consume  en  el 
occidente  y  mediodía  de  Europa.  Este  resultado 
es  aun  mas  notable,  quanto  es  contra  la  opinión 
general.  Pero  el  cacao  de  Caracas,  Maracaibo,  y 
Cu  mana,  no  es  todo  de  la  misma  calidad.  Aca- 
bamos de  ver  que  el  Conde  de  Casa  Valencia 
computa  el  consumo  en  España  solamente  á  seis 
ó  siete  millones  dé  libras ;  el  Abate  Hervás  lo 
fixa  á  nueve  millones.  Los  que  han  habitado 
por  mucho  tiempo  en  España,  Francia,  é  Italia, 
deben  haber  observado  que  el  uso  del  chocolate 
no  es  común  mas  que  en  la  primera  nación  entre 
las  clases  pobres ;  y  de  consiguiente  con  dificul- 
tad creerán,  que  España  no  consume  mas  que 
una  tercera  parte  del  cacao  que  se  exporta  á 
Europa. 

En  1817,  la  importación  del  azúcar  de  las  Indias  Orientales 
en  el  puerto  de  Londres  no  fue  roas  que  de  50  mil  talegas,  6 
5,500,000  lbs.  Para  formarse  una  idea  de  la  importancia  del 
comercio  Europeo  en  azúcar,  café,  té,  y  cacao,  observaremos 
que  todas  las  importaciones  en  Inglaterra,  subieron  anual- 
mente, desde  1805  á  1810,  á  cosa  de  1200  millones  de  francos* 


101 

Las  ultimas  guerras  han  tenido  un  efecto  mas 
funesto  sobre  el  comercio  del  cacao  de  Caracas, 
que  sobre  el  de  Guayaquil.  A  causa  del  aumen- 
to del  precio,  se  ha  consumido  en  Europa  menos 
cacao  de  la  primera  calidad.  En  lugar  de  mez- 
clar, como  hacían  antes,  ün  quárto  de  libra  de 
cacao  de  Caracas  con  los  tres  quartos  restantes 
de  lo  de  Guayaquil,  este  ultimo  se  ha  usado  en 
España  sin  ninguna  mezcla.  Debemos  observar 
aqui,  que  mucho  del  cacao  inferior,  como  lo  del 
Marañoñ,  el  rio  Negro,  Honduras,  y  la  isla  dé 
Su  Lucia,  pasa  en  el  comercio  por  cacao  de  Gua- 
yaquil. La  exportación  de  cacao  desde  este 
puerto  no  sube  á  mas  de  60  mil  fanegas,  de  con- 
siguiente es  dos-tercios  menos  que  de  los  puertos 
de  la  antigua  Capitania-General  de  Caracas. 

Aunque  las  plantaciones  de  cacao  han  aumen- 
tado én  las  provincias  de  Cumana,  Barcelona,  y 
Maracaibo,  en  proporción  que  han  disminuido 
en  lá  provincia  de  Caracas,  se  cree  aun  que,  en 
general,  éste  antiguo  ramo  de  industria  colonial 
se  va  gradualmente  reduciendo.  El  café  y  el 
árbol  efe  algodón  van  progresivamente  tomando 
el  lugar  del  cacao,  cuya  cosecha  lenta  consumé 
la  paciencia  del  cultivador.  También  aseguran 
que  las  plantaciones  nuevas  de  cacao  producen 
menos  que  las  viejas  ;  que  los  arboles  no  adquie- 
ren el  mismo  vigor,  y  que  dan  menos  fruto  y  mas 
tarde  que  antes.  También  acusan  al  suelo  de  no 
tener  ya  mas  fertilidad;  pero  nosotros  creemos 
antes,  que  la  atmosfera  ha  cambiado  por  los  pro* 


10« 

v 

gresbs  del  cultivo,  y  por  la  destrucción  de  arboles 
y  arbustos.    £1  aire  que  se  reposa  sobre  un  suelo 
virgen  cubierto  de  montes,  está  cargado  de  hume- 
dad, y  de  aquellas  mixturas  gaseas,  que  sirven 
para  alimentar  las  plantas,  y  que  se  levantan  de 
la  decomposicion  de  substancias  orgánicas.  Quan- 
do  un  pays  ha  estado  por  mucho  tiempo  sugeto 
al  cultivo,  no  son  las  proporciones  entre  el  azote 
y  el  oxigeno  que  variail :  las  bases  constituyentes 
del  atmosfera  quedan  inalterables  ;  pero  no  con- 
tiene en  suspensión  aquellas  mixturas  binarias  y 
ternarias  de  carbónico,  azote,  é  hidrogeno,  que 
exhala  un  suelo  virgen,  y  que  se  consideran  como 
un  origen  de  fecundidad.     £1  aire,  mas  puro  y 
menos  cargado  de  miasmata  y  de  emanaciones 
heterogéneas,  se  deseca  al  mismo  tiempo.     La 
elasticidad  de  los  vapores  disminuye  sensible- 
mente.    En  la  tierra  que  hace  mucho  tiempo 
que  limpiaron,  y  que  de  consiguiente  no  es  muy 
favorable  al  cultivo  del  cacao,  por  exemplo  en 
las  Islas  de  las  Indias  Occidentales,  el  fruto  es 
casi  tan  pequeño  como  el  del  cacao  silvestre. 
Es,  como  ya  hemos  observado,  á  las  orillas  del 
Alto  Orinoco,  después  de  haber  pasado  los  lia* 
nos,  que  se  halla  el  verdadero  paya  para  el  árbol 
del  cacao  ;  montes  espesos,  en  los  que  un  suelo 
virgen,    rodeado  de    una    atmosfera    continua- 
mente húmeda,  produce  arboles  que  dan  cose* 
chas  abundantes  desde  el  quarto  año.     En  todos 
los  parages,  en  los  qoe  el  suelo  no  está  ya  consu- 
mido, el  fruto  aumenta  en  tamaño  con  el  cultivo, 


IOS 

y  és  menos  amargo,  aunque  también  es  mas 
lento. 

Al  Ver  la  cosecha  del  cacao  disminuir  gradual- 
mente en  Tierra  Firme,  se  puede  preguntar  si  el 
consumo  en  España,  Italia,  y  en  el  resto  de  la 
Europa,  disminuirá  en  la  misma  proporción;  ó 
si  no  será  mas  probable,  que  por  la  destrucción 
de  las  plantaciones  de  cacao,  el  precio  aumente 
lo  bastante  para  despertar  de  nuevo  la  industria 
del  cultivador?  Esta  ultima  opinión  es  la  que 
prevalece  en  Caracas,  entre  los  que  deploran  la 
diminución  de  un  ramo  de  comercio  tan  antiguo 
y  provechoso.  A  medida  que  la  civilización  se 
extiende  hacia  los  húmedos  montes  del  interior, 
hacia  las  orillas  del  Orinoco  y  de  las  Amazonas, 
ó  hacia  los  valles  que  horadan  los  declives  orien- 
tales de  los  Andes,  los  nuevos  cultivadores  halla- 
ran tierras  y  una  atmosfera  igualmente  favorables 
-al  cultivo  del  árbol  de  cacao. 

Es  conocido,  que  los  Españoles  en  general 
temen  la  mezcla  del  vanilla  con  el  cacao,  porque 
irrita  el  sistema  nervoso ;  de  consiguiente  el  fruto 
de  esta  planta  de  hortaliza  se  halla  descuidado 
en  la  provincia  de  Caracas,  aunque  se  podría 
recoger  una  cosecha  abundante  en  la  costa  húme- 
da y  malsana  entre  Puerto  Cabello  y  Ocumare, 
especialmente  en  Turiamo,  donde  la  fruta  del 
epidendrum  vanilla  obtiene  hasta  once  ó  doce 
pulgadas  de  largo.  Los  Ingleses  y  los  Anglo- 
Americanos  tratan  á  veces  de  hacer  compras  de 
▼anilla  en  La  Guayra  j  pero  con  dificultad  pue- 


104 

den  los  comerciantes  obtener  una  pequeña  can- 
tidad.  En  los  valles  que  descienden  de  la  cadena 
de  la  costa  hacia  el  Mar  Caribe,  en  la  provincia 
de  Truxillo,  lo  mismo  que  én  las  Misiones  de  la 
Guiana,  cerca  de  los  Raudales  del  Orinoco,  se 
podría  recoger  una  gran  cantidad  de  vanilla ;  su 
producto  sería  aun  mas  abundante,  si,  según  la 
practica  de  los  Mexicanos,  desembarazasen  la 
planta  de  las  muchas  yerbas  que  la  rodean,  y  la 
-ahogan. 


SECCIÓN  VI. 


DEL  TABACO. 


El  cultivo  de  esta  planta  que  se  halla  favorecida 
principalmente  por  el  terreno,  y  que  podia  culti- 
varse en  una  escala  grande  ó  pequeña,  y  sin  uten- 
silios costosos  ó  maquinas  considerables,  era  en 
todos  los  respectos  adaptado  á  un  pueblo  espar- 
cido, que  no  tenia  otro  medio  de  vivir  sino  por  el 
trabaxo  y  la  perseverancia.    El  cultivo  y  la  pre- 

.  paracion  del  tabaco  no  exige  mucha  labor,  pero 
mucho  cuidado :  el  mas  pequeño  descuido  id 
escardar,  ó  en  qualesquiera  otra  operación,  que 

•  mas  abaxo  detallaremos,  es  la  causa  de  la  perdida 

.  de  toda  la  cosecha. 

Almacigas. — El  tabaco  pide  un  suelo  graso  y 
húmedo.     Uritucu  tiene  arena  mezclada  con  la 


105 


grasa,  y  produce  el  mejor  tabaco.  Se  re- 
produciría de  sus  simientes  ;  pero  forman  almaci- 
gas» que  exigen  un  suelo  rico  en  donde  el  agua 
na  se  para ;  pues  entonces  las  simientes  se  podri- 
rían en  lugar  de  brotar. 

£1  tiempo  que  se  escoge  para  sembrar  es  desde 
el  mes  de  Agosto  hasta  Noviembre.  £1  pririer 
cuidado  es  impedir,  por  buenas  palizadas,  que  no 
entre  ningún  animal  en  la  almaciga.  Después  de 
haber  acabado  la  siembra,  se  riega  la  tierra,  repi- 
tiendo esta  operación  tan  amenudo  como  la  falta 
de  lluvia  lo  exige.  Los  cotyledones  salen  ál 
octavo  diá ;  y  la  nueva  planta  se  cubre  de  hojas 
muy  anchas  de  heliconia  ó  de  plantano,  para  abri- 
garles contra  los  rayos  directos  del  sol.  Las  yer- 
bas que  nacen  al  mismo  tiempo  que  el  tabaco,  le 
son  muy  perjudiciales ;  las  arrancan  con  la  manó, 
cuidando  de  no  dañar  la  planta.  A  veces  es  ne- 
cesario sembrar  la  tierra  una  segunda  vez j  pero 
tienen  siempre  que  esparcir  nuevas  simientes  en 
las  partes  donde  la  planta  no  ha  aparecido.  Es 
muy  raro  que  la  primera  siembra  no  dexe  grandes 
espacios  por  producir.  £1  tabaco  se  trasplanta 
al  cabo  de  40  ó  50  días. 

Para  Plantarle. — En  el  entretanto  la  tierra 
que  destinan  para  plantar  se  prepara.  La  rompen 
bastante  para  que  las  lluvias  disuelvan  las  sales, 
la  pongan  en  un  estado  de  fermentación,  y  hagan 
que  el  tabaco  brote  tallos  fuertes  y  mucha  raíz. 
Quando  llega  el  momento  de  plantar,  sacan  la 
planta  con  toda  la  precaución  posible,  guardan- 


106 

do  la  particularmente  contra  los  ardores  del  sol,  y 
contra  los  golpes.  Si  el  tiempo  es  seco,  se  debe 
regar  la  almaciga  la  noche  antes,  para  que  las 
jóvenes  plantas  estén  mas  frescas  quando  se  sacas, 
y  mejor  dispuestas  para  la  nueva  germinación. 

£1  tabaco  se  planta  en  lineas  á  la  distancia  de 
tres  pies  y  medio  las  unas  de  las  otras*  Los 
hoyos  se  hacen  á  dos  pies  de  distancia  en  terrenos 
altos,  y  á  uno  y  medio  en  los  llanos.  Deben  ha- 
cerse dos  dias  antes  de  plantar  en  ellos ;  porque 
en  este  intervalo  todas  las  partículas  dañosas 
tienen  tiempo  para  exhalarse,  y  la  lluvia  deposita 
la  humedad  necesaria  para  la  fertilidad. 

La  planta  debe  ponerse  en  el  hoyo  con  mucho 
cuidado.  Se  debe  cuidar  no  solamente  de  no 
dañar  sus  raizes  tiernas,  pero  también  de  sacudir 
la  tierra  que  se  pega  á  ellas  al  sacarla.  Todos 
los  terrones  duros  que  podían  injuriar  á  la  planta 
se  quitan,  y  el  hoyo  se  cubre  de  modo  que  tsk  agua 
no  se  deposite  alli.  Sin  esta  precaución  la  plante 
de  tabaco  perecería. 

Para  mejor  proteger  la  planta  contra  los  ardores 
del  sqI  y  contra  las  lluvias  violentas*  se  la  debe 
cubrir  con  una  hoja  del  banana,  ó  Con  alguna  otra 
semejante.  Quátró  dias  despue*  se  descubre,  para 
reponer  las  plantas  que  no  han  tomado  raiz,  ya 
¿ea  por  culpa  del  cultivador,  ó  por  otra  causa 
alguna*  El  tiempo  para  plantar  puede  ser  en 
medio  del  dia  si  no  hace  sol ;  de  otro  modo  no 
debe  ser  nunca  mas  que  por  la  mañana  ó  por  la 
tarde. 


107 

Paba  EscAKDAa.-~DeBpoeB  de  estas  precau- 
ciones, la  plantación  debe  escardarse  tan  atnenudo 
como  lo  pida  la  cantidad  de  yerbas.  Nada  tiende 
mas  al  aumento  del  tabaco,  que  tenerlo  limpio  y 
desembarazado.  Asi  que  la  planta  nueva  ha 
adquirido  bastante  substancia  y  tamaño,  trata  de 
deshacerse  de  sus  primeras  hojas,  que  ellas  mis- 
mas anuncian,  por  su  caida,  que  son  perjudiciales 
á  la  planta.  La  naturaleza  pide  en  este  caso  la 
ayuda  del  cultivador. 

Gusanos.— Desde  su  mas  tierna  edad  se  ve 
atacado  el  tabaco  por  varias  especies  de  gusanos* 
Perecería  inevitablemente  si  el  hombre  no  le  de- 
fendiese contra  sus  destructores.  Como  cada  uno 
de  estos  gusanos  destruye  á  su  modo,  el  mejor 
método  para  destruirlos  es  examinar  bien  sus  ca- 
racteres y  movimientos.  Quando  la  planta  se 
agacha,  indica  que  está  atacada  por  un  gusano 
que  se  llama  vane.  Toman  su  residencia  en  la 
eimo  de  la  planta»  y  se  hallan  al  abrir  las  hojas 
que  la  forman.  Toda  aquella  parte  dañada  por 
los  gusanos  se  corta,  junto  á  la  parte  sana.  En- 
tonces hecha  un  nuevo  pimpollo,  que,  con  cui- 
dado, hace  aun  una  planta  de  tabaco  bastante 
buena. 

J^a  rosca  no  ataca  mas  que  por  la  noche ;  por 
ei  dia  se  esconde  en  la  tierra.  Un  lecho  de  es- 
pinas puesto  al  rededor  de  la  planta,  es  la  mejor 
trampa  que  se  les  puede  hechar. 

Hay  un  insecto  que  la  gente  del  pays  dice  que 
daña  al  tabaco  por  una  especie  de  transpiración 


108 

corrosiva,  que  deposita  en  la  planta.  £1  tabaco 
decaece  insensiblemente,  y  no  revive  hasta  que 
se  ve  libre  de  su  enemigo. 

Hay  una  especie  de  mariposa,  que  los  Creollos 
llaman  palometa,  que  comete  mucha  devastación 
en  el  tabaco.  Se  escapa  fácilmente  durante  el 
calor  del  dia,  pero  la  humedad  de  la  mañana  le 
entorpece,  y  entonces  es  fácil  matarla. 

La  lombriz  es  casi  imperceptible ;  horada  él 
pimpollo,  y  destruye  la  planta. 

También  hay  una  especie  de  escarabajo,  que 
en  el  pays  llaman  arador,  y  que  metiéndose  en  la 
tierra,  come  las  raices  del  tabaco,  el  que  hace 
morir  muy  pronto.  * 

Pero  ningún  insecto  es  mas  terrible  que  el  gu- 
sano con  cuernos :  no  necesita  mas  que  una  noche 
para  devprarse  una  hoja  de  tabaco,  por  grande 
que  sea. 

£1  catalogó  de  los  gusanos  que  atacan  al  tabaco 
podiá  aumentarse  considerablemente ;  pero  he- 
mos nombrado  los  suficientes  para  dar  una  idea 
de  la  vigilancia  qué  esta  planta  exige  del  cultiva- 
dor. 

Aumento. — Pronto  la  planta  crece,  y  forma  en 
su  cima  un  cogollo,  hacia  la  que  el  zumo  se  diri- 
giría si  no  se  aplicase  un  remedio.  £1  medio  que 
se  emplea  con  ventaja  es  el  de  cortar  el  cogollo. 
La  planta  tiene  entonces  pie  y  medio  de  altó. 
Esta  operación  se  repite  quando  ha  llegado  á  tres 
pies.  Hay  algunos  que  la  repiten  tres  veces,  pero 
5sto  es  raro.     Al  mismo  tiempo  cortan  todos  los 


109 

pimpollos  nuevos,  y  ramas  que  atraen  á  si  los 
jugos  nutritivos  de  las  hojas.  La  experiencia 
prueba  que  las  ramas  ó  pimpollos  que  brotan  del 
tronco,  hacen  el  tabaco  amargo,  y  retardan  su 
cosecha. 

Madurez.— En  conseqüencia  de  estas  opera* 
ciones,  el  tabaco  adquiere  gradualmente  un  color 
entre  azul  y  verde,  que  es  una  señal  de  que  su 
madurez  se  acerca.  Se  conoce  que  está  maduro 
por  una  pequeña  mancha  azulada,  que  se  forma  á 
la  punta  donde  la  hoja  se  junta  con  el  tronco:  esto 
ocurre  por  lo  general  eñ  el  mes  de  Diciembre. 

Todas  las  hojas  no  se  maduran  al  mismo  tiem- 
po, porque  el  zumo  no  está  igualmente  distribuido 
por  toda  la  planta.  No  se  recogen  mas  que  las 
hojas  cuyo  color  indican  estar  maduras.  Las 
otras  no  tienen  aun  el  jugo  necesario,  y  no  darían 
sino  tabaco  sin  sabor.  La  cosecha  se  continua  á 
medida  que  las  hojas  se  van  madurando. 

Para  Recogerlo.— Es  muy  importante  para  la 
calidad  deL  tabaco  que  no  se  recoga  mas  que 
quando  el  sol  está  en  toda  su  fuerza  sobre  el  ho- 
rizonte ;  pues  el  roció,  ó  qualesquiera  otra  hume- 
dad, perjudicaría  con  la  fermentación  á  sus  prin- 
cipios constituyentes,  y  haría  ineficaces  los  bene- 
ficios que  había  recibido  de  la  naturaleza,  y  los 
que  podía  esperar  de  una  preparación  metódica. 

A  medida  que  se  recogen  las  hojas  maduras,  las 
ponen  en  montones  de  veinte  á  veinte  y  cinco  de 
ellas  en  cada  uno,  y  entre  las  filas  de  las  plantas. 
Los  trabaxadores  las  recogen,  las  ponen  sobre 


110 

esteras,  las  cubren  para  protegerlas  del  sol,  y  las 
llevan  de  este  modo  á  la  fabrica. 

Los  Creollos  de  Tierra  Firme  dan  á  su  tabaco 
dos  especies  de  preparación ;  á  la  una  la  llaman 
cura  seca,  y  á  la  otra  cura  negra.  La  diferencia 
consiste  en  el  grado  de  fermentación  que  dan  al 
tabaco  de  cura  negra.  Su  objeto  es  obtener  de 
él  un  jugo  que  se  estima  mucho  en  el  pays*  Esto 
es  lo  que  da  el  nombre  de  negra  á  la  manera  de 
curarle. 

Cura  Seca. — Asi  que  el  tabaco  llega  de  los 
campos  á  las  casas  ó  fabricas,  lo  dividen  en  pe- 
queños paquetes,  que  ponen  á  la  sombra  hasta  el 
dia  siguiente. 

Al  cabo  de  veinte  y  quatro  horas,  cuelgan  á  la 
sombra,  y  sobre  barras,  las  hojas  del  tabaco  de 
dos  en  dos  en  el  invierno,  y  de  quatro  en  quatro 
en  el  verano.  Esto  sirve  para  que  el  tabaco 
pierda,  por  la  acción  del  aire,  su  tensión  y  su 
color  verde,  para  que  en  lugar  de  eso  adquiera 
un  color  que  tiene  á  amarillo,  y  una  suavidad  que 
lo  haga  mas  flexible.  En  el  tiempo  de  lluvia 
tiene  que  estar  en  esta  situación  tres  dias,  y  á 
veces  quatro ;  pero  si  el  tiempo  es  seco,  dos  dias 
es  suficiente. 

Asi  que  el  tabaco  ha  obtenido  el  debido  color 
y  suavidad,  le  descuelgan  sin  amontonarlo,  por 
miedo  de  que  fermente.  Después  le  sacan  el 
vastago,  desde  la  punta  hasta  dos  pulgadas  de  dis- 
tancia de  la  parte  en  que  la  hoja  se  une  al  fuste. 
Esto  se  hace  con  los  dedos,  y  con  aquella  precau* 


111 

ckm  necesaria  para  impedir  que  la  hoja  se  rompa. 
Las  higas  que  han  experimentado  esta  operación, 
se  ponen  á  un  lado,  y  el  tabaco  dañado  y  los 
vastagos  al  otro,  sin  ponerlos  en  montones,  porque 
aun  hay  peligro  de  que  se  calienten  y  fbrmenten. 

Al  teísmo  tiempo  hacen  cuerdas  ó  rollos  de 
estas  hojas,  que  dividen  en  bolas  de  setenta  y 
cinco  libráis,  las  que  después  de  la  preparación  se 
disminuyen  hasta  veinte  y  cinco  libras.  Toda 
esto  exige  mucha  celeridad,  porque  sino  las  hojas 
se  secan,  y  de  consiguiente  es  mucho  mas  difícil 
sacarla^  el  vastago  y  el  enrollarlas.  De  este  tnodo, 
si  la  operación  se  retarda,  será  la  Hoayor  fortuna 
si  el  tabaco  se  queda  aun  en  la  segunda  calidad. 

El  interior  de  la  cuerda  se  hace,  lo  mismo  que 
los  cigarros,  de  hojas  rotas,  que  cubren  con  una 
hoja  buena.  Asi  que  la  bola  es  del  tamaño  re- 
querido, se  vuelve  á  torcer  de  nuevo,  de  suerte 
que  la  parte  exterior  se  haga  el  centro  de  la  bala. 
Esto  es  para  impedir  que  se  destuerza. 

Las  bolas  de  tabaco  se  ponen  en  lechos  de  un 
pie  de  espesura,  formados  de  las  ramas  ó  vasta- 
gos, cubiertos  de  las  hojas  quebradas.  También 
extienden  ramas  sobre  las  bolas  para  cubrirlas,  y 
sobre  ellas  ponen  pesos  ó  pellejos.  Todo  esto 
tiene  que  hacerse  á  la  sombra,  y  baxo  sotechados, 
pues  es  preciso  guardarlas  contra  el  sol,  y  contra 
la  humedad. 

Dexan  que  el  tabaco  fermente  quarenta  y  ocho 
horas,  si  estaba  demasiado  seco  quando  se  le 
sacó  el  fbste  mayor  ;<  pero  si  estaba  en  el  punto 

7 


112 

que  conviene,  no  lo  dexan  fermentar  mas  que 
veinte  horas.  Después  lo  vuelven  á  enrollar,  de 
suerte  que  el  exterior  se  baga  el  centro;  y  al 
mismo  tiempo  lo  mojan  mucha  para  impedir  la 
fermentación.  Después  llevan  las  bolas  al  sitio, 
donde  estaban  para  que  fermenten  otra  vez ;  y 
las  dexan  en  este  estado  veinte  y  quatro  horas,  si 
fermentaron  la  primera  vez  qiíarenta  y  ocho,  y 
vke  versa. 

Quando  juzgan  que  las  bolas  de  tabaco  han 
íermeptado  lo  bastante,  las  exponen  al  aire  hasta 
que  se  enfrien  :  las  tuercen  durante  tres  djas  por 
la  mañana  y  por  la  tarde.  Por  esta  operación, 
mas  ó  menos  repetida,  se  corrigen  los  defectos 
visibles  del  tabaco.  Si  el  color  tira  á  negro,  si  su 
jugo  es  viscoso,  y  su  olor  agradable,  entonces 
está  enteramente  exémpto  de  ellos. . 

Por  ultimo,  desenrollan  las  bolas,  y  ponen  el 
tabaco  en  manojos,  que  cuelgan  á  la  sombra  se- 
paradamente, para  que  el  tabaco  pierda  su  hu- 
medad superflua,  y  para  que  adquiera  aquel  color 
que  tanto  influxo  tiene  en  el  precio  de  su  comer- 
cio. Si  el  tiempo  es  demasiado  frío,  es  preciso 
encender  un  fuego  debaxo  del  tabaco  sospendido, 
ó  poner  tales  materiales  que  produzcan  un  humo 
espeso. 

Es  difícil  asignar  al  tabaco  un  tiempo  exacto, 
para  que  continué  en  este  estado.  Esto  depende 
del  temperamento,  de  las  partículas  mayores  ó 
menores  de  la  grasa  que  contiene,  y  de  la  natura- 
leza de  las  precauciones  observadas  en  su  prepa-. 


113 

ración.  Se  verifica  abriendo  la  cuerda  y  estruxan* 
dqla.  Si  el  jugo  corre  libremente,  el  tabaco  no 
está  suficientemente  seco,  pero  por  lo  general  se 
seca  en  quarenta  ó  cinquenta  días. 

En  algunas  fabricas  ponen  el  tabaco  al  princi- 
pio en  manojos,  y  los  sospenden  al  aire.  Quando 
juzgan  que  están  bastante  secos,  juntan  los  mano- 
jos, de  suerte  que  por  el  contacto,  en  el  que  están 
por  varias  horas,  el  jugo  de  la  planta  se  concen- 
tra. Toda  humedad  superflua  estando  disipada, 
se  aprovechan  de  cierto  tiempo  en  la  mañana  ó 
de  un  dia  cubierto,  en  que  la  cuerda  es  mas  flexi- 
ble, para  atar  el  manojo  á  quatro  puntos  de  dis- 
tancias iguales.  Esto  se  executa  con  cintas  que 
fie  cortan  de  la  corteza  del  banana,  de  modo  que 
no  rompan  el  tabaco.  Después  de  esto  ponen 
los  manojos  en  montones,  que  disponen  sobre  un 
lecho  de  hojas  de  banana  del  altura  de  cerca  de 
d*  pies.  Cubren  los  montones  con  las  mismas 
hojas  de  banana,  sobre  las  que.  ponen  pesos,  para 
apretar  la  masa. 

Al  cabo  de  ocho  dias  los  destapan  para  exami- 
nar el  estado  de  la  fermentación  ;  si  es  demasiado 
considerable,  sospenden  los  manojos  de  nuevo  en 
un  sitio  cubierto,  pero  donde  corra  el  aire ;  alli 
los  dexan  hasta  que  el  defecto  de  fermentación 
excesiva  se  halla  visiblemente  corregido.  Si  la 
fermentación  está  al  punto  que  se  desea,  forman 
otro  montón  en  un  orden  invertido,  y  con  las  mis- 
mas precauciones.  Quince  dias  después  exami- 
nan la  fermentación,  para  invertir  él  montón  otra 

TOM.  II.  H 


114 

vez ;  lo  tienen  en  este  estado  otros  quince  días, 
como  antes. 

La  humedad  del  atmosfera  ocasiona  á  veces 
una  interrupción  en  el  orden  de  estas  operaciones, 
ó  exige  que  se  ponga  mas  atención  á  la  operación 
de  la  fermentación,  para  conservar  el  tabaco  sin 
corromperse.  Cada  vez  que  se  vuelve  el  montón, 
se  debe  cuidar  que  la  cuerda  no  se  afloxe,  ni  que 
los  manojos  se  abran. 

Acabada  toda  la  operación,  vuelven  á  hacer  de 
nuevo  el  montón  por  la  ultima  vez»  Desatan  los 
manojos,  y  extienden  Jas  cuerdas  de  tabaco  en  el 
suelo  ligeramente  regado,  y  cubierto  de  hojas 
'frescas  de  banana  humedecidas  por  el  roció,  ó  por 
un  riego  ligero*  Quando  se  ha  extendido  el  ta- 
baco, se  cubre  con  hojas  semejantes,  y  se  vuelve 
á  poner  mas  tabaco  sucesivamente,  hasta  que  todo 
el  tabaco  se  ha  amontonado.  Después,  sobre  el 
ultimo  tabaco,  se  extienden  hojas  de  banana  en 
gran  cantidad,  sobre  las  que  ponen  pesos,  y  a  ve- 
ces se  añade  un  poco  de  agua,  si  se  teme  que  el 
tabaco  se  seque. 

En  esta  situación  se  queda  quatro  dias.  El  fa- 
bricante destruerce  después  la  cuerda,  y  verifica 
.  la  calidad  del  tabaco.  Separa  lo  que  es  de  una 
calidad  inferior,  y  las  hace  en  bolaB  de  veinte  y 
cinco  libras.  El  tabaco  de  la  primera  calidad  re- 
cibe la  misma  forma ;  y  tanto  el  uno  como  el  otro 
se  ponen  en  almazenes. 

Cura  Negra.— Todas  las  operaciones  de  que 
hemos  hablado  hacen  relación  á  la  cura  seca. 


115 

Las  que  emplean  para  la  cura  negra  se  diferen- 
cian en  algunos  quantos  puntos.  La  primera  fer- 
mentación del  tabaco,  quando  está  en  bolas,  se 
hace  al  sol,  baxo  un  lecho  de  yerba  verde,  sobre 
el  que  ponen  pesos  para  aumentar  la  compresión. 
Al  cabo  de  tres  dias  se  quita  el  lecho,  y  emite  un 
vapor  espeso.  Las  bolas  se  vuelven  después  de 
estar  enrolladas,  y  se  las  hace  fermentar  dos,  tres, 
y  quatro  veces,  hasta  que  el  color* del  tabaco 
hace  ver  que  es  tiempo  de  ponerlo  á  la  sombra. 
Quando  esto  está  hecho,  vuelven  á  hacer  las  bo- 
las de  nuevo,  y  se  pone  sobre  cada  una  de  ellas 
un  peso,  el  que  exprime  de  ellas  un  licor  que  se 
recibe  en  vasijas  para  ese  efecto*  Después  de- 
senrollan las  bolas,  y  las  vuelven  á  enrollar,  po- 
niendo la  parte  que  estaba  afuera  adentro,  y 
sometiéndolas  á  la  misma  operación ;  vuelven  á 
emitir  el  mismo  licor,  que  en  el  pays  llaman  mu  y 
chimu. 

£1  resto  de"  la  preparación  de  este  tabaco  es 
poco  mas  ó  menos  el  mismo  que  la  que  hemos  ya 
descrito. 

£1  liquido  que  exprime  el  tabaco  no1  lo  dexan 
en  ese  estado.  Lo  hierven  hasta  que  adquiere  la 
consistencia  de  un  xarabe j  y  de  este  modo  es  un 
objeto  de  mucho  consumo  entre  los  colonos  del 
interior  de  Tierra  Firme,  principalmente  en  la 
provincia  de  Varinas.  Las  mugeres  tienen  una 
caxita,  que  gastan  como  si  fuese  un  relox,  suspen- 
dida á  un  lado  con  un  cordón.  En  lugar  de  una 
llave  tienen  una  cucha  rita,  con  la  que  toman  de 


11G 

tiempo  en  tiempo  este  jugo,  desleyendole  eñ  la 
boca  como  si  fuese  un  dulce.  Esto  corresponde 
á  Ja  costumbre  de  mazcar  tabaco  entre  los  mari- 
neros. 

Después  del  tabaco  de  Cuba  y  del  Rio  Negro, 
lo  mas  aromático  es  lo  de  Cumana.  Excele  á 
todo  el  tabaco  de  Nueva  España,  y  de  la  provin- 
cia de  Varinas.  La  extensión  prodigiosa  que  se 
observa  en  las  plantas  solaneas  del  valle  de  Cu- 
manacoa,  especialmente  en  la  abundante  especie 
del  solanum  arborescens,  del  aquartia,  y  del  ees- 
trum,  parece  indicar  lo  favorable  que  es  este  sitia 
para  las  plantaciones  de  tabaco.  En  efecto,  el 
suelo  de  Cumanacoa  es  tan  á  proposito  para  este 
ramo  de  cultivo,  que  el  tabaco  creze  por  cultivar 
en  qualesquier  parage  donde  la  simiente  halla 
humedad.  En  el  Cerro  de  Cuchivano,  y  al  rede- 
dor de  la  caverna  de  Caripe,  creze  espontanea- 
mente.  Ademas  de  eso,  el  único  tabaco  que  se 
cultiva  en  Cumanacoa,  lo  mismo  que  en  los  dis- 
tritos vecinos  de  Aricagua  y  SB  Lorenzo,  es  el 
tabaco  que  tiene  hojas  grandes  y  se  x  til  es,*  llama- 
do tabaco  de  Virginia.  El  tabaco  con  hojas  pe- 
tal  i  cas,  t  que  es  el  yetl  de  los  antiguos  Mexicanos, 
es  desconocido  aqui,  aunque  en  Alemania  lo  de- 
signan por  el  nombre  singular  de  tabaco  de  Tur- 
quía. 

Si  el  cultivo  del  tabaco  estubiere  libre,  solo  lo 
provincia  de  Cumana  podría  dar  tabaco  á  una 
gran  parte  de  la  Europa.     Parece  también  que 

*  Nicotiana  tabacum.  f  Nicotiana  rustica. 


117 

varios  otros  distritos  no  serían  menos  favorables  á 
este  ramo  de  industria  colonial  que  el  valle  de 
Cumanacoa,  en  el  que  la  demasiada  freqüencia 
de  las  lluvias  á  veces  perjudica  á  la  propiedad 
aromática  de  las  hojas.  El  cultivo  estando  limi- 
tado al  presente  á  un  pequeño  espacio  de  leguas 
quadradas,  toda  la  cosecha  no  sube  á  mas  de 
-6000  arrobas.*  Sin  embargo  las  dos  provincias 
<ie  Cumana  y  de  Barcelona  consumen  12,000. 
Lo  que  falta  lo  llevan  de  la  Guian  a  Española. 
Por  lo  general  no  hay  mas  que  1500  personas  em- 
pleadas en  la  cosecha  de  tabaco  en  las  cercanías 
de  Cumanacoa,  y  estas  son  todos  blancos.  La 
esperanza  de  las  ganancias,  rara  vez  sirve  de  esti- 
mulo á  los  naturales  de  la  raza  de  los  Chaymas 
para  incitarles  á  ocuparse  de  este  cultivo,  y  la 
administración  no  juzga  prudente  hacerles  los 
avances. 

Al  estudiar  la  historia  de  nuestras  plantas  cul- 
tivadas, nos  sorprendemos  al  ver,  que  antes  de  la 
conquista  el  uso  del  tabaco  era  general  en  la 
mayor  parte  de  América,  mientras  que  la  patata 
era  desconocida,  tanto  en  México  como  en  las 
Islas  de  las  Indias  Occidentales,  donde  crece  muy 
bien  en  las  regiones  montañosas. .  En  Portugal' 
se  ha  cultivado  también  el  tabaco  desde  el  año 
de  1559»  aunque  la  patata  no  se  hizo  un  objeto 
de  agricultura  Europea  hasta  fines  del  siglo  17. 
Esta  ultima  planta,  que  tan  grande  influxo  ha 

*  La  cosecha  de  1798  fue  de  3800  arrobas ;  la  de  1799 
jubio  á  6100. 


118 


tenido  en  el  bien-estar  de  la  sociedad,  se  ha 
fundido  en  los  dos  continentes  con  más  lentitud» 
que  una  producción  que  puede  considerarse  sim- 
plemente como  un  articulo  de  luxo. 


SECCIÓN  VIL 


DEL  ALGODÓN. 


Apenas  el  añil  obtuvo  un  rango  distinguido 
entre  las  producciones  comerciales  de  Tierra 
Firme,  que  se  trató  de  hacer  el  mismo  honor  al 
algodón,  que  hasta  aquel  tiempo  no  habia  servido 
mas  que  para  usos  domésticos  y  locales ;  pero  sin 
poderse  poner  al  lado  del  cacao  en  punto  al  co- 
mercio. La  plantación  mayor  no  tenia  apenas 
cien  plantas.  En  1782  algunos  colonos  obtu- 
'  bieron  del  algodón  el  suceso  que  no  pudieron  ob- 
tener del  añil.  Los  valles  de  Aragua,  Valencia, 
Araure,  Barquisimeto,  Varinas,  Cumana,  y  su- 
cesivamente otros  muchos  parages  en  la  provincia 
de  Caracas,  asignaron  parte  de  su  terreno  al  cul- 
tivo de  esta  planta. 

Suelo. — Quiza  no  hay  ninguna  planta  menos 
delicada  respecto  á  la  naturaleza  de  su  suelo. 
Crece  ep  todos  los  terrenos ;  y  si  prefiere  alguno, 
es  aquel  que  todos  los  otros  vegetales  desechan. 
No  necesita  mas  que  ser  protegida  de  los  vientos 
del  norte,  que  le  son  funestos,  por  razón  de  las 


119 

lloviznas'  dd  que  van  acompañados  ó  seguidos. 
Las  lluvias  violentas  le  son  igualmente  perjudi- 
ciales. £1  mismo  grado  de  humedad  que  da  vigor 
á  la  vegetación  del  café,  cacao,  y  de  la  capa  de 
azúcar,  hace  perecer  á  la  planta  del  algodón. 

La  parroquia  de  Trou,  situada  en  la  parte  sep- 
tentrional de  Sto  Domingo,  experimentó  cinco 
años  de  una  sequedad  extraordinaria,  que  comen- 
zó en  1772.  Las  llanuras  cubiertas  de  cañas  de 
azúcar,  y  las  cuestas  cultivadas  de  café,  estaban 
en  un  estado  de  desolación.  M.  Chevalier,  un  ha- 
hitante  de  aquella  parte,  tomó  la  ocasión  en  1776 
de  sembrar  sus  tierras  de  algodón,  y  cogió  cose- 
chas prodigiosas.  Todos  los  que  sufrieron  por 
aquella  calamidad  imitaron  su  exemplo,  quando 
en  1777,  habiendo  las  lluvias  tomado  su  curso 
ordinario,  .destruyeron  todas  las  plantaciones  de 
algodón,  y  restauraron  al  suelo  sus  antiguas  pro- 
ducciones. 

£1  árbol  de  algodón  exige,  pues,  un  terreno 
que,  por  su  situación  y  producciones  naturales, 
rechaze  las  nubes  en  lugar  de  atraerlas,  y  que  no 
esté  expuesto  al  norte.  La  costa,  desde  el  Cabo 
de  Vela  al  Cabo  de  Paria,  es  por  su  situación 
impropio  para  el  cultivo  del  algodón ;  de  consi- 
guiente, no  hallamos  alli  ningún  establecimiento 
de  esta  especie. 

Plantación. — La  única  preparación  que  exige 
el  suelo  destinado  para  el  algodón  es  el  limpiarle  de 
arboles,  arbustos,  y  otras  plantas.  Quando  la  tierra 
está  bien  limpia,  proceden  á  plantar  el  algodón. 


130 

i 

£1  tiempo  mas  propio  para  las  colonias  del  Golfo 
de  México 'es  durante  los  quatro  meses  de  Junio, 
Julio,  Agosto,  y  Septiembre*  En  las  dependen- 
cias de  Caracas,  no  plantan  mas  que  en  Mayo  y 
en  Junio,  porque  como  la  planta  del  algodón 
hecha  siempre  su  flor  en  el  mes  de  Noviembre, 
los  que  han  sido  plantados  en  Julio  y  Agosto  se 
verían  sorprendidos  por  la  estación  de  la  flor, 
antes  que  hubiesen  obtenido  su  altura  natural,  y 
adquirido  la  consistencia  necesaria  para  perfec- 
cionar la  frutificacion. 

Por  lo  general  plantan  los  arboles  de  algodón, 
en  las  colonias  Franceses,  en  la  forma  de  un  quin- 
cunx.  Este  método  exige  mas  tiempo  y  habilidad, 
pero  tiene  ventajas  que  lo  debe  hacer  preferible. 
En  Tierra  Firme  se  planta  en  lineas  rectas,  tira- 
das á  cuerda,  y.  separadas  por  un  espacio  de  siete 
ú  ocho  pies.  Los  hoyos  para  recibir  las  simientes 
tienen  quatro  pies  de  distancia ;  y  bechan  en  cada 
uno  quatro  ó  cinco  granos.  Quando  nacen  la 
mitad,  la  plantación  es  afortunada.  En  quince 
dias  comienza  la  planta  á  brotar  :  á  este  periodo 
una  lluvia  ligera  le  asistiría ;  pero  no  hace  pro- 
gresos  muy  visibles  durante  las  cinco  ó  seis  pri- 
meras semanas.  La  escardan,  para  que  ninguna 
otra  planta  se  apropie  los  jugos  nutritivos  de  la 
tierra;  y  no  dexan  mas  que  tres  ó  quatro  tallos  en 
cada  planta. 

Tratamiento. — En  las  Antillas,  no  se.  escarda 
hasta  el  quarto  mes ;  y  entonces  apodan  la  planta, 
cortando  una  pulgada  del  vastago  lo  mismo  que 


121 

de  las  ramas.  Rara  vez  se  ven  precisados  á  re- 
petir esta  operación,  porque  el  árbol  no  crece  mas 
que  á  la  altura  de  cinco  pies,  y  el  zumo  no  se 
extiende  á  las  ramas  inútiles  ó  superfluas.  Pero 
en  Tierra  Firme  la  riqueza  del  suelo,  ó  antes  la 
actividad  de  sus  principios  de  vegetación,  exige 
que  se  comience  á  apodar  en  el  primer  mes,  y 
debe  repetirse  cada  mes  al  menguar  la  luna,  y 
hasta  la  estación  en  que  Lechan  flor.  La  primera 
vez  debe  hacerse  con  el  dedo,  para  no  dañar  al 
árbol  que  aun  está  tierno.  Después  de  la  pri- 
mera vez  sq  hace  uso  de  la  apodadera,  para  im- 
pedir el  crecimiento  del  árbol  hasta  la  altura  de 
seis  pies.  Se  debe  también  repetir  el  escardar 
todos  los  meses,  hasta  que  el  árbol  de  algodón 
haya  obtenido  bastante  tamaño  para  cubrir  el 
suelo  con  sus  ramas,  y  que  pueda*  con  su  sombra 
impedir  que  crezcan  las  yerbas. 

Desde  el  quinto  hasta  el  sexto  mes,  la  planta 
da  grande  abundancia  de  flor,  a  las  que  se  siguen 
las  vaynas  ó  cascaras  que  contienen  las  simientes, 
envueltas  en  una  pplusa  que  llaman  algodón. 

Cosecha.— Después  de  siete  meses  el  algodón 
rompe  la  cascara,*  y  si  no  se  recoge  á  tiempo,  se 
cae  á  tierra,  y  se  hecha  á  perder.  Los  vientos 
violentos  y  las  grandes  lluvias  que  ocurren  du- 
rante la  cosecha  del  algodón,  ocasionan  grandes 
perdidas  al  cultivador.  No  es  tan  solo  á  esta 
época  que  la  planta  del  algodón  experimenta 
muchos  peligros.  Su  simiente,  suavizada  por  el 
desenrollo  del  germen,   se  halla   devorada  por 


1«S 

gusanos,  cucarachas,  y  escarabajos.  En  el  primer 
mes  de  su  existencia  se  ve  atacado  por  grillos, 
que  'cometen  sus  devastaciones  durante  la  noche. 
Mientras  que  sus  hojas  están  aun  tiernas,  son  el 
pasto  de  unos  insectos  llamados  Diablotins  (dia- 
blillos). Una  infinidad  de  otros  gusanos  contri- 
buyen igualmente  á  su  destrozo. 

Los  gusanos  no  habían  visitado  nunca  el  árbol 
de  algodón  en  los  valles  de  Aragua  hasta  el  año 
de  1802,  y  su  aparecimiento  se  ha  atribuido  á  las 
lluvias  abundantes  que  cayeron  én  los  quatro  años 
precedentes. 

Asi  que  la  cosecha  se  ha  acabado,  algunos  cul- 
tivadores Franceses,  y  los  Ingleses  en  general, 
cortan  la  planta  del  algodón ;  los  primeros  solar 
mente  cada  segundo  ó  tercer  año,  los  últimos 
todos  los  años,  y  a  tres  ó  quatro  pulgadas  de  la 
tierra.  Los  Españoles,  como  la  generalidad  de 
los  Franceses,  son  de  opinión,  que  trasplantándola 
todos  los  años  se  aseguran  una  cosecha  mejor  ;  y 
en  conformidad  con  esto,  todos  los  cultivadores 
que  tienen  bastantes  brazos  para  este  aumento  de 
trabaxo,  renuevan  cada  año  sus  plantaciones  de 
algodón. 

Varios  de  ellos  han  asegurado  que  los  pimpollos 
de  la  planta  de  algodón  no  dan  la  mitad  de  la 
cantidad  de  algodón  que  la  planta  original. 

Para  limpiarlo. — El  algodón  no  solo  requiere 
mucho  cuidado  en  su  cultivo,  pero  deriva  su  pre- 
cio principal  del  modo  que  se  prepara.  La  ope- 
ración mas  delicada  es  el  limpiarlo ;  lo  mas  esen- 


123 


de  todo  es  quitarle  los  granos  que  envuelve  en 
la  cascara»  y  esto  tiene  que  ser  enteramente ;  pues 
si  se  rompen»  comunican  unas  manchas  amarillas 
al  algodón,  que  disminuyen  su  valor  á  medida 
del  daño  que  han  causado.  £1  mérito  principal 
del  algodón  consiste.' en  su  blancura;  y  todo  lo 
que  contribuye  para  privarlo  dé  esta  calidad, 
tiende  á  perjudicarlo  materialmente. 

£1  modo  mejor  de  limpiar  perfectamente  el  al- 
godón es  el  separarlo  con  las  manos,  aunqae  su  len- 
titud desalienta.  Un  obrero,  por  muy  activo  que 
sea,  no  puede  limpiar  mas  que  ocho  libras  al  dia. 
Esta  operación  tan  solo  emplearía  mas  manos,  y 
mas  tiempo,  que  todo  el  cultivo,  y  crearía,  gastos 
que  aumentarían  el  precio  del  algodón  muchísi- 
mo. Esta  es  una  de  las  razones  que  asignan 
porque  su  cultivo  se  ha  retardado  tanto  en  Tierra 
Firme.  En  efecto,  no  aumentó  hasta  que  se  in- 
trodugeron  molinos  para  limpiar  el  algodón.  El 
uso  de  estas  maquinas  se  ha  hecho  tan  general, 
que  algunas  plantaciones  poseen  veinte  ó  veinte 
y  cinco.  Con  la  ayuda  de  una  de  ellas,  una  per- 
sona puede  muy  bien  limpiar  veinte  y  cinco  li- 
bras de  algodón  al  dia.  En  el  valle  de  Aragua 
varios  de  los  habitantes  han  sometido  estas  ma- 
quinas á  la  fuerza  hidráulica,  y  de  este  modo  .se 
han  ahorrado  mucho  tiempo  y  gasto.  La  pureza 
del  algodón  sufre  mucho  por  los  materiales  de 
que  están  compuestos  los  pequeños  cilindros 
adaptados  á  estas  maquinas.  Cilindros  de  made- 
ra no  limpiar  el  algodón  tan  expeditamente,  pero 


124 

lo  limpian  mejor :  los  de  hierro  estrujan  los  gra- 
nos, rompen  los  fustes,  y  alteran  muchísimo  su 
calidad.  En  Cumana,  Barquisimeto,  y  Varinas, 
no  usan  mas  que  cilindros  de  madera ;  y  el  algo- 
don  de  aquellos  parages  tiene  una  superioridad 
notable  sobre  lo  de  los  valles  de  Aragua,  donde 
no  los  usan  mas  que  de  hierro. 

Para  EMPAQUETARLo.-^-En  general  los  Españo- 
les no  cuidan  tanto  de  su  algodón  como  los  Ingle- 
ses, Franceses,  y,  sobre  todo,  Holandeses ;  pero 
lo  empaquetan  mejor.  En  lugar  de  empaquetar- 
lo como  las  otras  naciones  en  balas  pesadas  é 
incomodas,  cuyo  peso,  que  es  de  300  libras,  hace 
el  transporte  difícil,  y  su  tamaño  no  es  nada  fa- 
vorable para  cargarlo  en  el  navio  cómodamente, 
los  Españoles  hacen  pequeños  paquetes  de  un 
quintal,  y  lo  reducen  á  un  volumen  tan  pequeño 
por  medio  de  prensas,  que  cada  paquete  no  tiene 
mas  de  quince  pulgadas  de  largo,  y  diez  ó  doce 
de  ancho.  Por  lo  general  lo  cubren  con  una 
piel  de  buey,  hábilmente  dispuesta,  para  que  el 
algodón  no  pueda  recibir  daño  alguno.  Este 
método  debe  seguramente  recomendarse  para  su 
adopción  universal. 

Es  cierto  que  las'  colonias,  no  poseyendo  tanto 
ganado  vacuno,  no  pueden  dar  á  su  algodón  la 
misma  cubierta  que  los  Creollos;  lo  único  que 
pueden  hacer  es  imitar  la  forma  de  los  paquetes, 
y  la  razón  dicta  que  aquella  es  la  mejor. 

Quiza  no  es  una  desventaja  el  no  poder  em- 
plear las  pieles  para  ese  efecto,  puesto  que  rtos- 


125 

aseguran  que  este  uso  debe  proscribirse,  porque 
la  piel,  quando  se  moja,  despide  un  licor  que 
mancha  el  algodón,  le  hace  mas  difícil  de  hilar,  y 
menos  propio  para  su  fabrica. 

Sin  embargo,  la  exportación  de  algodón  desde 
Caracas  es  aun  muy  pequeña.  Apenas  subia  en 
la  Guayra,  un  año  con  otro,  á  tres  6  quatrocien- 
tas  mil  lbs.  anuales ;  pero  incluyendo  todos  los 
puertos  que  formaban  la  Capitania~General,  su- 
bió á  caqsa  del  estado  floreciente  del  cultivo  en 
Cariaco,  Nueva  Barcelona,  y  Maracaibo,  á  mas 
de  22,000  quintales.4  Esto  es,  casi  la  mitad  'del 
producto  de  todo  el  Archipiélago  de  las  Indias 
Occidentales. t    £1  algodón  de  los  valles  de  Ara- 


*  En  1794,  la  exportación  de  todos  los  puertos  de  la  Ca- 
pitaniatGeneral,  para  España,  sabio  á  804,075  lbs?  de  algo- 
don  :  para  otras  colonias  Españolas  en  America,  particular- 
mente para  la  industriosa  provincia  de  Campeche,  donde  manu- 
facturan una  gran  cantidad  de  géneros  en  algodón,  90,482 ; 
paralas  colonias  estrangeras,  117,281  ;  total,  1,011,838  lbs. 
En  el  mismo  año,  solamente  La  Guayra  exportó  431,658  lbs. 
126,486  lbs.  fueron  para  la  provincia  de  Maracaibo.  Expor- 
tación de  este  puerto,  (sin  incluir  el  comercio  de  contra- 
bando), 

1789        -        -        170,427  lbs. 

1792        -        -        258,502  — . 

1796  -        -        537,178  — 

1797  -        -        107,996  — 

Los  precios  en  1794  eran  de  34  á  56  duros  el  quintal. 

f  Mr  Medford,  en  sus  indagaciones  sobre  las  manufacturas 
Inglesas,  calcula,  que  de  61,380,000  lbs.  de  algodón  que  estas 
manufacturas  consumian  en  1805,  31,000,000  venian  de  los 
Estados  Unidos,  10,000,000  del  Brazil,  y  10,000,000  lbs.  de 


126 

gua  es  de  excelente  calidad,  no  cediéndoselo  mas 
que  á  lo  del  Brasil,  pues  lo  prefieren  á  lo  de  Car- 
tagena, Sto  Domingo,  y  á  lo  de  las  Islas  Caribes. 
£1  cultivo  del  cacao  se  extiende,  á  un  lado  del 
lago,  de  Maracay  á  Valencia;  y  del  otro,  de 
Guayca  á  Guigue.  Las  plantaciones  grandes 
dan  de  sesenta  á  setenta  mil  lbs.%anuales.  Quan- 
do  reflexionamos  que  en  los  Estados  Unidos  (de 
consiguiente  mas  alia  de  los  trópicos),  en  un  cli- 
ma variable,  á  veces  contrario  á  este  producto,  la 
exportación  del  algodón  indígena  subió,  en  18 
años,  desde  1797  4  1815,  de  1,200,000  lbs.  á 
83,000,000,  es  difícil  formarse  una  idea  de  la  in- 
mensa extensión  que  este  ramo  de  comercio  ob- 
tendrá, quando  la  industria  nacional  no  tenga 
mas  trabas  en  Caracas,  Nueva  Granada,  México, 
y  en  el  Rio  de  la  Plata.  En  el  estado  presente 
de  cosas,  las  costas  de  la  Guiana  Holandesa,  el 
Golfo  de  Cariaco,  los  valles  de  Aragua,  y  las 
provincias  de  Maracaibo  y  Cartagena,  producen, 
después  del  Brasil,  la  mayor  cantidad  de  algo- 
dón de  todo  el  Sud  de  America. 


las  Indias  Occidentales.  Esta  ultima  cantidad  no  era  el  pro- 
ducto de  solo  un  año,  ó  de  tan  solo  las  islas.  Las  islas  grandes 
y  pequeñas  no  produjeron  en  1812  mas  que  5,200,000  lbs.  de 
algodón,  que  la  mayor  parte  se  recogió  en  las  Barbadas,  en 
las  islas  Bahamas,  en  la  Dominica,  y  en  Granada.  £1  pro- 
ducto del  terreno  de  las  Indias  Occidentales  no  debe  con- 
fundirse con  su  exportación,  que  aumenta  por  su  comercio  de 
transporte.     Colquhoun,  p.  378.    Page,  tora.  i.  p.  3. 


1«7 


SECCIÓN  VIII. 


DEL  AXIL. 


El  cacao  se  cultivaba  en  las  provincias  de  Ca- 
racas basta  muy  recientemente.  En  1774,  Don 
Pablo  Orendain,  clérigo,  y  Don  Antonio  Arroide, 
se  aplicaron,  al  gran  pasmo  de  sus  conciudada- 
nos, al  cultivo  del  añil,  que  habia  sido  previa- 
mente emprehendido,  y  abandonado.  Necesi- 
taron de  toda  su  firmeza  para  combatir  las  indi- 
rectas de  la  preocupación,  la  que  no  veía  mas 
que  locura  en  exigir  añil  de  un  suelo  que  no 
producía  mas  que  cacao* 

El  primer  ensayo  fue  censurado  severamente, 
el  segundo  experimento  menos  severidad ;  y  des- 
pués de  cierto  tiempo  esta  pretendida  locura  ba- 
iló un  gran  numero  de  apologistas.  La  fuerza 
de  la  preocupación  no  pudo  resistir  el  poder  de 
la  experiencia ;  y  se  afirmó  muy  pronto,  que  el 
añil  de  Tierra  Firme  no  era  inferior  en  calidad  al 
de  Guatimala,  cuyo  precio  invariable  (ocbo  duros 
por  ciento)  es  mayor  que  el  añil  de  qualesquiera 
otro  parage  del  mundo. 

Todas  las  plantaciones  nuevas  fueron  desde 
aquel  tiempo  preparadas  para  añil,  y  los  valles  de 
Aragua,  que  escogieron  para  esta  nueva  especie 
de  cultivo,  experimentaron  un  aumento  rápido,  y 
sin  exemplo.     Llanos  inmensos,  que  hasta  enton- 


128 

ees  no  habían  estado  cultivados,  se  hallaron  cu- 
biertos, como  por  encanto,  con  plantaciones  de 
añil.  £1  concurso  de  cultivadores,  y  las  ganan- 
cias que  resultaban  del  añil,  fueron  el  origen  de 
pueblos  nuevos,  y  dieron  á  otros  que  estaban  casi 
arruinados,  como  Maracay,  Tulmero,  y  Victoria, 
el  aspecto  risueño  de  ciudades  ricas.  El  cultivo 
del  añil  se  ha  extendido  desde  los  valles  de  Ara- 
gua,  al  sud-oeste,  hasta  Varinas :  sobre  la  costa 
no  se  ve  nada  de  ello,  ni  al  este  de  Caracas  hacia 
el  Golfo  de  Paria,  ni  al  sud  hacia  el  Orinoco. 

Después  del  tabaco,  el  cultivo  mas  importante 
es  el  del  añil  en  el  valle  de  Cumanacoa.  Las 
fabricas  de  añil  de  Cumanacoa,  San  Fernando,  y 
Arenas,  producen  añil  de  un  precio  mayor  que 
el  de  Caracas  j  y  que  á  veces  iguala  en  esplendor 
y  riqueza  de  color  al  de  Guatimala.  De  esta 
provincia  fue  de  donde  recibió  las  primeras  si- 
mientes del  añil  indigofera,  *  que  cultivan  con  la 
tinctoria  indigofera.  Las  lluvias  siendo  dema- 
siado freqüentes  en  el  valle  de  Cumanacoa,  una 
planta  de  quatro  pies  de  alto  no  produce  mas 
materia  colorante,  que  una  que  apenas  tiene  la 
tercera  parte  de  su  tamaño  en  los  áridos  valles 
de  Aragua,  al  oeste  de  la  ciudad  de  Caracas. 

*  £1  añil  que  se  halla  en  el  comercio  nace  de  quatro  plan- 
tas diferentes :  la  indigofera  tinctoria»  in.  añil,  in.  argéntea,  y 
la  in.  disperma.  En  el  Rio  Negro,  cerca  de  las  fronteras  del 
Brasil,  hallamos  la  in.  argéntea  silvestre,  pero  solo  en  los  lu- 
gares que  habían  estado  antiguamente  habitados  por  Indios. 


129 

Suelo. — £1  añil  es  una  de  aquellas  plantas  que 
piden  un  suelo  ligero,  y  un  clima  caliente.  *  La 
tierra  destinada  para  el  efecto  debe  limpiarse 
bien,  y  secarse  ;  pues  la  misma  humedad  que  fa- 
vorece á  la  planta  en  su  crecimiento,  es  funesta 
al  añil. 

En  las  tierras  que  piensan  plantar  el  añil,  se 
deben  cortar  los  arboles  quatro  meses  antes  de 

*  Hasta  ahora  se  ha  creído»  que  la  planta  de  añil  no  flo- 
rece mas  que  en  el  clima  de  la  zona  tórrida,  y  en  aquellas 
partes  de  la  zona  templada  que  están  cerca  de  los  trópicos. 
Los  experimentos  hechos  por  Bruley  en  Italia  prueban,  que 
la  naturaleza  no  ha  excluido  á  la  Europa  de  la  posesión  de 
esta  planta.    Lo  único  que  se  requiere,  en  un  clima  meridio- 
nal, es  un  suelo  propio  y  expuesto,  el  aprovecharse  de  la  es- 
tación mas  favorable  para  la  vegetación,  y  el  sembrar  buenas 
simientes,  entonces  las  dificultades  principales  desaparecerán. 
I*as  que  pertenecen  á  la  fabrica  de  añil  se  superarían  con  el 
talento  y  la  observación.    Con  estas  precauciones  y  expedi- 
entes M.  Bruley  ha  obtenido  la  planta  del  añil  en  el  Chateau 
de  la  Venerie,  cerca  dé  Turin ;  y  sometiéndole  á  la  operación 
que  se  usa  en  Santo  Domingo,  extractó  un  añil  que  podia 
compararse  con  el  mejor  de  las  colonias.  '    * 

M.  Bruley  hizo  sus  plantaciones  hacia  fines  de  Febrero. 
Le  dieron  tres  cortas  de  una  planta  mas  hermosa  que  las  que 
comunmente  produce  la  zona  tórrida ;  pues  subió  hasta  la  al- 
tura de  cinco  pies,  mientras  que  la  de  America  rara  vez  ex- 
cede tres  pies.  También  dio  una  cantidad  de  añil  igual  á  la 
que  daría  una  planta  del  mismo  tamaño  en  las  colonias.  Es 
cierto  que  estas  observaciones  no  se  fundan  mas  que  en  pe- 
queños experimentos;  y  es  posible  que  tubiesen  diferentes 
resultados  en  empresas  mayores. 

M.  Icard  de  Bataligni,  otro  cultivador,  propietario  en  San- 
to Domingo,  un  hombre  de  mucha  observación,  cultivó  el 
añil,  en  1805,  en  el  departamento  de  Vaucluse. 

TOM.  II.  I 


130 

quemarlos.  Entonces  las  llamas  les  consumen 
pías  fácilmente  hasta  sus  troncos.  Inmediata- 
mente después  se  trazan  las  lineas,  y  una  vez  la 
tierra  hallándose  desembarazada,  hechan  las  si- 
orientes  «si  que  caen  las  primeras  lluvias;  tres 
meses  bastan  para  producir  una  buena  cosecha. 

Si£MB*A. — Se  debe  atender  á  la  elección  de  las 
simientes,  y  al  modo  de  hacer  los  hoyos  en  donde 
se  ponen.  Deben  tener  tres  pulgadas  de  hondo, 
y  dos  pies  de  distancia  en  buen  terreno,  pero  so- 
lamente diez  pulgadas  en  uno  de  calidad  inferior. 
En  las  colonias  Francesas,  los  hoyos  no  tienen 
mas  que  dos  pulgadas  de  hondo,  y  seis  ó  siete 
pulgadas  de  distancia.  La  calidad  del  terreno 
lo  exige  asi.  Es  la  costumbre  hacer  estos  hoyos 
en  lineas  rectas ;  pero  en  Tierra  Firme  las  plan- 
tan también  en  lechos,  y  los  que  han  adoptado 
este  método,  lo  defienden  con  tanto  calor  como 
un  proyectador  defendería  un  sistema  nuevo. 
En 'cada  hoyo  se  hechan  tantos  granos  como 
se  jpueden  coger  entre  el  dedo  Índice  y  el  pul- 
gar; después  les  cubren  con  una  pulgada  de 
tierra.  Es  inútil  sembrar  campos  de  añil  á  no  ser 
que  llueva ;  la  tierra  debe  haber  recibido  agua, 
ó  si  no,  la  lluvia  debe  seguirse  inmediatamente 
después  de  la  siembra,  pues  de  otra  suerte  la  si- 
miente se  calienta  y  pudre,  perdiéndose  lo  mismo 
que  todo  el  trabaxo  que  ha  ocasionado. 

Para  Escardar. — Si  la  estación  favorece  la 
vegetación,  el  añil  empieza  á  brotar  al  quarto  dia, 
y  á  veces  al  tercer  dia.     Al  cabo  de  quince  dias 


131 

se  ve  atacado  por  las  yerbas,  que  acaban  por 
destruirle,  si  no  se  usa  pronto  la  escardadera. 

£1  escardar  de  suerte  que  no  quede  una  sola 
yerba  es  una  necesidad  absoluta,  que  tanto  la 
abundancia  de  la  cosecha,  como  su  fabrica  y 
calidad,  exigen  escrupulosamente.  Si  no  se 
atiende  á  esto,  ocurrirán  muchas  dificultades  en 
su  fabrica,  que  no  podran  obviarse  después  que  el 
añil  aparece ;  porque  se  llevan  con  él  á  la  tina 
muchas  plantas  extrañas.  Estas  yerbas  dan  un 
jugo,  por  la  fermentación,  que  destruye  las* seña- 
les de  la  fabrica,  y  por  su  interferencia  impide  el 
desenrollo  y  reunión  de  las  partes  esenciales  del 
añil.  El  añil  que  se  obtiene  de  este  modo  es  de 
mala  calidad,  y  en  menor  cantidad  que  prometía 
la  cosecha. 

Corta.— Al  cabo  de  tres  meses  el  añil  está  en 
estado  de  cortarse,  y  esta  operación  no  es  la  me- 
nos importante.  Tiene  también  sus  reglas  y  mé- 
todo. El  objeto  primero  de  atención  es  la  madu- 
rez del  añil ;  el  segundo,  el  cortar  la  planta  á 
una  pulgada  de  la  tierra.  El  cortarla  mas  arriba 
retardaría  los  pimpollos  de  la  segunda  corta,  ó  les 
impediría  completamente.  Navajas  grandes  y 
encorbadas  son  las  mas  cómodas  para  este  efecto, 
y  al  mismo  tiempo  favorecen  mas  á  las  cosechas 
subseqüentes. 

La  planta  del  añil  debe  transferirse  inmediata- 
mente que  se  ha  cortado,  al  lugar  destinado  para 
darla  la  forma  que  exige  en  el  comercio. 


132 

-  Las  fabricas  que  examinamos,  dice  Humboldt, 
están  todas  construidas  baxo  los  mismos  princi- 
pios. Juntan  dos  tinas  macerantes,  que  reciben 
las  plantas  que  deben  fermentar.  Cada  una  tiene 
quince  pies  quadrados,  y  dos  y  medio  de  hondo. 
De  estas  dos  tinas  altas  el  licor  corre  á  los  bati- 
deros, que  están  entre  al  molino  de  agua.  El  exe 
de  la  rueda  grande  cruza  los  dos  batideros.  Está 
provisto  de  cucharones  con  mangos  muy  grandes, 
adoptados  para  batir  el  licor.  Depons  da  un  de- 
talle fllayor,  y  algo  diferente. 

Todos  los  implementos,  dice,  que  se  necesitan 
para  la  operación  química,  se  reducen  á  tres  gran- 
des tinas  de  obra  de  albañil,  construidas  la  una 
sobre  la  otra,  de  tal  modo  que  la  que  está  en 
medio  puede  recibir  el  liquido  de  la  que  está  en- 
cima, y  descargarlo  en  la  que  está  debaxo.  La 
primera  y  mas  alta  es  mucho  mayor  que  las  otras 
dos.  En  las  colonias  Francesas,  tiene  diez  ó  doce 
pies  de  largo,  catorce  ó  quince  de  ancho,  y  no 
mas  que  veinte  pulgadas  de  hondo. 

La  segunda  tina  no  es  tan  ancha,  pero  mucho 
mas  honda,  para  que  puedan  agitar  el  agua  sin 
que  se  derrame. 

La  tercera  tina,  menor  aun  que  la  precedente, 
se  llama  el  repositorio.  En  esta  es  en  la  que  el 
índigo  recibe  su  ultima  operación.  Pero  el  arti- 
culo mas  esencial  para  un  fabricante  de  añil,  es 
una  fuente  rápida  y  clara  de  agua,  que  puede 
emplearse  según  se  necesite  en  la  fabrica  del 
añil. 


133 

Modo  de  fabricarlo. — Llegamos  á  un  punto 
que  en  aquellos  payses  parece  tan  simple,  fácil, 
y  natural,  que  se  lo  confian  á  Negros  que  no 
saben  palabra  de  ello,  ó  á  blancos  no  menos  igno- 
rantes. Ni  los  unos  ni  los  otros  pueden  dar  una 
razón  de  la  causa  mas  trivial ;  pero  saben  produ- 
cir efectos  admirables,  y  obtener  por  la  practica, 
resultados  de  que  los  quimicos  mas  experimen- 
tados se  jactearian. 

■ 

La  substancia  azul  colorante,  que  conocemos 
por  el  nombre  de  Índigo,  está  combinada  con 
artículos  heterogéneos,  de  los  que  el  fabricante 
tiene  que  desembarazarle.  Esta  combinación  es 
tan  intima,  que  escapa  al  ojo  mas  penetrante. 
Como  otros  muchos  resultados,  parece  el  pro- 
ducto de  una  operación  peculiar,  cuyo  efecto  da 
mucha  satisfacción  ;  pero  andamos  á  tientas  quan- 
do  tratamos  de  asignar  las  causas  que  han  con- 
tribuido á  producirle. 

Todo  el  cuerpo  de  la  planta,  comprimido  en 
una  cierta  cantidad  de  agua,  entra  en  una  fer- 
mentación sumamente  activa,  cuyos  detalles  da- 
remos aqui. 

A  medida  que  aumenta  el  calórico,  descarga 
el  azote,  el  mucilago  de  la  yerba  se  separa,  el 
vegetal  se  descompone,  y  la  mixtura  absorve  oxi- 
geno. Al  principio,  el  licor  toma  en  la  tina  un 
color  que  tira  á  verde.  Lo  agitan  fuertemente, 
para  que  los  elementos  del  vegetal  se  sutilizen, 
y  la    fermentación    aumenta  rápidamente.     £1 


134 

fluido  pasa  de  una  tinta  verde  á  una  morada,  jr  de 
esta,  gradualmente  á  una  azul* 

La  primera  fermentación  ocurre  en  la  primera 
tina,  en  la  que  ponen  previamente  una  agua  muy 
clara»  Impiden  que  la  planta  nade»  hundiéndola 
quando  hay  necesidad.  £1  estado  de  la  planta, 
la  tierra  que  la  produce,  y  la  estación  en  que  se 
cortó,  son  guias  que  dirigen  al  fabricante.  Esta 
fermentación  se  hace  mas  ó  menos  pronto»  según 
las  causas  que  pueden  concurrir  para  apresurarla 
ó  para  retardarla.  £1  termino,  por  lo  general» 
es  de  &0  y  30  horas ;  rara  vea  requiera  mas  tiem- 
po. En  Tierra  Firme,  quando  el  estado  de, la 
planta  no  lo  impide,  ó  la  naturaleza  del  suelo,  ó 
la  estación,  1%  horas  bastan  para  su  fermentación. 
El  grande  arte  del  fabricante  es  el  detener  su 
curso  á  un  grado  exacto.  Si  la  fermentación  es 
demasiado  débil  ó  pronta,  la  planta  queda  im- 
pregnada con  mucha  sal  esencial,  lo  que  dismi- 
nuye la  cantidad  de  añil.  Si  demasiado  larga, 
las  extremidades  de  la  planta  que  son  muy  tier- 
nas se  pudren,  lo  que  destruye  el  color. 

El  olor  del  liquido  que  fermenta,  y  los  muchas 
moscas  que  vuelan  al  rededor,  son  signos  á  los 
que  los  fabricantes  de  añil  en  Tierra  Firme  dan 
mucho  peso.  En  Sto  Domingo  publicaron,  algu- 
nos años  ha,  el. índice  siguiente,  para  verificar  de 
un  modo  invariable  la  exacta  fermentación  del 
añil : — 

No  se  necesita  mas  que  escribir  sobre  papel 
blanco  con  la  materia  que  se  quiera  examinar. 


135 

Sí  esta  tinta  fuese  de  un  color  muy  obscuro»  es 
una  prueba  que  la  fermentación  no  está  aun  á  sú 
verdadero  punto.  £1  experimento  se  repite  cada 
quarto  de  hora,  hasta  que  se  ve  que  el  liquido 
ha  perdido  su  colon  Esto  se  pronuncio  como 
un  Índice  infalible  para  mostrar  el  verdadero 
punto  de  fermentación.  Este  texto  tubo  su 
tiempo  y  su  modo  ;  pero  tos  colonos  volvieron  al 
uso  de  la  taza  de  plata. 

Quando  la  fermentación  está  bastante  adelan- 
tada, hechan  algo  del  liquido  en  una  taza  de 
plata,  y  se  menea  hasta  que  forma  unos  granos  ; 
por  su  calidad,  y  por  la  del  fluido,  juzgan  del 
estado  de  la  fermentación.  Para  este  experi- 
mento, el  mejor  método  es  el  de  sacar  el  liquido 
por  medio  de  una  canilla  de  la  cuba  en  la  taza.* 

*  El  ingenio  activo  y  la  observación  constante  de  los  habi- 
tante* de  Sto  Domingo,  bao  llevado.  á  un  graijo  de  perfección 
el  producto  colonial,  que  ninguna  de  las  colonia*  vecinas  han 
podido  alcanaar.  Solo  1a  fabrica  del  añil  parecía  condenada 
i  aer  d  juguete  de  la  casualidad.  Su  suceso  parecía  siempre 
dudoso.  El  fabricante  de  añil  que  no  perdía  mas  que  una 
décima  parte  del  producto  de  las  tinas,  se  le  consideraba  como 
muy  babil.  Habia  algunos,  que  perdían  una  quarta  parte. 
£1  honor  de  hallar  reglas  invariables  se  reservó  á  la  experi- 
encia é  inteligencia  de  M.  Nazon,  un  habitante  del  quartel 
de  Mirbalais.  Las  artes  le  deben  ciertas  señales  fixas»  según 
las  que  el  añil  se  puede  fabricar  sobre  ciertos  principios  tan 
constantes  como  los  que  dirigen  al  refinador,  en  la  fabrica  del 
azúcar.  M.  Bruley,  que  ha  publicado  este  descubrimiento  en 
un  excelente  tratado  sobre  el  añil,  se  expresa  asi : — Por  ob- 
servaciones exactas  y  una  larga  experiencia,  AI.  Nazon  ha 
logrado  asegurarse  del  suceso  de  todas  las  tinas  de  añil» 


1SG 

Después  que  se  obtienen  signos  de  una  com- 
pleta fermentación,  todos  los  contenidos  de  la 

Para  obtener  esta  substancia  colorante,  las  plantas  de  añil 
deben  cortarse  quando  están  maduras.  Se  deben  poner  to- 
das á  macerar  en  un  pozo  de  obra  de  albañil  llamado  cuba. 
Sus  dimensiones  son  de  doce  pies  Franceses ;  quatro  me- 
tros. 

La  maceracion  exige  de  15  á  30  ñoras,  y  á  veces  96  horas, 
mas  6  menos,  según  el  temperamento  que  se  experimenta  en 
el  momento.  Es  necesario  observar  también  la  calidad  de  la 
planta,  la  naturaleza  del  suelo  que  la  produxo,  y  la  del  agua 
que  absuerve. 

El  primer  índice  que  muestra  que  la  maceracion  se  acerca 
á  su  verdadero  punto,  es  la  de  hundirse  la  espuma,  que  se 
levanta  al  espacio  de  cosa  de  un  sexto  de  metro,  que  se  dexa 
vacante  en  la  cuba  al  comprimir  las  yerbas :  (un  metro  tiene 
S  pies).  Quando  la  cuba  se  cubre  de  una  especie  de  costra 
de  azul  de  cobre,  el  momento  de  maceracion  perfecta  no  está 
muy  lexos.  Sin  embargo  este  síntoma  no  basta,  y  es  á  veces 
engañoso.  Hay  otro  que  es  mas  fíxo,  este  es,  sacar  por  una 
canilla  que  esté  á  la  parte  mas  baxa  de  la  cuba  un  poco  del 
fluido  que  contiene.  Se  recibe  en  una  taza  de  plata :  quando 
las  partículas  feculentes  se  comienzan  á  precipitar  al  fondo 
de  la  taza,  entonces  se  juzga  que  las  yerbas  han  obtenido  un 
verdadero  grado  de  maceracion  para  obtener  el  añil. 

Tal  era  la  operación  que  mas  se  usaba,  pero  amenudo  con* 
ducia  al  error.  Un  medio  fixo  para  asegurarse  de  su  exacti- 
tud es  examinar  con  cuidado  el  agua  que  la  taza  contiene. 
Cinco  6  seis  minutos  después  de  haberse  hechado  en  ella,  for- 
ma al  rededor  de  la  taza  una  gloría  (aureole),  6  cordón  de 
sedimento,  al  principio  verde,  y  después  azul.  Quando  la 
maceracion  no  está  al  punto  requerido,  este  cordón  6  cintura 
se  despega  con  dificultad  de  los  lados  de  la  taza,  pero  final- 
mente se  precipita,  y  se  concentra  al  fondo  del  vaso  siempre 
hacia  el  centro,  y  el  agua  de  encima  se  vuelve  clara,  aunque 
un  poco  teñida  de  pagizo. 


187 

primera  cuba  pasan  á  la  segunda,  donde  se  so- 
mete á  otra  operación  más  importante ;  porque 
allí  es  donde  se  separa  el  acido  carbónico,  y  don- 
de se  facilita  la  reunión  de  las  partículas  que 
componen  el  sedimento  azul.  Este  objeto  se 
logra  agitando  Violentamente  el  fluido.  Para 
esto  se  necesita  no  menos  cuidado,  atención,  y 
experiencia,  que  para  la  operación  precedente. 

Quando  se  notan  estas  señales,  el  suceso  de  esta  primera 
operación  es  infalible.  £1  liquido  se  vuelve  otra  vez  á  pasar 
en  la  segunda  cuba,  que  está  debaxo  la  otra.  £1  uso  de  esta 
cuba  es  para  batir  el  fluido  que  está  aun  cargado  de  fécula*. 
Para  que  ae  separare  prontamente,  lo  menean.  Es  esencial 
no  batirlo  demasiado  tiempo.  Un  exceso  de  batimiento 
mezclaría  de  nuevo  la  fécula?  con  el  agua,  y  entonces  seria 
imposible  volverlo  á  separar,  y  los  contenidos  de  la  cuba  se 
perderían :  en  lugar  de  Índigo,  no  darían  mas  que  agua  entur- 
biada. 

Este  ultimo  inconveniente  puede  evitarse  fácilmente  con 
un  poco  de  atención.  Quando  se  observa  que  las  partículas 
feculentes  están  bastante  mezcladas,  se  dexa  que  el  agua  de 
la  segunda  cuba  pase  á  la  tercera.  £1  fondo  de  la  segunda 
cuba  se  halla  cubierto  con  una  pasta  azul,  y  muy  liquida: 
esto  se  recibe  en  sacos  .de  lienzo,  muy  basto,  en  forma  de 
conos  invertidos,  y  las  partes  aquosas  se  dexan  secar.  En- 
f  tonces  desocupan  los  sacos  sobre  mesas,  en  los  parages  donde 

;  se  secan ;  la  pasta  azul  se  amasa ;  quando  se  bace  espesa  se 

I  corta  en  pedacitos,  que  muy  pronto  se  secan.    Entonces  el 

índigo  está  heeho,  y  en  estado  de  venderse. 
,  He  suprimido  los  detalles  contenidos  en  un  tratado  muy 

largo,  del  que  no  he  dado  mas  que  un  extracto. 

La  experiencia  ha  probado  que  este  método  no  ha  salido 
nunca  malo :  mas  de  500  cubas  fabricadas  de  este  modo  en 
varias  partes  de  Sto  Domingo,  han  dado  amplias  pruebas  de 
su  exactitud. 


138 

Según  está  mal  ó  bien  ejecutado,  puede  corregir 
los  errores  de  una  fermentación  imperfecta»  ó 
puede  ocasionar  la  perdida  del  añil»  que  ha  sido 
hasta  aquí  fabricado  correctamente.  Sa  no  ka 
estado  bastante  batido,  el  grano  se  queda  espar- 
cido en  el  agua,  sin  reunirse  al  fondo  de  la  cuba: 
la  masa  de  la  materia  feculente  que  forma  el  añil 
.se  halla  también  disminuida.  Si  lo  ba  estado 
demasiado,  entonces  el  grano  se  rompe,  y  di- 
suelve. 

La  facilidad  con  que  el  grano  se  precipita  al 
fondo  de  la  segunda  cuba,  es  una  señal  nada  equi- 
voca de  que  se  ha  batido  hasta  el  punto  requeri- 
do. No .  se  debe  vacilar  en  hechar  el  agua  y  la 
materia  feculente  en  la  tercera  cuba. 

Después  lo  único  que  falta  es  poner  el  añil  en 
sacos,  que  deben  sospenderse  para  facilitar  la  ex- 
presión del  agua  que  aun  retiene.  Entonces  se 
pone  á  secar  al  sol,  en  caxas  hechas  para  ese 
efecto,  ó  en  tablas  de  brasileto,  que,  teniendo 
unas  ruedecitas,  pueden  fácilmente  ponerse  al 
abrigo  en  caso  de  lluvia.  Los  techos  baxo  los 
que  se  ponen  dan  al  parage  en  donde  se  secan  la 
apariencia  de  estufas.  Antes  de  que  está  perfec- 
tamente seco,  se  corta  en  pedacitos  quadrados  de 
una  pulgada,  que  se  despegan  fácilmente  de  la 
caxa  quando  el  añil  está  enteramente  seco. 

Los  habitantes  de  Tierra  Firme  secan  su  añil 
baxo  sombras.  Este  método  es  mas  fatigante, 
pero  favorece  á  la  calidad  del  añil.    Su  combina- 


189 

cion  es  roa¿  intima,  como  lo  prueba  su  dureza. 
Las  acciones  diferentes  que  experimentas  aumento 
su  lustre.  Su.  peso  en  proporción  de  su  volumen 
es  mayor  que  el  del  añil  secado  al  sol»  Sin  em* 
bargo,  por  muy  seco  que  esté  el  añil»  siempre 
experimenta,  en  los  primeros  meses  de  su  fabrica, 
una  diminución  bastante  evidente  para  garantizar 
una  venta  apresurada. 

Por  lo  general  lo  empaquetan  en  barriles,  para 
circularlo  en  el  comercio.  Solo  los  Españoles  lo 
ponen  en  paquetea  de  un  quintal ;  pero  tan  bien 
condicionados,  que  á  pesar  del  mal  tratamiento 
que  encuentran  entre  el  lugar  de  la  fabrica  y  del 
puerto  de  mar, .  no  se  baila  de  ningún  modo  da» 
nado. 

El  añil  lo  empaquetan  en  sacos  de  lienzo,  y  el 
saco  le  cobren  con  una  piel  de  buey,  cosida  tan 
herméticamente  que  nada  le  puede  penetrar.  Es- 
tos paquetes  se  llaman  cerones.  Poseen  muchaa 
ventajas  sobre  los  barriles  Son  mas  salidos; 
pueden  caerse  sobre  la  piedra  sin  incurrir  ningún 
peligro  y  y  son  mas  cómodos  de  transportar.  Dos 
cerones  hacen  la  carga  de  un  animal.  Se  pueden 
almacenar  mejor ;  y  en  su  circulación  en  Europa, 
no  tienen  tanto  que  temer  de  la  desidia  de  los 
arrieros. 

Humboldt  observa,  que  en  el  valle  de  Cumansu 
coa  la  fermentación  de  la  planta  se  produce  con 
una  rapidez  extraordinaria.  Por  lo  general  no 
dura  mas  que  quatro  ó  cinco  horas.  Esta  peque- 
ña duración  no  puede  atribuirse  mas  que  á  la 


140 

humedad  del  clima,  y  á  la  ausencia  del  sol,  mien- 
tras que  la  planta  se  desenrolla.  Creo  haber  ob- 
servado, dice,  en  el  curso  de  mis  viages,  que 
quanto  mas  seco  es  el  clima,  tanto  mas  lenta- 
mente labra  la  tina,  y  tanto  mayor  es  la  cantidad 
del  añil,  en  el  mínimum  de  oxidación,  contenida 
en  los  vastagos.  En  la  provincia  de  Caracas, 
donde  562  pies  cúbicos  de  la  planta  ligeramente 
amontonados  dan  35  ó  40  lbs.  de  añil  seco,  el 
liquido  no  pasa  al  batidera  hasta  después  de  20, 
30,  ó  35  horas.  Es  probable  que  los  habitantes 
de  Cumanacoa  extraerían  mas  materia  colorante 
de  la  planta,  si  la  dexasen  remojarse  mas  tiempo 
en  la  primera  tina.*  Humboldt,  durante  su  resi- 
dencia en  Cumana,  hizo  varias  soluciones  del 
añil  de  Cumanacoa,  que  es  algo  pesado  y  cobri- 
zo, y  del  de  Caracas,  en  acido  sulfúrico,  para 
compararlos ;  y  la  solución  del  primero  se  le  figu- 
ro de  un  azul  mas  intenso. 

El  añil  de  estas  provincias  se  ha  considerado 
siempre  en  el  comercio  como  igual,  y  á  veces 
como  superior  al  de  Guatimala.  Este  ramo  de 
cultivo  fue  seguido  del  de  cacao  desde  1772,  y 
precedido  del  cultivo  de  algodón  y  de  café.  La 
predilección  de  los  colonos  se  ha  fixado  alterna- 
tivamente en  cada  una  de  estas  producciones ; 
pero  el  cacao  y  el  café  son  ahora  los  únicos  ra- 
mos de  comercio  con  la  Europa.     En  los  tiempos 


*    Los  cultivadores  opinan,  la  mayor  parte  de  ellos,  que 
la  fermentación  no  debe  nunca  continuar  menos  de  10  horas. 


141 

mas  prósperos  la  fabrica  del  añil  igualo  casi  la  de 
México  ;*  subió  en  la  provincia  de  Venezuela  á 
40,000  arrobas,  cuyo  precio  excedió  1,500,000 
duros. t  Daremos  aqui'de  documentos  oficiales 
la  aumentación  progresiva  de  este  ramo  de  agri- 
cultura en  Aragua. 

Exportación  de  añil  por  la  via  de  La  Guayra. 
Medio  anual  desde  177*  hasta  1778—  20,300  lbs. 

1784—126,233 
1785—213,172 
1786—271,005 
1787—432,570 
1788—^505,956 
1789—718,393 

1792-^680,229 
1794—898,353 
1796—737,966. 
Aquí  no  hemos  incluido  el  comercio  de  contra- 
bando, qué  puede  computarse  á  lo  menos  á  una 
quarta  ó  quinta  parte  de  la  exportación  anual. 
Para  formarse  una  idea  de  la  inmensa  riqueza 
que  sacaban  de  la  agricultura  en  las  colonias  Es- 
pañolas, debemos  observar,  que  el  añil  de  Cara- 
cas, cuyo  valor  subió  en  1794  á  mas  de  seis  mil- 
lones de  francos',  no  fue  mas  que  el  producto  de 
quatro  ó  cinco  leguas  quadradas.     En  los  años 
de  1789 — 1795,  cerca  de  4  ó  5  mil  personas  iban 
anualmente  de  los  Llanos  á  los  valles  de  Aragua, 

*  £1  comercio  de  Guatimala  sube  á  1,200,000  6  1,500,000 
lbs.  de  añil, 
f  La  libra  de  añil  á  10  reales  de  plata. 


142 

para  ayudar  á  cultivar  y  fabricar  el  añiL    Tra- 
baxaban  por  dos  meses,  como  jornaleros. 

La  planta  de  añil  empobrece  el  suelo  donde  se 
cultiva  por  muchos  años,  mucho  mas  que  otra 
alguna.  Las  tierras  de  Maracay,  Tapatapa,  y 
Turmero,  se  consideran  como  gastadas,  y  en  efec- 
to la  cosecha  del  añil  ha  disminuido  constante- 
mente. Las  guerras  marítimas  han  parado  el 
comercio,  y  el  precio  ha  caido  en  conseqüencia 
de  la  importación  del  añil  del  Asia.  La  Com- 
pañía de  las  Indias  Occidentales  vende  ahora  en 
Londres*  mas  de  5,500,000  lbs.  de  añil,  mientras 
que  en  1786  no  sacaba  de  sus  vastas  posesiones 
mas  que  250,000  lbs.  A  medida  que  ha  dismi- 
nuido el  añil  en  los  valles  de  Aragua,  ha  aumen- 
tado en  la  provincia  de  Varinas,  y  en  las  llanuras 
ardientes  de  Cucuta,  donde,  á  las  orillas  del  rio 
Tachira,  una  tierra  virgen  lo  produce  abundante- 
mente, y  del  color  mas  rico. 


SECCIÓN  IX. 

DE  OTRAS  PRODUCCIONES  VEGETALES. 

1.  La  Vanilla  es  el  producto  de  una  planta 
trepante,  que,  como  la  yedra,  se  enrosca  en  los 
arboles. 

*  Por  exemplo,  en  1810 ;  véase  Colquhoun,  p.  23. 


143 

Crece  abundantemente  en  los  montes  de  San 
Felipe  en  Truxillo,  á  las  orillas  del  Tuy.  Re- 
quiere terrenos  incultos  y  húmedos,  que  estén 
cubiertos  de  arboles  grandes. 

Para  multiplicar  esta  apreciable  planta,  no  se 
necesita  mas  que  plantar  algunos  de  sus  tallos  en 
la  tierra  cerca  de  un  árbol ;  pronto  toman  raiz, 
y  se  enroscan  fuertemente  al  rededor  de  él.  Un 
método  mas  seguro,  aunque  menos  cómodo,  para 
impedir  que  la  planta  decaiga,  es  ingerir  los  ta- 
llos en  el  mismo  árbol,  á  cosa  de  20  pulgadas 
sobre  la  tierra* 

Solo  la  provincia  de  Venezuela,  á  pesar  de  la 
poca  atención  que  dan  á  su  cultivo,  podía  reco- 
ger mas  de  10  mil  libras  al  año  ;  y  esta  cantidad 
podia  fácilmente  doblarse  con  un  poco  mas  de 
industria. 

Se  paga  mas  de  una  libra  esterlina  por  libra. 

Este  articulo  interesante  de  comercio  es  para 
los  habitantes  de  Tierra  Firme  como  un  objeto  de 
pura  curiosidad.  Apenas  venden  200  lbs.  de  ello 
al  año.  Todo  lo  que  recogen  lo  destinan  para 
hacer  regalos  á  sus  parientes  en  España,  ó  á  sus 
patrones,  por  medio  de  los  agentes  del  gobierno, 
y  de  los  que  solicitan  algún  empleo.  El  resto  lo 
deían  perecer  en  los  arboles,  ó  es  la  prea  de  los 
monas,  á  quienes  les  gusta  mucho.  Ademas  de 
eso,  lo  poco  que  recogen  no  recibe  mas  que  una 
preparación  muy  imperfecta,  por  lo  qual  pierde 
la  superioridad  que  le  dio  la  naturaleza  sobre  lo 
de  México. 


144 

2.  El  Árbol  de  Coco,  en  America,  se  cultiva 
por  lo  general  cerca  de  las  casas  de  campo  ó  ha- 
bitaciones, para  comerlo  como  fruta.*  En  el 
Go^fo  de  Cariaco  hay  plantaciones  de  este  árbol. 
En  Cumana  hablan  de  una  hacienda  de  coco, 
como  de  una  hacienda  de  cañas,  ó  de  cacao. 

En  un  terreno  fértil  y  húmedo,  el  árbol  co- 
mienza á  dar  fruto  en  abundancia  al  fin  del  quarto 
año ;  pero  en  terrenos  secos,  no  produce  mas  que 
al  cabo  de  10  años.  La  durado  a  del  árbol  no 
excede  por  lo  general  80  ó  100  años ;  y  su  altura 
media  á  esta  época  es  de  70  á  80  pies.  Este  cre- 
cimiento rápido  es  tanto  mas  notable,  quanto  los 
otros  arboles  de  palma,  por  exemplo  el  moriche,t 
y  el  sombrero,  t  cuya  vida  es  sumamente  larga,  á 
veces  no  sube  14  ó  18  pies  en  60  años. 

En  los  primeros  30  6  40  años  el  árbol  de  coco 
del  Golfo  de  Cariaco  da  cada  lunación  10  ó  12 
nueces,  que,  sin  embargo,  no  todas  se  maduran. 
Se  puede  computar  que  un  año  con  otro  un  árbol 
produce  100  nueces,  que  producen  ocho  fiascos 
de  aceite.  El  fiasco  se  vende  á  dos  reales  y  me- 
dio de  plata.  En  Provence,  un  olivo  de.  treinta 
años  da  veinte  libras,  ó  siete  fiascos  de  aceite ;  de 
suerte  que  produce  algo  menos  que  un  árbol  de 
coco.     Hay  en  el  Golfo  de   Cariaco  haciendas 

+  El  árbol  de  coco  crece  en  el  hemisferio  septentrional 
desde  el  equador  hasta  la  latitud  de  28°.  Cerca  del  equador 
le  hallamos  desde  los  llanos  hasta  700  toisas  de  elevación  sobre 
el  nivel  del  mar. 

f  Mauritía  flexuosa.  %  Corypha  tectorum. 


145 

que  tienen  8  ó  9  mil  arboles.  Se  asemejan,  por 
su  apariencia  pintoresca,  á  aquellas  hermosas  plan- 
taciones de  arboles  de  dátiles,  cerca  de  Elche  en 
Murcia,  donde  en  una  legua  quadrada  se  encuen- 
tran mas  de  70,000  palmas.  £1  árbol  de  coco  da 
fruta  en  abundancia  hasta  que  llega  4  los  SO  6  40 
años ;  después  de  esta  edad  el  producto  dismi- 
nuye, y  un  tronco  de  100  años,  aunque  dá  muy 
poco  producto,  no  está  enteramente  estéril. 

En  la  ciudad  de  Cumana  hacen  mucho  aceite 
de  cacao,  que  es  muy  clara,  sin  olor,  y  muy  pro- 
pia para  quemar.  El  trafico  de  este  aceite  no  es 
menos  activo  que  el  de  la  costa  de  África  en  aceite 
de  palma,  que  se  obtiene  de  los*  elays  guiñeen- 
sis,  y  que  se  usa'como  alimento.  He  visto,  dice 
Humboldt,  llegar  canoas  cargadas  con  tres  mil 
nueces  de  coco  á  Cumana.  Un  árbol  en  su  me- 
jor tiempo  da  una  renta  anual  de  dos  duros  y 
medio.  Pero  en  las  haciendas  de  cocos,  como 
hay  arboles  de  varias  edades,  el  capital*  no  se 
computa  por  peritas  á  mas  que  á  quatro  duros. 

*  Estas  computaciones  pueden  servir  para  hacer  ver  las 
ventajas  que  se  derivan  del  cultivo  de  los  arboles  de  fruta 
baxo  la  zona  tórrida.  Cerca  de  Cumana  el  precio  de  un 
banana  es  un  real  de  plata.  Un  nispero  6  sapota,  10  duros. 
Quatro  nueces  de  coco,  ú  ocho  frutas  del  nispero  pacoras  sa* 
potas)  se  venden  por  medio  real.  £1  precio  del  primero  se  ha 
aumentado  del  doble  por  estos  veinte  años,  á  causa  de  la 
grande  exportación  que  se  ha  hecho  á  las  islas.  Un  buen 
níspero  produce  al  labrador  que  pueda  vender  su  fruta  en 
algún  pueblo  vecino,  cerca  de  ocho  duros  anuales :  un  bixa 
(anotto)  6  un  granado  no  producen  mas  que  un  duro.    La 

TOM.  II.  K 


X 


146 

3.  La  Cochinilla  Silvestre  crece  en  Tierra 
Firme,  y  en  Coro,  Carora  y  Truxillo,  en  gran  can- 
tidad. No  se  usa  mas  que  para  teñir,  y  eso  no 
mas  que  en  los  sitios  donde  lo  recogen*  El  re- 
sultado de  sus  ensayos  no  les  ha  convidado  á  in- 
troducirlo como  un  articulo  de  comercio. 

Cun  di  ñama  rea  produce  excelente  cochinilla. 

4.  Este  pays  podría  también  dar  al  tintorero 
una  variedad  de  maderas,  cortezas  y  plantas,  ca- 
pazes  de  producir  los  colores  mas  vivos  y  perma- 
nentes. 

Sin  embargo  ninguno  de  estos  artículos  cons- 
tituyen una  parte  de  su  comercio,  porque  no  los 
llevan  á  vender  ;  aunque  las  ventajas  que  de  ellos 
derivan  en  el  pays,  dan  suficientes  pruebas  de  lo 
favorable  que  serían  para  las  fabricas. 

Maracaibo  es  casi  el  único  puerto  del  que  ex- 
portan un  poco  de  madera  del  Brasil.  Esto  creze 
abundantemente  entre  La  Victoria  y  Sn  Sebastian 
de  los  Reyes. 

Pero  quanto  mas  se  penetre  en  aquellos  montes 
inmensos,  que  hasta  ahora  han  sido  el  patrimonio 
exclusivo  de  fieras  y  de  reptiles  venenosos,  tanto 
mas  se  descubrirán  en  ellos,  probablemente,  nue- 
vas producciones,  que  enriquecerán  las  artes,  y 
que  extenderán  el  comercio. 

En  Nueva  Granada  las  producciones  naturales 
son  las  maderas  para  teñir  de  la  costa  septentrio- 

granada  es  muy  requerida  á  causa  de  su  jugo  refrescante,  que 
prefieren  al  de  la  pasiflora  ó  parcha. 


1*7 

naJ,  que  se  consideran  como  superiores  aun  á  las 
de  Yucatán. 

5.  Gomas,  resinas,  y  bálsamos,  harían  mucha 
figura  en  el  comercio,  si  no  fuere  por  el  descuido 
de  los  habitantes,  que  prefieren  las  dulzuras  de  la 
indolencia  y  de  la  ociosidad  á  la  perspectiva  de 
un  bien  futuro. 

Los  departamentos  de  Coro,  Carora,  Tocuyo, 
y  de  la  Alta  Ouiana,  contienen  mucha  tierra  seca, 
que  la  naturaleza  ha  cubierto  de  plantas  aroma- 
ticas. 

6.  Seria  imposible  especificar  todas  las  yerbas, 
raizes,  y  cortezas,  que  abundan  en  Tierra  Firme 
para  la  medicina.  Son  innumerables,  y  están  dis- 
tribuidas en  varias  provincias,  en  las  situaciones 
que  son  mas  á  proposito  para  su  vegetación. 

La  cantidad  de  sarsapariüa  que  recogen  en 
ellas,  excede  el  consumo  de  toda  la  Europa.  £1 
sasafras  y  el  regaliz  abundan  principalmente  en 
las  cercanías  de  Truxillo ;  ascaloñas  se  hallan  á 
la  orilla  del  mar  junto  á  Lagunetas ;  storax  en  la 
jurisdicción  de  Coro ;  casia  casi  en  todos  los  si- 
tios ;  guayac  se  halla  en  la  costa ;  aloe  en  la  juris- 
dicción de  Carora ;  una  especie  de  quina  se  re- 
coge en  las  montañas,  &c. 

Nueva  Granada  abunda  en  drogas  medicinales, 
entre  las  quales  se  encuentra  la  celebre  chinchona 
ó  quina,  y  la  contrayerba. 

Sin  embargo,  á  pesar  de  la  inmensidad  de  pro- 
ducciones vegetales,  que  serian  mas  que  suficientes 
para  abastecer  á  todas  las  boticas  de  la  Europa, 


148 

toda  la  exportación  del  ano  de  1796,  por  el  puerto 
de  La  Guayra,  el  único  que  tenia  un  comercio 
directo  con  el  pays  materno,  consistió  en  425  lbs. 
de  sarsaparilla,  aunque  los  llanos  están  cubiertos 
de  ello }  500  lbs.  de  tamarindos,  que  se  hallan  en 
todas  las  partes ;  y  239  lbs.  de  quina,  que,  es  pre- 
ciso confesar,  no  es  tan  común.  Es  cierto,  que 
este  descuido  lleva  consigo  la  apariencia  de  la 
diminución;  pues,  según  el  registro  de  expor- 
taciones del  mismo  puerto  de  La  Guayra  del  año 
de  1798,  parece  que  los  navios  de  los  poderes 
neutros  que  fueron  admitidos  alli,  en  conseqüencia 
de  la  guerra,  embarcaron  3674  lbs.  de  sarsaparilla, 
y  3400  lbs.  de  resina.  En  1801  embarcaron  en 
Puerto  Cabello,  2394  lbs.  de  sarsaparilla,  y  47,969 
lbs.  de  goma  guaiacum.  Pero  estos  artículos,  y 
sus  cantidades,  no  merecen  mencionarse,  quando 
se  comparan  con  los  que  se  hallan  en  las  provine 
cias  de  Caracas. 

7*  Hay  muy  pocos  arboles,  ó  quiza  no  hay  nin- 
guno, etilos  vastos  montes  de  Tierra  Firme,  que 
no  sirvan  para  algún  objeto  de  utilidad.  O  bien 
producen  frutas,  ó  si  no,  pueden  aplicarse  para  los 
varios  usos  en  que  se  emplea  la  madera,  que  es 
dura,  alta,  ó  gruesa. 

Los  vastos  montes  que  cubren  la  faz  de  las 
montañas,  darían  madera  suficiente  para  formar 
los  astilleros  mas  extensivos  del  mundo,  si  la  as- 
pereza de  estas  montañas  no  hiciesen  el  trabaxo 
de  la  corta  y  del  transporte  demasiado  costoso  y 
difícil,  para  un  pays  cuya  navegación  no  recibe 


149 

♦ 

bástante  fomento  para  habilitarla  á  mantenerse 
á  su  propia  costa* 

Hace  treinta  años  que  el  Rey  de  España  hizo 
hacer  disposiciones  en  la  provincia  de  Cumana 
para  cortar  leña,  para  abastecer  á  sus  arsenales 
Europeos.  Este  trabaxo  no  duró  mucho  tiempo ; 
pero  no  cesó  tanto  por  razón  de  la  escasez  de 
madera,  como  por  los  gastos  inmensos  que  acom- 
pañan todas  las  empresas  en  las  que  el  Rey  entra* 
Quando  una  ocasión  semejante  se  presenta,  cada 
empleado  forma  siempre,  y  freqüentemente  rea- 
liza, planes  para  hacer  su  fortuna,  y  la  conse- 
qüencia  es  que  el  estado  se  arruina  por  operaciones 
que  enriquezen  á  algunos  quantos  individuos. 

Toda  la  madera  que  se  usa  en  el  puerto  para 
reponer  los  navios,  y  aun  para  su  construcción, 
lo  transportan  por  el  rio  Tocuyo  y  Yaraqui  á 
Puerto  Cabello,  situado  á  15  liguas  á  barbolento* 

Un  poco  mas  á  barbolento  de  la  boca  del  To- 
cuyo, en  la  latitud  de  las  isletas  Tucacas,  la  proxi- 
midad de  la  madera  facilita  los  establecimientos 
de  arsenales,  pero  la  falta  de  demanda  hace  que 
este  recurso  esté  abandonado.  En  Maracaibo 
usan,  para  la  construcción,  madera  de  una  calidad 
superior  á  la  de  Tierra  Firme,  de  consiguiente  los 
astilleros  de  aquella  ciudad  están  constantemente 
ocupados,  y  lo  estarían  aun  mas,  si  la  barra  per- 
mitiese pasar  navios  de  mayor  cuerpo. 

Los  carpinteros  y  ebanistas  hallan  también  en 
estas  montañas  materiales  tan  variados  que  se  ven 
embarazados  en  la  elección.    Por  lo  general  usan 


150 

de  la  madera  qué  los  Españoles  llaman  paréHlo, 
para  vigas,  postes,  &c.  En  algunas  partes,  en 
lugar  del  pardillo,  se  usa  una  especie  de  encina 
muy  dura,  que  es  el  quercus  cerus  de  Iinnseus,  y 
el  queráis  gallifer  de  Tournefort. 

Los  ebanistas  hacen  mucho  uso  del  cedro  para 
las  puertas,  ventanas,  mesas,  y  sillas,  &c.  Para 
muebles  de  adorno,  tienen  á  la  mano  varias  ma- 
deras  susceptibles  del  mayor  pulimento»  Entre 
estas  se  distingue  el  ébano  negro,  que  se  halla  en 
grande  abundancia  en  varios  parages,  pero  parti- 
cularmente á  las  orillas  del  To ton  doy,  que  se 
desagua  en  el  Lago  de  Maracaibo.  Alli  es  donde 
la  naturaleza  parece  haber  puesto  la  almaciga  de 
los  arboles  que  son  mas  aproposito  para  las  necesi- 
dades, placer,  ó  capricho  del  hombre.  Ébano 
amarillo  es  muy  común  en  los  montes  de  Tierra 
Firme,  y  también  lo  es  el  ébano  encarnada  Los 
Creollos  llaman  al  ébano  negro,  ébano ;  al  ama- 
rillo, palo  amarillo;  al  encarnado,  granadülo. 
Una  entera  exactitud  nos  obliga  a  observar,  que 
por  una  de  aquellas  causas  que  la  filosofía  no  ha 
descubierto  aun  entre  los  secretos  de  la  naturaleza, 
el  acajú  no  es  tan  abundante  en  Tierra  Firme 
como  en  la  parte  de  S*  Domingo  que  España 
cedió  á  Francia,  ni  tampoco  tiene  comparación 
con  respecto  á  sus  vetas  y  brillantez. 

Para  las  obras  que  requieren  una  madera  suma- 
mente dura,  hacen  uso  de  la  madera  de  hierro,  la 
ybera  puterana  de  Marcgrave.  Se  usa  para  los 
exes  de  las  ruedas  de  los  molinos,  para  los  cilin- 


151 

dros  que  sirven  para  comprimir  la  caña  de  azocar, 
&c.  Esta  especie  de  madera  es  muy  común  en 
toda  la  Tierra  Firme,  excepto  en  los  valles  de 
Aragua,  donde,  á  causa  del  cultivo  de  las  tierras, 
se  halla  algo  mas  distante.  El  palo  que  llaman 
granadülüy  lo  aplican  al  mismo  uso  que  la  madera 
de  hierro,  y  es  aun  mas  duro. 

En  Cundinamarca  hay  madera  para  construir 
navios,  y  el  acajú  de  Panamá,  que  es  mucho  me- 
jor y  mas  hermoso  que  lo  de  Guatimah  ó  de  la 
Nueva  España. 

Al  coqcluir  nuestras  observaciones  sobre  las 
producciones  vegetales  de  Colombia,  debemos  ob- 
servar, que  el  casava,  y  el  maíz,  son  el  pan  de  los 
Indios.  En  la  Cundinamarca  el  trigo  Europeo 
se  cultiva,  y  tanto  las  plantas  y  legumbres  trópicas 
como  las  Europeas  se  hallan  en  tan  grande  abun- 
dancia como  en  Nueva  España. 


SECCIÓN  X. 


DEL  PRODUCTO  ANIMAL. 


Es  muy  difícil  formarse  una  idea  exacta  de  los 
ganados  que  contienen  los  Llanos  de  Caracas, 
Barcelona,  Cu  mana,  y  de  la  Guiana  Española. 
M.  Depons,  que  habitó  por  mucho  tiempo  en 
Caracas,  y  cuyos  informes  estatistícos  son  por  lo 


152 

general  exactos,  computa  que  el  numero  de  gana- 
do vacuno  sube,  en  aquellos  inmensos  llanos  desde 
la  boca  del  Orinoco  hasta  el  Lago  de  Maracaibo, 
á  1,200,000  cabezas;  á  180,000  caballos;  y  á 
90,000  muías.  £1  valor  que  producen  estos  ga- 
nados lo  hace  subir  á  5,000,000  de  francos ;  aña- 
diendo al  valor  de  la  exportación  el  precio  de  las 
pieles  que  se  usan  en  el  pays.  No  aventurásemos 
ninguna  de  estas  computaciones,  que  son  en  su 
naturaleza  inciertas ;  pero  observaremos,  que  en 
los  llanos  de  Caracas,  los  propietarios  de  los 
grandes  hatos  ignoran  enteramente  el  numero  de 
ganado  que  poseen.  No  saben  mas  que  el  nu- 
mero de  los  pequeños,  que  cada  año  marcan  con 
una  letra  ó  señal  para  distinguir  los  hatos.  Los 
ricos  propietarios  marcan  todos  los  años  hasta 
14,000  cabezas,  y  venden  hasta  cinco  ó  seis  mil. 

Según  los  documentos  oficiales,*  la  exportación 
de  pieles  de  toda  la  Capitania-General  subia 
anualmente,  solo  para  las  Islas  de  las  Indias,  á 
174,000  pieles  de  bueyes,  y  á  11,500  pieles  de 
cabras.  Quando  reflexionamos  que  estos  docu- 
mentos han  sido  tomados  de  los  registros  de  las 
aduanas,  donde  no  «hacen  mención  del  trafico 
fraudulento  en  pieles,  no  podemos  menos  de  creer 
que  la  estimación  de  1,200,000  bueyes,  que  pacen 
en  los  Llanos  del  rio  Caroni  y  del  Guarapiche 
hasta  el  Lago  de  Maracaibo,  sea  demasiado  baxa. 
Solo  el  puerto  de  la  Guayra  exportaba  anual- 

V 

m 

*  Informe  del  Conde  de  Casa-Valencia,  MS. 


158 

aiente  en  1789  hasta  179%  70,000  ú  80,000  pieles,  * 
registradas  en  los  libros  de  la  aduana,  y  de  las 
que  apenas  una  quinta  parte  pasaba  á  España. 
Las  pieles  de  Caracas  las  prefieren  en  la  Península 
á  las  de  Buenos  Ayres ;  porque  las  ultimas  pier- 
den 12  por  ciento  en  el  curtido,  á  causa  de  su 
pasage  de  mar  mas  largo. 

-  La  parte  meridional  de  los  llanos  llamada 
Llanos  de  Arriba,  es  muy  productiva  en  bueyes 
y  muías ;  pero  los  pastos  siendo  por  lo  general 
menos  buenos,  tienen  que  enviar  estos  animales 
á  otras  llanos  para  que  engorden  antes  de  vender- 
los. El  Llano  de  Monai,  y  todos  los  Llanos  de 
abaxo,  ño  abundan  tanto  en  ganado ;  pero  sus 
pastos  son  tan  buenos,  que  producen  carne  de 
excelente  calidad  para  abastecer  la  costa. 

Los  hatos  de  bueyes  han  sufrido  considerable* 
mente  en  estos  ulümos  años  por  tropas  de  vaga- 
bundos, que  rondan  los  llanos,  matando  animales 
para  vender  sus  pieles.  Estos  robos  han  aumen- 
tado desde  que  el  comercio  del  Orinoco  se  ha 
hecho  mas  floreciente.  Por  medio  siglo,  las  oril- 
las de  aquel  rio,  desde  la  boca  del  Apure  hasta 
Angostura,  no  eran  conocidas  mas  que  de  los 
frailes  misioneros.  La  exportación  de  ganado 
comenzó  solamente  por  los  puertos  que  están  en 
la  costa  septentrional,  como  Cumana,  Barcelona, 
•Burburata,  y  Puerto  Cabello.  Esta  dependencia 
de  la  costa  ha  disminuido  mucho.  La  parte  sep- 
tentrional de  los  llanos  ha  establecido  una  comu- 


154 

nicacion  con  el  Baxo  Orinoco j  y  este  trafico  es 
el  mas  vivo,  porque  los  que  le  hacen  escapan  mas 
fácilmente  las  trabas  de  las  leyes  prohibitorias. 

Los  hatos  mayores  de  los  Llanos  de  Caracas  son 
los  de  Mereeure,  La  Cruz,  Belén,  Alta  Gracia, 
y  Paveo. 

Los  caballos  de  los  Llanos»  que  son  de  la  her- 
mosa raza  de  caballos  de  España,  no  son  muy 
grandes ;  par  Jo  general  son  de  un  color  uni- 
forme, bayo,  como  la  mayor  parte  de  los  animales 
salvages.  Sufriendo  alternativamente  de  la  se- 
quedad y  de  las  inundaciones,  atormentados  por 
las  picaduras  de  los  insectos,  y  por  la  mordedura 
de  murciélagos  muy  grandes,  pasan  una  vida  dura 
é  inquieta.  Después  de  haber  gozado  por  algu- 
nos meses  del  cuidado  del  hombre,  muestran  sus 
buenas  calidades,  y  se  hacen  tractables.  Un  ca- 
ballo salvage  en  las  Pampas  de  Buenos  Ayres, 
vale  de  medio  duro  á  uno ;  y  en  los  Llanos  de 
Caracas,  de  dos  á  tres  duros.  Pero  el  precio  de 
los  caballos  aumenta  una  vez  que  han  sido  doma- 
dos, y  que  pueden  servir  para  las  labores  de  la 
agricultura. 

"  Tube  ocasión,  dice  Lavaysse,  de  verificar  un 
hecho  bien  conocido  de  todos  los  que  han  viajado 
en  este  pays.  Los  caballos  viven  aqui  en  socie- 
dades, por  lo  general  hasta  el  numero  de  quinien- 
tos ó  seiscientos,  y  aun  de  mil :  ocupan  llanos  in- 
mensos, donde  es  difícil  cogerlos  y  peligroso  el 
perturbarlos.     En  la  estación  de  sequedad  tienen 


155 


k  á  Teces  dos  6  tres  leguas,  y  aun  nías  en 
busca  de  agua.  Emprenden  sus  marchas  en  filas 
regulares  de  quatro  al  frente,  y  de  este  modo  for- 
man una  procesión  de  un  quarto  de  legua  de 
largo.  Cinco  ó  seis  escuchas  preceden  la  tropa  á 
una  distancia  de  cinquenta  pasos.  Si  distinguen 
un  hombre  ó  un  jaguar,  relinchan,  y  la  tropa  se 
detiene ;  si  estos  les  evitan,  continúan  su  marcha  ; 
pero  si  tratan  de  pasar  entre  ellos,  saltan  sobre  el 
imprudente  viagero,  y  lo  matan  á  patadas.  El 
modo  mas  seguro  es  evitarles,  y  dexarles  conti- 
nuar su  marcha.  También  tienen  un  gefe,  que  va 
entre  las  escuchas  y  el  esquadron,  y  otros  cinco 
6  seis  caballos  van  á  cada  lado  de  la  tropa,  que 
son  como  una  especie  de  ayudantes,  cuyo  deber 
es  impedir  que  ninguno  se  salga  de  las  filas.  Si 
alguno  trata  de  desviarse,  ya  sea  por  hambre  ó 
por  cansancio,  le  muerden  hasta  que  vuelve  á 
tomar  su  lugar,  y  el  desertor  obedece  con  su  Ca- 
beza baxa.  Otros  tres  ó  quatro  gefes  marchan 
como  retaguardia  á  cinco  ó  seis  pasos  de  la  tropa. 
Oi  hablar  varías  veces  en  la  Trinidad  de  esta  dis- 
ciplina entre  los  caballos  salvages,  y  confieso  que 
con  dificultad  lo  pude  creer ;  pero  lo  que  acabo 
de  describir  es  un  hecho,  que  yo  mismo  he  visto 
dos  veces  en  las  orillas  del  Guarapiche,  en  donde 
acampe  cinco  dias  con  el  objeto  de  ver  aquellas 
tropas  organizadas.  He  encontrado  en  las  oril- 
las del  Orinoco,  hatos  de  cinquenta,  y  de  cien 
bueyes ;  un  gefe  marchaba  á  su  cabeza,  y  otro 
detras  de  la  tropa." 


150 

Las  muías,-  que  no  son  propias  para  el  trabaxa 
hasta  el  quinto  ano,  y  que  después  las  dan  el 
nombre  de  mulos  de  saca,  se  compran  en  el  pays 
por  14  ó  18  duros  cada  una.  En  1800  embar- 
caron en  Barcelona  para  las  Islas  de  las  Indias 
8000  muías  ;  y  se  computa  que  de  los  llanos 
del  gobierno  de  Caracas  se  enviaban  anualmente 
30,000  de  estos  animales  para  las  Islas  Españolas, 
Inglesas,  y  Francesas. 

Las  ovejas  son  innumerables,  y  los  venados 
muy  abundantes,  particularmente  en  las  jurisdic- 
ciones de  Coro,  Carora,  y  Tocuyo. 

En  fin,  casi  toda  especie  de  quadrupedos  Eu- 
ropeos, que  han  sido  transportados  á  aquellos 
payses,  se  han  vuelto  bravos,  y  multiplicado  ex- 
cesivamente en  los  montes,  que  abundan  de  todo 
lo  necesario  para  su  subsistencia.  Ni  el  ganado 
vacuno  ni  el  caballo  han  conservado  la  belleza  de 
los-  bueyes  de  España  ni  de  los  caballos  finos,  sin 
duda  por  el  poco  cuidado  que  tienen  de  ellos; 
pero  el  asno  ha  crecido  mas,  y  es  mas  hermoso.  4 

Sin  embargo,  los  caballos  de  Buenos  Ayres  y  de 
Chili  rivalizan  á  los  de  las  mas  hermosas  razas  de 
Europa.  La  cabra  es  menor  que  la  Europea; 
pero  su  carne  es  mas  sabrosa,  y  da  abundancia 
de  leche  deliciosa.  Las  ovejas  quando  cuidan  de 
ellas  igualan  á  las  de  España.  Los  marranos  no 
son  tan  grandes  como  los  de  Europa,  pero  son 
mas  prolificos  ;  y  su  carne  es  mas  delicada  y  fácil 
de  digerir  que  la  del  marrano  Europeo. 


157 

Parece  cierto  que  el  perro  no  existia  aqui  antes 
de  la  llegada  de  los  Europeos j  y  es  una  circuns- 
tancia muy  singular,  que  los  que  habitan  en  los 
montes  con  los  salvages,  (á  quienes  les  gustan 
mucho  los  perros),  han  perdido  la  facultad  de 
ladrar ;  en  lugar  de  eso,  aullan  como  los  lobos. 


CAPITULO  II. 


DEL  COMERCIO. 


SECCIÓN  I. 


DE  SU  ESTADO  ANTIGUO. 


1 

Un  compilador  industrioso,  cuyo  lenguage  no 
alteraremos  mas  que  en  las  partes  donde  haya 
algún  error,  nos  informa  sobre  esta  materia,  que 
la  depresión  general  de  las  manufacturas  que  se 
siguió  á  la  expulsión  de  los  Moros  de  España,  la 
obligaron  á  tomar  los  géneros  de  los  otros  payses 
para  proveer  á  sus  colonias.  Estos  venian  prin- 
cipalmente de  Holanda,  Inglaterra,  Francia,  y 
algunos  artículos  de  luxo  de  Italia.  Pagaban 
derechos  enormes  en  la  metrópoli,  y  al  llegar  á 
su  destinación,  otros  aun  mayores ;  de  suerte  que, 
antes  de  llegar  al  mercader  de  por  menor,  el  pre- 
cio de  los  artículos  era  ya  el  doble.  Ademas 
de  eso,  como  las  exportaciones  eran  pequeñas,  era 
necesario  metálico  para  procurarlas,  de  suerte 
que  las  ganancias  eran  muy  contra  España,  y  en 
favor  del  comerciante  extrangero. 

La  siguiente  pro  forma  servirá  para  mostrar  el 
precio  que  pagaba  el  consumidor  por  sus  géneros, 


y  formara  al  mismo  tiempo  un  contraste  con  el 
comercio  directo  de  Inglaterra. 

Calculo  en  moneda  Inglesa. 

Por  100  libras  esterlinas  de  géneros  Ingleses, 
compradas  en  la  Gran  Bretaña,  y  enviados  á 
Cádiz  en  navios  Ingleses:  Desde  Cádiz  en- 
viados á  la  America  Española  en  navios  Es- 
pañoles : — 

Primer  coste  en  Inglaterra,  rf.100    0    0 

Gastos  de  embarcación,  flete,  y  gasto 

de  seguros  hasta  Cádiz,       -         -        5     0    0 

Derecho  de  guerra  sobre  la  exporta- 
ción, -  -  -  -10    0 

Derechos  pagados  en  Cádiz  por  la 
importación,  -  -  -         15    0    0 

Ganancia  del  importador  en  Cádiz,        20    0    0 

Derechos  pagados  en  Cádiz  por  la  re- 
embarcacion  para  la  America,  10    0    0 

Flete  y  seguridad  desde  Cádiz  á  Ame- 
rica, -  -  -  20    0    0 


Primer  coste  y  gastos  precedentes 
para  la  America,  -        -        j£.171     0    0 

Ganancia  del  exportador  Español  á 
su  llegada  á  America,  freqüente- 
mente  200  por  ciento ;  pero  diga- 
mos solamente  100  por  ciento,  171     0    0 


Pagado  por  el  comprador  en  la  Ame- 
rica Española,  -  -         £.342    0    0 


160 


Cálculo  en  moneda  Inglesa. 

Por  100  libras  de  géneros  Ingles,  enviados  inme- 
diatamente desde  la  Gran  Bretaña,  por  comer- 
ciantes Ingleses,  en  navios  Ingleses,  á  la  Ame- 
rica Española : — 
Primer  coste,  -  -  -  £100  0  0 
Derecho  de  guerra  sobre  la  exporta- 
ción,   4    0    0 

Gastos  de  embarcación,  y  flete,      -        10    0    0 
Pago  de  seguros,  caso  que  sea  por 
navio  armado,  -  -        -        6    0    0 


Primer  coste,  y  gastos  precedentes 
para  la  America,  -        -        £120    0    0 

Ganancia  del   exportador  Ingles,  á 

100  por  ciento,         -        -        -         120    0    0 


Pagado  por  el  comprador  en  la  Ame- 
rica Española,  -  -        ¿£.240    0    0 

Mas  barato  para  el  comprador  en  la 
America  Española,  -        -        102    0    0 


£342    0     0 

N.  B. — A  esta  ganancia  se  puede  añadir  la  de 

un  valor  justo  y  mas  constante  de  las  producciones 

del  pays  para  formar  retornos,  que  es  la  conse- 

qüencia  natural  de  la  competición  en  el  trafico. 

El  precio  exorbitante  de  los  géneros,  que  el 
consumidor  no  podia  menos  de  sentir,  creaba  un 
espiritu  de  contrabando,  que   siempre   salia  en 


161. 

favor  del  extrangero,  que  no  vendía  mas  que  por 
metálico  j  y  las  Islas  vecinas  Inglesas  y  neutras 
eran  las  que  lograban  estas  ganancias. 

£1  comercio  directo  estaba  en  un  estado  de 
languidez,  por  las  muchas  trabas  que  tenia,  y  por 
la  rivalidad  de  los  poderes  neutros  j  pues  la  me- 
trópoli apenas  enviaba  mas  que  lo  que  podia 
ofrecer  de  si,— no  mucho  mas  que  frutas  secas, 
loza  muy  inferior,  quinquillerías,  hierro,  aguar- 
dientes Catalanes,  vinos,  aceite,  sedas  bastas  de 
Barcelona,  escabeches  de  atún,  y  otros  artículos 
semejantes  de  poca  importancia.  Los  géneros 
Ingleses  y  Alemanes  continuaban  entrando  por 
sus  vías  antiguas  y  dudosas. 

£1  comercio  directo,  limitado  como  estaba,  va- 
riaba mucho,  según  las  vicisitudes  de  la  guerra 
ó  de  la  paz.  Durante  las  ultimas  guerras  se  limi- 
taba á .  pequeñas  falucas,  que  salían  cargadas  de 
papel  Español,  para  hacer  cigarros,  y  que  el 
Americano  Español  considera  como  uno  de  los 
artículos  de  mas  luxo  por  el,  que  solía  á  veces 
pagar  40  duros  la  resma ;  y  si  España  cesase  de 
abastecer  este  articulo,  que  principalmente  se 
hace  en  Barcelona,  su  fabrica  debía  adoptarse  en 
Inglaterra,  porque  es  lo  que  exclusivamente  con- 
viene al  fumador,  no  conteniendo  en  si  ningún 
aceite  pernicioso  empireumatico,  ni  nada  viscoso 
ni  de  añil.  A  este  articulo  añadían  aguardientes 
blancos,  y  azogue  para  el  uso  de  las  minas.  Si 
llegaban  seguros,  traían  en  retorno  cacao,  por  el 
que  pagaban  15  duros,  y  que  vendían  á  su  llega- 

TOM.  II.  l 


da  á  112.  Sin  embargo,  estas  no  eran  mas  que 
pequeñas  venturas»  que  do  tedian  el  carácter  de 
comercio,  antes  tenían  el  de  Loterías,  que,  seme- 
jante á  ellas,  las  emprebendian  en  partes»  inclu- 
yendo los  seguros. 

Casi  todo  el  comercio  de  las  provincias  de  Ca- 
racas con  la  metrópoli  se  hacía  por  el  puerto  de 
La  Guayra,  qae,  apesar  de  su  mala  rada,  disputó 
por  mucho  tiempo  con  los  otros  puertos  la  ven- 
taja de  estar  mas  freqüentado»  La  razón  era» 
que  las  inmediaciones  de  Caracas,  en  donde  Isa 
producciones  son  mas  abundantes»  no  tenían  otra 
venta  sino  la  capital,  la  que  en  su  turno  no  las 
podia  exportar  á  otro  porage  mas  que  á  La 
Guayra -f  y,  como  la  población  de  aquella  ciudad 
consumía  mas  artículos  de  necesidad,  comodidad, 
ó  luxo>  el  comerciante  hallaba  su  interés  en  fre- 
qiieatar  el  puerto. 

En  conseqüencta  de  estas  circunstancias,  Puerto 
Cabello,  que  está  á  80  leguas  á  barbolento,  no  se 
usaba  nunca  como  puerto  de  embarcación,  ex- 
cepto para  los  artículos  que  sus  inmediaciones 
produce^  y  parte  de  los  valles  de  Aragua,  Va- 
lencia, S?*  Carlos,  Sft  Felipe,  &c  Si  acaso  suce- 
día también  que  el  producto  natural  aumentaba 
de  tal  suerte  que  excediese  el  valor  de  los  gene- 
ros  importados  por  navios  Europeos,  los  comer- 
ciantes iban  á  La  Guayra  para  disponer  de  sus 
cargamentos  Europeos,  de  los  que  no  podían  es- 
perar buena  venta  en  otro  parage,  y  después  iban 
á  Puerto  Cabello  á  cargar  en  retorno. 


163 

Maracaibo,  Cumaaa,  y  Guiana,  recibían  cada 
una  dos  ó  tres  navios  de  la  metrópoli ;  pero  en 
Maracaibo  no  podían  obtener  en  retorno  mas 
que  café  y  pieles  de  venados ;  en  Cumana,  algo- 
dón, y  un  poco  de  café ;  en  Guiana,  solamente 
el  producto  que  llevaban  allí  de  Varinas,  Barqui- 
simeto,  &c.  por  el  rio  Apure. 


SECCIÓN  II. 

DE  LA&  VENTAJAS  TOPOGRÁFICAS. 

Apesar  de  los  que  acabamos  de  decir,  basta 
considerar  la  situación  de  las  provincias,  su  co- 
municación mayor  ó  menor  con  las  islas  á  barbo- 
lento,  la  dirección  de  las  montañas,  y  el  curso  de 
los  grandes  ríos,  para  convencerse  que  Caracas 
no  puede  nunca  tener  ningún  influxo  político 
sobre  los  payses  de  que  es  la  capital.  £1  Apure, 
el  Meta,  y  el  Orinoco,  corriendo  de  oeste  al  este, 
reciben  todos  los  riachuelos  de  los  llanos,  y  de  la 
región  de  los  pastos.  Sto  Tomas  de  Guiana  tiene 
que  ser  necesariamente  en  lo  venidero  una  plaza 
de  comercio  de  la  mayor  importancia,  especial- 
mente quando  la  harina  de  Cundínamarca,  em- 
barcada mas  arriba  de  la  confluencia  del  rio 
Negro  y  del  Umadea,  y  descendiendo  por  el 
Meta  y  el  Orinoco,  lo  prefieran  en  Caracas  y  en 
La  Guiana  á  la  de  Nueva  Inglaterra. 


164 

"  Desde  mi  partida  de  las  orillas  del  Orinoco 
y  de  las  Amazonas,  dice  Humboldt,  una  nueva 
era  se  ofrece  en  el  estado  social  de  las  naciones 
del  occidente.  El  furor  de  disensiones  civiles 
cederá  su  lugar  á  los  bienes  de  la  paz,  y  á  un 
desenrollo  mas  libre  de  las  artes  y  de  la  indus- 
tria. La  bifurcación  del  Orinoco,  el  Ismo  de 
Tuamini,  tan  fácil  de  pasar  por  un  canal  artificial, 
fixara  la  atención  de  la  Europa  comerciante.  El 
Casiquiare,  tan  ancho  como  el  Rhin,  cuyo  curso 
es  de  180  leguas,  no  formara  mas  en  vano  un 
canal  navegable  entre  dos  lechos  de  rios,  que 
tienen  una  superficie  de  ciento  noventa  mil  leguas 
quadradas.  El  grano  de  Nueva  Granada  se  trans- 
portara á  las  orillas  del  rio  Negro.  Las  lanchas 
baxaran  desde  los  manantiales  del  Ñapo  y  det 
Ucuyabe,  desde  los  Andes  de  Quito  y  del  Alto 
Perú,  hasta  las  bocas  del  Orinoco,  una  distancia 
igual  á  la  desde  Tombuctoo  hasta  Marseilles.  Un 
pays  nueve  ó  diez  veces  mayor  que  España,  y  en- 
riquecido con  producciones  las  mas  variadas,  es 
navegable  en  todas  sus  direcciones,  por  medio  del 
canal  natural  del  Casiquiare,  y  por  la  bifurcación 
de  los  rios." 

Esta  materia  nos  conduce  necesariamente  á 
una  descripción  mas  por  menor  del  Orinoco. 

Los  manantiales  del  Orinoco  son  menos  cono- 
cidos de  los  Españoles,  que  las  del  Nilo  lo  eran  á 
los  Europeos,  y  aun  de  los  Africanos,  antes  del 
tiempo  de  Bruce.    - 

Las  montañas  que  están  al  nort-oeste  del  lago 
de  Parima,  se  llaman,  en  el  idioma  de  los  Indios, 


#  165 

Ibirinoco.  Es  muy  probable  que  hayan  dado, 
según  se  acostumbra,  á  este  famoso  rio  el  nombre 
de  estas  montañas,  porque  quiza  saca  su  origen 
de  ellas.  Sin  embargo  nadie  ha  verificado  este 
hecho ;  porque  los  salvages  oponen  un  obstáculo 
¿nsurmontable. 

Esto  el  mismo  Humboldt  tubo  ocasión  de  ex- 
perimentar en  1800,  al  tiempo  de  su  viage  al  rio 
Negro.  Quando  hubo  llegado  al  punto  donde  el 
Casiquiare.  se  une  por  un  brazo  con  el  Orinoco, 
quiso  descubrir  quales  eran  los  verdaderos  ma- 
nantiales de  este  rio ;  pero  halló  que  esto  era  im- 
posible, y  tubo  que  contentarse  con  el  testimonio 
que  pudo  recoger  de  algunos  Indios. 

Varios  arroyos  que  corren  de  las  montañas  del 
Ibirinoco  unen  sus  aguas  á  8  6  1 0  leguas  de  su 
origen,  y  forman  un  rio,  que  en  el  curso  de  500 
leguas  que  tiene  que  atravesar  hasta  el  mar,  re- 
cibe el  tributo  de  una  infinidad  de  riachuelos.  . 

Se  cree  que  el  curso  del  Orinoco,  por  las  cien 
primeras  leguas,  es  del  norte  al  sud.  Se  asegura 
que  dexa  dentro  de  este  espacio,  á  sesenta  leguas 
de  su  orilla  izquierda,  el  lago  de  Parima.  Las 
contribuciones  de  los  ríos  que  se  juntan  con  el 
Orinoco,  le  dan  un  cuerpo  tan  considerable,  y 
una  corriente  tan  rápida,  que  aun  antes  de  estar . 
á  cien  leguas  de  su  origen,  tiene  tanto  agua  y 
fuerza  como  el  rio  mas  considerable. 

Desde  las  Esmeraldas  á  Sn  Fernando  de  Ataba- 
po,  el  Orinoco  corre  del  este  ai  nort-oeste.  Aqui 
es  donde  está  el  canal  del  Casiquiare.     Forma  la 


166 

comunicación  del  Orinoco  con  el  rio  de  las  Ama- 
zonas, por  medio  del  rio  Negro. 

Humboldt  formó  el  proyecto,  en  1800,  de  as- 
cender el  Orinoco,  para  determinar  su  comunicar 
cion  con  el  rio  Negro.  Entró  en  el  Orinoco  por 
el  Apure,  y  llegó,  después  de  dificultades  increí- 
bles, hasta  el  Fuerte  de  Sa  Carlos,  que  confina 
con  las  posesiones  Portuguesas.  "  Desde  el 
Fuerte  de  S°  Carlos,  dice,  volvimos  á  Guiana  por 
el  Casiquiare,  un  brazo  muy  grande  del  Orinoco, 
y  que  forma  su  comunicación  con  el  rio  Negro. 
La  fuerza  de  la  corriente,  el  tamaño  inmenso  de 
los  mosquitos  y  de  las  hormigas,  y  la  falta  de 
población,  hace  esta  navegación  penible  y  peli- 
grosa. Entramos  en  el  Orinoco  por  el  Casiquiare,  á 
tres  gradas  y  media :  ascendimos  el  Orinoco  hasta 
las  Esmeraldas,  el  ultimo  establecimiento  de  los 
Españoles,"  &c.  Nada  falta  para  que  uno  pueda 
persuadirse  que  la  comunicación  del  Orinoco  es 
un  hecho  verdadero. 

El  Orinoco,  desde  su  origen  hasta  el  Atures, 
atraviesa  un  territorio  que  fertiliza,  pero  que  casi 
todo  está  ocupado  por  Indios  bravos. 

El  Orinoco,  antes  de  llegar  al  Atures,  dirige 
su  curso  al  norte  hasta  la  boca  del  rio  Meta,  de 
donde  se  inclina  al  nort-este,  para  tomar  en  fin 
una  dirección  oriental,  que  mantiene  hasta  caer 
en  el  mar. 

Lo  que  llaman  Los  Saltos  de  Atures,  son  rau- 
dales formados  por  rocas.  Ningún  navio,  grande 
ó  pequeño,  puede  pasar  estos.     El  navegante  no 


167 

tiene  otra  recurso  sino  tacar  su  canoa  á  turra  y 
Iterarla  al  otro  lado,  3ra  sea  que  ascienda  ó  que 
descienda. 

Un  poco  mas  arriba  de  loa  saltos  de  Atures,  et 
Orinoco  recibe  al  este  laa  aguas  del  Abacuna,  y 
al  oeste  las  de  Biebao.  Los  payses  desiertos  por 
loa  que  corren,  hace  que  su  descripción  sea  poco 
interesante.  Lo  mismo  sucede  con  los  rio*  Me- 
toya  y  Chiricua.  * 

£1  rio  que  merece  gran  consideración  es  el 
Meta :  reúne  sus  aguas  á  las  del  Orinoco  á  30 
leguas  mas  abaxo  de  los  saltos  del  Atures,  y  á 
125  leguas  de  S*  Tomas  de  Guiana»  La  naturaleza 
parece  haber  destinado  este  rio  para  formar  vas- 
tas relaciones  comerciales  entre  toda  la  parte 
oriental  de  Cundinamarca  y  de  la  Guiana  Es- 
pañola. 

£1  Meta  tiene  su  origen  á  150  leguas  al  sud- 
oeste de  su  confluencia  con  el  Orinoco.  Muchos 
de  los  ríos  de  Cundinamarca  aumentan  sus  aguas. 
Es  navegable  desde  Macuco,  cerca  de  los  llanos 
de  Santiago  de  las  Atalayas,  á  40  leguas  de  la 
capital.  Sus  orillas  están  aun  desiertas,  ó  á  lo 
mas  habitadas  por  los  Guahivos. 

El  rio  Casanare  da  sus  aguas  al  Meta  7¿  le- 
guas antes  de  entrar  en  el  Orinoco.  Estas  son, 
en  gran  parte,  el  tributo  de  otros  ríos.  El  Meta 
lleva  sus  aguas  al  Orinoco.  Se  distingue  de  los 
otros  rios  por  el  silencio  con  que  entra  en  él. 

Los  rios  Meta  y  Casanare  son  navegables  todo 
el  año.     En  el  verano,  es  decir,  en  la  estación  de 


168 

sequedad,  hay  brisas  continuas,  y  muy  frescas ; 
en  el  invierno,  calmas  y  un  corriente  muy  fuerte* 
Entonces  los  barcos  van  cerca  de  la  orilla :  pro- 
ceden con  mas  lentitud,  pero  tan  seguramente 
como  con  los  vientos  mas  favorables.  Estos  dos 
rios  tienen  baxios  en  los  que  los  barcos  tocan  fre- 
cuentemente ;  pero  los  hacen  flotar  con  facilidad, 
y  no  experimentan  daño,  porque  no  son  mas  que 
de  arena.      *         » 

La  inmensidad  y  riqueza  del  paya  por  el  que 
corre  el  Meta,  el  gran  numero  de  rios  que  se  le 
unen,  son  otros  tantos  medios  cómodos  y  venta- 
josos para  que  los  habitantes  de  la  parte  oriental 
de  Cundinamarca  dispongan  de  sus  comodidades ; 
y  para  que  los  de  la  Guiana  Española  aumenten 
su  comercio  con  todas  las  producciones  transpor- 
tables por  el  rio  Meta. 

Este  orden  de  cosas  es  tan  natural  y  tan  favo- 
rable á  las  dos  provincias,  que,  durante  el  poco 
tiempo  que  este  trato  existió,  el  cultivo  en  las  oril- 
las mas  altas  del  Meta  y  del  Casanare,  hizo  pro- 
gresos muy  visibles,  y  el  comercio  de  la  Guiana  dio 
pasos  muy  rápidos  hacia  la  prosperidad ;  pero  la 
industria  que  fue  el  fruto  de  este  trato  previo, 
en  lugar  de  ser  protegida  por  el  gobierno,  fue, 
al  contrario,  paralizada  por  sus  ordenes,  simple- 
mente á  causa  de  tan  solo  una  representación  de 
los  comerciantes  de  Cartagena. 

El  ministro  Español  mandó  actualmente,  que 
de  alli  en  adelante  no  transportasen  de  Cundina- 
marca, por  el  rio  Meta,  á  la  Guiana,  otros  pro- 


169 

ductos  territoriales  sino  harina,  y  algunos  géneros 
groseramente  fabricados  en  aquellas  regiones,  y 
que  no  tomasen  mas  que  dinero  en  retorno.  Esta 
medida  fue  como  un  rayo  para  estas  provincias. 
El  comercio  sereduxo  á  casi  nada. 

Si  de  aqui  infiriésemos  que  el  comercio  de  Car- 
tagena iba  á  ganar  mucho  por  tal  medida,  nos 
engañaríamos.  El  cultivador,  viendo  que  ya  no 
existían  los  motivos  que  la  habían  hecho  aban- 
donar su  inactividad,  hallaba  que  era  mas  fácil 
estar  reclinado  en  su  hamaca,  y  combatir  como 
antes  contra  las  privaciones,  que  fatigarse  para 
procurarse  las  comodidades,  que  los  gastos  de 
transporte  y  el  mucho  tiempo  que  se  necesitaría 
para  llevarlo  á  Cartagena,  absorberían  quanto 
valían,  y  aun  mas.  De  este  modo,  las  produc- 
ciones, y  el  comercio  de  ellas,  se  perdieron  para 
siempre. 

Mas  recientemente,  no  llevaban  á  Guiana,  por 
el  rio  Meta,  mas  que  hamacas,  esteras,  y  algunos 
otros  artículos  groseros  en  algodón,  harina,  y  un 
poco  de  azúcar,  sin  que  fuese  lo  suficiente  para 
exportar  la  mas  pequeña  cantidad.  Los  agentes 
de  este  miserable  comercio  recibían  metálico,  con 
el  que  no  les  permitían  comprar  ni  siquiera  los  ins- 
trumentos de  hierro  para  la  agricultura. 

Volvamos  al  Orinoco,  enriquecido  con  los  aguas 
del  Meta.  30  leguas  mas  abaxo  se  desagua  el 
Sinaruco  en  este  rio  al  oeste,  después  de  haber 
atravesado  por  cosa  de  50  leguas  un  pays  del  que 
nadie  pide  sus  producciones. 


170 

A  15  leguas  mas  arriba 'el  Apare  entra  en  el 
Orinoco. 

£1  rio  Apure  toma  su  origen  en  las  montanas 
vecinas  de  Sn  Cristoval.  Tiene  un  curso  de  170 
leguas,  de  las  quales  40  son  del  norte  si  sud-oeste, 
y  las  demás  del  oeste  al  este*  Después  se  dirige 
al  sud  para  reunirse  al  Orinoco*  Es  navegable 
mas  de  60  leguas. 

En  su  curso  aumenta  el  cuerpo  de  sus  aguas 
por  las  de  un  numero  inmenso  de  otros  ríos»  al- 
gunos de  los  quales  son  igualmente  navegables,  y 
tanto  mas  útiles,  que  después  de  haber  regado  la 
mayor  parte  de  Venezuela,  sirven  para  el  trans- 
porte de  aquellos  mismos  artículos  que  les  deben 
existencia.  Estos  rios  son,  el  Tinaco,  S*  Carlos, 
Cojeda,  Aguablanca,  Acarigoa,  Ara,  Yarno,  Hos- 
pina,  Maria,  Portuguesa,  Guanara,  Tucupido, 
Bocono,  Masparo,  Yuca,  Sto  Domingo,  Faguey, 
Tisnados,  &a  Todas  ellos  mezclan  sus  aguas 
sucesivamente  en  los  inmensos  llanos  de  Vene- 
zuela. Casi  todos  ellos  se  juntan  cerca  de  S° 
Jayme,  y  forman  un  gran  cuerpo  de  agua,  que  á 
12  leguas  mas  abaxo  se  arroja  en  el  Apure,  á  20 
leguas  al  norte  del  Orinoco.  El  choque  es  tan 
violento,  que  la  agitación  se  siente  hasta  en  el 
medio  del  rio ;  y  aun  á  aquella  distancia,  la  cre- 
ciente y  los  remolinos  ponen  en  gran  peligro  al 
navegante. 

Los  limites  del  Orinoco,  desde  la  boca  del 
Apure,  son  la  provincia  de  Venezuela  y  la  de 
Cu  man  a  hasta  el  mar. 


171 

Sobre  las  orillas  del  Apure,  y  de  los  otros  ríos 
que  recibe,  hay  una  infinidad  de  comunes,  que 
contienen  muchos  animales  muy  estimados.  Se 
componen  de  bueyes,  caballos,  y  muías,  pero 
principalmente  de  las  ultimas.  Su  exportación 
natural  es  por  La  Guiana,  á  causa  de  la  ventaja 
que  ofrece  el  pays  para  su  alimento  hasta  la  mis- 
ma boca  del  Orinoco. 

Toda  aquella  porción  de  Venezuela,  que  al 
presente  forma  la  nueva  provincia  de  Varinas,  y 
aun  toda  la  parte  meridional  de  la  provincia  de 
Venezuela,  se  halla  convidada,  por  la  facilidad 
del  transporte,  á  enviar  sus  comodidades  á  La 
Guiana,  en  lqgar  de  llevar  sobre  muías  á  Caracas 
ó  Puerto  Cabello,  su  café,  su  algodón,  y  su  añil, 
y  de  viajar  100  leguas  por  caminos  casi  impasa- 
bles, é  intersectados  por  ños  que  freqüentemente 
inundan  sus  orillas. 

£1  trato  entre  la  provincia  de  Varinas  y  la  de 
«Guiana,  no  es  tan  seguido  como  la  naturaleza  de 
las  cosas  parece  indicar ;  porque  la  ciudad  de 
S*  Tomé  no  teniendo  apenas  metálico,  y  que  rara 
vez  van  alli  navios  de  Europa,  el  cultivador  halla 
aun,  en  el  precio  por  sus  artículos  en  los  puertos 
de  Venezuela,  una  compensación  por  los  gastos 
y  dificultades  inseparables  de  un  viage  largo  y 
penible  hasta  Caracas  ó  Puerto  Cabello. 

Desde  la  confluencia  del  rio  Apure  con  el 
Orinoco,  hasta  Sto  Tome,  se  cuentan  80  leguas. 
En  todo  este  espacio  ningún  rio  de  importancia 


172 

se  desagua  en  el  Orinoco,  á  no  ser  el  Caura  y  el 
Caucapana. 

La  navegación  de  la  parte  superior  del  Orinoco 
no  es  tan  fácil  y  cierta  como  la  magnitud  del  rio 
haría  creen  Lleno  de  isletas  que  obstruyen  su 
canal,  y  que  unas  veces  hechan  su  lecho  á  la  izqui- 
erda, y  otras  á  la  derecha,— sembrado  de  peñas  de 
todos  los  tamaños  y  de  todas  las  alturas,  algunas 
de  la  quales  están  á  flor  del  agua,  y  otras  más  ó 
menos  hundidas  según  la  estación,  y  sugeto  á 
golpes  de  viento,— el  Orinoco  no  puede  ser  nave- 
gado mas  que  por  buenos  pilotos,  y  por  barcos  de 
una  construcción  peculiar,  y  de  un  cierto  tamaña 
Todo  esto  no  hace  relación  mas  que  á  la  navega- 
ción que  comienza  en  el  puerto  de  la  Guiana  para 
ascender  el  Orinoco,  ó  á  la  boca  del  Meta  para 
descender  á  la  capital. 

No  nos  falta  mas  que  dar  a  conocer  el  pequeño 
espacio  de  tres  grados  cinquenta  y  dos  minutos 
de  longitud,  que  separa  la  presente  capital  de  la 
boca  del  Orinoco ;  y  para  aprovecharnos  de  las 
apreciables  informaciones  que  Humboldt  ha  dado, 
lo  tomaremos  en  el  mismo  orden.  De  aquí  re- 
sulta mayor  ventaja,  á  causa  de  que  el  curso  de 
la  navegación  es  también  el  mismo.  £1  conoci- 
miento exacto  del  Delta,  y  del  curso  del  rio 
Caroni,  es  igualmente  interesante  para  la  hydro- 
grafia  y  para  el  comercio  Europeo. 

Para  juzgar  de  la  extensión  y  configuración 
de  un  pays  intersectado  por  los  brazos  del  Ori- 
noco, y  sugeto  á  inundaciones  periódicas,  Hum- 


173 

boldt  halló  que  era  expediente  examinar  astro- 
nómicamente, la  situación  y  los  puntos  en  que 
terminan  la  cima  y  los  ramos  mas  remotos  del 
Delta.     , 

El  Sw  Churruca,  que  fue  nombrado,  con  Don 
Joaquín  Fidalgo,  para  inspector  las  costas  de 
Tierra  Firme,  y  las  Islas  de  las  Indias  Occiden- 
tales, ha  obtenido  la  latitud  y  longitud  de  La 
Boca  de  Manamo,  Punta  Baxa,  y  Vieja  Guiaría. 
Los  informes  del  S"  Espinosa  nos  han  dado  á 
conocer  la  verdadera  situación  de  Punta  Barima ; 
de  suerte  que  al  corregir  las  longitudes  absolutas 
por  las  de  Puerto  España  en  la  Isla  de  la  Trini- 
dad, y  del  castillo  de  SD  Antonio  en  Cumana, 
(dos  puntos  verificados  por  las  observaciones  del 
mismo  Humboldt,  y  por  las  indagaciones  juiciosas 
de  M.  Oltmanns),  ofrecen  resultados  bastante 
exactos. 

Seria  de  desear  que  se  determinase  por  el  chro- 
nometro,  en  un  viage  sin  interrupción,  la  diferen- 
cia de  meridiano  entre  Puerto  España  y  las  pe- 
queñas bocas  del  Orinoco,  entre  Sn  Rafael  (la 
cima  del  Delta),  y  Angostura.  La  situación  de 
esta,  según  Humboldt,  estriba  sobre  la  de  Cuma- 
na, y  (por  la  confluencia  del  Apure)  sobre  Cara- 
cas y  Puerto  Cabello.* 

*  Los  siguientes  son  los  resultados  de  sus  indagaciones : 
Puerta  Barima,  la  orilla  oriental  de  la  grande  boca  (Boca  de 
Navios)  del  Orinoco,  corregido  por  Puerto  España  y  Puerto 
Rico,  según  M.  Oltmanns,  62°  26'  46" ;  por  Cumana,  según 
las  observaciones  directas  de  Humboldt,  62°  20'  10" :  lo  ha 


174 

Toda  la  costa  oriental  del  Sud  de  America, 
desde  el  Cabo  de  S*  Roque,  y  particularmente 
desde  el  puerto  de  Maranham,  hasta  el  grupo  de 
montañas  de  Paria,  es  tan  baxa,  que  parece  difícil 
atribuir  el  Delta  del  Orinoco,  y  la  formación  de 
su  suelo,  al  ciénago  acumulado  de  un  solo  rio. 

£1  Delta  del  Nilo  era,  según  el  testimonio  de 
los  antiguos,  un  golfo  del  Mediterráneo,  colmado 
por  aluviones  sucesivos.  Es  fácil  concebir,  que  á 
la  embocadura  de  todos  los  grandes  ríos,  donde 
la  velocidad  de  la  corriente  disminuye  de  un 
golpe,  se  forma  un  banco,  una  isla,  un  deposito 
de  substancias  que  no  pueden  ir  mas  lexos.  Tam- 
bién es  fácil  concebir,  que  el  rio,  forzado  á  correr 
al  rededor  de  este  nuevo  banco,  se  divide  en  dos 
brazos  ;  y  que  la  tierra  que  se  acumula  hallando 
un  punto  de  apoyo  en  la  cima  del  Delta,  se  ex* 
tiende  mas  y  mas,  ensanchando  estos  brazos.  Lo 
que  ocurre  en  la  primera  bifurcación,  puede  muy 
bien  efectuarse  en  cada  canal  separado ;  de  suerte 

fixado  á  62°  23',  porque  los  navegantes  Españoles  salen  de  la 
isla  de  la  Trinidad,  y  había  fixado  la  longitud  de  Angostura 
por  la  de  Cura  ana,  uno  de  los  puntos  de  America  cuya  posi- 
ción es  mas  fixa  y  conocida :  la  Boca  de  Man  amo,  que  es  casi 
la  mas  al  occidente  de  las  Bocas  Chicas  del  Orinoco,  64°  44^ ; 
Sn  Rafael,  cerca  del  punto  donde  el  Caño  de  Manamo,  que 
forma  las  Bocas  Chicas,  se  separa  del  tronco  principal,  64° 
18' ;  Vieja  Guyana,  64°  43' :  (La  latitud  que  Churruca  ob- 
servó en  tierra  es  8o  8'  24" ;  de  consiguiente  casi  la  misma 
que  la  latitud  de  Angostura,  que  halló  ser  8°  8'  11"  :  La  Cruz 
y  Arrowsmith  ponen  la  Vieja  Guyana  en  18"  y  26"  al  norte 
de  Angostura) :  Sto  Tomé  de  Angostura,  66°  15'  21". 


175 

que  per  la  misma  operación,  la  naturaleza  puede 
formar  un  laberinto  de  pequeños  canales  bifurca- 
dos, que  se  llenan  ó  se  aprofundizan  en  el  curso 
de  los  siglos,  según  la  fuerza  y  dirección  de  las 
aguas. 

No  hay  duda  que  el  tronco  principal  del  Ori- 
noco se  ha  dividido  de  este  modo,  á  veinte  y 
cinco  leguas  de  la  Boca  de  Navios,  en  dos  brazos, 
Zacupana  é  Imataca.  Los  otros  ramos  menos 
considerables  que  el  rio  envia  bácia  el  norte,  y 
cuyas  bocas  se  llaman  Bocas  Chicas,  parecen  ser 
un  fenómeno  semejante  al  de  los  Deltas  de  los 
rio»  tributarios. 

La  separación  mayor  de  los  brazos  del  Orinoco 
es  de  47  leguas  náuticas.  Esta  es  la  anchura  del 
Delta  del  Océano  entre  Punta  Barima  y  la  mas 
occidental  de  las  Bocas  Chicas.  Como  hasta 
ahora  no  se  ha  hecho  una  exacta  mensuracion  dé 
aquellas  costas,  el  numero  de  bocas  no  se  conoce. 
Una  tradición  vulgar  da  siete  al  Orinoco,  y  nos 
recuerda  las  septem  ostia  Niü,  tan  celebres  en  la 
antigüedad.  Pero  el  Delta  del  Egipto  no  se 
limitaba  siempre  á  este  numero ;  y  once  bocas 
considerables  se  pueden  contar  en  la  costa  inun- 
dada de  Guiana.* 

*  Boca  de  Navio»;  B.  de  Lauran  (Loran,  Laurent) ;  B.  de 
Nuina,  á  do»  6  tres  leguas  al  oeste  de  la  isla  de  los  Cangrejos, 
y  de  doce  ó  catorce  pies  de  hondo ;  B.  Cmca  de  Mariusas, 
cinco  legues  mas  arriba,  poco  conocida ;  B.  de  Vinquinia ;  B. 
Grande  de  Mariusas,  muy  navegable ;  B.  de  M acareo  (el  Caña 
de  este  nombre  admite  navios  grandes  hasta  Sn  Rafael,  donde 


176 

Después  de  la  Boca  de  Navios,  que  los  mari- 
neros conocen  á  causa  de  la  Punta  de  Bariraa,  las 
Bocas  de  Mantisas,  Macareo,  Pedernales,  y  Ma- 
namo  Grande,  son  las  mas  útiles  para  la  navega- 
ción. ' 

Aquella  parte  del  Delta  que  se  extiende  al  este 
de  la  Boca  de  Macareo,  está  bañada  por  las  aguas 
del  Golfo  de  Paria  ó  Golfo  Triste.  Este  golfo 
se  forma  por  las  costas  orientales  de  la  provincia 
de  Cumana,  y  por  las  occidentales  de  la  isla  de  la 
Trinidad.  Se  comunica  con  el  Mar  Caribe  por 
las  famosas  Bocas  de  Dragos,  que  los  pilotos  de 
la  costa,  desde  el  tiempo  de  Cristoval  Colon,  han 
sido  consideradas,  aunque  impropiamente,  como 
las  Bocas  del  Orinoco. # 

se  separa  del  tronco  principa]) ;  B.  de  Cucuina,  mas  estrecha, 
pero  mas  honda ;  B.  de  Pedernales,  navegable ;  B.  de  Mana- 
mo Grande,  cerca  de  las  Islas  de  Plata  y  Pesquero ;  B.  de  Gua- 
nipa.  Desde  la  B.  de  Nuina  hasta  la  B.  de  Manamo  Grande, 
las  distancias  parciales  se  indicaron  á  5,  7,  8,  6,  4,  8,  y  7 
leguas-  Lo  sinónimo  de  estos  canales  del  Orinoco  no  deza  de 
embarazar.  ¿  Acaso  la  B.  de  Capure  entre  Pedernales  y  Ma- 
careo, no  es  idéntica  con  la  B.  de  Cucuina ?  ¿No  conduce 
el  Caño  de  Laurent,  que  dicen  es  sumamente  ancho  donde  se 
separa  del  Orinoco,  y  muy  estrecho  á  su  boca,  á  una  de  las 
Bocas  de  Mariusas  ? 

*  Las  aguas  que  tan  impetuosamente  salen  de  las  Bocas  de 
Dragos,  son,  Io,  Las  del  Océano  Atlántico,  cuyas  corrientes 
suben  hacia  la  costa  de  la  Guyana,  por  el  canal. del  Sur,  (en- 
tre Punta  de  Mangles  del  Continente,  y  Punta  Galiota  de  la 
Isla  de  la  Trinidad),  al  oeste-nord-oeste ;  2a*»  Las  aguas  dul- 
ces de  las  Bocas  Chicas  del  Orinoco,  (de  los  Caños  Peder- 
nales y  Manamo  Grande,  unidos  á  los  del  rio  Guarapiche). 


177 

Quando  un  navio  quiere  entrar  por  la  boca  prin« 
cápal  del  Orinoco»  la  Boca  de  Navios»  debe  ir  há-  - 
cía  la  Punta  Barima.  La  orilla  del  sud  es  la  mas 
alta ;  la  roca  granítica  se  asoma  por  encima  del 
suelo  pantanoso  á  una  pequeña  distancia  en  el 
interior,  entre  el  Caño  Barima,  el  Aquire,  y  el 
Cuyuni.  La  orilla  del  norte  del  Orinoco  es  la 
mas  baxa,  y  se  distingue  á  gran  distancia  por  los 
troncos  de  palmas  de  mauritia  que  adornan  el 
paysage  ;  esta  costa  se  extiende  lo  largo  del 
Delta,  bácia  la  boca  de  Mantisas  y  la  Punta 
Baxa.* 

£1  mauritia  es  el  árbol  de  sagot  del  pays; 

Es  indudable,  que  el  Golfo  de  Paría  formaba  antiguamente  un 
golfo  interior,  quando  la  Isla  de  la  Trinidad  estaba  aun  unida 
al  Cabo  de  Paria,  y  al  sud-oeste  (Punta  de  Icacos)  al  Punto 
Foleto,  situado  al  este  de  la  Boca  de  Pedernales.  Tres  isletaa 
de  rocas,  en  parte  cultivadas  de  algodón* (Islas  de  Monos,  de 
Huevos,  y  de  Chacachacares),  dividen  el  canal,  que  tiene  tres 
6  quatro  leguas  de  ancho,  (entre  el  cabo  nord-oeste  de  la  Isla 
de  la  Trinidad,  cerca  del  Puerto  de  Chaguaramas  y  de  la 
Punta  de  la  Pena,  la  extremidad  oriental  de  la  costa  de  Paria), 
en  quatro  pequeños  caños;  Boca  de  Monos,  B.  de  Huevos, 
B.  de  Navios,  y  B.  Grande.  Estas  bocas  colectivamente  se 
llaman  Bocas  de  Dragos.  También  hay  otras  isletas  cerca  de 
la  costa  oriental  de  Paría,  (El  Fraile,  El  Pato,  y  El  Patito), 
cuya  existencia  atesta  las  convulsiones  á  que  este  pays  ha  es* 
tado  expuesto. 

•  Según  Churruca,  su  latitud  es  9o  35'  SO",  (ó  0°  W  5&» 
mas  al  norte  que  la  Punta  Barima).  Humboldt  halló  su  Ion* 
gitud  en  el  63°  21',  según  sus  observaciones  en  Cumana. 

f  La  fécula  nutritiva  6  harina  medular  del  árbol  de  sago  se 
halla  principalmente  en  un  grupo  de  palmas,  que  M.  Kunth 
ha  distinguido  por  el  nombre  de  calameae.    Sin  embargo  en 

TOM.  II.  M 


178 

produce  lá  harina  de  que  está  hecho  el  pan  del 
yuruma ;  y  lesos  de  ser  un  árbol  de  palma  de  la 
costa,  como  el  chamoerops  huniilis,  el  árbol  der 
coco,  y  el  lodoicea  de  Commerson,  se  halla  como 
un  árbol  de  palma  desde  los  pantanos  hasta  los 
manantiales  del  Orinoco. 

En  el  tiempo  de  las  inundaciones  estos  troncos 
de  mauritia,  con  sus  hojas  en  forma  de  abanico, 
tienen  la  apariencia  de  un  monte  que  se  levanta 
sobre  el  seno  de  las  aguas.  El  navegante,  que 
va  por  los  canales  del  Delta  del  Orinoco  por  la 
noche,  ve  con  sorpresa  las  cimas  de  las  palmas 
iluminadas  por  grandes  fuegos.  Estas  son  las 
habitaciones  de  los  Guaraones,  que  están  suspen- 
didas á  los  troncos  de  los  arboles.  Estas  tribus 
cuelgan  esteras,  sobre  las  que  ponen  tierra,  y  en- 
cienden los  fuegos  necesarios  para  sus  necesida- 

el  Archipiélago  Indiano  se  recoge  como  un  artículo  de  co- 
mercio de  los  troncos  de  los  cycas  revoluta»  del  phcenix  fnrine- 
fera,  del  corypha  umbraculifera,  y  del  caryota  urena*  La  can* 
tidad  de  materia  nutritiva  que  da  el  verdadero  árbol  de  asgo 
del  Asia,  (sagua  Rumphii,  6  metroxylon  sagú,  Roxburgh), 
excede  lo  que  da  qualesquiera  otra  planta  útil  al  hombre*  Un 
tronco  de  árbol,  en  su  15°  año,  á  veces  da  600  Ibs.  de  sago,  9 
harina,  (pues  la. palabra  sago  significa  harina  en  el  dialecto 
de  Amboina).  M.  Crawford,  que  residió  mucho  tiempo  en 
el  Archipiélago  Indiano,  calcula,  que  una  aranzada  Inglesa 
(4020  metros  quadrados)  puede  contener  435  arboles  de  sago, 
que  darían  1 20,500  Iba.  de  fécula,  ó  mas  de  8000  libras  al  a&o. 
Esté  producto  es  triple  que  el  del  trigo,  y  doble  que  el  de  pa- 
tatas en  Francia.  Pero  el  plantano  produce,  sobre  el  mismo 
espacio  de  tierra,  mas  substancia  nutritiva  que  el  árbol  de 
sago. 


179 

3és  domesticas.    Deben  su  libertad  é  indepen- 
dencia desde  hace  machos  siglos,  al  suelo  tré- 
mulo y  cenagoso,  sobre,  el  que  ellos  tan  solo  saben 
andar  seguramente  en  tiempo  dé  sequedad,  á  sus 
soledades  en  el  Delta  del  Orinoco,  y  á  sus  habi- 
taciones en  los  arboles.    Él  mauritia,  el  árbol  de 
la  vida  de  los  misioneros,  no  solo  ofrece  á  los 
Guantones  una  morada  segura  durante  las  cre- 
cientes del  Orinoco,  pero  también  su  fruto  en 
nuez,  su  medula  harinosa,  su  jugo  que  abunda 
en  materia  melífera,  y  las  fibras  de  sus  petiolea, 
les  dan  alimento,  vino,*  y  una  especie  de  cáñamo 
muy  propio  para  hacer  cuerdas  y  texer  hamacas. 
Estas  costumbres  de  los  Indios  del  Delta  del 
Orinoco  se  hallaban  antiguamente  entre  los  del 
Golfo  dé  Darien  (Uraba),  y  en  la  mayor  parte 
de  los  payses  inundados  entre  el  Guarapiche  y 
las  bocas  de  las  Amazonas.     Es  curioso  observar, 
en  el  grado  mas  baxo  de  civilización  humana,  la 
existencia  de  toda  una  raza  de  hombres  que  de* 
pende  de  una  sola  especie  de  árbol  de  palma,  se- 
mejante á  aquellos  insectos  que  se  alimentan  de 
una  misma  flor,  ó  de  la  misma  parte  de  una 
planta. 

No  debemos  sorprendernos  al  hallar  que  haya 
tantas  opiniones  sobre  la  anchura  de  la  boca  prin- 
cipal del  Orinoco  (Boca  de  Navios).  La  isla 
grande  de  los  Cangrejos  no  está  separada  mas 

*  £1  uso  de  este  vino  naurichi  no  es  muy  común.  Los 
Guaraones  prefieren  por  lo  general  una  bebida  hecha  de  miel 
fermentada. 


18Q 

que  por  un  canal  estrecho  de  la  tierra  inundada, 
que  se  extiende  entre  las  Bocas  de  Nuina  y  de 
Mariusas,  de  suerte  que  se  obtendrá  20  6  14  le- 
guas náuticas  (de  950  toisas  cada  una),  según  se 
mida  (encuna  dirección  opuesta  á  la  del  corriente) 
desde  Punta  Barima  hasta  la  orilla  opuesta  mas 
cercana,  ó  desde  la  misma  Punta  hasta  la  orilla 
oriental  de  la  Isla  de  los  Cangrejos. 

£1  canal  navegable  está  atravesado  por  un 
banco  de  arena,  en  la  que  no  hay  mas  que  17 
pies  de  agua;  cuyo  ancho  se  cree  que  es  de 
2500  á  2800  toisas.  El.  Orinoco,  como  el  río  de 
las  Amazonas,  el  Nilo,  y  todos  los  ríos  que  se  se- 
paran en  varios  ramos,  no  es  tan  ancho  á  su  boca 
como  se  supondría  de  lo  largo  de  su  curso,  y  de 
la  anchura  que  conserva  hasta  varios  cientos  de 
leguas  en  el  interior. 

£1  Orinoco  es  inferior  á  las  Amazonas  en  lo 
largo  de  su  curso,  y  aun  mas  en  su  anchura  en 
el  interior :  pertenece  á  los  ríos  del  segundo 
rango.  Pero  debemos  observar,  que  todas  estas 
clasificaciones,  sacadas  de  lo  largo  de  su  curso, 
ó  de  lo  ancho  de  las  bocas  de  los  ríos,  son  suma- 
mente arbitrarías.  Los  ríos  de  las  islas  Británi- 
cas se  terminan  por  golfos  ó  lagos  de  agua  dulce, 
jen  los  que  las  mareas  Causan  ondas  y  oscilaciones 
periódicas ;  y  nos  advierten  suficientemente,  que 
tfo  debemos  juzgar  de  la  importancia  de  un  siste- 
ma hydraulico,*  puramente  por  la  extensión  de 

*  £1  Thames  y  el  Severn ;  y  en  el  Nuevo  Mundo  el  río 
Guayaquil,  que  nace  al  pie  del  Chimborazo,  y  que  hace  ver 


181 

las  bocas  de  los  ríos.  Toda  idea  de  magnitud 
relativa  no  tendrá  precisión,  si  no  se  compara*  el 
volumen  de  las  aguas,  verificado  por  la  medida 
de  su  velocidad,  y  por, el  área  de  las  secciones 
transversales.t  Rios  de  una  anchura  aparente- 
mente grande,  no  teniendo  lechos  tan  profundos 
y  atravesados  por  varios  canales  paralelos,  con- 
tienen menos  agua  que  se  supondría  á  primera 
vista ;  y  el  volumen  de  sus  aguas  varia  tan  con- 
siderablemente en  los  dos  periodos  de  su  máxi- 
mum y  de  su  minimum,í  que  durante  las  inunda- 

• 

«na  desproporción  entre  la  breridad  de  su  corso  7  lo  ancho 
de  so  boca. 

f  £1  conocimiento  de  estas  secciones  vivas  (sections  vives) 
en  el  Ganges  7  en  el  Nilo,  le  debemos  á  los  trabajos  impor- 
tantes del  Mayor  Renell  7  de  M.  Girard. 

%  M.  Girard  halló  qoe  el  volumen  del  Nilo,  en  el  puerto  de 
Sjrout,  á  tiempo  de  so  menguante,  era  de  678  metros  cúbicos 
en  un  segando»  mientras  que  el  Ganges  le  dio  durante  las  in- 
undaciones 10247  metros  cúbicos.  Podemos  juzgar  por  ana- 
logia  del  aumento  enorme  del  Orinoco,  si  nos  acordamos  que 
en  algunos  parages  sube  25  pies,  en  los  que  el  medio  de  su 
ancho  es  de  1000  toisas.  La  siguiente  es  una  tabla  compara- 
tita  de  algunos  de  los  rios  grandes  del  Nuevo  Mundo,  calculan- 
do lo  largo  de  so  curso  según  los  mapas  mas  recientes,  7  aña- 
diendo una  tercera  parte  por  las  tortuosidades. 

Las  Amazonas,  980  leguas,  de  20  leguas  en  el  grado. 

El  Misi8ipi,  560  leguas,  subiendo  por  el  ramo  principal 
hasta  el  Chippewa7,  pero  815  leguas  subiendo  hasta  su  origen. 

£1  rio  de  la  Plata,  530  leguas,  subiendo  por  el  rio  Para- 
guay. 

£1  Orinoco,  la  parte  conocida  420  leguas. 
.  (El  Indus  tiene  un  curso  de  510  leguas,  7  el  Ganges  de 
426.) 


182 

¿iones  son  á  veces  15  6  20  veces  mayores  que  en 
la  estación  de  sequedad. 

.  Quando  se  dobla  la  Punta  Barima,  y  que  se 
entra  en  el  lecho  del  Orinoco,  no  tiene  mas  que 
300  toisas  de  ancho.  Computaciones  mayores 
nacen  del  error  de  los  pilotos  en  no  medir  el  rio 
en  linea  perpendicular  á  la  dirección  de  su  cor- 
riente.  £1  laberinto  de  canales  que  conduce  á 
las  bocas  chicas  muda  diariamente  en  profundi- 
dad y  en  figura.  Muchos  pilotos  están  persuadi- 
dos que  los  canos  de  Cocuina,  Pedernales,  y  Ma- 
careo,  por  los  que  se  hacía  un  comercio  de  con- 
trabando  con  la  Isla  de  la  Trinidad,  han  ganado 
mucho  en  profundidad  estos  últimos  años ;  y  que 
el  rio  tiene  una  tendencia  á  retirar  sus  aguas  de 
*  la  Boca  de  Navios,  y  de  correr  hacia  el  nord- 
oeste.  Antes  del  año  de  1760,  los  barcos  que 
hacían  mas  de  10  ó  12  pies  de  agua  rara  vez  se 
aventuraban  á  entrar  en  los  pequeños  caños  del 
Delta.  El  miedo  de  las  bocas  chicas  del  Orinoco 
ha  casi  desaparecido j  y  los  navios  de  los  enemi- 
gos, que  nunca  han  navegado  en  aquellas  partes» 
hallan  entre  los  Guaraones  guias  oficiosas  y  ex- 
perimentadas. La  civilización  de  esta  tribu  és 
de  la  mayor  importancia  para  un  gobierno  que 
desee  hacerse  dueño  del  Orinoco. 

Podemos  juzgar  del  cuidado  y  habilidad  que 
exige  la  navegación  del  Orinoco  en  su  boca,  por 
lo  que  diariamente  sucede  á  los  mismos  Guaraones. 
Nacidos  entre  las  bocas  del  Orinoco,  no  viviendo 
mas  que  de  la  pesca,  que  les  obliga  incesante- 


183 

mente  á  navegar  en  las  aberturas  y  canales  de 
las  isletas,  que  exclusivamente  poseen  y  habitan, 
tienen  que  saber  precisamente  donde  se  hallan  ; 
sin  embargo  estos  mismos  hombres  anfibios,  como 
quien  dice,  se  pierden  freqüentemente,  y  tienen 
que  buscar  el  corriente,  para  que  les  lleve  al  mar, 
y  entrar,  después  que  se  han  asegurado  donde  se 
hallan,  por  el  canal  mas  adaptado  para  su  vuelta. 
Estos  canales,  formados  por  una  inmensidad  de 
islas,  son  tan  numerosos,  y  tienen  tantas  direc- 
ciones, que,  en  la  mayor  parte,  no  se  percibe 
ningún  corriente ;  en  otros,  los  remolinos  y  los 
golpes  de  viento  establecen  corrientes  falsas,  que 
llevan  á  uno  rio  arriba  en  lugar  de  río  abaxo. 
£1  uso  del  compás  no  sirve  siempre  para  asegu- 
rarse, quando  uno  se  ha  perdido,  contra  el  andar 
errando  por  varios  dias  entre  las  islas  Guaraonas, 
y  de  volver  al'  mismo  punto  de  donde  uno  salió, 
creyendo  en  el  entre  tanto  que  se  subia  6  baxada 
el  rio.  Todas  estas  circunstancias  muestran  la 
necesidad  de  tener  á  bordo  un  buen  piloto,  ya 
sea  para  baxar  ó  subir  el  Orinoco. 

El  fluxo  y  refluxo  de  la  marea  se  sienten  en 
el  mes  de  Abril,  quando  el  rio  está  en  su  men- 
guante, mas  arriba  de  Angostura,  á  una  dis- 
tancia de  mas  de  85  leguas  en  el  interior.  A 
la  confluencia  del  Caroni,  que  está  á  60  leguas 
de  la  costa,  el  agua  se  levanta  de  un  pie  y  tres 
pulgadas.  Estas  oscilaciones  de  la  superficie  del 
rio,  esta  suspensión  de  su  curso,  no  debe  con- 
fundirse con  una  marea  que  sube.    A  la  boca 


184 

grande  del  Orinoco,  cerca  del  Cabo  Barima,  la 
marea  se  levanta  á  la  altura  de  dos  ó  tres  pies ; 
pero  mas  lexos  hacia  el  nord-oeste,  en  el  Golfo 
Triste,  entre  la  boca  de  Pedernales,  el  rio 
Guarapiche,  y  la  costa  occidental  de  la  Trini- 
dad, la  marea  sube  á  7,  8,  9,  y  hasta  10  pies. 
Tal  es  la  influencia  que  tiene  la  configuración 
de  la  costa,  y  los  obstáculos  que  presentan  las 
Bocas  de  los  Dragos  á  la  salida  de  las  aguas, 
sobre  puntos  de  SO  ó  40  leguas  de  distancia  las 
unas  de  las  otras. 

Todo  lo  que  cuentan  en  obras  muy  recientes 
de  los  corrientes  particulares  causados  por  el  Ori- 
noco á  2o  6  3o  de  distancia  en  plena  mar,  de  los 
cambios  que  se  observan  en  el  color  del  mar,  y  de 
las  aguas  dulces  del  Golfo  Triste,  es  enteramente 
fabuloso.  Las  corrientes,  en  toda  esta  costa, 
•  corren  desde  el  Cabo  de  Orange  hacia  el  nord- 
oeste  ;  y  las  variaciones  que  producen  las  aguas 
dulces  del  Orinoco  sobré  la  fuerza  de  la  corriente 
general,  y  sobre  la  transparencia  y  color  del  mar, 
rara  vez  se  extiende  mas  alia  de  3  ó  4  leguas  este* 
nord-este  de  la  isla  de  los  Cangrejos. 

Las  aguas  del  Golfo  Triste  son  saladas,  aun- 
que en  menos  grado  que  en  el  resto  del  Mar 
Caribe,  á  causa  de  las  bocas  chicas  del  Delta  del 
Orinoco,  y  de  la  masa  de  agua  que  da  el  Guara- 
piche.  Por  esta  razón  no  hay  salinas  en  esta 
costa ;  y  Humboldt  dice  haber  visto  navios  de 
Cádiz  que  llegaban  á  Angostura  cargados  de  sal, 
y  (lo  que  caracteriza  el  estado  de  la  industria  en 


185 

las  colonias)  aun  de  ladrillos  para  edificar  la  ca- 
tedral. 

La  distancia  extraordinaria  á  la  que  las  pe- 
queñas mareas  de  la  costa  se  sienten  en  el  lecho 
de  las  Amazonas,  *  y  del  Orinoco,  se  ha  conside- 
rado hasta  ahora  como  una'prueba  cierta  de  que 
estos  dos  ríos  no  tienen  mas  que  un  declive  de 
unos  quantos  pies  durante  un  curso,  el  uno  de 
£00  leguas,  y  el  otro  de  85.    Sin  embargo,  esta 
verdad  no  parece  ser  irrefragable,  si  reflexiona- 
mos que  la  magnitud  de  las  undulaciones  transmi- 
tidas depende  mucho  de  circunstancias  locales- 
de  la  forma,  de  las  tortuosidades,  y  del  numero 
de  los  canales  de  comunicación,  de  la  resistencia 
del  fondo  sobre  el  que  sube  la  marea,  del  recha- 
zamiento de  las  aguas  por  las  orillas  opuestas,  y 
de  su  compresión  en  un  estrecho. 

Un  hábil  ingeniero  ha  mostrado  recientemente, 
que  en  el  lecho  de  la  Garonne  las  oscilaciones 
suben,  como  en  un  plano  inclinado,  mucho  mas 
arriba  que  el  nivel  de  las  aguas  del  mar  á  la  em- 
bocadura del  rio.  En  el  Orinoco,  las  mareas  de 
una  altura  desigual  de  Punto  Barima  y  del  Golfo 
Triste,  se  transmiten  en  intervalos  desiguales  de 
tiempo,  por  el  caño  mayor  de  la  Boca  de  Navios, 
y  por  los  caños  estrechos,  tortuosos,  y  numerosos 
de  las  Bocas  Chicas.  Como  estos  pequeños  ca- 
nales se  separan  á  un  mismo  punto  del  tronco 
principal  cerca  de  S*  Rafael,  se  podrían  hacer 

*  El  rio  de  las  Amazonas  creze  periódicamente  al  Estrecho 
de  Panxfe,  á  192  leguas  de  la  costa. 


186 

indagaciones  muy  curiosas  sobre  la  retardación 
de  las  mareas,  y  sobre  la  propagación  de  las  olas 
en  el  lecho  del  Orinoco,  sobre  y  mas  abaxo  de  Sn 
Rafael,  en  el  Cabo  Barima,  en  el  océano,  y  en  la 
boca  de  Manamo  en  el  Golfo  Triste.  La  arqui- 
tectura hydraulica,  y  la  teórica  del  movimiento 
de  los  fluidos  en  canales  estrechos,  ganarían 
igualmente  por  un  trabaxo,  para  cuya  execucion 
el  Orinoco  y  las  Amazonas  presentan  facilidades 
peculiares. 

La  navegación  del  rio,  ya  sea  que  los  navios 
lleguen  por  la  Boca  de  Navios,  ó  que  se  aventuren 
á  entrar  por  el  laberinto  de  las  Bocas  Chicas, 
exige  varias  precauciones,  según  estén  las  aguas 
del  rio  altas  ó  baxas.  La  regularidad  de  estas 
subidas  periódicas  del  Orinoco  hace  mucho 
tiempo  que  han  sido  un  objeto  de  admiración  para 
los  viageros,  como  las  inundaciones  del  Nilo 
dieron  á  los  filósofos  antiguos  un  problema  difícil 
de  resolver.  El  Orinoco  y  el  Nilo,  contrarios  á  la 
dirección  del  Ganges  y  del  Indus,  el  río  de  la 
Plata  y  el  Eufrates,  tienen  el  mismo  curso  del 
sud  al  norte ;  pero  los  manantiales  del  Orinoco 
están  cinco  ó  seis  grados  mas  cerca  del  equádor 
que  los  del  Nilo.  Al  observar  todos  los  días  las 
variaciones  accidentales  del  atmosfera,  es  difícil 
persuadirse,  que  en  un  espacio  mayor  de  tiempo 
los  efectos  de  estas  variaciones  se  compensan  mu- 
tuamente ;  que  en  una  larga  sucesión  de  años, 
los  medios  del  temperamento,  de  la  humedad,  y 
de  la  compresión  barométrica,  difieren  tan  poco 


187 

» 

de  mes  á  mes ;  y  que  la  naturaleza,  apesar  de  la 
multitud  de  perturbaciones  parciales,  sigue  un 
carácter  constante  en  las  series  de  fenómenos 
meteorológicos.  Rios  inmensos  se  reúnen  en  un 
receptáculo  común,  que  una  superficie  de  varios 
miles  de  leguas  quadradas  recibe  en  si.  Por  muy 
desigual  que  sea  la  cantidad  de  lluvia  que  caiga 
jdurante  varios  años  sucesivos  en  tal  ó  tal  valle, 
las  crecientes  de  los  ríos  que  tienen  un  curso  largo 
no  se  bailan  de  ningún  modo  influidas  por  estas 
variaciones  locales.  Las  crecientes  representan  el 
estado  medio  de  la  humedad  que  reina  en  todo  el 
lecho;  sjguen  anualmente  toda  la  progresión, 
porque  su  principio  y  su  duración  dependen  tam- 
bién del  medio  de  los  periodos,  aparentemente 
muy  variables,  del  principio  y  fin  de  las  lluvias  en 
las  diferentes  latitudes  por  las  que  corren  las 
aguas  del  tronco  principal,  y  sus  varios  rios  tribu- 
tarios. Pe  aqui  resulta,  que  las  oscilaciones  pe- 
riódicas de  los  rios  sdü,  como  la  igualdad  del 
temperamento  de  las  cavefnf»  y  de  las  fuentes, 
una  indicación  sensible  de  la  distribución  regular 
de  la  humedad  y  del  calor,  que  ocurre  de  año  en 
año  sobre  una  extensión  considerable  de  terreno. 
Sorprenden  al  vulgo,  como  sucede  siempre  quan- . 
do  no  pueden  subir  á  las  primeras  causas  del 
orden  que  perciben  en  ellas:  como  los  medios 
del  temperamento,  por  una  larga  sucesión  de 
meses  ó  años,  sorprenden  á  los  que  ven  por  la 
primera  vez  un  tratado  sobre  los  climas.  Los 
rios  que  pertenecen  á  la  zona  tórrida  muestran 


188 

en  sus  movimientos  periódicos  aquella  regularidad 
maravillosa,  que  es  peculiar  á  una  región  donde 
el  mismo  viento  trae,  casi  siempre,  strata  de  un 
aire  de  un  temperamento  igual ;  y  donde  el  cam- 
bio del  sol,  en  su  declinación,  causa  todos  loe 
años,  al  mismo  tiempo,  una  ruptura  del  equilibrio 
en  la  intensidad  eléctrica,  en  la  cesación  de  las 
brisas,  y  en  el  principio  de  la  estación  de  las  llu- 
vias. El  Orinoco,  el  rio  Magdalena,  y  el  Congo 
ó  Zaire,  son  los  únicos  rios  grandes  de  las  regiones 
equinocciales  del  globo,  que,  naciendo  cerca  del 
equador,  tienen  sus  bocas  en  una  latitud  mas  alta, . 
aunque  dentro  de  los  trópicos.  El  Nilo  y  el  rio 
de  la  Plata  dirigen  su  curso  en  los  hemisferios 
opuestos  desde  la  zona  tórrida  hacia  la  tem- 
plada.* 

Mientras  que  confundiendo  el  rio  Paragua  de 
la  Esmeralda  con  el  rio  Guaviare,  se  buscaban 
los  manantiales  del  Orinoco  hacia  el  sud-oeste,  al 
declive  oriental  de  los  Andes,  las  crecientes  de 
este  rio  se  atribuían  á  una  fundición  periódica  de 

*  En  Asia,  el  Ganges,  el  Burampooter,  y  loa  rios  magea» 
tuoaos  del  Indo-China,  dirigen  su  curso  hacia  el  equador. 
£1  primero  corre  desde  la  zona  templada  á  la  tórrida*  Esta 
circunstancia  de  corrientes  que  siguen  direcciones  opuestas 
(hacia  el  equador,  y  hacia  los  climas  templados),  tienen  un 
influxo  sobre  el  periodo  y  la  altura  de  las  crecientes,  sobre 
la  naturaleza  y  variedad  de  las  producciones  de  las  orillas  de 
los  rios,  sobre  la  mayor  ó  menor  actividad  del  comercio,  y 
podemos  añadir,  de  lo  que  sabemos  de  las  naciones  del  Egipto, 
Meroe,  é  India,  sobre  los  progresos  de  la  civilización  lo  largo 
de  los  valles  del  rio. 


189 

fes  nieves.  Esta  suposición  estaba  tan  distante 
de  la  verdad,  como  la  de  que  el  Nilo  crecía  por 
las  nieves  derritídas  de  Abysinia.  Las  Cordille- 
ras de  Nueva  Granada,  cerca  de  las  que  los  ríos 
tributarios  del  Orinoco,  el  Guaviare,  el  Meta,  y 
el  Apure,  toman  su  origen,  no  entran  mas  en  los 
limites  de  las  nieves  perpetuas,  excepto  los  Para- 
mos de  Chita  y  Mucuchies,  que  los  Alpes  de  la 
Abysinia.  Montañas  nevadas  son  mucho  menos 
raras  en  la  zona  tórrida  que  generalmente  se  ad- 
mite ;  y  la  fundición  de  la  nieve,  que  en  ninguna 
estación  es  alli  abundante,  no  aumenta  nada  al 
tiempo  de  las  inundaciones  del  Orinoco. 

Los  manantiales  de  este  rio  están  (al  este  de  la 
Esmeralda)  en  las  montañas  de  Parima,  cuyas 
cimas  mas  altas  no  exceden  1200  ó  1300  toisas 
de  elevación ;  y  desde  la  Grita  hasta  Neiva  (entre 
7*£°  y  S°  de  latitud)  el  ramo  oriental  de  la  Cor- 
dillera presenta  muchos  paramos  de  1800  á  1900 
toisas  de  alto,*  y  solo  un  grupo  de  Nevadas,  es 
decir  de  montañas  de  2400  toisas  de  elevación, 
en  los  cinco  Picachos  de  Chita.  Las  tres  cor- 
rientes tributarias  occidentales  del  Orinoco  nacen 

*  Desde  el  norte  al  sud :  los  Paramos  de  Porqueras,  y  de 
Laura  (cerca  de  la  Grita);  de  Cacota;  de  Almorzadero, 
Zoraca,  Guachaneque,  y  Chíngasa  (entre  Pamplona  y  Su  Fé 
de  Bogotá) ;  la  Suma  Paz,  entre  Pandi  y  Neiva.  £1  tempe- 
ramento medio  de  estos  desiertos  montañosos  que  en  el  paya 
llaman  Paramos,  es  de  9o.  Humboldt  halló  algunas  veces  en 
«Nos  el  termómetro  centígrado  á  4°.  No  vio  caer  nada  de 
AÍeve  periódicamente  baxo  el  equador  á  la  altura  absoluta  de 
1860  ó  de  1900  toisas. 


19o 

fen  los  Paramos  de  Cujidinamarca,  que  estañ  des- 
tituidos de  nieve.     Solo  los  ríos  segundarios  que 
caen  en  el  Meta  y  el  Apure,  reciben  algunas 
aguas  de  nieve,  tales  como  las  del  rio  Casanare, 
que  baxan  del  Nevado  de  Chita,  y  el  rio  Santo 
Domingo,*   que  baxa  de  la  Sierra  Nevada  de 
Merida,  y  que  atraviesa  la  provincia  de  Varinas. 
La  causa  de  las  crecientes  periódicas  del  Ori- 
noco obra  del  mismo  modo  en  todos  los  rios  que 
toman  su  origen  en  la  zona  tórrida.     Después  del 
equinoccio  vernal,  la  cesación  de  las  brisas  anun- 
cian la  estación  de  las  lluvias.     El  aumento  de 
los  rios,  que  pueden  considerarse  como  ombróme- 
tros naturales,  es  en  proporción  de  la  cantidad  de 
agua  que  cae  en  las  diferentes  regiones.    Esta 
cantidad,  en  el  centro  de  los  montes  del  Alto 
Orinoco  y  del  rio  Negro,   excede  anualmente, 
según  Humboldt,  90  ó  100  pulgadas.    De  con- 
siguiente, aquellos  naturales  que  viven  baxo  el 
cielo  anublado  de  la  Esmeralda  y  del  Átabapo, 
saben,  sin  tener  la  mas  pequeña  noción  de  filoso- 
fía natural,  lo  que  no  sabían  los  Eudoxus  y  los 
Eratosthenes  antiguos,  que  las  inundaciones  de 

*  £1  Nevado  de  Macuchies,  la  parte  oriental  de  la  Sierra 
Nevada  de  Merida,  da  origen  en  el  sud  al  rio  de  S*°  Domingo ; 
y  en  el  norte,  al  rio  Chama,  que  se  desagua  en  el  Golfo  de 
Maracaibo.  Un  rio  tributario  del  primero  de  estos  dos,  el 
Paguay,  viene  de  la  parte  occidental  de  la  Sierra  Nevada  de 
Merida.  De  consiguiente,  no  hay  en  toda  la  circunferencia 
del  lecho  del  Orinoco,  otra  cima  que  entre  en  la  región  per- 
petua de  las  nieves,  excepto  esta  Sierra  Nevada  de  Merida, 
(lat.  7o  50'),  y  el  Nevado  de  Chita  (lat.  5o  45').     . 


191 

los  grandes  ríos  son  causadas  únicamente  por 
las  lluvias  equatoriales. 

Lo  siguiente  es  él  progreso  usual  de  las  osci- 
laciones del  Orinoco.  Poco  después  del  equi- 
noccio vernal  (algunos  dicen  el  25  de  Marzo) 
6e  comienza  á  observar  el  principio  de  la  cre- 
ciente. Primeramente  no  sube  mas  que  una 
pulgada  en  24  horas  $  algunas  veces  el  rio  suele 
basarse  otra  vez  en  Abril ;  llega  á  su  máximum 
en  Julio ;  continúa  en  el  mismo  nivel  desde 
fines  de  Julio  hasta  el  25  de  Agosto  ;  y  después 
disminuye  progresivamente,  pero  mas  lentamen- 
te que  creció.  Está  en  su  minimum  en  el  mes 
de  Enero  y  Febrero.  En  los  dos  mundos,  los 
ríos  de  la  zona  tórrida  septentrional  llegan  á  su 
mayor  altura  al  mismo  tiempo.  El  Ganges,  el 
Gambia,  y  el  Niger,  están  en  su  máximum,  como 
el  Orinoco,  en  el  mes  de  Agosto.*  El  Nílo  dos 
meses  mas  tarde.t 

*  Cerca  de  40  6  50  días  después  del  solsticio  estival. 

\  El  punto  (17°  35')  donde  el  Tacazze  6  Astaborag  entra 
en  el  Nilo.  £1  Nílo  no  recibe  ningún  rio  mas  abaxo  de  aqui, 
tanto  al  este  como  al  oeste ;  el  único  exemplo  que  hay  en  la 
historia  hydrografica  del  globo.  La  distancia  desde  la  boca 
del  Tacazze  hasta  el  Delta  es  cerca  de  1350  millas  náuticas ; 
de  suerte  que  admitiendo  la  velocidad  media  del  Nilo  á  quatro 
pies  en  un  segundo,  ó  á  dos  millas  y  media  en  una  hora,  22 
dias  y  medio  es  el  tiempo  de  la  baxada  de  una  partícula  de 
-agua.  Este  es  también  el  tiempo  que  una  creciente  tomaría 
para  baxar  desde  el  origen  del  Orinoco  hasta  su  boca,  por  un 
curso  de  1308  millas  náuticas.  La  velocidad  del  Nilo  en 
Nubia  no  hay  duda  que  es  mayor  que  lo  que  hemos  calculado 

7 


19* 

La  ley  de  la  creciente  y  del  menguante  del 
Orinoco  es  mas  difícil  de  fixar  con  respecto  á 
espacio,  6  á  la  magnitud  de  las  oscilaciones,  que 
con  respecto  al  tiempo,  ó  al  periodo  del  máxi- 
mum 6  del  mínimum.  Humboldt,  no  habiendo 
podido  medir  sino  imperfectamente  la  subida 
del  rio,  presenta  computaciones»  aunque  no  sin 
vacilar,  que  difieren  mucho  entre  si.  Los  pilo- 
tos extrangeros  admiten  19  pies  por  la  subida,, 
ordinaria  en  el  baxo  Orinoco.  M.  Depons,  que 
por  lo  general  ha  recogido  nociones  muy  exac- 
tas durante  su  residencia  en  Caracas, .  la  fixa  á 
veinte  y  seis  varas.  Las  alturas  varían  natural- 
mente según  el  ancho  del  lecho,  y  el  numero 
de  ríos  tributarios  que  recibe  el  tronco  princi- 
pal. Parece  que  la  subida  media  en  Angostura 
no  excede  24  ó  25  pies.  En  este  sitio,  una  isla 
situada  en  medio  del  rio,  ofrecería  la  misma  faci- 
lidad para  medir  la  creciente,  como  la  que  da 
el  nilometro  (megyas)  puesto  á  la  punta  de  la 
isla  de  Roudah.  La  gente  cree  que  cada  25 
años  el  Orinoco  sube  S  pies  mas  que  acostum- 
bra ;  pero  la  idea  de  este  ciclo  no  estriba  sobre 
ninguna  medida  precisa.  Sabemos  por  el  testi- 
monio de  la  antigüedad,  que  las  oscilaciones  del 
Nilo*  han  sido  visiblemente  las  mismas,  respecto 
á  su  altura  y  duración,  por  millares  de  años ; 

aquí.  La  retardación  de  la  oscilación .  del  Nilo  e&  muy 
notable,  comparada  con  la  de  los  otros  ríos  de  los  trópicos. 
¿  Acaso  esta  denota  una  causa  mas  remota  de  la  subida  de 
las  aguas  ? 


193 

que  es  una  prueba  muy  digna  de  notar,  de  que 
el  estado  medio  de  la  humedad  y  del  tempera- 
mento no  varia  en  aquel  vasto  lecho. 

Humboldt  halló,  por  la  altura  barométrica  de 
SD  Fernando  de  Apure,  que  la  inclinación  del 
Apure  y  del  Baxo  Orinoco,  desde  esta  ciudad 
á  la  Boca  de  Navios,  era  de  tres  pulgadas  y  un 
quarto  de  pulgada  en  cada  milla  náutica  de  950 
toisas  cada  milla**  De.  consiguiente,  la  fuerza 
del  corriente  depende  menos  de  la  inclinación 
del  lecho,  que  de  la  acumulación  de  las  aguas 
altas,  causadas  por  las  lluvias  abundantes,  y  por 
el  numero  de  ríos  tributarios.  Los  colonos  Euro- 
peos han  residido  ya  á  las  orillas  del  Orinoco 
250  años ;  y  durante  este  largo  periodo,  según 
la  tradición  que  ha  pasado  de  generación  á  gene- 
ración, las  oscilaciones  periódicas  del  rio  (el  tiem- 
po desde  que  comienza  á  crecer,  y  el  tiempo  en 
que  llega  á  su  máximum),  no  se  han  retardado 
mas  que  12  ó  15  dias. 

Quandb  navios  que  van  muy  cargados  navegan 
hacia  Angostura  en  los  meses  de  Enero  y  Febre- 
ro, favorecidos  por  las  brisas  y  por  la  marea,  cor- 
ren peligro  de  encallarse.  El  canal  navegable 
cambia  amenudo  su  anchura  y  dirección j  sin  em- 
bargo, aun  no  han  puesto  ninguna  boya  para  in- 
dicar los  bancos  formados  en  el  rio,  donde  las 
aguas  han  perdido  su  velocidad  original.    Al  sud 

*  Solo  el  Apure  tiene  una  inclinación  de  13  pulgadas  en 
cada  milla. 

TOM.  U.  N 


194 

del  Cabo  Barima,  lo  mismo  que  por  el  rio  de  este 
nombre,  por  el  rio  Moroca  y  por  varios  e*t». 
arios,  existe  una  comunicación  con  la  colonia 
Inglesa  del  Eaequibow  Navio»  pequeños  pueden 
penetrar  en  el  interior  basta  el  rio  Poumaron,* 
en  el  que  están  los  antiguos  establecimientos  de 
Zealand  y  de  Middlebourg.  Hasta  entonces  esta 
comunicación  no  interesaba  mas  que  al  gobierno 
de  Caracas,,  á  causa  del  comercio  ilícito  que  fa- 
cilitaba ;  pero  desde  que  Berbiee,  Demerata,  y 
Esequibo*  han  caido  entre  las  manos  de  un  vecina 
mas  poderoso,  ha  fixado  también  la  ateocion  de 
los  Americanos  Españoles*  como  unido  á  la  se- 
guridad de  sus  fronteras.  Toda  la  costa  entre  el 
Orinoco  y  las  Amazona»  se  halla  caracterizada 
por  ríos  que  tienen  un  curso  paralelo  á  la  costa» 
y  q«e  no  están  á  mas  que  á  4  ó  &  millas  náuticas 
de  distancia. 

A  diez  leguas  del  Cabo  Barima,  el  lecho  grande 
del  Orinoco  se  divide  por  la  primera  ves  en  dos 
ramos  de  200Q  tobas  de  ancha  Se  conocen 
bexo  lo»  nombres  Indianos  de  Zaaupana  é  Ima- 
taca. El  primero,  que  es  el  que  está  mas  hacia 
el  norte*  se  comunica  al  este  de  \m  Islas  de  loa 
Cangrejos  y  del  Burro  con  las  Bocas  Chicas  de 

*  Cerca  del  Cabo  Nassau,  el  Coronel  Inciarte,  antes  que 
se  estableciese  en  Angostura,  fue  empleado  por  el  Gobierno 
Español  para  examinar  y  medir  el  laberinto  de  esteros  y 
caños,  entre  la  boca  grande  del  Orinoco  y  la  del  Esequibo. 
Por  desgracia  este  oficial  m>  team  consigo  un  cronometro. 


195 

Laura»,* 'Nuina,  y  Marineas.  Como  la  Isla  de 
Burro  desaparece  en  tiempo  de  las  grandes  inun- 
daciones, desgraciadamente  no  es  propia  para 
establecer  im  fuerte.  La  orilla  meridional  del 
brazo  de  Imataca  está  cortada  por  un*  laberinto 
de  pequeños  canales,  en  los  que  corren  el  rio 
Imataca  y  el  rio  Aquire>t  Una  larga  serie  de 
cuestas  graníticas  se  levantan  en  los  fértiles 
llanos  entre  el  Imataca  y  el  Cuyuni :  es  una  pro- 
longación de  las  Cordilleras  de  Parima,  que  sir- 
viendo de  limites  al  orizonte  al  sud  de  Angostura, 
forma  los  famosos  raudales  del  Caroni,  y  se  acer- 
ca al  Orinoco  como  un  cabo  que  se  avanza,  cerca 
del  pequeño  fuerte  de  la  Vieja  Guiana.  Las 
pobladas  misiones  de  los  Indios  Caribes,  y  de  la 
Guiana,  gobernadas  por  los  capuchinos  Catalanes, 
están  cerca  de  los  manantiales  del  Imataca  y  del 
Aquíre.  Las  misiones  mas  orientales  son  las 
de  Miamu,  Cumamu,  y  Palmar,  situadas  en  un 
pays  montuoso,  que  se  extiende  hacia  Tupuquen, 
Santa  Maria,  y  Villa  de  Upata.  Ai  subir  por  el 
rio  Aquire,  y  dirigiéndose  hacia  el  sud  después 
de  haber  atravesado  los  pastos;  se  llega  á  la 
Misión  de  Belem  de  Tu m ere m o,  y  después  á 
la  confluencia  del  Curumu  con  el  rio  Cuyuni, 
donde  estaba  antes  establecidp  el  Destacamento 
de  Cuyuni.  X    Entramos  en  este  detalle  topogra- 

*  Caño  PraAces. 

f  Estos  caoales  se  coiftuiMcan  con  el  Gaño  de  Arecifes, 
que  se  Abro  á  dos  leguas  «I  oeste  del  Cabo  tarima. 
%  Al  este  de  tas  montanas  del  Kioeroto. 


196 

fico,  porque  el  rio  Cuyuni  6  Cuduvini  corre  etí 
linea  paralela  con  el  Orinoco  del  oeste  al  este, 
por  una  extensión  de  2.5°  6  3o  de  longitud,  t  y 
presenta  unos  excelentes  confines  naturales  entre 
el  territorio  de  Caracas  y  el  de  la  Guiana  In- 
glesa. 

Los  dos  brazos  grandes  del  Orinoco,  el  Zacu- 
pana  y  el  Imataca,  continúan  separados  por  14 
leguas.  Mas  arriba  las  aguas  del  rio  se  hallan 
reunidas t  en  un  canal  sumamente  ancho  ;  en  su 
extremidad  occidental  se  encuentra  una  segunda 
bifurcación  ;  y  como  la  cima  del  Delta  está  en  el 
brazo  septentrional  del  rio  bifurcado,  esta  parte 
del  Orinoco  es  sumamente  importante  para  la 
defensa  militar  del  pays.  Todos  los  caños  §  que 
terminan  en  las  Bocas  Chicas,   salen  desde  el 

f  Incluyendo  el  rio  Juruam,  uno  de  los  ramos  principales 
del  Cuyuni.  El  destacamento  Holandés  está  a  5  leguas  al 
oeste  de  la  unión  del  Cuyuni  con  el  Esequibo,  donde  el  pri- 
mero de  estos  ríos  recibe  el  Mazuruni. 

%  A  este  punto  de  unión  se  encuentran  dos  pueblos  de 
Guaraones.  También  llevan  el  nombre  de  Imataca  y  de 
Zacupana. 

§  Caño  de  Manamo  Grande,  C.  de  Manamo  phico,  C, 
Pedernales,  C.  Macareo,  C.  Cutupiti,  C.  Macuona,  C.  Grande 
de  Mariusas,  &c.  Los  tres  últimos  caños  forman  por  su  unión 
el  canal  tortuoso  llamado  Vuelta  del  Torno.  Aunque  el 
laberinto  de  estos  pequeños  caños  parece  estar  sugeto  á  cam- 
bios muy  freqüentes,  no  es  por  eso  menos  cierto  que  se  po- 
dría tomar  un  plan  exacto  de  los  grandes  caños  del  Delta  del 
Orinoco.  Este  trabajo  no  hay  duda  sería  largo ;  pero  rectifi- 
cando de  tiempo  en  tiempo  las  sondas  que  se  marcasen  en  él, 
sería  de  mucha  importancia  para  la  navegación. 


197 

mismo  punto  del  tronco  del  Orinoco.  El  Caño 
Manamo  que  se  separa  de  él  cerca  del  pueblo  de 
Sn  Rafael,  no  tiene  ninguna  ramificación  hasta 
después  de  tres  ó  quatro  leguas ;  y  poniendo  un 
fuerte  mas  arriba  de  la  isla  de  Chaguaríes,  An- 
gostura estaría  defendida  contra  un  enemigo  que 
tratase  de  penetrar  por  alguna  de  las  Boqps  Chi- 
cas* En  tiempo  de  Humboldt,  el  puesto  de  lds 
lanchas-cañoneras  era  al  este  de  Sn  Rafael,  cerca 
de  la  orilla  septentrional  del  Orinoco.  Este  es 
el  punto  *  por  el  que  tienen  que  pasar  los  navios 
que  suben  á  Angostura,  por  el  caño  septentrional, 
que  es  el  mas  ancho,  pero  el  menos  hondo. 

A  seis  leguas  sobre  el  punto  donde  el  Orinoco 
envía  un  caño  á  los  Bocas  Chicas,  están  los  Cas- 
tillos de  la  Vieja  Guiana,  que  fueron  construidos 
en  el  siglo  16  por  la  primera  vez.  En  este  sitio 
el  lecho  del  rio  está  sembrado  de  islas  de  rocas  ;t 
y  aseguran  que  su  ancho  es  de  cerca  de  650 
toisas.  La  ciudad  está  casi  arruinada,  pero  las 
fortificaciones í  subsisten,  y  son  muy  dignas  de  la 
atención  del  gobierno  de  Tierra  Firme.  Hay 
una  vista  magnifica  desde  la  bateria  establecida 
en  un  alto  al  nord-oeste  de  la  antigua  ciudad, 
que  al  periodo  de  las  grandes  inundaciones  está 
enteramente  rodeada  de  agua.  Anegadizos  que 
se  comunican  con  el  Orinoco  forman  puertos  na- 
turales, muy  propios  para  recibir  los  navios  que 


;  *  Barrancas,  cerca  de  Yaya. 

|  f  Al  oeste  de  las  Islas  Iguanas. 


%  Los  fuertes  de  San  Francisco  de  Asís  y  del  Padrasto. 


198 

necesitan  reparación.  Es  de  esperar,  que  ahora 
que  la  paz  se  ha  restituido  en  aquellos  payaos»  y 
que  una  política  nial  entendida  no  retarda  el 
curso  de  la  industria,  aquellas  abras  de  la  Vieja 
Guiana  serán  rodeadas  de  astilleros  para  cons- 
truir navios.  No  hay  ningún  rio,  excepto  el  de 
las  Amazonas,  que  á  causa  de  su  curso  «itoe 
montes*  pueda  ofrecer  madera  tan  excelente  para 
construir  navios  como  el  Orinoco.  Esta  madera, 
sacada  de  la  numerosa  familia  del  laurinos,  gut- 
tiferee,  rutaceae,  y  arborescent  legumina»  que 
«frecen  todas  quantas  variedades  se  pueden  de- 
sear en  densidad,  gravedad  especifica,  y  en  cali- 
dad mas  ó  menos  resinosa.  Lo  único  que  falta 
en  este  paya  es  un  monte  propio  para  mástiles, 
ligeros,  elásticos,  y  ton  fibras  paralelas,  tal  como 
da  el  coniferas  de  las  regiones  templadas,  y  de  las 
ahas  montañas  de  los  trópicos. 

Después  de  haber  pasado  los  pequeños  fuertes 
de  k  Vieja  Guiana,  el  lecho  del  Orinoco  vuelve 
otra  vez  á  ensancharse.  El  estado  del  cultivo  en 
las  dos  orillas  forma  un  contraste  muy  singular. 
Al  norte  se  ve  la  parte  desierta  de  la  provincia 
de  Cutnana,  llanos  destituidos  de  habitaciones, 
y  extendiéndose  mas  alia  del  rio  Mamot  hacia 
la  mesa  de  Guanipa.  Al  sud  se  encuentran  tres 
pueblos  muy  poblados  que  pertenecen  á  las  Mi- 
siones del  Caroni,  á  saber,  Sn  Miguel  de  Únala, 
Sn  Félix,  y  Sn  Joaquín.  £1  ultimo  de  estos  pue- 
blos, situado  á  las  orillas  del  Caroni  cerca  del 
salto  grande  del  Caroni,  se  considera  como  el 


199 

embarcadero  de  las  Misiones  Catalanas»  Al  na- 
vegar mas  hacia  el  este»  entre  la  boca  del  Caroni 
y  Angostura»  el  piloto  debe  evitar  las  rocas  de 
Guanuopo*  el  banco  de  arena  dé  Mamo»  y  la 
Piedra  de  Rosario.  Esta  parte  de  Guiaba  será, 
por  au  proximidad  á  las  costas,  un  objeto  de 
atracción  para  los  Europeos  que  vayan  á  estable- 
certe en  ellas. 

Habiendo  tomado  esta  vista  general  del  espacio 
entre  la  boca  del  rio  y  Angostura,  recurriremos 
otra  vez  á  aquel,  y  trazaremos  los  pequeños  de- 
talles de  su  navegación  subiendo  el  rio. 

Asi  que  se  pasa  la  barra  del  rio,  tiene  de  hondo 
odio  ó  diez  varas  en  el  lado  de  la  isla  de  loe  Cari- 
-grajos,  mientras  que  en  el  de  Barima  no  tiene 
mas  que  nueve  varas.  Los  bancos  de  los  Can- 
grejos se  extienden  siete  leguas  hacia  el  mar: 
los  de  la  Punta  de  Barima  no  se  extienden  mas 
•  que  á  dos  leguas. 

A  cosa  de  una  legua  de  la  Punta  Barima  hay 
un  rio  del  mismo  nombre,  que  se  desagua  en  el 
Orinoco.  Se  entra  por  un  canal  estrecho  que 
tiene  9  pies  de  hondo,  que  corre  hacia  el  nord- 
oeste.  En  la  misma  orilla  meridional  del  Orí- 
ñoco,  y  á  dos  leguas  sobre  el  rio  Barima,  se  ve  la 
boca  del  rio  Amaruco,  que  atraviesa  una  gran 
paite  del  lado  oriental  de  Guiana,  ocupado  por 
las  Misiones  de  los  Capuchinos  Catalanes.  Bar- 
cos grandes  pueden  navegar  con  facilidad  este 
rio  por  10  ó  12  leguas  en  el  interior.     Está  al 


200 

sud  de  la  isla  y  de  la  Punta  de  Cangrejos,  que 
forma  el  lado  septentrional  de  la  Boca  de  Navios. 

Tres  leguas  mas  alia  de  la  isla  de  los  Cangre- 
jos se  encuentra  la  isla  de  Arenas,  pequeña,  y  de 
un  suelo  arenoso.  Está  cubierta  de  12  6  15  pies 
de  agua  en  tiempo  de  las  altas  mareas.  Tiene 
un  canal  en  su  parte  meridional,  que,  á  causa  del 
arena  de  que  está  formado,  es  muy  incierto. 
Apenas  se  sube  dos  leguas  quando  uno  se  en- 
cuentra con  las  dos  puntas  llamadas  Gordas.  La 
del  norte  tiene  un  cabo  que  se  avanza  algo,  aun- 
que no  impide  la  navegación. 

Al  seguir  lo  largo  de  la  orilla  meridional  del 
Orinoco,  8  leguas  mas  alia  de  Barima,  se  ve  el 
rio  Aratura.  Tiene  su  origen  en  las  orillas  meri- 
dionales de  las  cuestas  de  Imataca,  y  limita  los 
llanos  de  las  Misiones.  Su  boca  es  muy  estrecha, 
pero  eso  no  impide  que  sea  navegable  por  10 
leguas.  Se  comunica  por  varios  ramos  con  el 
Amaruco  al  este,  y  con  el  río  Aguira  al  oeste. 
A  sus  orillas  se  halla  mucha  madera  para  cons- 
truir y  para  el  trabaxo  de  ebanistas,  y  enfrente 
de  su  embocadura  hay  unas  quantas  isletas  que 
llevan  su  nombre.  Al  lado  opuesto  del  Orinoco, 
es  decir,  en  su  orilla  septentrional,  está  el  caño 
que  llaman  de  Cocaína.    Se  descarga  en  el  mar. 

A  la  distancia  de  1 1  leguas  mas  alia  de  Barima 
está  la  isla  de  Pagayos,  en  medio  del  Orinoco, 
pero  algo  mas  cerca  de  áu  orilla  derecha :  su  suelo 
es  de  un  ciénago  blanco,  cubierto  de  mimbres. 
Las  mareas  la  cubren  de  cosa  de  11  pies.     Se 


201 

observa  que  antes  era  mayor»  y  que  va  disminu- 
yendo sensiblemente. 

Apenas  se  ha  pasado  la  isla  de  Pagayos,  que 
se  encuentra  la  de  Juncos.  Es  la  que  está  mas 
al  oriente  del  grupo  de  islas  de  Imataca,  que 
ocupan  el  espacio  de  8  leguas  en  el  Orinoco. 
Dividen  el  rio  en  dos  brazos  como,  ya  hemos  ob- 
servado; el  del  sud  llamándose  Imataca ;  y  el  del 
norte,  Zacupana.  Los  dos  son  navegables ;  pero 
el  del  sud,  aunque  mucho  mas  ancho,  tiene  menos 
agua.  Es  por  este  mayor  que  los  navios  grandes 
pasan  en  todas  las  estaciones.  La  exactitud  de 
la  descripción  pide  que  comencemos  á  subir  el 
brazo  de  Imataca  hasta  la  punta  occidental  de  la 
cadena  de  las  islas,  y  que  después  hagamos  lo 
mismo  por  la  de  Zacupana* 

La  isla  de  Juncos  forma,  con  la  punta  de  Ba- 
rima  Zanica,  que  se  avanza  de  la  orilla  derecha 
del  Orinoco,  la  entrada  oriental  del  ramo  de  Ima- 
taca, que  tiene  900  toisas  de  ancho.  A  la  punta 
de  Barima  Zanica,  se  separa  un  canal  llamado 
Carapo.  Corre  en  el  interior,  y  se  une  al  rio 
Aratura,  á  la  espalda  de  las  cuestas  de  Imataca. 

Al  subir  un  poco  mas,  se  encuentra  la  boca  del 
rio  Aguira.  Nace  en  el  territorio  de  las  Misiones 
de  los  Capuchinos  Catalanes,  y  desciende  por  las 
cuestas  de  Imataca.  Sus  aguas  parecen  negras 
en  el  lecho  del  rio,  pero  son  muy  claras  en  un 
vaso.  Su  embocadura  es  muy  ancha.  Tiene 
una  profundidad  de  18  pies,  á  la  distancia  de  10 
ó    12  leguas  del  Orinoco.    Su  navegación  se 


202 

empeora ;  pues  harta  ahora  falucas  y  bergantines 
solían  entrarle,  y  al  presente  un  barco  mayor  que 
una  chalupa  apenas  podría  navegar  en  él«  Es  po- 
sible que  alguna»  que  otras  preparaciones  bastasen 
para  hacerle  tan  navegable  como  lo  ha  sido  antes. 
No  falta  mas  que  el  interés  lo  mande ;  pero  como 
no  atraviesa  ningún  paya  cultivado,  la  utilidad  de 
su  navegación  está  limitada  á-los  que  van  en  bus- 
ca de  madera. 

Continuando  nuestra  ruta,  vemos  á  dos  leguas 
de  la  boca  del  rio  Aguira,  y  en  medio  del  Orinoco, 
la  pequeña  isla  del  Venado,  que  la  dexamo*  á 
nuestra  derecha.  No  ofrece  materia  para  obser- 
vación. De  consiguiente,  continuamos  siempre 
cerca  de  la  orilla  meridional  del  Orinoco,  para 
examinar,  ocho  leguas  mas  arriba  del  Aguira,  el 
canal  de  Caruzina.  Sale  del  Orinoco,  corre  por 
detras  de  las  montañas,  y  de  allí  vuelve  liada  el 
sud-este,  de  suerte  que  forma  con  la  parte  del  rio 
que  está  al  sud,  una  isla,  en  la  que  los  Indios 
Guaraooes  han  establecido  una  aldea.  Este  caño 
tiene  bastante  agua  á  su  entrada ;  pero  la  punta 
de  la  cadena  de  cuestas  de  Imataca  le  estrecha  y 
obstruye  tanto  por  media  legua,  que  le  hace  casi 
inútil  para  la  navegación.  Está  subdividido  casi  á 
la  infinidad,  y  de  este  modo  pedia  ser  de  mucha 
utilidad  para  la  agricultura.  El  pays  por  el  que 
corre  en  varias  direcciones  está  bastante  elevado 
para  no  temer  las  inundaciones.  Una  verdura 
eterna  se  ve  siempre  alli,  una  síntoma  de  fertilidad 
nada  equivoco.    Los  Creollos  tienen  por  el  suelo 


sos 

que  riega  el  caño  de  Carucina  un»  predilección, 
que  les  ha  inducida  á  formar  el  proyecto  de  ex- 
peler de  él  á  los  Indios  Guaraones ;  de  fundar 
pueblos,  y  de  levantar  baterías  para  la  defensa  del 


Lo  que  el  lado  meridional  ofrece,  después  del 
caño  de  Caruzina,  como  digno  de  observación,  es 
el  rio  Imataca-  Se  llega  á  él  subiendo  lo  largo 
de  las  islas  de  Imataca,  que  continúan  á  nuestro 
norte.  La  boca  de  Imataca  es  estrecha,  pero 
honda.  Tiene  de  16  á  18  pies  de  agua.  En- 
frente de  esta  boca  el  Orinoco  tiene  baxo  de  agua 
un  banco,  que  se  extiende  hasta  fuera,  y  que  cruza 
aun  casi  todo  el  brazo  de  Imataca,  excepto  un 
pasage  muy  estrecho,  que  exige  cierta  precau- 
ción del  navegante,  especialmente  quando  el  agua 
está  baxa.  £1  Imataca  se  divide,  á  seis  leguas 
de  su  embocadura,  en  dos  ramos:  el  primero 
va  hacia  el  oeste,  y  entra  los  valles  de  los  que  se 
levanta  la  montaña;  el  otro  va  al  llano  cerca 
de  la  Misión  de  Palomar.  Bergantines  y  falucas 
pueden  ascender  el  rio  hasta  el  mismo  sitio  donde 
se  separa. 

Desde  el  rio  Imataca  no  faltan  mas  que  dos 
leguas  para  legar  al  punto  occidental  de  las  islas 
Imatacas j  es  decir,  para  atravesar  todo  el  brazo 
de  ese  nombre. 

El  brazo  de  Zacupana  mereciendo  igualmente 
ser  descrito,  volveremos  ahora  á  baxar  el  Orinoco 
hasta  el  punto  donde  los  dos  brazos  se  reúnen,  y 
le  volveremos  á  subir  tomando  del  otro  lado  de 


20* 

la  isla  de  Juncos,  y  dexandola  á  nuestra  izqui- 
erda. 

Desde  la  punta  oriental  de  la  isla  de  Juncos 
se  avanza  un  cabo  iiácia  el  norte,  y  no  deja  para 
la  navegación  mas  que  un  canal  muy  estrecho ; 
pero  los  navios  hondos,  al  pasarle,  deben  ir  muy 
cerca  del  lado  septentrional. 

Dentro  de  la  punta  oriental  de  la  isla  de  Juncos 
estaba  la  isla  de  Pericos,  que  ha  desaparecido  no 
hace  mucho  tiempo.  Formaba  dos  canales :  el 
del  sud  estaba  casi  obstruido  por  las  arenas ;  el  del 
norte,  aunque  estrecho,  permitía  paso  á  los  bar- 
cos, pero  con  suma  dificultad.  Si  no  se  encalla- 
ban, tocaban  freqüentemente.  Esta  isla  pequeña 
y  arenosa  se  veia  en  tiempo  de  las  mareas  y  de 
las  crecientes  del  Orinoco.  Ningún  temblor  de 
tierra,  ninguna  inundación  extraordinaria  ha  oca- 
sionado su  desaparecimiento. 

Quatro  leguas  mas  arriba  del  punto  donde  es- 
taba la  isla  de  Pericos,  se  ve  la  isla  de  los  Puer- 
cos, que  se  deja  á  la  derecha,  porque  se  inclina 
al  norte.  El  canal  navegable  está  al  sud.  Tiene 
entre  si  y  la  tierra  un  canal  estrecho,  por  el  que 
pueden  pasar  barcos  pequeños. 

Una  legua  al  oeste  de  la  isla  de  los  Puercos,  se 
ve,  en  la  orilla  septentrional  del  Orinoco,  el  canal 
de  Laurent,  de  cuya  embocadura  corre  un  cabo 
que  ocupa  la  mitad  del  brazo  de  Zacupana.  El 
caño  de  Laurent  tiene  una  boca  que  le  da  la  apa- 
riencia de  un  rio  grande ;  pero  á  una  distancia 
muy  pequeña  al  norte,  forma  tantos  estrechos  tan 


205 

pequeños,  y  tan  poco  hondos,  que  no  hay  mas 
que  uno  por  el  que  los  pequeños  barcos  puedan 
salir  al  mar.  A  la  entrada  del  caño  Laurent  hay 
una  isleta  del  mismo  nombre,  de  la  que  sale  un 
cabo  que  entra  en  la  boca  de  Mateo,  que  ínter- 
secta  el  bra2o  de  Imataca. 

La  isla  de  los  Mosquitos,  situada  cerca  del  lado 
meridional,  no  es  notable  mas  que  por  los  bancos 
que  tiene  á  sus  dos  puntas  oriental  y  occidental, 
que  se  extienden  mas  de  una  legua.  En  medio 
del  -  río  está  el  canal,  que  tiene  media  legua  de 
ancho. 

Desde  la  boca  del  canal  Abacuyo  se  extiende 
un  vado  hasta  la  isla  de  Palomes.  Al  lado  sep- 
tentrional, y  enfrente  de  él,  hay  dos  canales  que 
corren  hacia  el  mar.  Otro  vado  sale  de  la  isla  de 
Palomes,  y  va  hasta  la  punta  occidental  de  las 
islas  Imatacas. 

No  nos  falta  hablar  mas  que  de  la  isla  de  Za- 
cupana,  para  haber  dado  ideas  semejantes  del 
canal  de  este  nombre  á  las  que  dimos  del  de  Ima- 
taca. A  la  boca  del  caño  de  la  isla  de  Zacupana 
comienza  un  banco  que  se  extiende  dos  leguas 
hacia  el  oeste,  y  á  veces  ocupa  la  mitad  del  rio. 
Entre  este  banco  y  otro  que  sale  de  la  isla  de 
Palomes,  está  el  canal  por  el  que  deben  pasar  los 
navios,  sin  salirse  del  centro  ya  sea  hacia  un  lado 
ó  hacia  otro ;  pues  correrían  peligro  de  encallarse. 

Aqui  el  Orinoco,  ó  para  hablar  con  mas  pre- 
cisión, aquella  parte  que  se  descarga  en  el  mar 
por  la  Boca  de  Navios,  no  forma  mas  que  un 


206 

lecho  p<p  ocho  leguas  al  oeste.  En  éste  espacio 
se  ve  en  la  orilla  meridional  la  boca  de  un  lago»  á 
una  pequeña  distancia  del  rio.  Se  extiende  hasta 
el  mismo  pie  de  la  montaña  de  Piacoa*  Tam- 
bién se  ve,  y  casi  al  mismo  tiempo,  desde  el  me- 
dio del  Orinoco,  las  cuestas  de  Meri,  que  están 
al  sud. 

Llegamos  á  la  cadena  de  isletas  que  dividen  el 
canal  de  Piacoa  y  el  rio.  Se  extiende  12  leguas 
del  este  al  oeste;  pero  volvamos  nuestra  vista 
hacia  la  orilla  del  norte,  y  veremos  la  boca  del 
Pequeño  Paragoan,  de  donde  sale  un  cabo  que 
va  hasta  la  del  Grande  Paragoan.  Estos  dos 
caños  se  juntan  antes  de  llegar  al  mar. 

Mas  arriba  del  Grande  Paragoan,  se.  separa  un 
brazo  conocido  por  el  nombre  de  la  Boca  de  Pe- 
dernales, que  el  Orinoco  presenta  del  lado  de  la 
Trinidad.  Forma  una  Variedad  de  canales  por 
los  que  van  á  esta  isla  desde  el  Orinoco.  Se  se- 
para del  Orinoco  á  una  legua  del  punto  oriental 
del  Yaya*  En  este  sitio  se  encuentra  un  banco 
que  ocupa  la  mitad  del  rio. 

Apenas  se  sube  legua  y  media  que  uno  se  halla 
afuera  de  Red  Bogs.  Es  el  primer  sitio  de  donde, 
al  ascender  el  Orinoco,  se  ve  Tierra  Firme,  y  las 
tierras  que  no  están  sugetas  á  inundaciones.  El 
suelo  es  firme  y  roxo.  Enfrente  hay  un  banco 
que  se  extiende  lo  largo  del  lado  meridional,  cer- 
ca de  media  legua  del  este  al  oeste.  El  canal 
para  los  navios,  en  este  sitio,  está  cerca  de  las  dos 
orillas.     El  del  norte  es  el  mejor,  pues  el  del  sud 


207 

tiene  poca  agua.  En  medio  de  estos  dos  canales 
hay  un  cana)  muy  estrecho,  llamado  Guaratica, 
por  el  que  pueden  ir  chalupas  á  un  lago  que  está 
muy  terca  de  él,  guando  suben  las  mareas,  ó 
quando  él  rio  está  crecido,  A  las  orillas  de  este 
lago  ae  ven  bananas,  y  arboles  de  fruta,  que  los 
Indios  cultivaban  en  otros  tiempos  en  este  sitio. 

No  teneihoa  que  subir  mas  que  una  legua  para 
hallar  en  la  misma  orilla  septentrional  la  boca 
del  Caño  de  Goaroapo.  En  el  verano  tiene  tan 
poca  agua,  que  apenas  pueden  pasarle  con  chalu- 
pas* Sin  embargo  hay  anos  en  que  tiene  lo  bas- 
tante para  bergantines  y  falucas,  que  pasan  por 
él  para  hacer  ei  contrabando  en  muías,  bueyes,  y 
en  varias  producciones  que  vienen  de  las  provin- 
cias de  Cu  mana  y  Venezuela,  dando  en  cambio 
géneros  secos.  Después  de  haber  pasado  la  boca, 
todo  el  resto  del  canal  tiene  una  profundidad 
muy  grande.  Navios  grandes  le  navegan  con 
facilidad,  pero  con  remos  ó  á  remolque ;  pues,  á 
causa  de  loa  altos  montes  á  cuyo  lado  se  halla,  es 
imposible  aprovecharse  de  los  vientos.  Dos  le* 
guas  mas  alia  de  Goaroapo  está  la  isla  de  Araya : 
tiene  su  dirección  al  lado  septentrional,  y  es  bas- 
tante grande. 

Del  lado  del  aud  se  ven  las  cascadas  de  Piacoa. 
Consisten  en  tres  ó  quatro  saltos  en  el  medio  del 
canal  del  lado  meridional;  pero  hay  bastante 
agua  en  el  del  norte  para  admitir  navios  grandes. 
En  este  lado  estaban  antiguamente  las  Misiones 
de  Piacoa  y  de  los  Capuchinos  Catalanes.    Uno 


208 

halla  aquí  excelentes  pastos,  tierras  muy  fértiles, 
buen  agua,  vientos  regulares,  y  una  situación 
adaptada  para  la  agricultura. 

Después  de  las  tres  isletas  de  Aruba,  se  ve  la 
isla  de  Iguana.  Corre  por  el  lado  septentrional 
del  rio  por  mas  de  media  legua.  El  lecho  del 
rio  continua  siendo  navegable  en  el  lado  meridio- 
nal. En  el  del  norte  hay,  en  el  verano,  bancos 
de  arena,  que  dejan  un  canal  con  muy  poco  de 
agua.  En  el  invierno,  falucas  y  bergantines  pue- 
den pasar  con  facilidad.  Desde  el  punto  occi- 
dental de  la  isla  de  Iguana  no  se  tiene  que  ir  mas 
que  una  legua  para  haber  pasado  la  cuesta  de  Na- 
parema.  No  es  mas  que  una  peña  muy  alta,  pero 
no  muy  abultada.  Todo  este  lado,  hasta  las  islas 
de  Iguana  y  de  Araya,  está  lleno  de  bancos  de 
arena. 

El  caño  de  Limones,  que  está  al  lado  meridio- 
nal, no  merece  quiza  ser  mencionado,  excepto 
por  las  ruinas  de  un  pequeño  fuerte  que  tiene  á 
su  boca,  y  que  le  dio  el  nombre.  Desde  aqui  se 
ve  la  isla*  de  Don  Vicente.  Tiene  un  banco,  que 
está  al  este,  y  que  atraviesa  el  canal  hasta  un 
poco  mas  abaxo  del  fuerte ;  pero  en  tiempo  de  la 
creciente  no  causa  ningún  inconveniente. 

Ahora  llegamos  al  sitio  donde  estaba  la  anti- 
gua capital  de  Guiana,  antes  de  que  fuese  trans- 
ferida á  Angostura.  Ya  hemos  hecho  cinquenta 
leguas  de  viage,  y  faltan  quarenta  para  llegar  á 
S'°  Tomas.  Al  transferir  la  capital  á  40  le- 
guas mas  arriba,  los  Españoles  juzgaron  expe- 


209 

> 

diente  dexar  en  el  parage  donde  estaba  la  capital» 
los  fuertes  destinados  para  la  defensa  de  Guiana* 
Se  ven  al  pie  de  una  pequeña  montaña :  el  uno  se 
llama  Sn  Francisco,  y  el  otro  el  Padaptro.  A 
uno  de  los  lados  hay  dos  pequeños  lagos  llamados 
Zeibo  y  Baratillo.  Media  legua  mas  abaxQ  de 
Sn  Francisco  está  el  arroyo  Usupamo,  que  Hiene 
un  lago  cerca  de  su  boca.  £1  puerte  donde  está 
el  destacamento  militar,  tiene  á  sus  bordes  un 
numero  de  rocas,  visibles  en  el  verano,  pero  cu- 
biertas en  el  invierno. 

Cerca  de  media  legua  mas  arriba  de  la  antigua 
ciudad»  en  el  medio  del  río,  está  el  peña  de  Mo» 
rocoto.  Está  algo  mas  cerca  del  lado  meridional 
que  del  septentrional*  Esta  roca  está  descubierta 
en  el  verano,  pero .  baxo  de  agua  en  el  invierno. 
No  muy  lexos  de  ella  está  la  isla  de  Mieres,  que 
atraviesa  la  mitad  del  rio.  Al  lado  meridional  se 
ve  la  montana  de  ese  nombre,  y  dentro  de  su  cir- 
cunferencia, un  poco  mas  abaxo,  la  del  Hacha. 
.Esta  isla  forma  un  caqal  de  cada  lado.  El  del 
norte  es  el  mejor  y  mas  ancho.  Tres  leguas  mas 
arriba  se  ve  al  sud  la  Punta  de  Aramaya,  que  no 
es  mas  que  una  peña  que  se  avanza  hacia  el  rió. 
Enfrente  de  este  mismo  punto  comienzan  las 
tres  isletas  de  Sn  Miguel.  Las  tres  son  de  pie- 
dra con  una  orilla  lisa  de  arena.  Quando  el  rio 
está  á  su  creciente,  de  «estas  isletas  apenas  se  ve 
mas  que  las  cimas. 

Al  otro  lado  del  río,  es  decir,  cerca  de  su  orí- 
lia  izquierda,  y  enfrente  del  puebla  de  Sn  Miguel 

tom.  ir.  o 


«10 

• 

se  ven  dos  islas  llamadas  Cbacaranday,  á  causa 
del  nombre  de  la  madera  de  que  están  cubier- 
tas. No  están  divididas  mas  que  por  un  canal 
muy  estrecho,  que  no  es  mas  que  un  banco. 

Veamos  ahora  la  isla  de  Faxardo,  situada  en 
medio  del  rio,  aunque  algo  mas  cerca  de  la  orilla 
derecha,  y  enfrente  de  la  boca  del  Carony.  Tiene 
3000  toisas  de  largo,  y  1387  de  ancho.  No  está 
sugeta  á  inundaciones  mas  que  en  su  lado  occi- 
dental. Piensan  hacer  de  esta  isla  un  puesto  mi- 
litar, mantenido  por  un  fuerte  que  defienda  el 
rio.  Como  este  no  es  mas  que  un  proyecto  #  nue- 
vo, es  difícil  proveer  si  llegara  jamas  á  ser  ejecu- 
tado. 

£1  rio  Caroni  se  desagua  en  el  Orinoco,  en- 
frente de  la  isla  de  Faxardo.  Su  curso  va  del 
•ud  al  norte.  Sus  aguas  parecen  negras,  porque 
corren  sobre  arena  negra,  pero  son  claras  y  ex- 
celentes. Su  declive  visible,  y  su  lecho  sembra- 
do de  peñas,  le  dan  un  corriente  igualmente  rápi- 
do y  ruidoso,  pero  aun  mayor  media  legua  antes 
de  entrar  en  el  Orinoco,  donde  su  curso  estando 
obstruido  por  peñas,  hace  terribles  esfuerzos  para 
destruir  los  obstáculos  que  se  le  oponen.  De 
consiguiente,  quando  entraben  el  Orinoco  lo  hace 
con  un  Ímpetu  que  es  mas  fácil  concebir  que  des- 
cribir. Con  la  fuerza  que  adquiere  por  su  cuer- 
po y  velocidad,  rechazar  las  aguas  del  Orinoco 
por  mucho  trecho,  sin  mezclar  las  suyas  con  él 
hasta  mas  de  media  legua  mas  abaxo  de  su  em- 
bocadura.   Este  fenómeno  se  observa  aun  mas 


211 

fácilmente,  porque  la  claridad  de  las  aguas  del 
Caroni  se  distingue  en  las  aguas  constantemente 
perturbadas  del  Orinoco. 

A  la  orilla  izquierda  del  Orinoco,  y  á  una  le- 
gua mas  alia  de  la  isla  de  Faxardo,  está  la  isla  de 
Torno.  No  está  separada  de  la  tierra  mas  que 
por  un  pequeño  canal ;  en  su  punto  occidental 
tiene  rocas,  y  un  banco  que  se  prolonga  hasta  5 
leguas  mas  arriba. 

El  primer  objeto  que  debe  fixar  la  atención  del 
navegante  es  la  Punta  del  Cardinal.  Está  al  lado 
meridional,  á  S  leguas  mas  arriba  de  la  isla  de 
Faxardo.  -  Cerca  de  un  quarto  de  legua  mas  ar- 
riba de  este  punto,  hay  una  cadena  de  rocas,  que 
corren  por  la  mitad  del  canal,  enfrente  de  Gua- 
rampo.  En  el  invierno  no  se  ve  mas  que  una  de 
estas  rocas.  En  el  verano  se  ven  tres  enfrente  de 
Guarampo ;  y  en  el  lado  meridional  hay  un  pu- 
erto llamado  Patacón,  formado  por  la  Punta  del 
Cardinal. 

En  el  lado  septentrional,  á  5  leguas  de  la  isla 
de  Faxardo,  se  ve  un  montón  de  rocas  que  lla- 
man-Guarampo.  Estas  rocas  formar!  un  puerto 
al  que  dan  su  nombre.  Desde  este  punto  se 
avanza  un  banco,  que  va  casi  del  norte  al  sud 
con  la  Punta  del  Cardinal.  En  algunos  sitios 
este  banco  entra  en  el  canal.  En  su  punto  ori- 
ental hay  tres  rocas,  que  en  tiempo  de  las  inun- 
daciones están  cubiertas,  dexando  el  canal  princi- 
pal entre  si  y  las  del  lado  meridional.  A  media 
legua  de  Guarampo  se  encuentra,  á  la  orilla  jz- 


212 

quierda,  la  isla  de  Taguache  :  está  á  legua  y  me- 
dia del  este  al  oeste. 

La  isla  de  Zeiba  está  al  lado  opuesto  del  rio  v 
tiene  4  leguas  de  largo,  y  mas  de  una  de  ancho. 
El  canal  que  la  separa  de  la  tierra  tiene  muy 
poca  agua.  En  el  verano  está  casi  seco.  Quatido 
el  rio  creze,  estas  dos  islas  dejan  en  el  medio  del 
corriente  un  canal  para  navios  grandes  ;  pero  en 
todas  las  estaciones  hay  muchos  bancos  de  arena, 
y  muy  poca  hondura.  Entre  Tierra  Firme  al 
norte,  y  la  isla  de  Taguache,  hay  un  canal  que  es 
navegable  en  todas  las  estaciones. 

El  cañal  ó  rio  de  Cucazana  ocupa  aqui  un  lu- 
gar solo  porque  á  su  punta  oriental,  y  cerca  de  la 
orilla,  tiene  un  banco  que  se  extiende  al  este,  y 
que  ocupa  la  mitad  del  rio.  La  isla  de  Cucaza- 
na está  á  la  boca  del  rio  del  mismo  nombre ;  está 
casi  unida  á  la  isla  de  Taguache  por  un  cabo  que 
en  el  verano  dexa  muchos  arrecifes  descubiertos. 
Desde  su  punta  «oriental  se  avanza  otro  que  se 
inclina  hacia  el  sud.  También  muestra  en  el  ve- 
rano arrecifes. 

El  caño  de  Mamo  tiene  á  su  boca  un  banco 
pequeño  que  está  en  medio  del  rio ;  y  á  7  leguas 
mas  abaxo  de  la  capital  hay  otro,  que  corre  del 
norte  al  sud  con  la  isla  de  Mamo.  El  canal  que 
deja  este  banco  á  cada  lado  no  tiene  mas  que  8 
pies  de  agua,  desde  el  mes  de  Enero  hasta  el 
Abril.*  Este  es  el  que  no  permite  pasar  á  navios 
muy  cargados,  y  aunque  al  llegar  á  él  les  alige- 

*  Mr  Jones  dice  haber  encontrado  13  pies  en  el  Febrero. 


213 

ren,  rara  vez  escapan  sin.  tocar,  lo  que  les  hace 
perder  tres  ó  quatro  dias  en  volverles  á  hacer 
flotar»  La  navegación  tiene  que  hacer  gastos  in- 
evitables á  este  punto,  y  peligros  mas  terribles 
que  corra:.  En  tiempo  de  las  inundaciones  estas 
dificultades  no  existen.  Lo  mismo  sucede  en  el 
canal  que  forma  la  isla  de  Mamo,  al  punto  occi- 
dental del  Zeiba. 

Después  de  haber  superado'  estas  dificultades, 
uno  no  ve  mas  que  peñas  á  los  lados  y  en  medio 
del  corriente.  Las  Puntas  da  Currucay,  al  lado 
meridional,  y  tres  leguas  mas  alia  de  Puerto  de 
Santa  Ana,  no  son  sino  rocas  que  forman  ángulos 
«alientes.  En  medio  del  río,  y  casi  enfrente  de 
estos  Puntos,  se  ve  una  roca  muy  grande  llama- 
da Peña  del  Rosario ;  entre  esta  y  los  lados  hay 
una  infinidad  de  ellas,  que  en  el  invierno  están 
baxo  de  agua.  ,  Al  norte  de  la  Peña  del  Rosario 
hay  un  canal  muy  estrecho,  á  causa  de  las  peñas 
que  se  extienden  de  los  dos  lados.  Los  navios 
no  pueden  pasar  en  el  verano  sin  el  peligro  de 
tocar  en  ellas.  En  el  invierno  el  corriente  es 
muy  impetuoso,  y  si  por  ventura  el  viento  cesa 
al  llegar  aquí,  los  navios  se  hallan  expuestos  á 
naufragar  contra  la  Peña  del  Rosario. 

A  una  legua  mas  arriba  de  la  Peña  del  Rosa- 
rio, se  ve  en  el  lado  septentrional  un  punto  de 
rocas.  A  una  distancia  de  aqui  hay  tres  peñas, 
las  unas  cerca  de  las  otras,  que  ocupan  una  terce- 
ra parte  del  canal,  y  que  corren  del  norte  al  sud 
con  la  punta  oriental  de  la  isla  de  Panapana, 


2M 

Una  de  estas  penas  está  casi  al  norte  y  al  sud 
con  la  punta  occidental»  y  corre  hasta  la  mitad 
del  rio :  hay  otras  dos  cubiertas  á  sus  lados. 

La  isla  de  Panapana  está  á  una  legua  sobre  la 
Punta  de  los  Conejos,  cerca  de  la  orilla  meridio- 
nal, de  la  que  está  separada  por  un  canal  de  un 
ancho  moderado,  pero  que  en  el  verano  no  tiene 
mucha  agua.  A  cada  punta  oriental  y  occidental 
hay  un  vado,  con  muy  poca  agua.  El  del  occi- 
dente corre  por  mas  de  una  legua,  inclinándose 
al  sud.  Entre  estjt  isla,  que  tiene  legua  y  media 
de  largo,  y  la  orilla  septentrional,  está  el  canal 
principal  del  Orinoco,  algo  estrecho,  y  no  muy 
hondo,  quando  las  aguas  están  baxas.  En  aquel 
periodo  la  navegación  no  es  nada  cómoda,  pero 
quando  el  rio  creze,  no  debe  haber  ninguna  apre- 
hensión* 

Dos  leguas  mas  arriba,  está  el  parage  mas  es- 
trecho del  Orinoco,  llamado  por  los  Españoles 
Angosturita.  Los  puntos  que  forman  esta  con- 
tracción son  unas  rocas.  Un  poco  mas  arriba 
hay  una  piedra  inmensa  llamada  la  Lavandera. 
En  el  verano  se  ve,  pero  no  en  el  irivierno.  Entre 
esta  y  el  lado  meridional,  hay  una  isleta  de  pie- 
dras que  están  al  nivel  de  la  tierra,  enfrente  de  la 
que  se  descarga  el  río  Maruanta. 

La  Punta  de  Tineo,  al  norte,  está  también  for- 
mada por  peñas,  que  no  se  ven  sino  quando  el 
rio  está  baxo.  La  Punta  de  Nicasi'o,  al  sud,  es 
semejante  á  la  otra,  excepto  que  las  piedras  no 
se  ven. 


en 

Por  fin  llegamos  á  S°  Tomas,  la  capital  de  U 
Giriana  Española,  situada  al  pie  de  una  peque* 
ña  montaña,  en  la  orilla  derecha  del  ría  Han 
edificado  on  fuerte  para  su  defensa,  enfrente  de 
la  ciudad,  y  sobre  la  orilla  izquierda.  Está  rode- 
ado por  varias  casas,  que  pertenecen,  lo  mismo 
qne  el  fuerte,  á  la  provincia  de  Gitana»  A  esta 
plaza  llaman  Puerto  Rafael :  este  es  el  sitio  don» 
de  eBtá  el  pasage  de  comunicación  entre  la  Guia* 
na,  y  las  provincias  de  Venezuela  y  Cumana. 
Entre  el  Puerto  Rafael  y  la  ciudad  se  ve  una  isla 
llamaba  Del  Medio,  ponqué  está  en  medio  del 
rio.  Es  una  peña,  que  descubre  su  parte  meri- 
dional en  el  verano,  y  que  rara  vez  está  baxo  de 
agua  en  tiempo  de  las  inundaciones.  El  princi- 
pal canal  está  entre  la  ciudad  y  esta  isla.  Quan» 
do  el  río  está  bazo  tiene  200  pies  de  agua,  y 
quando  está  en  su  creciente  tiene  50  ó  60  mas. 

Esto  parece  suficiente  para  hacer  ver  al  lector 
las  dificultades  qne  se  oponen  en  la  navegación 
del  Orioooo. 

Aunque,  afin  de  aprovecharnos  de  las  observa- 
ciones de  los  qne  lian  examinado  ocularmente  el 
Orinoco,  le  hemos  descrito  entre  Angostara  y  su 
boca»  subiendo  el  rio;  sin  embargo,  como  co- 
menzamos trazándole  desde  su  origen,  concluire- 
mos ahora  describiendo  el  Golfo  donde  cae, — el 
de  Paría 

■  ■ 

El  Golfo  de  Paria  tiene  al  oeste  Tierra  Firme 
y  al  este  la  Trinidad.  De  estas  dos  tierras,  ai 
norte,  salen  dos  puntos,  entre  las  quales  hay  dos. 


216 

islas,  que  están,  con  respecto  á  estas  dos  puntas, 
del  este  al  oeste,  de  suerte  que  cierra  el  Golfo  al 
norte,  dexando,  sin  embargo,  bastante  espacio 
entre  ellas  para  formar  quatro  aberturas  llamadas 
Bocas  de  los  Dragos,  por  las  que  descarga  las 
aguas  superfluas.  La  mayor  tiene  dos  leguas  de 
ancho,  y  es  la  que  está  al  oeste,  entre  la  Punta 
de  Paría  de  Tierra  Firme  y  la  isla  de  Chacacha- 
cares :  al  oeste,  está  iqtersectada  de  rocas ;  pero 
como  todas  son  visibles,  y  que  uno  puede  acer- 
carse sin  peligro,  el  navegante  las  puede  evitar. 
Esto  no  es  el  caso  con  una  roca  que  sale  un  poco 
á  flor  de  agua,  á  la  distancia  de  dos  cables  de  la 
isla  de  Chacachacares  :  su  aproximación  es  peli- 
grosa. Entre  la  ultima  isla  y  la  boca  de  Navios 
hay  otra  menor  que  la  primera,  llamada  Navios. 
Su  canal  estando  de  N.  al  SE.  es  muy  cómodo 
para  la  salida,  pero  muy  malo  para  la  entrada  de 
los  navios.  La  tercera  boca  se  forma  por  la  isla 
de  los  Navios  al  oeste,  y  la  de  las  Monas  al  este. 
Se  llama  la  Boca  de  Huevos.  Su  dirección  es  de 
NNE.  á  SSE.  Es  mas  fácil  para  la  entrada  que 
para  la  salida.  La  quarta  es  entre  aquella  isla  y 
la  punta  que  está  mas  al  OSO.  de  la  isla  de  la 
Trinidad.  Se  llama  Boca  de  las  Monas,  sin 
duda  porque  es  mas  estrecha,  y  difícil,  á  causa 
de  una  peña  que  está  en  medio  de  ella,  la  que, 
por  su  situación,  causa  una  conmoción  continua, 
al  mismo  tiempo  que  la  isla  de  la  Trinidad  man- 
tiene una  calma,  excluyendo  los  vientos,  que 
.alguna  que  otra  vez  se  halla  interrumpida  por 


.     217 

golpes  de  viento  momentáneos.  El  paso  para  el 
pequeño  trafico  está  entre  la  isla  de  la  Trinidad 
y  la  peña. 

Este  Golfo  tiene  05  leguas  del  este  al  oeste,  y 
15  del  norte  al  sud.  En  toda  esta  extensión  hay 
anclage ;  pero  su  profundidad  varia  de  16  á  60 
varas. .  Cerca  de  la  costa  de  Paria  sus  sondas  son 
menores.  Efa  efecto,  este  Golfo  es  un  verdadero 
puerto,  el  que  por  su  excelencia  -y  extensión,  se 
lo  disputa  al  mas  hermoso  del  mundo.  Tiene  un 
fondo  cenagoso,  excepto  cerca  de  la  costa  de 
Tierra  Firme,  donde  hay  bancos  de  arena. 

El  Golfo  recibe,  al  SSO.  un  volumen  consi- 
derable de  agua  por  varias  de  las  bocas  del  Ori- 
noco, que  entra  en  él  con  una  velocidad  que  in- 
comoda mucho  á  los  navios  que  tienen  que  ir 
junto  á  ellas  en  su  pasage.  Hay  razones  para 
creer,  que  una  parte  de  las  aguas  d^l  Orinoco  han 
separado,  en  un  numero  de  siglos,  la  isla  de  la 
Trinidad  de  «Tierra  Firme,  y  que  sus  devasta- 
ciones no  cesaran  hasta  haber  abierto  las  Bocas 
del  Dragón,  y  arrojadose  "en  el  océano.  En 
efecto,  los  corrientes  van  siempre  al  mar  por 
estas  bocas.  De  consiguiente  es  imposible  en- 
trar, particularmente  por  las  pequeñas,  á  no  ser 
que  los  vientos  sean  muy  favorables. 

Es  tan  difícil  entrar  en  el  Golfo  al  sud,  como 
lo  es  entrar  en  él  por  el  norte.  El  viento  tiene 
que  estar  al  SE.  para  poder  entrar  sin  temor  de 
naufragar.  Después  es  necesario  costear  hacia 
el  sud  de  la  isla  de  la  Trinidad,  hasta  la  Punta 


«18 

de  Hicacos,  de  la  que  es  preciso  acercarse  á  la 
distancia  de  dos  cables,  para  pasar  entre  aquel 
jmnto  y  un  banco  que  está  en  medio  del  canal» 
formado  por  la  isleta  llamada  Soldado  y  la  misma 
punta.  Después  de  avanzarse  dos  terceras  partes 
de  legua  hacia  el  norte,  se  pueden  acercar  á  una 
legua  de  la  costa  al  oeste  de  la  Trinidad,  hasta 
que  llegan  al  anclage  de  Puerto  España ;  pues  se 
puede  amarrar -á  la  distancia  de  dos  leguas  de  la 
costa,  en  una  hondura  de  10  á  34  varas. 

Hay  varios  puertos  y  radas  lo  largo  de  la  costa 
dé  Paria,  que  facilitan  mucho  la  comunicación 
con  la  Trinidad.  Esta  ventaja  es  ahora  exclu- 
sivamente en  favor  de  los  Ingleses,  que  son  los 
poseedores  de  aquella  isla. 

La  marea  no  es  solo  perceptible,  pero  aun  for- 
midable en  el  Golfo  de  Paria,  donde  muestra  ana 
violencia  inconcevible  para  los  que  no  han  visto 
los  grandes  fluxos  y  refluxoe  del  mar. 


SECCIÓN  III. 

GÉNEROS  APETECIDOS  EN  LOS  MERCADOS  DE 

COLOMBIA.* 

Solamente  una  tercera  parte  de  los  cargamen- 
tos que  solían  llegar  de  la  metrópoli,  particular- 
mente los  que  se  expedían  desde  Cádiz,  donde 
se  formaban  las  tres  quartas  partes  de  las  expedí- 


919 


ckraes  para  Tierra  Firme,  consistía  en  mercancías 
nacionales ;  y  muy  freqüentemente  no  contenia 
mas  que  una  quarta  parte.  El  resto  consistía  en 
géneros  extrangeros,  que  el  comercio  de  Cádiz 
atraía  de  diversas  partes  de  Europa,  y  que  se 
naturalizaban  por  medio  de  derechos.  La  Fran- 
cia abastecía  para  este  efecto  cerca  de  una  mitad ; 
la  Inglaterra,  cerca  de  una  quarta  parte  j  y  las 
ciudades  de  Hanse  el  resto,  excepto  algunas  gasas 
que  iban  de  Italia. 

Hablando  generalmente,  los  Creollos  ño  ape- 
tecían las  lencerías.  Ni  quiza  hubieran  adop- 
tado el  uso  de  ellas  en  la  ultima  guerra,  á  no  ser 
por  el  precio  baxo  á  que  se  vendían  en  las  coló» 
nías  Inglesas.  Piezas  de  muselinas  bordadas,  que 
solían  venderse  á  85  y  á  40  duros,  se  vendían  á 
12  y  14  duros:  y4 todos  los  demás  géneros  de 
esta  especie  en  igual  proporción.  El  gusto  por 
estas  mercancías  se  ha  hecho  ahora  permanente. 

Los  Creollos  han  preferido  siempre  lencerías 
Alemanas  y  Silesanas,  á  causa  de  que  son  de 
canario $  pero  ahora  se  habitúan  á  gastar  géne- 
ros de  algodón,  que  son  muy  requeridos  para 
suplir  el  defecto  de  aquellos,  substituyendo  gé- 
neros Ingleses.  Ticklenburgs  y  checks  forman 
los  vestidos  de  los  Negros,  y  de  la  gente  baxa ; 
y  Bretañas,  estopillas,  creas  á  la  Morlaix,  plati- 
llas, y  otros  géneros  semejantes,  los  de  la  gente 
mas. pudiente.  La  imitación  de  estos  géneros  en 
calidad,  forma,  señales,  y  modo  de  embalar,  que 
han  adoptado  en  las  manufacturas  Inglesas  y 


2S0 


Escocesas,  es  muy  necesaria.  -  Aun  se  les  puede 
dar  una  semejanza  mas  perfecta,  lo  que  les  daría 
un  valor  adicional. 

Lienzos  muy  finos,  diamantes,  y  joyas,  se  ven- 
den mejor  en  México,  Perú,  y  Habana,  que  en 
algún  otro  parage.  En  Tierra  Firme,  los  dia- 
mantes falsos  tienen  una  venta  mayor,  en  pro* 
porción,  que  los  verdaderos.  Joyas  no  pagan 
alli,  porque  los  plateros  Españoles  trabaxan  en 
oro  y  plata  mas  barato  que  los  extrangeros.  Es 
cierto  que  el  trabaxo  es  inferior,  pero  la  aparien- 
cia es  casi  la  misma,  y  lo  barato  del  precio  re- 
compensa por  todos  sus  defectos.  Lo  que  también 
contribuye  á  hacer  de  las  joyas  un  genero  sin 
venta,  es  la  idea  que  tienen  los  Americanos  Es- 
pañoles, de  que  para  que  el  oro  sea  puro  tiene 
que  ser  de  un  pagizo  pálido.  *  Aunque  la  piedra 
de  toque  haga  ver  lo  contrario,  la  preocupación 
continua  siempre.  El  platero  que  prueba  el  oro 
quita  4  ó  5  quilates  al  oro  mas  obscuro,  que  se- 
gún ellos  le  falta  en  pureza.  *  Se  imaginan  que  la 
diferencia  en  el  color'  entre  el  oro  Europeo  y  el 
Americano,  consiste  en  la  mezcla  que  contiene  el 
primero.  Se  debe  considerar,  sin  emfcirgo,  que 
su  trabaxo  en  oro  nunca  sube  á  mas  que  18  ó 
19  quilates,  y  que  para  el  de  plata  no  hacen  uso 
mas  que  de  duros,  cuya  marca  es  muy  inferior  á 
la  que  usan  nuestros  plateros. 

Encages  forman  también  parte  de  los  vestidos 
de  los  Creollos.  Los  de  Flandes  se  preferían ; 
pero  desde  que  los  Ingleses  han  llevado  la  fabrica 


22Í 

de  sus  encages  á  una  perfección  que  ninguna 
otra  nación  iguala/  prefieren .  los  de  Inglaterra* 
Estos  encages  deben  ser  herniosos,  puesto  que  se 
destinan  para  formar  aquella  parte  del  vestido 
que  mas  llama  la  atención,  es  justo*  que  su  be- 
lleza anuncie  la  opulencia  que  cada  uno,  según 
su  caudal,  desea  mostrar.  Su  venta  no  es,  sin 
embargo,  muy  grande,  pues  su  uso  está  limitado 
á  la  gente  mas  rica,  y  eso  solo  en  los  dias  festi- 
vos. Las  mugeres  no  gastan  mucho  encase; 
pero  en  recompensa  adornan  sus  mantillas  y  bas- 
quinas de  iglesia  con  blonda  negra,  que  tiene  14 
ó  20  pulgadas  de  ancho.  Las  que  no  son' tan 
ricas  tienen  que  contentarse  con  blonda  mías 
estrecha.  En  este  articulo  hay  un  luxo  muy 
útil  para  el  comercio. 

Todos  los  artículos  negros  de  esta  especie 
están  mucho  en  uso  entre  los  Creollos,  particu- 
larmente sargas,  prunellas,  rasos,  y  tafetanes. 
Las  sotanas  y  capas  de  los  clérigos  son  siempre 
de  uno  de  estos  quatro  artículos,  lo  mismo  que 
las  cinco  sextas  partes  de  las  basquinas  de  las 
mugeres. 

Desde  hace  10  años  el  uso  de  paños  gruesos 
se  ha  hecho  general  en  Caracas  y  sus  dependen- 
cias. Hay  pocos  blancos  que  no  se  vistan  de 
casimiro. 

También  se  venden  muchos  sombreros  entre 
los  Creollos.  *  Todos  los  cívicos,  y  entre  ellos  las 
personas  de  la  primera  clase,  gastan  sombreros 
redondos.     Los  oficiales  militares  los  gastan  de 


tres  picos.  Los  clérigos  se  contentan  con  dar  á 
sus  sombreros,  que  tienen  una  copa  muy  baxa 
con  alas  muy  anchan,  la  forma  de  una  teja. 

I^a  juventud  Creolla  ha  adquirido  últimamente 
una  afición  á  gastar  botas :  las  llevan  hechas  de 
las  posesiones  Inglesas.  La  calidad  del  cuero,  y 
la  moda,  que  los  zapateros  del  pays  no  pueden 
imitar,  hace  que  su  precio  sea  alto,  y  jjue  este 
articulo  no  tenga  competidores.  Sin  embargo, 
el  caso  difiere  con  los  zapatos.  Es  necesario  que 
los  que  llegan  de  afuera  estén  en  excelente  con- 
dición ;  ademas  de  eso  los  alcances  son  menores, 
porque  los  zapatos  que  hacen  en  el  pays  son  muy 
baratos,  y  bastante  buenos* 

Como  para  juzgar  del  valor  y  extensión  de 
comercio  en  la  America  Española,  y  -del  modo 
con  que  se  hace,  es  necesario  mostrar  qual  ha 
sido  en  aquellos  puertos  individuales  de  los  que 
tenemos  información  autentica,  copiaremos  los 
siguientes  informes. 

Consisten  en  detalles  de  la  suma  y  valor  de 
los  géneros  que  cada  nación*  Europa  enviaba  á 
España  (en  tiempo  de  paz)  para  sus  estableci- 
mientos y  colonias  en  México.  La  mayor  parte 
de  ^stos  los  embarcaban  en  Cádiz  para  el  puerto 
de  Vera  Cruz,  que  dista  de  la  ciudad  de  México 
SOI  millas. 


223 


MH<wmí  «i  daros  •  Libras  «teriina* 

Españoles.  Moneda  Inglesa. 

¿        15  Las  manufacturas  y  productos — 

•§  de  Francia,  L.  3,375,000 

S         8  do.  de  Inglaterra,  1,800,000 

4  do.  de  España»  900,000 

5  do.  de  Italia,  675,000 
H  3  *  do.  de  Alemania,  675,000 
»  3  .  do.  de  Flandes,  675,000# 
§          2  .              do.  de  Holanda,  450,000* 

g  2  do.  de  Suezia,  450,000 

cu  

g        — -  — — — 

Oí        40  Millones  de  duros  á  4  chelines  y  6  peni- 
ques Ingleses  cada  duro,  hacen        L. 9,000,000 

La  Francia  enviaba  á  España  la  siguiente  es- 
pecie de  géneros  para  México,  «como  también 
para  los  demás  establecimientos  Americanos : — 

Joyas  de  toda  especie,  hechas  en  París  de  lo 
mas  magnifico  y  vistoso  que  hay ; — reloxes  de  oro, 
con  cadenas,  sellos,  llaves,  sortijas,*  &c.  que  se 
venden  muy  barato,  y  en  calidad  muy  inferior  á 
los  de  Inglaterra,  pero  que  sin  embargo  prefieren, 
tanto  en  España  como  en  la  America,  porque 
eran  vistosas  y  baratas ;  servicio  de  plata  y  oro 
para  las  iglesias,  y  para  las  gentes  ricas ; — galo- 
nes de  oro  y  plata,  pojr  los  que  la  demanda  es 
inmensa ; — encaxes  Franceses  blancos  y  negros, 
para  las  señoras,  y  para  los  adornos  de  las  igle- 
sias ;  géneros  de  seda  cite  toda  especie ;  terciopelos, 
&c.  manufacturados  en  Lyons,  &c.  muy  apete- 
cidos tanto  de  las  señoras  y  señores  como  de  los 
sacerdotes;  artículos  de  moda  para  las  señoras 
hechos  en  París; — paños  Franceses  superfinos, 

8 


224 

antiguamente  mas  negros  y  azulfes  que  de  otro  ca- 
lor, y  de  colores  encendidos,  como  de  grana,  de 
rosa,  de  carmesí,  &c. ;— sombreros  negros  y  blan- 
cos, fabricados  en  París,  muy  adaptados  por  su 
ligereza,  &c.  tanto  para  España  como  para  al 
America  Española; — lienzos  blancos,  llamados 
en  España  firetañas  legitimas,  cuyo  cpnsumo  es 
considerable,  tanto  en  España  como  en  la  Ame- 
rica Española ; — cambrays,  mucho  en  uso  entre 
las  señoras  y  señores,  y  en  las  iglesias.     Todos 
estos  géneros  Franceses  §e  consumían  en  las  co- 
lonias Españolas  Americanas  en  cantidades  in- 
mensas, lo  que,  en  tiempo  de  paz,  daba  á  Francia 
una  superioridad  decidida  sobre  la  Inglaterra,  en 
el  valor  de  los  géneros  que  vendían  á  España 
estas  dos  grandes  naciones  rivales.    Sin  embargo 
esta  computación  es  mas  conforme  al  viejo  sistema 
de  cosas,  que  al  presente ;  pero  hace  ver  los  mo- 
tivos que  tenian  los  Franceses  para  apreciar  este 
comercio,  que,  sin  embargo,  ahora  la  energía  del 
comerciante  Ingles  le  ha  hecho  por  fin*  obtener 
la  superioridad.  é 

El  comercio  al  Asia  por  el  Mar  del  Sud  desde 
Acapulco  se  computaba  á  10  millones  de  duros, 
que  enviaban  para  comprar  muselinas,  géneros 
estampados,  sedas,  especies,  y  perfumes;  y  de 
este  mode  se  hallaba  Mexfco  y  otras  provincias 
abastecidas.  Sin  embargo,  durante  los  últimos 
años  de  guerra,  la  necesidad  les  obligó  á  hacer 
uso  de  géneros  Europeos  para  los  muebles  de 
adorno :  estos  circulaban  por  la  via  de  Vera  Cruz, 


235 

donde  los  enviaban  de  los  Estados  Unidos,  y  de 
las  Islas  Inglesas.  Tampoco  será  muy  difícil 
lacer  este  comercio  en  linea  directa,  si  nuestros 
manufactureros  observan  y  se  conforman  al  gusto 
de  los  Creollos,  y  si  nuestros  comerciantes  esco- 
gen los  cargamentos  convenientes.  Al  abastecer 
esta  parte  del  globo  el  comercio  de  la  Compañía 
de  las  Indias  Orientales,  podía  hacerse  un  ramo 
muy  interesante  de  él. 


Selección  de  un  Cargamento  adequado,  de  un  mo* 
do  general,  para  las  Colonias  Españ  olas  Ameru 
canas,  siendo  una  lista  de  los  géneros,  propor- 
ciones, ¿frc.  para  ayudar  al  Comerciante  Ingles 
en  la  elección  de  los  géneros  que  son  apetecidos. 

Paños  anchos  Superfinos  de  Lana* 

100  Piezas  de  Paño,  empaquetadas  en  10  balas,  6  saber, 

4  Piezas  de  Azul  Mazarme* 

1  Verde. 

1  Negra. 

1  Pardo  obscuro. 

1  Blanca,  para  uniformes» 

1  Grana. 

1  Purpura. 

1 0  Piezas  en  cada  bala. 

TOM.  II.  p 


226 


Casimiros,  150  Piezas,  a  saber, 

4  Azules. 

2  Blancas. 

2  Grana. 

1  Verde  de  Botella,  1 

1  Parda. 

1  Purpura. 

4  De  diversos  colores,  como  de  Chocolate,  Morado,  &c« 

15  Piezas  en  cada  bala. 

Paños  delgados  paralas  Señoras,  80  piezas,  á  saber, 

4  Azules. 
2  Blancas. 
1  Encarnada. 
1  Negra* 
1  Purpura. 

1  Verde  de  Botella. 

10  Piezas  en  cada  bala* 

Paños  de  Lana  de  Yorkshire,  80  Piezas,  a  saber, 

*4  Azules. 

2  Maroon. 
1  Grana. 
1  Purpura. 
1  Blanca. 
1  Verde  de  Botella. 

10  Piezas  en  cada  bala. 

Paños  para  Mesas  de  Trucos. 
10  Piezas  Verdes,  2da  calidad,  en  dos  balas* 

Mantas. 
6  Balas,  baratas,  de  diferentes  tómanos  en  cada  bala. 


227 


Breas,  para  Banderas. 


It»  Pí. 
50 


P¡««  Amarillas,  1  en  ^  de  ^  p¡ezag  ¡a  bala# 
Encarnadas^         j 


SwitbreroSé 


10  Caxas,  que  contengan  40  Sombreros  redondos  cada  una, 
en  todo  400  sombreros,  de  buena  calidad*— algunos  de 
seda,— una  quarta  parte  blancos,  con  alas  verdes  por 
debaxo, — forros  obscuros,  6  los  que  oculten  mas  el  sudor, 
—precio  de  8  chelines  á  22  chelines,— algunos  quantos 
sombreros  negros  y  blancos  de  fraile,  es  decir,  con  alas 
muy  anchas,  y  una  copa  pequeña. 

2  Caxas  de  Sombreros  de  oficiales,  adornados  en  el  estilo  de 
dtapeaux  bras>  pero  grandes,— «ninguno  para  mugeres, — 
cada  sombrero  debe  tener  galones  y  hebillas,  y  deben 
estar  compuestos,  y  tener  la  forma  necesaria  para  que 
se  puedan  usarles  al  abrir  la  caxa.  Ningún  sombrero 
para  Negros.  Como  este  articulo  es  uno  de  los  de  mas 
luso  que  tienen  los  Americanos  Españoles,  los  prefieren 
buenos. 

Lientos  para  Colchones* 
4  Caxas,  y  el  color  que  mas  usan  es  azul. 

Lienzos,  Escoceses  é  Irlandeses* 

Todo  lo  mas  blanco  que  se  pueda,  pues  los  Americanos  Es- 
pañoles exigen  que  el  genero  lisongee  y  agrade  al  ojo  mas 
que  al  tacto,  pero  al  mismo  tiempo  lo  busca  barato ;  á  saber, 
10  Balas  Osnaburgs. 

5  do.  TSckleaburgs. 

6  Caxas  de  Platillas,  blancas. 
2     do.  do.  morenas. 

4  do.  Caserillos. 
10  do.  Estopillas. 
10     do.  Bretaña». 


328 


4  Caxas  Ravensburgs. 
2    do.    para  sabanas,  dobladas  como  Rusia. 
4     do.     Lienzos  doblados  y  marcados  como 
Creas  á  la  Morlaix. 
N.  B. — Quanto  mas  imiten  los  géneros  Alemanes  tanto 
mejor,  porque  dan  á  estos  una  preferencia  muy  grande. 

Lienzo  para  Velas,  100  Piezas» 

1  No.  1. 

1  No.  2. 

2  No.  S. 
2  No.  4. 
2  No.  5. 
2  No.  6. 

10  Piezas  en  cada  bala.    De  las  calidad  mas  barata* 

Para  Velas,  y  Tela  de  Cedados. 

300  libras  de  peso,  en  tres  balas. 

Lienzos  Blancos  Irlandeses,  200  Piezas. 

(Privilegio  de  Exportación.) 

4  Piezas,  á  12  peniques  la  vara. 
4     do.     á  15  p.  do. 

4     do.     á  18  p.  do. 

4     do.     á  21  p.  do. 

4     do.     á   2  chelines      do. 

20  Piezas  en  cada  caxa. 
N.  B.— Vitosas,  muy  almidonadas,  y  de  buen  color. 

Checks,  '250  Piezas,  Lienzo  y  Algodón* 

100  Piezas  de  Checks  de  Lienzo,  tres  quartas,  azules  buenos 
y  blancos  claros,  bien  planchados  y  almidonados,  listas 
pequeñas.    Tiene  premio  por  su  exportación. 

150  ditto  de  Checks  de  Algodón,  doblados  de  modo  que 
imiten  quanto  puedan  los  Checks  de  Lienzo,  y  en  el 
estilo  Alemán.    Ninguna  muestra  plegada. 

250  Piezas,  de  25  en  cada  bala. 


r 


229 


Pañuelos,  400  Docenas, 

200  docenas  azules  y  blancos,  fondo  azul,  con  listas  blancas 
cruzadas,  qué  midan  35  6  40  pulgadas  quadradas. 

200  docenas  de  diferentes  colores,  como  encarnados,  purpura, 
&c.  y  con  listas  blancas, 

400  docenas,  25  en  cada  bala. 
N.  B. — Como  estos  pañuelos  son  para  gente  pobre  deben 
ser  baratos. 

Cólicos  Estampados,  100  Piezas  de  28  varas  cada  una. 

600  Piezas  baratas,  digamos,  de  16  p.  á  22  p.  por  vara,  con 
fondos  y  colores  muy  encendidos,  con  ramas  bonitas. 
Mas  depende  de  los  colores  y  de  su  estampado  que  de 
la  calidad  del  lienzo ;  si  no  consisten  mas  que-en  dos 
colores,  que  esos  sean  vivos  y  chocantes. 

200  Piezas,  de  20  peniques  á  24  p.  de  chintz  para  cortinas,  &e. 
con  ramas,  vistosas,  y  de  color  encendido. 

200  Piezas  de  una  ana  de  ancho,  de  2  chelines  á  2  ch.  y  6 
peniques  la  vara,  su  largo  21  vara ;  todo  lo  mas  vistoso 
posible,  para  imitar  los  calicos  estampados  de  Por- 
tales de  Neufchatel,  Suezia,  6  de  las  Indias  Orientales, 

1000  Piezas  embaladas  en  caxas  de  25  piezas  la  caxa ;  una 
.mitad  dividida  en  piezas  de  7  varas  cada  una,  y  plega- 
das en  el  estilo  de  libro. . 

Muselinas  Blancas  de  Glasgow. 

500  Piezas  dobladas,  y  mancilladas,  cada  una  conteniendo  10 
varas,  fondos  ligeros,  bordadas,  y  con  ramas  espesas, 
las  muestras  mas  nuevas  y  mas  vistosas,  pero  de  lo 
mas  barato. 

50  Piezas  también  bordadas  en  oro,  con  flores,  &c. 

200  Vestidos  de  Señoras,  con  fondos  bordados  en  colores,  vivos, 
&c. 

100  Docenas  de  panudos  blancos  de  muselina. 

100  Piezas  de  book  muselina,  buena  calidad. 

100  Piezas  para  cortinas  y  raudillas  contra  los  mosquitos, 
claras,  y  baratas. 


230 

Jtope  Blanco  Holandés,  100  Piezas,  á  saber, 

10  Pieza*  á  15  peniques  la  vwa. 
5    do,    á!8p.  do. 

5    do.    á  21  p.  do« 

5     do.     á  24?  p.  do. 

25  Piezas  en  cada  caga* 

Ginghams,  300  Piezas,  a  saber, 


10  Piezas  6  14  p.  la  vara. 
5    do.    á  16  p.    do. 
5    do.    á  18  p,    do. 
3    do*    á  21  p.    da 

25  Pieza*  en  cada  caxa;  los  colores  que  seas  vives»  ligeroa» 
y  vistosos»  coma  de  rosa»  carmesí»  morados»,  anaarillos»  &c. 

Musdinetas  Blancas  de  Lancashire. 

(Una  ▼arfiedbd  de  nuestras  pequeñas,) 

00  Piezas  en  caxas,  de  20  en  cada  uno,  pero  baratas. 

Jeannets*  40  Piezas. 
20  Piezas  en  cada  casca»  teñidas  coa  colores  vivos. 

Cólicos  Blancos  para  Camisas,  200  Piezas, 

4  Piezas  á  12  p.  la  vara. 
4    do.    á  15  p.    do» 
4    do.    á  18  p.    do. 
4    do.    á21p.    éo. 
4    do.    á  24  p.    do. 

20  Pieza*  en  cada  capta. 

Estopillas  de  Algodón. 

500  Piezas,  dobladas  y  embaladas  de  modo  que  imiten  á  las 
Alemanas. 


I 


291 


Platillas  de  Algodón  en  Piezas  pequeña*,  600  Piezas. 

Siendo  algodón  para  camisas,  cortado  en  piezas  de  7  varas 
cada  una,  dobladas,  y  empaquetada*  de  modo  que  imiten, 
en  miñatura,  á  las  platillas  Aleí 


Pañuelos  que  imiten  a  los  de  Madras,  400  Docenas, 

Deben  imitar,  lo  mas  que  se  poesía,  las»  colores  verdaderos 
vivos,  vistosos,  &c.  25  docenas  en  cada  caxa. 

Manteles  de  Algodón. 
Das  cascas  ée  Manteles,  y  de  Servületas  de  Id  afensv  cea 


rivetes  roxos  y  azules.    Los  manteles  que  no  sean  de  los 
mas  grandes. 

Pañuelos  de  Puüicat  u  Romal,  200  Docenas. 

Crfore»  encendidos'  y  enrocantes,  dte  86b.  á  50#.  hs  docena; 
éñéts  cas»  que  contenga  25  presar. 

Mantillas. 

500  Bordados,  vistosas^  y  hermosas,  de  muselina. 
200  Velos  de  encaxe  blancos,  grandes  y  de  moda. 
50  Veta*  negros. 

Este  articulo  se  fabrica  en  Nottingham  de  algodón  en 
encaxe,  bordados  las  ribetea  muy  anchos,  y  gran  varie- 
dad de  muestras. 

Velverets. 

Todos  de  Media  Ana>  ninguno  de  Media  Vara,  100  Piezas. 

2  Negras. 
4  Azules. 
1  Amarilla. 
1  Purpura. 
1  De  rosa. 
1  Azul  celeste. 

10  Piezas  en  cada  caxa,  de  tenelínes  £  peniques,  á  3  ch.  6  p. 
por  vara. 


232 


Corduroys. 

4  Azules. 
2  Negros. 
4  De  diversos  colores. 

10  Piezas  ea  cada  caxa. 

Cinta*  Blancas  de  Algodón. 

£1  valor  de  100  libras  esterlinas,  pero  que  no  sean  muy  an> 
.  chas. 

Algodones  Azules,  400  Piezas. 

Que  imiten  á  los  de  la  China,  bien  teñidos,  calidad  segunda  6 
inferior,  y  empaquetados  en  balas  de  25  piezas  cada  uno. 
Esto  se  gasta  mucho  entre  los  Indios  y  populacho. 

Hilos  Blancos  de  Algodón. 
El  valor  de  50  £,  algunos  en  caxas  pequeñas. 

Hilos  Blancos  de  Lino. 
El  valor  de  50  £. 


Dimtíies  6  Fustianes  Blancos,  100  Piezas,  de  una  Vara  de 

Ancho. 

10  á  15  peniques  la  vara. 
5  á  18      do.         do. 
5á21      do.         do.  ! 

5  á  24      do.         do. 

25  en  cada-  caxa. 


£33 


Sedas  Ligeras  para  Vestidos  de  Señoras,  100  Piezas* 

8  Piezas  de  negro  obscuro,  para  señoras. 

5    do.     que  sea  fuerte,  para  clérigos. 

2    do.    azules,  para  señoras. 

2    do.    de  color  de  rosa. 

2    do.    blancas. 

1    do.  .  carmesí,  para  parasoles. 

20  Piezas  en  cada  caxa. 

20  Piezas  mas,  de  sedas  fuertes  jaspeadas,  para  zapatos  de 
señoras. 

Bombazeens  Blancos  y  Negros. 

200  Piezas  negras,  para  las  señoras  y  clérigos,  de  buena  cali- 
dad.   La  basquina  de  las  mugeres  es  de  este  articulo. 
50  Piezas  blancas  y  buenas,  para  los  religiosos  Mercenarios, 
&c. 

250  Piezas  empaquetadas  en  caxas  de  25  piezas  cada  una* 

Sedas  para  Coser. 
£1  valor  de  50  £. 

Cintas  de  Seda. 

4000  Piezas,  colores  vivos  y  vistosos. 
500     do.     para  el  pelo. 

4500  Piezas ;  también  1  caxa  de  cintas  de  terciopelo,  y  cintas 
para  zapatos. 

Medias  de  Seda. 

500  Pares  para  hombres,  de  moda,  pero  no  demasiado  caras. 
200    do.   para  mugeres,  con  campanillas,  &c.  y  vistosas. 


284 


Medios  Blanco*  de  Algpdon%  sondaleadas,  S¡¡c~ 

1000  Pares  con  campanillas  abiertas,  ssyiaat  Bbm»  y  «cogi- 
das. 

Guantes* 

100  Docenas,  baratas»  de  calosas  vire**  y  sJpajMs  para:  mili- 
tares. 

Adorno*  Militare** 

200  Chareteras  de  oro  para  Oficiales. 

200  De  plata  do. 

100  Cordones  para  espadas»  medio  oro  y  medio  plata. 

Algunos  galones  de  oto  y  plata»  hilos,,  y  lentejuelas  de  lo 

mismo. 
200  Espadas  militaras»  y  algunas  dagas  con  vayna&y  cíntu- 

rones  completos. 
200  Plumages  de  varios  colores,  largos  y  derechos,  como,  los 

db  Ua  Franceses; 

Lozas,  60  Croles,  a  saber,   , 

Algunas  Blancas  lisas,  y  otras  escogidas. 

20  Docenas  de  platos  lisos, 

5      do.      para  sopa, 

4      do.      cazuelas, 

4?      do.      orinales,  ^en  cada  crate. 

2      do.      jarras,  y  vasos, 
Y  alguna  docena  de  fuentes,  que  no 
sean  muy  grandes, 

Tazas,  Platillas,  Sfc.  de  Loza. 

200  Gilí  Bowls. 

100  Juegos  de  Tazos  y  Platillos  para,  el  Café,  de  tamaño 
mayor. 


335 

100  Juegos  para  el  Té,  que  puedan  también  servir  para  el 
Chocolate,  de  tamaño  grande. 
N.  &— J&  vendedor  dft  UMo  par  den!»  par  lo  que  se 
rony»  ?  otees  articsfa  que  he  indi  r  sitas,  son  inútiles. 

Artículos  de  Vidrio. 

30  Caxas  de  Vasos  de  una  Finta»  baratos. 
2    do.   de  Vaaoa»  de  mejor  ceUd*d> 
1    do.    Botellas  de  Cristal,  vistosas,  per»  no<  muy.  costosas. 
1    do.    Platillos  para  Dulce,  &c.  oe  muy  ricamente  cortados* 

1  do.    Copas,  vistosas  y  baratas. 

N.  B.— -Si  el  cargamente  fuese  para  México,  se  pueden 
añadir  40  caxas  de  cristala»  pont  vidrieras,.  &a  por- 
que alli  se  usan  mucho. 

Espejos» 

El  valor  de  200  £,  en  Espejos  para  salas,  algunos  buenos. 
El  valor  de  50  £,  en  Espejos  comunes  para  afeitarse»  da  todos 
los  tamaños. 

Látigos  de  Mano,  Sfc. 

50  Docenas  de  látigos  largas* 
100  Docenas  de  Espuelas  plateadas,  con  correas  completas. 

Papel,  SfC. 

El  valor  de  200  £,  en  buen  papel  de  cartas,  y  para  escribir,  y  si 
se  puede  obtener,  que  imite  al  de  Barcelona,  para  fumar, 
algunos  libros  blancos  para  cuentas,  &c.  plumas,  lacres, 
y  obleas  en  caxas  de  hojadelata.  Alguna*  gramáticas 
Españolas  é  Inglesas,  y  diccionarios. 

2  Caxas  de  Cartas  Españolas  para  Jugar. 


] 


236 


Hamacas. 

400  Hamacas  de  algodón,  vistosas  y  con  adoraos,  como  las 
de  los  Indios,  y  muy  bien  imitadas  por  Meatf*  Philips  de 
Manchester,  embaladas. 

Parasoles  de  seda,  300. 

10  Parasoles  grandes,  y  de  color  de  carmesí. 
4       do.       verdes.  ' 

2      do.      azul  celeste. 
2       do.       amarillos. 

20  Parasoles  en  cada  caxa. 

Quitasoles  de  seda  para  las  Señoras,  300. 

10  Carmesí,  vistosos,  frangeados,  bien  plateados. 
2  Verdes. 
4  Azul  celeste. 
4  De  colores  vistosos. 

20  en  cada  caxa. 

j 

N.  B. — Este  articulo  no  puede  ser  nunca  demasiado  majo  6 
adornado,  por  ser  muy  de  moda. 

» 

Juguetes. 
6  Caxas  de  pequeñas  imágenes,  moñas,  &c. 

Perdigones, 

25  Barriles  No.  3. 
25  do.  No.  4. 
25  do.  No.  5. 
25      do.      No.  6. 

100  Barriles,  pero  ningunos  otros  números. 


237 


Pohora. 


50  Barriles  de  buena  calidad,  y  en  polvorines  para  la  caza. 
Algunas  que  otras  escopetas  Inglesas,  y  pistolas  mas  adorna- 
das que  bien  acabadas. 

Platos  de  Estaño,  100  cacas. 

Candeleras  Plateados. 

90  Docenas,  muy  adornados»  y  tales  como  en  Inglaterra.se 
consideran  como  antiquados. 

Cucharas  de  Estaño» 

20  Gross  de  cucharas  de  estaño  grandes. 
2  ditto  de  cucharas  pequeñas. 

Anteojos. 
50  buenos,  cada  uno  en  su  caxa. 

Cepillos. 

12  Docenas  de  diversos  tamaños. 
4      do.       para  el  pelo. 

Chismes  de  Pescar. 
£1  valor  de  50  £,  en  anzuelos,  &c« 

Agujas  y  Alfileres. 

£1  valor  de  50  £,  de  buenas  agujas  en  caxítas  de 

estaño. 
£1  valor  de  20  £,  en  alfileres. 


238 

Cantina*  para  Soldados. 
El  valor  de  50  £,  empaquetad»  en  aerees. 

Géneros  de  las  Indias  Orientales. 

4  balas  de  Nieaaees*  color  «su!. 

2      do.      Bailas  azulea. 

4     do.      blancas» 

6     do.      Nankeenes,  azules,  blancos,  y  pagizos. 
N.  B»— Si  estos  genera  no  se  pueden  obtener  baratos,  es 
mejor  excluirlos,  pues  Jos  Estados-Unidos  abastecen  á 
America  baratamente. 

Clavos. 

10  Barriles  de  Tachuelas. 

50     do.      de  Clavos  chatos  de  media  pulgada. 

50      do.     de  una  pulgada. 

50     do.      de  pulgada  y  media. 

50     do.      de  dot  pulgadas» 

10     do.      de  tres  pulgadas. 
Clavos  de  molde  no  deben  enviarse.    Los  Españoles  están 
acostumbrados  á  los  de  Liege  en  Alemania,  por  la  via  de 
Francia  y  de  Holanda,  y  no  quieren  comprar  mas  que  los 
que  están  batidos. 

Hierros  de  Sad. 

500  Pares,  empaquetados  en  arpilleras  para  que  no  se  enmo- 
hezcan. 

Oüas  de  Hierro. 

El  valor  de  50  £.  Este  articulo  no  se  uta  mucha,  pues  los 
Españoles  cuecen  principalmente  en  ellas  de  barro  de  fa- 
brica suya. 


239 

Pucheros  de  Hierro. 
£1  valor  de  100  £,  de  todos  loe  tamaños. 

Braseros. 
£1  valor  de  20  JE,  en  braseros  para  «1  earboa. 

Hozadas  de  Hierro» 

£1  valor  de  100  £,  sin  mangos,  para  el  trabaxo  del  campo,  no 
nuiv  Besadas. 

Tachuelas  de  cabeza  de  turco  para  los  Cofres. 
60  Gross,  cada  gross  tiene  doce  docenas. 

Manchettes,  6000. 

Son  unas  hojas  de  espada  largas  y  anchas,  muy  parecidas  á 
los  alfanges  que  se  usan  en  los  navios :  los  Españoles  hacen 
uso  de  ellas  para  cortar  en  los  montes,  para  cortar  la  cafía  de 
azúcar,  y  para  otros  objetos.  Los  Alemanes  eran  los  que  les 
abastecían  este  articulo,  y  las  mas  estimadas  son  las  que  se 
llaman  Del  Perrillo,  por  tener  un  perro  estampado  en  ellas,  6 
una  media  luna  y  unas  estrellas,  que  son  las  señales  de  cierta 
fabrica  que  les  da  mas  valor.  £1  mango  debe  ser  largo  y 
derecho  como  el  de  un  cuchillo  de  carnicero,  con  dos  pedazos 
de  hueso  labrado  riveteado  á  cada  lado,  como  el  mango  del 
atargan  ó  espada  Argelina. 

Cuchillos  de  Carnicero,  2000. 

Todos  con  mango  de  hueso  blanco,  bien  ribeteados,  y  con 
vaynas  de  cuero  negro,  baratos. 


240 


Tiseras. 
100  Docenas,  baratas,  y  solo  unas  quantas  mas  caras. 

Botas. 

100  Pares,  largas  y  cortas,  pulidas,  pero  no  altas ;  pie  no  muy 
grande,  ni  suelas  muy  espesas. 

Navajas  de  Afeitar,  100  Docenas* 

Principalmente  baratas,  algunas  quantas  de  calidad  superior, 
pero  en  pequeña  proporción. 

Navajas  de  Marineros,  200  Docenas. 

Grandes,  baratas,  y  si  se  pueden  obtener  algunos  de  las  que 
tienen  la  hoja  muy  larga,  como  las  de  los  marineros  Es- 
pañoles y  Franceses. 

200  Docenas  de  navajas  de  faltriquera,  alguna  con  varias  ho- 
jas, y  de  buena  calidad. 

100  Docenas  de  cortaplumas,  escogidos,  y  de  todos  los  pre- 
cios. 

Cuchillos  de  Mesa. 

100  Docenas  de  cuchillos,  y  de  tenedores  con  tres  dientes,  de 

buena  calidad. 
100  do.  de  cuchillos  de  mesa  sin  tenedores. 

10  do.  de  tenedores  de  plata. 

5  do.  de  tenedores  para  postres  de  plata. 

Peynes. 
100  Docenas  con  dientes  pequeños,  de  todos  los  tamaños. 


241 


Botones. 

i 

El  valor  de  500  £,  en  botones  de  Birmingham,  algunos  ama- 
rillos y  blancos  lisos,  plateados,  y  dorados,  otros  para  la 
marina  con  ancoras,  y  botones  para  la  artillería. 

Casas  de  Tabaco. 

£1  valor  de  200  £,  metal  y  similor,  con  estampas,  retratos  de 
capricho ;  con  el  de  Fernando,  con  motto  encima,  y  al 
rededor ;  también  el  de  héroes,  y  del  Rey  de  Inglaterra. 

Cobres  para  embonar,  S¡c. 
Una  cantidad  suficiente  para  seis  bergantines. 

Para  las  Plantaciones  de  Azúcar. 

* 

Materiales  suficientes  para  erigir  10  Plantaciones ;  pero  no 
tan  grandes  como  los  de  la  Jamaica*  Cuba  tiene  mucha 
necesidad  de  ellos. 

Sierras. 

100  Docenas  de  sierras  de  varios  tamaños,  de  mano,  trian- 
gular, &c. 

Alquilaras  de  Cobre. 

10  Alambiques  de  varios  tamaños,  completas. 

2  de   60  gallons  cada  uno. 
2  de    70     ditto. 
2  de    80    ditto. 
2  de    90    ditto. 
2  de  100    ditto. 

10  Alambiques,  Cobre. 
TOM.  II.  Q 


242 


Herramientas. 

El  valor  de  200  £,  en  herramientas  para  carpinteros,  ensam- 
bladores, toneleros,  herradores,  cerraderos,  &c« ;  también 
para  reloxeros,  plateros,  &c. 

Candados* 
2000  Candados,  de  varías  especies,  y  tamaños. 

CrueibUs. 
2  Tierces  de  Crucibles,  para  plateros. 

Aceites. 

Aceites  para  pintar  al  olio ;  el  aceite  de  almendras  de  usa 
también  mucho  en  las  Colonias,  y  se  lleva  en  botellas  de 
hojalata;  también  aceites  de  esencias  y  perfumes. 

Especerías  y  canela  son  buenos  artículos,  si  se  compran  bara- 
tos, y  que  los  Estados  Unidos  no  los  hagan  mas  baratos 
aun. 

Una  pequeña  colección  de  hojas  de  oro,  caparrosa,  alumbre, 
piedras  de  moler,  molinillos  de  café,  hebillas,  &c.  para  los 
silleros,  piedras  de  escopeta,  &c. 

Instrumentos  de  Música. 

10  Piano-Fortes. 

6  Órganos  buenos  y  grandes  de  sala,  con  tonos  alegres. 
Algunas  quantas  Flautas,  Pífanos,  Viqiines,  Guitarras,  Har- 
pas, &c. 


243 


Medicinas» 


Una  colección  que  excluya  las  que  hay  en  el  paya,  y  que  con* 
anta  en  Crema  de  Tartar,  Ruibarbo,  Senna,  Manna,  Salea  de 
Glauber,  Cantáridas,  Opio,  Nitro,  Ipecacuanha,  Calóme!, 
Mercurio,  &c.  Las  drogas  deben  ir  preparadas  para  us- 
arse, en  polvo,  &c.  estas  operaciones  siendo  muy  penibles  en 
un  pays  caliente,  y  exigiendo  aparatos  que  no  hay. 

Joyas. 

£1  valor  de  400  £,  en  Pendientes,  Collares,  Brazaletes,  Sor- 
tijas, Alfileres,  Cruzes,  Botones  de  mangas,  Hebillas  para 
la  cintura,  Bandeaus,  y  adornos  de  cabeza,  relicarios,  y 
alfileres  de  oro  con  piedras  vistosas,  cadenas,  &c.  Todo 
debe  ser  de  oro,  nada  de  cobre, — pues  juzgan  de  este  arti- 
culo, quando  no  está  manufacturado  en  el  pays,  por  el  olor ; 
y  otros  se  cubrirían  muy  pronto  con  el  calor  del  clima. 

Algunos  Quesos,  Escabeches,  Porter,  Cidra,  Vinagre  buena, 
Jabón,  Salsas  de  Pescado,  Jamones,  &c.  se  venderían  bien, 
pero  tienen  que  ir  bien  empaquetados. 

r 

Aunque  esta  lista  está  algo  abultada,  se  puede  sin  embargo 
reducir,  según  el  gusto  del  comerciante,  6  según  del  consumo 
del  mercado  al  que  el  cargamento  va  destinado. 


OBSERVACIONES. 

Todos  los  géneros  en  piezas,  en  qualesquiera  especie  de 
balas  que  vayan,  deben  ir  acompañados  de  una  lista  de  lo  que 
contiene  la  bala,  para  evitar  que  la  abran,  y  debe  correspon- 
der perfectamente.  Sera  mejor  vender  por  balas,  porque  de 
otra  suerte  los  mercaderes  escogerían  los  géneros  mejores, 
dexando  los  de  poco  6  ningún  precio ;  á  lo  menos  escogerían 
los  que  se  vendiesen  mejor.  • 


244 

Todas  las  casas,  paquetes,  y  arcas,  deben  ser  buenas ;  estas 
se  venden  por  su  valor  neto,  y  son  roas  cómodas  que  las  caxas ; 
todos  los  géneros  finos  deben  ir  empaquetados  en  ellas :  cada 
una  bien  cubierta,  marcada  con  letras  claras,  y  numeradas  en 
dos  partes,  para  evitar  el  trabaxo  de  levantarlas,  y  las  equi- 
vocaciones al  embarcarlas  y  desembarcarlas,  &c.  y  al  librarlas 
en  manos  del  comprador. 

Se  debe  observar,  que  los  géneros  que  se  destinan  para  mer- 
cado Español,  deben,  en  sus  especies  respectivas,  ser  ligeros, 
vistosos,  finos,  y  baratos,  y  baxo  un  principio  de  substancia 
y  duración  muy  diferente  de  los  que  se  destinan  para  el  con- 
sumo de  Inglaterra.  Exigen  que  el  articulo  sea  galán  aunque 
no  dure  mucho ;  bonito  y  barato  es  su  proverbio  correspon- 
diente. 

Observaciones  sobre  los  Pesos  y  Medidas. 

100  Varas  Inglesas  hacen  108  varas  Españolas. 

100  Anas  Inglesas  hacen  140  varas  Españolas. 
97  Libras  Españolas  son  iguales  á  100  libras  Inglesas. 

La  fanega  Española  es  igual  á  cerca  de  tres  bushels  In- 
gleses, 6  150  libras. 

8  Arrobas  de  vino  hacen  25  gallons  Ingleses. 

1  Arroba  tiene  25  libras  Españolas. 

1  Vara  Española  tiene  33  pulgadas  Españolas. 

Para  hacer  de  las  anas  Flamencas  varas  Españolas,  multipli- 
qúese por  80,  y  divídase  por  100. 

1  Ana  Flamenca  contiene  27  pulgadas. 

Todos  los  géneros  en  piezas  se  miden,  quando  se  venden 
'  por  la  vara  Española. 

1  Quintal  tiene  100  libras  Españolas. 

4  Arrobas  hacen  un  quintal. 

Las  facturas  Españolas  se  hacen  en  reales  de  vellón ;  por 
exemplo,  dos  piezas  de  paño  azul  40}  varas  á  80  rs.  vn.  =  rs. 
vn.  3260. 0. 

Para  sacar,  la  usanza  Española  es  de  60  dias. 

Reales  de  plata  son,  sin  embacgo,  mas  generales  en  Ame- 
rica, y  8  forman  el  valor  de  un  duro,  6  12 J  cientos  cada  uno. 


«45 


SECCIÓN  IV. 

ESTADO  DEL  COMERCIO. DERECHOS  DE 

ENTRADA,  &C. 

Los  siguientes  documentos  ilustran  de  algún 
modo  esta  materia. 

Por  una  reunión  muy  respectable  de  comerci- 
antes, dueños  de  navios,  y  manufactureros,  que 
se  tubo  en  la  ciudad  de  Londres,  para  tomar  en 
consideración  *  los  medios  de  establecer  una  co- 
municación entre  Inglaterra  y  los  payses  del  Sud 
de  America,  que  estaban  baxo  el  dominio  de  Es- 
paña, se  adoptaron  unanimamente  ciertas  resolu- 
ciones, que  expresaban  la  opinión  de  los  circuns- 
tantes, á  saber ; — Que  la  naturaleza  peculiar  de 
las  necesidades  y  producciones  de  los  payses  en 
qfiestion,  en  su  estado  presente  de  independencia, 
abren  un  vasto  camino  para  empresas  comerciales 
de  una  naturaleza  muy  importante,  con  tal  que 
este  pays  correspondiese  al  deseo  manifestado  tan 
sincera  y  ardientemente  por  aquellos  gobiernos, 
para  un  comercio  de  beneficio  mutup  : — Que  es 
expediente  allanar  quantos  impedimentos  se  opon- 
gan á  este  estado  deseable  de  cosas,  siendo,  se- 
gún la  declaración  hecha  por  el  Señor  Zea,  el 
enviado  de  negocios  de  los  Estados  de  Colombia, 
la  determinación  de  aquellos  gobiernos  no  admi- 
tir en  sus  puertos  mas  que  %los  navios  y  géneros 


246 

de  las' naciones  que  reconozcan,  y  admitan  las 
banderas  y  productos  de  sus  respectivos  payses  : 
—Que  en  la  Legislatura  de  los  Estados  Unidos 
se  trata  de  esta  materia,  lo  que  dára  á  los  navios 
del  pays  una  ventaja  decidida,  nada  menos  que 
uñ  monopolio  en  el  comercio  de  aquellos  payses, 
hasta  que  este  pays  y  otros,  adoptando  medidas 
semejantes,  entren  á  gozar  de  una  parte  de  él : — 
Y  que  se  presente  un  memorial  á  los  Lords  del 
Consejo  Privado  de  S.  M.  respetuosamente  ur- 
giendo la  importancia  de  la  consideración  inme- 
diata de  los  medios  de  establecer  un  trato  comer- 
cial entre  este  reyno,  y  los  payses*  de  los  dichos 
Gobiernos  del  Sud  de  America. 

£1  siguiente  memorial  fue  después  adoptado, 
incluyendo  en  él  la  substancia  de  las  resoluciones, 
y  sometiendo  á  la  consideración  de  sus  Excelen- 
cias, el  si,  para  adherir  con  exactitud  al  espíritu 
de  las  leyes  de  la  navegación,  su  letra  no  podría 
relaxarse  hasta  el  sentido  de  admitir  los  navios 
que  pertenecían  á  los  gobiernos  nuevamente  es* 
tableados  en  el  Sud  de  America,  para  que  co- 
merciasen, como  tales,  con  varios  puertos  de  este 
reyno,  del  mismo  modo  que  los  navios  de  los  Es- 
tados Unidos,  y  del  Brasil. 

A  los  Lords  del  muy  Honorable  Consejo  Privado  de  S.  M. 

El  humilde  Memorial  de  los  Comerciantes,  Dueños  de 

Navio,  Manufactureros,  y  Mercaderes  de  Londres,  cuyas 

firmas  van  aqui  adjuntas ; 

Exponen, — Que  desde  el  establecimiento  de  los  Gobiernos 

Independientes  en  los  payses  del  Sud  de  America,  que  esta- 


«*7 

tan  bazo  el  dominio  de  España,  se  ha  hecho  con' ellos  y  estt 
paya  un  comerpio  muy  extenso,  ya  $ea  directamente,  6  por 
medio  de  otros  payses : 

Que  éste  importante  comercio,  que,  con  debida  protección 
y  fomento,  puede  hacerse  aun  mucho  mas  vasto,  ha  sido  in- 
terrumpido, y  (según  la  declaración  del  S"  Zea,  el  ministro 
diputado  á  los  Poderes  Europeos  por  el  Gobierno  de  Colom- 
bia) está  expuesto  á  ser  enteramente  perdido,  6  sugeto  á  una 
perdida  considerable,  á  no  ser  que  el  Gobierno  de  S.  JVL  tome 
aquellas  medidas  oportunas  para  establecer  una  comunicación 
comercial  entre  estos  reynos  y  aquellos  payses,  que  sean  con- 
formes á  los  reglamentos  que  han  adoptado  en  este  respecto 
como  la  regla  de  su  gobierno : 

Que  el  principio  de  estos  reglamentos  parece  ser,  el  admitir 
en  sus  puertos  los  navios  y  géneros  de  los  payses  que  reconoz- 
can, y  admitan  las  banderas  y  mercancías  de  sus  respectivos 
payses : 

Que  de  consiguiente  los  suplicantes  ruegan  se  les  permita 
exponer,  para  la  consideración  de  sus  Excelencias,  si,  para 
adherir  con  exactitud  al  espíritu  de  las  leyes  de  la  navega- 
ción, su  letra  no  podría  relaxarse  hasta  el  sentido  de  admitir 
los  navios  que  pertenecen  á  los  Gobiernos  nuevamente  esta- 
blecidos en  el  Sud  de  America,  para  que  comerciasen  como 
tales,  con  varios  puertos  de  este  reyno,  del  mismo  modo  que 
los  navios  de  los  Estados  Unidos,  y  del  Brasil : 

Que  á  no  ser  que  los  navios  de  aquellos  payses  sean  admi- 
tidos para  participar  en  esta  ventaja,  los  exponentes  temen, 
que  los  payses  extrangeros,  especialmente  los  Estados  Unidos, 
(cuyos  reglamentos  están  gobernados  por  la  regla  adoptada 
por  los  dichos  nuevos  Gobiernos),  prevaleciendose  de  la  oca- 
sión que  ofrezca  la  irresolución  de  este  gobierno,  obtengan 
para  si  ventajas  las  mas  importantes,  á  expensas  de  los  intere- 
ses comerciales,  navegantes,  y  manufactureros  de  esto  reyno : 

De  consiguiente  los  exponentes  ruegan,  que  esta  materia 
ocupe  la  atención  de  sus  Excelencias,  y  que  se  adopten 
aquellas  medidas  oportunas  que  mas  aseguren  las  ventajas  de 
un  comercio  directo  y  extensivo  para  este  reyno,  que  los  go- 
biernos ya  mencionados  le  ofrecen;  y  las  que  sus  Excelencias 


248 


juzguen  expedientes  para  dilatar  y  adelantar  el  comercio  de 
este  imperio— -Y  los  exponentes  rogaran  siempre. 
Londres*  el  23  de  Abril  de  1822. 


Baring,  Hermanos  y  Co. 
Richards,  Macintosh,  Law  y  Co. 
Baiett,  Farqubar,  Crawford  y  Co. 
Reíd,  Irving  y  Co. 
Findlay,  Bannatyne  y  Co. 
Campbell,  Bowden  y  Co. 
Smith,  Inglis  y  Co. 
Paxton,  CockereU,  Traill  y  Co. 
W.  y  T.  Raikei  y  Co. 
Fletcher,  Alexaoder  y  Co. 
Bainbridges  y  Brown. 
Palmer,  Wilton  y  Co. 
Frederick  Huth  y  Co, 


6.  W.  y  S.  Híbbert 
Job.  Marryat  é  Hijo. 
Hullett,  Hermanos  y  Co. 
Richard  Jafiray. 
R.  y  B.  Brown  y  Co. 
Dickaon,  Pisey  y  Co. 
G.  J.  y  G.  Ranking. 
Barclay,  Hermano»  y  Co. 
Anthony  Gibo»  é  Hijo» 
G.  y.  J.  Brown. 
Buckleaa,  Bagster  y  Co. 
Wilaon  y  Blanahard. 
John  Jacob, 


Copia  de  una  Nota  de  Señores  Cock  y  Wix- 
loughby,  á  los  Señores  que  firmaron  el  Me- 
morial para  el  Consejo  Privado. 

Señores,— -Tenemos  el  gusto  de  anunciar  á  Ustedes  que  loa 
Lords  del  Consejo  han  decidido  en  favor  de  la  aplicación  para 
permitir  la  entrada  en  este  paya  á  los  navios  de  los  Gobiernos 
Independientes  establecidos  en  la  parte  de  la  America  Espa- 
ñola, conforme  al  memorial  presentado  á  sus  Excelencias  el 
23  del  presente.    Tenemos  el  honor  de  subscribirnos,  sus  mas 

obedientes  servidores. 

(Firmado)     Cock  t  Willoughby. 

33.  Nao  Broad  Street,  27  de  Abril  de  1822. 


Las  siguientes  comunicaciones  ocurrieron  ade- 
mas entre  el  Consejo  del  Almirantazgo  y  un  co- 
merciante de  Londres.  Esperamos  que  el  con- 
sentimiento en  esta  aplicación  es  un  agüero  de 


249 

una  disposición  para  extender  la  protección  al 
comercio  de  los  Estados  Independientes. 

A  los  Muy  Honorables  Lords  Comisionados  det  Almirantazgo. 

Mi  Lords, — La  petición  del  infraescrito  comerciante  In- 
gles, humildemente  expone  á  Sus  Excelencias,—' 

Que  los  intereses  manufactureros  de  estos  réynos  estaban, 
hace  algunos  años,  en  un  estado  alarmante  de  languidez: 

Que  esta  languidez  nacía  en  la  falta  de*  demanda  de  los 
payses  inmediatos,  que  al  presente  manufacturan  sus  propios 
géneros,  y  muchos  de  los  quales  están  haciendo  esfuerzos 
para  exportar  géneros  que  antes  solían  recibir  de  nosotros : 

Que  las  aprehensiones  de  los  manufactureros  que  ultima- 
mente  infundían  tanto  temor,  han  sido  aquietadas  únicamente 
por  la  demanda  inesperada  y  considerable,  que  ha  sido  hecha 
principalmente  por  los  Estados  Independientes  del  Sud  de 
America,  y  con  nuestras  posesiones  de  las  Indias  Orientales : 

Que  los  alcances  de  los  manufactureros  son  ahora  muy 
cortos,  calculando  los  precios  corrientes  de  los  géneros  en 
Inglaterra : 

Que  precios  baxos  son  necesarios  para  la  continuación  de 
su  prosperidad  presente,  para  poder  competir  con  suceso  con 
los  géneros  extrangeros,  y  para  adelantar  su  consumo,  que 
comienza  á  establecerse  en  payses  nuevos : 

Que  todo  lo  que  tiende  á  impedir  la  libre  egresión  de  las 
manufacturas,  á  destruir  la  confianza  en  la  seguridad  de  las 
empresas,  6  á  aumentar  los  gastos  de  los  cargamentos,  debe 
necesariamente  retardar  aquel  periodo  de  prosperidad,  que 
servirá  para  aumentar  la  demanda,  y  que  los  manufactureros 
contemplan  se  halla  ahora  en  el  Nuevo  Mundo  : 

Que  las  exportaciones  de  los  manufactureros  á  la  Jamaica 
y  á  las  Islas  de  las  Indias  Occidentales  han  sido  en  estos  últi- 
mos años  muy  importantes : 

Que  estos. géneros  de  extracción  se  vendían  principalmente 
en  Tierra  Firme : 

Que  la  idea  de  un  comercio  regular  y  bien  establecido  di- 
rectamente con  Tierra  Firme,  habilitando  á  los  comerciantes 


250 


y  manufacturero*  á  evitar  los  gastos  de  puertos  ii 
hace  inútil  su  ida  á  la  Jamaica : 

Que  el  comercio  con  Tierra  Firme  se  halla  obstruido  por  la 
poca  seguridad  que  tienen  los  navios,  y  que  nace  de  los  gran- 
des robos  que  cometen  los  piratas  en  los  mares  del  Occidente : 

Que  ademas  del  saqueo  de  los  bienes,  las  barbaridades  atro- 
ces que  cometen -sobre  individuos  sin  armas  y  sin  defensa»  son 
tan  espantosas  que  alarman  é  impiden  los  viages: 

Que  si  fuese  posible  para  hombres,  calculando  los  alcanzas 
de  la  empresa,  61  verse  excitados  por  la  humanidad,  deben 
sentir  mucha  repugnancia  al  ser  los  instrumentos  en  exponer 
á  varios  hombres  á  semejantes  horrores,  rapacidad,  y  aun  á  la 
muerte : 

Que  por  los  seguros  se  piden  diez  guineas  para  Tierra 
Firme,  lo  que  baxo  circunstancias  ordinarias  no  suelen  pe* 
dirse  mas  que  dos  ó  tres  por  ciento : 

Que  aun  baxo  un  premio  tan  enorme  es  difícil  hallar  segu- 
ros: 

Que  aunque  haya  comerciantes,  en  pequeño  numero,  que 
se  sometan  á  esta  carga,  sienten  muy  bien  que  empresas  eje- 
cutadas baxo  tales  peligros,  y  baxo  tantas  dudas  respecto  á 
llegar  á  su  destinación,  no  pueden  considerarse  buenamente 
como  operaciones  sobre  las  que  los  comerciantes  deben  de- 
pender : 

Que  la  protección  que  los  Estados  Unidos  dan  á  su  comer- 
cio con  el  Nuevo  Mundo,  asegura  á  sus  habitantes  una  prece- 
dencia en  los  mercados  que  nosotros  perderemos ;  y  los  es- 
fuerzos para  suprimir  una  raza  de  piratas,  formidables  en  un 
estado  de  guerra,  les  obtendrán  ventajas  que  aun  están  á 
nuestro  alcanze : 

Que  la  continuación  de  las  dificultades  que  ahora  existen, 
deben  tender  á  hacer  los  navios  de  otros  payses  los  portadores 
á  Colombia,  y  perjudicar  en  cierto  grado  á  nuestros  intereses : 

£1  exponente  representa  humildemente  que  él  mismo  se 
halla  muy  interesado  en  el  comercio  de  Tierra  Firme : 

Que  ya  ha  expedido  un  navio,  la  María,  para  Maracaibo,  y 
que  otro  para  el  mismo  destino  está  presto  á  marchar ;  y 
aunque  en  su  humilde  capacidad  como  individuo  no  exige 


£51 

Bada  de  Sus  Excelencias,  sin  embargo,  hablando  por  los  inte- 
reses de  una  grande  comunidad,  espera  respetuosamente  que 
Sus  Excelencias  se  dignaran  tomar  bazo  su  mas  seria  consi- 
deración, los  mejores  medios  para  dar  seguridad  á  un  comer- 
cio que  promete  ser  un  origen  de  riqueza  para  nuestro  pays, 
y  dar  animación  á  aquel  espíritu  de  industria,  que  ha  hecho 
de  Inglaterra  lo  que  es,  y  que  en  efecto  es  la  base  de  su  gloria 
y  pre-eminéncia : 

El  exponente  no  presume  indagar  los  pasps  que  hayan  po-  • 
dido  darse  para  aliviar  estas  quejas,  pues  los  comerciantes 
Ingleses*  reposan  su  confianza  en  el  Gobierno  de  S.  M.  y  están 
persuadidos  que  ninguna  medida  quedara  por  adoptar  que 
tienda  á  aumentar  la  prosperidad  nacional,  6  que  justifique 
aquella  confianza:  pero  el  exponente  ruega  humildemente, 
que  ae  dé  publicidad  á  todas  aquellas  medidas  que,  en  con- 
formidad con  la  prosperidad  nacional,  puedan  publicarse,  ten- 
diendo á  desviar  aquellas  dificultades  que  el  exponente  urge 
imperfecta  aunque  humildemente,  y  á  aliviar  las  aprehen- 
siones que  generalmente  existen.    Presumiría  sugerir  á  Sus 
Excelencias,  que  podria  resultar  mucho  bien  para  el  comer- 
cio con  Colombia  si  se  apuntase  un  puesto  para  convoyar 
desde  una  de  las  islas  á  barbolento,  tal  como  Barbadas  6  Sn 
Vicente :  Curazoa  seria  aun  mejor,  si  la  medida  no  fuese  in- 
consistente con  la  política  ó  miras  del  Gobierno  Holandés. 
Esto  parece  tan  necesario  que  imploraría  á  Sus  Excelencias 
reflexionasen  sobre  ello,  y  lo  diesen  eficacia  sin  dilación  al- 
guna, si,  sin  embargo,  esto  los  pareciese  expediente. 

El  exponente  no  ignora,  que  se  conceden  convoyes  en  la 
Jamaica ;  pero  representaría  respetuosamente  que  este  puesto 
conviene  muy  bien  para  los  puertos  de  S"  Marta,  .Cartagena, 
y  los  del  Golfo  de  México,  pero  está  demasiado  á  sotavento 
para  que  pueda  convenir  para  los  navios  que  van  á  los  puertos 
importantes  de  La  Guayra  y  Maracaibo : 

El  exponente  desearía  igualmente  representar  respetuosa- 
mente, que  á  causa  del  poco  trato  directo  que  ha  existido  con 
Colombia  y  Tierra  Firme,  los  que  efectúan  seguros  dudan 
mucho  respecto  ál  conocimiento  de  los  navegantes  de  la  costa, 


252 


y  seria  sumamente  importante  que  Sus  Excelencias  tomasen 
aquellos  pasos  sobre  esta  materia»  que  juzguen  mas  adequa- 
dos :  y  el  exponente,  al  presumir  hacer  esta  representación, 
ruega  se  le  permita  expresar  su  confianza,  que  aunque  lo  hace 
como  un  humilde  individuo,  no  hallaría  muy  difícil  obtener 
una  multiplicidad  de  firmas  al  sentido  de  ella :  pero  no  confia 
menos  por  eso  en  el  juicio  y  medidas  operativas  de  Sus  Ex- 
celencias, y  rogaría  humildemente  que  se  le  comunicase  lo 
mas  pronto  que  sea  posible  lo  que  Sus  Excelencias  juzguen 
conveniente  hacer,  pues  tendera  á  aliviarte  en  las  dificultades 
que  encuentra  en.  efectuar  los  seguios  sobre  el  cargamento 
que  está  presto  á  hacerse  á  la  vela. 

(Firmado)        *     *    * 


Oficina  del  Almirantazgo,  el  VI  de  Se?,  de  1822. 

Muy  Señor  mío, — Habiendo  presentado  á  los  mi  Lords 
Comisionados  del  Almirantazgo  el  memorial  que  Usted  les  di- 
rigió el  10  del  presente,  he  recibido  orden  de  sus  Excelencias 
para  informar  á  Usted,  que  han  dirigido  al  oficial  comandante 
de  los  Navios  de  S.  M.  que  dé  al  comercio  desde  allí  á  Mara- 
caibo  la  protección  que  esté  en  su  poder.  Quedo  de  Usted 
su  muy  humilde  servidor, 

(Firmado)    John  Barrow. 

Al  Sor.  *    *     * 


Aqui  se  sigue  la  ley  del  27  de  Septiembre  de 
1822,  decretada  por  el  Congreso  General  de  Co- 
lombia, sobre  los  derechos  de  ingresa  que  tienen 
que  pagarse  eri  los  puertos  de  Colombia.  No  te- 
niendo el  original,  solo  daremos  su  substancia. 

Todos  los  derechos  de  entrada  que  antigua- 
mente tenían  varios  nombres  se  consolidan  en 

« 

uno,  llamado  derecho  de  ingreso. 


253 


Por  el  articulo  segundo  se  fixa  á  15  por  ciento 
la  entrada  de  hierro  en  barras,  plata,  estaño  y 
cobre ;  también  sobre  el  papel  de  toda  especie  ; 
medicinas,  instrumentos  cirurgicos ;  xarcia,  pez, 
resina,  cables,  cordage,  y  ancoras. ' 

Art  3.  Todos  los  géneros  de  algodón,  lana, 
lino,  cáñamo,  pagaran  17  y  medio,  p.  c. 

4.  Sombreros  de  castor,  lana,  ó  seda,  pagaran 
20  p.  c. ;  lo  mismo  que  cera,  vino,  vinagre,  y 
ácidos  de  toda  especie ;  reloxes  de  plata  y  oro, 
encages,  sillas  de  caballos  ;  toda  especie  de  lozas 
de  Europa  ó  Asia,  y  todo  genero  de  vidrio  y  cris- 
tal. 

5.  Toda  especie  de  sedas  de  Europa  ó  Asia 
pagaran  22¿  p.  c.  lo  mismo  que  las  piedras  precio- 
sas, joyas,  hilos  y  encages  de  seda,  pañuelos  de 
punto,  flores  artificiales,  plumas,  espejos,  per- 
fumes, esencias,  y  aguas  olorosas ;  especerías, 
frutos  secos,  ó  zumos,  &c. 

6.  Por  zapatos  y  botas  para  mugeres  y  hom- 
bres se  pagaran  25  p.  c. ;  también  por  toda  espe- 
cie de  muebles ;  utensilios  de  cobre,  bronze,  hier- 
ro, acero,  y  estaño ;  sebo,  harina,  tasajo,  y  toda 
especie  de  comestibles  extrangeros. 

7.  Los  licores  extrangeros  sacados  de  la  uba, 
del  azúcar,  ó  de  otro  qualesquiera  producción, 
pagaran  35  p.  c. 

8.  Las  otras  especies  de  mercancías,  licores,  y 
artículos  comerciales  que  no  se  hallan  especifica- 
dos en  los  artículos  precedentes,  pagaran  20  p.  c» 


254 

Los  derechos  impuestos  por  los  artículos  pre- 
cedentes se  aplican  únicamente  á  los  cargamen- 
tos de  los  navios  nacionales. 

Las  mercancías  de  los  estados  neutros  ó  en 
amistad,  pagaran  5  p.  c.  á  mas  de  los  derechos 
expresados,  á  no  ser  que  se  haya  estipulado  de 
otro  modo  por  algún  tratado  de  comercio. 

Se  deducirán  7¿  p*  c.  de  los  cargamentos  de 
los  navios  nacionales,  y  5  p.  c.  de  los  navios  ex- 
trangeros,  con  tal  que  procedan  directamente  de 
los  puertos  de  Europa  á  Colombia. 

Esta  ley  empezó  á  operar  el  1  de  Enero  de 
1822. 

Un  decreto  subseqüente  al  de  esta  ley  exime 
de  estos  derechos  los  libros  en  todas  las  lenguas, 
mapas,  aparatos  filosóficos,  pinturas,  esculturas, 
laminas,  herramientas  de  agricultura,  y  toda  es- 
pecie de  instrumentos  útiles  en  la  navegación  en 
las  artes  y  en  las  ciencias. 


SECCIÓN  V. 

DE  LAS  VENTAS,  &C. 

Los  géneros  se  depositan  en  los  almacenes  de 
los  factores,  donde  van  los  comerciantes  por  me* 
ñor  á  examinarles.  No 'debemos  omitir  la  cir- 
cunstancia singular  de  que  estos  almacenes  tienen 


255 

i 

rara  vez  la  puerta  que  abra  á  la  calle,  excepto 
los  de  Caracas  y  Angostura.  Por  lo  general  es- 
tan  en  el  interior  de  las  casas,  y  freqüentemente 
es  preciso  llamar  -á  la  puerta  para  que  abran.  Por 
mucho  que  hagan  las  leyes  en  favor  del  comercio 
la  opinión  nacional  le  rehusa  aquella  considera- 
ción de  que  goza  én  todas  las  partes.  Los  Cre- 
ollos  se  oponen  aun  mas  que  los  Europeos. 

Los  Catalanes,  que  forman  el  mayor  y  mas  rico 
cuerpo  de  comerciantes,  son  activos,  empren- 
dedores, y  unidos  entre  si.  Quando  llega  un 
cargamento,  veinte  de  ellos  se  hallaruquiza  con- 
cernidos .en  su  compra.  Tratan  de  sacárselo  de 
las  manos  del  vendedor  lo  mas  barato  posible  de 
un  modo  peculiar»  Como  son  los  únicos  capita- 
listas, y  que  no  temen  competición,  uno  de  ellos, 
en  di  primer  día  de  venta,  ofrece  en  nombre  de 
los  que  se  han  juntado  para  ese  efecto,  los  precios 
en  que  han  convenido.  Si  los  rehusan,  al  dia 
siguiente  va  otro,  y  ofrece  menos:  un  tercero 
ofrece  aun  menos.  £1  sobrecargo  se  halla  emba- 
razado al  ver  que  no  alzan  el  precio,  y  freqüente- 
mente ocurre  que  dispone  de  sus  géneros  mas 
barato  aun  de  lo  que  le  ofreció  el  primero.  Des- 
pués alzan  del  mismo  modo  el  precio  de  los  gé- 
neros de  retorno,  sabiendo  que  el  navio  tiene  que 
volverse  en  cierto  tiempo. 

Todas  las  transacciones  se  conducen  secreta  y 
misteriosamente ;  y  nunca  se  juntan  en  ningún 
parage  para  tratar  colectivamente  de  los  nego- 
cios.   Sus  almacenes  tienen  una  apariencia  sucia 

8 


256 

i 

é  irregular ;  y  tanto  en  sus  personas  como  en  su 
trato  no  parecen  en  nada  á  comerciantes  y  á  hom- 
bres hacendados.  Sin  embargo,  por  lo  que  toca 
á  la  probidad  y  solidez  en  desempeñar  sus  con- 
tratos, una  vez  concluidos,  se  puede  contar  con 
ellos.  A  fuerza  de  economía  á  veces  acumulan 
mucho  caudal,  y  hacen  los  oficios  mas  baxos  de 
sus  negocios. 

Los  géneros  se  venden  á  los  mercaderes  á  4  ó 
5  meses  de  crédito  ;  pero  el  pago,  aunque  prome- 
ten hacerle  por  entero,  no  se  hace,  sin  embargo, 
mas  que  en  parte,  y  amenudo  vuelven  hacer  nue- 
vas contratas  para  extender  el  crédito  por  años. 
Es  evidente  que  si  el  navio  tubiese  que  aguardar 
para  recoger  el  pago  de  su  cargamento,  y  para 
cargar  sus  retornos,  consumiría  todos  sus  alcan- 
zes,  ó  quiza  causaría  perdidas  inmensas  al  comer- 
ciante. 

Para  hacer  este  comercio  con  suceso,  se  debe, 
de  consiguiente,  tener  fondos  ya  investidos  en 
America,  de  suerte  que  se  pueda,  asi  que  llegue 
el  navio,  comenzar  la  compra  del  producto,  que 
rara  vez  se  halla  recogido  en  cantidades  suficien- 
tes para  completar  el  cargamento  en  pocas  dias. 
Con  el  dinero  que  realizan  de  cargamentos  ante- 
cedentes es  con  lo  que  el  factor  debe  contar  para 
cargar  y  expedir  los  navios  que  van  llegando. 

Se  computa  que  la  masa  del  dinero  en  circula- 
cion  no  es,  en  la  provincia  de  Caracas,  mas  que 
de  4  millones  de  duros,  de  los  quales  la  quarta 
parte  es  de  la  moneda  pequeña  llamada  macuquina. 


«57 

Su  forma,  que  basta  para  quitarle  el  honor  de  cuño, 
y  también  su  peso,  hacen  que  continué  en  el  pays, 
pues  no  se  podría  extraer  sin  perder  una  tercera 
parte  de  su  valor.  Un  costalillo  de  este  cuño, 
que  representa  el  valor  de  1000  duros,  no  pesa 
efectivamente  mas  que  700;  pero  como  tiene 
una  circulación  que  nadie  disputa,  el  cambio 
por  duros  se  hace  con  mucha  facilidad,  y  sin 
ningún  premio. 

Las  disputas  comerciales  no  estaban  sugetas  en 
la  America  Española  á  los  procesos  comunes  de 
tribunales,  pero  únicamente  compadecían  ante 
el  Consulado,  cuya  decisión  era  corta,  definitiva, 
y  prontamente  llevada  á  efecto.  Si,  en.  la  venta 
de  un  cargamento,  el  comprador  recibía  los  gé- 
neros en  nombre  del  navio,  y  no  del  comerciante 
que  los  vendía,  la  deuda  se  recogía  con  mas  faci- 
lidad, pues  una  dilación  del  tiempo  convenido  le 
exponía  á  una  detención  de  los  géneros  de  re- 
torno,—excelente  medio  para  impedir  daños  en 
un  pays  donde  no  han  adoptado  la  regularidad 
de  los  contratos.  Las  ordenanzas  de  Bilbao  eran 
las  reglas  por  las  que  se  guiaban  en  sus  transac- 
ciones comerciales, — que  era  un  digesto  de  leyes 
y  usos  mercantiles  tan  completo  como  una  nación 
podia  tener,  pues  comprehendia  remedio  para 
quantos  accidentes,  ya  fuesen  causados  por  des- 
gracias 6  fraudes,  pudiesen  ocurrir  en  el  comercio. 
Habían  sido  recogidas  por  el  cuerpo  de  comer- 
ciantes mas  sabio  y  experimentado  de  la  nación. 
Los  de  Biscaya  tubieron  la  mayor  parte  en  su 

TOM.  II.  R 


858 

formación,  de  los  que  tomó  el  nombre,  y  que  han 
sido  siempre  los  mas  famosos.  En  esta  obra,  tu- 
bieron  por  delante,  mas  particularmente,  la  re- 
acción de  los  abusos  que  podían  resultar  de  ki 
extensión  de  aquella  buena  fé,  que  forma  la  base 
de  todo  comercio  vasto. 


SECCIÓN  VI. 

» 

'  DEL  COMERCIO  POR  MENOR. 

El  comercio  por  menor  en  géneros  enxutos 
está  en  manos  de  Canarios,  y  de  algunos  quantoft 
Creollos.  Los  alcanzes  comunes  del  mercador 
son  25  ó  SO  p.  c.  De  aqui  parecería,  que  hay 
pocos  oficios  por  los  que  se  pudiesen  hacer  cau- 
dales mas  rápidamente ;  y  á  la  verdad  esto  sería 
cierto,  si  todos  los  mercaderes  pudiesen  obtener 
muchos  parroquianos.  Pero  la  especie  de  vida 
que  se  necesita  para  esta  ocupación,  siendo  de 
aquella  descripción  sedentaria  que  conviene  al 
genio  Español,  las  tiendas  se  multiplican  de  tal 
modo,  y  la  venta  y  ganancias  se  dividen  entre  tan- 
tos, que  no  queda  á  cada  mercader  mas  que  lo  su- 
ficiente para  mantener  su  familia  con  decencia. 
De  aqui  nace,  que  esta  clase,  que  en  todos  los  pa- 
rages  sube  muy  pronto  al  rango  de  comerciantes, 
se  queda  en  su  estado  original  entre  los  Creollos,  y 


259 

se  oye  mas  amenudo  de  bancarrotas  que  de  cau- 
dales. 

No  es  necesario  un  conocimiento  muy  profun- 
do para  descubrir,  que  estas  tiendas  no  podrían 
subsistir  sin  el  crédito  que  los  comerciantes  tienen 
que  darles.  Rara  vez  sucede  que  un  mercader 
p^gue  por  lo  que  compra  al  recibirlo :  al  contra- 
rio,  el  tiempo  del  crédito  expira  sin  estar  preve- 
nido para  el  pago.  Sin  embargo,  si  se  le  exti- 
ende el  crédito,  por  lo  general  satisface  todas  sus 
obligaciones ;  pues  se  observa,  que  esta  clase  se 
distingue  mas  que  otra  alguna  por  su  honradez. 

También  hay  en  Tierra  Firme  ciertas  tiendas, 
conocidas  por  los  nombres  de  bodegas  y  pulperías. 
Sus  géneros  consisten  en  lozas,  alfarería,  cosas  de 
vidrio  y  de  cristal,  quinquillerías,  herramientas, 
vinos,  vinagres,  azúcar,  jamones,  frutas  secas, 
queso,  licores,  &c.  Tienen  una  ventaja  sobre  las 
otras  tiendas,  y  es  el  no  tener  que  cerrarlas  los 
Domingos,  ó  dias  de  fiesta.  En  conseqüencia  de 
su  gran  comodidad,  se  las  permite  estar  abiertas 
desde  que  nace  el  dta  hasta  las  9  de  la  noche. 
Este  trafico  está  casi  exclusivamente  en  manos 
de  Catalanes  y  Canarios  activos,  económicos,  y 
solteros ;  y  como  consiste  en  artículos  frágiles  y 
quebradizos,  está  sugeto  á  daños  que  deben  cu- 
brirse por  las  ganancias  de  su  venta :  de  consi- 
guiente, ninguno  de  sus  artículos  se  venden  á 
menos  de  ciento  p.  c.  de  ganancia,  y  algunos  el 
doble  y  el  triple  de  esa  suma.     En  este  trafico  es 


260 

en  el  que  se  comienzan  á  hechar  las  bases  para 
hacei\  caudal. 

Las  manufacturas  de  Colombia  son  útiles  prin- 
cipalmente en  su  comercio  interno,  y  consisten 
en  alfombras,  géneros  de  algodón,  mantas,  col- 
chas, &c. 


SECCIÓN  VIL 

DEL  TRAFICO  ENTRE  LAS  PROVINCIAS. 

El  comercio  que  se  hace  en  las  diferentes  pro- 
vincias de  Caracas,  es  de  muy  poca  importancia. 
Desde  Barcelona  á  la  Habana,  llevan  carne 
salada  y  seca :  lo  preparan  en  Barcelona,  donde 
apenas  cuesta  25  francos  el  quintal,  y  se  vende 
en  la  Habana  á  60  y  70  francos.  Los  retornos 
consisten  en  azúcar,  cera,  y  plata.  -Desde  Ma- 
racaibo  envian  cacao,  &c. ;  desde  Coro,  pieles  de 
cabras  curtidas,  y  queso  del  pays $  de  Puerto  Ca- 
bello, muías,  quando  no  esperan  hacer  mas  de 
ellas  en  la  Jamaica;  desde  La  Guayra,  cacao, 
sarsaparilla,  &c.  Tanto  Cumana  y  Margarita 
como  Guiana  no  tienen  ningún  trafico  con  la 
isla  de  Cuba.  Todo  lo  que  estas  provincias  en- 
vian á  Puerto  Rico,  ó  que  reciben  de  alli,  se 
transporta  por  pequeñas  falucas,  que  pasan  de 
Puerto  Rico  á  La  Guayra  todos  los  meses.    Todo 


961 

este  comercio,  junto  con  el  de  Cuba,  sube  á  100 
mil  duros  anuales. 

Alguno»  años  ha,  La  Guayra*  tenia  un  tra* 
íico  con  Vera  Cruz,  que  era  muy  ventajoso 
para  Tierra  Firme.  Habia  encontrado  allí  un 
mercado  nuevo  para  su  cacao,  lo  que  no  contri* 
buyo  poco  á  mantener  el  precio  de  esta  produc- 
ción. En  1763  exportaba  á  Vera  Cruz  16,804 
quintales.  Esta  extracción  continuó  por  varios 
años,  pero  está  ahora  casi  muerta., 
-  Maracaibo  hacía  alli  el  comercio  mucho  mas  „ 
que  los  otros  puertos  de  Tierra  Firme :  los  carga* 
mentos  se  componían  de  cacao,  balsamo  de  Co- 
pahu,  &c.  y  en  retorno  traían  artículos  de  vidrio 
hechos  en  México,  cuentas  de  rosario,  sacos  para 
embalar,  estofas  de  Indias,  que  llegaban  á  alli  de 
Acapulco,  y  oro  y  plata. 


SECCIÓN  VIII. 

DE  LAS  COMPRAS  DEL  PRODUCTO,  &C 

s 

En  ninguna  ciudad  de  Tierra  Firme,  ni  siqui- 
era en  Caracas,  tienen  los  comerciantes  ningún 
sitio  donde  reunirse,  como  nuestras  bolsas,  para 
tratar  de  negocios  comerciales:  cada  qual  tra- 
baxa  en  el  silencio  y  soledad  de  su  oficina.  True- 
ques les  son  enteramente  desconocidos.  Entre 
ellos  no  se  ve  papel  ó  vales  en  circulación ;  pues 


262 

ignoran  la  costumbre  del  descuento.  Todas  las 
transacciones  se  conducen  directa  y  personal- 
mente entre  el  comprador  y  el  vendedor.  Ni 
tampoco  tienen  ningún  precio-corriente.  Aque- 
llas ciudades  antes  son  factorías  que  villas  comer- 
ciantes. 

La  compra  del  producto  no  se  hace  en  Tierra 
Firme,  como  en  otros  parages,  en  grandes  canti- 
dades. La  ciudad  de  Caracas  es  el  grande  em- 
porio de  la  prqvincia ;  pero  su  situación,  en  me- 
dio de  montañas,  no  permitiendo  ninguna  otra 
manera  de  porte  que  por  muías,  las  producciones 
llegan  en  pequeñas  cantidades,  que  las  llevan  por 
las  calles  á  quien  mas  da,  vendiéndolas,  por  lo 
general,  menos  de  lo  que  valen.  Los  cultiva- 
dores no  tienen  agentes  que  viajan  y  factores  que 
tomen  sus  producciones  á  los  mercados.  £1  cul- 
tivador no  tiene  apenas  ningún  vinculo  de  interés, 
y  menos  de  intimidad,  con  el  comerciante.  Las 
necesidades  del  cultivador  ocasionan  á  veces  un 
trato  momentáneo :  se  ofrece  á  entregar  al  comer- 
ciante en  un  tiempo  estipulado  cierta  cantidad  de 
producto,  á  cierto  precio,  por  la  que  recibe  dine- 
ro adelantado.  De  este  modo  empeña  su  cose- 
cha á  un  precio  mas  baxo  que  el  corriente.  La 
buena  fé  preside  á  veces  en  estos  tratos,  y  efec- 
túa una  dichosa  conclusión.  Pero  amenudo  tam- 
bién reclaman  la  autoridad  del  tribunal  de  justi- 
cia para  hacer  llevar  á  efecto  las  contratas;  y 
Depons  cree  que  el  comerciante  suele  ser  siem- 
pre el  aplicante.    Las  quexas  son,  generalmente, 


£63 

contra  el  descuido  del  cultivador,  la  mala  calidad 
del  producto,  ó  su  adulteración.  Es  evidente, 
que  tales  transacciones  antes  tienden  á  producir 
desconfianza  entre  el  comerciante  y  el  cultivador 
que  harmonía,  y  que  esta  mala  inteligencia  es  uno 
de  los  mayores  obstáculos  que  se  oponen  á  la 
prosperidad  nacional» 

Las  producciones  comerciales  de  Tierra  firme 
(según  hemos  observado  en  uno  de  los  capítulos 
precedentes)  son  de  una  calidad  superior  á  las 
de  las  islas,  excepto  el  algodón,  cuya  inferioridad 
antes  debe  atribuirse  á  la  falta  de  preparación  que 
á  la  del  suelo. 

<  £1  cacao  de  Caracas,  después  del  de  Soconus- 
co, obtiene  en  el  comercio  la  preferencia  sobre 
el  de  otras  partes  de  America.  Quando  el  ca- 
cao de  Caracas  está  á  50  duros  el  quintal  en  Cá- 
diz, el  de  Magdalena  está  á  44,  el  de  Guayaquil 
á  82,  y  el  del  Marañon  á  25.  El  cacao  se  vende 
por  fanega,  ó  saco  de  110  libras  Españolas,  que 
vienen  á  hacer  100  libras  Francesas. 

El  añil  de  Caracas  no  es  mas  que  8  p.  c.  me- 
nos en  valor  que  el  de  Guatimala ;  pero  el  mas 
pequeño  incentivo  bastaría  para  doblar  muy 
pronto  el  producto  de  Tierra  Firme.  Ninguna 
otra  especie  de  añil  tiene  25  ó  30  p.  c.  mas  qué 
el  añil  de  Caracas.  Se  distingue  en  el  comercio 
por  el  nombre  de  flor,  ó  primera  calidad,  sobre* 
saliente%  u  ordinario,  y  corte,  ó  inferior.  Quando 
el  primero  está  á  12  reales  la  libra,  el  segundo 
está  á  10,  y  el  tercero  á  8. 


1 


264 

Es  imposible  aun  asignar  el  rango  que  el  co¿ 
mercio  dará  al  café  de  Tierra  Firme,  porque  no 
se  ha  extraído  al  extrangero  en  cantidades  sufi- 
cientes para  obtener  una  plaza  particular  en  los 
precios-corrientes.  Pero  la  forma  del  grano,  y 
su  gusto,  que  no  puede  disputarse,  anuncian  que 
algún  dia,  y  ese  quiza  no  está  muy  lexos,  el  café 
de  Tierra  Firme  obtendrá  la  misma  consideración 
de  que  su  cacao  ha  gozado  por  tanto  tiempo. 

£1  azúcar  hace  ver  la  falta  de  habilidad  é  igno- 
rancia de  sus  fabricantes,  pero  hace  honor  al 
suelo  que  le  produce. 

En  el  mes  de  Julio  de  1804,  el  cacao  se  vendió 
en  Caracas  á  160  francos  el  quintal.— (Su  precio 
ordinario  es  de  100  á  110  francos.) 

El  añil  en  flor  á  68  francos  la  libra. — El  sobre* 
saliente  y  el  corte  en  proporción. 

El  café  á  130  francos  el  quintal. — (No  había 
mucho  en  el  mercado.) 

El  algodón  de  60  á  80  francos  el  quintal. 

Al  precio  del  producto  que  se  compra  en  Ca- 
racas se  debe  añadir  el  porte  á  La  Guayra,  que 
es  sobre  muías,  y  que  cuesta  5  francos  la  carga 
de  quatro  arrobas,  ó  de  dos  quintales. 

El  tabaco,  habiendo  estado  hasta  ahora  estan- 
cado, sus  precios  no  eran  tan  altos  como  si  hubie- 
sen! entrado  en  competición  por  el  comercio,  y  de 
consiguiente  la  extensión  de  su  cultivo  no  era 
muy  grande.  Sin  embargo,  buenas  autoridades 
afirman,  que  el  valor  del  tabaco  que  se  cogia  en 
Tierra  Firme  subia  anualmente,  según. los  precios 


«65 

del  gobierno,  á  tres  millones  de  duros ;  y  los  Ho- 
landeses, que  han  sido  siempre  considerados  como 
buenos  peritos,  dan  á  este  el  doble  del  valor  que 
al  de  la  America  del  Norte,  y  le  dan  el  segundo 
rango  después  del  de  Cuba. 

El  documento  siguiente  es  el  decreto  del  Con* 
greso  respecto  al  monopolio  de  este  articulo : — 

£1  Congreso  General  de  la  República  de  Colombia,  con- 
siderando, — 

Io.  Que,  en  las  circunstancias  actuales,  no  es  posible  des- 
estancar la  renta  del  tabaco,  sin  causar  una  grande  diminución 
en  las  rentas  publicas : 

2o.  Que»  á  pesar  de  esto,  es  indispensable  ir  dando  gradual- 
mente impulso  y  fomento  al  cultivo  de  este  precioso  ramo  de 
nuestra  agricultura,  hasta  que  pueda  dejarse  enteramente 
libre,  y  extraerse  para  el  extrangero  por  cuenta  de  los  parti- 
culares : 

3*.  Que  mientras  esto  sucede  es  del  interés  de  la  República, 
no  solamente  aprovechar  las  ventajas  que  rinden  los  estancos, 
sino  también  dar  salida  al  sobrante,  después  de  satisfacer  el 
consumo  interior,  ha  venido  en  decretar,  y  decreta  lo  si- 
guiente : — 

Art.  Io.  Se  conservara  en  toda  la  República  la  renta  estan- 
cada del  tabaco,  baxo  las  reglas  que  se  han  observado  hasta 
.ahora,  sugQtas  á  las  variaciones  que  provisionalmente  haga  el 
Gobierno,  las  quales  executara  y  presentara  al  Congreso  en 
su  próxima  reunión  para  su  aprobación  ó  reforma. 

Art.  2o.  Después  de  dexar  abastecidos  los  almacenes  y 
estancos  públicos  para  ocurrir  al  consumo  de  los  pueblos,  se 
trasladara  el  sobrante  de  las  factorías  á  los  puertos  mas  in- 
mediatos de  la  República,  para  su  venta  por  mayor  con  el 
objeto  de  extraerlo  para  el  extrangero. 
.  Art.  3°.  Los  compradores  de  los  tabacos  con  calidad  de 
exportación  prestaran  las  fianzas  necesarias  ante  los  ministro^ 
del  tesoro  respectivo,  de  exportarlos  para  el  extrangero  den- 


266 

tro  de  sesenta  dias,  contados  desde  el  día  en  que  se  haya  veri- 
ficado la  venta ;  cuyo  termino  podra  prorogarse  abonando  el 
-derecho  de  almacenage. 

Art,  4o.  La  venta  de  tabacos  con  calidad  de  exportación 
se  hará  siempre  en  los  puertos  de  Colombia  con  anuencia  del 
administrador  del  ramo,  y  en  almonedas  publicas,  á  no  ser  que 
el  Gobierno  los  destine  al  pago  de  deudas  pendientes  ú  obli- 
gaciones contraidas  para  objetos  del  servicio  publico. 

Art.  5o.  £1  tabaco  vendido  con  calidad  de  exportación  no 
podra  sacarse  de  los  almacenes  públicos,  hasta  que  el  com- 
prador manifieste  estar  pronto  para  llevar  á  efecto  su  ex- 
tracción para  el  extrangero. 

Art.  6o.  Esta  extracción  se  verificara  precisamente  con 
anuencia  é  inspección  de  los  administradores  del  ramo»  y  de 
las  aduanas  respectivas,  y  con  presencia  de  los  Guarda- 
mayores,  6  Capitanes  de  puerto,  sin  deducir  por  ello  emolu- 
mento alguno. 

Art.  7o.  Los  productos  de  la  venta  del  tabaco  de  exporta- 
ción entraran  en  las  cajas  del  ramo,  y  en  su  administración 
y  manejo  se  observaran  las  mismas  reglas  establecidas  para 
las  demás  de  su  resorte. 

Art.  8°.  Se  autoriza  ampliamente  al  poder  executivo  para 
que  ademas  de  las  factorías  de  tabaco  que  actualmente  exis- 
ten, pueda  establecer  otras  nuevas,  con  tal  que  esto  se  veri- 
fique en  parages  de  donde  puedan  trasladarse  fácilmente  á  los 
puertos  de  comercio,  para  su  extracción  al  extrangero  en  la 
forma  prevenida. 

Art.  9°.  Se  autoriza  igualmente  al  poder  executivo  para 
que  pueda  suprimir  alguna  6  algunas  de  las  factorías  existen- 
tes, siempre  que  lo  juzgue  conveniente  por  las  pocas  ventajas 
que  ofrezca  su  situación  local ; 

Art.  10°.  Para  el  fomento  de  las  factorías,  podra  igual- 
mente tomar,  de  qualquiera  ramo  de  las  rentas  publicas,  las 
cantidades  que  crea  necesarias,  con  calidad  de  reintegro ;  y  por 
defecto  de  estas,  abrir  empréstitos,  y  tomar  á  crédito,  hipóte-' 
cando  los  productos  de  ellas  para  el  pago  del  principal  6  in- 
teres,  que  podra  estenderse  hasta  un  seis  por  ciento. 


267 

Art.  11°.  El  poder  executivo  presentara  particularmente 
todos  loe  años  al  Congreso,  un  estado  de  las  factorías  de  ta- 
baco establecidas  en  el  territorio  de  la  República,  manifestan- 
do el  incremento  progresivo  de  esta  renta  en  sus  consumos 
y  extracciones  para  el  extrangero,  á  fin  de  que  con  presencia 
de  datos  suficientes  pueda  decretar  la  absoluta  extinción  de 
los  estancos,  y  su  libre  extracción,  sin  el  menor  perjuicio  de 
las  atenciones  á  que  en  el  día  está  destinado  este  ramo. 

Art.  12°.  £1  poder  executivo  dará  los  reglamentos  nece- 
sarios para  precaver  los  fraudes  y  extorciones  que  puedan 
cometerse  en  las  factorías  y  administraciones  de  tabaco. 

Comuniqúese  al  Poder  Executivo  para  su  cumplimiento* 

Dado  en  el  Palacio  del  Congreso  General  de  Colombia,  en 
el  Rosario  de  Cúcuta,  á  27  de  Septiembre  de  1821,  11  de  la 
Independencia. — El  Presidente  del  Congreso,  José  Y.  de 
Marques. — El  Diputado-secretario,  Francisco  Soto. — El  Di* 
putado-secretario,  Antonio  José  Caro.  Palacio  del  Gobierno 
en  el  Rosario  de  Cúcuta,  á  29  de  Septiembre  de  1821 :  Exe- 
cutese,  José  María  del  Castillo,  por  S.  E.  el  Vice-Presidente 
de  la  República. — El  Ministro,  P.  Gual. 

Es  Copia.  El  Secretario  de  Hacienda. 

La  lana  de  las  ovejas  del  Sud  de  America,  que 
ha  estado  descuidada  extraordinariamente  por  ra- 
zón de  la  falta  de  incentivo,  podría  hacerse  uno 
de  sus  productos  mas  importantes  de  extracción. 
Es  cierto  que  manufacturan  algunas  quantas  man- 
tas y  fresadas,  pero  no  hay  ningún  deposito  ó  al- 
macén para  recoger  la  lana,  prepararla  y  emba- 
larla en  su  estado  natural. 

Hasta  las  pieles  de  venados,  que  podían  muy 
bien  recogerse,  no  se  hace  caso  de  ellas. — Ade- 
mas de  eso,  hay  una  variedad  de  otros  recursos» 
que  no  necesitan  mas  que  fomento  para  hacerles 


sea 

artículos  comerciales.— En  fin,  las  producciones 
de  estas  regiones  son  sumamente  adequadas  para 
las  necesidades  de  un  pays  manufacturero,  y  con- 
vidan al  comerciante  á  visitarle. 

Añadimos  á  esta  sección  una  noticia  de  la 
Feria  de  Xalapa,  en  México,  donde  se  hacen  las 
grandes  compras. 

Los  géneros  que  van  á  la  Feria  de  Xalapa,  la 
mayor  en  toda  la  America  Española,  los  envían 
de  Vera  Cruz  sobre  muías,  asnos,  &c. 

Continua  abierta  para  la  venta  de  géneros  seis 
meses.  Se  abre  y  se  proclama  con  grandes  pro- 
cesiones publicas  y  otras  solemnidades,  á  las  que 
asisten  un  numero  inmenso  de  gente,  acompaña- 
das de  los  clérigos,  ordenes  religiosas,  &c.  con 
bandas  de  música,  soldados,  &c.  En  esta  ocasión 
los  factores,  y  los  que  tienen  géneros  que  vender,' 
son  muy  liberales  en  sus  donaciones  á  las  iglesias, 
con  las  esperanzas  de  tener  buena  fortuna,  bue- 
nas ventas,  y  alcanzes  muy  grandes.*  Estas  pro- 
cesiones se  repiten  el  dia  después  que  se  ha  aca- 
bado la  Feria,  y  los  factores  asisten  á  las  iglesias, 
para  dar  las  gracias  al  Todo-Poderoso  por  sus 
sucesos  respectivos,  presentando  á  las  iglesias 
aquellos  dones  que  mas  apetecen. 

Según  las  leyes,  ninguna  venta,  por  pequeña 
que  sea,  sera  permitida  hasta  que  la  Feria  haya 
sido  proclamada,  y  que  las  procesiones  se  hayan 
completado;  ni  tampoco  se  puede  hacer  venta 
alguna  después  que  se  ha  hecho  la  proclamación 
del  fin  de  la  Feria,  por  otras  procesiones  y  cere- 


269 

monias  semejantes.  Estas  una  vez  completadas» 
todos  los  géneros  que  han  quedado  en  las  manos 
del  factor  sin  vender,  los  almazenan  baxo  el  cui- 
dado de  ciertos  empleados  apuntados  para  ese 
efecto,  donde  tienen  que  quedar  sin  ser  tocados 
hasta  que  la  próxima  Feria  ha  sido  abierta  y  pro- 
clamada j  entonces  los  vuelven  á  entregar  á  sus 
respectivos  dueños,  seguros  y  en  buena  condición, 
para  que  los  vuelvan  á  ofrecer  en  venta. 

Si  los  géneros  son  tales  que  gusten,  atraigan, 
y  convengan  á  los  compradores,  las  ganancias  que 
hacen  sobre  ellos  son  freqüentemente  prodigiosas 
— á  veces  desde  300  á  600  p.  c.  Si  no  gustan, 
es  sumamente  difícil  disponer  de  ellos  á  quales- 
quier  precio  que  sea.  En  el  ultimo  mes  de  la 
Feria  los  factores  se  apresuran  mucho  para  dis- 
poner de  sus  géneros  del  modo  mas  ventajoso ; 
de  cuya  disposición  los  compradores  no  fallan  de 
aprovecharse  lo  mas  que  pueden. 

Las  ventas  en  esta  Feria  se  hacen  por  lo  gene- 
ral por  pagos  inmediatos,  que  consisten  en  duros, 
oro  y  plata  en  pastas,  barras,  acuñados,  &c.  y  en 
productos  del  pays,  como  añil,  cochinilla,  quina, 
&c.  Rara  vez  sucede  que  den  crédito  alguno 
por  los  géneros  que  venden  en  esta  Feria,  á 
causa  del  gran  peligro  que  habría  en  confiar  á 
extrangeros,  muchos  de  los  quales  viven  á  la  dis- 
tancia de  500  á  2000  millas  de  Xalapa. 

Esta  grande  Feria,  como  la  de  Frankfort,  Leip- 
sic,  Brunswick,  Nuremberg,  fue  sospendida  en 


270 

conseqüencia  de  la  guerra,  pero,  se  espera,  que 
no  tardara  en  restablecerse. 

El  añil  que  traen  de  Guatimala  á  esta  Feria 
consiste  en  quatro  calidades,  todas  ellas  excelen- 
tes, pero  la  mas  fina  es  superior  á  todas  las  que 
vienen  á  Europa. 

La  cochinilla  de  México,  sin  la  qual  no  se  pue- 
den producir  los  colores  de  purpura  ni  de  graüa, 
no  se  halla  pura  en  ninguna  otra  parte  del  mundo. 
Su  historia  natural,  y  modo  de  criarla  y  preparar- 
la, se  halla  en  uno  de  los  capítulos  anteriores. 

La  quina,  que  también  traen  á  la  Feria,  es  una 
droga  de  las  virtudes  mas  saludables,  que  solo  se 
halla  en  el  Perú,  y  que  es  un  articulo  muy  lucra- 
tivo de  comercio,  y  muy  precioso  en  un  pays 
donde  el  sistema  corpóreo  se  halla  tan  debilitado. 

Como  todos  estos  géneros,  por  falta  de  una  na- 
vegación interna,  se  llevan  á  la  Feria  sobre  mu- 
las,  y  sobre  las  cabezas  de  los  Indios,  los  paque- 
tes deben  ser  pequeños,  y  lo  mas  ligero  posible, 
y  que  no  excedan  un  quintal.  Los  Indios  llevan 
y  viajan  muy  apriesa  con  su  carga  sobre  la  ca- 
beza, y  dos  de  ellos  sirven  de  carga  para  una 
muía,  pues  ponen  un  paquete  en  cada  lado  de 
una  especie  de  árganas,  lo  que  hace  un  equilibrio 
perfecto.  De  consiguiente  balas  pequeñas  son 
preferibles  á  caxas ;  pero  deben  ir  acompañadas 
de  targetas.  Las  cubiertas  para  los  géneros  finos 
deben  tener,  como  los  de  las  Indias  Orientales, 
encerados,  para  impedir  que  penetre  la  humedad. 


271 


SECCIÓN  IX. 

DERECHOS  DE  EXTRACCIÓN,  FLETE,  SEGUROS,  &C. 

El  derecho  de  extracción  del  cacao  es  10  p.  c. 

Antes  de  la  reunión  del  Congreso  General  en 
Cúcuta  el  año  pasado,  el  café  pagaba  también  un 
derecho  de  extracción  de  10  p.  c.  j  pero  por  un 
decreto  del  Congreso  se  abolió,  para  dar  mas  fo- 
mento á  su  cultivo.  En  Venezuela  se  temía,  en 
el  mes  de  Junio  ultimo,  que  el  Intendente  se 
vería  obligado,  á  causa  de  los  grandes  y  continua- 
dos gastos  ocasionados  por  el  sitio  prolongado  de 
Puerto  Cabello,  á  restablecerle  por  el  presente. 
Si  tal  sucediere,  su  restoracion,  probablemente, 
no  duraría  mucho. 

La  exportación  del  azúcar  de  Venezuela  está 
prohibida  por  el  presente. 

Estamos  seguros  de  que  los  derechos  sobre  el 
añil,  el  tabaco,  y  las  pieles,  son  también  de  10 
p.  c.  de  extracción. 

Todos  ellos  son  derechos  ad  valorean. 

£1  flete  era  tan  grande  durante  la  ultima  guer- 
ra, que  bastaba  de  si  solo  para  paralizar  el  comer- 
cio de  las  colonias  con  la  metrópoli.  £1  cacao, 
casi  la  única  producción  que  enviaban  á  España, 
pagaba  12  duros  por  quintal,  tres  de  los  quales 
se  pagaban  adelantados.  Todos  los  demás  artí- 
culos eran  en  proporción. 

8 


*7* 

En  tiempo  de  paz  el  flete  del  cacao  ha  sido  de 
3  duros  por  fanega. 

£1  catao  que  se  desperdicia  durante  el  viage 
se  carga  á  cuenta  del  capitán.  Para  cubrir  esto 
le  conceden  tres  por  ciento,  es  decir,  que  de  1 10 
libras  que  hace  una  fanega,  no  está  obligado  á  en- 
tregar mas  que  107  libras*  Sin  embargo,  los  des- 
perdicios suelen  subir  á  veces  á  mas  que  el  tres 
p.  c,  y  el  capitán  tiene  que  completar  las  107 
libras  á  expensas  suyas.  Esta  perdida  se  computa 
á  1¿  p.  c.  Esta  es  una  condición  que  tiende  á 
hacer  al  capitán  vigilante  y  cuidadoso* 

El  flete  desde  Inglaterra  á  Tierra  Firme  es  de  1 
p.  c.  mas  que  á  las  islas  correspondientes  en  vista 
de  Tierra  Firme. 

Derecho  de  exportación  sobre  muías,  15  duros. 

sobre  ganado,  8    — 

La  extracción  de  ganado  está  ahora  prohibida. 

En  Cádiz  habia  una  Cámara  de  Seguros,  su- 
geta  á  reglamentos  aprobados  por  el  rey :  se  di- 
solvió por  las  perdidas  enormes  que  sostúbo  al 
principio  de  la  guerra  con  Inglaterra  en  1796. 
Después  los  seguros  se  hacian  en  pólizas  parciales, 
de  sumas  mas  ó  menos  importantes,  que  ciertos 
capitalistas  empleaban  para  ese  objeto  en  navios 
particulares :  de  este  modo  los  dueños  de  los  na* 
vios  escogían  sus  seguros,  y  los  hacian  compare* 
cer  ante  los  tribunales  en  caso  de  disputa.  El 
premio  ordinario  en  Cádiz  para  el  Golfo  de  Méxi- 
co, era  de  °¿\  á  3  p.  c.  en  tiempo  de  paz,  y  según 
la  estación. 


273 

En  Sto  Tomas»  donde  hay  una  compañía  de  se- 
guros, se  escritura  ahora  para  Tierra  Firme.  En 
'  los  meses  de  Mayo  y  Junio  últimos  se  efectuaron 
seguros  á  5  p.  c.  todo  peligro  incluido.  En  In- 
glaterra no  se  pueden  efectuar  en  este  momento 
por  el  doble  de  esa  suma,  por  razón  de  las  ultimas 
y  íreqüentes  piraterías. 


SECCIÓN  X. 

IMPORTE  DE  LAS  EXTRACCIONES  E  INGRESOS. 

El  establecimiento  de  los  Holandeses  en  Cura* 
zoa  en  1634,  excitó  á  los  habitantes  de  Caracas 
á  dedicarse  á  los  trabaxos  de  la  agricultura. 
Pronto  comenzaron  á  exportar  cacao  y  pieles  en 
cantidades  suficientes  para  hacer  un  trafico  de 
trueque  con  los  Holandeses,  por  aquellos  géneros 
Europeos  que  necesitaban  los  colonos.  Este  tra- 
fico.aumentó  de  tal  suerte  que  la  metrópoli  juzgo 
que  era  tiempo  de  intervenir :  publicaron  un  decre- 
to suprimiéndole;  y  fletaron  dos  navios  desde  Es- 
paña con  géneros  para  la  colonia,  sobre  los  que 
pusieron  derechos  enormes*  De  consiguiente  los 
Holandeses  comenzaron  un  comercio  de  contra- 
bando, y  vendieron  tan  barato,  que  era  imposible 
para  los  comerciantes  Españoles  competir  con 
ellos,  asi  que  quedaron,  hasta  1700,  los  únicos 
dueños  del  comercio. 

TOM.  II.  s 


274 

Desdé  1700  hasta  1730,  los  comerciantes  Es- 
pañoles trataron  de  renovar  sus  especulaciones ; 
pero  la  actividad  Holandesa  fue  tal  que  les  aba- 
rataron en  todo.  A  este  tiempo,  el  producto 
anual  de  Caracas  solamente  en  cacao  era  de 
65,000  quintales  (de  1600  onzas  el  quintal). 
Las  extracciones  por  las  aduanas  reales  sübian  á 
21,000 ;  de  suerte  que  los  Holandeses  recibían 
los  44,000  quintales  restantes  en  sus  navios  de 
contrabando.  La  corte  de  Madrid  viendo  esta 
diminución  en  sus  rentas,  y  resolviendo  poner  fin 
al  trato  con  los  extrangeros,  tubieron  recurso  á 
confiscaciones  de  propiedad,  á  multas  y  castigos 
sobre  las  personas  que  fuesen  descubiertas  ha- 
ciendo el  contrabando  con  los  Holandeses. 

Apesar  de  estas  medidas,  el  trafico  ilícito  con- 
tinuaba aun,  y  los  medios  adoptados  no  siendo 
suficientes  para  suprimirle,  recurrieron  al  expe- 
diente de  formar  una  Compañía  que  monopolizase 
todo  el  comercio  de  exportación  y  de  ingreso  de 
la  capitanía-general.  Esto  fue  llevado  á  efecto ; 
y  la  vigilancia  de  los  miembros  de  esta  Compañía 
era  tan  grande,  que  el  comercio  ilícito  fue  muy 
pronto  suprimido,  y  lograron  satisfacer  á  los  co- 
lonos completamente  por  sus  continuas  remesas, 
y  comprando  todos  aquellos  artículos  que  ten- 
drían buena  venta.  Construyeron  almacenes 
inmensos  en  diferentes  puertos,  y  adelantaron 
mucho  dinero  á  los  cultivadores  sin  ningún  in- 
terés. Pueblos  florecientes  se  levantaron  de  todas 
partes,  y  la  tierra  se  convertio  de  pantanos  y 


9TJ5 

S 

montes  inmensos  en  plantaciones  risueñas.  En 
1735,  no  se  exportaban' mas  que  65,000  quintales 
de  cacao,  mientras  que  en  1763,  el  producto  de 
este  articulo  subía  á  110,650  quintales.  £1  ga- 
nado se  multiplicó  tan  rápidamente  en  las  vastas 
llanuras  del  sud,  que  añadieron  pieles  á  los  otros 
objetos  de  extracción.  Desde  este  tiempo,  los 
derechos  que  se  pagaban  en  las  diferentes  adua- 
nas eran  tan  grandes,  que  no  se  hacían  mas  re- 
mesas desde  México  á  Caracas  para  pagar  los 
gastos  de  su  gobierno. 

Pero  con  todas  estas  ventajas,  que  no  duraron 
mucho,  los  Directores  de  la  Compañía  se  arro- 
garon poderes  que  no  les  pertenecían  por  la  carta 
de  fueros  que  se  les  había  concedido :  en  una  pa- 
labra, se  corrompieron ;  y  tal  era  el  estado  del 
•comercio  á  causa  de  los  abusos  que  cometían  dia- 
riamente, que  en  1778  la  corte  de  Madrid  abrió 
los  puertos  de  Venezuela  y  de  España  para  que 
comerciasen  reciprocamente.  Se  hicieron  nuevos 
reglamentos,  y  el  comercio  de  la  colonia  aumentó 
gradualmente  hasta  1796»  quando  experimentó 
una  concusión  muy  grande  por  las  operaciones 
marítimas  de  los  Ingleses,  que  en  aquel  tiempo 
estaban  en  guerra  con  España. 

Las  cuentas  siguientes  son  las  exportaciones 
hechas  en  los  quatro  años  desde  1793  hasta  1796, 
comparados  con  las  de  los  quatro  años  siguientes. 


376 


Extracciones  desde  1793  hasta  1796. 

Duros. 

367,819    q.  de  cacao,     á  18  duro»,     6,690,742 

2,955,963  lbs.  de  añil,        i  12  reales,    5,172,937 

1 ,498,332  lbs.  de  algodón,  á  20  reales,        299,666 

1,335,584  lbs.  de  café,       á  12  duros  el  q.  159,070 

.12,252,415 

Extracciones  desde  1796  hasta  1800. 

Duros. 

239,162    q.  de  cacao,     á  18  duros,     4,304,916 

793,210  lbs.  de  añil,        á  14  reales,     1,386,117 

2,834,254  lbs.  de  algodón,  á  20  reales,        566,850 

J, 536,967  lbs.  de  café,        á  12  duros  el  q.  184,435 

6,442,318 


Diminución,— duros,    5,810,097 

Sobre  esta  diminución  Depons  hace  las  siguien- 
tes observaciones :  "  Es  mas  fácil  achacar  esta 
diminución  á  la  guerra,  que  convenir  que,  en 
parte,  es  la  conseqüencia  de  una  mala  administra- 
ción. Al  admitir  que  esta  causa  tiene  cierto  peso, 
seria  sin  embargo  injusto  y  ridiculo  quedar  satis- 
fechos con  una  razón  que  no  puede  operar  mas 
que  en  cierto  grado.  La  guerra  no  tiene  ningún 
influxo  excepto  sobre  el  precio  del  producto :  no 
puede  perjudicar  á  las  producciones,  mas  que 
privando  á  la  agricultura  de  los  brazos  que  exige, 
y  esto  no  ha  sucedido  en  estas  provincias,  excep- 
to quiza  en  unos  quantos  cientos  de  hombres  de 
color  emancipados,  que  han  tenido  que  estar  en 
los  puertos  para  la  defensa  del  pays.     Esta  cir- 


277 

cunstancia  no  hubiera  podido  nunca  ocasionar 
una  diminución  anual  éa  la  cantidad  .del  produc- 
to hasta  el  importe  de  100,000  duros.  Ni  podía 
la  guerra  tampoco  cambiar  el  valor  de  las  pro* 
ducciones ;  han  mantenido  el  mismo  precio  en  los 
quatro  años  desgraciados  como  en  los  quatro  años 
precedentes ;  y  el  añil,  estúbo,  en  uno  de  los  pri- 
meros, á  14  reales  la  libra  en  lugar  de  á  12.  Esta 
igualdad  de  precio  durante  los  ocho  años  en 
qüestion,  es  la  mejor  prueba  de  que  no  han  falta- 
do nunca  compradores,  y  que  el  comercio  ha  re- 
cibido y  pagado  lo  que  los  cultivadores  han  podi- 
do dar,  excepto  el  cacao.  De  consiguiente,  no 
debemos  buscar  en  la  guerra  tan  solo  la  causa  de 
la  paralización  en  que  han  caido  las  provincias  de 
Caracas.  No  se  puede  ascribir  á  ningún  azote  ó 
calamidad,  como  peste,  epidemias,  sequedad,  ó 
inundaciones  extraordinarias.  La  Providencia  ha 
guardado  á  Tierra  Firme  contra  tales  desgracias. 
De  consiguiente  lo  debemos  imputar  á  las  malas 
disposiciones  locales/' 

Según  los  informes  que  obtubó  Lavaisse  por 
los  documentos  oficiales  en  Venezuela  durante 
1807,  el  importe  del  producto  agricultural  extraí- 
do de  estas  provincias,  desde  1794  hasta  1806, 
subia  anualmente  á  cosa  de  4  millones  de  duros. 
Sin  embargo,  según  los  documentos  que  se  cogie- 
ron en  Puerto  España  en  la  Trinidad,  y  de  los  de 
las  islas  Granada,  Tobago,  Curazoa,  Sto  Tomas,  y 
Martinica,  que  hacian  el  comercio  de  contraban- 
do con  las  provincias  de  Venezuela,  los  contra- 


«78 


bandistás  no  podían  menos  de  sacar  anualmente, 
y.un  año  con  otro,  cosa  dé*2,500,000  de  duros  en 
producciones,  que  consistían  en  cacao,  algodón, 
añil,  un  poco  de  cochinilla,  anoto,  maderas  para 
teñir,  y  para  ebanistas,  cobre,  pieles,  maiz,  tasajo, 
y  pescado,  bueyes,  caballos,  y  muías,  asnos,  mo- 
nas, papagayos,  &c.  y  cosa  de  6  ó  700,000  duros 
en  especie,  y  desde  1801  una  pequeña  cantidad 
de  azúcar  y  café.  Exportaban  anualmente  desde 
estas  provincias  á  España,  y  á  México,  cosa  de 
2,000,000  duros  en  producciones  coloniales*  Es* 
to  aumenta  las  exportaciones  á  cosa  de  5,200,000 
de  duros. 

Las  computaciones  del  producto  embarcado,  en 
1801,  en  navios  con  pasaportes  Ingleses  desde 
Puerto  Cabello,  que  tenia  generalmente  100  de 
ellos  pequeños  empleados  en  este  trafico,  son  del 
modo  siguiente  ;  pero  las  sumas  de  dinero  que  se 
enviaban  para  procurar  géneros,  y  los  artículos 
que  embarcaban  clandestinamente  en  la  costa, 
son  aun  mayores. 


Añil»    .    .    .    . 

.    100,000  lbs. 

Algodón,  .    .    . 

.    350,000  do. 

Cacao,       .    .     , 

40,000  fanegas. 

Pieles,       .    .    . 

70,000  do. 

Café,    .    .    .    . 

20,000  lbs. 

Cobre,       .    . 

38,000  do. 

CabaHos,   .    . 

500  do. 

Muías,       .    .    , 

5,000  do. 

Con  algunas  gomas,  drogas,  maderas  de  teñir, 
&c. 


279 

La  política  de  la  nación  Inglesa  en  dar  pasa- 
portes á  los  buques  Españoles,  lo  que  les  daba 
una  seguridad  perfecta  en  aquellas  mares,  tenia, 
adema»  del  buen  efecto  de  volver  á  cuenta  suya 
el  comercio  de  aquellos  payses,  el  de  aumentar 
un  trato  que  ha  dado  origen  á  una  reciprocidad 
de  relaciones  comerciales,  y  el  de  convencer  aun  á 
la  España,  que  los  Ingleses  estaban  persuadidos 
que  la  guerra,  aun  en  su  mayor  furor,  era  mas  el 
efecto  de  una  política  necesaria  que  de  la  inclina- 
ción. 

£1  restante  del  producto,  particularmente  lo 
mas  abultado,  aun  el  cacao,  que  estaba  baxo  res- 
tricciones y  prohibiciones  las  mas  expresas  en  los 
últimos  años  de  la  guerra,  circulaba  por  los  Esta- 
dos Unidos,  y  de  alia  iba  á  Europa ;  y  el  precio 
alto  al  que  se  tenia  este  articulo  en  España,  pa- 
gaba ampliamente  el  aumento  de  gastos  que  nece- 
sariamente tenia  que  incurrir  por  una  vía  tan  cir- 
cuita ;  pues  los  buques  empleados  en  este  trafico 
eran  muy  pocos. 

El  siguiente  modo  es  del  que  se  sirvian  para  el 
comercio  clandestino  con  las  islas  de  Inglaterra, 
baxo  pasaportes  concedidos  por  los  gobernadores. 
Los  buques  Españoles  giraban  para  el  Guadalupe, 
La  Martinica,  y  Sto  Domingo,  entonces  en  pose- 
sión de  sus  aliados,  y  quando  volvian,  producían 
descargas  de  aduana  falsas,  y  papeles  fabricados 
como  materia  de  forma  j  y  la  facilidad  con  que  se 
obtenían  estos  en  las  islas,  parecería  extraño  á  los 
que  no  conocen  los  tratos  que  se  hacen  en  las 


280 

colonias.  Un  pasaporte  para  qualesquier  parte 
que  sea,  ó  papeles  de  navios  de  qualesquiera  na- 
ción» se  pueden  obtener  por  una  bagatela  en  Cu- 
razoa  particularmente,  que  engañarían,  y  que  en- 
gañaban á  los  navios  en  corso  mas  suspicaces. 
De  este  modo  se  hacían  descargas  de  aduana» 
casi  todas  para  islas  en  las  que  nunca  habia  exis- 
tido el  mas  pequeño  tráfico ;  y  tan  ventajosa  era 
este  especie  de  comercio  para  el  pays,  dando  ven- 
ta á  su  producto»  y  obteniendo  paños,  que,  á  pesar 
de  la  severidad  de  los  decretos  que  debían  sa 
origen  á  los  zelos  é  influxo  Francés,  nunca  inter- 
vinieron en  él ;  y  aun  á  veces  los  oficiales  encar- 
gados de  su  execucion,  participaban  en  sus  ga- 
nancias. 

Los  buques  ligeros  que  empleaban  para  este 
trafico,  eran  por  lo  general  barcos  de  piloto,  cons- 
truidos en  Virginia;  y  que  enviaban  á  vender. 
Sin  embargo  en  muchos  puertos  de  Tierra  firme, 
particularmente  en  Maracaibo,  construyen  barcos 
muy  superiores,  los  que,  por  lo  excelente  de  la 
madera,  duran  tres  veces  mas  que  qualesquiera 
otros $  y  es  una  circunstancia  que  merece  muy 
bien  la  atención  del  constructor  de  navios  espe- 
culador de  este  pays,  que  la  Bahía  de  Samana  es 
el  parage  mas  cómodo  en  estos  payses  para  cons- 
truir y  obtener  madera.  Aunque  está  mucho 
mas  distante  que  el  Báltico,  la  madera  es  mejor, 
y  los  navios  construidos  de  ella  aumentan  su  valor 
en  proporción. 


281 

Los  documentos  oficiales  de  la  intendencia  de 
Caracas  no  especificaban  los  ingresos  en  pstos 
payses,  incluyendo  el  trafico  de  contrabando,  á 
mas  de  5,500,000  duros  al  mismo  periodo ;  pero 
aquellos  registros  no  son  nada  exactos.  Un  año 
con  otro  desde  1789  hasta  1807»  las  importacio- 
nes anuales  subían  á  cerca  de  0,500,000  duros, 
incluyendo  el  contrabando.  Antes  de  la  Revo- 
lución Francesa,  los  Franceses  tenían  la  mitad  de 
este  comercio.  Los  comerciantes  Franceses  de 
la  Martinica,  los  Holandeses  de  Ste  Eustacia  y 
Curazoa,  los  Dinamarqueses  de  S*  Tomas,  y  los 
Suecos  de  Sn  Bartolomé,  tenian  todos  ellos  su 
parte  en  este  comercio ;  pero  desde  que  la  isla  de 
la  Trinidad  cayó  en  manos  de  los  Ingleses  en 
1797»  estos  han  obtenido  todo  el  comercio  de 
aquel  pays,  donde  han  establecido  relaciones  co- 
merciales aun  hasta  el  punto  mas  central  del  Sud 
de  America,  Ste  Fé  de  Bogotá. 

Por  lo  que  toca  al  puerto  de  La  Guayra,  pode- 
mos soportar  nuestras  observaciones  con  buenas 
autoridades,  haciendo  ver  el  importe  que  pasó 
por  las  aduanas  en  el  año  de  1796,  el  periodo 
mas  neutro  de  que  España  ha  gozado  desde  hace 
mucho  tiempo ;  y  servirá  para  asistir  en  computar 
el  comercio  de  otras  épocas. 

En  aquel  año,  la  aduana  presenta  la  llega- 
da de  43  navios  de  varias  descripciones,  de  los 
puertos  Españoles  de  Europa,  y  trayendo  á 
bordo;— 


282 

Duro*. 

En  artículos  nacionales,         -         -         932,881 
En  'géneros  extrangeros  re-manufactu- 
rados y  preparados  en  España,  como 
calicos  de  fabrica  extrangera,  pero 
estampados  en  España,  -  753,442 

En  géneros  enteramente  extrangeros,    1,429)487 

8,115,810 

Igual  á  701,057  libras  esterlinas,  los  que  dieron 
al  Gobierno,  en  derechos,  300,000  duros.  Si  es 
cierto  que  el  contrabando  anual  que  se  hacia  en 
aquellas  mismas  costas  subia  al  triple,  ó  sino  al 
doble  de  las  entradas  regulares,  es  evidente  que 
la  proporción  de  géneros  extrangeros,  regulares 
y  de  contrabando,  que  se  introducían  en  las  co- 
lonias Españoles,  excedía  muchísimo  la  de  los 
artículos  de  comercio  nacionales* 

Del  comercio  de  Nueva  Granada  no  tenemos 
informes  muy  exactos. 

El  valor  del  comercio  de  ingreso  en  Nueva 
Granada  le  han  puesto  á  1,235,000  libras  esterli- 
nas, y  su  producto  agricultural  á  433,300  libras 
esterlinas. 

Los  ingresos  en  todos  estos  payses  en  tiempo 
del  Gobierno  Español,  subia  á  1 1,800,000  duros 
anuales,  sin  contar  el  importe  de  los  varios  con- 
trabandos que  se  Introducían,  y  que  podían  subir 
á  la  mitad  de  esa  suma.  De  este  modo  la  monta 
total  de  los  ingresos  que  ocurrirán  ahora  que  la 


«83 

República  es  independiente,  puede  muy  bien 
estimarse  á  i  6  millones  de  duros. 


^4. 


SECCIÓN  XI. 

DEL  COMERCIO  DE  GUIANA,  T  EN  PARTICULAR  DEL 

DE  ANIMALES. 

Para  dar  una  idea  de  la  pobreza  de  Guiana, ' 
dice  M.  Depons,  que  los  diezmos  de  la  provincia 
no  se  arrendaron  en  1803  mas  que  á  4000  duros, 
£1  mismo  escritor  añade,  que  el  ganado  de  los 
Capuchinas  misionerqs,  entre  los  que  él  calcula 
solo  en  ganado  vacuno  150,000  cabezas  en  1303, 
no  pagaban  diezmos,  lo  que  es  muy  cierto ;  pero 
esto  no  explica  porque  los  diezmos  producen  tan 
poco  en  esta  provincia.  £1  hecho  es,  que  paga- 
ban tan  mal,  porque  los  habitantes  podían  evadir 
el  pago  muy  fácilmente,  situados  como  están 
cerca  de  ríos  navegables,  donde  venden  en  con- 
trabando casi  todo  su  producto  y  ganado. 

Sin  embargo,  M.  Depons  admite,  que  se  expor- 
taron, desde  1791  hasta  1794,  en  varios  artículos 
del  pays  desde  esta  provincia  á  la  de  Varinas» 
10,380  bueyes,  y  3,140  muías ;  y  que  introducian 
900  esclavos  Negros,  y  349,448  duros. 

Nadie  sabia  mejor  que  M.  Depons,  que  ni  una 
quinta  parte  del  producto  de  Venezuela  iba  á 
España ;  que  tres  quintas  partes,  á  lo  menos,  de 


284 

este  producto  lo  compraban  los  contrabandistas 
Ingleses,  principalmente  de  la  Trinidad,  y  el  resto 
los  contrabandistas  Suecos  de  S  Bartolomé,  y 
Danos  de  Sto  Tomas,  que,  desde  la  paz  de  1783, 
han  pagado  á  los  Españoles  por  lo  que  les  com- 
praron de  géneros  Ingleses.  M.  Depons  puede 
muy  bien  haber  tenido  sus  razones  para  no  divul- 
gar estas  cosas ;  para  no  decir,  que,  aunque  en 
ningún  pays  las  leyes  fiscales  han  sido  mas  rigu- 
rosas que  en  las  colonias  Españolas,  en  ninguna 
parte  del  mundo  habia  mas  contrabando,  y  en 
ninguna  los  derechos  del  comercio  nacional  fue- 
ron mas  amenudo  violados,  á  causa  de  lo  absurdo 
de  aquellas  leyes. 

Quando,  por  el  efecto  de  un  gobierno  liberal 
y  de  leyes  sabias,  la  Goiana  llegue  á  aquel  grado 
de  prosperidad,  que  para  obtenerle  los  habitantes 
no  tienen  mas  que  aprovecharse  de  la  fertilidad 
de  su  suelo,  y  de  sus  riquezas  peculiares,  de  los 
numerosos  nos  navegables  que  intersectan  el  pays 
en  todas  sus  direcciones,  de  su  posición  geográ- 
fica, &c.  se  hará  el  centro  y  deposito  de  un  co- 
mercio inmenso,  de  cuya  importancia  ninguno 
que  no  haya  visitado  el  pays  puede  formarse  una 
idea.  Es  á  las  orillas  del  Orinoco  que  irán  los 
habitantes  de  S*  Fé  de  Bogotá,  para  trocar  sus 
producciones  por  géneros  Europeos,  y  por  los  del 
Norte  de  America ;  mientras  que  será  ademas  el 
centro  de  un  gran  comercio  entre  el  Perú  y  otras 
partes  del  mundo. 


285 

Sin  'embargo,  los  esfuerzos  de  la  industria  en- 
cuentra obstáculos  en  Guiana  en  la  dificultad  de 
comunicación»  y  también  por  los  muchos  ríos  de 
que  .está  intersecada  la  provincia,  por  los  pocos 
y  malos  caminos  que  existeq.  Les  faltan  barcos 
para  pasar  los  ríos  que  son  tan  numerosos,  para 
que  el  cultivador  esté  seguro  de  poder  á  todos 
tiempos  transportar  sus  artículos.  También  les 
falta  un  camino  nuevo  desde  la  capital  hasta 
Cay  cara:  la  comunicación  que  ahora  existe  es 
muy  larga,  difícil,  y  á  veces  impracticable.  Se 
necesita  también  otro  camino  que  vaya  de  S* 
Tomé  á  Barceloneta,  que  dista  de  quatro  días. 
Y  últimamente  necesitan  igualmente  un  camino 
que  vaya  al  pueblo  de  Sn  Antonio  desde  la  capital. 

Los  habitantes  de  Barceloneta  representan  tam- 
bién, por  su  delegado,  que  el  puerto  de  S*  Tomé 
experimenta  ciertas  usurpaciones,  cuyos  progre- 
sos es  indispensable  detener.  Después  de  las 
lluvias  violentas  y  continuadas  que  mojan  y  em- 
blandezen  sus  tierras,  el  Orinoco  con  la  rapidez 
de  su  corriente  se  extiende  hasta  sus  casas,  ex- 
poniéndolas á  hundirse  desde  el  mes  de  Julio 
hasta  el  Septiembre.  Es  imposible  impedir  estas 
excavaciones,  y  preservar  la  ciudad,  á  no  ser  por 
medio  de  un  muelle  solido  en  aquella  parte  lla- 
mada la  Almeda. 

Otro  trabaxo  que  la  Guiana  necesita,  es  el 
minar  y  saltar  las  peñas  que  impiden  á  los  navios 
hechar  ancora  en  los  sitios  mas  seguros  y  como- 
dos.     Esto  puede  hacerse  muy  fácilmente  á  priru 


286 

cipios  del  mes  de  Febrero,  qu&ndo  1**  «guwi  del 
Orinoco,  habiendo  basado,  dexan  ettas  piedras 
descubiertas.  Esta  operación  debe  hacerse  en  el 
sitio  llamado  La  Cucuycra,  porque  $s  la  parte 
mas  protegida  del  puerto,  y  donde  los  navios 
pierden  mas  ancoras. 

Es  sumamente  necesario,  dice  Depon?,  que  el 
paso  hasta  Mamo,  que  está  á  siete  leguas  ma* 
abaxo  de  la  capital,  se  haga  mas  navegable» 
Desde  el  mes  de  Enero  hasta  el  Abril  ningún 
navio  puede  pasar  cargado.  Todos  los  navios 
tienen  que  descargar  sin  poder  volver  á  cargar 
hasta  después  de  haber  pasado  este  canal,  pueá 
alli  no  tiene  apenas  7  ú  8  pies  de  agua.  Deben 
profundizar  su  lecho,  cuya  hondura  disminuye 
diariamente,  tanto  por  la  arena  que  se  deposita 
como  por  el  lastre  que  muchos  navios  arrojan, 
para  aligerarse  y  poder  pasar.  Sin  embargo,  Mr 
Jones  dice,  que  el  George  Canning,  un  barco  de 
330  toneladas,  paso  el  Mamo  cargado  en  el  mes 
de  Febrero  de  1818;  y  que  navios  de  todas  las 
descripciones,  pero  en  particular  falucas  y  ber- 
gantines, hallan  agua  suficiente  en  todas  las  esta* 
dones- 
Ademas  de  eso  el  Gobierno  Español  ha  juzgado 
siempre,  que  convenia  mejor  con  la  defensa  de  la 
Guiana  poner  la  capital  á  la  enorme  distancia  de 
90  leguas  del  mar,  sin  dexar  en  este  espacio  nin- 
guna ciudad  expuesta  á  las  invasiones  de  un  ene- 
migo. Es  seguramente  absurdo  suponer,  que 
una  ciudad  á  las  orillas  de  un  rio  puede  defender 


287 

mejor  la  entrada  en  el  paya,  dexándo  entre  ella  y 
el  mar  la  parte  mas  importante  del  territorio,  que 
si  estubiese  mas  cerca  del  mar,  y  que  si  un  ene- 
migo no  pudiese  penetrar  en  el  pays  sin  haberla 
tomado  primero. 

Sin  embargo,  no  examinamos  la  situación  de 
S*  Tomé  que  con  respecto  á  su  agricultura,  nave- 
gación y  comercio ;  y,  baxo  estos  puntos  de  vista, 
nunca  podía  estar  peor  situada  que  lo  está  ahora. 

En  todas  las  edades,  la  razón  há  aconsejado 
dar  la  preferencia,  para  el  cultivo  del  producto 
colonial,  á  las  tierras  que  están  en  las  inmedia- 
ciones del  mar,  6  á  lo  menos  cerca  de  ríos  nave- 
gables ;  porque  los  ahorros  que  resultan  del  porte 
por  agua,  disminuyendo  los  gastos  totales,  es  un 
incentivo  poderoso  para  el  cultivador,  y  contri- 
buye también  á  aumentar  la  agricultura  y  el  co- 
mercio* 

Baxo  este  principio,  las  tierras  de  la  Guiana, 
entre  el  rio  Caroni  y  ^1  mar,  son  las  que  debian 
haber  sido  primero  cultivadas.  Divididos  en  lla- 
nos inmensos,  montañas,  costados,  y  valles,  cada 
producción  podia  hallar  suelo  adaptado  para  si j 
y  los  diferentes  rios  que  enriquezen  esta  parte 
aseguran,  en  caso  de  sequedad,  riegos  que  se 
substituyesen  á  la  falta  de  lluvia,  y  un  medio  fá- 
cil de  transporte  hasta  el  Orinoco. 

Es  imposible  que  el  pays  prospere,  mientras 
que  la  única  ciudad  de  la  Guiana  esté  á  una  dis- 
tancia tan  grande  del  mar ;  pues  si  para  vender 
sus  productos,  y  comprar  sus  necesarios,  los  habí- 


288 

tantea  al  este  del  Caroni  ge  ven  obligados  á  aubir 
á  Sto  Tomé,  y  á  exponerse  á  gastos,  retardos,  y  á 
peligros  incalculables  por  todo  lo  que  envían  6 
traen  de  la  capital,  abandonaran  muy  pronto,  y 
con  razón,  unas  posesiones  que  no  les  pagan  ni 
los  adelantos  que  haced  ni  el  trabaxo  que  exigen. 

Si  es  tan  contrario  para  el  cultivo  que  Sto 
Tomé  esté  tan  lejos,  la  navegación  y  el  comercio 
no  piden  menos  que  se  traiga  mas  cerca  del  mar, 
y  que  á  Angostura  se  le  substituya  otra  ciudad. 
Las  grandes  dificultades  que  tienen  que  superar 
los  baxeles  de  qualesquier  tamaño,  para  ir  tan 
arriba  como  Sto  Tomé,  se  han  dado  ya  en  la  des- 
cripcion  del  Orinoco  j  y  se  ha  hecho  ver  que  la 
política  del  Gobierno  Español  la  ha  puesto  en  el 
parage  del  río  tari  cubierto  de  peñas,  escollos,  y 
bancos,  que  dirían  que  la  naturaleza  la  quiso  se- 
parar del  comercio  del  hombre,  mostrándose  baxo 
formas  las  mas  espantosas. 

El  viage  desde  la  Boca  de  Navios  hasta  S* 
Tomé  es  fatigante.  Si  á  esta  se  añade  el  tiempo 
que  en  él  se  pierde,  y  los  peligros  que  se  corren, 
se  vera  que  habrá  pocos  marineros  que  no  prefi- 
riesen ir  á  Europa,  al  trabaxo,  cuidado,  y  peli- 
gros que  se  hallan  agregados  á  la  navegación  del 
Orinoco; 

La  navegación  exterior  merece,  sin  embargo, 
tanto  mas  atención,  quanto  todo  lo  que  se  gasta 
en  vencer  las  dificultades  que  se  le  oponen,  lo 
paga  el  cultivador ;  pues  los  gastos  y  peligros  de 
la  navegación  entran  siempre  en  cuenta  en  las 


1 


289 

especulaciones  mercantiles,  y  necesariamente  cau- 
san en  los  artículos  del  pays  una  deducción  qué 
es  funesta  á  la  prosperidad  local.  La  navegación 
interior  haciéndose  con  canoas  y  chalupas  que 
ningún  banco  puede  impedir,  es  mucho  mas  ade- 
quada  para  transportar  los  productos  á  aquella 
parte  del  Orinoco  donde  toda  especie  de  navios 
de  mar  pueden  subir  con  facilidad,  que  obligar  á 
estos  á  subir  el  rio,  haciendo  el  viage  mucho  mas 
largo,  costoso,  y  peligroso. 

De  consiguiente,  es  contra  todo  principio  de 
economía  comercial  y  agricultura!,  que  el  único 
puerto  que  existe  en  la  Guiana  esté  de  este  modo 
sumergido,  y  tan  poco  accesible  á  la  navegación. 
La  ciudad  de  S*  Tomé  puede  muy  bien,  conti- 
nuar donde  está ;  pero  sera  imposible  sacar  nin- 
guna ventaja  de  esta  provincia,  hasta  que  no 
haya  en  la  parte  baxo  del  Orinoco,  y  no  muy  dis- 
tante de  su  boca,  algún  puerto  donde  se  reciban 
los  productos  del  interior,  y  que  facilite  á  los  na- 
vios grandes  los  medios  de  hacer  sus  cambios  con 
mas  prontitud  y  menos  gasto. 

Por  lo  que  toca  al  comercio  de  animales,  el 
genio  natural  de  los  Españoles,  mas  andigo  de  una 
vida  pastoral,  que  dexa  mayores  intervalos  de  re- 
poso, que  de  la  agricultural,  que  exige  una  con- 
tinua actividad,  les  induce  á  preferir  los  áridos 
llanos  del  Orinoco,  que  cubren  de  sus  ganados, 
á  los  fértiles  valles  de  Venezuela,  que  podrían 
enriquezer  con  las  producciones  mas  preciosas. 
— Desde  el  pueblo  de  Pao,  en  la  provincia  de 

TOM.  II.  T 


290 

Cumana,  hasta  Merida,  es  decir,  una  extensión  de 
mas  de  150  leguas  del  este  al  oeste,  y  una  an- 
chura de  40  leguas,  se  hallan  en  todas  las  partes 
hatos  de  mayor  ó  menor  dimensión,  que  están 
llenos  de  muías,  caballos,  y  bueyes.  Muchos 
cultivadores  de  Caracas  tienen  esta  especie  de 
haciendas  á  la  distancia  de  8,  10,  y  12  dias  de 
jornada  de  la  villa  donde  residen ;  y  los  cultiva- 
dores de  Calabozo,  SQ  Sebastian  de  los  Reyes, 
Guanare,  Truxillo,  Varinas,  Sn  Carlos,  Sn  Felipe, 
Barquisimeto,  Carora,  &c.  no  tienen  apenas  otras 
propiedades.  Las  rentas  que  producen  estos  hatos 
son  lentas  y  precarias.  Las.  inundaciones  y  la 
sequedad  ocasionan  perdidas,  que  amenudo  des- 
truyen las  mejores  esperanzas  de  los  propietarios. 
Las  muías  no  son  propias  para  la  labor  hasta  la 
edad  de  5  años. 

Las  hembras  de  estos  animales  se  prefieren  á 
los  machos.  Sufren  mas  fatiga,  y  se  acostum- 
bran mas  pronto  á  pastos  nuevos.  Hay  grande 
demanda  de  ellas  en  la  provincia  de  Caracas,  por- 
que todo  se  transporta  sobre  muías.  Ningún  río, 
excepto  el  Orinoco  por  la  Guiaría,  lleva  el  pro- 
ducto á  los  puertos  de  embarcación.  Las  muías 
son  también  los  únicos  animales  que  se  usan  en 
Tierra  Firme  para  montar,  particularmente  los 
Creollos  que  viven  en  las  montañas,  y  que  tienen 
que  atravesarlas.  Hallan  que  son  mas  seguras 
que  los  caballos,  al  mismo  tiempo  que  son  mas 
fáciles  de  mantener,  y  mucho  mas  pacientes  de 
hambre  y  sed. 


291 

En  todas  las  islas,  ya  sea  que  estén  á  barbo- 
lento  ó  á  sotavento,  las  muías  son  indispensables, 
tanto  para  los  coches  como  para  los  molinos ;  y  no 
pueden  obtenerse  mas  que  de  Tierra  Firme.— -La 
Trinidad  las  recibe  por  la  vía  de  Guarapiche,  To- 
bago,  Granada,  Barbadas,  Sn  Vicente,  Su  Lucia, 
Martinica,  Guadalupe,  por  laGuiana,  Cumana, 
y  Barcelona;  Puerto  Rico  por  Ste  Domingo  y 
Cuba ;  y  la  Jamaica  por  Puerto  Cabello.  Algu- 
nas se  embarcan  en  Coro  para  las  dos  ultimas 
islas. 

£1  puerto  de  La  Guayra  está  de  cierto  modo 
cerrado  á  este  comercio,  por  la  dificultad  que 
ofrece  lo  escarpado  de  sus  caminos  para  la  em- 
barcación de  animales. 

Por  el  inmenso  consumo  de  muías  se  puede 
juzgar  quan  abundantes  son  en  Tierra  Firme. 
Se  computa  que  el  producto  anual  es  de  16,000 ; 
de  las  quales  6000  se  emplean  en  el  mismo  pays, 
y  el  restante  se  extraen  á  las  islas  vecinas.  La 
muía  llamada  saca,  costaba,  durante  la  ultima 
guerra,  25  duros  en  el  puerto.  Se  obtenían  én 
los  sitios  donde  las  crían  por  14  ó  15  duros ;  pero 
ningún  especulador  prudente  las  recibe  á  costa 
suya  hasta  el  momento  de  embarcarlas. 

Si  la  ultima  guerra,  desde  1793  hasta  1801, 
hubiese  sido  una  guerra  en  favor  de  Tierra  Fir- 
me, el  precio  de  las  muías  hubiera  subido  á  la 
vuelta  de  la  paz ;  pero  el  comercio  de  Tierra 
Firme  ha  disminuido  desde  aquella  época,  quando, 
por  el  curso  de  las  cosas,  debia  haberse  hecho  mas 


•292 

activo.  De  este  modo,  el  precio  de  las  muías  ha 
disminuido  en  lugar  de  aumentan* 

Baxo  la  suposición  que  el  precio  de  las  muías 
se  tubo  á  25  duros,  las  10,000  muías  que  ex- 
portaban anualmente  darían  250,000  duros.  El 
flete  que  recibian  los  baxeles  Españoles,  compu- 
tándole lo  mas  baxo  posible,  y  deduciendo  las 
muías  que  perecían  en  la  mar,  sube  á  150,000, 
haciendo  en  el  todo  400,000  duros. 

Pero  como,  en  lugar  de  venderlas  en  el  pays, 
los  Creollos  embarcaban  las  muías  á  cuenta  suya, 
y  que  se  vendían  en  las  colonias  por  50  ó  60 
duros,  resulta,  admitiendo  una  perdida  de  10  p. 
c.  en  el  transporte,  que  producían  la  suma  de 
500,000  duros,  que  Tierra  Firme  debe  anual- 
mente recibir  en  utensilios  de  agricultura,  dinero, 
&c.  Parece % por  la  ultima  computación,  que  dos 
terceras  partes  del  importe  de  las  muías  se  in- 
vestía en  géneros  enxutos,  que  los  pasan  de  con- 
trabando en  el  continente. 

El  numero  de  ganado,  que  era  antiguamente 
bastante  considerable  para  el  consumo  local,  y 
para  el  de  todas  las  Antillas,  está  ahora  muy  re- 
ducido. La  falta  de  exportación,  y  los  regla- 
mentos defectuosos  de  las  carnecerias,  originó  la 
caída  en  el  precio  del  ganado  vacuno  después 
de  1799  ;  y  las  pieles  habiendo  adquirido  un 
aumento  en  el  precio  desde  la  misma  época,  los 

#  Mr  Jones  dice,  que  estaban  en  Angostura,  en  1819  y. 
1820,  á  45  duros ;  y  en  1821  subieron  á  50  y  á  55  duros,  de 
los  quales  se  pagaban  15  duros  por  derecho  de  extracción. 


298 

animales  no  se  estimaban  mas  que  por  sus  pieles 
y  por  el  sebo.  £1  ganado  vacuno  se  solia  estimar 
á  diez  francos  sobre  el  mismo  sitio,  y  á  veces  era 
necesario  llevarle  á  la  ciudad,  donde  se  lograban 
15  francos ;  pero  los  gastos  y  otros  accidentes  del 
camino,  reducía  su  precio  á  5.  Las  pieles  se 
solian  venden  en  el  mismo  sitio  á  5  ó  6  francos, 
y  se  disponía  de  ellas  asi  que  mataban  á  los  ani- 
males. El  propietario,  de  este  modo  asaltado 
por  la  necesidad,  y  en  medio  de  sus  numerosos 
ganados,  tenia  recurso  al  único  expediente  que  le 
quedaba.  Puesto  que  solo  las  pieles  eran  las  que 
tenían  precio,  á  la  verdad  bien  pequeño,  pero 
cierto,  se  veia  obligado  á  matar  y  á  despellejar 
sus  ganados,  para  vender  sus  pieles  y  su  sebo. 
El  empleo  de  destruirlos  se  confiaba  á  hombres 
montados  á  caballo,  y  armados  de  lanzas.  Toros, 
bueyes,  vacas,  novillos,  todo  quanto  encontraban, 
caía  baxo  su  mortal  acero.  El  resto  se  huía  á 
los  bosques  impenetrables,  donde  el  temor  retenia 
á  muchos  de  ellos.  Estas  operaciones  cesaron 
con  la  necesidad  que  las  ocasionó.  Los  propie- 
tarios trataron  de  reparar  los  daños  causados  por 
la  desesperación  ;  pero  el  exemplo  pernicioso  dio 
á  muchos  facineroso^  la  idea  de  hacer  el  comer- 
cio, destruyendo  ganado  para  vender  sus  pieles. 
Los  llanos  se  cubrieron  muy  pronto  de  esta  gente, 
que  no  vive  sino  de  las  desgracias  de  la  sociedad. 
De  todas  partes  se  veían  animales  despellejados, 
y  abandonados  á  la  voracidad  de  las  aves  de  prea. 
Los  propietarios  invocaron  la  autoridad  de  las 


294 

leyes,  la  protección  del  Gobierno,  y  la  ayuda  de 
la  fuerza  publica.  Sus  quexas  fueron  oídas,  de- 
cretos fueron  publicados,  y  ordenes  dadas  para 
atajar  el  mal ;  pero  el  mal  suceso  en  la  execucion 
aseguró  impunidad  á  los  delinqüentes,  y  aumento 
su  numero* 

£1  puerto  de  Barceloneta  ha  tenido  un  comercio 
muy  activo  en  este  articulo  desde  1795-  Desde 
él  se  extraían  una  gran  parte  del  producto  de 
aquellos  inmensos  pastos,  que  se  extienden  desde 
el  lado  meridional  de  la  cadena  de  la  costa  hasta 
el  Orinoco.  La  industria  comercial  de  estos 
payses  depende  de  la  demanda  de  las  grandes  y 
pequeñas  islas  occidentales,  por  tasajo,  bueyes, 
muías,  y  caballos.  Las  costas  de  Tierra  Firme 
estando  enfrente  de  las  de  Cuba,  á  una  distancia 
de  15  6  18  dias  de  navegación,  los  comerciantes 
del  Habana  prefieren,  especialmente  en  tiempo 
de  paz,  sacar  su  provisión  de  Barcelona,  que  de 
exponerse  al  viage  largo  y  peligroso  del  otro  he- 
misferio, é  ir  á  la  boca  del  Rio  de  la  Plata.  Dé 
una  población  de  Negros  que  sube,  en  el  archi- 
piélago que  forman  las  Islas  de  las  Indias  Occi- 
dentales, á  1,300,000,  solo  Cuba  tiene  mas  de 
230,000  esclavos,*  que  se  mantienen  de  legum* 

* 

*  Los  debates  en  las  Cortes  de  Cádiz,  sobre  la  abolición 
del  trafico  de  esclavos»  hizo  que  el  Consulado  de  la  Habana 
procediese  á  una  indagación  exacta,  en  1811,  sobre  la  pobla- 
ción de  la  isla  de  Cuba.  Se  halló  que  contenia  600,000 
almas»  de  los  quales  274,000  eran  blancos,  114,000  gente  de 
color  libre,  y  212,000  esclavos  Negros. 


295    - 

bres,  provisiones  saladas,  y  pescado  seco.  Todos 
los  baxeles  que  trafican  en  tasajo  desde  Tierra 
Firme,  llevan  SO  ó  30  mil  arrobas,  cuyo  precio  es 
de  mas  de  45,000  duros.  La  situación  de  Bar- 
celona es  sumamente  ventajosa  para  el  trafico  de 
animales.  El  ganado  no  tiene  mas  que  una  jor- 
nada de  tres  dias,  desde  los  Llanos  al  puerto, 
mientras  que  es  necesario  8  ó  10  dias  para  ir  á 
Cu  mana,  á  causa  de  la  cadena  de  montañas  del 
Bergantín  y  del  Imposible.  Según  los  mejores 
informes  que  Humboldt  pudo  obtener,  8000 
muías  se  embarcaban  en  Barcelona,  6000  en 
Puerto  Cabello,  y  3000  en  Carupano,  en  1799  y 
en  1800,  para  las  islas  Españolas,  Inglesas,  y 
Francesas.  Dice,  "  Ignoro  qual  es  la  exacta 
exportación  de  Burburata,  Coro,  y  de  las  bocas 
del  Guarapiche  y  del  Orinoco  ;  pero  creo,  que  á 
pesar  de  las  causas  que  han  disminuido  la  canti- 
dad de  ganado  en  los  Llanos  de  Cumana,  Barce- 
lona, y  Caracas,  aquellas  inmensas  llanuras  no 
dieron  menos  en  aquel  período  que  30,000  muías 
al  año  para  el  comercio  de  las  Islas."  Compu- 
tando cada  muía  á  25  duros,  (primer  coste),  hal- 
lamos que  tan  solo  este  ramo  de  comercio  pro- 
duce cerca  de  3,700,000  francos,  sin  contar  las 
alcances  sobre  el  flete  de  navios.  M.  Depons 
no  las  hace  subir  á  tanto;  pero  como  no  pudo 
visitar  en  persona  los  Llanos,  su  destino  de  agente 
del  Gobierno  Francés  obligándole  á  residir  cons- 
tantemente en  Caracas,  quiza  los  propietarios  de 
los  hatos  le  comunicaron  cálculos  demasiado 
baxos. 


CAPITULO  III. 


HISTORIA  Y  ESTADO  POLÍTICO. 

Habiendo  dado,  eíi  uno  de  los  capítulos  prece- 
dentes, una  noticia  breve  y  general  de  la  historia 
de  Colombia  antes  de  los  últimos  cambios  políti- 
cos, debemos  presentar  á  nuestro  lector  una  rela- 
ción sucinta  de  las  causas  que  dieron  origen,  y 
que  por  ultimo  conduxeron  á  la  emancipación  de 
aquella  región  tan  favorecida  de  la  naturaleza. 
La  materia  es  tan  interesante,  tanto  en  un  punto 
de  vista  político  como  comercial,  que  esperamos 
se  nos  perdonara  si  acaso  describimos,  con  dema- 
siada particularidad,  las  primeras  simientes  del 
desafecto  sembradas  en  un  pays  de  que  España 
había  sido  la  tranquila  posesión  por  mas  de  tres 
siglos. 

El  primer  esfuerzo  para  sacudir  el  yugo  de  la 
metrópoli,  se  hizo  en  1797>  por  tres  reos  de  esta- 
do, que  habían  sido  condenados  á  cárcel  perpetua 
en  los  fuertes  de  La  Guayra,  por  ciertos  planes 
revolucionarios.  Por  medio  de  aquella  eloqüencia, 
que  la  rectitud  de  sus  intenciones  les  inspiraba, 
adquirieron  muy  pronto  la  confianza  de  los  ofi- 


297 

cíales  y  soldados  que  les  guardaban.  De  estos 
recibieron  todas  aquellas  atenciones  que  eran 
compatibles  con  su  situación.  La  facilidad  con 
que  se  les  concedía  lo  que  deseaban,  el  ardor  con 
que  adoptaban  sus  principios,  la  veneración  con 
que  se  les  miraba, '  como  siendo  mártires  de  la 
libertad,  y  victimas  del  despotismo,  no  solo  les 
inspiro  la  idea  de  hallar  medios  de  romper  sus 
cadenas,  pero  les  alentaron  á  promulgar  sus  opi- 
niones con  la  esperanza  de  hallar  mejor  suceso  en 
Venezuela  que  habian  tenido  en  España. 

Proselitas  de  todas  clases,  colores,  y*  condi- 
ciones, se  enlistaron  con  ardor,  y  los  principios  de 
la  libertad  iban  ganando  terreno,  quando  desgra- 
ciadamente todo  el  designio  fue  descubierto  al 
Gobierno.  Este  dio  inmediatamente  ordenes  de 
arrestar  á  los  denunciados.  Los  dos  motores  prin- 
cipales de  la  empresa  efectuaron  su  huida.  Uno 
de  ellos,  llamado  Gual,  (hijo  de  Don  Mateo  Gual 
que  tan  valientemente  defendió  La  Guayra  en 
1743  contra  los  Ingleses,  baxo  el  Almirante 
Knowles)  era  Creollo,  y  había  sido  capitán  en  las 
tropas  de  linea,  pero  se  había  ahora  retirado  del 
servicio:  el  otro,  España,  era  corregidor  del 
pueblo  de  Macuto,  cerca  de  La  Guayra.  Algu- 
nos de  loa  conspiradores  se  presentaron  para  re- 
cibir el  perdón  que  la  Audiencia  ofrecía  á  los  que 
declarasen  su  delito.  Por  desgracia  suya  no  fue 
tan  generosamente  cumplido,  ni  tan  absoluto, 
como  había  prometido.     De  este  modo  añadieron 


298 

otra  de  aquellas  infracciones  de  su  fé  á  las  muchas 
que  ya  habian  manchado  el  nombre  Español. 

Por  los  interrogatorios  que  se  hicieron  á  los  de- 
linqüentes,  y  por  las  deposiciones  de  los  testigos» 
resultaba  claramente,  que  la  intención  deGual  y  de 
sus  asociados  era  subvertir  el  gobierno  existente, 
y  establecer  sobre  sus  ruinas  una  República ;  ab- 
jurar la  soberanía  de  España,  y  proclamar  la  inde- 
pendencia. Debían  sobornar  las  tropas,  arrestar 
á  los  gefes,  tomar  quantas  precauciones  dictase 
la  prudencia  para  asegurarse  del  suceso  de  su 
empresa,  y  convidar  á  las  otras  provincias  á  seguir 
su  exemplo. 

£1  numero  de  personas  que  fueron  acusadas 
subían  á  72*  De  estas,  siete  fueron  condenadas 
á  muerte;  otras  á  galeras,  ó  á  tantos  años  de 
prisión  ;  y  los  demás,  contra  los  que  las  pruebas 
eran  demasiado  leves,  fueron  enviados  á  España, 
para  que  se  dispusiese  de  ellos  según  la  voluntad 
del  Rey. 

De  este  modo  cayó  la  conjuración  de  La  Gu- 
ayra.  Aunque  no  logró  su  objeto  principal,  sin 
embargo  quedara  siempre  como  un  monumento 
indubitable  de  las  miras  sabias  y  liberales  de  su 
proyectador.  Quando  consideramos  las  desven- 
tajas baxo  las  que  trabaxaba,  y  las  dificultades 
que  tenia  que  superar,  no  podemos  menos  de  ad- 
mirar la  sagacidad  con  que  plañó  su  designio,  la 
gallardía  con  que  le  emprehendio,  y  su  ardiente 
amor  por  la  libertad,  que  desgraciadamente  le 


299 

hizo  no  reparar  en  obstáculos  casi  insurmonta- 
bles. 

Aunque  las  conseqüencias  inmediatas  de  la 
empresa  de  Gual  no  tubieron  resultado  ninguno 
en  aquel  momento,  á  causa  de  las  medidas  ener~ 
gicas  adoptadas  por  el  gobierno  Español  asi  que 
se  descabrio  la  conspiración,  sin  embargo  aun 
quedaba  un  partido,  entre  los  quales  los  principios 
de  la  libertad  que  Gual  profesaba,  habian  hecho 
demasiada  impresión  para  que  se  borrasen  tan 
fácilmente.  Para  asistir  á  este  espíritu  de  inde- 
pendencia, el  General  Miranda  armó  una  expe- 
dición desde  los  Estados  Unidos  el  año  de  1806. 

Antes  de  dar  una  relación  de  esta  expedición, 
esperamos  que  nuestros  lectores  no  juzgaran  fuera 
de  sazón,  un  pequeño  bosquejo  biográfico  de  la 
vida  y  ocupaciones  anteriores  del  hombre  en  cuyo 
animo  el  plan  de  la  emancipación  del  Sud  de 
America,  si  acaso  no  fue  concebido  primero  que 
en  algún  otro,  parece  haber  sido  mas  seriamente 
considerado,  y  mas  regularmente  seguido. 

Francisco  de  Miranda  nació  en  Caracas,  y 
pertenecía  á  una  de  las  principales  familias  de 
aquella  ciudad.  A  la  edad  de  17  años  pasó  á  la 
corte  de  España,  y  por  el  influxo  de  su  familia 
obtúbo  el  rango  de  capitán  en  el  exercito  Es- 
pañol. Quando  Francia  y  España  determinaron 
tomar  parte  en  la  guerra  que  la  Inglaterra  hacia 
con  sus  colonias,  el  joven  Miranda  se  hallaba  en 
aquella  parte  del  exercito  Español  que  se  destinó 
á  co-operar  con  los  Franceses.    Fue  durante  esta 


300 

campaña  en  America,  donde  la  causa  de  la  libertad 
era  el  objeto  del  zelo  y  entusiasmo  de  cada  indi- 
viduo, en  un  pays  cuya  situación  se  asemejaba 
tanta  á  la  del  suyo,  que  el  designio  de  emancipar 
su  pays  nativo  se  presentó  primeramente  á  au  es- 
píritu. Esta  impresión  tomó  tal  raiz  en  su  pecho, 
que  desde  aquella  época,  toda  su  vida  fue  dedi- 
cada á  este  único  objeto,  y  en  todos  los  proyectos 
de  emancipación  de  las  colonjas  Españolas  en 
America,  él  era  el  primer  motor. 

Al  fin  de  la  guerra  de  America  se  retiró  del 
servicio  de  España,  habiendo  determinado  visitar 
las  naciones .  mas  ilustradas  de  la  Europa,  para 
sacar  de  ellas  aquellos  conocimientos  que  pu- 
diesen ser  mas  útiles  á  su  pays  nativo.  Para  este 
fin  pasó  á  Inglaterra,  donde,  aun  en  una  época 
tan  reciente,  él  y  su  plan  llamaron  la  atención  de 
muchos.  Desde  Inglaterra  pasó  á  Prusia,  Austria, 
Italia,  Grecia,  y  á  Turquía.  De  allí  pasó  á  Ru- 
sia, donde  fue  presentado  á  la  Emperatriz  por  el 
Principe  Potemkin,  al  que,  como  Español  que 
viajaba  en  busca  de  conocimientos,  y  que  actual- 
mente los  poseia,  se  le  figuró  una  especie  de  fenó- 
meno. La  Emperatriz  le  urgió  mucho  para  que 
se  quedase  en  Rusia.  Quando  Miranda,  en  res- 
puesta, la  informó  de  los  planes  que  habia  formado 
en  favor  de  la  independencia  de  su  pays,  mani- 
festó el  mas  vivo  interés  en  su  buen  suceso,  y  le 
aseguró,  que,  caso  de  lograrle,  podía  contar  con 
ella  para  mantener  la  independencia  del  Sud  de 
America. 


SOI 

Fue  después  de  este  viage  en  Europa,  que,  a 
su  regreso  á  Inglaterra  por  Francia,  fue  introdu- 
cido á  Mr  Pitt  por  su  amigo  el  Gobernador  Pow- 
nal,  quando  le  sometíONsu  plan,  del  que  España 
impedio  la  execucion  con  la  paz  que  hizo  con  In- 
glaterra. 

Quando  la  esperanza  de  verse  asistido  en  su 
plan  por  Inglaterra  se  cerró  por  un  tiempo  inde- 
finido, y  que  los  primeros  vislumbres  de  la  liber- 
tad en  Francia  llamaban  la  atención  de  los  cu- 
riosos de  todas  las  partes  del  globo,  Miranda 
determinó  pasar  á  aquel  pays,  para  tratar  de  ob- 
tener alguna  ayuda  para  establecer  en  la  parte 
meridional  de  America,  aquella  libertad  que 
Francia  ayudó  á  establecer  en  la  septentrional. 
Por  medio  de  sus  compañeros  de  armas,  se  vio 
muy  pronto  en  relaciones  con  los  principales  per- 
sonages  que  estaban  á  la  cabeza  de  los  negocios  ; 
y  quando  la  Francia  Revolucionaría  sacó  su  es- 
pada, le  persuadieron  á  que  aceptase  el  mando  de 
uno  de  sus  exercitos. 

Fue  durante  este  periodo,  que  los  principales 
Republicanos  concibieron  el  plan  de  revolucionar 
á  España  y  á  sus  colonias.  Aunque  este  plan  era 
sumamente  esplendido,  y  bastante  para  ofuscar  el 
espíritu  de  un  hombre  de  una  ambición  ordinaria, 
sin  embargo  fue  finalmente  abandonado  por  la 
oposición  del  General  Miranda,  que  comenzó  á 
percibir  que  la  Revolución  Francesa  habia  ido 
demasiado  apriesa,  y  demasiado  lexos. 


302 

Pocos  meses  después  de  esta  ocurrencia,  co- 
menzó el  reynado  de  Robespierre ;  y  Miranda»  con 
otros  muchos  hombres  virtuosos,  fue  arrojado  en 
un  calabozo,  y  poco  faltó  para  ser  aguillotinado. 
Después  de  la  muerte  de  Robespierre,  aun  podía 
haberse  hecho  uno  de  los  gefes  en  la  Revolución, 
y  le  ofrecieron  un  mando  en  el  exercito.  Su  res- 
puesta fue,  que  aunque  habia  combatido  por  la 
libertad,  no  pensaba  combatir  por  la  conquista ;  y 
con  tal  que  Francia  estableciese  un  gobierno  libre 
y  moderado,  y  que  se  retirase  dentro  de  sus 
antiguos  limites,  combatiría  con  gusto  por  ella 
contra  todos  sus  enemigos. 

Hacia  esta  época  Miranda  tubo  varías  confe- 
rencias con  varios  diputados  de  México,  y  de  otras 
provincias  del  Sud  de  America,  que  habían  pasa- 
do á  Europa,  para  concertar  con  él  las  mejores 
medidas  para  llevar  á  efecto  la  independencia  de 
su  pays.  En  efecto  se  decidió  que  pasase  a  In- 
glaterra, á  hacer  al  Gobierno  Ingles  aquellas  pro- 
posiciones que  le  induxese  á  concederles  aquel 
socorro  que  se  necesitaba  para  lograr  sus  deseos. 

Las  proposiciones  se  transmitieron  á  Mr  Pitt, 
á  las  que  accedió  con  mucho  ardor.  Se  convino 
en  el  bosquejo  general  de  las  operaciones j  los 
Estados  Unidos  debían  dar  10,000  hombres,  y  el 
Gobierno  Ingles  dinero  y  navios.  El  Presidente, 
Adams,  no  podia  dar  una  respuesta  inmediata : 
la  conseqüencia  fue,  que  el  plan  se  remitió  á 
otra  época. 


sos 

A  principios  de  1801,  durante  el  ministerio  de 
Lord  Sidmouth,  el  proyecto  se  volvió  otra  vez  á 
presentar.  Las  formas  de  gobierno  que  se  re- 
comendaban para  las  provincias  del  Sud  de 
America»  fueron  consideradas  y  aprobadas ;  los 
planes  para  las  operaciones  militares,  bosquejados 
y  dispuestos ;  y  todas  las  operaciones  para  la  ex- 
pedición muy  adelantadas,  quando  se  firmaron  los 
preliminares  de  la  paz  de  Amiens,  y  la  medida 
fue  diferida  hasta  otra  época. 

Quando  en  1803  se  declaró  la  guerra  contra  la  . 
Francia,  las  operaciones  contra  el  Sud  de  Ame- 
rica formaban  uno  de  los  principales  designios  de 
los  ministros ;  y  se  tomaron  medidas  para  poder- 
las poner  en  execucion,  asi  que  la  paz  que  sub- 
sistía entonces  entre  Inglaterra  y  España  cesase. 
La  medida  se  tomó  ahora  con  mucho  zelo ;  y  Sir 
Home  Popham  y  Lord  Melville  estaban  muy 
ocupados  en  disponer  los  detalles  de  la  operación, 
quando  otra  vez  se  desconcertó  el  proyecto  por 
el  cambio  en  la  política  de  la  Europa. 

Cansado  de  tantos  y  repetidos  contratiempos,  y 
ardientemente  solicitado  por  los  expatriados  de 
Ste  Fé  y  Caracas  que  residían  en  los  Estados 
Unidos,  el  General  Miranda  salió  por  fin  de  Ingla- 
terra, para  llevar  á  efecto  sus  planes  por  medio 
de  los  Estados  Unidos.  Aunque  en  aquella  época 
no  tenia  que  esperar  ninguna  ayuda  de  la  parte 
del  Gobierno  Ingles,  sin  embargo  le  aseguraron 
que  no  permitirían  pasar  el  Atlántico  á  ningunas 
tropas  Francesas  ó  Españolas. 


304 

Baxo  estas  circunstancias,  tenia  razón,  de  es- 
perar que  una  pequeña  fuerza,  que  bastase  úni- 
camente para  arredrar  á  las  guarniciones  Espa- 
ñolas, y  que  diese  al  pueblo  una  cierta  seguridad, 
seria  suficiente  para  efectuar  sus  planes  ;  y  no  le 
faltaban  esperanzas,  que  á  causa  de  las  disputas 
que  en  aquel  momento  existían  entre  España  y 
los  Estados  Unidos,  no  tardaría  en  recibir  de 
estos  toda  la  asistencia  que  necesitase.  A  su 
llegada  á  America  tubo  la  mortificación  de  hallar, 
que  las  disputas  sobre  la  Luisiana  habian  sido 
compuestas,  y  que  no  debia  esperar  ninguna 
ayuda  publica  de  aquel  lado. 

El  General,  alentado  por  el  ardor  que  inspiran 
los  grandes  proyectos  en  ánimos  grandes  y  gene- 
rosos, en  lugar  de  sucumbir  baxo  tantas  y  repeti- 
das mortificaciones  y  contrariedades  como  había 
experimentado  en  sus  esfuerzos  para  libertar  su 
pays  nativo,  dirían  que  obtenía  nuevo  vigor  y 
elasticidad,  qúanto  mas  disminuían  sus  medios, 
y  que  sus  recursos  se  acortaban.  Por  fin  persua- 
dió á  Mr  Ogden,  comerciante  del  Nuevo  York, 
que  armase  un  navio,  el  Leander,  Capitán  Lewis, 
con  £00  jóvenes  de  buenas  familias  que  habian 
entrado  gustosos  como  voluntarios,  el  que  debia . 
ir  á  Sto  Domingo  á  juntarse  con  el  Emperador, 
mandado  por  otro  Capitán  llamado  también  Lewis, 
hermano  del  Capitán  del  Leander. 

Aunque  el  Gobierno  de  los  Estados  Unidos 
juzgo  expediente,  impelido  por  las  muchas  soli- 
citaciones de  los  embaxadores  Francés  y  Español, 


305 

y  para  disculparse  á  los. ojos  de  aquellos  dos  Go- 
biernos, mandar  la  prosecución  de  Mr  Ogden,  y 
del  Coronel  Smith,  un  amigo  zeloso  de  la  causa 
del  General  Miranda,  alegando  que  el  armamento 
del  Leander  era  ilegal  y  sin  lá  debida  autoriza- 
ción ;  sin  embargo  resultó  por  el  proceso,  y  á  la 
convincion  de  los  jurados,  que  por  esto  descar- 
garon á  los  acusados,  que  el  Gobierno  estaba  de 
acuerdo  con  todas  sus  operaciones,  y  que,  aunque 
juzgaba  impolítico  el  favorecer  abiertamente  su 
causa,  no  podia  menos  de  aprobar  y  favorecerla 
secretamente. 

Sin  embargo,  las  primeras  conseqüencias  de 
este  proceso  fueron  muy  perjudiciales  al  buen  su- 
ceso de  la  operación  de  Miranda ;  pues  el  Capi-, 
tan  del  Emperador,  habiendo  oido  del  proceso, 
rehusó  absolutamente  continuar  á  su  destinación. 
Fue  necesario  tomar  dos  pequeños  baxeles  en 
lugar  del  Emperador.  El  General,  aunque  cruel- 
mente .  mortificado,  por  no  tener  consigo  al  Em- 
perador, un  buque  armado  de  30  cañones,  deter- 
minó aun  proseguir  su  plan,  y  para  ese  fin  se  di- 
rigió á  la  costa  de  Caracas,  donde,  según  suponía 
que  el  Gobierno  Español  no  tenia  noticia  de  sus 
movimientos,  esparaba  efectuar  su  desembarque 
sin  oposición.  Pero  el  embaxador  Español  en  los 
Estados  Unidos,  habiendo  obtenido  inteligencia 
del  destino  de  la  esquadra,  había  enviado  avisos 
al  Gobernador  de  Caracas ;  y  Miranda,  en  lugar 
de  no  hallar  mas  que  amigos,  según  aguardaba, 
tubo  la  mortificación  de  hallar  que  se  habían 

TOM.  II.  u 


306 

tomado  las  medidas  necesaria  para  la  defensa  del 
pays.  Aquí  también  cayeron  sus  dos  chalupas 
en  manos  de  los  guarda-costas,  que  habían  ¿do 
apostados  alli  para  proteger  la  costa. 

Baxo  estas  desgraciadas  circunstancias»  Miran- 
da determinó  girar  hacia  la  isla  de  la  Trinidad, 
para  poder  obtener  del  Almirante  Cocbrane,  que 
era  entonces  comandante  del  puesto,  una  fuerza 
auxiliar  Inglesa»  El  almirante  accedió  inmedia- 
tamente á  los  deseos  del  general»  y  dio  ordenes 
para  que  acompañasen  la  expedición  algunas 
chalupas  y  lanchas  cañoneras. 

Con  este  refuerzo,  el  general  se  hizo  á  la  vela 
el  24»  de  Julio  de  1806,  para  la  costa  de  Caracas, 
.su  flotilla  consistiendo  ahora  de  15  baxeles  en 
todo,  con  £00  soldados  y  oficiales  á  bordo,  todos 
voluntarios.  £1  2  de  Agosto  por  la  mañana  su 
pequeño  ejercito  efectuó  su  desembarque  en  un 
sitio  llamado  la  Vela  de  Coro.  Pero  habiéndose 
ocasionado  cierto  retardo  en  el  desembarque,  el 
enemigo  tubo  tiempo  de  dar  el  alarma,  y  de 
tomar  medidas  para  su  defensa.  Cosa  de  500 
Españoles  y  unos  700  Indios  hizieron  una  peque- 
ña resistencia,  y  después  se  huyeron  en  todas  di- 
recciones. Dos  fuertes  se  entregaron,  con  todas 
sus  amuniciones  y  mas  de  SO  cañones,  que  habían 
sido  conducidos  al  puesto  de  la  Vela,  cayeron  en 
tas  manos  del  general.  Habiéndose  grangeado 
las  disposiciones  amistosas  de  los  habitantes  de 
La  Vela  de  Coro,  -que  subían  á  3000,  el  General 
Miranda  determinó  continuar  su  marcha  á  la 


307 

ciudad  de  Coro,  situada  á  cosa  de  15  millas  mas 
adentro,  y  que  contenía  una  población  de  13,000 
almas.  Al  dia  siguiente,  antes  del  amanecer, 
entró  en  Coro. 

Desde  la  Vela  de  Coro  el  general  hecho  una 
proclama,  que  respiraba  los  sentimientos  robs 
puros  de  afecto  y  buena  intención  hacia  los  habi* 
tantes  de  aquellos  payses.  Los  principios  baxo 
los  que  obraba  el  exercito  Colombiano,  se  expli- 
caron en  varias  proclamas,  y  en  cartas  al  Cabildo 
de  Coro,  y  al  Obispo  de  Herida,  que  se  habían 
retirado  á  Buena  Vista,  y  con  quienes  el  General 
Miranda  tubo  una  correspondencia  secreta  por 
varios  dias.  £1  corto  numero  de  sus  tropas  pro- 
ducía desconfianza  en  el  buen  suceso  de  la  em- 
presa, y  el  pueblo  temia  la  venganza  del  Gobier- 
no Español  en  caso  de  una  derrota.  £1  general 
habiendo  sido  informado  que  un  cuerpo  de  tropas 
se  estaba  reuniendo  para  marchar  contra  él,  de- 
terminó evacuar  á  Coro,  y  formar  su  quartel 
general  en  las  inmediaciones  de  la  costa. 

Desde  allí  despachó  un  oficial  á  los  almirantes 
apostados  en  la  Jamaica,  representando  la  abso- 
luta necesidad  de  una  fuerza  suficiente  para  dar 
confianza  al  pueblo  Americano,  y  requeriendo  se 
le  enviase  inmediatamente.  Sir  Eyre  Coote  y 
el  Almirante  Dacres  respondieron  que  sentían 
mucho  que  no  estaba  en  su  poder  el  enviarle  el 
refuerzo  que  pedia,  no  habiendo  recibido  ningu- 
nas instrucciones  de  su  gobierno  para  ese  efecto. 
Sin  embargo,  el  Almirante  Dacres  dio  ordenes  á 


308 

sus  navios,  que  le  diesen  quanta  protección  estu- 
biese  en  su  poder.  El  Capitán  Ledlie  volvió  con 
esta  respuesta  para  Miranda,  el  que,  después  de 
haberle  despachado  para  la  Jamaica,  se  habia 
retirado  á  Aruba,  con  la  intención  de  arrojarse 
sobre  el  puesto  fuerte  del  Rio  de  la  Hacha,  para 
mantenerse  allí  hasta  que  le  llegasen  los  socorros. 

Sin  embargo,  poco  tiempo  después  el  Almi- 
rante Cochrane  le  envío  un  navio  de  guerra  y  dos 
fragatas,  asegurándole  reiteradamente  poder  con- 
tar con  mas  socorro.  Pero  en  el  entretanto,  ha- 
biendo llegado  ciertos  rumores  falsos  á  las  Islas 
de  las  Indias,  de  que  el  Lord  Lauderdale  habia 
firmado  en  París  preliminares  de  paz,  é  intimán- 
dose al  mismo  tiempo  que  el  Almirante  Cochrane 
tendría  en  tal  caso  que  retirar  sus  fuerzas,  el 
General  Miranda  tubo  que  evacuar  Tierra  Firme, 
y  retirarse  á  la  Trinidad. 

Si  el  General  Miranda  hubiese  hallado  aquella 
co-operacion  de  la  parte  de  los  Ingleses,  que 
tenia  motivos  de  esperar,  no  hay  duda  que  su 
suceso  hubiera  sido  completo.  Todas  sus  miras 
y  principios  eran  tales  que  no  podian  menos  de 
ganar  la  confianza  de  todo  el  pueblo  ;  y  no  hay 
duda  que  hubiera  sido  reforzado,  si  hubiere  estado 
acompañado  de  una  fuerza  suficiente  para  excul- 
parles en  caso  de  adversas  conseqüencias. 

Un  escritor  en  el  Anual  Register  del  año  de 
1807,  del  que  hemos  sacado  muchos  informes 
respecto  á  nuestra  relación  de  esta  expedición 
del  General  Miranda,  observa,  en  alusión  á  la 


309 

conducta  honrosa  y  desinteresada  del  comandante 
de  la  expedición, — "  £1  gran  designio  en  que  él 
y  sus  dignos  compañeros  se  hallaban  ocupados, 
no  fue  malogrado  ó  desgraciado  por  ningún  mo- 
tivo baxo  ó  interesado  de  miras  particulares.  Al 
contrario,  su  principal  cuidado  fue  convencer, 
tanto  á  sus  oficiales  como  á  sus  soldados,  de  lo 
grande  y  glorioso  de  la  empresa  en  que  estaban 
embarcados,  é  inspirarles  la  necesidad  de  condu- 
cirse hacia  el  pueblo  con  aquella  conducta  que 
exigía  el  objeto  de  su  misión — la  emancipación  ; 
mientras  que  al  mismo  tiempo  puso  en  obra  todos 
los  medios  de  persuadir  á  sus  compatriotas  de  la 
beneficencia  de  sus  miras,  como  también  de  los 
medios  justos  y  conciliatorios  por  los  que  espera* 
ba  obtenerlas." 

Durante  el  año  de  1807,  nada  muy  importante 
ocurrió  que  adelantase  la  separación  de  estas 
provincias  del  dominio  de  España.  Esto  no  era 
por  la  mucha  satisfacción  que  el  pueblo  sentía  en 
su  condición  actual,  al  contrarío,  estaban  mas 
descontentos  que  nunca,  y  continuaban  enviando 
memoriales  al  pays  materno  para  que  se  remedi- 
asen sus  males.  Estos  la  corte  de  Madrid  sabia 
muy  bien  como  evadir ;  y  la  situación  peculiar  en 
que  se  hallaban  los  Creollos,  á  causa  de  los  zelos 
del  Gobierno  Español,  les  impedia  recurrir  á  me- 
dios mas  forzosos. 

No  podían  aguardar  en  aquel  tiempo  ningún 
socorro  de  Inglaterra,  á  la  que  miraban  siempre 
como  el  poder  de  donde  sacarían  el  ayuda  que 


310 

necesitasen  para  establecer  su  independencia. 
Pues,  aunque  apareció  una  fuerza  Inglesa  en  otra 
parte  del  Sud  de  America,  baxo  el  mando  del 
General  Whitelocke,  sin  embargo  sus  progresos 
iban  marcados  con  una  conducta  tan  diferente  de 
la  que  se  debía  esperar  de  un  poder  en  amistad, 
que  no  inspiraron  mucha  confianza  en  los  habi- 
tantes de  aquel  pays  respecto  á  la  generosidad  de 
la  nación  Inglesa. 

Hasta  quando  este  estado  de  cosas  podía  haber 
continuado,  es  imposible  ahora  determinar,  si  no 
hubiere  sido  por  la  extraordinaria  invasión  de 
España  por  Napoleón  Bonaparte,  que  habiendo 
afloxado  los  vínculos  que  unian  los  habitantes  del 
Nuevo  con  los  del  Viejo  Mundo,  y  que  junto  con 
la  ultima  expedición  de  Miranda,  y  la  conspira- 
ción precedente  de  Gual,  hicieron  mucha  impre- 
sión sobre  los  ánimos  de  los  Creollos,  les  sacó  de 
aquella  apatía  en  la  que  habian  estada  sepultados 
por  tres  siglos,  y  dio  origen  á  una  Revolución  sin 
paralelo  en  los  anales  de  la  historia. 

En  el  estado  desprovisto  en  que  España  se  hal- 
laba en  conseqüencia  de  las  disposiciones  hedías 
en  Bayona  en  1808,  las  provincias  que  aun  no  es- 
taban ocupadas  por  los  Franceses,  formaron  Jun- 
tas para  si,  que  se  revestían  del  poder  supremo. 
Entre  estas,  la  Junta  de  Sevilla,  que  tomó  la  ape- 
lación de  Junta  Suprema  y  Gobernativa  de  Es- 
paña y  de  Indias,  envío  diputados  á  todas  las 
partes  del  Sud  de  America,  la  que,  para  mejor 
lograr  sus  miras,  afirmaba  que  la  Junta  de  Sevilla 


Sil 


era  Ja  única  reconocida  y  obedecida  en  la 
sola,  y  exigía  un  reconocimiento  semejante  de  su 
autoridad  en  America.  Al  mismo  tiempo  la  Re- 
gencia establecida  por  Fernando  en  Madrid,  antes 
de  su  salida  para  Bayona,  envío  también  diputa- 
dos  para  requerir  el  mismo  reconocimiento  de  su 
poder  supremo  en  America.  Y  aun  la  Junta  de , 
Asturias  requería  el  mismo  reconocimiento  de  sü 
superioridad,  y  negaba  la  autoridad  de  la  de  Se- 
villa. 

Este  era,  pues,  el  momento  para  America  de 
asertar  aquella  libertad,  cuyo  logro  habia  última- 
mente buscado  en  vano.  A  nosotros  se  nos  figu- 
ra una  cosa  inexplicable,  como  pudo  dexar  perder 
una  ocasión  tan  favorable  para  la  emancipación 
del  Nuevo  Mundo.  La  única  razón  por  la  que  se 
ha  tratado  de  explicar  esta  conducta  tan  extraor- 
dinaria (y  esa  Dios  sabe  quan  pobre  y  fútil  es)  es, 
que  se  hallaron  tan  sobrecogidos  á  unas  circuns- 
tancias tan  nuevas  é  inesperadas,  tan  movidos  de 
compasión  á  la  condición  lastimosa  á  que  se  veia 
reducida  la  familia  real,  y  aun  tan  llenos  de  ad- 
miración por  la  noble  lucha  que  la  nación  Espa- 
ñola estaba  haciendo  por  su  libertad,  que  perdie- 
ron el  momento  dichoso  en  que  podían  fácil- 
mente haber  obtenido  tranquila  posesión  de  la 
suya. 

La  conducta  de  los  gobernadores  Americanos 
á  esta  época,  forma  un  contraste  muy  maravilloso 
con  la  del  pueblo  Americano.  Excepto  el  virey 
de  México,  todos  los  demás  estaban  prestos  á 


314 

Gutiérrez,  Padilla,  Moreno,  y  otros,  respiraban 
aquellos  sentimientos  de  puro  patriotismo,  por  lo 
que  sus  nombres  fueron  después  tan  celebres. 

En  el  entretanto,  el  virey  de  S*  Fé  determinó 
hecbar  abaxo,  por  medio  de  las  armas,  la  Junta 
de  Quito;  y  mientras  que  él  procedía  por  el 
norte,  Abascal,  virey  del  Perú,  se  avanzaba  por 
el  Sud,  paro  co-operar  con  ét  en  el  mismo  desig- 
nio. Después  de  unas  quantas  escaramuzas,  los 
defensores  de  la  Junta  sucumbieron  baxo  un  nu- 
mero  superior,  y  el  gobierno  quedó  disuelto.  Pre- 
vio á  su  sumisión  recibieron  una  promesa  del  pre- 
sidente Español,  el  Conde  Ruiz  de  Castillo,  que 
todos  los  acontecimientos  pasados  quedarían  olvi- 
dados. Sin  embargo,  contrario  á  esta  promesa, 
un  gran  numero  de  patriotas  fueron  arrestados,  y 
al  año  siguiente,  baxo  el  pretexto  de  una  alarma 
causada  por  los  soldados,  fueron  asesinados  en  la 
prisión  ;  y  las  tropas  de  Lima,'  aquarteladas  alli 
para  mantener  el  orden,  tubieron  permisión  de 
saquear  quanto  quisiesen. 

La  inteligencia  de  estos  sucesos  llegó  pronto  á 
oídos  de  la  Junta  Central.  Las  noticias  de  los 
descontentos  que  se  extendían  rápidamente  por 
las  provincias,  ya  había  mucho  tiempo  que  habían 
llegado.  Las  declaraciones  de  afecto  al  pays 
materno  que  los  Americanos  habían  hecho  tan 
repetidamente,  y  que  no  hay  duda  eran  sinceras, 
no  recibieron  ningún  plan  correspondiente  de  re- 
forma. 


315 

■  De  consiguiente  comenzaron  á  cansarse  de  una 
dependencia  á  un  gobierno,  que  veia  gustoso  los 
grandes  sacrificios  que  hacían  por  él,  sin  que  to- 
mase ni  un  solo  paso  para  protegerles  contra  las 
opresiones  intolerables  que  sufrían  de  la  rapaci- 
dad de  los  Españoles,  que  exclusivamente  goza- 
ban de  todos  los  empleos  públicos. 

Las  noticias  de  la  dispersión  de  la  Junta  Cen- 
tral, y  las  elecciones  subseqüentes  ilegales  de  una 
Regencia,  llegando  poco  después,  los  habitantes 
de  Caracas,  convencidos  que  no  quedaba  ninguna 
esperanza  de  acomodarse  con  el  Capitán  General 
Emparan,  que  exigía  una  sumisión  ciega  á  toda 
especie  de  gobierno  Español,  nombraron  diputa- 
dos, los  que,  juntos  con  la  municipalidad  de  Ca- 
racas, tomaron  las  riendas  del  gobierno  el  1 9  de 
Abril  de  1810,  tomando  la  apelación  de  Junta 
Suprema,  v  manteniendo  los  derechos  de  Fernan- 
do el  VII.' 

Los  primeros  actos  del  nuevo  gobierno  fueron 
apoderarse  de  las  personas  del  Capitán  General, 
y  de  los  miembros  de  la  Audiencia,  que  enviaron 
inmediatamente  á  los  Estados  Unidos.  Decretaron 
que  la  alcabala  (el  tributo  pagado  por  los  Indios), 
y  el  trafico  de  esclavos,  se  aboliesen  ;.que  se  esta- 
bleciese la  libertad  comercial,  agricultural,  &c. ;  y 
que  estos  cambios  politicos  se  publicasen  por  to- 
das las  provincias,  y  se  comunicasen  al  Gobierno 
Ingles. 

La  inteligencia  de  estas  ocurrencias  habiéndose 
divulgado  por  toda  la  Capitania  de  Caracas,  todas 


316 

las  ciudades,  excepto  Maracaibo  y  Coro,  formaron 
Juntas,  á  imitación  de  la  capital.  La  Junta  de 
Guiana  reconoció  al  principio  la  Suprema  Junta 
de  Caracas,  pero  después,  á  causa  de  la  prepon» 
derancia  del  influxo  Español  en  la  Junta,  renuncio 
obediencia  á  ella,  y  reconoció  la  Regencia  de 
Cádiz.  Las  Juntas  de  Varínas  y  Cumana  envia- 
ron sus  diputados  á  Caracas.  Sin  embargo,  no 
la  reconocían  como  Junta  Suprema,  pero  insistie- 
ron sobre  la  reunión  de  un  Congreso  General. 
Don  Fernando  Miyares,  gobernador  de  Mara- 
caibo, resistió  á  las  innovaciones  de  Caracas,  y 
maltrató  á  los  diputados  que  el  nuevo  gobierno  le 
habia  enviado.  Después  fueron  arrestados  por 
Cevallos  el  comandante  de  Coro,  y  arrojados  en 
los  calabozos  de  Puerto  Rico,  de  donde  salieron 
á  intercesión  de  Sir  Alexander  Cochrane. 

La  Junta  Suprema  de  Caracas  inmediatamente 
informó  á  la  Regencia  de  los  cambios  ocurridos ; 
y  en  una  carta  al  Marques  de  las  Hermazas,  mi- 
nistro en  España,  le  daba  cuenta  de  las  razones 
que  habian  tenido  para  ello.  Ademas  de  eso, 
ofrecía  cordtalmente  á  la  Regencia  toda  la  asis- 
tencia que  estubiese  en  su  poder,  para  ayudar  á 
España  á  expeler  á  los  Franceses. 

Esta  conducta  no  sirvió  mas  que  para  irritar 
á  la  Regencia,  á  la  que  estas  innovaciones  no 
parecían  mas  que  una  rebelión ;  é  inmediata- 
mente pasaron  un  decreto,  con  fecha  del  10  de 
Agosto  de  1810,  en  el  que  declaraban  su  deter- 
minación  "  de  usar  de  todos  los  medios  para 


317 

detener  el  mal  en  su  origen,  é  impedir  sus  pro- 
gresos/' Para  este  fin  declararon  todos  los  puer- 
tos en  posesión  del  nuevo  gobierno  en  estado  de 
guerra,  y  enviaron  á  Don  N.  Corta- Várria,  con  el 
titulo  de  Comisionado  Regio,  á  Puerto  Rico,  re- 
vistiéndole de  amplio  poder  para  reducir  la  pro- 
vincia de  Venezuela  á  su  antiguo  yugo. 

Comenzó  exhortando  al  pueblo  de  Caracas  que 
disolviesen  su  Junta,  y  prometiendo  que,  á  su 
disolución,  las  quejas  del  pueblo  serian  remedia- 
das. Hallando  que  esta  proclama  no  tubo  ningún 
efecto,  recurrió  á  espías  y  emisarios,  los  que 
despachó  á  varios  puntos  para  efectuar  una  con- 
trarrevolución. 

En  el  entretanto,  la  Junta  Suprema,  previendo 
las  conseqüencias  desagradables  que  podrían  re- 
sultar de  la  oposición  del  gobernador  de  Mara- 
caibo,  que  habia  sido  nombrado  Capitán  General 
por  la  Regencia,  determinó  enviar  algunas  tropas, 
baxo  el  mando  del  Marques  del  Toro,  paira  impe- 
dir ser  molestadas  por  Miyares.  £1  Marques  del 
Toro  comenzó  una  correspondencia  con  el  gober- 
nador de  Maracaibo,  tratando  de  persuadirle  que 
hiciese  causa  común  con  el  resto  de  Venezuela. 
Hallando  que  esto  era  inútil,  y  observando  el 
grande  aumento  de  fuerza  que  obtenía,  por  las 
emigraciones  de  las  provincias  vecinas,  el  Marques 
informó  á  la  Junta  Suprema  de  su  intención  de 
atacar  el  departamento  de  Coro,  y  de  las  ventajas 
que  resultarían  de  esto  en  el  caso  de  un  feliz  éxito. 
La  Junta  de  Caracas  convino  en  ello,  y  el  Mar- 
ques entró  en  el  departamento  de  Coro  el  10  de 


318 

Noviembre  de  1810.  Al  principio  tubo  algún 
suceso ;  pero  habiendo  descuidado  apostar  tropas 
para  conservar  su  comunicación  con  Caracas,  de 
donde  sacaba  sus  socorros,  sus  provisiones  fueron 
interceptadas,  y  el  Marques  se  vio  obligado  á 
hacer  su  retirada  con  suma  dificultad. 

El  General  Miranda,  siempre  alerta  á  lo  que 
él  concebía  ser  para  al  bien  de  su  patria,  resolvió 
hacer  otro  esfuerzo  para  lograr  su  independencia. 
Para  este  fin  salió  de  Londres  en  el  mes  de  Oc- 
tubre de  1810,  y  llegó  á  la  costa  de  Caracas  pocos 
meses  después.  La  Junta,  que  en  aquel  tiempo 
conducía  todas  sus  operaciones,  y  publicaba  todos 
sus  actos  en  nombre  de  Fernando  el  VIL  había 
dado  instrucciones  á  sus  agentes  de  impedir  la 
salida  del  General,  no  por  ningún  motivo  de 
aversión  particular,  pero  temían  que  el  recibi- 
miento de  un  hombre  que  había  hecho  tantos 
esfuerzos  para  libertar  su  pays,  podía  parecer  una 
contradicción  de  aquella  conducta  moderada  que 
deseaban  mantener  hacia  España. 

No  debemos  omitir  hacer  mención,  entre  las 
ocurrencias  de  este  año,  de  un  paso  del  Gobierno 
Ingles  para  reconciliar  las  disensiones  que  existían 
entre  la  Regencia  de  España  y  los  Gobiernos 
Americanos.  El  Lord  Liverpool,  escribió  al  Ge- 
neral Layard,  gobernador  de  Curazoa,  el  29  de 
Junio  de  1810,  "  que  su  Magestad  Británica 
tenia  fuertes  razones  de  esperar,  que  los  habitan- 
tes de  Caracas  reconocerían  la  autoridad  de  la 
Regencia  de  España/9    Poco  después,  el  Coronel 


319 

Robertson,  secretario  del  gobernador,  fue  despa- 
chado á  Caracas,  aparentemente  con  el  designio 
de  persuadir  á  la  Junta  que  accediese  á  los  deseos 
del  ministro  Ingles ;  pero  habiendo  observado  el 
descontento  que  prevalecía  generalmente  contra 
el  gobierno  Español,  no  se  atrevió  á  dar  á  conocer 
el  objeto  de.  su  viage. 

Habiendo  dado  una  relación  de  los  sucesos  que 
ocurrieron  en  la  provincia  de  Caracas  durante  el 
año  de  1810,  procederemos  ahora  á  detallar  las 
ocurrencias  que  agitaron,  durante  el  mismo  año, 
al  vireynato  de  Nueva  Granada. 

Quando  se  recibieron  informes  en  Cartagena  de 
España  de  la  dispersión  déla  Junta  Central,  ocur- 
rieron varios  disturbios  en  las  diferentes  provin- 
cias de  este  vireynato,  que  dieron  una  ocasión  á 
los  habitantes  de  S*  Fé,  y  de  la  que  se  aprove- 
charon gustosos,  de  renunciar  su  obediencia  á  los 
gobernadores  Españoles»  y  de  establecer  una 
Junta.  Esto  lo  llevaron  á  efecto  el  20  de  Julio 
de  1810.  La  Junta  reconocía  la  supremacía  de 
la  Regencia  de  España,  y  aun  eligieron  presi- 
dente al  gobernador;  pero  alarmados  por  un  rumor 
de  una  conspiraciou  formada  por  él,  y  por  los 
miembros  de  la  Audiencia,  dieron  ordenes  de  ar- 
restarle, lo  mismo  que  á  su  Señora,  y  á  la  mayor 
parte  de  los  miembros  de  la  Audiencia,  de  enviar 
les  á  Cartagena,  y  después  á  España.  Desde 
entonces  no  reconocieron  mas  la  autoridad  de  la 
Regencia,  y  dieron  un  manifiesto  convidando  á 
las  otras  provincias  de  enviar  sus  diputados  á  Su 

7 


320 

Fe,  para  deliberar  sobre  la  mejor  forma  de  go- 
bierno que  debia  adoptarse  durante  el  cautiverio 
del  Rey. 

Las  provincias  de  Tunja,  Pamplona,  Casanare, 
Cartagena,  Socorro,  Antioquia,  Citara,  Neiba,  y 
Mariquita,  se  declararon  en  favor  de  la  Revolu- 
ción. Su  Marta  hizo  al  principio  la  mismo  decla- 
ración, aunque  después  tubo  que  contradecirse, 
en  conseqüencia  de  Ift  disolución  de  la  Junta,  y 
de  la  formación  de  otra  por  los  Españoles,  en  una 
conmoción  popular  que  levantaron  en  su  favor. 

En  el  entretanto  Tacón,  gobernador  de  Popa- 
yan,  que,  contra  la  opinión  del  pueblo,  según  se 
habia  expresado  en  una  Junta  popular  poco  tiempo 
antes,  se  opuso  á  la  formación  de  una  Junta,  reunió 
un  exercito  para  atacar  al  nuevo  gobierno  de  S*  Fé, 
que  destacó  inmediatamente  algunas  tropas  baxo 
el  mando  de  A.  Baraya  para  oponerse  á  la  marcha 
de  Tacón.  Esto  Baraya  lo  logró,  habiendo  der- 
rotado á  Tacón  en  un  combate  que  tubieron  á  las 
orillas  del  rio  Palacio,  cerca  de  la  ciudad  de  Po- 
payan,  á  principios  de  1811. 

El  19  de  Septiembre  de  1810,  la  Junta  de  Car- 
tagena publicó  un  manifiesto,  para  probar  á  las 
provincias  las  ventajas  que  resultarían  á  Nueva 
Granada  del  establecimiento  de  un  gobierno  fe- 
derativo. En  este  manifiesto  se  insistía  parti- 
cularmente sobre  la  plena  libertad  de  las  pro- 
vincias para  adoptar  la  forma  de  gobierno  que 
quisieren.  Este  razonamiento  seduxo  á  muchos, 
y  fue  el  medio  de  romper  una  unión  que  era  tanto 


321 

el  interés  de  las  provincias  mantener.  De  aqui 
resultó,  que  varios  de  los  departamentos  formaron 
el  proyecto  de  separarse  de  las  capitales  de  las 
provincias,  y  de  hacerse  provincias  separadas. 
Entre  estos  se  contaron  Sn  Gil,  un  departamento 
de  Socorro,  Girón  de  Pamplona,  y  Mompox  de 
Cartagena;  y,  en  conseqüencia,  Mompox  tomó1 
medidas  para  formar  una  Junta  separada,  y  para 
nombrar  miembros  al  Congreso  de  Nueva  Granada. 
El  gobierno  de  Cartagena  se  opuso  á  Mompox, 
y  envío  una  expedición  baxo  el  mando  de  N. 
Ayos,  que  obligó  á  los  habitantes  de  Mompox  á 
renovar  su  fidelidad  á  Cartagena  en  el  mes  de 
Enero  de  1811. 

A  esta  época,  la  Junta  de  S*  Fé  recibió  una 
embaxada  de  la  de  Caracas,  y  concluyeron  un 
tratado  de  alianza  entre  si. 

Algunos  de  los  miembros  nombrados  para  com- 
poner el  Congreso  General,  se  habían  reunido  en 
Bogotá  en  Diciembre  de  1810.  Entre  estos  di- 
putados habia  algunos  de  los  que  habian  sido 
nombrados  por  los  departamentos  que  deseaban 
formar  provincias  separadas ;  á  cuya  legalidad  de 
elección  objectaron  varios  de  los  miembros,  baxo 
el  principio  de  los  inconvenientes  que  nacerían  si 
se  sancionasen  tales  innovaciones,  que  tendían  á 
encender  una  guerra  civil  entre  las  capitales  de 
las  provincias  y  las  provincias,  y  á  multiplicar  las 
dificultades  que  experimentaban  para  formar  un 
gobierno  para  Nueva  Granada.     En  estas  objec- 

TOM.  II.  x 


3S2 

ciones  la  Junta  convino ;  y  resolvió  suspender  sus 
sesiones  por  entonces. 

Mompox  habiendo  sido, subyugado  por  la  Junta 
de  Cartagena,  y  las  provincias  habiéndose  abierta- 
mente declarado  contra  las  absurdas  pretensiones 
de  los  departamentos,  las  disensiones  que  comen- 
zaban á  prevalecer  en  las  provincias  fueron  aquie- 
tadas, y  el  Congreso  se  juntó  otra  vez*  Los  re- 
presentantes de  Cartagena,  Pamplona,  Neiba,  y 
Antioquia,  concluyeron  un  tratado  federativo  en 
Bogotá  el  27  de  Noviembre  de  1811,  al  que  la 
provincia  de  CunÜinamarca,  de  la  que  StaTé  es  la 
capital,  rehusó  dar  su  consentimiento.  La  Junta 
de  S*  Fé  convocó  una  asamblea  del  pueblo,  que 
tomó  el  nombre  de  Colegio  Electoral  Constitu- 
yente, y  presentó  al  pueblo  una  constitución,  que 
fue  ratificada  por  una  asamblea  autorizada  para 
ese  efecto  el  17  de  Abril  de  1812* 

Tacón,  el  gobernador  de  Popayan,  había  huido 
á  Los  Pastos  después  de  su  derrota  en  Palacio j  y 
no  pudiendo  reunir  bastantes  tropas  para  resistir 
al  exercito  de  S"  Fé,  dio  la  libertad  á  todos  las 
esclavos  (que  eran  muy  numerosos  en  Pastos) 
para  que  se  rebelasen  contra  sus  amos.  Este 
exercito,  sin  embargo,  no  era  bastante  numeroso 
para  guardar  el  terreno,  y  se  vio  baxo  la  necesidad 
de  retirarse  á  la  costa  del  mar,  cerca  de  S°  Buena- 
ventura. Fue  perseguido  muy  de  cerca  po*  N. 
Rodríguez,  que  había  re-emplazado  á  Baraya  en 
su  mando,  y  fue  completamente  derrotado  por  él» 
cerca  de  Isquande,  en  1811. 


323 

Ya  hemos  descrito,  entre  las  ocurrencias  del 
año  de  1809,  la  formación  de  la  Junta  de  Quito, 
y  su  disolución  subseqüente  por  los  esfuerzos 
combinados  de  los  vireyes  de  Nueva  Granada  y 
del  Perú.  £1  degüello  del  2  de  Agosto  habia 
exasperado  los  ánimos  del  pueblo  de  Quito  basta 
tal  puntos  que  atacaron,  no  teniendo  otras  armas, 
con  navajas  y  palos  á  las  tropas  de  Lima  que 
hicieron  fuego  sobre  el  pueblo.  El  resultado  hu« 
biera  sido  contra  los  Españoles,  si  el  presidente, 
el  Conde  Ruiz  del  Castillo,  y  los  miembros  de  la 
Audiencia,  no  hubiesen  publicado  un  acto  de 
olvido  en  favor  de  los  habitantes,  y  mandado  á 
las  tropas  de  Lima  salir  de  la  ciudad*  Montafar, 
que  habia  sido  enviado  como  Comisionado  Regio 
con  A.  Villavicencio  por  la  Regencia,  para  man- 
tener su  autoridad  en  Nueva  Granada,  y  que  ha- 
bia llegado  ya  tarde  para  poder  servirla,  tomaron 
ventaja  de  los  temores  de  las  autoridades  Españo- 
las para  persuadirlas  de  formar  una  Junta,  cuyo 
presidente  debia  ser  Ruiz  del  Castillo,  La  Re- 
gencia aprobó  esta  Junta,  la  única  aprobación  de 
esta  naturaleza  que  jamas  ocurrió,  pero  nombraron 
á  Molina  presidente. 

Volvamos  ahora  á  Caracas,  á  relatar  los  sucesos 
que  ocurrieron  alli  durante  el  año  1811. 

El  Congreso  se  reunió,  según  los  reglamentos 
prescritos  por  la  Junta  Suprema,  el  2  de  Marzo 
de  1811.  Antes  de  su  reunión  habia  formado 
una  diputación,  que  consistía  de  Don  F.  X.  Us- 
tariz,   Don  Fermín  Paul,   el  General  Miranda, 


324 

Don  Juan  Roscio,  y  de  otros,  con  ordenes  de 
formar  una  constitución,  que  debía  ser  presentada 
para  la  consideración  del  Congreso.  Los  miem- 
bros de  la  diputación  tubieron  varias  juntas,  á  ex- 
cepción del  General  Miranda,  que  era  de  dife- 
rente opinión,  y  convinieron  en  el  plan  de  una 
confederación  provisional.  Miranda  envío  un 
plan  á  la  diputación,  que  habia  pensado  presentar 
á  los  Americanos  del  Sud,  si  su  expedición  de 
1806  hubiese  tenido  buen  éxito,  y  que  no  diferia 
mucho  del  antiguo  gobierno  colonial. 

Esta  circunstancia  hizo  muchos  enemigos  á 
Miranda.  Desde  el  principio  se  temia  su  influxo 
en  los  negocios  públicos,  aunque  los  amigos  de  la 
independencia  estimaban  altamente  sus  talentos  y 
sus  virtudes.  Aun  habia  muchos  que  creían  era 
'  imposible  obtener  la  libertad  en  Venezuela  sin 
desarraigar  todas  las  instituciones  viejas  que  les 
recordaban  su  antigua  dependencia. 

El  5  de  Julio  de  1811,  algunos  de  los  miembros 
hicieron  la  proposición  en  el  Congreso  de  discutir 
la  independencia  de  Venezuela,  á  la  que  se  con- 
vino en  el  mismo  dia. 

El  1 1  del  mismo  mes  se  publicó  el  Acto  de  la 
Independencia  de  Venezuela,  que,  por  no  estar 
muy  bien  escrito,  no  insertamos  aqui. 

El  30  del  mismo  mes  se  publicó  un  Manifiesto 
al  mundo  por  la  confederación  de  Venezuela,  en 
el  que  se  contenían  las  razones  sobre  las  que  fun- 
daba su  completa  independencia  de  España,  ó  de 


325 

qualesquiera  otro  poder  extrangero,  y  que  omiti- 
mos por  la  misma  razón  que  el  anterior. 

A  esta  época  el  Gobierno  se  halló  muy  alarmado 
por  los  rumores  de  una  conspiración,  de  la  que 
habiéndose  recibido  noticia  oportuna,  se  arresta- 
ron á  las  principales  personas  concernidas  en  ella. 

Mientras  que  estas  cosas  ocurrían  en  Caracas, 
algunos  Españoles  obtubieron  posesión  de  Valen- 
cia, que  tenia  una  pequeña  guarnición,  y  cuyos 
habitantes  estaban  incomodados  con  el  Congreso. 
Se  formaron  y  armaron  tropas,  é  hizieron  toda 
especié  de  preparativos  para  resistir  al  Gobierno 
de  Caracas. 

El  Gobierno  se  hallaba  ahora  en  una  situación 
muy  crítica.  Varios  de  los  conspiradores  habian 
sido  arrestados ;  pero  rehusaron  descubrir  sus 
acomplices.  No  podían  ahorrar  tropas  para  mar- 
char contra  Valencia,  pues  en  tal  caso  hubieran 
dexado  á  Caracas  sin  protección.  En  este  dile- 
ma, resolvieron  llamar  á  los  habitantes  á  las  armas, 
y  enviaron  al  General  Toro  á  Valencia.  Poco 
tiempo  después  dieron  el  mando  al  General  Mi- 
randa, el  que  después  de  dos  ataques  victoriosos, 
logró  tomar  la  ciudad  por  asalto.  Miranda  ofre- 
ció entonces  marchar  con  4000  hombres  contra 
Coro,  que  estaba  aún  por  los  Españoles,  y  el  Go- 
bierno accedió  gustoso  á  su  propuesta ;  pero  sus 
enemigos,  exasperados  de  su  feliz  suceso  contra 
el  enemigo,  pusieron  en  obra  todas  los  medios 
para  oponerse  á  sus  planes,  en  los  que  el  Con- 
greso cooperó  demasiado. 


326 

El  Congreso  volvió  ahora  su  atención  hacia  la 
formación  de  la  nueva  constitución.  -  La  mayoría 
era  decididamente  en  favor  de  un  gobierno  fede- 
rativo. Para  lograr  su  adopción,  insertaron  ensa- 
yos en  las  gazetas,  y  distribuyeron  con  mucha 
industria  quadernos,  en  los  que  se  trataba  de  pro- 
bar las  ventajas  que  resultarían  de  una  constitu- 
ción como  la  de  los  Estados  Unidos.  De  este 
modo  excitaron  las  esperanzas  del  pueblo;  y 
aunque  se  hubiera  podido  formar  una  constitu- 
ción mas  adequada  á  los  hábitos  del  pueblo  Ame- 
ricano del  Sud,  y  mas  adaptada  á  las  circuns- 
tancias en  las  que  se  hallaban  entonces,  la  espe- 
ranza de  obtener  un  grado  de  prosperidad  igual 
al  que  gozaban  los  Estados  Unidos,  imponía 
silencio  á  quantos  argumentos  podían  urgirse 
contra  ella. 

Después  de  muchos  meses  de  discusión  conti- 
nua, los  representantes  de  Venezuela  ofrecieron 
para  la  aprobación  del  pueblo,  el  23  de  Diciembre 
de  1811,  la  prometida  constitución.  Formaba  un 
volumen,  dividido  en  nueve  capítulos.  En  el 
primero,  se  proponía  la  religión  Católica  por  la 
religión  de  estado.  En  el  segundo,  dividían  el 
Congreso  en  dos  cámaras,  la  de  representantes  y 
la  del  senado,  que  tendrían  el  poder  de  hacer  los 
tratados  de  guerra  y  paz,  levantar  exercitos,  &c. : 
la  elección  de  los  representantes  se  debía  hacer 
por  los  colegios  electorales ;  la  del  senado,  por 
las  legislaturas  provinciales.  El  capitulo  tercero 
trataba  del  poder  executivo,  que  seria  puesto 


327 

entre  las  manos  de  tres  personas»  que  debían  ser 
elegidas  por  los  colegios  electorales  ;  y  estas  per- 
sonas poseían  el  poder  de  nombrar  geuerales  para 
los  exercitos,  y  oficiales  para  la  administración  de 
la  hacienda  publica,  &c.  El  capitulo  quarto  tra- 
taba del  tribunal  supremo,  que  debía  juzgar  de 
todas  las  materias  respecto  á  los  pactos  federa- 
tivos, del  establecimiento  de  jurados,  &c.  £1 
quinto  determinaba  los  limites  de  las  autoridades 
provinciales,  "de  las  garantías  mutuas  entre  las 
provincias,  y  de  que  se  admitiese  la  Guian  a  y 
Maracaibo  en  la  confederación,  asi  que  estubiesen 
ubres  del  poder  Español.  El  sexto  y  el  séptimo 
proponían  de  que  la  constitución  se  volviese  á  exa- 
minar, y  que  recibiese  la  sanción  del  pueblo.  El 
octavo  declaraba  la  soberanía  del  pueblo  ;  los  de- 
rechos del  hombre  en  sociedad $  que  los  extran- 
geros,  de  qualesquiera  nación  que  fueron,  se  reci- 
biesen en  Venezuela,  con  tal  que  respetasen  la 
religión  nacional ;  que  se  aboliese  el  uso  del  tor- 
mento, &c.  El  noveno  y  ultimo  trataba  de  ma- 
tenas  generales. 

El  Congreso  señaló,  como  los  Estados  Unidos, 
un  territorio  en  el  que  las  autoridades  confe- 
deradas debian  residir :  se  íixó  la  ciudad  de  Va- 
lencia, y  el  Congreso  tubo  allí  sus  sesiones  á  prin- 
cipios  de  Marzo  de  1812. 

Mientras  que  en  America  ocurrían  estos  suce- 
sos, la  Regencia  y  las  Cortes  estaban  llenas  de 
indignación  á  los  actos  del  gobierno  colonial. 
La  guerra  era  el  deseo  que  animaba  al  Gobierno ; 


328 


y  este  sentimiento  prevalecía  igualmente  entre 
los. comerciantes  de  Cádiz.  Despacharon  tropas 
á  Coro  y  á  Sto  Marta,  aunque  tanto  se  necesita- 
ban en  aquel  momento  para  la  defensa  de  la  Pen- 
ínsula. 

El  Gobierno  Ingles  hizo  este  año  (1811)  otra 
tentativa  para  efectuar  una  reconciliación  entre 
España  y  sus  colonias,  que  fue  tan  ineficaz  como 
la  precedente. 

Todo  prosperaba  en  esta  epoco  en  Caracas. 
El  gobierno  estaba  respetado ;  la  fuerza  militar 
era  considerable ;  y  el  pueblo  estaba  contento. 
El  comercio  florecía ;  y  la  America  juzgó  que  ya 
habia  por  fin  llegado  el  momento  de  recoger  el 
fruto  que  invariablemente  acompaña  á  la  libertad, 
quando  uno  de  los  mas  tremendos  terremotos 
que  se  han  conocido9  arruinó  toda  la  ciudad  de 
Caracas,  el  Jueves  Santo,  26  de  Marzo  de  1812. 
La  tierra  fue  convulsada  por  un  minuto  y  cinquenta 
segundos,  en  todas  sus  direcciones,  y  perecieron 
cerca  de  20,000  almas. 

Nada  de  mas  desgraciado  podia  haber  occur- 
rido.  Esta  calamidad,  que  en  qualesquiera  otra 
época  no  hubiera  pasado  mas  que  como,  una  mera 
convulsión  de  la  naturaleza,  fue  inmediatamente 
construida  por  los  clérigos,  que  habían  sido  pri- 
vados por  la  constitución  de  algunos  de  sus  pri- 
vilegios, lo  que  les  hacia  hostiles  al  estado  pre- 
sente de  cosas,  como  una  manifestación  de  la 
colera  divina  sobre  los  que  habian  favorecido  la 
revolución.     Estas  exhortaciones  no  fallaron  en 


329 

producir  un  grande  efecto,  acompañadas  de  la 
circunstancia  de  que  la  catástrofe  ocurrió  el  Jueves 
Santo,  dia  en  que  habian  renunciado  su  fidelidad 
al  Gobierno  Español. 

Estos  males  fueron  aun  agravados  por  las  ven- 
tajas que  obtubo  Monteverde,  el  general  Espa- 
ñol, las  que  conduxeron  á  la  reducción  de  Carora, 
que  estaba  entonces  en  manos  de  los  patriotas. 
Las  tropas  de  Barquisimeto  se  estaban  preparan- 
do á  salir  contra  ellos,  quando  se  hundieron  los 
quarteles  con  el  terremoto,  sepultando  en*  sus 
ruinas  á  muchos  de  los  soldados,  y  dexando  á  su 
comandante  Xalon  muy  mal  herido.  También 
el  papel  moneda,  que  el  Gobierno  se  había  visto 
precisado. á  circular  para  remediar  las  grandes 
urgencias  del  estado,  experimentó  desde  el  terre- 
moto un  caida  considerable  en  su  crédito. 

Para  remediar  á  estas  urgencias,  el  Congreso 
determinó  recurrir  á  aquellas  medidas,  .que  se 
adoptan  por  lo  general  en  las  repúblicas  en  las 
situaciones  desesperadas.  Resolvieron  conferir 
á  algún  gefe  un  poder  dictatorio.  Inmediata- 
mente eligieron  al  General  Miranda  para  ese 
efecto,  dándole  el  mando  del  exercito,  y  autori- 
zándole á  obrar  en  todas  las  ocasiones  según 
juzgase  ser  mas  ventajoso  para  el  bien  de  la 
patria. 

En  el  entretanto  Monteverde  tomó  Barqui- 
simeto, Araure,  y  Sn  Carlos;  estas  dos  ultimas 
plazas  siendo  muy  importantes,  porque  mandan 
todos  aquellos  inmensos  llanos,  de  donde  las  ciu- 


330 

i 

dades  situadas  en  las  partes  montañosas  de  Vene- 
zuela reciben  sus  víveres  y  ganado.  No  halló 
apenas  ninguna  resistencia ;  cuerpos  enteros  del 
exercito  patriota  se  pasaban  á  él  en  los  sitios 
donde  se  presentaba. 

Si  las  tropas  que  Varinas,  Cumana,  y  Caracas 
habían  enviado  contra  la  Guiana,  hubieren  sido 
empleadas  contra  Monteverde,  se  hubiera  visto 
precisado  á  retirarse.  Pero  estas  estaban  dema- 
siado distantes.  Ademas  de  eso,  las  victorias  de 
Monteverde  les  desalentaron  de  tal  suerte»  y  la 
deserción  había  sido  tan  grande,  que  aunque 
estaban  baxo  el  punto  de  tomar  la  Guiana,  se  re- 
tiraron sin  dar  ningún  golpe  importante. 

Miranda  había  evaquado  k  Valencia»  y  había 
tomado  posesión  de  una  posición  muy  fuerte 
llamada  la  Cabrera»  cerca  de  Lago  del  Valencia» 
el  que,  poco  después,  tubo  que  abandonar  por  la 
traición  de  los  habitantes  que  se  habían  declarado 
por  las  realistas»  y  que  mostraron  un  sendero  por 
el  que  podían  evitar  el  desfiladero.  £1  General 
Miranda  tubo,  en  conseqüencia  de  esto»  que  reti- 
rarse á  la  Victoria»  donde  su  retaguardia  fue  ata- 
cada por  las  tropas  realistas,  que  fueron  rechaza- 
das con  una  perdida  considerable. 

La  conducta  prudente  del  General  Miranda 
comenzaba  á  restablecer  el  orden  en  Caracas,  y 
la  disciplina  en  el  exercito,  quando  algunos  Es- 
pañoles tomaron  á  Puerto  Cabello,  por  la  traición 
del  oficial  de  guardia.  £1  Coronel  Simón  Bolívar, 
que  era  en  aquel  tiempo  gobernador,  juzgando 


asi 

seria  imprudente  hacer  un  ataque  sobre  el  fuerte, 
se  hizo  á  la  vela  por  La  Guayra  con  sus  oficiales. 
La  perdida  de  este  fuerte  tubo  conseqüencias 
muy  perjudiciales  para  la  causa  de  la  indepen- 
dencia. Por  su  captura,  se  abrió  una  comunica- 
ción con  Coro  y  Porto  Rico,  de  donde  podían 
recibir  provisiones,  que  antes  tenian  que  ir  á  bus* 
car  á  la  distancia  de  150  leguas. 

£1  General  Miranda,  percibiendo  que  la  deser- 
ción aumentaba  todos  los  dias ;  que  el  pays  de 
donde  Caracas  sacaba  sus  socorros  estaba  en 
manos  del  enemigo ;  que  su  exercito  era  inferior 
en  numero  al  de  Monteverde,  y  ademas  de  eso 
mal  armado,  la  mayor  parte  de  los  fusiles  y  amu- 
niciones habiendo  sido  enterradas  ó  destruidas  el 
dia  del  terremoto ;  mientras  que  Monteverde,  ai 
contrario,  ademas  de  los  socorros  que  halló  en 
Puerto  Cabello,  se  hallaba  bien  provisto  de  todo 
quanto  necesitaba,  determinó,  con  la  aprobación 
del  poder  executivo,  proponer  una  capitulación, 
cuyas  condiciones  fueron  admitidas  por  Monte- 
verde.     Estos  eran  los  artículos : — 

1.  Que  la  constitución  que  las  Cortes  habian 
presentado  á  la  nación  Española,  seria  la  consti- 
tución de  Caracas. 

2.  Que  ninguna  sería  perseguido  por  sus  opi- 
niones anteriores. 

3.  Que  toda  la  propiedad  individual  debia  ser 
sagradamente  respetada. 

4.  Que  se  permitiría  emigrar  á  todos  los  que 
deseasen  salir  de  Venezuela. 


S3á 

En  conseqüencia  de  esto,  Caracas  volvió  otra 
vez  á  caer  en  manos  de  los  realistas.  Miranda 
y  otros  muchos  se  dirigieron  á  La  Guayra,  coa 
la  intención  de  embarcarse  alli  para  Cartagena. — 
¡  Ojala  estubiese  en  nuestro  poder  hechor  un  velo 
sobre  las  transacciones  subseqüentes ! — Basta  de- 
cir, que  Miranda,  que  durante  treinta  años  había 
trabaxado  en  favor  de  la  libertad  de  sus  compa- 
triotas, fue  prendido  y  entregado  por  aquellos 
mismos  compatriotas  á  los  Españoles,  los  que  en 
desprecio  de  la  capitulación,  en  desprecio  de  los 
derechos  reconocidos  por  todas  las  naciones  civi- 
lizadas, le  arrajarQn,  como  á  otros  mil,  en  los 
calabozos  de  La  Guayra  y  Puerto  Cabello.  Sor- 
dos á  todo  principio  de  humanidad,  encadenaron 
á  este  mártir  de  la  causa  de  la  libertad  al  suelo 
de  la  prisión  en  la  que  le  tenian  encerrado.  De 
esta  miserable  situación  salió  por  la  intercesión 
de  algunos  oficiales  Ingleses.  De  alli  fue  tras- 
ladado á  Cádiz. 

En  conseqüencia  de  esta  capitulación,  Cumana 
y  Barcelona  se  entregaron  á  Monteverde  ;  y  para 
coronar  sus  sucesos,  recibió  inteligencia  que  la 
expedición  contra  Guiana  se  habia  enteramente 
malogrado.  A  la  misma  época  los  realistas  de 
Maracaibo  obtubieron  posesión  de  los  departa- 
mentos de  Truxillo  y  de  Merída,  habiendo  der- 
rotado repetidas  veces  á  las  tropas  que  habían 
dexado  para  su  defensa,  baxo  el  mando  de  Paje- 
des. 


383 

De  este  modo  volvió  esta  provincia  á  caer  baxo 
el  poder  de  los  Españoles  hacia  fines  de  Agosto 
de  1812. 

Volvamos  ahora  á  los  sucesos  que  pasaban  á 
esty  época  en  Nueva  Granada. 

Esta  provincia  se  hallaba  perturbada  por  con- 
mociones violentas,  ocasionadas  por  las  diversas 
opiniones  que  prevalecían  respecto  á  la  forma 
de  gobierno  que  debia  adoptarse  para  ella.  Lo- 
zano, presidente  de  Cundinamarca,  se  inclinaba  á 
una  forma  federativa  de  gobierno,  en  lo  que  se 
veia  opuesto  por  la  Junta  de  Cartagena,  y  por 
el  Congreso.  Poco  después  Lozano  dio  su  re- 
signación de  la  presidencia  de  Cundinamarca,  en 
cuyo  encargo  fue  reemplazado  por  A.  Nariño, 
que  en  su  turno  desaprobaba  el  gobierno  federa- 
tivo, y  propuso  otra  constitución  suya.  A*  esta 
constitución  accedieron  las  provincias  de  Mari- 
quita, Neiba,  y  Socorro ;  y  Tunja  estaba  baxo  el 
punto  de  hacer  otro  tanto,  quando  una  división 
de  las  tropas  de  Nariño,  baxo  el  mando  de  Bara- 
ya,  desertó  su  estandarte,  y  se  pusieron  del  lado 
del  Congreso,  que  inmediatamente  transfirió  sus 
sesiones  á  Tunja.  Esto  dio  origen  á  una  guerra 
civil  entre  los  partidarios  del  Congreso  y  los  de 
Nariño,  á  principios  de  1812. 

El  exercito  del  Congreso,  baxo  el  mando  de 
Baraya,  Ayala,  y  Ricaute,  derrotaron  á  las  tropas 
de  Nariño  en  Palo  Blanco,  en  la  provincia  de  So- 
corro ;  y  los  agentes  del  Congreso  lograron  des- 
prender las  provincias  de  Mariquita  y  Neiba  de 


334  . 

Nariño.  Estos  sucesos  favorables  indugeron  al 
Congreso  á  establecer  sus  sesiones  en  Neiba,  á 
cuyo  parage  las  transfirieron  el  4  de  Octubre  de 
1812.  Las  tropas  de  Nariño  fueron  otra  vez 
derrotadas  en  Ventaquemada,  y  el  exercito  del 
Congreso  marchó  á  sitiar  á  Ste  Fé  en  Diciembre 
de  1812.  Nariño,  que  antes  de  esto  había  envia- 
do su  resignación  de  presidente,  que  la  represen- 
tación nacional  rehusó  aceptar,  ofreció  entregar 
la  plaza  y  retirarse  de  Nueva  Granada,  con  tal 
que  los  sitiadores  respetasen  las  vidas  y  propie- 
dad de  los  habitantes ;  pero  estos  insistieron  en 
que  se  rendiesen  á  discreción,  y  esto  habiendo 
sido  rehusado,  dieron  el  asalto  á  la  ciudad,  pero 
fueron  completamente  derrotados,  y  su  exercito 
dispersado.  Para  recordar  esta  memorable  der- 
rota', erigieron  un  monumento  en  S*  Fé,  en  el 
quartel  de  Sn  Victorino. 

Don  N.  Molina,  que  había  sido  nombrado  pre- 
sidente de  la  Junta  de  Quito  por  la  Regencia, 
entró  en  el  territorio  de  Quito  á  la  cabeza  de  las 
tropas  de  Lima,  que  se  habian  retirado  de  Quito 
después  del  estrago  del  2  de  Agosto.  La  Junta 
de  Quito  rehusó  admitirle  sino  desbandaba  el 
exercito,  y  se  quexaron  á  las  Cortes,  las  que  in- 
mediatamente dieron  ordenes  á  Molino  de  desis- 
tir. Esto  lo  rehusó  hafcer,  alegando  el  pretexto 
de  que  tan  amenudo  se  han  servido  los  Españoles, 
que  habian  obtenido  la  orden  por  abrepcion  y 
subrepción.  Entonces  la  Junta  dio  ordenes  al 
exercito,  que  habia  formado  para  su  protección 


335 

contra  el  obispo  de  Cuenca,  que  marchase  baxo 
el  mando  de  Montafar,  el  que  fue  completamente 
derrotado  por  los  realistas  de  Cuenca;  y  Don 
N,  Montes,  que  fue  el  sucesor  de  Molino,  entró 
en  Quito  el  6  de  Noviembre,  poniendo  todo  á 
sangre  y  fuego.  Aun  no  estando  satisfecho  de 
la  mortandad  que  esto  ocasionó,  despachó  tropas 
en  busca  del  obispo,  monjas,  y  otras  personas  que 
se  habían  huido,  y  en  el  entretanto  hizo  morir  de 
cada  cinco  habitantes  uno  de  los  que  habían  que- 
dado para  defender  la  ciudad.  Esta  escena  car- 
nicera  la  describe  el  mismo  Montes,  en  una  carta 
del  11  de  Noviembre,  al  Gobernador  de  Guaya- 
quil. 

Monteverde,  en  lugar  de  tratar  concillarse  los 
ánimos  de  los  habitantes,  que  no  podían  estar  mas 
cansados  de  las  escenas  de  turbulencia  y  revolu- 
ción de  que  habían  sido  los  testigos  durante  los 
dos  últimos  años,  no  pensaba  mas  que  en  saciar 
su  venganza.  Cada  realista  se  volvió  en  espía  y 
denunciador  publico ;  y  era  uno  de  los  mayores 
crímenes  haber  pertenecido  al  partido  republi- 
cano. Todas  las  prisiones  estaban  atestadas  de 
patriotas ;  otros  edificios  estaban  convertidos  en 
prisiones ;  y  se  podía  decir  con  bastante  aparien- 
cia de  verdad,  que  toda  la  población  estaba  baxo 
arresto.  Estas  medidas  severas  fueron  aprobadas 
por  las  Cortes  de  España,  y  Don  Juan  O'Donaju, 
ministro  de  la  guerra,  habla,  en  su  informe  á  las 
Cortes  del  2  de  Octubre  de  1813,  "  de  la  indul- 

8 


336 

gencia  que  sé  había  mostrado  á  los  insurgentes 
de  Caracas." 

Los  realistas  de  Su  Marta  no  estaban  tam- 
poco ociosos  á  esta  época.  Determinaron  tomar 
ventaja  de  los  disturbios  que  prevalecían  entre  el 
pueblo  de  Cartagena,  á  causa  de  la  circulación 
del  papel  moneda,  y  de  la  falta  de  comercio,  que 
nacia  del  estado  inquieto  en  que  estaban  las  pro- 
vincias del  interior.  Lograron  tomar  posesión  de 
los  departamentos  de  Tolu  y  S°  Benitos.  Estos 
sucesos  excitaron  mucha  alarma  en  Cartagena, 
la  que  aumentó  aun  mas  con  la  noticia  de  que 
Venezuela  estaba  en  posesión  de  Monteverde, 
y  que  habia  una  guerra  civil  entre  Nariño  y 
el  Congreso. — Una  fragata  Inglesa,  la  Garland, 
llegó  en  aquel  tiempo  con  proposiciones  en  favor 
de  Don  Benito  Peres,  el  virey  nombrado  por  el 
Gobierno  Español,  del  Almirante  Ingles  en  la 
Jamaica,  en  los  que  ofrecía  llevar  á  Panamá  á  los 
diputados,  caso  que  las  proposiciones  fuesen  apro- 
badas por  el  Gobierno  de  Cartagena.  Lo  fueron 
en  efecto,  y  J.  M.  del  Real  y  G.  Pineres  fueron 
nombrados  para  tratar  con  el  virey.  En  conse- 
qüencia  de  esto  se  embarcaron  para  Chagres,  para 
ir  de  allí  á  Panamá.  A  su  llegada  fueron  inme- 
diatamente arrestados  ;  y  no  fue  sino  después  de 
mucho  interceder  de  la  parte  del  Almirante  In- 
gles, que  se  les  permitió  embarcar,  después  de 
haber  estado  presos  ocho  semanas. 

Sin  embargo,  el  Gobierno  de  Cartagena  estaba 
determinado  á  poner  en  obra  todos  los  medios 


337 

m 

que  estubiesen  en  su  poder,  para  oponerse  á  los 
Españoles.  Para  este  efecto  despacharon  á  Gu- 
tiérrez Moreno  á  las  Islas  de  las  Indias  Occiden- 
tales, con  poderes  para  conceder  patentes  á  los 
que  quisieren  equipar  buques  en  corso  baxo  su 
pavellon.  Obtubó  enviar  á  Cartagena  muchos 
oficiales,  y  algunos  soldados,  lo  que  molestó 
mucho  al  comercio  de  los  Españoles  en  aquella 
parte.  Su  exercito  estaba  disciplinado  por  ofi- 
ciales que  habían  emigrado  de  Caracas,  y  dividido 
en  dos  cuerpos,  uno  de  los  quales  estaba  baxo  el 
mando  de  Cortés  Campomanes,  Español,  y  el  otro 
baxo  el  mando  de  Labattu,  Francés.  Cortés  re- 
conquistó los  departamentos  de  Tolu  y  de  Sn 
Benito,  y  Labattu  logró  desposeer  á  los  Españoles 
de  Sn  Antonio,  del  Peñón,  Guaymaco,  y  de  otros 
puntos  fortificados  del  rio  Magdalena.  También 
logró  tomar  posesión  de  S*  Marta,  el  6  de 
Enero  de  1818.  Labattu  tenia  ahora  en  su  poder, 
hechar  á  los  realista^  afuera  de  la  provincia  del 
Rio  de  la  Hacha,  lo  que  á  haberlo  efectuado, 
hubiese  consolidado  el  poder  de  los  indepen- 
dientes en  este  lado  :  pero  su  conducta  hacia  los 
habitantes  de  Sto  Marta  fue  tan  impolítica,  que 
se  rebelaron  contra  él,  aunque  había  un  partido 
muy  grande  en  favor  de  la  independencia.  En 
lugar  de  tratar  de  recobrar  y  asegurarse  de  su 
conquista,  cosa  de  fácil  execucion,  el  puerto  es- 
tando en  su  posesión,  y  teniendo  en  él  una  fuerza 
naval  considerable,  se  embarcó  precipitadamente 
para  Cartagena,   dexandole  en  posesión  de  los 

TOM.  II.  Y 


3S8 

realistas,  que  habían  recibido  refuerzo  de  Puerto 
Bello,  Habana,  y  Maracaibo. 

El  Gobierno  volvió  entonces  á  equipar  otra 
expedición  baxo  el  mando  de  Chatillon,  oficial 
Francés,  que  atacó  á  los  realistas  en  Papares ; 
pero  que  fue  rechazado,  hecho  prisionero,  y  afu- 
silado. Volvieron  á  enviar  otra  expedición  baxo 
Labattu,  la  que  también  se  malogró.  Entonces 
el  Gobierno  de  Cartagena  se  contentó  con  obrar 
en  la  defensiva,  protegiendo  sus  fronteras  y  la 
navegación  del  rio  Magdalena,  que  había  estado 
muy  interrumpida,  y  últimamente  interceptada 
por  los  realistas. 

Samano»  que,  después  de  la  toma  de  Quito, 
habia  sido  nombrado  por  Montes  para  mandar  el 
exercito  Español,  tomó  la  ciudad  de  Popayan  en 
su  camino  á  Su  Fé.  Los  realistas  de  Los  Pas- 
tos habían  previamente  hecho  prisionero  á  Don 
J.  Caycedo,  presidente  de  la  Junta  de.  Quito,  y  á 
Macauley,  un  Americano  del.  Norte,  que  manda- 
ba él  exercito  de  Popayan,  y  á  otros  muchos,  que 
fueron  todos  sacrificados.  El  Congreso  de  Nueva 
Granada  y  Nariño,  aunque  antes  estaban  opues- 
tos, reunieron  Sus  tropas  unanimamente  para  re- 
sistir a  los  realistas,  las  que  subían  á  8000  hom- 
bres, y  marcharon  al  encuentro  del  enemigo,  baxo 
el  mando  de  Nariño,  que  habia  sido  nombrado 
dictador  para  ese  efecto.  Nariño  derrotó  á  los 
Españoles  en  una  batalla  que  tubieron  en  el  Alto 
del  Palacio,  y  Samano  se  retiró  á  Tumbo ;  en 
donde  habiendo  sido  reforzado  por  una  división 


339 

de  su  exercito,  que  no  había  tomado  parte  en  el 
ultimo  combate,  prosiguió  su  camino  á  Popayan, 
y  acampó  su  exeí-cito  en  Calibio.  Náriño  ha- 
biendo dividido  su  exercito  en  tres  cuerpos,  ata- 
có inmediatamente  á  los  Españoles,  y  ganó  una 
completa  victoria,  •  Ayméric  fue  nombrado  suce- 
sor de  Samanó  para  mandar  el  exercito,  qué  re- 
forzó con  tropas  nuevas  que  había  traído  de' 
Quito.  Nariño  organizó  un  gobierno  popular,  y 
se  dirigid  hacia  Los  Pastos. 

En  sú  camino  á  Los  Pastos,  que  dista  80  leguas 
de  Popayan,  Nariño  atacó  el  Alto  de  Juanambu, 
los  Tacines,  y  Aranda,  que  tomó  sucesivamente, 
aunque  tío  sin  sostener  una  perdida  considerable. 
Nariño  estaba  ya  muy  cerca  de  la  ciudad  de  Pas-* 
tos,  á  la  que  se  avanzaba  á  la  cabeza  de  una  divi- 
sión de  su  exercito,  quando  las  espías  del  enemigo 
divulgaron  el  rumor  de  que  Náriño  había  sido 
atacado,  derrotado,  y  hecho  prisionero.  Esto 
causó  mucha  consternación  entre  las  tropas ;  y 
el  enemigo  informado  de  ello,  envío  un  destaca- 
mento contra  Nariño,  verificando  el  antecedente 
rumor,  haciéndole  prisionero.  Este  suceso  ocur- 
rió en  el  mes  de  Junio  de  1814,  y  fue  sumamente 
perjudicial  al  exercito  independiente ;  tanto  que 
con  dificultad  toda  la  prudencia  y  valor  de  Don 
J.  M.  Cabal  bastó  para  efectuar  la  retirada  del 
exercito  á  Popayan,  hasta  cuyo  parage  se  vio 
perseguido  muy  de  cerca  por  las  tropas  Espa- 
ñolas de  Aymeric. 


340 

Don  Antonio  Nariño  es  uno  de  aquellos  ami- 
gos ardientes  de  su  pays  que  hacía  mucho  tiempo 
deseaba  su  independencia,  y  que  trató  de  promo- 
verla. La  libertad  con  que  expresaba  sus  deseos 
y  opiniones,  fue  la  causa  de  su  arresto  en  el  año 
de  1794,  junto  con  muchos  de  sus  amigos,  jóve- 
nes de  familias  muy  distinguidas  de.  Ste  Fé  de  Bo- 

•  gota.  Duran,  Cabal,  Cortes,  Umana,  Nariño, 
Zea,  (el  presente  ministro  de  Colombia  á  las  cor- 
tes Europeas),  y  otros,  fueron  enviados  en  aquella 
época  á  España  baxo  escolta.  Nariño  se  escapó 
en  el  mismo  acto  de  desembarcar  en  Cádiz,  y  se 
presentó  al  gobierno  de  Madrid.  Apesar  de  este 
acto  de  sumisión,  dieron  ordenes  para  prenderle, 

*  y  se  volvió  á  escapar,  pasó  á  Francia ;  y  de  allí 
vino  á  Inglaterra,  donde  llego  al  mismo  momento 
que  el  plan  de  Pitt  para  separar  á  Tierra  Firme 
del  Gobierno  Español  estaba  en  contemplación, 
en  1796.  Entonces  Nariño  volvió  á  Nueva  Gra- 
nada incógnito,  con  el  objeto  de  llevarlo  á  efecto ; 
pero  fue  descubierto,  y  encarcelado  por  muchos 
años,  durante  los  quales  sufrió  todos  los  males  de 
pobreza,  de  los  calabozos,  &c.  Por  fin  obtubó 
su  libertad,  baxo  la  condición  que  no  saldría  de 
Sta  Fé,  y  de  que  seria  siempre  acompañado  por 
un  soldado.  Quando  la  guerra  de  España  co- 
menzó, el  Gobierno  de  Sto  Fé,  temeroso  de  sus 
poderes  extraordinarios  de  persuasión,  y  del  in- 
fluxo  y  crédito  que  tenia,  le  hizo  arrestar,  y  le 
mandaron  enviar  á  Cartagena;  pero  Nariño  se 
volvió  otra  vez  á  escapar,  y  se  fue  á  Ste  Marta. 


341 

Allí  fue  descubierto  por  un  soldado  Español,  que 
informó  al  gobernador  de  ello.  Inmediatamente 
fue  arrestado,  y  arrojado  en  los  calabozos  de 
Boca  Chica.  Quando  la  Revolución  ocurrió  fue 
puesto  en  libertad ;  pero  su  salud  habia  sufrido 
mucho,  y  sus  piernas  estaban  muy  hinchadas  con 
los  grillos  que  habia  gastado  durante  el  tiempo 
de  su  prisión.  Es  una  circunstancia  muy  extra- 
ordinaria, la  de  no  haber  sido  afusilado  quando 
fue  hecho  prisionero,  como  lo  fueron  la  mayor 
parte  de  los  que  'cayeron  en  manos  de  los  Es- 
pañoles ;  pero  en  lugar  de  eso  fue  conducido  á 
Quito,  de  allí  á  Lima,  y  después  á  La  Carraca  en 
Cádiz.  De  alli  salió  al  tiempo  de  la  ultima  revo- 
lución en  España,  y  de  este  modo  se  halla  aun 
habilitado  para  ocupar  el  resto  de  una  vida,  que 
ha  sido  empleada  incesantemente  en  la  causa  de 
la  libertad  y  de  la  independencia. 

Volvamos  ahora  á  la  narrativa  de  los  sucesos 
que  ocurrieron  en  Venezuela  durante  los  años 
1813  y  1814.  Los  habitantes  estaban  tan  exas- 
perados de  la  conducta  cruel  y  vengativa  de  los 
Españoles,  que  determinaron  renovar  sus  esfuer- 
zos por  la  independencia.  Cumana  fue  la  pri- 
mera provincia  que  dio  el  exemplo  de  resistencia 
á  las  opresiones  intolerables  de  M onteverde.  D. 
N.  Marino,  un  joven  activo  y  valeroso,  reunió  á 
los  desafectos,  y  tomó  la  ciudad  de  Maturin. 
Fue  atacado  por  los  Españoles,  los  que  fueron  re- 
chazados. Monteverde  determinó  ir  él  mismo  en 
persona  contra  Marino,  é  hizo  un  segundo  ataque 


042 

á  principios  de  Abril,  en  ej  qup  fue  copipleta- 
mente  derrotado. 

Don  Simón  Bolívar,  uno  de  los  habitantes  mqs 
distinguidos  de  Caracas,  habia  pb  te  nido  del  Con- 
greso de  Nueva  Granada  cerca  de  600  hombres j 
y  con  estos  pasó  los  Andes,  situados  cerca  de  las 
provincias  de  Tunja  y  Pamplona,  y  se  avanzó 
hacia  la  Tachira,  los  confines  de  Nueva  Granada, 
resuelto  á  efectuar  la  independencia  de  su  pays, 
si  esta  fuese  posible. 

Como  Bolívar  es  uno  de  los 'caracteres  mas  dis- 
tinguidos  que  han  tomado  parte  en  la  Revolución 
de  Colombia,  cqnvendra  que  le  introduzcamos 
mas  particularmente  á  la  noticia  del  lector. 

Bolívar  marchó  á  España  quando  era  muy 
joven,  y  fue  uno  de  Jos  pocos  Creollos  á  quienes 
la  corte  de  Madrid  concedió  la  permisión  de  pasar 
á  Francia  y  á  Italia.  Quando  ocurrió  la  Revolu- 
ción de  Caracas,  fue  comisionado  por  Ja  Junta 
Suprema  para  qije  pasase;  á  Lqndres  á  solicitar  la 
protección  del  gabinete  Ingles  en  favor  del  nuevo 
Gobierno. 

A  su  vuelta  á  Caracas,  Bolívar,  no  aprobando 
os  planes  de  política  que  el  Congreso  seguía  en 
aquel  tiempo,  rehusó  mezclarse  en  los  negocios 
públicos,  y  vivió  muy  retirado.  El  peligro  que 
amenzaba  á  su  pays  después  del  terremptp  le  re- 
tiró de  su  soledad,  y  fue  nombrado  por  Miranda 
al  puesto  de  gobernador  de  Puerto  Cabello ;  cuy$ 
plazs}  sp  perdió  desgraciadamente  quando  esfaba 
baxo  su  mando.     La  capitulación  que  Miranda 


343 

concluyó  después,  no  fue  con  la  aprobación  de 
Bolívar;  y  poco  después  de  haber  entrado  los 
realistas  en  Caracas,  obtubó  un  pasaporte  por 
favor  especial  de  Monteverde,  con  el  que  se  em- 
burpó,  y  proseguio  hasta  Curacoa.  Desde  esta 
isla  se  hizo  á  la  vela  para  Cartagena,  donde  el 
Gobierno  le  dio  el  mando  de  una  división  de 
tropas..  Habiendo  libertado  las  orillas  del  Mag- 
dalena del  poder  de  los  realistas  en  1812,  tomó 
el  camino  de  Ocaña.  Al  mismo  tiempo  envío  su 
segundo  en  mando,  el  Coronel  Rivas,  á  Tunja, 
doqde  estaba  reunido  el  Congreso  de  Nueva  Gra- 
nada» para  pedir  refuerzos  que  le  habilitasen  á 
penetrar  en  Venezuela,  los  que  obtúbo. 

JBolivar  habiendo  tomado  por  sorpresa  á  los 
realistas  en  Cúcuta  con  su  pequeño  exercito,  les 
derroto.  De  alli  despachó  á  N.  Briceño  con  al- 
gunos oficiales  á  Guadalito,  donde  levantó  un 
cuerpo  de  caballería,  con  el  que  invadió  la  pro- 
vincia de  Varinas,  mientras  que  él  mismo  tomaba 
posesión  del  departamento  de  Merida,  después  de 
haber  derrotado  á  los  realistas  en  la  Grita.  Bri- 
ceño fue  completamente  derrotado  poco  después, 
y  él  mismo  con  varios  de  sus  oficiales  hechos  pri- 
sioneros. Tiscar,  el  gobernador  de  Varinas,  le 
mandó  afusilar,  lo  mismo  que  á  ocho  de  los  prin- 
cipales habitantes  de  aquella  ciudad,  que  fueron 
acusados  de  tratar  de  facilitar  la  empreza  de 
Briceño.  Esta  conducta  exasperó  el  animo  de 
Bolívar,  que  resolvió,  desde  aquel  momento*  re- 
taliar sobre  quantos  prisioneros  cayesen  entre  sus 


344 

manos.  Desde  entonces  la  guerra  fue  baxo  el 
nombre  de  guerra  á  muerte. 

Bolívar  dividió  su  exercito,  que  habia  aumen- 
tado considerablemente,  y  que  aumentaba  diaria- 
mente, en  dos  cuerpos ;  uno  de  los  quales  le  puso 
baxo  el  mando  del  Coronel  Rivas.  Los  dos 
cuerpos  dirigieron  su  marcha  hacia  Caracas,  por 
los  departamentos  de  Truxillo  y  de  Varínas.  Los 
realistas  fueron  rechazados  en  varios  encuentros ; 
y  en  Lastoguanes,  donde  Monteverde  habia  jun- 
tada sus  mejores  tropas,  fueron  completamente 
derrotados.  Esto  victoria  se  debió  principalmente 
á  la  deserción  de  la  caballería  de  Monteverde. 
Entonces  el  general  Español  se  retiró  á  Puerto 
Cabello  con  el  resto  de  sus  tropas.  Bolívar  no 
perdió  tiempo,  antes  se  avanzó  sobre  Caracas, 
donde  los  habitantes  le  estaban  aguardando  con 
ansia  como  á  su  libertador.  En  el  entretanto, 
Eieno,  el  gobernador  Español,  reunió  una  Junto, 
compuesta  de  la  Audiencia,  del  Clero,  y  de  los 
principales  oficiales  de  la  guarnición,  que  resol- 
vieron enviar  comisionados  á  Bolívar.  Los  co- 
misionados se  vieron  con  Bolívar  en  La  Victoria, 
el  que  aceptó  el  tratado.  Después  de  la  capitu- 
lación prometió  que  ninguno  sufriría  por  su  an- 
tigua amistad  por  el  Gobierno  Español,  y  que 
todos  tenían  la  libertad  de  retirarse  de  Venezuela, 
y  llevarse  consigo  sus  efectos. 

La  siguiente  proclama  se  publicó  el  16  de 
Agosto  de  1813,  pocos  días  después  de  su  entrada 
en  la  capital  de  Caracas,  que  ocurrió  el  4  del 


3*5 

mismo,  en  la  que  se  invita  á  todos  los  extrangeros 
á  entrar  en  el  servicio  de  la  República. 


República  de  Venezuela. 

Simón  Bolívar,  Brigadier  de  la  Union,  y  General  en 

Gefe  del  Exercito  Libertador  de  Venezuela. 

• 
Por  quanto  las  Provincias  de  Venezuela  han  entrado  por 

segunda  vez  en  el  goze  de  su  libertad  é  independencia,  que 
les  fue  usurpada  momentáneamente  por  un  puñado  de  Es- 
pañoles, que  han  señalado  su  Gobierno  con  horrendos  críme- 
nes y  negras  injusticias,  siendo  una  de  ellas  la  de  robar,  per- 
seguir, y  exterminar  á  los  honrados  extrangeros  que  justa- 
mente merecían  la  protección  y  consideraciones  del  Gobierno 
en  nuestra  primera  transformación  política;  y  por  quanto  la 
conducta  de  un  pueblo  libre  debe  ser  absolutamente  opuesta 
á  la  que  observan  nuestros  enemigos,  que  lo  han  sido,  y  serán 
siempre  de  la  prosperidad  y  felicidad  de  las  Americas,— 

He  resuelto  por  tanto, 

Lo  primero,  Que  se  invite  de  nuevo  á  los  extrangeros,  de 
qual quiera  nación  y  profesión  que  sean,  para  que  vengan  á 
establecerse  en  estas  provincias,  baxo  la  inmediata  protección 
del  Gobierno,  que  ofrece  dispensársela  abierta  y  francamente, 
en  la  segura  inteligencia  de  que  la  feracidad  de  nuestro  suelo, 
sus  varías  y  preciosas  producciones,  la  benignidad  de  nuestro 
clima,  y  un  régimen  prudente  de  administración  que  garantíze 
la  seguridad  individual,  y  el  sagrado  derecho  de  propiedad, 
debe  proporcionarles  todas  las  ventajas  y  utilidades  que  po- 
drían desear  en  su  pays : 

Segundo,  Que  á  qualquier  extrangero  que  milite  baxo 
nuestras  banderas,  defendiendo  la  causa  de  la  libertad  y  de  la 
independencia,  se  le  conceda  el  derecho  de  ciudadano  de 
Venezuela,  y  se  recompensen  sus  servicios  de  un  modo  com- 
petente. 


346 

Dado  en  el  Quartel-general  de  Caracas ;  registrado  por  el 
Secretario  de  Estado  y  relaciones  exteriores,  y  sellado  con  el 
sello  de  la  República,  á  16  de  Agosto  de  1813;  3  de  la  in- 
dependencia, y  1  de  la  guerra  á  muerte. 

Simón  Bolívar. 

Antonio  Muños  febar,  Secretario  de  Estado. 

El  gobernador  de  Caracas,  sin  aguardar  por  la 
ratificación  del  tratado,  se  embarcó  en  La  Guayra, 
llevándose  consigo  todo  el  tesoro  publico  y  pri- 
vado que  pudo  recoger,  dexando  á  la  merced  del 
conquistador  cosa  1500  Españoles  que  no  habian 
podido  emigrar.  Los  artículos  del  tratado  fueron 
enviados  á  Monteverde  á  Puerto  Cabello»  el  que 
no  quiso  ratificarles,  "  porque  era  derogatorio  á 
la  dignidad  de  la  nación  Española  el  tratar  con 
insurgentes." 

Las  provincias  que  componían  lo  que  entonces 
llamaban  la  República  de  Venezuela  estaban  ahora 
en  posesión  de  los  patriotas;  Marino  habiendo 
efectuado  la  libertad  de  las  provincias  orientales, 
mientras  que  Bolívar  libertó  las  del  occidente. 
A  fines  del  mes  de  Agosto,  de  1813,  solo  Puerto 
Cabello  quedaba  en  posesión  de  los  Españoles. 
A  esta  época  Bolivar  envío  á  Monteverde  una 
bandera  blanca,  proponiendo  un  cambio  de  pri- 
sioneros. Aunque  el  numero  de  prisioneros  que 
tenia  Bolivar  era  mayor  que  el  que  tenia  Monte- 
verde,  sin  embargo  aun  asi  el  general  Español  se 
obstinó  en  no  querer  tratar  con  Bolivar. 

Monteverde  habiendo  recibido  un  refuerzo  de 
1200  tropas  de  España,  y  creyéndose  baataute 


347 

fuerte  para  poder  obrar  en  la  ofensiva,  atacó  á  los 
patriotas  en  Aguacaliente,  y  fue  completamente 
derrotado.  Casi  todos  los  Españoles  fueron  Hu- 
ertos ó  hechos  prisioneros ;  y  el  mismo  Monte- 
verde  fue  mal  herido  en  la  acción.  Sus  tropas  se 
retiraron  á  Puerto  Cabello ;  y  Salomón  tomó  su 
mando  en  conseqüencia  de  la  herida  de  Monte- 
verde. 

Bolívar  hizo  la  mismo  oferta  á  Salomón  que 
había  hecho  antes  á  Monteverde.  Salomón,  de- 
terminó sobrepasar  á  su  predecesor  en  falta  de  fe, 
arrestó  al  raensagero,  y  le  cargó  de  grillos  en  los 
calabozos  do  Puerto  Cabello.  Isueta,  su  sucesor, 
fue  aun  mas  lexos  ;  para  impedir  que  los  sitiadores 
hiciesen  fuego  sobre  su  linea,  fexpuso  los  prisio- 
neros Americanos  al  fuego  de  sus  baterías,  y  du- 
rante la  noche  los  hecharon  en  pontones,  donde 
casi  cinquenta  morían  á  la  vez  de  sofocación.  Los 
sitiadores  retaliaron,  exponiendo  los  prisioneros 
Españoles  delante  de  su  linea  de  batalla.  En- 
tonces los  Españoles  condugeron  quatro  prisio- 
neros Americanos  en  frente  del  campamento 
Apiericano,  y  los  afusilaron  publicamente.  Los 
nombres  de  estos  distinguidos  patriotas  son,  Pel- 
lín, Qsorio,  Pointet,  y  el  generoso  Manuel  Pulido. 
Esto  necesariamente  cerró  toda  comunicación 
entre  las  partes  beligerantes. 

La  guarnición  de  Puerto  Cabello  se  mantenía 
aun;  y  aunque  carecía  de  víveres,  aun  asi  no 
querían  escuchar  ningún  termino  de  capitulación. 
Los  realistas  de  Cpro  habiendo  sido  reforzados  por 


348 

algunas  tropas  de  Puerto  Rico,  hicieron  una  salida, 
baxo  el  mando  de  Ceballos,  y  derrotaron  á  los  pa- 
triotas en  Barquisimeto  el  10  de  Noviembre.  Bo- 
lívar marchó  contra  ellos,  y  les  batió  sucesivamente 
en  Vigirima,  en  Barbilla,  y  por  ultimo  en  Araure 
el  5  de  Diciembre.  La  batalla  de  Barbula  costó 
caro  á  los  patriotas,  pues  en  ella  perdieron  al  joven 
Girardot,  que  se  habia  distinguido  mucho  en  los 
campos  de  Palacio,  de  Cúcuta,  de  Taguanes  en 
Venezuela,  y  de  Bogotá  en  Nueva  Granada.  Bo- 
lívar, llamado  entonces  el  Libertador  de  Venezu- 
ela, mando  un  duelo  anual,  en  consideración  de 
esta  perdida  melancólica ;  y  se  asignó  una  pensión 
á  la  familia  de  Girardot  para  siempre. 

Quando  Bolívar  entró  en  Venezuela,  baxo  la 
protección  del  Congreso  de  Nueva  Granada,  reci- 
bió ordenes  de  restablecer  el  Congreso  Republi- 
cano. Esto  Bolívar  no  juzgo  político;  y  el  pays 
continúo  baxo  un  gobierno  militar,  durante  el 
tiempo  que  estubo  en  posesión  de  los  patriotas. 
Aunque  Bolívar  no  abusó  nunca  del  poder  que 
poseía,  esto  no  sucedió  asi  respecto  á  sus  oficiales 
inferiores.  El  mejor  de  los  gobiernos  militares 
es  insoportable,  y  las  opiniones  contra  él  eran  tan 
decididas,  que  Bolívar  resolvió,  para  aquietar 
estos  disturbios,  convocar  una  asamblea  de  los 
magistrados,  dignitarios  eclesiásticos,  municipa- 
lidad, colegios,  comerciantes,  y  de  todos  los  pro- 
pietarios de  tierra,  el  2  de  Enero  de  1814.  A 
esta  asamblea  Bolívar  dio  cuenta  de  sus  operar 
ciones  é  intenciones  al  invadir  Venezuela,  y  des- 


949 

pues  resignó  la  autoridad  suprema  de  que  había 
sido  investido.  Sin  embargo,  la  asamblea  le  vol- 
vió á  investir  con  el  poder  dictatorio,  á  la  suges- 
tión de  Don  C.  Hurtado  de  Mendoza,  uno  de  los 
mas  firmes  protectores  de  la  causa  de  la  indepen- 
dencia, en  la  que  fue  segundado  por  Don  A.  Rod- 
ríguez, presidente  de  la  municipalidad,  y  Don 
Alzum,  hasta  la  reunión  de  las  provincias  de 
Venezuela  y  de  Nueva  Granada  baxo  la  misma 
forma  de  gobierno. 

Los  Españoles  no  pudiendo  subyugar  la  pro- 
vincia de  Venezuela,  resolvieron  arrasarla  y  des- 
truirla. £1  gobernador  de  la  Guiana,  y  los  gefes 
de  Puerto  Cabello,  determinaron  levantar  los  es- 
clavos contra  sus  amos.  Para  efectuar  este  plan, 
enviaron  muchos  partidarios  al  interior  del  pays. 
Los  mas  molestos  de  estos  eran  Boves,  Vanez, 
Rosette,  Puy,  y  Palomo.  Los  quatro  primeros 
eran  Españoles;  el  ultimo  un  negro,  que  había 
sido  proscripto  como  ladrón  y  asesino.  Como 
Boves  y  Rósete  recibían  armas  y  municiones  del 
gobernador  de  Guiana,  se  hallaron  en  estado  de 
poner  su  plan  en  execucion  en  la  parte  oriental 
de  la  provincia  de  Caracas.  Puy  y  Palomo  re- 
cibían socorro  de  los  gobernadores  de  Coro, 
Puerto  Cabello,  y  Maracaibo;  y  la  parte  occi- 
dental de  las  provincias  de  Caracas,  Varinas,  Me- 
rida,  y  Truxillo,  fueron  el  teatro  donde  cometían 
sus  horrores.  Tenían  una  correspondencia  regu- 
lar con  los  gefes  Españoles;   y  algunas  de  sus 


350 

cartas  cayeron  en  manos  de  Bolívar,  que  de  este 
modo  descubrió  toé»  el  plan. 

Prometiendo  la  libertad  á  todos  fttó  escfartofi» 
que  en  Venezuela  subían  á  cerca  de  setenta  mil, 
y  enlistando  á  todos  aquellos  foragidos  que  se 
presentasen,  que  en  un  pays  poco  poblado,  y  que 
había  sido  el  teatro  de  la  guerra  por  tres  años, 
eran  muy  numerosos,  no  fue  difícil  enlistar  un  • 
cuerpo  de  hombres,  que  alarmaban!  por  su  numero 
y  ferocidad.     Por  medios  semejantes  Puy  y  Pa- 
lomo subyugaron  á  Varinas,  Guanare,  y  algunas 
otras  ciudades.   En  Varinas,  Puy  cometió  un  acto 
de  crueldad  que  relataremos  al  lector,  para  Mos- 
trar qual  era  el  espíritu  de  que  él  y  sus  cámafadas 
iban  inspirados.    Después  de  la  batalla  de  Araúré» 
en  la  que  Cevallos  fue  batido,  una  división  del 
exercito  de  Bolívar  marchó  á  Varinas,  á  cuya 
plaza  se  había  retirado  Puy,  temeroso  de  perder 
su  vida.     Había  mandado  arrestar  quinientas  Se- 
tenta y  quatro  personas,  que  consideraba  como  de- 
safectas. De  estas,  quinientas  fueron  afusiladas  sin 
ninguna  formalidad  de  juicio,  quando  uno  de  los 
edecanes  de  Puy  dio  el  alarma,  asegurando  que 
se  acercaban  los  Republicanos.     Puy  se  informó 
con  ansia  si  tendría  tiempo  para  afusilar  los  se- 
tenta y  quatro  prisioneros  restantes.     El  edecán 
reápondio  que  no ;  y  de  este  modo  se  libraron  de 
la  muerte.     Poto  tiempo  después  los  Republica- 
nos evaquaron  Varinas,  y  Puy  volvió  á  eíitrar, 
esparciendo  la  desolación  al  rededor  de  si,  y  de- 
gollando á  todos  sus  habitantes. 


351 

Boves  y  Rósete  dirigieron  su  marcha  desde  el 
Orinoco  á  los  valles  de  Tuy  y  Aragua.  Los 
horrores  que  cometieron  eti  su  marcha  son  ape- 
nas creíbles,  y  las  edades  futuras  se  pasmaran 
al  oir  que  tales  monstruos  existieron  baxo  la  for- 
ma humana.  En  una  extensión  de  400  millas, 
desde  las  orillas  del  Orinoco  hasta  las  inmedia- 
ciones de  Caracas,  no  ahorraron  ni  á  una  sola  alma 
viva  de  los  que  rehusaron  seguirles.  Por  medios 
tan  desesperados  levantaroil  un  cuerpo  de  8000 
hombres,  dé  los  que  tan  solo  50  eran  Europeos  y 
Canarios,  algunos  quantos  mulatos,  y  el  resto  es- 
clavob.  Marchaban  como  un  torrente  destruyendo 
quanto  se  les  ponia  por  delante.  Boves  tomó 
posesión  dé  La  Victoria,  Rósete  de  Ocumare,  que 
ion  dos  ciudades  muy  cerca  de  Caracas.  Yanez 
y  Puy  habiendo  conquistado  á  Varinas,  efectuaron 
una  unión  con  Boves  y  Rósete,  á  principios  de 
Febrero  de  1814. 

A  esta  época  los  prisioneros  Españoles  en  La 
Güayra  y  Caracas  entraron  en  una  conspiración 
contra  el  Gobierno.  Las  tropas  de  Bolivar  eran 
pocas  comparadas  con  las  del  enemigo ;  y  no  se 
atrevía  á  Sacar  las  guarniciones  de  La  Guayra  y 
de  Caracas,  por  miedo  de  que  los  prisioneros  que 
estaban  alli  no  hiciesen  alguna  tentativa,  y  por 
el  temor  de  que  los  esclavos,  que  no  estaban  sino 
demasiado  dispuestos,  se  rebelasen  contra  sus 
amos.  Habiendo  llegado  al  mismo  tiempo  la 
noticia  del  degüello  de  los  habitantes  de  Ocumare, 
tres  de  los  quales  habian  sido  asesinados  en  la 

8 


352 

iglesia,  Bolívar,  lleno  de  indignación,  y  su  situa- 
ción crítica  agravada  por  cuidados  tan  agoni- 
zantes, mandó,  en  un  momento  de  frenesí,  que 
executasen  á  los  prisioneros  que  estaban  en  su 
poder,  y  cerca  de  800  fueron  afusilados  en  esta 
ocasión.  Quando  el  gobernador  de  Puerto  Car 
bello  recibió  noticia  de  ello,  mandó  que  matasen 
á  todos  los  prisioneros  en  su  posesión. 

Bolívar  se  volvió  á  poner  en  campaña,  y 
derrotó  á  Boves  en  la  Victoria ;  el  Coronel  Rivas 
derrotó  á  Rósete  á  las  orillas  del  Tuy,  y  Yanez 
fue  muerto  en  Ospinos.  Sin  embargo,  Boves  y 
Rósete  volvieron  á  reunir  sus  fuerzas,  y  se  diri- 
gieron otra  vez  á  Caracas.  Marino,  que  había 
marchado  desde  Cumana  para  reforzar  á  Bolívar, 
y  que  se  juntó  con  una  división  de  sus  tropas  baxo 
Montilla,  rechazó  á  los  realistas  en  Boca  Chica* 
Pocas  días  antes  Bolívar  había  batido  á  los  realis- 
tas en  Sn  Mateo ;  y  estas  dos  victorias  les  obligaron 
á  levantar  el  sitio  de  Valencia. 

Después  de  estas  perdidas  Boves  se  retiró  á 
Los  Llanos ;  y  Cevallos,  que  mandaba  el  exercito 
sitiador  en  Valencia,  se  retiró  á  Sn  Carlos,  adonde 
fue  perseguido  por  Marino ;  pero  habiendo  sido 
rechazado  en  un  ataque  que  hizo  el  1 6  de  Abril, 
se  retiró  á  Valencia.  Cagigal,  que  había  sido 
nombrado  Capitán-General  de  Venezuela  en  lu- 
gar de  Monteverde,  traxó  refuerzos  de  Coro ;  y 
habiendo  unido  todas  las  divisiones  baxo  Cevallos, 
Calzada,'  y  otros,  se  avanzó  hacia  esta  ultima 
plaza,  con  la  intención  de  librar  batalla  á  los 


353 

independientes.  £1 28  de  Mayo  de  1814  los  exer- 
citos  se  encontraron.  La  batalla  se  mantubo  con 
la  mayor  obstinación  de  parte  y  de  otra,  pero  por 
fin  la  ventaja  se  volvió  en  favor  de  los  indepen- 
dientes :  los  realistas  fueron  completamente  der- 
rotados, perdieron  muchas  armas  y  municiones,  y 
dejaron  500  hombres  en  el  campo  de  batalla 
entre  muertos,  prisioneros,  y  heridos. 

Bolívar,  considerándose  bastante  seguro  en  la 
posesión  de  Venezuela,  volvió  ahora  su  atención 
hacia  Coro  y  Los  Llanos ;  esperando  destruir  las 
esperanzas  de  los  realistas,  si  se  apoderaba  de 
estos  puntos,  que  era  de  donde  los  Españoles  sa- 
caban sus  recursos.  Para  lograr  este  objeto,  Ur- 
daneta  marchó  contra  Coro  con  500  hombres ; 
Marino  se  dirigió,  con  cosa  del  mismo  numero, 
contra  S*  Fernando  de  Apure  en  Varinas ;  y  el 
general  en  gefe  se  quedó,  con  la  otra  tercera 
parte  de  su  exercito,  para  oponerse  á  Boves,  que 
había  estado  al  combate  de  Carabobo,  y  que  se 
avanzaba  con  un  numeroso  cuerpo  de  caballería 
contra  Bolívar.  Si  los  realistas  hubiesen  aguar- 
dada á  este  cuerpo,  hubieran  quiza  ganado  esta 
ultima  batalla ;  y  si  Bolívar  no  hubiere  dividido 
sus  tropas,  Boves  hubiera  sido  indubitablemente 
batido,  por  la  superioridad  de  disciplina  de  los 
patriotas. 

Pocos  días  después,  las  tres  divisiones  del  exer- 
cito se  hallaron  muy  distantes  las  unas  de  las 
otras.  Boves  atacó  á  Bolívar,  y  le  obligó,  des-, 
pues  de  muchas  horas  de  combate,  á  abandonar 

TOM.  II.  z 


35* 

el  campo.  Cagigal  y  Calzada*  después  de  haber 
juntado  algunas  de  sus  tropas  dispersadas,  ataca- 
ron á  la  división  de  Marino,  y  le  forzaron  á  re* 
tirarse  á  Cumana,  después  de  haber  cortado  su 
comunicación  con  Caracas.  Quañdo  Urdatíeta 
recibió  inteligencia  de  estas  derrotas,  se  hallaba 
demasiado  lexos  para  poder  socorrer  á  Caracas  j 
de  consiguiente  se  retiró  con  sus  tropas  á  Cúcuta* 
en  las  fronteras  de  S*  Fé. 

Desde  este  instante  la  confusión  se  mezcló 
entre  los  patriotas.  En  aquel  momento  no  había 
ningún  exercito  para  proteger  á  Caracas.  £1 
pueblo  estaba  descontento  con  él  gobierno  militar 
de  Bolívar ;  y  los  habitantes  de  Los  Llanos,  desa- 
probando la  conducta  de  Don  J.  Campo  Elias, 
que  hizo  morir  varios  de  sus  compatriotas,  que 
había  hecho  prisioneros  en  un  combate  prece* 
dente,  tomaron  abiertamente  la  causa  de  los  rea* 
listas»  Levantaron  el  sitio  de  Puerto  Cabello,  y 
el  exercito  se  embarcó  para  Cumana,  adonde  Bo- 
lívar se  dirigió  con  el  resto  de  sus  tropas,  seguido 
de  casi  toda  la  población  de  Caracas,  que  temia 
la  cruel  barbarie  de  Boves,  y  de  sus  sequaces. 
Boves  se  avanzó  sobre  Caracas  y  La  Guayra,  que 
se  entregaron  en  el  mes  de  Julio  de  1814.  Sin 
embargo,  Valencia  se  mantenía  aun,  y  los  realis* 
tas  la  pusieron  el  sitio;  pero  la  guarnición  no 
teniendo  ninguna  esperanza  de  socorro,  aceptó 
las  condiciones  de  la  capitulación  de  los  sitiadores; 
Como  sabían  quan  grande  era  la  falta  de  fé  de  los 
gefes  realistas,  pidieron  que  se  celebrase  una  misa 


355 

antomne  delante  de  los  dos  exercitos,  y  que  el  ge- 
neral realista  tomase  un  juramento  delante  del  sa- 
cramento pera  guardar  religiosamente  los  términos 
de  la  capitulación-  Esto  hedió»  la  ciudad  fue 
estregada ;  ¡  y,  pocas  horas  después,  los  oficiales 
republicanos,  con  una  gran  parte  de  los  soldados, 
fueron  afusilados ! 

Botos  siguió  y  alcanzó  al  exercito  patriota  en 
Barcelona,  que  derrotó  en  Araguita.  La  fortuna 
no  acompañaba  ya  mas  á  las  armas  de  Bolivar ;  y 
los  comandantes  de  su  flotilla  apostados  para  pro- 
teger la  costa,  rehusaron  obedecer  á  sus  ordenes. 
Considerando  toda  esperanza  perdida,  se  embarcó 
con  algunos  de  sus  oficiales  escogidos  para  Carta* 
gena.  Rivas  y  Bermudez  se  separaron  de  él,  y 
se  fueron  á  Maturin  con  algunas  tropas.  Altt 
se  reunieron  á  ellos  todos  los  patriotas  que  sabían  > 
no  hallarían  quartel  si  tenían  la  desgracia  de  caer 
en  manos  de  loe  realistas.  Morales,  y  después 
Boyes,  les  atacaron  aWi,  pero  los  dos  fueron  recha- 
zados con  grande  perdida.  Rivas  y  Bermudez 
obtubieron  muchas  ventajas  sobre  los  realistas  en 
varias  acciones  subseqüentes,  pero  los  realistas 
lograron  por  fin  derrotarles  en  Úrica  el  5  de 
Diciembre  de  1814.  Entonces  Maturin  cayó  en 
su  poder ;  pero  tubieron  que  lamentar  la  perdida 
de  su  favorito  Boves.  Rivas  fue  hecho  prisionero 
y  afusilado,  y  su  cabeza  enviada  á  Caracas,  en 
donde  la  expusieron  publicamente.  Bermudez 
se  embarcó  para  la  isla  de  Margarita,  donde  man- 
tubo  el  gobierno  republicano,  hasta  la  llegada 


356 

de  la  expedición  de  España  baxo  el  mando  de 
Morillo. 

Esta  expedición  consistía  en  10,000  hombres, 
embarcados  en  Cádiz  en  cerca  de  cinquenta  trans- 
portes, acompañados  de  dos  fragatas.  Este  arma- 
mento fue  enviado  por  Fernando  el  bien  amado, 
que  habia  obtenido  su  libertad  de  Bonaparte,  y 
que  dio  un  decreto  en  Junio  de  1814,  en  el  que 
mandaba  á  los  Americanos  hechar  ábaxo  sus 
armas.  Toda  esperanza  de  reconciliación  habién- 
dose ahora  terminado;  y  muchos  de  los  que 
hasta  aquel  momento  habían  mantenido  los  dere- 
chos de  Fernando  el  VII.  percibiendo  que  no 
habia  ninguna  esperanza  de  alivio  para  sus  males, 
—que  no  habia  ninguna  alternativa  sino  la  escla- 
vitud ó  la  libertad, — se  pusieron  baxo  el  estan- 
darte de  la  independencia. 

Las  noticias  de  la  retirada  del  exercito  de  Po- 
payan,  de  las  victorias  de  Boves  contra  los  re- 
publicanos de  Venezuela,  y  el  restablecimiento 
del  rey  Fernando,  llegaron  todas  juntas  al  Con- 
greso de  Nueva  Granada.  Los  peligros  que  ame- 
nazaban la  independencia  del  Sud  de  America  se 
mostraban  ahora  en  sus  verdaderos  colores  j  y  se 
publicó  una  proclama,  en  la  que  después  de  reca- 
pitular las  vicisitudes  de  los  exercitos  de  las 
Repúblicas,  y  la  situación  de  los  negocios  mili- 
tares en  Nueva  Granada,  exhortaba  al  pueblo  á 
hacer  quantos  esfuerzos  estubiesen  en  su  poder 
para  rechazar  á  los  Españoles,  que  les  reducirían 
á  aquel  estado  de  abyecta  esclavitud  de  la  que 


357 

tan  felizmente  acababan  de  salir.  Este  docu- 
mento es  con  fecha  del  1  de  Septiembre  de  1814. 

A  pesar  del  estado  critico  de  los  negocios,  Don 
Bernardo  Alvarez,  que  había  reemplazado  á  Na- 
riño  en  la  presidencia  de  Cundinamarca,  persistía 
aun  en  no  querer  acceder  á  la  confederación, 
aunque  tal  conducta  impedia  llevar  á  efecto  las 
excelentes  medidas  que  el  Congreso  tomaba  para 
la  defensa  de  su  paya.  Alvarez  informado  que 
la  voz  general  en  la  provincia  era  contra  él, 
convino  en  enviar  diputados  para  tratar  con  el 
Congreso  sobre  la  unión  de  S*  Fé.  Se  concluyó 
un  tratado,  pero  que  rehusó  ratificar.  Después 
propuso  una  alianza,  que  el  Congreso  rehusó 
aceptar. 

A  fines  del  año  de  1814  Bolívar  llegó  á  Tunja, 
donde  el  Congreso  tenia  entonces  sus  sesiones. 
Las  provincias  confederadas,  que  obraban  baxo  la 
dirección  del  Gobierno  General,  determinaron 
forzar  á  la  provincia  de  Cundinamarca  á  some- 
terse á  su  autoridad.  Aquella  división  del  exer- 
cito  de  Venezuela,  que  se  habia  retirado  á  Cúcuta, 
después  de  la  derrota  de  Bolívar  en  La  Puerta, 
recibió  ordenes  de  marchar  á  Tunja ;  y  habiendo 
sido  reforzada  allí,  marchó,  baxo  el  mando  de 
Bolívar,  contra  Sto  Fé,  en  Diciembre  de  1814. 
Dieron  el  asalto  á  la  ciudad,  y  los  principales  ar- 
rabales ya  estaban  en  poder  de  Bolívar,  quando 
Alvarez  aceptó  la  capitulación  que  se  le  habia 
ofrecido,  por  la  que  se  proponía,  que  Cundina- 
marca sería  reunida  á  las  provincias  confederadas, 


«58 

gozando  de  los  mismos  derechos  y  privilegios  que 
las  demás.  El  Colegio  Electoral  se  reunió,  y 
habiendo  ratificado  la  capitulación,  invitó  xl  Con- 
greso á  fixar  su  residencia  aUi,  lo  que  hizo  poco 
tiempo  después. 

El  Congreso  poseía  ahora  amplio  poder*  Pa- 
saron varías  disposiciones,  que  tendían  á  denles 
mas  vigor  en  su  resistencia  contra  ke  Españoles* 
In  vestieron  con  el  poder  ejecutivo  á  tres  peñones» 
Don  R.  Torices,  García  Rnbria,  y  M.  Pey,  muy 
conocidos  por  sus  principios  republicanos,  y  por 
sus  talentos  distinguidos.  Al  mismo  tiempo  pu- 
blicaron varios  decretos,  que  contenían  reglamen- 
tos para  la  elección  délos  miembros  del  Congreso, 
&c.  con  otras  varias  sabias  provisiones  para  la 
economía  interior  del  pays. 

El  Congreso  tenia  ahora  buenas  esperanzas 
íu turas.  Muchas  de  las  cargas  mas  opresivas 
del  pueblo  habían  sido  alzadas,;  el  pueblo  es- 
taba contento,  y  ponía  confianza  en  la  sabi- 
duría y  energía  del  Gobierno.  Contribuían 
todos  con  ardor  á  asistirle  con  sus  personas  y 
propiedades,  y  los  frailes  Dominicos  dieron  un 
noble  exemplo  de  patriotismo,  poniendo  á  la  dis- 
posición del  Gobierno  una  gran  parte  de  la  plata 
que  habían  estado  recogiendo  por  muchos  años,  y 
amontonando  en  el  santuario  de  Chiqutnquira. 
El  Congreso,  para  evitar  las  intrigas  de  los  Es- 
pañoles, decretó  su  expulsión  de  las  provincias 
confederadas,  dexandoles  almismo  tiempo  la 4ibre 
disposición  de  sus  .propiedades. 


359 

El  Congreso  mandó  refuerzos  para  Cabal,  que 
se  estaba  oponiendo,  con  el  exercito  de  Popayan, 
á  la  marcha  de  los  realistas.  También  Urdaneta 
recibió  refuerzos  para  proteger  la  provincia  de 
Pamplona,  que  los  realistas  de  Maracaibo  habían 
ameuudo  amenazado  de  subyugan  S*  Marta  era 
el  tercer  territorio  que  poseían  los  realistas,  y  á 
su  reducción  dirigía  la  confederación  su  principal 
atención*  £1  haber  poseído  S*  Marta,  hubiera 
habilitado  ai  Congreso  á  hacer  una  vigorosa  resis- 
tencia á  la  expedición  de  Morillo,  que  en  aquel 
tiempo  se  estaba  equipando  en  Cádiz,  si  hubiere 
sido  destinada  contra  Nueva  Granada.  Bolívar 
fue  nombrado  Capitán  General  de  los  exercitos 
de  Nueva  Granada  y  Venezuela,  y  mandaba  las 
tropas  destinadas  contra  S*  Marta.  Pero  las 
diferencias  que  se  levantaron  en  conseqüencia  de 
la  oposición  manifestada  por  el  gobierno  de  Carta- 
gena al  nombramiento  de  Bolívar,  y  su  resenti- 
miento á  tal  oposición  poniendo  sitio  á  Cartagena, 
deshicieron  los  planes  del  Congreso,  é  hicieron 
mutiles  ios  esfuerzos  de  las  provincias. 

Los  realistas  obtvbieroh  posesión  de  una  gran 
parte  de  la  provincia,  mientras  que  los  indepen- 
dientes estaban  combatiendo  á  las  mismas  puertas 
de  la  ciudad  por  enemistades  particulares;  y 
Morillo  llegó  justamente  á  tiempo  para  aprove- 
charse de  la  confusión  que  habían  creado  estos 
disturbios  civiles.  Bolívar  capituló  con  el  Go~ 
bienio  de  Cartagena,  y  salió  de  la  provincia j 
desando  á  sus  tropas  para  la  defensa  de  la  ciudad, 


360 

muy  disminuidas  por  la  guerra,  y  por  la  maligni- 
dad del  clima. 

Morillo,  aprovechándose  de  estas  circunstan- 
cias, puso  el  sitio  á  Cartagena,  y  el  Gobierno  de 
Sto  Fé  no  tenia  en  su  poder  el  asistir  á  la  ciudad* 
Sin  embargo,  se  hicieron  muchos  esfuerzos  para, 
resistir  á  los  realistas,  que  invadían  la  provincia 
en  tres  puntos  diferentes.  Cada  individuo  se 
esforzó  lo  mas  que  pudo j  pero  la  fuerza  de  los 
realistas  era  tan  grande,  que  ni  todas  las  tropas 
recogidas  por  los  patriotas  hubieran  podido  opo- 
nerse á  sus  progresos.  Cartagena  fue  tomada  por 
los  realistas ;  y  á  pesar  de  los  esforzados  combates 
que  libraron  los  patriotas  en  Cachiri  y  Los  Reme- 
dios, fueron  batidos  en  todas  las  partes,  y  Morillo 
hizo  su  entrada  triunfante  en  Santa  Fé  de  Bogotá 
en  Junio  de  1816. 

Sin  embargo,  los  negocios  de  los  realistas,  á 
pesar  de  sus  victorias,  no  estaban  en  una  condi- 
ción nada  floreciente,  según  parece  por  una  carta 
de  Morillo  al  Ministro  de  la  Guerra  en  España, 
con  fecha  del  7  de  Marzo  de  1816,  que  se  halló, 
á  bordo  del  buque  La  Leona,  que  iba  á  Cádiz 
desde  la  Habana,  quando  fue  capturado  por  una 
fragata  de  Buenos  Ayres.  En  ella  se  queja  de 
la  resistencia  obstinada  que  halló  en  todos  los 
parages,  del  aborrecimiento  por  el  nombre  Espa- 
ñol, y  del  odio  que  reynaba,  aun  entre  el  clero, 
por  el  Gobierno  Español.  Ademas  de  eso  asegura 
que  era  imposible  esperar  un  feliz  resultado  ulte- 
rior, ni  retener  en  sujeción  el  pays,  sin  socorros 


361 

inmediatos  de  España  de  hombres,  armas,  y  mu- 
niciones. 

En  el  entretanto  Bolívar  se  había  hecho  á  la 
vela  para  la  Jamaica,  para  armar  una  expedición 
en  favor  de  Cartagena.  Con  esta  intención  se 
había  dirigido  á  Aux  Cayes,  pero  la  captura  de 
Cartagena  impidió  la  exeeucion  de  su  plan,  y  otra 
vez  volvió  su  atención  á  Venezuela. 

La  demasiada  arrogancia  de  los  Españoles  in- 
dúxo  á  muchos  Creollos,  que  al  principio  se  hubi- 
eran alistado  baxo  sus  banderas,  á  juntarse  con 
los  independientes,  que  se  habían  dispersado  des- 
pués de  la  batalla  de  Úrica,  y  que  formaron  un 
cuerpo  de  guerrillas.  Estos  soldados,  pues  no 
pueden  llamarse  tropas,  mandados  por  Monagas, 
Piar,  Roxas,  Saraza,  Llanos,  y  otros,  ocupaban  el 
interior  de  la  provincia  de  Guiana,  Cumana,  Bar- 
celona, Caracas,  y  Varinas,  molestando  á  los  des- 
tacamentos Españoles  que  perseguían  casualmente, 
.y  que  amenudo  derrotaban. 

Tal  era  el  estado  de  Venezuela,  quando  Ariz- 
mendi  levantó  otra  vez  el  estandarte  de  la  rebelión 
en  la  isla  de  Margarita ;  y  habiendo  batido  varias 
á  la  guarnición  Española,  tomó  posesión  de  una 
parte  de  la  isla,  al  mismo  tiempo  que  Morillo 
tomó  la  ciudad  de  Cartagena. 

Bolívar,  con  la  esperanza  de  mejores  sucesos, 
proyecto  una  expedición  que  asistiese  á  los  patrio- 
tas de  Margarita ;  y  juntándose  á  Brion,  natu- 
ral de  Curacoa,  que  había  servido  á  bordo  de  la 
flotilla  de  Venezuela,  y  que  habia  sido  naturali- 


362 

zádo  ciudadano  de  Cartagena  por  sus  servicios  £ 
aquella  provincia,  reunió  los  emigrantes  de  Ve- 
nezuela, y  parte  de  la  guarnición  que  había  eva- 
cuado á  Cartagena.  Brioo,  que  era  un  hombre 
hacendado»  pagó  ios  gastos  que  se  habían  in- 
currido; por  esta  razón  se  le  dio  el  mando  de 
las  fuerzas  marítimas,  que  consistían  en  dos  na- 
vios de  guerra  y  en  trece  transportes,  la  mayor 
parte  de  ellos  armados  con  cañones,  y  llevando  á 
bordo  cerca  de  1000  soldados.  Se  hicieron  á  la 
vela  de  Aux  Cayes  á  últimos  de  Marzo  de  1816, 
y  á  principios  de  Mayo  desembarcaron  en  Mar- 
garita, habiendo  primero  tomado  dos  navios  de 
guerra  Españoles,  después  de  un  combate  muy 
sangriento,  en  el  que  Brioo  fue  herida  Los 
Españoles  abandonaron  casi  toda  la  isla,  no  guar- 
dando mas  que  el  fuerte  de  Pampatar. 

Desde  Margarita,  Bolívar  se  embarcó  para  Ca- 
rupano,  una  ciudad  á  pocas  leguas  al  oeste  de 
Cumana,  de  que  desposeyó  á  los  realistas ;  y  ha- 
biendo armado  muchas  de  las  guerillas  que  vinie- 
ron á  juntarse  con  ¿i,  se  embarcaron  para  Ocu- 
mare,  que  con  Coroni  son  dos  puertos  situados  en- 
tre La  Guayra  y  Puerto  Cabello.  Cerca  de  estos 
puertos  hay  muchas  plantaciones  cultivadas  por 
esclavos.  A  estos  Bolívar  dirigió  una  prodama 
ofreciéndoles  su  libertad,  con  fecha  de  Ocumare 
el  6  de  Julio  de  1816.  Después  desembarcó 
su  vanguardia  en  Coroni,  y  él  con  el  resto  en 
Ocumare*  Sir  Gregor  M*Gregor,  que  mandaba 
la  vanguardia,  tomó  á  Mar acay  y  á  La  Cabrera,  y 


363 

proseguía  su  camino  a  La  Victoria,  quafldo  Mo- 
rales, que  había  sido  despachado  por  Morillo  á 
Venezuela,  habiendo  recibido  inteligencia  de  la 
¿expedición  de  Bolívar»  llegó  justamente  á  tiempo 
para  oponerse  á  los  patriotas.  Morales,  viendo  el 
«eser cito  de  Bolívar  separado  por  varias  leguas  de 
distancia,  atae£  á  la  retaguardia,  que  Bolívar  man- 
daba en  persona;  y  después  de  una  sangrienta 
acción,  en  la  que  los  patriotas  perdieron  £00  hom- 
bres, y  sus  mejores  oficiales,  Bolívar  tubo  que 
volverse  á  embarcar.  Sir  Gregor  M<Gregor,  en 
conseqüencia  de  la  ausencia  de  Bolívar,  cambio 
su  destinación  anterior,  y  tomó  el  camino  de  Bar- 
celona, por  los  llanos.  Después  de  la  derrota  de 
¿olivar  se  halló  en  un  peligro  inminente ;  pero 
que  superó  por  su  conocimiento  del  pays,  y  por 
la  confianza  que  inspiró  á  sus  tropas* 

Los  realistas  le  persiguieron  furiosamente  des- 
pués de  .la  derrota  de  Bolívar,  y  despacharon 
-todas  sus  tropas  para  efectuar  su  destrucción, 
cortado  como  estaba  de  quantos  parages  podía 
esperar  socorro.  A  pesar  de  eso  logró  rechazar 
á  los  realistas  en  Alacrán,  derrotándoles  comple- 
jamente en  Juncal»  Estas  victorias  le  pusieron 
«a  posesión  de  Barcelona,  por  cuya  via  M 'Gregor 
podía  abrir  una  comunicación  con  los  generales 
patriotas  en  las  provincias  de  Cumana  y  de 
'Gutasa. 

Los  Españoles  evacuaron  á  Pampatar  el  2  de 
Noviembre  j  y  la  isla  de  Margarita  estando,  en 


364 

conseqüencia  de  esto,  enteramente  libre,  el  Gene- 
ral Arizmendi  desbandó  sus  tropas,  y  salió  para 
reunirse  con  los  patriotas  en  Barcelona.  Bolívar, 
que  después  de  la  derrota  de  Ocumare  habia 
vuelto  á  Aux  Cayes,  se  hizo  ál  a  vela,  y  desembar- 
có en  Margarita  en  Diciembre  de  1816,  trayendo 
refuerzos  consigo.  Alli  publicó. una  proclama 
convocando  á  los  habitantes  de  Venezuela  á  un 
Congreso  General,  y  después  fue  á  Barcelona,  en 
donde  organizó  un  gobierno  provisional.  En  esta 
plaza  fue  atacado  en  Febrero  y  Marzo  de  1817  i 
pero  les  rechazó  con  mucha  perdida. 

£1 11  de  Abril  Piar  derrotó  á  los  realistas  en 
Guiana,  obligándoles  á  encerrarse  en  Guiana  la 
Viga,  y  en  la  ciudad  de  Angostura.  Paez  obtu- 
bo  también  ventajas  considerables  cerca  de  S0 
Fernando  de  Apure,  en  un  combate  que  tubo  con 
los  realistas,  que  baxaban  de  S*  Fé  hasta  2000 
en  numero,  baxo  el  mando  de  Morillo,  para  re- 
forzar á  los  de  Caracas.  Sin  embargo,  los  patrio* 
tas  perdieron  la  ciudad  de  Barcelona  el  7  de 
Abril. 

Al  siguiente  mes  llegó  de  España  un  refuerzo 
de  1600  hombres.  Sin  embargo,  Paez  tomó  po- 
sesión de  Calabozo;  y  de  ese  modo  todos  los 
llanos  de  Guiana,  Varinas,  Cu  mana,  Barcelona,  y 
Caracas,  estaban  en  poder  de  los  patriotas. 

£1 5  de  Junio  Brion  se  embarcó  en  Pampatar 
con  su  esquadra,  para  co*operar  con  Bolívar  y 
Piar  en  el  sitio  á  Angostura,  que  se  entregó  el  17 


365 

de  Julio,  después  de  un  bloqueo  riguroso  desde 
el  17  de  Abril.  Marino  derrotó  á  los  Españoles 
á  esta  época  cerca  de  Cariaco ;  su  perdida  habi- 
endo sido  estimada  á  400  hombres. 

Morillo  recibía  ordenes  positivas  de  Madrid 
de  apoderarse  de  la  isla  de  Margarita.  £1  Go- 
bierno Español  sabia  quan  importante  era  esta 
isla,  y  percibía  claramente  que  todos  sus  esfuer- 
zos en  Tierra  Firme  no  valdrían  mucho,  mientras 
que  los  patriotas  mantubiesen  su  dominio  en  ella. 
Su  posición  á  una  pequeña  distancia  del  conti- 
nente, el  espíritu  invencible  y  atrevido  de  sus 
habitantes,  resueltos  por  la  causa  de  la  indepen- 
da, era  un  punto  para  los  patriotas  inapreciable, 
los  que  iban  constantemente  en  busca  de  hombres, 
armas,  municiones,  &c.  que  recibían  de  Inglater- 
ra, y  en  donde  equipaban  nuevas  expediciones 
contra  la  costa. 

Era  imposible  impedir  que  tales  expediciones 
desembarcasen  en  las  circunstancias  en  que  se 
hallaba  Morillo,  que  tenia  al  frente  una  armada 
considerable  de  patriotas.  De  consiguiente  de- 
terminó hacer  un  ataque  sobre  Margarita  con  un 
cuerpo  considerable  de  tropas.  Habiendo,  pues, 
desembarcado  allí,  tomó  posesión  de  Pampatar, 
y  de  algunas  otras  plazas  que  los  habitantes  eva- 
cuaron á  su  llegado.  Se  retiraron  á  las  montañas ; 
de  donde  baxaban  en  pequeñas  partidas,  haciendo 
una  guerra  continua  contra  las  fuerzas  Españolas, 
que  sufrían  mucho  por  falta  de  provisiones,  la  isla 
siendo  excesivamente  estéril,  y  dependiendo  del 


366 

continente  en  provisiones.  Morillo  no  podiendo 
obtener  posesión  de  Ib  Asumprion,.  donde  Gómez 
el  gobernador  independiente  se  había  retirados,  se 
vio  forzado  á  abandonar  la  isla,  después  de  haber 
estado  en  ella  mes  y  medio,,  durante  cuyo  tiempo 
cometió  los  actos  mas  horribles  de  crueldad  y  da 
opresión. 

En  Octubre  los  independientes  recibieron  un 
socorro  muy  oportuno  de  oficiales,  soldados»  mu- 
niciones, &c,  de  Inglaterra. 

A  esta  época  se  tubo  un  consejo  de  guerra  para 
juagar  al  General  Piar,  que  tomó  á  Angostura» 
Por  el  proceso  parece  que  había  tramado  con  los 
Mulatos  (él  mismo  era  Mulato)  para  encender 
una  guerra  civil,  y  ponerse  á  la  cabeza  de  lo& 
negocios,  en  oposición  á  Bolívar  y  á  los  blancos. 
Se  le  halló  culpable»  y  fue  condenado  á  ser  afusi- 
lado. Sin  embargo  la  perdida  de  un  hombre 
como  Fiar,  á  quien  la  República  debía  tanto»  era 
muy  sensible ;  pero  era  indispensable,  á  una  épo- 
ca en  que  la  unión  era  esencial  para  el  feliz  resul- 
tado de  la  empresa  de  la  independencia,  casti- 
gar severamente  la  menor  infracción  de  aquella 
unión. 

En  el  mismo  mes,  Bolívar,  que  le  reconocían 
como  Gefe  Supremo,  publicó  una  ley  para  la 
distribución  de  la  propiedad  nacional  entre  sus 
tropas,  según  el  rango  de  que  cada  uno  gozase 
en  el  exercito.  Esta  distribución  debía  hacerse 
por  una  diputación  especial,  de  la  que  el  Gobier- 
no tendría  la  dirección. 


867 

En  el  mes  precedente  Bermudez  dexó  á  An- 
gostura, para  quitar  el  mando  á  Marino,  á  quien 
le  formaron  su  causa  por  varió*  actos  de  desobe- 
diencia hacia  el  poder  executivo.  Fue,  sin  em- 
bargo, reintegrado  en  su  mando  poco  tiempo 
después,  habiendo  ampliamente  reconocido  á  Bo- 
lívar por  Gefe  Supremo,  tanto  en  lo  civil  como  en 
lo  militar. 

Bolívar,  habiendo  recibido  un  despacho  de  Sa- 
raza, en  el  que  le  informaban  que  Morillo  se  había 
avanzado  á  S*  Sebastian  de  los  Reyes,  con  el  ob- 
jeto de  reunir  sus  fuerzas  en  Calabozo,  sospendio 
la  expedición  que  estaba  preparando  contra  SD 
Efernando  de  Apure,  y  marchó  contra  Morillo 
con  5000  hombres,  dexando  á  Paez  para  que 
continuase  bloqueando  á  S*  Fernando* 

Bolívar  antes  de  su  salida  organizó  un  gobier- 
no provisional  en  Angostura,  para  la  administra- 
ción de  los  negocios,  hasta  que  se  pudiese  insta- 
lar un  Congreso. 

£1 31  de  Enero  de  1818  formó  una  unión  con 
Paez  á  las  bocas  del  Apure.  De  allí  se  avanza- 
ron contra  Morillo,  que  estaba  acampado  en  Ca- 
labozo. Atacó  á  Morillo  el  12  de  Febrero,  y  le 
forzó  á  tomar  refugio  en  la  ciudad.  Los  Espa- 
ñoles perdieron  su  bagage,  &c.  La  ciudad  fue 
después  atacada  por  el  exercito  patriota,  pero 
Morillo  la  evaqúo  durante  la  noche,  y  huyó. 
Bolívar  le  perseguio  inmediatamente ;  y  el  16  les 
volvió  á  atacar  en  Sombrero,  donde  hubo  un 
combate  muy  reñido.    Sin  embargo  logró  por  fin 


368      \ 

forzarles  á  retirarse  á  Barbacoas,  y  de  allí  á  Cu- 
ma  tagua. 

Bolívar  envío  una  división  en  pos  de  él,  con  la 
que  ocupó  los  valles  de  Aragua.  Entonces  Mo- 
rillo juntó  las  guarniciones  de  LaGuayra,  Puerto 
Cabello,  y  Caracas,  le  atacó,  y  le  obligó  á  retirar- 
se á  la  Villa  de  Cura,  de  allí  á  La  Puerta,  man- 
teniendp  un  fuego  continuo.  En  este  ultimo 
pueblo,  Morillo  recibió  una  herida,  que  se  creyó 
por  mucho  tiempo  sería  mortal.  Le  atravesaron 
el  ingle  con  una  lanza,  y  fue  conducido  á  Valen- 
cia en  una  hamaca* 

Después  de  la  batalla  de  Sombrera,  Bolívar 
despachó  un  cuerpo  de  tropas  para  reunirse  con 
Paez  en  el  sitio  de  Sn  Fernando,  que  los  patriotas 
tomaron  habiendo  sido  evacuada  precipitadamente 
por  los  realistas,  dexando  todas  sus  municiones, 
&c.  en  poder  del  enemigo. 

Calzada,  el  general  realista  en  Varinas,  viendo 
el  exercito  de  Bolívar  muy  debilitado  por  el  des- 
tacamento que  había  enviado  al  socorro  de  Paez, 
se  avanzó  para  interceptar  su  comunicación  con 
los  llanos.  Dieron  un  combate  que  mantubieron 
con  mucha  obstinación  de  los  dos  lados.  Sin 
embargo  Bolívar  perdió  la  batalla,  y  se  vio  obli- 
gado á  retirarse  á  Calabozo,  adonde  se  le  juntaron 
Paez  y  Cedeño. 

El  26  de  Marzo,  Paez  derrotó  á  los  realistas  en 
los  altos  de  Ortiz,  baxo  La  Torre,  al  que  obligó 
á  retirarse  á  Valencia. 


369 

En  Mayo,  Morillo,  que  se  había  curado  de  la 
herida,  habiendo  recogido  sus  fuerzas,  dio  bata- 
lla á  Paez  en  los  llanote  de  Cojedos,  que  aunque 
los  dos  oponentes  pretendían  igualmente  á  la  vic- 
toria, quedó  por  ultimo  en  favor  de  los  realistas. 
La  caballería  de  Paez  fue  tan  maltratada  en  la 
acción  que  tubo,  que  retirarse  al  Apure  á  remon- 
tarla, y  de  este  modo  no  pudo  penetrar  hasta 
Valencia. — En  Sn  José,  antes  de  la  batalla  de 
Cojedos,  el  Coronel  López  sorprendió  á  Bolívar, 
y,  si  escapó  vivo,  lo  debió  á  su  buena  fortuna. 

Morales,  el  general  Español,  tubo,  sin  embar- 
go, que  evacuar  á  Calabozo,  que  había  sido  toma- 
do por  La  Torre,  y  se  retiró  á  Sombrero,  en  con- 
seqüencia  de  una  derrota  que  experimentó  un 
destacamento  de  tropas,  que  había  enviado  para 
observar  los  movimientos  del  enemigo,  en  la  que 
trescientos  carabineros  reales  fueron  muertos  y 
hechos  prisioneros. 

Mientras  que  estos  sucesos  ocurrían  en  el  inte- 
rior, el  General  Marino  tomó  á  Cariaco;  y  el 
Almirante  Brion,  después  de  haber  dispersado  la 
flotilla  -Española,  y  tomado  varios  barcos  en  el 
Orinoco,  en  los  que  hallaron  algunas  piezas  de 
artillería,  10,000  fusiles,  y  muchas  municiones, 
tomó  á  Guiana  por  sorpresa  el  24  de  Julio. 

Morillo  mudó  su  quartel-general  de  Valencia 
á  S*  Carlos,  en  conseqüencia  de  que  una  divi- 
sión del  General  Paez,  baxo  el  mando  del  Coro- 
nel Peña,  batió  un  cuerpo  muy  grande  de  Espa- 
ñoles cerca  de  Coro.     El  25,  Paez  estaba  en 

TOM.  II.  a  a 


370 

posesión  de  toda  la  provincia  de  Varinas,  y  de 
todos  los  llanos  baxos  dé  Caracas.  Un  cuerpo 
escogido  de  Caballería  penetró  aun  hasta  Toru- 
nos, donde  destruyó  un  pequeño  destacamento 
de  realistas,  y  prosiguió  hasta  la  capital  de  Vari- 
nas, que  ocupó  sin  oposición.  Calzada,  el  gene- 
ral realista,  si  retiró  sobre  Guanare,  con  1300 
hombres. 

Don  Francisco  Antonio  Zea,  que  era  Presi- 
dente del  Consejo  de  Gobierno,  publicó  la  pro- 
clama que  aqui  abaxo  damos  casi  en  sus  mismas 
palabras,  y  que  debió  haber  sido  insertada  antes, 
para  haber  guardado  mejor  el  orden  histórico,  pero 
que  no  lo  hizimos  por  no  interrumpir  la  narrativa 
de  las  operaciones  militares.  Fue  dirigida  á  los 
oficiales  y  soldados  Ingleses,  que  habian  ido  de 
Inglaterra  para  juntarse  con  los  independientes, 
en  el  curso  de  este  año. 

República  de  Venezuela. 

Francisco  Antonio  Zea,  Presidente  ad  interim  del  Con- 
sejo de  Gobierno,  Gefe  del  Departamento  de  Hacienda 
en  el  Consejo  de  Estado,  Intendente-General  de  loa 
Exercitos  de  la  República,  &c. 

A  los  oficiales  Ingleses,  oficiales  sin  nombramiento,  y  sol- 
dados de  la  brigada  de  artillería,  y  de  los  quatro  regimientos 
enlistados  baxo  nuestras  banderas : 

Bien-venidos  seáis  en  esta  hora  propicia,  ilustres  defensores 
de  la  libertad ;  bien-venidos  seáis  á  los  brazos  de  vuestros  her- 
manos, y  al  seno  de  vuestro  pays  adoptivo.  Nuestros  vale- 
rosos marineros  os  fueron  á  recibir  lexos  de  nuestras  orillas, 


371 

y  el  héroe  que  les  manda,  extrangero  como  vosotros,  podra 
testificar  si  sabemos  apreciar  á  los  hombres  valientes  de  todos 
los  payses,  que  vienen  á  asociarse  á  la  gloriosa  causa  de  núes* 
tra  independencia. 

Esta  causa  es  digna  de  vosotros:  es  la  causa  de  la  sabidu- 
ría y  de  la  industria,  de  las  artes  y  del  comercio — la  sagrada 
causa  del  trato  social,  y  de  consiguiente  la  de  todas  las  na- 
ciones y  de  todos  los  individuos.  Lo  es  principalmente  la  de 
vuestra  nación,  que,  siendo  la  mas  activa,  industriosa,  y  co- 
mercial, debe  interesarse  mas  en  que  los  Españoles,  avari- 
ciosos usurpadores  de  la  mitad  del  mundo,  la  restituyan  á  la 
rasa  humana. 

Este  grande  acto  de  justicia  antes  debe  llamar  la  atención 
de  los  gabinetes  ilustrados,  que  la  de  ejércitos ;  j  pero  nó  sé 
por  que  ¡fatalidad  la  Europa  respecta  un  Gobierno  que  ha  teni- 
do la  insolencia  de  insultaría,  con  el  restablecimiento  de  la 
inquisición,  y  de  otras  instituciones  inhumanas,  en  faz  de  la 
Real  Sociedad  de  Londres,  del  Instituto  de  París,  y  de  cien- 
tos de  academias  y  universidades! — Con  dificultad  podra 
creer  la  posteridad,  que  la  Europa  civilizada  ha  tolerado  en 
su  seno  un  Gobierno,  que,  prodigo  de  sangre,  horrores,  y  de 
estragos  como  en  el  siglo  de  Pizaro,  arrasa,  quema,  devora, 
y  destruye,  lo  que,  en  el  delirio  de  un  dominio  insensato,  aca- 
bara por  privar  á  las  naciones  comerciales  de  las  preciosas 
producciones  de  nuestro  vasto  continente,  y  á  nosotros  del 
producto  de  su  industria  y  manufacturas. 

Nuestra  independencia  puede  tan  solo  terminar  tantos 
males :  el  mundo  exige  la  independencia  de  America,  y  el  dia 
mas  esclarecido  de  la  humanidad  será  aquel  en  que  se  reco- 
nozca. '  ' 

Este  suceso  memorable  será/sin  duda,  la  época  roas  distin- 
guida de  la  historia.  Un  nuevo  movimiento  intelectual — un 
nuevo  impulso  dado  á  la  industria  y  á  las  artes,  á  la  agricul- 
tura y  al  comercio : — la  America  ofrecerá  á  la  Europa  mil 
producciones  nuevas — la  Europa,  en  su  turno,  ofrecerá  á  la 
America  una  infinidad  de  invenciones  nuevas ;— tales  serán 
los  frutos  de  nuestra  independencia,  y  tales  los  lazos  de  amis- 
tad que  unirán  el  Nuevo  Mundo  con  el  Antiguo,  en  lugar  de 


372 

la  barbara  cadena  que  le  tiene  amarrado  tan  solamente  á  Es- 
paña. Rompámosla  de  una  vez  sobre  la  cabeza  de  su  Go- 
bierno, para  que  la  misma  España,  libre  como  nosotros,  pueda 
participar  en  las  ventajas,  y  reconciliarse  con  el  genero  bu- 
mano. 

Tal  es  la  sublime  empresa  en  la  que  os  habéis  embarcado 
con  nosotros,  y  á  la  que  vamos  conducidos  por  un  gefe,  cu- 
bierto de  gloría  y  lleno  de  virtud,  generoso,  magnánimo, 
siempre  patriota,  siempre  ciudadano,  y  siempre  el  mejor  ami- 
go de  los  defensores  de  la  libertad.  Volad  baxo  sus  banderas, 
seguidle  en  su  marcha  victoriosa ;-— no  os  inquietéis  por  vues- 
tra fortuna,  y  la  de  vuestros  hijos,  á  la  que  él  mismo  ha  pro- 
visto ;  y,  llenos  solo  de  la  idea  de  dar  la  libertad  á  la  tierra  de 
Colon,  abalanzaos  con  nosotros  sobre  los  Españoles,  y  arrojé- 
mosles de  nuestro  territorio  en  el  Mar  de  las  Antillas  I—Mos- 
tremos de  una  vez  lo  que  puede  un  exercito  compuesto  de 
Ingleses  y  Venezuelanos ! 

Sto  Tomas  de  Nueva  Guiana,  el  6  de  Marzo  de  1818; 
8™  de  la  Independencia.    Francisco  Antonio  Zea. 

Thomas  Richards,  Sec.  del  Consejo  de  Gobierno. 

Bolívar  salió  en  Octubre  para  juntarse  con  el 
exercito,  habiendo  nombrado  un  Consejo  de  Go- 
bierno para  las  relaciones  extrangeras  durante  su 
ausencia,  compuesto  de  Urdaneta,  del  director- 
general  Roscio,  y  del  intendente  Peñalver.  Tam- 
bién se  publicaron  ordenes  para  la  reunión  de  un 
Congreso,  que  debía  instalarse  en  Caracas,  si  tal 
cosa  fuese  practicable,  y  si  no,  en  Angostura. 

El  20  de  Noviembre  Bolivar  volvió  á  Angos- 
tura, en  conseqüencia  de  una  derrota  que  Marino 
sostubo  en  Cumana,  y  que  le  obligó  á  cambiar  de 
plan.  De  aqui  salió  para  irse  á  juntar  con  la 
división  de  Paez. 


873 

Cedeño  desalojó  á  los  Españoles  de  Tofralva, 
donde  tenían  400  hombres j  y  Santander  marchó, 
con  el  exercito  destinado  contra  Santa  Fé,  hacia 
Nueva  Granada»  y  el  1  de  Octubre  llegó  á  Poré, 
en  donde  hecho  una  proclama,  exhortando  á  los 
habitantes  á  enlistarse  baxo  sus  banderas.  La 
comunicación  entre  Cartagena  y  Bogotá  se  halla- 
ba completamente  interceptada  por  tres  partidas 
de  guerrillas,  que  obraban  á  las  orillas  del  Mag- 
dalena. 

En  Popayan  un  cuerpo  considerable  de  pa- 
triotas se  reunió,  y  el  virey  Samano  tubo  que 
reunir  todas  sus  fuerzas. 

El  15  de  Febrero  de  1819  el  Congreso  fue  ins- 
talado, la  siguiente  siendo  una  relación  oficial 
publicada  en  Angostura,  y  traducida  del  Ingles ; 
á  la  que  hemos  añadido  algunos  extractos  de  la 
justamente  celebre  oración  del  General  Bolivar, 
en  la  sesión  del  19  de  Febrero j  y  también  al- 
gunos de  la  del  SOT  Zea,  al  ser  nombrado  Presi- 
dente del  Congreso. 

Acta  de  Instalación  del  Segundo  Congreso  de 

Venezuela. 

En  la  ciudad  de  Sto  Tomas  de  Angostura,  el 
15  del  mes  de  Febrero,  *n  el  A.  D.  1819,  el  9no 
de  la  Independencia  de  Venezuela,  á  las  diez  y 
inedia  de  la  mañana,  se  reunieron,  en  virtud  de 
una  citación  del  Gefe  Supremo  de  la  República, 
Simón  Bolívar,  en  el  Palacio  del  Gobierno,  para 


S74 

la  instalación  del  Soberano  Congreso  Nacional, 
convocado  por  el  dicho  Gefe  Supremo*  el  22  de 
Octubre  ultimo,  los  Diputados,  cuyos  nombres 
son  los  siguientes  : — 


Nombrados  por  la  parte  libre  de  Venezuela. 


Por  la  provincia  de  Caracas  : 

£1  Dr  Juan  Germán  Roscio. 
£1  Dr  Luis  Tomas  Peraza. 
£1  Licenciado  José  España. 
Don  Onofre  Básalo. 
Don  Francisco  Antonio  Zea. 

Por  la  provincia  de  Barcelona : 

£1  Coronel  Francisco  Parejo. 

£1  Coronel  P.  Eduardo  Hur- 
tado. 

£1  Licenciado  Diego  Bautis- 
ta Urbaneja. 

£1  Licenciado  Ramón  Garcia 
Cádiz. 

Don  Diego  Antonio  Alcalá. 

Por  la  provincia  de  Cumana  ; 

£1  General  en  Gefe,  Santiago 

Marino. 
£1    Brigadier  Tomas  Mon- 

tilla. 
£1  Dr  Juan  Martínez. 
£1  Coronel  Diego  Vallenilla. 


Por  la  provincia  de  Fariñas  : 

El  Dr  Ramón  Ignacio  Mén- 
dez. 

£1  Coronel  Miguel  Guerrero. 

£1  General  de  División,  R. 
Urdaneta. 

£1  Dr  Antonio  María  Bri- 
cen o. 

Por  la  provincia  de  Guayana: 

Don  £u8ebio  Afanador. 
Don  Juan  Vicente  Cardozo. 
El  Intendente  del  exercito, 

F.  Peñalver. 
£1  Brigadier  P.  L.  Torres. 

Por  la  provincia  de  Margarita  c 

£1  Licenciado  Gaspar  Mar- 
cana. 

El  Dr  Manuel  Palacio. 

£1  Licenciado  Domingo  Al- 
zuru. 

Don  José  de  Jesús  Guevara. 


Y  aunque  faltaban  quatro  diputados  para  com- 
poner los  treinta  de  que  el  Congreso  debia  con- 
sistir, la  instalación,  en  virtud  de  la  regla  de  con- 
vocación, que  no  requiere  mas  que  las  dos  terce- 
ras partes  de  los  representantes,  se  hizo  con  las 
formalidades  y  ceremonias  siguientes  :— - 


375 

A  las  once  las  salvas  de  tres  cañones  anuncia- 
ron la  llegada  del  Gefe  Supremo,  acompañado  de 
su  estado  mayor,  del  gobernador  de  la  plaza,  del 
comandante  de  la  provincia,  y  de  todos  los  gefes 
y  oficiales  de  esta  ciudad.  Los  diputados  salie- 
ron á  recibir  á  su  Excelencia  hasta  afuera  de 
las  puertas  del  palacio,  le  condugeron  á  la  sala 
que  se  babia  preparado  para  las  sesiones,  y  le  pu- 
sieron en  la  silla  baxo  el  solio  nacional.  £1  con- 
curso de  ciudadanos  y  de  extrangeros  de  distin- 
ción era  inmenso. 

£1  Gefe  Supremo  abrió  la  sesión  leyendo  una 
larga  oración,  cuyo  objeto  principal  era  explicar 
los  principios  fundamentales  del  proyecto  de  una 
constitución  que  presentaba  al  Congreso,  y  mos- 
trar que  era  la  mas  adaptada  para  el  pays.    Habló 
poco  de  su  administración  baxo  las  circunstancias 
mas  arduas,  intimando  que  los  secretarios  de  es- 
tado darían  una  relación  de  sus  departamentos 
respectivos,  y  mostrarían  los  documentos  necesa- 
rios para  ilustrar  el  verdadero  estado  actual  de  la 
República ;  y  no  se  extendió  sino  al  recomendar 
al  Congreso  la  confirmación  de  la  libertad  conce- 
dida á  los  esclavos,  sin  ninguna  restricción, — la 
institución  de  la  Orden  de  Libertadores,— y  la 
ley  para  la  división  de  la  propiedad  nacional  entre 
los  defensores  de  su  pays,  como  la  única  recom- 
pensa por  sus  heroicos  servicios.     También  en- 
cargó al  Congreso,  del  modo  mas  particular,  de 
volver  toda  su  atención  hacia  la  fundación  de  la 
deuda  nacional,  y  de  proveer  medios  para  su 


S?6 

pronta  extinción,  como  lo  pedia  el  honor»  el  re- 
conocimiento, y  la  justicia. 

Al  fin  de  su  oración,  anadio,  "  El  Congreso  de 
Venezuela  está  instalado  j— en  él  se  halla  inves- 
tido, desde  este  instante,  la  soberanía  nacional : 
mi  espada,  (empuñándola),  y  las  de  mis  ilustres 
compañeros  de  armas,  están  siempre  prestas  para 
mantener  su  augusta  autoridad.  ¡  Viva  el  Con- 
greso de  Venezuela !"  A  esta  espresion,  varías 
veces  repetida  por  el  concurso,  hicieron  una  des- 
carga de  artillería. 

£1  Gefe  Supremo  invitó  al  Congreso  procediese 
á  la  elección  de  un  Presidente  ad  interim,  para 
que  pusiese  en  sus  manos  el  mando.  £1  diputado 
Francisco  Antonio  Zea  habiendo  sido  unanima- 
mente  eligido,  su  Excelencia  tomó  su  juramento 
sobre  los  Santos  Evangelios,  en  lo  que  fue  seguido 
por  todos  los  diputados,  uno  por  uno.  Quando 
su  Excelencia  hubo  tomado  el  juramento,  puso  al 
Presidente  en  la  misma  silla  que  él  había  ocupado 
baxo  del  solio,  y  dirigiéndose  á  los  militares,  dixo, 
"  Generales,  gefes,  y  oficiales,  compañeros  de 
armas,  no  somos  mas  que  simples  ciudadanos, 
'  hasta  que  el  Supremo  Congreso  se  digne  emplear- 
nos en  las  clases,  y  grados  que  mas  guste :  con- 
tando con  vuestra  sumisión,  voy  á  darles,  en  nom- 
bre vuestro'  y  mió,  la  prueba  mas  manifiesta  de 
nuestra  obediencia,  entregándoles  el  mando  que 
se  me  habia  confiado."  Al  cabo  de  lo  qual,  acer- 
cándose al  presidente  del  Congreso,  y  presentán- 
dole su  bastón,  continuó,  "  Devuelvo  á  la  Re- 


j 


377 

publica  el  bastón  de  general  que  me  confio: — 
servir  en  qualesquier  rango  ó  clase  que  el  Con- 
greso se  digne  ponerme,  no  puede  menos  de  ser 
honroso :  en  él  daré  un  exemplo  de  aquella  sub- 
ordinación y  ciega  obediencia,  que  debe  caracte- 
rizar á  todos  los  soldados  de  la  República/'    El 
Presidente  dixo,  dirigiéndose  al  Congreso,  "  La 
confirmación  de  todos  los  rangos  y  empleos  con- 
feridos por  su  Excelencia  el  General  Simón  Bolí- 
var, durante  su  mando,  no  parece  admitir  de  nin- 
guna discusión  j  sin  embargo,  yo  pido  la  aproba- 
ción expresa  del  Congreso  para  declararlo  asi* 
¿  Es  de  la  opinión  del  Congreso,  que  los  grados  y 
empleos  conferidos  por  su  Excelencia  el  General 
Simón  Bolivar,  Gefe  Supremo  de  la  República, 
sean  confirmados  ?"     Todos  los  diputados  se  le- 
vantaron, y  digeron,  Sí ;  y  el  Presidente  continúo, 
"  El  Congreso  General  de  la  República  confirma, 
en  la  persona  de  su  Excelencia  el  Capitán  General 
Simón  Bolivar,  todos  los  grados  y  empleos  que 
confirió  durante  su  gobierno  j"  y  volviéndole  el 
bastón,  le  puso  en  el  asiento  á  su  derecha.    Des- 
pués de  un  silencio  de  algunos  minutos,  el  Pre- 
sidente habló  poco  mas  ó  menos  del  modo  que 
sigue  :— 

"  Todas  las  naciones  y  todos  los  imperios  fue- 
ron pequeños  y  débiles  en  su  infancia,  como  lo 
son  también  los  hombres  á quienes  deben  su  origen. 
Aquellas  grandes  ciudades,  que  aun  encienden  la 
imaginación,  Memphis,  Palmyra,  Thebes,  Alex- 
andria,  Tyro,  y  aun  hasta#la  misma  capital  de 


378 

Bel  us  y  Semiramis,  y  tu  también  orgullosa  Roma, 
dueña  del  universo»  no  eran  en  su  principio  mas 
que  unos  lugarcillos  pobres  y  miserables.  No  fue 
en  el  Capitolio,  ni  en  el  palacio  de  Agripa,  ni  en 
el  de  Trajano,  pero  fue  en  una  choza  solitaria, 
baxo  un  tejado  de  paja,  que  Romulo,  grosera* 
mente  vestido,  trazó  la  capital  del  mundo,  y 
hecho  los  fundamentos  de  su  poderoso  imperio. 
Nada  brillaba  allí  sino  su  ingenio,— nada  había 
de  grande  sino  él  mismo.  No  es  por  el  lustre, 
ni  por  la  magnificencia  de  nuestra  instalación» 
pero  por  los  medios  inmensos  que  nos  ha  dado  la 
naturaleza,  y  por  los  inmensos  planes  que  formemos 
para  aprovecharnos  de  ellos,  que  debe  medirse  el 
poder  y  grandeza  futura  de  nuestra  República* 
El  esplendor  sin  arte  del  noble  acto  de  patriotis- 
mo que  el  General  Bolivar  ha  dado,  un  exemplo 
tan  ilustre  y  memorable,  fixa  en  esta  solemnidad 
un  carácter  de  antigüedad,  que  presagia  los  altos 
destinos  de  nuestro  pays.  Jamas  presentó  Roma, 
ni  Atenas,  ni  aun  Esparta,  en  sus  días  mas  puros 
de  heroísmo  y  virtud  publica,  una  escena  tan  su- 
blime é  interesante.  La  imaginación  se  eleva  al 
contemplarla,  los  siglos  y  las  distancias  desapare- 
cen, y  nos  creemos  contemporáneos  de  los  Aris- 
tides,  de  los  Phociones,  de  los  Camilos,  y  de  los 
jEpaminondas  de  otras  edades.  La  misma  filan- 
tropía, y  los  mismos  sentimientos  liberales,  que 
unían  á  los  gefes  republicanos  de  la  antigüedad, 
con  aquellos  emperadores  benéficos,  Vespasiano, 
Tito,  Trajano,  y  Marco  Aurelio,  que  tan  digna- 


379 

mente  siguieron  el  mismo  sendero,  podran  á  su 
Jado  á  este  modesto  General,  y  con  ellos  brillara 
en  la  historia,  y  recibirá  las  bendiciones  de  la 
posteridad.  Ahora  no  es  quando  puede  debida- 
mente apreciarse  el  sublime  rasgo  de  virtud  pa- 
triótica de  que  acabamos  de  ser  testigos,  y  de  ad- 
mirar ;— quando  nuestras  instituciones  hayan  re- 
cibido la  sanción  del  tiempo,  quando  todo  lo  que 
es  baxo,  y  todo  lo  que  es  chico  en  nuestros  dias, 
— las  pasiones,  los  intereses,  las  vanidades, — ha- 
yan desaparecido,  y  que  solo  queden  los  hechos 
grandes  y  los  hombres  grandes,  entonces  recibirá 
la  abdicación  del  General  Bolívar  toda  la  justicia 
que  tan  dignamente  se  merece,  y  su  nombre  será 
pronunciado  con  orgullo  en  Venezuela,  y  con  ve- 
neración por  todo  el  universo.  Olvidando  quanto 
ha  hecho  por  el  establecimiento  de  nuestras  liber- 
tades,—ocho  años  de  aflicciones  y  de  peligros, — 
él  sacrificio  de  su  fortuna  y  de  su  reposo, — fati- 
gas y  males  inexpresibles— esfuerzos  de  que  ape- 
nas se  halla  en  la  historia  un  exemplo  semejante, 
—aquella  constancia,  prueba  contra  todos  los  re- 
veses—aquella firmeza  invencible,  de  no  desespe- 
rar nunca  de  la  salvación  de  nuestra  patria,  aun 
al  momento  que  la  veia  subyugada,  y  él  mismo 
solo,  y  abandonado  ; — digo,  que  olvidando  tantos 
derechos  á  la  inmortalidad,  fixa  toda  su  atención 
á  lo  que  hemos  visto  y  admirado.  Si  hubiere  re- 
nunciado la  autoridad  suprema  quando  no  pre- 
sentaba mas  que  penas  y  peligros,  quando  atraia 
sobre  su  cabeza  insultos  y  calumnias,  y  quando 


380 

no  parecía  mas  que  un  nombre  sin  ningún  sen- 
tido, aunque  no  hubiese  sido  loable,  hubiese,  á 
lo  menos,  sido  prudente  ;  pero  el  hacerlo  quando 
la  autoridad  comienza  á  tener  algunos  atractivos 
á  los  ojos  de  la  ambición,  y  quando  todo  presagia 
un  éxito  pronto  y  feliz  según  nuestros  deseos,  y 
el  hacerlo  espontáneamente,  y  por  el  puro  amor 
de  la  libertad,  es  un  hecho  tan  heroico  y  esplen- 
dido, que  dudo  haga  tenido  jamas  otro  igual,  y 
desespero  que  sea  jamas  imitado.  ¡  Pero  que ! 
¿permitiremos  que  el.  General  Bolívar  se  eleve 
tanto  sobre  sus  conciudadanos  que  les  oprima 
con  su  gloria,  y  que  no  tratemos,  á  lo  menos,  de 
competir  con  él  en  sentimientos  nobles  y  patrio- 
ticos,  no  permitiéndole  salir  del  recinto  de  esta 
augusta  asamblea  sin  volverle  á  investir  de  aque- 
lla misma  autoridad  de  que  se  ha  despojado  para 
mantener  inviolable  la  libertad,  pero  que  en  efec- 
to era  el  modo  de  hacerla  peligrar  ?" — "  No,  no," 
replicó  el  General  Bolívar,  con  vivacidad  y  ener- 
gía, "  Jamas,  jamas  volvere  á  tomar  sobre  mi  una 
autoridad,  que  de  corazón  he  renunciado  para 
siempre  por  principio  y  sentimiento."  Aqui  pro- 
seguio  mostrando  los  peligros  á  los  que  se  expo- 
nía la  libertad,  continuando  por  mucho  tiempo 
en  el  mistrib  hombre  la  autorida  suprema j  mostró 
la  necesidad  de  guardarse  contra  las  miras  de  las 
personas  ambiciosas,  y  aun  contra  la  suya  propia, 
no  pudiendo  estar  seguro  de  pensar  y  obrar  siem- 
pre del  mismo  modo ;  y  concluyó  su  oración  pro- 
testando, del  tono  mas  fuerte  y  decidido,  que  en 


381 

ningún  caso»  y  por  ninguna  consideración»  volvería 
á  aceptar  una  autoridad  á  la  que  había  renunciado 
tan  sincera  y  cordialraente,  para  mejor  asegurar 
á  su  patria  los  beneficios  de  la  libertad.  Su  re- 
plica acabada»  rogó  se  le  permitiese  retirar ;  á  lo 
que  el  Presidente  accedió»  nombrando  una  dipu- 
tación de  diez  miembros  para  conducirle. 

Después  hubo  una  discusión  en  el  Congreso 
sobre  el  nombramiento  de  un  Presidente  interino 
de  la  República ;  pero  habiendo  ocurrido  varias 
dificultades  en  la  elección»  se  convino  que  el  Ge- 
neral Bolivar  exerciese  ese  poder  por  24  horas  ó 
á  lo  mas  48  ;  y  le  enviaron  una  diputación»  con 
el  General  Marino  á  su  cabeza,  para  comunicarle 
esta  resolución.  El  General  Bolivar  replicó»  que 
solo  aceptaba  el  encargo  en  consideración  de  la 
urgencia  del  caso,  y  baxo  la  precisa  condición 
que  no  seria  mas  que  por  el  tiempo  señalado. 

Este  importante  negocio  habiendo  sido  con- 
cluido» y  haciéndose  demasiado  tarde,  el  Sobera- 
no Congreso  resolvió  reunirse  á  la  mañana  del 
dia  siguiente ,  y  todos  los  miembros  se  dirigieron 
á  la  iglesia  catedral,  acompañados  del  poder  exe- 
cutivo»  del  estado  mayor»  de  los  generales»  gefes, 
y  oficiales  del  exercito  y  de  la  plaza»  á  dar  gracias 
al  Todo-Poderoso  por  sus  mercedes  en  haberles 
concedido  la  feliz  reunión  de  la  representación 
nacional»  para  fixar  el  de  la  República»  dándola 
una  constitución,  capaz  de  elevarla  al  colmo  de 
la  gloria  al  que  le  destinó  la  naturaleza. 


382 


El  Presidente  declaró  concluida  la  sesión  de  la 
instalación  del  Supremo  Congreso  de  Venezuela, 
y  propuso  que  el  Acta  se  firmase  por  todos  los 
diputados,  y  por  el  Gefe  Supremo,  que  habia 
aquel  mismo  día  entregado  su  autoridad,  y  que 
fuese  contra-firmada  por  el  secretario  nombrado 
interinamente  para  ese  fin* 


Simón  Bolívar. 
Francisco  Antonio  Zea. 
Juan  Germán  Roscio. 
Luis  Tomas  Peraza. 
José  España. 
Onofre  básalo. 
Francisco  Parejo. 
Eduardo  Hurtado. 
Ramón  García  Cádiz. 
Diego  Antonio  Alcalá. 
Tomas  Montilla. 
Juan  Martínez. 
Santiago  Marino. 


Diego  Vallenilla. 
Ramón  Ignacio  Méndez. 
Miguel  Guerrero. 
Rafael  Urdaneta. 
Antonio  María  Briceño. 
Ensebio  Afanador. 
Juan  Vicente  Cardozo. 
Fernando  Peñalver. 
Pedro  León  Torres. 
Gaspar  Marcana. 
Manuel  Palacio. 
Domingo  Alzuru. 
José  de  Jesús  Guevara. 


Diputado  Secretario,  ad  interim,  Diego  Bautista  Urbaneja. 

Palacio  del  Congreso  Nacional  en  Angostura,  el  17  de 
Febrero  de  1819. — Que  se  comunique  al  Supremo  Poder 
Executivo  para  su  publicación  y  circulación. 

Francisco  Antonio  Zea,  Presidente. 
Diego  Bautista  Urbaneja,  Secretario. 

En  el  Palacio  del  Gobierno,  á  18  de  Febrero  de  1819. — 
Imprimase,  publiquese,  y  comuniqúese  á  los  gefes  de  las  pro* 
vincias  libres,  y  de  las  municipalidades. 

Simón  Bolívar. 
Pedro  B.  Méndez, 
Secretario  de  Estado. 


383 


Harenga  del  General  Bolívar  al  Congreso 
de  Venezuela*  traducida  del  Ingles. 

Señores. — Me  considero  uno  de  los  seres  mas  favorecidos 
de  la  Divina  Providencia,  al  tener  el  honor  de  reunir  los 
Representantes  de  Venezuela  en  este  augusto  Congreso,  el 
único  manantial  de  autoridad  legitima,  el  deposito  de  la  vo- 
luntad soberana,  y  el  arbitro  del  destino  de  la  nación. 

Al  devolver  á  los  Representantes  del  pueblo  el  poder  su- 
premo que  me  fue  confiado,  satisfago  á  los  deseos  de  mi  cora- 
zón, y  calmo  los  de  mis  conciudadanos,  y  los  de  las  genera- 
ciones futuras,  que  esperan  todo  de  vuestra  sabiduría,  recti- 
tud, y  prudencia.  Al  llenar  este  delicioso  deber,  me  liberto 
de  la  ilimitada  autoridad  que  me  oprime,  y  también  de  la  in- 
mensa responsabilidad  que  pesa  sobre  mis  débiles  manos. 

Una  necesidad  imperativa,  junto  con  un  deseo  fuertemente 
expresado  de  la  parte  del  pueblo,  pudieron  solamente  indu- 
cirme á  tomar  sobre  mi  la  terrible  y  peligrosa  carga  de  dic- 
tador, de  gefe  supremo  de  la  República.  A  lo  menos,  ahora 
respiro  al  volver  la  autoridad,  que  con  tanto  peligro,  dificul- 
tad, y  trabaxo,  he  mantenido,  en  medio  de  tan  horrendas  ca- 
lamidades como  han  podido  jamas  afligir  á  un  cuerpo  social. 

En  la  época  en  que  presidi  sobre  la  República,  no  era 
tan  solo  una  tormenta  política  la  que  desolaba,  durante  una 
guerra  sanguinaria,  en  un  tiempo  de  anarquía  popular,  pero 
era  la  tempestad  del  desierto,  un  torbellino  de  todos  los  ele- 
mentos desorganizados,  el  despeño  de  un  torrente  infernal 
que  inundó  la  tierra  de  Venezuela.  ¡  Un  hombre,  y  un  hom- 
bre como  yo !  ¿  que  diques,  que  resistencia  podia  oponer  á  una 
devastación  tan  furiosa  ?  En  medio  de  un  mar  de  aflicciones 
y  males,  no  fui  mas  que  el  miserable  juguete  del  huracán  re- 
volucionario, impelido  de  aqui  allí  como  el  ave  del  océano. 
Yo  no  podia  hacer  ni  mal  ni  bien ;  un  poder  irresistible,  indepen- 
diente de  toda  dirección  humana,  conducía  la  marcha  de  nues- 
tros destinos ;  y  el  pretender  que  yo  fui  el  primer  móvil  de  los 
sucesos  que  han  ocurrido,  seria  injusto,  y  seria  darme  una  im- 

7 


384 

portancia  que  no  me  merezco.  ¿  Deseáis  saber  qual  fue  el 
origen  de  aquellas  ocurrencias,  y  de  nuestra  situación  pre- 
sente ?  Consultad  los  anales  de  España»  de  America,  y  de 
Venezuela;  examinad  las  leyes  de  Indias»  la  conducta  de 
vuestros  antiguos  gobernadores»  el  influxo  de  la  religión,  y 
del  dominio  extrangero ;  observad  los  primeros  actos  del  Go- 
bierno Republicano»  la  ferocidad  de  vuestros  enemigos,  y  el 
carácter  nacional.  Repito  otra  vez»  que  no  me  puedo  consi- 
derar mas  que  como  el  mero  instrumento  de  las  grandes 
causas  que  se. han  operado  en  nuestro  paye.  Mi  vida»  mi  con- 
ducta, todas  mis  acciones  publicas  y  privadas  están,  sin  em- 
bargo, delante  del  pueblo — y,  Representantes,  vuestro  deber 
es  juzgar  de  ellas.  Someto  á  vuestra  decisión  imparcial  el 
modo  con  que  he  executado  mi  autoridad,  y  no  añadiré  nada 
para  excusar — pero  ya  he  dicho  lo  suficiente  para  mi  justifi- 
cación. Si  mereciese  vuestra  aprobación,  habré  adquirido  el 
sublime  titulo  de  buen  ciudadano,  que  yo  prefiero  al  de  liber- 
tador» que  Venezuela  ha  conferido  sobre  mi ;  al  de  pacifica- 
dor, que  me  ha  dado  Cundinamarca ;  y  á  todos  quantos  el 
universo  pudiese  conferir. 

¡  Legisladores ! — Yo  deposito  en  vuestras  manos  el  mando 
supremo  de  Venezuela,  y  es  ahora  vuestro  sagrado  deber  el 
consagraros  á  la  felicidad  de  la  República;  en  vuestras  manos 
está  la  balanza  de  nuestro  destino,  y  los  medios  de  nuestra 
gloria. — Vosotros  confirmareis  los  decretos  que  establecen 
nuestra  libertad. 

£1  supremo  gefe  de  la  República  no  es,  á  este  momento» 
mas  que  un  simple  ciudadano, — y  tal  desea  pontinuar  hasta 
su  ultima  hora.  Sin  embargo,  servirá  en  los  exercitos  de 
Venezuela,  mientras  que  un  enemigo  pise  su  suelo. 

Nuqstro  pays  contiene  en  su  seno  muchos  hijos  meritorios» 
capaces  de  dirigirla.  Los  talentos,  la  virtud,  la  experiencia, 
y  quanto  se  necesita»  para  bien  gobernar  á  un  pueblo  libre» 
son  el  patrimonio  tanto  de  muchos  de  los  que  en  esta  augusta 
asamblea  representan  al  pueblo»  como  de  los  que  se  hallan 
afuera  de  ella.  Se  pueden  hallar  ciudadanos  que  han  dado» 
en  todos  tiempos,  pruebas  de  su  valor  al  combatir  contra  los 
peligros,  de  su  prudencia  en  evitarles,  y  en  una  palabra,  del 


385 

arte  de  gobernarse  a  si  mismos,  y  de  gobernar  á  los  otros. 
Estos  ilustres  personages  merecen,  indudablemente,  los  sufra- 
gios del  Congreso,  y  que  se  les  confíe  aquel  gobierno,  que 
yo,  con  tanta  cordialidad  y  sinceridad»  acabo  de  renunciar 
para  siempre. 

La  continuación  de  la  autoridad  en  un  mismo  individuo,  ha 
sido  freqüentemente  el  sepulcro  de  los  gobiernos  demo- 
cráticos. Las  freqüentes  elecciones  son  esenciales  en  siste- 
mas populares,  pues  no  hay  nada  mas  peligroso  que  permitir 
que  un  ciudadano  continué  investido  con  el  poder  por  mucho 
tiempo ;  el  pueblo  acostumbrado  á  obedecer,  y  él  á  madar, 
da  origen  á  la  usurpación  y  á  la  tiranía.  Una  sospecha  rigo- 
rosa  es  la  garantía  de  la  libertad  republicana,  y  los  ciuda- 
danos de  Venezuela  deben  temer,  con  la  mayor  justicia,  que  el 
mismo  magistrado  que  les  ha  gobernado  por  tanto  tiempo, 
les  gobierne  siempre. 

Confío,  que  por  este  acto  de  adhesión  á  la  libertad  de  mi 
paya»  podre  aspirar  á  la  gloria  de  ser  contado  como  uno  de 
sus  mas  fíeles  amantes. 

Permítaseme,  Señores,  exponer  respetuosamente,  y  con  la 
franqueza  de  un  verdadero  republicano,  un  bosquejo  de  un 
proyecto  de  constitución,  que  me  tomo  la  libertad  de  ofrecer, 
como  un  testimonio  de  la  sinceridad  y  candor  de  mis  senti- 
mientos. Como  en  él  se  trata  de  la  seguridad  publica,  me. 
atrevo  á  creer,  que,  tengo  el  derecho-  de  ser  oido  por  los  re- 
presentantes del  pueblo.  Estoy  bien  persuadido,  que  vuestra 
sabiduría  no  tiene  necesidad  de  consejeros,  y  ademas  de  eso 
estoy  igualmente  convencido,  que  mi  proyecto  parecerá  erro- 
neo  é  impracticable ;  pero,  Señores,  dígnense  Ustedes  acep- 
tar bondadosamente  esta  obra,  que  antes  es  un  tributo  de  mi 
sincera  sumisión  hacia  el  Congreso,  que  la  producción  de  una 
▼anidad  presumptuosa.  Ademas  de  eso,  vuestra  instalación, 
constituyendo  la  creación  de  un  cuerpo  político,  y  aun,  se 
puede  decir,  la  creación  de  toda  una  comunidad,  rodeada  por 
quantos  inconvenientes  puede  presentar  una  situación  la  mas 
crítica  y  singular,  quiza  la  voz  de  un  ciudadano  podra  indi** 
car  en  donde  se  oculta  el  peligro. 

TOM.  II.  B  b 


.386 

■ 

Hechando  una  mirada  sobre  lo  pasado,  veremos  qual  debe 
ser  la  base  de  la  República  de  Venezuela. 

La  separación  de  America  de  la  monarquía  Española  se 
parece  al  estado  del  Imperio  Romano,  quando  aquella  enorme 
masa  se  arruinó  en  medio  del  antiguo  mundo.  Cada  desmem- 
bramiento formó  entonces  una  nación  independiente,  confor- 
me á  su  situación  é  intereses ;  pero  con  la  diferencia  que  estas 
asociaciones  volvieron  á  sus  principios  originales.  Nosotros 
no  retenemos  ningún  vestigio  de  lo  que  eramos  antiguamente : 
no  somos  Europeos,  no  somos  Indios,  pero  una  raza  medí*' 
entre  los  Indígenas  y  los  Españoles.  Americanos  por  nací- 
miento,  y  Europeos  en  derechos,  nos  hallamos  en»  el  extraor- 
dinario predicamento  de  disputar  con  los  naturales  nuestro 
privilegio  de  posesión,  y  de  mantenernos  en  el  pays  en  que 
nacimos  contra  los  esfuerzos  de  los  invasores  originales,  y  de 
este  modo  nuestra  situación  es  la  mas  extraordinaria  y  com- 
plicada. 

Ademas  de  eso,  nuestro  destino  ha  sido  siempre  puramente 
pasivo;  nuestra  existencia  politica  ha  sido  siempre  nugatoria ; 
y  de  consiguiente  nosotros  hallamos  mas  dificultades  que  la  de 
vencer  en  el  establecimiento  de  nuestras  libertades,  habiendo 
continuado  hasta  ahora  en  un  grado  mas  baxo  de  degradación 
que  la  misma  servidumbre ;  y  no  solo  hemos  estado  privados 
de  nuestra  libertad»  sino  que  siquiera  hemos  sufrido  una 
tiranta  bastante  activa  y  dominante,  que  hubiese  excitado  sen- 
timientos de  indignación. 

Permítaseme  explicar  la  paradoxa: — En  el  exercioio  de  un 
poder  absoluto  autorizado,  no  hay  limites :  la  voluntad  del 
despota  es  ley  suprema ;  arbitrariamente  executada  por  infe- 
riores, que  participan  en  la  organizada  opresión,  en  propor- 
ción de  la  autoridad  que  poseen,  estandoles  confiadas  todas 
las  funciones  civiles,  políticas,  militares,  y  religiosas.  La 
America  las  recibía  todas  de  España,  no  tenia  la  practica  y 
exercicio  de  una  tiranía  activa,  y  no  se  la  permitía  participar 
en  la  administración  de  sus  negocios  domésticos,  y  disposi- 
ciones interiores. 

Este  estado  abyecto  de  depresión  nos  impedia  saber  qual 
era  el  curso  de  los  negocios  públicos,  y  por  eso  gozábamos 


387 

4 

ta»  poco  de  aquella  conseqüencia  y  respeto  personal,  que  da 
á  los  ojos  del  pueblo  la  pompa  de  la  autoridad,  y  que  tan  im- 
portante es  en  las  grandes  revoluciones.  Vuelvo  á  decir,  que 
estábamos  abstraídos  y  ausentes  del  mundo,  en  quanto  teñí* 
referencia  á  la  ciencia  del  gobierno.  El  pueblo  de  America 
uncido  al  triple  yugo  de  la  ignorancia,  de  la  tiranía,  y  del 
vicio,  no  podia  obtener  ciencia,  poder,  6  virtud. 

Discípulos  de  maestros  tan  perniciosos— las  lecciones  que 
recibíamos,  y  los  exemplos  que  seguíamos,  eran  los  mas  des- 
tructivos. Estábamos  mas  gobernados  por  el  engaño  y  la 
perfidia  que  por  la  fuerza ;  y  estábamos  mas  degradados  por 
el  vicio,  que  por  la  superstición.  La  esclavitud  es  la  hija  de 
las  tinieblas,  y  una  persona  ignorante  es  por  lo  general  el 
ciego  instrumento  de  su  ruina:  la  ambición  y  la  intrigase 
aprovechan  de  la  credulidad,  y  de  la  inexperiencia  de  hom- 
bres totalmente  ignorantes  de  todos  los  principios  de  econo- 
mía política  y  civil :  los  ignorantes  adoptan  como  realidad  lo 
que  no  es  sino  pura  ilusión — toman  la  licencia  por  la  libertad, 
la  traición  por  el  patriotismo,  y  la  venganza  por  la  justicia. 

Si  un  pueblo  corrompido  obtubiese  la  libertad,  no  tardaría 
mucho  en  perderla ;  pues  en  vano  la  luz  de  la  experiencia 
le  muestra  que  la  dicha  consiste  en  la  practica  de  las  virtudes, 
y  que  el  gobierno  de  las  leyes  es  mas  poderoso  que  el  de  los 
tiranos,  porque  son  mas  inflexibles,  y  que  todos  tienen  que 
someterse  á  su  severidad  saludable ;  que  las  buenas  costum- 
bres, y  no  la  fuerza,  constituyen  los  pilares  de  la  ley ;  y  que 
el  exercicio  de  la  justicia  es  el  exercício  de  la  libertad. 

De  este  modo,  Legisladores!  nuestra  tarea  es  tanto  mas 
ardua,  temando  que  tratar  con  hombres  corrompidos  por  las 
ilusiones  del  error,  y  por  incentivos  dañosos.  La  libertad» 
dice  Rousseau,  es  un  alimento  suculento,  pero  difícil  de  di- 
gerir. Nuestros  frágiles  y  débiles  conciudadanos  tendrán  que 
aumentar  en  grado  superior  su  fuerza  de  animo,  antes  que  se 
hallen  en  estado  de  digerir  el  alimento  saludable  de  la  liber- 
tad. Con  miembros  entorpecidos  por  los  grillos,  y  con  una 
vista  debilitada  por  la  obscuridad  de  los  calabozos,  ¿serán 
capazes  de  marchar  con  p^so  firme  hacia  el  augusto  templo 


388 

de  la  Libertad?    ¿Serán  capases  de  soportar  sus  brillantes 
rayos ;  6  de  respirar  libremente  el  puro  ether  que  reyna  allí? 

¡  Legisladores ! — Considerad  bien  el  objeto  de  vuestra  elec- 
ción ;  tened  siempre  presente  que  vais  á  formar  leyes  funda- 
mentales para  un  pueblo  incipiente,  al  que,  si  proporcionaseis 
la  base  de  la  estructura  según  se  debe  esperar,  llegara  á  aquel 
grado  de  elevación  al  que  la  naturaleza  le  llama.  Si  el  Genio 
tutelar  de  Venezuela  no  dirige  vuestra  elección,  y  no  os  ins- 
pira aquella  prudencia  y  acierto  necesarios  para  escoger  la 
forma  de  gobierno  que  vais  á  adoptar  para  la  felicidad  del 
pueblo — si  no  fixais  sobre  una  que  sea  buena,  creedme,  la  es- 
clavitud será  su  resultado. 

Los  anales  de  otras  edades  nos  presentan  una  inmensa  va- 
riedad de  gobiernos :  atraed  á  vuestra  memoria  las  naciones 
que  han  sido  mas  celebres  en  la  historia  del  mundo,  y  con 
aflicción  observareis,  que  casi  toda  la  tierra  ha  sido,  y  es,  la 
victima  de  sus  gobiernos.  Hallareis  muchos  sistemas  para 
gobernar  á  los  hombres,  pero  mas  aun  para  oprimirles ;  y  si 
la  costumbre  de  ver  la  raza  humana  conducida  por  los  pas- 
tores del  pueblo  no  disminuyese  el  horror  de  un  espectá- 
culo tan  detestable,  nos  chocaríamos  al  observar  nuestras 
dóciles  especies  vegetar  sobre  la  faz  de  la  tierra,"  como  el  ga- 
nado del  campo,  destinado  para  el  usó  de  sus  crueles  amos. 
No  hay  duda  que  la  naturaleza  nos  dota  al  nacer  de  cierta 
inclinación  hacia  la  libertad ;  pero  ya  sea  por  floxedad  6  por 
alguna  otra  causa,  es  un  hecho  positivo,  que  no  se  mueve 
baxo  las  redes  que  hechan  sobre  ella.  Al  contemplarla  en 
este  estado  de  prostitución,  parecería  que  tenemos  razón  de 
persuadirnos,  que  la  mayoría  de  los  hombres  consideran  cómo 
cierta  aquella  máxima  humillante,  de  que  es  mas  difícil  mante- 
ner el  equilibrio  de  la  libertad,  que  sostener  el  peso  de  la  ti- 
ranía. ¡  Ojala  que  esta  máxima,  tan  contraria  á  la  naturaleza, 
fuese  falsa !  ¡  Ojala  que  esta  máxima  no  hubiese  sido  sancio- 
nada por  la  indolencia  del  genero  humano  respecto  á  sus  de- 
'  rechos  los  mas  sagrados ! 
•  Muchas  naciones  antiguas  y  modernas  han  sacudido  el 
yugo  de  la  opresión,  pero  muy  pocas  han  sabido  gozar  de  los 
preciosos  momentos  de  la  libertad ;  pronto  han  vuelto  á  sus 


389 

i  ■ 

antiguos  vicios  políticos,  pues  et  pueblo  atrae  sobre  si  la  tira- 
nía mas  amenudo  que  el  gobierno.  £1  habito  de  la  sumisión 
les  hace  insensibles  á  los  epcantos  del  honor  y  de  la  prospe- 
ridad nacional,  y  les  hace  mirar  con  indiferencia  la  gloria  de 
ser  libre  baxo  la  protección  de  leyes  dictadas  por  su  voluntad 
propia.    La  historia  del  mundo  proclama  esta  terrible  verdad. 

Solo  la  democracia  es,  en  mi  opinión,  susceptible  de  una 
m  libertad  completa ;  ¿  pero  que  gobierno  democrático  ha  unido 
jamas  al  mismo  tiempo  el  poder,  la  prosperidad,  y  la  estabili- 
dad? ¿y,  al  contrarío,  no  hemos  visto  la  aristocracia  y  la  mo- 
narquía establecer  grandes  y  poderosos  imperios  por  siglos  y 
siglos  ?  ¿  Que  gobierno,  es  mas  antiguo  que  el  de  la  China  ? 
¿  Que  repúblicas  han  excedido  en  duración  á  las  de  Esparta 
y  Venecia?  ¿No  conquistó  al  mundo  el  Imperio  Romano? 
¿No  existió  la  monarquia  en  Francia  por  catorce  siglos? 
¿ Que  estado  mas  poderoso  que  Inglaterra?  Sin  embargo,  los 
gobiernos  de  estas  naciones  eran»  ó  bien  aristocráticos  6  mo- 
nárquicos. 

A  pesar  de  refecciones  tan  dolorosas,  mi  animo  se  llena  de 
alegría  al  ver  los  grandes  progresos  que  ha  hecho  nuestra  Re- 
publica  en  su  gloriosa  carrera— amando  lo  que  es  útil,  anima- 
do por  lo  que  es  justo,  y  aspirando  á  la  que  es  perfecto..  Ve- 
nezuela, al  separarse  de  España,  recobró  su  independencia  y 
libertad,  su  igualdad  y  su  soberanía  nacional :  constituyéndose 
en  república  democrática,  proscribió  la  monarquia,  las  distin- 
ciones, la  nobleza,  las  executorias,  y  los  privilegios ;  declaró 
los  derechos  del  hombre, — la  libertad  de  obrar,  pensar,  ha- 
blar, y  escribir.  Aquellos  hechos,  tan  eminentemente  libera- 
les, no  pueden  suficientemente  ser  admirados  por  la  pureza 
de  su  origen.  El  primer  Congreso  de  Venezuela  ñxó  con 
caracteres  indelibles  en  los  anales  de  nuestra  legislación,  la 
magestad  del  pueblo,  tan  bien  expresados  en  el  pacto  social, 
como  por  ser  la  mas  propia  para,  formar  la  dicha  de  la  nación. 
Todas  mis  facultades  no  bastan  para  apreciar  debidamente  el 
super-eminente  bien  contenido  en  aquel  código  inmortal  de 
nuestros  derechos  y  de  nuestras  leyes.  Pero  al  mismo  tiempo, 
¿  como  me  expresaré  ?  ¿  Osare  profanar  con  mi  censura  las 
sagradas  tablas  de  nuestras  leyes  ?    Hay  sentimientos  que  no 


390 

pueden  continuar  quietos  en  el  seno  del  hombre  que  ama  asa 
P*y*>  y  1ne>  aunque  trate  de  ocultarlos)  le  agitan  por  su  vio- 
lencia, 7  que  una  fuerza  imperiosa  le  obliga  á  manifestar. 
Me  da  pena  al  pensar  que  el  gobierno  de  Venezuela  exige 
reforma ;  y  aunque  muchos  ilustres  ciudadanos  opinan  como 
yo,  todos  no  poseen  bastante  atrevimiento  para  dar  publica- 
mente su  opinión  en  favor  de  la  adopción  de  nuevos  princi- 
pios. Esta  consideración  me  ha  conducido  á  ser  el  primero 
en  introducir  una  materia  de  la  mayor  importancia— -aunque, 
al  hacerlo  asi,  hay  una  audacia  excesiva  en  pretender  aconse- 
jar á  los  consejeros  de  la  nación. 

Quanto  mas  admiro  la  excelencia  de  la  constitución  federati- 
va de  Venezuela,  tanto  mas  veo  la  imposibilidad  de  aplicarla  á 
nuestra  situación ;  y  según  mi  modo  de  pensar,  es  un  milagro 
que  su  modelo  en  el  Norte  de  America  haya  existido  con 
tanta  prosperidad,  y  que  no  haya  caído  en  la  confusión  á  la 
primera  apariencia  de  peligro  ó  de  dificultad.  A  pesar  de  eso, 
aquel  pueblo  es  un  exemplo  de  virtud  politice,  y  de  rectitud 
moral :  la  libertad  ha  sido  su  cuna,  ha  crecido  en  la  libertad, 
y  se  mantiene  en  pura  libertad.  Añadiré,  que  aquel  pueblo 
es  el  único  en  la  historia  de  la  raza  humana ;  y  repito,  que  es 
un  prodigio,  que  un  sistema  tan  débil  y  complicado  como  el 
federativo,  haya  podido  existir  baxo  circunstancias  tan  difí- 
ciles y  delicadas  como  las  que  han  ocurrido.  Sin  embargo, 
qualesquiera  que  sea  el  caso  respecto  al  Gobierno,  debo  decir 
del  pueblo  Americano,  que  la  idea  nunca  entró  en  mi  espíritu 
de  asimilar  la  situación  y  la  naturaleza  de  dos  naciones  tan 
distintas  como  la  Anglo  y  Hispano  Americanas.  ¿  No  seria 
muy  difícil  aplicar  á  España  el  código  político,  civil,  y  reli- 
gioso de  Inglaterra?  Pues  aun  mas  difícil  seria  adoptar  en 
Venezuela  las  leyes  del  Norte  de  America.  ¿No  dice  el  es- 
píritu de  las  leyes,  que  las  leyes  deben  ser  conformes  al  pue- 
blo que  las  hace,  y  que  es  por  una  gran  casualidad,  que  las 
de  una  nación  convengan  á  otra?— ¿que  las  leyes  deben  tener 
relación  al  estado  físico  del  pays,  á  su  clima,  á  la  calidad  de 
su  suelo,  &  su  situación,  á  su  extensión,  y  al  método  de  vida 
de  sus  habitantes,  refiriéndose  al  grado  de  libertad  que  puede 
soportar  la  constitución,  á  la  religión  del  pueblo,  á  sus  racli- 


391 

naciones,  á  sus  riquezas,  á  su  numero,  á  su  comercio,  á  sus 
costumbres,  y  á  su  moralidad  ? 

Ahora  presento  el  código,  que,  según  mi  modo  de  pensar, 
debemos  adoptar. 

La  constitución  de  Venezuela,  aunque  está  fundada  sobre 
principios  los  mas  perfectos,  difiere  muchísimo  de  la  de  Ame- 
rica en  un  punto  esencial,  y  sin  duda  el  mas  importante.  Ei 
Congreso  de  Venezuela,  como  el  de  America,  participa  en 
algunos  de  los  atributos  del  poder  executivo.  Pero  nosotros 
vamos  aun  mas  lexos,  y  le  gubdividimos  depositándole  en  un 
cuerpo  colectivo,  y  de  consiguiente  estamos  sugetos  al  incon- 
veniente de  hacer  la  existencia  del  gobierno  periódica,  de 
suspenderle,  y  de  disolverle  siempre  que  se  separan  los  miem- 
bros. Nuestro  triunvirato  no  tiene,  por  decirlo  asi,  unidad, 
duración,  y  responsabilidad  personal :  á  veces  se  halla  desti- 
tuido de  acción ;  no  tiene  vida  perpetua,  uniformidad  real,  y 
responsabilidad  inmediata ;  y  un  gobierno  que  no  posee  con- 
tinuidad, puede  llamarse  una  nulidad.  Aunque  los  poderes 
del  Presidente  de  los  Estados  Unidos  se  hallan  limitados  por 
una  infinidad  de  restricciones,  exerce  por  si  solo  todas  las 
funciones  de  la  autoridad  que  la  constitución  le  concede ;  y 
no  hay  duda  que  su  administración  tiene  que  ser  mas  unifor- 
me, constante,  y  verdaderamente  propia,  que  la  de  un  poder 
dividido  entre  varios  individuos,  cuya  composición  no  p*uede 
menos  de  ser  monstruosa. 

El  poder  judicial  en  Venezuela  es  como  el  de  America,  in- 
definido en  su  duración,  temporal  y  no  perpetuo,  y  goza  de 
toda  la  independencia  necesaria. 

El  primer  Congreso,  en  su  constitución  federativa,  antes 
consultó  el  espíritu  de  las  diferentes  provincias,  que  la  solida 
idea  de  establecer  una  república  indivisible  y  concentrada. 
AHi  sentados  nuestros  legisladores  baxo  el  influxo  de  las  pro- 
vincias, arrebatados  por  la  apariencia  deslumbrante  de  felici- 
dad del  Norte  de  America,  imaginándose  que  los  beneficios 
de  que  gozaba  los  debia  exclusivamente  á  su  forma  de  go- 
bierno, y  no  al  carácter  del  pueblo.  ¿  Pero  quien  resistiría 
á  la  gloriosa  atracción  del  entero  y  absoluto  goze  de  la  sobe- 
ranía, y  de  la  independencia,  y  de  la  libertad  ?    Por  muy 


1 


392 

hermoso  que  pareciera  ó  que  en  efecto  fuera  este  magnifico 
sistema  federativo,  Venezuela  no  podía  gozar 'de  él  asi  que 
«acudió  sus  cadenas :  no  estábamos  preparados  para  un  bien 
tan  grande.  £1  bien,  lo  mismo  que  el  mal,  causa  la  muerte 
quando  viene  repentinamente  6  con  exceso :  nuestra  consti- 
tución moral  no  poseía  aun  los  beneficios  de  un  gobierno 
completamente  representativo,  y  que  es  tan  sublime  quando 
puede  adoptarse  por  una  república  de  santos. 

i  Representantes  del  pueblo  1  estáis  convocados  para  confir- 
mar ó  revocar  todo  lo  que  os  parezca  propio  de  conservar, 
reformar,  6  expungir  en  nuestro  pacto  social.  Vuestro  deber 
es  corregir  la  obra  de  nuestros  primeros  legisladores ;  y  aun 
diría,  que  á  vosotros  os  pertenece  cubrir  una  porción  de  las 
bellezas  que  contiene  nuestro  código  político;  pues  todos  los 
corazones  no  están  igualmente  formados  para  admirar  todas 
las  bellezas,  ni  todos  los  ojos  capaces  de  soportar  el  esplendor 
celeste  de  la  perfección.  £1  Libro  de  los  Apostóles,  la  doc- 
trina de  Jesús,  las  Sagradas  Escrituras,  todos  enviados  por 
una  Providencia  llena  de  gracia  para  mejorar  á  los  hombres, 
tan '  sublimes,  y  tan  santos,  encenderían  un  océano  de  llamas 
en  Constantinopla,  y  toda  el  Asia  ardería  furiosamente,  si  se 
la  impusiese  de  una  vez  el  Libro  de  Paz  por  código  de  su  re- 
ligión, leyes,  y  costumbres. 

Permítaseme  llamar  la  atención  del  Congreso  á  una  mate- 
ria que  puede  ser  de  una  importancia  vital: — Tened  presente 
que  nuestra  población  no  es  Europea  ni  Americana,  antea  es 
un  compuesto  de  origen  Africano  y  Americano,  porque  ni 
aun  la  misma  España  no  es  propiamente  Europea,  por  su  sangre 
Africana,  instituciones,  y  carácter.  Es  imposible  indicar  con 
propiedad-  á  que  familia  pertenecemos :— la  mayor  parte  de 
los  indígenas  han  sido  exterminados ;  el  Europeo  se  ha  mez- 
clado con  el  Americano  y  con  el  Africano,  y  este  se  ha  mez- 
clado también  con  el  Indio  y  el  Europeo.  Todos  hijos  de 
una  misma  madre,  nuestros  padres,  varios  en  origen  y  en 
sangre,  son  extrangeros,  y  todos  se  diferencian  en  figura  y 
forma  los  unos  de  los  otros. 

Todos  los  ciudadanos  de  Venezuela  gozan  por  la  consti- 
tución de  una  igualdad  política;  y  si  aquella  igualdad  no 


S9S 

hubiere  sido  un  dogma  en  Atenas,  en  Francia,  y  en  America, 
deberíamos  confirmar  el  principio,  para  corregir  la  diferencia 
que  pueda  existir.  ¡  Legisladores  1  mi  opinión  es,  que  el  prin- 
cipio fundamental  de  nuestro  sistema  depende  inmediata  y 
únicamente  del  establecimiento  y  practica  de  la  igualdad  en 
Venezuela.  Que  todos  los  hombres  han  nacido  con.  iguales 
derechos  á  los  beneficios  de  la  sociedad,  ha  sido  sancionado 
por  casi  todos  los  sabios  de  todas  las  edades;  lo  mismo  que 
no  todos  los  hombres  han  nacido  con  iguales  capacidades  para 
obtener  todos  los  rangos ;  lo  mismo  que  todos  los  hombres 
deben  practicar  la  virtud,  y  todos  no  lo  hacen;  todos  deben 
poseer  talentos,  y  todos  no  los  tienen ;  todos  deben  ser  vale- 
rosos, y  todos  no  lo  son*  De  aqui  nacen  las  verdaderas  dis- 
tinciones que  se  observan  entre  los  individuos  de  las  socieda- 
des mas  liberalmente  establecidas. 

Si  este  principio,  de  igualdad  politica  es  tan  generalmente 
admitido,  no  lo  es  menos  el  de  la  inigualdad  física  y  mora!. 
Seria  ana  ilusión,  un  absurdo,  suponer  lo  contrario.  La  natu» 
raleza  hace  á  los  hombres  desiguales  en  ingenio,  tempera- 
mento, fuerza,  y  carácter.  Las  leyes  corrigen  aquella  dife- 
rencia, poniendo  al  individuo  en  la  sociedad  donde  la  educa- 
ción, la  industria,  las  artes,  las  ciencias,  y  las  virtudes,  dan 
una  igualdad  ficticia  propiamente  llamada  politica  y  social. 
La  unión  de  todas  las  clases  en  un  estado  es  eminentemente 
útil,  y  en  la  que  la  diversidad  se  multiplica  en  proporción  de 
la  propagación  de  las  especies.  Por  ella  solo  se  ha  desarrai- 
gado la  discordia,  y  evitado  muchas  sospechas,  locuras,  y  preo- 
cupaciones. 

Nuestra  diversidad  de  origen  exige  el  pulso  mas  poderoso, 
y  un  tacto  muy  delicado,  para  combinar  un  cuerpo  tan  hete- 
rogéneo, pues  una  composición  tan  complicada  puede  al 
menor  cambio  dislocarse,  dividirse,  y  disolverse. 

£1  sistema  más  perfecto  de  gobierno  es  el  que  produce  un 
gradó  mayor  de  dicha»  de  seguridad  social,  y  de  estabilidad 
politica. 

Por  las  leyes  dictadas  por  el  primer  Congreso,  tenemos  ra- 
zón de  esperar  que  la  dicha  sera  el  dote  de  Venezuela ;  y  de 


394 


vosotros  nos  podemos  lisongear,  que  la  seguridad  y  la  esta- 
bilidad  perpetuaran  aquella  felicidad. 
v  A  vosotros  os  pertenece  resolver  el  problema,— de  que 
modo,  después  de  haber  roto  los  grillos  de  nuestros  antiguos 
opresores»  cumpliremos  la  maravillosa  hazaña  de  impedir  que 
el  resto  de  nuestras  pesadas  cadenas  no  se  vuelva  en  armas  de 
licencia.  Las  reliquias  del  dominio  Español  continuaran  por 
mucho  tiempo  antes  que  las  podamos  destruir  completamente: 
nuestra  atmosfera  está  impregnada  con  la  contagión  del  des* 
potismo ;  y  ni  la  llama  de  la  guerra,  ni  lo  especifico  de  núes* 
tras  salutarias  leyes,  han  podido  aun  purificar  el  aire  que  res- 
piramos. Nuestras  manos  están  en  efecto  libres,  pero  nues- 
tros corazones  sufren  aun  de  los  efectos  de  la  servidumbre. 
£1  hombre,  dice  Homero,  al  perder  su  libertad,  pierde  la 
mitad  de  su  espíritu. 

Un  gobierno  republicano  ha  sido,  es,  y  debe  ser  el  de  Ve- 
nezuela ;  su  base  debe  ser  la  soberanía  del  pueblo,  la  división 
del  poder,  la  libertad  civil,  la  prohibición  de  la  esclavitud*  y 
la  abolición  de  la  monarquía  y  de  los  privilegios.  Necesita- 
mos la  igualdad  para  moldear  de  nuevo,  por  decirlo  asi, 
hombres,  opiniones  politicas,  y  costumbres  publicas.  He- 
chando  nuestra  vista  sobre  el  vasto  campo  que  tenemos  que  re- 
correr, fixemos  nuestra  atención  en  los  peligros  que  tenemos 
que  evitar,  y  que  la  historia  nos  guie  en  nuestra  carrera. 

Atenas  nos  presenta  un  exemplo  de  los  mas  brillantes  de 
una  absoluta  democracia,  y  al  mismo  tiempo  es  una  prueba 
melancólica  de  la  extrema  debilidad  de  aquella  especie  de 
gobierno.  £1  nías  sabio  legislador  de  la  Grecia  no  vio  su  re- 
pública durar  mas  de  diez  años»  y  sufrió  la  humillación  de 
tener  que  confesar  la  insuficiencia  de  una  absoluta  democra- 
cia para  gobernar  qualesquiera  especie  de  sociedad,  ni  aun  la 
mas  moral,  cultivada,  y  moderada,  porque  no  está  iluminada 
mas  que  con  relámpagos  de  libertad.  Confesemos  pues  que 
Solón  ha  desengañado  al  mundo,  y  mostrado  quan  difícil  es 
gobernar  á  los  hombres  simplemente  con  leyes. 

La  república  de  Esparta,  que  parecía  una  invención  quí- 
merica}  produxo  efectos  mas  reales  que  la  obra  ingeniosa  de 
Solón :  la  gloria,  la  virtud,  la  moralidad,  y  de  consiguiente  la 


895 

dicha  nacional,  fueron  los  resultados  de  la  legislatura  de  Ly- 
cargo.  Aunque  dos  reyes  en  un  estado  eran  como  dos  mons- 
truos para  devorarle,  Esparta  sofrío  muy  poco  de  aquella 
doble  dignidad  real ;  y  Atenas  gozó  del  destino  mas  esplen- 
dido baxo  una  soberania  absoluta,— las  elecciones  libres  de 
magistrados  cambiados  fYeqüentemente,~- leyes  suaves,  sabias, 
y  políticas.  Piwstrato,  un  usurpador  y  un  despota,  hizo  mas 
bien  á  Atenas  que  todas  sus  leyes ;  y  Peñoles,  aunque  tam- 
bién usurpador,  fue  el  ciudadano  roas  útil. 

La  república  de  Tebes  no  existió  sino  durante  el  tiempo 
que  vivieron  Pelopidos  y  Epaminondas,  pues  son  los  hombres, 
y  no  los  principios,  los  que  forman  los  gobiernos.  Por  muy 
sabios  que  sean  los  códigos,  los  sistemas,  y  los  estatutos, 
tienen  muy  poco  influxo  sobre  la  sociedad ;  son  los  hombres 
virtuosos,  patrióticos,  y  sabios,  los  que  constituyen  las  re- 
publicas. 

La  constitución  Romana  fue  la  que  produxo  al  pueblo  mas 
•poder  y  caudal  que  alguna  otra  del  mundo :  en  ella  no  habia 
ninguna  exacta  distribución  del  poder.  Los  cónsules,  el  se- 
nado, y  el  pueblo,  eran  legisladores,  magistrados,  y  jueces : 
todos  ellos  participaban  en  todos  aquellos  oficios..  El  execu- 
tivo,  consistiendo  de  dos  cónsules,  tenia  el  mismo  inconve- 
niente que  el  de  Esparta,  y,  á  pesar  de  esta  deformidad,  la 
república  no  sufrió  aquella  discordancia  maligna,  que  uno  su- 
pondría inseparable  de  una  magistratura,  que  consistía  de  dos 
individuos  igualmente  dotados  del  poder  de  un  monarca.  Un 
gobierno  cuya  única  inclinación  era  la  guerra  y  la  conquista, 
no  parecía  debia  poder  establecer  la  dicha  del  pueblo.  Un 
gobierno  monstruoso  en  si,  y  puramente  guerrero,  elevó  á 
Roma  al  grado  mas  alto  de  virtud  y  de  gloria,  y  formó  del 
mundo  el  imperio  Romano,  probando  á  los  hombres  la  fuerza 
de  las  virtudes  políticas,  y  el  influxo  trivial  de  las  institucio- 
nes. 

Pasando  de  los  tiempos  antiguos  á  los  modernos,  hallamos 
Inglaterra  y  Francia  mereciendo  la  atención  general,  y  dando 
lecciones  impresivas  en  todas  las  especies  desgobiernos.  Las 
revoluciones  en  aquellos  dos  grandes  estados,  han  llenado  al 
mundo  como  brillantes  meteoros  de  una  profusión  tan  grande 


396 

de  luz  política,  que  todos  los  hombres  que  piensan  han  apren- 
dido  quales  son  los  derechos  y  deberes  del  hombre ;  en  que 
consiste  la  excelencia  de  los  gobiernos,  y  en  que  sus  vicios ; 
todos  saben  apreciar  el  valor  intrinsico  de  las  especulaciones 
teoréticas  de  los  filósofos  y  legisladores  modernos.  En  una 
palabra,  esta  estrella  en  su  brillante  carrera  inflamó  hasta  el 
Español  apático,  que  entrando  también  en  el  torbellino  poli- 
tico,  dio  pruebas  efémeras  de  libertad,  y  mostró  su  incapaci- 
dad para  vivir  baxo  el  suave  dominio  de  la  ley,  volviendo  des- 
pués de  algunas  llamaradas  á  su  esclavitud  original. 

¡  Legisladores !  Este  es  el  momento  de  repetir  lo  que  dice 
el  eloqüente  Volney  en  su  dedicación  de  las  Ruinas  de  Pal- 
mira,—"  Ai  pueblo  naciente  de  las  Indias  Españolas— á  los 
generosos  gefes  que  les  conducen  á  la  libertad— que  los  erro- 
res y  desgracias  del  Antiguo  Mundo  enseñen  al  Nuevo  el  ca- 
mino de  la  sabiduría  y  de  la  dicha."— Que  no  se  pierdan 
nunca,  pero  que  se  aprovechen  de  las  lecciones  de  experi- 
encia que  han  dado  la  Grecia,  Roma,  Francia,  Inglaterra,  y 
America,  y  que  aprendan  de  ellas  la  ciencia  dificultosa  de 
establecer  y  conservar  las  naciones  con  leyes  adequadas,  justas, 
legitimas,  y  sobre  todo  útiles;  no  olvidando  nunca,  que  la 
excelencia  de  un  gobierno  no  consiste  en  su  teoría,  forma, 
ó  mecanismo ;  pero  en.  ser  adaptado  á  la  naturaleza  y  carácter 
del  pueblo  para  el  que  ha  sido  instituido. 

Roma  é  Inglaterra  son  las  naciones  que  han  sobresalido  mas 
entre  los  antiguos  y  los  modernos.  Las  dos  nacieron  para 
mandar,,  y  ser  libres ;  y  sin  embargo  sus  constituciones  no 
están  modeladas  en  las  formas  mas  brillantes  de  la  libertad 
pero  en  establecimientos  solidos ;  y  por  esta  razón,  Represen- 
tantes, os  recomiendo  el  estudio  de  la  constitución  Inglesa, 
que  parece  estar  destinada  á  producir  el  mayor  efecto  posible 
para  el  pueblo ;  pero  por  muy  perfecta  que  sea,  estoy  muy  lexos 
de  proponer  una  imitación  servil.  Quando  hablo  de  la  con- 
stitución Inglesa,  hago  referencia  únicamente  £  su  parte  de- 
mocrática ;  y  á  la  verdad  se  puede  llamar  un  sistema  monár- 
quico, en  el  qua  se  reconoce  la  soberanía  del  pueblo,  )a  divi- 
sión y  equilibrio  del  poder,  la  libertad  civil,  la  libertad  de  con- 
ciencia, y  de  la  imprenta,  y  todo  lo  que  es  sublime  en  al 


397 

política*  De  un  grado  mayor  de  libertad,  es  imposible  que 
gote  qualesqaiera  república ;  y  en  efecto  puede  pretender  á 
un  rango  mas  elevado  en  el  orden  social.  Yo  recomiendo 
aquella  constitución  como  el  mejor  modelo  para  los  que  as- 
piran al  goze  de  Jos  derechos  del  hombre,  y  de  toda  aquella 
felicidad  política  compatible  con  nuestra  frágil  naturaleza. 

En  nada  tendríamos  que  cambiar  nuestras  leyes  fundamen- 
tales, si  adoptásemos  un  poder  legislativo  semejante  al  del 
Parlamento  Ingles.  Hemos  dividido,  lo  mismo  que  los  Ame- 
ricanos, la  representación  nacional  en  dos  cámaras,  la  de  re- 
presentantes y  la  del'  senado.  La  primera  está  sabiamente 
compuesta ;  goza  de  todos  los  privilegios  que  le  convienen,  y 
ño  es  susceptible  de  un  cambio  esencial,  habiéndola  ya  dado 
la  constitución  el  origen,  forma,  y  los  poderes  requeridos  por 
la  voluntad  del  pueblo,  para  ser  legal  y  competentemente  re- 
presentado. 

Si  el  senado  en  lugar  de  ser  electivo  fuese  hereditario,  seria 
en  mi  concepto  la  base,  el  vinculo,  el  alma  de  la  república,  y 
en  las  tormentas  políticas,  poseería  las  funciones  del,  gobierno; 
por  la  poderosa  instigación  de  su  propia  conservación,  se 
opondría  siempre  á  las  tentativas  que' hiciese  el  pueblo  contra 
la  jurisdicción  y  autoridad  de  sus  magistrados.  Es  preciso 
confesar,  que  la  mayor  parte  de  los  hombres  ignoran  sus  ver- 
daderos intereses,  y  les  están  continuamente  atacando  en  las 
manos  de  aquellos  á  quienes  les  han  sido  confiados, — el  indi- 
viduo contiende  contra  la  masa  general,  y  la  masa  general 
contra  la  autoridad;  y  de  consiguiente  es  necesario  que 
exista  un  cuerpo  neutro  en  todos  los  gobiernos,  para  pro- 
teger al  injuriado,  y  desarmar  al  ofensor.  Este  cuerpo  neu- 
tro, para  que  tal  pueda  ser,  no  debe  sacar  su  origen  de  la 
elección  del  gobierno,  ni  de  la  del  pueblo,  pero  de  modo  que 
goze  de  una  independencia  completa — sin  temer  ni  esperar 
nada  de  ninguna  de  estas  dos  fuenteé  de  autoridad.  Un  senado 
hereditario,  como  parte  del  pueblo,  participaría  en  sus  in- 
tereses, en  sus  opiniones,  y  en  su  espíritu,  y  por  esa  razón  es 
vde  presumir,  que  un 'senado  hereditario  no  se  separaría  de  los 
intereses  del  pueblo,  y  olvidaría  sus  deberes  legislativos.  Los 
cenadores  en  Roma,  y  los  pares  en  Inglaterra,  se  han  mos- 


398 

trado  los  pilares  mas  solidos  en  la  gloriosa  estructura  de  la 
libertad  civil  y  politica. 

Estos  senadores  serán  elegidos,  por  la  primera  vez,  por  el 
Congreso,  y  sus  sucesores  en  el  senado  ocuparan  la  principal 
atención  del  Gobierno,  el  que  les  bara  educar  en  un  colegio 
especialmente  separado  para  la  instrucción  de  aquellos  guar- 
dianes y  legisladores  futuros  del  pays.  Se  les  enseñaran  las 
artes,  las  ciencias,  y  quanto  puede  adornar  el  entendimiento  de 
un  hombre  publico ;  desde  su  mas  tierna  infancia  se  lea  haré 
saber  qual  es  la  carrera  que  les  destina  la  Providencia,  y  de 
sus  mas  tiernos  años  sus  ánimos  se  elevaran  6  la  dignidad  que 
les  aguarda. 

De  ningún  modo  la  creación  de  un  senado  hereditario  seria 
una  violación  de  la  igualdad  politica :  no  es  una  nobleza  la 
que  yo  deseo  se  establezca,  porque  eso  seria,  según  lo  ha 
dicho  un  celebre  republicano,  destruir  de  una  vez  la  igualdad 
y  la  libertad.  Es  un  puesto  para  el  que  los  aspirantes  deben 
estar  preparados,  y  también  es  un  puesto  que  exige  muchas 
luces,  y  medios  proporcionados  para  obtenerlas. 

El  las  elecciones  todo  no  debe  dexarse  á  la  ventura,  pues 
el  publico  se  engaña  mas  fácilmente  que  la  naturaleza  perfec- 
cionada por  el  arte ;  y  aunque  es  un  hecho,  que  estos  sena* 
dores  no  saldrán  del  seno  de  la  virtud,  es  igualmente  cierto, 
que  saldrán  dotados  con  una  educación  la  mas  completa.  A- 
demas  de  eso,  los  libertadores  de  Venezuela  deben  poseer 
eternamente  un  rango  mas  elevado  en  la  República,  por  ser  á 
quienes  debe  ella  su  existencia ;  y  estoy  persuadido  que  la 
posteridad  observaría  con  pena  la  extinción  de  los  ilustres 
nombres  de  sus  primeros  bienhechores.  Diré  mas,  que  es 
para  el  interés  publico,  que  es  para  el  honor  nacional,  y  que 
Venezuela  debe  en  reconocimiento  conservar,  en  honor  de  la 
posteridad  mas  remota,  una  raza  de  hombres  virtuosos,  pru- 
dentes, y  valientes,  que,  superando  todos  los  obstáculos,  han 
establecido  la  república  á  expensas  de  sacrificios  los  mas  he- 
roicos ;  y,  si  el  pueblo  de  Venezuela  no  aplaude  y  se  regocija 
de  la  elevación  de  sus  bienhechores,  es  indigno  de  ser  libre,  y 
no  lo  sera  nunca. 


399 

Vuelvo  á  decir,  que  un  se— do  hereditario  será  la  base  fun- 
damental del  poder  legislativo,  y  de  consiguiente  la  base  de 
todo  el  gobierno.  Obrara  igualmente  como  un  contrapeso 
para  ef  pueblo  y  para  el  gobierno,  y  será  una  autoridad  inter- 
media para  despuntar  las  flechas  que  estos  dos  perpetuos 
rivales  se  están  constantemente  disparando. 

En  todas  las  contestaciones,  la  interposición  de  una  tercera 
persona  sirve  de  medio  de  reconciliación ;  y  de  este  modo 
sera  el  Senado  de  Venezuela  el  cimiento  del  delicado  edificio 
tan  sugeto  á  conmociones  violentas.  Sera  el  medio  de  calmar 
la  furia,  y  de  mantener  la  harmonía,  entre  los  miembros  y  la 
cabeza  de  este  cuerpo  político.  Nada  puede  corromper  á  un 
cuerpo  legislativo  revestido  de  los  mas  altos  honores ;  no  de- 
pendiendo mas  que  de  si  solo,  sin  temer  nada  del  pueblo,  6 
sin  esperar  nada  del  gobierno ;  cuyo  objeto  único  es  reprimir 
toda  tendencia  hacia  el  mal,  y  fomentar  todo  lo  que  tiende  al 
bien ;  y  que  se  halla  profundamente  interesado  en  la  existencia 
de  una  sociedad  con  la  que  participa  la  adversidad  y  la  pros- 
peridad. 

Se  ha  observado  con  mucha  justicia»  que  la  Cámara  de  los 
Pares  de  Inglaterra  es  una  institución  inapreciable  para  el 
pueblo,  como  formando  el  baluarte  de  las  libertades  del  pue- 
blo; y  me  atrevo  á  añadir!  que  el  Senado  de  Venezuela  no 
solo  seria  el  baluarte  de  la  libertad,  sino  que  asistirá  á  per- 
petuarla» 

El  poder  executivo  en  Inglaterra  posee  toda  la  autoridad 
soberana  que  \e  conviene ;  pero  se  halla  igualmente  circuns- 
crito por  una  triple  linea  de  fosos,  barreras,  y  palizadas* 
El  soberano  es  á  la  verdad  la  cabeza  del  gobierno,  pero  sus 
ministros  y  oficiales  dependen  mas  de  las  leyes  que  de  su  auto- 
toridad,  porque  son  personalmente  responsables,  y  de  esa  res- 
ponsabilidad ni  aun  la  autoridad  real  les  puede  eximir.  El  rey 
es  comandante  en  gefe  del  exercito  y  de  la  narina,  hace  paz 
y  declara  guerra,  pero  solo  el  parlamento  es  el  que  vota  anu- 
almente los  subsidios.  Para  neutralizar  su  poder,  la  persona 
del  rey  es  inviolable  y  sagrada ;  mientras  que  su  cabeza  está 
libre,  tiene  sus  manos  liadas.  El  soberano  Ingles  tiene  tres 
rivales  formidables-— el  Gabinete,  que  es  responsable  al  pueblo 

7 


400 

y  al  parlamento ;  la  Cámara  de  los  Pares,  que  protege  los  in- 
tereses del  pueblo,  como  representando  la  nobleza  de  que  está 
compuesta ;  y  la  Cámara  de  los  Comunes,  el  órgano  del  pub- 
lico Ingles.  Como  ademas  de  eso  los  Jueces  son  responsables 
del  exacto  desempeño  de  las  leyes,  adhieren  severamente  á 
ellas ;  y  los  administradores  de  las  rentas  publicas  siendo  tam- 
bién responsables  no  solo  de  qualesquiera  violación  de  su 
parte,  pero  aun  de  la  parte  del  gobierno,  cuidan  de  que  no  se 
malgasten. 

Quanto  mas  uno  examina  el  poder  executivo  en  Inglaterra, 
tanta  mas  uno  6e  inclina  á  creer  que  es  el  modelo  mas  per- 
fecto ya  sea  para  una  monarquía,  para  una  aristocracia,  ó  para 
una  democracia.  Que  en  Venezuela  el  poder  executivo  sea 
exercido  por  un  Presidente,  nombrado  por  el  pueblo  6  sus 
representantes,  y  habremos  dado  entonces  un  paso  muy  grande 
hacia  la  felicidad  nacional. 

Qualesquiera  que  sea  el  ciudadano  que  ocupe  aquel  puesto, 
sera  soportado  por  la  constitución ;  autorizado  para  hacer  el 
bien,  no  podra  hacer  el  mal ;  pues,  sometido  á  las  leyes,  sus 
ministros  co-operaran  con  él ;  y  si,  al  contrario,  hiciese  alguna 
tentativa  para  violarlas,  sus  mismos  ministros  le  abandonaran, 
-dexandole  insulado  en  medio  de  la  República,  y  aun  podran 
acusarle  ante  el  senado.  Los  ministros  siendo  responsables 
por  aquellas  ofensas  que  se  cometan,  son  en  efecto  los  que 
gobiernan ;  y  no  es  menos  ventajoso  para  el  sistema,  que  los 
que  exercen  mas  inmediatamente  las  funciones  de)  poder  exe- 
cutivo, tomen  una  parte  activa  é  interesante  en  las  deli- 
beraciones del  gobierno,  y  consideren  sus  deberes  como  per- 
sonales* 

Puede  suceder  que  el  Presidente  no  sea  un  hombre  de 
grandes  talentos  6  virtudes,  y  que  ápesar  de  la  falta  de  estas 
qualidades  esenciales,  desempeñe  los  deberes  de  su  situación 
de  un  modo  satisfactorio,  porque,  en  tal  caso,  los  ministros, 
haciendo  todo  quanto  hay  que  hacer,  todo  el  peso  del  estado 
recae  sobre  ellos.  Por  muy  exorbitante  que  parezca  en 
Inglaterra  la  autoridad  del  poder  executivo,  no  lo  seria  quiza 
demasiado  en  Venezuela :  aqui  el  Congreso  ha  liado  tanto  las 
manos  como  la  cabeza  de  los  magistrados,  y  se  ha  revestido 


401 

de  una  porción  del  poder  executivo,  contra  la  máxima  de 
Montesquieu,  que  dice  que  un  cuerpo  representante  no  debe 
nunca  tomar  sobre  si'  ningún  principio  activo ;  debe  hacer 
leyes,  y  ver  que  estas  sean  ejecutadas.  Nada  es  mas  peli- 
groso para  un  pueblo  que  un  executivo  débil ;  y  si  ha  sido 
necesario  revestirle  de  tantos  atributos  en  una  monarquía, 
quan  infinitamente  mas  indispensable  lo  sería  en  una  repúb- 
lica. Fixemos  nuestra  atención  sobre  esta  diferencia,  y  hal- 
laremos que  el  equilibrio  del  poder  debe  ser  distribuido  de 
dos  modos.  En  una  república  el  executivo  debe  ser  el  mas 
fuerte,  porque  todo  conspira  contra  él ;  y,  del  otro  lado,  en 
una  monarquía,  el  legislativo  debe  ser  el  mas  poderoso,  porque 
todo  se  une  en  favor  del  soberano.  Láf  veneración  que  tiene 
el  pueblo  por  la  dignidad  real,  es  una  prueba  de  su  influxo 
en -aumentar  el  respeto  supersticioso  que  pagan  á  aquella 
especie  de  autoridad.  £1  esplendor  del  trono,  de  la  corona,  ' 
de  la  purpura ;  la  ayuda  formidable  que  le  da  la  nobleza-;  las 
inmensas  riquezas  acumuladas  por  las  generaciones  de  una 
misma  dinastía;  y  la  protección  fraternal  que  se  dan  unos 
reyes  á  otros ;  son  ventajas  considerables  que  militan  en  fa- 
vor de  la  autoridad  real,  y  que  casi  le  hace  ilimitada.  Estas 
mismas  ventajas  son  una  razón  porque  un  magistrado  republi- 
cano debe  poseer  mas  poder  que  el  que  tiene  un  principe 
constitucional. 

Un  magistrado  republicano  es  un  individuo  insulado  en 
medio  de  la  sociedad,  á*  quien  se  le  ha  confiado  el  deber  de 
domar  el  ímpetu  del  pueblo  hacia  la  licencia,  y  la  propensi- 
dad  de  los  jueces  y  administradores  háoia  el  abuso  de  las 
leyes.  Tal  es,  respecto  al  cuerpo  legislativo,  al  senado,  y  al 
pueblo,  un  solo  individuo  resistiendo  los  ataques  combinados 
de  las  opiniones,  de  los  intereses,  de  las  pasiones  de  la  socie- 
dad ;  que,  según  dice  Carnot,  está  constantemente  combatien- 
do entre  el  deseo  de  gobernar,  y  el  de  no  estar  sugeto  á  nin- 
guna autoridad.  En  efecto,  es  un  atleta  opuesto  á  una  muí- ' 
titud  de  otros.  El  único  correctivo  para  tal  debilidad  es  una 
resistencia  vigorosa  y  adaptada  á  la  oposición  del  executivo 
contra  el  cuerpo  legislativo,  y  contra  el  pueblo  de  una  repúb- 
lica.   Sí  el  executivo  no  posee  los  medios  de  exercer  toda  la 

TOM.  II.  C  C 


402 

autoridad  qtie  propiamente  tiene  á  su  disposición»  se  hace 
nulo,  y  el  gobierno  expira,  dexando  la  anarquía,  la  usurpa- 
ción, y  la  tiranía,  por  sus  herederos  y  sucesores. 

Que  todo  el  sistema  sea  propiamente  fortalecido,  y  el  equi- 
librio establecido  de  tal  modo  que  no  pueda,  ser  destruido,  ni 
que  su  refinamiento  sea  una  causa  de  descaecimiento.  Como 
no  hay  ninguna  forma  de  gobierno  que  sea,  mas  débil  que  una 
democracia,  su  constitución  debe  ser  tan  solida  como  sea  noci- 
ble* y  sus  instituciones  conducentes  á  la  estabilidad.  Si  esto 
no  fuere  asi,  podemos  decir  que  no  tenemos  mas,  que  un 
gobierno  de  ensayo,  y  no  un  sistema  permanente ;— una  co- 
munidad mutable,  tumultuosa,  y  anárquicas  y  no  un  esta- 
blecimiento qocial,  en  el  que  reyna  la  dicha»  la.  paz,  y  la 
justicia* 

\  Legisladores ! — No  seamos  presumptuosos  ea  nuestras  pre- 
tensiones, antes  seamos  moderados.  No  es  de-  ningún  modo 
probable  que  nosotros  podamos  hacer  lo. que  no.se  ha  efectu- 
ado nunca  por  ninguna  porción  de  la  raza  humana,  lo  que  las 
naciones  mas  grandes  y  mas  sabias  no  han  podido  nunca  cum- 
plir. La  libertad  indefinida,  y  la  absoluta  democracia,  son 
los  escollos  contra  los  que  han  naufragado  los  deseos  y  esper 
randas  republicanas. 

Haced  un  examen  de  las  repúblicas  de  la  antigüedad,  de 
las  de  los  tiempos  modernos,  y  de  las  que  están  ahora  nacien- 
do, y  hallareis  que  casi,  todas  ellas  han  sido  frustradas  en  sus 
empresas.  Los  hombres  que  buscan  instituciones  legitimas, 
y  perfecciones  sociales,  no  hay  duda  que  merecen  ser  alaba- 
dos ;  ¿  pero  quien  podra  decir  que  el  hombre  posee  una  sabi- 
duría perfecta ;  ó  que  practica  todas  aquejlas  virtudes  que 
imperativamente,  pide  la  unión  del  poder  y  de  la  justicia  ? 
Los  angeles,  y  no  los  hombres,  pueden  tan  solo  eKÍstir  libreq, 
tranquilos,  y  dichosos,  en  el  exercicio  del.  poder  soberano. 

Mientras  que  el  pueblo  de  Venezuela  exerce  los  derechos 
de  que  gozan  legítimamente — moderemos  las  excesivas,  pre- 
tensiones que  podía  sugerir  una  forma  de  gobierno  incompe- 
tente, y,  abandonemos  aquel  sistema  federativo  que  no  no? 
conviene; — deshagámonos  del  poder  ejecutivo  tri  uní  virado, 
coacentrerao$lp  en  un  Presidente,  y  démosle  bastante.autori- 


403 

dad  para  que  pueda  resistir  á  loe-  inconvenientes  que  ñafitean 
de¿  nuestra  pedente  situación,  del  estado  dé  guerra,  buco  el 
que  canto  hemos-sufrido,  y  de  la  especie  de  enemigos  extter*> 
not  é  interno»  con  lo»  que  hemos  tenido  que  combatir,  y  con 
loi  que  aun  tendremos  que  luchar  por  mucho  tiempo.  Que 
el  poder  legislativo  resigne4  lo»  atributo»  que  pertenecen  al 
exeontívo»  y  sin  embargo  que  adquiera  nueva  consistencia  y 
nuevo  influxo  en  el  equilibrio  de  la  autoridad.  Que  los  tri- 
bunales de  justicia  sean  reformados,  por  la  permanencia  é  in- 
dependencia de  los  jueces,  por  el  establecimiento  dé  jurados, 
y  de  códigos  civiles  y  criminales,  que  no  sean  dictados  por  la 
antigüedad  ni  por  reyes  conquistadores,  pero  por  la  voa  déla 
naturaleza*  por  la  de  la  justicia,  y  por  el  genio  de  la  sabiduría. 

Bami  deseo  al*  mas  ardiente,  que  cada  parte  del  gobierno 
y  de  la,  administración'  adquiera  aquel  grado  de  vigor,  que 
tan  solo  es  capar  de  mantener  el  debido  equilibrio,  no 
solo  entre  loa  miembros  del- gobierno,  pero  aun  entre1  los 
varios  rangos  de  que  la  sociedad  está  compuesta.  No  impor* 
taria  nada*  que  se  relajasen  los  resortes  de  un -sistema  poli- 
tico,  si  tal  reJaxacion  no  ocasionase  la  disolución  del  cu- 
erpo social,  y  la  ruina  de  loa  asociados.  Los  gritos  de  la 
rasa  humana  en  el  campo  de  batalla,  y  en  las  asambleas  tu- 
multuosas, apelan  al  Cielo  contra  aquello»  legisladores  ciegos 
é  inconsiderados,  que  creían  podían  impunemente  hacer  en- 
sayos de  instituciones  quiméricas.  Todas  las  naciones  de  la 
tierra  han  buscado  la  libertad,  las  ynas  cenias  armas,  las  otras 
con  la»  leyes»  pasando  alternativamente  de  la  anarquía  al  des- 
potismo, ó  del  despotismo  á  la  anarquía ;  pero  pocos  se  han 
contentado  con  alcances  moderados,  6  adoptado  constituciones 
conformes  á  sus  medios,  naturaleza,  y  circunstancias. 

No  emprendamos  lo  que  es  itnpossible,  á  no  ser  que,  al  tra- 
tar de  elevamos  demasiado  en  las  regiones  de  la  libertad,  cai- 
gamos en  el  abismo  de  la  tiranía.  De  la  libertad  absoluta  al 
poder  absoluto  hay  siempre  una  basada ;  y  el  medio  entre  los 
dos  extremos  es  la  suprema  libertad  social.  Ideas  abstratas 
originan  la  idea  perniciosa  de  libertad  ilimitada.  Obremos  de 
suerte  que  el  poder  del  pueblo  sea  confinado  dentro  de  los 
limites  de  la  razón  y  del  interés ;  que  la  voluntad  nacional  sea 


404 

domada  por  una  autoridad  adequada,  y  qué  una  legislación' 
crimina]»  análoga  á  nuestra  constitución,  gobierne  imperativa- 
mente al  poder  judicial :  en  cuyo  caso  existirá  un  equilibrio, 
y  se  evitaran  aquellas  disensiones  y  discordias,  que  embara- 
zarían los  negocios  del  estado,  lo  mismo  que  aquella  especie 
de  complicación  que  enreda  á  la  sociedad  en  lugar  de  unirla. 

Para  formar  un  gobierno  estable,  se  necesita  un  sentimiento 
nacional,  que  posea  una  inclinación  uniforme  hacia  dos  pun- 
tos principales, — arreglar  la  voluntad  publica,  y  limitar  la  au-  * 
toridad  publica,  cuyos  limites  es  difícil  asignar;  pero  es  de 
suponer  que  la  mejor  regla  para  dirigirnos  en  esto,  es  la  restric- 
ción y  concentración  reciproca,  de  suerte  que  haya  muy  poca  • 
colisión  entre  la  voluntad  legitima  y  el  poder  legitimo.  . 

£1  amor  de  la  patria,  de  las  leyes,  y  de  los  magistrados, 
debe  ser  la  pasión  reynante  en  el  corazón  de  cada  republi- 
cano. Los  Venezuelanos  aman  á  su  pays,  pero  no  á  las  leyes, 
porque  son  malas,  y  el  origen  del  mal ;  y  no  pueden  tampoco 
respeta?  mucho  á  sus  magistrados,  porque  los  viejos  eran  malos, 
y  los  nuevos  apenas  son  conocidos  en  la  carrera  que  han  comen- 
zado. Si  no  existe  un  sagrado  respeto  por  el  pays,  por  las 
leyes,'  y  por  las  autoridades  constituidas,  la  sociedad  es  un  es« 
tado  de  confusión,  un  abismo,  y  un  conflicto  entre  hombre  y 
hombre,  y  entre  cuerpo  y  cuerpo. 

Para  librar  á  nuestra  República  incipiente  de  tal  caos,  todo 
nuestro  poder  moral  no  bastara,  á  menos  que  no  fundamos 
todo  el  pueblo  en  una  masa :  la  composición  del  gobierno  es 
un  todo,  la  legislación  es  un  todo,  y  el  sentimiento  es  un  todo. 
Unidad,  Unidad,  Unidad,  debe  ser  nuestra  devisa.  La  sangre 
de  nuestros  ciudadanos  es  varía,  mezclémosla  para  formar  tan 
solo  una;  nuestra  constitución  ha  dividido  la  autoridad,  conven- 
gámonos en  unirla ;  nuestras  leyes  son  los  tristes  restos  de  nues- 
tros despotismos  antiguos  y  modernos,  destruyamos  una  es- ' 
truc  tura  tan  monstruosa,  que  caiga,  y,  saliendo  de  sus  ruinas, 
erijamos  un  templo  á  la  justicia,  y  baxo  los  auspicios  de  su 
sagrado  influxo,  dictemos  un  código  de  leyes  á  Venezuela.  Si 
deseásemos  consultar  los  recuerdos  y  los  modelos  de  la  legis- 
lación, Inglaterra,  Francia,  y  el  Norte  de  America,  nos  pre- 
sentan unos  admirables. 


405 

La  educación  publica  debe  ser  el  primer  cuidado  del  afecto 
.paternal  del  Congreso.  La  mora)  y  la»  luces  son  los  pontos 
cardinales  de  una  República,  y  la  moralidad  y  los  conocimi- 
entos es  Jo  que  mas  necesitamos. 

Tomemos  de  Atenas  su  Areopago,  y  los  guardianes  de  las 
costumbres,  y  de  las  leyes, — tomemos  de  Roma  sus  censores, 
y  tribunales  domésticos,— y  formando  una  sagrada  alianza  de 
-aquellas  instituciones  morales,  renovemos  en  la  tierra  la  ¡dea 
de  un  pueblo  que  no  está  contento  con  ser  libre  y  poderoso, 
sino  que  también  desea  ser  virtuoso. 

Tomemos  de  Esparta  sus  austeros  establecimientos,  y  for- 
memos de  estas  tres  fuentes  un  reservatorio  de  virtud. 

Demos  á  nuestra  república  un  quarto  poder,  con  autoridad 
de  presidir  sobre  la  infancia  y  corazones  de  los  hombres— 
«obre  el  espíritu  publico,  las  buenas  costumbres,  y  la  moralidad 
.republicana.  Constituyamos  este  Areopago,  que  vele  sobre  la 
educación  de  la  juventud,  y  sobre  la  instrucción  nacional,  para 
.purificar  quanto  haya  de  corrompido  en  la  República, — para 
acusar  £  la  ingratitud,  al  egoísmo,  á  la  indiferencia  por  la 
-  causa  del  pays,  a  la  indolencia,  y  al  ocio, — y  para  condenar  á  los 
-primeros,  gérmenes  de  la  corrupción,  y  al  exeraplo  pernicioso. 

Deberíamos  castigar  las  malas  costumbres  con  penas- morales, 
.  lo  mismo  que  las  leyes  castigan  los  crímenes  con  penas  corpo- 

•  rales,— -no  solo  lo  que  ofende,  sino  lo  que  tienda  á  ridicul- 
izarla ;  no  solo  lo  que  asalte  sino  lo  que  debilite ;  y  no  solo  lo 
que  pueda  violar  la  constitución,  sino  quanto  quebrante  la  de- 
cencia publica. 

La  jurisdicción  de  este  tribunal  verdaderamente  sagrado 
debe  ser  efectiva  en  quanto  se  refiera  á  la  educación,  y  á  la 

•  instrucción,  y  solo  deliberativo  respecto  á  las  penas  y  castigos ; 
y  de  este  modo  sus  anales  y  recuerdos,  en  los  que  se  inscríb- 

•  irán  sus  actos  y  deliberaciones,  y  los  principios  y  acciones  mor- 
ales de  los  ciudadanos,  serán  los  registros  de  la  virtud  y  del 

•  vicio,— -registros  que  el  pueblo  consultara  en  sus  elecciones, 
los  magistrados  en  sus  determinaciones,  y  los  jueces  en  sus 

'  decisiones.    Una  institución  semejante,  por  muy  quimérica 
qúñ  parezca,  es  mucho  mas  fácil  de  realizar  que  otras  de 
.  menos  utilidad  para  la.  humanidad,  establecidas  por  algunos 
legisladores  antiguas  y  modernos. 


406 


i  Legisladores !— Por  el  proyecto  de  da  const&sáen,  que 
respetuosamente  someto  á  vuestra  consideración,  descubriréis 
el  .sentimieate  que  le  dictó. 

Al  proponer  la  división  de  nuestros  .oradadanos  en  activa  y 
pasiva,  be  tratado  de  excitar  la  prosperidad  nacional  por  los 
des  grandes  resortes  de  la  industria—^el  trabaxo  y  la  ciencia. 
Estimulado*  por  estas  dos  causas  poderosas,  las  mayores  difi- 
cultades pueden  vencerse,  y  los  ¿tambres  podran  lograr  digni- 
dad y  dicha. 

Al  imponer  restricciones  justas  y  prudentes  á  las  /asan Wess 
primarias  y  electorales,  la  primesa  batiera  contra  la  licencia 
popular  se  bajía  de  este  modo  establecida,  y  .por  ella  se  evitan 
aquellas  reuniones  tumultuosas»  que  en  todas  las  edades  han 
dado  origen  $  mil  oonseaüeoctas  perjudiciales  en  la  elección,  y 
que  han  recaído  naturalmente  sobre  lossaagistradsa  y  sobre  el 
gobierno,  porque  el  acto  primordial  engendra  ya  sea  la  libertad 
i  la  esclavitud  de  un  pueblo» 

Aumentando  en  la  balanza  del  poder  el  peso  del  dengreao, 
por  el  pumero  de  legisladores  y  la  naturaleza  del  Senado,  se 
fixn  la  base  de  este  cuerpo  primario  de  la  nación,  y  se  reviste 
de  wayior  importancia  para  el  ejercicio  de  sos  funciones  so- 
berana*. 

AJ  separar  distintamente  el  exécutivo  del  legislativo,  no  es 
m,i  intención  sembrar  la  división  entre  estas  autoridades  su- 
premas, perp  para  unirlas  ea  los  vínculos  de  la  harmonía  que 
nace  de  la  independencia. 

Al  revestir  al  poder  exécutivo  con  una  autoridad  mayor  que 
la  que  ha  tenido  hasta  aqui,  no  es  mi  intención  habilitar  á  un 
déspota  £  que  tirantee  sobre  la  República,  pero  para  impedir 
que  el  despotismo  del  deliberativo  sea  la  causa  inmediata  de 
un  circulo  de  cambios  despóticos,  en  el  que  la  anarquía  sería 
alternativamente  reemplazada  por  la  oligarquía  y  la  meno- 
crafia, 

41  solicitar  la  independencia  de  los  jueces,  el  establecimi- 
ento de  los  jurados,  y  un  código  nuevo,  no  se  pide  mas  que  la 
seguridad  de  la  libertad  civil :  la  mas  estimable,  la  mas  equtta- 
ble,  4*  mas  necesaria,  y  en  una  palabra  la  única  libertad,  porque 
f»in  ella  todas  las  otras  son  nulas»    Se  pide  un  remedio  para  los 


407 

i 

abusos  lamentables  de  nuestra  judicatura,  que  derivan  su  ori- 
gen del  asqueroso  sumidero  de  la  legislación  Española,  reco- 
gidos en  varias  edades,  y  de  varias  fuentes,  tanto  de  las  pro- 
ducciones de  la  locura  como  del  talento,  del  fruto  del  buen 
sentido  como  de  lá  extravagancia;  y  que  forman  tanto  él  re- 
cuerdo del  ingenio  como  del  capricho.  La  encyclopedia 
judicial,  aquel  monsthto  con  diez  mil  cabezas,  que  ha  sido 
hasta  ahora  la  vara  del  castigo  para  las  naciones  Españolas, 
és  la  calamidad  mas  tremenda  con  que  la  cólera  Divinase  hizo 
sentir  sobre  aquél  desgraciado  imperio. 

Al  meditar  sobre  los  medios  mas  efectivos  para  regenerar 
el  caiacter  y  costumbres  que  nos  han  dado  la  guerra  y  lá 
tiranía,  me  he  atrevido  á  sugerir  un  poder  moral,  sacado  de 
las  edades  mas  remotas  de  la  antigüedad,  y  de  aquellas  leves 
¿bsoletafe,-  que  por  algún  tiempo  mantubieron  la  virtud  publi- 
ca entre  los  Griegos  y  Tos  Romanos ;  y  aunque  quiza  se  con- 
siderara como  puramente  un  capricho  de  la  imaginación,  es 
sin  embargo  de  probable  execucion,  y  me  lisongeo  que  no  se 
despreciara  una  idea,  que,  una  vez  mejorada  por  la  ciencia  y 
lá  experiencia,  podra  ser  de  la  mayor  eficacia. 

Espartado  al  ver  la  desunión  que  ha  existido  hasta  ahora 
entte  nosotros,  por  la  sutilidad  de  espíritu  que  caracteriza  al 
sistema  federativo,  me  veo  precisado  &  solicitar  se  adopte  la 
unión  y  concentración  de  todoá  los  estados  de  Venezuela 
en  una  República,  una  é  indivisible :  una  medida  que,  en  mi 
opinión,  és  urgente,  vital,  y  económica ;  y  de  tal  naturaleza, 
que  sin  ella  el  fruto  de  nuestra  regeneración  seria  destruc- 
ción* 

Es  mi  deber,  Legisladores,  presentaros  una  pintura  fiel  y 
justa  de  mi  administración,  política,  civil,  y  militar ;  pero  esto 
sería  cansar  demasiado  vuestra  preciosa  atención,  y  robaros  á 
este  momento  de  un  tiempo  igualmente  precioso  y  urgente ; 
de  consiguiente,  los  secretarios  de  estado  darán  una  relación 
al  Congreso  de  sus  varios  departamentos,  y  al  mismo  tiempo 
presentaran  aquellos  documentos  y  recuerdos  necesarios  para 
ilustrar  todo,  y  para  informaros  á  fondo  del  estado  actual  de 
la  República. 


408 

No  hace  mención  de  ninguno  de  los  actos  mas  importantes 
de  mi  mando,  aunque  conciernen  á  la  mayor  parte  de  mis 
compatriotas,  y  solamente  llamare  su  atención  á  la  ultima 
memorable  revolución.  Una  horrible,  atroz,  é  impía  esclavi- 
tud, cubría  con  su  negro  manto  la  tierra  de  Venezuela,  y 
nuestra  atmosfera,  sobrecargada  de  nubes  espesas  y  tenebro- 
sas, amenazaba  un  fiero  diluvio.  Imploré  la  protección  del 
Dios  de  la  naturaleza,  y  á  su  poderosa  palabra  la  tempestad 
se  disipó.  £1  lucero  de  la  libertad  lucio,  la  esclavitud  rompió 
sus  cadenas,  y  Venezuela  se  vio  rodeada  de  hijos  nuevos  y 
llenos  de  reconocimiento,  los  que  volvieron  los  instrumentos 
de  su  opresión  y  esclavitud  en  armas  de  la  libertad.  ¡  Si  l  Jos 
que  antes  eran  esclavos,  son  ahora  libres ;  los  que  antea  eran 
los  enemigos  de  nuestra  patria,  son  ahora  sus  defensores. 

A  vuestra  autoridad  soberana  dexo  la  reforma  6  revocación 
de  todas  mis  ordenanzas,  estatutos,  y  decretos ;  pero  implo- 
ro que  confirméis  la  completa  emancipación  de  los  esclavos,, 
como  imploraría  mi  vida  ó  la  salvación  de  la  República. 

El  presentar  la  historia  militar  de  Venezuela  sería  atraer  á 
vuestra  memoria  la  historia  del  heroísmo  republicano  entre 
los  antiguos ;  seria  mostrar  que  Venezuela  había  hecho  sacrifi- 
cios igualmente  brillantes  en  el  sagrado  altar  de  la  libertad.  Los 
nobles  corazones  de  nuestros  generosos  guerreros  han  estado 
llenos  de  aquellos  nobles  y  sublimes  sentimientos,  que  se  atri- 
buyen á  los  bienhechores  de  la  especie  humana.  No  combatían 
por  el  poder,  ó  por  las  riquezas,  ni  aun  por  la  gloría,  solo  com- 
batían por  la  libertad ;  el  titulo  de  Libertador  de  la  República 
ha  sido  su  mayor  recompensa;  habiendo  instituido  la  orden 
de  Libertadores  de  Venezuela,  al  formar  una  asociación  de 
aquellos  nobles  héroes. — ¡  Legisladores !  á  vosotros  os  perte- 
nece el  conferir  honores  y  decoraciones,  y  es  vuestro  deber 
exercer  ese  acto  de  gratitud  nacional. 

Hombres  que  han  abandonado  todos  los  beneficios  y  venta- 
jas de  que  gozaban  anteriormente,  como  una  prueba  de  su 
virtud  y  desinterés — hombres  que  han  sufrido  quanto  hay  de 
mas  horrible  en  una  guerra  inhumana,  privaciones  las  mas 
penosas,  y  angustias  las  mas  crueles — hombres  tan  benemeri- 


409 

tos  de  su  pays,  merecen  la  atención  del.  Gobierno ;  y  de  con- 
siguiente he  dado  direcciones  para  recompensarles  sacándolo 
de  la  propiedad  nacional. 

Si  yo  hubiere  adquirido  algo  de  mérito  á  los  ojos  de  mis 
compatriotas,  os  ruego,  Representantes,  que  os  digneis  confir- 
mar mi  demanda,  como  una  recompensa  de  mis  cortos  servi- 
cios ;  y  que  el  Congreso  mande  una  distribución  de  la  pro- 
piedad nacional,  •  conforme  á  la  ordenanza  que  di  en  nombre 
de  la  República,  en  favor  de  los  hijos  militares  de  Venezuela. 

Después  que  nuestros  exercitos  hubieron  derrotado,  por 
una  sucesión  de  victorias,  los  de  la  metrópoli,  la  Corte  de  Ma- 
drid, desesperando,  trató  en  vano  sorprender  los  sentimientos 
de  aquellos  magnánimos  soberanos  que  acababan  de  extermi- 
nar la  usurpación  y  la  tiranía  en  Europa,  y  que  debian  prote- 
ger lo  legitimo  y  justo  de  la  causa  de  America.  España,  no 
pudiendo  reducirnos  á  la  sujeccion  por  la  fuerza  de  las  armas, 
tubo  recurso  á  su  política  insidiosa,  y  puso  en  obra  todos  sus 
pérfidos  artificios.  Fernando  se  humilló  hasta  confesar,  que 
sin  la  ayuda  extrangera  no  podría  volvernos  á  uncir  baxo 
su  yugo  ignominioso ;  yugo,  baxo  el  que  ningún  poder  hu- 
mano nos  podra  obligar  á  entrar.  Venezuela,  convencida 
de  que  tiene  bastante  fuerza  para  rechazar  á  sus  opresores, 
ha  declarado,  por  medio  del  Gobierno,  6u  determinación  fixa 
y  final  de  combatir  hasta  ser  aniquilada  en  defensa  de  su  vida 
política,  no  solo  contra  España,  pero  aun  contra  el  universo, 
si  el  universo  estubiere  tan  degradado  que  tomase  la  parte  de 
un  Gobierno  destructor,  cuyo  único  objeto  es  establecer  la 
Inquisición,  y  ver  todo  exterminado — un  Gobierno,  que  no 
desea  regiones  fértiles,  sino  desiertos,— .que  no  quiere  ciuda- 
des, sino  ruinas, — que  no  desea  sugetos,  sino  sepulcros.  La 
declaración  de  la  República  de  Venezuela  es  el  acto  mas  glo- 
rioso, mas  heroico,  y  noble  de  un  pueblo  libre ;  y  es  con  una 
satisfacción  particular  que  tengo  el  honor  de  ponerla  delante 
del  Congreso,  sancionada  como  lo  está  por  la  unánime  apro- 
bación de  todos  los  hombres  libres  del  pays. 

Desde  la  segunda  época  de  la  República,  nuestros  exerci- 
tos no  tenían  nada  de  lo  necesarkr  para  la  guerra ;  les  falta- 
ban siempre  armas  y  municiones,  y  estaban  en  todas  las  oca- 


410 

¿iones  mal  equipados ;  pero  al  presente  los  nóblefc  defensores 
de  la  independencia  no  soló  están  armados  áe  justicia,  pero 
de  poder,  y  nuestras  tropas  pueden  disputárselo  al  élite  de 
las  de  Europa,  ahora  que  poseen  igualmente  los  medios  de 
destrucción. 

Estas  ventajas  importantes  la*  debemos  á  bt  ilimitada  libe- 
ralidad de  algunos  extrangeros  generosos,  que  oyendo  los  tíil- 
mores  de  la  humanidad  sufriente,  y  viendo  la  causa  de  la 
libertad,  de  la  razón,  y  de  la  justicia  á  pique  de  perecer,  no 
pudieron  contemplarlo  con  sosiego,  sin  volar  á  socorrernos  con 
su  generosa  ayuda  y  protección,  proveyendo  á  la  República 
de  aquello  que  necesitaba  para  hacer  triuhfar  sus  principios 
filantrópicos.  Aquellos  amigos  de  la  humanidad  son  los  ge- 
nios protectores  dé  America,  y  á  ellos  les  debemos  una  deuda 
de  eterna  gratitud,  lo  mismo  que  un  desempeñó  religioso  de 
las  varias  obligaciones  que  hemos  contraído  con  ellos.  ¡  Le- 
gisladores !  la  deuda  nacional  es  el  deposito  de  la  buena  fé, 
del  honor,  y  de  la  gratitud  de  Venezuela :  respetadla  como 
la  arca  sagrada  que  contiene,  no  solo  loa  derechos  de  nuestros 
bienhechores,  pero  la  gloria  de  nuestra  fidelidad.  Perezca- 
mos antes  de  faltar  en  el  mas  mínimo  punto  al  desempeño  dé 
aquellas  obligaciones,  que  han  sido  los  medios  de  la  salvación 
de  nuestra  patria  y  de  nuestros  hijos. 

La  unión  de  Nueva  Granada  y  de  Venezuela  en  un  grande 
estado,  ha  sido  uniformemente  el  deseo  ardiente  del  pueblo, 
y  de  los  gobiernos  de  estas  Repúblicas.  La  fortuna  de  lá 
guerra  ha  efectuado  esta  ünloú  tan  deseada  pót  todos  los 
Americanos;  y  en  efecto  estamos  incorporados.  Estas  na- 
ciones hermanas  os  han  confiado  sus  intereses,  sus  derechos, 
y  sus  destinos.  Al  contemplar  la  unión  de  este  distrito  in- 
menso, mi  espíritu  se  eleva  con  delicia  á  la  altura  estupenda 
que  sé  necesita  para  poder  ver  bien  una  pintura  tan  maravi- 
llosa. 

Abandonando  los  tiempos  presentes  y  cercanos,  mi  imagina- 
ción se  arroja  en  las  edades  mas  remotas,  desde  las  que  obser- 
vo con  admiración  y  pasmo,  la  prosperidad,  el  esplendor,  y  la 
animación,  que  habrá  adquirido  esta  vas^a  región : — Mis  ideas 
se  dilatan,  y  veo  mi  amada  patria  en  el  centro  del  universo, 


411 

extmUeadose  entre  sus  distantes  cortas,  entre  dos  océanos 
separados  por  la  naturaleza,  y  que  la  industria  de  mi  pays 
habrá  unido  por  canales  grandes  y  espaciosos.  La  veo  como 
s¡  fuese  el  vinculo,  el  centro,  y  el  emporio  de  la  raza  humana ; 
— la  reo  transmitiendo  á  los  limites  mas  remotos  de  la  tierra, 
aquellos  tesoros  que  contiene  en  sus  montañas  de  oro  y  pla- 
ta $— la  veo  distribuyendo,  coa  sus  plantas  salutíferas,  salud  y 
vida  á  los  afligidos  del  Viejo  Mundo ; — la  veo  comunicar  á  los 
sabios  de  otras  regiones  sus  inapreciables  secretos,  que  hasta 
entonces  ignoraban  quan  superior  era  su  ciencia  al  exceso  de 
su  riqueza.  ]  Si !  la  veo  sentada  en  el  trono  de  la  libertad, 
tremolando  el  cetro  de  la  justicia,  y  coronada  de  gloria,  mos- 
trar al  Antiguo  Mundo  la  majestad  del  Nuevo. 

¡  Legisladores  I— Condescended  á  recibir  con  indulgencia 
la  declaración  de  mi  credo  político ;  los  deseos  mas  ansiosos 
de  mi  corazón,  y  la  ardiente  demanda  que  me  he  atrevido  á 
haceros  en  nombre  del  pueblo. 

Dignaos  conceder  á  Venezuela  un  gobierno  puramente  po- 
pular, puramente  justo,  y  puramente  moral,  y  que  encadene 
á  la  opresión,  á  la  anarquía,  y  al  crimen.  Un  gobierno,  que 
haga  reynar  la  inocencia,  la  filantropía,  y  la  paz.  Un  gobier- 
no, que  baxo  de  leyes  inexorables,  haga  triunfar  la  igualdad  y 
la  libertad. 

;  Señores !— Comenzad  vuestros  deberes,  yo  he  acabado  los 
míos. 

£1  Congreso  de  la  República  de  Venezuela  está  instalado ; 
en  él  se  halla  concentrado  desde  este  momento  la  soberanía 
nacional»  y  é  el  todos  debemos  obediencia  y  fidelidad. — Mi 
espada,  y  las  de  mis  ilustres  compañeros  de  armas,  manten- 
drán su  augusta  autoridad. 

I  Viva  el  Congreso  ! 

Pocos  (lias  después  Bolívar  marchó  á  mandar 
el  ejercito,  que  se  había  concentrado  á  las  orillas 
del  Apure.  Morillo  habiendo  reunido  sus  fuer- 
zas á  las  de  La  Torre,  Morales,  y  Calzada,  con 
la  intención  de  llegar  hasta  Angostura,  pasó  el 


412 

Apure  el  25  de  Enero  de  1819  á  la  cabeza  de 
5000  hombres.  Bolívar,  para  atraer  ai  enemigo 
al  interior,  se  retiró  detras  de  Arauca.  Eí  5,  Mo- 
rillo pasó  aquel  rio,  los  habitantes  huyendo  de- 
lante de  él,  después  de  haber  destruido  sus  casas, 
provisiones,  &c.  El  general  Español,  que  comen- 
zó á  sentir  que  sus  recursos  le  faltaban,  envío  un 
destacamento  de  600  hombres,  para  buscar  provi- 
siones: estos  cayeron  en  una  emboscada  que  les 
Jiabia  tendido  Eaez,  y  fueron  completamente 
aniquilados.  No  pudiendo  encontrar  provisiones 
para  sus  trocas,  todas  sus  partidas  forrageras 
viéndose  destruidas  por  las  guerrillas  de  Paez, 
Morillo  tubo  que  comenzar  su  retirada  el  15  de 
•Febrero.  Paez,  el  indefatigable  Paez,  cayendo 
continuamente  sobre  su  retaguardia,  le  molestaba 
considerablemente.  El  general  Español  procedió 
hasta  Achaguas,  una  isla  en  el  Apure,  en  donde 
se  acampó. 

Mientras  que  estas  ocurrencias  sucedían  en  el 
continente,  M'Gregor,  el  mismo  que  acompañó 
á  Bolívar  en  su  expedición  de  Aux  Cayes  en  1816, 
equipó  una  expedición  desde  Inglaterra, .  en  la 
que  se  embarcaron  300  voluntarios  Ingleses,  con 
la  intención  de  dar  algún  golpe  importante  en  el 
Continente  Americano.  Para  este  efecto  se  diri- 
gió al  Golfo  de  México,  juzgando  con  bastante 
acierto  que  el  sitio  de  la  guerra  habiendo  estado 
siempre  mas  lexos  de  aquella  parte,  hallaría  las 
posesiones  de  los .  realistas  menos  defendidas  que 
las  que  están  situadas  mas  al  este.  Y  en  efecto  no 
se   engañaba.     Quando  se  presentó  delante   de 


41S 

Puerto  Bello,  uña  de  las  plazas  mas  fortificadas  eu 
las  colonias  Españolas,  no  halló  apenas  resistencia 
de  los  pocos  soldados  negros  de  que  consistía  la 
guarnición  realista:  la  fortaleza  habiendo  sido 
evaquada  así  qué  se  presentó.  Hasta  aquí  las 
armas  de  los  patriotas  fueron  afortunadas ;  pero 
esta  buena  fortuna  no  duró  mucho,  á  causa  del 
descuido,  y  falta  de  orden  y  disciplina,  que  el 
General  permitió  á  sus  tropas,  las  que  cometieron 
los  mayores  excesos  sin  haber  sido  en  nada  castiga- 
das. El  general  realista  Hore,  que  estaba  en  las 
cercanías  de  la  ciudad,  percibiendo  el  descuido  y 
falta  de  atención  de  los  patriotas,  determinó  to- 
mar ventaja  de  ello,  y  pocos  dias  después  les  sor- 
prendió tan  eficazmente,  que  la  mayor  parte  de 
los  oficiales  fueron  hechos  prisioneros  en  sus 
camas,  y  que  el  mismo  M'Gregor  se  tubo  que 
escapar  saltando  por  una  ventana  desnudo,  y  na- 
dando á  un  navio  Ingles  que  estaba  en  aquel  mo- 
mento en  el  puerto.  Esta  conducta  vergonzosa 
no  merece  comento. 

En  conseqüencia  de  una  derrota  que  un  cuer- 
po de  tropas  que  baxaba  de  Su  Fé  á  juntarse  con 
Morillo,  sostubo  con  Santander,  que  mandaba  las 
fuerzas  independientes  en  aquella  parte,  y  en 
conseqüencia  de  la  estación  de  las  lluvias  que 
comenzaba  entonces,  el  general  Español  tubo 
que  dexar  á  A  chaguas,  y  que  retirarse  á  S°  Car- 
los. Entonces  Santander  se  avanzó  hacia  Tunja, 
donde  los  habitantes  habian  recogido  una  suma 
considerable  para  pagar  por  los  socorros  de  armas, 


L 


414 

municiones,  &c.  que  habían  recibido  de  Yenezit- 
eku 

El  Gobierno  Colombiano  dio  un  decreto  á  esto 
época*  que  forma  un  admirable  contraste  entre  su 
conducta  y  la  que  sus  enemigos  manifestaron) 
hacia  aquellos  desgraciados  republicanos,  que 
caían  en.  sus  oíanos» 

En  ella  se  decretaba  que  ningún  individuo,  ya 
fuese  Americano  ó  Español,  que  se  presentase  á 
qualésquiera  de  los  gefes  de  las  tropas  que  perte- 
necían á  la  República,  seria  molestado  en  su  per- 
sona ó  hacienda,  qualésquiera  que  fbese  su  con- 
dición, ó  su  conducta  anterior.  Los  que  abrcu 
zasen  el  partido  de  la  República,  se  les  conserva» 
ría  su  rango,  distinción,  y  clase.  Las.  vidas  y 
propiedades  de  los  habitantes  de  un  paya  liberta^ 
do,  lo  mismo  que  todas  las  cosas  sagradas,  monu¿* 
mentps,  establecimientos  públicos,  archivos,  &c. 
serian  respetados  y  protegidos. 

De  la  execucion  exacta  y  de  la  religiosa  obser- 
vancia de  esta  ley,  se  hacia  responsables  á  los 
comandantes  que  ocupasen  con  sus  divisiones  los 
distritos  libertados.  De  este  modo  abriendo  la 
puerta  á  cientos  de  ciudadanos  Americanos  y 
Empapóles,  que  se  habían  visto  forzados,  á  tomar 
armas  contra  Ib  República,  y  contra  sus  mismos 
intereses* 

A  este  periodo  la  República  tubo  que  deplo- 
rar, la  perdida  de  Don  Manuel  Palacio,  que  había 
vuelto  últimamente  á  Angostura  de  una  misión 
á  Europa,  después  de  haber  empleado  varias  años 


415 

en  ella,  en  servicio  de  loa  patriotas.  A  su  regre- 
so habia  sido  nombrado  secretario  de  negocios 
e^traqgeroe.  Sus  conocimientos  científicos,  y  sus 
amables  modales,  le  h«ci#n  íM#ar  de  qu autos  te- 
nían la  dicha  de  coQpqerlje ;  y  sus  sentimiento* 
patrióticos  y  ardiente  amor  del  pays,  se  manifes- 
taron eminentemente  en  una  vida,  que  desde  el 
principio  de  la  r^vol^icion  dsdiijó  incesantemente 
á  su  servicio  y  felicidad. 

Maíllo  persistía  aun  en  la  ^ntencijon  dé  tomar 
4  Angostura,  lo  que  habia  en.  vano  emprendido 
aquel  mismo  año,  y  despachó  para  ese  fin  ua 
cuerfp  de  sitf  mejores  tropas,  baxp  el  mando  del 
Coronel  Arana,  para  tomar  la  ciudad  por  un  coup 
¡de  mairij  si  tal  fuere  posible.  Después  de  lo  qual 
debia  ser  arrasada.  Marino,  habiendo  recibido 
inteligencia  de  su  aproximación,  marchó  inmedia^ 
tamente  á  la  cabeza  de  1300  hombres  para  cu- 
brir la  ciudad.  Marino  conduxó  él  mismo  sus 
tropas  al  £}¿?que,  y  derrotó  completamente  á  los 
Españoles.  En  la  comunicación  oficial  que  da 
de  esta  victoria  hace  subir  el  numero  de  enemi- 
gos muertos  á  1000,  ademas  de  los  prisioneros, 
municiones,  bagage,  &c.  con  fecha  del  12  de  Ju- 
nio, en  Cantara. 

Poco  después  Berra  udpz  derrotó  un  cuerpo  de 
realistas,  que  subia  á  600  hombres,  que,  ignoran- 
do la  derrota  de  Arana,  marchaba  á  juntarse  con 
él. 

£1 14  de  Julio  la  esquadra  mandada  por  Brion 
salió  de  Margarita,  llevando  á  bordo  la  división 


1 


416 

del  General  English,  y  300  Margaritanos.  Las 
baterías  del  Morro  de  Barcelona  fueron  poco 
después  tomadas  por  asalto  por  estas  mismas  tra- 
pas. £1  ataque  fue  mandado  por  el  Coronel 
Urslar,  y  se  logró  el  objeto  con  solo  la  perdida 
de  once  soldados,  y  de  dos  oficiales..  Urslar  se 
quedó  allí  de  gobernador. 

Bolívar,  que  habia  salido  de  Angostura  en 
Mayo  para  ir  á  Nueva  Granada,  efectúo  su  unión 
con  Santander  el  15  de  Junio.  El  30  su  quartel- 
generfcl  estaba  en  Paya,  desde  donde  despachó 
una  carta  oficial  al  Vice-Presidente  de  la  Repú- 
blica, en  la  que  se  expresaba  poco  mas  ó  menos 
en  estos  términos. 

Quartel-general,  .Paya>  30  de  Junio  de  1819. 

Simón  Bolívar,  Presidente  del  Estado,  Capitan*General 
de  Venezuela  y  Nueva  Granada,  &c.  &c.  á  S.  Ex.  el  Vice- 
Presidente  de  la  República. 

Desde  mi  ultima  carta  de  Guadalito,  nada  de  importante 
ha  occurrido  en  este  exercito.  Nuestras  operaciones  ae  han 
ceñido  únicamente  á  los  progresos  de  nuestra  marcha  por 
medio  de  payses  en  amistad,  hasta  el  27  del  presente,  que 
atacamos  la  vanguardia  que  el  enemigo  habia  apostado  aquí, 
y  que  consistía  de  300  hombres.  Este  suceso  fue  el  principio 
de  la  campaña  en  Nueva  Granada ;  y  si  la  primera  tentativa 
puede  considerarse  como  un  presagio  de  su  éxito  final,  tene- 
mos razón  de  esperar  que  será  favorable : — 300  lanceros  de 
las  tropas  enemigas  fueron  desalojados  de  una  posición  tan 
fuerte  por  la  naturaleza,  que  100  hombres  hubieran  bastado 
para  defenderla  contra  1000. 

Las  ventajas  que  nos  han  resultado  de  esta  victoria  se 
limitan  á  la  posesión  del  desfiladero,  el  enemigo  habiéndose 
escapado  vadeando  el  rio  Paya,  que  estaba  á  su  espalda ;  sin 


417 

embargo,  perdió  algunos  soldados  y  sus  provisiones.  Pero 
esta  victoria  no  ha  sido  la  única  causa  de  satisfacción  para  el 
exercito,  6  la  que  mas  fatiga  nos  haya  causado.  Los  princU 
pales  obstáculos  que  hemos  tenido  que  vencer  nacian  de  los 
caminos : — hemos  caminado  un  mes  entero  en  la  provincia  de 
Casanare,  y  vencido  nuevos  impedimentos  todos  los  dias,  que 
parecían  aumentar  según  nos  avanzábamos.  Es  milagroso 
que  hayamos  tenido  la  buena  fortuna  de  venir  tan  lexos  sin 
ningún  accidente,  apesar  de  haber  atravesado  una  multitud 
de  ríos  navegables,  que  inundaban  una  gran  parte  del  camino 
en  los  llanos.  Esta  era  la  principal  dificultad  en  nuestra 
marcha,  y  una  vez  superada,  creímos  que  en  el  resto  no  habría 
ya  nada  que  vencer ;  pero  pronto  hallamos  nuevos  obstáculos, 
que  sin  una  perseverancia  á  toda  prueba  era  imposible  superar. 
Lo  escarpado  de  las  montañas  que  cruzamos  es  increíble  para 
los  que  no  las  han  visto  nunca*  Para  formarse  una  idea  del 
camino,  basta  decir,  que  en  quatro  dias  de  marcha  los  fur- 
gones del  parque  de  artillería  se  inutilizaron,  y  el  ganado  de 
relevos  pereció  todo.  La  inclemencia  del  tiempo  anadio 
también  á  las  dificultades  del  camino — llovió  casi  noche  y  día; 

Por  fin,  aunque  nuestra  marcha  no  se  ha  terminado,  nos 
podemos  lisongear  que  lo  peor  ha  pasado  ya,  y  que  tocamos 
al  termino  de  nuestras  fatigas.  Esperamos  poder  llegar  á 
Sogamozo  en  ocho  dias  á  lo  mas,  donde  nuestra  situación 
sera  muy  mejorada. 

Todas  quantas  noticias  recibimos  de  Nueva  Granada  ani- 
man nuestras  esperanzas.  Todas  ellas  afirman  que  en  el  in- 
terior del  pays  hay  una  multitud  de  guerrillas,  que  incesante- 
mente molestan  al  enemigo,  que  está  lleno  de  miedos  respecto 
á  nosotros,  y  los  habitantes  están  muy  impacientes  por  nues- 
tra llegada.  Si  estos  rumores  son  ciertos,  (y  nosotros  no 
tenemos  motivos  de  dudarles),  nuestra  campaña  acabara 
pronto  y  gloriosamente.  Nada  podra  resistírsenos  si  la  pobla- 
ción está  de  nuestro  lado.  La  fuerza  del  enemigo  no  basta 
para  oponerse  á  los  paysanos. 

El  General  Paez  rae  ha  informado,  con  fecha  del  15  del 
presente,  que  había  batido  la  facción  en  Guaca,  quemado  su 
pueblo,  y  destruido  sus  campos : — se  estaba  preparando  para, 

TOM.  II.  D  d 


418 

■ 

marchar  contra  Pedrea*,  en  hincad»  um  división  del  enemi- 
go de  700  hombres»  que  se  había  avanzado  haita  aquel!» 
piase,,  y  espeta  («  tiene  la  buena  fortuna  de  caer  con  él> 
poder  dar  buena  cuenta  de  él* 

No  tengo  avisos  de  V.  E.  subseqücoies  al  1  de  Mayo,  que 

es  le  fecha  de  su  ultimo  oficio» 

(Firmado)     Bomtajs* 

El  25  de  Julio  se  publicó  un  bulethi,  en  el  que 
se  notificaba  una  victoria  completa  que  obtubie- 
ron  las  armas  de  la  República  sobre  los  Españoles 
cerca  de  la  ciudad  de  Tunja ;  lo  siguiente  es  su 
contenido :— * 

BÜLETIN,  No.  2. 

Julio  d  25  de  1819. 

Ai*  que  se  juntaron  algunas  colnnmas»  que  no  estaban  en 
la  marcha  de  Garnesa,  el  exercito  continúo  hacia  el  departa* 
mentó  de  Sta  Rosa»  con  la  intención  de  tomar  posesión,  de 
aquel  fértil  distrito,  y  de  mandar  sobre  el  valle  de  Sogameao, 
Este  movimiento  obligó  al  enemigo  á  abandonar  su  posición 
en  la  Pena  de  Topaga,  y  de  retirarse  hasta  los  malino*  de 
BoDza,  en  las  inmediaciones  de  la  ciudad  de  Tunja*  £1 20, 
nuestro  exercito  se  presentó  al  frente  de  las  posiciones  del 
enemigo,  que  eran  excelentes,  por  los  parapetos  y  fosos  que 
les  ofrecían  las  murallas  y  terrenos  quebrados*  Todas  aues* 
tras  tentativas  para  desalojar  al  enemigo  nq  predugeipn  otro 
efecto  sino  el  batir  quanta*  guerrillas  nos  enviaron  para  re* 
chafarnos. 

A  las  cinco  esta  mañane  el  exercito  marchó  por  el  camas 
de  Salitre  de  Paypa,  pera  atacar  al  enemigo  espada  en  mane» 
y  forzarle  á  abandonar  su*  puestos*  A  las  diez  el  ejercite 
logró  pasar  al  río  Sogamozo,  y  £  las  doce  se  encontró  con  el 
enemigo,  que  se  bahía  avanzado  hacia  nosotros. 

Las  circunstancias  nos  obligaron  á  tomar  una  posición  ex- 
traordinariamente mala,  en  la  que  pos  vimos  atacados  coa 


419 

glande  impetuosidad  por  todo  el  exercito  Español  de  Nueva 
Granada* 

£1  primer  batallón  del  rey,  con  algunas  compañías  del 
seguíalo^  marcharon  sobre  nuestra  izquierda,  y  á  estos  se  les 
opusieron  dos  batallones  de  la  vanguardia*  Al  mismo  tiempo 
el  enemigo  avanzó  sobre  nuestra  frente  el  segundo  y  tercer 
batallón  de  Numancia,  los  restos  del  Tambo,  y  el  regimiento 
de  dragones  de  Granada,  los  que  fueron  atacados  por  una 
columna  de  la  retaguardia,  á  cuya  cabeza  se  bailaban  algunas 
compañías  de  Isr  legión  Inglesa,  que  cargaron  con  tal  intre* 
pidez  que  el  enemigo  se  vio  de  una  vez  batido  y  dispersado. 
Pero  habiéndose  replegado  de  nuevo,  acometió  furiosamente, 
y  se  hizo  dueño  de  los  altos ;  y  nuestro  exercito,  casi  rodeado, 
sufrió  un  fuego  terrible  de  todos  los  lados.  Qualesquiera 
otras  tropas  que  las  de  la  República  hubieran:  perdido  una 
victoria  tan  brillante  como  la  que  hemos  ganado.  Una  co* 
lumna  de  caballería,  conducida  por  el  valiente  Comandante 
Rondón,  destruyó  una  parte  de  la  infantería  del  enemigo,  y 
al  mismo  tiempo  nuestra  infantería  haciendo  otro  tanto  con  la 
que  estaba  á  nuestra  espalda;  y  otra  parte  dé  nuestra  cabal- 
lería, mandada,  por  el  Teniente  Carvajal,  cargó  sobre  la  del 
enemigo  en  el  camino  real. 

£1  exercito  Español  se  vio:  desalojado  de  quantos  puntos 
ocupaba,  y  la  excelente  posición  que  tomaron  los  restos  de 
su<  caballería  fue  únicamente  lo  que  la  libró  de  una  destruc- 
ción: total.  La.  batalla  continúo  hasta.despues  de  la  caída  del 
sol,  coa  una  obstinación  y  encarnizamiento  de  que  apenas  se 
puede  formar  idea».  £1  enemigo  perdió  en  .muertos  y  heridos . 
quinientos  de  sus  mejores  soldados,  y  dexó  en  nuestra  pose- 
sión una  multitud  de  prisioneros,  fusiles,  lanzas,  caxas  de 
municiones,  trompetas,  caxas  militares,  y.  dos  estandartes  de 
los  dragones  de  Granada,  sin  poder  calcular  con  exactitud  el 
numero  de  los  dispensados. 

Nuestra  perdida  consiste  de  104  muertos  y  heridos. 

Cada  cuerpo  del  exercito  se  ha  distinguido  mucho ;  pero 
se  debe  mencionar  en  particular  la  conducta  del  Comandante 
Rondón  y  el  Teniente  Carvajal ;  y  lo  mismo  la  de  las  com- 
pañías Inglesas,  á  las  que  su  Excelencia  el  Presidente  de  la 


H 


420 


República,  á  pesar  de  haber  «ido  la  primera  ves  que  han 
combatido  baxo  nuestras  banderas,  las  ha  concedido  la  orden 
de  libertadores,  en  testimonio  de  su  firmeza  y  valor. 

Estamos  ahora  en  posesión  de  toda  la  provincia  de  Tunja 
á  excepción  de  la. capital,  y  las  de  Socorro  y  Pamplona  están 
enteramente  libres ;  el  resto  del  pays  está  en  abierta  insurrec- 
ción. Las  ciudades  de  Nueva  Granada  han  recibido  al  erer- 
cito  libertador  con  el  mas  extraordinario  entusiasmo.  Todas 
están  determinadas  á  ser  libres ;  y  el  exercito,  rodeado  de 
ciudades  tan  patrióticas  y  decididas,  no  tiene  necesidad  de 
nada. 

Nombres  de  Oficiales  muertos. 

Vanguardia — Mateo  Franco,  Teniente  de  Cazadores. 
Retaguardia — £1  Teniente-Coronel  José  Ximenes,  y  los 
Capitanes  Ramón,  García,  y  Manuel  Orta. 
Legión  Inglesa— £1  Teniente  Cazeley. 

.  Oficiales  heridos. 

Vanguardia — El  Ayudante  Pedro  Torneros,  y  los  Sub- 
tenientes Manuel  Linares,  y  Manuel  Sara,  de  los  Cazadores, 
y  el  Capitán  Encarnación  Ruiz,  de  la  Caballería. 

Retaguardia— El  Coronel  Justo  Briceño,  el  Teniente-Coro- 
nel Arthur  Sands,  el  Capitán  Manuel  Ferron,  el  Mayor  de 
Brigada  Manuel  Crespo,  el  Teniente  Vicente  Belandia,  y  los 
Sub-  tenientes  Nonato  Freytes,  Paulaleon  Flores,  y  Juan 
Silva,  de  la  Infantería;  los  Tenientes  Manuel  Delgadillo,  y 
José  Rico,  y  el  Cadete  Mileton  Escalona,  de  la  Caballería. 

Legión  Inglesa— El  Coronel  James  O'Rooke  y  el  Sub- 
teniente MacManus,  y  el  Capitán  Daniel  F.  O'Leaiy,  del 
estado  mayor  de  la  Retaguardia. 

Quartel-general,  en  los  Altos  de  Vargas. 

(Firmado)    Manuel  Manrique, 

Ayudante- General  encargado  del  Estado  Mayor. 

Por  fin,  el  exercito  independiente  logró,  des- 
pués de  varías   sangrientas    batallas,    tomar  la 


421 

I 

ciudad  de  SuFé  el  11  de  Agosto.  Para  dar  mejor 
idea  de  los  importantes  sucesos  que  condugeron 
á  este  brillante  resultado,  daremos  la  substancia 
de  los  buletines  originales  que  se  publicaron  en- 
tonces. 

Batalla  de  Bojaca. 

Ayer,  al  amanecer,  los  puestos  avanzados  noticiaron  que  el 
enemigo  marchaba  por  el  camino  de  Samaca.  Inmediata* 
mente  el  exercito  se  puso  sobre  las  armas,  y  asi  que  afirma- 
mos que  la  intención  del  enemigo  era  pasar  el  Puente  de  Bo- 
jaca, para  abrir  su  comunicación  con  la  capital,  marchamos 
por  el  camino  real  para  interceptarle,  ó  para  obligarle  á  entrar 
en  acción. 

A  las  dos  P.  M.  la  primera  división  del  enemigo  llego  al 
puente,  quando  nuestras  videntes  de  caballería  se  mostraron. 
El  enemigo,  que  no  podía  aun  descubrir  nuestro  exercito,  y 
que  solo  creía  estar  en  presencia  de  un  cuerpo  de  observa- 
ción, atacó  con  sus  cazadores,  mientras  que  el  cuerpo  princi- 
pal de  su  exercito  continúo  su  camino.  Nuestras  divisiones 
se  avanzaron  á  paso  redoblado,  y,  á  la  gran  sorpresa  del  ene- 
raigo,  toda  nuestra  infantería  apareció  en  columna  sobre  una 
eminencia  que  mandaba  la  posición.  Algunas  tropas  avanza- 
das habían  subido  parte  del  camino  persiguiendo  á  nuestros 
videntes,  y  el  resto  estaba  abaxo,  á  la  distancia  de  un  quarto 
de  legua  del  puente,  y  hacian  ver  una  fuerza  de  3000  hom- 
bres. El  batallón  de  cazadores  de  nuestras  avanzadas  des- 
tacó una  compañía  en  guerrilla,  mientras  que  el  resto  en 
columna  atacó  á  los  cazadores  enemigos,  rechazándoles  hasta 
unas  ruinas,  de  donde  les  desalojo ;  después  pasó  el  puente, 
y  tomó  una  posición  en  el  lado  opuesto.  AI  mismo  tiempo 
nuestra  infantería  baxó  de  la  eminencia,  y  la  caballería  conti- 
núo su  marcha  pnr  el  camino.  Entonces  el  enemigo  trató  de 
avanzarse  por  su  derecha*  pero  se  vio  opuesto  por  el  cuerpo 
de  tiradores,  y  por  la  legión  Inglesa.  El  primer  batallón  de 
Barcelona,  y  el  Bravo  de  Paez,  con  el  esquadron  de  los  Llanos 


423 

Altos,  formaron  el  centro.  £1  batallón  de  linea  de  Nueva 
Granada,  y  las  guias  de  la  retaguardia,  junto  con  el  batallón 
de  cazadores,  estaban  á  la  izquierda :  las  columnas  de  Tanja 
y  Socorro  estaban  en  reserva. 

Inmediatamente  la  acción  se  hizo  general  por  toda  lá  linea. 
£1  General  Auzuategui  dirigió  las  operaciones  del  centro  y 
de  la  derecha :  atacó  á  un  batallón  que  el  enemigo  había 
destacado  en  guerrilla,  á  un  valle,  y  le  forzó  á  retirarse  á  sus 
lineas,  que,  ahora  estaban  sobre  una  eminencia,  con  tres 
piezas  de  canon  en  el  centro,  y  dos  cuerpos  de  caballería, 
.aguardando  nuestro  ataque. 

Las  tropas  en  puestro  centro,  á  pesar  del  fuego  vivo  de 
.algunos  de  las  fuerzas  del  enemigo  que  estaban  á  nuestro 
Banco  izquierdo,  atacaron  á  su  cuerpo  principal :  el  enemigo 
sostubo  un  fuego  violento,  pero  nuestras  tropas,  con  suma 
bizarría,  y  executando  sus  movimientos  con  la  mejor  diaci» 
plína,  rodeo  á  todo  el  cuerpo  del  enemigo.  £1  esquadron  de 
los  Llanos  Altos  cargó  con  su  acostumbrado  valor :  desde  aquel 
momento  todos  los  esfuerzos  del  general  Español  fueron  in- 
útiles ;  y  tubo  que  abandonar  su  posición.  La  compañía  de 
granaderos  de  acaballo,  todos  Españoles,  fueron  los  primeros 
que  huyeron.  La  infantería  hizo  un  esfuerzo  para  formarse 
en  una  cuesta  vecina,  pero  fue  inmediatamente  destruida.  Un 
cuerpo  de  reserva  de  caballería  nos  aguardaba  con  sus  lanzas 
preparadas  para  cargar,  y  fue  totalmente  destruido ;  y  final* 
mente,  todo  el  exercito  Español  en  completa  derrota,  y  vién- 
dose cercados  de  todos  los  lados,  entregaron  sus  armas,  dán- 
dose por  prisioneros  de  guerra.  Casi  al  mismo  tiempo,  el 
General  Santander,  que  mandaba  la  izquierda,  y  que  había 
hallado  una  resistencia  temeraria  de  parte  de  la  vanguardia 
del  -enemigo,  á  la  que  no  tenia  mas  que  oponer  sino  sus  caza- 
dores con  algunas  compañías  de  linea,  y  las  guias  de  la  reta- 
guardia, pasó  el  puente,  y  completó  la  victoria. 

Todo  el  exercito  enemigo  fue  hecho  prisionero.  £1  Gene- 
ral Barreyro,  comandante  en  gefe  de  las  fuerzas  de  Nueva 
Granada,  y  su  segundo  en  mando,  el  Coronel  Ximenez,  casi 
todos  los  comandantes  y  gefes  de  batallón,  una  multitud  de 
subalternos,  y  mas  de  1000  hombres,  son  prisioneros,  pon  sus 


443 

armas,  municione»,  caballería,  &c.  Apenas  se  han  escapado 
50  hombres,  con  algunos  oficíales,  qué  huyeron  antes  que  el 
combate  fuese  terminado.  El  comandante  en  gefe,  Barreyro, 
fue  hecho  prisionero  por  Pedro  Martínez,  un  soldado  raso  de 
los  tiradores. 

E)  General  Santander,  con  las  avanzadas,  y  con  las  guias 
de  kt  reserva,  continúo  persiguiendo  á  los  fugitivos,  hasla 
fequf ;  y  el  General  Auzcrategui,  con  el  resto  del  exercito,  se 
quedaron  durante  la  noche  en  el  campo  de  batalla*  Las  ven- 
tajas que  la  República  ha  obtenido  por  la  gloriosa  victoria  de 
ayer  son  incalculables. 

Nunca  nuestras  tropas  ganaron  un  triunfo  mas  decisivo,  y 
<jmsa  no  se  han  visto  jamas  opuestas  á  tropas  mejor  discipli* 
nadas,  6  mejor  mandadas* 

Nada  se  puede  comparar  á  la  intrepidez  manifestada  por  ei 
General  Auzuategui,  ú  la  cabeza  de  áos  batallones,  y  de  un 
esquadron  de  caballería,  con  los  que  atacó  é  hizo  prisioneros 
«1  cuerpo  principal  del  exercito  enemigo:  á  él  debemos 
^principalmente  esta  victoria. 

SI  General  Santander  dirigió  sus  maniobras  con  juicio  y 
valor.  El  regimiento  del  Bravo  de  Paez,  el  primero  de  Bar- 
celona, y  el  esquadron  dé  los  Llanos  Altos,  combatieron  con 
un  valor  distinguido.  Las  columnas  de  Tunja  y  de  Socorro  se 
juntaron  con  la  derecha  al  momento  de  la  victoria.  En  fin,  su 
Excelencia  está  muy  satisfecho  con  la  conducta  de  los  gefes» 
oficiales»  y  soldados  del  .exercito  Libertador,  en  este  dia 
memorable. 

Quaftel-general,  en  la  Venta  Quemada»  el  8  de  Agosto  de 

1819. 

P.  Soüblettk,  Gefe  del  Estado  Mayor. 

Batalla  de  Bojaca. 
Continuación. 

El  Teniente-Coronel  Mugica,  con  el  cuerpo  de  dragones 
y  gulas,  continúo  persiguiendo  al  enemigo  temprano  pot  la 
mañana  del  8.  A  las  onze  del  mismo  dia,  su  Excelencia 
siguió  con  la  caballería  de  los  Llanos  Altos,  y  se  juntó  en  Cho- 


434 

conti.  £1  9  toda  la  infantería  marchó.  El  10  su  Excelencia, 
al  llegar  al  puente  del  Común,  recibió  inteligencia  de  la  capi- 
tal, que  el  Virey,  la  Audiencia  Real,  con  la  guardia  de  honor, 
y  con  el  regimiento  de  cazadores  de  Aragón,  con  todos  los 
empleados' del  Gobierno,  civil  y  militares,  habían  abandonado 
la  capital  en  la  mañana  del  9,  desando  la  plaza  en  la  mayor 
confusión  y  alarma.  Su  Excelencia  apresuró  su  marcha,  y 
entró  en  la  capital  el  mismo  dia  entre  las  aclamaciones  de  los 
habitantes,  á  quienes  faltaban  palabras  para  expresar  su  dicha, 
y  que,  después  de  tres  años  de  la  mas  cruel  opresión,  apenas 
podían  creer  en  la  realidad  de  un  suceso  tan  súbito  é  inespe- 
rado. Las  calles  y  las  plazas  estaban  llenas  de  gentes,  ansi- 
osas de  ver  á  su  Excelencia,  y  de  asegurarse  de  la  verdad* 
El  Virey  Samano  ha  tomado  la  dirección  de  la  Honda,  y 
Calzada  se  ha  ido  hacia  el  sud ;  y  hay  buenas  razones  de  es- 
perar que  ninguno  se  escapara.  El  exercito  libertador  ha 
.cumplido  lo  que  emprendió  en  esta  campana.  En  75  dias  de 
marcha,  desde  el  pueblo  de  Mantecal,  en  la  provincia  desa- 
rmas, su  Excelencia  hizo  su  entrada  en  la  capital  del  Nuevo 
Reyno,  después  de  haber  vencido  obstáculos  y  dificultades 
mucho  mayores  que  se  habían  previsto  al  momento  de  em- 
prender esta  expedición,  y  destruido  un  exercito  tres  veces 
mayor  que  el  suyo. 

La  precipitación  con  que  el  Virey  y  sus  satélites  huyeron 
á  las  primeras  noticias  de  la  perdida  de  la  batalla  de  Bojaca, 
le  impidió  salvar  el  tesoro  publico,  En  la  casa  de  la  moneda 
hemos  hallado  medio  millón  de  duros,  en  metal ;  y  en  los  de- 
mas  edificios  públicos,  bastantes  materiales  de  guerra  para 
equipar  un  exercito  numeroso.  La  libertad  de  Nueva  Gra- 
nada ha  establecido  infaliblemente  la  del  todo  el  Sur  de  Ame- 
rica, y  el  año  de  1819  pondrá  fin  á  la  guerra  que  España  ha 
hecho  contra  nosotros,  con  tantas  violaciones  de  la  humani- 
dad, desde  el  año  de  1810. 

9  £1  Gefe  del  Estado  Major, 

SoüBLKTTE. 

Quartel-general,  en  Sta  Fé,  el  11  de  Agosto  de  1819.— 9o' 


425 

Las  armas  de  la  República  eran  victoriosas  en 
todas  las  partes  de  Nueva  Granada,  y  el  quartel- 
general  estaba  ahora  en  la  ciudad  de  S*  Fé,  de 
donde  su  Excelencia  el  Presidente  envió  á  su 
Excelencia  el  Vice-Presidente  un  despacho  en  el 
siguiente  tenor. 

Quartd-general,  en  &"  F¿>  el  14  de  Agosto  de  1819. 

Simón  Bolívar,  Presidente  de  la  República,  Capitán  Qene- 
ral  de  las  Faena»  de  Venezuela  y  Nueva  Granada,  á  su 
•    Excelencia  el  Vice-Presidente  de  la  República. 

* 

Dksdk  el  momento  que  concebí  el  proyecto  de  marchar  con 
el  exercito  al  interior  de  este  reyno,  sabia  muy  bien  que  las 
aprehensiones  de  los  Españoles  les  excitarían  á  poner  en  ac- 
ción todos  sos  recursos ;  y  esta  opinión,  fundada  en  la  expe- 
riencia, de  mis  propias  observaciones,  fue  confirmada  por  los 
despachos  militares  del  Virey,  que  tubimos  la  buena  fortuna  dé 
■interceptar.  Por  ellos  descubrí,  que  un  exercito  superior  de 
tropas  bien  disciplinadas  se  habia  reunido  en  las  fronteras, 
para  que  rechazaran,  y  finalmente  destruyeran,  al  valiente  exer- 
cito libertador.  Sin  embargo*  yo  conté  con  que  las  cruel- 
dades y  opresiones  que  tan  inhumanamente  habían  exercido 
con  todas  las  clases  del  pueblo,  deberían  haber  preparado  sus 
.sentimientos  para  unirse  en  la  causa  de  sus  heroicos  liberta- 
dores ;  y,  en  efecto,  apenas .  habia  pasado  la  Cordillera  que 
separa  los  llanos  de  la  provincia  de  Casanare,  que  me  vi  saluda- 
do con  las  bendiciones  de  miles,  que  aguardaban  ansiosamente 
al  exercito  con  todo  el  entusiasmo  de  hombres  que  suspiran 
por  la  libertad,  como  el  único  remedio  para  poner  termino  á 
todas  las  calamidades  y  aflicciones  que  sufrían,  las  que  les  ha- 
oían  exasperado  hasta  el  ultimo  grado.  Un  hábil  oficial,  á  la 
.cabeza  de  4,000  á  5,000  guerreros,  fue  el  primero  que  se 
avanzó  contra  mi  en  el  campo  de  batalla.  El  General  Don 
-  José  María  Barreyro,  á  quien  habían  confiado  este  cuerpo, 


406 

hiló  quinto  se  debía  esperar  del  valor!  de  la  táctica,  y  de  la 
disciplina ;  pero  esto  no  sirvió  sino  para  añadir  Duero  lustre  á 
las  armas  de  la  República.  La  disciplina  de  sus  trapas,  las 
posiciones  ventajosas  que  ocupaban,  y  los  muchos  recursos 
que  poseían,  mostraron  claramente,  que  nuestra  empresa  no 
podía  completarse  «too  á  fuerza  de  perseverancia  y  de  intre- 
pided ;  qualidades  de  que  el  exercito  de  la  República  bahía 
dado  pruebas  tan  convincentes  en  tantas  ocasiones.  La  ba- 
talla de  Bojaca,  en  la  que  obtuvimos  la  victoria  mas  completa, 
ha  decidido  el  destino  de  este  reyno.  Después  de  haber  des- 
truido el  exercito  realista  hasta  sus  mismos  elementos,  be 
venido  á  la  capital  á  abrazar  á  mis  conciudadanos,  á  quienes 
hallo  émulos  en  sus  expresiones  de  gratitud,  y  prestes  á  unir 
sus  esfuerzos  á  los  nuestros  para  la  exterminación  de  nuestro 
(enemigo  común ;  y  aun  tomaron  las  armas  para  perseguir  á 
los  fugitivos  que  se  nos  habían  escapado.  Los  detallas  de 
aquellos  triunfos  se  hallaran  en  los  impresos  adjuntos*  Mi 
sensibilidad  no  sufrió  poco  al  ver,  á  mi  llegada  aqui,  las  sedales 
de  la  devastación  y  crueldad  que  los  proseütas  de  m  Península 
han  cometido.  El  Virey  Samano,  acompañado  de  todos  lea 
que  tenían  empleos  baxo  su  gobierno,  la  mayor  paite  Españo- 
les, y  el  resto  de  las  tropas,  huyeron  á  las  primeras  noticias  de 
nuestra  victoria ;  pero  antes  de  entrar  en  la  capital,  despache 
algunas  divisiones  hacia  el  sud  y  al  oeste,  (los  caminos  que 
siguieron),  y  espero  que  pocos  se  escaparan.  A  pesar  de  lo 
mucho  que  este  reyno  ha  sufrido,  la  República  puede  contar 
con  un  millón  de  duros  en  metálico,  exclusive  de  la  soma 
inmensa  que  se  realizan  con  la  venta  de  la  propiedad,  publica 
y  privada,  de  los  descontentos  que  se  han  huido. 

Me  ocupo  activamente  en  arreglar  la  economía  interior,  y 
la  excelente  disposición  del  pueblo,  entre  el  que  apenas  hay 
un  enemigo,  me  induce  á  creer  que  el  poder  del  enemigo  se 
halla  completamente  aniquilado. 

Ruego  á  V.  E.  y  á  la  República  se  dignen  recibir  mis  con- 
gratulaciones las  mas  cordiales,  y  los  ruegos  de  los  Granadinos, 
que  no  aspiran  sino  á  gozar  de  nuestra  dicha  mutua  sobre 
este  grande  suceso,  y  que  V.  E.  tendrá  la  bondad  de  presentar 


427 

al  Congreso  los  triunfos  de  la  victoria  obtenida  baxo  ni  man- 
do, como  un  tributo  de  mi  deber. 
•Que  Dios  guarde  £  V.  E.  muchos  anos. 

Bolívar. 

Mientras  que  ocurrían  estos  sucesos  en  Nueva 
Granada,  Paez  continuaba  empleando  seriamente 
al  enemigo  en  el  interior  de  Venezuela ;  como 
lo  testifica  una  carta  que  escribió  á  Bolívar,  y  que 
venia  á  ser  según  sigue* 

£xcblknxi*imo  Seno*, 
Ek  continuación  de  mi  despacho  anterior  diré,  que  el  10 
del  presente  levanté  nú  quartel-general  de  la  isla  de  Achaguas, 
.y  continué  marchando  á  un  ledo  del  Apure.    Mi  intención 
ara  ir  á  Nutrias  á  atacar  y  batir  su  guarnición ;  y  para  ese 
efecto  hize  marchar  á  la  infantería  Inglesa,  y  á  algunas  tropas 
paysanas  últimamente  enlistadas,  las  que  con  la  caballería 
formaban  una  división  respetable.    El  16  llegamos  al  vado 
Mamporal ;  y  no  pudiendo  ir  mas  adelante  con  la  infantería 
¿  causa  de  la  inundación  de  las  Sabanas,  la  envíe  á  Acha- 
gual y  proseguí  solo  jcoo  la  caballería,  con  el  objeto  de  hacer 
una  tentativa  ¿obre  Guanare,  y  otros  puntos  al  oeste  de  Ca- 
racas.   Para  mejor  lograr  este  objeto,  di  ordenes  al  Coronel 
Arizmeodi  para  que  hiciese  un  ataque  fingido  sobre  la  capi- 
tal de  Varinas  con  el  regimiento  de  La  Muerte,  para  dispersar 
.6*  distraer  la  fuerza  que  habia  batido  pocos  días  antes.    £1 17 
continué  mi  marcha  por  el  camino  hasta  este  pueblo,  que  nu- 
estras guias  nos  aseguraron  era  el  mejor ;  y  habiendo  progre- 
sado por  tres  dias  sucesivos,  sin  hallar  en  ningún  parage  pro- 
visiones para  nuestras  tropas,  ni  siquiera  un  sitio  seco  donde 
pasar  la  noche,  acampamos  el  19  por  la  noche  á  una  legua 
de  este  lugar,  en  donde  recibí  información  de  mis  videntes, 
que  una  división  del  enemigo,  que  consistía  de  S50  hombres 
de  apie,  y  de  algunos  carabineros,  baxo  el  mando  del  Teniente 
Coronel  Duran,  acababa  de  tomar  posesión  del  pueblo,  para  el 
doble  objeto  de  batir  las  guerrillas,  continuar  en  sus  inme- 


4£8 

diaciones,  quemar  el  pueblo,  destruir  las  plantaciones,  y  llevar 
prisioneros  á  los  habitantes  á  Hutríns.  Me  preparé  inme- 
diatamente para  darle  una  lección,  y  al  amanecer  el  día  20 
levantamos  el  campo,  é  hize  mis  disposiciones  para  el  ataque- 
La  linea  se  formó  en  batalla.  Di  el  mando  de  la  derecha  al 
Coronel  Muñoz,  á  la  cabeza  de  mi  guardia  de  honor ;  al  co- 
ronel A.  Rangel  la  izquierda,,  con  el  regimiento  de  Valientes ; 
y  al  General  Torres  el  centro,  con  los  húsares  desmontados. 
£1  enemigo  se  formó  en  un  quadro  en  el  pueblo,  hizo  una 
resistencia  obstinada,  rechazando  nuestros  ataques  aun  á  la 
V  bayoneta;  pero  previendo  su  destrucción  inevitable  por  el 

gran  numero  de  los  que  caían  á  su  lado  muertos  ó  heridos,  se 
retiró  en  buen  orden,  aunque  baxo  un  fuego  muy  animado,  á 
una  casa-fuerte,  donde  se  puso  al  abrigo  del  ataque.  Enton- 
ces me  preparé  á  asaltarle,  formando  quatro  columnas  de  la 
caballería  ligera  desmontada,  las  que  avalanzandose  simultá- 
neamente á  todo  peligro,  llegaron  á  la  casa,  y  atacaron  con 
.  sumo  valor ;  algunos  cortando  con  sus  sables  las  puertas  y  las 
ventanas,  otros  con  troncas  tratando  de  hechar  abaxo  las 
paredes ;  pero  estaban  tan  expuestos  al  fuego  de  adentro,  que 
tubieron  que  retirarse.  Sin  embargo  volvieron  otra  vez  al 
asalto ;  pero  percibiendo  que  seria  imposible  entrar  en  ella  sin 
las  Herramientas  requeridas,  di  ordenes  de  que  se  retirasen, 
mientras  que  la  voz  era  "  Morir  ó  Vencer,"  y  traté  persua- 
dirles que  el  valor  sin  la  prudencia  daría  la  palma  al  enemigo, 
asegurándoles  que  si  querían  confiar  en  mi,  la  plaza  caería  en 
nuestras  manos  antes  de  la  mañana  siguiente ;  que  en  el  entre- 
tanto debian  reposarse  un  poco,  y  estar  preparados  á  obtener 
el  fruto  de  su  valor.  Habiendo  pues  concentrado  la  caballe- 
ría, puse  quatro  guerrillas  de  húsares  desmontados  en  las 
casas  mas  cerca  del  frente,  con  ordenes  de  hacer  fuego  sobre 
quanto  se  presentase  por  delante,  y  particularmente  á  las  ven- 
tanas de  la  casa-fuérte.  Esto  fue  executado  puntualmente  á 
la  gran  molestia  del  enemigo  durante  todo  el  día,  mientras  que 
descubrimos  por  detrás  de  la  casa  un  sendero,  que  había  esca- 
pado á  nuestra  observación  durante  nuestros  ataques  de  la 
mañana.  Al  caer  la  noche  las  columnas  de  caballería  se  vol- 
vieron ú  formar  para  el  ataque,  y  fingiendo  un  asalto  en  el 


429 

frente,  Be  dio  el  verdadero  por  el  sendero  de  atrás,  quando,  á 
pesar  de  la  resistencia  formidable  que  hizo  el  enemigo,  nos- 
llevamos  todo  por  delante,  y  obtubimos  una  victoria  que  ha 
cubierto  de  eterno  honor  á  las  armas  de  la  República.  Era 
imposible  detener  la  furia  de  los  soldados,  que  pasaron  á  la 
bayoneta  todos  los  enemigos  que  se  les  opusieron,  y  ninguno 
escapó,  excepto  el  comandante  (mal  herido)  y  cosa  de  SO 
soldados,  favorecidos  por  una  noche  muy  obscura  y  lluviosa,  y 
conducidos  por  el  ingrato  capitán  Americano  Yazza,  que  les 
sirvió  de  guia ;  pero  envié  inmediatamente  un  cuerpo  de  guer- 
rilla á  sus  alcances,  y  espero  recibir  buena  cuenta  de  ellos» 
Entre  los  oficiales  enemigos  muertos  está  el  Capitán  Torres, 
un  oficial  Español  muy  distinguido.  El  resultado  de  este 
suceso  ha  sido  muy  favorable»  Hemos  tomado  todas  las  mu- 
niciones, 200  arjnas  almacenadas,  y  toda  la  división  ha  sido 
aniquilada.  Encontramos  después  muchos  heridos  ocultados 
entre  las  espesuras* 

Nuestra  perdida  consiste  en  5  oficiales,  4  sargentos,  y  20 
soldados  muertos ;  y  los  heridos  son  11  oficiales,  y  85  solda- 
dos. Entre  los  primeros  lamentairios  al  valiente  Coronel  Ur- 
quiola,  que  cayó  gloriosamente  al  desempeñar  su  deber  de 
patriota;  el  Teniente-Coronel  Navarro;  el  Capitán  Pedro 
Juan  Gamarra,  y  el  Teniente  Pedro  Gómez,  cuyos  nombre» 
vivirán  por  mucho  tiempo  en  este  exercito.  Entre  los 
últimos  están  el  Coronel  Juan  Gómez,  el  Teniente- Coronel 
Manuel  Arraiz,  el  Capitán  Ramón  Estevez,  el  Teniente  Fruc- 
tuer  Estevez,  y  los  Sub-tenientes  Ronaldo  Salar,  Encarnación 
Castillo,  Eusebio  Ledesma,  Julián  Peña,  León  Estevez, — 
Pedro  Oliva,  y  Juan  Aspré. 

Faltaría  á  mi  deber  si  no  recomendase  á  V.  E.  el  valor  bri- 
llante y  distinguido  del  General  Torres,"  del  valiente  Coronel 
Rangel,  del  Coronel  Muñoz,  y  del  Teniente-Coronel  Lauren- 
cio Silva,  que  fueron  los  primeros  que  asaltaron,  y  flecharon 
abaxo  las  ventanas  con  sus  sables ;  y  el  Coronel  Carmona,  el 
Teniente-Coronel  José  Maria  Augule,  el  Teniente-Coronel 
Jacinto  Imrabad,  y  el  Tienente  Tomas  Cürtejon,  por  su  valor 
y  perseverancia  durante  toda  la  acción ;  y  en  efecto,  todo  el 
cuerpo,  tanto  oficiales  como  soldados,  eran  émulos  los  unos  de 
los  otros  en  obtener  una  victoria  tan  completa. 


430 

Dignes*  V.  B«  recibir  y  aventar  este  oficia  c*n»uit  ts&Mto 
pan  1*  República,  y  da»  6  conocerá  su»  valientes  defensores. 

Jos»  AVfOffWPAl*. 

Quartel-genersl,  en  el  pueble  dé  La  €rt»t  el  21 :  de  Julio 
<fe  *8Í9. 

£1  General  Auzuategui  persiguió  á  los  reafetas 
que  se  habían  huido  de  Sto  Fé  hasta  Nare,  á  las 
orillas  del  rio  del  mismo  nombre»  El  Coronel 
Plaza  marchó  en  busca  da  Calzada,,  que  se  habia 
retirado  hacía  Popayan.  Las  provincias  de  Neyva 
y  Mariquita,  la  primera  al  sud,  y  la  ultima  al 
norte  de  Bogotá,  declararon  su  independencia. 

El  28  de  Agosto  destacaron  una  división  á  Po- 
payan ;  otra  contra  Su  Marta ;  y  otra  al  Apure, 
por  los  valles  de  Cuenta,  para  juntarse  oon  Paez. 
Cúcuta  habia  sido  ocupada  poco  antes  por  Soub- 
lette. 

Bolívar,  aprovechándose  de  su  experiencia  pa- 
sada, determinó  hacer  la  guerra  vigorosamente ;  y 
consideró  prudentemente  todo  lo  que  habia  obte- 
nido como  los  medios  para  obtener  mas.  Para 
este  fin  remitió  300,000  duros  á  Angostura,  para 
comprar  fusiles,  y  armar  la  multitud  de  los  que 
acudían  de  todos  las  partes  de.  Nueva  Granada  á 
ponerse  baxo  su  estandarte.  El  mando  del  exer- 
cito  al  oeste  del  Apure  se  dio  á  Paez,  y  el  del 
este  á  Marino»  Bermudez,  el  segundo  en  mando, 
fue.  despachada  para  que  tragese  tropas  de  Ma*% 
garita  á  Maturin. 

En  el  mes  de  Julio  de  este  año,  D'Evereux  se 
embarcó  en  Liverpool  con  ¿000  hombres  de  tro- 


431 

* 

pas,  para  irse,  á  rarair  con  loa  independientes  de 
Colembia.    Antes  de  esta  época  habían  llegado  á 
Tierra  Firme  varios  navios  cargados,  por  decirlo 
asi,  de  oficiales  y  soldados.    La  verdadera  con- 
dición de  America  apenas  se  conoce,  aun  á  este 
momento,  pero,  menos  se  conocía  entonces.    Ha- 
bían oído  de  America  como  del  pays  del  oro  y  de 
la  plato ;  hftbian  leído  de  las  minas  de  México  y 
del  Perú»  y  creían,  que  no  había  mas  que  presen- 
tarse pa*a  adquirir  una  parte  de  las  riquezas  que 
los  Españoles  habían  por  tanto  tiempo  gozado 
solos.  La  mayor  parte  de  estos  soudisant  oficiales, 
que  ni  siquiera  habían  visto  el  fuego  de  una  esco- 
peta, estaban  ya  cansados  de  la  empresa  aun  an- 
tes de  llegar,  á  la  mitad  del  viage.    La  disciplina 
que  ]ps  coronóles  de  los  diferentes  regimientos, 
que.  por  lo  general  habían  sido  oficiales  en  el  ser- 
vicio Ingles,  trataron  de  introducir,  era  intoler- 
able para  hombres  que  no*  tenían  la  menor  idea, 
de  obediencia,  y  que  no  entraban  en  la  carrera 
militar  con  el  objeto  de  continuar  en  ella,  pero 
únicamente  con  la  intención  de  hacer  suficiente 
caudal  para  abandonarla  quanto  antes.    Es  fácil 
concebir  qual  seria  su  sorpresa  al  ver,  que  en 
lugar  de  encontrarse  con  un  exercito  que  gozase 
de  todas  aquellas  conveniencias  á  las  que  están 
acostumbrados  los  soldados  Ingleses,  se  hallaron, 
con  hombres  que  apenas  tenían  por  vestido  mas 
que  una  manta,  y  preparados  á  sufrir  todas  las 
inclemencias  de  los  trópicos  en  defensa  del  pays. 
En  lugar  de  ver  realizados  sus  sueños  de  riquezas 


432 

y  de  caudales,  qual  seña  su  pasmo  al  oir  que  los 
soldados  de  pays  servían  sin  recibir  paga,  y  que 
Bolívar  no  tenia  quiza  en  aquel  momento  1000 
duros  en  su  tesoro. 

Las  quejas  de  los  que  marcharon  allí  procedían 
también  de  que  la  mayor  parte  de  ellos  eran  gentes 
descontentadlas,  y  que  se  revestían  de  un  grado 
de  conseqüencia  y  autoridad  que  nada  con  venia 
con  la  subordinación  que  se  necesitaba.  Pero 
aunque  sus  quejas  hubieran  estado  bien  fundadas, ' 
todo  ello  procedía  de  lo  mucho  que  el  pays  habia 
sufrido,  y  de  su  miserable  situación. 

Respecto  á  la  expedición  de  D'Evereux,  el  prin- 
cipal origen  de  todas  las  quejas  y  desgracias,  basta 
decir,  que  sin  la  mas  mínima  intimación  previa  al 
gobierno,  ó  á  algunas  de  las  partes  concernidas, 
2000  hombres  desembarcaron  en  Margarita,  una 
isla  estéril,  que  recibe  sus  provisiones  de  extran- 
gero.  Jamas  se  pudo  cometer  mayor  locura ;  ¡  y 
la  culpa  se  la  hechaban  al  Gobierno,  que  nada 
sabia ! 

Estos  patriotas  desinteresados,  frustrados  en  sus 
esperanzas,  á  su  regreso  á  Inglaterra  escribieron 
y  publicaron  sus  miserias  para  sacar  algún  dinero, 
convencidos  de  que  no  habia  ninguno  allí  que 
tubiese  los  medios  de  contradecir  en  detalle  nin- 
guna de  sus  aserciones. 

Asi  que  Morillo  recibió  inteligencia  de  la  mar- 
cha de  Bolívar  para  Nueva  Granada,  despachó 
inmediatamente,  por  el  camino  de  Merida,  á  La 
Torre,  para  que  tomase  allí  el  mando.     Llegó  4 


433 

Cuenta  el  4  de  Agosto ;  pero  el  10  Bolívar  estaba 
ya  en  posesión  de  S*  Fé,  de  Barreyro,  y  de  su 
exercito. 

Don  José  Bausa,  que  era  gobernador  de  Pam- 
plona, evacúo  la  ciudad  muy  pronto ;  y  Antio- 
quia  y  Popayan  declararon  poco  después  su  inde- 
pendencia. Tolca,  el  gobernador  de  la  primera, 
se  huyó  hacia  Cartagena  con  100  hombres,  pero 
fue  hecho  prisionero  en  el  Peñón,  y  cogieron  tam- 
bién 14  muías  suyas,  cargadas  de  dinero. 

Poco  tiempo  antes,  Bolívar  habia  propuesto  un 
troque  de  prisioneros  con  el  Virey ;  pero  este 
habiendo  huido,  asi  que  se  gano  la  batalla  de 
Bojaca,  Bolívar  .no  quiso  ratificarlo. 

El  21  de  Septiembre  el  General  Santander  di- 
rigió  una  proclama  á  los  habitantes  de  Nueva 
Granada,  en  la  que  expone  los  triunfos  que  aca- 
baban de  obtener  en  favor  de  la  independencia, 
exaltando  la  noble  conducta  del  Libertador  Bolí- 
var, y  previniéndoles  de  no  volver  á  caer  en 
aquella  apatía  que  en  1816  les  habia  conducido 
á  la  esclavitud,  en  medio  de  las  intrigas  y  de  la 
desunión»  En  ella  exhortaba  tanto  a  los  ministros 
de  la  religión,  como  á  los  soldados,  comerciantes, 
y  labradores,  de  contribuir  en  quanto  estubiese 
en  su  poder  hacia  la  defensa  de  sus  derechos,  que 
tanta  sangre  les  habia  costado.  Y  él,  como  go- 
bernador de  S*  Fé,  se  ofrecía  á  defenderlos,  y  á 
co-operar  en  todo  con  los  Libertadores. 

El  siguiente  decreto,  que  se  publicó  á  esta 
época,  le  insertamos  aqui,  como  la  mejor  res- 

TOM.  II.  e  e 


43é 

puesta  que  puede  ofrecerse  á  las  muchas  impu- 
taciones de  ingratitud  que  se  han  hecho  á  la  Re- 
publica  de  Colombia,  respecto  á  su  conducta  hacia 
los  oficiales  y  tropas  Inglesas,  Da  pruebas  las 
mas  evidentes  de  las  buenas  intenciones  del  Go- 
bierno hacia  los  que  se  habían  esforzado  en  la 
causa  de  la  independencia.  No  teniendo  su  ori- 
ginal, damos  una  traducción. 

Juan  Bautista  Ahizmendi,  Vice-Preaidente  de  la 

República,  &a  &c. 

Habibndo  tomado  cu  consideración  el  mérito  distinguido 
que  adquiere  la  República  por  las  tropas  extranjeras  que 
combaten  baxo  nuestras  banderas,  los  muchos  derechos  que 
tienen  á  una  justa  remuneración  por  sus  servicios,  y  la  invio- 
labilidad que  debe  observarse  en  las  contratas  baso  las  que 
fueron  embarcados  en  Inglaterra  para  venir  á  Venezuela,  con 
el  objeto  de  defender  nuestra  libertad,  he  juagado  en  decretar 
lo  siguiente : — 

Art*  1.  Las  tropas  extrangeros  que  han  venido  á  Venezuela, 
en  virtud  de  las  contratas  hechas  por  los  comisionados  del 
Gefe  Supremo,  son,  y  constituyen  parte  del  exercito  de  la 
República ;  y  como  tales  gozan  de  los  mismos  derechos,  pre- 
eminencias, y  privilegios,  que  los  naturales  del  pays. 

2.  En  consequencia  del  dicho  articulo,  gozaran  de  todas 
las  distribuciones  de  la  propiedad  nacional  que  les  han  sido 
decretadas  por  la  ley  promulgada  el  10  de  Octubre  de  1817, 
por  su  Excelencia  el  Presidente,  entonces  Gefe  Supremo, 
asignando  á  cada  soldado  500  duros ;  y  asi  en  proporción  i 
las  otras  clases  y  oficiales  del  exercito. 

3.  Se  desempeñaran  exactamente  las  condiciones  estipu- 
lada» para  su  transporte  con  los  dichos  comisionados,  y  los 
desembolsos  que  hayan  hecho  qualesquiera  de  los  individuos, 
se  les  pagara  por  cuenta  de  los  fondos  nacionales. 

4.  Para  este  objeto,  los  gefes  y  comandantes  de  los  desta- 
camentos extrangeros  transmitirán  inmediatamente  al  Gobier- 


435 

so  Jas  contratas  que  tengan  en  bu  posesión,  y  también  una 
lista  exacta  de  todos  los  soldados  y  oficiales,  incluyendo  las 
sumas  que  se  deben  á  cada  individuo,  desde  el  día  que  lle- 
garon á  Venezuela. 

5.  Si,  á  causa  de  los  retrasos  que  occurren  durante  una 
campaña,  por  razón  de  la  distancia  del  centro  del  Gobierno, 
f  por  la  dificultad  de  comunicaciones,  ao  se  hubiesen  dado 
todas  las.  raciones  que  se  convino,  el  Gobierno  es  responsable 
para  pagar  lo  restante  en  dinero,  6  en  lo  que  cada  individuo  ' 
desee. 

6.  El  Ministro  de  la  Guerra  queda  encargado  de  la  execu- 
cion  del  presente  decreto,  que  se  imprimirá,  publicara,  y  cir» 
calara,  por  las  autoridades  á  quienes  concierna. 

Dado  en  el  Palacio  del  Gobierno,  en  la  capital  de  la 

Guiana,  á  11  de  Octubre  de  1819. 
(Firmado)  Juan  Bautista  Arizmbndi,  Vice- Presidente. 
Diego  B.  Urbanija,  Ministro  de  la  Guerra. 

Después  de  este  decreto,  el  Vice-Presidente 
Arizmendi  dio  una  proclama  el  23  de  Noviembre, 
en  la  que  exalta  los  nobles  sentimientos  de  los 
generosos  extrangeros  que  habian  abandonado  su 
pays  para  venir  á  combatir  por  la  libertad  y  la 
independencia.  La  República  les  mira  como  á 
sus  hijos,  habiéndoles  ya  hecho  participar  en  sus 
derechos,  privilegios»  y  en  las  recompensas  que 
son  debidas  á  los  libertadores.  En  ella  alaba  la 
conducta  de  las  tropas  Inglesas  que  habian  acom- 
pañado á  Bolívar  j  y  les  exhorta  á  seguir  su  ex- 
emplo,  guardando  la  subordinación,  el  respecto 
por  las  leyes  de  Venezuela,  una  rígida  disciplina, 
y  una  perfecta  unión  con  sus  hermanos  de  armas 
los  Venezulanos. 


436 

La  entrada  de  Bolívar  en  Angostura,  después 
de  su  ultima  y  gloriosa  campaña  en  Nueva  Gra- 
nada, fue  uno  de  los  espectáculos  mas  gratos  y 
tiernos  que  hayan  ocurrido  desde  los  días  de 
Washington.  Fue  aclamado  por  toda  la  pobla- 
ción, como  el  libertador  y  padre  de  su  pays,  el 
destructor  de  la  opresión,  y  el  vencedor  de  la 
tiranía. 

El  17  de  Diciembre  se  publicó  la  ley  funda- 
mental de  la  República,  por  la  que  las  provincias 
de  Nueva  Granada  y  la  Capitanía-General  de 
Venezuela  quedaban  unidas  en  un  solo  Estado. 
Como  este  documento  es  de  la  mayor  importan- 
cia, no  hay  duda  que  nuestros  lectores  recibirán 
placer  al  verle  insertado  aqui. 

LEY  FUNDAMENTAL  DE  LA  REPÚBLICA  DE 

COLOMBIA. 

El  Soberano  Congreso  de  Venezuela,  á  cuya  autoridad 
han  querido  voluntariamente  sujetarse  los  Pueblos  de  la 
Nueva  Granada  recientemente  libertados  por  las  armas  de  la 
República;  considerando» — 

1.  Que»  reunidas  en  una  sola  República,  las  provincias  de 
Venezuela  y  de  la  Nueva  Granada  tienen  todas  las  propor- 
ciones y  medios  de  elevarse  al  mas  alto  grado  de  poder  y 
prosperidad : 

2.  Que  constituidas  en  Repúblicas  separadas,  por  mas  es- 
trechos que  sean  los  lazos  que  las  unan,  bien  lejos  de  aprove- 
char tantas  ventajas,  llegarían  difícilmente  á  consolidar  y 
hacer  respetar  su  Soberanía : 

S.  Que  estas  verdades,  altamente  penetradas  por  todos  los 
hombres  de  talentos  superiores  y  de  un  ilustrado  patriotismo, 
habían  movido  los  Gobiernos  de  las  dos  Repúblicas  á  convenir 


487 

en  su  reunión,  qué  las  vicisitudes  de  la  guerra  impidieron 
verificar : 

Por  todas  estas  consideraciones  de  necesidad  y  de  interés 
reciproco,  y  con  arreglo  al  informe  de  una  comisión  especial 
de  Diputados  de  la  Nueva  Granada  y  de  Venezuela,  en  el 
nombre  y  baxo  los  auspicios  del  Ser  Supremo»  ha  decretado 
y  decreta  la  siguiente  ley  fundamental  de  la  República  de 
Colombia:— 

ArU  1.  Las  Repúblicas  de  Venezuela  y  la  Nueva  Granada 
quedan  desde  este  día  reunidas  en  una  sola,  baxo  el  titulo 
glorioso  de  República  de  Colombia : 

2.  Su  territorio  sera  el  que  comprendían  la  antigua  Capi- 
tanía-General de  Venezuela,  y  el  Vireynato  del  nuevo  Reyno 
de  Granada,  abrazando  una  estension  de  115  mil  leguas 
quadradas,  cuyos  términos  precisos  se  fixaran  en  mejores  cir- 
cunstancias : 

3.  Las  deudas  que  las  dos  Repúblicas  han  contrahido  se- 
paradamente, son  reconocidas  in  solidum  por  esta  ley  como 
deuda  nacional  de  Colombia,  á  cuyo  pago  quedan  vinculados 
todos  los  bienes  y  propiedades  del  estado,  y  se  destinaran  los 
ramos  mas' productivos  de  las  rentas  publicas : 

4.  £1  poder  executivo  de  la  República  sera  exercido  por 
un  Presidente,  y  en  su  defecto  por  un  Vice-Presidente,  nom- 
brados ambos  interinamente  por  el  actual  Congreso : 

5.  La  República  de  Colombia  Be  dividirá  en  tres  grandes 
departamentos,  Venezuela,  Quito,  y  Cundtnamarca;  que  com- 
prenderá las  provincias  de  la  Nueva  Granada,  cuyo  nombre 
queda  desde  hoy  suprimido.  Las  capitales  de  estos  departa- 
mentos serán  las  ciudades  de  Caracas,  Quito,  y  Bogotá,  qui- 
tada la  adición  de  Santa  Fé : 

6.  Cada  departamento  rendrá  una  administración  superior, 
y  un  gefe,  nombrado  por  ahora  por  este  Congreso,  con  titulo 
de  Vice-Presidente : 

7.  Una  nueva  ciudad,  que  llevará  el  nombre  del  Libertador 
Bolívar,  sera  la  capital  de  la  República  de  Colombia.  Su 
plan  y  situación  se  determinaran  por  el  primer  Congreso 
General,  baxo  el  principio  de  proporcionarla  á  las  necesidades 


438 

de  los  tres  departamentos,  y  ala  grandeza  á  que  este  opulento 
país  está  destinado  por  la  naturaleza: 

8.  £1  Congreso  General  de  Colombia  se  reunirá  el  primero 
dé  Enere  de  1821,  en  ls  villa  del  Rosan»  de  Cécuta,  que  por 
todas  circunstancias  se  considera  es  loga*  mas-  bien  propor- 
cionado* Su  convocación  se  hará  por  el  Presidente  de  la 
República  el  1  de  Enero  de  1820,  cao  comunicación  del  re- 
glamento para  las  elecciones,  que  sera  formado  per  una,  comi- 
sión especial,  y  aprobado  por  el  Congreso  actual : 

9*  La  constitución  de  la  República  de  Colombia  sera  for- 
mado por  su  Congreso  Generalr  á  quien  se  presentara,  en  clase 
de  proyecto,  la  que  ba  decretado  el  actual,  y  qee,  con  las  leyes 
dadas  por  él  mismo,  se  pondrá1  desde  luego,  por  vi*  de  en- 
sayo, en  execucion  i 

10.  Las  armas  y  el  pavelkm  de  Colombia  se  decretaran  pee 
el  Congreso  General,  sirviéndose  entretanto  de  tas  armas  y 
pevellon  de  Venezuela  por  ser  mas  conocido : 

I-L~  El  actual  Congreso  se  pondrá  en  receso  el  15  de  Enere 
de  1&20,  debiendo  precederse  á.  nuevas  elecciones  para  el 
Congreso  General  de  Colombia : 

12.  Una  comisión  de  seis  Miembros  y  un  Presidente  que- 
dara en  lugar  del  Congreso,  cen  atribuciones  especiales  que 
se  determinaran  por  un  decreto : 

13.  La  República  de  Colombia  sera  solemnemente  procla- 
mada en  los  pueblos,  y  en  los  exercitos,  con  fiestas  y  regoci- 
jos públicos,  verificándose  en  esta  capital  el  25  del  corriente 
Diciembre,  en  celebridad  del  nacimiento  del  Salvador  del 
mundo,  baxo  cuyo  patrocinio  se  ha  logrado  esta  deseada  re- 
unión, por  la  quai  se  regenera  el  estado : 

14.  El  aniversario  de  esta  regeneración  política  se  celebrara 
perpetuamente  con  una  fiesta  nacional,  en  que  se  premiaran 
como  en  las  de  Olimpia,  las  virtudes  y  las  luces. 

La  presente  ley  fundamental  de  la  República  de  Colombia 
sera  promulgada  solemnemente  en  los  pueblos  y  en  los  exer- 
citos, inscrita-  en  todos  los  registros  públicos,  y  depositada  en 
todos  los  archivos  de  los  cabildos,  municipalidades,  y  corpora- 
ciones, asi  eclesiásticas  como  seculares. 


439 

Dada  en  el  palacio  del  Soberano  Congreso  de  Venezuela» 
en  la  ciudad  de  Sto  Tomas  de  Angostura,  á  diez  y  siete 
dias  del  mes  de  Diciembre,  del  Año  del  Señor  mil  ochocien- 
tos diez  y  nueve— Noveno  de  la  Independencia. 

£1  Presidente  del  Congreso,  Francisco  Antonio  Zea,  Joan 
(forman  Roscio,  Manuel  Sedeño,  Juan  Martines,  José  Es- 
paña* Luís  Tomas  Peraaa,  Antonio  M.  Briceñoj  Eusebio 
Afanador,  Francisco  Conde,  Diego  Bautista  Urbaneja,  Juan 
Vicente  Cardoso,  Ignacio  Muñoz,  Onofre  Básalo,  Domingo 
Alzuru,  José  Tomas  Machado,  Ramón  García  Cádiz;  El 
Diputado  Secretario,  Diego  de  Vallenilla. 

Palacio  del  Soberano  Congreso  de  Venezuela  en  Angos- 
tura, á  17  de  Diciembre  de  1819—9°. 

El  Soberano  Congreso  decreta,  que  la  presente  ley  funda- 
mental de  la  República  de  Colombia  sea  comunicada  al  su- 
premo poder  executivo,  por  medio  de  una  diputación,  para  su 
publicación  y  cumplimiento. 

Francisco  A.  Zea,  Presidente. 
Diego  na  Vallenilla,  Sec. 

Palacio  del  Gobierno,  en  Angostura,  á  17  de  Diciembre 
de  1819—9°. 

Imprimase,  publiquese,  executese,  y  autorisese  con  el  sello 
del  estado. 

(Firmado)    Simón  Bolívar, 

Por  S.  E.  el  Préndente  de  la  República. 
£1  Ministro  del  interior  y  de  la  justicia, 
DíEGÓ  B.  ÜRBANfeJA. 


La  incorporación  de  los  dos  estados  es  una 
medida  de  la  mayor  importancia  para  los  intereses 
de  los  dos  ;  y  es  verdaderamente  grato  al  observar 
con  que  ansia  la  Cabeza  del  Gobierno  habla  sobre 
el  sugeto  de  aquellas  deudas,  que  se  han  contraído 
para  el  servicio  de  la  República.  Parece  que  las 
deudas  contraidas  por  cada  estado  separada- 
mente, para  obtener  socorros,  han  sido  reconocí- 


440 

das,  y  fundidas  en  una  sola,  y  se  ha  formado  el 
plan  de  la  liquidación.  No  hay  duda  que  esto 
debe  servir  de  mucho  consuelo  á  aquellos  indivi- 
duos en  este  pays,  que,  baxo  circunstancias  las 
mas  arduas,  confiaron  en  la  buena  fé  y  honor  de 
la  República  de  Venezuela,  y  de  su  valiente 
Gefe,  que  parece  dispuesto  á  no  olvidar  nunca 
sus  servicios. 

Pocos  días  después  Bolívar  hecho  una  proclama 
á  la  Legión  Irlandesa,  en  la  que  después  de  alabar 
los  sentimientos  que  les  llevaron  á  Colombia,  les 
promete  solemnemente  de  desempeñar  las  prome- 
sas que  les  hizo  el  General  D'Evereux. 

La  celeridad  con  que  obraba  el  Gefe  Colom- 
biano era  extraordinaria.  Después  de  haber  ar- 
reglado varios  negocios  del  estado,  salió  de  An- 
gostura el  25,  para  completar  la  grande  obra  de 
la  emancipación  de  Colombia,  llevando  consigo 
armas,  municiones,  &c.  para  los  6000  hombres 
en  Pamplona,  y  los  4000  de  la  división  de  Paez 
en  Vari  ñas  y  Guanare.  £1  gefe  realista»  La  Torre, 
que  tenia  2000  hombres  en  Cúcuta,  se  retiró 
ahora  á  Merida.  £1  exercito  del  este,  baxo  el 
mando  de  Arizmendi  y  Bermudez,  marchó  hacia 
Calabozo,  para  efectuar  una  unión  con  Bolívar  y 
Paez.  La  división  de  Soublette  se  habia  ya  jun- 
tado con  Paez  en  Noviembre.  La  intención  de 
los  patriotas  era  concentrar  sus  fuerzas,  y  mar- 
char contra  Morillo,  que  se  habia  juntado  con 
Morales,  y  asegurarse  por  una  acción  decisiva  de 


441 

la  independencia  de  las  provincias,  que  aun  reco- 
nocían el  dominio  de  España. 

El  20  de  Enero  Don  Francisco  Antonio  Zea, 
Presidente  del  Congreso,  y  Vice-Presidente  de  la 
República  dé  Colombia,  dirigió  un  manifiesto  al 
Pueblo  de  Colombia,  lleno  de  energia  y  eloqüen- 
cia,  del  que  daremos  su  substancia  no  teniendo  el 
original. 

Comienza  exaltando  la  grande  obra  de  la  unión 
entre  los  habitantes  de  Venezuela,  Cundinamarca, 
y  Quito,  los  que  baxo  el  puñal  de  un  Boves,  y  en 
la  atroz  escuela  del  pérfido  y  sanguinario  Morillo, 
babian  por  fin  aprendido  á  ser  libres  é  indepen* 
dientes.  La  concentración  política  que  habían 
verificado,  y  la  ley  fundamental  que  confirmaba 
aquel  acto,  y  que,  por  su  medio,  el  Congreso 
ofrecía  al  pueblo  para  su  suprema  sanción,  no 
podía  menos  de  llenar  todos  los  deseos  de  la 
nación,  promover  los  intereses  de  todos  sus  indi- 
viduos, cimentar  su  independencia  baxo  una  base 
duradera,  establecerla  por  todo  el  Sud  de  Ame- 
rica, y  consolidar  su  poder.  Esta  elevación  poli- 
tica  no  se  limitaba  únicamente  al  estado,  pero 
debía  llenar  el  noble  orgullo  de  cada  una  de  sus 
individuos  ;  pues  si  el  decir,  "  Soy  Ingles/'  ins- 
piraba ideas  grandes,  y  sentimientos  de  venera- 
ción, por  pertenecer  á  un  pays  tan  poderoso,  las 
palabras  de  "  Soy  Colombiano"  podran  un  día 
pronunciarse  con  orgullo,  con  tal  que  haya  uni- 
dad é  integridad  en  un  pueblo,  que,  dividido  en 
muchas  pequeñas  y  débiles  repúblicas,  no  podrían 


44S 

prosperar  como  quando  reunidas  todas  ellas  en 
una  sola,  llena  de  vigor  y  opulencia,  cuya  gloria 
y  grandeza  no  pedia  menos  de  redundar  á  la 
dicha  del  todo.  Reunidas  estas  tres  grandes 
provincias,  el  imperio  de  los  Medas  ó  de  los  Asi- 
ríos,  de  los  Augustos  ó  de  los  Alexandros,  no  po- 
drían nunca  compararse  con  una  república  tan  co- 
losal, la  que,  con  un  pie  en  el  Atlántico  y  el  otro 
en  el  Pacifico,  contemplaría  á  la  Europa  y  al  Asia 
multiplicando  las  producciones  del  ingenio  y  délas 
artes,  y  cubrir  con  sus  navios  los  dos  mares,  para 
cambiar  aquellas  por  los  metales  y  piedras  pre- 
ciosas de  sus  minas,  y  aun  lo  que  mas  precioso  era, 
por  los  frutos  de  sus  valles  y  prolificós  montes. 

La  situación  geográfica  de  Colombia  no  puede 
ser  mas  ventajosa  para  el  comercio.  Se  halla  en 
el  centro  del  Nuevo  Continente,  con  muchos  y 
cómodos  puertos  en  los  dos  océanos ;  el  interior 
está  intersectado  por  ríos  caudalosos,  que  baxan 
de  los  Andes  en  todas  sus  direcciones :  los  que 
un  día  extenderán  la  navegación  interna  de  las 
costas  opuestas  al  centro,  y  aun  quiza  hasta  los 
Nuevos  Estados  del  Sur— desde  la  Giriana  al 
Perú,  desde  Quito  y  Cundinamarca  hasta  el  Bra- 
sil, y  quiza  hasta  el  Paraguay,  y  quien  sabe  si  no 
llegara  hasta  Buenos  Ayres.  En  un  pays,  tan 
poco  conocido  de  sus  mismo  naturales,  y  en  el 
que  sin  embargo  se  han  hallado  tantas  y  tan  ex- 
tensas comunicaciones,  es  de  creer  que  el  Genio 
de  la  libertad  descubrirá  otras  aun  mas  impor- 
tantes.     ¡Quantas  no  había  hallado  el  ilustre 


448 

Caldas  en  sus  excursiones  botánicas  y  geológicas ! 
aquel  sabio  industrioso  y  sin  pretensiones,  que 
Morillo  sacrificó,  por  un  estupido  frenesí  pasa 
extinguir  con  él  toda  la  virtud  é  ilustración  de 
Colombia,  que  consideraba  como  sus  principales 
enemigos.  ¡Desgraciado  naturalista!  dice  Zea, 
las  ciencias  te  levantaron  un  monumento,  y  el 
bárbaro  te  erigió  un  patíbulo ! 

Después  continua  hablando  de  la  importancia 
del  ismo,  al  que  concurrirá  el  mundo  entero,  una 
vez  que  se  abra  y  que  sea  navegable.  La  em- 
presa se  hallaba  ya  muy  adelantada  por  el  plan 
que  había  formado  Caldas,  por  los  medios  que 
babia  ofrecido  el  magnánimo  Corral,  y  por  las 
requeridas  mensuraciones  y  nivelaciones  de  Uribe, 
que  ya  habia  delineado  ana  carta  hidrográfica 
para  ponerle  en  execucion,*— quando  la  Inquisi- 
ción y  Morillo,  con  su  nueva  caxa  de  Pandora, 
llegó  á  9us  costas,  difundiendo  entre  los  habitan- 
tes d$  Colombia  el  fanatismo,  la  crueldad,  la  bar- 
barie, y  en  una  palabra,  todos  los  horrores  del  des- 
potismo, manifestando  un  profundo  aborrecimien- 
to por  quanto  era  grande  ó  liberal. 

Después  les  exhorta  á  que  sean  unánimes  en 
adoptar  una  unión,  de  cuyas  ventajas  geográficas 
derivarían  tanto  poder,  gloria,  y  prosperidad :  á 
que  promulguen  solemnemente  estos  principios, 
que  no  solo  serán  los  medios  de  su  salvación,  sino 
de  poderse  sentar  al  lado  de  las  naciones  mas  po- 
derosas del  globo* 


444 

La  situación  geográfica,  la  variedad  de  climas, 
y  la  diversidad  y  singularidad  de  sus  producciones, 
todo  hace  probable  su  grandeza  futura. 

Después  enumera  con  mucho  discernimiento 
las  preciosas  producciones  de  los  reynos  animal» 
vegetal,  y  mineral,  haciendo  una  descripción  mag- 
nifica de  cada  uno  de  ellos.     Su  pintura  de  las 
grandes  y  hermosas  perspectivas  que  presenta  el 
pays  es  verdaderamente  sublime.    ¿  Pero  por  que 
fatalidad  este  pays,  que  es  el  primero  en  el  mundo 
físico,  no  existe  siquiera  en  el  mundo  político? 
Es,  dice,  porque  no  lo  habéis  querido  ;  queredlo, 
y  está  hecho.      Decid,  "  Que  Colombia  sea,  y 
Colombia  sera."    Para  mejor  efectuar  esto,  y  ocu- 
par un  lugar  en  el  mundo  político,  no  tenéis  mas 
que  sancionar  esta  ley,  y  jurar  en  las  aras  de  la 
patria  la  unidad  y  concentración  en  una  sola  re- 
publica,  y  el  triunfar  ó  morir  en  defensa  de  ella. 
Los  dos  requisitos  6  condiciones  para  poder  ser 
admitidos  en  la  grande  familia  de  las  naciones, 
son,  una  firme  manifestación  de  tal  deseo,  y  una 
magnitud  considerable  de  teritorío.     Una  masa 
de  mas  de  tres  millones  de  hombres ;  un  territorio 
de  cien  mil  leguas  quadradas  ;  una  posición  geo- 
gráfica eminentemente  comercial ;  posesiones  in- 
mensas en  minas  de  oro  y  plata ;  frutos  los  mas 
estimables,  y  producciones  naturales  las  mas  pre- 
ciosas, forman,  no  hay  duda,  un  estado  de  inmensa 
magnitud,  al  que  nada  le  falta  sino  presentarse  y 
ser  reconocido.     La  unanimidad,  y  la  firme  reso- 
lución de  los  Colombianos,  le  darán  de  una  vez 


445 

existencia  y  durabilidad.  Seria  pues  una  degra- 
dación que  poseyendo  en  si  los  medios  de  ser  li- 
bres y  poderosos,  prefiriesen  ser,  por  apatía,  una 
miserable  colonia — ¡  y  eso  de  España ! 

Prosigue  después  á  aconsejarles,  que  una  vez 
elevados  á  la  dignidad  de  nación,  deben  respetar 
solemnemente  las  instituciones,  y  aun  los  capri- 
chos de  los  otros  gobiernos ;  porque  en  nuestro 
siglo,  dice,  es  permitido  ser  libre  como  un  Ingles ; 
pero  no  tanto  como  un  Ateniense,  mucho  menos 
como  un  Romano,  y  mucho  menos  aun  cómo  un 
Lacedemonio.  Que  es  preciso  vivir  como  en 
nuestro  siglo,  y  coexistir  con  nuestros  contempo- 
ráneos. Un  pueblo  no  debe  gobernarse,  al  des- 
precio de  todo  el  mundo,  por  teorías  de  perfec- 
ción, que  no  sean  consistentes  con  el  orden  y 
naturaleza  de  la  sociedad ;  y  los  hijos  de  Colom- 
bia deben  tomar  en  consideración  estas  ideas,  para 
adoptar  una  constitución  que  sea  justa,  benéfica, 
y  liberal. 

Después  les  hace  ver  quan  importante  es  elegir 
para  el  próximo  Congreso  constituyente,  hombres 
distinguidos  por  sus  luzes,  juicio,  virtudes,  y  pa- 
triotismo. Como  aquel  Congreso  es  el  que  debe 
dar  á  Colombia  su  constitución,  es  de  una  impor- 
tancia vital  que  sus  miembros  sean  los  dignos 
órganos  de  sus  sentimientos,  para  que  den  un  có- 
digo que  no  solo  convenga  á  Colombia,  sino  que 
convenga  á  todo  el  genero  humano;  y  que  no 
respire  sino  una  filantropía  universal. 


446 

Le»  hace  una  exhortación:  sumamente  eloqüen- 
te,  en  la  que  les  recuerda  fas  proscripciones  de 
Morillo  contra  tantos  clérigos  ilustrados  y  sagaces 
legistas,  que  todo  su  crimen  era  su  demasiada 
honradez  y  muchas  luces.     Morillo,  que  solicita- 
ba curas  de  España  para  volverles  á  sumergir  en 
las  tinieblas  de  la  ignorancia,  y  flecharles  cade- 
nas aun  mas  pesadas,  les  habia  convencido  que 
su  salvación  dependía  enteramente  de  su  absoluta 
independencia  y  libertad,  sin  lo  qual  nada  tenían 
que  esperar  sino  una  esclavitud  la  mas  infame. 
En  efecto,  les  congratula  de  que  la  Providencia 
les  habia  puesto  baxo  la  dichosa  necesidad  de 
elevarse  al  alto  rango  para  el  que  les  destinó. 
Pero  que  el  estado  necesitaba  que  pusiesen  en 
acción  todos  sus  medios  y  recursos ;  pues  de  otra 
suerte,  los  débiles  sacrificios,  y  los  esfuerzos  lentos 
ó  tardíos,   tenian  necesariamente  que  ir  empo- 
breciendo al  estado,  sin  producir  ningún  efecto 
pronto  y  decisivo.    Un  movimiento  simultaneo  y 
general  para  arrojar  al  enemigo  de  su  teritorio,  es 
quanto  se  necesita.    El  dia  que  esto  suceda,  aquel 
dia  sera  el  ultimo  de  la  guerra,  y  el  primero  de  su 
grandeza  y  prosperidad.    La  industria  y  el  co- 
mercio florecerán.    Los  puertos  se  abrirán  á  todas 
las  naciones,  y  admitirán  á  todas  los  hombres  co- 
mo amigos  ó  ciudadanos,  comerciantes  ó  propie- 
tarios.   Numerosos  colonos  cultivaran  sus  fértiles 
llanos,  para  extraer  los  productos  naturales  de 
sus  montañas,  ó  explorar  los  metales  y  piedras 
preciosas  de  una. infinidad  de  minas,  abandonadas 


447 

por  la  falta  de  brazos  ó  de  capitalistas  emprende- 
dores ;  el  comercio  y  la  industria,  el  talento  y  la 
ciencia»  aplicadas  á  un  pays  tan  favorecido  de  la 
naturaleza,  presentaran  diariamente  nuevas  rique- 
zas, y  nuevos  manantiales  de  prosperidad  al  uni- 
verso. 

Por  fin,  concluye  elogiando  la  conducta  de  las 
Colombianas,  que  han  sabido  sacrificar  sus  joyas 
en  las  sagradas  aras  de  la  patria.  La  inmortal 
Salabarieta,  dice,  no  sera  nuestra  única  heroína ; 
mil  otras  se  levantaran,  ¿  y  quien  podra  calcular 
los  esfuerzos  entusiásticos  que  inspiraran  estas 
amantes  hijas  de  la  patria?  Dad  este  grand 
impulso,  impelid  este  movimiento  universal,— y 
con  vosotros  comenzara  la  historia  de  Colombia, 
y  su  primera  y  mas  luminosa  pagina  sera  consa- 
grada á  inmortalizar  vuestros  nombres. 

Dado  en  el  Palacio  del  Congreso  Soberano,  en 
Angostura,  el  13  de  Enero  de  1820,  y  el 
lO™  de  la  Independencia. 

A  principios  de  este  año,  Fernando  publicó 
una  proclama  para  sus  vasallos  Americanos,  que 
es  bastante  curiosa,  siendo  el  ultimo  esfuerzo  de 
los  Españoles  pjira  recobrar  su  autoridad  perdida, 
y  que  no  debió  alentar  poco  á  los  Colombianos, 
siendo  una  prueba  evidente  de  la  debilidad  de 
España,  que  trata  de  volverles  á  uncir  á  su  yugo 
por  promesas  falsas,  y  por  amenazas  vanas.  Los 
últimos  cambios  que  habian  ocurrido  en  España 
dieron  origen  á  este  documento,  y  la  corte  de 

5 


448 

Madrid  juzgó  que  la  oferta,  de  que  el  Pueblo  de 
Colombia  gozaría  de  la  misma  constitución  que 
España,  les  haría  someterse  á  aquellas  Cortes, 
que  no  solo  permitieron  las  atrocidades  de  un 
Monteverde,  de  un  Ruiz  de  Castilla,  y  de  un  Sa- 
lomón, sino  que  las  recomendaron.  Daremos 
aqui  la  substancia  de  él,  para  que  nuestros  lecto- 
res puedan  ellos  mismos  hacer  sus  comentos. 


EL  REY  Á  SUS  VASALLOS  DE  ULTRAMAR. 


Primero  comienza  acusando  á  la  fatalidad, 
quando  en  1814  restableció  ciertas  instituciones, 
que  por  estar  confirmadas  por  el  uso  de  muchos 
años  se  consideraban  como  superiores.  Pero, 
dice,  la  desgraciada  experiencia  de  seis  años,  y 
los  muchos  males  que  se  iban  acumulando  por 
aquellos  mismos  medios  que  juzgaba  debían  pro- 
ducir una  dicha  universal — las  quejas  generales 
del  pueblo  de  los  dos  hemisferios,  y  sus  enérgicas 
demostraciones,  me  convincieron  de  la  necesidad 
de  volver  á  adoptar  aquella  conducta  de  que  nos 
habíamos  separado ;  y  viendo  que  el  deseo  gene- 
ral de  la  nación  era  de  elevarse  á  aquel  rango  á 
que  fue  destinada,  jme  resolví  á  jurar  la  constitu- 
ción formada  en  Cádiz  por  las  Cortes  Generales 
Extraordinarias,  y  proclamada  en  aquella  ciudad 
en  Marzo  de  1812.  Nada  puede  exceder  la  sa- 
tisfacción que  tube  al  ver  el  regocijo  universal 
que  esto  produxo.    Después  continua  haciendo 


449 

la  debida  justicia  á  la  generosidad  del  pueblo 
Español,  que  perdona  y  olvida  tan  fácilmente  las 
injurias  que  habia  padecido;  y  contempla  los 
felices  resultados  que  tendrá  un  sistema  libre  é 
instituciones  sabias  y  liberales  ;  afirmando  que  la 
confirmación  de  la  constitución  no  es  ningún 
sacrificio  para  él,  antes  es  un  motivo  de  regocijo, 
persuadido  como  lo  está,  que  asi  lo  exige  el  bien 
publico. 

Después  dice  á  los  Americanos. — ¡Americanos! 
os  habéis  separado  mucho  del  sendero  de  vuestros 
verdaderos  intereses — á  esta  época  ya  sentís  lo 
mucho  que  os  ha  costado  vuestra  mala  conducta — 
aquellas  fatigas  inmensas,  peligros  sin  fin,  guerras 
sanguinarias,  devastaciones  espantosas,  y  los  ex- 
tremos de  todos  los  males.  Nada  os  ha  resultado 
sino  lagrimas  y  penas,  turbulencias  y  resentimi- 
entos, hambres,  destrucciones,  y  horrores  inaudi- 
tos— resultados  que  os  cubrirán  de  oprobio  hasta 
las  generaciones  futuras.  ¿  Que  podéis  aguardar 
de  estos?  Escuchad  la  voz  alagueña  de  vues- 
tro rey  y  padre.  Arrojad  lexos  de  vosotros  las 
sospechas  é  inquietudes  que  os  agitan,  y  rempla- 
zadlas  por  sentimientos  tiernos  y  generosos. — En 
este  estilo  continua  tratando  de  hacer  ver  la  ne- 
cesidad de  una  conciliación  entre  individuos  que 
teniendo  en  común  la  misma  lengua,  religión, 
costumbres,  leyes,  y  sobre  todo  las  mismas  virtu- 
des, deben  renovar  aquellas  relaciones  que  por 
tanto  tiempo  unieron  los  dos  hemisferios.  Les 
dice,  que  ahora  España  ha  adoptado  un  sistema 

TOM.  II.  f  f 


450 

mas  amplio  en  sus  principios,  y  conforme  al  que 
ellos  mismos  deseaban.  Les  exhorta  á  adoptar 
una  conducta  franca  y  leal,  opuesta  á  aquella 
política  mal  entendida  y  llena  de  astucia»  que  por 
sus  combinaciones  falsas  é  intrincadas  no  puede 
producir  sino  resultados  contrarios. 

Después  dice,  que  las  Cortes,  cuyo  nombre 
tan  solo  es  una  garantía  favorable  de  las  grandes 
ventajas  y  beneficios  que  resultaran  para  todos 
los  Españoles,  están  sobre  el  punto  de  reunirse. 
Que  sus  hermanos  de  la  Península  esperan  con 
ansia,  y  cotí  los  brazos  abiertos,  para  fraternizar  y 
unirse  con  los  del  otro  hemisferio  baxo  una  base 
de  igualdad,  de  la  que  aun  ellos  mismos  sacaran 
mas  ventajas:  la  seguridad  de  sus  personas  se 
halla  garantizada  por  las  leyes  del  honor  nacional, 
y  que  habiendo  jurado  á  la  faz  del  universo,  las 
observaran  religiosamente.  ¡  Que  beneficios,  que 
felicidad  no  producirá  esta  unión  tan  deseada ! 
El  comercio,  la  industria,  la  agricultura,  las  cien- 
cias y  las  artes,  florecerán  de  un  modo  nunca 
visto.  La  justicia  y  la  política  prescriben  esta 
conducta,  y  un  gobierno  Constitucional,  común  á 
todos,  en  el  que  no  puede  existir  nada  de  injusto 
ó  arbitrario,  no  puede  menos  de  conducir  á  todas 
al  mas  alto  grado  de  prosperidad.  Pero  añade 
después,  que  si  no  escuchan  estos  consejos  salu- 
dables que  su  querida  patria  les  da  de  lo  mas 
intimo  de  su  corazón,  tendrán  que  temer  aque- 
llos males  que  produce  la  furia  de  una  guerra 
civil— todos  aquellos  males  que  resultan  á  un  es- 
tado destituido  de  su  gobierno  legitimo  y  natural, 


451 

y  á  que  esta  expuesto  por  las  seducciones  insidio- 
sas de  hombres  ambiciosos,  que  promueven  los 
horrores  de  la  anarquía  con  el  objeto  de  arrancar 
de  las  manos  del  gobierno  su  cetro;  aquellos 
forragidos  sin  principios,  aventureros  desconoci- 
dos— aquellos  extrangeros  intrusos,  que  buscan 
con  ansia  las  ocasiones  de  sembrar  los  frutos  de 
la  discordia ;  que  tratan  de  dividir,  y  que  no  di- 
viden mas  que  para  dominar;  en  fin,  todos  los 
horrares  y  convulsiones  que  sufren  los  estados  en 
una  crisis  tan  violenta,  en  la  que  las  pasiones  y 
los  principios  políticos  se  hallan  en  abierto  con- 
flicto. Y  concluye  diciendo,  que  ademas  sentirán 
todos  aquellos  terribles  efectos  que  deben  aguar- 
dar de  la  indignación  nacional  y  de  un  gobierno 
justamente  ofendido ;  un  gobierno  el  mas  fuerte 
y  poderoso  quando  se  ve  soportado  por  el  pueblo, 
y  dirigido  por  los  principios  que  le  actúan.  Pero 
quiera  el  cielo  que  una  obstinación  tan  inconsi- 
derada no  llegue  nunca.  Nunca— pues  el  agudo 
dolor  que  causaría  no  podría  menos  de  poner  ter- 
mino á  los  dias  de  vuestro  tierno  é  indulgente 
padre.  Fernando. 

Sobre  el  rumor  de  tal  proposición,  apareció  un 
articulo  en  el  Correo  del  Orinoco  el  1 7  de  Junio, 
que  se  suponía  ser  al  mismo  tiempo  una  declara- 
ción official  de  los  sentimientos  del  Gobierno  Pa- 
triota en  Angostura,  sobre  los  cambios  políticos 
en  España,  y  sobre  la  suspensión  de  hostilidades, 
á  las  que  se  aguardaban  de  la  parte  de  Morillo. 
La  siguiente  venia  á  ser  su  contenido. 


452 

Hay  un  rumor  en  la  ciudad,  de  la  llegada  de  algunos  oficía- 
les Españoles  á  las  Barbadas,  que  van  á  Caracas,  con  propo- 
siciones para  un  armisticio  con  el  Presidente  de  Colombia, 
ha6ta  que  las  Cortes  se  reúnan  y  determinen  la  qüestion  de 
paz  6  de  guerra  con  el  Sud  de  America.  Este  rumor,  que 
sera  tan  agradable  para  los  que  desean  que  cese  de  correr  la 
sangre  humana,  necesita  confirmación. 

En  todos  los  documentos  que  hemos  visto  publicados  por 
la  Junta  Provisional  de  España,  no  hemos  descubierto  nada 
sobre  el  Sud  de  America,  excepto  el  restablecimiento  del 
antiguo  departamento  para  la  administración  de  los  negocios 
ultramarinos.  Puede  ser  que  por  esta  via  vengan  las  tales- 
proposiciones  de  armisticio,  para  los  Americanos  que  ya  han 
sacudido  el  yugo  de  España.  Si  la  junta  provisional  de 
Madrid  fuese  actuada  por  los  mismos  sentimientos  de  gene- 
rosidad que  los  gefes  que  han  libertado  á  la  Península,  nada 
mas  propio  que  poner  un  fin  á  aquella  efusión  de  sangre,  que 
fue  la  delicia  de  Fernando  y  de  sus  satélites  en  Venezuela. 

Morillo,  que  fue  el  principal  instrumento  de  los  estragos  y 
desolación  en  Venezuela,  ha  continuado  en  aquel  puesto  en 
el  que  cometió  tantas  y  tan  atroces  crueldades,  aunque  estaba 
bien  informado  de  los  sentimientos  de  generosidad  y  modera- 
ción de  aquellos  gefes,  publicados  en  todas  las  partes  lo  mismo 
que  de  sus  miras  magnánimas.  Morillo,  que  no  puede  existir 
sino  en  medio  de  los  estragos  y  de  la  sangre  humana,  ha  obli- 
gado á  los  pueblos  de  Colombia  á  continuar  las  hostilidades 
por  mar  y  por  tierra.  Tubimos  previa  información  que  las 
ordenes  de  Morillo  á  la  flotilla  que  sallo  de  Cumana  en  Abril, 
eran  de  matar,  quemar,  y  destruir  quanto  se  presentase  por 
delante,  sin  reserva  6  distinción  ;  y  estas  ordenes  estabas  fir- 
madas  por  este  abominable  monstruo,  quando  había  recibido 
informes  positivos  de  la  insurrección  en  España  en  favor  de 
la  constitución ;  del  juramento  tomado  por  Fernando  de  man- 
tener y  obedecer  aquella  constitución ;  del  establecimiento  de 
la  junta  provisional ;  de  las  deliberaciones  de  aquellos  patrio- 
tas y  sabios  de  España  que  habían  estado  en  calabozos,  en 
presidios,  y  en  la  Inquisición,  por  opiniones  políticas ;  de  la 
abolición  del  tribunal  de  la  Inquisición ;  y  del  restablecimiento 
de  la  libertad  de  la  imprenta. 


453 

* 

Hubiera  sido  de  desear  que  las  hostilidades  hubiesen  cesa- 
do al  momento  que  se  recibió  en  Caracas  la  proclama  de. 
Quíroga  y  Acevedo.  Pero  Morillo,  continuando  su  sistema 
sanguinario,  nos  impuso  la  necesidad  de  defendernos,  y  de 
perseguir  en  justicia  á  un  infame  y  pérfido  enemigo. 

Es  imposible  afirmar  al  presente  qual  podra  ser  la  natura- 
leza de  un  armisticio  recibido  en  La  Guayra  por  la  via  de  las 
Barbadas,  si  es  que  han .  recibido  tal ;  ni  es  tampoco  posible 
determinar  si  tales  proposiciones  se  aceptaran  ó  desecharan. 
i  Que  precauciones  no  se  necesitarían  para  impedir  quales- 
quiera  accidenté  que  dependiese  del  carácter  ó  conducta  de 
agentes  tan  distantes  de  sus  gefes !  Suponiendo  que  la  junta 
provisional  fuere  mas  digna  de  confianza  que  Fernando,  y  que 
el  mismo  Morillo  no  fuese  menos  digno  de  confianza  en  honor, 
6  humanidad,  6  fé,  que  la  junta,  aun  asi  podrían  resultar 
muchos  males  de  mil  circunstancias  imprevistas,  contra  las 
quales  sería  suma  locura  no  estar  preparados.  Estas  conside- 
raciones deben  ser  imperativas  para  todos  aquellos  á  quienes 
se  les  haga  aberturas,  quando  debe  considerarse  que  la  auto- 
ridad superior  del  partido  adverso  que  hace  las  proposiciones 
está  á  la  distancia  de  2000  leguas :  este  es  un  inconveniente 
contra  las  leyes  y  constitución  que  tienen  que  operar  á  tan 
grande  distancia. 

Por  mucho  que  se  mejore  6  perfeccione  la  constitución  de 
1812,  estos  payses  están  demasiado  distantes  del  sitio  de  su 
operación,  para  que  pudiesen  participar  en  estas  amelioracio- 
nes ;  ninguno  de  ellos  puede  derivar,  como  España,  la  ven- 
taja de  una  fiel  observancia  aun  de  sus  principios  fundamen- 
tales. Esta  constitución  se  comunico  al  Sud  de  America  el 
año  de  su  publicación,  al  Perú,  á  México,  y  á  Venezuela ; 
pero  no  sirvió  mas  que  como  una  mera  maquina  de  opresión 
en  las  manos  de  los  Callejas,  de  los  Monteverdes,  y  de  los 
Abascales.  Ni  siquiera  un  solo  abuso  de  los  muchos  que 
exercieron  estos  satrapes  del  despotismo  se  remedio  baxo  su 
establecimiento ;  y  los  habitantes  del  Perú,  de  México,  y  Ve- 
nezuela, continuaron  tan  oprimidos  como,  lo  habian  estado 
antes,  baxo  la  pretendida  sombra  de  esta  potente  constitución ; 
de  este  modo  obligando  á  los  que  no  podían  ya  ser  engaña- 


.    454 

dos,  6  que  estaban  determinados  á  no  ser  mas  esclavos,  á 
buscar  un  remedio  en  un  esfuerzo  mas  vigoroso  para  su  eman- 
cipación. 

La  primera  regencia  de  España  convidó  á  los  Americanos 
Españoles  á  enviar  diputados  á  las  Cortes,  y,  quando  se  vie- 
ron convocados,  indicaron  los  males  baxo  los  que  aquellos 
payses  habían  tanto  sufrido.  El  Sud  de  America  se  vio  teo- 
réticamente aligerado  de  las  cadenas  de  una  sujeción  colo- 
nial por  la  regencia ;  y  confesaron,  que  la  distancia  de  estos 
payses  del  sitio  del  gobierno,  les  exponía  siempre  á  aquellas 
injurias.  Tales  eran  los  sentimientos  manifestados  per  la 
regencia  en  aquella  epcrca. 

Por  muy  excelente  que  sea  una  constitución,  no  puede  im- 
pedir los  males  que  resultan  de  la  distancia,  y  si  la  rafe  de 
estos  males  existiere,  los  mismos  males  tienen  que  nacer  de 
ella.  La  regencia  dixo  entonces,  lo  que  tenia  razón  de  decir, 
que  se  trataba  á  los  Americanos  con  indiferencia,  adonde  la 
avaricia  no  les  injuriaba,  6  encorbaba  baxo  el  peso  de  la  igno- 
rancia en  el  poder;  pero  continuaron  siendo  oprimidos  aun 
baxo  aquella  regencia,  sin  ninguna  mitigación  ó  amelioracion. 
El  manantial  original  del  mal  durara  mientras  que  continué 
la  distancia  que  les  separa  del  centro  del  gobierno ;  y  ningu- 
na medida  política,  por  muy  importante  que  sea,  podra  jamas 
vencer  dificultades  insuperables. 

De  circunstancias  semejantes  á  estas,  el  celebre  autor  del 
Espíritu  de  las  Leyes  concluye,  que  á  no  ser  un  gobierno 
despótico  ninguno  otro  puede  conservar  payses  á  grande  dis- 
tancia del  centro  del  gobierno.  El  lector  quiza  preguntara 
qual  puede  ser  el  objeto  de  estas  observaciones,  y  que  tienen 
de  común  con  el  rumor  de  armisticio.  Aqui  no  nos  hemos 
propuesto  entrar  en  una  análisis  del  rumor  de  una  paz,  que 
quiza  terminara  en  una  guerra  renovada  con  mas  ardor ;  la 
atención  de  este  artículo  se  dirige  á  las  Cortes  reunidas  en 
Madrid,  6  en  qualesquiera  otro  parage  de  la  Península.  Es 
fácil  imaginarse,  que  una  mayoría  en  las  Cortes  se  ocupe  seri- 
amente en  buscar  los  medios  de  adaptar  la  constitución  á  la 
situación  del  Sud  de  America,  y  aun  se  puede  anticipar  una 
oferta  de  que  para  remediar  los  males  existentes  en  America 


455 

se  leí  dará  una  representación  igual  á  la  de  la  Península ;  y, 
por  fin,  que  se  traten  de  rectificar  todos  los  defectos  de  la 
constitución  de  1812»  respecto  al  Sud  de  America,  de  tal 
modo  que  puedan  juzgar  según  la  conducta  de  los  Ameri- 
canos de  aceptar  6  desechar  tal  proposición,  como  una  alter- 
nativa de  recurrir  á  las  armas  para  continuar  la  guerra. 

Estas  ideas  son  puramente  hipotéticas.  No  afirmaremos 
positivamente,  que  tales  sean  los  resultados  de  las  delibera- 
ciones de  las.  Cortes  con  el  Sud  de  America.  Si  todos  los 
miembros  de  las  Cortes,  ó  una  mayoría  de  ellas,  fuesen  Qui- 
rogas  6  Acevedos,  no  habría  nada  que  temer ;  la  terminación 
de  esta  guerr?  sanguinaria  seria  entonces  cierta,  y  seria  se- 
guida de  un  tratado  definitivo  de  paz,  cuya  base  fundamental 
fuese  la  independencia  absoluta  del  Sud  de  America. 

Pero  como  esto  es  probable  que  no  suceda,  no*  propone- 
mos ofrecer  una  respuesta  sin  replica  al  proyecto  en  qüestion, 
qual  es,  que  el  poder  supremo  central  de  que  habla  la  consti- 
tución se  establecerá  en  el  Sud  de  America ;  que  el  cuerpo 
legislativo  nacional  se  reunirá  en  Panamá,  ó  en  qualesquiera 
otro  parage  del  Sud  de  America,  donde  residirá  igualmente 
el  executivo ;  y  que  España  dependerá  de  la  autoridad  de  su 
gobierno  común.  Tal  es  el  bosquejo  del  contra-proyecto* 
Bazo  -estas  condiciones,  es  de  presumir  que  el  pueblo  del  Sud 
de  America  juraría  la  constitución. 

Una  prueba  de  esta  verdad  podemos  ofrecer  en  la  conce- 
sión de  uno  de  los  oponentes  mas  inveterados  contra  la  inde- 
pendencia del  Sud  de  America.  Aludimos  al  ultimo  párrafo 
en  un  articulo  contenido  en  la  Gazeta  de  Madrid*  del  8  de 


•  £1  siguiente  es  el  tenor  del  párrafo  de  la  Gazeta  de  Madrid  :— 
"  La  época  no  está  muy  distante,  quando  una  sabia  política  instruirá  á  los 
gabinetes  Europeos,  que  la  dependencia  del  Sud  de  America  no  es  una 
ventaja  únicamente  peculiar  para  España,  pero  que  entra  profundamente  en 
los  intereses  generales  de  la  Europa,  cuya  antigua  supremacía  y  preponde- 
rancia sobre  todas  las  otras  partes  del  globo  quedaran  destruidas,  asi  que  la 
independencia  establezca  su  templo  en  aquellas  regiones,  que  la  naturaleza 
ha  enriquecido  con  tanta  munificencia  y  abundancia.  La  actividad  del  espí- 
ritu de  la  industria  y  de  las  artes,  las  precipitara  sobre  aquellos  paysea  mas 


456 

Julio  de  1816.  Todo  hombre  libera)  está  convencido  de  la 
fuerza  de  aquella  producción  eloqüente :  ninguno  de  ello6  de- 
seara depender  de  un  gobierno  que  existiese  en  el  Istno  de  Da- 
rien,  en  Quito,  6  en  Bogotá.  Todos  hecharian  sus  ojos  sobre 
Portugal,  y  la  insignificancia  en  la  que  ha  caído  desde  que  se 
transfirió  el  sitio  del  gobierno  al  Brasil ;  y  apuntaran  también 
á  la  malograda  tentativa  de  los  grandes  del  Portugal  Europeo, 
de  hacerse  independientes  de  la  corte  del  Rio  Janeiro,  única- 
mente con  el  objeto  de  impedir  los  males  que  resultan  de  la 
distancia  de  Portugal  del  centro  de  su  gobierno.  Que  los 
Españoles  sean  justos  hacia  los  Americanos  del  Sud,  que, 
después  de  300  años  de  injusticia  y  privaciones,  reclaman  sus 
derechos,  con  el  único  objeto  de  hacerse  libres  é  independien- 
tes, y  según  los  mismos  Españoles  constitucionales  lo  desean 
para  si.  Los  Americanos  han  sacrificado  ya  la  mejor  sangre 
y  los  ingenios  mas  esclarecidos  de  entre  ellos  para  obtener 
aquella  libertad  y  emancipación ;  y  el  logre  de  estos  derechos 
no  sera  mas  que  una  justa  recompensa  por  tales  sacrificios. 
El  conflicto  en  tal  caso  quedara  justificado  de  la  parte  de  los 
Americanos  del  Sud,  porque  no  tendrían  mas  que  producir  el 
exemplo  reciente  del  pueblo  Español,  que  ha  exercido  el 
mismo  derecho  de  insurrección  contra  el  poder  arbitrario,  re- 
sistiendo al  despota  que  les  oprimía.  Entonces  la  firmeza  y 
la  constancia  de  los  patriotas  Americanos  obtendrán  un  triunfo 
completo,  y  los  defensores  de  una  causa  tan  justa  lograran 
aquella  gloria  inmortal,  que  es  debida  á  los  que  tienen  una 
constancia  á  toda  prueba,  y  un  valor  invencible,  en  una  carrera 
tan  gloriosa. 

El  poder  judicial  en  la  Península  se  exercera  según  las 
formas  de  la  ley  presentada  el  10  de  Octubre  de  1812,  para 
el  Sud  de  America ;  y  la  America  exercera  su  poder  judicial 
independiente  de  toda  interferencia  de  la  parte  de  España* 


florecidos;  la  Europa  quedara  abandonada;  y  aquella  superioridad  que 
hasta  ahora  ha  dado  con  justicia  el  derecho  á  la  Europa  de  ser  el  centro  de 
la  civilización,  no  solo  cesara,  sino  que  la  Europa  se  transformara  en  la 
csclaTadel  Nuevo  Mundo." 


457 

A  semejantes  proposiciones  es  probable  que  los  Españoles 
ofrezcan  las  mismas  objeciones  que  han  dado  ya  los  Ameri- 
canos del  Sud ;  porque  el  poder  judicial,  dirían,  se  exerceria 
muy  diferentemente  á  la  distancia  de  2000  leguas.  Los  Es- 
pañoles no  podrían  alegar  que  tenían  mejores  motivos  en  tal 
caso  que  los  Americanos  de  mantener  sus  derechos  por  la 
fuerza  de  las  armas  desde  1819.  Luego,  si  esto  es  asi,  ¿por- 
que querer  que  los  Americanos  se  sometan  á  lo  que  los  Es- 
pañoles desean,  quando  ellos  mismos  rehusarían  someterse 
baxo  los  mismos  términos  á  los  Americanos  ?  ¿  Donde  está; 
entonces,  la  observancia  fiel  de  los  derechos  naturales  del 
genero  humano,  tan  obligatoria  para  España  como  para  la 
America,  según  nuestra  hipótesis  ?  No  hagas  á  tu  próximo 
lo  que  no  deseases  te  hiciesen  á  ti  mismo.  ¿  Que  hacer  en 
esta  alternativa  ? 

Supongamos  que  se  pone  el  sitio  del  gobierno  en  la  Bermu- 
da,  6  en  otra  isla  igualmente  distante  de  los  dos  payses ;  en 
efecto,  no  hay  otro  paso  intermediario  que  pueda  obviar  lo 
absurdo  de  dos  payses,  tan  distantes,  y  tan  desiguales  en  ex* 
tensión  y  población,  de  quererles  gobernar  baxo  iguales  con- 
diciones. Como  este  es  el  único  remedio  para  poder  obtener 
esta  unidad,  y  este  parece  impracticable,  el  dilatado  territorio 
del  Sud  de  America  no  puede  nunca  esperar  llegar  á  aquel 
estado  de  felicidad  al  que  la  naturaleza  parece  haberle  desti- 
nado, á  no  ser  que  sea  por  una  independencia  verdadera  y 
absoluta. 

Los  patriotas  no  se  engañaban  en  sus  conjetu- 
ras. El  mismo  dia  que  se  publicó  este  articulo  en 
Angostura,  se  despacharon  comisionados  al  Con- 
greso con  una  carta  de  Morillo,  para  proponer 
una  suspensión  de  hostilidades,  hasta  que  se  efec- 
tuase una  reconciliación.  A  esta  dieron  una  res- 
puesta, en  la  que  el  Congreso  manifestaba  la  firme 
determinación  de  mantener  inviolable  aquella  in- 


458 

dependencia  que  estaban  sobre  el  punto  de  lograr, 
después  de  10  años  de  lucha. 

Al  mismo  tiempo  Morillo  despachó  cartas  á 
varios  de  los  generales  independientes,  incluyendo 
la  proclama  de  Fernando,  invitándoles  á  una  con- 
ferencia, y  suspensión  de  hostilidades.  Damos 
aqui  la  substancia  de  las  cartas  de  Morillo  al 
Congreso  y  á  Mariano  Montilla,  con  la  de  las  res- 
puestas de  este  general,  y  del  Presidente  Penal- 
ver. 

El  General  Morillo  dice  al  Soberano  Congreso 
de  Colombia,  que  no  dudando  que  Su  Alteza  Se- 
renísima esté  ya  informado  de  los  últimos  sucesos 
que  habían  ocurrido  en  la  Península,  y  del  triunfo 
de  la  voluntad  general  de  la  nación  en  restablecer 
la  constitución  de  la  monarquía  Española,  y  que 
habiendo  recibido  ordenes  positivas  del  Rey  Cons- 
titucional para  entrar  en  una  reconciliación  franca 
y  liberal,  que  vuelva  á  unir  á  toda  la  familia,  y 
poder  gozar  de  la  ultima  regeneración  política, 
poniendo  un  fin  á  la  opresión,  que  lexos  de  ser 
peculiar  á  aquellas  regiones,  había  sido  general 
por  todo  el  imperio j  se  apresuraba  á  comunicar 
á  Su  Alteza,  que  había  abierto  una  comunicación 
con  los  gefes  militares  del  gobierno,  para  propo- 
ner una  suspensión  de  hostilidades,  hasta  que  se 
efectué  la  reconciliación,  para  cuyo  cumplimiento 
iban  diputados  el  Brigadier  Don  Tomas  de  Cires, 
gobernador  de  la  provincia  de-  Cumana,  y  Don 
José  Domingo  Duarte,  intendente  del  exercito, 
para  que  tratasen  con  el  Congreso  sobre  una  base 


459 

equitable,  y  de  ventaja  mutua»  En  el  entretanto 
había  dado  ordenes  á  sus  oficiales  para  üebar  in- 
mediatamente á  efecto  la  suspensión  de  hostili- 
dades, y  continuar  en  las  posiciones  que  ocupaban 
entonces,  á  no  ser  que  fuesen  atacados. 

Como  gefe  militar,  obediente  á  aquella  subor- 
dinación que  le  había  guiado  siempre  en  su  car- 
rera, hizo  guerra ;  y  ahora  como  reconciliador  se 
sumetia  gustoso  á  la  misma  subordinación  para 
restablecer  la  paz. 

Eii  este  momento  el  Congreso  debe  correr  un 
velo  sobre  los  horrores  de  la  guerra,  y  solo  fixar 
su  vista  en  la  deliciosa  esperanza  de  reunir  los 
hijos  á  los  padres,  los  hermanos  á  los  hermanos, 
los  amigos  á  los  amigos,  y  los  Españoles  á  los 
Españoles,  que  por  una  fatalidad  se  ven  dividi- 
dos ;  y  para  lograr  este  fin, '  deben  de  abrazar  la 
constitución,  que  podra  perfeccionarse  por  un 
consentimiento  común,  y  según  lo  dicte  la  expe- 
riencia. 

Los  comisionados,  dice,  presentaran  al  Con- 
greso los  principios  de  reconciliación,  que  espe- 
ran adoptara  para  restablecer  la  fraternidad;  y 
que  si,  por  alguna  aprehensión  de  lo  que  había 
pasado  en  épocas  de 'furia  y  desesperación,  no 
acceptasen  inmediatamente  las  proposiciones  de 
la  nación,  aun  asi  debian  de  hacer  justicia  á  las 
buenas  intenciones  que  las  habían  dictado. 

Por  fin  concluía  diciendo,  que  quan  agradable 
seria  para  todos  el  verse  reunidos,  y  para  él 
mismo  el  poderse  presentar  sin  el  aparato  de  la 


4(J0 

guerra,  como  un  simple  ciudadano  Español, 
uniendo  su  voz  á  las  expresiones  generales  de 
gozo  por  la  victoria  ganada  reciprocamente  sobre 
sus  pasiones.  Hasta  que  esto  ocurra,  su  Alteza 
no  podra  nunca  graduar  la  diferencia  del  general 
al  ciudadano,  que  tiene  el  honor  constitucional 
de  ser  el  mas  obediente  servidor  de  su  Alteza 
Serenísima.  (Firmado)    Pablo  Morillo. 

En  el  Quartel-general  de  Caracas,  el 
17  de  Junio  de  1820. 

La  respuesta  del  Congreso  al  General  Morillo 
venia  á  ser  asi  :— 

Excelentísimo  Señor, — El  Congreso  Sobe- 
rano convocado  expresamente  con  el  objeto  de 
leer  la  carta  que  V.  E.  le  ha  dirigido  desde  su 
quartel-general,  con  fecha  del  17  de  Junio  ultimo, 
informándole  que  el  Brigadier  Don  Tomas  de 
Cires,  y  Don  José  Domingo  Duarte,  habían  sido 
comisionados  para  venir  á  esta  capital,  á  solicitar 
la  unión  de  estos  payses  con  la  monarquía  consti- 
tucional de  España,  y  que  estos  señores  presenta- 
rían los  principios  de  reconciliación  propuestos 
por  la  nación,  deliberados  el  11  del  mismo,  en 
una  sesión  publica,  y  por  respuesta  transmito  á 
V.  E.  el  decreto  siguiente : — 

El  Soberano  Congreso  de  Colombia,  deseoso 
de  establecer  la  paz,  oirá  con  gusto  aquellas  pro- 
posiciones que  le  sean  hechas  de  la  parte  del 
Gobierno  Español,  con  tal  que  tengan  por  base 
el  reconocimiento  de  la  soberanía  é  independen- 


*6l 

cia  de  Colombia/  y  do  admitirá  otras  que  no  con- 
tengan este  principio,  tantas  veces  declarado  por 
el  Gobierno  y  pueblo  de  esta  República. 

£1  Presidente  del  Congreso  tiene  el  honor  de 
ser  de  V.  E.  el  muy  obediente  servidor. 

Fernando  de  Penalver. 

Felipe  Depiano,  Secretario. 

Nueva  Guiana,  el  13  de  Julio  de  1820. 

La  substancia  de  la  carta  de  Morillo  á  Mon- 
tilla  era  esta : — 

Comienza  anunciándole  los  grandes  y  dichosos 
sucesos  que  habían  aburrido  en  España,  cuyos 
resultados  habian  sido  la  adopción  de  la  constitu- 
ción política  de  la  monarquía  por  el  rey,  y  jurada 
por  toda  la  nación  Española ;  añadiendo  que  las 
provincias  Americanas  habian  seguido  el  exemplo 
de  España,  en  medio  de  las  aclamaciones  del 
pueblo,  haciendo  desaparecer  por  su  noble  con- 
ducta los  horrores  de  una  guerra  intestina,  como 
debe  esperarse  en  tales  circunstancias. 

Después  dice  que  el  Rey,  aunque  en  medio  de 
negocios  de  la  mayor  importancia,  ha  vuelto  sus 
ojos  hacia  aquellas  provincias  de  la  monarquía 
que  han  sido  devastadas  por  una  guerra  ocasio- 
nada por  la  fatalidad,  y  por  principios  que  quiza 
son  enteramente  equívocos.  El  Rey,  penetrado 
de  dolor,  y  deseando  poner  tenhino  á  tantos 
males,  ha  dirigido  la  adjunta  proclama,  llena  de 
moderación  y  de  bondad,  digna  del  reconoci- 
miento de  sus  vasallos,  y  de  la  admiración  de  los 


462 

extranjeros.  Su  Magestad  le  había  autorizado 
á  tratar  con  los  gobernadores  disensos,  para  hacer 
que  desapareciese  hasta  la  memoria  de  los  suce- 
sos pasados;  y  para  este  fin  habió  ya  enviado 
comisionados  á  las  autoridades  que  gobernaban  en 
los  diversos  payses,  para  terminar  las  disensiones. 
Pero  como  no  es  fácil  entenderse  ú  oírse  con  las 
armas  en  la  mano,  seria  necesario  Bospender  las 
hostilidades  para  dar  lugar  á  la  razón  que  amor- 
tigüé las  pasiones. 

Para  este  efecto,  dice,  que  había  dado  ordenes 
á  los  comandantes  de  las  divisiones  del  exeráto 
y  de  la  marina  baxo  su  mando»  de  hacer  que  ce- 
sasen las  hostilidades  de  su  parte,  que  dándose 
en  el  territorio  que  ocupaban,  y  que  contasen 
sobre  esta  suspensión  necesaria  desde  el  día  que 
la  comunicasen  á  los  gefes  contrarios,  hasta  un 
mes  después.  Y  añade,  qué  no  pudiendo  comu- 
nicar esta  indispensable  medida  al  Gobierno  á  que 
Montilla  pertenecie,  con  la  celeridad  necesaria, 
creia  deberle  dirigir  directamente  una  comunica* 
cion  tan  interesante.  Concluye  diciendo,  que 
espera  reconocerá  la  franqueza  de  su  proceder, 
la  sinceridad  de  sus  intenciones,  y  la  bondad  del 
Rey,  que  desea  con  ansia  la  reunión  y  dicha  de 
la  grande  familia. 

QuarteUgeneral,  en  Caracas,  el 
17  de  Julio  de  1820. 

La  substancia  de  la  respuesta  de  Mantilla  á 
Morillo  era  esta : — 


463 

Después,  de  los  males  irreparables  que  la  con- 
ducta atroz  y  sanguinaria  de  los  generales  Es- 
pandes  en  America  habia  acumulado  sobre  el 
desgraciado  pueblo  Americano— después  de  que 
el  mismo  Morillo  habia  inundado  de  sangre,  y 
cubierto  de  luto,  quantos  payses  habia  pisado— 
después  de  tantos  horrores,  atrocidades,  y  actos 
de  barbarie  y  de  perfidia,  sus  proposiciones  de 
paz  y  reconciliación  llegaban  demasiado  tarde. 
£1  Americano  ha  dado  á  conocer  su  deseo  con 
aquella  firmeza  que  su  causa  y  su  experiencia  le 
inspira,  y  jurado  por  los  nombres  sagrados  de  las 
victimas,  tan  impíamente  sacrificadas  por  el  mismo 
Morillo,  que  no  dependerá  de  nadie  sino  de  sus 
mismas  medidas  por  su  destino  futuro.  Después 
sigue  eloqiientemen^e  atrayendo  á  su  memoria  las 
horribles  escenas.de  que  él  mismo  fue  el  autor, — 
escenas  que  nada  podra  borrar  de  la  memoria,  y 
males  que  nada  podra  reparar. 

Después  declara,  que  él  de  su  lado  no  piensa 
sospender  hostilidades  ó  entrar  en  ninguna  nego- 
ciación que  no  tenga  por  base  la  independencia  de 
America.  Lo  que  hará  sera  observar  inviolable- 
mente los  derechos  de  las  naciones,  y  los  sagra- 
dos principios  de  humanidad,  en  la  continuación 
ulterior  de  la  guerra,  si  se  observasen  igualmente 
de  la  parte  de  su  adversario.  Pero  si,  al  contra- 
rio, se  adoptase  un  sistema  diferente,  tendría  que 
hacer  violencia  á  sus  sentimientos,  y  usar  de  una 
justa  retaliación.  Si  en  lugar  de  victorias  y  de 
triunfos,  hubiesen  sufrido  reveses,  su  lenguage 

8 


464 

seria  el  mismo,  pues  lexos  de  ser  el  esclavo  de  las 
circunstancias,  obraba  por  convincion  y  por  prin- 
cipio. Concluye  diciendo,  que  el  mundo  sabrá 
apreciar  las  razones  de  Colombia,  su  conducta,  y 
la  determinación  que  arreglara  aquella  en  lo  veni- 
dero, ya  sea  por  la  paz  ó  por  la  guerra ;  y  su  im- 
parcialidad en  la  justicia  que  recomendaría  los 
sucesos  presentes  á  la  posteridad,  y  á  la  genera- 
ción existente.     Dios  y  la  Libertad. 

Mariano  Montilla. 

Baranquilla,  el  28  de  Julio  de  1820. 

Varias  otras  cartas  pasaron  entre  los  diversos 
gefes,  pero  todas  ellas  estaban  en  el  mismo  tenor, 
tanto  las  proposiciones  como  las  respuestas. 

El  General  Bolivar  se  identificó  con  el  Con- 
greso  en  su  respuesta  á  Morillo.  La  indepen- 
dencia absoluta  era  la  única  base  sobre  la  que  él 
estaba  autorizado  á  tratar.  Paez  respondió,  que 
él  pertenecia  á  un  gobierno,  y  que  con  él  debia 
de  tratar.  Del  mismo  modo  los  otros  generales 
refirieron  Morillo  al  Gobierno.  De  este  modo 
su  plan  de  "  Divide  et  Impera,"  no  tubo  efecto. 
Jamas  se  hallo  un  gobierno  y  un  pueblo  tan  uni- 
dos en  un  mismo  punto,  como  contra  la  depen- 
dencia de  Colombia  de  España.  Duarte,  Cires, 
y  Esena,  los  comisionados  de  Morillo,  estubie- 
ron  en  el  Orinoco,  pero  no  les  permitieron  pasar 
mas  adelante  dé  Guiana.  La  respuesta  del  Con- 
greso fue,  que  no  podian  recibir  ningún  comisio- 
nado, que  no  tubiese  el  poder  de  tratar  sobre  la 


465 

base  de  independencia  y  soberanía  absoluta  de 
Colombia. 

A  principios  de  este  año  el  Gobierno  envió  á 
Don  Francisco  Antonio  Zea,  el  Vice-Presidente 
de  Colombia,  á  las  Islas  de  las  Indias  Occidenta- 
les, con  todo  el  dinero  que  quedaba  en  el  tesoro, 
que  subía  á  una  suma  considerable,  para  comprar 
fusiles.  De  allí  debía  ir  al  New  York,  y  después 
á  Inglaterra,  donde  debía  negociar,  y  acomodar 
varios  negocios  importantes  relativos  al  Gobierno. 

£1  objeto  de  la  expedición  al  Rio  de  la  Hacha, 
que  había  salido  de  Margarita  baxo  el  mando  del 
General  Montilla  (que  era  el  de  formar  una  unión 
con  Urdaneta  por  el  Val  d'Upari)  habiéndose 
hallado  impracticable,  retiró  su  exercito  con  la 
intención  de  volverse  á  embarcar,  quando  fue 
atacado  por  el  general  Español  Sánchez  Lima  con 
2500  hombres.  La  legión  Irlandesa,  de  800 
hombres,  que  constituía  la  fuerza  principal  del 
General  Montilla,  á  pesar  de  mucha  insubordina- 
ción, tomaron  las  armas,  y  rechazaron  á  los  Es- 
pañoles. Después  de  esto  los  Irlandeses  habién- 
dose amotinado  otra  vez,  los  embarcaron  para  la 
Jamaica.  Aquí  damos  un  extracto  de  una  carta 
del  oficial  comandante  de  la  expedición,  en  la  que 
describe  la  conducta  vergonzosa  y  ultrajante  de 
estas  tropas  Irlandesas. 

Extracto  de  una  carta  del  General  Montilla, 
comandante  de  la  expedición  de  Margarita,  del 
4  de  Junio,  á  bordo  de  la  esquadra  de  Brion. 
Después  de  relatar  la  gallarda  acción  en  la  700 

TOM.  II.  Gg 


466 

soldados  suyos  rechazaron  mas  de  2000  Españo- 
les, continua  asi  :— 

Esta  ventaja  me  dio  la  esperanza  de  que  podría  avanzar- 
me sobre  Su  Marta,  y  co-operar  con  la  división  de  Urdaneta 
en  la  reducción  de  aquella  plaza ;  pero  mis  tropas»  que  bacía 
ya  mucho  tiempo  que  estaban  descontentas  de  las  privaciones 
que  sufrían,  y  particularmente  de  la  falla  de  paga,  que  me 
era  imposible  darles,  rehusaron  ir  mas  adelante,  hasta  que  se 
hubiese  satisfecho  á  todas  sus  demandas.  Les  represente  la 
imposibilidad  de  satisfacerlas  alli,  urgiendoles  á  que  marcha- 
sen á  Ste  Marta,  en  donde  se  les  pagarían  todas  ellas  sobre  la 
captura  de  aquella  plaza.  Esto  no  tubo  ningún  efecto,  y 
amenazaron  saquear  y  quemar  La  Hacha,  y  desertarse  á  les 
Españoles,  los  que,  digeron,  estaban  seguros  les  pagarían 
liberalmente.  Sin  embargo  los  Españoles  se  habían  retirado 
ya  tan  lexos,  después  de  la  ultima  derrota,  que  esa  imposible 
poderse  juntar  con  ellos.  Después  les  represente  su  situación 
-—que  les  era  imposible  quedarse  alli  6  salir  sin  co-operar  con 
nuestra  flota,  y  les  propuse,  que  la  marcha  por  tierra  hacién- 
dose impracticable,  que  irían  alli  por  mar.  A  esto  consintie- 
ron, pero  no  hasta  después  de  haber  quemado  una  parte  de  la 
ciudad,  y  saqueado  á  los  miserables  habitantes  del  Rio  de  la 
Hacha,  Habiendo  antes  de  esto  embargado  los  barcos  que 
estaban  en  el  puerto,  á  bordo  de  los  quales  les  hice  conducir, 
y  habiendo  concertado  el  plan  con  el  Almirante  Brion,  cada 
partida  que  llegaba  á  bordo  se  la  iba  desarmando,  y  poniendo 
baxo  custodia.  Quando  todos  fueron  embarcados,  les  hioe 
informar  que  no  quería  mas  tratar  con  tropas  que  habían  tan 
abiertamente  quebrantado  la  disciplina  militar,  pidiendo  su 
paga  á  un  momento  que  sabían  era  imposible  dársela;  y  que 
amenazaron  quemar  y  saquear  las  casas  y  personas  de  su 
amigos  y  aliados,  para  vengarse  de  ello.  Les  dixe  que  tenían 
la  libertad  de  ir  adonde  gustasen  ;  que  sus  armas  estaban  ya 
depositadas  con  nosotros,  y  que  la  República  no  tenia  ya  mas 
necesidad  de  sus  servicios.  Todos  ellos  han  marchado  a  la 
Jamaica. 


4&7 

El  General  Montilla  y  Brion  marcharon  á  ata- 
car á  Sabanilla,  un  puerto  que  está  á  la  boca  occi- 
dental del  rio  Magdalena*  Habiendo  logrado  su 
empresa,  todo  el  pays  se  declaró  por  los  indepen- 
diantes. 

Massa,  un  oficial  de  guerilla,  baxó  por  el  Mag- 
dalena desde  Sf*  Fé,  con  un  cuerpo  de  volunta- 
rios^ en  ocho  canoas,  una  de  ellas  llevando  un 
cañón  de  á  quatro,  atacaron  las  lanchas  caño- 
neras de  Tenerife  (catorce  en  numero,  algunas 
montando  cañones  de  á  catorce,  y  armadas  de 
250  soldados),  y  en  muy  pocos  instantes  se  apode* 
raron  ó  destruyeron  todas  ellas,  el  comandante 
habiéndose  saltado  la  tapa  de  los  sesos.  De  este 
modo  todo  el  curso  del  Magdalena,  desde  Su  Fé 
á  Sabanilla,  estaba  abierto  á  los  patriotas,  y  soló 
Cartagena  quedaba  en  manos  de  tos  Españoles. 
Esta  ciudad  fue  prontamente  investida  por  Mon- 
tilla y  Garda,  que  fixaros  su  quartel-general  en 
Turbaco,  á  una  legua  de  ella. 

Bolívar  había  abandonado  su  proyectó  de  ata- 
car las  lineas  Españolas,  y  se  había  dirigido  hacia 
Nueva  Granada.  En  Cúcuta  se  concluyó  un 
armisticio  de  un  mes  con  La  Torre,  que  fue  pro- 
puesto de  la  parte  de  Morillo,  para  poder  traer  una 
eterna  reconciliación.  Sin  embargo,  aquel  intimó 
claramente,  que  ningún  tratado  se  oiría  que  no  tu- 
biese  por  base  la  independencia  de  la  República  de 
Colombia.  Después  marchó  para  Mompox,  que 
se  habia  entregado  pqco  tiempo  antes,  donde  llego 
el  15  de  Agosto,  y  donde  fue  recibido  con  el 


468 

mayor  entusiasmo.  De  alli  continuó  basta  Bar- 
ranquilla,  para  inspectar  las  Uanchas  cañoneras, 
antes  de  emprender  una  proyectada  expedición 
contra  S*  Marta. 

El  exercito  de  Paez,  con  las  divisiones  Irlan- 
desas baxo  los  Coroneles  Power  y  Lyster,  se  que- 
daron en  Calabozo,  prestos  á  juntarse  con  Bolí- 
var, quando  lo  exigiesen  las  circunstancias*  £1 
exercito  del  sud,  baxo  Valdes,  marchaba  á  Quito, 
habiendo  batido  la  guarnición  de  Popayan,  en 
una  acción  en  la  que  los  Ingleses,  baxo  el  mando 
del  Coronel  Mackintosh,  se  distinguieron  grande- 
mente. 

En  Baranquilla,  Bolivar  se  encontró  con  el 
general  D'Evereux,  al  que  recibió  cordialmente, 
absolviendo  de  toda  culpa  por  la  deserción  de  los 
Irlandeses.  Al  mismo  tiempo,  su  Excelencia  re- 
cibió una  declaración  firmada  por  todos  los  oficia- 
les, sargentos,  y  soldados  de  cada  compañía,  que 
estaban  entonces  en  el  Apure,  en  la  que  expresa- 
ban su  sorpresa  é  indignación  al  oir  la  deserción 
de  la  legión  Irlandesa  de  la  causa  de  la  inde- 
pendencia, en  la  que  tan  generosamente  se  ha- 
bían embarcado.  Su  sentimiento  era  aun  mayor, 
quanto  lo  habían  hecho  á  un  momento  tan  crí- 
tico, que  hubiera  sido  tan  productivo  de  honor  y 
ventaja  para  ellos,  y  para  la  causa  de  la  indepen- 
dencia. Al  mismo  tiempo  le  aseguran,  que  ellos 
están  prestos  á  sacrificar  sus  vidas  y  reposo  para 
mantener  la  libertad  é  independencia  de  Colom- 
bia.   Después  siguen  sus  nombres,  que  son — 


469 

John  Blossell,  Coronel,  comandante  en  gefe. 
John  Deighton,  Mayor,  comandante  de  caballería 

de  la  L.  B 
Charles  Minshin,  Capitán  de  caballería,  ditto. 
John  Lannyan,  Teniente,  ditto. 
Tilomas  Baker,  sargento,  ditto. 
Peter  Slain,  soldado,  ditto. 

W.  Davey,  Ten.-Cor.,  comandante  de  infantería,  ditto. 
J.  W.  Hodgkinson,  Capitán,  ditto. 
David  Stainson,  Teniente,  ditto. 
John  Sydenham,  sargento,  ditto.  « 

James  Hawkins,  soldado,  ditto. 

ÍBrook  Young,  Teniente-Coronel,  1°  Infantería  Ligera. 
James  D.  Paterson,  Capitán,  ditto. 
Walter  O'Callaghan,  Teniente,  ditto. 
Hugh  Murray,  sargento,  ditto. 
Thomas  Slack,  soldado,  ditto. 

Achaguas,  el  25  de  Agosto, 

La  expedición  á  Su  Marta  se  tubo  que  diferir  en 
conseqüencia  de  una  salida  que  hizo  la  guarnición 
de  Cartagena ;  en  cuyp  ocasión  los  cuerpos  ente- 
ros de  los  Coroneles  Ayala  y  García,  que  forma- 
ban una  parte  de  la  fuerza  que  bloqueaba  la  ciu- 
dad, se  huyeron,  y  los  coroneles  los  primeros.  En 
vano  un  cuerpo  de  25  Irlandeses  trató  de  mante- 
ner el  combate ;  y  el  Teniente  Barnes,  de  la  artil- 
lería, pereció  gallardamente  defendiendo  su  cañón. 
La  partida  enemiga  llegó  hasta  Turbaco,  donde 
degollaron  cosa  de  cien  habitantes  (principal- 
mente mugeres  y  niños)  que  se  habían  refugiado 
en  la  iglesia,  y  se  llevaron  la  caxa  que  contenia 
unos  3000  duros :  cosa  de  cinqüenta  hombres  de 
los  patriotas  perecieron   en  esta  sorpresa.     Sin 


470 

embargo,  á  la  vista  de  una  pequeña  partida  de  la 
caballería  independiente,  los  Españoles  se  retira- 
ron á  Cartagena.  Pocas  horas  antes  de  esta  salida, 
Bolivar  habia  salido  de  Turbaco  para  Cúcuta,  y  se 
cree  que  este  golpe  se  dirigía  á  su  persona ;  y  tam- 
poco faltan  motivos  para  sospechas  de  traición. 

Poco  tiempo  después,  la  expedición  se  hizo  á  la 
vela ;  y  el  1 1  de  Octubre,  el  Fuerte  Ciénega,  en 
§1  rio  Magdalena,  fue  toncado  por  asalto,  después 
del  destrozo  de  690  realistas  j  y  al  día  siguiente 
el  Almirante  Brion  hecho  ancora  con  su  esqua- 
dra  delante  de  Su  Marta,  que  se  entregó  á  la  pri- 
mera intimación. 

La  población  se  mostraba  en  todas  las  partes 
ansiosa  por  la  independencia.  La  contagión  no 
se  limitaba  á  ella  únicamente,  pero  se  habia  ex- 
tendido hasta  los  mismos  soldados.  Los  Creollos 
desertaban  la  causa  de  España  por  regimientos  y 
ciudades  enteras.  £1  batallón  de  La  Reyna  se 
pasó  á  los  patriotas  á  las  orillas  del  rio  Tuy. 
Navarro,  el  comandante  de  milicias  de  las  ciuda- 
des adyacentes,  desertó  de  los  Españoles,  y  se 
juntó  con  los  patriotas  con  la  mayor  parte  de  su 
fuerza.  El  cantón  de  Guaca,  y  la  villa  de  Cana- 
gua,  levantaron  también  el  estandarte  de  Colom- 
bia. La  Torre  tubo  que  retirarse  á  Caracas  con 
toda  su  fuerza,  temeroso  que  todos  los  Creollos 
de  su  exercito  no  siguiesen  el  mismo  exemplo  que 
300  de  su  caballería,  que  últimamente  se  habían 
desertado. 

El  25  de  Noviembre  se  concluyó  un  armisticio 
entre  las  partes  beligerentes,  para  enviar  á  España 


47.1 

comisionados  que  tratasen  sobre  los  medios  de 
reconciliarse.  Debía  continuar  por  seis  meses. 
Aunque  la  esperanza  que  en  aquella  época  se 
tenia,  de  que  conduciría  á  un  tratado  de  paz  sobre 
una  base  de  independencia,  salió  por  desgracia 
frustrada,  á  pesar  de  eso  la  humanidad  debe  re- 
gocijarse al  articulo  que  se  introdúxo,  por  el  que 
si  se  recovasen  las  hostilidades,  debian  ser  arreg- 
ladas baxo  los  principios  establecidos  entre  las 
naciones  independientes  y  civilizadas,  y  que  no 
fuesen  mas  continuadas  con  aquella  ferocidad  y 
crueldad,  qué  tan  peculiarmente  habia  caracteri- 
zado la  lucha. 

Los  detalles  siguientes  respecto  á  las  condicio- 
nes baxo  las  que  fue  concluido  el  armisticio,  apa- 
recieron en  el  Times  de  Sto  Tomas  del  24  de  Di- 
ciembre. 

"  Curacoa,  d9  de  Diciembre. — El  27  del  mes  ultimo,  los 
Generales  Morillo  y  Bolívar  firmaron  un  armisticio  en  Sto  Ana, 
cerca  de  Truxillo,  que  consistía  en  13  artículos,  que  sin  em- 
bargo no  fueron  publicados;  pero  se  dio  i  entender  que 
tenían  por  base  la  restauración  de  la  paz.  De  cada  lado 
se  nombraron  dos  diputados,  para  que  vayan  á  España,  á 
tratar  difinitivamente  con  las  Cortes,  y  que  deben  embarcarse 
á  bordo  de  la  fragataf  Descubierta,  acompañados  por  Morillo. 
Todos  deben  primero  pasar  6  la  Habana,  y  de  allí  á  Es- 
.paña. 

El  Armisticio  entre  los  Exerchos  Español  y  Patricia,  venia  á 

ser  dd  modo  siguiente. 

Los  Gobiernos  de  España  y  de  Colombia,  deseosos  de 
ahogar  las  discordias  que  existen  entre  los  dos  partidos,  y 
considerando  que  el  paso  mas  esencial  para  obtener  este  feliz 


4tf« 

resultado  es  una  suspensión  de  armas,  para  mejor  entenderse  y 

explicarse,  han  venido  en  nombrar  comisionados  para  estipu- 
lar y  determinar  este  armisticio ;  y  para  este  efecto  el  General 
en  Gefe  del  Exercito  Expedicionario,  Don  Pablo  Morillo,  ha 
nombrado,  de  la  parte  del  Gobierno  Español,  á  los  Señores 
Don  Ramón  Correa,  Gefe  Político  de  Venezuela,  á  Don  Joan 
Rodríguez  del  Toro,  y  á  Don  Francisco  Gonzalos  Linares ; 
y  su  Excelencia  el  Presidente  de  Colombia,  Simón  Bolívar,  ba 
nombrado,  por  parte  de  su  Gobierno,  á  los  Señores  Don  An- 
tonio José  Sucre,  Brigadier-general,  Don  Pedro  Brisefio 
Méndez,  Coronel,  y  Don  José  Gabriel  Pérez,  Teniente-Coro- 
nel, los  que,  después  de  haber  conferenciado  juntos,  el  22  del 
presente  mes  y  ano,  convinieron  en  un  tratado  de  armisticio, 
baxo  las  siguientes  clausulas  :— 

1.  Asi  que  se  publique  la  ratificación  del  presente  tratado, 
todas  las  hostilidades  cesaran  entre  los  exercitos  Españoles  y 
Colombianos ;  y  este  estado  de  suspensión  continuara  durante 
todo  el  periodo  del  presente  armisticio. 

2.  El  periodo  de  este  armisticio  durara  seis  meses,  á  contar 
desde  el  dia  de  su  ratificación  ;  pero  como  la  base  fundamen- 
tal de  este  tratado  es  la  conclusión  de  la  guerra,  se  extendera 
este  termino  hasta  que  se  juzgue  necesario,  con  tal  que  el 
tiempo  aquí  estipulado  haya  terminado,  y  que  las  negocia- 
ciones sobre  este  punto  estén  aun  por  terminar,  pero  sobre 
las  que  aun  haya  esperanzas  de  que  se  concluirán. 

3.  Las  tropas  de  los  dos  exercitos  retendrán  las  posiciones 
-  sobre  las  que  se  hallen  al  momento  de  la  publicación  de  la 

suspensión  de  hostilidades ;  pero  para  obviar  las  dificultades 
que  nazcan  de  la  confusión  de  sus  limites,  se  prescriben  los 
siguientes ; — 

Io.  El  río  Uñare,  desde  donde  desagua  en  el  océano  hasta 
que  se  encuentra  con  el  Guanare ;  los  corrientes  del  ultimo 
hasta  sus  manantiales ;  desde  aquí  una  linea  que  llegue  hasta 
donde  principia  el  Manapire ;  ]p&  corrientes  de  este  hasta  el 
Orinoco ;  la  orilla  izquierda  de  la  confluencia  del  Apure ; 
este  hasta  donde  recibe  el  rio  Sto  Domingo;  las  aguas  de 
este  hasta  la  ciudad  de  Vari  ñas,  desde  donde  se  hechara  una 
linea  recta  hasta  Bocono  de  Truxillo,  y  desde  aquí  la  linea 


4TJS 

limítrofe  natural  que  divide  la  provincia  dé  Caracas  del  de- 
partamento de  Truxillo. 

2o.  Las  tropas  de  Colombia*  que  están  operando  contra 
Maracaibo,  podran  atravesar  el  territorio  ocupado  por  los  Es- 
pañoles, asi  que  el  armisticio  se  publique,  para  juntarse  con 
los  otros  cuerpos  de  la  República»  con  tal  que  sean  conduci- 
dos por  un  oficial  EspañoL 

3°.  Las  demás  tropas  que  no  están  comprehendidas  dentro 
de  los  limites  prescritos,  continuaran  en  las  posiciones  que 
ocupen,  hasta  que  los  oficiales  nombrados  de  los  dos  lados 
convengan  en  las  limites  que  deben  separar  el  territorio. 

4.  Como  es  probable  que  al  momento  de  dar  á  conocer 
este  tratado  se  hallen  algunas  guerrillas  mas  alia  de  la  linea 
que  se  prescribe  en  el  articulo  3°,  y  que  no  deben  continuar 
mas  en  el  territorio  que  ocupan,  se  conviene  en  lo  siguiente : — 

Io.  Que  las  tropas  que  estén  sobre  la  linea  limítrofe,  y, 
entre  estas,  las  que  pertenezcan  á  la  República,  y  que  ocupen 
la  orilla  izquierda  del  Guanare  y  del  Uñare,  se  retiraran  á 
Pirita,  Clarines,  y  á  otras  ciudades  adyacentes. 

2o.  Que  las  guerrillas  en  tal  caso  serán  desarmadas, 
desbandadas,  y  reducidas  á  la  clase  de  simples  ciudadanos, 
6  retiradas  del  mismo  modo  que  las  tropas  de  linea.  En 
el  primero  de  estos  casos,  se  ofrece  la  mas  perfecta  garan- 
tía á  los  que  se  hallan  incluidos  en  esto ;  y  los  dos  gobiernos 
se  obligan  á  no  enlistarles  durante  el  armisticio,  baxo  sus 
respectivos  estandartes,  pero  al  contrario, .  se  les  permitirá 
salir  del  territorio,  y  juntarse  con  el  exercito  al  que  perten- 
cian,  á  la  expiración  de  este  tratado. 

5.  Aunque  la  villa  de  Carache  está  situada  dentro  de  la 
linea  que  pertenece  al  exercito  Colombiano,  se  conviene  en 
que  residirá  en  ella  un  comandante  Español,  con  una  partida 
de  paysanos  armados,  que  no  excedan  25.  Las  autoridades 
civiles  que  existen  alli  continuaran  también. 

6.  Como  una  prueba  de  la  buena  fé  y  sinceridad  que  carac- 
teriza este  tratado,  se  determina  que  no  quedara  en  la  ciudad 
de  Varinas  mas  que  un  comandante  militar  de  la  República,  con 
una  partida  de  observación  de  25  paysanos  armados ;  como 


474    • 

también  los  labradora  nocosarios  paca  al  comercio  de  Merida 
y  de  Truxillo,  y  para  conducir  el  ganado. 

7.  Las  hostilidades  en  d  océano  cesaran  también,  ea  SO 
días  de  la  ratificación  de  este  tratado  pana  formara  Amen* 
canos,  y  en  90  para  loa  Europeos.  Las  presas  hechas  después 
de  este  periodo,  se  devolverán  reciprocamente ;  y  loa  navios 
en  corsos  serán  responsables  por  loa  dafios  que  ocurran  por 
su  detención. 

8.  Desde  el  momento  que  ae  ratifique  eate  armisticio,  se 
abrirá  el  trato  entre  los  respectivos  territorios»  para  abaste- 
cerse con  ganado,  y  con  toda  especie  de  vivera  y  mercancías. 
Los  traficantes  y  especuladores  se  proveerán  de  pasaportes, 
que  serán  visados  por  las  autoridades  de  los  territorios  adonde 
vayan,  para  impedir  desorden.  • 

9.  La  ciudad  y  puerto  de  Mamcaibo  quedara  ubre  para  el 
trato  con  el  pueblo  del  interior,  tanto  para  lo  necesario  £  la 
vida,  como  para  las  transacciones  mercantiles»  Loa  buques 
mercantes  que  pertenezcan  k  España  6  á  Colombia,  aeran 
tratados  como  extrangeros,  y  como  tales  pagaran  derechos,  y 
estaran  sujetos  á  las  leyes  del  paya. 

10.  La  ciudad  de  Cartagena  gozara  de  la  misma  libertad 
que  Maracaibo  durante  el  armisticio. 

11.  Como  el  fundamento  de  este  armisticio  es  la  negociar 
cion  de  paz,  los  comisionados  para  este  efecto  serán  recibida* 
por  cada  gobierno,  y  sus  personas  garantizadas,  y  tratadas 
según  el  carácter  que  merecen  los  agentes  de  paz. 

12.  Si  por  desgracia  se  renovasen  las  hostilidades  entre  los 
dos  Gobiernos,  el  lado  que  se  prepare  á  romper  el  armisticio 
dará  intimación  de  ello  al  otro  40  días  antes  de  comenzar  las 
hostilidades. 

15.  Se  considerara  como  un  acto  de  hostilidad  el  armar 
una  expedición  militar  contra  qualesquiera  de  las  plazas  in- 
cluidas en  este  tratado.  Pero  como  es  posible  que  algún  ar- 
mamento Español  esté  en  camino  para  las  costas  de  Colombia, 
se  les  permitirá  relevar  un  numero  igual  de  navios  de  guara, 
baxo  la  expresa  condición  que  no  desembarcaran  ningunas 
tropas. 


4175 

1*  Pam  dar  al  airado  tmteatisnomo  de  los  principio*  filan- 
trópicos y  libéralo  que  actúan  á  toa  dos  Gobiernos,  como  para 
desarraigar  la  fiaría  y  los  errores  que  han  caracterizado  la 
lucha»  loa  doa  Gobiernos  se  obligan  por  la  presente  á  entrar  en 
un  tratado  para  arreglar  la  guerra,  según  los  derechos  del 
fcombre,  y  según  las  practicas  mas  tamaña*,  sabias  y  gene- 
rosas, entro  las  naciones  civilizadas. 

15*  £1  presente  aera  ratificado  por  los  dos  partidos  dentro 
de  60  horas,  y  se  comunicara  á  los  gefiss  de  división  inmedia- 
tamente, por  oficiales  nombrados  de  la  parte  de  los  dos  Gobiérn- 
aos para  ese  efecto* 

Dado  y  firmado  en  la  ciudad  de  Truxillo,  £  las  10  de  ia 
noche  el  25  de  Noviembre  de  1820,  por 

Kamon  Correa* 
Antonio  José  de  Sucre. 
Juan  Rodríguez  de  Toro. 
Pedro  Brisefio  Méndez. 
Francisco  Gonzales  de  Linares. 
José  Gabriel  Pérez, 

£1  presente  tratado  le  apruebo  y  ratifico  en  todas  sus 
partes.  En  el  Quartel-general,  Carache,  el  26  de  Noviembre 
de  1820. 

Pablo  Morillo. 

José  Caparros,  Secretario. 

El  siguiente  extracto  de  una  carta  de  Puerto 
Cabello,  con  fecha  del  5  de  Diciembre,  contiene 
una  información  ulterior  de  estos  importantes 
negocios : — 


•  El  27  ultimo  por  Ja  mañana,  el  General  Bolívar,  acompaña- 
do de  su  estado  mayor,  fué  recibido  por  nuestros  comisiona- 
dos, en  el  quartel-general  del  General  Morillo.  Los  generales 
se  abrazaron  del  modo  mas  amistoso,  y  después  de  deplorar 
amargamente  la  efusión  de  tanta  sangre  inocente  en  Vene- 
zuela, el  General  Bolívar  reconoció  la  constitución  de  la  na- 


476 

clon  Española.  Después  loa  dos  generales  tomando  entre  loa 
dos  una  piedra  grande,  la  pusieron  en  la  plaza  de  la  ciudad, 
para  que  serviese  como  un  monumento  memorable  de  su  en- 
cuentro.  El  dia  se  pasó  con  mucha  alegría  y  entusiasmo,  y 
por  la  noche  los  generales  dormieron  en  el  mismo  quarto. 

Al  dia  siguiente  despacharon  dos  oficiales  con  las  noticias 
de  este  suceso  al  reyno  de  Su  Fé,  dos  á  Calabozo,  dos  á  Ja 
Guiana,  y  dos  á  Margarita :  á  estos  últimos  les  aguardan  aqui 
hoy  ó  mañana,  y  se  embarcaron  á  bordo  de  un  navio  de 
guerra  para  su  destino.  El  General  Morillo  dio  quarenta 
pasaportes  á  varios  oficiales  del  exercito  Colombiano,  para 
que  volviesen  á  sus  casas  á  visitar  á  sus  familias.  Esto  es 
quanto  sabemos  hasta  ahora  de  estas  importantes  materias ;  y 
de  este  modo  se  ha  terminado  felizmente  en  un  instante  la 
lucha  de  Venezuela,  que  ha  durado  mas  de  10  años. 

Poco  después  de  la  conclusión  del  armisticio 
se  recibió  la  agradable  noticia  de  la  unión  de 
Guayaquil  á  Colombia,  comunicada  en  un  bule- 
tin  del  Gobierno  de  Cundinamarca,  cuya  subs- 
tancia era  esta  :— 

En  la  mañana  del  9  las  tropas  apostadas  aqui, 
en  unión  con  los  habitantes,  desplegaron  el  es- 
tandarte de  la  independencia  con  el  mayor  en- 
tusiasmo. Pero  tan  grande  era  el  orden  que 
mantubieron,  que  esta  transacción  antes  parecía 
un  regocijo  publico  que  una  revolución. 

Al  mismo  tiempo  Reyes  Vargas,  un  coronel 
en  el  servicio  Español,  descendiente  de  los  anti- 
guos caciques,  y  un  hombre  de  la  mayor  impor- 
tancia en  aquel  pays,  notificó  su  deserción  de  la 
causa  realista  en  una  proclama  muy  enérgica,  en 
la  que,  dirigiéndose  á  sus  conciudadanos  y  á  sus 
antiguos  compañeros  de  armas,  les  dice,  que  en- 


477 

ganado  por  el  enemigo  común,  había  guerreado 
con  una  mano  liberticida  contra  su  propio  pays  ; 
pero  habia  reconocido  su  error  asi  que  sintió  en 
su  seno  la  sagrada  llama  del  patriotismo.  La 
misma  España,  dice»  le  habia  dado  una  impor- 
tante lección  sobre  los  derechos  del  hombre. 
España  le  habia  enseñado,  que  el  pueblo  es  el 
verdadero  soberano,  y  el  rey  sujeto  á  él.  Quan- 
do  su  razón  se  hallaba  alucinada,  creía,  como  sus 
antecesores,  que  el  Rey  era  el  Señor  y  amo  de  la 
nación  :  entonces  expuso  con  gusto  su  vida  en 
defensa  suya ;  pero  ahora  que  el  inmortal  Riego 
y  Quiroga  le  habian  abierto  los  ojos,  estaba  con- 
vencido que  tanto  España  como  America  poseían 
el  derecho  de  establecer  aquel  gobierno  que  juz- 
gasen mas  propio  para  obtener  su  dicha  y  pros- 
peridad. 

Después  dice  á  sus  antiguos  cantaradas  de 
armas,  que  la  constitución  Española  les  excluye 
baxo  el  pretexto  de  ser  Africanos,  y  que  la  de 
Colombia  reconoce  sus  derechos  de  ciudadanos, 
exhortándoles  que  vuelvan  al  seno  de  la  patria. 
Yo  fui,  dice,  su  mayor  enemigo.  Ahora  soy  su 
mas  zeloso  defensor.  Viva  Colombia!  Morir 
por  mi  pays  sera  mi  gloria.        Reyes  Vargas. 

En  el  Quartel-Divisional,  Carora, 
el  21  de  Octubre  de  1820. 

Morillo  viendo  que  era  vana  la  esperanza  de 
recobrar  aquellas  provincias  para  el  Rey  su  amo, 
y  temeroso  de  perder  los  pocos  laureles  que  habia 


47$ 

ganado  tan  caramente,  tomó  esta  ocMiaa  de  vol- 
ver 4  España,  baxo  el  pretexto  de  hacer  ver  á  so 
Corte  la  necesidad  de  concluir  una  paz  inmediata 
con  Colombia.  De  consiguiente  se  embarcó  en 
Ta  fragata  Descubierta,  acompañado  de  los  dos 
diputados  Americanos,  Echevarría  y  Revenga, 
que  habían  sido  enviados  por  la  República  para 
tratar  definitivamente  con  las  Cortes. 

Todo  justificaba  la  conclusión,  que  este  armis- 
ticio sería  un  preludio  de  paz  entre  las  dos  na- 
ciones. La  proclama  del  mismo  Bolívar  publi- 
cada poco  tiempo  después  de  su  conclusión,  forti- 
ficaba esta  impresión.  Esta  era  la  substancia  de 
ella  :— 

Decía  á  los  Soldados,  que  el  primer  paso  hacia 
la  paz  se  había  ya  dado.  Que  los  Gobiernos  de 
Colombia  y  de  España  habian  firmado  una  tregua 
de  seis  meses,  durante  los  quales  se  trataría  de 
terminar  los  horrores  de  la  guerra.  Que  él  Go- 
bierno Español  era  ahora  libre  y  generoso,  y  de- 
seaba obrar  con  justicia  hacia  Colombia.  Sus 
generales  habian  manifestado  con  franqueza  y 
sinceridad,  su  deseo  y  amor  de  la  paz,  de  la  liber- 
tad, y  de  Colombia.  La  paz  derramara  sobre 
ella  todos  sus  beneficios,  y  por  la  primera  vez  sus 
brillantes  rayos  iluminan  su  suelo.  Pero»  añade, 
si  nuestros  enemigos,  por  una  funesta  ceguedad, 
que  sin  embargo  ninguna  aprehensión  debemos 
tener  ni  aun  remotamente,  persistiesen  en  ser  in- 
justos, ¿  no  sois,  les  pregunta,  los  hijos  de  la  vic- 
toria? 

Quartd-General,  Fariñas,  di  de  Diciembre  de  1820. 


479 

Que  esta  opinión  no  solo  existía  en  el  pays, 
sino  que  también  era  la  de  otros  payses,  se  puede 
inferir  por  «1  siguiente  párrafo  de  kt  orwkm  del 
Presidente  de  los  Estados  Unidos  al  Congreso,  el 
14  de  Noviembre  de  1890. 

La  lucha  entre  España  y  sus  colonias  se  mantiene,  según 
las  noticias  mas  autenticas,  en  favor  de  estas.  Las  desgra- 
ciadas disensiones  que  hace  algún  tiempo  existían  en  Buenos 
Ayres,  según  dicen,  continúan  aun.  En  ninguna  parte  del 
Sud  de  America  ha  hecho  España  ninguna  impresión  sobre 
las  colonias ;  mientras  que  en  muchas  de  ellas,  y  particular- 
mente en  Venezuela  y  Nueva  Granada,  las  colonias  han 
ganado  fuerza,  y  obtenido  reputación,  tanto  en  el  sistema 
de  guerra  como  en  su  administración  interna.  Lob  últimos 
cambios  que  han  ocurrido  en  el  gobierno  de  España,  por  el 
rertaUechniento  de  la  constitución  de  1812,  es  un  acontece 
miento  que  promete  ser  favorable  á  la  Revolución.  Baxo  la 
autoridad  de  las  Cortes  se  propuso  al  Congreso  de  Angostura 
de  abrir  una  negociación  para  terminar  las  disputas  que  entre 
días  existen ;  á  lo  que  respondieron,  que  abrirían  gustosos 
negociaciones,  con  tal  que  su  base  fuere  el  reconocimiento  de 
su  independencia.  No  tenemos  mas  noticias  ulteriores  de 
este  negocio ;  ningún  hecho  tiende  á  establecer  la  opinión, 
de  que  algún  poder  extrangero  tomara  parte  en  la  disputa ; 
de  donde  se  puede  inferir,  al  pesar  todas  las  circunstancias 
que  pueden  producir  algún  resultado»  que  se  concluirá  final- 
mente un  tratado  con  las  colonias  baxo  la  base  que  estas  pro- 
ponen. El  promover  este  resultado  con  los  otros  poderes,  é 
incluyendo  á  España,  por  consejos  amistosos,  ha  sido  la  polí- 
tica uniforme  de  este  Gobierno. 

En  el  mes  de  Enero  de  1821  la  provincia  de 
Cuenca  declaró  su  independencia ;  y  én  conse- 
qüencia  de  una  expedición  que  envió  el  Gobierno 
de  Guayaquil  contra  Quito,  (aunque  su  objeto 

s 


480 

principal  salió  frustrado),  los  distritos  de  Ham- 
bato,  Riobamba,  y  Quaronda,  declaran  también 
su  independencia,  y  renunciaron  reconocer  la 
autoridad  del  Gobernador  Español.  Al  mismo 
tiempo  los  patriotas  recibieron  un  aumento  con- 
siderable de  fuerza  por  la  reunión  de  la  provincia 
del  Rio  de  la  Hacha  á  la  República. 

Bolívar  escribió  una  carta,  con  fecha  del  10  de 
Marzo  de  1821,  á  La  Torre,  el  comandante-en- 
gefe,  desde  la  ida  de  Morillo,  de  las  fuerzas  Es- 
pañolas, en  Bocono  de  Truxillo,  en  la  que  le  in- 
forma que  la  escasez  de  provisiones  entre  el  exer- 
cito  del  Apure,  baxo  el  mando  del  Coronel  Plaza, 
le  forzaba  á  volver  á  comenzar  las  hostilidades,  á 
no  ser  que  el  Gobierno  Español  accediese  á  sus 
justas  demandas.  A  esto  La  Torre  respondió  en 
una  carta  del  21  de  Marzo,  que  en  conformidad 
con  el  articulo  12  del  armisticio,  las  operaciones 
militares  comenzarían  el  28  de  Abril.  De  este 
modo  se  destruyeron  las  esperanzas  que  tan  gus- 
tosamente habian  formado,  de  que  este  armisticio 
seria  el  preludio  de  una  paz  sincera  y  duradera : 
y  este  hermoso  pays,  manchado  con  la  sangre  de 
los  dos  partidos  por  once  años  precedentes,  se 
vio  destinado  á  continuar  siendo  el  teatro  de  una 
guerra  civil.  Sin  embargo,  la  guerra,  desde  que 
volvieron  á  las  hostilidades,  no  ha  sido  conducida 
con  aquella  crueldad  que  la  distinguía  antes  del 
armisticio,  y  el  humano  lector  no  encontrara  nin- 
guna de  aquellas  escenas  de  horror  que  tan  fre- 
qüentemente  ocurrían  antes,  y  sobre  las  que  un 


481 

espíritu  cultivado  no  puede  menos  de  mirar  sino 
con  sentimientos  de  horror  y  de  disgusto. 

La  revolución  que  se  efectuó  en  Maracaibo, 
continuo  sin  interrupción  hasta  el  28  de  Marzo, 
quando  se  hizo  una  tentativa  para  traer  una  con- 
tra-revolución, pero  fue  prontamente  suprimida, 
y  los  conspiradores  fueron  arrestados.  £1 16  de 
Abril  todos  los  navios  que  estaban  en  el  puerto 
fueron  puestos  en  requisición,  para  llevar  las 
tropas  destinadas  para  Gibraltar,  que  está  á  60 
millas  de  Maracaibo,  en  el  lago  de  aquel  nombre, 
para  volver  á  comenzar  las  hostilidades  el  28,  que 
era  el  dia  que  el  armisticio  concluía. 

Los  generales  Españoles,  Morales  y  La  Torre, 
no  estaban  nada  ociosos  en  sus  preparaciones 
para  la  próxima  campaña.  Recogieron  todas 
sus  fuerzas,  y  las  concentraron  cerca  de  Valencia 
y  Calabozo,  dexando  á  Caracas  sin  protección. 
Bermudez-,  observando  este  descuido,  marchó 
sobre  la  ciudad  con  1300  hombres.  En  su  mar- 
cha encontró  con  300  hombres,  que  dispersó.  El 
gobernador  entonces  se  avanzó  á  la  cabeza  de 
600  hombres,  pero  tubo  que  retirarse  con  preci- 
pitación. Volviéndose  á  Caracas,  convocó  la 
junta  provisional,  á  la  que  informó,  que  no  les 
quedaba  otro  remedio  sino  hacer  el  mejor  tratado 
que  pudiesen  con  el  enemigo.  Entonces  tubieron 
una  conferencia  con  Bermudez,  al  que  le  pregun- 
taron si  pensaba  adherir  al  tratado  de  Truxillo, 
por  el  que  se  habia  arreglado  el  tratamiento  de 
las  plazas  conquistas,  y  habiendo  afirmado  que  si, 

TOM.  II.  h  h 


482 

se  declararon  prestos  á  recibirle  como  amigo. 
Los  adhesores  del  Gobierno  Español,  consider- 
ando su  seguridad  comprometida,  huyeron  á  La 
Guayra,  en  donde  embarcaron  toda  la  propiedad 
que  habian  podido  traer,  y  se  hicieron  á  la  vela 
para  Puerto  Cabello.  £1  gobernador  y  tropas  de 
La  Guayra  les  acompañaron.  Antes  de  evaquar 
la  ciudad  tubieron  un  consejo  de  guerra,  en  la 
que  se  aprobó  esta  medida ;  y  en  conseqüeneia 
de  esto,  cayó  en  manos  de  los  patriotas  el  15  de 
Mayo.  Coro  fue  también  abandonada»,  al  oir  que 
un  cuerpo  de  tropas  habia  salido  de  Maracaibo 
para  investirla.  El  gobernador  Español,  Correa, 
se  hizo  á  la  vela  para  Curacoa,  donde  llegó  poco 
después. 

El  4  de  Mayo»  la  flotilla  Colombiana,  que  con- 
sistía en  30  lanchas  cañoneras,  baxo  el  mando  del 
Coronel  Padilla,  entró  en  el  abra  de  Cartagena 
por  Pasa  Cavallos,  y  de  consiguiente  cortó  la  co- 
municación entre  aquella  ciudad  y  Boca  Chica, 
que  es  la  defensa  impregnable  de  la  ciudad  contra 
los  ataques  marítimos.  Las  lanchas  cañoneras 
fueron  amarradas  cerca  de  las  mismas  murallas, 
y  se  creía  que  la  ciudad  no  podría  mantenerse 
por  mucho  tiempo. 

Después  de  12  días  de  residencia  en  Caracas, 
los.  patriotas  se  vieron  obligados  á  abandonársela 
'  otra  vez  á  los  realistas  el  25  de  Mayo,  los  que  al 
día  siguiente  obtubieron  posesión  de  La  Guayra. 
La  captura  de  esta  ciudad  fue  sin  oposición,  por- 
que Bermudez  juzgó  que  su  fuerza  era  inade- 
quada  para  poder  hacer  resistencia. 


483 

£1  27  del  mismo  mes,  Morales,  después  de 
haber  tomado  Caracas  y  La  Guayra,  marchó  á 
Valencia  á  juntarse  con  La  Torre,  dexando  el 
Coronel  Pereira  con  1500  hombres  para  defender 
la  ciudad  contra  Bermudez.  Después  de  algu- 
nos encuentros  de  poca  importancia,  Pereira  se 
vio  obligado  á  retirarse.  Los  habitantes  de  La 
Guayra,  amenazados  de  otra  invasión,  se  retira- 
ron á  Puerto  Cabello  el  22  de  Junio.  £1  23, 
Bermudez  entró  en  Caracas  para  atacar  a  la  divi- 
sión de  Pereira,  pero  fue  derrotado,  y  perseguido 
por  aquel,  Hasta  la  distancia  de  7  ú  8  leguas  de  la 
ciudad. 

En  el  entretanto  Bolívar  y  Paez  habían  efectu- 
ado una  unión  en  Varinas,  desde  donde  marcha* 
ron  á  Valencia  á  librar  batalla  á  La  Torre.  El 
24  de  Junio  hubo  un  combate  en  Carabobo,  en  el 
que  los  Españoles  fueron  completamente  derrota- 
dos. Lo  que  sigue  es  la  substancia  del  despacho 
oficial  de  Bolívar  al  Presidente  del  Congreso. 

Excelentísimo  Señor,— Ayer  se  celebró  el  nacimiento 
político  de  Colombia  por  una  esplendida  victoria. 

Las  divisiones  del  Exercito  Libertador  habiéndose  juntado 
en  los  llanos  de  Tinaquillo  el  23,  marchamos  ayer  por  la  ma- 
ñana sobre  el  quartel-general  del  enemigo,  que  estaba  en 
Carabobo. 

La  primera  división,  compuesta  del  valiente  batallón  Ingles, 
del  Bravo  de  Apure,  y  de  1500  hombres  de  caballería,  baxo 
las  ordenes  del  General  Paez.  La  segunda,  compuesta  de  la 
segunda  brigada  de  guardias,  del  batallón  de  tiradores  de  Bo- 
yaca,  del  de  Vargas,  y  del  sagrado  esquadron,  mandado  por 
el  ezforzado  Coronel  Arizmendi,  baxo  las  ordenes  del  Gene- 


484 

ral  Sedeño.  La  tercera»  compuesta  de  la  primera  brigada  de 
guardias,  de  los  batallones  de  cazadores,  granaderos,  vence- 
dores de  Boyaca,  Auzuategui,  y  del  regimiento  de  caballería 
del  intrépido  Coronel  Rondón,  baxo  las  ordenes  del  Coronel 
Plaza. 

Nuestra  marcha  sobre  las  montanas  y  por  los  desfiladeros, 
que  nos  separaban  del  campo  del  enemigo,  fue  rápida,  y  con 
orden.  A  las  once  de  la  mañana  desfilamos  por  nuestra  iz- 
quierda en  frente  del  enemigo,  y  bazo  su  fuego :  pasamos  un 
arroyo,  en  el  que  solo  un  hombre  podia  pasaba  á  la  vez,  en 
presencia  de  un  exercito  que  estaba  en  un  alto  inaccesible, 
que  nos  dominaba  de  todos  los  lados. 

£1  gallardo  general  Paez,  á  la  cabeza  de  dos  batallones  de 
su  división,  y  el  valiente  Coronel  Muñoz  con  su  regimiento 
de  caballería,  atacaron  la  derecha  del  enemigo  con  tal  furia, 
que  en  media  hora  fue  completamente  derrotado.  Es  impo- 
sible hacer  suficiente  honor  al  valor  de  nuestras  tropas.  La 
legión  Inglesa,  mandada  por  el  digno  Coronel  Ferrier,  se 
distinguió  entre  otras  tropas  valientes,  y  sufrió  una  perdida 
grande  de  oficiales. 

La  conducta  del  General  Paez  en  esta  ultima  y  gloriosa 
victoria  de  Colombia,  le  hace  merecedor  del  mas  alto  rango 
militar ;  y  yo,  de  consiguiente,  ofrecí,  en  nombre  del  Con- 
greso, y  en  el  campo  de  batalla,  nombrarle  General  en  Gefe 
del  Exercito. 

Ningunas  tropas  de  la  segunda  división  participaron  en  la 
acción,  excepto  una  parte  de  los  tiradores,  mandada  por  el 
digno  comandante  Heras.  Pero  su  general,  exasperado  de 
que  toda  su  división  no  podia  entrar  en  acción,  á  causa  de  los 
obstáculos  del  terreno,  cargo  él  solo  sobre  una  masa  de  infan- 
tería, y  cayó  en  su  centro,  del  modo  heroico  que  debia  de 
cerrar  la  carrera  del  bravo  mas  valiente  de  Colombia.  En  el 
General  Sedeño  la  República  ha  perdido  uno  de  los  mas 
firmes  protectores,  tanto  en  la  paz  como  en  la  guerra :  ningu- 
no mas  valiente  que  él,  ninguno  mas  obediente  ásu  Gobierno. 
Recomiendo  las  cenizas  de  este  héroe  al  Congreso  Soberano, 
para  que  se  le  hagan  los  honores  debidos  á  su  memoria. 


48¿ 

Si  mismo  dolor  sufre  Ja  República  con  la  muerte  del  esfor- 
zado Coronel  Plaza»  que  animado  de  un  ardiente  entusiasmo, 
se  hecho' sobre  un  batallón  del  enemigo»  pidiendo  se  entrega- 
se. £1  Coronel  Plaza  es  digno  de  las  lagrimas  de  Colombia, 
y  de  que  el  Congreso  confiera  sobre  él  los  honores  debidos  á 
su  distinguido  patriotismo. 

£1  ardor  de  nuestros  gefes  y  oficiales  fue  tan  grande  para 
perseguir  al  enemigo,  que  sostubimos  mucha  perdida  entre 
ellos.    £1  buletin  comunicara  sus  ilustres  nombres. 

£1  exercito  Español  excedia  6000  hombres,  compuesto  de 
las  mejores  tropas  de  las  expediciones  pacificadoras.  Aquel 
exercito  ya  no  existe :  solo  400  habrán  tomado  refugio  este 
dia  en  Puerto  Cabello. 

£1  Exercito  Libertador  tenia  una  fuerza  igual  á  la  del  ene- 
migo ;  pero  apenas  una  quinta  parte  fue  la  que  decidió  la  for- 
tuna del  dia.  Nuestra  perdida  no  es  grande — apenas  200 
hombres  en  muertos  y  heridos. 

•  £1 .  Coronel  Rangel,  que,  como  siempre,  hizo  prodigios, 
marcha  hoy  mismo  á  tomar  una  linea  en  frente  de  Puerto 
Cabello. 

Que  el  Congreso  se  digne  aceptar,  en  nombre  de  los  hé- 
roes que  tengo  el  honor  de  mandar,  el  homenage  de  un  exer- 
cito vencido,  el  mas  numeroso,  y  el  mas  hermoso,  que  llevó 
armas  en  los  campos  de  Colombia. 

Tenga  el  honor,  &c. 

Bolívar. 

Qpartd-general  del  Exercito  Libertador, 

.  en  Valencia,  el  25  de  Junio  de  1821. 

.  Por  lo  que  toca  á  la  independencia  de  Colom- 
bia, esta  batalla  se  puede  considerar  como  ha- 
biéndola decidido.  Jamas  tubieron  victoria  mas 
completa,  ni  que  tubiere  conseqüencias  mas  im- 
portantes. 

Las  fuerzas  realistas  se  refugiaron  en  Puerto 
Cabello,  después  de  esta  batalla. 


486 

La  noticia  de  este  suceso  habiéndose  divulgado 
entre  las  tropas  Españolas,  la  división  de  Pereira 
trató  de  replegarse  sobre  Caracas,  habiendo  aban- 
donado la  idea  de  perseguir  á  Bermudez.  En  su 
marcha,  una  división  de  tropas  independientes 
salió  á  interceptar  á  Pereira,  y  se  vio  obligado  á 
retirarse  á  La  Guayra.  Alli*  llegó  el  2  de  Julio, 
después  de  una  marcha  forzada;  y  alli  se  dirigió 
Bolívar,  después  de  haber  entrado  el  30  de  Junio 
en  Caracas,  con  4000  hombres. 

La  guarnición,  que  consistía  en  900  hombres, 
estaba  reducido  á  un  estado  de  hambre,  quando 
el  Almirante  Jurien,  que  mandaba  una  esquadra 
Francesa  en  aquellos  mares,  hecho  ancora  en  la 
rada.  Pereira  declaró  su  determinación  al  ayu- 
dante enviado  por  el  Almirante  de  perecer  antes 
que  de  entregarse  á  Bolívar ;  y  pidió  que  el  al- 
mirante embarcase  la  guarnición  Española,  para 
llevarla  á  Puerto  Cabello.  Jurien,  juzgando  que 
la  mediación  era  el  único  curso  que  debía  adop- 
tar para  reconciliar  á  los  dos  partidos,  propuso  á 
Pereira  de  aceptar  la  capitulación  de  Bolívar, 
baxo  la  condición  de  que  el  general  permitiría 
embarcar  á  las  tropas  Españoles  á  bordo  de  los 
navios  Franceses.  Este,  que  era  el  único  medio 
de  salvarse,  fue  adoptado  con  placer  por  los  oficia- 
les y  soldados  de  la  guarnición ;  y  poco  después 
comenzaron  las  negociaciones.  El  4  de  Julio 
temprano  por  la  mañana,  un  oficial  Español  y  un 
edecán  de  Bolívar,  fueron  á  bordo  del  Colosse, 
el  navio  almirante  de  Jurien,  para  notificar  que 


487 

la  capitulación  habia  sido  aceptada,  y  que  la  em- 
barcación debia  hacerse  inmediatamente.  De 
este  modo  se  puso  fin  á  un  negocio,  que,  sin  los 
buenos  oficios  del  almirante  Francés,  Hubiera  sido 
muy  sangriento,  y  que  acabó  á  la  satisfacción  de 
los  dos  partidos. . 

Después  de  la  victoria  de  Carabobo,  el  enemi* 
go,  que  se  habia  retirado  á  Puerto  Cabello,  en- 
vió algunos  destacamentos,  baxo  el  mando  de 
Ramos  y  Alexos,  para  efectuar  una-  contra-revo- 
lución entre  los  habitantes  de  los  llanos  ultima- 
mente  libertados.  Una  esquadra  de  navios  con 
tropas  á  bordo  salió  para  la  Vela  de  Coro.  Para 
proteger  á  los  habitantes  de  las  partidas  de  guer- 
rilla del  enemigo,  Bolívar  juzgó  prudente  dividir 
la  parte  occidental  del  pays  en  dos  departamentos 
militares.  El  uno,  consistiendo  en  las  provincias 
de  Coro,  Maracaibo,  Merida,  y  Truxillo,  se  puso 
baxo  el  mando  de  Marino  ;  el  otro,  consistiendo 
de  las  provincias  de  Varinas  y  Caracas,  se  le  con- 
fiaron á  Paez.  Ademas  de  las  precauciones  que 
acabamos  de  mencionar,  apostaron  un  batallón 
de  infantería,  y  un  regimiento  de  caballería,  en 
Calabozo,  un  esquadron  en  Sn  Carlos,  y  un  ba- 
tallón en  la  ciudad  de  Araure.  Los  distritos  de 
Barcelona,  Cumana,  y  Margarita,  fueron  también 
organizados  en  un  departamento  militar,  y  pues- 
tos baxo  el  mando  de  Bermudez.  Brizeño  fue 
despachado  con  1000  hombres,  con  una  columna 
de  tropas  baxo  Gómez,  y  otra  división  de  500 
hombres,  contra  la  expedición  que  habia  llegado 


488 

é 

á  Coro  de  Puerto  Cabello.  Marino,  con  dos 
batallones  de  reserva,  fixó  su  quartel-general  en 
Carora,  para  poder  acudir  á  donde  la  necesidad 
le  llamase.  El  resto  de  la  caballería  se  retiró  al 
otro  lado  del  Apure.  Al  mismo  tiempo,.  Bolívar 
despachó  800  hombres  desde  Las  Esmeraldas 
á  Guayaquil,  baxo  el  mando  del  Coronel  Mack- 
intosh,  para  ir  contra  Quito  de  aquel  lado,  mien- 
tras que  él  atacaría  á  la  ciudad  del  lado  de  Fas- 
tos. 

Habiendo  informado  á  nuestros  lectores  de  los 
planes  de  la  patriotas  para  libertar  á  las  provin- 
cias que  estaban  aun  baxo  el  dominio  de  los  Es- 
pañoles, y  de  los  medios  que  adoptaron. para  pro- 
teger á  los  habitantes  del  pays  que  estaba  en  su 
posesión  contra  las  incursiones  del  enemigo,  sera 
necesario  que  recurramos  á  las  labores  no  menos 
importantes  de  aquellas  personas,  que  habían  sido 
convocadas  para  re-organizar  un  pays  tan  dea- 
trozado  por  la  guerra  civil,  y  para  infundir  en  los 
ánimos  de  sus  poseedores  hábitos  diametralmente 
opuestos  a  los  que  hacia  tanto  tiempo  habían  es- 
tado acostumbrados.  La  diputación  de  Legisla- 
ción, á  la  que  habían  confiado  la  ardua  tarea  de 
formar  una  constitución  para  la  República  de 
Colombia,  presentó  el  siguiente  informe  al  Sobe- 
rano Congreso :-*- 


489 


INFORME  con  que  la  Comisión  de  Legislación  presentó  al 
Soberano  Congreso  el  Proyecto  de  la  Constitución  de 
Colombia* 

8bnor,— La  comisión  de  Legislación  pone  en  manos  de 
V.  M.  el  proyecto  de  Constitución  para  Colombia,  que  acaba 
de  formar.  Ha  tenido  presente  en  este  trabajo  no  solo  el 
sancionado  por  el  Congreso  de  Venezuela,  sino  también  va- 
rias de  las  mejores  producciones  de  esta  especie,  que  han 
salido  á  luz  después  de  la  invención  del  sistema  representa- 
tivo. 

La  precipitación  con  que  ha  procedido  en  sus  tareas,  y  la 
necesidad  de  ceder  á  las  repetidas  instancias  de  muchos  Se- 
ñores Diputados,  sobre  que  quanto  antes  se  presentase,  no  le 
permiten  entrar  en  una  larga  análisis.  Reserva  pues  para  el 
tiempo  de  la  discusión,  hacer  diferentes  explicaciones  que 
pueden  contribuir  á  la  ilustración  de  algunos  puntos,  y  se 
limita  ahora  á  decir  en  general,  que  no  se  encontrara  en  este 
proyecto  aquella  funesta  manta,  que  tanto  ha  dominado,  de 
adoptar  sistemas  teoréticos,  solo  por  que  se  presentan  como 
el  colmo  de  la  perfección  política,  y  de  aumentar  principios 
filosóficos  y  máximas  abstractas  que  á  nada  conducen.  La 
comisión  ha  procurado  no  establecer  principio  alguno  que  no 
tenga  una  aplicación  inmediata,  y  de  que  no  se  deribe  un  bien 
real,  ó  alguna  conseqüencia  muy  interesante :  ha  evitado  co- 
mo peligroso  todo  lo  que  no  pueda  pasar  de  una  mera  espe- 
culación. La  ciencia  política  es  el  resultado  de  muchos  siglos 
de  experiencia  y  de  observaciones.  Asombra  que  la  especie 
humana,  después  de  haberse  multiplicado  por  tantos  millares 
de  años,  perfeccionando  todas  las  ciencias  ó  creando  otras 
nuevas,  y  dando  la  existencia  á  imperios  y  naciones  colosales 
que  han  desaparecido  de'  la  faz  del  globo,  estubiese  todavía 
tan  niña  y  tan  imbécil  en  la  ciencia  mas  esencial  para  su  fe- 
licidad, y  en  la  que  continuamente  tenia  que  estudiar  y  me- 
ditar para  la  dirección  de  sus  negocios.  Pero  quanto  mas 
nos  asómbrelo  moderno  del  sistema  representativo,  y  la  incal- 
culable cadena  de  opresiones,  violencias;  y  males  de  toda 


490 

especie  que  ha  debido  sufrir  la  especie  humana  antes  de  ar- 
rancar de  la  naturaleza  este  feliz  secretp»  tanto  mas  debemos 
ser  exactos  par  no  extraviarnos  del  camino  que  nos  han  tra- 
zado otras  naciones  sabias. 

Lejos  de  que  pretendiésemos  remontarnos  sobre  sus  insti- 
tuciones» daríamos  en  un«escollo  no  menos  real,  y  no  menos 
funesto,  si  hubiésemos  de  adherirnos  ciegamente  á  sus  leyes,  á 
sus  practicas»  á  todos  sus  usos  y  costumbres.  £1  camino  al 
templo  de  la  libertad  es  largo»  y  esta  muy  cercado  de  preci- 
picios. Se  necesita  de  mucha  constancia»  de  muchos  sacrifi- 
cios, y  de  muchos  años  para  salvar  este  espacio.  Asi  nosotros 
debemos  limitarnos  á  adoptar  aquellas  primeras  formas  y  bases 
que  son  inseparables  del  nuevo  sistema  que  hemos  adoptado. 
No.  es  posible  derrocar  de  un  golpe  la  masa  enorme  de  nues- 
tras preocupaciones»  costumbres  y  habitudes.  Basta  minarla 
y  entorpecer  su  movimiento.  Dejemos  la  perfección  de  la 
obra  al  progreso  de  las  luces,  al  influxo  del  presente  siglo»  á 
los  esfuerzos  graduales  del  Cuerpo  Legislativo,  y  á  los  gér- 
menes de  una  lenta  y  dichosa  metamorfosis»  que  envuelven  en 
si  todos  los  principios  que  van  establecidos  en  el  proyecto. 

En  orden  á  elecciones  se  ha  aplicado  á  Colombia»  en  quanto 
era  posible,  el  mismo  sistema  de  la  Constitución  de  Venezuela. 
No  nos  conviene  una  elección  rigorosamente  democrática,  no 
nos  convendrá  en  muchos  anos»  y  pudiera  añadirse  que  tal  vez 
nunca  será  preferible  á  la  que  se  propone.  Ha  sido  preciso 
dar  al  Congreso  la  parte  que  se  observa  en  la  perfección  de 
las  elecciones  populares.  A  su  tiempo  se  harán  ver  los  incon- 
venientes que  se  presentaban  de  otra  suerte,  y  las  ventajas 
que  de  esto  pueden  resultar. 

La  Comisión  no  se  detiene  en  demostrar  la  importancia,  6 
t  mas  bien  necesidad,  de  dividir  el  Cuerpo  Legislativo  en  dos 
Cámaras»  porque  todo  el  mundo  conoce  las  razones  solidas,  y 
fundadas  en  una  larga  experiencia»  que  apoyan  esta  sabía  dis- 
posición. 

Los  individuos  del  senado  no  son  vitalicios  como  en  la  Cons- 
titución de  Venezuela.  Los  miembros  del  Poder  Legislativo 
nunca  deben  serlo  en  un  sistema  popular.  Los  abusos  ven- 
drían tarde  ó  temprano.    Senadores  perpetuos,  hombrea  re- 


491 

vestidos  de  la  autoridad  de  juagar  á  los  vas  altos  magistrados, 
y  con  una  parte  tan  considerable,  no  solo  en  la  formación  de 
la  ley,  sino  también  en  la  provisión  de  los  mas  importantes 
destinos;  poco  á  poco  aumentarían  sus  prerogativas,  se  acos- 
tumbrarían á  mirarse  como  una  sesión  distinta  del  pueblo,  y 
muy  eminente  en  la  sociedad;  harían  causa  común  con  el 
executivo;  y  en  ocasión  oportuna  trastornarían  la  Constitu- 
ción. En  un  sistema  representativo  en-  todas  sus  partes  como  el 
que  adoptamos,  el  cuerpo  neutro,  entré  el  pueblo  que  quiere 
anonadar  la  autoridad,  y  el  poder  executivo  que  tiende  siem- 
pre á  aumentarla,  no  es  el  Senado,  es  todo  el  Cuerpo  Legisla- 
tivo :  todo  él  tiene  una  suprema  inspección  sobre  los  altos 
magistrados ;  todo  él  vela  para  mantener  el  imperio  de  la 
Constitución.  Únicamente  divide  el  exercicio  de  sus  fun- 
ciones ;  los  Representantes  acusan,  y  el  Senado  juzga ;  pero 
ambas  Cámaras  son  igualmente  inspectoras,  ambas  tienen  el 
mismo  interés  en  la  conservación  del  orden.  ¿Yno  sería  un 
delirio  hacer  á  todo  el  Cuerpo  Legislativo  vitalicio?  De  este 
punto  á  la  destrucción  del  sistema  representativo,  no  habría 
que  dar  sino  un  solo  paso. 

En  nuestra  forma  de  gobierno  no  hay  necesidad  de  que  el 
equilibrio  nazca  de  un  riguroso  sistema  de  guerra,  que  fue  ne- 
cesario establecer  en  otras  antiguas,  y  por  lo  mismo  imper- 
fectas, á  pesar  de  que  el  tiempo  las  haya  consolidado.  Donde 
el  poder  executivo  es  hereditario,  6  por  lo  menos  vitalicio, — 
donde  se  mira  como  inviolable  y  sin  responsabilidad,-~donde 
la  persona  que  le  exerce  es  considerada  como  de  una  esfera 
distinta  y  superior  á  toda  la  nación,  y  no  como  un  miembro 
de  ella, — fácilmente  se  reconoce  la  necesidad  de  un  cuerpo 
intermedio,  que  en  las  circunstancias  difíciles  haga  causa  co- 
mún con  la  nación  para  evitar  que  la  oprima  con  su  inmenso 
poder ;  pero  donde  el  executivo  es  de  corta  duración,  donde 
no  tiene  esas  prerogativas  inmensas,  y  donde  todos  los  dias 
puede  descender  por  qualquier  abuso  del  elevado  puesto  que 
ocupa,  no  se  alcanzan  á  adivinar  la  necesidad  ni  las  ventajas 
de  un  cuerpo  vitalicio,  que  al  fin  anonadarla  6  á  la  represen- 
tación popular,  ó  á  este  mismo  poder  executivo. 


49* 

•'  Nada  mas  absurdo  que  la  introducción  de  un  dictador  ca 
nuestra  República.  Este  expediente  estupendo  y  mortal  para 
la  libertad»  es  la  mejor  prueba  de  la  infancia  de  la  patria  entre 
los  pueblos  que  lo  han  adoptado.  £1  ha  concluido  siempre 
por  esclavizarlos*  La  comisión  ba  previsto  aquellos  casos  que 
pudieran  ser  un  pretexto  para  tan  extraña  medida*  y  es  siempre 
al  Cuerpo  Legislativo  á  quien  da  la  potestad  de  conceder  la 
'  autoridad  extraordinaria  que  pudiera  necesitarse  en  estos 
casos  para  la  salud  de  la  República ;  pero  siempre  restringién- 
dola á  hechos,  á  lugares,  y  á  tiempo  determinado.  Asi  en 
todos  tiempos,  en  todos  los  momentos,  la  Constitución  está 
subsistente :  en  todos.  6  en  casi  todos  los  ángulos  del  territorio 
de  la  República,  nunca  hay  una  autoridad  omnipotente»  y  la 
libertad  no  corre  ningún  riesgo. 

Pero  ni  la  separación  de  los  poderes,  ni  las  freqüentes  elec- 
ciones de  los  supremos  magistrados,  ni  la  responsabilidad  á 
que  todos  están  sujetos,  son  garantías  suficientes  de  la  liber- 
tad. Un  pueblo  abyecto  que  no  puede  publicar  sus  opiniones» 
llamar  á  cuentas  á  sus  mandatarios  ante  el  supremo  tribunal 
de  la  censura  publica :  ciudadanos  infelices,  que  por  la  mas 
leve  causa,  6  solo  por  un  mero  capricho  de  los  jueces»  pueden 
ser  sepultados  en  una  prisión,  6  que  á  cada  momento  pueden 
ser  despojados  de  sus  bienes,  nunca  serán  verdaderos  ciuda- 
danos,  ni  reconocerán  su  propia  dignidad,  ni  sabrán  sacrifi- 
carse por  una  libertad  cuyo  precio  les  es  desconocido.  Sin 
libertad  individual,  no  hay  libertad  publica ;  asi  como  sin  in- 
dividuos no  hay  pueblos,  y  sin  pueblos  no  hay  nación. 

La  intima  penetración  de  esta  verdad  ba  dirigido  á  la  Co- 
misión al  extender  el  titulo  octavo  del  proyecto  donde  están 
consignados  el  goze  y  la  garantía  de  estas  dulces  prerogativas 
del  hombre  libre;  prerogativas  en  cuya  conservación  debe 
fincar  V.  M.  todas  sus  esperanzas  de  que  se  consolide  el  sis- 
tema representativo,  y  de  que  el  Colombiano  cambie  las 
tristes  habitudes  de  un  pueblo  esclavo  por  las  nobles  costum- 
bres de  una  nación  virtuosa  y  grande. 
-  Resta,  aun,  hacer  la  división  de  los  departamentos  de  la 
República ;  crear  las  cortes  de  justicia ;  señalarles  sus  atribu- 
ciones ;  organizar  en  lo  posible  la  mas  recta  y  expedita  ad- 


498 

ininistiracion  de  la  justicia;  señalar  los  sueldos  de  todos  los 
oficiales  del  gobierno ;  establecer  reglas  y  castigos  contra  los 
abusos  de  la  libertad  de  la  prensa;  y  extender  una  ley  de  na- 
turalización de  extrangeros.  La  Comisión  se  ocupa  de  estos 
trabajos  que  muy  pronto  tendrá  la  satisfacción  de  presentarlos 

áv.M: 

Añadirá  una  palabra  en  orden  al  proyecto  de  constitución 
formado  por  jel  actual  Vice- Presidente  interno  de  la  Repúb- 
lica, Antonio  Nturiño.  £1  es  impracticable  en  nuestros  dias,  y 
quien  sabe  en  quantoa  años:  se  extravia  considerablemente 
de  los  principios  consagrados  por  los  mejores  políticos,  acre- 
ditados por  la  larga  practica  de  naciones  civilizadas :  es  una 
especulación  que  todavía  no  está  apoyada  por  ninguna  ex- 
periencia favorable ;  y  este,  por  omitir  otras  razones,  bastaría 
para  descebarle.  Nada  tan  aproposito  como  repetir  aqui  las 
mismas  palabras  del  autor  del  proyecto,  en  el  discurso  con  que 
lo  ba  acompañado.  "  ¿  Que  es,  dice,  lo  que  la  sana  razón  nos 
dicta  que  debemos  bacer  ?  parece  que  es  bacer  lo  que  actu- 
almente nos  conviene,  sin  cerrar  la  puerta  á  las  generaciones 
venideras,  para  que  hagan  igualmente  lo  que  en  distintas  cir- 
cunstancias mas  les  convenga  ?  ¿  Pues  porque  queremos  desde 
ahora  prevenirlo  y  hacerlo  todo  ?  ¿  Porque  queremos  cer- 
rarles las  puertas,  para  exponerlos  6  á  una  convulsión,  6  á  no 
hacer  lo  que  crean  justo  ?"  Parece  que  quando  escribía  estas 
clausulas  se  empeñaba  en  formar  su  propia  impugnación. 
Con  todo,  siempre  que  V.  M.  Jo  juzgue  conveniente,  la  Comi- 
sión está  pronta  á  bacer  un  análisis  mas  exacto  de  los  defectos 
6  irregularidad  del  citado  proyecto,  á  pesar  de  que  hasta 
ahora  no  ha  sido  presentado  sino  una  pequeña  parte  de  61. 

En  quanto  al  de  la  Comisión,  todo  sus  votos  se  contrallen 
únicamente  á  que  el  plan  de  las  bases  principales  puedan 
lograr  la  aprobación  de  V.  M.  á  fin  de  que  siquiera  economize 
el  tiempo  que  se  gastaría  en  la  formación  de  otro  mejor.  Si 
alcanza  esto,  sera  lo  bastante  para  que  repute  por  bien  apro- 
vechadas sus  tareas :  y  por  lo  demás  tendrá  la  mas  completa 
satisfacción  de  ver  mejoradas  todas  sus  partes  por  las  sabias 
observaciones  de  vuestros  miembros ;  de  modo  que  aparezca 
una  obra  verdaderamente  capaz  de  hacer  la  felicidad  deCo* 


494 

iombia,  y  de  merecerse  el  aprecio  de  los  pueblos  ilustrados 

del  mundo. 
Villa  del  Rosario,  Julio  S  de  1821.    Señor, — José  Manuel 
Restrepo,  Luis  Ignacio  Mendosa»  Vicente  Azuero,  Diego 
Fernando  Gómez,  José  Cornelio  Valencia. 

Por  fin,  la  constitución  que  debia  asegurar  la 
libertad  y  la  prosperidad  á  Colombia,  fue  publi- 
cada. Hace  honor  á  sus  proyectadores.  Por  toda 
ella  prevalece  un  espíritu  de  republicanismo ;  y 
un  laudable  temor,  que  harían  bien  en  cultivarle 
siempre,  de  que  el  poder  executivo  no  se  arro- 
gue demasiado  poder  supremo,  parece  haber  ac- 
tuado á  la  mayoría.  No  hay  duda  que  se  pueden 
impugnar  algunos  artículos,  y  á  veces  con  justicia. 
Muchas  de  las  leyes  que  son  adaptadas  á  su  situ- 
ación presente,  no  convendrían  á  un  estado  mas 
civilizado.  De  esto  ellos  mismos  parecen  con- 
vencidos ;  y  aprovechándose  de  los  errores  come- 
tidos por  otros  legisladores,  que  contemplaban 
absurdamente  la  eterna  excelencia  de  sus  leyes, 
el  Congreso  ha  insertado  el  articulo  191»  por  el 
que  se  previene,  que  después  de  que  una  practica 
de  diez  ó  mas  años  haya  descubierto  todos  los  in- 
convenientes ó  ventajas  de  la  presente  constitu- 
ción, se  convocara,  por  el  Congreso,  una  gran 
convención  de  Colombia,  autorizada  para  exami- 
narla ó  reformarla  en  su  totalidad. 

Como  el  establecimiento  de  esta  constitución 
era  la  principal  causa  de  la  guerra  entre  las  colo- 
nias y  la  metrópoli,  y  que  de  consiguiente  forma 
una  de  las  facciones  mas  importantes  en  su  histo- 


495 

ria,  la  insertamos  aqui  toda  entera.  Nuestros 
lectores  podran  de  este  modo  juzgar  por  si  mis- 
mos de  las  ventajas  que  ofrece  á  los  habitantes 
oprimidos  y  perseguidos  del  Mundo  Antiguo,  au- 
mentadas por  aquella  belleza  de  clima,  y  fertilidad 
de  suelo,  que  tan  peculiarmente  distinguen  al 
Nuevo. 


CONSTITUCIÓN 


DE 


LA  REPÚBLICA  DE  COLOMBIA. 


ÉL  CONGRESO  GENERAL  Á  LOS  HABITANTES  DE 

COLOMBIA. 


Colombianos  ! — El  mas  ardiente  deseo  de  todos 
y  cada  uno  de  vuestros  Representantes  há  sido 
cumplir  fielmente  con  los  altos  deberes  que  les 
habéis  encargado,  y  creen  haber  llenado  tan  sa- 
gradas funciones  al  presentaros  la  Constitución, 
que  há  sido  sancionada  por  el  voto  general.  En 
ella  encontraréis,  que  sobre  la  base  de  la  unión 
de  pueblos  que  antes  formaron  diferentes  estados, 
se  há  levantado  el  edificio  firme  y  sólido  de  una 


4*96 

« 

nación,  cuyo  gobierno  es  popular  representativo ; 
y  cuyos  poderes,  legislativo,  executivo  y  judicial, 
exactamente  divididos,  tienen  sus  atribuciones 
marcadas  y  definidas,  formando,  sin  embargo,  un 
todo,  de  tal  suerte  combinado  y  armonioso,  que 
por  él  resultan  protegidas  vuestra  seguridad, 
libertad,  propiedad,  é  igualdad  ante  la  ley* 

El  Poder  Legislativo,  dividido  en  dos  cámaras, 
os  da  una  intervención  plena  en  la  formación  de 
vuestras  leyes,  y  el  mejor  derecho  á  esperar  que 
sean  siempre  justas  y  equitativas :  no  seréis  liga- 
dos sino  por  aquellas  á  que  hayai$  consentido  por 
medio  de  vuestros  representantes,  ni  estaréis 
sujetos  á  otras  contribuciones  que  las  que  ellos 
hayan  propuesto  y  aprobado :  ninguna  carga  se 
echara  sobre  alguno  que  no  sea  común  á  todos } 
y  estas  no  serán  para  satisfacer  á  pasiones  de 
particulares,  sino  para  suplir  á  las  necesidades  de 
la  República. 

£1  Poder  Executivo,  en  una  sola  persona,  á 
quien  toca  velar  por  la  tranquilidad  interior  y 
seguridad  exterior  de  la  República,  tiene  todas 
las  facultades  necesarias  para  el  desempeño  de  su 
elevado  encargo.  Vosotros  encontrareis  que  en 
todo  el  brillo  de  su  autoridad  puede  llenaros  de 
beneficios ;  pero  no  causaros  perjuicio  alguno : 
su  espada  está  solo  desembaynada  contra  los  ene- 
migos del  Gobierno,  sin  posibilidad  de  ofender  al 
pacifico  Colombiano :  es  como  un  sol,  cuyo  calor 
benéfico,  extendido  por  todo  el  territorio  de  la 
República,  contribuye  á  desarrollar  las  preciosas 


497 

-semillas  de  nuestra  felicidad' y  prosperidad:  la 
educación  publica,  la  agricultura,  el  comercio, 
las  artes  y  ciencias,  y  todos  los  ramos  de  indus- 
tria nacional,  están  dentro  del  orden  de  su  sabia 
administración,  y  sujetos  á  su  benigno  influxo. 
El  Poder  Judicial,  donde  los  asaltos  de  la  intrí- 

-  ga  pierden  toda  su  fuerza,  y  el  rico  todo  su  ascen- 
diente; á  donde  nadie  puede  llegar  con  rostro 

-sereno,  sino  va  revestido  con  los  simples  adornos 
de  la  justicia,  está  destinado  á  dirimir  imparcial- 
mente  vuestras  contiendas,  reprimir  al  malvado, 

-y  favorecer  la  inocencia :  en  tan  respetuoso  lugar 
rinden  todos  bomenage  á  la  ley  ;  y  alli  veréis  las 
pasiones  desarmadas,  cortadas  las  tramas  del  arti- 

1  ficio,  y-  descubierta  la  verdad. 

Tal  ha  sido  el  plano  sobre  que  se  ha  levantado 
la  Constitución  de  Colombia.  Vuestros  Repre- 
sentantes solo  han  puesto  una  confianza  ilimitada 
en  las  leyes  ;  por  que  ellas  son  las  que  aseguran 
la  equidad  entre  todos  y  cada  uno ;  y  son  tam- 
bién el  apoyo  de  la  dignidad  del  Colombiano,  la 
fuente  de  la  libertad,  el  alma  y  el  consejo  de  la 
República.  Pero  lo  que  vuestros  Representantes 
han  tenido  siempre  á  la  vista,  y  lo  que  ha  sido  el 
objeto  de  sus  mas  serias  meditaciones,  es  que 
estas  mismas  leyes  fuesen  enteramente  conformes 
con  las  máximas  y  dogmas  de  la  Religión  Cató- 
lica Apostólica  Romana,  que  todos  profesamos,  y 
nos  gloriamos  de  profesar ;  ella  ha  sido  la  reli- 

•  gion  de  nuestros  padres,  y  es  y  sera  la  religión 

-  del   Estado :   sus  ministros  son  los  únicos  que 

TOM.  II.  I  i 


498 

están  en  libre  exercicio  de  sus  funciones,  y  el  Go- 
bierno autoriza  las  contribuciones  necesarias  para 
el  culto  sagrado. 

£1  Congreso  General  en  sus  deliberaciones  no 
ha  tenido  otras  miras  que  el  bien  común  y  el  en- 
grandecimiento de  la  nación.  Los  agentes  prin- 
cipales del  Gobierno  dependen  de  vuestra  elec- 
ción :  considerad»  meditad  bien,  que  del  acierto  en 
ellas  pende  vuestra  dicha,— que  la  intriga  ó  la  fac- 
ción jamas  dirijan  vuestro  juicio ;  mientras  que  las 
luces,  la  virtud  y  el  valor,  prudentemente  escogi- 
dos y  elevados  por  vosotros,  sean  las  firmes  colum- 
nas que  perpetúen  la  duración  del  edificio. 
Villa  del  Rosario  de  Cuenta,  treinta  de  Agosto 

de  mil  ochocientos  veinte  y  uno— undécimo 

de  la  independencia. 

(Firmado) 
Dr  Miguel  Peña,  Presidente  del  Congreso. 
Rafael,  Obispo  de  Merida  de  Maracaibo,  Vice-Presklente. 
£1  Diputado  Secretario,  Francisco  Soto. 
£1  Diputado  Secretario,  Miguel  Santa  Mari* 
£1  Diputado  Secretario,  Antonio  José  Caro* 


CONSTITUCIÓN 

DE 

LA  REPÚBLICA  DE  COLOMBIA. 

• 

En  el  nombre  de  Dios,  Autor  y  Legislador 

del  Universo. 

Nos,  los  Representantes  de  los  Pueblos  de  Co- 
lombia, reunidos  en  Congreso  General,  compilen- 


499 

do  con  los  deseos  de  nuestros  constituentes,  en  or- 
den á  íixar  las  reglas  fundamentales  de  su  unión, 
y  establecer  una  forma  de  gobierno  que  les  afi- 
ance los  bienes  de  su  libertad,  seguridad,  propie- 
dad é  igualdad,  quanto  es  dado  á  una  nación  que 
comienza  su  carrera  política,  y  que  todavía  lucha 
por  su  independencia,  ordenamos  y  acordamos  la 
siguiente : — 

TITLULO  PRIMERO. 

DB  LA  NACIÓN  COLOMBIANA,  Y  DE  LOS  COLOMBIANOS. 

Sección  l.-~Dela  Nación  Colombiana. 

Articulo  1.  La  nación  Colombiana  es  para  siempre,  é  irre- 
vocablemente, libre  é  independiente  de  la  monarquía  Espa- 
ñola, y  de  qualquiera  otra  potencia  6  dominación  extrangera; 
y  no  es,  ni  será  nunca,  el  patrimonio  de  ninguna  familia  ni 
persona- 

Artículo  2.  La  soberanía  reside  esencialmente  en  la  nación. 
Los  magistrados  y  oficiales  del  gobierno,  investidos  de  qual- . 
quiera  especie  de  autoridad,  son  sus  agentes  ó  comisarios,  y 
responsables  i  ella  de  su  conducta  publica. 

Articulo  S.  Es  un  deber  de  la  nación  proteger  por  leyes 
sabias  y  equitativas  la  libertad,  la  seguridad,  la  propiedad,  y 
la  igualdad  de  todos  los  Colombianos. 

Sección  II.— De  los  Colombianos. 

Articulo  4.  Son  Colombianos — 

1.  Todos  los  hombres  libres  nacidos  en  el  territorio  de 
Colombia,  y  los  hijos  de  estos. 

2.  Los  que  estaban  radicados  en  Colombia  al  tiempo  de  su 
transformación  política,  con  tal  que  permanezcan  fieles  á  la 
causa  de  la  independencia. 


500 


3.  Los  no  nacidos  en  Colombia,  que  obtengan  carta  •  de 
naturaleza. 

Articulo  5.  Son  deberes  de  cada  Colombiano,-«-viv¡r  some- 
tido á  la  constitución  y  á  las  leyes ;  respetar  y  obedecer  á  las 
autoridades  que  son  sus  órganos  ;  contribuir  á  los  gastos  pú- 
blicos ;  y  estar  pronto  en  todo  tiempo  á  servir  y  defender  á  la 
patria,  haciéndole  el  sacrificio  de  sus  bfenes  y  de  su  vida,  si 
fuere  necesario. 

TITULO  SEGUNDO. 

DEL  TERRITORIO  DE  COLOMBIA,  Y  DE  SU  GOBIERNO. 

Sección  L — Dd  Territorio  de  Colombia. 

Articulo  6.  £1  territorio  de  Colombia  es  el  mismo  que 
comprehendian  el  antiguo  Vireynato  de  la  Mueva  Granada  y 
Capitanía- General  de  Venezuela. 

'  Articulo  7-  Los  pueblos  de  la  extencion  expresada,  que 
están  aun  baxo  el  yugo  Español,  en  qualquier  tiempo  en  que 
se  liberten,  harán  parte  de  la  República,  con  derechos  y 
representación  iguales  á  todos  los  demás  que  la  componen. 

Articulo  8.  El  territorio  de  la  República  sera  dividido  en 
departamentos ;  los  departamentos  en  provincias ;  las  provin- 
cias en  cantones ;  y  los  cantones  en  parroquias. 

Sección  II. — Del  Gobierno  de  Colombia, 

Articulo  9.  El  Gobierno  de  Colombia  es  popular  represen- 
tativo. 

Articulo  10.  El  pueblo  no  exercera  por  si  mismo  otras 
atribuciones  de  la  soberanía  que  la  de  las  elecciones  prima- 
rias ;  ni  depositara  el  exercicio  de  ella  en  unas  solas  manos. 
El  poder  supremo  estara  dividido  para  su  administración,  en 
legislativo,  executivo,  y  judicial. 

Articulo  11.  El  poder  de  dar  leyes  corresponde  al  Con- 
greso ;  el  de  hacer  que  se  execütén  al  Presidente  de  la  Re- 
pública ;  y  el  de  aplicarlas,  en  las  causas  civiles  y  criminales» 
$  los  Tribunales  y  Juzgados, 


501 


TITULO  TERCERO. 

DE  LAS  ASAMBLEAS  PARROQUIALES  T  ELECTORALES» 

Seccíon  I. — De  las  Asambleas  Parroquiales,  y  Escrutinio 

de  sus  Elecciones, 

r 

Articulo  12.  En  dada  parroquia,  qualquiera  que  sea  su 
población,  habrá  una  asamblea  parroquial,  el  ultimo  Domingo 
de  Julio  de  cada  quatro  años. 

Articulo  13.  La  asamblea  parroquial  se  compondrá  de  los 
sufragantes  parroquiales  no  suspensos,  vecinos  de  cada  parro- 
quia, y  sera  presidida  por  el  juez  6  jueces  de  ella,  con  asisten- 
cia de  quatro  testigos  de  buen  crédito,  en  quienes  concurran 
las  qualidades  de  sufragante  parroquial.' 

Articulo  14.  Los  jueces,  sin  necesidad  de  esperar,  ningunas 
ordenes,  deberán  convocarla  indispensablemente  en  dichos 
períodos,  para  el  dia  señalado  en  la  constitución. 

Articulo  15.  Para  ser  sufragante  parroquial  se  necesita— . 

1.  Ser  Colombiano. 

2.  Ser  casado  ó  mayor  de  veinte  y  un  años. 

3.  Saber  leer  y  escribir;  pero  esta  condición  no  tendrá 
lugar  hasta  el  año  de  1840* 

4.  Ser  dueño  de  alguna  propiedad  raíz  que  alcance  al  valor 
libre  de  cien  pesos.  Suplirá  este  defecto  el  exercitar  algún 
oficio,  profesión,  comercio,  6  industria  útil,  con  casa  6  taller 
abierto,  sin  dependencia  de  otro,  en  clase  de  jornalero  ó  sir- 
viente. 

Articulo  16.  La  calidad  de  sufragante  parroquial  se  pierde— 

1.  Por  admitir  empleo  de  otro  gobierno,  sin  licencia  del 
Congreso,  teniéndolo  con  renta,  ú  exerciendo  otra  confianza 
en  el  de  Colombia» 

2.  Por  sentencia  en  que  se  impongan  penas  aflictivas  6 
infamantes,  si  no  se  obtiene  rehabilitación. 

3.  Por  haber  vendido  su  sufragio,  ó  comprado  el  de  otro, 
para  si  6  para  un  tercero,  bien  sea  en  las  asambleas  primarias, 
en  las  electorales,  6  en  otras. 


502 

Articulo  17.  El  exercicio  de  sufragante  parroquial  se  sus- 
pende— 

1.  En  los  locos  furiosos  ó  dementes. 

2.  En  los  deudores  fallidos,  y  en  los  vagos  declarados  por 
tales. 

S.  En  los  que  tengan  causa  criminal  abierta,  hasta  que  sean 
declarados  absueltos  6  condenados  á  pena  no  aflictiva  ni  infa- 
matoria* 

4.  En  los  deudores  á  caudales  públicos  con  plazo  cum- 
plido. 

Articulo  18.  El  objeto  de  las  asambleas  parroquiales  es 
votar  por  el  elector  6  electores  que  corresponden  al  cantón. 

Articulo  19.  La  provincia  á  quien  corresponda  un  soto 
representante  nombrara  diez  electores,  distribuyendo  su 
nombramiento  entre  los  cantones  que  tenga,  con  proporción 
á  la  población  de  cada  uno. 

Articulo  20.  La  provincia  que  debe  nombrar  dos  6  mas 
representantes,  tendrá  tantos  electores  quantós  correspondan 
á  los  cantones  de  que  se  compone;  debiendo  elegir  cada 
cantón  un  elector  por  cada  quatro  mil  almas,  y  otro  mas  por 
un  residuo  de  tres  mil.  Todo  cantón,  aunque  no  alcance  á 
aquel  numero,  tendrá  siempre  un  elector. 

Articulo  21.  Para  ser  elector  se  requiere — 

1.  Ser  sufragante  parroquial  no  suspenso. 

2.  Saber  leer  v  escribir. 

i/ 

3.  Ser  mayor  de  veinte  y  cinco  años  cumplidos,  y  vecino  de 
qual quiera  de  las  parroquias  del  cantón  que  va  á  hacer  las 
elecciones. 

4.  Ser  dueño  de  una  propiedad  raíz  que  alcance  al  valer 
libre  de  quinientos  pesos,  6  gozar  de  un  empleo  de  trecientos 
pesos  de  renta  anual,  6  ser  usufructuario  de  bienes  que  pro- 
duzcan una  renta  de  trecientos  pesos  anuales,  6  profesar 
alguna  ciencia,  6  tener  un  grado  científico* 

Articulo  22.  Cada  sufragante  parroquial  votara  por  el  elec- 
tor 6  electores  del  cantón,  expresando  publicamente  los  nom- 
bres de  otros  tantos  ciudadanos  vecinos  del  mismo  cantón, 
los  quales  serán  indispensablemente  asentados  en  su  presencia, 
en  un  registro  destinado  á  este  solo  fin. 


503 

Artículo  23.  Las  dudas  6  controversias  que  hubiere  sobre 
qualidades  6  formas  en  los  sufragios  parroquiales,  y  las  quejas 
que  se  succttáren  sobre  cohecho  6  subonio,  se  decidirán  por 
los  jueces  y  testigos  asociados»  y  su  resolución  se  llevara  á 
efecto  por  entonces ;  pero  quedando  salva  la  reclamación  al 
cabildo  del  cantón. 

Articulo  24.  Las  elecciones  serán  publicas,  y  ninguno  po- 
dra presentarse  armado  en  ellas. 

Articulo  25*  Las  elecciones  estaran  abiertas  por  el  termino 
de  ocho  días,  concluido  el  qual,  la  asamblea  queda  disuelta ; 
y  qualquiera  otro  acto  mas  alia  de  lo  que  previene  la  consti- 
tución 6  la  ley,  no  solamente  es  nulo,  sino  atentado  contra  la 
seguridad  publica. 

Articulo  26.  Apenas  esté  concluido  el  acto  de  elecciones, 
el  juez  6  jueces  que  hayan  presidido  la  asamblea,  remitirán  al 
cabildo  el  registro  de  las  celebradas  en  su  parroquia,  en  pliego 
cerrado  y  sellado. 

Articulo  27.  Luego  que  estén  recogidos  los  pliegos  de  las 
asambleas  parroquiales,  el  cabildo  del  cantón,  presidido  por 
alguno  de  los  alcaldes  ordinarios,  y  en  su  defecto  por  uno  de 
los  regidores,  se  reunirá  en  sesión  publica.  En  su  presencia 
serán  abiertos  los  pliegos  de  las  asambleas  parroquiales,  y  se 
irán  formando  listas  y  cotejos  de  todos  los  votos,  asentándolos 
en  un  registro. 

Articulo  28.  Los  ciudadanos  que  resulten  con  el  mayor 
numero  de  votos  se  declararan  constitucionalmente  nombrados 
para  electores.  Quando  ocurriere  alguna  duda  por  igualdad 
de  sufragios,  se  decidirá  por  la  suerte. 

Articulo  29.  £1  cabildo  del  cantón  remitirá  al  de  la  capital 
de  la  provincia  el  resultado  del  escrutinio  que  ha  verificado ;  y 
dará  también  pronto  aviso  á  los  nombrados,  para  que  concur- 
ran á  la  capital  de  la  provincia  en  el  día  prevenido  por  la 
constitución. 

Sección  II— De  las  Asambleas  Electorales  6  de  Provincia. 

Articulo  SO.  La  asamblea  electoral  se  compone  de  los  elec- 
tores nombrados  por  los  cantones. 


504. 

Articuló  SI.  El  día  1  de  Octubre  de  cada  quatro  anos  se 
reunirá  la  asamblea  electoral  en  la  capital  de  la  provincia,  y 
procederá  á  hacer  todas  las  elecciones  que  le  corresponden, 
estando  presentes  por  lo  menos  las  dos  terceras  partes  de  loe 
electores.  Presidirá  su  reunión  el  cabildo  de  la  capital» 
mientras  la  asamblea  elige  un  presidente  de  entre  sus  miem- 
bros, que  sera  el  que  obtenga  mayor  numero  de  rotos. 

Articulo  32.  Los  artículos  24  y  25  son  comunes  á  las  asam* 
bleas  electorales» 

Articulo  33.  £1  cargo  de  elector  durara  por  quatro  anos. 
Las  vacantes  se  llenaran  quando  se  necesario  por  loe  que 
sigan  en  votos. 

Articulo  34.  Son  funciones  de  las  asambleas  electorales, 
sufragar — 

1.  Por  el  Presidente  de  la  República. 

2.  Por  el  Vice-Presidente  de  la  misma. 

3.  Por  los  Senadores  del  departamento. 

4.  Por  el  Representante  6  Representantes  diputados  de  la 
provincia. 

Articulo  35.  Los  votos  de  estas  quatro  clases  de  elecciones 
se  asentaran  en  quatro  registros  diversos,  y  la  misma  asam- 
blea electoral  procederá  á  hacer  el  escrutinio  de  la  ultima. 

Articulo  36.  Para  ser  representante  de  una  provincia  se 
requiere  haber  obtenido  la  pluralidad  absoluta,  esto  es»  un 
voto  mas  sobre  la  mitad  de  todos  los  de  los  electores  que  han 
asistido  á  la  elección. 

Articulo  37.  Los  representantes  serán  nombrados  de  uno 
en  uno,  en  sesión  permanente ;  y  se  declararan  elegidas  los 
que  obtengan  la  indicada  mayoría.  Si  ninguno  la  hubiere 
alcanzado,  los  dos  que  hayan  tenido  el  mayor  numero  entra- 
ran en  segundo  escrutinio,  y  sera  representante  el  que  reúna 
la  pluralidad.  Los  casos  de  igualdad  se  decidirán  por  la 
suerte. 

Articulo  38.  Perfeccionadas  de  esta  manera  las  elecciones 
del  representante  6  representantes,  el  presidente  de  la  asam- 
blea electoral  avisara  sin  demora  alguna  á  los  nombrados, 
para  que  asistan  á  la  próxima  reunión ;  y  los  registros  se 


505 

remitirán  en  pliego  cerrado  y  sellado  á  la  cámara  de  repre- 
sentantes. 

Articulo  39.  Con  igual  formalidad,  y  sin  hacer  escrutinio, 
serán  remitidos  al  cabildo  de  la  capital  del  departamento  los 
registros  de  las  votaciones  para  Presidente  de  la  República ; 
para  Vice- Presidente  de  la  misma ;  y  para  Senadores ;  á  ñn 
de  que  luego  que  se  hayan  reunido  alli  los  pliegos  de  todas 
las  asambleas  provinciales,  los  diriga  oportunamente  á  la  Cá- 
mara del  Senado,  para  que  tenga  lugar  lo  prevenido  en  la, 
Sección  5.  del  Titulo  iv. 


TITULO  QUARTO. 

DEL  PODER  LEGISLATIVO. 

Sección  I. — De  la  División,  Limites,  y  Funciones 

cíe  este  Poder. 

Articulo  40.  £1  Congreso  de  Colombia  estará  dividido  en 
dos  cámaras,  que  serán  la  del  Senado  y  la  de  Representan- 
tes. 

Articulo  41.  En  qualquiera  de  las  dos  podran  tener  origen 
las  leyes ;  y  cada  una  respectivamente  podra  proponer  á  la 
otra,  reparos,  alteraciones  ó  adiciones,  para  que  las  examine, 
ó  rehusar  á  la  ley  propuesta  su  consentimiento  por  una  nega- 
tiva absoluta. 

Articulo  42.  Se  exceptúan  las  leyes  sobre  contribuciones  6 
impuestos,  las  quales  no  pueden  tener  origen  sino  en  la  cáma- 
ra de  representantes;  pero  quedando  al  senado  el  derecho 
ordinario  de  adicionarlas,  alterarlas  ó  rehusarlas. 

Articulo  43.  Los  proyectos  6  proposiciones  de  ley  que  fue- 
sen aceptados  conforme  á  las  reglas  de  debate,  sufrirán  tres 
discusiones  en  sesiones  distintas,  con  el  intervalo  de  un  dia, 
quando  menos,  entre  unas  y  otras ;  sin  cuyo  requisito  no  se 
podran  determinar. 

Articulo  44.  En  el  caso  de  que  la  proposición  sea  urgente, 
podra  dispensarse  esta  ultima  formalidad,  precediendo  una 
discusión  y  declaración  de  la  urgencia;  en  la  misma  cámara 


506 

donde  tenga  su  principio/  Esta  declaración  y  las  razones 
que  la  motivaron,  se  pasaran  á  la  otra  cámara  junto  con  el 
proyecto  de  ley,  para  que  sea  examinado.  Si  esta  cámara  no 
cree  justa  la  urgencia»  devuelve  el  proyecto  para  que  se  deli- 
bere con  las  formalidades  legales. 

Articulo  45.  Ningún  proyecto  ó  proposición  de  ley  recha- 
zado por  una  cámara,  podra  ser  presentado  de  nuevo  hasta  la 
sesión  del  año  siguiente ;  pero  esto  no  impedirá  que  algunos 
de  sns-  artículos  compongan  parte  de  otras  proposiciones  no 
rechazadas. 

Articulo  46.  Ningún  proyecto  ó  proposición  de  ley  consti- 
tucionalmente  aceptado,  discutido,  y  determinado  en  ambas 
cámaras,  podra  tenerse  por  ley  de  la  República,  hasta  que  no 
haya  sido  firmado  por  el  poder  executivo.  Si  este  no  creyere 
conveniente  hacerlo,  devolverá  el  proyecto  á  la  cámara  de  su 
origen,  acompañándole  sus  reparos,  sea  sobre  falta  en  las  for- 
mulas, 6  en  lo  substancial,  dentro  del  termino  de  diez  dias, 
contados  desde  su  recibo. 

Articulo  47*  Los  reparos  presentados  por  el  poder  execu- 
tivo, se  asientan  en  el  registro  de  las  sesiones  de  la  cámara 
donde  tuvo  la  ley  su  origen.  Si  no  queda  esta  satisfecha,  dis- 
cute de  nuevo  la  materia,  y  resultando  segunda  vez  aprobada 
por  una  mayoría  de  las  dos  terceras  partes  de  los  miembros 
presentes,  la  pasa  con  los  reparos  á  la  otra  cámara.  El  pro- 
yecto tendrá  fuerza  de  ley,  y  deberá  ser  firmado  per  el  poder 
executivo,  siempre  que  en  esta  otra  cámara  lo  aprueben  tam- 
bién las  dos  terceras  partes  de  los  miembros  presentes. 

Articulo  48.  Si  pasados  los  diez  dias  que  señala  el  articulo 
46.  no  hubiere  sido  devuelto  el  proyecto  con  las  objeciones, 
tendrá  fuerza  de  ley,  y  sera  promulgado  como  tal ;  á  menos 
que,  corriendo  este  termino,  el  Congreso  so  haya  suspendido 
6  puesto  en  receso ;  en  cuyo  caso  deberán  presentársele  las 
objeciones  en  la  primera  próxima  sesión. 

Articulo  49.  La  sanción  del  poder  executivo  es  también 
necesaria  para  que  tengan  fuerza  las  demás  resoluciones,  de* 
cretos,  estatutos,  y  actos  legislativos  de  las  cámaras ;  excepto 
los  que  sean  de  suspensión  y  emplazamiento  de  sus  sesiones ; 
los  decretos  en  que  pidan  informes,  6  den  comisiones  en  los 


507 

negocios  de  su  incumbencia ;  las  elecciones  que  les  correspon- 
den; los  juicios  sobre  calificación  de  sus  miembros ;  la»  ordenes 
para  llenar  algunas  vacantes  en  las  cámaras ;  las  reglas  de  sus 
debates  y  policía  interior;  ei  castigo  dé  tus  miembros,  y  de 
quantos  les  falten  al  debido  respeto;  y  qualesquiera  otros 
actos  en  que  no  sea  necesaria  la  concurrencia  de  ambas* 

Articulo  50.  Las  proposiciones  que  hayan  pasado  como 
urgentes  en  las  dos  cámaras,  serán  sancionadas  6  devueltas 
por  el  poder  ejecutivo  dentro  de  dos  días,  sin  mezclarse  en  la 
urgencia. 

Articulo  51.  Al  pasarse  las  deliberaciones  de  una  cámara  á 
otra,  y  al  poder  executivo,  se  expresaran  los  dias  en  que  se 
discutió  la  materia ;  la  fecha  de  las  respectivas  resoluciones, 
inclusa  la  de  urgencia  quando  la  haya ;  y  la  exposición  de  las 
razones  y  fundamentos  que  las  han  motivado.  Quando  se 
omita  alguno  de  estos  requisitos,  deberá  volverse  el  acto  dentro 
de  dos  dias  á  la  cámara  donde  se  note  la  omisión,  6  á  la  del 
origen,  si  hubiere  ocurrido  en  ambas. 

Articulo  52.  Siempre  que  una  ley  haya  de  pasarse  al  poder 
executivo  para  su  sanción,  se  extendera  por  duplicado  en  la 
forma  correspondiente,  y  se  leerá  en  las  dos  cámaras.  Am- 
bos originales  serán  firmados  por  sus  respectivos  presidentes  y 
secretarlos,  y  se  presentaran  luego  al  Presidente  de  la  Repú- 
blica por  una  diputación. 

Articulo  5Sé  Sancionada  ú  objetada  la  ley  por  el  Presiden- 
te de  la  República,  con  arreglo  al  Articulo  46.  devolverá  á 
las  cámaras  con  el  secretario  del  despacho  respectivo,  uno 
de  los  dos  originales  con  su  decreto,  para  que  se  dé  cuenta  en 
ellas.  Este  original  se  conservara  en  el  archivo  de  la  cámara 
donde  la  ley  tuvo  su  origen. 

Articulo  54.  Para  la  promulgación  de  la  ley  se  usara  siem- 
pre de  esta  formula  : — "  £1  Senado  y  Cámara  de  Represen- 
tantes de  la  República  de  Colombia,  reunidos  en  Congreso, 
&c.  decretan. 


508 


Sección  II. — De  las  Atribuciones  Especiales  del  Congreso*  • 

Articulo  55.  Son  atribuciones  exclusivamente  propias  del 
Congreso,— 

1.  Fixar  cada  año  los  gastos  públicos  en  vista  de  los  presu- 
puestos que  le  presentara  el  poder  executivo. 

2.  Decretar  lo  conveniente  para  la  administración,  conser- 
vación, y  enagenacion  de  los  bienes  nacionales. 

3.  Establecer  toda  suerte  de  impuestos,  derechos  6  contri- 
buciones, velar  sobre  su  inversión,  y  tomar  cuenta  de  ella  al 
poder  executivo  y  de  mas  empleados  de  la  República.  • 

4.  Contraer  deudas  sobre  el  crédito  de  Colombia. 

5.  Establecer  un  banco  nacional* 

6.  Determinar  y  uniformar  el  valor,  peso,  tipo,  y  nombre 
de  la  moneda. 

7.  Fixar  y  uniformar  los  pesos  y  medidas. 

8.  Crear  las  cortes  de  justicia,  y  juzgados  inferiores  de  la 
República. 

9.  Decretar  la  creación  ó  supresión  de  los  empleos  públi- 
cos, y  señalarles  sueldos,  disminuirlos  ó  aumentarlos* 

10.  Establecer  reglas  de  naturalización. 

11.  Conceder  premios  y  recompensas  personales  á  los  que 
hayan  hecho  grandes  servicios  á  Colombia. 

12.  Decretar  honores  públicos  á  la  memoria  de  los  grandes 
hombres. 

13.  Decretar  la  conscripción  y  organización  de  los  exerci- 
tos;  determinar  su  fuerza  en  paz  y  guerra,  y  señalar  el  tiem- 
po que  deben  existir. 

14.  Decretar  la  construcción  y  equipamento  de  la  marina ; 
aumentarla,  6  disminuirla. 

15.  Formar  las  ordenanzas  que  deban  regir  las  fuerzas  de 
mar  y  tierra.  . 

16.  Decretar  la  guerra  en  vista  de  los  datos  que  le  presente 
el  poder  executivo. 

17*  Requerir  al  poder  executivo  para  que  negocie  la  paz. 
18.  Prestar  su  consentimiento  y  aprobación  á  los  tratados 


509 

de  paz,  de  alianza,  de  amistad,  de  comercio,  de  neutralidad,  y 

qualesquiera  otros  que  celebre  el  poder  executivo. 

■   19.  Promover  por  leyes  la  educación  publica,  y  el  progreso 

de  las  ciencias,  artes,  y  establecimientos  útiles ;  y  conceder 

por  tiempo  limitado  derechos  exclusivos  para  su  estimulo  y 

fomento. 

'   20.  Conceder  indultos  generales  quando  lo  exfga  algún 

grande  motivo  de  conveniencia  publica. 

21.  Elegir  la  ciudad  que  deba  servir.de  residencia  al  Go- 
bierno, y  variarla  quando  lo  juzgue  conveniente. 

22.  Fixar  los  limites  de  los  departamentos,  provincias,  y  de- 
más divisiones  del  territorio  de  Colombia,  como  sea  mas  con- 
veniente para  su  mejor  administración. 

23.  Permitir,  6  no,  el  paso  de  tropas  de  otro  estado  por  el 
territorio  de  Colombia. 

24.  Permitir,  6  no,  la  estación  de  esquadras  de  otro  estado 
en  los  puertos  de  Colombia  por  mas  de  un  mes. 

•  25.  Conceder,  durante  la  presente  guerra  de  independencia, 
al  poder  executivo  aquellas  facultades  extraordinarias,  que  se 
juzguen  indispensables  en  los  lugares  que  inmediatamente 
están  sirviendo  de  teatro  á  las  operaciones  militares,  y  en  loa 
recien  libertados  del  enemigo ;  pero  detallándolas  en  quanto 
sea  posible,  y  circunscribiendo  el  tiempo  que  solo  sera  el  muy 
necesario. 

*  26.  Decretar  todas  las  demás  leyes  y  ordenanzas  de  qual- 
quier  naturaleza  que  sean ;  y  alterar,  reformar,  6  derogar  las 
establecidas.  El  poder  executivo  solo  podra  presentarle  al- 
guna materia  para  que  la  tome  en  consideración ;  pero  nunca 
baxo  la  formula  de  ley. 

Sección  III. — De  las  Funciones  Económicas  y  Prerogativas 
comunes  a  ambas  Cámaras,  y  á  sus  Miembros. 

Articulo  56.  Cada  cámara  tiene  el  derecho  de  establecer 
los  reglamentos  que  deba  observar  en  sus  sesiones,  debates  y 
deliberaciones.  Conforme  á  ellos,  podra  castigar  á  qualquiera 
de  sus  miembros  que  los  infringe,  6  que  de  otra  manera  se 
haga  culpable^  con  las  penas  que  establezca ;  hasta  expeler* 


510 

los  de  su  seno,  y  declararlos  indignos  de  obtener  otros  oficio* 
de  confianza  6  de  honor  en  la  República  3  quando  así  se  decU 
da  por  el  voto  unánime  de  los  dos  tercios  de  los  miembros 
presentes. 

Artículo  57.  Ninguna  de  ellas  podra  abrir  sus  sesiones  sin 
la  concurrencia»  de  la.  abisalkmsf  abestocst  de»  mm  míesabas*^ 
pero  en  todo  caso  el  numero  existente,  qualquiera  que  sea, 
deberá  reunirse,  y  compeler  á  los  ausentes  á  que  concurra* 
del  modo  y  baxo  las  penas  que  las  mismas  cámaras  establez- 
can. 

Articulo  58.  Una  vez  abiertas  las  sesiones  de  cada  ano, 
bastara  la  concurrencia  de  las  dos  terceras  partes  de  los  miem- 
bros presentes  para  que  continúen  las  sesiones;  con  tal  de 
que  estas  dos  terceras  partes  nunca  sean  menos  de  los  dos 
tercios  de  la  pluralidad  absoluta. 

Articulo  59.  Las  cámaras»  en  la  casa  de  sos  sesiones,  goza- 
ran del  derecho  exclusivo  de  policía ;  y  fuera  de  ella,  en  to- 
do lo  qué  conduzca  si  libre  exercicio  de  sus  atribuciones.  En 
uso  de  este  derecho,  podran  castigar,  6  hacer  que  se  castigue 
con  las  penas  que  hayan  acordado,  á  todo  el  que  les  falte  al 
debido  respeto,  6  que  amenace  atentar  contra  el  cuerpo»  6 
contra  la  inmunidad  de  sus  individuos ;  ó  que  de  qualquiera 
otro  modo  desobedezca  6  embarase  sus  ordenes  y  delibera* 
ciones. 

Articulo  60.  Las  sesiones  de  ambas  enmaras  serán  publi- 
cas i  pero  podran  secretas  quando  ellas  lo  orean  necesario. 

Articulo  61.  £1  proceder  de  cada  cámara  constara  sotan» 
nemente  de  un  registro  diario,  en  que  se  asienten  sus  debeles 
y  resoluciones ;  el  qual  se  publicara  de  tiempo  en  tiempo, 
exceptuando  aquellas  cosas  que  deben  reservarse,  según  el 
acuerdo  de  cada  una :  y  siempre,  que  lo  reclame  la  quinta 
parte  de  los  miembros  presentes,  deberán  expresarse  nominal- 
mente  los  votos  de  sus  individuos,  sobre  toda  moción  ó  deli- 
beración. 

Articulo  62.  Cada  cámara  elige  de  entre  sus  miembros  un 
Presidente  y  un  Vice*Presidente,  cuyas  funciones  serán  anu- 
ales, desde  una  sesión  ordinaria  hasta  otra ;  y  nombrara  de 
dentro  6  fuera  de  su  seno  un  Secretario.    También  nombrara 


511      . 

los  oficiales  que  juzgue  necesarios  para  el  desempeño  de  sus 
trabajos,  asignando  á  estos  empleados  la»  correspondientes 
gratificaciones. 

Articulo  63.  Las  comunicaciones  entre  las  cámaras  y  el 
poder  executivo,  ó  entre  ss  mismas,  se  harán  por  el  conducto 
de  los  respectivos  presidentes,  ó  por  medio  de  diputaciones. 

Articulo  64.  Los  senadores  y  representantes  tienen  este 
carácter  por  la  nación,  y  no  por  el  departamento  6  provincia 
que  loa  nombra :  ellos  no  pueden  recibir  ordenes  ni  instruc- 
ciones particulares  de  las  asambleas  electorales,  que  uño 
podran  presentarles  peticiones. 

Articulo  65.  No  podran  ser  senadores  ni  representantes,  el 
Presidente  y  Vice-Presideote  de  la  República,  los  ministros 
de  la  alta  corte  de  justicia,  los  secretarios  del  despacho,  los 
intendentes,  los  gobernadores,  y  los  demás  empleados  publi* 
eos  i  quienes  se  prohiba  por  ley :  los  otros  podran  serlo,  con 
tal  que  suspendan  el  personal  exercicio  de  sus  empleos  mien- 
tras duren  las  sesiones.  Quando  un  senador  6  representante 
sea  nombrado  para  otro  destino  publico,  quedara  á  su  elec- 
ción admitirle  ó  rehusarle. 

Articulo  66*  Los  miembros  del  Congreso  gozan  inmunidad 
en  sus  personas  y  en  sus  bienes  durante  las  sesiones,  y  mien- 
tras van  á  ellas  ó  vuelven  á  sus  casas,  excepto  en  los  casos 
de  traición,  6  de  otro  grave  delito  contra  el  orden  social :  y 
no  son  responsables  por  los  discursos  y  opiniones  que  hayan 
manifestado  en  las  cámaras  ante  ninguna  autoridad  ni  en  nin- 
gún tiempo. 

Articulo  67*  Loa  senadores  y  representantes  obtendrán  del 
tesoro  nacional  una  indemnización  determinada  por  la  ley, 
computándose  el  tiempo  que  deben  haber  invertido  en  venir 
de  sus  casas  al  lugar  de  la  reunión,  y  volver  á  ellas  conclui- 
das las  sesiones. 


512 


V 

Sección  IV. — Del  Tiempo,  Duración,  y  Lugar  de  las 

Sesiones  del  Congreso. 

'  Articulo  68.  £1  Congreso  se  reunirá  cada  año  precisamente» 
verificando  la  abertura  de  sus  sesiones  ordinarias  el  dos  de 
'Enero. 

Articulo  69.  Cada  reunión  ordinaria  del  Congreso  dorara 
noventa  dias.  En  caso  necesario  podra  prorogarla  hasta  por 
treinta  dias  mas. 

Articulo  70.  Las  cámaras  residirán  en  una  misma  parro- 
quia :  y  mientras  se  hallen  reunidas,  ninguna  podra  suspen- 
der sus  sesiones  por  mas  de  dos  dias,  ni  emplazarse  para  otro 
lugar  distinto  de  aquel  en  que  residieren,  sin  su  mutuo  con- 
sentimiento ;  pero  si,  conviniendo  en  la  translación,  difiriesen 
respecto  del  tiempo  y  lugar,  el  poder  executivo  tendrá  la  in- 
tervención de  fixar  un  termino  medio  entre  los  extremos  de 
la  disputa. 

Sección  V.— Del  Escrutinio  y  Elecciones  correspondientes 

al  Congreso. 

Articulo  71*  En  los  años  de  elecciones  se  reunirá  el  Con- 
greso en  la  cámara  del  Senado.  En  su  presencia  se  abrirán 
los  pliegos  de  las  elecciones  del  Presidente  y  Vice-Presidente 
de  la  República,  y  de  los  Senadores  de  los  departamentos : 
y  se  formaran  listas  de  todos  los  sufragios  de  las  asambleas 
electorales,  asentándolos  en  el  registro  correspondiente  á  cada 
clase  de  elecciones.  El  escrutinio  se  hace  publicamente  por 
quatro  miembros  del  Congreso  y  los  Secretarios, 
-  Articulo  72.  Para  ser  Presidente  de  la  República  se  necesi- 
tan las  dos  terceras  partes  de  los  votos  de  los  electores,  que 
concurrieron  á  las  asambleas  provinciales.  Se  declarara,  pues, 
Presidente  al  que  resulte  con  esta  mayoría. 

Artículo  73.  Siempre  que  falte  la  mayoría  indicada,  el  Con- 
greso separa  los  tres  que  reúnan  mas  sufragios,  y  procede  á 
elegir  uno  de  entre  ellos.    El  que  obtuviere  en  esta  elección 


513 

• 

los  votos  de  las  dos  terceras  partes  de  los  miembros  presentes* 
sera  el  Presidente  de  la  República. 

Articulo  74.  Si  hecho  el  escrutinio  ninguno  resultare  elec- 
to, el  Congreso  contrae  la  votación  á  los  dos  que  hayan  al- 
canzado mayor  numero  de  votos  en  el  acto  antecedente. 

Articulo  75.  La  elección  del  Presidente  se  hará  en  una  sola 
sesión,  que  sera  permanente. 

Articulo  76.  £1  Vicepresidente  de  la  República  sera  ele- 
gido con  las  mismas  formalidades  que  el  Presidente. 

Articulo  77.  El  Congreso  declarara  senadores  á  los  que 
hayan  alcanzado  la  pluralidad  absoluta  de  votos1  de  los  elec- 
tores de  cada  departamento,  que  concurrieron  á  la  elección. 

Articulo  78.  Si  no  concurriere  á  favor  de  ninguno,  6  de 
algunos,  la  mayoría  indicada,  el  Congreso  tomara  un  numero 
igual ;  6  si  no  lo  hubiere,  aproximado  al  triple  de  los  que  fal- 
ten entre  los  que  tengan  mas  votos.  Hecha  esta  separación, 
procederá  á  eligir  entre  estos  uno  por  uno,  los  que  hayan  de 
nombrarse.  Quando  en  el  escrutinio  no  resulte  elección,  se 
repetirá  el  acto  conforme  al  articulo  74. 

Articulo  79.  En  los  casos  de  duda  por  causa  de  igualdad 
en  materia  de  elecciones,  la  suerte  decide. 

Articulo  80.  Quando  falte  algún  senador  ó  representante 
por  muerte,  renuncia,  destitución,  ú  otro  causa,  se  llenaran  las 
vacantes  por  el  Congreso,  escogiendo  uno  entre  los  tres  que 
en  los  registros  de  las  asambleas  electorales  se  sigan  con 
mayor  numero  de  votos ;  pero  si  en  dichos  registros  no  que- 
dare este  numero,  la  respectiva  cámara  expedirá  ordenes  para 
que  se  nombre  otra  persona,  de  la  maneta  prevenida  en  esta 
Constitución.  La  duración  del  asi  nombrado  solo  sera  hasta 
las  próximas  elecciones  ordinarias. 

Articulo  81.  Si  una  misma  persona  fuere  nombrada  á  la 
vez  por  el  departamento  de  su  naturaleza  y  por  el  de  su  ve- 
cindad, 6  por  la  provincia  de  su  naturaleza  y  la  de  su  vecin- 
dad, subsistirá  el  nombramiento  por  razón  de  la  naturaleza. 

Articulo  82.  El  Congreso  pasara  aviso  á  los  que  resulten 
nombrados  en  los  destinos  de  Presidente,  Vice-Presidente,  y 
Senadores,  para  qué  ocurran  á  posesionarse  en  el  dia  que  se 
les  asigne. 

TOM.  II.  K  k 


514 

Articulo  83.  En  esta  primera  vez,  nombra  el  actual  Con- 
greso el  Presidente,  el  Vice- Presidente  de  la  República,  y  loa 
Senadores. 

Sección  VI. — De  la  Cámara  de  Representantes. 

Articulo  84.  La  Cámara  de  Representantes  se  compone  de 
los  diputados  nombrados  por  todas  las  provincias  de  la  Re- 
publica,  conforme  á  esta  Constitución. 

Articulo  85.  Cada  provincia  nombrara  un  representante 
por  cada  treinta  mil  almas  de  su  población ;  pero  si  calculada 
esta  quedare  un  exceso  de  quince  mil  almas,  tendrá  un  re- 
presentante mas;  y  toda  provincia,  qualquiera  que  sea  su 
población,  nombrara  por  lo  menos  un  representante.  £1  ac- 
tual Congreso  señalara,  por  medio  de  un  decreto»  el  numero 
de  representantes  que  deba  nombrar  cada  provincia,  hasta 
tanto  que  se  formen  censos  de  la  población* 

Articulo  86.  Esta  proporción  de  uno  por  treinta  mil  con- 
tinuara siendo  la  regla  de  la  representación,  basta  que  el  nu- 
mero de  representantes  llegue  á  ciento ;  y  aunque  se  aumente 
la  población,  no  se  aumentara  por  eso  el  numero,  sino  que  pe 
elevara  la  proporción  hasta  que  corresponda  un  representante 
á  cada  quarenta  mil  almas.  En  este  estado  continuara  la 
proporción  de  uno  por  quarenta  mil,  hasta  que  lleguen  á 
ciento  y  cincuenta  los  representantes ;  y  entonces,  como  en 
el  caso  anterior,  se  elevara  la  proporción  á  cincuenta  mil  por 
uno.  En  todos  estos  casos  se  nombrara  un  representante  mas 
por  un  residuo,  que  alcance  á  la  mitad  de  la  base. 

Articulo  87.  No  podra  ser  representante  el  que,  ademas  de 
las  qualidades  de  elector,  no  tenga — 

1.  La  calidad  de  natural  6  vecino  de  la  provincia  que  le 
elige. 

2.  Dos  años  de  residencia  en  el  territorio  de  la  República 
inmediatamente  antes  de  la  elección.  Este  requisito  no  ex- 
cluye á  los  ausentes  en  servicio  de  la  República,  6  con  per- 
miso del  Gobierno ;  ni  á  los  prisioneros,  desterrados,  ó  fugiti- 
vos del  país,  por  su  amor  ó  servicios  á  la  causa  de  la  inde- 
pendencia. 


515 

3.  Ser  dueño  de  una  propiedad  rafa  que  alcance  al  valor 
Ubre  de  dos  mil  pesos ;  6  tener  una  renta  ó  usufructo  de 
quinientos  pesos  anuales ;  6  ser  profesor  de  alguna  ciencia* 

Articulo  83*  Los  no  nacidos  en  Colombia  necesitan,  para 
ser  representantes»  tener  ocho  afios  de  residencia  de  la  repúb- 
lica, y  diez  mil  pesos  en  bienes  raices :  se  exceptúan  los  naci- 
dos en  qualquiera  parte  del  territorio  de  America,  que  el  año 
de  1810  dependía  de  la  España,  y  que*  no  se  ha  unido  á  otra 
nación  extrangera ;  á  quienes  bastara  tener  quatro  años  de 
residencia,  y  cinco  mil  pesos  en  bienes  raices. 

Articulo  89.  La  cámara  de  representantes  tiene  el  derecho 
exclusivo  de  acusar  ante  el  senado,  al  Presidente  de  la  Repúb- 
lica, al  Vice-Presidente,  y  á  los  ministros  de  la  alta  corte  de 
justicia,  en  todos  los  casos  de  una  conducta  manifiestamente 
contrario  al  bien  de  la  República  y  á  los  deberes  de  sus  em- 
pleos, 6  de  delitos  graves  contra  el  orden  social. 

Articulo  90.  Los  demás  empleados  de  Colombia  también 
están  sujetos  á  la  inspección  de  la  cámara  de  representantes; 
y  podra  acusarlos  ante  el  senado  por  el  mal  desempeño  de  sus 
funciones,  ú  otros  graves  crímenes.  Pero  esta  facultad  no 
deroga  m  disminuye  la  de  otros  gefes  y  tribunales,  para  velar 
en  la  observancia  de  las  leyes,  y  juzgar,  deponer  y  castigar, 
según  ellas,  á  sus  respectivos  subalternos. 

Articulo  91.  El  tiempo  de  las  funciones  de  representante 
sera  de  quatro  años. 

Articulo  92.  A  la  cámara  de  representantes  corresponde  la 
calificación  de  las  elecciones  y  qualidades  de  sus  respectivos 
miembros,  su  admisión,  y  la  resolución  de  las  dudas  que  sobre 
esto  puedan  ocurrir. 

Sección  VIL — De  la  Cámara  del  Senado. 

Articulo  93.  El  Senado  de  Colombia  se  compone  de  los 
senadores  nombrados  por  los  departamentos  de  la  República, 
conforme  á  esta  constitución.  Cada  departamento  tendrá 
quatro  senadores. 

Articulo  94.  El  tiempo  de  las  funciones  de  los  senadores 
sera  de  ocho  años.    Pero  los  senadores  de  cada  departamento 


516 

¿eran  divididos  en  dos  clases:  los  de  la  primera  quedaran 
vacantes  al  fin  del  quarto  año,  y  los  de  la  segunda  al  fin  del 
octavo;  de  modo  que  cada  quatro  años  se  haga  elección  de  la 
mitad  de  ellos.  En  esta  vez  la  cámara,  en  su  primera  reunión, 
sacara  á  la  suerte  los  dos  senadores  de  cada  departamento, 
cuyas  funciones  hayan  de  espirar  al  fin  del  primer  periodo. 

Articulo  95.  Para  ser  senador  se  necesita,  ademas  de  las 
calidades  de  elector — 

1.  Treinta  años  de  edad. 

2.  Ser  natural  6  vecino  del  departamento  que  hace  la  elec- 
ción. 

5.  Tres  años  de  residencia  en  el  territorio  de  la  república 
inmediatamente  antes  de  la  elección,  con  las  excepciones  del 
articulo  87. 

4.  Ser  dueño  de  una  propiedad  que  alcance  al  valor  libre 
de  quatro  mil  pesos  en  bienes  raices ;  ó  en  su  defecto  tener  el 
usufructo  6  renta  de  quinientos  pesos  anuales,  6  ser  profesor 
de  alguna  ciencia. 

Articulo  96.  Los  no  nacidos  en  Colombia  no  podran  ser 
senadores,  sin  tener  doce  años  de  residencia  y  diez  y  seis  mil 
pesos  en  bienes  raices:  se  exceptúan  los  nacidos  en  qual- 
quiera  parte  del  territorio  de  la  America,  que  en  el  año  de 
1810  dependía  de  la  España,  y  que  no  se  ha  unido  á  otra  na- 
ción extrangera ;  á  quienes  bastara  tener  seis  años  de  residen- 
cia y  ocho  mil  pesos  en  bienes  raices. 

Articulo  97.  Es  una  atribución  especial  del  senado  exercer 
el  poder  natural  de  una  corte  de  justicia,  para  oir,  juzgar,  y 
sentenciar  á  los  empleados  de  la  República,  acusados  por  la 
cámara  de  representantes  en  los  casos  de  los  artículos  89  y  90. 

Articulo  98.  En  los  casos  en  que  el  senado  hace  las  fun- 
ciones de  corte  de  justicia,  la  cámara  de  representantes  escoge 
uno  de  sus  miembros  para  que  haga  las  veces  de  acusador ;  el 
qual  procederá  conforme  á  las  ordenes  é  instrucciones  que  le 
comunique  la  cámara. 

Articulo  99.  El  senado  instruye  el  proceso  por  si  mismo,  6 
por  comisión  emanado  de  su  seno,  reservándose  la  sentencia 
que  la  pronunciara  el  mismo. 


517 

Artículo  100.  Siempre  que  una  acusación  propuesta  ante 
el  senado  es  admitida  por -el,  queda  de  hecho  suspenso  de  su 
empleo  el  acusado,  y  la  autoridad  á  quien  corresponde, 
provee  la  plaza  interinamente. 

Articulo  101.  Nadie  podra  ser  condenado  en  qp  tos  juicios 
sin  el  voto  unánime  de  las  dos  terceras  partes  de  los  sena- 
dores presentes. 

Articulo  102.  Las  determinaciones  del  senado,  en  estos 
casos,  no  podran  extenderse  á  otra  cosa  que  á  deponer  de  su 
empleo  al  convencido,  y  declararle  incapaz  de  obtener  otros 
honoríficos,  lucrativos,  ó  de  confianza  en  Colombia ;  pero  el 
culpado '  quedara  sin  embargo  sujeto  á  acusación,  prueba, 
eentencia  y  castigo,  según  la  ley. 

Articulo  IOS.  En  los  casos  en  que  el  senado  lo  juzgue  con- 
veniente, asistirá  á  sus  juicios,  para  informar  é  instruir  en  el 
derecho,  el  presidente  de  la  alta  corte  de  justicia,  6  alguno 
de  sus  miembros» 

Articulo  104.  Los  decretos,  autos  y  sentencias,  que  pro- 
nuncie el  senado  en  estos  juicios,  deben  executarse  sin  la 
«ancion  del  poder  executivo. 


TITULO  QUINTO. 

DEL   PODER   EXECUTIVO. 

Sección  I.— De  la  Naturaleza  y  Duración  de  este  Poder. 

Artículo  105.  £1  poder  executivo  de  la  República  estara 
depositado  en  una  persona,  con  la  denominación  de  Presidente 
ée  la  República  de  Colombia. 

Articulo  106.  Para  ser  Presidente,  se  necesita  ser  ciuda- 
dano de  Colombia  por  nacimiento,  y  todas  las  otras  qualidades 
que  para  ser  senador. 

Articulo  107*  La  duración  del  Presidente  sera  de  quatro 
años;  y  no  podra  ser  reelegido  mas  de  una  vez  sin  inter- 


1    '  misión. 


Articulo  108.  Habrá  un  Vice-Presidente,  que  exercera  las 
funciones  del  Presidente  en  los  casos  de  muerte,  destitución, 


518 

6  renuncia,  hasta  que  se  nombre  el  sucesor,  que  sera  en  la 
próxima  reunión  de  las  asambleas  electorales.  También  en* 
trara  en  las  mismas  funciones  por  ausencia,  enfermedad,  6 
qualquiera  otra  falta  temporal  del  Presidente. 

Articulo  109.  El  Vice-Presidente  de  la  República  debe 
tener  las  mismas  calidades  que  el  Presidente. 

Articulo  110.  £1  Presidente  del  Senado  suple  las  faltas  del 
Presidente  y  Vice-Prestdente  de  la  República ;  pero  quando 
estás  sean  absolutas,  se  procederá  inmediatamente  á  Henar 
las  vacantes,  conforme  á  esta  Constitución. 

Articulo  111.  La  duración  del  Presidente  y  Vice- Presi- 
dente nombrados  fuera  de  les  periodos  constitucionales,  solo 
sera  hasta  la  próxima  reunión  ordinaria  de  las  asambleas  cons» 
titucionales. 

Articulo  113.  £1  Presidente  y  Yice-Pkeaidente  reciben  por 
sus  servicios  los  sueldos  que  la  ley  les  señala ;  los  quales  nun- 
ca serán  aumentados  ni  disminuidos  en  su  tiempo. 

Sección  II.— De  las  Funciones,  Deberes,  y  Prerogativas  del 

Presidente  de  la  República. 

Articulo  113.  £1  Presidente  es  gefe  de  la  administración 
general  de  la  República.  La  conservación  del  orden  y  tran- 
quilidad en  lo  interior,  y  de  la  seguridad  en  lo  exterior,  le  esta 
especialmente  cometida. 

Articulo  114.  Promulga,  manda  executar  y  cumplir  las 
leyes,  decretos,  estatutos  y  actos  del  Congreso,  quando,  con- 
forme queda  establecido  por  la  sección  1.  del  título  4.  de  esta 
Constitución,  tengan  fuerza  de  tales ;  y  expide  los  decretos, 
reglamentos,  é  instrucciones,  que  sean  convenientes  para  sa 
execucion. 

Artículo  115.  Convoca  al  Congreso  en  los  periodos  señala- 
dos por  esta  Constitución,  y  en  los  demás  casos  extraordina- 
rios en  que  lo  exfga  la  gravedad  de  alguna  ocurrencia. 

Articulo  116.  Dicta  todas  las  ordenes  convenientes  para 
que  oportunamente  se  bagan  las  elecciones  constitucionales* 

Artículo  117.  Tiene  en  toda  la  República  el  mando  supre- 
mo de  las  fuerzas  de  mar  y  tierra,  y  esta  exclusivamente  en- 


519 

cargado  de  su  dirección ;  pero  no  podra  mandarlas  eri  persona 
sin  previo  acuerdo  y  consentimiento  del  Congreso. 

Articulo  118.  Quando,  conforme  al  articulo  anterior,  el 
Presidente  mande  en  persona  las  fuerzas  de  la  República,  ó 
alguna  parte  de  ellas,  las  funciones  del  poder  executivo  re- 
caerán por  el  mismo  hecho  en  el  Vice- Presidente. 

Articulo  119.  Declara  la  guerra  en  nombre  de  la  Repúb- 
lica, después  que  el  Congreso  la  haya  decretado»  y  toma 
todas  las  medidas  preparatorias. 

Articulo  120¡»  Celebra  los  tratados  de  paz,  alianza,  amistad, 
treguas^  comercio,  neutralidad,  y  qualesquiera  otros,  eon  los 
principes,  naciones,  6  pueblos  extrangeros :  pero  sin  el  con- 
sentimiento y  aprobación  del  Congreso,  no  presta  ni  deniega 
su  ratificación  á  los  que  estén  ya  concluidos  por  los  plenipo- 
tenciarios. 

Articulo  121.  Con  previo  acuerdo  y  consentimiento  del 
Senado  nombra  toda  especie  de  ministros  y  agentes  diploma- 
ticos,  y  los  oficiales  militará  desde  coronel  inclusive  arriba. 

Articulo  122.  En  los  recesos  del  Senado  puede  dar  en 
comisión  dichos  empleos,  quando  urgiere  su  nombramiento, 
hasta  que  en  la  próxima  reunión  ordinaria  6  extraordinaria 
del  Senado  sean  provistos  conforme  al  articulo  anterior. 

Articulo  128.  También  le  corresponde  el  nombramiento 
de  los  demás  empleados  civiles  y  militares,  que  no  reserve  á 
otra  autoridad  la  constitución  6  la  ley. 

Articulo  124.  Cuida  de  que  la  justicia  se  administre  pronta 
y  cumplidamente  por  los  tribunales  y  juzgados  de  la  Repú- 
blica, y  de  que  sus  sentencias  se  cumplan  y  executen. 

Articulo  125.  Puede  suspender  de  sus  destinos  á  los  em- 
pleados ineptos,  6  que  delinean  en  razón  de  su  oficio ;  pero 
avisara  al  mismo  tiempo  al  tribunal  que  corresponda,  acom- 
pañándole el  expediente  6  documentos  que  motivaron  su  pro- 
cedimiento, para  que  siga  el  juicio  con  arreglo  á  las  leyes. 

Articulo  126.  No  puede  privar  á  ningún  individuo  de  su 
libertad,  ni  imponerle  pena  alguna.  En  caso  de  que  el  bien 
y  seguridad  de  la  República  exigan  el  arresto  de  alguna  per- 
sona, podra  el  Presidente  expedir  ordenes  al  efecto;  pero 
con  la  condición  de  que,  dentro  de  quarenta  y  ocho  horas, 


520 


deberá  hacerla  entregar  á  disposición  del  tribunal  6  juez  com- 
petente. 

Articulo  127.  En  favor  de  la  humanidad  puede,  quando  lo 
exíga  algún  grave  motivo,  conmutar  las  penas  capitales  de 
acuerdo  con  los  jueces  que  conozcan  de  la  causa ;  bien  sea  á 
su  propuesta,  6  á  la  de  aquellos. 

Articulo  128.  En  los  casos  de  conmoción  interior  á  mano 
armada  que  amenace  la  seguridad  de  la  República,  y  en  los 
de  una  invasión  exterior  y  repentina;  puede,  con  previo 
acuerdo  y  consentimiento  del  Congreso,  dictar  todas  aquellas 
medidas  extraordinarias  que  sean  indispensables,  y  que  no 
estén  comprehendidas  en  la  esfera  natural  de  sus  atribuciones. 
Si  el  Congreso  no  estuviese  reunido,  tendrá  la  misma  facultad 
por  si  solo ;  pero  le  convocara  sin  la  menor  demora,  para 
proceder  conforme  á  sus  acuerdos.  Esta  extraordinaria  au- 
torización sera  limitada  únicamente  á  los  lugares  y  tiempo 
indispensablemente  necesarios. 

Articulo  129.  El  Presidente  de  la  República,  al  abrir  el 
Congreso  sus  sesiones  anuales,  le  dará  cuenta  en  sus  dos 
cámaras  del  estado  político  y  militar  de  la  nación ;  de  sus 
rentas,  gastos,  y  recursos ;  y  le  indicara  las  mejoras  6  reformas 
que  pueden  hacerse  en  cada  ramo. 

Articulo  190.  También  dará  á  cada  cámara  quantos  infor- 
mes le  pida ;  pero  reservando  aquellos  cuya  publicación  no 
convenga  por  entonces,  con  tal  que  no  sean  contrarios  á  los 
que  presenta. 

Articulo  131.  El  Presidente  de  la  República,  mientras  dura 
en  este  empleo,  solo  puede  ser  acusado  y  juzgado  ante  el 
Senado  en  los  casos  del  articulo  89. 

Articulo  132.  El  Presidente  no  puede  salir  del  territorio 
de  la  República  durante  su  Presidencia,  ni  un  ano  después, 
sin  permiso  del  Congreso. 

Ssccion  III. — Del  Consejo  de  Gobierno. 

Articulo  133.  El  Presidente  de  la  República  tendrá  un 
Consejo  de  Gobierno,  que  sera  compuesto  del  Vice-Presi- 
dente  de  la  República,  de  un  ministro  de  la  alta  corte  de 


521 

justicia»  nombrado  por  el  mismo,  y  de  los  Secretarios  del 
despacho. 

Articulo  134.  £1  Presidente  oirá  el  dictamen  del  consejo 
en  todos  los  casos  de  los  artículos  66, 119»  120, 121, 122, 123, 
125,  127»  128,  y  en  los  demás  de  gravedad  que  ocurran,  6  que 
le  parezca ;  pero  no  sera  obligado  á  seguirle  en  sus  delibera- 
ciones. 

Articulo  135.  £1  consejo  llevara  un  registro  de  todos  sus 
dictamentes,  y  pasara  cada  año  al  Senado  un  testimonio  ex- 
acto de  el»  exceptuando  solamente  los  negocios  reservados 
mientras  haya  necesidad  de  la  reserva. 

* 

Sección  IV. — De  los  Secretarios  del  Despacho. 

Articulo  136.  Se  establecen  para  el  despacho  de  los  nego- 
cios cinco  secretarios  de  estado ;  á  saber — de  relaciones  exte- 
riores, del  interior,  de  hacienda,  de  marina,  y  de  guerra.  £1 
poder  executivo  puede  reunir  temporalmente  dos  secretarías 
en  una. 

Articulo  137.  £1  Congreso  hará  en  el  numero  de  ellas  las 
variaciones  que  la  experiencia  muestre,  6  las  circunstancias 
exigan ;  y  por  un  reglamento  particular,  que  hará  el  poder 
executivo,  sometiéndole  á  su  aprobación,  se  asignaran  á  cada 
secretario  los  negocios  que  deben  pertenecerle. 

Articulo  138.  Cada  secretario  es  el  órgano  preciso  é  indis- 
pensable por  donde  el  poder  executivo  libra  sus  ordenes  á  las 
autoridades  que  le  están  subordinadas.  Toda  orden  que  no 
este  autorizada  por  el  respectivo  secretario,  no  debe  ser  exe- 
cutada  por  ningún  tribunal,  ni  persona  publica  ó  privada. 

Articulo  139.  £s  de  la  obligación  de  los  secretarios  del 
despacho  dar  á  cada  cámara,  con  anuencia  del  poder  execu- 
tivo, quantos  informes  se  les  pidan,  por  escrito  6  de  palabra,  en 
sus  respectivos  ramos,  reservando  solamente  lo  que  no  con- 
venga publicar. 


Ó22 


TITULO  SEXTO. 


DEL  PCT>I»  JUDICIAL. 


Sección  I.— De  las  Atribuciones  de  la  Aka  Corte  de  Justicia, 
Elección  y  Duración  de  sus  Miembros. 

Articulo  140.  La  alta  corte  de  justicia  de  Colombia  se 
compondrá  de  cinco  ministros  por  lo  menos. 

Articulo  141.  Para  ser  ministro  de  la  alta  corte  de  justicia 
se  necesita— 

1.  Gozar  de  los  derechos  de  elector. 

2.  Ser  abogado  no  suspenso. 

3.  Tener  la  edad  de  treinta  años  cumplidos. 

Articulo  142.  Los  ministros  de  la  alta  corte  de  justicia  se- 
rán propuestos  por  el  Presidente  de  la  República  á  la  Cámara 
de  Representantes,  en  numero  triple.  La  cámara  reduce 
aquel  numero  al  doble,  y  lo  presenta  al  Senado  para  que  este 
nombre  los  que  deben  componerla.  £1  mismo  orden  se  se- 
guirá siempre,  que  por  muerte,  destitución  ó  renuncia,  sea 
necesario  reemplazar  toda  la  alta  corte,  6  alguno  de  sus  miem- 
bros. Pero  si  el  Congreso  no  estuviere  reunido,  el  poder 
executivo  proveerá  interinamente  las  plazas  vacantes,  hasta 
que  se  haga  la  elección  en  la  forma  dicha.  En  esta  vez  serán 
nombrados  por  el  actual  Congreso. 

Articulo  145.  Corresponde  á  la  alta  corte  de  justicia  el 
conocimiento— 

1.  De  los  negocios  contenciosos  de  embajadores,  ministros, 
cónsules,  6  agentes  diplomáticos. 

2.  De  las  controversias  que  resultaren  en  los  tratados  y 
negociaciones  que  haga  el  poder  executivo. 

S.  De  las  competencias  suscitadas,  6  que  se  suscitaren,  en 
los  tribunales  superiores. 

Articulo  144.  La  ley  determinara  el  grado,  forma  y  casos, 
en  que  deba  conocer  de  los  negocios  expresados,  y  de  quales- 
quiera  otros  civiles  y  criminales  que  se  le  asignen. 


523 

Articulo  145.  Los  ministros  de  la  alta  corte  de  justicia 
duraran  en  sus  empleos  todo  el  tiempo  de  su  buena  con- 
ducta. 

Articulo  146.  En  periodos  fixos,  determinados  por  la  ley» 
recibirán  por  este  servicio  los  sueldos  que  se  les  asignaren. 

Sección  II.—- De  las  Cortes  Superiores  de  Justicia, 

y  Juzgados  Inferiores. 

Articulo  147-  Para  la  mas  pronta  y  fácil  administración  de 
justicia,  el  Congreso  establecerá  en  todo  la  República  las 
cortes  superiores  que  juzgue  necesarias,  6  que  las  circunstan- 
cias permitan  crear  desde  ahora,  asignándoles  el  territorio  á 
que  se  extienda  su  respectiva  jurisdicción,  y  los  lugares  de  su 
residencia. 

Articulo  148.  Los  ministros  de  las  cortes  superiores  serán 
nombrados  por  el  poder  executivo,  á  propuesto  en  terna  de  la 
alta  corte  de  justicia.  Su  duración  sera  la  expresada  en  el 
articulo  145. 

Articulo  149.  Los  juzgados  inferiores  subsistirán  por  ahora 
en  los  términos  que  se*  prescribirá  por  ley  particular,  hasta 
tanto  que  el  Congreso  varié  la  administración  de  justicia. 

TITULO  SÉPTIMO. 

DE  LA  ORGANIZACIÓN  INTERIOR  DE  LA  REPÚBLICA. 

Sección  I.— De  la  Administración  de  los  Departamentos, 

Articulo  150.  El  Congreso  dividirá  el  territorio  de  la  Re- 
publica  en  seis  6  mas  departamentos,  para  su  mas  fácil  y  có- 
moda administración. 

Articulo  151.  El  mando  político  de  cada  departamento  re- 
sidirá en  un  magistrado,  con  la  denominación  de  Intendente, 
sujeto  al  Presidente  de  la  República,  de  quien  sera  el  agente 
natural  é  inmediato.    La  ley  determinara  sus  facultades. 


524 

Articulo  152.  Los  Intendentes  serán  nombrados  por  él 
Presidente  de  la  República,  conforme  á  lo  que  prescriben  los 
artículos  121  y  122.    Su  duración  sera  de  tres  años. 

Sección  II. — De  la  Administración  de  las  Provincias 

y  Cantones, 

Articulo  153.  En  cada  provincia  habrá  un  Gobernador,  que 
tendrá  el  régimen  inmediato  de  ella,  con  subordinación  al  in- 
tendente del  departamento  y  las  facultades  que  detalle  la  ley. 
Durara  y  sera  nombrado  en  los  mismos  términos  que  los  inten- 
dentes. 

Articulo  154.  £1  intendente  del  departamento  es  el  Gober- 
nador de  la  provincia,  en  cuya  capital  reside. 

Articulo  155.  Subsisten  los  cabildos  6  municipalidades  de 
los  cantones.  £1  Congreso  arreglara  su  numero,  sus  limites 
y  atribuciones,  y  quanto  conduzca  á  su  mejor  administración. 


TITULO  OCHESIMO. 

DISPOSICIONES  GENERALES. 

Articulo  156.  Todos  los  Colombianos  tienen  el  derecho  de 
escribir,  imprimir,  y  publicar  libermente  sus  pensamientos  y 
opiniones,  siiwiecesidad  de  examen,  revisión,  6  censura  alguna 
anterior  á  la  publicación.  Pero  los  que  abusen  de  esta  pre- 
ciosa facultad  sufrirán  los  castigos  á  que  se  hagan  acreedores 
conforme  á  las  leyes. 

Articulo  157.  La  libertad  que  tienen  los  ciudadanos  de  re- 
clamar sus  derechds  ante  los  depositarios  de  la  autoridad  pub- 
lica, con  la  moderación  y  respeto  debidos,  en  ningún  tiempo 
sera  impedida  ni  limitada.  Todos*  por  el  contrarío,  deberán 
hallar  un  remedio  pronto  y  seguro,  con  arreglo  á  las  leyes, 
de  las  injurias  y  danos  que  sufrieren  en  sus  personas,  en  sus 
propiedades,  en  su  honor  y  estimación. 

Articulo  158.  Todo  hombre  debe  presumirse  inocente  hasta 
que  se  le  declare  culpado,  con  arreglo  á  la  ley.  Si  antes  de 
esta  declaración  se  juzga  necesario  arrestarle  ó  prenderle,  no 


525 


debe  emplearse  ningún  rigor  que  no  sea  indispensable  para 
asegurarse  de  su  persona. 

Articulo  159.  En  negocios  criininales,  ningún  Colombiano 
puede  ser  preso,  sin  que  preceda  información  sumaria  del 
hecho,  por  el  que  merezca  según  la  ley  ser  castigado  con 
pena  corporal. 

Articulo  160.  En  fraganti,  todo  delinquente  puede  ser  ar- 
restado, y  todos  pueden  arrestarle  y  conducirle  á  la  presencia 
del  juez,  para  que  se  proceda  inmediatamente  á  lo  prevenido 
en  el  articulo  anterior. 

Artículo  161.  Para  que  un  ciudadano  pueda  ser  preso,  se 
necesita— 

1.  Una  orden  de  arresto,  firmada  por  la  autoridad  á  quien  la 
ley  confiera  este  poder. 

2.  Que  ta  orden  exprese  los  motivos  para  la  prisión. 

3.  Que  se  le  intime,  y  de  una  copia  de  ella. 

Articulo  162.  Ningún  alcaide  6  carcelero  puede  admitir  ni 
detener  en  la  prisión  á  ninguna  persona,  sino  después  de  haber 
recibido  la  orden  de  prisión  6  arresto,  de  que  habla  el  articulo 
anterior. 

Articulo  16S.  El  alcaide  6  carcelero  no  podra  prohibir  al 
preso  la  comunicación  con  persona  alguna,  sino  en  el  caso  de 
que  la  orden  de  prisión  contenga  la  clausula  de  incomunica- 
ción. Esta  no  puede  durar  mas  de  tres  dias :  y  nunca  usara 
de  otros  apremios  6  prisiones  que  los  que  expresamente  le 
haya  prevenido  el  juez. 

Articulo  164.  Son  culpables  y  están  sujetos  á  las  penas  de 
detención  arbitraria — 

1.  Los  que  sin  poder  legal  arestan,  hacen,  ó  mandan  ares- 
tar  á  qualquiera  persona. 

2.  Los  que  con  dicho  poder  abusan  de  él,  arrestando,  6 
mandando  arrestar,  6  continuando  en  arresto  á  qualquiera  per- 
sona, fuera  de  los  casos  determinados  por  k  ley,  6  contra  las 
formas  que  haya  prescripto,  6  en  lugares  que  no  estén  publica 
y  legalmente  conocidos  por  cárceles. 

3.  Los  alcaides  6  carceleros  que  contravengan  á  lo  dispuesto 
en  los  artículos  162  y  163. 


526 

Articulo  165.  En  qualquier  tiempo  en  que  parezcan  dea- 
vaneado*  los  motivos  que  hubo  para  el  arresto,  detención  6 
prisión,  el  arrestado  sera  puesto  en  libertad*  También  la  ob- 
tendrá dando  fianza,  en  qualquier  estado  de  la  causa  en  que 
se  vea,  que  no  puede  Imponerse  pena  corporal.  Al  tiempo  de 
tomar  la  confesión  al  procesado,  que  deberá  ser  á  lo  mas  dentro 
de  tercero  dia,  se  le  leerán  integramente  todos  los  documentos 
y  declaraciones  de  los  testigos,  con  los  nombres  de  estos ;  y  ai 
por  ellos  no  los  conociere,  se  le  darán  todas  las  noticias  posi- 
bles para  que  venga  en  conocimiento  de  quienes  son. 

Articulo  166.  Nadie  podra  ser  juzgado  por  comisiones  es- 
peciales, sino  por  los  tribunales  á  quienes  corresponda  el  caso 
por  las  leyes. 

Articulo  167.  Nadie  podra  ser  juzgado,  y  mucho  menos 
castigado,  sino  en  virtud  de  una  ley  anterior  á  su  delito  6 
acción,  y  después  de  habérsele  oído  ó  citado  legaimente ;  y 
ninguno  sera  admitido,  ni  obligado  con  juramento,  ni  con 
otro  apremio,  á  dar  testimonio  contra  si  mismo  en  causa  cri- 
minal ;  ni  tampoco  lo  serán  reciprocamente  entre  si,  los  ascen- 
dientes y  descendientes,  y  los  parientes,  hasta  el  quarto  grado 
civil  de  consanguinidad,  y  segundo  de  afinidad. 

Articulo  168b  Todo  tratamiento  que  agrave  la  pena  deter- 
minada por  la  ley,  es  un  delito. 

Articulo  169.  Nunca  podra  ser  allanada  la  casa  de  ningún 
Colombiano,  sino  en  los  casos  determinados  por  la  ley,  y  haxo 
la  responsabilidad  del  juez  que  expida  la  orden. 

Articulo  170.  Los  papeles  particulares  de  los  ciudadanos, 
lo  mismo  que  sus  correspondencias  epistolares,  son  inviolables ; 
y  nunca  podra  hacerse  su  registro,  examen  6  interceptación, 
fuera  de  aquellos  casos  en  que  la  ley  expresamente  lo  pres- 
criba. 

Articulo  171.  Todo  juez  y  tribunal  debe  pronunciar  sus 
sentencias  con  expresión  de  la  ley  6  fundamento  aplicable  al 
caso. 

Articulo  172.  En  ningún  juicio  habrá  mas  de  tres  instan- 
cias ;  y  los  jueces  que  hayan  fallado  en  una,  nunca  podran 
asistir  á  la  vista  del  mismo  pleito  en  otra. 


527 

Articulo  173.  La  infamia  que  afecta  á  algunos  delitos 
nunca  sera  trascendental  á  la  familia  6  descendencia  del 
delinquente. 

Artículo  174.  Ningún  Colombiano,  excepto. los  que  estu- 
vieren empleados  en  la  marina,  ó  en  las  milicias  que  se  halla- 
ren en  actual  servicio,  deberá  sujetarse  á  las  leyes  militares, 
ni  sufrir  castigos  provenidos  de  ellas. 

Artículo  175.  Una  de  las  primeras  atenciones  del  Congreso 
sera  introducir  en  cierto  genero  de  causas  el  juicio  por  jura* 
des»  hasta  que  bien  conocidas  prácticamente  las  ventajas  de 
esta  in8tituciony  se  extienda  á  todos  los  casos  criminales  y 
civiles  á  que  comunmente  se  aplica  en  otras  naciones,  con 
todas  las  formas  propias  de  este  procedimiento. 

Artículo  176.  Los  militares  en  tiempo  de  paz  no  podran 
aquartelarse,  ni  tomar  alojamiento  en  las  casas  de  los  demás 
ciudadanos,  sin  el  consentimiento  de  sus  dueños ;  ni  en  tiem- 
po fie  guerra,  sino  por  orden  de  los  magistrados  civiles,  con- 
forme á  las  leyes. 

Articulo  177.  Ninguno  podra  ser  privado  de  la  menor  por- 
cion  de  su  propiedad ;  ni  esta  sera  aplicada  á  usos  públicos, 
sra  su  propio  consentimiento,  6  el  del  cuerpo  legislativo. 
Quando  alguna  publica  necesidad,  legalmente  comprobada, 
exigiere  que  la  propiedad  de  algún  ciudadano  se  aplique  á 
usos  semejantes,  la  condición  de  una  justa  compensación  debe 
presuponerse. 

Articulo  178.  Ningún  genero  de  trabajo,  de  cultura,  de 
industria,  6  de  comercio,  sera  prohibido  á  los  Colombianos ; 
excepto  aquellos  que  ahora  son  necesarios  ppra  la  subsisten- 
cia de  la  República,  que  se  libertaran  por  el  Congreso  quando 
lo  juzgue  oportuno  y  conveniente. 

Artículo  179.  Se  prohibe  la  fundación  de  mayorazgos,  y 
toda  clase  de  vinculaciones. 

Artículo  180.  No  se  extraerá  del  tesoro  común  cantidad 
alguna  en  oro,  plata,  papel,  ú  otra  forma  equivalente,  sino 
para  los  objetos  é  inversiones  ordenados  por  la  ley ;  y  anual- 
mente se  publicara  un  estado  y  cuenta  regular  de  las  entradas 
y  gastos  de  los  fondos  públicos,  para  conocimiento  de  la 
nación. 


528 

Articulo  181.  Quedan  extinguidos  todos  los  títulos  de 
honor  concedidos  por  el  Gobierno  Español,  y  el  Congreso  no 
podra  conceder  otro  alguno  de  nobleza,  honores  6  distinciones 
hereditarias,  ni  crear  empleos  u  oficio  alguno,  cuyos  sueldos 
6  emolumentos  puedan  durar  mas  tiempo  que  el  de  la  buena 
conducta  de  los  que  los  sirvan. 

Articulo  1 82.  Qual quiera  persona  que  exerza  algún  empleo 
de  confianza  ú  honor  baxo  la  autoridad  de  Colombia,  no  po- 
dra aceptar  regalo,  titulo  ó  emolumento,  de  algún  rey,  prin- 
cipe, ó  estado  extrangero,  sin  el  consentimiento  del  Con- 
greso. 

Articulo  1  $3.  Todos  los  extrangeros,  de  qualquiera  nación, 
serán  admitidos  en  Colombia :  ellos  gozaran  en  sus  personas  y 
propiedades  de  la  misma  seguridad  que  los  demás  ciudadanos, 
siempre  que  respeten  las  leyes  de  la  República. 

Articulo  184.  Los  no  nacidos  en  Colombia,  que,  durante  la 
guerra  de  la  independencia,  han  hecho  6  hicieren  una  6  mas 
campanas  con  honor,  ú  otros  servicios  muy  importantes  en 
favor  de  la  República,  quedan  igualados  con  los  naturales  del 
país  en  su  aptitud  para  obtener  todos  los  empleos,  en  que  no 
se  exiga  ser  ciudadano  de  Colombia  por  nacimiento,  siempre 
que  concurran  en  ellos  las  mismas  qualidades. 

TITULO  NUEVO. 

DEL  JURAMENTO  DE  LOS  EMPLEADOS. 

Articulo  185.  Ningún  empleado  de  la  República  podra? 
exercer  sus  funciones  sin  prestar  el  juramento  de  sostener  y 
defender  la  Constitución,  y  de  cumplir  fiel  y  exactamente  los 
deberes  de  su  empleo. 

Articulo  186.  El  Presidente  y  Vice-Presidente  de  la  Re- 
publica  prestaran  este  juramento  en  presencia  del  Congreso, 
en  manos  del  presidente  del  senado.  Los  presidentes  del 
senado,  de  la  cámara  de  representantes,  y  de  la  alta  corte  de 
justicia,  le  prestaran  en  presencia  de  sus  respectivas  corpora- 
ciones ;  y  los  individuos  de  estas  lo  harán  á  su  vez  en  manos 
de  sus  presidentes. 


529 


Articulo  187.  Los  secretarios  del  despacho,  los  ministros 
de  las  cortes  superiores  de  justicia,  los  intendentes  departa- 
mentales, los  gobernadores  de  provincias,  los  generales  de 
exercito,  y  demás  autoridades  principales,  juran  ante  el  Presi- 
dente de  la  República,  6  ante  la  persona  á  quien  él  cometa 
esta  función. 


TITULO  DIEZ. 

DE  LA  OBSERVANCIA  DE  LAS  LEYES  ANTIGUAS  ;    INTER- 
PRETACIÓN T  REFORMA  DE  ESTA  CONSTITUCIÓN. 

Articulo  188.  Se  declaran  en  su  fuerza  y  vigor  las  leyes 
que  hasta  aqui  han  regido  en  todas  las  materias  y  puntos,  que 
directa  6  indirectamente  no  se  opongan  á  esta  Constitución, 
ni  á  los  decretos  y  leyes  que  expidiere  el  Congreso. 

Articulo  189.  El  Congreso  podra  resolver  qualquiera  duda 
que  ocurra  sobre  la  inteligencia  de  algunos  artículos  de  esta 
Constitución. 

Articulo  190.  En  qualquier  tiempo  en  que  las  dos  terceras 
partes  de  cada  una  de  las  cámaras  juzguen  conveniente  la  re- 
forma de  algunos  artículos  de  esta  Constitución,  podra  el  Con- 
greso proponerla,  para  que  de  nuevo  se  tome  en  consideración, 
quando  se  haya  renovado,  por  lo  menos,  la  mitad  de  los 
miembros  de  las  cámaras  que  propusieron  la  reforma ;  y  si 
entonces  fuere  también  ratificada  por  los  dos  tercios  de  cada 
una,  procediendose  con  las  formalidades  prescriptas  en  la 
Sección  1.  del  Titulo  IV.  sera  valida,  y  hará  parte  de  la  Con- 
stitución ;  pero  nunca  podran  alterarse  las  bases  contenidas  en 
la  Sección  1.  del  Titulo  I.  y  en  la  2.  del  Titulo  II. 

Articulo  191.  Quando  ya  libre  toda  6  la  mayor  parte  de 
aquel  territorio  de  la  República,  que  hoy  está  baxo  del  poder 
Español,  pueda  concurrir  con  sus  representantes  á  perfec- 
cionar el  edificio  de  su  felicidad ;  y  después  que  un  practica 
de  diez  ó  mas  años  haya  descubierto  todos  los  inconvenien- 
tes 6  ventajas  de  la  presente  Constitución,  se  convocara  por  el 
Congreso  una  gran  convención  de  Colombia,  autorizada  para 
examinarla  6  reformarla  en  su  totalidad. 

TOM.  II.  L  1 


530 

Dada  en  el  primer  Congreso  General  de  Colombia,  y  fir- 
mada por  todos  los  diputados  presentes,  en  la  villa  del  Rosario 
de  Cúcuta,  á  30  de  Agosto  del  año  del  Señor  de  1821 — 
11  de  la  independencia. 

£1  Presidente  del  Congreso»  Dr  Miguel  Pena, 
El  Vice-Presidente  del  Congreso,  Rafael,  Obispo  de 
Merida  de  Maracaibo. 
Luis  Ignacio  Mendoza,  Vicente  Azuero,  Diego  F.  Gómez, 
José  Y.  de  Márquez,  Antonio  Maria  Brizeño,  Joaquín  Fer- 
nandez de  Soto,  José  Antonio  Borrero,  Miguel  de  Zarraga, 
Diego  B.  Urbaneja,  José  Antonio  Yanez,  Manuel  Benitez, 
Pedro  F.  Carbajal,  Alejandro  Osorio,  José  CornelioValencia, 
Joaquín  Borrero,  Salvador  Camacho,  Francisco  de  P.  Orbe- 
gozo,  Dr  Ramón  Ignacio  Méndez,  Mariano  Escobar,.  Ilde- 
fonso Méndez,  José  F.  Blanco,  Domingo  B.  Y.  Brizeño,  José 
Maria  Hinestrosa,  Miguel  Domínguez,   Bartolomé  Osorio, 
José  Antonio  Paredes,  Juan  Honderos,  J.  Prudencio  Lanz, 
Manuel  Maria  Quijano,  Sinforoso  Mutiz,  Miguel  de  Tobar, 
José  Gabriel  de  Alcalá,  J.  Francisco  Pereyra,  Joaquín  Plata, 
Dr  Félix  Restrepo,  Pedro  Gual,  José  Manuel  Restrepo, 
Casimiro  Calvo,  Juan  Bautista  Esteves,   Gabriel  Brizeño, 
Francisco  José  Otero,  Lorenzo  Santander,  José  Ignacio  Bal- 
buena,  Nicolás  Bailen  de  Guzman,  Pacifico  Jaime,  Bernar- 
dino  Tobar,  Miguel  Ibañez,  José  de  Quintana  Navarro,  Poli- 
carpo  Uricoechea,  José  A.  Mendoza,  Carlos  Alvarez,  Vicente 
A.  Borrero,   Andrés   Rojas,    Francisco  Gómez,  Corbellon 
Urbina,  Francisco  Conde. 

El  Diputado  Secretario,  Francisco  Soto. 

El  Diputado  Secretario,  Miguel  Santa  María. 

El  Diputado  Secretario,  Antonio  José  Caro. 

Palacio  del  Gobierno  de  Colombia  en  el  Rosario  de  Cúcuta, 
á^  de  Octubre  de  1821.  Cúmplase,  publiquese,  y  circúlese. 
Dado,  firmado  de  mi  mano,  sellado  con  el'  Sello  Provisional  de 
la  República,  y  refrendado  por  los  ministros  secretarios  del 
despacho. — Simón  Bolívar.  Hay  un  Sello.  El  Ministro 
de  Marina  y  Guerra,  Pedro  Brizeño  Méndez.  El  Minis- 
tro de  Hacienda  y  Relaciones  Exteriores,  Pedro  Gual. 
El  Ministro  del  Interior  y  de  Justicia,  Diego  B.  Urbaneja. 


531 

Bolívar  fue  elegido  otra  vez  por  Presidente, 
conforme  á  la  nueva  constitución ;  y  Santander, 
que  se  había  distinguido  por  muchos  excelentes 
reglamentos  que  habia  hecho  durante  su  residen- 
cia en  Bogotá,  fue  elegido  Vice-Presidente  de  la 
República. 

El  05  de  Septiembre  se  hizieron  y  aceptaron  las 
proposiciones  de  capitulación  para  la  entrega  de 
Cartagena,  una  de  las  plazas  mas  fuertes  y  mejor 
fortificadas  del  Sud  de  America.  Al  dia  siguí- 
ente,  el  26,  Miguel  Martínez,  edecán  de  Mon- 
tilla,  que  mandaba  el  exercito  patriota  sitiador, 
llegó  á  Sabanilla  de  Turbaco,  donde  estaban 
acampadas  las  fuerzas  independientes,  con  orde- 
nes para  todos  los  navios  que  se  hallasen  en  el 
puerto  de  desembarcar  sus  cargos,  y  de  marchar 
á  Cartagena  para  llevar  la  guarnición  á  Cuba. 
El  General  Montilla  hecho  una  proclama  á  los 
habitantes  de  Cartagena,  y  otra  á  los  soldados 
que  estaban  baxo  su  mando. 

En  la  proclama  á  los  Cartagineses,  les  dice, 
que  viene  entre  ellos  á  hacerles  que  respiren  otra 
vez  el  aire  de  la  libertad  y  de  la  independencia ; 
que  las  pruebas  de  adhesión  que  habían  dado  en 
1815  en  favor  de  la  causa,  era  una  garantía  de 
sus  futuras  intenciones,  y  del  gusto  que  recibirían 
al  volver  á  abrazar  á  sus  hermanos.  A  los  Euro- 
peos les  dice,  que  nada  tienen  que  temer  al  que- 
darse entre  ellos,  mientras  que  respeten  las  leyes 
é  instituciones  de  Colombia.     Después  dice,  que 


532 

olviden  todos  sus  desgracias,  y  que  esperen  todo 
del  gobierno  y  de  la  constitución  de  Colombia* 

A  los  soldados  les  anima  diciendo,  que  por  fin 
ya  han  llenado  el  noble  objeto  para  el  que  habían 
sido  destinados :  su  valor  y  virtud  debía  verse 
recompensada  por  el  noble  orgullo  que  debían 
sentir  al  ver  capitular  á  la  guarnición  que  defen- 
día la  plaza  fuerte  de  Cartagena ;  pero  que  estén 
seguros  que  el  Gobierno  Supremo  no  olvidara 
recompensarles  generosamente ;  aunque  patriotas 
como  ellos  no  piden  recompensas  por  haber  liber- 
tado á  sus  hermanos,  y  que  solo  los  mercenarios 
se  mueven  al  interés ;  los  de  la  República  anima- 
dos con  el  fuego  social  de  la  independencia,  no 
aspiran  mas  que  á  la  gloria.  Recibid,  les  dice, 
el  testimonio  de  mi  gratitud  por  vuestros  servi- 
cios, y  continuad  como  hasta  ahora,  siendo  los 
verdaderos  modelos  de  patriotismo  y  de  subordi- 
nación. 

Quartel-general,  en  La  Popa,  el  3  de  Octubre 
de  1821, — 11  de  la  independencia. 

£1  5  de  Octubre  la  ciudad  fue  finalmente  ocu- 
pada por  las  tropas  patriotas. 

A  esta  época  publicó  el  Congreso  la  ley  sobre 
la  repartición  de  la  propiedad  nacional,  de  la  que 
daremos  aqui  su  substancia. 

• 

£1  Congreso  General  de  Colombia  considerando,  como  uno 
de  los  deberes  mas  sagrados  de  la  República  recompensar  los 
grandes  sacrificios  que  han  hecho  sus  servidores  para  conso- 
lidar su  libertad  6  independencia,  y  deseando  desempeñar  con 


533 


exactitud  las  repetidas  promesas  que  les  han  sido  hechas,  ha 
venido  en  decretar  y  decreta  lo  siguiente  :— 

Art.  1.  Las  asignaciones  hechas  en  favor  de  los  militares 
por  la  ley  del  6  de  Enero  de  1820,  decretada  por  el  Congreso 
de  Venezuela,  y  por  la  del  10  de  Octubre  de  1817,  de  que 
alli  se  hace  mención,  y  que  son  como  siguen,  quedan  confir- 
madas en  todas  sus  partes : — 


Al  General  en  Gefe, 

25,000  duros. 

Generales  de  División,   . 

.    20,000 

Generales  de  Brigada, 

15,000 

Coroneles,      .... 

.    10,000 

Tenientes  Coroneles, 

9,000 

Sargentos  Mayores, 

8,000 

Capitanes,          .        ... 

6,000 

Tenientes,      .... 

4,000 

Subtenientes,  (Cadetes),     . 

3,000 

Sargentos,  1*  y  2o", 

1,000 

Cabos,  Io*  y  2°% 

.      700 

Soldados,         .... 

500 

Art.  2.  Estas  asignaciones  deben  de  entenderse  como  con- 
cerniendo solo  á  aquellos  que  estaban  en  el  servicio  de  la 
República  desde  la  campana  de  1816  hasta  el  15  de  Febrero 
de  1819,  quando  se  estableció  el  Congreso  de  Venezuela  en 
Angostura,  y  también  á  aquellos  extrangeros  que  vinieron,  en 
virtud  de  la  ley  del  10  de  Octubre  de  1817,  á  combatir  por  la 
independencia  de  Colombia,  y  que  llegaron  á  sus  puertos 
antes  del  6  de  Mayo  de  1820,  como  se  convino  en  el  dicho 
Congreso  de  Venezuela. 

Art.  3.  Para  poder  obtener  estas  asignaciones  por  entero, 
es  necesario  haber  servido  dos  años  á  lo  menos,  durante  el 
periodo  mencionado  en  el  capitulo  precedente,  según  se  esti- 
puló en  la  declaración  del  17  de  Noviembre  de  1817,  publi- 
cada por  el  Gefe  Supremo,  el  actual  Presidente  de  la  Repúb- 
lica :  los  que  no  han  servido  durante  todo  aquel  tiempo,  re- 
cibirán una  parte  en  proporción  al  periodo  de  su  servicio ;  y, 


53* 

% 

\ 

de  todos  los  modos,  recibirán  la  asignación  correspondiente  al 
rango  durante  el  dicho  periodo. 

Art.  4.  La  propiedad  de  los  militares  difuntos  descenderá 
á  sus  herederos  inmediatos,  y  por  falta  de  estos,  recaerá  sobre 
el  estado;  pero  de  los  dos  modos  las  viudas  gozaran  de  la 
mitad  de  la  propiedad  de  sus  maridos, 

Art.  5.  Los  militares  que  no  han  recibido  aun  sus  asigna- 
ciones, pueden  disponer  de  ellas  según  mas  les  acomode* 

Art.  6.  Los  pagos  de  estas  asignaciones  se  harán  de,— 

1.  Todas  las  tierras  que  hayan  sido  ó  sean  confiscadas,  se- 
gún las  leyes  existentes,  ó  según  las  que  sean  decretadas  en 
lo  futuro,  pero  cuyas  tierras  no  hayan  sido  aun  apropiadas  al 
tiempo  de  la  publicación  de  esta  ley. 

2.  Si  estas  no  bastasen,  se  podran  hacer  concesiones  de 
tierra  por  cultivar,  ál  valor  que  comunmente  se  vende  la 
fanegada. 

3.  Toda  la  demás  propiedad  nacional  movible  6  inmovible, 
podra  apropiarse  á  este  uso ;  y  si  aun  quedasen  algunos  pagos 
por  liquidar,  estos  pagos  se. tomaran  de  los  fondos  de  la  Re- 
publica,  según  lo  permitan  ias  necesidades  de  la  guerra»  y 
nuestro  crédito  extrangero. 

Art.  7.  El  poder  executivo  está  autorizado  para  pagar  las 
asignaciones  á  los  militares,  observando  sin  embargo  aquella 
igualdad  que  pide  la  justicia. 

Art.  8.  Para  efectuar  esto  con  mas  regularidad  y  economía» 
el  Gobierno  nombrara  una  comisión  especial  para  residir  en 
la  capital  de  la  República,  para  que  arregle  en  todo  los  pagos 
debidos  á  los  militares,  según  los  reglamentos  del  dicho  go- 
bierno. 

Art.  9*  £1  poder  executivo  nombrara  quantas  comisiones 
subordinadas  juzgue  necesarias  para  facilitar  sus  operaciones 
en  los  otros  parages.  Estas  comisiones  estaran  en  todo  baxo 
la  dirección  de  la  principal. 

Art.  10.  El  poder  executivo  dará  las  direcciones  necesarias 
para  que  la  comisión  principal  reciba  con  prontitud  las  prue- 
bas de  los  militares  que  tienen  reclamaciones,  de  los  que  ya 
las  han  recibido  en  parte  6  en  totalidad,  y  de  las  sumas  res- 


585 

tantes  debidas  á  cada  uno  por  la  República ;  y  para  que  las 
ajuste  y  tome  á  cuenta. 

Art.  11.  Mandara  también  que  se  tome  inmediatamente  in- 
forme de  las  seguridades  y  propiedad  nacionales  existentes  en 
cada  una  de  las  provincias,  y  que  se  verifique  igualmente  la 
porción  de  la  propiedad  confiscada,  para  que  se  puedan  hacer 
las  disposiciones  necesarias  para  impedir  su  ruina  total. 

Art.  12.  Toda  la  propiedad  nacional  que  deba  apropiarse  á 
los  militares,  sera  apreciada  por  peritas :  esto  se  hará  antes 
que  sea  reclamada  por  alguno  de  ellos.  Se  hará  lo  mismo  con 
la  propiedad  que  haya  sido  ya  apropiada  al  dicho  efecto,  y 
que  no  había  sido  valuada. 

Art.  13.  La  comisión  que  existía  en 'Angostura,  y  que  es- 
taba autorizada  para  dar  vales  en  favor  de  los  militares,  que- 
dara suprimida:  todos  los  papeles  que  están  en  sus  archivos 
se  tranferíran  al  de  la  comisión  de  que  habla  esta  ley. 

Art.  14.  La  circulación  de  los  dichos  vales  cesara  absoluta- 
mente ;  los  militares  se  podran  aprovechar  de  ellos  para  pro- 
bar el  importe  que  les  es  debido,  6  que  hayan  recibido :  las 
reclamaciones  sobre  estos  vales  se  pagaran  asi  que  la  comisión 
les  haya  tomado  en  cuenta,  para  cuyo  efecto  el  Gobierno  dará 
las  ordenea  necesarias,  para  impedir  el  fraude. 

Art.  15.  Considerando  que  los  principios  vitales  de  la  Re- 
publica  han  sido  renovados  y  extendidos  por  la  fuerza  de  las 
armas,  se  satisfarán  á  las  reclamaciones  de  los  militares,  y  de 
los  empleados  en  el  exercito,  antes  que  á  las  de  los  empleados 
puramente  civiles,  que  tengan  también  reclamaciones;  y  el 
Gobierno  queda  autorizado  para  satisfacerles  según  sus  ser- 
vicios. 

Art.  16.  Como  por  esta  ley  queda  prohibido  la  venta  de  la 
propiedad  nacional,  y  que  esta  se  habia  destinado  para  pagar 
.  los  atrasos  de  los  sueldos  tanto  militares  como  civiles  hasta  el 
15  de  Febrero  de  1819,  el  Gobierno  queda  autorizado  para 
hacer  los  pagos  de  los  dos  de  la  dicha  propiedad  nacional, 
observando  en  todo  los  reglamentos  de  los  artículos  8,  9,  y 
12. 

Art.  17.  £1  Gobierno  cuidara  que  la  comisión  ajuste  el  im- 
porte debido  en  atrasos,  tanto  á  los  militares  como  á  los  civiles, 


536 

dentro  del  termino  de  un  año.  Los  documentos  respectivos 
que  hagan  ver  las  reclamaciones  de  los  diferentes  individuos 
se  les  devolverán  en  las  respectivas  oficinas. 

Art.  18.  £1  poder  executivo  aclarara  quantaa  dudas  y  difi- 
cultades ocurran  en  la  execucion  de  la  presente  ley,  y  pre- 
sentara al  próximo  Congreso  un  estado  de  las  determinaciones 
que  haya  tomado,  y  del  monto  total  de  la  propiedad  nacional 
que  baya  sido  ó  esté  por  aplicar  para  el  desempeño  de  esta 
porción  de  la  deuda  nacional. 

Comuniqúese  al  poder  executivo  para  su  cumplimiento. 
Dado  en  el  Palacio  del  Congreso  General  de  Colombia»  en 
el  Rosario  deCúcuta,  á  28  de  Septiembre  de  1821,-— 11  de  la 
independencia. 

Joss  Ipnacjo  se  Márquez,  Presidente  del  Congreso. 
Francisco  Soto,  le  Diputado  Secretario. 
Antonio  Jóse  Caro,  le  Diputado  Secretario. 
En  el  Palacio  del  Gobierno,  en  el  Rosario  de  Cúcuta,  á  29 
de  Septiembre  de  1821. 

Por  S.  £.  el  Vice- Presidente  de  la  República, 

£1  Ministro  Pedro  Gual. 
Executese, — Joss  María  del  Castillo. 
Cúmplese,  publiquese,  executese,  y  comuniqúese  á  quienes 
concierna,  recomendando  la  transmisión  de  la  información  re- 
querida. 

SOUBLBTTE. 

Caracas,  á  28  de  Enero  de  1822. 

•  Poco  tiempo  después  se  publicó  la  siguiente  ley 
que  paso  el  Congreso,  respecto  los  sueldos  y  do- 
taciones que  deben  darse  á  los  empleados  militares 
y  civiles  de  la  República  de  Colombia. 

El  Congreso  General  de  Colombia,  conside- 
rando, Que  en  una  República  naciente,  y  que 
aun  todavía  lucha  por  su  independencia,  las 
•  dotaciones  de  los  empleados  militares  y  civiles 


537 

deben  estar  proporcionadas  de  tal  suerte,  que, 
consultanda  á  un  mismo  tiempo  á  la  economía, 
tengan  los  servidores  de  la  patria  una  decente 
y  cómoda  subsistencia,  ha  venido  en  decretar, 
y  decreta  lo  siguiente : — 

Articulo  1  •  Las  asignaciones  de  sueldos  hechas  por  el  Con- 
greso de  Venezuela  en  su  decreto  de  19  de  Enero  de  1820, 
subsistirán  hasta  el  81  de  Diciembre  próximo,  y  continuara 
pagándose  en  numerario  la  parte  decretada  por  el  Gobierno. 
Lo  demás  que  se  deba  de  aquellos  sueldos  hará  parte  de  la 
deuda  nacional,  para  satisfacerse  del  modo  que  ha  resuelto  el 
Congreso  en  la  ley  de  asignaciones  militares. 

Articulo  2.  Desde  el  1  de  Enero  de  1822,  gozaran  los  em- 
pleados las  siguientes  asignaciones  de  sueldos. 

I.^-FODBR  LEGISLATIVO. 

Cada  uno  de  los  Senadores  y  Representantes  disfrutara  de 
nueve  pesos  diarios,  por  todo  el  tiempo  de  las  sesiones.  Por 
cada  legua  Colombiana  de  camino  que  las  provincias  del  do- 
micilio de  los  representantes  y  senadores  diste  del  lugar  en 
que  se  reúna  el  Congreso,  se  les  abonaran  uno  y  medio  pe- 
sos. 

II.— PODER  EXECUTIVO. 

El  Presidente  y  Více-Presidente  de  ia  República  gozaran 
ios  sueldos  asignados  por  la  ley  de  7  de  Septiembre  ultimo, 
los  que  se  pagaran  sin  deducción  alguna. 

Cada  uno  de  los  secretarios  del  despacho  tendrá  6000  pesos 
anuales. 

Los  oficiales  mayores  de  las  secretarios  1800  pesos  cada 
uno. 

-  El  poder  executivo  establecerá  en  cada  una  de  las  secreta- 
rias el  numero  de  oficiales  y  amanuenses  que  juzgue  necesa- 
rios, haciéndoles  las  correspondientes  asignaciones,  que  se  les 


538 

abonaran  por  el  tesoro  publico,  y  se  consultaran  al  primer 
Congreso  para  su  aprobación  6  reforma. 

III.— GOBIERNO  DE  LOS  DEPARTAMENTOS. 

Los  intendente»  gozaran  el  sueldo  anual  cada 
uno  de        6000  pesos. 

Los  asesores  de  los  intendentes   •    .    •    •    •    2000 
Y  los  derechos  de  asesorías. 

Los  secretarios  de  las  intendencias       .    •    .    1200 

£1  poder  executívo  asignara  por  ahora  el  numero,  y  suel- 
dos de  los  subalternos  de  las  secretarías  de  las  intendencias,  y 
gobiernos  de  las  provincias»  los  que  consultara  al  Congreso  en 
su  primera  reunión,  conforme  á  lo  dispuesto  en  el  Articulo  11. 
de  la  ley  sobre  organización  política  de  las  diversas  partes  de 
la  República. 

IV. — GOBIERNO  DE  LAS  PROVINCIAS. 

Los  gobernadores  de  Sta  Marta,  Cartagena,  Antioqtria, 
Choco,  Socorro,  Varinas,  y  Guayana,  tendrán  el  sueldo  de 
4000  pesos  anuales  cada  uno. 

Los  de  Mariquita,  Neyvar  Pamplona,  Merido,  Trunllo,  y 
Coro,  gozaran  el  sueldo  de  8000  pesos. 

Los  de  Barcelona,  Margarita,  Casanare,  y  Rio  Hacha,  ten- 
drán el  de  2000  pesos. 

Los  asesores  de  los  gobernadores  que  disfrutan  el  sueldo 
de  4000  pesos,  tendrán  el  de  1500  ,*  los  de  aquellos  que  go- 
zen  el  de  3000,  el  de  1200;  y  800,  los  de  los  gobernadores 
que  tengan  2000  pesos  de  sueldo ;  todos  podran  llevar  los 
derechos  de  asesorías. 

Los  secretarios  de  los  gobernadores  que  tienen  4000  pesos 
de  sueldo,  gozaran  900  pesos  anuales;  los  de  aquellos  que 
disfruten  el  de  S0Ó0,  tendrán  700  pesos ;  y  500  los  de  aque- 
llos gobernadores  que  gozan  el  de  2000  pesos ;  reuniéndose 
las  secretarias  á  las  escribanías  de  Gobierno  donde  sea  conve- 
niente. 


539 


v. — contaduría  general  de  hacienda. 

£1  contador  decano  tendrá       •    .    .    2600  pesos  anuales. 

Cada  uno  de  los  contadores  generales 
disfrutara  el  sueldo  de 2400 

Los  demás  subalternos  y  oficiales  tendrán  los  sueldos  que 
les  asigne  el  poder  executivo,  conforme  £  las  facultades  que 
se  le  han  conferido  para  la  organización  de  la  contaduría  ge- 
neral. 

VI. — PODER  JUDICIAL. 

Cada  uno  de  los  ministros  de  la  alta  corte  de  justicia  ten- 
drá el  sueldo  de    .......    .    4000  pesos  anuales. 

Cada  uno  de  los  ministros  de  las  cortes 
superiores  de  justicia  gozara  el  de    .    .    3600 

Las  cortes  de  justicia  respectivas  consultaran  al  poder  exe- 
cutivo los  sueldos  y  obenciones  que  deban  disfrutar  los  rela- 
tores, secretarios,  y  demás  subalternos  de  sus  tribunales  ;  y  la 
resolución  del  executivo  se  llevara  á  efecto,  hasta  que  el 
Congreso  la  apruebe  6  reforme. 

Vil. — asignaciones  militares. 


Peiot. 

£1  General  en  Gefe  disfru- 
tara el  sueldo,  por  mes, 

de 500 

£1  General  de  División,  400 
£1  General  de  Brigada,  300 
£1  Coronel,  ....  200 
£1  Teniente  Coronel,  150 
£1  Sargento  Mayor,  .  100 
£1  Capitán,  ....  70 
£1  Teniente,  ....      40 


£1  Subteniente, 
£1  Cirujano, 
£1  Capellán,     . 
£1  Sargento,  Io, 

El 2o, 

£1  Tambor  Mayor 
El  Cabo,  Io,     . 

El 2o,     . 

£1  Tambor,      . 
£1  Soldado,      . 


Peso*. 
30 

50 
40 
18 
15 
18 
12 
11 
11 
10 


Articulo  3.  £1  Poder  Executivo  asignara  el  sueldo  de  los 
auditores  de  guerra,  comisarios,  y  demás  empleados  en  la 


540 

lista  militar,  que  no  se  hallen  expresados  en  la  enumeración 
anterior.  Tales  asignaciones  se  llevaran  a  efecto,  y  se  con- 
sultaran al  próximo  Congreso, 

Articulo  4.  También  asignara  del  mismo  modo  los  sueldos 
ó  gratificaciones  que  deban  darse  á  los  ministros,  cónsules,  y 
agentes,  que  se  envíen  á  las  naciones  extrangeras. 

Artículo  5.  £1  mismo  poder  executivo  asignara  los  sueldos 
de  todos  los  empleados  en  la  administración  civil  de  hacienda, 
fixando  el  numero  de  ellos,  y  el  de  los  subalternos  que  juzgue 
necesarios,  en  cada  una  de  las  diferentes  administraciones  y 
tesorerías.  Igualmente  suprimirá  todos  aquellos  destinos  que 
no  sean  precisos,  y  establecerá  otros  nuevos  en  donde  fuere 
conveniente,  formando  un  plan  general  de  todas  las  oficinas 
y  empleados  en  la  hacienda  publica,  el  que  presentara  al 
próximo  Congreso  para  su  aprobación  6  reforma. 

Articulo  6.  El  Gobierno  Supremo  asignara  también  el  suel- 
do á  los  gobernadores  de  las  provincias  que  se  vayan  liber- 
tando del  enemigo,  colocando  á  cada  una  en  la  clase  que  le 
corresponda,  según  su  importancia,  población  y  riqueza. 

Articulo  7.  Durante  la  guerra  de  la  independencia,  y  dos 
años  después,  solo  se  pagaran  en  dinero  efectivo  á  todos  los 
empleados  civiles  y  militares,  los  dos  tercios  de  su  asigna- 
ción ;  á  no  ser  que  la  escases  de  fondos,  ú  otros  circunstan- 
cias particulares  y  extraordinarias,  obliguen  al  executivo  á 
disminuir  la  quota  del  pagamento,  lo  que  podra  hacer  tempo- 
ralmente, aunque  siempre  con  igualdad  á  todos  los  servidores 
de  la  patria. 

Articulo  8.  Los  militares  quando  estén  en  campaña  no  su- 
frirán el  descuento  de  la  contribución  directa,  de  la  qual  se 
les  exime  en  aquel  caso. 

Articulo  9.  Del  descuento  que  se  manda  hacer  por  el  articulo 
7.  á  los  empleados  publicas,  se  cobrara  el  derecho  de  media 
annata  con  arreglo  á  las  leyes ;  pero  ningún  juez  6  empleado 
que  no  goze  de  sueldo  del  tesoro  nacional,  pagara  en  lo  suc- 
cesivo  la  media  annata. 

Articulo  10.  De  otra  parte  del  descuento  que  se  hace  por 
esta  ley  á  los  militares,  y  á  los  empleados  civiles  vitalicios,  se 
formara  por  el  executivo  un  monte  pió,  semejante  al  que 


541 

existia  baxo  el  Gobierno  Español,  cuyo  plan  se  presentara  al 
próximo  Congreso  para  su  aprobación  6  reforma. 

Articulo  11.  El  resto  de  los  descuentos  de  la  tercera  parte 
de  sueldos  se  reconocerá  como  deuda  nacional,  para  satisfa- 
cerse igualmente  á  todos  los  servidores  de  la  patria,  baxo  las 
reglas  que  prescriba  el  Congreso.  Entre  tanto  se  llevara  la 
debida  cuenta  de  su  monto  en  las  respectivas  oficinas,  y  anu- 
almente se  dará  por  los  gefes  de  ellas  una  certificación  al  in- 
teresado, en  que  conste  lo  que  se  les  descontó  en  aquel  ano, 
para  que  á  su  tiempo  justifique  su  acción  contra  el  Estado. 

Articulo  12.  Ningún  empleado  publico  podra  gozar  de  dos 
sueldos  pagados  del  tesoro  nacional :  quando  acontezca  que 
alguno  obtenga  al  mismo  tiempo  dos  6  mas  destinos,  cobrara 
el  sueldo  mayor. 

Comuniqúese  al  poder  executivo  para  su  cumplimiento. 

Dado  en  el  Palacio  del  Congreso  General  de  Colombia  en 
la  villa  del  Rosario  de  Cúcuta,  á  8  de  Octubre  de  1821, — 
11  de  la  independencia. 

El  Presidente  del  Congreso,  José  Y.  de  Marques. 
El  Diputado  Secretario,        Miguel  Santa  María. 
El  Diputado  Secretario,        Francisco  Soto. 

Palacio  del  Gobierno  en  el  Rosario  de  Cúcuta,  á  10  de 
Octubre  de  1821.    Executese, 

Francisco  P.  Santander. 

Por  S.  E.  el  Vice-Presidente  de  la  República, 

El  Ministro,  P.  Gual,  El  Secretario  de  Hacienda. 

Es  copia. 

Elecciones  de  Senadores. 

Debiendo  hacerse  por  el  Congreso  General  en 
esta  primera  vez,  con  arreglo  á  la  constitución,  y 
efectuadas  en  las  sesiones  del  8,  9,  y  10  del  cor- 


542 

riente  (Octubre),  resultaron  constitucionalmente 
electos  Senadores : — 

Por  el  Departamento  del  Orinoco* 

Señores  General  Santiago  Marino. 
Fernando  Peñalver. 
Ensebio  Afanador. 
General  de  Brigada  Antonio  Sucre. 

Por  el  Departamento  de  Venezuela. 

General  Josef  Antonio  Paez. 

Dr  Ramón  Ignacio  Méndez,  (Ecles.) 

Martin  Tobar. 

Coronel  Judas  Piñango. 

Por  el>  Departamento  de  Sulia. 

General  Rafael  Urdaneta. 
Illmo.  Obispo  de  Merida,  Rafael  Laso. 
Dr  Antonio  María  Brizeño,  (Ecles.) 
Luis  Baralu 

Por  el  Departamento  de  Boyaca. 

Nicolás  Cuervo,  Vicario-general  del 

Arzobispado  de  Bogotá. 
Francisco  Cuevas. 
Francisco  Soto. 
Antonio  Malo. 

Por  el  Departamento  de  Cundinamarca. 

General  Antonio  Nariño. 
Coronel  Luis  Rieux. 
Estanislao  Vergara. 
Miguel  Uribe. 

Por  el  Departamento  del  Magdalena. 

Josef  María  del  Real. 

Dr  Manuel  Benito  Rebollo,  (Ecles.) 


543 

Señores  Coronel  Josef  Francisco  Munive. 
Remigio  Marques; 

Por  el  Departamento  del  Cauca, 

Gerónimo  Torres. 
Agustín  Baroana. 
Joaquín  Mosquera. 
Vicente  Lucio  Cabal. 

Por  aquella  época,  el  Congreso,  juzgando  pro- 
pio mudar  el  lugar  de  sus  sesiones  del  Rosario  de 
Cúcuta  á  Bogotá,  dio  el  siguiente  decreto,  en  el 
que  explican  los  motivos  que  tubieron  para  ha- 
cerlo :— 

Decreto  sobre  la  Residencia  Provisional  del 

Gobierno. 

£1  Congreso  General  de  Colombia,  considerando, — 

Io,  Que  habiéndose  reservado,  por  la  ley  fundamental  de 
unión,  para  mejores  días  levantar  la  ciudad  de  Bolivar,  que 
debe  ser  la  capital  de  la  República,  es  necesario  entretanto 
designar  el  lugar  que  por  ahora  sea  la  residencia  ordinaria  del 
Gobierno,  conforme  al  párrafo  21  del  art.  55  de  la  Consti- 
tución. 

2o,  Que  debe  escogerse,  en  quanto  sea  posible,  aquel  que 
diste  y  se  comunique  con  mas  igualdad  á  los  extremos  del 
territorio  de  la  República,  al  propio  tiempo  que  haga  menos 
peligrosas  y  mas  expeditas  y  freqüentes  las  relaciones  con  los 
diversos  pueblos  del  interior,  esparcidos  en  un  pais  tan  vasto, 
con  caminos  y  montañas  casi  inaccesibles. 

S°,  Que  al  consultar  estas  ventajas  es  preciso  atender  tam- 
bién á  la  benignidad  del  clima,  multiplicidad  de  edificios, 
abundancia  de  recursos  en  todos  los  ramos  de  la  administra- 
ción, y  otras  comodidades  de  la  vida. 

4o,  Que  ninguna  mejor  que  la  ciudad  de  Bogotá  reúne  estas 
proporciones,  situada  por  la  naturaleza  en  el  corazón  de  la 


544 

República,  y  con  dos  rios  navegables  al  poniente  y  al  oriente, 
que  le  ofrecen  pronta  comunicación  con  sus  costas  y  con  Jos 
departamentos  de  la  antigua  Venezuela. 

5o,  Que  la  necesidad  de  llevar  la  guerra  á  los  opresores  de 
la  desgraciada  Quito,  reclama  la  cercanía  y  las  principales 
atenciones  del  Gobierno,  al  menos  por  ahora,  hacia  aquella 
interesante  porción  de  Colombia,  ha  venido  en  decretar  y  de- 
creta:— 

Art,  1.  La  ciudad  de  Bogotá  sera  la  residencia  del  Gobier- 
no Supremo  de  la  República,  hasta  tanto  que  variadas  las 
presentes  circunstancias,  no  se  designe  otro  lugar  por  el  Con* 
greso. 

ArU  2.  El  poder  ezecutivo  dictara  todas  las  dispoáciones 
necesarias  para  el  cumplimiento  de  este  decreto,  preparando 
los  edificios,  enseres,  y  demás,  que  sea  conducente  para  la  re- 
unión y  despacho  de  las  Cámaras  del  Senado  y  de  Represen- 
tantes, del  .poder  executivo  y  secretarias  de  la  alta  corte  de 
justicia,  y  demás  tribunales  y  oficinas  establecidas  por  las  leyes, 
que  deban  residir  en  la  capital. 

Comuniqúese  para  su  debida  execucion. 

Dado  en  el  Palacio  del  Congreso  General  de  Colombia,  en 
la  villa  del  Rosario  de  Cúcuta,  á  8  de  Octubre  de  1821, — 
11  de  la  independencia. 

£1  Presidente  del  Congreso,  J.  Y.  de  Márquez. 

£1  Diputado  Secretario,        Miguel  Santa  María. 

El  Dipatádo  Secretario,        Francisco  Soto. 

Palacio  del  Gobierno  de  Colombia  en  el  Rosario  dé  Cúcu- 
ta, á  11  de  Octubre  de  1821.  Executese,  publiquese,  y 
comuniqúese  á  quienes  corresponda. 

F.  de  P.  Santander. 

Por  S.  E.  el  Vice-Presidente  de  la  República, 

El  Ministro  del  Interior,  Diego  Bautista  Urbaneja. 


545 

Bolívar,  por  un  decreto  del  9  de  Octubre,  au- 
torizó á  Santander  á  que  exerciese  las  funciones 
del  poder  executivo  durante  su  ausencia  con  el 
exercito.  Antes  de  su  salida,  publicó  una  pro- 
clama para  los  habitantes  de  Colombia,  en  la  que 
discurrirá  sobre  la  excelencia  de  la  constitución 
que  les  presentaba,  y  sobre  la  prosperidad  de  que 
gozarían  baxo  la  administración  del  Vicepresi- 
dente. 

El  14  de  Octubre,  el  Congreso  cerró  sus  labo- 
res. En  la  ultima  sesión,  antes  de  su  proroga- 
cion,  votaron  unanimamente  sus  gracias  al  Lord 
Holland,  al  Abate  de  Pradt,  en  otro  tiempo  ar- 
zobispo de  Mechline,  á  Henry  Clay,  en  otro  ti- 
empo Presidente  de  la  Cámara  de  Representantes 
de  los  Estados  Unidos,  al  Coronel  William  Duane, 
redactor  del  periódico  intitulado  la  Aurora  de  Fi- 
ladelfia,  á  Mr  Marryat,  y  á  Sir  Robert  Wilson, 
miembros  del  Parlamento  Ingles,  por  lo  que  ha- 
bían hecho  para  promover  la  causa  de  la  indepen- 
dencia. 

El  día  de  la  terminación  del  Congreso  dieron 
una  proclama  á  sus  constituyentes,  cuya  substan- 
cia era  esta : — 

Comienza  diciendo,  que  el  Congreso  ha  terminado  sus 
augustos  deberes,  y  que  sus  miembros  se  retiran  confiados  en 
que  han  llenado  el  objeto  de  sus  deseos.  Que  ahora  poseen 
una  constitución  que  parece  la  mas  propia  para  asegurarles  el 
goze  de  sus  libertades  y  propiedades.  La  República  se  ha 
consolidado  también  por  la  unión  de  los  territorios  de  que 
está  ahora  compuesta.  Los  derechos  de  los  que  tienen  las 
riendas  del  gobierno  han  sido  definidos  y  circunscritos  :  todos 

tom.  ir,  m  m 


546 

los  derechos  del  pueblo  se  hallen  ahora  bazo  las  mas  solemnes 
garantías. 

£1  territorio  queda  dividido  en  departamentos,  y  su  gobier- 
no ha  sido  completamente  organizado.  Se  han  establecido 
tribunales  de  justicia  para  la  protección  y  beneficio  de  los 
ciudadanos,  y  también  han  establecido  tribunales  en  todas  las 
provincias  para  causas  menores*  El  Congreso,  persuadido  de 
la  importancia  de  esta  medida,  le  ha  dado  toda  su  considera- 
ción. 

£1  Coilgreso  ha  establecido  escuelas,  y  casas  de  educación, 
colegios  y  universidades,  aplicando  los  fondos  de  los  estable- 
cimientos religiosos  suprimidos  á  este  efecto;  pues  .Una  B*> 
publica  no  puede  mantenerse  sino  por  las  virtudes  Mpiflas  á 
los  conocimientos. 

£1  Congreso  no  ha  olvidado  aquella  desgraciada  porción 
de  la  humanidad,  que  hasta  entonces  Jtábia  llevado  Ja  señal 
de  su  degradación ;  pero  por  la  ajtflicion  de  la  esclavitud,  el 
Congreso  no  habia  tampoco  olvidado  los  derechos  de  propie- 
dad que  tenían  sus  amos. 

Las  rentas  publicas,  tan  disminuidas  por  las  calamidades 
desastrosas  de  la  guerra,  estaban  ahora  establecidas  por  leyes 
«económicas  y  saludables.  Los  impuestos  de  toda  especie 
habían  sido  disminuidos  lo  mas  que  habia  sido  posible. 

La  destilación  de  licores  fuertes  está  ahora  libre*  Por  las 
leyes  sobre  las  rentas  publicas,  las  contribuciones  serian  mo- 
deradas, y  baxo  una  base  de  igualdad,  mientras  que  al  mismo 
tiempo  podrían  ganar  su  vida  con  facilidad.  Pero  como  el 
Gobierno  tiene  que  incurrir  aun  gastos  indispensables,  el 
Congreso  habia  decretado  una  contribución  directa,  según 
los  medios  de  cada  uno. 

.  Tales  han  sido  las  labores  de  los  Representantes.  Del 
pueblo  depende  ahora  la  consolidación  de  Colombia*  Des- 
pués les  exhorta  á  vivir  como  hermanos,  sin  zelos  ó  rivalidad : 
pues  estas  fueron  las  fatales  armas  de  que  sus  enemigos  *e 
sirvieron  para  encender  la  discordia  entre  ellos.  La  unión 
les  hará  invencibles, — la  desunión  es  el  único  enemigo  que 
deben  temer.  Obediencia  á  las  leyes,  que  ellos  mismos  han 
formado,  y  respeto  por  los  magistrados  que  ellos  mismos  eli- 


547 

gen»  Que  se  acuerden  que  nada  es  perfecto  en  su  principio, 
y  que  entonces  las  leyes  necesitan  mas  obediencia  para  ob* 
tener  mat  vigor.  La  libertad  de  la  imprenta,  que  es  el  mejor 
medio  para  fixar  y  expresar  sus  opiniones,  se  había  también 
establecido.  Que  usen  de  eik.  con  la  moderación  que  pres- 
criben las  leyes,  y  de  este  modo  conservaran  sus  derechos 
ilesos. 

Los  Representantes  les  comunicaran  los  motivos  que  han 
tenido  en  lo  que  han  hecho ;  les  explicaran  lo  que  no  entien- 
dan. Obraran  de  modo  que  merezcan  su  confianza ;  y  su 
candor  y  buena  fé  les  tranquilizara» 

Despreciad,  les  dice*  los  clamores  de  la  ignorancia  y  del 
fanatismo.  Estas  son  las  armas  de  que  se  sirven  sus  enemigos 
para  sumergirles  otra  vez  en  la  esclavitud  y  en  la  degradación. 
Lexos  de  haber  difundido  máximas  impias  ó  irreligiosas,  como 
sus  enemigos  quiza  insinuaran,  no  han  hecho  sino  purgar  á  la 
religión  de  los  abusos  que  la  manchaban.  Estos  instigadores 
no  tienen  otro  Dio»  sino  el  ínteres,  y  su  religión  no  consiste 
sino  en  hipocresía  y  preocupaciones.  El  Congreso  no  ha 
tenido  otro  deseo  sino  su  dicha.  Tara  hacer  esto,  adoptó  sus 
principios.  Es  posible  que  no  haya  llenado  todas  sus  espe- 
ranzas, pero  pueden  estar  seguros  que  han  hecho  quanto  esta- 
ba en  su  poder.  Su  prosperidad  era  su  objeto,  y  la  única  re- 
compensa que  desea  es  su  aprobación. 

Dado  en  el  Congreso  General  de  la  República  de  Colom- 
bia, en  el  Rosario  de  Cúcuta,  á  14  de  Octubre  de  1821. 

Por  el  Préndente  del  Congreso, 

Jóse  Ignacio  db  Marques. 

Por  lee  Ministros  y  Secretarios, 

Miguel  Santa  María. 
Francisco  Soto. 

La  República  de  Colombia  recibió  dos  accesos 
importantes  á  esta  época.  Guayaquil  se  puso 
baxo  la  protección  de  la  República,  por  un  de- 
creto publicado  poco  tiempo  antes ;  y  Cumana, 
después  de  una  resistencia  tan  larga,  se  entregó  al 


548 

General  $ermudez,  el  15  de  Octubre.  La  guar* 
nicion,  que  consistía  de  1500  hombres,  se  embar- 
có  para  Puerto  Rico. 

En  Cartagena  estaban  preparando  una  expedi- 
ción contra  Panamá,  en  la  que  las  tropas  Inglesas 
debían  ser  principalmente  empleadas,  quando 
afortunadamente  todo  el  Ismo  de  Darien  esta- 
bleció su  independencia,  que  efectuó  del  modo 
siguiente. 

£1  General  Lia  Cruz  Murgeon,  gobernador  de 
Panamá,  se  habia  embarcado  desde  allí,  de  acuer- 
do con  los  empleados  Españoles  en  Quito,  para 
atacar  á  Guayaquil.  Los  habitantes  de  las  cer- 
canías de  la  ciudad  de  Panamá  se  aprovecharon 
de  esta  ocasión  para  significar  á  las  autoridades, 
que  no  querían  continuar  mas  baxo  el  dominio 
Español.  El  Coronel  F.  Fabrega,  que  habia  que- 
dado allí  por  gobernador  interino,  convocó  una 
junta,  el  20  de  Noviembre,  de  las  gentes  princi- 
pales, en  la  que  se  decidió  que  cada  distrito  en- 
viaría un  diputado,  por  el  que  expresarían  sus 
deseos  respectó  á  la  forma  de  gobierno  que  de- 
bria  adoptarse.  Pero  esto  no  se  realizó,  pues 
los  habitantes  de  Panamá  declararon  espontanea- 
mente  su  independencia,  el  28.  En  Puerto  Bello, 
la  independencia  se  proclamó  el  5  de  Diciembre. 
.  Morales,  que  era  ahora  el  comandante-en-gefe 
de  las  fuerzas  Españolas,  pues  La  Torre  habia 
sido  nombrado  gobernador  de  Puerto  Rico,  se 
embarcó  para  Curaba,  para  recoger  500,000 
duros,   y  poder  continuar  la  guerra.     Esto,  no 


549 

l 

pudo  efectuar  totalmente,  y  tubo  que  abandonar 
aquella  plaza  con  apenas  Ja  tercera  parte  de  la 
suma  en  su  posesión.  A  su  vuelta  á  Puerto 
Cabello,  marchó  á  la  cabeza  de  un  cuerpo  de 
tropas,  y  tomó  posesión  de  Coro. 

Del  lado  de  Quito,  nada  que  fuese  material- 
mente á  la  ventaja  de  las  armas  de  Colombia 
habia  ocurrido*  Sucre,  que  mandaba  en  aquella 
parte,  habia  concluido  una  tregua  á  últimos  del 
año  anterior  con  Aymericb,  el  general  realista,  que 
esperaban  terminaría  en  una  capitulación,  pero  el 
22  de  Febrero  de  1822  volvieron  á  comenzar  las 
hostilidades. 

Las  tropas  de  Maracaibo,  subiendo  á  unos  mil 
hombres,  y  la  legión  Irlandesa  de  250  hombres, 
baxo  el  mando  del  Mayor  Ferrier,  atravesaron  el 
Golfo  de  Alta  Gracia,  en  el  mes  de  Marzo,  para 
marchar  contra  Coro.  Hubo  algunas  escaramu- 
zas con  las  guerrillas,  de  las  que  se  desertaron 
algunas  á  Alta  Gracia. 

Sin  embargo,  la  expedición  se  malogro  com- 
pletamente :  fueron  derrotados,  y  se  vieron  obli- 
gados á  retirarse  sobre  esta  ultima  plaza.  Mo- 
rales, á  la  cabeza  de  3000  hombres,  les  persiguió 
con  ardor,  y  se  avanzó  hasta  20  millas  de  Mara- 
caibo. Luis  Clementi,  el  gobernador,  hecho  in- 
mediatamente una  proclama,  llamando  á  todos 
los  habitantes  á  las  armas  para  defender  la  ciudad. 
Tropas  acudían  de  todos  los  lados ;  y  los  habi- 
tantes mostraban  una  disposición  de  recibir  al 


550 

enemigo  con  energía,  si  hubiese  hecho  alguna 
tentativa  sobre  la  ciudad, 

£1  bloqueo  de  Puerto  Cabello  continuaba  aun. 
Por  dos  buletines,  publicados  el  19  y  el  23  de 
Abril,  por  el  general  patriota  Paee,  parece  que 
las  operaciones  para  la  reducción  de  la  plaza  con- 
tinuaban con  mucha  actividad.  Estas  no  podían, 
sin  embargo,  tener  mucho  efecto,  por  $dta  de 
fuerza  marítima  para  impedir  que  entrasen  provi- 
siones en  el  fuerte.  La  fragata  Ligera  pasaba  y 
repasaba  desde  Cura^oa  al  Continente  sin  ninguna 
dificultad  ó  peligro,  á  pesar  de  la  fuerza  que  la 
República  habia  apostado  afuera  del  puerto.  En 
efecto  la  marina  Colombiana  ha  sido  hasta  ahora 
muy  trivial,  y  á  no  ser  que  la  aumenten,  la  suje- 
ción final  de  Puerto  Cabello  por  los  independien- 
tes sera  muy  larga  é  incierta. 

■El  9$  de  Abril,  Morales,  que  aun  continuaba 
en  posesión  de  Alta  Gracia,  logró  desembarcar 
500  hombres  mas  abaxo  de  la  ciudad  de  Mará- 
caibo,  y  por  la  noche  del  dia  siguiente  400  mas 
arriba  de  la  ciudad.  El  34,  estos  últimos  fueron 
atacados  por  el  regimiento  Creollo  de  Tiradores, 
y  derrotados  completamente.  La  mayor  parte 
quedaron  tendidos  en  el  campo  de  batalla,  y  el 
resto  se  entregó  á  discreción.  La  otra  división, 
baxo  el  mando  de  Morillito,  habiendo  recibido 
noticias  de  esta  derrota,  se  entregó  prisionera  de 
guerra,  y  la  llevaron  á  Maracaibo,  en  donde  poco 
después  la  embarcaron  para  la  Jamaica. 


551 

Bolívar,  que  había  marchado  á  la  cabeza  de  un 
exercito  respetable  contra  Quito,  por  el  lado  de 
Pastos,  se  encontró  con  el  General  Murgeon  en 
los  altos  de  Curiaco. 

Entraron  en  un  combate,  que  fue  mantenido 
de  los  dos  lados  con  grande  obstinación.  Porün 
la  victoria  se  decidió  por  los  patriotas;  y  los 
Españoles  tubieron  que  retirarse  del  campo»  de- 
xando  un  gran  numero  de  prisioneros,  y  la  mayor 
parte  de  sus  municiones,  en  manos  de  los  Colom- 
bianos. Murgeon  ftie  herido  gravemente,  y  mu- 
rio  dos  dias  después.  Esta  batalla  ocurrió  el  7 
de  Abril. 

Estas  no  fueron  las  únicas  victorias  que  ganaron 
las  armas  Colombianas  durante  este  mes.  El 
General  Sucre,  que  mandaba  el  exercito  desti- 
nado á  obrar  contra  Quito  del  lado  de  Guayaquil, 
habiendo  atacado  y  derrotado  un  cuerpo  de  tropas 
que  hicieron  algunas  demostraciones  de  resisten- 
cia, entró  y  tomó  posesión  de  la  importante  villa 
de  Riombamba,  situada  á  cosa  de  cien  millas  al 
sud  de  Quito. 

En  el  siguiente  mes,  la  vigia  militar  llamada  el 
Mirador  de  Solano,  que  domina  sobre  Puerto 
Cabello,  se  entregó  por  capitulación  al  General 
Paez,  y  la  guarnición  fue  conducida  á  Puerto 
Rico,  conforme  á  una  de  las  condiciones. 

En  conseqüencia  de  una  batalla  que  ocurrió 
entre  los  dos  partidos  en  Pichincha,  situada  á  una 
quantas  leguas  al  sud  de  Quito,  en  la  que  los 
realistas  fueron  derrotados  después  de  una  lucha 


55% 

desesperada,  los  Españoles  hicieron  proposiciones 
de  capitulación,  á  las  que  el  general  independiente 
accedió, 

BATALLA  DE  PICHINCHA. 

Quartel-General  en  Quito,  á  28  de  Mayo  1822. 

Señor,— Desde  las  ventajas  obtenidas  por  nuestros  grana- 
deros y  dragones  sobre  toda  la  caballería  enemiga  en  Rao- 
bamba,  nada  de  consecuencia  ha  ocurrido,  Loe  diferentes 
cuerpos  de  la  división  se  pusieron  en  marcha  el  8  ultimo,  y 
llegaron  á  Tagunea  el  20.  Los  Españoles  tenían  sus  posi- 
ciones en  la  ciudad  de  Machad,  que  domina  sobre  los  pasos 
inaccesibles  de  Jalupana  y  La  Vindicta.  Era  preciso  evitar- 
les, marchando  sobre  su  flanco  izquierdo ;  y  saliendo  el  13, 
llegamos  el  16  al  valle  de  Chillo*,  á  quatro  leguas  de  la  capi- 
tal» después  de  haber  pasado  las  cimas  heladas  de  las  montanas 
del  Cotopaxi,  y  dormido  sobre  ellas.  El  enemigo  percibió 
nuestros  movimientos,  y  aquella  misma  noche  ocupó  á  Quito. 

La  escarpada  cima  del  Puengasi,  que  divide  el  valle  de 
Chilloe  de  la  ciudad,  es  de  difícil  paso,  pero  logramos  eludir 
la  vigilancia  del  enemigo,  el  20  pasamos  la  montana.  El 
21»  baxaraos  á  los  llanos  de  Tambamba,  y  ofrecimos  batalla  al 
enemigo.  Nos  aguardábamos  á  que  los  Españoles  la  acep- 
tarían, teniendo  la  ventaja  del  terreno ;  pero  quedaron  en  sus 
posiciones  impenetrables,  y  la  división  tubo  que  tomar  una 
posición,  después  de  varias  maniobras,  en  la  ciudad  de  Chilloe 
Gallo,  á  una  milla  de  distancia  del  enemigo. 

Durante  el  22  y  el  23  tratamos  de  provocarles  al  combate, 
y  no  pudiendo  obtenerlo,  resolví  marchar  por  la  noche  á  acam- 
par en  un  común  al  norte  de  la  ciudad,  donde  el  terreno  es 
mas  favorable,  y  que  nos  pondría  entre  Quito  y  Pastos.  De 
consiguiente  despaché  al  Coronel  Córdoba  con  dos  compañías 
del  batallón  del  Magdalena.  Un  camino  muy  malo  retardó 
nuestra  marcha,  pero  á  las  ocho  de  la  mañana  llegamos  á  los 
altos  de  Pichincha,  que  dominan  á  Quito,  dexando  atrás  nues- 
tra artillería  protegida  por  el  batallón  de  Albion.     Mientras 


553 

que  las  tropas  descansaban  un  poco,  envié  la  compañía  de  Ca- 
zadores de  Paya  á  reconocer  los  pasos.  A  esta  siguió  inme- 
diatamente el  batallón  de  Truxillo  (del  Perú),  mandado  por 
el  Coronel  Santa  Cruz,  comandante-general  de  la  división  del 
Perú*  A  las  nueve  y  media  los  Cazadores  se  encontraron  con 
toda  la  división  Española,  que  marchaba  á  nuestra  derecha 
hacia  la  posición  que  ocupábamos.  Los  Cazadores  continu- 
aron el  fuego  hasta  que  se  les  acabaron  las  municiones,  pero 
el  batallón  de  Truxillo  vino  muy  á  tiempo,  y  tomó  parte  en  el 
combate.  Poco  después,  las  dos  compañías  de  Yaguachi, 
mandadas  por  el  Coronel  Morales  en  persona,  se  juntaron  á 
él.  El  resto  de  nuestra  infantería,  bazo  las  ordenes  del  Ge- 
neral Mires,  siguió  después,  excepto  dos  compañías  del  Mag- 
dalena, con  las  que  el  Coronel  Córdoba  marchó  para  tomar 
una  posición  detras  del  enemigo ;  pero  no  pudiendo  lograr 
esto,  se  tubo  que  volver.  El  batallón  de  Paya  estaba  presto, 
quando  la  falta  de  municiones  obligó  á  los  otros  dos  cuerpos 
á  retirarse,  después  de  sostener  con  firmeza  el  fuego  del  ene- 
migo. Este  se  avanzó  un  poco,  y  como  el  terreno  apenas 
permitía  mas  que  un  batallón  á  la  vez  en  el  combate,  los  Ca- 
zadores recibieron  ordenes  de  avanzarse  cargando  á  la  bayo- 
neta. La  carga  se  executo  brillantemente,  y  el  enemigo  per- 
dio  la  ventaja  que  había  ganado.  El  fuego  comenzó  otra  vez, 
y  solo  la  situación  del  terreno  induxo  al  enemigo  á  continuar* 
Este  despachó  tres  compañías  del  regimiento  de  Aragón  para 
atacarnos  por  el  flanco  derecho;  y  favorecidos  por  la  espe- 
sura del  bosque,  habían  ya  llegado  á  la  cima  de  los  altos, 
quando  las  tres  compañías  de  Albion,  que  habían  quedado 
atrás  con  la  artillería,  les  atacaron,  y  con  aquella  gallardía 
que  ha  distinguido  siempre  á  este  cuerpo,  derrotaron  com- 
pletamente á  los  Aragoneses.  En  el  entretanto  el  Coronel 
Córdoba  recibió  ordenes  de  ir  á  asistir  á  los  Cazadores  con  las 
dos  compañías  del  Magdalena.  Este  gefe,  cuya  intrepidez  es 
bien  conocida,  hizo  una  admirable  carga ;  el  enemigo  se  puso 
en  desorden,  y  poco  después  fue  derrotado.  Por  la  tarde  los 
soldados  de  la  libertad  fueron  coronados  de  victoria.  Ayuda- 
dos por  los  Cazadores  de  Paya,  por  una  compañía  Yaguachi, 
y  por  las  tres  compañías  de  Albion,  el  Coronel  Córdoba  per* 


¿54 

siguió  á  los  Españoles  basta  las  puertas  do  la  capital,  y  obligó 
ai  resto  á  ampararse  en  ei  fuerte  del  Panecillo» 

Deseando  ahorrar  la  efusión  de  sangre  que  podían  oca- 
sionar el  asalto  del  fuerte  y  la  defensa  de  la  ciudad,  despaché 
mi  edecán,  O'Leary,  al  General  Aymerich,  con  un  tnemage 
verbal  de  entregaras;  y  en  el  entretanto  me  avancé  con  la 
parte  principal  de  la  división,  y  ocupé  loa  arrabales,  habiendo 
despachado  previamente  al  Coronel  Ibarro,  (que  había  acom- 
pañado á  la  infantería  durante  la  batalla),  con  la  caballería, 
para  que  persiguiese  á  la  caballería  enemiga,  que  observé  se 
dirigía  hacia  Pastos.  £1  General  Aymerich  propasó  capitu- 
lar, y  las  condiciones  fueron  aceptados  y  ratificados  al  día 
siguiente* 

Los  resultados  de  la  batalla  de  Pichincha  son,  la  ocupación 
de  esta  ciudad  y  de  sus  fortificaciones  por  la  tarde  del  25,  la 
tranquilizacion  de  todo  el  departamento,  y  la  captura  de  1 100 
soldados,  160  oficiales,  14  piezas  de  artillería,  1700  fusiles, 
toda  sus  municiones,  estandartes,  caxas,  drc  400  hombrea 
del  enemigo,  y  900  nuestros,  quedaron  muertos  en  el  campo 
de  batalla ;  tenemos  190  prisioneros  heridos,  y  140  de  los 
nuestros  heridos.  Entre  los  muertos  están  el  Teniente  Mol- 
lina, y  el  Sub-Teniente  Mendosa ;  y  entre  los  heridos  están 
los  Capitanes  Cabal,  Castro,  y  Alsuro ;  los  Tenientes  Caldo* 
ron  y  Ramírez,  y  los  Subtenientes  Barrero  y  Ardugo. 

Las  tropas  han  hecho  todas  su  deber.  Gefes,  oficiales,  y 
soldados,  parecían  émulos  en  la  gloria  del  triunfo.  El  boletín 
que  entregaran  á  V.  E.  hace  mención  de  aquellos  gefes  y  ofi- 
ciales subalternos  que  se  han  distinguido  mas,  y  considerare 
como  mi  deber  recomendarles  al  Gobierno.  La  condocta  del 
Teniente  Calderón  merece  mención  particular.  Recibió  qua- 
tro  heridas  consecutivas,  pero  rehusó  retirarse  del  campo 
hasta  el  fin.  Me  temo  que  sean  mortales ;  pero  el  Gobierno 
no  dexara  de  compensar  á  su  familia  por  los  servicios  de  este 
heroico  oficial. 

La  caballería  Española  queda  dispersada,  y  el  cuerpo  man- 
dado por  Cestari,  ai  que  yo  había  previamente  apostado  entre 
Quito  y  Pastos,  está  á  sus  alcanaes.  El  26  salieron  los  comi- 
sionados de  los  dos  Gobiernos  para  Pastos,  para  anunciar  la 


555 

capitulación  de  Quito,  cuyas  condiciones  «pero  serán  ratifi- 
cadas por  el  Libertador.  Otros  oficiales  marchan  en  la  direc- 
ción de  las  Esmeraldas  y  Barbacoas ;  y  en  corto  tiempo  los 
habitantes  de  estos  payses  gosaran  de  pas  y  de  sosiego»  como 
lesvprimeroa  beneficios  que  les  dará  la  República. 

La  división  del  sod  ha  dedicado  sus  trofeos  y  laureles  al 
Libertador  de  Colombia. 

Que  Dios  guarde  áV.  E.  muchas  años. 

(Firmado)        A.  J.  de  Sucas. 

A  su  Excelencia  el  Presidente. 

Capitulación  de  Quito. 

La  fortuna  de  la  guerra  obligándonos  á  buscar  medios  de 
conciliar  el  interés  del  exercito  Español  por  razón  de  la  ocu- 
pación de  esta  ciudad  y  provincia  por  las  divisiones  de  Colom- 
bia y  del  Perú,  baxo  el  mando  del  General  Sucre,  después  de 
su  victoria  en  los  altos  de  Pichincha,  en  cuya  ocasión  los  dos 
exercitos  combatieron  con  aquel  entusiasmo  que  les  carac- 
teriza; y  considerando  la  falta  de  comunicación  con  la  Penín- 
sula, la  opinión  publica  en  este  pays,  y  la  falta  de  recursos 
para  continuar  la  lucha,  como  también  conforme  á  las  ordenes 
del  ministro  de  la  guerra  á  S.  E.  el  General  Murgeon,  con 
fecha  del  S  de  Abril  de  1822,  loe  gefes  de  los  dos  .exercitos 
han  venido  en  terminar  la  disputa,  y  para  este  efecto  han 
nombrado  al  General  Sucre,  á  los  Coroneles  Don  Andrea  de 
8*  Cruz,  comandante  de  las  tropas  Peruvianas,  y  á  Don  An- 
tonio Morales,  Gefe  del  Estado-Mayor  de  las  fuerzas  Colom- 
bianas;—y  á  S.  E.  el  General  Don  Melchior  Aymerich,  á  los 
Coroneles  Don  Francisco  González,  Don  Manuel  María  Mar- 
tínez de  Aparicio,  Ayudante-general  y  gefe  de  la  división 
Española»  y  á  Don  Patricio  Bryan,  Ayudante  del  mismo  cu- 
erpo, cuyos  poderes  habiendo  sido  reconocidos  varias  veces, 
han  convenido  en  las  siguientes  estipulaciones  :— 

Art.  1.  El  fuerte  de  Panecillo  (Quito),  y  todo  el  territorio 
al  norte  y  al  sud  de  esta  ciudad,  que  estaba  sujeto  á  la  auto- 
ridad Española,  con  todas  las  armas,  provisiones  y  municiones, 


556 

serán  entregada!  á  los  comisionados  que  el  General  Sucre 
nombre  para  ese  efecto. 

Art.  2.  Las  tropas  Españolas  saldrán  de  la  plaza  con  los 
honores  de  la  guerra;  y  al  tiempo  y  lugar  que  nombre  el 
General  Sucre»  también  entregaran  sus  armas,  estandartes,  y 
municiones;  y  en  consideración  de  su  gallarda  conducta  en  el 
combate  de  ayer,  y  en  conformidad  con  los  convenios  particu- 
lares que  sean  hechos  sobre  este  punto,  se  permitirá  á  todos 
los  oficiales,  tanto  Europeos  como  Americanos,  volver  á  Eu- 
ropa, 6  á  qualesquiera  otra  parte.  Las  tropas  tendrán  también 
la  misma  permisión.  Los  oficiales  que  deseen  quedarse,  serán 
admitidos  en  el  exercito,  6  se  les  considerara  como  simples 
ciudadanos. 

Art.  3.  Los  oficiales  retendrán  sus  armas,  equtpages,  y  ca- 
ballos. 

Art.  4.  Los  oficiales  que'  deseen  volver  á  Europa,  serán 
conducidos  hasta  la  Habana,  á  expensas  del  Gobierno  Colom- 
biano, por  la  via  de  Guayaquil  y  Panamá,  baxo  una  escolta, 
hasta  el  punto  de  su  embarque ;  y  pagaran  en  el  primer  puerto 
Español  que  lleguen,  á  los  comisionados  nombrados  para  con- 
ducirles, el  monto  de  los  gastos  ocasionados. 

Art.  5.  El  General  Aymerich  tendrá  la  libertad  de  ir  adonde 
y  quando  guste  con  su  familia,  y  recibirá  quantas  atenciones 
y  respetos  son  debidos  á  su  rango  y  carácter. 

Art.  6.  Se  concede  una  aronestia  respecto  á  las  opiniones; 
y  todas  las  personas  que  tengan  empleos  civiles  6  eclesiásticos, 
que  deseen  volver  á  Europas,  recibirán  pasaportes ;  pero  irán 
á  gastos  suyos. 

Art.  7.  Como  en  el  articulo  1.  todas  las  tropas  de  Pasto,  y 
en  aquella  dirección,  se  hallan  comprehendidas  en  esta  capi- 
tulación, se  nombraran  dos  oficiales  de  cada  lado  para  con- 
ducirlas aquí,  y  para  tomar  posesión  de  las  armas,  municiones, 
prisioneros,  &c ;  pero  como  en  el  presente  estado  de  cosas 
en  aquella  parte  del  pays,  el  Gobierno  Español  no  puede 
tomar  sobre  si  el  ver  executado  el  cumplimento  de  este  arti- 
culo, el  Gobierno  Colombiano  obrara  en  este  caso  según  mas 
juzgue  conveniente. 


557 

Art.  8.  Después  de  la  ratificación  de  este  tratado  por  los 
dos  partidos,  el  General  Sucre  podra  ocupar  la  ciudad  y  fuerte 
en  el  día  y  hora  que  apunte. — Los  susodichos  comisionados 
han  firmado  estos  artículos  antes  de  su  ratificación  por  las 
partes  contratantes,  en  el  Palacio  del  Gobierno  de  Quito,  con 
fecha  del  S  de  Abril  de  1822. 

Andrés  de  Santa  Cruz,  Antonio  Morales ;  Francisco 
González,  Manuel  Maria  Martínez  de  Aparicio, 
Patricio  Bryan. 
Los  oficiales  y  tropas  hechas  prisioneras  juraran  de  no 
tomar  las  armas  contra  los  estados  independientes  de  Colom- 
bia y  del  Perú. 

Santa  Cruz,  Morales ;  González,  Aparicio,  Bryan. 
Quartel- General  en  Quito,  el  25  de  Mayo  de  1822. 
Lo  ratifico  y  apruebo,  y  lo  desempeñare  con  fidelidad  y 
religiosidad  en  todos  sus  particulares. 

Mexchior  Aymbrich. 
Aprobado  y  ratificado, 

Antonio  José  de  Sucrb. 
Quartel-General  en  Quito,  el  26  de  Mayo  de  \%22. 

• 

Por  este  tratado  los  patriotas  se  vieron  en  po- 
sesión de  todo  el  territorio  de  Quito,  con  todos 
los  almazenes,  municiones,  armas,  &c.  La  mayor 
parte  de  las  tropas  Españolas  se  juntaron  á  los 
independientes ;  y  el  resto,  por  el  art  4.  del  tra- 
tado, no  podían  tomar  armas  contra  la  República. 

En  el  entretanto,  Bolívar,  que  ademas  de  la 
disposición  hostil  que  los  habitantes  de  la  provin- 
cia de  Pasto  habian  manifestado  siempre,  tenia 
que  vencer  obstáculos  casi  insurmontables  que  lo 
escarpado  del  pays  le  oponía,  continúo  su  marcha 
con  una  actividad  y  perseverancia  invencible. 
Después  de  trabaxos  y  de  fatigas  increíbles,  se 


558 

presentó  delante  de  la  ciudad  de  Fasto  á  fflter de 

Mayo ;  y  poco  después  de  su  llegada,  á  su  inex- 
presible  satisfacción  y  sorpresa,  el  comandante 
Español  le  hizo  proposiciones  de  capitular,  á  las 
que  Bolívar  accedió,  después  de  algunas  altera- 
ciones triviales.  La  carta  de  Pérez,  el  secretario 
general  de  Bolívar,  al  secretario  de  la  guerra,  en 
la  que  da  una  cuenta  de  las  operaciones  que 
ocurrieron  antes  de  la  capitulación»  hace  ver  la 
importancia  que  da  el  Presidente  de  Colombia  á 
este  acceso.    Este  venia  á  ser  su  contenido. 

Oficina  del  Secretario-General,  QuarteUGeneral 
en  Pastos,  á  8  de  Junio  de  1822. 
Al  Secretario  de  la  Guerra, 

Tengo  el  honor  de  informar  á  V.  E.  del  glorioso  resultado 
de  la  campaña  del  sod,  que  las  armas  Colombianas  han  liber- 
tado desde  Popayan  hasta  sus  confines.     Dos  esplendidas 
batallas  han  decidido  el  destino  de  estas  hermosas  provincias» 
aquella  ciudad  habiéndose  entregado  la  ultima  á  sus  liberta- 
dores.   V.  £.  quedara  informado  de  la  notificación  hecha  per 
S.  £•  el  Libertador  á  los  defensores  de  Pasto,    £1  coman- 
datite-en-gefe  de  la  división  Española  consintió»  asegurándole 
de  su' disposición  á  capitular ;  y  en  conseqüencia  lo  consultó 
con  los  gefes  de  su  división,  y  con  la  municipalidad  de  aquella 
ciudad,  que  estaban  todos  decididos  á  capitular  con  el  ejer- 
cito libertador ;  pero  el  pueblo,  adheriendo  con  tenacidad  á 
la  causa  real,  resistió  toda  insinuación,  y  el  gefe  Español  tubo 
que  solicitar  la  ayuda  del  obispo  de  Popayan,  que  en  aquel 
momento  estaba  ausente  de  la  ciudad.    En  efecto  aquel  pre- 
lado logró  vencer  la  obstinación  del  pueblo ;  y  el  90,  los  Te- 
nientes-Coroneles Fierro  y  Retamal  marcharon  para  el  quartei- 
genersl ;  pero  sus  progresos  fueron  retardados  por  accidentes 
inevitables  y  casuales,  y  por  contramarchas)  ocasionadas  por  las 
malas  guias.    S.  E.  se  preparaba  á  entrar  en  Juanambu  por  la 
formidable  abertura,  quando  se  presentaron  los  comisionados 


559 

con  sos  credenciales  para  tratar  de  k  capitulación,  que  tengo  el 
gusto  de  incluir.  S.  E.  sin  aguardar  por  la  ratificación,  continuo 
su  marcha  con  una  columna  de  Cazadores ;  y  hoy  á  lasquatro 
p.  m.  entró  en  esta  ciudad,  en  medio  de  las  acclamaciones  y 
voces  de  los  gefes  y  nobleza  de  la  ciudad.  £1  illustrisiroo  señor 
obispo  salió  á  su  encuentro  baxo  el  palio,  y  después  se  cantó  un 
solemne  Te  Deum*  La  guarnición  de  esta  ciudad,  y  todas 
las  tropas  baso  eJ'comandante-en-gefe  de  la  segunda  división 
Española,  se  han  entregado  ya  al  Gobierno  Colombiano,  Ó  han 
recibo  ordenes  para  ese  efecto.  Por  esta  capitulación  la  Re- 
publica  de  Colombia  ha  adquirido  2000  veteranos,  que  han 
defendido  hasta  ahora  el  estandarte  real  en  las  posiciones  mas 
formidables,  que  pueda  presentar  la  naturaleza  para  favorecen 
la  guerra— posiciones  que  hubieran  sostenido  el  choque  de 
todas  las  fuerzas  de  Colombia*  S.  E.  considera  la  capitula- 
ción de  Pasto  como  el  mas  importante  suceso  militar  de  la 
campaña,  y  ha  dicho  que  vale  mas  de  diez  victorias  ganadas 
sobre  estas  cadenas  de  peñas.  Pero  lo  que  ha  aumentado  el 
gozo  de  las  armas  Colombianas,  es  la  victoria  obtenida  cerca 
del  volcan  de  Pichincha  sobre  la  ciudad  de  Quito.  El  24 
ultimo,  la  división  del  General  Sucre,  que  habia  ocupado  por 
tres  días  las  inmediaciones  de  Quito,  libró  una  batalla  gene- 
ral al  enemigo,  trepando  hasta  eminencias  inaccesibles,  entre 
bosques  que  impedían  toda  comunicación.  Tres  horas  no 
mas  decidieron  del  destino  de .  aquella  importante  ciudad. 
El  enemigo  se  retiró  con  su  infantería  á  Panecillo,  donde 
capituló  el  25.  Inmediatamente  el  General  Sucre  ocupó  la 
ciudad  de  Quito.  Por  lá  victoria  de  Pichincha,  y  por  la  capi- 
tulación, el  General  Sucre  ha  hecho  mas  de  1000  prisioneros, 
incluyendo  gefes,  oficiales,  y  soldados ;  ha  tomado  14  piezas  de 
artillería,  1300  fusiles,  y  los  almacenes  de  la  ciudad.  No 
puedo  detallar  á  V.  E.  los  movimientos  particulares  del  Gene- 
ral Sucre,  no  habiendo  recibido  aun  noticias  circunstanciadas, 
y  teniendo  ordenes  de  S.  E.  de  no  perder  tiempo  en  comuni- 
car al  Gobierno  sucesos  tan  importantes.  Asi  que  recibamos 
otras  noticias  del  General  Sucre,  y  las  ordenes  que  deben 
tomarse  para  el  movimiento  militar  que  han  tenido  las  fuerzas 

de  Colombia,  el  secretario  de  la  guerra  quedara  informado  de 

s 


560 

todo.  En  el  entretanto  S.  E.  me  ha  mandado  transmita  al 
Gobierno  los  sentimientos  de  gozo  al  ver  una  terminación  tan 
feliz  de  la  guerra  Colombiana.  Las  battallas  de  Bombona  y 
de  Pichincha  siendo  los  teatros  mas  gloriosos  del  Sur,  y  las 
capitulaciones  de  Pastos  y  de  Quito  los  sucesos  mas  ventajosos, 
la  República  debe  congratularse  al  haber  conquistado  á  sus 
enemigos  en  la  batalla,  y  al  haber  mostrado  la  mayor  genero- 
sidad en  sus  tratados.  Los  habitantes  del  Sur  son  ahora  de 
la  grande  y  glorióla  familia  de  Colombia;  y  no  hay  duda  que 
los  libertadores  serán  los  ídolos  á  los  que  ofrecerán  sus  sacri- 
ficios. S.  E.  el  Libertador  se  lisongea  que  los  habitantes  del 
Sur  serán  émulos  con  nosotros  en  gratitud,  como  lo  somos  en 
generosidad  con  sus  opresores.  Dios  guarde  á  V.  E.  muchos 
años. 

(Firmado)    J.  G.  Pjsrbz, 

Secretario-General  de  &  £. 

Los  siguientes  son  los  términos  de  la  capitula- 
ción : — 

Los  Tenientes-Coroneles  Don  Pantaleon  de 
Fierro,  y  Don  Miguel  Retamal,  comisionados  por 
el  comandante-general  de  la  2da  división  Espa- 
ñola del  Sur,  el  Coronel  Don  Basilio  García,  pre- 
sentaron los  siguientes  artículos  de  capitulación  á 
S.  E.  el  Libertador  Presidente  de  Colombia ;  que 
nombró  al  Coronel  José  Gabriel  Pérez,  y  al  Te- 
niente-coronel  Vicente  González,  para  concluir 
este  tratado. 

Proposiciones. 

Articulo  1.  Ningún  individuo  baxoel  comandante-general 
de  la  2a*  división  del  Sur  sera  perseguido»  ni  tampoco  ninguno 
que  haya  pertenecido  al  exercito  Colombiano,  incluyendo  los 
soldados  y  ciudadanos  de  las  provincias  baxo  su  mando,  cuyos 
territorios  se  extienden  desde  Tulcan  á  Popayan,  y  á  las  costas 


ÓÓ1 

de  Barbacoas.    Los  clérigos  seculares  y  regulares  quedarán 
exémptos  de  toda  carga  y  responsabilidad. 

Concedido,  sin  ninguna  restricción. 

Articulo  2.  Los  oficiales  y  soldados  Españoles,  y  otros  del 
pays,  no  podran  ser  forzados  á  tomar  armas  en  Colombia  con- 
tra sus  inclinaciones,  sin  haber  sido  previamente  invitados  y 
avisados  de  ello. 

Concedido* — Este  articulo  debe  ser  entendido  solo  con  res- 
pecto á  los  soldados  Españoles,  y  á  los  de  Pasto. 

Articulo  S.  Los  oficiales  y  tropas  Españolas  que  deseen 
ser  conducidas  al  puerto  mas  cercano  de  España,  serán  pro- 
vistas de  medios  de  transporte,  pagando  los  gastos,  6  según 
mejor  convenga. 

Concedido. — Si  los  oficiales  y  tropas  Españolas  se  trans- 
portan inmediatamente  á  España,  el  Gobierno  Español  avan- 
zara el  dinero ;  pero  si  fuesen  á  los  puertos  Españoles  Ameri- 
canos, 6  á  los  puertos  neutros  del  America,  entonces  la  Re- 
publica  de  Colombia  pagara  los  gastos. 

Articulo  4.  Los  oficiales  y  soldados  Españoles  no  serán 
insultados  por  ningún  individuo  de  la  República»  pero  serán 
respetados  y  protegidos  por  las  leyes.  Los  gefes  y  oficiales  (los 
emigrados  incluidos)  podran  llevar  y  hacer  uso  de  sus  espadas, 
equipages,  y  propiedades.  Si  se  quebrantase  este  articulo, 
las  leyes  y  el  pays  de  Colombia  les  asistirán,  observando  el 
tratado  de  Truxillo. 

Concedido. 

Articulo  5.  Los  Españoles  (militares  ó  civiles)  que  deseen 
prestar  juramento  al  Gobierno  de  Colombia,  quedaran  en 
posesión  de  sus  empleos  y  propiedades.  A  pesar  de.  lo  que 
queda  expresado  en  el  Articulo  Io,  se  entenderá  como  inclu- 
yendo en  él,  y  en  los  otros,  los  individuos  concernidos  en  las 
guerrillas  de  Palia,  y  los  que  estén  dentro  de  la  linea  del  exer- 
cito  de  la  República  de  Colombia,  que  dependen  del  coman-  % 
dante-general  de  la  2a*  división  Española  del  Sur ;  y  que  no 
pueden  ser  acusados  de  ofensas,  aunque  sean  de  la  mayor  res- 
ponsabilidad. Y  últimamente,  S.  E.  el  Presidente,  como  con-  > 
quietador  poseído  de  gran  nobleza  de  alma,  como  en  efecto 
sucede,  usara  á  los  prisioneros  de  guerra,  á  los  ciudadanos,  6  á 

TOM.  II.  n  n 


562 

los  habitantes  de  Pasto  y  de  su  jurisdicción,  con  toda  posible 
bondad* 
Concedido. 

Articulo  6.  Que  asi  como  las  personas  y  propiedades  de  las 
tropas  veteranos,  y  ciudadanos  de  Pasto  son  protegidos,  aque- 
llos, y  los  que  vivan  allí,  aunque  no  sean  naturales  del  pays, 
no  podran  ser  enlistados  á  ninguna  época,  pero  serán  consi- 
derados como  hasta  ahora,  es  decir  como  cívicos,  sin  tener  que 
salir  de  su  territorio.  Que  se  concedan  pasaportes  á  los  emi- 
grados, para  que  puedan  ir  á  juntarse  con  sus  familias ;  y  con- 
siderando la  pobreza  de  Pasto,  y  lo  mucho  que  ha  tarrido 
durante  la  guerra,  quedara  exémpto  de  todo  cargo» 

Respuesta. — Los  ciudadanos  de  Pasto,  ya  sean  naturales  6 
domiciliados,  serán  tratados  como  los  Colombianos  mas  favo- 
recidos, y  tendrán  todos  los  derechos  de  ciudadanos  de  la  Re- 
publica;  al  mismo  tiempo  soportaran  los  pesos  del  Estado 
como  los  demás  ciudadanos.  S.  £.  dará  á  conocer  sus  bené- 
ficas intenciones  á  los  habitantes  de  Pasto  en  una  proclama 
particular,  que  sera  obligatoria,  y  considerada  como  sagrada. 
Los  emigrados  obtendrán  sus  pasaportes  para  retirarse  á  sus 
casas. 

Articulo  7.  Que  no  se  cambiara  en  nada  la  Religión  Cató- 
lica Apostólica  Romana ;  y  sus  ceremonias  quedaran  invio- 
lables. 

Concedido. — La  República  de  Colombia,  glorificándose 
estar  baxo  los  auspicios  de  la  sagrada  religión  de  Jesús,  no 
cometerá  nunca  la  absurda  impiedad  de  cambiarla. 

Articulo  8.  £1  territorio  baxo  el  comandante-general  de  la 
2a»  división  del  Sur,  expresado  en  el  Art.  1°,  al  quedar  sujeto 
á  la  República  de  Colombia,  las  posesiones  de  los  ciudadanos 
de  Pasto,  y  de  todo  el  territorio,  serán  protegidas,  y  quedaran 
siempre  ilesas. 

Concedido. 

Articulo  9.  Que  si  S.  £•  el  Libertador  Presidente  juzgase 
á  proposito  ir  á  Pasto,  es  de  esperar  que  obrara  según  su 
acostumbrada  humanidad  y  consideración,  al  contemplar  el 
estado  miserable  de  la  ciudad. 

Concedido. — &  £.  el  Libertador  promete  tratar  á  la  ciudad 


563 

de  Pasto  con  la  mayor  benignidad,  y  no  exigirá  el  mas  ligero 
sacrificio  para  el  servicio  del  exercito  libertador*  £1-  comi- 
sario general  pagara  el  exacto  valor  de  quanto  se  necesite 
para  la  continuación  de  la  marcha  por  el  territorio  de 
Pasto. 

Artículo  10.  Que  S.  E.  el  Libertador  habiéndose  dignado 
prometer  á  Pasto,  de-  que  gozara  de  las  mismas  prerogativas 
que  la  capital  de  la  República,  sancionara  el  establecimiento 
de  la  casa  de  la  moneda,  según  se  halla  al  presente. 

Respuesta. — S.  £.  el  Libertador  no  estando  investido  del 
poder  de  decidir  respecto  al  establecimiento  de  la  casa  déla 
moneda,  que»  es  un  privilegio  que  solo  pertenece  al  Congreso 
General,  los  habitantes  de  Pasto  pueden  solicitar  éste  favor 
directamente  de  61,  ó  por  medio  de  sus'  representantes. 

Articulo  11.  Que  la  persona  del  üustrisimo  Obispo  de  Po- 
payan,  y  la  de  los  otros  eclesiásticos  forasteros,  serán  tratadas 
con  las  mismas  prerogativas  que  se  prometen  á  todos  los  ciu- 
dadanos de  Pasto;  respecto  á  sus  dignidades*  . 

Concedido.— -El  Gobierno  y  pueblo  de  Colombia  han  res- 
petado siempre,  eon  la  mas  profunda  veneración,  ai  ilustre 
Obispo  y  á  todos  los  clérigos  de  la  nación,  como  siendo  los 
ministros  del  Todo  Poderoso,  y  los  legisladores  de  la  morali- 
dad. 

A  cuyos  artículos  hemos  convenido  en  nombre  de  nuestros 
respectivos  gefes.  Este  tratado  sera  ratificado  dentro  de 
48  horas  por  S.  B.  el  Libertador  Presidente  de  Colombia,  y 
por  el  Comandante-General  de  la  2*1*  división  Española  dei 
Sud,  firmado  dos  de  cada  lado,  en  el  quartel-general,  Berrue- 
cos, á  6  de  Junio  de  1822,  á  las  seis  p.  m. 

(Firmado)    Pantalón  Fierro,  Miguel  Ratamal. 

Jóse  Gabriel  Pérez,  Vicente  González. 
Quartel-general  en  Pasto,  á  8  de  Junio  de  1822. 

Apruebo  y  ratifico  el  presente  tratado,         S.  Bolívar. 

Por  S.  E.  el  Libertador, 

José  Gabriel  Pérez. 
Quartel-general,  Divisiop  de  Pasto,  &  8  de  Junio* 

Ratifico  y  convengo  á  todo  quanto  aqui  está  Contenido. 

Basilio  García. 


564 

Esta  venia  á  ser  la  proclama  de  Bolívar  á  su 
entrada  en  Pasto. 

Colombianos  !— Ahora  todo  vuestro  delicioso  pays  está, 
libre.  Las  victorias  de  Bombona  y  de  Pichincha  han  com- 
pletado el  objeto  de  vuestro  heroísmo.  Desde  las  orillas  del 
Orinoco  hasta  los  Andes  del  Perú,  el  exercito  libertador^ 
marchando  en  triunfo,  ha  cubierto  con  sus  brazos  protectores 
toda  la  extensión  de  Colombia.  Solo  una  plaza  resiste  aun;, 
pero  esa  tiene  que  caer. 

Colombianos  del  Sur ! — La  sangre  de  vuestros  hermano* 
os  ha  redimido  do  los  horrores  de  una  guerra ;  os  ha  abierto 
una  puerta  para  que  entréis  á  gozar  de  los  sagrados  derechos- 
de  la  libertad  y  de  la  igualdad.  Las  leyes  Colombianas  han 
consagrado  la  alianza  de  la'  prerogativa  social  con  los  dere- 
chos de  la  naturaleza.  La  constitución  de  Colombia  es  el 
modelo  de  un  gobierno  representante,  republicano,  y  pode- 
roso. Otro  mejor  es  imposible  hallar  entre  las  instituciones 
políticas  de  este  mundo,  donde  nada  hay  de  perfecto.  Re- 
gocijaos» pues,  que  pertenecéis  á  la  grande  familia,  que  ahora 
se  reposa  á  la  sombra  de  los  laureles  que  ha  ganado,  y  que 
nada  la  queda  por  desear  sino  ver  acelerarse  la  marcha  del 
tiempo,  para  desenrollar  los  principios  de  dicha  que  nuestra* 
leyes  contienen. 

Colombianos  I— Participad  conmigo  en  el  extremo  gozo 
que  siente  mi  corazón,  y  erigid  altares  en  el  vuestro  al  exer- 
cito libertador,  que  os  ha  dado  gloria,  paz,  y  libertad. 

S.  Bolívar. 

QuarteUgeneral  en  Pasto,  6  8  de  Junio  de  1822, 
— 12°  de  la  República. 

El  7  de  este  mes,  el  rápido  y  feliz  suceso  de  las 
armas  Colombianas  fue  interrumpido  por  una 
derrota  que  sostubo  el  Coronel  Penango,  que 
mandaba  del  lado  de  Coro,  porlas  tropas  de  Mo- 
rales.    El  mismo  Coronel  fue  hecho  prisionero, 


565 

•.y  sus  tropas  sufrieron  mucho.  Sin  embargo, 
esta  victoria  no  tubo  ningunas  malas  conseqüen- 
cias  para  los  independientes,  pues  los  Españoles 
no  hicieron  ninguna  otra  tentativa. 

Al  siguiente  mes,  Morales  se  embarcó  con  sus 
tropas  á  bordo  de  la  fragata  Ligera,  del  buque 
de  guerra  Hercules,  y  de  nueve  transportes,  y  se 
hizo  á  la  vela  para  Puerto  Cabello,  adonde  llegó 
poco  después.  El  estado  miserable  del  pays  al 
rededor  de  Coro,  y  la  dificultad  de  procurarse 
provisiones,  le  obligaron  á  adoptar  esta  medida. 

El  3  de  Agosto,  este  general,  activo  y  empren- 
dedor, marchó  á  la  cabeza  de  2000  hombres  de 
Puerto  Cabello  contra  Valencia  y  Caracas.  El 
General  Paez,  que  se  habia  retirado  á  los  altos  de 
Birgirama  con  la  mayor  parte  de  sus  tropas,  á 
causa  de  lo  mal  sano  del  pays  cerca  de  Puerto 
Cabello,  se  encontró  con  él.  Libraron  combate ; 
Morales  y  sus  tropas  fueron  completamente  der- 
rotadas, y  pocas  escaparon. 

El  5  una  partida  de  realistas,  400  en  numero, 
desembarcó  en  Ocumare.  Se  encontró  con  una 
partida  republicana,  y  después  de  un  combate 
muy  reñido,  que  duró  varias  horas,  los  realistas, 
flespues  de  perder  200  hombres,  se  entregaron  á 
las  armas  victoriosas  de  Colombia. 

Puerto  Cabello  es  la  única  plaza  que  queda  en 
manos  de  los  Españoles,  y  según  los  ultimas  noti- 
cias, Bolívar,  habiendo  terminado  dichosamente 
la  guerra  del  Sur,  marchaba  á  tomar  sobre  si  el 
mando  del  exercito  empleado  en  la  reducción  de 


566 

aquella  importante  fortaleza.  Su  captura  inme- 
diata se  anticipa  aun  mas,  por  la  noticia  de  que 
la  marina  Colombiana  se  ha  aumentado  de  dos 
navios  de  guerra,  y  por  la  esperanza  de  que  muy 
pronto  recibirán  otros. 


En  esta  lucha  los  Americanos  del  Sud  tienen 
que  haber  mostrado  perseverancia,  firmeza,  y 
valor,  de  otra  suerte  no  hubieran  nunca  podido 
batir  á  Morillo  quando  desembarcó  en  1815o  1816, 
con  10,000  veteranos  de  la  Península,  con  todos 
los  fuertes  en  su  poder,  y  quando  los  patriotas  no 
poseían  literalmente  sino  los  montes  del  Orinoco. 

Las  tropas  del  pays  han  combatido  siempre  sin 
paga,  y  á  veces  han  entrado  en  batalla  con  gar- 
rotes contra  las  bayoneta  de  Morillo.  Quando 
este  desembarcó  con  10,000  hombres,  Bolívar  no 
tenia  en  todo  su  exercito  1000  fusiles,  ni  quiza 
1000  duros  en  su  tesoro. 

.  Todo  esto  no  podía  haber  sido  executado  sin 
alguna  de  aquellas  qualidades,  que  en  los  otros 
payses  consideran  como  siendo  las  que  ennoblecen 
al  carácter  del  hombre,  aunque  su  posesión  ha 
sido  tan  poco  permitida  á  los  Americanos  del  Sur. 

Los  Colombianos  y  su  causa  se  han  visto  ex- 
puestos á  toda  especie  de  calumnia  de  las  Islas 
adyacentes.  La  razón  es  obvia:  si  logran  su 
independencia,  el  comercio  indirecto  con  las  islas 
cesaría,  y  naturalmente  se  adoptaría  el  trato  directo 
con  Inglaterra. — En  compensación  por  su  hostili- 


567 

dad,  el  Gobierno  Colombiano  ha  decretado,  que 
todos  los  géneros  que  vayan  directamente  de  Eu- 
ropa, pagaran  menos  derechos  que  los  de  las  Islas 
adyacentes. 

Si,  entre  los  ignorantes  de  Colombia,  ha  ha- 
bido algunos  que  envidien  el  socorro  extrangero 
que  les  ha  sido  enviado,  ¿acaso  son  los  únicos 
hombres  en  el  mundo  que  estén  agitados  por 
la  envidia  ?  ¿  Acaso  se  puede  efectuar  una  revo- 
lución semejante,  sin  excitar  ninguna  de  aquellas 
pasioncillas  é  infirmidades  que  afligen  á  la  natur- 
aleza humana,  en  mayor  ó  menor  grado,  según  el 
estado  de  civilización  al  que  hayan  llegado  ^ 

Los  amigos  de  la  independencia  se  regocijaran 
al  ver  no  muy  distante  el  termino  de  la  guerra 
sanguinaria,  que  por  tantos  años  ha  desolado  estos 
hermosos  payses.  La  moderación  y  el  patriotismo 
desinteresado  que  han  manifestado  constante- 
mente los  gefes,  no  les  debe  hacer  temer  que  la 
discordia  intestina  venga  á  desperdiciar  las  ac- 
ciones heroicas  que  han  executado ;  y  no  duda- 
mos que  sus  esfuerzos  serán  completamente  co- 
ronados de  gloria,  al  ver  el  espíritu  liberal  que 
actúa  al  Gobierno,  y  el  ardiente  deseo  que  mani- 
fiesta para  adelantar,  por  quantos  medios  están 
en  su  poder,  la  dicha  y  prosperidad  del  pueblo 
que  está  baxo  su  dirección. 


568 


Estos  son  los  diferentes  ramos  de  rentas  en  Co- 
lombia :— 

Derechos  de  importación,  de  5  á  25  p.  c.  sobre 
el  valor  de  géneros  importados,  establecidos  por 
un  decreto  del  Congreso. 

Derechos  de  exportación,  10  p.  c.  sobre  todo 
el  producto  extraído. 

Un  derecho  de  15  duros  por  cabeza  de  todo  el 
ganado  vacuno  y  de  caballerías  exportada. 

£1  monopolio  de  la  venta  del  tabaco.  Todo  el 
tabaco  que  creze  en  Colombia  tiene  que  ser  estan- 
cado, y  el  gobierno  lo  vende  á  una  ganancia  de 
100  p.  c. 

Un  derecho  de  alcabala  dé  8  p.  c.  sobre  todo  el 
producto  que  se  vende.  Este  derecho  le  pagan 
los  labradores. 

Un  derecho  de  alcabala  de  8  p.  c.  sobre  todas 
las  mercancías  que  envían  de  una  ciudad  á  otra, 
para  venderlas  por  menor. 

Un  tanto  p,  c.  sobre  el  producto  de  las  minas  ; 
pero  como  no  se  labran  aun  ó  muy  poco,  este 
ramo  de  reptas,  no  debemos  ahora  contar  mucho 
con  él. 

Seria  inútil  tratar  de  valuar  lo  que  producen 
estos  varios  ramos  de  rentas.  Colombia,  teniendo 
ahora  un  Gobierno  Representativo,  informara  al 
publico  de  todas  estas  cosas  clara  y  periódica-» 
mente. 


569 

La  siguiente  Memoria  dá  una  relación  favorable 
del  estado  politico  de  una  porción  muy  impor- 
tante de  Colombia. 

Los  Encargados  de  la  Secretaria-General  del  De- 
partamento de  Cundinamarca,  presentan  á  S.  E. 
el  General  F.  de  P.  Santander,  Vicepresi- 
dente del  mismo  Departamento,  la  Memoria 
correspondiente  al  año  de  1820. 

DE  ORDEN  SUPERIOR. 

memoria  correspondiente  a  los  ramos  de 

guerra  y  hacienda. 

Excelentísimo  Señor, 

Quando  el  exceso  de  la  opresión  ha  llenado  la 
medida  de  los  crímenes  del  opresor,  brillan  las 
virtudes  del  pueblo  que  lucha  por  su  libertad. 
Saliendo  el  hombre  de  la  degradación,  conoce  su 
dignidad,  su  poder,  y  halla  en  el  fondo  de  su 
corazón  un  valor  de  que  no  tenia  idea ;  entonces 
hace  el  sacrificio  absoluto  de  sus  haberes,  y  se 
consagra  sin  reserva  á  la  felicidad  de  su  patria. 
El  magistrado,  que  en  tales  circunstancias  gobier- 
na un  pueblo,  se  encuentra  en  la  mejor  actitud 
para  conquistarle  su  libertad,  y  para  defenderle 
del  tirano  que  pretenda  reducirle  á  sus  antiguas 
cadenas.  Baxo  este  punto  de  vista,  no  admiraron 
los  esfuerzos  y  sacrificios  que  Cundinamarca  ha 
hecho  por  su  independencia  en  este  año,  á  hom- 
bres que  han  sido  inflamados  alguna  vez  con 
esta  sagrada  llama,  que  alimentada  por  la  natura- 


570 

leza,  eo  vano  emplea  el  despotismo  sus  conatos 
para  extinguirla ;  asombraran  si  á  los  esclavos,  ins- 
trumentos ó  adoradores  viles .  de  la  tiranía,  para 
quienes  la  degradación,  y  el  anonadamiento  de 
su  ser  es  un  deber  del  hombre  en  sociedad.  Los 
sacrificios,  sin  embargo,  y  los  votos  de  los  pueblos, 
se  inutilizan,  se  disipan,  y  desaparecen,  si  el  en- 
cargado  de  los  negocios  públicos,  si  el  que  gira  y 
dirige  la  maquina  del  gobierno,  no  pone  en  movi- 
miento con  acierto,  y  hace  de  los  medios  el  uso 
que  conviene,  para  llenar  en  lo  posible  los  deseos 
de  los  pueblos,  y  para  la  mejor  execucion  de  la 
empresa.  Es  pues  sin  duda  satisfactorio  á  V.  E. 
presentar  al  mundo  una  idea  de  los  esfuerzos  que 
han  hecho  las  provincias  de  Cundinamarca,  y  dar 
cuenta  á  ellas  y  al  gobierno  de  la  conducta  de  V. 
E.  y  su  manejo,  de  las  operaciones  que  se  han 
executado,  y  de  los  efectos  que  han  producido  los 
sacrificios  de  la  nación  y  las  providencias  de 
V.  E. 

En  menos  de  quatro  meses  desaparecieron  de 
Bogotá,  Tunja,  Socorro,  Pamplona,  Mariquita, 
Antioquig,  Choco,  Neyva,  y  Popayan,  los  agentes 
de  la  tiranía,  que  oprimían  á  estas  provincias. 
Donde  se  presentó  un  soldado  de  Boyaca,  se  res- 
tituyó la  libertad,  y  los  vencedores  hacían  brillar 
un  nuevo  dia  en  esta  extensión  de  territorio,  á  la 
manera  que  el  sol  va  disipando  las  tinieblas  á 
medida  que  su  luz  se  dilata  por  el  globo.  Entre- 
tanto el  gobierno  se  ocupaba  en  crearlo  todo. 
Los  primeros  elementos  de  la  guerra  demandaron 
sus  preferentes  providencias ;  fabricas  de  nitros  y 


571 

pplyora ;  adquisición  de  estaños»  plomos,  y  cobres.; 
¿creación  de.  cuerpos  de  infantería  y  caballería ; 
reglamentos  para  su  conservación  y  remplazo; 
providencias  para  evitar  el  abuso  y  desorden  de 
las  tropas  que  debían  transitar  por  las  provincias ; 
reculos  para  ocurrir  á  los  exercitos ;  medidas  de 
economía»  y  de  mejor  inversión  de  las  rentas  pu- 
blicas ; !  decretos  fuertes  contra  la  tnalaversacion ; 
creación  de  una  esquadrilla  en  el  Magdalena; 
fortificación  de  los  puntos  que  lo  exigían  en  ra- 
?on  de  las  circunstancias ;  arreglo  en  los  cuerpos 
de  milicias ;  establecimiento  de  academias,  y  todas 
aquellas  medidas  de  que  se  ha  dado  cuenta  en  la 
memoria  del  año  anterior,  fueron  la  ocupación  de 
Y.  E.  en  losquatro  últimos  meses,  y  primeros  de 
esta  nueva  época. 

Las  provincias,  libertadas  por  las  divisiones  que 
destacadas  del  ejercito  libertador,  habían  llevado 
el  espanto  y  el  terror  al  corazón  de  los  enemigos» 
do  estaban  armadas  competentemente  para  con- 
servar su  libertad,  y  oponerse  á  los  esfuerzos,  que 
en  su  desesperación  debian  hacer  para  subyu- 
garlas de  nueVo.  La  extraordinaria  actividad 
del  jExmo.  Señor  Libertador  había  levantado  dos 
«exercitos  en  pocos  días ;  pero  el  primero  al  mando 
del  B°.  General  Soublette  había  marchado  al 
Apure,  y  el  seguido  fue  á  cubrir  el  norte  de 
Cundinamarca,  amenazado  por  el  General  La 
Torre.  Mas  de  4000  reclutas  se  habían  reunido, 
y  seguían  á  Venezuela  en  diferentes  partidas ; 
700  se  instruían  en  esta  capital  para  el  batallón 
granaderos  de  la  guardia,  que  marchó  bien  pronto 


572 

á  reforzar  el  ezercito  del  norte,  armado  con  los 
fusiles  reparados  en  esta  maestranza.    El  batallón 
Albton,  formado  y  organizado  en  Tunja,  estaba  por 
Enero  completo  en  su  fuerza.    El  batallón  Varga* 
fue  organizado  en  el  Socorro,  con  el  quadro  de 
veteranos  que  salió  de  esta  capital,  y  una  com- 
pañía que  existía  en  Girón.    En  Antioquia  se 
completaba  un  batallón,  á  tiempo  que  su  coman- 
dante-general recibió  orden  de  formar  otro.    Dos 
batallones  ocupaban  á  Cauca  y  Popayan.    En 
Neyva,  á  mas  de  un  cuerpo  fuerte  de  caballería 
se  formaba  otro  de  infantería ;  en  Honda  se  crea- 
ba el  batallón  del  Alta-Magdalena ;  el  gobernador 
del  Choco  tubo  orden  de  levantar  un  batallón,  y 
en  esta  capital  se  adelantaba  con  regularidad  el 
esquadron  de  húsares :  se  compraban  y  reunían 
buenos  caballos  para  este  cuerpo,  y  para  la  caba- 
llería del  exercito  del  norte,  con  el  objeto  de  tener 
remontas  útiles,  y  evitar  á  los  pueblos  repentinos 
y  violentos  despojos  de  sus  caballerías,  que  debían 
serles  dolorosos. 

Esta  fuerza  habría  bastado  á  la  defensa  de  las 

* 

provincias  libertadas,  si  no  se  hubiera  hallado 
desarmado.  No  teníamos  abundancia  sino  de 
armas  blancas,  y  de  resolución  para  sacrificarlo 
todo  á*  la  causa  publica.  La  debilidad  se  veía  en 
todos  los  puntos ;  y  entretanto  llegaban  las  armas, 
para  cuya  adquisición  se  habían  enviado  sumas 
considerables,  parecían  expuestas  las  provincias  á 
ser  presa  de  un  invador  activo,  emprendedor,  y 
obstinado.  Evacuado  Popayan  por  Calzada,  en 
fuerza  de  los  repetidos  triunfos  que  sobre  él 


573 

obtubieron  las  reuniones  mal  armadas  de  patriotas 
del  Cauca,  había  sido  ocupado  en  21  de  Octubre 
por  las  tropas  de  la  República.  Antes  de  Enero 
se  anunciaba  que  reforzado  el  enemigo  con  tropas» 
dinero,  y  armas,  remetidas  por  el  Presidente  de 
Quito,  y  con  las  que  el  habia  recluitado  protegido 
por  el  Obispo  Ximenez,  volvia  sobre  Popayan ; 
pero  nada  se  sabia  positivamente.  En  Antio- 
quia  una  compañía  habia  castigado  el  temerario 
orgullo  de  su  Ex-Gobernador  Tolrá,  que  la  inva- 
dió por  Zaragoza.  En  Ocaña  se  organizaba  una 
columna  enemiga  para  reforzar  la  división  del 
General  La  Torre,  ó  amagar  á  la  provincia  de 
Pamplona  por  la  parte  de  Cácota ;  y  en  Mompox 
se  equipaba  una  expedición  contra  Honda.  Tal 
era  la  situación  del  departamento ;  pero  se  veía 
como  dé  lejos  una  nube  densa,  que  obscurecía  el 
horizonte  de  las  provincias,  y  que  anunciaba  la 
tempestad  que  cercaba  á  Cundinamarca. 

El  Exmo.  Libertador  en  el  Congreso  de  Vene- 
zuela, ocupado  entre  otras  cosas  de  la  creación 
de  la  República  de  Colombia,  distaba  mucho  de 
estas  provincias.  El  exercito  del  norte,  que 
había  perdido  al  B°.  General  Anzuategui,  no  habia 
podido  obtener  una  victoria  sobre  la  división  de 
La  Torre,  que  evitaba  cuidadosamente  todo  en- 
cuentro y  combate,  y  apenas  habia  ocupado  los 
pueblos  de  la  Grita  y  Bayladores  á  principios  de 
Enero,  haciendo  replegar  á  La  Torre  hacia  Me- 
rida.  Alejados  los  enemigos,  el  Coronel  Salón, 
que  mandaba  nuestro  exercito,  remitió  600  hom- 


574 

bres  por  la  montaña  de  Sn  Camilo  ál  exercito  de 
Apure,  y  quedó  el  del  norte  en  estado  de  no 
poder  ser  disminuida  su  fuerza  sin  exponer  aquella 
frontera,  y  sin  riesgo  de  que  volviendo  La  Torre 
sobre  él,  ó  lo  ¿atiese,  ó  lo  obligase  á  evacuar  el 
pays,  dexando  abandonados  al  enemigo  pueblos  á 
quienes  habia  costado  caro  su  libertad. 

Fue  en  estas  circunstancias  que  se  vio  Cundi- 
namarca  atacada  á  la  vez  por  seis  direcciones. 
Una  partida  de  la  columna  de  Ocañá,  invadiendo 
la  provincia  de  Pamplona,  se  habia  acercado  á 
Cácota  de  Surátá;  700  hombres  en  11  buques  de 
guerra,  atacaban  la  provincia  de  Mariquita,  diri- 
giéndose á  la  Angostura  de  Nare  ;  500,  al  mando 
de  Warleta,  amenazaban  á  Antioquia,  y  se  Jison- 
geaban  reconquistarían  esta  rica  provincia ;  una 
flotilla  habia  penetrado  por  el  Atrató  con  el  objeto 
de  apoderarse  del  Choco;  Calzada,  reforzado 
efectivamente,  como  antes  se  habia  anunciado, 
marchaba  sobre  Popayan  don  2000  hombres  de 
toda  arma,  y  V.  E.  entretanto  no  podía  disponer 
sino  de  cuerpos  desarmados.  Acontecimientos 
imprevistos  habian  entorpecido  la  remisión  de 
fusiles  de  Guayana,  y  no  habia  esperanza  de  que 
llegasen  oportunamente ;  y  no  pudiendo  reforzar- 
se los  puntos  débiles,  parecía  difícil  no  dolo  disi- 
par la  tempestad,  pero  aun  contener  ó  dilatar  su 
extrago.  Reunir  en  un  solo  punto  las  armas  que 
tenían  nuestras  divisiones  en  diferentes  partes, 
habría  sido  franquear  muchas  puertas  sil  enemigo 
para  acercarse  á  la  capital.     La  entereza,  la  acti- 


575 

vidad,  la  energía,  únicas  armas  de  que  podía  dis- 
poner el  gefe  del  departamento ;  el  entusiasmo, ' 
el  valor,  la  resolución,  la  desesperación  misma, 
recursos  que  prestaban  los  pueblos,  harían  que 
venciendo  en  una  ó  algunas  provincias,  se  dismi- 
nuyesen las  atenciones,  y  siendo  menores  los  pe* 
ligros,  se  tendrían  á  la  mano  otros  recursos,  y 
podrían  tomarse  otras  medidas. 

Valor,  actividad,  y  energía  extraordinaria,  fue- 
ron los  objetos  y  la  regla  que  V.  E.  les  presentó 
á  todas  las  provincias  amenazadas.  En  la  dificul- 
tad de  auxiliar  la  expedición  del  Sur,  el  coman- 
dante-general de  Popayan  debió  evacuar  esta 
ciudad,  posición  anti-militar,  que  ofrecía  pocos 
recursos,  y  ningunas  ventajas,  y  retirándose  al 
Cauca,  debía,  á  favor  del  terreno,  y  del  entusiasmo 
de  sus  habitantes,  hacer  una  vigorosa  y  obstinada 
defensa.  El  comandante-general  había  tomado 
sus  medidas ;  pero  el  dia  de  emprender  la  retirada, 
fue  atacado  en  las  calles  de  la  ciudad :  400  fusiles, 
y  la  mayor  parte  de  lá  columna  que  la  defendía, 
fueron  presa  del  enemigo,  que  no  debió  este 
triunfo  ni  al  valor,  ni  á  la  pericia  militar,  ni  á  la  su* 
periorídad  de  sus  fuerzas,  sino  á  circunstancias  á 
que  no  es  mi  objeto  con  traerme. 

Este  aciago  acontecimiento  apuró  mas  la  críti- 
ca situación  de  Cundinamarca.  Ocupado  Po- 
payan, era  consiguiente  la  invasión  del  Valle  del 
Cauca,  y  podía  extenderse  hasta  la  provincia  de 
Ney  va*  Subyugado  el  primero,  estaba  en  la  elec- 
ción del  enemigo  combinar  sus  operaciones  con 


576 

Warleta,  para  ocupar  á  Antioquia,  invadir  á  Ney- 
ba,  y  formar  una  linea  de  operaciones  desde  el 
Quartel-general  de  Morillo  por  toda  la  costa  de 
Cartagena,  hasta  las  inmediaciones  de  esta  capi- 
tal. 
En  estas  circunstancias  se  enviaron  á  Honda 

É 

quantos  auxilios  podían  prestarse  :  la  artillería 
necesaria  para  las  fortificaciones  de  Nare,  y  para 
los  buques ;  municiones,  pertrechos,  vestuarios, 
dinero,  vivieres ;  se  repitieron  ordenes  para  la 
construcción  de  buques  con  la  mas  grande  activi- 
dad ;  se  enviaron  oficiales  á  fortificar  regular- 
mente la  Angostura  de  Carare,  otros  á  montar 
los  buques,  otros  á  dirigir  y  mandar  la  tropa  y 
la  esquadrilla ;  descargando  de  este  cuidado  al 
Gobernador  Montilla,  ocupado  de  mil  importan- 
tes atenciones.  Este  debia  baxar  á  la  Angostura 
á  activar  el  equipamento  de  la  flotilla,  su  arreglo, 
y  partida,  embarcando  quanta  buena  tropa  pudiera 
reunirse,  y  disponiendo  el  ataque  6  defensa,  se- 
gún fuesen  favorables  las  circunstancias,  y  siem- 
pre contrayéndose  á  frustrar  la  combinación  que 
debia  existir  naturalmente  entre  las  fuerzas  su- 
tiles y  la  columna  de  Warleta. 

El  resultado  dte  estas  medidas  fue  el  brillante 
suceso  del  23  de  Enero  en  el  Peñón  de  Barba- 
coas. Destruida  la  flotilla  al  mando  de  Barrada, 
la  República  adquirió  500  fusiles  que  eran  condu- 
cidos con  el  objeto  de  armar  á  los  de  Antioquia ; 
tomada  que  fuese  aquella  provincia,  venir  á  Hon- 
da, y  de  alli  .á  esta  capital.     Desconcertada  la 


577 

combinación,  la  actividad  y  la  energía  se  redo- 
blaron ;  300  fusiles  se  enviaron  en  el  momento 
á  Antioquia,  con  las  municiones,  pertrechos,  y 
quantos  auxilios  podia  V.  E.  franquear  por  en- 
tonces. Y  si  no  hubiera  sido  necesario  retirar  el 
esquadron  de  guias,  y  dirigirlo  al  sur,  el  Magda- 
lena había  quedado  libre  desde  este  brillante 
acontecimiento. 

Mientras  las  armas  de  la  República  triunfaban 
en  el  Magdalena,  Calzada  asesinaba  á  los  oficiales 
prisioneros,  y  desolaba  el  Cauca.  Caly,  despre- 
ciando las  fuerzas  enemigas,  se  atrevió  á  soste- 
nerse con  solo  40  fusileros  y  500  hombres  de  caba- 
llería. Calzada  respeto  por  muchos  días  su  reso- 
lución y  actitud  ;  pero  Caly  al  fin  fue  ocupada, 
retirándose  sus  defensores  hacia  las  provincias  del 
Choco. 

A  tiempo  que  se  ordenaba  la  persecución  del 
enemigo  por  el  Magdalena,  que  la  esquadrilla  se 
dirigía  sobre  Mompox,  y  se  armaban  los  batal- 
lones organizados  en  Antioquia,  poniéndose  esta 
provincia  en  un  verdadero  estado  de  defensa,  no 
solo  para  rechazar  la  invasión  de  Warleta,  é  im- 
poner respeto  al  enemigo,  sino  también,  con  el 
objeto  de  que  pudiese  auxiliar  al  Cauca  por  el 
camino  que  conduce  á  Anserma,  se  tomaron  me- 
didas para  proteger  y  socorrer  la  numerosa  emi- 
gración, que,  huyendo  de  la  ferocidad  de  Calzada, 
atravesaba  los  Andes  por  Quindió  y  Barragan,;  y 
providencias  las  mas  executivas  se  dictaban  para 
auxiliar  el  Cauca,  y  arrojar  los  enemigos  de  la 

TOM.  II.  o  o 


578 

provincia.  Un  gobernador  activo,  el  Coronel 
Concha,  fue  enviado  á  que  reuniese  los  dispersos 
en  Ybagué,  y  defendiese,  si  aun  era  tiempo,  loa 
puntos  no  ocupados :  se  le  remitieron  algunos 
fusiles  del  armamento  tomado  al  enemigo  en  Bar- 
bacoas, municiones,  dinero,  y  un  numero  consi- 
derable de  armas  blancas.  Se  previno  á  este  gefe 
la  formación  de  dos  batallones  con  los  dispersos 
de  los  de  Cazadores  de  Cundinamarca  y  Cauca, 
y  con  los  emigrados  útiles  para  llevar  las  armas : 
que  publicase  la  resolución  del  Gobierno  de  tras- 
ladar al  Cauca  la  capital  de  la  provincia,  cuyo 
honor  obtendría  la  ciudad  que  mas  se  distinguiese 
por  sus  servicios,  y  por  la  co-operacion  en  la  des- 
.  truccion  del  enemigo :  que  ofreciese,  por  medio 
de  bandos  y  á  nombre  del  Gobierno,  la  libertad  á 
los  esclavos  emigrados  que  se  alistasen  en  el  exer- 
cito  por  tres  arios,  salvo  el  derecho  al  propietario 
contra  el  tesoro-nacional.  Importaba  mucho  la 
libertad  del  Cauca,  para  poder  recibir  por  la 
Buenaventura  el  armamento  que  debia  conducir 
el  comisionado  Teniente-Coronel  Muñoz,  des- 
pachado á  Chile  desde  Enero  con  el  objeto  de 
comprar  3000  fusiles,  y  otros  artículos  de  guerra, 
pues  aunque  podían  recibirse  en  la  costa  del  Cho- 
co, se  tocaban  grandes  dificultades  para  su  trans- 
porte por  tierra. 

No  era  entretanto  descuidada  la  provincia  de 
Neyba.  En  1  de  Febrero  se  remitieron  á  su 
Gobernador  Caycedo  algunos  fusiles»  y  las  muni- 
ciones correspondientes,  para  que  poniéndolas  á 


579 

disposición  del  Comandante  Garría,  cubriese  esté 
los  caminos  que  conducen  á  la  Plata.  Al  Coro* 
nel  Rodríguez  se  encargó  el  alistamiento,  organi- 
zación, y  mando  de  los  cuerpos  de  caballería. 
El  27  del  mismo  mes  se  enviaron  mas  municiones, 
armas,  y  los  artículos  necesarios  para  el  batallón 
de  la  provincia ;  se  publicó  la  ley  marcial  por  or- 
den de  V.  E.  comprensiba  solo  á  su  territorio  ;  y 
se  puso  á  toda  la  provincia  en  actitud  militar. 
V.  £.  les  anunció  que  marcharían  los  batallones 
Albion,  Vargas,  los  Guias  de  Apure,  y  V.  E. 
mismo,  si  tenia  el  enemigo  la  osadía  de  atravesar 
los  Andes.  Si  Calzada  se  hubiese  atrevido  á  in- 
vadir el  valle  de  Neyba,  allí  favorecidos  nosotros 
del  terreno  plano,  de  la  decisión,  valor,  y  entu- 
siasmo de  sus  habitantes,  habría  sido  absoluta- 
mente destruido  el  enemigo :  su  exercito  dismi- 
nuido en  el  paso  de  los  Andes,  habría  sufrido  una 
total  destrucción ;  y  tomada  su  espalda  por  los 
Gobernadores  de  Popayan,  Choco,  y  Antioquia, 
no  habría  quedado  retirada  á  los  restos  que  hu- 
bieran podido  escapar.  V.  E.  trazo  el  plan,  y 
dio  las  ordenes  convenientes  para  el  caso. 

Providencias  no  menos  activas  se  tomaban  para 
auxiliar  la  provincia  del  Choco,  aunque  tan  dis- 
tante para  recibir  oportunamente  los  recursos 
convenientes.  Con  anticipación  se  habían  remi- 
tido municiones  y  otros  artículos  de  guerra.  La 
columna  que  por  el  Atrato  atacó  á  esta  provincia 
fue  casi  destruida  el  19  de  Enero ;  y  en  el  Atrato 
como  en  el  Magdalena  recibieron  los  conquista- 


580 

dores  del  pais  lecciones  de  lo  que  pueden  los 
pueblos  resueltos  á  defenderse,  y  de  lo  que  es 
capaz  un  Gobierno  enérgico  y  activo,  Al  mismo 
tiempo  el  Comandante  de  la  fragata  los  Andes» 
buque  nacional  de  Chile,  ocupando  algunos  puer- 
tos de  la  costa  del  sur,  hacia  triunfar  en  ella  las 
armas  de  la  libertad. 

Como  á  tiempo  que  fue  invadida  la  provincia 
de  Antioquia,  su  Gobernador  Córdoba  se  hallaba 
enfermo,  V.  E.  tomó  la  medida  de  enviar  inme- 
diatamente un  joven  de  actividad,  energía,  y  ex- 
perimentado valor,  que  tomase  el  mando.  Mar- 
chó, y  á  su  arribo  á  Antioquia  encontró  á  Cór- 
doba restablecido,  y  al  frente  de  las  tropas  reuni- 
das en  las  llanuras  de  Barbosa.  El  enemigo,  que 
solo  habia  amagado  por  Zaragoza  para  atacar  de 
firme  por  Caceres,  se  dirigió  al  pueblo  del  Yaru- 
mal.  £1  11  y  12  de  Febrero  fueron  batidas  dos 
partidas,  y  esta  sola  operación,  con  el  conocimien- 
to, tal  vez,  de  haberse  destruido  la  combinación 
acordada  con  las  fuerzas  de  la  esquadrilla,  lo  ob- 
ligaron á  abandonar  el  pueblo,  y  emprender  una 
vergonzosa  retirada. 

A  fines  de  Febrero  las  atenciones  del  Gobierno 
eran  menores,  y  casi  ningunos  sus  cuidados.  La 
tempestad  se  disipaba  en  menos  tiempo  que  aquel 
en  que  habia  sido  formada :  el  horizonte  se  iba 
despejando,  y  el  suceso  de  Calzada  no  era  ya, 
sino  un  triunfo  efímero,  insignificante  á  la  Re- 
publica,  y  de  ninguna  ventaja  al  enemigo.  En- 
tró, sin  embargo,  en  el  calculo  de  V.  E.  que  podía 


581 


ó  formarse  otra  combinación  entre  Cal- 
zada, que  ocupaba  ó  Cartago,  aunque  molestado 
por  diferentes  partidas  en  el  valle,  y  Warleta,  que 
aun  no  babia  abandonado  las  inmediaciones  de 
Antioquia.  Para  desconcertarla,  se  dictaron  or- 
denes eficaces  :  mas  armas,  y  mas  municiones,  y 
mas  auxilios  de  toda  especie,  se  enviaron  á  Neyba, 
Ybagué,  Antioquia,  y  al  Magdalena.  £1  Coman- 
dante García  debía  penetrar  por  Guanacas,  ó  el 
camino  de  tierra  adentro  á  Popayan  ó  Calote ; 
él  Coronel  Concha  por  Quindió  á  Cartago ;  parte 
de  las  tropas  de  Antioquia  defender  el  estrecho 
de  Bufó  en  el  Cauca*;  y  la  esquadrilla  hacer  in- 
cursiones en  el  distrito  de  Ocaña,  Isla  de  Mora- 
les, inmediaciones  de  Mompox,  sin  compromet- 
erse en  encuentros  desiguales,  y  obrando  siempre 
con  grande  circunspección,  atendido  á  que  para 
reforzar  á  Antioquia  había  sido  debilitada  su 
fuerza  con  la  separación  del  esquadron  de  Guias 
de  la  Guardia,  que  tanta  parte  tuvo  en  el  suceso 
de  Barbacoas ;  debía  sin  embargo  ponerse  en 
comunicación  y  contacto  con  la  expedición  del 
Coronel  Carmona  hacia  Ocaña,  co-operar  con  esa 
división  en  los  términos  que  le  indicase  su  gefe, 
y  comunicarle  los  movimientos  que  por  el  rio  hi- 
ciese el  enemigo  con  sus  fuerzas  sutiles.  Calzada 
se  lisongeaba  desde  Popayan  con  la  idea  de  sub- 
yugar al  Cauca,  y  reconquistar  el  rey  no ;  y  el 
cobarde  se  ve  obligado  á  evacuar  el  valle  al  solo 
amago  de  avanzarse  tropas  por  Guanacas  y  Quin- 
dió :  tiembla  al  aspecto  de  pequeñas  partidas,  y 


¿82 

se  extremece  al  ruido  que  se  percibe  á  ta  inmedia* 
cion  de  los  bosques  agitados  por  el  vienta  Er- 
guido con  el  brillo  aparente  de  up  inútil  suceso, 
le  embaraza  la  presencia  de  un  peligro  quimérico. 
No  contaba  él,  sin  duda,  con  la  unión,  la  firmeza, 
el  valor,  la  constancia  extraordinaria  de  los  pue- 
blos. V.  E.  vio  á  ios  de  este  valle  redoblar  sus 
esfuerzos  según  las  exigencias,  y  arrancar  triun- 
fos á  una  fortuna  tantas  veces  adversa*  V.  E.  ha 
visto  á  los  de  Antioquia  imperturbables  en  medio 
de  los  riesgos  inminentes,  esperar  las  ordenes  del 
Gobierno,  y  precipitarse  después  para  oponerse 
en  masa  á  los  ataques  del  invasor. 

En  virtud  de  estas  disposiciones,  el  comandante 
del  batallón  de  Neyba  batió  en  Lame  una  colum- 
na enemiga  de  cien  hombres,  que  persiguió  hasta 
Pitayó  :  otra  columna  organizada  en  Ybagué 
ocupó  á  Cartago  sin  oposición  el  22  de  Marzo, 
baxo  la  dirección  del  Teniente-Coronel  Mur- 
gueytio ;  y  en  esta  fecha  nuestra  esquadriila  se 
hallaba  en  el  puerto  nacional  de  Ocaña,  en  co- 
municación con  el  Coronel  Carmona,  que  desde 
el  10  había  ocupado  la  ciudad  con  ordenes  di- 
rectas de  S.  E.  el  Libertador. 

Warleta,  sea  que  conociese  la  temeridad  de  su 
empresa,  ó  que  tuviese  noticia  del  desgraciado 
suceso  de  Barrada,  y  de  la  expedición  de  Ocaña» 
baxó  á  Mompox,  y  dividió  su  fuerza,  reforzando 
la  esquadriila  que  se  hallaba  en  el  Banco,  y  cu- 
briendo á  Tamalameque  y  Chiriguana,  con  el  ob- 
jeto de  entorpecer  las  operaciones  del  Coronel 


583 

Carmona.  No  teniendo  que  temer  Antioquia  ni 
á  Warleta  ni  á  las  fuerzas  de  Popayan,  los  Guias 
y  Albion  qué  estaban  marchando  en  auxilio  de 
aquella  provincia,  recibieron  contra-orden.  Va- 
riadas en  un  todo  las  circunstancias,  juzgó  el 
Gobierno  era  llegado  el  caso  de  obrar  sobre 
Mompox  desde  Antioquia,  no  solo  para  amagar 
y  divertir  al  enemigo  por  su  flanco  y  espalda, 
para  impedirle  obrar  ofensivamente  con  su  esqua- 
drilla,  ó  con  su  columna  de  Chiriguana;  sino 
para  que  se  ocupase  á  Mompox  en  una  favorable 
oportunidad.  £1  Teniente-Coronel  Cordova  fue 
encargado  de  estas  operaciones,  dexando  el  manda 
de  la  provincia  al  Teniente-Coronel  Ricaurte. 

A  tiempo  que  se  extendía  rápidamente  el  ter- 
ritorio libertado,  que  se  anonadaban  los  esfuerzos 
del  enemigo,  y  que  triunfaban  por  todas  partes 
las  armas  de  la  República,  se  presentó  segunda 
vez  en  el  departamento  el  Exmo.  Señor  Liberta- 
dor. ^  El  B.  General  Valdes  conducía  desde  el 
oriente  de  Venezuela  una  fuerte  y  respetable  di- 
visión. Acantonada  esta  en  Sogamozo,  el  Gene- 
ral Valdes  fue  encargado  de  la  dirección  y  mando 
del  exercito  del  sur,  reunido  ya  la  mayor  parte  en 
Neyba  á  las  ordenes  del  Señor  Coronel  Mires,  y 
consistente  en  tres  batallones  de  infantería,  y  un 
buen  cuerpo  de  caballería,  á  que  se  debían  reunir 
las  fuerzas  que  obraban  en  el  Cauca:  muni- 
ciones, artillería,  pertrechos,  vestuarios,  armeros, 
caxa  de  armería,  botiquines,  cirujanos,  practi- 
cantes, dinero,  y  quanto  era  necesario  para'equi- 


584 


par  este  exercito,  había  remitido  V.  E. ;  y  por  ulti- 
mo le  remitió  el  armamento,  que  conduxo  el  mis- 
mo General  Valdes.  Auxilios  de  igual  natura- 
leza se  habían  enviado  á  la  división  de  Cartago. 
Si  no  se  comprehende  como,  en  que  tiempo,  y 
con  que  recursos,  se  arrojan  los  enemigos  de  Cá- 
cota,  se  vence  en  el  Magdalena,  en  el  Cauca,  en 
Antioquia,  en  Lame,  en  el  A  trato;  como  una 
columna  del  Choco  viene  á  la  Buenaventura  en 
auxilio  de  la  provincia  del  Cauca ;  otra  marcha 
desde  Antioquia  hacia  Mompox  ;  otra  ocupa  las 
ciudades  de  Anserraa  y  de  Cartago ;  la  esqua- 
drilla  se  encuentra  en  aptitud  de  atacar  al  ene- 
migo en  sus  posiciones,  vencerlo  y  destruirlo; 
como  quedan,  sin  embargo,  armadas  y  en  estado 
de  defensa  las  provincias ;— menos  podra  compre- 
henderse  como  al  mismo  tiempo  ha  podido  form- 
arse, en  medio  de  tantas  atenciones,  un  exercito 
respetable  destinado  &  llevar  la  libertad  á  los 
pueblos  del  departamento  de  Quito,  quedando, 
sin  embargo,  eQ  esta  capital  el  nuevo  batallón  de 
Bogotá  constante  de  mas  de  mil  hombres.  Quando 
la  opinión  y  la  voluntad  de  los  pueblos  es  una ; 
quando  prefieren  dexar  de  existir  á  ser  esclavos ; 
quando  de  ellos  no  se  encuentra  un  ciudadano 
que  desee  á  los  tiranos ;  quando  la  unanimidad 
decide,  que  la  subyugación  es  el  ultimo  de  los 
males ;  y  quando  á  proporción  templados  los  re* 
sortes  de  la  maquina  política,  gira  con  rapidez, 
y  obra  con  actividad, — nada  debe  ser  extraordi* 
nario. 


585 

'  Las  activas  providencias  de  V.  E«,  sostenidas  y 
executidas  con  entusiasmo  por  los  pueblos,  pro- 
ducían estos  grandes  efectos,  estos  adelantamien- 
tos casi  inconceribles  de  los  que  debían  esperarse 
ventajosos  resultados,  que  podían  solo  medirse 
por  la  energía,  por  el  movimiento  de  impulsión, 
que  deban  las  operaciones  del  Gobierno,  y  por 
los  esfuerzos,  unión  y  constancia,  de  los  pueblos. 
En  medio  de  los  grandes  sacrificios,  que  hacían 
las  provincias  del  Chocó,  Antioquia,  Fopayan  y 
Mariquita,  se  les  exigieron  3500  esclavos,  que 
dexarian  de  serlo  desde  que  hubiesen  servido 
en  los  exercitos  de  la  República  por  tres  años, 
conforme  al  decreto  de  S.  E.  el  Libertador.  Asi 
se  iba  á  ver  al  esclavo  combatir  á  la  vez  por  su 
libertad  civil  y  política,  y  concillarse  la  dificul- 
tad de  conceder  de  hecho  la  libertad  á  los  escla- 
vos declarada  ya  de  derecho,  dándola  al  tiempo, 
y  por  servicios  hechos  á  lá  República,  de  que  iban 
á  ser  ciudadanos* 

Mientras  la  provincia  de  Antioquia  se  despren- 
día generosamente  del  contingente  de  esclavos 
que  se  le  señalo,  las  de  Mariquita  y  Neyba  daban 
ochocientos  soldados  robustos  para  el  exercito 
reunido  en  Cúcuta.  La  primera,  y  la  de  Bogotá, 
remitían  alli  mismo  un  numero  considerable  de 
acémilas,  la  mayor  parte  donadas  voluntariamente. 

A  este  tiempo  el  pretendido  reconquistador  del 
reyno,  que  evacúa  las  ciudades  del  valle,  ig- 
norando absolutamente  nuestro  estado,  necesita 
enviar  una  columna  de  trecientos  hombres,  que 


586 

atraviese  los  Andes  para  tomar  noticias  del  in- 
terior. £1  General  Valdes  aun  no  se  hallaba  al 
frente  del  exercito ;  pero  su  segundo»  el  Coronel 
Mires,  dio  á  la  columna  enemiga  en  La  Plata,  en 
vez  de  las  noticias  que  venían  á  indagar,  las  que 
debían  prometerse  del  valor  y  arrojo  de  soldados 
que  combaten  por  su  patria.  Puesto  en  movi- 
miento el  exercito  libertador  del  sur,  una  pequeña 
parte  de  él,  en  Pitayó,  destrozo  el  6  de  Junio  las 
mejores  tropas  de  una  división,  que  no  babia 
obtenido  otras  ventajas  que  las  del  asesinato,  la 
rapiña,  la  desolación  de  los  pueblos,  que  había 
ocupado  por  algunos  días.  Calzada  fue  el  ene- 
migo, que  en  la  simultanea  invasión  del  departa- 
mento fue  mas  tarde  escarmentado,  porque  asi  lo 
exigieron  las  circunstancias.  Derrotada  la  parte 
principal  del  enemigo  en  Pitayó,  Calzada  conservó 
una  columna  en  las  inmediaciones  de  Popayan : 
nuestro  exercito  excesivamente  fatigado  en  el 
paso  de  los  Andes,  cansadas  las  caballerías,  y  des* 
provisto  de  bagages,  se  dirigió  por  disposición  del 
General  Valdes  á  Caloto,  con  el  objeto  de  reunirse 
á  las  tropas  que  estaban  operando  en  el  valle,  y 
proveerse  de  los  recursos  que  le  faltaban,  no  solo 
para  acabar  de  destruir  al  enemigo,  sino  para  se- 
guir á  Pasto,  atravesando  un  territorio  decidida- 
mente contrario  á  nuestra  causa,  y  por  donde  ni 
podía  adquirir  los  medios  que  le  faltaban,  ni  podia 
recibir  los  que  poco  á  poco  se  le  remitiesen  del 
Cauca  y  Popayan.  Esta  ciudad  fue  ocupada  al 
fin  el  15  de  Julio ;  y  en  16  informó  al  Gobierno  el 


¿37 

General  que  no  creía  conveniente  aun  continuar 
sus  operaciones  hacia  Pasto,  sin  tener  todos  los 
medios  que  le  faltaban:  el  exercito  no  estaba 
enteramente  armado,  y  el  Gobierno  usó  siempre 
en  su  dirección  de  la  circunspección  y  prudencia, 
que  eran  tan  necesarias  para  no  exponerlo  á  un 
desastre  difícil  de  reparar  por  lo  pronto,  y  mucho 
menos  en  circunstancias  en  que  se  esperaba  ad- 
quirir todos  los  elementos  indispensables,  y  en 
que  S.  £.  el  Libertador  Presidente  había  orde- 
nado á  V.  E.  que  no  se  comprometiesen  aquellas 
fuerzas  en  operaciones  dudosas  y  de  peligro  cono- 
cido- 
Vista  por  los  informes  del  General  la  imposibi- 
lidad de  avanzar  mas  adelante  de  Popayan,  V.  E. 
le  hizo  entender  el  peligro  que  corria  el  exercito 
estacionado  en  una  ciudad,  que  siempre  había 
estado  expuesta  á  sorpresas,  en  donde  se  acababa 
de  executar  la  de  24  de  Enero  con  buen  suceso 
para  el  enemigo,  y  en  donde  la  opinión  del  pueblo 
en  lo  general  no  era  decidida  por  la  causa  publica» 
Ademas  el  General  había  lamentador  ya  de.  la 
deserción  que  experimentaba,  y  de  las  dificultades 
con  que  le  llegaban  las  provisiones ;  y  estos  infor- 
mes, con  la  idea  de  que  en  el  Valle  de  Cauca  po- 
drían remplazarse  los  cuerpos,  reorganizarse,  sub- 
sistir cómodamente,  y  sobre  todo  situarse  con 
seguridad  fuera  de  todo  peligro  de  ser  sorprendi- 
dos y  dispersados,  dictaron  á  V.  E.  la  orden  de  29 
de  Julio  para  evacuar  á  Popayan,  dexando  solo 
en  la  ciudad  un  pequeño  cuerpo  de  observación. 


588 

V.  E.  observó  todo  lo  que  le  dictaba  la  razón,  la 
experiencia,  y  la  circunspección ;  y  sin  embargo, 
dexó  al  general  la  libertad  de  no  evacuar  la 
ciudad,  siempre  que  salvase  las  dificultades  que 
le  presentaba.  El  general  halló  prudentes  Jas 
observaciones  de  V.  E.  y  se  resolvió  á  salir  de 
Popayan,  y  situarse  en  el  Valle  de  Cauca  á  re- 
organizar el  exercito,  disciplinarlo  y  estar  prepa- 
rado á  moverse  hacia  Pasto  en  tiempo  oportuno. 
El  Libertador  Presidente  fue  impuesto  de  estas 
providencias,  y  manifestó  á  V.  E.  su  aprobación, 
como  muy  conformes  á  sus  miras,  y  plan  general 
de  campaña. 

Para  ayudar  á  los  pueblos  del  Cauca  á  proveer 
de  subsistencia  al  exercito,  V.  E.  ordenó  al  Go- 
bernador de  Neyba  hiciese  freqüentes  remisiones 
de  víveres  á  aquella  provincia,  remitió  500  arrobas 
de  sal  de  las  salinas  de  Zipaguirá,  y  puso  en  Neyba 
4000  pesos  á  disposición  del  Gobernador  Concha, 
para  comprar  ganados,  y  otros  artículos  para  la 
subsistencia  de  las  tropas.  A  la  comisaria  del 
exercito  se  hicieron  otras  remisiones  de  dinero  de 
las  caxas  de  esta  capital ;  y  al  Pascua,  se  le  si- 
guieron enviando  partidas  de  municiones,  según  y 
como  nuestras  fabricas  de  nitro  y  pólvora  iban 
produciendo,  y  según  que  lo  permitían  otras  aten- 
ciones no  menos  preferentes  en  otros  puntos.— 
Paso  al  Magdalena. 

Sabida  la  ocupación  del  Rio  Hacha  por  la  es- 
quadra  del  Almirante  Brion,  y  tropas  del  Coman- 
dante-general  Montilla,   se  envió  el  correspon- 


589 

diente  armamento  al  Gobernador  de  Mariquita 
para  el  batallón  del  Alto-Magdalena,  con  orden  de 
que  se  embarcase  sin  perdida  de  tiempo  al  mando 
del  Teniente-coronel  Maza,  quien  combinando  sus 
movimientos  con  los  del  Teniente-coronel  Cor- 
dova, que  estaba  operando  por  el  rio  Cauca  sobre 
Mompox,  pondría  estas  fuerzas  á  su  disposición. 
La  columna  de  Cordova  desalojó  de  las  bocas,  de 
Nechi  á  los  enemigos  que  defendían  esta  impor- 
tante posición.  Poco  después  40  hombres  en 
Mojana  destruyeron  una  columna  triple,  y  se  al- 
lanaron la  entrada  en  Mompox.  Maza  obtuvo 
otras  ventajas  en  el  Magdalena.  Mompox  fue 
ocupado  al  fin,  obligando  esta  operación  á  los 
Españoles  á  retirarse  á  la  fuerte  posición  de  Te- 
nerife. Reunidos  Cordova  y  Maza  sin  perder 
momento,  fueron  atacadas  y  destruidas  todas  las 
fuerzas  sutiles  enemigas,  sin  que  quedase  á  los 
Españoles  un  buque  en  el  Magdalena.  Progresos 
tan  rápidos  fueron  efecto  de  providencias  bien 
meditadas,  activas  y  oportunas,  executadas  con 
tino,  exactitud  y  valor.  Pasado  el  tiempo  en  que 
el  Gobierno,  embriagado  con  los  triunfos,  dormía 
á  la  sombra  de  los  laureles  con  que  se  cubrían  las 
armas  de  la  Libertad,  las  victorias  en  estos  tiem- 
pos de  actividad  la  hacían  redoblar.  Nuevas 
providencias  se  dictaron  para  que  estos  2  batal- 
lones se  elevasen  á  800  plazas  cada  uno ;  para 
que  se  formase  otro  en  Mompox,  haciendo  mar- 
char al  efecto  200  hombres  de  Antioquia ;  para 
que  el  batallón  Girardot,  al  mando  del  Teniente- 


590 

coronel  Ricaurte,  siguiese  á  reunirse  al  exercito 
de  la  costa ;  para  conducir  á  ese  exercito  y  á  la 
esquadra,  dinero,  harinas,  azucares,  y  otros  artícu- 
los; quantos  fueron  necesarios  para  sostenerlo, 
ponerlo  en  aptitud  de  executaf  las  operaciones 
que  le  fueron  confiadas,  y  en  el  pie  brillante  en 
que  se  encuentra. 

V.  E.  dirigió  las  operaciones  en  el  Magdalena, 
hasta  que,  después  del  triunfo  glorioso  de  Tene- 
rife, se  pusieron  todos  nuestras  fuerzas  á  las  or- 
denes del  Comandante-general  Montitta,  que  ha- 
biendo desocupado  á  Rio  Hacha  por  motivos  que 
no  me  toca  recordar,  se  habia  introducido  con  el 
Almirante  por  el  Magdalena,  ocupados  varios 
pueblos,  y  franqueado  la  comunicación  con  el 
interior.  £1  Libertador  siguió  con  la  dirección  de 
la  guerra  en  esta  parte  hasta  Noviembre,  en  que 
marchando  al  frente  del  exercito  por  las  provin- 
cias occidentales  de  Venezuela,  cometió  de  nuevo 
á  V.  E.  la  dirección  de!  exercito  del  Magdalena, 
y  el  arreglo  de  todos  los  ramos  públicos.  Y.  E. 
teniendo  por  principio  las  miras  generales  de  S.  E. 
y  el  estado  de  las  operaciones  en  las  provincias  de 
Cartagena  y  Su  Marta,  dictó  las  providencias  que 
parecían  oportunas. 

La  actividad  extraordinaria  del  Almirante  Brion, 
el  tino,  juicio,  y  energía  del  Comandante- general 
Montilla,  dexaron  á  V.  E.  muy  desembarazado 
en  la  dirección  de  la  guerra.  El  desgraciado 
suceso  de  Turbaco  ocurrido  en  1  de  Septiembre 
se  reparó ;  la  opinión  de  los  pueblos  de  fa  pro- 


¿91 

vincia  de  Cartagena  subministró  muchos  medios  \ 
y  V.  £.  freqüentemente  hizo  remisiones  de  dinero 
al  exercito  y  esquadra,  para  ayudar  á  poner  en 
acción  las  tropas  remitidas  de  las  provincias  de 
Antioquia  y  Mariquita,  las  que  habia  llevado  el 
Coronel  Lara  de  Cúcuta,  Pamplona  y  el  Socorro» 
y  las  que  habia  formado  el  General  Montilla. 
Este  Gefe  atendió  á  poner  en  estado  respetable 
el  bloqueo  de  Cartagena,  y  á  hacer  marchar  la 
expedición  contra  Su  Marta  que  confio  al  bravo 
Coronel  Carreño :  algunas  dificultades  se  opusie- 
ron en  la  marcha  de  esta  expedición ;  pero  todas 
se  allanaron  con  el  valor  de  las  tropas,  y  el  tino 
del  Gefe ;  y  al  fin,  después  del  combate  sangriento 
del  10  de  Noviembre  en  la  Ciénega,  en  que  los 
batallones  rifles  y  Giraldot,  organizado  en  An- 
tioquia, se  distinguieron  valerosamente,  la  ciudad 
de  Su  Marta  fue  libertada  el  11,  y  Cundinamarca 
ganó  una  nueva  provincia*  Algunos  pueblos  de 
ella  se  habían  alarmado  contra  los  independientes, 
y  parecían  resueltos  á  continuar  en  la  obstinación 
de  luchar  contra  sus  libertadores ;  pero  todos  han 
ido  deponiendo  las  armas,  entregándolas  al  Coro- 
nel Narvaez,  que  tubo  la  comisión  de  pacificarlos, 
y  están  ya  reunidos  al  Gobierno  de  la  República, 
habiéndose  logrado  un  suceso  tan  importante  por 
medios  suaves,  á  fuerza  de  buen  trato  y  genero- 
sidad con  los  que  se.  habian  extraviado,  guiados 
por  su  docilidad  á  las  sugestiones  del  enemigo. 

En  Septiembre  tubo  V.  E.  avisos  del  Gobierno 
de  Chile  de  7  de  Agosto,  en  que  le  informaba  que 
el  15  saldría  sin  falta  para  el  Perú  el  exercito  del 

8 


592 

General  San  Martin,  y  la  esquadra  del  Lord 
Cochran.  Inmediatamente  V.  E.  lo  avisó  al  ge- 
neral del  exercito  del  sur,  y  le  previno,  que  estu- 
biese  preparado  á  marchar  hacia  Pasto  y  Quito, 
luego  que  se  le  presentase  una  ocasión  favorable 
al  mejor  éxito  de  sus  operaciones.  £1  Goberna- 
dor del  Cauca  recibió  orden  de  formar  un  nuevo 
batallón  de  reserva,  y  el  de  Neyba  la  de  remitir  al 
Cauca  300  reclutas. 

En  circunstancias  de  haber  llegado  al  puerto 
de  la  Buenaventura,  un  comerciante  extrangero, 
despachado  de  Chile  con  seguros  y  conocimientos 
de  nuestro  comisionado  Muñoz,  con  varios  ele- 
mentos de  guerra,  suficientes  no  solo  para  armar. 
y  equipar  el  exercito  del  sur,  sino  para  formar  un . 
gran  parque  de  reserva,  se  supo  que  la  provincia 
de  Guayaquil  habia  proclamado  su  independencia 
de  España.     El  General  Valdes  contrató  todos 
aquellos  elementos  á  buenos  precios,  y  con  plazos 
cómodos ;  cuya  contrata  aprobó  V.  E. ;  y  en  2  de 
Noviembre  avisó  que  iba  á  ponerse  en  marcha 
inmediatamente  para  Popayan  y  Pasto,  á  aprove- 
charse de  los  ventajosos  sucesos  de  Guayaquil. 

El  Gobierno  contaba  con  que  marchando  in- 
mediatamente el  exercito  del  sur  á  Pasto  á  tiempo 
que  Cuenca  también  habia  proclamado  su  inde- 
pendencia, y  que  de  Guayaquil  se  habia  dirigido 
á  Quito  una  expedición  que  reunió  muchos  pueb- 
los á  su  partido,  aquel  departamento  quedaría 
libre  en  todo  Diciembre,  y  la  República  habría 
extendido  su  territorio  por  todo  aquel  país.    A 


593 

pesar  de  que  en  nuestro  exercito  se  tubieron  fre- 
qüentes  noticias,  de  que  los  enemigos  habían  aban- 
donado el  Juanambu,  y  debilitado  la  guarnición 
de  Pasto,  y  de  que  nuestra  fuerza  parecía  sufi- 
ciente para  marchar  y  aprovechar  la  ocasión  mas 
favorable  que  se  presentaba,  no  pudo  moverse 
del  valle  hasta  el  2  de  Diciembre,  por .  causa, 
dixo  el  General,  de  que  las  tropas  carecían  de 
vestuarios  para  emprender  la  campaña.  Popa- 
yan  fue  nuevamente  ocupada  por  nuestras  armas 
sin  oposición ;  y  el  exercito  continuó  sus  opera- 
ciones, á  pesar  de  las  baxas  que  experimentó,  sin 
que  hasta  hoy  haya  tenido  el  Gobierno  aviso  al- 
guno del  éxito  y  resultado. 

La  columna  del  Chocó,  unida  á  las  tropas  de  la 
costa,  tubo  orden  de  obrar  baxo  la  dirección  del 
Coronel  Cansino,  sobre  los  puntos  mas  convenien- 
tes, y  hasta  ahora  se  sabe  solo  la  ocupación  del 
puerto  de  Esmeraldas  en  las  inmediaciones  de 
Quito,  y  es  muy  probable  que  Barbacoas  sea  tam- 
bién libertada,  quedando  por  estas  operaciones 
reintegrada  al  Gobierno  Republicano  casi  toda  la 
provincia  de  Popayan. 

Equipado  el  exercito  del  sur,  ha  quedado  un 
sobrante  de  elementos  de  guerra  con  que  habilitar 
dos  exercitos  de  reserva.  El  Comisionado  Mu- 
ñoz llegó  á  la  Buenaventura,  conduciendo  el  resto 
de  los  efectos  militares,  que  había  conseguido  á 
fuerza  de  zelo,  y  barfo  el  crédito  del  Gobierno, 
habiendo  consentido  en  dexar  que  el  propietario 
vendiese  en  Guayaquil  los  que  alli  se  necesitaban 

tom.  ii.  pp 


594* 

para  asegurar  mejor  la  plaza  y  provincia.  El 
Coronel  Cansino  debe  formar  un  gran  parque  de 
reserva  en  el  Cauca,  y  es  de  esperar  de  los  cono- 
cimientos é  interés  de  este  gefe  que  baga  des- 
cansar á  V.  E.  en  el  particular,  asi  como  lo  veri- 
ficó en  el  despacho  y  habilitación  del  comisionado 
Muñoz. 

Vino  también  una  división  de  buques  de  guerra 
demasiado  grande  para  él  Pacifico,  respecto  de  las 
posesiones  qui  allí  tenemos,  y  sobre  su  adquisi- 
ción quedan  aun  pendientes  algunas  dudas,  que 
aclarará  su  dueño  luego  qué  llegue  á  este  capital 

Quando  iba  á  moverse  el  exercito  reunido  en 
Cúcuta  hacia  las  provincias  occidentales  de  Vene- 
zuela, marchó  de  esta  capital  á  reunifsele  el  ba- 
tallón Bogotá,  equipado  perfectamente  y  en  estado 
regular.  También  siguieron  del  Socorro  y  de 
Tunja  los  batallones  formados,  equipados,  y  orga- 
nizados en  aquellas  provincias,  baxo  la  dirección 
inmediata  de  sus  gobernadores,  á  los  quales  V.  E. 
auxilió  en  lo  posible  para  cumplir  este  encargo. 
Nuevos  depósitos  mandó  V.  E.  formar  en  las  pro* 
vincias  de  Pamplona,  Tunja,  Socorro  y  Bogotá, 
para  reemplazar  el  exercito  del  norte  j  en  Mari- 
quita y  Antioquia  para  reemplazar  el  del  Magda- 
lena y  y  en  Neyba  y  Cauca  para  el  del  sur.  Se 
formaron  inmediatamente,  y  el  deposito  de  Bo- 
gotá siguió  luego  á  Cúcuta,  equipado  de  to- 
do :  un  tercer  deposito  se  hizo  formar  en  esta 
provincia,  el  qual  ya  esta  reunido,  y  se  organiza 


595 

« 

y  disciplina  con  tesón,  asi  como  se  hace  en  las 
demás  provincias  con  los  suyos  respectivos. 

Las  milicias  se  han  continuado  organizando  é 
instruyendo;  los  pueblos  se  han  disputado  el 
honor  de  alistarse  preferentemente,  y  se  disputan 
también  el  de  su  disciplina.  Los  gefes  de  estos 
cuerpos  han  acudido  con  zelo  é  interés  á  cumplir 
las  órdenes  del  Gobierno,  y  á  dar  un  carácter 
militar  á  hombres  que  miraban  con  terror  y  aver- 
sión el  uniforme  de  soldado. 

El  18  de  Diciembre  recibió  V.  E.  las  comuni- 
caciones que  acompañaban  los  tratados  de  armis- 
ticio, y  de  regularizacion  de  guerra,  ajustados  en 
Truxillo ;  y  el  siguiente  dia  los  comunicó  V.  E, 
á  todos  los  gefes  de  provincias  y  de  divisiones, 
que  le  tocaba  comunicar.  Con  el  motivo  de  este 
armisticio  V.  E.  ha  renovado  sus  ordenes  para 
aumentar  los  depósitos,  redoblar  las  horas  de  su 
instrucción,  y  tener  preparados  todos  los  medios 
necesarios  para  decidir  de  un  golpe  la  suerte  de 
Colombia,  si  desgraciadamente  se  rompen  las 
hostilidades,  y  quieren  los  enemigos  entregarse  á 
los  resultados  de  una  ó  mas  batallas. 

Las  atenciones  de  la  guerra  no  absorbían  ex- 
clusivamente el  tiempo.  A  preveer  y  evitar  un 
trastorno  en  las  provincias  en  caso  de  enfermedad 
ó  muerte  de  un  gobernador  comandante-general, 
y  evitar  dudas  y  consultas  en  la  sucesión  del 
mando  cuerpos  y  divisiones  activas,  expidió  V. 
E.  la  resolución  de  13  de  Enero : — Conforme  á 
la  ordenanza  general,  recaerá  el  mando  de  pro- 


596 

vincia  en  el  oficial  de  mayor  graduación,  sin  dis- 
tinción de  arma,  de  graduados,  efectivos,  refor- 
mados, de  linea  ó  de  milicias,— en  igualdad  de 
graduación  en  el  mas  antiguo,  y  en  igualdad  de 
antigüedad  se  estara  á  la  del  grado  anterior. 
Esta  providencia  debe  entenderse  hasta  tanto  que 
el  Gobierno  destine  el  oficial  que  juzgue  mas 
conveniente,  sin  atender  á  grados  ni  antigüedades. 
El  mando  de  un  batallón  debe  recaer  en  el  mayor; 
y  en  su  defecto,  y  no  estando  agregado  á  él  algún 
teniente-coronel,  en  el  capitán  mas  antiguo,  que- 
dando en  esta  parte  reformada  la  ordenanza  gene- 
ral. El  mando  accidental  de  una  división  activa» 
6  de  un  exercito,  que  no  tubiere  nombrador  por 
el  Gobierno  un  segundo  gefe,  recaerá  en  el  de 
superior  graduación  de  qualquiera  arma,  que  se 
halle  destinado  en  él,  prefiriendo  los  graduados  á 
los  efectivos,  si  su  grado  es  de  mas  antigüedad. 

Los  cuerpos  de  milicias  demandaban  también 
para  su  mejor  arreglo,  lustre  y  consideración,  la 
providencia  que  dictó  V.  E.  en  15  de  Enero.  La 
multitud  de  oficiales  hacía  poco  apreciable  en 
otros  tiempos  esta  distinción ;  y  para  que  tenga  el 
aprecio  que  corresponde,  se  previno  que  en  todos 
los  cuerpos  de  milicias  que  se  instruyan  y  disci- 
plinen, se  nombren  solos  dos  oficiales  por  com- 
pañía de  las  clases  de  teniente  y  subteniente ;  que 
las  personas  que  se  propongan  sean  de  conocido 
patriotismo  y  aptitud ;  que  todo  oficial  que  pase 
del  servicio  de  milicias  á  cuerpos  de  linea  sea  con 
ün  grado  menos;  que  quatido  las  milicias  sean 


i 
•i 


ocupadas  en  servicio  activo,  tengan  los  cuerpos  y. 
compañías,  sus  oficiales  correspondientes,  pro- 
poniéndose á  los  que  hayan  manifestado  actitud 
amor  á  la  carrera  j  que  ningún  oficial  de  milicias 
de  la  primera  época  de  la  República  se  reconozca 
por  tal,  si  no  ha  obtenido  restitución  expresa  del 
actual  Gobierno ;  y  que,  en  fin,  á  ningún  paisano 
se  le  colocara  de  oficial  en  cuerpo  veterano,  sin 
que  haya  pasado  antes  por  la  clase  de  aspirante,  ó 
manifieste  tener  un  conocimiento  del  servicio, 
fuera  del  caso  en  que  haya  hecho  con  las  armas 
particulares  servicios  á  la  República. 

Para  precaver  competencias  entre  la  jurisdic- 
ción militar  y  civil,  acordó  V.  E.  en  el  reglamen- 
to de  15  de  Enero,  lo  conveniente  sobre  fuero, 
tanto  de  los  cuerpos  de  linea  en  servicio  activo, 
como  de  los  de  milicias:  en  él  se  detallan  los 
casos  en  que  el  miliciano  está  sujeto  á  la  jurisdic- 
ción ordinaria,  y  aquellos  en  que  puede  conocer 
el  gefe  del  cuerpo. 

Temiéndose  que  algunos  oficiales  subalternos 
causasen  vexaciones  á  los  pueblos,  excediéndose 
en  sus  comisiones,  y  no  tratando  á  los  ciudadanos 
con  la  consideración  que  se  merecen,  el  Gobierno 
ha  encargado  muy  particularmente  á  los  gefes  el 
mayor  zelo  en  la  disciplina  de  las  tropas.  .  Con 
este  objeto,  y  consultando  el  bien  publico,  previno 
V.  E.  al  general  del  sur  evitase,  por  medio  de  las 
ordenes  mas  eficaces,  los  perjuicios  que  ordinaria- 
mente se  causan  en  la  adquisición  de  caballerías ; 
que  el  oficial  no  tubiese  sino  la  acémila  absoluta- 


598 

mente  necesaria  para  su  marcha,  y  que  no  llevase 
este  tren  dispendioso»  que  embaraza  y  detiene  los 
movimientos  militares  ;  y  que  se  castigase  con  la 
ultima  severidad,  el  robo,  venta,  ó  extravio  de  ca- 
ballerías. V.  E.  ha  querido  que  los  pueblos  sufran 
el  menor  mal  posible,  y  que  el  trato  de  los  mili- 
tares les  haga  hacer  mas  llevadero  el  peso  de  las 
cargas  publicas.  V.  E.  ha  hecho  quanto  ha  creído 
conveniente  para  que  el  oficial  y  el  soldado  se 
persuadan  que  son  ciudadanos  armados,  no  para 
hostilizar  á  los  otros  ciudadanos  desarmados,  sino 
para  defenderlos,  protegerlos,  y  pagarles  con  su 
servicio  frente  al  enemigo,  los  que  ellos  hacen 
manteniendo  los  exercitos  con  su  trabajo  y  sacrifi- 
cios, y  sufriendo  el  peso  de  las  cargas  publicas  ya 
ordinarias  ó  extraordinarias ;— que  el  labrador  y 
el  soldado  son  individuos  de  una  misma  nación, 
que  merecen  la  consideración  del  Gobierno;  y 
que  es  de  su  reciproco  interés  procurarse  todo  el 
bien  que  esté  á  su  alcance,  y  evitarse  toda  especio 
de  mal  posible. 

La  provisión  de  bagages  era  articulo  que  gra- 
vitaba solo  sobre  los  pueblos  situados  en  los  ca- 
minos por  donde  transitaban  las  tropas,  y  en  la 
necesidad  de  hacerse  marchas  forzadas,  se  toma- 
ban sin  discreción,  y  el  pueblo  sufría  un  grave 
perjuicio.  V.  E.  ha  prevenido  á  todos  los  gober- 
nadores de  provincia  provean  de  una  muía  á  cada 
oficial  de  los  que  se  hallan  en  su  provincia  dis- 
puestos á  salir  á  campaña,  y  de  dos  á  los  gefes  de 
sargento  mayor  arriba,  comprándolas  de  los  fondos 


599 

del  tesoro  publico,  marcándolas  con  hierro  parti- 
cular, y  no  entregándolas  sino  quando  haya  de 
verificarse  la  marcha.  Obligado  todo  oficial  á 
presentar  su  pasaporte  á  las  justicias  de  los  pueblos 
por  donde  transita ;  en  ellos  se  expresara  el  nu- 
mero de  bestias  que  lleva,  con  la  nota  de  que  no 
tienen  los  pueblos  que  franquearle  ningunas.  £1 
oficial  no  puede  enagenar  sus  bestias,  porque  la 
enagenacion  está  declarada  nula,  y  el  comprador 
debe  pagar  una  mplta.  V.  E.  encargó  el  exacto 
cumplimiento  de  esta  providencia,  y  de  lo  acor- 
dado en  el  reglamento  de  1  de  Diciembre,  en  la 
inteligencia  de  que  el  oficial  que  falte,  no  solo 
sera  castigado  severamente,  como  infractor  de  las 
providencias  superiores,  sino  como  indigno  de 
pertenecer  á  la  honrosa  carrera  de  las  armas. 
El  resultado  hasta  ahora  ha  correspondido  á  las 
miras  de  V.  E.  Varios  cuerpos  han  marchado  en 
diferentes  direcciones,  y  no  han  molestado  á  los 
pueblos  con  demandas  de  bagages. 

Los  Españoles  obligaban  á  los  pueblos  á  sub- 
ministrar las  raciones  de  las  tropas  en  marcha  ó 
reposo;  y  esta  obligación  arrancaba  lagrimas  al 
infeliz  labrador,  á  quien  muchas  veces  se  le  quita- 
ban hasta  las  semillas.  V.  E.  ha  desterrado  tan 
horrible  pensión,  mandando  ocurrir  con  caudales 
de  las  tesorerías  á  la  provisión  de  raciones  para 
las  tropas  de  marcha,  y  ha  visto  con  satisfacción 
que  tal  medida  ha  producido  el  alivio  de  los  pue- 
blos, y  ha  atraido  sobre  el  Gobierno  numerosas 
bendiciones. 


600 

.  Otro  de  los  males  que  los  pueblos  sufrieron 
baxo  el  poder  de  los  Españoles,  fue  el  de  aloja- 
mientos de  oficiales  en  casas  de  particulares. 
Obligados  los  ciudadanos  á  mantener  alojados, 
eran  estos  una  carga  penosa  á  las  familias*  En  la 
necesidad  de  franquearles  quanto  necesitaban,  de 
lisongear  sus  caprichos,  y  hasta  sus  vicios,  se  su- 
frían vexaciones  y  desprecios  continuos.  Con 
estos  amos  de  casa,  mas  bien  que  huespedes,  que 
violaban  á  cada  paso  la  hospitalidad,  molestos  y 
peligrosos  espias  de  los  movimientos,  operaciones, 
y  palabras  de  la  familia,  era  necesario  tener  las 
ultimas  consideraciones.  No  debian  causar  los 
oficiales  de  la  República  tan  insufribles  vexa- 
ciones; pero  siempre  era  una  pensión  para  los 
ciudadanos,  aunque  muchos  hacian  un  deber  ó 
tenían  un  placer  en  alojarlos.  V.  E.  reformó  en 
gran  parte  el  articulo  de  alojamientos,  y  habló 
á  S.  E.  el  Libertador  sobre  este  punto,  á  conse- 
qüencia  de  representación  del  procurador-general 
del  Socorro,  y  obtuvo  el  decreto,  en  virtud  del 
qualsolo  se  debe  dar  alojamiento  al  oficial  transe- 
únte, que  no  se  detiene  en  un  lugar  mas  de  ocho 
días,  siendo  obligación  del  Gobierno  proveerle 
quartel  como  á  las  tropas  estacionarias  pasado  este 
termino :  Al  oficial  que  de  transito  se  haya  enfer- 
mado, ó  al  que  por  falta  de  hospital  haya  sido 
destinado  á  una  casa  particular,  se  le  debe  tanto 
por  el  Gobierno,  como  por  los  vecinos,  toda  pro- 
tección,- socorros  y  cuidado,  que  están  en  su  po- 
der ;  las  casas  que  sirvan  en  tales  circunstancias 


601 

.serán  muy  consideradas,  para  que  no  se  les  grave 
posteriormente  con  alojamientos,  sino  en  el  ultimo 
extremo. 

La  facilidad  en  el  manejo  de  caudales  con  las 
tropas  en  Tunja  exigía  un  comisario,  y  depositario 
proveedor  dé  víveres  en  aquella  provincia ;  y  á 
este  efecto  se  acordó  para  la  organización  y  arre- 
glo de  sus  correspondientes  oficinas  el  reglamento 
de  13  de  Mayo. 

La  creación  y  organización  de  una  escuela 
militar,  tan  necesaria  en  el  departamento,  no 
puede  ser  obra  sino  de  otros  tiempos,  y  de  me- 
jores circunstancias.  El  Gobierno,  deseando  te- 
ner militares  que  honren  la  carrera,  ya  que  no 
.puedan  procurárseles  todos  los  conocimientos  ne- 
cesarios á  sus  destinos,  estableció  provisionalmen- 
te una  escuela  militar,  en  la  que  se  pudieran 
adquirir  algunos.  Allí  han  de  enseñarse  á  todos 
los  oficiales  de  la  guarnición  de  qualquiera  arma 
las  ordenanzas  del  exercito,  para  imponerlos  en 
sus  respectivas  obligaciones,  servicio  de  campaña 
y  plaza,  ordenes  generales,  penas,  &c. :  alli  apren- 
derán los  principios  de  fortificación  regular  y  de 
campaña,  con  los  demás  preliminares  que  sean 
indispensables ;  y  los  de  artillería  lo  peculiar  á  su 
arma ;  los  cadetes  y  demás  oficiales  serán  instrui- 
dos en  los  principios  de  educación  y  civilidad, 
tan  propios  de  la  carrera  militar ;  se  darán  tam- 
bién lecciones  del  idioma  Francés,  conciliando  las 
horas  para  no  distraerse  de  su  objeto  principal.  La 
academia  no  está  limitada  á  instruir  á  solo  los 


604 

térra,  quando  los  partidos  y  facciones  han  hecho 
de  esta  isla  famosa,  un  teatro  de  carnicería  y  de 
horror ;  presentarse  á  la  Francia  en  los  tiempos 
de  ese  fortuito  concurso  de  monstruosidades  mo- 
rales, que  están  mas  alia  de  la  naturaleza,  y  del 
crimen  ;  hacer  en  fin  un  paralelo  entre  Colombia» 
con  exercitos,  con  recursos,  con  economía,  y  con 
la  imponente  actitud,  que  le  dan  su  resolución,  su 
unión,  y  su  constancia— con  la  nación  nuestra 
enemiga,  que  dividida  en  partidos,  y  entregada  á 
creearlo  todo,  lucha  con  la  miseria  y  las  desgracias 
que  le  han  acarreado  el  orgullo  y  la  ignorancia  de 
un  régimen  despótico.  « 


HACIENDA. 

Destruido  un  gobierno,  en  cuyo  interés  estaba 
la  ruina  de  los  pueblos ;  que  para  ocurrir  á  sus 
necesidades,  cegaba  torpemente  las  fuentes  de  la 
riqueza,  sin  mirar  por  su  propia  comodidad  á  lo 
futuro,  no  podia  haber  sino  confusión,  desorden 
y  escombros,  en  el  importante  ramo  de  la  hacien- 
da publica.  El  Gobierno  que  le  sucede  ¡  quanto 
no  necesita  de  una  mano  diestra,  que  buscando  lo 
útil  por  entre  las  ruinas,  no  le  sirvan  ellas  de  em- 
barazo para  levantar  el  nuevo  edificio  de  que  nece- 
sita para  subsistir !  En  circunstancias  en  que 
luchando  por  todas  partes  por  su  existencia,  no  le 
bastan  á  sus  inmensas  erogaciones  las  rentas  ordi- 


605 

narias,  y  que  necesita  de  nuevas  fuentes,  la  im- 
previsión, el  desorden,  la  disipación  arrastraría 
infaliblemente  su  ruina.  No  basta,  sin  embargo, 
evitar  estos  defectos  ;  es  preciso  un  espíritu  orga- 
nizador, de  previsión,  económico,  y  si  puede  ser 
un  espiritu  creador.  No  es  lo  mismo  arreglar 
muchos  ramos  de  hacienda  en  una  nación  cons- 
tituida y  tranquila,  en  donde  todos  los  negocios 
llevan  su  curso  mas  ó  menos  arreglado,  que  or- 
ganizados todos  simultáneamente  en  la  transfor- 
mación absoluta  de  un  Gobierno,  y  en  medio  de 
las  atenciones  de  la  guerra.  Sean  quales  fueren 
las  dificultades  que  presente  esta  ardua  materia, 
ya  se  han  visto  las  primeras  providencias  que  se 
dictaron  en  los  quatro  últimos  meses  del  año 
pasado.  En  este  se  han  acordado  varios  regla- 
mentos, reformado  otros,  dado  nuevas  instruc- 
ciones, expedido  multitud  de  decretos,  ordenado 
mejor  algunos  ramos  de  hacienda,  arreglado  ad- 
ministraciones, y  organizado  las  oficinas  :  se  han 
creado  ó  suprimido  plazas,  según  y  como  ha  pa- 
recido conveniente;  disminuido,  aumentado,  ó 
variado  empleados  para  el  mejor  arreglo  y  manejo 
de  las  rentas.  Los  canales  del  erario  publico 
adquiriendo  consistencia,  y  progresando  de  dia 
en  dia,  han  podido  sostener  y  sufragar  en  parte 
erogaciones,  que  nunca  han  sido  mas  grandes. 
Seria  hacer  demasiado  difusa  esta  memoria  entrar 
en  el  por  menor  de  todas  las  providencias  dictadas 
en  esta  materia ;  por  los  gastos  y  su  inversión  se 
vendrá  en  conocimiento  de  las  medidas  tomadas 


606 

para  aumentar  y  economizar  el  erario  de  la  nación, 
evitando  en  lo  posible  á  los  pueblos  sacrificios 
extraordinarios  y  erogaciones,  que  no  fuesen  de 
absoluta  necesidad. 

No  existiendo  aun  el  cuerpo  soberano  á  quien 
corresponde  dictar  las  leyes,  y  autorizado  Y.  E. 
para  expedir  los  decretos  mas  indispensables,  y 
facultado  después  por  especial  decreto  de  9  de 
Mayo  para  las  reformas  que  se  creyesen  conve- 
nientes en  la  hacienda  publica,  todas  las  provi- 
dencias y  decretos  no  han  sido  acordados  sino  con 
calidad  de  por  ahora  y  hasta  que  el  Congreso  de 
Colombia  les  ponga  el  sello  de  su  soberana  sanción, 
los  revoque  6  reforme. 

Notada  la  lentitud  con  que  varias  providencias 
de  la  superintendencia  de  hacienda  eran  cumpli- 
das con  perjuicio  del  publico  y  del  erario,  para 
corregir  la  ineficacia  en  el  pronto  cumplimiento 
de  ordenes  que  demandasen  actividad,  si  amplia- 
ron las  facultades  del  superintendente-general,  y 
se  le  concedió  la  de  imponer  penas  correccio- 
nales á  los  morosos ;  y  se  declaró  que  la  reinciden- 
cia de  un  empicado  en  manejarse  con  lentitud  y 
poco  zelo,  sería  suficiente  causa  para  separarlo  de 
su  destino,  y  proveer  la  vacante. 

En  virtud  de  algunos  inconvenientes  que  se 
tocaron,  y  para  arreglar  mejor  la  Junta  Superior 
de  Hacienda,  se  reformó  el  articulo  tercero  del 
reglamento  de  23  de  Octubre,  previniéndose  que 
en  defecto  del  superintendente  de  hacienda  sea 
presidida  la  Junta  por  el  ministro  de  la  alta  corte 


607 

de  justicia,  que  sea  miembro  de  ella,  y  no  por  el 
asesor,  como  estaba  antes  acordado. 

Para  prevenir  en  tiempo  la  morosidad  ó  malicia 
de  los  empleados,  que  por  tales  causas  dexasen  de 
presentar  sus  cuentas  en  los  tiempos  señalados  por 
varias  providencias,  y  evitar  procedimientos  per- 
judiciales ai  erario,  acordó  V.  E.  que  qualquiera 
empleado  en  rentas  publicas  que  pasado  el  ter- 
mino prescripto  para  presentar  sus  cuentas,  no  lo 
verificase,  quedaba  expuesto  á  perder  el  empleo 
que  obtenía ;  siendo  un  deber  de  la  autoridad  á 
quien  corresponda,  dar  oportuno  aviso  baxo  su 
responsabilidad,  como  lo  sera  del  tribunal  mayor 
de  cuentas  poner  en  conocimiento  del  Gobierno 
los  alcances,  con  especificación  de  las  causas,  para 
poder  aplicar  las  penas  señaladas  en  otros  acuer- 
dos. 

En  circunstancias  de  no  poderse  dar  al  comer- 
cio toda  la  franqueza  y  libertad  que  podría  tener 
en  beneficia  de  la  agricultura  y  prosperidad  del 
pais,  consultándose  las  grandes  erogaciones  del 
tesoro,  y  el  alivio  de  los  pueblos  en  las  pensiones 
extraordinarias  que  sobre  ellos  gravitaban,  se 
declaró  libre  el  comercio  con  todas  las  naciones 
(á  excepción  de  la  España  dominada  por  su  Rey 
Fernando)  en  los  puertos  de  Buenaventura,  Cu- 
pica,  Char&mbira,  y  qualquiera  otro  de  los  libres 
en  la  costa  del  Choco  por  el  Mar  del  Sur,  y  en  el 
Océano  por  el  Atrato.  Los  artículos  de  guerra 
se  declararon  libres  de  derechos.  Aqui  V.  E.  no 
se  contraxo  sino  á  estos  puntos,  por  que  no  había 

7 


608 

otros  libres ;  el  de  Sabanilla  quedó  expedito  por 
Julio,  y  el  de  Sto  Marta  en  Noviembre.  S.  E. 
el  Libertador  directamente  expidió  un  decreto 
sobre  el  derecho  de  importación. 

Como  la  extracción  de  oro  en  polvo  ó  pastas,  á 
la  vez  que  privaba  al  tesoro  de  los  derechos  de 
amonedación,  disminuía  la  circulación  interior,  fue 
prohibida  su  extracción  fuera  de  las  provincias 
libres  del  departamento,  baxo  pena  de  confiscación 
en  el  caso  de  aprehenderse  al  salir  de  su  territo- 
rio ;  reservándose  el  Gobierno  permitir  su  extrac- 
ción en  los  casos  en  que,  por  causas  que  calculase 
legitimas  y  se  versase  el  interés  de  la  República, 
lo  creyese  conveniente. 

Notándose  que  en  la  casa  de  moneda  no  eran 
introducidos  todos  los  oros  que  se  fundían ;  y  reze- 
lando  V.  E.  con  justicia,  que  las  barras  de  oro  se 
reservarían  para  hacerse  con  ellas  negociaciones 
internas  ó  externas  con  perjuicio  del  tesoro  publico 
en  los  derechos  de  amonedación  y  conducion  por 
los  correos,  prohibió  todo  contrato  de  compra, 
venta,  y  permuta  en  plata,  ú  oro  en  pasta,  declarán- 
dose nulo  sin  la  intervención  de  la  autoridad  del 
Gobierno,  y  baxo  la  pena  de  confiscación  de  la 
plata  ú  oro  al  vendedor  ó  permutante  que  en  tales 
términos  hubiese  vendido  ó  permutado. 

Siendo  el  tabaco  uno  de  los  ramos  cuya  siem- 
bra y  cultivo  debe  ser  en  el  pais  una  fuente  de 
riqueza,  y  tratando  V.  E.  de  promoverlo,  acordó 
en  5  de  Octubre,  que  el  tabaco  que  se  introduxe- 
se  en  buques  extrangeros  ó  nacionales,  en  qual- 


609 

quiera  de  los  puertos  habilitados  en  el  Océano  ó 
Pacifico,  no  siendo  del  que  se  cultiva  en  Colom- 
bia, pagase  un  50  por  ciento  de  derechos  de  im- 
portación. 

Como  la  experiencia  haya  demonstrado,  que 
las  quiebras  y  alcances  en  los  empleados  de  esta 
renta,  freqüentes  en'otros  tiempos,  hayan  prove- 
nido las  mas  veces  de  la  extensión  de  territorio 
de  la  administración  principal  de  esta  capital,  que 
no  ha  permitido,  en  razón  de  la  distancia,  tenerse 
á  la  vista  á  los  empleados  en  ella,  y  vigilar  en  su 
conducta,  ni  zelar  eq  el  arreglo  de  esta  renta ;  se 
juzgó  conveniente  dividir  la  administración  de 
tabacos  en  dos  principales,  la  una  aqui,  y  la  otra 
en  el  Socorro,  conforme  al  plan  trasado  en  el 
tribunal  mayor  de  cuentos,  y  superintendencia 
general  de  hacienda ;  que  aprobó  V.  E.  acordando 
á  su  conseqüencia  el  de  empleados  y  sus  asigna- 
ciones, con  declaración  de  que  los  sueldos  seña- 
lados á  los  de  la  administración  principal  del  So- 
corro, serian  los  que  disfrutaban  los  empleados  en 
la  de  esta  capital,  sin  hacerse  por  ahora  novedad 
en  la  suma  que  en  razón  de  media  paga  se  les 
satisface. 

Se  han  remitido  á  las  factorías  de  Ambalema  y 
Pié  de  Cuesta  las  cantidades,  no  precisamente 
las  necesarias  ;  pero  si  aquellas  que  las  preferen- 
tes atenciones  de  la  guerra  y  demás  urgencias  han 
permitido. 

Para  dar  algún  aliciente  á  los  cosecheros  ó  cul- 
tivadores del  tabaco  en  Ambalema,  y  compensar 

TOM.  ii.  q  q 


610 

la  tardanza  que  pudieran  sufrir  en  los  pagos,  se 
les  ha  eximido  de  los  alistamientos  militares,  aun 
en  los  cuerpos  de  milicias,  y  de  las  contribuciones 
extraordinarias. 

£1  zelo  y  vigilancia  en  los  ramos  que  consti- 
tuyen el  patrimonio  de  la  República,  principal- 
mente en  aquellos  que  le  son  mas  productivos, 
liberta  á  los  pueblos  de  contribuciones  y  exac- 
ciones extraordinarias,  haciendo  ingresos  en  los 
fondos  públicos  sus  rentas  ordinarias.  A  este  fin 
se  ha  dirigido  el  decreto  de  22  de  Agosto,  en  que 
declarando  subsistentes  las  leyes  que  persiguen 
el  contrabando  del  tabaco,  y  los  castigan  severa- 
mente, clasificó  V.  £.  las  personas,  calidades  y 
sexos,  para  determinar  conforme  á  ellas  las  penas 
que  debían  aplicárseles,  en  caso  de  ser  aprendidas 
con  contrabandos ;  penas  proporcionadas  al  deli- 
to, y  á  los  delinqüentes,  y  en  que  el  Gobierno  na 
tendría  obstáculos  que  vencer  para  aplicarlas.  Se 
ha  fixado  la  cantidad  de  cien  libras  de  tabaco, 
para  quedar  incursos  los  contrabandistas  en  estas 
penas,  debiéndose  observar  y  cumplir  las  instruc- 
ciones de  la  renta,  quando  se  versa  menor  canti- 
dad. 

Los  fundamentos  que  motivaron  la  creación  de 
una  administración  principal  de  tabacos  en  el 
Socorro,  influyeron  también  para  la  divisiop  en 
los  mismos  términos  de  la  administración  de  al- 
cabalas, creándose  otra  principal  en  el  mismo  So- 
corro. Se  preveía  que  manejada  esta  renta  por 
arriendos,  según  lo  quería  S.  E.  el  Libertador,  el 


611 

erario  publico  tendría  mayores  productos,  en  vir- 
tud de  ahorrarse  el  pago  de  sueldos  dé  empleados, 
y  evitarse  el  peligro  de  quiebras.  V.  E.  hizo 
verificar  el  ensayo,  declarando  qbe  el  remate  que 
subiese  sobre  el  producto  líquido  que  la  admi- 
nistración daba  al  erario,  subsistiese,  y  no  dé 
otro  manera.  £1  resultada  ha  hecho  ver,  que  no 
ha  sido  conveniente  rematar  en  todas  partes  la 
renta  de  alcabalas,  y  que  soló  en  Zipaquira,  So- 
gamozo,  y  la  Mesa,  ha  tenido  buen  éxito  este  sis- 
tema* 

Lo  mismo  se  ha  practicado  con  la  renta  de 
aguardientes :  en  donde  los  productos,  que  ella  da, 
administrados  por  el  Gobierno,  son  mayores  que 
los  que  ofrecen  los  rematadores,  la  administración 
subsiste.  En  Antioquia  y  Velez  se  tocó  este  in- 
conveniente, y  la  renta  ha  continuado  administra- 
da el  estado. 

El  sistema  de  correos  se  ha  ordenado  y  regu- 
larizado mas.  Dos  se  han  establecido  y  arregla- 
do mensualmente  para  la  comunicación  con  Gua- 
yan a  y  las  provincias  orientales  de  Venezuela.  Ale- 
jándose los  exercitos  del  sur  y  norte  de  Cundí- 
namarca,  se  han  mandado  establecer  tres  mensua- 
les, en  vez  de  los  dos  subsistentes  por  estas  dos 
vías.  Las  comunicaciones  freqüentes  dan  un 
conocimiento  pronto  y  oportuno  de  la  marcha  de 
los  negocios,  y  este  conocimiento  es  de  grande 
importancia  en  las  operaciones  del  Gobierno.  El 
establecimiento  de  postas  ha  recibido  el  orden  y 


612 

arreglos  posibles,  dirigiéndose  á  este  fin  varias 
providencias,  reglamentos  é  instrucciones. 
-  Los  trabajos  de  la  casa  de  moneda  se  han  acti- 
vado en  términos,  que  lo  que  en  otros  tiempos  se 
hubiera  hecho  en  tres  años,  se  ha  hecho  en  solo 
uno  :  adquiriendo  la  renta  ahorro  de  una  ventaja 
extraordinaria j  sin  perjuicio  de  la  amonedación 
de  los  caudales  del  estado,  los  oros  de  los  parti- 
culares no  han  sufrido  demora,  y  se  ha  amoneda- 
do de  estos  en  el  año  la  suma  que  manifiesta  el 
adjunto  estado. 

£1  ramo  de  seqüestrós,  canal  extraordinario  del 
tesoro  publico,  .espantosamente  desordenado  en 
los  primeros  dias,  pe  ha  arreglado  en  lo  posible» 
previniéndose  el  modo  y  términos  de  practicarse 
los  arriendos  de  los  bienes  embargados,  y  encar- 
gando á  los  ministros  del  tesoro  la  cobranza  y  re- 
caudación de  los  réditos.  El  decreto  dé  S.  E.  el 
Libertador,  en  la  materia,  ha  sido  cumplido  con 
puntualidad  :  ninguna  familia  de  emigrada  ha 
quedado  sumida  en  la  indigencia ;  los  bienes 
dótales  se  han  devuelto,  las  deudas  justificadas 
se  han  pagado,  y  los  herederos  forzosos  no  han 
sido  privados  de  la  parte  que  pudiera  correspon- 
defles.  Asi  el  erario,  y  las  familias,  han  disfru- 
tado de  lo  que  la  ley  les  había  señalado. 

Libertados  las  provincias  de  Cartagena,  Su 
Marta*  y  Rio  Hacha,  por  las  armas  de  la  Repúb- 
lica, ha  acordado  V.  E.  como  Gefe  Superior  de 
la  administración  en  el  departamento,  y  con  cali- 


613 

dad  de  provisional,  el  arreglo  de  todos  los  ramos 
de  hacienda,  y  plan  de  empleados  en  ella,  que 
regira  en  estas  provincias  hasta  que  el  tiempo 
indique  alguna  variación,  ó  lo  prevenga  la  autori- 
dad á  quien  corresponda.  V.  E.  ha  tenido  siempre 
presente  que  un  sistema  regular  de  administración 
es  el  que  proporciona  al  Gobierno  los  medios  de 
ocurrir  á  sus  inmensos  gastos ;  que  no  solo  de  las 
leyes  que  detallan  el  modo  de  administrar,  sino 
de  la  elección  de  las  personas  que  deben  cumplir- 
las, nace  la  regularidad  del  sistema  de  adminis- 
tración ;  exigiendo  esta  una  discreción  muy  deli- 
cada en  la  elección  de  los  empleados  públicos,  en 
circunstancias  de  que,  en  la  devastación  general 
dé  las  provincias  por  el  Gobierno  Español,  no  es 
fácil  ocurrir  con  freqiiencia  á  todas  las  necesida- 
des de  la  República. 

Siendo  los  diezmos  una  de  las  rentas  mas  pro- 
ductivas que  tiene  el  departamento,  y  queriendo 
V.  E.  uniformar  su  administración  en  los  obispa- 
dos que  comprende,  decreto  en  17  de  Agosto, 
que  los  de  Cartagena  y  Su  Marta  se  adminis- 
tren del  mismo  modo,  y  en  los  propios  términos 
que  los  de  la  diócesis  de  Popayan,  observándose 
lo  que  con  este  objeto  se  expuso  en  el  reglamento 
de  24  de  Noviembre  del  año  pasado.  Para  dar 
un  aumento  mas  á  esta  renta  en  el  departamento, 
V.  E.  ha  declarado  á  los  rematadores  exentos  de 
comisiones  publicas  y  de  alistamientos,  y  á  sus 
caballerías  las  ha  excluido  de  servicio  que  no  sea 
de  grande  urgencia,  y  quando  ya  no  hubiera  otras 


614 

que  ocupar.  El  resultado  ha  correspondido  á  las 
miras  de  V.  E. :  se  ha  informado  que  general- 
mente los  remates  de  diezmos  huí  subido  sobre 
los  del  año  pasado  $  y  esta  acrecencia  á  la  vez 
que  refluye  en  favor  de  las  iglesias  y  del  clero, 
de  este  clero  que  todo  lo  ha  consagrado  á  la 
causa  de  su  patria,  va  á  producir  al  tesoro  nacio- 
nal una  ganancia  de  mucha  consideración. 

Quando  en  la  prosperidad  de  la  nación  tiene  el 
Gobierno  su  esplendor  y  su  gloria,  se  fatiga  me- 
ditando medios  para  aumentar  los  canales  del 
haber  publico*  sea  sin  gravamen,  sea  con  grava- 
men indirecto,  y  siempre  con  el  menor  posible ; 
mientras  se  ve  en  el  Gobiernp  opresor  un  afen 
por  empobrecer  á  los  ciudadanos,  pretendiendo 
afianzar  su  dominación  sobre  tas  ruinas  y  aniqui- 
lamiento de  los  pueblos.  Nada  importa  al  Go- 
bierno enemigo  de  dios  por  constitución,  des- 
tructor por  conveniencia,  secar  de  un  golpe  en 
sus  urgentes  necesidades  las  fuentes  de  la  riqueza, 
y  hacer  desaparacer  las  fortunas  particulares ;  pero 
el  Gobierno  constituido  para  la  felicidad  común, 
prevee  en  tiempo,  si  es  posible,  la  necesidad,  y  el 
medio  de  ocurrir  á  ella.  Bien  pocos  arbitrios 
han  podido  presentarse  en  la  actual  situación  del 
departamento ;  pero  V;  E.  ha  abrazado  aquellos 
que  las  circunstancias  permiten. 

£1  precio  del  papel  sellado  se  ha  aumentado  á 
seis  reales  el  pliego  que  valia  á  quatro,  y  á  un 
real  el  que  valia  medio.  Si  esta  providencia  pro- 
duxese  el  efecto  de  minorar  los  pleitos,  trairia 


615 

un  gran  bien ;  pero  en  todo  caso  condenado  en 
costas  el  litigante  temerario,  pesa  justamente 
sobre  este  el  aumento  del  precio  del  papel.  To- 
dos los  despachos  de  empleados  de  1000  pesos 
arriba  se  mandaron  refrendar,  y  extenderse  en  el 
papel  del  sello  primero,  debiendo  en  lo  sucesivo 
observarse  este  requisito.  La  deuda  del  quinto 
que  deben  satisfacer  los  labradores  de  oros,  llama- 
dos por  otro  nombre  mazamorreros,  se  ha  tenido 
presente,  para  que  su  cobranza  y  pago  aumente 
jos  fondos  públicos.  Las  minas  de  oro  llamadas 
de  Malposo  en  la  provincia  de  Mariquita,  se  han 
puesto  en  administración  desde  el  13  de  Noviem- 
bre, con  encargo  de  darse  cuenta  de  los  gastos  y 
sus  productos  para  calcular  la  utilidad  del  erario. 
Las  de  plata  en  Betas,  que  se  exploran  por  cuenta 
del  estado,  han  sido  auxiliadas  por  V.  E.  con  los 
útiles  que  se  han  solicitado.  En  29  de  Abril  se 
ha  acordado  una  instrucción  para  el  cultivo  y 
fomento  de  los  tabacos  de  tinte.  Se  han  reunido 
las  dos  administraciones  de  tabacos  y  aguardien- 
tes en  la  villa  de  Maranillu,  con  el  fin  de  ahorrar 
gastos  y  sueldos.  Con  este  mismo  objeto,  y  el 
de  proveer  á  la  subsistencia  del  exercito  de  Cúcu- 
ta,  se  envió  desde  Enero  un  comisionado  á  los 
llanos  de  Casanare,  para  que  hiciese  contratas  de 
ganados,  y  remitiese  partidas  conforme  fuese  ne- 
cesario. Los  sueldos  de  los  capitanes  mayores  se 
han  reducido  desde  4  de  Febrero  al  prest  de  qua- 
renta  pesos  mensuales.  Ofreciendo  la  platina  la 
gran  ventaja  de  que  la  República  vaya  pagando 


616 

la  deuda  nacional  contraída  con  algunas  casas  del 
comercio  Británico,  y  de  hacer  con  leste  precioso 
metal  contratas  por  los  artículos  que  se  necesi- 
tan, se  ha  ordenado  á  las  provincias  mineras, 
recojan  todo  el  que  encuentren»  remitiendo  i  la 
capital  las  cantidades  que  reúnan.  Coü  el  fin  de 
evitar  quiebras  en  perjuicio  del  tesoro,  se  previno 
k  fixacion  de  un  termino  á  los  recaudadores  de 
hacienda  que  no  hubiesen  afianzado,  -el  qual  pa- 
sado, procederían  los  ministros  al  nombramiento 
de  otros  recaudadores  de  confianza.  Para  evitar 
el  fraude  á  los  derechos  de  alcabalas  en  favor  de 
la  renta  de  propios  del  Citará,  se  ha  aprobado  la 
medida  propuesta  por  el  gobernador  del  Choco, 
sobre  establecer  en  el  paso  de  Bebará  bodegas  y 
corrales,  cobrándose  el  mismo  derecho  que  en  el 
paso  de  Juntas  de  Tamaña  se  cobra  por  razón  de 
peage.  Igual  establecimiento,  y  con  los  mismos 
derechos,  se  ha  aprobado  en  el  puerto  interior  de 
Andágueda,  recomendándose  al  gobernador  la 
apertura  del  camino  de  Nóvita  á  Anserma. 

Estrechado  el  Gobierno  á  ocurrir  á  las  urgentes 
necesidades  de  los  exercitos,  á  tantos  preferentes 
gastos,  y  á  meditar  medios  de  aumentar  los  fondos 
nacionales  para  proveer  tan  grandes  erogaciones, 
no  ha  dexado  de  aliviar  ó  los  pueblos,  dictando 
providencias  benéficas.  En  24»  de  Mayo  se  de- 
claró á  los  indígenas  de  Cundinamarca  libres  del 
pago  de  los  tributos  que  adeudasen  desde  tercios 
anteriores,  hasta  el  de  Sn  Juan  del  año  pasado» 
no  debiendo  cobrárseles  esta  pensión,  sino  desde 


€17 

él. tercio  de  navidad  en  adelante.  A  los  indíge- 
nas del  pueblo  del  Naranjal  se  les  ha  eximido  del 
pago  de  tributos  que  adeudaban,  y  de  los  que 
causen  en  el  año  entrante.  A  los  de  Jaguá  y 
Pital  se  les  ha  dispensado  el  pago  de  los  causados 
hasta  el  tercio  de  Sn  Juan  de  este  año.  Son  re- 
conocidas en  el  tesoro  publico  las  deudas  liquidas 
de  los  individuos  de  la  provincia  de  Pamplona, 
<jue,  en  calidad  de  empréstito,  consignaron  sus 
víveres  al  ejercito,  satisfaciéndoseles  anualmente 
el  rédito  de  un  cinco  por  ciento.  Atendida  la 
escazes  de  víveres  de  la  provincia  del  Choco,  re* 
presentada  por  su  gobernador,  se  ha  concedido  á 
los  soldados  que  hacen  el  servicio  en  ella  el  haber 
de  ocho  pesos  íntegros  sin  ración.  A  representa- 
ción de  los  ministros  del  tesoro  publico  de  esta 
capital,  y  del  de  Pamplona,  se  ha  creado  en  la 
tesorería  de  Bogotá  una  quinta  plaza  de  oficial 
de  pluma,  con  la  asignación  de  trecientos  pesos, 
y  una  segunda  en  Pamplona  con  la  de  250. 
Acordada  la  instrucción  provisional  para  los  co- 
lectores de  rentas  nacionales  en  la  provincia  de 
Cartagena,  y  para  el  arreglo  y  administración  de 
la  hacienda  publica  en  los  distritos  de  su  cargo, 
se  declaró  en  18  de  Octubre  abolido,  en  alivio  de 
los  pueblos  de  esta  provincia,  el  derecho  conocido 
con  el  nombre  de  Sisa,  impuesto  sobre  carnes 
muertas,  haciéndose  extensiva  esta  abolición  en 
la  de  Su  Marta,  si  allí  existiere  tal  impuesto. 
Se  declaró  igualmente  abolido  el  derecho  de  al- 
cabala sobre  los  frutos  de  necesidad  para  la  vida, 


618 

siempre  que  se  expendiese  en  plazas  publicas,  ó 
alhondigas,  pero  no  si  fuere  en  tiendas  ó  pulpe- 
rías ;  en  cuyo  caso  queda  vigente  la  instrucción 
del  ramo.  Estas  exenciones  han  comprendido 
á  las  provincias  de  Cartagena,  S*  Marta,  y  Río 
Hacha. 

Los  notables  progresos  de  los  ramos  de  hacien- 
da han  sido  un  efecto  de  su  arreglo  y  orden,  del 
zelo,  vigilancia,  y  economía  de  V.  K,  de  la  dis- 
creción en  la  elección  de  las  personas»  y  del  justi- 
ficado zelo  del  superintendente-general,  y  demás 
empleados  de  la  hacienda.  Comparados  los  pro- 
ductos líquidos  del  ramo  de  salinas  en  este  año 
con  los  del  ultimo  año  del  Gobierno  Español,  re- 
sulta de  aumento,  por  una  computación  arizmetiea, 
casi  un  ciento  por  ciento ;  siendo  su  producto  en 
el  presente  sistema  el  que  manifiesta  el  estado 
adjunto,  fuera  de  8  á  10  ff  pesos  que  deben  pro* 
ducir  las  salinas  de  Chita.  Baxo  el  sistema  opre- 
sor en  el  año  de  1818,  produjeron  las  alcabalas, 
abiertos  los  puertos,  42,404  pesos ;  y  cerrados  en 
este  año,  y  reducidos  los  derechos  á  los  efectos 
llamados  de  la  tierra,  han  producido  casi  una 
igual  suma. 

Esta  renta  debe  tener  un  ingreso  considerable, 
abiertos  los  puertos  de  SP*  Marta  y  Sabanilla, 
y  mayor  á  proporción  de  que  se  franqueen  los 
demás j  como  que  las  importaciones  por  ellos  son 
la  fuente  de  su  aumento  y  prosperidad.  Sin  em- 
bargo de  la  exención  de  tributos  concedida  por 
el  Gobierno  á  varios  pueblos,  ha  producido  este 


619, 

ramo  la  misma  suma  que  en  el  año  de  1818,  y  de- 
berá tener  adelantamientos  en  virtud  de  las  pro* 
videncias  que  se  han  tomado  para  su  mejor  arre- 
glo, y  orden  en  la  presentación  de  cuentas»  y  ex- 
actitud en  la  cobranza.  Los  ramos  de  mesadas 
eclesiásticas,  y  de  temporalidades,  abandonados 
antes  del  tiempo  de  la  República,  producen  regu- 
larmente. Ocupados  los  puertos  por  las  armas 
de  la  República,  arrojados  los  enemigos  del  terri- 
torio que  ocupan  en  el  departamento,  y  franco  el 
comercio  de  provincia  á  provincia,  progresara  el 
ramo  de  correos,  é  ingresara  el  de  encomiendas. 
La  casa  de  moneda,  ademas  de  tener  un  fondo 
que  no  tenia,  ha  consignado,  desde  que  entraron 
los  tropas  de  la  República,  la  suma  de  210,100 
pesos  en  plata,  producta  de  la  amonedación  de  la 
recogida  por  el  Gobierno  Español,  y  depositada 
allí :  de  esta  ha  salido  ademas  la  cantidad  de 
105,200  pesos,  que  la  mayor  parte  se  remitió  al 
exercito  del  Apure.  Con  el  ahorro  de  las  asig- 
naciones que  se  empleaban  en  las  contadurías  de 
las  rentas  estancadas,  y  la  diminución  de  sueldos 
á  los  empleados  en  el  tribunal  mayor  de  cuentas, 
resultan  de  utilidad  al  tesoro  publico  mas  de 
25,000  pesos  en  él  actual  sistema  de  reunión  de 
todos  los  ramos  á  este  tribunal.  La  renta  de 
tabacos,  deducidos  los  gastos,  ha  ingresado  lo 
que  aparece  en  su  respectivo  estado. 

No  habiendo  podido  presentarse  todas  las  cu- 
entas relativas  á  este  año,  sino  solamente  las  del 
corrido. hasta  31  de  Diciembre  próximo  pasado, 


6*0 

no  es  posible  hablar  con  exactitud  sobre  el  au- 
mento de  los  ramos  en  general  que  constituyen 
el  patrimonio  de  la  República.  Por  la  cuenta 
del  año  pasado,  y  según  la  relación  del  tribunal 
mayor  de  ellas,  contrayéndose  solamente  á  16 
caxas  y  administraciones,  resultan  de  utilidad  al 
erario  nacional  141,237  pesos,  3  reales. 

Con  tales  adelantamientos,  siempre  con  orden, 
y  sobre  todo  con  economía,  es  que  han  podido 
vestirse,  equiparse,  y  pagarse  los  exercitos  de 
Cúcuta,  Cauca,  Cartagena,  Ste  Marta,  y  la  es- 
quádra ;  auxiliarse  el  exercito  del  General  Paez ; 
proveerse  de  todo  las  divisiones  del  Baxo  Magda- 
lena, Ocaña,  y  la  esquadrilla  $  sostenerse  las  ma- 
estranzas, nitrerías,  hospitales,  y  empleados ;  ha- 
cerse algunos  envíos  á  Tunja,  y  Socorro,  cuyas 
jrentas  con  la  de  Pamplona  han  ingresado  siempre 
en  la  comisaria  del  exercito  del  norte ;  mandarse 
comprar  y  pagar  el  armamento  y  elementos  de 
guerra  arribados  á  los  puertos  del  sur j  remitirse 
cantidades  á  las  factorías  de  tabaco  de  Ambalema 
y  Pié  de  Cuesta ;  cubrirse  los  considerables  libra- 
mientos que  se  han  mandado  á  estas  caxas  por 
suplementos  ó  contratas  hechas  en  Guayana,  ó 
con  el  comandante-general  del  exercito  de  S* 
Marta,  ó  con  el  almirante,  á  favor  de  la. Repúbli- 
ca ;  socorrerse  con  algunas  sumas  á  las  personas 
que  disfrutaban  de  monte  pió  ;  continuarse  el 
pago  de  los  pensionistas  sobre  vacantes  mayores 
y  menores ;  asignarse  gratuitamente  sueldos  á 
algunas  personas  que  han  representado  su  indi- 


681 

gencia ;  y  satisfacerse  en  fin  los  réditos  de  mas, 
de  300  jj  pesos  impuestos  en  los  fondos  públicos. 

Quando  apenas  los  productos  ordinarios  podían 
bastar  á  tantas  erogaciones,  se  pidieron  al  Gobi- 
erno en  Abril,  por  el  ministerio  de  guerra,  18Q  jp 
pesos  para  el  exercito  de  Cúcuta,  que  .debían 
estar  remitidos  en  Octubre.  Entonces  representó 
V.  E.  quanto  juzgó  conveniente  á  dar  una  idea 
de  las  rentas,  recursos,  y  gastos :  en  su  vista,  el 
Ex  rao.  Libertador  tomó  la  medida  de  autorizar  á 
V.  E.  ilimitadamente,  por  decreto  de  9  de  Mayo, 
para  aumentar  los  impuestos,  crear  otros,  exigir 
empréstitos,  y  mejorar  el  sistema  de  hacienda  en 
el  modo  posible. 

Facultado  V.  E.  en  estos  términos  procedió  á 
tomar  en  empréstito  las  cantidades  que  existiesen 
en  los  fondos  llamados  de  los  santos  lugares,  que 
no  pueden  aplicarse  ahora  al  piadoso  objeto  de 
su  instituto,  con  cargo,  según  lo  permitan  las  cir- 
cunstancias, de  reintegrarse,  reconociéndose  en- 
tretanto cpmo  deuda  nacional.  En  iguales  tér- 
minos se  mandaron  tomar  las  tres  quartas  partes 
de  las  cantidades  existentes  en  numerario,  que 
perteneciesen  á  fabricas,  cofradías,  ú  obras  pías. 
Se  aumentó,  como  ya  he  dicho,  el  precio  del 
papel  sellado  con  el  carácter  de  contribución  ex- 
traordinaria, que  cesara  cesando  las  circunstancias 
que  la  motivaron.  Se  decretó  un  repartimiento 
de  12,000  pesos  al  venerable  clero  de  esta  capital, 
y  provincia  de  Bogotá.  Se  pidió  á  Antioquia  y 
Choco  un  empréstito,  pagadero  con  los  derechos 


622 

de  importación.  Se  tomó  también  en  calidad  dé 
empréstito  en  la  provincia  de  Antioquia,  la  canti- 
dad existente  del  ramo  de  diezmos.  Fue  decre- 
tada una  moderada  capitación,  conforme  al  haber 
de  cada  uno,  en  la  que  el  de  mayor  caudal  ha 
contribuido  con  20  pesos,  y  el  de  menor  con  un 
real :  á  ella  se  sujetaron  los  propietarios,  los  em* 
pleados  civiles  y  militares,  los  eclesiásticos,  y  to- 
dos los  que  exercen  alguna  profesión  6  oficio, 
como  que  á  todos  interesa  la  defensa  común  y  la 
independencia  de  la  República.  Esta  capitación 
se  ha  cobrado  en  los  meses  de  junio  y  Noviem- 
bre. Se  pidió  en  fin  al  comercio,  hacendados  y 
propietarios  de  esta  provincia,  un  empréstito  de 
125,000  pesos,  conforme  las  facultades  de  cada 
prestamista;  en  la  inteligencia  de  que  la  suma 
excedente  de  quatro  mil  pesos  que  diese  uno  solo, 
la  tomaba  el  estado  á  crédito  á  razón  de  un  4  por 
100,  hipotecando  al  efecto  los  bienes  nacionales 
y  los  fondos  de  la  República,  y  adjudicando  en 
pago  al  acreedor  que  lo  solicitase  qualquiera  de 
los  bienes  nacionales  existentes  en  el  departa- 
mento. V.  E.  ofreció  ademas  conceder  la  grada 
de  exención  ó  rebaxa  de  derechos  de  importación 
ó  exportación  al  que  necesitándola  la  pretendiese, 
pudiéndose  verificar,  ó  por  via  de  reintegro  ó  por 
privilegio  especial,  según  la  oportunidad  y  suma 
con  que  auxiliase  en  las  circunstancias  al  erario. 
Con  tales  providencias  dio  no  solo  cumplimien- 
to V.  E.  á  la  orden  del  Exmo.  Libertador,  aun 
antes  del  mes  de  Octubre,  sino  que  remitió  al 


623 

mismo  tiempo  una  suma  considerable  de  pesos  al 
Baxo  Magdalena, y  un  cargamento  de  harina;  otra 
de  no  menor  consideración  al  exercito  del  sur ; 
otra  á  los  establecimientos  de  tabacos ;  y  otras  á 
la  esquadrilla.  V.  E.  tubo  la  satisfacción  de  ver 
el  crédito  del  Gobierno  en  la  brevedad  con  que 
se  verificó  el  empréstito,  en  los  deseos  manifesta- 
dos por  muchos  individuos,  en  repetidas  ocasio- 
nes, de  exhibir  las  cantidades  que  ha  necesitado 
de  pronto  Vé  E.  para  remitir  á  los  exercitos ;  en 
los  ofrecimientos  de  dar  en  el  momento  algunas 
sumas,  por  considerables  que  hayan  sido  necesa- 
rias, para  que  les  sean  satisfechas  quando  buena- 
mente pueda  el  Gobierno.'  Este  crédito  lo  ha 
adquirido  V.  E.  por  la  exactitud  y  buena  fé  en 
el  cumplimiento  de  sus  promesas,  exactitud  que 
ha  alejado  toda  desconfianza,  y  dado  á  los  pu- 
dientes la  satisfacción  de  servir  á  la  República 
sin  temer  un  perjuicio  á  sus  intereses. 

Los  estados  adjuntos  manifiestan  por  menor  las 
remisiones  que  V.  E.  ha  hecho  de  caudales  á  los 
diferentes  cuerpos  de  operaciones  en  la  Repú- 
blica ;  y  el  estado  respectivo  de  capitación  de- 
muestra el  producto  de  ella  en  las  provincias  en 
que  se  ha  cobrado.  Mucho  mas  pudiera  haber 
producido,  si  los  encargados  de  la  cobranza  hu- 
biesen tenido  la  eficacia  del  gobernador  político 
de  Antioquia,  del  de  Bogotá,  y  del  gobernador 
militar  de  Tunja;  pero  los  otros  no  pudieron 
atender  á  este  ramo  por  ocupaciones  de  no  menor 
preferencia. 


624 

t 

Los  prestamistas  han  comenzado  á  recibir  do- 
cumentos de  pago  en  las  aduanas  del  departa- 
mento. ;  y  al  expedirlos  V.  E.  ha  tenido  en  consi- 
deración el  bene6cio  particular  de  ellos,  y  el  no 
privar  de  un  golpe  al  erario  de  sumas,  que  en- 
trando al  tesoro,  libertaran  á  los  pueblos,  y  á  lo 
mismos  acreedores  de  nuevas  erogaciones  para 
ocurrir  al  sosten  de  la  República- 
Grandes  han  sido  los  sacrificios  de  los  pueblos 
de  Cundinamarca,  muy  oportunos  y  generales  sus 
esfuerzos ;  pero  ellos  han  sido  bien  dirigidos,  y 
ellos  han  dado  la  existencia  á  la  República.  V. 
E.  no  se  ha  propuesto  otro  tema  que  el  de  que  la 
salud  del  pueblo  es  la  suprema  ley. 

El  militar,  el  empleado,  el  propietario,  el  arte- 
sano, el  rico,  el  pobre,  todos  contemplan  con  ad- 
miración el  magestuoso  edificio  de  la  libertad, 
elevado  en  un  inmenso  pais,  que  pocos  meses 
antes  estaba  sometido  á  sus  conquistadores:  mi- 
ran próximo  el  reconocimiento  de  la  independen- 
cia de  Colombia,  no  sienten  lo  pasado,  y  se  pre- 
paran á  nuevos  sacrificios.  Si  ha  gravitado  sobre 
todoí  el  peso  de  las  contribuciones,  sufrimientos, 
y  privaciones,  participan  todos  del  brillo  y  de  la 
gloria  de  la  República.  En  14  meses  se  han 
superado  obstáculos  invencibles,  multiplicado  los 
triunfos,  adquirido  victorias,  que  parecerán  in- 
creíbles, meditado  recursos  para  inmensas  eroga- 
ciones, y  aniquilado  los  esfuerzos  de  los  Espa- 
ñoles. Se  ha  obligado  al  enemigo  á  envainar  la 
espada,  se  ha  levantado  un  muro  á  Ja  devasta- 


62$ 

cion,  y  se  ha  arrancado  la  promesa  de  la  paz,  que 
no  está  legos  de  Colombia ;  y  la  paz,  la  indepen- 
dencia, y  la  libertad,  serán  el  premio  de  tantos 
sacrificios,— bienes  que  disfrutaran  los  que  un  dia, 
no  muy  distante,  se  llamaran  con  orgullo  Colom- 
bianos ;  yV.E.  gozara  desde  ahora  la  indisput- 
able satisfacción  de  haber  contribuido  eficaz-» 
ítaente  á  prosperidad  tan  grande,  y  á  tanta  gloria» 

Bogotá,  Diciembre  31  de  1820. 

Exmo.  Señor,  Alexandro  Osorio,  Secretario 
de  guerra  y  hacienda ;  Exmo.  Señor,  Vice- 
presidente General  F.  P.  Santander. 


ji  « 


Memoria  del  Encargado  del  Despacho  Interior 
y  Justicia  del  Departamento  de  Cundinamarca, 
presentada  á  Su  Excelencia  el  Vi  ce-Presiden  te 
en  31  de  Deciembre. 

Excelentísimo  Señor, 

Los  gobiernos  se  han  establecido  para. la  felici- 
dad de  los  pueblos.  Esta  máxima,  que  se  deriba 
del  derecho  nacional,  y  ha  sido  sancionada  por  el 
de  gentes,  solo  se  ha  podido  desconocer  por  los 
tiranos :  solo  ellos,  creyéndose  superiores  al  resto 
de  los  hombres,  han  tenido  la  osadía  de  suponer 
que  las  sociedades  y  las  naciones  les  pertenecen 
del  mismo  modo  que  á  un  labrador  sus  bueyes ; 
y  que,  como  este  pueden  disponer  de  ellas  á  su 

TOM.  II.  r  r 


6d6 

arbitrio  y  voluntad.   Solo  ellos,  preconizando  que 
son  emanaciones  de  la  Divinidad,  se  han  atrevido 
á  negar  las  relaciones  que  existen  entre  el  gobier- 
no y  los  pueblos  j  y  ellos  solamente  se  han  juz- 
gado sin  responsabilidad  sobre  la  tierra  j  pretex- 
tando lo  que  recibieron  4del  cielo  el  cetro»  el  po- 
der, y  la  autoridad.     ¡  Quan  diversos  principios 
dirigen  al  gefe  de  una  República !    Persuadido 
de  que  no  es  mas  que  un  mandatario  de  la  socie- 
dad, arregla  sus  operaciones  á  las  leyes:  la  volun- 
tad general  le  guia,  la  utilidad  publica  es  el  obje- 
to de  sus  providencias,  y  la  prosperidad  de  la  na- 
ción, y  el  bien  estar  de  los  individuos,  el  norte  de 
su  conducta.     Conoce  que  tiene  deberes  que  lle- 
nar, un  mandato  que  cumplir ;  que  le  es  impu- 
table qualquiera  negligencia,  y  que  es  responsable 
de  sus  descuidos. 

Estas  verdades  han  conducido  á  V.  £.  en  la 
administración  del  departamento.    No  habiendo 
independencia,  no  hay  patria,   no  hay  libertad, 
no  hay  -  república,  y  el  principal  deber  de  un 
Gobernante  en  Colombia,  consiste  en  redimir  á 
los  pueblos  de  toda  dominación  extrangera.    To- 
dos los  conatos  de  V.  E«  todos  sus  esfuerzos,  han 
tenido  por  fin  esta  obligación  sagrada.    La  oiga- . 
nizacion  de  tropas,  el  arreglo  y  buen  orden  de 
las  rentas  publicas,  los  impuestos  extraordinarios, 
aunque  moderados,  se  han  dirigido  á  este  objeto j 
y  tres  ¿victorias  en  el  sur,  dos  en  el  Magdalena, 
y  dos  en  Antioquk,  son  el  mejor  garante  de  que 
V.  E.  ha  cumplido  fielmente  con  el  encargo  de 


asegurar  la  independencia  á  Cundinamarca.  Si 
los  enemigos  han  pisado  alguna  parte  del  territo- 
rio, sus  ventajas  han  sido  momentáneas  y  efíme- 
ras ;  y  derrotas  multiplicadas  les  han  hecho  cono- 
cer, que  existe  un  Gobierno  consagrada  á  la  de- 
fensa de  pueblos,  decididos  á  no  sufrir  otra  vez  un 
yugo  ignominioso. 

Aunque  ocupado  V.  E.  en  perfeccionar  y  lle- 
var al  cabo  la  obra  de  la  independencia,  no  por 
esto  ha  dejado  de  cumplir  con  otro  deber  que 
le  impone  su  destino.  La  revolución,  como  ha 
^lieho  S.  £•  el  Libertador,  ha  desquiciado  todos 
los  fundamentos  del  orden  social.  Es  preciso 
zanjarlos  de  nuevo,  y  con  ruinas  y  escombros 
erigir  el  templo  de  la  libertad,  que  debe  princi- 
palmente estribar  en  la  observancia  de  las  leyes. 
Mientras  Esparta,  Roma  y  Atenas,  cumplieron 
con  las  instituciones,  la  libertad  se  sostubo,  y  su 
grandeza,  su  poder,  y  su  gloria  se  conservaron  sin 
mengua;  pero  ellas  decayeron  inmediatamente 
que  perdieron  los  ciudadanos  sus  antiguas  virtu- 
des. Corresponde  a  los  que  gobiernan  excitarlas 
entre  nosotros  ;  porque,  como  dice  Montesquieu, 
"  En  las  repúblicas  son  los  gefes  quienes  hacen 
la  institución,  y  la  institución  después  hace  los 
gefes/'  Aquéllas  repúblicas  no  habrían  ciado  el 
ser  á  Milciades,  Aristides,  Cincinato,  Camilo, 
Leónidas  y  Lisandro,  sino  les  hubieran  precedido 
Solón,  Bruto,  Publicóla,  y  Licurgo.  Aspfrando 
pues  V.  E.  á  la  felicidad  de  Cundinamarca,  y  á 
la  estabilidad  de  Colombia,  ha  debido  hacer  que 


«  628 

se  ejecuten  las  leyes ;  que  los  derechos  del  bombfe 
se  respeten,  que  la  justicia  se  administre  con  pron- 
titud é  imparcialidad,  que  los  magistrados  subal- 
ternos se  conduzcan  bien :  ha  debido  practicar 
quanto  podia  interesar  á  la  nación,  y  quanto  la 
utilidad  publica  y  el  bien  de  la  sociedad  exigie- 
sen, y  estubiera  al  alcanze  del  Gobierno.  Lcfc 
pueblos  juzgaran  por  las  providencias  de  que  voy 
á  tratar,  si  V.  E.  ha  procurado  llenar  su  encargo 
en  esta  parte. — 

Interior.  -1 

La  Nueva  Granada,  y  Venezuela,  baxo  el  re- 
gimen  Español,  constituían  dos  provincias  separa- 
das, gobernadas  por  distintos  gefes,  aunque  por 
las  mismas  leyes.  En  un  mismo  año,  y  con  corta 
diferencia  de  tiempo,  proclamaron  su  libertad ;  y 
á  pesar  de  que  sus  sentimientos  eran  iguales,  de 
que  ambas  estaban  animadas  con  el  fuego  santo 
de  la  patria,  y  de  que  causas  en  todo  semejantes 
les  habian  obligado  á  tomar  la  resolución  de  no 
depender  sino  de  si  propias :  la  desunión  subsistió, 
y  cada  una  se  erigió  en  república,  y  se  constituyó 
á  su  modo.  La  desgracia  les  advirtió  que  debían 
prestarse  auxilios  mutuos;  la  necesidad  de  pro- 
curárselos estrechó  sus  relaciones,  y  se  comenzó 
á  tratar  de  una  mas  intima  unión.  Este  plan  no 
tubo  efecto  por  causas  que  ninguno  ignora,  y  qne 
el  dolor  no  me  permite  referir. 

SJ.  E.  el  Presidente  todo  lo  supera :  aniquila  el 
poder  Español ;  y  el  triunfo  de  Boyaca  prepara 


03® 

la.  unión  de  los  Granadinos  y  Venezolanos,  que 
solo  S.  E*  podía  realizar.  Libertador  de  uno  y 
otro  pueblo,  ambos  le  debían  su  existencia  poli* 
tica  y  el  goze  de  sus  derechos  naturales,  y  una 
sublime  gratitud  reunía  en  su  persona  los  votos  y 
las  voluntades  de  todos.  En  estas  felices  circuns- 
tancias él  concibió  hermanar  «unos  pueblos  de 
que  era  padre  común :  expone  su  proyecto  al 
Congreso,  lo  adopta;  y  en  el  momento  nace 
Colombia  con  la  ley  fundamental  de  17  de  Di- 
ciembre de  1819. 

»•  Quando  á  V.  *E~  le  fue  comunicada  esta  dispo- 
sición, inmediatamente  calculó  sus  ventajas  y  los 
beneficios  que  podía  producirnos.  V.  E.  conoció 
que  la  reunión  de  fuerzas»  la  acumulación  de  re- 
cursos, no  podían  menos  de  hacernos  formidables 
en  lo  interior,  y  respetables  en  lo  exterior ;  pero 
sin  embargo,  no  se  atrevió  á  decretar  el  obedeci- 
miento» hasta  no  consultarlo  con  las  autoridades 
generales  del  departamento.  Penetrados  de  la 
importancia  de  la  unión,  y  de  que  con  ella  se 
afianzaba  mas  la  independencia,  todos  los  magis- 
trados de  común  acuerdo  resolvieron,  que.  se 
cumpliese  la  ley,  reservándose  al  Congreso  Gene- 
ral de  Colombia  su  confirmación,  reforma,  ó  alte- 
ración. Era  muy  justa,  muy  debida  esta  cautela 
para  la  firmeza  misma  de  la  asociación,  que  con-* 
teniendo  un  pacto,  exige  el  voto  expreso,  libre  y 
formal,  de -los  contratantes.  * 

La  publicación  de  la  ley  fundamental  ha  mar 
nifestado  el  acierto  del  Congreso  en  sancionarla, 


630 

y  el  de  V*  E.  en  preveak  su  complimiento.  fió 
todas  las  proviúcias  se  ha  recibido  con  aplausos, 
con  jubilo,  y  transporte :  Se  ha  proclamado  con 
la  mas  grande  solemnidad,  y  todos  los  buenos,  y 
todos  los  que  aman  la  felicidad  de  su  país,  han 
visto  en  ella  expresados  sus  Fotos  y  sentimientos. 
Cundinamarca»  en  esta  ocasión,  ba  dado  una 
prueba  de  moderación,  de  desprendimiento»  y  de 
amor  por  el  bien  publico,  de  que  mu^  pocos  pue- 
blos han  dexado  exemplos,  y  en  que  pocos  la 
imitaran.  Ha  triunfado  de  mezquinas  pasiones» 
de  pequeños  intereses»  y  de  los  enemigos  de  la 
libertad  é  independencia,  que  en  la  división  y  en 
nuestras  desavenencias  fincaron  siempre  las  espe- 
ranzas de  subyugarnos. 

£1  deseo  sincero  de4  la  unión  se  lia  manifestado 
mas  en  éste,  departamento,  quando  V.  E.  circu- 
lando la  convocatoria  de  17  de  Enero  ultimo,  ex- 
citó á  las  provincias  á  que  eligiesen  sus  represen- 
tantes para  el  Congreso  General  de  Colombia. 
Superando  los  obstáculos  que  se  presentaron  k  las 
que  se  hallaban  libres  en  aquel  tiempo,  han  veri- 
ficado la  «lección  Juego  que  les  ha  sido  posible  ; 
y  las  que  han  sido  libertadas  después,  lo  están 
haciendo  ahora, .  denotando  en  la  p-ronta  execu~ 
<áon  el  anhelo  que  tiene  de  ver  reunida  la  .repre- 
sentación general  de  la  República,  y  d  cuerpo 
que  debe  tratar  de  los  intereses  comunes  á  Vene- 
zolanos y  Cundinamarqueses.  Preludios  tan  faus- 
tos hacen  esperar  que  el  Congreso  establecerá  la 
unión  baxo  solidas  y  permanentes  bases,  y  que 


681 

íbrmara  una  constitución  que  asegurando  los 
derechos  de  los  pueblos  asociados  y  de  loe  indivi- 
duos, y  dando  consistencia  y  vigor  al  Gobierno, 
haga  callar  las  opiniones  de  los  publicistas»  que 
han  proclamado  no  ser  adequada  una  República 
á  un  vasta  territorio. 

Siempre  ha  sido  un  objeto  de  disensiones»  y  de 
discordias  en  ks  Repúblicas,  la  elección  de  fun- 
cionarios. *  En  Atenas  fueron  muy  fireqüentes ; 
se  puede  decir,  que  nacieron  con  la  República. 
Teqústocles,  Aristides,  y  Alcibiades,  las  continu- 
aron ,  y  duraban  aun  en  el  tiempo  de  Demostenes, 
quando  la  gloría  de  Atenas  estaba  para  eclipsarse. 
Los  comicios  de  Roma  eran  el  campo  de  com- 
bate de  la  seducción»  de  la  intriga,  y  del  soborno. 
Divididos  los  ánimos,  y  exaltadas  ía  envidia  y  la 
ambición,  fueron  causa  dé  los  mas  grandes  ex- 
ceso*, origen  de  guerras  civiles,  y  últimamente 
destruyeron  la  libertad;    Entre  nosotros  no  hay 
ambiciosos  de  mando  como  en  Atenas,  ni  de 
poder  como  en  Roma ;  nuestros  pueblos  virtuosos 
y  sencillos  desconocen  la  corrupción  del  Romano, 
y  la  inconstancia  del  Ateniense ;  pero  componi- 
éndose también  de  hombres  revestidos  de  pasiones 
inherentes  á  su  naturaleza,  y  capaces  de  producir 
desordenes,   era  un  deber  del  Gobierno  tomar 
medidas  para  precaverlos.    V.  E.  se  lo  encargó  á 
los  gobernadores  de  las  provincias,  y  ellos  lo  han 
cumplido,  sin  coartar  la  libertad  de  sufragio,  sino 
antes  bien  asegurándola.    En  las  elecciones  se  ha 
oido  solamente  la  voz  de  la  patria,  y  en  lo  gene- 


63« 

ral  han  recaído  en  ciudadanos  conocidos  por  sus 
luces,  por  sus  talentos,  y  por  sus  virtudes.  ¡  Feliz 
Cundinamarca,  si  siempre  observa  la  misma  con- 
ducta en  la  elección  de  sus  representantes ! 

La  creación  de  Colombia  no  debía  ser  un  mo- 
tivo de  luto,  de  tristeza,  y  de  lagrimas,  sino  por 
el  contrarío  de  placer  y  regocijo.    Pan  promo- 
verlos era  conveniente  una  ley  que  estrechase  los 
vínculos  de  familia  nuevamente,  asi  como  la  unkm 
«estrechaba  los  sociales ;  que  calmase  la  inquietud 
y  sobresalto  de  tantas  madres,  esposas,  é  hijos,  de 
los  desgraciados  que  emigraron  llevados  del  ter- 
ror que  les  había  infundido  el  Gobierno  Español, 
6  por  sus  comprometimientos  con  él ;  que  asegu- 
rase á  estos  la  vida  y  existencia  si  se  presenta- 
ban, y  que  echase  un  velo  sobre  sus  faltas  ante- 
riores.    Con  este  objeto  el  Congreso  expidió  el 
indulto  de  12  de  Enero  de  este  año,  que  V.  E. 
ha  cumplido  con  exactitud,  y  aun  con  exceso* 
No  contento  con  haberlo  comunicado  á  los  gober- 
nadores encargándoles  su  puntual  execuckra,  V. 
E.  mismo  ha  visitado  las  cárceles  de  esta  capital, 
aplicándoles  el  perdón  á  los  que  por  causas  poli- 
ticas,  y  por  delitos  no  exceptuados,  estaban  pre- 
sos.   V.  E.  ha  dado  permiso  para  que  vuelvan  á 
su  domicilio  las  personas  expatriadas  por  la  mala 
conducta  que  habían  observado  en  tiempo  de  los 
Españoles ;  V.  E.  ha  librado  salvos  conductos  á 
todos  los  que  han  solicitado,  sin  hacer  distinción 
de  Español  ó  Americano.    V.  E.  ha  recibido  con 
benignidad  á  los  que  se  han  presentado,  y  V.  E. 


683 

ha  llenado  las  miras  y  la  intención  del  poder  le* 
gialativo,  amparando  á  los  que  se  han  acogido  á  la 
protección  del  Gobierno. 

Es  cierto  que  no  había  sido  necesaria  esta  san* 
cion  del  Congreso  para  que  V.  E.  manifestase  su 
inclinación  á  las  medidas  de  clemencia  y  de  hu- 
manidad.— Como  la  provincia  de  Antioquia  divide 
limites  con  la  de  Cartagena,  ocupada  al  principio 
del  año  por  los  Españoles,  el  Gobernador  de 
aquella  creyó  conveniente  tomar  algunas  medidas 
de  precaución  en  lo  interior,  conforme  á  las  or- 
denes que  tenia.  Dispuso  la  salida  de  algunos 
sujetos;  pero  otros  á  quienes  se  les  intimó  el 
viage,  se  refugiaron  á  los  montes.  V.  E.  lo  supo 
y  expedió  entonces  la  amnistía  de  9  de  Febrero, 
fecha  muy  anterior  á  la  en  que  recibió  la  ley  del 
indulto.  V.  E.  garantizó  la  vida  y  propiedades  de 
los  prófugos  de  Antioquia,  que  se  presentaran 
dentro,  de  30  días,  y  juraran  obediencia  al  Go- 
bierno de  la  República.  Este  acto  de  beneficencia 
tubo  el  mejor  efecto,  y  V.  E.  á  pocos  días  después 
tubo  la  satisfacción  de  saber,  que  los  habitantes 
de  Antioquia  generalmente,  y  sin  excepción,  ha- 
bían consagrado  sus  servicios  en  defensa  de  la 
patria,  corriendo  apresurados  al  campo  de  batalla. 

Si  el  nacimiento  de  Colombia  exigia  que  se 
marcase  con  un  acto  de  beneficencia»  otro  de  jus- 
ticia no  era  menos  interesante.  Quando  toda  la 
República  respira  libertad,  quando  ha  proclamado 
los  derechos  del  hombre,  y  quando  lia  declarado 
que  ningún,  hombre  puede  ser  propiedad  de  otro, 


«34 

permitir  la  servidumbre  hubiera  «ido  contrariarse 
en  los  principias,  chocar  con  sus  propios  hechos, 
y  minar  una  de  las  bases  sobre  que  principalmente 
debe  estribar  el  edificio  social.  Con  estos  funda- 
mentos el  Congreso  sancionó  la  libertad  de  los 
esclavos  en  la  ley  1 1  de  Enero  ultimo,  declaran*- 
dolos  á  todos  libres  por  derecho  mientras  pueden 
serlo  de  hecho,  quando  se  acordare  la  indemniza- 
ción á  sus  amos ;  y  por  derecho  y  de  hecho,  á  los 
que  se  aplicaré»  al  servicio  de  las  armas.  Esta 
ley  tan  sabia  como  filantrópica  ha  dado  á  la  Re- 
publica  infinidad  de  ciudadanos  que  antes  no  per- 
tenecían á  la  sociedad,  sino  á  la  propiedad  de  unos 
ppcos ;  y  la  ha  libertado  de  los  inconvenientes 
que  no  supo  preveér  el  austero  legislador  de  Es- 
parta, donde  por  secretas  tramas  se  daba  muerte 
á  los  Ilotas,  para  que  no  creciese  tanto  su  numero 
que  excediese  al  de  los  hombres  libres.  Escan- 
dalosa crueldad !  pero  necesaria,  pero  forzosa  en 
un  estado,  cuya  existencia  peligraba  por  el  vkao 
de  su  misma  constitución. 

Quando  por  orden  de  V.  E.  se  publicó  esta  ley 
en  las  provincias  del  departamento,  un  choque  se 
suscitó  entre  la  propiedad  personal  de  los  esclavos, 
y  la  moviliaria  de  sus  señores*  cuyas  conseqüehctas 
pudieron  ser  funestas  si  V.  E.  con  tiempo  no  hu- 
biera ocurrido  al  remedio.  Creyéndose  los  escla- 
vos del  Cauca  y  el  Choco  absolutamente  libres, 
abandonan  el  servicio  de  sus  amos  que  quieren 
compelerlos  á  permanecer  en  él,  como  que  aun 
no  se  les  ha  indemnizado  de  su  valor.     Aquéllos 


tías 

huyen,  estos  les  persiguan,  y  hacen  fuertes  y 
enérgicas  redamaciones  para  qué  se  les  reduzca 
nuwnmqnfc  A  su  dominio.  Loa  gobernadores, 
(y  principalmente  el  del  Cauca,  donde  el  negocio 
era  ya  de  mucha  entidad,  porque  los -esclavos  se 
hallaban  dispuestos  á  cometer  graves  excesos),  no 
sabiendo  que  conducta  debían  observar,  consultan 
á  V.  E.  lo  que  deberían  hacer  en  circunstancias 
tan  criticas.  V.  £»  les  recomendó  el  exacto  cum- 
plimento de  la  ley  que  hace  esperar  á  los  escla- 
vos su  absoluta  libertad,  de  las  medidas  que  to- 
mare el  Congreso  General  de  Colombia,  y  declara 
que  entretanto  las  cosas  debían  quedar  en  el  es- 
tado <que  tenían :  les  previno  que  obligasen  á  los 
disidentes  á  volver  al  servicio  de  sus  amos,  aun 
valiéndose  pasa  dio  de  la  fuerza,  y  facultó  al  Go- 
bernador del  Cauca  para  que  impusiese  hasta  la 
pena  de  muerte  á  los  esclavos  que  resistiesen  estas 
providencias.  Las  quexas  se  acallaron,  el  desor- 
den cesó,  la  tranquilidad  renació,  y  los  unos  con 
la  esperanza  de  la  libertad,  y  los  otros  con  la  de 
que  serán  indemnizados,  aguardan  sin  murmura- 
ciones la  decisión  del  Congreso. 

La  ley  fundamental  de  Colombia  introduxo  un 
orden  de  cosas  absolutamente  nuevo,  y  como  dice 
«1  cuerpo  que  la  sancionó,  dio  á  la  República  una 
existencia  nueva  y  .una  forma  colosal.  Era  preciso 
•que  al  ser  le  siguiera  el  modo  de  ser,  y  que  se 
organizasen  las  partes  de  este  gran  todo,  desig- 
nándose á  cada  una  las  funciones  que  debía  Henar. 
£1  Congresp  asi  lo  executo,  y  en  el  reglamento 


636 

provisional,  datado  el  3  de  Enero,  detalló  las  atri- 
buciones de  los  Vice-Prestdentes  departamentales 
y  expresó  sus  facultades  y  autoridad*  Cesárea 
entonces  las  que  le  babian  sido  conferidas  á  V.  E. 
por  el  Exrao.  Señor  Presidente  de  la  República» 
y  en  lo  sucesivo  solo  podía  exercer  las  quo  le  co- 
metía esta  ley.  En  efecto,  ella  ha  sido  la  regla 
de  las  operaciones  de  V.  E,  desde  el  29  de  Febrero 
en  que  la  recibió,  y  la  mandó  circular  en  las  pro- 
vincias del  departamento* 

Siendo  V.  E.  por  esta  disposición  un  agente  in- 
mediato del  poder  executivo,  y  el  órgano  de  co- 
municación y  execucion  de  las  ordenes  del  Exmo. 
Señor  Presidente  de  la  República,  era  de  su  deber 
y  obligación  poner  en  practica  y  hacer  cumplir  en 
el  departamento  las  providencias  dictadas  por  S. 
E.,  quien,  con  sus  talentos  sublimes,  con  su  pers- 
picacia extraordinaria,  y  con  su  genio  grande, 
laborioso,  infatigable,  todo  lo  ve,  todo  lo  observa, 
todo  lo  ordena  y  arregla.  Los  viages  continuos 
de  S.  E.  por  estas  provincias,  le  habían  hecho  no- 
tar la  decadencia  de  la  agricultura,  de  la  industria, 
y  del  comercio :  emprendió  vivificar,  animar,  y 
fomentar  estas  fuentes  de  la  riqueza  nacional ;  y 
expedió  el  reglamento  de  21  de  Mayo,  por  el  que 
previno  el  establecimiento  de  juntas  provinciales 
compuestas  de  comerciantes  y  hacendados.  No 
hay  duda  que  si  los  gobernadores  políticos  toman 
un  vivo  interés  en  estos  establecimientos,  y  si  las 
juntas,  penetradas  de  la  importancia  de  su  instituto, 
llenan  sus  funciones,  pronto  se  vera  progresar  la 


•B97 

-agricultura,  aventajarse  la  industria,  y  recibir  con- 
siderables aumentos  el  comercio:  los  caminos 
serán  mas  fáciles  y  cómodos:  los  ríos  se  harán 
navegables :  las  tierras  valdias  é  incultas  frutifica- 
ran :  desaparecerá  la  ociosidad ;  y  los  que  antes 
por  su  olgazanería  eran  la  polilla  del  estado,  de- 
dicados al  trabajo,  formaran  nuevas  poblaciones, 
y  mantendrán  sus  familias  con  el  fruto  de  su  cul- 
tivo, y  con  el  precio  de  lo  que  les  produzcan  sus 
talleres.  ¡  Dichosa  institución,  de  que  tantos 
bienes  deben  nacer ! — ¡  Ricos  comerciantes,  gran* 
des  propietarios,  que  sois  llamados  para  promo- 
verlos,, manifestad  vuestro,  patriotismo  y  vuestros 
deseos  por  la  común  felicidad !  £1  padre  de  la  pa- 
tria os  lo  encarga  y  os  autoriza  para  ello :  seguid 
su  exemplo,  y  exeoutad  sus  preceptos. — Si ;  serán 
cumplidos,  y  V.  E.  ha  tomado  el  mayor  empeño 
en  que  lo  sean. 

Recibido  este  decreto,  V.  £•  interesó  á  los  go- 
bernadores comandantes  generales,  y  á  los  po- 
líticos, á  que  lo  pusieran  inmediatamente  en  plan- 
ta. Encargó  á  los  primeros  su  cumplimento  y 
publicación,  y  á  los  segundos  su  execucion ;  con 
el  fin  de  que  procediendo  unidos  y  de  acuerdo, 
fuesen  mas  felices  y  mas  eficaces  los  resultados. 
Varios  negocios  que  han  ocurrido  sobre  mer- 
cedes de  tierras,  V.  E.  los  ha  pasado  al  conoci- 
miento de  las  juntas,  para  excitarlas  á  que  se  em- 
pleen en  los  objetos  de  su  establecimiento.  Los 
gobernadores,  en  quienes  no  se  ha  notado  toda  la 
eficacia  necesaria,  han  sido  requeridos  por  V.  E. 


638 

nuevamente ;  y  como  al  fin  del  año  las  juntas  de- 
ben dar  cuenta  á  V,  £.  de  los  proyectos  que  se 
hayan  formado,  y  de  los  progresos  y  esperanzas 
que  prometan,  es  de  creerse  que  aun  quando  no 
sea  mas  que  por  el  honor  de  los  individuos  qué 
las  compongan,  ellas  emprenderán  alguna  cosa 
utiL 

Las  miras  de  S.  £.  el  Presidente,  aunque  son 
tan  vastas  que  comprehenden  el  bien  de  toda  la 
sociedad ;  sin  embargo  S.  E.  las  circumscribe  á  un 
circulo  mas  estrecho  quando  el  mismo  bien  común 
lo  exige.  Fue  asi  que  quando  S.  E.  meditaba  dar 
impulso  á  la  agricultuca,  á  1%  industria,  y  al  co- 
mercio de  Cundinamarca,  extendía  también  sus 
cuidados  paternales  sobre  los  indígenas,  dignos 
.  por  su  estado  miserable,  y  por  su  infeliz  situación, 
de  las  atenciones  de  un  gobierno  liberal.  Aun- 
que las  leyes  habían  querido  protegerles,  el  interés 
personal  había  conseguido  eludirlas,  y  dexar  sin 
efecto  el  favor  que  les  dispensan»  Se  había  aten- 
tado á  su  libertad,  forzándoles  á  servir  sin  recom- 
pensarles su  trabajo :  su  propiedad  se  había  vio- 
lado con  las  usurpaciones  de  los  resguardos,  con 
los  gravámenes  que  el  capricho  y  la  arbitrariedad 
había  cargado  sobre  las  tierras  comunes,  y  con  las 
contribuciones  que  á  pretexto  de  piedad  pe  les 
exfigian :  jamas  se  les  había  proporcionado  alguna 
educación,  para  que,  conservando  siempre  su  estu- 
pidez, no  pudiesen  reclamar  sus  derechos ;  nunca 
se  les  había  inspirado  el  incentivo  de  la  propiedad, 
repartiéndoseles  tierras,  y  obligándoles  á  su  cul- 


639 

tivo :  en  fin,  la  servidumbre  acompañada  de  todos 
sus  horrores  y  de  sus  vicios,  pesaba  sobre  ellos. 
Era  propio  del  Libertador  quebrantar  las  cadenas 
que  agoviaban  á  estos  desgraciados,  haciendo  ce- 
sar  los  abusos  de  que  eran  victimas,  y  preparán- 
doles, por  medio  de  la  instrucción,  el  camino  que 
debe  conducirlos  á  la  dase  de  hombres  y  de  ciu- 
dadanos. Tales  fueron  los  objetos  que  S.  E.  se 
propuso  quando  previno  en  el  reglamento  de  20 
de  Mayo ;  que  los  resguardos  se  reintegrasen  con- 
forme á  los  títulos  que  tubiera  cada  pueblo ;  que 
las  tierras  se  repartiesen  entre  las  familias,  dándole 
á  cada  uno  la  que  cómodamente  pudiera  cultivar ; 
que  las  restantes  se  arrendasen  en  publico  remate, 
y  que  con  el  producto  de  los  arrendamientos  se 
pagasen  los  maestros  que  debian  destinarse  para 
las  escuelas  publicas ;  que  los  indígenas  cultivasen 
por  si  el  terreno  que  se  les  repartiese,  y  caso  de 
arrendarlo  fuera  por  contrato  formal,  autorizado 
por  el  Juez  político ;  que  no  se  les  obligase  á  con- 
tribución alguna  eclesiástica ;  que  nadie  podía  ser- 
virse de  ellos  sin  satisfacerles  el  precio  de  su  tra- 
bajo según  lo  estipukjen ;  y  que  no  se  les  impi- 
diera exercer  su  industria  y  talentos,  comerciar 
con  sus  frutos  y  efectos,  y  seguir  á  los  mercados  y 
ferias  que  ellos  quisieren  y  eligieren  por  su  mayor 
comodidad* 

Esta  disposición  tubo  el  mismo  obedecimiento 
que  la  de  21  de  Mayo  de  que  antes  hablé ;  pero 
V.  E.  no  solo  la  hizo  comunicar  á  los  goberna- 
dores militares  y  políticos»  sino  también  al  discreto 


640 

Provisor  del  Arzobispado,  para  que  por  su  parte  let 
diese  cumplimiento»  y  auxiliase  las  providencias 
que  dictaran  aquellos  magistrados  en  su  execucion. 
En  esta  los  gobernadores  políticos  de  Antioquia 
y  de  Pamplona  hallaron  algunos  obstáculos,  con- 
sultaron, y  V.  E.  con  prontas  decisiones  facilitó 
los  medios  de  llevar  al  cabo  tan  interesante  arre* 
gio  >  y  Para  <lue  tubiera  mas  efecto,  y  fuese  mejor 
recibido  de  los  indígenas,  que  habituados  á  la  es- 
clavitud adoran  los  grillos  que  les  abruman,  V.  £• 
generalmente  les  condonó  parte  de  los  tributos ;  y 
á  uno  ú  otro  pueblo  que  ha  representado  sus  pade- 
cimientos, sus  constantes  servicios,  y  su  miseria, 
les  ha  hecho  mayores  relevos.  £1  ínteres  obrara, 
si  acaso  no  pudiese  obrar  la  razón,  que  se  conoce 
muy  tarde  por  almas  oprimidas,  constantemente,  y 
por  lo  mismo  envilecidas. 

Concedido  á  los  indígenas  el  beneficio  de  escue- 
las publicas,  V.  E.  consideró  que  las  demás  clases 
de  la  sociedad  tenían  igual  derecho  para  recla- 
marlo, y  lo  hizo  extensivo  á  todas  por  el  regla- 
mento de  6  de  Octubre.  Cada  ciudad,  cada  villa, 
cada  parroquia,  cada  pueblo,  debe  tener  su  escuela» 
pagada  de  los  propio»,  ó  de  las  contribuciones  de 
los  vecinos,  á  quienes  asiste  una  obligación  sa- 
grada de  propender  á  la  educación  é  instrucción 
de  los  hijos  que  la  naturaleza  les  ha  dado.  V.  E. 
encargó  la  dirección  de  estos  públicos  estableci- 
mientos á  los  gobernadores  políticos,  facultándoles 
para  que  arreglasen  su  economía  interior,  y  el  or- 
den que  debía  guardarse  en  la  enseñanza,  en  los 


641 

premios,  y  en  los  castigos:  les  recomendó  que 
allanasen  quántos  obstáculos  se  opusieran,  y  los 
hizo  responsables  de  los  perjuicios  que  pudieran 
seguirse  á  la  causa  publica,  por  su  negligencia  ó 
descuido  en  punto  de  tanto  importancia  y  tras- 
cendencia. Todavía  quiso  V.  E.  hacer  mas  uni- 
versal y  efectivo  el  beneficio,  y  requirió  á  los  pre- 
lados regulares  para  que  conforme  á  la  voluntad 
de  la  silla  apostólica,  en  cada  convento  de  su  or- 
den plantasen  escuela :  ellos  se  prestaron,  y  V.  E. 
lo  decretó.  Los  bienes  que  Cundinamarca  con- 
seguirá con  este  reglamento,  no  se  pueden  calcu- 
lar. Las  ciencias,  las  artes,  la  agricultura,  la  in- 
dustria progresaran  á  proporción  que  las  primeras 
nociones  de  leer,  de  escribir,  y  de  la  aritmética,  se 
hagan  mas  vulgares.  £1  estudio  de  los  derechos 
y  deberes  del  hombre  hará  ciudadanos ;  el  de  los 
dogmas  de  la  religión,  y  de  la  moral  Cristiana,  les 
dará  costumbres ;  y  la  iglesia  y  el  estado  tendrán 
copia  de  sujetos  á  quienes  emplear  con  utilidad  y 
provecho  de  ambos. 

Pero  estos  reglamentos  habrían  sido  inútiles,  ó 
por  lo  menos  en  gran  parte  infructuosos,  si  V.  E. 
no  hubiera  expedido  el  de  19  de  Agosto,  para  el 
arreglo  y  organización  de  las  rentas  concejiles. 
Las  juntas  de  comercio  deben  premiar  á  los  que 
se  aventajaren  en  algún  ramo  de  agricultura  ó  de 
industria,  con  los  sobrantes  de  los  propios,  proce- 
diendo de  acuerdo  con  los  cabildos.  De  las  rentas 
de  propios,  se  han  de  sacar  los  costos  en  la  refac- 

tom.  ii.  s  s 


642 

cion  y  composición  de  caminos  públicos:  las  rentas 
de  propios  deben  sufragar  para  estipendio  de  los 
maestros  de  escuela  en  las  ciudades  y  villas ;  y  las 
rentas  de  propios,  en  el  mayar  desordenar  sdmka- 
tamente  decaídas  por  su  mala  administración,  no 
podían  atender  ni  á  los  gastos  mas  precisos  y  de 
primera  necesidad.  Para  organizarías,  y  ponerlas 
en  estado  productivo,  V.  E.  renovó  las  preven- 
ciones de  la  ordenanza  de  intendentes,  y  conforme 
á  ellas  dispuso  que  todos  los  ramos  de  la  renta  se 
arrendasen  en  publica  almoneda  ;  que  se  estable* 
ciesen  juntas  para  cuidar  del  cobro  é  inversión  de 
los  caudales ;  que  se  nombrasen  mayordomos  para 
recaudarlos ;  que  se  pusiesen  arcas  para  guardar- 
los inmediatamente  que  se  cobraran ;  que  ninguna 
cantidad  se  extragera  de  ellas  sin  preceder  li- 
branza girada  por  todos  los  de  la  junta ;  que  no 
hiciese  gasto  alguno  extraordinario  si  no  estaba 
aprobado  por  el  gobierno  del  departamento  i  y  en 
fin,  que  las  juntas  y  sus  mayordomos  prestasen 
cuentas,  que  los  cabildos  las  revisaran,  y  los  mi- 
nistros del  tesoro  publico  las  feneciesen^  con  en- 
cargo al  tribunal  mayor  de  cuentas  para  que  exi- 
giera de  estos  últimos  certificación  del  fenecimi- 
ento, y  á  el  superintendente-general  de  hacienda 
para  que  dictase  providencias  fuertes  y  eficaces 
en  esta  materia.  La  responsabilidad  de  estos  ma- 
gistrados, y  su  zelo  por  el  bien  publico,  prometen 
felices  resultados ;  y  areglada  la'Yfenta  de  propios, 
la  execucion  del  decreto  de  Si  de  Mayo  sera  mas 


643 

fácil,  y  mejor  y  mas  pronto  el  cumplimiento  del  de 
6  de  Octubre. 

Con  el  establecimiento  de  escuelas  publicas  S. 
E.  el  Presidente  y  V.  E.  comenzaron  á  zanjar  los 
fundamentos  del  templo  de  Apolo  y  de  Minerva ; 
pero  aun  faltaba  mucho  para  llevarlo  á  su  perfec- 
ción, y  antes  de  emprenderlo,  convenia  separar 
los  obstáculos  qué  se  presentaban.  Era  uno,  y 
muy  grave,  que  los  colegios  seminarios  no  estu- 
biesen  baxo  la  inspección  del  Gobierno,  como 
han  debido  estarlo  en  todo  tiempo,  supuesto  á 
que  en  ellos  no  solo  se  educa  la  juventud  para  el 
servicio  de  la  iglesia,  sino  también  del  estado,  y  á 
que  no  es  limitada  su  instrucción  al  Canto-llano,  á 
la  moral,  á  la  liturgia,  y  á  la  sagrada  escritura, 
como  lo  prescribe  el  Concilio  de  Trento,  sino  que 
se  extiende  á  las  ciencias  naturales  y  abstractas, 
y  aun  al  estudio  de  los  derechos.  V.  E.  lo  re- 
presentó asi  al  Exmo.  Señor  Presidente ;  y  S.  E. 
por  el  decreto  20  de  Junio,  declaró  en  favor  de 
los  V ice-Presidentes  departamentales  el  patrona- 
to y  gobierno  de  las  casas  de  estudio  y  educación, 
inclusos  los  seminarios,  en  quienes  conservó  á  los 
prelados  eclesiásticos  el  derecho  que  tienen  para 
nombrar  los  seminaristas,  y  el  exercicio  de  sus 
atribuciones  con  respecto  á  ellos. 

Esta  disposición  concilio  los  derechos  que  asis- 
ten á  la  autoridad  civil  y  á  la  eclesiástica  sobre 
los  seminarios ;  y  V.  E.  para  aclararlos  mas,  para 
evitar  toda  disputa  y  toda  competencia  en  el  ne- 
gocio, y  para  arreglar  al  mismo  tiempo  el  orden 


644 

y  economía  del  de  la  capital,  usando  ya  de  las 
facultades  de  patrono,  dictó  el  decreto  de  8  de 
Julio,  por  el  que  fueron  reservadas  al  Gobierno 
las  provisiones  de  rector,  vice-rector,  y  pasante, 
y  las  de  catedráticos  de  latinidad,  de  filosofía,  y 
de  los  derechos  civil,  canónico  y  publico,  dexan- 
dole  al  prelado  eclesiástico  la  de  los  catedráticos 
de  teología,  como  que  tienen  una  relación  inme- 
diata con  el  seminario.  Por  el  también  se  fixó 
termino  al  servicio  del  rectorado,  vice-rectorado 
y  pasantía ;  se  establecieron  las  formalidades  con 
que  debían  hacerse  los  nombramientos  para  estos 
destinos,  y  el  orden  con  que  se  procedería  en  la 
provisión  de  cátedras ;  y  se  designaron  expresa- 
mente los  asuntos  y  negocios  en  que  había  de 
intervenir  la  potestad  eclesiástica,  previniéndole 
al  rector  que  cumpliera  las  providencias  que  por 
ella  se  dictaren  en  las  materias  designadas*  £1 
.discreto  Provisor  del  Arzobispado  luego  que  se 
le  comunicaron  uno  y  otro  decreto  los  obedeció, 
y  V. -E.  proveyó  inmediatamente  los  destinos  y 
cátedras  que  se  hallaban  vacantes,  para  que  la 
propiedad  empeñase  mas  á  los  nombrados  en  el 
fiel  y  exacto  cumplimiento  de  sus  importantes 
deberes,  que  los  interinos  llenan,  pero  con  frial- 
dad é  indiferencia. 

Autorizado  ya  V.  E.  para  dirigir  los  colegios  y 
casas  de  educación,  emprendió  uniformar  el  méto- 
do de  estudios,  que  era  muy  vario  y  muy  defectu- 
oso. Los  estudiantes  aprendían  Latín  sin  saber 
el  Castellano :  concluían  filosofía,  los  derechos,  la 


645 

teología,  sin  que  hubiera  llegado  á  su  noticia  la 
historia  de  estas  facultades,  el  origen  de  ellas, 
quienes  las  habían  inventado  y  cultivado,  las  rela- 
ciones que  tienen  entre  si,  á  que  objetos  se  diri- 
gen, y  que  ventajas  ha  conseguido  el  genero  hu- 
mano con  su  descubrimiento :  terminaban  sus 
estudios,  recibían  grados,  y  entraban  en  la  socie- 
dad, sin  haber  oído  jamas  hablar  de  la  retorica,  ni 
de  la  oratoria ;  y  erizadas  sus  memorias  de  textos, 
de  doctrinas,  y  de  autoridades,  ignoraban  en  que 
punto  de  la  tierra  vivían,  que  derechos  tenían, 
que  deberes,  que  obligaciones  les  eran  inherentes 
como  á  hombres,  y  como  á  ciudadanos,  y  en  fin 
carecían  de  toda  noción  aun  para  poder  escribir 
un  periodo  correcto.  Deseando  V.  E.  que  los 
jóvenes  adquirieran  en  los  colegios  toda  clase  de 
conocimientos  útiles,  con  fecha  16  de  Octubre  ha 
formado  un  nuevo  plan  de  estudios,  en  el  que  se 
han  procurado  reformar  los  vicios  y  defectos  del 
antiguo.  Executandose,  la  Gramática  Castellana 
sera  enseñada  antes  que  la  Latina ;  se  «darán 
lecciones  de  retorica  en  las  clases  de  latinidad  y 
filosofía ;  al  estudió  de  las  facultades  precederá  el 
de  su  historia ;  los  jóvenes  aprenderán  aritmética, 
geometría,  la  trigonometría,  y  la  arquitectura 
civil  y  militar  ;  beberán  los  principios  en  las  me- 
jores fuentes ;  desde  muy  temprano  se  acostum- 
braran á  formar  discursos  en  las  materias  que  se 
les  propongan  ;  y  la  emulación,  origen  y  causa 
de  los  mas  grandes  adelantamientos,  se  promove- 
rá en  ellos  por  medio  de  los  exámenes  anuales,  y 


646 

de  las  conclusiones  publicas  y  privadas  entre 
mayor  numero  de  estudiantes.  Para  compróme 
ter  á  los  catedráticos  á  que  cumplieran  con  este 
plan,  V-  E.  les  impuso  la  obligación  de  expresar, 
baxo  juramento,  en  los  certificados  que  dieran  á 
sus  discípulos,  haberles  leido  las  materias  que  en 
él  se  refieren ;  y  establecía  un  director  de  estu- 
dios para  que  diese  pase  á  las  certificaciones,  sin 
cuyo  requisito  no  pueden  darse  grados  en  la  uni- 
versidad.^ ¡  Quiera  el  Cielo  que  los .  superiores  é 
institutores  de  la  juventud  en  los  colegios,  dando 
impulso  á  las  ideas  del  Gobierno,  contribuyan 
por  su  parte  á  perfeccionar  la  educación  publica 
que  es,  en  concepto  de  Sócrates,  el  mayor  servicio 
que  puede  hacerse  al  estado ! 

Aunque  V.  E.  quando  acordó  el  nuevo  plan  de 
estudios,  mandó  que  observara  en  los  conventos 
de  religiosos  en  quanto  lo  permitieren  sus  cons- 
tituciones, creyó  sin  embargo  necesario  y  con- 
veniente repetir  en  el  decreto  de  7  de  Noviemhre 
este  precepto,  no  ya  condicional  sino  absoluta- 
mente, respecto  al  convento  de  S°  Francisco  de 
Tunja.  Aquella  útil,  comunidad,  animada  del 
mas  ardiente  zelo  por  eí  bien  publico,  deseosa  de 
propagar  las  luces  y  los  principios  liberales  que 
poseen  sus  beneméritos  hijos,  y  de  contribuirá 
la  felicidad  de  la  provincia  en  que  reside,  impetró 
de  V.  E.  la  gracia  de  enseñar  publicamente  la 
filosofía,  y  teología,  y  la  de  que  aquellos  estudios 
se  habilitasen  para  obtener  grados.  V.  E.  oido 
antes  el  informe  de  la  universidad,  accedió  á  la 


647 

solicitud,  gustoso  en  dar  una  prueba  de  la  esti- 
mación que  •  profesa  a  la  religión  de  S*  Fran- 
cisco, y  en  proporcionar  á  los  pueblos  de  Tunja 
una  recompensa  á  los  constantes  sacrificios  que 
han  hecho  por  la  causa  de  la  libertad*  Habilitó, 
pues,  loa  estudios  referidos,  y  para  que  ellos  tu- 
hieran  un  feliz  y  pronto  efecto,  estableció  en  el 
mismo  convento  una  cátedra  de  latinidad,  nom- 
bró el  maestro,  y  lo  dotó  de  las  rentas  publicas. 
Encargó  de  la  dirección  de  este  establecimiento 
al  gobernador  político  de  la  provincia ;  y  para  su 
mejor  arreglo  dispuso,  que  anualmente  pasasen  los 
catedráticos  matriculas  de  los  estudiantes  al  mismo 
director  y  á  la  universidad,  que  las  cátedras  se 
diesen  por  oposición,  á  la  que  asistiría  una  persona 
nombrada  por  el  Gobierno  del  departamento,  para 
que  le  informase  del  mérito  de  los  opositores  y  de 
los  actos ;  y  con  este  conocimiento  proceder  al 
pase  de  la  patente,  que  debe  presentar  el  nombrado 
antes  de  seguir  á  su  destino.  Si  los  padres  de 
familia  aprovecharen  para  sus  hijos  el  beneficio 
que  V.  £.  ha  querido  dispensarles,  Tunja,  en 
pocos  año?,  podra;  gosar  de  las  ventajas  que  son 
anexas  a  la  civilizadoR  y  &  las  luces» 

¡  De  que  utilidad  no  seria  par  la  República  la 
multiplicación  de  semejantes  establecimientos !  Si 
en  cada  provincia  de  Cundinaraarca  hubiera  por 
lo  menos  uno,*  el  estudio  de  ciertas  facultades,  y 
principalmente  el  de  las  humanidades,  se  haría 
general ;  talentos,  que  per  falta  de  cultivo  no  se 
desarrollan,  saldrían  de  la  obscuridad ;  los  jóvenes 


648 

que  por  carecer  de  recursos  para  venir  á  los  cole- 
gios, no  adquieren  educación,  la  recibirían  en  su 
propio  pais,  y  en  lo  sucesivo  podrían  emplearse 
con  provecho  en  las  artes,  en  los  oficios,  y  aun  en 
los  destinos  y  ministerios  públicos.  V.  E.  por 
estas  consideraciones,  hubiera  querido  hacer  ex- 
tensivo á  todos  los  pueblos  del  departamento  el 
favor  que  dispensó  al  de  Tunja ;  y  aun  ha  tratado 
de  concedérselo  al  Socorro,  donde  abandonado  el 
edificio  de  los  capuchinos  se  podría  dedicar  para 
colegio;  pero  se  han  dificultado  los  medios,  y 
V.  £.  conoció  que  no  todo  es  asequible  en  los 
principios.  El  tiempo  brindara  mayores  propor- 
ciones, y  el  Congreso  General  ó  el  Gobierno  que 
establezca,  concluirá  la  obra  á  que  V.  E.  ha  dado 
la  primera  mano. 

Mas,  ¿de  que  sirve,  Señor  Exmo.  que  los  pueblos 
se  ilustren,  si  su  población  esta  amenazada  por 
enfermedades  generales,  y  con  ellas  peligra  la 
existencia  de  sus  inviduos  ?  La  República  tiene 
mayor  interés  en  el  aumento  y  conservación  de  los 
hombres,  que  en  su  ¡Ilustración ;  porque,  como 
dice  un  escritor  sagrado,  en  la  muchedumbre  del 
pueblo  consiste  la  dignidad  del  Gobierno.  V.  E. 
tubo  presentes  estos  principios,  quando  por  el  re- 
glamento de  22  de  Mayo  decretó  el  estableci- 
miento de  ún  lazareto  en  la  provincia  del  So- 
corro, por  el  que  clamaron  los  cabildos,  suplicaron 
los  que  estaban  expuestos  al  contagio  de  la  ele- 
fancía, solicitaron  algunas  autoridades,  é  infor- 
maron de  su  necesidad  los  facultativos.      A  la 


r 


649 

verdad  el  mal  de  S°  Lázaro  impone  y  aterra,  y  es 
tanto  mas  peligroso,  quantosu  duración  es  mas  larga. 
Para  detener  sus  progresos,  V.  E.  previno  á  los  go- 
bernadores políticos  de  Tunja,  Pamplona,  Mariqui- 
ta, Ney va,  Socorro,  y  Bogotá,  que  hiciesen  recoger 
á  todos  los  lazarinos  existentes  en  sus  respectivas 
provincias,  y  los  remitiesen  al  lazareto,  donde, 
conforme  á  las  ordenes  de  V.  E.  estaran  separa- 
-dos  del  comercio  con  los  sanos,  y  asistidos  en  lo 
espiritual  por  un  capellán,  en  sus  enfermedades 
por  un  medico,  y  en  sus  necesidades  por  un  ad- 
ministrador que  nombrara  el  gobernador  político 
del  Socorro,  á  quien  V.  E.  confirió  las  facultades 
bastantes  para  establecer  esta  casa  de  misericordia, 
dirigirla  y  gobernarla.     El  administrador  tiene  el 
encargo  de  cobrar  la  sexta  parte  del  noveno  de  hos- 
pitales, y  los  productos  de  un  quartillo  en  cada 
azumbre  de  aguardiente  que  se  venda  en  las  ad- 
ministraciones, y  los  de  dos  y  tres  quartos  por 
ciento  que  han  de  satisfacer  los  asentistas,  y  son 
los  fondos  asignados  para  la  mantención  de  los 
enfermos,  y  para  el  pago  de  las  dotaciones  de 
medico  y  capellán.    V.  E,  nada  ha  omitido  que 
pudiese  contribuir  al  pronto  logro  de  un  estable- 
cimiento tan  útil,  arregló  su  policía,  ordeno  la 
forma  del  edificio,  y  designó  el  lugar  donde  había 
de  plantarse ;  puso  termino  á  la  construcción,  é 
hizo  las  recomendaciones  mas  encarecidas  al  ma- 
gistrado á  quien  comisionó  para  su  dirección.    Si 
todo  se  consiguiere  como  V.  E.  apetece,  Cundi- 
namarca  quedara  libre  de  una  peste,  que  aunque 
no  tan  activa,  no  es  menos  cruel  y  horrorosa 


650 

que  la  que  despobló  al  Ática  en  tiempo  de  Pén- 
eles. 

Quando  V.  £•  trataba  de  poner  diques  á  la 
elefancía»  otra  peste  aparecía  en  las  provincias 
del  norte,  que  llamaba  las  atenciones  del  Gobier- 
no. La  viru  ela  hacia  estragos  en  el  Socorro,  en 
Tunja  y  Pamplona.  Los  gobernadores  lo  repre- 
sentaron, y  V.  £.  para  oceurrir  al  remedio,  lea 
hizo  remisiones  de  vacuna  en  pus,  en  hilos  y  en 
postillas,  hasta  por  tercera  vez,  acompañándoles 
indicaciones  de  facultativos  para  la  aplicación. 
Se  frustró  el  efecto  de  este  modo,  y  entonces  se 
remitieron  desde  la  capital  niños  vacunados,  que 
de  brazo  á  brazo  fueron  comunicando  este  anti- 
dota á  los  pueblos  que  padecían  el  contagio;  á 
cuyos  gobernadores  se  dieron  las  mas  estrechas 
órdenes  para  que  cuidasen  de  conservar  y  propa- 
gar el  beneficio.  £1  tesoro  publico  no  contri* 
buyo  con  cantidad  alguna  en  esta  ocasión,  y  V.  E. 
sin  gravarle  ocurrió  á  los  gastos  con  arbitrios 
extraordinarios. 

Pocos  dias  después,  la  provincia  del  Socorro 
se  presentó  á  V.  £.  cubierta  de  luto»  y  con  el 
acento  del  dolor,  de  la  tristeza,  y  de  la  deses- 
peración, imploró  nuevamente  la  asistencia  y 
miradas  compasivas  del  Gobierno:  todo  era 
efecto  de  una  enfermedad,  que  atacó  primero  á 
los  libertos  aplicados  al  servicio  de  las  armas,  y  se 
hizo  después  trascendental  á  los  vecindarios  de 
Vara-Florida,  y  el  Socorro,  donde  en  un  corto 
periodo  hizo  progresos.    V.  E.  escuchó  los  cía- 


£51 

mores  de  aquellos  pueblos,  y  los  acalló  remitiendo 
de  esta  capital,  á  costa  del  tesoro  publico,  un 
.facultativo  bien  conocido  por  sus  talentos  y 
acierto,  quien  auxiliado  del  Gobernador  coman- 
dante-general de  la  provincia,  tomó  medidas  tan 
vigorosas  que  al  instante  desapareció  completa- 
mente la  enfermadad.  V.  E.  las  tomó  también 
para  que  esta  no  se  propagase  en  las  provincias 
limítrofes,  y  logró  que  ellas  no  sintiesen  el  con- 
tagio. 

No  han  sido  estas  las  únicas  providencias  que 
V.  E.  haya  dictado  para  consolar  la  humanidad 
paciente*  Al  mismo  tiempo  que  establecía  un 
lazareto,  y  que  con  él  proveía  á  la  conservación 
de  la  salud  de  cada  ciudadano,  y  al  alivio  de  los 
que  la  habían  perdido,  prevenía  á  los  Goberna- 
dores políticos  del  Socorro  y  de  Pamplona  visi- 
tasen los  hospitales  de  Sn  Gil,  VaraJFlorida  y 
Girón,  de  cuya  administración  se  tenian  malos 
informes.  El  manejo  de  las  rentas  no  era  muy 
puro;  la  asistencia  de  los  enfermos  no  myy 
exacta ;  y  convenia  cortar  algunos  abusos  que 
la  negligencia,  el  descuido,  ó  tal  vez  la  malicia, 
habían  introducido  en  perjuicio  de  los  miserables 
que  occuren  á  curarse  en  aquellas  casas  de  piedad. 
Los  gobernadores  referidos  tubieron  orden  para 
inspeccionar,  averiguar,  informarse  de  todo  por 
sí,  ó  por  personas  de  su  confianza ;  de  hacer  las 
reformas  que  juzgasen  necesarias  y  útiles,  y  de 
dar  cuente  á  V.  E.  de  los  resultados  de  la  co~ 


65* 

misión,  para  poder,  baxo  datos  ciertos,  arreglar 
esta  materia  con  provecho  de  los  pacientes. 

Aun  no  se  han  recibido  los  informes  pedidos  á 
los  gobernadores ;  pero  sean  quales  fueren,  per- 
suadido V.  E.  que  providencias  parciales  nunca 
producirán  un  efecto  general ;  y  que  los  hospitales 
no  serán  bien  asistidos,  mientras  no  haya  un 
cuerpo  que  zele  á  los  que  están  encargados  de  su 
servicio,  medita  el  establecimiento  de  un  proto- 
medicato,  á  quien  se  le  atribuirán  esta  función,  y 
otras  no  menos  interesantes  al  bien  publico.  Los 
estudios  de  medicina  se  formalizaran  entonces: 
empezaran  á  enseñarse  entre  nosotros  la  bo- 
tánica, la  química,  la  farmacia,  y  terapéutica: 
se  ordenaran  las  boticas ;  desaparecerán  los  bo- 
ticarios imperitos,  y  estas  materias  abandonadas 
ahora,  recibirán  orden  y  regularidad.  Algunos 
inconvenientes,  y  principalmente  la  falta  de  fon- 
dos, han  detenido  á  V.  £.  para  establecer  el  proto- 
medicato;  pero  el  amor  á  la  humanidad,  el  in- 
terés común,  y  la  felicidad  de  todos,  obraran  en 
V.  £.  para  superar  aun  lo  que  parece  invencible. 

Rodeado  V.  E.  de  tantas  atenciones,  y  quando 
estaba  dedicado  á  la  organización  de  todos  los 
ramos,  negocios  de  otra  clase,  pero  de  la  mayor 
trascendencia  á  la  sociedad,  demandaban  reme- 
dios prontos,  y  determinaciones  enérgicas  para 
precaver  funestos  resultados.  El  Obispo  de  Po- 
payan,  no  contento  con  haber  abandonado  su 
diócesis,  prohibió,  baxo  excomunión,  al  cabildo 
eclesiástico  y  al  metropolitano  que  nombrasen 


653 

vicario,  con  el  maligno  objeto  de  mantener  én 
anarquía  la  iglesia  que  le  estaba  encomendada, 
hacerse  desear,  y  pervertir  á  los  incautos  para 
que  se  declarasen  por  el  Gobierno  Español,  y 
desertasen  de  las  banderas  de  la  República,  á  cuyos 
defensores  y  afectos  declaró  excomulgados.  De 
tan  horrible  seducción,  en  que  se  empleaban  las 
armas  de  la  iglesia  contra  los  que  han  proclamado 
sus  derechos,  y  combaten  por  ellos,  todo  era  de 
temerse  ;  y  V.  E.  para  sufocarla,  destruirla  y  ani- 
quilarla de  un  solo  golpe,  hizo  obrar  las  mismas 
armas,  apoyándolas  en  la  razón,  en  la  justicia,  en 
la  doctrina  de  Jesu  Christo,  y  en  las  disposiciones 
canónicas.  El  discreto  Provisor  del  Arzobis- 
pado, á  excitación  de  V.  E.  y  con  acuerdo  de  teó- 
logos y  canonistas,  libró  exhórtos  al  obispado  de 
Popayan,  probando  que  la  causa  de  la  libertad  en 
nada  se  oponía  á  los  preceptos  del  Evangelio ; 
que  los  patriotas  no  faltaban  al  dogma,  ni  á  la 
moral  Christiana ;  y  que  las  censuras  fulminadas 
por  aquel  prelado  en  materias  puramente  políticas, 
eran  atentadas,  nulas  é  ineficaces. 

Los  temores  en  gran  parte  cesaron  con  esta 
declaratoria,  emanada  de  una  autoridad  legitima 
mas  extensa  en  algunos  casos  que  la  de  los  obis- 
pos, y  que  puede  corregir  sus  providencias,  re- 
formarlas y  revocarlas  ;  pero  la  raiz  del  mal  per- 
manecía aun,  y  la  tempestad  no  se  habia  disipado 
enteramente.  El  autor  de  las  censuras  era  reco- 
nocido en  su  diócesis,  y  aun  por  V.  E.  mismo  que 
le  excitó  á  que  volviese.    No  habia  otra  jurisdic- 


654 

cion  que  la  suya ;  y  al  mismo  tiempo  se  hallaba 
huérfana  y  anárquica  la  iglesia  que  Dios  le  en- 
comendó. ¡  Extraña  paradoxa,  á  la  vez  existir 
y  no  existir  una  cosa !  y  estaba  reservado  sola- 
mente al  Señor  Ximenez  hacerla  posible.  Y.  E. 
convencido  ya  de  que  ningún  partido  se  podría 
sacar  de  él ;  que  no  era  conveniente  guardar 
consideraciones  á  un  enemigo  declarado  de  la 
República ;  y  que  era  necesario  para  aniquilar 
su  influxo,  y  para  asegurar  la  tranquilidad  pu- 
blica, expelerlo  del  territorio  de  Colombia,  usando 
de  las  facultades  que  le  confieren  las  leyes  en 
estos  casos,  y  aplicando  la  suprema  de  todas,  que 
es  la  salud  del  pueblo,  decretó  en  1 1  de  Enero  la 
expatriación  de  aquel  prelado,  y  la  ocupación  de 
sus  temporalidades. 

La  sorpresa  de  Popayan  por  las  tropas  del  Rey 
paralizó  por  un  corto  tiempo  los  efectos  de  esta 
providencia.  El  Obispo  volvió  con  Calzada,  y  la 
conducta  que  observó  entonces  justificó  mas  y 
mas  el  acierto  de  V.  E.  en  expatriarlo.  Vino ; 
pero  no  á  consolar  á  su  grey,  á  instruirla  y  edifi- 
carla, sino  á  llenarla  de  terror,  á  exasperarla  y  á 
destruirla.  Prohibió,  é  hizo  jurar  á  los  curas  de 
la  provincia  del  Cauca  que  cumplirían  la  prohibi- 
ción de  no  administrar  los  sacramentos,  ni  aun 
en  caso  de  muerte,  á  los  amantes  de  la  indepen- 
dencia. Abuso  escandaloso  de  un  ministro  de 
paz  y  de  conciliación,  que  obligó  á  V.  E.  á  to- 
mar medidas  mas  eficaces  y  enérgicas  para  cortar 
sus  conseqüencias  j  y  asi  fue  que  recuperada  la 


655 

provincia,  teatro  de  aquella  guerra  religioso-poli- 
tica»  V.  E.  hizo  publicar  en  todoe  los  pueblos  el 
decreto  referido,  y  excito  al  discreto  Provisor  del 
Arzobispado,  para  que  en  uso  de  la  autoridad 
que  por  los  cañones  tienen  los  metropolitanos 
para  suplir  la  negligencia  de  los  sufragáneos, 
nombrase  un  vicario-general  del  obispado  de  Po- 
payan.  La  excitación  tubo  efecto-,  el  nombra- 
miento se  hizo,  y  recayó  en  un  eclesiástico  acree- 
dor por  sus  luces,  por  sus  virtudes  y  patriotismo, 
á  la  confianza,  del  Gobierno,  y  de  los  fieles  cuya 
conducta  se  le  encargaba.  Sus  operaciones  han 
acreditado  el  acierto  de  su  elección :  él  ha  pro- 
visto las  vicarias  del  Choco  y  Antioquia,  como 
V.  E.  se  lo  recomendó ;  él,  á  ruego  de  V.  £.,  ha 
restituido  á  los  curas,  que  en  odio  de  su  opinión 
despojó  el  obispo  de  sus  beneficios ;  y  él  ha  res- 
tablecido la  calma  y  la  serenidad  de  que  tanto 
necesitaba  la  iglesia  de  Popayan. 

Arreglados  ya  los  negocios  eclesiásticos  de 
aquella  diócesis,  V.  E.  concentró  su  atención  en 
la  del  Arzobispado,  que  reclamaba  la  protección 
del  Gobierno.  Los  beneficios  no  se  proveían  en 
propiedad,  y  de  aqui  resultaban  males  intolera- 
bles. Los  interinatos  no  tenían  termino  contra 
las  prohibiciones  canónicas.  Eclesiásticos  bene- 
méritos carecían  de  ascensos,  en  ofensa  de  la 
causa  publica,  y  de  la  justicia  conmutativa : 
muchos  curatos  estaban  sin  párroco,  y  abandona- 
dos hacia  largos  años,  en  perjuicio  de  la  religión 
y  de  la  moral  Cristiana ;  y  todo  el  arzobispado 


656     , 

áe  parecía  á  las  ruinas  de  un  edificio»  que  antes 
había  sido  hermoso  y  magnifico*  V.  E.  empren- 
dió levantarlo  de  nuevo,  y  hacer  cesar  los  abusos 
que  lo  habían  desmoronado ;  y  á  este  fin  luego 
que  recibió  la  ley  provisional  de  3  de  Enero,  en 
que  se  declara,  que  por  ahora,  y  mientras  se  hace 
un  concordato  con  la  silla  apostólica,  los  Vice- 
presidentes de  ¿os  departamentos  se  limiten  en 
las  provisiones  eclesiásticas  á  expresar  si  el  pro- 
visto es  de  su  confianza,  ó  no  es.  V.  E.  requirió 
al  discreto  Provisor  para  que  procediese  al  con- 
curso de  beneficios  vacantes,  conforme  á  esta  dis- 
posición y  á  la  del  Concilio  de  Trento  que  trata 
de  la  materia.  Persuadido  el  discreto  Provisor 
que  era  necesaria  la  medida  que  V.  E.  le  indicaba, 
convocó  el  concurso  á  beneficios  vacantes ;  pero 
con  él  no  se  hubiera  remediado  absolutamente 
las  necesidades  de  la  iglesia,  ni  el  clero  hubiera 
quedado  satisfecho,  si  V.  E.  no  declara,  por  el 
decreto  de  17  de  Agosto,  que  el  Gobierno  no 
reconocía  por  párrocos  á  los  curas  emigrados,  y 
que  los  curatos  que  obtenian  en  el  Gobierno  Es- 
pañol debían  proveerse  en  propiedad.  Para  esta 
declaratoria  tubo  presente  V.  E.  el  derecho  de 
gentes,  que  no  permite  se  mantengan  empleados 
en  una  nación  que  se  halla  en  guerra  con  otra j  á 
los  subditos  de  su  contendora  la  justicia  que 
prescribe  no  goze  del  beneficio  el  que  no  trabaja : 
el  derecho  que  tiene  el  Gobierno  de  proteger  á 
la  iglesia  nunca  mejor  aplicado,  que  quando  se 
trata  de  mejorar  su  situación  j  y  los  cañones  que 


657 

prescriben,  se  despojen  de  sus  curatos  á  los  curas 
que  no  residieren.  El  prelado  eclesiástico  requi- 
rido  por  V.  E.  para  que  hiciese  la  misma  declara-» 
toria,  la  dictó  en  efecto ;  pero  antes  llamó  por 
edictos  á  los  eclesiásticos  contra  quienes  se  diri- 
gía, y  las  citaciones,  acabaron  de  comprobar  su 
contumacia.  Fueron  pues  legal  y  canónicamente 
depuestos,  y  sus  beneficios,  asi  como  todos  los 
otros  vacantes,  han  sido  provistos  con  anuencia 
de  V.  E.  Ya  el  arzobispado  está  servido  por 
curas  propietarios;  ya  las  reglas  canónicas  han 
tenido  cumplimiento ;  y  ya  el  clero  ha  recibido, 
por  los  esfuerzos  del  Gobierno  parte  de  la  recom- 
pensa que  le  es  debida  por  su  consagración  á  la 
causa  de  la  República. 

A  la  verdad,  los  eclesiásticos  del  departamento 
merecen  las  consideraciones  del  Gobierno.  Acor- 
des en  el  amor  á  la  independencia,  y  decididos 
por  ella,  han  empleado  todo  el  influxo  que  les  da 
su  ministerio,  para  animar  á  los  pueblos  á  la  de- 
fensa de  sus  derechos ;  se  los  han  hecho  conocer ; 
les  han  instruido  de  sus  deberes,  y  les  han  dado 
el  exemplo  de  subordinación  en  el  fiel  cumpli- 
miento de  las  providencias  que  V.  E.  ha  dictado. 
Los  empréstitos,  las  contribuciones  que  han  sido 
necesarias  para  mantener  los  exercitos,  ellos  las 
han  pagado  con  presteza  y  con  desinterés,  y  no 
satisfechos  con  haber  contribuido  como  todos  los 
demás  ciudadanos,  han  cedido  en  favor  del  estado 
los  novenos  beneficíales,  quando  V.  E.  los  requi- 
rió.   Entonces  se  ha  visto  que  el  patriotismo  del 

TOM.  II.  t  t 


658 

clero  llega  hasta  la  exaltación.  Parece  que  entre 
sus  individuos  se  suscitó  la  mas  noble  emulación 
de  servir  á  la  República :  unos  hicieron  sus  cesio- 
nes con  limitación  de  años ;  otros  por  el  tiempo 
de  la  guerra;  otros  á  voluntad  del  Gobierno: 
otros  de  lo  que  se  les  adeudaba  en  muchos  anos 
de  servicio,  y  de  lo  que  en  adelante  devengasen ; 
y  otros  en  fiíkoírecieron  anualmente  algunas  cas* 
tidades  por  via  de  donativo  ademas  de  sus  nove- 
nos. La  Asamblea  Nacional  de  Francia»  en  su 
sesión  del  4  al  5  de  Agosto  de  1789»  no  vio  en 
los  eclesiásticos  tanto  espíritu  publico»  tanto  ar- 
dor por  la  libertad»  ni  sentimientos  tan  cívicos  y 
generosos.  ¡  Felices  los  pueblos  que  san  adminis- 
trados por  párrocos  ciudadanos ! 

Pero  hagamos  un  homenage  á  la  justicia.  La 
disposición  del  clero  en  favor  de  la  causa  de  la 
República  no  se  hubiera  ipanifestado  claramente» 
sino  con  timidez  y  precaución»  si  las  autoridades 
eclesiásticas  que  le  gobiernan,  no  hubieran  toma* 
do  el  mas  grande  interés  en  que  triunfe  la  inde- 
pendencia, y  si  no  hubieran  co-operado  á  ello  con 
sus  esfuerzos.  Los  han  hecho  extraordinarios  el 
cabildo  eclesiástico»  con  los  prelados  regulares  de 
esta  metrópoli,  y  el  ^Provisor  del  obispado  de  Po- 
payan»  prestándose  á  quanto  el  Gobierno  ha  exi- 
gido 4e  su  autoridad.  Y  los  ha  hecho  muy  sin- 
gulares el  Prelado  del  Arzobispado»  con  quien 
V.  E-  ha  tocado  mas  inmediata  y  freqüentemente. 
¿  Que  se  le  ha  pedido  que  haya  rehusado  ?  £1 
Exmo.  Señor  Presidente  de  la  República,  y  V.  E. 


659 

le  rogaron  que  expidiese  Pastorales :  él  las  ex- 
pide;  V.  E.  lo  solicita  para  que  diriga  sus  preces 
á  la  8*  Silla :   él  las  dirige.    V.  E.  le  exhorta 
á  que  prevenga  á  los  curas  hagan  votos  y  rog*> 
eiones  publicas  por  la  prosperidad  de  la  Repúbli- 
ca:  y  él  lo  dispone.    V.  E.  le  excita  £  que  con- 
voque el  concurso  á  beneficios  vacantes :  él  la 
convoca.    V.  £.  le  pide  que  declare  nulas  y  aten- 
tadas las  excomuniones  del  obispo  de  Fopayan : 
él  las  declara.    V.  £•  le  recomienda  á  eclesiásti- 
cos seculares  para  que  les  coloque»  y  á  regulares 
para  que  les  destine :  él  atiende  los  recomenda- 
dos.   Y  esta  armonía,  tan  necesaria  en  un  estado 
naciente,  ha  contribuido  admirablemente  á  con* 
solidar  la  paz  interior,  y  á  fixar  el  orden  y  la 
tranquilidad.      ¡  Gloria  á  los  ministros  del  san- 
tuario que  saben  llenar  sus  obligaciones  sociales  ! 
¡  Honor  á  los  apostóles  de  la  libertad  é  indepen- 
dencia de  Colombia !   ¡  Que  ellos  gozen  del  fruto 
de  sus  fatigas  y  sacrificios,  y  que  las  generaciones 
futuras,  les  coloquen  en  el  numero  de  sus  liberta- 
dores ! 

'  Tanta  deferencia  de  parte  del  clero  y  de  sus 
prelados,  demandaban  del  Gobierno  reciprocidad 
ya  retribución.  Asi  es  que  V.  £.  les  ha  guardado 
sus  privilegios,  y  ha  protegido  y  hecho  respetar  la 
autoridad  eclesiástica,  y  la  disciplina  canónica, 
en  todos  los  negocios  que  se  ha  ofrecido.  Asi  es 
que  en  materias  que  tubiesen  alguna  relación  con 
la  iglesia  ó  sus  ministros,  V.  E.  no  ha  dictado 
providencias  sin  el  acuerdo  y  anuencia  de  los 


660 

prelados  respectivos :  que,  por  favorecer  al  clero, 
V.  E.  sobreseyó  en  el  cobro  de  las  quartas  arzo- 
bispales, á  cuya  percepción  tenia  un  derecho  in- 
disputable el  estado  por  la  vacante  de  la  mitra : 
que,  para  precaver  la  dilapidación  de  los  intereses 
de  fabrica,  V.  E.  dispuso  que  los  mayordomos 
afianzasen  á  satisfacción  de  los  curas  y  vecindarios, 
y  previo  este  requisito,  no  obstante  las  necesida- 
des del  erario,  les  ha  mandado  entregar  los  nove- 
nos pertenecientes  á  cada  pueblo  ó  parroquia, 
para  que  no  decaiga  el  culto :  y  que,  finalmente, 
por  conservar  á  la  iglesia  sus  derechos  sustancia* 
les,  que  consisten  en  su  creencia,  en  sus  dogmas 
y  disciplina,  V.  E.  ha  tomado  medidas  para  pre* 
venir  la  impiedad.  Estas  providencias  deben 
convencer  al  clero  que  el  Gobierno  le  respeta  y 
venera,  asi  como  á  sus  instituciones j  le  deben 
dar  una  idea  de  las  ventajas  que  conseguirá 
quando  la  República  esté  bien  consolidada ;  y  le 
deben  haber  hecho  entrever  una  perspectiva  feliz 
en  el  triunfo  de  la  independencia.  Si  el  clero 
continua  tan  consagrado  á  ella,  la  República  le 
abrirá  el  camino  de  las  dignidades  y  honores  de 
que  estaba  privado  en  el  sistema  colonial,  y  baxo 
un  gobierno  que  rara  vez  premiaba  el  mérito  7  la 
virtud  de  los  Americanos. 

Los  esfuerzos  del  clero,  y  de  las  otras  clases 
que  constituyen  á  Colombia,  son  capaces  ellos 
solos  de  adquirirles  la  independencia»  mas  no  lo 
son  de  consolidarla ;  y  necesitan  de  la  co-opera- 
cion  de  las  demás  secciones  de  America  que  están 


661 

en  lucha  como  nosotros.  Desengañémonos ;  mien- 
tras la  España  domine,  aunque  no  sea  sino  un  palmo 
de  tierra  en  el  Nuevo  Mundo,  nunca  dexara  de  ha- 
cer la  guerra  á  los  independientes,  ni  les  permiti- 
da que  gozen  de  los  frutos  de  la  paz*  Es  preciso 
pues  la  reunión  entre  ellos,  y  quanto  más  estre- 
cha fuere,  tanto  mejores  serán  sus  resultados.  V. 
E.  por  este  motivo  ha  cuidado  de  establecerla 
coa  los  estados  de  Chile,  y  del  Rio  de  1*  Plata, 
manteniendo  freqüente  comunicación  con  sus  go- 
biernos, y  de  una  y  otra  parte  ha  habido  armonía 
y  confianza.  El  equilibrio  del  universo,  como  ha 
llamado  uno  de  nuestros  escritores  á  lo  que  deben 
guardar  las  Repúblicas  de  America,  empieza  ya, 
y  él  vendrá  á  terminar  en  una  confederación 
general,  que  nos  ponga  á  cubierto  de  los  desas- 
tres de  que  ha  sido  teatro  la  Europa,  por  las  miras 
contrarias  de  sus  gabinetes. 

Tales  han  sido  las  providencias  que  V.  E.  ha 
dictado,  y  las  medidas  que  ha  tomado,  para  arre- 
glar lo  interior  del  departamento,  y  para  asegu- 
rarle la  independencia  conquistada  en  Boy  acá; 
pero  todas  ellas  hubierqft  sido  inútiles,  si  al  mismo 
tiempo  no  dictara  otras1  para  arreglar  y  mejorar 
la  administración  de  justicia,  sin  la  qual  nada  son 
los  estados,  según  un  escritor,  sino  glandes  latro- 
cinios. 


im 


JUSTICIA. 

La  administración  de  justicia,  en  concepto  de 
Mr  Tomas,  es  la  función  mas  bella  de  la  humani- 
dad. En  efecto,  ¿  que  cosa  mas  noble  para  los 
hombres  que  usar  de  la  razón  para  reparar  los 
agravios  hechos  á  sus  semejantes ;  que  valerse  de 
la  ley  para  socorrer  á  los  débiles j  que  mantener 
los  derechos  de  cada  uno,  y  conservar  ilesos  los 
de  todos,  refrenando  las  pasiones,  corrigiendo  los 
vicios,  y  amparando  la  inocencia  y  la  virtud  ?  Si 
nos  remontamos  al  origen  de  las  sociedades,  ha- 
llaremos á  los  hombres  reuniéndose  para  evitar  la 
violencia,  y  para  buscar  un  abrigo  contra  la  injus- 
ticia. £1  contrato  social  no  tubo  mas  objeto,  ni 
otro  fin  sino  la  formación  de  los  gobiernos.  Deben 
pues  los  magistrados,  por  su  propia  satisfacción, 
por  su  obligación,  y  por  sn  instituto,  administrar 
justicia ;  y  este  convencimiento  ha  obrado  en  V* 
E.  para  dictar  las  providencias  siguientes. 

Restablecido  el  Gobierno  de  la  República,  nada 
era  tan  justo  como  restituir  en  sus  propiedades  á 
los  que  en  tiempo  del  Gobierno  Español  fueroú 
despojados  de  ellos  por  su  adhesión  á  la  libertad» 
Si  el  embargo  hubiera  subsistido ;  si  los  que  causad- 
ron  el  despojo,  y  los  que  contribuyeron  á  el,  com* 
prando  los  bienes  confiscados,  hubieran  permane- 
cido pacíficos  poseedores,  habría  sido  preciso  con- 
cluir, que  la  opresión  era  legitima,  y  el  amor  á  la 
patria  un  crimen*    S.  E.  el  Libertador  se  apresuró 


663 

á  borrar  tan  horrible  conseqüencia,  declarando 
por  el  decreto  de  15  de  Septiembre  dé  1619»  que 
los  bienes  confiscados  á  los  patriotas,  y  enage- 
nados,  debían  devolvérseles,  aunque  se  bailaran 
en  poder  de  un  tercero  ó  quarto  poseedor,  contra 
quienes  dio  acción  á  los  dueños ;  pero  esta  pro- 
videncia, cuyo  favor  algunos  reclamaron,  habría 
quedado  sin  efecto,  por  las  competencias  que  ya 
comenzaban  á  suscitarse  sobre  la  autoridad  que 
debía  conocer  en  tales  demandas,  si  V.  E.  no 
dictara  la  de  9  de  Enero  de  este  año,  que  atribuyó 
aquel  conocimiento  á  los  gobernadores  políticos. 
Teniendo  estos  magistrados  jurisdicción  mas  vas- 
ta que  los  jueces  ordinarios,  y  siendo  letrados, 
sus  determinaciones  serán  pronunciadas  con  mas 
discernimiento,  y  con  mayor  reflexión  ;  serán 
mas  respetadas,  y  mas  pronto  executadas  >  y  los 
despojados,  exentos  de  gastos  y  recursos  inútiles 
y  dispendiosos,  alcanzaran  con  brevedad  el  rein- 
tegro que  solicitan. 

Mas  esta  posesión  sería  bien  efímera,  y  al  mis- 
mo acto  de  conseguirla  los  interesados  la  hubie- 
ran perdido,  á  no  afianzarla  V.  E.  con  el  decreto 
de  23  de  Agosto,  en  que  declaró,  que  los  dueños 
de  las  propiedades  embargadas  por  el  Gobierno 
Español,  no  estaban  obligados  á  pagar  los  réditos 
de  los  censos  causados  en  tiempo  del  seqüestro. 
Durante  él  no  habían  disfrutado,  y  como  la  esen- 
cia del  contrato  consiste  en  el  goze  de  la  cosa,  y 
el  rédito  lo  produzca  la  utilidad,  era  faltar  á  su 
tenor  compeler  á  los  despojados  al  pago  de  canti- 


664 

dados  que  no  habían  ganado ;  y  era  también  in- 
humano obligarles,  quando  el  mismo  embargo  les 
había  reducido  á  la  miseria.  Los  fiscales  ddi  de- 
partamento, á  quienes  consultó  V.  K,  asi  lo  ex- 
pusieron ;  y  V.  E.  resolvió  conforme  á  sus  exposi- 
ciones, libertando  á  los  que  obtenían  la  restitución 
de  sus  bienes  de  las  gestiones  de  los  sensualistas 
que  los  habrían  hecho  embargar  de  nuevo  para 
la  satisfacción  de  sus  créditos,  y  por  lo  mismo  la 
adquisición  de  los  propietarios  se  habría  vuelto 
ilusoria. 

.  Si  el  interés  de  una  sola  clase  de  personas  exi- 
gió de  V.  E.  las  declaratorias  referidas,  el  de 
todas,  el  de  los  pueblos  en  general,  le  obligó,  con 
acuerdo  del  tribunal  de  justicia  del  departamento, 
á  expedir  el  decreto  de  28  de  Enero,  qué  en  cier- 
tos negocios  ó  de  quantía  determinada,  hizo  á  los 
gobernadores  políticos  jueces  de  apelación.  Es 
una  ventaja  incalculable  para  los  que  repiten  sus 
derechos  hacerlo  en  su  mismo  territorio,  y  no  á 
grandes  distancias :  de  ella  gozaron  los  pueblos 
en  el  sistema  de  la  época  anterior  de  la  Repúbli- 
ca, y  de  ella  debían  gozar  ahora,  teniendo  un 
gobierno  propio,  y  únicamente  atento  á  propor- 
cionarles su  felicidad  en  todos  y  en  cada  uno  de 
los  ramos  de  la  administración  publica. 

Al  concederles  V.  E.  este  beneficio  previo  que 
los  gobernadores  políticos  podían  errar ;  que  eran 
hombres ;  y  que  era  peligroso  librar  en  el  juicio 
de  ellos  solos  la  propiedad  de  los  ciudadanos:  y 
para  precaver  todo  exceso  en  la  materia»  deternuU 


665 

nó  que  el  tribunal  de  justicia  conociese  en  ulti- 
mo resorte,  y  por  el  recurso  de  suplica  de  los 
negocios  que  en  segunda  instancia  hubieran  sen- 
tenciado aquellos  magistrados.  Quedaron  pues 
asegurados  por  este  decreto  los  derechos  indivi- 
duales, los  de  la  propiedad»  y  los.  de  la  justicia 
que  los  litigantes  obtendrán  mejor,  quanto  mas  se 
variaran  los  jueces  que  en  los  diversos,  grados  de 
los  negocios  deben  conocer  y  determinar. 

Sin  embargo  que,  por  el  reglamento  citado,  la 
administración  de  justicia  debió  hacerse  mas  ex- 
tensa, V.  E.  consideró  preciso  generalizarla,  para 
que  todos  disfrutasen  del  derecho  de  igualdad. 
Residiendo  los  jueces  ordinarios  en  las  ciudades 
y  villas,  no  podían  oir  y  despachar  las  quexas  de 
los  miserables  que  habitando  en  pueblos  distantes 
eran  oprimidos  y  sufrían ;  porque  su  misma  mise- 
ria les  quitaba  los  medios  de  reclamar  la  opresión. 
Ellos  pertenecen  al  genero  humano,  están  en  la 
sociedad,  y  las  leyes,  y  el  Gobierno  deben  prote- 
gerlos como  á  hombres  y  como  á  ciudadanos. 
Tai  fue  el  objeto  de  V.  E.  quando  á  consulta  del 
gobernador  comandante-general  de  Tunja,  y  en 
providencia  de  4  de  Abril  declaró,  que  los  jueces 
políticos  de  los  cantones  en  que  están  diyididas 
las  provincias  del  departamento,  tienen  jurisdic- 
ción ordinaria  acumulativa  con  los  alcaldes  del 
distrito.  Como  estos  empleados  ya  .sea  por  el 
cobro  de  tributos  que  les  está  encomendado,  ya 
para  establecer  les  escuelas  publicas,  y  hacer  com- 
poner los  caminos j  ó  ya  para  cumplir  las  comi- 


666 

siones  que  se  les  encarguen,  deben  visitar  muy 
freqüentemente  los  pueblos  de  su  cantón;  los 
agraviados  ocurrirán  á  ellos  con  sus  demandas,  y 
con  el  auxilio  de  la  cosa  presente,  las  podran 
despachar  con  brevedad,  y  sin  que  las  partes  sean 
gravados  como  lo  eran  antes. 

Entre  los  miserables  se  computan,  y  con  mu* 
cha  razón,  los  indígenas,  en  quienes  el  habito  dé 
una  larga  servidumbre  ha  producido  la  estupi- 
dez. Ellos  pueden  considerarse  como  niños  en 
la  infancia,  que  necesitan  de  un  tutor  que  cuide 
de  ellos  y  de  sus  negocios.  ¿  Y  quien  puede  y 
debe  exercer  mejor  esta  función  que  el  mismo 
Gobierno  ?  Cumpliendo  con  este  deber,  ¡SL  £.  el 
Libertador  Presidente  dictó  las  providencias  con- 
venientes para  su  educación,  y  para  que  se  respe- 
tasen sus  derechos  sociales :  encargó,  por  el  regla* 
mentó  de  20  de  Mayo,  de  su  amparo  y  protec- 
ción á  los  jueces  políticos,  y  á  los  gobernadores 
de  las  provincias ;  pero  no  designó  la  autoridad 
que  debia  conocer  de  sus  pleitos.  El  tribunal  de 
justicia  del  departamento  lo  consultó,  y  en  provi- 
dencia de  $7  de  Octubre  declaró  V.  E.  provi- 
sionalmente, que  la  ley  municipal  qué  les  conce- 
día el  caso  de  corte  en  los  asuntos  en  que  litiga- 
sen como  autores,  debia  sostenerse;  y  atribuyó 
el  conocimiento  de  aquellos  en  que  fuesen  reos  é 
los  gobernadores  políticos*  para  que  gozasen  mtó 
íntnediatamente  de  la  protección  del  Gobierno,  y 
de  la  de  los  tribunales  superiores. 


667 

No  era  posible  al  tiempo  mismo  de  restáble* 
eerse  la  República,  y  quando  aun  sonaba  el  ruido 
del  cañün  y  del  clarín»  que  destruyó  á  los  enemi+ 
gos  en  Boyaca,  organizarlo  todo  y  arreglarlo; 
Poco  á  poco  debia  irse  notando  lo  que  era  preciso 
reformar  ó  alterar,  para  que  se  mejorarse  la  admi* 
nistracion  de  justicia ;  y  asi  ha  sido  que  también 
poco  á  poco  ha  dictado  V.  E.  providencias  en 
esta  materia.  Desde  Septiembre  de  1819,  S.  E. 
Libertador  estableció  un  tribunal  de  justicia  en 
el  departamento,  y  nombró  sus  ministros ;  y  hasta 
13  de  Marzo  ultimo  no  se  declaró  el  modo  y  ter* 
minos  con  que  debian  recusarse,  por  que  hasta 
entonces  no  había  ocurrido  caso  para  la  declara-» 
toria.  En  un  asunto  particular  la  solicitó  un 
ciudadano ;  y  V.  E.  no  hallando  nada  dispuesto 
sobre  recusaciones  en  las  leyes  de  la  República, 
y  concillando  la  dignidad  de  los  jueces  con  la 
libertad  de  los  litigantes,  determinó  que  para  la 
recusación  se  probase  la  causa  sin  dar  fianzas,  ni 
obligarse  á  pena  alguna  el  recusante,  como  lo 
prevenían  antes  las  disposiciones  del  Código  Es* 
pañol;  que,  queriendo  divinizar  á  los  oydores, 
castigaban  al  que  se  atrevía  á  manifestar  que  nd 
tenia  confianza  en  sus  juicios,  porque  las  pasiones, 
el  error,  ó  la  ignorancia  podían  dirigirlos.  % 

El  tribunal  de  justicia. del  departamento  no  ser 
conformó  con  la  resolución  de  V.  E<  La  reclamó, 
pero  V.  E.  no  hallando  fundado  motivo  para  revo- 
carla, y  consultando  con  el  Exmo.  Señor  Liberta-* 
dor  Presidente,  que  por  entonces  se  hallaba  en  esta 


668 

capital»  declaró  en  17  de  Marzo,  que  no  tenia 
lugar  la  que  se  proponía  dirigida,  á  que  los  recu- 
santes prestasen  la  fianza  de  que  se  les  había  rele- 
vado. 

El  tribunal  de  justicia  puede  sentenciar,  apli- 
cando mal  la  ley  ó  disposición,  ó  faltando  abierta- 
mente á  su  tenor,  y  en  este  caso  hay  un  recurra 
de  injusticia  notoria  al  poder  executivo,  conforme 
á  la  constitución  provisional,  y  al  reglamento  de 
18  de  Febrero  de  1819*  Eran  ya- muy  frequen- 
tes  los  recursos  que  de  esta  clase  se  dirigían,  y  la 
temeridad  de  los  litigantes  habia  convertido  en 
veneno  lo  que  por  su  salud  se  estableció.  Faz» 
refrenarlos,  el  tribunal  indicado  propuso  á  V.  E. 
que  se  mandasen  observar  las  leyes  del  código 
Español,  que  prevenían  á  los  recurrentes  diesen 
fianzas  para  el  pago  de  cierta  cantidad  en  que  se 
les  condenaba,  si  sus  recursos  no  eran  fundados ; 
y  V.  E.  atendiendo  al  bien  publico,  interesado  en 
la  pronta  conclusión  de  los  pleitos,  y  en  que  las 
cosas  tengan  dueño,  dictó  en  17  de  Marzo  la  pro- 
videncia que  se  solicitaba. 

Por  la  constitución  y  reglamento  citados,  solo 
S.  E.  el  Presidente  de  la  República  puede  cono- 
cer en  los  casos  de  injusticia  notoria,  y  á  él  solo 
corresponde  impugnar  las  sentencias  del  poder 
judicial ;  y  como  S.  E.  hallándose  al  frente  de 
los  exercitos,  dirigiendo  las  operaciones,  no  tenia 
una  residencia  fiza,  esta  disposición  presentaba  en 
su  execucion  muchos  inconvenientes.  Los  expe- 
dientes no  se  les  podían  remitir  con  seguridad, 


669 

ni  S.  E.  ocupado  en  mas  graves  atenciones,  podía 
resolverlos  con  prontitud :  entretanto  las  senten- 
cias estaban  suspensas,  é  indecisos  los  derechos 
de  las  partes,  que  padecían  notablemente  con  la 
tardanza.  V.  £•  se  lo  representó,  y  S.  E.  enton- 
ces dictó  el  decreto  20  de  Junio,  creando  una 
comisión  de  gobierno  en  esta  capital,  en  quien 
delegó  sus  facultades  para  conocer  y  determinar 
de  los  recursos  de  injusticia  notoria.  V.  E.  la 
estableció  inmediatamente,  y  los  negocios  tienen 
un  breve  y  pronto  curso  con  evidente  utilidad  de 
los  litigantes,  quando  las  sentencias  están  confor- 
mes á  las  leyes. 

Resta  aun  que  hacer  en  esta  materia ;  pero  es 
del  resorte  del  supremo  poder  legislativo  suplir 
lo  que  falte.  La  constitución  previene,  que  si  el 
poder  judicial  insiste  en  los  decretos  que  se  le  han 
impugnado,  el  executivo  dé  cuenta  al  senado  para 
que  decida  definitivamente.  El  tribunal  de  jus- 
ticia del  departamento  ha  usado  algunas  veces 
de  la  facultad  que  se  le  concede :  V.  E.  ha  sus- 
pendido las  determinaciones,  y  remitido  á  S.  E. 
el  Presidente  los  asuntos  que  en  largo  tiempo  no 
se  han  vuelto,  pot  la  enorme  distancia  que  media 
entre  Cundinamarca  y  el  centro  del  Gobierno 
Supremo.  En  la  administración  de  justicia,  es 
preciso  que  los  términos  y  las  distancias  se  acor- 
ten, para  que  no  perezcan  los  derechos  individua- 
les, como  sucedió  baxo  el  régimen  Español,  que 
hubo  pleito  en  que  las  partes  perdieron  toda  su 
fortuna  antes  de  haber  visto  la  resolución.    El 


G70 

Congreso  General,  como  es  de  esperarse,  allanara 
tan  graves  inconvenientes. 
'    V.  E.  los  previo  aun  mas  grandes,  quando  el 
Congreso  de  Guayaría  resolvió  que  la  alta-corte 
de  justicia  de  la  República  quedara  reasumida  en 
él  tribunal  establecido  para  el  departamento  do 
Venezuela,    pues  que  el  de  Cundinaraarcá  se 
éreyó  abolido,  y  entendió  que  por  el  decreto  se 
debían  remitir  todos  los  asuntos  en  segunda  ins- 
tancia basta  aquella  plaza.     Se  lo  expresó  á  V. 
E.  indicándole  que  en  obedecimiento  el  tribunal 
quedaba  disuelto :  y  V.  £.  figurándose  los  males 
que  de  esta  medida  se  seguirían,  provisionalmente 
dispuso  que  los  ministros  no  cesaran  en  sus  fun- 
ciones ;  y  dirigió  al  Exmo.  Señor  Presidente  una 
exclamación  enérgica  y  vigorosa,  en  virtud  de  la 
que  la  diputación  permanente  declaró,  que  el 
animo  del  Congreso  no  habia  sido  extinguir  el 
tribunal  de  justicia  de  Cundinamarca,  y  aprobó 
la  disposición  provisional  de  V.  E. 
-  La  función  del  magistrado  no  se  Umita  á  la 
administración  de  justicia  de  particular  á  particu- 
lar ;  ella  abraza  mas  vastos  objetos,  teniendo  á  su 
cargo  imponer  castigos  á  los  delinquientes,  y  hacer 
reparar  el  agravio  que  por  el  crimen  ha  sufrido 
lá  sociedad.     Consideración  que  ha  influido  en' 
V.  E.  para  fulminar  diversas  penas  contra  los  que 
han  infringido  el  pacto  social,  los  derechos  del 
Hombre,  y  las  leyes  que  los  conservan. 

Es  sin  duda  un  delito  usurpar  la  propiedad  dé 
otro ;  pero  es  mas  grave  quando  ella  pertenece  á 


671 

la  República,  y  por  esto  las  leyes. Romanas,  y  las 
de  la  antigua  legislación  Española,  lo  castigaban 
ton  la  muerte.  V.  E.  no  tan  inexorable  como 
días,  pero  siempre  armado  de  un  justo  rigor 
contra  los  malversadores  de  los  intereses  públicos, 
quando  por  el  decretó  de  21  de  Enero  previno 
que  los  comisionados  de  seqüestros  diesen  cuenta 
de  su  manejo,  dispuso  también  que  se  les  casti- 
gase con  cinco  anos  de  presidio,  si  resultaban 
alcanzados -.—prevención  saludable,  que  aunque 
no  ha  tenido  aplicación  por  la  honradez  y  buena 
conducta  de  la  mayor  parte  de  los  comisionados, 
ha  quitado  á  los  que  no  tubieran  estas  calidades 
el  poder  de  dilapidar  unos  caudales,  en  que  tanto' 
interés  tiene  el  estado  como  los  particulares. 

En  efecto,  los  ascendientes  y  descendientes  de 
los  que  han  padecido  el  embargo  de  sus  bienes, 
como  que  deducido  el  tercio  y  quinto  el  resto  les 
corresponde,  tenían  un  derecho  para  quexarse  y 
reclamar,  si  en  algo  se  les  defraudaba  por  los  ad- 
ministradores de  seqüestros.  V.  E.  ninguna  re- 
clamación ha  recibido  de  esta  clase,  y  los  intere- 
sados, tanto  en  virtud  de  aquel  decreto  como  por 
los  que  ha  dictado  el  tribunal  de  justicia  á  sus 
gestiones,  y  que  V.  E.  ha  mandado  poner  en  exe- 
cucion,  gozan  ya  de  sus  propiedades,  libres  de  la 
miseria  á  que  en  igual  caso  condenó  el  Gobierno 
Español  á  las  familias  de  los  afectos  á  la  libertad. 

V.  E.  para  que  entrasen  inmediatamente  en  la 
posesión  de  sus* *  fincas  y  haberes  los  interesados 
en  los  seqüestros,  no  solo  les  ha  admitido  el  pago 

8 


672 

del  tercio  y  quiote  en  víveres  y  en  efectos;  na 
solo  les  ha  concedido  que  reconozcan  en  las  mis* 
mas  fincas  que  se  les  han  devuelto,  la  cantidad 
perteneciente  al  erario,  sino  que  por  el  decreta 
de  1  de  Agosto  excitó  á  los  acreedores,  y  á  los  que 
tubiesen  algún  derecho  en  los  bienes  embargados» 
á  que  quanto  antes  lo  reclamasen.  Con  tal  fin, 
les  asignó  el  termino  ultimo  y  perentorio  de  dos 
meses,  contados  desde  aquella  fecha,  para  que 
ocurriesen  con  sus  demandas  al  tribunal  de  jus- 
ticia, y  declaró,  que  pasado  este  tiempo  ninguna 
gestión  seria  admisible  para  estimular  asi  á  los 
negligentes  y  descuidados.  Tanta  es  la  liberali- 
dad de  los  que  gobiernan  la  República,  que  cuidan 
de  la  felicidad  y  bien-estar  aun  de  las  familias  de 
los  enemigos  de  la  independencia. 

Entre  los  que  han  sufrido  el  embargo  hay  mu- 
chos que  no  tienen  ascendientes  ni  descendientes» 
y  no  habiéndose  aprovechado  de  las  amnistías  del 
Congreso,  ninguna  indulgencia  cabe  ya  con  dios, 
en  quanto  á  la  devolución  de  sus  bienes,  que  por 
su  qualificada  renuencia  en  presentarse  á  las  au- 
toridades de  la  República,  deben  quedar  para 
siempre  confiscados.  £1  tratado  de  armisticio  ha 
brindado  la  ocasión  á  esos  emigrados  de  volver  á 
los  lugares  de  su  antigua  residencia ;  y  V.  E.  para 
que  no  creyesen  que  su  vuelta  tenia  los  efectos 
que  el  postlirainio  entre  los  Romanos,  en  SO  de 
Diciembre  decretó,  que  ninguna  reclamación  se 
les  oiria  por  sus  haciendas  y  fincas  embargadas, 
y  que    estas  seguirían  administrándose  por  el 


678 

estadp,  hasta  que  el  Congreso  General  determinase 
otra  cosa* 

Los  diezmos  se  cuentan  también  como  renta  de 
la  República,  y  le  pertenecen  en  la  mayor  parte 
por  los  novenos,  por  las  vacantes  mayores  y  me- 
nores, y  por  las  cesiones  que  han  hecho  de  sus 
haberes  los  párrocos.  Considerables  cantidades 
se  adeudaban  al  ramo  hacia  muchos  años;  y  co- 
njo  su  pago,  ademas  de  ser  de  justicia,  debia  pro- 
porcionar al  Gobierno  medios  de  ocurrir  á  las 
necesidades  del  erario,  sin  gravar  tanto  á  los  pue- 
blos, V.  E.  por  el  decreto  de  24  de  Mayo,  dispuso 
que  todos  los  deudores  á  diezmos,  dentro  de  dos 
meses,  hicieran  proposiciones  para  satisfacer  sus 
créditos,  y  á  los  que  no  las  hicieran,  los  conmino 
con  la  pena  de  dos  años  de  presidio.  Este  de- 
creto tubo  el  mejor  resultado,  y  el  erario  ya  en 
dinero,  ya  en  víveres  y  efectos,  para  las  tropas,  ha 
ingresado  quantiosas  sumas. 

Son  los  derechos  de  la  sociedad  un  producto  de 
los  derechos  individuales,  y  el  Gobierno  que. cuida 
de,  la  conservación  de  los  unos,  debe  procurar 
igualmente  que  se  mantengan  ilesos  los  otros.  El 
de  propiedad,  y  de  seguridad,  estaban  atacados 
por  algunos  malvados,  que  escalaban  las  casas, 
violentaban  y  maltrataban  á  los  dueños,  y  les  pilla- 
ban sus  bienes.  Hasta  en  esta  ciudad  y  sus  arra-% 
bales,  á  pesar  de  la  vigilancia  de  los  magistrados, 
y  del  zek>  de  las  patrullas,  se  sufría  el  mal ;  y  como 
quando  el  delito  es  muy  repetido,  es  preciso  para 
contenerlo  un  crudo  escarmiento, .  como  dice  una 

TOM.  II.  ü  U 


de  nuestras  leyes,  V.  E.  conforme  á  efia  deter- 
minó, en  17  de  Julio,  que  los  ladrones  á  quienes 
se  les  convenciese  haber  cometido  el  crinen  con 
escalamiento  de  casa,  y  forzando  á  los  dueños,  en 
sumario,  y  con  sola  su  confesión,  se  les  condenase 
á  muerte,  haciéndote  exequible  la  sentencia  á  k 
mayor  brevedad.  Con  la  publicación  de  esta  pro- 
videncia cesaron  y  se  contubieron  absolutamente 
«nos  atentados,  que  por  sa  qnalidad  y  circunstan- 
cias eran  de  la  mayor  gravedad. 

Contribuyó  mucho  la  aprensión  de  los  que  ha* 
bian  sido  autores  de  ellos,  para  lo  qaal  fue  preciso 
usar  de  la  fuera.  Unos  desertores  los  habían 
causado,  y  formado  el  proyecto  de  armarse  en 
guerrillas,  con  el  auxilio  de  algunos  perversos,  que 
tienen  su  interés  en  el  desorden,  y  con  el  de  al- 
gunos Españoles  que  desde  la  acción  de  Boyaca 
estaban  escondidos.  La  tranquilidad  publica  era 
amenazada,  y  para  restablecerla,  usando  V.  E. 
de  la  facultad  que  en  este  caso  concede  la  consti- 
tución al  poder  executivo,  hizo  prender  á  los  de* 
sertores,  y  á  todos  sus  cómplices ;  y  seguido  el 
proceso  basta  que  resultó  un  grado  de  convenci- 
miento al  que  no  podían  negarse,  á  los  principales 
los  condenó  á  muerte,  y  á  los  cómplices,  según  su 
mayor  ó  menor  complicidad,  los  destinó  al  servi- 
cio del  exercüo,  ó  á  destierro  á  Casanare,  Neyva 
y  S"  Martin. 

Después  de  este  acto  de  rigor  para  asegurar 
mas  la  tranquilidad  publica,  que  nunca  dexaria 
de  ser  turbada,  mientras  permaneciesen  algunos 


©75 

ocultos  en  los  montes»  V.  £.  creyó  conveniente 
usar  de  beneficencia.  £1  armisticio,  y  el  tratado 
de  regwtarizacion  de  la  guerra,  presentaban  un 
motivo  digno  y  decoroso ;  y  V.  E»  se  aprovechó 
de  él  para  expedir  en  21  de  Diciembre  una  am- 
nistía á  todos  los  que  se  hallasen  en  aquellas  cir- 
cunstancias» y  que  dentro  de  ocho  ditas  se  presen- 
tasen al  juez  mas  inmediato.  Los  que  lo  han 
hecho  se  hallan  ahora  en  el  seno  de  sus  familias, 
cumpliendo  con  sus  deberes,  y  viviendo  sin  zozo- 
bras* 

Aunque  el  Gobierno  tome  las  medidas  mas 
enérgicas  para  contener  el  crimen,  como  no  esta 
en  su  poder  que  los  hombres  sean  todos  justos 
y  virtuosos»  siempre  habrá  quienes  le  cometan : 
habrá  ladrones,  y  es  de  necesidad  castigarles,  para 
que  expíen  con  la  pena  la  infracción  de  sus  debe- 
res. Con  este  fin  estableció  V.  E.  el  presidio  de 
las  Minas  de  la  Baxa,  que  arregló  y  organizó  el 
gobernador  comandante-general  de  Pamplona  por 
orden  de  V.  E. ;  y  adonde,  conforme  al  decreto  de 
6  de  Abril,  deben  remitirse  los  reos  de  hurto  de 
las  provincias  de  Neyva,  Mariquita,  Casanare, 
Socorro,  Tunja,  Bogotá,  y  la  misma  de  Pamplona, 
condenándose  en  sumario,  como  está  prevenido 
en  una  de  nuestras  leyes,  y  consultándose  la  sen- 
tencia con  el  tribunal  de  justicia  del  departamen- 
to. Algunos  han  seguido  ya:  el  trabajo  y  la 
ocupación  les  harán  mudar  de  hábitos  y  costum- 
bres, y  la  Bepublica  se  utilizara  con  su  reforma. 


676 

Neyva,  Mariquita,  y  Bogotá,  se  hallan  á  mucha 
distancia  de  Pamplona,  y  los  reos  sufren  dema- 
siado en  un  viage  tan  largo»  haciéndoseles  el  casti- 
go mas  duro  por  .el  absoluto  abandopo  de  sus  f&» 
milias.  La  humanidad  se  interesa  por  ellos»  y  la 
justicia  exige  que  sufran  la  pena,  ai  posible  fuere, 
en  el  mismo  lugar  en  que  cometieron  el  delito, 
para  que  sea  mas  visible  el.  escarmiento.  V.  E. 
pretende  conciliario  todo,  estableciendo,  otro  pre- 
sidio en  la  mina  del  Mal-Paso  de  Mariquita,  cuyo 
dueño  ha  convenido  con  el  Gobierno  en  que  ae 
administre  por  el  estado,  dándole  á  él  una  ter- 
cera parte  de  los  productos  netos,  deducidos  los 
costes  que  el  debe  también  satisfacer  en  una.  ter- 
cera parte.  Los  seis  meses  primeros  acreditaran 
si  esa  administración  le  és  ó  no  útil  al.  erario,  y 
según  lo  que  resultare  baxo  datos  ciertos,  podra 
*  V.  E.  establecer  el  presidio .  de  un  modo  perma- 
nente y  duradero* 

Le  faltaba  áV.E,  corregir  otro  defecto  en  que 
se  incurría  repetidamente :  el  de.  creerse  cada 
ciudadano  autorizado  para  resistir  la  admisión  de 
la  moneda  que  estaba .  en  circulación.  Es  un 
desacato  á  la  soberanía  nacional,  á  quien  priva- 
tivamente corresponde  determinar  el  peso  y  el 
valor  de  la  moneda,  y  n»  á  pingun  particular  j 
pero  como  este  irrespeto  provenia  de  las  varia- 
ciones que  entre  nosotros  ha  habido,  y  de  que  la 
moneda  macuquina  da  motivo  4  dudas  por  estar 
alguna  absolutamente  recortada,  qo  era  de  casti- 
garse con  el  rigor  que  en  otras  circunstancias  se 


677 

debia.  V.  E.  se  ha  limitado  á  decretar  en  las  pro- 
videncias de  21  de  Febrero  y  de  24  de  Marzo,  que 
se  les  exígan  multas  á  los  que  resistieren  admitir 
las  monedas,  que  por  las  leyes  vigentes,  y  por  las 
resoluciones  de  los  cuerpos  legislativos  de  la  Re- 
pública, se  han  declarado  legitimas ;  y  que  V.  E. 
designó  expresa  y  nominalmente,  añadiendo  con 
respecto  á  la  macuquina,  que  se  recibiese  por  su 
valor  imaginario,  con  tal  que  el  recorte  no  fuera 
tanto  que  hubiera  perdido  las  dos  terceras  partes 
de  su  peso. 

-  Pero  todas  estas  providencias  para  su  execu- 
cion  y  la  mejor  administración  de  justicia  exigían 
el  arreglo  de  los  territorios,  sin  el  qual  las  autori- 
dades y  justicias,  empeñándose  freqüen  temen  te 
en  competencias,  no  pueden  dar  acción  á  las  dis- 
posiciones, aun  las  mas  benéficas.  V.  £.  para 
evitar  inconvenientes  de  tanta  trascendencia,  fixó 
provisionalmente,  y  hasta  la  resolución  del  Con- 
greso General,  los  limites  de  las  provincias  de 
Mariquita  y  Bogotá,  que  en  todos  tiempos  han 
dado  materia  á  disputas,  é  hizo  arreglar  los  de  los 
cabildos  de  Antioquia,  cuya  división  era  embara- 
zosa. 

En  medio  de  tantos  cuidados,  y  rodeado  de 
tantas  atenciones,  V.  E.  ha  tenido  la  satisfacción 
de  ver  reinar  la  armonía  y  la  concordia  entre  to- 
das las  autoridades  del  departamento.  Si  alguna 
vez  se  han  suscitado  competencias,  ni  las  pasiones 
ni  la  ambición  han  tenido  parte  en  ellas,  sino  el 
mejor  cumplimiento  de  las  leyes,  y  el  decoro  de 


678 

los  empleos.  V.  E.  las  ha  decidido,  y  con  sa  re- 
solución, los  magistrados  han  quedado  contentos, 
y  sus  debates  han  cesado  sin  que  el  publico  haya 
sufrido  con  ettos. 

La  misma  armonía  ha  existido  entre  los  pue- 
blos y  sus  gefes,  á  quienes  respetan  y  quieres,  y 
en  cuyo  acierto  y  honradez  confian.  Si  V,  EL  ha 
tratado  de  separar  algunos  de  ellos  paca  darles 
otro  destino,  inmediatamente  ha  recibido  repre- 
sentaciones de  los  cabildos  reclamando  esa  medi- 
da;  y  V.  E.  atento  siempre  al  interés  publico,  se  ha 
visto  precisado  á  ceder.  V.  E.  ha  estado  siempre 
pronto  á  oír  las  quexas  de  los  pueblos,  y  con  igual 
prontitud  les  ha  impartido  la  justicia  que  han  te» 
nido :  si  alguna  vez  la  indisciplina  militar  traspasó 
los  limites  que  se  tienen  señaladas  á  la  milicia, 
V.  E.  ha  corregido  inmediatamente  al  infractor, 
y  ha  establecido  la  mas  posible  armonía  entre 
ella  y  el  paisanage. 

V.  E.  debe  tener  la  mas  grande  satisfacción,  de 
que  durante  su  administración  todo  ciudadano  ha 
vivido  seguro  en  su  hogar,  y  ha  disfrutado  con 
libertad  de  sus  propiedades  :  que  su  autoridad  ha 
vigilado  constantemente  sobre  la  tranquilidad  in- 
dividual de  los  ciudadanos,  y  la  general  del  de- 
partamento :  que  no  se  ha  conocido  facción,  ni 
partido  alguno ;  y  que  sus  providencias  de  qoal- 
quiera  genero  han  sido  executadas  con  prontitud, 
con  zek),  y  actividad* 

Tal  es,  Señor  Exmo.  el  quadro  de  la  conducta 
de  V.  E.   en  el  año  que  termina :   los  pueblos 


679 

(Hieden  juzgar  por  él,  si  V*  E.  ha  procurado  cum* 
plir  con  su  deber,  y  hacerles  sentir  la  diferencia 
de  la  dominación  Española.  El  Congreso  Gene* 
ral,  á  quien  V.  E.  va  á  someter  todas  las  provi- 
dencias de  que  he  informado»  y  delante  de  cuya 
soberana  autoridad  V,  E.  se  presentara  á  dar 
cuenta  de  su  administración,  reformara  y  añadirá 
todo  lo  que  es  preciso  para  elevar  la  República  al 
grado  de  perfección  posible.  El  Congreso  com- 
pletara la  obra  de  la  independencia  empezada»  y 
seguida  á  tanta  costa»  consolidara  la  unión,  y 
dará  á  Colombia  las  instituciones  y  las  leyes  mas 
liberales,  y  mas  adequadas  á  las  luces  del  siglo,  y 
á  la  voluntad  general  de  los  pueblos.  Entretanto 
V.  E»  puede  gloriarse  de  haber  concurrido  con 
todos  sus  esfuerzos  á  hacer  librea  á  sus  compatrio- 
ta*, después  de  haber  combatido  por  hacerles  in- 
dependientes. 

Exmo.  Señor,  Estanislao  Vergara ,  Exmo.  Se- 
ñor, Vice-Presidente  General  Francisco  de 
Paula  Santander. 

Bogotá,  31  de  Diciembre  de  1820, 

Las  Memorias  antecedentes  fueron  dirigidas  al 
Poder  Executivo  de  la  República  con  el  siguiente 
oficio : — 

Señor  Ministro, — Ninguna  satisfacción  puede 
llenar  el  corazón  de  un  magistrado,  como  la  de 


680 

presentar  su  conducta  delante  de  los  ojos  del 
Gobierno,  y  de  sus  mismos  conciudadanos.  Esta 
me  cabe  á  mi  actualmente  presentando  á  &  E.  el 
Libertador  Presidente,  por  medio  de  V.  S.  las 
memorias  adjuntas,  en  que  S.  £.  encontrara  re- 
unidas las  medidas  y  providencias  que  me  han 
tocado  dictar  en  el  año  pasado,  como  gefe  de  este 
vasto  departamento. 

No  me  es  dado  vanagloriamente  de  haber  acer- 
tado ;  pero  sí,  puedo  jactarme  de  haber  cumplido 
activamente  las  ordenes  de  la  suprema  autoridad, 
y  de  que  mi  zelo  por  su  cumplimiento  no  ha  alte- 
rado la  tranquilidad  de  estas  provincias.  Desde 
las  bocas  del  Magdalena  hasta  el  Arauca,  y 
desde  Popayan  hasta  el  Tachira,  no  hay  mas  que 
una  opinión,  y  un  interés, — la  independencia. 

V.  S.  hará  de  estos  documentos  el  uso  que  es- 
time conveniente,  y  ofrezco  á  V.  S.  pasar  por 
separado  los  decretos  y  providencias  de  que  ellos 
hacen  mención,  para  que  en  oportunidad  se  pasen 
al  Congreso  General. 

Dios  guarde  á  V.  S.  muchos  años. 

F.  P.  Santander. 

Bogotá,  Enero  15.  de  1821. 

Señor  Ministro  de  Guerra  del  Gobierno  de 
Colombia. 


681 


Estado,  que  demuestra  las  cantidades  remitidas 
por  las  Caxas  de  Bogotá,  en  todo  el  año  de 
1820,  á  los  diferentes  Cuerpos  del  Exercito, 
Factorías,  y  pagos  verificados  por  su  Equipo  y 
Subsistencia. 


251,200 

0 

34,000 

0 

48,000 

0 

36,000 

0 

34,000 

0 

33,000 

0 

Ai  quartel-general  Libertador, 

Mas  á  orden  de  S.  E.  el  Presidente, 

Al  Señor  General  Paez  en  moneda 
recogida  por  el  Virrey,  38,000 
pesos,  y  en  doblones  10,000  pesos, 

Al  Cauca,  y  exercito  de  Popayan, 

Al  exercito  del  Magdalena, 

Al  Exmo.  Almirante, 

A  Onda,  para  tropas  y  fuerzas  su- 
tiles, -  -  -      7,000    0 

A  Ney  va,  para  tropas  y  víveres  para 
el  sur,        -  -  - 

A  acreedores  extrangeros, 

A  la  Maestranza  de  Bogotá, 

Abonados  á  diezmos,  por  suplemen- 
tos al  exercito 

Abonados  á  particulares  por  lo 
mismo, 

A  la  factoría  de  Ambalema, 

A  la  factoría  de  Pie-Cuesta, 

Sttma, 


9,000 
17,265 
35,000 

0 

2* 

0 

24,837 

H 

2,994 

14,000 

6,000 

3 
0 
0 

552,296 

6| 

68* 

Nota. — No  se  han  incluido  las  cantidades  in- 
vertidas en  prest,  y  paga  de  los  diversos  cuerpos, 
que  han  permanecido  en  las  provincias  interiores, 
en  raciones,  nitros,  y  vestuarios ;  ni  las  que  se  han 
consumido  en  los  hospitales,  botiquines,  sueldos  de 
los  empleados  de  hacienda  y  de  la  administración 
civil ;  ni  los  pagos  de  inválidos,  pensiones,  y  re- 
ditos  de  los  principales  impuestos  en  los  fondos 
públicos ;  ni  las  cantidadas,  que  de  las  cazas  de 
provincias  se  han  remitido  directamente  á  loa  exer- 
citos,  compras  de  armas,  &c  &c 


Estado  de  las  Cantidades  Acuñadas  en  la  Casa 
de  Moneda  de  Bogotá,  desde  1  de  Septiembre 
1819,  hasta  19  de  Deciembre  1820. 


En  pesos  fuertes  y  pesetas,  hasta 

Diciembre  de  1819,        -       -  47,100    0 

En  pesos  y  pesetas,  en  todo  el  año 

de  1820,  -  -  181,36»    0 


Total  en  plata,  2*8,463    0 

En  oro  el  año  de  1820,  nueve  mil 
ciento  sesenta  marcos,  cinco  onzas 
y  dos  ochavas,  que  importan,        1,191,963    0 

Total  de  la  amonedación  en  plata 
y  oro,  -  -  -      1,420,426    2 


683 

Un  millón  quatrocientos  veinte  mil  quatrocientes 
veinte  y  seis  pesos  fuertes,  y  dos  reales. 

Bogotá,  4  de  Enero  de  1821. 
Finnado  por  el  Cantador» 

José  Joaquín  Zbbszukla. 
Visado  por  el  Superintendente,— Pey. 


Estado  Comparativo  del  Producto  Liquido  de  la 
Salina  de  Zipaquira,  en  1890,  baxo  el  Gobierno 
de  Colombia,  con  el  Producto  de  1818,  baxo 
el  Gobierno  Español  > 

Sal  vyua*      Sal  común.  Liq.  prod. 

Año  de  1818. 

Arrobas  vendidas,     219,176     148,959         74,000  pesos. 

A£o  de  1820. 

Arroba*  wyididaa,       «1,716     ««,$764;     126,199  pesos. 


wfm^mm 


Diferencia  en  favor  del  año  de  1820,       52,199  ps.  liq. 

Nota. — £1  producto  total  en  1818  alcanzó  á 
136,610  pesos,  y  en  1820  á  216,199  pesos. 

Bogotá,  Enero  5.  de  1821. 
El  Administrador, 

Cristóbal  de  VergAra. 


684 


Artículos  Fabricados  en  la  Maestranza  de 

* 

Bogotá,  en  el  ano  de  1820. 


Gorras  para  infantería, 

6,040 

Gorras  para  Caballería, 

461 

Fornituras  completas, 

13,366 

Sillas,  para  Caballería, 

639 

Maletones,            -            -            -        - 

902 

• 

Armería. 

Fusiles  muy  inútiles  habilitados, 

1,933 

Carabinas  inútiles  habilitadas, 

129 

Fusiles  recompuestos  de  los  menos 

inútiles,            -             -               - 

2,198 

\ 


Nota.— No  es  fácil  incluir  el  por  menor  de  to- 
dos los  trabaxos  en  erraduras,  caxones,  morrtage 
de  artillería,  porta-fusiles,  y  tantos  otros  artículos 
de  que  han  menester  las  tropas. 

Fabrica  de  Pólvora. 

Se  han  fabricado  641  arrobas  de  pólvora. 

Se  han  labrado  246,547  balas  de  fusil. 

Existen  para  la  fabrica,       596  arrobas  de  nitro, 
y,  -  200  azufre. 

Bogotá,  31  de  Diciembre  de  1820. 
Firmado  por  el  Director, 

José  María  Barríonüevo. 


685 

Nota. — No  ha  sido  posible  presentar  todos  los 
estados  generales  de  que  se  ha  hecho  mención j 
porque  ni  los  particulares  han  podido  remitirse 
uniformes,  ni  el  tiempo  ha  sido  suficiente,  pues 
todos  se  han  pasado  inmediatamente  al  Congreso 
General,  en  donde  era  indispensable  su  conoci- 
miento. 

Para  publicar  los  estados  de  los  artículos  con 
que  cada  provincia  ha  concurrido  á  formar  y 
equipar  el  exercito,  seria  preciso  un  legajo  abul- 
tado y  costoso.  Se  omite  por  esto,  y  porque  no 
hay  Colombiano  que  no  los  conozca. 


FIN. 


Edinburgo: 
Impreso  por  Walkor  y  Grog. 


t» 


14 


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