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9mpre90 ev la Tipografía
de BrclTfw» ? Biblioteca»
para tos editores
5re8* Baiilf^BaiiUere i 1»i)os.
1907
«
I^aeva biblioteca í)c Sutozes lEepañolee
büo la ofreccfóB ocl
Ejccmo. 52. v. dDazccUiio <ll>eii¿nDe3 c 'Petefo.
9
Comedías de C^xrso de 3É»olina
Colección orDenaDa é iluettaDa
por
B* í^mílto Cotarelo tfMori
oc 18 UmI Bcadcmla esfMfioUi.
Bdilltz/XailUere é l^jos, Editores
IMija oe «tBta Baa. aikm* lo*
1907
10 91 1 "
Impresa en la í.' parte de Tirso (i635j. Fi-
gura en el tumo i de nuestra colección.
Se dice ó forma la segunda parte de la Prós-
pero fortuna de 1). A Ivaro de l^una y adversa
tfe Ruy Lópen de Afalos, aunque en ésta ape-
nas ügura D. Alvaro.
Es una de las comedias que Tihso no admi-
tió como enieramenie suyas. Por el estilo no
€» fácil saber qué poeta fué su colaborador:
pero en dondequiera se hallan rasgos de la
pluma de Tíllez.
Como hemos dicho en su biografía, parece
haberse escrito en 1621; pero antes del supli-
, ckr de D. Rodrigo Calderón, en cuyo favor
qtiizá se dirijan los versos últimos del drama.
Las fuentes de esta comedia son la Crónica
de O. Juan ¡¡ y la particular tic D. Alvaru, y
tal vez no llegase á ellas ol autor, contenían»
dose con la Historia de Mariana.
V.n la Biblioteca Nacional existe un manus*
crito (núm. 16.546) de esta comedia, que he-
mos tenido presente para nuestro texto.
Sobre el mismo asunto, y con el titulo de La
privanza y calda de D. Alvaro de Luna, com-
puso otro drama Damián Salustrio del Puyo,
que se publicó en ifiís en la Tercera parte
de las comedias de Lope y otros autores, y
Luis Vélez de Guevara, El privado perse-
guido.
Don Antonio Gil y Zarate tiene también uti
U. Alvaro de Luna; Suárex Bravo, Verdufio y
Sepulturero, y quizás haya otras que no co-
nozco ó no recuerdo.
Ai buen callar llaman Sancho.
(Véase El 6eloso prudente.)
<r) Aunque ao tienen grao valor crilico citarcino's, por no haberlo hci-ho en el pri^io^o <Jel lomo 1, eitt*
ifo( colecciones que llevao obras de Tikso:
Sfuxti) tiramatuo \tus1rado. Coittción dt cointáia* escogidas, escritas por los principalti autofti antigu«*
y modrrnot, nacwnatet y txtranftroi y adornadas con lámina» al boj. Tomo I. Vidal y Compañía, edilorti.
tal It Jrl Goétrn ador, núm. 14, iSfj. Tomo tt, 1S64 Ful., i 3 cois. CaJa comedia lleva su p«gin*cu')n especial
Tomo 1: La Vtllana de la Sagra. Afart lltrnandt^ la Galltga.—Tomo 11: La Villana dt Vatlteas.
T*atru tetecto antiguo y moderno, nacional y extranjero, coleccionado i ilustrado con una tnlroducciiiit,
m'AOM, observaciones criticas y biografías de to^ principales autores, por D. Francisco Josi- Oreltana. Tomo I.
étrxtlona^ Establecimiento tipográfico editorial de Salvador Mañero, Rambla de Sania Montea, 2, 1 6 fifi.—
CpetUmc: La prudencia en la mujer, pifi,. tiüh. Kl amor y el amistad, pi^. 1010. Cautela contra cautela, pi-
«¡ín* 1049. C*lnf con celos se curan, páf;. 1079. Amar por señas, pá^;. iiuv- Por el sótano y ti trono, pág. 114].
Mari Htrnéndt( la gallega, pén. \iyh. Don üil de las calcas verdes, pa^. iao¿. La Villana di Valtecas, pd-
K>aa i9ff. £7 vergonzoso tn palacio, pin. 107$. El condenado por descon^n-^d», pág, 1^19.
COMBOUS OE TIRSO DS MOLINA.— TOMO 11 I
a. Loa Amnntes de Teruel.
Impresa en la a." parte de Tibsoíió35).
Es comedia que sufrió muchas alieraciones
ames de que su primitivo autor la diere á U
estampa. D. Juan Eugenio Hartzenbusch la
reimprimió en Autores e$pañoics con exacti-
tud paleográfica, para dar muestra de cómo son
las ediciones antiguas de nuestras comedias.
El primero que llevó al teatro esta dramá-
tica leyenda fué Micer Andrés Rey de Artieda
en su tragedia de Los Amantes, impresa en
ibSi. Refundió la ohra de Tikso, dándola al-
guna mayor regularidad, el Dr. Juan Pérez de
Montalbán, en la comedia de Los Amantes de
Teruel, publicada en el tomo i de sus come-
días. (Madrid, 1634.) Reimprimióse otras mu-
chas veces.
Don Vicente Suárez de Deza escribió una
comedia burlesca en tres actos de Los Amantes
de Teruel, impresa en sus Donaires de Terp^
skore (Madrid, i6ó3). Hay una mojiganga del
mismo titulo, también del siglo xvn, y en el
siguiente compusieron un monólogo con el ti-
tulo de La casta amante /i.* Isabel de Segura,
O. Francisco Mariano Nifo, y otra pieza en un
acto D. Luciano Francisco Comella. Anóni-
ma, se Imprimió á principios del siglo xtx una
tragedia de corte clásico titulada La Isabel,
Por fin, en 1837 se represento la celebrada
obra de D. Juan Eugenio Hartzenbusch, muy
superior á todas las demás.
Eq iqo3 hemos publicado un folleto Sobre
el orillen y desarrollo de la leyenda de los
Amantes de 1 cruel, en que estudiamos esta y
las demás formas literarias que tuvo (1).
3. Amar por arte mayor.
Publicada en la Parte 5.* de Tirso (Ma-
drid, i636) y reimpresa por Hartzenbusch en
\utüres españoles, y antes en el tomo xi de su
Teatro escogido de Fray Gabriel T'élle^.
La Cortesana en la Sierra, de Diamante,
Matos y D. Juan Vl'Icz. tiene alguna semejanza
ctiH esta cumedia de T^xtez.
4. Amar por raxón de Estado.
Figura en la /.* parte de las comedias de
TfeuuEZ. Reimprimióla suelta en Madrid, sin
año (hacia 1 733, 35 págs. en 4.") D.* Teresa
(1) Véase li Mgunda edición de ettc trabajo. (Ma>
értd, ivor.S*)
de Guzmán, que ten 1,1 lunja
Puerta dd Sol y sacó privilegio por diez años
para reimprimir las de nuestro autor. Púsole
el encabezado, como á otas, >l<. ('<j'hí\ííj iin
fama.
Con el titulo de SuliL\,i-< ai uuu» > «< .v/ar-
quésdel Camarín y la fecha de r.''de Enero
de 1637, existe una refundición de esta obra
en la Biblioteca Nacional (49 h. en 4."); y en
la misma Biblioteca otra refundición mucho
más moderna con el primitivo de Amar por
ra;{ón de Estado.
Reimprimióla Hartzenbusch dos veces; una
en el tomo vi de su Teatro escoffido de l-'rav
Gabriel Télle\ y otra en Autores españoies.
También figura en la colección de Ortega, to-
mo II.
Don Pedro Calderón imitó esta comedia en
la suya de El secreto á voces.
5. Amar por señas.
Se imprimió en la Parte xxvit de Vanos
autores (Madrid, Andrés García de la Iglesia,
i&Tij, 4.'») la ocuva en orden y atribuida á
TiMSo DE Molina.
Con el dictado de Comedia sin fama la re-
imprimi<'i en Madrid, 1733, 4,°, D.* Teresa de
Guzmán (Impr. de Joseph González). De nuevo
se eslampó en Valencia, por Orga, 1777, 4.*»
40 páginas.
Figura asimismo en la colección de Ortega
(torno 111); en la primera de Hartzenbusch y
en Autores españoles.
Fué refundida en 1826. en cinco actos, por
D. Ramón de Mesonero Romanos, dándola el
título de Es una de las tres y de las tres nq es
ningun.i. Esta excL-lenle refundición se repre-
sentó en el teatro del Principe en dicho año;
pero quedó inédita.
.\marpor señas. Comedia en tres jornadas y
en verso del Maestro Tirso ok Molina. Rejan*
dida y puesta en cuatro actos por 1). .\circiro
Serra. Madrid, 1 855, Jmp. de Rodrigue^: S.",
80 páginas.
Sirvió de base para la titulada El rncmi,,
sin encanto, de D. Pedro Calderón.
Aunque no publicada por el autor, es ver
daderamcnte suya, como demuestra la más li
gera lectura; y debió de ser de las primeras
que brotaron de su fecunda pluma, pues en la
escena Xdel acto segundo dice ser nuevo et
Quijote, publicado, como es sabido, en 160S.
DEL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA
m
SW *fio 6 def siguiente será, pues, Amar
' señas.
Las Amazonas en las Indias.
imprimióse en la i'aru- 4." de la colccciun
especial de Tn»so (Madrid, i63?); reimprimióla
D.* Teresa de Guzmán en Madrid, hacia 1733,
coo el lílulode Comedia famosa. Segunda par'
It de la!. .4j«íi;on<T,< en /jx Indias, y Ha\añas
de lof Pitarras, s. a,, 4.,", 40 págs.
Pero de io que forma segunda pane e& de la
irifosti que tivoe por üsunto los hechos de los
Individuos de aquella familia. La primera se
lilula Todn ex dar ¿n una cosa, y U tercera, La
lealtad contra la enyidia. Las tres íorraan una
de las joyas del teatro de Tirso; por lo grao-
dioso del asunto que el autor supo tratar dig-
namente con elevación de estilo, situaciones
dramáticas, versificación abundante, armo-
niosa, y magnifíca y riquezas poéticas de todo
género.
Acerca de la grandeza ¿pica de estos tres
poemas dramáticos se impone una revisión de
juiciu Contra el desdén de Hartzenbusch y
Otros críticos que los leyeron muy de prisa,
7. Cl amor médico.
Salió primero á luz en la ParU- 4.* (j63.<»)
I de Tiaso, I^ reimprimió en Madrid, sin año,
I (hacia 1733, 19 hojas en 4."), Ü." Teresa de
Gazmio; figura en la i." colección de Hart-
zenbusch y en Autores españoles.
Fué refundida en cinco actos por Juan Ca-
IxTCiefo y representada en el teatro de la Cruz
leí 3ii de Junio de íSafi, y en manuscrito existe
íen la Biblioteca Municipal de Madrid. Otro
manuscriti de refundición más moderna hay
, en la Nacional, también en cinco actos y con el
lltuto de £"/ amor módico: mujer de tret idio-
tas, Ms. 10.083, copiado hacía i8ao.
Esta comedia fué escrita en IÓ25 ó pocu añ-
iles. Alude a las aventuras escolares y amoro-
l5as de D.* Feliciana Knriquez de Guzmán^^ á
|quien casi nombra al principio.
¿Siempre l»on de estar las mujeres
»in pasar la raya estrecha
de la aguja y la almohadillad
Celebre alguna Seyitla
que en las eienciat aprovecha.
Vcan^ más pormenores sobre este punto en
iTfMso D« Molina: Investigaciones bio-bihlin.
Ifá/ía», págs. 16a y siguientes.
Es comedia lindlsmia.
Munfleury la imitó ea la suya titulada La
i )ame médecin.
H. Amor y celos hacen discretos.
Impresa en la Parte í.* de Télle/. Figura
también en un tomo de varios autores del <\'
glo XVII que halló cl erudito alemán Adolfn
SchaefTer y describió en Ocho comedias des
nocidas... y dadas á lux, por .\Jolf Schat^
fer. Leip^igy F. A. ürockau.Sy tSS^, a vol.
8.' (V, tomo I, pág. vit). Ocupa cl 4.^ en cl
orden del referido tomo, que carece de portada
y preliminares, aunque al parecer contiene In-
tegras las I a comedias de costumbre en tales
colecciones. Schaeffcr lo cree imprescí hacia
i'>40 y ser una de las Parles de la colección de
Diferentes autores de que sólo se conocen otras
diez ú once, aunque la serie total debió de
pasar de cuarenta.
El encabezado de esta comedia dice: «Rcpr
sentóla Valdés, con que comenzó en Scvilli
pero no añade en qué año, que seria el 1616,
según juiciosa inducción del Sr. .Sánchez Ar-
jona en sus excelentes Anales del Teatro tn
Sevilla ÍSev., 1898, pág, 178V Probablemeni*
al salir para América habría Tihso dejado el
manuscrito al famoso Pedro de Valrfés. más
famoso aún por ser marido de Jerónima
Burgos, tan amada de Lope.
Hasta la de Autores españoles no tuvo, qué"
sepamos, otra reimpresión la comedia de Tík-
Sü Amor )• ccíos hacen discretos.
Es una de las cuatro del lomo 11, que por
entero le pertenecen, pues al fin de la comedia
dice:
Mientras todos solemnizan
celos que discretos son
y amor que hace maravillas.
dad ánimo á vuestro Tirso
para que despacio os sirvo.
>). El amor y el amistad.
Forma parte de la 3." de Tkllcz(i634).
Fué reimpresa con el titulo de F.l amor, y"
la amistad, y prueba real para conocer Jos ver-
daderos .•\mantes y Amigos. Comedia sin fa-
ma. Del Mae.it ro Tirso de Molina; por D." Te-
resa de Guzmán (Madrid, 1734, 4.% 36 pág.s.».
Se ha reimpreso suelta en «I mrsmo sfe
glo xvín con los títulos de Prueba real par
conocer los verdaderos amantes y amigos y En-
contrar dos imposibles: mujer leal y amigt
ñrme.
CATAlOCO RA20KAD0
Rs í1 mfsmo asunto que el de Cautela, contra
ciintcloy de Tirso, y ¿7 mejor amif¡o el rey, de
Murcio.
l.>on Dionisio de Solls ia refundió en «83i
o>n el lllulo de Pntcbas de amor y amista>í.
Kl «ns, de esta rerundiciún se conserva en i a
liiblioleca Municipal de esta Corle.
Figura también en la colección de Drtcjía
(tomo III, en la primera de Harlzenbusch
(tomo IV) y en .tu/ores españoles.
Modernamente se publicó; AV amor y la
amistaii. Coi)n:dia en dos actos y en prosa, ori-
ffinalJe C. Claudio Camino, Valladolid, 1864,
8.*, 59 págs., que, en efecto, nada tiene de co-
mún con la de Télle¿.
10. nntona García.
Pertenece á la Parte 4.^ de Tmso (i835), y
desde entnnces no ha vuelto á estamparse.
Pero fuíi imitada por D. José de Cañizares, é
impresa con el titulo de La heroica Antona
Garc/tí. (Madrid, Antonio Sanz, 1755, 4.°, 36
páginas.)
FJ personaje de esia comedia es histórico, y
parle de sus hechos también. Antona García
era natural de Toro y sus hazañas se hall.m
en los historiadores de esta ciudad ( V. Fernán-
dez Duro: BibliograJ'ta de Zamora, y Cuadra-
do y Chapado: Historia de Taro.)
TiBso ofrece, al final, una segunda parle,
que no sabemos hayo compuesto, y que com-
prendería la muerte desgraciada de esta heroí-
na. El pasaje es como sigue:
Antona. Señores, los que me escuchan:
lodo cuanto agora han vido
es hestoria verdadera
de prcvilcgios y libros.
Esio es solo la mitade
y el poeu que lo ha escrito
guarda para la otra media
muchos cn.ios peregrinos.
Si quieren ver en qué par»
la Antona de Toro, aviso
auü para el NC);undo lomo
esde luego ios convido.
El Aqulles.
I lállasc en la Parte 5." de Tipso ( i63d) y des-
de entonces no fu¿ reeslampado.
TiKSo» que concluye friamcnle su comedia
cuando Aquiles llega ame los muroi. de Troya,
iifrece una segunda parte, para el dia ai-
guicnte.
Sobre el mismo asumo versan Ei eaballero-
dama, de D. Cristóbal de Monroy y El Mons-
truo de los }ardtiiet,at
la Carca.
'edro Calderón oF
13. El Árbol del mejor fruto.
Rstá en la Parte ¡ ." de Tinso Í1627) y desde
entonces no ha vuelto á reimprimirse. Figura
en el tomo 1 de nuestra colección, pág. 3o.
Kn la Biblioteca Nacional se conservan dus
manuscritos de esta obra. El primero, náraeru
15.484. firmado al ñn por «Juan de Puente»
Año de t^3i años en Madrid». Puente era un
cómico que hizo esta copia para lo que expresa
la nota que hay al final de la jornada segunda,
y dice: «Esia comedia es de Domingo Valbin,
autor de comedias por su majestad: sacóla en
papeles Alarcón, y la sacó muy mal, que nu
hubo quien los azeriase á leer en iodo un día.
Vercebú lleve quien le enseñó á cscrcvir y
el que lo aprendió.» A continuación van los
nombres de Domingo Balbin, la Sra. Juana
de H. (¿Heredia?); el Sr. Heredia y Juan de
Puente, iodos cómicos y, al parecer, cjcculan-
tes de la obra. De este regular manuscrito he-
mos puesto las principales variantes que ofre-
ce respecto del impreso.
El otro códice de la Biblioteca comprende
sólo la primera jornada (cinco hojas), está re-
gistrado con el núm. 3907, desde el folio 370.
Ks más moderno que el anterior y mucho me-
nos correcto.
Sobre el asunto de esta comedia versan el
Auto de Santa Elena, del códice de .Autos vie-
jos de la Biblioteca Nacional, publicados en
rgoi por Mr. L. Rouanet < V, tomo n, pág. ai ).
¡^a ini>cnción de la Cru^, auto que se presentó
para representar en Sevilla, en la fiesta del
Corpus de i55g (Sanche* Arjona: Anales del
teatro en Sevilla, pág. 6). Hay, además, una
comedia de D. Antonio Cuello y el auto sacra-
mental de Calderón, los dos con el título que
TÉLLRZ dio á su obra; La cni^ hallada y
triunfante y glorias de Constantino, comedia
de D. Felipe Sicardo, y La mayor victoria de
C&n.<:lantino, de D. Ambrosio de Arce. imprcM
en la Parte 4." de Varios.
Sobre los demás hechos de Constantino hay
otras muchas obras.
Parece que el verdadero ó primilivu titulo,
que Tirso dio A su obra es el que nrrojan estos
últimos versos de ella:
Ci-OBO Ya tu hallazgo hemos vtitO;
4 tu Triunfo m convida;
y «qui da fin f^ >)rbol dt ¡a vida.
OKL TEATRO DE TtRSO OE MOLIK '
■mi 'i' •' ■ irse de estos verst>s
|Uc T. anda parle, que seria
Triun/o de ta Santa Cru^.
|3. /Iverisüelo Vargas.
Pwienec»; i la j.* Parte» (Toriosa, t634)
>pia de Tirso. Reimprimióla con el iJtulo
tí mal el menos y Auerigüelo Vargas, D.* Te-
resa de Guzmán, en j.", sin año (hacia t733)
s 39 págs.
Figura también en el Teatro escogido de
Fr. Gabriel Télte%, tomo vii, y en Autores es-
iñoles.
i En j83o se hizo una refundición en cuatro
ítüs, de este drama, con el titulo Of/ mal el
menos y at'erigüelo Vargas. Un manuscrito de
ella existe en la Biblioteca Municipal de esta
Corle.
Es bien conocido el origen hisi«)rico del dl-
ío que sirve de titulo á esta comedia y que
los historiadores ponen en labios de la Reina
* Isabel la (Zaiólica, con referencia al alcalde
Corte D. Francisco de Vargas, siempre que
U Reina denunciaban la comisión de algún
delito. »
14. Loa balcones de Madrid.
Iji primera impresión que hemos visto de
e^ia comedia es en uno de los lomitos del 1 ea-
tro antiffuo español, de Grimaud de Velaunde
(Madrid, 183;). De aquí las lomó O. Juan Eu-
fn»o Hartrenbusch para su edición de Autores
tpañoles.
Pero en la Biblioteca Nacional existen dos
manuscritos antiguos de esta obra, uno de ellos
excelente, y con ayuda del cual se podría re-
hacer ana buena edición de esta linda comedia,
tan malparada en las impresiones.
Ouo manuscrito antiguo existe en el Museo
rilánico (c<>dice Add. io334), según se ve por
el Catálogo de Gayaiígos, pág. 04 del tomo 1.
La comedia es, indudablemente, de Tirso,
y fué escrita hacia 1634, como hemos indicado
en nuestro libro: Tirso de Molina: ¡nvettiga-
ciones bio-btbliográjicas (Madrid, i8o3), pues
se habla en ella, como de cosa no lejana, del
asalto de Ormuz.
Cuando se haga una edición completa y se-
- 1 ¡a de las obras de TétLKz, podrá imprimir-
tno'es debido esta comedia. Nosotros no
y Mjcmos hacerlo, porque en el mismo caso que
tlli se hallan otras varias de Autores española
j oecesttaríamos mayor espacio que los dos to-
maos á que se ha hiinUdu nÜMl^
plemenlaiia.
La beata enamorada.
( Véase Marta la piadosa.)
1 5. Bellaco sois. Gomes.
Ms. de la Biblioteca Nacional, núm. 16.910,
en 41 hojas en 4."; letra del siglo xvii y con
licencias para la representación fechadas en
Madrid á 37 d« Abril de 1643.
La primera indicación de que esta come^iía
pudiera ser de Tirso la hemos hallado en ei
excelente Catálogo de lax piezas de teatro que
se conservan en el departamento de Manuscri-
tos de la Biblioteca Xacional, Madrid, tSt^g,
4.", por el Sr. D. Antonio Paz y Melia, jefe
muchos años de aquella Sección y hoy Jefe de
la Biblioteca. En dicha obra, pues, pág. 5>>,
al describir el códice de Bellaco sois, Gómeií,
puso esta nota: «Gallardo admite la posibilidad
de que el autor fuera Tmso de .Molina.»
Efectivamente: después de Icida, me pareció
esta comedia producto de la feliz inspiración
del gran Mercenario; y por eso la incluyo en
este tomo.
No sólo el asunto en que tan importante pa*
peí juega el disfraz masculino de la heroína,
como se observa en Don Gil de las Calidas per-
des, El amor médico. La huerta de Juan Fer-
nández, La mujer por fuerx^a y otras suyas,
sino el corte de algunos episodios, especial-
mente en la jornada tercera; la versificación,
que es tan suelta y armoniosa, como suya, y
hasta el estilo, lenguaje y frases que nadie más
que Tirso solía emplear. De esta clase debe-
mos citar algunas en comprobación de lo di-
cho.
En la escena ti del acto segunda dice PelreK
nila:
Volvisteis i verme c! Jia
siguiente de aquel fracaso
que os abrió en mi casa el paso,
y añadióos la hipocresln
del cientllico disfraz
del trajedizo estudiante,
tanto hechizo en lo galante,
tanta guerra entre la paz
con qoe ese hábito ase};iira.
que ignorando el m«l que encierra,
tocó en mis ojos A guirra,
en que abrasarme procura;
aue hace la superstición
e estos siglos ignorantes
en las viudas y esiuJianies
g«la la recolección.
vil'
CATALOGO RAZONADO
los tex'.us Je in3o yrosso 1034. y el que la hizo
luvo á la vista un texto mejor tn algunos lu-
gares, pues el de 7'tiH /aryo me In fiáis suple
y corrige con fortuna en algunos casos el más
antiguo de t63o, asi cumo en otros (el mayor
número) no es tan correcto.
l.a más importante de las modificaciones que
el anónimo refundidor introdujo fué sustituir
la primitiva y propia de Tirso descripción de
Lisboa, pur otra de Sevilla, que el interpola-
dor habla tal vez usado en alguna otra come-
día cuando la destinase á ser ejecutada en la
ciudad del Hctis.
Se ha negado que esta obra fuese de Télle/.
sin más fundamento que el de no haber sido
publicada por él. En el mismo caso se hallan
otras muchas y á nadie se puede ocurrir que no
le pertenezcan. Más aún: alguna como Ln que
hace un manto en Madrid (ó sea En Madrid y
en unti casa) la única vez que apareció impresa
lo fu¿ á nombre de Rojas, v, sin embargo, no
es posible que nadie que conozca el estilo y
lenguaje de Tiaso pueda dudar ni un mo-
mcntu sobre la propiedad de ella.
En cuanto al Burlador, vemos que la pri-
mera vez que se imprime es en vida de T¿-
UJLz, con su nombre, sm que él proteste en las
cinco ocasiones que luvo de hacerlo, al publi-
car sus comedias. Con el mismo se reproduce
tres ó cuatro veces en el siglo xvii y cinco en
el xviti sin que una voz se alce i desmentir el
aserto.
El lenguaje y estilo son los comunes en
nuestra autor. Bastarían aquellas palabras de
Ripio en la escena VIH del acto primero:
Pues ^es quienquiera
urva lavandri^ niuier,
lavando y /reg-itrijandn,
defendiendo y ofendiendo.
los paños sucios tendiendo,
regalando y remendando.'
Dando dije, porque al dar
no hay cosa que se le iguale:
y si no á Isabela dale
á ver si sabe tomar.
O aquella redondilla:
Y en vueMro divino oriente
renazco, y no hay aue espantar,
pues veis que h.iy de mar á amar
una letra solainenle.
cuyo juego de palabras vuelve á emplear en la
tragedia de /-fl venganza de T>tmar.
Y no insistiremos en esto, poique no* parece
quo sólo el deseo de manifestar opiniones sin-
gulares puede condiK'ir i ln ncgaciini de cosa
tan evidente.
De esta obra se han he
un gran número de imitaciones. De lus extra-
ñas ha dado cuenta el Sr. D. Arturo Farinelli,
el último que ha tratado histórica y critica*
mente este asunto del Burlador ó del Don
Juan, como los extranjeros dicen, en dos lar-
gos artículos del Giornate itorico dclla leitera-
tura italiana (toI. xxvn, páginas 1 y ^H)> '^^
1S96.
El Sr. Farinelli no fué, con todo, entera-
mente feliz; pues las dos primeras adaptacio-
nes del asunto en Italia y en Francia no las
pudo hallar.
Quizá sea más afortunado .M. G. de Bévotte,
quien, según nuestro docto amigo Mr. de Maf-
tinenche en su excelente libro de Moliere et ¡e
théátrc Espagnol (Paris, iiachetle, imo6, pá-
jíina a53), está terminando un estudio sobre loS
orígenes v desarrollo de la leyenda de tJon
luán, en la literatura, en la música y en la pin-
tura.
Tampoco creemos puedan aceptarse sin re-
servas algunas opiniones del Sr. Farinelli,
nuestro amigo; pero que, á nuestro juicio, «e
equivoca cuando dice: «Non credo un tílo alto
pagnolismo tanto decántalo della leggcnda, las
quale probabilmente penetró in Espagna dai
Seiicnirione; mi dispiace di non sapcrc diré ne
come, ne quando» (pág. «j).
.\rranca esta incredulidad de que el Sr. Fa-
rinelli disgrega y descoyunta la leyenda del
Tenorio, buscando» aniecedentes en todas las
literaturas acerca de los galanes enamoradizos;
de los que se burlan de la muerte y convidan
á un cadáver, esqueleto ó calavera: de los que
presencian ó creen presenciar su propio eniie-
rru, y de otras circunstancias que concurren en
la leyenda del Burlador, suponiendo que Tir-
so, á manera de hábil arquitecto, fué reunien-
do iodos esos elementos para levantar su edi-
ficio,
Esto no puede admitirse. Buena ó mala, ver-
dadera ó falsa, Tirso halló en Sevilla una tra-
dición completa, que es la que puso en su obra.
Se citaba la familia del protagonista; el con-
vento de San Francisco, dundc ocurrió sti
muelle, y hasla el sepulcr<í v cslaiua del Co-
mendador Ulloa. El carácter do Don Juan ne-
cesitaba basarse en hechos y circunstancias
que quizá se habrán dado aisladamente en
otros tipos pocHicos; pero que en él necesitan
estar reunidos para que sea lo que es. Valor
indomable, desprecio de las leyes y de tuda
autoridad, y aun de la misma muerte; incre-
DEL TEATHO DE TmSO DE MOLINA
!X
1
dría virtud femenina y ninguna ili-
on *l amor puro 6 cunsiante, pero gran-
propensión á escarnecer á todas las mujeres
halla i su paso: falta de lealtad con pa-
les T amt^os cuando se trata de sus capri-
0»; en una palabra: el espíritu de nega-
salánica encarnado en el tipo de ma-
x grandeza dramática de la época moder-
Las imitaciones españolas someramente ci-
ú omitidas por los escritores son las si-
entes:
El alférez lusitano Jacinto Cordero, pero que
ribió en nuestro idioma (ióoh-1646), com-
uso, según atirma Barbosa Machado, No hay
/4;o <fue no llegue ni deuda que no se pague,
«piten la cita, aunque no lograron ver la
« Barrera en su Catálogo, y García Peres
suyo razonado (pág. i23), dándola como
presión suelea, y Theophilo Braga anadeen
u Historia do Iheatro portugués (li, 3<X)), que
úé impresa en ir>67; pero es sabido el poco
caso que hay que hacer de este prolífico y no-
velesco historiador.
Lo mis probable es que Eiarbosa la haya
confundido con la de Zamora, sospecha que se
recleota al ver que atribuye igualmente á
Cordero El valiente negro en Flandes, que es
deClaramonie y que Braga da sin escrúpulo
por el autor lusitano.
.Mu} avanzado ya el siglo xvii, un D. Alonso
[de Córdoba y Maldonado, criado del rey, como
te llama, pero de quien tenemos poca noti-
(1) Después de ekcrjiu lo que aniecede, ha publi<
lca<lo nuctiro ilusirr conapañero D. Ramón Men^Ddez
Pida) (Cultura tipañoia. Madrid, Mayo de 1906, pági-
na 449} curicKo articulo Sobrt los ortgentt Je El con-
^ida4o d* ffititra, utilizando, ademas de los artículos
Ue Farinetlí, otro de J. Bolle: Vibtr dtn Umprung (ter
Oon Ju<iii-5dg«, publicado en la Ztitschrift f'úr vtr-
fltUUtnit* Utttraturgtsckichit (tomo xm. pin- 374>-
B«rtin, 1899, Aunque el Sr. Meoéndez Pidal sólo estu-
4f uno de ios fírmenlos ó aspectos parciales ilel asun-
IQ, para lo cual aduce un romance inédito, halUdo en
la provincia de Segoria, al concluir üu articulo escri-
tm^. «I-a verdadera fuente próxima de El Hurtador de-
MA *a una leyenda referente i Sevilla, que fijaría ya
el aonibre .le l> Juan Tenorio y, probablemente, el
<lel Comendador O. ('loozalo de ülloa. No sería difícil
qoe aparecíerio ra.iirox de e«ta leyenda en la (radi-
ctóa asdalu/a, debidamente explorada, ó cd algún ar-
chivo olvidados»
Eatu nos parece mejor y mis útil camino que el
traer á colación cucntuí daneses, picardos ó de Islaa-
41a, ^ue et pobre Tinao 00 pudo conocer ni lodirecta-
<aa«ce.
cia (1), compuso la comedia titulada f,a vtn-
gan\i\ en el sepulcro, que por piimera ve/,
aparece impresa en el presente tomo, copiada
del único manuscriio existente en nuestra Bi-
blioteca Nacional y que procede de la Biblio-
teca de Osuna.
Don José Franquesa y íiomis ha publicado
un buen articulo crílic« de esta comedia en el
Homenaje d Menéndc^ y Pe layo (1, a54). Por él
y por el texto puede verse cuánto d«cay<^ el
brioso tipo del Tenorio en manos de Córdoba,
hasta convertirse en un valentón de esquina.
Níucho más conocida es No hay deuda ^ue
no se pague y Convidado de piedra, que este
titulo es el que D. Antonio de Zamora dio á su
obra al incluirla en el segundo tomo de sus
comedias (pág.a'">7). Mes<:)nero,al reimprimirla
en el segundo volumen de tos Dramáticos pos-
teriores á Lope de Vega (pág. 41 1), de la Bi-
blioteca de Autores Españoles, se lo cambió,
tomándolo de las impresiones sueltas por el de
•Vo haypla\o que no se cumpla ni deuda que no
se poguc y Convidado de piedra, asi como tam-
bién alteró algo el texto.
Antes del Don Juan Tenorio, de Zorrilla,
este de Zamora era el que se representaba en
nuestros teatros. Sin embargo, después que
Alejandro üumas dio á comiccr su Don Juan
de Maraña, tradüjose en castellano lo menos
dos veces y se puso en nuestra escena. Titú-
lase la primera versión:
Don Juan de Maraña y Sor Marta. Drama
en cinco actos y en prosa, Del célebre Alejan-
dro Dunias: Arreglada (sic) al teatro español.
Por J. A. Ll. Tarragona: Imprenta de Chu-
lla, 1838. En 8.», 88 págs.
Dice el traductor del drama que «para pri
sentar éste en nuestro idioma no ha prKÜJo^
prescindir de hacer algunas variaciones en ella,
sin las cuales tal vez hubiera chocado n^n
nuestro genio y costumbres».
(!) Sólo conocemos «uya la siguiente obra, en ql
añade algun^M pormenores y circunstancias de su per
sona y condición Social: We'aeiV.n lit la faliva pompa
y ftrporoito ttnhtlo con qur la muy noble y leal cm-
dad dt Segnina, Cabera de Extremadura ha celeltrado
(« traslacidn de su Palrona y Soberana Reina Virgen
de la Futncisla, é la nueva y prodigiosa marat'illa
dt su retablo en tu hermita y titmprt en venerado
sagrado reverente culto. Etcriior, Atonto de Cordova
Maldonado, Veedor y Contador por S. M. de la*
obras y Alcázares rtales desta dictia ciudad, Ca^aa y
Bosques reales de su contorno y Real Ingenio de Mo-
neda. Con licencia. En Madrid, por Marta Je Quiño-
nes, afto t66s. 4.", 5 ll prels y ibi págs,
catAloíio razonado
Al año siguiente se representó é imprimió:
Don Juan de Maraña ó la catda de un ángel.
Misterio en cinco actos y éslos divididos en
siete cuadros y dos intermedios. Escrito e»
fráncis por Mr. Alejandro Diimas. Madnd.
Imprenta de Yenes^ iS^ij;en 4.", 69 pags.
tsia iraducciún consia de verso y prosa, y
pertenece ú D. Antonio García Gutiérrez, se-
gún Hartzenbusch (Pról. i las Obras de Gar-
cía Guliérrex^, Madrid, t866; pág. 23.) Fue re
impreso en i85a.
Fl 1^ de Marzo de 1844 se estrenó en el tea-
tro de la Cruz, á beneficio de Carlos Lalorre, el
Tenorio, de Zorrilla, y se imprimió poco des-
pués con el siguiente titulo: ¡)on Juan Tenorio.
Drama religioso-fantástico, dividido en dos
partes, compuesto de siete cuadros: original y
en verso de D. José Zorrilla. .Madrid, Imprenta
de Repullés, ¡844, 8.° mayor {Galería dramá-
tica). Desde entonces se ha reimpreso otras
muchas veces, ya suelto ó ya en colección con
las demás obras del autor.
Zorrilla tom6 el asunto de su obra, princi-
palmente, del Convidado, de Zamora, y del
Maraña, de Dumas. En cuanto al Burlador,
de Tirso, ni lo conocía siquiera; por más que
otra cosa afirme en sus Recuerdos del tiempo
i'íf/o (tomo I, pág. i03), donde escribe estas
inexactísimas palabras:
«No recuerdo quién me indicó el pensa-
miento de una refundición del Burlador de Se-
villa, ó si yo mismo, animado por el poco tra-
bajo que me había co:>tado la de Las travesu-
ras de Paíito/a, di en esia idea registrando la
colección de comedias de Moreto; el hecho es
que sin más datos ni más estudio que el Bur-
lador de Sevilla de aquel ingenioso fraile y su
mala refundición de Solis, que era la que hasta
entonces se habla representado bajo el título
de .Vo hay pta\o que no se cumpla ni deuda que
no se pague ó el Convidado de piedra, me obli-
gué yo á escribir en veinte dias un Don Juan de
mi confección.*
Hay en estas palabras tantos errores como
afirmaciones. Ni el Ihirlador formaba aún par-
te de colección alguna de su autor, ni es de
Moreto, ni éste era fraile, ni la obra fué refun-
dida por Solis, ni Zorrilla hizo s.u Tenorio en
veinte dias. Finge desconocer el Maraña de
Dumas, que pudo haber visto representar va-
rias veces y era traducción de su intimo García
Gutiérrez, y le dio el tipo de 0.*^ Inés y otras
cosas de su drama. Claro es que, aparte de la
sobi-rana versificación, hay algunas escenas, y
no de las peores, de su cosecha, que hacen d«
esta obra, con todos sus defectos, una de las
más famosas de nuestro teatro.
Ks muy singular el juicio que el Sr. Farine
lli hace de Zorrilla. Tomando al pie de la le-
tra aquellas hipócritas palabras suyas: «Por
poeta dramático no me tuve jamás», y apoyan-
dose en ellas, escribe candorosamente que á Zo-
rrilla le faltaba lo esencial para ser poeta dra-
mático. Y así no parecerá extraño que consi-
dere de mayor mérito que la grande obra del
Maestro una de sus parodias: «Meglíodel dra-
ma stesso é la parodia del Tenorio, Juan el
Perdió che, s'io non erro, Mariano Rico, (sic)
rappresento per la prima volta neri848.» (Pá-
gina 330.)
¡Quién se lo hubiera dicho al difunto don
Mariano Pina, que andando el tiempo le ha
bian de poner por encima no menos que-
del primer poeta español de los tiempos mo-
dernos!
Además de esta parodia se hicieron otras va-
rias del drama de Zorrilla, pues raro es el año
que en el mes de Noviembre no surge algúa
poeta satírico que toma pie de aquel asunto
para dar salida á su humor maleante.
Oe las más antiguas y aplaudidas fue Don
Juan Trapisonda. Obra del actor y autor dra-
mático D. Juan de Alba, quien hizo el papel
principal de su obra en el estreno de ella á fines
de Mayo de 1 85o. Se imprimió en el mismo
año con el titulo de Don Juan Trapisonda 6 ei
demonio en una casa. Juguete ciSmico en un
acto, por D. Juan de A Iva. Representado con
general aceptación en el teatro de la Comedia
el 2t de Mayo de 1 85o. Madrid, Repullés,
iSSo, 4.", :iopágs.
Otra graciosa parodia es la de Salvador M««
ria Granes, titulada Juanita Tenorio, en un
acto y dos cuadros, estrenado é impreso en
1886 (38 págs. en 4.°). Lleva música del Maes-
tro Nieto.
Y original y graciosísimo es el Tenorio tno-
dernisla de Ü. Pablo Parellada, estrenado é
impreso en el pasado año de ujúó,
Fl mismo Zorrilla convirtió en 1877 su Don
Juan en zarzuela, á la que puso música el
Maestro Manen; se representó con poco éxito y
se imprimió con el título de Don Juan Tenorio,
\ar\uela en tres actos y siete cuadros de don
José Zorrilla, música del Maestro D. Nicolás
Manen. Representada por primera ve^ en el
teatro de ¡a Zarzuela, el 31 de Octubre rf»
tH??. Madrid, Rodrfguex, 1877^ 4.', io5
sbl
jatro hojas al ñnal, con
teocias dei autor, explicando el por qué
lió en musical su drama. Fué cantado
Sras. Franco de Salas, Galeu, llordan,
a y FfAnco, y los Sres. D. Rosendo Dal»
u, Ferrer, Banquells, Tormo y otros. ,
Pur úllimo, añadiremos, que el Tenorio de
se ha traducido en francés, ingles,
italiano.
}. El eaballero de Gracia.
!e incluyó, como de Tirso de Molina, en la
rt* XXXI de la colección de Varios del si-
llo xvu {Madrid, José Fernández de Buendia,
|6íjQ, 4-'), la quinta entre las del volumen.
Desde entonces, que sepamos, no ha vuelto
imprimirse. Va en el presente tomo.
Al final, dice Lamberto, uno de los perso-
Mcs:
Es tamo
lo que deste Caballero
hay que decir, que lo guardo
par:i Ja tegundn parte,
por lo que habéis estimado
al Caballero de Gracia
en Madrid sus cortesanos.
Tampoco conocemos esta segunda parte ni
I Tu»so llegó á escribirla.
Fa la Biblioteca Nacional hay un manus-
crito antiguo de un auto sacramental, titulado
'.I Caballero de Gracia; pero no lleva nombre
ie autor, ni, aunque bien versificado, puede
Itribtyrse á nuestro mercenario. Intervienen
tn él, además del protagonista, el Cuidado, el
ionor, fa Malicia, la Fe, Lu\bet, San Pedro,
\rrio, el Hombre, el Tiempo, ¡a Herejía,
farlln Lulero, San Juan fíautista y la Envi-
lia. Tiene muy poco interés.
Consta también anónimo en los Catálogos
MedeU Huerta y Barrera,
^ptonio Enríquez Gómez afirma, en el pró-
^_(de su Samson Nazareno, haber escrito una
comedia del Caballero de Gracia; ytiada la poca
itfiñíazi que merecen fas adjudicaciones de
los editores de época tan tardía como la de la
impresión de esta obra, no ser¡a imposible que
Ma que pasa como de Tirso fuese, en realidad
(aanque no parece verosímil por el asunto y
su desarrollo), de aquel judaizante segoviano.
^ntxe las numerosas obras de D. Luis Ma-
iiaoo de Larra, hay una titulada El Caballero
de Gracia, drama tradicional, en que falseó
I por la vida de este piadoso varón, y
'»c i' I por primera yez en el teatro Es-
pañol ct ai de Noviembre de 1871.
Fs el asunto de la Cfl
parte de la vida del famoso modenés ]acolh>
Gratis ó de Trenci, que parece era su verda-
dero apellido ( 1 5 1 7-1 61 9), q uien, establecido en
iVIadrid, fué fundador del cohvento é iglesia del
Carmen Calzado, del Oratorio que aún lleva
su nombre y de otras fundaciones devolas y
benéficas.
Su vida escribió á poco de fallecido Gratis,
el mercenario Fr. Alooso Rcmón, que sirvió i
Tirso para su comedia; y con más extensión,
D. Francisco Javier Rodrigo El Caballero de
Gracia, Historia imparcial y vindicación cri-
tica de este venerable v ejemplar sacerdote. Se-
gunda edición, corregida y aumentada. Ma-
drid, 1881. 8.%268pigs.
18. El castigo del pensé'que.
Impresa en la Parte /." de Tirso (1637). Re-
impresa con su 2.' parte por D* Teresa de
Guzmán á principios del siglo xviii, con el tí-
tulo de Comedia sin fama. El que fuere bobo
no cjin/ne (Madrid, s. a., 72 págs. en 4.*), y
otra vez, sin lugar ni año, en el mismo siglo.
Modernamente se ha reimpreso por Han-
zcnbusch (Teatro escogido, tomo v) y en .4m-
tores españoles.
Con la fecha de 1827 y con el titulo de El
que fuere bobo no camine hay en la Biblioteca
Aiunicipal de esta corte una refundición anó-
nima en cinco actos en verso. Manuscrito en 4."
Es del actor .luán Carretero, y fué representada
en el teatro de la Cruz el 3o de Enero de i8a8.
Esta comedia fué imitada en Inglaterra en el
mismo siglo xvu por James Shirley, con el ti-
tulo de The Opportunithy (1634).
El Castigo del pensé-que es primera parte
de Quien calla otorga, en la que el protago-
nista se enmienda de su falta de decisión coa
Us damas.
Fué escrita en Toledo, en 161 3, como se de-
muestra por el siguiente pasaje del acto pri-
mero, excena X:
D. Roon. ¿Hay sucesos semejantes?
CiiiHCH. Cuando los llegue i saber
Madrid, los ha de poner
en sus .dovelas Cervantes;
aunque en el tomo segundo
de su manchego Quijote,
no estarán mal, como al trote
los lleven por esc mundo
las ancas de Rocinante
ó el burro de Sancho Panza.
Estaban, pues, ya impresas las Novelas ejem-
plares (Madrid, Juan de la Cuesta, 161 3), y no
se habla publicado la segunda parte del Qui-
XII
CATÁLOGO I^AZONAOO
/iJtf (Madrid. Juan de la Cuesta, i6í5), ni lam-
pnco el fjuijale de Avellaneda (Tarragona, Fe-
lipe Roberto, ifti4), pues si no, hubiera Tipsi"»
aludido á él.
«Representóla Heredia.»
tg. Gautela contra cautela.
Figura en la Parle í.* de la colección espe-
cial de Tirso (i 635). Fué reimpresa en el si-
glo xviji, en 4."» sin lugar ni año, y Martzen-
busch la colocó en Autores españoles,
Moreio la refundió con el iliulo de El mejor
amigo, el rey.
Cautela contra cautela es una de las ocho co-
medias del secundo lomo de la colección pro-
pia deTiKSO, que no le pertenecen por entero.
Tiene el mismo argumento que El amor y el
amistad, comedia suya indubitada. Todo el
primer acto y parte del segundo son iguales en
ambas en el fondo y manera de desarrollar las
escenas. Después varia algo Cautela (que es
una especie de refundición de la otra); da más
juego la prueba de las mujeres; añádese el epi-
sodio de la conjuración, que aumcnia el inte-
rés, y es más rápido el desenlace. Ksia comedia
es, en cieno modo, más perfecta y acabada que
El amor y el amistad, aunque mucho menos
valiente y rica en efectos dramáticos.
Parece, á juzgar por algunos pasajes, que el
colaborador de Téllez en esta obra fué don
Juan Ruiz de Alarcón.Tal es el parecer de Fer-
nández-íluerra, en su libro sobre esie poeta, y
aun la de Hartzenbusch.
Pero del estilo y modo de expresarse propio
de Tirso hay multitud de pasajes en los dos
primeros actos. Las frases amor vi^cahio, ha-
blar caseramente, ojos porquerones, alnta cor-
cheta y otras mil, son suyas. Hasta hay pasajes
que recuerdan los de otras comedias. La rela-
ción del criado Chirimía (acto primero, es-
cena I), en que cuenta las horas de servicio
con su amo es igual á otra de la comedia de
TÍLl*z Amar por arte mayor (acto seRundo,
escena V), donde dice Rermudo:
¿Ansí se olvidan
veinte anos de parentesco,
dos meses de hospedería,
ocho semanas Je rne<w.i,
de traio sesen!» dias*
jAsi dos mil s cit-n horas
de «posento y ropa limpiad
Lo que en Cautela contra cauíí Li il¡< »• i "liíri-
Olla es: I
Te Sirvo, dilo tá mismo,
dies años ha. que «n (¡uarismn
montan ciento veinte meses;
pero en cuenta cascellana.
tomando papel y pluma,
lo que te ne servido suma
quinienias y diez semanas;
y si la cuenta confias
de un zingano eniremetidA
te dirá que te he servido
tres mil y seiscientos días.
V si todo aquesto ignoras,
te cacará desta duda
la aritmética menuda;
son ochenta y seis mil horas,
30. La celosa de ai misma.
Pertenece á laParíe / ."^de I a colección de Tu
so (1627). Reimprimióse en el siglo xvui, sL
lugar ni año, en 4.", y por Hartzenbusch en «
Teatro escog i do{tomo irjyen Autores españolei
En la Biblioteca Nacional hay un manuscriti
de esta comedia, fechado en 1829, con el liluli
Lo que puede la aprensión ó sea la celosa de .
misma.
lis comedia de la primera época de T¿i.lk:
salpicada de alusiones á cosas del tiempo, coa
hemos visto en la biografía que va en el tumo
ai.
eeloa con celos se curan.
Hállase en la Parte 4.* de Télubz (iM5;
Pero antes se habla estampado como de Lop
de Vega, en la Parte 77 (extravagante) de Lop
y otros (Barcelona, i633). Reimprimióla ce
el aditamento de «Comedia sin fama> D.'* Ti
resa de Guzmán, sin año (hacia I733>. en \
hojas en 4." sin numerar. De nuevo se estamp
en Cádi\, en la imprenta de D. Antonio c
Murgula, 181 5; 4.", 32 páginas; en la coIe<
ción de Ortega (t8a6, tomo 1 de Ti»»sn) y po
Hartzenbusch (Teatro escogido, ix) y en Al
lores españoles.
En la Biblioteca Nacional hay un manuf
crito lechado en 1.* de Diciembre de ióa5, y e
la Municipal otro de una refundición en cinc
actos, anónima y fechada en 1H18.
Celos de amor y de honor ni aun J jij padt
perdonan.
(Véase Habladme en entrando.)
3a. El celoso prudente.
Eslampada por primera vez en i^s Cíg4
rrales de Toledo, obra de Tinso (1631 ). Relc
primióU D.' Teresa de Guzmán, en Madric
hacia 1733, con el titulo de (Comedia xin J'amt
El Zeloso prudente en el miü^o» ipitrt., /*• Iíl
celos. Sin 8^0.4.**, aa hojas.
DEL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA
XIII
ttbIioiecA Naciooal hay un manus-
intiguo de csu comedia con el subtUuIu
buen callar le llaman Sancho, y Barrera
ce que lambién se imprimió con él.
nbusch lo reprodujo en su Ti:alroea'
c- Fr. (labriel Télle\, tomo ii, y en
iaiarví españoles,
CaUlcron lo imiló con basianic servilismo
A secreto agravio secrcia venaan^a.
El cobarde más valiente.
Sbvtó de nriginal para la impresión de ésla
jmedta (que va en el presente volumen) la
>pia hecha por D, Agustín Duran de una
Bpn suelta del siglo xvii, que poseía don
de Sancha, en donde se atribuye á Fpay
riBRlEL DE TÉLt.EZ.
El asunto, que son las aventuras de un so-
rino de! Cid, llamado Martin Peláez, fué
luy tratado por nuestros dramáticos. Parece
tcr el primero el anónimo que compuso la co-
medía de L,ís ftasiiñas del Cid y xu muerte cou
Ja toma de ^'alenda, impresa en un rarísimo
>mo de Seis comedias de Lope de Vega y otros
Mores. Lisboa, ióo3. Lope negó ser autor de
Vi obras contenidas en este volumen, atif-
la vez que, aunque suena de Lisboa,
upado en Castilla.
Viene luego El amor hace mlieiUes, de don
|uan de Matos Fragoso, impresa en la Pn-
ra parte de sus comedias. (Madrid, por Ju-
lián de Paredes, ró58, 4.*; la última del tomo. )
Ic visto además una impresión suelta del si-
*> XV a, sin lugar ni año, también en 4." v
hs. sin foliar.
Sta sigue la titulada El noble siempre rs
tte. Comedia de IK Fernando de /tárale y
7astronoi>o, Manuscrito autógrafo, firmado y
jn dedicatoria á D. Alonso de Cárcamo, fe-
chada á i3 de .\bril de 1660, existente en la Bi-
jllloteca Nacional. Kste leilo es el mismo que
impreso con et titulo de Vida y muerte del
L'ú/ >• noble Martin Pehíe^. Comedia de un in-
genio Je la Corte. SaUímanca, Imprenta de /.t
fanij Cru'^, s. a., 4.'. 3ó págs. Quizás haya
iguna anterior, pues, aunque anónima, se cita
su obra en el Catálogo de D. Juan Isidro Fa-
rdo (que lo compuso á principios del si-
^ytiu) con el titulo de El noble siempre es
tle. Con este mismo menciona Barrera
^If* impresión suelta como «de un ingenio*.
~>urin ciu otra con el de El noble Martin Pc-
^»lr^ Tengo además otra impresión de Valen-
cia, José y Thomásde Orga, I774;34págs.,4."
Por su parte D. Vicente Oarcia de la Huerta
en su Catálogo (Madrid, lySS, 8.»), por no
equivocarse, rc|¡tsira los tituk»s en esta forma:
El noble siempre es valiente.— De Zarate.
/:/ noble Martin l'elde^ y vida y muerte del
Cid. — Del mismo.
Vida y muerte del Cid. - I )c Zarate,
como si fuesen tres obras distintas.
Casi lo mismo habia hecho en (733 Medel en
su Catálogo impreso, si bien sólo adjudica á
D. Fernando de /árate ia que intitula: Moble
siempre en valiente^ dejando anónimas las otra.n
dos.
Fl ya mencionado Huerta, recuerda lam»
bien estas otras dos:
* El cobarde más valiente, — Oe Molina.
La conquista de Valencia por el Cid. — Do
Molina.»
Pero como estas citas están hechas sin nin-
guna precisión bibliográfica, no son de utilidad
alguna.
Para terminar, con la obra de Zarate, apun*
taré aún estas otras impresiones que he visto
(y» poseo como casi todas las sueltas que men-
ciono).
Vida y muerte del Cid y noble Martin Pe-
láe'y. Madrid. Librería de Quiroga, 179a, 4."
Vida y muerte del Cid y noble Martin Pe-
láe'y. De un ingenio. Üarcelona, Serra y Cen-
tenv, I 807, 4."
Valencia, Imprenta de Ferrer de Orga, 1 Hr3,
4."
Valencia, IlJefonso Mompié, iSaa, i6.*
Resulta, pues, que prescindiendo del de i6o3
(que no conocemos), son tres los textos de esta
obra,
I." El cobarde man valiente que va en esie
tomo.
2." El de Malos. Quiso este autor aumentar
el interés y dar causa más enérgica al cambio
de carácter de Martin Peláez, convirtiéndose
de cobarde en uno de los más heroicos guerre-
ros del glorioso Campeador; y en vez de traerle
enamorado de Asturias, halla su dama en el
campamento mismo del Cid, en su sobrina t"l-
vira, á quien igualmente pretende el famoso
.Alvar Fáñez. Los celos de éste y los de otro
paladín moro despiertan, por fin. el dormido
valor del asturiano, y en lucha particular
vence á cada uno de sus competidores y ob-
tiene la mano de su prima.
3.* El de Zarate. Esta obra, más confusa por
abundar más los episodios de todo género que
ahogan la acción principal que es ó debe ser
:
XIV
catAlogo razonado
el tránsito en el alma de Martia Petiez de la
extrema cobardía al valor más lomcrario.
Viene el Rey Alíunso al campamento del de
Vivar; interviene una Infanta mora, que es un
marimacho, y están falseadas otras circunstan-
cias históricas.
De todos éstos el que mayor belleza dio al
asunto fué Tirso de Molina, si es que esta
obra es suya, cosa que por hoy no nos atreve-
mos á afirmar ni á negar.
Sólo añadiremas, para concluir, la nivcrsión
fie (ios horas, o comedia nueva historial, fácil
de execularcn qualquier cjsa, para cinco hom^
bres xolos, intitulada El mas heroycn español,
lustre de la atUifíUedad, con su entremés y sai-
ncíe. Compuesta ptjr Joseph Concha. Sin lugar
ni año (hacia 1770, Madrid, Librería de Casti-
llo), 3Ó págs. en 4."
Intervienen el Cid, Martin Peláez, D. Or-
doño, el ReyD. Alfonso, Chaparrón, /fracíoso.
y acompañamiento.
Entre la primera y segunda jornada va el
entremés Por engañar engañarse y el hoste-
lero burlado y antes de la tercera el saínete
Las pruebas de un casado.
Para su obra tuvo José Concha, que era un
imico de i\\adrid, principalmente á la vista la
^iday muerte del Cid, de D. Fernando de Za-
rate, aunque le añadií» episodios de su cosecha
especialmente en el primer acto que com-
prende la jura de Santa Gadea.
Por fin, este asunto ha servido umbién de
base á la tragedia de Casimiro Delavigne titu-
lada La hija del Cid.
34. El eolmenero divino.
Auto sacramental. Publicólo Tirso en su
Deleitar aprovechando (1635).
Reimprimióse á principios del siglo xvii con
este título: I{¡ Colmenero divino. Auto sacra-
mental. I>el Maestro Tirso de Molina. Repre-
sentóle Pinedo, año de 1621 . Sin lugar ni ano,
en 4.', 19 págs. Figura además en la colección
de Autos sacramentales, formada por la Bi-
blioteca (k Autores Rspañoles por D.IÜduardo
<ionzález Pedroso.
£n la Biblioteca Nacional hay un manus-
crito antiguo de este auto con el titulo de El
dipino Colmenero; 35 hs. en 4.", letra de ñnes
del siglo .\vn ó primeros años del siguiente.
:iñ. (Sómo han de ser los amigos.
Impresa primero en Los Cigarrales de To
io (itÍ3i). I.a reprodujo «o 1734 D.* Teresa
de Ouxmán en Madrid, con el titulo de Comt'
dia sin fama. <2Ómo han de ser los amigos, y
el non plus ultra de la amistad. 4.*, 36 págs. Kn
la oficina de Juan de Ariztia.
Rn el mismo siglo se reimprimió otras dos
veces: una por Suriá y Burgada. Barcelona,
s. a. (hacia i7Ho>, 4.", 16 hs- sin numerar, y
otra también en Barcelona por Juan Nadal,
1778. 4.*
Fn la BiblKjteca Nacional existe un manus-
crito antiguo de esta comedia, cuyas variantes
hemos utilizado en el texto del tumo idelacdi»
ción nuestra.
Don Vicente Rodríguez de Arellano. en U
refundición que á fines del siglo xviii hizo <i«
la comedia de Lope, Lo cierto por lo dudoso, y
se representó con mucho aplauso, culocó
en ella muchos versos de Cómo han de ser los
amigos.
\ín la nota de Los Cigarrales se dice que
esta comedia, asi como la de El celoso pru'
dente, la representó Pinedo (Baltasar de), có>
mico muy renombrado y ensalzado particular-
mente por Lope de Vega, de quien fué amigo.
^6. El condenado por desconfiado.
Impreso primero en la Parle 3.'' de la colec-
ción peculiar de Tixso (i635). Hállase igual
mente, y bajo el nombre de Tirso, en el tomo
ó parte de comedias del siglo xvii, pocoó n«d«
conocidaSj que halló y describió en i8í<7 el se-
ñor Adolfo Schaeffer, y que acaso haya perte-
necido á la todavía incompleta colección de
Diferentes autores. (V. Ocho comedias descono-
cidas de D. Guillen de Castro...) Leipzig, 1887
y tomo t, pág. vui.) En este tomo se halla
también otra comedia de Téllez titulada
\mor y celos hacen discretos, la. cuarta en el
orden del tomo, asi como El condenado es Is'
quinta.
Reimpresa en Madrid (á nombre de Tki.lbz)
por Francisco Sanz, sin año (hacia 1730), en
j.", y otra vez por l.i misma ¿poca, también
sin año ni lugar, en 4.", 14 hojas foliadas
Harlzenbusch la incluyó en su colección de
Autores españoles y antes en d Teatro esco»
gido, tomo XI.
En la Biblioteca Municipal de Madrid haj
dos manuscritos, copia moderna, de esta co
media con el nombre del autor.
D. Manuel de la Revilla hizo dos refundí'
ciones de esta obra, que han quedado manus-
crita» y posee hoy el Sr. .Menéndcz y Pclayo.
Mr. Alfonso Royer, autor de una Historia uní-
DEL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA
r»gi <ttt Italro^ tradujo csU y otras obr«s de
Vaso j las publicó en París, i^3, 8.*
Imiucaones parciales y episódicas abundan
nuestro antiguo teatro, y aun en el moder-
• fll mal apóstol y el buen ladrón, de
■^uscb.
De ios trabajos críticos acerca de este drama
15 dado cuenta cq el prólogo del tomo i de
ojiección de Ttnso.
Esta comedia es una de las ocho en que
"t«so turo un colaborador que, probablemen-
e, será distinto en cada una. Por las razones
largamente hemos expuesto en nuestras
fapatigacioncs bio-bibiiográ/icas acerca Je
"irso de Molina (pág. 102), la parte que de
u« oimcdia corresponde á Tirso no es pe-
'bra de tal grandeza no pudo ser ima-
das que por una sola persona que es-
ivi«s< á la altura del asunto. Abandonada
por el autor, sufrió en poder de los có-
licos algunas modificaciones poco esenciales,
I '■ bastaron á Tirso para negarle su
por entero.
Al ñnal de la obra dicen:
IrtA í*io más. á Ñapóles vamos
A contar este suceso.
lOKi&r.o. Y porque es ¿sie t.in arduo
y difícil de creer,
tiendo rerdudero el caso,
v»y* el que f»iere curioso
aporque sin .ser escribano
y si no mds dilatado
en la V/J.» df los Padres
podrá fácilm'-nte lullarlo.
V con jquesio da fin
Kl pnayor dciCnHfiadn,
y pena y t^loria trocadai.
El cicló os guarde mil años.
Hftlió, pues, Tirso el suceso, con todos sus
kccidentes referidos, en las obras de Belarmino
en Us Vidas de los Padres del Yermo, citas
in p les de evacuar ciertamente.
Pr- .diente, lo que el Sr. Menéndez
*idal establece en su Discurso como fuentes
:l Condenado por desconfiado son lo que pu-
Itcramuü llamar fuentes de las fuentes del
i&niú.
Arrancan de un episodio del Mahabharata,
|ue aunque por si mismo no tiene semejanza
)n el asunto de la comedia, si la tiene con
irioi» cuentos persas, árabes y hebreos en que
licho cuento, ú otro parecido, fu¿ rcsolvién-
y modificándose hasta parar en ciertas le-
»s de anacoretas, cuya vida penitente se
Igonacon la de algún miserable ó crimi-
qa«, iin embargo, realizan actos de extre-
la ^rtud.
El episodio de la vida de Pafnucio, tan be-
llamente novelado por Anatúlio Francc, jun-
tándole otro del mismo origen, el de Santa
Tais ó Santa Teodora, que asimismo es tan
conocido de nuestros dramáticos del siglo xvii,
parece el tránsito natural al lindo ejemplo (el
tercero) que D. Juan Manuel colocó en su Li-
bro de l*alronio ó Conrfe Lucanor,
Pero asi y todo la semejanza es incidental,
como lo es igualmente la del ermitaño após-
tata, que también cita y aprecia debidamente
el Sr. Menéndez Pidal. Los dos juntos casi
componen el Condenado. Queda el engaño del
Demonio y el bellísimo cpiv»dio del Pastorci-
llo, que quizá sean de la invención de Tirso,
asi como otros de menor cuantía que hay en
su comedia.
Como se ve por los últimos versos de la
obra resulta también que su verdadero titulo
lué antes de ser coleccionada. El mayor des-
confiado y pena y gloria trocadas.
27. Ua eondesa bandolera 6 la IVlnta
del cielo.
Ea el cuerpo de esta obra, que íigura en el
presente volumen, van expuestas las razones
que hemos tenido para preferir como texto
principal (aunque todas las variantes van ano-
tadas; de modo que, en realidad, están ambos)
el códice 16.698 de la Biblioteca Nacional que
lleva el título de La Ninfa del cielo al impreso^
titulado La Condesa Vandolera, edición suel«
ta, sin lugar ni año, pero de fínes del siglo xvii
y á nombre de Tipso de Molina.
La mayor antigüedad aparece comprobada
por otros dos manuscritos de la misma Bi-
blioteca, ambos del siglo .xvii, y uno con el
dictado de auto sacramental y algunas varian-
tes: el otro está incompleto.
Al 6nal de la obra dice
Carlos, Y aquí
da fin La Ninfa del ciei>.
cuy.-» prodigiosa vida,
por caso admirable y nuevo,
Ludovico Blosio escribe
en sus morales ejemplos.
Trátase, pues, de un caso que había suce-
dido en Sicilia ó que, al menos, tenia tradi-
ción de tai en su favor.
Fué este asunto llevado más de una vez al
teatro, como se verá por estas obras que si-
guen:
La Ninfa del Cielo; auto representado en el
Corpus de ibig en Sevilla. Lo hizo laCompa*
XVI
CATALOGO RAZONADO
nía de Juan Acacio Bernal. (S. Anona: Anaies
dc¡ teatro cu Scyill,], pág. 317;.
Comedia fjmosa. La Vandolera de Italia y
enemiga de /os hombres. Üe un ingenio de esta
corle, Oebc Je haber una impresión suelta del
siglo xvii, porque se atribuyo esta comedia á
n. Podro Calderón, si bien D. Juan de Vera
Tasis negó que fuese buya, y porque en el Ca-
tálogo de Medcl (1733) aparece ya citada.
Tengo á la vista dos impresiones del si-
u,\u XVIII, la;^ dos con el titulo referido; una
de Salamanca, Imprenta de la Santa Cruz, sm
añu, en 4.". y otra de Barcelona, por Francisco
Suriá y Bureada (hacia 1770), también en 4.°,
y con 30 hojas sin numerar.
Figuran en esta obra, además de los princi-
pales personajes (la Condesa Ninfa, el Duque
de Calabria, Anselmo y Laura), otros como
Rumíelo, que sustituye á Roberto, Bato, gra-
t/oso, ele.
p-1 Demonio, que en La Condesa apenas tie-
ne papel, aquí ñgura mucho. Entra desde lue-
go en acción manifestando sus propósitos de
hacer caer á la casta Condesa Ninfa; y sigue in-
lerviniendo en todo, hablando al oído, lo mis-
mo de la dama que del Duque, para vencer
sus escrúpulos. Los sucesos desarróllanse del
mismo modo que en La Condesa, salvo que
algunas circunstancias y episodios (como el
de la vi«;i('in de Li Muirre» llevan orden dis-
tinto.
Faltan pcrsoiM|fs, citnn» i¿i L>ui4uusa; pues
el Duque es soltero, y al hnal ofrece casarse
con Laura.
Termina diciendo el Duque:
Y tiqui tiene fin dichoso.
1 ara iidmiración v ejemplo,
La WsnJoiera >ie Italia,
cuyo ca^o verdadero
l.udovico blosio escribe:
perdonad sus muchos yerros.
hcs casi lo mismo que lo escrito antes,
tsu refundición fué prohibida por edicto de
la Inquisición de 1806 «por pasajes obscenos
de la tercera jorn ida, y salir el Ángel Custodio
Jesús hecho comediante y cantarse el Te
üewn».
Pero ya acaso antes Lope de Vega habla
j^iratado un asunto muy semejante en Las dos
! íw«./ii/f r.fí y fmtJación de la Santa llerman-
da: de Joíedo, impresa lardiamenie en in3o.
(V. ()brai de Lope de Vega publicadas por la
Real Academia Española, Tomo ix, págs. ix
Kn esta obra, en vez de una son dos Its da-
mas burladas por sus galanes y que se lanzan
al monte como bandoleras: el desenlace es más
pacifico, pues ios burladores acaban por ctf
sarse con sus victimas,
lista comedia de Lope fué refundida, en el
mismo siglo xvii, con el título de Comedia fa-
mosa. A lo que obliga un agrario y tas her-
manas vandoleras. De dos ingenios.
Xo conozco la edición del siglo xvn, que
debe de existir, porque la obra aparece citada
en el Catálogn de Medel, impreso en 1735.
También cita éste otra de igual titulo atri-
buida á Calderón; pero, como no es suya, debe
aludir á La Bandolera de Italia.
Sólo hemos visto de .1 lo que obliga un
agravio una impresión hecha en Valencia, por
José y Tomás de Orga, en 1 78 1 , en 4.", con 3a
páginas.
Kn cuanto á quiénes sean los dos ingenios
se dice al final de la obra:
Y aquí ponen lin dichoso
A ¡o (jitf obliga un agravio,
Matos y Villaviciosa
que agradaros solicitan.
Barrera da como anónima esta obra.
Una de las variantes (la de Luis Vele*) ¿*
la célebre tradición extremeña de la SerratU
de la Vera, tiene asimismo completa análoga
con la NinJ'a del Cielo y hasta en el fin vio
lento de la heroína, que en España muer
ajusticiada. Lope que también dramali/ó csü
asunto lo hij:o con más honestidad y decencia
aunque probablemente con menos acuerdo |
semejanza con la leyenda ó historia.
Conquista (La) de Valencia por el Cid.
(Véase Cobarde (El) más valiente
Convidado (El} de piedra.
(Véase Burlador (El) de Sevilla.)
38. La Dama del Olivar.
Se imprimió en I.1 iKirte 5.» de la colcccii^
especial de Tjkso (Madrid, i63»>), la novena e
el orden del tomo, y ha servido de original par
la reproducción que damos en el presente
Fué hábilmente refundida por Mesoner
Romanos y representada como indica el títuli
de un ejemplar manuscrito que existe en li
Biblioteca Municipal.
Loren\a la de Estcrcuel. Comedia que bax
el titulo de La Dama del (olivar escribió
Maestro Tirso de Molina, refundí Jj en tre
DEL TBATRO DE TIRSO Di
O. RoHi'ni (u Mesotitro Romanoa.
itpretentada por primera voí en el teatro de
t aü iie Juniü de if(2j. En la B¡-
. jnal exisie otro manuscrito del
lismo ano. Duran equivücadamente atribuyó
&U refundición á D. Dionisio Solis.
El asunto de esta leyenda está relacionado
la historia de los primitivos tiempos de la
|Orden de la Merced, á que pertenecía Tirso,
juien la habrá hallado en cualquiera crónica
su Orden.
Al final dice
íaM45. Partamos i ZariiK<)za,
V al General que };obiernn
l4 Orden de la Merced,
fcdti.i N'olasco, que es piedra
dtvma de e.src cdilicín,
convidaremos que venga
d tomar la posesión
dest.i N'irgen pura y bella;
V labrándose »l momento
fabrica que permanezca
en honra de nuestra sangre,
la piedad ara^^one&A
tendrá un santuario más.
~Í9. Del enemigo el primer conseio.
Hállase esta comedia en la Parle ,7.' de la
>lec«:i''>n particular de Tinso (Torlosa, 1634),
ra del tomo. La incluyó D. Juan Fu-
iruenbusch en el xi de su Teatro es-
agiJo de Fu. GABUtEL Téulkz, y después en
lores españolea.
KsTa i)bra parece ser una de las últimas de
'rpso, y hahírse escrito hacia iiVÍ2. fin el
irimcr acto hay una relación que no tiene
lenys de 379 versos seguidos. Calderón, sin
ibargo, habla puesto otra en Las manos
\lanca$ no ofenden, en que el cómico que la
:iuse tenia que decir 455 versussin respirar.
La obra de TtHso tiene muy buenos carac-
:rcs, especialmente el D. Alfonso, y está bien
fersificada.
Del mal el menos y averigüelo Vargas.
(V^ASc Averigüelo Vargas.l
3ij. Desde Tulfdo á Madrid*
Eslampóse en la Parte 26 de tas Comedias
}¡idaí de vanos autores, Madrid, Fran-
Nieio, 166Ó, 4.', ocupando el séptimo lu-
jar entre las del tomo y atribuyéndola alMxKS-
mo TiKSo DE Molina,
Es indudablemente suya y de las mejores:
isla la simple lectura para probarlo. Empe-
lzós« á escribir en Toledo á los comienzos del
^iglo xva; pero fué concluida ó retocada des.
OOMSDIJkS DE TIRSO OS MOUXA.— TOMO II
pu¿4 de X de Junio de lóaS, en que se rindió
Bredá í Acto tercero, escena í). Debe de faltnr
algo en el tercer acto, según ya advirtió Hart-
zcnbusch oportunamente, al incluirla en «,u
tomo de Autores españoles.
También la publicó D. F. Grima u^ , ->.-
launde en su Teatro antiguo español, Madrid,
j837. i 6."
Kn la Biblioteca Municipal de esta corte hay
el manuscrito anónimo de una refundición
con el titulo de Lo ^ue en seis leguas sucede
desde Toledo á II leseas, 1831; en cuatro actos
en verso.
Y fué también refundida é impresa con e\ ti-
tulo: Desde Toledo á Madrid. Comedia del
Maestro Tirso de Molina, refundida y puesta
en cmco actos por O. Manuel Bretón de los He-
rreros y D. Juan Eugenio Hartxenbusch. Jic-
presentada en el teatro del Principe la noche
del 34 de Diciembre de 1 847. Madrid, Im-
prenta de D. S, Omaña. I 849, S." mayor. (De
La España Dramática.) Según D. Eugenio
Hartzenbusch, en la Bibliografin de su padre
(pág. ó8) D. Juan Kugenio «arregló los actos
cuarto y quinto».
3i. Don Gil de las calzas verdea.
Imprimióse primero esta comedia en la Par
le 4.^ de la colección especial de Tirso (i 635).
Reimprimióla, sin lugar ni año (en Madrid,
hacia 1734, 4-", i*< hojas sin numerar), doña
Teresa de Guzmán, con el aditamento de Co-
media sin fama, que puso á otras muchas d<
nuestro autor, para la reimpresión del cual'
tenia privilegio por diez años, desde 173a.
También figura en la colección de Ortega
(lomo I de loi cuatro de Tmso); en el Tesoro,
de Ochoa (tomo iv), en el tercero del Teatro
escogido de Fr. Gabriel Télleii, de Harircn-^
husch y en Autores españoles.
Suelta hay una impresión moderna de Va-
lencia, Terraza, Aliena y Compañía, 1884,
en8.«
Don Dionisio Solis arregló algo esta coine-^
dia para que pudiese representarse sin escrú-
pulo á principios del siglo xix. Fernando VI|J
se reía mucho en su representación.
Tirso la escribió antes de La Villana de \'a'\
llecas, que se menciona dos veces (acto pri-
mero, escena I y acto segundo, escena \lll>,
y también antes de la caida del Duque de Lcr-
ma (Octubre de 1618). según la escena tercera
del primer actu,
II
RAZONADO
3a. Doña Beatriz de Silva.
Imprimió Tipso esta comedia en la Parte 4.'
de las suyas (Madrid, i(i35), la sexta en el
orden del tomo, y es el original que nos ha ser-
vido para la reproducción nuestra que se halla
en el tomo anterior (pág. 48(1).
Reimprimióla hacia Í734 D." Teresa de Guz-
mán, con el siguiente título: Comedia famosa
Favorecer á todos y amar á ninguno, í)oña
fícalri\ Je Syli>a. Ih't Maestro Tirso de Mo-
lina. Madrid, sin año, 4.", 40 págs.
Debió de escribirse hacia ifiíS, pues se habla
del Motu proprio de Paulo V en favor de la In-
maculada Concepción de la Virgen. Al final
dice D. P. Girón:
Para l.i te)>unda parte,
senado Ilustre, 0$ ¿onvida
el autor con lo que fnlia
Jesia historia percKrma:
lu íuiidación, los milagros,
regocijos, alejarías,
de la Concepción y muerte
de doña Ücatri/ dé Silva.
IvOpe de Vega trató este mismo asunto, si es
que es suya la que corre con el titulo de l'l
milagro de los celos y Don Alvaro de Lu-
na, de Lope de IV^a Carpió, en impresiones
sueltas del siglo xvin. K\ hecho de haber ha-
llado cabida en la colección académica de Lope
autoriza la paternidad.
Kn la Biblioteca Nacional existen dos anti-
guos y excelentes manuscritos de la comedia
de Lope, aunque indebidamente atribuidos á
Tritsü DE Molina. Son ambos del siglo xvii.
ll\ mci'or, que lleva el número 15.435, se imi-
lla líi milagro por los celos, y de letra más
lodcrna: «De Lope de Vega.» Empieza asi:
Ret. Dejadme solo sin persona alguna.
D. Alvan. Defpejemci.s U sala, caballeros.
que, como se ve, enmiendan ya la primera in-
corrección del impres(j. Pero de letra posterior
se cambiaron estos dos versos asi:
Rey. ¡Oh. qu¿ proposición t«ri importunal
Dcjadine.
ftAbVM. Oe»pe¡emot, caballeros.
^uc es como prevaleció en el segundo ciSdicc
aunque tampoco esta variante, igualnientc
aceptable, pasó al impreso.
Este segundo manuscrito, número 16.40a,
lleva, aunque de letra muy moderna, las pala-
bras «TiHSu i>f .Molina» y el titulo de /J.' Bea-
triz de Silva, puesto por el copiante, que, por
error, escribió primero D.* Beatriz de Castro.
Este texto es muchíi mci
otro, ttabicndusc suprimido los pasajes ataja-
dos, sin duda para la rcprescniación. y aun al-
guno.'; otros.
Podemos coaocer aproximadamente la fecHa
del jnás completo, pues al principio de la se-
gunda jornada trae el reparto con la misma
letra del textJO, en esta forma: *Rcy, Autor;
¡I. Alvaro, .\Ionso; U. Juan de Silva, Bernar-
diño; Siiveira, Tomás; Heyna, Sra, Micaela;
/J.* fíeatri\, Sra. Isabel; Leonor, Sra, Dorotea;
Gentilhombre, Ortcgón.»
EsieOrtegón, llamado Pedro, murió en ió3ii
y estuvo casado con Micaela López, que fué U
que en el reparto hizo la Reina. Isabel, será
Isabel la Velera; Dorotea tcoia el apellido de
Sierra; Alonso será el de Olmedo, etc. Debe
ser, pues, anterior á ifijó esta copia, lo que le
aproxima inás á Lope de Vega, pues en esa
cpixa apenas habían empezado las refundi-
ciones.
Barrera, quecoaoció uno de estos manuscri-
tos, el segundo, al ver la firma de «Cortés» ai
íin de cada jornada, creyó ser éste el autor, y
Cijñ el titulo de Doña lícalriií de Silva, adju-
dicó en su Catálogo la obra á Cortes de Are-
llano.
Posteriormente, el toledano Blas Fernández
de Mesa volvió á dramatizar el asunto con el
titulo de La Jundndnra de la Santa Concep-
ción, (Comedias, primera y segunda parte de ta
Vida y muerte de liona Itcatri^ de Stli'a, Mi
de los Condes de Porlakgre: Fueron amclu!'
das en Toledo: la primera parte, á 11 de Junl
de 1664, y al final dice:
Y si esta p.iric es contenta
que escribió ntra i't'f \a plumi
de Bliis de Mesa, os ofrece
iattiis vista, la segunda.
TiBSu habla ofrecido esta segunda parle qi
por lo visto, nu llevó á cabo.
La de Mesa lleva la fecha de 14 de Junio dctj
mismo año 1664, tres días después de la pri-
mera, que serian los que tardarla en copiarla.
Llevan además censuras* fechad^'; en roIrrHl..^
en el referido año.
r.xistc el manuscrito en la Ribiiniccq n.icpi-!
n,!!, donde igualmente hay otro ejemplar con]
algunas variantes, pero con la fecha de la licetj-
cia para la representación, también de 1664.]
Aunque el personaje principal es histórico,!
ni la c^poca ni los sucesos corresponden con losi
de la comedia, sino es que están engañadas los]
que escribieron de las cosas de Toledo qu«j
TWMOLIÑi
TIX
en vitir á D.* Beatriz de Silva en tiempo de
1 Reina Católica y morir en 149a.
En la obra titulada: l.a Margarita escondí-
da. Vida admirable y nnlagrma de la lima, y
nttttliMma Sra. D* fíealrif^ de Siii>a... Com-
púsola en el año ¡nbi Sor Catalina de -San
Antonio, monja profesa del Real Convento de
Toledo.,, publicada por las RR. MSÍ. Comcp-
I cionistas de la ca^a molrf^ de Toledo... Ma»
drid, 1903. en 4.", i<)3 pá|ís., se cuenta su
trida, poco más ú mcnoa, comn lo hace Timso
80 SU comedia.
Dolía Beatriz era, st-yuD su hisiunadora,
(tama de la Reina Isabel de Portugal, segunda
mujer de D. Juan 11 de Castilla, y hermana de
jD. Dicjíu de Silva, conde de Portalcgre. Su
[peregrina hermoura despertó en la Reina tales
recios, que la mandó encerrar en un cofre ^ava
ique allí muriese, siendo milagrosamente sal-
ivad ida por la Virgen, Retirada á San-
I**» ^' 1 l*eal de Toledo, vivió alli más de
jireina años y después íundii el primer Conven-
llo de Concepción islas, muriendo santamente
1 1490, á los sesenta y seis años de su edad.
S» esto es cierto pudiera, no existir contra-
ficción, sino hasta un f.indo de verdad en las
les aventuras de la comedia. Si tenia
> seis años i su muerte, nació en 1434.
^SUba, pues, en lo mejor de su juventud
Euando en 14.^7 vino á Castilla como dama de
ReiTia poriugtitrsa, y pudo muy bien irierecer
prclcrencias, quizá meramente pla-
M Rey, pero que despertarían el en-
no de su iracunda consorte.
33. La elección por la virtud.
Figura impresa por primera vez en la cokc-
pión propia de su autor, Parte _?.* (Toriosa,
"\)', la quinta err el orden del lomo, y de
]ui ha sido reproducido en el primero de esta
jlaesira (pág. 343).
Reimprimióla á principios del siglo xvin
I.* Teresa de tluemán con el título de: Co-
pedia/amosa. La elección por la yirtud. Sixto
"kiinío Del Maestro Tirso de Molina. Madrid,
., 4.*, 40 págs. Y con las comunes omisio-
y lagunas en los demás textos, Hgura lam-
pen en el tomo m de los de Tirso en la colec-
Pón de Ortega.
Al fin de la obra ofrece Tirso una segunda
e, diciendo.
Si los sucesos extraños
auiere saber el curioso
ac Sixto Quinto, en cuatro años
(e cunviJo, que son tantos
que no pueden reducirse
J tan corto y breve espacio.
La fecha de la composición de esta come-
dia parece corresponder á fines de 1622, en que
se representó en el palacio real, (Véase d
tumo IV de las Obras dramáticas de Lope de
Vega en Autores españoles.)
Don Juan de Matos Frajíoso plagió esta obra,
como otras muchas, en la que tituló El hijo
de la piedra, que fígura en U primera v única
parte de sus comedias, impresa en Madrid,
en K)58. Fue reimpresa suelta con el título
algo variado, asi: El hijo de la piedra y se-
gundo Pío V. San Félix. De D. Juan de Ma-
los Eregoso. Madrid, Antonio Sanz, 1756, 4.',
36 págs., por donde se ve la ignorancia del que
puso el titulo, pues canoniza por sola su au-
toridad á Félix Peretli. En la Biblioteca Na-
cional hay un manuscrito antiguo (del
glo xvii) de esta obra.
Es, como hemos dicho, un plagio de la de
TÉLi.Ez. Cambió algunas escenas y escribió de
nuevo su obra; pero el asunto es el mismo,
aunque no paró en la elección de cardenal en
lavor del protagonista, sino que llegó hasta su
advenimiento al papado.
El que fuere bobo no camine.
fVcase Bl castigo del pensé«qne.)
34. En Madrid y en una casa.
Imprimióse en la Parte 35 de la gran colcc«
ción de Comedias escogidas de diferentes inge-
nios! Madrid, Lucas Antonio de Bedmar, 1671):
la cuarta: atribuyéndola á D. Francisco de
Rojas.
Con posterioridad, y suelta, se publicó una
refundición de esta comedia como de D. Pedro
Calderón, y con el título de Lo que hace un
manto en Madrid. De ésta hay copia del si-
glo xviii en la Biblioteca Nacional, también á
nombre de Calderón. (Ms. 17.314.)
De ósic no es. porque no figura en la lista
auténtica que de sus obras envió al Duque de
Veragua.
La primera, esto es, la titulada En Madrid
y en una casa, tampoco parece de Rojas, ni por
sus circunstancias intrínsecas, ni porque aquel
poeta no la incluyó entre las suyas.
En estas condiciones, por el año i83q, halló
D. A Iberio Lista un tomo que la contenía, v en
JADO
el primero de los artículos crjticos del Teatro
escogido de Fr. Gabriel TtHlex, que empezaba
á publicar Harlzenbusch, escribió:
«V ya que hablamos de Tirso nos atrevemos
a suplicar, lanío al ediior de la Galería dramá-
tica como al Sr. Duran que tan generosamente
se ha interesado en el buen éxito de esta em-
presa, averigüen imparcialmentc y con dete-
nimiento si la comedia intitulada t^n Madrid
y en una casa es ó no de aquel autor cómico.
ICl ejemplar que poseemos de esta pieza, y que
parece arrancado de un tomo antiguo de co-
tncdiaSt la atribuye á D. Francisco de Rofas.
Una nota manuscrita... dice: *í'2s la misma, con
corta diferencia q\te la que se halla en este lomo
con el titulo de Lu que hace un manto en Ma-
drid, de Calderón.* El anotador continúa: «yo
creo que es de Rojas.* A mí no me lo parece;
porque Rojas no podia escribir dos páginas sin
algunos rasgiis gongorinos, y esta comedia no
los tiene. Su estilo es de Tirso: deTiHSo son las
incertidumbres del galán; las intrigas y trave-
suras de la dama para traerle desvelado; hasta
los chistes del gracioso son suyos. Si las inves-
tigaciones eruditas que pueden hacerse en la
escogida colección del Sr. Duran justifican esta
opinión nuestra, creemos muy justo restituirle
h nuestro Tirso una composición algo más re-
guiar, aunque del mismo género que otras su-
yas, } que no cede á ninguna de ellas en la sal
cómica y en la gracia del estilo.» (Lista: Ensa-
yos literarios, II, 97.) *
Hartzenbusch estudió el asunto y vio que,
•en efecto, no se puede dudar que salió de la
pluma de Tipso: trama, diálogo y lances lo
están diciendo.» Y en le de esto, la incluyó en
el tomo de TÉtLEz de la Biblioteca de Auto-
res española.
Creyó, además, que lo que Rojas habla he-
cho habla sido refundir el acto tercero, y que
esta refundición es la que, cayendo en manos
de un impresor ignorante, bautizó con el titu-
lo de Lo que hace un manto en Madrid, y ad-
judicó á Calderón, cometiendo con ello un do-
ble desatinií. pues ni es de Calderón ni el títu-
lo que el rclundid(jr quiso darle fué aquel, sino
el primitivo, como se prueba con los últimos
uTsos de la refundición, que dicen:
El cétertt; que esto basta,
V el saber lo que sucede
í"»! Madrid y en una casa.
Kn cuanto á que sea Rojas el autor de Lo que
hace un mctnto, nos parece aserción poco fun-
dada; V, tanto más, cuaDto qoe el mismo
Hartzenbusch añrma, con razón, que ni a
en cuanto á la obra primitiva «por desgracia
no poseemos el texto genuino de la obra origi-
nal: el acto tercero de En Madrid y en una
casa, está evidentemente mutilado, y el desen-
lace resulta frío, soso, mal trabado con lo que
antecede y ajeno de lodo artilicio, cuando en
lo demás de la comedia hay artiñcio con ex-
ceso.»
Para enmendar esto de algún modo, Harl-
zenbusch, con acierro, imprimió en el apéndi-
ce el acto tercero de Lo que hace un manto, que
es mucho mejor y, de seguro, más parecido al
que T¿LLEz habrá puesto en su obra.
Tenemos, pues, que una gran parte del ter-
cer acto de la obra que Lista adivinó como de
Tirso, no es suya. Por mi parte, añadiré, que
>as interpolaciones abundan en los otros dos
actos.
(Conocemos la fecha en que se hizo esta pri«
mera refundición, que fué en i635, pues en la
escena XI del acto segundo, se dice;
h. Gabr. ¿Cuál es esa?
Pachcco. La Casa de comedía,
que en e^ta misma accru.
por<juc Apolo la cursa, es cuarta esferA
D Gakh. ^li.iilas buenas ahorar^
Paüiieco. Kn ellas, cnmo vn todo, se mejora;
puesto que Lofie muerto,
dudnsn este el iCiitro de su acierto.
L>. G>b«. ¡Gr«n pliimn le lia laliadoi
Pacheco Fué prcijimoso, y poco celebrado
SI con su ini;eiiio'miden
sus alabanzas.
D. Garr. .\unca las olvidan
los bien inlencion.id'"'s;
que sin él quedan viudos l'is tal>trtdo
Esto debía de escribirse á raíz del triste
ceso; y en esa ¿poca ya no escribía Télikí co-
medias del género de la que se trata. Ln el
mismo acto hay unas endechas que siempre
coinciden en Tirso con comedia dudosa ó aU
terada,
^Se hallará alguna vez el texto primitivo de
este gracioso drama:'
ib. Eftcarmientos para el cuerdo.
Aparece impresa primero en la colección e^
pccial de Tinsí), Parte 5." (Madrid, i03fi), ocu-
pando el tercer lugur cnire las demás dct tomo.
Esta impresión ha servido de original para la
nuestra, que se halla en la pág. 55 del volu-
men présenle.
Por los años de 1734 la había reimpreso
D.* Teresa de Guzmán, en Madrid, y en 36
páginas, en 4.* Figura también, algo mutilada.
I« coiecrmn ae «.'riega, lomo Id de los de
"iDSO DÉ .MOLJNA.
Uope de Vega traió, según parece, el mismo
sumo en la comedia fion Manuel Je Sousa ó
itau/rcgio prodifíioso y Principe trocado,
su pieza, sej^ún D. Juan Isidro Fajardo, se
Itulb cTi un tomo de Comedias de Lope impreso
|cn Sevilla, aunque no dice el año, y al decir
fiairert, la misma formaba parte de un
iiumo colecticio existente en la Biblioieca de
[Osuna.
Kl suceso que recuerda este sombrío drama
|«, en gran parte, histórico, y ocurrió al me-
jdtar el siglo xvi. Cíianle varios historiadores,
(ui llorado por los poetas como Camocns,
[en Lus LusiaJas (canto v, oci, 46 y 47) y Je-
lr6nimo Corte Real, que compuso el Naufragio
le iasÜmoso suctssn da perdit^am de Manoet de
\Souía de Scpulveda c Dona Lianor de Sá sua
^molhtr e jUhos vmdo da India... no cab<i de
iioa Esperanifü na térra do Naiol; e a peregrt-
[«MfOo que tiueró rodeando térras de Cafres
mais de 300 legoas at¿ suj mortet compostn en
i«rr3W> heroico y octaua rima pnr icronimo Cor-
le Real. Lisboa. Sa ofjicina de Simáo Lope\,
1594, 604."^
Krunet cita una segunda impresión de Lis-
boa, J783, en 8.*, y una traducción castellana
de Madrid, en l6i4 y en 4."
36. Esto ai que es negociar.
Hállase esta obra en la a." l'arte de la co-
lección propia de TitL*.e.z (Madrid, i63S), la
última del lomo.
Reimprimióla !>.* Teresa de Guzmán con
d titulo de Esto </ ¡jtte es neifociar. Comedia
innfama. Del Maestro Tirso de Molina. Ma-
drid, sin año (hacia 1734), 16 hojas en 4.'
"^ otra edición de Barcelona, imprenta de
. Piícrfer. 177^, 4.*; lü hojas sin nume-
rar,- j Harizenbusch la incluyó en el tomo ix
de su Teatro escogido de Fr. Gabriel Téileí^
y en Autores españoles,
A principios del siglo pasado fué refundida
para representarse en el teatro con este titulo:
La strratia de Escocia ó Esto si guc es nego-
eiür. Comedia del célebre Maestro Tirso de
HoUna, nuebamente refundida y arreglada en
5 actos por J. C. \1. - en 4.". etis-
tente en la Biblioteca ; otro hay en la
^' FA feíundtilur lu-.^ d célebre galán
Jij icro, que lo hizo también de otras
ubras d« T¿ia.Ez.
A su vez la comedia original es también re-
fundición del Melancólico, comedia de Ttnso,
publicada en la Parte f.* de las suyas. Por
esta razón, y aunque incluido £'5/0 ,tí fiir es
negociar en la Parle 2.*, que contiene obr«s
refundidas por otros autores, es de creer qi
ésta le pertenezca á él por entero.
Las escenas II, VIH, ÍX y X del acto segunda
son las mismas que las III, VI, Vil y VIH del
mismo acto del Melancólico. En los demás ac-
tos hay también muchos trozos iguales.
Favorecer á todos y amar á ninguno.
(Véase Doña Beatriz de Siiva.l
37. La fingida Arcadia.
Se ha impreso esta comedia en la colección
especial de Tirso, Parte 5,* (Tortosa, tl534),
la pcnúllima del tomo.
De aquí la hemos trasladado al tomo i d«
nuestra colección, pág. 434 y siguientes.
Debió de escribirse en i(iai, pues en ella se
dice haberse publicado la xvn Parte de las
Comedias de Lope de Vega, que salió á luz en
dicho aflo. Es, como hemos visto en el prólogo
del tomo i, muy curiosa para historia literaria
y la biografía de Tirso y Lope.
Kl título y el asunto, aunque variados el
desarrollo y sucesos, han sido muy favorecidos
por nuestros dramáticos, empezando por e)
mismo Lope que compuso una .Arcadia, come-
dia pastoral, dedicada al Doctor Gregorio L<>-
pez Madera, varias veces reimpresa; Arcadia
fingida, de D. Antonio Coello; Arcadia en /íe-
leu, de D. Francisco de Guzmán y Matos; La
fingida Arcadia, de D. Agustín Morcto, (Cal-
derón y otro autor no conocido; tal vez D. Je-
rónimo de Cáncer que solía escribir con ellos.
Masía en el siglo xviii compuso D. Kamun
de la Cruz un gracioso saínete titulado: La
fingida Arcadia,
38. La rirmexa en la fiermosnra.
Se imprimió en la colección titulada: JMice
comedias nuei'as de diferentes autores. Par-
le xuvii Año 1646. En Valencia, á coala de
Juan Son\oni. 4." Figura la última de las doce
y atribuida á Tirso de Molina.
No ha podido el editor procurarse copia de
este texto, pues del tomo que lo contiene sólo
se conoce un ejemplar existente, según dice
fiarrera, en la Universidad de Bolonia. La per-
sona encargada de copiar la comedia no ha pi>-
dido dar con él. Reprodúcese, pues, el texto
que di6 Hartzenbusch en el lomo vii de su
Teatro escogido de Fr. Gabriel Té¡lc\,
Pero este texto, aunque no malo, es ya una
refundición, porque se habla en él del Palacio
del Uetiro, construido en lóag, y en esta época
y» apenas escribía Tipso comedias de este gé-
nero, llarizenbusch cree también que en esta
obra anduvo otra mano que la de Téllez.
39. La gallega Marí>l1ernández.
Impresa en I* Parte 1 .' de la colección par-
ticular del autor, (Sevilla y Madrid, 1627.)
Reimprimivjja D.' Teresa de Guzmán en la
(crccra decena del siglo xvm con el titulo de
•%íarl-ncrtuinde\ la Gallega; Madrid, sin año,
3a págs. en 4.", y la incluyó Hartzenbusch en
sus dos colecciones tantas veces citadas.
Respectodel titulo puede haber dudas acerca
de cuál es el verdadero; porque si bien en el
encabezado de la comedia y tabla del tomo
lleva el que se ha puesto, al final dice ella
misma:
Marl'llentdndej la galle/za
he sido en aque^id hi.storia,
senado, y Tirso el poeta.
La comedia se escribió, al parecer, en lOaS,
pues consta que fué representada en el Real
Palacio el 24 de Abril de dicho año por Ma^
nucí Vatlejo (Averiguador, i, 9); y como en el
encabezado de la obra dice el mismo autor
que la representó Vallejo, aludiendo á que su
compañía la estrenó, parece seguro que serla
en aquel año. Como es una de las que tienen
lenguaje menos limpio y se ejecutó en lugar
un señalado, quizá no sea fuera de camino el
creer que ella motivarla aquella especie de
persecución que empezó para Tirso precisa-
mcote en 1625.
Fué también refundida con el titulo de
Mari'Hernánde\ la gallega. Comedia en 5 Jt-
lot (sicí del Maestro Tirso de Molina, refun-
dida por ,1. R. Marti, año de 1824. l)e esta
refundición inédita existen sendas copias en las
Bibliotecas Nacionaly Municipal de esta Corte.
Habladme en entraoilo.
^^o hemos logrado ver ningún ejemplar im-
preso de esta obra, que quizás hubiera servido
para deslindar la maraña que forman los di
versus manuscritos que existen de ella.
Sin embargo, parece que los hubo; porque
en el Calálítgo de .Mcdel, impreso en 1735, se
mencionan los dos textos principales, así:
Habladme en entrando. Del M.vtísr^o Tmsn
DE Molina.
Habladme en entrando. De D. Pedro Laniní
y Sagredo.
Huerta añade otro que atribuye á Vallejo;
pero esto debe de consistir en haber llegado á
su noticia el códice de que hablaremos primero
y es el que ha servido de original para nuestra
edición que va en el presente volumen, pá-
gina49i.
Es un manuscrito en 4." de j6 hojas, letra
del siglo xvii, que perteneció á D. Agustín Du-
ran y hoy lleva en la Biblioteca .Nacional la
signatura ó número 1460 (antiguo Vv-528).
Dice ser de Manuel Vallcfo en la portada; pero
en otra, de letra más moderna, sólo se da á
éste la representación, pues Manuel Vallejo era
un cómico, autor ó jefe de compañía, muy ce-
lebrado en la primera mitad del siglo xvu.
Comu de costumbre entre sus iguales, pondría
Vallejo su nombre al principio del manuscrito
para indicar que era de su propiedad, no de su
composición. Sin embargo, esta advertencia
debió de ser lo que engañó á D. Vicente García
de la Huerta, como hemos visto.
La obra parece haberse escrito hacia tóaS,
pues alude al desembarco de los ingleses en
Cádiz, que se verificó en dicho año.
Los lectores dirán si tal como está puede
darse por obra del insigne Mercenario.
Como de su época, esto es, antiguo, debió de
considerarlo D. Francisco Lanini y Sagredo,
poeta de fines del siglo xvn y primeros anos
del siguiente, que se propuso refundirlo, como
lo hizo, según demuestra el Ms. número h5i
de la referida Biblioteca Nacional, que es el de
la refundición, escrita de mano de Lanini,
terminada en 23 de Abríl de r706. y aprobada
por D. José de Cañizares, censor de comedias,
con lecha i.^de Diciembre del mismo año.
Kste es el texto que sirvió para las represen-
taciones en los teatros, como acreditan las co-
pias que de él existen en la Biblioteca Municw
pal. Una lleva al fin del acto segundo un re-
parto de t743, por el que se ve hicieron los
principales papeles Petronila (iiba)a, María
Antonia de Castro, Rosa Rodríguez y Manuel
de Castro, Calle, Ksteban, Plascncia y dciná*.
El mismo ejemplar sirvió para otras represen-
taciones en 1760 (con nuevas censuras y apro-
baciones) y 1767, con nuevo reparto de per-
sonajes.
Peroon 1774, que volvió á ponerse en escenat.
se copió de nuevo, y á la vuelta de la prii
DEL TEATRC DE TIRSO DE MOLINA
xxui
Hoja llevA esu nou, que indica el origen del
{undo titulo que suele darse á esu comedia.
Je puso en el cartel por Ululo de esta Corne-
lia: Celos de iimnr y de honor aun á un padre
[nii perdonan y Halladme en entrando. Duró
eis días y jueves se dció con 3.14a reales Je
lUada.»
Aaies irae un reparlo que demuesua iiM.11;-
roa tos papeles de Toribia, Jásela Ftgueras;
U).* .\na, Mariana .Mcázar; Lucia, Polonia Ro-
id; />. Diego, Vicente Merino; Sancho, Eu-
:bio Ribera; /J. Alfonso, Cristóbal Soriano;
>. Pedro, Tadeo Palomino; D. Juan, José Ks-
jo; Capirote, Chinita (Gabriel López); etc.
En esta refundición se ha suprimido el viz-
kinn Juancho, sustituyéndole Lanini por el
[lacayo Capirote, y se añadió oiro grac/oso lla-
io Cálvele.
empieza asi:
Pues dejarnos los caballos
aiianzados v.i en l.'i orill;:
dése cfiÑtalino espejo
en quien, Niictso. se mira
OviciJo, lili felí/ patrii,
ven, Capirote, camina.
Acaba:
f Diego.
V de e5te vulgar addgio
de «lUbUdinc en entrando» tenga
lin Id comedia.
Logrando
el que perdone sus fultax
lan d'iCTo. ilustre senado.
41. L.08 hermanos parecidos* (Atdo
tacranientaL)
Impreso en Deleitar aprovechando (Madrid,
1 635) en el Lunes por la larde, según la divi-
sión en partes que Tirso dio á esta su obra,
de aquí lo tomamos para nueslra edición en el
presente tomo. pág. 709.
Segán üicc el autor, estrenóse este auto
enire ios dos coros de la Catedral de Toledo,
p&t la compañía de Tomás Fernández Ca-
brero. Como en esta mgeniosa pje/a estriba el
enredo en que Jesucristo toma la figura del
hombre pecador v criminal y se deja prender
poréKpues los confunde la Justicia) para liber-
tarle y padecer en su lugar, añade Tirso que
á litt espectadores «no poco los deleitó la no-
lahlc similitud de los que representaron á Jos
dut hermanos, pues fuera do la uniformidad
de los vestidos, en la edad, los tales y casi en
tas facciones los buscaran de suerte parecidos
que no hicieran falta los dos Valencianos, sus
primero!, recitantes, cuya semejanza tantas
veces tuvo confusa á la atención misma.» Asi,
pues, en el estreno en Toledo (porque esu re-
presentación fingida de Deleitar aprouechanJa
se ver inca en Madrid) hicieron los dos papelea
principales los dos hermanos Juan Bautista y
Juan Jerónimo Valenciano, galanes y autores ó
jefes de compañía ellos mismos algunos «ño:
Sobre la gran semejanza entre amboa escr
bió tambic'n, en 1628. Juan de Pina en una de
sus novelas (Casos prodigiosos, 1 .' parle, edi-
ción de 1906, pág. i tS): «De aquí lo debieron
de tomar los hermanos Valencianos, autores
comedias y famosos representantes, parccidí
en tal manera, que no se podía conocer el ma-
yor ó el menor; los nombres Jes diferenciaban,
no lo demás, que las acciones aun eran lasque
miraban á un mismo fin. V decía un discreto
que sus mujeres pudieran sin culpa engañarse
y cometer el delito sin haber pecado.»
El motivo de la confusión hubo de cesar
pronto, porque uao de ellos fué muerto vio-
lentamente, como expresa la siguiente par-
tida de defunción que hemos hallado en la
Iglesia de San Sebastián, de esia corte: «Juiín
Bautista Valenciano, autor de comedias; matá-
ronle en la calle de Cantarranas, en 17 de Fe-
brero de 1624 años. No pudo recibir ningún
sacramento, ni testar. Enterróle su mujer
[),* .Manuela Enriquez y Juan Jerónimo Va-
lenciano, hermano del difunto. Pagó de Fá-
brica siete ducados.»
Este último vivía aún en 1639, y trabajaba
en la compañía de Alonso de Olmedo.
Herodes Ascalontta.
(Véase Vida de Herodes.)
43. El honroso atrevimiento.
Para la edición que va en el presente tomo,
pág. 467, ha servido de original el manuscrito
número tS.QÓOde la Biblioteca Nacional que.
aunque moderno, es copia de un impreso
sucho que no hemos logrado ver, pero que
existirá, pues ya le cita el Catálogo de Medel,
impreso en 1735. Barrera da también como
impresa suelta esta comedia, aunque no dice
si la ha visto. Hartzenbusch tampoco hace
más que mencionarla.
Esta comedia tiene el mismo argumento, con
leves diferencias, que la del Piadoso veneciano
de Lope de Vega. Consisten las variaciones en
ampliar el comienzo ó exposición, sólo indi-
cado en Lope, introducir una competencia
amorosa entre dos hermanos y en ser menos
vcrosfmii y natural el matrimonio de la hi|s
del proscripto y su perseguidor.
CATAL'IGO ka?.on\do
No es probable que Tirso plagiase á Lope,
$ino que ambos habrán tenido présenle un
mismo original iialiano.
43. La Huerta de Juan Peroándex.
Se esiampú pfimero esia cumedia en ta
Parte .?.'de las de su autor (Tortosa, 1Ó34),
la ultima del tomo.
No sabemos que se hubiese reimpreso en el
siglo xviii; pero en el siguiente aparece en la co-
lección de Ortega (tomo iv de Ttnso) en el Ted-
tro excogido Je Fr. Gabriel Téliei^ (lomo v) y
en Autores españoles.
Se escribió en i6a6, pues en el acto segundo,
escenas V y VI, hay dos cartas que llevan res-
pectivamente las fechas de 14 de Abril y agde
Marzo de aquel año. Kn el acto tercero, es-
cena II, dice:
D.' Fetr. Murió en ScvilU mi madre
en el ri.^nr de c^tc invierno
i manos de aauel diluvio
que tantos pobres ha hecho.
Empezó esta inundación en Sevilla el do-
mingo 25 de Enero de i6j6, á las dos de la ma-
ñana. Salió el Guadalquivir de madre, rom-
piendo la puerta del Arenal, anegand(i dos ter-
ceras partes de la ciudad, derribando casas,
ahogando personas y bestias, destruyendo ha-
ciendas, dejando ;i muchos pobres y llevándose
del Arenal la mayor parto de las mercaderías
venidas de Indias, según atestiguan varios
contemporáneos que hicieron Relaciones del
aran diluvio y fueron impresas.
Juan Fernández era un acaudalado propie-
tarioy regidor de la villa de Madrid. Su Huerta,
situada en el Prado, poco más ó menos al pie
de ios jardines del actual Ministerio de la (juc-
rra y parte del paseo, era, á la vez que una
casa de placer, un establecimiento útil; pues
Juan Fernández la do'ó de agua suficiente y
arrendó á buen golpe de lavanderas que le da-
bao pingües beneficios.
Según Tirso en Deleitar aprovechando, que
describe y elogia esta era quinta, la mejor de
la Corte.
La Impía Jeiabel.
(Véase La mu|er que manda en casa.)
44. La Joya de las montañaai Santa
Oroaia.
Para la edición del presente tomo sirvió de
original el incompleto manuscrito r 5.135 de la
Biblioteca N'acinnul, único texto que hcmns
podido hallar. EU hecho Je citar ya esta come-
dia en 1735 el Catálogo de Mcdcl parece in
dicar la existencia de alguna impresión surlla
que, sin embargo, nadie dice haber visto.
Pero nos ha servido para completar el linal
una refundición antigua que. manuscrita, exis-
te en la Biblioteca Municipal de esta Corte (39-
i3) y lleva por titulo: La Joya de las montañas.
Comedia histórica de Don Francisco Lópe\ de
Benavides. El autor es desconocido, y el ma-
nuscrito, en tres cuadernos, de letra de fines
del siglo XVII.
Consta de una Introducción y tres jornadas.
Los personajes de la introducción son: El
Rey de Aragón, La ciudad de Jaca, El HadOt
La Fortaleza, La Fama y Mitsicos.
En la comedia conserva los principales per»
sunajes de la de Tirso, cambiando sólo el
nombre de la criada Laura en Lucinda, y hace
intervenir á Dos Angeles y al Demonio.
La introducción está destinada á cantar la^
glorias aragonesas, y en el drama incluyó casi
lodo el de Téllez, con las adiciones consi-
guientes á los nuevos personajes que intercala
y otras de menor bulto.
La piadosa leyenda de Santa Orosia fué de
las que primero aparecieron en nuestra escena,
pues no menos que á los tiempos en que aún
era vivo Juan del Encina se remonta la //15-
toria de la gloriosa Santa Orosia, compuesta
por el Bachiller Bartolomé Palau, natural de
fíurbáguena. La cual es una historia muy sen-
tida y apacible para representarse.
Debe de haber impresión del siglo xvt de
esta obra, que fué reimpresa en Barcelona, por
Sebastián de Comellas en í637; y con arreglo
á un manuscrito, diferente de este impreso, j
copia Sin duda de la vieja edición, en i8R3 por
D. .'^ureliano Fernández-Guerra con el titulo
general de la obra y sus ilustraciones, de Caída
y ruina del imperio ¡visigótico español. Primer
drama que las representó en nuestro teatro. Ei»
tudio histór ico-critico. Madrid, i8.x3, 4.", 304 pá-
ginas. (Publicóse primero en una revista, creo
que La civili\ación cristiana^)
Debióle este drama una ilusiracióa completa
á Fernández-Guerra, deslucida por la ordina>
ria excesiva credulidad de aquel insigne escri-
tor. Es muy singular que citando, como lo ha-
ce, todos los libros que mencionan á la virgen
Orusia, y tratándose de una obra dramática, no
se acuerde de la de Tirso, ni de la de Bcnavi»
des. Bien que en cuanto á esta última, desco-
nocida hasta el presente, es disculpable la
omisión de ella.
DEt
ze seguro que Tihso conoció la obra de
í,pues, aunque cambiad nombre del pro-
elido de Of'isia, que en Paiau es no menos
d rey D. Hodrigo, en lo demás sigue el
iísmo desarrollo la acción, y conservó los
ibres aun de personajes secundarios, como
rndio. hermano de la mártir, y el moro Me-
)t, Ggara de poco interés en el drama.
45. El Laberinto de Creta. (Auio sa-
ranuntal,)
Kl manuscriio M.773 de la Biblioteca Nacio-
il, que es del siglo xvii, va reproducido en el
resenie volumen, habiendo tenido á la vista
rt> de igual procedencia, aunque ni.oin píelo
mis moderno.
creemos que se haya impremí ii.ista
I, si bien ya lo menciona, con el nombre
•su autor, el Catálogo de Medel. impreso
1733 Ipág. 129) y lo repite Huerta en el
lyo (pág. 209).
Goo el mismo titulo de El Laberinto dt-
".reta, y con el dictado de tragicomedia, com-
puso y publicó Lope de Vega en la Parte xvi
II) de su colección especial una obra dra-
Itica, y en la Parte xxvi ( lOó;*) de la de Co-
•*• -- encogidas hay ima Jiesta de xar\uei<3
. k Juan Bautista Diamante y repre-
sniaila ante el Rey.
El auto de Tihso lleva la fecha de i638, que
idicari el año en que faó compuesto.
De otros dos autos con el mismo titulo hay
«moria. Uno compuesto por D. Juan Duran
de Torre<i, racionero de la catedral de Sevilla,
Iiaé representado en las tiestas del Corpus de
dicha ciudad en 164'); y otro, escrito por don
Fernando Diez de Leiva, se hizo en igual dia
y en la misma ciudad el año 1657. (Sánchez
lArjoaa: Anales del teatro en Sei'., páys. 3iJi v
46. Lo* Lagos de San Vicente*
Hállase impresa esta comedia en la Parte 5.'
de las de su autor (Madrid, i636), la segunda
en el orden del tomo; y de aqui la trasladamos
al preseote, pág. 37.
Reimprimióse muchas veces.en el siglo xvni,
aunque por rara excepción no la hallo entre
1m de D.' Teresa de Guzmán. Casi todas las
ediciones de aquel tiempo son sevillanas, pues
conozco las siguientes: Imprenta dei Correo
»ujo; sin añOj 33 págs. ea 4.% ¿.ticas Mar-
linde Hermosi I la. Impresor; sin año, 36 págs.
en 4.": Imprenta de Josep/i A ntonio Hermosilla,
sin afio, 4."; José Padrino, sin año. 32 págs.
en 4." Y hay además otras dos impresiones sin
lugar, ni ario, ni imprenta, una en t6 hojas sin
numerar, en 4.', y otra en igual tamaño con
3a págs. numeradas.
Acaba esta obra ofreciendo Téllkz, como
de costumbre, continuarla:
Toledo envidie y celebre,
si venturoso el criarte,
llorosi"' y triste el perderle.
La patróna de Castilla
Los Lagos de San Vicunte
«on éstos; en la segunda,
Tirso su lin os promelr.
Lope, que trató casi todos los asuntos, no
olvidu é.stc, escribiendo la comedia que aún se
halla inédita en nuestra Biblioteca .Nacional
(Ms. 17.324) con el titulo Sania Casilda, De
Lope de Vega. (Este nombre de otra letra,
aunque del mismo tiempo, y en la del texto:)
Comedia de Phelipe de Medina po.r*' ( Rsie se-
gundo nombre lachado.) Intervienen: Casilda,
Zara, Allma, Abenamar, Cclin; Gonzalo, i'/e/o;
Ortuño, Rodrigo, .Ñuño y Fernando (esclavos
cristianos), Tarfe, Calambre, gracioso, K\ De-
monio, Alimenón, rey viejo; Dos ángeles. Un
morabito, viejo; Laura, villana; Benito y An-
tón, alcaldes villanos, y Músicos.
Rmpieza la música:
Al alcázar de Toledo
que <.'! dorado Tajo baña,
las corrientes cristalinas
que humildes besan sus plantas.
ICl desarrollo de la leyenda es el mismo que
en Tirso. Casilda oye en sueños una voz que
te dice que reciba el bautismo. Su propensión
al cristianismo le hace desechar los obsequios
del principe moro Abenamar y sólo atiende á
sus cautivos, de los cuales el viejo D. Gonzalo
le instruye en los rudimentos de la religión
católica. En el acto segundo se realiza el mila-
gro de las flores y salida de Toledo por consejo
de un ángel que le manda busque en Cas-
tilla los Lagos de San Vicente. Siguen las pe-
regrinaciones y aventuras de la joven para ha-
llarlos; el Demonio intenta estorbarlo por va-
rios medios; pero los ángeles le hacen huir.
Termina con el bautismo de Casilda; y al final
dicen:
Antón. Mil eosis lengo que darte.
Calandre. No me apartaré ae ti.
Goh/ALO. V acabe esta historia aquí
ha:>ia la secunda parte.
CATÁLOGO RAZÍ
El tnieligcnte y eruditisimo hispanista don
Antonio Restori, Catedráticu de la Universidad
Lde Messina, en Sicilia, halló hace tiempo en la
ÍBiblioicca de Parma el manuscrito de una co-
media anónima titulada Nuestra Señora Je
Sopeírán, copia firmada por cierto Alonso Hor-
tiz de Velasco, y esta nota: «Sacada en san lu-
cttr de barramcda á tremta de marzo de i635.*
Esta comedía es la misma que la manuscrita
de nuestra Biblioteca Nacional y titulada La
Virfft'n de Sopetrán, de letra del siglo xvii,
procedente de la Biblioteca de Osuna, y la
misma también que con el titulo de La batalla
de Sopetrán fué impresa suelta, según Barrera,
en 1672. Todas tienen por asunto la Santa Ca-
silda de Trfiso, aunque enlazado con otros epi-
sodios de la vida de la Santa y con el célebre
monasterio de Sopetrán, cerca de Ifita (Guada-
lajara), donde la tradición supuso que la Virgen
María sc apareció á Alí-Peirán, hermano de
Casilda, cuando lleno de ira venía en persecu-
ción suya. Tirso no hace masque indicar esta
par te de la leyenda de la princesa mora (r).
De este convento se publico en 1(70 una his-
t.jria por fray Antonio Heredia (V, Muñoz y
Romero, pág, a5i) deslucida por la grande in-
{gerencia que el autor concede á los falsos ero-
nicones.
No es mucho más limpia, aunque si copiosa,
la fuente que de seguro tuvo Tirso para su
comedia, que debió de ser la famosa Historia
de Afila, dc\ P. Ariz( Alcalá de Henares, 1607),
pues el oñcio que Santa Casilda tiene en la igle-
sia metropolitana de Burgos es muy sucinto.
Como TiBso siempre se acomoda con bastan-
te rigor á lo histórico de los temas que elige, no
hay para qué repetir loque pasa como historia
de la vida de la protagonista de Los lagox de San
Vicente, y sólo añadiremos que, según la creen-
cia general, Santa Casilda vivió á mediados del
siglo SI, y su tiesta se celebra el 9 de Abril.
La primera escena de l-ox la^oa de San Vi-
cente ef* cxact«mcnic igual, como puede veise.
i la primera de Lax Quinax de Portugal.
47. La lealtad contra la envidia.
Figura esta comedia en la farte 4.* (Ma-
írld, i635) de la colección especial de Tirso,
(O Meilel cita oira comedia lítulatia Loi yaites :tt
Sopetrán, cuyo ms. halló también el Sr, KcsUífi en la
hib. de Pantia. i^u'uá »ca 1« mlima que la (iiulaiia L(f$
valles deSapeirán, comedia .le O. lüejjfi ile Aguayo y
Teronc*, que txitte mt., con fecha "■><• •■■< i- ^'•|'> 'nu-
lucipil lie esta Cori«.
ocupando el noveno lugar entre las del to
deaquipasóaj tomo 1 de nuestra colección
páginas 379 y siguientes.
Reimprimióla á principios del siglo zvu
D.* Teresa de Guzmán con el siguiente titulo
Comedia famosa. La lealtad contra la embidií
y hazañas de los Pif;arros, Del Maestro TYr»
de Molina. Tercera parte, Madrid, sin iñO|
48 págs. en 4."
Es la última parte de la grande y hermosa
trilogía que nuestro Mercenario consagró á iu^
conquistadores del Perú. No cede su eleva
ción poética, belle;í3 de lenguaje, versiñcacióc
y estilo á las anteriores. Todo en esta obra ci
admirable; y quien de tal manera sabe compe-
netrarse con el alma de su nación y rellejarl;
en las creaciones literarias es, no sólo un graa
dísimo poeu» y el primero de los discípulos de
incomensurable Lope, sino asi como el geni(
y encarnación del espíritu de un pueblo be
roico en los periodos de su mayor grandeza.
Lo que puede la aprensión.
(Véase La celosa de sí misma.)
Lo que hace un manto en Madrid.
(Véase En Madrid y en una ca»«.)
, Loren%^a la de Estercucl.
(Véase La Oama del Olivar.
El Marqués del Camarín,
(Véase Amar por razón de Estado.
48. Marta la piadosa.
Impresa primero en la Parte 5* (MadriJ
1(336) de la colección de TP.uvkz, donde llev»
sexto lugar.
Fué reimpresa por D." Teresa de (iuzmíii
ii principios del siglo xviii C'in ct titulo de €»<
media sin fama, La beata enamorada. Marti
(a piadosa, liel Maestro Tirso de Molind
Madrid, sin año, 30 págs, en 4.**
Entró en el Tesoro del teatro expañol, á
Ocho» (París, i«3.S), tumo iv. Luego en el
tomo t del Teairo selecto de Fr. Gabriel 7 élle\
de Nartzenbusch, y en Autores españoles.
Fué refundida purD. Dionisio Sol ís en cinco
actos: hay copia manuscrita vn la Bibliotec»
.Municipal, con la fecha de 1834. Otra refua'
dición se titula: La beata enamorada. Comedia
de 1 irsn de Molina, refundida en j actos po
1), Pascual Rodrigue^ de Arellano. ins. en 4.%
en la misma Biblioteca. En tiempos nt¿i mo~
DEL TEATRO DE TIRSO DE Moi.INa
• se publiac Marta la piadosa. Comedia
3 actos en Ptrso del \íaestro 1 irso de ^ío-
rejundida por í). Calixto BofJún y
e. Reprcsí-ntada en el teatro Je Varieda-
Enero Je iS6ü. Madrid, imprenta de
ie2, t866, 8.* mayor, 74 págs.
"Entre Us imitaciones, la más célebre es La
i/t/^iTM, comedia en tres actos de D. Leandro
Fernáadcí de Moralin.
\jL fecha de la composición de la comedia de
'wso resulta de ella misma, D. Luis Fajardo
batió contra qumce navios del Coade Mau-
rio, lo5 venció y entró en La Mamora, guar-
:i<l4 por los moros, en 6 de Agosto de 1614.
.ción larga que hay al principio del
ando de Marta ¡a piadosa, y que se
ipooe escriu á raíz del suceso, demuestra
|ur entonces "56 escribió la obra.
49. El mayor desengaBo.
Fué impresa esta comedia en la Parte t.*
la colección de su autor (Sevilla y Ma-
rld, 1637), la sexta en el orden del tomo, y
le ahí la trasladamos á la nuestra; tomo 1, pá-
tina 90.
Reimprimióse en la Parte 43.* déla. Colec-
»i» de comedias de diferentes autores. Zara-
>IM, i65o: la novena del tomo; y desde enton-
ces no volvió á salir de molde, que sepamos.
Nos parece, sin embargo, un excelente dra-
ia, y en cierto modo el complemento del Con-
ienaJo por dexconjiado. Dion 6 sea Raimundo
>iocres, pues el asunto tiene un fondo histó-
rico ó, á lo menos, tradicional, diácono y maes-
Ilru en Parts, se condena por excesiva con-
Rianza: la que le daba su soberbia, ncgand(> la
^misericordia divina y hasta su infinito poder.
Tmso dice que estrenó su obra Cristóbal
^Orttz; y en este caso debió deser ahtes de 1633:
pues consta que en dicho año se representó en
el Ht'«l palacio por Avendaño y su compañía
el San íiruno, que verosímilmente es El ma-
yor desengaño, de TÉLUEZ.
En nuestra Biblioteca Nacional hay manus>
teriio (número ló.óSa) un Auto sacramental in-
Uittttado: El mayor desengaño, atribuido á
ITiMO DK Molina, pero de letra moderna, sin
duda engañado el que lo escribió por la iden-
tidad de titulo de la comedía. Son intcrlocuto-
rei: íiernieco, sacristán; Let'i, hebreo; Siquén,
Mrto; Luzbel; María; Manases, hebreo; Pas-
cual; Benito; Domingo, villano; Músicos y Dos
Empieza
Sackist.
LFVf.
jSalga fuera el vil hebreo
pues la luz no ha conocido!
Si es \a. luz el Prometido
yo con-jcerla deseo.
Este auto versa sobre un milagro ocurrido
en Segovia, en que unos judíos clavaron una
hostia con un puñal y empezó á salir de ella
tan gran cantidad de sangre, que cegó á Siqucii
el apuñalador.
Termina:
Y aquí, señores, se xaiba
este milngroso ejemplo
tan codrjcido en España.
Mayor semejanza con la obra de Tirso tiene
la Comedia famosa. Las siete estrellas de Fran-
cia. San Pruno, de Luis de Belmonie Rermú-
dez, impresa en la Parte 3 1 .* áe la gran colec-
ción de Comedias escogidas (Madrid, ió63), y
de que se han hecho impresiones sueltas en el
siglo XVIII (Valencia, Viuda de José de Orga,
1762, 4.', 3a págs.)
El fondo del asunto es el mismo, pero las
aventuras son diferentes. Toma la última parte
de la vida de San Bruno cuando era estudiante
en París y se ordena de sacerdote. Aparece
también el terrífico episodio del cuerpo de
Dineo (Diocres) que resucita, lo mismo que en
Tirso, para decir á los circunstantes, que lo
oyen con estupor, porque le tenían por santo,
que se habla condenado.
bo. La tneior espigadera.
Está impresa en la Parle 3." (Tortosa, 1684^
de la colección especial que Tibso hizo de sus
obras, llevando el tercer lugar entre las demás
del volumen y sirvió de original para nuestra
edición en el tomo 1, págs. 3i 1 y siguientes.
.\ principios del siglo xviii la reimprimió
D.* Teresa de Gu¿m:4n con el titulo de Come-
dia famosa. La nuera más lei^l y mejor espiga-
dera. Del Maestro Tirso de Molina. Madrid,
sin año (hacia 1733). 40 págs. en 4."
A mediados del siglo xvi fué este asunto lle-
vado á la escena por el famoso poeta toledano
Sebastián de Horozco, en su Representación
fecha por el .Xiictor, de la famosa historia de
Ruth.
Desgraciadamente está incompleta esta obra
en el único texto conocido de ella que sirvió
para la impresión que se hizo en 1874 (Can-
cionero de Seb. de Horo\co, Sevilla, 1874, pá-
gina 19S, en 4."), fallando las más interesan-
I
XX vm
CATAJ.0CO RAZONADO
tus «scenas del ñnal y que, á juzgar por lu bien
planteado del asutUo y lo lindamente versiJí-
cadcsque están Im trozos que conocemos, se-
rían primorosas.
Barrera cita una comedia suelta titulada;
La mejor espi¿^adero de Felipe Godíncz, que
no hemos visto. Calderón tiene un auto sacra-
menial. Las espigas de Ruth, impreso diversas
veces.
Don Ramón de la Crtu: compuso dos parles
de La espigadera, impresas en el tomo iv de su
Colección, en diez volúmenes (.Madrid, 1786
á 1790 y otras veces, y representadas en 1777
y 1783. En competencia de la primera parte
de Cruz, que fué muy aplaudida, principal-
mente por la maravillosa ejecución de la Pepita
Huerta y la buena música conque la exorn/i
D. Pablo Esleve, escribió é hizo representar
D. Manuel Casal en J778 una segunda parte
de la Espigadera, que fué mal recibida.
Por últimu, el mismo asunto llevó á la es-
ceca un Fr. Miguel Magraner y Soler, que vi-
vía á principios del pasado siglo y dejó inédito
un drama titulado: Ruth Síoabita, bisabuela
del rey David, que se conserva en nuestra Bi-
blioteca Nacional.
5i. El melancólico.
Impreso en la Parte /.' (Sevilla, Madrid,
1627) de la colección dramática del autor: el
quinto en el orden del tomo. Ha servido de
original para nuestra edición en el primero de
estos dos volúmenes; págs. 61 y siguientes.
No consta qui' lo hubiese reimpreso D,* Te-
resa de Guzmán ni otro alguno hasta que
Harizenbusch lo colocó en el tomo ix de su
'leatvo escogido de Fr. Gabriel Télle\.
Inscribióse en 161 1, pues en la escena IV del
■CIO tercero se dice:
El Consejo discreto
los coches manda quitar.
Si el tuior quiso, como sospecha Harizen-
busch. pintar en esta obra al rey D. Felipe 11,
pudo aludir á la rigurosa pragmática que dio
en 1578 sobre los coches Pero como estas alu-
siones eran casi siempre, entre nuestros auto-
res cómicos del siglo xvii, á cosas de actuali-
dad, es seguro que aludía Tí\u\.í.í á las Peales
provisiones do 3 y 4 de linero de iñi i, que re-
xlameniaron el uso de carruajes y redujeron
su número. Posteriormente á 1637, en que fué
infjpresa esta comedia, hay muchai resolucio-
nes, pues la materia llegó á interesar tanto que
basta libros enteros se escribieron en pro j<
contra de los coches.
El Melancólico es la primera redacción
texto de la comedia Esto &\ que es ncguciat
(Véase) y forma un drama de carácter mu
bien descrito y sostenido.
Los personajes, asunto y parte de los \'ersol
son iguales en ambas comedias. En la tituladji
Esto si que es negociar, el primer acto es pa
entero de Tirso. El segundo, en que se conscr
varón algunos versos y escenas, pudiera ser á
otra mano, asi como el tercero, en todo di:
tinto, del correspondiente del Melancólico.
En la refundición desapareció el caricter
El hijo del Duque, aunque sabio, no es serio
concentrado, sino alegre y enamoradizo. Tom
cuerpo y aumenta el enredo la conversión t
la dama en Duquesa de Clarence, que en <
Melancólico es un episodio inútil al final. Eí
resumen: de una comedía de carácter, se hizn
una de enredo.
Harizenbusch (Teatro escogido, tomo ix
pág. 33 1) presume que la causa de haber Tu»,
refundido obra tan e.\ célente como El Melan
cólico seria «que alguna parte del público de
bió de creer que aquel Rogerio tan grave, laj
misterioso y que daba respuestas con visos d
oráculos á los pretendientes que admitía á st
audiencia, tenía alguna semejanza con el sabi<
y melancólico Felipe II, que haría pocos sñoi
que había muerto, cuando Teli.ez escribió»
comedia. Por lo menos, el encargo hecho <
secretario que emborrona la carta, en vez d
echar polvos, es dicho que se atribuyeá a/qtu
monarca.»
Quizás habría algo de lo que Hartzeobuscl
dice. V por eso la comedia del Melancólico 01
volvióá imprimirseyfué sustituida por la otra,
5a. La mufer por fuerza.
Salió por primera \c¿ á luz en la Parte 3.
(Madrid, i635j de la colección particular d
Ttu.Ez y este le.Mo es el reimpreso en eJ
lomo I de la nuestra, págs. 33S y siguientes.
Estrenóla el autor de compañías, Cristóbal
Avendaño, según afirma el encabezado de It
comedia; pero no nos consta el año en que fui
el suceso.
Figura en el tomo i\ de la colección de Or
lega (Madrid, 1820, págs. ia3j, pero llena d
atajos y mutilaciones que la hacían completa-
mente inútil, pues las supresiones habían re»
caído lustamcniecn la*escenas más graciosas,
ÍATRO DE TIRSO DE MOI
algo picarescas. La censura de
irectores de aquella colección era exccsi-
ite ^vera; por lo cual sus icxtos no lie-
ralor, aunque si las juiciosas observacio-
i crhtcas que acompañan á cada pieza.
Ea U Biblioteca Municipal hay una comedía
iloUda: La muier por fuerza, en cinco actos,
a aprobada trn 1877 y será tai vez re»
!) de la obra de Tmso, cosa que no he
lido comprobar.
53. L.a muier que manda en casa.
Dí«Vse primero i la estampa en la Parte 4.'^
rid, IÓ35) de la colección de su autor,
ñ^ura en el número tercero, y ha ser-
vido de original para la nuestra reimpresión
el tomo j, pags, 460 y siguientes.
En la Biblioteca Nacional existen dos ma-
■; antiguos de esta comedia, uno de
grandes atajos y enmiendas para la
representación.
Reimprimióla en Madrid D.* Teresa de Guz-
iin, sin año (hacia 1734), en 36 págs. en 4.°, y
Jo por esta vez su titulo verdadero.
io mismo otro impresor de la misma
que la dio á luz con el siguiente: Come-
fiUHOSa. La inipta Je^abcl mujer de t infc¡i\
\Cabf y Triunfo de Ellas. Del Maestro Tirsa
ie Slolina. Imprenta y librería de D. Isidro l.(-
calle de la Cru^t, en Madrid; sin año, 4.",
i. y en que el texto ha sufrido alguna.
icacíones.
'<^r« refundición se hizo¿ mediados del pm-
jlu iviii y existe manuscrito de ella en la
>tec* Municipal {Ó7-3) con el fituio de La
• heroica venganza de ¡a traición más impía;
ero en la cubierta lleva este otro: Comedia
tpa. La tirana de Israel. Del Maestro Tirso
ft Molina. Kste manuscrito lleva las censuras
l3, a8 V 3o de Octubre de i755y parece que
ntonccs llevaba la obra era el de
l^raei que luego les pareció puco
jro. ti censor Ü. .\ntonio Pablo Fernánde-;
ima al autor «el gran Tirso», cosa noiablv
ra aquellos días.
rudúcese un personaje nuevo llamado
irágúra, que es el criado gracioso de que
irece la comedia de Téllez, pues Coriolln
un pastor. Esta refundición está hecha con
^rao libertad en los versos; los de arle mavor
fuerun suprimidos casi todos.
Sobre el mismo asunto, en todo ó en parte,
lo esu obra versan el Auto de Ellas, obra del
carmelita Fr. Pedro de Vargas, que fué repre-
sentada en Sevilla, por la compañía de Barto-
lomé Romero, en el Corpus de 164a. (S. Arjuní
An. del I. en Sev., pág. 36o. I La Vida y rapta!\
de Elias, de Matías de los Reyes, impresa
en 1639; el auto sacramental de Rojas Zorrilla,
La pina de .Va^of. representado en Granada
en 164S y acaso antes en Toledo: ejciste im*
preso y manuscrito en la Biblioteca Nacional.
El carro del ciclo de Calderón; El vcngcuior de
los cielos y rapto de Elias de Baoces Candamo
(lomo I de sus Poesías cómicas): El gran pro-
feta Elias, comedia de Don hón,Q sea D. An-
drés González de Barcia, cuyo autógrafo, fe-
chado en 1697, existe en U Biblioteca Naciii-
nal; Elias y Acab, comedia anónima del si-
glo XTiM, manuscrita en la misma Biblioteca,
y acaso otras que ahora no tengo presentes,
54. No hay peor sordo...
Hállase impresa en la Parte 5.' (Tortosa,!
1634) de la colección pmpia de Tí;llez.
Reimprimióla, completando el titulo, Doña
Teresa de Guzmán, en Madrid, sin ano,
4.", 3S págs. De nuevo se imprimió en Madrid,
librería de González, 1804, en 38 págs. en 4,"
Figura en el tomo iii de Tirso de la colección
de Ortega; en el 4." del Teatro escogido de
Fr. Gabriel Télle\ y en Autores Españoles.
Flscribióse por los años de i6a5, á juzgar por
los diversos pasos de la comedia en que se
alude al ataque que los ingleses dieron al
puerto de Cádiz en dicho año.
Scarron imitó esta obra en su Jodcllet duc-¡
¡liste.
55. IVo le arriendo la ganancia. Auti
sacramental.
Precedido de loa se imprimió CNtc aulu en"
Iklcitar aprovechando «Madrid, i'')35), en el
Martes por ¡a tarde, según la división de cii-
píiulos que Tirso hizo de su obra, y fué re-
presentado por Baltasar de Pinedo «en Madrid»!
delante del rey Felipe III.»
De aquí lo tomó D. Fduardo González Pe-
droso para su colección de Autos sacramenta-
les en la Biblioteca de .Xidorcs españoles y por
esta causa no le hemos repr<xlucido nosotros;
como no lo hicimos con El colmenero divino,
que se halla en igual caso.
La alegoría de este auto está tan disminuida
que más parece una comedia de enredo y aun
de carácter para pintar tas veleidades de una
XXX
mujer capricliusa. f.a vcr^!fll:aci«')^ cí mag-
niñca.
^" Nuestra Señora del Rosario. La
Madrina del cielo. ^1 ufo sacra-
iin:nta¡.)
Ku¿ impreso en el libro titulado: /VaWrfaJ,
Corpus Christi fcstejiido por ¡os mejores In-
lentos de Españ^x, en die'^ y sets Avíos a lo
dif'tno, Üie\ y seis Loas, y dieii y seis Entre-
meses. Rcprexeniados c» esta Corte, y nunca
kaala aorj irnprexwx. Recogidox por Isidro de
Robles, Madrid, loscph Feruandcí, Je Buen-
dia, 1664. \°, 4 hojas preliminares y 373 pá-
ginas.
Ocupa el de Tihso el número \i entre los
autos y lleva el liiul.j: S'ucslra Señora del Ro-
Sitrio, la Madrina del ciclo. Tirso de Kíolina.
De aqu¡ lo hcnios irasladadoal presente tomo,
al filial del mismo.
l-a necesidad de un segundo titulo á esta
clase de piezas obedece á que muchas llevan
el primero para indicar que se había de repre-
sentar en la festividad que indica, según cos-
tumbre de muchos pueblos de España. En el
mismo tomo de Xartdad y Corpus Christi,
hay otro de Cubillo que lleva por subtitulo
Ciento por uno, y en la Biblioteca Nacional,
manuscriMs de Nuestra Señora del Rosario,
se registran hasta cuatro, con los segundos
dictados do El tesoro escondido, El salteador
venturoso. El esclavo de su hijo y El tirano
enamorado. Impreso hay también uno de Ri>
jas Zorrilla en que añade al encabezado «y co-
rona más hermosa».
Hay asimismo autos de la Virgen del Pilar
y bajo otr<is muchas advocaciones; pues, como
hemos indicado, en el siglo xva se festejaba
el patrón ó pairona del pueblo con comedias
y autos l'i más á propósito que fuese posible.
(V. PÍRRi Past»r: Nuevos datos acerca del
histrionismo en España: pasim.)
S7. Palabras y plumas.
Impresa en la Parte /.' de la edición que
Tinso publicó á nombre (Madrid y Sevilla,
I '527) la primera del tomo.
Reimprimióla en el sírIo xviii en Madrid
D." Teresa de Gu/mán con el siguiente y ex-
traño titulo: El petimetre con palabras y piu-
las. Comedia famosa. Dri. Maestro üe i.as
iNCiAS Tirso de Malina. Madrid, á costa
... Sin año (hacin 1733), 4.°, 40 págs.
Don Agustín Durjn la ntcluyó
española (Madrid. i83,|| y Harizcnbusth en
Teatro escogido de Fr. Gabriel Tille\, tomoii
y en Autores españoles.
La comedia fue compuesta antes de 16a:
pues consta de su encabezado que la estrés
Jerónimo Sánchez (ó su compañía), y consl
también que se ejecutó en el Real palacio d
Madrid el 20 d¿ Julio de irtaS por Dumi
Baibín. (.\veriguador, tomo t, pág, 9.)
Kl asunto, tomado de un cuento del
caccio, fué puesto antes en escena por ljop¿
de Vega en su Halcón de Federico: por mis
que la circunstancia de no figurar esta come-
dia en la segunda lisia del Peregrino (t6i8)
no aparecer impresa hasta la xiii Parte de
Lope (i6ao) pudiera hacer dudar sobre cuá
de los dos autores escribió primero. Pero como
no se plagiaron, la averiguación interesa me-
nos y la omisión de Lope también signific
poco; porque en su inmensísimo caudal ni ¿1
mismo sabría, en un momento dado, cuánta:
y cuáles tenía compuestas. Sobre esta come
dia de Lope y demás imitaciones del cuento
boccacciano del Halcón, ha publicado el ai
man Rudolf Anschutz, en i8ga, un estudio
acompañado del texto de la obra de Lope di
Vega.
Sirve el mismo tema de base á la comedúi
de D, Fernando de Zarate, Quien habla má.
obra menos, impresa en la Parte 44.^ de la
colección Comedias escogidas (Madrid, 1678);
para otra de D. Andrés de Baeza, titulada Na
se pierden las finesas, impresa en la Parte II
(Madrid, i65q), v lo recuerdan claramente Fi-
nchas contra dcsi'ios, de Bretón de los Herre-
ros, y Bandera negra, de D. Tomás Rodrí-
guez Rubí.
':iS. La Peña de Franela.
Impresa en la Parle 4.* (Madrid. 1 635) de
la colección peculiar de Téulez. la décima, y
reproducida por nosotros en el tomo i de Jft
nuestra, págs. 645 y siguientes
También la reimprimió D.* Teresa deGtlz-
man con el titulo de La Peña de Francia y
traición descubierta: Madrid, sin año (hacia
1734); 40 pá|?s., en 4."
En la Biblioteca Nacional existe un manuS'
crito antiguo (núm. iS.63a) de esta obra,atri'
buido á Lope y á Tihso, en letras diferentes
entre si y disiint.ns también de la del texto.
Está lleno de acotaciones y tachaduras, como
ncsentación en el icauo,
[demuestra umbién el reparto en las jor-
1.* y 3.*
Con el titulo de La Peña de Francia se im-
rimiü en una Parte extraPiigcttüe Je Lope,
JO, pero Je Sevilla, según D. Juan Isidru
» que la vio, Ei casamiento en la muerte
[an poeu. Fstu seria causa de que
hgo de Medel (i735), _v luego en el
Ilueita» se conservase esie titulo; no con-
itiadoU coo la de Tirso oe Molina, que
imbién njencionan, sino por creer se irala de
de igual título. La Peña de Krancia
ene, sin embargo, más que como in-
:anlc episodio en la obra de Lope,
^asunto histórico ó, por lo rñenus, tradi-
onal del hallazgo de la imagen de Nuestra
eñora de la Peña por el francés Simón Vela
[Simún Rolan, como escriben otrtjs, se halla
io en diversas historias impresas y ma-
itas. De una de ellas titulada: Historia
milagros de Nuestra Señora de la Peña de
^rancia, con las indulgencias concedidas J /as
o/raJex v á las personas que visitan dicha
ft*ii 'nanea, por Síaiias Gast, ¡56y,
ir su comedia Tti uEz. Con pos-
terioridad se han publicado otras dos hislo-
is de este santuario. (V. Muñoz y Homero:
ic. bibiiogr. histór., y Mcnéndez y Pelayo:
}bras de Lope de Vega, Vil, cxuvii y sigtes.)
59. La peña de los enamorados*
OeesTa obra sólo el nombre conocemos por
ii f*. D. Bartolomé José Gallardo asegura
I •- poseyó un manuscrito de ella, que se pro-
ponía publicar con la vida del autor, y que
perdió lodo el célebre día de San Antonio
de i8a3 en Sevilla, con sus demás papeles y
ibros que cayeron en el Guadalquivir, al em-
irse apresuradamente con las cortes y re-
i, huyendo de las tropas auxiliares l'ran-
> que se acercaban,
la Biblioteca Nacional existe el manus-
rilo de una tragedia de aquel titula de letra
íi siglo XIX, aunque la otra puede ser aipo
anterior; pero no hay indicio para considerar
que pueda ser la de Tirso ni aun refundida.
InterTÍenen en ella: D. Luis, D. Fernando,
loqoe, Zaide, Tarfe, .MI, Cclinda, mora, Do-
rotea, Teresa, hermana de Fernando, Arlaja,
lord, criada de Cclinda y Muza.
Su principio es el siguiente, que canta la
lúsic«:
¿Oué importa morir lan ptcslo
rlorcs, hijas del \bril.
pues vivis estando alecrcs
todo aquello que vi>i<*
Dure quien nace dichr^xo,
muera quien vive infeliz,
que vjvir penando ikiemprc
cü penar y no vi\!r.
Y acaba diciendo Roque, poco (ucrie en gra-
mitica, lo que si^ue:
Con esto, senada ilustre,
tiene 611 esia irayedia,
que .•'t más elei^anies luces
escribió el podre M-iriana;
cuyo risco ne dcMCibre
no muy lejoí ili: Anicquera,
en los campos .iMilaluccs.
Ll ms. lleva hoy el número 14.745
Ln el Musco Británico (.Add-33, 478) existe
otro manuscrito, copia moderna <dcl siglo xix)
y que, según noticias, es el inijmo que el ante-
rior, de La peña de los enamorados; pero atri-
buido á Tipso DE Mol fN*, quizá por quien
supo que Gallardo habla tenido la comedia de
aquel titulo. Kn el mismo tomo se halUn tas
copias modernas de La dama del Olivar y de
El que fuere bobo no camine y castigo del
pensé-que, tales como las reimprimió D." Te-
resa de Gu¿mán.
F.n la Biblioteca Municipal hay un manus-
crito de La Peña de los enamorados, comedia
en tres actos en pcrsopor L). Francisco Antonio
Górne^ y Ihredia, en 4.*
Uno de los primeros ensayos literarios de
D. Aureliano Fernández-Guerra fué un drama
titulado La peña de los enamorados que dio á
conocer en Granada, y que no sabemos haya
sido impreso.
60. Por el sótano y el torno.
Fué impresa en la I 'arte í.* (Madrid, lóS."))
de la colección propia del autor, la sexta; y es
una de Las cuatro que Tirso declaró pertene-
cerie por entero, pues al final de la comedia se
dice:
P.sto .sirva
de entretener soljimentc:
no porque haya estas malicias,
que por el sótano y torno
Tirso escribe, mas no alirma.
Consta en el tomo 1 de la colección de Or-
tega (Madrid, IÍÍ26), enel décimo del Teatro
escogido de Fr. Gabriel Tétle\ y en Autores es-
pañoles.
Fué refundida por D. Dionisio Solis.
Inscribióse esta comedia en 162a; porque en
el acto tercero, escena III, dice Saniillana:
catAu^go razonado
El niíriiii, iiurique d'spunujo,
con palmrt v medio de red;
^'quei* ¿pensaba su merced
qu las puntjs que han quitadn
les hacen faltn? ^Bonitas
,von! Si en carnis anduvierun,
de la niismd carne hicier.ii)
guarnición Us mujcrcita!:.
Pues bien; en una caru de 1 6 de Noviembre
dcióaa íBib. Nac, Ms. x-iS?) se dice: «be qui-
tan guarniciones de oro y piala, y lelas de piala
y oro en cualquiera género de vestidos; capas
de seda; sedas sobre sedas, y excesos de guar-
niciones, puntas de manlox*, etc.
r'*i. El pretendiente al revés.
Hállase impresa en la Parle /.* (Madrid y
Sevilla, (627) de la colección de Tirso, donde
ocupa el segundo lugar.
Uoña Teresa de (juzmán la publicó con el
Ululo de Comedia sin fama. El prelendiente ai
rcifés. Madrid, sin año (hacia 1733).
Darán en su Taiia española {i834),Gt\miud
y Velaunde en su Teatro antiguo españoi
(1837) y llarlzenbusch en su Teatro csconidn
(1839), y en Autores españoics reimprimieron,
succsivamenlc, esia tavorecida comedia, cuyo
verdadero titulo seria, según los últimos vcr-
táe ella. El rábano por las hojas.
Y 5i no véngase aci
y cenará á poca cosía,
porque sólo le daremos
el rdbano p<-r ¡as hojas.
Con el titulo de El rábano por ¡as hojas hay
dus cuincxiias uMdernas que nada de común
tienen con lu de Tirso.
(12. Privar contra su gusto.
Aparece imprc»a en la Parte 4.^ (Madrid.
i635) de las comedias de Tirso; la primera del
tomo.
Reimprimióla á principios del siylo xvm
D.* Teresa de Gu/mAn, sin año. en 36 páginas,
en 4.", y Hartzenbusch en sus dos citadas co-
lecciones, por lii cual no tuvti cabida en la
nuestra.
En la Biblioteca Municipal de Madrid hay
\ui manuscriius de dos distintas rel'undiciones.
Se titula el primero Los acasos, y esiá dividida
en cuatro actos, en verso. Lleva una censura
fechada en 3i de Abril de 1785.
Lo segunda refundición es más moderna,
también anóninta y en cinco actos, con la fc-
I -ciía de 1 839.
La comedia del Dr. Juan Pérez de Wvjnul-
bán Ei riífor en ¡a inocencia, tiene alguna se«
mejanza con la de Tikso. Se imprimió suelu,
según Duran, y de ella hay un manuscrito
nuestra Biblioteca Nacional.
ú3. Próspera fortuna de Don Atvara
de Luna y adversa de Ruy L6<
pez Dávalos. Primera parte.
h'siá mclusa en la Pút'/t; ;?."de las comedia
de TiHSü < .Madrid, íft35>. y desde entonces, qui
sepamos, no se ha vuelto á imprimir hasia qui
nosotros la hemos puesto en el tumo primen
de esta colección, págs. 3(')3 y siguieniet.
En la Biblioteca Nacional hay un mantu
crito antiguo de esta obra (núm. (7.101), qUi
lleva el rótulo: Comedia famosa de Ruy Lope,
de Abalas de mira de mesqua. ti lítuUi y t
autor, de letra sobrepuesta y algo posterioi
Esta copia está ñrmada por un Juan Jerónim
García, que quizá luese cómico. Sigue cou
ramente el texto aut¿nlico de la "bra de Tí
LLEZ.
Damián Salustriodel Poyo tiene dos conai
días sobre este asunto, respectivamente. L
próspera fortuna del famoso Ruy Lópe\ ¿
Avalos el fiucno \ La adversa fortuna di
muy noble Caballera Ruy L6pe\ de Avalos
Bueno, impresas ambas en Parte tercera de h
comedias de Lope de Vega y otros autore
Barcelona, 1612, y en la Bilioteca de Autori
españoles. De ellas, sólo la segunda tiene 4
guna conexión con la de Tirso, aunque cad
uno lleva el asuntu por rumbo diferenie.
Esta de Téllez es, como hemos dicho,
primera parte de \a Advena fortuna de Uon A
paro de Luna, ambas muy interesantes; peí
en las que parece que Tmso tuvo uno ó mi
colaboradores anónimos.
64. La prudencia en la muier.
Hállase impresa en la Purte j.* íTortosj
1634), de la particul.'ir colección de Tihso.
A principios del siglo xviii la reimprimí
D.* Teresa de Guzmán, en 4.", .J4 págs.
Rcimprióla en 1834 D, Agustín Duran, «
su interrumpida Talia española; de aquí 1
lumó D. Eugenio de Ochoa para su Tesoro dt
teatro español {lom>j iv), y hiartzenbusch la i(
cluyó en su Teatro escogido de Fr, Gc^k
7¿lle\, tomo vi, y en Autores españolis.
TiHSO, como de costumbre, ofrece una sfl
gunda parte, que acaso no llegó ¿ escribir.
TEATRO DE TIRSO DE MOLINA
XXXlll
IX hsdot Caravaiate*
. con la secunda comedía
Tirso, «enado. os convida.
« ha sido á vuestro gusto ésta.
ífundióia á fines del siglo .xviij un tal i .i-
krianu de Segura, con el illuln de l.a pruJen-
tia en la mujer y más peraegiiidci rema. De
iVk mala refundición existe un manuscrito en
la Bibliotct.'a Municipal de €Sta corte.
Don Juan Eugenio Uartzcnbusch compuso
[^Ktulmenlc una rot'undtción de esta comedia,
|nc se representó pi)r primera vez en el teatro
leí Circo el ao de Mayo de 1 858. Imprimtiuc
turna ea 1902. como bemos dicho en el
tró'lugo del lomo 1. pág. i.xxx.
Otra refundición hecha en cptKa más mo-
frna se imprimió dos veces: la ultima con el
titulo de l.a prudencia en ¡a mujer, comedia de
\Tirso Je Molina, refundida en cuairo actos y
trtc^dida de un discurso por Enrique Funes.
».• edición, corregida por el refundidor. Santa
\Cru\de Tenerife. Imprenta de A, J. Heniles,
i88ff; i,", Lvti-177 págs.
EIn el discurso preliminar trátase, con poca
rovedad, de los refundidores y arregladores de
}bras antiguas, y al ím lleva unas notas ya re-
[Utivas á la comedia en que el autor razona
(US modificaciones. La relundiciún no es mala,
tpcro si excesivamente larga; toda ella no se
jíoporiarla en escena.
De las miiíacicines sólo conocemos una ópera
titulada Doña Mario de Molina, á que puso
^música D. Ramón Carnicer; y el drama de
'Igual titulo de D. Mariana Roca de Tofjores,
|M«rqu¿N de Molins, estrenado en el teatro del
Principe el ii de Julio de Jk37, é impreso con
«eruditas notas históricas, que también son
) aplicables al drama de Tirso.
Aden%ás del excelente articulo critico que
I para esta comedia escribió D. Agustín Duran,
umbtén publicó el eminente hispanista Mon-
sietir Alfredo Morel-Fatio, en 1900, en el pri-
mero de sus Eludes sur le Ihválre de Tirso
de Xío/ina (ffulletin hispanique d\Ayril-Sep-
Untbre de 1 fjooj, uno acerca de La prudencia
en la mu/er, investigando sus fuentes, que fue-
|ron la Crónica de Fernando IV y la Historia
I de Mariana. Aunque para los lectores españo-
les no tenpan gran novedad las observaciones
át] Sr. Morel. no hay que olvidar que están
escritas principalmente para los numerosos
Cultivadores que en Francia, Italia, Alemania,
IngiAierra y Estados Unidos cuentan hoy los
estudios de historia literaria de España, aqui
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO 11
tan decaídos y menospreciados, á causa de ¡3
grande ola de barbarie, ignorancia y presun-
ción, t<xlo junlo,quc nos envuelve v n^.fixia.
Gfi. Oulen calla otorga.
I';stampubc en la /.* parte de las comedias
del autor (ifiay), la octava del lomo y á conti-
nuación de El castiiio del pensé-quc, de la que
es secunda pane.
Fue cscriu p<x'u después que ella y, pe
tanto, en lói 3, aunque parece que su represco*
tación no se efectuó hasta 1617, pues dice que
la hizo Olmedo (Alonso de), y éste no fit;ura
como autor de titulo hasta aquel año.
Ya hemos dicho que la reimprimió unil.i
con la i.* parte de D.* Teresa de Guzmán, A
principios del siglo xviii. Poco posterior es
otra impresión suelta de Quien calla otorga,
sin lugar ni año, en 4.", de 3» págs.
Ku¿ refundida en cinco actos por Juan Ca-
rretero y se representó en el teatro de la Cruz
el a8 de Agosto de 1827, época en que empezó
á conocerse y estimarse nuestro poeta, como
se ve por las refundiciones de Solis, Mesonero
y éstas del estimable galán, compañero de Rit
Luna.
Medel cita una obra de este titulo de dun
Bartolomé de Enciso y otra de Calderón. Qúi-
zá sean ambas la deTÉLLKZ, aunque también
la menciona. Huerta repite lo dicho por Medel
Barrera atribuye, en duda, una á D. Diego Ji|
ménez de Enciso, sevillano.
66. Quien da luego, da dos veces.
Una copia moderna de esta comedia, que
existe en la Biblioteca Nacional, núm. 13.94^,
ha servido para la impresión que ofrecemos en
este lomo. En el Catálogo de Medel (i735) se
menciona este titulo, lo cual indica la existen-
cia de una impresión suelta que no hemos po-
dido haber á las manos. Huerta y los demás
HO hacen otra indicición que demuestre ha-
berla visto.
Parece ciertamente de Tmso, y tomado el
asunto, en lo principal, de la novela de Cer-
vantes La señora Cornelia.
Quien fuere bobo no camine.
(Véase El castigo del pensé-que.>
67. Quien habló pag6.
Perteaece i la Parre 2," (i635), especial da
Tirso.
ui
XXXIV
CATÁLOGO RAZONADO
No sabemos que desde entonces h&ja vuelio
i imprimirse; por lo cual va en nuestra colec-
ción, lomo I, pág. 178.
E\ titulo no responde exactamente al fondo
del asunto; pues el noble y desdichado Conde
de Urgel, mandado asesinar por la Keina de
Aragón, no habló; es decir, no se vanaglorió de
los favores que merecía á su reina, para reci-
bir tal castigu, ordenado s»')lu á consecuencia
de los embustes v calumnias de un cortesano.
TiBso acaso le hubiese puesto al principio tí-
tulo diferente.
68. Quien no cae no se levanta.
Se imprimió esta obra en la Par/* 5.* ( 1 636),
propia de Téllez, y desde entonces no ha
vuelto á gozar la publicidad en los tipos de
imprenta. Va, pues, en nuestra colección y en
el lumo presente, páginas 143 y siguientes.
Hartzenbusch dice que es «cumedia de
asunto devoto, muy bien escrita y muy buena
mientras la protagonista es mala; desde que se
convierte, que es á la mitad del acto segundo,
el drama se echa á perder.» (Com. escog. lie
Tinto, en Autores españoles, pág. xui).
Suscribimos la primera mitad de esta opi-
nión. Es, efectivamente, cosa primorosa la
versificación, lenguaje y estilo de las primeras
escenas de esta obra; pero no creemos que
luego se «eche á perder»: pues hay mucha
fuerza dramática en los periodos de lucha y
dudas que siguen á la poco firme conversión
Margarita. Con la evidente languidez de
Igunas escenas del acto tercero y todo, nos
"parece éste uno de los buenos dramas del
autor.
El asunto debe de estar sacadu de la vida de
Santo Domingo de Guzmán, cosa no imposi-
ble, ni siquiera difícil de averiguar.
69. Las Quinas de Portugal.
Hxistc en la Biblioteca Nacional el original
autógrafo de esta comedia que concluyó Tipso
en Madrid, á 8 de Marzo de <638, y lleva indi-
cación de las fuentes en que ha bebido lo histo-
rial de ella. ICstc manuscrito hemos, como era
natural, reproducido en el presente volumen.
(;ita ya esta obra (que no creemos haya sido
impresa nunca) el Catálogo <\*: Mcdcl, estam-
pado en 1735; lo cual demuestra que en este ex-
celente repertorio dramático fíguran, como ya
hemos indicado, no sólo obras publicadas, sino
iu que aún no lo habían sido.
Lope de Vega cita en la primera edición d«
El peregrino en su patria (iGo3) una comedia
suya titulada Las Quinas de Portugal , y
Barrera añade: que es la misma que en la
Parte xxK de Lope y otros autores figura
con el nombre de La lealtad en cl agrapto, y
suelta, con los de f£n la mayor lealtad, ele, y
Favores del cielo en Portugal. Pero no aparece
en la colección académica de Lope, y supongo
que no tendrá el carácter histórico de la de
Tirso.
El Rábano por las hojas.
(Véase El pretendiente al revés.)
70. La Reina de los Reyes.
Se imprimió en la Parte 2.* (i633) de Tir-
so, de donde la trasladamos á nuestra colec-
ción, tomo I, páginas 149 y siguientes, pues
desde aquella fecha no tenemos noticia de que
se haya reimpreso.
El argumento, que es la aparición milagrosa
á San Fernando de una escultura de la Virgen,
fabricada por dos ángeles, que luego desapa-
recen, comprende también varios sucesos de
la vida de aquel glorioso Rey. La imagen se
veneró en la Catedral de Sevilla muchos siglos,
y aún quizás exista.
El asunto era tradicional, según dice Tiasc,
que igualmente parece quiso dar otro titulo i
su obra, pues dice en los últimos versos:
Y esta es, porque fin le demos,
la tradición que tenemos
de la Virgen de los Reyes.
A fines del mismo siglo xvn fué servilmente
imitada la comedia de Tirso por el sevillano
Guedeja y Q)uiroga, que compuso La mejor
tu:^ de Sevilla N. Señora de los Reyes. Come-
dia famosa. De D. Gerónimo Guedeja y Qvi'
roga. En 4.* y í6 hojas numeradas; sin lugar,
ni año, ni imprenta. Parece edición sevillana
de fines del siglo xvu. Tengo además otra
edición algo posterior, sin indicaciones tipo-
gráficas y umbién en 4." y en 16 hojas sin nu-
merar.
Al fin de la comedia, dice Ajonjolí:
Y aqui, senado famoso,
da fin la íiistoria más pía
de la Vireen de los Reyes,
la Mejorlu^ <ic Sevilt'a,
que demuestra cuál era et verdadero nombren
de la imagen.
Relativas al cerco y loma de Sevilla hay va-
rias obras dramáticas y hasta á principios deij
DEL TEATRO PE TIRSO DE MOLINA
XXXV
una
fviii, ün tul n. Manuel Duran compuso
trilogía entera sobre el asunto.
71. La república al revés.
Figura en la Parte 5.'^ (10%) de Téi.i.k/, y
de aqui la hemos reproducido en el lomo pre-
le, pág. 83 y siguientes.
Reimprimióla D.* Teresa de Guzmán, en
1733, con el aditamento de Comedia sin/ama;
36 páginas en 4." La fe de erratas lleva la le-
cha de Madrid, ¡4 de Diciembre de 1733.
El asunto es histórico en el lóndo; Tirso lo
habrá tomado de alguna historia del Bajo im-
perio; pero muchos episodios sonde invención
suyM ó del que le haya servido de rúente. I. a
comedia, salvo alguna que otra escena, nos
parece mediana.
73. Lra Romera de Santiago.
Hilla$e impresa en la Parle xxxui de la
ctilecciün de Comedias cjcf>^íi/<T.t (Madrid, José
Fernández de Buendía, 1670, en .j."), la tercera
«n el orden del tomo y atribuida á Tirso.
Con el mismo titulo de ¡.a Romera de SaH'
liago, j adjudicándola á Luis Vélez de Gue-
Tara, se imprimió suelta en el siglo xvm. De
cUa he visto dos ediciones: una de Madrid,
imprenta de Sam^j ¡pSi, iñ hojas eo 4.", y
otra de Valencia, Josc y 7owás de Orga,
1777» 3í páginas, también en 4."
Hay serídos manuscritos de esta obra en lai
Bibliotecas Nacional y Municipal, que confor-
mac ambus con la impresa á nombre de Luis
V¿lez.
Cotejadas ésta y la airibuJda á Téllez, se
ve que la única diferencia coosisie en haber
suprimido Vélez una gran cantidad de versos
en las relaciones algo extensas y haber iniro-
dacido algunos cortos para ser cantados.
El romance de sabor antiguo ó imitado:
Praso tiene» al buen Conde,
al Conde don Lisuardo,
porque forzó una Romera
camiao de Santiago,
esti en ambos.
Después de estas impresiuncs aparece tam-
bién en la colección de Ortega {torno iv); pero
mujr mutilada. Con arreglo al más antiguo
testo va en el préseme tomo, págs. 3><x v si-
guientes.
No ej, exacto, como se ha asegurado, que
í«c sea el mismo asunto que el de La Monta-
ñesa de Asturias, tambicn ¿v Luin N ¿ici. Con
la que tiene algún mayor parecido es con La
Gallega Mari-tieniándex,-
\í\ asunto de la Romera es por completo nu»
relescoj pues la acción ocurre en tiempos de un
Ordoño de León, coetáneo del Cotide de Casti-
lla D. Garda Fernández, y D.* SoHIa Pi.mcra)
se dice hija de D. Manrique de Lara. bit» cuanto
al Conde 1). Lisuardo. presunto cuñado del
Rey de León y foraador de la Komera, es per-
sónate complciamenie desconocido en nuestras
crónicas.
La Rumera de Santiago se estrenó en 'Pala-
cio afínes de 1623 ó principios del siguiente.
(Véase tomo iv de las Obras de Lope de Vtga^
en Atílores españoles, pág. xv.)
73, 74 y 75. La Santa Juana. (TrespoT'
les.)
Las dos primeras partes de esta trilogía
monástica fueron impresas en la }*arie 5.*
(i 636) de la colección propia del autor. Ls
tercera ha quedado inédita; y de todas existe
un precioso manuscrito, en gran parte aut6^
grafo, en nuestra Biblioteca Nacional (Vitri-
na 3.*, núm. 23). De él nos hemos servido para
la impresión que va en el presente tomo, pá-
ginas 33<S y siguientes, sin olvidar su cotejo
con el impreso, que no resuelve los Itigares di-
fíciles.
(Conocemos las fechas exactas de la compo-
sición de estas obras. La primera parto, que en
el manuscrito ue la Nacional es autógrafa,
lleva al principio la nota que dice: «Acto pri-
mero: en Toledo á bcynte de Mayo de mili y
seyscientos y trece, por Fr. Gabriel Téllez.j» Y
en la última hoja dice; *ICn Toledo á 3o de
mayo de i(»i3. Omnia subjiciuntur Stae. roma-
nae eclessiae el cenxurac omnmm eius Jiliorum
tjui cum charilatc ct sufjicientia illa corrcxe-
nnt. Fu Al Gabkiel Téi.uK2,»(Dos palabras ta-
chadas.)
Parece, pues, seguro que esta primera co-
media se escribió en diez dias, hallándose el
autor en Toledo, y que fué representada co
.Madrid en Agosto ó Diciembre, del mismo
año, pues de aquella fecha son las censuras
para su representación.
Esta primera parte lleva aprobaciones de
Tomás Gracián Dantisco, fechadas en Madrid
á 8 de Agosto, a3 de Noviembre y a de Di-
ciembre de i6i3, y en ellas se titula la come-
dia Vida de Santa Juana, También lleva una
xxxvt
catXlogo razonado
I
iccncia para la represen lación, fechada en Sc-
illa A áa de (roto) de i6f5.
La segunda m» debii') ái retardarse mucho,
rquo lá tercera, que también es autógrafa
va ñrmada, lleva al principio de cada una de
as jornadas estas fechas: «En Toledo, á 6 de
giisio de i'W4; on Tulodo, á u de Agosto de
614; en Toledo, ¡\ 34 de Agosto de 1*114.» Fué,
or consiguiente, compuesta esta tercera cu-
cdia de Sania Juana en diez y ocho días,
D. Luis Fernández-Guerra, en su libro su-
l>re Aiarcdn (pág. fHfi), dice, aunque no loau-
Inriza, que la Scf; uii Jo parte ilc la Sania Juana
fué estrenada en Tuiedu á i5 de Diciembre de
6i3.
En las ftr/rTc/omw de Luis Cabrera de Cór-
oba. pig. 557, se escribe de Madrid, con fc-
ha aH de Junio de 1^14: .Al otro dia <cs decir
I de San Juan)... vulviéronsc (los Kcycs) á la
Huerta (del Duque de Lerma) para ver la co-
media de la xeñnra Juana, que es cierta monja
de ejemplar vida' que hubo en un munastcrio
que llaman do la Cruz & cuatro leguas de
aquí.» Puedo aludir á la primera ñ segunda
parte; porque la tercera aún no estaba escrita.
Por consiguiente, las censuras con fecha
161 3 que van at (in de las tres partes sólo pue-
den referirse á las dos primeras. No asi las
demás, que ya pueden comprenderlas á todas.
Y como prueba de la gran difusión de las
obras dramáticas en aquella ópoca,obs<:rvcnso
la multitud de licencias que para la rcprescn-
lación de la Santa Juana se dieron en el lér-
minn de dos años: en 3 de Febrero de 161 5,
para representarse en Valladolid; en 27 de
Enero de ihiri, en Córdoba; en j5 de Abril del
mismo año, en Granada; en ib de Julio del
propio, en Málaga; en 3o de Septiembre en
Jaén, y en ai» de Junio de 1617, en Cádiz, Fsto
en la!» correrías que hizo la compañía del due-
ño del manuscrito (que parece fuO Juan de
Morales). Y como es de suponer que también
lo habrá permitido copiar á oíros autorcx de
compañía, bien puede decirse que en dos años
habla corrido toda Españü. Lo propio succd!a
Cun casi todas las demás comcdi.-ts.
Casi lodo lu contenido en esta trilogía es
histórico ó tenido por tal, y no puede dudarse
que TiBSO lo tomó de la Historia, pida y mi-
lagros, óxiaxix y rerclacioncx de ia Bienai'vu-
turada Virgen Sania Juana dt ia Cru\, de la
Tercera Orden de nuestro Serájico Padre San
Francisco, conipufxta por I'r. Antonio Da^a...
Dirigida *í la Reina de España , Üoíia Marina-
rila de Austria. Zaragoza. Por [.t^l^Sañ
che^. Año iGii. Las fuentes de esta obra,
pues la Santa Juana nació en 1481 y murió en
1534, son unas memorias biográficas de cierta
Sor María rvangelisla, compañera de la Santa,
y que TiKSO introduce en su comedia é inter-
viene en tíidos los actos de aquélla, indicando
el propósito de narrar sus acciones.
Kn la ÍSiblioteca del Escorial hay un volu-
minoso códice (Serrano: Escritoras españo-
las: n, óf»i), titulado Libro del conorte que
L's el que se escriviú de los sermones que predi-
caba Santa Juana de la Cru\ estando eleuada,
escrito en su vida íi5o5), y que quizás ella
misma dictaba á sus discípulas. Refiérese á su-
cesos relativos li la vida de Jesucristo y difu-
sión del Evangelio. Acerca de sus famosas
ci<e«ías (ó sean las de su r(>s.irio), también se
compuso un libro de las indulgencias que por
ellas se ganaban; pero este libro fué prohibido
puf la Inquisición. (Bib. Nac: ¡'apelcf. de la
ínq., Icg. 46).
Y aqui debemos advertir que como In Monja
de la Sagra no estaba entonces cani»niíada (ni
lo está aún hoy, pues sólo goza el titulo de /íca-
ta), en el manuscrito de la comedia de Tmso
se puso una nota, luego lachada, que dice:
«Este titulo (el de Santa Juana), y el que se
pusiere en los carteles á la publicación de csia
comedia se manda que sea conforme al libro
titulado: La Sierva de Dios, Sor Juana de la
Crun, y (no) Saneta Juana; y que en los ver-
sos de la comedia se ponga siempre Sor Juana
en lugar de Sánela Juana.*
I'osieriormentc cesaron estos escrúpulos,
pues no mucho después se publicaron los F
vores de el Rey de el cielo, hechos á sv es^
la Santa .luana de la Cry^, Religiosa de
Orden lerccra de Penitencia de N. P. S. Fran-
cisco. Con Anotaciones ihcolo¡ricas y murales i
la historia de su vida. Por Fr. Pedro Navarra,
Lector jubilado en St.* Thcologia y Difini-
dor de la Prouincia de Castilla. A la Católica
Majestad de la Reyna de las Españas Hoña
Isabel de íiorbón, Ñ." 5." Con previlegio. En
Madrid. Por Thomas íunti, Impressordel Rey
N. S.r Año I C31 (al fin repite las señas de ta
impresión), 4-°; 16 h. prels., 871 pégs. y 20
hojas más al final sin numerar.
(Contiene este libro algunas noticias relativas
al expediente de beatificación de Sor Juana*
promovida á instancias del Cardenal Trcjo, f
dice que el cuerpo de la monja estaba en un
arca de plata en su convenio.
le n^
DEL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA
XXX Vil
Andando los años compuso D. Francisco
Berna lUo de Quirós una comedia titulada La
Luna lie la Siigra. Vida y muerte Je Santa
Juana Je ¡a CrWy, que fué impresa en la Par-
le xxii de Comedias cscOf:;idas (Madrid, An-
drés Garda de la Iglesia, i6ó5}. L)c esta obra,
qoe viene á ser un compendio de las de Tirso,
hay un manuscrito en la Biblioteca Nacional,
fechado en H'yFt^, 6 sea un año antes de ser im-
presa.
Don José Cañizares escribió también la titu-
lada El Prodigio de la Sagra: Sor Juana di-
ta Crtf.^, que, según Barrera, también se intitu-
tó; Santa Juana de la Cru\, Con éste y con el
de El Prodigio de la Sagra la cita aislada-
mente, como si fuesen comedias diferentes, el
ColÁlogo de Medel, y, por consiguiente, don
Vicente García de la Huerta. En la Biblioteca
Nacional hay un manuscrito de esta obra con
las licencias fechadas en 1724, y en la Munici-
pal, dos; uno con las aprobaciones de 1723 y
borrado el titulo equivoco de La gloria de Es-
paña en Cuba. Cuba era la aldea cerca de To-
ledo, donde estaba el convento en que profesó
la beata Juana.
Mor último: recordaremos que la vida de
éyxz virtuosa monja sirvió de materia á uno
de los di>s poemas de asunto devoto que com-
puso Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo. Se
titula el de que tratamos ahora: Los Triunfos
de la fítata Sóror Juana de la Cru,^. En verso
heroico. A Doña Policena Palavecino Fiesco...
Año É ti2i . En Madrid, Por la Viuda de Cos-
me Delgado; en 8.'
Consta de cuatro libros ú cantos y está todo
él (c«m<í el de la Virgen de Atocha, del mismo
Salas) en octavas reales.
76. Sanio y sastre.
Figura en la Parte ^i.*(i635) de la colección
T/íLUE/, y este texto hemos reproducido
Jiros al comienzo del presente tomo; pues
.comedia, con estar muy bien escrita y versi-
ida, no ha sido reimpresa, quizás á causa de
I ofrecer el mayor micros su argumento.
Al final puso Tirso esta nota epigramática:
Eila historia nos enseña
que para Dios iodo es fácil,
y que en el mundo es pasible
ser un hombre ianto y sastrn.
Sío Homobono, hijo de un mercader y sas-
tre Uc Crcmona, vivió A fines del siglo xt, mu-
C!«ndú, como describe Tihso, en la iglesia de
San Gil, el i3 de Noviembre de |<X)~ Fwí'i-a^
nonizado por Inocencio llf en 1 19S
Tirso pudo tomar el asunto de su cninedií
en cualquiera de las Vidas del Santo. Como de
costumbre, sigue con bástame fidelidad los su-
cesos históricos y sólo quizás suavi/a un pocu
el carácter de Dorotea, esposa del Santo, A
quien ella morlilicó oponiéndose i sus actos de
extrema virtud y especialmente de caridad y
desprendimiento.
La Serrana de Eicucia,
{ Véase Esto sí que es negociar.»
77. Siempre ayuda la verdad.
Hállase en la Parte ¿.'^(i63S) de la colección
especial de Tirso. Hartzenbusch la Incluyó
entre las comedias de D. Juan Ruiz de Alar-
cón (pág. 23ti)> aunque dudando que esie poeta
hubiese sido colaborador de Tíxi.KZ en la com-
posición de la obra. La hemos incluido en el
tomo I de nuestra colección págs. 207 y si-
guientes.
Pudiera creerse que hay alguna edición suel-
ta, pues el Catálogo de Medel la cita dos veces,
atribuyéndola unaá Ruiz de Alarcón y uiraá
Tirso, como si fuesen obras distintas, error
que, como de costumbre, repite Huerta.
En el encabezado de la comedia se dice: «Re-
presentóla Juan Jerónimo Valenciano, con que
entró en Sevilla.» Según las investigaciones
de [). José Sánchez Arjona (An. del teatro en
Sevilla, 247), el Valenciano no vino como autor
ó jefe de compañía á Sevilla hasta 1627. Sin
embargo, antes del Carnaval de i6a3 el her-
mano de Juan ferónimo (Juan Bautista, el <]ttc
mataron en la calle de Cantarranas al año si-
guiente), la habla ya representado en el Real
l'aiacin. [Averiguador, 1, 8.)
Esta comedia, que luego refundió D. Juan
de Matos Fragoso con el titulo de Ver y creer,
sin mejorarla, antes al contrario, parece obra
de dos plumas distintas, por la diferencia de
estilos, algimos desfallecimientos en los carac-
teres y este pasaje:
FIbt. Siempre ayuda la verdad.
D. Vasco. Con este titulo quiero
quedé lin nuestra comedia.
Blanca. Senado ilustre v discreto:
.si no ayudaren la»! obras,
<iy-ii«/t'nti»s los deseos.
Es sabido q ue en estos finales de nuestras an-J
liguas comedias hablaban siempre lus autores
catXlogo razonado
y no los aciorcs. Sin embargo, en el primero y
I en el lercer acto quedó mucho de Tirso.
La comedia de MaU)S Ver y creer se impnmiA
¡suelta y se incluyó en Autores expañoitx.
Sutilezas del Marqués del Camarin.
(Véase Amar por razAn de Rstado.)
Tan largo me lo Jiáis.
(Véase 61 Burlador de Sevilla.)
78. Tanto es lo de más como lo de
menos.
Figura esta comedia en la Parle i.* (1637)
[de la colección peculiar de Tirso, y ha servido
[deurigjnal para nuestra reproducción; tomo l,
nnas 1 18 y siguientes.
ío sab»emos que se haya reimpreso desde
entonces, aunque sí que fué refundida, como
[veremos luego.
Respecto de la fecha de su composición sólo
[nproximadamenie podemos conocerla; porque
[diciéndose en el encabezado de la comedia:
[«Representóla Juan Bautista» Valenciano, y
Jubicndo muerto éste en 1634, claro es que an-
ís se habrá escrito el drama. Por otra parte,
fen la escena vii del acto segundo, aludiendo al
[entrcmesisla Luis Quiñones de Benavente, se
[dice que, ai cabo de nueve ó dieü añas que ve-
Inia entreteniendo la corte, llevaba compuestos
lunos 3<x) entremeses. Consta que ya en 1609 es-
[cribia el divertido autor toledano: por consi-
Iguienie, la comedia de Tirso será de 16186
(1619.
Kn esta obra, portentosa y hasta hoy mal
[Apreciada, reunió Tkllez de manera admirable
líos dos temas ó parábolas de la Sagrada Kscri-
[tura. conocidas por la del Rico Epulón y ta del
[Hijo pródigo, trabándolas y enlazándolas por
[lan artístico modo que parece no formaron
[nunca más de una sola. Plsmalió y bordó lan
[dramático asunto con episodios y lances de
[todn género; profundamente morales, jocosos,
Ipicarescos, satíricos, tiernlsimos algunos, que
[hacen de esta comedía una de las mejores de
su autor y de las más excelentes de nuestro
heatro.
Fué refundida en el siglo xviii é impresa con
let titulo de Comedia famosa. La virtud con-
Isitte en medio. El Prodigo y Rico avariento.
|/)f un ingenio. En Valencia, viuda de Orga,
|j77a, 4.". 36 piigs. Hay otra impresión del
[mismo año: Kn Valencia, en la Imprenta de
Josepk y Thomas de Orga, calle de la Ct'u^
nueva...* también en 4.* y de 36 págs.
En esta refundición se procuró hacer resal-
tar el carácter alegórico de la pieza, discreta y
sulicientemente indicado en Tipso, quien.
como de costumbre, aun á las figuras más
abstractas les imprimía un sello de realismo
y de verdad humaha que constituye uno de
sus grandes méritos como creador de caracte-
res vivos, apenas disfrazados con los nombres
de una virtud ó un vicio.
Así el arreglo de que hablamos intervienen,
además de algunos de los personajes que TihSu
menciona. La Obediencia, dama; La Pobrera,
dama; La Castidad, dama; La Lascivia, dama;
La Ayaricia, galán; Floreta, gitana, graciola,
y ÜOH niños pastores. Fallan, en cambio, ÍJió-
doro. Dina, Nisiro, Torbisco, Laurela, Taida,
Simón y Nicandro; pero los versos de éstos los
pone á veces el autor en labios de las virtudes
y vicios que simbolizan los dichos en la come-,
dia de Tirso.
Pero tales son la fuerza dramática y alcance'
moral de la obra de Tki.ikz, que ni aun con
estas frialdades alegóricas pudo el autor des-
truirla, y 'anto, que años después, pasudo ya
ú mitigado algo el furor neoclásico, obtOTo
grande éxito, interpretada por Andrea Luna,
Bernardo Gil, Juan Carretero, Ralacl Pérez y
otros en el teatro del Principe.
Kntonces se imprimió de nuevo con el tituU
de Comedia nueva. La virttid consiste en medii
El Pródigo y rico abariento. De un infíenit
En Madrid, año de iHoo, imprenta de Kuij
4.", 30 págs.
Y redejo de la opinión común es cierto ci
rioso y raro folleto crítico que entonces s«l¡6l
luz con el tliulude .Apología de (acomedía tn-^
titulada: La virtud consiste en medio y pródigo
y rico avariento, representa la en el coliseo del
Principe por la compañía Jel Señor Franctsco_
Ramos en el próximo Carriaru/ de tSoo. E^
Madrid, en la ojicina de l>on fíenilo Garda
Compañía, 8.°, 36 págs.
La firma un Ramón Campillo, que debe
ser seudónimo. Knsalza dcbiil.imenlc el foüd(
y desarrollo de la comcdi.1, cuyo primitiva
autor ignora; tampoco menciona al refundidc
Para escrito en aquellos dias es curioso esU
pasaje: «Kxtraño mucho cómo sabiendo qu*"'
soy enemigo declarado de los poetas lánguidos,
insulsos c hip<xondríacos de nuestros dia.s, y
que nada me deleita en este género de poesía.,
cómica sino cuando leo á Lope, Calderón, M(
jKa me mataré' con mi padrt». ele.
lamente cada una de las dos historias
tiene gran eco en nuestro teatro.
Del Rico avariento cita Lope de Vega ana
jmedia suya, hoy no conocida, en el Rere-
en su pifiria, primera cdici<Sn (i6o3).
Del Dr. Mira de Amescua existen dos obras
>bre el mismo asunto; primero, una comedia
Iluladt: Vida y muerte de S. Ld\aro ú el Rico
tfariento, impresa en la Parte ix ()*'>37) de la
(ran colección de varios autores del siglo xvii
de la que también hay manuscrito, en parte
kutiigrato, en nuestra Biblioteca Nacional,
Is. i6.8o5), aunque con censura muy pos-
írior 0668); y segundo, el auto sacramental
*edro Telonario (h el Rico de Alcjandria),
!l que también hay antiguo manuscrito en la
lisma Biblioteca.
No mucho después el Dr. Felipe GoJInez
jinpuso otro auto titulado: El premio de la
íintosna y Rico de AlejandHa, que fué im-
preso en 1664 en la colección titulada: Navidad
Corpus Christi, festejados por ¡os mejores in-
^enios de España... Año 1664. En Madrid,
^^or Joseph Fernández de Buendia, en 4."
Y, por iJItimo, D. Francisco de Rojas Zorri-
la tiene asimismo un auto sacramental del
iico avariento, que quizás se habrá impreso
lucilo, porque le menciona el Catálogo de Me-
(1733). De esta obra existen dos manuscri-
muy diferentes entre si en la Biblioteca
"A (Mss. i5.i5o y iS.aóo), y como en
- da por autor á Rojas y amb(js son
|uos, no es fácil adivinar cuál de ellos le
itcA verdaderamente,
i Cira parábola evangél ica del Hijo pródigo
iene aún más copiosa historia en nuestro ica-
Fa uno de los autos de mediados del sírIu
T el número 4a), del gran cixlice de la
j .Nacional, reproducido modernamen-
te por el hispanista Mr. Leo Rouanet. (Paris,
1901,4 vols., 8.° — V. tomo it, pág. 294.)
Poco posterior debe de ser la Comedia Pró-
i$ga de Luis de Miranda, impreca en i554, y
tlcada sobre la italiana del Cecchi.OProt/ig'o,
•I portugués Juan López de Oliveira, corres-
'^ponde á 1S90, según una aprobación inquisito-
rial de 25 de Agosto (Barrera, 221 ).
En la Biblioteca Nacional se conserva un
^•uto sacramental del Lie. Kamón (el Maestro
*r. Alonvj Hemón, mercenario), que lleva el
lltulu de El hijo pródigo, y al ñn una nota
liciendoque el autor lo compuso en 1699.
iza sea anterior £,/ /n;o proji^^o. reprC'
tentación moral, de Lope de Vega, que ligura
en El Peregrino (i6fj3) y fué reimpreso en la
colección académica de las Obr.i\ ./<- Lope,
tomo n.
También corresponde á principios ■.id si»
glo xvu el auto sacramental del Maestro José
de Valdivielso, titulado El hijo pródigo, im-
preso en el lomo suyo comprensivo de Do:{e
actos sacramentales y dos comedias divinas,
Toledo, Juan Rui^, 1(522,4.*
E\ Sr. D. Amonio Rcstori cita una comedia
manuscrita, existente en la Bibliuiecii palatina
de Parma, que parece de la primera mitad del
siglo XVII, se dice obra de dos ingenios y lleva
el titulo de El hijo pródigo. Ks la misma que
otra de igual nombre, también manuscrita, de
nuestra Biblioteca .Nacional, aunque copia algo
posterior, y la misma que una impresa que po-
seo, titulada: Comedia famosa. El hijo pró-
digo. De tres ingenios. Madrid, Antonio
San\^, I y 85. Sic; pero hay un error de fecha
lo menos de treinta años. En 1786 hacia y,
muchos que el impresor Antonio Sanz habii
pasado de esta vida. Probablemente la verda-
dera fecha será 1755.
En la Biblioteca Municipal de esta corle h
otro manuscrito de esta misma comedia con
las censuras de «763 y que se atribuye á Cán-
cer, Matos y Moreío.
Don .Manuel Vidal y Salvador, autor de lines
del siglo xvti, compuso, según Barrera, on
auto sacramental titulado: El hijo prodigo;
que no sabemos si se ha impreso.
En el siglo siguiente se imprimió el hes-
engaño de la mundana felicidad, y coni>tísion
de un pecador simbolizado en la Parábola de
el Hijo pródigo. Oratorio sacro, que se cantó
en la Real Congregación del Oratorio de San
Felipe Neri de Valencia. Año 1732. Reducido
i consonancia Música por el Lie. Mos. Jo-
seph Pradas, Maestro de Capilla de la Metro-
politana Iglesia de la misma ciudad. Valencia,
Antonio Borda^ar, 8."
Don Antonio Bazo escribió también una co-
media en tres actos, titulada: El Pródigo.
Existe en la Biblioteca Municipal un manus-
crito de esta obra con la censura de 177a; pen
la composición debe de ser anterior.
El hijo pródigo se intitula un saínete de
siglo xv¡n y de igual modo una ópera en tres
actos, cuyo manuscrito, en 4,", sin autor ni
año, se conserva en la Biblioteca Municipal. El
hijo pródigo es denominado un oratorio en
ha
X!.
ires acios que cánCArOD, ¿H tí teatro de la Cruz,
losdias 33. a4 y a3 de Kncro de 1817, Loreto
(jarcia, Maria Ramos y Teresa l.aviña y Ber-
narJoGil, Alverá, Dionisio López y A. Segura.
(Véase Isidoro \íáique%, y el teatro de su /iVfM-
fX>. pág. Sot).)
De época mAs moderna recordamos El hijo
r/'hligo.de O. Pedro Antonio Alarcón (Ma-
rid, iHbj), y Perdonar nos mamia Dios. Drama
en tres actos y en verso por D. t^arciso Scrra.
Imitado del flijo pródigo de Alarcón. Kstrc-
nado en Diciembre de 1870. ( Madrid, 1870, 4.")
79. Todo es dar en una cosa.
Esta comedia, que forma la primera parle de
la iriiogia que se inliluló Hazañas de los Pi\a-
rros, fué impresa, primero, en la Parte 4,^
Íi63í>) de la colección especial de su autor, el
P. TfetLEZ,
Reimprimióla á principios del siglo xviit en
Madrid, D.* Teresa de Guzmán, titulándola
Todo ex dar en una cosa y hazañas de loa Pi-
porros. Primera parte; 43 págs. en 4." Pasó
luego i\ la colección de Onega (tomo iv de los
de TiHso: Madrid, 1834), y desde entonces no
ha vuelto á verse de molde, por lo cual la
lemos incluido en nuestra colección, tomo t,
liginas 5i8 y siguientes.
Sin alcanzar esta comedia el alto valor de
sus dos hermanas menores, especialmente por
haberse exagerado el carácter del protagonista.
Francisco Pizarro, tiene, con todo, un gran
número de bellezas parciales y circunstancias
y rasgos de sabor histórico intimo que hacen
muy deleitosa su lectura. V aun el mismo tipo
del héroe, desgarrado, temerario y medio loco,
tiene un fondo de verdad que se refleja allí
mejor que en las biografías, pues no de otra
suerte debían de ser aquellos hombres, ajenos
de t'»dr» instinto de conservación que acometie-
ron al otro lado de los mares tan'inauditas
empresas,
Lít fígura del gran conquistador del Perú ha
solido verse en nuestra escena. Sin profundi-
zar mucho en nuestra bibli>)grafla dramática,
hallo que Luis Vélcz de Guevara compuso
una comedia titulada Las glorias de los Pi\a'
tros o palabras de los reyes, que se imprimió
leltA, Kcgún Barrera. Medel la atribuye á don
Itian Ví'lez, hijo de Luis.
Interviene, como es sabido, en La Aurora
tn Copacavana, de O. Pedro Calderón de la
rea, ) sobre d mismo tema de esta comedia
calderoniana vcrs.i la que, manuscrita
moderna, existe en el Musco Británico ÍAdd
33.484), titulada Comedia nueva historial, Pi
\arro en Copacavatta y en sii India triunfanli
tCspaña, obra suscrita por un tal Peynad
poeta desconocido.
En la Biblioteca Nacional hay manuscrita
La Conquista del Pcn't, Comedia por D. Fren
cisco del Castillo, escrita, según parece, ci
'749 y otro códice más moderno, de Pí^arro
los Peruanos, dramii histórico de D. Félix Me
jía, autor dramático del pasado siglo xix. Y
la misma época, aunque algo posteriores, s
el Francisco Pi^arro, de Ferrer del Río, dram
histórico, estrenado en el teatro del Prlncipi
c] 4 de Mayo de 1861; Pi\arro ít la Conqutítt
del Perú, por D. Leandro Tomás Pastor (M
drid, 1871), y Pi\arro el Conquistador, árttaá
en tres actos, de Olivier.
Ko. La venganza de Tamar.
Publicó Tirso esta gran comedia en la Par
te j{.» de las suyas (Toriosa, 1Ó34)
No consta que la haya reimpreso D.' Terwi.
de Guzmán, pero si Harizcnbusch en el tomo
de su Teatro escogido de Fray Gabriel Title(
y luego entre las obras de Calderón, en la Bh
blioteca de .Autores españoles, lomo 11, pigí
ñas 401 y siguientes.
Va también en nuestra c»''"' • i'»n- fnnwi •
páginas 407 y siguientes.
Una refundicii'm deestacnnudi:i p.i
el Doctor Felipe (Jodinez, á cuyo n
publicó: La venganza de Tamar, F.r.
por Francisco de LecfJael, en la •
Correo Viejo; 4.", sin año (hacia 1730), 3a pé
ginas con el Entremés gracioso Jel Moroí;wiH
(de Benavente), que lleva al fin. Lo más im-
portante de esta refundición es el ñnal, donik
el poeta introdujo también la muerte del re-
belde Absalón, que ocurrió mucho después
la del primer hijo de David.
En la Biblioteca Nacional hay un mi
crito antiguo de otra refundición de
gedia, con el titulo de La fuerza di
que aunque calcado en la de Tirso, no $*
rresponde ctactamente con ella ni con !a
Godlnez.
Calderón, guiado tal vez por el arr
Godlnez, que juntó las muertes de !<» doS
del rey profeta, compuso Los cabellos de
Ifiti, en que también incluyó la histof:
Tamar y casi al pie de la letra el acta I
DEl. TEATRO DE TIRSO DK «<
"BLt.Ez, en el segundo de la suya,
iú un poco más de lugar a que se desarro-
la rebeldía y muerte del hijo más her-
de Divid.
I«a ventura coa el nombre.
trece por primera vez impresa en la
Parle xxw de la gran colección de Comedias
^ (Madrid, Andrés García de la Igle-
, 4.°); la undécima en el orden del
lumen y atribuida á Téllez, lo cual conñr-
los últimiis versos:
Si aplaudiendo tttt suceso,
dice que cumplió en su traza
La Ventura con el nombre
Tmso, y perdonáis sus faltas.
Est* comedia encierra un gran número de
lusioncs y rasgos biográficos que todavía no
pueden poner en claro.
S« reimprimió suelta sin lugar ni año, en4.'',
Hartzenbusch la incluyó en Aulores expa-
lo les,
Et Parecido, d< Moreio, tiene alguna scme-
tza con esta comedia.
JBa. Ventura te dé Dios, hijo.
La dio á luz Tirso en la Parle ?." (Toctosa,
1634 > t^* *u colección de comedias, en cuyo
>mo ocupa el sexto lugar.
Fué reimpresa por D.* Teresa de Guzmán
[Madrid, 1734, 40 págs. en 4.*) quien completó
Id titulo añadiéndole; *ijue el saber poco, le
bastii. Comedia famosa. Del Maestro Tirso de
Molina.* fisto parece halxT sido va la inten-
ción del nutor. pues al final de la comedia es-
Cribe
:Lfj qiio f>urile In vonturaí
— Sin<«;:'a H" ■ i\i:.¡ nada
Kln^rc, liBLiciida. armas ni letras;
pues es proverbio en España:
Ventura te dé Dios, hijo;
fUL' et saber poco, te basta.
Inciujóla Hartzenbusch en el tomo ni de su
teatro escogido de Fray Gabriel Télle\, pero
en 4M/ores íjipaño/cs; por cuyo motivo va
_oaestra colección, tomo i, pág. 375.
la Biblioteca Nacional hay un maniis-
I antiguo do esta obra con algunas enmien-
de mano de D. Francisco de Rojas Zorri-
i, vígón Paz y Melia {Catálogo, pág. 529),
cual hace presumir en aquel autor un pro-
^«ilo de refundición de la obra del P. Tí;i.lez.
Lo realizó, pero mucho más larde, D. Ramón
le Mesonero Romanos, en cinco actos, y fué
representada la tiu'.v;i c>jii¡i.ut;i en el teatro del
Principe en el mes de Diciembre de ifiad. De
esta obra hay un manuscrito original y auto*
graío, que tengo á la vista, propiedad de los hí^
jos del autor, y una copia anónima, con apro-
baciones de 1837, en la Biblioteca Municipal.
Parece haber lomado el mismo tema don
Ventura de la Vega para una de sus comedia*^
la titulada Fortuna te dé Dios, hi/o; si no ti
que el original pertenece á Scribe ó i algún
otro autor francés, de quien fué Vega cons-
tante traductor, aun sin declararlo, y hasta ne»
gándolo, como sucedió con Jugar con fuego
y Et Marqués de Carayaca.
m3. El Vergonzoso en Palacio.
Comedia impresa por ve/ primera en Los
Cigarrales de 7>j/e Jo (.Madrid, lOai).
Fué reimpresa, hacia 1733, en Madrid, por
D." Teresa de Guzmán, Madrid, s. a.. 4S pá-
ginas, en 4."
No tengo noticia de que se haya vuelto á re-
imprimir en el siglo xviii; pero entrado ya
el xix se repitieron las ediciones sueli.ns. Te-
nemos á la vista una de Cádi\: En la im-
prenta de D. A. Murguia, 181 1; en 4.° y 3a
páginas, y otra que lleva el siguiente titulo in-
dicativo de algún esmero en la edición; El
Vcrgomiosn en Palacio, comedía del Maestro
Tirso de Molina. Representada varias veces en
el Teatro de la Cru!{, y reimpresa conforme d
la edición original del mismo autor tjue se ha-
lla en su^obra intitulada: Los (Iigakpíii.ks dk
Toledo, Madrid, Imprenta que fué de Fuente-
nebro, iHiy. 4.", ^ñ págs.
Después entrojen las colecciones de Ortega
(tomo I de Tirso, Madrid, 1826); Teatro eso
gido de Fr. Gabriel Télle\, tomo x, y Auion
españoles. Últimamente se ha reimpreso
Valencia, Terraza y .Aliena, i883, en 8.**
En la Biblioteca Nacional existe el manus-
crito de una refundición moderna, firmada por
un Juan Martínez, que no sabemos si será el
autor. Refundióla también, después, en í875,el
actor D. Calixto Boldún, y fué representada é
impresa en el mismo año.
Esta célebre comedia es de las más antiguas
de Tirso; el mismo lo asegura al imprimirla
en I AIS Cigarrales, diciendo que había sido
«celebrada con general aplauso diez años ha-
bía, no sólo entre los teatros de Kspañ."», pero
en los más célebres de Italia y de entrambas
Indias, con alabanzas de su autor, pues merc-
ga
I
ció que uno de los mayores potentados de Cas-
tilla honrase sus musas y ennobleciese esta
facultad con hacer la persona del Vergonzoso.*
Si esto se escribía, como parece, hacia ifiío
6 1620, el Vergonv^so sería de iiJio; y enton-
ces aquella defensa tan vigorosa del teatro bajo
su aspecto moral, que en la comedia hace, se-
ria contestación al libro, recién publicado, del
P. Mariana, titulado De speclaculis (Colonia,
1609), y que es una virulenta diatriba C'jntra
la escena.
La respuesta de Tmso es muy curiosa:
D." JUfcMA. A mí más yustn me diera
que te holgaras de otros modos
V no con representar.
D* StKAFiWi, No me podrás tú pintar,
para lo» sentidos lodos
los deleites cjU'.- iiaj- diversos,
como en U LoinedU.
p.* JtiANA. Calla.
().* SKiAfiN*. «Qué fiesta ó juego se liatLi
que no le ofrezcan los versos?
En la Comedia, los ojos,
.¡no se deleitan y ven
mil cosas que hacen que eMen
olvidados sus enojn»;?
I.a música, ¿no recrea
el oido, y el discreto
no gusta allí del conecto
y la tra/a que desea?
l'ara el altí}.',rL', ¿no há\ risa?
Para el triste, ¿no liay trisli'za?
¿PdfA el a(;udo. agudeza?
Alli el necio, ¿no se avisa?
til ipnorante, ¿no sabe?
¿No h«y guerra p.ifíi el valiente,
consejos para el prudente
* V autoridad para c! grave?
Moros hay si quieres moros;
si apetecen tus deseos
torneos, le hacen torneos;
si toros, correrán toros.
¿(Quieres ver los epítetos
que de lo Comedia he hallado?
De la vida es un traslado;
sustento de los discretos;
dama del entendimiento;
de los sentidos banquete;
de los guatos ramillete;
esfera del pensamiento;
olvido de los agravios,
maniar de diversos precios
que mata de hambre i los necios
Í satisface á los sabios. —
lira lo que quieres ser
de aquestos dos bandos.
(Acto sef;iindo, escena XtV.j
84. La vida de Herodes.
Impresa en la Parte 5.*(ió36)dc la colección
especial de Tirso. Desde entonces no tene-
mos noticia de que haya vuelto á estamparse.
Sin embargo, como en el Caláloffo de Medel
^(1733) se cita una Vida y muerte de ¡lerodes,
leí .Maestuo I'irso de Molina, posible es que
haya sido reimpresa suelta alguna vez; por
más que, como hemos dicho, el hallarse una
obra en dicho Catálogo y atirmarsc al princi-
pio del mismo que «liste índice y todas lascí
medias que se comprenden en él se hallarán ea
casa de los herederos de Francisco .Medel del
Castillo, frente á las Gradas de S. Felipe e)
Real», no es indicio seguro de que la ob
haya sido impresa. Esta preocupación hizo i
currir á Barrera en muchos errores, dando por
estampadas obras que aán permanecen inédi-
tas. El Caláloffo de Huerta no tiene valor al»
guno, pues es una simple copia del de Medel
vari.<ida la ortografía en algunos títulos.
De todas suertes, la Vida de Herodes es co-
media rarísima. Va en nuestra colección to*
mo II, pág. 173. Ybien merece ser re impresa, ev
pecialmentc por sus dos primeros actos, eri
que hay tesoros de poesía, lances y aventuras
interesantes; el tercero tiene menos valor, si
bien la pasión celosa del héroe está muy bien
tratada. Calderón tuvo presente esta parte f
otras de la obra de Téllez.
El asunto de los amores de Herodes no
cordamos que haya sido llevado á nuestrúi'
teatro más que en las obras que luego cnume
Taremos. Pero la persona del Tetrarca figun
en la primera obra dramática castellana de qui
tenemos noticia; esto es, en la Reprt.'sentaciChi
de los Reyes Magos, obra del siglo xn. De Ia
segunda parte de esta obra, que comprenderla
la Degotlación de los hiucenles, aunque no hay
te.xto, si existe memoria deque se representa
en gran número de iglesias y palacios en U
Edad .Media.
Viniendo ya á la genuina comedia españula,
conocemos los siguientes:
Kn una curiosa Loa sacramental de Lope d
Vega formada con títulos de comedias, prind
pálmente de las suyas, se cita una que tendri
por asunto la vida del Ascalonita, en estos iér<
minos:
La inocench perseguida,
á costa de mil cabe^«5,
hixo Herodes. que de nácar
tiñó las rubias arenas.
Después viene la grandiosa comedia de
Pedro Calderón titulada íil mayor »iiun$(rua
láscelos, escrita antes de i635, porque aparee
ya citada en la Loa de que hemos hablada
antes.
Aunque no se iniprimio hasta i663 la de //<
rodes Ascalonita y la hermosa Mariana de dú(
Cristóbal Lozano Montesino, estaba escñi
ISO DE MOLtNA
¡; pues el libro en que tigura^ las
de ta vida, aparece Ta aprobado por
y con licencia del Ordinariu para im-
[cn 1ÓS8, si bien su autnr no s;icó pri-
iSU el 8 de Junio de K.ióa. Desde esta
jción de las Soledades, que contie-
boQÍus novelas, aunque á Moratin
hariu inocentes, desaparecieron,
edia de Herodea como la de El Ka-
iie dia y el auto de Los Pastores Je
e también formaban parte del libro.
•imera se imprimió suelta algunas veces
XVIII, y á la vista tengo una que dice:
famosa. ííerodes Ascalonita,Y la her-
tana. De D, Gaspar Lozano Síonte-
^eacia. Hermanos Orga, 1793, 4.",
tr D. Gaspar era sobrino de D. Cris-
su nombre publicó »Jstc las Soleda-
«I mismo sobrino, en el f'rñlogo de
nes sucesivas, declaró Ij verdadera
de las obras allí contenidas,
puéx de mediar el siglo xviii com-
¡scribano madrileño y poeta dramático
flingo María Ripoll una tragedia lilu-
irano de Judea y bárbaro Ascatouita,
cíos, de la que existe un inanuscriio,
iginal, en la Biblioteca Nacional de
. Y en ta Municipal otro con el mis-
de una Comedia en tres actos, con la
para su representación fechada en Ma-
de Diciembre de 1794 y suscrita por
D. Santos Diez González.
,a Villana de la Sagra.
a en la ^^arte 5.» (Tortosa, 1634) de
iúo de comedias de TihSo.
Ipbs del siglo xvtii repitió la ¡mpre-
"eresa de (¡uzmán, titulándola Co-
n fama . La Villana de la Sagra, Del
Tirsn de Molina; 4.", i3 hs. sin nu-
iálJase además en el tomo 1 del Teatro
de Fray Gabriel Télle\ y en Autores
estra Biblioteca Nacional existe ma-
uaa refundición en cuatro actos, con
de La Villana de la Sagra ó fmi^idu
'O. En la portada lleva las iniciales: «De
9, que quizá correspondan á su autor.
! que el primitivo titulo que Tirso
mer ¿ su comedia fue el que arrojan
IOS versos:
Si es ansí, fenezca ahora
La discreta labradora,
tíU* no rl servir tal cenado.
Ksta comedia es tambiéti de las mis anti-
guas de TéLLEZ, como se ve por la relación
de D.* Inés en la escena IX del acto segund-
an VdIUdolid, la ricj,
nací. Y cti brazos dei Atna
manit? deídichas por leche:
jqué mucho ten^a desfíiaciax?
raltuinc el padre y la madre
en mi niñez, y e^ia falla
fu¿ oc.ixión de mucha» sobran
de nj¡ iuvcniud liviana.
Mudase la corte insigne
desde Ma.iriJ 4 mi patria. ..
AIK conocí A lí^n Pedro,
esc que quemn en lus ara«
su cora/on pf^r «romas
V en tu belle/a idolatra.
Vióme tina • ■■ • ^--1 !- .!
Palabra iiie
mas olvidi'j ; .1
VtéJptuse J Muiii'ia l¡t cuiU;
supe que en Titrdn estaba..
Scguile en 1 ne
cncubieiKi 'M...
Entré, sin i^.. , .. .^:ese
ser yo aquella Líoña Ju.in,*
que eii^ñn en Vjlladolid,
i>or paie huimldc en su cosa,
Il<r s.ibido q(ie te adora...
;fjuáidale, ' ■ t ' ;'i .
del h>bo, qi
en corder" ;
con mil en^afiob haU>{a!
Trátase, pues, de sucesos que ocurrían á
poco de la vuelta á Madrid de la corte, ocu-
rrida á principios de 1606, y de esta fecha debe
de ser La Villana de la Saara.
811. La villana de Vallecas.
.Se imprimió en la Parte /,' íifiay) de Ia«
comedias del autor. No consta, aunque parezca
extraño, que la haya reimpreso 1).' 1>resa de
Guznián, ni tampoco la recogieron lus prime-
ros coleccionistas de obras de T¿u EZ on c\
siglo XIX.
Ilartzenbusch es quien la reprodujo, pri-
mero en el tomo vi de su Teatro escogido Je
Fr. Gabriel Télle^ y más tarde en Autores
españoles. Hay alguna otra impresión poste-
rior como las de tas colecciones citadas al
principio de este Catálogo, y otra hecha en
Valencia en tS83 (Terraza y Aliena, en 8.").
De las relundicíones, la más antigua y fa-
mosa es La ocasión hace al ladrón, de D. .\gus-
lín Morete, impresa en ta Verdadera Tercera
parte de sus comedias (Madrid, 1676).
Túvola también presente D. Jerónimo Ba-
rrionuevo y Peralta en su Laberinto de amor
y Panadera de Madrid, comedia que se halla
manuscrita en nuestra Biblioteca Nacional, j
XLIV
CATÁLOGO RAZONADO
corresponde á la tercera decena del mencio-
nado siglo XVII.
En 1819 hizo D. Dionisio Solis una nueva
refundición de la comedia de Téllez en cinco
actos, que se representó mucho en los teatros
de entonces. Existen manuscritos de ella en las
Bibliotecas Nacional y Municipal. El de esta
última lleva la fecha de iSaS.
Yo tengo otro de la época, pues perteneció
al tercer apunte del teatro de la Cruz, Andrés
López, quien puso esta nota: «Esta comedia
duró ocho días y dio Sg.SaS reales.»
Efectivamente: se estrenó en el teatro de la
Cruz el 3 de Noviembre de 1819 y siguiólos
días 3 á 9 inclusive; volviendo aún á ponerse
en escena los días 14 y 1 5 del propio mes.
Hicieron los principales papeles Manuela
Carmona y Antera Baus, Bernardo Gil, José
Gal indo, Vicente Fernández, José Diez y el
gracioso Cubas. Con la comedia se puso en
escena el saínete de D. Ramón de la Cruz La
maja resuelta.
La refundición de Solís fué impresa con
muchas erratas, sin su nombre, y con el titulo
de La Villana de Vallecas, comedia en cinco
actos. Del Maestro Tirso de Molina, Barce-
lona, por Juan Francisco Piferrer, 1830,
4.», 36 págs.
Es muy probable que Tirso tomase el s
mentó de su obra de la comedia de Cervi
La entretenida, impresa con otras del m
autor en i6i5; porque hay mucho par
entre ambas; sobre todo en cuanto al p
naje que usurpa el nombre y condición d<
y trata de casarse con su prometida, vive
casa como pariente, etc.
La Villana de Vallecas se escribió en
como demuestra la relación de la enfern
de Felipe III en la escena VI del primer a
la carta que hay más adelante (escena X
chada á 25 de Marzo de 1630.
La Virtud consiste en medio.
(Véase Tanto es lo demás como 1<
menos) (t).
(O A última hora he visto que en el Catato
piezas dramáticas manuscritas (Je la Biblioteca N
nal se cita (núm. qKS) la misma comedia de l.as I
ñas del Ct<í, falsamente atribuida á Lope de Ve
la impresión de Lisboa, Pedro Crasbeeck, 1603. I>
que vio este rarísimo tomo, lo hizo copiar; y i jt
por la rápida ojeada que hemos podido darle, n
parecido la fuente ú original de donde salió la r
dición de 1). Fernando de Zarate.
OBRAS FALSAMl'NTE ATRlIiUfUAS A TIRSO DE MOLINA
í
\m<tnlejí y celosos, todos son locos.
tl.^ '■ ' ■' :« Nacional hay un nianuscri-
ri.1 de una ciiini-dwi de este ti-
iÜH á Tii'So, aunque quiere ser re-
luesal ñn, dice:
D«l gran Tin&o la memoria.
tUM ohra es la misma que la que en
de dicha Riblioieca se atri-
^'ega y se dice refundida por
lisio Solis, con ligeras variantes. Ni
Ú Tc*so tienen comedia de semejante ti
de m<xlü que no es fácil saber deque
!a.
; ocas pendo desengaños loco. Comc'
i'Jíij auca ocios por Fr. Gabriet Télle\.
..I I.. <r^.p u^ manuscrito de la Biblioteca
pero se trata de una refundición de
de Monlaibán.
ice que van %\ final de la
irle de ias comedias de T¿lle2. KI
.;...ij, es de Qucvedo; los cuatro que
i Ias cuatro partes de Los Alcaldes eth
.ibacho. Los Cfxhes y La mal-
l.uis guiñones de Bcnavcnlc,
mismo tos uirus cuatro que no hc-
' idenliñcar.
;<Jn de Jllescas ó el rey Don Pedro
I!n mnmi^crito moderno que poseyó Hart-
nla esta obra á Tihso, y por
- -n la colección de éste en Au-
' spañoles. )*eru en los antiguos imprc-
yj:. ,c adjudica á Lope de Vega, de quien es.
sc^iún ha dcinoslrado el Sr. Men^ndex y Pc-
layo. al incluir esta grande nbra en la Colec-
ción académica de las de Lupe.
Lo que son mugcrc^. Comedia en cinco actos,
en verso. Del Maextro Tirso de Molina. Re-
fundida, ¡iarcelona. Nofiembre, i 830. l-'n la
njicina de D. Juan Francisco Piferrer, 8.", ijG
páginas.
Es la comedía de igual titulo, de 1). Fran-
cisco de Rojas, refundida por D. Manuel
Eduardo Gorostiza, é impresa con su verda-
dero nombre (París, iNsH, lO.^ Apéndice al
Teatro escogidü, de Gorosiiza, tomo n).
J^a locura por la honra (.\uto sacramental).
Del Sfaesíro Tirso de Molina. Asi en el Cata
lO(io de Mcdcl, y, por consiguiente, en el de
Muerta,
Indudablemente lo debieron de confundir
con el de Lope (impreso últimamente en el
tomo 11 de las Obras de Lope, edición de la
Academia Española), ó con el del Maestro Val-
diviclso, pues Medel no cita ni uno ni otro y
Huerta solo La locura (sicj de Valdivielso. Ba-
rrera siguió á Huerta. Pero en la Biblioteca
Nacional hay un manuscrito del auto de este
poeta, con fecha no menos que de líioa, época
en que aún Téllez no parece hubiese comen-
zado á escribir para el teatro.
El mejor desengaño. Del Maestro Tirso de
Molina.
Asi en el Catálogo de Medel y en Huer-
ta. Probablemente será confusión con I-'l
mayor desengaño, aunque Medel también cil4
esta obra.
XLVI
CATÁLOGO RAZONADO
El milagro por los celos.
Atribuida en el manuscrito de la Biblioteca
Nacional. Es, como hemos dicho, la comedia
de Lope de Vega.
Vida y muerte de Hércules. Del M, Tirso
de Molina. Catálogos de Medel y Huerta, aun-
que citan también la Vida y muerte de Hero'
des, con la que la habrán confundido.
La villana de la Sangre. De Molina. (Catá-
logo de Huerta).
Sin embargo, cita también La villana de la
Sagra, como si fuese obra diferente.
Nota. Como no han podido salvarse á tiempo al-
gunas erratas cometidas en el Prólogo del tomo i, lo
haremos ahora:
Pág, XXV, nota (i), linea 3.*, dice: «1623»; debe ieen»ij
«163 I».
Pág. XXXI, lineas 18 y 19. Por error de ajuste se di>i
vidió la palabra «gentilhombre» al principio de ü-
chos renglones por haberse caido la primera mitad 4c.
ella.
Pág. XXXIV. nota, columna 3.% linea 8.*, dice: «zag^
lera»; léase «zagaleja».
Pág. LXii, linea 16: «puedrá»; léase «podrá».
Pág. Lxiv, linea 21: «mudania»; léase «privansa».
Pág. Lxxii, línea 17: «(2)»; léase «(i>».
Pag. Lxxiii, linea 9.': <cl clima»; léase «y en ei cu-
ma».
Pág. Lxxv, línea 25: «Velaude»; léase «Velaunde*b
Pág. Lxvv, nota, columna 2.*, linca 11: «VelaiufB;
léase «iVelaunde*.
Pág. Lxxx, linea 11: «tal obra»; léase «tal cu-
presa».
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA
to:sj:o ii
^^^^^^ COMEDIA FAMOSA ^^^^H
FsAN ro Y
SASIRH ■
^^^B PERSONAS QUE HABLAN ^^H
^^^^H Homo Bono,
Dos Criados. ^^^^H
^^^^^H Dorotea, dama.
^^^^1
^^^^^H Pendón, gracioso.
Sabina, dama. ^^H
^^^^H
Esperanza, criada. ^^^^|
^^^^^H
^^^^1
^^^^^H Letto, caballero.
ÜN ÁNOEL Y l)N MÚSICO. ^^^k
M ACTO PRIMERO
DoROT. ¿Tantos traes? ^^^H
PENt>ói<. Te espantarás, ^^^^H
ahora empiezo, no trae más ^^^^H
una andadera de monjas. ^^^^H
^H ESCENA PRIMERA
Digo que éste es lisonjero ^^^^H
^^^F Salen Dorotka y Pbndóm.
porque su dueño poetiza, ^^^^H
4por nodecir MOngoríza); ^^^^H
Hodot. ^Tantos me pretenden?
y es destos que al mes de Enero ^^^^H
HtNDúN. Tantos;
llaman padre del candor: ^^^H
■ que para tantos de juego
al sol, monarca diurno; ^^^^|
H aun sobran. Mira este pliego
cerúleo al cielo, y coturno ^^^^|
■ lleno de quejas y llantos.
al Alba del esplendor. ^^^^1
^^^_ fVa sacando pápete» cerradus dtl seno y
DoROT. ¡Jesús! perdone este hidalgo ^^^H
^^^H faltriqueras. ^
si del modo que escribe, ama. ^^|
^^V Mira luego este papel
PENtKiN. Fiscal cuadrúpedo llama ^^^H
de las liebres (éste) al galgo: ^^^H
de un galán almibarado
que segijn viene enmelado
nieto at amor, de la espuma; ^^^^B
debe de ser moscatel.
alcatifas de tabi ^^^H
Repara en este billete
á los prados, y á un neblí ^^^H
que un Licenciado me dio,
llamó estafeta de pluma. ^^^H
tan culto, que me llamó
DoROT. X^ué necio modo de hablar! ^^^H
Pendón. Estos se llaman poetas ^^^^H
Mercurio, por alcahuete.
Este me dio un capitán
con cascara, no los metas ^^^^H
con más plumas que un virote.
en la boca, sin quebrar ^^^M
que acicalando un bigote
sus versos con un martillo; ^^|
hissopo de un sacristán.
que si á gustarlos te pones. ^^1
muerto porque hoy no le ha visto,
por ser poetas piñones ^^H
^B me dijo: «Dile á mi ingrata
IP han de quebrar un colmillo: ^^^H
^^B que dando vida, me mala
ya gasté los que traía ^^^H
^^H con su ausencia, ¡voto á Cristo!»
en las ^^^^|
^^H Este es todo de lisonjas.
DoROT. ^Pues hay más? ^^^^|
^^^ COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA —TOMO
B
^^^^^^^^^^F y
'^^^^^^^^^^^^^^H
H Pendón.
Aguárdate y lo verás.
Fuélo mi padre, en efcto. ^|
^^B
Cada faltriquera mía
Por otra parte me inclino ^|
^^H
viene á ser una estafeta.
á Grimaldo. y le imagino, ^H
^^^^HL
Este me dio un boticario
como estudiante, discreto, ^H
^^^^^H
qüc su amor en clctuario
y que una vez graduado ^B
^^^^^H
te explica como en receta;
en las Leyes que profesa ^^
^^^^^^H
lodos estos son diversos
su facultad ínlercsa ^|
^^^^^^B
en estilos y en autores;
honra y provecho; hame dado ^1
antojo, SI se despacha.
^^^^^B
unos te escriben doctores
^^^^^^B
en aforismos y en versos;
bien su pretensión agora.
^^^^^^K
otros escribanos (suma
de que me llamen Oidora
^^^^^K
sus rasgos, y «sepan cuántos»)
y me adorne una garnacha. ^^j
Pfndón. De eso no me maravillo; ^B
^^^^^^K
y admirada que haya tantos
^^^^^^V
llámalos gatos con pluma.
ni hay gente como Letrados ^^
^^^^^H
Si en intereses reparas
que en Digestos opilados ^M
^^^^^^p
billetes hay mercantiles
hallan textos de tornillo. ^M
^^^HP^
destos, que como alguaciles
Mas sí te casas con él ^M
^^^^^■.
venden engaños á varas.
y viniere á ser Oidor ^M
^^^^^H
En estotra faltriquera
será conduelo mayor ^M
^^^^^f
te traigo otra letanía,
morirte primero que él; ^M
^^^^^^ '
gente es de menos cuantía,
porque si viuda te advierto, H
^^^H
darélos juntos; espera.
y antes de serlo adorada, H
^^^ DOBOT.
Acaba ya.
no hay cosa más desdichada \
K Pendón.
Acabeo ellos.
que la mujer de Oidor muerto.
^^^K
Este conozco: es de un paje
DoBOT. Acaba con disparates,
^^^H .
que sirve á un gran personaje;
trae guedejados cibellos,
y advierte que destos dos
^^^B
al uno, estando de Dios, ^ü
^^^B
habla tiple, damo pisa,
tengo de elegir. ^M
^^^^^^_
viste alzacuello y valona,
Pendón. Quilates ^^
^^^^^t
tañe y canta la capona,
tiene cada cual que obligan,
^^^^^^B
>ero no tiene camisa.
Jn barbero, gran lanceta
V si va á decir verdad, ^
Lelio es todo voluntad ^M
^^^^^r
^^^^^^B
pide, que alivies sus llamas,
pero deudas le fatigan. - ^M
Grimaldo es un licenciado ^B
^^^^^1
sabe jugar á las damas
^^^^^H
y come seis de una treta;
tan cercano de la toga ^M
^^^^^H
esotros son á esta traza.
que imagina ser, si aboga, ^|
^^^^^B
que muertos por tu hermosura
de las bolsas abogado; ^M
^^^^^^f
hacen (utti li figura;
tienes tantos pretensores H
^^^^^M
dellos te desembaraza.
que cada cual me empapela V
^^^^^M
y pues te intentas casar.
como á muchacho de escuela "
^^^^HV
escoge uno; que cansado
que va á vender cobertores; j.
^^^r
según vengo, empapelado
pero entre todos no estaba ^H
^^^P
me pueden poner á asar.
descuidado de su queja, ^M
^^^ DOROT.
No es nuevo en ti ser burlón;
que allá en Castilla la Vieja ^M
H
siempre vienes con quimeras
un rincón se me olvidaba. ^M
^^^1
bufonas: habla de veras
'Saca otro paptl d* la toquilla 4et «m|
^^^^r
si quiera esta vez. Pendón.
brero.)
^^^L^
Hija soy de un mercader
Este es de Lelio. que espera
^^^^^H
sin padres, y con hacienda;
tu amor por lo generoso.
^^^^B
que para que la defienda
el cual de puro curioso ^J
^^^^^B
de engaños, he menester
le escribió con bigotera. ^M
^^^^^Bl
marido que la acreciente
Estotro el jurisperito ^|
^^^^^^H
y ponga en orden mi casa;
le sacó de un borrador.
^^^^^B
ia prudencia es quien me casa.
{Saca otro de entre lAcalfM,
^^^^^^H
no el amor, que es accidente
que si piensa ser Oidor,
^^^^^H
que raras veces acierta;
y en párrafos le le ha escrito.
^^^^HF
pretenden dos este estado
le trasladó para darte
^^^^^^^
y desvela mi cuidado
el alma, que en él se enciende,
^^^^^ft
el verlos rondar mi puerta.
y como ser juez pretende
dirá: «traslado á la parto .
^^^^^H'
Lelio muestra voluntad
^^^^^B
cuando no á mi, á mi dinero;
DoROT. De esos dos hemos de ver ^M
^^^^B
es pobre y es caballero,
cual, en fe de su eficacia, ^H
^^^^^K
puede darme calidad.
viene hallar en mí más gracia, ^i
Pendón. Y de estotros, ¿qué he de hacer.*
^^^^B
y no de mi esfera salgo
^^^^^^L
cuando sea su mujer.
DoROT. Quemarlos. *j
^^^^^H
pucSf en fin, el mercader
Pendón. Cruel estás; H|
■
está en vísperas de hidalgo.
rásgalos, que si te ofendea ^M
^^^" cara á cara le pretenden.
y pudiera en tu decoro ^^1
V el castigo es cara atrás.
escribirte con ese oro, ^^M
^^OPOT. tsia noche las doncellas.
Dorotea, doróte. ^^H
^m que es víspera de San Juan.
DoROi. Yo no pretendo á mi amante ^H
^t^ SI deseosas están
rico, mas sabio y con seso. ^^H
^^H de casarse...
Pendó.n. Bien comeremos con eso. ^^H
HWInftN. Lasmásdellas
DoHOT. Escucha y calla. ^^^H
cojean de aqucse pie.
Pendót<. Adelante. ^^H
DoitOT. Con el aliar que acostumbran
DoROT. (¿«e.; «Si me permiten los Cielos ^^M
^K enraman, pulen y alumbran;
que te ten^a por señora ^^M
^^^ tienen en el samó fe;
daréte, en fe que te adora ^^H
^^^L y cuando hacen la oración,
el alma...» V
^^^H que en tales casos dispuso
(Dice Uno de dentro como ^uf paga por M
^^^H la superstición ó el uso,
la calle.) ^^M
^^^H con Silencio y devoción,
Uno. r.Orn(ro.) Palos y celos. ^^M
^^^H procuran conjeturar
DoROT. ¡Jesús, qué agüero tan malo! ^^M
^^^H de lo que escuchan primero
Pendón. ECl bellacón que pasó, ^^|
^^^H en la calle al pasajero
por Dios, que le recetó ^^M
^^^H si se tienen de casar
sin tener bub^is el palo. ^^M
^^^m ó no; si será <.'l marido
,; Palitos? ¡puto .Miguel, ^^^
^^^H hombre apacible ó molesto;
valdate dése manjar! ^^|
^^^H si se verán viudas presto.
bien le puedes descartar. ^^H
^^^H> si es noble ó si mal nacido,
¿Celos y palos? papel ^^H
^^^H y otras cosas deste talle.
sois vos pronoslicadur ^^|
^^^H que yo juzgo por locura,
de pesadas aventuras. ^^M
^^^H pues coligen su ventura
DoRoi .\nda, que no hay conjeturas ^^M
^^^H de lo que va por la calle:
que puedan darme temor ^^|
de lo que se dice acaso. ^^M
^^^V yo no tengo de tentar
^ al cielo desta manera.
(Lee.) «Si te desposas conmigo ^^H
^■>SKDÓN. Tienes poco de hechicera.
á que te envidien me obligo ^^M
DoROT. Con aquél me he de casar
en Cremona á cada paso '^^M
1 que con mayor agudeza
las damas de más estima. ^^|
^ me escribiere su papel
Visitaránie señoras, ^^H
^B de los dos.
patricias, gobernadoras, ^^M
^■Pendón. Pon le el laurel.
á quien la nobleza anima; ^^H
^M mas no sobre la cabeza;
lograrás tu juventud ^^H
^B que aunque victoria señala
con galas que arrastrarás, - ^^H
^f y fué blasón excelente.
y en desposándole irás . .^^H
' cosa de rama en la fren le.
en el mejor...» ^^|
aun en profecía es mala.
Uno. \Dentro.) Alaud. ^^^1
DonoT. jQué necio estás!
DOROT. ¡Jesíis mil veces! '^^H
PiHDÓN. Ya lo veo;
PbNOÓN. Marido -^^|
mas digolo por si acaso,
de réquiem, por Dios, es éste: ^^M
mientras estotros abraso.
dálc, señora, á tapeste. ^^M
Este es de Lelio.
DoROT. Algún burlón atrevido ^^M
OOíOT. IvStO leo. (Papel.)
que está oyendo lo que leo, ,^^H
(Ltt) «Mi amor, bella Dorotea,
celoso procura ansí ^^H
^H que niño empieza á escribir
turbarme; jamás creí ^^H
^H y sin verte ha de morir.
supersticiones, ni creo ^^M
^m aunque escribe, deletrea:
que adivinen mi desastre. ^^H
^H y en tu nombre afírmaré
^^^H
^B que, aunque á Dorotea va.
Pendón. ^*7^- ^^|
DOROT. (¿er.) «En mi poder ^^M
^B le quito la postrera a,
^B porque diga A doróte.»
dueña de casa has de ser .J^^H
^B^tNDÓN. Jugó sutil del vocablo;
y tu esposo humilde.» ^^H
^H porque, á falta de dinero,
Uno. (Dentro.) Un sastre. ^^M
^H juega todo caballero
DoROT. ¿Sastre dijo? no leo más. ^^M
^^ equívocos; ¡dale al diablol
Pendón. ¿Sastre el dueño y vu pendón? ^^
DoROT. ¿Pues no es el concelo agudo?
(RdtgaU.y j
Hvoóji. Como una alesna ó punzón.
vendrá la circuncisión ^tfl
Buena estuvo la invención
de la ropa y medrarás; ^^H
del adórale desnudo!
mas el pronóstico llevo. "^^f
Mas si enviara un bolsillo
De seis sastres me contaban ^^H
de doblones brilladores.
que solamente cenaban "^^f
que con dos caras traidores
entre lodos seis un huevo ^^M
traen el semblante amarillo,
y que cada cual metía ^^H
tú le amaras, yo lo se:
su aguj a en vez de cuchar; ^^|
■p
HI
^^^^1
H
gentil talle de engordar.
jno oiste lo que á la reja ^^B
dijeron? ^H
^1
blando el huevo y la agua fria.
H DOROT.
No debe de estar de Dios
DOROT.
^M
H
que Leiio mi esposo sea:
Pendón.
¿Pues podrá ^^fl
^H
venga esotro.
cumplirse? ¡buen desvario! ^B
■ Pbndón.
Dorotea,
Vuelve en li. pierde el espanto.
^^^^
tripúlalos á los dos;
DOKOT.
¿Pues por qué no?
^^^^L
no le cases por ogaño,
Penoón.
¿Sastre y Santo?
^^^^^^
pues agüeros socarrones,
¿blanco y negro? ¿fuego y frió?
Los sastres sirven 'de lastre
^^^^^^^^
entre agujas y punzones
^^^^^^H
le anuncian hurtos de paños;
hacia las bombas oscuras;
^^^^^^^B
mira que te han de agarrar
careado de sisaduras ^M
ma podrá volar un sastre. ^H
^^^^^^V
cuando la muerte te arrastre,
^^^^^^^
como el ánima del sastre
Incasable has de pasar; ^H
^B
suelea ios diablos llevar.
porque decir que has de ser ^H
H DOROT.
La pobreza del que escribe
de un Sastre Santo, mujer. ^H
^^
el roto papel, es tal,
es lo mismo, que afirmar ^H
^^^H
que si gasta su caudal
que el conseguir tú marido.
^^^^l
y lo que en dote recibe,
vendrá á ser dificii tanto
^^^H
podrá ser que después venga
a ser sastre, por tener
como hallar un Sastre Santo,
^^^B.
que desde Adán no le ha habido.
^^^^*^
en qué ganar de comer.
^V Pendón.
Pues dile «Dios le mantenga.»
^^^^
Pero, siendo caballero
ESCENA II
^B
jha de admitir tal desastre?
Mas del Caballero sastre
Sale H )Mo Bono, motfo, en mediano (ra/e.— Dichos. |
^
vi yo una farsa.
Homo.
Dios en esta casa sea 1
^^^^ DOROT.
No quiero
y á vuesas mercedes guarde; 1
^^^^L
sino á Grimaldo que, en fin.
han me dicho que esta tarde 1
^^^^p
nunca fué pobre el letrado.
la señora Dorotea, ^J
^■^^ Pendón,
De un pelón á un Licenciado
(si es vuesasted no lo sé) ^^H
^t^^
vas de rocín á ruin;
me envió á casa llaman ^^M
^^^L
pero los temores deja
no dio un negocio lugar ^H
^^^^^
y olvida al sastre prolijo
entonces. ^^B
^^^^^^B
que por ellos no se dijo
DOBOT.
¿Yo, para oué? ^^B
Para cortar un vestido. ^^M
^^^^^^H
mete aguja y saca reja. (Papei.y
(Le*.) «En vano estudiar intento
Homo.
^^^^^^^B
DOROT.
Quien tal dijo le engañó. ^^
^^^^^H
leyes que me den el grado.
Ho.MO.
Debí de eng.iñarme yo;
^^^^^^H
íi en las de amor ocupado
no importa, poco hay perdido;
^^^^^^^B
me usurpas el pensamiento.
vuesa merced me perdone.
^^^^^^^H
Tirana de mis desvelos.
Pendón.
El pronóstico se va
^^^^^^B
¿que leyes podré estudiar
cumpliendo.
^^^^I^B
si no las saben guardar
DOROT.
Oiga, vuelva acá;
^^^^V
tus mudanzas y mis celos?
su buena cara le abone;
^^^K
Dicen que será tu esposo.»
¿pues él es sastre?
V Uno.
{Dentro.) |EI sastre, e sastre...!
Homo.
A servicio
H Pendón.
^Otra vez?
de Dios y vuesa merced.
^B DOROT.
La rueda de mi altivez
DoKOT.
í'Mparíí.) Pensamientos detened
^t^^
costra este nombre enfadoso,
'endón, ¿qué es eslo? iJesús!
las riendas á mi juicio.
^^^^
jVálgamc Dios! por la calle
^^^^B
ya de conjeturas pasa
un sastre me pronostica
^^^^V
esto A verdad, ¿en mi casa
por marido, quien publica
^^^^B
dueño un sastre?
que pi>r esposo he de amalle.
^^^BpENDÓN.
iBercebú
y apenas malicias temo
^^^^I
lleve el papell
cuando, sin llamarle yo,
^^^^DOROT.
Mil pedazos
por mis puertas se me entró
^F
le hice. [Rásgate.)
un sastre, ¡qué extraño extremo!
H PEr^DÓN.
Bien, que pues mujer
Pero su buena presencia
^B
de un sastre tienes de ser
causa á mi temor quietud.
^^^^
ya el papel dio los retazos;
¡Qué gallarda juventud!
^^^^^^p 1
ño te cases, que es encanto
Homo.
Iréme con su licencia.
todo lo que hemos oído.
pues que no soy menester.
^m OoROT.
Yo, cielos, con un marido
DoROT.
Ya que vino, escuche un poco:
^B
sastre, ¡cómo!
ó fué necio, ó era loco
H Uno.
{Dentro.) Sastre y Santo.
quien le aconsejó escoger
^^^ Pendón.
Ci, nu hagas caso ya
del proverbio, el temor deja:
oficio tan desvalido
■
aun hombre de tan buen talle.
^^^^^^^^^^^^^*
^^^^^H
que un rey pudiera ocupalle
¿Cómo se llama? ^^^^H
siendo su favorecido
Homo.
Homo Bono. ^^M
en otru de más valor.
Pendón.
Buen hombre: lindn apellido; ^^H
^Sd&ire un inozo tan gallardo?
porque el buen hombre es de modo 1
Hoiio. ísiéndolo, señora, guardo
que suele pasar por lodo, J
el ser que heredé mejor:
circunstancia de marido. ^H
luvü este oficio mi padre
DOBOT.
Pendón ¿no le llamó ansí ^^^^B
y en él mismo le heredé.
el que pasó por la calle? ^^^^|
DoROT. ¡Qué mal hizo!
Pbndón.
Homo Bono, oi nombralle. ^^^^H
Homo. Pues ¿no ve
DoROT.
El cielo le trujo aquí ^^^^H
que naturaleza (madre
para que mi dueño sea, ^^^^H
que distribuye prudente
y si cielo lo ordenó ^^^^H
sus dones á cada cual
no he resistirle yo. ^^^^H
con repartimiento igual.
Pendón.
Será sastra, Dorotea. ^^^^H
al ser bajo, ó eminente
Homo.
Yo aquí no soy menester ^^^^|
que cria en cualquier su)elo)
y ya se va haciendo tarde; ^^^^|
me obliga á esta profesión?
quédense con Dios. ^^^^|
_ Nunca aspira á ser león
ÜOPOT.
^^^^1
■ el cordero.
que ya que vino he de hacer ^^^^|
BoROT. ¡Qué discreto!
una ropa; la medida ^^^^H
Homo. El bruto que con su piel
puede empezarme á tomar. ^^^^H
una vez se disfrazó,
Homo.
¿Y que color? ^^^^H
causa de su afrenta dio
DORQJ.
^^^^^1
h Á los que burlaron del;
Homo.
Imagen de nuestra vida ^^^^H
■ la ocasión de estar perdido
este color, ^^^^H
H el mundo, es porque cualquiera
verde, que en breve se seca, ^^^^|
H no contento con su esfera
mar que sus bonanzas trueca ^^^H
H se eleva desvanecido.
en naufragios; mar y ñor ^^^^H
H Viste seda el oíicial.
es la caduca hermosura ^^^^H
H porque anhela á ciudadano,
que en un instante se altera. ^^^^H
H y ésie con la hacienda sano
Pendón.
¿Sermuncitos? Mejor era ^^^^H
H ser quiere al hidalgo igual;
este sastre para cura. ^^m
■ el hidalgo, caballero.
Voyme de aquí que he sentido ^^M
H y ^1 caballero, marqués,
no sé en mi qué devoción ^^M
^^H ^^t<^ principe, y después
y seré el primer Pendón ^^ñ
^^B el principe, rey severo;
de los sastres convertido. (VaMt)
^^^ el rey hasta emperador
,
H no para, siempre anhelando.
H y ansí se van despeñando
ESCEN.\ III
H desde el cscl.svo al señor.
H Si el hijo del jornalero
Dicho», menos Pbmdók.
H en b azada se ocupara.
H el oíicial trabajara
DOROT.
¿Mozo moralizáis tanto?
H y contento el caballero
dejad á las canas eso.
H con lo que el cielu le ha dado
Homo.
Yo hablo en lo que profeso.
H no saliera de compás, _
DoBOT.
¿Mas si hubiese un sastre santo
H pretendiendo valer más,
y fuese este? Comenzad
H todo anduviera ordenado;
á ajustarme la medida.
H yo, en fin, que en mi esfera estoy
y advertid que guarnecida
H ansí mi oficio entretuve:
la ropa con variedad
H padre que fué sastre tuve.
curiosa, á vuestra elección
H sastre nací, y sastre soy.
han de ser los pasamanos.
^BNOÓM. Y tal sastre que pudier;i
Homo.
¡Ah, señora, y qué de vanos
■ ser sastre predicador*.
trajes usa la ambición!
Hdaot. ^Qué es esto civil amor?
H Ya no soy la que antes era;
Si yo los he de escoger.
pasamanos la prometo
H garnachas apetecía
■ y va adoro a quien las cose;
que causen gusto al discreto.
y hermosura á la mujer.
H entróse en casa y entróse
por lo vistoso y lo vario
H también en el alma mia.
en la invención y colores;
H ¡Bien haya quien fué profeta
los pasamanos mejores
H de lo que también me está!
son en ellas el Rosario;
H ¿.Mas si éste el sastre será
que si las manos le pasan
H que el proverbio me interpreta?
H Séalo, y yo le perdono
de pasamanos podrán
servir al alma, pues dan
H todo el'susto que me ha dado.
pasaporte al cielo, y pasan
■ «Hay tal cara, hay tal agrado?
con discreción y medida
SANTO Y SASTRE
nuestras acciones violentas,
tomando cuenta sus cuentas
á los gastos desta vida.
DoROT. No es cara predicadora
la vuestra, porque es muy buena,
ni en la facultad ajena
ocupéis la vuestra a^ora;
á andar curiosa me inclino
y en breve casarme espero,
sastre hipócrita; yo os quiero
sastre humano y nodivmo:
tomad la medida ya
y sacareos el tabi
que cortéis.
Homo. iQué frenesí
vestiros de eso será!
Vuestro honor ponéis en duda;
que galas son incentivos
del pecado; advertid vivos
ejemplos: Eva desnuda
andaba cuando era santa.
y vistióse pecadora.
La culpa fué la inventora
de gala V soberbia tanta:
cortó ropas el delito,
¿y del queréis componeros?
A nuestros padres primeros
se las dio por sambenito
Dios, que sus culpas señala
en el humbre y la mujer;
¿pues no É!» vanidad hacer,
vos del sambenito gala?
OoROT. Esto se usa, acabad ya
que quien casarse pretende
obliga, pero no ofende
curiosa.
Homo. ¿Y parecerá
mal, á quien os maniliesta
deseos del conyugal
amor, si con traje igual
os ye curiosa y honestar
Si licitamente os ama,
más os querrá virtuosa;
quien us busca para esposa
no us pretende para dama,
porque en estas solicita
el vicio su torpe arreo,
que como el pecado es feo.
de las galas necesita;
pero en el tálamo justo
la virtud sola ha d« ser
galas con que la mujer
dé seguridad al gusto.
Vos sois hermosa que basta;
dejad tabies á las feas,
que las mejores preseas
son virtudes en la casta.
DoROT. Persuasión la gracia os dio
con que eficaz convertís;
Sastre Santo, vos vestís
almas, que los cuerpos no.
Escoged pues de que sea
la ropa que he de traer,
que desde hoy tiene de ser
dicipula Doretea
de vuestra sabia doctrina,
si y», por ser más feliz.
(Ap.)
m
no fuera vuestra aprendiz.
A cuanto quiere me inclina.
Si gallardo me enamora,
virtuoso me reprime,
¡ay cielos, haced que esUme
el corazón que le adora!
Homo. Dejad eso por mi cuenta,
veréis cuan curiosa y grave
os saco á vistas.
DoROT. (Ap.) No sabe
el alma en verle contenta
apartarse de los ojos.
¿Qué es eso?
Homo. ' Es la medida,
(Saca ana mtiiícta áe pergamino.)
que si fuera conocida,
con más humildes despojos
se vistiera el que es discreto.
Ya veis que es de pergamino,
y fué misterio divino,
que el pergamino, en efelo,
es piel de un cordero muerto,
porque de pieles vistió
Dios nuestros padres, y dio
con tal ropa aviso cierto
á los hombres que los males
del goloso y inste hechizo
por su soberbia los hizo
Scncralmcnte mortales.
Vida pues el pergamino
las ropas, y sj es cordero,
Cristo lo fué verdadero
ya humano, si antes divino;
que si me ajusto y me visto
del, cumpliré en tal demanda
lo que San Pablo me manda,
que es que me vista Cristo.
Comencemos por aqui.
(Saca ta tistra, ábrela y ^ef fl »< mn<oJj
DoBOT. ¿Por qué besáis la tisera?
H0.W0. Porque la Cruz considera
el alma en ella.
DoROT. Es ansi:
mirad que soy de cinlura
estrecha, medidla bien.
Homo. Estrechez pide también
Dios, señora á ia criatura,
ceñir nos manda y tener
en la mano ardiente luz;
Cristo se estrechó en la Cruz,
lo mismo habernos de hacer
para escapar de los lazos
donde, el alma pierde pie.
(M tiempo que la añe ¡a cintura coi» Ui
medida, tropitKO tila y abrácate Con él.}í
DoPüT. iVálgame Dios, tropecé
por teneros en mis brazosl
Homo. Suelte. ¡Jcstjs! ¿Está en si?
DoHOT. En mi no, que en vos estoy;
el alma os di, agora os doy
los brazos, doleos de rnl;
no penséis que os solicito
para el amor reprobado;
para el tálamo sagrado
os llamo, en él os admito;
rica soy, de un mercader
caudaloso fui heredera:
ACT6 PRIMERO
csDatiero me espera
y un letrado por mujer:
voi SOIS sastre, .¡mai quéimporia?
poco oficio nos divide,
paños el mercader mide
y el sastre los mide y corta.
Honesto me habéis rendido,
gentil me habéis hechizado,
mozo me habéis abrasado
y santo me habiiis vencido;
cortad para nuestra boda
gilas, sed esposo y sastre.
Homo. Tal vez lleva á pique el lastre
ia nave y la gente toda.
Tormenta se ha levantado
que (us apetitos ciega,
y cuando el alma se anega
remedio es echarse á nado.
Dichoso aquél que se escapa
del golfo y del mar se aleja:
adiós, que en la mano os deja
tentación, Joseph, la capa.
(Vase Y déjalt ía capa.)
DoROT. iQué es ésto? .jTal menosprecio
sutrc una mujer honrada?
¡Ola, criados, vecinos;
agravios de amor me abrasaol
ESCENA IV
Salt Pknoór. — Dicha.
IDÓN. ¿Quién da voces? ^'Qué tenemos?
laoT. Aquél hombre, aquél que engaña
con hipócritas mentiras,
santo sólo en las palabras;
aquél que virtudes vende;
aquél que se entró en mi casa
sin llamarle, aquél...
iQuéaquelasI
^Di quién es, que estás extraña?
El que llaman i lomo Bono
y es hombre malo, intentaba
luego que de aquí te fuiste...
Qué ¿hacerte de una \sx sastra?
Deshonrarme.
Por lo menos.
Y por lo más, ¿qué buscaba?
.Miren, si lo dije yu:
jsastre y santo? ¡Cosa rara!
Cuervo blanco, nieve negra,
luz oscura, firme paja,
sol de noche, poeta rico,
caballero sin mohatras,
viuda de noche y sin duende,
doncella no pellizcada,
tahúr sia echar por vidas,
contrabajo y beoer agua,
es decir que hay sastre y santo.
ODOT. Dejóme, cual ves, la capa
cuando vio que daba voces.
Pkhuón. Mira, un sastre es cosa usada
sisar para su pendón
cuanta ropa rica ó basta
encomienda á la tisera,
por eso son desbocadas.
Vióte virgen é intentó.
tOÓN.
EHDÓN.
DoROT.
pBNDÓN.
imaginanáoie int
hacerte viryen pcndona
y por esto te sisaba.
ESCENA V
Salí Roberto, m</o.— Dicmus.
UoBERT. Alborotado y en cuerpo
vi, que salló desla casa
mi hijo, y sin que pudiese
detenerle; más me espanta
cuanto más sé su modestia;
¿qué accidente será causa
de tan nueva turbación?
Mil dudas me ofrece el alma,
Señora, snber quisiera
qué suceso ó qué desgracia
á un hijo que me dio el cielo,
huyendo y turbado saca
de aquí, donde entró á serviros.
DoROT. ¿Es hijo vuestro el que llaman
en Cremona el Homo Bono?
RoBEHT. Si, señora.
DoROT. Mal se hermanan
nombre y obras.
RoBEPT. ¿Pues por qué?
DoROT. Porque en acciones contrarias,
cuando virtudes predica,
vicios contrarios le infaman:
á que cortase un vestido
le llamé.
Pendón. Mejor cortara
ribetes el sastricida,
?ue remedian boticarios,
quedando con él sola
quiso...
Pendó.n. Quiso golosmearla.
PoBERT. ¿Visteslo vos?
Pendón. Acéchelo.
RoBERT. ¡Mirad lo que decís!
DoROT. Basta.
RoBER r. Reparad, señora mía,
que mi hijo es en Italia
el sol de la compostura.
Pendón. Soles hay que anuncian agua.
RoBERT. Mirad que en él no hasta ahora
vio la torpeza en su cara
señal por donde pudiese
la malicia murmurarla.
Pendón. Ifay caras ya taberneras
que venden á los que engañan
vino que es vinagre y zupia.
DoROT. ¿Conoceréis esta capa?
RoBERT. Esa es suya.
DoROT. Y es testigo
de su torpeza villana:
Que, porque me oyó dar voces,
dejó en ella vinculada
mi deshonra y su delito.
Pendón. Y también se echa á las vacas
la capa como á los lorus.
RoBERT. Si eso es verdad, la vengatiza
os dará quien le dio el ser;
pero afirmarlo vos basta,
que os respetan bien nacida
Pi
V US autorizan honrada,
ílumilde oficio profeso.
luego opilan si se tardan. ^^^H
^^^h
DoROT. Cumplid como prometéis. ^^B
^^H
pero en mi esfera se guarda
RoBERT. Desempeñaré palabras ^^
^^^M
la opinión como [a vida.
con obras que yo apetezco. (Voír.),
^^^H
que hasta aquí no admitió mancha.
Pendón. Mire que las que se casan 1
^^H
i Vive Dios! que he de verter
los instantes de sus bodas
^^H
su sangre para lavarla,
juzgan leguas de la Mancha. .(Va^r.^
^^^H
si como es un hijo solo
^^^^
fuera del orbe monarca!
■ DOROT.
¿Luego, vais á darle muerte?
ESCENA Vi
1 ROltERT
¿Pues no es justo?
Sale ÜRIMALOO de estudiante y Lclio dt caballero.
■ DOROT.
¡Ay, desdichada!
No le matéis que le adoro.
Dicha.
■ Pendón
. Derrengóse con la carga.
Grimal. Dorotea: litigantes ^M
K DoROT.
Haced vos que sea mi dueño,
sobre tu amor, Lelio y yo, ,^H
^^^r
gobierne mi hacienda y casa,
la esperanza nos citó ^^^^|
^^^p
médreme yo esposa suya,
á lus estrados amantes. ^^^H
^^^^
quedaré alegre y vengada.
Amigos éramos antes; ^^^H
■ RoBERT.
¿Pues no decís que intentó
mas pleitos de tu bondad ^H
■
forzaros?
mudan nuestra voluntad ^"n
1 DOROT.
.Mal .me forzara
en competencia enemiga,
K
quien por derecho del cielo
que si es cuerdo, no hay quien digs
H^
es dueño único de mi alma.
que en pleitos hay amistad. J
^^^
Forzóme á adorarle amor.
Él alega de su parte ^^J
^^^B
)orque es fuerza voluntaria
a belleza, que un discreto
favores que tú le has hecho, ^H
^^H
y yo informo en mi derecho ^H
^^H
llamó apacible tirana;
muchos más para obligarte: ^H
^^^H
mano le pedi de esposo,
sentencia con declararte ^H
^^H
ya sabéis vos si hacendada
á quién escoger ordenas, ^H
^^^1
le igu.ilo en la protesión.
porque remates las penas ^H
^^^H
no digo le hago ventaja;
de la esperanza que agostas, ^H
^^^H
desprecióme, huyó y quedé
y condenarásle en costas ^H
^^^H
sin el dueño y con la capa
si á tu olvido le condenas. ^H
^^^1
como al tahúr que ha perdido
LcLio. Yo sé que con buenos ojos ^H
^^^B
le consuela la baraja;
mi amor miras y agradeces ^H
^^H
padre (que os doy este nombre)
mí voluntad, cuantas veces ^H
^^^H
seldo en remediar mis ansias;
das alivio á mis enojos. ^H
^^^H
virtud quiero, que no hacienda;
Píntase amor con antojos ^H
^^H
muchos su dueño me llaman
en fe, que es corto de vista; ^H
^^^B
que mi mano solicitan;
podrá ser que en tu conquista ^B
^^H
Homo Bono es quien me abrasa.
se engañe porque ve ma ; ^H
^^^H
no en torpe fuego, eso no.
por eso en tu tribunal ^H
^^^B
pero si en honestas llamas;
viene á explicar la revista. ^H
^^^B
sed tercero vos en ellas
Noble soy, expectativa, ^H
^^^B
ó prevenid á desgracias
tengo de ser sucesor ^H
^^^H
que en mí han de ser infalibles
de un tío cuyo valor ^B
^^^P
tragedias que os den infamias.
como en sangre en oro estriba; ^B
W RoBERT.
.Señora, siendo eso cierto,
quieran los cielos no viva ^B
1
mucho más mi hijo me agravia
un hijo que tiene en poco, ^B
■
en no estimar prendas vuestras
que si yo su hacienda toco, ^H
^^^
oue primero en violentarlas.
Buscábale compañía
y conquisto lij belleza, ^H
^^^^
mi calidad y riqueza ^H
darán envidia á este loco. ^H
^^^B
que con bL-jIeza mediana
^^H
virtudes trújese en dote,
Gni-MAi.. De tu esperanza homicida ^H
^^^K
caudal que nunca se acaba;
colegir tu engaño puedes, ^H
^^^V
agora, pues, que hallo en vos
pues para que rico quedes ^H
^^^B
hermosura, hacienda, gracia.
han de perder dos la \ida. ^B
^^^B
virtud, amor y cordura,
La mía no es tan falida, ^B
^^H
jqué pretendo? ¿Qué le falla?
Siempre me ha sido obediente;
pues á menos costa espero, ^H
^^H
si el grado que pido adquiero, ^H
^^^B
como en vos no haya mudanza.
enriquecer sin matar, ^B
^^H
yo sé que habrá en él deseos
que es bajeza el desear ^H
^^^B
que los vuestros satisfagan.
tanta muerte por dinero. ^H
^^^B
Mañana vendrá á rendiros
DoRCT. Lelio, Grimaldo, yo estoy ^H
^^H
el alma y pecho.
por entrambos obligada, ^H
^^Hrot.
j Mañana?
No. sino hoy, prisas doncellas;
y también determinada ^^^|
^^Hndón.
á declarar cuya soy. ^^^B
RUÓ.
|CNi>ÓN.
Dadme de término hoy,
y prevenid la paciencia
para mañana, en mi audiencia;
que si el pretender es justo,
en tribunales del gusto
dará mi amor ia sentencia. {Vate.)
ESCENA Vil
Lblio y Ghimai-OCi.
Respondiónos en enigma.
Si; mas de ambiguas razones
en sus ojos mis pasiones
han visto lo que me estima.
Vana esperanza le anima,
cuando penetra nii amor
el que nie tiene interior.
Cuando tu soberbia abajes
y amor se obligue á mis gajes,
lu engaño conocerás.
Yo sé que me envidiarás.
•Lo veredes». dijo Ayrajes ( i ).
ACTO SEGUiNDO
ACTO SEGUNDO
Pendón.
ESCENA PRIMERA
kirro Homo Bono, muy galán tii cuerpo; Pckdóm
ayitáindoltá vtslir; Rosita ro y VALemo.
Forzando mi inclinación,
aunque debo obedecerte,
padre, tu jurisdicción
agravias.
ípT. «Quiero ponerte
en estado y en razón.
No tengo hijos más que á li;
y aunque el oficio no sea
generoso, que adquirí,
se iguala con Dorotea
la calidad que te di,
sastre soy, mas bien nacido:
con su dote realzarás
tu casa; helo prometido,
después que rebelde estás
la virtud has desmentido
que en ti celebra Cremona.
AtXKio. Primo, resistir el gusto
de vuestro padre no abona
vuestra humildad.
lOMo. Ni eso es justo.
OBKKT. Lelio, que con ser persona
de las nobles del lugar
por dichoso se tuviera
de ser su esposo, ha de usar
de violencia y no quisiera
sus parientes provocar.
Ella te adora y yo intento
el bien á que te encamina.
En eluriginai dice:
«MaAaoa lo vcr«des* dijo
Agraic*,
H0.MO.
Valerio.
Homo.
Pendón.
ROBEKT.
HOMü.
ROBEHT.
Pendón.
ROBEBT.
Homo.
^Es por dicha el casamiento
jr á conquistar la China
ó hacer batalla con ciento?
¡Vive Dios que he conocido
hombre yo, que se casaba
cada domingo, y marido
de á semana, se mudaba
como camisas!
Yo he sido
desdichado en no tener
padre que no violentara
mi inclinación: ¿que he de hacer?
Mi Dios, serviros gustara
sin estorbos de mujer.
Dorotea es cuerda y bella.
Sea más que el sol hermosa
y forme de mi querella;
que yo no apetezco cosa
que dan dineros con ella,
la más vil mercadería
tiene algún precio y valor;
las piedras, la arena fria,
el heno frágil, ia flor,
la yerba (jue el prado cria;
sólo á quien casar se atreve
dote con la mujer dan,
porque así se le haga leve.
Es pagar al ganapán
para que la carga lleve.
Acábale de vestir
que es larde; no seas pesado.
Si á velarme tengo de ir,
y al muerto velan, velado
agora, voy á morir.
En una quinta te espera
y hoy las vistas han de ser:
imita á la primavera
en galas: porque es mujer
de buen gusto, y no quisiera
que hallase en tu imperfección
que su amor desazonase.
Habíala con discreción
y linge, aunque no te abrase,
que eres de la Sol Faeión;
no apartes los ojos della,
suspira de cuando en cuando;
lómala una mano bella.
Si estás con otros habiattdo
hazla entender que por vella
ni en lo que dizes estás
ni á propósito respondes,
y desta suerte verás
cuan presto en tu pecho escondes
el amor que huyendo vas,
y empezarás á adorar
lo que por no conocer
hasta aquí te dio pesar.
Amar, rascar y comer
no está en más que en comenzar.
Mientras que Pendón te viste
la voy á avisar; ven luego. (Vantt.)
ESCENA n
Homo Boko y PaMbóir.
Mejor me fuera el ir ciego,
que á tales vistas con vista;
^^^^^^^^^^^^"
'^^^^^^^^^^^H
mi Dios, para que resista
el más rico casamiento. ■
tal viulencia, Jadme fuerza
Homo. Sólo eso, amigo, apetezco, ■
antes que mi padre tuerza
y sin ello me va mal; 1
mi libertad y la^doble;
siendo este mi natural H
que no es la voluntad roble
. poco ó nada en él merezcojl
para dar fruto por fuerza.
Yo estoy contento, mi Dios,
pero, en fin, me dan mujer.
Pendón. Casarte y tener paciencia;
con mi quieta soledad;
que no es mala penitencia, ■
aquí de Dios libertad,
pues tantas sueles hacer; S
^^^^^H-
¿por qué no volvéis por vos?
Pero diréis que entre dos
que en fe de lo que aprovccna
puedes hacer, si te casas,
conserva el amor su estado.
cuenta, que esta \ ez te pasas
que la soledad da enfado;
á religión más estrecha.
^^^^^K
peio sólo alumbra Apolo;
HcMO. Más con eso me molestas. ■
que más vale vivir sólo
Penuón. Vístete si habernos de ir. fl
que no mal acompañado,
¿a, novio Capuchino;
Homo. ,;Cómo tengo de sufrir, ^
^^1 Pendón
cielos, tanta carga á cuestas?
á vistas amor te llama.
Pendón. Como quien lleva la cruz
sombrero te da la fama
del matrímonio excelente;
Con plumas para el camino.
tú serás el peniteme
Su casa te espera toda
y yo el cofrade de luz:
Con la novia en una quinta,
mas mira, pues que te casa)
donde el amor Mayos pinta;
si vivir seguro quieres.
goza del pan de la boda,
advierte, que las mujeres
que te amasa la belleza
son castañas en las brasas.
de una mujer, que agora es
miga toda, aunque después
regalarlas y quererlas,
mas si en fe de tus amores
se te ha de volver corteza.
se te suben á mayores,
Busca dientes de diamante
porque no salten morderlas;
porque las mujeres son
ni tanta mano las des
por lo dulce, de turrón.
que vengan á Ser cabeza,
por lo duro, de Alicante.
Vístele si has de ir allá.
ni muestres tanta extañeza
^ue las imagines pies. (Pánti* la
Si en estos peligros dos
^^^Bdmo.
Bien sabes tú, cuan pesado
tiene de serme este estado.
quieres hallar el remedio.
^^m Pendón.
Si un yugo por premio da.
la virtud consiste en medio;
ya Colijo las molestias
que no sin misterio Dios ^
de una mujer que es verdugo,
cuando á la mujer ser da, ■
que no suele ser el yugo
en fedesta maravilla, ■
sino para domar bestias.
la formó de una costilla ■
Diérante á ti andar de día,
que en medio del cuerpo esta^
de jubileo en sermón.
y con esto emplúmate
no dejar congregación,
pues ya le he puesto las galas.
no perdonar obra pia,
[Piinttc «1 tam
disminuyendo procesos,
Homo. ¡Ay plumasl servidme ¿c alas
consultando confesores,
y de una mujer huiré. 2
reprehendiendo jugadores.
Pendón, No me espanto que te pese, M
dando libertad á presos.
que es carga de ganapán, 1
y á la noche en hospitales,
y si Dios se la dio á Adán ^
entre humildes ejercicios,
aguardó á que se durmiese, m
desopilando servicios
V bazucando orinales.
J
En oyendo el esquilón.
ESCENA III ^
á pesar de lodo y vientos,
acompañar sacramentos
Salt Dorotea, muy bizarra: Sabina >- Ecpcr.
de Dios y su Extrema-Unción:
criAda.
volver á casa á lo mudo,
ó royendo Ave Marías,
Dop.oT. (Bella quinta!
cenar dos lechugas frías
Sabina. Deleitosa.
y un huevo entre asado y crudo;
DoROT. En ella la primavera.
dormir sobre una tarima
que deslas vistas espera
JOCO y mal, y aunque á maitines
uisie'acallando mastines,
verme de su Mayo esposa.
también hace os'lentación
volver á la iglesia á prima.
de sus galas el Abril.
que en este entretenimiento.
Sabina. Mira en tazas de marfil
que otros llamarán castigo,
brindar la murmuración
no estimarás eo un higo
desias fueotes A la risa,
^^ue cuando la sed provocas
se hace por ti loda bocas.
es cuerdo, aunque la ignorancia
haga burla de sus años;
I^N.iMienUas murmura le avisa,
sino es que te reprehende
él. en efecto, es bastante
para ser apetecido.
de! pago injusto que has dado
á Grünaldo y Lelio. '
y mejor para marido
q^ue para galán ó amante.
Estado
' mejor es el que me enciende;
Esperan, berá á lo que yo imagino.
junípero por lo llano.
yo quiero escusar enojos
mentecato por lo humano.
! de por vida, y la quietud
gangoso por lo divino,
de una cuerda juventud
que andará desatinado.
1 gozar, que esta vez con ojos.
y dirá que es por llaneza,
amor, si en las demás ciego.
cabizbajo de cabeza
i hizo elección en mi abono
el cuello ó sucio ó ajado.
de un hombre que es Homo Bono
y dirá que es vanidad
y me promete sosiego.
lo que el mundo ornato llama.
|. ^¡ no fuera sastre, bien.
y si en muestras de que te ama
r. De la virtud hago estima;
saca á luz la voluntad
hacienda me sobra, prima,
(que no será en todos días
con que envidiindole están
sino en las Pascuas de flores)
caballeros de Crcmona.
en vez de decirle amores
^Corresponda ¿1 á mi amor.
te rezará Ave .Marías.
^Vivirá como señor;
DoROT. Yo he de casarme con él.
P^Ue si el oro es el que abona,
y no tú; contenta csto\
1 no usando más ese oficio,
¿qué quieres.*
el que yo le pienso dar
le puede calihcar:
yo no me caso por vicio
ESCENA fV
sino por virtud, que es tanta
Satt muy galán Homo Bono; Robcuto y P^Htián.
la que en él he conocido,
•
que por ella le he elegido.
RoBKRT. Un hijo os doy
Ia. Enamorada eres santa;
señora, y cifrada en él
no te arrepientas casada,
la voluntad que se debe
prima, que me pesaría
de que fuese hipocresía
á vuestro sobrado amor.
DoROT. Prima, dejando el valor
la que perfección le agrada;
con que el soberbio se atreve J
informa antes la noticia
y á que mi esposo le falte, ^^H
sino es que ciega te abrasas;
mira cuan cuerda le adoro. ,^^H
^HOurque ya como las casas
{'no es todo el un pino de oro? ^^^|
^Hay santos á la malicia,
pues la virtud es su esmalte. ^^^|
^^nos lingen aspereza,
Sabina. Buen talle tiene. ^^^|
y aforran, porque es más blanda,
RoBEBT. Levanta ^^^|
la jerga y saval, de Holanda,
que es vinud en la corteza:
la vista y si no te cie^a ^^H
su belleza, á hablarla llega. ^^H
otros muestran que á lo obscuro
Ho.MO. üius, señora, os haga santa. ^^H
no comen más que ensalada
Sabina. jPor santidades comienza? ^^H
Esperas. Devota salutación ^^^|
con pan, y á puerta cerrada
son secuaces de Epicuro.
para entrada de sermón. ^^^H
Guárdate no haga otro tanto
RoBERT. El novio tiene vergüenza; _^^^|
el esposo que te espera,
su turbación perdonad, ^^^|
porque hay santos de hacia afuera,
[ Ro de hacia dentro.
que el más discreto, cuando ama, ^^^|
la primer vez que á su dama ^^^H
Rf Mi santo
ve, dice una necedad. ^^^|
00 es de esos, denme los cíelos
Pendón. ¿Una? El dirá más de ciento. ^^^|
que viva en su compañía.
Homo. ¿Por necedad juzgáis vos ^^^|
que no terno, prima mía.
el decir que la haga Dios ^^^|
que se desvele con celos;
santa? ¡Jesús! -^^^|
que jugándome mi dote.
RoBERT. El intento ^^H
mis joyas empeñe ó venda.
es bueno, pero no viene ^^^|
que desperdicie mi hacienda.
á propósito. ^^^1
que mis deudas alborote.
Homo. Confuso ^^H
porque, en fin, no es deste mundo.
V aunque esa simplicidad
estoy. ^^^1
RoBERT. El amor y el uso ^^H
den nombre de necedad
su idioma y términos tiene. ^^^H
cortesanos fen quien fundo
Ho.MO. ¿Pues qué había de decirla? ^^^|
todo el caudal en engaños)
RoBERT. A fuer de los cortesanos ^^^|
para cosas de imporiancia
besóos, señora, las manos, ^^^|
^^^^^^^^^^^^ SANTO Y
^^^^^^^^^^^^^^^^H
arrastrar luego la silla
de lo que mando que digas ^^M
y preguntar como estáis,
con amores no la obligas ^H
¿qué es el común A. B. C.?
y te confirma por necio, ^W
V Homo.
Besóos las manos ¿por qué?
(que si haiá porque es discreta), 1
¿Necedad en mi llamáis
que en Cremona no has de estatal
el decir que la haga santa
un hora. ^H
Üios, y en el mundo no veis
Humo, Marido, en mar ^^M
las necedades que hacéis
empieza que siempre inquieti; 1
ni su mal uso os espanta?
si á su golfo, padre, incierto
Kstornuda un caballero
me arrojas, donde no hay pie,
y los que les corresponden.
huyendo de aqui saldré
«besóos las manos» responden
como el que naufraga al puerto.
en pie, y quitado el sombrero
Bien me puedes desterrar,
y á los que «Dios os ayude»
que, escogiendo ese partido,
de marido, admito el ido
dizen, notan de villanos;
en (in, que besar las manos
por no perderme en el mar.
al otro por.]ue estornude
RoBERT. Obedece lo que mando
mirar que merced les hace.
que ¡vive Dios...
'I'raen luces cuando anochece
Homo. Yo lo haré:
y descortés les parece
no jures.
al cuerdo que satisface
RüBF.RT. Acércale.
con decir que Dios les dé
Homo. Al fuego me voy llenandu.
buenas noches, solamente
RüBERT. Muestra en el rostro alegría.
al besamanos consiente
DoROT. ¿No tomáis silla, señor?
el uso necio ¿porqué
EsfEBAN. Albarda fuera mejor.
si tú la luz ni) me has dado
DoROT. Asentaos, por vida mía.
besarte es bien que permitas
Homo. No haré cierto, yo estoy oien;
las manos y á Dios le quitas
sentaos, mi señora, vos
las gracias que te ha alumbrado?
ísacadme desto, mi Dios)
Ved si entre necedad tanta
padre, siéntese aqui.
son términos más cristianos.
Pendón. Bien.
que no bersarla las manos
RoBERT. Nü soy yo el que á vistas vengo;
el decir: Dios la haga sania.
lu lugar' es, hijo, ahí.
^a RüBKBT.
No desdice el ser cortés
y éste el mío. porque aqui
de la virtud que es curiosa;
que hablar á Sabina icn^o.
DoROT. Por mi vida que os sentéis.
siéntate junto á tu esposa,
di le amoroso después
(Siéntase el viejo con Sabina, apart», y
la buena suerte y ventura.
ti Santo con Oorolea. a otro taJo.\
que medras en merecella.
Ho.mo. Dos veces habéis jurado.
que estás perdido por ella,
¡Jesús! Ya yo estoy sentado.
que al sol vence en hermosura,
á trueco que no ¡tiréis;
que su discreción te admira.
y si se hace el casamiento
H Homo.
¿liso he de decirla?
quiéroos, señora, avisar,
m ROBERT.
¿Pues?
que nunca habéis de jurar.
^^^ Homo.
No debes de advertir que es
porque es contra el mandamienlo
>ccado el decir mentira.
Iste es encarecimiento
segundo.
^^BRobeht.
DúKor. Si el alma os di
que usa el amor ordinario.
y en amaros per^^evero.
^^^HOMO.
Afirmando lo contrarío
en prueba de lo que os quiero.
de lo que imagino miento.
yo juro cumplirlo ansi.
Si yo por mujer la tengo,
IJOMO. Pues no juréis otra vez.
¿por qué sol la he llamar?
Sabina. Demasiado escrupuloso
¿ni cómo podré atírmar
es. Roberto, nuestro esposo. .
que perdido á verla vengo.
ítoBEBT. ¡Está turbado, pardiézl
sino es por que el tiempo pierdo
PtNuóN ¡Ola! ¿Tú cómo ic llamas
de que he de dar á Dios cuenta?
(.1 tsperaoia.
Mentir un hombre es afrenta.
Iné-?, Dominga, Teresa,
téngame por necio ó cuerdo.
Casilda, Olaya, Gincsa?
caúsela gusto ó enfado.
Que mienira's nuestras dos damas
mal ó bien conmigo esté,
desbastan aquel zoquete,
porque vo no mentiré
lú y yo hemos de en par en par.
por cuanto Dios ha criado.
Esperan. ¿Qué es eso de tú?
W RúBF.KT.
Anda ignorante, que están
Pendón. Es hablar
por ti en pie, siéntate allt
sincopado. ¡Buen jarrete
V lo que te mando di.
tienes: moza eres rolliza!
Sé airoso, afable y galán,
Esperan. ¡Arre allá! {Dtt».
que {vive Dios! si en desprecio
Pendón. tráigate un jo
w
q^ue con arre emparentó!
■
sino murmurar delitos ^^fl
^KSPBKAN
. Lso á la caballeriza
contra mi buena opinión? ^^B
^"
y no conmigo.
Las galas supértiuas son ^^B
Pendón
|Oh, fregata!
en el pobre sambenitos. ^^B
^^ELVCRAN
. ¡Oh, sisón!
DoROT.
Yo len^o sobrada hacienda ^^M
^■PCNDÓN.
]üh, estropajera!
para que oñcio mudéis, ^^|
^V EsrsftXN
. |üh, alca...
y el que ejercitáis dejéis. ^^B
Eso no, ai lo pretenda ^^B
r PtSDÓS.
[Paso. ccrnedcral
H0.MO.
L EsPftRAN
. ¡Huele!
quien bien me quiera; cabeza ^^B
^K PrKOÓN.
iPaso, carichala!
todo marido ha de ser ^^H
■ Esperan
. No hay paso.
á c^uien siga su mujer. ^^B
Diome la naturaleza ^^B
■ Fisdón.
Pues, haya envido.
H Esperan
. NI hay envido.
esta humilde profesión, ^^B
f PCMDÓN.
¡Oh, vacialriz!
y vos habéis de imitarme, ^^B
1 ESI'BRXN
. ¡Oh, sastre, y más aprendiz!
no yo á vos, que es afrentarme. ^^B
1 Pendón.
Malo, doime por vencido.
DoROT.
.\cetu esa condición. ^^B
1 RoBEhT.
Cásese él, que esos extremos
¿Queréis más? ^^B
1
el tiempo lüs curará.
Homo.
Querreos mucho. ^^M
1 Sabina.
Hablando con ella está.
si lus domingos y fiestas ^^H
1^
lo que la dice escuchemos.
os confesáis, porque en éstas ^^B
^ADorot.
En fjn, ^no me decís nada?
andar las damas escucho ^^B
^■Houo.
Nada osdigo, pues que callo;
vagando por la ciudad, ^^B
^B
yo os prometo que no hallo
y no habéis de querer vos ^^H
^H
cosa, señura casada^
que días que son de Dios _^^^ñ
^H^
que deciros de momento.
Creólo, que amor desnudo
se den á la vanidad. ^^^^M
^■DOROT.
DoROT.
Prometo cumplirlo ansí. ^^^^B
^H
á los principios es mudo;
Homo.
Habéis de ser imosncra 1
^^^
el propio efeto en mí siento,
de modo que, aunque no hubiera ^J
^^^^L
que estoy muy enamorada.
más de un pan que darme á mi, ^^|
^^^^P
señor y duiño de vos.
ó para comer los dos, ^^H
' Homo.
Más vale estarlo de Dios.
si llega un necesitado, j^^^^M
que yo no os sirvo de nada.
con respeto y con agrado ^^^^H
se le deis en él á Dios; ^^^^|
DOROT.
Amaros para marido
no es con intento liviano.
veréis cómo se acrecienta ^^^^|
^HOMO.
jPlegue á Diost
después. ^^^fl
^B>0ROT.
Dadme la mano.
DORÜT.
Todo eso es muy justo, ^^B
^^OMO.
iJeSÚs! ¿yo mano? (Retírala.)
v más daros á vos gusto. ^^B
DOROT.
Dncogidú
Homo.
Pues asentada esta cuenta, ^^B
sois, dalda acá...
ya me parecéis hermosa; ^^B
Homo.
No hay que hablar;
ya mi aspereza cesó; ^^B
^_^
6 estas son vistas ó nó.
ya os tengo en el alma yo; ^^B
ya os intitulo mi esposa; ^^B
^H>OR'OT.
Sólo á veros vine yo.
^W^o.
Ver, pues, pero no tocar.
ya os beso esta blanca mano. ^^B
^HlÉDT.
.Mal debode pareccros.
DüROT.
Óigaos yo regalos tales, ^^B
^^^^■D»
No me parecéis muy bien,
y en los afectos iguales ^^B
^^HB
mientras belleza no os den
os halle yo tan humano, ^^H
^^^H
los adornos verdaderos
que no envidiaré coronas. ^^B
^^^H
que la virtud califican.
Homo.
La mitad del alma mía ^^B
^^^^B
Yo, en fin, he de obedecer
os llamad desde este dia. ^^fl
^^^H
¿ mi padre; si mi inuier
DoROT.
lOh, amor, que almas eslabonas, 1
^^^H
habéis de ser, cual publica
dos en una unidas tienes! M
^^^H
deseos que os agradezco,
Prima, Roberto, ¿qué hacéis ^^fl
^^^V
asentemos Condiciones.
que mi bren no encarecéis ^^B
^^MftOT,
Cuanto más secas razones {Aparit.)
v me dais mil parabienes? ^^B
^B
me dice, más le apetezco.
Sabina.
Los que gozas duren tanto, ^^M
que jamas los desbarate ^^fl
^B
Dios debe de ser servido
^H^
que este hombre mi dueño sea.
el pesar. ^^B
^HOMO.
Vos, señor» Doróte.'»,
ROBERT.
Siglos dilate, ^^M
^B
habéis de mudar vestido
hija, amor, yugo tan santo. ^^B
^B
que con más honestidad
Pendón.
Lleguen á ver vucsasledcs ^^B
^H •
se proporcione á mi estado.
choznos de choznos, que nietos 1
^B
Soy un sastre; no me han dado
vengan á ser de biznietos ^^B
^B
mis padres más calidad;
de rebiznieíos. ^^B
^B
¿qué queréis que el vulgo diga
Esperan
Ya excedes ^^B
^B
cuando os viera entronizada.
en conformidades presas ^^M
^B
sastre yo, vos adornada.
las almas años prolijos,* ^^B
L
de andar en coches amiga.
^
vean Papas á sus hijos ^^B
1
^^^^^^^^^^^ Y
SASTRE
^^^^1
H
y á sus hijas abadesas.
Pendón.
Vencedor ^^^^|
v^
PfiNDÓN.
Amén.
de los dos, acaba agora * ^^M
■
ROBEBT.
Volvamos á casa,
donde con tálamo igual
amor os jume.
de llevarse el gallinero. ^H
El entró aquí aventurero.
y ella, que es mantenedora.
1
1
No hay mal
que ponga á mis dichas lasa.
¡Veniurosa yo, que gozo
belleza y virtud!
)ues que le ha de susieniar,
a sortija ó el anillo
de esposa le dio, el decilio
yo os daré que sospechar;
w
Homo.
Mi r>ios,
sed nuestro himeneo vos.
pero no hablando peinado,
digo, á fe de buen Pendón,
H
Pfndón.
¿Oyes, moza?
que es la dama, en conclusión, '
H
Esperan
No oigo, mozo.
del sastre su desposado.
^B
Pendón.
^'Quieres que mairiinoñemos?
porque entrándole á tomar
H •
Esperan
. .jPues no?
la medida de un vestido
^^
Pendón.
Pues loca.
se le vistió de marido.
B
Esperan.
Pues tome. (Oalt.)
y fuera os mandan echar
^^
Pendón.
¡Ayl
de esta pretensión, por señas,
H
Esperan
Sí hay.
que esposos desie jardín
^1
Pendón.
Dcsnarigome.
se van ruin con ruin
H
^Pero <|uerrásme?
*
que asi se casan en Dueñas.
V
Esperan
Veremos.
(VansúfSino «» Peodóo.)
Grlmal.
Si no supiera que el vino
te hace hablar desaliñado...
1
_^ Pendón.
¿Veremos? ¿Por el plural?
Ansí hablan las Paulinas.
ESCENA V
Safen Lstio y Gt«:MALtio.— Dicho.
Pendón.
Lelio.
Pendón.
Yo so^' un pendón honrado,
y ei vino esta vez no vino.
,iCon un sastre?
¡Vive Diosl Má
que estaba por él perdida; ^H
que él le tomo la medida ^H
y amor agora á los dos; ^H
y que no se le da un higo ^H
^1.
Lelio.
Verás cuánto desalinas;
por vuesastedes. ^H
H|
k
pues los dos al tribuna!
Grim\l.
Si hará, "
^H
■
citados de Dorotea.
que es mujer y escogerá
^^P
ha de quedar concluido
lo peor.
^p
*
nuestro pleito.
Pendón.
También lo digo.
■
GniMAi..
Yo he venido
seguro de que en mi empica
Lelio.
¿Con un sastre, y mi nobleza
desprecia?
^H'
su gusto y que te aborrece.
Grimal.
¡Ah, mujerl...
^^.
Lelio.
La soberbia es presumida.
PtNDÓN.
En fin.
^V
•
pero en ti desvanecida.
Sancho para su rocín.
H
Pendón.
Vuestro amor se está en sus trece
tal simple, para tal necia.
^^
y aunque en sus catorce esté,
ÜRIMAL.
jCon un oficial tan bajo? ^j
Eso no lo sufriré, ^H
^H
^
la dama escogió otro gallo.
Pendón.
^H
^^^^
el que á esta quinta á caballo
que ser sastre profesé ^H
desde hoy cosiendo á destajo; '
^H
^^^K
vino, volveráse á pie;
^H
^^^1
porque ya el niño con alas
y aunque de moneda fallo.
^H
^^^H
que se pintaba desnudo,
contra necios que le infaman.
^H
^^^B
si holgazán hasta aquí pudo
y oficio bTJo le llaman
^H
^^^^m
pasar en carnes sin galas.
se suele coser en alto;
^H
^^^H
como ya es boca de invierno,
y tanto lustre te dan
^H
^^H[
hasta que vuelve el Abril,
los libros (citarlos quiero),
^1
^^H
aprende oficio sastriL
que Dios fué el sastre primero
^H
^^^K
y entre sus ribetes tierno
que vistió á Eva y á .Adán,
^H
^^^H
ropas busca que autorice
Dios se llama Alfa y Omega,
^H
^^^H
su desnudez, y ha querido
y el sastre es, por más quilate,
en Portugal, Álfayate.
^1
^^H
mientras hilvana el marido
^p
^^^^
que la mujer ojalicc.
con que el Alfa se le pega.
V^
Lelio.
¿Qué dices, loco?
Y siendo Dios uno y trino,
^^
_^ PtNDÓN.
Perdono
que este oficio comenzó, <
el nombre de tres le dio
^H
H
el titulo que me dan,
^1
L^
que presto le adquirirán.
cuando al sastre á nombrar vino;
^1
^^
¿Conocen á un Homo Bono
aunque corrupto después.
^H
vecino aquí y morador?
5ues por ser tan singular,
os sastres quiso llamar
^^
Gdimal.
Creo que le ol nombrar.
1
Lrlio.
L
Un sastre es que ha de morar
cerca de aquí.
no sastres, sino san tres;
porque el Santo tres y uro
ACTO SEGUNDO
cortó á nuestros padres fieles
vestidos de aquellas pieles
cuando quebranto el ayuno.
La soberbia y interés
que nos inclinó á pecar;
V ansí chitón y estimar
los sastres, que son San Tres. (Vate.)
ESCENA VI
Lelio.
Gpjmal.
Ltuo.
jatMAL.
LiLto y GnikLAtho.
.«lio. Si esto es verdad, ¡vive Dios
que he de cxecutar castigos!
jMMAi.. Sido habenrjos enemigos:
conformémonos los dos
para trazar la venganza.
^Con un sastre? ¿hay tal afrenta?
\o no es mucho que la sienta,
viniendo con esperanza
de verla gobernadora
de Milán y de Pavía.
Yo en heredando entendía
hacerla presto señora
. de un más que mediano estado.
Burlóse de nuestro amor;
que, en fin, el lobo peor
se come el mejor bocado.
<■ Dónde vive esc Homo liono?
. Aquí cerca, mas la casa
de la ingrata con quien casa.
por ser de mayor abono
y más rica, servirá
del civil tálamo agora.
Pues si ese tálamo adora,
túmulo suyo será;
seguidme, amigo Griinaldo.
. Jl»ues qué pretendes hacer?
Vengarme de una mujer
tan poco cuerda.
Pensaldo
primero.
Pensado está.
jQuién tal elección crevera?
Quien en ellas considera
que naturaleza está
corrupta.
üw«*t D. Eso no lo ignoro.
cjue escogió (en historias hallo)
Semiramis á un caballo,
Paisfae lasciva á un toro.
^íLio. Seguidme, que de ese aviso
casi estoy por decir yo,
que peor que esas escogió
la mujer que á un sastre quiso.
(Vantt.)
ESCENA VM
^*ttntt santo Hono Bono > un PotinB muy roto.
^»8. Vime, señor, en estado
feliz y rico, otro tiempo,
las desdichas ¿qué no mudan?
El mundo es mar lisonjero,
convida con las bonanzas,
embárcase el pasajero,
truécase en tormentas todo;
Lruo.
.Grimald
Ulk).
GUIMALU.
L-íuo.
Lsüo.
porque donde reinan vientos
¿quién hay que firhieza aguarde?
Amores, hesias y juegos,
triunvirato de los vicios,
mi sustancia consumieron
cuando rico tuve amigos;
cántanle al sol en naciendo •
porque le ven caudaloso
de rayos de oro; mas luego
que le ven pobre de luz
huyen avt;s; que en invierno
no perecen las hormigas
que al trigo el agosto fueron.
Solo, señor, me dejaron;
ya ni me conocen deudos,
ni estiman acompañarme,
sino llantos y escarmientos:
doleos de mi desnudez.
Homo. La compasión que yo os tengo
es tal, que no necesita,
mi pobre, de esos ejemplos.
¿Vos desnudo y yo vestido?
no lo permitan los cielos.
-Novio soy, no vio mi padre
mis peligros, que está ciego;
en el mar que os llevo á pique
echa á fondo el mucho peso
á quien de hacienda se carga;
si agora la Cruz me han puesto
del matrimonio, que es plomo,
anegaráme en su centro
no aligerando su carga;
entre los dos ia llevemos
yo la Cruz, y vos la ropa.
íDesnUdant.)
Tomad, vestios, que allá dentro,
en mis fiestas ocupados,
no me verán socorreros.
Desnudo en la Cruz estuvo
mi Dios, humanado verbo,
cuando en tálamos de sangre
"¡e desposó amante tierno
con la Iglesia; esposo soy,
Cruz me ponen, y asi quiero
en mi Cruz estar desnudo,
por imitarle hasta en esto.
Tomad, tomad y partios;
no salga quien pueda vernos
y piratas os despojen.
(Tr titean vesttdot.)
Pobre. ¡Oh, asombro del siglo nuestro!
|Oh, sastre que viste á Dios
en sus pobresl Los pies beso
que estrellas han de pisar.
Homo. Pobre, ¿qué hacéis? Idos luego,
que siento gente.
ESCENA VIII
Suena la muiica, y tale el Pobre arriba vejtido de la
ropa del Santo, con resplandores, y aparece un
CRItTO.
Cristo. Homo Bono
por escarnio me pusieron
púrpura cual rey de burlas,
ios mgratos de mi pueblo;
^^^L^l6 ^^^^^^^^r Y SASTRE
^^^^H
^^^^^H tú de veras me has vestido.
desposado es recoleto. ^H^B
^^^^^H deudor soy, pagarle quiero
Surge et ambula, que están
^^^^^H la ropa que me has cortado
nuestros convivos diciendo
^^^^^H talle de mis deseos;
á las tripas, «dilátate»
^^^^^^B bien sabes tomar medidas,
y al gigote respondiendo,
^^^^^^^^H pues justamente me veo
«que me enfrío, que tirito»
j^^^^^^m vestido y galán por ti,
y dos patos reverendos
^^^^^|r y asi desde hoy más te ten^o
cantan al son de los frascos
^^^^^F por mi sastre, las hechuras
este estíibiilo: «comednos»
^^^^HL te pagare, repartiendo
Pero ¿cómo estás desnudo?
^^^^^H contigo de mis trabajos
Homo.
Porque el matrimonio es fuego;
^^^^^V moneda, que estima el cielo.
y en tales caniculares
^^^^^^r A percibetc á sufrirlos,
se desnuda quien es cuerdo.
^^^^^H que por el camino mesmo
Pendón.
¿No asamos y ya pringamos?
^^^^^H que yo, cobrarás en gozos
eso es sudar por invierno.
^^^^^H las usuras deste censo. iUtsapartcej
Aún no has locado á la novia;
¿dónde la ropilla has puesto?
jQué es del sombrero y la capa?
Amigo, descuida desso.
^^^B
H0.M0.
^^^^^^^^^^^^^B Hrnio Rn^n
Pendón.
¿Pues tienes de entrar ansi?
^^^^^^^^^^^^^^^^■, IIUHU UU^va
Homo.
No, sácame de allá dentro
^^^^^K Mi Dios, mi señor, mi bien.
un vestido más liviano.
^^^^^^fe l7>r rodillas.)
Pendón.
Vov, pues, por él.
^^^^^H mi Rey, mi Pastor, Cordero,
Homo.
Con secreto,
^^^^^B mi rico pobre.
sin que le sienta ninguno.
^^^^^^H volved, ^por qué os vais tan presto^
Pendón.
Harelo ansí: mas ¿qué es esto?
^^^^^H ¡Qué bien pagáis los vestidos
(Voce* y alboroto de dentro como qnti
^^^^^B que os hace ei humilde celo
gueman.)
^^^^^Kf de quien tira vuestros gajesl
Uno.
¡Agua, que se está abrasando
^^^^^r Si os vistió del sayal nuestro
nuestra casa!
^^^^^p vuestra madre, dadivoso
Todos.
¡Fuego, fuego!
^^^^Bi pagáis el vestido nuevo
Uno.
Tomado nos han el paso
^^^^H^ con hacerla (emperatriz
•
las llamas.
^^^^^f de los Querubes supremos;
ÜTRO.
¡Socono, cielos!
^^^^^Pl ^i en accidentes de paz
Pfnoón.
¿Socorro? que nos socorran
^^^^^b os disfrazáis encubierto.
socarrones elementos:
^^^^^^L pagáis la amorosa hechura
¿qué habernos de hacer, señor?
^^^^^H dándoos, mi Dios, á ves mesmo:
,jH«y pozo, hay noria en el hueru
^^^^^H si yo un pobre vuestrtj visto
H^jMOB.
Va, mi Dios, vuestros trabajos
^^^^^V ' mé prometéis, cuando menos.
comienzan, y yo comienzo
^^^^^H coronas del oro puro
con paciencia á recibirlos.
^^^^^^B que se labra en vuestro reino.
y con gusto á padecerlos.
^^^^^^B Pues sois tan buen pagador.
Tonos.
¡Agua!
^^^^^V yo, gran señor, os prometo
Pendón.
Mejor fuera vino.
^^^^^B que he de vestir al fiado
Uno.
¡Agua!
^^^^^H cuantos pobres sin remedio
Pendón
Aquel es tabernero:
^^^^^H libraren, en mí limosnas:
.maldiga Dios quien lal pide! (V«
^^^^^^1 y si son trabajos premios.
^^^^^^P que ya calificasteis,
^^^^^B vengan millares, que en ellos
^^^^^^1 funda'C V o mis partidas;
ESCENA XI
^^^^^^B pues SI hipotecáis los cielos
^^^^^H que á ciento por uno pagan,
'
Suledtacabtllada r>oi«oTEA. Lutgo P»WDdn ^
^^^^Hr rico soy. que allá no hay pleitos.
y KSPKRANZA. — DrCBO.
^^^^V (Quédate dt rodiltaa *l*»a4o.)
DOROT.
Esposo, el nombre de Buenr^
que tienes, si se conforma
^^B
con tus obras verdadero
me defienda, que me abraso.
^^^^H Salt PcMDÓH.— DicNO. í.mgoVoc.Ks.
me socorra que me quemo.
^^^ Pendón. ^Dónde estará nuestro novio,
^J^ que sin saber que se ha hecho
Homo.
Piadoso Dios, no permita
vuestro amor clemente y tierno.
^^^L le esperan los convidados
que mi esposa sea manjar
^^^^L la mesa y la cena en medio?
lastimoso deste incendio.
^^^^^^ Oigan aqui la postura,
^^^^^^H novio y hincado en el suelo.
Imite yo á Job agora.
padezca mi hacienda y cuerpo.
^^^^^^m sin ser clavo, los hnojos.
no el alma, la vida no'.
ACTO TERCERO
»7
sacarla en los brazos quíeru
en vuestro favor liado.
'l.lébala ei\ bra^ot. Sale l'cntJún con un
cántaro.)
jSan Antón, San Telmo,
San Cristóbal en los rayos.
Santa Bárbara en los truenos.
íe rogamox audi noxl
(Sait Kipcran^i con niro cáutaru; en-
cuéntrast cun l'eadóo, ifuiébriínliisy caen. )
ÍSfEflAN. jAy!
*EMDüN. Esperanza ^quc lias hecho?
ispeKAN. Cascos y no de membrillos.
SNb¿K. lün los míos, á lo menos,
locaste casco ¿& do vas?
ist^ítxs. .¿Qué sé yo?
*ENuÚN. * Seguirte quiero.
ESPERAN. No es este tiempo de burlas,
que me abraso.
Pie de puerco
seré pues que me chamuscan.
En la tinaja niv meto
del agua.
f'Ues no te siRO
que me volveré cangrejo. (yast.)
ESCENA XII
taien Lki.iu y Grivaluu ylutgn HuMeBoHo, y asidnn
DonoTitA, Sahína, KsrBHAK/A, Huftfcii-lu, Valickio y
.ELto. Abrásense, pues me abrasan
en la Troya de mis celos.
idMo. No i'.-man, mis pasos sigan.
ImMAi.. Dividiéndose va el fuc^o
por donde iiomo Bono pasa.
gue es santo, y tiene respeto,
lesmayada va mi esposa,
«liviad sus desconsuelos
en tal trabajo. Dios mió.
k. Mientras le toco no temo
las llamas que huyen de mi.
iT. Contigo seguro vengo,
caro ¿Deas desie Anquises.
»jf. Eslabonóme siguiendo
estos cofrades de luz.
AN. Yo tras ti, Pendón, no lemo.
*ENDÓN. ¿Tu tras mí?
Í5PEHAN ¿Pues no lo ves?
*»NDÓN. iQué mala contera llevo!
ioMo. Ea, mi Dios, abrasada
la hacienda, mejor podremos
serviros, que siempre han sido
los bienes impedimentos
de la virtud. Padre mió,
en vuestra casa el remedio
destd desgracia tengamos.
''wttRT. Vamos hijo, pues tan presto
cuando rico te juzgaba
empobreciste, que necio
es quien de crandelas fía
y no en virtud.
>ÓN. ' Parecemos
sin cascaras y en camisa,
jKsperancilla, dirclo?
tRAíf. Di lo.
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO M
Pbnuón.
Homo.
DoKOT
P m o n c s monuadoT
wt c«^a del pastelero.
ACTO TERCERO
ESCENA PRIMERA
Salen DoRQTKA, tn hábito hontsto y Homo Bono
tambitn.
DoKOT. ¿Qué perdiciones son éstas,
Momo Bono, ó hombre malo,
que tanto pesar me cuestas?
¿es éste el gusto y regalo
que en nuestras bodas funestas
me prometiste? ¿Estas son
las ofertas que me hacías?
¿Las muestras de tu afición?
¿El fingir que me tenias
impresa en el corazón?
..•Pues en qué he desdicho deso?
En que después de abrasada
mi hacienda, mi casa, el grueso
caudal que me hizo envidiada,
quizá por mi poco seso;
cautiva, si antes señora,
en la casa de tu padre
donde la miseria mora,
donde la pobreza es madre,
Suc siempre la hartura ignora,
espués que solo quedaste,
y tu padre se murió
su corta hacienda heredaste,
y mi dicha se trocó
en penas, desperdiciaste
pródigo, la humilde herencia
con que pudieras pasar,
¿basiarame la paciencia
a verte á mendigos dar
cuanto tienes? ¿No es conciencia
que á tu mujer empobrezcas
porque á torpes pordioseros
cada instante favorezcas?
Socorran los caballeros,
que no es bien que tú perezcas
porque oíros coman. (Llora.)
Hermana,
no llores, mi bien, señora;
quien ciento por uno gana,
quien en su patria atesora
¿no es cuerdo? ¿No es cosa llana
que el pobre que se destierra
á las Indias, desde allá
despacha el oro á su tierra,
donde después no hallará
trabajos que le hagan guerra?
Si aquí somos pasajeros
y en unas Indias estamos
donde, en fin, como extranjeros
buenas obras empleamos,
que valen más que dineros;
y hipotecando fianzas,
Dios que esta finca asegura,
en sus partidas le alcanzas,
¿no es bueno el prestarle á usura?
IlüMt
^^^^^^^B SANTO Y
SASTRE ^^^^^^^^^^^^^^^1
Los pobres son las libranzas;
<.iái instante frutos Ceres. ^H
Oíos mismo las rubricó,
¿No es justa la pena mia, ^^H
¿no cobran los que los aman?
M lo que en un año adquieres ^^|
¿Dios por ellos no salió?
dus á pobres en un día? ^^^^H
letras de cambio su llaman,
Ven acá, desperdiciado: ^^^^|
roUs si, falídas nu.
siendo tú un pobre olicial, ^^^^B
que en la aguja ha vinculado ^^H
¿Pues qué penas te hacen guerra?
y dime, ¿qué pcrcf-rino
el limitado caudal ^H
no admiic, sino es que yerra.
que me redujo á este csmdo, ^^H
el hambre y sed del camino
¿por qué las más de las horas IH
por vivir rico en su tierra?
has de gastar en visitas
H DOROT.
En valde gastando estás
de en ferinos que no mcjorüS?
¿Por qué al sueño el tiempo quitas
ejemplos, que es barbarismo.
nuestra ley dice: «amatas
y siempre rezando lloras?
de la suene que á ti mismo
¥.\ cielo es todo alegría;
á lu prójimo, no más.»
su tiempo tiene el llorar, j
Si como á ti mismo amaras
como la noche y el día, ^^^Hf
pobres, tú los .socorrieras
y la devoción lugar ^^^^H
con límite, y no gastaras.
en ella, si en Dios la fía; ^^^H
loco, con estas quimeras
¿tengo yo de estar al lado ^B
tanto, que hambriento quedaras.
de un hombre que cternainenle
¿No eres tú primero que ellos?
suspirando y congojado
Pues ¿por qué por ti no miras?
me consuma?
H Nomo.
Razones por los cabellos
Homo, ¡Qué imprudente,
traes que disparan mentiras
Dorotea, has imiíado
y engaños, cieca con ellos.
Yo tengo, mi Dorotea,
á la mujer de aquel sanio,
^^^^^B
prodigio de la paciencia!
¡Tij, reprendiendo mi llanto.
oficio, gracias á Dios,
^^H-
que nuestro socorro sea.
y etls la justa obediencia
y psra vivir los dos.
que le ntcdró nombre Linio!
tu labor y mi tarea
«Bendice á Dios, le decía.
nos sobra, l'na posesión
y muérete»; y tú también
de mi herencia he reservado.
reprendes la pena mía.
^^^H ,
cuyos frutos en sazón
porque tus hijos no ven
le sacarán de cuidado
cuan mal dice el alegría
y á mS de tu indignación;
con las culpas, que son jueces
que siempre el cuerdo tembló.
en ella el cíelo dilata
por la tierra su tesoro.
¿Bisa, pecando, me ofreces?
siempre á la limosna grata,
nadie á Dios riycndo vio,
con trigos de granos de oro
mas si llorar muchas veces. ^m
y ovejas que peinan piala;
DoHOT. Ka, llora hasta que estés ^H
allí (si en hacienda apoyas
ciego; veremos de! modo ^H
lu interés), de verdes parras
que puedes ganar después ^H
forma Baco claraboyas,
de comer; gástalo todo ^^^H
cuyas bflsligas bizarras
en pobres; vive al revés; |^^^|
cuelgan racimos pur joyas;
no repares en los fines, ^^^H
allí, pasado el Septiembre,
que al fin la gloria se cania, ^H
heredero del Agosto.
puesto que no la imagines. ^H
Prima con los monjes canta; W^^
cuando á usura el grano siembre.
paga el campo en trigo y mosto
con ellos vele á maitines: ^4
censos q^uc goza el Diciembre;
llama á sus puertas helado, " 1
allí, en hn, esposa mía.
y deja sola á tu esposa, I
pechera Ceres cada año
pues su amor te causa enfado; \
para ti regalos cria,
porque á media noche es cosa
sin que esterilice el daño
santa que ronde un casado.
frutos que el ciclo nos fía,
Ven acá, llorón fingido:
que, como soy su rentero,
¿quién te mete á ti en mudar
^^^H'
no quiere que se destruya
el orden con que ha vivido
el mundo? ¿Manda cantar
el diezmo que darle espero.
porque como hacienda suya
niailines Dios al marido?
la guarda su jornalero.
Si entre tanto que lú ausente
■ DORÚT.
No niego yo que pudieras
dejas sin hombre tu casa,
con tu oficio y la presente
heredad pasar, si cueras,
algiin ocioso que siente
tu negligencia y se abrasa
menos recio y más prudente.
porque su amor no consiente
limosna con lasa, y vieras
violentase mi opinión.
que hay mañana, y que no cría
lus ventanas escalase
^^^^^^^^^^^^^v
•9^H
y gozando la ocasión
Homo.
¿Qué es eso? J^^^^
con la mujer, le quitase
PhNDÓN.
Es cierta ayuda ^^^^|
la honra v la devoción,
que me enseñó Dorotea; ^^^|
¿pudran después restauralia
un pobre nos pide pan ^^^H
los mailincs y la prima?
y señora me ha mandad<j ^^^^H
lo. ,;Paes no?
que dé á lodo remendado '^^^^|
!oT. " Calla, necio, calla;
un «Dios le provea» galán. ^^^^H
lu cas» y mujer estima
H0.M0.
¿Qué dices hombre perdido? ^^^^H
ya que no sabes amalla
que á no ser yo la que buy,
¿á Dios de casa despides? ^^^H
pan cotidiano le pides ^^^^|
aprovechase ocasiones
y cuando él mismo ha venido ^^^^|
que, cuerda, de mano doy;
por los réditos del censo ^^^^H
y advierte que persua-jiDnes
que cada instante nos fía, ^^^^H
rne han perseguido habla hoy
jIc echa tu descortesía ^^^H
de casa? ¡Señor inmenso! ^^^^H
de quien tú puedes saber;
gastos y pasos acorta,
¿hoy que venís vos á honralla? ^H
porque |4anes de comer
¿hoy que sois mi huésped vos? ^^^^H
Que' no es el que vino )ios ^^^H
y mira bien lo que importa
Pendón.
tu honor y el de tu mujer. (Vast.)
sino un iraga sopas. ^^^H
Hü.MO.
^^M
^^^H
^^ ESCENA II
PünimJn.
Barbero ^^^^|
sastre sf, que hurtar desea; ^^^^|
ilujiu Bono, und Voz y Hkhoún,
al pobre. Dios le provea, ^^^^|
su mujer me lo enseñó; ^^^^H
O. Celos, mi Dios, serán vanos
falta el pan para nosotros; ^^^H
si vus mi casa guardáis.
no está el tiempo para gracias; ^^^H
en ella por mi quedáis
los pobres y las desgracias ^^^H
contra peligros humanos.
se llaman unos á otros, l^^^l
Mas ¡ay pensamientds vanos!
aun no lo sufren los perros ^^^H
^quién no recela su honor
y «un Dios le provea* es trato ^^^B
si la virtud y el valor
al uso bueno y barato; g^^^H
tal vez desvelarse supo
como ensalada de berros. ^^^H
y en Joseph con tiempo cupo
Homo.
Anda, necio; llámala. j^^^H
seguridad y temor?
Pkndón.
¿Que le llame? Si él se fuera i^^^H
El santo y se desvelaba
aun vaya, á la puerta espera j^^^H
desmintiendo lo que vía;
que pan y caldo le dé; ^^^H
dejar su esposa queda.
no le echarán dos virotes, ^^^^H
puesto que no le culpaba;
si por él no te descarnas; ^^^H
yo vicioso, y que se alabe
que hay pobres, liñas y sarnas ^^^^|
de toda puerta, pegotes. ^^^H
mi mujer de vanidades
que pretenden mocedades.
Dadme vuestro favor, cielos.
Homo.
Pues dale pan. ^^^H
Pendón.
Si le ^^^H
que ya pasan de recelos
¿Eres hombre tú que dejas ^^^H
amenazas de verdades;
ni aun para guisar lantejas ^^^H
si de noche al templo voy,
un migajón? ¿no tomamos ^^^H
mi Dios, es porque sosiego;
cuenta al arca y ^us rincones ^^^^|
cuanto más á vos me llego,
acabados de comer: ^^^^|
tanto más cerca os estoy;
pues por no hallar que roer ^^^H
pero si así lugar doy
aun no hay en casa ratones? ^^^H
i que mi honor se destruya.
Homo.
PendóD, búscalo. ^^^H
^quéhede hacer?,; no es bicnquc huya
Pendón.
¿Qué dices, ^^^H
el riego que honras abrasa?
si los pobres que vinieron ^^^H
{De íícntro.) No temas, ve tú á mi casa,
cuanto quedó se comieron ^^^H
que yo guardaré la tuya.
con más hambre que aprendices? ^^^H
Anda y ten en Dios mas fe: ^H
lo. Pues si vos veláis por mf
Homo.
¿qué peligro me acobarda?
abre el arca y la hallarás ^^^H
«Si Dios la ciudad no guarda.
I^^^H
defenderla es frenesí»
Pe.ndón.
¿En eso das? ^^^^|
díjolo David ansí,
No ha un hora que la deje ^^^^|
y lo mismo decfs vos.
más despejada y barrida j^^^H
afirmándolo loh dos
que la barba de un capón. ^^^H
Anda y míralo. Pendón, ^^^H
sin peligros que temer.
Homo.
segura está la mujer
que Dios nos dará comida. «^^^H
cuya casa guarda Dios.
Pkndón.
Si acá fuéramos judíos ^^^H
'«DON. Hermano, Dios le provea.
pudiera llover maná; ^^^H
6 le ayude, si estornuda.
más murióse Moisen ya. ^^^H
^^^ao^
^^^^saÑt^^astr^^^^^^^^^^^^^^^^J
1 Homo.
Ve y no di};as desvarios.
esa vez se iransfinura ^^^H
1 Pbnüón.
Voy, mas no quedó migaja. (Van.)
nuestro bien en el favor, ^H
{-urque .i'^i quede notoria ^H
>u fe V venza á nueslru engaño,^H
ESCENA III
que fué dar muestras del paño ^|
con que nos viste en la gloria. ^H
Homo Boko.
Lo mismo hace hoy su caudal. ^H
pues porque seyura csics ^M
Señor, que piadoso creces
dc lo que á sus pobres des, ^H
cinco panes y dos peces,
esto no es más que señal ^|
y haciendo á Asucro ventaja
que allá nos |>uarda en el cielo ^H
á cinco mil das convite,
lo que Pablo, aunque lo vio, ^H
que fuerzas y aliento cobran.
á decir no se atrevió. ^|
V doce espuertas que sobran
Aumenta dc hoy más el celo ^|
hacen que más se acredile
que debes á sus privados, ^H
la fe, que introducir quieres
pues sus tesoros inmensos ^H
de tu poder soberano.
obb^^a á infinitos censos ^H
no está abreviada tu mano.
dc caudales limitados. ^H
Dios fuiste entonces, Dios eres.
DoROT. No icngo que responderle, ^H
no permitas que mi rasa
esposo, sino es pedirte ^H
hambriento al pobre despida;
perdón, dichosa en servirte ^H
á ti te diste en c.'mida.
y cuerda en obedecerte. ^H
que iu amor no tiene i.isa;
¡Mil veces feliz mujer ^H
dame, mi Diiis, que le dé
que tal dueño goxsi y ama! ^H
á 11 mismo,
Homo. La, mi bien, los pobres llama. ^H
pues Dios los da de comer; ^H
repárteles sus despojos. ^H
ESCUNA IV
DüwoT. i Ay, pensamientos tiranos! "^H
toda para dar soy manos ^H
■ Salt l'ttxnyH Jando voces. Luffto I^ohutba— Dicho.
si en guardar toda he sido ojos.^H
^^PCNUÓN.
¡[incantamcnlo,
milagro, asombro, pórtenlo!
^^1
(Sale l>orolca.)
ESCENA V ^^H
P boROT.
^De qué das voces?
IJ DMO BoKO y PKNUdX. ^^^^1
ft l'tNUÓN.
¿De qucí*
Acude al arca del pan
Pendón. Agora que hay que comer ^^^B
y hailará&la llena toda
no nos dará la tarea ^H
de roscas, pan de tu boda.
malas noches; Dorotea, ^H
de (orlas de mazapán,
que trasnochaba á coser, ^H
de rosquillas y de bollos,
se podrá acostar tcmpr.-ino ^H
de molletes de manlLca,
y yo que por su ocasión ^M
dejárnosla boquiseca
soy tu aprendiz, y al l'e ikIóii ^M
sin miKaias para pollos;
añado tiras en vano, ^H
mas tu marido que abo;;»,
me podre quejar dc ti, ^M
por pobres que desembarca.
que de hambriento cada día ^H
de nuestra arca fue Patriarca,
alforjas al viento hacía. ^^^H
y ella es Arquisinafioga;
HoMij. Palabra esta tarde di ^^^H
arcadas de nuestra te
de acabar para mañana ^^^H
que el hambre libra dc arcadas,
la ropa de una doncella, ^^M
duquesa dc Arcas.
que ha de casarse Ci^n ella, ^^M
W DohijT.
1 Ya, enfadas!
y por ser honesta y llana, ^H
^^ PfeNüÓN.
Y es un arca de .Noc;
que yo no coso locuras ^H
¿de .Vgt«.> No dije bien
de sí he, pues hay en ella
tanta dc a rosca belta:
de lelas y guarniciones. ^H
yesca de las tentaciones ^H
y lazos de la hermosura, ^H
si piensas que miento ven.
me huelgo que se concluya; ^H
señor, venciste, acertaste.
mientras que la acabu, pues, ^|
K HOMU.
La fe nunca supu errar;
los jornaleros que ves ^M
Dorotea, sin sembrar
que en mi granja, también tttya^^H
jamás la cosecha hallaste.
pues mis herederos son ^H
Dar al pobre es dar al rico.
los pnbres, esperarán ^H
porque paga Dios por él;
su merienda, lleva pan, ^H
vino y cecina. Pendón, ^^
quien con ellos es cruel
lo es consigo, aquí le aplico
y diles que vas por mi,
ejemplos de lu favor
que aunque ayer fui á visitarlos ^^
y premios de nuestra usura;
hoy tengo que hacer aquí. ^M
■
^^^^H^^^^^ ACTO TKHCEUfí ^^^^"^^B
HBmP
^^^m^ cocina ^adonde 1
Una voz. (CdnM.) *En vos enclava los ojos ^H
^^
lo hHbetnos de lullar? Si cu c.isa
traspasada del cuchillú, ^^|
H
como por portazgo p«sa
que predijo Simeón ^^|
H
cuant.*) comida se esconde
tu corazón alligido. ^^M
B
en lu despensa y cocina.
Dccilda, que pues os ronipcn ^^H
MuMO.
En el arca la hallarás.
las ropas que el par»ninlu ^^H
^nMoóN.
Hn ci arca hay pan no más.
vino á pCxiir que os vist ícsc ^^^^H
|L
que el cielo nu hace cecina.
cuando con el Ave vino, ^^^^H
Homo.
iji csu V más de mi Dios fias,
no dudes, ve.
que os vista agora del sol ^^^^H
H^
que la sirve de vestido, ^^^^H
^Vrviiñv .
Yo no lo dudo;
aunque en tinieblas de llanto ^^^^H
■
pero ni s>iy cabezudo
mal su sol podrá vestiros. ^^^^H
^
ni pido á Dios gollerías,
jA y, pobre rico, ^^^^H
vestidme vos agora de vos mismol ^^m
v^
corno tú.
Homo.
No seas cansado.
lIoMon. A esotro lado tenéis ^H
Hcnlm'»n.
Voy, más con hsrto reccUi.
mi Dios, vuestro Juan querido, ^^H
H
que si liny d.a cecifia el cielo
que os llora agora despierto ^^|
^^
lilflñniin dniii adobado. (Vii.ti- )
L
y antes os gozó doriiiiJo, ^^H
Desnudo os ve, y pues le rompe ^^^H
el dolor de su marlirio ^^^^H
^^^^^1
f KSCENA VI
las lelas del corazón. ^^^^|
^^^^^
Mox» BoHo. Luegti ('ha Voz
de tola podrá vestiros. ^^^^H
Al pie de esa Cruz está ^^^^|
^^^^Ip
How>.
Anuía y hilo hay aquí;
la que por pies se ha valido, ^^^^H
H
Cosamos y contemplemos.
y por darla vos los pies ^^^^B
^1
que aunque cnnlrarios oxirt-inos.
hn dado de pie á sus vicios. ^^^^H
H^
pues Vos habitáis en mí
Haced que os vista, mi Dios, ^H
^^^_
dueño de mi corazón.
pues hechos los ojos Nilos ^H
^^H
no desdeñareis mi estilo,
pretende su amor, que á nado ^H
^^^B
que entre la aguja y el hilo
os libréis de esc peligro. ^H
^^^1
Cube también la oración.
\\y, pobre rico, ^H
vestíame vos agora de vos mismo! ^H
^^^K
í.isiénlase tn un banquillo y cuse una
^V
rupti.y iltntrí) i;iiii(ti una voz.j
L'na voz. {C<i>i<<i.i «1^1 oro de sus cabellos ^H
HIna vuz
. «.í'-nlie los trajes profanos
esmalta el rosicler lino ^^^H
H
quj en el mundo inventó el vicio,
de vuestra preciosa sangre ^^^^H
^^^
cantaba llorando un pobre
para que valga inlinito; ^^^^H
^^^L
delante de un cruciJijo:
decid, pues son de brocado, ^^B
^^H
Desnudo estáis por mis culpas.
qucns teja ornamentos finos, ^^^M
^^^H
amoroso dueño mío,
celebraréis Misa nueva, ^^^H
^^H
vos que los montes y valles
Sumo Pontífice Pío; ^^^H
^^^B
vestís de hierbas y lirios;
mas pues no halláis en el suelo "^^^^
^^^H
pedid que os vista otra vez
socorro, dulce amor mío, ^^M
^^^B
vuestra madre, pues los liil.is
alzad al ciólo los ojos ^^^^M
^^H
de su llanto os tejer-'m
y cubríraos de jacintos; ^^^^H
^^^H
la lela de sus suspiros:
mas. ¡ay!, que los ha cerrado '^^^H
^^H
¡Ay, Dios de amor, desiiu io;
el riguroso castigo ^^B
^^^*
¡Ay. pebre rico,
vestidme vos agora de vosmismol»
con que hacéis ejecución ^^^H
^B
Je mis deudas en vos mismo. I^^^H
^BuMu.
¡Oh, qué voz tan regalada;
¡Ay, Dios de amor dcsnudol ^^^H
■
y quó á propósito vino
¡Ay, pobre rico, ^H
vestidme vos agora de vos mismo! ^B
H
la música á mis deseos.
^m
la letra á mis ejercicios!
(Baja muy despacio un Crista erucijica-
^^^^
(Chsifnrio dict eslo.)
do, grande, desde lo mas alto del vttliia-
^^B
Cantando trabaja el pobre.
riii, y va subiendn Momo l'.ono at mismo
lOmpds, sin reparar que sube, haaendit
^^^^H
siento el jornalero alivio
labor hasta que á la mitad dt la pared se
^^^H
y dcsmieniecon el canto
junta con él, y entonces se levanta y le
^^^B
las tarcas de su oficio;
abraca.)
^^H
y vos. amoroso dueño,
Homo. iQu¿ de contado pagáis
^^^B
regaláis, tierno y niclííluo.
lo que negligente os sirvol
^^^B
con música mis sudores
Pelicano de mi amor,
^^H
pagados y agradecidos;
sol eclipsado divino.
^^^H
¡vos en Cruz y yo asomado!
comiendo el hombre soberbio ^^^H
^^^1
¿vos muerto por mi y yo vivo?"
fruta del Paraíso ^^^H
^^^V
¿yo sano y vos doloroso?
y vas prendado en la ropa ^^^^H
^^^B
..vos desnudo y yo vestido?
inocente y con castigo. ^^^^H
^^^H
i'A y. pobre rico,
Vístase, amoroso amante, ^^^^B
1
vestidme vos agora de vos mismol
el hombre torpe y lascivo ^^M
22
SANTO V SASTRE
I
I
sedas, que el gusano teja.
que >o dichoso me visto
desta humilde desnudez,
desios cardenales ricos,
desia grana misieriosa
desia púrpura de Tiro.
Al sagrado destas llagas
de mis esperanzas nido,
de mis con^ofes consuelo.
de mis lemofes asilo,
huvo de vuestro rigor.
á vuestra clemencia asido
á estos clavos sacrosantos;
mi Dios pcqu¿'. Iglesia pido.
¡A y, Dios de amor desnudo!
¡Ay, pobre rico!
¡qu<S más ventura si de vos me vislol
iKncúbrtnit los dot.)
ESCE.NA Vil
Lklio / GkikaI'Dü, como de nochr.
Lelio.
Esta es buena ocasión, que Dorotea
estará sola en casa, si del modo
que otras veces, su hipócrita se emplea
en trasnochar, rezando.
Gri.maluo.
Kl tiempo todo
Sasta devoto en Díus, y quien desea
su mujer (que yo no me acomodo
á pretensión tan bárbara) recelo
que intenta loco combatir el cielo,
hl en maitines, salmos á Dios canta,
y Dios á socorrer su honor se obliga.
Dios vive en esta casa porque es santa,
y Dios si tal vez sufre, tal castiga;
cuando él para alabarle se levanta,
posáis vos, Lelio, nr,ientras le bendiga
ejecutar el vicio que os abrasa
y competir con Dios en esta casa.^
Lei.io.
Por Dios, Grimaldo, que venis devoto.
A Dios me remilis ,;nü veis que es larde?
Alivio busco, porque llamas broto;
no se teme ane^ar el que se arde;
miedo debe engendrar vuestro alboroto;
como Letrado sois, seréis cobarde;
nunca es valiente la jurispericia;
plumas, 00 espadas, juega la justicia:
volveos, ürimaldo, á ver vuestros JJif^cUoi,
que yo he de proseguir con mi osadía.
GniMAl.DU.
.No términos en vos tan descompuestos
destemplarán mi noble cortesía;
yo sé leyes de honor como de textos,
reñir de noche y estudiar de día;
y si amistad con vos no profesara,
no la pluma, el acero os castigara.
Cicjío estáis, no me doy por ofendido;
competid con valientes, no con santos:
Homo Hono por tal es conocido,
gue vence no con armas, mas con llantos,
ijos el alcaide de su casa ha sido;
sus ángeles la guardan, contraíanlos
¿osaréis ser vállenle?
Leuo.
No sabia
que era elocuente ya la cobardía.
¿Qué santo ó qué nonada? El vulgo necio
le juzgará por tal, el ignórame:
no yo, que la bajeza menosprecio
que en traje de humildad es arrogante.
A un bárbaro simplón, ¿no es caso recio,
que el torpe vulgo estatuas le levante?
¿qué milagros le apoyan y acreditan?
¿qué muertos por su causa resucitan?
Andad, Grimaldo: en viendo cabizbajo
á un hombre, hablar por tiple, reprendiendo,
luego es apósiul; luego halló el atajo
del cíelo, su limpieza encareciendo.
Es el ocio, cuando huye del trabajo,
engaña bobos; no todo remiendo
tiene la santidad por ejercicio;
disfraces sabe hacer también el victo.
ün sastre miserable, un pobre idiota
que á titulo de humilde, su tijera
hurta más que las otras, sin dar nota,
porque juagan los necios lo de fuera,
soberbio el corazón, cara devota,
ya es utru San Alejo en la escalera
y puede ser que a^^ora en bodegones
irueque por embriagueces, oraciones.
Gki.mai.do.
¡Dios me libre de vos! ¡Jesús mil vecesl
Lelio, no os digo nada, la malicia
eclipsa las más puras sencilleces.
Lelio.
Y también es gitana la avaricia.
¡Vive Dios, que de engaños y dobleces
no he de creer la hipócrita noticia
que le apoya en Cremona, que es un...
Grimaldo.
¡Paso!
Lelio.
¡Miren de quien las gentes hacen caso!
¿Vos no advertís que con virtud fingida
nos llevó á nuestra dama, y qué burlados,
él jactancioso y ella arrepentida
nos dejó sutilmente lastimados?
Pues en venganza desto, si la vida
les costase esta noche á mis cuidados,
su espoi^a he de robarle y con violenta
mano templar mi amor, vengar mi afrenta.
(Ierr»d.i está su puerta, pero á coces
la echaré por el suelo: ya ha caído.
(/)d una cof ti la putrta, ábrtte. E»iá
tn ella un angtl cin un« tipuda <tt fvtgo^ \
cae l.clio Jesmayado, huyt Orinialduy
sale llúina Bono.)
ESCENA VIH
I'n AMam, QftiMAi-uojr IIomú Dono.
Anuel. iUlasfcmo!¿quccsAlcaidenú conoces
Dios desta casa?
Gkimai.. ¡Ciclos, favor pido!
{De*aptírect ti Ángel)
■
^^^^^^^^ ^^St^ercer^^^^^^^^^^^^^^^í^^^^
^^^^H
^^^0
y vuelva la voz suave, ^^h
1^^^
ESCENA IX
porque con ella os alabe; J^H
cantará después de mrdo ''^^^
H[ S«/« PstiDáN, Homo Boko, Lki ro>- lue/io Vsa Voz,
del modo que Zacarías ^^M
^L
aouel Bencdictus tierno ^^H
Himno d^la iglesia eterno ^H
0*1-10» O.
Al umbral de mi pucria ¿quién il«
^K.
[vozes?
que entonan las jerarquías. ^^
B'PSNOÓN.
Por Dios que los peones lo han bebido
{Uincast Lclio de rodUlas y hace xertas 1
^K
como unos paladines.
dt arrtpentirse.) J
HHomo.
En el suelo
Ea, Señor, que parece 1
■ .
eslá sin vida un hombre, ¡sanio cielo!
que humilde os pide perdón (OMiro.i^jJ
HFrxoón.
¿Seqor, eres lú?
Una voz. Hable por lu intercesión, ^^H
■Momo.
¡A y, Pendón!
pucsio que no lo merece. ^^H
^■K
A mis puertas desmayado
Lei.10. Pon. Santo, en aquestos labios ^H
^^^^p
eslá un pobre, yo habré dado
los pies, pues los has abierto; ^^|
á su desgracia ocasión.
cerrólos mi desacierto, ^^H
PaNDÓN.
¿Tú, por qué?
ellos te hicieron agravios ^^|
Homo.
Porque vendría
y ellos, desde hoy más, serán ^^H
con hambre y necesidad;
de tu virtud pregoneros; ^^|
fallóle mi caridad,.
murmuráronte groseros ^^H
la culpa. Pendón, es mía;
ya desde hoy le alabarán; ^^H
levaniémosle los dos. (Ltpáuianie.)
ofender torpe y lascivo ^^H
Pexdón.
¡Malos aiios, cómo pesa!
lu honestidad pretendí, ^^|
¿pues no huele á algalia?
volvió el mismo Dios por ti, ^^|
Homo.
Pendón, agora cesa
liadoso aunque vengativo; ^^^
^araiso fué tu casa, ^^|
de locuras. ¡A y, mi Dios!
¿No es esie Lelio?
quise entrar en ella ciego, ^^H
_^Pa>DÓN.
En la irampu
vibró un serafín de fuego . ^^|
cayó esla vez la raposa;
la espada que vista abrasa: ^^H
golosmea r vuestra esposa
yo propongo de imitar ^^|
quería, miren si escampa.
tus virtudes desde agora. ^^|
Homo.
No malicies.
Homo. Mi Dios, quien firme os adora ^^|
K Pendón.
No malicio;
mas calla, que ét lo dirá.
no llene que recelar. ^^H
Lelio, si el frágil sujeto ^^|
Homo.
Vivo parece que está.
del hombre deja postrarse. ^H
Pendón,
¿Si viene á aprender oficio?
tavor para levantarse ^^|
HOMOB.
¿Señor Lelio, á tales horas
ofrece el cielo al discreto; ^^|
vos por aquí? ¿qué queréis?
que yerre nuestra ignorancia ^^|
^
habladme, ¿no respondéis?
no es mucho, en el más robusto, ^^|
K
{Hact teñas i}ue tstá muciu)
siete veces cae el justo; ^^H
^
¡Hty tal desgracia!
pero la perseverancia ^^|
|PI%in>ÓN.
¿Pues lloras?
en el vicio, esa condeno; ^^^
Homo.
jQué ha de hacer mi compasión?
Decidme á lo que venís...
volved desde aquí por vos ^^|
por la honra vuestra y de Dios; ^^^
Leuo.
Aba, aba, ba.
ponga la prudencia freno ^^|
Pksdón.
¿ítabas pedís?
de la travesura loca ^H
¿mejor no fuera un jamón?
Sin duda que ha enmudecido.
y hacedme á mi una merced. ^^
Homo.
Leuro. Mandad, decid, disponed. 1
Pknoón.
¡Oh, si lo fueran también
HiiMo. Lo que os pido es que en la boca ^j
cuantas mujeres nos ven!
que abrió del cielo la ayuda ^^|
Homo.
¿Qué es lo que os ha sucedido?
viva seguro el secreto: ^^|
Leuo.
Aba, aba.
deste milagroso efecto ^^H
_ P«NI>ÓN.
Que vjó un Abad;
esté en mi alabanza muda, ^^|
ft
¿pues qué impona que le vea?
si en la de Dios pregonera, ^^|
H LCLIO.
Aba, aba.
que vuestro médico fué. ^^^
■ PE.HDÓN.
Fuen deletrea;
¿Prometéíslo? .^^|
señor, ya sabe el B. A. Ba;
Leliu. Callaré, ^H
escribirá cuando viejo.
sí bien la lengua quisiera ^^^|
1 Homo.
¿Lelio, no nos respondéis?
en que bajó la paloma ^^|
.
¿qué ha sido ésto, qué tenéis?
divina, para alabaros. ^^|
L LiLIO.
Aba, aba.
HoMü. No, Lelio, que c-s afrentaros; ^H
k Pb.ndú.v.
Pide abadejo.
mirad que paiabra os loma ^^|
H Homo.
Piadoso amante qu« abriste
mi temor que mientras viva ^H
^1
i las lenguas los candados
no contaréis lo que pasa ^^|
^■^
de aquellos niños sagrados
á nadie; volveos á casa. ^^|
^^^^_
cuando el dulce hoaanuíi oisles,
Ledo. Quien de alabaros me priva ^^|
g
vuestro amor rompa este nudo.
que os sea ingrato me mandi; ^^|
■
^^^^^^^^" Y ^^^^^^^^^^^^^^^B
pero, en fin, sois sanio vos:
fe tengo; volad, no importa, ^^H
obedeccreos.
que en la iglesia os hallaré. <Vafe.)V
^1 FÍOMO.
Adiós. (KMíLelioj
Pfndón. Si todos los sastres fueran ■
como estos dcis, qué poquito ■
se añadiera el pendoncito. J
ESCENA X
y quó menos que mintieran. ^^fl
Blasonen los zapateros ^^|
Pksiiún V Homo Bomo
de que nos ganan de mano ^^|
^H Pendón.
Vuelva y llevará oira tanda.
San Crispin y Crisplniano, ^^H
hermanos y compañeros. ^^H
mas. señor, no medraremos
si en curar mudos le metes
lOuc prestó que son felices, ^^H
mejor que en echar ribetes
A nuestras puertas pondremos
un cartel de letras grandes
más lo es el olicio nuestrr>, ^^|
donde Homo Bono es oiaeslrn ^^|
y ángeles los aprendices! ^^^
donde diga: *Aquí ha venido
^^1
un cirujano que ha sido
ESCENA XII ^1
Protobarbcro de Flandes,
que quita con cticacia
á las lenguas los bragueros.
5a/r Lklio, Grim^ldu, nonoTKA. Sahína ^^W
y ESPF.RANZA. 1
^^^^^Tl c ) M ' I .
i Ins moros por dineros
y á los cristianos de gracia.i*
i)ios te la dé porque seas
DofOT. Los pésames que basta aquí ^^|
me dábades y trocáis ^^H
discreto, Pendón.
en plácemes que envidiáis ^^H
H Pendón'.
Si hará.
por la dicha que adquirí ^^H
Pero más se ganará
en el esposo que tengo, ^^H
en esto que eri tus tarcas.
confieso al paso que estimo: ^^H
^B Homo.
Ya es de día y no he cumplido
diómc el cielo por arrimo ^^|
al Santo, que a gozar vengo. ^^^
¡Dichosa casa abrasada; ^^H
dichosa hacienda perdida; ^^H
con la obligación que tiene
mi oiicio; ¿qu¿ haré si viene
ja novia por su vestido
y solo está comenzados
Que dilate el desposorio
en día de purgatorio
dichosa, aunque pobre, vid.-) ^^|
^H PF.NbÓN.
en Homo Bono empleada! ^^|
|Ay Lelio, ay Sabina, que es ^^H
para ella y para el velado.
Nías tus puertas se han abierto:
mi dueño un siervo de Dios! ^^|
Sauina. Lástima os tuve á los dos ^^H
oye.
¿Q\ié es esto, mi Dios?
y envidia santa después. ^^H
^^^noMu.
Cosas cuentan prodigiosas ^^|
de su ardiente caridad. ^^H
GKI.MAL.. Pues todas serán verdad ^^|
sí en ios otros fabulosas. ^^|
ESCENA XI
Sabina. Contadnos algunas dell.is, ^^f
^H Bgtán asentadas en du» ban(iuill<ii,cuantto se aí>reH
porque todas no podréis. ^H
^H /<!( />»fr
íúf, das AmiUi.Kü, cositndo una ropa; hin-
DoROT. Fuera de las que sabéis, ^^|
^H cadu >loM<> noNo^«rüiil//dj, turna mt'isiea.— Diciiox.
digno de amarle por ellas, ^^H
una os diré solamente. ^^H
^1 Prniión.
¡Nn ves los .\ngele$ dos
Tenemos una heredad ^^H
cosiendo, ó no C'.toy despierto?
no lejos desla ciudad ^^H
¡Oh! Aprendices celestiales
pequeña, mas suficiente; ^^|
tu profesión autorizan.
¡levaba mi esposo amado ^^H
y mientras rezas, sasinzan.
tal vez á los viñaderos ^^|
iQuc lindii par de oñciales!
Sastres desde hoy os abono.
de Comer, y aunc^uo groseros, ^^|
de todos reverenciado; ^^H
H^ Homo.
No oso levantar del sucio
con gusto le recibían ^^H
los ojos.
y ^.-)J<« >:ual conlcsabj ^^H
H Anoel.
Asi honra el cielo
que en lo poco que les daba ^^|
las virtudes de Homo Bono.
cuerpo y alma mantenían. ^^H
H PrNOÓN.
; Volavei'untl
Gustaba de ir en persona ^^|
H Homo.
Vuestras plumas
siempre que hallaba lugar, ^^|
me prestad porque os alcance:
mi esposo, con el manjar: ^^|
no pierda yo tan buen lance.
salió una ve?, de Cremona, ^^H
ministros de gracias sumas.
con las alforjas á pie, ^^H
Ksperadme y pagareos
y en la mitad del camino ^^|
vuestro trabajo y jornal.
vio cansado á un peregrino: ^^|
pues ya que falta caudal,
con él platicando fué, ^^|
moneda acuñan deseos.
supo su necesidad, ^^|
jAlas no tiene la fe?
Pues aunque el temor las corta,
hizolc que se asentase. ^^|
rogóle que merendase. ^H
^^^^^^^^^B^^^^^^^AÜT^Tl
Wm^^^^^^^^^ H
^^^^^^^^Tca ridad ;
es lan portentoso y nuevo? ^^^^H
GpiMAi.. Contádnosle. ^^^H
dióle de lo que llevaba,
con el vino satislizo
Lrliu. No me atrevo. ^^^H
su sed; era advenedizo,
porque callar prometí. ^^^H
el cansancio le brindaba
^^^^k
y el calor todo lo agota;
lanio fue lo que bebió
^^^^^m
ESCENA Xlil ^^^^M
que con el vino acabó.
VAL8IMO.— Dichos. ^^^^^^|
tucse, y llenando la bota
mi dueño, en U primer fucnlc.
Va(.rfiio. Am¡i;os, venid á ver ^^^^|
llegó á sus trabajadores,
maravillas que Dios hace ^^^^H
agradeció sus sudores,
en ia humildad que sublima ^^^^|
y haciendo asentar la gente
cuando en la soberbia abate. ^^^^H
ios repartió la merienda.
Ya el asombro de Cremona, ^^^^H
si bien receloso estaba
el Momo Kono, aquel sastre ^^^^|
que el vino les desfraudaba;
de la Cámara de Dios, ^^^^|
mas porque nadie lo cnlii-nda,
libre de la mortal cárcel ^^^^|
bendiciendo la bebida
del cuerpo, á los cielos vuela ^^^^|
alegre se la entregó.
para que en ellos ie pague ^^^^|
uno, á pechos se ia echó
con su gloria las hechuras ^^^^|
diciendo: *No vi en mi vida
que ajustan cuentas y alcances: ^^^^H
vino de tan buen saborv.
por los pobres que ha vestido ^^^^H
Afirmó luego el segunda:
quiere Dios que le acompañen ^^^^H
«No puede haber en el mundo
ángeles, que tal vez fueron ^^^^|
lan generoso licor».
dentro su casa oliciales. ^^^^M
Lo mismo dijo el tercero;
Oyendo aquel sacri fíelo ^^^H
mas mi esposo que pensaba
misterioso y inefable ^^^^|
que cada cual se burlaba
en que obliga el sacerdote ^^^^H
dijo: un pobre pasajero
que al pan Dius del cielo baje. ^H
pidiéndome de beber
al entonar aquel himno ^^^M
la aBoló, la sed abrasa,
que ofrece glorías y paces ^^^^H
iremos, hijos, ácasa
á los cielos y á los hombres, ^^^H
^^K 7 podráis satisfacer
cuando humano el verbo nace, ^^1
^^V esie engaño. Dcstos tales.
herido el pecho de amor, ^^^H
dijeron, nos hagan ciento:
como estrecho en él no cabe, ^^^^H
mi esposo que en su contento
tanta inmensidad de fuego ^^^^H
vio, de lo que era, señales.
en sus llamas naufragante, ^^^^|
lo probó, y agradecido
cedió la vida ¿ ia muerto; ^^^^|
al ciclo, los obligii
llegó al fin de su viaje ^^^^H
á callar, mas no bastó,
voló el alma y tomó puerto ^^^H
porque muchos lo han sabido.
en aquel feliz paraje ^^^B
y aunque encubrirlo desea.
donde arenas son estrellas, ^H
el ciclo a 3U fe acomoda
donde no llegan combates, ^^^H
el milagro de la boda
del mar, que anega virtudes, ^^^H
de Cana deíialilea.
siendo vicios huracanes. j^^^H
PERAM. De otra suerte lo dislilan
Quedó hincadas las rodillas, ^^^H
los hermanos taberrieros,
resplandeciendo delante ^^^H
sino díganlo los cueros
del altar mayor quien puede ^H
que á poder de a^uas opilan.
ya calificar altares; ^M
IMAi.. Yo le vi, aunque no ha estudiado.
pero escuchad, sí sois dignos, ^H
que una vez <^uc disputaba
las fiestas que al ciclo le hace, ^^^
un hereje y afirmaba
las norabuenas que goza, ^H
un error des.t tinado,
los sanios que á verle salen. ^H
^^K !c confundió con razones
^^H
^^^T de tan sutil teología.
^^^H
que parece que tenia
ESCENA XIV ^^H
ciencia infusa.
^^^^^H
BINA. Kn ocasiones
Corren una cortina y van subiendo coit múaiC^^^^M
semejantes ya yo sé
Santo peslidii dtuna ropa larfja de teta, con unaf ^^M
aue Dios en su lengua está,
uo. Como á media noche va
tijeras desasttetn la mann izquierda y en la otra ^H
«na cru^. Dichos. ^H
á la iglesia, yo le hallé
una, á sus puertas llamandit,
pero como no le i>ycron,
^^H
Pendón. lAh, señor amo, ah mae.so! ^H
¿dónde bueno? ¿asi se parte? ^H
¿á buenas noches nos deja? ^H
ellas mismas se le abrieron;
mas ¿para qué estoy contando
milagros, si el que hizo en mi
¿sin su aprendiz se va el sastre? ^H
Pero allá no hay que coser, ^H
26.
SANTO Y SASTRE
aue es la ropa perdurable
e la gloria que Dios viste
sin peligro que se rasgue.
DóROT. ¡Ay, esposo de mi vida!
^cómo si tanto me amaste,
entre las penas me dejas
y i los deleites te partes?
jNo somos los dos consurtes?
llévame contigo, alcance
la acción debida, que tengo
á los bienes gananciales.
Pendón. Esperanza: á un monasterio,
tú motilona, y yo ftaile,
no hay que hablar en matrimonios,
San Pendón han de llamarme.
Lblio. Esta historia nos enseña
que para Dios todo es fácil,
y que en el mundo es posible
ser un hombre Santo y Sastre.
Pascual. ¡Hao! que espantáis el cabrío.
¡Verá por dó se molió!
í Valga el diablo al que os pariúl
Echa por acá, jodio.
Teneos el abigarrado.
isiAN. Enriscado me perdí;
Pastor, acércate aqui.
IGUAL. Sí, acercáosle, que espetado; ( i )
pues yo os juro á non de san
que si avisaros no bonda
y escopetina la honda
ires Jibras de mazapán.
mijor diré mazapicdra...
jfíaol que se mos descarría
el halo.
INAN. Escucha.
Ea It reimpresiijii scvilliaa dice-
Si, icercaos ,q\xi e^pantadu!
Fernán.
Pascual.
Fernán.
Pascual.
Fernán.
Pascual.
Feknan.
Aún sería
el diablo; verá la medra
con que mos vino; arre allá
hombre del diabro, ¿estás loco.'*
ve bajando poco á poco,
no por ahí, ancia acá.
¡Voto & san, si te deslizas...
Acerca, dame la mano.
Que haí» de llegar á lo llano
bueno para longanizas.
ÍAItirgalt eí bastÓH para que tt leng»
it él.)
Agarraos á este garrote.
¿Quién diabros, por aquí os trujo?
Teneos bien, que si os rempujo,
no doy por vueso cogote
un pilo.
¿Qué tierra es ésta.-*
La Bureba de Castilla.
¡Notables riscos!
.Mancilla
vos tengo.
iQué extraña cuesial
Llámase Hspanta roines.
No sé yo que haya en España
lají escabrosa montaña.
^^W^28 LOS LAGOS DE SAN VTCENTF. ^^^^^^^H
^^^ Pascual. Main es para con chapines.
si por Olalla la dejo; ^^^i|
^M (V'<iii baiiniiif \
que hay mano que da el pellejo J
H Dad aCH Ui mano.
pero no l.i volunta. ^H
V porque ya csi,-i¡s abajo ^H
H Fernán, (o.m f^uante.) Toma.
H Pascual. ¿Ila| mano con tal brandurar,
adiós, que al hato me v6. ^H
H ó SOIS vagamundo ó cura,
Ff.hnan.
Quiero desempeñar yo ^H
H luchad por aquesta loma.
las deudas de tu ti abajo. ^H
H Con liento, liao, que caeréis.
Toma este anillo. ^H
H FetíNan. jilay peñas más enriscadas?
H ' Pascl-al. Marios de lana y peinadas
PASCrAI.
¿Este que? ^
Fkun,.n.
Anillo es de oro.
^^^_^ guedejas: hao, no me oléis
Pascual
Verá,
^^^B á poico: prc{>ue á Dios
de prata los h.iy acá
^^^B que no encarezcáis la leña.
mijores; se le daré
V Fernán. No malicies.
á Mari Pabrns, scni.ír.
H Pascual. .;I'ues hay dueña
.¡•Qué es esto que relumhrina?
H que las tent'a como vos?
Fernán.
Ün diamante, piedra fina.
H Fernán, ^Nunca viste guantes?
Pascual
. ¿Lo que llaman csprondur
■ Pascual. ^Qu¿-?
el cuta y el boticario?
^•Quíén?
H FexNAN. Estos; (Simple es el villano!
Frunan.
^B ( Vase de^cal^jn^io ti (binante.)
Pascuai
Un par de enlcndimienios'
^J^ Pascual. Hao, que os desolláis la mano.
que á falta de pensamicnlos
^^^L ¿Ksláis borracho?, á la he,
nos habrán tras ordinario
^^^H que debéis ser hechicero.
^^^^^H Kl pellejo se ha quitado
y hay en nucso pucbro qiiion
mos avisa; estos que oís
^^^^^^1 y U mano le ha quedado
echan al pan neRro anís
^^^^HF sana, apartada del cuero.
para que mos sepa bien.
^^^^^F Las mías el azadón
^^^^^^L les ha en forrado de callos;
^^^^^H pues que sabéis dcsnjlalios
ESCENA II ^^H
^^^^^^H hedme alguna encantación.
,Vit/í v>nf Tki.i o. dt%n\tda la espada y n^SSr^^
^^^^^^H ó endilgadme vos el cómo
Dichos. I
^^^^^^B se quitan, que Mari i'abros
^^^^^^B se suele dar á los diabros
Tkllo.
Ouicn no cumple oblij4acioncs^H
^^^^^Ic cuando la barba la tomo.
de valor y de amistad ^H
^f Fernán. ¡Sn/.onada rustiqueza!
pa{;uc así su deslcaltad ^^|
H Pascual. Por aquí, que poco falla
y vengue sus sinrazones. ^^M
H de la sierra.
Fkrnan.
Tened, don Tello, ,:qué C5 csin? 1
H Frrnan. Ella es bien alta
¿Vos con la espada desnuda? ^J
H y asombrosa su aspereza.
^E^ Pascual. Y decid, por vucsa vida,
TeU.o.
Señor, un agravio muda ^^1
leyes que amor había puesto. ^^|
^^^L qué, ,;se puede desollar.
Ca/ando os habéis perdido. ^^|
^^^B la mano sin dcsanj^rar
pero podréis os hallar ^H
^^^ quedando entera y }íuariid:>?
á vos mismo, si excusar ^1
H Fernán. Anda, necio; la que ves
sentimientos sois servido
H es una piel de cabrito
de quien valor interesa
■ ó cordobán.
v busca satisfacción.
■ Pascual. Sí; bonito
Cazad, Fernando, el blasón
■ soy yo.
de itjual, que es sabrosa presa
■ Ffrsan. Adóbanla después
di^na de las inajestades
H y ajusfándola á la mano
en que se retrata r>ios;
^^^ del aire y sol la deliendc.
verdades huyen de vos, .
^^^b Pascual. ¡Qué bucn^, ó sois brují» ó duende.
seguid, señor, las verdades.
^^^B ,;Pen¿áis, aunque só serrano
Fernán.
Pues ¿á qué fin es tot^> cs<j?
^^^H burlarme? ^No está apegada
Tei lo.
Don t5iego, favorecido
H^V con la carne esotra?
de vos, muchos ha ofendido,
V Fernán. No.
que el privar ofusca el seso;
H Pascual. ¿No os la vi desollar yo?
^ft Fernán. Estaba en ella encerrada
y vo que del confié
prendas de la voluntad,
^1 como tu pie en esta abarra.
qucjo.so de su amistad
^H Pascual. Sí las aláis por traviesas
en esta sierra saqué
^^^ dejáradcslas vos presas
con su sangre el sentimiento
^^^^ ó metidas en el arca.
de mi agiavio; no sé yo
^^^H Mari Pabros me pedia
si vive sé que quedó
^^^^^H la mia dcmatrimcño.
herido y con escarmiento.
^^^^^^B y yo, como amor la enseño,
Temo el poder coronado
^^^^^H dándola aquesta
de un Key que se subordina
^^^^^H burlada se quedará
á leyes que amor inclina
^^^^^^^^^^^^^^^^jfcTt^RIMER^^^^^^^^^^^^^^^a^^^^l
^^^comni la razón de eslado.
Menguó en vulgares lenguas ^^^^m
Sienlo seguirme su f;cnlc
la fama, que lastiman ^^^^H
y el ricsyo no da lugar
con sombras de vcrd.-<des ^^^^|
á píxJcrub dcviurar
iiipócriías mentiras. ^^^^H
la ucasión que tuve urgente.
Llegaron nuevas ^^^^^^|
Si vus la verdad sc^uis.
despacio noticia, ^^^^^^^
que üs suplico que busquéis.
puesto que siendo malas ^^^^^^|
en tus yermos la hallaréis,
suelen llegar de prisa. ^^^^H
y si lempladu la oís
Y como la advertencia ^^^^H
sabréis el a(;raviu rniu;
después de la puericia ^^^^|
mas si os tiene el favur ciego
en juventudes nobles ^^^^H
de duna Ulanca y dun Ü¡e^u,
lo ^^^^H
aunque enemigo, os la fiu.
lo que lo ^^^^H
Fcii}(>v>. EK.>n Tcllo, esperad.
por refrenar malicias, ^^^^H
FcLLu. No puedo,
quise, no ^^^^H
^ gran señor, aunque os adoro.
liunrada, reprimirlas. ^^^^H
H que US he ofendido: A Hey moni
vergonzosa, ^^^^H
■ voy á servir de Toledo- (Vase»
Humé á don Tello un dia ^^^^H
^L^
y entre vislumbres ardua> ^^^^H
^^^^H
CAammando cifras, ^^^^H
^B ESCENA III
le dije: Diligencias ^^^^H
V DOM FCKÜANlaO, PjISCUAI. y riufi« Bl.ANLA
juc alientan cortesías ^^^^H
y desinteresadas, ^^^^|
KascA. Fernando generoso.
sí no empeñan, obligan, ^^^^H
■^ á quien debe Casulla
lian dado al ocio infame ^^^^^|
■ el titulo de reino
sospechas y premisas ^^^^H
H si el de Condado olvida.
que á mi opinión se atreven. ^^^^H
^^^ y en hermandad eieiii»
que vuestra fama eclipsan. ^^^^H
^^H acuartelados pintas
Ya suele juzgar verde ^^^^|
^^V castillos y Icones
la nieve quien la vista ^^^^1
H en unas armas mismas,
por verdes vidrieras ^^^^H
^^^ escucha agravios tuyos.
socorre, cuando mira. ^^^^H
^^B porque enire injurias mías
^M^)ué mucho, si villanos ^^^^H
^^V á ti le satist'agas,
ociosos nos registran ^^^^H
á m! me des justicia.
con maliciosos ojos, ^^^^H
Mi nombre es doña lilanca.
que juzguen á malicia ^^^^f
ya blanco de desdichas,
desvelos de nobleza, ^^M
¿ quien airados ciclos
queriendo que se midan ^^B
con triste aspecto miran.
con sus intentos torpes ^^|
Sejíora destos montes,
acciones comedidas? ^^^H
tiestas sierras altivas,
Kl veros tan afecto ^^^^|
mis padres ca. timaron
diligenciar prolijas ^^^^H
por heredarlos hija,
única fui en Briviesca.
agencias de mi hacienda ^^^^H
por vos restituida, ^^^^H
solar y casa antigua
remiso en vuestra casa, ^^^^|
de mis antepasados;
solícito en la ^^^H
notoria (uc su estima.
cuidando mis aumentos ^^^H
Mis años eran pucos
y frecuentar venidas, ^^H
y menos la noticia
no siendo nuestra sangre ^^^^1
forzosa á una doncella
por vínculos propincua, H^^H
va madre de familias.
Don Tcllo de Vclasco
la edad ocasionada ^^^H
en vos y en mí florida: ^H
(cuyas tierras vecinas
vos hombre, mujer yo, ^^H
le hicieron, si no deudo.
y en ellas perseguida ^^^^|
doméstico en mi villa)
ía fama, si nos notan ^^^^H
multiplicaba en ella
no os cause maravilla, ^^^^H
frecuencias compasivas
que yo os |uro, don Tello, ^^^^H
á que le ocasionaban'
que á no ser presumida ^^^^H
el verme sola y rica.
aventurara aciertos ^^^^H
Menesterosa entonces
de este confuso enigma. ^^^^1
de quien con manos limpias
Porque oficiosas muestras I^^^H
mi hacienda administrase.
después de tantos días, ^^^^f
que en huérfanos peligra.
con tal perseverancia ^^H
tomóla por su cuenta,
aunque el silencio oprima. ^^1
y al paso que crecían
señales acreedoras ^^|
mis réditos y censos,
por sí mismas me avisan, ^^^^H
crecieron sus visitas.
que agencias sin retornos ^^^^B
I 3o ^^^^^^^^^^!o^Rgo^^a^vice5t^^^^^^^^^^^^^^^B
^^_ ó mueren ó se eniibiao.
por descansar sus hombros ^^^H
^^H Ya yo me he declaradú:
en él su peso alivia; ^H
^^H quien debe, y noble libra
su amigo fud' don Tello; ^H
^^H hidalgos desempeños,
mas siendo, como afirman, ^H
^^ft no quiere tran^pear dius.
en ellos sola un alma. ^^^^ñ
^^^B Los vuuslros reconozco
gobierno de dos vidas. ^^^^|
^^B y sé que se acrediun
debió tener por cierto ^^^^^|
^^H cou el curies silencio,
que le pertenecía ^H
^^H qUu cuando beneficia
la acción de pretenderme: ^^^|
^^H el bien nacido, calla;
Y para proseguirla ^^^H
^^H porque ajusiar partidas
ocasionó frecuencias, ^^^H
^^H de amantes pretensiones
sirvióme al|tunos días, ^^^H
correspondilc grata, ^^^^^
^^H serán mercadurías.
^^H Mirad en este caso
sus prendas conocidas, ^^^^H
^^H lo que la vuestra arbitra.
y el interés de verle, ^^^H
^^H y sea desmintiendo
que con tu Alteza priva ^^^H
^^H los que nos íiscalizan,
me liicieron estimarle ^^^H
^^H ó limitando el verme
con fe tan excesiva, ^^^H
^^H y de mi casa y vida,
que cohechando al sueño ^H
^^H si administrador, dueño
gozaba en él su vista, ^^^H
^^H creciendo á mi amor dichas.»
Pasáronse dos meses, ^^^^|
^^H Dije. V él, cortei>ano,
volvió, ya reducida ^^^^B
^^H con lengua agradecida
Galicia á tu obediencia, ^H
^^H no osó afirmar con alma.
don Tcllo á esta provincia; ^H
^^H (que tal vez son distintíis
hallóme ya prendada, ^M
^^H palabras de intenciones).
y supo que admitía, ^^^^|
^^H encareció la estima
en fe de sus tibiezas, ^^^^H
^^H de mis ofrecimientos,
al dueño de su envidia. ^^^^|
^^H y Can respuesta ambigua
Disimuló pesares ^^^^|
^^H cnrftaraño esperanzas,
hasta que, vengativa, ^^^H
^^H puesto que ya yo vía
su espada en esta caza ^^^H
^^H que amante que no otorga
le hiere y me lastima. ^^^^|
^^H es fuerza que despida.
A tu favor se ^^^H
^^K^ Partióse á vuestra corte.
contra mi amor conspira, ^^^H
^^^^K y en ella comunica
y huyendo tus venganzas ^^^H
^^^^H secretos á don Diego.
las imposibilita. ^^^B
^^^^H cuya amistad antigua
Despacha, Rey, enojos ^^^H
^^^^^H abrió puertas al alma,
que vuelen y le sigan. ^^^H
^^^^^^ (si es licito el abrirla
alas de fuego lleva ^^^H
^^H en daño de tercero
ia espada de justicia. ^^^H
^^H quien guarda cortesías);
T(ído el poder lo alcanza; ^^^H
^^B dijo, que si me hallase.
á Dios. Fernando, imita ^H
^^B volviendo, maravilla
la furia de los reyes ^^^H
^^H de ausentes con firmeza.
que igualmente castigan ^^^H
^^H entonces dispondría
agravios coronados, ^^^^M
^^H su amor y mis deseos;
privanzas ofendidas, ^^^H
^^H porque aunque se cdilica
«in reservar lugares ^^^H
^^H de piedras una casa,
los rayos de su ira. ^H
^^H se cae sí no se habita.
Fkknan. Más siento vuestro pesar ^M
^^H Partió Tcllo á la guerra.
que el que mi enojo interesa: ^|
^^H y mientras se ejercita
alzad, alzad. ^|
^^H en merecer laureles.
Pascual. Pulla es ésa; ^M
^^H * acá le descaminan
^qu¿ diablos tiene de alzara ^^^H
^^H la paz, curiosidades
Estése quedo: ¿no veyc j^^^H
^^H que siempre patrocinan
que es nuesa ama? fl^l
^^H amores, cuando el ocio
Blanca. Sois Rey vS33^|
^^H á la ocasión prohija.
sol de (España. ^H
^^H llabiamc alabado
PASCUAL. Mas, por Dios, ^H
^^H don Tello por la cifra
^•y qué era su merced el Rcye? ^M
^^B de hermosas y discretas;
Somos bestias los villanos. ^M
^^B estaba yo ofendida
No en balde trae otro par ^H
^^H de necias dilaciones
de manos, que para dar ^H
^^H que plazos diferían.
todo el Reyc ha de ser manos: ^|
^^H pecando de groseras
déme una pata á besar. ^H
^^H por sobra de advertidas.
^H
^^^^^ Vino don Diego á verme
^^^^B
^^^^K cuando esta monarquía
^^^^^H
^^^^^^^^^^^^^"^ ACTO primero"
^^^■H
^^ ESCENA !V
Fernán.
¿No queréis, Blanca, mal vos ^^^H
á quien preii-njéis dar celos? ^^^^|
^hsirn Du» Gakcí* y Dun OuTiEnHE.— Dichos.
Blanca.
Con tormentos más extraños ^^^^H
Bc(a. Aunque fué* f^ranJc la herida
rigor, ^^^^H
V no corre riesgo su vida.
que estos no son, grati señor, ^^^^H
niNAN. Todo hoy ha sido azar;
^^^^H
¿adonde don Dicj;o csU?
Fbrnan.
¿Pues qué? ^^^^|
nEM. En esta quima procura
Blanca.
Desengaños. ^^^^|
la piedad y la hermosura
Femnan.
Decís bien: y según eso ^^^^H
de quier> hospicio icda
ninguno cual yo podrá ^^^^H
que el regalo y la caricia
ejecutarlos; ya está ^^^^H
disminuyan su dolor.
quien os ha ofendido preso. ^^^^H
■*K. Cura por ensalmo amor.
Kr.ANCA.
¿Quién, señor? ^^^^|
Ya, Blanca, lengo noticia
Fernán,
Don Tello. ^^^H
de que os conocen por dueño
Blanca.
¿Dónde? ^H
esia quinta y su lupar;
Fbrnan.
No csiá la pena distinta ^^^^|
con una acción he de dar
del delito; vuestra quinta ^^^^|
dos saludes al empeño
al unn y al otro esconde. ^^^^H
de voluntad con que os llama
Llegó, la espada desnuda, ^^^^H
el herido su acreedora,
á mi presencia don Tello; ^^^^H
y al mal, que siempre mejora
humilló á mis pies su cuello, ^^^^|
viendo á su prenda quien ama.
que siempre la ofensa es muda, .^^^^H
Yo quiero, siendo el doctor.
y yo. si no vengativo, ^^^^H
que de una vez convalezcan :
justiciero, le mandé ^^^^H
méritos suyos merezcan
prender aquí mientras dé ^^^^H
el mío y vuestro favor.
don Diego, puesto que vivo, ^^^^H
Hoy le habéis de dar la mano,
miedo al peligro. Cortarle ^^^^H
que es la más fusta venganza
pienso, cuando os desposéis, ^^^^|
que apetece su esperanza
cabeza. ^^^^|
y vuestro amor.
Blanca.
No querréis, ^^H
twcA. Mucho paño
señor, esc premio darle ^^^^H
en que esté tan por tu cuenta,
á quien os ha reducido ^^^^^|
>4ran señor, nuestra ventura.
casi un reino amotinado. ^^^^^|
porque la envidie segura
Fernán.
Su ti sea! sois y abogado; ^^^^H
quien sus principios violenta.
justicia me habéis pedido; j^^^^H
Pero ¿á quién tengo de dar
pues ^cómo alegáis ahora ^^^^H
la mane que disponéis?
servicios suyosi^ ^^^^|
»AN. ¿Cómo á quién? ¿Vos no queréis
a don Diego?
Bl\nca.
No ^^^^1
indignos de compasión ^^^^H
»CA, ¿Yo? Obligar
los agravios. ^^^^H
me supo poco don Tello;
Fkrnan.
Pues, ^^^^H
pero en efecto, señor.
6 vos le habéis de llorar ^^^^H
in\N. ¿Tenéis á dun Tello amor?
hoy sin vida á vuestros ojos, ^^^^H
.WcA, En los ojos puede vello
ó para atajar enojos ^^^^|
Vuestra Ákcza, si le pido
con vos se ha de desposar. ^^^^^
venganza del, ¿de qué suerte
le tendré amorr Caso fuerte
Blanca.
Como perdón se le dé ^^^^H
los pies mil veces os beso. ^^^^H
es que á don Diego haya herido.
Fernán.
Sosegaos, que no está preso ^^^^H
y que ofendiéndoos á vos
^^^^H
se ausente y huya seguro.
Blanca.
¿Pues dónde? ^^^H
iisAN. Aunque entenderos procuro,
Fr.RNAN.
No ^^H
no os doy alcance, por Dios.
Blanca.
¿Ya engañan las majestades? ^^^B
Si don Diego os ha obligado
Fekn.\n.
Siempre que engañan bellezas ^^1
y vos le correspondéis,
importa que sutilezas ^^|
¿qué más venganza queréis
desembocen voluntades. ^^H
queá don Tello desterrado
De la vuestra he colegido ^^^^^
r i su enemigo mayor
queá título de ofenderle ^^^H
dueño vuestro?
procurábades tenerle ^^^^H
A»CA. Ya yo sé
antes preso que perdido. "^^^^1
que cuando en posesión ve
Blanca.
Confieso aqucs.i verdad. ^^^^^1
Pues para desagraviarla ^^^^H
quien ama al competidor,
Fernán.
se abrasa; y sé que don Tello
si intentases disfrazarla, ^^^^H
por extremo ha de sentirlo.
y es bien premiar voltintad ^^^H
mas no atormenta el oirlo
de quien arriesgó su vida ^^^^H
tanto, señor, como el vello.
por lograr en vos su amor, ^^^^H
Venga y muera entre desvelos
y es digno destc favor ^^^^H
quien nos ofende á los dos.
mi intercesión y su herida, ^^^H
!EÑTE
hoy habóis de ser esposa
de don Diego, y yo el padrino;
deslierre su de!>al¡nu
á quien con ira alevosa
aguarda que yo me pierda
en csias sierras ca/.andu,
y á quien eslimo enf^añando
ofende; asi, vos sois cuerda
y en vuestra discreción lunda
su salud quien os adora.
Bi.ANXA. jGran señor!...
Feknan. Más acreedora
es la voluntad secunda,
que á don Diego confesáis,
que la que don Tcllo os dehe,
pues á amaros no se atreve
mientras celos no le dais.
iNcv. No es bastante razón esta
para que...
Fernán. Ved á don Diego.
Blanca. No violente mi sosiego
vuestra Alteza.
Pascual. ¿Rcyc artesa?
Kü-RNAN. Yo ^uslo deslo.
Üi.ANCA. Alma mia,
contra vos no huy Majestad.
Pascual. ^Reyc uricsa?
Khknan. Entrad, entrad.
íPascoal. Entre vuesa arteseria. (Vanse.)
ESCENA V
Tutts KoKOi peleando Con DohTklj q, y dettmintiolui
Al¡ Piii'K.(m, t^mbtcH «loro.
Alí.
Dejadle, deteneos,
que para tal Alcidcssois pigmeos;
por Alá soberano
que vibra Jüve rayos en su mano.
¿Hay valor semejante?
|Bárbaros, retiraos, quitaos delante.
Los TKKS.
|]Muera!
Al¡.
¿Cómo que muera?
A vuestras manos, desdichado fuera.
¿Hay más bizarro aliento?
MURU PRIMEHO.
Cuatro nlcaidesha muerto.
Alí.
Kuctan cienlt),
fueran mil y aún son pocos
para el esfuerzo suyo. Apartad, locos,
retiraos, ó á su lado
haréis por fuerza lo que no de grado.
¿De cuándo acá, atrevidos,
me desobeilecéis?
,Moko sEoiNiJü.
Muertos y heridos
piden justa venganza.
ALf.
iOh, infames! por Mahoma^ si os alcanza
la cimilarra mia,
que habéis de llorar Irágico este dia.
iMuHO 1'MI.MhKO.
Eres Príncipe nuestro.
Obedecerte es fuerza.
ESCENA VI
Al í y Don Tu 1,0
Al.í.
Envidia muestro
á lu valor; sosiega,
recóbrale, descansa, que no ciega
la emulación honrosa,
pues también hay envidia generosa.
Don Tello.
Mayor me la ha causado
tu noble proceder; ya he respirado
del riesgo que corría,
descanso en brazos de lu cortesía;
porque en el bien nacido
lo mismo es obligado que rendido.
Logra victorias, toma.
( Vate ti dar la t*paét
Alí.
No has de vencerme en todo, por Mahoma;
basld que en lo hazañoso
salgas, Marte cristiano, victorioso.
Envaina el noble acero
y págale mejor, que más te quiero,
cuando obligarte trato,
conmigo armado que con él ingrato.
¿Adonde ibas? ¿Quien eres?
Don TKLr.o.
Yo soy un escarmiento de mujeres;
juego de sus mudanzas;
verdugo de mis mismas esperanzas.
Por una que me quiso
me destierra el amor del paraíso
de su hermosura ingrata;
una inconstancia ausente me maltralu;
una amistad aleve
faga en traiciones la lealtad que debe.
In Rey á quien hechiza,
ciego, sus desaciertos autoriza;
Y porque satisfago
injurias, me dcstierra y iievoel pago
que dan pasiones reales;
mas ¿cuándo se premiaron los leales?
Yo, moro generoso,
huyo, en efecto, amando por celoso,
por noble vengativo,
Eor vasallo de un Rey ponderativo.
*e quejas de privados
3ue injurian amistades, destemplados,
cterminé en Toledo
dar lugar al rigor, sagrado al miedo,
lástima á su Rey moro,
contento ausente á la beldad que adoro,
pesar á mis amigos,
venganza á envidias, al amor castigos,
ACTO PMMERO
33
:encia
lüs peligrus de la ausencia,
esesperado,
xlo es uno, loco y dcsdcñado;
ne esia larde
me, lu campo c hizo alarde
'aior, la locura.
Jos que juzgara por ventura,
riendo el morir cicrtu
onrosü blasón es quedar muerto
DS de escuadrones
^Jvidos, afjravios y Iraicioncs.
H
íTtu Rey le debo
agravio que me avisas nuevo;
O á lu falso amigo,
ni dicha estribaba en su castigo;
0 más á tu dama,
c conozco porque le desama,
le será excelente
ín hermosa, como tú valiente,
igor coronado
huyendo que irritó un privado
1 Bey de Toledo
tu amparo, príncipe le heredo.
Irán me llamo,
i6n es mi padre, nobles amo,
que sobre todos
tas blasones de los godos,
[¡nación de .Marte
li amparo me trajo hacia csi.n parte;
D es la vez primera
le recibe el Tajo en su ribera.
US márgenes rojos
\Df si no triunfos de despojos,
sueñas señales
le á hacer aplausos de cristales.
n visto mis hazañas
llterior Castilla las montañas,
a llorado su estrago
rvados cerros de Buitrngo.
linctina presa
^M£ rríis armas intuicsa
■Í|Ue hoy consigo
HKr sanarte por amiyo.
lemos á Toledo,
S que amante persuadirte puedo,
con diez mil hombres
lo asaltes, tu enemigo asombres,
isma patria tema,
s te dé en su silla su diadema,
nbrandu tu tama
Kor reinar tu fácil dama.
Don Tello.
encroso,
•o desdichado soy dichriso,
esos pies.
Aü.
^B La mano
PWjor? Por .Mahoma soberano
le inclinas á amarte,
irte que me atrevo á entronizarte
cristiana villa
loo, antes condado, de Castilla.
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLliNA. — TOMO II
^Quieres hacer hoy prueba
de mi amistada
DoN Tello.
Mi lauro (i)cs que tan nueva
contigo pueda tanto.
La lealtad es blasón ilustre y santo;
nobleza me acompaña,
no ha de infamar segunda vez á España
otro Julián secundo,
oprobio del Bainismo, asombro al mundo.
Reine inlinilos años
Fernando, y denle luz los desengaños
que eclipsa un lisonjero;
de cuantos me prnmetes sólo quiero
un favor que me llama
á nueva dicha.
Aü.
¿Y es?
Don Tello.
Robar mi dama,
que será fácil cosa;
porque cerca de aquf, ni recelosa
de asalto semejante,
ni con pesar de que olvidó á su amante,
al pie de la Bureva
mora una quinta, donde Flora nacva,
los planteles que pisa
ro^as la sirven y la adulan risa.
La soledad ociosa
y la sierra de suyo tan fragosa,
que al ciclo besar piensa,
de sí misma presidio es su defensa.
Si de sus sierras altas
franqueamos estorbos, y la asaltas
en el silencio obscuro,
de agravios y de celos me aseguro;
mis pesares mitigo,
venganza cobro, injurio á mi enemigo,
y viendo que pudiera
destruirle este reino si quisiera,
dejándole sin daño,
obligo al Rey, si no !e desengaño;
con que ofrecerle puedo
perpetua esclavitud, vuelto á Toledo.
Alí.
No digas más; mis moros,
mi voluntad, mis armas, mis tesoros
son tuyos; la fortuna
patrocine tu amor; cubra la luna
presunciones de plata
aquesta noche á tus intentos grata.
Don TrLLo.
Pon tus pies en mi cuello.
Alí.
Alza y marchemos. ¿Llamaste?..,
Don Tello.
Don Tello,
( Vatist.í
(i) En la iniprciion de bcvilla JiccvMiJagro*.
t
^^^^^^P SAN ^^^^^^^^^^^^^H
w
" ESCENA Vil
que compasión pudo darme, ^|
y curiosa de saber ^H
1
Salen Ca&ii.ua, de mora Incurra, y Axa, muía.
Ivjs misterios en que estriba ^M
de tanta gente cautiva ^H
H
CAStLUA. Mira si alguno nos vio.
la profesión. Mego á ver, ^H
B
Ax*. ^No basla que Alá nos vea
no se si te diga engaños ^H
H
si Mahonia, que desea
de la nuestra. ^H
^L
m aue seas reina, se ofendió
H de que üeves cada día
Axa. ,;Rstás en liP ^H
^M
Casilua. Será, prima, frenes! ^H
^M
^^^n de comer á los cristianos
que quiere eclipsar mis años. ^^
^H
^^Hf y que por lus mismas manos
.Mas nadie ya me persuada
^P
^^"^ los rcgiíles?
después que en su escuela asisto,
^r
CfcsiLUA. No serla
que si es falsa la de Cristo
^L
_^ 61 lan sanio y tan profeta
no es su ley más concertada. ^^
^H
■ si mostrase indignación
Hallo mil contradicciones ^H
^1
^L^ porque tengo compasión
en la de nuestro Alcorán, ^^|
^M
^^H dcslos miseros: respeta
y que sus preceptos dan ^^|
^H
^^^k el que es üel todo retrato
licencias y no razones. ^^M
^1
^^^B de su Principe y en él
Si le pregunto ¿ un cristiano ^H
^1
^^^B (ya este en lienzo, ya en papel)
¿cómo puede ser que Dios ^H
^H
^^^1 pena de ofenderle ingrato.
^^^1 Mostrar su lealtad procura,
con naturalezas dos, ^^M
^H
siendo divino y humano, ^^M
^1
^^^1 y cuando en él ve su cara,
sola una persona sea? ^^|
^1
^^^1 no en el lienzo vil repara,
con discursos y sentencias, ^H
^H
^^^B sino sólo en su íi;.'Ura.
ejemplos y congruencias ^H
^H
^^H De Alá semejanza son
me ocasiona á que lo crea. ^H
^M
^^^1 lus caut/vos, Axa mía;
No hay tan difícil secreto ^H
^H
^^^B él los conserva y ios cría.
en su ley que no permita ^^M
^1
^^^B y en esto no hay distinción
dispulas con que acredita ^^M
^1
^^^H de nosotros,- poco va
^^^B para que yo los estime
su fe el cristiano discreto. ^H
^1
Pregunta tú á un alfaquí, ^H
^H
^^^^ (sí un ellos su copia imprime
ó al morabito mayor, ^H
^1
^^^B y son retratos de Alá),
,;por qué causa, siendo amor ^H
^H
^^^H que la materia sea ó no
unidaJ que enlaza en si ^H
^1
^^^B de valor, pues le retrata.
dos almas, es bien conceda ^^ñ
^1
^F que no al lienzo ni á la plata,
Alá, contra su decoro, ^^|
^P
P la imagen respeto yo.
ley para casarse el moro ^H
^F
Axa. Siendo tú Princesa...
con cuantas sustentar pueda? ^H
K^
Casilda. lAy Axa!:
Si le replicas diciendo ^H
^k
K ¡quién te pudiera decir
que el amor pide igualdad ^H
^H
^t^ cosas que intento encubrir
y dando mi voluntad ^^^H
^M
^^^L y no puedo! Juzga bdja
al esposo que pretendo ^^^H
^H
^^^B y extraña lui inclinación,
es justo me satisfaga ^^^H
^1
^^H que una vez c^ue no piedad,
con UR alma toda unida, ^^^H
^1
^^H sino la curiosidad,
entera y no repartida, ^^|
^H
^^H nic llevó á-ver su prisión.
que aoiur con amor se paga, ^^|
^M
^^^P aprendí cosas en ella
responderá: no hay cuestiones ^H
^H
^^^^ con que infinitas me t^bliga.
para eso en mi ley sagrada; ^H
^1
■ é que los ame y los siga.
sólo consiste en la espada ^H
^V
"^ ,;l'odrénie yo, prima bella,
su verdad, y no en razones: ^^
V
liar de tí?
yo defiendo y no disputo.
^L
_ Axa. Si me amaras
Pues si no hav más fundamento.
^1
■ pudieras no me agraviar
A.\a, nuestro entendimiento,
^1
K con tener y recelar
¿en qué difiere del bruto? ^J
^1
H secretos en que reparas.
Según aquesta quinu-ra ^H
^H
H ,;Tan poco te estimo yo
que discursos no consiente, ^^|
^H
H que cuando, lo que no creo.
el que fuere más va'íentc ^H
^P
F le arrojara tu dcsco
tendrá ley más verdadera. ^H
■^
á amará un cautivo..,
De donde, por que te asombrcSi^H
H^
Casiliia. No;
saco que es, en conclusión, ^^1
^h
■| no, prima, cierra la boca;
mefür ley la del Icún ^
^M
^L^ i todos juntos los amo:
que despedaza á lus hombres. .
^M
^■^K pero no por isto iofamo
AxA. Suplicóte que no tratos ^^M
^H
^HV mi opinión, liviana ó loca.
en eso, que me das pena. ^^M
^P
^^XA. Pues ^qué tienes que liarmcr*
Casilda. Su ley, Axa. será buena ^H
H
Casiijia. Mira, después que frecuento
m el calabozo violento
mas hucleme á disparates. ^^M
■
AxA. Esa es blasfemia. ^^^^ñ
HHHBI^^^^^*^ Oye ahora.
siendo en los vicios defeto? j
1
¿Persuadirástc á creer
¿Que necesite escalera 1
^^^1
que M ahorna, para ver
para subir á gozar 1
^^^^1
los palacios que AlA mora, •
la gloria que le han de dar I
^^^1
suba por una escalera
el moro que en Alá espera? 1
^^^^1
á los sieie Paraísos
Anda, prima- 1
^^^H
que nos vende; y que divisos
AxA. No disputo "
^^^1
unos de otros, cada esfera.
en lo que manda Mahoma.
^^^1
conforme afirma en la Suna
CxsiKUA. Consiste en que beba y coma
^^^^H
y en el Alcorán, dilata
la «loria torpe del bruto.
^^^1
por ellos tanto oro y píala
no del alma, cuyo ser
^^^^1
que empobrece la fortuna?
es substancia inmaieriai
^^^H
^Tanto d¡a;nante y topacio,
que estriba intelectual
^^^H
tanta tnuliiiud de perlas
en amar y en entender.
^^^^1
que no hay ojos para verlíis;
lauto jardín y palacio.
Ríete de aquel banquete.
^^^1
donde coronando al vicio,
^^^^1
tanto arroyo cristalino.
desde el día del juicio
^^^1
^^H que sieie ciclos regando
nuestro Alcorán nos promete
^^^^H
^^^H están perennes brotando
tanto manjar sazonado,
^^H
^^^1 néctar, leche, n^icl y vino?
tanto vino generoso.
^^H
^^^H ijAquel árbol que se nombra
tanto vestido curioso.
^^H
^^H Tubba, tan grande y frondoso.
tanto joyel esmaltado, ■
^^^^1
^^^P que descansa deleitoso
dando por postre un limón 1
^^^H
^^™^ el ciclo todo á su soníbra:
á cada moro que huela ^
^^^H
^1 de tanta t'elicidad
y abriéndose (¿hay tal novela?)
^^1
^^^ que cada hoja es un tesoro
salga del, con perfección
^^1
^^^B y siendo la mitad de oro
extraña, una dama hermosa
^^H
^^^H es plata la otra mitad;
que con su moro se enlace
^^H
^^H donde el nombre de Alá sanio
y en fe que le satisface,
^H
^^H y de Mahoma está escrito.
con vida torpe y ociosa,
^^^^H
^^H sin juzgarle por delito
sin dividirse los dos,
^^^1
^^H que un hombre merezca tanto?
estén así cincuenta años;
^^^H
^^H ^ Para qué tapicerías
¿son dignos estos engaños
de la pureza de Dios?
^^^H
^^^1 de píirpura y seda en redes
^^^^H
^^^B adornando sus paredes.
Ax\. Señora, tií estás perdida.
^^^H
^^^B donde sin noches los días
Casilda. Yo, prima, me ganaré.
AxA. ¿Que mucho que Alá te dé.
^^^^H
^^^K no necesitan de abrigo?
^^^H
^^B ¿Para qué alcatifas untas.
siendo á su ley atrevida.
^^^^B
^^^ si estrellas pisan las plantas
la enfermedad que padeces?
^^^H
H de Alá y de quien es su ami{*o?
Casilda. Antes por favor la estimo,
^^^H
^^H ¿Para qué, si la sed falta.
pues los intentos reprimo
^^^H
^^^P aquellas dos fuentes bellas
de mi padre, cuantas veces
^^^^B
^^^^ que con cada t;ota dellas
me pretende dar empleo.
^^^H
^m de plata, Apolo se esmalta?
que es intolerable pena
llorarme después ajena ,
^^H
H ¿Cómo podré yo creer.
^^^H
H sin que el seso' se desmande.
si á mi misma me poseo. 1
^^^^1
^^^ que cada fuente es tan grande
Vete y déjame gozar 1
^^^H
^^^B que llega, prima, á tener
á solas mis pensamientos; j
^^^^1
^^H sesenta mil y más leguas?
para el triste no hay contentos
^^^H
^^H ¿Hay disparate mayor?
como el no comunicar
^^M
^^H ¿Y que ofrece en derredor.
discursos si no es consigo.
^^^B
^^H por dar al cansancio treguas,
Ax\. Voime, pues tú me lo mandas.
^^^H
^^H más tazas y vasos, prima,
Amor, que riscos ablandas,
^^^^B
^^^B que tiene estrcliss e ciclo,
si sospechas luyas sigo.
^^^1
^^^H donde bebe sin recelo
la princesa se enamora
^^^^1
^^^H quien sus deleites estima?
de algún cristiano que preso
^^^H
^^^B ¿Donde la torpeza gozc
le ha mudado, como el seso,
^^^H
^^^B vírgenes, si es que lo son,
el alma, pues ya no es mora.
^^^H
^^^B las que en lasciva afición
Yo averiguaré verdades.
^^^^B
^^^B el vicio torpe conoce;
puesto que bastantes son
^^^H
^^H donde comiendo de modo
para su averiguación
^^^H
^^H que nunca el manjar enfada,
tristezas y soledades. (V"*'}
^^^H
^^H para el alma no haya nada
^^^H
^^^B siendo para el cuerpo lodo?
^^^H
^^H ¿Persuadiráse el discreto
^^^^1
^^H que es fehciddd tener
^^^H
^^H necesidad de comer
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B- J^^^H
3
■ 36 ^^^^^^^^^^LOS LAGOS DE VICENTE ^^^^^^^^^^^^H
^^ ESCENA VIII
^-dc qué suene ha de ser esto ^H
^^^H Casilda,
para que su fe me cuadre? ^^M
IJna peisona que es padre ^^M
^^H Pura esfera de crislal.
y origen de todo el bien, ^^M
^^^^^_ comuniquemos las dos
con un hijo, pues jen quien ^^M
le engendra, no habiendo madre?
^^^^^h á bolab; un sulu Dios
^^^^^V sé que hay, por \u¿ natural;
^'Un hijo de luz sagrada i
^^^V pinlamelu corporal
que siempre engendra este abismo ,
^^H la ley de nuestro Profeta,
s siempre se queda el mismo ^J
^^H que á deleites se sujeta,
sin añadírsele nada.** ^^M
^^H que come y bebe entre tiorcs,
^'Habrá quien me persuada ^H
^^H que en materiales amores
no ser el cngendrador ^^M
^^^K^ almas y cuerpos inquieta.
en tiempo y edad mayor ^H
^^^^^K Ensi-ñamc la razón
que el hijo y cuandolc hereda, ^^
^^^^^H que si amor se comunica
que de uno y otro proceda J
^^^^^H aqui es porque frucliílca
otro que lodo es amor? ^H
^^^^^H la humana propagación;
¡Tres con una voluntad! ^H
^^^^^H nu hav allá generación
¡Tres con un entendimiento! ^H
^^^^^1 de individuos, porque estriba
¡Tres de un solo pensamiento ^H
^^^^^H su gloria en que eterno viva
y en tres sota una deidad! ^^M
^^^^H quien et alma le dirige.
^Quién me dará claridad ^H
^^^^H pues ^'püf qué lo torpe elige
para no dudar después? ^H
^^^^H y de lo casto nos privap
Ciclo, que mis ansias ves, ^^H
^^^^^1 Díceme la ley cristiana
enséñame destos dos ^^^^ñ
^^^^^1 que en estos cautivos miro.
cuál es verdadero Dios. ^^^^M
^^^^^ft misterios de que me admiro
^^^^M
^^^^^1 y casi á su fe me allana,
ESCENA IX ^^H
^^^^^Hr una deidad soberana,
_^^^
^^^^^^K pura, limpia y absoluta
Salen dos (ilAVTtvo» con a^aiíoiiej.— Dicha. I
1
^^^^^H me enseña con que refuta
CAt;T. 1.
* Digo que es uno y son tres ^j
^^^^^H de] moro los fundamentos,
y que he acertado el enigma. ^H
^^^^^H un ciclo sin elementos
Casilda
¡Válgame el ciclo! ,;quién da ^^|
^^^^^H que el tiempo jamas disfruta.
respuesta á mis dudas? Va ^^M
^^^^^H Una inmaterial limpieza
haré de vos más estima ^^M
^^^^^H que el alma llega á tener
^^M
^^^^^H ocupada siempre en
Caut. 2.
Ganáis en ña, ^H
^^^^^M de Dios la naturaleza;
y que os premien es razón ^H
^^^^H la beatífica pureza
por sabio. ^^M
^^^^^1 en que su gloria se funda;
Casilda
Cautivos son ^H
^^^^^f una claridad que inunda
que están regando el jardín, ^H
^^^V^ potencias, que deja en calma,
sus palabras son apoyos ^H
^^^V sobrándole tanto al alma
desla verdad evidente. ^^M
^^^H que hasta en los cuerpos raJundii.
Calt. i.
° ,;No salen de aquella fuente ^^|
^^^H No se come, no se bebe.
distintos los tres arroyos ^H
^^^K que allá fuera imperfección.
quedan á estos cuadros vida? ^^
^^^1 en fogosa suspensión
Caiit. 2
• .Vcgarlo fuera ignorancia.
^^^H sólo á ver su Dios se mueve;
Caiit. i
• ,jNo es de una misma subslancia^i
^^^H lo eterno juzga por breve
el agua en ellos unida ^H
^^^^^^ sin que se canse en mirar
aunque distintos los ves? ^^|
^^^^^ft de Dios el inmenso mar
Luego siendo su pureza ^^M
^^^^^H donde Un no se conoce.
una, en la naturaleza ^^M
^^^^^B porque por mucho que goce
serán uno siendo tres. ^H
^^^^^H le queda más que gozar.
Casilüa
. ICn este ejemplo se fragua ^H
^^^^^^t Todo esto está bien fundado;
mí certidumbre, ay mi Dios, ^H
^^^^^^B todo parece seguro.
«-quién podrá unirme con vos ^H
^^^^^H porque lo casto y lo puro
para gozaros? ^H
^^^^^H me causan notable agrado;
^^^^^H ^ólo inquieta m: cuidado
Caut. i.
El agua ^1
fué del enigma sujeto. ^H
^^^^^H el persuadirme á entender
Caut. a
" Venid, que entra Alí Pctián ^H
^^^^^H que un solo Oíos pueda ser
victorioso capilán. ^H
^^^^^H uno y tres, sin que nínsunc
^^^^^H de aquestos tres sea del uno
Vercmosle. ^^M
Caiit. i
.• Yo os prometo ^^í
^^^^^B distinto: ¡extraño creerl
que aunque á Castilla destruye ]
^^^^^P Un Dios simple y no compuesto
y tantos ha cautivado, ^^
^^^^^r en tres personas me pinta
su piadoso y noble agrado ^H
^^^^^L su lev, cada cual distitua
^^^^H y cada cual un supuesto;
valor de principe arguye. ^W
Caut. a
.» Vamos, vcrémosleeoirar, (t^4iite.)
^^act^kcuÑd^^^^^^^^^^^^^^^^3^^^B
ííSCtNA .\
¿Qué de la circunferencia ^|
de Kspaña, centro se llame, ^H
Uúttca. Todo el munte, Jtsdr ta mttait ,t>rifa, sf at'if
y en su apacible eminencia ^^^^M
Y qutii
.1 cumo chapitel 4e uo.i turre, lrt<anta>1i<;
pródigo el ciclo derrame ^^^^f
dtSCtlh
•■tic en íu ctHtrii una íal,i aJurHaiin pin
lo mejor de iu iníluencia? ^^^H
»rrt^t
y por aOafti ilt ttiias, y m mr,tiii, sutire
¿Qué importa haber extendido ^H
tinaspnrnltat.(t«<;nudo,Í\sVn:KSTKmjrtii,abr.i-
el imperio que he adquirido, ^^^H
sánJosr
por lodo lo que no enln-nn ^^^^|
fragosa Sierra Moicna, ^^^^M
CASItOA.
Agua que lienc eficucia
Guadarrama presumido; ^^^H
de alcanzarme vuosira ^racín.
que me tribute Sevilla; ^^^^|
¿Jóndc la leiiyo de hallar?
Córdoba á mis pies posiraj.i. ^H
Vicente
Aqui.
cuando ofrecen á mi sil!» ^^^H
Casilda.
¡A), ciclos! una sierra
parias el Rey de Granada, ^^^^M
abieiu por la inilad,
treguas el Key de Castilla. ^^^H
da á mis dudas chiridad
si todo lo que i n leí esa ^^^H
y mis errores deslíen a.
la gloría de mi corona, ^^^H
¡Qué majesiiioso centro!
tanto triunfo, tanta empresa, ^^^H
¿<(»uién es aquel que se abrasa
lo desluce y desazona ^_^H
y laníos incendíüS pasa
el mal de vuestra Princesa.^ ^^^^|
fénix de paciencia dentro?
¿Posible es que Alá pcrmiia ^^^^M
¿Hay más deleitoso espacio?
que en tan hermosa presencia ^^^H
\i[ risco que ya es dosel
lanía enfermedad compilar' ^^^H
le sirve de Lhapitel
No sé si su Providencia ^^^^^
y su interior de palacio.
ofende y desacredita: ^^^^M
¿Podré yo saber de vos
sé á lo menos quj afeciara ^^^^|
quién sois, y tener sosícro?
blasón de deidad severa, ^^^^|
IViCSNTE
Lasilda, por agua y fueteo
si cumo suele ser rara ^^^^|
se alcanza el leino Je Dios,
maravilla permi:iera ^^^^|
Kasilda.
Ya á su doctrina obediente
que siempre el sol se eclipsara. ^^^|
la ceguedad no me oíuscu.
¿Para qué tan extremada ^^^H
WICCNTR.
Vicente soy; hija, busca
belleza en Casilda, rosa ^^^H
los La^os de San Vicente,
fresca á un tiempo y maliralada.
porque si en ellos le bañas
si cuando la admiro hermosa
de la cnfeimedad que tienes
la lloro siempre eclipsada?
sanarás.
Thi.lu. No es mucho que vucsiia alteza
(Cuhrtst 1
pondeie así tanto daño,
lpASiU>A.
¡Que extraños bienes
que yo que vi su belleza.
escondéis, bellas montañas!
de ley y nación extraño,
Muerta por buscaros quedo,
le acompaño en la tristeza...
mis dichas u& hallarán.
¿F.s posible que no habrá
^I^JIO.
jViva nuestro Alí Peirán
remedio?
por Príncipe de Toledo.
Prv. Ya no le espero.
iMúíica y cajas dr drnlrn.)
Arabia médicos da
Easiloa.
Vivid Señor, reinad vos.
pfir'ser patria del primero;
jAy La^os! si á vcios llego
pero la ^alud Alá.
sabré que por agua y fuego
Un Avicena ha ofrecido
se alcanza el reino de hios.
1
Córdoba, en ella han nacido
un Rasís, un Almanzor;
mas fué su fama mavoi
que sus efectos han sido.
No he dejado diligencia
ACTO SEGUNDO
en lodos sus profesores,
mas esta invisible ciencia
en estatua' y en dociures
vende sola la apariencia.
■
f
Ai.f. Hipócrita es el que ignora
ESCENA PRÍMERA
efectos de su doctrina.
FfEV. Dices bien, pues siendo ahora
^^^SUcii tt Rbt MOHO, Doña Blanca, Ai i PKri«A.>, |
morisca la medicina
y Don Ttli o I
no la halle la infanta mora.
Treguas, don Tello. me pide
Ber.
¿Qué importa que mi corona
vuestro Key que le concedo.
su jurisdicción me ofrezca
sólo por vos, como olvide
en la ciudad que blasona
enojos, y de Toledo
imperios godos, y crezca
os permita, aunque lo impide
con triunfos que Alá ocasiona?
SU privado, que salgáis
1
^s^^^^^^^^^^^^iíonTao^E
SA^vSeÑt^^^^^^^^^^^^^^B
H
L á su gracia reducido,
Blanca. Señora.
^1
1 Viólenlo en mi reino estáis.
Rey. Contigo el cielo cruel
^H
^^m puesto que en él aplaudido
rubíes llueve v no es aurora;
^1
^^k de los moros que obligáis.
hija, que, en fin, se eclipsó
^1
^^B No se qu'ere desposar
el sol que á Toledo dio
^H
^H aquí vuestra dama bella;
luz más clara que el Oriente.
^1
^H es lormeiilo e! cspeiur
C,\siLDA. íAy Lagos de San Vicente,
^1
^H dichas que libráis en ella
cuándo os he de go/ar yo!
^1
^H V aquí no podéis lograr.
^^m Iréis á Burgos los dos.
Rkv. Amanezca alegre el día
^H
segunda vez en tu cara.
^H
^^M aunque á ser tan cuerdo vos
cesará la muerte avara
^1
^^M como sois enantorado.
que en tinieblas nos tenía.
^1
^^B iffmiérades de un privado
No hay médico ni aforismo
^1
^H la enemistad, que si es Dios
que asi al enfermo asegure.
^H
^^m casi un rey, con tan profunda
por más que recete y cure.
^1
^^B paiión, no sé en que se funda
Como el que padece el mismo,
^H
^^B el amor que os desespera
si resistiendo á la muerte
^1
^^B siendo Dios causa primera
y dando aliento á la vida
^1
^H y obrando por la segunda;
pasiones del alma olvida
^^
^^^ por la de un privado dif^o.
y sus tristezas divierte.
r
Tblijj. De doña Blanca, señor,
Hazlo, mi Casilda, asi;
^_
■ el orden y gusto sigo.
no añadas al mal molesto
^H
L^U. Es primer móvtl amor
suspensiones, que con esto
^1
1 y puede más que un amipo;
1 yo lo soy vuestro y en fe
me darás salud á mi.
^1
Casilda. ¡Ay padre y señor, que en vano¡
^H
^^ de que estimo este blasón,
cuando el mal se ve de lejos
^1
^^m i vuestra patria asalté.
suele mal lograr consejos
^H
^^m y dándola confusión
en el que padece el sane!
^1
^H vuestra dama os entregué.
Un solo medio me ofrece
^H
^H Seis meses Lía que asistís
el cielo para sanar,
^1
^^M en Toledo y desmentís
pero hásmele de negar,
^1
^^H pesares y competencias
y asi por instantes crece.
^H
^^B que US causaran impaciencias
Pues que no he de conseguirle,
^H
^^B en Castilla. Sí os pariis,
el remedio es padecer.
^1
^^B iréis, don Tello, advertido
r<EY. Remedio y en mi poder,
^1
^^B de la voluntad que os muestro,
,;> tú rehusando el pedirle?
^H
^^B y sin ponerla en olvido
Sin razón mi amor olvidas:
^H
^H siempre seré amigo vuestro,
pide á Toledo desde hoy,
^*
^^^ pero mal correspondido.
que en albricias te le doy
r
Tei.i.o. liso no, que soy leal;
sólo de que me le pidas.
^H
á quedarme estoy dispuesto
Casii.ua. Has de juzgarme i ndiscicta
^H
sirviéndoos.
mientras no le dificulto.
^1
AXA. tdtntro.) iTerrible mal!
si cuerda no le consulto
^H
¡triste pérdrda!
aunque salud me prometa.
1
Bey. ¿Que es esto?
Este cristiano es prudente ^^
y en tu servicio leal, ^^^|
fiaré de su caudal ^^H
1
^fe ESCHiNA II
lodo lo que el alma siente, B
y sabré déi esta tarde ■
1
^^B ■^<''' ^''^ y <i*»pi^^^ Casilda.— Dichos.
si estará puesto en razón H
decirte mi petición. H
^1
F AxA. Un accidente mortal.
Rkv. Todo pedir es cobarde. H
^1
1 señor, robarnos procura
.Sed. don 1'elio, consejero H
^H
1 con la infanta, la hermosuia
de la Infanta, persuadilda V
^1
L del más generoso mayo;
á que es padre de Casilda B
^1
^K ' disfrazada en su desmayo
un Rey con todos severo; 1
^1
^H la muerte, á su edad perjura.
con ella no. ¡Ay si por vos ^
^1
^H en llor nos lleva esta rama.
cobra salud!, no es bastante
^H
^^m y la sangre que es su vida
premio un reino. Ven, Infante.
^1
^^1 no sé por qué la desama.
Tellü. ¿Qué es esto, válgame Dios? (i)
^1
^H pues ingrata y homicida
ilintranst el Rey, Ali y Axa por i
^H
^^P por el suelo se derrama...
purle, y los demás por otra.) _
^H
^H Aquí el sol por ella llora.
m
^H
^^T (Dtscubrttt la Sinta rn una silla, desmayada.)
1
Tello. Gualda es ya, la que clavel.
Rby. iCasildal
(0 V.n 1» reimprc4iÓM Jicc c.sias palabra» ñ
Ali. iHermana!
Blaoca. ■
ACTO SBGUNOO
ESCENA III
BtAMCA.
39
¿Qué oís, temor imJiscrelr»?
^La Inranta ádon T«lli>¿ si»lasr>
Celos, si amenazái'v olas,
mil naufragios mo promclo.
^Quepor diricii no ili^a
el remedio de su dañu
la Infanta?, ¡A y recelo extraño.
cuando la tristeza oblíf^a!
Todo el pecho enamorado
y triste á la Infama veo:
^dudaré de su deseo
que el alma al amor h« dado?
Y si enamorada está,
¿podré dudar yo tampoco
que de su apetito luco
no es don Tello el dueño va?
Mi sospecha es evidente;
¿no dijo: «Por ser ieai,
fíaré de su caudal
todo iú que el alma siente?»
I^uescon él, ¿qué ha de sentii,
¡ciclos! asólas un alma
que tiene la lengua en c«ii>ifi
para no se descubrir
á su padre y sólo fia
de don Tello sus desvelos?
Amor: si crecéis c<jn celos
ponjcoñosa madre os cria.
ESCENA IV
Bt.«Nr» y Ax«.
Blanca: en fe de la amistad
í^ae he profesado conti;;u. ^
SI es que con ella te obligo,
confiésame una verdad.
¿Tienes mucha voluntad
- ¿ don Tello?
«■ANCA. Mereciera
que ninguna Ic tuviera
á quien amante se llama
y osa, Axa, robar su dama
porque forzada le quiera.
Por esta sola ocasión
no me desposo en Toledo
con él, porque nunca el miedo
huo firme una afición.
Diranme. y tendrán razón.
que si aquí le doy la mano
es por temerle tirano
de tu Rey favorecido,
y que mereció atrevido
lo que nunca cortesano.
»A. Y SI á Castilla te lleva,
¿querrásie mucho?
l^NCA. ¿Quién duda?,
Con los afectos se muda
amor, que méritos prueba.
«A. En fin, ¿le adoras?
'^NCA. No es nueva,
Axa, en m¡ esa voluntad;
mas, si te digo verdad,
yo te juro que no ha un hora
que le amaba menos que ahota.
AxA.
Ltl.AM.A
• tXA.
Blanca
Axa.
P.I.VNr.A,
Axa.
Bt.\NrA
Axa.
Blanca.
A\A.
Blanca.
Axa.
Blanca.
Axa.
Blanca.
Axa.
¿<Iómo?
La seguridad
se entibia aposesionado
el amor que después cíocc
en los peligros que ofre^'e
la sospech.n y el cuidaJo.
¿Tienes celos?
Hanmc dado
no sé que vislumbres dcllos.
¿Son de mi?
Tus ojos bellos
bastaran, Axa, á ciigcn airarlos,
mas no son celos vasallos
cuando Altezas miro cu cltus
¿Celos oe la Infama?
Diflo
que no son más que vislumbres
o asomos de pesadumhiev.
Declárate más conmigo.
N-o se de qué fui testigo,
que por más que me atormente
á mi níisma me desmiente;
pero, dime: ¿quién le cnv¡.i
con tanta instancia, Axa mfa,
¿que mis cosas le cuente?
Algo debe de importarte
el Saber si quiero ó no
al cunienídu.
Hago yo
de cierto ausente la parte:
impórtame preguntarle
cosas para su sosiego.
¿Quisiste bien i un don DicgO,
de tu Ucy favorecido,
por ocasión tuya herido?
Algo, si; no te lo niego.
¿ V en qué te desmcrcci''>
esc algo, Blanca, que c cucho,
don Diego?
En llegar un mucho
con que ese algo se ulvidó.
Don Tello se me ausentó,
y dándome pur esposo
á don Diego, fué forzoso
en fe de que soy mujer,
lo fácil aborrecer
y amar lo dificultoso.
De lodo lo dicho advierto
que don Diego es ya el querido
y don Tello aborrecido:
aquél dudoso, éste cieno.
Hubieras dado en lo cierto
según en nuestro amor pasa,
mas como en celos se abrasa
mi pecho, que es iodo extremo,
amo á Tello porque temo
que se me quiere ir de casa.
Mas ¿no sabré yo á que efeio
es tan larga información?
Cosas que te importan son
fiadas de mi secreto.
Blanca, si es tu amor discreto,
feriante á I'elto y tendrás
otro que te estime más.
Por dueño suyo le adora
nuestro Principe; señora
desta corona serás.
^^^0
tos LAGOS VICENTE ^^^^^^^^^|
^^^
Heina te eligen los cielos.
Tei.1-0. Mira mi desiguatdao^^^^^^B
^^^^H
como tu amor lo perniila.
Casiiüa. Descansa mi enfermedad ■
^^^^Lanca.
No es cuerdo quien solicita
con alivios que hallo en ti; B
^^V
voluntad que abrasan celos;
siéntate, Tello, á mi bdo B
^^ft
son de suene sus desvelos,
que quiero mostrar si sé fl
^^H^
por más que los aconsejan.
los miíieriosde la Fe B
^^^^^^
que del remedio se alejan;
que el alma me han alúmbrate
^^^^P
y quedando el gusto en calma.
pero ley que el mundo adora
^^^^^1
como ocupan toda el alma.
merece veneración
^^V
nada para el otro dejan.
en pie.
^M A\A.
Pu?s repare tu desdén
Tfxlo. ¡yué cucfda razón!
^B
en que Ali Petrán te adora,
Casílua. Oye, Tcilo: escucha ahora.
^^^^
y la infanta mi señora
Dios, conforme me enseñaste
^^^Bb
quiere á tu don Tello bien;
que es principio sin principio.
^^^^^p.
en que don Diego lambién
substancia sin accidentes.
F
asiste aquí disfrazado.
tin sin lin, todo intinito,
h Blanca.
¿Quién?
sólo una simplicidad,
^H AxA.
Don Diepo. á quien he dado
un ser, un acto sencillo.
^^H
las llaves de mi sosiepo.
una forma sin materia,
^^B
Templa del Principe el fuego.
una entidad, un distrito
^^H
porque es locura pensar
sin limites, no causado,
^^^^^H
que hemos de dejarte amar
no en tiempo, no producido.
^^b
ni á don Tcllo ni si don Ijíc^ío. (Vasr >
de sí sólo dependiente,
de sí sólo comprendido,
antes que de los tesoros
^^^^^^1
ESCENA V
de su amor diese al prodigio
^^^p
Blahg*.
de tantas esferas ser,
no forzado, porque -quiso,
primero que eslabonase
^^^^^V
¿De tres en tres los recelos
^^^^H
y no ias dichas, fortuna.
con asombroso ariilicio
^^^^H
si quiera de en una en una.''
esos cielos, elementos.
^^^^H
¿Dos competencias, dos celos?
planetas, astros y signos.
^^^^^B
Unos de don Tello, ¡ay ciclns!
inlluencias, calidades
^^^^K
que si los lloré vislumbres.
y especies que en individuos
^^^^B
ya pasan de pesadumbres,
se fuesen perpetuando,
^^^^^H
pues cuando ofender intenl.in
ya insensibles y ya vivos.
^^^^^B
celos en duda atormentan
estaba solo en sí solo,
^^^^B
y maian en certidumbres.
Por más que me solicite
siendo asiento de si mismo
^^^^^B
su mismo ser, que no ocupa
^^^^B
el Principe es disparate
Dios lugares circunscritos.
^^^^^B
que vencer mis penas trate
Todo eslá en Dios y él está
^^^^B
mientras con celos compite.
en si, porque lo infinito
^^^^^B
Allane tropiezos, quite
por esencia es necesario
^^^^H
estorbos á mi sosiego.
que sólo de si sea sitio.
^^^^H
podrá ser loyre su fuego:
y aunque solo, no por eso
^^^^^B
que mal me podrá obligar
co sus eternos retiros
^^^^^B
no permitiéndome amar
estaba incomunicable,
^K
ni á don Tel lo ni á don Diego. (Vate }
pues conversando consigo,
entendiéndose y amándose,
sin cansancio, sin fastidio.
^^^^H
ESCENA VI
obra necesariamente
^^P
Safen C«sii.nA y Don Tri.i.o.
(que el ocio en Dios fuera vicio).
Con todo eso, pudo tanto
^^TCasilda.
Tan satisfecha en oirlc,
en el su amor excesivo,
^^K^
tan persuadida en creerle.
que para comunicarse
^^^^■»
tan pronta en obedecerte
á lo mortal y finito
^^^^H
y tan dispuesta á seguirte
cuando fué su voluntad,
^^^^H
estoy, cristiano discreto.
sin que hubiese más motivo
^^^^H
después que te comunico
que su libre providencia.
^^^^H
que en tu ley me certifico
crió lodo el laberinto
^^^^H
y á su y upo me sujeto;
de lo celeste y terreno: i
^^^^^^
cichosa ya que merezco
sol, luna, planetas, signos.
^H^
llamarle maestro mío.
estrellas, esferas, polos,
^H Trli.u.
Si yo, Infanta, como fío
elementos, mares, ríos.
^^1
en el cielo, á Dios le ofrezco,
hierbas, plantas, Úores, frutos.
^H
¿qué más bien?
selvas, prados, valles, riscos, _
^B Casilda
Siéntate aqui.
con lodg lo que contienen; fl
^^^^^^^^^^f ^H
^^^ry en la cumbre del empire\í.
La justicia original, ^^^^^
^^V ¿l<^ substancias incorpóreas
sin fómite ni incentivo, ^^^^M
V nueve ejércitos dislitilus.
fué el privilegio rodado ^^^^H
■ Kran éstos de palacio
con que tan nobles los hizo, ^^^^|
y la cámara cuntinuos
que sin pagar á las leyes ^^^^|
del Monarca omnipotente
pecho, sólo les previno ^^^^H
asistentes y ministros.
con el reconocimiento ^^^^H
El más hermoso, pues, del los
de un árbol del Paraíso ^^^^H
fquecon tantos requisitos
que les vedó reservado; ^^^^H
de gracias y perfecciones
pena que si atrevido ^^^^H
naturales en el vidrio
el hombre le profanase ^^^^|
de iu csiimación liviana
fuese mortal su castigo. ^^^^|
se miró primer Narciso,
Rl ángel dragón onionces, ^^^^H
de si mismo enamorado).
envidiando el ver tnn digno ^^^^H
contra su autor, presumido.
lo humano que le heredase ^^^^|
ju/gó, necio, á menoscabo
las dichas que había perdido, ^^^^|
dar el respeto debido
transformándose en serpiente ,^^^^|
al Piiiicipe su señor
la torpe blasfemia dijo ^^^^|
después de haberle previstn
de aquel «.Seréis como dioses ;^^^^H
un supuesto y dos substancias.
si d.iis rienda al apetito». ^^^^H
y que á fuerza de suspiros
Acometió la mujer ^^^^H
y opresión de sus retratos
como al más Haco portillo, ^^^^H
su deidad humana quiso.
sin atreverse, cobarde, ^^^^|
Soberbio, pues, el Lucero
al consorte discursivo. ^^^^H
contra el So), ¡qué desutinol
Comió Kva, y el amor, ^^^^H
osó amotinar parciales
más que el engaño, al (in vino ^^^^|
y de rebeldes caudillo.
con elocuencias de llanto ^^^^^
locó cajas contra Dios
á despeñar al marido; ^^^^H
(cómplices de su delito
delinquieron contra Dios, ^^^^|
la tercer pane de estrellas
y como se opuso al mismo ^^^^|
que ya asombran basiliscos),
la culpa(inlin¡ta ya ^^^^|
diuse la campal batalla
es cuanto lo relaüvo), ^^^^H
en palestras de zafiros.
quedamos tan sin remedio ^^^^H
el ^Quü'/t como Dtosr' venciendo
todos sus humanos hijos, ^^^^H
del alféiez para<iint'o.
que los que mejor libraban ^^^^|
Cayó el querub contumaz
eran rehenes del Limbo. ^^^^|
relajado al sambenito
Corn padecióse el Amor, ^^^^|
de llamas, que eternamente
y viendo que era preciso ^^^^H
son morda/a de.preciios.
que un Dios hombre á Dios le dies^^^^f
Como es incapaz de enmienda
por inliniío íntinito. ^^^^|
el ángel nuestro enemigo,
humanóse el Verbo eterno, ^^^^|
y to que una vez aprende
y redin^iéndonos quiso ^^^^|
jamás lo pone en olvido.
ser deudor, siendo acreedor, ^^^^H
y que no pudo vengarse
pagándose á sí consigo. ^^^^M
de quien le echó eternos grillos,
Vistióse mortalidades, ^^^^H
contra el hombre, su retrato,
trabajos, calores, fríos, ^^^^^1
fulmina Hechas y tiros.
oprobios, persecuciones, ^^^^|
Gozaba Adán, vice Dios,
destierros, hambres, martirios, ^^^^ñ
aunque formado del limo
en el intacto obrador _^^^^H
y organizado del polvo.
del más puro vellocino "^^^^H
si en la materia abatido,
de la más candida oveja ^^^^|
de un espíritu inmortal,
que vio el sol, que adoró el siglo. ^^^H
de una alma, que siendo tipo
Dando, pue>, ésta la lana ^^^^ñ
de la primera substancia,
y el telar, si humano limpio, ^^^^|
ya en lo uno, ya en lo trino,
organizó el Paracleto ^^^^|
de una forma y tres potencias
aquella Paloma armiño, ^^^^H
imperaba en el dominio
toda amor, ternura toda, ^^^^|
de la ínfima redondez
al Verbo, el terreno hospicio, ^H
amado como temido.
alojamiento de un alma ^^^B
Acompañábale hermosa
que unió la Deidad consigo. ^^^^H
aquel doméstico hechizo.
Sólo el Bspfntu amante ^^^^|
costilla antes, ya mujer.
fué su autor, que no intervino .^^^H
uno y otro tan unidos.
causa parcial eficiente ^^^^H
que siendo hueso de huesos,
de varón así lo afirmo. ^^^^M
carne de carne indivisos
iWaria dio mal eriales ^^^^|
al conyuííal sacramento
y el amor tejió los hilos, ^^^^H
dieron fecundos principios,
quedando entera la pieza ^^^^f
1^^^^^^
^^^^^^^^^^^^^H^^^^^^^^k.:^^ J
^ 42 ' LOS LAGOS DE SAN VICENTE ^^^H
^^^^^L de que se corló el vestido.
Soltó la presa después ^^^H
^^^^^H Atropcllansc misterios
su amor tierno y excesivo ^H
^^^^^H aqu{,eütórbansc prod¡;;ios
á tanta suma de asombro^^B
^^^^^H unos ¿ otros oue agotan
^^^^^V el di:>cu;so mas activo.
milagros y bcnciicios, ^H
que SI tudas las esferas ^H
^^^^^H Concibió virgen el Allia,
sirvieran de per^amino, ^H
^^^^^^b parió Virg«n á Dios niño.
sus estrellas caracteres, ^H
^^^^^H quedó Virgen después desio,
tinta los mares y ríos, ^H
^^^^^^1 que Cumo era el Sol divino
. manos cuantas nacen hojd^H
^^^^^H el Hombre Dios, ilustrando
plumas cuantas viven nido^H
^^^^^B A aquel cristal, á aquel vidrio.
desmayaran al sumarlos ^H
^^^^^^B los rayos de su substancia
pasmaran al escribidos. ^H
^^^^^H pudo, sin abrir
Junto los Legados doce, ^^
^^^^^^m penetrándose dos cuerpos.
los setenta y dos Discípulos,
^^^^^^B desmentir nuestros seniidos;
l'edro futura liara, ^J
^^^^^^1 tres substancias y una unión
los demás del Orbe Obispo^^f
^^^^^H formaron un soío unido,
Permitió que le vendiese ^H
^^^^^V la divina, la corpórea
ul Apóstol fementido; ^H
^^^^^K V la del alma, ¿hay tal mixto?
^^^^^^k tspiritu puro alma.
sacramentóse primero ^H
y hallándose de camino ^H
^^^^^^H barro ei cuerpo quebradizo.
para su Padre, quedarse ^H
^^^^^H Dios el supuesto de entrambos.
é irse supo aun tiempo nt^H
^^^^^H ,;quíún vio en actos tan distintos
Sudó en el huerto licores ^H
^^^^^H tal unidad de diversos?
'purpiireos, que los delitos ^H
^^^^^H ^tal distinción de propincuos?
humanos le antecedieron ^H
^^^^^^1 ¿tal parentesco de extraños?
allicciones y fastidios. ^H
^^^^^^B ^lal conformidad de abismos?
Prendióle la ingratitud, ^H
^^^^^^V Turnó la
dejáronle sus amigos, ^^
^^^^^B humana el Verbo divino
rasgaron su cuerpo á azotes.
^^^^^^K mas no la humana persona
diole corona un espino.
^^^^^^B porque ésta halló ya impedido
Llevó en la Cruz nuestras peni
^^^^^^V por eterno supuesto
viole el rigor suspendido
^^^^^B su lugar, que á contundirlo
rogando por sus contrarios.
^^^^^V con dos personas no fueran
¡Oh nmor de Dios inaudito!
^^^^^r una cosa el Verbo y Cristo.
Dejó á su madre en custodia
^^^^B En efecto, este Honibre Dios,
de Juan, allí Vice Cristo, ^1
^^^^H apenas se vio nacido,
quedando con su adopcióit^f
^^^^H cuando á precio de gran.ues
mejorado en tercio y quiit^H
^^^^H compra de nosotros hizo.
Oyó al salteador infame ^H
^^^^Hu derramólos al día octavo.
blasfemias y desatinos. ^H
^^^^^H adoráronle pellicos,
ganando al bueno por scrlj^H
^^^^^H posiráronselc coronas,
el cíelo de prometido. ^H
^^^^^^H huyó amenazado á Rgipt<i.
Intimó su desamparo ^H
^^^^^H volvió después de des años
al Padre, y el pueblo impi^H
^^^^^^1 y llorándole perdido
dándole vinagre y hiél ^H
^^^^^H su Virgen madre á los doce
delito añadió á delilo. ^H
^^^^^H trocó penas en júbilos
Sed de pasar más tormeni^fl
^^^^H viéndole infante maestro
le obligó á decir el Sitio
^^^^^K entre sabios aplaudido.
de mu!) hiél, de penas más»^^
^^^^^B Catedrático por claustro
}• viendo el plazo cuiiiplídc^|
^^^^^^B de tanto jurisperito
lie la redención del hombr^H
^^^^^^K salió en publico de treinta
libertando á sus cautivos ^H
^^^^^^B á poner en
<c.A.cabóse», dijo á todos, ^H
^^^^^^B la restauración del Orbe,
del vil tirano el dominio.
^^^^^H tentóle el dragón precito.
Penetró su voz los cielos ^J
^^^^^H vencióle á los tres combates.
y con clamoroso grito ^M
^^^^^m dio al tálamo patrocinio
el espíritu dio al Padre ^|
^^^^^^ honrando con su presencia
y á ios hombres finiquito ^|
^^^^Bk las bodas que antes bendijo.
de tanto ¡htinito empeño. ^M
^^^^^^B Hizo aquel proto milagro
pues tácitamente dijo ^H
^^^^^^B del agua, que vuelta en vino
al inclinar la cabeza: ^H
^^^^^^B tantos misterios encierra.
«Pagado estoy, yo lo afirmo»'
(/Jara aguí lacaht^a.)
^^^^^^1 materia dio á tantos libros.
^^^^^H Santiticó del Jordán
Conmovióse lo criado;
^^^^^H los raudales cristalinos.
sintió el sol aquel deliquio
^^^^^H dando testimonio el Padre
sobrenatural, un nuevo
^^^^^H al mundo de que era su Mijo.
que aun hoy asombra i Dúmí^
ACTO SEGUNDO
43
:a.
lustró los calabozos
)risiun de lus iiicn nacidos,
des pejandü dadivoso
un seno de losdos Limbos.
Tres días durmió cadáver
sin ser hjmbre, dividido
lo Corporal de su íorma
aunque uno y oiru divinos.
Kesuciti!) al cabo de ellos
ya impasible, ya vestido
de gloria y eternidad,
penas volvió en regocijos.
De su Iglesia y de su madre
incrédulos satisfizo,
jnsiiiuyó Sacramentos,
puerta de ellos el Bautismo.
Subióá la diestra del Padtc;
en leiiyuas de fuego vino
aquel tercero de amores
no engendrado, procedido.
I^romulgó su ley á todos,
bañó el consagrado ríu,
que da la primera gracia,
al Orbe nuevo y antiguo.
Congregación de los santos
tiene aqui, que son arrimos
de la barca militante,
pilotos de suspcligros,
doctores que nos enseñan
yugo leve con que unirnos,
preceptos que nos declaran
Pontiíices y Concilios.
Volverá segunda vez
á juzgar muertos y vivos,
para premio de ios buenos
{de los malos castigo,
istu es lo que me enseñaste,
esto adoro, aquesto elijo,
corrígeme en lo que yerro
y dame, Tcllo, el bautismo.
No adquirida, no estudiada
es la doctrina que has dicho,
ciencia infusa te dio el ciclo,
por su doctora te admiro.
Mas, quedo, ha entrado gente.
Pues ven, Tello, que es fastidio
de mi descanso el tratar
sino es de Dios; miscautivos
querrán comer, su socorro
es mi amoroso ejercicio;
llevarélus, como suelo,
ocultamente el alivio
ordinario, vuelva Dios
por su pena y mi peligro.
que es riguroso mi padre.
(Yante los dns).
ESCENA Vil
Sitien Doña BljiNca y Axa.
¿Estás contenta? ¿no has visto
sombra á Tcllo de la Infanta,
ingrato, Blanca, contigor'
¿negarás que no se quieren.*'
Negaré oue basiliscos
consolóla vista maten,
pues no muero y esto miro;
dcsengaño.<> son vengan/as,
venganzas son desatinos,
desatinos hace un loco,
loca estoy, perdí el juicio.
Di me adonde está clon Die^o
que si á Toledo ha venido
á satisfacer su agravio
como vuelva por los mfos
le daré...
.^XA. ¿Qué piensas darle?
Bi.\NC\. Un alma que sacrifico
á I a desesperación.
Axa. ¿Para qué, si yo le rindo
(;tra que es de más quilates?
Compite, Blanca, conmigo
y envidiarás mis victorias.
Cl.vnca. ¡Ay cielos! la muerie envidio;
daréle al Príncipe moro,
como me vengue, el dominio
de mi libertad y fama,
satisfaré sus suspiros,
mate á don Tcllo, y qucrrélc. ( Vase.)
ESCENA VIII
Axa y Au PkthAji.
Ai.i. ¿Qué es esto?
Axa. Agencias que libro
cillas medras de lu amor,
la Infanta halló en los bajios
de su salud derrotada,
si no remedios, alivios;
á don Tello quiere bien
y él la paga agradecido,
pondera tú, como ( i ) hermano,
si esto es virtud ó delito.
Doña Blanca está celosa,
véngala, y haráte digno
de su amor, que éste obligado
crece gigante de niño.
No pierdas esta ocasión
pues ves cuan bien he cumplido
con la agencia encomendada
dichosa en ver que le sirvo.
¡Ay Tello, con qué quimeras
mis celos ejecutivos
buscan remedio á mi agravio,
y qué en vano los resisioí
Vengaiéme de la Infanta
mientras con Blanca compilo,
que no es poco dar en tierra
de dos, con un enemigo. {Vase.)
Aü. Sí Axa ha sido testigo
de que Tello á mi hermana ama,
quien no fué iicl con su dama,
¿podrá ser leal amigo?
Sea castigo
de su ingratitud, la mia:
ame á la infanta en quien fia
su esperanza;
sea premio la venganza
de su poco firme fe;
(1) tn ct original: «pomic-r.i lu atnor hermano». Co-
rregido, según la ediciÓQ scviJlani.
^^^44
LOS LAGOS DE SAN VICENTE ^^^^H
^^^B
Consentiré,
despeñara mi cuidado.
^^^^^
vlla mura y él cristiano
y el ver que es hij.i de un R
^^^^^^^V
que á mi hermana dé In mano
de quien amo me aparlar.1
^^H
porque Ulanca me la de.
y por cila profanara
los preceptos de mi ley.
su viclud, su honestidad.
^^^^^v
KSCENA IX
es tan di^na que se estime,,
^^r
Ai-Í y Don Tku.o.
que con verla se reprinw
la más torpe voluntad:
^^B Tello.
¿Qué nuevas causas de enojos
no hají» agravio vuestra All
^^^^^
dan ocasión á la ira
á mi fe y á su valor.
^^^^B
do iJIanca, que si me mira
Al i. ¿<-ómo no? Tenia tú amor
^^^^^^^^
fulminan rayns sus njnsr*
y usúrpame mi i;randcza.
^^^^^^K
¿Sin haMarmc cuando pasa
No disimules Cunmigu;
^^^^^^HP
junio á mi?
ámala, dala la mano;
^M Aü.
¿Telio?^
llámale, TcIIü, mi hermant
^^1^_Tkllo.
¿Señor?
como te Humas mi amifio.
^^■^Ü.
Diccnme que un nuevo mior
Yo le asc;»uro temores.
^^^^^v
tus pensamientos abrasa.
no trueques la profesión
^^^^H
_v á ser verdad, sentiré
de tu antigua religión.
^^^^^P
dosctcdiiris de ñrmcza
que bien lograrás amores,
^^^^
que en nota de lu nobleza
aunque de ley dilcrenie;
^^^
te culpan de poca fe.
yo te casaré con ella.
^^^■Tello.
¿Yo, Principe, amor que nuevo
Tfli.o. a no ser iJIanca tan bella.
^^^^B
lenga de mudable lama?
yo tan fie!, tú tan prudente,
^^HAlI.
Tal vez como amor es lina, a
tan poco afecta lu heriTianí
^^^^^K
y ésta se muere sin cebo.
á todo lo que desdice
^^^^■'
faltándola el interés
su honestidad, contradice
^^^^K
hasta en los nobles se apaga.
á la permisión cristiana
^^^^K Tello.
Amor con amor se paga.
el favor que le a^rade/co.
^^■alí.
¿Amor con amor? ¿No ves
Yo adoro á Blanca, señor.
^^^^m
que cuando á lo deleitable
y\LÍ. Kn lln: ¿no tienes amor
^^^V
se junta lo proveclioso
á la infanta?
^^^^H
suele un pecho codicioso
rendirse á lo interesable?
Tello. No merezco
^^^^ft
apetecer tal empleo,
^^^^^B
Pagúese amor con amor
ni cuando posible fuera
que tal dicha nicrccicrA
^^^^^1
no más, si otro amor se hallase
^^^^1
que con ese amor juntase
diera riendas al deseo.
^^^^H
intereses de valor.
Alí. Pues, Tello, yo soy lu an>i
^^^^H
¿cuál de los dos le parece
y aunque ten^o voluntad
^^^^H
que discreto admitirás?
á tu dama, la amistad
^^^^H
¿amor con amor no más?
ha de poder más conmigo.
^^^^^B
¿ó amor con amor que ofrece,
ae más á más una Alteza
Pártete al punto con ella:
^^^^B
tu Rey, á mi intercesión.
^^^^H
Que á majestad casi aspira?
Amor que intereses mira
te vuelve la poseiión
^^^P Tello.
delu patria; no he de vella
^^^^^
no es amor.
por no ocasionarte enojos
^m. all
¿Pues qué?
que temo me hagan torcer
^■^^ Tello.
Vileza.
de intentos y parecer
^^■Aü.
¿Pues qué será la intención
tiranías de sus ojos;
^^^^F
con que tu fe, aunque cristiana.
joyas y tesoros toma
^^V
deja á lílanca por mi hermana?
con que generoso vivas.
^H Tello.
¿Por quién, señor?
Tf.llu. Sciíor, pues ¿de ti me privi
Al í. Hoy has de irte; ¡por Maho
^B
Tu alición
^^^^
me contaron fidedignos
hoy tengo de ser espejo
^^^^K
testigos.
de amigos.
^^^r TfCLLO.
Querrán ponerme
Tkli o Tu gusto haré.
^
mal contigo.
Alí. Di que el remo te dejé.
H_ Aü.
Nunca duerme
pues á tu Blanca te dejo. (
^^^^L
la envidia en ojos indignos.
^^H
Pero quien me dio este aviso
es de mucha calidad.
ESCENA X
^^H Tello.
Bien pudiera la beldad
de la infanta al más Narciso
Santa Cakiloa y Pascual, <l« eatitl
^^^^B
hacer que de sí olvidado
Pascual. Si, señora; de zagal
^^^^^^^^
se rindiera á su hermosura;
á doña i'.ranca servia
■
pero cuando mi ventura
en la Burcba aquel día
que el pobre de Juan Pascual
■< ap«rIo dv iMafi Pabros.
y á enmoriscar me trujcrotl.
C»siU)A. \o llores,
'iscia. <Qu¿i que no (i ) lloren?
Si mes vemos eiurí diabros
de mastines, con perdón,
donde nenguno ic ve
que rezando á San Noé
se encomienda á san Jamón?
SI alia tupiera, señora,
las gracias, la dtjnairia
que Mari Pabros teñid,
renegara de ser mora
y huera Cristian j vieja.
iSiLDA. ¡Qué sencillez!
icuALi Cuando hilaba,
¡con la sal que mos cantaba
al ho^ar una consejal
Y durmiéndose después,
fquc hué brava roncadora),
mes el ¿andtl «n media hora
hilaba que ella en un mes,
.¡Pues qué sí el brazo desnudo
la espetera cstropajaba?
con medía azumbre lavaba,
vaun menos, iodo un menudo.
Kra limpia A maravilla,
al cura se le perdió
la escolíela y la hallé yo
cenando en una morcilla.
Cuajares la vieron hcr
que se espantara de oíllos,
rcllenai stipo obispiH!>s
que Papas pudieran sel'.
iiu>*. Ahora bien. Pascual; de li,
pues que con don Tello estás.
me fio, presto tendrás
libertad, espera en mi
y saca la provisión
que á los cautivos llevemos,
pues seguros entraremos
á consotar su prisión.
Nadie ahora nos verá.
ícuAL. Pardiez, que es, señora mia,
piadosa su morería;
aqui una banasta está
llena de roscas y queso,
de carne, arroz y verdura.
Í Sacan una canasta llena tir platos, pitn
eifumbres ifue \'»icu»\ trastada tu una
cttta curiosa, y cübrtnla con unns manlr-
Iti.)
LOA. Pues trasladarlo procura
en esotra.
:ü*l. Si, qu« el peso
de esotra es demasiadu
para su delicadeza
y quebrará, si tropieza,
la loza. Mas como ha dado
en que pur sus mismas manos
los quiere dar de comer,
aprtcarlu es meneslcr.
Iseloriglaaldecia:
•Que cuando lloren»
Igió por ia impresión «ic Sevilla.
Casilda. Quiero muctio á los crisiisnos»
Pascual. Helo aqui todo compncslo.
V los maineles encima.
E-SCENA XI
Salen el Ksv uoro y A.xa.— Oicuos.
Key. Axa, ,;qué dices?
Axa. ' Que eslima,
no sé si con fin honesto,
la Infanta á don Tello ntás
que á su ley. padre y hermano;
que (quiere más á un cristiano
que a Toledo.
Uey. Cieí;a estás,
Axa. Todas las noches les lleva
por sus manos de comer,
si ahora lo quieres ver
haz por tus ojos la prueba.
A buen tiempo te he tiaido
por que de dudas te saque;
lleno lleva aquel tabaque
de relieves que ha escondido
de tu mesa, para dar
de comer á los cristianos;
cógela el hurto en las m3nú:>.
(Llt'viinlii los día,, caita uno our una at^
y sálelt.'i di encuentro ti Rey)
Pasci'.m.. bambos lo hemos de llevar,
porque ella sola no basta.
Ret. ¡Por Mahoma, que he de ser
su verdugo!
Pascual. Que comer
tienen bien en la canasta.
y que cenar.
Ret. Dclért, loca,
los pasos con que me afrentas.
Pascual. Kemalamos con las cuentas.
Casilda. ¡Padre y señor!..
Pascual. Tapaboca
con padre j señor le da.
Pey. ,;Qué es lo que lleváis ahi?
Pascual. Si me lo pescuda i mí,
padre y señor, la verdad
es que ni yo lo cndi'.'íuc,
padre y señor, ni coci
la carne, ni el arroz, ni,
padre y señor, lo compré.
Yo señor, padre y señor,
porque yo, señor y padre,
Gila Alonso hué n'ii madre,
Mari Pabros con amor
me dixo par dell molino,
pero aún no era mi mujer;
ello si lo quiere ver
no ticn pizca de tocino.
Rey. ^Qué desatinos son éstos?
¿tú sustentar los cristianos?
¿tú, torpe, infamas tus manos?
¿tú en amores deshonestos
con los que aborrece Alá?
C\sii ^^. Reprime, señor, la ira;
deten la cólera, mira.
Rey. Tus insultos miro ya.
No busques excusas nuevas;
sustento das y favor
á lüs cristianos.
^V 46 ^^^^^V LOS DE ^^^^^^^^^1
i Casilda.. Señor,
Rey. Mi senectud remozaste, ^B
1 advierte...
llores, por vos me promeio^^
1 Rey. jQ\ii es lo que llevas
nueva vida. ^M
f ahi.^
AxA. Yo estoy loca. H
I Casilda. Flores que he cogido
|Ay, envidias infeliccsl ^M
^^^ para divertir tristezas.
Pascual. Cautivos, á las narice:> H
^^H ¡Mi Dios, de vuestr.ns grandezas
podéis hoy pasatr la buca. H
^^M haced alarde!
■
^H Rky. Ofendido
1
^^^^H estoy más de tus mentiras
^^^^^fe que de tu l^árbaro ínsuitu:
^^^^^1 pero mal estará oculto
ACTO TERCERO
^^^^H ciclo Ic
■
^^^^^H Descubre, Axa. vuelca, arruja.
.IcompaÁíiMiiínf" y el He* I-fh.iani)!! pur u>ti^
^^^^^1 esa infame provisión.
pnr otro .Monos,' D. Tei 10, Axa >-S*«ta Casi
^^^^^^r (El suelo cfel lat>aiiuf, ó canasta, se guita
tnora.
^^^^^^F por iicbajn del lAt^laito. y pnr el mi$mo
^^^^^^ luffar se llena de flores y hierbas Jiversas
ESCENA PRIMERA M
■
ir que vuelca después Axa!)
Casilda. Déme vuestra .Majestad ^M
^^ Casilda. Ahora verás si son
la mano. ^|
1^^ flores todas; quien te ertoja
Fernán. Dé vuestra .Alteza ^|
^^M contra mf y da pesadumbres
parabienes á Castilla, H
^^H no te estima como yo.
pues ha merecido vtrla W
^^B PASt-UAL. Pardiobrc. que se volvió
ennoblecer su corona ^
^^m nuesa comida en lot^umbrcs.
desde hoy, con razón soberbia;
^H Rey. Válgame Alá. .;cstás contenta,
pues usurpa e! sol al Tajo
^H Axa envidiosa?'
trasladánaola á sus sierras. M
^H Axa. Corrida,
Deudor quedaré á los bañosl
^^^^H loca, confusa, perdida
desde hoy, puesto que no sepa
^^^^H estaré con tanta üfrenia.
el sitio que los oculta
^^^^^^K (Dase Cun las flores por it rustro y ma-
ni las virtudes que encierran.
^^^^^^m
Pues merezco por su causa
^^^^KBey. La fragancia que m^- ofrecen,
que la hermosura posea j»
^^^^H lo aromático que exhalan.
de vuestra Alteza, Castilla, ll
^^^^H al paso que me recalan
temerosa ya en perderla. ■
^^^^H mis canas rejuvenecen.
Ojalá, Casilda hermosa, M
^^^^H Del cielo vino este olor
la fama que los celebra 1
^^^^^B que aqut no los hay iguales;
la salud os restituva H
^^^^H primaveras inmortales
que ofende vuestra belleza. ^
^^^^H le han tributado su llor.
lastimaré los yo en más
^^^^H Su Amaltea hacerte quiso.
que cuantas preciosas venas
^^^^H imperio en
por los cuerpos destos montes
oro en vez de sangre engendra
^^^^H Mayo eres de su
^^^^H Abril de su paraíso.
Casii.ua. No dudo yo, gran Fernando.
^^^^^1 Dame los brazos, no dudes
que en provincia donde reina
^^^^^B de cuanto pedir quisieres.
un Príncipe tan afable m
^^^^H Flora has sido, serás Cervs
salga la esperanza cierta ■
^^^^H como en frutos llores mudes.
que los ciclos me aseguran;M
^^^^H Pídeme dificultades
no en humanas experiencia^!
^^^^^ con que el agravio redima
estriba m¡ confianza, ^M
^^K que te hice.
pocas veces verdadera; ■
^^^^ Casilda. El cielo estima
impulsos más superiores ^
^^^^H sencilleces y piedades.
me sacaron de mi tierra
^^^^H [£n la palabra que ofreces '
y al Rey, mi padre, inclinaron
^^^^H tengo hoy de ejecutar.
el permitirme á la vuestra
^^^^K no nnc lo osarás negar
donde á vos su dueño os llami
^^^^HL si mi salud apeteces.
donde en la paz v en la guerra
^^^^HRbt. Pur Alá, por su Profeta
vive la seguridad.
^^^^V y por ti (que iba á decir
por ser vos quien la gobierna.
^^^^H que eres más que él), de cumplir
¿Quién duda que también viví
^^^^H cuanto me pidas; discreta
la salud, si ya comienza M
^^^^^ eres, por futrza ha de ser
á retirarse, con veros, ■
^^^^H lo que apetezcas decente.
la causa de mis tristezas? ■
^^^^BCasiloa. jAy, Lagos de San Vicente,
Ya yo por puntos mejoro. ^
^^^^^^ y qué presto os pienso ver!
^^^^H Vamos, diréte en secreto
Teli.o. y yo, que en vuestra preseocii
gran señor, patrocinado
^^^^B lA merced que me otorgaste...
de la Infanta tengo puestas ^
^^^^^^^^^^^^^ ACTO ^^^^^^^^^^» ^H
todas mis felicidades
Por su embajador me envía, ^^^B
en serviros, si licencia
con palabra de que vuelva ^^^^|
me dais, diré la embajada
brevemente á restaurarle ^^^^H
con que vengo.
la sida con la presencia ^^^^H
Alzad de tierra;
del alma que se le aparta, ^^^^^|
alzad, don Teilo, decid.
de la luz que se le ausenta. ^^^^|
to. h.i Bey Almenón, que inlenla
DesDídicronsc los dos ^^^^|
irocar en perpetuas paces
y ella, que, toda clemencia, ^^^^|
con vos esias breves treguas,
de ios cautivos cristianos ^^^^|
la míiad del alma os fia
aliviaba las miserias. ^^^^f
y con la Infama os entrcRa
pidiendo su libertad ^^^^H
el reino que el Tajo abraza
al padre piadoso, deja ^^^^|
y estima en poco sin ella.
Lágrimas y persuasiones,
despojadas las mazmorras, ^^^^^|
inútiles sus cadenas. ^^^^H
que es la mayor elocuencia
Dos mil de Toledo saca, ^^^H
que en la mujer amur puso.
que ya en su patria se alegran, ^^^^ñ
le bttstaron á hacer fuerza
di(tna que tai redentora ^^^^|
para dividir de si
en anales permanezca. ^^^^H
el apoyo en que suslenta
til Rey de Toledo, en Hn, ^^^H
la duración de sus canas,
gran Fernando, para muestras ^^^^H
q^ue remozaba con verla.
de la fe con que os obliga ^^^^|
Ki Principe Ali Petrán,
y la amistad que os profesa, ^^^^H
que sucediendo en la herencia
os remite cien caballos ^^^^H
después del de su corona
que, con otras tantas yeguas, ^^^^|
es blasón de la nobleza.
Córdoba al Beiis usurpa, ^^^^|
csuha ausente en Sevilla
Toledo admiró en su vega; ^^^^H
cuanda el sentir que padezca
cien acémilas cargadas ^^^^^|
sii padre amoroso eclipse
de los desvelos del Persa, ^^^^|
la luz de Casilda tierna.
de los esquilmos del Parto. ^^^^|
y que e! Abril de sus años
de los tesoros de Grecia, |^^^H
malogre las flores frescas
de los metales monarcas. ^^^^B
del más gallardo vergel
granas, alcatifas, telas, ^^M
que esmaltaron primaveras,
A vuestros pies reales postra; ^^M
al llanto permitió hechizos
y por que en su estima venza ^^M
con que la Infanta no deja
ias dádivas de Alejandro, ^^^^H
hora ni instantes al ocio
pródigo os da en una prenda ^^^^H
en que no le intin>e quejas
la mejor de su corona, ^^^^H
amorosas por los baños
la mayor de sus riquezas, ^^^^|
oue, de su salud profetas,
dice que esconde Castilla,
el alma y vida en la Infanta. ^^^H
que es cifra desús grandezas. ^^^^|
cifrando en ellos sus medras.
Fehnan. Cuerdamente habéis sabido, ^^^^|
Afirma que el cielo mismo
don Tello, aplacar ofensas, ^^^H
con m steriosas promesas
pues servicios semejantes ^^^^H
le pronosticó en sus aguas
más obligan que destemplan. ^^^^^
saludables evídcncias;
,;Adónde está dona Blanca? ^^^^H
aue es imposible cobrarla
de otra suerte, y si desea
TüiJ.o. iin la villa dcBriviesca ^^^^f
goza dedos libertades: ^^^^H
su bien, será menos daño
la del cuerpo la primera ^^^^H
llorarla ausente que muerta.
á su patria reducida, ^^^^H
Convocó el Rey los alcaides
y la del alma, que exenta ^^^^|
de Madrid y Talavera,
de las pensiones de amor ^^^^|
Guadalajara y Ocaña,
ya es señora de si mcsma. ^^^^|
Alcalá, Yepes y Cuenca;
Fkrn.\n. ,;No sois voscsposo suyo? ^^^H
propúsoles este asunto,
Tei.i.o. Ño, ^^^^ñ
y aunque opiniones diversas
Ft-itNAN. ,;Por qué? ^^^^|
ya afirman, ya contradicen,
Tei.lo. No fuera ^^^^|
finalmente sé sujetan
licito en provincia extraña, ^^^^|
al gusto de quien los manda,
sin vuestro gusto y licencia. ^^^^|
porque la lisonja lleva
Feunan. Pues ^cÓMio decís ahora ^^^^|
en lodos los tribunales
que, libre ya, su alma reina ^^^^H
la razón tras la potencia.
de si misma, si es que os ama? ^^^^H
Concluyóse, en fin, la paz.
Tello. Mudanzas la dicha alteran ^^^^H
pran señor, con vuestra Alteza,
del mar del primer amor. ^^^^H
pidiendo en esta jornada
Como cansa la asistencia, ^^^^H
vuestra permisión, y de ella
y yo siempre la he servido, ^^^^|
* obligado y satisfecho
ya me olvida. ^^^^H
SU expedición me encomienda.
Fernán. Su exirañeza, ^^^H
LOS LAGOS DE SAN* VICENTE
don Tello, ha de estaros mal;
porque aquí la compcicncia
de don Dief;o os ha de hacer
mal tercio, que adora en ella.
Yo os restituyo á mi gracia;
y aunque á la suya quisiera,
dudo que en ¡urisdicciunes
de amor poder un Rey lenya.
Notable ocasión perdiste;
pues cuando las aprovecha
todo solicito amante
malograste las de ausencia.
O servidla, ü olvidadla,
que yo, sin haceros luciza,
neutral condón Diof^o y vos,
y atento á las diligencias
del que fuera más íd\¿,
premiaré al uno con eiiu.
Y vos, Infama y señora,
sin extrañar diferencias
de leyes y de regiones,
júzgaos en la patria vuestra,
que si alli fuisteis Infunla.
en Castilla seréis kcina,
dichoso todo mi estadu
en que serviros merezca.
Casii.oa. Se'jurayode la fama
que justamenic celebra
vuestro valor, me dispuse
á experimentarla y verla.
Ni á nii patria ni i mi padre
echo menos, queofendicra
el favor que os reconozco
si me juzgara en la ajena.
Por mi padre os tengo yo
y como tal me conceda
licencia, que sólo busque
estos Lagos, vuestra Alteza.
Yo se que impiden hallarlos
ostentaciones soberbias
de aplausos y compañías:
el cielo medió sus señas
y é\ mismo inclina mis pasos
para que mis dilij^encijis
sin presunciones humanas
hallar su sitio merezcan,
tsia merced os suplico.
Í|Fekn\n. Admire nuestra tibieza.
Infanta, vuestra fervor,
y no se impida esta empresa;
por mi. con vos Tellu vaya,
y como á mi os obedezcan
cuantos lugares y villas
pozaren vuestra presencia.
Que si, como en Dios confio,
vuestra fe saliese cierta
y hallando el agua admirable
auc ignoramos, tengo nuevas
e vuestra salud, mi Corle
os recibirá i la vuelta
con triunfos que satisfagan
mis deseos y sus liesias.
^Casilda. KI cielo, invicto Kornando,
la monarquía os conceda
de Kbpaña, que dividida
en tantos reinos, tragedias
del Godo infelice llora,
para que en vuestra cabeza
tolalmcntc restaurada
á su antiguo esplendor vuelva.
(Vanse el Rey y tvf suyos.}
ESCENA II
Santa Casilda, A xa y Ikih Tb-ilo
A XA.
Solo un mes, prima mía,
de plazo dio tu padre á la porfía
con que aquí hallar esperas
estos Lagos fmejor diré, quimeras),
pues que te descaminas
por patrias y regiones peregrinas.
fjusquémosios, si es cierto
que esconde tai milagni este dcsierlu.
Que, ya. Infanta, en sus valles,
ya en sus montes, remedio y salud halles,
ó ya, conforme creo,
quimérico te engañe tu deseo,
el término cumplido
nos hemos de volver.
Casilda.
Quien me h« traído
hasta aquí sil recelo
de tanto inconveniente, que es el Civlu,
nunca, prima, seeslreciía
en límites humanos; salisfei.ha
üstuv, aunque le asombres
de hallar salud aqui. ya que en los hombres
se muere mi esperanza;
,jquc sabes tú si estriba en la tardanza
que Dios tiene dispuesta
mi salud? Lo difícil mucho cuesta.
Ya un mes, un año aguarde
el bien; si viene, nunca llega carde:
ojalá la fe mía
discurriera sin vuestra compañía
por estas soledades,
hallara en ellas yo felicidades
que, por la vuestra ciega,
me las dilata el Ciclo ó me las niega.
A. XA.
Va estás, prima, entendida;
ya yo la causa sé de tu venida;
no en Lagos mctilirosus
estriban tus deseos amorosos,
que éstos imaginados
encubridores son de tus cuidados.
Lagos, si, que de llamas
ilícitas te encienden, pues que sé que amas
á don Tello, de suerte,
que c! honor alr<ipi"ll:is y la muerte.
Celos de doña Blanca
en Castilla le abrieron puerta franca,
por ver que si venia
con ella, y tu esperanza enllaquecii;
con ilusiones vanas
del Rey tu padre enicrnecisic canas,
y disfrazando engaños,
hechizos diste á sus postreros años,
para que permilicsc
que consigo don Tello te trajese,
ACTO TEKCKRO
49
I
Doña Blanca, orendida
de ti, y don Tello que por ti la olvida,
apenas de su tierra
pisú la raya, cuando se dc&lierra
de agravios que á la vista
otcndcn más: licm Tello, en fin, asista
i tos ojos, que en ellos
duplicarás por ser cristal los Tellos.
Don Teulo.
Axa atrevida , enfrena
b lengua torpe de malicias llena.
¿Qxié has visto en mi y la Infanta
que pueda ocasionar blasfemia tanlaf
Axa.
He visto que te adora,
que olvida nuestra ley: que Blanca llora
tu ingratitud y olvido;
que a su padre y hermano, fementido,
pagas el ampararte
en su reino, y ahora asegurarle
la patria, hacienda y vida
en robarle la Infanta que perdida
por ti con torpe llama
su ley, su sangre y su corona infama.
Casilda.
Mi Dios, á Vos os toca
mirar por mi opinión contra esta loca,
que su malicia muestra;
por mi causa volved, y por la vuestra.
[Vuela ¡a Suan i
Vojc.
Si haré, Casilda mía.
No le merecen, ven, y en mi confia.
Don Tei i.o.
¿Qué es esto, cielos santos?
Axa.
Hechizos tuyos son; serán encantos
de la ley que nos vende
traiciones por milagros; 'ya se entiende
el fin de tus cautelas.
Don Tei.lo.
Paloma pura que amorosa vuelas
i la estación segura
donde vive sin riesgos la ventura,
¿por qué cruel conmigo?
Alas tiene mi amor, las luyas sigo. (Vate.y
ESCENA III
Axa.
jSu amor sigue su vuelo?
Luego es ya certidumbre mi recelo;
luego para gozarla
con hechizos intenta remontarla.
, jAjr rabiosas sospechas!
L Al vuelo los matad, tiradlos Hechas;
mas tí qué flechas mayores
que celosas venganzas y rigores?
Yo haré que en vez de espigas
cubran los campos armas enemigas;
despoblaré i Toledo
COMSDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO II
por que á Castilla, al mundo, ponga miedo.
Provocaré esta injuria
al Príncipe y al Rey á tanta furia,
que con su gente toda
renueve ci llanto i la tragedia goda.
Marchemos á Toledo,
que si con celos viva llegar puedo,
verá Fernando presto
el peligro mortal en que está puesto,
y que. si en <:! se apoya,
será Casilda Elena, Burgos Troya. (VAte.)
ESCENA IV
Alt PliTltjtM y Aft^JC Ror.RL, moros
Alí. No hay liar en amistad
de cristiano, pues salió
falsa la de Tello; no
en prendas y calidad
de nobleza castellana.
Engañóme fementido,
Tello, desagradecido;
llevóme el honor y hermana,
que asi paga beneficios
quien respetos atropeila;
amaba yo á Blanca bella,
y por deslumhrar indicios
de mi pena y no agraviarle,
de suerte incendios reprimo
que á que la ausente ie animo,
jqué mal hice en no malarlel
Pues corriendo por su cuenta
correspondencias de amigo,
yo con su dama le obligo
V 61 con mi hermana me afrenta.
Ab¿n. No injuries, Príncipe, asi
la virtud más conocida
que dio i la alabanza vida;
míralo bien, vuelve en ti.
La Infanta es toda pureza,
su padre el Rey, todo amor;
Fernando, todo valor;
don Tello, lodo nobleza.
Ciegamente satisfaces
la fama de tu opinión:
con esa imaginación
no quiebres, señor, las paces
con Fernando establecidas,
que si en su poder está
la Infanta ocasión tendrá
en que vengarse.
Alí. No hay vidas
en toda la cristiandad
que puedan venganza darme;
en vano intentas templarme
con quimeras su amistad.
Rompió don Tello conmigo,
de la Infanta enamorado;
mi amistad ha profanado
por llevársela consigo.
Fingió lazos milagrosos
que al Rey mi padre engañaron;
que me ausentase aguardaron,
traidores y cavilosos.
¿Qué lagos, qué aguas divinas
tiene Castilla excelentes
a 5o LOS LAGOS DE SAN VICICNTE ^^^H
^^H que en mortales accidentes
ESCENA V ^^H
^^^B aseguran medicinas?
^^^^ ¿Son en To\c<fu distintos
^^^^^H
.\l(, lutgt) NUBSTRA SeSoRA. ^^M
^^^^H cristales de más virtud?
Ai.i. ¡Oh, Cobarde! ^lú también ^H
^^^^^H Si hay aguas que den snlud,
tiic injurias? Por Alá santo ^^M
^^^^^^ fuentes tiene de jacinios
^^^K Toledo, donde pudiera,
que tengo de ser espanto ^^M
del bautismo en cuantos ven ^^^H
^^^K cuando los venera España,
mis ojos; no me mitigues ^^^^H
^^^^ la Infanta que nos engaña
piedad hasta aquí afectada: ^^^^H
^^H cobrar la salud que espera.
triunfe de ingratos mi espada^^^^^
^^^H Más oro que peces cria
Mahía. Petrán, ,;púr qué me persigues?
^^H nuestro Tajo en sus arenas,
{Quiere entrarse la tapüita desnuda:
^^^H que para aliviar sus penas,
ábrese ai paso una hifiutra, y entre las
^^^1 curar su melancolía,
ramas se aparece Nuestra Señora; cae Ali
aiombrado, i hinca (a rodilla ; quedase
^^H si ella no fuese mudable
ct)i la espada como amenazando á la
^^H dieran remedio á su mal;
imagen.)
^^^1 que el Tajo, todo cristal,
Alí. Todo el cielo sea conmigo, i
^^^1 también es oro potable.
¿qué hielo es el que me abrasa? |
^^^B Tello y Casilda me ofenden:
¿qué fuego en nieve traspasa ^Hj
el alma que en él mitigo.^ ^^^
^^^H en Cristo la Infanta adora,
^^H ni el Rey Fernando lo finura
¿Quién eres, luz milagrosa, ^H
^^H ni es bien, aunque (o prclendcm,
formidable y apacible, ^H
^^H que desmienta mi recelo
suave cuando terrible, ^H
^^H mientras venganza no toma
tierna cuando rigurosa? ^H
^^^H de lodos tres; por M ahorna
¿Quién eres, que tal espanto ^H
^^^H que he de postrar por el suelo
has puesto en el alma mía ^^M
^^H cuantas poblaciones dan
que tiembla? ^H
^^^H á Fernando la obediencia;
María. \ o soy María, ^M
^^H no se fíe en la clemencia
á quien tú persigues tanto. ^H
^^H Castilla de Ali Petrán.
Contra estímulos del ciclo ^H
^^" ¿Qué gente hemos cautivado?
vana resistencia haces. ^H
W A»ÉN. Trescientos, que é tus enojos
AlL Saulo alarman que hizo paces ^H
■ sirven de tristes despojos,
con Cristo postrado al suelo ,^M
H y la paz ha descuidado
cuando otro tanto te dijo, ^M
M de Toledo con Castilla.
si es bien que crédito de ^M
m Ai.í. Yo mismo tengo de ser
á ministros de su fe.
H su verdugo; yo verter
María. Ese es Dios, y ese es mi Hijo. ^i
■ su sangre, yo destruilla.
Ai.í. Ese por ti mi fe adora: ^H
¿que quieres hacer de m¡? ^^M
H Lavaré esta tarde en ellos
H mi injuria; al cielo pluguiera
María. Ün Saulo segundo. ^H
K que tantos Tellos hubiera
Aü. En ti ^M
^^K como hoy pienso segar cuellos,
mi ventura se mejora. ^H
^^H que con todos no apagara
MahÍa. Cristiano quiero que seas, ^H
^^H la sed que ocasión me da
que á servirme te apercibas, ^H
que en esta soledad vivas.
^^H^ á su muerte.
^^BjiBÉN. De aquí está
que el amor que en Blanca empleas
^^H^ no lejos Guadalajara;
lo mudes en mi.
^^H venderlos será mejor
Alí. Favor ^J[
^^H en ella, si pagar quieres
digno de esa mano franca, ^B
^^H lus moros, que hay cien mujeres
vos sois pura, vos sois blanca. ^H
^^H y treinta niños. Señor:
vos las medras de mi amor. ^M
^^Hr templa lu enojo, enriouccc
W con la presa á tus soldados.
Con vos, candida Señora, ^H
la nieve que aurora pisa, ^^M
comparada es eliopisa; ^^M
ía noche ella, vos la aurora. ^H
H Alí. Al paso que mis cuidados.
H la venganza de ellos crece.
H Atadlos todos, dejad
Soldados, alcaides, gentes, ^^^H
H que imagine en cada cuello
moros, venid á admirar ^^^^H
^L|^ una Casilda y un Tello,
un árbol que sabe dar ^^^^^
^^■l^ oprobio de la amistad.
por fruto el sol en su Orientc^^^]
vslrellas lleva por llores J
^^HiB¿N. Véngate, pues, riguroso;
^^H tu acero en su sangre baña
que exhalan aromas samios, ^d
^^H si es digna tan torpe hazaña
celebrad epitaPamios, >^M
^^H de un Principe generoso. (Vatt.)
exagerad mis amores, ^H
alcaides, moros, cautivos. . ^H
Mai«ía. No te canses en llamarlos, ^H
mi vista pudo asombrarlos, ^H
pocos de ellos huyen vo'os; ^H
ACTO TERCERO
5l
libres mis cautivos gozan
la patria que les negaste.
Los rayos que fulminaste
Ctiamorandu destrozan;
causado han contrario efecto
Señora, en tilos v en mí.
iIa, Quicrote yo sólo á li,
que el firme amor es bccrclü;
finezas son voluntades,
V éstas méritos subliman;
los que se aman más estiman
que imperios las soledades.
En ésta quiero que asistas:
lU hermana, de mi I lijo esposa,
sierras habita amorosa;
hoy sale en ellas á vistas.
Imítala tíi oficioso,
pues por mi prenda te elijo;
ella esposa de mi Hijo
y tú de su Madre esposo.
Aquf has de vivir, F^ctrán.
para blasón del Bautismo.
conquistador de li mismo,
de mi imagen capellán.
Yo propia he de bautizarte.
illay tan inmortal favor!
Ministro tendré mejor
que el Hombre Dios si en tal parte
la primer gracia me das
que las almas eterniza,
pues si á Cristo Juan bautiza
a mi su Madre, que es más.
¿Pero adonde hallar podremos
agua que materia dé
■1 principio de su fe
si seco este valle vemos?
i»ÍA. Más puedo yo aue Moisés,
que soy de Jesse la vara;
fuente milajírosa y clara
brotará el campo á tus pies.
Vente á bautizar en cita.
Esferas de eterno ornato,
suplid hoy el aparato
de mi bautismo: luz bella
del sol, sírveme esta vez
de vela sobre la fuente
de tu globo transparente;
Aurora, lu candidez
de la pureza me vista
aue la gracia al alma da;
uevan los cielos maná
en que el pan de amor asista,
que es mazapán verdadero
que al Bautismo da eficacia;
la paloma, toda gracia,
será la sal y el salero.
El manantial perenne
del Uno y Tres, que ya adoro,
será el aguamanil de oro
pues de El todo el bien nos viene.
Serafines y querubes,
de luz argentando el viento,
honren mi acompañamiento
sobre carrozas de nubes,
que la mayor jerarquía
bien puede venir por vos,
donde es el padrino Dios
y mebautíxa María.
( MUika: dt tios nubti batan al tablado
stii onítUí, tren dt cada una, con nidf d>
pan, rrfíi, salero, fuente, capillo y agua-
manil, hl minHo árbol baja hasta pontr
tn el labiado á Nuestra Señora; r'nfran**
en dos hileras, detrás Nuestra Señora y á
su lado el Principc'.j
Todos los que has convidado
quiero yo que honra te den.
líaciinos de luz se ven
que el Olimpo han despoblado.
A quien es mi Capellán
de esta suerte sé yo honrallc:
ven, y llámese este valle
de tu nombre, Sopelrán.
ESCENA VI
Pascual ^ Cakhasco, villanos.
Pascu \L. ¿L)e aquí á ocho días.»*
Cakbasc. Sin duda.
P\sci;.\i.. ^"Mari Pabros y Gilote?
C\RRAS<.. Mari Pabros con su dote.
Pascual. ¿Se me mudaP
Carbasc. Se te muda.
PASctíAL. j Y que se chere casar.^
Cakbasc. Flerlo de semana espera.
Paíci AI.. ¿Hasta que el otro se muera?
Caírasc. Hasta llegarlo á enterrar.
Pascual. ¿Con Gilote?
Carkasc. ¿Pues con quien?
Pascual. ¿Mari Pabros?"
Carrasc. Mari Pedros.
Pascual. Verá el diabro con los medros
que sale quien chere bien;
idvos, queme chero ahorcar.
Carrasc. ¿Cuándo?
Pascual. ¿Qué diabros sé yo?
¿Que se mudó?
Carrasc. ¿Se mudó?
Pascual. ¿Mari Pabros?
Carrasc. ¡Pescudar!
Pasci AL.Pues ya mi engaño quillotra
la venganza más extraña
que ha vido nucsa montaña.
Carhasc. ¿Cuál es?
Pascual. Casarme con otra.
Carrasc. Si pudieses bien harías.
Pascual. Pues ¿por qué no han de poder?
Olallaes inoza y mujer.
Mas, en lin, ¿de aquí áocho días
se matrimcñan los dos?
Carrasc. Su tía lo haconcertado.
Pascual. ¿La del ojo arremangado?
Carrasc. Esa.
Pascual. Maldígala Dios. (Vase Carraico.)
• Marica, pues te mudaste
en medio año que tarde,
á tu boda cantaré
que no hay quien baste (i )
cunlra la Vüluntadgiande porfía
de un Gil, de Mari Pabros v su lia.
( i) Vcr&o incomple lo en ambas impresiones.
52
LOS LAGOS DE SAN VICKNTE
ESCENA Vil
Baja Maiii Pablos lasptñas hilando ycanía — Dicíio.
M\Ri. De hoy enochodiassi lepraccáDios
¡hu,hu,hu,losdos.hu,hu,hu,losdos!
Pascual. ¿Los dos? Mal «noy mal mes;
si, hilad, hilad; Bcrcebú
vos hile; canta el ¡hu! ¡hu!
que muy buena hillaza haces.
Kchá lela para et doic
y de mi no se vos licmbre;
hilad, que muy buen urdiembre
haredes vos y (iiloic.
Mari. ¿Pascualillo? ¿Pascualc)ü?
¿Pascualoteel mi llor;(do? (/<(,,„.)
qué ¿no estabas calivado?
No me cabe en el pellejo
el^jozo: embracijamc.
Pasci;al. Arredraos, iaengilolada,
que muy gcntií ensalada
habéis hecho, si á la he.
Mari. Si enfinito no lechero,
simas por ti no he llorado
queun andalubio nublado,
que lodo un Diciembre enlcro,
que junio al hogar un bizco,
que cuando cebollas topo,
que en un entierro un guisopo,
que un arrovo por un risco,
mala landre...
Pascual. En ocho días,
si le prace, prace á Dios,
¡hu, hu, hu, hu, hu,hu,los dos!
Maki. Kndiviné que venias
á la matrímoñadura,
que porpuntos aguardaba
y cantando convidaba
vecinos, alcalde y cura
porque viniesen á honrarme
después que te lloré muerto.
Pascual. Mari Pabros, ¿esto es cierto?
Mari. Como el finar y enterrarnos.
Pascual. Qucno tenes volunta
á Giloteeldel hu. hu?,
M,vnr. Verá: ¿yo á Gilote? ¡Pii!
Pascual. Escopid la otra meta
Mari.
y escopircis vueso nombre.
Ea,(
, desenójese,
no chero que murrio esté,
que es garrido y nenlil hombre,
el mi manso, el mi pachón
encaja aqui.
Pascual. Mari Pabros.
estaos queda con losdiabros,
queme da el arrcmetón.
ESCENA Vil!
Salen ti Rbt Fbrkakdo y Üoüa Ula.-íca.-Djchos.
Blanca, fluyó de tu compañía
la Infanta mora y don Tcllo,
tu Alteza puede sabcllo
de los moros que traía.
Si de il su Rey se fia
y después su ofensa sabe
peligro amenaza grave
á tu reino y su opinión,
mientras la satisfacción
estas sospechas no lave.
Fernán. Doña, Blanca, si es verdad
lo que a (Irmas, y no creo,
caro le saldrá el empico
de su torpe voluntad;
Tellu, en mi severidad,
hallará justos casti|>os.
y yo en Toledo tcsiifíos.
cuando á su Infanta lesdé, ,
que amistades guardar sé i
como vencer enemigos.
No me los han de esconder
cuantos riscos dificultan
las sierras que los ocultan
los valles que llc^o á ver.
Mas primero he de tener
quien de esto me certifique,
que mis enojos publique.
Pascual. Mosca le dioá nueso Hcyc:
huyamos, aho...
Mari- liien se veye. ,
Pascual. Par Dios, que mos crucihquc.
(Kanff M(of 4oi.) «
ESCENA I.X
5<i/« Don Tello. Rbt Fckmaniio y Don* Klajim.
Don Tello.
Oye. Fernando invicto, novedades
3ue ilustren, por divinas, tu memoria;
esmenijrán novelas sus verdades
darvdo aplausos al cielo, á España híslorí«;
no en bronces, pero sí en eternidades,
á Castilla blasón, á Burdos Kloria,
la fama envidia á nuestros siglos canta,
ocasionada de Casilda santa.
Esta, que del blasfemo barbarismo
de! pseudo Cristo que idolatra Meca,
fénix renace sólo de si mismo,
única y fresca llor de planta seca
para triunfos eternos del Bautismo:
coronas pisa; por desiertos trueca
del solio augusto aclamaciones reales,
púrpuras ya en Casilda los sayales.
Estorbaba deseos la malicia
de su infiel compañía, cuando anhela
retiros el afecto, y la noticia
del amoroso ardor que la desvela;
volvió por la inocencia la justicia,
peregrina impresión regiones vuela,
garza veloz que penetrando vientos
aires engaña y vuela pensamientos.
Siguiéronle mis ojos, mis suspiros,
éstos se lleva y se remonta á aquéllos,
diamante llor en prados de xafiros,
del sol opositores sus cabellos.
Registré soledades y retiros,
voces y pasos aventuro entic ellos;
mas ¿qué importa, si en vano, aunque velocei
desmaya pasos y enronquece voces?
Pródigo de la vista, la dilato
desde una elevación que, presumida,
monarca es de diamante, cuyo ornato
m
ACTO TERCERO
53
[trono es del sol cuando «manccc vida,
lince de un valle el lin, á Flora gralo,
sobre un enano mar miro vestido
del mismo sdI que se incorpora en ella
reiraiarseen sus vidrios una estrella.
Yacen dos lagos en disiancia breve
al pie deesa apacible pesadumbre,
néctar de Apolo que abrasado bebe
cuando le causa sed su misma lumbre,
V es su pechera en desatada nieve
desJe el verde coturno hasta la cumbre,
lasíerrs su vecina que entre espumas
aloja escamas y naufraga plumas.
Casilda, pues, en la aic-nosa orilla,
norte suyo la estrella precursora,
falaces yo en los píes pata se^uill«,
mis voces huye y de estación mejora;
un césped se je acerca, maravilla
que pasma al mismo liempu que enamora,
pues ya leve bajel sin vela y remo
la traslada instantánea al otro extremo.
Toca apenas cristales con la planta
cuando su enfermedad huye vencida,
sanias sus aguas por Casilda santa
pues ya ofrecen salud, ya vo/ de vida;
su virgíneo contacto virtud tanta
al lago comunica, que se olvida
la sangre fugitiva ó se rcstaíía
de quien llega mortal y en él se baña.
Deja aquel valle, pues, y jo la sigo,
juzgando por atajos los' rodeos,
haita una cueva donde fui testigo
de mártires victorias y trofeos.
Vicente, desde el tiempo en que Rodrigo
tan mala cuenta dio de sus empleos
y el africano tiraniza á España,
con sus retiauias honra esta montaña.
En ella halle á Casilda, en ella erige
mausoleo á Vicente donde pueda
su culto venerar que en ella elige
la habitación con que su amor hospeda;
convoca jornaleros y dirige
cuanto oro, plata, joyas, perlas, seda,
del poder de su padre son indicio
para que abrevie el premio su edilicio.
Vuela la fama y los extremos toca
de España, que escuchándola se admira
multiplicada en lenguas, que una es poca,
verdad toda esta vez, las más mentira.
A ver este prodigio se convoca
cuanta nobleza, cuanto vulgo mira
desde sus atalayas la Bureva,
sus valles población, corte su cueva.
Estos los Lagos son de San Vicente,
incógnitos hasta hoy, ya medicina
de toda enfermedad, todo accidente.
Ángel la Infanta ya de esta piscina.
Magdalena segunda penitente,
pero candida virgen que encamina
al Ciclo afectos que la den corona
y España la venere por Pairona,
Don Fehnando.
Testi^s falsos, Blanca, son los celos
enemigos sofísticos de casa.
Doña Blanca.
Dichosa la verdad que en sus desvelos
el mal redime y á la envidia abrasa.
Don Fkbnanixj.
Vamos á ver prodigios de los cielos
que, si como don Tello, afirma, pasa,
pies de Casilda adorarán mis labios.
Doña Blanca.
;Ay celos de alquitrán, padres de agraviasl
ESCENA X
Salen cuatro cuadrilla» por tntritmbas puertas, caáa^^
uHil de por SI, lodiis iuS íft la compañici cantando
cun pandtru, sunajas, tumbnrit y gaiía, vestiduí de
villanos.
MUS. !.• «¡Ay que á las velas de Casilda santa
Quintana de Bureva se lleva la galal
MCs. a.' ¡Ay queá la vela de la cimita nucvi
Hojas y Galbarros la gala se llevan!
Mus. 3." jAy queá la vela de lus lagos nuesos
á todos se la gana la gaita de Buesol
Mus. i.' Buesü.
Mus. íi." Quintana.
Mus. 3." Rojas y Galbarros.
Mus. 4^* [Vitor Quintana, cola todos cuatrol»
CaHhasc. No tengamos carambola,
sí á velar venido habernos,
son asentarse y callemos.
Mari. ¡Vítor Bueso y todos cola!
Uno. Si empezáis á daros, vaya.
en pendencia acabarcmoj
la hesta, amigos, bailemos
todos juntos.
Cabrasc. Vaya.
Mari. Vaya.
Unos. «Que el pai^dero y la gaita de Onloria
táñela lii, que á mi no me toca.
(Bailan. )
Otros. Quien tuviere flujo de sangre
entre en los Lagos y en ellos se bañe.
Todos. Tócala tú, que á mi no me atañe.
Otros. La mujer que no es paridera
llegúese al baño y tirele piedras.
Todos. 1 ocala tú, que á mí me da pena,
que el pandero y la gaita de Ontoria
láñela tú, que á mi no me toca.»
(En tu alto de las peñas Pascual.)
Pascuau. ¿Mari Pabros, ha de abajo?
Serranos no os lo bailéis
todo, aguardad.
Marj. Ilao, ¿que heisi*
Pascual. Echar por esotro atajo.
Mari. ' ¿Quien diabro os encaramó
el mi Pascua Ir*
Pascual. Pide olores
Casilda y cójola llores
para el altar que labró
á San Vicente en la cueva.
Mari. ¿Y si dais de colodrillo?
Pascual. Vo á cortar aquel lomillo
que enrame la ermita nueva.
Mari. Ojo con la mata, asilda,
no haya enierrorio después.
intíH^a y cat quedándose asido <f« un
((>mi7/o todo ti cuerpo en el aire.)
54
Carpasc,
Toóos.
Pas<:ual.
LOS LAGOS DE SAN VICENTE
Ma I.
rABRASC
PASrUAl..
Mapi.
Todos.
Pascual,
Pascual
Carbaso
Pascual
Huéronseme Jambos pies:
¡válRasmc Sania CnüilJal
jSan Vicente sea contigdj
¡Jesús!
Todo me bazuco:
lomillo, á ser vos sabuco
sino es que hué cabiahi^o
la remembranza de Judas
représenla Juan Pascual,
Mari Pabros, sin do^al
me ahorcan, las locas viudas
vos poned.
¡Trisie soceso!
Hombre, encomiéndale á Dios,
l-^ncomendaos por mi vos
(^uc yo no esto para csu.
Kl mi lomillo salsero,
vuélveteme mechinal,
que de tu tomillo y sal
componer mi nombre choro.
Tomé de la Sal seré;
mi mujer será Tomasa,
Tomillos los de mi casa
mi apóstol Sanio Tomé.
Santa morn ya cristiana,
Casilda la ermilañcsa,
la amorosa, la infantesa
Im virgen, la toledana,
doleos la santa de mi
pues vine con vos del Tajo...
Parece que va ancia bajo,
dando el lomillo de si.
Ocscuclgome poco á poco.
\ Vasc alarganiíii ti tomillo y ¿I bajando.')
¡Milagro!
{Milagro extrañol
{Llega abajo.)
Del mi suelo, año buen año;
con los hocicos vos toco.
IBesa ti lurlu.)
|EI mi dueño, el mi carillol
llega y embracijame.
Cuido que no os oleré
Mari Pabros á lomillo,
liien haya quien en vos crcyc,
Santa.
¡flao! <quc gente es ésiaP
. ICI Rey que viene á la fiesta
No es mi algalia para el Peye.
KSCENA XI
Sali'H Rrt FRü.iAMDoy DoSa Bi.ahca. -Oírnos.
Fernán. Celos, doña Blanca hermosa,
tienen ímpetus franceses,
rigurosos al principio,
después ni activos ni fuertes.
Nieblas enlutan al sol,
mas en humo las resuelve
la elicacia de sus rayos
que, aunque acometidos, vencen,
bol es la verdad, en lin,
puesto que eclipsarla inicien
nieblas del amor celosas,
que cuando amenazan mueren.
Vos habéis cuerda elegido
prenda en don Tello á quien debe
vuestro amor perseverancias
dignas que cun vos se premien.
Don l>iego ya no compile
con él, antes interceden
en su favor amistades
que indignaron accidentes;
daréisle en Burgos la mano.
Blanca. Sois vos, Fernando el clemente,
el iris de nuestras paces,
el espejo de los Reyes.
ESCI£NA XII
Sate fioK Tkli.o.— DroiioD.
Tello. Nuestra Infanta, gran señor,
tanto con los cíelos puede
que eslabonando milagros
admiraciones suspende.
A costa de sus tesoros
templo tabrica solemne
al Cesar aragonés,
al siempre invicto Vicente.
Mas el común enemigo,
envidioso de que herede
Casilda á Dios los milagros
con que esta tierra ennoblece,
lo que labrara de dia,
de noche, torpe y aleve,
por el suelo derribaba,
porque el edificio cese.
Pidió faVor á su esposo,
Casilda, y entre la ardiente
suspensión de sus discursos,
éxtasis toda celeste,
inmóvil el cuerpo virgen,
oye que Dios la promete
su fábrica restaurarle
sobre ese risco eminente.
Juntáronse las ruinas
y por si solas se mueven
(los ángeles de este alcázar
arlilices solamente).
Toda la fábrica vuela
por las nubes, de la suerte
que de Palestina á llalla
lo que en el Oreio tiene
asiento felices siglos.
Tanto Casilda merece
que ya las piedras son plumas,
por ella lo grave es leve.
{Música: silbe una ermita lo4<t f
tUa, abiertas las puertas, de rodilla» U
'^»t\x» elevada, y asiéntase el edificio aoén
lit inds enriscadii de las peñas.)
Fep.nan. ¡Oh asombro de los milagros!
¡Oh virgen!, que porque vueles
águila, al trono clel sol,
hasta su esfera te atreves:
patrón seré de tu casa.
Tf.llo. Toledo envidie y celebre
si venturoso el criarle,
lloroso y triste el perderte
la Patrona de Castilla.
Los I.a/^os de San Vicente
son éstos; en la segunda,
Tirso, su Un os promete.
ESCARMIENTOS PARA EL CUERDO
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
García oe SÁ, ¡nejo.
Don Juanoe \Us<:ai«eña<;.
Manuel de Sosa.
I-toÑA jMakía dkSuva.
SapioÍn, Rey indio.
BuNOA, flíifríj.
DiACuiTo, niño.
Cahíavo. lacayo.
Barbosa-
Doña Leonor df. SÁ.
Doña Isabel.
BosAMBtJCA, Reina.
CnHouftu, negro.
QiMNOo, negro.
Marinepos.
Dos Criaix)s>
Negros.
Soldados.
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
Uúii<a dt todoi géneros y entran pnr un palenque
con loi (ntlrumentos dt un bautismo en fuentes de
plata, Grntii.ü^ iioMBitRS frt<arrot en cuerpn; detrás
dt todos OoN Juan, que {leva sobre una fuente un
turbante y tn él una corona, y en el remate una cru(.
Luego vestido á lo turquesco, de blanco, el Rkt Sa-
pioín, descubierta la cabera; á su lado García dk &k,
vtefo, gobernador, fti^arro, en cuerpo á lo antiguo.
Por otro palenque Soldados bizarros, uno de etlits
can la banda de las Quinas de Portugal; y arcabu-
egs, trompetas y cajas. Detrás, arrastrando una
pica, .MAMUtL ns Soüa, muy bizarro, y delante dit
OtAOi'iTO Clin arcabuz pequeño, espada y daga.
Arriba, tn un bilcán despejado y grande, la Ríiha
Ro&AMBucA d lo indio, coronada, y a su lado Doña
Lkohok, muy bizarra, y Doña MakU, de hombre,
muy galán. Va d besar la mana Mahbbi. ¿ Gahci'a
y tiene U.
Manijsl. a los triunfos porluyueses,
cuyas belicosas quinas,
armas ya, primero estrella*;,
tiembla el Asia, Europa envidia,
despulas que logró la Iglesia
las católicas vigilias
de Enrique, glorioso infante,
que ocasiona las primicias
deste dilatado imperio
y en diez lustros vio su silla,
Portugal, triunfante en Goa,
freno absoluto de la India;
sus triuutüs, pues, eternos,
añada Vueseñoría,
Gobernado I generoso
de lamo emporio y provincias,
el que la fama le ofrice
con la victoria más digna
de perpetuarse en bronces
que conservó el tiempo escritas,
tjuiso el gran Ñuño de Acuña
dar fin dichoso á sus dias
y gobierno, que en diez años
honraron tantas conquistas,
con la inexpugnable fuerza
de Dio, que vio cumplida,
á pesar de resistencias,
ya idólatras, ya moriscas.
Diüla cuatrocientas brazas
de ruedo, con perspectiva
y fígura triangular,
y en sus ángulos fabrica
tres célebres baluartes,
sin otro, que predomina
en medio la plaza de armas;
y al cabo la fortifica
W 56 ESCARMIENTOS TARA EL CLERDO ^^H
^^L de fosos, muros, torreones.
bombardas y chirimías. ^^^B
^^B portas, puentes levadizas.
Llegó en seis fustas el moro; H
^^H armas, bastimento y cuanto
pero apenas subió arriba H
^^B mostró el arle á la milicia.
por la escala al galeón ^
^^H Llamóla Santo Tomé,
cuando manda que le embistan
^^H Apóstol que santifica
trescientos juncos y paraos
^^H con su sanare ¿ Mcliapor
(naves son de la milicia
^^^K y á Oriente con sus reliquias.
indiana), cun que en un pumo
^^H Presidióla con mil hombres;
el mar, quede tanta quilla
^^H y dándome su alcaidía
se vio oprimido, espumando
^^V premió en mi, cuando no hazañas,
cólera, montes enrisca
^^H lealtad que la califica.
tan altos, que pudo en ellos
^^H Hl Soldán de Cambayá,
volverse la luna ninfa.
^^H que á la libertad antigua
Seis mil flecheros disparan
^^H de su imperio vio poner
á un tiempo jaras y grita
^^B tal yugo en su tierra misma.
tanta, aue sordos y ciegos
temió e oído y la vista;
^^^^^ é impaciente de que extraños
^^^^B le registren las salidas
pero haciéndose á la mar
os nuestros, las naves viran.
^^^^H y entradas que al Indo mar
^^^^H nuestro fuerte le limitan,
y, parteando preñeces
^^^^^H por tres años de gobierno
de bronce, las olas limpian
^^^^^H que estuve en aquella isla
con las esconas de fuego.
^^^^^B prucuró mi destrucción,
cuyas pelotas derriban
^^^^^m ya en fe de paces fingidas,
mil cabezas para chazas
^^^^H disimulando asechanzas.
de la f.ima que eternizan.
^^^^H ya en peligrosas caricias,
Tembló la armada blasfema.
^^^^^H convidándome á sus fiestas
huyendo las que fulminan
^^^^H y frecuentando visitas,
nubes de metales roncos
^^^^H ya, en fin, viendo mi cuidado
los Falaris de sus vidas.
^^^^H con descubierta malicia.
y el bárbaro que intentaba.
^^^^H asaltándome de noche
mientras sus flechas granizan.
^^^^^V varias veces; mas perdida
prender al Gobernador, ^_
^^^^^H la esperanza de vencerme,
viendo la mortal ruina ^M
^^^^H habiendo llegado un dia
de sus indios, temeroso H
^^^^H á Dio Gobernador
se arroja al agua, y encima H
^^^^H don Ñuño con dos cuadrillas
de sus olas con los brazos V
^^^^^H de naves de guerra, apresta
lisonjas al mar dedica.
^^^^^H el bárbaro la inñnita
lilanco de nuestros mosquetes.
^^^^H multitud de sus vasallos
llegó con tantas heridas, fl
^^^^B (en secreto apercibida).
que para escribir victorias H
^^^^H De paz al puerto se acerca
su sangre al mar prestó tinta. H
^^^^H y con él concierta
Tomó puerto ya sin alma H
^^^^^m que don Ñuño rehusó
^^^^^B diciéndole que venia
el cuerpo inñcl, y á la orilla, H
en mausoleos de arena, H
^^^^H indispuesto: dióle
no echó menos los de Libia. H
^^^^H el Soldán, y con festivas
Sallamos en tierra todos, H
^^^^H demostfiíciúneK, creyendo
y barriendo la marina ^M
^^^^^1 hacer en el presa rica
de la infinidad cobarde, ^M
^^^^^B y enviarle en una jaula
la venganza hizo tal riza ^M
^^^^^P de hierro al Gran Turco, avisa
que. temerosas las almas ^M
^^^^^ a) capitán general
de la estrecha compañía ^^
^^^B que sus gentes aperciba.
desús cuerpos, diez mil moros
^^H Despacho luego un presente
á la muerte hicicro:. rica.
^^H de diversas salvajinas,
Asaltamos la ciudad, fl
^^H cnmo corzos y venados
aue de nuestro fuerte dista ■
dos leguas, y entrando en ella.
^^H al enfermo, y se convida
^^V á entrar á verle á su nave;
ni la inocente puericia,
^^M mas antes de darle, quitan
ni la decrépita plata, fl
^^H á la caza pies y manos,
ni et sexo hermoso que priva ^ñ
^^H señal ordinaria en la India,
de las armas el furor ^H
^^H cuando tal regalo se hace,
y vence á la cortesía, ^M
^^H de que ya es gente cautiva
admitió sus privilegios; ^M
porque igua mente la ira ^M
^^H sin pies ni manos aquella
^^B á quien tal presente envían.
portuguesa añadió á Troya, H
^^H Disimuló su soberbia,
si no lástimas, cenizas. ■
^^B y admitiendo su visita
Satisfizo su hambre el fuego, ■
^^B le hicieron bélica salva
como su sed la codicia, ■
^^^^y »i III 1 iimi lili 57 ^1
^^^^^eon los robados despojos.
por las riberas egipcias ^^^H
I y después que por ircs dias
sesenta y cuatro galeras ^^^H
■ unos lloran y oíros cantan.
y en ellas turcos alista. ^^^H
^L el gran Nuñó foriifíca
Trece mil rumes (así ^H
^^m la plaza; añade soldados
á los turcos apellidan ^H
^^H á la fortaleza é isla;
en estas partes, creyendo ^H
encarga á Antonio Silvcira.
quede Roma se originan); ^H
persona tan noble y dí(>na,
genízaros los seis mil ^H
de su gubierno, que puede
y esotra gente escogida, ^H
serlo desta monarquía.
ejercitada en Europa, ^H
Cumplidos ya mis tres años,
los más de su guardia misma; ^H
llevarme en'su compañía
Nómbrales por General ^H
el Bajá de Egipto, digna ^H
quisiera cIGobernador;
pero la amistad antigua
persona para tal cargo ^^ñ
del nuevo alcaide Silvcira
por la experiencia y noticia ^^^^M
pudo tanto, que me oblí(;a
en las cosas militares; ^^^^H
i militar á su sombra,
pero de tan peregrma ^^^^|
y la inclinación y estima
crasitud y corpulencia, ^^^^|
que á Dio y su fortaleza
que dicen que le caía ^^^^M
tengo, pues fué hechura mia,
sobre los pechos la carne ^^^^|
y yo su primer caudillo,
de la barba, y que las tripas ^^^^^
me compele á que le asista.
con una faja al pescuezo ^^^^|
Murió el gran Ñuño, si muere
atadas, le daba grita ^^^^H
quien, á pe.>ar de la envidia,
nuestra gente, y le llamaba ^^^^|
en archivos de la fama
ganapán Je su barriga. ^^^^ñ
Este, pues, aunque tan grueso, ^^^^|
^m al tiempo se inmortaliza.
^^H y entró el gran don Juan de Castro,
inmóvil en una silla, ^^^^|
^^ tercer Virrey de la India,
lo que en las fuerzas le falta ^^^^M
i que cargado de victorias
equivale en lo que arbitra; ^^^^|
en tlor la muerte marchita.
desembarcó en Cambayá ^^^^M
Muerto, pues, el Soldán viejo,
recibióle en su orilla, ^^^^|
Baduz de la fuerte dicha.
con aplausos y lisonjas, ^^^^|
y siendo su sucesor
el Soldán y su familia: ^^^^H
un sobrino (que no estiman
y deseosos los dos ^^^H
ios hijos para herederos
de dejar la tierra limpia ^^^^H
en estas anchas provincias,
de lusitanos estorbos, ^^^^H
sino á los hijos de hermanas.
marcharon al otro día, ^^^^^
pues de este modo averiguan
llevando en entrambos campos, ^^^H
ser su sangre y aborrecen
sin chusma y gente baldía, ^^^H
sospechosas bastardías
cuarenta y siete mil hombres, ^^^^M
por las dudas de los padres,
ios treinta de riechería, ^^^^|
que en la mujer no peligran);
deseando la venganza
los demás ejercitados ^^^^H
en el mosouete, la pica, ^^^^H
y los demás que en Europa ^^^^|
del tío, en secreto envía
embajadores á Grecia
honra nuestra disciplina. ^^^H
que al Turco favor le pidan
Llegados por tierra y mar ^^H
con quedcstierrcn del Asia
tercios y naves nos sitian, ^^M
las portuguesas reliquias.
y luego al asalto tocan, ^^M
y sujetando el Oliente
porque no nos aperciban ^^H
usurpe su monarquía.
la prevención y el sosiegu; ^H
Es el bravo Solimán
pero al instante que arriman ^H
el que ahora tiraniza
escalas á la muralla, ^H
el otomano gobierno;
las coronan por encima ^^^^M
aquel que tembló en Hungría
portugueses que, animosos, ^^^^M
de la fortuna de Carlos,
trescientos turcos derriban ^^^^|
y afrentoso se retira
la ruciada primera ^^^^^
de las águilas del César,
de nuestra mosquetería. ^^^^|
Eramos sólo qumientos, ^^^^|
luz de Austria y so! de Castilla.
Ksle, pues, considerando
cincuenta mil la enemiga ^^^^|
que si codicioso esquilma
muluiud; contad ahora ^^^^H
las orientales riquezas.
á qué tantos nos cabría. ^^^^H
sus drogas y especierías.
Matáronnos seis no más, ^^^^|
señor del globo terrestre
y cobardes se retiran ^^^^|
será fácil su conquista
a las tiendas de Cogá. ^^^^H
y del un trópico al otro
Genera! de la provincia. ^^^^H
no habrá nación que no oprima,
Hubo entonces portugueses ^^^^|
arroja al Bermejo mar
i quien el valor anima ^^^^M
^H 5S ESCAn.MIKNTOS PA H ^^^^fflffi^^^^^^^^^^^^
^^^^. (Je suene, que abren las pucrtns
fué que al tuico atemoriza,
(^uedó el bárbaro asúmbrado;-
^^^^H y la retaguardia pican
^^^^H hasia cugcr ireinla de ellos.
y ciego, al cuarto de prima,
^^^^H que cun música festiva
el castillo de Humeo
^^^^H colgaron de las almenas.
asalta, y á escala vísia
^^^^H para mayor ignominia.
le entró, perdiendo los nuestn
^^^^1 con sus arcos á los cuellos,
en su defensa las vidas,
^^^^H cimitarras en las cintas,
sin quererse dar jamás.
^^^^H turbantes en las cabezas,
y entre ellos la valentía
^^^^H vestidos de telas ricas.
de su capitán Pacheco,
^^^^1 blasfemaba el Bajá grueso.
cuya muerte en bronce escr¡t|i
^^^^1 que nuestro valor admira;
siendo herencia de la fama.
^^^^B perú lo que smtiú más
á un tiempo alegra y lastima.
^^^^H es ver que el mar solemniza
Diez asaltos generales
^^^^H nuestra victoria de modo
nos dieron en veinte días.
^^^^H que, aplaudiendo nuestra dicha,
sin dejarnos sosegar ^m
^^^^1 montes de vidrio levanta
uno solo; pero diga fll^^l
^^^^H por que en los cascos embistan.
si ardides y estratagemas, ^^^B
^^^^H enhocaron unos cun otros
tiros, Hechas, fosos, minas, ■
^^^^H de suene que, sumergidas
hallaron la vigilancia ■
^^^^H seis galeras, las demás.
de nuevo valor vestida.
^^^^H destrozadas, se retiran
Treinta hombres quedamos so
^^^^B al puerto de Madrct'aba,
de quinientos, mas suplía
^^^^B cinco leguas más arriba
el ánimo cantidades.
^^^^B de Dio, donde ancorando,
hasta que al fin nos animan
^^^^B cansancio y temor alivian.
veinte fustas de socorro
^^^^B Atrincheróse en el cerco
que don Juan de (Zasiro en vi»
^^^H el campo; y la artillería,
con armas y bastimentos,
^^^^B A caballero plantada.
y de noche dieron vista
^^^^H comenzó la batería;
á nuestro fuerte, trayendo
^^^^B y porque nuestros reparos
con presencia ostentativa
^^^^B menos al estuerzo sirvan,
cada uno cuatro faroles.
^^^^B una máquina echó al agua.
Oyeron sus culebrinas
^^^^B que puso al principio grima.
^^^^B ufa un galeón cargado
los turcos, y sospechando
tener á toda la India
^^^^H de pez, pólvora y resina,
sobre si, pegando fuego
^^^^B de salitre y alquitrán,
á su alojamiento, guian
^^^^B qui^ al tuerte del mar arriman.
á embarcar, tan temerosos.
^^^^B para que, dándole fuego,
que el bagaje, artillería
^^^^B mientras le vuelven ceniza
y cuatrocientos heridos
^^^H las llamas, les den entrada,
dejó, por que no le sigan.
^^^^H y el humo que desatina
Veinte mil le degollamos
^^^^B estorbe nuestra defensa.
en dos meses, cuyas vidas
^^^^B La traza era peregrina,
nos costaron cuatrocientas.
^^^^H á no ser tan grande el peso,
á cincuenia bien vendidas.
^^^^H que aguardaron aguas vivas
Recogimos los despojos;
^^^^B para poderle arrimar;
y con fiestas y alegrías
^^^^H pero osó la valentía
en procesión venerable
^^^^B de Francisco de Gobea,
dimos las gracias debidas
^^^^H capitán de infantería.
á Dios y á su Madre intacta.
^^^^B hacer una hazaña hasta hoy
Nú cuento, por infinitas,
^^^^B sin ejemplar é inaudita.
hazañas particulares:
^^^^B española, temeraria,
los e.\traños las escriban.
^^^^H portuguesa, ejecutiva.
Sólo digo que hubo esfuerzo
(el ánimo desatina)
^^^^H Aguardó á la media noche.
^^^^B y arrojándose en camisa
de portugués que, faltando
^^^^H al agua con una mecha
la munición, se derriba
^^^H dentro un cañón encendida.
los dientes con el cañón
^^^H y una bomba de alquitrán.
(es loca la valentía).
^^^^B al galeón se avecina,
matando á turco por diente.
^^^H y en un instante le pega
Kstime Vueseñoria
^^^H la contagiosa malicia,
esta célebre victoria,
^^^^H con que los tres elementos,
y valerosa prosiga
las hazañas portuguesas
^^^H aire, tierra y fuego, lidian
^^^^H sobre el cuarto de tal forma.
porque el Asia se nos rinda.
García, listando vuestro valor
^^^^B que reventando en astillas,
^^^H luminarias de esta hazaña
en Dio, Manuel de Sossa,
^^^^^^^^^^^^^^^^act!^rimÍ?r<^^^^^^^^^^^^^^^^3^^^^^B
^^^^Oictoria era forzosa,
por más difícil mejor.
Manuel. Corto fué, ^^^H
y mis hazañas peaueñas ^^^H
sin don Juan de Mascareñas, ^^^^|
Safidin, Rey de Tanor.
(provincia es de Malabar).
columna de nuestra fe. ^^^^M
se ha venido á bautizar;
Mucho traigo que contaros. ^^^^|
que mientras reino conquisto
DiAOi iT. Si mi pequenez merece ^^^^|
en paz, lambicn sabe Crislii
esa mano que ennoblece ^^^^|
coronas á su ley dar.
á cuantos llegan á hablaras, ^^^^|
Kl y la Peina han honrado
haga mis prmcipios claros ^^^^|
nuestra corle, y yo, padrino
y honre vuestra señolea ^^^^M
de Safidin, determino
con ella la boca mia. ^^^H
festejar tan gran soldado.
GxncfA. ^Quién sois vos, rapaz hermoso, ^^^H
A buen tiempo habéis i|c(>ado;
tan portugués en lo airoso, ^^^^H
tan nombre en la bizarría? ^^^H
ponga luminarias Goa,
y de la mejor canoa
hasta el mayor galeón.
DiAOUir. Poca cosa en lo chiquito, .^H
si grande en lo portugués; ^^|
con festiva ostentación
hidalg'i me dicen que es ^^|
adornen de popa á proa.
mi padre, y yo soy Diaguito. ^H
KüEL. Demc á besar Vuestra Alteza
Gapcía. Manuel: ^es vuestro? ^H
U mano.
ManiíEI.. Vn delito ^H
ioIn. Las vuestras dan
amoroso en Portugal ^H
asombros á Solimán
me le dejó por señal ^^^H
yá Cambayá fortaleza.
y pena de mi ignorancia. ^^^^M
í'.ristiano soy, la llaneza
García. Qué, ¿hijo es vuestro? ^^^H
de Portugal es la mía;
Manuel. Esdcganancia^^^H
alistad desde este dia,
García. Ganancia fué de caudal. ^^^^|
sin reverenciar mi estado,
Di viiuiT, Nadie diga que es mi padre; ^^^^H
Manuel de Sossa, un soldado.
que á mi nadie me engendró ^^^^|
hermano de don García.
en el mundo mientras yo ^^^^|
El nombre dejo primero
no sepa quién es mí madre. ^^^^|
con la ley: ya soy nuevo hombre;
Esa ganancia le cuadre ^^^H
en las obras y en el nombre
al que es torpe mercader, ^^^H
imitar vuestro Rey quiero.
y ninguno ose poner ^^H
Déme don Juan el Tercero
en mi, con viles empleos, ^H
con el suyo su valor;
que por o carpo de Jicos ^H
don Juan soy, Gobernador;
que os bofes lie he de comer. ^H
que este blasón inmortal
Carball. Tomaos con el rapacílo. ^H
como ilustra á Portugal
SAFroÍN. ¿Vióse donaire más b.'ilo? ^H
ha de ilustrará Tanor.
García. Es portugués, basta sello; ^H
Cuando en el agua divina
no haya más, señor Diaguito. ^H
mi esposa vuelva á nacer.
Leonor. Gusto me ha dado inlinito. ^H
el nombre le ha de poner
María. Subid al balcón, amores. ^H
vuestra Heina Catalina.
García. Las damas arrojan llores, ^H
A Dios la cerviz inclina.
hagámoslas cortesía. ^H
y á pesar del Alcorán,
Manuel. Plegué al cielo, Leonor mía, ^H
pues ley y nombre nos dan
vuestros Reyes, ¿qué más fama,
que no paren en rigores. ^H
(HntrAti^e con música, como piniíron, ^^M
si Catalina se llama
y t¡uedan Cahballo y Barbosa.) ^^M
y el Rey Safidin don Juan?
^H
•CÍA. Gracia, señor, significa;
gracias al cielo se den,
ESCENA II ^^H
pues en vos los nuestros ven
Carvallo y Barioíu. ^^^^^|
a gracia que os vivifica;
^^^^^^H
en cuerpo real alma rica
Barbosa. Pues, Carballo, ¿cómo ha ido ^^^H
de virtudes: envidiar
allá con laniu rebato? ^^^H
os pueden á un tiempo y dar
CARBAi.i..Como eres con un zapato: ^^^H
parabienes mi contento;
poetas habernos sido. ^^^^|
reinar sin Dios es tormento,
Barbosa. ¿Cómo? ^^^^|
servir á Dios es reinar.
Cakball. Hicimos maravillas. ^^^^H
*s. Dadnos, capitán de Dio,
Entre los tiros diversos ^^^^|
ios brazos, si merecemos
hay unos llamados versos ^^^^|
los que vuestros triunfos vemos
que arrojaban redondillas. ^^^H
gozarlos.
Otros de mayor estima ^H
MuEt. ¡Oh don Juan mfo!
que, porque si disparaban, ^H
a ocho los arrimaban, ^H
El alma que alegre os fio
con ellos es bien que os dé.
se llaman octava rima. ^^M
^N. ¡Grande valor!
Poetizaba un culebrón ^H
6...
ESCARMIENTOS PAPA El. CUERDO
al turco de un parapeto
que $e llamaba soneto,
mas dad al diablo su son:
porque derribaba á bulto,
echando su consonante,
cuanto topaba dvlanic.
Bahbosa. Ese tal debe ser culto.
Carbaui.. Otro de una cota armado
cun dos quintales de bula
de catorce pies.
Barbosa. ¿Y cola?
Soneto fué cstrambolado.
Camíall. Pues ¿qué ciertos falconciJIos
que enramados escupían
balas y piedras?
Barbosa. Serian
romances con estribillos.
CARBAi.t.. Dcsio hubo abundantemente,
y más que sí disparaban
iodos ellos se preciaban
de poetas de repente,
asombrándose de vellos
en llegándose á entender.
Iahbosa. Sátiras debían de ser
pues que todos huyen de ellos.
Ahora bien, señor Carballo:
si no tiene alojamiento,
el mió estará contento
de serville y de hospedailo.
CKKHM.L.lieixO o as tu JOS.
Barbosa. La amistad premí i
con lo que tiene, y acá,
si en versos de bronce da
toda Goa es Academia. (Vasr.)
ESCENA III
Sale Doña Maiiía en hdbiUi de /ir>wiirí.— Cakballo-
María. ¡Ah fidalgo!
Carbai.l. Ese es mi nombre.
María. I >na palabra entretanto
que entran.
Carball. ¡Jcsu, cnrpo santal
^qué he visto? ^quión eres hombre?
María. ¡Ah, i^arballo! /quien podia
ser, sino una desdichada
sin honor y ya olvidada?
Carbai.i.. Señora doña María,
^en la India vos? ¿Vos en Goa,
y en traje tan indecente?
Mahía. Mujer amante, y ausente
aborreciendo á Lisboa,
donde promesas y engaños
acaudalaron enojos,
pagando en llanto los ojos
olvido de tantos años:
cuando llegué á aventurar
lo menos, si ya perdí
lo más, ^Qué'mucho que aquí
me halléis?
Carbai.i.. ííQuc el inmenso mat
y sus peligros se atreva
á pasar una mujer?
María. <'í.'ué mar como el bien querer?
^quéoni los como hacer prueba
en un hombre que olvidado
de obligaciones de aiiiur,
cuando profesa valor,
su valor ha amancillado?
Sali por ver si hallaría
el que llama la conKanza
cabo de Buena Esperanza,
mas no le tiene la mía.
Y no me anegó la suma ^
de tanto ¿olfo y rigor; ^
que no anega el mar á amor
f'orque es nieto de su espuma,
fombrc con obligaciones
tan precisas de remedio,
con un hijo de por medio, ■
que suelen ser eslabones ■
que encadena voluntades, ™
y en él, el que trujo ha sido
Leteo para su olvido,
no para mis soledades.
Sin escribirme en tres años
siquiera una letra sola,
registrando yo cada ola
y engañando desengaños
que apaciguaban deseos;
y por la ribera abajo
pidiendo cartas al Tajo,
creyendo que eran correos
las crecientes que á mis pueriai
o;>das daban sucesivas,
para lodos aguas vivas
y para mi sola muertas.
Cansóse ya la paciencia;
nombre me dio de su esposa"*
mil veces Manuel de Susa;
tomó como tal licencia ■j
que aposesionaron ruegos. Wk
Partióse y llevó consigo "
de un año un solo testigo
de mis disparates ciegos.
Debiéronse de anegar
entre inmensidad de espumas,
palabras; que éstas ^ plumas
lleva el viento; ¿que hará el xtí*
Carbau- La guerra y tiempo divierte
el ocio de esos cuidados;
no es amor para soldados
y la ausencia es otra muerte.
Mucho os quiso mi señor,
y viendo vuestra belleza
realzada con la ñncza
de tanta lealtad y amor
le obligará, cosa es clara,
y si olvidarse es delito,
hará las paces Díaguito,
que es ios ojos de su caru.
María. ¡Hijo de mi corazón! _
Sus deseos solamente H
causa ha sido suficiente ™
á mi peregrinación.
¿Quien duda que de su madre
olvidado, el (Capitán,
aqui sus gustos tendrán
empleo que más les cuadre?
CapbalL. No s¿. aunque tientan á pares
las indianas hermosuras,
que pruebe sus aventuras
con las damas malabares;
^^^^^ ACTO FPIMERO o'l^^^H
que en la India, porque se note.
García. Es muy agradecida. ^^^^H
las caras que soplan brasas.
Lconor,y estaos, Manuel, rcconocid^^^^^H
unas son ciruelas pasas
mas no tratando de esto, ^^^^H
V otras son de chamclolc.
sabed, Manuel de Sosa, que he dis- ^^H
Las daifas más eslimadas.
darla seguro estado; [puesto ^^M
y que aqui so solemnizan,
vo estoy de canas y de vejez cargado; ^^M
si no negras, mulali^an
Leonor es mí heredera ^^M
y son ninfas nogueradas.
y tínica sucesora; en fm, quisiera ^^M
Ninguna el rustro se adoba.
que la honrara un esposo ^^M
no se perfuma ninguna,
las mas huelen á grajuna
lidalgo en sangre, en obras generoso. ^^M
Para esto había elegido ^^|
y todas son de caoba. ¡
á don Juan Mascarcñas, conocido ^^M
¿Qué voluntad amarilla
por su valor y hazañas, ^^M
las ha de amar, si es discreta,
no solo en su nación, en las extrañas; ^^M
habiendo dama con teta
mas repúgnalo tanto ^H
que la llega á la rodilia.>
queofendesuobedienciaconsu llanto. ^H
El gusto de mi señor
Dice que mientras vivo ^^M
es de noble portugués;
culpará m¡ crueldad si la cautivo, ^^M
llegad á hablarle después
pues en mi la dio el cielo ^^M
que deje al Gobernador;
ampara, esposo y padre. Este desvelo ^^M
que puesto que en su palacio
me causa pesadumbre, ^^M
se aposenta, tiempo habrá
ycldárselatambicn,porquecsla lum- ^^M
q^ue amante us satisfará.
y objeto de mis ojos jbre ^H
Lllos vienen; más despacio
y llegárame á ellos darla enojos; ^^M
podréis estimar, señora,
vos podéis persuadirla, ^^H
finezas de vuestra fe;
pues os tiene respeto, y reducirla ^^M
i lo que yo no puedo. ^^H
que si de repente os ve
le alborotaréis ahora. {Vansc.)
Manuel. [Ay cíelos rigurosos! ^^M
Gakcía. Ved que quedo ^H
en vos, Manuel, confiado. ^^M
^^^ ESCENA iV
Don Juan es vuestro amigo, gran sol- ^^M
^^^«B/í» »/ GOBEKXADOH _V MaKCJKL UE SoSA.
su edad en primavera, [dado; ^H
su sangre ilustre y que heredar espera ^H
íARcfA. Cuando pasé ahora un año
un mayorazgo rico; ^^ñ
por Cambayá, y la aseguré del daño
galán, y en condición os certifico ^^H
que Dio recelaba
que un ángel me parece; ^^H
decid que goce el bien que Dins la ^H
con el bárbaro cerco que esperaba.
mi gobierno acabado
en Caül, luí de vos tan regalado,
M.vni;eu. Si en mis ruegos estriba |ofrece. ^H
el daros gusto á vos, mi persuasiva, ^^M
que mi Leonor no sabe
señor, puesto que tosca, ^^M
sufrir conversación que no os alabe.
procurará que humilde reconozca ^^|
í l>ice que lo oue estuvo
con vos en Dio, á nuestra patria tuvo
o mucho que en serviros ^^M
^^1
de tal suene olvidada.
García. Venid á divertiros ^^M
que, en vuestra compañía agasajada,
á la marina un rato ^^M
ni echó menos á Goa
conmigo, si gustáis, que ya su órnalo ^^M
la noche mercadera, ^^M
ni supo si en el mundo habla Lisboa.
Ahora, pues, quisiera.
ausente el sol su opuesto, saca afuera ^^M
Capitán, hospedaros de manera.
y apercibid mañana ^^M
ya que os tiene en palacio.
razones concluyentes, que si allana ^H
que descansando en el por largo es-
Leonor su resistencia ^^ñ
saliera de este empeño, [pació
y por vos califica su obediencia, ^^M
deberáos don García, ^^M
que según le encarece no es pequeño.
S>u fiador he salido.
una alegre vejez. ^H
y asi, mientras gobierno la India, os
Manuel. |Ay Leonor mía; .^H
que en nuestra compañía Ipido
siendo ya vos mi esposa ^H
1^ cumpláis con mi deseo y su porfía.
**Nt;EL. Términos portugueses
igualmente constante como hermo- ^H
qué desacierto ha sido [sa, ^H
. son pródigos en ella; por dos meses
hacer casamentero al que es marido! ^^|
K que merecí hospedaros
(Yante.) ^H
H en Dio y con deseas regalaros.
^^M
H que con obras ya vía
H que era imposible á vuesa señoría
^^^H
ESCENA V ^H
H en una fortaleza
Salen Ooük I.eokok dando un popel d Do^a María. ^^|
H tan pobre agasajar tanta nobleza,
I por término tan breve
I.EONOFt. Mira que de ti me fio, ^^H
■ noes bien confiescdeudas que nodcbe.
Acuña. ^^H
1 ^"^
ESCARMIENTOS PARA EL CL'EBDO ^^^|
1 Mahía.
Daré el papel
eslo merece ^^^H
B
puntual, secreto y liel;
mujer que en mujer se fia. ^H
^^^
pues siendo vos dueño mío
iKiimpil^M
^^K
y debiéndoos lo que os debo
desde que os entre á servir.
i^e: «Permisiones de mi amor ^H
^^_
han dado causa á un delito ^M
BP
mi conienlo es asistir
que, por no ser para escrito, ^M
á vuestro gusto.
la pluma enfrena el temor. ^|
Leonoh.
Me atrevo
Vuestra vida con mí honor ^H
en fe de esa confianza
corren riesgo don Manuel; ^H
á extrañas cosas por li.
la honra es siempre cruel ^H
María.
No fuera no hacerlo así
que sus agravios conoce, ^H
tanta con vos mi privanza.
diréos viéndome á las doce ^H
[-BONOH.
Mi padre no hay que avisar.
lo que no osó este papel.» ^M
si eres discreto.
¡Ay, ofendida esperanza!, ^H
María.
N'i es justo;
ya de vos no hay que hacer cu^H
^m
¿llevóles cosas de gusto?
¿en tierra, celos,' tormenta?, ^M
^^B LKONOti.
No son sino de pesar.
¿en et mar, amor, bonanza? ^H
Pclif^ros de esta mudanza ^M
^^"
Encargóle cierta cosa
[
difícil y de importancia.
ya los temieron mis daños: ^H
^^^ Mamia-
Perdónese mi ignorancia;
¿al cabo de tantos años "
^^H
creí que Manuel de Sosa
me anegan agravios, cielos?
^^^L
era vuestro pretendiente
Si, que no son donde hay cc1>js»i
^^H
dichoso y correspondido
Santelmo los desengaños. ^1
^^^H
con asomos de marido.
¿Qué dudo, si por escrito ^M
^^hLsonor.
¡Jesús! Es tan diferente
confiesa doña Leonor ^M
^^^K
de esto lo que le encomiendoj
permisiones de su amor ^H
^^^B
que antes ha de disuadir
a mi padre é impedir
que condena por delito? ^H
^^|P
Bcmcdiüs que solicito ^H
■
pretensiones.
mis desengaños los borren, ^M
K María.
Ya !(> entiendo;
riesgo le escribe que corren ^H
^^^
no hay aue declararos mis;
cumpliré mi comisión
su honor y vida, ¡ay de mí! ^M
^^^K
mi amor los corre, eso si. ^M
^^^
como tengo obligación.
pues dichas no le socorren. ^M
K Leonopi.
En el jardín me hallarás. {Vase.)
¿Qué ríeseos pueden correr ^H
sin terceros sus amores? ^M
Mas amor que esconde llores ^M
^^H
ESCENA VI
mal puede el fruto esconder. ^M
^H
tloÜA María.
Deben de echarse de ver ^M
hurtos de su amor liviano; ^M
^^H
lülleic doña Leonor
y de su padre, no en vano ^H
^^H
para mi Manuel de Sosnj
temerá la justa pena; ^^
^^^H
de su padre recelosa
mas pues sembró en tierra ajena
^^^H
con tal secreto y temor:
que lo pague el hortelano.
^^H
sospechas, sino es amor.
Palabra me dio de esposo ^H
^^^H
¿que puede ser?
y un hijo que en su resguardo ^M
^^H
¡Qué presto empiezo á lemurí
no le ha de afrentar bastardo; ^M
^^^H
mas es del amor efeio.
don García es generoso; ^M
^^^p
¿papel secreto
ya, secretos, es forzoso '
^^^g
sin verle yo y soy mujer.*
que os saque el peligro afuera;
^^^H
Celos míos, eso no;
á hablarle voy aunque muera;
^^H
que para desestimaros
que si se han dado los dos
^^^H
con mdicios menos claros
las manos, para con Dios, ^M
^^H
sospecho mis males vo;
dti palabras la primera. (i'a«.) ^M
^^^H
amor por oficio os díó
^H
^B
andar inquietos
y acechar siempre indiscretos
ESCENA VH H
^^^H
lo que no alcanzáis á ver;
ünlen Don O^ncU y t^ON JoAf. ^H
^^^H
donde hay mujer
^H
^^H
y celos nunca hay secretos.
Don García. ^M
^^^H
¿Yo, amante menospreciada;
Iréis, don Juan, con una escuadra mía ^M
^^^B
doña Leonor cuidadosa;
de galeras, armadas para guarda ^M
^^^H
papel á Manuel dt Sosa;
del Rey recién cristiano, cuando el día ^^
^^^B
mi amor y fama olvidada,
salude el alba con su luz gallarda; ^M
^^^V
y qué no ha de saber nada
labraréis en Tanor la factoría ^|
^^V
don García?
que Safidin ofrece, y si se tarda, H
^^^^^
No, celosa pena mía,
y su gente en negarla está resuelta, ^M
■
más mal hay del que parece;
cargaréis la pimienta y daréis vuelia. ^M
ACTO PKIMISHO
63
Don Jii\n.
melc prcii i,ir, Leonor herniosa,
joh, señui!, la fe cun que es querida,
trabajo á largo premio mides:
ce añade con que se honra Alcidcs.
éá Tanor, y como se me encarga,
írsuadiré á su Rey cuando le lleve,
i tributo, al presidio y á la carga
t espei^ia y droyas que cumplirnos deb«
t dilación que amor ju^c^ará larga;
iporiugucs Jacob, tendrá por breve
Ísperanza, aumentando en sufrimientos,
i servicios más merecimientos.
Don García.
ues, don Juan amigo, á apercibiros,
ít quiere Safidín salir mañana
Ites que el sol.
ÍDoN Juan.
¡Oh golfo de zalirosf,
id prisa al alba de jazmín y grana;
hay vientos que esperar donde hay suspiros;
lay mares que temer cuando se allana
«rerme Leonor; de Alción los días
n al mar las esperanzas mías. (Vast.)
ESCENA VIII
)DofiA ItABBL á una puerta cun un niño en tus
bracos. — García.
El. Si cslá avisado, él será.
CÍA. ¿Qué es esto, á tal hura abierta,
cielos, del jardín la puerta.''
kL. Fidalgo, llegaos acá.
CÍA. Disimular es mejor.
tL. ¿Sois Manuel de Sosa?
cIa. Sí.
EL. ¡Qué presto le conocí!
¿Dónde está el üobernador?
CÍA. Rondando las portas.
EL. Bien;
lo mismo Acuña me dijo.
Poned en cobro este hijo
de que os doy el parabién;
que es lan parecido á vos
que en ¿I se verá su padre;
nesgo ha corrido su madre,
mas ya Citá mejor. Adiós.
iCierra y ¡/ase.)
EXCENA l.\
García.
¿Sucño.^ ¿Estoy despierto ó loco?
Durmiendo debo de estar:
mas, temor, si esio es soñar,
¿qué puede ser lo que toco?
A quimeras me provoco
que desmienten mi sentido,
¿Manuel de Losa hoy venido
y con hijo que nace hoy?
no, cielos, durmiendo estoy.
Pero despierto y dormido
á un lieinpo no puede ser...
¡Qué de sospechas colijol
«Poned en cobro este hijo»;
V hoy venido, ausente ayer
t>ondc es forzoso el creer
excusado es el dudar,
pcliamso el sospechar,
afrentoso el permitir,
pusilánime el suírir
y cuerdo el averiguar.
Nueve meses ha que en Dio
su alcaide nos hospedó;
Ísi la posada pagó
mi costa el honor inlü?
Cuanto más de Leonor fío
menos hay que hacer caudal
de la que es más principal,
y más cordura el temer;
3ue es el vicio en la mujer
efecio trascendental.
Mas no ofendamos su eslima
hasta aquí sólo iniciada:
en Dio entró acompañada
de doña Isabel, su prima.
Menos la bala lastima
que está del cañón más lejos;
firocuren sanar consejos
o que culpas informaron;
que no en balde se estimaron
en más los médicos viejos.
Mas nunca doña Isabel
me alabó tan oficiosa
y necia á Manuel de Sosa
como Leonor siempre en él.
Si noble, sólo Manuel
con la nobleza se alzó;
si discreto, él se llevó
la cátedra de los sabios...
¿Siempre Manuel en los labios
y no en el alma? Eso no.
¿De qué sirve en mi porfía
hacer discursos á obscuras,
si todas mis conjeturas
paran en deshonra mía?
Mi sangre á Leonor envía,
mi sangre, que no se infama;
de mi sangre, Isabel , rama,
corre también por mi cuenta;
pues si cualquiera me afrenta,
¿qué esiá dudando mi fama?
¡Oh, quién en tal confusión
sin riesgo de la prudencia,
imitara la sentencia
que hizo sabio á Salomón!
Supiera en la partición
del infante pleiteado
por dos madres, mi cuidado,
aunque dos partes le hiciera,
quién era la verdadera
y quedase yo vengado.
Pero yo sé que no osara
dar la sentencia que dÍ6,
Salomón, si como yo
su infamia participara.
Callemos, que si a la cara
se asoma la enfermedad,
3lla dirá la verdad
y yo vengaré mi mengua,
pues la discreción sin lengua
veneró la antigüedad.
64
ESCARMIENTOS l'ABA liL CUERDO
ESCENA X
Saltn AIakcbl i>h Sos* y Carballo.— G«hcU.
Carball.. En paje se ha transformado;
mira, al tiempo que has venido.
Manuel. ¡Qué para puco que ha sido
el mar, pues no la ha anegado!
En lodo soy desdichado.
Cambaix. Si con dos has de casarle,
lo mejor ser¿ ausentarte.
García. Ksie es.
Mamiel, ¡a y, Leonor hermosa!
Gari.(\< Capitán Manuel de Sosa:
una palabra aqui aparte.
Manuel. ¿Quién sois?"
Gamcía. Kstaráos mejor
no saberlo.
Manuel. .jOiro cuidado?
Gakc/a. Ksto para vos me han dado;
guardaos del Gobernador. (Vase.)
ESCENA Xr
Manuel de Sosa y Carballo.
Manuel. ¡Ay, cielos!
Carball. ¿Hirióle?
¡A y, Leonor!
Hijo esesic;¿hay más azares?
Carball. ¿Que tienes?"
Manl'el. Nada. ¿Pesares,
tantos juntos? No me sigas:
vete.
Carball. Voime.
Manuel. No lo di^as.
Carball. (Mujeres é hijos á paresi
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRLMERA
Salen Doña Ma»(a, rfe hombre, y .Mamuel de .Sosa.
Manuel. Son con tanto fundamento
tus quejas, doña María;
tan justo tu sentimiento,
tan grande la culpa mía,
tanto mi arrepentimiento,
que el silencio sólo puede
responderte, pues en él,
porque más confuso quede
de mi descuido cruel,
la pena el agravio excede.
¡Seis años de amor perdidos,
tus méritos ofendidos,
tus favores mal pagados,
sin premio tantos cuidados
y yo con tantos olvidos!
Si disculpas les buscara,
mayor mi delito hiciera,
más tu enojo provocara
y mayores causas diera
á que el mundo me afrentara.
¿De qué servirá alocar
olvidos de tanto amor
con la ausencia y con el mar,
si hago mi culpa mayor,
pudiéndome despertar
un hijo en cuyo retrato
contemplando cada ralo
su hermoso original vía?
¡Ay, cara doña María,
dame muerte por ingrato!
María. No digas más. que en quien ama
Manuel, disculpa menor
basta á despertar su llama,
agravios perdona amor,
que por eso dios se llama.
Siendo hombre tú. no me espanl
que ausente no correspondas
á tus deudas y á mi llanto.
Tantos mares cuyas ondas
sepultaron bajel tanto,
¿que mucho que puedan más
que yo? Disculpado estás,
auc ya de la ley salieras
e amante ausente si fueras
más firme que los demás.
Yo perdono lo pasado
como enmiendes lo presente.
Manuel. No hay más amor bien logrado
que el que en belleza prudente
hace fácil su cuidado.
¡Qué discreta es tu hermosura
generosa en perdonar
agravios de mi locura!
María. No hay ciencia para tornar
atrás el tiempo, ni hay cura
q^ue remedie lo pasado
smo sólo el escarmiento.
ManueL ya estás perdonado;
culpas venideras siento;
sospechas me dan cuidado.
Hermosa es doña Leonor,
su padre Gobernador,
hombre tú, yo tu mujer;
la riquexa y el poder
se oponen contra mi honor.
En el papel que le escribe
delitos de amor confiesa, i
y á peligros te apercibe; '
la venganza portuguesa
no en cera, en diamante vive:
cosa que no es para escrita
y que riesgos amenaza,
mal su opinión acredita,
si del secreto hace plaza, j
que amor mostrar solicita.
No es mujer doña Leonor
que hiciera ofensa á su honor
menos que estando segura
de la fe con que procura
burlar bellezas amor.
Si ésta que cumplas espera
y en ser tu esposa se funda,
cristiano eres, considera
lo qué será la segunda
viva la mujer primera;
que tengo á Dios de mí parle
i
■
■ ac:tu seüunüo 65 ^H
^H^
y un Iliju hurinu&u rn que csiriba
sufrimícnlos de diamante ^H
mi acciOn para cundcnaric;
que admire, aunque no los crea. ^^M
que es Uia^o, cédula viva
M.VNI.IEI ■ Dentro de una hora, don Juan ^^M
de que nii podrás librarle
se ha de partir á Talior, ^^M
V si pagando mi amur
de una armada capitán, ^^M
dejas á duna Leonor,
cuya amistad y valor ^^H
¿qué remedio han de tener
alíenlo á mis penas dan. ^^^^|
deshonras de una mujer,
De su nobleza tiado, ^^^^M
iras de un üobernador?
haciéndole compañía, ^^^H
iNUEL.
No he de negarle verdades
saliéramos de cuidado; ^^^^H
que cnirc tuntas confusiones
pero daré, esposa mia, ^^^^H
«cusan mis libcriades.
sospechas, de ayer llegado, ^^^^B
Despeñáronme ucasiuncs,
cegáronme mocedades;
si hoy me ausento y me despido, ^^H
ret;alado y persuadido ^^^^M
distancias de tu hermosura
de don García, que ignora |^^^H
peligros alropellaron,
agravios de honor, y ahora ^^^^H
que á plaza sacar procura
que le asista me ha pedido. ^^H
mi suerte; ¿cuándo accrlaroii
l.>oña L.conoi', si la dejo, ^H
el amor y la lucurar*
contará desesperada ^H
lín Dio fué huésped mío
lo que ha ocultado el consejo ^^M
el Gobernador, y en I>i(i,
é impedirá mi jornada ^H
con haber, mi bien, liiii poco
de Dio á Dios, mi amot foco
con mi vida airado el viejo. ^^M
Vete con don Juan, amores, ^H
al tirano señorío
sin que descubras quién eres, ^H
de la belleza rendido,
que en pasando estos rigores, ^^M
sin resistencia al vulor.
cuando algún tiempo nie esperes ^H
sin prevención al sentido.
podrás con gustos mayores ^H
la conciencia sin tein<jr
premios debidos gozar ^H
y la memoria en olvido.
de mi amor, y yo mostrar. ^H
al inviolable respeto
si mudable te ofendí, ^H
con que el huésped se asegura.
que sé volver sobre mi ^H
me alrevi; fié al secreto
como te supe olvidar. ^H
delitos que mi locura
\i vHJA. ^I'ues qué mconvenienle tienes ^H
saca en público. I.n cfeto,
que yu me quede contigo? ^H
persuasiones amorosas.
Manuel. .MulIios, si a saberse viene ^H
frecuencias siempre duñusa;»,
nn insulto, cuyo castigo ^H
promesas, seguridades,
será mortal: no conviene ^^H
y cnire ellas, conlormidades
que lú participes de él, ^^M
de estrellas ya rigorosas.
Don ijiarcia es riguroso, ^H
en dos meses alcanzaron
lu vejez es siempre cruel, ^H
conyugales permisiones
si sabe que soy tu esposu' ^H
que palabras engañaron,
y á su noble sangre inlicl. ^H
que dispusieron traiciones
ulcanzaráic el ligor ^^H
y derechos profanaron.
de su eiiujo. Al darme el hijo, ^^^H
Parliéronse, y yo i^nora-ile
triste fruto de n^i amor. ^^^^m
llenuc ayer, porque hoy castigos
un hombre oculto me dijo: ^^^^|
padc/ca jni le inconstante,
«Guardaos del guboinador>. ^^^H
con dos hijos por icsti^ios
(^liuien me avisa que me guarde ^^^H
y dos esposas delante.
de él, ami>res, ya hace alarde ^^^H
Pero, en (in, doña María,
de que su agravio recela; ^^^^H
escoja la suerte mia
siempre es vieja lacauíela ^^^^H
de dos daños el menor,
como el delito cobarde. ^^^^|
viviendo lü, no es Leonor
Muera yo si ya está dada ^^^^|
mi esposa, ni mi osadía
la sentencia contra mi, j^^^H
vs bien que al ciclo se atreva.
y no muerte duplicada ^^^H
Si te das á conocer
con la tuya; quede en ti ^^^^H
harás en mi muerte prueba
la imagen bella amparada ^^^H
del risor de una mujer
de un hijo en quien resuello; ^^^^M
deshonrada con tal nueva.
luz hermosa que adoramos. ^^^^H
Sólo un medio se me ofrece
•Mi bien, ¿no será delito ^^^^^
con que esle daño excusemos:
riguroso, si dejamos ^^^H
si difícil le parece
los dos huérfano a DlaguiloP ^^^H
muera yo y acabaremos
Claro está; mejor pudre ^^^H
M*it¡,v.
la pena que me enloquece.
ausentarme cuando cslc ^^^H
Como perderte no sea,
libre de ti, del rigor ^^^^^
propon peligros, y vea
que temo. Vele á Tanor, ^^^^H
el mundoen mi amor constante
que al punto te seguiré. ^^^^H
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO I
5 ^^M
María. |Ay, Manuel, que esloy dudosa
de que quieres engañarme!
l£n Goa l.eonor hcrmusa:
tú mudable y yo auscniarmc
cuando se llama tu esposa
con un hijo? Si el posirero
estiman los padres más,
de lu olvido sólo espero
que ingrato añadir querrás
segundo agravio al primero.
Manuel. Plegué á Dios, prenda querida,
si llorases ofendida
mi lealtad y le constante
que vengativo levante
peligros contra mi vida
cuanto csia máquina encierra.
Si navegase, la guerra
del mar llevándome á pique
naufragios no notiliquc
inauditos; si en la tierra,
entre caribes adustos,
abrasados arenales,
tigres del monte robustos,
rayos de nubes mortales,
rigores del cielo justos,
lodos juntos homicidas,
verdugos de mis enojos,
en las prendas más queridas
ceben su furia á mis ojos,
porque me quiten más vidas.
María. Basta, mi bien, que me pones
pasmo con las maldiciones
que trueque en dichas el cielo.
Amoroso es mi recelo,
grandes tus obligaciones:
haz de mí lo que gustares,
que amante en todo te sigo;
mas consuela mis pesares
con permitir que conmigo
lleve á Dieguito.
Manuel. Que ampares
gusto yo en su compañía
soledades de mi amor
que peligran en la mía
si intenta d Gobernador
mi muerte. Hermosa María,
á don Juan vamos á hablar.
María. En fin, ¿me vuelvo á ausentar
de ti?
Manukl. Seuuiréte lucpo.
A despedirme de Diego (i)
voy.
Makía. jQué de ello he de llorar!
Manuel. ¿Y cuál, sin él y sin ti
he de quedar? Én los dos
toda el alma dividi.
María. Bien mío, líbrele Dios
de este peligro.
Manuel. jAy de mil (Vam*.)
(i) ÜI original uo» veceiIUnia Diago y oirts Die-
go i Mte personaje.
Halen üamcía un SÁ, Cahbali.o y dos Cmaoi
Gahcia. Cerrad con llave las puertas V
de todas aquestas salas.
Cahball. ,;Cerrar las puertas? ¡Qué malAt
nuevas!
García. No dejéis abiertas
las ventanas.
Carball. ¿Eso más?
García. A los dos ñus dejad solos.
Cahball. Mal se ponen estos bolos;
Carbflllo, en peligro estás.
García. Kn viniendo quien us dije
Iraedle también aquí.
(Vanse lu» dot Criados
ESCENA III
Gahcía y CAnaaLLo.
Carball. Verdugo será, ¡ay de mi!
García. Sosiégale ¿qué le aflige?
Carball. ¿Yo alligirmc? Los culpados
se aflijan.
García. Temblando estás.
Carball. Algunos gatos verás
que maullan encerrados.
Tengo condición gatuna;
abran, porque yo, señor,
cerrado soy maullador
y alivíame el verla luna.
García. Sosiégate.
Carball. Ya sosiego.
García. ¿Eres bien nacido?
Carball. Si;
dicen que cuando nací
mama y laila dije luego,
y que a las voces primeras
desocupé la posada
de una madre agallegada
anchísima de caderas.
García. ¿Gallego eres?
Carball. Dea caballo;
porque un rocín, aunque en pelí
me jubilaba del suelo.
García. ¿Cómo te llamas?
Carball. Carballo,
porque no sé en qué layancas
mi madre, ausente el marido,
jugando pidió el partido
(son las gallegas muy francas
Y un lencero algo molesto
que el matrimonio terció
perdiendo se levantó
y yo me quedé por resto.
Volvió el propietario ácasa,
y como ausente de un año
vio que el devantal de paño
se ahovaba, dijo: «¿Esto pasa?
Mujer, ¿cómo habéis podido,
en doce meses de ausencia m
sufrir tanta corpulencia? ■
— Porque hogaño no ha llovidoT
^^^^p 5^ ^^
V (respondió); y sct-úti to prueba,
ESCIENA IV ^^H
■ el pronóstico del Cura,
no ha de parirse crialura
^^^H
hogaño mientras no llueva.»
^^M
lil, viendo auc averinuallo
era ofender a su honor.
.Sentenciad la información, ^H
honra, de vuestros agravios; ^H
dijo, «tscarballü es peor»:
si á hijos matan padres sabios, ^H
por eso el hijo esCarballo.
ponedla en ejecución, ^H
•CÍA. Si sois gallego no dudo
en grado de apelación, ^H
publiquéis cualquier secreto
Es superior tribunal ^H
eri viéndoos en aprieto.
la clemencia natural; ^H
RBALL. Ninguno allá nace mudo.
declarad sí la admitís. ^H
•CÍA. Pues escuchad advenido
¡Ay, honral ¿que nu. decís? ^H
aquellos golpt-s que dan
pero sois de Poi tugal. ^H
alii fuera.
Huésped que el honor profana ^^^H
tRAt^L. tJigu que están
de quien en su casa vive, I^^H
desahuciándome el oidu.
que infama á los que recibe ^^^^H
Sudando estoy por mil cabos;
sin ley divina ni humana; ^^^^H
¿majan granzas ganapanes?
hija noble que liviana ^^^^|
¿por dicha en casa hay batanes?
hace su afrenta mortal, ^H
¿rnuelcn maíz? ¿plañían nabos?
¿no es bien que con muerte igual ^H
«CÍA. Más riguroso es su oficio;
hallen el castigo en mi? ^H
allí os tienen de enterrar.
¿Qué decís, venganza? Sí; ^H
si rehusáis el confesar,
pero sois de Portugal. ^H
hasta el día del juicio.
¿Que proponéis vos, amor, ^H
IBA! L. No le ha de haber para mí.
porque lo segundo elija? ^H
Pues diga ¿qué me fallara
¿Que soy padre y que es mi hija ^B
si yo juicio esperara?
única doña Leonor? ^M
Moriré como nací;
¿Que ha de acabarme el dolor ^H
porque en lo que toca al seso
de este irreparable mal? ^M
tengo el celebro algo angosto.
¿Que no hay juez tan pedernal ^H
¿Confesar? Si; por Agosto
que á si se maie? Está bien; ^H
y cuaresma me confieso.
no me espanto, que también ^H
que son cristianos respetos;
sois amor de Portugal, ^H
y cuando no lo mandara
la Iglesia, me confesara
Diga la prudencia ahora. ^M
Si doy muerte á quien me infama, -^^M
sólo por decir secretos.
¿no queda viva la fama '^|
Mas yo ¿por qué he de pagar.
de afrentas publicadora? ^M
pecador de mi, señor.
Si se casan, ¿no mejora '^m
si mi sa doña Leonor
mi discurso de consejo? ^H
tan bien supo aprovechar
Si está manchado el espejo, j^M
cosechas de su hermosura.
¿no es más cordura limpiarle ^H
que lo que en Dio lomó
que perderle por quebrarle? ^|
con renta en Goa pagó
Si á mi nieto infame dejo, ^M
colmado en una criatura?
¿á mí mismo no me infamo? ^M
Si yo no fui la comadre,
¿Asi no le legitimo? ^|
sí yo no hice el cohombro,
Triste en él, ¿no me lastimo ^M
¿es bien que me le eche al hombro?
si bastardo vil le llamo? ^H
¿que muera yo sin ser padre?
Dudoso aborrezco y amo; ^H
¿que me azadonen en vida?
perdono i un tiempo y castigo; ^H
¿que me maten sin leslar?
soy padre y soy enemigo; ^^|
¿y que haya yo de pasar
soy el juez y soy el reo; ^H
dolores de la parida?
rehuso lo que deseo ^^M
*cfA. No digas más; basta, sobra;
y huyo lo mismo que sigo. ^H
éntrate, villano, allí.
Venganza: sólo sois vos ^H
a»*Li.. ¡Plegué á Dios si te ofendí
ley del mundo sin prudencia; ^H
por palabra, ni por obral...
«CÍA. tnira, infame,
ley de Dios sois vos, clemencia, ^M
y yo el juez entre las dos. ^M
'••all. Aunque me cntierrcn.
Seguir al mundo y no á Dios -^M
los santos están mirando
es necia temeridad; ^M
mi testamento. «ítem mando
rigor, ñ los embotad ^H
que en Cacabelos me cntierren,
y adquirid con mi mudanza, ^H
y no como á los caballos,
no la honra en la venganza, ^H
sin clérigos y en corral.
sino la honra en la piedad. ^H
al cuero colateral,
^H
cniierro de los Carballos.» (V<is«.>
^^^J
68
I SCAt'MIhNTOi l'.\l<A hL CfEHLKJ
liSCIíNA V
Sait Manukl uk Suba y ¿chaae á íhs pia.
Ianueu. Señor: mi mudo siloncio
irac en mi icnior escriio
procosos en mi delito:
Cunira mí mism«> scnlcncio.
Como juez te reverencio
y Como padre los Inbins
humildes, pero no sabios,
te piden en culpa tanta.
ÍAJicíA. l-cvanta, Manuel, levanta,
no despiertes mis af;ravios.
Mejor sabes defender
castillos que inclinaciones,
vences bárbaras naciones
y no te sabes vencer.
Triunfa de ti una mujer,
¿y haces de triunfos alarde?
ya llega el consejo larde,
lu misma culpa ic afrente;
para los demás valiente,
^•para ti mismo cobaidef"
Kspcrame a-jui encerrado,
no sal^a la tama fuera;
aqui mi deshonra muera,
yo piadoso y lú casado;
diversamente hospedado
serás de mi cortesía
que yo de ti el triste día
que me fué la suerte escasa:
yo, sin h ñor en tu casa;
lú, sucesor en la mia. (Kaj.f.)
líSCL'NA VI
Manubl.
Cerca conclusión incierta
del puerto le hallo más lejos,
donde ni sondan consejos
ni ve el discurso la puerta;
no es en c! ^olfo tan cierta
la muerte como á la vista
de tierra, sí el cielo alista
vientos que entre obscuridades
á escollos llevan crueldades
en nave que los embista.
Muerte merecida aguardo
si mi mal no determino,
en mil se parte un camino
y en cualquiera me acobardo:
dedos á un hijo bastardo
mi elección ha de ofender;
de dos dejo una mujer
deshonrada, y en las dos
á un padre ofendo ó á Dios:
elección: ,¿qué hemos de hacer?
Si ehjo á doña María
j á doña Leonor ofendo,
c) sepulcro están abriendo
3ue encubra la ofensa mía;
icho me h»n que don García
pretende, jtcrrible aprieto!
que en mí. en Leonor y en su nielo
un cailijío corresponda,
una tierra nos esconda
y nos encubra un secreto.
I^oco importara en mi vida
satisfacer su rigor;
pero en la de mi Leonor
inocente y persuadida,
á mis engaños rendida,
en mis palabras fiada
y en un hijo retratada,
y que borre un daño igual
la copia y original,
no, amor; no, fortuna aíradi
Perdone mi herm<isa ausent{
hijo natural es Diego;
no es bien que en la elección
bastaido á su hermano arrcr
si su madre olvidos siente,
sabia, peligros consulte,
monaslcrius en que oculte
la pena que la acongofu
tiene l'ortugal; escojw
uno que agravios bepulle.
liSCliNA Vil
.VtArttiKi. y CüHiiAjLO.
CAHb/VLL. ¿Soii)o!> cristianos 6 moros?
Cuerpo de Dios Con la pucrl
Manukl. ¿<^uc es esto?
CAkHAt.L. La puerta abi
yo en encierro, y no de Ion
MANtJEL. ¿Carballij.í'
Caaball. ¿^tic carbalteas
cuando lo que no comí
me cuentan?
Manuel. ^Qué haces aqu
Cahbai 1.. Cera hitada; tu te empicas
en gustos, y á itíí, inocente,
un azadón me d:i pri!>a,
y sin responsos ni njisa
vivo habrá cuerpo presente,
¿lian de enterrarte á ti \ lod
¡l'luguiera, Carballo, á Diosl
s.-
írl4
Á
M ANIJKI..
Caiikai.i.
Caminaremos los dos
mejor; que ahora no hay k_
al otro mundo á la sombra,
sin riesgo de calenturas,
en hitando sepulturas
(sólo el pensarlo me asombrí
puf venias cuando las haya,
en carnes y á la ligera,
tij en lu muerte caballera
y yo en mi muerte lacaya.
«Jiomicndo, en vez de pcrüicc
sapos avaros y feos,
culebras, y por fideos
gusanicos y lombrices.
Mas las puertas abren ya;
trocara yo esta ocasión
en moneda de vellón:
nuestro verdugo será.
ESCENA VIII
Salen el GoaanNADOK y DoAa Lhoxom. — I>i
García. La vergüenza es provechosa {
antes de hacerse el pecado;
^^^^H SI
(,i 61) ^^^B
^^^^^P^e te has avergonzado:
cuando á dármela llegaste. _^^^H
■ llega, y da á Manuel de Sosa
Manuf.i.. ¡Ay, cielo, por mi ofendido! ^^^H
la maño.
lAy esposa despreciada!; ^^^H
lOB. De aquesa suerte
ya empiezan presagios tristes ^H
moriré, aunque desdichada,
á vengaros. ^H
contenta á un tiempo y honrada.
GarcIa. ¿Os heristeis? ^H
ULL. ^ Bodas hay. y lucj^o muene?
Ma.miel. Un dedo al volver la espada. ^^^^H
Pues cásenme á mi también.
Lf-onop. Alaos en el este lienüo. ^^^H
no me enticrren virginal.
Mani'ki., blslo es señal, mi Leonor, ^^^^|
cSk. Daros quiero bien por mal,
que mezcla sangres amor. ^^^H
aunque indianos de este bien.
y en la que á daros comienzo ^^^H
A don Juarj de Mascarcñas
veréis cuan unos los dos, ^^^H
escogía mi elección;
al yugo de amor atados, ^^^^H
ir contra la inclinación
la unidad de los casados ^^^H
ocasiona nu pequeñas
logramos, que dijo Dios, ^^^H
dificultades después;
(iArrÍA. No hay que mirar agüeros ^^^^|
que el matrimonio desdoran
ni miedos supersticiosos; ^^^^|
y necios los padres lloran
el cíelo os haga dichosos; ^^^^^
ílcvados de su interés.
poco tiempo hay, disponeros ^^^^H
Mi jurisdicción nu llega
para el viaje es raüón; ^^^^|
al alma, que el señorío
ved lo que hay que apercibir, ^^M
tiene en él libre albcdrio.
que esta noche ha de salir ^^M
jMicntras que don Juan navega
de la barra el galeón. ^^M
honestad aircvimicntüs
Venid, que no es bien me venza ^H
dándoos las manos los dos.
de llanto que afrentas da. ^H
V hallen los padres en vos,
LtvoNoit. ¡Ay Dios! ¿qué fin tendrá ^H
Leonor, sabios escarmientos.
bi>da que en sangre comienza? ^H
Hoy habéis de desposaros
Caruai.i.. ¿Vivo y sano y enterrar? ^H
y hoy también salir de üoa;
¡Oh trúgicos azadonesl ^^M
un galeón á Lisboa
Manl'ei.. María: mis maldiciones ^H
despacho donde embarcaros
podréis. Lo más de mi hacienda
ya me empiezan á alcanzar, (\-anxr.) ^H
^H
va en él, cuya estimación
^H
lle<{a á cerca de un niillón;
I^.SCHNA L\ ^^1
dote es vuestro, no me otend;i
presencia que me ha quitado
Snlrn IIü.sa MARf.t íit mujer, I>oh Juan )- UunuiT^^^^^H
el honor asi adquirido.
^^^^^1
hasta que encierre el olvido
JiAN. Aguardarilc en Tnnor, ^^^^H
enojos que ene habéis dado
aunque dilate esperanzas ^^^^H
y lleyuc mi sucesor.
que martirizan tardanzas; ^^^^|
t'.umpla así eslc medio sabio.
ha de ser doña Leonor ^^^^M
deslerrándi.os, con mi at>ravio;
mi esposa, y es cada día ^^^H
desposándoos, con mi amor.
lutSALL. Eso si despido al Cura
y pa{;o en seco la cera;
siglo eterno mi deseo. ^^^^H
Manuel de Susa hizo Lmpleo, ^^^^H
liermusa doña María, ^^^^|
señores; ¿habrá quién quiera
digno en vos de su nobleza; ^^^^|
comprarme lasepuluita?
encubriónic vuestro ser, ^^^^|
ANfCL. La justicia y la clemencia
en ti eternizan memorias;
mas no se puede esconder ^^^^|
disfrazada la belleza. ^^^H
perpetúe el tiempo historias;
de estatuas á tu prudencia.
Más decente es ese (raje. ^^^^|
hálleos en él quien os ;ooíi; ^^^^H
y tú á nosotros los pies.
respetóos como á su dama, ^^^^H
*R(:Í\. Más vale que os deis las manos.
Ianuel. ¡Jesús! Tropecé; inhumanos
si primero como á paje ^^^^|
de mí Leonor os tenía ^^^H
pronósticos; si al través
dais con mi dicha, ¿qué intento?'
M,\MÍ\. Va me prometo ^^^H
dichas de feliz efeio ^^^H
, Desnudósemc la espada.
»RCÍ\. {Manuel!, ¿qué es eso?
en la noble compañía ^^^^H
AMi'EL. ' No es naJ.T.
de amigo tan generoso. ^^^H
Turbación de mi contento.
Quiéreos mucho Manuel. ^^^^|
|Ay cielos, dadme, Leonor,
Jijan. Caga mi fe; pero de él ^^^H
ese crista 11
vengo no poco quejoso, ^^^H
*ONOR. Ya os rendí
pues no se fió de mí ^^^^M
con ella el alma. ¡Ay de mil
ni quien éradcs me dijo. ^^^^|
¿qué es esto.'* Mirad, señor.
Tal esposa y con tal hijo; ^^^^H
que os debéis de haber herido;
yo tan su amigo, ¿y así ^^^H
la mano me ensangrentaste
encubrirme sus amores? ^^^^|
70
María.
Juan.
María.
ESCAKMIENTOS PAPA EL Cl'ERDO
'DlAGlJlT.
La brevedad del viaje;
el andar yo en este traje
y el riesgo de sus temores
disculpa le pueden dar(t).
^Qué riesgo pudo temer
esposo de tai mujer
en Goa para ocultar
seguridades de amor;
y cncubricndolas así
querer que esperáis aquir*
Hay quien le fia el honor
en Goa, en fe de promesas
imposibles de cumplir,
que rolas han desunir
en venganzas portuguesas.
Tiene padre poderoso;
y en belleza, sangre y fama
es igual á vuestra dama:
ved, con eslo, si es forzoso
excusar tan ciertos daños.
¿Dama y padre y que á Leonor
se iguala y fia su honor?
No nay voluntad sin engaños:
logre la vuestra y con bien
le traiga á Tañar el cielo.
Señor Oiaguilo, recelo
que, según os halláis bien,
con vuestra ya conocida
madre, os hab¿is de olvidar
do vuestro padre y dejar
de llorar por él.
Mi vida:
¿Á quién queréis de los dos
más?
Bueno es lodo. A mi padre
como á cabeza; á mi madre
como alma suya.
Y que en vos
logra toda su ventura.
Mucho os quiere Salidin.
La Reina, su esposa, en tin,
es vuestra dama.
ECs figura.
¿No os regala?
Si; mas besa
demasiado señora,
y tiene el olor de mora.
¡Si ella fuese portuguesa,
aún, vaya!
¿Vaya? Temprano;
de (al árbol fruto tal;
no os negará Portugal
por lo tierno y cortesano.
Salva en la playa, ¿qué es esto?
ESCENA X
Entra C.AnnALi.o.— Dimos.
Mapia. ¿Naves nuevas?
Cahbai.l. Linda tierra:
valle fértil, fresca sierra.
(i) En el origin.il y en la< reimprísionrs del si>
{(lo XVIII y de Ortega sr dice: «^cr*-; pero es nottirii
crrau.
María.
DlAOUlT.
MarIa.
Juan.
DlAOUIT.
Makía.
ÜIAOUIT.
Juan.
Carball
María.
Carball
María.
Juan. ¿Carballo?
Cabball. ¿Señor?
Juan. ¿Tan presto
vos aqui?
Y con mi señor.
¿Qué dices?
La verdad pura:
altarimar cingladura,
tomando puerto en Tanor,
viento en popa y mar bonanza
sesenta embocamos leguas.
Pesares, ya os daré treguas;
amor, ya os daré esperanza.
Capbai L. ¿Qué renunciación es esa
de traje, señofa mia?
¿De Acuña en doña María?
¿de soldado en portuguesa?
María. Volverá mi natural,
pues en mis dichas he vuelto.
Carball. Mi señor viene resuelto
de vivir en Portugal.
Capitán de un galeón
el (jobernador le ha hecho;
que no le ha visto, sospecho,
lan grande nuestra nación.
Desembarcará mañana
con un presente que envía
á SaHJin don Garda
y á la Rema, si es cristiana;
que huy ya es tarde, y asi sal
á daros cuenta á los dos
de esta venida, y á vos,
señora, á deciros algo
que os regocije al oido.
Señal que albricias esperas.
¿Viste todas las quimeras
que los dos habéis temido
en Goa, la muerte al ojo
al creer que don García
el nielo parlo sabia
y que fulminara enojo?
Pues, no sólo no lo sabe,
pero juzgando á favor
que el capitán, mi señor,
lleve á Portugal su nave,
el cargo le ha dado de ella,
y está esperando á don Juan
para que esposo y galán
de la Leonor, doncella
al uso, alegre su padre,
y aunoue parió de esta traza
correrá como otras plaza
la tal, de virgen y madre.
Todo lo dispone el cielo,
á mis suspiros clemente.
Mas doña Leonor, ¿qué siente
de eso?
Darála consuelo
I
Maiu'a.
Carball.
4
M\RÍA,
Carball.
María.
Carball.
el ver que secreto queda
su atrevimiento amoroso,
y que remudando esposo
sirve á su padre y le hereda,
buenas nuevas te dé Dios;
toma esta cadena.
Buenas
son nuevas que dan cadenas.
Mientras que no os veis ios dos,"
ACT6 SEGÜNbrt
;i
Que será en amaneciendo,
llevómosle aPá á Diaguíio
en vez de papel escrito,
pues en él esiá leyendo
el amor que le leñéis.
ÍA. Mañana ¿no le verá?
ALL. Triste con su ausencia csiá.
Si este regalo le hacéis
darcisle la mejor cena
que se puede imaginar.
uiT. Madre, llévenme á embarcar
con mi p^dre.
ía. En hora buena.
Yo le voy á prevenir
refrescos, é iré con él
á cenar.
ALL. Amigo líel,
en fin.
H. Débele servir.
arIa. Diego: ^"en efecto, queréis
dejarme por vuestro padref*
ikGuiT. Mañana vendremos, madre,
f i verla los dos.
'**ÍA. ,;No veis
cuan mal dormiré sin vos?
Madre, i fe que llore.
Andad,
I y estos abrazos le dad
I de mi parte.
a»B\LL. Adiós.
Adiós.
(Vanse Garbillo y Diaguito.)
Esta es la primer ventura,
ciclos, que mi amor os debe;
í ya que es sola, no sea breve.
m pues no lo es la que no dura.
t |Uh mar, lu golfo asegura,
t siquiera en fe de mostrar
■ cuánto va de amor á mar,
B color de cielos y celos;
■ deja éstoSj sé de los cielos
■ retrato en no le mudarl
r
llikll¡A.
MB\LL.
I>IACltlT.
ESCENA XI
Salen Oon Juan y otro*.— Dicra.
í
!f*RÍ*.
una falúa prevén
que me lleve al galeón,
y en ella el refresco pon
que te apercibo.
Está bien.
Cúbrela de banderolas
que el aire alegren inquietas;
chirimías y trompetas
hagan aplauso á sus olas.
^Queréis que vamos los dos
verle esta noche?
Si.
D.^.'tsta carta es para ti,
y ésta también para vos.
Al embarcarse, el criado
que ahora en tierra saltó
que os las diese me rogó.
"AM. ^'Carlas? ¿Cuyas?
nía. |Ay cuidadol
Esta es de Manuel de Sosa.
Ji'AN. Su letra es ésta y su lirma.
Mabía. Nuevos recelos confirma
mi desdicha rigurosa.
Quien á la lengua del agua,
pudiéndome ver, me escribe,
nuevas penas apercibe,
nuevas desventuras fragua.
Juan. Aguardar quien las traía
á embarcarse para darlas,
y en tierra disimularlas
viniendo á vernos, no fia
mucho su dueño de mi.
Mahía. Toda soy desasosiego.
,;Cartas y llevarme á Diego?
Leed, don Juan, ¡ay de mil
Juan. (Let.) «En Dio logró el secreto,
don Juan, una coyuntura
que dio en Goa á la hermosura
fruto, de su causa efelo;
don García tiene un nieto
con que remoza sus años,
esposa yo, amor engaños,
Leonor gusto, vos prudencia;
cura el tiempo, olvido ausencia.
y acuerdo los desengaños.»—
¡Oh aleve! |oh Leonor ingrata!
¡oh falso Gobernador!
joh celos, que es lo peor,
pues vuestro infierno me mata!
.No quede nave en el puerto
que amarras no haga pedazos,
remos que á fuerza de brazos
no sigan á quien me ha muerto.
Velas que lleven venganza,
pues más que los vientos corren;
balas, que esperanza borren
de quien me quita esperanza.
Quejas que cielos obliguen,
(lechas que tiranos pasen,
y celos que los abrasen,
penas que ingratos castiguen. (Vatt^
ESCENA XII
Doña .Mabia.
Mudos son mis sentimientos;
que las ansias que aliviarse
pueden, cielos, con quejarse
no son ansias, no tormentos.
Quítenme los instrumentos
con que el dolor se mitiga;
no suspire, no prosiga
lágrimas que salgan fuera,
quien porque en si misma lucra (i]
en si misma se castiga.
Alma que su pena apoca
en el cuerpo que la hospeda,
sin darse muerte se queda
ó viviendo no está loca,
ciérrela el pesar la boca;
halle la salida escasa,
en los ojos ponga tasa
la pena, el llamo ya tarde.
ti) \%l en tndos las textos, que, como se ve cslát
viciadas, T«l vez en el se(;und<i fuera deba lecn(¡
«muera».
^r 7^
^^^^^^^^feSCARMtKÑTSs'pAP^T^I'Elfñí^^^^^^^^^^^
^1
y abrásese por cobarde
¿Todo viento en popa? Vengw
^^B
quien no osa salir de casa.
borrascas que el leño embistar
^H
Veneno es csle papel
piratas que le acometan, ■
^B
como el traidor que le csciibc:
rayos que le despedacen,
remoras que le detengan.
^^B
quien con tañías penas vivo
^^H
podrá ser vivo con él.
ballenas que le trastornen,
^H
á su f 0 y palabra infiel
bajios que le hagan piezas.
^^H
c iníírato á Dios: ¿qué esperáis.
¡Diego mío!
^^1
alma, que no le niiráis?
DiAriinT. (Muy ttjus) Adiós, adiós.
^H
Si os es el vivir molesto,
Mahía. [í'légue al cielo que no teng»
^^^^^
vedle, mas con presupuesto
cruel, próspero viaje!
^^^^K
que muerte me deis y os vais.
Kl mar, enriscando sierras.
^^^^H
i/.cf ) «.Aprietos de don üarcia.
tus pilotos desatine;
^^^^H
inocencias de Leonor
desmenuce tus entenas.
^^^^H
y un sepulcro que el rinor
tus velas ul agua arroje.
^^^^^K
para tres cuerpos abría.
tus ¡acias todas revuelva.
^^^^H
prenda mía, ya no mía,
no te quede mástil sano,
^^^^H
a mi pesar injuriada.
no le deje tabla eniera:
^^^H
nii fe castigan quebrada,
diluvios sobre ti caigan
^^^^H
mas para cortas venturas
porque zozobres en ellos;
^^^^H
fundó el ciclo en las clausuras
en su piélago agonices.
^^^H
presidios de gente honrada.» —
y si llegares á tierra.
^^^^H
No lo serán para m!
estériles playas llore>;
^^^^H
pues que sin honra me dejas.
encuentres Libias desiertas.
^^^^H
ni el cielo, á mis llantos sordo.
cnribcs tu esposa agravien.
^^^^1
pondrá en olvido su ofensa.
indios roben tus riquezas,
^^^^H
Va está la adúltera nave,
la sed malc á tus amigos.
^^^^H
menospreciando íirmczas.
de hambre tus ministros mucí
^^^^H
favoreciendo mudanzas
Las prendas que más estinies
^^^H
que imita al traidor que lleva,
esas en pedazos veas i
^^^^H
sm recelo que les calme
pasto de hambrientos leones^
^^^^H
el viento, hinchadas las velas
de tigres mortales presas.
^^^^k
las ayudan mis suspiros.
.No sepan de ti las gentes.
^^^^H
que dan por la popa en ellas;
ni otra sepultura tengas
^^^^^1
para atorincnlarmc más,
que las silvestres entrañas
^^^^H
las voces infames licúan
de tas más bárbaras (ieras.
^^^^
je los ministros villanos
Mas, ¡ay, cruel!, tus maldicionfi!
^H
á mis c.Tnfusas orejas.
son éstas, no le .ikancen, que r
^H Una
. (/lí-nífv,.) ¡Iza, que el viento ',e nlar^;.!!
l:i prcnila más queridii;
por e!l.i ampaio líios tu ingral
H
^L
ESCKNA XIIJ
^h
DoSa MahI*.— Diamcito, rfí-MT"
ACTO TERCERO
^F OlAOl'IT.
¡Madre, señoral: sin ella.
^v
,;donde me lleva mi p.idre?
I-SCIÍNA PR(Mr-RA
^H MAfÍA.
¡Ay, cielol ¡ay, ansiasl ¡ay, penas!
^H
¡Uejadmc ariojar al agua,
Üaltn Doña Mawia, l^nN Ckwd \ y Doi» U
^^B
mi bien, mis ojosl ^Qui: inteni.in
los que sin vos lastimosa
^^K
GApr.ÍA. No aumcnlan. doñ.i Marta.
^^1
mis desdichas acrecientan?
mis ansias vuestros enojos.
^^M
,j(juc el rigor no me permita
que en vos salen por tos ojot
^H
este consuelo siquiera?
parando en (i alitia mia;
^^B
Die^^o mío, espejo hermoso,
no sabía
^^1
<-que aun no gusta que me vea
que desposados los dos.
^^H
en vos vuestro padre injíraio?
(¡ay, honral ¡ay. Dios!)
^^1
Mas si en vos se représenla.
cuando su fama ofendiera.
^^P
en vos veré ingratitudes,
se atreviera
^V
amores, querida prenda.
al cielo, á mi honor y á vos.
^H DiAr.utT.
M adrecita de mis ojos
¿Qw importa que para el m(
^^P
yo inc echara al mar tras ella
sea legitima esposa.
^V
si estos hombres me dejaran.
Leonor, de M.nnuel de Sosa?
■ Mahía.
¡Cielos santos! ,;No hay tormentas.
Preso en tálamo segundo
^H
no hay c.ilmas, no h.iy huracanes.
en Iitos fundo
^H
que ingratos at puerto vuclv.in.'*
el derecho verdadero, ^^
L
^Todo ha de ser mar bonanza?
y asi infiero ^^H
^^V^ \rrn tkuCRko ^T^^^^B
que es aduUero Manuel
y la ignorancia invencible ^H
para con iM,
excusa todo pecado. ^^M
Casado con vos primero.
Fallando el consentimiento ^^^H
De un ^^lpc sólo ha quitado
no hay culpa en la voluntad; ^^^H
seis honras, sit-lt- ofendida.
no consintió su beldad ^^^^|
á Dios el yU{{o ronipidn
sin Conyugal sacramento ^^^^|
que al hombre una e«pr»s.i hn d.-ido;
que amor le aposesionase; ^^^^|
á mi engañado.
y asi no me espanto yo ^^|
ignórame de este error.
que quien á ti engañó ^H
y á Leonor,
á una mujer engañase. ^^M
que ser única creía,
Ks crédula ia belleza; ^^|
y en un día
,;quc mucho que en tal p<}ifía ^H
pierde esposo, ser y iionor.
se liase de quien fia ^H
^^K A vos, pues, os mcn(ispM*cia,
el rey una fortaleza? ^H
^^V dejándoos con lal crueUlud;
Manuel de Sosa, ese st, ^H
á don Juan, cuya amisiad
que su lealtad airopclla ^H
rompe, que un bárbaro precia.
Contra el cíelo y Leonor bella. ^H
Leonor, necia.
contra tu honra y contra mi. ^H
llorará bástanlo un hijo;
l'cro por eso el honor ^^^H
que Colijo
halló amparo en la venganza, ^^^H
de quien hidalp) se llama.
menoscabo en la lardan/a ^^^H
y á su fama
y padrino en el valor. ^^^H
ofende... ;ni qué me flrt(jf>?
Vo iré Iras él, pues me toca ^^H
Si yo el consejo sijjuiera
tanta parle de este mal, ^^^^
do mi venganza, <xullnra
no sólo hasta Portugal, ^^^^H
mi agravio v los enterrara
cuando falte alguna roca ^^^H
luntos, puesif» que muriera.
que alevosos despedace, ^^^^|
(Y á qué espera
por lodo cuanto al sol mira ^^^^|
padre que en su honor estriba.
desde el sepulcro en que expira ^^^^|
si se priva
hasta la cuna en que nace. ^^^^^
lie restaurar desaciertos?
Vo le traeré á lu presencia, ^^^^M
A esiar muertos
pi rque en ella amigo falso, ^^^^|
nr> llorara infamia viva.
el teatro de un cadahalso ^^^^H
Era la honra mi espejo;
represente la sentencia ^^^^|
sienta el alma su destro/o;
capital, que ya te intimo; ^^^^H
su flumenlo procuré mozo,
y satisfecho lu honor ^^^^H
su pérdida lloro viejo.
In mano á doña Leonor ^^^^^|
Vil consejo
daré, que no desestimo ^^^^H
de pied.nd: esto merece
yo inocencias engañadas ^^^^|
rl que obedece
de amorosas persuasiones. ^^^^|
á su amor, porque enterrado
Tú que en las ocupaciones ^^^^|
el pecado
de aqueste gobierno aladas ^^^^H
ni dcshonrn ni padece.
tienes \a^ manos y pies ^^^^H
{Qué bien guarda r.-i secretos
estorb.'indo el ausentarte, ^^^^H
un sepulcro vengativo!
permite, señor, vengarte ^^^^|
Va mi agravio sucesivo
la ira de un portugués ^^^^ñ
pasará de hijos á níeíos;
que tu honor va .-'t restaurar, ^^^^|
va respetos
y, aunque aborrecido, adora. ^^^^H
de honor el remedio es tardo.
Tiende velas, desancora, ^^^^|
ya no aguardo
al;:a amarras, vira at mar. {Vate.} ^H
sino descendencia infíjtnc
^H
cuando llame
^^M
mi nieto el mundo un bastardo.
ESCENA n ^^M
"'*«• Los scnlimicnlüs son vanos,
I>rr.RoK meno» natt Juak. ^^^^^|
perdóneme Vueseñoiia.
^^^^^H
cuando la venganza cnvia
García. ¡Plegué á Dios que los alcances ^^^H
sangre animosa á las nianos.
y que venciendo imposibles, ^^^^|
Mientras vive et otcn&or
surques golfos apacibles ^^^H
no desmaye el ofendido;
viciunoso de sus trances! ^^^H
doña Leonor no ha perdido
|Plegue á Dios que á mi presencia ^^^H
un ápice de su honor.
don Juan generoso, tornes ^^^^M
Si la deslealtad supiera
con ellos, para que adornes ^^^^H
del capitán, cosa es clara
anuas que á tu descendencia ^^^^H
que la mano je negara.
dejes, y escriban historias ^^^^|
que la suya no admitiera.
la lama de tu valor; ^^^^|
No le juzgaba casado;
que el restaurar un honor ^^^H
su engaño creyó apacible,
mis vale que mil vicioríasl (Vatt.) ^M
KSCAHMIENTOS PAͻA EL CUCROO
ESCENA III
Doña Makía.
iPlegue á Dios que favorables (i)
vientos, don Juan noble, lleves,
porque faciliicQ leves
sus piélagos formidables!
¡Plegué á Dios que halles concordes
olas de la mar sagrada,
y que á la primer jornada
la nave adúltera abordes!
Mas sí un ingrato ha de ser
de tu venganza despojos
nunca iplegue á Otos! tus ojos
sus gavias merezcan ver.
Diversa derrota sigas
vientos tengas por la proa,
nunca llegues á Lisboa,
nunca tu intento consigas.
Dificultades inmensas
se opongan á tu furor,
porque más puede un amor
si es firme, que mil ofensas. (Vase.)
ESCENA IV
Aparécete una naneen toaHo, y entila l)o5* I.ronor,
Mahubl o> SoSA,CAiiiiAi.U]y ntrot; (uncAa^ui.
Doña Leonor.
iFavor, cielos piadosos'
|Ay, mi Manuel, que vientos tan furiosos!
M.VNliEI..
Calmó, Leonor, el Leste,
persigúenos Suducste con Nordeste;
el mar al cielo llega.
Caoballo.
Maldiga Dios el alma que navega.
Doña Lronor.
¡Favor, cielo divinol
Cahbai.lo.
|Agua de Satanás, tórnale vino!
Servirá de sufragio
en lugar de tormenta tu naufragio.
Manmei. de S>>%\.
Por Junio en estos mares
estos dos vientos siempre dan pesares.
CARBM.I.n.
No vaya yo al infierno
por agua, ni en paraje donde invierno
es por Junio y por Mayo.
Muerte aguada, ¿qué quieres de un lacayo,
que en puras ocasiones
trocaba tus espumas en jamonesP
Manuel dk Sosa.
Distamos, Leonor mía,
de la linca abrasada al medio día
(I) El original na esprcu que «ea H.'^ Mina quien
dice e*ios versos; pero del conienido y oposición con
ios de D. üarcia se UeJuce que o ella quien habla.
cerca de treinta prados;
por invierno y con vientos encontrados
tremónos á pique;
volvamos á Sofala ó .Mozambique
é invernemos en ella.
Vira la proa.
Todos.
Carbailo.
¿Qué maldita estrella
me sacó de Galicia?
ToixjS.
¡Jesús sea con nosotros!
Carballu.
Por justicia
entre rayos airados,
ya cocidos nos llevan, y ya asados,
si peñascos, jigote
no hicieren de nosotros ó almodrote.
Gallego Hibadavia,
¿dónde estás?
Toóos.
{Jesús!
Manuel de Sosa.
Árbol y gavia
arrancó el mortal viento,
aligera el navio.
Carbai.ix).
¿Ha tal tormento?
Manuel de Sosa.
Echa al agua esas cajas
de drogas y pimienta.
Carballo.
Con ventajas
juega el mar si citá airado.
¿qué hará después, ser'ior. salpimentado?
Otras cosas le aplica
q^ue la pimienta abrasa, enoja y pica.
Lchalc dos poetas
de estos que silva el vulgo y son maletas
de Apolo; de estos bromas
que hacen andar los versos por maromas.
Échale treinta suegras
y en ellas cebarán sus olas negras:
¿chale diez madrastras,
verás, si por sus rales las arrastras,
cuan presto se sosiega.
Mabinero i.°
El agua hasta las obras muertas llega
sin que á fuerza de bracos
sangrarla puedan bombas ni zúnchalos.
La tierra csiá cercana,
varar en ella importa, aunque inhumana.
Manuel de Sosa.
El cabo es formidable,
que de (iuena Esperanza hizo agradable
el nombre lisonjero,
si cabo Tormentoso fué primero;
mortal su Daño y sierra.
ACTO TEBCEHO
Toóos.
Bos vamos i pique!
Manuel dk Sosa.
Vara en tierra;
t\ batel. Señora,
P importa, no la hacienda ahora.
{Entrant*.y
ESCENA V
CA^nALLO.
^* Luego me dejas
rme torne congrio? Oigan mis quejas;
le son, mas no mudos;
idizado el cielo da estornudos;
py hijo para padre,
|s vomita el mar sin mal de madre.
,cual tabla escoge
le la vida como resto arroje;
•d una» Carbaílo,
^is pur la mar ir á caballo;
I tu sed ahora
bn millón que tu profundo dora,
fclo, mar traviesa,
cn esto eres de casta ginovesa.
I ESCENA VI
jlm Di ACUITO. IIoña Lkonom, con un niña en lu\
i braKoi y Mawuei db Sof».
fUEL. Pues quedamos con las vidas
démosle gracias á Dios;
¡Señor, perdonadme vos
tantas culpas cometidas!
Basten ya tantos trabajos:
halle amparo en vos mi fe:
perdí mi hacienda y hallé
los venturosos atajos,
para vos, de la pobreza.
Si la limosna os obliga,
permitid. Señor, que diga,
no soberbio, que es bajeza,
sino alegando servicios
para que os doláis de mi,
que á necesitado di
remedio; que benelicios
atajaron desconciertos
de pobres que sustenté,
las huérfanas que casé,
sacrificios que hice á muertos,
religiosos amparados,
hospitales socorridos
y cautivos redimidos;
cuarenta y seis mil cruzados
en vuestros libros de caja
hallaréis, piadoso Dios,
en partidas, donde vos,
si premios de tal ventaja
ofrecéis, piadoso y largo,
á quien el sediento envia
sólo un vaso de agua fria,
podréis librar mi descargo
y asentar mi finiquito.
Si por pagado no os dais;
si airado, Señor estáis,
yo solo que hice el delito
el castigo experimente
que mi soberbia enfrenó;
yo pequé, pagúelo yo;
no, mi Dios, tanto inocente.
Leonor. Ea, mi bien, tu valor
prueba la suerte importuna;
no venciendo á la fortuna,
no te llames vencedor.
Sorbió nuestra hacienda el mar,
^qué importa, si vida tienes?
No hay que hacer caso de bienes
que son bienes al quitar.
Cleanies los arrojó
voluntario) no forzado,
lo que hizo un gentil de grado,
jpor qué he de sentirlo yo?
Si, como dices, me quieres,
tu caudal logras en mí.
.Manuel. ¿Tú me consuelas asi,
mi bien, sol de las mujeres?
,;']'ú, que frágil r.ecesitas
el consuelo? No te nombres
mujer, pues vences los hombres
y tu valor acreditas.
En los trabajos diamante,
ni temerosa, ni opresa,
eres en fin portuguesa,
no hay peligro que te espante.
niego, ^cómo venís vos?
DiAniii . Mojadillo, pero sano.
Señora, déle á mi hermano
de mamar.
Leonor. Entre los dos,
Diego, mi amor repartido
un mismo lugar tenéis;
vos, porque lo merecéis,
y él porque yo lo he parido.
ESCENA Vil
Salen cuatro MAniMBnos.— Dichos.
Mar. 1." Del mal el menos.
Manuel. ¡Hermanos!
Mar. 2.' Ciento diez hombres se quedan
por la costa donde puedan
servir á los inhumanos
monstruos del mar de sustento;
los cuarenta de ellos son
portugueses.
Leonor. ¡Compasión
extraña!
Mar. 2." Pero el aliento
de ver la muerte á los ojos
á quinientos animó.
Mar. 3.' De la nave se sacó
alguna ropa y despojos,
cien mosquetes, cien espadas
y cosa de treinta picas.
Maniirl. Estas son presas más ricas
que las joyas más preciadas.
Mar. 3." Pero está ía munición
hecha un agua.
fJrtlhN l<JS HAt<A Kl, « l'KI<t>0
LeoNun. Knjugaráse
cuando esia tormenta pase.
Mar. 3." Lo demás y el {"alcón
sorbiósclo el mar ingrato.
Lfonor. Jugó fortuna, ganónos;
alzóse, en fin, y dejónos
oso poco de baralu;
agradezcámoselo,
que en cl'juego es ordinario
perder, y el tiempo es voliarin.
volverá lo que llevó.
¿Hay tal ánimo?
^Qu6 tierra
es ésta?
Si hemos de dar
íc á cartas de marear,
de cafres es csia tierra;
ios bárbaros más crueles
de la l'iliopia africana.
Todo el esfuerzo lo allana;
armas hay que abrasan pieles.
¿Cuánto habrá de aquí á Záfala?
Si hubiera en qué nave^iar
doscientas leguas por mar;
pero por costa tan mala
su camino pone espanto.
Todo ha de vencerlo el brío
Cien leguas de aqui está el río...
Bien.
Del Espíritu Santo;
y será posible h.sllar
portugueses que por él
con esta gente cruel
marfil suelen rescaiar
por herramienta y espejos.
Pues, amigos, imposibles
vencen pechos invencibles;
no está el socorro tan lejos
que en ese río e*;pcramos
que buscarle no podemos.
Portugués valor tenemos.
Quinientos hombres quedamos.
Mah. a." .Si, ma&<;qué hemos de comer?
Leonor. Arboles hay por los riscos,
y por la costa mariscos;
hombres sois, mas yo mujer
que he de llevar la vanguarda;
Manuel, dadme ese bastón.
Mai>. i." Si nos pone corazón
tan hermoso ángel de guirda.
¿quién ha de haber que peligre?
Maniif.i.. Pues alto; á marchar, soldados.
Mak. a." Vamos todos apiñados;
que hay tanto león y tigre,
que en desmandándose alguno
bien pueden doblar por él,
Leonop. ¡Animo, pues, mi Manucll
no se descuide ninguno.
Manuf.i.. Dejad, mi bien, que primero,
de las labias que ha arrojado
el mar, con lodos airado,
os hagan, aunque grosero,
algún sillón en que os lleven.
Leonor. Correrémc si eso mandas;
á imágenes lleven andas,
damas sus regalos prueben,
que yo he de ir á pie y delante.
Mar 4."
Lf.o.no».
Mar. i."
Leonoh.
Manijei..
Mar. i.'
Lkondr.
Mar. i."
Maniif.1..
Mar. f."
Maniri.
Manuel. Dame esos brazos, valor
de Portugal.
Lbonoí. Soy Leonor,
león al non)brc semejante.
Maniiei.. Traigan los negros de carga
lo que nos perdonó el mar.
Leonor. Señores, alto, á marchar,
porque es la jornada larga.
Cuando falle de comer
cuernos y donaires tengo;
veréis cómo os entretengo
el hambre.
Mmi. 2." |No hay tal mujer! .
Por animarnos serie.
Mar. i." Siempre hemos de ir playa á pía))
ManhivI.. Dios en nuestro amparo vaya;
el ángel santo nos guie. {Vanxe.t
ESCENA Vllf
.<>a/fn BoNOA y QoiNr.o, negros
¿ Fuero nsc los blancos?
Si.
Miralo bien.
Ya se han ¡do;
desde aquel l^osque escondido,
hecho un cscu.idrón los vi, ^
que marchaban ordenados j^l
pur la custa. ^H
Fuego en ellos; ^"
que tanto miedo hé de vellos
con rayos desatinados,
que ardiendo echan los bodoques
y alcanzan de á legua y más.
QuiNí'io. i>e ellos se quedan atrás
tat vez, P>unga, en que provoques
el apetito.
HiiNi.A- Bien sabe
la carne blanca, es muy tierna;
antaño comí una pitrn.'*
porque se perdió una nave
cerca de aquí, y do la gente
que casi ahoyada salió,
iiiodio blanco me locó.
QiJiNiiii. Viene mucha del Poniente
por el iiiailll que resellan
aqui cerca, hacia aquel rio
del rey de Hongo.
ESCENA IX
SaU Camali o.— nir.no«.
¡Dios mío,
¡Ay!
BllNIi.V.
yi INíiO.
Huso A.
yUIN<iO.
BUNfíA.
Caí* HA II.
Bunga.
Garbali.
QlJINGO.
B'JNGA.
QlMNGO.
Bl'NGA.
Ql'INfiO.
favor!
Ouc me maUralan
agu.as que nunca probé,
¿yué es eso?
Un blanco arrojó
el mar.
¿Tiene rayo?
No.
Pues si no, le p.nsaré
con esta vara instada,
y icndremos que cenar.
INCO.
íRBALL
rNOA.
lUNOA.
. que nariazRú tnc he Je Jar!
¡Ay, iras cada bücan.ida
vcho las lr¡pa!i!
juiNGO. ¿Le pasu?
JvKOA. Bien pasadu el pobre está.
Cojámosle vivo.
Cahball. Ya
nu hay, Carballo, t]UL' hacer caso
de vos, ya csiáis enjuagado;
csiómagu que ha sufrido
tanta agua, de él me despido;
nu quiero vivir aguado.
Abárrale, pues te alearas
Con tales presas.
Aquí. {Cu^enltA
¡Jesús, que vienen por mi
dos pájaros de uñas ncj;ras!
¡Cata la cruz!
Tenle bien.
¡San litas, San Arquiliiclini),
que volviste oí anua en vino;
San Pero González!
Ten.
¡A y, ocios, qué linda cara
tiene el blanco!
¡San Domingo,
San Miércoles!
l>ye, Ciuin^o.
tlacu csiá, si él enyordiira
s.ibioso bocado fuera.
VuiNQo. ¿I'ucs hay más guc le cebemos
dos meses?
^vvük. Asi lo haremos;
agasájale, no muera
de temor, porque sef;uio
que no le hen^us de malar
más fácil podía engordai.
OfiNüo. tJíen has dicho.
^í'nGa. |Guro, i^urü!
^i'iMco. Cu^azú, morcl, morci.
UniiXLL. No os entiendo, no os entiendo;
¿que diablos me estáis diciendo?
BlNOA. Ji{>o...
•^««AUL. ,;Jiyote de mi?
lAy, ciclos, guisarme quieren!
VwN(.o. Morcl.
^WBALL. V morcillas también
si en vmo no me cocieren.
íf"NCA, Asarú, ji^jo, quizú.
'-AMBALL, ¿Asado y jijíole yo?
¡ni,')! haya quien me parió!
Qumtio. PasUlay, Bun^a mi ¿ii.
^*»i»ALL- ¿Que hay pastel en mi y buñuelos,
j^ dicen?
«fX'/A. No quiere entender.
Dile que yo soy mujer,
que pierda el temor. |Ay, cielos!
que en él me estoy abrasando.
Dile que no morirá.
Vi'iNOo. Pastilav.
^An«*Lu. ' Pastel habrá
j^ y empanadas.
"^"«ía, ¡Que temblando!
X^'NQo. Albongonzü.
i^^RBAU.. Aibondinuillas
me quieren hacer también.
'••'A. l*ast¡lav.
A en» Tf,«ccno
Camuai.l.
Bu NO A.
Bu
Ql'INUO.
Dl'NUA.
Gauiiai L.
Bl'NíiA.
Gakiiali.,
B(JNOA.
(>A|IBAI.L.
H( Ni.A.
Cakiíaij..
Bt.'NüA.
Cahral.!..
BoNOA.
Cahball.
77
¡No huelo bien,
pues dice ésta que hay pastillas!
Quingo, en mi lambo estará
mejor si hemos de cebarle,
que yo sabré recalarle
y asi se asegurará,
¿No te parece?
Pues yo
tengo más gusto que el tuyo.
¡Ay, amor, si este es mi cuyo
en buen punto acá salió.
Bunga, yo, canti veri.
Va me hacen carnero verde,
Parece que el temor pierde.
He^talos me liacc, ¡ay de mi!;
contemporizar, Carballo,
por no morir.
fioníío, bongo.
Será ñn de Monicongo,
no te cnlicndu.
Bun^^o.
.Andatlo.
Abrazóme.
Si con ¿I
me caso, nu hay más placeres.
Boni;o.
¿Qué diablos me quieres,
tarima de San MírucI?
Yo le hartaré de marfil.
Cocí, cocí.
Ya cnlendei:
dice que me han de cocer,
ya yo llevo perejil. iVanne.)
tSCüNA X
Salen Duna l.uonon, .Mandki., DiAuuito y los cuatro
MAtllMKHUJi.
Manukl
Kl deseado rio descubierto,
no hallamos, Leonor mfa, embarcaeíoncí,;
el hambre cuatrocij;ntas nos ha muerto,
pasto fatal de lif-rcs y leones;
infruclifcro y sólo este dcsierlo,
salada el agua y tantas maldiciones
como mt alcanzan, niegan la salida
la muerte al alma y al dolor la vida.
Un vaso de agua cuesta cien escudos;
premio mortal de aquel que va por ella;
pues apenas se parte, que desnudos
de ropas y crueldad le dan por ella
muerte los cafres bárbaros y mudos.
Acabóse el sustento, esposa bella;
un pellejo de cabra mis soldados
comieron hoy, y costóme cien cruzados.
VA reyecillo vil de aquesta gente
nos ofrece en sus fuerzas hospedaje,
entretanto que el cielo, más clemente,
nos trae amigos que nos den pasaje;
pero hatlo en ello más inconveniente
que en todo lo demás de este viaje,
porque las armas en rehenes pide,
ó si no se las damos nos despide.
r>icc que sus vasallos, asombrados
de nuestros arcabuces, no aseguran
H 7R ^^^^^^^^B
IHIV^V
^^ sus vidas de nosotros si hospedados.
una vecindad de hullin ^H
su pobre habitación darnos procuran.
en un reino de Plutón. ^H
entre riscos incultos retirados.
Comeréis lindos regalos, ^H
firmes en este tema todos juran
cocos, plátanos y arroz, ^M
que si nos desarmamos amigables,
jigote, mondongo humano ^M
nos darán de sus frutos miserables.
y una pierna en salpicón. ^H
Gozareis ninfas del Limbo ^V
Obligarles por fuerza es imposible
si miráis de estos montes la aspereza;
cual su madre las parió,
rendir las armas, condición terrible,
que se afeiten con zumaque ^j
pues no hay seguridad en su fiereza;
y es su solimán mejor. ^M
Por lo grajo, son grajea, ^H
morir de sed y hambre es cosa horrible,
mas será indubitable la certeza
y por las narices son ^H
de nuestro lastimero fin, de modo
dos valones sevillanos. ^H
que todo es peligroso, mortal lodo.
muy ancho cada valón; ^H
Pero de tantos males y trabajos
mas haos de costar todo csl4^H
el menor, si os parece, es bien que escoja:
las armas y munición. ^H
simples son; con caricias y agasajos
que la confitura nuestra ^H
se amansa un tigre y su rigor se afloja;
no les hace buena pro. ^H
al remedio busquemos los atajos,
Sin azúcar temen balas ^H
alivie la prudencia á la congoja;
y confites de cañón, ^H
mi voto, amigos, es que les rindamos
que no quieren , ayunando, ^H
^m las armas que nos piden, y vivamos.
que les demos colación. ^H
^^H Maminero
Todas las armas, en fin, ^M
W Yo, á lo menos, morir armado quiero.
el rey cordobán pidió, ^|
si queréis vivir con ellos, ^H
I Mauineho 3.*
y no dándolas, alón. ^^
■ Yo de idólatras bárbaros no fio.
Este sabe nuestra lengua
bien que mal, porque iraló ^j
■ Mahinero 3.*
en rescates portu^fuescs ^M
^i El plumo es mi defensa y el acero.
y él os lo dirá mejor. ^M
^^V DlA.(ilMTll.
CiiiíGUR. No lenemo má que habrá ya<r)
di como lo Kmbasalor
^^ Mataránnossin armas, padre mío.
lo que le mandamo el reye
■ Marinero 4.'
■ Quien las da no es lidalgo caballero.
lomamus rcsilución.
Si arma damo, le hospedamo,
turo como el culaijón.
1 Leonor.
si no damo despedimo: ^M
1 No os engañe, mí bien, tal desvario;
mira qué queremo vos. fl
Manuf.l. Esto es fuerza, compañeros;
■ sin armas y entre bárbaros tiranos.
K ¿no es querer eso atarnos pies y manos?
resolvámonos, Leonor:
■ • . -1 ii
su sencillez nos convida; ^^
muerte es toda dilación. ^|
^H ESCENA XI
¿De qué nos han de servir ^M
^^^P Salen lot DCf^ros y Caubai-lo.— I>it.iiüs
armas contra tan feroz ^M
enemigo como el hambre? ^^
■ Cabbali.. «Mensajeros sois, amigos,
Dios nos dará embarcación,
^^^, no merecéis culpa, no.»
presto ya el invierno pasa, ^J
^^|b Acá el rey negro mcenvia,
no ha de ser todo rigor; ^M
^^^K negra Pascua le de Dios,
presto vendrán portugueses ^M
^^^H sentenciado por lo menos
^^^H entre estos a anos dos.
ai rescate; lo mejor
que el hombre tiene es la vidt^
^^H corchetes del Limbo entrambos
se(;uid todos mi opinión, MÉ
^^V y obligados del carbón,
no muráis desesperados; ^H
^^H vengo, si no concedéis
ninguno diga de no. ^H
^^H con su gusto á un asador
Mar. i.** Yo, á lo menos, si las diere ^M
^^H de palo, que no de hierro,
forzado será. ^H
^^V ¿ tíluto de 1 echón.
Mar. 3." Pues yo, ^H
^^B F'csaránine por arreldcs.
puesto que deseo servirte, ^1
^^^K que asi lo nutilicó
dudo de hacer tal error.
^^^B por señas un carnicero
Leonor. <JLas armas les quieres dar?
^^H que allá se llama Sisón.
pues, mi Manuel, muerta voy;
^^^ft Dice, pues; va de embajada;
no esperes piedad en fieras ^_
^^^m quepor hacernos favor.
sin discurso ni razón. ^|
^^^■^ en fe de ser tan amigo
DiAGiüT. Padre, mire lo que hace. ^H
^^^r de los de nuestra nación.
^H
^^^B que aqui suelen rescatar.
^^1
^^Hf os ofrece desde hoy
(0 Verso lie nueve liltbts: quizá sobra el^^|
At I'» TKKCtl'Ü
79
»Et. Maiadmc, pues, ya que sois,
vuestros homicidas mismos
y lan desdichado yo.
Acabemos de una vez
con tanta persecucióh;
cumpla en mi el cielo presagios,
satisfaga su rigor.
No lenemo que teme ya.
Hijos, si no por mi amor,
por el vuestro, que es perdernos
esa desesperación.
Alto; sí en tal tema das,
más que nos maten.
Por Dios,
que es sentenciarnos á muerte.
Mas vaya.
Arcabuz, sin vos
no hago cuenta de la vida.
Ya >o sin armas estoy
V despedido del mundo,
fel discurso le faltó,
Manuel mió, al mejor tiempo.
ÍDios, mi bien, lo hará mejor;
llevad las armas, tomadlas,
y al Rey decid que hizo hoy
el solo más que han podido
en Asia tanta nación,
que nos dé salvoconducto.
. Escápeme del tajón
de muerte, de albondiguillas,
de la sartén y asador.
K;ii. Aguardámotio un poquito
que habramo con reye voy,
arma damo para ya
kva no tencmo temó.
.^■•
H->H.
ESCENA XII
Dichos y Negros.
Roft. Mal hemos hecho, Manuel.
tüKL. De dos daños el menor
' es éste: as! pasaremos,
mi bien, hasta otra ocasión.
I {Van saliendo NcRfos arriba }
p, 1.° Mueran los blancos sin armas.
|. 3.* Pasadlos de dos en dos
con las varas y las flechas.
¡Ea, cafres, vuestros son
sus despojos!
E.3.» ¡.Mueran!
. 4." ¡M ueran!
1UEL. ¡Ay, cíelos! ^esta traición
consentís?
loK. Quien dio las armas (i)
esto y más merece.
l. a.* Miren
si era buena mi opinión.
lUEL. ¿Todo, ciclos, desventura?
¿Todo, fortuna, rigor?
I A$i en todos los origiualcs; pero quiza deba
kttie vcaso
COOSCDlis?
^uiea armas dio
¿Todo, desdicha, pesares?
jT»x1o, en Un, persecución?
fea. arroje el cielo rayos,
rompa límites veloz
el mar, ábrase la tierra,
ci'iinplase mi maldición.
Mak. i." Huir que brotan los riscos
n^ros y flechas.
Cakbai (.. Temor
todo soy; pies, apostemos
cuál corre más de los dos { \ ).
ifíaian Negros.)
CuRonH. A ellos, á ellos.
Manuel. Traidor;
moriré, pero vengado,
que aún respira el corazón;
desesperado me animo,
brazos tengo, Manuel soy.
(VáHse tudot)
Cahrm.i . Entre tanto que se ceban
en los primeros, si sois
para seguirme, corred,
llcvarcisme por guión. \Vase.}
ESCENA XIÍI
Vittlvt á saltr Mmivkl con DiAovito en toi brota» y
Doña t.eoKOR con el oiro niAu en luí xuyot, y t>6-
nele Mamukl en rl tutlo.
Manuel. Esto es lo más escondido
de este bosque dilatado,
los cafres se han retirado;
que aquí me esperéis os pido.
Buscaré los compañeros
que, aunque sin armas están,
troncos de aqui cortarán
con que suplan los aceros.
Ningunos bárbaros queden,
quememos su población,
haga la desesperación
lo que las fuerzas no pueden.
La militar disciplina
vencerá su multitud.
Leonoh. Desarmados no hay virtud
contra ellos, si no es divina.
|Ay Manuel, qué deslumhrado
anduviste!
Manuel. Ya eso es hecho:
el salir de tanto estrecho
es lo que me da cuidado.
Si de noche acometemos
su rústica población,
del fuego y la confusión
huyendo, restauraremos
las armas; voy á buscar
nuestra gente; luego vengo, ivase.)
(I) .Aquí csti alterado el icxio, pues dicc*Ka«r>,
por Cartiallo, que inmediatamente vuelve á aparecer.
kn las reimpresiones de Ii." Teresa de Gipznián y de
Orcei{a,«c insertan ca csic lugar estos versos:
.Ma.nukl. Bciiraos con esa (¡ente,
dulce esposa; vivid vos;
que yo quedara entretanto
por blanco de su furor.
Mientras en mi io quebrantan,
escapaos, que, muerto vo,
tendrán fin tantas desdichas.
(Bajan negros), etc.
8o
tSC \l' Mil-. N IOS PAI' A tL ULibl'Üu
Leu.nuh. Ya de la vida no t.c■^^o
que vlcfcndtr ni esperar.
|Ay hijo, en qué mala estrella
nacistcl
L>j\r,Li¡T. Señora mia:
si llora, el niño que cria
vendrá á morirse por ella.
Calle, que yo espero en Dios
que nos ha de socorrer.
KSCtNA XIV
CuROVRU y o/ru NiíOiio.— Dichoí.
CuRót'R, Sola está aqui una mujer;
desnudémosla los dos,
gocemos de sus despojos,
y huyamos la sierra adentro.
L'n liyre sale al encuentro.
(Salt un liffre y ase d lJia|;uito )
Padre mío de mis ojos,
que inc lleva á hacer pedazos.
(Ase un Ncgrud Lconur.)
Trácla.
¡Ciclo rigoroso,
^qué es esto? |Manuel, esposo!
( Knlranxc cun vlla]
No la sueltes Je los brazus.
¡Manuel de .Sosa, (avc»r!
(Diagiriiii €» lu alto )
¡Suturro. padre, que muero!
DtAGUIT.
CUB<>tlK
LroNoR
Ci'ft«,uk.
Lkonoi'.
1)IA<jUIT.
Manuri..
I.F.ÜNOK.
.Manuk»..
Lbonoc.
DlAliDIT.
Manuel,
DlAOUlT.
KSCliNA XV
Sale M*nuk.i. iin S(>»a.— tJti;H.&.
¿Qué es cslo? ¡ay ciclos! ¿q ut espero.^
¡Dulce esposol
¡Mi Leonor!
{I.toour en lu allui
Cuando no puedas mi vida,
ven á deícndcr mi fama.
¡Señor padre!
,'<,^uicn me llama.''
Cuando mi muerte no impida,
écheme su bendición,
que vü rogaré por él
á Üios.
¡A y suene cruel!
¡Ay trágica confusión!
¡Ay cielosl ¡Ay hado impiu!
¡Hay más males, mésenojus!
¡Manuel!
¡Leonor de mis ojos!
¡Señor padre!
¡Diego mío!
¡Favor!
¡Socorro!
Divida
el alma esta adversidad;
dclienda cada mitad
á la mitad de su vida.
Rárbaros allí amenazan
el honor de quien adoro;
allí tijjres el tesoro
de mi vida despedazan.
jAdónde iré? ¿qué he de hacer.'*
Mientras Leonor se defiende
librar á mi hijo pretende
mi amor, mas no ha de pe
nutrir con él es mejor.
Leosoh. Dueño ingrato, ¿asi me dcjí
M.VNMJEi.. Justas son aquellas quejas:
socorramos a Leonor.
DiAiiHiT. I'adrt; mió, ¿asi me olvida.*
M.\M'EL. Alma; alli ef socorro os cuadre.
DiAtíUiT. ¡Padre!
Lkonor. j Esposo!
Manuel. lisposo y pudre
aqui lu honra, allí la vida, B
y uno yo; los daños dos, fl
los pel¡;;ros divididos
y pura matarme unidos:
¿y no hay remedio, mi Dios.'"
l'ueS no ha de haber dcsconciei
que á desesperar mo obligue:
¿ludo él mundo me persi;;ue?
I'ui's persiga. Ya habrá muerte
á Diejío el sangriento bruto;
m alemos, valor, muriendo,^—
á mi esposa defendiendo, ^|
al ciclo obligando á luto, «
al mar que larde se amanse,
la tierra que tíos sepulte,
al monte á que nos (>:uíte,
U ctucEdaJ <i que descanse.
Poique si por laníos modo>.
hombres, ciclos, mar y tierra^
lodos nos hicieron guerra
nos tengan lástima lodos.
liSCKNA XVI
1
üaien Oaiiui'a. Mun Jitan y I>oña MahI*.
García.
.Mamía.
Gamcía.
Jl'VN.
ÜAMi.ÍA.
Juan.
García.
Juan.
¡txiraordinaria tormenta!
Viniendo embarcada yo,
¿qué muchor Jamás me tiii
quielud la suerte violenta,
¿ilué barra es ésta?
Ksle el
es del Kspirilu Santo.
Descansaremos en tanto
que sDsiega el n.ur su brío.
Kntró por Gobernador
de la India Jorge (^al>rat,
por el Key de Portugal
nombrado, v tráemc mi honor
H renvediar desatinos
sí tienen (habiendo en mediiQ
tanto imposibte; remedio.
MI cielii abrirá caminos
por medio de la venganza
que aseguren tu sosiego.
Si Á Lislioa vivo llego.
en mi lUy tengo esperanza
que, premiando mis servicios,
castigue al torpe Manuel
de Sosa.
Ilatlaris en él
severidad para vicios
y amparo para virtudes,
y en mi un tiel ejtculor
porque restaures tu honor
y en gozo tu pena mudes.
1
p
» ACrO TEKCEKO 8l
Lu
¿Qué gente habita en la tierra?
de modo que nos desnudan
i"
Negros torpes y bozales
antípodas alemanes
i
que entre fieros animales
hasta que en los cordobanes
1
son vecinos de esa sierra.
nus dejan, y aun desto dudan:
l_
Diúics el cielo abundancia
porque con varas tostadas
k
de marlíl. que portugueses,
nos agarrochan, sin ser
V
en le de sus intereses,
loros, y juran hacer
cargan con harta ganancia.
convites y borrachadas
y estos bárbaros lo dan
con nosotros, de manera.
por vidrios y niñerías
que si yo no me escapara.
, ._
de poco piccio.
tripas negras caminara
«ÍA.
¿(Juc dias
hasta la puerta trasera.
nos pueden faltar, don Juan,
I'ues traes gente y arcabuces.
para entrar con salvamento
defiende á Manuel de Sosa,
en Lisboa?
tu nielo, y su triste esposa
^N.
Si doblamos
de estos grifos avestruces.
este cabo donde estamos
García. ¡Válgame el cielo! Llamad
y nos favorece el viento.
mis soldados, que si viven,
en dos meses.
librándolos, aperciben
HCÍA.
Quiera Dios
mi venganza en mi piedad:
que apacible el mar hallemos,
mueran los dos á mis manos
y que fm alegre demos
V no entre bárbaros neyrus.
á nuestras penas los dos.
KSGKNA XVIII
^V
ESCENA XVII
Sale tin Marimcho.— Dichos,
Sat* CAxnAi.Lo como ««««(arfo.- Dichos.
Marinkk. Diérale la bienvenida
ItBALL
.¿Portugueses? ¡Dicha míal
Carballo á la vida dad
si llegaras á otro tiempo;
pero pésames te doy
ensancha, si esio es verdad.
del más trágico suceso
HCÍA.
¿Carballo?
que conservaron anales.
kMLL
Gran don García
que desdichas escribieron.
ya tienen fin á tus pies
Ya. noble Gobernador,
mis desdichas; ya perdí
maldiciones cumplió el cielo.
el temor.
vengó agravios, oyó lloros.
kltCÍA.
¿Qué haces aqui?
y dio al prudente escarmientos. ^^^^
^KBALL
, Ya le lo diré después.
Desnudaron sin piedad ^^^H
Veo á socorrer ahora
estos bárbaros hambrientos ^^^H
tus hijos, que si están vivos,
la hermosa doña Leonor, ^H
entre esos cuervos cautivos,
sin bastar llantos ni ruegos. ^H
los comerán dentro un hora.
Vio el sol la primera vez ^H
Iaücía.
María.
^Qué dices?
los alabastros honestos ^H
]Ay, honra mia,
auc le ocultaron retiros ^H
ael recato y del respeto. ^H
ya el cielo os allana estorbos!
. Zampóse el mar en dos sorbos
Camau
Pero no los rozó mucho; ^H
la nave y lo que traía.
porque fueron los cabellos ^H
que .nunca gasta otros huevos;
vicevestidos hermosos ^M
quinientos vivos quedamos
que soles nieves cubrieron. ^H
que infierno ó tierra tomamos
Y lo que ellos no alcanzaron, ^H
para hallar peligros nuevos.
relicario sirvió el suelo, ^H
De quinientos, ciento y treinta
viva abriendo su sepulcro ^^^^ñ
quedamos que tigre y hambre
i la otra mitad del cuerpo. ^^^H
los demás, aunque en fiambre.
('^on su compostura casta, ^^^H
coo ellos hicieron cuenta.
la del monarca primero ^^^H
No quedó perro ni gato
curioso alargó la toga ^^^H
que no supiese á conejos;
hasta los pies; más espejo ^^^H
cueros de cofre, pellejos,
de las matronas, Leonor, ^^^M
hasta suelas de zapato
nos comimos; y e remate
viva se cnticrra, escondiendo ^^^^H
si avarienta, recatada, ^^^H
de esta peregrinación
de su belleza secretos, ^^^^|
fue entregar la munición.
reservados sülamcnie ^^^^|
ropa y armas por rescate
á amorosos himeneos. ^^^H
de comida á la grajuna
Hallóla Manuel de Sosa ^^^H
repiíblica de esta gente.
desla suerte, ya entre hambrienloa^^^H
Con nosotros insolente
tigres, malogrado un hijo, j^^^H
jugó después la fortuna.
y con el otro á los pechos. ^^^H
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO 1
6 ^^1
LA IIFPÚBLICA AL REYES
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
Irene, Emperatriz.
Constantino, su hijo.
Carola, ¡ufanía.
LiDORA, dama suya.
Melisa, pastora.
Flor I LO, pastor.
ÍTALio, pastor.
FÍONORATo, senador.
Cuatro Guardas.
Unos Presos.
Camila, criada.
RoSELio, Infante.
Leoncio, camarero.
Andronio, caballeri\o.
Machino, secretario.
Dos Criados.
Tarso, pastor.
DiNAMPO, pastor.
Damón, alcalde,
Clooio, galán.
Liso, pastor.
El Rey de Chipre.
Relator.
La Fortuna.
Unos Cazadores.
Soldados.
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
martkttHdo soldados, y detrás de eltus iHbMü,
mrmada con bastón y corona Jt Emperatriz.
ENE. Cesen, griegos, las irompclas;
cesen las cajas lambicn;
haced los pífanos rajas
y los clarines romped;
abatid los estandartes
y no los enarboléis,
que el placer de mis victorias
ya es pesar y no placer.
¡Ay, Constaniinopla ingrata,
patria á tus hijos cruel!
¿este es mi recibimiento?
,;cste el triunfo imperial es?
¿Asi mis hazañas pagas,
cuando entrar en ti pensó
sobre el victorioso carro
entre el bclico tropel?
¿<luando entendí que el senado,
debajo el palio y aosel
me llevara á Santa Sofía
yo á caballo y el á pie.
y adornando tus paredes
de damasco y brocatel,
tus calles, de tlores llenas,
fueran calles de un vergel?
¿Ahora, cuando aguardaba
recibir el parabién
de tantos reinos ganados,
tantos cetros á mis pies;
ahora, senado ingrato;
ahora, griego sin lepr,
el Imperio me quitáis
porque mi hijo goce de el?
Yo le quiero coronar,
pues vosotros lo quercis,
descubra su excelso trono
el imperial sumiller,
y ruego al cielo que os rija,
vasallos griegos, tan bien,
que defienda vuestro Imperio
sin qiie me hayáis menester.
{Tocan música, descubren una cortina
detrás de la cual estará, debato de un i<o-
4c¿, Constantino, yá sus lados, y en pie,
Leoncio, AnJronio, Macrino y oíros. Á un
lado, en una mesilla, estará, sobre una
fuente dt plata., la corana, el estoque y ti
mundo.)
^
L/k rei'i5blica al PEVES
ESCENA II
CONSTAKTIHO, LEoNCtu, Akdkonio y Macniho. —
Dichos.
Constan. Injustas quejas has dado,
madre, en aquesta ocasión
al griego Imperio y Senado
que muestran el ambición
con que el mundo has gobernado.
^Qu¿ mayores quejas dieras
sí, cuando á Grecia vinieras
triunTando con regocijo,
en vez de imperar tu hijo
un extraño imperar vieras.''
¿Tan mal, madre, galardona
el Imperio tu persona,
sí el día que entras triunfando
á tu hijo le está dando
del Imperio la corona?
Fiasta, que tu desatino
fque este nombre ha de tener)
á vituperarme vino;
Scmiramis querrás ser
y hacerme á mi infame Niño.
Porque mientras que atropellas
bárbaros y cuerpos huellas
con guerra que el mundo abrasa
me quede encerrado en casa
hilando con tus doncellas.
I lijo tienes que ya alcanza
en la milicia alabanza;
holandas, madre, dibuja;
que á la mujer el a^uja
le está bien, mas no la lanza.
ItSNE. SI hombre en e! Imperio hubiera,
Constantino, que hasta ahora
le amparara, Irene fuera
Pcnélope tejedora,
no Scmiramis guerrera.
iMas si cuando el Persa vino
las telas del raso y lino
con oro y parlas bordara,
¿quién sus escuadras echara
del Imperio, Constantino?
Los hombres no, que en regalos
y femeniles placeres,
por huir sus intervalos
hilaran como mujeres
y fueran Sardanapalos.
{Tocan miitica y sube á coron<aríe Irene;
pónttc lacurona'tn la cabera.)
(fágate Dius gran Monarca,
y tanto, que este laurel
ciña lo que el Sol abrasa,
y triunfes del moro infiel
sin que lo estorbe la Parca.
(Dale el estuque.)
Toma aqueste estoque agudo
que hoy te ofrece, Emperador,
tu Imperio, limpio y desnudo,
en señal que en su favor
has de acudir como acudo.
Dátele limpio y derecho
porque en ninguna ocasión,
si has de ser juez de provecho,
le ha de manchar la pasión
ni ha de torcerle el cohec
Si por dádivas le sueltas
vivirás con mil revueltas,
que el juez que por interés
tuerce la justicia es
espada con muchas vueltas,
La cruz de este estoque mir^
y verás salir á luz
un consejo que me admira;
siempre has de mirar la Crul
cuando estuvieres con ira;
que su piadosa presencia
amansará tu violencia,
y fué invención cxtremadn
poner juntas en la espada
la justicia y la clemencia.
(Üale el m
Toma este globo, en quien f
lu Imperio, y serás gigante,
ü nuevo A ¡cides segundo,
pues, cual si fuerasAlIanle»
te han cargado todo el mun*
Siempre has de vivir asi,
la espada desenvainada
junto al mundo que te di,
porque en dejando la espada
te dejará el mundo á ti.
Quiero decir que es en vano
el librar de algún tirano
tu Imperio si le desarmas,
3ue el reino que está sin arnl
cslizase de Ui mano.
Tenlo bien, siendo prudente
que con la prudencia sola
gobL-rnarás bien tu gente,
porque como el mundo es b
rodaráse fácilmente.
La Cruz que ves de ese moc
es la ley de Dios, y estima
su ley, á que te acomodo,
que por aqueso está encim^
porque Dios es sobre todo.
Con tres cruces galardona
el Imperio tu persona,
y cada cual es pesada;
púsote cruz en la espada,
en el mundo y la corona.
Ruego al cielo que no des,
cuando ruede ki fortuna,
con tanta Cruz al través,
que si Dios cayó con una,
¿que harás lú llevando tres?
Constan. Cesa, madre, de agorarme,
si no quieres enojarme,
que yo me sabré tener,
y cuando venga á caer
será para levantarme.
Constantino soy, mi nombn
dice constancia; resiste
tu temor y no te asombre,
que pues que tú te tuviste,
yo me tendré, que soy homl
Vamos, amigos, que presto
veréis á mis plantas puesto,
sin temor de enojos vanos,
el mundo que está en mis nU
ACTO HBIMBBO
85
Mas ¡válgame Dio&l, ^q\ié es eslo?
(l^vántaxc y al bajar cae tn. tierra con
elttloifuc que se U quiebra, ti mundv y la
corona.)
Caí en tierra y la espada
se me quebró.
Mi recelo
auinenta la suerte airada.
La corona diú en el sucio,
y el mundo.
No se os dé nada,
que á tanta soberbia vuelo
que si con caer no diera,
señal que me basta el suelo,
guerra ai mismo cielo hiciera
hasta conquistar el cielo.
Diversa interpretación
adivina el corazón;
ahora bien: yo determino
irme á vivir, Constantino,
á una aldea y recreación
que dos leguas de este espacio
está, donde en su lloresta
seic, \iviendo despacio,
si hasta aquí Belona. Vcsia,
que va me enfada el palacio:
y dando á Marte de mano,
imitaréá Diocleciano,
que tuvo por vituperio
la púrpura del imperio
hecho en Dalmacia hortelano.
íTAN. Bien haces, anda con Dios,
quealii podrá tu viudez
descansar.
Trono, de vos
cai en tierra una vez
V no quiero caer dos.
fen vos me vi entronizada,
mas caí por ser pesada,
y es milagro asiento falso
que, cayendo de tan alto,
no sal^o descalabrada.
r*M. ¿Vaste?
Aguardo á que me des
los brazos.
Adiós, que es tarde:
acompañadla los tres.
Dios, gric'no imperio, le guarde,
que vas á dar al través. {Vast.)
ESCENA 1(1
Salen do» Criakos.— DinKOt, menos Irbhk.
(kü. i.°Una ilota entra en la barra
y alegre en el puerto amarra,
dando al viento los grumetes,
flámulas y gallardetes.
A ocasión vendrá bizarra,
si Cj mi esposa, que ella sola
aguardo.
10.2." Griego monarca,
la bella infanta Carola
en el puerto desembarca.
JíSTAíf. ¿Mi esposa es? ¡Caballos, hola!
(Vanst lodiís si no es Leoncio, y quéda-
te ti mundv tn tierra.)
ESCENA IV
LEonciQ. Voces dentro.
Mundo, en tierra os han dejado;
¿cómo estáis lan desprcciadoP
Con honra poca os reciben;
mas no es mucho que os derriben
por los que habéis derribado.
¿Lcvaniaréos, mundo.'' Si,
que aunque pagáis mal, me fundo
en levantaros, venid;
mas pues os levanto, mundo,
levantadme vos á mí.
Pero si he de caer luego,
dejadme así, mundo ciego,
que será el subir trabajo
si me habéis de echar abajo.
Voz. (Oífi/i-o.) Leoncio, Emperador griego.
(.ibrese ti mundo en cuatro p.irits, y de
en medio sale una mano con una corona
de laurel.)
Leoncio. ¡Cielos! El mundo se ha abierto
y una mano sale de él
que, haciendo mi temor cieno,
me da el imperial laurel.
¿Sueño? No, que estoy despierto.
Buenas señales son éstas,
si no se vuelven funestas;
vamos, que quiero pagaros,
mundo, este bien con llevaros,
aunque sois pesado, á cuestas. ( ya$e.)
iSuena ruido de dtienibarcar. Dicen 4t
dentro.)
Marinero i."
jChiprcl
Makinero 2.°
¡Constanlinopiai
Todos.
¡Grecia! ¡Grecial
Mauinepo ?.'
Echa á tierra la puente y pasadizo.
ESCENA V
[Saien por una pue/fa CONSTANTINO, Leoncio, Al»*
DHuNio y Machino; por otra parte echan desde la
popa de una galera tin pasadizo al tablado, y
bajan por el C.Afiot A, la infanta; LioonA. dama;
Rossi lo, su hermano, y otros.)
Constantino.
Palafrenes traed, caballerizo,
para la Infanta y damas.
KOSELIO.
¡Qué bien precia
esta ciudad el mundo, y qué bien hizo
el magno Constantino en ilustrarla
y con su nombre, imperio y silla honrarlal
Carola.
Famoso puerto y espaciosa playa:
no es tal la de mi patria Famagusta.
Bf)
LA REPÚBLICA AL REVÉS
ROSELIO.
Dudo que i(>ual en toda Europa la haya.
Ya está en tierra la que ha de ser Augusta.
ROSELIO.
El César viene.
Carola,
¡Ay. Didsl aquella saya
cóinpón, Lidora, presto; el cut-llo ajusia.
LlOORA.
Todo está bueno, no llegues á ello.
Carola.
¿Y el tocado P
Lidora.
También.
Capola.
Mira el cabello.
Constantino.
Déme su mano vuestra gran belleza.
Carola.
Más razón, gran monarca, es que yo pida
la vuestra.
Constantino.
¿Cómo viene vuestra Alteza?
Carola.
Para serviros, vengo agradecida
al mar, que en paz á ver vuestra grandeza
me trajo.
Constantino.
Quedará la mar corrida
de que la tierra, bella Iníanta, os cobre,
pues sin vuestra belleza queda pobre.
ROSELIO.
Envidiosa á lo menos justamente
puede estar del favor que con vos gana,
invicto l-'mperador de todo Oriente,
i sus orillas mi dichosa hermana;
y por la mucha parle que al presente
me cabe de merced tan soberana,
I los pies os beso, Emperador Augusto.
Constantino.
Roselio, Infante, alzad.
ROSELIO.
Aquesto es justo.
Constantino.
¿Dejaste con salud al ReyP
Roselio.
Con ella
para serviros queda.
Constantino.
jY á Ariodante?
Carola.
El Principe, mi hermano, se querella
de que haya coyuntura semejante
para os servir y ver, y que con ella
le detenga mi padre. — Levántale, Lidora.
'Cáesele un guante, levántale Lidora, dásele de r*
dulas, y turbare ConstantÍDO en verla.)
Constantino.
^No hay criados aquí? Dejad, señora;
del sueío os levantad, y...
Leoncio.
¿No oyes esioí
¿No miras cómo el César se ha quedado^
Andronio.
Tiene la dama garabato y gesto
picante.
Leoncio.
Y aun el alma me ha picado.
Carola.
¿Quó accidente, señor, ha descompuesto
vuestro semblante asiP¿Quc os ha turbado?
C(jnstanti.no. ^_
¡Válgame el cielo! ¡Que un mirar suave ^|
suspenda el alma y sus sentidos trabe! ^1
¿No es bueno que al momento que me vieron
aquellos ojos cuya luz me abrasa I
dio un vuelco el corazón y suspendieron 1
sus actos mis suspiros? Lo que pasa '
á los que ayuda al homicida dieron,
que entrándole á buscar el juez, la casa
trasiega toda, de ese mismo modo
me ha trasegado amor el pecho todo.
CakOi.a.
¿No me diréis, señor, qut os ha turbado."
Constantino.
No sé á fe; un accidente sentí ahora
que me inquieta, algo que...
Carola.
¿Y hase alívi
Constantino. .
Un poco estoy mejor; venid, señora,
que mientras mi imperial Corte y Senado
estatuas os levanta y arcos dora,
y la entrada magnifica os previene,
fuera de la ciudad que estéis conviene.
Mi palacio de monte es maravilla
de toda Grecia, y sus jardines bellos
distan de la ciudad sula una milla;
á los de Chipre olvidaréis en ellos,
sus cercas besan de la mar la orilla.
(Y yo tengo de ser, si llego á ellos,
Tarquino de Lidora, si es Lucrecia,
aunque se pierda como Roma Grecia.)
Carola.
Como vo viva en vuestra compañía,
de Chipre olvidaré prados y huertos.
ACTO PUIMEKO
87
ns emperador del alma mía,
}D vos son Chiprés los desiertos.
OíNSTANTlNO.
»! hermoso de mi obscuro día;
, muerte verás indicios ciertos
rgozo!
Carola.
O yo soy desdichada,
l^^alo, señor, ¿qué habéis''*
^H Constantino.
^^ * No es nada.
, Infante. Apreste Grecia fiestas
casa del monte, que á mi esposa
ín.
I Carola.
I Todas me serán molestas
que de esa suspensión penosa
sepa.
Constantino.
Amor, hoy manifiestas
za de tu mano poderosa.
ncio!
Lkoncio.
¿Qoó tienes?
Constantino.
¿No es Lídora
para imperar que su señora?
I Leoncio.
ka belleza tiene, mas no es tanta
perezca, señor, ser preferida
^faoia.
■K Constantino.
Kdeq
¿Qué dices á la InfantaP
de quien recibe su luz vida.
iz la haré.
Leoncio.
Si así te encanta,
ledes, sin que aqucso impida
Iperar tu esposa.
^_ Constantino.
PV ¿Es vituperio,
R^cn el alma doy la de mi Imperio?
borrezco, Leoncio, vive el cielo,
irnosura que alabas en Carola,
Leoncio. {Ap.)
Íli, con ser el corazón de hielo,
bastado á encender Lidora soK.
Constantino.
dices?
I Leoncio.
L Que le dio hechizos recelo.
^B Constantino.
^^ad; vio el alma y hechizóla.
Leoncio.
Si esta pasión dura,
la vida he de perder por su hermosura.
ESCENA VI
Salrn Dinaxpo, FLoniHO, Takso y MKLtSA. pastorea.
DiNVMPO
Mi parecer es de viejo.
¿La Kmperatriz ali aldea?
Que muy bien venida sea:
ha^ja liesias el Concejo.
Tarso.
¿Por aué es la fiesta?, ¿quién viene
al puebro?
Fl.OKINü.
La Emperadora.
Tahso.
¿Cuándo?
Fl.ORINO.
Luego.
Tahso.
¿Agora?
Flohino.
A^ora.
Tarso.
¿Que l:i Lmpcrairiz Irene
viene? Pues ¿á qué?
DlNAMfO.
A vivir.
en su casa de pracer.
Tahso.
¿Y el Imperio?
DlNAMfO.
Era mujer
y no le pudo sufrir.
Tarso.
Pesa mucho; ¿mas en quién
le renunció?
DfNAMPO
En Constantino.
Mklisa.
¡Oh, qué grande desatínol
Tahso.
Plegué á Dios auc lo haga bieo.
Diz que es un disparalado.
Fl.ORINO.
Tarso.
Dejemos esto y vení,
que pues ella viene aquí
he de ser muy su privado.
Luego, ¿conóceos?
DlNAMPO
Tarso.
Si, á fe.
DlNAMPO,
Pues haráos mucho servicio.
Florino.
Buena vida.
Tarso.
Será vicio;
con ella me entretendré. (Vanjir)
ESCENA Vil
Salen Lioora y-CoMSTANTiKa.
LlDORA.
Tu Alteza, invicto César, se reprima (1);
que aunque es de mucha estima que el augusto
me tenga amor, no es justo, ni conviene,
que quien á servir viene, se prefiera
á su señora.
Constantino.
Espera, por el cielo,
que de mi fuego, es hielo su presencia.
( I ) Nótese el irtificio de estos versos; que consiste
ea que lodoü coniucaan en su silaba séptima con I»
última del que ic antecede, en esta fornin.
Tu alteza, invicto César se reprima
que auiMiue es de^ucha estima que el augiulo
me tenj^a amor, no es justo, ni convUnt
que quien i servir vi«n«
Sin embargo, leído* á la ligera, parecen cndecagila-
bossucltos. Mucha facilidad debía tener Tmso, para
imponerse Toluniaritmeote tan poco lucid.-is dificul-
tades.
S8
LA REPÚBLICA AL REVKS
LlDORA.
Más muestra la experiencia que le abraca,
pufs tan presto se casa vuestra Alteza;
porque, si su belleza le enfriara,
claro está que aguardara que en la corte,
pues no hay para qué importe que sea ahota,
le diera ini señora como esposa
la mano generosa. Mas pues veo
que le obliga el deseo á que en un monie
y desierto horizonte dé la mano
á mi señora, es llano que le aflige
la dilación, y elige lo más breve
por mejor; que a ser nieve, no se diera
tal prisa; que el que espera, cuando arde
todo lo juzga tarde y, si aborrece,
un siylo le parece que es instante.
Constantino.
Cuando alzastes el guante que me diste,
y viéndoos yo, rendisies mis suspiros;
por no verse perdidos previnieron
el remedio que vieron conveniente;
y como amor ardiente se repara
con otro amor, gustara que este medio
sirviera de remedio. Remediarme
quise con desposarme, porque he oido
que entre esposa y marido amor desnudo
hace un sabroso nudo. Despóseme,
aborrecí, y helóme tan helado,
que aunque no la he gozado, ya me siento
con arrepentimiento de lo que he hecho.
Ivl tálamo y el lecho que me espera
osla noche quisiera se abrasara.
Si yo á Carola amara, ¿de qué modo
á vos, Lidora, toda el alma diera?
La llama verdadera, y el perfeio
amor, solo á un objeto se termina,
sólo á un blanca se inclina su sentido:
que el amor repartido no merece
nombre de amor, ni ofrece amor sus leyes
tan capaces...
LlQORA.
Los Reyes, griego augusto,
tienen muy ancho el gusto y apelilo:
nunca liran á un hito solamente:
en su amor aparente hay la mudanza,
que en su mi&ma privanza veniu lodo,
y el ver como es de modo, que de él nace
cuando el objeto aplace el desearlo
y es fácil alcanzarlo, porque adquieren
los Reye^ cuanto quieren; sus empleos
son Como sus deseos: pues ¿qué mucho,
si á la experiencia escucho, esta certeza
que quiera vuestra Alteza á mi señora
la Lmpcrairiz y ahora juntamente
á mi obligarme inientc?
Crnstantino.
Bien arguyes,
pero no me concluyes; porque entiendas
que tus hermosas prendas sólo han hecho
tributario mi pecho y á ti sola,
despreciando á Carola, estimo y quiero,
esta noche preiiero tu hermosura
& la suya; procura que entretanto
que con su negro manto está la noche
I
4
del transparente coche desterrada
goce el alma abrasada tu belleza;
que tú serás cabeza de mi imperio,
y en dulce cautiverio presa el alma
que tienes puesta en calma, haré que el orb<^
sin que la envidia estorbe dichas tantas,
se postre á aquesas plantas; tu señora
le servirá, Lidora, y aunque sea
!'-mperatriz, no crea ningún hombre
que lo es más que en el nombre.
LlOOHA.
\Q\iV ahundanll
que promete un amante pretendiente.
y qué apocadamente cumple luego
que se aplacó su fuego! No harás nada;
quedaréme criada, pobre y sola,
y l'-mpcralriz Carola; muy mal labras
ius gustos con palabras, pues son viento,
tn cumpliendo tu intento seré necia
y fea; la que precia el primer fruto
es cuerda y da tributo al yugo tierno
del sacramento eterno, que al (in dur«.
Constantino.
La perfecta hermosura nunca enfada;
mas después de gozada, si es perfeio
el amor, más sujeto está el amanto,
más firme, más constante y apacible;
¿no es siempre apetecible lo que es bueno?
Lidora.
Lo bueno como bueno, es gran regalo;
pero en razón de malo mala cosa.
Constantino-
¡Ay mi discreta hermosa que me vences
cada instante y convencesl Yo te adoro,
y aunque el bello tesoro de tus brazos
con violentos abrazos hoy pudiera
forzarle si quisiera, no me agrada
la voluntad forzada, y al contrario
el amor voluntario me combate;
de remedio se trate, que mo abraso,
mi sol, mi luz, mi fe.
LlUoRA.
Paso, Constantino.
Constantino.
Si me amas, determino hacer que Oriente
dé perlas á tu frente y cuanto abarca;
serás griega monarca y Reina sola;
mandarás á Carola.
Lidora.
¡Oh interés loco!
venciste poco á poco, mucho puedes;
cazáronme tus redes.
Constantino.
¿f^orrespondes
ó mi amor? ¿Qué respondes?
LinoPA.
Que, pues fueria
4
ACTO PRIMERO
89
las hecho, me fuerza no haberla hecho
gnro del pecho te iccíba.
^H Constantino.
ídora, viva lu hermosura!
krta mi ventura!
^K LlDOBA.
Kl cómo traza,
que me embaraza la venganza; (i)
bráenclmundoque interés no venzar*
(Vase\
ESCENA VIH
•'OKSTAKTürO.
InTíqué vale cuando al campo sale
puertas á cuestas que de Gaza
ñero, si una iTMJJer traza
a tahona, ciego, á un bruto iguale?
vale Alcides con amor; qué vale
leones vence y despedaza,
1 rueca su invencible maza
e obligan el amor y Onfale?
ñápalo, no tuvo vergüenza
sentado cual mujer le vieron
se la rueca por recalo
mucho, pues, que una mujer me venza,
do yo mas fuerte que lo lucron
, AÍcides y Sardanapalo?
r ESCEfíA IX
CuHSTAMTiNo y Lboncio.
^^ Leoncio.
npetencia á un César? ¿Yo á su dama
líelos, ¿qué es esto? Mas que importa
ipita en amar, si en el imperio
>r ¿Vm voz dulce no me ha dado
de limperador? Pues si preiendo
que es el imperio, ¿qué milagro
Lenda lo menos, que es Lidora?
I vana ambición, déjame un poco,
10 que me quieres volver loco.
QlNSTKNTlN'O.
LroNr.io.
Gran señor.
^B CoNSTAJlTINO.
Ya dio Lidora
do si de mi esperanza:
10 aprestado aquesta noche
rola, quiero que lo ocupe
s Cipria que me abrasa el alma.
Leoncio.
.cucho, cielos? Pues, señor, ¿tú esposa?
en elorigin»! y en la reimpretión de n.* Tc-
uzmán'ipcro e« claro que Tikso escribid «rer-
contonante de «venza».
Constantino.
No me la nombres; volveráse á Chipre
con su padre.
LEO>fCIO.
¿Qué dices, gran Monarca?
Hoy te acabas de desposar con ella,
¿y quieres con afrenta tan notable
que á su padre se torne?
Constantino.
Pues ¿que agravio
le puedo hacer, si antes de gozarla
á su padre la vuelvo?
Leoncio.
Dirá e] mundo
mil oprobios de ti, y el Rey, su padre^
podrá con justa causa hacerle guerra.
Mira, señor, que tienes en lu Corte
á Roselio, su hermano, y que en sabiendo
cl agravio que hacerle determinas
incitará á su padre á la venganza.
Constantino.
Poco importa, que echándole de Grecia
y ocupándole lejos en la guerra
no sabrá mis intentos. El ejército
que está en Egipto contra el Soldán turco
no tiene Capitán general, quiero
con este cargo honroso desterrarle
y hacer que allá le den veneno ó muerte,
quitaremos de en medio aqueste estorbo.
Otra dificultad hay mayor que ésa,
que es el estar mi madre viva y libre,
y temo que si ve mis desvarios
ha de quitarme libertad é imperio;
aue la adoran de suerte los soldados
e toda Grecia, que me dicen lloran
por verla del Imperio retirada.
Pero si con prenderla quedo libre,
prenderéis.
Leoncio.
¿Qué dices?
Constantino.
Pues ¿es mucho
que por asegurar mi gusto, prenda
a mi padre, mi madre y mi linaje?
De aquesta suerte viviré seguro.
Tomaré por achaque de prenderla
que levantarse quiso. Llama á Andronio
y haz qucá mi madre ponga en una torre,
y toma aquesta llave de mi cámara,
y engañando á Carola, haz que á Lidora
en su lugar aquesta noche goce,
que yo voy luego á despachar á Egipto
a Koscíio; que importa que se parta
para quitar estorbos á mi gusto. < Vase.)
ESCENA X
Leo.'vcio.
|Ay ciego Emperador! ¡Ay loco Augusto!
No querrá el cielo ni mi amor que goces
9'>
LA RKI»UBLICA AT. HEVES
aquesta noche á quien el alma he dado.
La llavL- de bU cáiDara es aquesta,
yo haré que entienda ser Lidora hermosa
la que le aj^uarda en su lasciva cama,
cuando á acostarse vaya, y que esté en ella
la pobre Kmperalriz que ya aborrece;
que yendo á obscuras con silencio mudo,
creyendo que es IJdora la que aguarda,
no se sabrá mi provechoso enredo
y yo á Lidora go/aré con nombre.
esia noche, del César (]on$iatitino.
Liuena traza es ésta si se lo^ra;
yo voy á ejecutarla, aunque la vida
pierda, que por tal prenda es bien perdida.
ESCENA XI
Salen Fi.orii.o, 11inami>o, Itai to y 'Iakso, pattorts; y
Miti tüA, y dttr>U rit ellos IpEür, la cual st atenía.
Tamstí. I'erdone la cortedad
de vucso pruebo grosero
su mercé, y mire primero
que al don á la voluntad.
(}ue á ser tan rica como ella
con tales veras mostrara
su amor, que se aventajara
á todo el imperio en ella.
Alcaldes, Concejo y gente
del puebro, á su señoría
un pobre presente envía;
pcro Basta ser presente.
Scis mozas en delantera
van Compuestas y garridas,
3UC en seis fuentes escogidas
c la más limpia espetera,
llevan cubiertas de ilor
rosas y tortas cuajadas
de miel, que fueron masadas
hoy por la del herrador.
También llevan confitura
poca, porque cara cuesta,
que ayer compró media cesta
en Constantinopla el cura.
Luego se siyuen seis mo¿os,
los más apuestos y ricos,
todos con nuevos pellicos
y lodos con rubios bozos,
que andando con pasos graves
llevan de palos pendientes
mil regalos diferentes
de conejos, liebres y aves.
Tras ellos van cien cabritos
de mil colores y modos,
unos más que el ampo todos,
otros de manchas escritos,
que llevan en medio de ellos
dos terneras señaladas,
con campanillas doradas
de los arrugados cuellos.
Después van doce zagales
con otras tantas doncellas,
cargados ellos y ellas
de requesones, panales,
quecos que el tiempo conserva,
cuajada, natas, mantecas,
y frutas verdes y secas,
hasta el níspero y la serva
Todo aquesto humilde ofrec
el lugar á su mercé:
pobre en obras, rico en fe,
que es lo que más le engranda
y yo un alma le presento,
contenta ahora sm lasa,
tan ancha como la casa
que le ha de dar aposento.
MF.i.ts\. jQué bien \<.> ha despotricado
el diabrol
UisAMi-o. (>omo discreto.
Flohh.o. Basta ser poeta.
Di.NAMi'o. Poeto
diréis, que es hombre y barb,
Imeng. Yo estoy muy agradecida
al lugar por el cuidado
que en regalarme ha mostrad
y gusto de ny venida.
\ en pago de este presente
que aqueste lugar me ha hecho,
os hago francos de pecho
por veinte años.
Otros veinte,
^veinte dije? veinte mil
tenga de vida y salud
su merced.
En la quietud
del campo que viste Abril
si tendré, que en el palacio,
donde la ambición se bebe,
la más larga vida es breve.
Acá vivimos despacio.
Pues, Tarso, ya ha muchos días
que no nos vemos.
Después
que pisaron vuestros pies
imperios y monarquías
y os ausentasteis deaqui
no os he visto.
Pues .;por qué?
i'orquc en la corte pensé
que os olvidarais de mí.
jvluda el mandar la costumbre
y la púrpura imperial
no hace caso del sayal;
cstábades en la cumbre,
¿quién habia de subir
tan alto á habraros? .Acá
más tiempo y lugar habrá.
Melisa. .Agora la he de pedir
que me quieras por justicia,
veremos si esto aprovecha.
Takso. No, Melisa; que sos hecha
como casa i la malicia.
ESCENA .XII
Salen .\:<uru.mo y uíros, *n futrpa.—VHt
Andhon. Aquí dicen que ha de estar,
trocando en llorido campo
el campo armado.
DlN\.MPO,
lltENK.
Tarsíj,
Ikems.
Takso.
Irene.
Tauso.
I
(i» romo íicmpfc ooe Tiu.az empica los nomb
T;( .{O suele referirse a sí miM
4 O ilaiiiA sacrilUD p«r»i
ACTO PRIMERO
9'
i
Dinampo;
soldados en el lugar.
¿Qué diabros querrán agora?
que si nos echan soldados
no hay mujeres ni gan.'^dos.
¿Qu¿ es esio Andronio?
iSeñora!
Ya comienzo A agradecer
la lealtad que habéis tenido,
pues el primero habéis sido
que me haya venido á ver.
¿Qué tenéis.^ ¿Qué os entristece
y os hace enjugar los ojos?
¿Qué hay de nuevo?
DN. Mil enojos,
señora, que no merece
vtiesira Alteza.
¿A qué os envía
i mi casa, Constantino?
Que en veros asi adivino
alguna desgracia mía.
Sabe Dio<; lo que me pesa
que me lo mandara á mi,
¿Qué os ha mandado? Dccl.
Que lleve á una torre presa
a vuestra Alteza.
¿Qué dijo?
Presa parece que oí.
Mi hijo me prende á mí?
i, señora.
¡Qué buen hijo!
En una torre me manda
que os ponga guardas.
Pues ¿qué
le han dicho de mí?
ON. No sé.
Yo si, que bueno el mundo anda.
No es muy difícil saber
que, pues á Nerón se iguala,
si me prende, no es por mala,
mas porque él lo pueda ser.
Que viva en prisión ordena
porque no lo esté su antojo,
que la reprehensión al ojo
mil liviandades refrena.
Y pues prenderme ha mandado
cuando sus vicios refreno,
despedazar quiere el freno
para correr desbocado.
Corra, que este vituperio
venganza vendrá á tener,
que yo sé que ha de correr
hasta atrepellar su Imperio.
¿Dónde Constantino está?
Kn la casa de placer
del monte.
Quiérole ver;
llevadme primero allá.
ON. No puedo en eso serviros,
y de ello el alma se corre;
luego manda que á una torre
os lleve, sin consentiros,
señora, que á su presencia
lleguéis.
¿Aqueso os mandó?
kON. Plugicra al ciclo que yo
pudiese hacerlo.
IpENP.
Paciencia.
Vamos, pues lo manda así.
Amigi;s, adiós, adiós.
Tahso. Yo, icñora. iré con vos;
de mi, señora, os serví;
yo iré en vuestra compañía.
Ipenk. No, Tarso; ya querrá el cielo
que vuelva á ver este suelo
con más contento algún día.
Tapso. Quedando sin vos me alujo.
Ihenp;. Adiós; vamos de aquí, Andronio.
tLttvanla.)
OiNAMi'o. ¿Aqueste es hijo ó demonio?
Tarso. Demonio si, mas no hi)o. (Vanxr.)
li S C K N A X ii I
5i>/« Capola sota.
Blasone el hombre arrogante
que es un diamante en sus hechos,
que hoy he visto en un instante
que hay diamantes contrahechos
fquc se quit'bra el diamante,
iien puede ser este error,
y el hombre, por varios modos,
ser lirme, y más en amor,
mas conmigo pierden todos
hoy por el emperador;
porque si bien me quisiera
con más amor me mirara;
pero, si me aborreciera,
el desposorio aguardara
que on Constantinopla fuera.
Declarad, piadosos cielos,
este caos de mis recelos,
este nuevo laberinto,
aqueste inñerno que os pinto
de confusión y de celos,
liste enigma que se ofrece
el alma confusa aquí,
pues Constantino parece
que amándome á mí sin mi,
cuando me ama me aborrece.
ESCENA XÍV
Sale LiDOHA,— Dicha,
¿Kn qué andáis, travieso amor?
Mas ¿diréis que no es error
el qué aquesta noche hiciste,
cuando la fuerza rendiste
de mi honra al Emperador;
y que si la gente infama
la mujer con justa ley
que así mancha su honra y fama
no pierde nada si un Rey •
su amor solicita y ama?
Murmúrcse, pues, mi exceso
que ( I ) haber dado ser y honor,
porque de un limperadór
esposa ser intereso.
I.idopa.
(i) En los impresos así: pero, como falta un verso 4 '
la quiatikla, esta oscuro el seaiido. 1
92
Carola.
LtÜORA.
Caroi-a.
I.IDURA.
CarOi.A<
LlDORA.
Carola.
LlDOHA.
Cahoi.a.
LlUORA.
Carím-a.
LA PEPUBLlOA Al. REVKS
I.IUUHA.
Capola.
Lllx^RA.
Carola.
LlUORA.
Carola.
Lidora, ¿que suspensión
os irac confusa y en (i) calmar
Nuevos pcnsamienlüs son
y pretcnsiones de un alma
que ya se juzga l'aeión.
¿Faetón? ¿Tan alta subida
i'nienia?
Desvanecida,
quiere con él competir.
¿Y no leme que el subir
espera mayor calda?
Ella se sabrá tener.
Tal segundad no es buena;
guardaos, no seáis Lucifer
en pretender silla ajena,
que será cierto el caer.
¿Ajena? ¿Qué patrimonio
da señal ó icsiimonio
de que tiene dueño ajeno?
¿Qué patrimonio? ¿No es bueno
el del santo matrimonio?
¡Jesiis! aquesc hasta ahora
está en cierne, otro mejor
tiene el alma en quien la adora,
que es un vinculo de amor
y mayorazgo.
¡A y, Lidora,
mira lo que haces; mira
que hay Dios y que si se aira,
castigará con rigor;
mira que el Emperador
es mi esposo, y que suspira
por él mi alma, Lidora.
Miro, que como no eres
buena para imperar, quieres
ser para predicadora; (a)
no me canses.
Ya comienza
en ti á campar la taita
de honor; no habrá quien te venza,
que cuando la honra falta
también falta la vergüenza.
Si la lengua no reprimes,
forzaréie á que me estimes,
cortándotela á raiz.
¡Villana! ¿á tu l-^mpcratriz?
¿Emperatriz? ¡Que sublimes
pensamientos! el renombre
me agrada; deja el humillo,
que eres, para que le asombre,
sólo Emperatriz de anillo,
y no tienes más que el nombre.
Y no hagas tanta cuenta
del titulo que te afrenta,
pues eres, con tal blasón.
Emperatriz á pensión,
y he de gozar yo la renta.
Que el cielo, que galardona
contra la opinión que tienes
y ennoblece una persona,
podria ser que á mis sienes
trasladase tu corona.
Como el mundo anda al revés
no es mucho que en eso des.
y que suba tu bajeza
á coronar tu cabeza
de descalzarme los pies.
Mas, cuando estés coronada,
¿no le parece, Lidora,
que quedaré más honrada.
pues tendré, siendo señora,
una Emperatriz criada?
LiooRA. Norabuena sea asi;
resulte la honra en ti
y yo goce lu apellido,
que si hasta aquí te he servido,
lú me servirás á mí.
Carola. ¿Yo s li, soez, baja, loca?
Cuando el laurel imperial
me quite mi dicha poca.
¿no soy vo de sangre real?
¿y lú?
LiuoRA. Rtfrena la boc;
que si mi enojo echa el resto,
haréte arrepcnlir presto.
Carola- ¿A mi, ramera de Grecia?
^mal nacida?
LmoKA. Toma, necia.
iPalt Lidora li la Infanta un bafeláñ.^
Carola. |Ay, Dios! ¿Bofetón?
ESCENA XV
Saltn CoNSTAHTiNo, Leoncio y Andkohio.— Dicn«
Constan. ¿Qué es esti
LiuopA. (vtp.) Constantino viene aqui;
fingiré que recibí
el biífción que di. ¡Ay, Dios!
Constan. jLídora mia!
Liiy)RA. ¿Por vos
liencn de tratarme asi?
¿í*or vos mjuria tan clara?
¿Por vos llamarme ramera?
¿Por vos la mano en mi cara
la Infanta?
Constan. |La Infanta muera!
Carola. (Ap.) ¿Vi<isc insolencia más rara?
.Mas para que con razón
todo en aquesta ocasión
ande al revés, no'me espanto
que ésta forme queja y llaniu
y yo lleve el bofetón.
Más vale que pase así;
y aunque yo sea la injuriada,
que piense el mundo que di
bofetón á mi criada,
}, no que le recibí.
Es verdad; yo castigué {a ríimí
á quien tan soberbia fué
que se descomidió ahora
contra su propia señora.
OiNSTAN. Pues ¿cómo el cielo, que ve
su bella luna eclipsada,
con un castigo ejemplar
no la ha dejado dañada? (i)
Carola. Pues ¿es nuevo castigar
la señora á su criada?
^
a) Fali4 un vcriu, pues son todas quintillas.
(I) Ahí en el original; pero |« r«impre«i6a corrJii
con aucrto ncribicndo «vcnKad**.
0»A.
I
Calla, asombi'u de mi ^ubtu.
Llévala presa.
Señora,
tener paciencia aquí es justo.
{Ap ) No sabrá asi que á LíJora
amx-hc gocé, el Augusto.
Vamos, que con palio honroso
vuestro nombre haré famoso
en venganza desta afrenta,
siendo con tiesta opulenta,
bella prenda, vuestro esj»osü.
Ka. pues, que ya es raL/on
que cese aquesa pasión,
mi bien, basta ya, ven!.
^Suélese olvidar asi
la injuria de un bofetón?
( Vanst Gonsianiino / t.íilura.)
ESCENA XVI
Caroia y Lkonciu.
OLA. Vamos, puub ^usia aue presa
padezca, el Emperador.
iNCio. Mientras que su enojo cesa,
sufrid aqueste ri^or.
Infanta, que de él me pesa.
tui.A. ¡Qué bueno anda el mundo ahoral
Despreciada la señora;
antepuesta la criada;
presa la que está injuriada,
con honra la que es traidora.
La que descalzó mis pies,
entronizada en el puesto
del imperio. .Mas peco es
en la república aquesto,
que es república al revés.
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
Salen Liooiu y Clodio vestidut dt comino.
DDlo. Tan lleno de pesares
quedé cuando partiste,
que con el menor de ellos
fué mucho no morirme.
Maldije el griego imperio
y á la Infanta maldije,
3ue fué ocasión, señora,
e aquella ausencia triste.
En ella de mi pena
pensaba divertirme
con ejercicios varios,
sin tu presencia viles.
Salí á cazar mil veces,
y otras tantas volvíme,
porque me daban caza
pensamientos terribles.
Perdía si jugaba,
que como perdió Chipre
tu agradable presencia,
perdiéndose él, perdime.
t»>uisieron mis amigos
con pláticas sutiles
entretener mis penas:
mas como siempre a1lit;c
al que es discreto el necio,
al soberbio el humilde,
y al avariento el pobre,
asi al amante el libre.
Con otras hermosuras
poner remedio quise
al fuego que en el alma,
en \¡éndote, encendiste.
Mas era echar más leña,
porque es necio el que dice
que el amor más constante
con otro amor se rinde.
En fin, cuantos remedios
en su Ars jiuaiuii escribe
Ovidio, el destarado,
tantos propuse é hice.
Mas como al que es de muerte-
de tormento le sirven
las medicinas varías
que el médico apercibe,
empeoré con ellos;
]mal haya amén, quien dice
que es remedio li ausencia
para que amor se olvide!
]Qué de veces rondaba
las paredes felices
que habitación le dieron
cuando mi mal oíste!
¡V qué de veces, loco,
de^de tus rejas quise,
llamándote, .\ najarte,
representar un IphisI
Las sabrosas palabras
y prendas que me diste
eran de mi naufragio
la tabla convenible.
Mas lodo aquesto era,
sin verle, hermosa Circe,
cual vela que se acaba,
arder para morirme.
Vime, en fin, tan enfermo,
tan desahuciado vime,
que hacer una novena
á tu hermosura quise.
Llegué á Consianlinopla;
y apenas de un esquife
á tierra salté, cuando
en un carro sublime
de perlas, marfil y oro,
mis ojos hechos linces,
te vi llevar debajo
de un rico palio; jay triste!
Creí aue me engañaba;
llegue á un nombre y le dije:
¿Carola no es aquélla,
hija del Rey deC.hipre?
Respondió: «No es la Infanta
que esa dama infelice
trajo consigo el daño
que su ventura oprime.
Una criada es suya
á quien el César rinde
la cerviz de su imperio
^^K9i i-^ *^^ ^^^1
^^ft^ porque es de su amor Circe.»
en albricias del estado ^|^|
^^^^^L Quedóme casi mucrio.
que Dios le dio, si es que precl^H
tu Alteza su autoridad, ^H
^^^^^H y vi que el vul^^o libre
^^^^^H te echaba maldiciones,
que les des un dia feliz ^M
^^^^^H y aun yo ayudarle quise;
poniendo á su Emperatriz, B
^^^^^B y de mi muerte cierto.
y tu madre, ea libertad. H
^^^^H pues miro ya imposible
V piensa que hacerlo asi H
^^^^^H mi débil esperanza.
como el Senado te exhorta. ^M
^^^^H antes cjue se marchite.
aunque mucho nos importa. ^M
^^^^H busque ocasión de darle.
más, señor, te importa á ti. ^M
^^^^H cruel más que Bisiris,
Porque las murmuraciones ^M
^^^^^B el parabién lauro
del vulgo y de los soldados H
^^^^^K que en tu cabeza ciñes.
que por ella gobernados ^M
^^^^B nQuién duda que si antes
vencieron tantas naciones, ^M
^^^^^H amando, me tuviste
publican que es vituperio ^M
^^^^^H en Chipre por tu Adonis,
^^^^^B aquí seré Tersites?
de Grecia y de su nación ^H
que consientan en prisión ^M
a quien defendió su Imperio. ^M
^^^^^B Va pisas oro y perlas,
^^^^^B diamantes y ruDies,
Todas la lloran y, en fin, ^M
^^^^H .jquién duda que con ellos
^^^^^H también mis dichas pises?'
como la aman en extremo, ^M
si dura su prisión, temo ^M
^^^^^H Casiíguente los cielos:
algún popular moiin. ^|
^^^^^1 pero no te castiguen.
Ojnstan. ¿Piden más?
^^^^^B sino que con mi muerte
lloNURAT. Sr, que á la Infanu
^^^^^^ de tanto mal me libren.
de Chipre, pues es tu esposa,
^^H LiDORA- ¡QJué extraordinario fíusto
tan discreta, tan hermosa.
^^^^ me da, Clodio, el oirte
tan prudente, honesta y santa, t
^^B aqucsas tiernas quejas
el nombre y estado des'
^^B que dentro el alma imprimes!
que goza quien le ha usurpado;
^^B ¡Oh, qué contento causan
y que pues te has desposado
^^^B los celos apacibles
con ella, es razón que estés ^_
^^^1 tras una larga ausencia
advertido que no puedes, ^M
^^^H de dos amantes firmes!
mientras viviere, tener ^M
^^B Muy bien venido seas.
i Lidora por mujer, ^M
^^B deja temores viles.
pues los limites excedes ^M
^^B que aunque el imperio gozo,
de la ley que puso Dios, ^M
^^B no es ocasión que olvide
cuando justamente veda ^M
^^B el abecé primero
que ningún cristiano pueda ^M
^^B que el alma estudió en Chipre,
vivir casado con dos. ^|
^^^H cuando de esclava tuya
Este es el consejo sabio ^
^^B la argolla le pusiste. '
que te suplican que admitas, .
^^B Mi hermano tinge que eres.
gran Monarca; no permitas ^B
^^B que yo haré, si lo tinges,
el intolerable agravio ^M
^^^ ^ que rijas el Imperio.
■ Ctouio. cesó el obscuro eclipse
con que Irene, presa está: ^M
mira que tu madre Irene ^M
^^^v de mis confusos celos;
en pie aqueste Imperio tiene, ^M
^^^^ aquesos brazos ciñe
que ya cayendo se va. ^M
^^^^^H á mi dichoso cuello.
Si ú cleinencia te provoco ^H
^^^^|B que hoy miro un imposible
no dejes de cjecutalla; ^H
^^^^^^ en ti, mi bien, pues eres
mira, invicto César... ^M
^^V mujer y mujer firme.
Constan. Calla; ^H
^^m LjOoka. El César, Clodio, viene.
no digas más, viejo loco. ^1
^^B Clooiu. Yo haré lo que me dices.
¡Qué donosa petición ^H
para gobernar mi Estado! ^H
^H ESCENA II
Hoy verá ul griego Senado ^H
en mí un Cómmodo, un Nerái^|
^^^B SaUn CoKSTANTino, iloKoiiAro, senador viejo.
,;EI ha de regirme á mi? ^M
^^^H LEo^clo, MACALto. Amoroniq y otro». — Inicuos.
¿Es este el mundo al revés? ^M
Honokat. Ni aquese nombre le des ^M
^^H Constan. ,íQuc es lo que me pide, pues,
ni le alborotes asi; ^M
^^H el Senado?
que si envía á suplicarte ^M
^^H HoNORAT. Cosas justas,
lo que he venido á advertirte, ^M
^^B que diré, señor, si gustas.
no es, señor, para regirte. ^H
^^V Constan. Di las.
sino para aconsejarte. ^M
^^B HoNOROT. I.a primera es
¿Qué monarca ó rey desprecia ^
^^B suplicarte toda Grecia,
el consejo, si es priidenie?
^^H y en nombre suyo el Senado,
Constan. Yo basto y soy suiicienie ^^
^^^^ ACTO SKÜITNUO <)5 ^^^H
para gobernar á (irccia.
ESCENA iri ^M
El Senado no ha de dar,
^^H
sin pedirlo, parecer.
Dichos, menos lionoiuio. ^^^^|
que él sólo ha de obedecer
Constan. Andronio. ^^^H
y yo solo he de mandar.
Anui^on. ¿Gran señor.'' ^^^^H
Sus livianos pareceres
Constan. Corro ^^^^|
muestran lo que han estudiado;
donde mi inadrc está presa ^^^^|
yo haré de su vil Senado
y con diligencia y priesa, ^^H
ún Senado de mujeres.
dentro de la misma torre ^^^^|
Basta, «lue es donoso cuento
la da un garrote. ^^^^M
que con livianos consejos
Anobún. ¿Qué dices? ^^^H
nne quieran dar cuatro viejos
¿A lu madre? ^^^H
mujer á mi descontento.
Constan. }()1a! También ^H
Si á mi madre tengo presa
á aqueste muerte le den. ^H
es porque viva en sosiego
Andkon. ¿a mi? ^H
mi Estado é Imperio griego.
Constan. No te escandalices; ^H
y si al Senado le pesa
6 á mi madre m.-iia, 6 mucre. ^^H
de que la tenga en prisión.
Anoron. Yo haré, señor, lo que mandas. ^^H
no ignora la deslcaltad.
|A y mundo, v qué al revés andas! ^H
que en dándola libertad
y<^t-i¡^^m
ha de intentar su traición.
^^^^1
Ya sé que quiere que torne
ESCENA IV ^^B
al trono Imperial que pierde,
y que con el lauro verde
Dichos, m«nr<« Axdkohis. ^^^^H
su frente otra vez adorne.
>itAT. Mira, {^ran señor...
KírsTAN. Ya es tarde;
Constan. Si el Imperio darle quiere, ^^^H
su silla, justo os me cuadre ^^^^|
vuestro intento es manifiesto:
la seguridad que elijo, ^^^^|
yo lo remediaré presto.
Parle al Senado cobarde
que no seré el primer hijo ^^^^H
que de la muerte á su madre. ^^^^|
Leoncio, ve por Carola. ^^^^|
Leoncio. Yo voy. (Vase.) ^^^H
con los soldados. Mucrino,
de mi guarda, y prende luego
lodo ese Senado ciego
^^^^^H
autor de tal desatino;
ESCENA V ^^H
y con basquinas y tocas.
^^^^H
para que el vulgu provoques,
Dichos, menos Leoncio, ^^H
ponles ruecas por estoques.
Constan. Quiero que á su tierra ^H
que sus pretensiones locas
se vuelva, y hágame guerra ^^M
su padre, que si cnarbola ^^|
declaren, y de esta traza,
porque mejor los convenza
el mundo sus estandartes ^^M
su locura, á ta vergüenza
contra mi, poco el mundo es, ^^M
estén todo hoy en la plaza;
que pues se cayó á mis pies, ^^M
porque soy de parecer
no temo sus cuatro partes. ^H
que como mujeres vean
Sólo con rigor se doma ^H
los que el Imperio desean
este extraño monstruo griego. ^H
que gobierne una mujer.
Y á este loco v vano viejo
en ella le harás colgar.
que CNtoy por ponerle fucgu ^H
como Nerón hizo á Roma. ^^M
que así le quiero pagar
^^M
su locura ó su consejo.
ESCENA VI ^M
HoBAT.Señor...
I.tuuiu, CoMSTA.NTiNO y Clodio. ^^H
ujNSTAN. Llévalos.
rtoNooAT. Advierte...
LiuoRA. ¿Tan enojado, señor? J^^
BSTAN.Ka, llévalos de aquí.
Constan. La luz de esos bellos ojos ^H
moRAT. Ejecuta luego en r\V\
desterraron mis enojos; ^H
este castigo, esa n>ucric.
ya se acabó mi rigor. ^H
y deja libre el Señad. ■.
LiuoKA. ¿Con quién la cólera ha sido? ^H
Constan. Contra quien privarme gusta ^^^
que es en tu Imperio c-l espejo
de la prudencia y consejo.
de vos; mirad si es bien justa. ^^H
►sus. Buenas muestras de esto han dado.
LiDOHA. ¿Cómo? ^^M
¿•Qué aguardas?", llévalos pues.
iciiNo.Va, gran señor, te obedezco.
Constan. Ilanme persuadido ^H
á que, viviendo la infanta, ^H
"•üRKT.Por dar consejos padezco.
vos no podéis ser mi esposa. • ^H
¡A Y República al revés!
LiiioKA. Remedia rio es íácíl cosa, ^H
{Lléyale Macriao.)
dadla muerte. ^H
Constan. Crueldad tanta ^H
m
no es bien que de mi se picase; ^H
^^^ 96 LA HEPIJBLICA AL ktVlCS ^H
^^^B á SU padre la enviaré,
que por tener esta falla |
^^^B y ausente una vez, yo haré
le suelen pintar sin ojos, i.
^^^H que el Patriarca dispense
Y pues son las calidades
^^^H en ouesiras bodas. ^(^)uién es
del amor cierta induencia.
^^^H el que eslá con vos, señora:'
lazada ó correspondencia
^^^HClodio. Flermano soy de Lidura;
que anuda dos voluntades.
^^^H dame á besar estos píes.
y aquesta el cielo ha querk
^^^*^CoNSTAN.¿yué dices?"
que ñus falte á mi y á vos
habiendo este ciego dios
^r LiDOFtA. Hermano es niio.
^M que á asistir en tu servicio
para mi esposa escogido
^M viene de Chipre.
á Lidora, será fuerza J
^M Constan. Da indicio
que admitiendo mi disculpi
^M de serlo su talle y brio;
y echando al ?.mor la culp
^^^^ y pues es ya mi cuñado.
que á la razón vence y fus
^^^K justo es honrarle desde hoy;
á vuestro reino os tornéis.
^^^H el cargo noble le doy
que vuestra mucha hermo)
^^^H de Sccrclariu de lüsiado,
y (grandeza os asegura.
^^Hr ^u<-' es uticio de valor.
señora, que cobraréis
^V^ Ctouiij. llaga tu nombre imperial
pronto el contento perdido^
^m la lama y tiempo inmortal.
siendo de algún Rey esposj
^P LiLx)«A. Danos esos pies, señor.
con quien seáis más dichos
^L Constan. ^C6mo es tu nombre.''
que conmigo lo habéis sidc
^^^bClodio. I.iberio.
Yo he escrito al Rey, vuesir
^^^B (Como me mudé en otro hombre
Infanta, el caso presente
^^^H también quiero mudar nombre.)
que, siendo como es prud«
^^^VCoNSTAN. Tú gobernarás mi imperio.
no dudaré que le cuadre.
Y en volviendo de la gucrr
el Infante, vuestro hermao
^^H ESCENA Vil
premiándole de mi mano
^^^^p Saltn Leoncio y Carola. —Dichos.
se volverá á vuestra tierra.
¿Cuándo intentáis de parlii
^V Lkoncio. Aquí está, señor, la Infanta.
Carola. Cuando la vida se parta;
^^^^ Constan. Seáis, señora, bien venida.
que ya de desdichas harta
^^^B ScnliOS. tSifiitanse toa tres )
se va partiendo en suspira
^^^KCxkOLA. ¡Ay Dios, si la vida
Monarca de lodo Oriente,
^^^B Tcneciese en pena tanta!
querido esposo y señor.
^^^BLeoNCto. Ahora el Kmpcrador
que este titulo he de darte
^^^B viene ú saber mi delito,
aunque otra me le usurp^
^^^H y si el castigo no evito
La prueba de mi paciencil)
^^^^K malaráme su rigor.
la fuerza de mi razón.
^^^^H Adiós inútil privanza.
las quejas de mis agraviosj
^^^^H que no halla otro remedio
la perdida de mi honor,
todas tu dureza ablanden
^^^H como poner tierra en medio
^^^H de mi vida la esperanza.
y con ellas el amor
^^^H Grecia ¡adiós! que de este modo
que va creciendo en mi pc<
^^^H librar mi vida procuro.
al paso de tu rigor.
^^^H pues mal viviré seguro
Dicen que un rciraio mío
^^^H donde anda revuelto iodo, tvaí,: >
que miraste fué ocasión
de pedirme por esposa
al Rey, mi padre y señor.
^^B ESCENA VIH
¡Mal haya el pincel, la labJ
^^^^^ Dichos, menos Leoncio.
la idea, mano y color
que vida á mi imagen diejl
pues mi muerte ahora so»
^B Constan. Sabe el cielo el dcsconlcnlo
^1 que me causa el no poder,
Pudo ser que en mi bcllc»
^B Infanta, satisfacer
mintiese el sutil pintor
^B vuestro justo sentimiento.
y que, visto el desengaño.
^^^^ Viniste de Chipre á Grecia
causase tu desamor. 1
^^^B á darme mano de esposa.
Mas si la propia alabanza!
^^^B y fuérades venturosa
es justa en la oposición
^^^B si. como os estima y precia
presente, porque redima
^^^H mi conocimiento, os diera
con ella mi obligación.
^^^H.^ posesión mi Voluntad
Bien sabe Grecia, y tú salM
^^^H y al peso de la beldad,
cuántos los Principes sonj
^^^B (juc en vos coniiesa, os quisiera.
^^^B bolo sigue sus antojos
^^^H amor, cuando un alma exalta.
que por mi causa han sufl
más que por Raquel Jacob
Y entre lodos te escogí.
ACTO SeOUNUÍ)
97
no por ser Kmfterador
de Grecia, sino por serlo
del alma que ic adoró.
¿Por qué, pues, con tal crueldad,
ya que ¡mitas á Absalón
en belleza, quieres serlo
en el desdén y el rigor?
Mas no puede persuadirse
mi atligido corazón
que le desprecies de veras.
¿Es así? Yo sé que no.
Si ha sido para probar
de mi fineza el valor,
mi lealtad y sufrimiento.
bien ves cuan de prueba soy.
^No doy ventaja en quererle
a cuantas mujeres, dio
en el amor conyugal
nombre la tama veloz?
Ni amaron á sus maridos
con más tirmeza que yo
Porcia, Penélope, Julia,
Evadnes. Pantea y Michol.
No permitas, César, pues,
que volviendo á Chipre yo,
mi infamia y deshonra vea
el padre que me engendró.
Abre primero este pecho,
y en el verás que estampó
lu imagen, siendo pinceles
sus llaman tiernas, amor.
Ea, vierte aquesta sangre;
mas ¡ayl que tengo lemor
que porque morir deseo
suspendes la ejecución.
Mas, pues, con tan poca dicha
la fortuna el ser me dio
que aun para que me des muerte
quiere que busque lavor,
( De rodillas.)
postrada á tus pies, Lidora,
te suplico, si es que yo
merezco &\^o, porque he sido
de tu dicha la ocasión,
que de Constantino alcance
mi muerte lu intercesión.
siquiera porque os gocéis
con buen titulo ios dos.
Ves aquí al revés el mundo:
á lus pies postrada estoy,
y, pues que pisan el orbe,
sobre mi cara los pon,
que no es mucho que los pies
ponga en ella quien osó •
poner las manos el dia
que me diste un bofetón.
<£.ei/flii£íiíí.)
iCielos! ,;que aun morir no alcanzo?
pero ¿cuándo lo alcanzó
el perseguido in felice?
ni ¿quién lo fué más que yo?
Mas ¿qué digo, esposo mió?
tu obediente mujer soy;
donde quisieres me lleva,
contenta á mi patria voy;
3ue en medio de las injurias
c lu desdén y el dolor
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO II
Constan.
Cakoi.a.
Constan.
Constan.
LlOOKA.
Carola.
de mi padre, est3r¿ alegre
por ver que el cielo me dio
para consolar mis males
fruto de la primer llor
que en el tálamo cogiste.
con ser dueño, cual ladrón.
Dentro en mis entrañas siento
prenda luya: quiera Dios
que á luz salga...
¿Prenda mía?
¿Cómo es eso?
Luego, ¿no?
¿Estás fuera de ti. Infanta?
¿Cuándo te he gozado yo?
Cahola. ¿Querrás negarlo también?
No fué en vano mi temor;
la obscuridad de la noche
que el cielo me desposó
contigo sabe que he dicho
la verdad.
Aquí hay traición.
La noche del desposorio,
¿no fuisteis, señora, vos
quien hizo mi dicha cierta?
Vuestra esposa fui, señor.
¿Qué es esto que escucho, cielos?
¿Qué oís, triste corazón?
¿Con tan grande testimonio
os quieren manchar, hcnor?
Ya no es posible tener
paciencia; tu pretensión
entiendo, monstruo del mundo;
ya sé que queréis los dos
acusarme de adulterio
para que podáis mejor
con aparentes disculpas
gozar vuestro infame amor.
Ño en vano con tal recato
me entraste á engañar traidor
la noche de mi desdicha;
ya he entendido la ficción
que tan confusa me tuvo
Cuando aquesa misma voz
me llamaba su Lidora,
su luz, su cielo, su sol.
Por engañarme lo hiciste.
Constan. ¡Vio el mundo tal confusión!
¿Qué es de Leoncio? Llamadle.
Solo, i." A llamarle, señor, voy.
Carola. Querrás que testigo sea,
aunque falso, de este error.
y no me espanto, pues hubo
quien jurase contra Dios.
Bien iraz.ido va tu enredo,
aunque para mi no son
estas marañas bastantes,
que bien te conocí yo.
(Sale quien fué á buxcar á Leoncio )
SoLU. I." No hay quien en toda la casa
halle á Leoncio, señor;
solo un mozo de caballos
dice que ensillar mandó
uno de monte poco ha,
y que, mudado el color
del semblante, se fué solo.
Constan. Leoncio me fué traidor.
Despachad postas tras él,
98
LA REPÚBLICA AL KEVKS
SüLU. 1."
Constan.
Carola.
3UC á quien tuviese valor
e traerle, vivo 6 muerto,
le prometo en galardón
hacerle mi camarero.
No habrá en la Corte quien hoy
de la! premio codicioso
no vaya. IVaíe.)
Corra esta voz;
que si en mis manos cae vivo
y la tierra no trago
su infame cuerpo, será
ejemplo su muerte atroz.
A un cuarto de mi palacio,
infanta, os retirad vos,
mientras que ai Rey vuestro padre
de este caso aviso doy.
En él quiero que estéis presa.
Guardas, Alesio(i) le pon. (uétmnta.)
¡Dios, amparo de íntxentes,
descubrid esta traiciónl
ESCENA IX
Constantino, Lidoiu y Clodio.
Constan. Venid, Lidora querida;
que el cielo camino abrió
á medida de mi gusto
para gozarnos mejor.
(En todo soy venturosa,
mi secretario mayor
fingido hermano y amante
de veras.) Vamos, que hoy
quiero que sepas cuan ñrme
en mi amor primero estoy.
(iCielos! ,iqué mudanza es esta.**
jClodio, secretario yo?
Pero según anda el mundo
no me espanto.)
j Vienes.''
Voy.
,;Yo secretario del Cesar?
No caigamos plegué á Dios. {Vanse.}
ESCENA X
Saltn:TA»so,eon unactsta abitrta.ilTAiiOtpattoru.
LlUORA.
Clodio.
LlDOPA.
C LO 010.
Ta«so.
Basta.
Italio.
Villano, ¿por ti
me ha de despreciar Melisa?
Tarso.
Como la primer camisa
que en mi vida me vestí
me acuerdo de ella.
Italio.
Pastor,
tan loco de celos vivo.
cjue mientras lo estés, me privo
de vivir.
Tarso.
Bravo favor.
Italio.
O te has de ir de la Cámara (3)
ó perder aquí la vida.
Tarso.
¿La vida? ^Es barro? Escondida
JrALiü.
Tarso,
Italio.
Tarso.
(t) En el origintt asi: en Ia reimpresión dice «de
visu*.
(a) A«i en ambos impresos. Tihso habrá escrito
«comarcA» que pide el cunsuDantc
debe haber otra en el arca.
Anda cnn Dios que estás le
basta dc-cir que aborrezco
á Melisa y que us empezco
en vuestros amores poco;
más sublime el vuelo tiene
mi amor, pues pica más alt<
que, aunque de méritos íaltoiT
por lo menos ama á frene.
Aquí un ref^alo la llevo; h
Italio quedaos cnn Dios. H
Kso no; vivos los dos, ^^
crecerá mi mal de nuevo.
Poco iinporta. Tarso esquivo,
que abo> rcscas mi pastora,
si ella tu presencia adora.
Micnirts que estuvieres vivoafl
{Saca Italio uita d^í
ha de morir mi espeperanza
muere tú porque ella viva.
De la paciencia me priva
tu locura y mi venganza.
(Sítca Tarso otra daga y m4ta
Toma, pues amas tanpoco
la vida...
Tu descoocierl
le mata; y más vales muerte
que vivir celoso y loco.
Murió; huir me conviene
antes que^cnga noticia
del matador la justicia.
Mi sagrado será Irene.
ESCENA XI
Sait Lboncio.
Pies perezosos, ,;qué es esto?^
Huid, ,jquicn os entorpece,
que en el turbaros parece
que grillos en vos me han puesti
Mas |ay! que del malhechor
propio efecto el temor es,
y para turbar los pies
¿qué más grillos que el temor?
Tan atajado me hallo
de los que tras mi han venido,
3ue he tomado por partido
esjarretar el caballo
y esconderme en la espesura
de este monte, mas .¡qué import
que si mi dicha es tan corta
y el Emperador procura
matarme, no ha de haber donde,
vida, estéis segura vos,
porque un fíey es como Dios
que ninguno se le esconde.
{Tropieza con tt muí
¡Jesús! en medio el camino
6 durmiendo, ó muerto está
un hombre; agüero será
del mortal lin que imagino.
Quiero hacerle que despierte.
Hombre, ,íducrmes? ¿Q\i¿ pretí
si he visto que está durmiet
ACTO SEGUNDO
en la cama de ta muerte?
jVálgame Dios! ya adivino
de mi lin el triste punto,
pues ha salido un dilunto
para enseñarme el camino.
Porque el salir de esta suerte
un hombre al paso en tal caso
es para enseñarme el paso
que hay de la vida á la muerte.
¡Sias, ánimo, corazón,
que para enseñaros muestra
la necesidad, maestra
de enredos, una invención.
Venid, difunto, que en medio
de esta selva entretejida,
seréis, aunque estáis sin vida,
hoy de mi vida el remedio. (Uipatt.}
99
ESCENA Xn
PJprASTORKsy con ttlo» dosC,vK*aA% titl Fm-
ptradur. V)AM/)n sale como Alcalde.
U i* Ya OS dije el traje y las señas.
&N. Bien las sé, pierda cuidado.
IU>< Estar debe agazapado
como liebre entre estas peñas.
». a." Si le halláredes. os hace
de su cámara el Augusto.
6n. ¿De su cámara? No gusto
de ese cargo; no me place.
«LO. Ofrezco al diablo el oficio
de cámaras.
ÓN. Yo os le doy;
si de su cámara soy,
?uerrá que oslé á su servicio.
s dignidad noble y grave.
.6n. si será; mas huele mal.
*. I.* Tiene el que es |másl principal
de su cámara la llave;
mirad si es gran preeminencia,
lóff. Si de su cámara da
la llave, nunca podrá
hacella sin su licencia.
¡Pardiezl si no se me escapa,
y camarón me han de hacer,
que he de ir á Ruma á ser
de la cámara del Papa. {Vanst.f
ESCENA XHI
t« Lto^cAo ti muerto emangrentadas cara y
manos y trocados tos vestidos.
"Cío, La cara le he desollado,
y con mi propio vestido
el es Leoncio fingido,
y yo un pastor disfrazado.
Aquí no importa dejarle,
porque guardas y justicia
si á Leoncio hallar codicia,
le venga á hallar sin hallarle.
Adiós, que en este desierto
los dos hacemos el vivo;
un muerto yo que está vivo,
vos un vivo que esta muerto. {Vase.)
ESCENA XiV
Salen los Pastokks y ios úvAr^nAS.
Flobilo. Por aouf sentí ruido.
Damón. Llegad pa!>o, no se asombre
y se nos vaya.
Florilo. ¡Hola! un hombre
está en el suelo tendido.
Damón. Pues agarradle los dos
y asidle bien.
Florílo. Su malicia
pague.
Da.món. i'fené á la justicia!
Muerto está.
tii'AB. i.° iVálgamc Dios!
¡que miro! ¿no es el que veo
Leoncio?
GuAR. a." El es.
Gl'ar. i." ¿Quién le ha dado
muerte?
Florilo. El rostro desollado
tiene.
Damón. A fe que e$tá bien feo.
Florilo. Y aun las manos, ¡bravo ultraje!
Damón. Pues no es San Bartolomé
Gi AR. I.* ¿S! es él, ó üi me engañé?
mas no, que aqueste es su traje.
Este vestido 6 cadena
conozco.
GuAR. a." Pues ¿qué enemigo
pudo darle tal castigo,
que me causa verle pena?
Gi'AR. 1." Aún dudo mucho si Cs él.
GuAR. a." Mírale las faltriqueras,
satisfarástc de veras.
GuAR. 1." Aqui he topado un papel,
GuAR. 3." Por él lo sabrás mejor.
GuAB. !•• Mirar lo que dice quiero:
•A Leoncio, camarero
mayor del Emperador,»
Damón. No me quiero encamarar
si me han de quitar la vida.
GuAR. I.' Sin duda que el homicida
debió partirse á buscar
alguna cabalgadura
para llevarle á la corle
por cobrar el premio en porte
de esta cruel aventura.
Damón. Ten de ahí que aquesta vez
le echamos la bendición.
Floru.0. Ya, Alcalde, sois camarón;
¡buen oliciot
Damón. Sí, pardiez.
Florilo. Ya la gravedad os urga
allá dentro; Camarlengo
sois del César.
Damón. Si, que tengo
oficio de día de purga.
(.Vanse y llevan al difunto.)
ESCENA XV
Safen Andmonio y Takst
Tarso.
Hazme aquesta merced, señor.
lOO
LA REKirBXlCA M. RKVKS
Androniú.
Notables
muestras das de leal; yo le concedo,
pastur, que á Irene comuniques y hables;
eiura y despacha luego.
Tahsu.
Desde hoy quedo
por tu esclavo.
Anohonio.
Sea breve la salida. (Vas« Tarso.)
liSCENA XVI
ArrORONIO,
{Que persuadirme á tal delito puedol
¡que quiera hacerme bárbaro homicida,
el Cc'sar, de su madre y su señoral
¡La vida quite á quien ¡e dio la vida!
Pero buena ocasión se ofrece ahora,
«mor, lealtad, temor dentro del pecho,
que á Irene va á matar y á Irene adora.
¿Es posible que el breve trato ha hecho
tan grande efecto en mi que amor de Irene
ponga mi libertad en tal estrecho.''
¿Yoá Irene amor.'' ¿i quien el mundo tiene
por maravilla suya.** ¿no es más justo
que este apetito la razón refrene?
Mas ¿cómo ha de poder, si corre el gusto
¿ rienda suelta, y la pasión ha roto
de la sabia prudencia el freno justo?
Navega mi deseo en mar ignoto,
¿qué mucho que me anej^ue siendo ciego
de aquesta pobre barca el vil piloto?
¿La estopa no se abrasa junto ai fuego?
¿Está junto al ladrón seguro el oro?
Flacienda por el mar. dinero en juego,
todo corre peligro, y yo que adoro
de mi divina presa la hermosura,
perdonen mi deslealiad y su decoro,
gozar quiero priniero mi ventura
y luego darla muerte, pues me ofrece
mi amor y el César esta coyuntura.
Atrevimiento extraño me parece,
pero, si ha de morir, mi desatino
no se sabrá jamás: pues ya anochece
yo quiero dar contento á Constantino
V á mi fuego amoroso; de este modo...
Mas ¡ay! que voy á hacer un desatino;
pero si asi mi amor hoy acomodo,
aunque sea traidor, alma, buen pecho;
que andando como anda el mundo todo,
necedad es andar á lo derecho. (Vase.¡
ESCENA XVII
Saltn Ikbhk y Tarso.
Tarso. Yo sé que el Emperador
ha mandado darte muerte,
y será fácil ponerte
en salvo si ac pastor
le vistes, y en mi lugar
sales, pues la noche obscura
cualquier engaño asegura.
Ka, vamos trocar
lus vestidos.
Ikene. Dele Grecia,
Tarso, la palma y laurel,
por el más leal y fiel
que el siglo presente prcciu,
que yo, aunque te cause csf
antes en morir me fundo,
que en sufrir que pierda el m\
un humbre que vale tanto.
\'ete con Dios, que me allijoi
de que con tal desengaño
me de la vida un e.\traño
cuando me la quita un hijo.
Tahso. Yo me tengo de dar muerte
si no procuras huir;
y pues tengo de morir,
señora, de cualquier suerte,
goza del tiempo oportuno;
salva la vida, por Dios;
que no es bien que mueran doi
pudicndo vivir el uno. ^m
Mi trágico fin ordeno ^H
si pones más intervalos. ^^
Irene. ¡Cielos, que entre tantos malos
haya un hombre que es tan buct
ESCENA XVIII
Salen Cokstantimo y tí Kmr dk CRirii|
Rey.
Escribesmc que mi liviana hija
mi honra, gran señor, tiene manchada;
y espantaste de que el camino elija:
déjame hacer, su infamia averiguada,
y verás que en su torpe sangre dejo
la mancha triste de su honor lavada.
Mas ¿es posible que la que era espejo
de las mujeres, poderoso Augusto,
la sangre injurie de su padre viejo?
¿Adúltera, Carola? ¡Ciclo injusto!
¿Carola de un adúltero preñada?
Deja que dude, que el dudarlo es jusí
Carola en todo el mundo celebrada
por Vesca en castidad cuando doncella,
¿lasciva Venus es cuando casada?
Mil imposibles tiene tu querella;
perdóname si ves que dilictilto,
que una pasión por todas atropella.
GiNSTANTINO.
J
1
A no ser cierto, Rey, aqueste insulto,
¿soy hombre yo, que había de alirniarle^
Grecia te lo dirá, que no es oculto, JH
y tuvieras razón para dudarle ^|
si fuera menos yo y él más secreto,
y no se murmurara en cualquier calle.
Trata á tu Emperador con más respete
que poner en mi duda es desacato,
y te castigaré.
Rey.
Vesmc sujeto,
y en ti n llegué á tu corte sin recato,
que yo sé que me hablaras de otra suerte
I
ACTO SEfilWOO
JO!
me »lerís con bélico apiirato.
Mas, Consuntino. ta razón adviene
ue me fuerza á Icmcr y estar dudoso,
verás que es grande y mi sospecha fuerte.
El día mismo que te dio de esposo
' nombre mi hija (nunca te le diera K
^B eo el fue^o de amor libidinoso
^Kde una vil mujer. Circe hechicera,
^Kjcgún vengo informado, ic encendiste,
^Bfngiendo esta maraña, esta quimera.
^^A lu madre en prisión cruel pusiste,
temiendo que á tu amor vano é injusto
pusiera fin. que, aunque mujer, temiste.
Si es prenda luya, pues, invicto Augusto,
la que tiene mi hija en sus entrañas,
^•por qué deshonra mi vejez tu gusto?
Ella lo jura así, cesen marañas,
pues hay de su inocencia mil indicios
que muestran que te engañan ó me engañas.
Pobres, ricos, plebeyos y patricios
á Carola apellidan por señora,
y aun no sé si murmuran de tus vicios.
I Pues si tienes tu madre presa ahora,
^Lsiendo de la virtud claro dechado,
^gy pospones mi hija por I.idora;
" si has afrentado tu imperial Senado,
que era ta basa de tu griego imperio,
por habértelo justo aconsejado,
<qué mucho que quien tiene en cautiverio
Isa esposa y madre ordene esta maraña
y ñoja aquel ilícito adulterio?
GjNSTAMTlNO.
Si el dolor que tus canas acompaña
no me hicieran creer que estás sin seso,
íueras motivo de una cruel hazaña.
Si huyó el autor de aqueste vil suceso,
¿no es bastante ocasión que fue culpado
Leoncio, pues huyó? Déjate de eso,
7 agradece que no te he castigado.
Rey.
Pluguiese á Dios que aquí me dieses muerte
pof no vivir confusu y afrentado:
quedos hijos me dio mi infeliz suerte
que vengaran mi vida.
Constantino.
Porque creas,
'*ey, que es verdad cuanto te di¿;o, advierte:
yo quiero hacer que aquesta noche veas
'líffcnta y desengaño, y que escondido,
testigo de tu mismo agravio seas.
'^0 solamente el vil Leoncio ha sido
•juien de Carola mancha el nombre honesto
' K el Eneas de esa casta Dido;
'On la Guarda mayor es maniliesto
íye en la prisión su nombre y fama infama:
'" propio puedes ser testigo cíe esto;
•^ílrás de las cortinas de su cama
it puedes esconder, y por tus ojos
tfcciosver de su lasciva llama.
•-sstiga sus ilícitos antojos.
lUí s¡ en silencio tuve este suceso
'Uc por no acrecentar más tus enojos.
Rey.
{Válgame Dios! ^que á tan notable exceso
llega mi infamia? pues me dejáis vivo,
quitadme, ciclos, con la honra ci seso.
A ver este delito me apercibo:
haz que no sepa, César, mi venida;
verás presto mi enojo vengativo,
y, adiós, que voy á entretener la vida
porque no se me acabe hasta que sea
de aquesta infame hija filicida
y mi venganza con mi muerte vea.
(VaB4
ESCENA XIX
üalfn Cl.oriio y Liiioka. Cowstantino relirativ.
CuNSTAN. En brava confusión quedo.
jQuién me ha enseñado á mentir,
y cómo podré cumplir
con mi fama y con mi enredo?
LiDóPA. Esta noche gozarás
la esperanza que entretienes
si, como te digo, vienes,
Ciodio, solo como estás,
y entras por la sala donde
guardan la Infanta Carola,
que tiene una puerta sola
que á mi cuadra corresponde.
Ves aquí la llave della,
que ya te ha dado mi amor
la del alma.
Esc favor
estimo, Lidora bella.
,;Qué en tu dichoso retrete
tendrá fin mi pena?
Si.
Quedo: el César está alli.
jHate visto?
No.
Pues vete.
Adiós; noche perezosa,
á apresurar tu camino
me parto. {Vase.}
Cl.ODIO.
LlDOHA.
Cl.ODIO.
LlDOPA.
Clodio.
Lidora.
Clouio.
ESCENA XX
SaícCoRSTAMTiMo; lutgo Vk Cmado.— Dicha.
Lidora. ¡Mi Constantino!
Constan. ¡Dulce y bellisima esposal
LlDOHA. ¿Qué pensamiento os divierte
y os tiene triste y suspenso?
Constan. Una traza, mi bien, pienso
conque al de Chipre dar muerte,
que importa á nuestro respeto (i).
(Tocan cajixa y tale un Criado.^,
¿Qué es esto?
Criad, i .* César invicto:
Roselio viene de Egipto
y su Soldán victorioso.
Constan. El viene á buena ocasión:
premio su esfuerzo merece:
un medio el cielo me ofrece
importante á mi intención.
A ver su entrada salgamos,
que es un famoso soldado.
Así en los impresos: deberá leerse «reposo».
LA REPÚBLICA AL REVKS
Buena maraña he forjado;
mataránse los dos, vamos. (Vamir.)
ESCENA XXI
Satén Irbnk, de pastor, y Akokúkio.
Iubne. Tu lealtad al mundo asombre;
la fama le inmortalice,
y en mármoles eternice,
pastor famoso, tu nombre.
Andron. ¿Vaste?
Jaene. Sí, que es largo et trecho
de nuestro pueblo y es larde.
Andron. Anda con Dios.
Ibknb. El le guarde
y me saque de este estrecho.
[Vate Irene.)
ESCENA XXir
Amdro.sio.
.;Contó jamás la mentirosa fama
i'jiual suceso y caso de esia suerte
en cuantas partes de sus plumas vierte
las nubes portentosas que derrama?
¿Contó jamás de un hombre que en la llama
se abrasa de amor, dios cobarde y fuerte,
que pretenda ^ozar y dar la muerte
Á un mismo tiempo á quien adora y ama?
Rigor es inaudito y sin segundo;
mas, por vivir, á hacerle me provoco,
pues en su ejecución mi vida fundo.
Cuente la fama, pues, mi intento loco,
que yo sé que dirá después el mundo
que en un reino al revéi iodo esto es poco.
(Vase.)
ESCENA XXIII
Salín Soldados y sacan mtsa, veta, dados y juegan.
SoLD. I." Sacar dineros, suldados.
SouD. 2." ¿.No hay haría noche?
S01.Ü. I.* jQué importa,
si la más larga es más corta
cuando se juega? Echen dados.
Pasé á nueve.
SoLD. 2." Topo y gano,
los tres ¿ once.
SoLD. I.' Topo,
aquí y aquí.
¡Voto i Dios! Gané.
SoLb. 4." Perdí.
Venturosa fué esta mano.
Eche.
Solo, a.** A ocho he de parar,
esio.
Solo, i.* Pase, no le duela.
SoLi). 3.* Despabilen esa veta.
Soi.ij. 2." Reparóla.
SoLD. I." Topo.
.SoLD. 4.° ¡Azarl
SoLD, 2.' Siete y llevar.
S01.0. §•• Lléveme
el diablo si aquesta pierdo.
ESCENA XXIV
Salen Tabso, con e¡ Irajt de Irkiik, y Awoi
Anubon. No hay, señora, amante cuerdo:
amores ciego y no ve.
Dadme gusto, y vive Dios
que del fiero matricida
ponga en salvo vuestra vida
huyendo juntos los dos.
Ea. respondedme, pues
veis á lo que estoy dispuesto.
Tapso. ¡No faltaba más que aquesto
para andar lodo al revés!
Ya no puede durar nada,
habiendo luz, mi disfraz;
ánimo, ciego rapaz,
quitarle quiero la espada.
{Quítale ta esjiadi
Hombre no más que en el nombí
tu muerte tiene de ser
un hombre que hecho mujer
dará muestras de que es hombre.
Irene huyó; mi valor
la dio libertad.
Andron. Soldados,
dejad los infames dados,
matad á aqueste traidor.
{Echan mano todns contra ét
re.
Solo. 1 ,
i
¿Traidor? Traidora dirás.
¿No es mujer?
Cuando lo fuera,
bastante una mujer era
Eara vosotros, y aun más. J
\uera, que es un vil pastor. T
Huid, que es lo que os conviene,
que con el traje de Irene
me ha vestido su valor. (Vase.)
Andron. Seguidle, escuadrón cobarde.
Solo, i." Vamos. (Vanse ¡os Soldidos.) M
]Ay, cielo enemigo! f
el César me da un castigo
atroz, no es bien que le aguarde;
huyamos, pues, vida amada,
que estáis en notable estrecho;
iqué buena burla me han hecho
á no salir tan pesada! {Vaxt.)
Tauso.
Anühon
Tarso.
Andron.
I
ESCENA XXV
Sd/cn RosELio y Constantino.
R0SEI.10. ¿Mi hermana, cielos, manchó
su sangre siendo liviana?
¡Jesúsl ¿mi hermana? ¿mi hcrmí
¿duermo? mas ¡ay, Dios, que no
Constan. Yo os pondré, Roselio, en parle,
donde del daño que digo,
siendo vos propio el testigo,
cojáis á Venus con Marte.
RosRLio. Alto, pues, honra perdida:
la venganza es bien que os cuadi
vamos, no sepa mi padre,
señor, mi triste venida
hasta que de mí colija
que el cielo le quiso dar
hijo que sabe vengar
las infamias de su bii'a. (Vom.)
I
1
^^^^B ACTO SEGUNDO I03 ^|
Htan. Bien se traza de esta suerte;
ESCENA XXVn ^^H
■ de noche es; haré, aunque ladre
Sale Constantino. -Dicnos. ^^^^H
I contra mi el vulgo, que un padre
^^^^^^B
K y un hijo se den la muerte, (i'aif.)
Constan. Que se mataron colijo ^^^H
los dos, traza fué excelente. ^^^H
" ESCENA XXVr '
|Ah de mi guarda! ¡hachas! ¡gente! ^^^H
(Sacan kachnt.T^^^^^M
f R«T DI CuiPKK y luego RosKMo. Lutf^o Clodio.
¿Qué es aquesto? ^^^^|
Este es el teatro, honor.
RosELio. ¡Padre! ^^^H
donde el mundo representa,
Key. ^^^H
anque á osbcuras, nuestra afrenta.
Constan. Trocóse mi regocijo; ^^^H
tu venganza y mi rigor.
vivos los dos han quedado. ^^^^|
El papel tienes mejor,
¡Todo al revés, cielo airado! ^^^^|
sai, si decirle procuras,
RosELio. ¿Señor? ^^^H
y si á mucho te aventuras
Rey. infante, ¿en tal parte? ^^^H
i obscuras, no temas, llega,
¿á qué viniste? ^^ñ
que pues la venganza es ciega
RosELio. A vengarte. .^^^H
bien puedes vengarte á obscuras.
Rey. Ya yo propio me he vengado. ^^^H
[Sale KoicUo por la utra puerta.)
¡Ay invicto Emperador! ^^^H
B.IO. Aquí me trajo el Augusto,
que á mi costa salió cierto ^^^H
donde á obscuras he de ser
lo que dijiste: ya he muerto, ^^^H
lince, que tengo de ver
no castigado, al traidor. ^^^^|
mis agravios, ¡mundo injusto!
Pero, ¿cómo mi rigor, ^^^H
A obscuras vengarme gusto;
siendo la injuria sangrienta, ^^^H
que si la luz es testigo
con tan poco se contenta? ^V^^|
de la deshonra que digo.
Vamos, que una muerte sola ^^M
saldrájse] á luz mi despecho.
no basta, ¡muera Carola! ^H
^^B y delito á obscuras hecho
(Vanse ¡os das.') ^H
^^B a obscuras pide castigo.
RosELio. Muera, y con ella esta afrenta. ^^^H
^^m Parece que las pisadas
Constan. Mátenla y podré gozar ^^^H
^^f del adúhero me avisan
seguro esposa é imperio. ^^^^H
^^^ que sus plantas viles pisan
de mi infamia las moradas;
|Ah desdichado Liberio, i^^^H
tú lo hubiste de pagar! ^^^^H
ánimo, venas heladas.
¿Quién te trajo á esie lugar ^^^^H
dad á la venganza rienda
para morir sin reparo? ^^^^|
Llevadle de aquí; ¡que avaro iT^^I
y no sufráis que os ofenda
sangre vil. sin sacar sangre;
te fué el cielo! ¡ay mi Lidora! ^H
que la afrenta que es de sangre
dirás que te salió ahora ^H
justo es que la sangre encienda.
tu amor é Imperio bien caro. (Va$ej ^H
(Saca la daga.)
^^M
Salid, vengativa daga.
^H
y cuando pase, abrid paso
ESCENA XXVIII ^^H
á su vida, que en la! caso,
^^^^H
sólo asi mi honor se paga.
Sale Carola medio desnuda. ^^^^H
BSELio. No sé, cielos, lo que haga;
temblando voy; mas, honor,
Ya no hay, fortuna atrevida, ^H
con que perseguirme más. ^H
¿Estás contenía? no harás, ^H
¿dónde está vuestro valor?
'.Saca otra daga RoRcliu.)
porque aún me ves con la vida. ^H
Sólo el honor me convida ^H
¿Deque tembláis, brazo tlojo.^
Mas también tiembla el enojo
á guardarla, que no huyera ^H
cuando echa fuera el temor.
si honrada morir pudiera. ^H
(Sott CloJiú por en medio de filos.)
Esta puerta sale al mar. ^H
'*Dio. Esta es la dichosa hora
Peces: ¿queréisme ayudar ^H
para mi ventura cierta,
en persecución tan fiera? ^^^H
y este el cuarto de la puerta
¡Qué de cosas he perdido ^^^H
^^_ donde me aguarda Lidora;
juntas, mundo burlador! ^^^^|
^^K presa aquí la infanta mora;
imperio, esposo y honor, ^^^^|
^r gozar quiero la ocasión
padre, hermano y el vestido; ^^^^H
y abrir.
casi desnuda he salido ^^^^H
*^- ' Ahora, corazón,
huyendo mi muerte: pies ^^^^M
sacad la flaqueza fuera.
huyamos á la mar, pues ^^^^|
Muera el vil.
quizá en su golfo profundo, ^^^^H
*ELio. El traidor muera.
andará derecho el mundo ^^^^|
(Danle los dos, uno pur tas espaldas.
pues en tierra anda al revés. ^^^^|
Otro pur el pecho.)
^^^^^^H
w^io. ¡Ay, muerto soy, confesión!
^^1
I
Sait IKBNR vtsiida dep&stor.
Ihbne.
Monie soberbio, que enire pardas nubes
de estrellas coronado
imitas á Nembrot y al sol asaltas,
pues hasta el cielo subes;
si á la verdad que allá se fue has mirado,
vivir de asiento en sus moradas altas,
declárale las faltas
3ue en la tierra introdujo la malicia:
ile que no hay justicia,
que el mundo y su gobierno está de modo
3ue, andando al revés todo,
el hijo la madre huve,
porque su vida, bárbaro destruye,
hallando aunque te asombres,
en tus lleras piedad, mas no en los hombres.
ESCENA II
Sale Takro de pastar. Dentro Cabula y un
Makinebo.— Dicha.
Tarso.
En tus fieras piedad, mas no en los hombres,
pienso hallar inontc espeso,
que ya en los hfsmbres tu aspereza fundo.
Trocad, brutos, los nombres
por ellos, que por más bfuiosconíieso
¡os que hombres llama el engañado mundo;
un Principe iracundo
que á su madre ha querido dar la muerte,
hace que de esta suerte
huya, porque de su tirana furia
estorbe aquesta injuria.
Mi habitación seréis áspero monte,
sepa vuestro horizonte
que hoy á habitar vuestra esperanza viene,
Tarso, el pastor que dio la vida á Irene.
Irene.
Aquí, cielos, ¿qué escucho?
Fortuna ciega, no le temo ahora.
Libertador solemne
de aquesta vida con quien peno y lucho,
mi dicha con tu vista se mejora.
Tarso.
Bctlisima señora,
¿es posible que aquí te trajo el ciclnp
(^)ue lo sueño recelo;
vida, en verte recibo.
Ihene.
Tarso, ¿qué, vienes libre?
Takso.
Libre y vivo;
porque vengué tu ultraje
con el valor que me vestí en tu traje*.
Irene.
Pues la fortuna en paz, su guerra muda,
cese el rigor; piadoso cielo, ayuda.
(Gritan de d'ntm CaroU y un Mtrin
Carola.
¡Cese el rigor: piadoso cielo, ayudal
Marinero.
No lemas, que la tierra
está cerca, señora.
Carola.
¡A y mar airada!
jVucsiro favor acuda;
sed, Virgen, paz en tan confusa guerra,
por ser mujer, cual vos más desdic
Marinero.
Ya no hav que temer nada,
lira de aquesta cuerda.
Irenk.
Tarso, espera;
una voz laslimcra
sale del mar.
ESCENA III
Sale un Maxikeivo mojado y tirando d* un cordt
quien pa asida Carola sobre una tabla. — D(CM
Carola. ^|
jAy cielos, que me muerd
Irene.
¿No ves un Marinero
y una mujer asida á aquella tabla
que ni se mueve ni habla?
Marinero.
Libre csiás ya del mar, mujer; levanfa.
Carola.
¡Ay, perseguida y desgraciada Infanta!
Irene.
^Ay, persef^uida y desdichada Injanlaf
¿qué desdicha te ha puesto en tal aprici
Mas ¿qué pregunto, si el que de esta su
me hace andar, con desatinos vive?
¡Ah Infanta!, jah mi Carola!
Carola.
¿(Juién me llami
Ihf.ne.
Irene soy.
Carola.
¿Irene?
Irknk.
La iafclicc.
l^AROLA.
¿La madre de mi esposo?
Irene.
La que diera
'Ta vida que él persigue.
Cahoi.a.
SQConienlo en lu presencia;
razos.
» Irene.
No permila el cielo
[sojos tal desgracia lleguen.
Marinero.
a es Irene? ^-esia es Carola,
3sa del Monarca j^triego?
e el temor de verse presas
, rompiendo las prisiones,
»te modo. Mas ¿qué aguardo,
i avisar á Constaniinor
lo por mi que aqui se escunden,
tcador con las mercedes
ino espero. Adiós, señores,
Infanta, á quien sin conocerla,
tdú, en vuestra compañía
r libre, yo me parto
los otros compañeros
I saltaron de la barca,
Kieron las mojadas rocas.
Carola.
p con qué poder pagarte
me has dado, El ciclo quiera
líC le premie este socorro.
Marinero.
' aviso al César corro.) (y^t^'-)
' (rene.
ra, ¿que fortuna
á las dusP
Carola.
Aquesc monstruo,
te dio nuestra desdicha,
hermano ha persuadido
eros brazos le deshonro,
esu furia... Mas, ¡ay cielos!
olor! ¡Jesús, que muero!
Tahso.
tora, esfuerzo y no le pierdas,
t en lo espes ^ de este monte
eas de sus verdes ramas,
tseras, camas de sus hojas.
Y yesca dará lumbre
,gar tas ropas y abrigarte;
peligro ponga aquesta vida,
pueblo más cercano
ncr, aunque el vestido
ÍPENE.
Vamos, poco á poco.
Carola.
lAy, Je,üs, qué dolor!
Irene.
¡Ay, hijo loco! (Vansl
ESCENA IV
SaltH Constantino, Machino }■ I.inoHA
Constan. Ya Carola será muerta;
que aunque del padre y hermano'
al mar huyó por la huerta,
iueron tras ella, y es llano
que harán su venganza cierta.
Huyó mi madre también,
y aunque el darla muerte fuera
más seguro, me está bien
que por otras manos muera,
que no me faltará quien
me asegure el reino y tierra
con su muerte; y pues destierra
su ambición y asi se va
de mi Imperio, no podrá
con su ayuda hacerme guerra.
En fin, que el morir Liberio,
aunque con tal vituperio,
fué causa, bella Lidora,
de quegocemus ahora
los dos seguro el Imperio.
Ljdora. No puedo negar, señor,
la pena que siento en vano
por mi hermano, que su amor
pasaba de amor de hermano
á otro más esirei-ho amor.
Mas aunque con ella lucho,
por ser vuestro gusto escucho;
doy por bien su muerte presta,
porque si mucho me cuesta,
entendáis que os amo mucho.
Constan. Mucho amáis, porque os amé
mucho; ya, gracias al ciclo,
mi Imperio regir podré,
sin que temor ni recelo
madre y esposa me dé.
Desde hoy hacer determino
leyes que, de Constantino,
Constantinas llame el mundo,
siendo Licurgo segundo
de Grecia. Llama, Macrino,
á audiencia todos los presos;
que, pues deshice el Senado
que ju/gaba sus procesos,
es bien que tenga cuidado
de castigar sus excesos.
Machino. Yo voy. {Vast^
Lidora. Esos ejercicios
dan, mi bien, de vos indicios,
reconociendo en vos Grecia
juez que las virtudes precia
y que castiga los vicios. (Siéntanse.)
Constan. Sentaos, pues, que vuestro amor
ha de ser mi guia.
(Salen Macrino y un Bcluor.)
Machino. Señor,
ya tienes en tu presencia
presos á quien dar audiencia.
t
9.t/»ti /<.v i'KK.sos, y >>an llignndn como lux van
nombrando.
Constan. Diya, pues, el Rclalor,
jpor qué está aquesle hombre preso?
RELAToa.Es un ladrón al;imado
que. como reza el proceso,
ha estado ya sentenciado
otra vez á ahorcar.
Constan, ¿Por eso?
flKl-ATOK.SÍ, que son de precio extraño
los hurtos que en solo un año
en Gjnsianiinopl.t ha hecho.
CONST\N. llágale muy buen provecho;
soltarle, no te hagáis daño.
Licurgo Lacedenión,
cuyas sabías leyes sij^o,
estableció, y con razón,
que no le diesen casiij^o
f>oT ninyún hurto al ladrón,
'ucs sus leyes os enseño.
soltarle, que no es pequeño
el peligro á que se arroja
de que en las manos le coja
el hurto al ladrú.i su dueño.
Machino. ¡Buenos jueces!
Relator. ¡lixtrcmadosl
MAr.RiNO. Serán, con lal libertad,
ladrones los más honrados.
.Constan. Quiero que haya en mi ciudad
castigo de descuidados;
hurta sin que le corrija
el temor.
Tu Imperio rija
desde el Indo Batro al Tibrc. (Vate.)
Constan. Anda con Dios, vete libre.
Machino. (No sé de esto qué colija.)
Constan. Venga otro preso.
Relator. Este mozo
ha que está en el calabozo
un mes.
LiDORA. ¿Y por i^ué desastre?
Relator. Porque hurta, siendo sastre,
sin máscara ni rebozo
la mitad de todo cuanto
corta.
LiDOPA. Ya es inclinación
muy antigua; no me espanto,
si han de vestir un pendón
que crece y aue dura tanto.
Constan. Yo remediare este daño
sin que haya más engaño,
ni los piendan más por eso;
tomen por medida y peso
de hoy más. los sastres el paño,
y después que esté cosido,
cuando lo vuelvan á dar,
sea pesando el vestido,
y asi no podrán hurur.
( Vatt W Saitre.;
Traza de tu ingenio ha sido.
Giro.
Este es un casado
que ha un año que no hace vida
con su mujer, y hanle hallado
Lauros.
Rkiator
Constan.
Macpino
Constan
Relator
LinoRA.
GíNSTAN.
Rri.ator-
con otra mujer perdida
dos noches.
No es gran pecado.
Ven acá, ¿cuánto ha que estás
casado 6 cansado, y das
sustento á mujer y casa?
HoMBBK. Señor, de diez años pas».
Constan. Pobre de ti, ¿diez?
Hombre. Y aún más.
Constan. Suticicnies eran dos
para hacerle padecer
un infierno; anda con Dios,
mártir eres de mujer,
no hagáis más vida los dos.
( Va*t el HoAl
Y pregónese en mi nombre, JU
aunque mi Imperio se asombre^^H
de mandatos tan extraños, ^1
que de cuatro en cuatro años
remude mujer el hombre.
.¿Vos contra la ley cristiana?
No importa, otra ley me avisa
que fuera cosa bien sana
el mudar como camisa
la mujer cada semana.
jAy Grecia, que vas perdida!
i.a experiencia me convida
hacerlo de aquesta forma;
que no hay más pesada corma
que una mujer de por vida.
¿Por qué estáis preso?
Scñot;,
en un horno echar le han visto
con herético furor,
cuando ardiendo estaba, un Cristflb
y aún afirma en el error
del Emperador León,
autor de blasfemias tantas,
que cuantos adoración
á las imágenes santas
diesen, idólatras son.
Constan. Dice la verdad más cierta
de cuantas mi ley concierta;
sólo á Dios se ha de adorar
del cielo, y no idolatrar
un palo ó estatua muerta.
Y publique Grecia luego
que honrar simulacros tantos
es error de herejes ciego;
las imágenes de santos
se quemen, haciendo un fuego
público, pena de muerte.
Relator. Vuelve, gran señor, en ti.
Constan. A Dios honro de esta suerte.
¿Contradiceslo tú?
Relator. Si.
Oye, EmperaJor, advierte:
la adoración que se apli<*a
á la imagen, prenda rica
de nuestra humana miseria,
no es por ella ó su rnatcria.
más por lo que significa.
Es la imagen como histoiia
que nos trae á la memoria
en los católicos templos
los portentosos ejemplos
de los que están en la Gloría.
ACTO TERCERO
107
ftN
Si |>orquc de palo son
ó plata, los adorar»
la cristiana religión
) adelante no pasara
nuestra justa devoción,
fuera idolatra sin duda
quien una imagen desnuda
reverenciara, y tuviera
por Dios y favor pidiera
i un palo, á una labia ayuda.
Mas. como tu sello real
se estima en tu propia cuenta,
no porque es de oro ó metal,
sino porque representa
tu dignidad imperial,
y de quien le depreciara
y en las llamas le arrojara
se agraviara tu corona,
cual en tu misma persona
su locura ejecutara,
de esa suerte, pues, la gente
3ue de la inmortal presencia
e los sanios vive ausente,
su memoria reverencia
en sus tablas sulamenie.
Y SI con error tan ciego
mandas que lu Imperio griego
queme sus sanias figuras,
los mismos santos procuras
echar lambién en el fuej^o.
[Levdnianse.)
.Prended á aqueste hablador;
veamos si hay algún santo
que venga á áalle favor;
■ y esté sin comer en tanto
que defendiese este error,
que debajo de los pies
los he de poner, pues es
idólatra quien los precia-
Bien parece que eres, Grecia,
la república al revés.
(VanMü.)
ESCENA VI
Saltn el Rst de Chiphs y Rosblio.
). Según dijo el marinero,
las olas del mar amargo
lomaron, padre, á su cargo
vengar nuestro agravio fiero;
que escondiendo en su profundo
su lascivo cuerpo, intenta
que sepultando tu afrenta
no venga á saberla el mundo.
A Chipre puedes volverte;
que si Carola ha manchado
su honor, el mar ha lavado
la mancha, con darla muerte.
^-Cómo ha de poder lavar
el mar mi justo dolor,
si para manchas de honor
es poca el agua del mar?
¡Ay, Roselio, que no puedo
persuadirme á que la Infanta
fué autora de culpa tanta,
y temo que ha sido enredo
del infame Km
Roselio. Ami, laprop; i
me liene el alma ucsinxjia.
Rey. Oye, que viene un pastor,
y en este desierto quiero
saber en qué parte estoy.
ESCENA Vil
Salt Lkocio de pastor.— fncuctt,
Leoncio. Cielo airado, ,;dóndc voy?
yQué pretendo? .jEn quién espero?
SfVi suene vil, ¿qué procura?
.j[)e quién huyo, si conmigo
traigo el mayor enemigo,
que es la falta de ventura?
¡Ah fortuna vilt ,;asi
das á Leoncio sosiego?
¿E-i este el imperio griego
V mundo que abierto vi?
Mas, cómo juegas y burlas,
burláronme tus quimeras,
tú me afrentarás de veras,
pues que me honraste de burlas.
Key. ¡Leoncio! ¡Oh, dichoso el dia
en que el cielo soberano
quiere, que vengue mi mano
vuestra deshonra y la mía.
(Có^ín/e titt dot y sacan las dagas.)
¡Ah, traidorl Aquí lu insulto
me pagarás sin huir,
que Dios sabe descubrir
lo más secreto y oculto.
Leoncio. ,jRoselio? Rey, gran señor
detente, escucha primero.
Roselio. ¡Ah, lobo vil, que el cordero
despedazas de mi honorl
¿Qué injuria te hice jamás
que asi mi sangre deshonras?
Rey. Ladrón cruel de las honras,
yo haré que no robes más.
Leoncio. Si con mi muerte te pagas
de tu agravio, morir quiero;
mas óyeme Rey, primero,
para que te satisfagas;
que ese furor ya imagino
y sé que debe de ser
por haberte hecho creer
que le afrenté, Constantino.
Mas la noche que á Carola
de esposa la mano dio
en su lugar pretendió,
gozar á su dama sola,
y dándome de ello cuenta,
me mandó que procurase
cómo la Infanta quedase
ignorante de esta afrenta.
Yo, que en la amorosa llama
de Lidora me encendí,
al revés la traza di,
y trocando cuadra y cama,
su esposa el César gozó,
que era Lidora creyendo,
y al mismo tiempo fingiendo
que era Constantino yo,
en nombre suyo gocé
t
^^^^1 oS
L\ PEPÚBLICA AL BI::Vl'!,S ^^^H
la hermosura de I.idora,
Camila.
Sí; pero aquese color ^^^^B
es de Cuaresma ó Adviento. ^H
y á la mlania, mi señora.
de aquesta suerte venjtuc.
LmoRA.
Salga el turquesado, pues. ^M
Y en este tinnido traje.
Camila.
Deja lo azul á los ciclos, ^M
temiendo fuese sabida
no te pronostiques celos; ^M
mi traza, libré la vida.
el de rosa seca es ^|
Si esto ha sido hacerte ultraje.
buen color y grave. ^M
mátame, Hey, mas no creo
LlDORA.
guita H
que lo juzgarás por tai.
allá tanta terquedad; ^M
^^Rev.
Antes muestras de leal,
que la rosa de mi edad ^M
Leoncio, eti tu rostro veo;
ni está seca ni marchita. ^|
yo estoy cierto que has contado
Camila.
Ponte el de flor de romero. ^M
la verdad, porquu acÁ dentro
LlDORA.
La color es extremada, ^M
el corazón t-n su centro
pero el nombre no me agrada. ^M
asi lo habla adivinado.
Camila.
¿No le quieres? '^M
Rosclio, ¿qu¿ te parece
LlOORA.
No le quiero. ^
si fué cierto mi temor?
Camila.
¿Qué es la causa porque cobras
^^^ ROSELIO.
Ksioy confuso.
odio al romero? ^ü
■ Rp.v.
¡Ah traidor
LlDOFA.
¿No ves 1M
Constantino!, bien parece
que huele á pobreza y es ^^
que eres grie<40, descendiente
la pastilla de los pobres?
de L'liscsy sus engaños;
Camila.
Pues iraercle el verde obscuro.
no corte el hilo á mis años
LlDOBA.
Verde obscuro, ¿qué mudanza
la Parca, que venii siente
entristece mi esperanza? J
mi vejez larga y prolija,
¿.No vive mi amor seguro? ^M
hasta que asuele tu imperio;
Camila.
Ponte el blanco. V^
vengue mi difunta hija.
LlDORA.
Es de novel
^^H Leoncio
¡Válgame Dios!, pues ^es muerta?
que se arma caballero.
^^BRby.
¡Ay, Leoncio amigo, si.
Camila.
¿Pajizo?
ya murió! mas vive en mí
Lll>OPA.
No desespero. i
su venganza.
Camila.
¿Encarnado?
H' Leoncio
Será cierta,
LmoRA.
Es muy cruel.
sí á tu reino luego partes
Camila.
¿Verde mar?
y embarcando armas y gente
LlDOKA.
No me contenta,
sobre Grecia de repente
que esperanza puesta en mar
pusieres tus estandartes
ó se tiene de anegar J
en las famosas almenas
ó ha de padecer tormenta. ^m
de Constaniinopla. adonde
Camila.
El leonado es á mi gusto. ^|
nuestro enemigo se esconde;
LlDORA.
No me llamo yo Leonora ^M
que mientras tu campo ordenas,
yo en persona partiré
ni estoy congojada ahora. ^H
Camila.
Ponte el negro. ^^
a las legiones que están
LlDORA.
De ese gusto
sin caudillo y capitán
ningún color se le iguala.
en Armenia, y las haré
por eso con el me alegro.
amotinarse y venir
que sale sobre lo negro J
contra este desatinado
>or extremo cualquier gala. áfl
^onle los botones de oro H
aue á todos nos ha afrentado.
Pácil será persuadir
porque no digan que es luto. H
al ejército que haga
■
esto, y más que los soldados
E^ENA IX ■
se ven de el menospreciados
y ha un año que no les paga.
Sale CorcsTAKTiNO. ^H
^^H Rey.
í*ues con aquesa esperanza
G)NSTAN
. A darte viene tributo ^|
yo me parto.
el amor con que te adoro. ^|
^^B LCOKCIO
Y yo también.
La sala de mi consejo, ^M
^^M Rky.
Muerte, tu curso deten
llena de mil negociantes ^M
hasta que me des venganza. (Vansey
y embajadas importantes ^M
sólo por tu causa dejo, ^H
ESCENA VIII
que tiene que negociar ^H
mil cosas contigo el alma ^M
^F .Va/( LiDOKA con Camila it tocanr al csptjo y tiíntatc.
y vive sin verte en calma, ^M
K Camila.
¿{Jai vestido has de ponerte?
LlDOKA.
Déjame, mi bien, tocar. ^^
■ LlDORA.
Cualquiera; saca el morado
Poi fuerza has. señor, de ver "
sobre tela acuchillado.
mis laltas. ¡No me dejaras
^^^B Camila.
Triste estás de aquesta suerte.
locar primero!
^^^M Lmoi'A.
¿Triste?' ni por pensamiento;
Constan
Dos caras ^^^J
lo tTior«do, ^no es amor?
suelen dar á la mujer, ^eeM^M
ACTOTEHCtfRfí
tog
DB nérmusa y otra lea;
hcimosa es cuaiidu compuesta
i8Ct> al gusto plalu y tK.'sta
los sentidos recrea.
ero cuando so levanta
dicen que pone icmor,
que una cara en borrador
no enamora, sino espanta.
De ci otro tatito iuzyara
á no venirle así á ver,
^xnas ya sé que, aunque mujer,
0 tienes más de una cara.
leir me has hecho; alza más
espejo.
¿Está bien?
Si; aquesos cabellos ten.
Los ra\ os del sol dirás.
¿Estoy á lu gusto?
Si.
LPues no sé cómo, que dejo
,e mirarme en el espejo,
i bien, por mirarme en ti.
leha estos pocos cabellos
1 descuido, que es donaire
ene el rostro cuando el aire
está jugando con ellos,
Ahora que te has locado,
mírate bien, cara esposa,
eras si es mi dama hermosa
y si estoy bien en>plcado.
No por cierto; más mereces,
que es fea y de necio irato,
mírate tú en tu retrato
y verás cuan bien pareces,
r Constantino en tt espijo y espántase.)
■AN. ¡Ay!
¿Qué has visto?
AK. Un hombre armado
del propio rostro y figura
de Leoncio, que procura
matarme.
lA. (Lindo has estadol
¿pensabas burlarme así?
rAM. ¿Turbárame á no ser cierto
lo que he visto?
¿A Leoncio muerto
no le trajeron aquí?
\ Calla, Que ese es devaneo.
Itan. |Ay cielos!, quilate allá
I ¿no le has visto cual está?
(Vuelve á mirarse.)
Sola aquí mi imagen veo.
Alguna hechicera vil
me pretende dar la muerte
con hechi¿os de esa suerte;
y si es encanto sutil
no hago de hechizos caso
que soy otro Ulises yo.
Leoncio ya se murió,
¿qué mal puede hacerme?
ESCENA X
}Saitn un Maaihkko y .Macmkc— Dichos.
Paso.
Aguárdate allá, {^rosero.
.Wahi-.eu.SÍ csiá aquí el emperador
icngulc de hablar. Señor,
yo, que un pubre marinero
sov, he sabido que dds
premio á qutcn noticia tiene
dcl¡\ Eiripcrairii Irene.
Constan. ¿Ticnesla tii?
Marine:!!. Si; sabrás
3UC en los montes más cercanos
c Constanlinopla está,
y fácilmente vendrá
ella y Carola á tus manos,
porque si no es un pastor
no tienen otra defensa.
Constan. Digno eres de paga inmensa;
premiaráte mi favor.
Y á fe que ha de ser de traza
que en vida y trato mejores.
Llamadme mis cazadores,
que quiero salir á caza.
LidOHA. I'ues yo os he de acompañar,
que una caza como aquesa
promete famosa presa.
Constan. A mi madre he de cazar;
que pues su vida me mala,
malaria por vivir quiero.
LiDORA. Camila, dame el baqucro
de verde y hojas de plata. {Vanse)
ESCENA XI
Salen Leoncio de pastor, y Soi-dados.
Leoncio. Soldados del griego Imperio;
capitanes valerosos
de vuestra patria defensa,
de los contrarios asombro;
vosotros que tantas veces
las banderas habéis roto
de la multitud morisca.
y á quien tiembla el mundo lodo:
vosotros que habéis vencido
tantos bárbaros remolos,
como son: tártaros, persas,
húngaros, polacos, godos:
vosotros, griegos, en lin.
¿consentís que os rija un mozo,
un Emperador hereje,
un disparatado, un loco?
¿Qué es de vuestro valor, griegos?
¿Qué es del renombre glorioso
con que el magno Constantino
pasó aquí su Imperial trono?
¿Sabéis á qué Augusto César
honran las hojas de Apolo?
¿Queréis ver que hazañas hace?
Escuchadme, pues, un poco:
A la Emperatriz Irene,
que acaudillándoos á todos,
con ser mujer, dejó atrás
los hechos del Macedonio,
Erendió, y queriendo matarla,
uyó á los desiertos solos
donde desterrada habita
enlre tigres pardos y osos.
La hija del Rey Chipre,
á quien dio mano de esposo,
AL PKVES
Uno.
Todos.
Leoncio.
Todos.
Leoncio.
Todos.
Leoncio.
Uno.
Todos.
fué por él menospreciada
la noche del dcspüsorio,
y con una dama suya
casado olra vez, ha roto
la ley de Dios retirando
el primero matrimonio.
Los Senadores ha muerto,
desterrado vive Andronio,
y premiando á quien me mate
huyo en este traje tosco.
Pero todo aquesto es nada,
que de lo que más me asombro,
es que á Dios pierde el respeto.
Los simulacros devotos
de Cristo y su madre y santos
echa en el fuego furioso
y la adoración les niega;
prisiones y calabozos
de mil católicos llenos,
para el martirio están prontos,
por no seguir las blasfemias
de este bárbaro furioso.
¿Este Emperador tenéis,
capitanes belicosos?
¿éste consentís que viva?
¿Acaso es por los tesoros
que con vosotros reparte?
Vü sé que no; porque sólo
los gozan los lisonjeros^
truhanes, rameras y otros
semejantes en sus vicios,
pues ha un año que estáis lodos
sin pagas y despreciados.
¡Alto, soldados famosos!
sacudid este vil peso
de vuestros honrados hombros,
y muera aqueste tirano
de Grecia y del mundo oprobio.
¡Leoncio, semper Augusto,
viva y reine!
¡Viva Leoncio!
No, soldados, otro habrá
más digno del cargo honroso
que me dais.
iLeoncio vival
Legiones de Armenia, hoy pongo
en vuestras manos mi vida.
¡Viva Leoncio! ¡Viva Leoncio!
Pues Emperador me hacéis,
desde hoy á mi cargo tomo
vuestra defensa; marchad
á Constantinopla todos,
que alli el de Chipre me aguarda
con armas, gente y socorro
en venganza de su injuria.
¡Cielo benigno y piadoso,
ya miro cierto y cumplido
el pronóstico dichoso
de mi Imperio; no permitas
que tenga fin lastimoso!
¡Alto i Grecia, capitanes,
que os aguardan sus tesoros!
¡.Muera el loco Constantino!
¡Viva Leoncio! ¡Viva Lcuncio!
(IJépanlttn brinot:sutna dentro ruido
decapa y gritan.)
ESCENA XII
C^OK&T AK1 IKO, MACRINO / OfrOJ, lutgo LlDOIU
Constantino.
No vengo ¿ cazar fieras ni es mi intento
que tras el oso ó tigre el lebrel ladre;
cesen las voces que atronáis el viento,
que aquesta caza no es razón que os cuadre»
Si en ella pretendéis darme contento,
en vez de jabalí cazad mi madre,
que ella es la presa que pretendo sola
(SaU Ljdora de M(S
LlDORA.
Cazadores, ¿qué hacéis? dadme á Carola.
Constantino.
¡Oh, mi nueva Diana! A veros Febo
en ese traje, que érades creyera
su antigua Dafne, y con curso nuevo
segunda vez gozaros pretendiera.
LtOORA.
Como sólo con vos el gusto cebo,
Dafne esquiva para Febo fuera
vueltos laurel mis desdeñosos brazos,
que sólo son de vuestro cuello lazos.
Constantino,
El sol, que aquesc disfavor escucha,
intenta, por vengarse, que os ofenda
de su luz el calor que ahora es mucha;
haced, mi bien, que os armen una tienda
al pie de aquella encina, mientras lucha
mi amor con vuestra ausencia, porque empret
el fin que intento, y vuestro gusto trace |d
cuando á mi madre con Carola cace.
LlOORA.
Pedidme albricias cuando halléis la Infanta, ,
que á fe que he de intentar nuevos favores,
y porque Apolo su cenil levanta,
adiós, querido esposo.
Constantino.
Adiós, amores.
¡Alto, amigos! No quede peña ó planta
que no busquéis, pues de los cazadores
el que hoy lo fuese de mi madre Irene
ser cazador mayor por premio tiene.
Cazador i.*
Dichoso quien tuviere tal ventura;
señort's, cada cual tome el caminu
distinto y busque sólo la espesura.
Cazador a.*
Bien dices; irme sólo determino.
Constantino.
Gana de dormir tengo.
Macrino.
Pues procura
al margen deste arroyo cristalino
ACTO Tl-.H«.r.K(»
I 1 I
recostarte, ó al pie de aquellas hayas,
que yo te guarcfarc.
Constan iiNú.
Pues no te vayas.
( lichate á dormir. )
Machino.
El apiu:ible sitio me convida
de aquella zarza con taray funesto
j parras enlazada y retejida.
Adi<'<s, durmióse; el sueño tiene presto;
á mi zarza me voy que en ella anida
un ruiseñor y es agradable el puesto.
¡<^>uccl sueño pongaáun hombre de esta suerte!
Bien dicen que es imagen de la muerte.
{Echatt á dormir.}
ESl'.KNA XIII
Dttcitbrese una rutáa grande, 4 cuym piet gitará
CoASTA.sTi^o durmiendo, y tn la cumbre etiará
atentada l*.mi*B, armada, con e»pad a, mundo y coro-
na, y á un lado Cakula, que va xubitHdu, y d utro
LioNcio, catitea abajo, coma <fue st precipita; y 4
una parte ia VourvttA, vendado* los ojo», la cual
dice primero de dentro.
Fortuna..
Ah, Conslantinol
Constantino.
^Quién mi sueño asalta?
Fortuna.
[La que es más variable que la Luna;
|}a que al tiempo mejor se muda y salta.
Constantino.
¡Qué quieres, diosa ciega é importuna.*^
Fübtuna.
'Tu silla derribar, que está muy alta.
(Üescibreie la rueda.)
Constantino.
iQ\ié rueda es esai^
Fortuna.
La de la Fortuna.
Constantino.
k¿No estaba encima yo, mudable ruodai'
iPaes ¿cómo estoy abajo?
Fortuna.
Como rueda.
Constantino.
I ¿Quien es aquella, pues, que en lo atlo tiene
|d trono que he heredado de mi padre?
Fortuna.
[Esia es, cruel, la Emperatriz Irene,
que ya se menosprecia en ser tu madre;
I presto verás que á castigarte viene,
pues porque al cielo tu castigo cuadre,
á cuyos santos das tantos enojos,
te ha de sacar aquesos viles o)os.
Constantino,
Temerosa visión. Fortuna loca,
^;por tan pequeña culpa, pena tanta?
Fortuna.
SeRún la que mereces, ¿sta es poca.
Constantino.
.;(,)uitT) es esa que Subo y se levanta
en lu rueda, que á envidia me provoca?
Fortuna.
Carola es ésta, la inocente Infanta
á quien risueña, su fortuna esquiva,
la mano ha dado porque suba arriba.
Constantino.
Su virtud lo merece; y ¿que soldado
es aquél, diosa fácil, á auien quilas
la corona imperial que le habias dado
y al suelo de tan alto precipitas?
Fortuna.
Leoncio es, que el imperio te ha quitado,
á quien prenderá Irene.
Constantino.
Al lín limitas
en el caer, si en el subir; ¿y es cierto
que es Emperador?
Fortuna.
Sí.
Constantino.
Pues ¿no era muerto?
Fortuna.
Vida tirana por tu daño tiene,
y ya llega á prenderle.
Constantino.
¡Ah, de mi guardat
tCirrraíe ¡a aparirncia.)
[Filipo! jLesbio! jAicsiof ¿nadie viene?
¿ah, Macrino?
ESCENA XIV
Constantino y Machino.
Macrino.
Señor, ¿quién te acobarda?
Constantino.
Prende á Leoncio, da la muerte á Irene,
saca la espada.
Macrino.
Ya la saco, aguarda.
Constantino.
Mala áCaroli
MAChtMU.
Ten, señur, suiicyo.
Constantino.
^A l.tuncio no ves muña rea griego?
Machino,
Soñando estés, que no hay persona alguna
en todü aquesto que inquietarte pueda.
CoNSrVNTINO.
Luego ¿no ves la rueda de Fortuna.^
M.vcRrNO.
¿Qué rueda 6 qué fortuna?
4 Constantino.
Vi su rueda,
y CD ella, hasta la esfera de la Luna,
está mi madre, que en su cumbre queda;
sube Carola, cae Leoncio al suelo,
y yo, abatido, mi prisión recelo.
Machino.
Déjate de eso, gran señor, susiej[>a,
pues, es creer en sueños, desatino.
Constantino.
¿Leoncio, ciclos, en mi silla grief^a^
ESCENA XV
Salen di/s Cujaooí, uno tras c/ro.— Uicuos.
Criauo 1."
Huye la muelle, invicto Constantino,
que ya Leoncio en busca tuya llej^a
con ía gente de Armenia.
Constantino.
¿Ves, Mac riño,
cómo soñé verdad?
Criado i.*
Toda tu gente
le llama augusto César del Oriente.
Entró en Constantinopla, y en la plaza
la corona le dio su Patriarca,
y sabiendo que aqui viniste á caza,
te viene ¿ dar la muerte.
Criado 3."
Gran Monarca:
el de Chipre las olas embaraza
al pie de aqueste monte, echando á tierra
nran multitud de gente en son de Kuerra.
Constantino.
¡Todos son contra mi! mas no me espanto,
que he sidcj contra todos: ¿No hay do pueda
huir la muerte, pues el cielo santo
ti níi enemigo y su favor me veda?
Seguí mis torpes vicius hasta tanto
que me han puesto debajo de tu rueda.
fortuna vil; ¿por qué razón me infami
¡Mas, ay, que eché los santos en las llaiiif
ESCRNA XVI
Saít Cakola vrstida 4e fnettn.
\a^ creí, Fortuna airada,
que viviendo entre las lieras
me dejaras y estuvieras
con mis desdichas vengada.
Mas, pues hasta aqui me sigues,
mi muerte te es de importancia
dimc, pues, ¿por qué ganancia,
fortuna vil, me persigues?
¿Guindo cntienaes de poner
tin á tu venganza ticra?
Tenme lástima, siquiera
por ser, como tú, mujer.
Mas ¡ay cielos! que imagino
que ya mi fin se llegó.
l Tocan 4e dentro cafar
ESCENA XVII
Sattn marchando Liokciú y Soi hados ~C*»o
Leoncio. No seré Emperador yo
mientras viva Constantino.
Buscadle, que mi rigor
en su oprobio y vituperio,
me trae por cazar su impeno;
á caza del cazador,
Pero ¿qué mujer es esta
que aqui llora, triste y sola?
<3ielos, ¿no es esta Carola,
Infanta? llaga Chipre fiesta,
si sois vos; albricias pida
la fama por tantos bienes.
Capola. ¿Q>ué es esto Leoncio? ¿vienes
para dar fin á mi vida?
¿Envía por mi el augusto?
Constantino?
Leoncio. Yo, señora,
soy solo el augusto ahora,
que de vuestro gusto gusto.
Kl lauro imperial me hadado
Grecia de lodo el Oriente,
y deque estáis inocente
el Rey de Chipre informado.
Justas venganzas concierta
y con ejército viene
en mi favor, aunque os tiene
él y Roselio por muerta;
yo le dejé satisfecho
de vuestro mucho valor.
Ca^oua. Si resucita mi honor,
cielo, poco mal me has hecho.
Leoncio. ¿Quién os pudo sustentar
sola en aquesta espesura?
Carola. Quiso mi suerte y ventura
que, habiéndome echado al mar
casi muerta, á tierra vino
á darme el vital favor
Irene, con un pastor
que, huyendo de Constantino.
^^^^^^^^" ACTO TERCKKO
^^^^^^^W ^M
en este desiertu tiene
Pero con tenerle preso ^^^^^
más ampato que en su hijo.
castigaré tu traición. ^^^^|
Eoscio. (Ya mi perdición colijo.
Leoncio.
Tus pies en mi boca pon, ^^^^f
si halla mi campo á Irene.
pues mi locura confieso, ^^^^|
Imporiaráme quitarla,
goces señora mil años ^^^^M
SI quiero imperar, la vida
del mundo la redondez, ^^^^H
antes que sea conocida.)
que te conoce otra ^^^^H
¿Dónde, Infanta, podré hallarla?
por su Augusta. ^^^^|
laaoLA. ¿Qué es lo que quieres hacer?
[nene.
Ya los daños ^^^^H
.KONCio. ¿Que? respetarla y tendía
de nuestra persecución, ^^^^|
Infanta, se han acabado; ^^^^H
por señora, pues es ella
quien me ha dado vida y ser.
ya ei cielo aclaró el nublado ^^^^|
(Oird intenta el corazón.)
de su obscura confusión. ^^^^H
;\i»oLA. Si eso es así, vamos donde
Vos imperaréis conmigo, ^^^^|
dadme os brazos. ^^^H
de su propio hijo se esconde.
EONcio. Ya temo mi perdición.
Carola,
Ya he dado '^^^H
{Gritan adentro.)
l>or feliz mí mal pasado. ^^H
3uscad á aquese enemigo. ^^^H
"ODOS. ¡Viva Irene, viva Irene!
Ireke.
,EONCio. ¿Qué es esto, fortuna esquiva?
Castigaré la malicia ^^^H
'ODOs. ¡Viva Irene, Irene viva!
con que á tantos ofendió. ^^^H
ÍTRO. A Irene el Imperio viene.
que. aunaue soy su madre yo, ^^^H
es m¡ madre la justicia. ^^^H
EáCENA XVIII
Pero ¿qué es esto? (Sutnan cafa».) ^^M
Satt un Soldado.— Dichos.
ESCENA XX ^1
otjiA.DO. Todo tu campo, señor.
Sattn marchando el Rst ob Ciiipkk, Rosxlio y Soi.- ^^|
se amotina; en salvo ponte,
OAOOS,)!'
sacan áLinoAA y áConítJtttJiKosin tspa4« ^^B
que hallando á Irene en el monte
satt tatn
bien A.snKOMio. ^^H
1 huyendo con un pastor.
el ejército la aclama
Rey.
¡Tirano! ^^^H
por Emperatriz augusta
De los hombres destrucción, |^^^|
y ya de tu muerte gusta
y a voces tu nombre mfama.
para lu imperio Nerón, ^^^M
}ara tu Dios Diocleciano. ^^M
í\ cielo, que tu mal traza, ^^M
twcto. |Ah! ¡Variable fortuna,
qué poco estuviste queda;
me forzó á desembarcar ^H
subisteme en tu vil rueda
donde pudiese vengar ^H
hasta el cerco de la luna.
mi injuria. ^H
y ya me vences y ultrajas!
Constan
¡Ah infelice caza! ^H
DOS. ¡Viva Irene, Irene viva!
Carola.
¿Mi padre no es el que aquí, ^H
ONCio. ¿Por qué me subiste arriba
cielos, con mi hermano veo? ^H
pues que tan presto me abajas?
0. Emperatriz es Irene,
¡Padre míol ^H
Rky.
Si el deseo . ^M
ella viva, Leoncio muera.
no me hace salir de mi. ^H
BOLA. ¡Cielos!, pues Irene impera,
¿Carola es ésta?, Mas no, ^M
¿qué aguardo? Pero ya viene.
que es muerta, {fortuna esquiva!
Bella hermana, qué, ¿estás viva?
Roselio.
^^ ESCENA XIX
Carola.
Sola mi pena murió.
Dejóme a vida el mar
SaltH Ikbnií y Soldados.— Dichos.
que vosotros perseguisies.
Rey.
Años largos, canas tristes,
f(B. A lo menos en prisión,
bien os podéis alegrar.
soldados, es bien que esté
Aquesos brazos enlaza
quien á su Emperador fue
á aquesta vejez prolija.
traidor; que, si por razón
y muera yo luego, hija.
me da que sus desvarios
Tarso.
¡Dichosa y alegre caza!
le obligaron ¿ negarlo
la obediencia y á quitarle
Carola.
Habla á la Emperatriz griega.
Rey.
¿A quién?
su imperio y sus señoríos.
Carola.
A Irene, por quien
responderé que no hay ley
hoy nos vino tanto bien,
ni razón ninguna hallo
y £ quien Grecia alegre entrega
con que despoje un vasallo.
el imperio que otra vez
por malo que sea, á su Rey.
No quiero la muerte darte,
gozó.
Rey.
Qué, ¿aquí estáis señora?
aunque la pida tu error,
A la cumbre ilegó'ahora
gue un hereje Emperador
de sus dichas mi vejez.
a aqueso pudo obligarte.
Y pues el cielo ha querido
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO I
t.
8
^m 114
^^^^^^ AL ^^^^^^^^^^B
^^Lag
que otra vez por tal misterio
Sea su esposa, y si lo niega ^B
^^^Hl
subáis al famoso imperio
dadle muerte. ^H
^^^^^^H
que este tirano ha perdido,
Leoncio.
Yo, señora, ^H
^^^^^H
juzgadle, señora, vos,
digo que quiero á Lidora. i
^^^^^H
que aunque escondido le hallé
Lidora.
Yo y lodo, ¡ay fortuna ciega! J
^^^^^^B
y en ¿1 vengar inictiié
Irene.
De secretario mayor, ^H
^^^^^H
mis injurias, pues que Dios
Tarso, el oficio tendrás, ^^^H
^^^^^^H
os hizo juez superior,
y con el cargo darás ^^^^H
^^^^^H
su castigo ejecutad
indicios de tu valor ^R^^h
^^^^^^H
como madre con piedad,
digno, que Je envidió el müMO^^
^^^^^H
y como juez con rigor.
Tarso.
Tus pies imperiales beso.
^^^^^^H
También esta mujer loca
[rene.
No estoy contenta con eso, ^m
^^^^^^1
por vos juzgada ha de ser,
en premiarle más me fundo, ^M
^^^^^"^
aunque el ser como es mujer
Tarso.
Das señora testimonio ^M
^^^H
á lástima me provoca.
de quien eres; ya estoy rico. ^H
^^H Ikene.
Yo recibo, sabio Rey,
Rey.
Pues yo también os suplico ^^
^^H
los presos de vuestra mano,
que, dando perdón .-i Andronio, 1
^^^^
y si en Roma hubo un Trajano
le volváis á su privanza, ^J
^^^B
tan observante en su ley.
que huyendo de Constantino ^M
i valerse de mí vino. ^H
^^^B
dejar en Grecia colijo
^^^H
memoria que al mundo cuadre,
Tarso.
baste la burla en venganza ^M
^^^F
sacando, aunque soy su madre.
que le hice disfrazado ^|
V
los ojos de un traidor hijo.
de mujer. ^|
^^^ Carola.
Eso no, si es justa cosa
Irene.
Yo, Rey, concedo ^B
^^K
gue en aquesta ocasión llegue
a vuestras plantas y ruegue
cuanto pidáis. ^H
^^^L^^
Rey.
Y yo quedo ^H
^^^^^K
por Constantino su esposa.
Perdonadle, si merezco
por mil parles obligado. ^^
^^^^^^V
Irene.
¿Dónde al Principe mí nieto ^m
H^^^^
su vida; llegad los dos.
dejaste, Tarso? ^|
H IfENE.
Juez de la causa de Dios
Takso.
Escondido ^M
^^^H
he de ser; no me enternezco
en un roble le he tenido, ^h
^^^H
con ruegos; llevadle preso
temiendo el mortal aprieto ^M
^^^K
á una torre y denme cargos
en que la persecución ^H
^^^^1
lodos de sus vicios largos.
nos puso de Constantino. ^H
^^^H
que sustanciado el proceso.
ÍHENE.
En su nombre determino ^H
^^^^
sin que me ablanden los llantos
gozar de la posesión ^H
^^^^^_^
de su esposa, haré de modo
del Imperio; ve por él, ^H
^^^^^B
que quede vengado todo
y á Constanlinopla vamos ^M
^^^^^^ft
el mundo, Dios y los Santos.
donde bautizar le hagamos. ^í
^^^^^^B
Esa mujer que os sirvió.
Carola.
Yo con mi padre y con él 1
^^^^^^V
por vos sea casiígada,
irme á Chipre determino, 1
^^^^^^K
que, pues fué vuestra criada
porque no podré sufrir
^^^^^^H
y siéndolo os injurió.
en lodj Grecia vivir
^^^^^^K
Infanta, el mayor castieo
que al presente puedo darla
viendo preso á Constantino.
^^^^^v
Irene.
Quédese, pues, el infante
^
me parece es entregarla
por general de la guerra ^1
^^^P
á su mayor enemigo.
en todo mi imperio y tierra, ^1
^^^ Carola.
Pues no lo tengo de ser
que de este cargo importante
K
con ella en esta ocasión;
es digno.
^^^B
ames, si mi intercesión
Roselio.
Tus plantas beso.
^^^H
con vos algo ha de poder,
Irene.
Alto: á mi Corte, soldados.
^^^^^
os suplico perdonéis
i Leoncio desde ahora,
que en ella seréis premiados
^^^^^K.
como merecéis.
^
como reciba á Lidora,
Todos.
Con eso ^J
^T
si os parece, por mujer.
danos, señora, esos pies. ^^|
^^H Irene.
Que se casen es razón;
Uno.
|Viva Irencl ^H
^^H
Emperadores han sido
Todos.
]Viva Irene! ^H
^^^K^
y á un mismo tiempo han caído
Tarso.
Este fin, senado, tiene ^^|
1
del Imperio y su ambición.
La República al reyes. ^^M
lusms, Tki.£m*co, niño, y Nicahdko, griego
Ulises.
al tálamo justo,
das de Himeneo,
po y de Tetis enlazaras
(cerviz el gusto;
dio á Peleo
Teüs, nunca convidaras
ni injuriaras
rdia traviesa,
lanzana de oro
ia dio en tesoro
sta sobremesa
sión tirana
iza i toda Grecia una manzana.
I fuera piadosa
>asior tirano
ibutaria de sus pechos.
I n
EL AQUILES
detiene amor y el juramenio apriela,
si no me parto vivo
con riesgo de mi fama
al qué dirán del vulgo vil sujeta;
si me parto, es profeta
el alma de ios daños
que en esta ausencia temo:
y entre uno y otro extremo,
miedos y desengaños
confusa traen mi vida
partida entre el sosiego y la partida.
El honor me aconseja
que no pierdan los ojos
de vista esposa que apetecen tantos,
y el mismo honor no deja
que, asegurando enojos,
tímido quiebre juramentos santos;
encuéntranse los llantos
de obligación y ausencia;
aquélla me da prisa,
y ésta mi muerte avisa;
^qué hará, pues, mi paciencia
sin una y otra joya,
de tres almas en Grecia, un cuerpo en Troya?
Nicandro.
De dos forzosos daños,
el menos peligroso
escoge el sabio que el peligro mide;
á tus maduros años,
Ulises generoso,
consultando el menor, consejos pide.
Si el alma se divide
partiéndole de Grecia
en las prendas que adoras
y contando las horas
que la quietud desprecia,
Penélope está enferma,
^por qué querrás dejar tu patria yerma?
Procure el injuriado
vengar agravios suyos,
y de Elena castigue la mudanza,
que no por su cuidado
es bien crecer los tuyos
y á tu esposa olvidar por su venganza.
Si tu experiencia alcanza
los daños que recuerdas,
¿será prudente cosa
por que él cobre á su esposa
que lú la luya pierdas?
¿y que en demanda ajena
a Penélope dejes por Elena?
TEI.f.MACO.
Padre, no se me ausente,
que está mi madre mala
y senos mocirá si la desprecia;
si mis suspiros siente
y el tierno amor iguala
á la hermosura y caridad de Grecia,
¿no será cosa recia
que tal esposa é hijo
Ror ausentarse olvide?
ti madre esto le pide,
y si se va, me dijo
que no esperase, padre,
gozar una hora más viva á mi madre.
Pues si ella se me mucre
y el padre se me ausenta,
huérfano de los dos, ¿de mí qué aguarda?
Quédese en casa, ¿quiere?
Tendrála á ella contenta
y á mi seguro en su amorosa guarda;
advierta que si tarda
de asegurar temores
dus vidas atrepella,
pues muerto yo con ella,
aumentaré dolores
diciendo en la otra vida
quede su esposa é hijo fué homicida.
ÜLlSES.
¡Ay, Telémaco mío!
Persuasivo, elocuente,
anegarme en tu tierno llanto puedes:
cada perla es un río
que en líquida corriente
á las del Kilo en eficacia excedes.
Ya viene Palamedes
á llamarme perjuro
sí el juramento sanio
que al cielo hice quebranto;
no está mi amor seguro
si niego mi partida,
ni sí me parto lo estará mi vida.
Pero si el amor fuerza
y el juramento obliga,
venza el amor, pues es mayor su exceso;
¿qué fuerza hay que á su fuerza
resista, sin que siga
yugo inmortal queá tanto dios ha preso?
Quíteme amor el seso
y no me quite ahora
mi esposa por la ajena;
robó Paris á Elena,
sí Mcnelao la adora,
réstame su hermosura, ^
que no hay obligación donde hay locura,
(Llinait el niño y »«tti
ESCENA II
Saltn Falamedfs y Peuoro.— Ni<L»?iD«d
Palam. No queda en Grecia señor
que no parta conira Troya,
y esta acción sólo se apoya
en el ingenio y valor
de Ulises, pues sus ardides,
si á sabios se ha de creer,
de más provecho han de ser
que las nazañas de Alcidcj.
Juró defender á Elena
con los demás en la ley,
que Tfndaro, griego Rey,
si no la cumplen, condena.
Robóla Paris; si intenta
Ulises buscar ahora
excusas por ver que llora
Penélope, de su aírenla
serán los dioses testigos:
pues sus aras menosprecia,
y á los Principes de Grecia
^^^^^m 117 ^H
tendrá por sus enemigos.
tan discreto, ni quisiera ^^^H
Kl ejército me envía
su esposa en tanto exceso. «^^^H
por él.
Pei.oRO, Deja la mayor belleza ^^^^|
no. Amor, que es más fuerte.
que enamoró al dios rapaz ^^^^H
y á las puertas de la muerte
el reino que goza en paz ^^^^H
con Penélopc porfía.
y un hijo de su riqueza ^^^^|
6 acabarla, ú obligar
y discreción heredero; ^^^^|
á que su esposa se quede,
pártese á ajenas venganzas, ^^^^|
en tal juramento puede
el honor teme mudanzas ^^^^|
justamente dispensar.
y amor desnudo el acero. ^^^^|
ROR. Dejar sola tal mujer
Quien ama cuerdo, ama poco; ^^^^|
ni es amor ni es fortaleza,
ama mucho y loco está. ^^^^H
tiraniza á la belleza.
Palam. Cobarde temor será ^^^^|
ya la ausencia, ya el poder.
y engaño el fingirse loco. ^^^^|
V si uno y otro' se junta
Ya Grecia tiene experiencia ^^^^|
y tantos la han pretendido.
de sus astucias, malicia ^^^^M
siendo madre del olvido
es ^^^H
la ausencia, llore difunta
Ulises. (Pregona y a^ótase.í ^^^^H
su honra, Ulises ausente.
Esta es la ^^^^|
M. Penélope es la más casta
que manda hacer el ausencia ^^^^|
de toda Grecia.
á un recién casado (dale; ^^^^H
no. No basta
loh, cómo escuece el traidor!) ^^^^|
ese valor excelente
que se ausenta de su honor ^^^^M
para el recelo que lleva,
y de su casa se ^^^H
ni puede discreto ser.
iQué indígenta está la penca! ^^^H
siendo vidrio la mujer,
Gran delito debe ser ^^^^H
quién con la ausencia la prueba.
dejar á propia mujer ^^^^H
•Según esto, no os espante,
por otra mujer mostrenca. ^^^^|
viendo que á la muerte está,
Libros hay de ejemplos llenos, ^^^^|
si Ulises con vos no va.
donde leerá el que los trata ^^^H
lAM. Menos valiente es que amante;
que es un asno el que se mata ^H
pero yo no he de ir sin él
cual yo por duelos ajenos. ^H
ó ha de quedar por perjuro.
Por Üios que estábamos buenos ^H
pues la victoria aventuro
dejándonos en los nidos ^H
que tengo cierta por 61.
los pajaricos perdidos ^H
^H
en uñas del gavilán. ^H
^V ESCENA 111
El refrán ^H
diga que á muertos y á ¡dos ^H
úfale ITlisbs medin desnudo y Zoco.— Dichos.
no hay amigos, mas yo trueco ^H
I
(perdóneme Dios si peco) ^H
ms. Toquen las cajas aprisa.
á estos versos los sentidos, ^H
K y pues Grecia á Troya pasa.
y entendidos, _^^^H
■ abrase L'lises su casa.
rezan con causa mayor ^^^H
^^^ ^Hércules está en camisa?
que honor ^^^^|
^^B Deyanira le pegó
canta, que á muertos y á idos ^^^^|
^^P la ponzoña del Centauro.
no hay maridos, ^^^^H
Creta encierre el Minotauro,
no hay maridos, que es peor. ^^^^|
que Pasifé le parió;
Pues si entre ausencias y olvidos ^^^H
pobre Minos, ¿qué dolor
de la honra no hay noticia, ^^^^|
de cabeza os atormenta?
y de milicia á malicia ^^^^H
El marido que se ausenta
va tan .^^^^|
eche en remojo su honor.
¿ouíén se parte á la milicia? ^^^^|
¿Ausencia necia ^^^^H
Toro se llama la cama
del matrimonio en latin.
á mi sacarme de Grecia? ^^^^H
etimología ruin
¡Malos años! no hay justicia. ^^^^H
sacará de ella la fama,
Nicano. ¿Hay lástima semejante? ^^^^|
díganlo los adivinos,
Ulises. ¿Yo, entre cajas y pendones, ^^^H
mientras yo mi ausencia lloro.
marido de comisiones? ^^^^|
¿la Hasifé con el toro
Vaya la mujer delante, ^^^H
y sin azotalla Minos?
llore y cante ^^^H
iOh, bellaco! ¿De malicia
como cuerdo y como loco ^^^H
qué laberintos trazáis
quien tiene su honor en poco, ^^^H
y á mí á Trova me enviáis?
que yo, entre el Hamo y la risa, ^^^H
[Malos añosl ¿no hay justicia?
ni tengo espacio ni prisa. ^^^^|
MI. ¿Qué es esto?"
Menelao su enojo aplaque ^^^^|
MDR. (.Tiises sin seso.
y vengue su badulaque, ^^^^H
que i no perderle, no fuera
porque, cual dijo mi abuela, ^^^^|
i8
£L AQUlLES
Á quien le duele la muela,
la muela, que se la saque;
ó si no yo iré á la guerra,
como no quede en mi tierra
hombre que amando negocia;
que yo ausentarme no quiero
si no los llevan primero
á todos á C.apadocia.
¿Penelopica en Escocia,
y yo sin Penelopica?
(jFuego de Dios, cómo pical)
Ella hilando, otros urdiendo,
y amor la trama tejiendo
en mohatras la avaricia
conquistando la codicia.
¿Pasife abrazando al toro
y Venus al monstruo de oro?
¡Malos añosl no hay justicia.
Peloro. ¡Desgracia, por Dios, extraña!
NiCANo. Notable fuerza de amor.
Ulises. De alfeñique es el honor
y la mujer es de caña,
si i Paris Elena engaña
llévese él la penitencia;
¿comllo yo? ^hay tal sentencia?
mandar pagar sus amores
justos hoy por pecadores.
Donosa es. por Dios, la maula,
metjérala en una jaula,
6 colgarásela al cuello,
que yo (si quieren sabello),
loco, mas no mentecato,
no dejo la carne al gato
ni i los osos la colmena;
sí Elena es mala ó es buena
allá se lo haya;
si se fué á holgar á la playa
tómese lo que la vino,
3ue el borracho junto al vino
irá la jurispericia
que es malicia;
lo que el Troyano comió
¿Quieren que lo escote yo?
|Malos añosl no hay justicia.
(Vase.)
NiCAND. Id iras él, que est¿ furioso;
no le suceda algún daño.
Pai.am. Todo esto es ficción y engaño.
Ulises es cauteloso:
yo probaré su locura
ó fingido frenes!
que no ha de excusar asi
su miedo y nuestra ventura, ivase.)
ESCENA IV
SüU UuMS umhrando tat. — Dicnoa menos
Palamboss.
Ulises. Fuera, que soy labrador;
sal siembro en lugar de pan,
porque así no picarán
avechuchos en mi honor;
tienen á mi esposa amor
muchos, y por Dios que es malo;
la sal preserva al regalo,
mi esposa se queda acá«
NlCAND.
Ulises.
y no se me dañará
si aunque me ausente la salo.
(Siem
¿No es la sal sabiduría?
Él sembrarla, pues, rr.e importe
que hay poca, y anda en la Cor
en coches la bebería;
hay notable carestía
de doncellas recatadas;
las más están decentadas,
por eso me ocupo en esto,
que si se dañan tan presto
es porque no están saladas.
Rey, gran señor, vuelve en ti.
Bueno, ¿pues pareceos mal
sembrar mi casa de sal
y esterilizarla asi?
El amor ¿no es fuego? Sí.
¿No es estopa la hermosura?
Pues si abrasarla procura
el fuego del amor ciego,
sallar ha la sal del fuegu
y mi honra estará segura.
Ea. ya habernos sembrado;
démosle ahora una reja;
quien se va y su mujer deja
no cogerá fruto honrado;
¿lio entierra al grano el arado,
que con el üempo batalla.
y después colmado se halla?
Pues quien quisiere coger
fruto de honra en la mujer,
cuando se ausente, enlerralla.
La deshonra es, á mi cuenta,
mastín que á la fama ladra;
mirad &i el nombre le cuadra,
pues muerde al pobre que afrent
luego si mi amor se ausenta
y da tras mí, (i)
¿no es bueno sembrar sal? S
y no sembrarla, ¿no es mal .
si; que al perro, si no hay p
el remedio es <i[sal aquí!»
Viisotros me serviréis
de guebras, poneos aqui.
(Ara ca
Si ha de sosegarse asi,
sigamos su humor.
¿No veis
que es justo que me ayudéis,
pues cultivar mi honor quiero?
Are el cuidado primero
lo que la opinión sembró;
mas cun bueyes, eso no,
que en tal tierra es mal agúero,
mejor es el aaadón
( Toma el ana^tón y ra
y ahorraremos de molestias,
que no es bien fiar de bestias
el honor y la opinión;
quitemos toda ocasión,
ningún terrón nos impida
la cosecha en mi partida,
que es tropezón la belleza,
y la mujer, si tropieza,
dadla también por c«ída.
I (i) Verso iacompleíocn el original.
Peloro.
Ulises.
ACTO PRIMERO
119
ESCENA V
^jkVAMXDBScofi l'SLánACo tn tos frra^oj.— Dichos,
josi. Ea, Ulises, yo también
soy labrador como vos,
sembremos junios los dos.
SES. Pardiez, vaya, decis bien.
iM. Porque buen año nos den
frutos de esta sementera
grano es Telémaco, muera,
{Saca la daga.)
V os dará el tiempo oportuno
ios hijos ciento por uno
á la cosecha primera.
Con su sangre es bien regar
la tierra, pues que no llueve;
muera, y fruto el campo lleve.
^M. jPor qué me quiere matar?
Padre, llegúeme á vengar.
LM. Yo seré el ejecutor,
muera el fruto, auncjue esté en flor,
y multiplique despojos.
(Valtá dar. Tiinele Ulists )
l^M. ^ Padre?
jAy hijo de mis ojos,
tierno efecto de mi a mor I
Si con prueba tan costosa
se ha de excusar mi partida,
Ulises pierda la vida
y auséntese de su esposa.
Mi locura cautelosa,
Palamedes, ya ha cesado;
obedezcamos al hado
y no pierda yo opinión
con vos, pues cualquier perdón
merece el temor casado.
Con la victoria presente
mi fama á ilustrar comienzo,
que, pues en ingenio os venzo,
más que todos soy valiente.
Vamos, Ulises prudente,
á Troya, que la venganza
tiene puesta su esperanza
sólo en vos, pues más efeto
hace un capitán discreto
que el arnés, la Hecha y tanza.
Consolad á vuestra esposa,
y veréis que en esta ausencia,
si es casta por excelencia,
os gana fama gloriosa.
¡Ay prenda del alma hermosa!
En fin, me parto y os pierdo;
honor, entrad en acuerdo,
y pues en el mal que toco
no bastó fingirme loco,
sed vos en mi ausencia cuerdo.
iVanst.)
ESCENA VI
Aquilxs, qve ha de hacer la mufer vestida de
§les con un birtón, y Qdirón, viejo, tambiin de
t/cs, y Tktis, bi^arramentt vestida de campo.
JkM.
Ya no te pueden sufrir,
Aquiles, estas montañas,
á nadie dejas vivir;
de tus costumbres extrañas
todos procuran huir;
^qué pastor por ti no eslá
señalado?; ^qué pastora,
cuando ásu cabana va,
de ti no se queja y llora,
y mil querellas me da?
No diferencias los brutos
de los hombres, ni aun los frutos
de ti se pueden librar,
pues, antes de madurar,
forzados te dan tributos.
No sé yo de qué aprovecha
lo mucho que te he enseñado,
la ciencia está satisfecha
con el natural templado
que el bárbaro ser desecha.
Hizo á la filosofía
para moderar pasiones,
el Sol, que todo lo cría;
en ella te di lecciones,
y en ti lograrse podría;
la música, ya tu sabes
que con agudos y graves,
ánimos silvestres templa,
y que el que en ella contempla
le da del alma las llaves.
Tocas el arpa y la lira
y tus costumbres no tocas;
quien te oye cantar se admira,
y de tus costumbres locas
asombrado se retira.
Debajo de tal belleza,
¿es posible que se esconda
tan cruel naturaleza?
En las fieras corresponda
al cuerpo la rustiqueza,
pero no en ti, cuya suerte,
si tan bello quiso hacerte,
arrepenlidu repara
que enamoras con la cara
y con los brazos das muerte.
Aquil.ES. Tü tienes la culpa de eso;
desde niño me criaste,
Quirón, robusto y travieso;
con leche me alimentaste
de una onza, asi profeso
el natural heredado
de la leche que mamé.
Carnes de fieras me has dado
á comer, nunca gusté
ni la liebre ni el venado.
En éstos el temor crece
que huyendo los envilece;
tmitanao á esotros voy;
bien haya, pues su hijo soy,
quien á los suyos parece.
Tetis. ¿Hijo de las fieras?
Aquiles. Si.
Tbtis. ¿y no mío?
Aquiles. El ser primero
te debo, pues que nací
de ti, pero no el postrero
que del sustento adquirí.
Ya sé que el Rey Peleo fué
mi padre y esposo tuyo;
^ 120 EL AQUILES ^^^^1
^^^^^ pero como me crié
Dkidam. |Aqut, cazadores míos, ^^H
^^^^H entre estos montes, concluyo
favo r! ^|
^^^^H que en ellos me transformé.
Aqijii-es. No huyáis, persuadios
^^^^H A Quirón me encomendaste;
que no soy monstruo.
^^^^^m forma quejas, madre, de él
Deidam. {Aquí, aqu
^^^^H si lan diverso me hallaste,
Aquii.ES. Hechizo que el viento excedes.
^^^^H que yo estimo ser cruel
deten el curso y temor; m
^^^^H en más que ser tu hijo.
hombre soy. H
^^^^^irtRÓN. Baste.
Deidam. Dadme favor. ■
f Aqimlks. Vo^ á vengar en leones
vasallos de Licomcdes. ■
^Hi y tigres lo que no puedo
Tetis. Este es mi Aquiles; procura ■
^B en vuestras reprehensiones.
sosegarle. ■
^^ Tetis. Hijo, espera.
QiiiPüN. El es de suerte ^
r Aquiles. Escuche el miedo
que ó los ha de dar \a muerte
^^— consejos y persuasiones. (Vaae.)
ó hacer alguna locura. Ü||
^H ESCENA Vil
1
ESCENA VIH ^
^^" Dichos, menos Aquiles.— Z>fníro Dbidamia y Vocks.
t Tetis. ¡Ay hijo del alma mía!
Salt Aqdiuf.s con DsinAMiA en liis bracos, que vet
^^L esc valor ha de ser
wstitta de ca^a bizarramente.— Luego Cazador
^^H mi muerte, y yo he de perder,
^^K perdiéndote, mí alegría.
Aquiles. Desmáyeseme en los brazos.
^^H Quirón; un mortal asombro
{Panela en el t*
^^B ocasionó mi camino;
Emboscado estoy seguro; ^
aquí corre un cristal puro H
que el cuerpo divide en lazos.
^^B el oráculo divino
^^H y mil sabios que no nombro
^^H me afirman que si se parte
Cristal con cristal pretendo
^^H con el ejército griego
resucitar. ^
Deidam. jAyde mil ■
¿Dónde estoy? ^
^^H mi Aquiles á Troya, el fuego
^^V que Venus ofrece á Marte
^^H ha de ser su perdición;
Agiíii.ES. Ya ha vuelto en si
^^K muerte le han de dar cruel,
Dos soles están lloviendo. ^
^^H puesto que quede por él
Sosegad, mi cazadora, H
^^H asolada la nación
que si da gusto la presa H
^^H que en Troya á Paris ampara.
á quien la caza profesa, ■
^^B Lsto profetiza Apolo;
un alma que en vos adora ■
^^H es hijo Aquiles, es solo
tenéis á los pies rendida; H
^^V ^ es ios ojos de esta cara.
^^H Si siempre que se me acuerda
mas ¿qué mucho la rindáis 1
si con dos Hechas tiráis fl
^^H que su luz me ha de faltar
que, dando muerte, dan vida^|
^^B e.xcede mí llanto al mar.
Deiüam. Monstruo, mas no digo bien,
^^B ¿qué he de hacer cuando le pierdaf^
que ofendo tu gentileza,
^^m Tú, que su ayo y maestro
aunque lan rara belleza m
^^^ eres desde que salió
monstruosidad es también. ■
^^^^L al mundo, y de quien fió
Deidad de este bosque umbrosor
^^^^H mi fe el amor que le muestro,
héroe, semidiós ú hombre,
^^^^^ft aconséjame det modo
que no hallo decente nombre
^^^^H que podré librar su vida,
que cuadre á tu rostro hermosoi
^^^^*^ Que á esto ha sido mí venida.
^^m Quimón. Va yo sé que el mundo todo
mira que heredera soy ^
hija del Rey Licomedes, ■
^^^ ha de registrar LJIíses,
Y que si el limite excedes H
honesto y dos voces doy, H
^^B que de buscarle se encarga.
^^H y á cuya prudencia larga
tengo esta montaña llena H
^^H . los más remotos países
de monteros que podrán H
^^^^ no han de poder defenderle.
darte muerte y mezclarán H
^^H Si su natural inquieto
con mi venganza mi pena. H
^^H diera lugar al secreto.
Aquiles. Princesa de mis ojos, H
^^K lo mejor fuera esconderle.
que, pues en ellos tiene H
^^V Mas ¿cómo tendrá sosiego
su origen mi esperanza H
^^V encerrada la inquietud,
justo es que en ellos reines. H
^^B con grillos la juventud,
recelos asegura, B
^^B y dentro la mina el fuego?
que no osan atreverse ^M
a tu deidad hermosa ^M
^H^ ¿Pero qué es ello?
^K Tetis. jAy de mí!
deseos descorteses. ^m
^^m (/)< dentro pocts y rutdo.)
Efectos tan contrarios ^M
^^^^^^^^^^^^^^^^^act^bÍmep^^^^^^^^^^^^^^^^Tzt
1
^^^^^n mi ha causado el verte,
penetra con los ojos
^t
^H que hielas pur lo grave
un alma, que entre pieles
^^M
^H y por lo hermoso enciendes.
rendida te idolatra
^^M
^H Solía yo, y no ha mucho,
y humilde te obedece.
^H
^H matando entretenerme,
Dfiuam. Discreto, persuasivo.
^H
^H haciendo mal holgarme,
^en qué escuelas aprendes
^H
^H pacífico ofenderme,
retórica amorosa
^^1
^H cazando día y noche.
en montes elocuente?
^H
^H hufan igualmente
Conclúyesmc elegante,
^H
^H de mi por esos campos
hermoso me enterneces,
^H
^H los brutos y las gentes.
compuesto me aseguras
^H
^H jQué rústico los pisa
y sabio me convences.
^^1
^H que ea viéndome no tiemble,
Si como amante obligas.
^H
^B de dia no se esconda.
mi rigurosa suerte
^H
^1 de noche no me sueñe?
hubiera excepcionado
^H
f ¿Qué serranilla simple
mi gusio antes de verte.
^H
1 me mira que dispense
y no tuviera padres.
^^1
^^ con ella la hermosura
cuya obediencia prende
^H
^B humilde por silvestre?
en concertadas bodas
^^1
Los más robustos árboles
el alma que suspendes.
^H
de aquestas selvas verdes,
¿qué dicha como amarte?
^^1
tcmblándome en sus hojas
jqué gloria como hacerte
del reino y alma mía
^H
dan muestras que me temen.
^H
B Los tigres y leones.
señor eternamente?
^H
^B sin que mi lucha esperen.
Mi padre me da esposo.
^1
^ huyendo con bramidos
que ya por ti aborrecen
^1
me aplauden más valiente.
los ojos, que no ha un hora
'fl
Tú sola, victoriosa,
lloraban hasta verle. ._
^^1
trofeos grabar puedes
Soy hija, es Rey severo V
^H
en bronces inmortales,
mi padre Licomedcs; m
^H
pues sola tú me vences.
¿k quién no obligan padres?
^M
Salí á buscar venganzas
¿á quién no fuerzan Reyes?
^M
^H de agravios que reprenden
Amante de imposibles
S
^B en canas venerables
soy ya, véngale en verme
^^1
^B dictámenes crueles.
imposibilitada
^^1
^B y cuando más furioso,
del bien que mi alma pierde.
^H
mírete en una fuente
Nunca pluguiera al hado
^H
copiando tu hermosura
sacara al campo redes
^H
cristales por pinceles,
que en vez de fieras y aves
^H
templado suspendíme.
su cazadora prenden,
^H
suspenso contémplete,
pues volveré á mi Corte,
^H
perdíme contemplándote,
si loca por quererte.
^^1
contemplando adoróte.
eternizando llantos
^H
En agua me abrasaste.
que tu memoria aumenten.
^^1
H no sé si fué agua ardiente.
Aqliii.es. ¿Pues quién será bastante, ■
^H
^m más sé que de ella forjas
si tú, mi bien, me quieres,
^^1
^B rayos para vencerme.
á violentar tu gusto?
^H
^B Alzaste los dos soles,
yo soy... [Voces y ruido de dentro.)
^H
™ y apenas llegó á verme
Caza, i." Aqui, aquí gente.
^H
la luz que en ellos vive,
Caza. 2." Aquí, que el fiero monstruo i
^^1
cuando á los vientos leves,
nuestra Princesa ofende;
^H
hurtándoles las alas
cercad todo este bosque, ^
^H
la fugitiva liebre,
echadle los lebreles.
^H
no osó cuando corrías
Aquiles. ¿Qué es esto?
^H
correr más, por correrse.
^^1
^ft Talares de Mercurio
^M me dio mi feliz suerte.
ESCENA IX
H
^m pues te alcancé amoroso
5a/e Carbón, poitor.— Dichos.
^H
^1 y te detuve alegre.
Desmayos y temores,
^^1
Carbón. Señor mío.
^H
si frágiles, prudentes,
huye, si no pretendes
^H
al pecho retiraron
que con tu muerte lloren
^^1
corales y claveles.
los prados y las gentes;
^H
Mas ya que restituyes
con Hechas y con dardos
^^1
á la animada nieve
cercando el bosque vienen
^H
H la púrpura usurpada
^B que á darla esmaltes vuelve,
monteros atrevidos
de la Princesa y Reye;
1
^H 122
^^*^^^^^^^^^^L AQUILES ^^^^^^^^^^^^^B
asegurar la vida
de UD mozo ocasionado
por este atajo puedes;
de amor y de años verdes.
^qué harán, si aquí le matan,
No aguardes cortesías
sin ti Quirún y Telis?
de quien á nadie leme,
^HAguiLes.
|Oh estorbos envidiosos
que pocas coyunturas
de ios mayores bienes,
de amor fueron corteses.
que en cifras de hermosuras
Cebado en malar hombres.
los cielos comprehenden!
lugar y tiempo ofrece
Sabréis quién es Aquiies.
para que al Rey, tu padre
Hermoso Sol que enciendes
y mi señor, te lleve.
un alma hasta hoy de bronce;
Aquí tengo un caballo
si para detenerte
que á los del sol excede
son ruegos poderosos
y lleva pies de plumas
y, como afirmas, tienes
con que ligera vueles.
amor á quien ya Hora
¿Qué aguardas?
el verse de ti ausente,
Deidam. ¡Ay amorl.
espérame no más
lay honral, indiferente
del tiempo y plazo breve
estoy entre vos<ítros;
que lardo en quitar vidas
pero si la honra vence
a los que nos ofenden.
donde el valor se eslima.
Garbón, sé tú mi Argos,
perdone amor aleve.
y mientras mi amor vuelve
que jura hasta que goza
á reiterar favores.
y goza hasta que miente.
guárdame diligente
(Vamtlt
la prenda que te fio.
¡Ay cielos, si le duermes,
ESCENA XJt ^
para pagar descuidos
qué pocas vidas lienesl (Vase.t
^^^1
ESCENA X
Señor... |A esta otra puerta!
Llevósela; si vuelve
Gakbóm y Deidamia.
Arquillas y no la halla,
¿aue hará, Garbón probele?
K diabro que le aguarde,
^^■Garbón.
Par Dios bueno; ¿yo alcaide,
en bosques, de mujeres
mas hétele á dó viene;
que aprenden cantonadas,
aquí hay un alcornoque,
si aún no sé guardar bueyes?
su hueco ha de esconderme.
Sabrá, señora mia.
No lerigo, si me agarra.
que yo he sido sirviente
de Arquillas y Esquilón
para el primer puñete.
que así despacha tigres
un año y cuatro meses.
como Garbón molletes.
l^lame hecho este muchacho
(Escóndete cm e¡ tronco dt un 4r
mastín suyo; ¿qué quiere?
Par Dios, si se me escurre
que es di abro y me despierne.
Con ella ha de agarrarme
ESCENA Xiri
Sale A9UILSS.— Dicho.
para que no me deje,
seré siquiera un rato
Aquiles. Huyeron, y sin seguillos
de tal hembra corchete.
sólo he querido espantallos.
^HDeidam.
|Ay confusiones míasl
que son de mi bien vasallos _
decid, ¿aguardaréle?
y no es justo perseguillos. ■
Después que amo, traigo ^rillofl
Mas ¡ayl que si ic aguardo
mi honor ofensas leme.
sino es para aquí, en los pies; V
Pues ¿qué queréis? ¿que huya?;
aquesta mi prisión es ■
mas Si en el alma viene
Y aqui me aguarda mi hechizo.
Mas ¡ay ciclosl, ¿qué se hizo?
al vivo retratado
y en ella asiento tiene,
Garbón. El alma traigo al revés. M
[Asomándose entre tas rd|
¿quién huye de si misma
que en si misma no lleve.
Temblando estoy.
SI alas, también grillas
Aquilis. ¿Mi señora?
que vuelan y detienen?
¿rai sol, mi gloria? ¡Ay de mi!
Garbón. Par Dios, si me encuentra aquí,
ESCENA XI
que no vivo un cuarto de hora.
Aquii.es. ¡Garbón, Garbónl
Sale ywrmm.— Dicuoii.
Gahbón. Agora M
topa conmigo, y si llega, ^
^BQuirón.
Huye, Princesa hermosa,
los ímpetus crueles
por un pie me agarra y juega
kRBÓN.
i la pelóla y me arroja,
sí por no hablarle >>e enoja,
al cielo, y desde allí á Noruega.
Más vale ames que me toque
hablarle, como que soy
su dama, y por el esioy
convertida en alcornoque,
i<;uiLES. Si tiO queréis que provoque,
deidades, la religión
que os da el mundo sin razón,
volvedme la prenda mia.
Si á los dioses desafía,
jqué no hará de vos, Garbón?
Si á injuriar los dioses llega
con tal furor, ^qué no hará
de quien destilando está,
de puro miedo, pez griega?
QUiLES. Si mi sol su luz me niega,
jdónde irá ciego quien ama?
Mi bien, mi gloria.
(Dentro del árboi, disimulando ta vo;
reiponde Garbóa. )
¿Quién llama?
¡Ay cielos! ¿quién eres?
Ful
quien te adoraba.
¡Ay de mi!
Y ando ya de rama en rama;
halle allá, que quien me toca
comete un grave pecado.
¿Hate algún Dios transformado?
¡Y cómol
¿En qué?
En alcornoca.
Si Apolo á Dafne provoca
hasta en laurel convertilla,
si Clecie á su luz se humilla
la cabeza vuelta en tior
y Apolo le tuvo amor,
no es nuevo, aunque es maravilla.
¿Amábate Apolo?
Sí.
¿Quisote gozar?
También.
¿Y huíste de él?
Con desdén.
¿Fuele siguiendo?
Hasta aquí.
¡Que en tal ocasión me fui!
¿Llamaste algún dios?
¿Y cómo?
¿Y qué dios era?
El dios .Momo.
Por sus efectos lo veo;
mas máteme mi deseo
si venganza de él no tomo.
|Ay amor siempre cruel! {Alúrbni)
mi plantaserás divina,
como de Hércules la encina,
como de Apolo el laurel.
Consagraréte como él,
ya que tuve tales íines.
No es bien que en eso imagines.
¿Porqué?
Ya está consagrado
el alcornoque, abogado
de corchos para chapines.
ARBON.
Qb'ILES.
ARBÓN.
QUILES.
ARBÓN.
iQUILES.
lARBÓN.
iQUlLES.
ARBÓN.
QUILES.
Carbón.
Aquiles,
Carbón.
Aquiles.
Carbón.
'^QUll.ES.
Jambón.
"•iitílLES.
'-«RBÓs.
tJílES.
ARBÓN.
¿Qué disparale: son éslos?
É quién hace burla de mi?
tesgajaréie, y as!
veré engaños manifiestos.
(Desgaja la mitad del árbol y sale
Garbón.)
Gaabón. Señor, los hinojos puestos
tiemblo y te pido perdón.
Aquii.es. ¿Quién eres?
Garbón. Yo soy Garbón.
AyuíLES. ¿Qué es de mi princesa bella?
Garbón. Ocupada está, vo á vclla.
AgiüLES. ¿En qué?
Carbón. Si he de hablar verdad,
en cierta necesidad
que él no puede hacer por ella.
Aquiles. ¡Ah traidor!
Garbón. Ea, ya comienza.
Aquiles. ¿Qué es de mi bien, hombre vil?
Gahbón. Fuese á atar un cenogil,
que tuvo de mi vergüenza.
No sé si era orillo o trenza;
pero presto volverá.
Aou[i.ES. ¿Huyó de mi amor?
Garbón. Verá
cuál se la traigo.
Aquii.es. Detente.
Garbón. Dando estoy diente con diente.
espulgándose estará;
luego viene, aguarde un poco.
Aquiles. ¿Huyes, villano?
Garbón. Me escurro.
Aquiles. Aguarda.
Garbón. Aguárdele un burro. (Vaat,'
Aquiles. A qué furor me provoco.
{Va Iras él, sait al encuentro Teiis y\
liénele.)
ESCENA XIV
Tktis y .\qiiilbs.
Tetis. Hijo, detente.
Aquiles. Estoy loco.
Tetis. Ya me ha contado Quirón
la fuerza de tu alíción;
por Deidamia estás perdido,
a remediarte he venido;
tin á tus pesares pon.
Aquiles. ¿Quién es Deidamia?
Tetis. El espejo
en que te miras.
Aquiles. ¿Y adonde
está? ¿Qué es della? Responde.
Tetis. Llevóla á su padre viejo,
Quirón.
Aquiles. Pagará el consejo
muriendo Quirón tirano. (Uo ra.}]
Tetis. Refrena el enojo vano,
que no eres hombre, pues lloras.]
Aquiles Adoróla.
Tetis. Si la adoras
yo le la pondré en la mano.
Disponte vi á obedecerme
y dispondréie á alcanzarla.
Aquiles. ¿Cómo podrás tu obligarla?
Tetis. Todo es posible.
^tÍ4
EL AQUILES ' ^^^H
Aquiles.
Ofenderme
por galas me acomouaDa, ^^^B
I
será, madre, el prometerme
/ en vez de triunfos me daba ^
cosas que no has dccumpiinnc.
os brazos viéndome así B
i Tetis.
Üelerminate seguirme,
¿Qué diria si me viese fl
^^
hijo, y á no replicarme,
de infame mujer vestido? B
^^■l
que tu amor sabrá enseñarme
Tetis. Eso fuera, hijo querido, B
^^B
y mi industria prevenirme.
cuando Quirón lo entendiese; B
^^P^QUILES.
¿Qué me podrás tú mandar.
mas sólo hemos de saberlo, fl
^^1
por imposible que sea
después del cielo, los dos. m
^^H
que, como á Deidamia vea.
Aqiiii.es. Pues ¿no sabrá que algún dios
^^K^
dificulte ejecutar?
en mi afrenta puede verlo?
^^HBTIS.
Tiéneslo de rehusar.
Esta razón te convenza: M
I^Bkquiles.
No tengas temor.
que merece infames nombres 1
F ^Tetis.
Si asi
quien se esconde de los hombres
k
lo cumples, vente tras mí.
y de Dios no se avergüenza.
1 Aquii E-S.
Qué, já Deidamia alcanzaré?
Cuanto y más que, aunque pudiera
L Tetis.
Hijo, si, y ic libraré
ser posible el ocultar
■
de los daños que temí.
de los dioses el obrar uM
cosa que justa no fuera; S
el que en valor se señala ^B
no lo ha Je dejar de hacer ^M
H
ACTO SEGUNDO
porque ellos lo puedan ver. ^M
mas porque es de suyo malo. H
H
Deidamia y su amor perdone, ^
que» aunque la adoro, no es justo
V
ESCENA PRIMERA
que oprima á la honra el gusto
y tal infamia ocasione.
^^MSalen .\<jv\l*s, (tt dama bizarramente vesHiia de ca-
¡Vive Dios, que de afrentado
■
mino, y Tbtis.
de la vileza presente,
tengo de huir de la gente
r ■ Aqtjiles.
¡A extrañas cosas me obligas!
y nunca entrar en poblado!
I. Tetis.
Transformaciones de amor
¿Yo joyas, sedas y rizos?
j^K
dan á los dioses valor.
¿chapines y tocas yo?
^HIquii.es.
Es verdad; mas no me digas.
Tetis. Siempre el amor inventó
^HL
madre, que no degenero
galas, disfraces y hechizos;
^^Hi
con aquestos trajes viles
mas, pues no quieres usallos.
^^B
de mi ser. Yo soy Aquiles
procura olvidar, si puedes,
^^m
con gentil arnés de acero.
á la hija de Licomedes
^^B
¿Para la guerra me ensayas
que, aunque salen sus vasallos
^^H
que en Troya Grecia me ofrece?
en su nombre á recibirnos,
^^B
¿Fama mi valor merece
y él desea tanto vernos.
^^H
entre chapines y sayas?
fácil nos será volvernos
^^■t
Afuera pasiones locas,
y de su corte encubrirnos.
^^B
que con cobardes cautelas
Quien sus pasiones reprime
^^1
corchos viles por espuelas
no tenga amor, pise estrellas;
^^H
y por facetada tocas
Deidamia es de las más bellas
^^K
entorpecen mi valor.
que honran su deidad sublime; ^1
^^B
|Vive Dios que he de rompcllas,
goce Lísandro las glorias ^M
^^B
pues no es bien que infame en ellas
que dejas tú, pues se casa S
^^V^
mi opinión un torpe amor!
con ella, y tú el tiempo pasa B
^BTbtis.
Cuando á Hércules se iguale
en atormentar memorias, fl
^^^
el que disfraza tu ser.
de puro honrado, homicidas. 1
^^K
ven hábito de mujer
le contemples con Onfale,
Galas lascivas desnuda, fl
^^K
de opinión y traje muda, fl
^H,
dejarás de estar confuso;
asalta las defendidas ^
^^K'
pues no te aconsejo yo
murallas que en Troya empieza
^^H
que, si Hércules hiló.
á guarnecer el valor
^^B
juegues tú á la rueca y huso.
mientras Lisandro al amor J
^^B
•^unca mucho costó poco.
ejecuta en la belleza fl
^^B
mucho si amas has de hacer.
de Deidamia. fl
^^P^QUILES.
¿Yo vestido de mujer
Aquiles. ¿Quién es ese fl
^^k
y no me juzgas por loco?
Bien lograré de Quirón
que á mi dueño ha de gozar? 1
Tetis. Con quien la quiere casar 1
^^B
^^E
las lecciones y ejercicios
su padre.
^^B
con que, refrenando vicios.
AguiLES. Eso no, aunque fuese
^^B
pieles del lifíro y Icón
pública al mundo la infamia, m
1
despedazados por mi
de aquestos disfraces viles; fl
ACTO SEGUNDO
es sólo merece Aquiles
ía hermosura de Deidamia.
Vence, amor, vuestro poder,
dioses, los que habéis amado.
Aquiles enamorado
se disfrace de mujer.
No pierda yo mi opinión
con vosotros, que no es nuevo
en Nepluno, Jove ) Febo
transformarse. Dioses son
y hombre Aquiles, que hoy imita
á Júpiter vuelto en toro,
águila, cisne, nube, oro
con que mi amor acredita.
Celoso estoy, mis desvelos
fuerzan lo que amante dudo,
que lo que el amor no pudo
siempre lo acaban los celos.
Madre, al Rey vamos á hablar
y á dar á Lisandro muerte.
'ms. Lo que le he ensenado advierte.
iQuiLES. Sólo diñculto andar
sobre estos corchos, no quepo
en ellos ni se regillos;
fueran acerados grillos
cadenas, prisiones, cepo,
que con hacerlos pedazos
quedara libre después;
mas con corchos á los pies
y con puños en los brazos,
terribles cosas me mandas,
¡que prender puedan á Aquiles
corchos y telas sutiles,
y en vez de maromas, randas!
Tetis. Todo es fácil á quien ama.
Cuando estés en la presencia
del fíey. haz la reverencia
que te he enseñado de dama;
vuélvela á ensayar aqui.
Aquiles. (llace una reverencia de soldadu.)
Si la errare no le asombre.
• etis. Esa es reverencia de hombre.
^Qt^iLES. Y esiade mujer. Caí.
{Cáese dt los chapiitrs.)
Juráralo madre yo
que en haciéndome mujer
había luego de caer.
Mas ¿qué es esto?
*Tis. El Rey salió
de mi venida avisado,
tu dama y competidor.
*^íL,BS. Sólo esta vez el temor
mi cora/ión ha usurpado;
los efectos del vestido
me pegan su liviandad.
*ts. íiijo: en la diñcultad
tu ciego amor te ha metido;
ten con las acciones cuenta
_^ que te enseñé.
^^iLES. Harclo asi.
Í^Tis. Si te conocen aqui
caerás en mayor afrenta.
Mira no eches á pcrdcllo.
ííJiLES. Amor, ayudadme vos,
porque sino, vive Dios,
que habernos de revolvelío.
ESCENA II
Acoiupañamitnlo: LicoMsnes, viefa; Diioamu, con
úiro MtUdo; ÜMSKtD A, dama; Psloko y Lisandro. — 4
Dictios.
LicoMED. Ya se me cumplió el deseo
que de conocer tenía
á quien, siendo sangre mia,
es esposa de Peleo.
Dadme, señora, los brazos.
Tetis. Con ellos el alma os doy,
pues asegurando estoy
en ellos moríales lazos
que mi agravio pronostican,
no hallando en vos, gran señor,
el esperado favor
que mis remedios publican.
Llegad i besar la mano.
Nereida, al Rey vuestro lío.
AguiLES. En ella el amparo fio
que ha de hacer mi temor vano;
pues, fuera de ser mujer,
soy, gran señor, deuda vuestra,
y vos espejo en quien muestra
la clemencia su poder.
{Ap) ¿Cuk\ de aquellos dos será
que Deidamia trae al lado,
el que á mi amor y cuidado,
veneno entre celos da?
Gana tengo, vive Dios,
de dar tras todos.
LtcoMED. Admiro,
de la belleza que miro,
hermosa sobrma, en vos,
de vuestros padres la suerte,
pues que les dio su ventura
en vos toda la hermosura
y en vuestro hermano el más fuerte
héroe que la guerra apoya;
pues, según dice la fama,
su Marte, Grecia le llama,
y destrucción suya Troya.
Aquiles. No quedará vuestra Alteza
de esa dicha defraudado,
pues en mi prima ha cifrado
su amor, armas y belleza.
Belleza con que enamora
y armas con que quita vidas,
puesto que por bien perdidas
se den por vos, gran señora.
Ueioam. No sé yo con qué pagar,
prima, tan nuevos favores;
mas salgan por mis ñadores
los brazos que os llego á dar.
Aqi'iles. {Ap ) ¡Ay! Quién en ellos pudiera
sosiego eterno lener.
Deseo de conocer.
Princesa, á quien sea espero
dueño de vuestra hermosura;
causa de mi envidia ha sido
y mi camino.
Lis.\ND, Elegido
para lan alta ventura
espero ser, si llamado
soy por el Rey, mi señor.
Aquiles, Yo sé cierto opositor
á quien celos habéis dado.
126
EL AQUILES
que podrá ser no consienta
que malogréis su esperanza.
LiSAND. Basta para mí venganza
que él tanto mis dichas sicntat
que en las victorias de atnor
son los triunfos más lustrosos
que tienen más envidiosos:
mas ¿quién es mi opositor?
Aquiles. Yo que basto, y yo que sobro.
Tetis. (AH,ap.) Hijo: ¿te quieres perder?
LisANí). Si de mujer á mujer
hay celos, yo no los cobro,
Nereida hermosa, de vos;
pues antes acrecentáis
el amor que en mi envidiáis.
Aquiles. {Ap.) Que esto sufro, ¡vive Dios,
que estoy...
Tetis. (Ap.) Hijo: sé discreto.
LisANO. Ya por vos en más me estimo.
Aquiles, ¡Ay, si los corchos arrimo,
qué mala boda os prometo!
LiSANO. f)escansad, prima querida,
porque quede satisfecho
del favor que me habéis hecho;
¿sabré de vuestra venida
la causa?
)EibAM. La imagen propia
del monstruo hermoso a quien di
el alma retrata en si
Nereida; basta ser copia
de tan bello original
para adoralla.
(Ap.) ¡Hijo mío!
refrena el gallardo brío
de tu inquieto natural.
Pídeselo tú á los cielos;
que si libre de pasiones,
despedazaba leones
Aquiles, ¿qué hará con celos?
Peloro: hermosa mujer.
Por extremo.
Al lado de ella,
si fué sol Deidamia bella,
sombra suya viene á ser.
ESCENA III
SaliH Ulisu y Oiomedb«, de camino, y Gambón,
de soldado gracioso.
En fin: ¿vos fuisteis criado
de Aquiles y de Quirón?
De Arquillas y de EsquilÓQ
los bueyes he apacentado;
mas como Arquillas se ha ido
y Esquilón llora por él,
yo, que no me hallo sin él,
en busca suya he venido
de soldado, como veis.
¿Sois valiente?
Temerario;
mi padre fué boticario
de mi pueblo, y le heredé,
no en tanto bote y redoma
como dejó el pecador,
que eso dio en un acreedor;
mas con su pan se lo coma,
sin tenerle nadie envidia;
porque tal vez cuando mozo
vi venderle agua del pozo
por de llamea y de endivia;
y porque no se muriera
un su amigo que enfermó,
dos rábanos le vendió
por raiz de escorzonera.
No le heredé, en fin, en esto.
UusES. Pues ¿en qué estribó la herencia?]
Carbón. Al cabo de la dolencia,
el pie en el estribo puesto,
antes de expirar me dijo:
«Id á la guerra, Carbón,
ganaréis más opinión
que en este oficio prolijo:
que no van los boticarios
al cielo, ni yo allá iré;
armas. Carbón, os daré,
que maten vuesos contrarios
mijores que las saetas
que el dios Marte invenló«
y luego sacar mandó
estas sartas de recetas.
(Saca debajo del vestido dos sartas (te
recetas como las délos boticarios.)
Diciéndome: «no os asombre ^H
con éstas miedo ó fortuna, ^|
que no hay receta aqui alguna
que no haya enterrado su hombre»
¿Cuando empuñe la jineta
tendrá mi valor segundo
si despacho al otro mundo
á troyano por receta?
DioMED. No decís mal.
Carbón. Vo á buscar
á Arquillas, porque reparta
con él desias la una sana,
y ambos podremos matar
tróvanos que sea un joicio.
Ulises. Pues ¿sabéis dónde está vos?
Gapbón. ¿Si lo sé? Bueno, por Dios;
¿pensáis que vengo de vicio?
jNo andáis los dos á buscalle?
Djomed. Impórtanos saber de él.
Carbón. Pues yo, que andaba con él
esta tarde, pienso hallalle.
UusEs- ¿Cómo?
Carbón. Mira: el otro día
cazaba por esta sierra
la señora de esta tierra,
que se llama...
Ulises. Esa seria
Deidamia.
Carbón. Pienso que si,
hija del rey Nicomedes,
Nicenades.
Ulises. Licomedes
se llama el que reina aquí.
Carbón. De ésa, pues, se enquillotró
nueso Arquillas de manera,
viéndola en una ribera,
que con ella se emboscó
por una alameda obscura;
quiso libralla su gente,
y el muchacho, que es valiente»!
k
lEO.
icomeierlos procura
á mi me encar^a el gusrdalla.
Lsquilon liró con ella
|y á su padre fué á traella:
Ijo, luego que vi llevalla,
imetime en un alcornoque
|dc miedo de su amador;
íió conmigo su furor,
'mas primero que me toque
afufelas lindamente
y entre malas me escondí;
é!, que quiso dar tras mí,
á su madre lopú enfrente.
La Reina Teiis es ésa.
Si la Reina Telas fué,
yo, lo que le habró no sé,
que estaba la mata espesa
y lejos; pero llevóle
consigo: seguílos yo,
que en tin Arquillas me dio
su pan, y luego vistióle
de mujer en la espesura;
el para qué, üios lo sabe,
j vuelta una dama grave
no V) más bella figura.
Anocheció y acogióse
con él del modo que digo,
y yo, como veis, le sigo,
sospechoso de que cose
costuras de amor agora
con su dama hecho mujer.
Malicias deben de ser,
que es la malicia pastora;
mas sea lo que se fuere,
á que me reciba voy
por su dueña, que aunque estoy
tan barbado, quien me viere
asi, dirá, si es persona,
que es invención pelegrina
que á una dama masculina
sirve una dueña barbona. (vase.)
ESCENA IV
Dichos menos Garbón.
Diomedes: este villano
malicioso dio en lo cierto.
Aquíles está encubierto
ciego de un amor liviano.
El oráculo divino
asi lo significó;
el cargo Grecia medió
de buscarle; hoy determino
de mis astucias valerme
hasta descubrir á Aquíles;
entre galas femeniles
vela Amor y Mane duerme.
Si no se puede ganar
Troya, como pronostica
Apolo, sin él, aplica
marañas con que sacar
de tal afrenta al mejor
héroe que conoce Grecia.
Puesto que Aquíles desprecia
torpemente su valor,
lUlJses soy, mercader;
he de comprar una joya
que tenga por precio a Troya.
DiuMF.n. ¡Tal varón en tal mujer! [Vanst.)
ESCENA V
Aquk.es, dt mujer y Deidamia.
Deiüam. Va, prima, que se partió
vuestra madre, y asegura
en mi corte la hermosura
que, prudente, receló,
en su reino, tendré yo
con vos entretenimiento
que dilate mi contento
y haga sabrosos los días
que en tristes melancolías
me daban antes tormento.
Ayini ES. Yo en vuestra conversación,
prima hermosa, transformado
como hombre, por Dios la he hallado
transformado el corazón,
perderé la inclinación
que á ejercicios varoniles
tengo, juzgando por viles
los det femenil regalo,
porque en cuanto esto me igualo
y soy lo mismo que Aquíles.
Cuando el parche ronco suene,
el estrado y la almohadilla
por el arnés y la silla
trocar mi valor ordena.
Como París robó á Elena
y vio en furor encenderme
mi madre, lemió perderme,
y en vos, para asegurarme,
quiso. Princesa, emplearme,
mejor diré suspenderme,
que á no haberos visto á vos,
yo soy hombre...
Deidam. ,iCómo es eso?
Aquíles. En el valor que profeso
soy hombre,
Deidam. Bien.
Aquíles, Que á los dos
adúlteros, ¡vive Dios!
Aquíles. Pues, ,jjuráis siendo mujer?
DEmAM. En llegándome á encender
tengo el corazón soldado;
lo jurado sea jurado;
no me pude contener.
Tratemos en otras cosas
más apacibles y blandas.
DF.tiiAM. En labrar sedas y holandas
las mujeres generosas
pasan las horas ociosas.
¿Qué labor hacéis mejor?
Aquíles. Cadeneta, con que amor
me prende, bordo y esmalto,
y también haré punto alto,
si alcanzo vuestro favor.
Deioam. Lisonjera estáis; ,isabéis
bordar?
Aquíles. Lienzos de murallas,
de escalas con que asallallas.
Deidam. ¿A las armas os volvéis?
Aqüiles. Como vos no refrenéis
128
Oeio\m.
Aquiles.
DcibXM.
AQUrLES.
DErOAM.
Aquiles.
Deidam.
Aquii.es.
mi bélica condición,
llévame mi inclinación
á los marciales extremos.
(Extraña cosa!, bordemos
en buena conversación,
divertiréisos asi.
Sacadnos los bastidores.
(Sacan dos baitidores de bordar.)
(Ap.) Dos balas fueran mejores;
ya llegó lo que temí.
[Siéntanst á la labor.)
Sentaos, prima hermosa, aqui;
lo que el ingenio dibuja,
matice después la aguja.
(Ap.) ¡Cielosl ¿Hay afrenta igual.^
Mejor que aguja y dedal
fuera la lanza en la cuja.
No os asentáis como dama.
La culpa tienen los pies,
que no se doblan después
que toca parches la fama.
¡Notable mujer!
Quien ama,
Eoco, á la labor se aplica,
sta banda, es cosa rica,
bordadla.
Bordadla vos;
que yo no sé, vive bios,
punto, labor ni vainica.
Mas, ¿qué esto?
ESCENA VI
Salen esgríMiendo con espadas negras un Maestro de
esgrima y LiSASOfco.— Dichos.
Maestro. De la lanxa
bien las lecciones sabéis;
ahora ensayar podéis
lo que en la esgrima se alcanza.
LisANDR. Para cortar una pica
rebatiendo el bote asi.
¡Oh señoras, rinda aquí
las armas que Marte aplica
á las de vuestra belleza,
(Suelta la espada negra, y vasc el Maes-
tro.)
pues siempre fué vencedor
desnudo y ciego el amor (i)
Deidam. Tan bien, Lisandro, parece
en un Principe la espada,
como la aguja ocupada
en ta mujer que ennoblece.
Ejercitad vos, señor,
las armas y ejercitemos
las nuestras, y cumpliremos
nuestra profesión.
LisANOR. Mejor
es que goce quien os ama
la ocasión que amor ofrece:
guerra la lat^or parece
no menos digna de fama
que la que Belona encierra;
en las telas que tegió
I
(i) Falta un Terio.
Aragnesdesahó
á la diosa de ta guerra.
Señal de su semejanza,
de lelas la aguja gusta,
y en la tela el valor justa
labrando hazañas la lanza.
De la celada es retrato
el dedal, y siendo asi,
bien puedo aprender aqui
lo que entre las armas trato.
Labrad vos, que de rodillas
tomaré lección más bien.
(Hinca la rodilla al lado d* Deidl
Aquiles. Nunca parecieron bien
espadas entre almohadillas
Quitaos, Lisandro, de ahí,
ó si no quitaréos yo.
LiSANDR. ¿No amó Manea Venus?
Aquiles. No.
LisANDft. Historias dicen que si.
Aquiles. Dejemos historias y»
y tened en más estima
las armas.
Deiuam. ¿Qué es esto, prima?
Aquiles. Desprecio de ver que está
á los píes de un bastidor
una espada afeminada;
que eslimo en más yo una espiil
que á toda vuestra labor.
¿Vos sois hombre? Por los cielo!
que estoy... Dejad ese lado.
LisANOR. ¿De esto os habéis alterado?
Aquiles. Tengo razón, tengo celos.
(Sale un piic
PAre. Gran señora...
Aqiiles. Tengo celos.
Deidam. A ver lo que manda voy;
mientras que con él estoy
no sentiréis con tal dama,
mi dilación, prima mía;
sustituid vos por mi,
que al momento vuelvo aqui.
Mas mirad que no querría
formar celos de los dos,
que temo vuestra hermosura (vt
ESCENA VII
Quédanse, Aquiles labrandoy Lisand''o Itinti
rodilla á su lado.
: un piic
J
Aquiles. Andad, que menos segura
estáis de mi prima vos.
LiSANUR. Agradecer debo á Apolo,
mi Nereida, esta ocasión,
pues terciando en mi pasión
con vos me ha dejado solo.
.Antes que vuestra bcWeia
nuestra corte y reino honrase
y en ella á vistas sacase
milagros naturaleza,
amaba á Deidamia yo;
mas, en viéndoos, mis deseos
mejoraron los empleos
del alma que se os rindió.
Y si no es que presunciones
I
I amor loco desvanecen,
o sé que me favorecen
uesiras imaginaciones;
pues los celos que mostráis
^—porque amo ¿ Deidamia bella,
^Kendo vos mujer como ella,
H^quiénduda que los formáis
por quererme bien á mi?
Y lan loco de esio estoy.
que «I alma rendida os doy
olvidando desde aquí
de la Princesa hasia el nombre,
que mis dichas violentaba.
:s. (Ap.) (¿Ksio Aquiles os fallaba?
^A mi me enamora un hombre?
A menos que esto vendremos;
basta que debo de ser
hermosa para mujer.
¿Hay amores más blasfemos?
K Queréis, Nereida divina,
admitir mi fe?
ís. (Ap) lOh, malhaya
el disfraz é infame saya
que me afrenta y afemina!
). Dadme una mano á besar
y en mi vida os daré celos.
:s. No puedo negarla.
(Dásela, y apriitaU y da gritos Li-
saodro.)
>. |Ay ciclos!
soltad, ,;qucré¡sme matar?
ES. No; más premiar el cuidado
de vuestro amor.
o. No apretéis
de esa suene.
ES. ^Qu¿ queréis?
yo siempre quiero apretado.
Mas para que no seáis
mudable, cuando mi prima
por dueño suyo os estima,
y lecciones aprendáis
que os den nombre de valiente,
yo enseño de esta manera.
(Levántase y toma la espada de esgri-
ma, y éckale á espaldarazo».)
I». Señora, señora, espera.
ES. |Ah cobardel
a. Mujer, tente.
Mirad si mesé tener
de aquesta suerte mejor
que en corchos.
B. ¡Favor, favor,
que me mata esta mujer! (Vast.)
ESCENA VIII
ItOxiOAMiA y vuélvese Aquii.es á la labor.
|i. ¿Qué es esto? ¿quién está dando
voces? ¿Quién alborotó
el Palacio, prima?
|KS. Yo
aqu! nne he estado bordando.
|M. ¿Qué es de Lisandro? ¿qué has be-
nque fué? |cho?
■s. Que. no ha sido nada;
ahí tomamos la espada
:OMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO H.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
ÜEir^AM.
Aquiles.
Deidam.
AQt;iLES.
Deidam.
Aquiles
los dos, y no es de provecho
lo que sabe por tu vida.
¿Luego con él reñido has?
Que no, prima: no fué más
de echar una ida y venida.
¿Hay semejante mujer?
Pues ni has de esgrimir.
¿Qué quieres?
También ha habido mujeres
belicosas; iba á hacer
la naturaleza en mi
un varón, y arrepintióse,
hizo medio hombre y quedóse
lo que en mi faltaba, as!
acabó lo que quedaba
en mujer.
Extraña estás.
Como estaba hecho lo más
y el alma que me animaba
fué varonil, no te asombre
que corresponda á mi ser:
en la cara soy mujer
y en lodo esotro soy hombre.
,jQué dices, prima? ¿qué es esto?
Que, si me tienes amor,
sigas, Princesa, mi humor;
solas estamos, yo he puesto
los ojos en ti de suerte
que, como si varón fuera,
no sufro que otro te quiera,
porque mi vida es quererte.
Supon que no soy mujer,
sino un hombre que te adora,
ama, cela, riñe, llora,
podremos entretener
el tiempo asi, y yo quedar
satisfecha en este empleo,
que extrañamente deseo
saber si sé enamorar.
Finge que mi dama eres
y yo tu galán.
I Quimera
donosa!
De esta manera
se entretienen las mujeres
cuando apetecen casarse,
engañanuo el gusto asi
unas con otras; yo vi
muchas damas ensayarse
cuando niñas, que amor ciego
travesea á todas horas.
Los señores y señoras
llaman los niños á un juego
en que contentos imitan
lo que á sus padres oyeron
y en materia de amor vieron,
con que después facilitan
dificultades mayores
que trae consigo el recato.
Holguémonos asi un rato,
que aun de burlas, los amores
entretienen, prima mía;
si esto me niegas, me enojo.
Alto, cúmplase un antojo
y acaba con tu porfía.
¿No tengo yo la apariencia
para un galán extremada?
i3o
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aqijii.es.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
A lo menos, retratada
miro en tu rostro y presencia
la de un hombre cuya copia
eres y me hechizó á mi
DO ha mucho.
¡Oh! pues siendo asi,
saldrá la fiesta más propia.
Veamos cómo se ensaya
nuestro amor y mi ventura.
¿Yo, en ñn, hago la ñgura
de dama?
Si.
Vaya.
Vaya.
fÜACt gut sale dtl vestuario.)
En busca de un alma vengo
que en un monte me robaron
dos ojos que saltearon
tesoros que en ella tengo;
de sus descuidos me vengo
si el vengarlos es llorar.
Espera; ¿no has de tomar
nombre de hombre.''
Prima, si.
Aquiles soy desde aqui.
Vaya.
Vuelvo á comenzar.
En busca de un alma vengo
3ue en un bosq^ue me robaron
os OJOS, en quien cifraron
el sol que en el alma tengo;
|oh que albricias os prevengo
si la vuelvo á hallar, amor!
Sed vos su descubridor;
pues siendo la luz efeto
del fuego, no habrá secreto
contra vuestro resplandor.
En un bosque, cazadora,
me dio caza una belleza
quede la naturaleza,
siendo efecto, es vencedora;
en su ausencia el alma llora,
y huyendo de ella la sigo:
¡ay doméstico enemigo!
qué mal su remedio prueba
quien huye amando, si lleva
lo mismo que huye consigo.
[Prenda mía!
|Amado dueñol
No se huelga el que soñó
que sus tesoros perdió
viendo después falso el sueño,
ni cuando restaura el dueilo
el primogénito huido,
como yo restituido
al so! que mis ojos ven,
pues no se conoce el bien
como después de perdido.
No se regocija tanto
el que en el naufragio llora
si ve que el tiempo mejora
y cesajel^mortal espanto,
ni el que tras la pena y llanto
goza su gusto cumplido,
como yo, dueño querido,
hoy que mis dichas os ven,
pues no se conoce el bien
como después de perdido.
Aquiles. ¿Que tal merezco escuchar?
pero claveles que amparan
jazmines que á amor separan,
¿qué han de brotar, sino azahar?
Bien pueden dioses gozar j
el néctar c^ue consagrado ^M
su ser ha inmortalizado. ^H
que no iguala al que adquirí, *
ni hay tal néctar para mi
como un favor sazonado.
Deidam. ¿Qué llegó la suerte impia,
después de tantos suspiros
á transformar por oíros
mis penas en alegría?
Bien puede de su ambrosía
gozar Jove regalado,
que aunque inmortal, no ha iguali
al que con vos adquirí,
pues no hay gusto para mí
como un amor sazonado.
Aquiles. ¿Hay tal contraposición
de palabras y favores?
Dioses, envidiad amores
de tan sabrosa sazón;
labios, gozad la ocasión
de los cristales presentes:
manos, de quien manan fuentes
de eterna felicidad, ^j
mis labios comunicad ^H
y admirarán elocuentes. ^H
Brazos en que amor procara ^"
depositar su consuelo, ,
Zodiaco sois del cielo, ^H
ceñid orbes de hermosura; ^M
lengua que en tal coyuntura
su intérprete el alma os llama,
pedid lenguas á la fama
porque en hipérboles sabios
alma, brazos, lengua y labios
celebren á quien os ama.
(Btsa ta ma
]Ay nieve, que helada abrasas!
|ay fuego, que ardiendo hielas!
¡ay mano, en fin, que consuelas
cuando con flechas traspasasl
Por la boca al alma pasas;
y cuando mis penas locas
envidian penas oue tocas,
todos mis miembros se holgaran,
porque todos te besaran,
hacerse (i) un Argos de boca^^
Deidam. Paso, prima, que parece ^H
que va esto de veras. ^H
Aquiles. Pues, '
¿luego esto de burlas es? J
Deidam. ¿No jugábamos? ^H
Aquiles. Ofrece ^M
amor, que entre juegos crece, "
nuevo fuego á mis quimeras;
de burlas matarme esperas
cuando de mi amor le burlas.
Llegúeme al fuego de burlas
y heme abrasado de veras;
(i) \ií en el original. Parect deber leerse «á ttt
^^^^^ ACTO SEGUNDO ^l3l^^|
¿mas di, príma, te pesara,
Llegó mi hermano á adoraros, ^^^H
ya que lo más hemos hecho,
vióse en vuestros ojos bellos ^^^H
si mi amor le ha satisfecho,
retratado y admitido, ^^^H
que en hombre me transformara?
tDAM. Que estás perdida repara;
¿quién creyera que tan presto ^^^H
como se ausentó borraran ^^^H
¿eso, cómo puede ser?
olvidos, en vos ligeros, ^^^H
[DiLEs. ¿Júpiter no puede hacer
copias que amor ingenioso ^^^^ñ
que mi ser conforme al nombre?
Tiresias fué primero hombre
creyó eternizar con fuego? ^^^^|
No hacéis honrosa elección ^^^H
y después se vio mujer.
Haz cuenta, pues, que hombre soy.
(porque el agua os presta ejemplos) ^|
entre Lisandro y Aquiies; ^M
(DAM. Esta es cuenta sin provecho.
siendo éste un héroe no quiero ^H
DiLBS. ¿Te holgaras, di, di.
IlDAM. Sospecho
loárosle, que, en fin, es ^H
mi hermano, aunque compitiendo ^H
aue en la ocasión en que estoy.,,
déjame, prima.
se permito el alabanza ^^^^|
aue alegue de su derecho; ^^^H
óiganlo las fieras mismas ^^^H
BuiLES. Y si hoy
F fuera yo hombre generoso,
que tantas veces sirvieron ^^^H
r ¿me admitieras por esposo?
■IDAH. Como padre no tuviera,
ó á Lisandro despidiera.
á sus brazos de despojos, ^^^H
á su valor de trofeos. ^^^H
Óiganlo tas inclemencias ^^^H
mi amor fuera el venturoso.
de un monte, pues no pudieron ^H
Pero ¿de qué ha de servir
defraudar á su hermosura ^^^|
desvanecernos en esto?
milagros que admira el cielo. ^^^H
Ya yo al juego fin he puesto.
Óiganlo los dioses mismos, ^^^H
(^t)n.ES. Y yo tirano ai vivir.
En ñn, ¿piensas admitir
pues, encerrado en desiertos, ^^^H
á sus oráculos hacen ^^^H
á Lisandro?
de su valor pregoneros. ^^^H
IlDAM. Si lósetelos
Díganlo sabios y reyes ^^^H
quieren premiar sus desvelos.
y hasta el injuriado Griego ^^^H
¿qué he de hacer?
que, sin más en su favor ^^^H
luiLES. Pues oye ahora,
que en el que de tantos reinos ^^^|
verás que como enamora
vienen á vengar su agravio, ^^^H
sabe Aquiies pedir celos.
pues sin Aquiies es cierto ^^^H
(Hace que vuttvi á salir.)
que no ha de ganarse Troya, ^^^H
' No creyera yo, Princesa,
de tan generoso pecho
según vaticina Delfos. ^^^H
Dilo tú misma, que absorta, ^H
y tan divina hermosura,
en medio de un bosque espeso, ^M
que las mudanzas del tiempo
la caza hiperbolizaste ^H
tuvieran jurisdicción
de quien ya haces menosprecio ^^^B
sobre vuestros pensamientos.
por Lisandro, por un hombre ^^^|
hoy mudables y olvidados.
en ouien, indigno de serlo, ^^^H
saco una espada de esgrima ^^^H
ayer amantes y tiernos.
Yo soy hermana de Aquiies,
i vistas su infamia y miedo; ^^^H
y Aquiies es á quien dieron
huyendo le eché de aquí. ^^^|
en un monte vuestros ojos
Mira en que defensa has puesto ^^^H
vida y muerte en un sujeto.
tu honra. Si como á Elena ^^^H
Contado me ha los amores
te roba Paris, soberbio. ^^^H
que en una fuente pudieron
dirás que obedeces gustos ^^^H
retratar en vuestra cara
de tu padre, rey severo, ^^^H
cuyo natural dominio ^^^H
engaños y fingimientos;
retratos en agua, en fin.
te violenta á su respeto; ^^^H
mudable y común espejo.
pero engañaste, Deidamia, ^^^H
que cuantos llegan imita
que sólo engendran los cuerpos ^^^|
en aire, acciones y cuerpo.
los padres, las atmas no, ^^^|
y en apartándose de ella
que Dios las infunde en ellos, ^^^H
desaparece en el viento
y no siendo el hombre causa ^^^H
la imagen representada
del alma, pues no es su efecto, ^^^|
con todos lo mismo haciendo.
no tiene jurisdicción ^^^H
Llega el hombre, el ave, el bruto.
sobre ella, si no es el cielo. ^^^H
y con líquidos refl ejos
los imita sin saber
Amor de la voluntad ^^^H
es acto, cuando es perfecto; ^^^|
distinguir merecimientos;
la voluntad es potencia ^^^1
foente es vuestra voluntad.
del alma, que es su sujeto. ^^^H
pues con los mismos efectos
El padre no engendra al alma, ^^^H
sin hacer distinción ama.
pues la crían dioses, luego ^^^^|
imita y olvida luego.
fuera estará del dominio ^^^H
EL AQÜILES
de tu padre; y según estú,
no tienes obligación
de sujetar á decretos
humanos lo que al divino
Eerienecc de derecho,
•i tú que la ingratitud
é inconstancia de tu pecho:
el ser mujer semejanza
del humo, la sombra, el vienlu,
te han inclinado á Lisandro,
y por parecerte á Venus,
afeminados Adonis
amas, no Martes de acero.
Que siendo asi, si á mi Aquiles
no dan la muerte sus celos,
pues he venido á tu Corte
por dar á su amor remedio,
él es tal y tal amante,
que antes que lloren incendios
los iroyanos robadores
asolará aqueste reino,
dará la muerte á tu padre,
pondrá á sus presidios íuepo,
vestirá de tocas viles
á su opositor molesto.
Y yo, que en fin soy su hermana,
y ya como propias siento
injurias de tus olvidos,
pues obligarte no puedo,
ministros de mi venganza
hará el agua, el aire, el fuego,
tierra, brutos, peces, aves,
montes, prados, selvas, cielos,
que á todos los injuria tu desprecio,
pues aborreces lo que adoran ellos.
( Vast.)
Deidam. O^'c, prima, escucha, aguarda.
Piadosos dioses, ,jqué es esto?
^Son estas veras ó burlas.'^
JEs esto verdad ó juego?
uego no, que es muy pesado;
verdad si, que ha descubierto
amores que solos sabe
el monstruo elocuente y bello.
Si fué Aquiles; si es su hermana
la que por tantos rodeos
segunda vez ha encendido
amores ausentes muertos,
¿qué mucho que al uno adore
y á la otra pague el ingenio,
para Aquiles favorable
y para mi amor discreto?
Todo el mundo en su alabanza
se hace lenguas, los supremos
oráculos y los sabios,
pues quien en plazas y templos
en vida está deificado
y solamente sujeto
á mi amor, más poderoso
que todos, pues que le ha preso.
¿Qué mucho que el vencedor
vencido goce trofeos
de un alma que ya le adora,
de un corazón que le ofrezco?
Perdone mi padre el Rey
y perdóneme...
(Dt dtntro Aquiles.)
Aquiles.
Deid\m.
Aquiles.
Deioam.
Aquilbs.
Deiuam.
Aqi.iles.
Deidam.
A(?l!ILES.
Deidam.
A Q luí es.
DEIOA.M.
Aquiles,
Deiuam.
Aquiles,
Deiua.m.
Aqiiii.es.
Deiua.mi.
Aquiles,
Deidam.
Aquiles,
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
AQUtLES.
Deiuam.
Aquiles.
Deidam.
Aquu.es.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles
lAy!
¿Que es
Tirana: tu ingratitud
pide castigo á los cielos;
tu desdén á .\quiles mala;
más daños tu olvido ha hech<
pues la! capitán le quitas,
que el torpe Troyano al gricj
desdeñado de ti el pecho
donde indignamen'ie vives.
¿Qué escucho? ¡Nereida! ¡ay cit
Abre esa puerta y verás
espectáculos funestos
de una fe menospreciada.
Triste de mi, si eso es cierto;
mas, ¡válgame Apolo santo!
¿quién eres, hombre sin seso?
¿qué desleal te dio ayuda?
¿Por dónde entraste aquí denlror
{Tira una cortina y Halla d AquiU
hombre con calcas v jubón bizarro.)
Tu Aquiles so\ , prenda cara.
A tan grande atrevimiento
castiguen desdén y voces.
Nereida soy, ten sosiego.
Acaba, pues, de aclarar
estos confusos misterios,
que en sota tu cara miro
dos rostros, uno y diversos.
¿Eres Nereida ó Aquiles?
Uno y otro, que no quiero
con amorosos engaños
tener tu temor suspenso;
disculpen llamas de amor
disfraces que han encubierto
con peligro de mi fama
el valor que en tanto tengo;
y tú, agradecida y noble,
paga servicios y excesos
de quien su ser ha negado
por dar á su amor sosiego;
¡Vive Dios, si eres ingrata...
No acabes el juramento,
que me vences atrevido
y que me enamoras tierno.
¿Serás mi esposo?
Y tu esclavo.
Si me olvidas...
¿Cómo puedo?
.Mudándote.
Soy Aquiles.
Eres hombre.
Y aun por eso.
Búscate Grecia.
¿Qué importa?
Llevaráte.
No hayas miedo.
Dejarásme.
Es imposibl*.
Mata reme.
Forma ejemplo.
Promete amor.
Es verdad.
Nunca cumple.
El vil hace eso.
Goza y huye.
El mal nacido.
I
ACTO SECUNDO
ín y miente.
ts. El lisonjero.
i. ¿No lo eres túP
K. Yo soy noble.
•. Vendrá Ulises.
ES. Sin efecto.
a. Hallarále.
ES. No podrá.
4. ¿Dónde estarás?
ES. üncubierto.
M. ¿Como hasta aquí.^
ts. Sí, mi bien.
H. ¿Qué tanto.''
ES. Mide tú el tiempo.
M. Mientras durare...
Ki, Mi vida.
M. No, esta guerra.
ss. Yo lo acepto.
M. Largo plazo.
is. Por ti es cono.
M. Jura.
ES. Por tos ojos bellos.
w. ¡Ay perjuro!
ts. ¡Ay gloria mia!
lá. Tu esposa soy.
I Di, mi cielo.
l^Danse las manos.)
Perdone el Rey, que por Aquiles dejo
á Lisandro.
jAy mi bien!
}Ay dulce dueño! (i)
ACTO TERCERO
ESCENA PRIMERA
[Saien Licomroes y Lisandro.
ED. ¿Con tantas quejas y prisa
ayer, viendo que no os doy,
Lisandro, á Deídamia, y hoy,
con voluntad tan remisa
me proponéis dilaciones
de tan flaco entendimiento
para vuestro casamiento?
o». La princesa da ocasiones,
gran señor, para pediros
que esta boda se dilate;
no quiera el cielo que trate
á costa de sus suspiros
cosa de que ella no gusta.
Después que á esta Corte vino
Nereida, i lo que imagino,
mi presencia le disgusta.
Tibia me habla; no responde
Cún el amor y deseo
^ ate puaj«, que quizá escribiría el autor:
j^l Pcrdóaeme et Rey, que dejo
^Kpor Aquiles i Lisandro.
WF ¡Ay, mi bícnl
\. |Ay, dulce dueño!
que antes; cuando la veo,
por no encontrarme, se esconde.
Todo su entretenimiento
es estar sola con ella,
y con la misma querella
que yo, muestran sentimiento.
Sus damas, pues, no hace casOj
por Nereida, de ninguna;
la más sabia es importuna;
la más amiga, ni un paso
con ella ha de dar que luego
Nereida no se lo impida;
llámala su bien, su vida;
si no la ve no hay sosiego;
ella la viste, la toca,
la adorna, peina y regala
en el estrado, en la sala;
por manos, ojos y boca,
muestra el corazón la llama
en qu:: Dcidamia está pi'esa,
su lado ocupa en la mesa,
su lado usurpa en la cama.
Siempre abrazadas, por Dios,
3ue me atormenta el recelo
e verlas, sin ser del cielo,
hechas Géminis las dos.
LicoMEU. Es la Princesa su prima;
la sangre y la discreción
vínculos del amor son
que más la amistad eslima.
Necia sospecha os abrasa.
LlSANDR. Necia ó loca.debe ser;
mas de mujer á mujer
muchas veces amor pasa
'ie parentesco á...
LicoMF.ü. Callad.
LiSA.Nüi*. Yo sé algunas ha habido,
gran señor, que se han querido
á lo malicioso.
LicoMED. Andad,
que lo estáis vos: prevenios,
que os tiene de dar la mano
mañana.
LisANDR. I Ay amor tirano!
autor sois de desvarios:
por Nereida pierdo el seso
y de la Princesa estoy
celoso; un sujeto soy
de disparates.
LicoMEO. ¿Qué es eso?
ESCENA II
Salen Uuitcty Diomkdes de mercaderes.— UkuM.
Ulises. Yo, poderoso señor,
soy un griego mercader,
que, sin mucho encarecer
de mi caudal el valor,
tengo dentro de mi casa
cuanto apetece la gente,
pues no hay tesoro en Oriente
que á mi poder no se pasa.
No tiene púrpuras Tiro,
ni exhala aromas Sabbá,
ni telas la Pcrsía da
que en mis riquezas no oiiro.
^m I ^4 EL AQUILES
■I^H
^^L Toda el Asia me tributa:
las joyas de más valor ^^^B
y curiosidad, señor, H
^H las minas con sus diamantes,
^^m con marfil sus elefantes.
me traen, quiero que despacio, ™
^^B y el ámbar, que se disputa
oyéndola Vuestra Alteza,
^^H si es sudor de la ballena
juzgue si es merecedora ^^
^^H ó de alguna planta goma,
de que sirva á mi señora ^B
^^m con ser el mayor aroma,
la Princesa. H
^^m mi casa cada año llena.
LlSANDR
En esta pieza H
^^B En ñn: cuanta perla fina
queda Deidamia. H
^^H en sus pesquerías dan
LlCOMEC
Primero ^B
^^M las riberas de Ceylán,
que la vea gustaré ^B
^^M y cuanta piedra examina
que la oiga. H
^^H la experiencia y el valor
Ulises.
{Ap.) Hoy, cielos, sabré H
^V que sus quilates sublima.
industrioso lo que espero. ^B
^^K no se tiene por de estima
Traednos vos la cautiva. H
^^m no siendo yo su señor.
Deomed.
Si como dicen está ^B
^^B Como el mundo se alborota
aqu! Aquiles, ho^ saldrá ^|
de donde no es bien que viva
^^M con esta guerra que abrasa,
^^V á Grecia y Europa pasa
tal valor afeminado. m
^^B contra el Asia, la paz rota
LlCOMED
. Aquí viviréis seguro. ^1
¿Cómo os llamáis? ^B
^^m que tantos años duró.
^^B huir su rigor procuro,
Ulises.
Palinuro H
^^H que con .Mane no hay seguro
LtCOMEO
. Entrad. ■
^^K mercader, ni ¡o estoy yo.
Ulises.
Bien lo hemos trazado.
^^H Supe que este Rey, no sólo
(VOMt
^^B estaba libre y exento
^^B del general juramento
ESCENA III M
^^B que sobre altares de Apolo
Salen Aqi]ii.ks, de mujer, y Diioamia. ^1
^^B hizo Grecia, de vengar
^^B la injuria del frigio amante,
Deidam.
¡Sosiégate, por tus ojos!
^H la seguridad bastante
Aquiles.
Dame en ellos pesadumbre
^H que en Vuestra Alteza he de hallar.
de que su luz bella alumbre
^^fl pues por el mundo la fama
á quien á m! me da enojos.
^H vuela del Rey Licomedes,
jPor üuécon vanos antojos
tiene de mirarse en ellos
^H sus favores y mercedes
^^B que á ios extranjeros llama;
Lisandro, si poseelios
^^m y asi, embarcando mi hacienda,
solo Aquiles mereció,
^^1 siendo vuestro amor mi norte.
y estando con vida yo
^V vengo á ser en vuestra Corte
se ha de llamar dueño dellos?
^H vecino, á fin que pretenda
Deioam.
Si amor reciprocación
^H otra ganancia mayor
de las almas nos ha unido
^H de la que en serviros muestro.
y estás ya dueño querido
^■^ pues siendo vasallo vuestro.
en la quieta posesión.
lo soy todo, gran señor.
^qué importa que en pretensión
LicoMGu. A ocasión habéis venido
te quiera hacer competencia
en que fuera de estimar
quien provoca tu impaciencia?
el que os vengáis á amparar
Pleitee perdidos bienes j
de mí; seréis recibido
y goza tú, pues que tienes S
con gusto, porque se casa
en tu favor la sentencia. ^^M
la Princesa, y le tendré.
jOjalá yo no tuviera ^^H
' que vuestra riqueza dé
nuevas joyas a mi casa;
más ocasión de temer ^^^fl
que te tengo de perder ^^^fl
muchas os pienso comprar.
y más segura vivieral ^^H
Pues ¿de qué temes? ^M
UusES. Serviráse Vuestra Alteza
AQtJJLES.
de las de mayor riqueza;
Oejoah.
Te espera ■
y entre otras le quiero dar
Grecia contra Troya armada, fl
' una cautiva que canta
y mientras es deseada H
como un ángel, tan hermosa
la belleza, belleza es; ^
como diestra.
mas no es belleza después ^B
LicouEu. Bella cosa.
que se goza, pues enfada. ^B
DioMED. En cara y en voz encanta.
Aquiles.
Éso, cuando el apetito ^fl
1 LicoMED. Gustará Deidamia mucho
satisfecho queda en calma; ^fl
con ella, que es inclinada
no amor, potencia del alma, H
á la música.
que ese crece en infinito; ^ñ
Ulises. Elevada
amarte más solicito H
tengo el alma si la escucho,
cuanto más llego á gozar, ^B
1 y entre tanto que i palacio
pues si es amor desear ^B
^^^^r ACTO TERCERO l!$5
Sin que de! término exceda,
Aquiles. iQüé enfadoso y triste tono!
cuanto más gozo me queda
Dkidam. iQué claro metal de vozí
en ti mucho más que amar.
Aquiles. Para mi voz de metal
Ya yo, mi bien, te he jurado.
es, pues me incita á furor.
mientras durare esta guerra,
¿No ves cómo reprehende
guardar la prisión que encierra
mi amujerado valor,
la gloria que amor me ha dado;
y en nombre ajeno me injuria
si de mujer disfrazado
su tácita reprensión?
vengo esposa á poseer
Deioam. Anda, amores, que no es eso.
lo que de hombre he de perder,
mujer mi dicha me nombre.
AQuiLts. Pues ¿quién es la que cantó?
Deiuam. Alguna de mis doncellas
pues nunca he sido más hombre
que estará haciendo labor;
que después que soy mujer.
sosiégate, no te alteres.
Um. Pues si inienias parecerlo
que no en balde digo yo,
y mi pena asegurar,
mi bien, que para dejarme
siéntate aoui, que peinar
quiero tu hermoso cabello.
buscas cualquiera ocasión.
¿Negarásme esta verdad?
{Siéntanse y peina y toca Deidamia á
Aquiles. Para dejarte, eso no;
Aquilea.)
más para enojarme, si.
LES. Tu amor oprime mi cuello;
Deidam. Para tenerte en prisión
1 obedecerte es forzoso.
he tejido yo estas trenzas.
tAM. jQué dilatado y hermoso!
Aquiles. Si por un cabello estoy
LES. Los griegos siempre criaron
preso, esposa, en tu hermosura,
os demás supéríluos son.
Deidam. Ya he acabado de tocarte
largos cabellos.
kM. Causaron
con tal uso mi reposo.
oigamos, mi bien, los dos,
pues si tú no los tuvieras
lo que cantando prosigue
asi, nunca me engañaras.
que me causa admiración.
ni mujer ocasionaras
(£l-A4«« Aquiles en las faldas de Deidt-
lus amorosas quimeras.
miay ella con ti peine ¡e pule tos cabetloi.)
Li». Pararon burlas en veras.
{Canta.)
%H. Porque sueltos no me den
Voz. «¿De qué sirvieron los triunfos
del triforme Gerión,
celos y á cuantos los ven
en tales lazos no venzas,
del aborto de la tierra, .^^J
de ellos he de hacer dos trenzas,
del vaquero robador; ^^^|
que yo sé que te están bien.
Pon en mi falda el espejo
y mira en ét los despojos
si hazañas eternizando ^^^|
después de tanto blasón, ^^^|
en cobrando buena fama ^^^|
de tu cara.
á dormir os echáis hoy? ^^^|
Júpiter es vuestro padre; ^^^|
iza. Si en tus ojos
puedo verme, mal consejo
pero no sois su hijo vos, ^^^|
me das, por sus soles dejo
pues degenera de serlo, ^^^H
esa luna en que fingida
mi imagen miro esculpida,
vuelto hombre vil, tal varón. ^^^^
Peinad cabellos lascivos ^^^|
pues en ti vive en su centro
que encrespados miré yo ^^^H
mi amor.
asombrar la esfera eterna ^^^|
U.U. Cantando están dentro.
que vuestro hombro sustentó.» ^^^|
' (Canta dentro una mu fer.^
Aqi;iles. Ya no se puede sufrir ^^^H
tanta afrenta, vive Dios, ^^^^
ULES. Oye, amores, por tu vida.
que por mí lo dice iodo, ^^^^
viendo cjue sufriendo estoy ^^^|
el vil pe ne en mis cabellos. ^^^|
[Cantan.)
«En el regazo de Omphale
el Tebano vencedor
jAfuera torpe añción; ^^^|
de aquellos doce trabajos
vengad injurias cantadas ^^^|
que le intitularon Dios,
y volved, honra, por vosl ^^^^
afeminado infamaba
Deidah. Mi bien, ¿quieres sosegarte? ^^^^
¿en eso estimas mi honor? ^^^|
la piel del Ñemeo león,
que por imperial trofeo
¿en eso tus juramentos? ^^^^
corona y se viste el sol.
iCielos, perjuro salió! ^^^|
La rueca en vez de la clava
lAouiles, cielos, Aquiles, ^^H
de Deidamia violador, ^^^f
que á Mercurio consagró.
poblada de infame lino
rompe la fe que me ha dado; ^^^|
que hilaba torpe amador.
mirad que satisfacciónl ^^^|
en traje vil de mujer
Aquiles. No des voces, prenda mía. ^^^|
dicen que le halló Jason,
Deidam. Voces y querellas doy ^^^|
noble por su vellocino.
al ciclo de ti ofendido ^^^H
y de esta suerte le habló:»
á tu rota obligación; ^^^f
I;
EL AQUILES
yo, ingrato, me daré muerte
a tus mismos ojos, yo...
Lq>;iles. Basta, no haya más, no llores;
preso en lus brazos estoy;
cante ó no cante en mi ofensa
quien mi pecho alborotó.
Hércules hiló vestido
de mujer, mas no perdió
por eso la eterna fama
que le da nombre de dios,
ni yo perderé la mia
si, como su imagen soy
en el ánima y esfuerzo,
lo intento ser en su amor,
pues los dioses autorizan
mi amante transformación.
{Canla.í
Voz. «No se ganan los blasones
que de eterna fama son,
entre afrentosos afeites
q^ue la sangre es su color.
Lchado en la áspera falda
de un monte, durmiendo os vio
despedazar entre sueños
los tigres vuestro valor,
mas no en las de una mujer
3ue nunca se levantó
e tan torp« y blanda cama,
si no es enfermó el honor.
Al arma toca Mane, al arma amor:
el uno es apetito, el otro dios.
Al arma toca Marte, guerra, guerra,
Jo que el valor infama, el valor venza.»
(Tocan cajas y írompttoí.)
Deiuamia.
Mi bien, espera, aguarda,
que sale el Rey.
AOLIII.ES.
^No ves que loca al arma?
Deidahia.
Sosiega que es fingido.
AyuíLES.
Torpe afrenta,
lo que el amor infama, el valor venza.
Deiuam. ¿No te quieres sosegar?
Aquiles. ¡Ay, cielosl ¿en dónde esloyi*
Deiuam. Conmigo, tu esposa soy.
Aquii.es. Déjame, amores, llevar
del Ímpetu belicoso
de la música.
Deidam. (Maldiga
el cielo la voz que obliga
á perturbar mi reposol
Asegura mis temores
que viene el Rey, ¡ay de mil
Aquii.ES. ¿Cuándo saldremos de aquí,
traje vil, torpes temoresi'
ESCENA IV
Salen Licohedbs y LtSANbKO, dtspués Uusbs
y DiOMKOES. — Utcnos.
LicoHED. Notable vox.
LiSAN D. Peregrina.
LfCO.vtED. Hija, de industria he quer
que hayas la música oido
sin verla. Hermosa sobrin»,
una esclava os he feriado,
cuya suave destreza
suspenda vuestra belleza.
AguiLES. Las dos la hemos escuchado
y es digna de tal señor.
(SaU Dk>ine4
DioMED. Ya están las joyas aquí,
que mandas traer.
UlISKS. {Aparte.) (Salí
con astucias vencedor
de engaños y de disfraces:
la turbación de la cara
de aquella mujer declara
que, entre afeminadas paces,
encubre lo qu^ pretendo;
el pecho le alborotó
el bélico son que oyó;
toda el alma le estoy viendo.) ^
Gran señor, con tu licencia
intenta ser liberal
esta larde mi caudal,
pues estando en la presencia
de estas bellezas, no es justo
dejar de reconocer
con tributos su poder.
Elija paños el gusto
de la Princesa y sus damas,
que esta tienda á saco doy.
{Dtscorrt una cortina y descitbr
tienda de jvyeria con muclia rifuf^*,;
MU lado un tipejo grande, una rodelt
acero y una lan^a.)
LtCúMEo. Agradecido os estoy;
plumas dais á muchas famas.
Feriad joyas, hija mia;
sobrina, )oyas tomad,
que el valor y cantidad
pagaré yo.
No seria
dar, señor, las ferias yo,
sino avariento vendellas;
vuestras son el dueño y ellas;
dadas, si; vendidas, no.
Alto, pues, yo quiero hacer
principio. Esta banda tomo,
este anillo y este pomo.
Prima, ¿dónde vas.''
A ver,
para verme en este espejo.
(Uiraxe en ti aptjo, y «fréntast itn
se mujer.)
No te enamores de ti. ^M
|Ay, cielos, mi imagen vi ^|
afrentada i su retkjol
iQué bien mi infamia declaral
Aquiles torpe, ¿que hará
todo el mundo cuando os da
un cristal con él la cara?
¡Oh, quién pudiera arrancaros,
rizos infames, sin ser
conocidol No oso ver
en desengaños tan claros
mi vileza; una rodela
UutSES.
Deioam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
ACTO TRRCKHO
t 1 V una lanza.
( a mi esperanza,
vct)cio mi sutil cautela. I
Este es Aquiles, Diomedes,
de haberse visto en tal traje
se afrenta.
ES. ¿Con tal ultraje,
blando amor, vencerme puedts?
(Embraga la rodela y vibra ia lan^a.)
Esta si que es digna joya
del valor deque estoy falto.
{Toca al asalto, al asalto!
{Tocan á gutrra dentro eaja% y clart'
nts. Aquitet, dttrái lodot.)
jViva Grecia!
¡Muera Troya!
is. Muera Troya y Grecia viva.
Aquiles soy, ^-qué teméis.''
la victoria alcanzaréis.
|Ai asalto, arriba, arriba!
k&jQué es esto mujer? Detente,
^Kerdió el seso.
Pv Muerto soy. [Vas* )
Wi Perdí todo mi bien hoy.
iQué has hecho esposo imprudenieP
(Huyen todot)
ESCENA V
Vmtlt>et> á nalir I.icomkdm y Vuins.
r. Mujer loca, vuelve en ti.
No es mujer, aunque merece
del traje que le envilece,
que le intitulen así.
A .\quiles encubre aqut
el disfraz de un torpe amor;
mira el daño, gran señor,
que á Grecia toda resulta,
mientras con tocas oculta
su victoria tu favor.
Id. ¿Qué dices?
I. Que el cielo saca
de entre timidas mujeres
á Aquiles.
ED. Y tú, ¿quién eres?
\. Ulises soy, Bey de Maca.
lED. ¿Hay mayor traición?
t. Aplaca
el justo enojo.
ED. Matad
ese traidor,
t. La beldad
de ia Princesa ha podido
tener el héroe escondido
más fuerte de nuestra edad.
! ESCENA VI .
OviLcs venido dt hombre, la espada desnuda
rodela, tendidos los cabellos; Díidámia y Díti-
I.— Ótenos.
,ES. ¿Quién ha de matarme á mi?
Oeidamia es esposa mía,
el que estorbarlo porfía
salga al campo si está en sí.
Ulises.
Aquiles.
T:
Va con el traje rompí
prisiones del amor tierno;
tu yerno soy, juzga cierno
el blasón de tu valor,
pues no puede ser mayor
que tenerme á mi por yerno.
Ni más ilustre renombre
que el que hoy mi industria ha adqui-
pues huy le ha restituido |rido,
á tu primero ser de hombre.
Ulises soy, nu te asombre
que á engaños venüan engaños;
restaura pasados daños,
mancebo ilustre, y no ocultes
tus hazañas ni sepultes
las primicias de tus años.
¿Será razón que consumas
en regalos de Cupido
de tu edad lo más ñorido
y ganar fama presumas?
Ya corta la intamia plumas
con que escriba á tu memoria
satírica y torpe historia.
y en los brazos de Deidamia
eternizando tu infamia
ciegue el camino á tu gloria.
Grecia te aguarda, mancebo,
y en ti funda su esperanza;
profélica es la venganza
que en ti nos promete Kebo;
como el águila te pruebo
á los rayos de la fama
que contra Troya te llama.
Afréntete aquí escondido,
Héctor de acero vestido
y tú de cobarde dama.
El Troyano robador
desde los muros responde
que el temor es quien te esconde
en vil mujer, no el amor;
Eues ¿será bien que el temor
lasone que te ha encerrado
cobarde y afeminado
entre basquinas y galas,
por plazas de armas las salas,
por el caballo el estrado,
por los penachos las tocas,
por los muros los tapices,
que delicado matices
seda que lascivo tocas?
Todo el mundo se hace bocas
contra ti.
No digas más,
que si así en cara me das
con infamia ya tan clara,
le ha de salir á la cara
y no sé si vivirás.
Va con el infame traje
los afectos desnudé
del torpe amor; ya olvidé
de amor el blando lenguaje;
yo satisfaré mi ultraje
de mi valor represado,
cual río que violentado
estrecha canal encierra:
guárdese de mi la tierra,
pues las presas han quebrado.
^B
EL AQUILES
■^^H
^^L^
Inundará mi furor
)or no perder al cobrar ^^^B
^^^|ta
á Troya, no en agua, en fuego.
a deuda con el amigo. ^M
^^^^^H
vengaré el agravio griego;
Héctor sabrá mi valor.
Y por ahorrar de contienda, ^M
^^^^^H
sino el amigo el deudor, ^|
^^^^H
¡Afuera liviano amor;
sobre prendas doy mejor H
^^^^^H
afuera prisión prolija,
cuando más vale la prenda. H
^^^^^H
Belona trofeos me erija.
Guardar dineros ajenos fl
^^^^H
y lú. Rey, guarda el decoro
es en mi cosa vedada, ^M
^^^^Hr
á la Princesa que adoro
porque dinero y cebada ^1
^
como á mi esposa y tu hijal (Vanse.}
á más contar se halla menos.
^^m LlCOMED
Si Aquiles me ha de dar nietos
Contra injurias tengo olvido.
^^H
de eterna fama, ya estoy
sólo nn he podido hallar ^M
armas que puedan bastar B
^^f
satisfecho.
W Deidam.
A llorar voy.
contra un necio presumido.
^
mudanzas, vu«siros efelos.
Aunque huir su menosprecio
^^L
Rompió disfraz y secretos
diz aue es remedio gallardo,
y asi las espaldas guardo
^^^L
el artificio y engaño:
^^^^^H
¡Ay costoso desengaño,
)ara la guerra y el necio,
iien armado está el modorro.
^^^^^H
nunca el Asia á Tro)a viera,
NlSIRO.
^^^^V
porque nunca padeciera
Garbón.
Con esto quito ocasiones.
^K
ella el castigo y yo el daño! {Vase.i
que entre espadas y picones
cuando no corro, me corro, ^k
^^^F
ESCENA VJI
1
^^f Sattn
iiifto yPBLORO, lotdaiiot, y GAKUón, sin
ESCENA VIII ■
^^^
armas, graciosamente vestido.
1
Tebandro, soldados y Dbidakia dt hombre
^^ Peloro.
En fin, para nuestra guerra.
^^m
¿xe alistaste por soldado?
DeidaM.
Esto es hecho, ya yo estoy
^H Carbón.
En mí vida fui quebrado,
en el griego campo; excusa
^^H
ciclan si; nací en la tierra,
persuasiones. fl
^^P
qiue engendra, por ser tan fría
de cuando en cuando capones.
Teband.
De ellas usa ^^
P
la fe con que te las doy; ^M
L NlSIRO.
^-Qué armas ó municiones
que no sé sí ha de llevar ^M
^^L
traes, puesP
bien tu esposo el vene aquí. ^M
^^1 Gakbón.
iGentil boberial
Deidam.
¿Hame llevado tras si ^|
^^B
Armado de aqueste modo
el alma y no se ha de holgar
^^P
salga un gigante al encuentro.
que el cuerpo sus pasos siga?
^^ Peloro.
¿Pues qué armas llevas?
Teband
. Primero que él has llegado.
L Gar&ón.
Van dentro
Deidam.
Celos las alas me han dado,
■^B
y son contra el mundo todo.
Contra enemigo casero,
vuela amor, la ausencia instiga;
^^B
lodo deseo es lijero
^^^H
mujer que gruñendo abrasa
y toda ausencia pesada. h
^^H^
son armas, en yendo á casa.
Teband
Entre tanta gente armada, fl
^^^^^_
entrar riñendo primero.
tanta lanza, tanto acero, H
^^^^^1
Contra celos, si excusalíes
¿cómo has de hallarle? H
^^^^^H
no puede ser, por no olllos.
Deidam.
MejoiS
^^^^^B
traigo armas de no pedillos.
que entre escuadras de desve|^|
^^^^^l'
(^ue es dar licencia de dallos.
Contra una suegra emperrada
entre ejércitos de celos ^M
^^^^H
y entre muros de temor. ^|
^^^^H
doy cuñada á mi mujer,
No tendré yo gusto igual V
^^^^^H
jorque tengan siempre que her
a suegra con ia cuñada.
si á Aquiles mis ojos ven;
^^^^^H
que en presencia, ei mal es biett|
^^^^^M
Contra el amor tengo ausencia;
y en ausencia el bien es mal.^
^^^^^1
contra desvergüenza, un palo;
1 Bravos murosl ^
^^^^H
contra flaqueza, regalo:
Teband
Son de Troya,
^^^^^H
contra la muerte, paciencia.
¿ quien el Asia obedece.
^^^^H
Contra la pobreza, maña,
Deidam
¡Brava gente los guarnece!
^^^^^H
que la industria siempre medra;
a un testimonio, una piedra;
Teband
. La honra es la mejor joya,
^^^^^H
lodos compilen por ella h
^^^^^H
á un «vos menlis», una caña.
en el campo y la muralla, H
^^^^^B
A la ambición, paja y heno;
los unos por restauralla, H
^^^^^B
á la pretensión, espuelas;
los otros por defendella. fl
^^^^H
dos trampas á dos cautelas;
Treguas gozan por diez días ^
^^^^^1
k la prosperidad, freno.
los dos campos enemigos.
^^^^^H
A amigo que pide, digo:
Deidam
. En ellas serán testigos ^^
^T J
«Daros quiero y no emprestar;»
de galas y bizarrías, ^H
ACTO TERCERO
i3q
que saca la ostentación
para recibir mi esposo.
lAND. Con su vertida orgulloso
está et griego.
DAM. Y con razón.
íAND. Y el troyano, con mayor
ánimo, á lo que parece,
2ue en el noble pecho crece
mis riesgo más valor.
[>AM. Escucha, que llega ya
al campo el esposo mío.
IA.ND. Majestuoso señorío,
miedo y gusto á ua tiempo da.
|>AM. Y las troyanas murallas
están de hermosuras llenas.
ANO. Si son damas sus almenas
suba amor á conquíslallas.
>AM. En fe de las treguas gozan
lapaz que el derecho encierra.
AMO. ¿Treguas dices.'' Llama guerra
bellezas que almas destrozan.
>AJi. Lleguémonos á esta pane,
verémosle entrar mejor.
A.NO. Con tal guarnición, amor^
no asaltará Troya á Marte.
{Múiica deckirimiat.)
ESCENA IX
I 4 los muros Poucsna y Casamsra, y otrái
damat muy bizarras.
¡Qué gallarda ostentación,
si no fuera de enemigos!
El valor no desmerece
por esta causa, si es digno
de alabanza.
Ni yo quiero
disminuirle, aunque envidio
á los contrarios la gloría
que con él se han prometido.
Si es cierto lo que encarecen
oráculos y adivinos,
á Troya ha de conquistar.
]Qué soñados desatmos!
A Hércules le comparan
elogios ponderativos:
mas no es tan tuerte el león
como le pintan.
Vestido
de mujer, dice la fama,
que [Mises le halló, y colijo
por la causa los efectos
de este ensalzado prodigio.
Si amor, absoluto en todo,
y no el temor, como he oído,
le disfrazó, no me espanto
que es invencible, aunque niño.
ESCENA X
B/oj y trompttat marchantto, Ulubs, un pagí
fintta y otro con una etlada en una fuente, y
LES armado con sombrero y battán, todos
f bizarro* y Gabsóm. — Dichos.
R. É)l tiene bizarro talle,
si al cuerpo conforma el brío
N.
IT>R
w.
RDR,
EN.
(DR.
que muestra, dichosa Troya
á tenerle por caudillo.
PoLiCEN. No nos hace Aquiles falta
mientras Héctor esté vivo;
puesto que tras si me lleva
el alma con el sentido.
Carbón. |Oh, Arquillas de mis entrañas,
no quepo de regocijo
por ambos dos carcañales
en somo de mis hocicosl
Carbón soy, ¿no me conoces?
Aquii Eis. ]0h, Garbonl
Carbón. Ful vaquerizo;
mas déjelo por la guerra;
busquete un mes, y aborrido
de no hallarle, di en soldado.
Carbón. Huélgome de haberte visto.
AQUILES. Esquilón llora por ti,
con ser viejo, como un niño.
Aqdiles. Téngole en lugar de padre.
Carbón. Bravamente te han vestido.
¿Dónde compraste ese sayo,
aue tan al justo te vino?
i tien costuras, ni pliegues,
pardiez, que está bien tejido;
de vidrio pensara que es,
si hubiera sastres de vidrio.
NicAND. Donoso está el ignorante.
Carbón. Si, cual dicen, has venido
¿ ser nuestro General,
también yo tengo mi oficio.
AQirii.ES. Y ¿cuál es?
Carbón, Cabo de escuadra
me ha de ser prometido.
El capitán que nos trujo
por un hecho peregrino
que me vio hacer en un pueblo,
y merece estar escrito
Y aun guardarle en los archeros.
PAtJiM. Mentecato, en los archivos.
Carbón. Eso de chivos es pulla.
AgiriLES. Es tan donoso y sencilto,
que el oírle me entretiene.
Ulises. Ya le conozco.
Carbón. Es mi amigo.
Aquiles. Hermosa coronación
de muros; sí guarnecidas
de tales armas están,
¿quién no teme su presidio?
Ulises. La Princesa Policena,
de la hermosura prodigio,
es aquella con sus damas
que á verte entrar han salido;
treguas hay; si verla quieres,
acércale más.
Aquiles. ¡Divino,
milagro; belleza rara!
Si tal tesoro conquisto
¡qué hazañas más bien premiadasl
De nuevo ánimo infundido
siento, Ulises, mi valor
con la hermosura que miro.
{Mácele Policena señas con un tien^io.)
Ulises. Señal te hace con un lienzo
para hablarte.
Deidam. Celos míos,
¿qué escucháis? ¿qué es lo que veis?
140
Casand.
Ayun-ES.
EL AQUILES
P0LICEN.
Aqoiles.
POLICEN.
Casand.
POLICEN.
Deiuam.
Tebano.
Deidam.
UUSBS.
Aquiles
^Ayer ausencia, hoy olvidosr
Escucha, que ya se acerca.
Ardid debe de haber sido,
puesto, señora, que nuevo,
el mostrar al enemigo,
en fe de que no le temen,
los despojos más lucidos;
y no sé si es discreción,
que yo, después que os he visio,
por la dicha del ganaros (1 )
pienso atropeilar peligros.
Si en fe de ser tan fialán.
Principe, lo que habéis dicho,
es cortesía amorosa,
á gozar hemos venido
vuestra gallarda presencia;
pero si habláis presumido,
sabed que son cazadores
nuestros iroyanos invictos,
y que os ponen el reclamo
porque con él divertidos,
os entendemos coger
en las redes de Cupido.
Poderoso estratagema;
discreto y sutil arbitrio.
Diera yo por verme preso
en vuestfos tazos divinos
el alma, que ya no es mia;
ya me parecen prolijos
los términos de esta tregua,
pues dilatar han podido
conquista de estima tanta,
y á poderla hacer suspiros,
fueran de poco provecho
máquinas, flechas y tiros.
. ¡Ayl si vos fuérades nuesiro,
dicraos yo...
¡Qué desvarios,
señora, el respeto ofenden
á tu recato y juicio!
. ¿Qué he de hacer? No puedo más;
aunque la lengua reprimo,
es móvil primero el alma
de las palabras que digo.
jQue esto escucho y no me vengor
Celos, ¿á esto hemos venidoi*
¡Señora I
Estoy por dar voces,
t Ay, esposo fementido!
Despideie. que se acerca
nuestro campo, que ha sabido
nuestra venida, y el Rey
sale á él á recibirnos.
Despide tú, si es que puedes,
la luz del sol; saca el Nüo
de su madre; quila al fuego
el calor, que es su principio,
y será posible entonces
despedirme del hechizo
que he bebido por los ojos.
Parliréme de mi mismo.
ESCENA XI
(í) Ati en ei original; pero Timo h»brá escrito
j;aDtrlos*. puei habla de ios despojos.
«de
Cajas y tromp<tas, Souuados mardianáo, P*
y detrás Mf.nblao, vieju, con baitón.—T
Aquiles. Déme vuestra Majestad
los pies.
Menei.. Brazos apercibo
para coronar los hombros
en que ha de tener alivio
el peso de mi venganza.
Vus seáis tan bien venido
como en Grecia deseado,
gloria y sol de nuestro siglo.
Patroci.. Abrazad vuestro Patroclo
si os acordáis de él.
Aquiles. ¡Oh, amij
¿cómo pueden olvidarse
amistades desde niñosP
Juntos nos hemos criado;
y ahora el veros estimo
en lo que ganará Troya.
Patro<;l. Dándoos los brazos, confirr
de nuevo nuestra amistad.
ESCENA XII
Sobre los muros, Héctor arn.ado —Dichos
HÉcTúH. Principe, que en vaticinios» .
profecías y esperanzas,
si no mienten adivinos,
conquistador os blasonan
de nuestra ciudad, dominio
del Asia, corte y cabeza
del célebre reino frigio;
después de daros alegre
y cortés el bien venido,
pues venciendo os esperamos
fama que eternizan libros;
para que no dilatéis
los triunfos que prevenidos
os tiene Grecia, íiada
en vuestro valor invicto,
con permisión de las tregua^
cuerpo á cuerpo, os desafío
para mañana.
¿Quién sois,
confiado comedido,
vos, que me desafiáis?
Héctor, mayor de los hijos
de Priamo, Rey troyano.
Aquiles. Mostráis, Principe, cuan digno
sois de la fama que os honra^
y aceptando el desafio "
05 retorno parabienes
que, por ser vuestros, eslir
(Échale un guante Uéciot y >
ni^ cogí iste Dcidamia y el otro 1
y entrambos Aquiles.)
Recibid, pues, ese guante.
Y éste también, por ser mSo,
?ue si,el de mi hermano os reu,
se os favorece.
Admito
el uno y el otro ufano.
Patrocl. Estando Patroclo vivo.
Aquiles.
Iector.
HÉCTOR.
PoLICEN.
Aquiles.
ACTO TERCERO
desafiado primero,
mi derecho es más antiguo,
y así este guante me toca.
(Con banda al rostro, Deidamia.)
>EiDAM. Y éste á mi, pues, ofendido,
si para vos de favor,
de guerra para mi ha sido.
^QUiLES. Suelta Patroclo, si intentas
no ser de hoy más mi enemigo,
suelta tú, si no pretendes
dar á mis celos principio.
*ATRocL. Yo he de pelear con Héctor
primero, Aquiles, que he sido
primero desafiado.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
Deidam.
Aquiles.
HÉCTOR.
Patrocl.
HÉCTOR.
Ulises.
141
Yo he de matarme contigo
antes que el guante te dé.
¿Quién eres, hombre atrevido?
Sabráslo si me buscares.
¿Dónde?
¡Traidor,en ti mismo! (Vase.)
Tenedle; ¿qué es esto, cielos?
Si estás, Patroclo, ofendido,
hagamos nuestra batalla
luego los dos.
Eso pido.
Pues espera que ya bajo.
Dar fin á esta parte quiso
nuestro autor; con la segunda
mañana os convida Tirso.
QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
C LEANDRO, viejo.
Leonfla, criada.
Leljo, galán.
Margarita.
Valerio.
Alberto, lacayo,
Britón, lacayo.
LlSAROA.
Cblio.
ludovico.
Andronio.
RoSELlO.
PlNAROO.
PlNABEL.
Felicio.
Un Anoel.
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
Clkanoko ¿«camino, Marqakit* y Leonila.
^LEAND. No hay mucho desde aqui á Sena.
Laurencia tu tia, está
á la muerte, el verme allá
tiene de aliviar su pena;
mi hermana es y hermana buena.
Sola ella pudiera ser
ocasión, hija, de hacer,
aunque cono, este camino,
3ue no es poco desatino
ejar sola una mujer
moza y doncella en tu edad,
donde el vicio y ia insolencia
habitan, porque Florencia
no tiene otra vecindad.
Parentesco y voluntad
me obligan; pero el temor
de tu edad y de mi honor,
viendo el peligro en que estis,
vuelven los pasos atrás
que da adelante mi amor.
Hija, si una despedida
licencia de hablar merece,
por ver lo que se parece
á la muerte una partida,
haz cuenta quédela vida
en esta ausencia me alejo,
y como cansado y viejo,
no ¿ Sena, al sepulcro voy;
y que en el paso en que estoy
te encamino y aconsejo. ■
Sola en mi casa naciste ^
de una madre á quien Florencia
aunque muerta, reverencia;
pero bien ia conociste;
nobleza antigua adquiriste;
lo mejor de esta ciudad,
honrando mi calidad,
pariente mayor me llama,
riqueza heredas y fama,
discrección y autoridad.
El vene sola, y querida
y celebrada en Florencia
dio á tu mocedad licencia
más suelta que recogida;
al iln le costó la vida |
á tu madre el conocerte
tan libre, y por no ofenderte,
ni con reñirte enojarte,
quiso más por adorarte
morirse que reprehenderte.
¿Cuántas veces te llamó. i
poniendo á tu vida freno,
y á solas, en nombre ajeno,
tus costumbres reprendió?
¿Cuántas veces te leyó
sucesos con que Dios toca
la mocedad libre y loca,
y temiendo darte enojos
te castigó con los ojos
lo que no osó con la boca?
Pues yo sé vez que, enojada
de ver tu desenvoltura,
tu libertad y locura
^^^^^^^^^^^^^^agt^Trimer^^^^^^^^^^^^^^I4^^^^|
castigó en una críada,
Anda, que ninguno aprende ^^H
y lü, por esto agraviada,
que no procure saber; ^^^|
en un mes no nos hablaste
la poesía es mercader ^^^M
ni á la cara nos miraste,
que versos por honra vende; ^^^H
hasta que vino á quebrar
es fuego sordo que enciende; ^^^H
por nosotros, que á callar
sus vanos terceros son ^^^H
y á sufrir nos obligaste.
tercetos que al torpe son ^^^H
Todo esto causa el no haber
de los sonetos que miras, ^^^H
más de un hijo en una casa;
leyendo liras deliras, ^^^H
la edad vuela, el tiempo pasa;
dando á tu afrenta ocasión. ^^^H
sólo ha de permanecer
Margar. Recoletándome vas ^^^H
la fama, que en la mujer
con industria peregrina: ^^^H
corre peligro doblado;
¡ea, vuélveme capuchina, ^^^^|
tu honra es mi espejo amado:
que asi contento estarás; -J^^^^M
si le procuras quebrar.
no me traigas galas más; ^^^^^|
¿cómo me podré mirar
quítame el oro y la plata, ^^^H
en un espeto quebrado?
el chapín al alpargau ^^^|
icAR. Pues ¿á qué efecto es ahora
reduce, al sayal la seda, ^^^H
tan estudiado sermón?
porque encartujada pueda ^^^H
ser á tu gusto beata. ^^^|
¿Qué afrenta ó disolución
en mí tu linaje llora?
Por onzas vienes á darme ^^^|
¿Heme ido, como Lidora,
la libertad de la vida, ^^^H
con algún hombre, perdida?
pues aun vista tan medida ^^^H
¿De qué ventana, atrevida,
de noche escata has quitado,
determinas cercenarme. ^^^|
¿Qué daño ha de resultarme ^^^H
ó qué persona has hallado
de que las varas posea ^^^^H
tras el tapiz escondida?
de una celosía, y vea ^^^H
¡Oh, qué pesadas vejeces!
Umd. Soy pesado y tú liviana.
por su confusa noticia? ^^^|
A ser varas de justicia, ^^^|
No VI escala en la ventana,
pudieran hacerme rea. ^^^M
pero á ti si, muchas veces;
¿No es una jaula enredada? ^^^|
y como en ella pareces
siempre, por más que te digo,
¿Aún menos quieres que sea ^^^^
que un pájaro, y que no vea ^^^|
tu fama ha de ser castigo
segura de ser mirada? ^^^B
de la licencia que toma;
^Qué monja hay tan encerrada ^^^|
que pocas veces se asoma
que, ya por rejas de acero, ^^^f
ya por el rallo grosero ^^^1
que no dé abajo consigo.
Y si á caerse comienza
ó vistas á ver no venga, ^^^|
en la calle, ¿habrá quien calle?
si aun no hay torno que no tenga ^^H
No, que la fama en la calle
su socarrón agujero? ^^M
será fama á la vergüenza;
¿O pretendes con casarme ^^^|
el recato al gusto venza;
propagar tu sucesión, ^^^f
no uses mal de mis regalos
ó huyendo la condición ^^^h
para libres hijos, malos;
de un yerno, monja encerrarme? ^^H
deja algún tiempo del dia
Si lo primero has de darme, ^^H
palos de la celosía
deja que en canciones reales ^H
que dan al honor de palos.
las cortesanas señales ^^^H
¿Qué oraciones y ejercicios
pueda aprender de un poeta, ^^^|
lees? Cuando estás despacio,
que no han de hacerme discreta ^^^|
las novelas de Bocaccio,
los salmos penitenciales. ^^^|
maestrescuela de los vicios;
Pero debes de gustar ^^^|
tus mangas darán indicios,
que entre estameña y picote ^^^|
escritorio, cofre ó arca
me entre monja, porque el dote ^^^|
de los papeles que marca.
temes que acá me has de dar; ^^^H
y con quien haces tu agosto
la vejez toda es ahorrar; ^^^H
el furioso del Ariosto
y pues ella me limita ^^^f
y las obras del Petrarca.
lo que un convento aún no quita, ^^^ñ
¿Con tal compañía quieres
que tu honor no ande en demandas?
De los amigos con que andas
vete con Dios donde vas, ^^^|
que á la vuelta me hallarás ^^^H
recoleta ó carmelita. ^^^H
podremos sacar quién eres.
(Haet que se va; detiéntla Leonel*.) ^^^H
¿Qué gusto ó provecho adquieres
Clenapp. Hija, Margarita, espera; ^^H
de traer las faltriqueras
Leonela, vuélvela acá, ^^H
preñadas con las quimeras
no te reñiré más ya, ^^^H
de canciones y tercetos,
que soy viejo considera; ^^^H
de liras y de sonetos.
prolija es la edad postrera; ^^^|
llégate acá, abrázame, ^^H
de décimas ó terceras?
^^^^H lodo es de burlas á fe;
quítate ai sol los capotes ^|
^^^^B anst probarle he querido,
que ya te puedes reír. ^|
^^^^^H tu virtud he conocido,
¿Saco mantos? ^
^^^^^^1 tu recogimiento sé.
Margar. ¿Para qué?
^^^^^^1 Quita ei iienzú de los ojos,
Leonela. ¿No hemos de irnos á un conv(
^^^^^B no llores lágrimas vanas,
Maroar. De Venus.
^^^^H ó en la holanda de estas canas
Leonela. ¡Buen fingimiento,
^^^^H deposita tus despojos.
^^^^H ¿Nfo ves que me das enojos
y de harto provecho á <e!
No hay sino en riñendo el viejc
^^^^^H cuantas veces me amenazas
decir que á enmonjarte vas;
^^^^H entrarte monja? Si trazas
¡buen «cala el coco» hallado b
^^^^H matarme pronto, hazlo así,
Margar. No medro si no me quejo.
^^^^H ca, por amor de mi.
Leo.nela. No sino haceos miel. ¡Qué enfi
^^^^^B De mala gana me abrazas.
es un padre ó madre vieja
^^^^^B pedirte quiero perdón;
cuando á una hija aconseja
^^^^^K dámela mano y pondréla
sin quitársela del lado,
^^^^^B sobre la boca... Lconela,
que habiendo en su mocedad
^^^^^ ¿dala el mal de corazón.''
no perdonado deleite, h
1 Leonela. De tu mala condición
conversación, gala, afeite^ H
1 mil es poco que la den.
fiesta, sarao ni amistad, i
1 Cleand. Pues ¿ríñesme tú también?
más envidiosa que honrada,
^^B Leonela. Si está por ti mi señora
riñe, aconseja, limita _
^^^1 de esta suerte cada hora
en la mesa, en la visita, S
^^^K y la afliges, ¿no hago bien?
y porque de desdentada "
^^M ■ Cleanü. Buena anda 'toda mi casa;
no puede comer por vieja,
1^^^^—^ ¡oh amor de hijos imprudente!
es perro del hortelano
^^^^^H Q)uiórola excesivamente;
que, con la col en la mano.
^^^^^H no hay poner á mi amor lasa;
ni come, ni comer deja!
^^^^H con ella mi vejez pasa
Margar. No esgrime con ejercicio
^^^^P en descanso.
quien no ha sido acuchillado.
r Margar. jAy me!
ni hdy amigo taimado
1 Cleand. ¿Volviste?
como el que es del mismo ofid
1 Margar. No sé.
Los viejos de nuestros días
ft CtEANb. Ea, no estés triste.
cansados é impertinentes.
^^L Mírame alegre, y do Sena
que el gusto á falta de dientes
^^H te prometo una cadena
repasan con las encías
^^^H como á la que Lesbia viste;
papilla nos piensan dar m
^^^H más si palabra me das
á los que al mundo venimoál
^^ que no te has de meter monja.
Leonela. Esa al viejo se la dimos
1 Leonela. No es esta mala lisonja.
ya que no puede mascar.
^^m Maroab. Como no me digas más
Vayase el caduco al rollo;
^^1 vejeces, siempre hallarás
y pues es tu edad en flor,
^^1 en mi una justa obediencia.
bollo de azúcar de amor.
^^1 Cleanu. No oso salir de Florencia,
busca quien coma ese bollo.
^^B porque un monasterio temo.
Ni bien seas primavera ^
^^1 Margar. Ya se ha acabado este extremo.
que toda en llores se va, fl
^V Cleanü. I'ues júralo.
ni bien estío, que está W
■ Maroar. En mi conciencia.
abrasado dentro y fuera.
^^ Cleand. Pues con esa condición
Entre Abril y Julio hay Mayo
^^^L á verme parto á mi hermana:
y Junio, que dan tributo
^^^^^ hasta después de mañana
parte en llor y parte en Iruio,
^^^^K orden en mi casa pon.
en lo que has de hacerte endH
^^^^WMargar. Ni ventana ni balcón
¿Enticndesme lo que digo? ^|
^^^^K la calle ha de ver abierto
Margar. Anda, necia, que ya sé V
^^^^H[^ hasta que
que me aconsejas que dé ^
^^^^^BCleand. Bien
un medio al gusto que sigo.
^^^^^B estoy (jue has de ejecutailo.
Leonela. No como el Abril en flores
^^^^^B Ea, adtós. ¡Mola el caballol
pases el tiempo inconstante.
^^^^^H Amor todo es desconcierto.
*daca el guante, toma el gutdW
^^^^^B (
papeles, cintas, colores;
^^^^H
que hay mujer que el tiempo p'
^^^^^^H
en aquestas chucherías.
^^^H ESCENA
y al cabo de muchos dias
^^^^^^1 DlCUOS $inO CtRANDRO.
que á fuego lenlo se abrasa,
quando echa mano á la prest
^^^^^Leonela. Vaya con... iba á decir
que de sustancia ha de ser, ^
^^^^■^ una sarta de galeotes,
no se la dejan comer, fl
porque Icvanian la mesa.
Bu«na es cuando alguno brinda
la guinda antes de la polla
^Ky <:i melón cutre la olla,
^^nias no ha de ser todo goinda;
^Hdí lodo también pechuga,
^^nino, como el hortelano,
^"^vaya puniendo !a mano
entre col y col lechuga.
' Gasta tus años de modo
que, sin perdonar manjar,
puedas después «lirniar
ue sabes comer de todo.
'Alaestra estás: pun escuela.
A> D.me en los estudios prisa.
Aunque me has caucado risa,
te pienso sepuir, Lconela.
I Pero escucha: ^Quc es aquello?
^KCalIejerns mercaderes.
^^B^ (De licniro sale con Hun caja llena de
^^méuhuntrta.)
^^uCompran peines, alfileres,
^^trenzaderas de cabello,
papeles de carmesí;
Í orejeras, gargantillas,
pebetes (inos, pastillas,
Ktoraraque, men)ui,
polvos para blanquear diente
saraña, copay, aniñe,
pasta, aceite de canine,
I abanillos, mondadientes.
^■Sanure de drago en palillos,
^Bnjes de alquimia y acero,
^^quinla esencia de romero,
jabón de manos, sebillos,
franjas de oro milanos,
agua fuerte, adobo en masa
Íc manos. ¡Cristo sea en casa! (i )
I'
ESCENA, ril
Sale Al BKMTO.— UiciiAS.
, ¿Quién llamaba aquí al francés?
Aquí, nadie.
tTO. ,;Es menester
Soner postizo alpún diente?
arele naturalmente,
sin que al dormir ó al comer
a menester quitallti
í haya quien la falta vea
or más curioso que sea,
Dnque se llegue á miralle.
'racias á iJiusy al cuidado
buena dentadura tengo.
ITo.(.4Lconci.i.)Sefiora hermosa, no vengo
en balde: ,;cómo ha dejado
criar ahí tanta toba?
¡Jesús, qué perdida está
la dentadura!
ILA. Será
porque soy tan grande boba
! que nunca cuido de mí.
ITO. Mas ,jpor quó come á menudo
I confitura del desnudo?
lu.Sí es del amor, así, asi.
I
Bsia relación «e halli lambién en la escena IX
io kcgaodo de Por el sótano y el torno.
SOIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO II
ACTO PRIMERO T45
Alberto. Pues verá en distancia poca
cuál la dejo; asiéntese,
la toba la quitaré.
LEONELX.iAy, Jesús! ,jh¡erro en mi boca?
Vayase con Dios, hermano.
Quítese allá.
ALBhRTo. Pues ¿rehusa
lo que la importa y no excusa,
el remedio de mi mano?
Si quiere no desdentarse,
aquesta polvillo lome,
que la toba limpia y come
los dientes: ha de estregarse
al levantarse muy bien
enjugándose con vino
y con un paño de lino
hasta que enjutos esicn;
que, como tenga cuidado,
brevemente encarnarán
y de marfil quedarán.
LeoNELA. ¿Cuánto vale?
AtahüTo. Un ducado;
pero sírvase con ellos,
no riñamos por el precio.
I.EONELA.No es el merecero ne^io.
Alberto. Para enrubiar los cabellos
tengo una raíz famosa.
Margar. Fuéme el cielo tan propicio
que sin buscar artificio
los tengo cual veis.
Alberto. Hermosa
sois, señora, por el cabo.
Margar. ¿Trae cintas de resplandor?
Alberto. Y son la cosa mejor
de Italia: no las alabo
por mías; este papel
(Dale un papel con unas cintas.)
si es verdad ó no dirá,
que lleno de ellas está.
Escoged, señora, en él...
Mas, ¡cuerpo de Dios!
Margar. ¿Qué es eso?
AiBERTo. Quedóseme en la posada
la bolsa, y no está cerrada
la caja donde la he puesto;
en ella mi cauda! tengo;
el diablo por Dios sería
que me la dejasen fria.
Esperen, que luego vengo. (Vaie.)
ESCENA IV
Oiciios. menos ALiiKt<To.
M \RtjAR. Confianza hizo de mi
el mercero alborotado,
pues el papel me ha dejado
yéndose, Leonela, asi.
I.EONELA. Tal prisa le da el dinero.
Margar. Líbrele Dios de un ladrón.
Lroní-la. Veamos qué tales son,
que hurtarle unas varas quiero.
¿Qué miras?
Marcar. Letra gallarda,
un sobre escrito que está
en el papel.
Leosela. Veamos ya
estos listones.
^H 146 QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA ^^H
^^m Margar. Aguarda.
y entre atributos diversos ^M
^^K «A Margarita de ursino.»
que daba á sus damas (la ^M
^^B Leonela.^A quien.''
decir que cuantas vivían H
^^M Margar. ^No escuchas mi nomb^e^
en ella, perlas tenían H
^^M Leonei a. Aquí hay maula, no era el hombre
por dientes. Y de manera ■
^^H merccru queá vender vino,
se le encajó ser verdad; fl
^^^1 sino un gentil alcahuete.
que dejando casa c hijos ^M
^^1 Margar. Casarte puedes con él.
malbarató unos corlijos ^M
^^K LsoNEíA.^Qué aguardas? Mira el papel
Y parte de una heredad; ^|
^^K que grandes cosas promete.
^^H Con cintas en vez de tinta
y creyendo estas novelas ^M
dijo que iba, á su mujer. H
^^H le escriben, señal será
á la corte á enriquecer V
^^H que quien con cmtas le da
siendo en ella sacamuelas.
^^B le desea ver en cinta.
Porque si en doliendo un dieni
^^B Marcar. «Valerio» dice la fírma.
y en sacándolo era perla
^^■, Leúnei.a. Si es suyo, bien recibido
no era difícil de haberla
^^m
una baíca de Oriente.
^^M Margar. .Muy bien le he querido.
Pues llenando una tinaja
^^m Leonela. Asi Florencia lo afirma
de dientes, perlas, podía, ^
^^H pues has llegado á dar nota
vendiéndolas en Turquía, H
^^m con él de no recatada.
tener más oro que paja.
^^H Margar. Liste negro ser honrada
Dio en esto, y en lances pocos
^^H mil buenos ratos agola.
tan rematado quedó, ^m
^^H .Mi padre tuvo noticia
Que el poeta le llevó H
á la casa de los tocos. ^M
^^H de no sé qué y se ausentó
^^H Valerio, porque temió
^^B el rigor de la justicia.
Margar. Tú puedes irle con él. ^M
I.EONELA. Duendes y poetas son ^M
^H[ Leonela. Mirale: ¡que tengas flema
unos humo, otros carbón. H
^^E para no verle!
Margar. /\hora bien, va de papel. ™
^V. Margar. ¡Ay! cuál viene
(/.«.) «Temores, más de la jl
^H el pobre, tal fueg'o tiene
que de tu padre, me ausentai
^^B que hasta la mano me quema.
Florencia, y deseos de tu vis
^^B Leonf.la. Mas qué, ^no viene en poesía?
han traído esta noche escom
^^M Mar(íar. ^En qué lo echaste de ver?
gozarla; obligaciones me tiene
^^K Leo.nkia. En que es papel mercader.
tengo más de marido que de p
diente; si gusta llévalas »¿i
^^m pues cintas de oro te envía;
^^B y vi poeta, cuyo nombre
pues lu padre, según he sabid
^^H por ser el principio en Pü
en Sena. Al anochecer irán poi
^^H de la pobreza heredó,
negros cun una silla, que no c
^^^B por más que escriba no es hombre
irar en tu casa, porque desde
^^H queda de contado asi;
cheque me halló tu padre, U
^^B porque son tan buenas lanzas
por agüero. No lo seas tú
^^H- que pagan siempre en libranzas
amor, sino fíate de los que tel
^^B al Sol, Luna y Potosí.
traer, hasta que Dios quiera
^^H «Tus cabellos son del Sol.
muerto el viejo, vivamos los de
^^H tus dientes perlas de Oriente,
tos. Kl le aguarde. V-ilerio^
^^H tus pechos plata luciente.
LEONEi.A.Como marido dispone; fl
^^H^ tus mefilbs arrebol.
parece señor de casa. H
^^H[ 1 Del alba rubies tu boca,
Margar. Quiérole bien y no pasa H
^^^B tus ojos no son distintos
las leyes que dmor propontúa
^^H de esmeraldas y jacintos.
Tomó quieta posesión
^^^H ' en cristal tu frente toca.»
de lo más, ¿qué mucho. pu«.
^^H Y creo que los planetas.
que de lo que menos es S
^^H según están de corridos.
se la dé mi inclinación? ^M
^^H deben de andar escondidos
Leonela. ¿Piénsasle casar con él, ^M
^^H de estos diablos de poetas;
muerto el viejo? ^|
^^H pues si en ello se repara
Margar. Bien le quieto;
^^B deben de pensar que son
mas que es también considero
^^V de casta de bofetón
determinación cruel
^^m que los traen de cara en cara.
ser su esposa, porque están
en estado arrepentido h
^^B Maroar. Mal dices de la poesía.
^^M Leonela. Yo coplas no puedo verlas.
cuantas han hecho marido H
^^K que, según tratan en perlas.
del que antes fué su galán, H
^^^B nos han de dar perlesía.
y recelóme, en efecto, ^M
^^H Un rústico oyó unos versos
que el galán cuando se casíi™
^^H en que un poeta alababa
como sabe ya la casa.
^^H la corte donde habitaba;
entra perdiendo el respeto. ^
ACTO I'HIMEPO
No porque Valerio ame
pienso conseniirme asar,
en todo quiero picar.
LA. El buey suelto bien se lame.
iP, Papel y tinta hay aquí.
UA. ¿Sabes tú si volverá
el francés fingido acá?
itt. Paréceme á mi que si.
UA.No pide el papel respuesta,
que tú sola lo has de ser,
si viene al anochecer
la silla.
i». Poco me cuesta ,
por si vuelve ó no, escribir
dos renglones.
UA. El mercero
es un gentil embustero; '
á fe que le he de pedir
si vuelve, pues que me quedo
de noche en casa y sólita,
que entre á ver cómo me quita
la toba, y con ella el miedo.
(Suenan prtlales.)
itt,. Esto basta: ^qué es aquello?
LA. Carrera á fe de cristiana,
IH. No perderé la ventana
aunque estuviese en cabello,
que me muero si en la calle
suenan pretales.
LA. ¿Y aquí
le dejas el papel?
VI». Si;
luego volveré á cerralle. (Vafi«.)
^ ESCENA V
^H| CLEAirnito de camino.
reces he salido de Florencia,
celo, otras lanías adivino,
ndo las espaldas al camino,
consiente hacer de casa ausencia,
ció al fraterno amor la diligencia
Dorque amenaza un desatino,
fin su parentesco es más vecino,
le su hermano soy, cual de Laurencia,
la á )a muerte el túmulo previene,
muerte mi honra en casa espera,
es mirar por lo que más conviene.
ios me importa que Laurencia muera,
jien enfermos en su casa tiene
)• para qué visite á los de fuera.
La puerta falsa hallé abierta,
que mí sospecha encamina,
y temo que salga cierta,
que no vuelve la honra lina
que sale por falsa puerta.
Nadie acá abajo ha quedado
haciendo tanto calor.
La sala baja han dejado; '
pero como es fuego amor
busca su esfera elevado.
¿Mas <\\ié están á la ventana?
¿Qué importa cerrar la puerta,
si la deshonra liviana
trae alas y la hallé abierta
tan alta como profana?
(Suena de dentro carrera.)
¿Carrera hay? No fué quimera
«47
mí sospecha apercibida.
¡Ah mocedad allanera!
¿Mas que ha de salir corrida
mi honra de esta carrera?
Un papel hay aquí escrito,
leira de Margarita es;
si es sentencia que después
eche á mi honra un sambenito...
No es prudente padre aquel
que su hija enseña á que escriba,
porque en la tinta y papel
conserva la ocasión viva
que se muriera sin él.
Bien puede un padre excusar,
si quiere vivir alerta,
la vieja que entra á terciar,
tener cerrada la puerta
y las ventanas clavar.
Pero, cuando escribir sabe,
en vano guarda á su hija,
por más que eche reja ó llave,
que, en fin, ¿por qué rendija
un papel sutil no cabe?
Estos argumentos son
contra mí, pues que procura
más que mi honra mi aflicción;
quiero verle, á buen seguro
aue no es de mi devoción.
(l<e.) «No quiero multiplicar pala-
bras donde tan presto se han de ver
las obras. La silla espero, y supuesto
que ya anochece, pudiera haber ve-
nido. Guárdete el cielo y detenga allá
al viejo todo lo que durare el que-
rerme. Tu bien,» etc.
Buena ausencia quise hacer;
no hay de mi honor que presuma
3ue seguro está en poder
e un papel y de una pluma
en manos de una mujer.
Dejad, amor liberal,
que el castigo que ejecuto
sea á tanta ofensa igual,
que no es árbol que da fruto
la mujer si no es formal.
Ea, remisa aflicción,
aplicad medios crueles
al honor, que no es razón
que por Florencia en papeles
ande mi honra en opinión.
No sé á quién esto se escribe;
la silla quiero aguardar
que mi deshonra apercibe
y en ella la muerte dar
á quien en mi agravio vive;
3UC en silla vengarme intento
c quien en ella mancilla
mi honor, pues es argumento,
que quien da á mi agravio silla
me quiere afrentar de asiento. (Vatt.)
ESCENA VI
Lklio y BmTÓH con baquerot dt mo^os dt titla,
corr<ones y palos, tiznados como negros.
Britón. Bien pudieras ya decirme
á que fin has hecho, Lelio,
^H
^^^" QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA ^^^^|
con los dos este guisado
vino á Florencia encubierto ^H
de hilado, pues es negro;
á verse con .Margarita...
desenyuincamc ya.
BpiróN.
Diligente caballero.
que, mirándome al espejo,
I. El lo.
I'aia que esia noche vaya
temor tuve de mi mismo
á mi casa, donde ha puesto
se(4Ún estoy sucio y feo.
el tesoro de sus gustos
Si fueran Carnesloiendas,
y han de gozarse en secreto.
cuando desiierran el seso
Pidió á Grimaldu prestada
de KiorcnL-Ja, no era malo
la silla con los dos negros
el disfraz, puesto que puerco.
dueños de aquestos vestidos.
¿{^üé niñas á espantar vamos.
BhíTÓN.
Muy bien huelen á sus ducñoí.
ó para qué nacimiento
l.ELIO.
Yo. que como soy de carne
hacemos la Kpifania
y no de mucha edad, tengo
que al rey lizne represento.^
mis tentaciones humanas.
O declárate, ó me lavo;
ha más de un mes que deseo
que ¡vive Cristo! que temo
ser de aquesta Meliscndra
que me he de quedar así
•por una noche Gaiferos,
per omitia scecuia.
y aun se lo he dado á entender.
^g Lei.io.
Necio:
Botlóh.
¿Mas que respondió no cheo?
¿mondo yo nísperos? Calla,
Leuo.
¡Zape! dijo con la boca
y ven conmigo.
y m>!{ con los ojos.
^B Ukitún.
No quiero.
Bhitón.
Bueno.
ni he de quitarme de aqui
Ahi un no es medio si:
si no me dices primero
milagros son de estos tiempos.
dónde vamos y á qué causa.
Lelio.
No imagino S' se ve
H I.EMO.
¿Estás borracho?
en la ocasión, como ordeno,
H BftITüN.
Estoy hecho
que se hará de pencas mucho,
el propio un galán de réquiem,
aunque es muy ilustre.
no falta más que el entierrti.
Bkitón.
Credo:
H Lelío.
Calla, y siyucme.
que es viña, en fin, vendimiada
H Britún.
Es en vano.
y da á todo pasajero
Yo he dado por hoy en esto:
un grumo, y más de racimo
¡vive Dios! si no le explicas,
que se queda siempre entero.
que me has de ver e>tafermú.
Lei-io.
Pues porque por diligencia
H Le LIO.
(Válgate el diablo por loco!
lio quede, esta noche intento
H BHtTÓN.
¡Válgate el diablo por cuerdo!
hurtarle esta .Margarita.
H Lelio.
Ven, sabráslo de camino.
Bmitón.
Si te la cuelgas al cuello
H Britün.
No, hay que hablar; aqui me asiento,
no será maio el joyel;
ó sacando a^ua de un pozo
envidia, por Dios, te tengo;
me quilo todo el un^jücnlo
que. como voy ya calando,
de esta carátula sucia.
no hay amante sin ingenio.
que á grajos y pringue huelo.
LEt.fO.
(^imo supe que pidió
H Lrlio.
Sabrás, pues, ya que porfías...
á Grimaldo silla y negros,
H Britón.
Eso vaya.
llámelos aquesta tarde
H I.ei.to.
Que Valerio
y dentro de un aposento
quiere á Margarita bien.
sus zaques llené de vino.
^^ Bhitón.
Dime otra cosa de nuevo.
BhitüN,
¿DesnudástelüS?
que esa ya sé que ta tiene
Lei.io.
Déjelos
mas ha de un año en destierro.
en carnes.
^^H
Goz«')la á lo que se dice.
Bhitón.
Muy bien guardaste
^^H Britón.
Y diráse lo que es cierto,
tu vino, pues queda en cueros.
que en un año de afición
Leuo.
Cerrélos después con llave,
ni ella es manca ni él es lerdo.
encomendélos al sueño,
^^^B
El temor de sus parientes,
y machacando carbón.
solicitados del viejo.
con él y claras de huevos,
la hacen vivir con recato.
he compuesto este betijn
hasta que la muerte y tiempo,
con que los dos parecemos
que vencen diticullades.
infantes de Monicongo;
al yugo del casamiento
y liado del silencio
los iguale.
de la noche, en el zaguán
^^V
Dices bien;
de mi dama á punto tengo
que es más ella y él es menos,
la silla en que á Margarita
^^H
l.sta tarde, pues, se fué
llevemos los dos.
Cleandro á Sena, sabiendo
Britón.
Apelo.
que está á la muerte su hermana;
Aún si me cupiera parte,
supo su ausencia Valerio,
vaya; mas ¿no es caso recio
y, liándose de mi,
que la licvc yo ensillada
ACTO PPIMERO
y tú la poces en pelo?
Pero, dejaiidu las burlas,
si vicn€ por ella Alberto,
cii-ido de su ^alán,
y has de ir en su seguimiento
hecho ganapán de silla,
^cómo ha do Icner dedo
tu mal dii^erida traza?
Una riña fingiremos
con él; y con los correones
de suerte le apartaremos
de nosoUos en la calle
que huya como liebre ó ciervo.
c. ¿Y dónde pien>as llevarla?
^Kso pregunta»? ¿No tcngn
en Florencia oirás dos casas,
una de la otra lejos?
i. Alto, lii maula está hecha:
(Vive [)ios que eres discreto!
E\ ingenio te h.i aguzado
la muela de algún barbero.
Mas ¿nn es este Alberto?
El mismo.
(. Enguinéaiey hablemos
:t i lo de zape y Angola,
JK ESCENA VII
ALaRKTO.— Dichos.
ro.¿En qué diablos andáis, perros,
que en iodo hoy no os he topado?
'. IJabra bien, sino que icmo
que turu tu palo encaje
en cabeza y sacan seso,
ro. ¿Qué es de la silla?
Esa acá.
ro. ¿Acá está ya?
Acá traemo,
porque ruega ansí tu amo.
To. ¿Pues cuándo le hablasies?
jf. Ruego.
TO.jY os mandó aguardarme aquí?
I. Si, y sanca de franriquero
ocho rcale para vina,
que esa nobre capayero.
to. Alio; viendo mi tardanza,
dándole prisa el deseo,
los debió de enviar aquí.
Aguardadme en este puesto,
¡re á avisar á la dama
que habéis de llevar.
I. (Jueremo. ha^ja Valerio co'eya
quaquüla.
{Vjse Albino.)
I
ESCENA VIH
Dtciio». mtnot Ai bsrto.
Primo, cailcmo.
Famosamente se traza.
Bueno se le va poniendo
el ojo al haca.
jOh qué noche!
No la dormirás al menos.
Lindo embuste.
Para ti,
que yo soy sólo el jumento
149
que le hacen llevará cuestas
la paja, y se queda hambriento.
A mi costa lias de cenar.
LEi.ro. Tú buscarás lu remedio.
Bmitók. íQuii he de hacer. Cuando no hallare
cecial, cenaré abadejo,
ESCENA IX
Mahoabita con maulo, Lconrla en cuerpo y
Ai.BEHTo.— SjCíin Ivs Nkgkos ta tilla.
Margar. Leonela: cierra la puerta.
Leonela.Dí de mí parle á Valerio
que si me ha de enviar barato.
Alberto. ¿Y la silla?
Lelio. Aquí traemo.
Albehto. ¿Queréis que me quede yo
por barato en casa?
Leonbla. {Bueno!
A ahorcado tal barato.
Alberto. Del rollo de vuestro cuello.
I.KONELA. S'jís grande para joyel.
¡Oh hi de puta y qué mercerol
Hien vendéis vuestras agujas.
¿Entraste?
Marovr. Sí, cierra.
(Kntrase en la filia.)
Leonela. Cierro.
Albf.wto. ¿He de volver?
LeoNEi A. ¿Para qué?
AuBRBio. Para la loba.
Leonlla. No cheo.
Albehto. En fin, ¿no he de volver?
Leonela. So;
mis si volviese sea luego.
lEnlrast Leonel*. )
ESCENA X
Dicno», Turnos Leonela.
Albfrto. Ea, perros, por aquí.
l.r.i.iQ. Ya dije que no yamemo
perra á nadie, que también
hay en mundo branca perro.
Alberto. Pues ¿de qué se entona» el fíalgo?
[ípiróN. Négoro fa cagayero
y no hay négoro sudio:
que come manltga y puerco,
AiBKiiTo. Hablen menos y anden más,
que ya se me va subiendo
á las narices el humo.
Lelio. Po lo Dioso jelalero
que han de paga de un beyaco
con cozo é lale con cuero
de buey.
Bhitóv. Dale culubán.
Albkhto. ¡Ayl
Britón. ¿Quejamo?
Albrhto. ¡Ay! que me han muerto.
Lelio. Sigúele por que se aleje,
que al momento volveremos
por la silla.
Bbitó.s. Bien se traza.
[De dentro.)
Alberto. ¡Ah perrazos!
Britón. Agúala á perro, (vanu.)
^^^^r
Í^^^^^^^^^^QuS^Sif^OsSEVAWT!^^^^^^^^^^
ESCENA XI
determino entrarme dentro,
Salt Cleandho.
que también sabe el honor
disfrazarse como amor;
La silla que mi deshonra
trazas tienen descrestas
lleva he seguido encubierto
para mi ofensor molestas,
hasta aquí, por conocer
pues me ha de llevar su gentí
quién es su lascivo dueño.
Pues dándolos muerte junios
sobre si, cual penitente
que lleva su cruz á cuestas. (J
verá Florencia si tengo
la sangre helada, ó si hierve
con la venganza, que es fuego.
ESCENA Xll
Pero sola se ha quedado,
porque lus mozos huyeron;
Satén fos NcGRoa.— Dichos.
amor, dejadme vengar,
Lelio.
Bien le habernos alejado.
Cual novillo va corrido.
5UCS mi enojo es cual vos, ciego. —
Deshonra de aquestas canas
á quien tan mal pago das.
Lamia torpe: ¿dónde vas?
,;por qué mi sangre profanas?
Tus mocedades livianas
Britón.
Lelio-
Habíase de haber ido
Bbitón.
la dama, que hemos tardado.
,i Donde diablos, si ha cerradq
su puerta? Cual plomo pesa.
Aquí está.
Famosa empresa.
Como de tu ingenio fué.
Peldona vuesa mece.
castiga quien de ese talle
quiere que en la calle te halle
y huye tu desenvoltura,
Lelio.
Britón.
Lelio.
pues, al fin;.como basura
te han arrojado á la calle.
No por pesada te suelta
quien á cuestas te llevaba,
Britón.
Anda, pumo.
Vamo apriesa.
Ltévanla de un cabo d otro del tah
Ijues tu liviandad bastaba
a dar á Italia una vuelta.
ESCENA XIII
Mas como te vio resuelta
á ser de tu honor tirana,
Salt VALKHto.— Dichos. ^^^|
lu propio peso amilana
^^1
sus fuerzas, porque confiesa
Valerio
O el esperar al que aguarda
que la cosa que más pesa
con sofísticos engaños
es una mujer liviana.
le vende instantes por años,
El modo y traza condeno
ó mi Margarita tarda.
con que tu infamia procura
Pero estos los negros son
dar muestras de tu locura.
y esta la silla en que viene
pues vas sin silla y sin freno;
quien ha ya un ano que tiene
que enfrenaras fuera bueno
en mi pecho posesión.
la torpeza que te abrasa.
{fíequebrando «/ fd
Entra en casa, si es que pasa
Sol mió: ^qué maravilla
por ello y te admite en sí,
de noche os saca bizarro.
que, por echarte de si,
y saliendo el sol en carro,
te abrió sus puertas mi casa.
sois vos sol y andáis en silla.^
Para dar al vicio entrada
Pero, pues dejáis el coche,
las abrió Leonela ahora.
corred cortinas también.
que siempre de la señora
poraue los que en silla os veoj
puedan ver al sol de noche.
es retrato la criada.
Sólo has tenido de honrada
¿No queréis hablarme, amord
el irte sin responder,
mí bien, mi dueño, mí vida?
con que has podido vencer
Muda seréis mi homicida.
aquesta daga desnuda;
Britón.
Cagayero dejan frores
pero ^cuándo no fué muda
que pensan mucho mujer
la vergüenza en la mujer?*
y queremo caminar.
Gente viene; al que me ofende
Valerio
Pues por aaui habéis de echar,
que en cas de Lelio ha de ser
no Conozco; hablarle intento;
engendrado ha atrevimiento
donde habéis de parar.
el enojo que me enciende.
Lelio.
Bueno.
Si en esta silla pretende
Anda con Dioso, que aqui
deshonrarme mi enemigo.
sabemo dó va.
con ir en ella Consigo
Valerio.
Qué, ^así
que sea en venganza igual.
me desconocéis?
esta silla tribunal
Britón.
Sereno
de mi agravio y su castigo.
no conoce que está obscuro.
Ahora bien: aunque el temor
Valerio.
Valerio soy.
llene en la vejez su centro.
Bpitón.
Para eya.
ACTO PRIMERO
l5l
lio.
1^10.
»ND.
!RIO.
bND.
:)ÓN.
io.
No sa para vos donceya,
apartamo.
Perros, juro.
No yama perro, que hay palo,
de siya y hay cureón.
^No es iinda disolución?
Que yevB pasa Gonzalo
si no aparia de camino.
Basta, que burlan de mi:
ó habéis de echar por aquí,
ó he de hacer un desatino.
{Echa mano y da espaldarazos,)
Ea, perros, caminemos
ó moriréis á estocadas.
Compañeras cuchuradas,
palo de siya tenemos,
aguarda vucsa mccé
y veremos maravilla.
(Llégase á sacar d Marj;ari(a y dtscv~
brt al ¡nejo que sale, y echa mano.)
Amores: sal de la silla
y á casa te llevaré,
Mas <-qué es esto?
El desengaño
que has de ver en mi venganza;
la burla de tu esperanza,
de tu atrevimiento el daño.
No es Margarita mujer
que, deshonrando su casa,
al deseo que te abrasa
tiene de corresponder.
Que ella misma me avisó
de tu intención atrevida,
y el castigo de tu vida
aqui dentro me metió.
La espada tienes desnuda:
si, como afrentas mujeres,
tu infamia defender quieres,
palabras en obras muda,
que si me haces que trasnoche,
á matarle es, enemigo.
No suelen reñir conmigo
fantasmas que andan de noche.
¡Jesús, mil veces! No puedo
creer que Oleandro seas,
sino el diablo, que deseas
Íonerme de noche miedo,
no será maravilla,
que, según el mal gobierno
de mi vida, del infierno
demonios traigan la silla.
¡Jesús, infinitas veces!
,;La Margarita sois vos?
No más amores por Dios. (Vast.)
¿De un viejo huyes? Bien mereces
nombre infame de cobarde;
soy pesado, no le sigo;
mas yo te daré castigo;
que si llega nunca es tarde. (Vase.)
Burlaos con silla ó con coche.
¡Oigan cómo ha enmudecidol
¡Gentil dama hemos traidu!;
duerme con ellt una noche.
Déjame.
¡Burla gallarda!
Dado le han linda papilla.
Lbi.io.
Britón.
Lelio.
Bkitón.
Lelio.
BhITÓN.
si hasta aqui irujiste silla.
desde hoy más te pon albarda.
¿Hay burla mayor? Melamos
las dos en este zaguán,
y vamonos.
Ganapán
sin fruto.
Buenos quedamos.
En blanco nos han dejado;
mas miento, mejor diré,
pues contigo me tizné,
que nos dejan en tiznado.
Llega ya, y la silla carga.
Cuento hay para muchos días,
mas buen despacho tenias
si le echaras con I» carga.
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
Safe Leliq quildndoie á I.isakoa, su esposa, unas
joyas, y Ubitúm.
Lelio.
Por vida de ios dos, que no las quiero
para jugar. Lisarda, no me enojes;
he menester un poco de dinero,
é importa que esas joyas te despojes
para empeñarlas, no para venderlas.
LlSAPDA.
En lindo tiempo, por mi fe, me coges;
deseo debes de tener de verlas
empleadas mejor en otro cuello
más digno que no yo de mi oro y perlas.
Es dama al uso, que tendrá el cabello
negro, que ya no se usan hebras de oro,
y SI es moreno el rostro será bello.
Lelio.
¡Oh, qué pesada estás! Porque te adoro
te atreves á enojarme.
LlSARDA.
¿Es ojizarca?
Pero ojinegra es, que no lo ignoro;
en los tiempos del Dante y del Petrarca
los ojos zarcos eran los mejores,
adorados del principe y monarca,
y á los negros rasgados dan favores;
que las bellezas son como el vestido,
que mudan con la hechura los colures.
Lelio.
Quítale ya esas joyas, que he tenido
mucha paciencia; ¡eal
Lisarda.
¿Qué es aquesto?
¿Cuándo, Lelio, el respeto me has perdido?
Dos años ha que el yugo nos ha puesto
del conyugal amor la Iglesia santa,
tirando á su coyunda el carro honestOj
l52
QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA
voluntad me has mostrado sicinprc tanta,
que á cuanias damas hay envidia Ue dado.
Pacs ¿qué mudanza mi ventura espanla?
De un mes acá le veo lan trocado,
que, si ames á las nueve le acostabas,
volver sueles al alba distrazado.
Apenas, I. ello, de comer acabas
cuando, antes que levanten los manteles,
loma^ la capa que antes olvidabas.
Jugaste, y aunque pocas veces sueles
gastar el tiempo en esto, ya has perdido
ti dinero, la piala y los doseles,
y no tan malo, si en el juet;o ha sido
esta pérdida sola y nw en desvelos
que sospecho le traen desvanecido;
que el jue>>o que hay peor es ei de celos,
pues pierden con la vida la paciencia.
Lt.LlO-
¿Quieres, Lisarda, no llorarme duelos?
Ni el jueyo ni el amo' me da licencia
para quitarle joyas que no he dado,
pues las trajo lu dolé por herencia;
salí fiador, estoy ejecutado,
no quiero que entre en casa la justicia
y lo sepan tu tío y mi cuñado;
ulras joyas habrá de más codicia
que comprarte prometo; acaba, amores.
Lisarda.
Ya esa ñanza vino á mi noticia,
deuda es que tiene muchos acreedores,
y aunque su honra es va dita quebrada,
se empeñan más por ella sus deudores.
No estoy, l.elio, en tu amor tan descuidada,
que aunque callo y consiento, no trasnoche
celosa con razón, y desvelada.
Bien piensas tu que del disfraz de anoche
tan ignorante estoy que no he sabido
la negra traza de la silla ó coche.
Autor de esie entremés debe haber sido
aqueste bienaventurado.
Bbitón.
|Bueno!
Yo he de tener la culpa. Si ha perdido,
Brilón le hizo perder: si del scieno
le duele la cabeza, este bellaco
de Britón es la causa; si el moreno
se emborracha con vino ó con tabaco,
Britón le dio á beber: si falla en
casa alguna cosa, Britv<ncillo es caco.
No lo puedo sufrir, de raya pasa,
un año ha que te sirviD, hagamos cuenta,
diez reales cada mes me das por tasa,
aquí está el papelillo en que se asienta
lo que recibo; débesme once reales
menos tres cuartos, no tcn^o otra renta,
páguenmeios y adiós, y sean cabales.
Lelio.
¿t£siás sin sesüi'
Bbitón.
Estoy muy enojado
y harto de llevar ya tus atabales.
A un hombre como yo bien opinado
00 es razón que le llamen alcahuete.
,;HanmC visto llevar al|;iJn recado.*
v^Cuándo le traje yo caria ó billete?
Siempre el rosario traigo en cuello ó
dentro mi faltriquera no se mete,
üe fray Luis, y porque veas si miento,
eilas hojas dirán si soy cristiano.
(Va á sacar un ¡itiio d« ta faltriquera y tat*
vuelta al rosario una bjrajaiítnaipr»,qut $t Itt
LlSAPDA. ^M
Muy bien lo dicen, pues de ciento en cieou
le salen á abonar descuadernados
como lu vida; y quién te da sustento
de esas y de oirás cartas despachadas;
por el infierno debes ser correo.
Bbitón.
i
¡A afrentarme salisies desolladas!
I Volveos al nido, que en mi muerte creíT
que de vosotras, en lu¡jaf de tablas,
he de hacer ataúd, según deseo ^h
que andéis conmigo siempre! ^H
Lelio.
En vano entab
dilaciones; del cuello el oro quita,
que pierdo tiempo mientras tanto me hablj
Quila las perlas.
LtSARDA.
¿Qué furor le incila?
¿No están mejor al cuello de tu esposa
que no al cuello...
Lin.io.
¿Di quién?
LlSARUA.
De Margantac
Lelio.
bablj
a reama?
No digas necedades, si celosa
estás; que es lan honrada como bella
Margarita, y doncella generosa.
LlSAKDA.
Será virgen y madre, si es doncella,
que de Valerio dicen que ha parido.
Lelio.
Mientes, y loma: acordarásie della.
(Oa/r UN *<(/<i)
[Ay, cielos!
la sarta.
LlSAIiDA.
Britó.n.
Más me pesa, que has rotnf
Lf.LIO.
Los anillos le he quitado
y los zarcillos.
Britón.
Su pirata has sido.
Lei.io.
Coge las perlas.
ACTO SEGUNDO l53
■
Hbitón.
t.ELIO,
^1
^No me ves bajado,
Si la he reñido. ;qué tenemos ahora?
^^1
leen Gloria patríf
Quitóla estos zarcillos y estas perlas
que llevo, á una mujer; quisu, habladora,
■
por resistirme consentir romperlas.
H
ESCENA JI
y diie el bofetón que te ha ofendido;
■
ROIBLIO.— IXCHOS.
estas las joyas son, sí quieres verlas.
■
RUSELIO.
RoSEI.fO.
I
¿Qué es aquesiu?
¿Por qué la tratas mal?
^J
¿de qué Uorasr'
Leuio.
^^1
LlSAROA.
Soy su marido.
^]
He quebrado
ROSFXIO.
^J
le las perlas en que he puesto
Una \ti sola pone el que es honrado i
^^H
gusto.
la mano en su tnujer: si infame ha sido.
^^^1
Britón-
No le quites el oro que no has dad^.,
^^H
No hay más linda pieza
vuélveselo, ó si no...
^^1
mujer para incniir de presto.
Lei.io.
^H
^p ROSCLIO.
Aparta viejo.
^H
Tn ocasión de tu tristeza;
si no quieres, ,.
RoSELtO.
^H
Tes tü, sobrina, tan liviana
^^^1
eso des muestras de tristeza.
La sangre se me ha helaJoj
^^H
eso del carnllü? Mas la grana
nías no por eso que me injuries dejo.
^^^1
e uñe el daño que recelas
Has de darle las perlas.
^^^1
irada respuesta me hizo llana.
J.hMO. 1
^^H
lasla dado?
^^H
^^ Lelio.
¡Buen aviso!
^^H
Pafraric á coces quiero ese consejo.
^^H
■
{ Dtnibalt y áatt dt coctt.\
^^1
^H RoSELtO.
LlSAPDA.
¿A mi lío?
H
Deja cautelas.
Lelio.
^^^1
¿qué es esto?
^H BatTÓN.
El se tiene lo que quiso.
^1
RoSEl.IO.
^1
Es una niñería,
Soy tierra; en fin, airéveste á la tierra.
Leli.í.
^^^1
rcUlo que le dio de muelas.
^1
^m HosELio.
Pues si eres tierra con razón te piso.
^^1
Tos dos? A la sospecha mía
BarrÓN.
^^(
lito; la cara de Lisarda
ipcl que á mi venganza envia,
Hoy reina alguna suegra, todo es guerra.
1
la sanare que la letra aguarda.
[Vanite loi dos.)
M
.'o plumas la escribió el villano
^Jm
con mujeres que acobarda.
ESCENA Itl
iH
^m Lisarda.
RosKtioy LuMiRA.
^1
^^ue te engañas.
RosELio. M mi en el suelo y de coces?
Lisarda: dame una espada.
1
^ ROSELIO.
Lisarda. Susicgale, no des voces.
!
K
que no es justo sepan nada
j
^B Jura en vano,
los vecmos.
i
e^a plana de tu rostro veo
Roselio. Mal conoces
m
ón riguroso de la mano.
mi condición, |vive el cielol
^
io, Leiio! Jes esie el justo empico
e en ti de Lisarda que te adora?
^De un cobarde mal nacido?
Lisahda. b^-ja las leyes del duelo,
1
1
^ft Lisarda.
que tú la culpa has tenido
de que te cenase en el suelo.
^TOo conmigo.
RosfLio. ¿Yo la culpa en defender
tu injuria? ¿En mi un mozalbete
^^ RosEi.to.
las manos ha de puner?
^K Ya lo veo.
Lisarda. Eso tiene quien se mete
^
^^^^^ 1 54 QIHEN KO CAE NO SE LEVANTA ^^^^H
^^H entre marido y rnujer.
con alborotos y voces, ^^^H
^^B ¿Que tengo yo que no sea
y en tierra me precipita, ^H
de Lelio?
darásme otra vez de coces ^H
RoSB» 10. ¿A ti un bofetón?
por amor de Margarita.
LisAHDA. Ni me afrenta, ni me afea;
Valerio
. ¿Cómo es eso?
afeites del honor son
RosEi.io
A su mujer
con que el amor se hermosea.
las joyas Lelio ha quitado
1 t«í mi esposo, hacerlo pudú.
que no le sup« traer.
RosKi lü. Hablas al lín comu honrada;
y un bofetón le ha costado ^^
pero el acero desnudo,
el quererlas defender. ^M
ya jubilado en la espada
Y porque yo, como lio, ^M
me vengará.
sus locuras reprendí, ^M
Lisa,rija. De eso dudo. (íijsí)
fué tanto su desvarío, ^M
que puso los pies en mí. ^M
¡Mira que valiente brío! ^M
ESCENA IV
A Margarita pretende; ^H
Ro.sKi 10 y Vai.brio.
para ella las joyas son ^H
con que su interés entiende.
Bosnio. ¿Aqui estás? ¿Cómo te atreves
Si ef esta la posesión
^^^L salir en público asi,
que tu deshonra te vende.
^^H[ si por tus costumbres leves
cómprala, y cual Lelio yerra;
^^V" anda Cleandro tras ti.
echa á mal mí hacienda asi
^^B y antiguos enojos mueves?
y de casa la deslierra;
^^H Valeuio. Quiero hoy volverme al aldea
}isala bien como á mi
-elio me ha pisado en tierra, (y^
^^V y he menester que me des
^" unos escudos.
Valerio
. ¿Lelio á mi padre ha iiijuriad|^
RosEi.io. Granjea
¿Lelio en Margarita, ¡cielusl^^
tu hacienda asi, que después
emplea hacienda y cuidado? ^^
no es mucho que corta sea.
¿Lelio afrentas? ¿Lelio celos?
¿Cuántos los escudos son?
mas ¿qué mucho si es cuñado?
Valerio. Quinientos.
VoJIe'á buscar, que mejor
KosELio. Pues ¿para qué?
satisfará á mi esperanza ^^
Valepio. Compro cierta posesión-
que á la lengua mi valor; ^H
KosELio. ¿Tú, posesión? Ya yo sé
daré de un golpe venganza ^|
de tu santa inclinación
á mi padre y á mi amor. (V«IH
la posesión en que estriba
■
tu liviana voluntad.
■
en torpes vicios cautiva.
ESCENA V ■
Va.le«io. ¡Por Dios que es una heredad!
RosELio. Si es heredad, será viva.
Leoxela y Makgakita. ^H
Valerio. ;Oh, que de ello que me cuesta
■
cualquier cosa que me das!
Leonela
.¡Buena trazal ^M
Digo que us para una fiesta;
' para jugar; ¿quieres mis?
para una rnüjer.
Margar.
.No más silla. ^M
Leonela
.¿Escarmentarás desde hoy? ^M
.Marüar.
Triste desde anoche estoy; ^B
RosELio. Y honesta.
alcánzame esa almohadill.i
Valerio. ¿Tienes otro que te herede
que la labor entretiene.
más que á mí y para que estimes
olvidaré pesadumbres.
lo que es justo, que acá quede?
Ya soy hombre, no escatimes
{Dalt vainicas^ y loma Leonela ranáái
Lbonela
.Cuando á ella te acostumbres.
lo que mi edad me concede.
si amor quiere, tan bien viea^^
RosELio. ¿Tantos pasos y argumentos.
á la labor como al ocio; |H
gastas, si en darte me fundo,
jues tal vez si le aprovecba».^^
lace de la aguja Hecha
los reales cientos á cientos?
Valerio. MAsque un hermano segundo
con que entabla su negocio.
en cobrar sus alimentos.
Margar.
Como es la materia blanda.
Si me los tienes de dar.
aunque se suele picar, .
¿para qué con esa t1ema
huélgase tal vez de andar ^M
me los haces desear?
entre la aguja y la holanda. ^M
RosEi.io. A ti y Lclio un mismo tema
¿Has las randas acabado? ^M
os hace locos de atar.
Leonela
,Nú, porque aunque son li^er^H
Ea, en mi las manos pon.
cánsanine cien majaderos ^^
como hizo Lelio en tu prima;
que haciendo un manoteado
si te parece razón.
enmarañan mi labor. ^ü
mi cano rostro lastima.
Marüar.
Si un majadero no más ^|
dame en él ua bofetón.
da tanto enfado, ¿qué harás ^M
El oro y joyas me quita
con ciento juntos? ^M
ACTO SEGUNDO |55 ^^|
.A. Mejor
que no hay gusto con consejo: ^^H
son éstos que están alados;
mas |Válgame Dios! ¿quién canta? ^^H
> pues menos tormentu dieran
los necios como estuvieran
Voz. (Cauta dt tientro.) ^^^^M
«Margarita, Margarita: ^^^H
del modo que ¿sios coleados.
maldita fuera mcjor ^^^|
II. Leonela: ¿no es gentil hombre
que te llamase Florencia, ^^^|
LeiioP
pues eres su maldición.» ^^^|
lA. Tu pretendiente es
Margar. ¿Quién puede ser la que canta? ^^H
rico, galán y cortes;
A Y cielos, que triste voz! ^^H
^os cabellos me ha erizado, ^^H
pero como tiene nombre
de casado, no me adrada.
palpítame el coraión. ^^H
Para mí mucho ha perdido
¡Holal ¿quién canta allá dentro? ^M
en serlo.
Pero ¡qué medrosa soy!; ^^^|
'». ¿Porqué?
alguna de mis criadas' ^^^|
bA. Un marido
es que está haciendo labor. ^^^M
que es con carga tan pesada
Cante alegre ó cante triste, ^^^|
ganapán del matrimonio,
que el uno y el otro son, ^^^H
sufre mucho.
suspenden y avivan mas ^^^H
n. Bueno está.
sentimientos del amor. ^^^|
.A. l'n marido sufrirá
Voz. iC'»»»'»-» «Margarita te llamaron, ^^H
todo un falso testimonio.
pero no conforma, no, ^^H
.a. ¿Por qué, que estás importuna?
con tus obras tu apellido , ^^H
¿De todn has de mal decir?
con tus vicios tu valor. ^^^M
l.A. Hombre que puede sufrir
Libre te crió tu madre ^^^|
el ruido de una cuna,
causando tu perdición, *^^^l
¿que diablos no sufrirá
¡pobre de ella, cuál lo paga! ^^^|
al lado de una mujer
de llamases su prisión.» ^^^H
que por fuerza ha de tener
Marcar. ¿Qué es esto? ¿A mi se dedican ^^^|
las inmundicias que ya
los versos de esta canción? ^^H
le constan?
¿Mi libertad reprehenden? ^^^|
in. t:so es sin duda.
¿Maldicen mi inclinación? ^^^|
;tA.¿No sufre más que un peñasco
Ksie es mucho atrevimiento: ^^H
hombre que no tiene asco
¿cuándo sufrí burlas yo? ^^H
de un rostro con paño ó muda?
Castigaré en la criada' ^^H
IkB. Galán melindroso hicieras.
este agravio, ¡vive Dio:»! ^^H
Amor Lelio me ha mostrado.
¡Hola! Florisa, Marcela, ^^^
liberal me ha regalado
Fausiina, Andronio, León.
y me agradan sus quimeras,
. ¿No me responde ninguno?
pues Valerio es sospechoso,
¿Si estoy soñando? Mas no.
y mi padre de éste está
no debe de ser de casa
seguro; iráemele acá.
la cantora ó el cantor
que, aunque el viejo es receloso,
que mí vida satiriza;
cuando venga y le halle aqui.
algún vil murmurador
no faltará una mentira
de los de mi vecindad
que le engañe.
me piensa poner temor.
ItLA. Si él suspira
Digan, allá se lo hayan:
t y tií te escuchas asi.
libres son y libre soy.
1 voy por él, servirte quiero.
Ua. Que varié me has mandado;
De la más santa murmuran;
del rey como del pastor;
sabré á qué sabe un casado
mas que digan que mi madre,
1 pues ya sé loquees soltero.
porque libre me crió.
kt.*.A ambos puedes reducillos.
se abrasa, esta es desvergüenza;
llAii. ¿Dos juntos? ¡Líbreme Dios!
^LA. Lo bueno es de dos en dos.
sufrirlo será baldón,
castigarle será justo.—
que es comer á dos carrillos. {Vast.j
¡Holal llamadme á Gascón,
ese mozo de caballos.
^
Mas, ¿qué es esto? loca estoy.
^m ESCENA Vi
¿No hay en Florencia mujeres
^v
de mi nombre y que no son
M^AflAHiTA. — Luego una Voz dentro.
de más benditas costumbres
'
ni más honestas que yo?
3ar. La inclinación de mi edad
Cantes de ellas y de mí.
más ^usta oir cada dia
que yo les daré desde hoy
sermón en la Compañía
materia para sus versos.
1, que misa en la Soledad.
porque he de vivir peor.
^■Sola estoy y no soy santa.
Voz. {Canta.)
^■perdone mí padre viejo
«No harás, porque antes de mucho
i5C
QUIEN KO CAE NO SE LEVANTA
el infcrrial caza.Jor
que caza Hlmas. con tus ojos
perderá tu posiisión.
Aunque has perdido la cuerna,
de tu vida en un sermón,
por las cuentas de un rosario,
borrará tus cucnlab Dios.
A un hombre puesto en un palo
Jias de tener tanto amor,
que has de perder el juicio
en la vulgar opinión.»
Mahoad. ^'Cómor ^Vo á un ajusticiado?
¿A un hombre en un palo )0?"
¿Yo á diíunlusr' ^Vo sin stio?
Ucsniayos me da el leinoi.
^Mujcr de mí calidad
ha de estar sin lo mc|or
del alma, que es el juVcJo?
,;Yo amante de quien perdió
la vida en un palo vÜr*
No es buena satisfacción
de mis culpas deshonrarme;
perdonarámc el sermón,
si sermones han de ser
causa de mi conversión.
No he de oírlos en mi vida;
mlenii' otros medios Dios,
que por ese no haya miedo
que me coja, pues desde hoy
no he de oír sermón ni misa;
vuélvomc á hacer mi labor.
¡Ay! si I.eonela viniese,
SI entrase conversación
y dejase decantar
aquesta agorera vo2.
Voz. (Cania) «Margarita: ¿de qué sirve
hacer piernas contra Dios,
ni tirar, cual dijo á Pablo,
coces contra el aguijón?
Si de tu libre albediio
siguieres la inclinación
y sus vicios no dejares,
daránlc mal galardón.
(f^escuhrtse al Mim de trixtex inxtnt-
m*nt'<s uHa eicalera át flores, y at cabo
un» nina y corona de fuego.)
>l£n el reino del espnnto,
entre fueyo y confusión,
aquesta silla te espera
sino excusas lu rigor.
Aunque por flores se sube,
que el deleite es torpe flor,
este es el fruto que ofrecen
llores que de vicios son.
I£n vez de oro tiene fuegr>,
brasas sus follajes son,
su corona basiliscos,
azufre y pez es su olor.»
Makoad. ¡Ay, cielos; que horrenda vista!
I.eonela, Pabia, sei^or,
criados, vecinos, gente,
^ninguno me da favor?
Pues que ninguno me ayuda,
matarme será mejor;
,¡00 hay cordel que sea verdugo
úc mi desesperación?
i
(Al fon dt música alegrf
unattoítera lncHa dt rota
ella una tilla muyhrrmntay,
una corana de oro.)
Vo2. (Cania.» «[r| c>rdcl que te reJü
las cjerdas divináis son
de esta escala, donde sirve
cada cuenta de cucalón
por ella, para que suba
hasta el ciel^ el pecador,
da la mano poderosa
su admirable devoción.
Silla y corona de rosas
es quien paga el Iruto en flor
á Maria, ñor de gracia,
é intenta tu conversión.
Teje del rosal divino
del rosario y su oración
las rosas de sus misterios»
si alcanzar quieres perdóe
Mahoar. |Oh, qué belleza de silla!
E\ alma me consoló,
cncubiióse su hermosura,
la voz dio fin á su voz.
Knlre el consuelo y iiisicza,
la esperanza y el temor,
me tienen entre dus aguas
y me cubre un frió sudor, j
¡Cuánto va de siila á silla,
válgame el poder de Dios;
y de corona á corona,
de reino á reino! Vcn^-ió
el temor aquesta vez.
¡Viva la virtud! desde hoy,"
salgan I(js vicios de casa;
salid lucra, torpe amor, i VauJ
ESCENA VI t
Lklio y Valerio acuchillánduse, t.
dando voces. ;
LeONELA.
¡Valerio, envaina, que me causas míe
¡Jesús! Lelio, ¿no ves que estoy prentdi
Palpitaciones tengo, muerta quedo;
no hay coco para mí como una c$
Vai-erio.
Amigo al uso, no verás si puedo
la traza infame de tu amor vengada;]
que á castigar en ti me traen los cielií
la injuria de mi padre y de mis celos.
Lisarda es prima mía, en quien villano
la vil mano pusiste, que atrevida
muestra tu infamia, aunque se excuse en
porque quede tu afrenta conocida,
no pune el noble en su mujer la mana
si no es para, quitándola la vida,
mostrar que, ocasionando su deshoi
no le dio menos causa que en la h<:
Y porque de defender mi padre iratl
de su sobrina el licito decoro,
pisaste vil su venerable piala,
cuando á tu esposa le quitaste el oro. '
¡bravas hazafias! ¡Tu valor quilalA
nasa
1
ACTO SEGUNDO
157
Lemo.
js y muicrcs; ya no ignoro
to que en ti liem.- su espejo
í una mujtr, písandu á un viejo.
»ano te pienso dar respuesta,
isi te desbordas y desmandas,
a espada lengua.
ÉValefiio.
Kn ti molesta
da, pues tan mal la mandas,
in, como tu mano descompuesta,
iernos afrenta y canas blandas,
Is de cobarde delicado
peso del acero honrado.
I.Ef.lO.
tanto quisieres, que no irrita
i el valor que en mi conoces.
> que adoro á Marj^arila
de procurar que no la goces.
Valehio.
imel Aguarda.
fLEONEI.A.
iSanlalnés bendita;
! ¡San Roque!
Lelio.
Si de coces
idrc, mis pies que le maltratan
1 la boca,
Leonela.
¡Que se matan!
iVamt.)
ÍESCF.NA VIII
Hi/O Cl.BANDXO y RoSELtO.
RoSELIO.
ngua desnuda de esta espada
ve; que, mientras tenga vida,
á tu hija desposada
rio, aunque más palabras pida.
Cleandho.
lerio tan ooble.
IROSELIO.
Nidia honrada.
^qué importa ser nacida
5 Alejandros excelentes,
para injuríarins asi?
Cleandro.
ROSELIO.
I Mientes!
rs afrentarme, que no tienes
sin ella un hombre nunca afrenta;
s tan loco á despeñarle vienes.
ten de tu vida, loco viejo, cuenta,
la lengua que agraviar honras intenta
mejor que de tu hija.
Cleandro.
Por que enfrenes,
el bocado de acero es esta espada
que en orden la pondrá si es desbocada.
(Vamt.)
ESCENA IX
Sahn Al 6BHT0 y Buitún liátndo.
Bkitún.
Medio lacayo, no lacayo entero;
medio aún es mucho, cuarterón, |qué digo!
dos on/as de lacayo; caballero
ando en honrarle siendo mi enemigo;
una onza de lacayo, y aiin no quiero
darle una onza, que seré prodigo;
adarme de lacayo á quien desmayo,
^adarme? escrupulillo de lacayo;
¿tú con I.eonela, freyalriz divina,
célebre desde el Ganjes hasta el Tajo,
que dando censo en agua á su cocina,
de los rayos del sol hizo esiropajof*
,j'rú con una mujer que Cclcsiina
criüá sus pechos y en sus brazos trajo,
á quicn el orador como el poeta
llaman en prosa y verso alcahueta?
¿Tú, competir conmigo? ¡Vive el vino!
que he de hacer un castigo más sonado
que mocos con tabaco.
Alberto.
No me indino
asi, ni he de refíir sino enojado.
Veme encendiendo más, habla sin tino;
podrá ser que de injurias enojado
saque la espada, en castidad Lucrecia,
que como a gusarapa te desprecia.
BnirÓN.
¿Yo gusarapa? jMientes!
Alberto.
No es nada eso;
dimc más.
BunÓN.
Digo que eres un gabacho.
Alberto.
Fuélo mi padre, la verdad confieso;
Dimc más.
Brjtón.
Digo que eres un borracho.
Alberto.
Glorióme deserto.
BruTÓN.
E res con fcso.
458
QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA
Alberto.
Confesor y no mártir no es despacho
que me pueda afrentar.
BftITÓN.
Eres marido.
Alberto.
¿Marido yo? Mi enojo has encendido.
Mientes hasts la enjundia, y echa afuera
la virginal espada.
ESCENA X
LiOMKtA jr Margarita.— Dichos.
Leonel A.
Sal, señora,
si no pretendes que tu padre muera,
que con Roselio se mataba ahora.
Margarita.
Cuando le maten en la edad postrera
no muere mat logrado, ni me azora
ese temor: peor será que viva.
Alberto.
Échese hacia acá abajo.
Britón.
Echo hacia arriba.
Leonela.
Valerio que, celoso, está informado
de que Lelio te sirve, le provoca
hasta haberse los dus acuchillado
Margarita.
Pues ¿eso te da pena? Calla, loca,
que una mujer que por el mundo ha dado
no gana fama, ó la que gana es poca,
por más amantes que su garbo inquiete,
s¡ no han muerto por ella seis ó siete.
Leo.nela.
¿Esa es la santidad que prometías
á la visión que viste y me has contado?
Maro A HITA.
Debieron de ser vanas fantasías;
soy mnza, no me pongas en cuidado;
malograré mi edad en breves días
si miro en disparates que he soñado.
Leonf.la.
El alma es de tu madre que te avisa.
MARGARfTA.
Mañana daré un real para una misa.
Leonela.
¿Un real? Limosna largo.
Marhapita.
Basta y sobra
Leonkla.
Quien á lo humano gasta, á lo divino
es avarienta.
MARGABrrA.
Deja ya esa obra,
que tanta santidad es desaliño;
si Lelio viene y los cabellos cobra,
á la ocasión, hacerle determino
cacique de estas Indias.
Leonela.
Es bi/arro,
v tú su Potosí si él lu Pizarro.
Mas ¿qué es esto?
BRtTÓN.
Desgracia nunca oída.
Lelio ha herido á Valerio malamente,
y dos horas no más le dan de vida,
que está sin habla y ya ni ve ni siente;
sus parientes te llaman su homicida.
.Margarita.
No hago caso de dichos de la gente.
Pésame, cierto; y Lelio, ¿dónde ha huídof
Britón.
Está en Predicadores retraído.
Pero no es la mayor desgracia ésta,
que tu padre también...
Margarita.
¿Cómo?
Brjtón.
Fia qucda<
herido y preso, y no por causa honesta;
que el padre de N'alerio le ha afrentado
y está preso también.
Lbonela.
Hagamos Tiesta,
pues se te cumple ya lo deseado.
Mariíarita.
¿Dónde le tienen preso?
Britón.
En el palacio
viejo del Duque, -y por su Alcaide á ílortcio.
Margarita.
¿La herida es algo?
Britón.
No, cierto rasguño
de oreja á oreja.
Margarita.
¿Cómo?
ACTO SEflUNDO
i59
BprrÓN.
Miento, miento;
la muñeca, junto al puño,
ñas no es nada.
MARüAHrrA.
Verle intento.
Britón.
mestro amor es el dimuño:
uno y engañáis á ciento,*
ver á vuestro padre ahora
:oa vos airado, aunque os adora.
t Margarita.
que en achaque de ir á verle
r ái tu amo, el retraído.
Britón.
Mapüabita.
Pues <he de aborrecerle
causa para tanto ha sido?
■ BltlTÓN.
ra hay lugar, si habéis de hacerte
ed; porque ai sermón ha ¡do
'encia, que su ^entc aplica,
Dmingo de Guzmán prcdi::a;
is que en la Iglesia está ocupada
;ho sermón, á un lado de ella
Í«in que nadie note nada.
MaR(3ARITA.
s; todo el gusto lo atrepella,
deja tierna y obligada,
c enciende más de una centella.
» Britón.
mujer, [qué maravilla!
Margarita.
I manto Fiorisa: ¡hola! la silla. (V'aj;«.)
ESCENA XI
licnot, mtnns Mamoarita.
Britón.
fola te quedas, di, cerrojo
traqueado, pandillera:
amor es razón que seas chancera,
rlillo manco, zurdo y cojo?
Leonela.
nujer que no haga trampantojo,
m el remate de escalera.
loramala, salga fuera. (Escúpele.)
B Britón.
|MS más, que me emplastaste un ojo,
e boiica.
i A y, tcrceronal
Leonela.
¡Ay, cerbatana!
Britón.
LEONCtA.
Y jay, alcabalero!
Britón.
¡Ay, trola calles!
¡Ay!
¡Ay!
¡Miz!
i A y!
lAy!
Leoneua.
¡Ay, estriega lodos!
Britón.
Leonela.
Britón.
Leonela.
¡Zape!
Britón.
;Ay, flaqueza humana!
Leonela.
Britón.
¡Púpú!
Leonela.
|Lá, lá!
Britón.
¡Ay, yo soy, soy Duero!
Leonela.
¡Ay, rasca muelas!
Britón.
¡Ay, los ayes lodos! Hanxe.y
ESCENA XII
Salen Celio, Pi.sakoO y Lodovic», galanes.
Celio. Pues ¿de la iglesia os salís?
Pjnahdo. Tengo poca devoción.
Luuovic. ¿Para qué, pues, acudís
tanto á ella?
PiNARDO. No el sermón
me trac, si lo advertís.
Celio. Pues ¿qué?
PiNARDO. Lo que os trae á vos.
Celio- Yo á ver las damas que vienen
acudo sólo, por Dios.
Lf.'t>ijvic. Las mismas aquí me tienen.
Pinardo. < '.un formóme con los dos.
Celio. Buena vino la mujer
de Honorato.
Lu»ovic. Quién, ¿Marfisa?
mejor suele parecer.
Pinabdo. Debióse afeitar de prisa
y echábasele de ver.
LuDOvic. ¿Qué os pareció de Rosalba?
1 6o
Celio.
PlNAÍDÜ.
I.UDOVlC.
PlNARDO.
Celio.
Ll'DOVlC.
Pinar DO.
Celio.
I.iiuovk:.
Pl. NARDO.
Cklio.
LUDOVIC.
Celio.
PlNAKDO.
Celio.
PlNARUO.
Celio.
Luoovic,
PlNARUO,
Celio.
Ll'DOVIC.
PlNARDO.
Cblio.
LUDOVIC.
PlNARDO.
Celio.
LrtK)vic.
PlNARDO.
Celio.
PlNARHO.
LlfDOVIC,
PlNAPÜO.
Celio.
LliDOVlC.
PlNARDO.
QVtEN NO CAE NO SÜ LEVANTA
Luoúvic.
Celio.
PlNARDO,
Brava reverencia os hizo.
Fuera más belía que el alba
si no trajera postizo
d cabello.
Pues qué, <-es calva?
Como un San Pedro.
¿Y Octavia.^
Es vieja.
¡S'o lo es Lucrecia.
Esa tiene mucha labia
y toca en puntos de necia
porque despunta de sabia.
jCasandra es de buena cara?
Sí; pero dicen que es puerca.
^La española doña filara?
No parece bien de cerca
y para de treinta es cara.
^•La del i4Ínovés Marín?
Ilanme dicho que trae esa
una torre por chapín,
y para chica es muy gruesa.
No lo es para el Hureniín.
Las hermanas Garambelas
me agradan mucho, por Dios.
Afearlas las viruelas,
y no osan dejar las dos
verdugados y arandelas.
Buena es Fabia.
Malas manos.
<Y la Urbina?
Es muy arisca.
,jLaura?
Tiene muchos granos.
¿Doriclea?
Es medio bizca
y habla á moros y cristianos,
íloy ius tres hemos venido
mal contentadizos.
Son
lo que hemos dicho.
Ha traído
fray Domingo á su sermón
todo el mundo.
(■Habéisle oido?
Una vez.
^•Y que os parece?
Que es uñ apóstol San Pablo
que á darnos luz amanece.
.No tendrá ganancia el diablo
con él.
No se desvanece.
Según recoleta el mundo,
si ¿I prosigue en predicar,
antes de mucho me fundo
que al demonio le han de dar
de azotes por vayamundu.
Estas cuentas del rosario
pildoras de viciná son.
Concepto de boticario.
Dejemos la devoción,
que estáis hoy extraordinario,
y decid si habéis sabido
la causa de la pendencia
de Lelio.
Pues ,Jha reñido?
Sábelo toda Florencia.
<y con eso habíais salido?
Pi.NAROo. ^JCon quién?
Cmo. Con Valerio.
I'INARLIO. ^¿SifftéO
SU cuñado?
LuDovic, <Eso no basta?
PlNARDO. ¿Y hay sangre?
LiJDovic, Estáse muriendo
Valerio.
PlNARDO. Lelio es de casta
de valientes; pero entiendo
que celos de Margarita
han puesto á Valerio asi.
Celio. Como á ¿sos el seso quita.
Lijix)vic. Pues retraído está aqui
Lelio.
PlNARDO, l9"^ honrada y bonita
que es usarda, su mujci!
ESCENA Xlll
Sale Pi.-SASEi.. — Dtciios.
PiNABEL, ,;Dc cuándo acá el diablo á misa?
Celio. Pmabcl: ¿qué hay?
PiNABEL, ííQué ha de h>b<
que el mundo se acaba aprisa.
Liibovic. ¿Como?
PiNAUEL. Ahora acabo de ver
á Margarita en sermón.
PiNAROo, Hace una raya en el agua.
Ll'uovíc. No la trae la devoción;
que, si vino, á fe que fragua
alguna nueva invención.
Celio. Jllabian ya comenzado
a predicar?
PiNABEi . Buen rato ha.
PiNAROo. ¿Y os salís?
Pi„AUEL, Harto he llorado;
como estábades acá,
salí de voces cansado.
LUDOVic En fin: Margarita escucha
ai padre predicador;
mostraiá devoción.
PiNABEL. Much.is
señales da de dolor
ó locura con que lucha.
PiNAKDo. .;Y la criadita?
PiNABEL. ' Quemada
y hecha polvos la vea yo.
I.i'DOvic. iQué relamida y laimacía!
Celio. Kn ella el demonio halló
una gentil camarada.
PiNAHDO. iQuc bien sabe la bellaca
toda la girobaldia
del trato alcahuete!
PiNABKi. S.'»ca
jugo de una piedra fría.
LuDOVic. Y guarda más que una urraca.
ESCENA .\IV
Andronio y pBLtcio.^ Dicho».
Andron. ¡Gran sermón!
Fki.icio. Cuando Dios toca
de esta suerte un corazón.
w
^" ACTO SEGUNDO l6l ^^^M
f
habla por la misma boca
puerto es de Arrebala-capas, ^^^H
d«l que predica.
y asi las ropas me quita. ^^^H
»»ON.
El sermón
Vestidos hizo el pecado ^^^H
!
vuelve á Margarita loca,
que á Adán y Eva ensambeniían; ^^^B
ó la vuelve sania.
la verdad anda desnuda, ^^^B
«CIO.
Todo
adijrnada la mentira. ^^^^|
1
puede ser, que el mundo llama
En la calle han de ver todos ^^^^M
loco al sanio.
que la hermosura fingida ^^^^1
WON.
¿De ese modo
que en mi los encadenó ^^^H
i
ya es toca y sania esta dama?
piesiada fué, que no mía. ^^^H
iCIO.
Lo primero la acomodo.
Fué hermosura de alquiler, ^^^H
Al«t>u.
¿Qué es esio, señores?
pues claro está que la alquila ^^^H
»ON.
Es
quien con galas es hermosa, ^^^|
milagros que hace el sermón
si sin ellas la abominan. ^^^^B
de fray Domingo, después
Leonela. Hinabel, Celio, Pinardo, ^^^^|
que vmo aqui.
pues aquí estáis, reducidla, ^^^^|
>RDO.
La ocasión
que se le va por la posta ^^^H
nos decid, Andronio, puos.
la medula de la vida. ^^^H
ICIO.
Margarita, poco á poco
PiNABEL. Señora: volved en vos, ^H
en el strnión convenida
que no es bien que Margarita ^^^H
de Domingo, á quien invoco.
tan bella y que tanto vale ^^^^1
la lloremos hoy perdida. ^^^H
•
ó muda de estado y vida,
ó la ha dado un furor loco.
Margam. iQué bien en el uso estáis, ^^^H
A cada voz que intimaba
idiotas, cuya doctrina ^^^H
el padre predicador,
cuando os rodeabais de sabios, ^^^^|
una joya se quitaba;
la llama Pablo estulticia! ^^^H
y sin mirar el valor
La parábola i/^noráis ^^^^|
de su sangre y dónde estaba.
de la mu¡er afligida ^^^H
medio desnuda y llorando,
que, descuidada, perdió ^^^H
el sermón interrumpía
la preciosa margarita, ^^^H
ABEL.
voces y suspiros dando.
y revolviendo la casa ^^^^|
¿Ella, santa.''
luz enciende, trastos quita, ^^^H
kftÜN.
¿No podría?
cofres busca, suelos barre, ^^^H
^BEL.
No csloy c! poder dudando
galas saca, cajas mira, ^^^^|
del cielo; pero primero
hasta que, habiéndola hallado, ^^^^|
seré yo fraile que vos
llama a voces las vecinas; ^H
la veáis sania.
sale de sí, fiestas hace, ^H
lo.
No quiero
gasta, festeja, convida. ^H
dudar del poder de Dios;
Pues si Margarita soy ^H
el (in de este caso espcrt).
y, perdiéndome en mí misma ^H
.Mas ¿no es csla?
estaba fuera de mí, ^^^H
ovtc.
Si, y Iras ella
sin valor y sin estima, ^^^^|
toda la genie que sale. i
y hoy dentro de n\i me busco, ^^^^H
«o.
Loca viene.
la luz del sol encendida ^^^H
Ubei..
Loca y bella. j
de la palabra de Dios ^^^H
moN.
Coino su virtud iguale
que fray Domingo predica, ^^^H
á sus vicios, dichosa ella.
¿qué mucho que para hallarme ^^^H
arroje galas malditas, ^^^^|
ESCENA XV
barra el alma de sus culpas, ^^^H
y sin mirar quién me mira, ^^^^|
lARUANirit. medio dtínutiít. y Pohues tras f//a.
pues á mí misma me halté ^^^^|
cuando en mi estaba perdida, ^^^^|
y LEoni£i.<, — Dicuus.
[
haga fiestas por las calles ^^^^|
IhOAR.
Afuera galas dañosas,
y dé á los pobres albricias? ^^^^|
joyas torpes y lascivas,
Margarita soy hallada, ^^^H
plumas con que la corntja
de Dios sigo la doctrina. ^^^^^
prestada hermosura envidia.
A nigos: hagamos lieslas, ^^^^|
Casa del demonio he sido.
á convidar voy uniígas, {Oaita.) ^^^H
y por que al huésped despida,
en fe de mudarse a ella
cantadme mil parabienes, ^^^H
bailemos, que la alegría ^^^H
mi Dios la desentapiza.
aquestos efectos causa; ^^^H
Tomad, pobres de mis ojos.
lodos celebren mi dicha. ^^^^|
ONÉLA
. jAh, señora de mi vida!
LEONir:i.A. Miren cuál anda el meollo, ^^^^|
¿en la calle te desnudas?
señora, mas que nos tiran ^^^^|
Jno adviertes en quién te mira?
. Leonela: el mundo avariento,
pepinazos los muchachos, ^^^^|
Uküar
y que nos van dando gritan. ^^^H
1
para quien por él camina.
Lküüvic. ¡Hay lástima semejante! ^^^|
1 COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO lí
^^^H
■
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B^^^^^^^^^^H
p
^ 162 QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA ^^^H
^
Margar. ¿Esla es láslimaf ¿Y la vida
Lkonkla.¿Qu¿ quieres? Todos andamo^H
a lo capacho; yo y todo, ^H
■. que yo luvc y vos tenéis
^^H
i os alegra y no os lastima?
como ves, ando del modo ^H
^
Muy necio sois para alcalde.
que anda un Domingo de HamW^
LEONEi.A.^-Qué hacéis, señores? Asidla
suspirando por instantes,
y á su casa la volvamos.
vestida de devoción, ^^
¡Malhaya nuestra venida!
siendo en toda procesión bH
PiNARDo. No os habéis de desnudar;
paso de disciplinantes; ^^
ni porque estéis convertida
habéis de hablar dispárales.
y, en lin, si en la vita bona
que ya me hacen dar de mano,
Margar. Quien es loca que los diga,
fui bellaca a canto llano 1
^Dónde me lleváis?
ya soy santa socarrona. \
Celio. A casa.
Todo' se muda; el camino ^^
Tcnedla y vaya.
de virtud sigo, ¿qué quieres? ^|
^^H
Marüah. ¡Oh que lin.la
Britón. Mejor medrarás si hicieres ^|
^^1
compañía me llevaba!
(ayancas á lo divino. ^^
^^1
¡Afuera Rente lascivi»!
Leonei.a.EI rosario y fray Domingo ~
^^H
que si se pagan los vicios
han acabado esto y más.
^^M
por las malas compañías
Bkitón. Hecha un almíbar estás
^^1
nu quiero que me paguéis
del cielo; si en ti me pringo
^^1
los vuestros, ya que estoy limpia;
)egaráseme cí ser santo.
Leonei.a. Pues llegue, que aqui hay cordón
^^H
[Fuera, digo, gigantones
^^1
del mundo! La seda encima
que tiene por devoción
^^H
y la paja por de dentro,
*^ amantes a la malicia.
diez ñudilos como un canto.
^^B
Leuo. Qué, ¿no se acuerda de mí
V
que soy amante de veras.
tu señora?
H
PiNARuu, Dejadla, que desatina
Leonela. No hay que hablar.
■
V está furiosa. {Vanse.)
con rezar y más rezar
k
Vor.KS. iOtiiintro.) A la loca.
al malo aparta dcsl.
Trac al cuello de ordinario
más cuentas que un buhonero.
■
i ESCENA XVI
Lelio. De esa suerte yo me muero. 1
Leonela. Con viértete tú en rosario
Makcahita sv la.
y á su cuello te traerá.
Mi Dios, si hizo el mundo estima
Lelio. Luego ¿de nada ha servido
de mi frágil hermosura.
lo que de mí has recibido?
hoy al menosprecio incita;
Luego ¿en vanu escrito te ha ,
llámenme loca por Vos,
en esta ausencia mi amor.
seré la loca divina.
que de su industria discreta
jAlbricias me pedí, cielos, albricias!
te aproveches?
que si soy la perdida Margarita,
Leonela. No hay recela,
puesta la iuz de la verdad me hallaron
por sabio que sea el doctor.
venga mi Dios y le dará su hallazgo.
^ que aproveche si el enfermo
no la quiere ejecutar;
no tienes que me culpar,
i
que en verdad que no me duermo.
ACTO TERCERO
No hay ocasión de nombrarte
que, encajándole la historia,
no le traiga á la memoria iH
lo mucho que debe amarte. V
ESCENA PRIMERA
Y aun hubo vez que mohína. 1
después que me reprendió,
^^B
1 Sale LeoNiLA á lo beato, I.bmo y Bmit/in de
sin que ayunase, me dio
■
F peregrinos.
colación de disciplina.
Viene fray Domingo á casa,
i LEt.to. Un año, Leonela, he estado
y endiósala de manera
^^1
en el duro cautiverio
que, si al mundo fué de cera,
^^1
de la ausencia, y de Valerio
para Dios es va de masa.
Su padre está tan contento
^^1
temeroso; él ha sanado
^^M
y yo por puntos peor
como antes estaba triste;
^^H
moriré, pues Margarita
sayal ó estameña viste.
^^1
mudada imposibilita
hierbas son nuestro sustento.
^^H
mi vida, como mi amor.
que carne no es ya comida
^^M
¿Qué trueco de vida es éste?
que á nuestras mesas ayuda (i>.
^^M
¿qué llanto? ¿qué soledad
^^M
manchará su mocedad
(i> En el originil «de que nuestra mcM ayadft
porque la vida me cueste?
llariícobusch corrigi6 como ootoirot. ^^
^^^^ ACTO TKRCERO l63 ^^
Wr Opilóse con la cruda
debajo la cabecera, ^^fl
y págalo la cocida.
en la labor, en la estera, ^^H
ELA.No sé; lo que experimenlo
el nombre de Lelio topa. ^^H
es, que desde un año acá
¡Qué golpes no me ha costado, ^^H
solos rosarios me da
por más que niego y reniego! ^^H
)or salario y por susitnlo.
ni ^qué importa encender fuego 1
En lugar de letuario
si lágrimas ha topado, ^J
H rosarios he de almorzar;
que cada ínstame que reza ^^H
V á comer, á merendar
en estas cuentas derrama, ^^H
y á hacer colaciOn, rosario.
con que apagando la llama ^^H
Rosario al hacer labor»
me quiebro yo la cabeza? ^^H
rosario al agua bendita.
No sé cómo correspondas ^^H
rosario cuando hay visita.
con tu gusto. ^^H
rosario si hace calor.
Lei-io. Sólo un medio ^^H
Rosario si Hueveó hiela.
á mi mal dará remedio, ^^H
y, en fin, me tiene tan harta
y es que esta noche me escondas ^^H
que es cada hora ya una sarta
adonde mi persuasión ^^H
de rosarios en Leoncla.
su áspera vida mitigue ^^H
OH. Si Apuleyo le topara
V á que me quiera la obligue ^^|
la fuerza de ¡a ocasión. ^^|
y una mano te mordiera,
rosada estis de manera
Leonela. Y que me llueva á mi á cuestas. ^^|
que al punto ic desasnara.
Lelio. Con decir que nada sabes ^^H
0. Pues, Leonela, yo he venido
cumples. ^^H
con tan loco frenes!,
Leonela. Si tengo las llaves ^^H
que he de darme muerte aquí,
y no hay otras puestas que éstas, ^^M
ó el fuego que se ha encendido
^qué he de responder? ^^|
en mi alma poco á poco
Lelio. Responda ^^|
Margarita ha de apagar.
esta cadena por ti. ^^M
[loy la tengo de gozar
Leonela. Si me eslabonas así, ^^H
ó morir hoy.
cuando en el alma te esconda, ^^H
«ELA. ^Estás loco?
no es nada. ¡Buen cabestrillo! ^^H
0. No sé qué furia me incita
Éntrate allí dentro, anda. ^^H
y me trae como me ves.
¿Qué postema no se ablanda ^^H
Margarita mi bien es,
con csie ungüento amarillo? ^^H
moriré sin Margarita.
Yo te cerraré con llave ^^H
No dudes de esto.
dentro de aquel aposento. ^^H
itLk. Habla paso
Britón. ¿Y yo? ^^H
no sepa que estás aquí.
Leonela. Tengo cierto cuento ^^H
0. ¿Qué importa?
que decillc: ya él lo sabe. ^^H
iStA. ¡Pobre de mi!
Britón. Ahi te las tienes todas. ^^H
0. Yo me muero, yo me abraso.
Leonela. Aun así te quiero bien. ^^H
'ELA. Calla, que si te conoce
Lelio: con ella le aven, ^^H
y contigo me oye hablar
veamos cuál te acomodas, ^^H
esta noche he de cenar
que yo con esto he cumplido. ^^H
confites de doce en doce.
Lelio. La vida te soy á cargo. ^^H
que de cuerdas de vihuela
Britón. Soy tu amargo. ^^H
hizo de alambre y de pita.
Leonela. Y muy mi amargo; ^^M
0. Si no gozo á Margarita
Entra presto que he seniido ^^M
esle es mi entierro, Leonela.
^H
^L De peregrino he venido
Bhitún. ¡Qué linda beata! (Vantr.) ^H
H para hallar fácil la entrada
Leonei a. Aunque se vista de seda ^^H
^B de esta casa tan mudada
la mona, mona se queda, ^^H
^f sin que sea conocido.
que el mercader siempre trata. ^^H
Si á mi vida no das traza
^^H
de mi muerte no te espantes.
ESCENA il ^H
ELA. Pues menos la amabas antes.
). Después que asi se disfraza
Sate MünaA^iT*, tn hábito honttto.—LuoVKUi. ^^^|
y de estado y vida muda,
^^^M
ó lo hace la privación
Margarita. ^^H
Ó el infierno, en su alicjón
Rosario soberano: mi esperanza ^^H
me enciende.
en vuestras cuentas tiene un tirme estribo; ^^M
EtA. Aquesoes, sin duda-
esclava fui del infernal cautivo, ^^M
Mas yo ¿qué tengo de hacer.^
un año ha que tomó de mi venganza. ^^M
si tu nombre le repilo
Mucho os debo, mi Dios; en mucho alcanzl^^H
ya en libros y horas escrito.
á mis pequeños gastos et recibo; ^^^|
ya llegándole á esconder
no saquéis mandamiento ejecutivo, ^^H
^ft en las mangaste la ropa;
que yo os daré en Domingo una tlanza. ^^H
^^^^^164 QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA ^^^|
^^^ Mas, Señor, si os agradan las m¡na|as
plegué á Dios que Lelio VRn^^^H
H de mi corto caudal, nunquc son cosas
á estar en casa escondido ^H
H de pequeño valor y prendas bajas,
por mi mal, y que perdido
V ejecutadlas, y serán dichosas,
el seso tan poco tenga.
H que si el mal pagador os paga en pajas,
que Lelio y tú estando juntos.
H aunque yo os pague mal, pagare en rosas.
porque yo fui la ocasión.
H ¿Lconcia?
tú me des un boíctón
H Leonela. Señora mía.
y Lelio eslampe los puntos
H Margar. ^En quó entiendes.''
del zapato en mi barriga;
H Leonela. En pasar
porque Lelio, ¿qué me ha dado?
^^^ de un lugar á otro lugar
Si es Lelio ó no es Lelio honra^^j
^^K, una y otra Avemaria.
el mismo Lelio lo diga. ^H
^^^B Makgai«. ^Mas aprendido del modo
Margar. O que me enoje apeteces, ^^|
^^^H que el rosario que es entero
ó loca debes de estar; ^^M
^^^P se divideP
mándotele no nombrar ^^M
^^^ Leonela. Aunque grosero
y nombraste tantas veces. ^^M
^L^ mi ingenio, ya lo sé todo.
Leonela. Escucha, y no seas cruel, ^H
^^^L Marúah. Repite, pues la lección
ni por nombrarle te ofendas, ^1
^^^V que acerca de csio te di.
que hago Carnestolendas j
^^^B Leonela. Agora la repetí.
para despedirme de él. ^m
Margar. Dejcnius, Leonela, gracias; ^m
^^^B estoy haciendo oración:
^^H soy muy flaca de cabeza;
híncate aqui de rodillas ^1
^^H mejor fuera merendar.
y sabrás las maravillas 1
^^H Maogar. Leonela: ya no hay jugar;
que contra nuestras desgracias '
^^^B deja las burlas y empic/.a.
aqueste rosario encierra.
^^^1 si quieres que el bien te cuadre
{Hincans* las do% )
^^H con que Dios el alma ayuda.
Leonela. En lin: ¿nos hemos de hincar?
^^H Leonela. Soy, señora, por ser ruda,
¡Válgate Dios, por rezar! ^,^
^^H buena para el mal de madre.
Hincada estoy en la tierra. ■■
^^^K Y según me haces comer
Mahcah. Los misterios del Hosario ^H
^^^H rosas, debes de pensar
son quince; ¿sábeslos? ^H
^^^H que he mencsterme purgar;
Leonela. Si; ^H
^^^B yá no puedo padejer
jugar al quince aprendí ^H
^^H! tanto, que Lelio es testigo.
en casa de un boticario. ^H
W Margar. ¿No te he mandado que el nombre
Margar. Los primeros, que son cinco, ^H
^L^ no mientes aqui de ese hombrur*
son gozosos. ^1
^^^K Leonela. Bien sé yo por qué lo digo;
^^^H que, como Lelio es discreto,
Leonela. No hay tal gozo "
como el dar la mano á un mo/o
^^^B todas las veces que pasa.
blanco y rubio como un brinco.
^^^H que son hartas, por tu casa,
Margar. ¿Qué dices?
^^^H viendo mí tlacu sujeto
Leonela. Que cinco son
^^^B me dijo: «no ayune tanto»;
los que son gozosos solos;
^^^H porque si una vez desquicio
pero no cinco de bolos.
^^^H los umbrales del juicio
cinco, si, de devoción.
^^^V enloqueceré á lo santo;
Margar. Los otros cinco se llaman
^^^H y no es bien que pague mal
dolorosos.
^^^B á Lelio, que bien te quiere.
Leonela. ¡(^ué dolor
^^^B Margar. Leonela: cuando te oyere.
es gastar mi edad en ílor,
^^^B sin hacer de mi caudal.
cuando dos lacayos me aman.
^^^H nombrarme otra vez ese hombre,
hincada aqui como estaca!
^^^H no has de estar más en mi casa;
Margar. Los oíros son los gloriosos.
^^^B ya de los límites pasa
I-f.onela. ¡Oh misterios generosos!
^^^B tu atrevimiento; ni el nombre
I*ucs que soy tan gran bellaca ^,
^^^H he de oir del instrunii:nlo
levantadme de aqui presto. ^H
^^^V de mi torpe perdición.
^^^F Leonela. Pues ¿yo?
Margar. Los cinco primeros, pues. ^H
quiero enseñarte, y después ^H
^^H Makc.ar. No des ocasión
los otros. ^H
^^^B Leonela, á mi sufrimiento:
Leonela. Buena me han pucslú^^
^^^B usa bien de mi pacii-ncia.
Maroar. La soberana embajada
^^V ó despídete.
del paraninfo Gabriel
^^H Leonela. Señora:
Contempla, que desde Abel
^^^^ si nombrase desde ahora
tan pedida y deseada
^^^^ á Lelio, ni en tu presencia
fué hasta este punto divino.
^^^H ni ausente, aunque Lelio sea
jQuc lágrimas no vertían
^^^H tan galán y gentil hombre,
¡os que á las nubes pedían:
^^^H pues te da de Lclio el nombre
«lloved, cielo cristalino, ^^^J
^^^B enfado y no te recrea,
rocío ^^^^1
^^^^V tERCERÓ 1 65 ^H
que nuestras penas consuele.
conventuales de corrillos ^^^H
y en la concha se congele
y academias de censores. ^^^^|
soberana y virginal.»
Que aunque sois un San Gabriel ^H
¡Av, qué soberano ejemplo
lian de murmurar de vos, ^^M
dais, amoroso Señor,
pues no perdonan á Dios ^H
de vuestro infinito amor!
ni á sus ministros con El. ^H
¿No contemplas?
Apartaos de los poetas, ^H
(Dvirmtitl-toneii)
aunque hay tantos, que no sé ^H
ONE.I.A. Ya contemplo.
si podréis, pues ya se ve ^H
iKi'.AP. l'ue<; en oración mental
entre agujas y banquetas ^H
contempla aquel Eccc aucilh.
Apolo, por su desastre, ^^|
de aquella humildad tranquila,
y el zapatero se mete ^^M
pues que tuvo fuerza tal
i dalle con el tranchete ^H
que al mismo Dios derribó,
y con su lisera el sastre.» ^H
pues el Ecce apenas dijo,
Margar. Leonela: los que acá bajan ^^|
cuando el que era de b¡us hijo
siempre gozan la presencial ^^M
en su pureza encarnó.
de Dios y su eterna esencia; ^H
|Ay, que el corazón destemplo
no hay llanto allá, no trabajan. ^H
en amor, ternura y llanto,
Lf.onela. ¿Luego no sedcspidió ^^|
mi Dios, mi humanado santo!
el ángel de esotros bellos? ^H
¿No contemplas?
Mar(íar. Si estaba siempre con ellos, ^H
ONELA. Ya contemplo.
¿para qué? ^H
ARGAR. Contempla, pues, esto asi.
Lfonei.a. Engáñeme yo. ^H
mientras yo á la Virgen doy
(Huido de dentro ilt ca rrtra .) ^^|
gracias, aunque indigna soy,
Mas ¿que es esto? Carrerita, ^H
^^K por aquel divino si
no la pienso yo perder. ^^|
^^H que dio al cielo. ¡Ay, rosa bella;
Margar. ¿Dónde vas? ^^|
que siendo Jessé el rosal
Lhonei.a. a ver correr. ^H
y la causa virginal.
•Margar. ¿Estás loca? ^H
Maria al Un nació de ella;
Leonf.i a. Estoy contrita. ^H
aquella rosa sagrada.
Pero esto de cascabeles ^H
por nuestra dulce eccf anciiía.
inquiclanme de ordinario. ^H
que eternamente destila
Margar. Cuando rezas el rosario, ^H
celestial agua rosadal
¿es justo que te desveles ^^H
¡Ay, cuentas, qué provechosas
en cosas vanas? ¿Qué intentas? ^H
sois á quien os satisface!
Leonki.a. Todo es pura devoción, ^H
Kúsas sois de quien Dios hace
pues los cascabeles son ^H
para el alma un pan de rosas.
redondos como las cuentas, ^H
Con vosotras me recreo.
y de los dos imagino ^H
que sois mi consuelo, en fin,
que son, y no es dicho en vano, ^H
y como pui" un jardín
el pretal rosario humano, ^H
por vosotras me paseo.
y ese otro pretal divino. ^^|
Como Dios es hortelano
^^H
y su gracia la que os riega,
^^1
nunca el duro invierno os llcgn,
ESCENA 111 ^1
siempre gozáis del verano.
^^H
Primavera sois de bienes.
Sacan Pitiauoo y Ai.nsRTo á Valerio desmayado, ^^^k
siempre sois florido mayo.
^^1
EONRLA. jVálgate Dios! por lacayo
PiNARDO. Si es verdad que vive en vos ^H
qué buenas piernas que tienes.
Iargar. ¿Qué es eso.''
la piedad con que Florencia ^H
vuestra fama reverencia, ^H
^ONELA. Estoy contemplando.
y amando ya á !o de Dios, ^H
arca». ¿En la embajada?
sois al mundo ejemplo nuevo ^H
coNKt.A. ¿Pues no?
que vuestra vida acredita, ^^|
En la que Lelio medió. (Aparte.)
no es posible, Margarita, ^H
Iahcku. ¿Qué dices?
que, mirando este mancebo ^^|
.EONSLA. Digo, aue ando
agora en cuando de cielo
cuál está de una caída ^H
que dio un caballo corriendo, ^H
el ángel se despedía
su desgracia socorriendo ^^^B
de los deudos que tenia.
no intercedáis por su vida. ^^^^^
haciendo jornada al sucio,
Pruebe en vos la devoción ^^^^H
lo que llorarían con él;
lo que médicos no pueden. ^^^H
paréccmc que los veo
[Vase Pinardo.) ^^^^|
^^K decir: «Que volváis deseo
Alberto. Vuestras oraciones queden ^^^H
^^H muy rico de allá, (jabriel.
con él, pues bastantes son ^^^H
^^H Guardaos de murmuradores.
á volverle en si, y Leonela ^^^^|
^^H calcillas y bigotillos,
y yo iremos á buscar ^^^H
i66
QUIKN NO CAE NO SE LEVANTA
agua con que despertar
su desmayo.
.EÓNELA. ¿(^uc cautela
es ésta?
lAlbkbto. Por agua ven,
y sabráslo de camino.
fLEONEíA.ír por ella determino
al mar.
[Alberto. Y cslarále bien
.i Valerio, porque lardes,
que no es el suyo desmayo.
ILednei a. ¿No? Pues ¿qué?
[Ai-bcrto. Amoroso ensayo:
oye, y ven, porque no aguardes.
{Vanse esíos doi.)
ESCENA IV
Makharita y Vai.kkio.
(Margar. ¿Qü¿ enmarañada invención
quiere inquietar mi sosiego?
Junto á la pólvora el fuego,
la hacienda junto al ladrón.
Si es Valerio, y la ocasión
puede tanto, ¿qué he de hacer?
Agua fueron á traer
los que de mi no hacen caso;
traigan agua, que me abraso
sin saberme defender.
¿Iréme de aquí? Mas dejo
á Valerio desmayado,
y si le halla en este estado,
¿quó dirá mi padre viejo?
Quedarme no es buen consejo:
pues no irme ni quedarme
y consentir abrasarme
mi afrenta vuelvo á temer,
que estoy sola, soy mujer
y no hay que poder fiarme.
(Ah Leonela! Pero fué
por agua y no volverá,
que sobornada estará
porque á mi mal tiempo dé.
Aconsejadme qué haré,
cielos piadosos, aquí:
¿huiré este peligro? SI,
que si Valerio cayó
no es razón que caiga yo
y que me lleve tras si.
Desmayado está, no quiero
aguardar á que en si vuelva,
y que torpe se resuelva
á lo que intentó primero.
LValerio. Espera, entrañas de acero,
si le obligan á esperar
lágrimas que despertar
este desmayo han podido.
¿Es posible que yo he bido
quien tuvo en tu amor lugar?
JVIas si, que ea esta desgracia,
no tan por peligroso hallo
la calda de un caballo
como el caer de tu gracia.
La hermosura que f agraria
no es razón que esté empleada
en la vida despreciada
que con este traje adquieres,
porque no te digan que eres
¡a bella nial maridada.
Yo fui tu primero dueño,
ser quiero tu esposo ahora;
Valerio es el c|ue te adora,
aunque en méritos pequeño
el alma otra vez empeño
que á jos principios te di;
no es bien que borres asi,
entre esa estameña obscura,
Margarita, una hermosura
de las mas lindas que vi.
Mahí'.a;^. Valerio: volved en vos;
mudad de intento y estado;
por Dios sólo os he dejado,
no hagáis competencia á Dios.
Solos estamos los dos,
si pasar la vida en llores
queréis, no las hay mejores
que las que en mis cuentas veis;
aquí amores hallaréis
SI habéis de tomar amores.
Si de mi pasado yerro
os vine cómplice á hacer,
locura será volver
al vomito como el perro:
á Dios por amante encierro;
dentro del alma le oi
decirme: «mi gracia os di,
y pues que entre los del mundo
soy amante sin segundo,
no dejéis por otro á mi.»
Valerio. Pues si por ruegos no basto,
por fuerza hoy cruel verás
del n>al pago que me das
un castigo puco casto.
En balde palabras gasto,
y de intento ó vida muda.
Margar. jCielos! ¿no hay quien me dé ayuJji
ESCENA V 1
Lelio con eí bordón dtttnvaínado. — Píenos,
Lelio. ¿Cómo le puede fallar,
donde yo cslo^', que á estorbar
lu agravio quiere que acuda?
Margar. |t.elto en mi casal ¿qué es esto?
Valerio. ¿Qué ha de ser, sino señal,
hipócrita desleal,
de tu trato deshonesto?
Tu fama en el vulgo has puesto
hasta el cielo, y escondido
tu vil galán atrevido;
á tu viejo padre engañas
que con tan torpes hazaña
tu santidad ha hngido. —
El hábito honesto deja,
que para Dios no hay engaño;
pues para hacer mayor daño
viene el lobo en piel de oveja;
vuelve á lu costumbre vieja,
pues no tienes que perder,
V volverá el vulgo a hacer
burla de lu torpe vida,
que la honra una vez perdida
A
ACTO TERr.FRO
mal la cobra una mujer.
Cun Lelio en público irala,
si en secreto á hablarle vino,
que bien viene un peregrino
con una falsa beata.
o. Mientes, y refrena ó ata
la lengua descomedida,
ó quilaréie la vida.
tKio. Aquí no, vente tras mi
porque satisfaga en li
tu atrevimiento y mi herida.
Y tú, hipócrita, no dudes,
pues tan convertida estás,
que he de ocuparme de hoy más
en pregonar tus virtudes,
' y aunque á su casa acudes
á servir á Dios, desde hoy
haré en la ciudad que estoy
que sus vecinos te alaben.
.10. Ya sabes á lo que saben
mis manos.
,Eiiio. Ven.
(V«* Vtlcrio.J
W ESCENA VI
^^r Dichos, menos Vai.rkio.
JO. Tras ti voy.
iMar^ahla: no es razón,
ya que en tu defensa cuerda
la vida pierda, que pierda
antes de ella la ocasión;
si una justa obligación
á mi amor basta á moverle,
y el salir á defenderte
te mueve, paga mi fe,
ó antes que me la dé
Valerio verás mi muerte.
Sólo tu amor ha podido
disfrazarme como ves;
tu amor, Margarita, es
qui'.n hoy í«quí me ha esconJido.
Valerio se va ofendido
á decir por la ciudad
que con fingida amistad
pagas mi amor torpemente,
y pues le ha de creer ta gente,
haz su mentira verdad.
ÍGAJ». No permitas. Lelio, que haga
á Dios y al rosario ofensa,
lo. No he de forzarte; mas piensa
que si asi mi amor se paga,
ha de acabarme esta daga,
y hallándome aquí sin vida,
la ciudad, de ti ofendida,
le llamará descompuesta,
con Valerio deshonesta
y conmigo mi homicida.
Paga bien voluntad tanta.
BOAR. ¡Oh, torcida inclinación!
|Oh, fuerza de la ocasión!
Sola estoy, Lelio, levanta
devoción piadosa y santa.
^Qué lobo deja la presa
por más que ayunar profesa?
¿qué tesoro el avariento,
Lelio.
167
ó qué manjar el hambriento
cuando le ponen la mcsa.^
Soy mujer, bástaine el nombre,
frágil es mi natural;
ni acero ni pedernal
será razón que me nombre;
de la costilla del hombre
la mujer recibió el ser,
«I centro quiero volver
que mi inclinación dispone,
Dios y el rosario perdone.
Qué, ,;mi amor vino á vencer?
Déjame poner la boca
en estas manos, los brazos
sean de este cuello lazos
donde mi alma su bien toca.
ESCENA VII
Lkonri.a y Albcrto con a((ua.— Dichos.
Albei^to. |Ay mudanza torpe y bcal
A buen tiempo el agua viene
si acaso sed tu ama tiene,
que habrá sido el calor mucho.
Mas, <qué veo?
Leonela. y yo ¿qué escucho?
Alberto. Hecho me he quedado grulla
en un pie. ,;Con quién se arrulla
la santa?
Es un avechucho
que en figura de romero
no le conoce Galván.
Alberto. jNo es Lelio éste, aquel galán
de Margarita? «jqué espero''
Leonela. ¿\ el desmayado?
Alberto. ' Eso'quiero
preguntar.
Leonela. Gentil ensayo.
Albebto. Mas que lieoes su lacayo
con el mismo fingimiento
aquí.
Leonela. Como se lo cuento.
Alberto. Pues yo también me desmayo.
LeoNCLA. ¿Dónde Valerio estará?
Alberto. Saberlo será mejor.
Leonela. ¡Ay, señora, mi señor!
Alberto. ¿Cómo?
Leonela. En la sala entra ya.
Alberto. Leonela, dime: ¿no habrá
desván ó zaquizamí
adonde me escondas?
SL
¡Eh, lo que ha de hacer el viejol
mas haga, allá me los dejo.
Alberto. Escóndeme.
Leonela. Ven tras mí.
(Vanse los dos.)
Leonela.
Leonelx.
ESCENA VIH
Sale Ci.KANnuo y halla abracados d Mahoaaita
y I-F-tio.— Dichos.
Cleanur. Valerio descolorido
de mí casa y descompuesto
contra mis canas, <qué es esto?
^^^68
QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA ^^^H
^^
jAún no ha escarmentado herido?
Pero no sin causa ha sido.
¡Aycasa! jay honra perdida! ^|
^^^K
¡ay hija torpe y livíanal ^|
^^^■K;
según lo que llego á ver.
Si fray Domingo no os sana, H
^^^^^^B
á inconstancia de mujer
yo me quitaré la vida. {^Vase i ^1
^^^^^h
no es mucho sienta los lazos
^1
^^^^^^^H
si toma el honor abrazus
^^1
^^^^^1
que otra vez vuelva á caer.
ESCENA IX ■
^^^^H
Pidan eterna quietud
Dichos, mrnns Ci.EANDHO. ^H
^^^^^^^1
al mar donde no hay sosiego,
^H
^^^^^H
llores y hierbas al fuego,
Lei.iú. No he tenido para hablarle ■
^^^^^^B
prudencia á la juventud,
cara ni lengua. . ^|
^^^^^H
á la enfermedad salud,
Margar. Eso puede ■
^^^^^H
verdades al mercader.
la razón que al vicio excede, ^|
^^^^^B
seguridad al poder
y le enfrena porque calle, ^^
^^^^^^K
y humildad á la riqueza.
no sé como he de miralle ^H
^^^^^B
como no pidan (irmeza.
al rostro desde hoy. ^|
^^^^^B
ni palabra á la mujer.
l.F.i.io. Repasa^^H
^^^^^^1
¡yué presto te arrepentiste
la violencia que me abras«,^^^H
^^^^H
de la virtud que profesas:
i pesar de mi valor, ^^^H
^^^^^H
ai vicio pusiste presas,
y ob!¡Karátcn]i amor ^^^H
^^^^^H
pero presto las rompiste!
á dejar por mi tu casa. ^^^|
^^^^^H
i.a eslamcñii que se viste
Tu padrees dciL-t minado ^H
^^^^^H
no es honra en ti, mas baldan,
y está indignado contigo, ^H
^^^^^H
que el hábito y religión
sólo la muerte es castigo ^|
^^^^^H
no hace santo al que ic muda,
del padre ó marido honrado; ^|
^^^^^B
si al vestirle no desnuda
pues si á fray Domingo ha dado
^^^^^H
su perversa inclinación.
deestas liviandades cuenta.
^^^^^H
También tú te has disfrazado.
¿cómo sufrirás la afrenta ^B
^^^^H
pero bien fué que viniera
con que es fuerza te dé en cara?^|
^^^^^^B
un romero á una ramera
Huye, que su mal repara H
^^^^^^1
como ella disimulado.
quien ha pecado y se ausenta. H
Kn Ñapóles viviremos. ^|
^^^^^B
Corta estación has andado
^^^^^H
para el traje que desdora
que es habiloma del mundo. ^|
^^^^^B
tu fama; mas porque ahora
Huye el ímpetu segundo H
^^^^^H
excuses jornada tanta.
de tu padre. ^|
^^^^H
por no ir á la casa santa
Ma.^oah. (En qué de e\trem<^B
^^^^^H
vienes á la pecadora.
los que pecamos caemos! ^|
^^^^^B
A tan devora estación
Britón. Leoneia: yo me despido; ^^
^^^^^H
justo es que luces encienda.
(iteres habernos sido ^|
^^^^^B
yo encenderé con la hacienda
en tu confuso retablo. ^H
^^^^^B
la imagen de devoción;
Alberto. Si el viejo vuelve, algún diablo
^^^^^H
no ha de haber más ocasión
le aguarde. i
^^^^H
en mi casa de pecar,
Britón. Algún descosido. H
^^^^^B
toda la quiero abrasar,
I.KONELA. Éntrense acá, que les quiero ^
^^^^^H
aunque la vida me cueste,
decir á los dos un poco.
^^^^^B
que es hacienda al íin de peste
Britón. ¡Que me traiga ésta hecho un local
^^^^^B
y la manda el juez quemar.
Ai.BKRTo. ¿Y yo no ando al retortero? ^
^^^^H
Sacar de aquí una hacha quiero.
Britón. Ahora bien: cimipañero, ^|
^^^F
inescubrr á Britón de peregrino y á Al-
alcancemos dos bocados ^|
^^p
berto y en medio á LeoncLi )
amigos y conformados. ^H
^^^ Bpitón.
|Par Dios, que nos ha cogido!
Alberto. ¿Y si de palusnosdan? ^^^H
■ Cleanor
.,jf)ué es esto?
Bhitón. Graduado de galán ^^^|
^^H Britón.
No es nada, un nido
quedarás. ^^^H
^^H
de chinches en agujero;
Alberto. Fuego en los grados, ^|
^^H
un San Hoque, soy romero.
(Kanrr^WO^H
^^B Alberto
. Yo á su mastín me acomodo.
I.ELio. ¿Qué determinas? ■
^^B Leonela
.Y yo vengo á hacer de lodo
MakiiAR. Forzoso ^|
^^B
mi fit^ura en el retablo,
lo que dices ha de ser; ^H
^^H
que en casa en que vive el diablo
morir quiero y no me ver ^^^H
^^H
anda á lo del diablo todo.
ante el rostro riguroso ^^^H
^^RCleanoh
.¿Qué hacéis de esa suerte?
de mi padre. ^^^|
^^bBkitón.
Al son
Leí to. Venturoso ^|
^^H
que nos hacen nuestros amos.
fin has dado á mí amor hoy: H
^^B
también los mozos bailamos.
pues esperándote estoy, H
^^KCleano»
..¡Vio e! mundo tal perdición?
¿qué aguardas? ^|
^^^K
Va ni hay seso ni hay razón
Margar. ¡Ay amor loco! ^|
^
que darme la niuertc impida.
Déjame aquí sola un poco. ^|
^^^^^^F ACTO lt'>9 ^^H
^Httte prisa.
ha de ser mi confusión. ^M
^K Tras ti voy.
mi inclinación libre y moza ^^M
^^m {Vant Le\io.\
peude infinito conmigo; ^^^M
mi padre ha vuelto en furor ^^H
lodo su pasado amor, ^M
^^^ ESCKNA X
y es bien tema su castigo. H
Todo lo reparo huyendo; H
^^^^^k n n A K 1 T A
adiós casa, adiós vejez; H
honra, adiós. — Caí otra vez; ■
en divina: si mi vida exenta
¿qué aguardo? mas ¿qué pretendo? H
üisa me saca en que habéis sido
Si en la primera caída H
ida mía un añu que he cogido
Pablo su remedio funda, ^M
le aquel )ardin que el bien aumemn.
cayendo yo la segunda, ^^^|
ue me parto por huir mi aírenla.
¿qué espero en tal recaída? ^^^|
que cuenta no me hayáis pedido.
Pero en tan confuso abismo ^^^|
la, no digáis que me despido
por menos difícil hallo ^^^|
caer l^ablo del caballo ^^^|
do sin la huéspeda la cuenta.
ntas os debo de hoy, que no he rezado;
que el pecador de sí mismo. ^^^H
Jeñora, aún no es pasado el dia,
Aunque no le imito yo ^^^H
3 queréis que os pague en este trance.
por ser más frágil mi ser, ^^H
viene la oración con el pecado:
oue, en fin, Pablo, con caer, ^^H
de su presunción cayó. ^^H
1 lo mejor. Virgen iviaria.
mo vuestro alcance no me alcance.
Ra, sospecha ligera, ^^H
(Va á ir y cae.)
de vuestro padre el furor ^^^H
¡Jesús, mil veces! Caí,
huid, pues os guía amor ^^H
y Lelio amándome espera. ^^H
el chapín se me torció.
en fe de que también yo
¡Jesús, caí! ¿Dónde voy? ^^H
con él la virtud torcí.
Mas ¡ay, torpeza perdida, ^^H
Mal suceso ha de tener
si va de tres la vencida, ^^^|
amor que empieza en azar,
vencida y en tierra estoy! ^^H
si es agüero el tropezar.
No me puedo levantar, ^^H
¡cielos! ¿qué será el caer.-'
¡ah intenciones desbocadas!; ^^^|
¡Ay, si mi dicha quisiera
Dios os da de sofrenadas ^^^|
que, cayendo de un chapín.
¿y el freno queréis quebrar? ^^H
pues es corcho, vano al fin.
l^óngaos su castigo miedo. ^^H
de mi vanidad cayera,
^^H
y por excusar la afrenta
^^^H
que de huir conseguiré,
ESCENA XI ^B
se quedara mi honra en píe
^^^H
^—^y yo cayera en la cuenta!
Un mancebo muy galán, que es el Ángel J>e la ^^^H
^M^hora bien: Lclio perdone,
Guarda, salí y levanta á Mapcarita. ^^^|
^Fy su amoroso interés.
^^^H
pues adivinan los pies
AsriKi.. Si su justicia os espanta. ^^^M
el lazo que amor les pone.
mi Margarita, levanta. ^^^H
Ya la virtud reducida,
Marxaft. Gallardo joven, no puedo. ^^^|
pues que libre me levanto.
Tullida estoy y con duda ^^H
sirva de freno al espanto.
de volver en mi jamás. ^^^|
si temo la recaída.
A.NOEL. Por li Sola no podrás ^^H
^LMas ¿con qué vergüenza puedo
si ta gracia no ic ayuda. ^^^|
^■aguardar la reprensión
Margar. ¿Y podré i^on ella? ^^H
de quien con tanta razón
Angei. Sí. ^^H
me amenaza si aquí quedo?
Maroar. ¿Pues quién me la dará? ^^H
lodo el gusto lo alropelta;
Aniíki.. Llega, ^^^|
si aqui á mi padre esperara.
que Dios su gracia no niega ^^^|
jamás alzara la cara,
al que hace lú que es en si. ^^^|
pues me ha de dar siempre en ella
MARr<AR. Mv¡oT fuera no caer; ^^^^|
con el honor que le quita
pues, aunque favor me ofreces, ^^^|
mi liviandad. |Ay,amorI
si he caído ya tres veces, ^^^H
¿Qué haré? Quedarme es mejor.
¿cómo me podré tener? ^^^H
Viva la honra!
(Dt dtntru.) |Ah, Margarita!
Angei.. Con la gracia de Dios santa. ^^H
Makuar. ¿Cómo he de volver en mí ^^H
¿Así cumples tu promesa?
si tercera vez caí? ^^^|
AR. ¡Ay, cielos! Lelio me llama,
Ángel. Quien no cae no se levanta, ^^^|
Valerio á voces me infama,
No hay níitural tan robusto ^^^|
mi vicio el vulgo confiesa;
que pueda tenerse en pie. ^^^|
Fray Domingo de Mendoza,
Margar. Helio mancebo, ya sé ^^^|
1 si aguardo su reprensión.
que siete veces cae el justo; ^^H
170
QUIEN NO CAE NO SE LEVANTA
ma:> no de caídas tales
que pierda en cada caída
la esperanza con la vida,
pues las suyas son veniales,
mas las mías son de muerte.
Ángel. El §.',i<j3nie que luchaba,
de la tierra que locaba
se levantaba más fuerte.
Dame la mano, que asi
no volverás á caer.
Margar. ¿Quién eres tú, que á encender
nii pecho vienes aquí,
desde que tu mano toca
las mias? Dichoso empleo:
desde que lus ojos veo;
desde que vierte tu boca,
no palabras, sino almíbar;
desde que tus labios bellos
contemplo y en tus cabellos
arma lazos de oro libar,
tan perdida estoy de amor,
que en lugar de arrepeniirme
y á la enmienda reducirme
que me predica el temor,
sea dicha ó sea desgracia,
á no tenerme lú, hiciera
amor que otra vez cayera,
por solo caerle en gracia.
¿Quiércsmc decir, señor,
quién eres?
Anoel. Quien por quererte
ha dado entrada la muerte.
Soy un fénix del amor
que, muerto por los desvelos
con ouc mis méritos tratas,
hoy a tus manos ingratas
me rinden preso los celos.
Margar. ¿Celos de mi? Juraré
que no le he visto en mi vida.
Angf.i-. ¡A^, Margarita perdida!
¿No me has visto? Pues yo sé
hasta el menor pensamiento
de tu amoroso cuidado,
y irayéndome á tu lado
en fe del amor que siento
y que le pagues aguarda,
tanto le ha dado en celar,
que me pudieras llamar
al propio tu Ángel de Guarda.
Maroar. lün la celestial belleza
con que á amarte me provoco,
ángel eres, y aún es poco;
si celos te dan tristeza,
piérdelos, mi bien, que ya
Lelio es mi muerte y Valerio
mi tormento y vituperio;
sólo en mi pecho hallará
entrada alegre y suave
tu amor, que por dueño queda,
y por que otro entrar no pueda,
cierra y llévate la llave.
Anoei.. Si tal reciprocación
halla en ti mi voluntad
gozar quiero tu beldad
y no perder la ocasión,
en tu tálamo amoroso
me hallarás, sigúeme luego. {Vate.)
ESCENA Xir
.Uargakíta, tuego tt AitGKt.
Mapi.ar. |£n otro amor, oiro fuego
otro cuidado sabroso
diverso del oue hasta aquí
abrasar el alma siento,
¡ay suave encantamento!
¿qué es esto que siento en mi?
¿Hay semejante hermosura?
¿hay gracia más pegajosa?
¿hay lengua más amorosa?
¿hay más donosa cordura
para niño lan cuerdo
tan grave y tan cortesano?
No hay que hablar, aquí meg«
si por él desde hoy me pierdo;
aunque cal no me espanta
pues me levantó el temor,
que en los sucesos de amor
quien no cae, no se levanta.
( Tire una carlina y esté ti \on.tl
lado en una cama.)
Aquí ha de ser el empleo
de toda mi voluntad,
aquí espera la beldad
que adoro, mas ya le veo.
Y no entiendo lo que « eslo,
pues, en tan dichoso paso,
siento que por él me abraso
y el fuego es santo y honesto.
Tan diferente motivo
me rinde la libertad
que soy toda voluntad
sin tener el sensitivo
apetito entrada aquí.
Mi bien, mi luz, mi regalo,
que á mereceros me igualo.
Anoel. Margarita: advierte en mi
y las ventajas verás
que llevo á los que has querido
y amantes tuyos han sido.
S' si persuadida estás
á ser mi querida esposa,
no en tálamos de la tierra,
donde amor no es paz, que es guS
sino cnlre el jazmín y rosa
del deleite que es eterno,
nos hemos de desposar.
Maroab. Si vos me habéis de guiar,
galán cuerdo, amante tierno,
vamos donde vos gustéis,
que ya sin vos todo es vano.
Anoei . Dame de esposa la mano.
MahiíAR. En ella el alma tenéis.
Anoel. Sigúeme, pues, que encamina
el cielo tus dichas todas.
Maiigar.¿ Dónde vamos?
Anoki,. a unas bodas
donde es Virgen la madrina,
y su tálamo un rosal
cuyas rosas acrecientas
cuando rezas en sus cuentas.
{Sube desttt la cama el Anitel al dtti
tievaconsifo á Mau-garita.)
Maroar. |Ay, esposo cele&tiall
i
»
\
I
I
Valerio y Lt.i.io, desenvainadas lat espa-
das, y Koaet-io.— Luego L.EONEI.A.
;OA.. Primo mío, esposo caro,
sí sois una sangre mesma,
¿por qué queréis derramarla
en mi daño y vuestra ofensa?
Mis lágrimas pongan paz
en esta civil pendencia,
que espadas son de dos lilos
que mis ojos á hilos riegan.
No haya más.
nio. Falso cuñado,
que al nombre las obras muestra,
la muerte lengo de darte
i la entrada de estas puertas,
por donde en agravio mió
entran mi enojo y tu afrenta.
). Habla menos y obra más.
LIO. ¡Que con vosotros no putdan
mi autoridad ni mis canast
Soltad las armas inquietas.
(Sale Leoncla.)
«LA. (Milagro, milagro extrañul
Hagan locar en iglesias,
en monasterios y ermitas
las campanas vocingleras;
entrad, veréis maravillas.
RIO. ^Qué confusiones son éstas?
SLA. línlrad, veréis el milagro
de mí casa.
lio. ^Qué voceas?
LIO. ^No sabremos lo que es esto?
ESCENA XIV
Clkaiioiio, Albeiito y Bkitóm.
lAND. Las armas, Valerio suelta,
que cuando el cielo hace paces
no es bien que riña la tierra.
El acero, Lelio, envaina,
porque no es ocasión esta
de aceros duros y helados,
sino de pechos de cera.
Margarita que, vencida
de la ocasión hechicera,
mujer en el nombre frágil,
pero gibante en las fuerzas,
irse á Ñapóles con Lelio
quiso, y dejar á Florencia,
según el Guzmán Domingo
me ha dado dichosa cuenta,
amparándola el rosario
y el Ángel Pasto^ que enseña,
cuando van descarriadas,
el camino á sus ovejas,
cuando se iba desbocada,
tiró las airadas riendas.
Valerio.
Lelio.
ftOSELIO.
Cl.EANÜ.
Lisarda.
Cl EANO.
Lf.onela
Cl-EANDI»
ROSELIO.
Lisarda.
ROSEUO.
Cl.EANDH
dando con sus vanidades
y amor tres veces en tierra.
Y cuando desesperada
imitar á Cain ordena,
en traje de su galán,
que es el que más le contenía,
se te aparece y levanta
y á un jardín bello la lleva
donde, transformando en rosas,
esté la Virgen sus cuentas
sueltos los cabellos de oro
que, como las aim.is suelta,
que en ellos tuvo cautivos
y no quiere que más prenda,
los saca libres al aire
de una red de oro y de seda,
desmayada del amor
divino, en la cama se echa,
que mullen las mismas rosas,
sin que haya espinas en ellas,
y con la esposa diciendo
cuando con Dios se requiebra:
«Ccrcadme, Señor, de flores,
rosas del rosario vengan,
y sirvan de manzanillas
por fruto dulce sus cuentas.»
En el sueño con que el justo
quiere su esposo que duerma,
quedó á la cosa del siglo,
pero para Dios despierta.
Si esto es así, cesen, Lelio,
vuestros enojos, pues cesa
la causa. Dadme esos brazos.
Y con ellos paz perpetua.
¡Gran mudanza!
Y gran ventura.
Ya se acabó mi tristeza,
mi temor, mi llanto y celos.
Vida loca y muerte cuerda.
Señor de mi corazón:
desde hoy ha de ser Leonela
una santa Catalina;
no más burlas, todo es veras;
mujer convertida soy,
diez mil maravedís vengan,
dote de gente traída.
[Descubren un jardin arriba con mu-
chas rosas, Y en él, echada, á Marf^ariii,
sueltos las cabellus, con un Cristo, como
pintaK á ta Magdalena, los ojos en el
cielo.)
Para que cumplidos sean
vuestros deseos, mirad
el jardin que á Dios recrea,
donde es rosa Margarita.
Lágrimas: servid de lenguas
para dar gracias á Dios.
Hosario, hazañas son vuestras;
no en balde os quiero yo tanto.
De vuestro hábito y librea
tengo de ser. Orden santa.
.Y yo, porque buen fin tenga
mi vejez, dándoos los brazos,
quiero que en la Orden mesma,
en hermandad religiosa,
nuestra enemistad fenezca.
VIDA DE HERODES
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
ANTirATBü, Rey t'itíjo.
Faselo, su hijo. Principe,
Herodes, su hermano.
Salomé, ínfmUa.
JOSEFO.
MiTIl.ENB.
Augusto César.
Mebbel.
HiRCANo, Rey viejo.
Aristóbl'i.o, Principe.
Mari4üne<>, fiifonlj.
EUACEH.
[¿KPAÍM,
Pachón, pastor.
Fenisa, pastora.
Dos ROMANUS.
Un Vehuugo.
Zapiro.
Jabkl.
Bato.
LlSENO.
Nisü.
Una Miueh.
Paítores. (i)
.CTO PRIMERO
ESCENA PBÍMERA
'ATUo, víí/o; JoshFo; Kash o y Saiomb,
dama.
rspués de besar lus pies,
■que en el humano icatro
siempre, invencible Anlipatru,
pi&ando coronas ves;
porque á la foriuna des
las gracias de lu ¿>;r»ndeza
y porque eslimes la alteza
de lus inmortales [glorias,
co premio de lus viiorias
le da el amor su belleza.
Contra su rueda voltaria
las iriunfadú de íduinea,
fconquisiado á Galilea
ly sujetado á Sanearla;
y pur^ine cmíi dicha varia
la vejez ^uc se te atreve
al templo lus triunfos lleve
del tiempo inmortal tesoro,
hijos le diü en siglos de oro
restauración de lu nieve.
Dióleal Principe Faselo,
fénix nuevo en quien se ve
lu imapen, y á Salomé,
bella exhalación del cielo;
dióte á llcrodes, que en el suelo,
mientras á Alejandro imita,
para que con ¿1 compita,
y el mundo admire su fama,
en vez de Alejandro llama
á Hcrudes Ascalonita.
Kilipo al naccMe un hijo
asonibro de Babilonia
y blasón de Maccdunia,
que era veniuroso dijo,
no tanto porque predijo
un él su f; loria real,
cuanto porque en tiempo lal
ArislüleJes vivía.
lnter*icaen además Tirso, pastor y una Ji
^^^HH|^^F VIDA DE ^^^1
^H porque á su filosofía
Sacar de está copia puede V
^^B su valor hiciese igual.
el Príncipe que se nombra
^^H Pero lú con más certeza
su esposo (si no se asombra
^^H decilo puedes mejur,
la luz que su cielo da), ^
^^1 pues cfia aun liempoel amor,
qué tan bello el sol será ^|
^^H si hijo^ tú, Judá belleza;
siendo tan bella su sombra.
^^H que si la naturaleza
{A .Salomé oiro.l
^^H hace con ellos sc^u^as
.Mire en éste vuestra Alteza ^
^^H de Diüs en vivas figuras
á Aristóbulo en bosquejo. H
^^H imagines naturales,
Salomé;. Hermoso asombro, Joseío. ■
^^P suerte es que para hijos lalck
JoSKKo, No pudo la sutileza H
^™^ le dé tales hermosuras.
del pincel en tal belleza ^
Antipat. Tú seas, Joseph , venido.
ostentar más su primor.
á nuestro Ascalón con bien,
y aunque honrando á su pint^
pues que de Jerusalén
Apeles se ha aventajado, H
tales nuevas me has traído.
con ser este su traslado ^ñ
Sagaz medianero he sidu
parece su borrador. ^M
con el Senado Romano
Aqui sólo no permite V
para entronizar á Hircano
la naturaleza sabia,
(que ya sepultaba el ocio).
por más que el arte la agravia.
en el reino y sacerdocio
que sus estudios imite, jM
que quiso usurpar su hermano.
porque ni el oro compite ■
Rey y Sacerdote sumo
con sus cabellos, ni toca H
su Jcrusalcn le llama,
su frente el cristal de roca, |
1 y en aliar de Thimiama
ni hay clavel, rosa ó jazmin
aromas ofrece en humo.
que se opongan al jardin ,
reinando por mi, presumo,
de sus mejillas y boca. ^
si agradecido repara
Vueltos aqui barbarismos ■
en mi amistad noble y clara,
los hipérboles verás, H
que estimé por justa ley
porque estos dos son no másB
juntar Sacerdote y Rey,
hipérboles de si mismos; fl
la corona á la tiara.
de libertades abismos, H
í)cscendiente generoso
porno llamarles prisión, ^^
es de Judas Macabeo,
y milagrosa lección
que al linaje Asamoiieo
donde lomó en sus trasuntos^
dio blasón limpio y glorioso;
la naturaleza puntos H
el sacerdocio piadoso
para leer de ostentación. H
que honró en el desierto á Aarón,
Faselo. No lisonjero procedes H
propagó su sucesión
en su alabanza, si es cierta V
contra ambiciosos engaños
la fama con que despierta
por ciento y setenta años
amor almas y armas redes,
de varón siempre en varón.
pues no estiman las paredes
Ilustrar mi descendencia
reales soberbios ornatos,
con renombre soberano
ni en doseles y aparatos ^
y emparentar con Hircano
funda la ambición sus galas. ^
apetece mi experiencia:
mientras no adorna sus salas
á Mariadnes, excelencia
con estos bellos retratos.
de cuanta belleza ha habjdo.
Egipto dé testimonio.
para el Principe he pedido,
como Arislübuio de
pues sabe bien que idolatra
en Aristóbol Cleopatra,
con la mano á Salomé
envidia a! amor y olvido.
en Mariadnes Marco Antonio;
lüh lazos del matrimonio
De Hircano hijos los dos son,
que por mi amor habéis vuelto!
como Salomé y Faselu
A seguir estoy resuelto
míos, si permite el cielo
vuestra reciproca ley H
darme en ellos sucesión.
adonde el esclavo es rey V
del alcázar de Sión
y cautivo el que anda suelto.
SAtoMÉ. Yo, bel lisimos despojos.
poseerán el solio real
y con ventura inmortal
no os hablo, que estoy en calmi
gozará sangre idumea
mientras la lengua y el alma
mezclándole con la hebrea
se trasladare á los ojos; J
un reino sacerdotal.
si quitáis, pintado, enojos, 9
Si esto Hircano me concede
,jqué haréis, Principe, presenlcT
largas albricias me pide.
Calle el ;ilma lo que siente
; JosEro. No sólo á tu gusto mide
•porque sienta lo que calla.
el suyo, pero aún le excede.
que amor que palabras halla
(iWlí UH retrato.)
i
tan faiso es cuanto elocuente.
^^^^^P ACTO PRIMERO IjS
V
^f ESCENA II
Pero como el interés
tiene alas, sus puertas rotas,
^1
E ItKitoois, bizarro, á lo soldado.— Viicnos.
sirvió de escala una pica
^^^1
)ES. A tus pies, invicto padre,
por donde subió la honra.
^^^H
trofeos mis dichas postran,
Y franqueando las llamas
^^^H
si imitación de tus híchos,
la entrada á mi gente heroica,
^^^H'
primicias de tus victorias;
retrató el fuego en Armenia
^H'
• que, puesto que comparadas
a las luyas, serán pocas
venganzas griegas de Troya.
^^^^
Di á saco la fortaleza.
^^^^^
las de Alejandro en Asina
y mientras el metal roban
^^^H'
y las de Anibal en Roma,
que la codicia persigue,
^^^H
por ser las primera'?, creo
aunque más el sol la esconda,
^^^H'
que antepondrás á las propias
despeñando al Rey armenio
^^^H
las alabanzas de un hi|o
quedaron las peñas toscas
^^^1
t enigma de tus memorias.
cada cual con un pedazo.
^^^H
Salí de Ascalón, mi patria.
que también ellas despojan.
^^^|¡
cuando el toro que hurtó á Europa
Bañado en sangre enemiga,
^^^1
en oro pagaba al sol
cantando el valor viioria
^^^^1
. un mes de hospicio y lisonjas.
k las voces destempladas
^^^H
' y con doce mil soldados,
de los míseros que lloran,
^^^1
feliz número si notas
entre en una galería
^^^1
que con otros tantos puso
que por treinta claraboyas
^^^H
Ireno al Asia Macedonia,
de alabastro, jaspe y mármol
^^^H
cerqué á Pacono en Pétrea;
les bastidores de Flora
^1
Pacono, aquel con que asombran
enamoradas miraban,
^^^H
los Partos las cuatro letras
y en los cristales que adorna
í^^^l
que Craso en ürecia enarbola.
con marcos de primavera,
^^^1
Y de su madre sacando
se retratan majestuosas.
^^^H
al Ganges, porque se corra
Colgaban de sus paredes
^^^1
que en los brazos de su madre
cuadros, en lugar de joyas,
^^^1
un hijo tan viejo corra,
si desvelos del pincel
^^^H
guiado por el silencio.
emulación de la gloria,
^^^H
una noche obscura y sorda,
pues retratando bellezas
^^^H
restituí á sus cristales
refrescaban la memoria.
^^^H
sangre, que aumentó sus olas.
tal del milagro de Chipre
^^^H
Y degollando á su Hey,
y tal de la virgen diosa.
^^^H
el alma, que iba á la boca,
Allí la Griega robada,
^^^H
saliendo por la garganta
si del pastor robadora,
^^^H
la jornada halló más corta.
que hurtó en las huertas de Venus
^^H
No perdoné ningún sexo;
la manzana á la discordia.
^^^H
lirio cano, joven rosa.
¿ amor y aborrecimiento
^^^H
caña humilde, roble fuerte,
provocaba á las historias,
^^^B
madre casta ni hija hermosa.
por liviana aborrecible
^H
Pero donde se ve más
V adorada por hermosa.
H
1 mi venganza victoriosa
Allí al honor consagraba
^1
\ fué en la pueril inocencia,
la. tarde cuerda. Matrona,
.^^^1
pues de las madres piadosas
Tarquinos atrevimientos,
^^^1
arrancando tiernos hijos.
recuerdos tristes de Boma.
^^^H
1 mostré que mi sed provoca
Y alli, en fin, la hermosa Reina
^^H
sangre en leche de inocentes
que África estima y adora.
^^^H
medio blanca y medio roia.
holocausto de sí haciendo.
^^^1
Bajé á Armenia desde alíi,
dejaba ejemplos á Porcia.
^^H
1 y destruyendo sus tropas.
Pero, entre tantas bellezas,
^^^1
en púrpura de sus venas
la que por féni.\ de todas
^^H
' icñ! sus listadas tocas.
gozaba el lugar supremo
^^1
Encastillóse su rey
en la mitad de la lonja
^H
en un castillo, una roca
era una hermosa judia
^^^H
tan alta, que su cabeza
(perdone el Dios de llcücona)
^^^1
coronó del sol la zona.
que no igualó á su hermosura
^^^1
Era de peña tajada
la Ninfa que le corona.
^^^1
y con una entrada sola
liien pudo Dina á Sichén
■ ^^H
tan inexpugnable y fuerte.
ser tragedia lastimosa.
^H
que haciendo dificultosa
librar Judilh á Bcthulia
^^^k
su conquista, aseguraba
del furor de Babilonia,
^^H
al rey la vida y las joyas
hacer Raque! que Jacob
^^^1
que atesoró en su homenaje
juzgase distancia corta
^^H
^_ia codicia temerosa.
catorce años de servicio.
J
^H 176 LK VIDA DE IIERODES ^^^Ij
^H^ poner á Aman en la horca
en premio del favor (según presumo)
^^L el caslo hechizo de Asueno,
con aue se ve sacerdotal monarca. ^B
sus dos hijos ofrece, luz del ciclo, ^M
^^^^ prt-cjpitar viloriosa
^^^^H Hersabé al ProfMa rey
á tus hermanos Salomé y Fasclo. ^M
^^^^H (que aun cantando creo que llora),
Importa qtje prevenga su partida H
^^^^H y, en lin, bien pudo rendir
por lo que el nombre ganará idumco, ^|
^^^^^H las letras, que el amor pulirá.
si á la corona aspira apetecida ^M
^^^^^H del rey pacifico y sabio
que restauró á su sangre el Macabeo. iH
^^^^^H la hermosura de Etiopia.
Salo.'wé. ^M
^^^^^H Mas cun ¿'stas comparada
^^^^H es loquee! sol con la sombra,
Perdona sí no doy á tu venida, ^M
^^^^^H con la ciencia la ignorancia,
^^^^^^B con la verdad la lisonja.
invicto heimano, á gusto del deseo ^|
parabienes retóricos, que duda
^^^^^H Supe quién era, aunque callo,
de hablar quien ama agradecida y muda.
^^^^^H porque la lengua no osa
Fasbi-o. ^M
^^^^^H dar celos al corazón,
^^^^^1 que los tendrá si la nombra.
Yo, que sin alma todo me vuelvo ojos.
^^^^H Y como una alma pintada,
saiatnandra de amor, vivo en su llama.
^^^^^H dejando en prendas la propia.
puesto que ufano de que á tus despojos
^^^^H salí de mi y del casiíllo
cinceles del valor, plumas la fama.
^^^^^H sin libertad ni memoria.
pues adoras del sol los rayos rojos.
^^^^H Doce mil hombres llevé,
mi cortedad perdona, y con tu dama
^^^^^H y con ellos vuelvo agora
coteja esa belleza, aunque en pintura, ^
^^^^H sin que falte, padre invicto.
y alaba, si no envidia, mi ventura.
^^^^^1 ri de su sangre una gola.
{Date ti retraro y-fi^ri
^^^^^H Sola una alma vuelve menos
■
^^^^H que por los ojos me roban,
^^^^^H para ofrecer á su origen
ESCENA III fl
^^^^^H su más que divina copia.
HenouKisólo. ^H
^^^^H Triunfa en Ascalún con ellos.
■
^^^^H pisa reinos, trofeos goza.
¿Si no envidio tu vcnlurar ^M
^^^^H premia heridas, honra hazañas,
¿Por qué ocasión? Mas ¡ay, ciel*
^^^^^H hi¿ mercedes, da coronas,
¿no es esta de mis desvelos
^^^^H y mi licencia que busque
la causa.*^ Kn esta pintura.
^^^^H en premio dcsta vitoria
¿no se cifra la hermosura
^^^^^H un alma que, fugitiva.
que mi libertad abrasa? ^
^^^^V vencida vencedora.
Si con Fasclo se casa ^^^B
^^^^f Antipatbo.
y mis dichos tiraniza, ^^^|
celos, volad en ceniza ^^^^
^^^T" No hallo coronas á lu nombre iguales.
mi padre, hermanos y casa. ^
^^1 hijo invencible, que lu forlalc/a
¿Que importa que quiera HirCaiu
^H premien mejor que abrazos paternales;
que se case con Faselo?
^^P ceñir tu cuello en vez de lu cabeza
¿Fs su padre amor del cielo?
^^ las cívicas no bastan, ni murales.
¿es monarca soberano? h
r ni cuantas dio de Roma la grandeza
Antes que le dé la mano H
W^m á la ambición que eternizó su fama,
cuando el corazón la di ^M
^B puesto que junte al oro, al roble y grama.
un nuevo Caín en mí ^M
^^M Conquista reinos que dichoso goces.
verá Faselo mi hermano ^
^^m gana blasones que te inmortalicen,
que no es padre cuerdo HifCino,
^H plumas lu fama añada que veloces
ni rey, tigre hircano si. ^
^^m el valor te aseguren que predicen.
Celos, que os habéis entradofl
^^F y mientras la fortuna que conoces
al alma que atormentáis, ^|
1 en tu favor los tiempos autoricen.
¿por que vivo me abrasáis ^M
^^ ames que acabe el círculo su rueda
si es mi amor soto pintado?'^!
^^L un clavo al eje pon, y esurá queda.
El amor os ha engendrado,
^B í^i enamorado vuelves, no me espanto,
r que Marte y V^cnusal amor producen.
imiíalde, pues procura
cifrarse en esta figura;
L pues sus hazañas triunfarán en tanto
mas ay, que en tales motivos
^^L que sus aceros á sus llamas lucen.
me da los tormentos vivos, ^1
^^M Tus dos hermanos á su yugo santo
y la esperanza en pintura. ^|
^H dos cuellos dichosísimos') educen.
Pero ¿de qué sirven, cielos,
^H los más hermosos que en su ardiente carro
quejas y lamentos vanos,
^^M puso coyundas el amor bizarro.
^H Hircano, rey y sacerdote sumo,
si el amor es loJo manos
V todo furor los celos?
Lágrimas darán consuetos
^^M al reino y templo que eterniza el Arca
^^1 y á Dios da habitación en niebla y humo.
á cobardes esperanzas,
como al olvido mudanzas.
^^ft entre las abs que el Cherub abarca,
^^^^^^^ ACTO PRIMERO 1 77 ^^B
pero á injurias conocidas
si de ti ha nacido el fuego H
de pretensiones perdidas.
que mi esperanza maltraía? ^^
no hay quejas como venganzas.
Muyendo de los engaños ^^^M
f ^No ha abrasado mi valor
con que darme muerte quieres, ^^^M
la Armenia que h'- destruido?
me voy, tirano, no esperes ^^^H
¿Pues es bien quesea vencido
remozar en mi tus años; ^^^H
en mi casa y vencedor?
padres serán los extraños, ^^^H
|Muera mi hermano traidor
pues tú lo dejas de ser; ^^^H
y mi-padre, pues que pasa
no soy lu hijo desde hoy, ^^^H
las le>es que mi amor tasa,
alma en pena, sí. que soy ^H
porque yo con ellas muera!
de una pintada mujer. (Vast.) H
|Ai arma, venganza fiera;
^H
al arma, asaltad mi casal
^^M
ESCENA V ^^H
ESCENA IV
Antipatro ^^^^H
S»l* Aktip/itíio.— Dicho.
¿Qué locuras serán estas ^H
que en confusión me han dejado? ^^^|
PAT. ¿Qué tienes, hijo, qué es esior
¿Qué hechizos, hijo, te han dado ^^H
|DES- Quejas son á que me incitas
que en llanto envuelve mis licslas? ^^^H
cruel. ;Es bien que permitas
De tus acciones opuestas ^^^H
el tormento en que estoy puesto?
solamente he colegido ^^^H
Cuando á tus pies manifiesto
que habiendo el seso perdido ^^^H
reinos al romano iguales.
anuncias mi desventura. ^^^|
¿asi á recebirme sales,
¿En qué retrato ó pintura ^^^|
y estos triunfos me previenes?
dices que te has convertido? ^^^H
En lugar de parabienes
Va llamándome tirano ]^^^|
me recibes para males.
riguroso te despides; ^^^^H
¿Tú eres mi padre y desdices
ya. humilde, perdón me pides ^^^|
del amor que le ha obligado?
con tos labios en mi mano; ^^H
Miente el ser que tú me has dado
culpas me imputas en vano, ^^H
y mientes tú si lo dices,
que ignoro y saber deseo; ^^^|
hoy llorarás infelices
ó estás loco, ó lo que creo ^^^|
mis años, padre cruel;
por más cierto, estás celoso, ^^^|
ciprés en vez de laurel.
que amor con celos furioso ^^^H
amor á mis sienes ata.
las formas hurla á Proteo. ^^H
' pues si á otros con Mechas mata,
Si porque al Príncipe caso ^^^|
á mi con sólo un pincel.
con Mariadnes se agravió, ^^H
►at. ¿Estás en li?
si fué c) retrato que vio ^^^|
boES. Estoy sin mí.
de su libertad ocaso. ^^^|
sin ser, sin alma, sin vida.
)0h, amor liberal y escasol, ^^H
sin cuerpo, sombra fingida
ya mal podré remediarte, ^^H
soy no más de lo que fui;
por más que intente curarte, ^^H
pero ¿que te importa á tí
si es el daño que recelo. ^^H
que yo tenga seso ó no?
porque á casarse Fasclo ^^^|
Quien el alma me quitó,
á Jerusalén se parte. ^^^|
¿cómo mi padre será?
Pues tienes alas, volaras, ^^^|
Ser el padre al hijo da;
que en la presteza dispuso ^^H
mi ser pierdo por ti yo.
lu dicha, quien le tas puso, ^^^|
Pues si no le debo nada,
y sus celos remediaras. ^^H
¿qué me quieres? [)éjame;
Culpa tus plumas avaras ^^^^
una alma perdí, y hallé
y no á mi, ciego tirano, ^^^H
otra alma, pero es pintada;
que cuando celoso, en vano ^^^|
mátame: saca esa espada;
pierda á lierodes, me consuelo ^^H
mas, ay, padre! que estoy loco.
Si á lástima te provoco.
del reino que por Faselo ^^H
á mis sucesores gano. (Vatt.) ^^^M
piadoso mi mal escucha;
^^H
mas no, que es mi pena mucha
ESCENA VI ^H
y tu sentimiento poco.
Pero de mi poco seso
Salí HiitcANo, y Eliacik vistiéndote. ^^^H
está, padre, reducida
la restauración y vida
HtticANo. Al Rey de Tiro agradezco ^^H
en esta mano que beso;
su embajada y petición, ^^^|
que te he agraviado confieso,
mas tkga en mala ocasión ^^^H
mi remedio y salud trata.
cuando al Príncipe la ofrezco '- ^^^H
;AyI mano cruel y ingrata.
de Idumea, por quien reino; ^^^|
' ¿cómo á los labios le llego.
es mi amigo y comarcano, ^^H
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO II
^^H
i
^^^^^^1
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^m ^
i^^H^^ta^M^fl
17^ ^^^^ LA VIDA 1
OE MERQUES ^^H
dióme el Senado roma no
ESCENA VI! ^^M
por su inlcrcesión el reino.
^M
>ílain<.' pedido á mi hija
Sait KriL*<M.— Dichos. H
para esposa de Fasclo,
IúraIm. Sal á uno de lus balcones 1
nucitrx ley guarda, y el ciclo
que honran tu parque, señoijB
me aconseja que le v\\)u.
que si en él los ojos pones. ■
->Arisióbulo también
verás contuso el amor ^
á Sülomé sa hija hci iiitjsa,
en iguales opiniones,
ha nombrado por esposa.
y á ios dos l^rincipcs bellos
y A\cf>Tc Jcrusalén
en dos caballos, y en ellos,
su entrada espera festiva,
Xunlho y Pyrois transformados,
pucü desde su puerta santa
por más que á su Sol alados
arcos y estatuas levanta
procura el sol detenellos.
y antiguos muros derriba.
Uordadüs caparazones
b'sto al Kcy de Tiro di,
portátiles tronos son
y ai de Sidón, que me pesa
cuyas verdes guarniciones
no admitir de la I'rm<.eja,
labró Flora á imitación
su hija, la mano, y si
del campo hermoso á jirones.
para Aristóbulo, en fe
l.as crines entre distintas
de lo que la estimo y quiero:
lacadas, si al mayo pintas
adelantóse primero '
el amor de Salomó
que su tienda sale á abrir.
no harás poco en distinguir
y ganóle por la mann
si son llores ó son cintas.
¡a mano que le apercibe.
Ni el oro, aunque más presuma
lo mismo, Eliaccr. csLiibc
en los jaeces mostrar M
al rey de Persia, .^rtabanu;
valor en suma, sin suma, ■
á la tntania de Corinto;
se podrá desestimar ■
al Rey de [.ibano, Hirán,
del csmalie de su espuma. 1
y á todos cuantos están
Los dos, en tin, muestras daofl
denlroel cicf?o laberinto
uno bayo, otro alazán, ■
del amor de mis dos hijos;
cuan bien se les medra y lucc^
y en fe de oasar con cilus.
que si el viento los produce ^
por generosos y bellos.
los apacienta el Jordán. ■
Los dos hermanos sobre ellos.
son pretendientes prolijos.
que siendo no más de dos
sueltos al sol los cabellos.
mal tantos yernos tendré.
robando almas y dando ü]Os>
Kt.iActR. Liberal coniipo fué
para que los suyos rojos
en hijos y en reinos Dios.
trence envidioso de vellos.
Rey Sai-erdüle te ha hecho
Gabanes de verdemar
y el primero á quien ampara
honran, que el oío guarnece^
con la corona y tiara
dando á amor que recelar.
tu honra y nuestro provecho.
que en m r que esperanza of
no es cordura confiar.
Dos hijos'también f ha dado.
milaf^ros de Ia hermosura,
Con cuchillos damasquino».
con quien el cielo procura,
cuya hermosa guarnición
eternizando tu estado.
al sol puede ofrecer signos,
premiar de tus ascendientes
pues, cuando no estrellas, sol
el celo con que amparar<jn
sus piedras esmaltes linos.
la ley que nos restauraron
y de plumas tanta copia
los Macabcos valientes.
que entre ellas la lama propil^
El reino y los hijos .qoces
fácilmente se oiuscara,
siglos por años, señor.
pues si Faetón las llevara
HiBCANo. ¿Dónde están?
no fuera negra Ltiopia.
Dos sacres llevan ufanos
Emacer, Dando al amor
y lama plumas y víices.
que, en lugar de las pigdelas.
Como U belle/a cría
grillos de sus pies livianos, ^
amoi, y tan bellos son,
habrán menester espuela» ■
con inseparable unión
para salir de sus manos. ■
y amorosa compañía
pues ni águila ni garza real
uno con olru retrata
les podrá dar presa igual
un tjéminis que en el suelo.
cuando la sigan traviesos M
avergonzando al del ciclo,
Como ia que go^an presos 1
usurpar su si|i;no trata.
á alcándaras de crísiaL ■
A ca/a querían salir
Desta suerte, porque igualen fl
por dar luz á este horizonte,
pasatiempos con cuidados, H
y los caballos del monte
que por los montes señalen 1
mandaban npercebir.
de cazar almas cansados, 1
caza de fieras salen.
lúzate en ver lus vasallos
^mil bendÍLioncs cchailus;
mas los dos licúan aquí.
jHO sé ii á volver por bt.
>ues JO no supe pintallos.
ESCENA VIII
'en á cá.ballü,Y venido» comu lifRA^u difa,
AmsTÓuuLo y MiiMAr>>tiis.— DicHus.
i'ara la felicidad
de nuestra caza, señor,
y vuelta con brevedad,
su bendición y el favor
nos dé vuestra majestad,
porque en tales ocasiones
la fortuna satisfecha
honrará nuestras acciones
si su mano real nos echa,
en una. tres bendiciones:
de sacerdote primero
y Pastor de nuestra ley,
que reverencio y prefiero;
de Padre y luego de Rey
coa que buen suceso espero
cuando volvamos los dos.
Ya todas tres las go/áis
MarVadncs bella, vos.
pues que apacible os lleváis
la mia, del pueblo y L>ios.
Garzas el viento embaracen
sin que el neblí las de enojos,
que cuando el ciclo amenacen
no es mucho que vuestros ojos
siendo garzos, garzas cacen.
Y vos, Aristóbulo mió,
^también salís á cazar?
r6B. Amor alienta mi brio:
no hay de cazar á casar
mucho; y pues me casas, fio
de mi ligera esperanza
empresas dignas de fe
contra el olvido y mudanza,
que si es garza Salomé,
más vuela amor, pues la alcanza,
lujad, señor, que la siga
el alma que en ella adora,
SI una caza á la otra obliga.
Ya, padre y señor, es hora.
NO. r]l mitsmo amor os bendiga.
No os alejéis porque este
alegre nuestro horizonte
SI en sus cristales os ve,
que yo á la casa del monte
i recibiros saldré. (Van$t,^
ESCKNA IX
Sittttt Pacho» y Tm.'iw, pantütes.
En lin: jvos tenéis amor
& Fcnisa?
Mirad, tio,
yo no se si es amorio.
si estangurria ó si sudor.
Mas sea lo que se sea,
ACTO PRIMERO I 79
mi mal, como dijo el otro,
en viéndola me quillotro
v el alma se me menea.
El pecho se me bazuca
y me dan ceciones luego;
si este es amor doile alhucgo,
que, pardicz, que es mala cuca.
Si vuesa edad no me endilga
lo que es esto, abrid la huesa
á Pachón.
Tirso. Celera es esa.
Pachón. Kstoy hecho una pocilga
de celos, que por ser tercos,
ponerse siempre de lodo
y andar gruñcndolo todo
se comparan á los puercos.
Tirso. Pues bien: y ella, ¿sabe acaso
que la amáisP
Pacmóts. Sí.
Tifiso. Bueno está:
y jhabcisla habladoP
Pachón. Verá:
pt)llas la echo á cada paso,
Tirso. Pescudo si la habéis dicho
vueso amor.
Pachón. Por comparanzas,
(al vez hay, que entre otras chanzas
la declaro mi capricho.
Tirso. ^De qué modo.''
I'ACHÓN. ' Daros quiero
cuenta de vnesa demanda;
ya vos veis del modo que anda
el gaiicinio en Febrero.
ICstaba una gata bizca
con cierto gato rabón
allá en el camaranchón,
tan tierno él como ella arisca,
cual si les pegaran ascuas
diciéndose cada uno
. en su lenguaje gatuno...
Tirso. SI.
Pachón. Los nombres de las Pascuas.
Porque si explicaros quiero,
él siempre que maullaba
de maulera la llamaba
V ella con fuf de fullero.
kn fin, con gritos feroces
andaban dando carreras,
que gatos y verduleras
sus mitas se echan á voces.
Kscuchábalos Fenisa,
quizá envidiosa de vellos,
y vü, que iba á componellos,
ía manga de la camisa
la así, porque no se escape:
y como el amor me afrige,
ni/;, hocicando la dije,
pero respondiendo ^ape,
me dio en la cara \in aruño
que un carrillo me llevó;
agárrela entonces yo,
mas ella cerrando el puño
escopir me hizo dos muelas
deshaciéndome el gallillo.
Tirso. Hizo bien, porque un gatillo
de ordinario es sacamuelas,
y ese fué lindo favor.
' i8o
LA VIDA DE UERODES ^^^^^^^^^^B
Pachón.
^ Lindo? A otros dos si me loca
Fenisa: vuesos hocicos ^^
me ha de despoblar la boca;
me Iraen tan emberrinchado 1
pero ulro me h¡2o ma)or.
desde que aniiyer al prado ^^
TiBSO.
¿Mayor, cómo?
llevábamos los borricos, ^|
Pachón,
Huéal molinii,
que como amor me provoca ^|
y yo iras ella, antiyer;
hoy he dado en retozón. ^|
y acabando de moler
FfNiSA. ¡Yo, que te estriego. Pachón! ^^
llegué á cargalle el pollino.
(Dale un mr>;icón.l
Y el cuando el costal le ponyo
Pachón. ¡Ay!
dos yemas sin clara echó,
Tinso. ¿Dónde te dio?
y á la primera que vio
Pachón. Fn la boca.
dijo: «¡Papaos ese hongo!»
machucádomela ha toda;
Yo, como la vi burlar.
á este andar, sino que os duela,
las manos la asi y béseselas,
no ha de haber diente ni muela j
y apartómelas y apárteselas,
para el día de la boda. 1
y volviómtlas á apartar.
Tiróme una coz después.
M
■
pronóstico de una potra,
FSCFNA .XI ■
y yo tornándole otra
■
^^^^
jugamos ambos de pies.
Satén IIbrodbs y Joíiífu.— Dichos. ^^
^^H|
y volviendo á porfiar.
^^^^K
volvióme dos y apáreselas,
Hehooes. No la gozará Faselo,
por más que lo intente Hircano, ,
^^^m
y lirómelas y tíreselas,
^^^F
y volviómelas á tirar.
aunque del primer hermano.
W Tirso.
¿Qué más quieres si conoces
renueve agravios el cielo.
H
que te hace tanto favor?
JosEFo. Si ya se la ha prometido,
H Pachón.
Dad al diablo, tío, el amor
¿cómo estorbal lo podrás?
^^
que entra á pellizcos y coces.
lliiRuiiKs. Loco estoy y necio estás;
amor t^ue no se ha adquirido
^H
ESCENA X
con dílicultad no sé
que tenga estima ni fama.
^B
Sal« KcNiSA.- -Dichos.
Veré mañana á mi dama;
mi hermano la pintare
^^^K Fenisa.
Val^a el dimonio la gente
de suerte que lo aborrezca.
^^^"
y quien acá la envió.
Diré que es desagradable, ^^
■ Pachón.
Esta es mi Fenisa.
descortés, tosco, intratable, ^H
^^^ Fenisa.
|Yo,
y porque mal le parezca, ^H
^^^fe
que te estriego!
como tú el fin me acredites, ^H
^^K
(Ltigast a ella y dale una co(,)
pintaré en él el extremo ^^
^^H Tirso.
Impertinente;
de un esposo, un I'olifomo,
^^^H
dita, si casarte (ratas,
de un Concleo, un Tersites.
^^^B
que tenga de l¡ mancilla,
Pero ¿qué gentes son estas?
^^^B Pachón.
Llegad vos á pc-rsuadilla
JoSEKo. Rústicas de esias montañas,
^^H
que tenga Cjucdas las patas.
cuyas pajizas cabanas
^^H
¡Oh! ¿Fs mi tio?
desprecian corles compuestas.
^^H Tirso.
Pues ¿con quién
Hewüuf.s. ¿Cuánto está Jerusalén
^^^f
gruñís?
de aquí, buen hombre?
^^^ Fenisa.
Con el diablo gruño.
Pachón. Una jegui,
H Pachón.
Burlaos con ella.
que se la papa mi yegua,
H Fenisa.
líl dimuño
.señor, en un sancti amen.
■
sacó de Jcrusalcn
Mas ¿para qué lo pescuda
H
aquestas damas machorras
si viene á cazar de allá
^^
que, olvidando los chapines.
con la Infanta?
^^^H
andan corriendo rocines,
llFHonES. Pues¿esli ^m
^^^fe
cazando gangas ó zorras.
la Infanta aquí? ^H
^^^^^^H
Y con unos pajaróles
Pachón. {Buena dudlf^^
^^^^^^b
tan grandes como milanos
Fenisa. Fn un caballo sobida. 1
^^^^^V
que atados traen en las manos
como hombre desparranca<ia,^J
^^^^|b
con borlas y capirotes.
á la jineta ensillado. ^H
^^^^^^
No han dejado lino á vida,
Pachón. Tomárala yo á la brida. ^H
W TiKSÚ.
Nuesos principes serán
Fknisa. Nos trae puestos en rencilla ^H
^^^^
que á volar garzas saldrán.
de vella asi cada vez, ^^M
^^B Fenisa.
Yo vengo tan aburrida,
si deja la doncellez ^H
^^^1
que quizá el diablo los trajo
la Infama sobre la silla. ^H
^^^1
acá; si la honda desciño...
IIekoues. y vos, serrana de plata, ^H
^^H
¡Mirad vos qué lindo aliño
^vivis aqui? ^M
^
de decirla un rcsquebrajol
Fenisa. Desde hoy más, ^
^^^^m
i8i J
uÓN. Quítese él de detrás
IvSCKNA XIII ^^M
1 que es falsa de aquesa pald.
^^^^H
1 Guárdese que no le borre
Timo, Pachón/ F»iiu. ^^^H
1 de un ^o^peel encaramienio.
^^^^H
bo. Sobre un caballo del vicniu
Pachón.
jPor Dios que es desgracia exlrai'ial ^^^^|
1 suela un cazador ó corre.
Fenisa.
¿Quién diablos la metió á ella ^^^|
1 ^^^u^do de dentro, como que cnire un cn-
en andar, siendo doncella, ^^^H
1 bailo.)
corriendo por la montaña ^^^H
lo. Será el F'rincipe, que hoy
vuela garzas por aquí.
iVttces dentro.)
Tittso.
á caza sobre un rocín? ^^^H
La mujer, si es recogida, ^^^H
no ha de tener más calda ^^^H
1 iTener, icner!
que la de un bajo chapín. ^^^H
tK)DES. ¿Cayó?
Fenisa.
Metióse en oficio ajeno, ^^^H
KKO. Si.
tomóse loque la vino; ^^^H
«lA» ¡Vilgame Dios, piueru soy!
que lo que pecó en mi lino ^^^H
jlODES. ¡Terrible golpe!
lo paga ahora en mi heno. ^H
». No mueve
Pachón.
¿No será biejí avisar ^^^H
pie ni nnano.
á los que, desparramados. ^^^H
DUES. A dalle ayuda
andan por montes y prados ^^^H
' me mandj el amor que acuda.
y vinieron ^^^H
(/Tntraír llerodcs y Josefo.V
con ella, que á remedialla ^^^H
cía. Mas que el diablo se lu lleve,
acudan, no se ncs muera ^^^H
que así mis linos maltrata.
entre manos? ^^^H
ION. Si él vuesos sembrados pisa
no os venjiuéis en mi, Fenisa,
apartail allá la pala.
TlHSO.
Bueno fuera ^^^H
que aquí viniesen á hallalla ^^^H
Pachón.
y nos pidiesen su muerte. ^^^H
{Osie putol A avisar voy ^^^^|
^^H^
^^H
^B ESCKNA Xlí
Fenisa.
Yo también soy ^^^H
tcd Hi;itooKs á Makuonks desmayada rn los
1 ftrafo».
Pachón.
de tu opinión. ^^^H
De esa ^^^H
tú i los cazadores llama, ^^^H
DDES. Pastores, sentid conmigo
yo iré á Jerusalén. ^^^|
hoy la pérdida mayor
Tirso.
Yo voy contigo también, ^^^H
que pudo hacer el amnr:
que si se muere en mi cama ^^^H
llamadme, si es que os ubti^u.
antes que se certifique, ^^^|
venturoso, desdichado,
mos tiene de acrebillar ^^^|
en el hallazgo que he heclm.
^^H
lis*. Que es el Príncipe sospecho.
Fí.nisa.
No hay que dudar, j^^^J
tHÓN. Mas ,jsi se ha descalabrados i
por Dios, que nos ci ucitique. (Vantej^^^^
Nis*. No es sino la hermosa Inínnin
^^^^1
de Jenjsalén.
IttiDES. Si muere.
ESCENA XIV ^H
ni el sol dar vueltas espere
Salen ItaKooRs y Jo&aio. ^^^^^
á su hermosa estera y sania,
ni en sucesión infinita
Heüúues
. Esperanza da de vida, ^^H
piense la naturaleza
puesto Josefo que poca, ^^^H
eslabonar su belleza
a lo menos con su boca, ^^^H
cuando la mayor nos quita.
temiendo la despedida ^^^|
que del fuego que amenaza
del alma, la mía selle ^^^|
en el diluvio segundo
para que, cuando saliera ^^^f
la destrabazón del mundo
en aura, no se me huyera, ^^^f
' llegó al término,
•liSA. Esta caza
porque cuando imaginé ^^^H
que bebiéndola el aliento ^^^|
dola al diablo, nunca ha hecho
el alma, que salir duda, ^^^|
si este bien á los que encaña.
fuera huésped que se muda ^^H
teo. Kn esta pobre cabana.
de uno en otro aposento. ^^^|
\ aunque grosero, hay un lecho:
Debiólo de echar de ver, ^^^|
1 de heno y paja está' II ene.
y temiendo sus agravios, ^^^|
R echalda sobre él, señor.
cerró el recelo los labios ^^^|
1 que toda hermosura en flor
y volvió á retroceder ^^^|
[ viene á rematar en heno.
al corazón, donde ordena ^^^|
IODF.S. Decís bien; ¡ay suerte inciertal
vivir de asiento y me abrasa, ^^^|
1 qué avarienta os me mostráis,
porque, dueño de tal casa, ^^^H
L pues la dicha que me dais
¿cómo vivirá en la ajena? ^^^H
^^L ó es pintada ó medio muerta.
Ve por agua, mi Josefo, ^^^|
^^H iLlittala Hcru<Jes.J
J
^K|¿ike( que vuelva en si. ^^^|
l8? LA VIDA DE RERObES ^^^^^^^H
JosEFO. Harélo. señor, asf:
apetitos al cuidado, ^^^^^|
amanic > sdIo le dejo.
ganancias ai interés; ^^^|
Que traiga el agua querrás
para asegurarla, pues, ^^™
de la5 más lejas corrientes
mudarme intento el vestido ■
que dan cristal á sus fuentes,
por el de pastor fingido. ■
para que me larde más.
ya que asegurarla quiero, ■
Voy, pues, que no es de perder
que en viéndome caballero m
por mi lo que tu amor fragua;
ha de jungarme atrevido. I
yo volveré con el agua
Trajes vi de cazadores ■
cuando no sea menester. CV<i«)
colgados en la cabana.
haced hoy en mí, ¡oh montaña^
ESCENA XV
iransf<irmacíones de amores; H
no paguéis en disfavores fl
Hkkoiijcs xnlo.
cortesanas cortedades, ■
que, si en estas soledades H
Alma: agora si que os veis
no me ayudáis, siendo Dios, ■
en más confusa porlia:
formaré quejas de vos f
y no me liaré en deidades, ( vatt^
al amor y cortesía
en competencia tenéis;
la ocasión porque gocéis
ESCENAX\'I M
lo que vuestra fe merece.
"^ ^ M
á vuestra dama os ofrece.
Makiadkes £o/a. ^^^^H
cuando contra la esperanza
^H
la nobleza y confianza
¡Ciclosl .¡quién me trajo íqB^^
la defiende y favorece.
y entre estos bárbaros techos.
Enamoróme pintada.
en una cabana pobre
y la ocasión v ventura
de aqueste modo me ha puestor
me la dan casi en pintura.
¿Dónde están mis cazadores.'' _
pues me la dan desmayada.
La cortedad es culpada
El Príncipe, ,;quc se ha hcchoMH
^Cómo sola me han dejadoP ■
en quien se precia de amar.
¿Si imaginan que me he muerto?
mal el amor podrá usar
Acuerdóme quecai
fmezas hoy cortesanas;
de un caballo que siguiendo
entre cabanas villanas
una garza remontada
la ocasión eniru á gozar.
iba imitando su vuelo.
Pero, amor, si no os reporto.
y aguardando la Vitoria,
mi nobleza os culpará
de dü-í halcones soberbios.
preciar de curtes, pues va
imaginé con sus plumas
poco de cortes á corto;
vender despojos al viento.
no por un deleite corto
Debime de desmayar
intentéis perder as{
más del golpe que del miedo,
los blasones que adquirí;
y algún pastor que me *ió
detened el paso, amor.
me trajo y redujo al heno
que no hay viloria mayor
de su rústico descanso
como es el vencerse á sí.
pabellones opulentos.
Mas si pierdo por cortés
Si esto es así, ¿dónde está.^
la ocasión, «volveré á hallaliar'
]Av temerosos recelosl
No, que el tesoro que uno halla
¿Si han hecho afrenta á mi hudl
en el campo, suyo es.
villanos atrevimientos?
Si tengo derecho pues.
Yo mujer y sin sentidos.
al que aquí acabé de hallar
descorteses y groseros
y me le viene á quitnr
labradores licenciosos.
Faselo en mi menosprecio.
la ocasión vendiendo al tiempo
crt perderli; seré necio:
tesoros que la honra guarda.
la ocasión entro á gozar.
Yo, sobre el humilde lecho
Mas no gozo, si lo advierto.
de una despreciada choza.
sino Como i'igmaleón.
mis vestidos descompuestos.
una estatua sin acción;
•úsenle el que aquí me trajo,
volved en vos desconcicrio.
conjeturad pensamientos.
que gozar un cuerpo muerto
mi desdicha y vuestro daño.
será brutal frenesí;
y dadme muerte si es cierto.
la vida cortés la di,
¿Qiuién duda que si violó
dalda también el honor.
un cuerpo sin alma el dueño
que no hay haxaña mayor
bárbaro deste hospedaje.
como es el vencerse á si.
que con las alas del miedo
Obliguréla cortés.
huiría el )usio castigo
si sabe que he refrenado
encumcndando al silencio
F
ACTO PRIMERO lfi3 V
aírenlas que ya la fama
las flores de aqticstos prados. ^^^1
esparcirá por los vientos?
¡1 risle de mi! ¿qué he Je hacer?
las fuentes, guarnición dellos, ^^^H
cuando llegó presuroso ^^^H
Allí vrccs nialdi}4a el ciclo
un atrevido mancebo, ^^^H
:tl invenlor que los gustos
si villano en sus acciones, ^^^|
cifro en el errante-vuelo
en su traje caballero, ^^^H
de un pájaro codicioso.
y honrando con vos sus bracos ^^^H
que entre leves pasatiempos
en mi humilde alojamiento. ^^^M
de plumas que lleva el aire.
el ébano el maihl ^^^H
Icaroal honor ha hecho.
tuvieron envidia al heno. ^^^H
Mas de la misma cabana.
Lastimado y compasivo ^^^H
sino del mal que sospecho,
buscara el temor remedios ^^^H
'
parece que un pastor sale.
Hombre, ; qué buscas adentro?
en boticas naturales ^^^|
i
de simples no descompuestos, ^^^H
cuando, cargado de hierbas ^^^H
ESCENA XVII
como de lágrimas, vuelvo ^^^H
i dar vida á vuestro honor, ^^^H
Sale HsNODBStfi' pofíor.— Makiai-tk 1
ep vez de dár^ela al cuerpo, ^^^H
porque el atrevido joven ^^^H
OOES
busco lo que hallando cii vos.
desnudo intentaba y ciegv->, ^^^H
después que con vida us veo.
por dejar injurias vivas, ^^^H
ha de hacer, hermosa Infanta.
usurpar despojos muertos. ^^^|
corte ilustre este desierto.
Yo entonces, que aunque villano, ^^^H
Aí<ua rMsad.1 sali
tan ilustre el alma tengo ^^^H
á pedir á un arroyuelo
que por no violentar frutos ^^^H
que, coronado de rosas,
las encinas no vareo, ^^^H
1
les bebed licor de Ncnus,
diciéndole mil oprobios ^^^H
paru espantai el desmayo
con medio roble grosero, ^^^^|
que de vuestro rostro bello
á lascivos desatinos ^^^H
tiranizaba las Mores
puse noble impedimento. ^^^H
de amor, que es ^u jardinero.
Y despreciando las voces ^M
Mas, ya que volviendo en vos
con que dijo; «Hombre grr>sero. --^^^|
1,
la luz al sol habéis vuelto.
advierte que á quien injurias ^^^H
\
la primavera á estos pradtis.
rs al Principe Faselo, ^^^H
las estrellas á estus cielos.
que, á pesar de pretendiente, ^^^H
para dar á la toitunn
á ser de la Infanta vengo ^^^H
justos agradecimientos
venturoso poseedor, ^^^H
quisiera que me feriaran
si no legitimo dueño. ^^^|
sus lenguas los lisonjeros.
No estorbes en daño tuvo ^^^H
UiAn.
^Sabéis quién soy?
ocasiones con que el tiempo ^^^H
ÜOUES
>. por mi dicha.
imposibles facilita ^^^H
kKlAO.
¿Quién me trujo aquí?
para que cumpla deseos.*— ^^^H
jteOOEJ
,. Recelo
Afrentado le hice huir, ^^^H
li
si os lo digo, gran señora,
despejando el aposento, ^^^H
A«UD
que he de aguaros el contcnlu.
porque no hay descortesía ^^^H
¡Ay de mí! ^Por qué ocasion?
i quien no acompañe el miedo. ^^^H
Temores, si salís ciertos.
Fué á buscar vasallos suyos ^^^|
yo haré en mi vida injuriada
porque, volviendo con ellos, ^^^H
lo que el desmayo no ha hecho.
con agravios dé principio ^^^H
IftODES. Curi iendo sohrc un caballo,
á tu amor, señora, honesto. ^^^H
que del tercer elemento
Aun no le dejé tomar ^^^H
debió de heredar las alas.
las ropas reales, que ofrezco ^^^H
1
sino es que el Oios mensa jtro
en muestra de mi valor ^^^H
sus talares le prestó,
y prueba de sus intentos; ^^^H
¡hades siguiendo el vuelo
xun rulid^lf^^^^M
de una garza perseguida
que quien desnudó del alma ^^^H
de dos halcones hambrientos.
el noble comedimíenio, ^^^H
.
cuando en un hoyo que puso
bien merece por castigo ^^^|
la envidia, que salió á veros.
que lleve desnudo el cuerpo. ^^^|
tropezando, renovaste
Si aguardas su vuelta torpe, ^^^|
llantos del hijo de Febo.
que lardará poco, pienso ^^^|
que has de llorar deshonrada ^^^H
1
Y retratando de Kidias
un mármol sin vida belki.
violadores menosprecios. ^H
casi á infundiros el alma
Porque no intenta casarse ^|
quiso volver Prometeo.
el que pretende violento ^M
gozar despojos robados ^|
Lloraban vuestra desgracia
ta
las aves disie desierto,
•
que te vienen de derecho. ^H
LA VÍBA DE HERObES
Estas son las ropas suyas,
y los brazos, señora, éstos,
que en defensa de lu fama
serán del honor trofeos.
Mira Jo que determinas,
que, si tomas mi consejo,
huyendo de los peligros
sale vilorioso el cuerdo.
Mariao. Pastor... no pastor, mas si;
que pues hoy del lobo ñero
la inocencia de mi fama
has defendido, no tengo
blasón mejor con que honrarte:
yo pagaré lo que debo
á tu generoso trato
con largos y nobles premios.
Kslos vestidos infames
tu verdad abonan, puesto
que tal vez juraran falso
si á Josef doy por ejemplo.
Vamos á Jerusalén,
donde, con honroso trueco,
justos premios satisfagan
la nobleza de tus hechos,
y donde, libie y seguro,
)uzgue el aborrecimiento
descorteses desacatos
del atrevido idumeo.
^Cómo te llamas?
lEROOES. Claricio.
[Mapiao. Hacerte claro prometo
enire cuantos la privan:!a
sobre sus alas ha puesto.
IHeaoues. Dame á besar esas manos.
|Üh amor criado en enredos,
con bien de aqueste me saca,
labraiétede oro un templo!
Atado al tronco dejé
un caballo de aquel cedro,
sube en él, seré la autora
que va delante de Febo. (Vanse.)
ESCENA .Wlll
Saífn HtKCAKo, Fasel», Ahistúi>ui.o, Sai om¿,
Elucim, EniAÍM y los I'astuhbs.
Hircano. Muerta la Infanta mi hija,
quebró el cristalino espejo
en que la naturaleza
se miraba.
; Fasei-o. Si esto es cierto,
en túmulos lastimosos
los latamos de Himeneo
ha convertido la envidia,
cuando á desposarme vengo.
De mi vida á su memoria
la haré sacrificios liemos,
sin queá resiauralla basten
persuasiones ni consuelos.
Aristób. ^Aqui dices que mi hermana
quedó?
¡Pachón. Como se lo cuento. (Entran.)
ÍH(KCANO. Entrad por ella, ¡ay de mil
¿cómo vivo, pues que muero?
( Sattn,)
EiJACER. No hay en toda esta cabana
sino es en su pobre suelo
unas pajas miserables,
y entre sayales groseros
estos curiosos y nobles.
(Saca tos vtslidos dt Meroiief.)
Tirso. ¡Aun el d¡al<lo vería eso!
Hircano. Villanos: ^quéesde mi hija?
,;no habláis?
Pachón
Fenisia,
Fasflo,
Hircano.
Tinso.
Ahistób
I
¿Qué quiere que hablemos?
¿No le juimos á llamar?
¿no la pusimos ahí dentro.
quema^^lo porque oliscaba
á manojos e! espliego?
Quizá quien la agarró el alma
volvió después por el cuerp<í,
ó la comieron á escote
algunos grajos y cuervos.
¿Kstos vestidos no son
de mi hermano?
|Ay sanios cielos!
Sin duda, que por roballe
estos villanos le han muerto.
I Aún peor está que e!>tab8t
¿Hay más trágico suceso?
Hircano. ¿Qué es de mi hija, traidores?
Faseio. Mi sol» mi luz, ¿qué se ha hecho?
Pachón. ¿Hay son que, si se ha perdido,
le de un real al pregonero
prometiendo buen hallazgo?
HiPCANO. |Oh crueles! ya sospecho
• que por hurtarles las joyas,
homicidas y avarientos,
dos soles habéis quitado
que daban luz á mis reinos:
enterrados los habrán.
Pachón. No les faltará á lo menos,
si e.s cerote lo que sudo,
cera hilada en el entierro.
I IiKCANo. Prended esta vil canaHa,
dcscoyunialda á tormentos
hasta que la verdad digan.
Fenisa: potro tenemos.
Más quisiera tener potra.
líiRCANO. |Ay desventurado viejol
No dejéis piedra ni planta
de este monte, caballeros,
que no busquéis.
I Triste casol ^^
Yo OS juro á Dios que me hue^gt^H
¿Deque? W
De que os han de dar
en el potro pan de perro. {VMttj_
ACTO SEGUNDO
Pachón
Fknisa.
Aristób.
Pachón.
Fenisa.
Pachón.
ESCENA PRIMERA
SckltH Maruancs y lIsRooct dt pattor.
Mariaunes.
Deja, pastor, que el sol sus flechas quiebre
en las hierbas menudas que marchita
y á ese caballo dan fértil pesebre;
ACTO SEGUNDO
as el tirano solicita
mra y su bárbara venganza
:asiún que lu valor le quila,
as sombras que el rigor no alcanza,
as hojas leves représenla
npos el viento su mudanza,
1 lu lealud tome á su cuenta
is de favores que te debo,
: los asiente, aquí le asienta.
iÍERODeS.
ánse de favor tan nuevo
Iros y palmas, ^ran señora,
naja y dicha que les llevo;
I ellos humillar agora
idas cumbres y cabezas
ar tus pies, que el mundo adora.
Mariadnes.
o siempre obliga i las llanezas
mbicion desprecia, dando silla
;rbia hinchada con grandezas;
á Jcrusalen habrá una milla;
que de noche entrando en ella
Iligros.
L {Siéntale tila é hinca él la rudllla.)
Hekooks.
{Siéntase il.\
La rodilla
>fTio á imagen de amor bella,
° que te adore agradecido
>picia y venturosa estrella.
Mariaones.
mi gusto, acaba.
^K Hepodes.
^P l^ue ha podido
1 verme ¡unto al sol sei.'ado!
a deidad, perdón os pido.
ÍMariaonss.
íes, que nos conHda el prado
agravios del estío
as treguas al cuidado,
e dejes satisfecho el mío,
il contradicciones, le prometo,
I persuadir á un desvario,
he mirado en tu sujeio
tas y nuevas como extrañas:
^-cómo eres lan discreto?
yo que á veces las montañas
e el cielo dando en ellas
, al valor y á las ha/añas;
son á todos las estrellas,
nienios hay que entre sayales,
i toscos, cubren almas bellas;
r más que influyen naturales,
icas lenguas, que consisten
lis de corte artificiales,
antiparas toscas cual tú visten,
ibras groseras satisfacen
e en techos míseros asisten;
que es verdad que los ingenios nacen
s, tal vez en cualquier parte,
lores con el uso se hacen,
waleza pule el arte.
Tú, pues, sin el, que afrentas la elocuencia
y á iJemóslenes puedes compararle,
^•cómo, fallo de letras y experiencia,
sutilizas conceptos y palabias
y á Atenas hurtas el lenguaje y ciencia?*
V aunque el misteiio á mis enigmas abras,
con respuestas que ignoro y di lie u I lo;
dime si al sol y al aire riges cabras
y su inclemencia por el monte inculto
los rostros tiraniza, pues los yerra
como si el ver sus rayos fuera insulto.
Si el cultivar la siempre fértil tierra
paga surcos en callos que en las manos
por la dureza imitan á la sierra,
,jc6mo injurias afeites cortesanos,
siendo excepción de generales leyes?
,j 1 ú solamente culto entre villanos?
Alanos groseras que al arado y bueyes
acostumbradas el trabajo tuesta,
jpueden en li afrentar las de los re) es?
Cara, que á la del sol adusto opuesta,
jamás huyó el encuentro á sus rigores,
^compile con la dama más compuesta?
A tu Traje desmientes, tus colores,
püí más pastor que intentes con negallo
encubrirte entre engaños labr.idores,
cuando agora la silla del caballo
la sed me hizo dejar de aquella fuetlte
que de ii murmuraba lo que callo,
y til, templando del calor ardiente
¡a furia rigorosa con su risa
bañasie en su cristal manos y frente;
iLsiign contra li fué la camisa
que, por el cuello libre del ultraje
con que la encieiras en saval me avisa
no dicen bien las puntas de su encaje
con el buriel hipócrita que atorra
en blanco lino el penitente traje.
Declárame este enigma, si no borra
lu poca confianza en el secreto
lo que te debo; asi el cielo socorra
tus esperanzas con dichoso efeto.
Las dudas satisface, di cómo eres,
si rústico pastor, galán discreto.
Heroues.
Ya que apurar mis pensamientos quieres,
curiosa por saber sucesos míos,
por imitar á las demás mujeres,
oye de la fortuna desvarios
que ya que no le admiren, te entretengan,
mientras aquestos árboles sombríos
por huésped bello tu hermosura tengan.
Ya que el sutil ingcnhi
hijo de esa alma noble,
curioso inquisidor
de celos y de amores,
sacando del sagrado
donde el secreto absconde,
sucesos de mi vida,
discreta los conoce,
sabrás, hermosa Infanta,
que el Rey del sacro monte
que á Salomón dio cedros
para que el lemplo corte
y Iliram el mundo llama,
se honra con el nombre
^ 1 86 LA VIDA DK HERODES ^^H
^H de padre mío, puesto
el dios del cuarto coche ^^^B
^H que injuria esius blasones.
causara nuevos celos ■
^H Fenili/ó su sangre
á Clicie > á Leucote; ■
^^M en himeneos conformes.
menospreciara á Onfale, fl
^H el cielo con ires hijos.
el que la rueca pone ^^^B
^^1 ios dos Jellos varones.
por el mayor trofeo ^^^B
^^H Y siendo yo el pequeño,
de sus trabajos doce. ^^H
^^B mis años corrospunden
Mas. para no cansarle,
^^M al grado en que he nacido
SI quieres que la copie,
^^H que en dichas son menores.
mírate en el espejo
^^K Como perdí el derecho
de ese cristal que corre.
^^H al reino, que dispone
que estando tú presente.
^^m su herencia al mayorazgo.
porque su vista goce.
^^M porque los demás'lloren,
no hay para qué sutiles
^^M mis ouejas satisfízo
^^M con darme en fuerzas dobles
buscar comparaciones.
Metiéronla en el alma
^^H para un alma de cera
ojos aduladores.
^^H un corazón de bronce.
íagando, comu el üriegí»,
Hospicios con traiciones.
^^m Dispúsome á la guerra,
^^B Que en ella inclinaciones
^^H uan á segundos hijos
Y yo sin mi y con ella
volví á ostentar perdones.
^^m riquezas y opiniones.
dando á mi patria vuelta
^^B Y haciendo alarde al viento
que con festivas voces
^^B de plumas y alambores,
sus Venus y Narcisos,
^^H de galas á Cupido
de amor aduladores.
^^H y ¿ Marte de escuadrones,
alegres me esperaban
^^H suli contra el de Arabia
con triunfos y ovaciones.
^^m que, descuidado entonces,
^\i padre y dos hermanos.
^^H pagaba en verdes años
no sé si así los nombre,
^^m censo en deleites torpes.
quisieron por mi cuello
^^H Vcncile, brevemente,
desocupar balcones.
^^K que ahorrando digresiones
Y oyendo parabienes.
^^B no con prolijos cuentos
gozando aclamaciones.
^^B pretendo que ic enojes;
cantándome vicorias
^^m dándole, pues, la muerte.
Humeros y Anfiones.
^^B á su vivir conforme.
\'co á mi padre ingrato,
^^B di á mis hazañas reinos
¡ay si muriera entonces'
^^B y á mi valor renombres.
del Rey Orbcl de Lidia
^^B Y mientras que permito
honrando embajadores.
^^B que afrenten y despojen
Traíanle el retrato
^H tesoros y hermosuras
de la Princesa Doris,
^^1 soldados vencedores.
y el si con el de esposa
^^B en una galería
para mi hermano Orontes.
^^B entré, que en artesones
^agaba el Bey albricias
^^B dorados eran suma
con gracias y con dones.
^^H del cielo y de sus orbes.
y el Principe lozano
^^B Caia á un |ardín bello
exageraba amores.
^^B por cuyos corredores
Cuando los dos me dicen:
^^B jazmines frescos eran
—«A tus victorias nobles,
^^B escalas de sus llores.
añade, Periandro,
^^V Coleaban sus paredes
1.1 dicha que hoy conoces
^^B pinceles triunfadores
en lu mayor hermano,
^^B de ta naturaleza,
pues es ya su consorte
^^H cuyas ostentaciones
el sol que á Lidia alumbra
^^B bellezas celebraban,
en tálamos conformes.»—
^^B robaban corazones
Dejáronme el retrato.
^^B y daban almas vivas
solícitos disponen
^^B alientos y colores.
recibimientos reales;
^^B En medio estaba un cuadro
mandan que palios borden.
^^B y en éM no s¿ cómo ose
triunfales arcos labran
^^B pintarle sin su injuria
con vcrbOS y con motes.
^^B mi lengua agora torpe)
ya ingenios'muestran prenda»
^^B un fénix de belleza,
que premien intenciones.
^^B poco dije, perdone
Partiéronse, al (in. todos.
^^B la diosa enamorada
y yo, como quien oye
^^B que en rosa volvió á Adonis.
^^P Yo s¿ que si la viera
la capital sentencia
si impróvido le coge.
ACTO SEflfNDO
'87
estatua fui de mármol
por dos horas, inmóvil,
que repentinas penas
suspciden las acciones.
Pero volviendo en mi,
furioso de que roben
tesoros de esperanzas
tiranos salteadores,
cusí onza que los hijos
le llevan cazadores,
partí desesperado:
> sin sshcr por dónde,
Sin seso y sin camino,
mil veces con mil voces
enmudecí las aves
y lastimé los montes.
Llegué al lin á un desierto
rascando el traje noble
(que mal sufrirá abrigos
quien un volcán absconde).
y allí, á no socorreimc
solícitos pastores,
fuera sin duda presa
de tijtres ó leones.
En )m: determinado
de huir soberbias corles,
destierro de verdades
,jr amparo de ambiciones,
LCompuse una cabana
[fie ramos y de adobes
I donde pobrezas ricas
Lbuyen riquezas pobres,
ifero, Cuand<i gozaba,
Cn vez de aduladores,
por dulces compañeras
mis imaginaciones,
una apacible tarde,
umbrales de la noche,
jquc el cielo se vestía
rosados arreboles.
«eo venir huyendo
una mujer de un hombre,
si aquel que gustos fuerza
es digno deste nombre,
tOpúsemc á su furia
pCon pasos tan veloces,
que a un tiempo le alcanzaron
mis pasos y mis voces.
■^ siendo el instrumento
de su castigo un roble,
I á su torpeza y vida
|dió ñn un solo golpe.
Volví á ver mi agravíndn.
y hallé que los colores
de nieve y rosicleres,
con un desmayo inormo,
cn ^ualdas y violetas
trocaba, dando entonces
^premisas á la muerte,
>bsequias á las Mores.
'ero, reconociendo
(US eclipsados soles,
iriginales bellos
Je aquella imagen noble
}ue el alma me ha robado
agravios y favores,
agradecí con quejas
al ciento amor sin orden.
iQ\ié hallazgo lan divino
con tal pesar congoje?
.Mas ^cuándo dio el amor
deleites sin dolores?
Cogíla alegre y triste
en brazos, y sirvióme
al cuello de cadena
libre cn tales prisiones,
y en un grosero albergue,
sobre unas pajas pobres,
deposité aquel cielo
de amor primero móvil.
Mariau. Pastor ilustre, espeni.
primero que provoques
sospechas que en el alma
engendran mis lemoies.
Con la veidaJ me engañas,
pues pienso que propunes
sucesos de mi vida
trocando el reino y nombres.
Casi lo que reheres,
antes que rl cuento tornes,
para pintar mi historia,
leda falsos colores.
Vo debo ser, sin duda,
la que. llamando Doris,
cuMndo á Faselo aguardo,
me das por dueño á Orontes.
¿Qué es esto?
Mekooes. Infanta bella,
sosiega y no le a.sombren
sucesos que á las veces
hermanan ocasiones.
No es esta la primera
que en dos distintos nombres,
naturaleza sabia
un mismo rostro lorme.
¿(Jué mucho, pues, que asi
amor sujetos forje
con cuya semejanza
engendre admiraciones?
Mariad. No sé qué diga en eso.
tú mismo me responde,
y acaba de sacarme
de tantas confusiones.
Hfmoües. Quedaba de mi historia...
Maimao. En cjue dejaste á Uoris
dando Con su desmayo
á amor p<mdcracii>ncs
Hehodes. Viéndola, pues, ansí,
y que para que goce
cabellos la ocasión
al viento los descoge,
su poca resistencia,
la soledad de un inf)nle
y, cn lin, amor que ciego
casi imposibles rompe,
por poco me vencieran
con necias persuasiones
á que el valor olvide
y que la honra postre.
Mas la razón, que cuerda,
noblezas reconoce,
ató al atrevimiento
des«os y ocasiones.
Pues sólo satisfecha
^^^88
LA VIDA DE HEROOKS ^^^|
con que la vista goce
Herodes. Aqaf
despujus sin injuria
tus dos ojos vencedores.
del sol que es bien que adore.
de amor siempre invencible,
licencia dio á los labios
verán metamorfosis.
para que, mienlras cogen
Yo soy, hermosa Infanta,
el ámbar de su aliento
quien triunfos y blasones.
se impriman en sus flores.
como á deidad suprema.
Pero antes que prosiga
hoy á tus plantas pone.
mis lícitos amores.
Pintada me rendiste
bellísima señora,
y viva echas prisiones
¿qué hicieras tú si entonces,
á un alma que allá tienes.
volviendo del desmayo,
feliz si la conoces.
sirvieran de eslabones
Hállele casi muerta
tus brazos de marfil
y sin testigos, donde
al cuello de quien oyes?
pudieran apetitos
¿Y más, si satisfecha
vencer obligaciones;
de las obligaciones
pero mi amor hidalgo
con que amparó tu fama.
alegre contentóse
supieras que aquel hombre,
con que pagasen labios
abeja de tus labios.
deseos acreedores. ^^H
alrevimienios nobles
Juez fuiste de ti misma ^^^|
ejecutando en ellos
en tribunal de flores, ^^^|
go7Ó tales favores?
sentencias ejecuta ^^^|
^^FMAdlAb.
Aunque con tal pregunta
y agradecida ponme ■
en Confusión me pones,
en posesión de gustos, ^
y á sospechosas dudas
que, como trueque el nombre
indicios das mayores,
de amante en el de esposo,
no sé si agradecida
en láminas de bronce
á que por él no llore
escribirá á los tiempos
mi honra restaurada
de Doris y de Orontcs
agravios violadores,
engaños verdaderos
pagara resistencias
tu siempre esclavo llerodes.
de un apetito torpe
Mamad. Basta: que en Palestina
con dalle honestos frutos
también nacen Sinones
á quien sus rosas coge.
que ofrezcan entre enredos
Y si al contrario desto
á Troya Paladiones.
contigo \o hizo Doris
No quiero revocarte
y ingrata dio á tu hermano
sentencias que di á Doris,
de esposa mano y nombre.
y pagará Mariadnes,
engaño á su honor hizo.
no con ponderaciones
pues necia deiraudóle
culpar atrevimientos, ^^H
primicias usurpadas
agradecer favores, ^^H
de labios ya traidores.
loando resistencias, ^^W
Mas de eso, ¿qué coliges?
encareciendo acciones. ■
^^^HEÜOUF.S
. ¡Uh, juez sin pasión! Oye...
^ a Fcbo ha permitido m
mas no podrás, que vienen
que sus caballos mojen M
tus viles ofensores;
sus crines en el mar ^h
mi vida con tu fama
y estrellas da á la noche. ^M
á cargo el valor tome,
Ocupa, Infante ilustre, H
pues DO es bien que consienta
de aquése los arzones, ■
que nadie te deshonre.
que yo, alegre en sus ancas, H
^V Mariao.
¡Ay Dios! ¿Por dónde vienen?
hoy mostraré á la corte H
^H llKKObBS
. Vuelve los claros soles.
que amor es coyuntura; ^|
podrá ser que los ciegues;
sus dichas, ocasiones; H
veráslos que trasponen
sus armas, cortesías; H
aquel verde collado.
mudanzas, sus blasones. H
^B Mariad.
Y yo, porque te asombre,
pues e valor me anima
Perdonará Faselo, ^M
y cuando no perdone, W
de mis antecesores,
¿qué importa, como sea ■
ofreceré á las aras
esposo mió Heredes? ■
que el mundo al honor pone
IIerodes. Dame á besar cristales, fl
la vida, antes que el mío
mientras que se corone S
sus viles manos toquen.
mi cuello de tus brazos. ^M
Mas ¿qué es de ellos?
Mariad. Celosa estoy de Doris, W
( Mientras etía vuelve á per los que Wrnrn,
con ser dama fingida. ■
sequila el sayo ritstico y queda en calcas
Hkhodes. ¿Por qué, si no es Uronies fl
y jubón de lavi muy bizarro )
quien idolatra en U? ■
i. -^H
ACTO SEGUNDO
189
*\xe% quién eres?
llerodcs.
ESCENA II
Sale HtncANo.
HiRCANO.
de destrenzar cabellos rojos
irora fría
púrco üricnle
ilir dos mares de mis ojos
uen cada día
s de tu pérdida inclemente;
ncel valiente
primavera
egres prados
:n mis cuidados,
que esmalte (lores lisonjeras,
. mis congojas
imas que brota en Abril hojas.
^ ESCENA III
Salt AitTiPATRo. — Dicho. *
H Antipatío.
mk los campos el estío
la guadaña
i gbrasallos llegue,
'[ prolijo )' caudaloso río
mejillas baña,
rido, aquestas canas riegue,
e rico llegue
neroso
■ adornado,
} ha sazonado,
al hüTlelanu codicioso,
Íá otro fruto
is, mi lierodes, en tu luto.
ESCENA IV
Sal* AmsTósaLO. — Dicuof.
K Apistóbulo.
Hn escarchada hará el Diciembre
Dordaduras
}ras al invierno,
ida, hermosa hermana, que no siembre
,rinias puras
le den por fruto llanto tierno,
nsuelu eterno,
es querida,
que me fallares
sin ti con media vida,
iodo mis gustos en pesares
le se acuerde
florará del bien que pierde.
ESCENA V
Salt Ka!)si.o.~1)iciios.
Faselo.
que casado, quiso «I cielo,
bella,
que tu pérdida llore,
no merecía tu hermosura el suelo,
sino que vuelta estrella
lu belleza en su zona el so! decore,
por que en ella te adore
la esfera que te abraza;
maldij;;! el hado fiero
al inventor primero
que á riesgo puso en la silvestre caza
(a vida, de quien pierde
por un liviano gusto su edad verde.
ESCENA VI
Salt SALOMá. — DicHOi.
Salomé.
Si blasonas ser Dios, ^por que maltratas,
amor, á quien sujeto
leda el alma en tributo?
Si lo prcciav de dar, ,;por qué dilatas
el premio ^uc el discreto
es árbol que en dar luego dobla el fruto?
Galas truc-gas en lulo,
y faltando mi hermano
con la Infanta, haces vano
con deseo que alienta mi esperanza:
pero en el mar de amar siempre hay mudanza.
HlRCANO.
Cubrid de jerga negra mi palacio,
fúnebres instrumentos
imiten mi tristeza,
dad muerte á esos traidores (an despacio
que duren sus tormentos
lo que mi mal, que cuando acaba empieza;
adornad mi cabera
en vez de la diadema
y liara suprema,
que tal caída ha dado á mi grandeza.
de ceniza, y mi vida .icabc en ella,
pues falla Herodcb y Mariadncs bella.
ESCENA Vil
Salen M amadnes y 1 1 ekodbs, iste se retira. — Dicnos.
Mariad. "Si las muestras de dolor
con que se enluta lu curte
sun por mi. padre y señor,
mi vista su mal repone,
mis brazos paguen tu amor.
HincANü. Hija mía: al pecho Wv^íí
esa luz sin la cual muerto
en desconsuelos se anega;
que no alegra lanío el puerto
al que sin velas navega;
ti perdón al bcnienciado,
el tesoro al avarienlo,
los despojos al soldado,
la fuente fresca al sediento
y el lálamo al desposado,
como tu alegre venida,
cuanto menos esperada,
tanto más agradecida,
pues da á mi vejez cansada
prolongación de su vida.
IQO ^^^^^^^ LA VIDA DE
^^H
AsTiBÓB. Quien por muotra os ha llorado,i
segunda vez animara ^^^H
bella hermana, ¡quó consuelo
el cuerpo, que temeroso
scníírá cuando os ha halladol
la muerte copió en su cara.
Fasf-lo. Albricias pida á Kaselo
Con cuya ayuda volviese
su amor ya desesperado
al cuerpo l-I alma constante,
y mis brazos galardón
y mi honra defendiese,
de su pasada tristeza.
¿tuvieras premio bastante
Salü\i¿. Lloraba la dilación
que ipual á esta deuda fuese.^
HiKCANo. Si aprecia el alma el amor
que daba vuestra belleza
á mi amante corazón;
que te tenpo, mi corona
mas ya que con vos se ve.
no igualara su valor. >
en su esperanza primera
M ABiM». Y si acaso esta persona.
mi f^ozo resuuraré.
entre la ausencia y rigor
HlKCANo. Mirad, Infanta, que espera
de los celos me adorara.
vuestros brazos Salomé
y en aquella soledad
y el Uey Aniipairo, á quien
con la ocasión consultara
debe tanto mi Curona
lances de la voluntad.
y es vuestro padre también,
que en estorbos no repara,
dándoos su hijo, pr^una
y contra aoremios de amor
triunfos á Jerusalcn.
la voluntad lisonjera
Agradeced su venida.
reconociera al valor.
Mahiau. Con más extremo sintiera.
y sin mi ofensa saliera
señor, que el perder la vida
de si mismo vencedor.
el que la dicha perdiera
al favor, padre, primero.
siendo vuestra hija querida.
¿qué pudieras añadir?*
quien interesa tener
HmcANO. fcl;:laluas que el tiempo fiero
por mi dueño, prenda vucsira
no bastara á consumir.
y el deiar de conocer,
por más que vuele ligero.
señora, en la corte vuestra
W AKiAiJ. ¿Y si éste fuera pastor
lo que no sé «ncarecer.
y se sintiera injuriado
y en vos ha cifrado el cielo.
que en premio de su favor,
Iíalomí:. Respondan por mi los oji^s
habiéndome asi obligado.
á cuyas lenguas apelo.
otro usurpara su amor?"
Fasci.o. Para que dcslicrre enojos.
HiHCANo. Ksc descubriera el pecho
dad al l'iincipe Kaselo
que procur»! honrar en vano.
las nuevas de su ventura;
pues mostrara sin provecho
que si entre luto y dolor
que era en la ambición villano^
hacer obsequias procura
si bien na.ido en el hecho.
á su mal logrado amor.
Y pues premios apetece ^^
fénix es vuestra hermosura
fuera de su natural, ^^^H
guc de si misma renace.
nada dalle me parece, ^^^|
HiRCANo. ¿Qué suceso, hija querida.
que es bien á quien pide mal
con tantos extremos liace
le quiten lo que mcrcc*.
que el peligro de tu vida
las de tantos amenace?*
Mahiao. Alegara, aunque villano.
que le ofreció la ocasión
tiempo, á no ser cortesano.
¿Qué te sucedió cazando?
Mahiau. í>csgracias que venturosas
en que á so satisfacción
temo y estoy descando;
se pagara de su mano.
pérdidas que gananciosas
HiRCANO. No importara su pufíía.
libre me están cautivando.
pues con tan loco interés
En tin, con una caida
le quitó en un mismo dia.
que iras una garza di
lo que mereció cortés,
hasta el sol desvanecida,
su misma descortcsia.
aun tiempo pane y perdí
Y tLJ, que por él alegas.
la libertad y la vida.
si es verdadero el enima
Opuestos contrarÍ4js son.
y por un rtistico ruegas.
padre, lus que necesitan
¿cómo ñ un pastor sm estima
imprudencia y discreción;
las prendas del alma entregase
¿hay razones que compitan
¿Quiércslc bicn.^
, c<in amor y obligación.''
Mahiau. La ocasión
Si á los umbrales me vieras
en que (guardó mi honra y vidii
de la muerte desmayada.
¿no es digna de obligación?
y á elección de hambrientas (ieras,
HiH(-ANe. 1.a que á su ser tosco mida M
que era presa mal l(/prada
ia prudencia y la razón. ^^M
de su crueldad supieras,
Makiad. ^(^agarélc con desdén ^^^ñ
y un hombre entonces llegara
su socorro liberal. ^^^^
que, cortés y piadoso.
Princesa en Jerusalén? ^^^^
ACTO SEGUNDO I9I ^^M
«0. Eso no.
juego de amor de importancia. ^^^
>. ¿Querréle malr*
de quien sale con ganancia ^^H
10. Tampoco.
á veces el más peididu, ^^H
5. ¿Querréle bien.^
cuando más lo estaba yo, ^^^|
10. Esu si.
celoso j desesperado, ^^H
X ¿Y c\ bien querer
volvió en mi favor el dado ^^H
. no es amar?
y en suerte su azar trocó, ^^H
ro. Casi es amor.
pues habiendo el caudal puesto ^^H
a. Luego casi he de U'tici
de mí vida en esta mano ^^^^
voluntad á este pastor,
(Datt la mano.) V
que casi me vino á ver
^1
muerla, si no me ayudara.
envidó su amor mi hermano fl
Pues un casi no es rigur
y ganóle lodo el resto. fl
que su fortuna hap¡a avara;
1 n destierro fué el tablero, ^^H
ni mira en puntos amor,
y jugador de ventaja ^^H
ni nunca en cas^s repara, <^
amor, que el dado baraja ^^H
honra y vida me díó nueva
con sospechas de fullero. ^^H
honra y vida k- he de dar.
.Si su pérdida llorare, ^^H
pues cuando á pedir se atreva
I lo que no puedo negar.
seguro estoy de perder, ^^H
porque no pienso querer ^^H
¿que le doy que no le deba?
aunque envide y se repare. ^^H
«0. I)e tu mucha discreción,
tluando levantarme trato, ^^H
hija, has ya dcycncradu
dando barato á mi amor, ^^^|
con tan indijína afición.
en fe de que el jugador ^^^|
p^ No hay mal nacido ( 1 )
no juega en dando barato, ^^H
ni en el noble ejecución
ni será, padre, cordura ^^H
de Socorro rccebido
impedir nuestro sosiego ^^H
que no pague liberal;
sabiendo que amor y juego ^^H
los rédi'.os que han corrido
consisten sólo en ventura. ^^^|
iguaL-ín al principal,
Manad nes es mi esposa, ^^^|
y á ejecutar me han venido;
si alguno intenta, tirano, ^^^H
mas di me, si el acreedor
bar»|arme aquesta mano, ^^^|
en nobleza me if-ualase,
y esta sueite quitarme osa, ^^^|
¿mereciera que el deudor
no me juzgare arrogancia ^^H
con la deuda le negase
Castigar su desatino, ^^H
la obligación de su honori'
como quien sale al camino ^^^|
sio. Knionces por justo empico
á robarme la ganancia. ^^^|
de su valor le entregara.
i'urque esiuv dclerminado ^^^|
si tan licito deseo
contra cualquiera poder ^^^|
la palabra noestorbüni
á morir y defender "
que he dado al Rey id u meo.
el caudai que h'jy he ganado. ',
D. ¿No estriba la que me has iindo
Antipxt. Si es en tu favor'el cielo
en que me case con su hijo?
y esa ganancia permite.
t*u. Kn ésa me ha ejeculado.
no es bien que yo á Herodes quite
L>. Y si es padre del que eliju.
lo que ha perdido Faselo.
¿no la habrás desempeñado?
Hijos míos sois los dos,
Ko. No hay duda.
en un mismo grado estáis,
u. Pues dak-a| cielo
si en competencia jugáis
gracias, padre, que no ha sido
y perdéis, Príncipe, vos.
mpasior de rustico suelo
ó esotro, cosa es que pasa.
jBel que, noble y comedido,
y yo en mi provecho alego
^Bquitó á mi honor el recelo.
la ganancia deste juego,
^Komo el peligro á mi vida.
pues, en /in, se queda en casa.
^ftino un Principe que aquí
La Infanta escoja, que es cuerda,
^»dc paga agradecida
y juzque esto el Rey llircano.
^Be que, venciéndose á si
HiRCANo. Si llcrodes ganó por mano.
Hbie restituya venc'da.
Kaselo por postre pierda;
^^ amor que estatuas le labra
que en amor la diligencia
quiere, en fe de sus blasones.
gana de quien se le\ anla;
que templos la fama le abra.
daldc la vuestra á la Infanta,
que pague yo obligaciones
tenga quien pierde paciencia,
y tú cumplas tu palabra.
y salgamos á alegrar
ES. Fortuna, que siempre ha sido
mi corle, que os llora muerta
de llanto y lulo cubieria.
Mariad. Si, albricias tengo de dar
,ÚCll el original; pero el consonante, el mclro
de que el alma esposo os cobre, '
en re que adeudada queda, .
^Hjpidcn otro verso y completo.
iga
LA VIDA DE HEBODES
dadme abrazos que dar pueda,
que sin ellos estoy pobre.
(Van á abracarse, alborótase Faselo j-
llégaseá dttenerd Herodci.)
Herodes. Hermano: ya llegáis larde;
de la Infanta soy esposo,
pierde amando el perezoso
como en la guerra el cobarde.
La ocasión y coyuntura
mis bodas y dichas traza,
que el amor, el juego y caza
sólo consiste en ventura.
{Vanse llcroJes y MaritOntdeíos manus.)
liSCliNA VIIÍ
Diaios^ mtnoí IIbkodui y MAnuoNits.
Faselo. ^Qué es esto, padre cruel?
Riguroso Rey, ;qu<5 es csiur*
Antipat. En la voluntad ha puesto
su imperio amor; quejaos del,
si contra vos ujecuta,
hijo, su guslo Ja infanla,
porque en resolución tanta
sobre gustos no hay dispula.
(Víiíc con ¡uíi dus.y
Faselo. Hircanu, en el nombre fiero
como en las obras: ^ans¡
se cumplen palabras?
HiKCANO. Di:
la que si cumpliros quiero
halla mil dificultades,
porque la Infanta hace ley
de su gusto y súlo es rey
amor de las voluntades.
La de mi hija es absoluta,
su guslo es fuerza seguir,
que á intenlalle resistir
sobre gustos no hay dispula. (V.iíí )
Faselo. Hermana: decidme vos
si esto es sueño ó es verdad.
Salomé. Violencias en voluntad
no las sufre amor, que es dios;
pues que su gusto eiecuta,
dcsbaratalle es en vano,
pues, como sabes, hermano,
sobre gustos no hay dispmai. (Vase)
Faselo. ,jSoís vos, Príncipe, también
desta tirana opinión?
AniSTÓB. Amor es obligación
y su paga el querer bien;
la ocasión, tercera astuta,
y el gusto rey que soberbio
dice, conforme al proverbio,
sobre gustos no hay dispula. (Ka«.)
Faselo. La ley que no las admite
nc es hija de la razón,
pues la ciencia y la opinión
más probable las admite.
Cuando, ciego, amor las quilc
y la acción que tengo tuerza
su agravio, ¿ vengarme es fuerza,
tiranas resoluciones,
que quien no admite razones
Rom. i.
Faselo.
da permisión á [a fuerza.
Leyes la justicia escribe
que llama el mundo derechc
y contra tiranos pechos
armas la fuerza apercibe;
cuando mi hermano derribe
mi esperanza, y con desvelos
me ofenda á mi y á los cielos,
si mientras los ejecuta
sobre gustos no hay disputa,
tampoco hay templanza en celos.
Marco Antonio en Asia rige
la monarquía romana,
y á la célebre gitana
su idólatra amor dirige;
ser su Ivmperador colige
y oprimir la libertad
de Ruma, por tanta edad
conservada en su Senado,
conmigo noble ha guardado
las leyes de la amistad,
con César Augusto tiene
guerras por la monarquía,
que no admite compañía
quien á amar ó i reinar viene.
Su opinión mi fe maniiene
contra su enemigo Augusto,
y pues llerodes injusto
á Marco Antonio se opone,
hoy mi venganza dispone
tragedias contra su guslo.
Referiré á Marco Amonio
mi agravio con su delito;
sacando gente de Egilo,
de su amistad testimonio,
y afrentando el matrimonio
que goza y tirano alcanza,
verá con justa mudanza,
pues ciego mi amor disfruta,
que, si en gustos no hay disputa
hay en agravios mudanza.
ESCENA I.X
Saltn doi Romanos.— Dichos.
Marco Antonio, mi señor,
que en prueba de lu amistad
quiere en la necesidad
hacerla de lu favor,
antes que á la guerra parta
que sobre el imperio apresta
contra Augusto, la respuesta
aguarda de aquesta carta.
(/>a/« 11*41
A medida del deseo
que tengo viene; esperanza:
dad filos á mi venganza
nncntras su ejecución leo.
{Lte la carta.) «A embarcarme pai
la isla de Sanios, para rcduci
trance de una batalla naval la
dida ó imperio del mundo co
Augusto, mi competidor. Llevo o
cíenlas naves y ciento y CÍO
^^^f ACTO SEGUNDO ^^^W IQfZ '^^^
mil hombres. Todos los Reyes, mis
ESCENA X ■
amigos, muestran serlo en mi ayuda,
y no espero yo menos de V. Alteza,
^u
SaltH Pachón, Fihisa / un Vbkdugú. ^M
^^stando en el primer lugar. Aventa-
Verucg. Ya está el potro aparejado, ^^H
^^hráse á todos si, (rayéndome preso á
paciencia, hermano, ,;quc csperaP ^^H
^Ku hermano el Infante llcrodes, par-
Acabemos: ropa afuera. ^^^M
^Kial de mi contrario, aseguramos un
Pachón. Quédateme en verdugado ^^H
^"enemigo poderoso, y será dichoso
cuando me quede con él, ^^H
pronóstico de mi vitoria si para pre-
que es verdugo sin ser dama. ^M
mio della viene en su compañía la In-
Fenisa: si el potro es cama H
fanta de Jerusalén Mariadnes, cuya
de nuestra boda cruel, ^M
^-Jjermosura en relación me tiene sin
á gentil boda, por Dios, H
^■libertad para uno y oiro. (vnvío pro-
nos convida el casamiento. H
^Rrisiones bastantes y aguardo la eje-
^No bastaba por tormento H
^Heución por ellas de entrambas cosas.
él casarnos á los dos? H
^^U.os dioses me den vitoria y á V. Al-
.Supuesto que hay suegra en casa H
^^neza guarden. De Bizancío á las Ca-
^hay potro que más afrija H
^Fiei'das de Junio, año de la fundación
que una suegra que, prolija H
de Roma 754. Yo el Emperador.*
rezongando al que se casa, H
2." Estas son las provisiones
gruñe más que una lechona^ H
que Marco A«[onio te envía.
Fenisa. ¿Eq lin, que también á mi H
JO. Di que de la dicha mia
me empotran? ^^M
son felices comisiones.
VF.pDiir,. Hermana, si. ^^^H
Si la amistad se antepone
al deudo que hay más cercano,
Fenisa. El que á nadie no perdona ^^H
es un potro, py mi Pachón! ^^^|
y me ha ofendido mi hermano.
Pachón. Aunque el ánirña me arrancas, ^^H
su deudo y sangre perdone.
til irás, Fenisa. á las ancas, ^^^|
|Ay amorosos desvelos,
y yo me tendré al arzón. ^^^^|
lo que estas cartas preciara
Fenisa. t^h huego de Dios en potro ^^H
si sus letras no borrara
que sin albarda ni cÍDCha ^^H
la sospecha de mis celos!
ni camina ni relinchal ^^H
A Mariadnes quiere ver
Pachón. Esc potro, dómele otro, ^^H
en muestras de su hermosura
pues, no comiendo cebada, ^^H
Marco Antonio, y si procura
sin menearse de un puesto ^^^|
^^ juntar á amor su poder.
al rollo llega tan presto ^^^|
^H^qué hará en viendo sus despojos
que es su ordinaria jornada. ^^^|
^Kquien de oidas la celebra,
Vehdiiú. Acaben. ^^^^
si amistad y leyes quiebra
Fenisa. No se dé prisa. ^^^|
amor que asiste en los ojos?
Verdug. ¿No se desnudan? ^^^|
Que se la lleve me pide,
Fenisa. lAy cieiot ^^^|
y aunque en la Kgipcia idolatra,
Pachón. Potro de palo y en pelo ^^H
¿que mucho dejeá Cleopatra
á caballo y en camisa, ^^H
y obligaciones olvide
corcovos sin caminar, ^^^|
de nuestra amisiad pasada,
medroso en el, el más diestro ^^^|
que aunque la Gitana es bella^
al de encima con cabestro ^^H
al tin para aborrecella
y al de abajo sin herrar. ^^H
basta ser mujer gozada?
Atados el uno al otro, ^^H
Perdonará su amistad.
descoyuntando medulas, ^^^|
que no llega su valor
verdugo el mozo de muías, ^^^|
á las aras del amor
¡válgate el diablo por potro! ^^^|
ni ley de la voluntad.
Fenisa. ¿Y qué tormento, si sabe. ^^H
Porque mis sospechas claras,
mos tienen de dar? ^^^M
aunque su amistad admiten,
Vkhoiiu. De toca. ^^H
sólo que llegue permiten
Fenisa. ¿Qué es de toca? ^^H
el amigo hasta las aras.
Verouc. Abrir la boca, ^^H
El tentar á la fortuna
y toda el agua que cabe ^^H
no es cordura en tal demanda,
en un cántaro tragar ^^H
ni de dos cosas que manda
con vdntc varas de lino. ^^H
será poco hacer a una.
Pachón. No huera mijor de vino, ^^H
Prender á mi hermano quiero,
¿agua es la que os han de echar? ^^H
gue es lo que le está mejor
a mi venganza y amor.
Vepuito. Agua que aun no sufren peñas. ^^H
Pachón. ¿Con locas un hombre honrado? ^^H
porque de su muerte espero
¿Han mis tripas enviudado, ^^^|
resucitar mi esperanza.
ó son por ventura dueñas? ^^H
aumentar mi patrimonio
Veruug. Así sacarse procura ^^H
y granjear de Marco Antonio
ta pura verdad. ^^H
la amistad y la privanza. (Vante.}
Pachón. Pues ¿cómo, ^^H
.COMEDIAS DE TIRSO t»E MOLINA.— TOMO II
^1
^r 194
m^^^T LA DE ^^^^^^
si un cántaro de agua lomo,
IIrrbei.. Ya los Infantes perdidos ^H
sacarán la verdad pura?
parecieron. ^H
> Verduo.
Todo esto se excusará
Pachón. ¿Sin ruidos ^M
si confesáis csie robo
de tocas, aguas y potros? ^H
y estas muertes.
IIkkbei.. Acabad. ^H
I'aciión,
No cb ma! bubo
Pachón, Adiós, rabel. ^M
su mercó, Pues venga acá.
por quien paga la garganta ^H
Si Kenisa algo supiera,
en el aire lo que canta ^H
^luego nu lo desbuchara?
bamboleos á un cordel. ^M
^No sabe que no la para
Cama mal encordelada, ^|
secreto que no eche fuera? '
que en vez de chinches y pulgas
<-Para qué eran menester
verdades buscas y espulgas; ,
potro, cordel ni testigos?
arpa siempre destemplada, ^M
¿No hay mayores enemigos
donde con voces prolijas ^M
que el secreto y la mujer?
en vez del Orfeo sutil ^M
^No ve que en las más calladas,
te tañe un verdugo vil ^M
cuando se ven en aprieto,
y son piernas las clavijasj ^M
es mal de madre el secreto
y brazos del desdichado ^M
que las hace dar arcadas?
á quien tus cuerdas dan vucltB^
Ahora acabe de saber
do las culpas van absuellas
que meten por no guardallc
cuando no se han confesado.
los dedos para sacallc.
Que si á nueso Rey profeta
Mas ¿qué es cslo?
las suyas Dios perdonó, ^J
^^K Verduo.
Deben ser
cuando aquél pecó, cantó ^M
los jueces.
al arpa con voz perfeta. ^^
^^H Pachón.
Fenisa: el miedo
Al que en ti cantó sus penas,
dentro el alma me da voces.
porque otra arpa en ti se ve.
^^m Fbnisa.
¡Huego en potro que da coces
apenas dice «pequé»
que matan y se está quedol
cuando á muerte le condenas. 1
Potro que, sin coyunturas, ^1
te Quedas sano y entero, ^M
y el que llevas caballero ^H
ESCENA Xí
sale con las mataduras. ^M
Saltn Faselo, tlKRBBL.v otros.
Corra tus carreras otro ^M
que, pues de ti me libre, ^|
^^ Faselo.
Mi padre y el Rey Hircano
más vale salir á pie ^H
tengan, Herbel, por prisión
que á la jineta en tal potro. ^M
el alcázar de Sión;
^^M
y del presidio romano
quinientos hombres los guarden,
ESCENA XIf ^^B
porque desta suerte trato
Sale ^^^^1
que no esiorben el mandato
de Marco Antonio, ni aguarden
^^H
Efhaím. a tu hermano, gran señor, ^H
que ruegos ni persuasiones.
traen á tu presencia preso. ^H
al tirano de mi amor
Faselo. fjue temo vellc os confieso,
han de poder dar favor
que, aunque i mi sangre es iraid*
ni alivialle las prisiones.
es mi hermano, y mis enojos
Ksié también detenida
su presencia ablandará.
la Infanta en su mismo cuarto,
que es mi sangre, y se entrará
mientras á Grecia no parto
al corazón por los ojos.
á quitalle con la vida
Pluguiera á Dios que no fuera
de su esposo la esperanza
tan á costa de mi vida
de gozar su libertad.
la injuria del recebida, ^B
mientras que mi voluntad
que si yo vivir pudiera W^
lo que ie usurpó no alcanza.
sin la prenda que me ha hurtaoa
Guardas la poned también.
viera en mi la diferencia
^^V Herbel.
Asi, gran señor, se hará.
que le hace la clemencia
^^H Faselo.
Y por sus bodas verá
de que noble me be preciado.
tragedias Jcrusalén.
Sin la Infanta será en vano ^m
adorándola vivir, ^M
y si el uno ha de morir, ^^
Salgan libres esos dos.
pues inocentes están.
Mas, <¡no, nada?
^^m Pachón.
viva yo y muera mi hermano,
^^r Vbruuij.
.jNo se van?
vengándose mis enojos
W Pachón.
¿Dónde?
sin verle, que en ui demanda
1 Vrhüuo.
Libres.
amor, como es niño, ablanda ^^
■ Pachón.
Mas. ¿por Dios?
niñas que están en los ojos. ^M
■ Kenisa.
¿Sin tormentos ni quillotros?
Lievalde preso conmigo, ^M
^^^^^^ ACTO SEGimno ig5 ^^M
^^OB, si á la Infanta renuncia.
ser mercader de su honor? ^^fl
la muerte que ya pronuncia
¿Que, gozándola tu hermano, ^H
^^^arc<j Amonio, su enemigo,
obligarnos á los dos, ^^H
HpEontra él, vuelta en amistad.
cortesano liberal, ^^H
^^elebraré en su favor
á darte inmortal blasón? ^^H
los quilates de mi amor
¿Tú eres Príncipe? ,;Tú, hermano? fl
^y la ley de mi piedad. (Vanne.t
¿Tú, amante? ¿Tú..? ^Jfl
■
JosEFo. Gran señor ^^M
■ ESCENA Xm
jde Qué sirven esas quejas? ^^H
Hehodes. f)c a iviar el corazón. ^^H
^ Sattn ÜERonBs preso y Josmro.
jAy, Josefo! ¿Cómo puedo, ^^M
cuando se que á morir voy, ^^H
»BS. ijPor qué sin verme le vas.
dejar en Jerusaién ^^H
tirano? ,;Por qué razón
el alma en tal confusión? V
temes mostrarme la cara.
¿Podré yo tener descanso, M
si es de infames el temor?
cuando en un infierno estoy ^^H
Las espaldas me volviste;
de celos, si mi enemigo ^^H
mas, haces bien, que al fin hoy i
de mi Infanta es sucesor? ^^|
echas, vendiendo tu sanyrc,
Hoy á mi esposa he alcanzado, ^^H
á las espaldas tu honor.
pues ¿será justo que hoy ^^H
Vuélvelas y podrás verme
llame dueño con mi muerte ^^H
por ellas, que ya sé yo,
á mi ingrato matador? ^^H
villano, que las espaldas
Ya á Páselo llame esposo, ^^H
son la cara del traidor.
ya al crue! Emperador, ^^H
Medrando vas en oficios:
siendo un preso de su gusto ■
ayer Príncipe te vio
de afrentosa posesión, ' W
Idumea; hoy, mercader;
¿que gloria en el otro mundo 1
creciendo va tu opinión.
tendrá el alma que la amó, ^^M
A feria de afrentas vas.
si despojos que ha ganado ^^H
caudal llevas de valor,
premio de otro dueño son? ^^H
abre tiendas á tu infamia^
¿Quieres tú darme remedio? ^^H
venda en ellas tu traición
JosEFO. Pluguiera, Príncipe, á DioSj ^^H
tu misma sangre, que delta
que hallaran en mi tus penas V
sacarás cauda mayor.
segura satisfación. 1
que fratricida primero
Herooes.S! la hallarán, si eres fiel. ■
materia de tu lición.
JosEFO. Siempre te tuve afición. J
Si te sentiste agraviado
Heroues. En Jerusaién te deja l^^f
de que me pusiese amor,
por sabio Gobernador ^^H
siendo juez la voluntad,
mi tirano fratricida: ^^^|
en la hermosa posesión
á los muertos es razón ^^H
de Ib Infanta, armas tenias.
satisfacer los amigos ^^H
desafios aplacó
dando muestras de su amor; M
la venganza y el agravio
no túmulos de Arlemisa. ^^M
donde pudieras mejor
no aromas que exhala el sol, ^^H
vengar injurias del alma,
no pirámides de Menfis ^^H
que no vil pesquisidor,
han de hacer ostentación ^^H
cifrar armas en procesos.
de la Icatlad que me debes, ^^H
civil juez de comisión.
sino una resolución, ^^H
Agraviarle de que goce
quilate de tu amistad, ^^H
despojos que la ocasión,
descanso de mi pasión. ^^^H
el tiempo, la soledad
JosEFO. Cuanto más difícil fuere ^^^H
y hasta un desmayo ofreció
dándome fama mayor, ^^H
al deseo, que cortés
ilustrará más mi nombre ^^H
de si mismo vencedor,
y honrará mi sucesión. ^^H
obligando comedido
La vida y el ser le debo; ^^H
generoso conquistó-
hechura, Príncipe, soy ^^H
^Y no te agravias de ser
de tus manos: deshacerme ^^H
afrentoso ejecutor
puedes, seguro dispon ,^^H
de quien, torpe, solicitas
de mi y del la á tu servicio. ^^H
menosprecios de tu amor?
Heroors. Júrame, pues, si no son ^^H
¿No te pide Marco Antonio
lisonjeras tu& promesas, ^^H
H la Infanta? ¿No te escribió
de ser fiel ejecutor ^^H
H que, preso de su belleza,
de lo que aqui le mandare. ^^M
^ intenta ser su opresor?
JosEFO. Niegúeme su amparo Dios, ^^H
Pues, dime, amante tercero;
su sepultura la tierra ^^H
¿parécete que es mejor,
en ofenda ac tu dama.
y el mundo su habitación ^^H
cuando no lo ejecutare, ^^H
igí»
LA VIDA DE HERODES
Hebodes,
JOSEFO.
Merques
JOSEFO.
Hehoues
y con nombre de traidor,
como quien su palria vende,
me aborrezca mi nación.
Mira lo que me has jurado,
l-o que me mandas propon.
Ley fuerte es la voluntad
ultima del testador.
Supuesto que has de cumpiilla,
y que yo á la muerte estoy,
lo que de jurarme acabas
es ¡ay terrible rigor!
que a] punto mismo que sepas
que la muerte ejecutó
en mí el natural poder
que no permite excepción,
se la des á Mariadncs.
¿Que dices?
Será menor
mi pena mortal sabiendo
que en su compañía voy;
quitaréle á mi homicida,
con su muerte, la ocasión
del oprobio de mí fama
y desprecios de mi amor.
Mira...
Esto me has promelido;
cualquiera ponderación
disminuirá tu lealtad
y el crédito que le doy.
Cumpliic mi juramento
aunque si supiera yo
que á tal crueldad se obligara...
ESCENA XIV
Satt EfmaIii.— Dichos.
Efbaim. Ya se parte, gran señor,
tu hermano.
Hekoues. y yo consolado
parlo á morir- Tu valor
muestra en esto.
JosFKu. Harélo aií.
^Ilay tal determinación?
ACTO TERCERO
JoSEFO,
Hebooes
Josbfo.
ESCENA PRIMERA
Salen IIemodes />rM(>, lIsniíRu, ZAriito y Jabei..
lUltODES.
En fin, Faselo me condena á muerte.
IIerbei..
Murió Mircano, blasón del Macabco,
y Marco Antonio, que en Faselo advierte
la amistad y valor, aunque idumeo,
antes que pruebe la dudosa suerte
Que contra Augusto le dará el trofeo,
ú el imperio del mundo ó fin tirano,
Rey de Jerusalén nombró á tu hermano,*
mandóle que en vengan/a de que sigas
de Augusto la opinión, con tu cabeza
mengüe parcialidades enemigas
asegurando en Asia su grandeza;
mas él, tu sangre, en tin, si es que te obligas
á repudiar la Infanta y su belleza
permites, que autorice su corona
y á Marcu Antonio sigues, te perdona;
de manera, que está tu muerte ó vida
en tu mano.
Heroues.
Mi muerte bien dijeras
si repararas por cuan bien perdida
la dan leyes de amigo verdaderas.
La amistad á la vida es preferida;
la honra da al valor nobles banderas,
contra la infamia del vivir sin ella
el amor, vida y rcinus atropella.
Amigo soy de Augusto, que mmuiable
en el peligro mi íirmeza pruebo;
la honra es mi blasón incontrastable
y eternamente conservalladebo;
mi esposa es Mariadncs, que agradable
como carácter dentro el alma llevo:
^quc impotta, pues, la muerte que aperciberfc^
si mi amistad, mi honra y amor viven?
¿Pennilirc por una vida infame
(del mundo oprobio, injuria de los cielos)
que á mi consorte bella espesa llame
otro que yo? La sombra de los celos i
me abrasa sola; pues cuando derrame
de golpe su ponzoña y en desvelos '
se reduzca la afrenta que me aso.Tibra,
,;qué hará si me atormenta sólo en sombra?
¿Faselo, usurpador, esposa mia,
viviendo yo, de tus hermosos brazos?
Ni muerto; pues el cielo no seria
descanso para mi de eternos lazos,
si desde allá te viese en compañía
de otro que yo, le arrojaría pedazos,
por ser azules, de los mismos cielos,
para vengar asi celos con celos.
Dile que bañe, infame fratricida,
en sangre de su mano, acero y ojos;
será la Infanta oprobio de su vida,
dcMarco Antonio ílicitos despojos,
que yo más noble que él mientras c^uc pida (
el mundo al sol su luz de rayos rojos,
esposo he de llamarme á su disgusto
de la Infanta, y amigo fiel de Augusto.
ESCENA n
SaU Fasklo.— DiCMOS.
Fasei.o.
Pues morirás, para mayor afrenta
bárbaro, ;i vista de tu amada Infanta,
dentro en Jerusalén, porque mi afrenu
su sed mitigar pueda en tu pargania.
Llcvaldc allá, pues que morir íntcn'.a,
y en la plaza del templo antigua y sania,
un cadahalso haced cjue cubra el lulu
desús amores merecido fruto.
Hebodes.
No le tendrá, tirano, tu esperanza,
que Mariadncs, que gozar pretendes,
^^^^ ACTO TERCERO I97 fl
satisfacción y su venganza.
de lo que por leal gano, I
igo hade ir, aunque su honra vendes;
pues tengo en menos mi hermano ^^1
& al reino libre de mudanza
que la opinión de mi amigo. ^^H
emos, cruel; y pues ofendes
Si no te parece mal, ^^H
)cencia, mi amor y al cielo justo...
venga en m! tu pecho airado, ^^H
moriré por desdichado, ^^H
wm Faselo.
pero no por desleal. ^^H
jftsto?
Hrroues. y yo, invictísimo Augusto, ^^H
^B VOCRS. (OtntroA
gozoso que al mundo des ^^H
^P Kmpcradorde Roma Augusto.
leyes, humilde á tus pies ^^H
en albricias deste gusto ^^H
^H (Música dentro y pocti.)
la vida doy, que ofrecía ^^H
■
al templo de tu amistad, ^^H
^ ESCKNA, 111
y en fe de aquesta verdad, ^^H
si una nueva cada día ^^H
lUGVSTO CisAU ctimo Emperadora In antiguo,
me diera el cielo, y pudiera ^^H
comprarte de la fortuna ^^H
'ti tn la cabeta, bastón y acampa ña m ic n t n —
lOt.
un mundo con cada una, ^^H
STO. Gracias al cíelo que ya
tantos mundos adquiriera ^^^|
no tendré competidor
á tus hazañas cumplidas, ^^H
que contradiga el favor
que con blasones profundos, ^^H
que la fortuna me da.
por darte infinitos mundos, ^^H
Marco Amonio huyó vencido;
perdiera inJitiitas vidas, ^^H
AiHiUSTO. La tuya estimo yo en tanto, ^^H
ampárete la Gitana
tan bella como liviana,
que el que acabo de adquirir ^^H
diera yo por redimir ^^H
y recójale en el nido
de Menfis, que si procura
amigo que vale tamo. ^^H
defendelle, y a tuestan
Mas. pues los dioses de suerte ^^H
sus pirámides, podrán
farorecen mi vitoria ^^H
servilles de sepultura.
que no han querido su gloria ^^H
si los pasos no les toma
disminuir con tu muerte, ^^H
^K mi valor y la presteza
y á lal liempo te socarren ^^H
^p con que la egipcia belle/a
con mi venida oportuna, ^^H
triunfos me previene en liorna.
pues una misma fortuna ^^H
Marchad á Egipto, soldados,
los buenos amigos corren, ^^H
^m muera Marco Antonio en él,
la adversa llore Páselo ^^H
^m Cleopatradé á mí laurel
que á Marco Antonio postró, ^^H
^" triunfos de fama doblados.
mientras la próspera yo ^^H
Mas ¿qué miro? ¿este no es
gozo, y agradezco al cielo. ^^H
Herodes, mi liel amigo?
haciéndole á li también ^^H
pues ¿qué delito y castigo
participe del provecho ^^H
cadenas ciñe á sus pies?
como del peligro he hecho. ^^H
¿Faselo no es éste? ¡cielo!
Llámete Jerusalén ^^H
^^ Pues ¿cómo será razón
su Rey; tributaria acuda ^^H
^m que Flerodes esté en prisión
á obedecer tu persona; ^^H
^V y coronado Kaselo?
mude sienes la corona. ^^H
jBárbaro! ¿á tu hermano prendes?
pues el cielo reyes muda. ^^H
;lo. Vueltas son de la fortuna,
KJuilale á Kaselo /4I corona de laurel ^^^H
mudable como la luna;
pénesela á ilerode^.) ^^^H
no me espanto si te ofendes
Y la que en las déste ves, ^^H
^K de que de Jerusalén
con que lu amor satisfago ^^H
^f la corona me autorice:
goza; pero dale en pago ^^H
las parlfs contra ti hice
las que .-itormcnian tus pies; ^^H
de Marco Antonio, prevén
que cuando foiiuna empieza ^^H
rigores que á mi lealtad
á habitar á quien ultraja, ^^H
den la pena, que te ofrece
la corona en hierro abaja ^^H
tu dicha, si la merece
á los pies de la cabeza. ^^|
una segura amistad.
(vn poder suyo te hallé, ^^H
(Jue el valor da testimonio
en poder tuyo le dejo; ^^^|
Con que sus leyes guardé;
haz dél según tu consejo: ^^H
que yo honrado moriré
date muerte ó suéltale. ^^H
amigo de Marco Antonio;
Y quédate, Rey, con Dios, ^^H
porque no ha querido sello
que yo al Kgipto encamino ^^H
mi hermano, está como ves
mi gente, que no imagino, ^^H
^^ con cadenas i los pies
mientras vivieren los dos, ^^H
^ft y con el cuchillo al cuello.
Anlimio y Cleopatra bella, ^^H
^B Su prisión será testigo
que estará mi Imperio tírme, ^^H
^^^BBHIIH
i. . M^L^.^^
igB
LA VIDA DE UEBODES
SU monarca ha de aplaudirme.
Roma triunfante con clia.
Nuevas armas aperciben
y asi prendellos procuro,
que no hay monarca seguro
mientras sus contrarios viven. (*'«»»•)
ESCENA JV
Diciios, moios C¿SAR Augusto.
Herodes. César generoso, espera,
iré si gustas contigo,
liberal y cuerdo amigo;
no solamente la esfera
del mundo que has conquistado
es digno de tu valor,
la del sol fuera mejor
cj^ue confirmara tu estado,
fcn sus orbes celestiales
merece triunfar tu tama,
la zona que honra su llama
con sus signos inmortales
le ofrezca entre luces bellas
su Via láctea, que autorices
por alfombras y tapices,
cielos goza y pisa estrellas.
Y pues eres maravilla
del valor más inmortal,
quítale al sol su sitial
si no te asienta en su silla.
Y tú, cuya conñanza,
frágil hiedra de Jonás,
cuando iba creciendo más
y alentara su esperanza,
en llanto tu ambición trueca,
porque el humano favor
es una hierba que en tior
luego que nace se seca.
En un dia juez y reo,
libre y preso, esclavo y Rey,
de la fortuna sin ley
Oprobio y juego le veo.
Escarmienta en la grandeza
que hoy en ti abatida ves,
pues son hierros de tus pies
el oro de mi cabeza.
Que no importa que bizarro,
cuando á ser monarca vengas,
la cabeza de oro tengas
si al Hn son los pies de barro.
En este castillo preso
le servirán de lición
los consejos de Solón
y el desengaño de Creso.
Que, para poder vengar
mi injuria y lu tiranía,
por matarle cada dia
nunca te pienso malar.
Llevalde.
Fasklo. Dióme el poder
la mano subiendo yo;
si la escala se quebró
jqué mucho venga á caer?
llaga la suerte inclemente
prueba en mí, que hasia morir,
a lo menos en sufrir
seré más que lú prudenic.
Que no irritaré tu furia
hablando en tu menosprecio,
porque sé que el preso es necio
que al juez gon la lengua injur
ESCENA V
Sale EFBAfM con una carta.— liunoon.
Efhaím. Aquesta trujo un correo
para Faselo to hermano,
y siendo d fin inhumano
que tuvo su reino hebreo,
huyó de ti, que ignorante
no le aseguró el temor
las leyes de embajador.
Mira si es algo importante.
HepoDES. (7'oma la caria y ler.)
«Si acaso á tu hermano has muerlt
por casarle con su esposa.
por ser la honra peligrosa.
lo que hay en ello le advierto.
Kn mujer ausente es cierto
ser mudable la mejor;
Josefo. el gobernador
que diste á Jerusalén,
á la Infanta guarda bien,
mas no con ella tu honor.»
¡Cielos! ¡Oh celos! ¿Creeré
lo que este papel añrma?
No; porque caria sin firma
si no miente no hace fe.
Pues ;cómo satisfaré
sospechas que hace al temor?
{l.ee.y «Josefo, el gobernador,
que diste á lerusalén,
á la Infanta guarda bien
mas no con ella lu honor.»
Agora, alma, ^os acobarda
un papel sin más consejo?
¡Josefo, cielos, Josefo,
la Infanta y no mi honor guarda!
Vuestra venganza, ,;qué aguard^^
deshonra, pues os han muerto?nH
(i.ee.) «En mujer ausente es cierto^
que es mudable l& mejor. j»
¡Ah, peligros del honor
que os anegáis junto al puenoí
<il)e qué, corona, servís,
si ysi con afrenta tanta
SOIS cordel de mi garganta
qucá darme muerte venís?
Pisaréos, pues sufrís
agravios de una mujer
sin que os ose más traer
mi cabeza deshonrada.
porque afrenta coronada
echaráse más de ver.
¡Válgame Diosl ¡que se guarde
con tanta industria la vida
de acero y hierro vestida
tras las murallas cobardes!
¡Que no osando hacer alarde
del tro naturaleza
guai'de tamo su riqueza.
^^^^y ACTO TERCERO IQQ ^^H
que le sirven las montañas
Bastara el ser yo tu esposa, ^^^H
de cofres, cuyas entrañas
cuando no fuera mi eslado ^^^H
aseguran su aspereza!
de estirpe tan generosa ^^^H
Con naves de nácar cierra
Cumo la que ella ha heredado. ^^^^H
las perlas que esconde el mar,
Apistób. ,;(in qué tu valor afrenta. ^^^^|
y aun no las puede guardar
Salomé hermosa, la Infanta? ^^^^|
del avaro y de su guerra;
Salomf.. En mejor lugar se asienta; ^^^H
con armas la fértil tierra
ni cuando entro se levanta, ^^^H
á sus plantas satisfizo.
ni cortesana hace cuenta ^^^H
archeros de espinas hizo
de mi. Fui á vclla á su casa ^^^H
contra el interés sutil,
que la sirve de prisión, ^^^^H
y hasta la fruta más vil
hallándola tan escasa ^^^^H
vistió el arnés de un erizo.
que su loca presunción ^^^^|
y que la honra que es suma
aun las altezas me tasa. ^^^^|
de todo el valor y ser,
Una vez sola me dio ^^^^|
la fSe de una mujer
ei;te titulo en un hora ^^^^|
que es viento, sombra y espuma!
que conmigo conversó, ^^^^H
¿Del humo vil, de la pluma»
porque Soberbia v señora ^^^^|
contianza se ha de hacer?
tantos rodeos buscó ^^^^|
¿Cómo ha de poder tener
y términos desiguales ^^^H
cargas del honor molestas
para mostrar la grandeza ^^^^^
una mujer Haca á cuestas,
desús humos masque reales ^^^H
sin que le deje caer?
que por ahorrar de otra alteza ^^^^M
¡Ah, vil papel, en quien pinta
me habló por impersonales. ^^^^|
la deshonra mis desvelos;
Vo colérica. — «Ya sobras ^^^^|
si son veneno los celos.
(le dije) de descortés ^^^H
veneno es tambión tu tinta!
y ambiciosa fama cobras, ^^^^H
La muerte, en suma, sucinta
que quien en palabras es ^^^H
me has dado, pero castigos,
avara, ,;qué hará en las obras? ^^^H
jay, renglones enemigos!
No hayas miedo que destruyas ^^^H
en mis manos; mas deshonra
bien criada tus grandezas, ^^^H
es, rasgándoos, contra mi honra
pues cuanto más serlo arguyas ^^^^|
multiplicar los testigos.
y me dieres más altezas, ^^^H
(Rasga el papel y ruelt>e á cugtr ios
aumentarán más las tuyas. ^^^^|
fragmentas.)
Infanta como tú soy, ^^^H
Vuelva á cogeros mi afrenta,
que seré, si roto os dejo.
* con tu hermano desposada, ^^^^|
no en menor estado estoy ^^^^^
ni tú tan entronizada ^^^^^|
como quien rompe el espejo
y en pedazos le acrecienta.
En vano mi agravio intenta
vengarse en vos; pero rabio,
y aunque no es mi furor sabio,
soy toro, á quien se le escapa
el dueño y hace en la capa
demostración de su agravio.
que asi me desprecies hoy. ^^^H
¿Qué imperio romano alcanza ^^^H
tu ambición, que crece al doble, ^^^^|
y te obliga á tal mudanza. ^^^^|
no campea en el más noble ^^^^M
mucho más la buena crianza? ^^^H
Respondióme: — Sí, campea.. ^^^^|
Honra: Mor sois que se agosta
con vientos de una sospecha;
celos os da la cosecha
mas no con su desigual, ^^^^^
y aunque real tu sangre sea ^^^^^
no iguala á mi estado real, ^^^^^
del amor á vuestra costa.
¡Hola!, ensilladme una posta:
á Jerusalén, engaños,
que son los instantes años.
¡Averigüemos, desvelos,
si son infiernos los celos,
que eres, en ñn, idumea. ^^^H
Yo, que de A braham dcciendo ^^^H
y de David he tenido ^^^^|
la corona, que pretendo ^^^^^
por nril años he traído ^^^H
la s.Hngre real que estás viendo, ^H
. lo que serán desengaños! (Vanse)
y si á tu padre hizo el cielo ^H
Rey, dispensando en las leyes ^H
^^m
que hace el poder en el suelo, ^H
^V ESCENA Vi
¿qué sé yo, si guardó bueyes ^H
en Palestina tu abuelo?» — ^H
Salen Sai.om£ y ARisróauLO.
Levantóse airada y loca ^H
yendo á responderle yo ^^^^M
por lo que a su honra toca, ^^^^^
RisTÓB. Bella esposa, ten sosiego.
tLOMÉ. Menosprecios de la Infanta
y descortés me dejó ^^^^^
á mi enojo añaden fuego;
con la palabra en la boca. ^^^^|
no ha de ser su riltivez tanta
Mas no importa Que sí alcanza ^^^H
la carta que hoy á Faselo ^^^H
como la que á ver hoy llego
en su ánimo levantado.
le despachó mi venganza, ^^^H
200 LA VIDA DE HERODES ^^^
satisfacerme recelo
no es tan bárbaro Faselo ■
quitando á la esperanza
que en su sangre misma bañe I
Que siendo su esposa tiene
del solio y real posesión
sus manos. ■
Mariad. Hacen los celos W
que Judeá le previene,
mil crueldades. fl
y su loca presunción
JoscFo. Tus recelos fl
verá en lo que á parar viene.
la cuerda prudencia engañe. ■
Akistüb. Anda, no mires, mi bien.
Faselo no es rigoroso M
en aquesas liviandades;
ni de manera terrible ^^^|
ames, si me quieres bien,
que el natural apacible ^^^H
de su valor generoso
á renovar amistades
conmigo á su cuarto ven.
trueque en ha/aña tan fiera,
SAI.O.MÉ. ^Qué dices? ¿Yo, tal bajeza?-
ya ves cuan opuestos son
AfiiSTÓH. Üye, que ella sale acá.
los dos en la condición.
Sai.omí.. Excusemos su grandeza.
y que quien los considera
que el palacio rodeari
tiene por menos tratable
por no intitularme alteza. {Vanse.)
á lu Herodes que á Faselo.
Mapiaü. Su muerte es la que recelo;
mas, haga el hado mmutable
ESCENA Vil
lo que quisiere, que yo,
viva ó muera, determino
Saltv M AKiARNKS y Scar.ro
seguir el mismo camino
que el cielo á mi esposo dio.
JosEFo. Tanto te adora como esto.
JosF.Ki. Divierte esos pensamientos,
Makiad. Muerte mandó que me dieses
no siempre en eso imagines.
cuandu la suya supieses.
.Mabiaü. Cuando á eso me determines
JosEFO. No le es el rnorir molesto
¿cómo si mis pensamientos.
tanto como el ver que quedas
ya duerma, ya este despierta,
á la tirana elección
siguiendo á mi esposo van.
de Faselo, en ocasión
cniretenerse podrán,
que persuadida del puedas,
ni qué habrá que los divierta?
olvidando la venganza
Josefo. Con ellos mismos podrás h
de su muerte, ser su esposa;
consolarte y divertirle, H
que en las mujeres es cosa
no llegues á persuadirte ^
ordinaria la mudanza
que es muerto tu esposo; rnts
y más en muerte ó en ausencia.
imagínate que viene _
Mapiad. Mal de mi se satisface
por Kcy de Jerusalén, ■
auien tan poco caudal hace
ae mi amor.
y por que se haga más bien. ■
si es que aquesto te entretiene, I
JosEKo. ¿Con qué paciencia
finjamos que Heredes soy, V
morirá quien te dio el alma.
que habiendo vencido Augusto
si para mayor castigo
á Marco Antonio con gusio
te casas con su enemigo?
de su Vitoria VL^ngo hoy J
Mariad. Nunca dio fruto la palma
á transformar tu tristeza ^^H
si su consorte ia quitan:
en abrazos y alegría, ^^H
aunque otro planten por él
que ya suceder podría ^^H
palma soy de Herodcs íiel;
salir mi ficción certeza.
cuando malalle permitan
Makiad. ¡Ay, que no soy yo, Josefo,
sus enemigos, ¿qué importa
tan dichosal
si no tengo de dar fruto.
JosEKo. Deja ahora
menos que en llanto y en luto.
de agorar tu bien, señora.
á quien mi palma me corta?
y haz esto que te aconsejo.
De mi esposo no me quejo,
Veamos con qué blasones
puesta que de m« opinión
sabes darle el parabién
no tiene satisfacción,
cuando entre en Jerusalén.
antes estimo, josefo,
.Mariad. No sé lo que en tus razones
que me mande dar la muerte.
hallo que me pronostican
y cuando él no la mandara
algún dichoso suceso;
yo mismo la ejecutara,
que me consuelas confieso.
que no es mi amor menos fuerte
JossFo. ¡Asi remedios se aplican
que el de Porcia para hacer
á la tristeza!
lo que sus hechos declaran,
Mariau. Ahora bien:
pues cuando dagas fallaran
aunque por ser tan pequeños
brasas supiera comer.
como tesoro entre sueños M
JoSBFO. A tu esposo guarde el cielo,
después más pena me den, fl
que es lo que importa, señora;
por buen presagio he tenido ■
porque, aunque tamo te adora.
tu propuesto pasatiempo; M
ACTO TERCERO
301
ncupemos asi el tiempo,
que en mi esposo no es perdido.
Salgo, pues, esposa mia.
jAy, principe de mis ojos!
No con sus rerlejos rojos
alegra el sol tanto el día
como tu amada presencia,
en tanto más estimada
cuanto menos esperada,
como de la cruel sentencia
del bárbaro fratricida.
^Libre, caro esposo, vienes?
Porque si tú mi alma tienes,
mal puede ofender mi vida
quien quitármela pretende,
siendo lú mi esposa bella
í el fiel depósito deila.
lfi.o. Bueno es, que mi mal suspende,
> Josefo, el entretenido
{ engaño que has inventado.
¡Ay Dios si en ti transformado
mi esposo hubiese venido!
Podra ser que profetice
su libertad mi mvención.
ESCENA Vlíl
Sale Hbmioks actchando.—OicMo%.
0ES.
lAD.
a>Bs
(Averiguad, confusión,
si lo qucla carta dice
es verdad, por vuestros ojos,
y satisfaceos de espacio.
Por la huerta de palacio
me han traído mis enojos
á este cuarto, donde espero
apurar mi pena cruel,
aunque si me ofende en él
no es cuarto, sino tercero.
Mas ]ay, cielos! no me quejo
sin causa, ni mentís vos,
papel; aquí están los dos
solos: la Infanta y Josefo.
Mirad, honra, desde aquí
sustanciar la información
que, puesta en ejecución,
ha de salir contra mi.)
Pasa, Josefo, adelante;
asegundemos favores,
presagios de mis amores;
?ue haces muy bien un amante.
iQué es esto, cuerdo temor.''
Si favores asegundan,
en los primeros se fundan
mis injurias, ¡ay, honorl
Vuestra muerte llorar quiero;
papel, en creeros me fundo,
si este agravio es el segundo,
^ luego vistes el primero?
¿Luego ya me han ofendido?
¿Luego habláis por evidencias?
Luego ¡ay, ciegas consecuencias,
mi muerie habéis conseguidol
♦iQue haces muy bien un ámame»,
dijo! Y un traidor también,
diré yo, y diré más bien.
¿Hay desdicha semejante?)
JosKFO. Digo, pues, esposa m(a,
que ya bien puedo gozar
tal nombre, sin recelar
del que usurparme quería
el titulo con que amor
hace de sus gustos ley,
que hoy ha de verme su Rey
Jerusalén.
Hkrodes. (íOh, traidor!
¿El reino me tiranizas?
¿Esposa á la Infanta llamas?
¿Ausente mi boda infamas?
¿Torpes bodas solemnizas?
¿Esto escucho y tengo seso?)
Mariad. ¿Cómo has vencido imposibles,
dueño amado, tan terribles?
Josefo. Dejando al Infante preso,
que tu esposo se llamaba.
Herodrs. (Preso imagina que estoy.)
Josefo. Trocó la fortuna hoy,
que de mudable se alaba
su prosperidad, de suerte,
derribando su ambición,
3ue á su reino y pretensión
ara triste ñn su muerte.
HEttODES. (Ya imagina que Faselo
dio á mí vida fin cruel.)
Josefo. Muerto, pues, y libre del
no hay de quién tener recelo.
Mariad. [Qué bárbarol
JostFO. iQué arrogante!
Mabial). ¡Qué indiscreto!
JosEKO. ¡Qué atrevido!
¡Llamóse, en (in, tu marido!
Mariad. ¿Cómo siendo tú mi amante
tienes celos?
JusEFO. Es forzoso.
Mariad. ¿Porqué?
Josefo. Amor es desconcierto.
Mariau. Pues ¿quién los liencdc un muerto?
JosEKo. (Ay mi bien!
Mariad. ¡V a y dulce esposol
Josefo. ¿No celebras mi venida?
Mariad. ¿Cómo?
Josefo. Dándome los brazos.
ESCENA IX
DtiCÜbrese lUkúOei.
HsRUDHS. Primero haciéndoos pedazos,
aunque en quitaros la vida
no satisfaga mi afrenta,
mitigaré mi furor.
|Vivo está Heredes, traidor,
aunque por muerto le cuenta
el honor que me has quitadol
jTorpe Flora, Heredes vive,
que hoy en tu sangre apercibe
lavar la honra que has manchado!
Mariad. ]Ay mi bien, que vivo vienes,
que vuelves con libcrtadl
Burlas en veras (rocadas,
abrazos y parabienes.
Herodes. ¡Aparta, adúltera cruel,
que ya engaños llegan larde
contra el afrentoso alarde
que he visto, y este papel
202
LA VIDA DE HERODETS
en oprobio tuyo afirma.
que aunque sin firma se ha escrilo,
mis ijjos, que lu deijto
han visto, sirven de firma.
JosKiro. iSeñorl
Hbrooes. ¡Ah, iafamesin ley!
¿señor nombras al que infamas?
¿mujeiá mi esposa llamas?
¿de mi reino te haces re^?
KSCENA X
Salen EniAÍit y llicf>nKL.— Dichos.
Flfraím. (5ran señor: yu sabe
Jcrusnk-n tu venida;
y alegre y agradecida
de que sobre el trono grave
de su silla te autorice
Augusto César, previene
triunfos, y á besarte viene
los pies.
Heroofs. ¡Ay suene in felice!
Prended á aqueste traidor,
no me entre ninguno á ver,
que mal puedo su rey ser
sin seso, vida y honor.
Cerrad esas puertas todas,
llevadme de aqui esta infame,
ninguno reina la llame,
que el tálamo de sus bodas
será un mortal cadahalso.
Kslé en el castillo presa.
¿Qué hacéis villanos? Daos priesa.
JosKFo. Mira, gran señor.
Heroi.es. ¡Ah falsol
¡Ah tirana de mi honor,
qué de engaños vites sabes!
Llevalda y dadme las llaves.
Maiiiao. ¿Hay tal crueldad, tal rigor?
iLUyanioK f
ESCENA X
HKRonBS soto.
¿Quién creyera, honra mía, que perdida
por un vasallo, su amistad borrara
y que una mujer fácil derribara
la tortalcza vuestra ya abatida?
El interés de una corona olvida
obligaciones, la belleza rara
postra amistades, y en la ausencia avara
el loco á la mujer ñrmeza pida.
Si el amor y el reinares tiranía
que derriba el honor del más prudente,
y el fuego del amor la ausencia enfría,
no es mucho que él me agravie y ellaafíenle,
{Malhaya, amén, el hombre que confía
de amigo avaro y de mujer ausente!
ESCENA XI
l-.i uAiM. Sal, gran señor, si pretendes
sosegar la plebe loca
que se alborota y provrxra
cuando ser su rey entiendes.
IIkroües.
Jerusalén, conmovida
de una nueva extraordinaria,
á tu corona contraria
en riesgo pone tu vida.
Tres Reyes que en el Orienle
diademas Arabia da,
y de Tarsis y Sabá
ciñen nobles cada frente,
con soberbia ostentación
y variedad de vasallos,
dromedarios y caballos
traen tu corte en confusión.
Reposteros de brocado
de su recámara real,
ofrecen al sol sitial
mejor que el sujo dorado.
I.as cargas debajo dcllos,
aunque cubiertas están,
en la fragancia que dan
desde los corvos canjcllos
odoríferos aromas,
muestran ser de más estima
que el bálsamo que sublima
en (iadir y ofrece en pomas.
Atan el sabeo aroma,
porque ir más suave pueda,
cordones de ñna seda,
garrotes de plata y oro.
V los penachos sin suma
que al aire adulan sutiles,
son portátiles perfsiles
que llevan montes de pluma.
Venerable majestad
representa el rey primero,
pagando en plata el Enero
los tres tercios de su edad.
Kl segundo, que retrata
de Abril el joven decoro,
censos loma al tiempo en oro,
que después trocará en plata.
V el tercero más robusto
con el enano se atreve,
bruñido á hacer que la nieve
su color envidie adusto,
pues la bella perfección
de su negra compostura
enseña, con la hermosura
de sus partes, trabazón.
Con esta presencia bella
han entrado todos tres
en tu corle, y dicen que es
su paje de hacha una estrella
que á vista desia ciudad
se les ha desparecido,
sin que el sol haya podido
suplirles su claridad.
V asi perdido su norte
contra la ambición, concluyes
que hasta las estrellas huyen
los peligros de la Corte.
Sigúelos Jerusalén,
miran las damas sus talles,
y ellos por plazas y calles
preguntan á cuantos ven
adundo está el que ha nacido
rey de los judíos.
Tente.
i
r ACTO TERCERO 203 ^^|
M. «Vimos su csirella en Oriente
los escribas convocad, ^|
y á adoralle hemos venido.»
no quede escriba ó piudenle ^^^B
»ES. ^'A adorar vienea al rey
en los libros de la ley ^^^|
que ha nacido á los judíos?
y profeta que no acuda ^^^H
¿Qué aguardáis temores niios.
á sacarme de esta duda. ^^^H
celos sin orden ni ley?
Sepamos quien es el Rey ^^^H
No ha un hora apenas que reino.
que encubriéndose de mi ^^^1
y cuando acaba un traidor
recién nacido me asombra. ^^^H
de quitarme el ser y honor.
Rey en mi agravio se nombra ^^^H
¿riie quila un muchacho el reino?
y trae de Oriente ha^sia aqui ^^^|
¿r.uándo hubo persona alguna,
los reyes de tres en tres ^^^|
cielos, que nacer rey pueda?
y predominando estrellas ^^^|
Hl reino que no se hereda
en todos nace sobre ellas, ^^^H
le conquista la fortuna.
que si acaso Dios no es, ^^^H
Pues ¿quién es éste que ahora
á pesar de la fortuna, ^^^H
nace rey y me alropeila?
si una vez sé donde está ^^^H
<Q)uién es éste que á una eslrtlla
túmulo suyo será ^^^|
manda ser su embajadora?
en vez de trono su cuna, {yans*.) ^^^M
¿Este que con ella avisa
^^^^t
tres Reyes y cortes hace,
éste que al pumo que nace
ESCENA XII ^^H
coronas de Oriente pisa?
Salen Tinso, Hato, Pachón y Pekisa. ^^^^|
Si le viene de derecho
á la sangre de Judá
Tirso. ¡Válgale Dios por chicote, ^^^H
' y á mS, idumco, me da
por pesebre y por poriall ^^^H
Roma el reino sin provecho,
Fiato, ¿vistes tal zagal? ^^^H
¿para qué Augusto me elige?
Bato. Lindo es, ¡voto á mí capotel ^^^|
De David la descendencia
Pachón. No nace el blanco cordero ^^^H
hereda esia preeminencia;
mientras que la oveja bala ^^^|
mas la ambición que me aflige
que vista el vellón pórgala. ^^^H
no tiene de permitir
más nevado que un Enero. ^^^|
agravio tan evidente,
No regocija el cabrito ^^^H
el que fuere descendiente
recién nacido al pastor ^^^^|
de David ha de morir.
por las peñas trepador ^^^^|
A Aristóbulo prended,
de rojas pintas escrito; ^^^^|
que por ser hijo de Hircano
ni el corzo, ó simple ternera, ^^^^|
su derecho tiene llano.
mientras que los pechos goza ^^^H
¿No vais?
cuando á la madre reto/a ^^^H
IM. SI, señor.
en el soto ó la ribera, ^^^H
{Vase unii.)
dan tanto gusto, pardiez, ^^^|
»Ks. Poned;
como el chicotíllo bello. ^^^|
1 nuevas guardas á la Infanta;
Fenisa. No hago sino ir á vello ^^^H
dad un garrote á Josefo,
y apenas Pachón hay vez ^^^|
nu quede mozo ni viejo
que me aparte del, que luego ^^^H
de la estirpe real y santa
me aquillotro por volver ^^^H
del Rey Profeta con vida;
^^^H
ponga esto en ejecución
Tirso. Debe de ser ^^^H
osa romana legión
el Dios de amor. ^^^H
en mi guarda apercebida.
Pachón. Ese es ciego. ^^^|
Mi vida importa su fin;
Mas estotro sus dos ojos ^^^H
muera también el Senado
como dos candelas tien, ^^^H
de los Setenta que han dado
par Oíos, dichosa es Belén ^^^H
tanta fama al Sanhcdrln.
en gozar tales despojos. ^^^H
No quede hombre en Israel
Ti»so. ¡Y que un pesebre sea cuna ^^^H
que sangre de David tenga,
de quien lleva al sol vcntajal ^^^H
aunque fama á alcanzar venga
Cuando le vi entre la paja, ^^^|
á Herodes del más cruel
Pachón, voto á mi fortuna, ^^^H
que vio el mundo; no haya hombre
que quitándome el pellico ^^^|
que en el siglo venidero
en somo del se le eché, ^^^|
si un rey quiere pintar fiero
sólo entonces envidié ^^^H
no le atribuya mi nombre.
del rey el toldo más rico. ^^^|
Sangre mi rabia derrame,
Bato. ¿En el heno estaba echado? ^^^H
que en ella mi reino fundo;
TiKSu. ¿No has visto cuando conservas ^^^|
quien cruel fuercen el mundo
entre la paja las servas ^^^|
Herodes desde hoy se ílamc.
ó el níspero coronado, ^^^|
• Esos tres Reyes de Oriente
la camuesa con su flor, ^^^H
i mi presencia llamad.
que tracen ambas mejillas ^^^^
^B 204
LA VIDA DE HERODES ^^^|
cual dama las salserillas
nos cantó el bello rapaz;
á pares de la color?
y luego: «en la tierra paz
Pues la competencia es baja,
á las humanas criaturas», fl
porque rio hay camuesa ó serva
Pachón. Gloria á Dios, paz á la licrr^|
enire la atocha ó la hierba
nos cantó; decís verdad. H
como el chico entre la paja.
TiPso. Y de huena voluntad. |
^^^^^^ACHÓN.
Yo cuando vi su hermosura
Bato. ¿Luego ya no ha de haber gtWí
le dije: «¡l*ardiez, garzón,
Tiuso. Si es el Mesías el chico.
que quien en la paja os pon
según Josef le da el nombre,
para comer vos madura,
her cuenta entre Dios y el hora
y pues en Belén os dan
paz perpetua. h
á cuantos os quieren bien,
Pachón. Del borrico, H
si es casa de pan Belén
Bato, yo esto enamorado. H
creo que sois el Dios pan
¡(3h, quién en él se volvioraH
que para que mos hartéis
de la iroj del cielo abaja.
y en el pesebre estuviera H
junto del zagal atado! ^M
pues como pan en la paja
Pardiez, por que no llorar»^*
hermoso grano nacéis!»
que le había de arrullar.
Debió entender mi simpleza
y en vez. Bato, de cantar, ^^
el tamaño.
sospecho que rebuznara, fl
^^m Fenisa.
¿Cómo así?
De parto estaba Fenisa, H
^H Pachón.
Porque se rió de mi.
(que el dia que me casé H
meneando la cabeza
como huevo la dejé fl
que tos rayos del sol dora.
de dos yemas ► dando prisa
^H
(jué, ¿se rió?
por las torrijas, y yo
^^1 Pachón.
Y juntamente
que goloso me comía, fl
llorara creo agua ardiente,
Batü, más que la freía; ^
pues me abrasa y enamora.
luego que el ángel cantó
^^B Fenisa.
¿Y la madre?
la gloria y paz de aquel modo,
^^m Pachón.
Ksaes la luna,
enamorado del son, ^m
el sol, el alba, el ciprés,
sin alzar el cucharón ^M
la rtor, la palma en Cades,
salí con sartén y tcxlo, ^M
la Fénix que sola es una.
y alegróme de manera H
^H Tirso.
¿Y el padre?
en la vüz, plumas y cara. H
^^1 Pachón.
El Jusepe es
que ero, si entonces bajara.H
esposo de niña tal.
que las torrijas le diera. fl
)adre dc-l bello zagal,
^ara en uno son los tres.
¡Y el buey, Balo, y el borricu!
■
^H Tirso.
^^m Pachón.
FSCENA Xltl M
^^m Fenisa.
Kn eso h?bias de parar.
Sa 1 1 LtiUdx — Dichos. ^H
^^B Pachón.
¡Par Dios! que le quise dar
■
mil besos en el hocico.
LisENO. Pastores: si queréis ver V
^Puesel manccbele hermoso
lo que no sé encareceros.
que de alas y plumas lleno
ni es bien por no deteneros.
el cielo volvió sereno
volvé al portal que ha de ser
y más que el sol relumbroso
más que el templo celebrado
que en aquella noche ó dia.
que á Dios labró Salomón.^
alegró nuesa majada
Venid, veréis el garzón ^M
con la divina embajada?
de tres Reyes adorado.
^H
|Pa;rdiobre, que parecía
que piden que los despache
un Ángel!
para sus remos con gozo:
^^H Fenisa.
Si era Ángel,
praia el buen viejo, oro el mc
¿qué mucho lo pareciese?
y el leicero es azabache.
^^M Pachón.
lAhao! Jmas que no se cayese
volando?
Perdiúseles una estrella
que les mostrara el camino.
^H Tirso.
¿No era Luzbel,
cuando á ver la corte vino.
el otro que por roín
y ellos, á escuras sin ella.
le echoren?
á Heredes hueron á hablar.
^H
¡Desdicha brava!
preguntando por un Rcye
que ha nacido y nuesa leyafl
^^m Fknisa.
Garridamente volaba.
^^^ Pachón.
Kra de Dios volatín;
diz que viene á mejorar. ^M
mas ¿qué hué lo que cantó?
Lleno el cruel de alhoroto.H
porque yo, por San Mingollo,
pidió que á adorallc fuesenS
que tengo Iraco el meollo
y por allí se volviesen, ^H
y no me acuerdo.
porque él humilde y devoU^H
^H
Ni yo.
quería adoral le también: ^H
^H TlKSU.
«Gloria i Dios en las alturas».
pero lo que desto saco ^M
ACTO TERCEBO
205
' que Herodes e« un bellaco.
Salió de Jerusalén
de \o^ ires la trinca bella,
>y apenas el campo pisan,
cuando contentos divisan
otra vez la hcrnnosa e!>lrella.
Y guiados al portal
venturoso de Belén,
aquel brinco de Dios ven
de oro, nácar y cristal,
en los brazos del aurura
que tal bello sol encierra.
Cada cual postrado en tierra,
los pies le besa y adora,
y de oro, mirra y encicnso,
iributo le van á dar.
Mas ¿cómo oso yo contar
ni medir lo que es inmenso.^
El portal que reverencio
es este del Dios de amur,
vcide y callad, que es mejor
^^ que la lengua aqui el silencio.
~ líSCENA XIV
ibrese un portal de heno, romero y paja. Heno
ÍOpoi de ni(j>«, y en ¿I ta adoración de los Reyes
|0 *t pinta.
BA..
ION.
k
•ÓN.
lóN.
¡Mermosa apariencia á fe
y de fe á lo que imagino,
que este aparador divino
por misterio le tendré!
Postrado el Rey viejo está
á los pies del Dios de amur.
Es del cielo Emperador,
por eso los pies le da.
[Dichoso el que en tales leyes
emplea alma y corazón!
No vi en mi vida. Pachón,
igual cuatrinca de Reyes.
Como es de amor la baraja,
gana el cielo el que aqui envida
el corazón y la vida.
^Cuatro Reyes sobre paja?
¿Ay tal cuatrinca? ,;Ay tal juego?
Y son los Reyes presentes
de manjares diferentes.
lis verdad, porque á ver llego
que el uno, que en negros pastos
y toscos reina, será
el r«y de bastos.
¡Verá
qué gallardo Rey de bastos!
Él viejo de reales ropas
que en la copa al niño ofrece
el incienso, me parece
que se llame el Rey de copas,
y el mozo que sus tesoros
rinde al chico y oro abate,
de eterna ley y quilate,
llamarse puede Rey de oros.
Pues el niño, si á vencer
viene al mundo y el pecado
de nuesa flaqueza armado,
Rey de espadas vendrá á ser.
Antes lo viene á ser iodo,
Fenisa.
TlHSO.
Bato.
Niso.
que Dios que el alma me abranda,
hoy profetizar nos manda,
y asi digo deste modo:
que si la divinidad
que encubre es el oro rico
que disfraza en el pellico
de nuesa morialídad,
y es infinita la ley
del oro de su rioueza,
según su naturaleza,
de oros el Niño es Rey.
Después, cuando se desangre
en el huerto, y el temor
de la muerte y su rigor
le obligue á que se de en sangre,
bañando llores y ropas
y ei cáliz de mi ventura
beba en copa de amargura,
será entonces Rey de copas.
Otro manjar le señalo
cuando se eclipse la luz
del sol y sobre la Cruz
el triunfo le entre del palo.
<,)ue si allá su Reino muda,
y con lal basto deshace
ías.culpas, contra quien nace
Rey de bastos es, sin duda.
Mísero quien le provoca
y en desgracia suya caiga,
cuando de dos filos traiga
la espada puesta en la boca,
que las almas condenadas
eternamente ai volcán,
por su desdicha sabrán
que este Niño es Rey de espadas.
ESCENA XV
Sitie Niso. — Dicno».
Pastores: el que tuviese
hijo al pecho de su madre,
para que el vivir le cuadre
escóndale, si no quiere
que el furor de un Rey tirano,
lobo de tiernos corderos,
bañe en leche los aceros
de su cuchillo inhumano.
Degollar los niños manda
que de dos años abajo
paguen en risa el trabajo
de sus madres, y en demanda
de ta inocencia pueril,
andan verdugos crueles
cortando tiernos claveles
que apenas sacó el Abril.
Sin que con él aproveche
el llanto que los socorre;
por las calles sangre corre,
y entre ellas candida leche.
Poco los ruegos importan
de las madres, que en sus brazos
los lloran hechos pedazos,
porque los pechos los cortan
para quitárselos dellos,
y sus gargantas segando
la teche que están mamando
i
306
LA VIDA DE HERODES
vuelve ¿ salir por sus cuellos.
Destc milano cruel
esconded vuestros poUuelos,
que sin admitir Consuelos
sus hijos llora H aquel.
Fenisa. ¡Ay desdichada de mil
Un niñu de trece días
tengo, y de las penas mías
consuelo; amigos vení
y en las peñas le esconda mus
que en estos montes están,
que, en fin, más blandas serán
que aqueste tirano.
Pachón. Vamos.
TiMsu. No es bien que en pámpanos podes
el majuelo de Israel,
tirano rey.
Fenisa. ¡lluego en éll
Pachón. Es un tigre.
Fenisa. Es un llerodes. (Vansíj
ESCENA XVI
SaltH ilsnoDKs, Hekhei., Jabel y ittrui.
Jabel. Sosiégate, gran señor.
Uehodes. ^Cómo queréis que sosiegue
quien la vida, el reino y honra
á un tiempo y á un punto pierde?'
La vida un traidor me quita,
la honra una mujer leve;
el reino, que aún no he gozado,
un niño que me atormente.
Hidrópico estoy de sangre,
njás sed tiene ouien más bebe,
dejad que me harreen ellas
y aplaque este fuego ardiente.
Mueran lodos, pues que muero,
y traspase en mi la muerte
toda la jurisdicción
que sobre los hombres tiene.
No ha de quedar de David
hombre ó niño en quien conserve
la esperanza que ha fundado
el remo sobre su especie.
La parca soy de las vidas,
cortaré en pámpanos verdes
los sarmientos que en Judá
f»ara atormentarme crecen,
'romelicronme volver
en hallando los tres Reyes
á este .Niño portentoso
que han adorado sin verle;
mas, pues que me han engañado,
y mi propósito aleve
conocen, pues temerosos
á avisarme del no vuelven,
paguen en él mis agravios
todos cuantos inocentes
á los pechos de sus madres
su amor alimenta en leche.
F'odri ser que muera entre cUos
el triunfador del Oriente
que, naciendo coronado,
cetros pisa y reyes vence.
Bañe en su sangre el cuchillo
el que mi vasallo fuere,
poraue el fuego en que me ab
puedan mitigar sus fuentes.
Í3e dus años tengo un hijo
3UC, engendrado en Mitiíene,
e la sangre de Judá
derecho a este reino tiene,
mas degollalde también
para que ninguno quede
exento de mi furor,
pues él pasa por sus leyes.
Jabel. Catorce mil y más niños
degollados enternecen
las piedras, que con su sang
no piedras, cera parecen,
jljn niño te hace temblar?
Monarcas rindes, ¿y temes
la inocencia de un infante^
Hf.ruues. Niño no, gigante fuerte
es quien gigantes conquista;
si recién nacido puede
postrar reyes á sus plantas,
jqué hará, vasallos, si crece?
Dejadme morir matando,
nadie me hable ni aconseje;
Rey soy, púrpura de sangre
es la.que mi rabia quiere.
ESCENA -XVII
Sale MiriLKNS con un niño en tot bracos
á ¡o bizarro, tlt judia.
MrriLEN. ^Cómo es posible, señor,
que á tu mismo hijo seniem
al riguroso cuchillo
de los verdugos crueles?
¿Tu misma nnagen deshace
Llega en este espejo á verte,
que de tu misma sustancia
con mis brazos se guarnecaí
La amada vida le diste,
¿qué dirá de ti el que viere
que lo que una vez has dado
avariento á quitar vuelves? J
Tu misma sangre derramas^
sanara, medico imprudente
la vena del corazón
que en fuego de mi amor
ESCENA XVIII
Salt otra Juuía con utra criatura en ta
JwdIa. Cielos, ¿cómo permitís,
si es que os preciáis de cler
tan bárbara crueldad?
¿Qué Phalaris, qué Diomed
hizo tal? Tirano rey:
¿qué hazañas á honrarle vien
¿qué triunfos te inmortalizw|
¿qué injurias te hacen oue M
¿Posible es que los balidor» ^
de este cordero inocente
no enternecen tus entrañas
y tus ojos humedecen?
Mátame á mi, deja un niño
^A DAMA DEL OLIVAR
■
h i
^H PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA ^^H
^^^V Don Gastón, caballero.
Gallardo. ^^^^H
^^H Don Guillen, ComcndadQr de Santiago.
Maroto» pas/or. ^^|
^^^m Niso, pastor piejo.
Ardenio, p<u^or. ^^^^H
^^H Con BATO. ;;L7s/or.
Montano, pastor. ^^^^|
^^^B Ni/ESTRA Señora.
Laurencia, pastora. ^H
^^^H Roberto, bandolero.
Marbelio, bandolero. ^^ñ
^^^m Doña Petronila.
Líbano, bandolero. ^^H
^H ACTO PRIMERO
Verbena, espadaña y juncia ^|
por el suelo derramé; ^M
agua de trébol CCh¿ ^H
en las pilas. ^H
^^H ESCENA PRIMERA
AhDENio. Bien anuncia ^H
vuesa mucha devoción ^H
^^^V Saltn Xiso, pastor piejo. Makuto, ConaAro,
la que en el alma encubrís. ^
^^^H Ahainio, Montano, Larkaooiies.
Niso. Galán, Marolo.vcnis. J
Maroto. Vo saco en la procesión ^H
^^H Niso. ¡brava (icstat
todas las galas que tengo. ^H
^^H Coi» BATO. Y la señora
El más pobre de Estercuel ^H
^^^H por quien se hiz<t, hermosa y mansa.
soy. ^H
^^H Montan. Quien en servilla se cansa
Corba ro. Y el más devoto del. ^H
^^^P lo mucho que pierde ignora.
Montan. Alegre en extremo vengo ^H
Akdenio. jBucn mayordomol
de haber visto cuan compuesül^
Niso. Y devoto.
las calles de nuestra aldea
Montan. Pastor que el ganado deja
estaban.
por tan bJanca y pura oveja,
Maroto. Toda desea
dichoso él.
her á nuestra Virgen fiestas.
Niso. En fin, Maroto,
Montan. ¡Que de pinos que plantaron
por ellas Y las mujeres
vos habéis dejado el cargo
con honra y fama.
con qué gustos y praccrcs
Maroto. Y vendrá
que las ramas adornaron
otro que me sacará
con sus basquinas de grana.
de la puja rico y largo.
Corbato. No dejaron paramento,
Nisu. ¡Qué buena estaba la i^^rcja!
cual si huera el monumento,
Maboto. Como pude la compuse;
cortina ó red aldeana
^^^L claveles en ella puse
^^^B desde el altar ¿ a reja.
que en las puertas y paredes
no colgasen. j
^^^^^^^^^^^^^^^^^ACT^BIMEBO^^^^^^^^^^^^^^a^^^^H
^^^^^^^ Pescarán
Maroto. ^A mí? '^^|
^^f ií en el mar del miindu están,
Montan. ¡Juro al Solo ^^^|
^" el cielo con lales redes.
que había de hcr aquel dia ^^^^1
>ENio. Pues á falla do pastillas
mil locuras de ptacerl ^^^|
no faltó incienso y espliego
Maroto. No sabré yo her buen casado. ^^^m
y aun estoraque, que el hue^o
Niso. Ya que en esto hemos tocado, ^^^B
no quemase en escodüias,
hombre que está sin mujer, ^^^H
que por las calles á trechos
Maroto, no es hombre entero, ^^^H
daban fausto y devoción.
pues le falta la mitad. ^^H
lnOTo. ¡Oh, qué incienso es la uración,
Maaoio. La mitad, ^cómor* ^^^H
1 y qué grandes sus provechos!
Niso. Escuchad: ^^^H
0- La fiesta, en fin, de Setiembre
,jDe nuesú padre primero ^^^|
en que nació nuesa estrella.
no dice el cura que á Eva ^^^H
ha estado extremada y bella.
durmiendo un dia sacó? ^^^H
ItoTo. Kl labrador are y siembre
Makoto. De sus huesos la formó, ^^^|
los granos que el hielo cubre
Niso. ,jLuego la mitad le lleva? ^^^|
y restituye en Agosto;
Maroto. No me casaré, aunque pueda, ^^^|
llene las cubas de mosto;
con mujer que en eso da, ^^^H
coja la fruta en Octubre;
que al hombre le quitará ^^^H
compre y venda el mercader
la otra mitad que le queda. '^^^H
en las herias y mercados,
Y á f e que es cosa inhumana ^^^|
traten de armas los soldados.
que, formándose de un hueso ^^^|
vista galas la mujer.
tan firme, tan duro y tieso, ^^^|
Los sabios estudien leyes,
la mujer sea tan liviana. ^^^|
tienten pulsos los dotores.
Dalda á la buena ventura; ^^^|
dense placer los señores
que es, a! ñn, la más hermosa, ^^H
y ganen tierra los reyes.
Mientras yo apaciento el halu
si de carne, peligrosa; ^^^|
y si de hueso, muy dura. ^^^ñ
donde el manso m» conoce.
Arueniu. No decís mal. ^^^|
el corderino retoce
Maroto. Y aun por eso ^^H
y se encarame el chivato.
las mujeres, Niso, son ^^^|
Que más precio los halagos
de tan mata digestión: ^^^|
con que el masiin me hace tiestas,
que no se digiere el hueso. ^^^H
la leche en tarro, las tiestas
Niso. Pues mi Laurencia no es tal, ^^H
que dan el deleite á tragos;
ni en liviana ó dura peca, ^^^H
á la noche en casa la olla,
que en lo amoroso es manteca ^^^^
y al amanecer las migas.
y en lo honrado pedernal. ^^^^
que de los ajos amigas.
No hay en Aragón mujer ^ ^^^|
son deudos de la cebolla;
que mijor os pueda estar, ^^^M
y Kas ellas una misa
y si os la vengo á pintar ^^^H
al alba en que el sacrislén
yo sé que la heis de querer. ^^^H
dice cantando el amén
Sus años verdes y en llor, ^^^H
sobre el sayo la camisa,
y su hermosura en la aldea, ^^^H
que cuanta riqueza guarda
no hay borrico que la vea ^^^|
el avaro.
c^uc no rebuzne de amor. ^^^|
DNTAN. A eso me acolo.
Ls de una imagen su cara: ^^^|
«ABATO. Venturoso vos, Marolo,
,;con qué la lava? dirás; ^^^|
que el temor no os acobarda
del señor, como al privado.
moTo. Bueno me le ha dado Dios.
con lleve el diablo lo más ^^^|
que un caldero de agua clara. ^^^|
Los cabellos, no dirán, ^^^|
IDEMO. Medra su hacienda por vos.
son que al sol causan vergüenza, ^^H
%n. A buen amo, buen criado.
y cuando en cola ios trenza ^^^|
kROTO. Don Gastón de Barda j i.
en las rodillas la dan. .^^^|
noble señor de Estercuel,
La frente bruñida y lisa, ^^^|
ni es soberbio ni cruel;
las cejas sonde amor arcos, ^^^|
desde que su pan comi
los ojos, si no son zarcos, ^^H
mil mercedes Dios me hace.
provocan á amor y á risa. ^^^|
W. Mucho priva con el Reye.
Pues los carrillos, no hay mozo ^^^|
»ROTo. Conoce su esfuerzo y leye,
que no cante al descobrillos: ^^H
por eso le satisface. •
«.Más valen vucsos carrillos ^^^ñ
A conquistar á Valencia
que el carrillo de mi pozo.» ^^^|
' el Rey don Jaime partió
De las nances no pocos ^^^^
y consigo le llevó.
han dicho: «Alegre estuviera, ^^^|
jgo. Tiene en la guerra experiencia.
Laurencia, si amor me hiciera ^^^|
1 Que os hallase me holgaría,
de vuesas narices mocos.» ^^^^
^_^ cuando volviese, Maroto,
¿Pues qué la boca? Aunque pasa^^^f
mtk casado.
de raya, limpia y risueña; ^^H
r '^COUEDIAS UE TIRSO ÜE MOLINA.— TOMO II
"^^^H
210
LA DAMA DEL OLIVA»
que no es bien que sea pequeña
la portada de la casa.
Los dientes altos y bajos,
en hilera y procesión,
piñones mondados son,
A lo menos dientes de ajos.
¿Qué diré de los hocicos,
son que amapolas parecen
cuando entre los trigos crecen?
Pues los dos hoyuelos chicos
que hace en riéndose, el cielo,
¿ tener allá su cara,
en ellos ero que jujeara
con el amor al hoyuelo.
Pues la barba, ¿qué otra cria
más abajo de cristal.'^
Con ella el mejor za^al
barba á barba la abriri».
Las tetas son naterones
y los corpinos encellas,
que mamara amor en ellas
á no encubrir los pe/ones.
Las manos, que nunca adoba»
más brancas fueran que el pecho,
i no habellas callos hecho
Ía el cedazo, ya la escoba.
a cintura puede entrar
(Señala los decíus.)
aquí, y si amor navegara
mijor su estrecho pasara
ipardicz! que el de Gibraltar.
Pues aquella redondez,
monte de nieve y cristal,
rodará encima el biial
por ella amor cada vez.
Pues las piernas, si en el río
lava, porque el cristal borre,
corrido de vellas corre
más aprisa y con más brío.
Los pies calzan once puntos,
cuando la aprieta el botín;
mas sea ella honrada, en lin,
que no mirareis en puntos.
Pintada os la tengo toda,
fmesto que mal y en bosquejo,
o demás allá os lo dejo
para el día de la boda.
|)ISaroto> No del todo me despido
de daros, Niso, placer,
que, en lin, la buena mujer
suele hacer bueno al marido;
pero venga mi señor,
que lo que ha de ser dirá.
. Nlso. R ico dote se os dará,
que aunque es mi hija la menor,
por velSa con vos casada,
vos prometo dar, Maroto,
un pedazo destc soto
y media fanega arada
de tierra, catorce ovejas
y seis cabras con el perro,
la barrosa y el becerro,
una casa con sus tejas,
que no de techo pajizo;
una cama con su ajuar,
un San Miguel, que pintar
en una sábana hizo
mi abuela, que Dios perdone
y dos calderas también
con su cuchar y sartén
que rojas las migas pone.
ESCENA II
Sale Um Cnubo.- Dichos.
Maroto. Todo es bueno, y lo mejor,
ser Laurencia vuestra hi)a.
Criaou. El puebro se regocija
porque viene mi señor
de Valencia y ha dejado
al buen Reye en Zaragoza.
Maroto. No en balde el monte le goza
y se está riendo el prado,
que no hay señor que le iguale.
Ntso. Bien podéis eso decir.
CoRBATO. ]y\o! vámosle á reccbir;
pero al encuentro mos sale
ESCENA in
J
Sale boK Gastón, bizarro dt camíNO.— Dicro
Gastón.
Niso,
Maroto
Gastón.
Niso.
Makoto.
Gastón.
Maroto.
Gastón.
Maroto.
Gastón.
Niso.
ÍjASTÓN.
jOh, mis zagales: Alcalde,
Corbato, .\rdenio, Maroto!
Llegad, Jas manos besalde.
No en balde se alegra el soto
ni está verde el prado en balde,
viéndoos, señor, con salud
en vuesa tierra y vasallos.
Ilucigome con su quietud,
que no puedo dcseallos
mejores.
Por su virtud.
¿Cómo venisde la guerra,
buen señor?
Gracias á Dios
viiorioso.
Nuesa tierra
estaba triste sin vos.
Es, en lin, mi estado y tierra.
El ganado que apaciento,
y por ser vuestro es dichoso,
sin vos dejara el sustento.
El cordero temeroso,
que da los brincos á ciento,
balaba por don Gastón;
las ovejas os llamaban;
y con ronco y triste son,
por suspirar, rebuznaban
ios borricos, con perdón.
Secábase el prado ameno,
donde el hato llores pace,
de luto y tristeza lleno,
porque todo este mal hace
la ausencia de un señor bueno. ^
L>ebéisme esa voluntad. ^M
¿Qué ha habido de guerra? V
QuedK
conquistada la ciudad
de Valencia, donde pueda
renacer la cristiandad
que el mahomético Profeta
desterrú por Untos años.
Borró del la el Rey su seta
llena de vicios y engaños;
ya queda segura y quieta,
su mezquita consagrada,
sus cautivos redimidos,
su soberbia derribada
y con blasones debidos
eternizando su espada,
el Bey don Jaime glorioso,
tan agradecido al cielo,
que, devoto y generoso,
premió con divino celo
al estado religioso
fundando cuatro conventos
en ella.
«OTO. ]Gran cristiandad!
STÓN. Honró Dios los pensamientos
de su liberalidad
con milagrosos portentos;
porque cerca de Valencia,
al tiempo de conquisialla,
para mayor evidencia
de su amor, nuestro Rey halla,
animando su presencia,
un retrato de aquel sol
que, abrasando á Dios de amores,
le vistió de su arrebol,
ün ramillete de flores,
gloria del suelo español;
un tanto monta del día;
una suma del jardín
que á Dios se aposenta y cria;
un cielo en el suelo; en tin,
una imagen de jNlaria,
que en medio de aquella sierra
el Godo escondió del moro
y en sus entrañas encierra
aquel divino tesoro,
feliz paz^de nuestra guerra.
Desde qu'c el campo asentó
en su sitio el santo Rey;
Salomón que á Aragón dio,
por defensa de su ley,
el que por ella murió.
Cada noche aparecía
un resplandor soberano
sobre el monte que escondía
á la que á Dios hizo humano,
que al sol competencia hacía.
Música alegre sonaba,
dando tal gusto el oitla,
que ta devoción juzgaba
ser de ángeles la capilla
V su autor quien la entonaba.
Determinóse de ver
el Hty el misterio oculto
que allí se podía esconder,
y con religioso culto
el primero quiso ser
que, con la azada villana,
para que todos trabajen.
cavase.
I APOTO. |Fe soberana!
ÍASTÓM. Y hallando una hermosa imagen
debajo de una campana,
alegre con tal tesoro
dio su Vitoria por cierta.
Maroto. De placer devoto lloro.
ÜASTÓN. (l^on los obispos concierta
para que este con decoro,
que un monasterio real
allí mismo se edifique
á su devoción igual,
y que á la Merced se aplique
y se de á su General
Fray Pedro Nolasco, piedra
sobre quien Dios ediñca
la Orden que por él medra,
con el cuarto voto rica
de la caridad, que es hiedra
que á Dios alcanzan sus ramas.
Urden de tantos favores,
que, eternizando las famas
de sus hijos redentores,
los Fénix son de sus llamas.
Fué el santo Rey fundador
de ia Orden militar
dándola ser y favor,
con que se quiso llamar,
como Dios, Rey redentor.
Y, en tin, como era su hechura
y de su celo heredera,
dalle la imagen procura
de la que es de Dios esfera
y cifra de su hermosura.
Labró, en hn, en su montaña
el templo, y hasta él con licsta
la coloca y la acompaña.
La imagen del Puche es esta
3ue ha de ennoblecer á España;
e que vengo tan devoto
y envidioso, que quisiera,
á merecerlo, Maroto,
que de mi estado heredera
viniera á ser.
Maroto. jQué buen voto!
Dome á Dios, mi buen señor,
que es como suya esa fe,
y que me muero de amor
por ella, después que sé
latí milagroso favor.
Pero no se desconsuele;
sirva y pretenda tal dama;
róndela, aunque se desvele,
que á la casa de quien la ama
venirse de asiento suele.
Soltero es, no hay tal esposa
como la Virgen María,
que es discreta y es hermosa,
no pasa por ella día
ni es en las galas costosa,
que el sol de vestirla trata
con cintas de resplandores,
de estrellas sus trenzas ala,
chapines trae de valores (t)
con sus virillas de prata,
pues los adorna la luna;
dote suyo son los cielos,
do no hay temer la fortuna,
(I) Ea el original: «valor».
^^m 212
LA DAMA DEL OLIVAR ^^^^H
y, en fin, no le dará celos,
y perdone que me vo ^
que C5 lo que más iinporluna.
porque hay mucho que cerner.^i
^^^ Gastón.
¡Oh, qué buen casamentero,
G PILLEN. Aguardad uo poco. ^H
AlaroUi, sabéis hacer!
LAtTHKN. Mire... ^H
I Nisu.
Pues sabed, señor, que quiero
Gt;iLL¿N. ¿Qué? ^m
helle novio ton mujer
Lauken. Que le enharinaré. ^H
que vos aprobéis primero.
Gi;ili.é:n. Yo sé cuándo menos dura ^H
H Ardf.nio.
Al menos de nuesos volos
mr escucha badcs. ^H
lo que esto le importa sabe.
Laupen. Cerré ^H
H Mahui'u.
l>c lo ajeno manirrotos
las orejas con candados. ^H
SOIS.
GiTiLLÉN. Pues ¿por qué es tanto desdcn^^
H Niso.
No es bien que en vos se acabe
Laupen. Porque tiene el corazón
la casta de los Marotos.
muy ancho y caben en él p^
H Gastón.
V vos ,jqué decis á esto?
á {;ruesas, como botones, ^M
H Makoto.
Que el casarse no es delito.
las pastoras que mantién. ^H
y aunque es el estado honesto
Cabatleru «.-s de Aragón, ^H
mijor, á vos me remito,
subre su pecho se ve ^H
en quien tengo el gusto puesto.
la Cruz que de Montalbán ^H
H Gastón.
Pues si está en mi parecer.
le encomendó nuesa Ke. ^H
vamos agora á palacio.
Pero ¿qué importa que traíRa,
que hay mucho en esto que hacer.
mostrando que es hombre fiel.
y ha de mirarse despacio
á los pechos la Cruz roja JM
esto de tomar mujer. (Vttnst.)
si en eli alma el diablo tien? ^H
Los que son Comendadores ^H
y t^a bal teros como él ^H
ESCENA IV
damas sirven de palacio ^H
cun estrado y con dosel. ^H
H Saltn
noN GuiLLFN con hábitu de Santiago,
Deje villanas groseras ^H
^ft y LAvitKt<í,tA,i:omo que ha cernido.
de sayal y de buriel, ^H
^^^^_
que no es bien coma Iruchuclí^^
^^^H
Déjeme cerner mi harina.
quien truchas puede comer.
Guillen. Ln fin, ¿ya me despedís? ^^
^^H Guillen
Laurencia hermosa, cerned
pensamientos de mi amor,
En lin. ¿ya no me queréis? ^H
porque la harina apuréis
Lauke.n. No, queda mal fin á todas ^^M
de esperanzas candeales
y un mal ñn es de temer. ^H
que con el a^ua amaséis
Guillen. Escuchadme una palabra. ^H
de mis ojos, y cozáis
Lauhen. Ya le he oído más de diez I
en el horno de :r.i fe.
y no quiero escuchar once, ^J
Celos serán levadura,
Giiii.l^n. Acabad. ^^M
tan agria cuanto cruel.
Laiiren. Apártese. ^^M
que os dacá pan blanco y tierno.
Guillen, No puedo. ^H
^^^^ Laubbn.
No le como si IrechcL
Laüren. Pues ipor mi vida!.i^|
Mire que he de amasar hoy,
Giui i.[^N. ¿Qué? ^H
vaya con Dios su mcrcé
Lai'ken. Que le enharinaré. ^M
y á las bobas diga amores,
Guillen. Pues en esquiva habéis dado, ^1
porque yo ya sé quién es.
y vos sola en Estercucl J
^^H Guillen
. ¿Quién soy?
no estimáis mi voluntad, ^m
^^H Laiiren.
Amante común
adiós. ^H
que enamora cuantas ve,
Laiiren. ¿Luego vase? ^H
mesón que iodo lo acoRc,
GtiiLL¿N, Pues. ^H
fuente que da de bclicr
LAuneN. Vaya con la maldición. ^H
á gente de toda broza,
Guillen. ¿Qué más maldición queréis WM
prado concejil en quien
que partirme y no obligaros? "^
pacen de comunidad
LAifREN. En hn, ¿se va? |
hierba que muta después.
Giru.LtVi. ¿Qué he de hacer? i
Yo no tengo más de un alma,
Laühe:.. Vulved acá, caballero, j
sólo un duL-ño ha de tener,
no seáis tan descortés, ^í
que con una volunta
a una sola quiera bien.
Sola vos SOIS, sol hermoso,
que los noes al principio ^H
son síes en la mujer. ^^M
^^V^ Guillen.
No estáis ducho en conocernos^ '
en quien me siento encender,
y pues no lo estáis, sabed
féoix sola en hermosura.
que las palabras que habramú^
^^H Lauhen.
Vaya, señor don Guillen,
han de entenderse al revés.
y venda esos morrimullos
Guillen. Pues ¿qué quieres?
á Coiistanza y á Isabel,
I.auren. Quenoosv«is> ^
burladas de sus promesas
Guillen. Pues ¿liénesmc amor? i
como Polonia y Inés,
Lauhen, SI. if9. J
ACTO PRIMET^Ó a'ífl^^
i. ¿Mucho?
Guillen. Echemos cosas á un lado, ^^M
Mucho, que es con crios.
Laurencia, de amor laurel, ^^^H
(. ¿Quión te los causa?
de quien es mi amor Apolo, ^^^^M
Isabel.
aunque más dichoso queél. ^^^^|
i. AborrézcoU.
Un mes ha que estoy perdido ^^^^H
Mentides.
por ti, juzgando este mes ^^|
<. iviucho sabes.
por siglos de dilaciones, ^^^^H
Mi mal sé.
propiedad del bien querer. ^^^^|
Yo he sabido que tu padre. ^^^^|
1. ¿Dónde la vi?
íín el molino.
de mi amor padrastro infiel, ^^^^H
N. Yo, ¿cuándo?
casándole darme intenta ^^^^|
r. Vos, y aniiyer.
con celos muerte cruel. ^^^^H
H. ¿Enamorado?
¿Será, pues, razón, serrana, ^^^^H
1. Y perdido.
que esperanzas que sembré ^^^^|
N. Pues ¿quó la dije?
goce un tosco labrador ^^^^f
1. *Mi bien.»
de quien esposa has de ser? ^^^^H
N. ¿Hubo más de aqueso?
¿Que un rústico sea hortelano, ^^^^|
r. ¿Pues?
que coja de tu ^^^^H
K, ¿Qué hubo?
la Hor primera debida ^^^^M
U La embracijastcis.
á la iniaf>en de mi fe? j^^^^H
H. ¿Eso qué imporia?
Primero que tal consienta ^^^^H
I. jOh, cruel!
he de abrasar á Estercuel, ^^^^H
N. ¿Pues un abrazo?
y en venganza de mis celos ^^^^|
L Es luchar.
Nerón seré aragonés. ^^^^^H
w. ¿Para qué?
Laijreiv. Pues ¿qué queréis que yo hagaí^^^^^
r. Para caer.
GiMi.i^N. Que esta nuche entrada des ^^^^H
». Si tú me quieres...
á atrevimientos de amor ^^^^H
í. i;Q*ué hará?
que facilita el querer. ^^^^^M
N. Aborrccella.
Por las tapias de tu casa ^^^^H
1, ¿Y después?
confiado subiré ^^^^H
N. Ser amante tuyo.
de que desvelada esperas ^^^^H
*. ¿Y luego?
en tu huerta, y si una vez ^^^^
N. Adorarte á ti.
las primicias de tus gustos
i. ¡Qué bienl
gozo, en bronce escribiré
N. Yo lo juro.
obli}>aciones que al tiempo
i. ¿De qué modo?
jamás pueda deshacer.
N. Por tus ojos.
¿Qué respondes?
s. Burlas ven.
Lauren. Que no vengas.
N. Por el ciclo.
GuiLi ÉN. ¿No, dices? Si le he de creer.
s. Está muy lejos.
) ci no en la mujer es si.
;n. Por m¡ fe.
porque habláis siempre al revés,
H. No guarda fe.
tu no misterioso adoro. ,
n. Por mi vida.
Llega y dame...
H. Moriráse.
LAtrPEN. Apártese
|L Por esia ciuz.
que está muy limpio.
■ iPune ia mano en la det ptchu.)
(¡uruLÉN. «;Qu¿ importa?
' No la cree.
LAdKEN. .--Qué? que le enharinaré. (Vd»i#.)
;n. Por Dios.
N. Es un mal cristiano.
W. Pues ¿por quién quieres?
ESCENA V
M, No sé.
:n. Fía en mí.
Salen Mahoto, Niso.Cokbato, Montano, D«ii GastóH
N. ¿Sobre qué prendas?
y CüíAOos.
m. Sobre el alma.
N. (ráseme.
Don Gastón.
:n. ¿No es prenda seuura?
N. No.
Marolo: lo que Niso me ha pedido
CN. ¿Por qué?
está puesto en razón, y es justa cosa.
N. Por que no se ve.
Kn mis manos habéis comprometido
CN. ¿Quieres otra?
la elección de casaros provechosa.
K, G.)mo fuere.
Hoy de Laurencia habéis de ser marido.
it*. Mis brazos.
que es rica, cuerda, honesta y es hermosa.
M. Arrédiese.
y Dios le dice á Adán cuando le cría
En. ¿Qué recelas?
que el hombre no está bien sin compañía.
«, Que he cernido...
Cuando á medias se llevan lus trabajos
|fe ¿Pues?
no pesan tanto, y es el yugo leve
■ Y le enharinaré.
de amor, que hallando alguno estos atajos
214
LA DAMA DEL OLIVAR
á caminar con más valor se atreve;
los altos Reyes, los pastores bajos,
para pasar la vida triste y breve,
buscan mujer, en cuyo estado amable
muestran que el hombre es animal sociable.
La tortolilla con suspiros quiebra,
viuda, los vientos por el bien que pierde,
y mientras las exequias le celebra
huye del agua clara y roble verde.
Enlaza á su consorte la culebra;
si la hiedra amorosa al olmo pierde,
da, pálida y marchita, testimonio
de los bienes que causa el matrimonio.
Un hombre solo triste vida pasa;
los más breves pesares son prolijos:
casado en paz, la más estrecha casa
es alcázar y corte los cortijos.
Cuando del monte deis la vuelta á casa,
¿hay gloria como ver los caros hijos
al lado tierno de la madre honesta
que os sale á recibir y os hace fiesta?
Esto ha de ser. Maroto; este es mi gusto;
yo. que también casarme determino,
quiero que en este estado santo y justo
abráis á mis intentos el camino.
^En buena edad estáis, mozo robusto
Sois, y que llevaréis bien imagino
cruz del matrimonio.
Maroto.
El que es prudente
recela de tal cruz ser penitente,
Pero, en fin, pues vos dais, señor, en eso,
digo que della desde aquí me encargo,
aunque tan grande cruz y más de hueso,
en el camino de ia vida largo
lerríbará un gigante con su peso.
COKBATO.
Cirineos en el (i) mundo hay que ese cargo
Uivian,
Maroto.
Nurvca hará en su honra empleos
el marido con tales cirineos.
Don üastó.n.
*ues vengo i vuestra casa, Niso hermano,
'á tratar esta boda, haced que agora
la desposada salga.
Niso.
Noble y llano,
honráis nuestra humildad.
CORBATO.
Bien os adora
todo Aragón, jscñor].
Niso.
Llamad, Montano,
á Laurencia que, á fuer de labradora,
ó rastrilla 6 jabona, ó cierne ó cuece
ó á su hermanilio mientras hila mece.
(i) En el original «del-*
ESCENA VI
Sdle Lauhiimcia.— Diaioa.
Laupen. ¿Qué es, padre, lo que mandáis?^
Niso. Que agradezcáis el favor
que nueso dueño y señor
os hace, hija, y que pongáis
la boca humilde en su pata.
Ladren. [Oh, mi señor don Gastón,
bien venidol
Gastón. Con razón
de hermosa Eslercucl os trata.
Bizarra vasalla tengo
en vos.
Niso. ¡Oh! pues si viniera
lavada, mijor pudiera
llamaila hermosa.
Gastón. Yo vengo,
Laurencia, aquí, cuando menos
á daros marido.
Laupen. ,jA mí?
Gastón. Labradora bella, sí;
y en vuestros ojos serenos
miro la dicha y ventura
de quien os ha de gozar.
Lai'rfn. Pues ¿cómo me he de casar,
señor, si aún no estoy madura?
[Buenos están los engaños!
Gastón. ¿Qué edad tenéis?
Lauren. Cumpliré,
si al cura hemos de dar fe,
para estas hierbas veinte años.
Gastón, l.uego, según vuestra cuenta,
á buen tiempo vengo yo.
Lauren. Mi madre no se casó,
señor, hasta los cuarenta,
y tuvo á mucha ventura,
según mi abuela contaba,
que cuando menos cuidaba
la casasen tan criatura.
Gastón. Ya ese tiempo se ha perdido.
C0R8AT0. Y como las que ahora nacen
diz que lo primero que hacen
es decir «taita, marido».
Gastón. Vuestro padre determina
que con Maroto tengáis
el dueño que deseáis;
mi hermana ha de ser madrina
y yo os he de apadrinar.
¿Qué decís?
Ladren. Tengo vergüenza.
Gastón. Púrpura á salir comienza
vuestro rostro á hermosear.
Acercaos, Maroto, aquí,
y hablalda.
Maroto. ¿Hablarla qué importa,
siendo una boda tan corta
que no tiene más de un si?
Gastón. ¿Daisle vos de buena ^ana?
Niso. Pues ¿no ha de dalle si vos
lo mandáis?
CoHBAT. ¡Verán los dos
qué mudos están!
Gastón. Mañana
los desposorios serán.
Vestios, Maroto, de hesta»
W^^F ACTO PRIMERO 2l!S J
que desposada como ésta
¿Hay cosa más importuna ^^H
merece el novio galán.
que un muchacho en una cuna ^^H
Y quedaos, Laurencia, adiós.
cuando llora? ¡Ai^e Marta! ^^^|
que la nueva os ha turbado.
[T(ti;a paseándose.) ^^^^M
¡Envidia llevo á los dosl
«Virgen, la esposa más buena ^^H
AT. Cualquiera se la tendrá
¿rades para mi vos; ^^^|
í si su cara llega á ver.
digalo el ángel de Dios, ^^H
HiO. M a roto: buena mufer
3ues vos llamó gratia plena. ^^^M
os han dado.
n-o. Ella dirá. {Vanst.i
Slas cautivar mis praceres, ^^^|
pues nadie en toda la vida ^^^|
halló mujer que no pida ^^^|
entre todas ¡as mujeres, ^^H
¿no es disparate, Jesú? ^^^|
KSCENA Vil
Esto á enl*x|uecerme basta; ^^^H
Queda sola Laorkncia.
aunque si eres mujer casta, ^^^|
Laurencia, bendita íú. ^^^M
lEN. <jQué es esto, desdicha mía?
Que si libre de delito ^^^|
¿Cabrán, si ya tenj;o dufñn.
da de su honor testimonio ^^^|
en corazón lan pequeño
al hombre en el matrimonia ^^H
dos huéspedes en un día?
regocijado y bendito. ^^^M
Don Guillen es «i primero, '
Mas ¿qué esposo habrá queencucnire^^^f
y siendo abeja ác amor.
mujer á quien si quillotro ^^^|
la diga mío y nu ae otro ^^^ñ
le oíreci la primer l!or;
derechos del jardinero.
es el fruto de lu vientre? ^^^|
Ks noble y quiérolc bien,
^Casamientos ahora?, isúsl ^^H
dejadme, que pierdo el seso. ^^^H
pues ¿por qué en tal alboroto
1 tiene de usurpar Maroto
¿Yo en casa con sobre hueso ^^^|
derechos de don Guillen?
estando sano? ¡Jesúst ^^^|
Ferdüiiará, pues espera
¿Yo riñendo cada día ^^^|
i quien sin tomar consejos ^^H
á don Guillen mi fortuna
y va á avisalle ta Luna,
como sea á la |más{ lejos ^^H
de amantes casamentera.
va á Misa á Santa Marta? ^^^|
Primero el cántaro llena
Pues que me encomiendo á vos, ^^^|
aquel que ík^a primero.
si no soy para casado, ^^H
si Maroto vien postrero
de tan peligroso estado ^^H
li b rad n >e, A/ji/ re i/e ¿) tos. ^^^|
Dios se la depare buena. (Va^r.)
Santos, pues estáis vosotros ^^^|
en el eterno placer, ^^^H
ESCENA VI 11
libres de toda mujer ^^^|
y en paz, roead por nosotros. ^^^M
Maridos, si de estos modos ^^H
Sale Makoto.
son las mujeres, tened ^^^|
DTO. A la fe, mi Dios, que han dado
mucha paciencia y sabed ^^^|
en que he de tener mujer,
que rezo por mí y por lodos. ^^^|
yo soldementesé her
Pues si por quitar temores ^^^|
empleyla y guardar ganado.
las mujeres no nacieran, ^^^|
¡Pues meterme á mí en rencilla
muchos más los santos fueran ^^^|
con una mujer! El cura
y menos los pecadores. ^^^M
El alma su prisión llora: ^^^|
diz que nunca está madura.
porque, al fin, es de costilla.
¿hay más riguroso paso, ^^^^
Es hacer que me descarne
pues si que agora me caso ^^^|
para ella y que pierda el .seso;
me han de cautivar agora? ^^H
aun si huera todo hueso
Porque el trance que hay más fuerie^^H
y oo cubierto de carne.
y que más puede lemblarse ■
no anduvieran diligentes
es al tiempo de casarse ■
tantos, hendo en la honra mella.
y en ¡a hora de nuestra muerte. fl
porque temieran mordella
Haga á los solteros bien ^^^ñ
por no quebrarse los dientes...
Dios, guardando sus sentidos, ^^^1
Yo no tengo si el rosario
dé paciencia á los maridos ^^^H
con quien en tales afrentas
y digan todos Amén.* ^^^M
me aconseje y haga cuentas.
^^^M
que es el mejor secretario.
ESCENA IX ^^H
Ahora bien: rezarle quiero
que si ayuda á todos da,
Salen Don Goillím / Gallardo.— Maroto. ^^^|
lo mjjor me endilgará.
^^^^M
que ei divino consejero.
GuiLiÉN. Gallardo: si mi Laurencia ^^^|
^^ ¿Yo cautivarme en un día?
aguarda, cual prometió, ^^H
LA DAMA DEL OLIVAR
amor posesión me dio
de la más bella presencia
que celebra su deidad.
Gm-larij ¿Qué diablos hiperbolizas
y hermosura solenizas?
GiHLi.ÉN. Pues ^aquesto no es verdad?
G*u.ApD. No, por cierto, con perdón;
,;es más de una labradora
que estará cerniendo agora
y quizá cantando al son
que hace con el cedazo
«á las tres ánades, madre»,
mientras que duerme su padre,
que es el mayor villanazo
que tiene todo Estcrcuel?
Girii.LÉiN. Laurencia es un sol, un cielo.
Gailarü. i,)ue has de enloquecer recelo.
¡Miren qué Dafne en laurel,
qué Leucole vuelta incienso,
ó que Clicic en girasoll
jF*ar Dios, si Laurencia es sol,
que es muy puerco el sol!
Guillen. No pienso
que estás en ti, si eso dices.
¡Oh, quién verla ya pudiera!
|0h, quién la hablatal ¡quién fuera!..
Gallard. Di, mocu de sus narices.
GtuiLKN. jQuién sus manos ó cristales...!
GAi.i.AKn.^besallfisr'
GliM.LBN. Si.
Gallard. Buen galán
besa, que quizá estarán
lavando agora pañales.
^Ks posible, di, señor.
que un caballero estimado.
á quien mil damas han dado
más fama que á Galaor,
con esa flemaza agora
el sayal grosero ensalza,
tú, que los puntos que calza
la más guardada señora
sabes, bolines deseas.'*
Giiili.inn. Gallardo: ya estoy cansado
de tanta seda y brocado;
las más graves son más feas.
Hermosura que en la tienda
se vende, ¿quién la ha de amar?
Gallado. Si el afeiie es rejalgar
Bercebú que las pretenda.
Tu opiniún sigo en cuanto esf>,
que caras de solimán
la muerte á un hombre darán,
como pildora en un beso
for no vendclla, de balde,
lermosuras de retazos
de sastre, hechas á pedamos
de color y de albayaldc,
con que jalbegan las casas,
como pared de mesón,
caras como colación,
cargadas de miel y pasas.
GijiLLÍiN. Y miel virgen.
Gallard. Es verdad.
con que engañarnos pretenden,
porque todas ellas venden
Eusliza la puridad.
o hay tienda si vas ¿ ella,
porque este discurso s^
que en cimas, bandas 6 ligts
no halles carne de doocella.
Y pues en cintas las pinU
el interés, no me engaño
cuando sospeche que hoj
se usan doncellas en cinta, j
Giiillí:n. ,jLuego yo discreto so>
en buscar sin compostura
la natural hermosura
de Laurencia?
Gallarl). Amigo soy
de amor que huele á tonii
y más tomillo salsero,
que es carne con sal y quiero
bien este trato sencillo; "
pero no has de encarecello
con tama exageración,
que es plato de salpicón,
aunque sabroso al comell'
que después huele á cebol
mas dirás que es polla belli
y que por eso con ella
quieres jugar á la polla.
Maroto. Marolo: .¡no escucháis esli
Andaos á caza de bodas.
Gt'ii.i.KN. lisias labradoras todas,
por lü simple y por lo hoí
me enamoran; si saliese
y la seña hiciese y«-
Mapotü. ¿Señas le ha de hacei? ¡Ve
¡Oh, qué mal agüero es cu
tjiJiLLÉN. La genie de casa, amor,
¿por qué no la habéis don
Gali ARO. Sobre la lapia ha salido
lu labradora, señor.
ESClvNA X
Salr arriba Laurrncia.— Diciia
G(HLL¿N. S!, que la luna salió
á enseñarme su presencia.
M\BOTo. Trepadora sois. Laurcncil
no os llevo a mi casa yo. (
Laupen. ¡Ce! ¿es Don Guillen?
Mahoto. (Ap.) ¿Por 1
comenzáis, sin ser casada?
Labradora sois letrada;
ya llegáis al A B C.
Pues bien sé yo, aunque v
que si llegáis á la D,
por más riqueza que os dé|
que no heis de darme la n
Guillen. Yo soy quien en vos vivía
y sin vos muriendo en m!
por la vida vengo aquí
que me usurpáis.
Lauren. Yo no enl
aquesas algarabías;
pero lo que os sé decir
que aún no se ha echado i
mi padre.
GuiLLKN. Desdichas mits
le despiertan.
Lauren. Hablad pa&o
ACTO PRIMERO
217
>Tit.
.Í.N.
EN.
EN.
BN.
LÉN
EN.
)TO
HEN.
I.ÉN.
OTO.
y volved mañana acá;
mas no, que en vano será,
porque mañana me cr'ío.
No conmigo, si vo puedu. Mp)
jQuc os'casáis? ^•(-ónm ó con quilín?
Con Maroio, Don Guillen.
¡Ay, cielos!
Sospirad quedo.
Daré yo muerlc á Marolo.
iTO. ¿Qué más muerte que casarme?
,ÉN. ¿Luego podréis olvidarme
el nudo de mi amor rol» ?
Mandólo nueso señor
don Gastón de Bardaji.
¿Y habéis vos ya dado el si?
Más por fuerza que de amor.
Yo os le suelto desde apjra. í^p'*
Pues. Laurencia, aunque se abrase
el lugar, antes que os case
logrará quien os adora
la posesión deseada
que merece mi afición.
[OTO. ¿Y después como melón
diirmcla á mi decentada?
(Malos años para vos! (^P )
Ahora bien: desde aquí á una hora
volved, aue es temprano agora,
y quedad, señor, con Dios.
Dadme una mano primero.
De azotes la merecía.
¿Hay tan t;ran bellaquería? (Ap.)
^Jo lien la tapia agujero
por donde darla, y está
tan alta, que no podréis
alcanzarla, si volvéis
presto, amor lo ordenará.
El amor todo lo alcanza,
c^ue sabe hacer invenciones.
Gallardo: si aqui te pones.
podrá subir mi esperanza
y alcanzar esta ventura.
¿Oyes?
Durmiéndome estaba.
.i.í:n. Ponte aqui debajo, acaba.
LARD. Pues ¿soy yo cabalf^adura?
.LÉN. No seas necio ni pesado.
LAHoSi subes no lo seas tú.
(Pónese en cuclillaí y sobre lai rxpiíi-
(tas D. Guillen dt pies.)
lOTO. ¿Que aquesto se use ¡Jesú!
I el amo sobre el criado?
I Miren cuál anda ya el mundo,
^M unos sobre otros los vicios.
^fp. Sí son cortos los oficios
c^^ en darte gusto me fundo;
pero si van á la larga,
desde agora te prevengo
que, en pesando, me derriengo,
y que me echo con la carga.
lOTO. I Lo que sufre un alcahuete!
LAHD. {A lo que obliga un scñorl
ll£n. ]M¡cordera1
KhN, ¡Mi pastor!
\.LkH. |Mi mayot
íBN. jMiramilIfiu!
U.ÉN. Qaé^os casáis?
Contra mi guslo.
LL&N.
LAItU.
GurttéN. ¿Con un bárbaro?
Laupen. Un groscio.
GutLi.ÉN. ¿Quién soy yo?
LA(ri»EN. Mi jardinero.
Gini.LÉN. Pagadmc, pues.
Lairen. Esto es justo.
Gtrri.LÉN. ¿Y con qué?
Laoren. Con las primicias.
Guillen. ¿De vuestro amor?
Lauren. Claro está.
GiriiLÉN. ¿Cuándo?
L AIREN. Kst* noche será.
Gaui APD.¿Nu ahorraremos de caricias
don Guillen? Que me deslomo.
Mapoto. ¿Qué esto sabe una mujer? {Ap)
Gai.i.apu. Mas ¿que he de hacerte caer?
Guillen. Soy un pájaro.
Gallabd. De plomo.
Guillan. }Qu¿ hermosa manol
Lauhen. Grosera
q^ue friega, barre y amasa.
Guillen. Ls de nieve.
Maroto. y os abrasa. (Ap.)
Gai.lard.Quc me matas considera.
Guillen. ¿Podré entrar luego?
Latipen. No sé.
Guillín. Ya el viejo se habrá dormido.
Lauren. Si vos estáis escondido
mientras que voy y lo sé,
entrad.
Maroto. Bellaco va esto:
excusemos un pecado, (pa gritos.)
¡Ah de casa; que han entrado
ladrones, acudid prcstol
Niso, Corbato, Montano,
mozos, zagales, garzones,
que andan ladrones, ¡ladrones!
Laubkn. ¡Ay, cielo, vete!
Guillen. ¡Oh, villano!
¡vive Dios! que has de pagarme
el dar á la gente aviso.
Maroto. ¡Ladrones, ladrones! Niso,
|Salid, que quieren matarme!
¡Ladrones]
Gallari). Huye, señor,
no te conozca esta gente.
ESCKNA XI
Salen los Pastokes con cAh^m.— Dichos.
Guillen. ¿Q>ue asi un bárbaro insolente
haya estorbado mi amor?
Gallado. Cada cual su hacienda guarda.
Guillan. ¿Que aquesto pase por mí?
Gallapu.Yo de burro te serví
pero tú fuiste mi albarda.
ESCENA XII
Niso y Audcnio. — Dichos.
Niso.
¿En casa de la josiicia
ladrones? ¿Adonde están?
Ardknio. Ténganse al Rey los ladrones.
B^i8
LA DAMA DEL OLIVAR ^^^|
■ Niso.
¡Por Dios, que los he de ahorcar!
y sin cera no hay panal. ^H
^^_ Gallar»
.Huye, señor, que villanos
y la cera junto al huego ^M
^^B
ya sabes que en su lugar
por fuerza se ha de quemar, H
^^B
son reyes, y que los gallos
viendo que se derretía V
^^H
cantan en su muladar.
preiendilo remediar.
^^m Guillen.
¡<^ue este rústico grosero
pues colmenas sin miel virgen
^^H
de mi suerte fuese azar
aun no valen la mitad. ^|
^^K
que esta ocasión me impidiese!
Los celos, que son abejas, ^M
^^K
Mas él me lo pagará. {Vanulosdoi.í
; r ya zánganos serán, H
i[ los osos colmeneros ^M
^^H
^^^ft
iban locos á picar. ^M
^^
ESCENA .XJIJ
Mas viendo su resistencia ^M
comenzaron á gritar ^M
L Sale DoM Gastún. — Dichos, mtnos Don Goillím
(que sus voces son susurros):^^
H
y GALi.Anno.
«¡Ladrones en el lugar!» H
Despéneme yo á mí mismo, H
^H Gastón.
^Qué alboroto es éste, Niso?
y á f e que á no despertar, ^|
^^V Mar OTO
¡Oh, señor! vino á robar
que de aquesta pesadilla, ^M
^^H
un ladrón aquí una joya
muerte me diera el afán. ^H
^^M
de Laurencia.
Salistes alborotados, ^M
^^^ Gastón.
¿Cómo?
y pues presentes estáis, ^M
I M APOTO.
Y tal,
sed testigos desde ahora ^M
^^^
que si una vez se la quitan.
que no me quiero casar. ^H
Colmenas tan peligrosas ^H
^^H
aunque la percurcn mis.
^^^P
ojos que la vieron ir
en campos de libertad, ^1
r
á vella no volverán.
sin más guardas que á sí mismas,
1 Niso.
^Mbs si fuese la patena
comprallas es necedad.
^^L
con la sarta de coral?
Si á una viña ponen cercas, ^t
^^m M APOTO.
Patena y corales son
y la guarda por demás ^M
^^K
dignos. Niso, de estimar.
el Ianz6n de un viñadero. H
^^H
Y si arrancan la patena,
pues las hurtan en agraz, H
^^^K
la sarta se quebrará,
,;qué hará una colmena sota S
^^H
derramando los corales
en el campo, á voluntad H
^^H
que asidos con ella van.
de cualquiera caminante H
^^^1
Lste negro casamiento,
sino comer y picar.^ H
^^H
si va á decir la verdad,
A lo dulce no hay defensa, ^
^^^H
me trae sin seso ni jíusio
Niso, que aunque en el corral
^^^B
desde esta mañana acá.
lo guardéis, hay quien las tapi
^^^B
Como el hombre que se vela,
del se atreverá á saltar.
^^B
su mujer ha de velar.
Líbreme Dios de colmenas
^^^B
en fe que es vela el honor
con pies, que se subirán
^^H
que el fuego suele quemar,
en somo de las paredes
^^^H
á velar vine á estas puertas
sí una vez en ello dan.
^^^B
más celoso que galán,
Tienen alas las abejas.
^^^P
que un marido es como un muerto,
y como en corchos están.
^^H
>ues le velan como á tal.
)e temores y sospechas
pesan poco y vuelan mucho.
^^^B
pican honras y se van.
^^^H
cansado (que poco va
No curéis de persuadirme.
^^^B
de estar cansado á casado,
que si me ha dado pesar
^^^H
y más siendo á mi pesar)
aun durmiendo una mujer,
^^H
i la fe que me dormí;
despierto (decid) ¿qué hará?
^^^B
yo con h eso que h^e mal,
Primero que yo me case
^^^■h
que honra y sueño pocas veces
(aunque me lo rueguen más).
^^^^^H
se guardaron amistad.
torciéndome la cabeza
^^^^H
Écheme á aquestos umbrales;
llevare la cara atrás. ^m
^^^^H
que un marido ha de imitar
Esposo entonces seré ^M
^^^^H
al mastín, que cuidadoso
cuando de aquel olivar ^"
^^^^H
á las puertas tién de estar.
nazca, en lugar de aceituna.
^^^^H
Apenas que me dormí.
mí esposa; no hay más que ha^
^^^^^1
cuando comencé á soñar
^1
^^^^^v
que Niso me había vendido
^H
^^V^
un hermoso colmenar.
ESCENA XIV fl
^^H
Yo, que no estaba contenió
^1
^^^B
con la compra, vi llegar
Dichos, menoi Makoto. ^H
^^^■i
á robarme la miel virgen
^H
^^^1'
dos osos de Montalbán.
Niso. Oye, Maroto... |Marotol ^M
^
Como toda miel se pega,
Gastón. Misterio tiene el hablar ^^^|
^^m ACTO SEGUNDO 2ig ^|
W mi pastor de esta manera.
á toda imaginación. ^^^^|
1 Algo ha visto.
Como hermano me guardáis, ^^^^|
1 Pues se va
como galán me servís, ^^^^H
^^ y mi hija menosprecia.
como esposo regaláis, ^^^^H
^^^vaya con Dios el gañán,
y á serlo iodo venís, ^H
^^Kque no es Laurencia mocosa
pues que con todo os alzáis. ^H
i ni peina canas.
Gastón. No tanto, mí Petronila, ^H
pATO. |Verál
que no sepa que en el alma ^^^H
TON. El casarse, mis amigos.
sus flechas amor alila, ^^^^M
ha de ser con voluntad;
y que el pensamiento en calma ^^^^|
no le forcemos la suya.
esperanzas recopila. ^^^^|
j. ¿Qué llama, señor, forzarf"
Yo sé que tenéis capaz ^^^H
¿Pana canas mi Laurencia?
la voluntad para extremos ^^^H
8/kTO.Que es un simpre.
del atrevido rapaz, ^^^^|
X Vaya en paz
tanto, que en ella cabemos ^^^^|
y no se case, hasia tanto
otro y yo viviendo en paz. ^^M
que* lleve la cara atrás.
Porque en casa semejante, ^H
ÍATO. .¡Hay tal bruto? Siembre esposas
si él es aposentador, ^H
aquí, quizás nacerá
posada dará bastante ^^^H
alguna que le enamore.
para un hermano el amor ^^^^|
cual dice, en este olivar.
y también para un amante. ^^^^|
Petbon. Si ese en el alma ha de entrar, ^^^^|
de vos vendrá acompañado, ^^^^|
pues cuando os quiera hospedar ^^^H
ACTO SEGUNDO
costumbre es que un convidado ^^^H
m
á otro pueda convidar. ^^^H
^m
Gastón. Como forastero pasa ^^^^|
r
un rayo, y de paso abrasa, ^^^^|
1 ESCENA PRIiVlER A*
y es tal don Guillen, por Dios, ^^^H
1
que, por quedarse con vos, ^^^H
■m Don Gastón, Doüa Pstkonil-a, LAunBNCí*
temo que me eche de casa. ^^^H
I y LAbüAOORRS.
Aunque si os caso con él, ^^^H
1
diré, Petronila mía. ^^^^|
»ON. Bueno y apacible está
puesta que es trance cruel, ^^^H
el prado, sentaos aquí.
que por vuestra mejoria ^^^^|
aÓN. Si vuestro sol luz le da
dejaré mi casa en él. ^^^H
en tapetes de tabí
Pet(«on. Eso no, que será poca ^^^^|
estrados os prevendrá.
voluntad la que mostráis ^^^^^
1 En vuestras hebras derrama
si á deiarmese provoca, ^^^^^
su tibia tez la retama,
y para que no salgáis ^^^H
vuestras mejillas hermosas
cerrará el alma la boca. ^^^^H
dan nuevo ser á las rosas
Gastón. Don rjuillén de Montalbán ^^^^|
que Venus adora j ama.
es mozo, noble, galán, ^^^^|
Las maravillas se ven
Comendador generoso, ^^^^|
en vuestros ardientes ojos.
en las paces amoroso ^^^^|
la frente es jazmín también.
y en las guerras capitán. ^^^H
en la nariz los despojos
Escogilc para vos, ^^^H
de la azucena están bien.
y pienso que agradecéis ^^^^|
Si los dientes son avahar
la elección que hice en los dos; ^^^^^
que en grana pudo enlazar
mas para que en él penséis ^^^^|
amor, que nació en verjeles.
quedaos, bella hermana, adiós. ^^^H
muros hizo de claveles
Que apacible compañía ^^^^|
en que se puedan guardar.
os dejo, y yo, como suelo, ^^^H
Y asi el prado con su llor
por ser inclinación mia, ^^^^|
imita vuestra belleza.
de aves que mate al vuelo ^^^^|
siendo planteles de olor
volver cargado querría. {Vast.) ^^^^|
él de la naturaleza,
^^^^H
vos, señora, del amor.
^^^^^M
ION- Favores de vuestra mano,
ESCENA El ^^H
¿á quién no enriquecerán?
^^^H
Si por venir con vos gano
Oiciioa, mtnos Don Gastón. ^^^^|
las ternezas de galán
^H
y los regalos de hermano.
Petron. Pues Laurencia ¿en qué se entiende!» ^M
hasta, señor don Gastón,
Lauüen. Nunca falta, mi señnra, ^H
que por no darocasión
á la ^enIe labradora ^H
á que el alma se divierta.
en qué, y más U que pretende ^H
casarse y se le despiotA. ^H
tenéis tomada la puerta
22<.)
LA DAMA DEL OLIVAR
Pktbon,
Laijhen.
CORBATO.
Laurrn.
COCBATO.
Pethon.
Cor BATO.
Niso.
Ardemo.
Cor HATO,
miso.
Laitbkn.
Miso.
Montan
Niso.
^i^chastes hogaño gansos?
Veinte hay que gordüs y mansos
la nieve en ellos se pinta.
Dos de esos serán del cura.
¿Diezma en iodo?
Como lleva
en toda cosecha nueva
el diezmo (i ), de la verdura,
de los pollos, los lechones,
la fruta, el pan y cebada,
¿no fuera cosa extremada
que diezmara en lasquistiones,
los males y calenturas?
],\Ula landre que !e tome,
como las maduras come
comiera lambicn las duras!
¡Mal estáis con el!
Quisiera
que de diez días que he estado
en la cama desahuciado,
uno al cura le cupiera;
diez melecinas me echaron
una le vicn de derecho.
Ley fuera esa de provecho
para el otru que azotaron,
pues de quinientos tocinos
cincuenta c1 cura llevara.
Yo sé que á alguien le pesara,
á usarse esos desatinos;
que nadie quisiera ser
casado en tales porfías,
porque de diez en diez djas
le había de dar su mujer.
¡Plugiera á Dios que el tuviera
tres veces en cada mes
esa car^a! que después
yo sé que el diezmo perdiera,
de lo deoíás que le datjins,
por no sofrir tanta pena.
¿Hay plomo, hay costal de arena
como aqueste que llevamos
á cuestas con las mu)crcs?
¿Y nosotras que sufrimos;
que hechas esclavas vivimos
aguándonos los placeres
vosotros; de hijos cargadas;
ya callando, ya meciendo,
mil dolores padeciendo,
nueve meses de preñadas,
siempre con temor y susto
de que el parto nos asombre,
dejándonos cualquier hombre
la pena, y llevando el |;usto?
No golosmeara ICva
de la manzana el sabor
y pariera sin dolor;
mas si tal irabajn lleva.
Laurencia, la que se casa,
¿por qué os morís vos por ello?
¿S'o?
Vos, pues que por sabcllo
no hay diabro que os tenida en casa.
, Kn fin, ¿no quiso .Marolo
desposarse?
No es Ib boda
para él, sólo se acomodi
al ganado, monte y soto.
Mas ¿qué es esto?
APDFNto, Don Guil'
viene acA, que como sabe
que estáis aqui, y es tan grave,
al que como él quiere bien
la ausencia, el estar sin vos
tendrá por tormento extra
Lai KKN. Todo es mentira y engaño
el hombre; líbreme Dios
de creer más sus desvelos;
amarme fingió el traidor,
y mudándose su amor
sembró gusto y cogí celos
ESCENA FII
rave,
1
y
I
Satén t>oN Guillen, G«i.i.*nno >-C*i*bo«.—1)M
(i) Ka el origíDil: «diez de uno».
I
Guu-LfeN. jOh, serranos!, á gozar
de vuestra conversacit'm
me ha traído la ocasión.
Niso. Viniéndonos vos á honrar
será apacible esta tarde,
por más que el sol la molesta.
GntLi-KN. ¡Qué mucho abrase la fiesta
el prado, si haciendo alarde
el sol que llores perfila
con el oro que en él pasa,
otro sol de amor abrasa,
bella doña l'eironila,
en vuestra hermosa presen
Petron. Si como lo decís bien
amáis (señor don Guillen),]
dichosa es por excelencia
la que serviros merece.
Sentaos, si gustáis, aquí.
GmLt-KN. Jamás la ocasión perdí
cuando el amor me la ofrí
Con vuestro hermano, señ<
he concertado de ser
vuestro esposo, y por tener
mientras se llega esa hora,
en quien el amor que os debo
se eiercite (que no es justo
que ocioso se embote el gusto)
esta serrana me llevo,
ensayaré en su hermosura
la que en vos pienso gozar^
(Cogen Don fiuillén y G«l*
(encía )■ lléranstia.)
f^ETRON.
Todos.
GniM.¿;N.
Niso.
GutLi.£:N.
l.AtlBFN.
Gmii.i.kn,
Cauuaru
¿Qué es eso?
Aqutdel tugai
El que morir no procura
sosiégúese, ó ¡vive Dios
que le cuelgue de ese robU
,;Pues es esa hazaña nobi<
Llevadla vosotros dós
á Montalbán.
¡Ay de mí!
Gallardo: aprisa con ella.
. No os quejéis, Laurencia bM|
que os lleve Gallardo ansl^H
que también tiro yo gajes
de don Guillen y su amor.
ACTO SEGUNDO
221
pues lo que sobra al señor Pethon.
viene á parar en los pajes.
Seréis de su gusio presa
y hartaréisle en breve ralo,
gozándoos yo como plato
que levante de la mesa.
(Vdjuecun ella.)
ESCKNA IV
Dicho», meno» G*i.t.*Koo y Laurbmcia.
)N. IXin Guillen de Montalbán:
respetad, si sois prudenle,
el ver que estoy yo présenle.
LLÉN. Kl que no fué buen galán
no puede ser buen mandu:
quien cañas ha de jugar
primero se ha de ensayar;
sólo á ensayarme he venido
en Laurencia; si os molesta
la osadía que en mi veis,
consolaos con que seréis
de aqueste ensayo la liesla. (Vait.)
Gastón.
Petron.
ION
ESCKNA V
Dichos, menos Do> Goit.i t».
^Hay tan gran bellaquería?
^Que esto suframos, serranos?
¿Para que mos dieron manos
los cielos?
lATO. No sufríria
tal afrenta aunque muriese.
Juntemos todo el lugar.
A mi hermano id á avisar.
jQue á mis ojos se atreviese
á tal insulto! ¡Ay amor,
qué mal me habéis en^plcado!
TU. |Todo tüsicrcuel salga armado
y muera aqueste traidor!
Nisü será el capitán,
pues es Alcalde.
Kso intento:
vos alférez, vos sarf^ento;
abrasaré á Montalbán
si aquesto adelante pasa.
Vamos.
ION. Y mis desconsuelos
me abrasarán en sus celos
mientras Montalbán se abrasa.
(Vanst tus viltaHoi.)
ESCENA VF
Sala Don Gastón.— Doña Petronila.
róN. <Qué alboroto, hermana mía,
es este? ¿yuién os da enojos
y las perlas de esos ojos
agravia, luz de mi dia?
.¿Dónde mis vasallos van
confusos V alborotados?
Gastón.
Petron.
Gastón.
Petron.
Gastón.
Petron.
Gastón.
Petron.
Van á vengarse afi enfados
del señor de .Munlalbán.
Con Ileso que le he querido;
porque como una afición
se funda en la inclinación
y no en consejos, han sido
en vano los quc me han dadoi
porque aun las lrave^u^a^,
por no llamarlas locuras,
que un don Guillen han causado
común aborrecimiento,
pudieran curar mi aii.or
es loco, y al lin furor
que ciega el enlendimicnto.
I*cro ya el no aborrecerle
fuera, más que amor, locura.
Pues ¿qué hizo?
|Gran ventura
fuera, hermano, no quererle!
Sin respetar mi presencia
ni el amor que le he tenido,
descortés como atrevido
llevó robada á Laurencia
con ayuda de criados,
que en la escuela de sus vicios
aprenden estos oficios;
los pastores agraviados
han convocado el lugar
para intentar su venganza,
y yo ya sin esperanza
lodo lo libro en llorar.
jEs posible que este loco
a mis vasallos se atreva?
Si á Laurencia, hermana, lleva,
yo haré que la goce poco.
|Vive Dios! que ha de saber
quién es á quien ha ofendido.
¿1-^1 en mi tierra atrevido?
¿Que es lo que intentas hacer?
Pegar fuego á Montalbán,
hacelle entender asi
que es don Gastón Bardaji
i quien ofende: hoy verán
los que sustenta Aragón
(yaque mi paciencia instiga)
de la suene que castiga
á don Guillen don Gastón,
flcrmano: su pocu seso
perdona.
¿No te ha ofendido?
Aunque es luco y atrevido,
Sue le aJt>ro te confieso,
usca otros medios más sabios,
llagará lo que mereje.
El amor con celos crece
y seaumenla con agravios. (Vamt.)
ESCENA VII
Salen Don GoiLi-áN, Gallardo y I-ao»kncu.
Guillen. Échala de ac|uí Cillardo.
]Jcsús. y que mala cosa!
juzgábala antes hermosa
ya morir, viéndola, aguardo.
vn
^ ^^^1
^^1 Lauren.
iTraidor! ^Después de alcanzada
que es insigiuii oc L.i.t>aide.^^^
^^H
de ti soy aborrecida?
Mas, pues la suerte nos trueca,
^^L
Huésped vil que la comida
será, traidor, desde aqui
^^H
no pagas ni la posada.
la espada el adorno co mí.
^^H
¿Será de noble esa empresa?
y en ti, villano, la rueca. {Vari
^H Guillen.
Echarla de aqui procura. (Vase.)
ESCENA VI[I
Dicnos, m»Hus Don Ooillén,
ESCENA IX
Gallardo solo.
^^M Gali.ahd
. Siempre echan en la basura
¡Malos anos y cuál va!
No quiero más tu afición,
los relieves de la mesa.
^^^^
Si sacuden los manlclcs
que da coz y mojicón
^^^^^^
mándanme que los sacuda.
que el diablo la esperará.
^^^^H
Adiós, que el amor se muda
Amansarán sus querellas
^^^^V
en odio.
si las sabe remediar,
^H^ Lauren.
iRabias crueles
me incitan á la venganza!
y más que yo si: lugar
donde se curan doncellas. (Vai^
^H Gallaru
. De todo manjar barato
un señor, si es tosco el plato,
J
^^H
un bocado sólo alcanza.
ESCENA X ^^M
^^m
Yo tengo acción desde agora,
^^^1
^^H
Laurencia, á tu hermoso talle.
Salen todot lo» Villanos, mtiiot NUo.
^^H
y así no hay que rchusalle.
^^H
Gallardo, mi bien, te adora.
Montan. No ha querido don Gastón J
^^^^^
Deja la pena y recelo,
dejarnos salir contra él, J
^^^^^K
que el caballo que corrió
como es señor de Esiercuel
^^^^P
en silla, lo llevo yo
obedecclie es razón.
^^^^^
al pilón y voy en pelo.
Dice que este agravio se hizo
^^K Lauken.
¡Grosero' desenfrenado!
á él solo, y que asi le loca
^^^B
No incites más mi furor.
castigar la furia loca M
de quien tan mal satisfizo ^|
^^V
que puesto que á su señor
^^W
es semejante el criado.
al honor que con su hermana
^^1
no conoces bien mis bríos,
pensaba en Aragón dalle,
^H ÜAl.LAKt
». Estaos, Laurencia, quedita;
y así va á dcsafialle;
^H
los zapatos que se quila
que si no á son de campana
^^K
mi señor son siempre míos;
habíamos convocado ■
^^H^
y asi por mía os acolo;
todo el lugar. ■
^^^^_
pues; después que os ha calzado
Cok BATO. ¿^^^^ no hay qóR
^^^^^H
venís á ser del criado,
se libre de don (iuillén?
^^^^H
porque sois zapato rolo.
Arüenio. No imagino que ha quedado
^^^^H
Sosegaos, Laurencia hermana,
doncella en esta comarca
^^^^^^
que soy discreto y K^lán,
que no le pague primicias.
^^^^^H
y vos, si antes cordobán,
CoRBATO. ¿Escura? M
^^^^r
ya zapato de badana.
Aruenio. De las malicias. V
^
Dadme esa mano nevada.
Todas las muchachas niarca.
^^1 Lauren.
¡Oh infame! (Oaíe.)
Montan. Aunque fuera el Moro entre elj
^H Gallapd. |Ay, que me mató!
y Córdoba Mental bán, ^
^^H
Mano es la que os pido yo.
pues el pecho que le dan H
^^H
Laurencia; no manotada.
es cual el de cien doncellas. S
^H Lauken.
Presto verá lo que puede
CoRBATO.Este es turco aragonés. f
^^B
la afrenta en una mujer;
¡t^ué bien hizo en no casarse
^^H
rayo del mundo he de ser;
M a rol o!
^^m
no piense el traidor que quede
Arüeniú. Fuera cargarse j
^^H
sin castigo su desprecio.
la cabeza ya hecha pies. 1
^^B
¡Vive Dios! si mi lugar
Montan. El es sabio, aunque parece ■
^^^B
no me procura vengar.
ignorante. ■
^^H
don Guillen, infame y necio.
Ardenio. Es buen crisüano.T|
^^H
que, pues estoy deshonrada.
CoRBATü. Dios le tuvo de su mano, ¡I
^^H
mudando el traje y el nombre,
y el cuerdo se está en sus ircei
^^H
que ha de verme Aragón hombre,
Montan. Y Niso, ¿qué hace?
^^H
vuelta la rueca en espada.
CüHBATo. Llora
^^H
haicer de mi injuria alarde;
de su Laurencia la afrenta. B
^^H
aunque la rueca mejor
Ahdenio. Si ella quisiera, á mi cuenta S
h
fuera para ti, traidor.
que estoviera honrada agora.
^^^^^ ACTO SEGUNDO 223 ^H
■ATO. Como allá diceii que andaba
las espadas que las vean ^H
I con don Guillen de escondidas
desnudas contra tíranos ^H
1 en cuentos.
guardarais las hijas vuestras, ^^^H
hrAN. Están perdidas
no las violara la injuria; ^^^H
por él las mozas.
mas si las espadas vuestras ^^^^|
KMio. Habraba
son vírgenes, mal podréis ^^^^H
con él los disantos todos,
defender tantas doncellas. ^^^^^
ya en el soto, ya en el rio.
iQue á vuestros ojos un hombre ^^^H
tAN. V aun por esa se hacen, lío.
haga torpe y loca presa ^^^H
! de esos polvos estos lodos.
en una frágil mujer, ^^^H
Tómese lo que st- tiene,
en una vecina vuestra! ^^^^|
y tenga agora paciencia;
[Que os lleve con ella la honra, ^^^^|
mas ^no es ésia Laurencia?'
y que no tengáis vergüenza ^^^H
iNio. La misma.
de vivir y no vengaros! ^^^^|
>ATO. jVerá y cuál viene!
iQuc estéis de aquesa manera ^^^H
conversan.do unos con otros ^^^H
como si en paces ó fiestas ^^^^|
^^ ESCENA XI
contáradcs as hazañas ^^^^|
que cmprendistes en la guerra! ^^^^M
^
Diez leguas de Zaragoza ^^^^H
m 5d/cLAUHjiNciA.— Dicnos.
vivís, y la gente della ^^^^M
I
son espejo de las armas, ^^^^|
fcEN. ¿Que hacéis aquí, afeminados,
blasones de la nobleza. ^^^H
hombres sólo en ¡a apariencia,
¿Cómo se os pega tan poco, ^^^H
en conversación infame,
decid, gcnic aragonesa? ^^^H
que no scntíi vuestra afrenta.^
¿Por qué afrentáis vuestra patria ^^^H
Gallinas, y aun no gallinas,
afeminados en ella? ^^^^M
pues ya saben volver éstas
Si no sois para vengaros, ^^^^|
los picos contra e! milano
llamad las mujeres vuestras; ^^^H
que sus polluelos le lleva.
pedildas que os desagravien, ^^^H
¿Que pastor hay tan cobarde
quejaos llorosos ante ellas, ^^^^|
que, con gritos, hondas, piedras,
y mientras se arman valientes ^^^^|
no libre del lobo vil
y la aguja en lanza truecan, ^^^H
la ya acometida oveja?
el acero por las galas, ^^^H
Una hormiga, si la quitan
las espadas por las ruecas, ^^^H
el grano que avara encierra,
quedaos en casa vosotros, ^^^H
muerde atrevida al contrario.
hilad, barred, viles hembras; ^^^H
Un mosquito se sustenta
jabonad y haced colada, ^^^H
de la sangre de un león,
que aunque la hagáis, yo estoy cierta ^^^H
y hasta la más torpe abeja
que no sacaréis las manchas ^H
^_ acomete vengativa
q uc en V uest ra honra el agravio echa, ^H
^H á quien roba sus colmenas.
si no es con sangre enemiga ^H
^ Pues, gallinas, el milano
que es la más eficaz greda. ^H
se atreve á las pallas tiernas
¿Calláis? ¿Teméis? ¿No venís? ^M
' de vuestro lugar y casas,
Mas ¿para qué? No os den pena ^H
¿y no vengáis vuestra ofensa?
injurias de vuestras hijas, ^H
Fvl lobo bárbaro os roba.
comprad trompas y muñecas; ^H
villanos, una cordera
jugad, niños, que es razón ^H
detante de vuestros ojos,
que mientras vive Laurencia ^|
¿y le dejáis ir con ella?
ella tomará venganza. ^H
Volved, hormigas cobardes.
jVive Dios! que en vuestra afrenta ^H
por la agostada cosecha
ha de mudar, gente vil, ^H
del honor que os han quitado
el traje y naturaleza, ^H
de un traidor las insolencias.
por que os ensene á ser hombres, ^H
siéndolo vuestra Laurencia. ^H
Aún menos sois que mosquitos.
pues ninguno hay que se atreva
Bandos hay en Aragón; ^M
á sacar sangre afrentosa
volviéndome bandolera, ^H
á quien derrama la vuestra.
no he de dejar hombre á vida. ^H
Alas, pues, vuestra cobardía
¡Guárdese de mí mí tierra! ^H
llevar ios panales deja.
Que en vosotros los primeros ^H
del colmenar de la fama
he de vengar mis ofensas, ^H
^- 2ánganos sois, que no abejas.
y vestidos de mujeres ^H
^^B Ko os llaméis hombres, cobardes;
sacaros á la vergüenza. ^H
^^m ceñid al lado las ruecas.
El que hombre fuere, mis agravios sienta. ^H
^^H pues no sabéis ceñir armas
|A1 armal |Don Guillen, serranos, mueral ^M
^^M más que para la apariencia.
^H
^H Si como sabéis guardar
(Vase.) ^H
^m 224
^^^^^^^^^^" L\ DAMA DEL OLIVAR ^^^^^B
K
ESCENA XII
con reverencia la alzo ^M
la vez que la hallo en el sueH
■
Dicho», m«>i£>i Laurencia.
como es insignia que el cielofl
reverencia, del! ugar B
^^1 CORBATO
Salpimentado nos ha.
donde no es decencia estar fl
^B Ardemo.
¡Malos años para ella.
la quito, y asi al presente, B
^^B
y que sabida que c*.!
por no ser lugar decente, B
^^B Montan.
No lien pelilíít en la lengua;
la cruz os vengo á quitar. B
^^K
mas «túbrala ta razón,
Que, pues tan torpe afrcntií^
^^B Combato
Si aquí su padre csiuvieta
mis vasallos, más castigo
^H
también llevara su parle;
os darán, siendo testigo
^^^L
pero ¡que infamia es la vuestra!
la cruz que al pecho lleváis^
^^K
Vatiiüs, aunque mos lo estorbe
Cuando as honras quitáis ■
^^^& -
dun Gastón, } el lue^o encienda
á las doncellas, que en vanO
^Hl
á Monlalbán y á su dueño,
os dan nombre de lirar.o.
^^B
que si no es de csla manera
sacáis vuestra infamia á luz.
^^P
corre peligro Eslercuel.
pues delante de una cruz
^^K. Toüus.
¡Al arma! ¡Dun (Guillen muera!
el que peca es mal cristiano.
^^K Ardeniu.
Muera; porque anics de un añu
En vos está mal empicada,
^K
no ha de haber en cMa tierra
y asi vengo satisfecho.
^^K
una vir^ícn por un ojo.
que la cruz de vuestro pecho
^^ft Montan.
Si el luego de amor le quema
quitará la de mi espada.
^^m
un clavo saca otro clavo,
Mi tierra llora afrentada m
^^■'
con un fuego otro se venga.
por vos, y no será yerro "
^H G)RBATU
. La campana de Concejo
que la cólera que encierro,
^H
locad, por que lodos vengan
la cruz os deje, si da
^^B-
á vengar nuestras injurias.
hoy la muerte, y servirá
^^ Aruenio
¡Al arma> serranos!
de cruz para vuestro entierro.
^^ TODUS.
|Gucrra!(Vaiisc.)
GuiLt.tN. Cuando vi que con cruz lanii
H
•
veniades, don Gastón,
üS juzgaba procesión
B
ESCENA XIII
que sale en Semana Santa.
Mas no me admira ni espanta
^Hr Sa/cR DoM GQII.1.É9 y r>oN Gastón.
lo que os oigo, que el valor
^^K^
que á mi sangre da favor
^H Gastón.
La cruz que traéis al pecho.
me enseña en nuestras querelti
^H^
señal de vuestra nobleza.
que santiguándoos con ellas
^^B
para adornar la cabeza
mostráis tenerme temor.
^^V
de los Césares se ha hecho.
Quisltón será peregrina
^^V
Las veces que sin provecho
la que empezáis, dándoos luz
^^K
la veo en hombres que no son
por la señal de la crur
^^H
de crédílo y opinión.
como niño de doctrina.
^^K
aunque lástima me da,
Dad en eso, que es di vina
^^^p
sospecho que es cruz que está
traza, y en vos señalada:
^^B ~
pitiiada en algún rincón.
predicad, no se os di nada,
^^V
En el más alto tugar
tendrá por nuevo favor J
^^H
> sublime chapitel
en vos un predicador, "
^K
se pone la cru2, y en él
Aragón, de la Cruzada.
^^B
la suele el cuerdo estimar;
Que yo, más travieso y roto.
^^K
la nobleza suele dar
de mi valor haré alarde,
^^B
alto Sitio cuando intenta
porque el hombre que es cobi
^^K
darle el pecho, mas sí afrenta
siempre da por lo devoto;
^^K
ta posesión, no se estime,
si vuestra tierra alboroto
^^B.
porque en la cruz más sublime
mi gusto es, y está bien hccht
^^^v"
un pájaro vil se asienta.
y si no estáis satisfecho.
^^B,
Digo esto, y no sin razón.
entrad con furia doblada
^^B'
porque aunque con ella os veo
por la cruz de aquesta espada
^^B
adornar el pecho, creo
á quitarmf; la del pecho, ^
^^B
que es cruz que está en el rincón;
(EcU^
^^B
que puesto que ese blasón,
■
^^^^E
que ilustre y noble os ha hecho,
en vos es cruz sin provecho,
^^M
üSCENA XIV ■
^^^w
pues, según dais los indicios,
mil aves de torpes vicios
■
^Hp '
Sai* GaU-auiío.— Dichos. ^
^^B
se asicnian en vuestro pecho.
^^B
Yo, á lo menos, como suelo
ÜALLAKD.Don Guillen: i Montalbán
1
adorar la Cruz que ensalzo,
ha puesto fuego Estcfcuelj
ro sEOtn
acude al remedio del,
mira los gritos que dan.
Hazañas vuestras serán
éstas, y vendréisnos luego
á predicar con sosiego
cruz, valor, fe y opinión,
cuando pegáis á traición
á vuestros vecinos fuego.
Pero agradeced ahora
que ayuda mi gente pida,
dándoos término de vida,
á mi pesar, por un hora.
La injuria, que es labradora,
se ha vengado dcsta suerte.
Id, que en ceniza convierte
la hacienda que os atropella,
que cuando volváis sin ella
entonces yo os daré muerte.
{Enlranse por puertas difereHtts.)
ESCENA XV
\aie Laoiikhcia á* hombrt y los Banuolkkos.
liEN. En Otro tiempo sintiera
haber dado en vuestras manos;
f pero ya agravios villanos
me mudaron de manera,
que estoy contenta en extremo,
Roberto, de andar con vos,
por que venguemos los dos
agravios que ya no temo.
Bandolero sois, Roberto,
que desta suerte se alcanza
en Aragón la venganza.
Don Guillen mi honor ha muerto;
vengadme del y cobrad,
si es deuda una obligación,
de mi lasaltsfación
en oro de voluntad.
Vuestra soy desde este diaj
sin honra ni fama estoy
mientras vénganla no doy,
Roberto, á la afrenta mía.
Nadie me llame Laurencia,
que soy hombre en restaurar
mi honra, si fui en amar
mujer de poca experiencia.
En este traje pretendo
serviros, acompañaros,
suspenderos, asombraros,
y si en mi amor os enciendo
yo os pagaré de manera
que, no quedándoos deudora,
si me amasteis labradora
me queráis más bandolera.
piTo. Cuando no haya yo ganado
con los bandos que profeso
sino el escucharos eso
I y el traeros á mi lado,
1' dando deleite á mis ojos,
entretenimiento á amor,
al pecho esfuerzo y valor
y a la voluntad despojos,
tengo por ser bandolero
más dicha que por ser rey.
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO II
Compañeros: haced ley
de mi gusto: desde hoy quiero
que mi Laurencia nos mande;
ella es nuestro capitán.
Banu. i." Si por caudillo nos dan
un sol, en dicha tan grande,
^quién habrá que nos resista?
¿Y qué presas no esperamos
si á cuantos vengan les damos
con este sol una vista?
Band. 2.? Yo la estimo y reverencio.
RoBEKTo. ¡Laurencia viva! decid.
,Tot>o5. ¡Viva Laurencia!
Lal'hen. Advertid
que he de llamarme Laurencio,
y que de Roberto soy
amorosa compañera;
ftero con los demás fiera
eona y tigre desde hoy.
No ha de quedar hombre á vida
de cuantos á nuestras manos
vinieren, ya sean villanos,
ya de sangre conocida;
que quiero, por estos modos,
ya que mi amor banderizo,
que el mal que un hombre me hizo
lo vengan á pagar todos.
RoBEHTu. Tu gusto es, mi bien, el nuestro.
Lauren. No imaginedon Guillen
que su villano desdén,
si en torpezas está diestro,
se ha de quedar sin castigo.
¡Vive DiosI que ha de saber
que una ofendida mi:jer
es el mayor enemigo.
Band. i." Gente parece que viene.
Laüpen. ¡Ojalá fuera el primero
mi ofensor!
ESCENA XVI
Sattn Don Ijuilléh y Gallando,— Dicaot.
Guii-LÉN. El fuego fiero
mi tierra asolada tiene.
¡Vive Dios que aquesta afrenta
la tengo de castigar,
si España vuelve á llorar
de su pérdida sangrienta ( i)
segunda vez el desirozol
De enojo y cólera ardo;
yo haré eñ Aragón, Gallardo,
3ue se le convierta el gozo
e don Gastón en tristeza;
yo le allanaré á Esiercuel
por el suelo. •
Gallard. Hazaña cruel,
indigna de su nobleza,
ha sido; mas ¡vive Dios!
que, según los dos andamos,
no es mucho que nos perdamos
en esta ocasión los dos.
Los llantos de las doncellas,
que yo te he solicitado
(i) En e I origiatl«arreata»; pero es notoria errata.
^H
^^^^» LA DAMA DEL OLIVAR ^^^H
y tú sin razón logrado
del más fírme y puro amor. ^M
han llegado á las estrellas.
El corazón, |vlve Dios! ^1
Dios por ellas nos castiga.
. Ténganse y las armas den.
te he de sacar y comer. ^|
Roberto
Gallard.,jY de mí qué vendrá á ser?
LaL'REN.
iCielos, csie es don Guillen!
Icielos!
Pues mi deshonra os obliga
Lauren. Venid acá vos, ^B
hoy verá Aragón en mi
QUe sois corredor de oreja. ^M
de vicios casamentero, H
que un agravio basta á hacer
tigre hircana á una mujer.
de juegos torpes tercero, H
Guillen
. ^0"^ es esto?
el que la ropa que deja ^M
Gallare
Purgar aqu!
vuestro señor os vestís, ^M
to que pecamos los dos;
alzáis del deleite platos, ■
Jos que ves sun bandoleros.
calzáis sus ratos zapatos H
^ Guillen.
jHay más males, cielos fieros?
Mas tengo ofendido á Dios,
y de su sombra os cubrís. H
^^H
Venid acá. ^M
^B
no me espanto.
Gallakd. De rodillas ^™
Lauken.
Don Guillen:
puestas las manos, Laurencia,
¿conocéisme?
Gallardo os pide clemencia.
Guillen.
Si creyera
los ojos, que eres dijera
No armaré desde hoy pandillas.
Lauren. Sois un gran bellaco-
Laurencia.
Gallaru. En esto A
Lauren.
Y dijeras bien.
no hay señora que negar, ■
es virtud el conicsar, ^M
Guillen
Pues ^cómo? ¿Tú en csic traje?
Lauren.
De tu amor vil le aprendí.
vo pecador lo confieso. ^M
y por parecermc á tí
Lauren. Venéis muy bellacos hvchos,^H
en el oficio y lenguaje,
Gallard. ¿(^)uc mucho si en mi repara ^|
cual ves me vuelvo en razón;
(iniendo tan mala cara? ^M
Que, como ser ladrón quieres
del honor de las mujeres.
Lauren. |Y qué mala! ^|
Gallarü. l-os deshechos
de ti aprendo á ser ladrón.
del mundo, porque se asombre
Cual bandolero asaltaste
de lo que alego en mi abono,
mi honor, que era peregrino,
mi padre iba á hacer un mono
y saliéndolc ali camino
y por yerro hizo en mí un baaí
Mire este rostro de cerca ^|
una joya le quitaste
que todo mi ser valía;
si con gana de reir viene, ^
y cual suele el bandolero.
que cuando está mejor tiene
en sacándole el dinero.
color de gamuza puerca.
la bulsa arrojar (i) vacia,
La nariz, segunda Roma
infjrali) me despreciaste;
que porque no me la hurtasen
que la mujer sm honor
ios que a cnvidialla llegasen,
es un vaso sin licor.
me la remachó Mahoma.
y como lal me arrojaste.
Los OJOS de cuya lumbre
Yo, pues, que por li ofendida
son las dos niñas morenas,
á ser salicadora aprendo,
de sangre y lagañas llenas fl
quitarte agora pretendo
por venirles su costumbre. ^M
V porque vea mi trabajo, ^M
la vil y bárbara vida.
V sirviendo de cadalso
en tres ojos con que vengo, ^1
un roble, cual tú cruel,
sepa que almorranas tengo, ^H
te mandaré colgar del
asi arriba como abajo. ^H
como hacen al peso falso.
¿r^uicn de un hombre tal peniR
^^H Guillen.
Laurencia: humilde con ñeso
aunque más le persiguieran,
mi crueldad y ingratitud;
que almorranas le nacieran ^d
mas tu pTudcncia y virtud
en los ojos de la cara? ^M
peídunen mi poco seso,
Pues ta boca, y dentadura ^M
que no querrás dar la muerte
en ella, una moza echó ^|
á quien tanto un tiempo amaste.
el servicio, que creyó ^M
^^B Lauaen.
¡Qtjc mal mi amor aplicaste!
ser carretón de basura. ^H
Con él pienso convencerle.
Los hociquitos dirán, ^H
La miel de un panal sabroso,
según son gordos y bellos, ^M
si se corrompe, en acíbar
yo muy rubio, ^ bellos cllos*^l
que soy inglés o alemán.
convierte su dulce almíbar;
del vino más generoso
Las manos candidas, pues
sale el vinagre mejor.
que lisas, blandas y bellas,
y á este modo, don Guillen,
por anillos traigo en ellas
üs juanetes de los pies. ^1
se engendra el mayor desden
Pues el talle de bacíque, ^M
segundo Brúñelo en todo, ^M
^H
■1 original «tacar», erraia eTídcDic.
ACTO SEGUNDO
TO
ÍI
blTU
|BN.
que no hay dicho, mote» apodo
que al propio no se me aplique.
Pues si por el cuerpo saca
el alma que en él está,
¿qué tal el huésped será
de posada tan bellaca?
Por eso en el alma aguardo
lo que mi cuerpo promete;
traidora ella, él alcahuete,
V un bellacón, Gallardo,
Pues yo me culpo y me riño,
perdóneme, que si erré
como mozo y niño fué.
I Válgate el diablo por niño!
¿Tú niño? De Satanás.
Roberto: hoy tienes de ver
nuevas crueldades hacer,
^in que asombre al mundo más
Falaris, Sila ó .Nerón,
porque aveniajallos quieru.
Si amorosa eres cordero,
injuriada eres león.
Pues len^o dicha en quererle,
yo haré como no enoiartc;
pues viviré en agradarte
y moriré en ofenderte.
Tráeme alados estos dos,
imaginaré tormentos
tan nuevos como sangrientos.
I Paciencia, cielos!
jPar Dios,
que es muy linda tu paciencia!
Paparé locurn<; mias.
I. Yo engaños, bcllaqucrias,
mala vida y peor conciencia. {Vantt.)
ESCKNA XVJI
Sale M*noTO.
Itdcs discretas,
liscrcción comunicar con pocos
ncs que secretas
; á voces, bárbaros y locos,
tosoiras me entiendo
labláis callando y regaláis riendo.
Ivarme quería
1 envidioso está de mi ventura,
priste compañía,
suele ser prisión una hermosura
con dulces cadenas,
ez da por un gusto dos mil penas.
precio yo, mi prado,
ey de vuestras llores y belleza,
ido coronado
laidas uuc regalen mi cabeza,
I el arado y bueyes
la diadema avara de los reyes.
precio los vasallos
ansas ovejuelas y corderos,
!n coches y caballos
ulación de hechizos lisonjeros
le el encaño mira
t la verdad oprime la mentira.
precio el pan moreno
la cebolla y rústico tasajo,
que el banquete más lleno,
pues con la dulce salsa del trabajo
sustento mi alegría,
sin miedo de la torpe apoplegia.
Más precio, cuando ordeño
las cabras en el tarro que en él eche,
para brindar al sueño,
el pecho que sus pechos paga en leche,
licor blando y sabroso,
aue el vino más caliente y generoso.
>h, soledad hermosa
con vosotras estoy solo casado,
no quiero tener esposa,
que la quietud de vuestro alegre prado
alivia mis desvelos
y conserva el honor sin tener celos.
ESCENA XVIII
SatfH Laokvncia y los Banoolehus.- Oicho.
Lal'pen. Alados en estos robles
servirán de puntería
hoy á la venganza mia
y a vuestras pistolas dobles.
Tirarán los pedreñales,
en señal de mi dureza,
al blanco de su torpeza,
pues fueron los dos iguales.
Al pedernal duro y ciego
que descalabró mi honor,
pues como su torpe amor
á puros golpes da fuego.
RoRKRTO. Mi Laurenciar haz sacrilicio
de quien k hizo de tu fama,
su sangre torpe derrama;
que ya su muerte codicio,
en fe que de don Guillen
estoy celoso y cobarde,
porque al fin se olvida tarde
lo que se ha querido bien.
Bien dices, cuando la injuria
no llega i quitar la honra;
pero el amor que dcshonta
sus llamas convierte en furia.
Mas ^quién es éste? Aguardad.
Un pastor grosero y roto.
^¿Ksie, cielos, no es Maroto?
Pues ya soy toda crueldad:
que ( 1 1 por mujer no me quiso
cuando {>uardarme pudiera
y mi honor en pie viviera;
pagará su poco aviso.
Prcndctde.
¿Qué es esto? |Ay cielo!
Laurencia, villano, soy.
Sea en buena hora, y yo le doy
el parabién sin recelo,
de ver que se ha vuelto hombre;
aue á fe que Dios la ha sacado
e mujer que es de pecado,
y pues en el traje y nombre
se ha convertido en varón,
dele barba Dios también,
Laupen.
ROBBBTO
Laurf.n.
M A BOTO.
Lauben.
Maroto.
<i) En el original «y».
1
2^8
Lauren.
M&KOTO.
Lauren.
Maroto.
Lauken.
Maroto.
Laurün.
Maroto.
Lau.^en.
Maroto.
Lauren.
Maroto.
LA DAMA DEL OLIVAR
i
que no será hombre de bien
SI se convierte en capón.
A lo menos no lo fuera
si yo os dejara con vida.
Pues ¿qué le he hecho yo?
Ofendida
me tenéis ( i ).
No hay mandamiento
de casaráste.
Tormento,
atado, aquí os han de dar.
¿Porque casar no me quise:"
Colgádmelo de ese olivo.
¡Mas arre allá, que estoy vivo!
En su mismo daño avise.
Ea, colgalde.
|Mas DO nadal
No ve que falta escalera?"
as, pues me ahorca soltera,
¿qué hiciera estando casadai^
Vivir honrada con vos,
sin llorar mi honor enojos.
Si me sacara los ojos
tuviéramos paz los dos;
que los mandos al uso,
y más si son cortesanos,
no tienen ojos ni manos,
que el oro vendas les puso.
Y de mi cura he sabido
que Dios sanó, porque pudo,
uno ciego, sordo y mudo,
que pienso que era marido.
Acabad, colgalde.
Atajo
es del cielo, no me espanta;
más vale de la garganta
ser de un olivo colgajo,
3ue serlo en esta ocasión
e la cabeza.
¡Simpleza
notablel
De la cabeza
quedó colgado Absalón,
y si maridos pasaran
como él, quizá los más dellos,
que traen ganchi)s por cabellos,
colgados también quedaran.
ESCENA XIX
Salt «fi Banuolk nu.
Bani). i." Mira, Ruberlu, por ti;
que todos estos lugares,
para vengar sus pesares,
se van convocando aquí.
Procura hacer resistencia
ó embocarte en la espesura.
Roberto. ¿Qué haremos?
Lauren. Probar ventura;
hoy veréis quién es Laurencia.
En matando á don Guilléoj
acometerlos podremos
(i) Fjitin do» ver«os ea el original pira completar
esta redondilla y cmyeiar la que sigue.
Lauren.
Maroto.
ROBEHTO,
Maroto.
para que ricos quedemos,
que huir no parece bien.
RoSERTo. Moriré determinado
de defender tu beldad.
Laumen. a ellos, pues, y dejad
aquí este villano atado.
Pero no, venga conmigo,
que si Vitoria alcanzamos
de los que á acometer vamos,
después le daré castigo. 'V'ai
ACTO TERCERO
ESCENA PRIMERA
Saltn LiRAKO, Marbkuo y Makoto.
Lirano. .No fué nada; huyeron todos;
y aunque han ¡do por más gente,
cuando asaltarnos intente
no nos han de fallar modos,
si nos llevasen ventaja,
para emboscarnos, que aquí
todo es monte.
Makbel. Es asi:
pero entre tanto que baja
la aragonesa cuadrilla,
de aqueste olivo colgad
ese hombre.
Maroto. ¿Y que es verdad
que á vista de nuesa villa
me quieren ahorcar?
LiRANO. De noche
es. no hay que tener temor
que os salgan á dar favor.
Maroto. Porque una mujer reproche
y con ella no me caso,
¿es justo matarme asi?
LiPANo. Mándalo Laurencia.
M.\poto. Aquí
de un salto hasta el cielo pasoT
Pero, pues hemos llegado
á hablar verdades, más quiero
morir ahorcado, soltero,
que estar vivo y ser casado.
Olivo: de mi fortuna
os doled, mirad mi daño,
que nu 4ais buen fruto h^g
ni Maroto es aceituna
para que de vos colgodo
mutéis en tales dudas
al saúco de do Judas
dicen que estuvo ahorcado.
.Marbüi.. Atalde mientras que apresto
el cordel.
MAhuTu. ¡Aquí del Reye!
Porque no me caso ¿es lejc?
¿Es justicia?
Marhel. Acabad presto;
pero, escuchad, que parec«
que hay ruido de batalla.
Voces. (£)««/ro.)
¡A ellos, mueran, que es canalli!
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ACTO 229 ^^^B
H^^^iueranl
de la ley de gracia nueva, ^^^^^
»ANO. El peligro crece.
(kKBEL, Dejalde atado, y después
ramo de oliva traje ^^^^|
que anuncia la Pascua cierna. ^^^H
volveremos á acabar
Aquel pimpollo admirable, ^^^^|
lo empezado.
ramo de la oliva inmensa, ^^^^|
kANQ. SI el tugar
que sien}pre verde y florido ^^^H
no le libra.
el tronco del padre engendra. ^^^H
MBEL. Vamos, pues.
Aquel ramo que plantó ^H
(Vanit y dtjan atado á Marúto.)
el labrador que sustenta ^H
,
los cielos en mis entrañas, ^H
sin que humana obra se atreva ^^^H
ESCENA lí
á poner en su labor ^^^^f
la mano, porque en vez della ^^^H
es el Espíritu b>anto ^H
^^^^^^ft MAKoro
^^^^^^^.
quien la planta y quien la riega. ^^^|
jMadre de í)ios, siempre he sido
Aquel engerto divino, ^^^^H
amigo y vucso devoto;
que de dos naturalezas ^^^^|
porque no quiere Maroto
en un supuesto da el fruto ^^^H
ser de una loca marido,
que sana el que comió Eva. ^H
me matan, Madre de Dios!
Kn fin, yo la oliva soy ^H
Toda boda es peligrosa,
que á Dios hombre cría v lleva, ^H
yo no quiero más esposa
que es aceite derramado ' ^H
ni más amores que á vos;
en el lugar de la iglesia. ^H
las demás que esposas son
Yo, pues, que en ella quedé ^H
las manos y libertad
por legitima heredera. ^H
atan, que al fm es verdad
por ser Hija, Madre, Esposa, ^H
que toda esposa es prisión.
de los tres que en uno reinan, ^H
Pero vos, que á los humanos
he plantado un olivar, ^^^H
desatáis libertadora,
que puesto que agora empieza ^^^^|
pues que >ois mi esposa agora
á crecer, se extenderá ^^^^^
desatad mis pies y manos.
por el orbe de la tierra. ^^^^H
Que porque no me maltrate
Cuatro frutos dará al año, ^^^^|
quien mi muerte sentenció.
aunque de especies diversas, ^^^H
si asi una mujer me aló
porque su t'ertílidad ^^^^|
otra es bien que me desate.
cause asombro á quien la vea. '^^^H
{Ábrett un «livo, y tntre fus ramas Mtá
Será el primero sabroso ^^^^|
una imagen de .\uestra Señora de la .
por el voto de pobreza, ^^^^|
Merced.)
que aunque la forzosa amarga, ^^^H
^^H
la voluntaria deleita. ^^^H
^^Hk
Pues no sin causa la oliva ^^^H
^m ESCENA ni
es amarga á quien la prueba ^^^^H
^^H
verde, y después por sabrosa ^^^^|
^^" NuESTfi* Señora y Maroto.
honra la más noble mesa. ^^^^|
■
Tras este fruto se sigue ^^^H
pcEM. ¡Marotol
el segundo de obediencia, ^^^H
Kboto. ¡Ay, Dios! ¿Quién
mortificando sus gustos ^^^H
r nne nombra?
á la voluntad ajena: ^^^^|
ijtGEN. Alza alegre la cabeza.
que por eso la aceituna, ^^^H
lAROTO. ¿Quien sois, divina Señora?
que es su símbolo, se quiebra, ^^^H
IGBN. Quien tu fe y devoción prueba.
muele, parte y martiriza ^^^H
La Dama del (Jlivar
en el lagar y la prensa, ^^^H
', ha de llamarme esta tierra.
de donde el'aceiie puro ^^^H
consagrándola mí nombre
se saca, que á Dios recrea; ^^^^|
y honrándola mi presencia.
que después de los trabajos ^^^H
El olivo significa
ofrece luz la paciencia. ^^^H
misericordia, y la Iglesia
El tercero es castidad, ^^^H
se alumbra con su licor.
fruto que la palma lleva ^^^^|
Misericordia es clemencia.
á todas cuantas virtudes ^^^H
la clemencia á nadie mata,
á los santos hermosean. ^^^H
siendo esta verdad tan cierta,
Que no sin causa el aceite, ^^^H
necio es i-juion en esie olivo
sí con el agua le mezclan, ^^^H
darte muerte ciego intenta.
á otro licor le juntan, ^^^H
Yo, que al fin soy la paloma
por más que con él le envuelvan ^^^^|
que en el diluvio y tormenta,
siempre está encima de todos; ^^^^^
que en el mar de los pecados
que siendo el cielo su esfera, ^^^H
todos los hombres anega.
como rey de las virtudes ^^^^|
desde el arca de Noé,
sobre todas triunfa y reina. ^^^H
Kl cu«rto la caridad,
emperatriz que gobierna
los cielos )• rige el mundo;
fuego que abrasa y no quema;
luz que alumbra á iodo hombre;
que, en ledesio.en nueslra iglesia
tía \u'¿ de noche y de día
Sel fuego de amor susienia.
edimirá aquesie fruto
los cautivos que atormenta
el blasfemo y torpe amor,
para que con fama eterna,
llamándose Redentores,
den sus vidas y su hacienda
por sus hermanos, que opiirnen
las crueldades sarracenas.
Darán para ellos sus vidas,
quedándose en sus cadenas,
porque ellos salgan seguros,
virtud excelente y nueva.
Pero, en fin, como la oliva,
que toda á todos se entrega
dejándose hacer pedazos,
dando sus entrañas mesmas,
llamaráse este olivar
de la Merced, porque en ella
la han de hallar sus oprimidos,
blasón que ha de ennoblecerla...
Y para que estimes más
esta heredad, que comienza
desta tierra á florear
con divinas influencias,
un Rey es su labrador
para que más se ennoblezca;
mira cómo con sus armas
la autoriza su nobleza.
Don Jaime el (rbnquisiador,
que entra criunfando en Valencia,
le planta y k da principio,
,jqué maravilla que crezca.^
bel pecho piadoso nace
de Pedro Nolasco, piedra
fundamental, que promete
en el valor y firmeza.
(Con los Santos y corona qut rrjitrt ha
dt tilar adorHado el árbol.)
Por primicias de ese fruto
es la primer fruta nueva
otro Pedro de Armengol,
que del, como oliva cuelga.
Un Ramón es verde rama
que mi olivar fértil echa,
no nacido y milagroso
que con un candado cierran,
porque tal aceite y fruto
en fe de lo que se precia,
con candada ha de guardarse
Eara dar luz á mi (gle^ja,
In Serapión es esotro,
oliva sabrosa y tierna,
que en el lugar del martirio
descoyuntan y atormentan.
La corona que remata
este olivo, á todos muestra
que es real, militar y noble,
para que á todos exceda.
Siendo, pues, de tal valor
lia
n
recia.^
esta heredad, porque tenga
lo necesario, he querido
aue aqui se labre una iglesia
onde mi aceite se guarde,
y con mi misma presencia
se autorice en Aragón
que á esta Orden sirve y precia.
Ve, pues, pastor, á Estercuel,
su gente convoca, y llega
á su seiior, mi devoto,
llama y diles que aqui vengan,
y este sitio me dediquen
con un templo, donde vean
mi imagen, que en este olivo _
como en su trono se asienta, ■
y dándole á la Merced ■
estimen la merced nueva
que les vengo á hacer propicia,
y tú, por que goces della,
pues por esposa me elijes,
el ganado y campos deja,
y sírveme en esta casa,
pues el que me sirve reina.
Maroto. jOh visión digna de espantol
pues que me libras y sueltas
y tengo en ti tal esposa,
dele alabanzas mi lengua.
A hacer voy lo que me mandas:
Religión piadosa y tierna,
yo os serviré desde hoy más.
Olivar de fama eterna,
desde hoy quedará memoria ^
que celebre tu grandeza, ■
la Dama del Olivar, ™
de amor y de dichas prenda. (^"'
k
ESCENA IV
i
Sacan á Don Guillan Ioí Labkadorbs, y $at*n_
Gastón y Doüa PETaoMiL*.
Niso. Huyeron los bandoleros,
y á dos encinas atados,
para pagar sus pecados,
aquestos dos lobos fieros
de nuestras tiernas ovejas
se dejaron.
Cor BATO. Permisión
del cielo, pues ellos son
la causa de nuestras quejas.
Gastón. A mi poder, don Guillen,
la fortuna os ha traído,
y aunque de vos ofendido
querellas justas me den
mis vasallos, y pudiera
satjsfacella con vos,
el valor que me dio Dios
mi agravio no considera.
Sin mi gusto á Montalbán
os quemaron mis vasallos,
que no pude refrenallos,
porque ofendidos están.
Que cuando la injuria es tal,
las riendas del tiento pierde,
y un perro con rabia muerde
ACTO TERCERO
ai)
Con ser tan (id animal.
Mo&lrara ser caballero
agora, y libre os dejara,
si en daño no resultara,
como sabéis, de lercerr».
Pero haciéndolo, provoco
todo et lugar de Kstercuel,
y ya sabéis cuan cruel
es un pueblo y vulgo loco.
Mientras Laurencia parece
y se aplaca tanto exceso,
será razón que estéis preso,
y el alcaide que os ofrece
mi nobleza, es á mi hermana,
que en regalo y cortesía
dará muestras que lo es mía.
uiLLÉN. Libertad mi suerte gana
con ser yo su prisionero;
y aunque estimo este favor,
sois caballero mayor
y en Aragón el primero,
bien pudiérades mostrar
vuestro poder por mil modos,
que vuestros vasallos todos,
son de bien y mal pasar
Íá vuestro gusto obedientes,
uando libertad me deis
han de aprobar lo que hacéis
sin mirar inconvenientes;
pero hacer podéis de mi
vuestro gusto, pues estoy
sujeto.
STóN. Su señor soy,
mas el valor que adquirí
quiere, por más que me amen
51 de bien y mal pasar
son, que los de este lugar
no de mal pasar se llamen.
Mas solo de pasar bien,
que cuando á regillos vengo,
los viejos por padres tengo
y por hermanos también
los mozos, porque es mejor,
pata poder gobernallos,
hacer hijos de vasallos
y convertir en amor
el poder, que no han de dar
como encina el fruto á palos,
pues por fuerza saldrán malos
vasallos de mal pasar.
üiLLÉN. Enseñáisme, don Gastón,
á vivir por vu'islro preso,
y obligado me confieso,
puesto que si mi prisión
goza de tal carcelera
más parccL* libertad.
kTRON. iQue tenga yo voluntad
á quien no la considera!]
¡Oh, fuerza de un dios liranol
libraréle, que es rigor
prender á quien tengo amor.
{LUi-anle y fast Doñk Pciroaili.)
ASTÓN. Este queda en vuestra mano.
Como no le deis la muerte
ni saquéis sangre, vengad
en él vuestra voluntad
para que á enmendarse acierte.
ESCENA V
Dichos, menos DoSa PETROXaA y Don Goii i ék.
Ntso.
Gallapd.
Niso.
Hacéisnos señor merced.
jYo os juro á San. ..I alcahuete,
que heís de pagarlo.
Hoy promete,
Gallardo, enmienda. Tened,
lástima desie lacayo.
CoHBATü. Allá lo veréis, venid.
Aruknio. No le saquéis, advertid,
sangre.
Niso. Yo os voto á mi sayo
que la afrenta de Laurencia
nos la habéis hoy de pagar.
AfDENio. No le podréis azotar
mientras no mos den licencia
de sacarle sangre.
Bueno;
desnúdele yo una vez,
que siendo como la pez
dentro, y de fuera moreno,
en él quebraré mt cinta
sin miedo que se desangre,
porque éste no tiene sangre,
sino en lugar della, tinta.
{LUvanl
ESCENA VI
Sale Maroto.— Dichos, menot Galiauoo.
' Maboto. Señor: dad gracias al cielo
y vuestra dicha eslimad,
en vuestra misma heredad
para premiar vuestro celo,
un tesoro hay encerrado
que con él rico quedéis.
Niso. ¿TesoroP
Mahoto. Un tesoro he hallado
en el olivar.
Gastón. Marolo:
^-qué decís? ,jcstáis en vos?
M a BOTO. No hay cosa, después de Dios,
que valga tanto.
CoRBATO. Remoto
venís de vueso juicio.
Arüenio. ¿Qué tesoro puede haber
que tanto llegue á valer?
Makoto. Ni el sol. á quien sacrificio
hicieron tantas naciones,
ni del cielo el mejor santo,
ni un serañn vale tanto;
si no creéis mis razones
venid, y sobre un olivo
veréis la Fénix que es una,
la Estrella de! mar, la Luna,
la que es Hija de Dios vivo,
de Dios vivo Madre hermosa,
de Dios vivo Esposa bella,
porque se encierran en ella
ser Hija, Madre y Esposa.
Atado en él me dejaron
^^^32
LA DAMA DEL OLIVAP ^^^|
^M
los bandoleros crueles,
ESCENA Vil ^^H
^^^1
y rompiendo los cordeles
^^^^H
^^H
mis tinieblas alumbraron
Saltn lat l.ABHAOOMas con Gai ixnuo, >" M^^B
^^^1
sus rayos de luz divina;
vasucon una ;iMr^i).— Diritos, menct M*«oti»^H
^^^H
mandóme que aquí viniese
Gastón. ^H
^^^B
y que á lodos os dijese.
^H
^^^H
si servilla determina
.Ntso. Ea, ténganle los dos, ^H
^^^v
nueso dueño y Esiercuel,
que yo le he de dar tormento. ^B
^^^B
que una casa la edifiquen
Gallard, Señores mios, con tiento. ^B
^^H
y á la Imagen la dediquen
CoRBATo. Calle. ^B
^^^H
que es la flor y fruto dé!.
Gai.lard. Por amor de Dios; ^B
^^^V
y á los Padres Redentores
ya saben que esto ha de ser ^B
^^^K
de la Merced se la den.
sin sacar sangre. ^B
^^H
porque su Merced también
Ntso. El humor ■
^^^B
nos ha de hacer mil favores.
queremos sacar, traidor. ^B
^^^H
jf-lay tesoro que sea igual?
Venid conmigo y veréis
que bellaco os vmo á hacer, ^B
^^^V
y á todos nos alborota. ^B
^^^
la verdad que no creéis.
Callad, y sufrí el castigo. ^B
^ CoRBATO. No habéis vos bebido mal.
GAL.i.ARD.Sin sacar sangre les digo. ^H
^^H^
lAo, por santo se nos vende!
Ardenio. No os sacarán ni una gota. ^|
^^^B
diz que la Virgen Maria
Gaulard. Pues ¿qué hade ser? ■
^^^B
del cielo á hablarle venia.
N]So. Esta purgí ^
^^HArdenio
. SI, por cieno.
habéis de beber aqui. j
^Niso.
Bien lo entiende.
Gallard. ^Purgarme en salud á mí? ^^
Gai.labü.EI, es verdad, que es buen hombre
CtiPBATO.La bellaquería os hurga ^B
y devoto, mas no tanto
allá dentro, y es razón ^H
que quiera hacérsenos santo
que quedéis limpio del iodo. ^B
y con milagros asombre.
La imagen que España goza
Gallard. No cumpliréis de ese modo ^H
lo que manda don Gastón. ^H
á su Apóstol por lo menos
Montan. ¿Por qué? ^B
mostró sus ojos serenes
Gallard. ¿No dice quesea H
dando vida á Zaragoza
sin que sangre me saquéis? ^H
y renombre á su Pilar;
Niso. Sólo quiero que os purguéis, ^B
pero ¡á un pastor simple y tosco!
Que soy pecador conozco;
nadie sangraros desea. ^H
^^KMaroto.
Gali.aro. Esas razones son vanas, ^B
^^H_
pero nó habéis de mirar
pues mal me podréis purgar ^B
^^^K
mi indigno ser y bajeza.
sin que sangre venga á echar, ^
^^^B
que Dios desprecia tal vez
que estoy malo de almorranas.
Montan. No se emienda el mandamiento
^^V
de los hombres la altivez
^^B
y antepone [a pobreza.
de sangre que sin casligo
^^^Gastón.
Cosas de milagro son,
sale por rom postigo. ^d
^^H
Maroio, dificultosas,
Niso. Tomad. ^^
^^K
y al crédito peligrosas;
Gallard. ¿Hay igual tormento? ~
^^^B
mirad que será ilusión
Que he de morirme es notorio. ,
^^H
del demonio, que ya sabe
CoBBATO. Purgad vuestro mal gobierno ^1
^^^B
transformarle en una cruz
y pasaréis al infierno ^B
^^H
y flngirsc Ángel de luz
desde aqueste purgatorio.' ^H
^^^B
porque de perderse acabe
GallArd.Esocs fuera de razón; ^H
^^B '
el simple que es indiscreto;
al que al purgatorio pasa ^H
^^^B
vuelva vuestro seso en si,
el infierno no le ;ibrasa. ^H
^^^P
que éste será frenesí
Niso. ¿Pues eso no es de pasión, ^B
^^V
ó ilusión vana.
que pasaporte os darán? ^B
^HMaroto.
En efeio
Ardenlo. ¡Vaya de purga! ^B
^^B.
que Sa dicha que os ofrezco
Gallard. ¿^No sabes ^B
^^^r
¿no creéis?
que purgarse sin jarabes ^B
^^Kiso.
A ndad con Dios.
es mal hecho? '
L Gastón.
Ni hasta aqui sois sanio vos,
Niso, En Monlalbán .
^^^
ni yo tanto bien merezco. (Vantt.)
os jaropeasies primero. ^M
^^BMaroto.
En fin, no quieren dar fe.
Gallard. ¿Con qué? ^H
^^B
dulce esposa, á mis palabras,
Niso. Con bellaquerías, ^B
^^H
á mis ovejas y cabras
jarabes todos los días ^|
^^^B
corrido me volveré.
lomabais alcabalero. ^|
^^^1
Vos los podréis alumbrar
GALUARu.¿Cuá) es? ^B
^^^H
con otro mejor testigo
Niso. Guindas serenadas ^1
^B 1
mientras yo adoro y bendigo
con azúcar.
L
la Dama dtl Olivar, ( Vas*.)
Gallard. Yo, ¿qué es de ellis?
Niso. ¿Nu son guindas las doncellas
ridulces coloradas?
ú las sacábades vos
e nuche por el sereno?
^Decid. cacique moreno,
y á la mañana los dos
las echábades traviesos?
ItD.Si son guindas las que escucho,
quien come gumdas, no es mucho
que arroje después los hue<ios.
Jaropado esiáis, purgar
os falu agora.
KD. ,;No sabes
que la purga y los jarahes
siempre se han de Lonfremar?
Si doncellas serenadas
me jaropan, ¡fuego en ellas!
los jarabes de doncellas
piden purga de casadas,
ro. Bien rehusáis para vos.
^Aún ahí vos las tenéis?
^ebelda.si ao queréis
que el cincho me quite.
üD. (A y. Dios!
^'No hay vinagre ó aceituna
con que la tome?
To. Esa cara
toda es vinagre.
«D. Repara...
rn. No hay reparación ninguna.
Abra la boca le digo.
DO. ¡Puf!
Pues qué, <!no huele bien?
|tD. Huele á ruibarbo y á sen.
jEa!
KD. ¡Dios vaya conmigo!
ro. Agora que esto está hecho
venga y verá lo que falla.
RO.EI alma en las tripas salta.
Calle, que es de gran provecho.
jtD. Señores, hagan su oficio,
que si dónde no me dan,
de mi cámara serán
y estarán á mi servicio.
Allá lo veréis, ven!.
RO.Ya la prisa me provoca,
la purga tengo en la boca.
10. No ha de colar por ahí.
RD. Déjenme, pues.
iN. ¡Bien, 8 fe!
Aún no sabéis el soceso.
^O.No importa llevarme preso,
porque yo me soltaré. (Vantf.)
ESCENA Vlíl
Sale Makoto.
ro. .Madre mía, Esposa mía,
yo llevé vueso recado,
nadie crédito me ha dado,
que juzgan á hipocresía
mi buen celo. ,iQué he de hacer?
Pena notable recibo.
(Aparécttt Nuestra S«Aor*.)
I. Maroto.
lO- ^Sobre el olivo
os merezco otra vez ver?
V1B6RN. Vuelve y dile á don Gastón
que, estiiiiaridü su ventura,
venga, y si gozar procura
tan celestial ocasión,
que :tqui me labre una casa
y á la Merced se la dé.
Makoto. ¿Cómo si no me dan fe
y es mi suerte tan escHsa
que burlan de mi simpleza?
VinüíN. IJégaie, Maroto. acá:
agora te creerá.
( Vue/i'# la cabeia atrás y enüúhffut.'
.Maroto. ¡Ay, Dios! ,jQué es de mi cabeza?
¿yué es de mi cara? No tiento
si cogote y colodrillo,
señora, si he de decillo,
^con qué boca, con qué aliento?
Pero á las espaldas tengo
la cara que me torció
el rostro, y acá le echó,
un hombre hecho revés vengo.
Si Esiercucl en mi repara,
de verme tendrá temor,
ó creerá que soy traidor,
pues llevo detrás la cara.
No la puedo revolver,
los carcañales me miro,
no sin ocasión me admiro,
^'cómo tengo de confer?
Adelante la barriga
y á las espaldas la boca.
¿Qué es esto? Simpleza loca.
¿Quién desta suerte os castiga?
Mas, pues me manda que acuda
la Virgen, asi hecho un mostró,
y echándome atrás el rostro
en hombre al revés me muda,
y es mi cuello de tornillo
que alrededor se me anda,
vo á decir lo que me manda
y á hablar por el colodrillo,
que con señal semejante
me creerán, y de hoy más
los pies irán hacia atrás
para andar hacia delante. tvase.)
ESCENA I.V
SattH Don Guillen y DoAa Pktromila.
Doña. Petronila.
Ya, don Guillen, que vuestra carcelera
me hizo don Gastón, porque ha sabido
serlo mío el amor y llama fiera
que en fuego me abrasó, no agradecido
porque os privéis de tanta gente fiera
y pueblo que de vos se ve ofendido,
y os quiere aquí abrasar de enojo ciego,
siendo verdugo un fuego de otro fuego,
si palabra me dais de ser mí esposo
(puesto que en vos palabras viento sean),
de aqueste trance, fiero y peligroso,
sacaros quiero, porque todos vean
que en mí el amor es noble y generoso.
si el vuestro ingrato, y en piedad se empican
LA BAMA DTÉL OLIVaK
mis pensamientos, dando en lo que hoy hago
á vuestra ingratitud diverso pago.
Don Guillen.
Hermosa Petronila, arrepentido
de tantas travesuras como he hecho,
jamás han de borrar tiempo ni olvido
favores nobles de ese hidalgo pecho;
á vuestra voluntad estoy rendido
y de amor tan notable satisfecho;
ya preso quede, ya me deis la vida,
i vuestro amor desde hoy queda rendida.
Si en mí tiene valor el juramento,
por la cruz que ennoblece aqueste lado,
á quien servir desde hoy humilde intento,
si hasta aquí indignamente la he llevado,
por el cielo y su hermoso iir mámenlo,
por esos ojos, en quien han hallado
mis travesuras fin, mi amor reposo,
de ser, agradecido, vuestro esposo.
Doña Petronila,
Pues por este portillo, que secreto
sale al campo y ninguno le ha sabido,
podéis libre salir, y tenga eCelo
lo que me habéis jurado y prometido.
Don Guillen.
Si en Montalbán me veo, yo os prometo
de dar orden al punto, agradecido,
al desposorio qtie á mi amor conviene.
DnÑk Petronh.a.
Salid, pues: mas ¿qu* es esto? Gente viene.
ESCENA X
Sale Gallardo.— Dicho*.
Gallaru. Desátame aquestas manos,
señor, por amor de Dios;
desatacadme los dos.
|Lleve el diablo á los villanos!
GuiLLáN. ¿Es tiempo éste de locuras?
¿Qué dices?
Gallaro. ¡Ayl
Guillen. ¿Qué es esto?
Gallahd. Desatadme presto, presto.
GuiLLÍiN. ¿Qué hay, pues?
Gallahu. ¡Bravas apielurds!
Hay, que el ruibarbo me hurga
las tripas, ¿quién vio purgado,
señor, jamás atacado?
Guillen. ¿Qué tienes?
Gallabd. Estoy de purga.
Córtame esus agujetas,
6 sin ser juez, jvive Dios!
que me provea en los dos.
Guillen. ¿Qué te han hecho?
Gallard. Si me aprietas
será fuerza que me atloje.
Petron. Ya sueltas las manos tienes.
Guill^.n. ¿Cómo de esn suerte vienes?
Gallaru. Cuando menos me congoje
este mal, te lo diré.
Más tienen de dos mil nudos
aquestos lazos cornudos,
mas, par Dios, que los cort¿
Aguarda, que luego vuelvo
á contarle lo que pasa.
Gdii.i KN. A}{ora que el sol abrasa
en no salir me resuelvo.
Pktbon. De noche será mejor,
no te sientan los villanos.
Guri-LÉN. Yo agradeceré á tus manos
mi vida, ser y favor.
ESCENA XI
.Vfl/r Oam AHno.— Dicho*.
GALLARij.Ya que aliviado me siento,
cumpliendo en este discurso^
señor, con el primer curso
sin estudiar, va de cuento.
.Mandó á aquestos villanotes'
don Gastón que se vengasen
en mi, sin que me sacasen
sangre; libréme de azotes ^
y toda mutilación; ^|
mas hallaron un tormento...
Mucho aprieta este argumento,
voy á dalle solución. (ir,
Guillen. Si ha de sentir vuestro hermano
que me libréis...
Don Guillen:
mi hermano me quiere bien,
y es tan noble y cortesano,
que si los dos nos casamos
será extraño su contento.
Petron.
ESCENA XII
Sale GALLARno.-DtcNoi.
Gali. ARO. Pero hallaron un tormento
(aquí pienso que quedamos)
para mi daño y su risa,
y fué purgarme, atacarme...
¡Válgate el diablo por prisa! (Y4t
ESCENA XIII
Saie Don Gastó».— Dichos, menos Gai
Gastón. A ver hermana del modo
que vuestro preso guardáis
he venido, y pues estáis
con tal cuidado el dia todo
sin que le perdáis de vista,
no por descuido se irá.
Phtron. Preso, hermano mío, está,
sin que se queje ó resista.
En la obligación que os tiene
deseoso de pagar
en cosa que os ha de dar
gusto, y á mí me conviene.
Guillen. Vuestra hermana y mi señoit
(puesto que es mi carcelera)
inteiceder por mi espera
■
I
^^^ft ACTO tERrF.no 235 ^^
^^^^er mi procuradora.
que nadie quede en prisión ^^H
V yo, si desic lenguaje
si está la Reina en mi villa. ^^H
usar con ella es razón,
Gi'iLLKN. Debidas gracias os doy. ^^H
con el alma y corazón
Gastón. A la Virgen se las dad. ^H
' le pagaré el carcelaje.
Guii ) f N. Pagaré la libertad, ^^^|
5n. Si yo 05 veo, don Guillen,
Petronila hermosa, hoy ^^^H
con el sosiego que es justo,
con queidar de nuevo preso ^^^H
tendré en eso mucho ^usto.
en el lazo y yugo saiito ^^^|
vuestro, si merezco tanto. ^^^H
>
Petron. Mi ventura estriba en eso. ^^^|
' ESCENA XIV
^^^
ítr AUiioTO con la cabt^a torcida — DirHos.
ESCENA XV ^^^
ITO. Cuantos me escuchan y ven
se admiran de la puslura
Sa/c GAti.AnDo.-DicMos, ^^^H
^^^H
1 de mi cabeza trocada.
GAit-Atio.Kn lin, las manos atadas ^^^|
I&N. <Qué es esto?
y la purga en la barriga... /^^^^I
Gastón. ¿Que es esto? ^^H
DTo. Una cabezada
que hoy me ha dado mi ventura.
Galuard. Es cierta fatiga ^^H
Como iodos ponéis duda
de tripas alborotadas. ^^^H
' en mí grosera simpleza
Gastón. |Gallardol descolorido ^^^|
y habéis dado de cabeza.
estáis: ,ihabraos maltratado ^^^|
mi cabeza, cual veis, muda,
esta genter" ^^^|
la Dama del Olivar,
GAj.i.Aiir>. Hanme sacado ^^^|
para que tanto portento
el alma á traición. ^^^H
^ hoy os sirva de escarmiento
Gastón. ,;Qué ha sido? ^^H
y la vengáis á buscar.
Gai.laku. Escarmentar desde hoy más ^^^H
Asióme con ambas manos.
de alcahuetar á ninguno. ^^^|
y como es de barro el hombre
Gastón. Pues ¿qué es.'' ^^^B
, (porque este caso os asombre
Gaulaho. Un mal importuno, V
y me deis fe más humanos)
mal de madre por detrás. ^^H
de una vuelta que me diü,
Poeta, señor, me he vuelto, ^^^H
cual si fuera de tornillo,
que en lugar de redondillas ^^^^
acá me echó el colodrillo
á pares las seguidillas ^|
echo, y mucho verso suelto. ^^H
' y acá la cara me echó.
Dice que esto sea señal
Que nríe declare, dirás, ^^^|
de que en el olivo hermoso
y asi á lo pulido digo ^^^|
os espera, y que un famoso
que vengo por más castigo ^^^|
convenio, en fábrica real.
con vómitos por detrás. ^^^|
1 la labréis all! en que viva.
Gastón, jBuen humor! ^^^|
1 que su sagrario ha de slt
Gallar. El bueno y malo ^^^H
«1 olivo, donde á ver
he purgado, jvive Oiosl ^^^|
vaya Aragón esta oliva;
Guillen. Sueltos estamos los dos, ^^^|
que á los padres Redentores
GALLAPu.Para ti será regalo ^^^H
se entregue la dicha casa,
que, en fin, por tu vida has vuelto; ^|
por ser gente que á Argel pasa
y con divinos fervores
mas yo que con tal pasión, ^^^|
sin cadenas ni prisión, ^^^|
como olivos frutitican
cada momento me suelto, ^^^|
en la casa de su Dios.
¿qué he de hacer r* Pero ¿qué es esto^^^H
¿Quién la cara os puso ansí? ^^^|
Patrón habéis de ser vos
si este templo la fabrican
Maroto. Vamos, señores, de aquí; ^^^H
dejando el blasón aquí
asi el cielo me la ha puesto. ^^^|
eternamente fundado
Gallard. En eso nos parecemos ^^^|
1 del renombre que ha ganado
los dos, sin ser Galalón, ^^^|
la sangre de BardajS.
que tas caras á traición ^^^|
irÓN. {Caso nuevo!
y la enfermadad tenemos. ^^^|
^ON. ¡Gran milagro!
tÓN. ¡Virgen santal don Gastón
os pide humilde perdón;
Gastón. Virgen, yo os haré una casa ^^^^
en que os sirva la Merced. ^^^|
¡Vos á todos nos la haced! ^^^|
GutLLáN. Desde hoy vuestro amor me abras^^^^J
yo desde agora os consagro
esa casa, que ha de ser
doña Petronila hermosa, ^^^H
honra de mi descendencia;
j dejando travesuras ^^^H
! no perdamos tal presencia;
he de fundar mis venturas ^^^B
1 venid don Guillen á ver
en teneros por esposa. ^H
1 esta nueva maravilla.
Gallard. Yo me holgara si tuviera ^^^^
1 Suelto estáis, que no es razón
la cara atrás como vos, ^^^|
^^^^^^B
^^^^^^^^^^^^^ _ «L.^^^^^^^^^H
LA DAMA DEL OLIVAR
que desla suerlr, par Dios,
que lo que purgara viera.
{Vanse ]
ESCtNA XVI
Salen tos Vimamoí.
Nisri, ^-Mi Laureacia bandolera
después de estar deshonrada?
< Y no ha de ser castigada
la torpeza infame y fiera
de quien ha sido ocasión
de tanto mal? ^Esio es bien?
Si nu mala á don Guillen
y me venga don Gastón
tendri- causa contra él justa.
Apdemo. Don Gastón de Bardají
es noble y cuerdo, y asi,
pues de (raicioncs no gusta,
cumplirá con vuestra queja
como, en fin, nuestro señor.
Niso. No hay satisfación de honor
si vivo á don GuiUén deja;
pero, esperad, <qué (ropel
de {>ente es ésta que aqui
sale? ^No es don Gastón?
Combato. Si,
y casi todo Estercuel
leacompa.ia.
Niso, í'A qué vendrá?
.MosrAN. Quizá viene á dar castigo
al cruel.
CoBBATO. También lo digo.
Ahoenio. 5Í el señor de Monialbán
muere, yo quedo contento.
Niso. Y yo haré que mi Laurencia,
alegre á nuesa presencia,
trueque en gozo mi tormento.
ESCENA XVII
Salen todos tvs que pudieren. --Dtcno^.
Maroto. Este es el olivo santo
donde vi la vez primera
y la segunda á la Virgen
que me torció la cabeza.
Aquí la habernos de hallar.
Gastón. Hmqucmos todos en tierra
las venturosas rodillas,
Y con oraciones tiernas
la Salve iodos digamos,
porque obligada con ella
nuestra ventura asegure
mostrándonos su presencia.
Petbon. Yo, pues, comienzo la Salve.
Aurora del Sol divino
que á alumbrar el mundo vino
con sus rayos. Dios te salve.
Gastón. Hija del Eterno padre.
Reina de inmenso poder,
en ti mereció tener
nuestra dicha, Reina y Madre.
GuiLi ¿N. .A Dios pusiste en concordia
con el hombre rebelado.
porque en li la espera ha ha!
Virgen de misericordia.
AUHiiru. Tú quitaste el amargura
de la fruta triste de Eva,
porque en lu amor goza y pruebí
el alma, vida y dulzura.
Pethon. Aunque nuestra culpa mués
el castigo que temblamos,
seguros contigo estamos,
que eres esperanza nuestra.
Gastón. Por patrona te nombramos;
sin tu favor no podemos
vivir; por luz te tenemos,
madre nuestra, li fí clamamo.
Guillen. Pues de los cielos airados
eres la llave maestra,
haz como en la patria nuestra
le gocen los desterrados.
Maboto. y, pues eres madre nueva,
de nuestra gracia y perdón
hijos luyos sólo son
los que fueron hijos de Eva.
Sin ti huérfanos estamos,
y como el niño suspira
cuando á su madre no mira.
Señora, á ti suspiramos.
Gastón. Si lágrimas derramando
gana el cielo el que es más fuerte,
tus hijos que están advierte.
Madre, gimienduy ilorando
Gt;iLLÉN. Sin ti, que de nuestro espaní
eres remedio, ^qué haremos
los que afligidos nos vemos
en este j'£i//e de Itantor
Mahoto. Si nuestro consuelo muestra
tu presencia, Virgen bella,
muéstranos tu luz en ella.
ea, pues, abogada nuestra.
PtTRON. Alivia nuestros enojos;
si en tus ojos la paz vive,
que nuestra vida recibe,
muéstranos esos tus ojos.
Gastón. Que si fueron rigurosos
los de la ira de Dios,
esos tus luceros dos
serán misericordiosos.
Alegrando nuestro luto
tú que eres árbol de vida,
nos darás con paz cumplida
á Jesús, bendito fruto.
Maboto. Porque cuando nos encuentre
el enemigo cruel,
tendremos remedio en él
por ser fruto de tu vientre,
Petron. ¡Oh palma, oh ciprés, oh rosal
alegra nuestra esperanza^
Luna llena sin mudanza,
foh clemente! ¡oh piadosa!
Gastón. |0h aurora de nuestro dial
¡oh arca del testamento!
joh estrella del ñrmamcnto!
¡oh dulce Virgen \faria.'
Gliulén. Con tus favores benignos
y gracia, ruega por nos ,
sagrada Madre de Dios,
para que seamos dignos.
MARoro. En el mar que el muodo ba v>^^'
ACTO TERCERO
donde la culpa se embarca,
pues de Noé eres arca
de las promesas de (Cristo.
ESCENA XVIII
Aparfctse Nobitra Sieñojia.— hiciios.
ROXN. Hijos: el amor que siempre
he tenido á vuestra tierra,
pues en vida á Z&TugoZi
ilustré con mi presencia,
me obliga á que mi retrato
os deje, en quien lodos tengan
refugio en sus afliciones
y socorro en sus miserias.
Labradme en este olivar
un Monasterio y iglesia
■que mis hijos Redentores
dichosamente posean,
y haciendo el altar mayor
én esta parte, por prueba
de que soy paloma pura
que el ramo de oliva lleva,
en este olivo tendré
mi sagrario, sin que vean
que sus hojas saludables
eternamente estén secas.
Sanarán enfermos tristes
de enfermedades diversas
con las hojas desie olivo
poniendo mi gracia en ellas,
V el pastor que descubrió
esta maravilla inmensa
(Vuílffsflt la cora acltlanU.)
)' ya por mi favor tiene
en su lugar la cabeza,
sirviéndome en esta casa,
trocará campos y ovejas
por la oveja que dio al hombre
el Agnus que Juan enseña.
Hónrate de aqui adelante
á los patrones que heredan
esta villa y devoción
con hazañas y nobleza.
Hijos: mi imagen os dejo;
reverenciándome en ella,
La Dama del Olivar
ilustra la patria vuestra.
{Encúbrete.)
ESCENA XIX
Dichos, mtnos Nuestra SkAub*.
¡Oh, hermosura del Carmelo!
¡Oh, luz de nuestras tinieblas!
]Oh, salud de nuestros males!
Maroto. |Oh, en fin, paz de nuestra guerra!
Gastón. Yo emplearé en vuestro servicio
aquS mi vida y hacienda,
que buen mayorazgo en vos
a mi sucesión le queda.
Maboto. No sé cómo ya no tengo,
señor, la cabeza tuerta!
Desde hoy pastor de la Virgen
he de ser, y mi cspiiSa ella.
ESCENA XX
Salt Laurbncia.— Oiciios.
Ladren. ,iQué luz es la que ha alumbrado
mi alma, que loca y ciega
en desatinos vivió?
Gastón. <Qué es aquesto?
Ntso. Mí Laurencia.
Lauren. Una voz de este olivar,
entre estas ocultas sierras
donde el agravio, me hizo,
de don Guillen, bandolera,
me llamó, y viniendo aqui
con la virginal presencia
de esta señora divina,
mis vicios dan hoy la vuelta.
Yo os consagro, insigne imagen
mi vida, y desde hoy ordena,
si en pecados la imité
en virtud ser Magdalena.
Gai-LA»d. Yo vengo tan bien purgado,
que ningún mal humor queda
en mi cuerpo ni en mi alma.
Gallardo, Virgen inmensa,
será vuestro motilón;
y si me dan la despensa,
seré un santo despensero,
si es posible que esto sea.
Gastón. Partamos á Zaragoza,
y al General que gobierna
la Orden de la Merced,
Pedro Nolasco, que es piedra
divina de este ediíicio,
convidaremos que venga
á tomar la posesión
desta Virgen pura y bella;
y labrándose al momento
fábrica que permanezca
en honra de nuestra sangre
la piedad aragonesa
tendrá un santuario más.
GujLLÉN. Y yo, Petronila bella.
siendo esposo vuestro, doy
al cielo firmes promesas
de enmendar mis travesuras.
Gastón. La imagen divina es esta
y Dama dei Olivar.
Perdonad las faltas nuestras.
W LA SAN 1
AJUANAJ
^^H PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA ^H
^^^^B
Don Alonso de Fonseca, ^^^H
^^^^^B Juan Vázquez, su padre.
arzobispo de Toledo. ^^^H
^^^^^B Don
El Gran Capitán. ^^^H
^^^^^B Marco Antonio.
^^^H
^^^^^B Ll'DOVlCO.
Un Criado. ^^^|
^^^^H LiLLO, lacayo.
Una Niña. ^^^H
^^^^H Fpancisco Loarte.
^^^1
^^^^^B Juan Mateo,
^^^H
^^^^H Doña Leonor.
Crespo. ^^^|
^^^^H S^N Francisco-
TORIBIO. ^^^H
^^^^B Santo Dominoo.
Llórente. ^^^H
^^^^H La
Melchor. ^^^|
^^^^H El Ángel DE i.A Guarda.
^^^1
^^^^^B Sor María EVANGELISTA.
^^^H
^^^^V Maestra de novicias.
Labradores (i). ,^^^|
^^^^K
fl
^^m ACTO PRIMERO
ToniBto. Dientes de piñones. ^^^|
Todos. Y «tiento de an!s. ^^^H
^^^^^H
ToRiDio. Gil es más dispuesto... ^^^H
^^^^H
Todos. Que álamo gentil. ^^^|
^^H ESCENA PRIMERA
Tonisio. Tieso como un ajo. ^^^H
^^^^^P
Todos. Fuerte como un Cid. ^^^M
^^F SaitH El riKA y Orí. <it las manos, la Santa ai lado de
ToRiBio. Ella es hierbabuena. ^^^|
^^H Elvira, romo su madrina; Juan Vázquk/, su padrt,
Todos. Y él es peregil. ^^^H
^^B padrino; OKsrn, Tomibio y Llombntb, MiJíico»
ToRiBiO. Ella la altcmisa. ^^^H
^^B cantando tudos, dt PAtronu, con mucha grita.
Todos. Y él el torungil. ^^^B
^^B
Novios son Elvira y Gil, ^^^B
^H Músicos. <Cani.) Novios son Elvira y Gil,
él es Mayo y ella Abril; ■
^^B ól es Mayo y ella Abril;
para en uno, etc.
^^P para en uno son los dos»
Llurent. ]Par Dios que habéis cantado
^■' ella es luna y el es sol.
bravamenicl
ToRlBM- l-rivira es tan bella.
TuRtBto. ^(la estado bueno^
Todos. Como un serafín.
Llorent. ¡No lo entonara Galeno ■
tan bien! H
Gil. i labéisnos honrado. '
ToRiBto. Labios de amapüla.
Touos. Pechos de jazinin.
ToBiHio. Carrillos de rosa.
Juan. Aqui los novios se asienten
ToDus. Hebras de alelis.
mientras se pasa la siesta.
(i) latcr vicDca además CictLi/l, criada y MdiicM.
1
1 1
-M
^^L ^^^^ ACTO PRIMERO sSq
*
^^^ApicJbfe sombra es ésia.
L1.0BENT. Propia bendición de sania;
p>o. A docenas, Gil. se cuenten
breve, en (in. y compendiosa.
^^- los hijos Que os diere Dios,
^^Ly para cada cual dellos
^^B mas ducados que cabellos
ToRiBio. Siesta hace rigurosa.
vuestro sosiego me espanta.
Hagamos algo.
^^m tengáis. Goccisos los dos
Gil. Mi bien.
^V mis que Sara y Abrahám,
no sale el sol tan bizarro
r y calme Dios con ventajas
cuando en su lucido carro
de vino vuestras tenajas
alumbra el mundo.
V vuestras trojes de pan.
Ckespo. ¡Qué bien!
V por decir cuanto puedo,
[leirmc del dicho quiero;
' pur ¡unto, hágaos e Señor
muy bien sabéis requebrar,
el más rico labrador
mas quicroie preguntar.
de la Sagra de Toledo.
Gil, si el sol es carretero.
Todo el mundo os quiera bien.
Que si en carro le rotulas.
honrándoos por varios modos;
cuando muestra su arrebol,
y pues he habrado por lodos.
podrá ser que quiera el sol
respondan todos, Amén.
comprarme mi par de muías.
iDs. Amén.
Gil. Crespo, déjanos aquí.
Todo ese bien y ventura
Crespo. ¡Quién oyera al sol ligero
que nos habéis deseado.
decir siendo carretero.
os vuelva el cielo doblado
jarre, muía, pesia á mí;
con la bendición del cura;
que ya mi Elvira imagina
y de Madrid á Toledo,
cuando llueve ó hace barro.
•
que/con favores sin tasa,
junto á Cabanas el carro
y Dios bendice nucsacasa
atascado, tieso y quedo,
por virtud de la madrina.
Pues si en tales regocijos.
echar votos!
TüRiBio. Majadero.
porque más dicha nos cuadre,
^cl sol habla de votar?
la madrina es casi madre
Crespo. Sí, par Dios, y aun renegar.
y los novios son los hijos,
si es que el sol es carretero.
el bien que el cielo la ofrece
|La necedad en que ha dado
es bien que á los novios caya.
nuestro lenguaje español!
porque nos digan «Bien haya
No hay estrellas, luna ó sol.
quien á los suyos parece».
plata, oro ó cristal helado,
Juana es la verlú de Hspaña
que luego no dé con ello
tan buena como el buen pan.
en la cara de su dama.
^i|
Juan Vázquez, su padre, es Juan,
El hombre que quiere y ama.
^^1
' que basta, y aquí en Hazaña,
la hace de oro el cabello.
^H
nucso puebro, es tan amado
del poderoso y del chico.
porque Uene algunos rojos;
^^1
perlas los dientes; cristal
la frente; el labio coral.
^^1
que con ser hombre tan rico
^^1
de ninguno es envidiado.
y soles después los ojos.
^H
Quien los conoce, ios llama
¡Válgate el diablo! Repara,
^^1
de toda esta Sagra cspcjus;
amante, que una mujer
^^1
él es dechado de viejos
es imposible traer
^^1
y ella de doncellas fama.
tanto en un palmo de cara.
^^1
V asi padrinos los nombra
Llobent. Calla, necio, antes trac más.
^^1
por participar su estima;
Crespo. ¿Alas?
^H
que al que buen árbol se arrima
ToPiBio. SI-
^^1
le Cubija buena sombra.
J.LORiíNT. Pues ¿no es cosa llana?
^^1
(. Basta, Gil, no digáis más;
Mira tú una cortesana
^^1
pagúeos la alabanza Dios,
con atención y verás
^^1
Que es propio al bueno, cual vos,
decir bien de los demás.
en la más honesta y casta
^^1
sueltas todas esas dudas.
^^1
Yo y mi Juana, á vos y á Llvira
Cara hay que ha gastado en mudas
^^1
os quedamos obligados.
de huevos una banasta.
^^1
que sois ya nuesos ahijados;
cien cantarillas de miel.
^^1
y, pues mi afición os mira
veinte cofines de pasas;
^H
cual hijos, ved lo que os cuadre
pues ¿qué si al solimán pasas,
^^1
en mi casa, que desde hoy
turco del rostro cruel.
^^1
hijos sois y padre soy.
que la destruye y jalbega?
^H
DOS. |Viváis mil años, compadre!
No gasu en un año entero ,
^^1
1. Hablad, Juana, á vuestra ahijada.
tanta cal un pastelero
^^1
•A. Vos, padre, habláis por los dos;
cuando la Pascua se llega.
^^M
hágaos sierva suya Dios,
como una cara pringada,
pues la de más bízarria
^H
Elvira, y muy bien casada.
1
^^B
^^^^ LA SANfl^WWP
HW^B
no es más que pastelería
hija, que de tales cuentus; .^H
por la Pascua jalbegada.
guárdalos para después. ^^|
[.a color, pues, que codicia
Que si al tiempo te acomodaS^H
^^^^^K *
encubrir la opilación.
has de hablar, según mí ejemplo. 1
no gasta más bermellón
en el templo, como en templo^^j
una casa á la malicia.
y en las bodas como en bodas^H
Pues el sebo que hace hermusas
Kn boda estás; esta \e¿ ^H
las manos, ya es tanto y lal,
goza su conversación. ^H
que sin ser iie Portugal
Santa. Obedecerte es razón. ^^f
las pueden llamar sebosas.
Juan. Vaya, que yo seré el juez. 1
luso es lo que yo más llevo
Crrspo. Y'o os sacaré á la vergüenza. J
de su engañoso arrebol;
amor, si os liego á pintar. ^H
¿por qué ha de ser luna y sol
Llórenle, tú has de empezar. ^H
lo que es solimán y sebo?
Llorent. ¿Yo? ^H
¿No fuera menos trabajo,
Gil. Tú. ^H
sin andar de Ceca en Meca.
Llorest, Comienza. ^
llamar la cara manteca
ToBiBio. Comienn.
y á los dientes, dientes de ajo,
Llorknt. Paréceme á mi que amor
aue son blancos y son dientes;
a los caJíellos esparto.
será un pequeñuelo infante
de alegre y bello semblante, ^m
que es rubio á veces y hay harto,
trapacista, enredador, ^^|
y no rayos transparentes,
desnudo por el calor ^^|
el sol y la luna clara
de su irreparable fuego, ^^|
con que amantes y poetas
con dos alas, medio ciego ^H
dicen aue andan los planetas
saltando de cara en cara?
y amigo de hallarse en todo, "n
con el indio, con el godo, *ü
V Llürent
. Al menos las de la Sagra
con el español y el griego. ^H
no se aieilan.
Serán sus propios efetos ^^|
H TORIBIO.
¿No? Verá;
sujetar con dulces daños ^^|
todas son de corte ya,
floridos y verdes años ^H
cualquier per signum se almagra.
y engañar libres sujetos; ^*
1 Gil.
Dejemos eso y tratemos
volver los necios discretos
algo que nos entretenga.
y Demóstenes los mudos.
K lÜLVIRA.
Bien dices: un juego, venga.
romper de Gordio los ñudos
H^B Lluhent
. Di, ¿queréis jugar? Juguemos
y oprimir con leyes graves, ^^
á los propósitos.
desde las vestidas aves ^H
^^H Elviha.
Son
hasta los peces desnudos. ^H
melancólicos.
Son los efectos de amor ^H
^^H TOPIBIÚ.
No hay juego
mezclar penas con consuelos^^J
de más gusto y más sosiego
satisfaciones con celos ^^|
que buena conversación.
Proponed alguna enigma,
y la novia de un favor
y esperanzas con temor; ^H
el favor y el disfavor, ^H
^^^^^^Hh
lo amargo con lo sabroso, ^H
al que la acierte mejor.
lo cierto con lo dudoso.
^^^K Juan.
Si mi parecer se eslima,
como yo he experimentado.
cada cual, por varios modos,
pues que vivo enamorado,
pinte aquí las propiedades,
triste, confuso y celoso.
efetos y calidades
Ya yo he dicho, Elvira hermosa.
del amor; y el que entre lodos
Elvira. Y harlo bien. .
mejor al rapaz pintare,
Llore NT. Ese favor ^H
(¿Ivirá le dé un listón.
quiero agradecelle á amor. ^H
Juan. Diga Tortbio. ^H
^^ Gil.
Nuesamo tiene razón.
■ I.LORENT
, Cada cual piense y repare.
ToRiBiü, ¿Yo en prosa? ^H
■ Santa.
Padre: dejémonos de eso
Harto mejor os prometo ^H
que es ocioso disparate.
que en poesía lo dijera. ^^|
■. Juan.
¿De qué quieres que se trate?
Elvira. Vaya en verso. ^^1
■ Santa.
De algún ejemplo ó suceso
Crespo. iCopl» fuera!
en que dos buenos casados
ToRiBio. Tomad allá este soneto:
y santos nos entretengan,
Amor, deidad que lo imposible alcanxi,
y de ellos á aprender vengan
es propensión violenta en quien se incüni.
su virtud los desposados.
celeste influjo, en cuanto predomina,
Esle es lindo pasatiempo;
pues si éste cesa, entibia la mudanza;
cuentos sé yo, no sé cuántos,
Amor es relación de semejanza
de algunos casados santos.
que al objeto su móvil se encamine;
^ Juan.
Quien da lo que es suyo al tiempo
sangre nos dice que es la medicina
es discreto, y el que ves
y un mixto del temor y la esperanza.
es más de enireienímientos,
La dama en interés funda su empico;
^^^^01 ACTO
341 1
e afirma ser sólo apetito.
0 será un animalejo 1
nidad el licito deseo.
al modo de un arador. m
el alma es virtud, pero delito
pues cual él se mete amor M
erial, mudable, torpe y feo.
entre la carne y el hueso. ^^M
nor es Dios, y aspira á lo infinito.
Mona que todo lo imita. '^^H
>. Como en Alcalá estudiabas
y, en fin, á mi parecr, ^B
tienes pergeño sotil.
pues está en hombre y mujer,
Ea, diga agora Gil.
amor es hermafrodita.
Digo, pues.
L1.OPENT
.Gil: tápale aquesa boca.
NT. ¿Y en qué?
Elvima.
Esto escucha quien consiente
En octavas.
hablar un necio entre gente.
jr, conforme yo le he imaginado,
Cresio.
Yo soy necio y vos .sois loca.
)mo quien es, hijo de herrero,
(Grtlan dentro Lillo, facar". Fnncisco
ichacho mal hecho, corcovado.
Loarte, «u amo, y Don Juao)
le los fuelles, negro y fiero;
LfLLO.
|To, to. capitán! imarqucsa! ^^M
iré enredadora le habrá dado
Fpanc.
iCita, zagala, zagala! ^^M
,s licioncillas de hechicero.
LiLLO.
Al viento la liebre iguala. ^^M
le las brasas sopla y fuego atiza
Fl» A NC.
Dificultosa es la presa. 1
cuidado amante á quien hechi/u.
LiLLO.
Traspúsose por el cerro. ^^1
>ropiedad y efeto no consiste
FRA.NC.
Perdióse. ^^M
1 quitar el seso y sufrimiento
L ri.1.0.
iBuena demanda! ^^M
re amante en cuya esfera asiste,
H
ido á locuras sus tormentos;
a está el amante alegre y triste,
ESCENA II ^1
, confiado, descontento;
.^<il«n LiLLO. FUAKCISCO LOAUTB, >• Do.N JUAV. -Dir.HO». ^^»
ic, ya es valiente, ya travieso:
il
aya, amén, amor que quita el seso!
LtLLO.
jOh lleve el diablo quien anda 1
NT. ¿Cómo, Gil, recién casado
hecho loco tras un perro! 1
y amor tan aborrecido?
i<^ue ha de andar un hombre á caza ^J
O tu estás arrepentido
para cansarme y cansarse ^^ñ
ó sin duda que has hablado
por lo que puede comprarse ^^M
^kpor boca de ganso.
por dos reales en la plaza! ^^|
^ ,;Hay Ul>
¡Que desto gusto reciba ^^M
Por mi honra volver quiero;
y no le aten aun pesebre! 1
yo, el amor que vitupero
Fbanc
No hay galgo que alcance liebre J
nu es el amor conyugal,
cogiendo una cuesta arriba. ^^H
que aquese es tan atinado
D. SüAM.
Si el camino le atajamos ^^M
que idolatro en sus favores.
no se nos escapa. ^H
NT. Pues ¿cuál?
Fhkhc.
^H
Hay dos amores.
Lii.i.ü.
Galbos, los mozos llamó ^^B
soltero uno, otro casado.
un discreto, de sus amos, 1
_ Kl soltero es el dimoniu
y dijo verdad expresa, ^J
B y sus faltas saco á luz.
pues el que sirve á un hidalgo, . ^^M
B,¿ Y esotro?
no comiendo como galgo ^^H
^K No, porque es cruz.
más Que huesos de su mesa, ^^M
con él alcanza la liebre ^^M
IFSi cruz es el matrimonio.
yo he de decir maravillas.
de la otra, que á mensajes ^H
porque he de entrar en más hondo.
de los galgos ó sus pajes, ^H
la fuerza a que rompa ó quiebre ^H
su cazador 0 galán ^H
K ¿Y en qué?
V Mi ingenio es redondo,
y asi diré en redondillas:
con su inclinación honesta, ^^M
Considero yo al amor
y aunque corra por la cuesta ^^M
del soy y del que dirán, ^^M
que será por su desastre,
como un aprendiz de sastre
(a diligencia del galgo ^H
ó mozo de tundidor,
ó el criado {\o propio es) ^^M
de una personilla chica
la trae rendida á sus pies. ^H
que con interés se encarna.
Pues .idccir que le dan algo ^^M
lodo cubierto de sarna.
después que todo esto pasa? ^^H
que por eso come y pica.
Si ladra por su salario ^^|
La vista llorosa y ciega,
una coz es lo ordinario ^^M
una nube en cada niña
con que le arrojan de casa. J^H
y la cabeza con liña,
(Ltfántaniit fo<for,j^^H
que amor cual tina se pega.
Trampista que compra y vende
Juan,
Señor Loarte: ¿por aqui "^H
con tan gran calor? ^^H
y engaña á quien por él pasa,
Franc.
|Oh, amigol ^H
ladrón ratero de casa
Mi inclinación, cual veis, sigo. ^H
que se esconde como duende.
¿Qué es esto? ¿qué hacéis asi? ^H
:OMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO II
^
ló J
242
LA SANTA JUANA-
— PRIMERA PARTE ^^^H
Juan.
Cásase Gil, mi criado.
Franc.
¡Ay de mi. Mp) ^M
con Elvira de Añover,
que vine á cazar aqui ^H
y sálense á enireiener
y pienso que estoy cazadol— ^M
el calor, cual veis, al prado,
Si donde decís están, ^H
FUANC.
Por muchos años y buenos,
mañana en amaneciendo, ^H
Gil.
Siéntese aqui su mercé.
ir á correllas pretendo; ^M
Fkanc.
^■Sois vos el novio? Sí haré;
porque esta noche don Juan ^B
ninguno dirá á lo menos
y yo tenemos de ser ^M
que vuestra esposa no es bella.
vuestros huespedes. ^M
Ga.
(Jomo quiera que seamos.
Juan.
Mi casa ^M
^^^
señor Loarte, aqui estamos,
quedará honrada. ^M
^^m^
jara servillc, yo y ella.
D. Juan.
¿No pasa^^M
D. Jl'AN.
.a madrina es tan hermosa
el regocijo y placer ^^^H
que más parece divina
adelante? ^^^^|
que humana.
Fban*:.
iPor mi vida, ^^^H
Franc.
|Ay Dios! iqué madrina
que se baile un pocol ^H
tan bella!
TOPIBIO.
Oid. ^M
CHESPO.
Si, no es mocosa.
lo Que nos manda, advertid. H
Bai emos, pues nos convida H
D. Juan.
Esta doncella, ,;quién es?
Crespo.
Juan.
Mi hija Juana, señor. '
este viento lisonjero, ^H
Fbanc.
Venturoso labrador
y ya la tarde declina. ^M
que tan precioso interés
Fbanc.
Al lado de la madrina, ^H
tiene en casa, y quien emplea
si gustáis, sentarme quiero, ^B
en ella hacienda y ventura.
que después acá que sé, ^H
No ne visto tal hermosura.
ser hija vuestra, la eslimo. ^1
Juan.
Asi, asi, como de aldea.
(Siéntanle t^\
Al menos mi senecltid
CpESPO.
No ha escogido mal arrimo.
se llama en vella dichosa.
Juan.
Y hacéisla mucha merced.
Fbanc.
Notablemente es hermosa.
Franc
Perdonad, madrina hermosa.
Juan.
Más notable es su virtud.
que sin licencia he tomado ^M
Franc.
Don Juan, decid: ¿qué os parece?
el más agradable ladu ^M
D. JtPAN
Hermosa.
que hallo mi suerte dichosa. ^
Franc.
|Aj, deseos extraños!
Que á fe, aunque la novia es belt^
¿Qaé edad tiene?
que es lu madrina mejor. ^j
Como sois nobte, señor, ^H
Juan.
Trece años.
Santa.
Franc.
Si mi amor se está en sus trece
honráisnos á mi y á ella. ^M
no sé, don Juan, qué he de hacer;
JrAN.
Gil: á la novia sacad. ^M
perdido estoy.
Fuanc.
Tu fuegu, amor, se reprima, (3i5
D. Juan.
¿Cómo es eso?
que aunque su beldad me anima
Franc.
No se; sé que pierdo el seso.
me enfrena su honestidad. _^
LiLLO.
I.os galgos voy á traer.
(Cantan y bailan (re* ód^H
no se pierdan.
MÚSICOS
. A la boda y velación ^|
D. Jl'AN.
Desenfrena
que hace Elvira de Añover ^M
después, l.ilio, los caballos
con Gil, de ouien es mujer, ^H
cantó el pueblo esta canción: ^M
y á pacer puedes echallos
en el prado.
«La zagala y el garzón ^M
Ln.LO.
O en la arena.
para en uno son.» ^H
(Vaie.)
Y después de haber cantado, ^H
viendo á la madrina al lado, ^M
que es para alabar á Dios. ^M
ESCENA III
bailaron de dos en dos ^M
^
IjICHO», mrnují Lillo.
los zagales de la villa. ^H
que si linda era la madrina ^\
^^K Juan.
¿A qué bueno desde II leseas
por mi fe que la novia es linda.
^^^K
á Hazaña, señor, salís?
Y por el viento sutil ^m
^^H
Porque si á cazar venís
los pájaros á quien llama ^M
^^^B
estas mañanas, que frescas
el canto de mil en mil ^^
^^B
me han convidado á que vea
sallando y volando de rama en rwnl
^^K
media legua de aqui un haza,
pican las dores de la retama ^J
^^^H
he hallado fanrsosa caza
y las hojas del torongil. ^M
^^^H
)ara quien correr desea,
-^n las viñas del Concejo
Prendó amor á Gil Pascual ^M
^^^m
(que es alguacil del que mira) ^M
de la hermosura de Elvira, ^M
^^^^
deben de tener sus camas
^^H
dos liebres como unas gamas.
y á ella del otro que tal, ^M
^^^H
que i cogerme menos viejo
v al desposarse el zagal ^M
íevanlan esta canción: ^M
^^^m
ya las hubiera colgado
V
de la pretina.
«La zagala y el garzón, etc.* ^M
ACTO PRIMEKO
24?
Por extremo lo habéis hecho.
Volvámonos al lugar,
que es hora ya de cenar.
B. Veneno llevo en el pecho. (Ap.)
^_^ No seréis lan resfalados
^Bni dormiréis un á gusto
^M esta noche como es justo
^B á huéspedes tan honrados;
^V pero á este riesgo se pone
" el que se aposenta en casa
«strecha, pobre y escasa.
La cortedad se perdone
y recíbase el deseo.
AN. Todo sobra donde vos
estáis, Juan Vázquez.
tjAy, Dios! (^p.)
jQué hechizo es esie que veo?
{Vame.)
1
ESCENA IV
lAtico Antonio y Lvoorico dt caminu.
M*B«;o Antonio.
recién casado
Irimonio y mi í!orida hacienda;
rédito quebrado,
DVD en pie mis gustos y mi tienda,
iseñó, Ludovico,
presto es pobre el mercader mis ricu.
mi amada esposa
nñanza de su fe y mi miedo,
Ima temerosa
)ledo salió, y quedó en Toledo;
uando amor no calma
animar dos cuerpos sola un alma.
)i la blanca espuma
oceloso y húmedo elemenlo
*erú llegué, en suma,
les que vi la muerte entre agua y viento,
dio el mar noticia
;1igro á que pone la codicia.
parientes ricos
uya ayuda reparé los daños
a juzgo por chicos,
t\ discurso breve de dos aAos,
lacienda sin tasa,
) á gozar mi esposa, patria y casa.
. son sus paredes,
lito que guarda su hermosura;
sus piedras puedes
I reliquias, si la noche obscura
Dfba que divises
a de Penélope y Ulises.
hecha España Grecia,
bra mi Artemisia un Mauseolo;
^ive Lucrecia,
Jtad y belleza Fénix solo,
a, que esta es la puerta
la al vicio, i la virtud abtcrta.
Ludovico.
[usto te he escuchado
lorosas salvas que alegre haces
sposa, y notado
Dmo tras la guerra, quietas paces,
I ausencia prolija,
presente amor sus gustos regocija
de mi señora.
Marco Antümo.
Ludovico, llama.
ESCENA V
Dtsdt úrriba Mblchok y Jut.10.— Dicho»,
Julio.
Libréme por ligero.
Melchor.
Vendióme algtjn soplón.
Julio.
Scpló la dama.
Nu está esta pared alta.
Melchor.
Mamola el Alguai;¡l.
Julio.
¿Qué esperas? Salta.
(Sultán al tablada.)
Melchor.
Ya estamos en la calle.
Por Dios, que es bella moza y que el marido
dejó á riesgo un buen talle.
Julio.
Dichovüs esta noche habernos sido.
¿Adunde bueno agora?
Melchor.
A dormir, que es la una.
Julio.
Sí, ya es hora. {VaHttS\
ESCENA VI
Dicho*, minan Melchor y Julio.
Ludovico.
Dos hombres han saltado,
pienso que de tu casa, y ya se han ido.
Suspenso te has quedado.
.Marco Antonio.
«Por Dios, que es bella moza y que el marido]
dejó á riesgo un buen talle.»
iHonorl ¿asi os arrojan en la calle? —
Mira, mira si duermo.
Ludovico.
Despierto estás.
Marco Antonio.
Luego ¿mi daño es cierto?
¿Si acaso como enfermo
que frenético ve sombras despierto,
no he visto mis enojos?
Pero mi casa es esta, estos mis ojos.
No ha sido Leonor casta,
no, que escaJó mi fama un enemigo;
244
LA SANTA JUANA — PRIMERA PARTE
tú eres lesligo, y ba&la
en cosas del honor sólo un testigo.
¡Malhaya quien confia
de la mujer la honra un solo dia!
¿Quieres que entre y acabe
pasando su lascivo y flaco pechor
LUUOTICO.
Un delito tan grave
si queda con vengarse satisfecho,
¿quieres que vuelva en brasa
las adúlteras piedras de esta caso?
¡Ciclos, castigo lanlol
¿Lloras, señor?
Marco Antonio.
Murió, Claudio, mí Tama.
Si en muerte es justo el llanto,
bien puedo yo llorar, aunque en quien ama
y ver lo que á ver llego»
no son agua las lágrimas: son fuego.
Cruel: ¿así has pagado
mi fírmeza, violando los altares
del tálamo manchado?
Oro en los montes, perlas en los mares
busque, cuya riqueza
pudiese competir con tu belleza.
Déjete á la partida
sembrada en tu lealtad mi confianza;
amor, ligrimas, vida,
y en vez de dulce fruto hallo mudanza,
deshonras, desconsuelos;
pero quien siembra amor, que coja celos.
Pena: matarme quiero...
I.iiDOVICO.
Sosiégate, señor; ¿tú eres el sabio?
Infórmate primero
si es cierta la sospecha de tu agravio,
que despeña la ira
SI la prudencia su favor retira,
Mapco Antonio.
Informaréme luego
del adulterio infame que me afrenta,
si de mi agravio el fuego
[>rimero que lo sepa no ensangrienta
a ya violada cima
que ausente el dueño ajenos brazos llama,
tn Toledo escondido,
cuando del sol se ausente el claro coche,
sin saber que he venido,
rondaré estas paredes cada noche,
hasta que mi esperanza
los Coja dentro y triunfe mi venganza.
Presto el tálamo falso
será de una tragedia vil teatro,
ó triste cadahalso,
que, pues Córdoba tuvo un veinticuatro
valeroso, si puedo,
como á él me estimará desde hoy Toledo.
(Vanse.)
Fabio.
Melcii.
Fabio.
Melcii.
Fabio.
Melcii.
dila, Fabio. en pretender,
y la que Porcia habia sido,
forzada de la pobreza,
porcelana quebrada es;
que al golpe de un interés
se quiebra cualquier belleza.
Dos meses de pretensión
me cuesta, y al cabo de ellos,
esta noche los cabellos
cogi á ia calva ocasión.
Y al tiempo que la codicia
de mi amor templó la llama,
llega de repente y llama
á la puerta la justicia.
Subimos á la azotea,
viónos un corchete vil,
avisólo á su alguacil,
y él, que prendernos desea,
siguiónos; pero burlado
le dejamos, cuando vio
que sallamos Julio y yo
de la azotea á un tejado
de la casa donde vive
doña Leonor, bella esposa,
de Marco Antonio y virtuosa,
que está en Indias, y recibe
nombre de Lucrecia casta.
por quien ya comparar puedo
á Roma nuestra Toledo,
pues es honra suya.
Basta.
Kstaba el tejado bajo
y fuénos fácil saltar
á la calle, sin mirar
si habia gente. Al fin, trabajo
nos cosió, mas todo es poco,
que es un ángel la mujer. _
¿Qué hora es? ■
Deben de ser ■
las dos. l£ntra, que andas loco.
M) padre ¿no me habrá echado
menos?
¿Cómo le ha de echarj_
si cuando se va á acostar
le deja siempre acostado?
iCómo estos engaños sabe
la traviesa mocedad!
ESCENA VIH
Sa¡t JuAH Mateo, con un eútidit —
Mateo. Mi sospecha fué verdad;
él debe de tener llave
de casa, hechiza. Confieso
que intenta enfrenar el mai
el que pretende enfrenar
un hijo mozo y travieso.
Fabki. tl^u<^n lance habemos cchadol
Tu padre es este, señor.
¿Que haces aquí, Melchor?
¿No te dejé yo acostado?
Lcvantaráste á estudiar.
ya que á tal hora te veo,
para cumplirme el deseo
3ue le da tanto pesar,
e que de la iglesia seas;
ACTO PRIMERO
345
sin duda es lo aue imagino,
que el vestido de camino
en este ejercicio empleas.
¿Tú de noche? Considero
que debes de pretender,
siendo hijo de mercader,
levantarte acaballero.
Que es propio de los señores
rondar de noche las damas.
aunque peligren sus famas.
Mi sangre es de labradores,
no de caballeros vengo;
un labrador fué tu abuelo;
mi madre, que esté en el cielo,
lo fué; un hermano tengo,
labrador es en Hazaña,
honrado y cristiano viejo.
No porque el arado dejo,
si esta presunción le engaña,
te despeñe asi el deseo,
porque, para que te asombre,
no es Pimentel mi renombre,
ni Mendoza; Juan Maleo
es el apellido mió;
desie me precio, Melchor.
Juan Vázquez, un labrador.
es mi hermano y es tu tío.
No has de estar más en Toledo
un hora; el vestido vino
muy bien, que estás de camino.
;h. Señor: escucha...
;o. No puedo.
A Alcalá te he de llevar
por que dejes la ocasión
que dicen hace al ladrón;
allí puedes estudiar.
Hoy te has de ir, yantes queálllescas
llegues, quiero que conozcas
casas pajizas y toscas,
porque no le ensoberbezcas,
3ue es el solar conocido
e lu linaje en Hazaña.
ICH. Mira, señor, que te engaña
f tu sospecha; este vestido
me probaba...
LTEo. Ya colijo
que me quieres engañar.
Ven, que asi ha de remediar
el padre cuerdo al loco hijo.
(Vaine.)
ESCENA fX
Salen Joan V'JIiqusí y Francisco Loakts
Fbancisoi.
t me habéis de decir de no, si es cierto
le mi vida estimáis, pues no consiste
lo en el si de vuestra honrada boca.
I causa de quedarme aqui esta noche
vuestra casa, fué para pediros
le remediéis mis males. Vuestra hija;
honestidad hermosa, sus virtudes;
fama que en la Sagra la hace Fénix,
t obliga á que me maten sus deseos.
sabéis, en lllescas, mi prosapia.
la hacienda y el valor de los Loarles;
yo sé que si me dais á vuestra Juana
por esposa, que al oro de nobleza
et esmalte á mí sangre no le falta,
pues la virtud de Juana será esmalte.
Jijan Vázquez.
Dudoso estoy; no sé lo que os responda.
Por una parle los afectos miro
con que os obliga amor, y sé su fuerza;
por otro la notable diferencia
de vuestro estado y mío; vos hidalgo
premiado y estimado justamente
del César Carlos quinto, que Dios guarde:
leat á su corona, como muestran
el valor y la fe de vuestros hechos
en las Comunidades de Castilla;
piedra de toque donde el oro uno
mostraron de su fe los más leales,
y su dorada alquimia los traidores.
Sois Francisco Loarte, al fin, que basta
para decir que sois honra de lltescas.
Yo, aunque cristiano viejo, en sangre limpio,
soy labrador; mi casa y sus paredes
(en vez de los tapices que en las vuestras
adornan) se contentan con vestirse
de cedazos, arneros y de trillos,
y los doseles que mis techos cubren,
horcas de ajos, pimientos y cebollas.
No sé si llevarán bien mis parientes
que, podiendo casar con uno del los
á mi Juana, la saque de sus quicios,
que ya sabéis que el labrador sin raza,
eslima en más la tosca caperuza
que el sombrero con plumas y medallas.
Fuera de que mi Juana aún es muy niña
y no la siento ahora Con deseos
de cautivar su libertad; dcjalda
crecer, y tratarélo con mis deudos,
que entretanto podrá ser que se aplaquen
esos primeros ímpetus, y libre,
mirándolo mejor, queráis esposa
con que se pueda honrar vuestro linaje,
criada en noble y cortesano traje.
Francisco.
Juan Vázquez, aunque á amor le pintan ciego,
con ojos me ha dejado el que me abrasa,
y aunque no sois hid«lt;o, poco menos
es un honrado labrador. Leído
he yo de mi) señores que en las cepas
de sus noblezas {sin perder su lustre)
han enjerto sarmientos labradores,
¿yué puedo yo perder, y qué no gano
si sois el más honrado de la Sagra,
rico y de sangre limpia? Yo sé cierto
que si el sí me negáis, cortará en cierne
la muerte el verde fruto de mi vida,
y os llamará La Sagra mi homicida.
Juan VÁzyuEZ.
Ahora bien, id con Dios, que yo os prometo
que no quede por m!, señor Francisco,
el daros ese gusto. Estos negocios
de casamientos, es razón primero
comunicarlos; yo tengo un hermano,
mercader en Toledo, advertiréle
lo bien que nos está; si me aconseja
246
LA SANTA JUANA — PRIMERA PARTE
que ennoblezca mi casa, vuestra esposa
será mi Juana.
Francisca-.
^•Dentro de qué tiempo
F'tendréis resolución?
Juan Vázquez.
Yo iré á Toledo
de semana sin falla, que esia noche
voy (porque as! mi Juana lo ha pedido)
al mona&terio de la Cruz en vela,
porque su madre, vendóla n^uy mala,
ofreció de llevarla allá y murióse
sin cumplir la promesa, y Juana quiere
3ue se cumplan los votos de su madre
ados á Dios. Iremos como digo
esta noche, por ser cuando se juntan
de toda esta comarca mil devotos
y van allá á velar con varias fíestas,
y pediréle á Dios que, si nos cumple
aqueste casamiento, le encamine, •
y si no que le aparte.
FUANCISCO.
Aquese tiempo,
aunque se me ha de hacer eternos siglos,
esperará el deseo entre balanzas
de tímidos recelos y esperanzas.
ESCENA X
Satt LiLLO. — OicMOi.
LrLi-O.
^Hémonosde ir, señor? Ya está ensillado
y á caballo don Juan.
Francisco
Vamos; el cielo
me cumpla este deseo por que pueda
llamaros padre.
Juan Vázquez.
Ya alegre coligo
que honrará nuestras casa tan noble hijo.
ESCENA XI
Quida JvAN Viztivst sitio.
Quiere hacer un tapiz la industria humana
en donde el arte á la materia e.vceda,
y con su adorno componer se pueda
la pared de la cuadra más profana.
Matiza en el telar la mano ufana
y mezcla hilos con que hermoso queda;
pero entre el oro ilustre y noble seda
entreteje también la humilde lana.
Lo propio hace el amor, que mezcla y teje
con la lana la seda, aunque mis valga,
igualando al villano con el noble.
Noble yerno me da, no es bien le deje,
que con mi lana v con su seda hidalga
Sktldrá el tapiz de amor curioso al doble.
ESCENA XII
Salen Juan Mateo >' ^d Santa.— Ok
Santa. Aquí un huésped despedía;
en extremo se holgará
de veros.
Mateo. Grande estáis ya,
hermosa sobrina mía.
.Mucho crecéis.
S A NTA . Siem p re c rece
la mala hierba.
Mateo. Otra fama
de vos la Sagra derrama.
,;Cuántos años tenéis?
Sa.nta. Trece.
Mateo. Ya sois gran mujer.
Juan. Hermano:
^'vos aqui? ¡Gran novedad!
Mateo. Aquesos brazos me dad.
Juan. Después que sois ciudadano
no nos queréis ver.
Mateo. Razón
tenéis de repreh<'nderme.
Llevóme á Toledo á hacerme
mercader mí inclinación;
mas no por eso me olvido
del respeto y el amor
que, como hermano mayor,
os debo.
Juan. ¡A fe que habéis sido
de cuidttdol Yo y mi Juaoa
formábamos quejas ya
Y, á no venir vos acá,
pensaba yo esta semana
iros á ver á Toledo;
pero ya que habéis venido,
yo apostaré que no ha sido
sólo i verme, si bien puedo
decirlo.
.Mateo. T ráeme el cuidado
de veros, poner en orden,
en los vicios y desorden
de un hijo desbaratado.
A Melchor llevo á Alcalá
porque me pierde el respeto
y anda, hermano, muy mquieto
Juan. Pues ¿enmcndaráse allá?
Matko. Si, que ausente de su tierra,
y faltando la ocasión,
pondrá su vida en razón.
Juan. Yo pienso, hermano, que yerra
el que teniendo presente
un hijo sin que se enmiende
viéndole su padre, entiende
que se ha de enmendar ausente
La presencia, hermano, honrada
de un padre viejo es indicio
que, si corre tras el vicio,
¡p tendrá la sofrenada
de su respeto y temor;
masausentalle no es bueno,
porque eso es quilalle el freno
para que corra mejor.
Mateo. Hay en Toledo ocasiones
notables.
Juan. ,;Y fallarán
ea Alcalá, donde eslAn
la
XCTO l>RlMERr)
247
dando los vicios licciones?
Mal sabéis el privilegio,
que de una Universidad
el vicio y la libertad
también tiene su colegio.
Mermano: no oslo aconsejo.
Matko. Por vuestro fausto me rijo.
Juan. I£1 tener al ojo su hijo
es lo mejor, pues sois viejo;
escoged mi sabio medio.
Mateo. Ese será más barato.
Juan. Sabed, hermano, que traio
de dar á Juana remedio.
Después sabréis lo que pasa,
y lo que me esté mejor
me aconsejaréis. Melchor;
¿dónde estáP
Mateo. Aguardando en casa.
.Juan. Pues venid, yo os daré luz
de lo que os quiero decir.
• Santa. Tío: ¿quiérese venir
con nosotros á la Cruz,
á una vela?"
Mateo. Si, sobrina;
que soy yo muy su devoto.
Santa. Vamos á cumplir un voto.
Juan. Es su inclinación divina. iVanst.)
ESCENA Xül
Saltn LÁBüAboiiKS á la veía, cantando con grita
y finta.
Todos. {Cantando.)
Que la Sagra de Toledo mil fiestas hace
á la Virgen de la Cruz, que es Virgen madre.
LAauADoa i."
Que la Sagra de Toledo contenta envía
vuestros hijos y devotos. Virgen María,
y con fiestas y alegrSa van los lugares.
Todos.
A la Virgen de la Cruz, que es Vir^jen madre
Lab. t." Este sitio me comenta. isiín/jiiíí.)
Lab. 3." A mí esta hierba me agrada.
Lab. 3.' |Famosa noche!
Lab. 4.** Extremada,
í. I .• ¿No veis cómo representa
la noche morena y zarca
su estrellada autoridad?
Lab. 1." Fanfarrona majestad
muestra cuando, abriendo el arca
las estrellas saca afuera
que adornan su aparador.
Lab. 3.* liizola el divino Autor
del cielo la repostera, (cjiiran dtntro)
Lab. 4.* ¡Brava grita á fe!
Lab. i.° ¡Oh, bien haya
la Sagial
Lab. 4." ¿Estos quien son?
Lab. a.* ¿Serán los de Toirejón?
Vengan, daremos les vaya.
EscNA xrv
Saltn más I^abradoübs can grita y mútica.
Todos.
Norabuena vengáis, Abril;
si os fuéredes luego volveos por aqui.
Lab. i."
Lab. 2."
Lab. r."
Todos.
La». 1."
Todos.
Lab. i."
Todos.
Lab. i.»
Todos.
Lab. i."
Todos.
Abril cari alegre
Muy galán venís.
El sayo de verde
Muy galán venís.
La capa}' sombrero
Muy ¿alan venís.
De flor de romero
Muy galán venís.
Blancos los zapatos
Muy galán venís.
Morados los lazos
Muy galán venís.
Labrador i.^
Pues que sois tan bello, risueño y gentil
Todos.
Nora buena vengáis, Abril,
Si os fuésedes luego, etc. {Siéntanse.)
Labkadoh i."
Métete, Torrejón, con tus torrejas
y mira que rebuznas cuando cantas.
Labrador 5.*
Ugcna: guarda la cigüeña y calla,
que tienes bien por qué, no me provoques
á que te diga lo del campanario.
Labrauoh i.**
Calla tú, Torrejón, aunque sin torres
que diré lo del Drago.
Todos.
[Hú, que te corres!
ESCENA XV
Más Labkaporbs con tamboril, flauta y grita.
Labrador 6.**
Casa Rubillos viene y su Concejo.
Labrador 5.*
Sí, el tamboril es suyo.
Labrador (3.*
No le toques
que del pellejo de tu madre se hizo.
Labrador 5."
De tu mujer dirás, que es desollada.
Labraik)!» 4."
Daca el mercado donde iodo un día
vendiste solamenie dos cebollas.
Labhauok 8.'
Daca tú la cigüeña de tu torre,
í quien saliste á recibir un día
con danzas, procesión y monacilloSt
LA SANTA JUANA — PPIMfePA PARife
y enviaste al Alcalde i convidalla
con la casa del Cura, pensando era
alguna viuda honrada y forastera.
Labradop u.'
Mientes tú y el mercado que socorres.
Todos.
¡Hú, que le corres! (i)
Labrador 8.*
^'No sabremos por qué razón se llaman
señores Torrejones los del Drago?
Labrador 3."
Eso yo os lo diré. Vieron un dia
parado un coche orillas de un arroyo
y juzgando por pies las cuatro ruedas,
alas las puertas y la lanza cola,
como jamás hubiesen visto coches
y el encerado fuese todo verde,
creyeron ser dragón que se comía
las muías que tiraban, y tocando
aprisa la campana del Concejo
fueron con chuzos á malar el drago,
y viéndole después aue le llevaban
las muías, y sabiendo que era coche
todos al tin cayerun Je sus burras.
¿No es verdad esto, hermanos délas Torres?
Larraoor 6."
Todo es falso y mentira.
Todos.
¡Hú, que te corresl
ESCKNA XVf
Saltn Juan \ÁZ\{Vui, Juan Mat«o, MEtcaoR
y La Santa.
"^ Juan Vázquez.
No vi en mi vida más alegre noche.
Santa.
Como es la íiesia de quien presta rayos
al planeta mayor v hermosa luna,
que cuando el sol se ausenta es su virreina,
no es mucho que sea clara y apacible.
Melchor.
Seniémonos aquí, que hay lugar hario.
{SiéHldHíi.i
Juan Mateo.
Digo que el casamiento me parece
honroso para todos, y entretanto
que se conciertan, ( i ) porque en una aldea
no está segura de un violento gusto
la honra frágil de una mujer moza,
y un poderoso puede aprovecharse
de la ocasión, la llevare conmigo,
pues en mi casa vivirá segura
de esos peligros.
(i1 Falta la mitad de c^se veno.
(7) En rl Kxioseleccunvúrlafi: pcrocreo que «»
errata.
Juan VAzquez.
Su virtud es tanta
que adondequiera lo estará: mas sea]
lo que queráis, no viva en el aldea.
Labrador 4."
Los de Hazaña han venido; dad tras ellos,
que bien hay que decir.
Labrador 3."
Eso no es justo.
que viene atli la hija de Juan Vázquez.
espejo de la Sagra de Toledo,
y es tan honesta y agradable á todos
que nos ha Je obligar á callar.
Labrador i."
Bueno,
pues ,icómo habernos de pasar la noche?
Labrador 3.*
Ella referirá cuentos sabrosos
que nos entretendrán; vamos á hablarla.
Labkauob 4."
Mantenga Dios la buena gente.
Juan Váiqubz.
I Y cUmi
que nos mantiene!
Labrador 6.'
Acá venimos todos
á que nos cuente Juana una conseja,
y par Dios que gustara de mi voto
que mos dijera qué principio tuvo
la Hesta de la Cruz á que venimos,
y cada año celebra aqui la Sagra.
Santa.
Que me place por cierto. Sentaos lodos
alrededor de mi. que yo he sabido
lo que me preguntáis con certidumbre,
y os lo diré con gusto.
Juan Vázo^RX.
¡Ohl en siendo cou
de santos y de iglesias, en su centro
estará su alegría.
Santa,
Oíd, que esta
ts ta historia y principio desia fiesta.
El vellocino de Aries
ptntaba sus guedejas
con los pinceles de oro
que el Sol al mundo muestra,
cuando en La humilde villa
de Cubas, que aquí cerca
sus términos dichosos
alcanzan fama eterna,
nació una santa niña
de pobre y simple cepa
(que suele hacer hazañas
notables la pobreza).
Inés era su nombre,
su edad trece años era.
(Notad todos qué moza
y en la virtud cuin vieja.)
' AtTO PRlMEItO HAq ^
• Ün lunes venturoso
Cumpliólo y. dando vuelu ^^^|
1 , en la apacible hierba
al prado al día siguiente. ^^^^
vo vio ia Virgen mesma ^^^^
■ con que los piados viste
P la herniosa primavera,
como el pasado dia ^^^|
1 Inés apacentaba
diciendo: «^'Por qué dejas ^H
^^ junto á una fuente fresca
de hacer lo que te mando?» ^^^H
^B los animales toscos
«jTemo que no me creanl» ^^^H
^V que llaman de la cerda.
responde la pastora. ^^^H
^H Y mientras que pacían,
«Pues yo te daré señas ^^^|
^H postrada por la tierra
con que de tus palabras ^^^1
^B apacentaba el alma
ninguno duda tenga» ^^^H
^H con el precioso néctar
dijo la Virgen pura; ^^^H
^H de la oración sabrosa,
y con su mano bella ^^^H
^H haciendo por las cuentas
la diestra de la nina ^^^H
^H devotas de un rosario
de tal manera aprieta, ^^^H
^V con Oíos y su alma cuentas.
que la hizo dar un grito, ^^^H
^K La Virgen sacrosanta,
con que pegados deja ^^^H
^H enamorada della
los cinco dedos todos i^^^|
^B (que siempre la humildad
la cruz, sobre ellos hecha. ^^^B
^B fué su mayor presea),
Oblígala á que vava ^^^|
^^ cubierta del brocado
de aquel modo á la aldea ^^^H
y soberana tela
y al Cura y sus vecinos ^^^H
con que la gloria aJorna
íes diga la sentencia ^^^H
á los de su librea,
que Dios contra ellos daba. ^^^H
cegándola los ojos
Desaparece, y queda ^^^H
la luz de su presencia,
(porque aquí los mortales
la humilde pastorcilla ^^^H
gozosa, aunque suspensa. ^^^|
á tales soles ciegan),
Vuflve á !a villa luego, ^^^H
' la preguntó: «;Quc haces
cuenta á gentes diversas ,^^^H
aquí, carilla tierna?»
las maravillas grandes ^^^H
^^ y alegre, aunaue turbada,
^B responde: — «Hermosa hembra:
que Dios hizo por <.'lla. ^^^H
Mostrábales la mano, ^^^|
^V guardo estos animales.»
y aunque las tuerzas prueban ^^^|
^ K^Por qué ayunas mis tiestas
para desapegarla. ^^^H
en viernes?» la pregunta.
no basta humana fuerza ^^^H
«Porque es bien que obedezca
contra virtud divina. ^^^^|
mis padres que lo mandan»
Al fin van á la iglesia ^^^H
responde. «Eres muy cuerda;
devotos y descalzos, ^^^H
mas desde agora gusto
y dentro della ordenan ^^^|
auc el día en que la fiesta
de mi Anunciación santa
salir en procesión ^^^H
hasta la parte mesma ^^^H
cayese, el mismo sea
donde nuestra patrona ^^^H
tu ayuno todo el año.»
bajó ta vez primera; ^^^H
«Mi voluntad lo aceta»
llevaban una Cruz ^^^H
' la pastorcilla dijo.
(entre otras) de madera ^^^H
Y la gloriosa Reina
por ser para aplacar ^^^H
. que nuestro bien procura.
á Dios la mejor prenda, ^^^H
prosigue:— Vea tu ahiea,
y al tiempo que llegaban ^^^|
[ dirás á sus vecinos
i las cercanas eras ^^^H
que hagan peniíencis.
Inés oyó una voz ^^^H
porque mi Hijo, airado,
que dijo: «Aqui le acerca.» ^^^H
abrasará la tierra
Mandó parar & todos, ^^^|
antes de muchos días
la Cruz toma, y con ella ^^^H
con grande pestilencia;
la voz divina sigue ^^^^H
i y en fe de su justicia
y del lugar se aleja. ^^^|
' caerán del cielo piedras
Volvióse á aparecer ^^^H
envueltas en la sangre
la Madre de clemencia ^^^H
que verterán sus venas.
en el lugar que antes, ^^^H
Desapareció entonces,
y con la mano diestra ^^^H
dejando con su ausencia
lomó la Cruz preciosa ^^^H
triste la hermosa nina,
metiéndola ella mesma, ^^^H
y no poco suspensa.
hincadas las rodillas ^^^|
Volviéndose á sus padres,
palmo y medio en la tierra. ^^^H
esta visión les cuenta,
«Aquí, carilla (dice),» ^^^H
mas llénenlo por burla
me labren una iglesia ^^^H
y á la niña aconsejan
que sea de mi nombre, ^^^H
que DO lo diga á nadie.
y tú irás luego en vela ^^^H
»5o
LA SANTA JUANA — PRIMERA PARTE
Mateo.
á mi querida casi
de Guadalupe, y lleva
para sanar la mano
cuatro libras de cera.io
Dijo, y volvióse al cielo,
dejando en el arena
las plantas eslampadas
que tí pueblo adora y besa.
Sanaron los enfermos:
con los granos que llevan,
fué Inés á Guadalupe,
volvió la mano buena;
labróse dentro un año
la soberana iglesia,
dejando la Cruz santa
del modo que antes puesta*
setenta y seis milagros
la Virgen hizo en ella»
y entre ellos once muertos
cobraron vida nueva.
Hicieron una casa
ciertas devotas dueñas,
pegada con la ermita,
donde después se encierran,
y de Francisco santo
et instituto y regla
siguieron que su Orden
quiso llamar Tercera.
Aquí ta pastorcilia
vino á ser Abadesa,
que la virtud preciosa
al que es humilde premia,*
pero como es tan grande
nuestra humana llaqueza,
perdióse la virtud,
cayó Inés la primera,
apostataron todas
y el monasterio dejan;
que el más perfecto es flaco,
y á Cristo Pedro niega.
Mas como siempre el justo
levanta si tropieza
(que Dius la mano ofrece
al flaco que da en tierra),
Inés, arrepentida,
dio tan notable vuelta,
3ue admiran los rigores
e su gran penitencia.
Murió tan santamente,
que las campanas mesmas,
tañéndose, señalan
que Inés con Cristo reina.
Desde entonces, los pueblos
desta comarca y tierra
las nueve apariciones
á Inés en Cubas hechas
por la amorosa Virgen,
celebran y festejan
con ofrendas devotas
y piadosas novenas.
hste es todo el suceso
y historia verdadera
que me solía coat.<«r
mi madre, que fims tenga,
j Vio el mundo mayor gracia?
Bendita sea tu lengua;
la leche que mamaste
también bendita sea.
Juan. A la misa del alba
nos llaman de la iglesia.
Lab. i." Pues vamos á la misa
cantando todos.
Lab. 3." [Ka!
{Vúnsf cantando como al /«riittij
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
1
Salen Juan VÁ/^uk^, JuüK Matbo y La S«ifT
lloran<ío.
Juan. De tu humildad y obediencia
jamás, hija, imaginara
mi gusto tal resistencia,
á no mirar en tu cara
deste engaño la experiencia
Siempre, aunque en vano, c
que, como en la cera, en ti
mi voluntad se imprimiera,
y que lu si ó tu no fuera
solamente mi no ó sí.
Mas mi desengaño llega
á ver hoy cuan poco puede
un padre que á su hija ruega,
lo que callando concede
y con ese llanto niega.
¿Tá llorar, cuando ese susio
convertirle en gozo es justo
porque el mío consideras?
^Tú la hierba del sol eras
siempre siguiendo mi gusto?
No te espantes si me espanto
en ver esta novedad,
cuando te entristece tanto
opuesta á mi voluntad
con el no de un mudo llanto
que es justo mi sentimiento.
Mateo. Sobrina: este casamiento
que os procuramos los dosi,
es de la mano de Dios,
y como mi hermano siento
¡as muestras dése pesar.
Francisco Loarte es hombre
con quien nos podéis honrar;
mozo, rico, gentilhombre,
y de su casa y solar
ha ennoblecido el valor
el César nuestro señor;
y pues con su sangre hidalga
quiere Dios que luzga y valga
vuesiío estado labrador,
no me parecen discretos
esos extremos.
Juan. Veris
si te casas mil efetos
de gu&io, y más si me das
hidalgos y nobles nietos.
Yo he dado ya la palabra
& quien en el, alma labra
I
I
I
I
J
XCTO SEGÜNbO
351
CAsa en que la tuya viva:
ella también te reciba
y alegre sus puertas abra,
que si más lágrimas gasta
el sentimiento presente
y mis intentos contrasta,
llamaréle inobediente;
yo lo quiero y esto basta.
Alza el rostro.
ITA. ^Cómo puedo
si la cargacon que quedo
de la palabra que has dado.
sobre Jos hombros me ha echado
los peñascos Je Toledo?
Darme, padre, la sentencia
de mi muerte, y tus enojos
tienen por inobediencia
que llorando hablen los ojos
cuando calla la paciencia.
Dios la muerte que mandó
darle su padre lloró,
pero no fué inobediente;
pues si Dios la llora y siente,
¿he de ser más fuerte yo?
¿Casarle es matarte?
ITA. Sí,
que si es la libertad vida
y esa la pierdo por (i,
muerta soy, tú el homicida.
¿Quieres ver si esto es asi?
Pues del matrimonio advierte
el nombre, substancia y suerte,
hallarás por testimonio
que si es cruz el matrimonio
el casarse será muerte.
Luego mi muerte publicas
con el estado que á luz
sacas, pues cuando te aplicas,
siendo el matrimonio ciuz,
me casas y cruciñcas.
Fuera de que no es igual
nuestro labrador sayal
con su terciopelo noble,
, y la palma con el roble
juntaránse tarde y mal.
Es ligero el elemento
del agua en su propia esfera,
como la pluma ó el viento,
pero si le sacan fuera
pesa, porque está vioknlo.
Rn mi centro estoy, no quieta
quien en él me considera
que mi peso le derribe,
que el pece en el agua vive
y muere sacado fuera.
Yugo llaman los que miran
la vida de los casados
j en sus coyundas suspiran
^ justamente, pues atados
'del tálamo el carro tiran.
Mas, porque no sean mortales
las cargas que tantos mates
causan al siglo presente,
para tirar dulcemente
han de ser Jus dos iguales.
Luego no le escandalices
si me vieres resistir
el yugo fiero que dices
cuando pretendes unís
tan desiguales cervices.
Dame otro mejor estado
que te alivie del cuidado
3ue suele quitar el seso
e un yerno mozo y travieso,
jugador y mal casado;
que todo esto lo aseguras
con más noble cautiverio
que es el que darme procuras.
.Méteme en un monasterio,
donde entre vírgenes puras
se alegrará mi esperanza
si á Dios por su esposo alcanza
y adquirirás nombre eterno.
Padre; éste sí que es buen yerno
sin pobreza, sin mudanza.
Kn Santo Domingo el Real
tengo una lía; la fama
deste monasterio es tal,
que toda España te llama
Paraíso terrenal.
Conmigo ha comunicado
mi lía el dichoso estado
de las monjas que alii viven,
sin dote en él me reciben.
Duke padre, padre amado,
tío prudente, hoy los dos,
me habéis de dar este nombre,
3ue no queréis, padre, vos
arme por esposo un hombre
cuando lo quiere ser Dios,
Mateo. Casi enternecido estoy;
mil gracias al cielo doy
que tan notable virtud
en tan tierna juventud
ha puesto.
Juan. Tu padre soy;
tu remedio he procurado,
no tengo hijos {como ves)
sino á ti; sola has quedado,
nietos quiero que me des,
ya mi palabra he empeñado.
Nunca acostumbro quebrallas
las veces que llego á dallas,
ni las hijas han de hacer,
Juana, sino obedecer
en llegando á remedia I las.
ESCENA ti
5a(» Lilla con galas de desposada en un a^afaU.-
I Dichos.
LiLLO.
Juan.
LiLLO.
Juan.
LtLLO.
Matso.
Desde Madrid á Toledo
con tal presteza he venido,
que pienso que me ha traído
otro artificio ú enredo
como el de Juanelo.
jLillol
Señor.
¿Y Francisco Loar(e?
Mañana de Illescas parte
más ligero que un novillo
cuando le sueltan del coso.
Presiarále amor sus atas.
^^p 252 LA SANTA JUANA-
-PRIMERA PARTE |^^|
LiLLO. Yo vengo con estas galas
entre las galas del mundo;
que envia el t'uiuro esposo
mas no hará (por más que puí
t_ á nii sa Juana; un baúl
mella en el bien que acaudalo,
1 queda abajo en el paliri
pues por malas os señalo.
donde viene un faldellín
y alas que nos dais veneni>,^|
de oro y damasco azul.
decid lo que tenéis bueno, ^|
que se ¡e puede poner
diré lo que tenéis malo.
la mujer de un Monseñor;
(A los cliapínti.j
ropas de iodo color.
Vengamos al fundamento ^
cuyas colas pueden ser
sobre que el mundo fabrica H
cola canóniga, ó cola
la máquina que edifica H
de una cátedra perdida
entre sus torres de viento. H
* de primavera florida;
¡Miren sobre qué cimiento H
utra entera á la española.
labra la hermosura humantfl
Pn^bómela e! sastre á mi.
su presunción loca y vanal^J
y aunque con barbas, me estaba
¿Esto á la mujer no' avisa 1
tan pintada, que pensaba
que, si sobre corchos pisa. ™
que con la suya nací.
por fuerza ha de ser liviana?
Tanto, que un galo aruñable.
Con corcho el mundo os engañ
viendo ini latlazo y brío.
hermosuras españolas;
dijo enamorado: «mío»,
ved cuál os traerán sus olas
que fué un requiebro notable.
en corchos si sois de caña.
En fin: lanías galas vienen.
Loca soberbia de España
que cual novia se engreía
que el mundo has vuelto al rev
la muía que las traía.
¿con plata, que es lu interés.
Parte dellas se contienen
coronas chapines vanos?
1 en este tal canastillo
¿Lo que afanaron tus manos
ó azafate; vuesarcé
es bien que pisen los pies? ^
rompa muchas, porque dé
Líbreme el cielo de estado f
estrenas al señor Lillo.
donde, como el indio necio.
Juan. Yo, Lillo, os las quiero dar
he de dar el oro á precio
en nombre de Juana, mi \M\a;
de corcho y papel pintado.
reccbid esta sortija.
Lástima tengo al casado.
Lillo. Déjete el cielo gozar
que si es su honor la mujerH
y ver choznos que á !a pueria
y en corchos ta ha de traer.H
te saquen, y á los reflejos
peligrosos son sus línes, ^
del sol dejes nietos viejos.
JuA.s. Hija, porque se divierta
porque honor sobre chapines
á pique está de caer.
tu pena, las galas mira
{Á i4u cadtn*
quf tu esposo le ha feriado;
Cadenas, si causa penas
que no hay tan grande cuidado
vuestro aparente tesoro.
en la que llora ó suspira.
hierro sois, que no sois oro,
ni con el gozo se iguala
pues yerra quien no os cunden
de ver una gala nueva.
Si hay prisión donde hty cada
' porque no hay tristeza k prueba
y la prisión siempre es mala,
del mosquete de una gala.
¿quién por buenas os señala?
Mateo. Mucho á Francisco Loarle
debes, sobrina querida:
Vestidos que en el delito
de Adán fuisteis sambenito,
el ser desagradecida
¿del sambenito hacéis gala?
es crueldad-
|Ay Dios, que en tal cautiverii
mi padre afligirme trate!
JuAN. Quiero dejarle
sola, que as! mirarás
El mundo es mar que comba!
en la razón, que es tu espejo,
cuan bien te está mi consejo
con alas de vituperio.
Nave será un monasterio
r y alegre le cumplirás.
si el cielo el paso me «ilani.
Santa. ;Ay de mil
Galas viles, no soy vana
Juan. <'No vienes, Lillo?
de vuestras galas, mi Dios, ■
Lillo. Cuando el st nos hayan dado,
vendrá ya más recalado
me adornad y vestid vos. ■
{Catnlas galas abajo, saltan
lugar un hábito 4* monja 4t S**
cisco. )
que capa en el baratillo.
{Vanst, Jtfan tas galai.)
Voz. íDffifr") Estas son mis galas.
ESCENA 111
Santa. |Ay cielos! ¿Qué es lo que he
Una voz divina ol
QutJa L» Santa snla.
y un saco pobre esiA aquL
Bien acompañados quedan
¿Cómo el contento resisto?
Estas son galas de CriMu
los males en que me fundu
1 ^^^^ ACTO SEGUNDO 253 ^^|
1 y de Francisco librea,
Sanio en quien Dios hermosea
se tiene el disimularlas ^^^M
que, por vengarse, sacarlas ^^^|
las llagas con el carmín,
al qué dirán de la gente. ^^^H
Marco. Eres, en fin, más discreto ^^^|
que el alado Serafín
en vuestras carnes empica.
que yo; buena es tu cautela. ^^^|
Con lan soberana gala,
.\tuera el que mi afrenta vela ^^^H
¿qué hermosura no tendrá
y esté mi agravio secreto. ^^^|
el alma que os sigue ya
Ven, y templarán mi furia ^^^|
y por vuestra se señala?
tu presencia y mi esperanza, i^^^H
que no hay bastante venganza ^^^H
Este cordón será escala
con que desde el alboroto
cuando es pública la injuria. ^^^|
del mundo el cielo, aunque ignoto,
(V-dnie.) ^^M
y su gloria meta á saco,
^H;
que aunque está roto este saco
ESCENA V ^^B
no le echaré en saco roto.
ti monasterio sagrado
5a/rn Mei.ciiuR, Julio >- Kadio ^^^^I
déla Cruz, Francisco mío,
^■'
■ es vuestro y en L-l confio
Mei.ch. ¿Hay tormento como un viejo, ^H
1 escapar del' mundo á nado;
Julio, para un hijo mozo? ^H
i ya el cómo y cuándo he pensado,
r aseguradme el camino,
Si esta noche no la gozo ^^H
la mejor ocasión dejo ^^H
1 Seráfico peregrino,
1 que dándome vos favor
que el amor me puede dar. ^^^|
Julio. ¿Vívese Marcela allí ^^^H
hoy tiene de hacer amor
adonde fué Troya? ^^^^B
un disfraz á lo divino.
Meich. Sí. ^^^H
(Vatt y lleva ti fíábif.)
Ji'Lio. Pues bien, ¿y hemos de lomar ^^^|
á saltar tapias huyendo ^^^H
de la justicia? ^^^H
ESCENA IV
Melch. Eso fué ^^^|
Safen Mamco Antonio y Lvoonco.
una ^^^H
Julio. De allí quedé ^^^|
ftvic. Infórmale tú mejor.
cwarmentado. No entiendo ^^^H
que hoy lu he venido á saber.
que nos conviene; Melchor, ^^^H
jco. ¿El hijo de! mercader?
busca en Toledo otra dama, ^^^H
jEI estudíame Melchor?
Iivic- Ese tuc el mismo que viste
que peligra asi la fama ^^^H
y honra de doña Leonor, ^^^H
saltar La noche pasada
de tu casa ya escalada
la pared.
que vive juntu á su casa, ^^^1
y piensa la vecindad ^^^|
que rondas más su beldad ^^^|
Co. ¿A quién lo oiste?
que á Marcela. ^^^|
ivic. A quien ha visto rondalle
Melch. Ponmc lasa. ^^^H
(hechos de tu agravio jueces
Julio. Si succ*diese saltar ^^^H
los vecinos muchas veces)
otra vez por sus paredes, ^^^|
estas puertas y esta calle.
y te vieren, ¿cómo puedes ^^^H
Pues no sabe que has venido
después, Mcíchor, restaurar ^^^|
nadie á Toledo, lu agravio
el nombre y reputación ^^^H
L puedes vengar como sabio
que en dos'años ha adquirido ^^^H
^K antes de ser conocido.
ausente de aquí el marido? ^^^H
^H Aguárdale hasta que salua
^^ á rondar como acostumbra,
Mklch. Comiénzame á hacer sermón. ^^^H
Yo cumpliré el gusto mío; ^^^H
í cuando at indio el sol alumbra.
tema. Julio, el que es cobarde; ^^^H
1 y entonces, sin que le valga
mi padre se acuesta tarde ^^^H
fuerza ni industria, podrás
después que está aquí mi tío, ^^^H
* dándole muerte vengarle
y á mi prima inlcnla dar ^^^H
1 y luego á Madrid tornarte.
nuevo estado y nuevo dueño. ^^^H
desde donde volverás
Vestiréme al primer sueño, ^^^H
dentro de un mes á Toledo,
que aunqiue me obliga á acostar ^^^|
dentro su mismo aposento ^^^H
nociendo que entonces llegas
de Sevilla.
desde que mi inquietud sabe, ^^^H
bo. lAy, honras ciegas.
de la puerta tengo llave. ^^^H
í que siempre os combate el miedo!
Fabio, por darme contento, ^^^|
' Dime; ¿no será mejor
en la sala más afuera ^^^|
1 darlos muerte juntos?
podrá dejarme el vestido ^^^|
pvic. Eso
F será pregonar su exceso.
^^^H
Julio. Tú estás perdido. ^^^|
1 En cosas de honra, señor.
Mglcii, Podré, en fin, desta manera, ^^^H
por menos inconveniente
sin que mi padre lo sienta, ^^^H
salir en lu compañía,
si gustas.
Yo gustaría
que comieses sin pimienta
esia trucha salmonada.
Julio; eso ya es flaqueza.
<^uiébrale (ú la cabeza.
que debes tener guardada
utra en el arca.
Yo iré
con aviso.
Y yo contigo.
Fabio: el vestido que digo
esla noche.
Fabio. Asi lo haré. (Vamt.)
ESCUNA VI
Stiitn DoSa Lbonoii y Cklia, cria4a.
MEtX.H.
JüLlu.
Melch.
Jt.'UO.
Mei-ch.
Leonor.
Celia.
Leonor.
Celia.
Leonok.
Celia.
Leonor.
Ceda.
Lkonor.
¿M\ esposo en Toledo?
Así
me lo han dicho.
Loca quedo;
¿Marco Antonio está en Toledo.*'
¿Mi esposo, sm verme á míi'
|Ay, ciclos, qué puede ser!
No, Celia; mentira ha sido.
Yo asi lo hubiera creído
si no hubieran visto ayer
á Ludovico, señora.
¿No ha un mes que desembarcó
en Sevilla y te escribió
que vendría por ahora?
Pues quien le vio en la ciudad
bien le conoce.
|Ay de mí,
Celia, si eso fuese asil
Alguna gran novedad
sin duda debe de haber.
¡Ay sospechas! vuestro miedo
comienza. [Que esté en Toledo
y no vea á su mujer!
¿No era doña Leonor
de su honesto amor la fragua?
Mas ha pasado mucha agua
y habrase anegado amor.
Celia: ¿qué puede ser esto?
Según lo que ha sospechado
quien el recato ha notado
con que anda, es maniñesto
que alguna mujer le hechiza
en Toledo.
fAy, amor ciego!
Apagó el mar vuestro fuego,
llevóse el viento en ceniza
el lescoldo que su fe
prometió conservar vivo.
¡Pobre de mi, que recibo
celos de lo que aún no sé! —
Celia: á mí me importa hablar
aquese hombre.
¿Para qué?
Del dónde acude sabré
mi esposo, y en qué lu^^ar
vive esta Leucote nueva
de quien soy, Celia, celosa.
lo,
i
No será difícil cosa
hablarle.
Ven y haré prueba
del ñero mal que me abras^.j
que si vivió con sosiego
mi fe. los celos son fuego
que echan al dueño de casa, (vai
KSCENA VII "
Srt/f la Santa vestida de hombre.
La esposa que en los cantares <
herida de vuestro amor
(divino esposo y señor»
por tan diversos lugares
os busca, me hace atrever
á que, dislraxadacn hombre^
ni el ser de noche measombr
ni el temor que en la mujer
es natural, la ley guarde
del miedo que ya he rompido,
porque amor hace atrevido
el animal más cobarde.
Casarme quieren, mi Dios,
siendo cosa reprobada
el ser dos veces casada
y siendo mi esposo vos.
Ya conozco vuestros celos,
no os los quiero, mi Dios, dar:
mi padre quiero dejar,
que con humanos desvelos
me impide el Mcn que publico,
y por un mortal esposo
un divino y poderoso
me quila inmortal y rico.
Sólo vuestro amor me cuadrej_
que si á mi padre dejé, j|jJ
en vos, mi Cristo, hallaré V^
Rey, Señor, Esposo y Padre. '
El vestido de mi primo
en hombre me ha disfrazado:
la diligencia y cuidado
importa, ya que camino, ^y
y uel sol la clara luz 1^|
i )a noche ha dado treguas.
No hay más de cinco o seis leguj
desde Toledo á la Cruz,
donde el insiilulo santo
del Seráfico pastor
tiene de abrazar mi amor.
Vamos, pues; mas |ay, qué i
Grillos me pone á los pies.
¿Qué dirá el mundo de mi?
Si me sigue y halla asi
mi padre, ¿creerá después
que servir á Dios ordeno,
ó que con tan nuevo traje
voy á afrentar mi linaje
rolo á la vergüenza el frcnol
¿Qué dirán los que en tal talle
tuvieren de mí noticia?
¿Y qué dirá la justicia
si asi me topa en la calle?
Honra: ¿qué dirán de vos?
Mas ¿por aué mi temor fut
en el qué dirán del mundo
leguj
I
alie
ACTO SEGUNDO
255
&i el mundo dejo por Dios?
No seré yo la primera
que con varonil vestido
basqué á Dios; otras ha habido
que abrieron esta carrera,
(Ina Eugenia en traje de hombre
su casa y padres dc)ó,
y con los monjes vivió,
mudando en Hugcniocl nombre;
de modo, que de su vida
es la mía imitadora.
¿No fue una santa Teodora
por hombre también tenida,
hasta que después de muerta
el mundo la conoció?
¿F'or qué he de ser menos yo?
Cerraré al temor la puerta,
que el amor haga esta hazaña.
En Hazaña me dio el ser
Dios: hazañas he de hacer:
mas ¡ay ciclos! ¿%\ me engaña
mi loca imaginación?
Una mujer que es espejo
de su honor, sin más consejo,
sin más consideración,
¿tiene de dejar asi
su fama? ¿No puedo yo
ponerla á riesgo? Si... no...
pues... volvercme... no... sí.,.
Y si mi padre me casa,
¿heme de ir de noche obscura?
Fsta es gran desenvoltura;
Juana, volvamos i casa.
Poco importa que te ensayes,
amor, pues no te resuelves.
{Quitre entrarte y tíeUénela WAogelde
la Guarda.)
i. Tente, Juana. ¿Dónde vuelves?
Hsfuérzaie, no desmayes. (V'ax«.)
1. ¡Jesús! qué notable fuerza
sin ver á nadie he scnlidu
que la vuelta me ha impedido!
La voz sonora me esfuerza;
ánimo cobro ya nuevo.
Kterno esposo, ya os sigo,
que, pues os llevo conmigo,
suficiente guarda llevo. (Va*«)
ESCENA VIH
tuco Antonio y Luootico de noche.
Marco Antonio.
se de noche, Ludovico,
hiero infame que me afrenta,
pde mis agravios la venganza
'echa en mi honra mi esperanza.
Ludovico.
reyera jamás lo que la noche
nonos dar asalto á tu honra y casa
16.
Marco Antonio.
Amigo, alH mi honor se abrasa.
Ludovico.
Toledo al menos á tu esposa llama
Penclope española en esta ausencia.
Marco Antonio.
No han hecho como yo ellos la experiencia.
Luuovico.
Bien puede ser que mi señora ignore
sus injurias, y dé alguna criada
al que le agravia asi en lu casa entrada,
que á ser doña Leonor mujer liviana,
saliera lu enemigo por la puerta»
pues sin saltar pared la hallara abierta.
Marco Antonio.
¿Cómo puede eso ser, si al saltar dijo:
*Por Dios, que es bella moza, y que el marido
dejó á riesgo un buen talle?» Kstoy perdido.
Aquí, amigo, cualquier discurso cesa;
no hay disculpa bastante; Melchor muera,
que sola esta disculpa mí honra espera.
ESCENA IX
Satén DoiA Leonor de hombre y ütao como de no-
che.—l)\cmoi.
Doña Leonor.
Desde el mesón donde encubierto post
le sigo recelosa de mis daños,
que amor lodo es engaños. Decio amigo,
á la paga me obligo del cuidado
y aviso que me has dado.
Decio.
En esta casa
vive por quien se abrasa, que esta tarde
hizo su amor alarde, preguntando
quién la himraba habitando estas paredes.
(Señalij >i Marco Antonio.)
Tu Marco .^ntunilJ es, puedeí> por tus ojos
ver claros tus enojos y recelos.
Doña Leonor.
¿Que este es mi esposo? ¡Ciclos! ¿Desta suerte
mi amor se paga?¿Es muerte al tin la ausencia?
Ya miro la experiencia de mis daños;
firmeza dedos años combatida
de la ocasión, ¿se olvida deste modo?
Decio, piérdase todo. (Da voces.)
Decio.
No des voces.
Doña Leonor.
Si mi rabia conoces, ¿qué te asombras?
Noche: que en viles sombras favoreces
traidores, bien pareces que te abscotides
del sol, pues correspondes á quien busca
la obscuridad que ofusca obligaciones.
Estrellas: que a ladrones dais amparo;
cielo con el sol claro que está ausente;
luna: un tiempo creciente, ya menguante,
á su amor semejante en la mudanza;
paredes: que en venganza de la fama,
con que el mundo me llama roca ñrme,
¿queréis por añigirme que os adore,
256
LA SANTA JUANA — PRIMERA PARTE
mi esposo, porque os l!orc quien os mira,
calles en quien ya tira mi locura
piedras, que piedra dura no enternece
el mal que me enloquece? Gran ToScdo,
en cuyos libros quedo eternizada
por noble, por honrada, por colun.t
del honor. Cielos, luna, sol, estrellas,
paredes, rejas bellas, calles, puertas,
mis sospechas son ciertas, mis recelos,
mis tormentos, mis celos no hay sanarlos:
cosa es el aumentarlos ya forzosa.
Decio.
¡Señora!
Doña Leonor.
Ved si es cosa que se calle,
cuando ronda la calle donde habita
quien mi lormento incita; ved si el hombre
es bien que tenga de mudable el nombre.
Marco Antonio.
,;Q)ué voces serán éstas? ¿No es Leonora
1« que se queja, llora y grita, cielos?
¿Si llora infames celos del que ha sido
mi deshonra? Perdido estoy, ya es cierta
mí sospecha. ^A su puerta y á tal hora
dando voces Leonora? Amigo, muera
quien me ha ofendido.
Luoovico.
Espera.
Marco Antonio.
El cadahalso
será esta calle.
Doña Leonor.
|Ah falso! ¿Esto has traído
de las Indias qi:e han sido tu Leteo?
Con sus bárbaros veo que recibes
sus ritos. ¿Qué caribes han trocado
aquel amor pasado, que envidiaban
cuantos la paz miraban, en que unidos,
ejemplo de maridos Marco Antonio
eras y testimonio? Pero míenle
quien tal afirma, y siento que aquel era
acero. Tú eres cera y frágil caña.
¿Tú en España, en España? ¿Tú en Toledo
sin ver tu casa, y puedo persuadirme
que eres amante firme?
Marco Antonio.
lAh, vil mudable!
Nombre de variable me das, cuando
por verle, atropcllando inconvenientes
tantas provincias, gentes, tantos mares
pasaron mis pesares; cuando, ingrata,
al Potosí su plata, al mar sus perlas
hurté, para ofrecerlas á tu gasto,
vinienao al tiempo justo de dos años
(que bOn dcslos engaños larga tasa)
y lleganilí) á mi caso vi...
Doña Leonor.
¿Qué viste?
Makco Antonio.
Que con tu fama diste y casto nombre
en tierra. Vi que un hombre con un salto
''^1
de una pared, dio asalto á mi sosiego:
vi que se alabó luego haber triunfado
de ti y de mi cuidado. A tus paredes
preguntar quién es puedes, quien procufi
entrar de noche obscura; mas si a^ora
á sus puertas, traidora, te he cogido,
¿por qué á mi enojo impido la venganza?
Dona Leonoh.
¿Disculpas tu mudanza de esa muerte?
Espuso ingrato, advierte que en defensa
de mi fama no piensa mi respeto
mostrársete sujeto, aunque le llame
mi marido. El infame que dijere
(séase quien se fuere) que mi casa
los limites traspasa que el honesto
amor en ella ha puesto, y que por obra
ó pensamiento cobra dctrimenlo
mi fama, miente.
Marco Antonio.
¿.Miento yo que he visto
tu liviandad?
Doña Leonor.
Si asisto en este traje
no es p»r hacer ultraje á lo que debo.
Decto diga si es nuevo en mi este cicesu,
que por tal le confieso. Yo he sabido
que á Toledo has venido (aunque encubiertí
por los amores muerto de una Circe
(que así puede decirse quien ic abrasa),
y viendo que tu casa asi olvidabas
y á mi me despreciabas, te he seguido
con Decio, que ha sabido tus quimeras.
Si disculparme esperas con culparme,
armas tengo: vengarme en ti confio,
que por el honor mío, al propio esposo
mataré.
Marco Antonio.
¡Ay, engañoso cocodrilo!
las riberas del Tajo has vuelto eo Nilo.
ESCENA X
SaitH Julio y Fabio.— Dicmm.
Fabio.
Dcjélecomo digo en el retrete
de la sala de afuera aderezado
el vestido que saca cada noche:
levantóse, y buscándole, no pudo
hallarle, ni yo sé quién le ha tomado;
en fin, que se vulvió ¿ la cama haciendo
extremos y locuras de un furioso.
Julio.
No vi en mi vida cuento más donoso.
.\ÍARCü Antonio.
Leonor: aquí nu bastan las disculpas:
Ludovico lo vio, no hay engañar&e
tantas ojos. Melchor, el estudiante
hijo del mercader, por tus paredes
entra de noche y sale; esto es sin duda.
Julio.
¿Quién nombra aquí á .MelchorP Escucha.
^^^^^^ ACTO SEGUNDO ^25^^^^B
^^ Marco Antonio.
y echemos á los celos esta culpa, ■
moriréis los dos.
que no en balde los pintan con un ojo, I
^K
y el otro ciego, porque vean á medias ^^B
y engañan como á mi me han engañado. ^^H
^™ En el engaño
li'do. Melchor fué venturoso
Doña Leonop. ^^^|
ue le hurlasen el vcslido, y eslc
Ya lodo lo daré por bien empleado. ^^H
¡doña Leonor esposo caro,
ya ha venido de Indias, y Is noche
^^^H
^^^1
en casa de Marcela la justicia
>ligó á que sallara sus paredes,
*iósin duda; miren si saliera
ESCENA XI ^H
Satt Vh Cmado.— Dichos. ^|
;hor, ¡cuan venturoso hubiera sidol
^H
Fabio.
e la vida «^uien le hurtó el vestido.
Criado. S
iGran desgracia! ■
Marco Antonio. H
Julio.
jQué es esto? V
!ngañarle, Fabio, es lo que importa.
^1
caballero! ¿Hay paso seguroi^
Criado. ^^B
Marco Antonio.
^^H
ce antes el nombre.
^^H
Julio.
AmigO^^H
Que me place.
Criado. ^^H
> me llamo y es un grande amigo
Juana, sobrina del señor, la hija ^^H
eñur Marco Antonio.
de Juan Vázquez, aquella que en Hazaña ^^H
^B, Marco Antonio.
tantas señales dio de virtuosa, ^^H
esa falta de casa. ^^^H
^p No hay ninguno
^^^H
con esc nombre.
^^^M
JlJUO.
¿Cómo? ^^^1
Yo lo creo.
Criado. ^^^|
. por si ó por no, desengañaros
Viendo ^^^|
ro de una sospecha que os aflige.
que la forzaba el padre á que un niña ^^^H
;hor(de quien tenéis esos recelos)
se casase, esta noche se ha ausentado. ^^H
•s ha ofendido, ni hay en toda España
y á lo que dicen disfrazada de hombre; ^^^|
n se atreva á rendir la fortaleza
porque el vestido que Melchor tenia ^^^|
vuestra esposa bella ha conservado
de cnlor, no parece. ^^^|
smpo que en Toledo os lloró ausente.
^^^M
|ue ha pasado es esto: Melchor trata
una dama que pared en medio
Eso es sin duda, ^^H
Destra casa vive, cuyo nombre
y hale valido el dar al primo vida, ^^H
árcela. Una noche tuvo aviso
que á dejarle, ya estuviera muerto. ^^H
isticia que estaban los dos juntos;
Criado. ^^^H
6 á buscarlos y Melchor subióse
a azotea, desde donde viendo
Su padre está sin seso, su tío loco, ^^H
y todos imaginan que se ha ido ^^H
al monasieriu de la Cruz, dos teguas ^^H
de Illescas, á ser monja, que asi dijo ^^H
lo había prometido. ^^H
le seguia un alguacil, fué fuerza
ir un tejadillo vuestro, y lue;;o
i la calle. Examinad si es cierto
ilguacil A yuso, y dad mil gracias
os y á vuestra esposa que merece
^^M
nombre mejor del que os parece.
Pues ¿qué intentan? ^^H
Marco Antonio.
Criado. ^^H
igo Julio: ¿es cierto lo que dices?
Todos van en su busca. ^^H
Julio.
^^H
acompañé á Melchor aquella noche.
Y yo ¿qué aguardo? ^^M
Marco Antonio.
^^H
tó á mi amor tu aviso las tinieblas
Extraordinarias cosas hemos visto ^^H
Wlos que eclipsaban mi sosiego.
en breves horas. ^^^|
no el que duerme y tiene pesadilla,
le que entré en Toledo, Julio, he estado;
Marco Antonio. ^^H
>erlásleme; en fin, ya he sosegado.
Vamos, Julio, amigo, ^^H
ae esos brazos, cara y dulce esposa,
¿ mi casa, que quiero regalaros ^^H
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO 11
17 ^H
258 LA SANTA JUANA-
-PRIMERA PARTE ^^H
y qae sepáis por experiencia el gusto
que causa amor después de largos celos.
ya de pies, ya de cabeza. H
Estaba sobre un tablero H
Julio,
una gran vasija llena ■
de agua con muchas tazas; V
Como el sol iras las nubes en los cielos.
llegúeme allá, pensé que era ■
{Vans*.)
pila del agua bendita, M
metí la mano derecha ^ñ
ESCENA XII
mojando el dedo meñique ^^H
y salpiquéme las cejas. ^^H
SaltH FüANCtsco LoAitTB y Lii 10 de camino.
Estaba alli una mujer ^H
más gorda que una abadesa.
LiLLO. I. a alegre conversación
cura de aquella parnjquia
facilita la molestia
una sobrepelliz puesta
del camino; hablemos, pues.
ó devantal remangado,
aue aunque no hay más de seis leguas
de aqu! á Toledo, me cansa
y recogiendo la ofrenda
dada al .San Martín divino
el verte que en todas ellas
que estaba sobre una mesa,
por contemplar á tu esposa
y debía de haber dado
no has despegado la lengua.
á otro pobre la otra media
Fhanc. |Ay! que estas seis leguas, Lillo,
capa, porque estaba en cueros.
me han parecido seiscientas,
dijo la mujer: ¿No llega.
se^ún el amor da prisa
hermano? Ya voy, la dije.
al alma que nunca llega.
Saqué de la faldriquera
Mas ya que en conversación
medio real (que no doy menos
quieres que las entretenga.
en limosnas como aquéllas) _
y tomando una medida ■
me dio de sus propias venas "
vuelve otra vez á contarme
de mi esposa la belleza,
cuando tas joyas la diste
San .Martín la blanca sangre
y la sabrosa respuesta
que hace hablar en tantas lengua^
que te dio su viejo padre,
Proseguí con mi camino. ji
ya que la casta vergüenza
Franc. Saldrías de la taberna m
de mi Juana enmudeció.
como sueles. S
Lii.i.o. De lodo te he dado cuenta
Lillo. ¿Cómo suelo? ■
dos veces.
Calzadas con cinco suelas ■
FtiANC. No seas pesado.
las tnpas, en ñn, llegué S
LiLUo. Contarételo quinientas.
en cas de tu suegro. ■
Llegó la señora muía
Frawc. Espera. ■
con su badulaque á cuestas
Lillo. ¿Qué hay de nuevo? fl
y el señor Lillo á las ancas
Fbanc. a pie y corriendo V
hasta la espaciosa vega.
me parece que se acerca ~
Apeóse alli mi merced.
un muchacho hacia nosotros.
y^cuando llegué á la puerta
LtULO. Pues bien: ¿será cosa nueva
de Visagra, alcé los ojos
ver correr á un caminante?
y vi el aguilucho en ella
Franc. No, mas la sangre me altera
con sus dos cabezas pardas,
su vista.
y haciendo una reverencia
Lillo. Pues ¿qué imaginas?
dije: salve, pajaróte
Franc, Nada; sepamos qué priesa
de toda rapiña reina.
le obliga á que así camine.
Entré por la calle arriba
LtLLO. Sepamos en hora buent.
y á poca distancia, cerca
de un barbero, vi una casa
que, aunque algo baja y pequeña;
ESCENA XIII
el olor aue despedía
me confortó de manera
Sale La Santa vtttidñ de hombr*. — Dichos.
que me obligó á preguntar
si algún santo estaba en ella.
Santa. Mi Dios: alas m« habéis dado
Flespondióme uno: aqui vive
San Martin. Hinqué en la tierra
con que como el alma vuela,
el cuerpo que de los laios
las rodillas y creí
del mundo se desenreda.
sin duda que era su iglesia.
No siento cansancio alguno;
Todo un Domingo de Ramos
pero quien el yugo lleva
vi encima de una carpeta
de vuestra ley. Cristo mío.
i la entrada, y dije: aqui
no se cansa, que no pesa.
fiestas hay, pues ramos cuelgan.
Enlrc muy deroto dentro,
P'ranc. Válgame el cielo! ¿qué veo?
Lillo: ¿mi Juana no es ésta?
vi mil danzantes en ella
Si, que el retrato del alma
de capa parda bailando,
SU imagen me representa.
ACTO SEGUNDO
259
ILO.
ANC.
NTA.
ANC.
.LO.
ANC.
LLO.
ANC.
NTA.
lANC.
Llo.
;ANC.
LLO.
Yo ser tn esposa jurara,
á no lener por quimera
2ue mujer tan recogida
tal locura se atreva.
Mi querida esposa es, Lillo,
prenda de mis ojos bella,
j Adonde vais de ese modo?
¡Ay Dios! ^qué desdicha es ésta?
Perdida estoy, dulce esposo.
Si corre por vuestra cuenta
el volver por vuestro honor
y yo soy esposa vuestra,
libradme dcsie peligro,
que ha visto el lobo ia oveja,
y si no me guardáis vos
os ha de quitar la presa.
Dadme, mi esposa, esos brazos,
seré venturosa hiedra
de tu cuello.
(Va á abracarla, hace f wc no /« vt, ni
Lílio tampoco.)
|Ay tal sucesol
]Juana mía!, más ,;qué es della?
Lillo: ^qué se hizo mi bien?
No sé pardiós; ó lo sueñas,
ó estoy cual suelo borracho,
ó hay brujas en esta tierra.
Ella se ha vuelto invisible.
Cara esposa: ¿así me dejas?
Mi Oíos: bien sabéis burlaros
de quien ofenderos piensa.
Aquí estoy y no me ven;
voime, ptKS ios ojos ciega
mi esposo destos perdidos.
A fe, divina clemencia,
que hacéis muy buen guarda damas.
(Vast)
ESCENA XIV
Dichos, n««io< La Sakta.
Mi bien, mi querida prenda:
¿qué es esto? ¿adonde te has ido?
Dame esos brazos, no seas
cruel conmigo.
(Va á abra¡(ar d Lillo.)
¡Arre allá!
¿Adonde diablos te pegas?
¿A mí los brazos? ¿.No ves
que soy hembro y ño soy hembra?
i Válgame el cieloí ¿Qué es esto?
Señor: ¿si acaso las setas
que comimos nos han vuelto
boca abajo las molleras?
¿Qué Urganda nos ha encantado
para enseñarnos quimeras
semejantes? Si has leído
á Urganda, ¿no se te acuerda
del anillo de Brúñelo
con que Angélica la bella
se hacia invisible? Par Dios
que si tú Orlando ser piensas
que le la ha dado á mamar.
ESCENA XV
SaltH Juan VAzquiz y Juan Matbo — Diciios
Juan. Primero que monja sea
bañaré estas canas blancas
en la sangre de sus venas.
Mateo. Todo esto merece, hermano,
quien quiere casar por fuerza
sus hijas.
Juas. o ha de hacer
lo que yo la mando, ó muera,
pues no obedece á su padre.
.Mateo. Si por Dios los hombres deja,
jquién la podrá persuadir
a casarse?
Juan. La obediencia.
Franc. ¿No es éste Juan Vázquez, IJIIo?
Lillo. Juan Vázquez parece; llega
y agárrale, no se vaya,
que el diablo se regodea
con nosotros y se burla.
Juan. [Hijol
Franc. Señor.
Juan. Si deseas
cobrar tu esposa, mis pasos
sigue.
Franc, ¡Ay Dios!, pues ¿quién la lleva?
Jltan. El deseo de ser monja
le dio atrevimiento y fuerzas
para disfrazarse de hombre.
En la Cruz tomar intenta
el sayal de San Francisco,
mas no hará lo que desea
mientras mis miembros cansados
tengan vida. Ven, ¿qué esperas?
Franc. No ha un instante que la vimos
Lilla y yo de esa manera.
Juan, ¿Cómo no It detuvistes?
Lillo. Jugó á la gallina ciega
con nosotros, y acogióse
invisible.
Mateo. En su defensa
lleva á Dios, ¿qué mucho?
Juan. Vamos.
Franc. ¡Ay, Lillo, mí muerte es ciertsl
{Vanu.)
ESCENA XVI
Sal* La Sahta dt kombrt.
Esta es la casa divina
de la Cruz, en testimonio
que la cruz del matrimonio
que darme el mundo imagina
menosprecio por la luz
que la cruz de Dios me da,
y así mi nombre será
de hoy más Juana de la Cruz.
Vuestras paredes sagradas
beso, casa santa y rica,
fiues dentro de vos fabrica
as piedras vivas labradas
Dios, á poder de las llamas
que el mundo en mi pecho ha visto,
porque aquí tiene mi Cristo
el cuarto real de sus damas.
h
Quiero enirar. Francisco sanio,
donde con vuestra librea
compuesta el alma se vea,
y aunque no merezco tanto
hacéis vos mi dicha cierta,
pues os tengo por patrón;
quiero ir á hacer oración,
pues eslá Ja iglesia abierta.
{Al titmf/ü í¡ue quitre entrar cantan
dentro.)
iCantan.) Norabuena venga
Juana á mi casa,
que la tierra se alegra
y el cielo canta.
Santa. Atúsicos divinos:
si mercedes tantas
hace vuestro dueño
á sus desposadas,
dichosa mil veces
y rica otras tantas
la que sus deseos
le ofrece y consagra.
(Cantar*.) Entra á desposarte
Con Dios, que te aguardan
de Francisco santo
las humildes galas.
Santa. Temo justamente
conforme á la traza
y traje en que vengo
que mis esperanzas
no sean admitidas.
Virgen soberana:
pues por Madre os tengo,
allanad la entrada.
(Cantan.) Paloma escogida:
tu esposo le llama
para apost-ntarte
dentro de su atma.
ESCENA XVII
Saltn La AnAoesA y la MASjírnA »b Noticias.
La Sahta.
Abauesa.^Quc música celestial
con maravilla tan nueva
nuestros sentidos se lleva
iras sir*
Santa. ¡Dichoso sayal,
cuyas entretelas son
la seda y brocados tí nos
de favores tan divinosl
Ensánchese el corazón
con tan venturoso estado.
Maístp. ¡Oh mijsica soberana!
^Quién puede ser esla Juana
a quien el ciclo ha cantado
muleles de su venida.*
Santa. Esta la prelada es
dcste convento. — Esos pies
en quien consisce mi vida
bese mi boca.
Abadesa. Señor:
alzad; ^eso habéis de hacer?
Santa. L'na misera mujer
os pide gracia y favor.
Maestu. ,; Vos mujer?
Santa. ' Este disfrax
de mi casa me destierra,
donde el mundo me hizo guerra,
y vengo ¿ buscar la paz. M
A Dios, vuestro esposo, madrc^^
di de mi dueño el renombre:
quiso después, con un hombre,
que me casase, mi padre;
y por último remeaio,
con el vestido que veis,
vengo á que ayuda me deis.
Atrevido na siclo el medio;
mas Dios, que todo lo allana,
los estorbos allanó
que el demonio me ofreció.
Abadesa. ¿Cómo es vuestro nombre?
Santa. Juana.
Maestr. Este es el mismo que el cielo
con regocijos festeja.
Abaüesa. Aunque confusa me deja
y con notable recelo
el veros, hija, llegar
de ese modo, la intenctóa
puesta ya en ejecución,
es digna de ponderar.
El alma me pronostica
las virtudes que encubrís
con queá enriquecer venl
esta casa, que estáis rica
de los bienes celestiales
que en ella son menester.
Hoy os hemo's de poner
las estimadas señales
que Francisco nos dejó
a las esposas de Cristo.
Santa. ¿Cómo el contento resisto?
^Cómo el gozo no salió
a agradecer lamo bien
?or la boca y por los ojos?
a cesaron mis enojos;
cesó mi temor también.
■ ESCENA XVIII
Salen JrAH VAzQVCz, Jvam Matbo jr I
LoA^TB.— Dichas.
Juan. Aquí sin duda ha de estar;
porque en este Monasterio
intentó desde la cuna
ser monja. Permita el cielo
que mi presencia la obligue
á que, mudando deseos,
no me dé triste vejez.
Fdanc. Comadme los dos por muerto
si no quiere ser mi esposa.
Matko. Aquí está en ei traje mesmo
que sospechamos en casa
cuando salió de Toledo.
Jt'AN. jQ^^ ^s cs^o. hija de mis ojos?
Fbanc. Dulce esposa: ¿cómo es esto?
Mateo. Sobrina: ¿así nos dejáis?
Juan. ¿Las canas de un triste vie|o
3ue te dio el ser j la vida
esprecias? El corto tiempo
k
ACTO SEGUNDO
261
que he de vivir, hija Juana,
^es bien que viva muriendo?
No me dio más hijos Dios;
contigo vivia contento;
en ti á tu madre miraba
por ser tu rostro su espefo.
Tú eras, si estaba triste,
mi regalo, mi deseo,
mocedad de mi vejez,
de mi enfermedad remedio.
,:A quién dejaré mi hacienda
si me dejas y te dejo?
Mi muerte es cierta sin ti,
pues vivo porque te veo.
Hija, compañera, madre,
que esto y más contigo tengo,
^tu padre quieres matar?
^este pago será bueno?
ATEO. Sobrina: mirad que Dios
quiere se haga el mandamiento
de ios padres, y que os manda
que le obedezcáis al vuestro.
Casada podéis servirle,
que en el dulce casamiento
del mairimonio mil santos
os pueden servir de ejemplo.
NC. Esposa del alma mía,
reina de mis pensamientos,
mira que yo te di el alma:
por el alma ó por li verigo.
Si mis quejas no te obligan,
si no te ablandan mis ruegos,
en tu presencia he de darme
la muerte, que estoy sin seso.
Mi hacienda, mis padres nobles
están, los brazos abiertos,
aguardándote en lilescas;
¿por qué con tal menosprecio
quieres que mi muerte lloren?
Padre: á Dios por padre tengo;
lío: Dios solo es mi tío;
Dios es mi esposo y mi dueño;
Francisco Loarte: aquí
determino morir; esto
os tengo de responder.
Dios lo quiere y yo lo quiero.
Eso no; no quiere Dios
que i tu mismo padre viejo
mates, siendo tú el verdugo.
Madres: perdonad si os llevo
lo que es mi hacienda por fuerza.
((Juirrt llevarla por futría y LaSaní»
se atraía d las monjas.í
Abadesa.. Señor: resistir ai cielo
es pecado.
Juan. Has de venir,
ó haré locuras y excesos.
Santa. Madres: ¿asi me dejáis?
Mi Dios, mi esposo, si es cierto
que son de los malhechores
sagrado asilo los templos,
¿por qué á mi no han de valerme?
Ln sagrado estoy, ¿qué es esto?
Mi Dios: Iglesia me llamo.
¡Aquí del Rey y del cielo,
que de la Iglesia me sacan!
Francisco: el hábito vuestro
Santa.
L
UAN.
ha de librarme esta vez;
cordón; sed vos mi remedio.
¿No sois vos embajador,
Francisco, de Cristo mesmo,
y el rey de armas de su casa,
pues en vos las suyas vemos?
De casa de embajadores
no sacan á ningún preso;
pues defendedme, Francisco,
que os quiebran los privilegios.
Ma^estr. ¿Hay más virtud en el mundo?
Aradesa. No quiera el piadoso cielo
que de nuestra casa salga
e! tesoro que tenemos.
Mateo. Hermano: volved en vos,
dejad injustos extremos.
Dios por suya á Juana escoge;
Dios quiere ser vuestro yerno.
¿Queréis vos ir contra Dios?
Juan. No sé quién me ablanda el pecho
y su dureza derrite;
pero el amor lodo es fuego.
No quiero á Dios ofender;
suyo es iodo cuanto lengo;
sírvase con todo Dios,
pues ya lo mejor le entrego.
Mi bendición y la suya,
hija, os alcance.
Santa. Ya beso
esos pies, agradecida.
FnANc. ¡Ay, Dios; cuan vanas salieron
mis marchitas esperanzas!
Maestk. Sosegad, señor.
Fbanc, No puedo
ni podré mientras aue viva.
Abadesa. Vamos, hija, y os daremos
el hábito venturoso
de Francisco,
Santa. Mi contento
se cumplió de todo pumo.
Abadesa. Para que se cumpla el vuestro
esperad todos un rato,
y veréis á Juana presto
adornada con las galas
de su desposado eterno.
{Vanse las tres.)
ESCENA XIX
iJicHos, menos L* Santa, La Abadesa y La Massira
OB Novicias.
Juan. Señor Francisco Loarte:
aquí el más sano conseju
es ver que, si Juana os deja,
no es por otro hombre del suelo,
sino por Dios; ya lo veis
las ventajas que os ha hecho
Dios, vuestro competidor.
Fpanc. Dejadme, que no hay consuelo
que mis tormentos aplaque.
Matf.o. ¿Cómo un hombre tan discreto
asi se deja llevar
del tropel de sus deseos?
Franc. No puedo más, que estoy loco.
Pues mi esposa hermosa pierdOi'
l>2
LA SANTA JUANA— PRIMERA PARTE
piérdase con ella todo:
fuera vida, fuera seso;
huyan ios hombres de mi.
Juan. Sosegaos.
FhKtic. Soy el infierno,
¿cómo queréis que sosiegue?
Huid de mí: ¡fuego, fuegol (Vaae.)
ESCENA XX
Dichos, menox Framciico n« Loartb.
Mateo. ¡Qué lásiimal
Juan. Sabe Dios
lo que su desdicha siento;
mas El lo remediará,
pues por su causa se ha hecho.
ESCENA XXI
Saltn La AsADetA, La Macstra dk NorictAt
y La Santa, d« monya.— Díchoi.
Santa. ¡Qué alegre y compuesta salgol
Pedid, padre, á mi contento
albricias; este es brocado;
no es, padre, sayal grosero.
Cristo es ya mi Esposo, lio;
dentro del alma le lengo.
Reina soy, poraue El es Rey;
vos, padre, veréis sus reinos.
Juan. Las lágrimas á ios ojos
salen, mi Juana, al encuentro
para darte el parabién
del nuevo estado.
Santa. |Y qué nuevo!
El alma me ha renovado.
Mateo. De manera me eniernczco
que no puedo hablar de gozo;
mas darte los brazos puedo.
■ Santa. Padre y señor: esto baste,
que estamos perdiendo el tiempo
y reñiráme miEsposo,
porque es celoso en extremo;
ya no soy mía; adiós, padre.
' Abadesa. La grande virtud contemplo
que encierra este serafín.
Maestk. Grandes cosas deila espero.
Santa, Dadme los brazos y adiós.
Juan. ¡Hii'a mia: que le dejol
(Vanit lotdot.)
ESCENA XXII
Dicuus, menot Juan Vázquez y Juak Matbo.
Santa. Bien guardada me dejáis,
en el cielo nos veremos.
Madre Abadesa: si gusta
vuestra caridad, pretendo
dar sólo gracias a Dios
por la merced que me ha hecho.
Abadesa. Su Maestra de Novicias
se la dará.
Makstr. Vuelva luego
al noviciado.
Santa. Sí haré.
Maesth. |Hay tal ángel!
Abadesa. Es un cielo.
(Vantt toM 4ot.)
ESCENA XXIII
La Santa; luego Saüto Domiiioo y Sak Wtumcuot.
Santa. Mi Dios, de casa soy ya;
ya los huéspedes se (ueroQ^
aqui siempre ha de durar
el pan de la boda eterno.
¡Qué dello os he de servir!
iQuc palabras, qué requiebros
os piensa decir el almal
Mas ¡válgame Dios! ¿qué es esto?
Música arriba y aparictnse entrt «aal
nu^MSanio Domingo yS».a Francisco CMÍ
íus Hagas.
S. Franc. ¿Conócesme, hija mía?
Santa. ¿Si estoy en mi? ¿Si no duermo?
Vos sois mi Francisco santo,
á quien por padre obedezco.
Domingo, ¿i yo?
Santa. Sois Santo Domingo,
cuyos pies sagrados beso,
por honra de nuestra España
que dio tal Guzmán al suelo.
Domingo. El gran padre San Francisco,
á quien por hermano tengo,
y yo, Juana, compelimos
con amorosos extremos
sobre cuya hija has de ser;
yo en mi favor alego
que ser mia pretendiste
en mi amado Monasterio
El Real, que ilustra mi nombre
y tanto estima Toledo,
y á quien tan devota fuiste,
Santa.
DOMtNCO.
S-Fkanc.
Esto, mi Juana, no es cierto?
il
n
mi Padre.
Ven.
Pues ¿qué esperas?
Eso no. Padre nuestro;
ella se vino i mi casa,
la posesión suya tengo.
Ya se vistió mi pobreza,
mia es; mas con iodo eso
escoja; en su voluntad
su elección y gusto dejo.
DoMtNGO. Niña: mi hábito recibe;
va ves ios santos que dieron
hoy al mundo de mi Urden;
ya sabes lo que te quiero.
Este escapulario blanco
es de la pureza ejemplo
que á Dios su virginidad
consagra; el hábito negro
es el lulo por el mundo,
pues que para li ya es muerto.
La devoción del Rosario
que ves adornar mi cuello,
de mi Orden es. ¿Qué aguardas?
Paga el amor que te muestro
con lomar mi hábito santa
S.Franc. Juana; aunque el mió es grosero.
ACTO TERCERO
a63
lú escogiste su humildad:
mira cuál te agrada déstos,
que yo gusto de tu gusto,
porque conozco tu pecho.
Divino Predicador:
perdonad si veis que defo
vuestra sagrada blnncura
por estos pobres remiendos,
que, como las cinco IIa;^8S,
aunque pobre, guarnecieron
con sus rubíes el sayal
de Francisco, es ya sin precio.
Dios es mi esposo, Domingo;
si i Dios en Francisco veo,
para estar siempre con Dios
estar con Francisco tengo.
{A ^an Francisco.)
Vos sois mi santo, mi padre,
mi refugio, mi remedio,
mi regalo, mi descanso,
y así vuestro sayal quiero,
ic. Mia ha sido la victoria.
iMiNGO. Yo estos brazos os ofrezco,
mi carísimo Francisco,
en señal del vencimiento.
(Abracante los dos SíaiQ» y tncübrense.)
¡Oh, soberana visión!
Mi llagado, alegre quedo.
Juana, holgaos; alegraos, Juana.
ESCENA XXIV
Satt fa Mabstwa.— La Santa.
Maestc. ¿Hermana?
iiANTA. ¿Madrea
¿Qué es esto?
¿Cómo da voces asi?
Guardará un año silencio,
sin que á más que al confesor
pueda hablar.
Yo la obedezco.
Del oro de su obediencia
probar los quilates quiero.
ACTO TERCERO
ESCENA PRIMERA
Salen La Mabstka db Novicias x-^°'*°>^ María
ErANCBLISTA.
LESTR. Conñeso desta mujer
la TÍrtud más excelente
que puede en un alma haber,
y confieso juntamente
que mi verdugo ha de ser.
¿Ves lo que toda la casa
la quiere? ¿Ves lo que pasa
en su fe, en su mansedumbre?
Todo me da pesadumbre,
todo me inquieta y abrasa.
Su humildad conmigo lidia;
cuanto tü más la celebras
más ine cansa y me fastidia,
porque todas las culebras
me atormentan de la envidia.
Dos años ha que lomó
et hábito, siendo yo,
por mi desdicha, maestra
de las virtudes que muestra,
y en ellas se adelantó
de modo que, por mi daño,
mi pesar cubro y engaño
y en ella á Dios reverencio.
Guardar la mandé silencio,
y ya sabes que en un año
no habló palabra.
EvANGEL. Sí vieses
lo que Dios por ella ha hecho,
yo le digo que no hicieses
esos extremos. Al pecho
de su madre, de dos meses,
la mostró en mil ocasiones
el cielo revelaciones
que te hubieran admirado
a habérselas escuchado
como yo en sus recreaciones.
Desde que nació, los viernes
ayunó; y á quien Dios da
los favores que disciernes,
¿qué daño hacerle podrá
tu pesarP
Maestr. No me gobiernes,
aue es la envidia pestilencia
el seso y de la paciencia
y temo...
EvANGEi.. ¿Qué hay que temer?
Maestu. Que esta Juana me ha de hacer
con su virtud competencia.
Deseo ser A badesa,
como sabes, desta casa.
EvANGEL. Pues ¿de urja recién profesa
que eñ la cocina ahora pasa
su vida, temes?
Maestb. Sí, que esa
mis intentos desvanece,
porque al paso que ella crece,
m¡ esperanza, amiga, mengua;
no sé que tiene en la lengua
que cuando habla me parece
que, á mí pesar, se levanta
con el Monasterio todo
por ser su sencillez lantá
y amarla todas de modo
que ya la tienen por santa
y no estiman mis lisonjas.
EvANOEL.Las virtudes son esponjas
que las voluntades beben.
Maestr. Las suyas temo que aprueben
de tal manera ias monjas
que, aunque me pese, la elijan
por Abadesa después;
mira si es bien que me rijan
mis pesares.
EvANGcL. No les des
ese nombte, ni le aflijan,
que es muy moza para eso.
Maestr. Donde hay santidad y seso
hay vejez.
KvANGEL. Dices verdad.
Maestp. Luego no le falla edad,
aunque es moza.
EvANOEL. Lo confieso:
mas mira que viene aquí.
Makstk. Mis malas entrañas culpo.
EvANúGE.. Que era la envidia lei
de la condición del pulpo,
que se esiá royendo ¿ si.
ESCENA íl
Sale La Santa con un barnMn d* íarro.— Dicbas.
Santa
Ya ha dos años, mi Dios, que entré contenta
en vuestro real palacio por criada;
libros tenéis de cuenta en que la entrada
del que os viene i servir, Señor, se asienta.
Camino es esta vida, el mundo venta;
en ella es bien que quede averiguada
la nuestra, porque al tin de la jornada
sepáis que soy mu)er de buena cuenta.
Después que vuestro pan, mi Cristo, como,
os sirvo en la cocina, y no me ciega
la bajeza y desprecio de este trato,
Porque dice Francisco, el mayordomo,
que quien en vuestra casa platos friega
con Vos se asienta y come en vuestro plato,
Maestu. lAy, sóror Evangelista!
Todo aquello es santo y bueao,
pero para mi es veneno
que entra al alma por la vista.
EvANGEL.Para mi es gloria.
KCm y quitar» ti batreñón)
['Santa. ¡Ay mi Diosl
Cal, y báseme quebrado.
el barreñón... (Ah tiznado...!
(¡Mas que andáis por aquí vos?
EvANOEL, La orza quebró
.Maestk. Quisiera
que el cora/ón se quebrara,
porque quieta me dejara.
EvANúEL. Madre, no diga eso.
Maestk. Espera,
verás lo que hace.
Santa. Pues bien:
,iliade alabarse el tinoso
que ha salido victorioso
de Juanai^ K.so no, mi bien.
,:Queréis que el con vento entienda
lo para poco que soy,
y digan que en él estoy
para queisrarles su hacienda?
t Junté lo$ p*(ia^vt i Hincatt 4t rotliUas )
No, mi Dios, que es el convento
muy pobre. Esposo querido,
aunque lo que agora os pido
declare mi atrevimiento,
á fe que me habéis de dar
mi rota vasija entera,
aquí vuestra esposa espera;
I
Ev ÁNGEL
Maestr.
EVANGKL
Santa.
Maestr.
Santa.
M a ustr .
Santa.
Maestr.
Santa.
Maestr.
Santa.
KVANOEI.
Maestr.
no me veréis levantar
de la orac;ón que os consagro
hasta que os venza su instancia^
que, aunque es de poca importancia
y es bien que cualquier milagro
por grande ocasión se haga.
en cosas pocas. Señor,
se muestra más el amor,
porque de todo se paga.
San Benito, ^no pidió
á vuestro amor excesivo
lesanásedes un cribo
que i su amo romper vio?
Yo, pues, umbién hago alarde
de vuestra piedad divina;
acabad, que la cocina
me aguarda (mi Dios) y es tarde.
[Sale un bamho nuivo tn lugar ii
futhraáo.)
^Has visto lal maravilla?
Di, madre, ¿qué le parece?
Así el cielo favorece
á quien fe sirve y se humilla.
Espántame lo que he visto.
Juana de la Cruz es santa.
¡Lindo amante hacéis m» Crisn
una cosa os he de dar
por merced tan soberana
que yo me sé.
Sóror Juana,
¿dónde va?
Madre, á fr^ar.
¿No quebró ese barreñón?
Pues ¿cómo está entero y sano?
Lo que echó á perder mi mano
sanó Dios en la oración,
que hace milagros por ella
al paso de la esperanza.
Pues qué, ¿tanto, hermana, alcaní
con Dios? Diga, ¿quién es ella
para qu^^ á su intercesión
se haga cosa importante?
Vanagloriosa, arrogante,
ya sé que estas cosas son
hechicerías; ya sé
quién es; álcese; ¿qué llora?
{.Hincase «n tierra ItortuJo
Soy la herencia pecadora;
no se espante si pequé;
déme los pies y perdone.
¿Los pies la habla yode dar?
Hesarc, pues, el lugar
y tierra donde los pone.
(Arta la titrf^
¡Qué humildad tan soberana!
|Ay, sóror Evangelista!
No hay quien mi envidia tesisti.
vamos. iVan$t.)
ESCENA iil
Quédate La Santa pottrada en tierr*.
Santa. <Qué es aquesto, Juana?
¿Qué arrogancia es esta vuestra?
¿Qué altivez y frenesí?
^ actoterckro' 265 ^M
W Mas diréis que no es ansí.
como hablar dé! cada instante ^^^^|
I Pues lo dice la Maestra,
con la gente de su casa. ^^^^|
I verdad es; yo us sacare
Ángel. Esta en que estás le encomienda ^^^B
L la soberbia y hinchazón,
nuestra Reina soberana; ^H
^^^ cuerpo vil y fanfarrón.
tú la has de gobernar, Juana, ^H
^^m ¿ azotes; asi os tendré
tu protección la defienda; ^H
^^^ postrado en este lugar
que después que la pastora ^^^H
1 hasta que la Madre os vea
Inés se dejó vencer ^^^^|
^^m y que sois humilde crea
del mundo, como mujer, ^^^^|
^^m dándoos los pies á besar;
la Reina, nuestra señora, ^^^H
^^" que no es en vos ahora nuevo
á su Mijo soberano ^^^H
W esto de la gloria vana.
pidió que al mundo enviase |^^^H
1 Mas yo os castigaré.
quien su casa gobernase; i^^^H
y su poderosa mano ^H
te crió para este ñn, ^H
^K ESCENA IV
conforme á su Madre dijo ^H
Cristo lu esposo y su Hijo. ^H
1 Lt»antúndala ti A.nCKL ok la Gualda.
Aqui has de hacer un jardín ^H
de plantas, cuya hermosura ^^^H
«GEL. Juana.
la del cielo ha de adornar; ^^^^|
.NTA. lAy Dios, qué hermoso miancebot
ÍBEi.. va Ángel soy de tu guarda
aqui tienes de plantar ^^^H
el votó de ta clausura, ^^^H
P que he venido á consolarte;
que por no guardarle Inés ^^^H
yo propio he de levantarte.
ni sus monjas se perdieron , ^^^H
iNTA. El temor que me acobarda
aunque penitencia hicieron ^^^H
viendo tan grande beldad,
y se salvaron después. ^^^^|
Hoy te harán, Juana, tornera. ^^^^|
Ángel, no me deja hablaros.
porque vuestros rayos claros.
S^NTA, Ángel santo: no hay en mi ^^^^^
esa hermosa majestad
bastantes fuerzas. ^^^H
me ciegan; que de ios pajes
A NO EL. ^^^H
sois vos del Rey, mi señor.
lo quiere Dios; del espera ^^^^|
que con tanto resplandor
ayuda y fuerza segura. ^^^^|
viste á quien tira sus gajes.
Santa. A servirle me provoco, ^^^^|
Dichoso el que asiste allá
que todo se me hace poco ^^^^|
libre de esta confusión;
yendo con Vuestra Hermosura. ^H
si tales los pajes son.
^H
,;aué tal el Señor será?
oHay más extraña belleza.'*
Pues la humana cortesía
ESCENA V H
Sattn Gil tlorando y I.LonRNTK. ^H
llama al señor señoría.
LLORENT.^Un hombre lien de llorar ^H
y al Principe y Rey Alteza;
aunque le den más enojos? ^H
desde hoy mi lengua procura.
Gil. ^No tienen los hombres ojos? ^H
ayo mió venturoso
Llohent. Si, sólo para mirar; ^|
(pues sois tan bello y hermoso),
1 amaros Vuestra Hermosura.
no para que al llanto acudan, ^|
porque no es hombre el que llora. ^|
Gil. No lloran los míos agora, ^H
Este titulo he de daros.
mas no os hat>éis de partir,
Llórente. ^H
que ya no podré vivir,
L1.0RENT. Pues ,;qué hacen? ^H
Ángel mió, sin miraros.
Gil. Sudan. ^|
kiEL. Dios quiere que hables conmigo
Cuando mi Elvira murió ^|
L siempre que hablarme quisieres
(que Dios haya), no lloré, ^|
■ dondequiera que estuvieres.
aunque, como veis, ta amé: ^|
r y coiio á hermano y amigo
porque Con ella expiró ^H
me veas y comuniques.
el recelo que hace guerra ^H
iWTA. ¡tiran favor! Ya nvi paciencia
al que una mujer pcrcura ^H
llevará mejor ia ausencia
guardar; que no está segura ^H
de mi Dios, cuando me expliques
sino es debajo la tierra. ^H
su celestial señorío.
Pero en tan triste ocasión. ^H
porque mis penas reporte
no os espante oue me aflija ^H
de ver cuál está mi hija. ^H
la grandeza de su corle
y su amor, custodio mío.
Llorent. ^Por un mal de corazón ^H
¡Qué gloria que he de leneri
habéis de llorar asi? ^H
¡qué contenta que he Je estar
Gil. Mal de corazón ,;es barro? ^H
iqué del lo os he de tratar!
Si fuera tos ó catarro ^H
Porque no hay gloria y placer
no hubiera tristeza en mi; ^|
para un alma que se abrasa
pero mal de corazón, ^H
en la ausencia de su amante,
^k quién no lastimará? ^H
LA SANTA JUANA— PRIMERA PARTE
Llorent. Si habla siempre que la da
más latines que un sermón,
no es el dolor muy rom.
Gil.. Llórente: ac^ueso me espanta.
Li.oftENT. i'-is vuesa hija estodianla
y habla vascuence y latín,
¿y lloráis? Yo, por ventura
y no pequeña, tuviera
que mi hija latín supiera
j la viera después cura.
Gil-. Afirma el beneficiado
que lien espirites.
Llorent. ¿Cómo?
Gil. Yo por eso pesar tomo.
Llorent. Pues ¿por dónde habrán entrado?
¿por la boca ó por la zaga?
Gil. ¿No tien hartos agujeros
una mujer?
Llorent. |0h, fulleros!
lOsleputol izorriaga
en ellos!
Gil. ¿No habrá un remedio?
Llorent. Echalda una melecina
de miel y de trementina
hirviendo de medio á medio,
y por no verse quemados
por la boca se saldrán.
Si en el infierno los dan
huego con los condenados,
y comen como avestruces
brasas, ¿cómo han de temer
ell agua?
Llorent. Hacelda comer
media docena de cruces
con su calvario, y veréis
cómo se salen huyendo
de la cruz.
Sanarla entiendo
presto. Ya os acordaréis
de Juana, nuesa madrina.
¿La que es monja?
La que espartia.
Todos !a llaman la santa.
Es una mujer divina.
Desque su padre murió,
que habrá un año, no la vi;
yo sé que en viéndome ansí,
pues por su causa me dio
Dios la hija que ya lloro,
que ella me la vuelva sana,
yueriala mucho Juana,
es la niña como un oro.
o ha sido el remedio malo.
Gil, yo os quiero acompañar.
Venid, que la he de llevar
de miel y leche un regalo.
¿Que as! el diablo se zampuza
en un cuerpo? Desde hoy quiero
tapalle el lugar zaguero
con el sayo y caperuza. {Vanst.)
ESCENA VI
Salt L« Santa con las llaves dt portera.
Aunque del coro me aparta
el torno y la portería,
I
bien puede hallarse .Maria'"
entre los brazos de Marta.
El alma contemple y parta
al cielo, pues con Dios priva,
y el cuerpo, que es Marta activa,
trabaje, que no hay lugar
donde á Dios no pueda hallar
la vida contemplativa.
Yo me acuerdo, Jesús mío,
que, ¿ falta de otro lugar,
mí Iglesia era un palomar
cuando estaba con mi tio.
Lo demás es desvario
de perezosos ingratos,
que los más sabrosos ratos
clonde el sentido se arroba
es entre la humilde escoba,
las rodillas y los platos.
No hay tugar que me reporte
á no buscaros. Señor,
porque es piedra ímáo amor
y siempre mira i su norte.
¿No dicen que está la corte
donde está el Rey? De ese modo
á buscaros me acomodo
en cualquier parte, mi Dios,
que todo es corte con vos
pues sois Rey y estáis en todo.
(//a de fiaber um ton
Tornera soy; ahora bien;
entreteneos, alma mía,
pensad que esta portería
es el portal de Belén.
Aquí pastores estén,
aquí el buey, aquí el jumento:
|oh qué lindo nacimiento!
razón es que se celebre.
El torno será el pesebre,
las mantillas mí contento,
aquí la Virgen está;
lay soberana Señora!
mirad que mi Niño llora,
por mis pecados será;
mas José le acallará,
que como le está sujeto
Cristo, le tendrá respeto;
mas Juana, acállale tú.
{Cania y mtneltmn
¡A la mú, Niño, á la mú!
jqué bello que es v perfeto!
No lloréis, yo os haré fíesta.
Niño de infinito nombre,
¿yuién os hizo mal? El hombre.
jOh bellacol iparaéstal
iQué cara, mi Cristo, os cutiUk
su golosina liviana! ^H
Dalde al Niño la manzana ^|
que tan mal provecho os hizo,
que para Dios fué de hechizo,
aunque la comistes sana.
Ea, no haya más, Manuel,
mi Pontífice, mi luz,
juralde al hombre la cruz,
que en cruz moriréis por el.
Mi azucena, mi clavel,
en vos contempla el sentido
i vuestro amor reducido;
J
ACTO TERCERO
grande mi dicha fuera
si en el torno ahora os viera
de veras recién nacido.
( VuHvtse ti lamo, y estará en tí un
Niño Jesús desnudo entre heno y copos de
niep*.}
Pero mi buena fcriuna
lo que deseaba ha visio.
Mi Niño, mi Dios, mi Cristo,
Sol de la Virgen, que es Luna,
^del torno habéis hecho cunaP
Daros mil abrazos quiero,
Pastor, Rey, León, Cordero.
Buena ha estado la invención;
mas ñnezas de amor son,
que siempre fué invencionero.
(Dttaparieest.y
]Qué contenta me dejáisí
¡Qué de favores me hacéis!
iQué dello que me queréis!
iQué dello que lo mosiráisl
Acá os tengo, aunque os me vais;
mas ^qué es esto? La campana
(Tocan una campana,}
toca á alzar; pues, ¿cómo, Juana,
es bien que el ver vuestra vida
en el Altar os lo impida
esta pared inhumana?'
jAy quién pudiera panilla
por ver alzar! [Ah, mi Dios!
todo es fácil para vos.
iMsgast la pared, y detrás esté un cá-
/if con un Niño Jesiis.)
¡Ay Jesús, que maravillad
Ensalzáis á quien se humilla.
(Dichosa la enamorada,
mi Dios, que os sirve y agrada)
Ya se jumó la pared,
y en fe de tanta merced
quedará siempre quebrada
una piedra. Esposo casto:
mucho con vos medro y privo;
mas ¡ayt que es mucho el recibo,
y poco ó ninguno el gasto.
Mucho me dais, y no basto
¿ pagar aun las migajas «
de tan divinas ventajas;
pero, perdonad, Señor,
si, como el mal pagador
después os pagase en pajas. (Kíij«.)
ESCENA Vil
Salen La Abadeí* y La Masitiia.
Abadesa.
:o al sen-icio del Señor conviene;
*adre Provinciaí ha ya Tenido;
licia de la hermana Juana tiene;
' Prelada el convento la ha pedido;
acabo ya mi oficio, pues que viene
■stro Padre á visita, y persuadido
I de la virtud que en ella mora;
duda que la hará mi sucesora.
Maestra.
,iA una mujer que no tiene experiencia,
canas, ni autoridad? No trate de eso
que se me acaba. Madre, la paciencia.
Abadesa.
¿Qué importan canas donde sobra el seso?
La edad que más importa es la prudencia:
ella la tiene, autoridad y peso.
Maestra.
Yo lo pretendo, y se me hace agravio.
Abadesa.
El Padre Provincial es cuerdo y sabio;
él mirará la que es más conveniente
para regirnos.
Maestra.
iQue una hipocresía
se me anteponga así! ¿Que esto consiente
el cielo? \Óh rabiosa envidia mía!
ESCENA VIII
Sal* La Santa. — OtCH as.
Santa.
Madre: al torno ha llamado alguna gente
y entrar á hablarla dice que querría;
que, como no hay clausura en el convento,
siempre quieren entrar.
Maestma.
¿Hay tal tormento?
Presente está quien mientras tenga vida
será mi muerte.
Abadesa.
Su humildad me espanta.
Entren, hermana.
Santa.
Voy.
Maestra.
(V4*«.)
¡Que ésta me impida
ser Abadesal ¿Hay desventura tanta?
Madre: ¿no echa de ver cómo es íingída
toda aquella virtud?
Abadesa.
Juana es ^ran santa;
si lo contrario ven sus ciegos ojos.
es porque son de envidia los antojos.
ESCENA IX
Salen L* Santa, Gil, Lloksntk y otrot
LABKAD0ME5. — OlCKAS.
Gil..
Señora Juana: Gil soy. ¿No se acuerda
de Gil y Elvira, de quien fué madrina?
268
LA SANTA JUANA— PPIMERA PARTE
Maestpa
Voime de aqui que temo no me pierda
la envidia que me abrasa y desatina.
Santa
Nuestra Prelada es ésta, sabia y cuerda;
sín su licencia no soy de hablar digna.
Gil.
Pues ¿cuál es la emperrada?
Llórente.
Aquella vieja.
Santa
La Abadesa es aquesta.
Gil.
^La Abadesa?"
Señora: aquí venimos á ronalla
Jue mos haga merced de dar licencia
Juana para vella y para hablalla.
AsAbESA.
^Hablarla? Como sea en mi presencia.
Llórente.
Pues craro está; que no hemos de llevalla
i Francia.
Gil.
¿Como está su rabanencia?
Santa
Mejor que yo merízco, Gil amigo.
Gil.
Muy frací está, por Dios, también lo digo.
Santa
¡Jesúsl No jure, hermano.
Gil.
Este es mal uso;
¿cómo no me pregunta por Marica,
mi hija.''
Santa
¿Cómo está?
Gil.
Vengo confuso;
ta más salada estaba y mas bonica
de toda hazaña; pero ya rehuso
el vella nadie, porque tien la chica
e^piritos, según dice nueso Cura
que la da con la estola y la conjura.
Aú la guarde tJios que mos los quite
pues que sus oraciones oye, Juana.
Santa
^Yo, hermano? ¿«queso dice?
Gil,
Si permite
mi Marica vuelva á casa sana
os diabros se van al alcrebite
I
donde Pero Botero los batan*
en su caldero, quedaré contento.
Aqu¡ la tengo fuera del convento.
Santa
¿Quién soy yo para hacer cosa tan gru»
Llokente.
Ella puede sacarlos, no hay excusa.
Santa
Soy una grande pecadora.
Gil.
Ande;
que pues llegar aqui Marica rehusa,
los espirites la temen.
Llórente. fl
Madre, mande
que mns haga este bien.
Santa ^|
Estoy confusí^
Abadesa.
En virtud se lo mando de obediencíijfl
Santa
Traigan luego la niña á mi presencia.
ESCENA X
Sacan dos ó tru á una Niüa. como j»orJ
NiSa.
No me lleven allá que pondré fu^o
á todas las esquinas desta casa.
Juanilla de la Cruz, estando ausente,
las ánimas me iiaca de las uñas
y me atormenta más que mil infiernos;
pues ¿qué haré en su presencia?
LABI«At>Oi< 1."
jVeráeldi
que dellü que forceja y refunfuña!
¡Que no os ha de valer, sucio avechuc
Nl.^A.
Dejadme, gente vil, que ei tiempo pierde
quien me intenta mover.
Labkador a.** ^M
|Ay, que menM
Labrador i.**
Medio brazo me lleva de un bocado, j
¿(^ué también come el diabro carne, i
Labrador 3."
Come huevos y leche y no tien bula,
¿y deso os espantáis? ^
Labraook i.* ^
¡Huego en su gula!
i(^
'M
^^^^^ ACTO TERCERO 269 ^1
^^^ Niña.
Niña. ^J
te allegas lú, di. amancebado
Noto exire,vi\ J ua n 1 11 a , ^^M
mujer del herrador? Anoche
in domo mea maneo; haec est mea domus ^^M
yo dónde estabas escondido.
sine me. ^^H
1 vino de l|lesca<. el marido.
.^^1
Labrador 3."
iAho, Llórente! ,;lus dimoños ^^|
di abres se lo dijo?
van cuando son mochachos al estudio? ^^|
Hk Llórente.
' Si es el diabro,
^^1
Sí, que también hay diablos cslodiantcs. ^^|
se lo ha de decir?
Santa ^^|
LABRAnOR a."
Sal, padre de menliras. ^^|
Yo os juro á cribas
^^1
os mire si estáis bajo la cama
ido otra vez. ¡Oh marrullero!
^Polestatem ^^M
i echáis las faltas en la calle?
habes ut me eficias? Accipe higam. \
^ {Dale una higa.) ^^«
Larpadob i."
¡Idiota! ^no me entiendes? ^^|
tos apartáis? Llega y tiralle.
^^1
■ Niña.
Don de lenguas ^^|
a de llegar, bodegonero triste;
me ha dado á mi el señor. ^^H
lllescas á un fraile diste un dia
ialpimenladüs y cocidos
^H
medio el par^ diciendo que eran
Mi poder menguas. ^H
IOS?
^^1
Labrador i."
|Vete al inñerno luego! "^^1
^Las trampas del bodego
Niña. ^^I
!áis á decir? Pues no me llego.
Non che ¡toUo. ^H
Santa
^^^^H
^H
., que yo haré con el ayuda
sposo' Jesús que no os deshonre.
De noche bollos dice que la demos ^H
3sol ^aqu{ estáis?
y saldrá. ^H
Llórente. ^^^|
Niña.
^^^H
Buen espacio nos tenemos. ^H
Déjame^ déjame.
^^H
|^^B| (Echalt al cutlto ti cordón .)
^^^ Santa
^^H
Bollos y tortas le daré, ^^|
'da de mi padre San Francisco
Niña. ^^|
sosegar.
Patraña ^H
NipJa.
sentile una parola, per mea vita, ^H
jAy, que me quema!
mi che voló parlar Chichiliano. ^H
i de la Cruz: quítale presto.
^1
Gil.
Nü debe ser cristiano este demonio. '^H
10 hablaréis, diabro molesto.
Llórente. ^H
Santa
[Cristiano había de ser! ^Ilay diabro alguno ^H
aldito, de aquí!
cristiano? ^H
Gil. ^H
^ Niña.
Pues ^no hay diablos bautizados? ^^|
Ni tú ni el cielo
sodrán echar, que esta es mi casa.
Llórente. ^^|
Asi los llaman. ^^|
Santa
NjÑA. ^H
yai Jesús.
Mi seño lo diabolo ^H
B Niña.
dt Patermo. ^^|
V Eso me abrasa.
Santa ^^|
B Santa
Yo soy Juana, que ruega ^^|
stot
1 SU Esposo divino que permita ^^|
270
LA SANTA JUANA— PRIMERA PARTE
librar el cuerpo dcsta sierva suya;
el cordón de Francisco ha de acaballo.
|Sal fueral
NjSa.
¡A y, que me abrasas, que me quemasl
Yo saldré, mas ¡para éslal vil Juanilla^
que te acuerdes de mi.
Abadesa.
|Gran maravtllal
(Cae U Ñifla en tierra detmafada.)
Santa.
Llevalda: t]ue ya el Ángel condenado
dejó á la niña libre. Gil: llevalda
donde descanse y del desmayo vuelva;
haced después que sea gran cristiana.
(Uivanta.^
Gil.
Dios se lo pague, amén, hermana Juana.
ESCENA XI
Sale Sor, Makí* Evanoblista, La Samta
y La Aiadksa.
Evangelista.
El padre Provincial, Madre, ha venido.
Abadesa.
Hermana Juana, vamos. Espantada
voy de tanta virtud. Vo haré de suerte
que nuestra casa y religiosas rija.
Evangelista.
jOh, quiera Dios que el Provincial la elijal
(Yante.i
ESCENA XII
Salen el Enterador Carlos Qoirto, Doh ALo:fio OK
FoviKCK, Arzobispo d* Toledo, y Francisco Loarte.
Carlos. Paso á Sevilla á la posta
y ser vuestro huésped quise.
Franc. De que los umbrales pise
hoy desta su casa angosta,
vuestra Majestad, se precia
de suene, que la comparo
á tos palacios que Paro
labró á Constantino en Grecia.
En ella otra Menfis pinto,
pues ensalzan sus paredes
las imperiales mercedes
que hoy i a hace Carlos Quinto.
Carlos. Basta, Francisco Loarte,
que ya he visto vuestro amor.
Franc. -Si es propio de ti, señor,
ennoblecer cualquier parte,
no es mucho que hoy me ennoblez-
pues tan adelante pasa [cas,
mi ventura.
Carlos. Es vuestra cas»
de las mejores de Illescas,
Franc.
Carlos.
Franc.
Garlos.
Franc.
Car los.
Franc.
Carlos.
Franc.
FONSECA.
Franc.
FONSKCA,
Carlos.
FoNSECA,
Carlos.
FONSECA
Carlos.
y vos un vasallo leal:
memoria tengo de vos.
Prospere tu vida Dios.
Flaco estáis.
No lo fué el roaj
que me ha tenido á la muerte.
Pues ¿dt qué fué.>
De desvelos;
si de Dios puede haber celos,
del los tuve.
^De qué suerte.^
El día que pretendí
desposarme, se metió
monja mi esposa, y dejó
burlado mi amor. Sentí,
señor, de modo el perdelia.
que ha ya cerca de tres años
que lloro estos desengaños.
¿Era hermosa?
Era muy bella;
pero á su belleza gana
su virtud, porque es de modo»
señor, que este reino todo
la llama la santa Juana.
Esa es Juana de la Cruz;
su patria. Hazaña.
La propia.
Son sus milagros sin copia;
ya me han dado della luz;
dos leguas está de aquí.
¿Quiere vuestra Majestad
ver en una tierna edad
celestiales cosasP
SI.
Noticia tengo (aunque poca)
della.
Lo que es más notable
es que el espíritu hable
de Dios por su misma boca.
Tiene don de profecía
y de lenguas; cuentan cosas
(aunque ciertas) prodigiosas.
Habla griego, algarabía,
y Utin, de La manera
que si se hubiera criado
en cada tierra.
Espantado
estoy; ya verla quisiera.
Partamos luego.
Ya están
prevenidas postas.
Ea,
venid.
Poco sa rodea.
Llamen al Gran Capitán. {Vanu
I
a;
I
I
ESCENA XIII
SaUn La Makstra y Sor ETAKoaiitr
I
Maestr. La envidia el alma me abrasa.
EvANGEL. Ya es sobra de pasión esa.
Maestr. ¿Juana, de casa Abadesa?
¿Juana, prelada de casa, ■
y mis partes, mi gobierno, 1
mi pretensión despreciada?
ACTO TERCEPO
¿Juana, de la Cruz prelada?
|Ay, cielos! En un infierno
estoy de envidia.
No tome,
madre, tan grande pasión.
KSTR. Las telas del corazón
alguna sierpe me come.
tsta es hechicera; en ella
hay, sin duda, nlgún encanto.
¿Por qué el Espíritu Sanio
había de hablar por ella?
¡Cómo finge! Es disparate;
yo sé que está endemoniada
cuando se queda arrobada
cada punto.
¡Que la trate
ansí! iQue eso diga!
Pues,
¿no es el demonio quien habla
tantas lenguas con ouc entabla
sus pretensiones? ¿No ves
el bastante testimonio
que á todas os causa espanto?
No es el Espíritu Santo
quien habla sino el demonio.
ANOEL. Disparate es escucharla. (Vast.)
ESCENA XIV
Mabstka ob Novicias sola.
¿Qué aguardo que no me vengo?
Por el hábito que tengo
que un lazo tengo de armarla
con que, al paso que ha subido,
caiga, siendo menosprecio
del mundo. ¡Ay, intento necio
para el mal siempre atrevido!
¿Quién á despenarme viene?
La envidia, ¿qué bien causó?
Mas como me vengue yo
no importa que me condene. (Vasf.)
ESCENA XV
Saltn La Santa y El Amokl úk la Guarda.
MTA. Ángel santo, ¿yo prelada?
¿Yo de la Cruz Abadesa?
¿Cómo ha de poder llevar
tan gran carga mi flaqueza?
Suplico á Vuestra Hermosura,
pues asiste en la presencia
de Dios, que alcance me quite
la Cruz, que me oprime á cuestas.
¿Yo cuenta de tantas almas
no pudiendo tener cuentas
con la mía? (Llora.)
iGEL. ¿Por qué iloras?
Juana: ¿es esa tu obediencia?
jEs bien que la voluntad
de Dios resistas, que ordena
que gobiernes esta casa?
¿No te crió para ella?
¿No puedo ayudarle yo?
Santa.
Ángel.
271
¿Conmigo ese temor muestras?
¿Es eso lo que me estimas?
No haya mas, Ángel, no sea
lo que quiero; su Hermosura
me anima, conforta, alegra
y me quita mis pesares;
bien es que á Dios obedezca.
Su esposa soy, este anillo
me dio con su mano mesma,
V los desposados suelen
llevar el trabajo á medias.
Pero, decid, Ángel mío,
¿cómo nunca me dais cuenta
de vuestro nombre admirable?
Razón será que le sepa,
pues que somos tan amigos;
decildo, que en la perfeta
amistad, nunca ha de haber
cosa oculta ni encubierta.
San Laurel Áureo es mi nombre;
hizome la mano eterna
de Dios de sus más privados;
dióme gracias tan inmensas,
que el Ángel dei Privilegio
me llaman, y en verme tiemblan
las infernales moradas
que á mi nombie están sujetas.
Yo fui el ángel de la Guarda
de David, rey y profeta;
de San Jorge y San Gregorio,
coluna de nuestra Iglesia.
Mira lo que á Dios le debes,
pues tu guarda me encomienda
y á tales santos te iguala,
Íen tu misma boca y lengua
abla el Espíritu Santo,
y hablará lenguas diversas
por frece años, predicando
su ley divina y excelsa.
Su predicadora te hace.
¡Ay de mi! que he de dar cuenta
de lanías prerrogativas.
Quiera el cielo no me pierda
siendo ingrata á tanto amor.
No harás, porque la clemencia
de tu Esposo y nuestro Rey
te amó ames que nacieras.
Tus subditas vienen, Juana.
Pues ¿cómo sola me deja
Vuestra Hermosura?
No son
dignas que cual tú me vean.
Siempre estoy, Juana, á tu lado.
(Voíc.)
ESCENA XV
Sate la que «ra Abadesa, Sor Evangblista y otraí
dot MoxjAS.— La Santa.
Abadesa. Carísima madre nuestra:
¡qué alegre está vuestra casa
con prelada tan perfeta!
Santa. ¡Ay madre! en las entrañas
os tengo á todas impresas;
gloria á Dios que la clausura
Santa,
Ángel.
p
272 LA SANTA JUANA-
-PRIMERA PARTE ^^^B
ya nuestra casa profesa.
ESCENA XVI ^
Va no hay salir del convenio
SaUn L» Saut* y Eü. A!»oitu db la Gmui»« tm
Itgajo dt papilts, y váteios tfairfo.— na|M
que, aunque es tal nuestra pobreza.
Dios nos la remediará;
dejaldo á su providencia.
Anoel. Las almas del Purgatorio H
Evan<jEL. Madre: una cosa venimos
le dan esas peticiones. ^M
á suplicarla, no sea
porque con tus oraciones V
en vano nuestra rsperanza
su refrigerio es notoria.
por ser la cosa primera
Sus penas tu Esposo aplaca
que sus hijas caras piden.
Santa. Daros el alma qui^iiera
por ti, y á tal favor llegas. ^H
que á los por quien tú Te rue^l
donde os tengo á todas juntas.
de entre sus llamas las saca. ^
Pedid .pedid, norabuena.
Esta es de una que ha veinte añoi
ABADESA. I-as almas del Purgatorio
• que está en su fuego mortal
(después, madre, que por ella
por un pecado venial,
somos tan devotas suyas)
que uno solo hace estos dañota
Esta es de un grande de EspdH
nos causan pena sus penas.
^^^^
I Pues nada la niega el cielo
que pide alivio y consuelo ■
de cuanto le pide y ruega,
)orque eres grande del cielo. ■
^sta es de un hombre de Ha^H
pida á Cristo nos bendiga
nuestros rosarios y cuentas.
y alega que es tu pariente; ^M
y que con su mano propia
en Hn, todas han ya visto ^H
las toque y después conceda
que si es Rey lu Esposo, Cri^H
por su amor é intercesión
eres tú su presidente. 'V
perdones y indulgencias.
Santa. Pues dice Vuestra Hermosura
ToDAü. Madre: no diga Cjue no.
que pof ruegos de su sier» a
Santa. La intención, hi)as, es buena;
de las penas les preserva ^
yo lo comunicaré
que el oro de su fe apura, ^H
con mi Ángel.
á mi Esposo rogaré ^M
EvANGEL. Ya se alegran
por ellas. ^M
nuestros corazones lodos.
Ángel. Cúmplelo así. _ ^M
Santa. ,j Adonde está la Maestra?
Santa. Ningún mériio hay en mi; ^
Abadesa, Én el coro estaba agora.
pero de mi Cristo sé
Santa. Dios, Madre, las dé paciencia;
que es amigo que le rueguen
yo quiero dar bien por mal;
por modos exiraordinarios.
Vicaria quiero que sea
Ángel. Y de los rosarios.
del convenio.
¿qué me respondéis?
EvANüEL. ¡Qué virtud!
An&eu. Que llegaeo
Abadesa. ¿A quien su muerte desea
cuantos tus monjas hallasen.
da el gobierno de su casa?
que hoy los tengo de llevar
Santa. Vayanse, pues, y no pierdan
al cielo, donde ha de dar
: el tiempo; vayanse al coro.
perdones con que se amparen
Abadesa. Quien el dulce rato empica
Cristo (Juana), los mortales,
en la conversación sania
y inmensas prerrogativas.
y doctrina de su lengua
que es de suene lo que privas,
no le pierde.
y tus virtudes son tales.
Santa. Miren que hoy
que tu Esposo soberano
he comulgado, y me inquietan.
cuanto pitias quiere hacer;
' EvANGEL. Este ratico no más
Kl los tiene de tener
habernos de estar con ella.
V bendecir con su mano.
Santa. ¿Qué he de hacer Esposo santo?
Veros quiero y no me dejan.
Santa. [Oh, qué alegres han de estar
mis monjas con tal ventura!
Voz. {Dentro ) Pues yo te llevaré adonde
j Dónde va Vuestra Hermosura
Angbl. Ya te vienen á buscar.
no te inquieten, cara prenda.
[Volando desaparte* Lt Sania.)
y no quiero que me vean
del modo que tú me ves. »>'■«" '
EvANOKL. ¡Que se nos fué nuestra madre!
L Abadesa. Juana santa, madre nuestra,
b~ ^por que nos dejáis asi?
■ Vamos las dos á k iglesia
ESCENA XVÍI
Hall la que era Abaurs* y Sol» lirAiKi«x4«TA
1 y pidamos á su Esposo
La Santa.
^ que á nuestra madre nos vuelva.
EvANüEL. [Soberana maravilla!
Abadesa. Aqui está. Dadme los píes.
Abadesa. jGran milagrol
que ver mis ojos desean.
KvANGLL. iCosa nueva!
EvANGEL.^Asi os vais y nos dejáis.
Abadesa. ¡Dichoso el convenio y casa
madre?
1
que tiene tal Abadesal
Santa. Día de comunión,
^^^^P ACTO TERCERO 273 ^^H
no ha de haber conversación.
gustos que en el alma siento. ^^^H
Hijas: lo que deseáis
Gonzalo Fernández: vus ^^^^ñ
el cielo nos !o ha cumplido;
veréis de Dios el poder ^^^^|
mi esposo bendecir quiere
en una humilde mujer. ^^^H
cuantos rosarios le diere.
G.Capit. Todo lo puede hacer Dios. ^^^H
mi Ángel ha intervenido;
Carlos. Arzobispo: ^han avisado ^^^H
que venimos? ^^^H
buscad muchos y veni
entretanto que yo rue(<o
FoNSECA, Sí, señor. ^^^H
á su Hermosura que luego
^^^^1
los lleve.
^^^^H
iNGEi.. ^Esla larde?
ESCENA XX ^^H
ITA. Sí.
^^^^H
U)ESA.^Hay tal ventura.'' No quede
SáltH la Abadisa, la Maestha, ütanoblista y otr^^^^H
en lodo Cubas rosario
^^^^H
que no venga.
^^^^H
»iA. Extraordinario
EvANGEi . Aquí está el Emperador. (Voa^^^^H
favor mi Cristo us concede.
Abadesa. Mil veces sea bien llegado ^^^^|
;Venluroso el desposorio
vuestra Majestad á honrar ^^^H
donde me ha llegado á dar
t;sta casa, que ennoblece ^^^H
Dios tantol Voy á rogar
con su vista. <Tod(u de rudiilat.t ^H
por las que en el Purgatoriu,
CIARLOS. Bien parece, ^H
siendo mejores que yo.
hasta en el modo de hablar, ^H
de mi intercesión se valen. {Va>.e.)
la virtud que aquí se encierra ^H
M3ESA. ¿Qué mercedes hay que igualen
y que es de Dios este celo. ^H
Levantaos, Madres, del suelo. ^H
¿ las que el cielo nos dio?
Abadesa. Señor. ^H
Carlos. Alzaos de la tierra. ^H
^B ESCENA XVIll
Abadesa. Dénos, pues, la santa mano, ^H
^^F
primado grande de España. ^H
Sml« la MAbSTMA.— Dichas, menos 1.a Santa.
por quien más alegre baña ^H
Tajo el muro toledano, ^H
>EST». Madre: el Emperador
de quien sois prelado y padre. ^H
y Arzobispo de Toledo
FoNSECA. A la posta el César viene ^H
están en casa; no puedo
por el deseo que tiene ^H
hablar de envidia y dolor; '
de ver hoy á vuestra Madre. ^H
á ver la Abadesa vienen.
Haced cómo pueda vella ^H
AOESA. ¡Válgame Dios! ¿Aquí están?
y avisalda. ^H
fSTR. También el Gran Capitán.
Abadesa. Ya lo está; ^H
/^NCEL. Si el tiempo nos entretienen
mas, ¿cómo, señor, saldrá, ^H
y la ocasión se nos pasa
si está el espíritu en ella ^^^H
del bien que nos hace el ciclo
de Dios, que su lengua toca, ^^^^^
con los rosarios, recelo
dejándola transportada, ^^^H
no se pierda.
sin sciuido y elevada? ^^^H
AOESA. Si está en casa
Cahlus, Su devoción me provoca, ^^^^H
el Cesar, haga traer
y de esa suerte deseo ^^^^|
los rosarios del tugar,
^^^H
que yo iré luego á juntar
Abadesa. Bien, señor, podéis. ^H
las monjas para irle á ver
(Descubren una cortina, Y d LiiS«nt.i dr ^H
y recibir entretanto
rodillas arrobada.) ^H
al Emperador.
Fonseca. iQué de mercedes que hacéis, ^M
A NOEL. Bien dice. (Vast.)
Señor, al humildel ^H
k£STP. iQue hasta el César autorice
Carlos. Hoy veo ^H
i Juanal ^Esio no es encamo?
la vanidad en que fundo ^H
lADESA. Avisen á la tornera
de mis reinos las grandezas. ^H
que abra la portería.
jQué importan honras, riquezas, ^H
la corona, el cetro, el mundo ^H
íest». Miente quien niega y porfía
que Juana no es hechicera. {Vanst.)
ni la púrpura imperial ^H
que cause soberbia tanta, ^H
^B
si con Dios se nos levanta ^H
^B ESCENA XI.X
un remendado sayal? ^H
^■^
Hincad todos en ¡a tierra ^^^^M
fattH (1 EMriRAOoa, Arzobispo y GiunCapitAn.
las rodillas. ^^^^|
G.Capit. No han podido ^^^H
msECA. Este es (señor) el convenio
[todos] cuantos han querido ^^^H
donde está la santa.
vencerme, haciéndome guerra, ^^^H
*LOS. Aquí
ni sus bélicos despojos ^^^H
hoy, don Alonso, adquirí
ablandarme el corazón, ^^^M
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO II
|8 ^^H
374
Carlos.
G. CAPrr.
Santa.
LA SANTA JUANA— PRIMERA PARTE
Y saca en esla ocasión
una mu)er de mis ojos
el agua, que nunca han vislo.
i£stas si, Gran Capitán,
son hazañas.
¿Qué no harán,
señor, soldados de Cristo?
Hijo Carlos, por quien crece
en el mundo la ley santa
de mi iglesia (pues la aumentan
tus nunca vencidas armas),
oye atento lo que dice
el mismo Dios (que es quien habla
y rige agora la lengua
de Juana, mi coposa cara):
»Yo ioy la tercer persona
de la Trinidad beata,
que en tres supuestos distintos
es un Dios y una substancia.
fcin pago del santo celo
con que nuestro nümbrc ensalzas,
hasta las indias remotas,
que en cíelo conviene á lüspaña,
te prometo de ayudarte
lanto, que jamás tu Tama
borre e! tiempo ni el olvido.
Vencerás en Alemania
los escuadrones soberbios
del sajón que ic amenaza,
pervertido con la scia
de Lulero, cual él falsa.
Pondrán tus leyes su yugo
en la cerviz indomada
de Flandcs, que ic bacc guerra
sin advertir que es tu patria;
tendrá á tu buena fortuna,
y no imitadas hazañas,
ial miedo el turco feroz
que, volviendo las espaldas
la otomana multitud,
fiisarán después tus plantas
as lunas que enarboló
la potencia Solimana,
Roma le abrirá sus puertas;
Milán, Ñapóles y Francia
conocerán tus Vitorias,
y las cercas africanas
de Túnez le llamarán,
á su pesar, su Muntrca,
dándole el Rey que quisieres
y él á li tributo y parias.
Y para que eches el sello
con U más heroica hazaña,
por la milicia divina,
dejando la que es mundana,
renunciarás en Kilipo,
hijo de mi iglesia amada,
los reinos, púrpura y globo,
y en Yuste verá tu España
que las honras que ganaste
las pisas, porque son vanas,
pues si es mucho el adquirirlas
mucho más el despreciarlas.
A ti, Gonzalo Fernández,
Gran Capitán, que en Italia
dejaste en bronce esculpidos
los blasones de tus armas,
I
por tu católico celo
el nombre que á tu prosapia
dejas de Córdoba, haré
famoso, honrando tu ca^a.
El espíritu de Dios,
que por la boca de Juana
os habla, agora os bendice.»
{Échales la bendición y corren U ;
tína.t
Carlos. ^Quién no se admira y espanta?
¡Dichosa casa mil veces,
y yo dichoso otras lanías,
que tal maravilla he vistol
G. Capit. Derretida llevo el alma.
Cabios. Avisadme. Tesorero,
para que limosna haga
á esta casa.
FoNSECA. Yo la dov ,
por ser su pobreza tama,
el beneficio de Cubas.
Abadesa. Tu largue/a nos ampara.
G. Capit. Yo la doy quinientos mil
maravedís.
Abaubsa. tsos bastan
para que un cuarto labremos.
Garios. Vamos, ¡ay, divina Juanal
si á lispaña las armas honran,
hónrelo también tal Santa. iVaiuM]
ESCENA XXI
Quépanse las Mokjas y sale Sor RrAHi.et.tsrA.
EvANLiEL. 1 Madres, albricias! Ya ha vuelta
nuestra dichosa Prelada
del éxtasis, y la he dado
cuentas, rosarios y sartas
en gran copian aqui las tiene
encerradas en esta arca,
(Saca una arquilla |
y de)ándome la llave
está en su celda postrada
pidiendo á Dios las bendiga.
Abadesa. Todo cuanlo quiere alcanza
de su Esposo.
EvANGEL. Esta es la hora
que ya el Ángel de su guarda
al cielo las ha subido.
Abauesa. Abramos agora ti arca;
veamos si están aqui
las cuentas. (Abren.)
EvANOEL. Aquí no hay nada;
pues nadie ta arquilla ha abicrtu.
Abaürsa. Penetróla quien las saca,
que lodo lo puede Dios
y por él su esposa santa.
Vamos á ver nuestra madre;
hermana: vuelva á cerrarla.
¡Qué no me dejes, envidia!
¿No viene, madre Vicaria.* {Vantt
I
I
Mafstr.
Abadesa
ESCENA XXII
SaU La Saxta.
Santa,
I
Esposo de inmenso nombré,
iqué importuna soy! ¿No os cansí
ACTO TERCKRO
que (JN pidor* Pero no,
que leñéis las manos largas;
el ver bundiías sus cuentas
lodas mis monjas aguardan;
haceldas esia merced.
KSCENA XXIII
Salen tas Monjas. — La Santa.
jAUEsA. Aquí está; lleguen hermanas,
y hablémosla. Mas <qué es esio?
( Todas de raditlat^iuena música, ábrete
una apariencia de la Gloria, ('risto, sen-
tado tn un Iruno, el ÁnK«l de rodillas
dándole las rosarios y muchos ángeles
alrededor.)
Autor eterno de gracia:
estos rosarios suplica
vuestra esposa y lierna Juana
que bendigáis. { ))
{Échatot Cristi) la bendición. i
l,DESA.¿No le ha visto echar, hermana,
á Cristo la bendición?
kttOKt. Miro maravillas tantas
que no sé si estoy dispicrta.
lEncübrese la Gloria y baja el A^ncl }
knESA.¿No ve cómo el 1\ngel baja
y los rosarios la ofrece?
A. ¡Oh, cuánto debe mi alma,
Ángel, á Vuestra Hermosura!
£L. A estos rosarios, Juana,
Falta el resto del verto.
ha ciincedido tu esposo
los privilegios y gracias
que tienen los A gnus Üei.
Quien rezare en ellos saca
de penas de Purgatorio
cada dia muchas almas,
y gana tantos perdones
como hay hojas, flores, plantas
media legua alrededor
deslc monasterio y casa,
y las indulgencias propias
de Asís, famosa en Italia.
Saldrán los demonios luego
de los cuerpos con tocarlas;
librarán de enfermedades
torbellinos y borrascas.
La misma virtud tendrán
las cuentas á estas tocadas;
lodo lo concede Cristo,
con tal que las que da el '*apa
se estimen como es razón.
Ven, esposa suberana,
adonde tu esposo veas.
(Vuélvese un torno y desaparecen.)
EvANOKL. Llcvósela transportada.
Abadesa. ;Uh, milagrosa mujer!
Son tus maravillas tantas,
que no hay lengua que la^ cucntt;
para alabarte éstas bastan,
(Sale uno que acaba la comedía.)
En la segunda comedia,
el autor, senado, os guarda
to que falta desta historia;
suplid agora sus faltas.
SEGUNDA PARTI^: DE LA SANTA JUAl
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
Cbist«?.
La Santa Juana,
El ANGKL ÜB la GlfARDA.
San Antonio ue Padoa.
Kt. Niño JEsrs.
San I'-rancisco.
CftlNTO CHUCÍFICAtK».
Sóror Evangelista.
I'nas Monjas.
Menga.
Mari Pascuai a.
Carlos V, Emperador.
DüN JuRoE.
LiLLO.
Crespo.
MlNOO.
Berrueco. ^
xMlNGO,
Un Paje.
Otra gente.
Pastores ( i ).
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
Música, y talen la Sakth y el Xttcni. arriba, que ya
tiafando hasta la mitad del tablado, y la Santa
iubirndn del al nmino tiempo, hasta emparejar loi
dos, y entonces cesa la música.
Anüel.
Esposa cara del Monarca eterno,
contra cuyo poder no prevalecen
las puertas tristes del Tartáreo infierno;
las entrañas de Dios que se enternecen
con el aj4ua sabrosa de tu llamo
remedio al mundo por tu ruego ofrecen;
delante de su aliar, tálamo santo,
llorando estabas el estrago horrible
que al mundo anuncia contusión y espanto
por la ponzoña del dragón terrible
de las siete cabezas que en Sajorna
mega la ley católica infalible.
Llorabas que con falsa ceremonia
y hipócrita apariencia, el vil Lulero
imitase á Nembrot en Babilonia,
y que el rebaño del Pastor cordero,
este lobo> en oveja disfrazado,
despedazase con esiri.go fiero.
Llorabas que se hubiese dilatado
su blasfema y pestífera dotrina
por Alemania y su imperial estado,
y que, cuai de la máquina divina,
derribó la tercer parte de estrellas
la angélica soberbia serpentina,
este Anticristo austral, las leyes bdlts
de la alemana Iglesia derribase,
asolando la mies de Dios con ellas.
Lloras el ver que tanto cáncer pase
tan adelante y su infernal blasfemia
que lo mejor de vuestra Europa abrase^'
El católico reino de Bohemia
la verdadera ley de Dios destierra,
y al apóstala falso sirve y premia.
Flandes le sigue ya, y fngalaterra
sus desatinos tiene por ganancia,
desamparando á Dios su gente y tierra.
Polonia, Hungría y la cristiana' Francitj
(1) Tnterviencfl «demás li Vicakia y U A»Ai>k&A.
ACTO PBrMEBO
frenéticas aprueban los errores
que el vicio trajo al mundo y la ignorancia;
por esto lloras, y es razón que llores
ida tan notable.
Santa.
¡Ay, Ángel mío!
Comprando Dios á costa de dolores
las almas con su sangre redimidas,
^tantas se han de perder costando tanto?
he tres parles del mundo están perdidas
las dos, porque .Asia y África no adoran
sino de Agar las leyes pervertidas;
los más la luz de la verdad ignoran,
y perdido el camino verdadero,
a) despeñarse sin remedio lloran,
pues sí agora el apóstata Lutcro
este rincón de nuestra Europa abrasa
con la doctrina falsa y el acero;
si á Europa, que es columna fume y basa
de nuestra militante Monarquía,
los limites que Dios la puso pasa,
^quién duda que la bárbara herejía
Je mar á mar ensanchará el imperio
que tuvo antes la ciega idolatría?'
No permita mi Dios que en cautiverio
tenga á su pueblo el condenado Rgipto
ni pase la verdad tal vituperio.
Bien sé que este rigor es por delito
de mis culpas, que son merecedoras
de un castigo inmortal, Ángel bendito;
pero pagúelo yo.
Ángel.
Por ver que lloras
con tanto afecto, Dios, por el estado
de la Iglesia y su ley que humilde adoras,
desde aquí, Juana Santa, me ha mandado
que te venga á enseñar el fértil frute
que en las Indias Kspaña al cielo ha dado.
{Van subitHiío /of dos hasta el un ángulo tufitrior,
y descúbrete en un nícAu ittl una esiaiiiit lit dun
llernaado r.urlés, yieju, armaiio á la antigua, con
baslrin y un muntíu dl'is pies.)
Si un pequeño rincón paga tributo
en Europa á Lulero, pervertido
por la ambición, que le hace disoluto,
un nuevo mundo rico y extendido
ha descubierto la romana barca
que al yugo de la Cruz está rendido.
Mira al pesar (i) del bárbaro hercsiarca
«te nuevo Alejandro que conquista
el orbe indiano al español monarca.
Don Hernando Cortés (con cuya vista
se alegra el mar del Norte), es éste, Juana,
digno de que sea yo su coronista.
Por él se extiende nuestra ley cristiana
por inñnitas leguas, y al bautismo
regiones inauditas vence y gana.
Kste es quien pasa el fluctuoso abismo
que márgenes de plata y oro baña,
y para eternizar su nombre mismo
i vuestra España da otra Nueva España,
muerte á la idolatría, almas al cielo,
y i su linaje una inmortal hazaña.
(I) Claro es qu« «Jebe leerse á petar.
Santa.
Ya. soberano Ángel me consueto
viendo lo que la ley de Dios se extiende
y que le adora tan remoto suelo.
¡Oh, ilustre capitán! Si el tiempo ofende
la memoria de hazañas íntinitas,
defienda Dios la luya, pues defiende
su ley tu brazo y las colunas quitas
del estrecho de Cádiz, por ponellas
en tierras y naciones inauditas.
Esculpa el mundo lu renombre en ellas,
pues á la iglesia das el Occidente
y el cielo pueblas otra vez de estrellas.
{Pasan los dos p<ir tí aire al otni ángulo Jet tabla-
do y en ti enséñale una estatua de dua Alonso de M-
tmrqMcrqüc, yíefo, 4 lo portugués antiffuo, con otro
mundo á lo9 pttt. y bastón.)
Angei..
Vuelve agora los oíos al Oriente
y verás la nación del griego Luso
y las hazañas de su ilustre gente.
Este fiel capitán las quinas puso
desde el \tianie monte al mar Bermejo,
á pesar del idólatra confuso.
.Mira en aquellas canas el consejo
y el valor de la fe en aquella espada,
que en uno y otro fué español espejo.
Por él ha vuelto nuestra ley sagrada
¿ hacer que en .Asia el bárbaro se asombre
viendo en ella su iglesia restaurada.
Santa.
Ángel; ^quién es tan milagroso hombre?
Ángel.
Alonso de Atburquerque, lusitano,
q^ue de Magno ganó fama y renombre.
Lsie, venciendo al moro y al pagano,
al etiope torpe, al ciego persa,
la Cruz dilata con valor cristiano.
Si gente, pues, tan bárbara y diversa
en América y Asia á Dios adora,
^qué importa que la herética perversa
contra el cielo publique guerra agora,
si por una provincia sola gana
dos mundos cuyas almas atesora?
Santa.
¡Oh nobleza católica y cristiana
de Portugal! ¡Oh célebre Castilla!
¡Viva la ley de Cristo soberana!
Alegre estoy de ver tal maravilla.
Angkl.
Aunque el Bey don Manuel dichoso tiene
la lusitana y invencible silla,
ya el tiempo deseado á España viene
en que se junten los castillos de oro
con las sagradas quinas; ya conviene
quedando al cielo un Sebastián el moro,
goce en España el Salomón segundo
con Portugal un orbe lleno de oro.
{fíajan un poco y en la mitad del teatro dtscübrt-
se otra estatua dt Filipo segundo, t»ie)o,con dos mun-
dos d sus pies.}
27»
LA SANTA JUANA— SEGUNDA PARTE
Ya el César Carlos quiolo ha dado si mundo
un Filipo primero, que el primero
de quien nació Alejandro, aunque es segundo.
Su ilustre imagen enseñarle quiero
del modo que en edad grave y madura
en oro ha de volver la edad de aceru.
Aquí la cristiandad está segura;
la justicia en su punto y la prudencia,
Santa.
Su gravedad deleita y compostura,
respeto pone su real presencia.
Angsl.
Dos mundos á sus pies sujeta el cielo,
y cada cual su nombre reverencia;
enjuga, pues, el llanto y desconsuelo,
pues que tan dilatada, Juana, has visto
la ley divina que respeta el cielo,
que si el .Sajón, apóstata anticrisio,
la potestad del cielo á Koma niega,
y á quien es en su silla vice-Cristo,
y con malicia y pertinacia ciega
jas indulgencias de las cuentas sanias
contradice y blasfemias loco alega,
por eso Dios ha dado gracias lanlas
á las sagradas cuentas que su hijo
10 dio, con que su ceguedad quebrantas;
para contradecirle las bendijo.
V en le de que el rosario santo aprueba
que el sacrilego fiero contradijo,
un árbol ha nacido y planta nueva
en la isla de Irlanda en este instante
que en vez de fruta mil rosarios lleva.
Jamás el mundo vio su semejante;
nació y creció en un punto, convenciendo
al pueblo pervertido y ignorante;
de sus ramas las cuentas están viendo,
que como de las parras los racimos,
en fe de lá Fe sania están pendiendo.
(Dexcúbrete un árbol lltno <l* rosariot arriba.)
Aqueste el árbol es,
Santa.
¡Qué merecimos
en nuestros tiempos ver, rosarios santos,
el árbol de quien sois frutos opimos!
Celebre el cielo con alegres cantos
hazaña tan ilustre y portentosa,
pues tal consuelo dais ¿ nuestros llantos.
Anoei-.
Desta suerte la mano poderosa
de Dios castiga, y desta suerte sana.
{Bajan potando al tablado.)
Santa.
¿Qué merecí, señor, ser vuestra esposa?
Ángel.
Carlos quinto ha venido á verte, Juana.
Santa.
¿Adonde, pues, se va Vuestra Hermosura?
Anoel.
Contigo quedo: ¡oh vista soberana,
gran consuelo, gran suerte, gran ventura
{Sale volando el Aoget, lodo st encubr
ESCENA II
Salen el
míenlo,
Lii.i.o.
Santa.
Carlos.
Kmpbuador Caklos Quixto y acompéUé'
y Don Joiir.K, dtl /lábitu de Santiago, f
Santa.
Cabios.
Señor: ,;oira vez honráis
esta vuestra humilde casa?
Si vos, madre, en ella esiiis,
(iquién por vuestras puertas pasa
sin que vos le bendigáis?
Soy yo muy devoto vuestro.
y así lo que os quiero muestre
A lo menos sois, señor,
de la cristiandad favor,
y por eso lo sois nuestro.
La guerra, madre, publico
contia el hereje que ampara
el Duque Juan Federico
de Sajonía y se declara
contra el Imperio. Es muy ricttj
y poderoso, y también
3uiere el Lanzgrave de Hesén
efender las falsedades
de Lulero y cien ciudades
rebeldes; pero aunque estén
tan poderosos, entiendo
de la verdad que defiendo
que el áspid lie de pisar
y el basilisco, y quitar
del mundo este monstruo horr
Por esto antes de partirme,
madre, en tan ardua ocasión,
de vos vengo á despedirme,
porque vuestra bendición
nuestras victorias contírme,
Santa. Id, columna de la Fe.
gloria del nombre español.
que, porque viioria os dé,
haléis que detenga el sol
su curso cual Josué.
Kl rebelado alemán
y el flamenco os labrarán
estatuas de bronce y oro,
vencido en Tiinez el moro
como en Buda Solimán.
De vuestra parte tenéis
á nios, pues, por varios modos^^
por que inás fama cobréis,
en Vusté, vencidos todos,
i vos mismo os vcjceréis.
El cíelo os dé su favor,
pues que sois su defensor
y desios reimis espejo.
Caplos. Con grande cuidado dejo,
madre, ya al Gobernador
de España y encomendada
esta casa.
Santa. Siempre ha sido
de su valor amparada.
k
1
^P ACtÓ PRIMERO 379 ^M
Yo esioy muy agradecido
|Par Dios, que es linda la ñemal ^H
por veros siempre ocupada
A un Fray Guarin le redujo. ,^^^^|
en encomendarme á Dios,
JoRGK. Malo soy para cartujo ^^^^|
pues, ayudándome vos,
y locú en seguir mi tema. .^^^^|
Verdad es que estoy casado; ^^^^|
bien á España regiré.
y muy seguro podré
pero ¿por eso he de estar ^^^H
partirme. Adiós, madre, adiós:
privado de otro manjar? ^^^H
y advenid también que queda
LiLLO. Cocido come y asado ^^^^|
don Jorge muy encargado
quien tiene caudal, señor, ^^^^|
que os acuda en cuaniu pueda.
y también puede un marido, ^^^H
Aquesta villa le he dado,
si el mairiinonio es cocido, ^^|
con otras muchas que hereda,
dar vueltas al asador ^^^^|
y con tan noble vecino,
y alcanzar de una perdiz ^^^^H
que enriquecerá imagino
las dos pechugas. ^^^^|
esta casa y posesión.
JoDOE. Bien dices. ^^^^|
que es don Jorge de Aragón»
LiLLO. Son las villanas, perdices ^^^^|
madre Juana, mi sobrino.
que no ofenden la nariz, ^^^^|
IGE.
Soy tu hechura.
porque huelen á tomillo, ^^^^H
RLOS.
iHaccr alarde
y el tercero es el trinchante ^^^H
del valor que vive en vos.
que se las pone delante. ^^^^|
I
y vamos de aquí, que es larde.
JoKi.K. Pues mi trinchante eres, Lillo, ^^^H
Madre: encomendadme á Dios.
caza y parte. ^H
KTA.
E\ ns de Vitoria y guarde.
LiLi.o. ¡Bueno es eso! ^H
{Vase Li Santa por una purria.)
Lo mejor le comerás, ^H
y dándome lo demás ^^^H
dirás: róete ese hueso. ^^^^H
ESCENA III
Jo)<riF.. Hermosas labradorcillas ^^^H
hay en Cubas. ^^^H
I/irse
por la otra acompasan Jo al Emi-ukhadok,
Lillo. Kncubailas ^^^^|
'
l>OM Josas s« vuÉltte áét y U diet:
si te agradan, ó alcanzallas. ^^^^|
Joros. Lillo: hermosuras sencillas ^^^H
! ARLOS.
¿Dónde vais?
entre tosca frisa y paño ^^^H
OBOE.
A acompañar
son las que busco y codicio, ^^^^|
á vuestra Majestad voy.
que siempre del artiticio ^^^^H
JARLOS.
Quedaos, don Jorge, á tomar
dicen que se hizo et engaño. ^^^^H
Da al diablo tanto tocado, ^^^^H
de los lugares que os doy
la posesión y á gozar
tanta seda y guarnición, ^^^^H
el nuevo y alegre estado,
que estáis recién desposado.
gigantes que en procesión ^^^^|
son paja y visten brocado. ^^^^H
Mas sírvaos el casamiento
Lillo. Nunca de esas hago cuenta, ^^^H
de más sosiego y asiento
porque ya es cosa sabida ^^|
que hasta ahora habéts mosir.ido.
que carne que está sentida ^H
que habéis sido muy traviusn;
la disfrazan con pimienta. ^H
V pues ya tenéis edad.
Enfádame la mujer ^H
si con ella viene el seso.
que gasta galas sin suma, ^^|
pasen con la mocedad
porque ave de mucha pluma ^H
las locuras.
tiene poco que comer. ^H
opiir.
Tus pies beso
Llega, que si te regala ^^|
y serle otro te prometo.
el donaire labrador, ^H
I* RLOS.
Quedaos, pues, y sed discreto.
siendo de Cubas señor ^H
loRGE.
Prospere lu vida' Dios.
cobrar pueden alcabalas, ^H
Iarlos.
Enojaréme con vos.
sin cortesanos trabajos, ^H
L
don Jorge, si andáis inquieío.
de sus ninfas tus deseos, ^H
|_
{Vamt.)
pues si damas son rodeos ^H
abradoras son atajos. ^H
^K
P
ESCENA IV
JriROR. A medida vino á hallarte ^H
mi amor de su gusto. ^H
[
Quedan Don Jouub y Lilio.
LiLLo. Fui ^H
hurón un tiempo ó neblí. ^H
in.Lo.
Dile que dónde predica
Jorcif:. ¿De quién? ^^|
li
mañana su Majestad.
L1LL0. De Francisco Loarte ^^^H
Joros.
En vano á la voluntad
en lllescas, que perdido ^^^H
.
desbocada el fren^- aplica
por esta santa mujer ^^^H
1
por que no curra veloz.
que agora acabas de ver ^^^^^H
Mllo.
.jAI gato pone maneotas?
pretendió ser su marido: ^^^^|
1
Dile que las liene rotas,
pero como se acogió ^^^^H
L
y si llega dale coz.
ijidelitim, de su tierra ^^^^|
^B 280
LA SANTA JUANA-
—SEGUNDA PARTE ^^^^^
^^^H
se fué á Flandes á la guena
y el barbero Herrán Bermejo, I
^^^^H
y sin amo me dejó;
entramos hoy en Concejo ^J
^^^^B
mas entrándole i servir
á tomaros por señor, ^M
^^^^
lodo en ti lo vine á hallar.
y pues tomado os habernos, ^
■ JORÚE.
^•Qué tiesta es esta?
en volviendo á entrar los dos...
^^^ LiLLO.
El lunar
pero, ¿qué os importa á vos
B
que úsale á recibir.
de que entremos ó no entremos? i
A ser nueso dueño entráis,
y por ahorrar escritura.
^^
ESCENA V
tal os dé Dios la ventura
como nos la deseáis.
H Salen CKHsro y MtíeGo, Atcal4ts: Bbkrvrco, Mari
Todos.
Amén.
^B Pascuala, Menoa )' Músicos Labradorm.
Jorgb..
Sois muy elocuente;
^B
dado me habéis gran contenió;
H MÚSICOS.
(Cantan.) El Comendador,
bien habláis.
■
bendiga vos Dios.
Crespo.
Yo s6 un jumento
■ Mis. i."
La Virgen de II leseas...
no quitando lo presente.
■ MC's. 2."
Señor San Antón...
Jorge.
,iEs vuestra hija esta zagala?
■ Tuoos.
Pues venís á Cubas...
Crespo.
¡Qué presto que la atisbo!
■ Mi's. a."
El Comendador...
Berruec
. Yo só su padre.
■ M6s. !.<>
A ser nuevo dueño...
Jorge.
jVos?
■ MC:s. a."
Bendiga vos Dios.
Bebfuec
Yo.
■ M/is. i.o
La Virgen de Jllescas...
Jorge.
¡Buena cara!
■ MÓS. 2."
Vos dé bendición...
Crespo.
No era mala
m M6s. 1."
El cirio pascual...
para vuesa señoría
■ Mus. 3.°
Señor San .Vnlón...
si podiera ser su igual.
H Touos.
El Comendador.
Jorge.
,;Llaniáisos?
■ M6s. 1.*
La vuesa esposica...
Mari.
Mari Pascual.
m Mr i. 3°
Os para un garzón...
Jorge.
Mucho me agradáis, María.
■ Mi s. t.°
Como un Holofernes...
Mari.
Por muchos años y buenos.
■ Mi'.s. a.»
Como un Salomón...
Jorge.
Vamos.
■ Mi's. I.*
Que vaya á )a guerra...
L1M.0.
¿Agrádate*
■ S\(s. 2."
Y de dos en dos...
Jorge.
SI.
■ MTs. 1.*
Prenda los nvoricos...
LiLLO.
Echóla calza.
■ Mus. a."
Que en Sansueña son...
Jorge.
Vení.
H Todos.
El Comendador.
la de los ojos morenos. (Vanit lotimi
H Bkhpuec
.Agora habéis de llegar
y helle una remenencia.
B Mingo.
Dios mantenga á su Cubencia.
ESCENA VI
H BBP8UEC
.¿Cubencia?
^No ha de mandaí
H MlNOO.
Dichos, mtnos Dow Joros y Mari P*íco*i*. i
H BexHl/KiT.
B MlNOO.
á Cubas?
Si.
Pues bien puede
Mingo.
Golosmero me paresce
el Comendador. Alcalde;
si se os pegare, ojeaide
de la moza.
Si en sus trece
llamarse Cubencia. i
A Crespo.
^m Mingo.
Sí.
Los dos venimos aquí
ambos á dos (sin que quede
de todos cuatro costados
quien no venga con los dos,
porque, en fin, los dos. par Dios.
Crespo.
se está, en casa hay sana amores
que del alma los arranca,
porque entre otras habrá iranct
para los Comendadores. ( va n k ii>ii»J
^B
somos hogaño empalados >.
J
^B
Venimos á recebiüo
ESCENA VII i
^»^^
por oueso dueño á compás.
1
^^^^L
y porque no es para más
ííaltn tú Vicaria, Sorsr Bvamoiuvta y otra Um^
^^^^p
guarde os Dios. Porte un cuartillo.
^^^ Jorge.
¡Gracioso recibimieniot
Vicaria.
Madres: bien puede ser sinti.
B MlNOO.
Llegad vos.
pero no lo he de creer;
B| Crkspü.
¿Llegaré?
privarla tengo de hacer
H MlN<,().
Sí.
del oficio.
H Cpksi'o.
A Mingo Pulgar y á mí
EVANOEL
¡Que sea tanta ^m
V
nos cupo el embazamíento
su pasión! ¿No considera ^H
K^
de hogaño, y Manin Berrueco,
los milagros que Dios hace ^H
por ella? ^H
B
hijo de Gil Porquerizo.
^B
Bras Moreno y Sancho Erizo,
Vicaria.
Todo eso nace, ^H
'^K*
Pero Antón y Agustín Seco,
madres, de que es hechícela ^H
L
el cura y el herrador,
Sóror Juana de la Cruz. ^H
ACTO PRIMERO
281
IkNCEL,
kNGEL
lAHU.
:aria.
ÁNGEL.
Ingei.,
mmA.
.No diga tal cosa, acabe.
Venir el demonio sabe
en forma de ángel de luz,
y él es quien habla por ella
tantas lenguas; no hay que hablar;
al Provincial he de dar
cuenta de que está por ella
destruida nuestra casa.
, .¿Destruida? Pues ¿tuviera
qué comer si ella no fuera
su Prelada?
Si el beneñcio
que el Arzobispo nos dio
de Cubas ya le impetró
otro por Roma, ¿ts buen juicio
meterse una religiosa
en pleitos, y que defienda
á costa de lanta hacienda
tan impertinente cosa?
¿Qué nos importa un curato?
jQué? La honra y el sustento
de todo nuestro convento.
¿Y hanos salido barato,
si para el pleito ha vendido
hasta los cálices?
Si.
El Provincial vendrá aquí
y sabrá que ha destruido
nuestra hacienda.
Venga acá:
jqué hacienda en la Lruz halló
^ror Juana cuando entró
á gobernarla? Dirá
que nueve reales de renta
solamente; pues de pan,
por su ocasión, ¿no nos dan
cada año ciento y cincuenta
fanecas, y de dinero
casi docientos ducados
con que tiene remediados
nuestros trabajos? Si quiero
comalia los beneficios
que la debe nuestra casa,
<nf» sabe que son sin lasa?
¿Qué celdas ó qué edificios
tenia, si no labrara
este cuarto y aposentos?
¿No nos ha dado ornamentos?
Sin ella, ¿quién la habitara?
¿Quien nos da reputación?
Mas hala puesto á los ojos
la envidia vil sus antojos
y asi no ve la razón.
Prediqueme por su vida
la hipócrita, idiota, necia,
que ya yo sé que se precia
de la santidad ñngida
de su abadesa; igual fuera
que acabara de aprender
la mentecata á leer
para que rezar supiera
sin venirme á predicar.
Tiene infinitas razones,
daréla mil ocasiones;
los pies la quiero besar.
Todo el convento ha caldo
en la cuenta de quién es
Juana de la Cruz después
que con embustes ha sido
por santa reverenciada;
lodos saben mi caudal,
y asi harán al Provincial
que me elija por PreUda,
y entonces verán las dos
si con hechizos y encantos
hacen milagros los santos. {Vate.)
ESCENA VIH
DicnAS, menM la Vicakia.
EvANHKL. Madre: espere, aguarde; ¡ay Diosl
iQué gran tropel de trabajos
contra mi madre querida
se levantan! Mas la vida
llega por estos atajos
¿ la ciudad soberana
donde reina un Dios cordero;
mas presto ir á avisar quiero
de todo á mi madre Juana. (Vansti
ESCENA IX
Salen la Sawta y el Anorl llnrando.
Santa. ¿Vos llorando, Ángel bendito?
¿Vos con tanto desconsuelo?
Sunca el llanto entró en el cielo,
porque nunca entró el delito.
Todo es contento infinito,
que de la presencia viene
de aquella fuente perenne
que eternamente gozáis.
¿Cómo, pues, Ángel, lloráis,
si el cielo llantos no tiene?
No haya más, mi San Laurel,
mi custodio, mi ventura;
enjugue Vuestra Hermosura
ese sol, pues me veo en él.
¿Qué daño ó qué mal cruel
es bastante á que os desvele,
ángel mío; ó cuándo suele
suceder lo que hoy se ve,
que un ángel llorando esté
y una mujer le consuele?
Mas ¡ay de mi! ya he caido
en la cuenta de ese llanto;
algún pecado, Ángel santo,
contra Dios he cometido.
Mil veces he merecido
por mis culpas el inheriio;
¿es acaso el llanto tierno
porque condenada estoy
que bien sé cuan digna soy
del fuego y castigo eterno^
Ángel. .Segura está tu conciencia,
Juana; nunca has cometido
culpa mortal; siempre has sido
monja vieja en la inocencia.
Aunque lloro en la apariencia
no lloro por propiedad,
que tos que ven la deidad
282
LA SANTA JUANA— SEGUNDA ^ARTÉ
infiniía y soberana
jamás pueden llorar, Juana,
ni sentir penalidad.
Hete parecido ansi
en muestras y lesiimonio
de que ha pedido el demonio
licencia á Dios c<>nira ti;
si te regaló hasta aquí,
como a Job probarle intenta,
y el común contrario inventa
un tropel de tempestades,
trabajos, enfermedades,
desprecio, agravio y afrenta.
Dios los trabajos amó
en el mundo, de tal suerte;
jamás, Juana los dejó.
^Qué santo no los pasó?
iÑ'inguno; que son favores
de Cristo, y en sus amores
son su escogida librea,
y quien amalle desea
justo es traiga sus colores.
Santa. Pues ¿por eso es la tristeza?
Trocad vuestro llanto en risa;
lluevan trabajos á prisa
pues vos me dais furiaiexa.
Bien sabe vuestra belleza
lo que ha que yo pido á Dios *
que, pues que somos los dos
esposos, nos parezcamos
en que los dos padezcamos;
Si ya ¡o alcanzo por vos,
vengan penas y castigos
que del cielo son atajos,
pues (dicen) que en los trabajos
se echan de ver los amigos;
que SI amó á los enemigos,
porque en ellos halló el bien
de las penas, yo también
sigo sus plantas divinas,
pues entre zarzas y espinas
Dios se apareció á Moisén.
ESCENA X
Aparéctst r.msTO cim la Crm á cuestat, arriha.corct-
na4o (te espinas, y[á su lado una tilla Ue i>rocatíu
y sobre tita una corona de oro.
Chisto. Juana: varón de dolores
me llamo yo en la Escritura;
quien imitarme procura
busque espinas, deje ñores.
Kl que goza mis favores
pasar por trabajos trata,
y aunque el mundo más le abata,
con los trabajos se esfuerza,
que el cielo padece fuerza
y el violento le arrebata.
í'ara llegar á esta silla
tienes de entrar por la puerta
desta Cruz, que no está abierta
sino para el que se humiha.
Procura, esposa, adquirilla,
y si á los premios te inclinas
del cielo, adonde caminas,
Santa.
lleva, Juana, en la memoria
que esta corona de gloria
cuesta corona de espinas, f*'"
jOh! espinas, rico caudal
de la celestial grandeza.
Dios os pone en su cabeza
como provisión real.
Si premio tan inmortal
da por trabajos el cielo,
peisigame lodo el suelo;
ya me apresto á la conquista,
Ángel, que con vuestra vista
lodo me dará consuelo
ESCENA XI
4
Sale Mari Pakuai.a ton un cdntaro d*
que viene de la fuente, y Dok Joact
.Mari. Déjeme, que vó de prisa:
¡qué importuno es su mercé!
Jorge. Maria: escúchame un poco.
Maki. Dado le ave, apártese 1 1 J,
que me aguarda mi marido.
JoHOE. Aqui os aguarda también,
aguadora de mis ojos,
un alma muerta de sed.
Mahi. Pues ^qué quiere el alma agori
JoHüE. H'ív^ué? que la deis de beber.
í)adme solamente un trago,
mitigarásecon él
mi fuego.
A(a(<[. Allí está la huenie;
si no, yo le llevaré
al pilón, donde se harte.
Jonr.K. Ea, no seáis cruel.
Mari. ¿Fiebc el alma?
JoHOE. Por los ojos
bebe el veneno que ven.
.Mari. No se llegue, que en mi alma..
Jorge. ¿(^)ué?
Mari. Que le remojaré.
JoRtiE. Negar el agua es crueldad.
Maxi. Si: ,;agua sola quería él?
¡Quien no se las entendiese!
JoHr.E. Como esas manos me den
de beber, iré contento.
Mari. Pues ¿nu dice su mercé
que se está quemando?
JoROF.. .Sí.
Mari. Estará sudando, pues,
y beber agua sudando.
mata rale.
JoBOK. Comeré
el blanco terrón de azúcar
de esas manos.
Mari. ¡OjiteJIré
buena yo á casa sin manos
habiéndolas menester.
Jorge. ^Para qué?
Mari. ¡Linda pescudal
para fregar y barrer.
JoHOE. ^-Del agua sois avarienta?
Mari. Sí, porque le mataré.
fi) Asi ea el original.
1
^ ACTO PRIMERO
28^^^B
K.
Muera Marta, y muera harta.
no hay llaves, puertas ni muros; ^H
1-
Que me aguardan, déjeme.
quiéreme tú, que yo haré ^^^B
?•
¡Agua, Dios...!
fáciles los imposibles. ^^^H
t.
Que ruin se moja.
Mari.
Vedme mañana otra vez, ^^^H
E.
Tomaréla,
üue soy agora ma.irina ^^^H
de un bateo y pienso que es ^^^H'
t.
Pues á fe
si llega y digo «agua va...»
¿Qué?
tarde y me esperan en casa. ^^^H
to.
Jorge.
Pues yo el padrino seré, ^H
1.
Que le remojaré.
Mari.
No, señor; que es el barbero. ^^^H
E.
Ved que os quiero bien, María.
JOR.iE.
Por verte á ti le iré á ver. ^^^H
u
¿Porqué no me heis de querer?
Mari.
Aquí en la Cruz se bauíi/a. ^^^H
i
.ihcos hecho vo algún mat?
y es hijo del sacristén. ^^^Hj
É.
■ Sí.
Jorge.
¿Al fín me quieres? ^^^H
r.
¿Qué mal?
Mari.
Ei diabro ^^^1
*•
Muértome.
en esos ojos tenéis ^^^^|
».
¿De qué.>
que me reconcome el alma ^^^H
^-
De ojo.
desde el punto que os miré. ^^^H
1.
¡Chico es el niño!
^^^^^
k.
Es verdad: niño amor es.
^^^^ñ
1-
¿Quiere una cuenta de azogue,
ó una higa para él?
ESCENA XII ^^B
B.
¿Qué mas cuenta que el perderla,
qué más higa que un desdén,
Hale LiLLo.— Dicnot. ^^^^|
qué más ojo que el miraros.
LiLLO.
Señores: el espantajo ^^^|
qué más mal que el querer bien?
ha venido. ^^^f
i.
¿Qué bien quiere?
Mari.
¡A y Diosl ¿qué haré? ^^^|
tt.
Estov perdido.
Jorge.
Adiós. ^^1
í».
¿De qué se perdió?
Mari.
^^M
IK.
Jugué.
JoRr.R.
Much^) os quiero, ^^^H
1.
¿Qué juego?
^^^H
A ¡a gana pierde.
Mari.
Vo á también. ^^^H
U.
¿Cómo?
loa dosj) ^^^^H
¡K.
Perdiendo gané.
^^^1
II.
¿Qué ganó?
^^^H
tE.
Ksta coyuntura.
ESCENA XIII ^H
II.
¿Y qué perdió?
^^^^H
ÍE.
Todo el bien.
5a/(CRRSP0. — Mari Pascuala. ^^^^|
ti.
¿Deque?
^^^H
!>•
De la voluntad.
Crespo.
¿«Yo á vos también», al partirse ^^^|
ÍL-
¿Qué es amor?
don Jorge de mi mujer? ^^^|
F*
Un no sé qué.
No anda bueno el repnrtorio: ^^^H
fc
¿No sabe qué?
pero yo le enmendaré. I^^H
^.
No, María.
Mari.
¡Crespo mío! ^^H
II.
¡Bueno!
Crespo.
¿Qué os quería ^H
r,E.
^Queréis! 0 saber?
don Jorge? ^H
»i.
Sí.
Mari.
Aquí le encontré ^H
r,E.
Escuchad.
y mandóme que os pidiese ^H
ÜI.
No se me acerque,
que hoy el galgo !e prestéis. ^M
porque le remojaré.
Crespo.
Pedilde á Crespo, que os ama, H
GE.
( Tómala una mani<.>
el galgo, y yo á vos también; H
¿Hay lal mano? ¿hay tal blancura-^*
no viene bien la respuesta, ^H
m.
Agarrómela, pardiéz.
ni la excusa vino bien. ^H
OE.
Déjamela dar mil besos.
Ca, ca, á casa, María, ^H
Kl.
Bese presto y vayase.
que cuando el bateo esté ^^M
jE.
¿Quiéresme bien?
acabado, do<: liciones ^M
t.
Un poquillo.
os daré de responder. ^M
Paga mi amor.
Mari.
Pues ¿qué tenemos? ^^H
lu.
No hay con qué.
Crespo.
No, nada: ^^^H
lE.
¿Qué le falta?
ratoneras sé yo her ^^^|
11.
No ser mía.
donde los golosos cojo; ^^^H
Ix.
Pues¿cúya?
Jorgito. yo os cazaré. ^^^M
ii-
De un I-ocifer
No es esta agua toda limpia; ^^^|
que hasta los pusos me cuenta,
¿Los pasos cuenta?
vacialda y venid. ¿Qué hacéis? ^^^|
Mar),
Si el miedo llevan que yo ^^^H
M-
Si, á fe.
l(Ktas las que quieren bien, B^^H
i^-
Lo contado como el lobo;
¡huego de Dios en el bien querer! ^^^^B
cuando quiere utia mujer,
Amén, Amén. {Vanse) ^M
284 LA SANTA JUANA
ESCENA XÍV
Salen el Asobl y la Santa.
Ángel.
Juana: Dios manda que lu misma historia
y los milagros que conU|ío ha hecho
escribas, porque todo sea en gloria
de su eterno poder y en lu provecho.
Santa.
{A y, Ángel santo! y si la vanagloria
que tantas buenas obras ha deshecho,
asalta el alma y mi humildad derriba,
¿que servirá que yo mi historia escriba?
Ángel.
Dios, que lo manda, te dará su ayuda.
Santa.
Ángel: ¿yo he de esciibir en mi alabanza?
¿No sabéis vos que la virtud es muda?"
¿No sabéis vos que la ambición se akan;;a
con la propia jactancia y que se muda
la humildad en soberbia?
Angkl.
No hay mudanza
que á las virtudes haga resistencia
si en la humildad fabrica la obediencia,
cuanto y más que escribiendo maravillas
de Dios, tu Esposo, su poder levantas
y á ti te abate más con escribí lias,
por ser indigna de mercedes tantas.
Santa.
Nunca yo he merecido recibillas;
pero, Ángel sanio, tú que siempre canias
en la presencia de mi Esposo eterno,
de el Sánelo, Sánelo, Sánelo, el himno tierno,
suplicóte me alcances del licencia
para que no sea yo mi coronisia
ni quiebre la virtud de la obediencia
(que la alabanza á la virtud conquista).
Ancei..
Eso y más te concede su clemencia;
mas manda que María Evangelista,
cuya lengu:( su cierno poder toca,
tu vida escriba de tu misma boca.
Santa.
Si no sabe leer ni escribir sabe,
¿cómo ha de ser?
An'.el.
La omnipotencia suma
no hay cosa que no pueda y que no acabe;
ella es quien rige ya su mano y pluma.
Santa.
Su nombre santo el cielo y tierra alabe;
pues El lo manda, no es razón presuma
resistir su divino mandamiento;
su esclava soy, su voluntad consiento.
Angkl.
Ya se te acerca, Juana, el fíero trance
-SEGUNDA PARTE
de los trabajos con que Dios permite
que tu paciencia tu corona alcance.
Santa.
Regalos son í^ue mi obediencia admite:
mucho espero medrar en este lance.
Ángel.
Toda ¡a casa pide que te quite
el ofício que tienes de Abadesa.
Santa.
Con gran razón mi indignidad conñesi.
Anoel-
(iran torbellino contra ti levanta
el demonio; de afrentas perseguida
de todos has de ser.
Santa.
Nada me espanta,
si Dios me da favor.
Ángel.
A que le pida
á Dios, la Reina de la corte santa
me parto al cielo. Adiós, Juana querida.
< Viii)
ESCENA XV
La Sauta, tola.
AI arma toca el mundo; cuerpo bajo,
vamos á ejercitarnos al trabajo;
antes que eniremos, Juana, en la batalla
hagamos militares ejercicios. 1
¿No tengo yo una cota hecha de mallaP
A vestírmela voy contra los vicios.
Corona tiene Dios; para alcanzalla
no son malas escalas los cilicios:
por espinas da Dios sillas divinas.
Al armu, Juana, pues; buscad espinas. \rttt\
ESCENA XVI
!\alr Sóror María KvATtutvtSTA.
Madre Abadesa: amada madre Juana,
¡gran milagro! que sé leer y escribo;
de la mano de Cristo soberana
por su ocasión esta merced recibo.
¡Oh qué letora soy! |oh qué escribana!
No tendrá la Vicaria más motivo
de afrentarme de torpe y de ignorante;
leer y escribir supe en un instante.
¿Dónde está, Madre nuestra?
E-SCENA XVII
Aparécete la Santa en una cm(, (oronada 4*nf
con una toga al cuello y una túnica 4* \a-¡
bdiase de ella cuando la llama Sor Evajmi«u*1
Santa.
¿Quién me U
EVANGBUSTA.
¡A y, cielos, qué crueldad! Madre amorosa:
¿qué hace de esa suerte?
ACTO PRIMERO
285
Santa.
Kn csia cama,
Ue áspera ¿ la visia, amor reposa.
EVANI, ELISTA.
m Hores son para quien ama,
ellas esiáis bien, porque sois rosa.
Santa.
is sillas celestes y divinas
oronas de gloria por espinas.
[ueste modo voy apercibida
(ar, que estoy desaliada
|l persecuciones.
KVANOF.LISTA.
Perseguida
'más la virtud y es celebrada;
me manda escribir su sania vida-
Santa.
^ que su divino amor se agrada
jc el mundo su eterno nombre alabe;
e modo ya se que escribir sabe;
In todos que soy gran pecadora,
coa tantas mercedes no soy santa,
mi confusión es.
fe
ter la
EvANOELlSTA.
¿Por que llora?
Santa.
rer tanto favor, clemencia tanta
inias culpas |ay de mí! En la hora
ir la cuenta al Juez, ¿quién no se espanta.^
^n no tiembla?
Evangelista.
La gente del aldea,
it, su santa bendición desea.
en á bautizar una criatura
su mano esperan justamenic
tndición del niño y la ventura;
DS, por que no espere tanta gente.
Santa.
o consultaré con Su Hermosura;
no es razón sin San Laurel, que intente
ninguna.
Evangelista.
|Oh Sagra toledana!
ida estáS; pues te consagra Juana.
(Vanst.)
ESCENA XVIII
^H íot LAftKAOOKES todos con müsiea y battu.
(Cantan.) Tréboledanle al niño,
irébolt ;ay Jesús, qué olor!
, i.° Trcbole y polco.
os. Trcbole.
. I." Alegre el bateo,
(05. Trébülc.
Oespo,
Mencía.
Beproec
Lab. I.** Húsas y junquillas.
Tot)OS. Trcbole.
Lab. i.° Para los padrinos.
Todos. Trébole.
Lab. i." Espadaña y juncia...
Todos. Trébolc.
Lab. I." Para el señor cura.
Todos. Trcbole.
Lab. 1." Lirios de ios valles...
Toóos. Trcbole.
Lab. i." Para el padre y madre.
Todos. Trébolc.
Lab. i.* y par« el Alcalde la hierba del sol.
Todos. Trébole, denle trébole al niño,
trébole; ¡ay Jesús, qué olor!
Entre en lá Igleja el bateo,
y mientras que le bautizan
bailen los que soleniz^m
Ib ñesia.
Ya lo deseo.
Par Dios que ha parido Gila
un hi]ü cnmo un becerro.
Crespo. iQué tieso, oh hi de puta, perro!
¿Mas que se mea en la pila.''
ESCE.VA XIX
SaltH Don Xohce y I^illo.— Imchos.
JoRUE. ]Oh buena gente!
Berruec. lOh señor!
JoAGE. Haz lo que tengo ordenado.
I.ILLO. Voy. pues. {Vate Lillo^
ESCENA XX
Dimos, menoa I illo.
Jof«>K. Sin ser convidado
me vengo.
Chespo. Es mucho favor.
Min(jO. En este poyo se siente
su señoría.
Jon'.E. Sí, haré. (Siéntast.]
iHermosa madrina, á fe!
Crespo. Yo os la quitaré d« enfrente
y os haré trampa en que cay»
vueso amor; dejaldo estar.
¿No se comienjía á bailar?
Mingo. Ea, salgan.
¡VIenoo. Yayí.
Todos. Vaya.
iCantan y frailan<^
Envidiosa Gila en Cubas
del hijo que sin sazón
parió .Marina en Orgaz,
un muchacho rempujó.
¡Oh, qué lindo y grande que es!
Bendígale la Ascensión!
Su padre le vea barbero,
sacristán ó tundidor.
Ya le van á bautizar,
ya le llaman Perantón,
ya le vuelven á su casa,
286
LA SANTA JUANA— SEGUNDA PARTE
va Sücan la colación.
Si merendares, comadres,
si merendares, llamadme.
Si nierendáredes nuégados
y gaabanzos tostados,
pues somos convidados,
al repartirlo avisadme.
Si merendárcdes, etc.
Va el muchacho se gorjea;
ya sabe decir «ajó»;
ya le han sacado los brazos,
ya le han puesto un corrcón,
ya le hacen hacer pinitos
y le dicen á una voz:
«Anda, niño, anda,
que Dios te lo manda
y Santa María
que andes en un día;
señor San Andrós
que andes en un mes;
señor San Bernardo
que andes en un año
sin hacerte daño
en esta demanda.
Anda, niño», etc.
Ya ha crecido y va á la escuela,
ya en el Cristo da lición,
ya sabe jugar al toro,
ya corren de dos en dos,
á «la trapa, la trapa, la trapa,
en mi caballito de caña».
Ya quieren que vaya al campo
y aprenda á ser labrador;
ya le visten de sayal
el capote y el calzón.
Caperuza cuarteada
su señor padre le dio,
y probándosela todos
ansí le dicen á un son:
«Que la caperuzita de padre
póntela lú, que á mí no me cabe.»
ESCENA X.XF
Saltn 1. itLO y olro«, y llevante á Mari Pascual*.
JOKOü. Llega, Litio, que ahora es tiempo.
Mapi. .íQué es esto? ]Ay cielos, traición!
Lti.i-o. Ninguno el paso me impida.
CkGíI'O. ¡Oh infame! ¿Cómo que no,
si es mi esposa fa que Ilevasr*
JoROfe. ¿Por qué no?
CRGSfo. ¡Muera el traidor!
JuMO) . .Ninguno pase de aquí,
si DO jpasaréle yo.
Casspo. ¡Par Dios, que es linda la Mema!
Que es Man Pascual, señor.
Jorge. Segura va, sosegaos.
Cbesk). ¿Con quién?
JoRoE. Con vuestro señor.
Crespo. ¿Con vos?
JoRüe. Conmigo.
CRF.sr-o, ¿A qué va?
JorijB. Eso adivinaldo vos.
Crksmj. ¿y mi honra?
Jorí.e. ¿Qué más honra
que amarla el Comendador?
Crkspo. ¿Esa es justicia?
Jorge. Villanos:
no me enojéis, que yo soy
señor de Cubas, y ansí
lodo es mío. ( Vame)
ESCENA X.XII
Dichos, intHOS Pascuala, Joros, Lii lo y (
Crespo. ¿Esa es razón?
¿Esto consentís, cobardes?
¡Mataide!
MiNiiO. Mátele Dios
que le hizo.
Crespo. ¿Tal injuria
consentís? ¿Tan gran traicic
MiNoo. A quien le duele la muela
que se la saque; andad vos,
si os atrevéis sin tenazas,
y sacalde ese raigón.
Berroec. ¡Ah, cielosl
MiNoo. Que no la qtjiere
sino por un día ó dos,
y luego os la volverá.
Crespo. A estar el Emperador
en España...
MiNiiO. ¡Buena Hcma!
(iuarde el cielo mi rincón.
Berrükc.¿ Estas mañas tenéis, Jorge?
Yo me vengaré de vos.
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
Salt* Don Jomík, l.i\x.o y l,k*%»
JoRUE. Pegad á todo el lugar |
fuego, sin que dejéis casa
que no convirtáis en brasa.
Villanos: no ha de quedar
piedra en Cubas sobre piedra.
Mingo. Señor: por amor de Dios; ^m
por nuestra hacienda y por f^|
con cuya presencia medra, ^^
que mandéis á los soldados
que en Cubas habéis metido ^
salir del; basta ct roído fl
tos dineros y ganados h
que nos roban, sin que iniented
robar también nueso honor:
que no es honra del señor
que sus vasallos afrenten,
claro está.
JoRoE. ¿Y es justo
que se opongan los vastllos^j
a su señor?
Mingo. Si afrentallos
quiere su travieso gusto,
¿qué mucho que se defienda
quien ve que esc honor se pierde
Crkspo. Él perro con rabia muerde;
I
■
^^^V ACTO SKr.UNDO 287
3
1
^s«l(sme á robar la prenda
I.tLLu. Kso puedes preguntar
■
1
máü estimada y querida.
á mis lomos, que á porfía.
1
sin poderos a brandar.
haciendo con ellos ñestas.
^^H
I
y cspantáisos que el lugar
tantos palos les pegaron.
^^1
su agravio y mi afrenta impida?
que, sin jugar, me cargaron
^^^H
Rt'E(
•-.Mari Pasquala es mi hija.
un flux de bastos á cuestas.
^^^H
IPO.
Mi esposa había de ser.
Líbrete Dios de una tranca
^^H
11 El^
.- .jPor qué habéis vos de querer
en manos de un labrador
^^H
dar á mi vejez prolija
si se enoja y con furor
tras un desdichado arranca,
^^H
tan mal tin, y que ci lu^ar
me afrente, y viéndola diga:
^^^H
que no dirás sino que es
esta que vcis es la amiga
sota de bastos con ella.
de don Jorge?
Ji'B(,E. Crespo: en vano es escondeila;
LO.
Que mirar
yo os la volvere después
tendrán por si. de manera
y seréis de su hermosura
que no se acueidcn de vos.
legitimo poseedor.
S.
Luego .;entendisteis los dos
Cdkspo. Lo que otro suda, señor.
que Mari Pasquala era
diz que á mi poco me dura,
solamente en quien mi gusto
Eso es lo que mi honra busca;
i
pongo, y á quien amo y quiero?
no me falta ya si tina.
1
iBueno, á fe de caballero!
vendimiadme vos la viña
Pues si eso os daba disgusto,
comeré yo la rebusca.
consolaos, que no seréis
jRuenoi'eso no ¡juro al soto!
solos los que de hijos míos
que no es discreto el marido
seáis abuelos y tíos.
que puede comprar vestido
que con todos me veréi-»
entero y le compra roto.
emparentar.
¡Malos años; nn en mis días!
ssi'u.
Y lo hará
LtLio. A Ib encina y al villano.
I
como lo dice.
si no es á palos, en vano
^.
buen cargo
pedirles fruto porfías.
r
ha tornado.
JoHUE. I)ice$, Lillo, la verdad.
.íe.
El tiempo es largo,
¡ilola! saca un potro aquí.
Crespo; todo se andará.
Cresi'o. ^Potro aquí? Ya siento en mí
«bU.
¿Y eso es justo?
extraordinaria humedad.
LO.
^Por qué iioi"
Behkukc. Mira que al Emperador
OB.
Sois muy toscos y groseros,
ofendes, y cuando venga
y pretendo ennobleceros,
y destos agravios tenga
f-B
u
pues lo quedareis si yo
noticia, hade hacer, señor,
^HI
1
mezclo con vuestro sayal
el castigo que tú sabes.
^^H
1
un jirón de mi nobleza.
de su justicia y enojo.
^^^H
|o.
Alto; idióíe en la cabeza!
JoRiiE. Pocos consejus escojo,
^^^H
Sb.
^-Dóndeestá Tvíari Pascual?
por más que al César alabes,
^^H
Porque escondeila es querer
pues cuando él volviese acá
^^^H
que lodo el pueblo destruya.
ya yo por diversos modos
os tendré muertos á todos.
^^H
^•No vais por ella?
^^H
sr>o.
Si suya,
y nadie se quejará.
^^^H
asi como asi ha de ser.
Dónde está .Mari Pascuala
^^^H
no empiece en Mari Pascual;
declsrad, ó en el tormento
^^H
que es como guindas amor.
moriréis.
^^^H
la postrera la mejor.
Cpesi'O. a lo que siento,
^^^H
y para guinda no es mala.
lleno estoy de unto sin sal;
^^H
GO.
Que destruyas nuesa hacienda
yo diré la'verdad llana.
^^H
importa poco, tomalda.
Ctjando á Pascuala os quitamos
^^H
y si os servís abrasalda.
al convento la llevamos
^^^H
como el honor no se ofenda;
de la Cruz. La madre Juana
^^H
que el lugar consentirá,
allí guardándola está
^^H
como no le deshonréis,
de vueso ciego cuidado;
^^^H
qije la hacienda le quitéis.
si hasta aquí lo hemos negado
^^H
GE.
Mingo: todo se andará;
es porque no vais allá
^^^H
decid adonde llevastes
y hagáis de las que soléis
^^H
vuestra sobrina, ó haré
Con que el convento se inquiete.
^^H
que os den tormento.
JonuE. Pues, á Juana, ¿quién la mete
^^H
ICO.
Pues ^sé
(por más que se lo reguéis
^^H
yo dó está?
vosotros) si no en rezar?
^^H
L.E.
h'No laquitastes
Crespo. Es una santa, señor,
^^^H
á Lillo en otcnsa mía
y mira por nueso honor.
^^1
■
con ayuda del lugar?
JoBGE. Cuando me llego á enojar
1
^^r^ 288 LA SANTA JUANA
—SEGUNDA PARTE ^^^B
^^^^B no miru yo en santidades
desta mujer atrevida, ^^^^|
^^^^H que, quizá, fingidas son;
que, pues llega á ser odioi^^^|
^^^^^H acuda ella 3 su oración
hasta [a] sus monjas, ,;quica^H
^^^^^K y no interne novedades.
^^^^^H bisciplinese, que es justo;
que, perturbando su pái, ^B
con el ñngido disfraz . ^^M
^^^^^H ayune y rija su casa;
de santa sus vicios muda^ ^H
^^^^^B mas ios limites pasa
Su eterno perseguidor ^H
^^^^^H de su estado y de mí gusto
tengo de ser desde aqui. ^|
^^^^H irritan mi libertad,
Al convento voy. ^H
^^^^H guárdese, que podrá ser
^^^^^H que vengamos á saber
Chespo.
H
^^^^H qué es su santidad.
nos quieres dejar, señor, ^H
sin mandar á los soldados ^M
que se vavan del lugar?* ^H
^^^H ESCENA 11
JOhtJK.
Villanos: habéis de estar ^M
con su presencia obligados ^|
á mi gusto. ^^
^^^^B Sale Vn
Crespo.
Cuanto quieres
^^^^^Paíe. La Vicaria del convento
K de la Cruz éste le cnvia.
Jorge.
haces; ^quién hay que te ofeo^^
Señor soy de vuestra haciend^f
vuestras casas y mujeres; ^B
^^^ (Date un biHett.)
todo me ha de dar tributo. ^H
^^H^ Joros. Si es quL- resistir porfía
pues que vuestro dueño soy.^l
^^K mi amoroso pensamientUj
Ven, Lillo. ■
^^B mal sus ruegos y lisonjas
LlLl,0.
Contigo voy. ^M
^^H mis gustos resistirán;
Mingo.
¿Lis mujeres? ¡Oste, puto! ^M
^^B conténtese con que están
¿Qué hemos de her? B
^^^ft seguras de mí sus monjas.
CHESPO.
Trasponc|li$i
^^B ti bUttU y Itt.)
como puerros. ,
^^B «La presunción de la madre Juana
Behruec
Ese es ^
^^^V de la Cruz es lanía, que, no contenta
mi voto: yo á Leganés ^M
^^^É con regir su casa, ha pretendido go-
pienso llevar dos doncellas ^M
^^^H bernar las ajenas, de suerte que para
que en casa quedan. ^M
^^B remediar (según dice) la de V. S., ha
MiNíJO.
Si á pires ^
^^B escrito á Madrid á la señora doña
á las doncellas sacáis.
^^B Ana Manrique, esposa de V. S.. ín-
á las casadas dejáis ^i
^^B^ sultos indignos de tal persona, y per-
á figura. ^H
^^Bl suadióla á que, no enmendándose de
Berruec
En los lugares ^^^^H
^^B ellos, se queje al Gobernador dcCas-
vecinos pueden estar '^^^B
^^^H lilla don Junn Tavera para que los
seguras, hasta que vengá^^^B
^^B remedie, y con capa de santidad ñn-
el Emperador y tenga ^H
^^B gida tiene banderizada esta casa.
noticia de que el lugar ^H
^^B Ahora que la está visitando Nuestro
nos destruye este traidor. ^M
^^B P. Provincial será de importancia la
Cbespo.
Cuando Carlos venido ha) 3. H
^^^V autoridad de V. S. para que se pierda
á íe que no se le vaya ^H
^^B la suya y la quiten el oticio que ha
con ella ei Comendador. ^H
^^B tantos años ejerce de Abadesa. Las
MlNOÜ.
De mi voto no saquéis ^M
^^B más monjas deste monasterio son
las mujeres del lugar, ^|
^^B deste parecer; y porque al Señor del
que mos puede resultar ^H
^^^B lugar conviene procurar la quietud
mayor mal del que teméis. ^H
^^B del, y esta resulta de la de esta casa,
Bekni'ec
. Callad, dejaos de quillotros. ^H
^^^K aguardamos á V. S. para la libertad
MlNUO.
Temo, de esos pareceres, ^H
^^^B de elh y de una doncella que, según
que en faltando las mujeres ^H
^^B he sabido, contra su gusto tiene en
tiene de dar tras nosotros. yvJ^M
^^B este convento. Para lo uno y lo otro
H
^^B importará la presencia de V. S., á [
^^B quien N. S. guarde.— ¿a Volcaría.»
ESCENA Iir H
^^^V |A doña Ana contra mi
Salen la üanta r Mami pASCDAt* ^^1
^^^B para que al Gobernador
^H
^^^H se queje contra mi honor!
Santa.
Es la hermosura, María. ^M
^^^K ¡Oh hipócrita falsa! ¿Ansí
niebla que el sol desvanece. ^M
^^^B tu santidad se acrediu.>
sombra que desaparece, ^M
^^^1 Al Provincial hablaré
fimera que vive un dia, ^H
^^B y el alma le quitaré
vela que luce lo que arde ^|
^^^B si el oficio no le quita.
la frágil luz de la vida. ^M
^^B No en vano por sospechosa
hierba con el sol llorida ^M
^^^B tuve la virtud fingida
que se marchita á la tarde, ^M
^^^^^ ACTO SEGUNDO
289 ^^B
^^ y es inslanle cuyo ser
que, si quisiera, desde hoy, ^|
está á las puertas del nada.
mudando de estado y vida, ^H
joya del tiempo prestada.
quedarme por freila aqui. ^^^H
Ojalá que yo pudiera, ^^^H
po'r quien luego ha de volver.
Santa.
Pues fabricar la esperanza
que temo, si salís fuera, ^^^H
sobre el vano fundamento
vuestra pérdida. ^^^^ñ
de la nieve, sombra y viento.
Mari.
^^^^1
despojos de la mudanza,
Santa.
Hay visita en casa agora ^^^H
apareceos á vos cordura?
y está nuestro Provincial ^^^H
^^m ¿Es bueno tomar á censo
en ella; es poco el caudal ^^^^H
^^M pena cierna, fuego inmenso.
nuestro, y yo gran pecadora. ^^^^H
por el deleite que dura
Todas le piden que os eche ^^^^H
lo que la sombra y la Hor?
de casa, que una seglar ^^^H
;Ay, María! mal sabéis
su quietud puede inquietar, ^^^H
lo que costado le habéis
sin que mi ruego aproveche. ^^^H
á Dios, con cuyo valor
Fuerza es, hija, que os volváis ^^^H
vmo el mundo á remediaros;
á casa de vuestro padre ^^^^|
y con ser tal su poder,
Mari.
Pues ¿cómo? ¿No veis vos, madre, "^^^H
tuvo por bien el vender
que al lobo la oveja echáis? ^H
su vida para compraros.
Santa.
No puedo más; la ocasión ^^^H
Joya, pues, que vale tanto.
suele dar fama notoria, ^^^^H
¿en tan poco ha de estimarse?*
y Dios, por ver la vitoria, ^^^H
¿En balde ha de derramarse
permite la tentación. ^^^H
Sí de vos misma salís ^^^H
sangre de mi Esposo santo?
No lo permitáis, María;
vitoriosa, buen padrino ^^^^|
estimaos en más á vos;
os será el amor divino, ^^^^H
no os merrte sino Dios.
DOr cuyo amor combatís. ^^^^|
ni. Basta, madre, madre mía.
Yo haré por vos oración ^^^^|
basta, que me derretís
^^^^1
el alma y el corazón;
Mari.
¿Hay tal desconsuelo? ^^^H
palabras de fuego son,
Dadme, pues, la mano. ^^^H
madrt, las que me decís.
Santa.
El ^^^1
Si me he dejado vencer
hija, os dé su bendición. ^H
de las promesas y amor
(V'<iji« Mari Pascuala.) ^H
del fuego. Comendador
^H
persiguióme; soy mujer,
ESCENA IV ^M
mi flaqueza combatió;
mas. pues, por vos valor cobra,
Sdír r/ Anobl.— ¿a Santa. ^^H
no temáis ponga por obra
^^M
lo que, hablándome, intentó.
Aní.el.
¿Juana mía? ^H
Diamante seré á su amor,
Santa.
¿Mi Laurel? ^H
jamás vencerme podrán
¿Vuestra Hermosura no sabe ^H
* sus promesas.
que en el peligro más grave ^H
NTA. Más galán
se ve el amigo más fiel? ^H
_ es Dios que el Comendador.
Si, porque no le habéis visto,
Agora que el Provincial ^H
admite discurses largos ^H
esotro os ha satisfecho
de las que me ponen cargos ^H
porque trae la cruz al pecho.
porque las gobierno mal, ^H
más preciosa cruz trae Cristo
¿me escondéis esa belleza? ^H
á las espaldas, cosecha
Angfl.
Jamás me aparto de ti. ^^M
de mis vicios desbocados.
Santa.
Todo es, mi Laurel, asi; ^^M
que, por no ver mis pecados,
pero, para mi tristeza, ^H
á las espaldas los echa.
no basta que estéis conmigo, ^H
Su encomienda es de más cuenta,
sino que os me dejéis ver. ^H
y si no, julgaldo vos.
Agora os he menester, ^^M
pues que llevamos los dos,
que sois mi mavor amigo. "^^M
él la cruz y yo la renta.
Anget..
Las más, Juana, del convento ^H
(.rislo el Gran Maestre es
son coniia ii. ^H
desta preciosa encomienda.
Santa.
iQué bien hacen! ^H
rica y inmortal hacienda,
Pues de mis pecados nacen ^H
infalible su interés.
causas de su descontento; ^H
Pues, cuando don Jorge os muestre
helas escandalizado, ^H
amor, ¿no es notable error
Ángel, con mi mala vida, ^^M
amar al Comendador
siendo soberbia, atrevida; ^H
despreciando al Gran Maestre?
y habiendo de ser dechado ^^M
L ¡Ay, madrel Tan persuadida
de todas, la menor dellas ^^|
á servir á Dios estoy.
pudiera ser mi prelada. ^H
COMSDtAS DE TIRSO DE MOtlNA. — TOMO II
^
1
^H 290
LA SANTA JUANA -
-SEGIIKDA PAPTE ^^^B
Nunca me han visto enmendada,
hará á la justicia y pa<; ^M
vivicndu siempre con ellas.
que otra vez á t'spaña vuelv^f
Porque más no las estrague.
una destas cuentas santas ^^
es razón, Ángel bendito.
tendrá con la reverencia
que castiguen mi delito:
que promete el que ha de scf
quien tal hace que tal pague. [Uora)
de la cristiandad defensa. fl
h Ángel.
Mirando está lu humildad
Y luego el tercer Filipo, fl
tu lísposo, á quien enamoras
con su Margarita bella, H
con las lágrimas que lloras,
los pacíficos, los santos, H
porque con su Ntajestad,
tendrán en otras dos cuentas V
sus méritos aventaja
sumado el valor y estima V
quien pequeño se parece;
de sus célebres riquezas.
tanto más la fuente crece
pur ser joyas con que el alma
cuanto el agua suya abaja.
se compone y hermosea. h
Tú crecerás hasta" el cielo.
Clemente octavo vendrá H
pues hasta el suelo le abates.
á esta casa antes que sea H
y parque conmigo trates
de la barca de San Pedro ■
cosas que te den consuelo,
patrón y rija la Iglesia, ^ñ
en pago de las afrentas
y con una cuenta tuya ^M
que presto has de recibir,
á Roma dará la vuelta, H
te quiero, Juana, decir
con que adorne la liara H
los milagros que tus cuentas
que ha de ilustrar su cabeza. V
tienen de hacer en España.
Kl santo fray Julián
^^m Santa.
¡(jué buena conversación!
de tu Orden (que en herencia^
^^m Ángel.
Sentémonos, que es razón.
en Alcalá, de Francisco fl
^^^ Santa.
¿Yo con vos? ¡iMerced extraña!
será ejemplo de inocencia), V
De rodillas, Ángel, sobra
y fray Franciseo de Torres,
para mí.
de quien este reino espera
^^ Ángel.
Tu familiar
milagros y maravillas ^
soy.
que sus vidas engrandezcan. H
^^L Santa.
Así tengo de estar.
estas cuentas soberanas H
Sentaos vos.
han de estimar de manera H
^^1 Ángel.
Aunque no cobra
que con su autoridad pongan
mi angélica agilidad
freno á desbocadas lenguas.
cansancio del movimiento.
Veinticuatro religiosas.
por no ser en mí violento,
del lalso espíritu opresas,
con más familiaridad
llenen de quedar en Francia
y amor en esta icasión,
libres y sanas por ellas.
porque consolarte espero,
y si algún endemoniado
sentarme, mi Juana, quiero
una cuenta destas llega.
contigo á conversación. <.<vt^ii(ojcr )
apenas la tocará
Los venluiosos rosarios
cuando se libre de penas.
que la Majestad inmenSd
Tres ciegos cobrarán vista.
en su soberano Alcázar
á dos mudos darán lenguas,,
tuvo en sus manos eternas,
oirán por ellas los sordos, "
salieron con tantas gracias
cobrarán salud perfecta
como se esperaba de ellas;
enfermos de corazón,
que manos de Hios no saben
de liebres, de pestilencia.
hacer mercedeb pequeñas.
de costado, de cuartanas.
Las virtudes de los Afinus
de garrotillo, de lepra:
serán único remedio
que el viceDiosen la'tierra
concede, esas mismas dio
contra los que desesperan
Cristo, tu Ksposo, á tus cuentas.
de Dios, y harán que, contrit
Gracia de sacar demonios;
se arrojen á su clemencia.
contra tempestades fieras;
Desterrarán icmpestadcs.
contra enfermedades varias;
amansarán las tormentas, ^m
contra tentaciones ciegas.
sin que los rayos furiosos H
y otros muchos privilegios
hagan daño en su presencia. ^^
que son sin número y cuenta;
Contra espantos y visiones
que cuentas que al Cielo suben
serán medicina cierta;
el Cielo es bien bijc en ellas.
darán sosiego y quietud
Han de ser tan estimadas
i escrupulosas conciencian.
como es ¡usto, que son prendas
y entre los muchos milagros h
aue en fe de su amor dró Ciistu
a Juana, su esposa tierna.
que ha de obrar la fe por cHa^l
los que se comprobarán
El segundo Salomón,
tienen de ser más de treinta.
Fitipo (cuya prudencia
Todas estas maravillas |H
ACTO SEGUNDO
aqi
ha de hacer iJios, por que entiendan
lo mucho que te ama, Juana.
Mita si es bien que padezcas
por tan liberal esposü.
4NTA. ¡A y, Ángel divinol ¡Vengan
trabajos y menosprecios,
persecuciunes y afrentas,
que si paga á letra vista,
Dios, en tan rica moneda,
y antes que á cuentas lleguemos.
son en mi favor las cuentas.
Sin cuenta quiero servillc.
La Vicaria es ya Abadesa:
el ühcio te ha quitado;
ya tus trabajos comienzan,
Job de tspaña, ya ha llegado
el tiempo en que ha de hacer prueba
del uro de tu constancia
el toque de la paciencia.
Contigo quedo, ten lirme. <v'<i4e.»
UTA, Si mi guarda os encomienda
mi KspoSü, ¿qué importan olas
en sufrimientos de piedra?
ESCENA V
Sale la Vicakia, ya Abadesa, y las Mokjas.
La Santa.
ftAOESA. Ya, hermana, ha querido el Cielo
que los embustas se sepan
de su santidad fingida
para que remedio tengan.
Nuestro Padre Provincial •
escandalizado queda
de modo de sus excesos,
que se ha partido sin verla,
y quitándola el oticio
me eligió por Abadesa
(cuatra mi gusto por cieno);
mas obedecer es fuerza.
ANTA. Nuestro Padre Provincial
en tan justa elección muestra
su cristiandad, su virtud,
su gobierno y su prudencia.
Que sin verme se haya ido
y mis culpas aborrezca
no me espanto, que es un sanio,
V yo digna de las penas
del infierno. Aquesos pies,
aunque yo no lo merezca,
ponga, madre, en esta boca.
iDESA. No me hable de esa manera;
hipócritas humildades
en mi han de hacer poca mella.
Álcese del suelo, acabe.
INTA. Si todos me conocieran
como ella, madre, ¡en que poco
me eslimaran y tuvieran
los que me juzgan por santa
siendo el mismo viciol Es cuerda
y conoce mis pecados,
BAOSSA. Con ñngidas apariencias
no me ha de engañar, hermana;
escuche la penitencia
Santa.
Abadesa
Santa.
que me manda que la dé
nuestro Padre.
¡Qué pequeña
comparada con mis culpas
será, por grande que sea!
El velo manda quitarla, {(juiíatel*^
Hace bien, que quien no vela
con las virgines piudcntes
hasta que el Esposo venga
bien merece que la quiten
el velo y que con la puerta
la den. ¡Ay de mí, que soy
una de las cinco neciasl
Abadesa. Manda que todas las monjas,
hermana, la den en rueda
una disciplina.
Santa. Es justo
que á Dios pague en la moneda
que pagó por mis pecados;
cinco mil azotes fueran
más justos en mi que en El.
Ya me alivian esas nuevas.
Abadesa. También manda que la encierren
y deri por cárcel su celda,
porque la han dicho que está
endemoniada y que intenta
el demonio por su boca
engañar á los que llegan
á escuchalla cuando habla
fuera de si en tantas lenguas.
Santa. No me espanto, que también
llamaba la envidia hebrea
á mi Esposo endemoniado;
razón es que le parezca.
t!.nciérrenme, que es muy justo,
porque mis culpas no vean,
que por ser tan grandes temo
que ha de tragarme la (ierra.
ABAUESA.Pena de descomunión
manda que no hable con ella
ninguna monja.
Santa. ¡Que sabio
mandato, qué gran prudencia!
A los que están apestados
dicen que nadie se llega
porque su mal no les toque.
Los vicios son pestilencia;
como soy tan pecadora
por apestada me encierran,
y es bien que ninguna me habtc
porque de pesie (no] muera.
Abadesa. Sabe Dios lo que he rogado
á nuestro Padre por ella;
pero hale dado don Jorge
tan extraordinarias quejas,
que, satisfaciendo á todos,
y aun usando de clemencia,
le da este corto castigo
Santa. fY qué corto! El cielo quiera,
madres, que yo no lo pague
¡illá en las penas eternas.
Abadesa. Deje ya los ungimientos,
hermana, y al coro venga
adonde todas la azoten.
Vamos muy en hora buena.
¿Es pusiblequc fingida
toda esta santidad sea?
Santa.
.Monja I.
392
LA SANTA JUANA-
MoNjAi.* Pues el Provincial lo dice,
que tiene tanta experiencia,
¿quién lo duda? y más sabiendo
que el lobo se finge oveja. (Vaníí.)
ESCENA VI
Qatdan Sonon Evanoeiista, la Abadesa y la Santa.
EvANGEL. Manme mandado callar,
y el corazón me revienta
viendo padecer mi madre
de pesar y de tristeza;
mas, si son los gustos oru
y sus quilates acendra
la tribulación, ^quién duda
que Juana ha de salir de ella
con infinitos quilates
para que sirva á la mesa
del infinito Monarca?"
Esto sólo me consuela. (Vase.)
ESCENA Vil
Dichas, mtnot Soxor Evanoblista.
.Abadesa. Ya se cumplió mi deseo;
en fin, me han hecho Abadesa;
ya se vengará mi envidia
desta hipócrita; contenta
voy en extremo. jOh, qué vida
la pienso dar! No habrá afrenta,
castigo ni menosprecio
que no he de probar en ella. {Vaít)
ESCENA VÍÍI
Dichos menos ¡a Abaobsa.
Santa. A fe, Juana, que os conocen;
alcpre estoy de que os tengan
por lo que sois; desta vez
nadie os juzgará por buena.
Quien tal hace, que tal pague;
pagad, Juana, vuestras deudas,
que, pues todas os persiguen,
á todas hacéis ofensa. (Va*e.)
ESCENA IX
Salen Don JoMiir, Lili.o, Cbbspo, Miniío y KKMiit- ^cu.
Don JoRbE.
Los propios del lugar y renta aplico
á mi hacienda.
CRBsro.
^Nq basta su encomienda r"
Don JoftoG.
No repliquéis, villano.
Cresi>o,
No replico;
mas, ^por qué nos despoja de la hacienda.^
cota
-SEGUNDA PARTE
Don Jorob.
Estoy yo pobre y el concejo rico;
no habrá quien de vosotros me dehcr
que entre villanos mal pudra enfrenalU
si el dueño es pobre v ricos los vasallos
^•Qué depósito tiene aqut el concejo""
Mingo.
Cien fanrgas de pan que da cada año
á pobres del lugar.
Don Jorge.
¡Lindo aparejo
para holgazanes!
Mingo.
No teme ese daño;
porque sólo seda al enfermo viejo
y á la misera viuda.
Don Jorge.
Esees engaño;
aplicólo i mi renta.
Berrueco.
Pues los pobres,
;quc han de comer cuando su pan los
Don Jorge.
Remedio habrá para ellos.
Berrueco.
¿De qué suene?
Don Jorge.
A los pobres enfermos destcrralíos.
Crespo-
Que eres cristiano y que lo son ad*
Don Jorge.
En lllescas podrán mejor curallos.
Behhl'cco.
¿Y i los viejos?
Don Jorge.
¿Los viejos." Darlui» inueric.
pues nu hay limosna igual como sa\.allús
desie mal mundo. ^^
Mingo. t^^
¿Y esees buen consejo?
Don Jorge.
¿Para qué ha de vivir, si es pobre, un vie|o?
Mingo.
¡Plegué A Dius que no llegues á esus día
Don Jorge^
Las viudas hilen, si de edad no fueren
para casarse.
Berrueco.
Bien lu intento guias.
Don Jopgr.
No ha de haber pobres: los que aqui lo fueren
haceldos desterrar, que son harpías
que á nuestras mesas susleniarsc quieren;
> un poderoso que los desterraba
tacones de los ricos los llamaba.
Crespo.
Mejor nombre les da el cristiano celo,
de quien en este mar los llama naves
en que la caridad despacha al cielo
riquezas de que tiene Dios las llaves.
Kl mundo es mar y en el, cierto, recelo
de sus Caribdis y sus Sirtes graves.
b!n su golfo se pierde el que navega;
vola la caridad al cielo llega.
Don Johoe.
Predicador villano: ^tú conmigo
con ejemploi y réplicas te pones?
Vete, SI no es ^ue aguardes el castigo
digno de tus hipócritas razones.
No cs bien que á pobres se reparta el iri^o,
que son de la república ratones.
Vete.
Mingo.
Si limosnero, señor, fueras,
tus vicios, con ser tantos, encubrieras.
{Vanselottres.)
ESCENA X
Salf M«i>« Pascual*.— DoM Joki» y Lillo.
lARi. A no salir del convento,
de modn me enamorara
tu divino entendimiento,
Juana santa, que dejara
de dar al cuerpo sustento
por tus palabras, manjar
que desterrando el pesar
dejan el sentido en calma,
pues con las sobras del alma
me pudiera sustentar.
Pero, pues que del sali
y palabra en tu presencia
de no ofender á Dios di,
no hayas miedo que en tu ausencia
pueda la pas ón en mi
lo que ha podido hasta agora,
que, en fin, eres mi fiadora, *
y Dios severo acreedor
que cobrará con rigor
si no paga la deudora.
A don Jorge quise bien;
pero ya en cfniza fría
sus torpes brasas se ven.
¡Ay cielos! éste es.
Jorge. iMaría:
á mi vista albricias den
mis deseos, que en tu ausencia
han mostrado á la experiencia,
en el potro del amor
los tormentos que el temor
suele dar á la paciencia.
^j.No me hablas? ^Porqué enojos?
ACTO SEGUNDO sgS
Pones mi esperanza en duda.
Mas ya sé que son antojos
de amor, que la lengua muda
suele pasarse á los ojos.
Mi .Maria: si no es vano
el amor que te provoca,
ya que por temor liviano
me niega el habla tu boca,
hablar puedes por la mano,
que su cristal me enamora.
Mari. (Ay confianza habladora!
Cuan lejos suele vivir
el prometer del cumplir
he experimentado agora.
Soldado he sido cobarde;
hice en la paz menosprecio
de la guerra, y en su alarde
caí; que es propio del necio
temer el peligro larde.
Prometí de no ofender
á Dios; pero, ¿qué he de hacer,
si la poca resistencia
me cupu sólo en herencia
de la primera mujer?
De un modo empiezan su nombre
mudanza y mujer liviana;
múdeme, nadie se asombre,
si á tva vence una manzana,
que hoy i mí me venza un hombre.
JoHGE. ¿Qué dices?
Mari. Que no quisiera,
por lo bien que me estuviera,
deciros que os quiero bien,
JoRiiE. Pues, mi labradora, ven
adonde mi amor te espera.
Maoi. ¿Estas las cenizas son
frías? .Mas dejó una brasa
escondida la afición,
y quemaráse la casa,
porque sopla la ocasión.
{Vanulot dnt )
ESCENA Xí
Qutiia LiLuo y sale ('nictro.
Crespo. Yo, señor Lillo, quisiera
hablar al Comendador.
LiLLO. Por el Lillo y el señor
le llamara si estuviera
para eso; pero está
ocupadu.
Crkspo. Pues ¿qué hace?
Lii.LO. I na dueña en quien deshace
lo que ella otra vez no hará.
Crespo. Que es cosa y cosa parece.
LiLLO. Cosa sin cosa podría
ser ya.
Crespo. ¿Quién será?
Lillo. María
Chespo. ¿.Mari Pasqual?
Lillo. Esa ofrece,
pues que sabelloctidicias.
primicias de su hermosura
á don Jorge.
Crespo. Pues ¿es cura
para llevar las primicias?
^^^294
^^^^^^^^^^UVSAr^AJUAÑ^^KOt»Ñby^ART^^^^^^^^^^^B
^^^ LlLLO,
Esta es la verdad.
torpe solicitador, ^^^B
1 Crcspu.
¿No estaba
sin sentir tu vil señor ^B
^^H
en la Cruz?
que te sirvan las mujeres ^H
^^B
Ilizola echar
que el deshonra, de despojos^H
^^B
Juana.
Pero, afrentoso alcahuete, ^H
^^H Chkspú.
Yo voy á avisar
aguárdame, y sacaréie, ^|
^^H
á su padre, que pensaba
porque no lo' seas, los ojos. ^H
^^^B
que allí la tenia guardada:
L11.LO. ¿Porque á mi amo ha servidc^H
^^F
pero diréle que queda
tantos humos ha cobrado? ^B
F
bellaca para moneda.
Advierte que es del criado ^B
^^^ LiLLO.
;l*or qué?
todo et ropaje tr»ldo; ^B
^^K Crespo.
Porque está cercenada.
y que aunque el Rey tenga O^B
^B
( Vait.}
de notable estimación, ^H
quitado el caparazón, ^B
^B
ESCENA XII
le corre cualquier lacayo, (f^^l
^^^P Sale Don Joi^ge iTid/<;'ar<tntío d MaKI Pascuai a.
^B
LitLO.
ESCENA XIV ^^H
^^ JOP.. .
Echa, con la maldición,
esta mujer, en quien veo
que es la esperanza y deseo
Queda Maki Pascuala. ^^^^H
^^^B
¿Estos son pagos del mundo, ^B
^v
mejor que la posesión.
¡Que lü que pretendí tanto
én deudas tan merecidas ^B
como son deudas de honor ^B
■
tanto me llf¡iue ¿enfadar!
cuando se acercan sus ditas? ^B
V l.ll.l.U.
Amón eres con Tamar;
¿Asi se cumplen palabras ^B
1
gozástela, no me espanto.
Oos caras el gusto pinta.
con lágrimas ofrecidas, ^B
^^-^
Con promesas intimadas, ^B
^^^H
señor, en cualquiera cosa:
si es ajena, muy herniosa:
con ansias encarecidas? ^B
^^^B
¿Aquesto es ser caballero? ^B
^^^B
pero si propia, distinta.
¿En esta nobleza estriba ^B
^^^H
Cuando ajena, cosa es clara
el valor que España ensalma ^B
^^^H
que el sol era su irasíado;
y estimaron mis desdichas? ^B
^^V
pero ya que la has gozado
¿Mudables, dicen que son ^B
V
verás la se|;unda cara.
las mujeres, ofendidas ^B
m Mari.
^Asi se pai^a el honor
de- tantas lenguas mordaces ^B
^^^L
de una mujer, iemeniido?
tantas plumas enemigas? ^B
^^^B ,
Mas de honras, ^-cuándo ha sido.
¿Esio es ser hombre, de quietl^B
^^H
el mundo buen pagador?
tantas virtudes se añrman, ^H
^^H JOROK.
Déjala y ven. (tdüc.)
tantas hazañas se alaban, ^B
tanta firmeza publican? ^B
Si asi los hombres son que España cria,^B
^H
ESCENA XIII
tmal haya la mujer que en hombres fiaf^^
]Ah ingrato y necio pastor!
^V
l.icuos, mtnos Don Jokob.
¿la oveja dejas perdida ^^
para que lobos la coman j^B
^^B ^M\KI.
Oye, escucha...
después que la lana esquilmijM
^^H
¡Ah tirano; ¿asi te vas.-*
¿Cómo, cielos rigurosos.
^^B
Mas la deuda negarás.
si es verdad que ¡a justicia ^j
^^^B
que es costumbre cuando es mucha.
desterrada de ta lierra ^B
^^^1
Paga como caballero;
vuestro tribunal habita. ^B
^^^B
pero dirás, y es verdad.
no castigáis este ingrato, ^H
^^^B
que perdió la voluiilad
pues no valen allá arriba ^H
^^^m
el gusto, que es su dinero.
las dádivas ni el poder ^H
^^^B
Que eres noble considera.
que tantas varas derriban? ^B
^^B LiLLO.
Pasito, Mari Pasqual,
i us'icia os pide mi agravio ^B
^^B
que no fuera ói principal
de un traidor que famas quitaJ^f
^^^B
SI pagara y no debiera;
de un hombre, en fin.quecnsernfl
^^^B
y si de palacio el trato
será la mudanza misma. f|
^^H
sabes, ten por negocio hecho
Mas, pues deudas de honor tan presto oM||
^^^B
que eres rnia de derecho.
¡mal haya la mujer que en hombres fial^B
^^H
porque he levantado el plato.
Pero, alma: ¿de qué os quejáis^*
^^^H
Si te dejares comer
de promesas no cumplidas,
^^^V
mi apetito estimarás.
si la palabra quebrasies
^^V Mami.
Como imitándole estás,
que á Dios distes este día?
^^V
vendrás tan infame á ser
Si os quilú don Jorge la honra^_
L
como el señor, d« quien eres
por vos quitaron la vida |H
1
ACTO TERCERO ^^^^B 295 ^M
p
á Dios; si él os ha dejado.
espera, que Dios en ellas ^^^|
sin Dios andáis vos perdida.
tus cargos y cuentas libra. ^^^H
Yo prometí no ofendír
(Dait un Rolaría y Hnapami.) ^^|
su Majestad infinita,
^^^^H
Juana salió mi fiadora;
^^^^H
mas ^quién de ocasiones fia?
ESCKNA XVi ^^H
¿Tendrán perdón mis pecados?
^^^H
No; que es la ofensa inlinila.
Mari Pascuala ^^^^H
¿No puede Dios perdonarme
^^^H
si le llamo arrepentida?
¡Oh mil veces samas cuentas; ^^^H
Si puede, mas no querrá;
milagrosa medicina ^^^^|
pues ¿será razón que viva
de precipitadas almasi ^^^^|
mujer que perdón no aguarda
Por vosotras reducida, ^^^H
y de un hombre fué ofendida?
Eso será gran deshonra;
confieso y tengo por fe ^^^^|
que a un «pequéw del alma, olvidft^^^^|
pues ^quilaréme la vida?
Si; que ya Ciioy condenada»
Dios infinitas ofensas. ^^^^|
Pequé, Señor, mí alma diga. ^^^^M
y el Ángel que en compañía
Kn la Cruz he de ser monja; ^^^^|
y guarda el ciclo me dió
vuestra Majestad permita ^^^H
me ha dejado, porque escrita
que sus religiosas santas ^^^H
ha visto ya la sentencia,
me lo otorguen, aunque indigna, ^^^^|
por mi mal, ditinitiva.
que, como la Cananea, ^^^H
¿Adonde un lazo hallaré?
las migajas y reliquias ^^^H
Mas ^;será tal mi desdicha '
de su venturusamesa ^^^H
que aun le faltará á pi muerte
podrán sustentar mis dichas. — ^^^H
el instrumento homicida?
Juana: por vuestra oración ^^^H
Dadme, verdugos eternos.
me ha dado el cielo dos vidas, ^^^^|
un cordel, que al que castigan
la del alma y la del cuerpo. ^^^^M
de balde le da la soga
Misericordia infinita: ^^^^|
can que muera, la justicia.
pues perdonáis ofensas cada día, ^^^^|
{Ecfianla un Ci>i\1rl.)
(bien haya la esperanzaqueen vosfial ^^^H
¿Qué es esto? ¡ay de mM l'na soga
^^^H
me arrojaron desde arriba.
^^^^H
¡Que por tan cruel salario
^^^^H
halle el mundo quien Icsirval
ACTO TERCERO ^H
Dádivas son del infierno
que promete oro de libar
^^^^^^M
^^H
y teje sogas de esparto
aue esperanzas precipitan.
Pero ¿qué mucho, si á Dios,
ESCENA PI^IMERA ^^H
^^^^H
cuando con pan le convida.
Sale La Sa.ita, presn^á una reja. ^^^^^M
en vez de pan le dé piedras
que en sogas libre sus ditas?
^^^^^^M
Presa estoy por mi .\badesa, ^^^^M
Matad, pues, cuerda, una loca
desesperada y precita,
que quien el honor perdió
justo es que pierda la vida.
ecio de un hombre es mi homicida:
y en esta celda reclusa, ^^^H
que, á quien tan mal del bien usa, ^^^H
1 despr
.tal hay
justo es que la tengan presa. ^^^^|
Castigado el loco asesa; ^^^^|
el contento me provoca ^^^H
a la mujer que en hambres fia!
desta pena que, aunque es poca, ^^^H
los que me reverenciaban ^^^H
L.
y la santa me llamaban ^^^H
f
ya me llamarán la loca. ^^^^|
¡Qué buen nombre me darán ^^^^|
r
KSCENA XV
y qué contenta estuviera ^^^^|
uitrt ah
irearii,baia ile arriba I.aSant», vhIüiiJi',
sí llamarme loca oyera ^^^^|
i
y <iífiVne/a.— Dicha
á los que en mi hablando están! ^^^^|
Leve castigo me dan ^^^^|
MTA.
Deten la bárbara mano.
para hallarme tan culpada: ^^^^|
.¿Por qué, ingrata, desconfias
pero tengo una prclad.i V^^H
1
de Dios misericordioso
(an apacible conmigo ^^^H
y apelas de su justicia?
que juzgará á gran castigo ^H
Quien perdonó á Magdalena
el tenerme aquí encerrada. ^H
te perdonará, María,
Suele el preso entretener ^H
pues es su misericordia,
la pena y melancolía ^H
como entonces, infinita.
que el temor y el ocio cria, ^H
Pide con ella perdón.
raen jugar y ya en leer; ^H
10 segundo quiero hacer ^H
1
y en estas cuentas benditas
^^^ag^^^^^^^^^tJ^ANTA J Ü A N A -
-SRCUNDA PARTE ^^H
^^^^^ sin dar lugar á querellas.
Junio al liquido marfil
^^^^H Libros sois, máquinas bellas,
pasa la fresca ribera.
^^^^B de milagrosa dotrina,
con cortes que primavera
^^^^H con signos de estampa Una,
trujo al apacible Abril.
^^^^H cuyas leiras son estrellas.
Luego dio al .Wayo sutil
^^^^H Once cuadernos encierran
tornasolados plumajes
^^^^H vuestras hojas Soberanas,
de ramas y llores, trajes
^^^^H en cuyas escritas planas
con que sus pajes compuso.
^^^^H tantos ñiósofos yerran.
que, pues casa al hombre puM
^^^^K Los polos fijos que cierran
bien es que la vista pajes.
^^^^B este libro y su tesoro,
Después el pródigo Agosto
^^^^H son las manecillas de oro,
cubrió de manojos rubios
^^^^B y el sol y la luna son
las eras desde los ubios
^^^^B la hermosa iluminación
del carro largo y angosto;
^^^^H que hÍ20 el libro que adoro.
y luego, en sabroso mosto.
^^^^H Et\ esta hermosa canilla
pasado el estio enjuto,
^^^^H que. cual pergamino extiendie
dio generoso tributo
^^^^B el Maestro eterno, aprende
Septiembre á los labradores,
^^^^H toda criatura sencilla.
porque después de las flores
^^^^H El sabio se maravilla
quiere Dios que demos fruto.
^^^^H como el ignorante en vella.
Reino luego el cierzo frío:
^^^^H y sin poder comprehendella
de Enero la barba cana h
^^^^H sino su Autor soberano,
dando de nieve la lana H
^^^^H desde el hombre hasta el gusano
al monte, el cristal al río; ■
^^^^H están deletreando en ella.
el escarchado rocío H
^^^^H Aves, quecún varias plumas,
sobre el campo siembra y vierlíP
^^^^H dándoos el viento papel
que como año (si se advierte)
^^^^H estáis escribiendo en él
llega la edad más cumplida _
^^^^H de Dios las grandezas sumas.
desde el Abril de la vida ■
^^^^H Peces, que cortando espumas
al invierno de la muerte. m
^^^^H formáis circuios mejores:
En otros tiempos diversos H
^^^^H hierbas, que en tantos colores
Dios, con manos liberales, ■
^^^^H cartas al cielo escribís;
sustenta á los animales, ■
^^^^H fuentes claras que imprimís
peces y aves universos, V
^^^^H vuestros lazos en sus flores.
para que, en compuestos versos.
^^^^H pues andamos á esta escuela
alaben perpetuamente
^^^^H y deste libro la fe
entre sus guijas la fuente, ^
^^^^H nos enseña el abecé
y con agudos y graves ^
^^^^H que el más letrado desvela.
entre los ojos las aves
^^^^H daros lición me consuela.
y entre los pueblos la gente.
^^^^H Aquí os podéis allegar,
Cada cual al cielo avisa,
^^^^H pues que nos sobra lugar.
que esta obligación forzosa
^^^^H y ya la Abadesa mía
cumple el campo con su rosa
^^^^H i las gentes, cual
y el arroyo con su risa.
^^^^H no me deja predicar.
Sólo es del hombre divisa ■
^^^^^H {Dtscubrtst uncampo con auts Y un rio
la ingratitud, que procura, ■
^^^^^^M con ptcts, oytndo predicar á La á*nta.)
como no ve la hermosura ■
^^^^H Mi Seráfico llagado
de su eterno bienhechor, fl
^^^^H predicaba muchas veces
por olvidar el Criador ■
^^^^B á las aves y á los peces
perderse por la criatura.
Pero, aunque pueda aprender
^^^^H cuando no estaba en poblado.
^^^^H Pues solos nos han dejado,
de vuestra obediencia el hombre.
^^^^H ea, hermanos pajarícos.
hcrmanicos, no os asombre
^^^^H de plumas y voces ricos,
que tenga que reprehender:
^^^^H llegaos de dos en dos.
la hormiga no ha de querer
^^^^H Animalejos de Dios,
que el avaro, siempre pobfí.
^^^^H plateados pececicos:
alas con su ejemplo cobre
^^^^H venid todos y escuchad
para que adquiera y no gaste,
)ueno es llevar lo que baste,
^^^^H con atención y respeto;
^^^^H ninguno me esté inquieto,
malo es llevar lo que sobro.
^^^^H que le azotaré en verdad.
^Porqué vos, hermana hormiga.
^^^^H La Divina Majestad
fisonjera del montón, h
^^^^H repartiendo su tesoro
á la gula dais lición H
^^^^H en este esférico coro
porque su apetito siga? ^^^M
^^^^H su providencia dilata
Siempre del comer amiga|^^^|
^^^^H criando peces de plata
^^^^V y aves de esmera da y oro.
pues, en trabajos y fíest^s ^^^B
pot los llanos y las cuestas, 1
ACTO TKPCEKO
297
como el avariento humano,
«oís ganapán del verano
llevando tercios acuestas.
No es esto bien hecho, hermana,
ya es supérHuo ese cuidado;
quien hoy os ha sustentado
os sustentará mañana.
Y el avecilla liviana
que con las alas y pico
acude al sembrado, que es
la vida y sustento humano,
que para comer un grano
deja descubiertos tres,
¿qué merece.-* ¿listo es bien hecho?
ViÑo es como el pródigo loco
que, habiendo menester poco
para quedar satisfecho,
desperdicia sin provecho
la hacienda suya y la ajena?
Coma el ave, enhorabuena,
si le basta un grano ó dos.
que para lodos da Dios;
mas el perderlo condena.
Y la hermana golondrina
que en los santos edificios
3uiere estorbar los oficios
e la Majestad divina
cantando, ¿es buena vecina?
Por muy maía la contemplo,
pues con sus voces da ejemplo
á los que en conversación
la casa, que es de oración,
hacen sarao y no templo.
Cuando el sacerdote canta,
callad, hermana picuda,
que á veces la lengua muda
merece nombre de santa.
Kl perro leal me espanta
de ver que tanto amor cobre
al rico, que ladre ai pobre:
esa es poca caridad,
que el pobre en la calidad
es oro, y el rico es cobre.
También en reñir me fundo
los peces, que, cual los ricos,
los grandes tragan los chicos,
pegando esta peste al mundo.
Aunque el siglo es mar profundo,
no es bien despreciar los buenos,
que, si agora valen menos,
son norias los señoríos
donde bajan tos vacios
Y vuelven á subir llenos.
fea, acábese el sermón,
con que cuantos aquí estamos
ensalcemos y sirvamos
al Divino Salomón;
él os de su bendición.
iHermanos animalejos:
de los hombres sois espejos!
Adiós; tomen este pan
y mañana volverán;
daréies nuevos consejos.
{Encübretr el carneo.)
De completas es ya hora;
quiero, mi Jesús, rezarlas.
jAy, quién oyera cantarlas
vuestra capilla sonora!
Aunque soy mala cantora,
yo sé. Amor, que no os pesara
si algún moiete entunara,
haciendo á mis dichas tiesta.
Pero ¿qué música es ésta?
ESCENA II
Aparicne con müiica S*n Antonio db Padoa cciit (
NiSo y ti Anoici. con una corona dt /turtt.
Santa. |0h luz apacible y clara!
Jes^ís. ¡Esposa mial
Antonío. ¡Mi hermana!
Santa. ¡Mi Jesús, mi San Amonio!
El Niño dé lesiimunio
de lo que vuestro amor gana.
Antonio. ¿Quieres tenerle tú, Juana?
Santa. No soy digna como vos
de ese bien; guzaos lus dos,
que, como en dichosos lazos
siempre le traéis en los brazos,
parecéis madre de Dios.
JESi' s. De esposo te vengo á dar
esta sortija. (Dal» una sortija.)
Santa. ¡Qué bellal
Vos seréis diamante en ella,
que sois la piedra angular.
Bien hacéis en visitar
los presos, dueño querido,
JesTs. Juana: quien le ha perseguido
está á la muerte.
Santa. ¡Ay, mi bien!
¿Quién me ha perseguido?
JesÍ's. ¿Quién?
Tu Vicaría.
Santa. Aquesa ha sido
mi madre y es mi Abadesa.
Jesiíís. Siempre te ha querido mal,
y con castigo inmortal
lo ha de pagar.
Santa. No es paga esa
digna del bien que confiesa
mi alma haber recebido
por su causa, que si he sido,
mi Dios, presa y castigada,
soy mala, y es mi Prelada,
bien lo tengo merecido.
Hahéisla de dar perdón
por mí ruego. Esposo santo;
dalda doloroso llanto
y muera con contrición;
abíandalda el corazón,
6 no os soltaré tan presto. —
Mi Jesús, yo quiero esto:
¿habéislú de hacer por mi?
Decid si.
íksi' s. Digo que sí.
Santa. ¡Echó mi ventura d restol
JksC's. ¿Qué me pedirás, esposa,
que^o haga?
Santa. ¡Ay, dueño amado!
Jesós. Estoy muv enamorado
de ti.
Santa. Y yo muy venturosa.
{fúñela K\ Aagel la corona.)
Con esta corona hermosa
que l.aurel, lu ánpel, te pone,
lu constancia le corone.
Santa. ^r>ejáisme?
Jesís. (Juódale a Dios.
{f.ncührtse)
Santa, il^o es queda rnne con Vos.
Mi dicha el mundo pregone.
ESCKNA Ifl
SaU S'.non MahU EvAMiíKi.t«r* y Mahi P*scc«i.a
tlt monja. - /.a Sakta.
KvANf.Ei . Madre: la Madre Abadesa
se nns muere.
Santa. Ya lo sé.
lívAN(iEi..No quiere que esté más presa,
SI no que perdón Im dé
de las culpas que conlicsa.
Mawi. Muestr,asde extraño dolru-
tiene.
Sania. (Gracias al Sefioi,
que su pecho ha vucilo tierno.
EvANi>EL. Teme que ha de ir al infierno.
Santa. t)e eso no tenjía temor,
que ni se ha de condenar
ni ha de ir al Purgatorio.
EvANdEi.jQuti favor tan sin^ularl
Santa. .\1 eterno desposorio
mi Jc-íLis la ha de llevar.
A vos, ^jcómoos va, ^\ar¡a?
Maki. Com-j en vuestra compañía,
madre sania, que es del ciclo.
Mas de Don Jorge recelo;
poique de nuevo porfía
á perseguirme después
que sabe que monja soy;
temo mi tlaqueza, que es,
al ("m, de mujer.
Santa. Vo os doy
palabra que ti interés
de su torpe amor, María,
ha de volverse este día
en devola pena y llanto.
l)on JorKC ha de' ser un santo.
Mari. Pedildo i Dios, madre mía.
.Santa, i^onfiésoos este favor
de mi amoroso Señor,
que es muy lar^o y liberal:
yn he de dar bien por mal
si fué mi perseguidor.
ESCKNA IV
fSatí una Mohía -Dicho».
MoKjA. Madre: la Abadesa ns llama:
porque dice que «in vos
todo es pena.
Santa. Mucho me ama;
vamos, que i gozar de Dios
volará desde la cama. (Vanit lat trn >
^>u<:.rij .Maki Pascuala y sal* otra He
con un crtiillo dtfrutm.
Monja. Su padre, hermana, le en?i«
esta fruta; la andadera
se Ja ira|o ¿ la tornera.
Mari. Yo la estimo, madre mía.
¿Quiere della?
Monja. Haráme daño
y soy mala comedora.
Adiós. (v<isí.)
ESCENA VI
Mahi Pascuala tola.
¿Fruta mi padre ahori
Regalo es si no es engaño.
El cestillo quiero ver.
Manzanas son y un billete;
lodo engaños me promete;
aqui he aprendido á leer
un poco. ¿Cuyo será,
que mi padre nunca escribe?
¿Si es de don Jorge en quien vi«
el fuego que apagué ya?
jOh, qué mala l'ruta nueva
será y qué triste presente,
si es don Jorge la serpiente fl
que engaña con fruta á KvafS
¿Otra vez el corazón
rendís, mudanzas livianas?
|Ay, hechizadas manzanas,
y ay, hechicera afición!
Imposible es no miralle,
pues ha de ser, sin creelle,
abrille para leellc,
leelle para rasgal le.
|Las mentiras que habrá <n éll
lina manzana ligera
engañó á Eva: ¿qué hiciera
con manzanas y papel?
{Lte la carta.)
«í'ara castigo de mi ingn
basia ausencia de un mes: y
premio de mi amor que, como f
renace de las cenizas del pasadi
termínate esta noche á aguardi
á las doce, junto á las paredes
bajas de la huerta de esA casa,
pues no eres profesa en ella y
en quererte, á esa hora las am
para que con secreto (si tú quis
satisfaga quejas pasadas, ó con
boroto, si te resistes, dé que di
todos. No aguardo respuesta, po
de una manera ó de otra, tú s(
has de ser, á quien el cielo %ii
Don Jorge.*
Resuello el mudable está:
cielos, ¿qué responderé.*
¿Persuadirémc y creeré
que don Jorge pagará
segundas prendas de an)or
^^^^B
299 ^Ml
^^^con promesas lisonjeras,
HSCENA VIH ^^1
1 si despreció las primeras,
^^m de mas estima y valorr*
^^^^H
Sale Don Jobo» como dt noche. -l.Mto durmiendo ^^^H
^^H No; mejor es excusar
^Hl
^^B el rigor de la justicia
Jorge.
Lo que desprecié deseo. ^^^H
^^^de Dios. Mas ¿nn soy novicia?
que es niño amor, y apetece ^^^H
^^ Segura puedo dejar
hoy lo que ayer aborrece. ^^^H
r el hábito; ¡qué cruel
Ya tendrá Pascuala, creo^ ^^^H
^^- pensamientol ^Pagará
el papel que la escribí: ^^^H
^^m mi amor quien en arras da
su amor puede asegurarme ^^^H
^^m de mi honor un vil cordel?
que debe ya de esperarme. ^^^^H
^H ^Dirélo á mi madre Juana?
A Lillo mandé que aqui ^^^H
^^1 No, que viéndome dudosa
me aguardase; ¡buena guarda ^^^H
^^V podrá ser que rigurosa
tendrá en él mi pretcnsnín! ^^^^|
^^T me castigue por liviana.
Pero si mujeres son ^^^^|
F Ya es de noche; ¿qué he de hacer?
limidas, .jqué me acobarda? ^^^^|
L Amparadme, Juana, vos,
No está la pared muy alta ^^^^|
r pues, os suele decir Dios
para las alas de amor; ^^^H
L lo que ha de suceder. (Vast).
pero no, que s¡ es traidor ^^^^|
quien del Rey la casa asalta, ^^^H
¿qué será quien 1<4 de [tios ^^^H
quiere escalar? Mas dejemos, ^^^H
^B ESCENA VII
alma, temores y extremos, ^^^H
porque no digan de vos ^^^^|
que amáis poco. Alio, cuidados, ^^^H
^^H Sait oo/a LiLLfi, de niicht.
subid, que no hay que esperar. ^^^H
LiLLO.
{Entre iueñin ) ^^^^M
p^" ¡Par Dios, que me trae don Joruc
Digo que tengo de echar '^^^H
r en buenos pasos! Mas sun,
(pues que soy mano) los dados; ^^^H
los pasos de la Pasión.
^^^H
VA diablo temo que forje
Jorge.
Si está dentro ^^^^|
alguna trampa en oue demos.
Su mudable natural.
quien adoro, ¿en qué repara ^^^^|
mi recelo? Subo. ^^^|
^^ gozada Mari Pasqual
LiLLO.
^^M
^^K y empalagado, hizo extremos.
JOPGE.
iQuc pare! Pues ¿qué hay? ^H
^^[ Dejóla, metióse monja,
LlLLO.
Encuentro. ^^^H
y agora la privación
JOBGE.
¿Encuentro? Luego ¿otro amante ^^^M
como si fuera eslabón
la goza dentro? |Ay de mil ^^^|
y el alma yesca de esponja,
mataréle es ^^^|
tal fuego ha venido á dar
Pasemos, alma, adelante ^^^|
que. loco, hace juramento
que éstos son lodos encantos: ^^^H
que ha de entrar en el convcnln
¿qué me puede resultar ^^^H
y otra \ei la ha de gozar.
de entrar y sacalla? ^^^H
Y á mi que toda la (arde
LtLI.O.
^^^H
jugando he estado y bebiendo.
JOHGE.
¿Qué será esto, cielos santos? ^^^H
y quisiera estar durmiendo,
¿Quién mí daño pronostica? ^^^H
me manda que aqui le aguarde.
¿Aüar me ha de suceder? ^^^H
He cargado delantero,
JHechizos deben de ser ^^^H
que soy devoto de Baco,
que aquella Juana fabrica ^^^|
y por mi devoción saco
por que mi amor vuelva alris: ^^^|
soplando el ánima á un cuero.
pues en vano será. ^^^H
Dos mil candiles y luces
LtLLO.
^^^H
me representan en vano.
JOUGE.
¿Qué quieres, voz? ^^^|
y como soy buen cristiano
LlULO.
Salle ^^^H
con los pies hago mil cruces.
Jorge.
No quiero. ^^^H
Pienso que doy al través
LtLlO.
Pues perderás. ^^^H
tropezando, y por más mengua
JiORGE.
¿Qué hay que temer? ^^^1
pronunciando erres la lengua.
LlLLO.
Mala suene. ^^^|
escriben equis los pies.
Jorge.
Hechizos son, pero en vano: ^^^|
.Sentado podré aguardalle.
^^^H
^•Bostecitos? brindis son.
LlLLO.
Espera, echa otra mano. ^^^|
al sueño; haré la razón
JORGF.
Que eche á otra mano me advierte; ^^^H
1 aunque me duerma en la calle;
luego ¿no voy bien por ésta? ^H
que quien de Baco es amigo
LlLLO.
No, vuelve otra vez á echar ^H
y á tragos sus pechos mama,
el dado. ^H
jamás dormirá sin cama,
Jof>r,E.
Que vuelva á amar ^H
que siempre la trae consigo.
otra mujer me amonesta, ^H
3oo
No sé, por el ciclo eterno,
lo que haga.
I-II.LO, Ya has perdido.
JoKiJE. ¿Qúé'f
i ii.i.o. El alma paso.
ionr.E. Sentido:
,;adónde vaisr*
Lii.LO. Al infierno;
paso.
JoMCiK. Déjame gozar
á Pascuala, y venga luego
los que en el eterno fuego
se abrasan.
Lru.o. Siete y llevar.
JouLfi. Lulo es, por Dios, que. dormido,
mi amor ha puchito en cuidado,
pues todo lo que ha soñado
de mi mal presagio ha sido.
Aumeniado ha mi temor
por lo que durmiendo acierta.
¡Borracho, loco, despierta!
(Dale de caces.)
LiLLo, Barato fuera, señor.
[Leiiániase.)
Como has venido tan tarde,
que par Dios, que me dormí.
JoRGR. ¡Buena ayuda tengo en li!
Vuélvete á casa, cobarde,
y haz que ven({a alguna gente
por si tuere menester.
LtLLO. ¿Quieres subir.'*
loRf.E. ¿Qué he de hacer?
LiLLo. Ya yo sé que eres valiente;
mas una escala no es nada
á estos tiempos.
JoHOE. Vuelve aquí
con la escala.
l-iLLo. Harélo asi. 'V^a" )
•
ESCENA IX
t>oN JoKr.B, Mato.
Las monjas que con Pascuala
están no pondrán en duda
mis violentos pareceres,
que huirán como mujeres
viendo una espada desnuda.
Mal haf^o; pero al ñn sigo
mi inclinación; della espero
mi contento.- subir quiero.
Amor: venid en mi ayuda.
ESCENA X
Al quertr ]/:ubir, st apaitct la Samta arriba de rodi-
llas, y li su i'Ot ie relira y titr«mice»t , U>Heri>so
dt lo I/u* dice.
Santa.
Don Jorge: ¿dónde vas? ¿qué es lo que inienla
tu juventud'liviana?
Ten cuenta que mañana has á¿ dar cuenta
¿ ninc cpvprn tiii>7 V niiA inañana
á Dios, severo Juez, y que mañana
te espera, cuando iodos te hacen carg
larga cuenta que dar de tiempo largo
go.
{DesapartCf '
■1
i
— SEGUNDA PARTR
ESCENA XI
1>0N JOhG8,SO/o.
¿Larga cuenta que dar de tiempo lari
¿Y hasta mañana vivo?
-Tan corto el plazo, tan probado el cargí
¿Tan poco el gasto de tan gran recibo,
V que me aguarde, cuando más vicioso,
termino breve, tránsito forzoso?
Alma: ¿sois de diamante?, ¿sois de piedrí?
Si es la muerte el gusano
de Jonás, que la vida como hiedra
derribas, ¿qué esperáis, intento vano,
si mañana he de ver á lo más largo
lerribíe tribunal, juicio amargo?
Perdiendo la ocasión, perdi la vida
en la torpeza y vicio.
¿Qué espera, pues, un alma tan perdida?
Sin juicio viví, pue» el juicio
no temí, que es por ser tan rigurosa
aun á los mismos santos espantoso.
Todos son contra mi, todo me culpa
no tengo cosa buena
que poder alegar en mi disculpa,
ni valeaqui el favor contra la pena,
porque es en tribunal tan espantoso
recto el Juez, y entonces riguroso.
Pues, alma, demos vuelta; si hasta agora
de vicios sois trasumpto,
que Dios perdona al pecador que llora;
no perdáis punto, porque en solo un punto
ganaréis si lloráis contrito y tierno,
punto en que va á gozar de Dios eterno.
Por un «pequé» perdona de improviso
Dios al salmista hebreo;
á Dimas da un ntumento el Paraíso;
por cambio, el cielo, en cambio da á .Mateo,
Alma: en tu mano está, ó el premio eterno,
ó el penar para siempre en el infierno.
ESCENA XJI
Sale LiLLo, — Diciio.
LiLI.O.
Señor: ¿subiste ya?, ¿salió Pascuala?'
S.-is criados de casa prevenidos
traigo, que es cada uno un Rodamor
Don Jorge.
lAy, Lillot Pues ¿podrán esos seis hombrei
defenderme del trance riguroso
de un Dios que es Juez severo y p<xiero%o?
LiLI.O.
¿Cómo es esto? ¿Ya hablas capuchino?
¿Qué has visto?
Don Jorge.
La sentencia de mi muene:
mi mala vid.i, el libro dé Us cuentas
que ha de «justar mañana Dton conmigo;
¡Ay del que espere dar cuenta tan malal
LrLLo.
Que, en tin, ¿ya no te acuerdas de Pascuala^
1
ACTO TERCERO
)N JOR'.K.
;sloy, yo sienio que me muero.
i quien os ha cual yo ofendido
]ue por vos perdón alcance,
uestro cierno y santo Esposo,
sus enemigos á su padre
la cruz; pedílde que no muera
)lor perfecto de mis culpas;
titáis que para siempre pene,
titáis que mi alma se condene.
L ILLO.
ienes agora, mozo cres;
te metió en los cascos que te mueres?
Don Johge.
pagaré el común tríbulo.
Lii.io.
tan malo si me cabe un luto.
! tienes, señor?
»D0N JOHüt.
Culpas sin suma:
:ia de Dios es libro y pluma.
LlLlO.
s don Jorge?
^L Don Jo<<of;.
^P Soy moría! que basta.
^p LiLI.O.
nes?
Don Jorüe.
Del alcance el mal descargo,
enla que dar de licriipo largo. iVanat.)
" ESCENA XIII
Salen la Samta y ¡as .MoKJAS.
f.. Madre: ^que os vemos ya libre?
,;que se alegra vuestra casa
otra vez con vuestra vista?
.•¡Que por vuestra oración santa
murió la que os pcTse¿;uia
como un angelí
.* ^'Quicn no alaba
vuestra virtud, madre nuesira?
Hijas: demos muchas gracias
á mi soberano Esposo,
pues goza nuesira Prelada
de su presencia divina
en su celestial alcázar,
y dadme los brazos todas.
."Corridas y avergonzadas,
las que antes la persiguieron,
la piden perdón, oye rodiUas todas.)
Ilennanas:
alzad del sucio, abrasadme.
m ESCENA XIV
Sale Mahi pABcrAtA.
Madre mía: pues alcanza
iodo lo que a Dios le pide,
Santa.
Mari.
3oi
duélase ( i ) agora dt- un alma
que en el trance de la muerte
mvoca su ayuda santa.
Don Jorge se está muriendo;
quiscle bien, madre amada,
sentiré que se condene
por mi, que he sido la causa
de los desatinos suyos.
Esas lágrimas me agiadan;
lastima tengo á don Jorge;
no permita Dios que vaya
al infierno. Hermanas mías:
lloremos toda<>, que alcanzan
las lágrimas cuanto pueden,
Todas al coro se vayan
á rogar á Dios por él,
mientras que yo, arrodillada,
suplico á quien derramó
por él su sangre en el ara
de la cruz, que no permita
tanto mal, desgracia latita.
Vamos, madres, que ya voy
con cierta fe y contianza
que don Jorge ha de salvarse,
aunque son sus culpas tantas.
^ IVanit.)
ESCENA XV
La Samta sala
Hoy es viernes de la Cruz
y de la Semana Santa
el dia más misterioso,
de más dolor, de más gracia.
La cruz tiene á Dios clavado,
que es su tálamo, su cama,
su cátedra, su palenque,
su esposa, su enamorada.
En otra cruz quiero yo
ponerme, que. si le agrada
tamo la cruz á mi Esposo,
¿quién duda que por su causa
me dará cuanto le p\ds? {Crucificase.)
jAy mi Dios, y quién pasara
en este madero santo
los tormentos, penas y ansias
que pasastes Vos por mi!
,;Yo el pecado, Vos la gracia;
yo en regalos. Vos en ciuz;
Vos con tormentos, yo sana?
¡Ay Jesús del alma mía!
Vuestros dolores traspasan
mi abrasado corazón,
mis encendidas entrañas.
|Av Seráfico Francisco,
quién con las insignias santas
os viera que el Serafín
os dio por joyas preciadas!
Vos que imitación de Cristo
sois vos en quien se retrata,
vos en quien su pasión pinta,
vos en quien puso sus llagas,
venidme á ver y lloremos
los dos el ver cuál mallralan
los lobos nuestro Cordero.
(■} «Dúdadc» CD el original.
3o2
LA SANTA JUANA— SEGUNDA PARTE
ESCIENA XVÍ
Aparéccse San Kkamcisco en cru^ con el serafín,
como se pinta.— La Sajtta.
Fkanc. Contigo esioy, hija cara.
Santa. ¡Oh, Alférez de Dios humano,
dosel donde están sus armas,
imitación de su vida,
depósito de sus llagas!
Desde aquí las reverencio;
Mayordomo de su casa,
vos sois sus pies y sus manos,
su magnate, su privanza.
Bien os están los rubíes;
buen provecho, santo, os ha^an.
jOué envidia tengo de veros.
SI envidia puede haber santal
ESCENA XVII
Áparécese <. kisto cruci/carfo.— Dichos.
Chisto. Mi ja: porque no la tengas
y porque no es razón haya
cosa que no comunique
con su prenda quien bien ama,
ven para que imprima en ti
las señales soberanas
de mi pasión y dolores.
Santa. Yo, Majestad sacrosanta,
ntj merezco tal merced,
ni los que os ven cara á cara
en vuestra divina corte
son dignos de merced tanta,
cuanto más un vil gusano
como yo, aún menos que nada.
Cristo. Esposa: yo gusto dcslo.
Santa. Si Vos gustáis, vuestra esclava
soy, amantisimu (esposo;
vuestra voluntad >e haga.
( r<i subirndo la Suma y Cristo baidndti
hasltt ti mtiíiu del tablado, v allt se jun-
tan y abracan en crun /os rfó» )
Santa. ¡Ay qué doloi. Jesús miol
ique me muciu! Hasta, hasta,
que las llagas que me dais,
el corazón me traspasanl
(Aptirlanst y queda ¡a Sanii en cru< en
ti aire con lat llaf;as.)
Cristo. Hasta mi Ascensión gloriosa
has de estar as!.
Santa. |Hay ta] paga
de amor y de voluntad!
No oso mil arme adornada
con joyas de tanta estima.
Fran».. Hija: ya mi dicha igualas.
Santa. No hay con vos igual ninguno,
Seráfico l'atriarca.
Pero, Esposo de mi vida,
no es día hoy de negar nada;
don Jorge se está acabando,
no permitáis que su alma
se condene.
Cristo. Ya murió.
y por amor de li, Juana,
padece en el Purgatorio.
Santa. Yo os doy infinitas gracasTi
Señor, por tantas mercedes.^
Chisto. Abrázame, prenda annada.
Santa. ¿Dejáisme?
(2B1STO. Contigo quedo.
Santa. Si, que siempre mi alma os i
ESCENA XVIII
Vuelve C»taTo á tía iar. abraca á la Saktj
récente y ^ueda la Saüta en et tire i
]Quc rica estoy de rubietf
Si el avaro el oro guarda,
joyas, guardaros pretendo,
porque nadie os vea en casa.
Las cinco quinas me ha dado,
sin ser yo rema, por armas
mi Esposo; mas como es Rey,
razón es que yo las traiga.
Voime á contemplar en V
mi manirroto Monarca,
que si á mi me ven mis m
querrán decir que soy santa.
onjli?
ESCENA XIX
Encúbrete, xalen algunas Mokjas y Sor Eva
EvAUEL. Hl Emperador está
otra vez, madres, en casa,
que con venir de camino
quiere ver la madre Juana,
y luego á Madrid partirse.
I'na. \'amos, pues, madre, á avisalU
y abrid las puertas, que al Cés.>í
nn ha de haber puerta cerrada.
(Vt
ESCENA XX
Sa/«N «f EMrKRAuvM, jconif/a ña míen la y
i
Carlos. A no atajalle la muerte,
vuestras injurias vengara.
MiNoo. Pues es muerto, gran señor,
no queremos más venganst
ni en premio de la lealtad
que siempre este pueblo guarda.
sino ser vuestros,
Carlos. Yo aceto
tan liel y i'usta demanda.
No tendréis otro señor.
Crcsi'O. Vivas más años que sarna
y que ha que en Castilla viven
las coplas del perro de Alba.
ESCENA XXI
Salen lat Monja». — Dichos
Monja i. 'Dadnos, señor, esos pies.
Carlos. Alzad; religiosas santas.
ACTO TERCERO
3o3
del suelo, alzad de la tierra.
¿Dónde está la Madre Juana?
(Detcübrese como estaba antes.)
iN)A2.'Hala concedido Dios
la maravilla más alta
que, después de San Francisco,
gozó criatura humana.
En manos, pies y costado
impresas tiene las llagas
de su soberano Esposo,
en quien está transformada.
Véisla, gran señor, aqu!.
RLOs. ¡Oh, gloria de nuestra España!
joh, pies y manos dichosos!
mil veces quiero besallas.
¡Que haya mujer en el mundo
Unos.
Todos.
Carlos.
Uno.
en Toledo y en su Sagra
que tanto de Dios alcance!
De ternura se me abrasa
el corazón, madres mías;
eslimad tan grande santa,
guardad tan preciosa joya.
jGran milagro!
¡Cosa extraña!
Vamos, que no somos dignos
de vista tan soberana.
¡Oh, portentosa mujer,
no cesen tus alabanzas!
Si esta segunda comedia.
Senado ilustre, os agrada,
con la tercera os prometo
ñn de maravillas tantas.
•t
TERCERA PARTE DE LA SANTA JUANA
ACTO PRIMERO
PERSONAS QUE HABLAN EN EL
Don Luis. (Toledo.)
César. (Montemayür.)
Don Dieuú, yiejo. (Crisióbal.)
LiLLO. (San Payo,)
CatSTo, Nuestro Señor. (Montemayor.)
La Santa. (María de Morales.)
San Laurel. (Amonio de Prado.)
Aldonza. (La Srt. Petronila.)
Peinado, pastor. (Aguado.)
DO'ÑA Inés. (La Sra. Anna .Vlaria.)
Crespo, pastor. (Aguado.)
MiNGü, pjsfor. (S. Pedro.)
Berrueco, ji>d5/or, (Juan Ximéaez.)
En Toledo, á 6 de Agosto de 1614 años, por Fr. (iabriel Téüez.
ESCENA PRIMERA
Don Lvms y César, como dt nocht.
Luis. ¿Hay más de eso?
César. ^-Es esto poco,
don Luis. p»ra obligaros
á la razón que os provoco?
^No basta para apartaros
de ese pensamiento loco
el saber cuan adelante
ha estado mi amor constante
y que fui favorecido
poco menos que un marido
y mucho más que un amanlc.*
En UQ año que he gozado
el dulce entretenimiento
que ya niega á mi cuidado,
mil veces mudé el asiento
desde la silla á su estrado,
y en él dando á mis amores
esperanzas en favores
de cintas, guantes, cabellos,
he alcanzado otros por ellos,
no sé si diga mayores.
Esto es cierto; averigualdo,
y si veis que vuelve atrás
vuestro crédito, deja Ido.
Luis. ^-Tenéis que decirme más?
César. Harto os he dicho, miraldu.
Luis. Ya lo he visto, y como es
el amoroso interés
feria de cambios y trazas,
sabéis mucho en sus trapazas,
que sois, César, ginovés.
Y« sé que vuestras porfías
por remediar vuestros daños
inquietan las dichas mías:
que son propios los engaños
en guerras y en mercancías,
y como es guerra el amor
y mercancía la mejor
que pone el gusto en su tiene
por quedaros con la hacienda
dais hoy en enredador.
Pero no habéis de tener
mucha ganancia conmigo,
que es necio, á mi parecer,
quien fia de su enemigo
ó cree á su mercader.
Duna Inés es principal
y discreta, y siendo tal,
cuando algún favor os diese
nu Itaria cosa que estuviese
á su reputación mal.
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
^"
^^^^^^^^^1
^^^^^ ACTO PRIMEHO
^^^ 1
I^V y á hacella vos, en efeto,
len respeto á mi presencia; i^^^B
1 de cuatro eses con que han dado
señor: tened, si os servís, ^^^|
faina al amante discrclu.
á mi vejez reverencia. *^^^|
la mejor habéis borrado,
Loco: sosiégate ya, ^^^H
que es la ese del secreto;
mira que tu padre eslá ^^^H
^ y á quien no sabe guardalle
"hace bien en desprecialle
embotando á tu rigor *^^^^1
los ñlos. Señor, señor, ^^^H
y echar de la voluntad
sosegaos. ^^^H
á quien, quizá sin verdad,
Lins.
Entraos allá, -^^^H
sus fallas echa en la calle.
padre, no deis... ^^^H
isAR. Kcfrenad la lengua airada.
DiEOO.
Tente inquieto. ^^^B
que en un caballero es mengua
Luis.
Si os pierdo el respeto. ^^^1
ci notenella enfrenada,
Djküo.
^^^H
y contra una libre lengua
mi amor tu enojo indiscreto. ^^^H
suele ser lengua la espada;
Luís.
■ . . ^H
que no sin causa parece
Diego.
No pierdas tu la vida ^^^H
lengua el acero que ofrece
y piérdeme á mi el respeto; ^^^H
venganza que á la honra sigue.
y vos, señor caballero, ^^^H
porque una lengua castigue
templad el airado acero. ^^^H
lo que otra lengua merece.
si á esto un viejo padre os mueve ^^^H
Y si el término os provoca
en esta agua, en esta nieve. ^^^H
de mi trato cortesano.
1,1' IS.
Ya yo os adverti primero .^^^H
responded por lo que os loca
que no hace el valor alarde ^^^H
con la lengua de la mano
cuando riñe donde acuda ^^^H
y dejad la de la boca.
gente que su vida guarde, ^^^H
Yo ha un año que á doña Inés
y que siempre pide ayuda ^^^H
pretendo y sirvo y después,
de aquesa suerte el cobarde; ^^^H
puede ser que por venganza
ya veis de eso prueba llana; ^^^H
de celos ó de mudanza.
yo os avisaré mañana ^^^H
auces mujer, y ella lo es,
dicen que da en admitiros
y en olvidarse de mi;
donde, sin impedimento. ^^^H
veamos. ^^^H
Césah.
Soy contenió. ^^^H
yo he venido á persuadiros
Diego.
De su mocedad liviana ^^^H
con término honrado aquí.
algún mal suceso espero. ^^^H
mas pues no basto á advertiros
Li;is.
¡Oh, qué importuna vejez! ^^^H
cosas que pusieran tasa
OtEGO.
Ten me respeto. ^^^H
en el amor que os abrasa,
Luis.
No quiero. (Va5«.) ^^^M
Á ser más considerado.
^^^H
hoy vengo determinado
^^^H
á que no entréis en su casa.
ESCENA Mí ^^m
.Mi resolución es ésta,
•
^^^^^H
la vuestra haced manifiesta
nicHos, mtnoí han Luis. "^^^^1
luego, que de no lo hacer,
UiEiiO.
jQuiera Dios que alguna vez ^^^H
la espada sola ha de ser
no lo papúes! Caballero: ^^^|
no os vais, esperad un poco. ^^^|
quien me ha de dar la respuesta.
ts. A estar en otro lugar
í y no en la calle y la puerta
si con ruegos os provoco. ^^^H
CÉSAR.
Ya yo os espero admirado ^^^H
de mi casa, sin hablar.
de queá padre tan honrado '^^^|
respuesta os diera tan cierta
desprecie un hijo. ^^^ñ
como lo es vuestro pesar;
Diego,
Es un ^^^H
pero en otro más capaz
CÉSAR.
Quien tan poca reverencia ^^^H
á vuestro amor pertinaz
tiene á su padre no hay duda ^^^H
responderé por borralle,
que morirá en ia pendencia ^^^H
que es el reñir en la calle
mañana, pues en mi ayuda ^^^H
llamar á quien ponga paz.
ha de ser su inobediencia. ^^^H
ISAR. Yo no lengo sufrimiento
¿Qué es, señor, lo que mandáis? ^^^|
[ para tanta dilación,
Diego.
Que la causa me digáis ^^^H
1 y así, aqui vengarme i.ilcnto.
is. Castigara mi razón
de este enojo. ¿Es por el juego.'' ^^^|
CÉSAR.
Todo es uno, juego v fuego, ^^H
vuestro mucho atrevimiento. C*»**")
si una Ifitra les mudáis; ^^^|
fuego es amor, y amor es ^^^H
iicasión de esta pendencia. ^^^H
Yo quiero á una doña Inés. ^^^H
ESCENA II
Sale Dos Diego, i'i>;o.— Dir.rios.
tan bella, que en su presencia ^^^|
ItGO. ¿Qué es eslo.> ¿Agota pendencia,
í y en la calle.^ Don Luis:
" COMEDIAS DE TfPSO DE MOLINA. —TOMO 11
el sol se postra á sus pies; ^^^|
lan rica, que su caudal ^^^M
es á su belleíca igual; ^^^H
ao ^^H
3Qt)
LA SANTA JL'ANA — TERCERA l'ARTE
isno.
FDiEoo.
^CÉSAP.
Diego.
CÉSAR.
DlEOO.
tan noble, como notable
en hacienda, y tan mudable,
cumo bella y principal;
un año ha que la he servido
dando el fuego que me abrasa
tantas muestras, que he tenido
en su calle y en su casa
parabienes ae maridu;
porque, aunque es tal doña Inés,
¡a corle sabe quién es
mi linaje y la nobleza
que se iguala á mi riqueza.
jNo sois César, ginovés?
Para serviros.
La fama
que en Madrid todos os dan
tanto os celebra, que os llama
rico, discreto, galán,
y digno que cualquier dama
de vuestro amor sea testigo.
Hacéisme merced.
No digo
sino sólo lo que sé.
Estos favores goce
un año; pero, en castigo
de lo que nunca he pecado,
mudóse por persuadirme
la variedad de su estado;
mas, mujer y un año firme,
¿k quién no diera cuidado?
Supe que quien eclipsaba
la luz que mi amor gozaba
era don Luis: pedile
me escuchase, persuadilc
cuan mal á su honor estaba
su pretensión amorosa,
porque amar á doña Inés
y no amalla para esposa
no es posible, y esotro es
empresa más peligrosa.
Fue la respuesta, en efeto,
no con el justo respeto
y valor que merecía
mi término y cortesía,
mas no hay enojo discreto;
obligóme á dcsafialle,
no reparando en que estaba
á su mesma puerta y calle;
llegastcs, y aunque bastaba
vuestra vista á sosegalle,
hizo su cólera prueba
de la inobediencia nueva
con que ciego os respondió,
y quien á vos se atrevió,
jqué mucho que i mi se atreva?
Este es, señor, el suceso
y ocasión de esta pendencia.
Luis es mozo y travieso;
y de su poca experiencia
se arguye su poco seso;
y pues en vos resplandece
lo uno y otro, si merece
obligaros mi vejez,
tened á raya esta vez
la furia que os embravece,
que yo haré que don Luis
no hable con esa dama
por quien con é\ competís.
CÉSAR. .Mal reprimiréis su llama,
pues que tan mal reprimís
la libertad con que os trata.
DiEi-.o. No impona, que amor dilata
las leves entre h'jo y padre,
Y en su rostro el de su madre,
t' ue esié en el cielo, retrata,
s mi único heredero,
y aunque me pierde el decoro,
no os espante si le quiero,
que en su juventud de oro
dora mi vejez su acero.
Si esta razón es bastante
no ha de pasar adelante,
César, aquesta quistión.
CÉSAR. Como la reputación,
que á un hombre es tan impor
no pierda en mi su valor,
y él deje su intento, dijio
que, por serviros, señor,
desde hoy en nombre de amigl
trueco el de competidor,
DiEoo. Dadme esos bra/os por él,
y de este eno|o cruel,
una amistad nazca nueva.
CÉSAB. Y el alma en ellos, en prueba
de que soy su amigo fiel
y hijo vuestro, si por vos
deja aquesta competencia.
Diego. No la tendréis más los dos.
CÉSAH. Yo lio en vuestra prudencia.
DiEoo. Bien podéis.
t^^ÉSAH. Adiós.
DtEüo. Adiós.
{\ra$t
ii S C t: N A í V
UoN DtEOO solo.
Si la imagen al espejo
causa amor tan excelente,
como á la experiencia dejo,
siendo sólo un accidente
que pinta el cristal rcttcju,
¿qué mucho llegue á querer
un padre á un hijo en quteo v
pueda, no como en cristal,
su retrato accidental,
sino su sustancia y ser?
No tengo más de este hi|o
y si la vejez desea
hacer que en tiempo prolijo
su memoria eterna sea,
y, como Séneca dijo:
«por eso el viejo ediñca
para que en lo que fabrica
viva su memoria quede,»
¡con cuánta más razón puede
si en hijos su amor aplica
eternizar su blasón
sin que el olvido le ullmie^
pues solos los hijos son
para gloria de un linaje
su eterna conservación!
^^^^B PKIMEBO 3U7 ^M
W Mil travesuras Cünsicnlo
mi muerte con las segundas, ^^^|
■ ¿ don Luis, y aunque siento
que darme la muerte ordenas. ^^^^|
Como sin madre quedaste ^^^^|
P que lo hago mal. el amor
1 de las manos de el rigor
en edad tierna y temprana, ^^^^|
1 quita el castigo violento.
casi en brazos te enaste, ^^^^|
Luis, de la Santa Juana, ^^^H
en quien mejor madre hallaste. ^^^H
^V ESCENA V
No le espantes si me espanta, ^^^^|
hijo, quede virtud tanta ^^^^|
I Salen Lillu y Dos Luis — 'Dicao.
sacases tan poco seso ^^^^|
y salieses tan travieso ^^^^|
ILLO. No estuviera yo delante
de los brazos de una santa; ^^^H
n y de carrillo á carrillo
aunque de esta justa queja ^^^^|
1 llevara un pasa volante
tu contraria inclinación ^^^^|
' con que diera al diablo á Lillo
desengañado me deja, ^^^^|
y olvidara el ser amante.
que no es oveja et león ^^^H
vn. ¿K res valiente.'*
por dalle leche una oveja. ^^^H
iLLO. ^Eso dices?
I£n cuantas cartas me escribe ^^^^|
¿No he hecho yo por que autorices
esta santa me apercibe ^^^^|
mis lacayas maravillas
el riesgo y peligro en que anda ^^^H
qu?, como hay adobasillas,
quien como tú se desmanda ^^^H
hay aquí adoba narices?
y tan sin prudencia vive. ^^^^|
.¡Qué cara no he sobreescriio
Dice que no te consienta ^^^^|
cual si fuera sambenito,
tanta libertad, que impida ^^^H
donde quien vello desea
con tus locuras mi afrenta, ^^^H
1 en sus puntadas no lea
y lema el dar de lu vida ^^^H
¡ Lillo me Jecil escrito?
á Dios rigorosa cuenta; ^^^H
,' Vive Dios, si el pinuvós
mas mi paterna añción ^^^^|
1 delante de mi te hablara
rompe por todo, razón ^^^^|
fe que de un lajo ú de un revés
es que de tu vida loca ^^^H
■ la cabeza le enviara
le ^^^H
rodando hasta doña Inés.
Lurs. Otra vez toca ^^^H
l'is- ¡Hay fanfarrón!
con tiempo, padre, á sermón, ^^^^|
lLt>o. No profeso
y predica algo más corto; ^^^^M
menos que hazañas...
¡quizá me convertirás! ^^^^|
leco. ííQué es eso.
Diego. Cuando con amor te exhorto ^^^H
l.uis? adonde vos tan larde?
¿esa respuesta me das? ^^^H
cis. Vüv á buscar un cobarde.
¿Tan poco, Luis, te importo ^^^H
iiEGO. Si fueras á buscar seso
que verme muerto deseas? ^^^^|
no hicieras mal. ¿Qué locuras
Ruego al Cielo que lo veas ^^^^M
son estasque, á mi pesar.
presto, pues te canso tanto. ^^^H
y po' matarme procuras?
Luís. ¡No faltaba más de un llanto ^^^H
¿Qué es esto? ¿en qué han de parar,
Luis, tantas travesuras?
^^^H
Lii.Lo. Señor: no seas ^^^H
¿Por qué usas mal de mi amor?
desa condición; ya ves ^^^^|
¿Por qué malofíras la tlor
que le enojas si replicas; ^^^H
de tu edad desbaratada
llega y bésale los pies. ^^^H
para que, en agraz corlada.
Lt;is. Pues ¿también tú me predicas? ^^^H
me des vejez Cf>n dolor?
DiEüo. ¿Quién es esta doña Inés ^^^H
Trújele de Torrejón,
que de nuevo te enloquece, ^^^H
donde naciste, y mi hacienda
y con pendencias te ofrece ^^^H
le ha dado su posesión
la ^^^H
■ por verte correr sin rienda
Li.-is. ¿Quién ha de ser? ^^^H
■ iras una loca afición
¿Querer bien á una mujer ^^H
i d« una villana, instrumento
milagro? ^^^H
r de mi deshonra y tormento.
Diego. Bien parece, ^^^H
¡L pues de suerte te ha cegado
que eres mozo. ^^^H
1 que me dicen que la has dadü
Lt'is. Y tú eres viejo. ^^^H
■ palabra de casamiento.
r Este peligro evidenie
¿Parécete míil consejo ^^^H
si me casa mi ventura ^^^H
B remedie, que lu muerte era.
con la hacienda y la hermosura ^^^H
r porque en Torrejón su gente
di' una mujer que es espejo ^^^^|
L ni libertades espera
de loda la corte? Acaba. ^^^H
■ ni atrevimientos consiente.
Diego. En mujer empleas tu gusto ^^^H
I Trújete á Madrid, y apenas
de quien otro hombre se alaba ^^^H
• limpié á mis primeras penas
más de lo que fuera justo; ^^^^ñ
L el llanto, cuando ya fundas
ya esto sólo te faltaba. ^^^^M
^^3o8
LA. SANTA JUANA —
-1'EnCtRA PAHTE ^^^H
■ Luis.
Céí»ar esa fama ha echado
fuera, según lo que vco« ^^M
^_
por verse mcnoíípreciado.
no ejecutar su deseo ^H
que doña Inés no es mujer
ni recebiros ansí. '
^^^K
que le había de aborrecer.
Lillo,
¿Qué [he] hecho yo, pobre de aur.
^^^^K
habiéndole una vez dado
Diego.
Que sois mucha parte creo MM
^^^V
prendas ¡licitas.
en todas las travesuras ^^M
DiEüO.
Muda
de Luis. ^H
de parecer y afición.
Lillo.
¿Soy yo su ayo ^H
pues mi experiencia ic ayuda,
que á mi culparme procuras? ^H
don Luis, que no es razón
¿Soy más de un pobre lacayo?^H
casarte tú en esa duda.
¿Puédole yo en sus locuras ^H
La honra es luz de la vida
irá la mano? ^H
que hace la fama lucida;
Diego.
Los dos ^H
mas con tal nesgo se trata,
US entendéis. ^H
que un soplo sólo la mala
LiLLO.
¡Plegué á Dios...1^H
si no está bien encendida.
DiEOO.
Basta. De las mocedades ^H
César á probar se obliga
de don Jorge y libertades ^|
lo que no es bien que yo crea;
os echan la culpa á vos: ^M
pero, para que se sif;a '
ya sabéis que esto es verdad. ^H
lu afrenta, cuando no sea,
LilIjO.
¡Si en amos soy desdichado! ^H
basta, Luis, que se diga.
Diego.
De la poca voluntad ^H
tsta vez tu afición ciega.
que en Cubas os han cobrado ^
.
pues tu padre te lo ruega.
• vuestros milagros sacad. |
^^^L
hijo, tienes íjue dejar.
Ljllo.
Mal me quieren sin razón; ^M
^^^^1
Damas hay a quien amar;
mas como villanos son, ^M
^^^H
sirve, ronda, gasta, juega
dicen que cuando cazaba ^|
^^^B
y desperdicia mi hacienda,
don Jorge gangas, andaba ^|
^^^^B
como no arriesgues la vida,
tras ellas yo como hurón; ^M
^^^^B
que corre á morir sii^ rienda.
César me tiene ofrecida
y alguna causa han tenido, ^M
^^^^^>
que no me quiero hacer santo; ^H
^^^Pp
su amistad como no ofenda
mas después de convertido ^H
^^^V^
tu amor el suyo: por mi
V muerto don Jorge, es tanto ^^
^^^P
¿no harás esto?
lo que estoy arrepentido.
^^^■LlLLO.
Di que sí,
que, á no importar encubrillo ^
^^H
y después nunca lo hagas.
y ser soberbia el decillo, ^M
^^KOlEOú.
¡Qué mal, Luis, mí amor pagas!
pienso, señor, que algún día ^M
^^KLuis.
Digo, señor, que por li
verás en la letanía H
^^^v
ni á Doña Inés veré más
y calendario un san Lillo. ^H
K
ni con César reñiré.
Diego.
Pagóme muy poco yo ^H
V Diego.
Júralo.
de gracias; si no pensáis ^^^^ñ
M LiMs.
En pesado das.
mudar de vida, cesó -^^^^H
H Diego.
Jura, acaba.
el salario que ganáis ^^^^H
R Luis.
En buena fe.
en mí casa. ^^^H
B Diego.
¿Ahora escrupuloso esiás?
Lillo.
Aqueso oo; V
H Luis.
¿No juré? Déjame, pues.
lodo lo dicho, señor, ^M
K DiECiO.
Dios te libre de ocasiones.
ha sido burlas; mi humor ^M
^fa^i
¿Donde vas, que la una es?
sabes, yo prometo al cielo "
^^HLuis.
A jugar unos doblones.
ser desde hoy un san Ciruelo. i
■^
(Ap.i A ver voy á doña Inés. (Vase)
Diego.
Si no ofendiera al amor
que tengo á Luis, de casa j
os echara. ^^
^^^Hp
ESCENA VI
Lillo.
No ha de ser ^H
^m^
Dichos, menos Don Luis.
Diego.
tu favor con tanta tasa. ^^
Que vais luego he menester
^^" DlBCO.
Quedaos, Lillo, vos.
á Cubas. J
F Lillo.
¿Quién, yo?
Lillo,
Señor: repasa ^M
■ Diego.
Vos, pues.
por lu memoria que estoy ^M
I Litio.
¿No he de ir con él?
tan mal quisto, que si voy ^M
K Diego.
.No.
me tienen de mantear ^H
K LiLLO.
Alio, pues, quedóme aquí.
lodos los de aquel logar. ^H
^^^ Diego.
lín mi casa os rcccbl
DiBOO.
Importa que llevéis hoy, ^H
desde el día que murió
Lillo, á la beata Juana ^^M
^^^P
don Jorge, vuestro señor;
un regalo y un papel. ^^H
Iré, aunque de mala gana. ^H
^^^^É
y aunque sin mi gusto fué.
Lillo.
^^^H
como os licne Luis amor.
Mi sentencia llevo en ¿1. ^H
^^^B
mi propio gusio iroqué
¡Oh, qué bellaca mañana, ^H
Lillo, esperáis, si no huís ^^H
1
por el suyo; aunque mejor
^ .
IIBOO.
k
LiLLU.
Diego.
LitLO.
y á costillas prevenís
las trancas que considero!
De la santa Juana espero
el remedio de Luis,
3ue, si cuanto pide alcanza
e Dios, en quien su esperanza
pone, teniendo afición
á Luis, de su oración
se ha de seguir su mudanza.
La carta á cscrebille voy.
¡Oh, cuberos enemigos!
temblando de aquí os estoy.
Gran cosa es tener amigos
con Dios. (Vasc)
Afufólas hoy. (Vase.)
Cristo.
ESCENA VII
Tocan chirimías.— Arriba ae aparece Cbisto c»n una
tunicela encarnada, como resucitadit^ y ¡a Santa
K ív*KA junto d él. Mütica
■ Cris
Ya llegó de mi Asención
el día por tí esperado;
ya las llagas te he quitado
de mi sagrada pasión.
Si por tu importunación,
esposa cara, no fuera,
de por vida le las diera;
mas no las quieres, y ansi
quiero voivellas á mí.
que soy su divina esfera.
Santa. Eterno Esposo: no están
en mí con vuestra licencia
con la debida decencia
que á su inmenso valor dan.
Francisco, que es capitán
de vuestra ijílesia. ese sí
3ue es digno de el carmesí
e esa amorosa librea,
porque el mundo en ella vea
el fuego que encierra en si;
en él sus joyas engasta
justamente vuestro amor,
gue á mi sentir el dolor
de vuestra pasión me basta.
Cristo. Juana humilde, esposa casta,
aunque sin llagas estás,
mis dolores sentirás
todos los viernes que vivas.
Santa. .Mercedes son excesivas;
no hay, mi Dios, que pedir más.
Cristo. Y pues hoy es mi Acensión
y al cielo glorioso vuelo,
auiero dejarte en el suelo
e mi sagrada pasión
las insignias; éstas son.
{Aparictu la cru^ y sobre ella la coro-
na at espinas y tres clavos.)
Santa. Todo el mundo os engrandezca.
Cristo. Justo es que te las ofrezca:
,;Quiéreslas?
Santa. Dulce amor, si.
Cristo. No hallo fuera de mi
quien como tú las merezca,
[fúñetela cortina de espinas en ¡acábela.
Santa.
Cristo.
Santa.
ACTO PRIMERO 3o^
Esta corona de espinas
sembró en mi cabeza amor.
¡Ay mi Dios, que gran dolor!
Mayor que el que en ti imaginas
sintió en mis sienes divinas
mi cabeza delicada.
(Dale la crin '" la mano derecha.)
Esta cruz, esposa amada,
te doy por más noble prenda.
Con tu divina encomienda,
rica quedaré y honrada.
(Dale tus tres clavos en la mano H-
^uierda.)
Cristo. Los tres clavos, Juana cara,
son estos que á mis esclavos
libraron.
Santa. Todos tres clavos
poned, Señor, en mi cara,
que ya mi ventura es clara,
fiues para que esté á mis pies
a fortuna, que al través
da con lodo, hacéis que pueda,
mi Dios, poner en su rueda,
en lugar de un clavo, tres.
Para alivio de la pena
que siento ausente de Vos,
buenas memorias, mi Dios,
me dejáis.
Cristo. SI, oue eres buena.
Santa. Parezco una Santa Elena.
Cristo. Darte sus insignias quiero.
Santa. ,jVáisos, Pastor verdadero?
Cristo. Si, Juana.
Santa. ¡A y, prenda querida!
Cristo. ¡.A y, mi esposa I
Santa. ¡Ay, mi vida!
CíiSTo. ¡A y, mi oveja!
Santa. ¡Ay, mi cordero!
ESCENA VIII
Encúbrese Chisto y baja La Samta con las insignias,
y aguárdala aba jti el Amíki., Tfiquen chirlmias
Anoel.
Santa.
A NOEL.
Santa.
A NO El.
Santa.
A NOEL.
Santa.
A NOEL.
¡Juana mía!
Mi Ángel fiel,
guarda damas de mi casa,
fénix de amor que se abrasa
como salamandra en él.
,; Contenta eslásP
Mi Laurel,
,;no lo he de estar, si me ha dado
las joyas mi enamorado
que costaron lo que El vale,
pues porque el precio le iguale
le han costado su costado?*
Pues porque puedas gozar
el bien que en ellos apoyas,
quiero ser tu guardajoyas;
en mi poder han de estar.
Pues vos las queréis guardar
mi hacienda estará segura.
Dios regalarte procura.
¿Vaisos, Ángel?
Juana, sí.
LA SANTA JUANA— TERCKHA PARTE
Santa. Vamos, que no estoy en mi
no viendo a Vucsira Hermosura.
{Vame.)
ESCENA IX
Sale Aldonza, labradora, con una ctíta dt ^ar^a-
mnrat, unas marnijos tit tribuí y poleo y otros d*
pajuelai, y con tita Prí^auo, paitar.
Aldonza. Persiguióme don Luis
de la suerte que le cuento,
un año, tiempo bastante
para aun quien sintiera menos;
criámonos casi juntos,
y empezando de pequeño
el amor, dicen, Peinado,
que se vuelve en parentesco.
Hefrené mi inclinación
por ver que era caballero
y yo labradora humilde,
puesto que amor es soberbio;
pero como el resistirse
diz que es echar leña al fuego,
abrasábase don Luis
y amábale yo en extremo.
Dióme un martes en la noche
palabra de casamiento,
palabras pagué en abrazos;
mas fué en martes, ¡mal agüero!
Vino á saber á este punto
nuestro amor su padre viejo,
y remedió con ausencias
sus daños; ¡caro remedio!
Cuairo" leguas de distancia
mil en su memoria han piiesto,
que es niño amor y se olvida
con cualquiera tierra en medio.
A una doña Inés, que vive
en esta casa, hace dueño
del alma que ya era mia,
V asi por mi hacienda vuelvo,
fesla es la causa. Peinado,
de mis celosos desvelos,
que han de costarme la vida
como me cuesta el sosiego.
Pf.inado. Pardiez, Aldonza, que echastes
vuestro ciego amor á censo
en tan malas hipotecas
que no heis de cobrar á tiempo.
Es caballero don Luis,
y pagan los caballeros
tan mal ya deudas de amores
como deudas de dineros;
pero, pues no os ha gozado,
¿qué hay perdido?
Aldonza. K!' sulhmiemo,
la esperanza, los sentidos,
la vida, el alma y el seso.
A doña Inés haré creer
que es mi esposo.
Peí N Alio. Mas ¡qué presto
sabe una mujer forjar
cuairo docenas de enredosl
Mas pues vive aquí la dama
que te quillotra, entrad dentro
y cobiad siquiera en pajas.
que en Sania Ouz ns espeío.
Aldonza. Prevénme entila, Peinado,
si no le obligo, mi entierro.
Prinauo. ¡guédellos mueren de amores,
y qué pucos vemos muerio».! {V»t
tSCENA -N
Don Luis y Doña Is¿$ /íiT.iíutu
Ltiis. Enjugad, mi bien, los ojos
sin ne^arme la luz dellos,
que, pues son soles, no es bien
que lloren soles tan bellos.
Volvedme á mostrar sus niñas,
pues es niño amor, juguemos,
que no es bien que se levanten
cuando por ellos me pierdo.
César miniió, va lo sé,
que alabarse es argumento
de las mentiras, que sabe
fingir el pesar y celos.
¡Ea, no haya más, amoresl
iN-fes. ,;Cúmo, si con vida veo,
don Luis, á un mentiroso
que mi honor y fama ha muerto?
^•Joya es de tan poca eslima
la honra, que en detrimento
de su reputación noble
el icrinino que la ha puesto
una licita atición
habla de pasar? ¡Qué presto
os creísteis don Luis!
Poco amáis y poco os debo.
Li'is. Por la luz de' aquesos ojos,
doña Inés, que no lo creo,
y que le desafie
sólo por ese respeto,
y he de malalle esta tarde.
¡Ea, mi bien, acabemos!
¿Somos amigos?
Inks. No sé.
Luis. ¿Quién lo sabe?
Inés. Lo que os quiero.
Luis. Dadme aquesa hermosa mano,
honraré mis labios-
{ÁSfunast ctl tablado Alilon/i.)
I
Ai.ooNZA. Bueno:
porque, celos, cierto veis
dice el mundo que sois ci«gos.
ESCENA XI
SaU .\t Don/A.— Hicnoí.
Aldonza. ¡A y de mi! ¡Y á las pajuelas!
¿Quieren trébole y poleo,
pajuelas y zarzamoras?
Inés. ;Quécsesto?
Aluonza." ¿Quieren polco?
Inés. ¿No hay zaguán en esta casa
para que pregonéis eso
sin entrar aquí?
Aldonza. ¿Por qué entra,
si sabe, en la igreja el perro?
Píirque halla la puerta abierta;
ACTO PRIMERO
3n
pues ¿es mucho haber yo hecho
lo que un perro sabe hacer?
¿Quieren Irébole y poleo?
¡Ola! salios allá fuera.
3NZA. jOla! digo que no quiero,
que también sé yo olear
Sin ser cura ni haber muertos.
¿Quien os mandó entrar aquí?
3NZA. Naide, que no hay mandamiento
de no entrarás en la casa
de tu prójimo. ¿Ah, mancebo.^
todos estamos acá.
jOh Aldonza! Pues ¿qué leñemos?
ONZA. ¿Qué sé yo? Pena de ver
que habíéis con Cosianza. ¡PucrrosI
á ella digo; ¿no me compra
zarzamoras?
¡Qué molestos
que son siempre estos villanos!
Yaosdigoqueno las quiero.
(ONZA. Pues compraldas vos, buen hombre,
que zarzamoras os vendo,
porque amor en zarzas mora
y ansí tan picada vengo.
Aldonza: no seas pesada.
¿Conocéisla?
Mucho tiempo
ha que la vi en Torrejón.
»szA. ¿Mucho tiempo, caballero?
Más ha que murió mi agüelo.
Pero dejémonos de esto
y compradme zarzamoras;
que en mi tierra yo me acuerdo
que andabais en busca dolías,
y entre las zarzas y enredos
de promesas incumplidíís
y favores lisonjeros
llegasies á co^er una
que el Cornelia por lo menos
causó pena v costó gritos.
Súpoos bieri y amargóos luego.
¡Oh, qué bachillera estás!
Y vos sois un majadero,
pues á la Corle os venís
por zarzamoras, sabiendo
que aqui no las hay con Hor
que se les pierde en naciendo;
y después de desfloradas
andan á la flor del remo ( i );
mas como las zarzamoras
que comístes en mi puebro
la voluntad os mancharon,
y vuestro gusto cumplieron,
y para quitar las manchas
de moras no hay tal remedio
como buscar otras nuevas,
querréis quitalle al deseo
la mancha con esu verde:
¡huego en vos y en ella huego
si os creyere como yo!
Geroglíhcos son estos,
don Luis, no de villana.
iQuc esto sufro, vive el ciclol
Loca, ella me enreda aqui,
Its.
Remo dice el original, aunqiiv parece debe de
' aberro».
si la escucho y me detengo;
quiero ausentarme por ver
si me sigue, que sospecho
que el infierno la ha traído
para tin de mí sosiego.
.Mi padre me está esperando.
yo volveré presto á veros;
no creáis rusticidades
de villanos.
Ai.DONZA. Pagaréislo.
Lt>is. ¡Villana, si no calláis..! (Vau.)
ESCENA XII
Dichas, menos Oom l.uis.
Aldonza. ¿Amenazas? ¡Lindo cuento!
jllao! ¿no compráis zarzamoras?
In¿s, Sí como zarzas los celos
despedazan las entrañas,
zarzas están deshaciendo
mi engañado corazón
con espinas de tormentos.
¿Qué enigmas son los que has diclu
ALDONZA.¿Soy yo tienda de barbero
que dé enigmas se compone?
La verdad deciros quiero.
Sabed que á una zarzamora
picó este tordo en mi pueblo
dándola antes de picalla
palabra de casamiento.
Si empalagado procura
con promesas y embelecos
picaren vos, ¡oje allá!
zarzamora, tened seso,
que lien ya este tordo lorda
V os quiere burlar aquesto.
Basta, y ¡alas zarzamorasl
I>j-:s. Escucha.
Ali*onza. ¿Quieren poleo? (*'<'»»)
ESCENA XIII
Ixit soia.
¡Oh engañoso don Luis!
De tu natural travieso
y mudable condición
no te esperaba sino esto.
Aunque tanio ic he querido
no viene tarde el remedio;
á César dejé por ti,
desde hoy por César le dejo.
Hoy daré satisfacción
á mi venganza y sus celos
y á nii mudanza disculpe.
¡Ay hombres, plumas al viento!
ESCE.NA XIV
La Santa >• Cwcspo, Mingo y Bkkhukco, paxtorti.
CREsra. Madre Juana, esto ha de ser,
que es amparo de Toledo.
Santa. Nada valgo y poco puedo.
• ■" 7^ M ^ ^ ^^^^^^^^^^^^1
KbtT
LA SANTA JUANA
-TERCERA PARTI£ ^^^|
^^B Crespo.
No hay que habrar. 1 la de saber
1 curádmela de tal modo ^H
que si Mari Crespa da
que, porque sane del lodi?, ^^
en rezongas y en ponías.
la dejéis la lengua sana. ^^
aunque habré veinte días
Santa. Crespo: el hombre que se CaSA,^|
arreo no callará
á sufrir está obligado ^|
si todo el pueblo se juma
los defectos de su estado ^|
y con cura y campanilla
y las faltas de su casa. ^H
La cabeza no maltrata ^H
va en procesión á pedíila
que calle un poco.
ni menosprecia los pies; ^|
^^BMingo.
Despunta
curalda, y ved que no es ^|
de habradora, y es gran mengua
mala la mujer que trata ^|
que una mujer habré lamo.
bien su honor y le respeta, ^|
^^P Crespo.
¡No la diera el cielo santo
y llevad con más amor ^^
almorranas en la lengual
faltas que no son de honor; ^|
Vine de la arada ayer
que no hay cosa tan perfeía H
cansado, si en ocasiones
que alguna falta no tenga H
cansan lamo los terrones
en el mundo; regala Ida, ^
como hablando una mujer»
hermano Crespo, y curalda.
y dije: ¿qué hay que cenar?
porque á morirse no os venga. ^
Ckespo. Si es la lengua cruel veneno fl
Dijo: Olla.— No quiero olla,
respondí, si con cebolla
en la mujer, madre Juana, ^|
la vaca podéis picar
y este con otro se sana, ^|
y her un salpicón.— No quiero,
remedio para harto bueno ^^
respondió, si que cenéis
por quilalla este quillotra ^|
olla.— No me repriquéis
que la hiciéramos comer ^|
ni andemos al retortero,
la lengua de otra mujer. ^|
Crespa de la maldición.
sanara un veneno al otro; ^|
dije; y dijo;— Heis de cenar
mas, pues no hay tienda de lenguas
olla, nó hay que porfiar.
y me puso esta cruz Dios.
—No ha de ser si salpicón.
pedid que ta sane, vos, ^
respondí. — Pues no hay sino olla;
que yo sofriré mis menguas. H
—Pues salpicón ha de ser.
m
— Pues olla habéis de comer.
Subióse el humo á la cholla
ESCENA XV ^^B
y levantando las haldas
Salt LiLLo.— Dichos. ^^^^H
del sayo, con un bastón,
haciéndola salpicón |
Lii.Lo. La madre Juana está aquí: ^H
los güesos en las espaldas,
con no poco temor llego. ^B
por más que anduvo la folla
Santa. ]Oh, hermano Líllol
sin decir *Dios sea conmigo,»
LiLi.o. Don Diego, ^
daba gritos:— Olla digo,
mi señor, que sólo en ti S
olla quiero, no hay sino olla.
puesta su esperanza tiene, ^^^B
Y dalle que le darás.
aquesta carta te envía ^^^H
ella olla, yo salpicón,
y para la enfermería. ^^^H
hasta que quebré el bastón
mientras que á verle no vfeneT^H
y ella no pudo habrar más.
un rcg.ilo y cien ducados ^H
Pero aunque no pudo habrar.
de limosna. ^|
por salit con su interés,
Santa. Siempre da H
arrastrando cuerpo y pies
con largueza. ^'Cómo está? H
se hu¿ derecha al vasar.
Lii.uo. Con infinitos cuidados ^|
y aunque no podía gañir.
en que don Luis le ha puesto. H
dijo después que se echó
Santa. Algún mal le ha de venir H
entre las ollas que halló:
notable por consentir ^|
«Entre ollas he de morir.»
que viva tan descompuesto. ■
Hice malalla una polla.
V el hermano, ,;no escarmienta, ^|
por vella tan mal parada
en dos amos que ha tenido, ^|
y llevándosela asada.
á quien tan mal ha servido? W
dijo:— No ha de ser sino olla;
,í.\o sabe que ha de dar cuenta
y tanto en su tema dura.
delante el tribunal mismo
que habiendo el cura venido,
de Dios?
por decir: «Confisión pido»,
LiLLO- Soy un mal cristiano
le dijo: «Olla, señor cura».
que, pecando en castellano,
Ella queda, en ün, de suerte
he de dar cuenta en (guarismo;
que hoy se irá, á lo que me fundo,
pero yo juro la enmienda
por ollas al otro mundo
si el perdón de Dios me alcanza.
y á mí me piden su muerte.
Crespo, ¡linol ,;esla es la buena lanza ^H
si DO es por vos, madre Juana,
por quien nuestro honor y haci^H
ACTO PKIMEBO
3l3
don Jorge habria desiruido
á no morir?
|lco. ;Que se aircva
venir aquil
^UEc. Sí no lleva
[ el castigo merecido,
I no somos hombres de bien.
kspo. L'no trazo que no es malo.
I.O. ün el torno está el regalo
y los dineros también.
ttA. Vaya, pues, hermano, al lorno,
y respuesta llevará.
tspo. Y en volviendo por acá
I le daremos el relorno
I de las burlas que nos debe.
ITA. La salud pcdiié á Dios
de vuestra mujer, y á vos
os pido, si la ira os mueve
otra vez, que no deis muestras
de vuestra necia crueldad;
sus faltas disimulad,
pues ella sufre las vuesirai^.
\Vanst La Santa y Lillo )
ESCENA XVI
Dichos, mtnas éstos.
Yo juro no hella más daño
porque más no nos inquiete;
y nos pague este alcagiiete
ío de antaño y lo de hogaño,
un castigo le he de her
con que se acuerde de mi;
una purga compre.
♦go. ¿Si?
tsfo. Para dar á mi m.ujer,
que la recetó el dotor
y ella recibir no quiso.
IGO. iIÍ2o bien.
iRL'Kc. Eso la aviso.
ESPú. Hagamos que este hablador
\ la tome, y purgue con ella
r todas las bellaquerías
I que quillotró en tantos días.
OiUEC. Bien decis.
:sPO. Pues vó por ella.
oo. Andad y buena pro le haga.
3PO. En saliendo hel de esperar,
que, pardiez, ha de purgar
las entrañas por de zaga. (Va$t.)
ESCENA XVII
Sa/r LrLLO.— Dichos, menor CRSsro.
Con la Santa he despachado
lindamente: quiera Dios,
Lillo, que os escapéis vos
desie pueblo conjurado:
pero, aquí están; <qué he de hacer-
¿yué hay por acá, señor Lillo?
Hay harto ungüento amarillo
si quieren llegar á oler.
¿No mos responde?
No puedo,
que cierta prisa me avisa
que me vaya, y una prisa,
si es de tripas y con miedo,
no repara en coi tesias.
Bebrukc. Pues hoy ha de reparar
en ellas á su pesar. {Dtuintnit.)
Lillo. Acerté, desdichas mías.
Déjenme ir, que siento en mS
icmerariü desconcierto.
Mingo. No se ha de ir, aquesto es cierto.
Lillo. ¡Por Dios, que me vayn aquí
sí no me dejan, señores!
Bbiir(iec. Allegúese, socarrón;
agora sabrá quién son
de Cubas los labradores;
que no hay plazo que no llegue
ni deuda que no se pague.
LiLLü. Ni mujer que no se estrague,
ni sarna que no se pegue.
ESCENA XVIH
Sait Crispo con un nato.— Dicrtos.
Oespu. ¡Hao, par Dios, que viene entera!
Buena á mi mujer halle.
y callando, que no huc
poco milagro.
Berruf.c. Aquí espera
un amigo vuestro.
Crespo. ¿Es Lillo?
Beso á vuesarcé las manos.
I.iLLo. Líbreme Dios de villanos.
Crkspo. ¿Qué tiene, que está amarillo?
Lillo. Corrimientos á traición.
Crespo. Déme ese pulso. ¡Oh que maiol
Lillo. Mas ¿qué hay receta de palo?
Crespo. Tenéis grande opilación.
Lillo. ¿Yo?
Crespo. De socarronería.
Lillo. ¿Y querréis darme el acero?
Crespo. Al mtnos aue purguéis quiero
toda esa bellaquería.
Haceos la cruz y bebed,
que seis reales me cosió.
LiLH). Veneno es; mi fin llegó.
BenttLiKr.. ¿No bebéis?
Lk.lo. No tengo sed.
Beba vuesarcé primero;
que siempre ful bien criado.
Crespo. Acabemos.
Lillo. Ya ha llegado
mi muerte; bebiendo muero.
Castigos hay menos malos
sin que la muerte me deis;
riendas y azotes tenéis,
darme podéis dos mil palos;
pero matarme, ¿por qué?
Crespo. Que no es veneno, traidor,
sino purga que el humor
os cure; yo la compré
por seis reales con intento
de vuestro bien y quietud.
Lii.i.o. Tal os dé Dios la salud
como es vuestro pensanticnto.
¡Lástima de mí tened;
mirad que es cruel castigo
el darme veneno!
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
'^m^^i
^^^^ 3 14 LA SANTA JUANA—
TERCERA
PARTE ^^^^^^1
Cresi'o. Oigo
LiLLO.
¡May tal tormenH
que no es sino purga, oled.
MlNCiO.
Empiece i contar un cucntoJH
LiLt.o. ¡Puf, qué de ruibarbo echó
LiLLO.
¿Que cuento? jPesc a la puta "
el ladrón del boticariol
que me pariól
Brrbuec. Acabad.
Chispo.
Buenos pagos
l.iuLO. Extraordinario
nos da.
casillo el diablo invenió;
LfLLO.
¿Qué os he de pagar?
aún no ha entrado y ya me urga
Crespo.
La purga.
las tripas.
LlLLO.
Llega á cobrar. ^
Mingo. Beba.
Crespo.
¿De dónde? ■
La LO. ¿Hay más graves
LiLLO.
De los rezagos. ™
burlas? ¿Sin darme jarabes
i.\y, ay! Señores, señores,
quieren que tome la purga?
pues que ya se han burlado h|fl|
M1N01.1. Ma, que no es más de un trago.
déjenme. ¡Ayl H
Liii.o. De mi muerte lo será;
Mingo.
¿Esi¿ de paño? 1
mas pues de cámaras va,
LlLLO.
SI, hermano, y con los doloi^^
hoy de mi cámara os hago.
,jNo basta ya la matraca? ■
CnESPO. Acabemos, ó si no...
(3rkspo.
¿Es niño ó niña? ■
LiLLo. Allá va. ¡Jesús, mil veces! {ttebr.)
LiLUO.
Será ■
MiNQo. ¿Kmbocólo?
el diablo, pues sabe ya H
Crespo. ' Hasta las heces.
antes de nacer la caCa. V
L1L1.0. ¡Mal haya quien te guió
i.\ y ! ¿mas que lian de hacer queai
y Ja jspecie que te echaron 1
la burla? ¡Ayl no hay que cvpeai
Ea, ya podrán dejarme,
m
pues me obligan á purgarme
Crespo.
Un tarugo le he de echar ■
en salud; bien se vengaron.
y ataile por que no pueda ■
¡Ay! ya en.pieza el apretura;
her nada. ■
vayanse, porque me voy.
BkRRIíRC
Acabad, dejaldi-. ■
¡A y, ay. Dios, qué hinchado estoy!
Í^RSSPO.
Venid, veréis In que pasa. H
¿No se van? Que de madura
jAlcagiletcs: alto, á casa, ^
se va cayendo esta fruta.
que yo os purgaré de balde!
Cpksco, Sosiégúese.
-i
ACTO SEGUNDO ^M
PERSONAS QUE
HABLAN EN EL ^^M
Don Luis. (Toledo.)
Doña
(La dicha.) ^^H
Ai.DONZA. (La Sra. Petronila.)
César
. (.Montemayor.) ^^^H
Don Dikoo. (S. P.")
NuRSTRA Señora. tLa Sra. PeiroROH
LiLi.n. (San Payo.^
El. .Vino Jesús. (San Paico.) H
Don Jokoe. (<>islóbal.)
El .\Nr.Et.. (Antonio de Prado.) ^
Mahía, wion/a.(La Sra. Anna María.)
^^
Kn Toledo, ú 12 de Agosto de 1O14. por Fr. Ga
^^^
ESCbNA PRIMERA
una palabra, una gloria, ■
Don Luis y Ai-donía.
un favor, una esperanza,
un regalo, una afición,
Luis. ^'.Segunda vez me persigues?
pues en ninguna ocasíóa
Ai.LHJNZ*.AI amor pongo por juez.
hallo en tu rigor mudftnu.
que solamer.ic una vez
Castiga, pues, mi porfía.
le amé por que me castigues;
pues tu rigor la condena,
un amor, una metnoria.
que por librarte de pena M
un cuidado y un dcset)
quiero hacer lu culp.i mia. ■
es siempre el mío. y nu veo
•
Li'is.
^Qué le debo yo? S
i Acto scGUNno 3i5 ^^^|
A. No sé.
VoUerleá amar le prometo ^^^|
Pues ^qué me pides?
si aquesto vengo á saber: ^^^|
*. Amor.
di, pues paga una mujer ^^^H
¿Sin deberle?
á quien la escucha un secreto. ^^^H
Ka, No, señor.
Ai.uoNZA. Es verdad; pero no en mi, * ^^^|
Luego ¿debo?
que el sabello me costó ^^^|
Ea. Si, i mi le.
^^^H
1 La fe sin obras es muerta :
Luis. Pagúelo yo ^^^H
' mal fundada deuda cobras.
lu ^^^^P
ítA.Si en mi fe faltaron obras
Ai.oONZA. ¿Querrásme? ^^^H
fué por tu culpa, que es cierta.
'^^H
Bien sé yo que en Torrejon,
Aldonza. Aunque tu dureza es tal, ^^^^
patria luya, lieredad mía.
con nueva esperanza llego, ^^^|
como de burlas tenia
pues los golpes sacan fuc^o ^^^H
y le mostraba alición;
del más duro pedernal, ^^^^|
porque el amor desterrado
Digo, pues, escucha. ^^^|
del interés, de Madrid,
^^^1
se fué con discreto aroid
Ai.ooNZA.Quo vine á entrar donde estaba ^^^1
al campo en que tué criado.
tu ^^^1
y jugando mano á mano
Luis. Ya In sé: acab.i. ^^^|
con los (ios junto á una fuente,
Aloonza. ¿Consientes el nombre.^* ^^^H
sentí un ligero acidenie.
^^1
que, gloría á Dios, ya está sano.
' Cumplió su deslieito amor,
Ali>onza. Luego ¿es tu dama? ^^^|
Li is. ¿Pues no? ^^^|
¡ y, al Un, se lia vuelto á la corte
Aloonza. ¡y á mí que me paren duelosl ^^^|
á pretensión que me impurte
Lijis. ¡Oh!, pues, ¿si repican celos? ^^H
de más gusto y más valor,*
ALt>ONZA.]Oh!. pues, si no he de ser yo ^^^|
no puedes llamarme ingrato
lu dama, cuéntelo ella. ^^^^
siendo aquel amor un juego.
Luis. Vuelve, espera, que tú eres ^^^|
pues si gané, te di luego
entre todas las mujeres. ^^^|
mil requiebros de barato. i
Aluonza.¿Tu esposa? ^^^|
IZA. No da en barato el avaro
Luis. Mí prenda bella. ^^^|
amando de cumplimiento
Audonza. Esta dama de ajedrez, ^^^H
palabra de casamiento.
pues se queda con el nombre, ^^^H
y sin el dueño, aunque es hombre, ^^^|
que asi lo barato es caro;
mas como á todas le das
que la pagará otra vez. ^^H
y sé que juegas agora,
vine a ver á esa señora,
Li-is. .No haré tal si me ha ofendido. ^^H
Ai.ooNZA.Pues no ha ofendido en verdad, ^^H
y así si me dieses más.
que si muestra voluntad ^^^H
Pero, pues me has despedido
es el señor su marido; ^^^^
cuando tan humilde llego,
que en saliendo de la calle ^^^|
entenderé que en el juego
tu persona amartelada. ^^^H
con esa dama has perdido;
entró tentando la espada ^^^|
y más habiéndome dado
otro de tan lindo tal e; ^^H
ella de barato un gusto,
y apenas tocó en la reja. ^^H
que es despreciar como es justo
cuando la buena señora, ^^H
al que á mí me ha despreciado.
porque esperaba la hora, ^^H
pues dio palabra el amor
puesta á sus hierros la oreja, ^^^|
de castigar el mal trato
le respondió y ordenó ^^^|
de cualquier amante ingralu
un diálogo que llamas (1) ^^H
con otro competidor.
dúo de galanes y damas, ^^H
Doña Inés y el interés
cual le tengamos tú y yo. H
me vengan'de tu inconstancia.
«Alma, vida, corazón, H
que en ella, por su ganancia.
quiero, estimo, adoro, amo, H
es ya su amor ginovés.
busco, pido, sigo, llamo; ^jH
César, traidor, te usurpó
ventura, tiempo, ocasión; ^^H
la dama que juzgas fíel,
fe, lealtad, constancia, gloria; |^^H
que es César, y como él,
obras, palabras, deseoi,». ^^^|
al fin vino, vio y venció.
¡En buen cuidado te he puesto!
y otros gustos y trofeos, ^^^|
reliquias de su victoria. ^^H
Solos estamos los dos,
. LtMS. ¡Ay de mi! ^^^|
y á los celos, como á Dios,
Ai.iioNZA. Mucho más hay ^^^|
se les da la fe muy presto.
en su venturosa suerte; ^^^|
Oime lo que en eso sabes,
pídele, pues, á la muerte, ^^H
1 no aumentes más mis enojos,
que en la boca y en los ojos
^^H
^^^H
no sufre la mujer llaves.
(1) Confuso en el lexto csia palabra. ^^^H
3i6
LA SANTA JUANA— TERCERA PARTE
si tienes celos, un ay,
que aquesu noche ios dos
llenen, cruel, de gozarse,
y esotro dia casarse
con la bendición de Dios.
l.iJis. Basta, calla, que aunque veo
mi desengaño en tu hablar,
la lengua te he de cortar,
que puedo más que Thereo.
Ni me hables ni veas jamás;
vete.
Aldonza. jlarélo, aunque me pesa,
pues el ave que está presa
por librarse se ata m¿s. (Vate )
ESCENA 11
Don Luis $olo.
¡Oh, tiempo riguroso! jOh, noche aleve
encubridora del amor tirano!
¡Oh, quién al ángel que á los cielos mueve
pudiera detener la diestra mano!
¡Oh, quién al día, cuyo curso breve
la sucesora noche sigue en vano,
le pudiera aumentar mil horas largas,
por mas que á mi temor fueran amargas!
Kxtranjero ladrón, rico dichoso,
metal de estima lejos de su origen,
río á larga corriente caudaloso,
pues ondas luya* mi chalupa afligen,
dinero con mujeres poderoso,
cuyas armadas letras vencen, rigen,
atropcllan, subliman, sueltan, prenden,
dan, quitan, menosprecian y delicnden;
atrevido, cobarde, avaro, franco,
maná que á lodo sabes, \jqu¿ me quieres?
Dinero en reales blancos cuyo blanco
es al que miran hombres y mujeres,
si estás como en galera puesto en banco,
^porque me haces remar? ¿por qué prefieres
á mi amor el de César exiranjero?
Mas ^quién es natural como ei dinero?
ESCENA 111
Don Dikoo leyendo una carta y Ltixo.— DoM Luis.
Don Diego.
Beso mil veces la amorosa tirma
de aquella mano venerable y santa
cuya memoria tierna me confirma
el bien que espero y mi temor espanta,
Juana no más por humildad se firma,
3ue es cit'ra Juana y la abundancia es lanía
e gracia en Juana, que á su letra vista
la puede acreditar San Juan Bautista.
Don Luis.
Mi padre viene y por su edad anciana,
contrario á mi deseo y verdes años,
favores busca de la Santa Juana;
no sé si diga en mi opinión engaños,
¡ay de mi triste! que a su tiempo vana
produce mi esperanza tantos daños.
LlLLO.
Y [ay de mil que he purgado en pie y
en verso suelto el alma y el sentido.
Don Diego.
¿Quién da voces, que en ellas mt parece
mi caro don Luis?
Don Luis.
\o soy, que siento
de mi fortuna que en desdichas crece
la fuerza que ha de hacer mi tin viotenlM.
Muero rabiando, que morir merece
en tierna edad un loco pensamiento:
rabiando, paes jamás tendrá ventura
para gozar del gusto que procura.
Don Diego.
Querido hijo, imagen de mi alma;
calor de mi vejez helada y fría;
de mis trabajos merecida palma:
siempre verde laurel, corona mía.
cuando parece que en serena calma
navega mi esperanza en quieto dia,
se me obscurece el cielo porque sienta
cifrada en ese rostro mi tormenta.
De mis hijos, Luis, fuiste el posirerü;
lomó la muerte en los demás venganza,
quedaste sólo, y como lal te quiero,
por no tener de otros esperanza.
Cuando tu atrevimiento considero
como eres tú mi ser y semejanza,
si quiero castigarte, al punto digo:
no dice bien amor con el castigo.
Luis: ¿qué tienes? ¿quién teda disgusid'
No sólo al corazón, al rostro llega. ( ««riftJi
¿Hate faltado en ocasión de gusto Jfl
fortuna aleve, que es mudable y ciegí? f
Gasta mi hacienda, tu deleite es juslO.
inventa galas, enamora, juega,
mi amor conoces, mi escritorio sabes,
saca dineros, ves aquí las llaves;
mas ¡ay de mi! que en esta cana leo
otras rajjonesd" mayor estado.
La santa Juana culpa mi deseo
dándome de tu bien mayor cuidado:
su aviso santo y su prudencia creo,
que no suele gozarse mal logrado
el hijo libre, si en edad tan tierna
su padre no le enseña y le gobierna
Una cuenta santísima me envia
porque en el nombre de tan alta cucnt»
me acuerde que he de darla cada día
desa tu edad y libertad violenta.
Ka, pues, hijo, cara prenda mía,
como pasados tus descuidos cuenta
y vive de manera que tu vida
no la dejen los vicios mal perdida.
Don Luis.
|Oh, mal haya mi vida, pues en ella.
cuando yo rabio tu sermón escucho?
Quien dio de corta edad laiga querella,
de el mundo y de su ley no sabe mucho.
¿Tan vicioso sov yo? ¿Tan mala estrelli
me precipita? Con tus quejas lucho,
y pienso yo cuando me miro y v«o
ACTO SEGUNDO
3i7
■
Buesa monja me pintó más feo.
sino que auise pagar
la deuda de padre y viejo.
^^H
posa hay en el mundo lan cumplida
^^^1'
u llegue á tener alguna talla?
{Jlabtan entretanto padre e filjo..
^^B
hermoso, padre de la vida.
LiLLO.
Agora llega mi vez.
'^li
p eclipse se obscurece y faiía;
y convertido en dolor ^
^■H
Dante, en firmeza no vencida
si quieres santir, señor, .
^^^H
bn sus rayos los del sol esmalta.
y dar alegre vejez *
^^H
á de fallas y malicia ajeno.
á tu padre, está en mis manos »
^^^H
e, deshecho, sirve de heleno.
su salud y vida. Espera: '
^^H
rra, el agua, el aire, es bueno y malo,
recipe una purga entera
de Cubas y sus villanos.
^^^1
Brve tal vez un elemento
^^^H
lio, y da al manjar vida y regalo
y verás que en pocos días, '
^^H'
fez de castigo y de tormento.
como yo, si á esto te atreves.
^^^H
lino soy, por sello los igualo.
serás un santo si bebes
^^^H|
tendré quejoso, á otro contento:
purga de bellaquerías
^^H
Ucno y malo, ajeno deartiñcio,
sin quedar una no más.
^^^H
! alguna virtud como algún vicio.
porque hice mil seguidillas.
^^H,
ida más la monja por su gusto
más que la cera amarillas, i
^^^1
1 mi edad, que puede ser que sea
y fui poeta por detrás. ( i ) '
^^^1'
mi injusta vida e! ñn tan justo
Liis.
i'adre mío: estoy de suene
^^^H
lia le envidie cuando en mi le vea;
que no me puedo alegrar.
^^^1
0 se pretende mi disgusto,
y pienso que has de llorar
^^H|
reciba cuenta ni se lea
por culpa tuya mi muerte
^^^H'
de Santa Juana, que es lisonja
si no me haces un favor
^^^|i
ria santa cuando sobra mon|a.
y me cumples un deseo.
^^^H'
1 Ya te debo responder
Diego.
bile, hijo, que no creo
^^H;
idos cosas. La primera,
que te le niegue mi amor.
^^^P
don Luis, porque quisiera
Luis.
César me importa que este
^^^H
que mudases parecer,
por esta noche en prisión.
^^^1
es en la estima y respeto
Diego.
Pues ¿cómo ó por que razón?
^^^H
de Santa Juana,' á quien yo
Luis.
{Aparte. 1 Buena es la que imagine.
^^H'
por ver que le niereció.
Por las cuchuilladas que hoy
^^^H
guardaile siempre prometo;
tuvo conmigo á mi puerta.
^^H
porque sí Naamar me avisa
Diego.
Poca razón, aunque cierta.
^^^H
1 que tanto estima y respeta
A dalle noticia voy
^ j^l
!■ la santidad de un profeta
á un alcalde amigo mió,
^1
y aquella tierra que pisa.
que, sin mostrar que es hacer
r^H
que lleva á su patria del la
por reliquia soberana,
mi causa, le hará prender
^M
de justicia.
^H
yo estimo á mi Santa Juana
Luis.
Yo confío
''^H
su tierra y sombra por ella.
de tu amor y diligencia
^1
Ninguna disculpa salva
que me ha de dar este gusto.
^1
á quien culpa un religioso,
Diego.
Vence, aunque no fuera fusio.
que suele vengar un oso
el amor á la conciencia.
el murmurar dt- una calvad-
Yo voy.
cuanto y más que si recibes
Ltris.
Vamos, Lillo, pues.
por su oración y virtud
LiLLO.
Pienso que lu mal gobierno
los consejos, la salud
nos va llevando al inHeroü
y hasta la vida que vives,
como recua á todos tres. (Vanse)
no la debes murmurar,
porque parecen tiranos
contra Joscph sus hermanos,
ESCENA IV
pues él les lleva el manjar
y ellos le venden á él;
Makía, monja, y La Santa.
pasión de envidia inhumana.
María.
Doña Ana .Manrique está.
y sustenta Santa Juana
madre, de un mortal dolor
á quien le vende cruel.
de costado cual dirá
1
k \Que tantas letras alcance
esta carta, y con temor ^Dátela.)
1 y las historias que escucho
yo de que está muerta ya.
Fué de don Jorge mujer.
' un viejo! Pero ^-qué mucho.
si hay sermones en romance?
y por lo que á los dos debo.
u La segunda cosa es
madre, llego á interceder
que, respetando su nombre,
por ella; á mucho me atrevo.
' agora vivas como hombre
pero por mi lo ha deshacer.
.
1 y como santo después;
que si yo te di el consejo.
(i) Ed el orif^nal e»(ái tachados csios versos que
no fué por darte pesar,
dice LiLLO,
M
^^^^^sTn
I.A SANTA JUANA-
-TKRCERA PARTE ^^^|
^H
Escribele, madre mia,
Regalado Ksposc mió: ^^H
^^^
que ruegue por ella á Dios
soy, como mujer, cuno$* ■
^^^^_
que es hoy el séptimo dia,
de saber; ruego y porfió ^
^^^^^B
y á mi. por ver que las dos
aué fué el alma' venturosa
ae don Jorge; en Vos confio. _
^^^^H
nos hacemos compañía.
^^^^H
También me escribe le acuerde
{Sacan el turo echixndt: fut^
^^^^^P
esto mismo, madre Juana.
Pero ,;qué monstruo de fueg
^^^^H
Duélase de la edad verde
de otro Fálaris tirano,
^^^^F
de su dcvoia doña Ana
cielos, turbami sosiq^o.*
^
que aprisa la vida pierde.
Laurel, Ángel soberano.
^H Santa.
Siempre doña Ana Manrique
con obras y devoción
que os dejéis ver, pido y rué
^L
me ha obligado i que publique
su valor y mi afición
KSCENA VI
^H
le muestre y le signiliquci
y asi yo lendrc el cuidado
Satt ei Angbi. par arrita, dttpuii DoR Jom^
^^^^H
queá su mucho amor le debo.
Anüei.. ¿Cuándo fué el enamorado
^^^^B
y Dios será importunado
de la dama que pretende*
^^^^^V
de mi, pues siempre me atrevo
si llamado importunado,
^^^^H
á su Maga de el costado
suesque viene y condecicnd
uego á su amor y cuidado?
^^^^B
en cuya fuente divina
^^^^^p
la experiencia y la esperanza
salud y vida irñagina,
Aunque yo no he merecido,
^^^^1
Juana mia, el ser tu amante,
^^^^^B
que aun al dueño de su lanza
Dios es por quien he venido.
^^^^^■^
le sirvió de medicina.
y en tu amoroso semblante
^^^^ft
lín su costado pondré
su paje de guarda he sido.
^^^^H:
el dolor que en él padece
Santa. Con la quietud y reposo.
Ángel mió, que estáis vos,
^^^^H
doña Ana, y Jesús le dé
^^^^^B
la salud que ella merece,
sereno el rostro y hermoso.
^^^^B
si no por mí, por su fe;
bien dice que veis á Dios
^^^^B
que fué mi perseguidor
y que le gozáis glorioso.
^^^^^B
don Jorge, y por su persona
{Abrtxe por un costada tí tal
^^^^^H
la debo tener amor,
dtntro \y-in Jorge.)
^^^^V
pues me labró la corona
¡Ay mi Laurel!
^^^^^
de tanto precio y valor.
Ángel. Muestra alienlOi
^^m Mama.
|Ay madre de el alma mial
mira á don Jorge en sus penas.
^^H
que renueva la memoria
Jorge. Vuelve, Juana, el pcnsamien
^H
que de él tengo cada dia.
que en penas de penas llenas
^^B
¿Si está don Jorge en la gloria.
excedo al rico avariento;
^^1
cómo de Dios se confia?
mas, por lo mucho que alcí
^^1
Si por ventura padece
tu oración, de los favores
^^1
en purgatorio por mi,
de Dios espero bonanza,
^^B
,jqué más la causa merece
que entre las llamas mayor<
^^B
que en este mundo le di?
es céfiro la esperanza.
^H Santa.
Dios es quien le favorece.
En el purgatorio estoy
^^H
Vaya y tráigame recado
por tu favor y merced;
^H
de escribir; responderé
pues de mi te acuerdas hoy
^^H
á la carta que me ha dado.
V es tan terrible mi sed.
^^^ María.
Favor debido á la fe
piadosas voces le doy...
■
que doña Ana la ha mostrado. (Vase)
Madre Juana: la ocasión
tienes de pagar agravios
con piadoso galardón;
^^1
ESCENA V
recrea mis secos labios '
^^H
con agua de tu oración. |E«í
^^B
La Santa S(i/a.
Santa. Alma pacifica, en medio
^V
Sabe Dios cuánto deseo.
de tantas penas espera.
^^H
como la madre María,
que yo por darle remedio
^^K
saber el dichoso empleo
estas penas padeciera.
^^H
de don Jorge desde el dia
¡Si hallar pudiera algún mei
^^m
que murió, que aunque se y creo
{Hatai
^^B
que Dios á mi instancia y ruego
le perdonó, y es notorio
Angei.. Basta el deseo que tienes
^^ft
para que á don Jorge valga
^^B
que ha de gozar su sosiego.
la avuda que le previenes;
^^B
no sé si en el purgatorio
aún da malcna á su fuego.
por ti querrá Dios que S4lg4
^^H
á gozar, Juana, sus bienes.
^^B
lAparicisi un toro^ al parrcer,ie irunvc.
S*^tA. iQuc bien conoces quién e$
^H
echítiutu llamax^
el dueño de aquesa gloria!
^
t
^^
iires nube de sus pies;
por mi no encubrió la esioris
de sus ángeles Moisés;
mas ames que Tu Hermosura
me deje trisic y se parta,
la salud que aquí procura
doña Ana en aquesta carta,
Laurel divino, asegura.
^Quisieras tú que yo fuera
y que á doña Ana Manrique,
salud en su nombre diera,
por que de lu amor publique
honra y fama verdadera?
Por mí no; mas por la eloria
que ha de resuitallc á Dios
, de aquesta hazaña notoria,
It. Vamos á verla los dos;
será luya esa viioria.
'X. Ángel mío: dadme luego
vuestras alas v favor.
ESCENA Vil
^aU María coh tinta y paptl —La Santa.
Madre Juana, larde llego,
si hay tardanza en el amor;
escriba s Madiid la ruego;
mas ¡ay de mi! que la veo
penetrando el aire puro.
Goce yo dése trofeo;
»l^una prenda procuro
cual de Klias á Elíseo;
arroje siquiera el velo,
si Elias arrojó el mantu.
Hermana: tenga consuelo,
no soy dif-na, ni levanto
por tanto tiempo mi vuelo;
yo volvere a vclla luego,
que voy á ver á doña Ana.
{Dcsaparfce.}
Sin VOS no tendré sosiego.
Yo voy á Contallo, Juana,
con doce lenguas de fucyo. ivast.)
ESCENA VflJ
Lii.LQ y Do» Luis, como de noc/»t.
>. Sí va á decir la verdad,
cosa que no suelo hacer.
yo no acabo de entender
tu enredada voluntad.
.¿Qué dudas? Pregunta.
>. Escucha.
Cuando hablé á la madre Juana,
co la cual, con ser humana,
la divinidad es mucha,
me dijo un largo sermón
que te dijese y no digo,
porque pienso que contigo
pudiera más un salmón;
y al Hn cifró sus consejos
con que el hombre es vidrio en todo;
quicbranse del niesmo modo
los vasos nuevos y viejos.
No es el concepto muy grave
á quien nn le entiende bien.
Li is. Yo si le entiendo.
LiLLü. Y también
un tabernero lo sabe.
Volvi á Madrid con respuesta
esta tarde, en ocasión
3ue tratabas de prisión
e (^sar. La duda es ésta:
,jpara qué has hecho prender
este ginovés, que ha dado
sospechas de .que ha quebrado,
y á quien has venido á ver?
Luts. ^Dudas más?
LiLLo. <No son tres dudas
el por qué, cómo y á quién,
y por ser hombre de bien,
por dudas, no se ahorcó Judas?
Luis. ^Prendieron á César?
LiLLO. Sí;
que apenas llegó, un soplón
á un alguacil motilón,
no de los graves de aqui ( i ),
embolsáronle en la red;
que una vtra pesca ya
ginovcses.
Luis. Porque está
preso te he de hacer merced
de un vestido.
Lii.Lo. Tal que pueda
farecer tu mayordomo.
"ácii es hacelle.
Lms. ,;Cómo?
Lili o, De tus marañas de seda.
Lms. Respondiendo á lu pregunta,
digo que él tiene una dama
hermosa y de mucha fama.
LiLio. Esa es mucha gracia junta:
pero pregunto: ¿héisla visto
por la mañana en ayunas?
LiMs- ¿Por que?
LitLo. Porque sé de algunas
que, antes de tomar el pisto,
la unción, el ?jo, el betún,
el no sé cómo le llame,
llenen una cara infame
y un frontispicio común;
y después de preparado
de el rostro, alguna mujer
tiene mejor parccL-r
que puede dar un leirado.
Luis. Basta decir que es muy bella.
LiLLo. No basta.
Lnis. Pues ¿por qué no?
ll) Entre c»te vcrsQ y el siguiente hay, aunque !■•<
chAoos, csios otfot:
I. VIS.
Liliju,
Lois
LlULO.
¿Qué es nioiiiúnP
Al^uicil
de la villa; «'esto nu sAbcs^
Pues ^qutvo son esotros graveír
fclo criintnai y ca civil
los alguaciles de corte
son como niá!( estimador
los de corte, si los pones
eo danza los iná5 honrados,
maestros y presentados
y csua son' los motilones.
^miii
ü
IHV^
^^B LlLIvU.
Quiero contestarme yo,
viene con el, y llegue ^B
por él hablarla. ¿Señor?^ ^^B
hi lenpo de hablar con ella.
^^K
Pues por gozar dcsia dama
ÍNtS.
No me hables que le está nn^
que pretendo y solicito,
á mi honor; entra, que es hora.
al ginovés se la quito,
LlLLO.
Ya llega César, señora, ^^\
por más que le quiere y ama,
como un reloj puntual, ^B
porque esia nuche tenía
como un reloj concertado, ^B
aplazado el primer bien.
como un reloj cuidadoso.
^^H
Luego ,jes doncella también?
como un reloj dadivoso i
^^H
Doncella, por vida mía.
y como un reloj armado. ^H
^^K
Las doncellas de por vida
Luis.
¡Mi bien! ^|
se han dado agora en mudjr
Inés.
Entrad, gloria mia:
en doncellas al quitar.
gozad, César, la ocasión. \Ymu^
Si es César ó Cicerón ^m
^^B
lis doncella y bien nacida.
I-ILI.O.
^^^
¿Asi que nació doncella.^
allA lo veréis de dia. ^H
tlso aún se puede creer
Pero ¡por Dios, que he que4^|
de tan honrada mujer
á la luna de Valencia! ^B
por tu respeto y por ella.
El no entrar fué impcrlinenc^
^^V
Yo vengo, en fin. á gozar
lacayo soy serenado.
esta cesárea afición.
Bien me pudiera yo ir ^_
acostar, porque mi amo ^B
no puede, si yo le llamo, ^B
^^V LiLLO.
Tú vienes á ser ladrón;
amor te ha de disculpar.
Dijo un buen entendimiento.
socorrerme ni acudir.
por cortesano lenguaje.
No me acuerdo que haya santo
que la ocasión tiene un paje
abogado contra el miedo.
1 amado arrepentimiento:
el mejor sanio es san Credo
porque es forzosa razón
y si alguien viene san Canto.
que se duela y se arrepienta
cualquier persona que sienta
que se pasó la ocasión;
ESCENA X fl
y tú, que en aqueste ensayo
SaU Don Dieúo.— Lillo. ^B
nadie quieres que le ultraje,
■
por excusar aquel paje
Diego.
Preso esiá César, y temo ^1
vienes con esie lacayo.
alguna gran travesura ^B
^H^^Lliis.
Calla, que ya en la ventana
de Luis, que es quien procofi^
hacen señal.
que esté preso.
^^■^ LtLLÚ.
Pues espora.
LiLLO.
Por extremo
que si ellate conociera
tiemblo.
fuera tu esperanza vana.
Diego.
He venido á rondar ^^
Déjame: llegaré yo.
esta calle, por si acaso ^|
y creerá que soy criado
le hallo. ■
de César.
LiLLO.
Ya siento un paso: H
^^Bl
Bien has pensado.
Judas debe de pasar. ^H
Dti:ijü.
La casa de doña Inés ^|
)ienso que es aquélla; si. ^|
Jn bullo negro está allí. ^|
ESCLNA IX
LlLLO.
A la ventana UoÑ* lr<£s.~Diciio&.
Mauregato pienso que es. ■
Voyme, que es dc*scortesia ^|
^^^
¿He de llegar?
dalendelle yo la puerta. ^
^^V
jPorqué no?
DiEOO.
Pues él se va, cosa es cieña
^■.
[Cel
que no es su casa: querría
^^H
De.
saber quién es. |Mola, hidalgo!
^^K
¿Sois vos?
LiLLÜ.
No sov hidalgo.
^^H
¿ITres tú?
DiEOO.
<-Galin? ^
^H
¿Es César?
LlLLO.
No soy galán. ^|
^^H
Y caballero
DiEdO.
¿Sacristán? ■
con seis letras de dinero
LlLLO.
.No soy sacristán. ^1
bien venido del Pirú.
Diego.
¿Sois algo?^"
^^1
¿Qué dices?
LiLIO.
No soy nada; que es mejor
^^H
Aún no me ha oido.
no ser nada en paz que mucl^_
^^m
liabla como su criado
en guerra. ]H
y no como el.
Diego.
Escuchad. ^B
^^H
Yo he pecado;
LlLlX).
Escuclld^l
que pude ser conocido.
Diego.
¿EsLillo? S
^^B
¿Quién es?
Lulo.
Yo soy, señor; ^B
^^B
Soy un servidor
y si no supiera yo ^B
6 orinal de César, que
que es mi amo quien me hoiiM
[
^^^K ACTO SEGUNDO
321 ^B
p
^TnUmlra c<}n la espadilla
ClíSA».
Inés mia; ^^^H
[
que muchas bazas ganó.
dichoso he sido en venir ^^^H
K>.
¿Dónde está i.uis?'
á tal punto, pues mí amor ^^^1
O.
No sé.
á la reja rcccbis. ^^^H
ío.
Pacs, ^no c&lá aquiP*
No sabéis como estoy preso ^^^|
\o.
Si estará.
por un señor alguacil, ^^^|
bo.
Lucro, .jsabcs dónde está?
que es como necesidad ^^^|
Lo.
.N'o se yo si estará en pie.
con cara de hereje al fin. ^^^|
scnlado, acostado 6 cómo;
Prendióme por causa leve, ^^^|
1
porque el amor y Mahoma
que apenas llegué á reñir, ^^^|
permiten que duerma y cuma
sino á mostrar de mi espada ^^^H
sin decirnos duermo y como.
el toledano buril. ^^^H
DO.
No sé si entraré; no es justo
1m¿s.
¿Cómo no me lu habéis dicho ^^^|
darle pesadumbre en eso;
hasta aqui? ^^H
,
:iues su contrario está preso.
CÉSAR.
Porque no os vi ^^^|
luélguese, siga su gusto.
hasta agora. ^^^|
¡Ay, amor, que mal cumplís
Inks.
¿Cómo es es6? ^^H
las leyes de vuestro honor!
César mío: ¿qué decís? ^^^|
Mas soy padre, tengo amor,
César.
Di^o, mi bien, qae estoy preso, ^^H
^
y no más que á don l-uis ft ).
y por dineros salí ^^^|
■
\ Huelgúese, que aunque no es justo
esta noche de la cárcel, ^^^|
P
habelle en esto ayudado.
V mi amor venj^o á cumplir. ^^^|
r
más quieríi verme culpado
Mandad, señora, á una esclava ^^^|
1
que vellc á el con disgusto.
do quien liando os servís, ^^^B
Quedaos Lulo. \,vast.)
que, porque espero á U puerta, ■
,L0.
lOh, padre tierno!.
venga más de prisa á abrir, ^^^|
amoroso y tan sufrido
Inés.
¿(^ué decís, Cesar? ^^^|
que, de amor desvanecido,
CÉSAR.
¿Qué digo? ^^^1
ta
llevas tu hijo al infierno.
¿Qué confusión hay aqui ^^^|
de lenguas? iNunca yo os dije ^^^|
cosas de amor en latín. ^^^|
■
1 F.SCENA Xr
Mandadme abrir; no os burléis. ^^^|
1
Sale Don Luis.— Lillo.
ÍNÉS.
Si vos no os burláis de mi, ^^^^
no os entiendo. ^^^^
BT
jOh, mal hayat
CÉSAR.
¿Cómo no? ^^^H
fcx).
^Ya lo escupes?
Inés.
Pues ¿agora no salís? ^^H
1
¿Tan malo es el bodegón?
CÉSAR.
Si, señora, de la cárcel. ^^^|
%.
En ^ozandij la ocasión
Inés.
No, sino de mi jardín. ^^^|
^
nuncK más la calle ocupes.
donde, en amorosos lazos, ^^^^
palabra de esposa os di; ^^^H
donde, con atrevimiento ^^^H
■
p ESCENA XI!
más que fuera justo en mi, ^H
F
SaleCi.ikn — Dtctioi.
Venus mati.có las rosas ^^
de mi mal logrado Abril. H
Ur.
El alcaide, aficionado
CÉSAR.
¿Que es lo que decís, Inés? ^|
de mi dinero y de mi,
Yo no soy, porque no fui H
me da licencia que sal^a
el venturoso ladrón, ^^
)
por esta noche á dormir
abeja dése jazmín, ^^
á mi casa.
Otro París ha gozado ^|
6.
Gente suena.
lo que á mi me atribuís, ^|
io.
Si suena será nariz.
que no guarda más sus frutos ^|
¿Si es lu padre?
c) paraíso de Madrid. ^|
is.
Sea quien fuere,
Inés.
Ya. cortesano extranjero ^|
j
vamonos, Lillo, de aquí.
y desatino gentil, ^|
te entiendo; ya sé que riiegas ^^M
las prendas que yo te di. ^^^H
No es este lugar'de quejas ^^^H
1
ESCENA XÍII
J
A la Ventana Doña luis. — Cksah.
ni he de dar voces aquí; ^^^|
mujer soy, si me injuriaste ^^^H
t.
Ya perdido el primer sueño
yo me vengare de ti. iVast,) ^^^|
será imposible dormir.
CÉkAR.
Escucha, engañada hermosa; ^^^H
1
y asi quiero ver si (^csar
mira si fué don Luis ^^^H
se fué ya. ¿No es aquél? Sí.
el ladrón del dulce sueño ^^H
César: mi bien.
que ha tenido tan mal fin. ^^^H
Kl es sin duda ninguna. ^^^H
¡Plegué á Dios, si fuese ansí, ^^H
A
tí ea et oriftinal manuscrito.
que marchite y seque el tiempo ^^H
\ COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO II
^^H
322 LA SANTA JUANA-
—TERCERA PARTE ^^|
la verde edad de mi abril!
luna, sol, palma en cades (i)
¡Plegué á Dios no vuelva á Italia
plátano, cedro, ciprés.
sin padecer y seniir,
lirio, clavellina, rosa.
tormenias donde me anegue
Jesíís.
¡Dulce esposal
sm darme ayuda el delfín!
Santa.
Eterno amante,
¡Plegué á Dios que Dios me falle
David, Salomón, Asuero,
si nu me vengare en ti
hombre Dios, león, cordero.
ó matándote ó muriendo,
pas»or, hey, niño, gigante.
pues es vengarse el morir! (Vasc.)
siempre he de subir á verus,
amor, con santa ventaja.
Ji^sC^s.
Ansí ensalzo al oue se abaja.
Amores son verdaderos.
ESCENA XIV
Santa.
La Samta sota.
Jesús.
¿Qué haces?
Santa.
Reprender,
^No sabremos, cuerpo bajo.
mi Dios, un cuerpo holgazán
qué cansancio ó aflicción
que, comiendo vuestro pan, J
o^ da pena? Mas no son
la carga deja caer 1
ruines para el trabaío.
que la religión encierra; 1
¿Diréis que andáis lodo el diSj
pero como fué formado 1
lo que c\ coro da lugar.
de tierra y está cansado.
ocupado, ya en curar
no hay quien le alce de la tierra.
monjas en la enfermería,
Virgen.
¿Quiéreste, Juana, venir _^m
ya en los ejercicios santos
con nosotros? |H
del fregar y del barrer,
Santa.
Si ha de ser H
ya en ir al horno á cocer
el ir para no volver, B
el pan para pobres tantos,
no tengo que prevenir; ■
ya en llevar de la obediencia
todo. Reina soberana, H
él yugo, y querréis decir
está á punto; vamos luego. H
que ya no podéis sufrir
Jesús.
A mi celestial sosiego H
tanto ayuno y penitencia,
irás brevemente, Juana; V
que os dé descanso de hoy más?
ruegos de tus monjas son
¿Y parecerá muy bien
los que hasta aquí han impedido
que, cual los hijos de Efrén,
tu muerte.
volváis la cabeza atrás,
Santa.
Tu amor ha sido,
cuando la victoria espera
mi Dios, larga dilación
el premio que merecéis.
de este destierro pesado;
y que cansado os paréis
y siendo, Señor, ansí,
en mitad de la carrera?
con David diré: ¡Ay de mí,
No, cuerpo, hasta la viioria.
que me le habéis prolongado!
si la queréis alcanzar,
Pero, amores, ¿dónde bueno (a
todo ua de ser pelear.
vais, que así me convidáis?
que al fin se canta la gloria.
Jesús.
A recrearte.
Quien quiere tener caudal
Santa.
Bien dais.
cuando el alma se despida
amoroso nazareno.
en el dia de la vida
muestras que es vuestro blasóf
ha de ganar el jornal
el amor que aquí os envía.
que en la noche de la muerte,
Jesús.
Ven.
como el jornalero, cubra;
Santa.
En vuestra compañía
que no ha de alzar de la obra
todo será recreación.
hasta la noche el que es fuerte.
Dejadme, mi Dios, besar ^^^H
Caminad, que se apresura
estos soberanos pies, ^P^|
la noche, y si tenéis cuenta,
porque á los vuestros dcspiíéiTV
á vista estáis de la venta,
Virgen, me pueda postrar. f
sí es venta la sepultura;
Jesús.
¡.\y prenda cara, y qué dcllo
si viene el cansancio, cchalde,
te quiero!
y anímeos el interés
Santa.
¡Qué tal escucho!
por que no os digan después
¡Ay mi Dios!
que tomáis el pan de balde.
Jesús.
¿Quiéresmc mucho:'
Santa.
Mucho.
ESCENA XV
Jesús.
Santa.
¿Cuánto?
Tanto del lo.
La ViHosn Sueitra Señora, y el NiSo Jhús, el Anckl
Jesús.
Pídeme mercedes.
y otro AnuBt. arriba. — La Sant\. — Toquen chiri-
mlat.
ViROEM. ¡Juana!
(i> Ati en ct uriginal.
12) Este y lo* dieciseis rer»os que siguen cttiía.
ctiodos en el orÍKinal. ^
Santa. Virgen antorosa,
ACTO TERCEnO
Pido
dos cosas no más, mi Dios;
mas siendo tan largo Vos
corta en el pedir he sido.
L'n muerto y un vivo son
los que por inierccsora
me han puesto, y de Vos agora
llenen de alcanzar perdón.
Kl alma. Esposo divino,
de don Jorge está penando
y entre llamas apurando,
como metal rico y (i no,
los quilates de aquel oro
que en vuestra mesa ha de estar;
yo le vi, Señor, penar
dentro de un ardiente toro,
con un tormento excesivo;
alcance yo destus pies
que esté ya libre.
¿Quién es
el segundo?
l'n muerto vivo:
muerto en vicios vino al mundo.
Ks, mi Jesús, don Luis,
y si Vos k- reducís
tendréis un Saulo segundo.
Hijo que desobedece
á su padre, Juana mía,
y en sus pecados porfía
obstinado, no merece
mi perdón.
Santa. Si, si, mi Dios,
que es mi devoto su padre;
pues sois su divina .Madre,
Virgen, pedídselo vos.
Virgen. Hijo: á cosa que os suplica
Juana, no digáis de no.
Jesús. Madre, no sea; cesó
mi enojo.
Santa. Ya quedo rica.
Jesf's. Yo haré que, cual otro Saulo,
si á la virtud hace guerra,
caiga don Luis en tierra
y imite después á Paulo.
Santa. ¿Y de don Jorge, Señor?
Jksíis. Por ti, Juana, le perdono.
Santa, Vuestro cierno amor pregono.
Jesús. Hoy á mi eterno favor
subirá.
Santa. Qué ¿por losdos
la! favor se me concede?
María. SI. que todo aquesto puede
Juana de la Cruz con Dio>>. i^Toqutn.
ACTO TERCERO
PERSONAS QUE HABLAN EN EL
Don DitGü. (Alofre.)
Don Luis. (Toledo.)
LiLLo. (Guardia.)
CwESPo. (.aguado.)
Dekruecu. (Juan Ximénez-f
MiNoo. (S. P.')
César. (Montcmayor.)
Doña Inks. (Ana Cabello.)
La Santa. (Maria de Morales.)
El Anobl. (Juan de M. »)
Nuestra Seíñora. (La Sra. Petronila.)
Jesi's, niño. (San Paico.)
María, monja. (La Sra. Anna María.)
Otra monja. (La Sra. Madalena.)
Una niña. (San Paico.)
Un alma. (Juan .Ximénez.)
n Toledo, á 24 de Agosto de 1614 atios, por Fr. Gabriel Téllcz.
ESCENA PRIMEUA
DúN DiKco, DoH Luis y Lili o.
Seguro estás, hijo ingrato,
de que no culpe y condene
tu injusto y vicioso trato;
porque mi lengua no tiene
palabras, nn te maltrato.
.Seta tu culpa mayor
no hallarse castigo igual
en palabras ni en rigor,
que aun no sé decir el mal
que sabes tú hacer mejor.
Lujs.
Tus vicios me han retirado
de Madrid, y la prisión
hngida, c! amor pasado;
no estoy como Cipión
con más honra desterrado,
sino por vicios ajenos,
por necesidad, jamás
honrosa para los buenos;
no sabré decirle más
ni tú sabes hacer menos.
¡Con sermones cada día,
sin por qué ni para qué!
|0h, qué enfadosa porfía!
^^^M
LA SANTA JUAWA-
^KRCFR^ART^^^^^^^^^H
¿•Kstoy yo fallo de fe,
que los ríos y los juíos
ú he venido de Turquía?
corren siempre, c^ián sus di
¿(^)ué he hecho yo que no sea
de la agua y renta seguros,
lo que un caballero mozo
V no han de ser más pequd
si no es cartujo desea?
sus gastos, ni ellos más dur
¿Qué quieres? iMis anos gozo
pero es necio el que á la fuo
como mi edad los emplea.
de el río y de la hacienda.
¿He sido yo, cual Nerón,
deshace y rompe y no siente
que quiso mudar el ser
que. cuando después pretcnd
por variar el alición?
agua y rio, no hay corríeniei
Querer bien á una mujer
Mis posesiones vendí;
es marca de discreción.
ya no tengo posesión
^H LtLtO.
Y á dos y á ircsy á tres mil,
ni buena esperanza en mi;
y á cuantas el mundo abarca;
retíreme á Torre jón,
sea hermosa, noble, vil.
mi sepulcro tendré aqui;
no es culpa mayor de marca
este has querido dejarme
y no es marca de gentil.
que no le vendes jamás,
^v
¿Tú predicas?
y no ha sido por honrarme.
^H
¿Y te pesa?
mas porque no viva más
jQuc motilón no aprendió
a echar también su traviesa.
ni falte donde enterrarme. M
Luis. Déjame ir. ¿Que galera 1
y 81 en el pulpito no,
es ésta? ¿No basta el remo, ■
predica sobre una mesa?
sino atado al banco? ■
^^^^■DlEGO.
Como lodos en mi casa
DiEdo. Espera.
de tus daños participan,
Luis. ¿Cómo he de esperar, si lemu?
y toda por ti se abrasa,
Déjame esconder siquiera;
los que pueden se anticipan
son mis costumbres feroces,
á llorar el mal aue pasa;
como has jugado y perdido
mi vida áspera y inculta; _
si por fiera me conoces, ■
la hacienda, que es sangre y vida,
la fiera luego se oculta ■
cualquiera será atrevido
que siente pasos v voces. B
á culparte de homicida.
¿No hay Indias? ítalia y Flan
pues tu flaqueza ha sentido.
¿no pagan sueldo ai soldadoM
^1
Va jugué, ya se perdiój
Que vuelva, pues, no me mifl
también sé pudo quemar
que en mis males he juzgado
la hacienda.
verte y oirie por grandes.
^H
¿Y no se quemó?
DtEGo. Escucha, que ya el iemor(i.
^B Luis.
La hacienda es para gastar,
de padre que te castiga
que para guardarla no.
quiere aplacar el rigor.
Nin^una moheda es buena
aunque se murmure y diga
no más que para dar peso
que soy vasallo de amor;
á un arca pesada y llena;
que de mi pasión arguyo
si no ha de servir más de eso
que alma y vida perderé;
bien puede henchirse de arena.
pues gusto, aunque es maloi
^H LiLLO.
FJres leído; ese ardid
no sólo que digan que
usó con agüelos míos
esclavo soy, pero ciiyo.
ó tuyos mi agüelo el Cid,
Si con honrosas ventajas
mas no consiente judíos
siguieras en una impresa
guardosos nuestro Madrid,
el ronco son de las cajas.
que el señor Lercio, el pobre (i),
que el honor que se interesa
gasta más de lo que tfenc
ilustra personas bajas.
y el tercio antes que le cobre;
eso. Luis, ¿por qué no
y al guardoso le conviene
pudiera ser? Que soldado
)restar de lo que le sobre.
\o alabo yo de prudente
honraras á quien te honró;
^H Diico.
mas irte desesperado
á quien detuviese un rio
eso no lo diré yo.
y guardase la corriente:
Espera y pretenderé
ése fuera desvario.
en Madrid alguna plaza
pues corre continuamente.
honrosa que el Rey te dé,
Coger la que es menester
porque con industria y \hí%
y la demás agua pase,
se alcanza lo que hoy se ve.
pues hoy vendrá como ayer.
El Rey me la prometió
Quien tiene renta no tase.
cuando le anduve sirviendo.
guarde ni estreche el poder.
y para ti diré yo
H (I)
en el maDUKrlto,
(t) Tichada toda esta gtota en ei orixiiia
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
^"
^^^^H
^ ACTO TERCtIRO
325 ^J
que la plaza, Luis, prciendo,
levantándole del sucio ^^H
efue cuyo soy me mandó.
Lillo al viejo? ^^H
Cuando, después, victorioso
Mingo.
Entremos ya. ^^M
volvieses y acrecentado
Crespo.
|Oh, malos truenos del cielo ^^H
con algún olicio honroso,
que quemen al que se val ^^H
no pagues lo que te he dado;
¿Qüi es esto, señor? ^^H
pózalo i6 y s¿ dichoso,
Diego.
No fué, ^^^H
que aunque es de lu padre y luyo
no tiene ser el pecado. ^^H
el bien, ni aun correspondencia
Berpuec
. ^-Quién os detribó y por qué, ^^H
de lu ingrato pecho arguyu.
que él se verá derribado l^^l
y asi yo le doy licencia
de Dios si le asienta el pie? ^^H
que no diga que soy suyo.
Diego.
No quiero que se alborote ^^H
Suéltame el brazo,' que entiendo
Torrejón. ^^H
que es del mar y que me anega.
Crespo.
Pues ,ide eso dudas? ^^M
(Dcrribalt.)
Es un Judas Iscariote ^^H
Con nueva razón me ofendo.
don Luis, y mató Judas ^^H
y ya mi pasiones cieya
al padre con un garrote. ^^H
si vengarme no pretendo.
Ljut.0.
No hay quien á contar acierte ^^H
Apartas con lanía ira
lo que hoy ha sufrido el ciclo, ^^H
de tus brazus mi flaqueza
Diego.
Ya fragua un rayo más fuerte. ^^H
que he caido; ^no le admira
Voy á quien me dé consuelo. ^^^|
que está á tus pies lu cabeza.
qué es Juana en mi adversa suerte. ^^H
y que Dios le escucha y mira?
{Vanse Doo Dieg* y LilIo.j^^H
ti viejo es Iruia madura,
^^^M
cáese ella misma y se pierde.
^^^H
ts verdad, y más segura
ESCENA III ^H
y más dulce que la verde
y más lan amarga y dura.
Dichos, mtnus Ooti Dikoo y Lillo, ^^^H
La misma comparación
puso alabando á los viejos,
aquel prudente Calón,
que en sus maduros consejos
hay salud, gusto y sazón.
I'ues cuando la fruta verde
está en almíbar suave,
amargura y daño pierde,
y asi hay mancebo que sabe
más de que algún viejo acuerde.
Más discreto soy que vos.
Cbkspo.
No viniera un ciego aquí, ^^H
y Giras veces son prolijos, ^^^|
y rezaran, Mingo, ansí: ^^^1
«Padres, los que tenéis hijos, ^^H
crialdos bien, porque si.» ^^H
Mas volvámonos, compadre, ^^^|
porque mi niña quedó ^^H
muriéndose, y ya sin madre ^^H
quedará, y quedaré yo ^^H
sin un perro que me ladre. ^^^^M
(Dale con ti pie y vase.)
^^^M
Levantaos y pasaré,
que no cabemos los dos
ESCENA IV ^H
en el mundo.
Sait CisAR.— Dichos. ^^^|
Llega el pie
^^^M
que abrasen rayos de Dios.
Cksar.
^Por qué, si sabéis, amigos, ^^H
Por el pie sleve y escala
le lleva ansí á los hombros ■
este ya violado templo
Lillo á su amo? ^^H
dond'e lu pie se señala.
Crespo.
Hay testigos ^^H
Dios le corte para ejemplo
que vieron con mil asombros -^^H
de quien en culpas te iguala.
de venideros castigos ^^H
Bien haces, traidor; levanta
que don Luis le derribó ^^H
contra mi, pues vu» la he hecho,
y diú con el pie al volver ^^H
esa mal trazada planta.
á su padre, y le dejó; ^^H
cuyo edilicio deshecho
que es víbora y quita el ser ^^H
deje la venganza santa.
al dueño que se le dio. ^^H
César.
No creo yo de don Luis ^^H
esa nueva mentirosa. ^^H
ESCENA II
Crespo.
Muy en su favor venís. ^^H
Cksar.
Don Luis no hiciera cusa ^^^|
Sale» los Paitorb».— Don Diígo y l.ii.t-o.
MlNGl.
lan buena coino decís. ^^^|
¡Esto es buenol ^^^|
O. ^Voccs, clamores, ruido
César.
En la ocasión, ^^H
y salir echando chispas
porque maltratar al padre ^^H
don Luis? Desgracia ha habido.
de lan mal hijo es razón, ^^H
lEC. ¡Ühl que le piquen avispas,
y en dar la muerte á su madre ^^H
que es un bárbaro atrevido.
fué justisimo Nerón; ^^^|
Pero <no ves cómo esiá
^
que quien tal monstruo parió ^^^|
LA SANTA JUANA— TERCERA PARTE
merecido premio fué
morir por él cual murió,
y es justo poner el pie
en quien ul monstruo crió.
^Crespo. ¡Anclaos á plomosias!
vamos, mi niña veremos,
que son al Im cosas mías. iVanst.)
ESCENA V
CÉSAR. Siguiendo al fin tus extremos,
honor, al campo me envia.
Aquí dicen que ha venido
mi enemigo don Luis;
si os tiene tanto ofendido,
César, á tiempo venís
que lodo lo halláis vencido.
A don Luis no conviene
temer, que eso mesmo le ala
las manos; vencido viene,
que- quien su padre maltrata
cierta la desdicha licne.
V si pensaba Caín,
muerto ya su hermano Abel,
con ser menos culpa, en fin,
que la tierra iría tras él
hasta dalle un triste tin,
en don Luis que dice 6 piensa
que está mi espada envainada,
incjor vengaré mi (jfensa
estando conira él la espada
de Dios alzada y suspensa.
ESCENA VI
Salt la Santa sola.
Albricias, alma mía,
que ya de vuestro bien se acerca el día,
y el destierro cumplido
que ausente de la patria os ha tenido,
el soberano Esposo
llamándoos á su tálamo amoroso,
con música os convida
á eterna paz, á enamorada vida,
al néctar de su vista deleitoso,
al real palacio, á la tranquila casa
donde no llega el mal niel bien se pasa.
Con el salmista hebreo
cante, cual cisne, amor, vuestro trofeo;
decí á vuestro querido:
«Alegre estoy, mi Dios, de lo que be oído,
dichosa habitadora
seré de la ciudad donde el bien mora;
ya se pasó el invierno
ya se acerca el Abril y el Mayo Iterno
que el cierzo no marchita ni desllora.
Jcrusalcn: tus calles infiniías
veré empedrar de jaspe y margaritas.»
ESCENA VIÍ
Et A.1GKI. y la Santa.
A NOEL.
Juana: ,;qué nuevo canto
le iguala al cisne?
Santa.
jAy, mi custodio Saní
lav mi Laurel divino,
mi guarda compañero y mi padrino!
l>cl conlcnto que encierro
pedí albricias: alzáronme el destierro.
Mañana, ángel, mañana,
veré con vos la patria soberana
rotos los grillos del pesado hierro
que Adán echó á los hombres, de tal sueitr,
que no hay rompcllos otro que la muerte.
Ángel.
La Invención sacrosanta,
mañana, de la Cruz celebra y canta
lodo el mundo, y en ella
te quiere Dios llevar á su Sión bella.
En semejanie día
naciste al mundo para su alegría,
el hábito tomaste
y en este santo d'.a. profesaste.
Juana eres déla Cruz, pupila mía,
la Cruz adoras y en su día subes
pasando estrellas y pisando nubes.
Santa.
Para tan grande fiesta
como me ofrece amor y Dios me empreslii,
cuando mi bien señalas.
Laurel divino, vuélveme mis galas;
mi guardajoyas fuisie,
la purpura que el mismo Üios se viste
de [a cru¿ y los clavos
que dieron libertad á sus esclavos,
y la corona que guardar quisiste
me puedes, Ángel, dar, porque con todas^
pueda subir á celebrar sus bodas.
Anoel.
La cruz de Cristo, dama,
está á ia cabecera de tu cama;
los clavos y corona
que el rcit:o de tu Esposo y bien prí
por único Monarca,
guardadas tengo, Juana mía, en el arca
de tus joyas divinas,
donde tienes cilicio y disciplinas,
y otra prenda de amor que en cuanto abarcí
el so! no la hay más rica n¡ más bella,
en el arca te espera; corre á vella.
Santa,
^Qué prenda es, Ángel santo,
la que me da mi Esposo y vale tanto.*
Ángel.
No vale Dios más que ella.
Santa.
|Ay prenda soberanal ¡ay joya bella!
¿y en el arca encerrada
la tiene Dios.''
Ángel.
En ella está guardada.
Santa.
jQué joya es, Ángel bello?
Decíldo, que me muero por sabello.
p
ACTO TERCERO
A NGEI-.
que lu alegría sea doblada
t sabrás por más que lo dcscjis
ique abriendo el arca tu bien veas. [Vaxe.)
t ESCENA Vm
I La Sauta sola.
leías, madres mías:
!á tiesta; haced mil alegrías,
cantando todas
is la joya de mi amor y bodas.
larca soberan;^!
'qué no vas á vella, indigna Juana?
raos. cielo, tierra,
la joya que Dios en mi arca encierra,
[o que en ella mi ventura pana.
res: vengan, verán mi prenda rica,
sólo es bien el que se comunica.
ESCENA IX
Salen Maí/a, monfa.y Otra.— La Santa.
.MakÍA.
Santa.
i A
n
Madre: ,;qué voces son éstas?
rA. Si vieran lo que me ha dado
m't divino enamorado,
hicieran conmigo fiestas.
jOh, qué prendas manifiestas
tengo, madres, del amor
de mi divino Señor!
¡Oh, qué joya tengo cntrellas
que aventaja á las estrellas
en belleza y rcsplandorl
¿Dónde está? Vámosla á ver,
si nuestro amor lo merece,
que, pues tanto la encarece,
notable debe de ser.
Ixa.'Pues ¿no podremos saber
qué joya es?
No lo sé yo,
madres, que quien me la dio
decírmelo no ha querido,
poique el bien no prevenido
en mucho más se estimó.
(Descúbrese una arquilla curiosa sobre
una mesi.y
Pero, pues el arca es ésta
ó, por mejor decir, zona
de los clavos y corona
que son galas de mi tiesta,
hoy he de hacer maniliesla
á lodos la dicha mia,
y la joya que me envía
mi Dios les he de mostrar
porque puedan celebrar
justamente mi alegría.
Hinauen Us rodillas todas. (Ilíncanse.)
'¿Qué seri?
Nuevos favores
de Dios, cada vez mayores.
Centro feliz que acomodas
las veslas de nuestras bodas;
velo hermoso, aunque pequeño;
depósito de el empeño
que el amor ha puesto en ti;
ÍA2.
ÍA.
nave, que del Potosí
trac riquezas de mi dueño,
haz manifiesto el tesoro
que apetece mi deseo;
fe tengo, con ella creo
lo que sin ver en tí adoro;
salga de su mina el oro
que ¿ mi ventura prevengo,
que, pues á gozalle vengo
sin saber lo que es diré:
Tan rica estoy que no sé,
gran Señor, lo que me tengo.
(Ábmstel arca y íialr entre «u¿>« dura'
Has el Sandtimo Sixcramentu.i
Pero |ay ciclos! ¿qué ventura
es ésta?
¡Milagro extraño!
Pan queferiiliza el año
[Toquen poco.)
de la celestial hartura:
maná de eterna dulzura,
blanco que señala Juan,
medalla Je amorgalin,
pues á mi arca habéis venido,
diré que habéis proveído,
mi Dios, el arca del pan.
Mas, decidme. Esposo amado:
jjt qué á mi arca venís?
¿de qué enemigos huís,
que os acogéis á sagrado?
¿Si porque os he celos dado
os escondéis para prueba
de mi amor? Ya se que os lleva
á que acechéis almas fieles
por ventanas y canceles,
mas por arca cosa es nueva;
mas como parto mañana
á la patria de U vida
prevcnisme la comida,
providencia soberana.
ESCENA X
Aparécese tt Amoki. junio al anadeirás de ella.
Dichas.
Anoei.. Esta forma, amada Juana,
comulgó un hombre en pecado
que csiá muerto y condenado,
y saliendo de él se vino
á lu poder.
¡Qué divino
favorl ¡Qué tierno bocado!
Con tan divinos despojos,
¿quién me iguala. Laurel santo?
Monja a.* Llena de amoroso llanto
estoy.
Fin de mis enojos,
pan de leche, pan con ojos
vos cumplisteis la esperanza
de mi bienaventuranza;
mañana os comulgaré
y la gloria alcanzaré,
pues llevo en vos la libranza.
(Toquen poco. Encübrete el Ángel y ti
arca.)
Santa.
Santa.
^H 328 LA SANTA JUANA-
-TERCEI^A PARTE ^^^|
^B ESCENA Xl
entre los más que ha matado^^
^^^T'
que, aunque necio, es licencM^
^^^ Dichos, menos el Anosl.
diérame menos dolor;
■ MoN/A 2,'Llena de confusión sania
que, en fin. el puebro y alcalde
1 ^'oy.
^^ María. ¡Que tanto Dios regale
le pagamos y hace bien. ^M
en malarmos, que no es bien^f
^B un alma! La luz que sale
que le paguemos de balde: ^M
^^1 de su hermoso rostro es tanta
mas un amapelo cruel ^M
^^ft (^uc nos deslumbra y espanta.
^^F Monja 3.* Loa tai reverencia quedo,
no es bien; sanad mi dolor, ^H
que se correrá el dotor ^M
P que no oso hablalla, aunque puedo.
1 María. ¿Quién su dicha no pregona,
de no habella muerto ¿1. ^M
Santa. No seáis tan malicioso. ^M
L dándote Dios tal patrona.
Crespo. No es malicia hablar verdad. ^*
K reino ¡lustre de Toledo?
^^^B (Va use tas Monjas.)
ESCENA XIII ^
^V ESCENA XII
Salí Don Diego. - Dicho«. ^H
^^^m Saltn los Pastorbs.— Dicius, menos las Monjas.
Diego. Madre: estos labios honrad H
^^^B
con esos pies; vergonzoso H
^^H Crespo. Si no me la resocita
vengo y con razón á vos H
^^^B >'o me ahorco, madre Juana. ..
por no tomar los consejos ^H
^^p Santa. ¡Oh hermanos!
que, en ser vuesi ros, son esp^^j
^^m Crespo. Firmeza (i) hermana,
de la claridad de Dios. ^M
^^^F. y rnos ama, no permita
Santa. Señor don Diego: no es ^M
P ta! desgracia.
aquese vuestro lugar. ^M
1 Sama. Pues ¿qué ha sido?
Diego. No os oso al rostro mirar, ^H
1 Crespo. Mis pecados deben ser.
v asi me postro á ios pies. ^M
1 Cenó mi ["Kirilla ayer
Ün hijo que á iniercesión WM
■ unos berros, que han urdido
vuestra, madre. Dios me ha diao
1 ' mis penas, que tiene tacha
y por haberse criado
^^H de comellos. Socedlo
con la santa educación h
^^H [ay Diosl que la dije yo:
vuestra en su tierna niñez ^M
^"^ No comas berros, muchacha.
imaginé que aprendiera H
Santa. ¡Y pues!
virtudes, con que me diera ^M
Crespo. Comió un amapelo
después alegre veiez; ^M
entre los berros, y luego
con las alas que mi amor ^M
tomó las de Villadiego
le ha dado, la libertad ^ñ
y afufólas para el cielo,
de su loca y nioza edad, ^M
que acá ños solos tenia;
el poco freno y temor ^M
era sola y viudo yo.
que rompe y desprecia ya, ^M
queMarj Crespa murió
tan en mi daño ha salido ^M
dicen que de hipocresía.
que, si la culpa he tenido, H
Berhuec. De hidropesía diréis.
la pena él mismo me da, H
Crespo. Sea lo que huere, en fm;
por dalle yo larga T¡end.i. H
ella heredaba un mastín,
A tal extremo ha llegado, H
seis gallinas y otros seis
que habiendo desperdiciado ^M
pollos, un m'ajuelo, un banco,
la honra con el hacienda ^M
un barbecho y un rastro/o;
que le di como indiscreto H
un buey, aunque tuerto y cojo;
y él no supo disponer. H
, un asno sin cola y mancó,
por no tener que perder ^M
una cama, un arambel
viene á perderme el respeto; ^M
con la historia de Tobías
aconscjástesnic vos H
cuando al gigante Golfas
con tiempo que no le diese H
mató junto á Peñafiel,
tanta licencia y lem¡e1^c H
y oirás cosas, aue só rico:
¡mirad vos que hemos de her
(a estrecha cuenta de Dios. ■
Pudo más su amor conmigojM
sin hijos y sin mujer
por su causa á Dios dejé, H
el buey y yo y el borrico!
y asi quiere que me dé ^M
Dalde vida, que es afrenta
él mismo, madre, el castigo. ^M
que de comer ensalada
Santa. Y es razón, que á quien ci V^H
muera una mujer honrada
de Dios por sus gustos iruec^H
sin estar calenturienta.
sea el mismo por quien peca«^|
señor don Diego, el verdugo;^|
Si la matara el dolor
que no por ser don Luis ^M
vuestra sangre era razón ^M
,
(i> Confusí y dudou etla palabra en et original,
no enfrenar su inclinación; ^M
p
ACTO TERCRRO
^^ 1
320
1
que la sangre, si adverlis,
Santa.
Señor don Diego: desde hoy M
^M
cun ser la vida y substancia
veréis vuestro hijo enmendado. 1
^^M
del cuerpo y mas excelente
DrEGO.
¡Gran santal ■
^H
humor, la saca el prudente
( Vante la S«nu y Don (>iCKO.)fl
^H
cuando daña su abundancia.
■
^H
Cuando los limites pasa
un hijo y la ley de Dios,
ESCENA XV M
^^H
^H
sacad esa sanare vos
niciios. menos la Sasta y Doír Duoo. H
^H
y echalda, señor, de casa.
^^^1
que, si no es por este medio
BeRRIIEC
Desde csicdia
^H
y no os permitís sangrar,
mis hijos castigaré;
^^1
mal os podremos curar
Bzoiallos voy á fe,
^H
BRora que no hay remedio.
que SI el padrt' que l«">s cria
^H
A mi Fsposo he suplicado
con libertad se condena.
^^■i
que de don Luis y vos
que no ha de haber quien me note
^H'
se duela. Es todo amor Dios;
en eso.
^^1
su real palabra me ha dado
MlNOO.
Yo haré un azote
^H
de enfrenar su juventud.
que de docena en docena
^Hi
Vos le pudierais sanar.
los sacuda.
^^H
que nosiempre se ha de dar
Cresi>o.
Voy á dar
^H
por milajíru la salud;
tierra á Elvira.
^H
pero, como escarmcnitis,
QtPtVEC.
¡Oh, quién pudier.1,
^H
explicaréselo agura.
porque mujeres no hubiera.
^li
0.
Si vos sois mi intercesora,
madre, ¿qué no alcanzaréis?
cuantas viven enterrar! (Vanst.)
■
IPO.
¿Y mi hija, madre Juana?
A mi Esposo celestial
^H'
r*.
ESCENA XVI
^H
»o.
rogaré.
Ya olerá mal;
LiLLo y OoM Lv». ^fl
H
L
ruégueselo presto, hermana.
1
Lii 1.0.
Tamañito estoy, que un niño H
me meterá en lin zapato. H
Yo, señor, ya no te riño, H
que quien tiene un mal trato 9
I
■
\ ESCENA XIV
^H
F
(
Sacan la Ni.>a muctla.
no ha menester más aliño; ■
pero no quiero que venga fl
H
P
Dos padres piden, mi Dios.
á vuestiu amor excesivo
por dos hijos: uno vivo
y otro muerto; pues sois Vos
camino, verdad y vida,
dádsela á los dos. que encalma
csián, al uno en el alma,
k que en vicios muerta y perdida
' pide por ella su padreí
sobre ti un rayo de Dios, ■
y estando yo cerca tenga
en que entender con los dos,
Voime, por fin de mi arenga;
dos amos de malos tratos
bastan, que el temor me amansa;
no quiero terciar contratos
de amor, que el diablo se cansa,
dicen, de romper zapatos.
1
r
y á la otra en el cuerpo. En cslo
Luis.
Ya le habías de haber |ido) (i).
^M
1
haréis. Señor, manifiesto
LlLLO.
No pagas; porque me pagues
^M
queme amáis.
lo que debes me despido.
^M
u
[Ah Juana madre!
¿por qué del sosiego cierno
Liijs,
A\ira, Lulo, no me estragues
la paciencia.
M
■
1 mesacis, si en él me ves.
Liuo.
¿Hete servido?
.^H
■
1 para que crezca después
1 y me condene al inherno?
Luis.
Sf.
^H
■
LiLlO.
¿Masme pagado?
.^1
p
' ¿Por qué del sacro sosiego
Luis.
Si y no.
^^
[
y del lugar celestial
LiLt.O.
Dimc tú esa adivinanza.
^
, quieres que al mundo mortal
porque no la entiendo yo.
■
i vuelva á tu instancia y tu ruego?
LirtS.
Ya te pagué en esperanza.
■
1 Posando estoy; adiós.'madrc;
que alguno en ellas pago.
■
1 ¿á qué he de volver al suelo
LriJ.o.
¿Distcme otra cosa?
F
pudiendo siempre en el cielo
Luis.
Si:
k
cncomendalle á mi padre?
más de dos bellaquerías
¡Gran milagro!
que has aprendido de m!.
rA.
1
Escarmentar
en aqueste ejemplo pueden
todos los padres que exceden
la justa ley en amar
y valen en estos dias
las indias de un Potos!.
á sus hijos demasiado.
(I) Tm
h»Jo hasia «1 ?crso;
»
Admirado, madre, voy.
_^
•;Vcie, villtrio, cob^rJc!*
^^^ 33o
LA SANTA JUANA-
—TERCERA PARTE ^^^H
PrcRÚniale á la riqueza
y así, hombre, no os asonR^H
por qué comunica menos
que siendo imagen de Dios ^H|
con los hombres de nobleza
borrada, que aun no sois honJtnF
ó ingenio al fin, con los buenos.
porque os conozcáis en vos
que ellos tienen más probeza,
de hombre os dé sólo el nomto^
y responderá al momenio.
l.i is. Como crecen ios agravios ^H
porque de meniira, enj-año
va creciendo en mí el temor. ^^
y maldades me sustento.
Decid, pensamientos sabios.
y nunca sabe hacer daño
¿como no siento valor ^j
el de noble entendimiento.
en el pecho ni en los labios? ^H
Luego, si yo le he enseñado
^ Yo, cuanto más ofendido, ^H
enredos, mentiras mías.
más temeroso y turbado? ^H
traza de rico le he dado.
^Qué nueva mudanza hs sidoiJH
y en moneda que estos días
¿Quién eres? No te he lUmado
vale y corre te he pagado.
hombre, ni lo has parecido;
^^H C¿SAR.
Pues no pasa esa moneda
porque un hombre i^ual á ml.^J
en Torrejón.
solo y con armas iguales ^B
^^H
¿Por qu¿ no?
no le temiera yo ansí. H
Bien hay quien trocalla pueda.
Voz. Aunque mienten las señales, ^H
que siempre el engaño halló
no soy cuerpo, un alma si; ^H
quien sus mentiras hereda.
un amigo y el más cierto ^H
Lii i.o.
Mis miembros que están desnudos
vuestro fui. ^M
no admiten estas razones.
Luis. <Qué fugitivo ^M
que engaños no son escudos.
temor mi rostro ha cubierto?^"
Luis.
Son con dos caras doblones.
¿t^)uién eres, que eniierra el vi*ü
L1L1.0.
Pues págame lú en menudos, ¡
su memoria con el muerto?
ó haré á la jusiicin alarde
Voz. Soy don Juan, el que en la corl«
del tiempo que te he servido.
en tierna edad y con vos.
Luis.
Vete, villano cobarde.
hice de mi gusto el norte. Mi
que desde aquí le despido.
Luis. Amigo caro: ¡por Oiost ^M
Lii.i.o.
Va llegó el despido tarde,
que tu rigor so reporte. ^M
que yo solo me despido;
Y dimc: ¿en qué parte estás? ^
que este es el blasón que saco.
¿entre almas gloriosas?
Luis.
¡Pur Dios si paras aquí!...
Voz. Menos.
Lii.i.o.
Más vale servirme á mí
Luis. ¿Entre condenados? ^
para servirá un bellaco. {Vase.)
Voz. Más. M
Voz.
[üc dentro.) Hombre. ,
Luis. ¿En el purgatorio? Buenos ^H
Luis.
El paso, la persona,
indicios de fe tendrás. ^H
^m
el movimienlo, la voz,
Voz. Alli estoy por atrevido, ^H
^^^B
todo pienso que pregona
por libre, por di'scorics ^H
^^^^K
temor que lengua feroz
á mi padre. ^H
^B
el aire denso inliciona.
Luis. ¿Y ha tenido ^M
muchas penas quien lo es, ^^
^B
ESCENA XVII
alma, porque yo lo he sido?
Voz. Tantas tengo, que al momenul__
^^v
Sale un Alm* <tt galán.— Don Luis.
me acordé de vos y quise ■■
^H Voz.
¡Ilombrcl
daros algún sentimiento, ^H
^^H
Aunque dices mi nombre,
y aunque no dejan que avise^H
^^H
y lú pareces lo mismo,
su gente el Rico avariento, ^H
^^^K
me das causa que me asombre
yo. que en más noble lugar ^H
^^^^B
y esté en un confuso abismo.
estoy, por la Santa Juana V
^^^H
viendo que me llamas hombre,
os he venido á avisar.
^^^K
y bien me puedo ofender
que experiencia soberana
^^^V i
porque hombre sólo es afrenta,
y memoria os pienso dar.
^^^M
pues no dice más del ser
Luis. ¿Es tan grande y inhumano, ,
^^^V
y otro cualquier nombre aumenta
como el fuego del infierno ^m
^^H
valor, hacienda y poder.
e\jde\ purgatorio? H
^H Voz.
Como vos no tenéis más
\'oz. Hermano: ^H
^^H
de ser hombre el ser desnudo
aunque regalado v tierno, ^H
llegad la vucsira i mi mano, ^^
^^^^
sin el bien que los demás.
^^^H
hombre os llamé v' temo y dudo
{/>anse íat MAnOi y lalt éftiéi ti
^^^H
que no lo fuisies jamás.
Cuando deshecha se ve
Hama de fuego.)
^^^1
Luis. ¡Ay, que me abraso y me quMlo,
^^^H
y borrada una pintura,
no sólo la mano y palma.
^^^1
para dar noticia y fe
sino el alma! Morir temo.
^^^r
della. escrebirse procura
Voz. ¡Hombre: que os avisa un &|Q^
^
su nombre y quién ella fué;
Mudad et vicioso extremo. (f^(H
^^^H 33 1 ^^H
^^^^KSCENA XVIH
ESCENA XX ^^1
^^^V DoH I.uis solo.
^^^^H
5a/c Una MoMJV.— Diciiof. ^^^^M
1 Mano de fup>>o, esperad,
^^^H
no os apaguéis; mas por Dios,
.Mo.sjA. Por cumplir vuestros deseos, ^^^H
que con la luz que dais vos
antes que del cuerpo sal^a ^^^H
descubro yo una verdad,
deste ángel el alma bella, ^^^|
pero no tanta crueldad,
que ya apresta su jornada, ^^^H
aunque es venganza forzosa.
es justo que la veáis. ^^^H
haced dos luces piadosa;
sed justa viendo propicia,
(Dtscubrtn una cortina y aparecerá ¡a ^^^^H
.^ania ite rodilla» con un Cristo en la, ^^^^H
mano y coronada la cabera como la pin~ ^^^^M
misericordia y justicia,
tan y las .Moniai d sus lados, y estén ^^^^1
que una sin otra es dañosa.
Sobre una tarima d forma de cama.) ^^^^H
L>ios mió: este fuego labra
Diego. Madre nuestra, madre Juana, ^^^H
nueva vida; desde luego
«por qué nos dejáis tan tristes? ^^^H
pondré la mano en un fuego
Santa. Sosef>ad, hijos, las ansias. ^^^|
que he de cumplir mi palabra.
Past. 2.° «'Quién ha de poder, si vemos ^^^|
\'uesiro tesoro se abra
perdida nuestra esperanza? ^^^H
de gracia, á quien llevó aquellos
^^^^M
pecados por los cabellos,
^^^H
que yo no puedo, mi Dios,
ESCENA XXI ^^H
ir con ellos yendo á Vas,
ni sin Vos librarme dellos.
Sate Do:* Luis.— Diokús. ^^t
Vayan arrastrando, lleguen.
^^^H
pues llevo en la mano luz, ¡
Luis. Junios están, pediré ^^^H
al Rojo mar d« la cruz
de mis cuipas la venf^anza. ^^^H
donde se limpien y aneguen.
Itumildc estoy á esos pies, ^^^H
Ningunos respectos nieguen
veis aquí, César, mi espada ^^^^|
el bien que el al na ganó;
para vengar los delitos ^^^H
no hay inconvenientes, no,
que la justa muerte a^u.irdan, ^^^H
que me estorben mi deseo.
y ansí digo que ^océ ^^^H
pues siendo cambio Maleo
á doña Inés, y palabra ^^^H
con cielo y tierra se alzó.
doy, si gustáis, de su esposo. ^^^H
Padre de mi alma, espera.
Dejad ofensas pasadas ^^^H
si acaso el perdón merece ^^^H
que si á mirarle me atrevo.
Dios me dará un libro nuevo
una culpa confesada. ^^^H
y p| del cordero quisiera;
Padre mío: yo os suplico ^H
ya entiendo su verdadera
que, no mirando á mis faltas, ^^^H
música y puedo enseñar
me perdonéis como á hijo. ^^^H
en esta mano á cantar,
Perdón pido, madre Juana, ^^^H
que en esta mano si vive
rogad á los dos por mi, ^^^B
y a Dios que sane la llama ^H
se ve lo que no se escribe
sino es al Rey Baltasar. {Vate.)
deste fuego riguroso; ^H
rogádselo, madre santa; ^H
humilde el favor os pido: fll^H
ESCENA XIX
por vos el perdón aguardan ^^^^H
ios PaSTOIiks, Don Diego, Císar, DoAa Iwís y
mis pecados. ^^^H
¡os más que pudirren.
Santa. Levantad. ^^^H
hijo; que mejor alcanzan ^^^H
, t.' Nuestra madre se nos muere,
esas lágrimas con Dios ^^^H
1 nuestro amparo, nuestra Santa.
el perdón que mis palabras. ^^^H
Cielos, ^qué habernos de hacer?
Yo rogaré de mi parte ^^^H
1 2." No castiguéis nuesira patria
que El os conserve en su gracia, ^^^H
con tal azote, mi Dios.
y á don Diego y César pido ^^^H
( 3." Dadnos, nuestra madre amada.
que perdonen vuestras fallas. ^^^H
nuestra salud, nuestra vida.
Diego. Basta que vos lo pidáis ^^^H
y el amparo de la Sagra.
para quedar perdonadas. ^^^H
¡Ay de mi, triste sin ella!
C^SAP. Perdón y brazos os doy. ^^^H
j>. Si muere la Santa Juana,
Liis. Vuestra nobleza se ensalza ^^^M
¿qué aguarda más mi vejez?
R. Mostradnos, madres amadas.
con este nuevo favor, ^^^^|
y merced tan señalada, ^^^^|
el cuerpo de nuestra madre.
óuG perdón tan liberal ^^^H
(ie vos sólo se esperaba. ^^^H
para dejar consolada
nuestra tristeza y pesar.
Djeqo. Dad á doña Inés la mano, ^^^H
Madres: las puertas se abran
Luis. .Mas ¡ay de mil virgen Juana, ^^^H
¡ para ver este tesoro.
ya estoy sano de aquel fuego ^^^H
f. Mostradnos, madres, la Santa,
que tanto me atormentaba. ^^^H
332
LA SANTA JUANA — TERCERA PARTE
1n¿S.
Yo me tengo por dichosa,
después de tamas desgracias,
pues he venido alcanzar
mis perdidas esperanzas.
Yo soy, señor, vuestra esposa.
(^Dtxcúbftse de roiiiUai sotie una tari-
ma, puestas las manos L» Sania tltvada,
v á 5US lados Las Monjas hmcadas de ru-
dillas.)
Santa. Hijos: adiós, que me llama
mi Esposo. Allá, en su presencia,
tendrá eternamente lü&paña,
y en Pila este reino ilustre,
una propicia abogada.
Ksposo, venid por mi.
Jesí s. Sube á pozar, prenda santa,
ios premios de tus trabajos.
(Toqutn jíocti.)
Diego. ¡Gran suerte I
Tonos. jVisión extraña!
Aldonza- Madre: ,¡qu¿, os vais de esa suerte?
Santa. Quedaos á Dios, prendas caras.
¡Mi bien!
ESCENA XXn
Aparece el NtKo Jbsüs.
Jesíjs. ¡Mi esposa!
Santa. ¡Mi Dios!
Jesí s. Con las joyas soberanas
de mi cruz, corona y clavos,
te recibo.
Santa. Joyas santas.
Cruz mía, con vos nací,
Juana de la Cruz me llama
el mundo, y es justa cosa,
Cruz, pues sois mi joya amada,
que vos me llevéis al cielo,
y |3or que segura vaya,
en vuestras manos. Señor,
os encomiendo mi alma.
'Ibs&s. Ven i mi palacio eterno.
Diego. El corazón se me arranca.
(.Su¿><« la Irami'ya.)
Nr.EL. Aquesta corona y silla
es para la Santa Juana. (Tocan.)
ijis. ¡Oh, venturosa mujer!
Si tus divinas hazañas
se hubieran de reducir
á poemas, no bastaran
cuantos ingenios celebra
con tanta razón España;
quédese á la devoción,
pues que las lenguas no bastan.
Estas comedias de La Sania Juana he i'\9n,
y no hallo en ellas cosa contra nueur* sanu
fe católica ni buenas costumbres. — Fechi ci 14
de Diciembre de i6i3,—Pr. BerncrJo de Bn.
i;uela.
Dase licencia para que se puedan represen<
lar estas comedias conforme á la censufi.-
Madrid, á ib de Diciembre de i6i3.
Represéntense estas comedias de La Sir/t
Juana en Valladolid, á 3 de Febrero i'>!3.-
Juan lie Céspedes.
Por comisión del Señor Don Juan Ram tü
de Contreras, provisor vicario general en <-.Mt-
doba y su obispado, vi estas comedias de U
Santa Juana y no hallo en ellas cosa cnn'.ti
nuestra santa fe católica y me parece s-; la
puede dar licencia para represeniarlas. — En
Córdoba, á 27 de Enero de róib años.— Licí»-
ciado Andrés de Bonilla, racionero
Estas comedias se pueden represeniir— En
Granada, )5 de Abril de i6t6.— £/ /Jocíor
Francisco Martines de Rueda.
Puédcnse representar estas comedias de Ls
Santa Juana. — .Málaga i5 de Julio de 1616.-
Francisco de Solo.
Dase licencia para que en esta ciudad
M.' se pueda representar esta comed a
mandado de su merced.— Ma;«ie/ de San H
dro, notario mayor.
Por la presente doy licencia para que se pu^
da representar la requisitoria de suso, en ftU
ciudad de Jaén y su obispado, sin por ello m
currir en pena alguna. — Dado en Jaén álreinli
de Setiembre de mil seiscientos y ditz y sni
años. — Ante mi Gregorio d
El Licenciado. Alonso de Celina, Provisor
Vicario general desta ciudad y obispado d<Cl-
diz, habiendo visto estas comedias, las remitid
á el Señor Doctor Alonso Gámezde Mea
canónigo de la magistral dcsta Santa Ij
para que las vea y dé su parecer. — Dada
diz, veinte y seis dias de el mes de Junio
y seiscientos y diez y siete años. — ¿ícti
Martín Roldan?
Bien se pueden representar estas com |ediis|.
— Cádiz, 37 de Junio 1617. — Loctor Alona
Gámi^ de \fendo\a.
El Licenciado Alonso de Cetina. Provisor J
Vicario general dcste obispado de t'í-' -
Doy licencia para que en esta cu.
obispado se pueda representar estj» v^.i^i^ -.
sin que en ello le sea puesto impedimento-^
Dada en Cádiz, veinte y ocho de Junia de mil
seiscientos v diez y siete años. — Alonso de Cf
tina. Cristóbal de Vc^a.
ti^SM
1 ¥ /I í^iT^i , T"""/ V I"*M T A T ÍF^DA inCí TD A ^^^1
1 1 A -• <\ ^/ \ h\\ A ^ \ V 1 ) 1 \A ^^1
1 JL/A 1 ll\i\ i^/^l\ l^^y i^r\ hi^i\l\i\j^j\^i\ív ^^h
^^^B PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA ^^H
^^^^^V Doña Klena Coroneu
huÑui., gracioso. ^^^^M
^^^^^B Don Juan de
Un ^^^M
^^^^^H El Conde ue LFrciel.
Beltrán, alcaide. ^^^^m
^^^^H Doña Josefa or Luna.
Un Carceixbo. ^^^^|
^^^^^K
ESCUÜEKOS. ^^^H
^^^^^B Don Alonso.
^^H
^^^^^m La escena es en Zaragoza y sus inmediaciones. ^^^^|
ACTO PRIMERO
no sé que haya en él razón) ^^^H
nunca va en diminución, ^^^H
(Sala en casa de Doña Elena, eti Zaragoza.)
y si agora que niño es, ^^^H
en los extremos que ves, ^^^H
don Juan mió, te parece ^^^^H
ESCENA PRIMERA
que mucho te favorece, ^^^^H
juzga tú qué hará después. ^^^^H
l Eí-MHü^ con manto; Engracia stJi ¿/.y Don Juaw,
Juan. La hermosura y discreción ^^^^|
reina pueden coronarte; ^^^^|
ti. No has de ir, por vida mía.
mas, Condesa, en esa parte ^^^H
twA. ^Vida y luya? Toma, Engracia,
no ha acertado tu elección: ^^^H
allá este manto.
si amaras con proporción ^^^^H
(^Quitaselo y vate Engracia.)
lograras tus pensamientos; ^^^^|
í. ¡Qué gracia!
pero recela escarmientos ^^^H
jQué primor! ¡Qué cortesía!
jni mucha de-.igualdad; ^^^^|
NA. Sólo en tu vida se fia
fénix tú de la beldad, ^^^H
mi esperanza, y en so esfera
y yo sin merecimientos. ^^^H
sus alivios considera;
jQué has visto en mi que te obligue ^H
a tan prodigioso amor?' ^H
que para mi no hay más mal
que el recelarte mortal.
Nnble nací; mas valor « ^H
porque eterno le quisiera.
á quien la dicha no sigue, ^H
Si á sospechas le provoco,
en vez de ayudar, persigue. ^H
no, mi don Juan, suelto el inanlo;
Mi padre fué el más valido ^H
mas vida que estimo en tanto
de un Rey poco agradecido; ^H
no la jures por tan poco.
y bien sabes, lú, señora, ^^^H
^s. Con tantas finezas loco,
que esto de «fué y no es ahora» ^^^H
aunque las adoro y precio,
es desaire aborrecido. ^^^^|
mis méritos menosprecio;
Don Pedro el cuarto, «El Cruel» ^H
porque llego á conocer,
le ha intitulado Aragón; ^H
mi bien, que no puede ser
mas no yo, que este blasón ^H
lan dichoso quien no es necio.
no es en los vasailos iiel. ^^^B
KA. Querer bien por elección,
Don Pedro, pues, cifró en él ^^^M
y no por razón de estado
de su favor el exceso; ^^^^|
(queaunqueeste nombre le han dado
pero imitó en su suceso ^^^H
^^^334
LA FIRMEZA EN
LA HERMOSURA ^^H
^^^^
á los más que se le ¡Rualan;
No por eso has de ofenden^^H
^^^^^^K
que los privados resbalan
que lodo desconfiado ^H
^^^^^H
oprimidos con el peso.
duda del dichoso estado ^H
^^^^^B
Quitóle vida y estados;
en que le encumbra el favor, ^|
^^^^^^B
que la foriuna y los Reyes
y con celos nunca amor ^H
^^^^^H
siguen unas mismas leyes
fué bien acondicionado. ^H
^^^^^H
con sabios y con privados:
Paciñco siglo goza ^H
^^^^^^1
heredé solos cuidados
Aragón por la blandura ^B
^^^^^1
que á mi desdicha añadieron
de nuestro Rey, que procura ^B
^^^^^H
lisonjeros que subieron
cortejar á Zaragoza: ^B
^^^^^^B
por mi padre á la privanza,
sigue la nobleza moza ^H
^^^^^1
y, después, en mi mudanza,
su apacible inclinación, ^H
^^^^^^B
aun pésames no me dieron.
que de las musas patrón, ^M
^^^^^H
Don Jaime, Conde de l'rgeí,
entre ejercicios diversos, ^H
^^^^^B
conmifío sólo propicio,
se deleita con los versos, ^M
^^^^^^H
me recibió en su servicio,
y ampara su profesión. ^B
^^^^^^H
librando mi suerte en él:
l'na comedia que ha escrito ^B
^^^^^H
dlyno es que ciña el laurel
el primero Rey don Juun, ^H
^^^^^1
de Roma su heroica frente,
en los conceptos galán ^^^H
^^^^^H
del Rey, cercano pariente,
y en el asunto erudito, ^^^H
^^^^^^H
y los dos ínclitos nietos
sazona hoy el apetito ^|^H
^^^^^B
del cuarto Alfonso, respetos
del gusto, que en las scnieiKMi^B
^^^^^^B
con queá su sombra me aliente.
consonancias r cadencias B|
^^^^^H
ICsie es todo mi caudal,
se alegra de la poesía;
^^^^^H
bellísima Elena miar
que el alma es lodo armonía,
^^^^^B
yo el crepúsculo, tú el día;
y biJscanla sus potencias. ^ü
^^^^^^B
tu sangre de estirpe real,
Seis títulos y señores ^B
^^^^^H
Condesa de Beirosal,
la representan; fes damas ^M
^^^^^^B
tu renombre Coronel,
de la Reina encienden llamas ^B
^^^^^B
tan («encrosa por él
en laberintos de amores; ^*
^^^^^^B
que hizo el valor que te abona,
el Buen Retiro enire tlurcs,
^^^^^P
de tu coronel corona
con que al Kbro el cristal btb^^
^^^B
digna del sacro laurel.
da el teatro en que se atreve ^B
^^H Elena.
Lección nueva al amor das;
á hurtar á Plauto y Tererjcio^B
^^H
sabré por ella, á lo menos.
aplausos con que al silencio ^B
^^^B
que quien se presume menos
admiraciones renueve. ^M
^^^B
es digno de amarse más;
Perder por mi ñesias tales ^B
^^^fl
ocasionándome vas
será lineza indiscreta. ^B
^^H
á creer, cuando atrepellas
pues, siendo Rey el poeta, ^B
^^^H
tus prendas, que por tenellas
traza y versos serán reales; ^B
^^^B
enajenadas ic humillas,
lu vista aumente sus sales, ^H
^^^B
ó que das en deslucillas
aunque has de dar ocasión ^|
^^H
por no deshacerte de ellas. ,
á que pierda su razón, ^M
^^^K
Si es lu sangre casi real,
porque, ^quién ha de tener, ^M
^^^H
bien ves, por más que te abajes.
si una vez te llega á ver, ^B
^^^B
que, cuando no me avcnlajcs,
en la comedia atención? ^H
^^^H
en nobleza eres mi igual.
1£le.na. ¿Para qué siembras enojos ^H
^^H^
,;Dc la hacienda haces caudal.
que broten después agravios, ^H
^^^^^_
don Juan mió? Compre y venda
si me permiten tus labios ^H
^^^^^k
amor vil, y ponga tienda;
lo que me niegan tus ojos? ^H
^^^^^^B
que el noble que á reinar viene.
Don Juan, de ruegos tan (loj^H
^^^^^H
ni Cunsejí» de Indias tiene
cunjeuirar mi amor puede ^H
^^^^^^B
ni vio al Consejo de Hacienda.
que lu temor me concede ^H
^^^^^B
Sirve al infante de Urgel,
lo niisniu que le desmaya.
^^^^^^B
digno de mayor corona,
y que el pedirme que vaya i.
^^^^^k
y pues tus prendas abona,
es rugarme que me quede. ^B
^^^^^^B
déjame que aprenda de él,
■
^^^^H
no de don Pedro el Cruel,
ESCENA II ■
^^^^^^^^B
la noble satisfacción
H
^^^^B
de la discreta añcíón
Satt BuKoL.—DiCttos, menos líw}«uct^^B
^^^^^^B
con que su pecho te fia;
^1
^^^^^^B
ó, pues que culpas la mia,
BuÑui.. Más ha que por ti pregunta ^M
^^^^HB
culpa también su elección.
el Conde Infante de una hora^^B
^^^FT^AN.
Tu entendimiento es de suerte,
quien, sirviendo, se «namora.
^^v
que la victoria he de darte:
contrarios extremos juala.
^^^B
vivo, amores, de adorarte;
Quiere que en la quinta ameaa
^
fuerza es que tiemble el perderte.
la comedia de palacio
^^^^ ACTO
PHIMEPO
335 ^H
l^^pojcs, ¡y lú, muy despacio,
¿Qué sería si una tra/a ^^^|
F*aris, tieíio de esia Klcna.
nos quitase, doña Llena, ^^^H
brujuleas repódeos
fiestas que el amor ordena ^^^H
del dios enrédalo iodo!
y la sospecha embaraza? ^^^|'
Vamos, que es tarde.
¿Sírvete el Conde de L'rgclP ^^^H
1 ¿De modo,
Kl ENA.
Logrando en ti su cuidado ^^^H
amores, que iii deseo
ese miedo es e.xcusado. ^^^|
he de estorbar? En lin, ¿quieres
No fuera yo amiga licl ^^^H
que sin li, Condesa mía,
si, sabiendo que le quietes, ^^^|
salga la comedia fria?
te le enajenara yo. ^^^H
No es juslo: ven.
Josefa.
Poco en respetos miró ^^^|
\. Mas, ¡cuál eres!
la amistad en las mujeres. ^^^|
Anda, don Juan, que yo se
Ni que lo tema le espante, ^^^1
le» que el quedarme tea^rada.
porque el Conde me ha pedido ^^^H
! Después de representada,
con afecto encarecido ^^^H
la comedia te traeré:
y con recelos de amante ^^^H
leerás su trara discreta.
que, si su quietud deseo, ^^^|
y advertirásia mejor.
pierda esta fiesta por él: ^^^B
U .No le haces mucho favor
que está celoso el de L'rgd ^H
con eso al dicho poeta.
del Rey. ^^H
¿Has de quedarle, mi bien.
Elena.
Tan hermoso empleo ^^^H
sola, en eíeto. y sin mi.''
como el de lu amor, ¿qué mucho ^^^H
i. Mientras que Contempla en li.
que del mismo sol te guarde? ^^^H
no lo eslá quien quiere bien.
Mas si el Conde hiciera alarde ^^^H
\.Vanse Duii iuin 3- Duñul.)
de servirme, como escucho ^^^H
á tus sospechas, ¿quién duda ^^^H
ESCENA ni
que en no ir allá te empeñaba, ^^^H
porque sí me declaraba ^^^H
Sa/í KxGKAciA.— DoÜA Klena.
su pasión, hasta aquí muda, ^^^H
deseoso de obligarme, ^^^H
kc. Doña Josela de Luna
no diese á celos lugar, ^^^H
á nuestras puertas se apea. (Vait.)
á costa de tu pesar? ^^^^1
i. Querrá que con ella vea
Y asi, no había de privarme ^^^H
esta fiesta, ya iinportuna
de una fiesta majestad ^^^H
para mí. mas no es fineía
á quererme el Conde bien. ^^^H
darle á don Juan pesadumbre.
Josefa.
Amiga, los celos ven ^^^H
más que la seguridad. ^^^H
ESCENA IV
Lslo, por malicia, pase. ^^^H
Hl.ENA.
Pues ahora, ¿adonde vas? ^^^H
Sale DoSa Joskf*.— Doña ELitNA.
JuSEKA.
J^uedc otro precepto más, ^^^H
y dudo, si le quebrase, ^^^H
1. La amistad vuelta en costumbre
esperanzas en vislumbres ^^^H
es otra naturaleza.
que el pecho obligado escunde. ^^^H
Ha lanto. Condesa mía,
Llena.
¿Mudable ^^^1
que las dos la proítsanios,
Josefa.
Fuélo el Conde, ^^^H
que si á esta fiesta no vamos
y imito yo sus costumbres. ^^^H
juntas, suceder podría
Ruégame don Juan de Urrca, ^^^H
que me pareciese mal.
con lodo encarecimiento, ^^^H
sin merecerlo su autor.
que en este entretenimiento ^^^H
Debute en ese favor,
asista, porque desea ^^^H
Marquesa, todo el caudal
saber á cuál de los dos ^^^|
que no tengo, y más ahora
obedecen mis cuidados ^^^H
, que un estorbo que no di^o
en gustos tan encontrctdos. ^^^H
no me consiente ir contigo.
Llena.
¿Qué dices? (Aparit.) ¡Válgame DíosI ^^H
Pcimiieme tu deudora
¿Don Juan te pretende 3 ti? ^^^|
¿Don Juan al Conde compite''* ^^^H
hasta que en otra ocasión
me dé el gusto más espacio.
Josefa.
Pocas lealtades permite ^^^H
Luego, ¿no has de ir á palacio.^
amor, ciego t'renesí. ^^^H
En yendo daré ocasión
Llena.
¿Qué maravillas no harán ^^^H
á irremediables enojos.
tus divinas perfecciones? ^^^H
1, Juramentada me dejan
Ln efecto: ¿te dispones ^^^H
1 celos que de mi se quejan
á atropellar por don Juan ^^^H
que no la han de ver mis ojos:
con el Conde? ^^^H
i y el cumplirlo es tan preciso
Josefa.
De manera ^^^H
I como lo es el respirar.
que, sin que pierda con él, ^H
1 Mil cosas que maliciar.
cumpla yo con el de Urgel ^^
1 Condesa, me da lu aviso.
y con don Juan, que me espera. ^|
336
LA FIftMI
Et.BN».
JoseK,v.
Si es lu ingenio para tanto,
muchü tus iPAzas lo deben.
¡Cómo á esas cosas se atreven
los disimulos de un mantoí
Pero, en cfeto: ^no admites,
Condesa, el venir conmigo?
Ya mi imposible te digo.
Kn lab finezas compiles
con lu hermosura. Las dos
no somos de un parecer;
pero, pues sin ti he de ver
la comedia, amiga, adiós. {Vase.)
ESCENA V
Safe KNfiRACí* — DoÁA Elkna.
El.liNA.
No sé cómo mi pasión
ha disimulado tanto.
Kn^^.^cia, vuélveme el manió.
¡DistVdzgda la Iraición
con halados y cariciasl
Pero si, que Lleslealtadcs,
cuando afectan humildades,
nunca vienen sin malicias.
(Ponenie tan das tos mantos. i
Registrarán mis enojos
verdades que lloren luego;
que, puesio que amor es ciego,
los celos son todos ojos.
Cubre el rostro, y ven conmigo.
Engbac. Hsperando el coche está.
EuKNA. Más presto que él llegará,
Engracia, el temor que sigo,
que lleva alas en los pies;
no quiero que por el coche
saquen quién s<iy esta noche,
d.inde que decir después.
Ksí.HAC. Pues ¿qué intentas?
Ei.EN*. Que, sin verme,
desdichas pueda mirar;
que me muero por hallar
lo que, hallado, ha de perderme.
IVanse.)
ESCENA VI
(Kniradi de un jardín. Es de noche.)
El Comdk y Doü Juak.
Conde. Confíesete que tiene
el Rey buen gusto, y que es este recreo
de principes empleo,
porque á cifraisc en la comedia viene
cuanto cnlrctenimienlo deleitoso
es alivio de! noble y ingenioso.
Juan. De li. señor, se ampare
Apiílü defendido,
CoNüE. Dichoso hubiera sido,
aunque el Reven su abono se declare,
á celebrar su fama
doña Josefa, pues con ser su llama
de Ins de amor amiga,
las musas, que aborrece, desobliga.
No he podido con ella
que vea la comedia, y te conñeso
{yá sabes que en sus ojos vivo preso)
que, por no hallarse en clli
para mi ha de faltarla
la sazón que tuviera cui
ESCENA Vil
Sale Uv-ía Hi una, (it/>a(fd.'-I»cu<
tancu
•sH
Elena. (Llegditiiíost al Conde y apartáui^
Hun Juati.)
Vueslra Alteza sea servido
de escucharme dos palabn
qut le han de importar no
CoNüE. Decid, que no hay importancí»
que para mi pueda serlo
como el servir á las damas/
pero abreviad, si es posible
que adveriirá el Rey mi íal:
si no asisto en su comedia.
El £NA. Vos pensáis que queda en casa
la belleza que os hechiza,
y en prueba de que os engaña,
disimulada y cubierta
es oyente de la farsa;
porque cierto amigo vueslf
que üs compile, se lo manda.
Conde. ¿Qué decís?
Ei.ENA. Lo que es, sin duda
Conde. ¿Y quién es el que maltrata
obligaciones de andigo,
fiscal vos de su fe falsa?
Elena, tso adivinadlo vos
y registrad circunstancias
de afectos, cuidados, senas
entre los que os acompañai
que en fe de que amor es
creyendo que todos andan
de la suene que ci, sin vista,
pocas veces se recata.
Conde. Algo os duele á vos, señuri
este recelo.
Elena. Me abrasa
la vida su ingratitud,
el corazón sus mudan/as.
Conde. Fiadme, pues, su noticia.
3ue, volviendo por mi causa,
e camino haré la vuestra,
ya que á les dos nos agravia^
Elena. No lo he yo de poner todot^H
lo que os he advertido bast^^
para que estudiéis atento
quién de los que os sirven anda
esta noche en la comedia
diligenciando tapadas;
que acciones inadvertidas
son lenguas que mudas habito,
CoNDK. Pues no habéis vos de cxit
siendo parte interesada,
de tan prccisj* m.Iw ¡ii-iici*,
Elena. jAy, (^onde Ir e es ttaOI
la fuerza de r v. •|*S
que, para ceriiñcariaí,
en fe del mal que han de
desvelándose mis ansias,
aunque me pese, ct» sin d(
que será en mi vigilancia
1
laoiao.
ESCENA IX
Don Joam solo.
un lince cada sentido.
Un Argos cada pestaña.
[Saca un lieniOfdtscubierla ia w<3nu, y,
sin tiescuóríf «t rostro, tniuf>ii tos ojos )
íNüE. ¡Qué caros compráis, señora,
esos celos, pues os sacan
prendas del alma á los ojos!
¡Ay, mano hermosa! Türnadla
ai guante, que es mi homicida,
y liiela al tiempo que abrasa.
ESCENA VIII
U M P A J B — I) I i: H O 1.
JE. Va se han sentado los Beyes. {Vus* i
DNUE. Entrad, señora. (Aparte.) si iguala
el talle á la discreción,
y á la mano, amor, la cara,
á sus celos icngo envidia,
y, aunque ofendido, feriara
con el desleal amigo
por ésta á Josefa ingrata.
{Van$t los ditsj
k
r {Notable facilidad!
K [Válgame Dios! iQuc contrarias
■ son juventud y firmeza
■ del poder y la inconstancia?
■ Confiesa el Conde que adora
■ á doña Josefa, y cuantas
■ aventuras se le ofrecen
^^^ le llevan tras si.
^^F Sii/« BuÑOL.— Don JuAif.
>ÑOL. ¿Qué aguardas?
^De qué son ios soliloquios
ermitaños?
Comparaba,
con el del Conde, m? amor;
tan difíciles mis llamas
de ofender la prenda mia
como las suyas livianas,
pues cuantas mira apetece.
IROL. ¿Qué quieres? El Conde baila
al son que doña Josefa
le lañe, pues no se cansa,
por enjaularle en su amor,
de ponernos añagazas.
H. ¡Qué inútiles diligencias!
oi.. Eres la lealtad de España.
Pero veamos las fiestas.
M. ¿Qué fiestas, necio? ^Pagara
finezas de Elena asi?"
Privase ella, por mi causa,
de verlas, siendo mujer,
y, cuando se queda en casa
por no ocasionar mis celos,
¿tendré yo gusto en gozarlas?
Cadáver soy sin Elena.
COMEDIAS OE TIRSO DE MOLINA. — TOMO 11
ACTO r>Rt.MERO
BuÑoi.
337
ESCENA X
Perfúmate, pues se aparta;
que olerás á cuerpo muerto,
si eres cadáver sin alma.
Juan. No murmures lo que ignoras;
pero, entretanto que gasta
la comedia el tiempo en burlas,
las veras que me regalan
vamos á ver: sepa Elena
que sabe mi amor pagarla
primores del mismo estilo
que los suyos.
BuÑoi.. No es hazaña
provechosa, si en ti sueña,
á las doce despertarla.
Déjala amar á cierra-ojos.
Ji'AN. No duerme quien teme y ama,
pues quedando recelosa
de que sin ella en la farsa
bellezas advenedizas
solicitan mi mudanza,
mal dormirá mi Condesa.
BuÑOL. Mal ó bien, si no es fantasma,
celos y sueños á sorbos,
ya suspiran, ya descansan.
ESCENA XI
Engracia, cubierta ti rostro.— [tu.nos.
Engrac. (Sin verlos.) La multitud de la gente
que entró de tropel, fué tanta,
que nos desencuadernó.
No está Don Juan en ia sala:
buscarále ia Condesa,
y si de la fiesta falta,
creyéndole en otros gustos,
tragedias nos amenazan,
que pagaré ^o por lodos.
Ksperaréla a que salga,
pues ha de ser por aqui.
Quiera el cielo que no caiga
sobre mi este torbellino,
porque siempre las criadas
hemos de llevar á cuestas
los disgustos de las amas.
Las congojas del calor
me están asando la cara.
íBescubre ti rostro )
Perdióseme el abanillo.
¡Jesús! quiero desahogarla;
que aqui y de noche, no luego
han de dar conmigo.
JifAN. ¡Engracia!
Engrac. ¡Válgame el cietol
Juan. jAquí y sola!
BuÑoL. ¿Al primer tapón zurrapas?
Juan. Pues¿dóndebueno?¿ A quién buscas?
¿Con quién vienes? ¿A qué causa,
si entraste á ver la comedia,
la dejas medio empezada?
¿No he merecido, en efeto,
que una fiesta perdonara
por excusar mis icmores?
Quien en lo pequeño falta,
¿qué hiciera, Engracia, á pedirla
dificultades más arduas?
aa
338
LA FIRMEZA EN LA HERMOSURA
¿Qué preceptos temió Elena?
¿Quién es el dueño que manda
más que yo en su voluntad?
Dimelo, ansí satisfaga
eternamente dichosas
el ciclo tus esperanzas.
Engrac, Señor don Juan, deteneos:
mirad que ciego os arrastran
por extraños descaminos
los desaires que os abrasan.
Por lo menos, de más fondo
es la amante fe que os guarda
mi señora, pues, sin duda,
no da crédito arrojada.
Avisáronla no ha un hora
que obligastes á una dama
á que, viniendo encubierta,
os diese lugar de hablarla.
No lo creyó; mas temiólo,
que el recelar en quien ama
es fineza, y grosería
culpar, en duda, mudanzas.
Ordenóme que os sifjuiese,
dióme un caballero entrada,
discurrí todo el salón,
buscándoos la vigilancia
de mi solicita agencia,
que fue, os certifico, tanta
que hasta el vestuario mismo
registre disimulada.
Presumí, como no os v¡a,
que ta comedia os feriaba
en otra parte ocasiones
con la belleza indiciada,
y que, fingiendo sospechas,
obligasteis á que en casa
se quedase mi señora,
porque en ésta no os echaran
menos amantes desvelos,
que buscan lo que les daña.
Sacástcisme mentirosa,
pues donde no os busco, os hallan
mócenles mis quimeras,
j. si bien en razón fundadas.
tJuAN. Si eso es asi, lingracia mía,
en albricias de ser falsas
mis sospechas, las perdono.
¿Que está mi Condesa en casa?
¿Que á ser mi escolla te envía?
¿Que su firme amor realzan
celos que le hacen perfcio?
ÍNORAC. Con tanto rigor la tratan,
que han de vaiermc estas nuevas
más de dos joyas ó galas.
Joan. Lucirán, si en nombre mió,
con ésta las acompañas.
{QvUast Don i\t%n u'id tort\\a y dátela
d Eaucicit )
Enohac. Rccíbola por ser vuestra;
y adiós, porque amor que aguarda
ú desengaños ú alivios,
juzga eternidades largas
las dilaciones más breves.
Juan. übligarásme, si callas
malicias de mis sospechas,
infinito.
Engiiac. Sosegarla
pretendo yo, no afligirii.
BirÑüC Hablaste tan eleganta,
Engracia, en tu legacía,
que me vas cayendo en gracia.
( Viiít t:nicrsda.y
ESCEN.A XIf
Sale DoSa Josefa, cubierto e¡ rntrro— Oteaos, ncii
Ekoracm.
JosEi-A. ¡Qué poco, señor don Juan,
os preciáis de adulador,
cuando del Rey el favor
los que en su comedia^stáa
afectan! ¿Y vos, ingrato,
por bellezas de acarreo
que os divierian el deseo
perdéis tan gustoso rato?
¿Cómo verla no queréis,
y i sus umbrales estáis?
Cuanto más os acercáis,
más á su dueño ofendéis;
que el escuchar celebrarlt
es premio del escribirla;
pero el no querer oiría
es peor que el murmurarla.
Poco el amor os abrasa
de la belleza que, auserite,
empeñándoos obediente,
se queda por vus en casa-
Pero podréis disculparos
diciendo que, aunque es hermosa^
ta pretendéis para esposa
y queréis ejercitaros
en manuales favores;
que damas de poca estima
son como espadas de esgrima
en que se ensayan amores.
Si ésta (i) en mi pecho estuvicri^
sin hacer tanta confianza,
temiendo vuestra mudanza,
disimulada viniera,
dándome crédito á mí,
á ver lo que en vos tenía;
pero, don Juan, ¿qué seria
si esto hubiese sido ansi?
Digolo, porque he advertido
á los pies de cierto Conde
no sé qué manto, que esconde
con melindre divertido,
que, por deslumbrar enojos,
en el tal Cunde ocupaba
los oídos que le daba,
y en vuestra busca los ojos.
Juan. ¿Quién seréis vos, mi señora,
que. fiscal de mis costumbres,
dais corteses pesadumbres
y obligáis, murmuradora?
Pero, ¿qué manto, qué Conde,
qué prenda á sus píes es ésa?
Jüseka. I'^spíritus de Condesa
manifiesta lo que esconde
y lo bien que os obedece.
Si os importa, conucclla;
el Conde sale con ella:
ved que alabanzas merece,
(O Eili, Tuctira dama.
^^^^^ ACTO PRIMERO SSq ^H
^" ESCENA XIII
les debo tanto á mis iras, ^^|
desconocido don Juan, ^^M
K DoA* Et.B»A, tapada, y el Conde.— Diciio*.
que, templada, aunque ofendida, ^H
KNx. No desdore Vuestra Alteza
vengo sólo á preguntaros. ^H
Conde. i l/'<irí<, mir«inrfoa Doña Elena.) ^^^^^B
■ generosas cortesías
Corrió á la imagen divina ^^^^H
W que le debe mi recato.
del sol estorbos molestos, ^^^^|
ni conocerme permita.
amor, ciega monarquía. ^^^^H
ONDE. No queráis tampoco vos,
¡Válgame su luz hermosa! ^^^^^|
w prodigioso y bello enigma
¿No es la que mis celos miran ^^^^|
■ de quien por fe os idolatra.
doña Elena, en quien la fama, ^^^^H
■ que ¿sia os adore sin vista.
para enmienda de la antigua, ^^^^H
P Dadme licencia que os vea.
tanta clausura blasona, ^^^^H
CcNA. ¡Ay, Infame! ¡Y qué distintas
tanto recato nos pinta, ^^^^^H
pasiones nos desconforman.
tanto retiro encarece, ^^^^|
_ y mi quietud martirizan!
tanto desdén nos intima? ^^^^^|
' Aquel hombre, Conde Infante,
Pues ,;cómo sola y de noche ^^^^H
(Señalandii á Don Juan que sigue ha-
créditos desautoriza, ^^^^H
blando cun Dona Josefa.)
y, arriesgando honestidades, ^^^^H
aquel hombre, que entre indignas
en don Juan desvelos libra? ^^^^M
ingratitudes desmiente
^^^^^m
la fe con que se acredita,
es quien, (terjuro á finezas.
^^^^^^H
ESCENA XV ^^H
desleal, os desestima;
^^^^^M
descompuesto, se os opone;
Un Pajb.— DICHOS. ^^^^^f
tirano, mi enojo incita.
Paje. Conde Infante, el Rey os llama. ^^^H
Perdonadme; que impaciencias.
{ Vate.) ^M
la vez que se precipitan,
Conde. (Ap,) Llamas, llamándome, atiza, ^H
ni saben guardar respetos
que con lo imposible crecen. ^^M
ni advienen on cortesías.
¡Ah, cielos! ¡que en tan precisa ^^M
(Apartase del Conde y vase ¡legando d
ocasión el Rey me estorbe! ^H
Don Juan sin descubrirse.)
i Lié f( ase d Iton Jütn y le habla aparte; ^^|
Doña Klcoa yuehe á cubrirse.) ^^M
DNDE. (-tp) Aquél, ,;no es don Juan deCrrea?
Luego, si como me avisa.
Don Juan, esa dama es cifra ^H
. disfrazada, esta ponzoña,
de todas mis esperanzas, ^^1
■ contra su lealtad conspira.
ni negadas, ni admitidas. ^^M
■ y osa hacerme competencia,
Débola mudos agrados ^^M
■ la dama que solicita
esta noche, aunque no vista ^H
K es la Marquesa inconstante.
(que no he sido tan dichoso), ^|
■ ¡Ay, sospechas homicidas!
por lo menos, advertida ^H
W duplicado habéis mis celos.
á pasiones consultadas. ^H
V con ellos se duplican.
Si mi respeto os obliga, ^H
KKFA. Don Juan, estimad extremos
entretanto que al Rey veo, ^H
de quien por vos no hace estima.
dcienedla y divertidla, ^H
de blasones coronados
que presto daré la vuelta. ^H
que mis imperios humillan.
Mirad queme va la vida ^^1
Mudanzas piden mudanzas.
en esto, y que si se ausenta, ^H
que en quien agravios castif,a
la vuestra, don Juan, peligra. ^H
no hay venganza más airosa
(Vase el Conde, y descúbrese Doña Elrna,) ^^H
que olvidará quien olvida.
^^H
Y porque llega el infante,
adiós.
ESCENA XVI H
iLUgase á Doña Elena, y dicela aparte.)
Dichos, mtnot el Conde, ^^M
¡Ay, Condesa amiga!
iQué de ello don Juan me debe!
Ju\u. Vuelve á preguntarme ahora, ^H
jQ>uc bien empeños desquita!
para que inocencias (injas, ^H
Adorándole, me adora.
¿qué tantas almas me alientan, ^H
No hay Conde que !c compila,
ó cómo está dividida, ^^H
no hay Rey que se le codipare.
si el ser á una sola debo, ^^H
Loco queda; voy perdida. (Vase.)
en bellezas tan distintas. ^^H
la que tu firmeza agravia, ^^M
la que mi lealtad derriba? ^H
Encaréceme primores ^H
liSCENA XIV
Dichos, menos Doña Juseia.
de la fe que desperdicias ^H
en empleos mal pagados ^H
BfiK. (.4 Don Juan aparte, descubriéndose.)
que al escarmiento retiras. ^^|
■T ' tn mitad de mis enojos
A\ira, ingrata, si salieron ^^M
340
l.A FIRMEZA EN LA HERMOSURA
El^NA.
Juan.
mis sospechas profecías»
falsedades lus finezas,
cenídutnbres mis desdichas.
I'orque á esta fiesta fallases,
atravesando mi vida,
pensé obliparle con ella:
jqué primorosa! jqucfina,
disimulando cautelas,
dijiste por encubrirlas:
«^Vida y luya? Toma, engracia,
allá este manto.» ¡Ah fallidas
confianzas en mujeres;
cuando más se hiperbolizan
más lejos de las verdades,
más cerca de las malicias!
íQué necio yo al escucharte:
«Sólo en tu vida se cifra
mi esperanza, y en su esfera
todos mis sustos estriban»!
Ya consiguió diligencias;
ya á lu cara sacriñca
llamas de amor inmortales,
si antes que te viese, tibias.
,¿Qu(^ más medras? Ya te adora.
^Qué más triunfos? Ya le humillas.
¿Qué más lauros? Ya te tiembla.
¿Qué más penas? Ya me olvidas.
|Ah desleal! Homicida (r)
de esperanzas en ti secas,
¿dobleces tuyas me aplicas?
¡Lisonjero me persuades
i que á las fiestas no asista,
por celebrar sin pensiones
las que tu traición fabrica!
Al Infante he de querer.
Ya le quieres; no me digas
sino que le has de olvidar;
que en tí con la mesma prisa
que se abrasan lus afectos,
las mudanzas los entibian.
Mas, porque mejor los logres,
yo buscaré medicinas,
en tu ausencia poderosas,
contra el fuego que me hechiza.
Yo mudable, tú liviana,
alejaré mi noticia
de suerte de las rñemorias
de mi patria, que no impidan
ambiciones de tu empleo;
yo discurriendo provincias,
que Aragón, que físpaña ignora,
que más la aspereza enrisca,
huyendo Circes que encantan,
esñnges que precipitan,
sirenas que lisonjean,
Medeas que desatinan,
en los desiertos alegre
donde las fieras habitan,
donde los áspides mcran
y basiliscos anidan,
más seguro en su veneno
que en tus aleves caricias,
que en tus dobladas nociones,
<i) Falta un veno; perú como el scntiilo e«ti com-
pleto, parece que debió ser descuido del auior, y se ha
. respetado.
que en tus finezas de alquimii
te vengaré con vengarme
de mis esperanzas mismas,
necias por mal empleadas,
bárbaras por presumidas.
No aguarden verme tus ojos,
no nuevas que, compasivas,
tarde tus lástimas muevan
para llorar mis desdichas;
que no lo son, aunque r>i3tcn,
las que, cuerdas fugitivas,
de tus engaños me ausentan,
de lus traiciones me libran;
pues cuando me rediman,
serán de mi naufragio alegre calma.
Elena. Tenedlc, cielos, que me lleva el alma,
ESCENA XVII
Salan el Cunos y EacuDEHúi.— Dichos,
Don Juam.
Conde.
¿Qué es esto?
Doña Elena.
¡Ay, hado fiero!
que se ausenta don Juan, que sin él muero;
que sin remedio lloro;
Infante, que me deja, que le adoro.
Id tras él, detcnedk.
CONDK {Aparte.)
[Ah, rabiosas envidias! ]Ah, rebelde
pasión!
(.4 ios Escuderos.) Llevadle preso.
{Vante tos EscuJe
jDobtarme agravios, y quitarme el seso! (i
Doña Elena {SiguiéndoU.)
Préndanle, Conde, pues nos ha orendidu;
que más le quiero preso que perdido.
ACTO SEGUNDO
( Sala ca casa de Doña Elena.)
ESCENA PRIMERA
Doña Elema y Ehohacim.
ENcaAC. Ya le he dicho de la suene
que la noche del festín
á las puertas del jardín
se quedó por no ofenderle,
pareciéndolc delito
ver la comedia sin ti,
sin osar pasar de allí. _
Elena. lAy, Engracia! que aunque tárváUI*
finezas que me encareces,
sólo porque tú las dices,
temo lances infelices
que me asombran cuantas Teoct-
É
^^^H^ SEGUNDO 341 ^1
r mis desdichas considero.
toda una generación. ^^|
' Partióse el Rey á Cerdeña,
El Rey (déle Dios mil vidas) ^^^M
y el Conde, que se despeña
es mozo y recién casado, ^^^^H
I
iras su apetito ligero,
sin que admita mi cuidado ^^^^H
quedó por Gobernador,
0 Virrey de esta corona.
esperanzas homicidas. ^^^^H
^^^^^M
Si éste, pues, porque blasona
ESCENA 11 ^^^^1
que le enloquece mi amor.
1.^ 1.J \_tf 1J« 1 ^ ¿k ^^^^^^^^^^^^^^H
á don Juan mandó prender,
Don Juan.— Dicha 5. ^^^^^H
y, para desdicha mia,
^^^^^H
guarnece de tiranía
Juan. Para que me des albricias, ^^^^|
los presidios del poder.
para excusarte congojas, ^^^^H
¿resisiirálc mi amante?
para alegrarte esperanzas ^^^^H
¿Qué amenaza, cjué promesa,
por que admita a la Marquesa
y para borrar memorias, ^^^^H
he feriado de mi alcaide ^^^^|
por esposa, el Conde Infante
con dádivas y lisonjas ^^^^H
ha perdonado? ¿Hay firmeza
permisiones de tu vista ^^^^|
en el más valiente amor,
solamente por media hora. ^^^^|
que, coronado el rigor,
Vúlveréme dentro de ella, ^^^^H
amenace la cabeza
que dejé mi fe ñadora, ^^^^H
del subdito en tal fortuna.
y, aunque la juzgas fallida, ^^^^H
y ose resistir constante?
quien la conoce la abona. ^^^^H
Don Juan es pobre, el InTanie
|Ah Elena! á ser yo agorero, ^^^^|
con la Marquesa de Luna
temiera el ver que le nombras ^^^H
le ofrece benigna estrella;
como la que, por mudable, ^^^^|
pídele ésta enamorada;
llevó tragedias á Troya. ^^|
yo, Engracia, soy desdichada.
Nú en vano advierten presagios ^^M
mi contraria rica y bella;
que las estrellas apropian ^^|
don Juan solo y perseguido.
los nombres á las costumbres, ^H
el Infante casi rey;
}orque tal vez se conforman. ^H
i^xcusara yo desdichas, ^H
la necesidad sin ley,
interesable el olvido;
á advenir mi afición loca, ^H
contra tantos, ¿qué podrán
que fuera asombro ser (Irme ^^M
resistencias del más fuerte?
siendo Elena y siendo hermosa. ^H
No dudes, pues, de mi muerte
Digna de imperios naciste, ^^H
en dejándome don Juan:
ya pisas casi coronas, ^^M
luego mejor es morir
un Infante te apeiece, ^^M
y acabar con mis temores.
con él tus afectos logras. ^^|
NGKAC. Entre tanto que eso ignores
Virey Aragón le adula; ^^ñ
el esperar y el sufrir
quítale dos letras solas ^^^^ñ
es de ánimos generosos;
al i'ircy, gozarás reina ^^^^|
cuanto y más que no sé yo,
majestades á mi costa, ^^^^|
si por tu causa olvidó
que para desocuparte ^^^^|
los extremos amorosos
quien me persigue y te adora, ^^^^|
el Conde de la Marquesa,
engaños que me vendiste, ^H
que te esté mal un amante.
me notifica que escoja ^H
en la calidad Infante,
ó el cuchillo mi garganta, ^^|
1 con quien tu casa intsresa
ó esta noche por esposa ^H
^K esperanzas cuyo fín
á la Marquesa de Luna. ^H
^H te haga Reina de Aragón. ^
¡Proposición rigurosal ^H
^H No tiene el Rey sucesión;
pues mar, que empieza Marquesa, ^H
^^ solamente don Mariin,
y Luna, inconstancias toda, ^H
^^ su hcf mano, si ésie muriese
¿qué han de dar lunas y niares ^H
1 sin hijos, es quien le hereda.
si no son mudanzas y olas? ^H
^H y luego el Conde, en quien queda
Muera yo, Elena, mil veces, ^H
^H ésta corona; si fuese
que por ti mil serán pocas; ^H
^^ tan propicia tu fortuna
mas porque doña Josefa, ^M
[ que pasase tu beldad
que ingrato á su amor me nombra, ^H
^_^ de condesa á majestad.
no se queje de mi, dila ^^^
^H y la Marquesa de Luna,
que la coyunda amorosa ^^M
del tálamo pide un alma ^H
^^1 que agora temes en vano.
^H envidiándote después.
de sus potencias señora, ^H
^H se te postrase á los pies
y que no es dueño la mía ^H
^H y te besase la mano.
de si, porque me la roban ^H
ingratitudes mudables ^H
^V ¿culparías tu elección?
ELENA. Ten, que por verme reinar
que tu inconstancia pregonan. ^H
Q'ue si tú me la volvieras, ^H
r llevas traza de matar
^p?
LA FIRMEZA EN LA HERMOSURA ^^H
pudiera ser que en dichosas
de la noche en alegría,
correspondencias pagara
si logro la industria mia.
finezas que amor retorna.
exageres mi firmeza.
Mas, pues me paño á morir,
Juan.
En manos de tu consejo
fínge siquiera que lloras
queda, Elena, nuestro honor.
pérdidas de un amor firme;
¡Qué receloso mi amor
seránme tus penas glorias.
se aparta cuando le dejo!
con que, aliviado, lenezca.
Elena.
La honestidad es mi esposo.
pues disminuyen congojas
Juan.
Si; pero los de cristal
lágrimas de) enemigo.
deliéndense, esposa, mal.
si la compasión las brota.
Elena.
A rnás riesgos, más cuidado,
Pero no llores. Condesa;
porque en lo más delicado
que si entre el jazmín y ro^a
se desvela el que es leal.
de tus mejillas te atreves
Juan.
<Si te persiguen.^
á finezas tan costosas,
Elena.
Sufrir.
podrá ser me resucites;
Juan.
,;Si te combalen?
pues un alma en cada aljólar,
Elena.
Vencer
tras la noche de mi muerte,
Juan.
¿Si te prenden.''
me dará vida tu aurora.
Elena.
Padecer.
Goza, ingrata, al Conde Infante,
Juan.
¿S\ te apremian?
y plegué á Dios si le gozas.
Elena.
Resistir.
que Aragón con su diadema
Juan.
¿Si le violentan?
te ofrezca sus barras rojas:
ElENA.
Morir.
que yo, si en el otro mundo
Juan.
Pues en la foriuna extrema.
se tiene de éste memoria,
mi bien, si dura su tema.
y amor al alma acompaña.
sufrir, padecer, penar;
te prevendré protectoras
que en la honra hasta iriuntar,
la foriuna y las estrellas
no hay peligros que amor lem
por que tu dicha dispongan.
( Vaníe por difertnles purrtl
tus esperanzas alegren
y fertilicen tus bodas.
ESCENA iri
El alma, Klena, te dejo;
trátala bien, que fué forma
(Sala en el pAlacio del Conde.)
de un corazón en que estuvo.
noi5* JosKPA y el CoNDC.
idólatra de tu copia.
Y adiós; que queda en rehenes
Josefa.
Múdeme porque os mudasleií.
mi palabra, y más importa
señor Conde; que hasta eo eswj
morir que vivir quien deja
imitándoos las costumbres,
su fama por sucesora. IQuiete trst)
me debéis el pareceros.
^H Elena.
Espera, mi bien, y advierte.
Dejáisme por la Condesa,
aunque airado le reliras,
y, asi, por don Juan os dejo;
que no ofenden con mentiras
de celos ésie me abrasa
los que están, cual lú, á la muerte.
SI aquélla os mata de celos.
(DaUíii mano )
Iguales en las pasiones.
¿Dasme el sí de esposo y dueñt»,
una fortuna corremos.
y del mudo que las palmas.
un imposible seguimos.
anudándonos las aln>as.
una desdicha tememos.
haces de la tuya empeño?
Sólo nos diferenciamos
^H Juan.
¡Ay dulce prenda! pequeño
en que vuestro amor, oi cuerd<
mi mérito á tal favor,
ni cortés, ni generoso
ya moriré sin lemor,
(perdonadme, que no puedo
viviendo lú siempre en mi.
dejar de decir verdades).
En la brevedad de un sí
con el apetito, cie^o;
te ofrezco un eterno amor.
con el poder, arrojado;
^H Elena.
Pues ya corre por mi cuenta
con la privanza, soberbio:
la integridad de tu fama;
tirano os volvéis de amante.
no la abrasará la llama
y. atropellando los medios
de quien profanarla intenta:
que la esperanza consiguen.
por la tuy*, esposo, asienta
os valéis de los violentos.
lu honor; velando sobre él
Tan leal os ha servido
lú cuidadoso, yo fiel,
don Juan, que sus pensamienU
conservémosle de suerte,
con ser átomos del alm.i,
que, aunque se oponga la muerte.
no han desmandado deseos
no nos le eclipse el de Urgel.
que merezcan reprimirse;
Medios la industria me enseña
pues con saber de los vuestro*
con que, antes que la belleza
cuan inconstanics se mudan.
^^LHHk i
del sol trueque la irisieza
J
sólo por haberlos puesto
^^f ACTO SF.GirNDO 343 ^M
W de burlas en mí, han baslado
porque le envidio, me vengo. ^H
■ á que me pague en despegos
Quitóle vida y privanza ^H
P finezas que de algún modo
á su padre el Rey don Pedro, ^H
^^ disminuyen mi respeto.
porque, parcial del navarro, ^H
^^^ Dejóme por no dejaros,
se carteaba en secreto ^H
^^B perdióme por no perderos.
con él, en ofensa suya, ^H
solicíláisle á su dama.
y á no descubrirse intentos ^H
lenéisle, por ella, preso,
de su fallida lealtad, ^H
,jy amcnaziisle la vida?
alborotara estos reinos. ^H
¡Ilazaiía digna por cierto
Don Juan Jiménez, su hijo, ^H
de un Infante, de un Virrey,
es justamente heredero ^H
de un señor que. agradeciendo
de su sangre y sus acciones: ^H
' tal lealtad, tales servicios.
enseñaros cifras puedo ^^^H
libra á la crueldad los premios,
que al segundo don Knrique ^^^^|
las venganzas al verdugo
de Castilla remitieron, ^^^^B
y su garrama al acero!
y á don Sancho el de Navarra, ^^M
Conde Infante: yo le adoro;
don Juan y otros. Mas ^jqué es esto? ^M
envidio, lloro, enloquezco;
^M
de imposible amor me abraso;
ESCENA IV ^1
estoy perdida de celos.
Pero, aunque, menospreciada,
BkltrjIn. — Dichos. ^^M
de su ingratitud me quejo,
ReltkAn. Vuestra Alteza, gran señor, ^H
y á la Condesa persigo,
advierta qvc ta (Condesa ^H
no presumáis que pretendo
de tSelrosal atraviesa ^^H
lorcer con las amenazas
solicitudes de amor ^^M
ka vnluniad que apetezco.
contra la le y la lealtad ^H
ni que, á cusía de su vida.
que vuestra alteza me lia. ^^^H
Corriendo por cuenta mía ^^^^M
se venguen mis pensamientos.
Aborrézcame duo Juan
la guarda y seguridad ^^^H
y viva, micniras padezco.
de don Juan, no han de torcerme ^^^H
siglos, para mi de agravios.
promesas de este papel. ^^^^|
como él se deleite en ello;
( Ddsfle y léele el Conde para si.) ^^^^H
que si en su conservación
Pídeme que huya con él, ^^^H
^ mis esperanzas alíenlo,
y promete enriquecerme ^^^^M
¿cómo podré susienlarlas
le saco de Aragón ^^^^|
yo sin alma y don Juan muerto?
y en Navarra le aseguro; ^^^^|
No, Conde, no haréis la! cosa;
pero yo sólo procuro ^^^H
que es don Juan en este reino
cumplir con la obligación ^^^H
veneración de los mozos,
de la lealtad, que es mi espejo. ^^^H
admiración de los viejos,
CoNüE. ¡Disculpad, Marquesa, ahora ^^^H
el triunfo de las hazañas.
á vuestra cumpetidoral ^^^H
la escuela de los discretos,
Decid que llevarme dejo -^^^^M
la envidia de los Narcisos,
de pasiones y venganzas. ^^^^|
el sol de los caballeros.
Ved si don Juan me sacó ^^^H
Tiene parientes ilustres.
verdadero. ^^^H
tiene !a (^^ondesa deudos,
Josefa. Ya sé yo ^^^H
tiene espíritus amantes,
lo que pueden asechanzas ^^^^|
y yo también. Conde, lengo
que buscan contra su vida ^^^^H
resolución generosa,
alguna disculpa honesta. ^^^H
armas, vasallos y esÍTuerzo
Beltbín. Üoña Elena está dispuesta ^^^H
para poner, por'librarle.
también para la partida. ^^^H
mi vida y estado á riesgo.
Conde. Según lo que escribe aquí, ^^^^|
WDE. ¡Venturoso en sus desgracias
buir inlcnta con él. ^^^^|
es don Juan si alcanzó extremos
Josefa. Aunque puede ese papel ^^^^^
en la Condesa y en vos
ser ñngido, haced por mi, ^^^H
semejaniesl ¡Oh, si el cielo
señor nfante, una cosa: ^^^H
de mi foriuna y la suya
podrá ser. si la alentáis, ^^^^|
hiciera un lucido trueco.
aue el efeto consigáis ^^^^^
de vuestra pena amorosa. ^^^^^
dándole yo mis estados.
dándome él merecimientos.
¿No decís. Alcaide, vos ^^^H
de tanta experiencia dignusl
que la Condesa os escribe ^^^H
Sazonara yo con ellos
que esta noche se apercibe ^^^H
pobreza y persecuciones
para salir con los dos ^^^^|
Huyendo de esta corona ^^M
i Navarra? ^H
y no duplicara celos.
Pero, aunque culpáis mi enojo,
añadiéndome los vuestros,
Conde. Ansí lo afírma ^H
1 no penséis que, destemplado,
esta letra y esta firma, ^^^|
^^^^^^^H
.^^^1
344
Josefa.
LA FIRMEZA. EN LA HERMOSURA
Pues si la dicha sazona
mis industrias, no dudéis
del lin que amor nos promete.
Dé á don Juan ese billete
el Alcaide, y vos haréis
depositar la Condesa,
sacándola de su casa;
pucs, en fe de lo que pasa,
podéis reararla presa.
Estaré yo en su lugar;
vendrá don Juan, todo amor,
reconocido á favor
tan digno de celebrar;
pcrsuadiréle amorosa
que, deudor de mi cuidado,
yo la liberl;id le he dado,
pues su dama, temerosa
de culpas que la atribuyen,
sin saberse adonde, huyó.
En los nobles bien sé yo
lo que obligan y concluyen
beneficios y firmezas;
siéndolo, pues, don Juan lamo,
ni descortés á mí llanto,
ni mármol á mis ternezas,
ha de dejar de pagarlas.
Mas, cuando no lo consiga,
y leal á mi enemiga,
persevere en despreciarlas,
viniendo en su busca vos,
riguroso y indignado
por la prisión que ha quebrado,
y hallándonos á los dos
solos y juntos, diré
que mi lirme volunidd
se arriesgó á su libertad,
y que él, pagando la fe
de mi amor, se ofrece á darme
palabra y mano de esposo.
jmploraréos generoso,
y vos, cortés, al postrarme
á vuestros pies, ya templado,
diréis que á mi intercesión
confirmáis con el perdón
la palabra que me ha dado.
^Tendrá don Juan en tan poco
su fama, mi voluntad,
su vida, su libertad,
que por doña Elena loco,
riesgos á riesgos añada,
al p<>der indignaciones,
i rnis quejas sinrazones
y que no le persuada
tanto amor, peligro tantoP
No, Conde, no lo creáis.
De este modo aseguráis
la salida de este encanto;
porque cuando don Juan niegue
que el si me ofreció de esposo,
no será dificultoso
hacer que el Alcaide alegue
haberse hallado presente
á nuestro honesto contrato.
Aborrecerále ingrato
la Condesa, y, si es prudente,
por sólo vengarse de él
admitirá vuestro amor.
Conde.
Josefa.
Aunque pudiera el rigor
valerse de este papel,
y atajar con su castigo
estorbos á mi esperanza,
venza por vos mi templanza;
seréis vos misma testigo
de que, ofendido y celoso,
perdono. Vaya Beltrán
á la prisión por don Juan;
persuádale ingenioso
á que, en fe de ser hechura
de la Condesa, que eslá
esperándole, pondrá
su lealtad en aventura:
déle el papel que le ha e&crítc
{Vuelve.
y en su casa, vos. Marquesa,
sazonad cuerda esta empfcsx,]
mientras yo la deposito,
y ayude amor mis quimeras,
dando á mis penas salida.
(Apartt.) Don Juan, libre yo tu r
y, mas que nunca me quieras.
(Vi
Eng^ac.
Bu.ÑOL.
Engpac.
BuÑOL.
ESCENA V
(Circet JeoLfo del palacio.)
Encracia/ Bv^oi..
Vengo á verte en las desgracias
de tu prisión cada día, j
y ¡háblasmeansil fl
{¡joi-ando) Engracia mía,
no está el tiempo para gracias.
¿Lloras?
Lloro, que el de Urg(
por ser de don Juan criado,
dicen que me ha recelado
las gárgaras de un cordel.
Lloro la fortuna ingrata
del amor que le he tenido,
pues me juzgué tu marido
y le he de dejar intata.
Lloro las temeridades
de don Juan que, siempre neci
en apreturas tan recias
repara en puntualidades.
Consiéntele que visite
esta noche, por media hora,
el Alcaide á tu señora,
con tal que le necesite ( i )
su fe y palabra alomarse
á la prisión, dentro de ella;
sale alegre y suelto i vclla,
y cuando pudo escaparse
del verdugo y el cuchillo,
¡se vuelve, cumplido el plazo,
á fiar la nuez de un Lazo,
y morii de garrolillol
Si el entonces se escurriera
y, aunque preso, me dejara,
yo después las afufara
y perro muerto les diera.
(i) ObüKue
ACTO SEGUNDO
345
f
ESCENA VI
Un Carcelcmo.— DiCROs.
Buñot. el Alcaide os llama (1),
y en casa de la Condesa
os espera con don Juan.
¿Cómo?
Quedo, que os oirán
los presos, y se imeresa
el perdernos, óelganarnos
en salir sin que ñus sientan.
Con el Alcaide irse inienian,
y él se ofrece á acompañarnos
hasta fuera de AraRÓn;
soy su pariente y le sigo.
Alegróme, pues, y digo
que hay bondad, que hay compasión
«un hasta en tos carceleros.
Yo hablé por boca de ganso.
Vamos, y pisemos manso.
Noche, no nos saques hueros.
ESCENA Vil
JUla en casa de Doña Elena. Está i oscuras.)
, Don JüAMjr B*lt»ín.
' Beltbán.
la Condesa he puesto
da, hacienda y honra al manilicsto
¡ro del rigor del Conde Infante,
1 que la Condesa me ha criado.
ueño su familia ha descuidado;
surar la fuga es importante
I que vuelva el día:
Íos aguarda á escuras, que no fía
luz al secreto
^ide tanto aprieto,
rad callado y disponed prudente
ilida de tanto inconveniente,
yo entretanto prevendré caballos,
era la ciudad haré llevallos,
lo la vuelta luego. [Vasr 1
ESCENA Vlil
Don Juan solo.
petito, amor, del Conde ciego
)bliga por mi honor á tanta ausencia.
ireced, estrella, mi inocencia;
mi segura guia;
el huir su rigor no es cobardía.
ESCENA IX
DotÍA JosKFA y Don Joan.
Doña Josefa.
al talir.) Hablar á don Juan siento;
ad, enamorado pensamiento,
! las protectoras
Verso sueliú eaire dos redondilUi.
tinieblas, de mi engafío encubridoras,
razones persuasivas,
de suerte en mi favor ponderativas
que, imaginando soy su doña Elena,
airosa salga yo de tanta pena.
Don Juan.
Hermoso dueño mío.
jsois vos la que acrédora
del alma oue os adora,
á pesar del celoso desvarío
de un poderoso ciego,
airopelláis estados y sosiego?
Doña Jojefa.
Bajad la voz, don Juan, que cohechados
domésticos criados,
puesto que estén durmiendo,
estorbarán sazones que pretendo,
y no ponderéis tanto
el ver que á acompañaros me apercibo,
pues si es vuestro el aliento con que vivo,
y fallándome vos, mortal mi llanto,
si un alma nos anima,
un yugo nos conforma,
un espíritu sólo nos informa
y una suerte envidiosa nos lastima,
cuando, cobarde, ausente os permitiera,
y el temor en mi patria me dejara,
de mi misma homicida ingrata fuera,
e! cuchillo yo misma me alilar.-);
y ansí, si amante os sigo,
a mi misma me obligo,
á mí me satisfago,
yo me debo á mí misma, yo me pago.
Prendióte la impaciencia
del riguroso Infante
por competir con él, por ser mi am.mle,
dorando su violencia
con imputarle insultos
entre el navarro y tu inocencia ocultos:
huyendo, pues, daremos ocasiones
¿ las malicias que el furor derrama;
peligrará tu fama,
y tú, que tan celoso siempre de ella,
por sólo defendella,
la vida has despreciado,
¿querrás vivir sin honra y desterrado?
Consúltate á ti mismo, y templa celos:
contradecir los cielos,
cuyas disposiciones
no' te permiten mió,
es ciego desvarío;
navegas agua arriba si te opones
á lo que el hado ordena.
La Marqtiesa de Luna
mejorara su suerte y tu fortuna;
no te merece ¡ay triste! doña Llena.
Paga, aunque muera yo, su fe constante,
despósale con ella;
obligarás al ofendido Infante,
desmentirás á tu enemiga estrella,
no correrá tu fama
peligros afrentosos;
y si temes, bien mío, que la llama
de mis afectos, en tu amor dichosos,
puesto que malogrados,
34*)
LA FIRMEZA EN LA HERMOSURA
en el Infame ocupe miscuidj>dos,
primero que consiga
su aborrecible iniento,
será sólido el vienio,
la noche del planeta cuarto amiga,
retrocediendo para nuevos daños,
el cielo, c! sol, los rios y los años.
Don Juan.
Tan lejos de creer que hablas de veras,
lan fuera de pensar que te has mudado,
escucho tus quimeras,
que á sueño los oídos persuado,
y mientras n(j le veo
y la voz disimulas,
ó que le finges la que no eres creo,
ó que, engañosa, mi temor adulas,
ó que si desmentiste
el natural, liviano en las muicrcs,
trocando lo que fuiste por lo que eres,
por lo que eres desprecias lo que fuiste;
porque prixligio fuera
que en ti perseverara
constancia que venciera,
firmeza que triunfara
y amor impersuasible,
que mujer y firmeza no es posible.
Aún no ha pasado una hora
que al consagrado nudo
lu mano aduladora
necesitarme pudo,
¡y lan presto, ¡«constante,
desenlazarla ínlenlasl
Olvidarásme amante,
llorara yo rigores y no afrentas;
pero piadosa, ingr <ta, hubieras sido,
sí agravios no añadieras á tu olvido.
Dona Josefa,
Cruel, ,;luego á mis males,
de la Condesa esposo,
añadiste imposibles conyugales?
¡Ah cielo riguroso!
,;De qué sirven industrias, trazas, medios
que en vano amor me advierte,
si después de la muerte
salen desesperados los remedios?
Sacad luces, criados;
alumbren mis quimeras resplandores,
pues ya, desengañados
ardides de mi amor, quieren rigores
quitarme en su venganza
aun el frágil favor de la esperanza.
ESCENA X
Salen Engüacu y BuRolco» /«<.— Dichos.
BuNOL. Engracia, i voces y á escurasl
Soplonizado nos han.
Juan. ¡Marquesa!
Josefa. Ingrato don Juan,
ya que mi vida aventuras
con Ib desesperación
del hallarte enajenado,
ya que imposibilitado
das á mi muerte ocasión,
no la des á la venganza:
que esta noche, si resistes
á lu enemigo, entre tristes
obsequias de mi esperanza,
te han de acabar; esto es cierto.
Sal de lan confuso abismo,
redímete tú áli mismo,
vive ingrato, y no fiel muerto.
JcAN. Marquesa: aun ansí rehuso
ofender mi esposa bella.
FiuÑoL. ¡Cuerpo de Cristo, con ella!
¡Miren que marido al usot
Que hay muchos que por muJ^r
ropa limpia en todas partes
se desposan cada manes.
Sé marido titular, ^H
pues no nos cuesta dinero. ^H
Engrac. Señor: ¿por qué desestimas '
remedios con que redimas,
burlando al Conde severo,
tu vida y la de lu esposa.*^
Testigos somos los dos
de este engaño.
BuÑOL. ¡Aquí Je Dic
Esto de morir, ¿es cosa
de sorber huevos? Acaba:
mira que el Infante llega.
Juan. Desesperado es quien niega
la fe que tu amor alaba.
A seguirle esloy dispuesto;
seráie de hoy más, señora,
mi vida eterna deudora
del empleo en que la has puesto.
¡Oh! ¿quién dos almas tuviera
para pagar con la una ■
de la Marquesa de Luna 1
la piedad más verdadera
que i historias dieron motivo?
Josefa. Ño hay favor que satisfaga,
don Juan, como el que, sin pagí,
no está atenido al recibo.
■ UiCSML I
ESCENA XI
Saltn Doña Elkna y BkltmAn. —
BeltRÁN. (Hablando aparte con Doñi Elcoi,^
se ifueda asomada á una puerta i
De suerte os ama el Infante
que, aunque indignado, os permúc
vuestra casa; solicite
brevemente vuestro amante
la jornada prevenida,
que yo, comous ofrecí,
cumpliré la fe que os di,
aunque aventure la vida.
ESCENA Xlí
Dtcuos, menoi BKl.Thiit.
Elena. (Ap.) No alcanzo, confusos cieloSj,
el fin de mi suerte escasa:
sacóme el Conde de casa,
culpándome sus recelos,
¡y restituyeme ahora
cortés y amante! |Ay de mil
Algún engaño hay aqui
^^^^H 347 ^H
W aue en su ofensa el alma ignora.
1 í*ero ^-no es aquél don Juan?
por ellas su libertad; ^^^H
vuélvale vuestra beldad ^^^H
I La Marquesa, ^no es aquélla?
á mi gracia, que desde hoy ^^M
1 jLibre en mi casa y con ella!
agravios pongo en olvido. ^H
I Ya mis sospechas se van
Juan. Sí tanta suerte intereso ^H
r conviniendo certidumbres.
por esta mano que beso, ^H
EFA. ^De qué sirve encarecerme |
feliz mi desdicha ha sido; ^H
lo que confiesas deberme,
en ella mi suerte fia ^^M
L para aumentar pesadumbres?
mi seguridad. ^H
L N'o excedas de agradecidrí,
(Va4dar la maHodDoñ*Joset»y ¡legA ^^|
^^K que si es mi vida la tuya,
Doña Elena.) ^^^M
^^H cuando te la restituya,
Ei.ENA. ¡Traidor! ^^^H
^^B suticientc paga ha sido
¿Y tu Dios, mi fe, mi amor? ^^^H
^^P el permitirme llamar.
Juan. jEsposa dei alma mía! ^H
del modo que hemos trazado,
|Vos presente y yo inconslantel ^H
tu esposa.
¡Yo cobarde y vos leal! ^H
HA. (Aj>arte.) .¡Cómo? ¡Ay, cuidadül
Perdone el riesgo mortal ^H
,;Ksio venís á escuchar?
que tiene el temor deiantc; ^H
¡De doña Josefa esposo
>erdone el severo Infante, ^H
a Marquesa compasiva, ^H
don Juan, y que él lo confiesa!
¡Su vida de la Marquesa
la fortuna ejecutiva, ^H
deudoral Amor engañoso.
las plebeyas opiniones, ^^|
no me permitáis más viva;
las piadosas persuasiones, ^^|
salga el alma por los labios;
que sin vos quieren que viva; ^H
ponzoña son los agravios;
que puesto que la clemencia ^H
a su pena se aperciba
de la Marquesa me nombra ^H
quien los engendra en mi pecho,
su esposo, no más que en sombra, ^H
muera y mate mi dolor.
sti consorte en la apariencia; ^H
1
sombra que en vuestra presencia ^H
^^^L
se atreve i desposeeros ^H
^^^K
de los derechos primeros ^H
^V ESCENA XIII
que el tálamo pudo daros, ^H
^^^p
ni aun en sombra ha de agraviaros ^H
Séten tt CoKoE, Bbltrím y Escuderos.— Dichos.
ni en apariencia ofenderos. ^H
Conde, en esta hermosa mano ^|
''í-T»A>l. (Habtando aparte con el Coniie á otra
dos almas enlaza amor, ^H
puerta.) Este es don Juan, gran señor.
cuyo nudo es el honor, ^H
HtOE. No lograrás satisfecho,
cuyo imperiü es soberano; ^H
ingrato, desconocido
desalarle será en vano, ^H
á tu lealud, á tu ley,
mientras conformes y unidas ^H
á tu patria y á tu Hey,
y al favor que me has debido,
sus Coyundas no divída^i; ^H
sí á Alejandro has de imilar, ^H
Ja fu^a con que con tirinas
y el romper es desatar, ^H
delitos que disfrazaste.
rompe el lazo á nuestras vidas. ^H
y de tu padre heredaste;
Pero si el Rey te encomienda ^H
tus papeles y lus firmas
su imperio, y toda tu scciún ^H
disculparán la aspereza
consiste en la obligación ^H
con que el rigor te amenaza.
de que por ti se defienda, ^H
Mañana verá en la plaza
reino es mi honor; no pretenda ^H
esta corte tu cabeza.
ningún tirano usurparle; ^H
tBFA. Corta primero la mía,
que sabrá mi fe guardarle, ^H
si en tanta severidad
y mi valor defenderle; ^H
L pierde el blasón la piedad
perderme por no perderle, ^H
B que en ti mi esperanza fia.
y morir por conservarle. ^H
^^m Don Juan, gran señor, se ofrece.
(Saca ¡a espada y vast, llevándose á la ^H
^^H si tu indignación niiiigo,
ConJcs«.) ^H
^^ á desposarse conmigo:
Conde. Id tras ellos, deteneldos. ^|
lo que la envidia encarece
[Que un hombre se atreva á lantol ^|
desmentirá de este modo;
(Vait, y sigutnte los que le acompañan.) ^H
no salga con su interés
Josefa. Encubridlos, cielo sanio; ^H
la malicia: en estos pies
noche oscura defendemos. ^H
consiste mi amparo todo.
BirÑOL. ¡Oh, azadas toscas, oh bieldos, ^H
I>E. Alzad, señora, del suelo;
oh tasajos labradores, ^H
discreto don Juan ha andado
seguros de estos temores! ^H
en valerse deJ sagrado
¡Quién fuera vuestro gañán! ^H
que en vos imita al del cielo.
Josefa. Líbrese, cielos, don Juan, ^H
Daos las manos, que yo doy
y mátenme sus rigores. ^H
348
LA FIRMEZA EN LA HERMOSURA
ACTO TERCERO
(S<tt de un castillo á corta distancia de Zaragoza.)
ESCENA PRIMERA
DoM Juan y Tot) Alonso,
Don Alonso.
Mándame que os sepulte
ea esu fortaleza,
y, porque mí piedad no dificulte
lan desconforme acdón á su grandezSj
le han de dar dos testigos
fe de que muerto os vieron.
No sabe que los dos somos amigos,
y ansi la infeliz noche que os prendieron
(si resuelto valiente, no advertido)
me encargó vuestra guarda,
y U acetó gustoso, porque ha sido
acción de la amistad, cuando es gallarda,
tomar por cuenta suya su suceso;
pues á teneros otro que yo preso,
^quién duda que at Infante obedeciera,
y ejecutor de vuestra muerte fuera?
En fin, amigo, en tan precioso extremo,
temo al infante; daros muerte temo;
mas si admitís la traza que aventuro,
vos viviréis, y yo estaré seguro.
Ved si os parece cuerda,
porque ó vos no perdáis, ó no me pierda.
DuN Juan.
Finezas habéis hecho
por mi tan ventajosas,
que, dejándose atrás las fabulosas
de los Damones, Pílades, Zopiros,
admirarlas podré, mas no serviros
de suerte que á mi empeño satisfaga,
que al primer beneficio nunca hay paga.
Pero si con mi muerte
sosiega la fortuna tempestades,
y la enemiga suerte
templa en mi esposa bárbaras crueldades
con que el Infante intenta
rendir su honesta fe para mi afrenta,
,jno son medios mejores
que yo desdichas venza y vos temores?
Tiénenla sus crueldades retirad»,
de estados y opinión desposeída,
y tan necesitada,
3ue aun para lo forzoso de su vida
esea la Condesa
las sobras de ia más mediana mesa.
Don Alonso.
I. a desesperación es cobardía
indigna del valor que el cielo os fía.
Yo he de afirmaros muerto;
un primo y un hermano
tengo aqui, y sé de cierto
que vituperan el rigor tirano
con que el Conde os persigue;
siendo mi sangre, pues, y esta piadosa,
no es mucho que se obligue
á íingir la tragedia lastimosa
de vuestra muerte oculta.
Pcrsuadiránie, pues, que aqui os sepul
en fe de su preceto,
la noche, la obediencia y et secreto;
mostrarémosle luego ensangrentados
los tres vuestros vestidos;
sosegará el recelo sus cuidados;
y con otros groseros y fingidos,
huyendo de las manos de la muerte,
tendrá que agradecerme vuestra suerte.
O resolveos en esto,
ó no os agravie que á mi noble trato
os imagine ingrato.
Don Juan.
Segunda vez por vos me engolfo, ex
al mar de los peligros que excusara
si en el sepulcro los depositara,
porque alargar la vida á un desdichado
no es piedad, es rigor disimulado.
Pero, en efeto, amigo:
mi gusto por el vuestro contradigo.
Muera yo para todos;
viviré para vos, para mi Elena:
deberáos los alivios de su pena.
Don Alonso.
Si; mas, don Juan, ya veis si el Condel
que estáis libre por mi, que á su venganza
me expongo.
Don Juan.
Siempre anduvo recatado,
don Alfonso, el amor acompañado
de honor y de recelos advertidos.
Perdedlos vos, y apercibid vestidos
que deslumhren curiosas atenciones,
pues sigo vuestras fieles persuasiones,
entretanto que llega
nuestro Rey, que me afirman que navegt,
(^erdeña sosegada,
á Barcelona su triunfante armada :
que en mi inocencia y su justicia estpeí
ardides deshacer del Conde fiero.
I
I
le^
I
<Sala Je una casa de campo cerca de Z>(tfí«t*'
brt una futría un rttraio ti« 4ot\ Juan átl
tnlerii.)
ESCENA rt
Doña ELEt«A,(ji hábito muy llano. K^iJitACia
una almohadiUa y un a^a/'ite4* U
Elbna. {Viendo á mu criada ÜQrarA
Yo. mi Engracia, te agradezco
la lástima y compasión
que deben á tu afición
las desdichas que padezco;
pero á los ojos perdona
de tu fe tantas señales,
que no son males los males
que amor con gusto sxzon
ijVes los temosos rigores
con que el Infante cruel
I
^^^^^ ACTO TERCERO 3.49 ^^^H
■ mienta que de tropel
que es súiamcnic el caudal ^^^^H
■ su crueldad y mis temúires
que escapó del (^onde Infante; ^^^^H
B den con mi lifmeza en lierral"
tenle tú siempre delante, ^^^H
■ ^l.as culpas que á mi lealtad
que no hay bien para ti igual. ^^H
■ levanta la falsedad
Daíiinie toda la prisa ^H
■ cohechada? ¿Qué me destierra
I >os¡ble para volver ^H
ii aliñarle de comer; ^H
K presa á vista de la corte,
^^K porque el tenerla presente
que puesto que el hambre guisa ^H
^^^ más mis pesares aumente.
manjares de sazón llenos, ^^^H
menos mis ansias repottef
y para ella no hay pan malo, ^^^^|
¿Los estados que me quita?
si no hallare otro regalo, ^^^^|
¿La hacienda que enajenada.
los duelos con pan son menos. ^^^^H
V al tisco real aplicada,
( V'iTte Eocracia, y Doña Elena hact '4^^^^^|
tor, mirandu á vtcts ti retrato.) ^^^^H
ío preciso me iiniita?
¿Parientes que se resuelven
^^1
en usurparme mi estado,
que para el que es desdichado
^^^M
ESCENA III ^M
deudas los deudos se vuelven?
Sale Don Juan, de labrador, con capott de líoi fatdaí ^^M
¿Kl extremo á que me humilla,
y caperuza —OofiA Elena. ^^H
la estrechez con que esluy presa,
,^^^^H
pues necesita mi mesa
Juan. {Para ¡í ai salir.; ^^^^^^
socorros de la almohadilla?
Deseo, en violencia tanta fl^^H
Pues aumenten desleales
resistirme es por demás; ^^H
amenazas y rigores;
los pasos que doy atrás, ^^^H
^^K que cuanto tueren mayores,
mi amor me los adelanta. j^^^H
^^P hay un bien entre estos males
.Ni i muerte se ha divulgado; ^^^^ñ
W con que endulzándose van,
este traje me asegura; ^^^^|
sin que i^zualen todos ellos
leine mi corta ventura ^^^H
al gusto de padeccllos
^si á la noticia ha llegado ^^^^H
doña telena por don Juan.
que no vivo, de mi esposa) ^^^^H
mAC. Yo que tus trabajos siento
é que se quite la vida. ^^^^H
sin esa ayuda de costa.
Ó que, pobre y perseguida, ^^^^|
como tengo más angosta
se rinda su fe animosa. ^^^^|
el alma y el sufrimiento,
Asegurarla mejür, ^^^H
llevo sin paciencia el ver
y excusará, de csia suerte, ^^^^M
que si no labra ó dibuja
ó lus riesgos de su muerte, ^^^^H
curiosidades tu aguja.
ó los que teme mi honor. ^^^^H
no tenemos qué comer.
Pero lay cielos! aqui está. ^^^^|
SNA. (Siéntast á hacer labor.)
¡Que no exhalaran las llores ^^^H
Penélope (porque ausente
de esta quinta, los olores ^^M
su consorte, los veinte años
que su hermosura les dal ^^^^ñ
entretuvo con engaños
Mi muerte sin duda ignora, ^^^^ñ
tanto amante pretendiente).
porque, á saberla, bordara ^^^^H
como no necesitaba
el cambray desde la car.-i ^^^H
de la tela que tejía.
con las perlas que amor llora. ^^^^H
si de noche deshacía
(Viendo que Doña Elena, con ¡a aguj^^^^^M
1 lo que con el sol labraba,
tn la mano, mira el retrato.) ^^^^^^M
no fué mucha sutileza
iDichosas persecuciones, ^^^H
(cuando la necesidad
pues compraron por barato ^^^^H
no apretaba en su lealtad
las glorias para un retrato ^^^^|
cordeles á la pobreza)
que envidian mis atencionesl ^^^^|
la de su ardid ingenioso.
Volved otra vez, prisiones; ^^^^M
ni gran cosa deshacella.
medrará con vuestra usura ^^^H
no habiendo de comer de ella.
experiencias mi ventura, ^^^^H
^ Dejóla rica su esposo,
ya feliz, ya no cruel. ^^^H
que, para obligarla, basta
Elena. (Abriendo la atmohaditlü y hallani^^^^^^
y sobra; el milagro fuera
dentro un papel cerra,io.) ^^^^H
hallarla, cuando volviera,
¡Válgame Dios! ¿Qué papel_ ' ^^^H
perseguida, pobre y casta.
HtAC. Para todo hallas salida.
turbar mi quietud procura? ^^|
]Ah Engracia! No es tan leal ^^^H
Celebre el mundo tu amor.
la fe que tu amor profesa. ^^^^|
Tus discursos y labor
{Lee:) «A dúña Elena, condesa ^^^^|
te alivien entretenida;
(¡ay cielos!] de Belrosal.» ^H
entretanto aue llevo ésta
i quien medra en su barato,
habla con ese retrato
Juan. {Aparte.) ¡Qué prevenido fiscal ^H
de mis gozos fué el recelo! ^H
jQué presto marchita el yelo ^H
enamorada y honesta,
las flores de mi esperanza! ^H
H
^^ 35 o LA. FIRMEZA EN
LA HERMOSUPA ^^H
^K ¡Qué en breve el mar en bonanza
¿Qué imívorta que don Juan mucri
^^ se empieza á turbar, mi ciclol
si muere honrado don Juanr* ^m
1 Elena. No habéis, vos, papel, venido
^^r á patrocinar mi honor;
Juan. (Aparte ) Gente ha entrado; diluM
a coyuntura mejor JH
^|l que indicios da de traidor
el manifestar, amor, ^H
^^^^K el extranjero escondido;
de mi gozo los extremos: ^M
^^^^■' pero habéis, cuerdo» escogido
á la noche volveremos. ^M
^^^^H el sitio que aqui os oculta,
donde pague mí ventura ^M
^^^^H pues de su hechura resulta
empeños de esta pintura, B
^^^^B un sepulcro, y si se advierte.
mostrando su original ■
^^^^B profeta fué de su muerte
por una lülena leal
^^^^H quien en vida se sepulta.
¡a fírmela en ¡a hermosura. (Van.
^^^^H Como la víbora envuelta
i
^^^^H á la flor, que el hortelano
^^^^H apenas la vio en la mano,
ESCENA IV I
^^^^H cuando medroso ta suelta,
Sale DoSa loterA, de tuto.—fyo^* Ei.«3ia.tI
^^^^F así asustada y resuelta
^^^^B tiemblo vuestra contagión:
Josefa. Condesa, don Juan es muerto;
^^^H no os leerá mi turbación.
que piensa el Uondc engaitoso
^^^V que quien recela el encaño
facilitarse esperanzas
^^V y le escucha, ya á su daño
quitándolas este estorbo. ■
^^H da tácita permisión.
Yo vi en su sangre bañados B
^^H Volad, llevadle en pedazos
los vestidos generosos, "
^^H Á vuestro autor la respuesta.
flores de un Mayo apacible
^^^r (Hace cuatro ptela^o» ti papel y arrá-
que ya ha secado el Agosto. _
^V
Negará el Conde crueldades, ■
^B Juan. íApant.) Hazaña que es tan honesta
ofreciéndote á tu esposo ■
^H corónese con mis brazos:
vivo y libre; que pretende
I^V voy á darh mil «brazos.
este cambio en tus oprobios;
r Elena. Pero..., inadvertencia mía,
pero si de estos ardides
^^^ mas de mi mi amor confia.
no sale su engaño airoso.
^^B porque huir antes de ver
cuando viudeces te enluten.
^^H del enemigo el poder
está prevenido de otros
^^m es culpable cobardía.
que burlen tus esperanzas.
^^B (Levántase y coge los ptda^ot.)
prometiéndote, en retorno
^^V Juan. (Ap.) Detente, mi bien, no acemitas
dt posesiones presentes.
j^f indicios que la honra teme.
imposibles desposorios.
1^^ pues mancha, cuando no queme,
Alegará que, ya libre
1 el fuego que solicitas.
del cautiverio amoroso.
^^m Elena. (VotrUndose i sentar y juntando lot
^^M pedamos sodre la almoliaailla.)
que enajenó tus potencias
en lazo al tálamo rolo.
^^ft Palabras aS aire escritas,
mejoras, con él, de dueño.
^^H experimentad en mi
asegurando los vulos
^^H que, puesto que audiencia os di,
que en sus futuras coyundas
^^K soy de la lealtad ir^sunlo.
truequen tu pesar en gozos.
^^V Los rotos pedazos junto.
Ofrecer áie la mano;
^m Juan. (Aparte) ]Ah Cielo!
mas no. Condesa, no ignoro
^V Klena. y dicen ansí:
que en la sangre de tu dueño
^H (¿«i;.) «Kn la muda obscuridad
bañada, te cause asombros.
^H de esta noche sola, estriba.
Los escarmientos te enseñen
^^K Condesa, que don Juan viva,
que el deseo lastimoso
^^B y vos cobréis libertad.
vuela en promesas de pluma
^^B Feriadme vuestra beldad,
y cumple en plazos de plomo.
^^B y advertid que es sin provecho
Ejemplo casada diste,
^^H querer guardaf en el pecho
aqueste celebren todos;
^^B el honor que me resiste.
añade viuda á tu fama
^^B porque éste sólo consiste
los prodigios mauseolos.
^^B en el nombre y no en el hecho.»
No le acobarden los riesgos
^^m iLt»dntatt.) Mientes, torpe aduladur;
con que aleves testimonios
^^B que no es virtud suficienle
se oponen á tu inocencia.
^^B la que celebra la gente
pues tiene el tiempu dos rosln
^^B si en sí no tiene valor.
y si te asombra el horrible
^^^B , (Vuelve á romper los pedamos del paptl.y
enseñándote el piadoso.
^^H MipócntA es el honor
verás que, al fin, la verdad
^^B aue tcmiendu al «qué dirán»^
^^B ae la opinión que le dan.
curre al engaño rebozos.
No la pobreza que pasas
^^B inútil crédito espera.
le precipite tampoco: ^^
riquezas y estados tcnj^o
dispuestos á tu socorro.
Molo dcdon Juan fuiste,
como tal ic reconozco;
los bienes de los difuntos,
plebeyos ó generosos,
se ponen en almoneda;
imaRÍna, pues, que compro,
en fe que eres prenda suya,
su amor en ti, y que transformo
en tu pectin mis cuidados;
en él á don Juan adoro.
la casa en que está la prenda,
la joya y el escritorio.
Ya Se nos descubre el puerto,
ya del conjurado golfo
que tanto te ha derrotado
la playa nos muestra Apolo.
Si hasta ahora sufragaste,
presto darán penas fondo
en la venganza que espero
del Rey afable y piadoso.
Las costas de Cataluña,
sosegado el alboroto
de los sardes, nos le ofrecen
en sus arenales rojos.
Kn busca suya me parto;
no creas que si me postro
á sus siempre in vicios pies,
si en tu inocencia le informo,
sí del san({riento homicida
las crueldades le propongo,
sus desatinos le cuento
y sus favores imploro,
que á la sabrosa venganza
niegue amparos, huya el rostro,
iras temple, olvide insultos,
inire ciego, escuche sordo.
Mañana me parto á verle;
alivia este plazo corto
congojas con el deseo,
que he de vengarle si torno;
y adiós, amiga del alma,
que este nombre nos es propio,
pues yí en desdichas iguales
tus mismas fortunas corro, (r^jí* n
ESCENA V
r>of3* Elbna dirigiindost al retrato.
No extrañéis, caro inocente,
el silencio que en mis ojos
niega conductos al llanto
y al tormento desahogos,
que penas que hallan salida
rompiendo al pesar estorbos,
Y, para alivio del alma,
pueden dilatarse al rostro,
no son ansias, no son penas,
aquel rio, si, es furioso
que en la estrechez de la madre
no se divide en arroyos;
mortal, si, aquel sentimiento
que al corazón busca sólo,
y, sin derramar sus fuerzas,
arrastra un imperio angosto.
Lloren pesares pequeños,
en fe de que son tan llojos
que, desatándose en agua,
libran la paga en sollozos;
3UC si es quinta esencia el llanto
e la sangre que provoco,
á la venganza que intento
y desperdicio el socorro
que en ella mi agravio espera,
¿de qué suerte, caro esposo,
conseguiré sus efectos
si inadvertida la arrojo?
Creyó el aleve homicida
desanudar amorosos
lazos que con verdes nudos
medró la yedra en el olmo.
Cortó sus ramas la muerte;
mas, permaneciendo el tronco,
puesto que seco y sin vida,
¿qué importa, si éste es su apoyo?
No están sujetas las almas
ai cuchillo riguroso,
ni á la duración caduca
amor, de los cuerpos toscos.
Inseparable con ella,
se parte al clima remolo,
donde eternice deleites
y el pesar no asalte al gozo.
Mi amor, malogrado mío,
como accidente forzoso
del alma, que tras vos vuela,
os sigue á los dulces ocios
de la quietud que os asista;
que bien puede, aunque no en rotos
lazos del cuerpo, buscaros
en éxtasis y en arrobos.
Vivo el engaño os me ofrece
del Conde tirano, esposo,
en cambio de la torpeza
que le ha despeñado loco.
Venzan engañosa engaños,
ardides triunfen de oprobios,
crueldades paguen crueldades,
agravios castiguen monstruos.
A la torpeza me llama
con un papel y con otro;
las ansias disimulando
que dentro del alma escondo,
haré que esta noche venga
á dar motivo hazañoso
á los libros, á las plumas,
al escarmiento, al asombro,
de que no siempre ha postrado
al humilde el poderoso,
el engaño á la inocencia,
ni 3 la honestidad el oro;
porque yo, prenda querida,
serviré de ejemplo á todos
de que no temen peligros
linezas con que os adoro. [Vase.)
ESCENA VI
(Jardín de la quinta con salida al campo )
Don Juan rtcalándose de BoSoí , y fstc detrás,
buscándole el rt'Uro.
BuÑou. Hombre del diablo, ¿qué quieres,
que Qo hay echarte de aqui?
332
LA FIRMEZA EN L\ HERMOSURA
Juan,
BUÑOL.
Juan.
BttSOL.
¡Una hora andando iras ti,
y nunca saber quién eres!
Sombra, irasco, labrador,
mirémonos por su tanda;
que parece que se te anda
la cabeza alrededor.
(BúscaU'por los hombros la cara )
Habla siquiera tantico.
Detente, que me enloqueces.
jVive el cielo! que pareces
remate de villancico,
Linda aplicación te di,
pues tus plantas, nunca quedas,
hollando las liores,
cruzando veredas,
corriendo y saltando
de aquí para allí,
enturbian las fuentes,
inquietan las ramas,
tras pur acá, mas tras por aquí;
y las hojas de las retamas
parecen estrellas
que imitan las llamas,
y cantan al alba
su quiquiriquí;
tras por acá, mas tras por aquí.
Vete, ya que no te he visto,
pues que la puerta te muestro.
(Aparte.) Esia cs treta de maestro.
Cogido os he, jvive Cristol
/Éntrasete á Don Juan poí las piernas y
saca el roxtru ttañol pur entre ellas, y des-
cubre el de su amo.)
¡Don Juan! ¡Señor de mi vjdal
Fues ¿lii con Buñol cruel,
en la lealtad lebrel r*
jEs esta paga debida
a lo que por li he lloradof
¿Tú escrupuloso conmigo?
Tengo te por mi encmigu.
Será por verme criado
de quien debo aborrecer;
pero fineza fué mía
servirte de doble espía,
y tal vez de entretener
resoluciones violentas
del Conde descaminado.
Poco sirvió tu cuidado,
pues no reprimiste afrentas
que algún doméstico vil
contra mi honor solicita.
Engracia al Conde visita,
y su interés femenil
me ocasiona á maliciar
el «plegué á Dios» de la aldea,
con lo de «orégano sea*;
pues tanto salir y entrar,
volviendo á la luz la espalda,
y oliendo el poste primero,
como gozque forastero
entre perrillos de falda,
darme un mantazo en los ojos
y andarse cuchicheando
con el Infame, buscando
rincones, son trampantojos.
Anoche estuvo con él,
y no sé lo que la dio,
que hasta el manto se rió
al despedirse.
i\3kH. (Aparte.) V>n papel,
contra su lealtad bellido,
contra mi quietud Sinón.
En fin, con tama atención,
¿se te ha, Buñol, e^condídu
la muerte que don Alonso
afirma de mí al Infame.*
BtiÑOL. Vivas más que un elefante,
sin agüeros de un responso
Alj-ún ardid provechoso
te dio libertad y vida:
no es bien que agora te pi-ia
cuenta de él. porque es forzó»
que el sol que se nos desmaya
con la nuche traiga al Conde.
Por esas matas te esconde;
volveré cuando se vaya. al
JuA^N. Dame esa capa y espada; 1
{Dásela Buñol con ti som
que puesto que mi obedieocift
por señor le reverencia, |l
y en él temo retratada ^
la persona de mi Rey,
pues gobierna en su lugar, ^,
defender y respetar ^
me mandan honor y ley. H
Buñol. Bien pueden compadecerse "
esas dos cosas: mas mira...
Juan. La lealtad templa la ira,
y el honor sabe valerse
de su derecho y acción.
Yo procuraré cumplir
con uno y otro, ó mofir.
Buñol. Si lo estás en su opinión,
como afirmas^ no ocasiones
que lo estés con certidumbre.
Jijan. Ño teme amor.
Blñol. Dios te alumbn
en los riesgos que le pones.
V'oile á esperar á la puerta;
los biombos de estas ramas,
ya romeros, ya retamas,
te encubran; que, pues despieí
la noche y el sol se duerme,
no puede el Conde lardar.
{Ap.y ¡Maretas, y yo en el marl
Vn dedo estoy de perderme, g
ESCENA Vil
(Anochece.)
Sait E]<aiiACU.— Don iv«r<.
Engkac. (5in >'erá Don Jujo.)
Amor, si al Conde has traii
y en prueba de que eres dios,
le avisaste por los dos
de imposibles que ha vencido,
su amor queda satisfecho,
v con no más que una acc
libró á don Juan, de prisiót
á su Elena, del estrecho
en que está, y yo medro al
que el pie mé saquen de) U
ACTO TERCERO
luego serán para todo
provechosas mis malicias.
Pero ¡av cielos! ¿quién se esconde
aquí? ¿Si acaso me oyó?
lDiUnién.iDta) No temas, Engracia.
¿No?
Pues ¿quién sois vos?
ti. Soy el Conde.
RAc. ¿Conde, y no más? ¿Sin abrazos?
No habéis vos dichas oído
que mi rozo inadvertido
desperdició; acorto plazos.
Conde, no hay artillería,
sacre, esmeril, escopeta,
que en una mujer discreta
allanen la batería
como un papel sazonado,
que vuela por lo ligero,
mueve por lo lisonjero.
hechiza por su estudiado
y por lo amoroso abrasa;
poco las palabras valen,
que por donde entran se salen,
y un papel se queda en casa,
que repite la lección,
y sin perdonar al sueño,
patrocinando á su dueño,
facilita la ocasión.
Mis pudo vuestro papel
que promesas, amenazas,
blanduras, rigores, trazas,
pues mi señora por él
os llama, os quiere, os admite,
y puesto que no os escriba,
por ser yo respuesta viva,
franca la puerta os permite,
donde, obligándoos galán,
en fe de lo que os estima,
con sus desgracias redima
la vida de su don Juan.
Ya conocéis su recato:
á escuras. Conde, os espera,
que la luz es bachillera.
Entrad solo de aqui á un rato,
y gozad, pues os le ofrece,
de las sombras el sosiego:
que, como el amor es ciego,
las tinieblas apetece. (Vatt )
ESCENA VIH
Do» JUA», futo.
¡Válgame Dios! ¿Qué he escuchado?
¿Qué me ha dicho esta imujer?
¿Arrojaráseá creer
imposibles mi cuidado?
¿Tan cerca, honor lastimado,
puede en la belleza andar
el querer del desdeñar,
del negar el permitir,
que sea el fin del despedir
principio del otorgar?
¡Al Conde! ¡Cielol ¡Al Infante,
quien, para vengarse de él,
mil piezas hizo el papel
que admiró su fe constante!
COMEDIAS DI TIRSO DE .MOLINA.— TOMO II
¡En una hora, en un instante,
amor y aborrecimiento,
desdén y consentimiento,
facilidad y firmeza!
¿Tendrán tanta ligereza
el ave, la pluma, el viento?
¿Qué impoitó romper razones
por no ooligarse á creellas,
sí después, para teellas,
volvió á juntar sus renglones?
¡Qué de necias presunciones
al honor han despeñado!
Leyóle, y como el cuidado
no dio crédito al temor,
rasgó honesta el borrador
y, torpe, guardó el traslado.
ESCENA IX
El CONBS y Do.«« Ai-o."»»©.— Do« ívav, rttirado
4* lo$ do*.
Conde.
En el alma me pesa
de mi Tcsolución y vuestra priesa.
Mándeos darle la muerte;
mas no os crei de modo ejecutivo,
que, presuroso en malograr su suerte,
muerto me asombre quien me ofende vivo.
Vos fuisteis, en cfeto,
mis fiel que yo quisiera á mi precito.
Dos Ai-ONSO.
Gran señor, el deseo
que tuve de agradaros...
Conde.
Déboos esa fineza, ya lo veo;
desempeñarme pienso con honraros
cual merecéis; llegó mi piedad larde.
Andad con Dios.
Don Alonso.
Milanos Él os guarde. (f"«
ESCENA X
El CoND« y Do» Jo*H. rttirado.
Conde.
¡Ah, joven malogrado!
Mi amor desbaratado,
bárbaro jardinero,
cortó las llores de tu Abril primero.
¡Oh, si como el poder las vidas quita,
pudiera restaurarlas!
El Cielo para el bien nos le limita,
y nos deja el pesar para llorarlas.
¡Pluguiera á Dios me hiciera el desengaño
poderoso en el bien como en el daño!
Diviértase mi pena
con la tiniebla oscura
que, propicia á mi amor, torcer procura
el rigor invencible de mi Elena.
En busca voy de Engracia:
si me promete mi papel su gracia,
de puro amante, loco,
poco premio es mi estado, el reino poco. {Vau.')
33
LA MPMEZA KN LA Ht;BMOSURA
Don JnAM, «o/o.
A mi deshonra acude.
iQué fácilmcrne darle muerle pude!
iQué de ello á mi respeto me he debidul
A mi mesmo me estoy agradecido.
Vamos, honor, á averiguar quimeras,
que aiin dudo si las sueño:
no morirá el Infante, que es mí dueño;
jfQ sí, pesares, moriré de veras,
3'8 que lo estoy fingido,
si es verdad que mi esposa me ha ofendido
y eslima en más mi vida que su fama;
que no teme el morir quien su honor ama.
{Vane.)
ESCENA Xil
(Sala de la cata de campo.)
DoRa KLKttAf de Itito, con una pixtula.
{Exláá obscuras )
ÍLENA. Simbolizan los horrores
de esta negra oscuridad
con la viuda soledad
de mis difuntos amores;
vístanse de mis colores,
pues unos y otros mortales,
á imitación de mis males,
iguala una misma suerte
las tinieblas y la muerte,
que á todos nos hace iguales.
De las dos valerme entiendo,
porque, injurias castigando,
muera contenta matando,
pues ya viviré muriendo.
El descuido está durmiendo;
despierte en mi mi cuidado;
veréis, dueño malogrado,
que ni amor sabe temer,
ni es poderoso el poder,
si apura demasiado.
ESCENA XIII
Saltn DoK Juah y Bufloi ,— Dictu.
lUflOL. {Hablando apartí con su ano.)
Esta sala es la que habita,
y aquélla en la que reposa;
su oscuridad temerosa,
verla le imposibilita.
Guiándoie voy á tiento,
que de las veces que entré,
de memoria el sitio sé:
refrena lu sentimiento,
por Dios, y hacia aqui te esconde;
sabré si vino el Infante,
y avisarcte al instante. (V<uO
ESCENA XIV
OiciMM, menos fiu^oi..
LLENA. |0h, si ya llegase el Condcl
Juan. ¡Vive el cielol que le aj^uarda,
y que su amor impaciente,
olvidado de mS, siente
siglos las horas que tarda,
¡üh indicjos avengua'l'.o
No imagine yo crcc
mas para ser verd.uj
bastaba ser desdichados.
No por darme libertad
airopclla obligaciones
quien de breves dilaciones
se queja á Ja oscuridad.
Solamente en su firmeza
se conservaba mi vida;
muramos, ésta perdida,
ella y yo, pues no hay belleza
que >e resista constante.
Elkna. {\p) Harece que habla entre si
no se quién. ¿Si conseguí
mi esperanza? ¿Ks el lrif-i
(Llcgame y l>on Juan di
Juan. Soy quien, como acostu..,. ...I
á desprecios y rigores,
incrédulo á los favores I
que amor me ha (aciliíado,
admirando lo que escucho,
dudo de lo que no veo.
Elkna. Imitáis á mi deseo,
que os juro. Conde, qu« ha mi
que trazaba esta ocasión,
puesto que el vivir mi esposo
sirvió de estorbo forzoso
que enfrenó su ejecución.
Mas pues ya le goza el ciclo,
y vos, por librarme de ¿I,
de puro amante, cruel,
aseguráis mi recelo,
dueño de mi libertad,
dispondré de ella y de mi.
Juan. ^Luego, ya sabéis que abd
puerta á mi felicidad
con su muerie?
Elena. En sus des
me enseñaron mal vertida
la sangre, que el homicida,
poniéndomela á los ojos»
quiso que en exceso tanto
mi pesar la costa hiciese,
porque por ellos vertiese
la sangre el alma en mi liant!
Juan. {Aparu.) (Don Alonso fué sig4t
quien, sin permisión del Coi
experimentó hasta adonde
llegó su fe, y si se muda
viuda quien ejemplo ha si
de la virtud desposada.)
Todo esto. Condesa amada,
puede un amor atrevido
que llevaba mal el veros
empleada en desiguales
coyundas, cuando las reales
recelan el mereceros;
puesto que, amándole tanto,
admiro el que os consoléis
tan preslo< M
El£na. Vos sólo hacéis ^
oposición á mi llanto:
porque es de suerte el deseo
que me llama á esta oc&sión,
I
>ia4t
%
ACTO TERCERO
j tal la satisfacción
que he de sacar de este empleo»
que, i pesar de mis desvelos,
eslimo el aseguraros
unio, que aun no quiero daros,
llorando, aun difunto celos.
it*. Extremos de tanto amor
no con palabras presumen,
M/» ) (¡Ah, cielos! que me consumen
las ansias de mi dolor.)
mis dichas satisfacerlos.
Dadme de esposa la mano.
ÍApartt.) (Para venRarme, tirano,
no para corresponderos.)
Está la diestra impedida,
que, en efeto, se la di
á don Juan, y le admití
por dueño en ella, y no olvidj,
aunque difunto, la fe
de su amor, puesto que en vano,
y estando viuda esta mano,
no es fineza que la dé;
estotra si, que, más cuerda,
excusó esa obligación,
y el lado del corazón
la autoriza, aunque es ta izquierda;
(Sose ¡ít lia )
que hasta en esto me debéis
primores que amor procura,
{Aparte.)
(¡Ah aleve! ¡Ah ingrata! jAhperjural)
^ué andáis buscando? ¿Que hacéis?
Kl pecho la mano os loca
recelosa, y con razón,
que no afirma el coraíón
lo qiie publica la boca;
que juzgo en vos muy distante
el alma de vuesiros labios.
(Ap.) Vengad, honor, mis agravios.
(Ap) Muera, honor, el cruel Infante.
^Tiéntale con la mano iif^uierda el pe-
cho hacia el corazón, y apuntale con la
derecha la pistola; quiere disparársela,
y Don Juan, sacando la Haga, darla coa
ella; y sale Buñol, con tu^.)
ESCENA XV
Bvfioi..^Diciios.
UJQOL. {Saliendo alborotado.)
El Conde ha venido ya.
¿Si con don Juan ha' encontrado?
LXNA. {Jesús! Difunto adorado!
iFeliz muerte en vuestros bra..,!
íCat desmayada en bra^^ns de I)on Juan.)
jÑOL. fi/'íJ^oí pronunciar quería,
y el \os del desmayo fiero
quedósek en el tintero.
'AN, ¡Ay, prenda del alma mía!
¡Qué costosos desengaños
mis sospechas aseguran!
iQué presto eclipsar procuran
felicidades mis daños!
Si murió, ¿qué es lo que espera
mi necia averiguación?
jüOL, (^P) (¿La pistola al corazón?
lOb inclemcnic episiolera!)
iS.
KNA.
Juan.
Buñol.
355
Mira que el Conde está en casa;
peligros, cuerdo, resuelve.
Ven y alumbra, que si vuelve
mi bien en si (jay suerte escasal)
en albricias de su vida,
gozoso permitiré
que el Conde muerte me dé.
Borremos esa partida
y en esta cuadra te encierra
donde acostumbra i dormir,
que esto, señor, de morir,
huele á puf y sabe á tierra.
(Vanse, llevándose Doo Juan, desmaya-
da, 4 Doña Klcna,^
ESCENA XVI
El Comdb ^£ficnAciA,cofl /h<.
Enoíac. Hasta aqu!, señor Infante,
se extiende todo el distrito
de mi solicita agencia;
esotro está á vuestro arbitrio.
Sanpre real os ennoblece;
¿quién duda que en el archivo
de vuestro pecho se esconda
este piadoso delito?
Logradle, y quedaos con Dios.
{yatty átja ta lu^ sobre un bufete)
ESCENA XVII
Kl Cqndk, fofo.
Hicieron mis desatinos
inútiles mis promesas;
mal la daré i don Juan vivo
si le sepulta mi engaño;
pero ya es usado estilo
en imposibles como éste
jurarlos y no cumplirlos.
(Consiga yo mi esperanza,
que, si las suyas marchito,
coQSOlárase con otras,
q^ue el tiempo amansa suspiros.
Ouiad vos, amor, mis pasos.
(Quiere entrar y detiinese viendo sobrí
la puerta el retrato de Don Juan.)
La imagen de don Juan miro
valientemente copiada.
¡Ah, joven inadvenidol
Competlstcme soberbio,
despeñástete á li mismo.
¿Qué esperabas, confiado
en el liviano presidio
de una mujer que juzgaste
inexpugnable á los tiros
del poder en la pobreza?
Resistiránse al principio
Ímpetus de honor franceses,
que al cabo mueren vencidos.
Vivo le juzga y te agravia,
que, en efelo, siempre ha sido
la mejor mujer, mujer,
y el más firme vidrio, vidrio.
No estorbarás más mi intento.
(Vad entrar y cae el retrato, cubriendo
ta puerta.)
LA FIRMEZA ÍN LA HERMOSURA
|Vátgame Dios! Ofendido
en estatua, por la honra
vuelve el pimado del vivo.
Ajumóse con la puerta
de suene, ¡extraño prodigiot
que parece consultado
lo que sólo fué fortuito.
¡Qué valiente es la razónl
iQué pusilánime el vicio!
iQué independiente el imperio
del tálamo en su dominio!
^Hay Talor que se le atreva?
¿Cuál yo el rey fué tan temido
como yo el dueño y esposo-^
Mas es blasón más antiguo
y debe reconocerse,
pues tuvo á Dios por ministro,
y el primer progenitor
antes que rey fué marido.
Por Dios, que le estoy temblando;
cobarde su copia miro.
¿Qué hiciera en mi el verdadero
cuando me asombra el fingido?
Respetemos su presencia,
{Quilast el Mombrtro )
deseos inadvertidos,
porque unesposo,aunquecn sombra,
de veneración es digno,
Rslotra puerta está franca,
ciego amor, por ella os sigo;
desmientan atrevimientos
lo que malogran hechizos.
(Kn la puerta dtl otro lado aparece
Doo Juan con la etpada desnuda, ¡apunta
al (uelOt en cuerpo y sin moverse.)
¡Válgame el Cielo piadoso!
[Jesús mil vecesl ¿Qué he visto?
O desatina mi ¡dea,
ó mis ciegos descaminos^
para alumbrar escarmientos
despeñándose conmigOt
ejecutor de mi muerte
me ponen al que he ofendido.
lAUidon Juan retratado!
[Aquí. Cielos, don Juan vivol
¿Dos esposos en dos puertas
V en entrambas dos el mismo?
Hasta los sepulcros se abren,
adelantándome avisos;
lyo, yo, rebelde á los ciclos,
buscando mi precipicio!
{Éntrase Doo Juan )
No, desengaños piadosos;
no, descompuestos sentidos;
no, aduladores deseos;
no, pensamientos lascivos.
(Llamando á vocM )
jCondesa, Engracia, criados!
ESCENA XVín
DoH Alomo y BíltbXic, — El Conp».
BbltbAn. Infante: el Rey ha venido
en secreto y á la posta,
tan indignado contigo,
que peligra tu cabeza,
fioraue le han encarecido
os deudos de los c^ue agraní
apadrinados de amigos,
el estado en que los tienes.
Conde. No eí el primero lu aviso;
las pinturas me lo han dado,
los difuntos me lo han dicho.
Cegáronme amor y celos;
del real perdón soy indigno;
cruel será su piedad,
si es en mi muerte remiso.
{Al retrato.)
[Ah, malogrado inocente,
por honrado perseguido,
por buen amante mal mtierlol,
iQué larde, cielos, que vino
la piedad tras la venganza,
el pesar iras e) delito!
Alonso. No tan tarde, gran serior,
que si con él le mitigo,
no venga á echarse a tus pie
seguro, gozoso y vivo.
Fingí su muerte piadoso.
Conde. <;Qué dices, Alonso amigo?
Deberéie, si esto es cierto.
el alma, que fiel te rindo.
ESCENA XIX
Doüjk EiBMA y Don Jcah, de gata y de lAt mmstl
Doña ias»rK,tambUn de gala.— EHGn.ACtA y tmij
— DtCHOI. ^Hj
Ju\N. Las nuestras, ¡oh heroico Infanta
tendrán desde hoy más alivio
en tu amparo generoso.
Conde. Todas mis venturas cifro
en estos brazos que os doy.
De patrones necesito
que enojos del Rey aplaquerv;
en vuestras manos benigno
dejará justos agravios.
Jlan. Verán en ellos cumplidos
sus gozos nuestros deseos,
que les fallaba el arrimo
de tal dueño, la! señor,
tal principe, en auien el sigto
presente venera a un nieto
del Monarca mas invicto M
que conoció nuestra España. %
Josefa. Yo, don Juan, que he merecido
veros libre de naufragios
crueles, cuanto proli)os,
para hacer mayor la fama
de mi amor constante y limpie
contenta con sus memorias,
no casarme determino,
por que hereden mis estados
mis hermanos y sobrinos.
V a! Conde le aoy mil graciai,
pues, venciéndose á \i mismo,
generoso os favorece.
si os persiguió competido.
Postraréme á los pies reales,
en fe de que en ellos fio
clemencias en vuestro abono.
ACTO T&RC&RO
557
BufioL. Y habremos comedia visto
que no acaba en casamientos.
Engrac. ^ Luego no piensas conmigo
celebrarlos?
BuÑoL. Ni por pienso.
Engrac. Pues ¿por qué causa, atrevido?
BuÑOL. Porque pueda rematarse.
Engrac.
Juan.
sin curas y sin padrinos*
una comedia soltera.
Deseábalo infínito.
Senado: el perfecto amor
no sabe temer peligros;
ejemplo los dos seamos,
venturosos, si os servimos.
pEL CABALLERO DE GRAcd
^H PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA 1
^^H El Cabai-lero de Gracía.
Conrado, caballero.
Don Juan.
^^^H RicoTE, lacayo.
GtNÉS.
El Rey Felipe H.
^^^H Isabela, dama.
Paulo Adorno, caballero.
Inéis, criada.
^^^m Dectü, criado.
El Cardenal Esi'Inosa.
Roberto.
^^^H Lamberto, caballero.
Don Cristóbal de Mo.<a.
Vn Anoel.
^^^m Julio Cataño.
Do.N Pedro, caballero.
Un C2apitín-
^^^H Esperanza, criada.
Fjsberto, caballero.
ÜN Criado y Un Paje.
^^^m Camilo, caballero.
La Princesa Doña Juana.
Un Pintor.
^^H S\BifiA, dama.
Don Dif.go, caballero. MOsicos. 1
^H JORNADA PRIMERA
Caball. Resistí
^^^^1
á mis padres tantos años
el peso del casamiento.
^^H ESCRNA PRIMERA
Argel de penas y engaños,
sirviéndome de escarmiento
^^^H Smtt ti Caiallbuo dk Gracia y Lamsbkto.su cuñado.
sucesos propios y extraños»
^^^^m
que ya en mis amigos veo.
^r Lambert. Pues á mi cargo has quedado,
ya entre mis parientes loco.
H lu remedio está á mi cuerna,
ya en varias historias leo.
H y asi quiero dañe estado.
¿y quieres volverme loco
^^^ Caball. Si lu amor honrarme inicnla.
violentando mi deseo?
^^^K trueca el nombre de cuñado
Lambert. Loque no pudieron ellos
^^^H en el de hermano apacible;
podrá hoy mi autoridad.
Caball. Nunca enlaza amor dos cuellos
^^^H no fuerces mi inclinación.
^^^H mira que es cosa terrible.
por l'uerza, ni hay voluntad
^^^V sabiendo mi condición.
q^ue va^a por los cabellos. ,
^^^H.
LAMBBRT.En individuos tributo.
^^i^ Lambert. Ya es imposible
^scrá bien que tú seas menos
■ deshacerse este concierto.
que un roble tosco, que un brulo^
H Caball. ^No ves que ya mi edad pasa
Caball. Ya que tú casado estás
H de los limites. Lamberto,
con Isabela, mi hermana.
H que piden bodasP
el ser resucitarás
H^ Lambert. Tu casa.
de nuestra casa.
^^^_ como sin hijos han muerto
Lambert. ¡Qué vana
^^^H tus padres, reduce en ti
excusa i mis rue^us das!
^^^H mi nobleza y sucesión.
No se eslima por mujer
^^^H Palabra á Jacobo di
la linea que ilustra al hombre
^^^H de casarte, y nc es razón
y da al hijo lodo el ser.
^^^H nocumplilla»
pues del padre toma el nombre
^^^^m JORNADA
PRIMERA 359 ^^^B
^^^quien se quiere ennoblecer. •
y que empiezas á adorar ^^^^H
Deja de filosofar
lo que, por no cimocer, ^^^^H
y advierte que me encargó
hasta aquí te dio pesar; ^^^^|
que te obligase á casar
que esto de amar y comer ^^^H
tu padre, cuando murió.
no está en más que en comenzar; ^^^B
Y que á Sabina has de dar.
voy á llamar quien te vista ^^M
mi hermana, la mano y si.
de vistas, porque has de ir luego. ^H
pues de Ferrara ha venido
^1
Caball. Mejor me fuera el ir ciego ^H
sólo á este efecto, ó de aquí
has de irte.
q^ue á tales vistas con vista. ^H
Ciclos: para que resista ^H
8ALL. No es mal partido
el último para mi;
tal violencia, dadme fuerza ^^|
pues si es el conyugal peso
antes que Lamberlo tuerza ^^^^M
de tos cuerdos tan rehusado
mi inclinación y la doble, ^^^^H
y á tantos priva del seso.
que no es la voluntad roble ^^^^|
mis vale estar desterrado
que ha de dar fruto por fuerza. ^^^^|
que no vivir siempre preso.
YO estoy contento, mi Dios, ^^^^|
Mi natural es más quieto.
con mi quieta soleidad. ^^^^H
pues á la iglesia me inclino;
|Aquí de Dios! Libertad: ^^^H
déjame, si eres discreto.
¿por qué no volvéis por vos? ^^^H
Mas dircisme que entredós ^H
seguir aqueste camino,
más seguro y más perfeto.
conserva el amor su estado, ^^M
MBERT. Sabina es noble y honesta.
que la soledad da enfado; ^H
y en ñn, mí hermana, que basta;
mas sólo da luz Apolo, ^H
á mi gusto está dispuesta;
que más vale vivir solo ^H
la mujer ilustre y casta
que no mal acompañado. ^H
ni es liviana ni es molesta.
^^H
De la tuya soy esposo,
si tú lo eres de la mía,
ESCEN.\ II ^M
Y á su dote caudaloso
Sale RicoTK con una futntt, capa y gorra con plU' ^^í
juntas tu hacienda, seria
mas, y aJtrt^o dt espada dorada. — El Caballiko , 1
"" un parentesco dichoso
OE Gracia. ^^J
el nuestro, y no habrá poder
que en Modena nos iguale.
RicoTE. El novio recoleto ^^^H
Ésto, Jacobo, ha de ser.
á vistas, amor te llama; ^^^^|
BALL. l.a hacienda, hermano, ^qu¿ vale
en manos de una mujer?
gorra con plumas, la fama ^^^^|
te ofrece calza y coleto. ^^^H
Gózala toda, y no intentes
Módcna te espera toda ^^H
cautivar mi voluntad
con la novia en una quinta ^^^^H
con tantos inconvenientes.
donde el Abril mayos pinta; ^^^^|
MBERT.Cuando mires su beldad,
goza del pan de la boda ^^^^H
sus costumbres excelentes.
Que (e amasa la belleza ^^^^H
de una mujer, que ahora es ^^^^|
su discreción y valor,
aunque un mármol fueses frío,
miga toda, aunque después ^H
te has de abrasar en su amor.
se te ha de volver corteza. ^H
Jacobo, este es gusto mió,
Busca dientes de diamante, ^H
no provoques mi rigor.
porque las mujeres son, ^H
en una quinta te espero.
por lo dulce, de turrón; ^^M
hoy las vistas han dé ser;
por lo duro, de Alicante, ^H
imiía á la primavera
y buen provecho te haga. ^H
en galas, porque es mujer
Caball. JAh, Ricoie, que haya dado ^H
de buen gusto, y no quisiera
en casarme mi cuñadol ^^M
que en ti hallase imperfección
RicuiE. Kl nombre te satisfaga ^^M
que su amor desazonase.
y haz lo que manda, no' gruña, ^^^^M
Habíala con discreción
que es cuñado con ventaja, ^^^^|
y linge, aunque no te abrase.
y en fe de sello le encaja ^^^^|
que eres de su sol Faetón;
su hermana en lugar de cuña. ^^^^|
no apartes los ojos della.
Vístete si has de ir allá. ^^^^H
suspira de cuando en cuando.
Caball. Bien sabes tú cuan pesado ^^^^H
tómala la mano bella.
tiene de serme este estado. ^^^^|
Si estás con otros hablando.
RicoTE. Si un yugo por premio da, ^^^^|
hazla entender que, por ella,
ya sospecho las molestias ^^^^|
ni en lo que dices estás
de una mujer que es verdugo, ^^M
ni á propósito respondes.
que nunca se pone el yugo ^^^^M
y dcsta suerte veras
si no es para domar bestias. ^^^^H
qué presto en tu pecho escondes
Diéranie á ti andar de dia ^^^^H
^^m el amor que huyendo vas
de jubileo en sermón^ ^^|
^^^^ 36o EL CABALLERO D£ GRACIA ^^H
^^H no dejfir congregación,
pues ya te has puesto las ^818^
^^H no perdonar obra pía,
Cabali..
|Ay plumas, servidme de aUs,
^^M disminuyendo procesos.
y de una mujer huirél
No me espanto que le pese.
^^m consultando confesores,
RlCOTE.
^^B reprehendiendo jugadores,
que es carga de ganapán.
^^B pagando deudas á presos.
y si Dios se la dió á .Adán
^^m y de noche en hospitales.
aguardó que se durmiese.
^H entre humildes cicrciciús,
^^B desopilando servicios
^^M y bazucando orinales.
^^m En oyendo el esquilón,
ESCE.NA lil
Salen Sabina, Isa5kla y Camilo.
^^B á pesar del iodo y vientos,
^^^1 acompañar sacramentos.
Sabima.
(Bella quintal
^^H dar á pobres tu ración.
Camilo.
1 Deleitosa!
^^H Volver á casa desnudo
En ella la primavera.
^^^H y rezando Ave Marías,
que en estas bodas espera
^^^B cenar dos lechugas frías
verte de Jacobo esposa.
^^m y un huevo entre asado y crudo.
^H Dormir sobre una tarima.
también hace ostentación
de sus galas al Abril.
^^m poco y mal, y cuando al alba
Isabela.
Mira en tazas de marñl
^^m hacen los pájaros salva.
brindar la murmuración
^^B tener ya rezada prima.
dcstas fuentes á la risa.
^^H Que en este entretenimiento.
que cuando á la sed provocas
^^M que otros llamarán castigo,
)or ti se hace todas bocas.
Mientras murmura te avisa.
^^m no estimarán en un higo
Camilo.
^" el más rico casamiento.
si no es que te reprehende.
Cabaul. Eso, Bicoie, apetezco,
del mal pago que á Conrado
y sin ello me hallo mal;
con esta mudanza has dado.
mí inclinación natural
Sabina.
Mi hermano su amor ofende.
es, poco en ello merezco;
que á casarme me ha traido
pero, en fin, me dan mujer.
y es fuerza el obedecelle
* RicoTE. Casarte y tener paciencia.
si por padre he de tenelle.
que na es mala penitencia
Sabe Dios que he resistido
si la acostumbras á hacer;
su voluntad hasta aqui;
que, en fe de lo que aprovecha,
está mi dote á su cuerna.
puedes hacer, si le casas,
¿Qué he de hacer?
cuenta, señor, que le pasas
Isabela.
M i esposo ó
á religión más estrecha.
juntando tu hacienda ansí
Caball. Más con eso me molestas.
con la de mi hermano, hacer
RicoTE. Vístete si habernos de ir.
de todas cuatro una casa.
Cabai.l. ¿Cómo he de poder sufrir
Camilo.
Cuando sepa lo que pasa. ^|t
tan terrible peso á cuestas?
Conrado ha de enloquecer ^|
RicoTE. Como quien lleva la cruz
de pena y celos. H
del matrimonio excelente;
Sabina.
No hay ya H
tú serás el penitente
quien de celos pierda el seso. H
y yo el cofrade de luz.
C A. MI lo.
Que te adora te conriC!,o. ■
Mas mira: si al fin le casas
Sabina.
La ausencia le curará, V
y vivir seguro quieres,
que en Ferrara hay medicioi
haz cuenta que las mujeres
y contrahierba de amor.
son castañas en las brasas.
Camilo.
Aunque el médico mejor
Regalallas y querellas,
es el tiempo, en ñn, Sabina,
mas, sí en fe de tus amores.
si es amor enfermedad,
se te suben á mayores
mientras sus términos pasan,
porque no falten mordcllas,
¿qué ha de hacer cuando leabrtsi
ni tanta mano les des
memorias de tu beldad?
que vengan á ser cabeza.
Si él supiera que venias
ni muestres tanta aspereza
á más que á ver ¿ tu hermano.
que las iraies como á pies.
j que usurpalle la mano ^m
Si desios extremos dos
que suya juzgó querías, ^M
quieres hallar el remedio.
á otro Ariosto diera copia ^M
la virtud consiste en medio,
para escrebir sus locuras. ^M
que no sin misterio Dios,
Sabina.
Orlando hacelle procuras, ^
cuando á la mujer ser da,
aunqueen mi es la historia tmpropí
en fe desta maravilla
que ni Angélica me llamo ^
la formó de una costilla
ni le dejo por un moro, fl
que en medio del cuerpo está.
Y con esto emplúmate,
pues ni es, Jacobo, Medoro, H
ni con liviandad le anao. H
^^^^B
36 1 ^^H
^^^^ylsias vengo, ¿qué quieres?
y dirá que es vanidad ^^^H
I Lícito es ver.
lo <^ue el uso galas llama. ^^^H
B,«j. Es verdad;
Y SI en muestras que me ama ^^^H
mas tenéis la voluntad
saca á luz la voluntad, ^^^H
en los ojos las mujeres.
que no será en todos días, ^^^H
No saldrás libre de aquí;
sino la Pascua de Flores. ^^^H
avisar quiero á Conrado,
en vez de decirme amores ^^^H
aunque si él fuera avisado
me rezará Ave Marías. ^^^H
no sc* apartara de ti;
¡Buena vida me prometol ^^^H
porque es la mujer, en suma.
Isabela. ¡Por ser compuesto ha perdidol ^^^H
^. como el pijaro liviano,
Sabina. Compuesto para marido, ^^^H
^^B que en abriéndole la mano
mejor es para soneto. ^H
^H vuela, V si deja algo es pluma.
Quien no ha sido buen amante ^^^|
^m
mal buen marido será; ^^^|
■
amor, aunque atado está ^^^H
al matrimonio constante, ^^^H
^P ESCENA IV
no pierde su inclinación, ^^^H
■ Dichos, minoM Camilo.
antes con él se aquilata. ^^^H
i
Sabrosos regalos trata, ^^^H
Uá. En ñn, Isabela hermosa,
las galas su esfera son ^^^H
[ ^lengo de ser tu cuñada?
con que alivia los enojos V^^^H
pLA. Y aunque en el nombre pesada
que el enfado solicita, ^^^|
, en ias obras amorosa.
ya su esposa necesita ^H
ilA. ¿Jacobo de Gracia es
á no apartar del los ojos. ^M
1 discreto, cuerdo, apacible?
Isabela. De tu condición me espanto. ^M
¿Es riguroso 6 terrible.
Sabina. Viviré triste en extremo ^H
conversable ó descortés?
si por marido le temo ^H
Que habiendo de vivir tanto
y le respeto por santo. ^^^1
con él, justo es que me informe
^^^^H
si es a mi gusto conforme.
^^^^^H
IX- Mi hermano es, amiga, un santo;
ESCENA V ^^M
no te pueden dar los cielos
^^^^^M
Sal* ti CABALLsno Dx Gracia, muy galán; lltcoTB> ^^^^H
más segura compañía;
no temas, Sabina mía.
Lamskrto y Esperanza.— Dichas. ^^^^|
que te desvele con celos;
LAMBERT.Por mostraros, mi Sabina, ^^^H
que, jugándote tu doie.
que en todo soy vuestro hermano, ^^^H
tus joyas empeñe ó venda;
un esposo de mi mano ^H
que desperd cié tu hacienda,
daros mi amor determina. ^^H
que tus deudos alborote,
Que si en el vuestro se abrasa ^^^H
porque no es de aqueste mundo,
y os recibe por mujer, ^^^H
y aunque á su simplicidad
vendremos los dos á hacer ^^^H
dan nombre de necedid.
una hacienda y una casa. ^^^H
cortesanos en quien fundo
Estimadle, que yo espero, ^^^H
lodo el caudal en engaños.
si el si y la mano le dais, ^^^H
en las cosas de importancia
que por él no maldigáis ^^^H
es cuerdo, aunque la ignorancia
jamás al casamentero. ^^^H
hace burla de sus años:
Turbada estaréis, ¿quién duda, ^^^H
é¡, en fin, es importante
que, como hoy las vistas son, ^^^H
pitra ser de ti querido
en la novia es'discrcción ^^^H
y mejor para marido,
hermana, que para amante.
de turbarse y el ser muda? ^^^H
Si no os ciega beldad tanta ^^^H
lA. Con eso me has enfriado
el ser cortés os inclina. ^^^H
el alma: ¡Jesús mil vecesl
^^^H
¿Marido santo me ofreces?
l1ablad,'iacobo, á Sabina. ^^^H
Simple, hermana, le has llamado.
Caball. Dios, señora, os haga sama. ^^^H
Si he de creer á la fama
Sabina. ¿Por santidades comienza? ^^^H
ya sé que, subiendo el precio,
RtcoTE. Devota salutación ^^^H
apacible nombra al necio
para entrada de un sermón. ^^^H
y sencillo al bobo llama.
El seri, á lo que imagino,
Lambert.Eí novio tiene vergüenza, ^^^H
su turbación perdonad; ^^^H
algún junípero llano,
que el más discreto, cuando ama, ^M
mentecato por lo humano.
la primer vez que á su dama ^H
devoto por lo divino.
ve, dice una necedad. ^|
Que andará desatinado.
RicoTE. ¿Una? El dirá más de ciento. ^M
y dirá que es por llaneza;
Caball. ¿Por necedad juzgáis vos ^H
1 traerá baja la cabeza,
el rogar, hermano, á Oíos ^^^H
el cuello tuerto ó bajado,
que le haga santa? ^^^H
^^^^^5^2
EL CABALLERO DE GRACIA ^^|
^H Lambert
El intento
Si yo por mujer la lengo^H
^H
es bueno, pero no viene
¿por qué sol la he de llam^H
^H
á propósito.
ni cómo podré afirmar ■
^H CABAtL.
Confuso
queá vella perdido vengo. jH
^^K
estoy.
si no es porque el tiempo pSR
^H Lambert
El amor y el uso
de que á Dios he de dar cueOu
^^H
su idioma y estilo tiene.
Menitr un noble es afrenta;^
^^M Caíall.
Pues ¿qué había de decilia
á luer de los cortesanos?
téngame por necio ó cuerdoA
^^H
caúsela gusto ó enfado, V
^^H Lamberi
• Besóos, señora, las manos:
mal ó bien conmigo esté, ■
^^^^^
y luego arrastrar la silla
porque yo no mentiré S
^^^^v
y preguntar: ¿cómo estáis?
por cuanto Dios ha criado.
^^^^Kr
que es el comlin abecé.
Besóos las manos, ¿por qué?
Lambkbt. Anda, hipócrita, que están
^^M Caball.
por ti en pie, siéntate altS;
^^H
Necedad en mi llamáis
0 que te enseño la di;
^^1
el decir que la haga santa
sé cortesano y galán, , M
^^B
Dios, ¿y en el mundo no veis
que |vive Diost si en despreH
^^V
si su mal uso os espanta?
de lo que mando que digaafl
^^^
Estornuda un caballero.
con amores no la obligas H
^^^^K
y los que le corresponden,
y te confirma por necio. H
^^^^^H
besóos las manos, responden,
que sí hará, porque es discfl
^^^^^B
en pie, quitado el sombrero.
que en Módena no ñas de M
^^^^H
Y los que Diosos ayude
un hora, ni has de gozar ■
^^^^^B
dicen, ¿no son cortesanos.
lu herencia. ^
^^^^H
en fin, que besan las manos
Caball. Poco me inquieta
^^^^H
al otro porque estornude?
la codicia de mi hacienda;
^^^^H
Miren qué merced les hace:
pero voy por no enojarte.
Isabela. Si basta, hermana, a obliga^
^^^^^K
traen luces cuando anochece.
^^^^H
y descortés les parece
mi amistad, aunque te ofedH
^^^^^H
el cuerdo que satisface
el poco curso que tiene fl
^^^^^H
con decir que Dios les dé
mi hermano en cosa de tnnH
^^^^K
buenas noches; solamente
házmele muchos favores; ■
^^^^^P
al besamanos consiente
enamórale, pues viene H
^^^^H
el uso necio, ¿por qué.
á domesticarse un bruto m
^^^^H
si tú la luz no has criado.
con la costumbre suave.
^^^^^H
besarle es bien que permitas
que, si lo que es amor sabe.
^^^^^H
las manos y á Dios le quitas
lú verás, Sabina, el fruto
^^^^H-
las gracias, que te ha alumbrado?
que sacas de ser su esposa.
^^^^^ "L A M BER T
.Calla, y la costumbre admite,
y la vida que gozamos
si juntas las dos estamos.
^^B
que esto se usa en nuestro idioma.
^H Caball.
Y será ley de Mahoma,
Sabina. Por darte, Isabel hermosa.
^H
que disputas no permite.
gusto, y agradar á mi hermai
^^K
Yo no nací para esto;
lo que mandas quiero hacer;
^^K
sácame, hermano, de aquí,
el galán tengo de ser
^^B
y cásese otro por mi.
esta vez, por lo que gano
^^m Lamrrpt
. Jacobn. no seas molesto;
de estar en tu compañía.
^^K
ya has venido, no es raión,
Toma esta silla, señor.
^^H
si cortesano te llamas.
RicorE. Albarda fuera mejor.
^^B
que quedes entre las damas
Sabina. Asentaos, por vida mi».
^^V
en mala reputación.
Caball. No haré cierto, yo estoy tm
^^B
No desdice el ser cortés
sentaos, mi señora, vos.
^^B
de la virtud que te inclina;
(Sacadmedesto, mi Dios.)
^^K
siéntate junto á Sabina:
Sentaos, Lamberto, aquí.
^^B
dile amoroso después
I-AMBEHT. Qk
^^K^
la buena suerte y ventura
No soy yo el que i vistas vi
^^^^^L
que se te sigue cíe vella.
aquese es vuestro lugar
^^^^E
que estás perdido por ella.
y este el mío, porque hablar
^^^^^p
que al sol vence su hermosura.
un poco á mi esposa tengOiM
^^^^^m
que su discreción te admira.
Sabina. Por mí vida, que os sentétsS
^^F Cabaul.
^Eso hededeciUe?
Cabaii.. Dos veces habéis jurado. ■
^H Lambebt
Pues.
¡Jesús! Yo ya estoy sentadaJH
^^1 Caball.
Tú debes de ignorar que es
á trueco que no juréis. ^H
^^1
jecado el decir mentira.
.Eso es encarecimiento
Y si se hace el casamiento, H
^H Lambert
quiéreos, señora, avisar ^
^^H
que usa el amor de ordinario.
que nunca habéis de jurar,
^H Caball.
A firmando lo contrario
porque es contra el mandaí^
L
de lo que imagino, miento.
segundo. fl
1
^V JORNADA PRIMERA
363 B
r
iPobre de mi!
¿Esto escucho y no me muero?
yo os prometo que no hallo ^^^|
cosa, señora cuñada, ^^^H
1
En muesira de lo que os quiero
que deciros de momento. ^^^|
[
yo juro cumplillo ansí.
Sabina.
Creólo, que amor desnudo ^^^H
ktx..
Pues no juréis oira vez.
i los principios es mudo, ^^^H
WA.
¡Qué necio y quéescrupulosol {Ap.)
y el propio efeio en mi siento, ^^^H
Libertad, con tal esposo
que estoy muy enamorada, ^^^|
ya desearéis mi viudez.
señor Jacobo, 'de vos. ^^^H
(».
Y él, ¿cómo ha callado tanto?
Caball.
Más vale estallo de Dios, ^^^|
Ytt.
No sé por dónde empezar
que yo no os importo nada. ^^^H
contigo, Esperanza, á hablar.
Sabina.
Amaros para marido ^H
ID.
Pues qué, ¿da también en santo?
no es con intento liviano. ^^^H
WE.
No; mas un poeta amigo,
Dadme, Ja£obo, esa mano. ^^^H
que en la corte de Castilla
CaBAI-L.
jjesúsl ¿la mano? ^^^H
es águila y maravilla,
Sabina.
Encogido ^^^1
hablando una vez conmigo.
sois, dadle acá. ^^^1
me dijo, viendo el ensayo
Caball.
No hay que hablar, ^^^|
de una comedia famosa:
ó estas son vistas ó no. ^^^H
«Ya, hermano, es cansada cosa
Sabina.
Sólo á veros vengo yo. ^^^H
que entre fregona y lacayo
Caball.
Pues ver, pero no tocar. ^^^H
siempre empiecen su papel
Sabina.
Mal debo de pareccros. ^^^H
No me parecéis muy bien. ^H
Grosero sois. ^H
con esto. ¿Y él no habla nada?
Caball.
¿Y ella es soltera 6 casada?
Sabina,
Porque esto de y ella y él
Cabai.l.
Hago bien. ^^k
era sagrado y chorrillo
Sabina,
Criado entre caballeros ^H
de toda plebeya masa.
poco su trato se os luce. ^|
y ya en la corte no pasa
{Ltvántantt.) ^^^H
lacayo con estribillo,
iQuiíaos allá, descortés! ^^^H
y temo, si asj le trato
Si con vos el interés ^^^H
y allá me ven algún día.
que toda Italia produce ^^^^|
la grita y silbatería.»
me dieran, no os estimara ^^^H
ÍR.
Líbrenos Dios de un silbato.
para calzarme el chapín. ^^^H
IBERT. ¡Que se haya un hombre criado
Tosco. ¡.Miren á qué fín ^^^H
en mitad de Italia, que es
me trajeron de Ferrara! ^^^H
i
madre del trato cortés,
Cuando á vuestro cargo esté, ^^^H
y que liciones ha dado
Lamberto, el darme marido, ^^^H
á mil bárbaras naciones
porque vuestra hermana he sido ^^^|
que su Imperio han adquirido,
(que desde hoy no lo seré), ^^^|
y en más eslima han tenido
haced de mi más caudal ^H
que sus ricas posesiones
que el que aquí os he visto hacer; ^^H
la urbanidad y crianza
el matrimonio ha de ser ^^^|
■
que de su trato sacaron
en los consortes igual ^^^|
y á sus patrias trasladaron
cuando no se menosprecia, ^^^|
1
con que el ser de hombres se alcanza,
y quien á un necio me da ^^^H
y que este bruto, Isabela,
por marido, claro eslá ^^^^|
criado en la policia
que me ha tenido por necia; ^^^H
de vuestra casa y caricia.
y eso en m! es injuria al doble, ^^^H
y en Módena, que es escuela
>abicndo quién ci Sabina. ^^^|
del estilo y discreción,
Buscad, Lamberto, una encina ^^^|
hablar con una mujer
con quien casar este roble, ^^^H
no sepal
y hacelde antes desbastar, ^^^H
KZLA
Si es menester
que se está con su corteza ^^^H
trato y comunicación
y no podrá la riqueza ^^^H
para cualquier arte y ciencia.
sobre ella un tronco dorar. ^^^H
y aunque en el siglo ha vivido
Que, puesto que vine en vano, ^^^H
jacobo, nunca ha tenido
casarme á mi gusto espero, ^H
de sus cosas experiencia.
pues para casamentero ^|
La cortedad no os espante;
tratadle en cosas de Dios,
tenéis tan pesada mano. {Vas:) ^|
^^^^1
y veréis que quedáis vos
torpe con él y ignorante.
^^^^^^1
ESCENA VI ^^H
Cásese él, que esos extremos
Dichos, menot Sabina. ^^^^|
el tiempo los vencerá.
llBEPT. Hablando con él está,
Isabela
. Enojada, y con razón, ^^^H
lo que le dice escuchemos.
va Sabina, hermana mía. ^H
llNA.
En fin, ¿no me decís nada?
¡Qué necio es el que porfía ^|
tAlL
. Nada os digo, pues que callo;
^^^^^^
forzar una inclinaciónl {ynt.) ^|
1
f 364 Kl caballero de gracia ^^H
1
^b KSCENA vil
del riguroso verdugo, ^^^B
del naufragio el marinera. ^H
1
^^H Dichos, menos Isahei*.
del lobo el manso cordero. ^M
la libre cerviz del yugo, ^B
^^
^^AMOEBT,Si hallara capacidad
del pirata el mercader, ^H
■
en li para reprehenderte.
y aun mayor mi dicha ha siü^f
^^m
1 casiigáraic de suerte
)ues que librarme he podidOi^H
Jicote, de una mujer. ^M
^H
1 que de tu rusticidad
^H
^, quedaras arrepentido;
|üh, qué peso me hanquáad(^|
^^1
^V pero no lo sentirás.
de encima del corazón! ^B
^^1
^■L porque tan bozal estás
RicoTf. Dicen que en cierta nación ^B
^^1
^^M que te falta hasta el sentido.
era por rey adorado ^B
^H
^^K Pero á las obras remito
aquel que á cuestas tenia ^H
^^1
^^B lo que excuso de razone'i,
la cosa de mayor peso, ^H
^^1
^^H si masen Módcna pones
saliendo con el sucedo ^H
^H
^^m los pies, si deste distrito
quien más tiempo le sufría. ^B
^^1
^^B no te vas, ¡viven los cielosl
Una vez se convocó ^M
^H
^^m que como loco he de hacer
ai pueblo á elegir cabera. '
^H
^^B que te salgan acorrer
y hubo quien tal fortaleza 1
^H
^^B los muchachos: pagarélos
entre los demás mostró, ^M
^H
^^m para que en calles y plazas
que un enano, entero tuvo ^H
^H
^^B le persigan: comunica
dia y medio, sin que hubiese ^B
^^1
^^B rústicos, en quien si aplica
quien competir se atrevitie ^H
^^1
^H el vil natural que abrazas.
con él; y al tiempo que e&tUf^H
^H
^^B Por la caperuza trueca
cási el reino en su poder ^H
^H
^^Bj las plumas, galas del noble;
y el pueblo le engrandecía, ^B
^^1
^^B hiere con el hacha el roble,
salió otro que traia ^B
^H
^^m- derriba su leña seca,
á cuestas á su mujer, ^H
^^1
^^1 y vendiéndola, sustenta
y la gente convocada ^H
^H
^^K tu bárbara vida ansi,
en su favor sentenció, ^M
^^1
^^B porque, si vuelves aquí
que con la mujerno halló ^B
^^1
^B en tu daño y en mi afrenta.
otra cosa más pesada. ^M
^H
^H yo vengaré el menosprecio
Mas si toca Dios de un hueM^B
^H
^H que hoy con mi hermanabas tenido
^dónde piensas ir? ^B
^^1
^H con el castigo debido
Cakail. No sé. H
1
^V que se suele dar á un necio. (V«»í)
RíCOTE. Con capa y gorra y á pie, ^B
¿qué dirán de nuestro seso? '
Si tomas mi parecer, ^m
vuélvete, señor, á casa, ^H
^H
1 ESCENA VÍH
que todo enojo se pasa. ^H
Caball. Casa que huele á mujer ^B
^^1
1
^H
I Dicho», mrnoi LAuainro.
no me la mientes, Kicote. ^B
L
Esperan. Ricoie, adiós.
RicoTE. Esperanza:
,jes amarme el irte ansi?
RicoTE. Casarte han querido en ella, ^M
mas dan dineros con ella, ^H
que no hay esposa sin dote. ^B
Sulo á quien casar se atreve ^B
dineros y hacienda dan, ^B
^H
EsPE-KAN. Ya no la tengas de mi.
^^^^1
pues por aquí va la danza;
participas de tu amo
la poca dicha, perdona:
la maza va con la mona,
■
que es pagar al ganapán ^B
la carga, por que la lleve. ^B
Caball. Deudos en Bolonia tengo, ^B
á estudiar y á conocellos ^B
■
RicoTE, ¿Deudos? ¡Fuego en dloU V
^^H
necio es el necio y el amo.
H
Mientras con él estuvieres
necias serán tus demandas
^H
que, en fin, dime con quién andas...
BicoTE. Vaya.
Esperan. Y diréte quién eres. (Vait.)
Maí los conoces; no vengo
r
en eso, aunque seguir quierp^j
tu buena ó mala fórtuna. ^B
Cabali.. Kste traje me importuna. H
^H
1
RtCúTE. 1 'na capa y un sombrero ^B
^H
1
ten^ú allí, con ella iris ^B
H
^P ESCENA tX
me)or, si hemos de ir á pie; ^B
ven por ella. ^|
1
W El CktALUtuo y 9.1COTB.
Caball. iQue hoy libré!
Voluntad, ya os tengo en ml»j
^H
RtcoTK. ¡Buenos habernos quedado!
que, aunque en tan terrible nM
^^1
jQué habernos de hacer, señor?
Caball. Libróse del cazador
me habéis costado mi hadeii^|
^H
bien podré, preciosa prenda.
1
el pájaro, el sentenciado
decir que os compri de lance.
JORNADA PRIMERA
365
ESCENA X
Lamberto, Comdaoo, Isabela y Sabika.
Lamberto.
n vuesiros celos soy culpado;
:obo corre por mi cuenta,
ida trajo, y siendo su cuñado,
idustria y gobierno se acrecienta,
le. poniéndole en estado
e á Sabina, que su renta
a mia, la aumentara doble,
sa fundara rica y noble.
o ha tenido entendinnienlo
mar la dicha deste dia,
licia del honesto intento
a obligado ¿ honrar la sanare mía.
ana, con el mismo pensamiento,
n$ejos resistencia hacia,
e su honestidad cuerda callaba,
me decían que os amaba.
> su elección, y que os escoja
lo suyo. Sosegaos con esto.
Conrado.
to amor, por ser niño, se enoja.
Lamberlo, se apacigua presto,
de Ferrara la congoja
e los celos que me han puesto
nos de hacer un desatinu;
ia tempestad el iris vino.
rdono m: agravio.
hk Sabina.
^H Y ^o os adoro
fnnrna agora que primero,
D precia, mi Conrado, el oro
I conoce el hierro y el acero.
linca empobreció no ama el tesoro,
emplos aplicarme quiero,
ts ojos hoy en otro he puesto,
'O sale el sol junto á su opuesto.
Conrado.
{Jacobo me hizo competencia?
Isabela.
B á Dios que fuera para tanto.
CoSHADO.
Rips envidio su inocencia.
I Lamberto.
roto.
Mi?
Conrado.
Mejor diréis un santo f i).
Lamberto.
labia de venir en mi presencia.^
ina'íe eché.
POffiri
Conrado.
De vos me espanto.
Lamberto.
e, si en su esfera cabe;
|J origíoAl Jice «coa «sio*.
k
sepa del mundo, que harto de Dios sabe.
No me ha de entrar en casa en todo este año.
Conrado.
Pues sabed que acusaros he venido
de un huésped que os tendréis, si no me engaño,
de no poco valor: hoy ha partido
veinte millas de aquí JuMo Cataño,
estimado en Italia y conocido
en Roma por sus letras, sangre y celo;
su tio es Cardenal de San Marcelo:
Juan Cataño.
Lamberto.
Este es en quien ha puesto
la silla de San Pedro su esperanza.
Si muere Sixto quinto es manifieslo
que le ha de suceder.
Conrado.
En su privanza
presumo entrar, porque ha vacado un puesto
que, si mi dicha y el favor le alcanza
y con Sabina desposado quedo,
enriquecer vuestros parientes puedo.
Fáltale el secretario, y como supe
que á Roma se partía, convidalle
con esta quinta quise.
Lamberto.
Desocupe
su espacio nuestro amor para hospedalle.
Conrado.
Primero que otro aquesta plaza ocupe,
si os parece, Lamberto, pienso hablalle
esta noche.
Lamberto.
Haréis bien, que la tardanza,
como el provecho vuela, no le alcanza.
^Vas, Isabela, á prevenir la cena?
Isa BECA.
Pavos hay y capones.
Lamberto.
Esta sala
cuelguen de telas, que es capaz y buena.
Conrado.
En esta quinta no hay ninguna mala.
Lamberto.
Maten vitelas.
CONKADO.
En la casa llena
ficil mente se sirve y se regala
á un Principe, aunque venga de repente.
Lamberto.
Camas ahí prevenid para la gente,
(Vatt Itabelt.)
ESCENA XI
Satt RicoTí, dtspuéfun Ckiajio . — Diciius, mtnat
tlAkCI.A.
Ricote.
Lamberto, caballeros, dad ayuda
i Jacobo de Gracia, que, salteado
366
EL CABALLERO DE ÜRACIA
de bandoleros, morirá sin duda,
no siendo de vosotros ayudado;
su bárbara codicia le desnuda
y á un roble tosco de ese monte alado
ios dineros le piden que no tiene;
huyendo mi temor la muerte viene,
¿Qué aguardáis? Cerca está, si tardáis tanto,
dadle por muerto. Vamos, caballeros.
Lamberto.
O es hipócrita Jacobo ó es santo.
Si es sanio, ¿de qué teme bandoleros.'
Dios volverá por él, causando espanto
i ese escuadrón de salteadores fieros;
si es hipócrita, pague con la vida
lú que merece su virtud fingida.
Cki\do.
^Monseñor está en casa.
La.ubeiito.
Pues salgamos
á rccebille.
RlCOTE.
Que obligar no puede
vuestra crueldad.
Conrado.
A socorrelle vamos.
Lamberto.
[Dios le socorrerá, no tengáis miedo.
Sabina.
[Más razón es que á Julio recibamos.
Lamberto.
Ojalá le matasen, pues heredo
por mi mujer su hacienda.
RlCOTE.
Ai fin, cuñado.
Sabina.
[De su desprecio el cielo me ha vengado.
( Vanje, fino es Ricoic.)
RlCOTE.
Miren qué hay que esperar de aquesta gente.
¡Maldiga Dios quien en cuñados fia,
viles madrastras cree, suegras consiente:
que estos tres hacen una cofradía!
ESCENA XIÍ
Salí Üu Caballkro bb GuAcr*, demudo— Kicoiti
Cadailero.
Ricoie: ¿estás ahi?
RlCOTE.
Señor.
CABAtLERO.
Detente
no des voces, que excusar querría
las injurias y enojo de Lamberto,
que, si me ve cual vengo, será cierto.
RlCOTE.
Qué, en fin, ¿te desnudaron?
CAftALLEkO,
Htnoh
dejarme vivo; ser piedad confieso.
Ricore.
¿Piedad cuando le quitan el vestido.'
Cabaiuero.
¿Qué quieres? ¿no ves tú que viven
RlCOTE.
Discúlpalos también.
Caballero.
Agradecido
á quien le libra debe ser el preso.
RlCOTK.
Donosa nema; no has de ser tan bDe<
que ic dejes echar la silla y freno.
C*BAt-LERO.
Dame esa caps, cúbreme y avisa
á mi hermana, si puedes, en secreto
de mi desgracia.
RlCOTE.
Si está en camisa
Lamberto, mala noche te prometo.
Caballero.
Haz lú que no lo sepa y vuelve aprisa,
mientras aquí me escondo.
RlCOTE.
Eres disc
que en viéndote Sabina repudiada,
nestas les ha de hacer tu encamisada, (i
ESCENA Xni
Salen Jumo del eobtrlifo dtt CúminOt I
y CoMRAiio, y velot.
Julio.
Bien sabéis obligar, señor Lambertojj
al hospedaje quedo agradecido.
La.hberto.
No ha un hora, Monseñor, que estal
desta dicha, que hubiera prevenido
con la casa que ofrece este desierto,
y regalos de Módena, el debido
hospicio que se os debe y era justo.
Julio.
Lo que no se previene da más gusto.
¡Agradable jardín! Yo no he rezado
algunas horas; mientras se adereza
la cena quiero echar este cuidado
aparte,
Lambrrto.
¿No le habláis?
Conrado.
¿Cómo, si
Julio.
Déjenme solo.
^^^^^H JORNADA
PRIMERA
367
^^^^^^^Ch 1 A OO.
y unos pocos de dineros,
^H Túdo está aprcsiado.
me dejaron con la vida.
Volvime aqui despojado,
^H Conrado.
y entretanto que un criado
JSfíii de dormir?
envío para que pida
üiro vestido á mi hermana,
1 Lamberto.
aqui me quise ocultar
^L En esta pieza.
de Lamberto y excusar
^" CONBAtX).
de su cólera inhumana
acomoda Julio con su tio
1^^, enriquecer confio. (Vanxc.i
el enojo y la pasión.
Salió Vuestra Señoría,
y cuando rezar quería,
llevóme mi inclinación
B
H ESCENA XIV
tras si, y aunque sea verdad,
que no es fuerte esta disculpa.
mmpitta ñ yf^ar santiguántlose, y rtxpundt
perdóneme, que no hay rulpa
,-B*Li.Kiio ns Gracia dttHt donde tsta escon-
donde falla voluntad.
m.
Julio.
Yo os la he cobrado notable.
^^ Julio.
iQué apacible sencillez!
No hagáis temor que esta vez
Lamberto enojado os hable;
madjulorium meum intende.
1 Cabai.lepo.
remediar esta desgracia
ue ad adjuvandum mejeslina.
quiero.
Julio.
Cabalu
Del cielo tengáis
p respondió? ¿qué es eslo?
Julio.
el premio.
¿Cómo os llamáis? '
^M Caballero.
Caball.
Señor: Jacobo de Gracia,
^F ¿Qué pretende,
Julio.
¿Noble sois?
!, mí natural que á esto me inclina?
Caball.
Bueno quisiera
Berer respondí; mas, si se ofende
saber ser, que es de estimarse.
erme dar castigo determina,
que sólo el saber salvarse
pme asi, ¿con qué disculpa intento
es nobleza verdadera.
puir mi necio atrevimiento?
i ¿Quién es el que está escondido
Julio.
Tal sea mi vida. ¿Habéis
estudiado?
tras esta murta?
Caball.
Señor, si;
L.L. ¿En qué dudo?
arles en Bolonia oí.
Un hombre, señor, desnudo
Julio.
Bueno, y ¿qué pluma tenéis?
del ingenio y del vesiido.
Caball,
Razonable, aunque alabada
No mirando lo que hacia.
de algunos que bien me quieren, ^^J
cuando comenzó á rezar
que siempre amigos prefieren ^^H
I respondí, sin reparar
lo que vale poco ó nada. ^^^|
1 " .que era Vuestra Señoría
Julio.
Huélgome de saber eso. ^^H
el que estaba aquí, llevado
¿Gustaréis de estar conmigo? ^^H
de un natural, que me obliga
Caball.
Yo, Monseñor, soy amigo ^^H
que cosas devotas siga.
de hablar verdades; confieso ^^H
¿Cómo estáis ansí?
lo bien que me puede estar ^^^|
t,L. Un cuñado,
el serviros v estimaros; ^^H
pero no sabré adularos, ^^^|
que sabe mirar mejor
por mi bien que >'o esiimaile.
porque, ni sé lisonjear, ^^^^
es causa que desie talle
ni dejaré reprehender ^^H
me esconda de su rigor.
lo que mal me pareciere ^^H
¿Quién es ése?
por cuanto tesoro adquiere ^M
LL. Es Lamberto.
todo el humano poder. H
i ¿Y' él os hizo desnudar?
Querránme mal los criados, H
I.I.. Quísome, señor, casar.
que mi buen ánimo ignoran, H
que es peor; soy poco experto
1>orque en Palacio desdoran ^^H
á quien no dora pecados, ^^H
en materia de querer.
Irá jome á vistas aquí,
y quien vicios no consiente ^^H
no se contentó de mí
mal con señores lo pasa. ^M
la buena de la mujer;
Julio.
Este servicio á mi casa ^^H
riñó Lamberlo conmigo.
le faltaba solamente, ^^H
de casa me desterró
V vos le habéis de ocupar. ^^H
y el cielo, que conoció
KeprehéndemL' á mi el primero, ^^H
cuan digno soy de castigo,
que eso busco y eso quiero: ^^H
me entregó á unos bandoleros,
un hombre deseo hallar ^^H
á quien quedo agradecido,
que las verdades me diga. ^^^M
pues, quitándome el vestido
iHolal ^H
368
EL CABJ
DE GKACIA
Decio.
Julio.
Caball.
Julio.
Decio.
Juuo.
ESCENA XV
Satt Dbcio. — Dicho». ^
Monseñor.
Vestid
esie hombre; un baúl abrid.
Escuchad,
¡Que me persiga
la inquietud desta manera!
Libréme de ser casado
y del palacio el cuidado,
agora, cielos, me altera.
^Qué he de hacer si Dios lo quiere?
Ek me tenga de su mano.
(Háblate al oldú.)
Un vestido de mi hermano
le dad, y cuando estuviere
en el traje que es decente,
me avisaréis.
^En efcto
he de servir?
En secreto
le tendréis, que es conveniente
por agora.
Harélo ansí.
Idos con ese criado,
secretario.
Buen cuidado
llevo; ,;secrctario á mi?
^Qué pretendéis, vanidades?
Julio. Andad, que si sois discreto,
yo os confiaré mi secreto,
y vos me diréis verdades. {Vanu.)
ESCENA XVI
Salt l&ABKL*.— Julio,
Isabela. Bien puede vucseñoría
cenar, si ha rezado ya.
Julio. Quien en vuestra casa está,
señora, excusar podía
e! camino, que ya siento,
pues, según me han regalado,
por no ir mal enseñado,
en ella quedarme intento.
ESCENA XVII
Sa/tn CoNHADo y LAMaenTo. — Dichos.
tsABiL'H. Pluguiera á Dios, monseñor,
que, como lo encarecéis,
os sirviéramos.
¿Queréis
que, por no darle favor,
muera Jacobo en desprecio
de quien sois?
Impertinenie
estáis: ^quicn hay tan valiente
que pueda matar á un necio?
Judo. ¿Es hora ya de cenar?
LAMBERT.I'rcsto lo poco sc guisa.
Julio. La jornada me da prisa;
yo suelo siempre pagar
Ja posada adelantado,
y asi quisiera hacello hoy.
A Roma, cual sabéis, voy,
CONfAU.
Lambert.
no poco désla oblig'^ '^
como tengáis en su
los dos pleito ó preu, ........
y en ella mi intercesión
alguna cosa os importe,
contento haré la jornada,
y si no, saldré corrido
cual huésped que no ha teai4
con qué pagar la posada.
CoNRAO. Buena ocasión se me ofrece,
que le habléis por mi me impoOLj
LA.MBERT. Aunque siendo ésta tan corii
tama merced no merece,
quien pretende de ordinario
no pierde tiempo ó favor.
Conrado sabe, señor. ■
que buscáis un secretario, I
y porque para este oficio
sé lo <)ue es bien que presum»
de su ingenio y de su pluma,
estando en vuestro servicio
quedaremos él y yo
obligados; determina
ser de mi hermana Sabina
esposo, y no se atrevió,
si no es por mí, á suplicaros
que esta merced nos hagáis.
Julio. Tarde, Conrado, llegáis;
no puedo en eso ocuparos,
pero mejoraros si
con dueño más principal.
De mi tio el Cardenal
de San Marcelo entendí
que desea acrecentar
su casa; ya sabéis que e«
en nobleza ginovés
y en opinión singular,
y que le han pronosticado
que á Sixto ha de suceder; ^
pues le voy agora á ver, H
yo haré de suerte, Conrado, ^B
que su secretario os haga,
y á Lamberlo camarero,
que así el hospedaje quiero
satisfacer.
LambeRT. Si ansí paga, M
Monseñor, vueseñoria ^|
de dos horas el hospicio,
¿qué espera el que en su serticiO
su aumento y vida confia?
Julio. Al secretario llamad,
Decio.
Decio. Voy señor por él. (Fí
Julio. Negociad los dos con él
y una memoria le dad
f>ara <|ue me acuerde en Ron
o que los dos prctendcit,
que presto lo alcanzaréii
sí él i su cargo lo toma.
ESCENA XVIIl
Sal* BiOTTEi ttttpui* *l Caballako dk C*
otro vtstulo.
RicoTE. Tras mi desnudo escondídk)
ando, y se hi desparecido.
^^^^^ JOPNADA SEGUNDA 36g ■
^^Nm ^Monseñor está aquí?
Lambert. De puro corrido...
I^^Qué manda vueseñurío?
Caballo Callad, no hagáis deso cuenta.
í^. jQué es lo que vemos, Conrado?
too. Jacobo es, vuestro cuñado.
iJichosa fué mi desgracia;
gracias á Dios puedo dar.
tJiT.iMi cuñado!
RicoTE. Y desde hoy le has de llamar
luo. No desvaría
el Caballero de Gracia.
la vista que en él me pinia
su imagen.
5RT. Bueno por Dios:
locos estamos los dos.
No ha un hora que de la quinta
JORNADA SEGUNDA
Je eché, y avisan nos luego
-
que le roban salteadores,
¿y habla de ser él?
IDO. Favores
ESCENA PRIMERA
son de su virtud, no niego
Sali Do» Ckistóbal Dii Mo»a. tltl hábito de Cristo,
lo que decís; mas tampoco
ti Casali-Eho de Gn\> (a y olios. ^h
lo que veo oso negar.
E. Mi amo es éste á pes;ir
Cristób. Las cartas que de favor ^^H
de bellacos, ó estoy loco.
It Princesa ha recibido ^^H
Jacobü de Giacia:'ved
del Cardenal, A\onseñur, ^^H
lo que Lamberto y Conrado
las ha Su Alte/a leído ^^M
os dicen.
con muchas muestras de amor; ^^H
»Do. ¿Veislo?
y las reliquias que aplica ^^H
EitT. Encantado
para el monasterio real ^^H
estoy.
que á las Descalzas fabrica ^^H
Y cuenta tened
agradece al Cardenal, ^^H
de avisármelo después.
y por ellas significa ,^^H
ERT. ¿Qué es estu? ¡fortuna escasa!
el favor que desea hacer ^^H
^m Aunque mal, tendrá en su casa
á vuesa merced. ^^H
^k fl Cardenal á quien es
CjLBALL. En eso ^H
^^ en la suya tan avaro,
muestra la Princesa ser ^^M
que á vos della echaros pudo,
hija de quien tuvo en peso ^^H
y cuando volvéis desnudo
la Iglesia, que iba á caer ^^H
no le osáis pedir amparo.
por la impiedad luterana ^^H
Los dos vuestra pretcnsión
que enfreno en tiempo sucinto ^^^H
le referid, si os aftrada.
contra la furia alemana. ^^H
porque no saldréis con nada
Cjiistób. Heredó de Carlos quinto ^^H
si no es por su intercesión,
que me ic inclinado á querelle,
la Princesa doña Juana ^^H
su cristiandad y valor, ^^H
al paso que vos, Lamberlo,
y de Felipe segundo, ^^B
le aborrecéis, y estad cierto
su hermano y nuestro señor, ^^H
que en agradallc y crcelle
el celuo'n que en el mundo ^^^H
consiste el favor y gracia
es de la Fe defensor. ^^H
que buscáis, y nó la espere
Hame mandado Su .\lleza ^^H
en mi á quien no se la hicier*
que por extenso nu- informe ^^H
el Caballero de tjracia. (Vatr.)
de su persona y nobleza, ^^H
porque con ella conforme ^^H
^^
cuerdamente la largueza ^^H
H ESCENA XIX
con que merced le ha de hacer ^^|
^V Dichos, menos Julio.
mientras en Madrid asi-la. ^^H
■
Caball. Aunque es arrogancia el ser ^^H
PS No estéis, hermano y señor,
de si mismo coronista, ^^H
de verme, triste y contuso.
fuerza es el obedecer, ^^H
Dios estas cosas dispuso,
Módena, ciudad ilustre ^^M
tercero y intercesor.
eslimada en Lombardia ^^H
Con Monseñor diligente
por una de las mejures ^^H
prometo ser, sin venderos
que honran aquella provincia, ^^M
embelecos por dineros.
desde inmemorables tiempos ^^M
mohatras del pretendiente;
dio solar y casa antigua ^^H
1 pues, contra las vanidades
al apellido de G&acia, ^^H
^L-con que la mentira vive.
blasón de nuestra familia. ^^M
PV^hoy Monseñor me recibe
Cuento noblezas del mundo ^^H
" para decir las verdades,
por dar á vueseñ ^ria ^^H
j porque á cenar se asienta,
verdadera relación, ^^H
los brazos, hermano, os pido.
puesto que de más estima ^^H
Vamos.
es la virtud que la sangre. ^^H
JllUSUS DK TIRSO OK MOLINA.— TOMO 11
34 J
^^^^37^^^^^^ EL CABALLERO DE GRACIA ^^H
1 CftiSTÓB. Una y otra califican,
una noche se conciertan ^|
1 y cuando las dos se hermanan
de esconder tras las cortinas ^H
^^_ el valor inmorlaüzan.
de mi cama una mujer ^H
^^b Caball. DiÓQie i Jacobo de Gracia
de las que en Roma hay pcrJ^H
^^H por padre el Cielo y mi dichd.
Hizo esta hazaña el dinero; ^M
^^H de aquella ciudad espefo.
meten la engañosa espí.i« ^M
^^^^ y por madre á Margarita,
acuésteme descuidado ^M
^^^K noble y célebre matrona,
y al Cardenal luego avisan, ^1
^^^^K apacible, recogida.
que, incrédulo de tal cosa, ^|
^^^^H ni en el gobierno severa.
entra en mi aposento, y mira
^^^^K ni en el castigo remisa.
aquel caballo troyano,
^^^^^h En fin, casi con las partes
vil preñez de su malicia. ^M
^^^^^H que en la mujer tuerte pinta
^^^^^H Salomón en sus Proverbios,
Llueven luego acusaciones ^M
sobre mi, mofas y risas.
^^^^^H si es desta hipérbole di^na.
el torpe honesto me llaman. ,
^^^^^B Dióme también una hermana
de hipócrita me bautizan; ^m
^^^^^1 á su virrud parecida,
pero, sin precipitarse ^H
^^^^H de su v:ilor heredera
el Cardenal, examina ^M
^^^^H y. en ñn, de tal madre hija.
en mi rostro la inocencia, ^H
^^^^H Casáronla con Lamberlo,
donde es la vergüenza firma. ^H
^^^^H en quien su ascendencia cifra
Llama á la mujer aparte, ^M
^^^^H el valor que dio á su casa
amenázala que diga ^M
^^^^H sangre generosa y limpia.
la verdad, y sobre el potro ^H
^^^^^B Quisieron hacer lo propio
del temor, en fin, publica ^B
^^^^^H conmigo, mas nu se inclina
los cómplices de mi agravio,
^^^^H mi natural este estado;
los ardides de la envidia, ^^
^^^^V otro más noble me obliga,
la fuerza de la verdad ^H
y el poder de la justicia. ^H
^^^Hp y después de mil trabajos
^^^^K que ocasionaron mis dichas
Los demás, avergonzados.
^^^^^L y ampararon mi inocencia,
su insulto, mudos, confirman^
^^^^B el ánimo noble inclina
que la turbación es juez ^1
^^^^H y piedad de .Monseñor
^^^^H Ju io Cata ño, que iba
que se condena á si misma. ^M
Indignóse Monseñor, ^M
^^^^H á Roma á instancia del Papa,
y á que dé cuentas obliga ^H
á Lamberto de su hacienda ^M
^^^^^H que en su casa me reciba.
^^^^^B Hizome su Secretario,
y que á los demás despida. ^M
^^^^^> y al cabo de algunos dias
Mas salió dellas tan mal. ^M
^^^^^1 en que mereció alcanzar
que en solas cuatro partidas H
^^^^^1 un capelo y una mitra.
en cuarenta mil ducados ^H
^^^^^H dio el cargo de Mayordomo
le alcanza y le necesita ^M
^^^^^1 de su casa y su familia
á vender toda su hacienda, ^H
^^^^^1 á Lamberto, mi cuñado;
y no alcanzando estas ditas, ^H
^^^^^m pienso que á intercesión mía.
preso, y tarde arrepentido, ^^
^^^^B Crecí en crédito y amor.
favores vanos mendiga.
^^^^H y al mismo paso' la envidia
Yo, que de aquel testimor>¡o J
^^^^H creció en los interesados;
libró, gracias infinitas ^H
^^^^H pero sin ella ¿quién priva?
di al cielo, busco terceros ^M
^^^^^H Verdad es que ocasionó
que por mi al Cardenal pidan ^|
dé licencia á mi quietud, ^M
^^^^H mi condición enemiga
^^^^^H de callar faltas ajenas,
en el palacio oprimida, ^H
^^^^^1 siendo tan grandes las mias.
para que, libre con ella. ^H
^^^^^B su enojo, porque, a\isando
seguro de enredos viva. ^H
^^^^^H al Cardenal lo que
Tanto pudieron los ruegos, ^|
^^^^^H digno en casa de remedio.
mis lágrimas y porfía.
^^^^^B ful causa de algunas riñas.
que, su voluntad forzando.
^^^^H En fin: por esto ó por todo,
me vino á decir un dSa: ^ü
^^^^^B con mi cuñado conspiran
«No quiero, Jacobo, creer ^H
^^^^H mis domésticos contrarios;
que ingratitud os obliga ^H
^^^^^H mas no me desautorizan
á que por vos mi afición ^H
^^^^H con Monseñor, pues, discreto,
no sea bien correspondida. ^|
Sé vuestro natura quieto, ^M
^^^^^H testimonios averigua.
^^^^H que á la verdad hermosean
lo que en palacio peligra ^^^H
la virtud siendo envidiadaj^^^f
^^^^H ateites de la mentira.
^^^^H Afrentados, pues, de ver
y aunque por mi conucidii^^^H
^^^^H aue sus intenciones sirvan
^^^^H ae escala, por donde suba
contra lodos os defiendo, ^^^^|
soy hombre, y tal vez podÉjj^H
^^^^H mi privanza mis arriba.
vcrisimiles engaños ^^^H
^^^^P SEGUNDA 371 ^1
acreditar sus mentiras.
y con su celo ^^^^1
Muchos contrarios tenéis.
la fiesta nuestra autorice ^^^^|
y para que no os persigan,
y aumente su devoción. ^^H
es bien que salgáis de Roma.
DiEüo. Será la consagración ^^H
A la Infanta de Castilla,
con su presencia felice. ^^|
Princesa de Portugal,
Phinces. Ya mis Descalzas desean ^^|
el Cardenal mi tío envía
que se pase el Sacramento ^^M
para e\ Monasterio ilustre
á su Iglesia, y asi intento ^^^H
y el Hospital que ediñca
que este mes cumplido vean ^^^^H
en Madrid, enirc otras cosas.
su esperanza religiosa, ^^^^H
una caja de reliquias,
porque con su esposo estén, ^^^^|
que son, de su devoción.
y á las reliquias también ^^^^H
las prendas de más estima.
que con mano generosa ^^^^1
Partid con este presente.
me ha enviad*} d Cardenal ^^H
veléis la mejor provincia
de San .Marcelo, deseo ^^M
de [vuropa, donde la Iglesia
hacer un rico trofeo ^^H
da á la fe segura silla;
luego que del Escurial ^^^^H
donde las ciencias llorecen,
venga mi señor el Rey; ^^^^H
donde la nobleza habita,
con ellas le haré un convite, ^^^^H
donde el valor tiene escuela
que sé el gusto con que admite ^^M
y donde el mundo se cifra.
las joyas de nuestra lev. ^^^^M
Si os queréis quedar en ella
CütSTÓb. Aqui, gran señora, está ^^^^H
(que á lodos su corte hechiza),
quien las trujo desde Roma, ^^^^H
llevando en vuestro favor
y quien á su cargo toma ^^H
cartas de mi tic y mías,
su aumento, la servirá ^^M
Su Alteza os hará merced.
con satisfación debida, ^^M
y si en su reino os prohija.
que su virtud y nobleza ^^M
yo os impetraré del Papa
merecen que Vuestra Alteza ^^|
alguna prebenda rica.»
le haga merced tan cumplida. ^^|
Vi el ciclo abierto con esto.
Princes. Yo tengo deso cuidado, ^^M
dile las gracias debidas,
pues sois hombre de valor. ^^M
deseaba ver á España,
El Rey, mi hermano y señor, ^^M
dispuse, en fin, mi partida.
ocho encomiendas me ha dado ^^H
Llegué á esta corte famosa,
de Crístus en Portugal, ^^^^H
di las cartas y reliquias
por que á mi disposición ^^^^H
á la señora Princesa,
las de á sujetos que son ^^^^^|
recibiólas de rodillas.
de sangre noble y leal. ^^H
y á don Cristóbal de Mora
Como aquí vivir queráis ^^|
me manda acudir, que es dicha
y á vuestra patria olvidéis, ^^|
no pequeña el enviarme.
una dellas gozaréis ^^|
señor, á vueseñoria,
si en Portugal os prohijáis. ^^M
cuya fama y cristiandad
iQné decís? ^^M
hasta nuestra Italia admira,
Caball. Que el interés ^^H
y en cuyo lavor espero
'de servir á Vuestra Alteza ^^^^H
el buen fin de mi venida.
tengo por naturaleza. ^^^^H
iiSTÓB. Yo, señor Jacobo, estoy
PdiNCES. Procurad prohijaros, pues, ^^^^H
contento con la noticia
y á don Cristóbal de Mora ^^H
que de sus cosas me ha dado.
por la encomienda acudid ^^M
y hago deltas justa estima.
cuando volváis á Madrid. ^^H
informaré á la Princesa,
Cabaul. Inmortaliza, señora, ^^M
haciendo dt parte mia
la fima tal cristiandad. ^^M
lo que pudiese en su aumento;
Cristüb. Ya somos de una nación; ^^M
mas espere, que ella misma
yo haré que la prohijación ^^M
sale de palacio.
le den con facilidad. ^^M
BALL. irá
Acuda á verme después. (Vanse.) ^^M
á las Descalzas á misa.
Cabai.l. Beso á Vuesa Señoría ^^M
1STÓ8. Y á ver á la Emperatriz,
las manos. iQué cortesía! ^H
su hermana, doña María.
Mas basta ser portugués. ^H
ESCENA II
ESCENA III ^^H
SaU la PrimcMa dt viuda, Dom Dieoo y acompaña-
Sal* RicOTB.— El Caballkro ob Gkacu. ^^^^^|
b miVnto.— Dichos.
RrcoTE. |Oh madre de gente extraña, ^^^^H
HiNCKS. Al Rey, mi señor hermano,
madre, punto y excelencia ^^^^H
H^ he enviado á convidar
de la real circunferencia ^^H
H para que me venga á honrar
con que te corona Españal ^^M
I '7a
EL CABALLERO DE OttACIA ^^H
Goce tu apacible puesto
están. Babel español:
mi amo toda su vida,
tus vinos son mis anzuelos. (OH
sin Quede ti se despida
jamas.
^H|
^^H
■ Caball.
Ricole: ^-qué es eslo?
ESCENA IV ■
^^ HlCOTE.
¡Oh. señor! enamorado
de Madnd, de ^ustos mar.
Salen Paulo At>0Kwo, ginovis, y SAUitA^^J
gracias la empezaba á dar
Sabina. Paulo Adorno, sed cortés ^M
por los amigos que he hallado.
y advertid qne estoy casada. ^M
^^PCaball.
¡Amigos tan presiol
Paulo. No repara amor en nada. ^M
■ RirOTE.
Es villa
Sabina. Mirad i^ue sois g¡ noves ^H
que á todos hace merced;
y ús corre la obligación ^H
con que aquella Señoría ^|
los amipos que mi sed
ha hallado son la Membrilla,
eslima la cortesía ^M
la siempre enlutada y llana
que ennoblece á su nación. ^M
que salla sin dar enojos
Paulo. Mirad vos que tengo preso ^H
desde la laza ¿ los ojos.
¿ Lamberto, vuestro hermanfl^|
Esquivias la toledana
y que está sólo en mi mano ^H
que con ósculos de paz
acriminarle el proceso ^
^^^^^^Hk''
se entra al alma por la boca.
que á instancia del Cardenal
Bur^uillos que brinda á loca
Monseñor Julio Cataño ^J
y los Molodfosdc ür}{az
le puede hacer mucho daño, ^|
que se oponen á Ajofrin,
pues, siendo poco leal ^M
y contra injurias del cierzo
á su casa, su servicio, ^M
felpas que aforran el Vierzo
provocando su venganza. ^|
y martas de San Martín.
en mil ducados le alcanza ^|
ft CAÜAIt.
¡Buenos amigosl
desús cuentas y su oficio. ^M
^^L RlCüTE.
Sisón
Pues que líbrallos prometo ^M
más leales los mis viejos,
y pa^ar esta cuantía ^M
todos ésios. siendo añejos.
por el, si á la pena mía ^H
me roban el corazón.
acudís con el secreto ^H
Pero unos curas seglares,
que merece vuestro honor, ^H
que squl llaman taberneros
estimad la libertad ^M
V andan bautizando cueros.
át vuestro hermano, y librad ^
muestran, por darnos pesares.
con su peligro mi amor.
que aquesta corle encantada
Sabina. Quedó mi esposo Conrado
al vino imitar procura
preso en Roma, y por no dar
pues ni en ella hay verdad pura
á atrevimientos lugar, ^^
ni amistad que no esté aguada.
que con el mismo cuidado ^|
Pero, dejando esto, un pliego
que vuestra locura engaña ^M
tienei de Roma.
intentó algiin atrevido, ^M
^^ft Cami t
Pues ¿vino
tuve por mejor partido ^B
el correo?
venir con mi hermano á Españi,
^^B KiCOTE.
De camino
no ha media hora que á ver llego
y ya que perdió su hacienda
mi hermano, no será bien
que su honra pierda tañí bien
y en mil ducados la venda.
Pues, poniéndola en mi mano.
apearse en un mesón
cuatro padres carmelitas.
Yo, que nuevas exquisitas
quiso dcjalla á mi cuenta.
busco siempre, veo que íon
rumanos y conocidos,
y que el Cardenal con ellos
por deudas no será afrenta
el estar preso mi hermano.
Mas, decid, si me deshonra
le escribe: Si quieres vellos
sabrás casos sucedidos
de vuestro amor el exceso.
en Roma, y el desconcierto
y mala cuenta que dio
de si Lamberto, que huyó
de la cárcel.
^no es mejor honrado y preso
que salir libre y sin honra? Jk
Paulo. .Mirad que declararé ^M
los insultos de Lamberto, ^M
porque de su desconcieno ^M
1 Cabali..
¿Qui(fii?
todos los excesos sé. ^B
I RlCOTE.
Lamberlo,
Forzarásme á deshonralle, ^M
tu cuñado, con Sabina,
y no es bien, siendo mi amigC^f
su hermana.
Sabina. ¿Puede dalle más casti(;o ^H
^^B Cab.vll
¡Válgame Dios!
la justicia que afrenialle? ^M
^^B KlCUTE.
No se sabe d<r los dos.
Pues si eso vuestra malicia ^M
^^r Cabm.l.
Donde viven me encamina
intenta y le ejecutáis, ^|
esos padres; hablurelos.
¿en qué os diferenciáis ^M
^^ RlCOTE.
Junto á la Puerta del Sol
«ic la más cruel justicia? ^^^H
JORNAOA SEGUNDA.
Idos, amigo inconsianle,
y esto os baste por castigo,
que quien es lan rum amigo
mat puede ser buen amante.
*AUtQ. Básteme para venganza
de aquese desdén tirano
que esté preso vuestro hermano;
quíteseos la esperanza
de velle suelto jamás;
poco su peligro os mueve
y poco Lamberto os debe.
Yo procuraré de hoy más,
ingrata, desconocida,
de que vuestro poco seso
agrave más el proceso.
iiNA. ¡Ay hermano de mi vida,
que pudiéndole soltar
tenerle preso consienta!
Pero, lay honor! vuestra afrenta,
¿no es más de considerar.-*
¿Qué haré en confusión tan grave,
donde el amor y la honra
concurren? Mas la deshonra
no afrenta si no se sabe.
Espera, Adorno, ¡ay de mi!
'aulo. La dicha de vuestro hermano
depende de vuestra mano.
»ABiNA. ¿Guardaréis secreto?
Paulo. Sí.
Sabina.. Luego os alabáis los hombres
en gozando á una mujer.
I Paulo. Noble soy.
[Sabi.na. ' TetYio perder,
por más que hidalgo te nombres,
la fama, que sólo estriba
en la vulgar opinión,
y asi, muera en la prisión
mi hermano, como ella viva.
|Vete ocasión de mi afrenta!
Paulo. ¿Voime?
Sabina. Aguarda, |ay vil temor!
no pensé yo, amado honor,
poneros jamás en venta,
fen fin, ¿guardaréis secreto?
Paulo. Si, que quien de veras ama
guarda el honor de su dama.
Sabina. Cuando es amante pcrfeio:
juradlo.
Paulo. Por esos ojos
que hacen cielo aquesa cara.
Sabina. Pluguiera á Dios que cegara
honor, y no os diera enujos:
soltad mi hermano primero.
Paulo, liaré que le den mi casa
por cárcel.
Sabina. La fama abrasa
más que el honor el dinero.
Paulo, tsta noche le tendré
en ella, por que no impida
la ocasión, prenda querida,
que intenta gozar mi fe,
si mi ardiente amor pagáis
y á la mañana en la vuestra
le tendréis.
Sabina. Honor: en muestra
de lo que i Lamberto amáis,
disimulad esífe insulto.
P.\ULO.
Sabina.
Paulo.
Sabiha.
Paulo.
í
^H r A(j
¿Vendré esia noche?
.\o sé.
Cuando en sus faldas esté
durmiendo ei silencio oculto
vendré, sin que pueda Apolo
ver lo que por mi arriesgáis;
¿que dtcis?
Que no vengáis;
mas, si venís, que sea solo. (Ka*#wl(
|Victor¡a, ciego inierésí
Sujeta á tus pies está
la honra; ¿mas qué no hará
en la corte un ginovés?
Pues aunque se suba al cielo
amor, porque todo es alas,
cuando son de oro las alas
cualquiera le alcanzad vuelo.
ESCENA V
Salen ti Cabai.i ero t>i GrACiA, Ki^^BEma yRicoTS'
Caball. El Cardenal, mi señor,
en esta carta me manda
que ponga todo calor
en la piadosa demanda
del Carmen, y que el favor
de la Princesa procure
para que sitio le den
de un convento que asegure
la Religión, y es muy bien,
aunque la vida aventure
en tan cristiano cuidado,
que honre la corte española
el instituto sagrado
del Carmen, que estaba sola
sin este Orden celebrado.
Luego hablaré A la Princesa,
Fisberto, con la eficacia
que pide tan jusia empresa.
FiSBERTO.Sois Caballero de Gracia,
por vos el cielo interesa
la virtud que reconoce
en vuestro cristiano celo.
Caball. Razón es que Madrid goce
las gracias que da el Carmelo.
¿Cuántos padres vienen?
Fisberto. Doce.
Caball. AI sacro Colegio imita
de Cristo; yo haré que aquí
tenga la Orden Carmelita
un monasterio.
Picote. Eso si,
devociones ejercita,
?ue tú engoidarás con eso.
a que me he vuelto español
su celo y virlud profeso;
esta es la Puerta del Sol,
bien estuviera, os conlieso,
aquí el sitio desta casa,
que el concurso do la gente
que por aqui al Prado pasa
es notable.
Fisberto. Y excelente
vuestra elección, si es que pasa
por aquesto el Hospital
de la Corle.
374
EL CABALLERO DE GRACIA
Caball.
FiSBEUTO
RlCOTE.
Caball.
RlCOTR.
Caball.
Dudiisbien,
3ue es pobre,aunqueen nombre real,
emás que está aquí también
la Victoria y se hacen mal,
cuando las comunidades,
por estar cerca, se quitan
provechos y utilidades
de devotos que visitan
sus conventos y hermandades.
Pero, decidme: ¿qué casa
es aquella donde tantos
salen y enlran?
Donde pasa
un trato no para santos.
Donde Venus da á la lasa
Zupia que el seso derriba;
feria donde abre sus tiendas
el vicio á gente lasciva,
y es, en fin, porque lo entiendas,
rastro de la carne viva.
¿Qué dices, loco?
¿Esto ignoras?
A fe que lo saben hartos;
lonja de gente ruin,
de la basura rincón,
y por no hablar en latín,
es, hablando con perdón,
la casa pública, en fin.
]Jcsúst ¿La casa es aquesta
donde la gente perdida
vive ó muere deshonesta?
¿Donde la vergüenza olvida
la honra que tanto cuesta?
{Válgame Dios, ya que admite
¡a costumbre y los engaños
que el vicio en la corte habite,
y porque mayores daños
excuse, aquestos permite.
¿Es posible que consienta
que en esta publicidad
tenga su casa el afrentar
¿Que la deshonestidad
f agüe aquí al infierno renta.''
untoá la calle Mayor,
por donde la gente pasa
de más caudal y valor,
¿la torpeza tiene casa
y á lodos no causa horror?
¿Qué doncella recogida,
qué mujer noble y de suerte
verá esta gente perdida
at pasar, que no despierte
la pasión más reprimida?
¿A quién no ha de dar enojos,
siempre que por aqui venga,
el ver que en viles despojos,
esta nube Madrid tenga
en las niñas de sus ojos?
¿Donde el honor español
vive, la deshonra puebla,
siendo de virtud crisol,
la obscuridad y tiniebla
junto á la Puerta del Sol?
Eso no, ¡Madre de DiosI
ya tengo casa que os dar;
Del mundo salió por Vos
el demonio, que habitar
juntos, mal podréis los dos.
Salga de aqui. pues abrasa
la corte su vi! noticia,
verá la gente que pasa,
si fue casa á la malicia,
que es ya de la virtud casa.
En el corazón me ha puesto
Dios que aqueste siito escoja
para el convento propuesto,
porque el alma me congoja
que aqui el trato deshoneste
á toda la corte ofenda.
FtSBEBTo.Si lo alcanzarais, no hay düJi
que es gran cosa.
Picote. ¿Y con qué haciea
Caball, Virgen: dadme vos ayuda.
que yo lo haré aunque me vend
Pero aguardad, ¿qué príncipe es aqueste
que tanto coche y genle le acompaña?
FiSBEBTO.
Kl Cardenal don Diego de Espinosa
invicto Presidente de Casulla
que á la Victoria va.
Caballebo.
Dios me le ofrece
para que le suplique que al demonio
quite el colegio vil de gente infame,
que en mitad de la corte á cada hora
^nn torpe amor la honestidad desdora.
Vámosle hablar. ¡Mi Dios, Virgen del Cari
dadme palabras que inovclle puedan
á que destruya aquestos que dan muerte
al alma, y son la gente más perdida.
RlCOTE.
¿Qué muerte si le llaman «de la vida»?
ESCENA VI
Salen «/ CAaDBNA.L , Espinosa, üox Diego x'
Cardenal.
Consagra el Arzobispo de Toledo
don Gaspar de Quiro^a el templo santo
que á las Descalzas hizo la Princesa,
y va Su Majestad á honrar mañana
la devoción y fiesta de su hermana,
y asi es razón que lodos los Consejos
solícitos acudan á servilla.
Don Diego.
Y más un Presidente de Castilla.
ESCENA Vil
Salen ti Cabaíi-bko pe Gracia, Ft«»»"To *• Kií
Dichos.
Caballero.
No es, señor ilustrisimo, á propósito
este lugar, para que en ¿I reciba
memoriales y lea peticiones;
mas nunca pierde tiempo un prctendi«Ol
ni tiene el juez pcrtecio reservado
lugar adonde no entre la justicia;
JORNADA SEGUNDA
Minisiros reales
de llevar ios Tribunales.
la verdad y mi justicia,
ni osadía de admiralle
Ja de Audiencia aquesta calle.
Cardenal.
ue pretende.
Caballebo.
Digo en suma,
sesira Ilusirisíma compete
a corle el réjiimen político,
t fiñón y centro y á los ojos
I principal que habita en ella,
casa donde cada día
I i Dios con juegos prohibidos
estar en partes más remotas.
RlCOTE,
lo al pasar, todas son pocas.
Cardenal.
Madrid de juego prohibido,
blicamente se ejercite?
CABAI.t.ERO.
;, señor, y se permite.
Cardenal.
irmito?
Caballero.
El Rey y los Consejos.
Don Diego.
I
iCO.
Caballero.
No está su sitio lejos.
Cardenal.
i; llama el dueño de esa casa?
Caballero.
vil que la virtud abrasa,
lo Príncipe: ¿es posible
litad desta corle se consienta
demonio que le pague renta.**
icas mujeres deshonestas,
que vivan en el mejor sitio
ic que rige los tormentos
) mayor lunio á la calle
este lugar, y esto se calle?
> allá fuera de la corte,
despeñadas de sus vicios
'rancos y despeñaderos,
ido está apestada alguna casa
iuelen cuando no se abrasa.
es religiosos del Carmelo
in sitio en que labrar palacio
en divina, su Patrona.
viene ¿ la corte una Princesa,
, hace dar casa de aposento^
ise esta casa en su convento.
;n que las tinieblas, señor, vivan
a Puerta que del Sol se llama;
una sin mácula María,
^n tendrá más oportuna
iierta del Sol viene la Lunaj
haga á Su Majestad Vuestra llustrisima,
pues es su capellán, ese servicio,
y á Madrid tan honesto beneficio.
Cardenal.
KI celo alabo: pero no conviene
mudar el orden que la corte tiene;
gobiérnese á sí mismo, y no se meta
en ajenos oficios y cuidados,
que Madrid tiene jueces y ministros
que dispongan las cosas que les tocan,
y quien junto esa casa en este puesto
consideró primero lo que hacía,
y yo no pienso variar el uso
con que á Madrid la antigüedad dispuso.
Caballero.
Señor, señor, perdóneme, y advierta
<jue Dios interiormente me está dando
impulsos para que esto se concluya;
la casa del demonio ha de ser suya.
Y si Vuestra llustrisima rehusare
hacer al Carmen santo este servicio,
harélo yo, y echando esas mujeres
desta publicidad una mañana
con teclas y campanas verá el cielo
la casa vil que es casa del Carmelo.
Cardenal.
Pues cuando llegue vuestro atrevimiento
Con indiscreto celo á hacer tal cosa,
quitándoos la cabeza de los hombros
sabré yo dar el pago que merece
quien al Juez superior desobedece. (Vase,)
ESCENA VIH
£1 Caballero db Gkacia, Ricotm y Kisbbrto,
Caballero.
¡Virgen! ^'con la cabeza me amenazan
porque posada os busco? ¡Carmen miol
¿Casa dan al demonio en esta corte
y os la niegan á vos? No lo permita
la devoción que vive en sus vecinos,
l>on la cabeza me han amenazado,
si á su costa no niás quito al demonio
aquesta lonja de sus vicios trato
y casa us doy, comprado habré barato.
Yo haré de suerte que mañana vea
aquesta infame casa convertida
la corte á mi buen celo agradecida.
A hablar voy la Princesa, que yo espero
de su real cristiandad, cuando edifica
monasterios á Dios y á sus Descalzas,
que no permitirá que el suyo tenga
aquí el demonio; yo daré dineros
para que busquen esas desdichadas
otro puerto á sus vicios conveniente
quj no ofenda ios ojos de la gente.
RlCOTE.
Cualquier partido, si las das moneda,
te liarán cuando las saques de su nido,
que por eso se llaman «del partido»,
iQue notable virtudl
^H 376 ^^^^ EL CABALLERO DE OHACIA ^^^B
^" Caballero.
¿Qué interesa en este n-r-r-.r.-^i^B
1 ¡Virgen divina!
^Por qué me encierra í^M
I Como vos tengáis casa erj esia coric,
¿Veis si aprieta el argu.!.. ^H
1 y della se dcsticrre la torpeza.
¿Sabina sola y mujer; ^H
^^_. jqaé importa que me corten la cabeza? iVanst )
yo ausente, afligido y preso, ^|
^^^^^^^^p- ^T r T /
y él liberal y agradable? ^H
No, honor, no puede ser buemj^H
^H ESCENA IX
Armado salió de casa, ^|
^^^P Sale LAMKBkTú, <íe noche.
y yo, ya que no discreto, ^M
por lo menos sospechoso, ^f
^^B Lamkert. a las puertas de mi casa
la palabra y cárcel quiebro ^^
^^h me han traído los recelos
porque esté entero mi honor. ^^
^^H^ del honor, que anda por mi
Desatinado y travieso ,
^^^^^ animando atrevimientos.
he sido, mas siempre honrado;^H
^^^^^1 Dióme la suya por cárcel
nu ha de ser mí hermana el Pt^M
^^^^^B la justicia i pedímiento
por más que el 010 conquiste ^^
^^^^^p de Paulo Adorno, por quien
de mil ducados, si puedo.
^^H^ he estado hasta agora preso.
Sed en estas puertas escollas, ^J
^^^r Mil ducados por mi pega,
no más que esta noche, celos. ^M
^^^L^ y aunque, obligado, confieso
Gente viene: aquí me encubro.^^
^^^^V la libertad que me ha dado
^^^r y el interis que le debo.
1
^^V si para discursos tristes
ESCENA X ■
^^H ofrece la noche tiempo,
SaUet Cabai lEno dk Guacia.— Lawb» uto CTct»íiB|
^^H de tal noche que mi honor
^^H ios haga en vuestro silencio.
^^H Llegué huyendo de mis vicios
Caball. En el encamado enredo
de palacio no han podido
^^H á Madrid, piadoso cíelo.
hallar puerta hoy mis deseos ^j
^^H sin hacienda v sin ventura.
para hablar á la Prmccsa ^M
^^H y apenas en el me apeo
y dar con su favor medio ^H
^^H cuando las persecuciones,
para el convento del Carmen; ^M
^^H de las desdichas correos,
en balde he gastado el tiempo, ^|
^^H me aposentan en la cárcel;
no me dejaron entrar ^|
^^H que poco importa ir huyendo
interesables porteros; ^M
^^H de su daño el que ignorante
mas habiaréía mañana, ^M
^^H le lleva consigo mcsmo.
aunque ponga impedimentos ■
^^^B porque es alguacil el vicio
la vil deshoncsiidad ^H
^^H que prende á su mismo dueño.
pesarosa de que intento ^|
^^H Pues honor, si Pauto Adorno
ganar para la virtud ^H
^^H^ de mi prí^iún fué p tmero
el presidio del inñ^rno. ^H
^^^^_^ autor, y á instancia de Roma
Ni hallc^ á Rícoie, ni sé ^H
^^^^H| causas me intima y procesos,
las calles por donde ven^o. ^H
^^^^^B es su rigor mi fiscal,
y pienso que me he perdido; ^H
^^^^H interés avariento
llevadme á mi casa, cielos. ^H
^^^^H que me pide desterrado
^^^M
^^^^H mil ducados por lo menos,
^^^^^H
^^^^^1 sospechosa la codicia.
ESCENA XI ^^H
^^^^^B Paulo, ni amigo, ni deudo,
Salt Paulo Acarro.— Dteno*. ^^|
^^^^K ^qué ocasión puede obligaile
^^H
^^^^H á que me suelte tan presto?
Paulo. La obscuridad de la noche ^H
^^^^H Podrá ser que el Cardenal
ampara con su silencio ^H
^^^^^H le escribiese que, no habiendo
mi pretensión amorosa. ^H
^^^^^H de dónde cobre su alcance,
En mi casa está Lamberto, ^H
^^^^H me suelte; fué al fin mi dueño;
Sabma determinada ^H
^^^^H es generoso y ilustre
y yo abrasado, ¿qué espero? ^H
^^^^H prometerme esto y más puedo
Pero gente hay en la calle, ^|
^^^^H de su cristiandad hidalga.
el ofrecido secreto ^M
^^^^H Bien, honor, estoy con eso;
que Sabina me encargó ^M
^^^^^H mas á ser así, decidme:
es bien guardar aqui, quiero ^M
^^^^^H ^'á qué propósito ha hecho
esperar á que se v.iyan. ^H
^^^^^H darme su casa por cárcel.
^H
^^^^H y apacible y lisonjero
^^^^H esta noche solamente,
ESCENA XII ^^M
^^^^^H en su mesa aposento
Satt Sasiua— Dicho». ^^^^^
^^^^^H le mira mi libertad.
^^^^H si por él mañana puedo
Sabina. ¿Si estará mi hermano suelto? ¡i
^^^^H gozar seguro la mía?
(Ay hoaor, á lo que obliga B^
1
^K JORNADA
SEGUNDA 377 ^^B
TKanerc, pues á ofenderos
del honor, sabré por ellos ^^^^|
me fuerzíi! Noche confusa:
si hay firmeza, cuando él da ^^^^|
encubrid al vulgo necio
á la necesidad torr«ento. ^^^H
los peligros de mi fama.
LAMBEBT.¿Que mis torpes desatinos ^H
Si es Paulo Adorno el que veo
en este trance hayan puesto ^^^H
abridle, honra, que en la calle
á mi hermana? ¿Y que su honor ^^^H
el recato corre riesgo.
haga la torpeza empeño? ^^^H
¡Ay infelice Sabinal
¡Vive Dios, villano amante, ^^^H
¡Ay desdichado Lamberlo!
si á sus honrados deseos ^^^H
¡Ay ofendido Conrado!
no correspondes cortés, ^^^^|
IlLL.
¿Qué escucho? ¡válgame el cielo!
que he de travesarte el pechol ^^^^|
¿Lamberlo y Sabina aquí,
Caball, Sabina: si no me abris ^^^^|
y Conrado enire lamemos
y á mi amor buscáis rodeos, ^^^H
1
piadosos i tales horas,
haré volver á la cárcel ^H
si son los tres que sospecho?
al punto ai hermano vuestro. ^^^H
NA.
¿Sois Paulo Adorno» señor?
Por saber este suceso
Sabina. En fin: ¿no pueden con vos ^^^H
LLL.
lágrimas, conjuros, ruegos ^^^^|
"
tengo que decir que si.
ni el valor de vuestra sangre? ^^^H
1
Yo soy, señora, ese mesmo.
Entrad, pues, aunque primero ^^^H
Esta es la voz de Sabina.
que ofendáis mi honestidad ^^^H
»EBT. ¡Ay, qué á mi cosía habéis hecho
podrá ser, libre el acero, ^^^H
verdad, honor, mi sospecha!
la fama que tiranizan ^^^^|
LO.
¿Otro Paulo Adorno? Bueno.
vuestros gustos deshonestos, ^^^^|
1
¿Descubriréme? Mas no,
Caball. Abrid la puerta. ^^^H
que asi la palabra quiebro
Paijio. Eso no, ^H
del secreto prometido.
ladrón de honras encubierto; ^^^H
NAejor es que el sufrimiento
que asiste aqui de Sabina ^^^H
aguarde ¿ ver en qué para
el amante verdadero. ^^^H
este disfraz, que tnis celos,
La.mbert. iVillano! Antes que mi hermana ^M
si prosiguiese en su engaño,
agravies, tendrán ejemplo ^H
no dejarán que entre dentro.
en tu muerte los que la honra ^H
HA.
Si Lamberlo está ya libre,
piensan comprar con dineros. ^^^H
'
que lo supongo por cierto,
Caball. Paulo Adorno: sosegaos; ^^^H
en fe de vuestra palabra,
Lamberto, hermano: teneos, ^^^^H
pues sois, en fin, caballero,
que estáis los dos engañados. ^^^H
mostradlo en esta ocasión.
Sabina, Aqui está mi hermano, ¡ay cielos! ^^^H
y vuestra pasión venciendo.
Pal'io. Lamberto supo, sin duda, ^^^^M
obligad prendas del alma
la fuerza de mi amor ciego ^^^^|
sin injuríar las dvl cuerpo.
y á vengar su injuria vino. ^^^H
Vuestra nobleza agraviáis
LA.HBRRT. ¿Quién eres? ^^^H
sí, cual tratante avariento,
Caball. Hermano vuestro: ^^^H
vendéis la necesidad,
el Caballero de Gracia. ^^^H
que mil ducados no es premio
LAMBEItT.¿CÓmO? ^^^^1
equivalente al honor
Pauio. ¿Qué escucho? ¿Otro cnredoF^^^H
que necesitada os vendo.
LAMBEnT.¿Jacobo de Gracia vos? ^^^H
No afrentéis á una casada
¡Hola! sacad luces presto. ^^^H
ni á un marido ausente.
^^^^H
^LL.
¡Cielos!
^^^H
No en balde aqu! me trujístes;
el perderme os agradezco.
ESCENA XIII ^^U
Sabina es ésta, y si saco
Sale RiCúTE con un hacha. ~í)íchos. ^^^^^M
consecuencias de aquí, á precio
^^^^H
1
de su honor la libertad
RicOTB. Por una hacha fui á mi casa, ^^^|
ha comprado de Lamberto;
y cuando á palacio vuelvo ^^^H
razón será, cuando quito
por mi señor, no le hallo; ^^^H
á la desvergüenza el templo
suspensión del vino temo. ^^^^|
1
de la deshonestidad
Caball. Picote: llega esa luz. ^^^^|
y su casa librar cjuiero,
RicoTE. Topé con él; desde hoy ^^^H
que libre la de mi hermano.
un credo al .Niño perdido. ^^^H
'
¡Miren si he sido yo cuerdo
Lambert. ¿Que he sido digno de veros, ^^^H
<
en no casarme! ¡Óh cruel yugo.
Jacobo, en esta ocasión? ^^^H
de ti libre Dios mi cuello!
Caball. Dad gracias á Dios por ello ^^^H
¿Diré quién soy? Mas mejor
que á ios peligros acude. ^^^^|
es, por que me admita dentro,
Lambert. ¡Qué de ofensas que os he hecho! ^^^H
i
fingirme el interesado
Caball. La que hoy hemos restaurado ^H
1
deste afrentoso concierto.
es razón que ponderemos. ^^^H
1
que, apretando los cordeles
y para que otras se excusen ^^^H
quiero en mi casa leñeros
cun Sabina vuesira hermana.
Lambert. No no? lo debéis.
Caball. Si debo,
pues de perseguirme vos
mi buena suerte intereso.
Yo haré que venga Conrado
libre de Roma, que espero
del Cardenal esto y más.
Y vos, pues os hizo el cielo (-'i P»ulo.)
rico, aprovechad mejor
vuestra hacienda, que el empleo
de los vicios es caudal
que se pierde con su dueño.
Venid por los mil ducados
á mi casa.
Paulo. Yo los suelto,
dándolos por bien empleados,
pues os conozco por ellos.
Cabai.i.. La vergüenza de Sabina
impedirá los deseos
que de verme habrá tenido:
;indad con Dios, caballero,
y con vuestro oro fundad
un mayorazgo en el cielo,
que nu es hazaña de noble
echar sobre el honor censos.
Paulo. Este hombre parece santo. (Vase.)
Caball. Entrad, hermano.
RicoTE. iQué es estol
Esta noche está borracha,
ó yo lo estoy, que es más cierto.
JORNADA TERCERA
ESCENA PRIMERA
Satén Do.-« Cristóbal ob Mora y el Caballrro
CB Gracia con hábito dt Cristo.
Cristúb. tía aumentado la afíción
que á vuesa merced tenía
la nueva prohijación
que á los dos desde este dia
da una patria y profesión.
Ya es portugués adoptivo,
si yo lo soy natural,
ya á mi nación apercibo
con hijo tan principal
valor nuevo.
Caball. Yo recibo
su nuble insignia, señor.
bien que indigno de tal prenda,
con obligación mayor,
pues servirle me encomienda,
si me hace comendador
y el ánimo solicito
que vueseñoria me da
con la Cruz, en que le imito,
que buen ejemplo tendría,
si á sombra suya milito.
Cristób. No s6 si llega su renta
á mil ducados, mas quede
4
"J
desde hoy á mi cargo y
el mejoralle.
Caball. Bien puede
vueseñoria, aunque intenta
mi aumento, descuidar deso
que mucho menos le basta
al estado que profeso.
Cristos. Sé cuan bien su hacienda gasta.
Caball. Si trae la cruz mucho peso
podrá ser que á tropezar
me obligue de tal manen,
que me estorbe su pesar;
cuanto fuese más ligera
será mejor de llevar.
No apetezco mucha hacieod^
la que me dio Monseñor
y la de aquesta Encomiend*
me sobra, y siendo mayor
mi quietud temo que ofend
Cristüb. KI Rey sale con su hermana
la Princesa, mi señora,
Caball. Mi dicha el peligro allana. (Ap*n
^Qué temoi* Hablaréle agora,
pues coD su presencia gana
el favor que he menester.
ESCENA n
Salen tt Ret y ¡a Pbixcbsa, Don Diwao y \
Dtcnos.
Rey. Ya Vuestra Alteza estará
contenía, pues llega i ver
lo que deseado ha
tamos días.
PniNCEs. Por tener
mi Monasterio acabado
y de su fábrica estar
Vuestra Majestad pagado,
puedo á mi ventura dar
el parabién deseado,
y porque con su asistencia
nuestra fiesta ha sido real.
Rey. La Iglesia es por excelencia,
y el comenzado hospital
va conforme el arte y cieoc
Princes. Con esa satisfación
no tendrá la obra defecto,
pues la aprueba el Salomó«i
de España, Key y Arquitecti
gloria de nuestra nación,
3ue el Kscurial, en quien
e Jerusalén el templo,
que fue milagro del mundo,
le ha de llamar á su ejemplo
nuestro Salomón segundo
(LUfíost ti Csballtro de Grtí
dillas,al Rey.)
Caball. Vuestra .Majestad, señor,
castigue en mí un desacato,
hecho con poco recato,
aunque digno de loor.
Junto á la calle Mayor
por donde el concurso pasa
de su Corte, tenían casa
las mujeres mis perdidas
de Madrid, con cuyas ñdis
I
^^^^B JORNADA
FERCERA ^y^^^^^^B
^^HRmtyor virtud se abrasa.
Allí á su regalo asuto ^^^^M
^^PSuplíqué á su Presidente
mientras fuerza y salud cobra. ^^^^|
^^" de Casiilifl que mudase
PittNCES. No sólo en hábito, en obra ^^^^H
■ aquella gente y la echase
sois caballero de Cristo; ^^^^|
I á otra parte más decente,
el celo que en vos he visto ^^^^^f
1 y que e\ Carmen excelente
es bien, Jacobo, que aliente; ^^^^|
1 fundase allí, y la esperanza
quien sustenta tanta gcnie ^^^^|
I de tan piadosa mudanza
^^ diese á Dios, con dicha inmensa.
los gastos tendrá doblados. ^^^H
jHola! dadle mil ducados. ^^^H
^^^^asa en que vivió la ofensa
C\BAi L. «Otros mil? K\ cielo aumente ^^^H
^^Vjr ya vive su alabanza.
la católica virtud ^^^^|
^^Hlespondió con aspereza
con que España se está honrando. ^^^H
^^^que si la devoción mía
PüiNces. Encomendadme á Dios, que ando ^H
■ novedad alguna hacia
muy quebrada de salud. ^^|
^ peligraba mi cabeza.
Caball. Como mi solicitud ^^M
^^^Pero yo, que la torpeza
lo que le falte asegure, ^^^H
^^Hde aquesta gente mundana
^qué habrá que yo no procure ^^^H
^^niborrezco, una mañana
para que su vida aumente^ ^^^^|
^^■bospedar ¿ Dios dispuse,
Mas Vuestra Alteza, ¿qué siente? ^^^H
^^ desterré al demonio y puse
podrá ser que yo la cure. ^^^H
celdas, iglesia y campana.
Princes. Con oraciones sí haréis. ^^^H
tlolgóse la vecindad
Caball. Dígame esto Vuestra .Mteza. ^^^H
libre de aquel vituperio.
Princes. De estómago y de cabeza ^^^^|
ya es del Carmen monasterio
mil dolores, que podréis ^^^H
el de la sensualidad.
remediar si instancia hacéis ^^^H
Si esto Vuestra Majestad,
^^^1
siendo tan cristiano y fiel,
CABALf.. Valgo para eso ^^^H
(Saca un cordtl.)
poco, y aunque no profeso ^^^^M
juzga por culpa, el cordel
medicina, una receta ^^^^^^M
desde ayer traigo conmigo,
tengo yo santa y discreta, ^^^^^H
para que me de el castigo
á quien debo vida y seso. ^^^^^|
que he merecido con el.
Ciando en Bolonia estudiaba, ^^^^|
ES. Vuestra Majestad le haga
de suerte me perseguía ^^^H
merced, porque es cosa mía.
ese dolor cada día, ^^^H
Devota es vuestra osadía;
que por muerto me dejaba: ^^^H
no es justo que se deshaga
el médico me mandaba ^^^H
casa de quien Dios se paga
beber vino, si mi vida ^^^^|
y al vicio se pone freno.
estimaba, consumida ^H
Vuestro celo ha sido bueno,
con el estudio y cuidado, ^H
y aunque el Carmen en tal cabo
mi estómago delicado, ^^ñ
está bien, el hecho alabo.
el agua, y poca comida. ^^^^1
las circ unsiancias condeno. < v^**-)
Pero nunca Dios permita l^^^l
^
que el vino haga en mí sosiego^ ^^^H
^M
tocar en el alma á fuego ^^^^|
^V ESCENA III
ni su vecindad admita. ^^^H
Diciioa, menoi ti Ret.
Ibame al agua bendita, ^^M
imirc que extraña simpleza! ^H
.L. ¡Qué compendiosa sentencia!
y prometo á Vuestra Alteza ^H
qué cristiana conclusión!
bien le llaman Salomón
que las pilas agotaba ^H
bebiéndola, y me aliviaba ^H
en la justicia y clemencia:
el estómago y cabeza. ^H
prospere Dios tal prudencia.
ES. En im: me habéis imitado;
Desde entonces hasta agora ^H
no he sabido qué es dolor; ^^^H
un Monasterio he fundado
no hay medicina mejor ^^^H
y otro al Carmen dedicáis,
que agua bendita, señora. ^^^H
como un hospital hagáis
Princes. Quien vuestra virtud ignora ^^^H
me habréis en lodo igualado.
juzgara por desatino ^^^^|
.L. No puedo yo ser igual
lo que el cielo á daros vino: ^^^H
á hazañas tan excelentes.
á ser mi fe cual la vuestra ^^^H
aunque á los convalecientes
hiciera en mi salud muestra ^^^H
también he dado hospital.
ese remedio divino. ^^^^|
La calle de Fucncarral
Con la sagrada divisa ^^^^|
se honra con esta obra plaj
de Cristus honrado estáis, ^^^^|
^- flaca la gente salla
si es que servirme gustáis, ^^^H
^^■'enferma y para volver.
Jacobo, ordenaos de Misa, ^H
^^P gran señora, ¿ recaer.
pues vuestra virtud me avisa ^^^H
■ ^ de qué cu ra líos ser v la P
que con tan divino oñcio ^^^H
38o
F.L CABALLEPO DE GRACIA
daréis de quien sois indicio,
mi capellán os haré.
Caball. Vuestra Alteza en mi no ve...
PfttNCEs. Hacedmc aqueste servicio.
(Vanse todot. tino es el Ciballcro )
ESCENA IV
íil Caballkko &c Gracm, tolo.
¿Yo sacerdote jmi Dios!
con suficiencia tan poca?
¿Yo señor de vuestra boca?
¿Cristo de mi boca, Vos?
¿Tanta amistad en los dos
que, á mi palabra obediente,
tjajáis, siendo Omnipotente,
cuando en el ciclo asistís?
Mi Dios, si desto os servís
haccdme vos suficiente. iVait.)
ESCENA V
SaUn FiSBBKTO y Ricotx.
FlSBEBTO.
Mil ducados que ha dado la Princesa
para ayuda de costa á vuestro dueño
os dejo en casa.
RfCOTE. "
Buena mosca es esa;
mas ¿qué importa, si es número pequeño
cuanto tesoro de Indias interesa
el Rey para sus gastos? Yo os empeño
mi palabra que dure poco en casa,
aunque comemos con medida y tasa.
Ha hecho un hospital y en él sustenta
tantos convalecientes que es espanto;
ochocientos ducados que le renta
la Encomienda no bastan para tanto,
á un pobre caballero que aquí interna
un mayorazgo, de su celo santo
ayudado socorre la pobreza.
FiSBKRTO.
Lastima más si cae sobre nobleza.
RlCOTK.
Ayer hizo vender toda su plata
y di¿) á una mujer noble el precio della
para dote de una hija, porque trata
de empeñar su hermosura ú de vendella.
FíSBERTO.
Es la necesidad madrastra innraia,
no es en la coiie la primer doncella
que á falta de otras joyas su honra vende.
RlCOTE.
¡Plegué á Dios que después no la remiende!
FiSBERTO.
Vos tenéis un señor bien diferente
de los que agora se usan en España,
dalde esa cantidad y adiós. (Kak.)
ESCENA VI
RlCOTKf o/o
¡Que ioicAU'''
traerme al retortero una picanal
¡Válgate el diablo, amor impeniocn
¿Una fregona á mí, una telaraña
me ha de coger cual mosca en su gi
Sirviendo á un santo amir es gran á
¡Ay si lo sabe, pobre de Ricote,
tras un sermón habrá despedimienlol
¿Que tenga yo por amo á urj virgin
y me tiente ínesille? No consícnlü;
emplee amor en otros su virote.
Mas, ¡ay Inésl no pidas casamiento
y friega en este pecho tu retrato,
de tu esperanza apetecible plato.
Esto de Inés, ¿qué voluntad no índ
Hay otros nombres ásperos: Olalla;
ola en mujer, borrascas adivina;
Dominga, que el domingo han de guardill
Poíonia está sin dientes; Catalina,
empezando por cala han de catalla
cuantos llegaren; pero Inés, ¡qué agrado!
|Ay Diosl ¿qué haré que estoy inenesadu?
ESCENA VII
Sal* tt Caiallkko db Gkacia. — Rt
CABAtUERO.
Extraña confusión me habéis causa^l
católica Princesa. ¡Sacerdote
un pecador de crímenes cargado!
¿De Oza no temo el riguroso azote?
Si muere, porque el arca toca osado^
¿he de tocar yo á Dios?
Ricote.
Señor.
Caballero.
Ricoie.
RtCOTE.
Mil ducados te envia la Princesa.
Caballero.
Déjame solo.
Ricote.
Inés, mi alma es Inesa.
CxBALr.ERO.
Los ángeles sin diezmo han alcanza
la dignidad del sacerdocio eterno;
San Francisco, que fué vuestro Irasll
no se atrevió á ordenar humilde y lieroo.
Cortóse el dedo Marcos, con que ha i'
i la fe su Evangelio y el gobierno
sacerdotal rehusó, valiendo laoio.
¡y osaré tocar yo vuestro Altar saní
ESCENA VIIÍ
Saítn un CxtirÍM y Ko*a«ro.
Capitán.
Pretender en la corte &in dinero,
alegando papeles y servicios.
JORNADA TERCERA
38l
r fruía y flores por Enero,
!o el interés alcanza oficios,
i el ser capitán, ni caballero,
Flandes hazañosos eiercicios
para alcanzar lo que pretendo;
za, á vuestra industria me encomiendo,
f Roberto, vive una casada
n extremo, su marido ausente.
Roberto.
lira necesidad es extremada,
Khe á nuestro intento conveniente.
Capitán.
ímos encubiertos, que, negada,
i joyas gozarnos no consieiiie,
ellas perderá vida y belleza.
Roberto.
infame rigor nuestra pobreza.
Lll. ¡Oh cruel necesidad!
¡que la falta de dinero
obligue asi á un caballero
á ofender su calidadl
Quitar quiero la ocasión
que le ofrece su pobreza
y socorrer la nobleza
que desdora su opinión.
Caballero: yo he sabido
que en la corle pretendéis
los cargos que merecéis
porque al Bey habéis servido
valerosamente en Flandes
contra su gente enemiga;
la necesidad obliga
á emprender delitos grandes.
Tomad estos cien escudos
por hacerme á mi merced,
y en gastándolos, volved
por más, que ellos cual yo, mudos,
socorrerán con larfuueza
el aprieto con que estáis,
^^1 y aquí, ya que allá la honráis,
^^P no afrentéis vuestra nobleza
^^" poniendo cosas por obra
I que injurien vuestro valor,
I porque, perdido el honor,
I ó tarde ó nunca se cobra.
f {Dáselas.)
tktt. Dios en mi remedio toca^
aquestos labios cristianos
con el socorro en las manos
con el consejo en la boca,
remedio de mi desgracia,
<'quién mi dicha en ti apercibe?
Andad con Dios, que aquí vive
el Caballero de Gracia.
An. Gracias doy agradecido
á tan hidalgo valor.
Volvamos por vos, honor,
que os tuve casi perdido,
y al que os socorre de gracia
sin tener de mí noticia,
llamad de hoy por justicia
el Caballero de Gracia. (Vanie.)
ESCENA IX
El Cabali f.ko ur Gracia, tolo.
Agora importa «visar
que con cuidado defienda
su honra, casa y hacienda,
la que ocasión pudo dar
á roba) la á este soldado,
que al pobre con opinión
hace agresor la ocasión
y la ocasión al pecado.
Pero, mi Dios, declarad
las dudas que mi alma tiene:
mandado me han que me ordene;
temo desia dignidad
la pureza que procura
llegar cada día, mi Dios,
á vuestro altar. Si con Vos
el alma más limpia y pura
es inmunda y pecadora,
,;quién no tiembla? ¿Qué señor,
aunque tenga más amor
á quien le sirve y adora,
si ve que con faltas llega
descompuesto y mal vestido,
no le echa de si ofendido
y su presencia le niega?
Pues si nada se os esconde,
si caláis los pensamientos,
si medfs los elementos,
si no hay parte ó lugar donde
de Vos puedan los humanos
sus defectos esconder,
¿cómo os osaré tener
en mis atrevidas manos?
Al santo Papa León
primero, que en Roma un dia
con mil ansias os pedía
de sus culpas remisión,
vuestra piedad satisfizo
diciendo que perdonados
estaban ya sus pecados,
fuera de'aquellos que hizo
en ordenar sacerdotes
sin virtud ni suficiencia.
Y volvió á hacer penitencia
por excusar los azotes
de vuestra ira; pues, Señor,
si á quien indignos ordena
dilata para más pena
el perdón vuestro rigor,
¿qué haréis al mismo ordenado
que el sánela sanctorum toca
con las manos y la boca
y del cielo os ha abajado?
Vos sabéis lo que deseo
el ordenarme, Señor,
que es propiedad del amor
cuyas llamas en mí veo
juntarse á la cosa amada,
y como os amo, querría
mcorporar cada dia
mi alma en vos abrasada
con la vuestra, pues con Vos
junto, en fe de que os adoro
mi ser realzo y mejoro
haciéndome de hombre Dios.
No os indigne que mi pecho
os busque, que es naiural
el pretender cada cual.
Cristo mío, su provecho.
Decidme, por que no pene,
con qué más os serviré,
¡con que en este estado esté,
mi Dios, 6 con que me ordenel
ESCENA X
Salí un PisTOB.— DiCMO.
PiNTOP. Por saber que es tan curioso
vuesa merced, y que estima
pinturas, sí las anima
algún pintor valeroso,
para su oratorio tengo
aquí dos cuadros de mano
del celebrado Pinciano.
Caball. Con pinturas me entretengo;
veamos qué tales son.
Pintor. F'or ser nuevo el pensamiento
désta, ha de dalle contento
y animar su devoción.
Ésta es de Nuestra Señora,
que en fe de la reverencia
que tenía á la presencia
de un sacerdote, á la hora
que le via, se postraba,
aunque Madre de Dios es,
y en levantando él los pies
sus impresiones besaba,
que asi María acredita
á quien da á Dios en sustento.
Escribe este pensamiento
San Dionisio Areopaguita,
y es digno de que se note
y á espantar el mundo venga,
que á \n Madre de Dios tenga
a sus pies un sacerdote.
Caball. ¡Válgame Dios y qué á punto,
en castigo de mi mengua,
hace el cielo un pincel lengua,
y con aqueste trasunto
corrige el atrevimiento
que de ordenarme he tenido!
Angeles que habéis servido
á Dios de escabel y asiento,
y en honra de las bellezas
de vuestras jerarquías santas,
ponéis debajo las plantas
de María las cabezas;
<'cómo espanto no os provoca
que donde pone los pies
un sacerdote, después
ponga Marta su boca?
La que es en la gracia una,
la que pisa serafines,
guarneciendo sus chapines,
por ser de plata, la luna;
¿esa la tierra guarnece
con su boca, que ha pisado
d sacerdotal estado?
¿No tiembla, no se estremece
el que ordenarse porfía,
encargándose de andar
pasos que puedan bcsi
después labios de Matii
¿Deque es esotra.**
Pintor. Esta es
del Redentor cuando estaba
de rodillas, y lavaba
al falso Judas los pies.
Caball. Con eso crecen mis dudas:
¿córao, Omnipotente Dios,
Eor qué ha de ordenarse Vos]
esando los pies de Judas?
¿Del hombre más atrevido,
más desleal, más traidor,
de quien le fuera mejor,
mi Dios, nunca haber nacid
¿vuestra boca en los pies fi<
ponéis, que os han hecho g
que están con el polvo y üt
que pisó yendo á venderos?
Si lo hacéis por que después
se hade ordenar Jesús, bueno,
y yo también si me ordeno M
os he de ver á mis pies, S
aunque excuse lo que medí"
en el altar por serviros,
no lo haré, por no deciros
lo que al lavárselos Pedro.
Perdóneme la Princesa
y mis deseos mal seguros,
que han de ser los pies moy|
que Cristo regala y besa,
Y él esos cuadros me lleve
á mi Oratorio, y después
concertaremos lo que es,
dando lo que se le debe.
PiNTOP. Kste hombre essm duda
grande virtud he en él visto.
Caball. ¿Que un sacerdote de Cristo
con vos. Señor, pueda ttnio
Sí del talento quedáis
y de la merced que hacéis»
libros de caja tenéis
y estrecha cuenta tomáis
y yo á pagaros no basto,
favor que es tan excesivo,
¿qué mucho deje el recibo
teniendo alcance del gasto?
Juzgádome ha insuficiente
el temor que en mi se espai
ESCENA XI
Salen Don lu*>i y Dos» Diko».— Dic
Juan, ¿Qué Rodrigo Vázquez Je
salió en íin por Presidente?
Diego. Presidente es de Castill».
Juan. ¿Que un letrado el mun<ioi
cargo que es digno de un Gi
de España, la primer silla
un jurista?
Dieoo. Aunque se asor
de un Presidente el poder,
si un ángel no lo ha de ser,]
forzoso es el sello un homl
^^^^^m^
TERCFRA 383^^^^H
^ET^\Sl un ángel no lo ha de ser
sermón y despedimienio ^^^^M
^ forzoso es el sello un hombre!,..»
velle en un pie como grulla, ^^^^|
^^^ Esto se dice en mi nombre,
que si vidas apetece ^^^H
^^V «Ima, dejad de temer.
bodas tendremos después. ^^M
Bien es que el misterio note
Inés. ¿Qu^ ^^ casarás.'' ^^M
que mi fe vino á animar,
Ricotb. Si, Inés. ^^M
no puede un ángel gozar
In¿s. Júralo una vez. ^^^^M
el cargo de sacerdote.
RicoTE. Y trece; ^^^^|
Hombre es fuerza que ejercite
pero no ha de ser pesada, ^^^^|
tan suprema dignidad,
que cantará si me hechiza ^^^^|
de nuestra fragilidad
con Monsieur de la Paliza, ^^^^H
Dios tocarte en pan permite.
Mi poco ánimo condeno,
«la bella malmaridada». íEntratt.) ^^|
Esto está como ha de estar, ^^^^|
fe santa, alcntadle vos,
cuésleme lo que me cueste; ^^^^H
que el estar siempre con Dios
mi amo antes que se acueste ^^^^^
me obligará á ser más bueno.
las puertas hace cerrar. ^^^^|
Ayudada su eficacia.
Mas ya está la ganga en casa, ^^^^|
si me da su gracia y fe.
perdone su devoción, ^^^^|
llamarme mejor podr¿
que no es mucho un refregón, ^^^H
el Caballero de Gracia.
pues si rizna, luego pasa. ^^^^H
Ya de sacerdote el nombre
Coja yo vuestro cabello, ^^^^H
amo. pues liego á saber.
ocasión, que si la dama ^^^^|
si un ángel no lo ha de ser.
Iglesia después se llama, ^^^^|
qae es forzoso sello un hombre.
yo negativo y á ello. ^^^^|
^B ESCt:NA Xtl
ESCENA XIII ^^H
Sait \aeicon mantellina, y Ricotb.
^^^^^1
Salí El Caballero di Gracia / Pisbxhto.— RicoTr.^^^^^|
rE. Inesilla, tu hermosura
^^^^^M
es el hechizo español,
Cabalu. Pues los clérigos menores ^^|
y siendo tu cara el sol
á la corte á fundar vienen, ^^M
no hay contigo noche obscura.
y como muebles no tienen, ^^M
Ella y el diablo me tienta.
ni dineros, ni favores, ^^M
tu amor vinoso me abrasa.
mil ducados que me ha dado ^H
Aunque me eche de su casa
la Princesa mi señora, ^^^H
mi señor y hagamos cuenta.
podrán cumplir por agota ^^^^|
tu belleza he de gozar i
mi deseo y su cuidado. ^^^^H
esta noche á letra vista,
Compren un sitio con ellos, ^^^^|
y siendo amor organista,
que hacia el Prado estarán bien, ^^^^|
tus teclas ha de tocar.
y mientras labran, estén ^^^H
Éntrate en este aposento, f
en mi casa, que en tenellos, ^^M
^^m recámara de un lacayo,
Fisberto, en mi compañía, ^^|
^^H q^ue en tu abril busca su mayo.
gozaré la bendición ^^H
^■^ bn no habiendo casamiento
que Dios echó á Obededón. ^^^^ñ
no aguarde manifatura.
RtcoTE. |L'n convento cada día! ^^^^|
'E. Ya empiezas á congojarme:
^Qué hacienda basta y caudal.^ ^^^^|
¡que no pueda yo librarme
El Carmen fundaste ayer, ^^^^|
de los asaltos de un cural
No has acabado de hacer ^^^^|
Si bebo, un cura bautiza.
á los pobres hospital ^^^^H
ó por decilio mejor,
en que después convalezcan, ^^^^|
un tabernero el licor
^y ya quieres dar posada ^^H
con que N'oé se autoriza.
á toda una clerigada ^^M
Si salir de noche intento
en lu casa.^ Aunque merezcan ^H
entre su tiniebla escura,
todo eso y más, ..quién te mete, ^H
luego topo con un cura
señor, en tantos extremos, ^^M
que va á dar el Sacramento.
ni en casa cómo podremos ^^|
Si duermo, un cura soñado
caber con tanto boncter* ^H
q^uc me descomulgue topo;
Caball. Pluguiera á Dios que pudiera ^H
SI entro en la iglesia, el hisopo
como el gusto lo acomoda, ^^M
está de un cura agarrado.
hacer yo una corte toda ^^^H
Un cura, si no me caso.
de Religiosos. ^^^^M
impedirme á Inés procura;
RtcoTE. Y hubiera ^^^^|
en signo naci de cura.
mucho que ver en Castilla, ^^^H
pues los topo á cada paso.
Entre, y no se me rebulla,
:)ues en fe de aqucsa ley, ^^M
lubicra Je andar el Rey ^^M
que hay si la ven al momcnlo,
con bonete ó con capilla. ^^M
^^^ 384
EL CABALLÉ
DE ^^^^H
^^B Caball.
Llevadlos ese dinero,
Caball. ¡Jesús! ¿Deshoneslidadc«^^^B
^^H
y mañana á vivir vengan
tn mi casa? ^H
^^^B
á mi casa, donde tengan
^^M
^B^
hospedaje, que, pues quiero
ser clérigo, en compañía
ESCENA XVI ^M
^^^■i
de los que clérigos son
Sale LAMKeKTo— Dichos. ^H
^
Menores, su perfección
^^^v
dará materia á la mia;
Lambert. ¿Qué es aquest^H
^^^F
ve tú también con Fisberto.
Caball. Oh Lamberlo, deshonesto ^H
W RlCOTE.
Mas quedo con mi ocasión:
Picote... ^H
■
ciégamele San Anión,
Inés. Hablando verdades^^H
K
que si la topa soy muerto. {Vantt.)
no ha habido hasta agora o^H
Lambert. Pues ¿qué es lo que habla ^^|
^^k
ESCENA XIV
Caball. Llevadme aquesta mujer ^^M
á la galera. ^H
^^H
El Caballero db Gracia, so/o.
Inés. ¡Ay cuitada! ^H
Caball. Llevadla. ^H
^^^^^1
Dinero: echándoos de casa
In¿s. ¿Yo galeota? ^H
^^^^^K
echo della al enemigo.
¡Señor, duélante mis qucja^^H
^^^^^H
j á la avaricia castigo
que diz que rapan las ccjas,^^
^^^^^^H
misera, necia y escasa.
y allí una cómitra azota j
^^^^^B'
Mi Dios: pues sois Rey, razón
hasta que se cansa! ^m
^^^^^^H
es que en la corte viváis.
Cabalu Ansí ^H
^^^^^H
y en muchas casas tengáis
no ofenderéis á Dios mis. ^^
^^^^^H
religiosa habitación.
Inés. Si agora perdón me das, ]
^^^^^H
[Ojalá que yo pudiera
yo os prometo desde aqui ^^
^^^^^^H
en estas ocupaciones
ser un ánima de Dios, ^H
^^^^^^H
traer cuantas religiones
una santa Catalina. ^^
^^^^^H
os sirven, por que viviera
Caball. Lamberto: haced que Sabina
^^^^^H
satisfecha la codicia
la tenga encerrada, y vos ^J
^^^^^^H
que alienta mi devoción.
cuidad también de guard«II^^H
^^^^^H
porque las Ordenes son
hasta que busquemos med^^|
^^^^^^H
tercios de vuestra milicia.
con que la demos remedio. ^H
^^^^^H
Sin dineros me he quedado
Inés. ¿Encerrarme? Más malalla.^H
^^^^^H
aun para la costa corta
Caball. ¿Casarcisos? ^H
^^^^^^H
de mi casa, mas ¿qué importa?
Inés. h'so si. ^H
^^^^^H
jcon Dios no los he gastado.**
El nos dará de cenar.
Caball. Pues sed vos mujer de bien, 1
^^^^^H
que yo haré que dote os den. J
^^^^^H
que no es deudor avariento.
Ea, llevadla, ^M
^^^^^^B
Pasos parece que siento.
Lambkrt. Venl. ^H
^^^^^1
¿Quién pudo adentro quedar,
Inés. El verá qué bien apruebo ^H
^^^^^H
si ílicoie fuera está
como casamientos haya. ^H
^^^^^^H
y en su compañia sola
Caball. Tened cuenta no se os vayA^H
^^^^^H
vine? ¿Quién puede ser? ¡Hola!
Lambert. A casa, hermano, la llevo.' (i|^|
^H
jquién anda ahí? Salga acá.
ESCENA XVlf W
^^^H
ESCENA XV
El CABALtaNO oh Ghacu, jo/o. I
^^^H
Sal* Ixis. — DtCMÍ».
Que tenía en opinión ^H
^^MKiés.
Ya salen, iválanos Dios!
yo á Picote de virtuoso, ^H
^^^V CAflAUL.
¿Qué es esto?
mas siempre es diftcultoso ^H
^H
Una mujer es
conocer un corazón. ^H
^^^V
que no es nadie.
Va os entiendo, torpe vicio. ^H
^^H Caball.
¿Quién?
que, como entrada no halll^H
^^H
Inés.
en mi casa, os contentáis ^H
^^H Caball.
Pues ¿qué buscáis aquí vos?
con el más frágil resquicio ^H
^H
Buscaba á mi matrimonio,
de un criado, que el caStíUo^H
^^H
que es Picote.
de más defensa y poder ^H
^^H Cabail.
¿Para qué
tal vez se suele perder ^H
^^H
le buscáis" vos?
por el más f^aco portillo, ^^ñ
^H
Ya lo vé;
Sin luz quiero aqui cspertrl^H
^^^H
engañónos el demonio.
que no acabo de creef ^H
^^^m Caball.
¿Pues esta con vos casado?
sino que aquesta mujer ^H
^H
No, señor; pero podía.
entró aquí para engañarle:^^|
^^H
¿Hay tan gran bellaqueria?
sabré á obscuras lo que P*)^H
^^m
Trátele bien^quc es honrado.
1 cuando la vuelva é buscar, ^H
^^^^^^ JORNADA. TERCKRA.
385 ^%
^^7 un inslanle no ha de estar
RlCOTE.
Pues qué, ¿hay ya despedidura? ^^m
si es que la trujo á mi casa,
¿Es por Inés por ventura? ^^H
que de la torpeza ciega
Si la mírase jamás ^^H
rehuso la vecindad.
un basilisco me mire. ^^H
y la deshonestidad
Cabai.l.
No me repliquéis, salid; ^^H
es contagio que se pega.
buscad señor en Madrid ^^H
á quien servir. ^^H
^^K
RiCOTE.
No se admire ^^H
H ESCENA XVIII
de cosas, vuesamerced, ^^H
^^B Satt RicoTB.^Diciio.
humanas. ^^H
■
Caball.
¿Cómo no is? ^^H
r. De la mitad del camino
RlCOTE.
Sí á la Red de San Luis ^^H
vuelve el temor mis pies.
vivimos y en una red ^^H
^Krecelando que mi Inés
pesca el demonio por uso ^^^H
^Vtope mi medio Teatino.
tanto perdido mancebo, S
"I terrado en su sala está.
¿qué se espanta si por cebo ^^H
porque á la quietud se inclina.
una merluza me puso ^^H
y SI no se disciplina,
que picase en el anzuelo? ^^H
ó contempla ó rezará.
Cabai.l.
Idos, Que os haré llevar ^^H
la ^^H
Aquí mi virtud quedó,
el diablo me precipita.—
RlCOTE.
Perdonar ^^H
¿Inés; oyes, Inesiia,
los pecados manda el cielo. ^^H
amores, si se durmió?
¡Duélase de un pecadur ^^H
L. .jHay tal cosa, que en travieso
^^H
haya dado aqueste loco?
Caball.
Sois deshonesto. ^^H
P. basta ya la burla un poco.
RlCOTE.
Si se ha enojado por esto ^^H
Inés, aquí está tu hueso.
yo me caparé, señor. ^^H
,L. ¡Jesús, qué hombre tan perdido!
Caball.
^H
i. ¿Inés, fregoncilla mía?
RlCOTE.
Iránse importunas ^^^|
Vo soy; el diablo sería.
tentaciones desde hoy; ^^H
Inés, que ic hubieses ¡do.
escarmiento, pues me voy ^^H
Ya está mi amo santurrón.
despedido y en ayunas. {Vau.) ^^H
^K6 rezando, ó acostado,
^^^H
^Htnira que estoy rematado;
^^^áblame, mi corazón.
-^^^H
ESCENA XX ^H
^K) está durmiendo ó se fué.
Sale
fl C.AriiíM.—Eí Caballbmo ob GHACtA. ^^H
Hhroy por luz para sabello. (Vast)
^P^o lo creyera á no vello.
Capitán
. Fn fe. señor, de la ayuda ^^M
^^ ¡Cielos, que en mi casa esté
que no ha mucho que me hicistes, ^^M
hombre de tales costumbres!
cuando mi honor socorrisies, 1
^■Dcspediréle al momento.
es fuerza que agora acuda ^^M
á ejecutar lu palabra ^^H
que á mi pobreza habéis dado; ^^H
en Ñapóles he alcanzado, ^^H
H ESCENA XtX
^V Sale RicoTK con una tu r
que en ñn la paciencia labra ^^H
de la justicia os pechos ^^H
w
BrMucho, Inés, tus burlas siento;
la conducta que pedí, ^^H
basten ya las pesadumbres;
y para salir de aqu! ^^H
habíame, ¡cuerpo de Cristol
y pagar los gastos hechos, ^^H
que no hay temer embarazos;
fuera de la cantidad ^^H
fregona, dadme esos brazos.
que me distes, v vos debo, ^^H
¡Ay, Jesús, qué es lo que he vistol
culpad, si veis que me atrevo, ^^H
|En las brasas hemos dado!
mi muda necesidad, ^^H
¡Oh quién no hubiera nacido!
otros doscientos ducados; ^^H
u ¿Qué buscáis aquí?
sí me los dais, entended ^^H
^L He perdido,
Hporque el rosario he auebrado,
unas cuentas por aquí.
que excusáis con tal merced ^^H
atrevimientos soldados; ^^H
que, con algún desaliño ^^H
y traje luz para alzallas.
haré, negándolo vos, ^^H
L. Cuentas, que mal podréis dallas
cosa en ofensa de Dios ^^H
de vos.
que remedien mi camino. ^^H
í. Algunas perdí,
Cabai.l.
Iluélgomc que despachado ^^H
y como rezo por ellas
de Madrid salga tan bien, ■
pesadamente le llevo.
y que en Ñapóles le den ^^H
L. Andad, y de lo que os debo
premios de tan buen soldado; ^^H
^iriañana' volved á hacellas;
pero vuesa merced viene ^^H
^Mo estéis en mi casa más.
en coyuntura terrible, ^^1
HtoTAB de tirso de MOLINA. — TOMO II
^
^^1
por agora es imposible
socorrelle, que no tiene
csia casa un soto real;
pcro procure volver
mañana, que podria ser
acuclille.
CArrrÁN. |Pesiaáial!
á mañana, y con podria
me remite; ¡juro á Dios!
3ue he de salir á las dos
e la noche.
Caball. Por un día
no es mucho que se detenga.
Cai'itán. ¡Voto á Diosl que aunque procure
hurlarlo.
CvBALL. Paso, no jure.
Capitán. Pues no me diga que venga
tantas veces, que un hidalgo
de mis prendas y valor
suele...
Caball. Dígame, señor:
^por dicha d¿bole algo?
CAPnks. Débeme mucho si mide
el empacho que me mueve,
porque al noble se le debe
lo que con vergüenza pide.
Mas no importa, que escalando
un par de casas tendré
con que pagar, y me iré
de hipócritas murmurando.
¡Voto á Cristo, que quien ruega
a quien guerras nunca ha visto!
Caball. Pues ^qué culpa tiene Cristo
de lo que un hombre le niega?
Capitán. Es costumbre envejecida.
Caball. Prométame no jurar
por su vida, y le haré dar
l'o que pide.
Capitán. ,;Por mi vida?
jes censo? A queso seria
morirme yo.
Caball. ¿Y por un año?
Capitán. Es un siglo.
Caball. iVtcio exirañot
¿Un mes?
Capitán. Tampoco.
Cabai.i.. ¿y un dia?
Capitán. Por un día, aunque es tormento
vaya, yo lo cumpliré.
Cabai-l. ¡Jurarál
Capitán. No juraréj
¡por el Santo Sacramento!
Caball. ;Pucs jura?
Capitán. ' Esto es despedirme
del juramento postrero.
Caball. Vuelva por ese dinero
luego.
Capitán. Tengo de partirme
esta noche.
Caball. Haré empeñar
cuanto tengo.
Capitán. Voy seguro;
mas jvoio...
Carali . ¿Jura?
Capitán. No juro:
¡voto á Dios que iba i votar! {Vast.)
I
Caball. No sé cómo cumplir pueda
lo que tengo prometido
á este soldado añigido
el corlo plazo que queda.
Dentro de un hora vendri
por los docientos ducadus,
y por excusar pecados,
^quc no hallindolos harir
Pur remediaile con ellos ■■
he de buscallos; no hay preJH
mi Dios, que empeñe ni venoü
ni traza para tenellos.
Socorred esta desgracia
y volved. Señor, por mi;
mas .jqué es esto?
ESCENA XXII
Sale un Angkl tu trájt dt cabaii«r9,'
Ángel.
Caball.
.Ángel.
Caball.
Ángel.
Caball.
Ángel.
Caball.
el Caballero de Gracia?
Yo soy el que buscáis.
Cieña persona me envia
á que en alguna obra pía.
de las muchas en que estáis
todo el tiempo entretenido, ^
gastéis docientos ducados H
que os traigo en oro. ^
Cuidados,
el cielo os ha soconido;
no sé con c^ué os satisfaga
la ocasión a que llegáis;
á Dios, señor, los prestáis,
segura tenéis la paga.
{SacA UN litro it*
En este libro apercibo
lo auc yo á pagar no basto, |
en él asiento su gasto
fen él pongo su recibo,
irmad aquí que le dais
esos docientos ducados
á Dios, hidalgo, prestados.
,jPara qué á Dios los cargáis'
si al fin los recibís vos?
Es esta costumbre mía.
Dios, Jacobo, os los envía,
agradecedlos ¿ Dios. ^
{Cátsete la capa y íombrtrp /^M
Ángel.) ^
[Válgame el cielo! ¿Qué es esto?
Desapareció y se fué
el que socorrió mi fe. fl
De su talle, rostro honesto fl
¿será mucho que imagine
que es Ángel vuestro mi Oioif_
mas esto, juzgarlo Vos
cuando yo no determine
la verdad de esta ventuta,
aunque en el tiempo que cor
sólo es Dios el que socorrt
la pobreza á coyuntura.
Buen fiador en Vos he hallad
I
^^^^^^^^ JORNADA
TERCERA 387 W
^^ pues mi palabra cumpli,
volviéndole á recibir ^^^|
y liberal no sufrís
en su servicio y amparo. ^^^|
que se quiebre.
también reduce á Lamberto. ^^^|
y su hacienda y mayorazgo ^^^f
ESCENA XXIII
le restituye y perdona, ^^^^f
por lo que debemos daros ^^^H
las gracias mi hermano y yo. ^^^H
Sflff ti Capitán.— Dicho.
CxBALL. Dadme en albricias los brazos. ^^^H
rÁN. ^Habéis hallado
Lambert. Partirémonos á Roma ^^^H
aquel dinero, señor,
^^^H
porque he de partirme luego?
CA.BALL. A la iglesia vamos ^^^H
J-L. Nunca Dios despreciad ruego
á dalle el pláceme á Dios, ^^^H
de quien le pide favor.
de su divino Vicario, ^^^H
Tomad y pañíes seguro.
que yo, des'pués que en mi casa ^^^|
vuestras deudas socorred;
seguro hospicio haya dado ^^^1
pero haced me á mi merced
á los clérigos Menores ^H
de no jurar.
de virtud espejos claros, ^^^B
tAn. Ya no juro.
pienso partirme ¿ Toledo ^^^1
que, como os tengo por santo.
a ordenarme de Orden santo, ^^^|
si vuestro gusto no sigo,
por que siendo sacerdote ^^^|
temo del cielo el castigo.
tome el cielo con las manos. ^^^H
LL. No es nobleza jurar tanto;
^^^^M
pues sois caballero vos
^^^^H
hablad como caballero.
ESCENA XXV ^^M
'ÁN. Seguir el consejo espero
que me dais. Adiós. (!''«'■)
Sale RicoTB de clirigo menor con un gran bontle. ^^^H
LL. Adiós.
Dichos. ^H
RicoTE. Del ocio y mundo repudio; ^M
no más chanzas y barrancos, ^^H
adiós, Inés fugitiva, ^^^H
ESCENA XXIV
tait Lambbato, Sabina, Fisbehto>- otrot,
Et CAkALtBRO ot Guacia.
ya renuncio tu estropajo. ^^^B
FisBERTO. Ricoier ^qué traje es éste? ^^^|
RicOTE. Este es un traje esquinado ^^^H
lERT. Jacobo, dadnos albricias,
con cuernos que no deshonran; ^^^|
aunque por lo que ganamos
¿no me ven embonetado? ^^^1
que os las demos es más justo;
Pues por mi dicen que dijo ^^^H
ya Juan Bautista Cataño,
nuestro refrán castellano ^^^|
Cardenal de San Marcelo
lo de «á come de bonete». ^^^H
el sumo Pontificado
Cabali.. Huélgome que reformado ^^^H
goza en la romana Silla,
estéis de vida y costumbres. ^^^H
y con el nombre de Urbano
RicoTE. Padre Ricote me llamo. ^^^H
Séptimo tiene en sus hombros
Caball. Vamos á ver la Princesa, ^^^H
1 de toda la Iglesia el cargo.
que no poco se habrá holgado ^H
Por muerte de Sixto Quinto
con la elección acertada ^^^|
todo el Colegio Romano
de Su Santidad. ^^^|
' le adora por vice Dios.
Lambert. Es tanto ^^^|
Ll. jCracias a los cíelos santos!
lo que de este caballero ^H
BRT.EI Cardenal, mi señor,
hay que decir, que lo guardo ^^^M
su sobrino, ha perdonado
para la segunda parte, ^^^H
mis travesuras.
por lo que habéis eslimado ^^^H
ÍA. Y libre
al Caballero de Gracia ^^^H
á vuestra instancia, Conrado,
en Madrid sus cortesanos. ^^^H
^^^^^^^B COMEDIA ^H
Fla romera de santiaq
^H DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA 1
^^^^B PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA (O ^|
^^^^^^^H El Rey Ordoño.
Relox, lacayo. ^^|
^^^^^^^B Infanta.
Conde Gard Kti'-.AMí» /. ^^M
^^^^^^^B Blanca,
Fruei.a. ^^M
^^^^^^^1
Ramikq. ^^I
^^^^^^H
^^H
^^^^^^H
Criados. ^^H
^^^^^^^B
MCstCA. ^H
^^^^^^H El Conde Don LisuAHDo.
■
^B^ JORNADA PRIMERA
cumo el valur mereció
de vuestra heroica persona,
puesto que para papallo
^^^ ESCENA PRFMERA
es poco con tal vasallo
partir. Conde, la corona,
^^B Saltn los ^ue pudiertn de acompañamiento, y ti
y por ver si corresponde
^V i^uMDk r*0N l.isUAKDo, dt camiiK.', y Onooso, Rty dt
la paga al valor igual,
^^L l.tón.y Doña Likoa, Infanta, lu hermana, y siin-
quiero hacer un memorial
^H tanse et R*r y la 1»pamta.
de vuestros servicios, Q>nát,
Cuando el moro de .Navarra,
^m Omuoño. ¿Conde?
en ofensa de León
^ft l.isuARD. ¡Señorl
quiso hacer ostentación
^B Orooño. Escuchad.
lie su persona bizarra,
^H La memoria de los reyes
saliendo yo con la mia
^^h hace asegurar las leves
del .Marte alarbe navarro,
^^L^ del lemor y la lealtad,
al paso, vos tan bi/arro
^^^^K con el premio y el casligo.
anduvisles aquel día
^^^H que son los poíos pur dundc
que nos dimos la baialtt.
^^^H suelen nave^arse, Conde,
que cuerpo á cuerpo ledlsti
^^^^H cs'.os dos mares que digo.
muerte y en luga pusi^les
^^^H Porque la dilinicíón
toda la alarbe canalla;
^^^H de la justicia es i(;ual
y tanta africana luna
^^^H medida, que cada cual
metistcs de esta ocasión
^^^^H con la pena ú f^alardún
arrastrando por León,
^^^H da lo que le toca. Yo
que envidié vuestra fortuna
^^^^H estoy de vos obligado.
más que la de haber nacido
^^^^L y vos no tan bien pagado
Rey, en fin, porque es nU
^^^^^ (I) Figurao adcmáE, Bkrmvdo, FAvitA y PsLATO.
^^^^m JOI^NADA fPIMERA 3^9 ■
^^Empcrio el que da el valor
OpDoÑo. Levántese, I.mda, á dar ^^^|
^V^ue el que en la tierra han tenido
la mano al Conde. ^^^H
' los príncipes que nacieron
Linda. Ocasión ' ^^^1
con la dicha de heredallo;
es, según sus partes son, ^^H
queá tan valiente vasallo
que se pudo granjear ^^^^
Reyes llegar no pudieíon.
á costa de mis deseos. ^^^^
Cuando sobre el feudo entró
LisuARO. Llegar á tanto en tan poco ^^^|
Garci'Fernández, el Conde
me ha de hacer que goce loco ^^^|
de Castilla, hasta adonde
tan soberanos empleos; ^^^H
1 el lisia los pies bañó
^Há sus soberbios caballos,
traición parece que ha sido ^^^|
al gusto y á la ventura. ^^^B
^Hsobre la puente del rio
ÜRooÑo. Vuien pagar, Conde, procura ^^^|
^Vno mostró el romano brío
lo mucho que habéi«: servido, ^^^|
^m de Oracio para esiorballos
de esta suene lo ha de hacer. ^^^|
^^ el paso más valcniia
Vuestro valor os levanta ^^^|
que vos, pues á voces dijo
á la alteza de una Infanta. ^^H
que erais rayo, que erais hijo
LisuARD. Sólo os puede responder, ^^H
del sol, Castilla, aquel dia.
Ordoño, en esta ocasión, ^^^|
^—^ Cuando el moro cordobés
para no caer en mengua, ^^^H
^B las cien doncellas pidió
el silencio, que en la lengua ^^^H
^H que Mauregato le dio.
no hay sentimiento en razón ^^^B
rey infame, vil leonés.
del saber encarecer ^M
y le obligó mi respuesta
tan nunca vistos favores. ^m
á que pusiese en campaña
Oruoño. Si pudieran ser mayores ^f
de la morisma de España
no los dudara de hacer. ^^B
cuanta gente al arco apresta.
|)c la mano Vuestra Alteza, ^^H
a.larpa embraza y empuña,
hermana, al Conde. ^^^B
tanza jineta aprestando
LisuAi>r>. Dejad ^^H
oiro berberisco bando
que imagine que es verdad ^^^B
por la gallega Coruña
tanto bien, tanta grandeza ^^^B
haciendo empeñar el suelo
primero, Ordoño valiente, ^^^H
^H y que el África se asombre.
generoso, heroico y justo, ^^^|
^B ^no levantasies el nombre
porque el gusto como el susto ^^H
^™ de Ordoño segundo al cielo?
puede matar de repente. ^^^H
Si estos los servicios son
del Conde don Lisuardo,
Con mil vidas que perdiera ^^^H
por vos, con que derramara ^^^B
' y hacerle merced aguardo,
de sangre un mar, no bastara ^H
una Infanta de León,
para que comprar pudiera ^^^ñ
legítima hermana mía,
0 menos del bien que aguardo ^^^H
^^ sola los basta á pagar,
tan sin pensallo. ^^H
^H y hoy la mano os he de dar;
Linda. Yo estoy ^^H
^V de más de que merecía
pagqda en saber que soy ^^^H
¥ vuestra sangre este favor,
del Conde don Lisuarde. ^^^|
que no será la primera
lisia es mi mano y con ella ^^^B
que honrar vuestra casa espera.
el alma os rindo también. ^^^H
ARO. A tanta merced, señor.
LisuARD. Si no es sueño tanto bien, ^^H
ni sé responder, ni acierto
loco estoy. Linda más bella ^^^1
á agradecer con rabones;
que el sol en belleza y nombre, ^^H
^H bien que en tales ocasiones
á tanto cristal, á tanto ^^H
^H es cordura el desacierto.
del cielo, y de amor espanto, ^B
^^ Considere Vuestra Alte/a
no hay alma que no se asombre ^^H
lo que propone mejor.
y mil tener estimara ^^H
porque le viene el favor
para ofrecer con la mano ^^^|
muy sobrado á mi nobleza.
á vuestro pie soberano, ^^^|
Dso. Yo tengo considerado.
prodigio de la más rara ^^^|
belleza que ha visto el suelo, ^^^|
Conde, el favor que os he hecho.
y es justicia y es derecho.
de cuya mano divina ^^^^|
razón y razón de listado;
con la mía el alma indina ^^^H
^^ porque á granjear los dos,
mide al sol rayo de hielo; ^^^H
^H Conde, venimos asi:
puesto que en empresa igual ^^^|
^B tanto me conviene á mí
más lince amor, que Dios ciego ^^^|
P como os está bien á vos.
hoy trueca flechas de fuego ^H
i Linda, mi hermana, ha de ser
á cometas de cristal. ^^H
^K vuestra esposa, y dad la mano
Pero, señor, ¿con qué intento ^^^|
^B ^ 1^ Infanta.
si esta merced me intentastes ^^^|
RliD. El soberano
hacer, ponerme mandastcs ^^^H
^ favor rne ha de enloquecer.
de caminoP Un casamiento ^^H
^^^^ 390 LA SANTIAGO ^^^^^^^|
^^^K tan alto, ,:no requería
que en pocos díS^I^^^^M
^^^H }^alas cortesanas, antes
que hay desde a 1*1 hastal^^H
^^^H que cosas que tan dislanies
medirán, poniendo en eltl^H
^^^^1 son para tan grande día
duda al viento si son hijos
^^^^1 como las bota& y espuelas?'
de su propia ligereza.
^^^^B Perdonad, que enig-nas son
En aqueste pliego. Conde,
^^^^H tan notable prevención
va la carta de creencia.
^^^H de caminar, tantas veU'
la instrucción y mi retrato.
^^^^H de plumas en mis criados,
Dadme los brazos y sepa
^^^H tremolando al aire >s,
Ingalalerra por vos
^^^H adonde copiando está
de la Corona leonesa
^^^H la primavera los prados
la grandeza y el valor.
^^^^1 en las j^alas de colores
LisuARD. Perdonara á Vuestra Alteza
^^^^H y á quien el sol hace íiesta.
la merced por la pensión
^^^^H de cuya hermosa floresta
que viene, Ordoño, con ell«.
Si fuera llevando á Linda
^^^H son clarines ruiseñores.
^^^H y tanto apercibimiento
fuera donde el sol no llega.
^^^H como León sale á ver.
adonde trueca en la Libia
^^^H dando, ürdoño, en qué entender
por átomos las arenas;
^^^H al sol, al Abril y al viento.
pero no sé con qué vida,
^^^V y todo tan diferente
con QUé esperanza sin ella
podré llegar donde voy.
^^^^ que obliga á esta admiración.
^H OnDOÑo. No ha sido sin ocasión;
Opdoño. Con el gusto de la vuelta
^H escuchadme atentamente.
la ausencia puede sufrirse.
^^^ Desde el día que tomé
LisuARD. Como el rigor de la ausencia
^^^^ la resolución postrera
primero se ha de pasar,
^^^B de casaros con la Infanta,
es necesario que sea
^^^H mi hermana, con su belleza
el valor más confiado,
^^^^H premiando vuestros servicios,
más valiente la paciencia.
^^^H quise que las bodas nuestras
más sufrida la memoria,
^^^H fuesen en un mismo día,
la esperanza más resuelta;
^^^H para juntar ambas fiestas
mas donde méritos faluo
^^^H y para mostrar el gusto
justo es que haya en recompl
^^^H que yo tengo. Conde, en ellas,
tanto infierno á tanto ciclo,
^^^H porque corramos los dos
á tal gloria tanta pena.
^^^H en el estado parejas;
Ordoño. Esto es tan forzoso. Conde,
^^^H pues para tomarle yo
como veis, que por que fuer»
^^^H fué necesario que hiciera
á esta embajada con mas
^^^^H primero las de mi hermana,
autoridad y grandeza
^^^H que es obligación y es deuda
vuestra persona, he querido
^^^H .con que tos varones nacen;
honraros desla manera,
^^^H y aunque Polonia y Bohemia,
dando primero la mano
^^^H Flandes, Borgoña y Castilla
á la Infanta: de Su Alteza
^^^^B me la han pedido, mds fuerza
US despedid, y adiós. Conde.
^^^^B las obligaciones. Conde,
^^^H que os tengo, me han hecho, y éstas
^^^H con la merced de la Infanta
ESCENA 11
^^^^H aún no quedan satisfechas.
^^^^B Esta es la causa de haberos
Digno», mtnos ti Rit.
^^^^1 mandado con la grandeza
^^^^1 que tenéis, Conde, aprestada.
LisuARD. No tiene valor ni fuerza
^^^H que os pusieseis las espuelas
para tama empresael alma.
^^^H para que, luego que á Linda
Linda. Conde, Dios os guarde y vud
^^^^H la mano dieseis, partiera
^^^^H vuestra persona i tratar
á León con la salud
que, como es razón, desea
^^^^H mis bodas á Ingalalerra
quien ha de ser vuestra €«;i»(
^^^H con Margarita, segunda
f^urque, si es igual la ausenci
^^^H hija de Knrico, tan bella,
entre dos que están amando,
^^^H que la fama pasó el mar
del que parte y del que queda
^^^H hasu León con las nuevas.
partamos los sentimicn'.oi
^^^H para cuyo efecto agora
entre los dos, por que sean,
^^^H en la Coruña os esperan
partidas y acompañadas.
Conde, menores las penas:
^^^B cuatro bajeles, redondos
^^^H escollos que el mar navegan,
que yo os aseguro. Conde, ^
^^^H tan valientes y veloces
que lleváis á Ingalalerra ■
^^^H caballos en la carrera,
un alma que os acompaña, ■
^^^H del campo de las espumas.
tan ñna y tan verdadera ■
^^^^^H JORNADA
PBIMEPA 391
^Hamante, (n fe de la mano
les han dado de barato.
^Hjquc US di. que podréis con ella
aunque algunos se consuelan
^■tener del liempu al pesar
cuando ven los angelitos
^V penas y gustos á medias.
' Y i Dios que os guarde.
pintados, pues con ser esta
gente más honrada que ello<:,
ijio. hisperad,
en cinco mil primaveras
dejad que deje en la esfera
de edad jamás han barbado.
de la nieve de esas manos
LtsuARu. Siempre estás de una manera.
con la boca el alma impresa.
¡üh lo que envidio tu humorl
L f^n el alma queda. Conde,
Rbií)X. También tengo mis tristezas;
l^* donde con íirmeza eterna
también gozo mis pesares;
Hp ha de vivir; Diosos guarde.
también lloro mis ausencias;
[füT Haced. Oriente, esas rejas
también hav Juana y l-ucía,
Marina, AlJonza y Quiteria
para verme partir; nazcan
vuestros dos soles en ellas
de quien despedirse el hon;bre;
1 otra vez, no se me pongan
que llevo de una gallega
tan presto.
en el alma atravesados ^^^m
k. Conde, quien tenga
trece puntos de chinela .^^^^1
menos causa de querer.
que, á estar en un facistol, ^^^^^H
menos razón de estar ciega,
pudieran cantar por ellas ^^^^^H
, atreverse puede á tanto.
1 Permitidme, pues es fuerza
un motete, porque anduvo, ^^^^^H
segijn la apariencia ensena, ^^^^^H
el ausentaros, que escuche
con esta nación de pies ^^^^^|
el mal, y que no le vea,
pródiga naturaleza; ^^^|
y guárdeos Dios. (V«»»)
y no tres puntos, seis puntos... ^^^|
kRD. ' Dios os guarde.
iJesiJsl en unas talegas ^^^|
1 Loco voy, y no me dejan
traigo los pies, y son vainas ^^^|
^Klas mismas ansias partir.
donde el juanete profesa ^^^H
^f {.Mal haya, enemiga ausencia.
tan gran clausura, que obliga ^^^|
^^ quien dé amor te llama olvido
con las meninas tijeras ^^^|
siendo pasión que te aumentas
á la cuchillada en cruz, ^^^|
en la misma privación!
y dice abajo una letra: ^^^|
,
«Aquí mataron á un callo, ^^^|
w
rueguen á doña Teresa ^^^|
^B ESCENA 111
que se calce un punto más, ^^^|
porque desta suerie.tenga ^^H
Astos, di camino eoHji$lti'o.—V)on I.isuarcjo.
su apretado pie en descanso ^^H
de cordobán y de sucia.» ^^^B
|«. No ha de ser mi nurnhuena
Lkiiahd. Keirme has hecho sin gana ^^^B
1^^ la postrera, ¡vive Dios!
de tus disparates. ^^^1
^B Perdone la palaciega
Relux, Pecas ^^^|
^V ceremonia el caminanlo
morialmente contra amor ^^^|
traje de íieltro y libiea
y no has de hallar quien te absuelva. ^M
que á pisar indignamente
¿Sin ganar" jqué groserial ^^H
entre estas salas: y luengas
¡que mgrata correspondencia! ^^^|
edades goce Nusía,
¡qué poca fineza! ,;Cónio ^^^|
vueselencia ó Vuestra Alic/.i
te puede sufrir la tierraP ^^^|
á la Infanta, mi señora.
¡Jesús, Jesús, qué notable ^^^H
que se me ha puesto en la testa
delito! Dios te convierta. ^^^B
que ha de heredar á León,
despojado Jeremías, ^^^f
porque le he visto con muestras
amante de la ley vieja, ^^^H
de impotente al Rey notables.
lleráciilo de los Condes. ^^^H
kRU. ^De que suerte?
Lisi;ard. ¡Ah borracho! ^^^H
«. Es cosa cierta:
Rklox. ¿Quién lo niega? ^^^H
todo lampiño de barba
Lisuapu. Adiós, Linda; adiós, hermoso ^^^H
y bigotes no procrea,
cíelo de amor, pues es tuerza ^M
porque son en el varón
dejaros, que hasta volver H
señales de tortaleza.
el alma en rehenes queda, ^M
como en éstos de templanza,
y adiós, que parto sin alma. <i'aifi ^^^H
y si alguna ve/ engendran
^^^H
en sus cluecos dcsp(is(>rins,
son aves para la Iglesia.
ESCENA IV ^^M
IPD. ,iC«mo?
at. Capones no más
^^^^1
^ gente que trae sin vergiJenza
¿Sin alma? ¡qué borrachera! ^^H
Dóysela de dos la una ^^^|
huevos de avestruz por caras.
que las pestañas y cejas
á cualquier difunto. ¡Oh bestits ^^H
Jgs
LA ROMERA DE SANTlAOd
de amor! |0h locos amanies,
qué presto que el alma dejan,
y como quien no huce nada
se van por su pie sin ella
trecientas leguas! Bien haya
un lacayo, que si llega
á despedirse de Elvira,
de Catalina ú de Menga,
no trata de almas ni trata
de más que de dar la vuelta
con aluta y cuerpo y lomar
lo que le Jan por fineza,
si son cuellos ó camisas
y sin lágrimas ni quejas,
suspiros ni otras embrollas,
se despide á media rienda
con un abrazo en aspón
y un beso de CBSlañeta:
y sin hacer más misterios
él se va y ella se queda.
Yo le sigo; ¡ah. pobre Conde!
¡Cuál baja las escaleras
de palaciol No me espanto
de que la causa merezca
este enamorado aplauso,
que Linda, la Infanta, es bella,
y es infanta de León.
ESr.ENA V
Arriba en una ventana Lt.soA y Blanca.— Pir.iio.
Blanca. Del Conde es esta librea.
Linda. Llámale, por vida luya,
Blanca.
Relox. Adiós, paredes llenas
de nidos de golondrinas.
mondongas y urracas dueñas.
Adiós, patios de palacio
donde tantas y tan necias
pretensiones paseadas
hacen señal en las piedras.
Blanca, lióla, (ah, lacayo del Condei
Helox. ¡Qué soberana belleza
en tiple me está oleando!
«Quien sin ser cura me olcaP
Linda. ^f^artióse ya el Conde?
Blanca. Mira
que te está hablando Su Alteza.
Relox. Yh lo miro con dos ojos
y con treinta reverencias.
Linda. ^Partióse el Conde?
Relox. .Según
su sentimiento y su flema
pienso que no.
Linda. ¿No eres lü
su criado?
Helox. y de .Su Alteza
muy servidor, porque soy,
hablando con reverencia,
á quien tiene el Conde muchas
obligaciones y deudas,
de hacer merced por servicios,
que de persona y de lengua
le he heciio veinte años ha.
Linda. Privarás con él, que muestras
desenfado cortesano.
RKI.OX. Tengo muchas excef
LiNüA. ¿Cómo te llamas?
Relox. Relox.
Linda. jNotable nombrel
Relox. A mi abue
le debo, después de Dios,
porque fui desde la tela
al relox tan semejante,
que no hay cosa que conve^
lanío conmigo en tener
puntualidad en la eterna
vigilia de no dormir,
porque tengo la cabeza
cun notable sequedad;
y no se halla quien duerma]
menos que el relox, pues ni
como frenético deja
de dar en su tema á voces,
como yo doy en mi tema,
en estar midiendo siempre
el tiempo en aguar las fiestas,
diciendo: «Las doce s*n, m
las dos darán las primeras, ■
mañana es viernes, señores;»
y ya que en dar no parezca
relox, en pedir lo soy;
sólo doy en las tabernas,
que son mis parroquias, áat
tragos por horas me cuestaf
por cuartos y por cuariillos»
Linda. Pues haz, Relox, que no sel
del tiempo á pesar las hora&j
tan largas en esta ausencia;^
apresura al sol los pasos»
ios siglos al tiempo abremj
y te deberá la vida,
aunque es tan á costa delta.'
ESCENA VI
Saltn Gakci-Fekm.ínbez y Ximcno, erUia
.XiMtNO. A gran cosa te aventuras
sí el mismo dia que liegas
enamorado á León
en demanda desta empresa
al Conde don Lisuardo
da el Rey á Linda, pues quedan
capitulados y dadas
las manos, premisas ciertas
de que su esposo ha de ser,
luego que de ingalaterra
vuelva el Conde.
Gahci. Nunca amor
de lo más fácil se precia.
Garci-Fernándcz, el Conde
de Castilla soy, y heredan
más altas obligaciones
mi valor y mi nobleza.
V aunque me n j herí
por nuestras y eriai
y diferencias, i
pretendo ser *.¡
ó en la empresa nt ut morii
Relox. Dadme, señora, licencia,
porque ei Conde, mi señor,
á estas horas galopea
I
'inii
r^ JORNADA PRIMERA
3g3
^
^^buera de León, por dar
Gabci.
¿Qué dices?
^^1
^^pnis presto á veros la vuctta.
Relox.
¿Yo? que me tengas
^^^H
^By soy de la infantería
por tu amigo.
^^^1
^Hy he'de caminar por fuerza
Garci.
Vete, pues.
^^^1
^Hdelante de su caballo
Relox.
Ya me voy; pero...
^^^M
^^6 al lado de su litera.
Garci.
¿Qué esperas?
^^^H
^Dile al Conde...
Rei.ox.
Nada, por cierto; mas mira,
^^H
I- Damas hay,
si es posible con más llema,
^^^H
don Ximén, en esias rejas
que es de la Infanta esa banda
^^^M
que caen á los corredores.
y que no hay burlar con ella
^^^1
X. Guarde Dios á Vuestra Alteza.
ni con el Conde, mi amo,
^^^H
í. La Infanta es, y éste sin duda
á quien se dirige, y fuera
^^^H
que despidiéndose della
razón tener cortesía;
^^^1
está, es lacayo del Conde.
y cuando no se la tengan
^^^H
^_ Dios te guarde.
ausente, soy hombre yo
^^^H
H Adiós.
que la banda de Su Alteza
^^^1
^B Espera,
con tanta superchería
^^^1
^V y esta banda que te arroja
^K Blanca, al Conde. Rclox, lleva
tiranizada por fuerza.
^^^H
y en este lugar, sabré...
^^^H
f para que al cuello en mi nombre
Gabci.
¿Qué sabrás?
^^^1
1 le acompañe en esta ausencia,
Relox,
Irme sin ella. {Vase.)
^^^ñ
1 á quien le da mi esperanza
^^^1
1 la color y mi firmeza
^^^H
el oro, /vuélvale el cielo
ESCENA VIH
^^^1
1 con la salud que desean
^^^^H
1 mis ojos verle en León.
Dichos, menos Rrlox. g|
^^^H
L (Da la tanda á Blaaca y éntrate.}
H
^^^^^^
^B Ximén, si no pareciera
^f ^^^^^^ ^^ amor, matara
' al lacayo.
(cA. Relox.esla
Garci.
XlMENO.
Garci.
Loco con la banda voy.
jNotables cosas intentas!
Para «os pechos tan grandes
^M
se hicieron grandes empresas.
^H
> es la banda; adiós.
1 {Echa la banda y éntrase.)
IX. Adiós.
(Vaitít.)
^^H
^^^H
ESCENA IX
^^H
, {Llega Garci-Fernindez y cógela al
^^Mvuelv )
Sale Li.vDA.
Cansada ausencia, dolor
J
^m LSCENA Vil
en el alma tan asido,
parece que habéis nacido
^M
r DiciiüS, menos las damas.
de un parto con el amor.
Vuestro enemigo rigor
^M
!¡l. Aparta, villano, y deja
á un mismo tiempo senti
^^^M
trofeos de quien tus manos
que del amor conocí
^^^H
! son un indianas, y cuenta
el movimiento primero,
^^^1
1 á tu dueño cómo un hombre
tanto que de ausencia muero
^^^1
1 de más valor, de más prendas,
desde que al amor nací.
'^^^M
1 enamorado y celoso,
Cuando yo no conocía
"^^^M
con esta banda se queda;
qué era amor, imaginaba
^^^H
que me la pida del modo
que quien á querer llegaba
^1
Que quisiere cuando vuelva
de Ingalaierra, que yo
de ningún pesar sabia;
^^^H
ma: agora cada día
^^^H
le aguardo en León, si fuera
los daños de la apariencia
^^^1
un Hércules, un Aquiles,
desengañan la paciencia,
^^^1
que no es razón que merezca
que hallando á su mal testigos
^^^H
favores tan soberanos
va descubriendo enemigos
^^^1
menos que quien dueño sea
en el campo de la ausencia.
^^^H
del mundo, como Alejandro,
Pensaba yo que el mayor
^^^1
para hacer á Linda reina
era la ausencia no más.
^^^H
del mundo, ó Garci-Fernández,
y vanme enseñando más
^^^1
Conde de Castilla, esfera
las espías de mi amor.
^^^H
donde esta banda ha de ser,
jorque celoso temor,
as sospechas y el olvido
^^^1
á pesar de la tormenta
^^^1
de mis celos, arco hermoso
acometen al sentido.
^^^H
de la paz que amor desea.
monstruos de tanto poder
^^^1
Vamos, Ximén. .
que se dan á conocer
^^^H
Me. |V¡ve Oiosl
^
primero que hayan nacido.
1
^ 394 ^ LA ROMERA
DE .SANTIAGO ^^H
^H ESCENA X
lo aue es tan justo, hasuH
,;Cómo estáis.^ H
^^H Hale Blanca— Linda.
Lt.ND^. Como quiflfl
la ausencia del Conde. ^M
^H Blanca. Señora.
^H Linda. Blanca.
Garci. |A/(H
Cuanto escucho y miro «^
^^B Ki.ANCA. Tu hermano
LiNOA. Que en bienes tan deseados
^^1 manda avisarte primero
es centro de mis cuidados
^^B porque cieno caballero.
V blanco de mis desvelos. ^
^^H embajador castellano,
CJARCí, El de Castilla pudiera, H
señora, formar de vos H
^^^^^ quiere besarte la mano,
^^^^^B y él excusa Jarle audiencia
aucjas, pues siendo los dofl
de un nacimiento y esfera,^
^^^^^m con esto, que en tu prudencia
^^^^H libra el desengaño.
^^^VLinda. Ya
permitís que los preiieri
de vuestro hermano un v«sa(l
^^V entiendo al Xey. ^Donde esta.''
Linda. Ya en él tantas parles hallo.
^^B Blanca. Aquí, aguardando licencia.
después que le he dado el si
y que la mano le di
^H Linda. Dilc que entre, que su intento
^^M jusiainenie de mi fia.
^^m .Nutnblemcnte porfía
^^H Casiilla en mi casamiento;
^^H en pie rcctbille intento,
^^H por que no quiero obligarme,
de esposa, que aun igualallo
quien goza la monarquía
del Imperio no podrá;
y desengañarse ya A
él de Castilla podría ^
sabiendo que no soy mia,
^^H que se siente con sentarme.
y que á sus cartas molestas
^H ESCENA XI
tan diferentes respuestas S
tiene de Ordoño, mi hcrmafl
^^H Sale Gabci-FernAndbz con ¡a banda ;*UH(a,— Diciiof.
Garci. Ama como castellano. H
Linda. Son necias ñnezas éstas H
^^m Blanca. Llega, que Su Alteza espera.
cuando me ve en esperanx^l
^^H Garci. ¡(^>ué hermosamente severa
de otro dueño. ^M
^^H el audiencia aguarda á darmel
Garci. No es razón™
^^B iN'o he visto mayor valor
que hasta estar en posesión
^^^^^ con tan divina belleza!
que tenga desconñanza; ^
^^^^B Déme los pies Vuestra Alteza,
y hasta agora prenda alcanM
^^^^t.iNDA. Levantaos, Embajador.
de esas manos, que á su anwP
^^V GAftci. Como otra deidad de amor
da esperanzas el calor
^^B suspende, turba y admira
con que á dar celos se atrev^
^^B á quien su hermosura mira.
al sol, aunque no le lleve fl
^^^^^LlNDA. O es deseo ó ilusión,
otro bien su embajador, W
^^^^K ó hace la imaginación
aue está dando afrenta al día
de tus soles que hurtó al vieaio
^^^^H casi verdad la mentira,
^^^^H ó esta es la banda que di
perdona el atrevimiento
^^^^H^ para el Conde. Blanca, escucha.
y sus colores confia.
^^^^^pARCi. Mucha es su cordura, y mucha
que una amorosa osadía
^^^^V^ su beldad; no estoy en mi.
méritos gana.
^^^^^LiNDA. ¿No es esta mi banda.^
Linda. Es verdad,
^H Blanca. Si,
cuando esiá la voluntad
^^H señora, ó tan semejante,
de cobarde recatada:
^^M que es á engañaros bastante.
mas prenda sin gusto huru<
^^B LiNUA. La semejanza me está
tiene poca calidad;
^H quitando el sentido.
porque tan necia osadía,
^^B Garcl Ya,
y á persona como yo,
^H para poder ser amante
^^L más dichoso y confiado,
si en delito no incurrió
no escapa de grosería;
^^B en sus divinos despojos
y no es bien que prenda mil
^^m la Infanta ha puesto los ojos
nadie goce á mi pesar,
^^M con particular cuidado:
que no quiero avenguar
^^M siempre la fortuna ha dado
de la manera que ha sido,
^^1 victoria al que es atrevido.
sino dejarte corrido H
^^M Linda. Perdiendo estoy el sentido.
con llegártela i quitar. Wt
^^m ¡Qué notable confusiónl
{Arráncattta árí <^H
^H Carci. De tan justa suspensión
De mí firma y de mi mano H
^^m como viéndoos he tenido,
esta respuesta y no mis H
^^M puedo valerme. señora,
á tu dueño llevarás, H
^^m para salvar el cuidado
embajador castellano;
^K de no haberos preguntado,
y por vida de mi hermano
^^^^m JORNADA
PRIMERA Sg.S ■
^Hj del Conde, si en razón
^^desto has hecho relación
que primero murmuraron, ^^^1
al zafiro de tos cielos ^^^|
r de mi autoridad ajena.
la esmeralda de los prados, ^^H
i que te cuelguen de una almena.
cjue á no gozallos tan trisie ^^^H
de ausente y enamorado, ^^^^1
1 la más alta de León. (Va».)
fuera pasar por el cielo. ^^^^1
Relox. Alabando estás de espacio ^^^H
^H ESCE.N'A XII
los arroyos y los ríos, ^^^1
cuando nos está brindando ^^^1
^^B Gakci-PbkkAnsbz toto.
Ríbadavia, á quien venera ^^^1
santa nación, por el santo ^^^1
li. Esquivos arrojamientos,
licor, que sobre un magosto ^^^1
varoniles bizarrías
de castañas, hace raros ^^^1
contra obstinadas porfías
milagros; perdonen lodos ^^H
de imposibles escarmientos;
cuantos hay, tristes y blancos, ^^^|
que cuando los pensamientos
(^ue este es el rey de los vinos, ^^^1
ú el monarca. ^^^M
ciegos con su error se casan.
más los limites traspasan
LüURO. Eso está claro. ^^^H
del fin en que se desvelan
LisuARD. Fértil tierra. ^^^|
con desengaños que hielan
Relox. De esa suerte ^^^|
y con desdenes que abrasan. [Vaíc.)
bien puede un lacayo honrado ^^^|
■
decir que es gallego agora. ^^^1
■ ESCENA Xin
LtsuARO. ¿Por qué no, si estos peñascos ^^^|
á Castilla y á León ^^H
P^nCov»! Do^ Liscardo vFnuELA, Lauro,
tan honrada sangre han dado, ^^^1
r y 1 *
Ramiro y Reloj, criados.
1
que para gloria del mundo ^^^1
basta el blasón de los Castros, ^^^1
iRO. Ya me parece que es hora
en Galicia tan antiguo.^ ^^^1
de cammar, que los rayos
Relox. Y los Relojes, ¿es barro ^^^|
del sol, licencia á las sombras
desde que se usaron horasP ^^^|
por el ocaso van dando;
Gente que siempre está dando, ^^^|
que basta lo que hemos sido,
á imitación de los Condes ^^^|
mientras su fuerza ha durado,
y Marqueses. ^^^M
' huéspedes de estos laureles
LtsuARD. Relox, paso, ^^^^^t
y de estos cristales claros.
ju El Marqués de Mantua fuiste,
no te desconciertes. ^^^^^1
Fruela, Siempre, ^^^^H
hoy con todos tus criados.
cuando está desconcertado ^^^|
kHD. ^'Cbmo, Relox?
el reloj, suelen decir: ^^^H
X. Porque á lodos,
«el reloj está borracho. > ^^^H
dando á la merienda aplauso,
Relox. No quitando lo presente, ^^^^H
alrededor de una fuente
señor escudero, hablando ^^^^H^
mandaste sentar.
con ^^^^^1
iUD, El campo
LisuARD. En efecto: ^^^^^Ki
nos brindó.
¿el camino de Santiago ^^^^^|
X. ¿Q\ié te parecen
es ^^^1
los de Galicia?
RA4MIR0. Y en toda Europa ^^^B
iRD. Retratos
no hay camino más cosario, ^^H
de los jardines Hibleos.
aunque entre el de Roma y entre __^M
o. Los Elíseos los llamaron
el del Sepulcro sagrado ^^^1
muchos antiguos.
de ierusalén. ^^^H
lRD. Tuvieron
Lauro. No liene ^^^1
rarón, que pienso que el Mayo
el mundo provincia en cuanto ^^^|
de estos campos, de estas cumbres,
el bautismo se predica ^^^|
es eterno ciudadano,
oue á este antiguo santuario ^^^|
de nuestro Patrón no envié ^^^|
y que pueden á cristales
hechos en peñas pedazos,
peregrinos, ni apartado ^^^H
^_ apostar el Sil y el Miño
mar, adonde el pasajero ^^^H
^B con Guadalquivir y el Tajo,
y el piloto del naufragio ^^^|
^B cuyas fértiles riberas,
en la pared de su templo ^^^|
^B para hacer por Abril palio
no cuelgue labia ó milagro, ^^^1
V al sol, parece que están
ni en las mazmorras de Fez ^^^1
Mores á estrellas copiando.
ó Argel, cautivo cristiano ^^^|
Plata y verde es la librea
□ ue no traiga la cadena ^^^|
de su libertad, pagando ^^^1
que dan los montes bizarros,
siendo por faldas y cumbres
las gracias en esto al cielo ^^^Hi
los arroyos pasamanos,
y al Patrón de España. ^^^|
L bendiciendo con las lenguas
Fru&la. ^ Es tamo, ^^H
3o<>
LA ROMERA DE SANTIAGO ^^H
que al camino que en el ciclo
LtsuARD. Del mismo ciclo ptrece^^^H
por causa de csiar cuajado
que las dos habéis bajad^^^^f
de estrellas llamó el geniil
Merced me haced de cori^^^H
esmino de leche, han dado
k los rostros soberanos ^H
en llamarle vulgarmente
de lüs volantes dichosos ^|
el camino de Santiago.
las cortinas. ^|
Rbi.ox.
Y es de suerte, que viniendo
Soi.. Nc ^H
cierto labrador cansado
haciendo esta H
del campo á su casa humilde
si sois servido ilv udi i.. 5 ^^
una nixhe de verano.
limosna, hacednos merced.
queriendo hacelle su esposa
lisonja, en medio de un patio
y si no, el Apóstol santa J
en esta jornada os guie. H
le puso la cama al fresco;
LisuARD. ¡Esperad, esperad! H
mas él, los ojos alzando
Sol. Vamos H
al cielo y mirando encima
con diferentes intentos. H
el camino de Santiago,
LtsUAHD. No es cortés término darn>js V
>
dio voces á su mujer,
con las espaldas tan presto, ■
y dijo: «¿No habéis mirado
ni novedad suplicaros H
^^^^^
dónde la cama habéis hecho?
que los volantes quitéis. ^|
¿(,)uercis que se caiga acaso
Sol. a quien es tan cortesano. ^|
un bordón de un peregrino
tan caballero y señor, ^|
de los que van caminando.
no será razón'negalln, ^|
frasco lleno ó calabaza.
por no parecer nosotras ^|
y que me quiebre los cascos?»
Y creyéndolo los dos.
descorteses también. (/vwn^r^H
LisuARO. ¡Hafo ^H
i un aposento, temblando,
y más que admirable e.\tr(fn^H
con más miedo que vergüenza,
de hermosura! \a me acAl-o H
los colchones retiraron.
de persuadir que es verdad V
r Lisi;\Ro
Kl cuento me ha dado sed.
tan peregrino milagro ■
de honestidad y belle/a. ^|
1 Helox.
¿Y risa no? ¡Caso extraño!
1 L(StrARD
Basta la que aquella fuente
Sol, Bebed, señor, y mandadnot ^^
entre cristalinos labios
dar limosna. ^|
muestra, brindando i bebi-lla.
LisuAPD. ¿Cómo pide H
^^B Lai;ro.
¿yuieres agua?
limosna quien está dando ^H
r LiSUARD.
TrAela, Lauro,
pródiga, al mundo hermo$uit^|
en un cristal que compila
rica, al sol rayos dorados. ^|
con el hermoso y helado
poderosa, al ciclo envidia, ^|
de esa fuente. ( va por ella. )
divina, al tiempo milagros? ^H
^H Rblox.
¡Infame antojo!
Quien ha menester pediros, ^|
romera, ¿cómo ha de daros, ^|
Kn mi vida me brindaron
para beber fuentecicas
ni qué ha menester pedir ^|
ni arroyuetos despeñados
quien almas viene roblado? ^|
por traidores contra el vino.
Siempre entre dientes hablando,
Sol. Yo soy. Conde, una mujer ^|
de Casulla, noble tanto H
y si por desdicha enferma
como su Conde; hice voto ^H
de tercianas un cristiano,
de visitar el sagrado ^|
no hay fuente que le socorra.
sepulcro de nuestro Apóstol.-^l
con andar por esos campos,
de esta suerte caminando 1
sin tener que hacer baldías,
á pie y pidiendo limosna, ^|
y no puede ser aguado
aunque traigo mis criados ^B
sino un roció.
detrás con una litera ^|
{Xale l.iuro con vk vidrio dt AK«»)
para los forzosos pasos H
^^ Lauro.
Aquí está
del camino, vuelvo agora m
el agua.
después de haber vi&ttadu
^^ Lisiar»
Muéstrala, Lauro,
su sepulcro y su Padrón, b
y partamos.
¿ Castilla, publicando fl
mi devoción en las conchas, ^1
ESCENA XIV
veneras y santVagos ^|
de azabache y de marfil. V
que, como es costumbre. traijP
en sombrero y esclavina;
^^^^B Sattn HoSa Sol. y Dqüa urkaca at ptrtgnnm.
uicnos.
y quien sois, sabiendo acá»
1 Sol.
^Señor Conde?..,
de los vuestros, i pediros
^K LiSUARO
. ]Nútable bellezal
las dos limosna llegamos:
^^B
Dadnos
ved si nos la habéis de dar,
limosna á estas dos romeras
ó guárdeos Dios.
que vienen d« Santiago.
' LisuARD. Alejwidra
JORNADA PRIMERA
397
ARO
íkd,
^x.
^quedara corto, señora,
in esta ocasión. No hallo
para serviros, si no es
esta cadena que alabo
los diamantes, cuando estén
en vuestras hermosas manos,
por los mejores que ha visto
Ceylán.
Nosotras no vamos
sino es pidiendo limosna
por el voto de que os hago,
señor Conde, relación,
y ios diamantes dejaldos
para quien tan bien los luce,
que allá en Castilla no estamos
las mujeres como yo
lan faltas del los, que traigo
algunos con que poder
serviros y regalaros,
que pueden desafiarse
con más de una estrella á rayos.
Y el cielo os guarde con esto,
que me parece que estamos
los dos mal de esta manera:
vos, el tiempo dilatando
de caminar; yo, con vos
pasando ya del recato
los limites que me debo,
y que por quien soy me guardo,
y es razón no detenerme,
ñi entreteneros hablando,
caminaréis más aprisa
y beberéis más despacio.
Detente, que, vive Dios,
que es rigor demasiado
partirte de esa manera.
Pues ¿qué quieres?
¿Qué más claro
te pueden hablar mis ojos
de lo que le esián hablando.^
Y vos, dulce motilona,
de este hermoso castellano
serafín, no os vais; mirad
que hay también quien os ha dado
más corazón que á Belerma.
¿Y es Durandartc el lacayo?
¡Qué presto me conociste!
¿No basta el fieltro por ramo
del vinagre que vendéis?
Romera de los diablos,
poco á poco, que, por Dios,
que somos de un mismo paño,
y qup te haré una manera,
sin saber cómo ni cuando,
en el alma.
¿De flué suerte?
Con un beso y dos abrazos.
Yo lo doy por recibido;
pero sepa que me llamo
Urraca y soy de Castilla,
y conmigo, señor Ganso,
no hay zorroclocos.
Vertiendo
estás por ojos y labios
seis mil ducados de renta.
¡Encarecimiento extraño!
¿Pues hay más que encarecer
que con dinero sepamos?
¿Flay mayor donaire; hay cosa
de más hermosura?
Sol. Tanto
os hacéis desentendido
de lo que soy, que me canso
de estar cansada con vos
de £d vertiros y escucharos;
haccdme merced de hacer
como quien sois, y dejarnos
proseguir nuestro camino,
sin que nos impida ei paso
poco decoro á ¡a sangre
que tengo, al antiguo v claro
blasón de algún apellido
que honraáhspaña y que heredaron
estos nobles pensamientos
que veis, y que están brotando
valor y honor por los ojos,
por las palabras, por cuantos
átomos de sangre tengo
de ser mujer; que esto al alto
y al humilde suele siempre
obligar y al más bizarro.
Sabed ser galán cortés,
no grosero cortesano.
LisuARD. Dejadme besar la nieve
de una mano.
Sol. De mi mano
esperad. Conde, más castas
hazañas, y reportaos;
no pasen las groserías
á poder llamarse agravios,
que ¡vive Diosl que mujer
como soy, sepa dejaros
con desengaños de libre,
con presunciones de ingrato,
con escarmiento de necio
y castigos de villano.
Vamos, Urraca. H'anst.)
ESCENA .XV
Dichos, menos Doüa Sol y t'niucA,
Reujx. ¡y por Dios
que ella no es mal papagayo!
LisuARD. ¡Mujer peregrina en lodol
LaiJro. ¿Mas de beber?
LisuARi). No, me abraso;
para tan poco remedio,
reparte á esas llores. Lauro,
ese cristal para perlas,
y caminemos, que parlo
sin mi, dejando los ojos
en ese prodigio helado
de amor, en ese desden
peregrino, en ese mármol
imposible.
Rkiox. ¿y Linda?
LtsuARD. Linda,
de mi amoroso cuidado
ha de ser eterno dueño;
y es en semejantes casos
mujer propia, diferente
de la que ciego idolatro
por itivencible y ajena.
^^r ^9^
LA ROMEPA OC SANTIAGO ^^^^^^^H
^^^ Rklox.
¿Apenas esiás casado.
de ese numero t^rofl^^^^^^B
cuando al primer trascanón
V llámala inclinación ^^M
quieres dar mairimoñazo.^
honesta, sin la ambición ^H
1 Lisu'VBU
Déjame, necio.
de la hermosa hipocresía. ^H
1 Relox.
Confieso
que se precia, de ordinario, ^H
de hacer arte d?l desden. ^H
que es verdad, que no te hablo
a! fiusio, que eres señor
Uhpaca
. Pues aue te parezca bien ^H
al^ún hombrees necesario^ ^H
al fin, y yo un mentecato.
Digo, que la peregrina
siendo mujer y naciendo ^H|
es querubín soberano,
de los hombres.
y que puede con ios ojos
Sol.
Necia esiiii ^i
Instar á Poncio Pilalo;
no hace diferencia más ^H
y el contrapeso me deja
un hombre presente viendo ^H
perdido por sus pedamos,
que de un árbol, una fueoie,^H
y que pretendo ser tordo
un cdiñcío, un retrato. ^H
de tan dulce Urraca.
Urraca.
Corazón tienes ingrato, ^H
I LlSUAKD
Vamos,
pues no hay hombre que *<^^|
y pase la gente toda
un poco más el deseo ^H
delante, y sólo un lacayo,
que lo que está inanimado, ^^ñ
Sin duda que se te ha helado^H
que es Relox, quede conmigo,
y cuatro ó cinco criados,
el apetito: no creo ^H
que quiero ir un poco i solas.
que para mujer naciste. ^^
1 Relox.
¡Oh, mental enamorado!
Sol.
Esto á quien soy corresponde.
^^m LisuAPD.
Loco por tus ojos voy,
Urraca.
^-Es posible que en el Conde ^^
romera de Santiago.
algunas partes no viste ^H
que te pareciesen bien? ^^
Sol.
^Quién, dime, por vida mb, ]
H
ORNADA SEGUNDA
te paga la tercería? .^J
¿Quién te encargó mi desdénj^H
Pues cuándo sueles conmigo ^|
ESCENA PRIMERA
Urraca.
tener este atrevimiento? ^M
De tu mismo sentí mienio^^^H
■ Salen Do^a Soi v Ukkaca sola$. dt la miima lutrle
snn hijos los que te díga^^^H
qut primero.
Sol.
iQué bien pareces críadaj^^^H
pues una apenas se ve ^^M
I Urraca.
Notablemente sentiste
en el mundo que no esté ^H
que te pidiese favores
para tercera pagadal ^H
el Conde.
¡Oh, enemigos no excusados^H
1 Sol.
Urraca, no ignoras
de los dueños que ofendéis! ^M
que esto hasta aquí me trac triste.
Murmuráis y malqueréis ■
iQue un señor, un caballero
regalados y pagados. ^
que más cortés debe ser
iQuc de cosas se excusaran 1
con una honesta mujer
sí excusaros se pudiera! ^^
anduviese tan grosero!
Urraca.
¿Apandaste que la litera ^H
¿Diérunlc acaso mis ojos,
y los criados pasaran ^^^H
Urraca, alguna ocasión?
^^^H
^^H ÜARACA.
Cuandu tan livianos son
Sol.
Urraca, ^^^^|
animan á los antojos;
porque quiero caminar ^^M
culpa á tu misma hermosura
hasta este primer lugar ^H
de SU atrevimiento.
^H
B Sol.
Calla.
Urraca.
Dcberánte ansí, ^H
que estas son disculpas que halla
más que á Abril, llores los ptiSaVi
la necedad. ^Por ventura
Sol.
Y yo á ti lo que callares, ^J
estoy obligaba á ser
que no son pocos pesares ^H
fea para no perderme
sufrirte algunos enfados. ^H
el respeto, sin valerme
de mi condición ajenos í
el que debe á una mujer
y nuevos en mí hasta agora.
cualquier hombre principal,
Urraca.
Perdón le pido, señora.
que es lo que se debe á si?
y estos campos por lo meoot
^^H
Tienes razón: pero di:
enamoren tu hermosura. ^H
,icómo te parecen mal
Sol.
i.a suya á la vida avisa ^H
tudos los honjbrcs?
en el marchitarse aprisa. ^H
■ Sol.
Urraca,
Ya parece que procura ^H
naci con esa aspereza.
el sol entrarse en el mar; ^H
■ Uhraca.
Siempre fue de la belleza
un poco más caminemos. ^H
la ingratitud sombra.
Uiraca, por que lleguenio:> ^H
■ Sol.
Saca
coa luz alguna al lugar. ^H
JORNADA SEGUNDA
39Í
ESCENA II
f*/ CoMOK DoM LisuAhDo / todos tus eriaáo»
iia4ot, con banáat por l<u carat y lat lapa-
4<Mi !«<««.— Dichas.
i»D. ¡TeDCOSl
\CK. ¿Qué es esto, ciclos?
', Perdidas somos!
Lrraca,
no te aflijas, no te turbes;
que estas desnudas espadas
no quieren sangre,
,CA. ¡Ay, señora!;
pues ^qué quieren?
Oro y piala;
que éstos son algunos hombres
de obligaciones, que pasan
necesidad y procuran
de esta suerte remedialia
saliéndose á los caminos:
deja que los hable.
CA. Acaba,
y sepamos lo que intentan
de esta suerte.
Cam&radas:
contra dos mujeres solas
menos que una espada basta.
Retiradlas, i^ue si vuesira
determinación lo causa
necesidad de dineros,
y dos mujeres honradas,
que en este traje caminan,
US parece que esa falta
pueden suplir, reportaos,
y sin armas ni amenazas
coriésmeate os serviremos.
{Descúbrestet Conde.)
KD. Romera hermosa y gallarda:
sólo tu belleza busco.
Zt¡, ¡Hablara para mañanal
¿Quién sois?
CK. «Al Conde, señora,
no conoces?
No son trazas
estas de hombres como el Conde,
y así en quien era dudaba,
ten. Amor me obliga, romera,
y tu desdén, que con tanta
violencia ¿ buscarte vuelva;
procura menos ingrata
corresponderme, que estoy
perdido.
Conde, repara
en quien soy, y juntamente
que en hacerme ofensa agravias
lo más noble de Castilla;
que soy doña Sol de Lara,
Condesa de Lara y hija
de don Manrique, á quien llama
España el nunca vencido;
que puesto que muerto falta
á mi honor, del heredé
sangre tan noble, que basta
contra las locas porfías.
Pues yo le doy, Sol, palabra
de marido.
Y el primero
LlSUABÜ.
Sol.
que ha hecho cuando sc casa
estelionato eres lú.
¿De qué suerte?
Si á la infanta
de León la has dado. Conde,
¿cómo á un mismo tiempo tratas
uiro casamiento? Advierte
que vienes ciego y que pasas
los limites de quien eres,
y prosigue tu jornada,
que no es razón...
LisuARD. No hay razón
en amor.
Sot.. Ya se adelanta
eso á locura.
LisuABD. Til misma
me disculpas.
Sol. y lú infamas
tu valor.
Lisi'Afii. Ya no hay valor.
Sol. Tendréie yo.
LisuARD. .N'o habrá humana
resistencia al amor mío.
Sol. ¿Aun ciego apetito llamas
amor?
LisiAhD. Amor ó apeiiio,
yo he de gozarle,
Sol. Ya manchas
con las palabras mi honor.
LisiiARD. No han de ser solas palabras.
Sol. Pues serán. Conde, las obras
imposibles; lo que el alma
rigiese esta sangre noble,
animare eslas entrañas, '
alentare este animoso
corazón, esta bizarra
presunción tuviese en pie,
ó dejaré de ser Lara;
antes de mis padres hija,
doña Sol y castellana.
LiSL>ARD. Mi bien, mi gloria, mi dueño;
mujer sois, amor me abrasa;
vuestro soy, no me matéis
con tanto desdén, con tanta
ingratitud y aspereza,
que no hay ninguna inhumana
licra que no quiera bien
su semejante; las plantas,
las peñas, fuentes y rios
con ser insensibles, aman.
Aquel ruiseñor escucha,
y verás que cuando canta
amorosas quejas son;
mira allí cómo se abrazan
con los sauces y los olmos
las hiedras enamoradas;
hasta aquel peñasco está
enamorando las aguas
de aquel cristal fugitivo.
Sol. .Mira entre esas semejanzas
de amor, si nadie por fuerza
lo que le niegan alcanza.
Amor ts correspondencia
entre dos iguales almas,
que la costumbre la engendra
y alimenta la esperanza.
Las principales mujeres
^^^^^^^^^^^hT^OíAEhK
DE SANTIAGO ^^H
de la estimación se pasan,
LAtrRo. Sobre la hierba ha caído, ^|
y esta es hija de los días
volviendo en coral la gratl^B
con el tiempo acreditadas,
LisuARD. Perderé también la vida H
^^m
que accidentes repetidos
de amor, finezas bastardas
si á Sol la vida le falta. ■
H
cuando más arden, se hielan,
cuando comienzan, acaban;
ESCENA 111 ■
que como del apetito
Saltn la [crPAXTA LmoA y ñutj^M
más que del amor cansadas,
corren por la posesión
Blanca. ,;Carias del Conde, señora?S
V sobre el olvido paran.
Linda. Sf. blanca, del Conde soo.fl
Lo que no cuesta deseos
cuyas letras con razón ■
no lo eslima el gusto en nada,
el alniA besa y adora. ■
que á las l'áciles empresas
Blanca. Desde el camino le escribeJ
siempre si^ue la mudanza.
linezas de desposado ■
Da tiempo al tiempo, enamora.
y gaUn enamorado. H
con estimación regala,
LiMDA> Con estos socorros vive H
sirve, ruega, desconfía.
mi esperanza y mi deseo; H
escribe, recela, aguarda
que no tiene la paciencia. H
y no alropelles por fuerza
contra el rigor de la auscnfl
prendas de tanta importancia.
oirás armas. fl
pues no vienen á ser gustos
Blanca. No te veo H
los del cuerpo sin el alma.
alegre como solías; H
^^m LISUABD
De espacio estás, duna Sol;
lodo te cansa y da uuerra.H
Linda. Con el Conde á lMg.ilatern^|
y mis amorosas ansias
más presurosas caminan.
se fueron mis alegrías. ■
^H
No sé si hallarán posada.
Como no has llegado á aiiM
^^M
Lleva mi amor privilegio.
no has sabido qué es tenerS
^H
Nunca recibe esta casa
tristeza, llorar, temer, H
huéspedes de esa manera.
esperar, desconfiar; H
porque tiene salvaguarda
y mucho más que da el «ilfl
del honor y del valor.
de csla ausencia, en cuya fl
Tu ciego amor desengaña,
toda es recelos el alma. ■
que no ha de pasar apenas
lodo es temores el sueño, fl
los umbrales. Conde, aparta,
j.\y, Blanca, qué confusiofl
que el bordón de una romera
quien quiere ausente padcdH
con obligaciones tantas,
y qué de miedo se ofrece "
basta y sobra contra todas
i las imaginaciones
las viles armas villanas
cuando discurre quien aintH
de un descortés caballero.
de veras! |Ay, Blanca mia! ■
Haz lo Que yo hiciere, Urraca,
ó matarcte también.
ven acá. ¿EÍ Conde podrli,"
acaso COI) otra dama,
^H Urraca.
Haz cuenta que le acompaña
darme en el camino celos, ^
una amazona.
y en Ingalaterra. donde A
^H Rei.ox.
IJrraquilia,
las huy tan bellas r' ^ñ
aceituna sevillana:
Blanca. El Cos
si é fíelox no hay rindibü
tendrá los mismos desvcjofl
te he de hacer á cuchilladas.
acerca de tu memorít^^H
^H Urraca.
De montante he de jugar;
ó de lu olvido tambiéll^^H
lacayo: guardad la cara.
pues le quiere el Conde W
Que he de echaros las narices
dos leguas de las quijadas.
Linda. Blanca: del amor li gloria
mientras la presencia falu,
^^1
Sol: aunque más rayos eches,
lienc suspensiones todas.
lu defensa ha de ser vana,
Blanca. Presto tus dichosas bodas
que eres Sol. y al paso mismo
el temor que sobresalta
que te defiendes, abrasas.
tu pecho sosegarán.
^H
F'or eso, villano Conde,
Linda, Entretanto temo, cspcrt».
le sabré quemar las alas.
desconfio, vivo y muero,
^H LlSl'ARD.
Ríndele, Sol, á mi amor;
que es, Blanca, el Conde g
pues al amor veces tantas
y miro en el inlinjlai
se ha rendido d sol del cielo.
parles para deseadas.
lt:Htrt\nsc, acuchillando d fioña Sol, y
Blanca. A las luyas obligadas,
dicen dtntn))
jquc temores solicitas?
Linda. Verdad es; mas puede ser.
^M Sol.
\.\y, que me has muerlol
^H LiSUARD.
|Mal haya
ya que la mano le di.
mi espada y mi ingratitudt
que las mire el Conde en o^
Tened, tened las espadas.
como de propii mujer, fl
^^^^^"
SEOt'NOX 401 ^^H
^^B Tiene csla rc|;la excepción
tanto csfl causa huinÍLÍda ^^H
^Hcn quien son como lú eres,
de tantos gustos hiciera ^^^|
^H que, aunque son propias mujeres,
en mi pecho enamorado; ^^^|
^H deidades humanas son.
y asi, desde hoy, no te asombres, V
^V Al Conde le tengo vo
ni me Jo cantes, ni nombres, ^^M
léstima, que irá perdido,
basta que me den cuidado. ^^^|
sin consuelo, sin sentido, '
BtANCA. Siempre te he de obedecer. ^^^|
t.i.Nox. ^'Quien viene? ^^^M
pues ei bien que mereció
' por dicha, se le dilata
Blanca. Su Alteza. ^^^H
con Tanto rigor la ausencia,
j^^^^^M
1 valiéndose la paciencia
ESCES\ IV ^^^^1
^K de una esperanza que mala
•-« *J ^^ K^« ^^^^^^^^^^^^^^^^^B
^H cuando comenzó ei deseo
Sait ti KcT Okdúmo.— Dichos. ^^^^^H
^^ de la misma posesión;
^H
que una Infama de León
OftDOÑo. Hermana: fl
no es tan ordinario empleo,
¿tan á solas? la cuartana ^^M
que la privación de aquello
de la ausencia debe ser. ^^^M
que ha de volver á gozar
,jCómo se halla Vuestra Alteza ^^^|
no le mate hasta lle<íar
de su ^ran melancolía? ^^^|
^—^ á go/alio y poseello;
Linda. Con Blanca meeniretenla ^^H
^H y después de poseído
cantando. ^^H
^H y gozado, nunca el bien.
Oroo.ño. Tan gran tristeza, ^^H
^H que es tan soberano en quien
sólo pueJc suspender ^^H
^H está pasando, es creído;
la voz de blanca. ^^H
^M que pasa cuando se alcanza
^r con a mii,ma posesión
LiNbv. Confieso V
que debo infinito en eso ^^H
' el término á la razón.
á Blanca. ^^^M
1 el limite á la esperanza.
Blanca. Sí encarecer ^^^|
^K ¡Qué bien que sabes hablar.
lo que servirte deseo ^^^|
^y sin tener, Blanca, experiencia
con eso intentas ahora, ^^^|
f^ en tan peligrosa ausencial
toda la merced, señora. ^^^1
|CA. Todo se viene á alcanzar
que me estás haciendo creo. ^^^1
Opdoñ'O. Siempre la música ha sidoi ^^^|
E^ con el humano discurso.
^H Escuchar cantar quisiera.
en el amoroso asedio, ^^^|
^^ porque quien amando espera
diversión, si no remedio, ^^H
nunca tiene otro discurso.
porque es calma del sentido, ^^^H
^H ^l-las traído el instrumento
que esta es la razón de haber ^^^|
lingido que suspendió ^^^|
^B contigo?
|ffiK Señora, si;
al intiernu cuando entró ^^^|
el instrumento esta aquí;
Orfeo por su mujer. ^^H
toma, señora, un asiento.
Para encarecer asi ^^H
y templa con más prudencia
la fuerza de la armonía ^^^|
tu grave melancolía.
un filosofo decía ^^H
)A. Cántame, por vida mia,
que era deidad de por si. ^^^|
algunas cosas de ausencia.
Que en nuesiru n^undo inferior ^^^|
»CA. (Canta.) «Madre: aquella niña
de los ojos lindos,
tienen parles soberanas ^^^|
y son deidades humanas ^^^|
matadores de hombres
amor, música y olor. ^^^|
1 sin ser basiliscos.
LlMOA. .Si añadiera la poesía ^^^|
^K De su dueño ausente,
Vuestra A Itc/a, de otros cuatro ^^H
^f sus ojos son ríos.
elementos al teatro ^^^|
^^ su música endechas.
humano adornar podía; ^^^|
1 sus bailes suspiros.
que á la tierra, al agua, ai viento ^^H
Suspensa parece
y al luego, los cuatro son ^^H
que la han dado hechizos,
de tan igual proporción ^^H
sospechas de celos.
como cualquier elemento. ^^^|
temores y olvidos.»
Primeramente la tierra ^^^H
ik. Blanca: ño prosigas más,
imita á la poesia ^^^H
que parece que cantando.
en la variedad que cría, ^^^^
' con los temores, hablando
en la hermosura que encierra. ^^H
de mis recelos estás.
La música al agua imita ^^^|
■^ si como son recelos
que va con músico estruendo ^^^|
que se dan tanto á temer
dulce consonancia haciendo ^^^|
^^ llegasen acaso á ser.
cuando al mar se precipita. ^^H
^^ Blanca, averiguados celos,
Al aire toca el olor, ^M
^V pienso que el seso perdiera;
y la cu arla y la postrera V
' poco es el seso, la vida;
del cielo, cercana esfera 1
IH^OIAS OE TIRSO DE MOLINA.— TOMO II
^^^J
402
LA ROMERA DE SANTIAGO
Opdono.
I.INUA.
Orooño,
que es del fuego, es el amor,
en cuya ardiente pasión,
para vengar los desvetos
de los humanos, los celos
ticras salamandras son;
que B^ua, fuego, tierra y viento
tanto inficionando aque)an
con su aliento que-no dejan
privilegiado elemento.
Mal encubre la experiencia
que es esta su enfermedad.
Diciendo estoy la verdad
en el potro de la ausencia»
3UC aunque á voces la confieso,
espués que sin él ine vi,
ya me trae fuera de mi
como es dolencia del seso;
aunque ¿ veces me confia
el mismo amor y valor
del Conde.
Siempre el temor
ser de amor sombra porfia;
pero para que no salga
con la suya, es menester
la imaginación vencer,
y quedel tiempo se valga
divírtiendo el pensamiento
el discursivo rigor.
ESCENA V
Sal* OhTfíio.— Dichos.
OnTtiÑo. Aquí está el embajador
de Castilla, con intento
de hablarte, porque ha venido
á la audiencia que le has dado
para este día.
OnnoÑo. Cansado
esie embajador ha sido,
tantos desengaños viendo
y tanta esquivez mostrando,
en irle asi dilatando
lugar de escucharle.
Ortuño. Entiendo
que con la resolución
huy volverse determina
á Castilla.
LiwDA. iPereprina
castellana obstinación!
OiiDDÑo. Aquí quiero darle aud-encia,
porque con más brevedad,
viendo de tu voluntad
y la mía la experiencia,
S€ canse y se desengañe
y dé la vuelta á Castilla.
Knue, V llegadle una silla.
( Va»* Ortuño)
LiNiJA. Hoy para aue te acompañe
en esía audiencia me obliga
sólo tu gusto, que estoy
obligada al que te doy:
porque de ver que prosiga
este embajador grosero
con tan cansada embajada,
me tiene, Ordoño, cansada.
Oiit>oÑo. Que boy quedes con gusto espero.
ESCENA VI
i
Sa¡« ti Cowpi C«»ci-FtPx*iiDf.i.— I*
Garci.
Ob DO.ÑO.
C'kRCL
A Vuestras Altezas beso
los pies.
Guárdeos Dios; tomad
asiento y después hablad.
Porque sé lo que intereso
en el servicio del Cunde
de Castilla, mi señor,
solíciU) embajador
parezco.
Opdono. Cuando responde
de su embajada al intento
el mismo suceso, está
respondido el Conde ya.
Gabc). Sólo desie casamiento
que forme quejas ahora
me manda el Conde; pues rict
la ventaja que está haciendo
á un vasallo, la señora
tnlanta niegas d un Conde
de Castilla.
Ordoño. Embajador:
al mérito del valor
igual merced corresponde.
Y como yo me he preciado
de justiciero en León,
con esta satisfacción
los servicios he pagado
de un vasallo tan valiente,
demás de que su apellido
dos veces ha merecido
ser heroico descendiente
de nuestra casa Meat.
Esto al Conde responded,
y que tengo por merced
él deseo.
LiNUA. í-n caso igual,
también puede ser porfía.
Gahci. Con ese nombre se intaman
las finezas de los que aman
con poca dicha.
Linda. Lamfa,
tan grande ha venido a >ef ,
que con las demás estoy
grosera.
Gapci. Corriendo voy
por los celos, hasta ver
mil veces mi desengaño;
y cada vez que le veo
nace de nuevo el deseo
V pasa adelante el daño.
Sol ' tritnird.)
Dejadme entrar, no me tmp«W
de todo el mundo el riguf.
que me va en ello el horo»f.
que es mucho más que U ««J*-
¿Qué es eso?
OBt>OÑO
Oatuño.
ESCENA Vil
Sait oaniío.— DicBoi.
17 na pcregrin».
y peregrina mu^er
que contra lodo el poder
^^HT JORNADA
SEGUNDA 403 1
de nosoiros determina
á pie, y limosna pidiendo, ^^|
entrarse furiosa á hablar.
con esclavina y bordón, ^^H
eüo. Pues llega tan rigurosa,
cuando, entre el Miño y el Sil ^^|
con razón viene quejosa.
encontré al ponerse el sol ^^H
sin duda; dejalda entrar.
del Conde don Lisuardo V
UNO. Tanto valor ha mostrado,
un cortesano escuadrón, J
que ella se ha entrado primero.
que para tratar tus bodas ^^|
io*o. Escuchar sus quejas quiero,
iba por embajador ^^H
pues hoy estoy obligado.
á Ingalaterra. Llegamos ^^H
como rey, por justa ley,
otra compañera y yo, ^^H
á no esconder las orejas
doncella mía, á pcdille ^^H
á la justicia y las quejas,
limosna, que ambas á dos ^^|
ik ó he de dejar de ser rev.
íbamos del mismo modo ^^H
■
vestidas, con el valor, ^^H
■
devoción y honestidad ^^H
■ ESCENA Vlir
que pedía el ser quien soy, ^^H
^"
mi estado, mi pensamiento ^^|
Sal€ Doña Sol con el cabtllo suelto —VncHOi.
y la peregrinación. ^^H
^H.
Vero poro importa todo, ^^B
^B Escúchame ateniameiue.
si este monstruo, este escorpión ■
^H rey Ordeño de León,
i quifn llaman hermosura ^^B
á óuien llama el justiciero
el hemisferio español,
(veneno fuera mejor), ^^H
este basilisco humano, ^^H
si es que te precias de serlo.
esta esfinge que nació ^^H
ó para mi faltan hoy
para vender á su dueño ^^H
(odas las cosas que pueden
de un parto con la traición, ^^|
ser, Ordoño, en mi t'avor,
esta breve líranis, ^^H
^K y alcanzará ta fortuna
esta lisonjera llor ^^m
|B el imposible mayor
de la maravilla, aquesta ^^H
i3t si á quien eres faltas tii.
breve mortal ambición ^^H
porque sobre al mundo yo.
Yo soy, aunque no quisiera
para romper del respeto • ^^|
los privilegios que dió ^^H
después que sin honra estoy.
la cortesana hidalguía, ^^H
de don Manrique de Lara,
no hubiese dado ocasión. ^^H
su heredera doña Sol.
jMal haya amigo tan falso! ^^H
Imagino que esto basta
¡mal haya bien tan traidor, ^^H
para decirte quién soy;
tan villana tiranía, ^^H
que don Manrique en Castilla
tan costosa adulación! ^^H
es el último blasón.
El Conde, al ñn... ^^M
De visitdf desde Burgos
Linda. ¡Ay de mil ^^|
á pie, en el traje que voy,
Del aire pendiente estoy. ^^|
pidiendo limosna, hice
Sol. Al fin, el Conde, resuelto ^^|
voto al gallego patrón
con las alas del furor, ^^|
desde una borrasca, adonde
libre como el apetito, ^^H
golfo lanzado corrió
y ciegos ambos á dos, ^^H
n; al mar, de una enfermedad
si mudos para el agravio, ^^|
ÍK la vida leño veloz.
sordos para la razón, ^^M
^1 En cuya fe, como en labia,
sin discursos, sin memoria ^^H
parece que me sacó
de que hay justicia, trazó ^^H
al puerto de la salud
la más fiera alevosía ^^H
^L esta piadosa intención.
que usó humano corazón; ^^H
^H ¡Pluguiera á Dios que primero
que gustos desordenados ^^H
^^ muriera! iPIu^uiera á Dios,
de poderoso ofensor, ^^|
^H Ordoño, que hubiera estado
atropellandoá su dueño, ^^|
^" el cielo sordo á mi voz!;
corren á la posesión. ^^H
que á veces sirve la vida,
Al fin, el Conde, aquí tiemblo, ^^f
á quien más la deseó,
aquí me falta la voz, ^^H
de dar armas á su ofensa
aquí el aliento me falta... ^^H
y ¿ la desdicha ocasión.
Linda. Y estoy sin sentido yo. ^^H
Daba la vuelta á Castilla
Sol. Haciendo pasar delante ^^H
dando al cielo que me dio
sus criados, eligió ^^H
lunar para visitar
cinco, que con él vinieron ^^H
del Apóstol español
i tan infame facción, ^^|
el sepulcro, inmensas gracias,
con a autoridad y honor
y con desnudas espadas ^^|
al camino nos salió, ^^H
de criados, que importaba
con bandas, como los cinco ^^H
i mi persona, aunque voy
cubierto el rostro traidor. ^^H
B404
ROMERA DE SANTIAGO ^^^^^^^^^|
^L
. Salteadores bien naciJus
que no es bien que falte «t fí
^^K^^
imaginamos que son.
por privanza ni pasiónl
^^^^K
y con corteses palabras
Y cuando falte, á los pies
^^^^H
llego á reporlallos yo;
cuando, aescubriendo el Conde
me iié del Emperador,
^^^^m.
que tiene sobre los reyes
^^^^H
el aleve rostro, dio
cesárea jurisdicción.
^^^^H
muestras de su infame intcnlu
Y si él remiso estuviere,
^^^H
con ciega resolución.
me iré al Papa, y cuando él nd
^^^^H
Yo, con el valor de l.ara.
me quisiese hacer justicia.
^^^^H
remito altiva al bordón
por eso en el cielo hay Dios,
^^^H
la delensa de mi ofensa.
Demás de que tengo deudos
^^^^H
Pero ^qué importa el valor
en Castilla y en León,
^^^^H
cuando la desdicha es mis,
que sabrán tomar las armas
^^^^H
cuando el poder es mayor,
en det'ensa de mi honor.
^^^^B
el apetito es campal
Que el Conde Garci-hernández
^^^^H
y está ciega la razón?
Conde en Castilla lo es hoy
^^^^H
l'na punta de su espada
tan mió, que somos hijos
^^^^H
en la frente me alcanzó.
de dos hermanos los dos.
^^^H
cuando más mezclada andaba
y vendrá de mejor gana
^^^^B
la batalla de mi honor.
á volver por mi opinión
^^^^B
Sentí en los ojos la sangre,
con las armas que á pedirte
^^^^H
y en el (laco corazón.
el caballo y el azor.
^^^^H
como, al lin,de mujer hizo.
Y cuando por desdichada
^^^H
mis que la herida, el temor.
en ninguno halle favor.
^^^^H
Ciega de la sangre, en tierra
para vengarme yo misma
^^^^H
el honor conmigo dio.
y tomar satisfacción.
^^^^H
que siempre fue mal agüero
piedras pcdirc- á la tierra.
^^^^B
sangriento eclipse en el sol.
al mar pediré luror.
^^^^H
A este tiempo, entre los brazos
alas al aire, y al fuego
^^^^B
á recibirme llegó,
rayos que arrojando estoy;
^^^^H
con piadosa tiranía.
á las víboras veneno.
^^^H
con tirana presunción.
á los áspides rigor,
^^^^H
donde, haciendo á los demás
ojos á los basiliscos,
^^^^H
que se aparten, comenzó
al infierno obstinación.
^^^^H
i regalarme lascivo.
Y entretanto morderé
^^^^^
á enlazarse adulador.
la tierra que esto sufrió.
^^^^H
Si con la boca me limpia
como una perra con rabia.
^^^^H
la sangro, con el dolor
como uoa bestia feroz.
^^^^H
fingido, lágrimas vierte.
sin osar alzar al cíelo ^^B
^^^^H
que de cocodrilo son.
sino es la imagirfnción: ^^H
^^^^H
Yo, sin aliento, sin alma,
que doña Sol afrentada ^^H
^^^^H
ni oigo, ni siento, ni estoy
no es justo que mire al ^ol^BH
^^^H
para resistirle, y loco,
(.-Irrd/oied Ion pies dtt Key yMV
^^^^H
ciego y tirano intentó
ti Conde.) ■
^^^^H
mi desventura, mi infamia,
OftrioÑo. ¡Haro suceso! fl
^^^^P
mi deshonra.
Gamci. Hasta aqui, H
^H^^A.
¡Muerta soy!
Ordoño, he representado ^^H
H^SUL.
Y como en el apetito
otra persona, llevado ^^H
^^K
que no es legitimo amor
del celoso frenesí ^
^^B
suele el arrepcntimientu
de un amoroso cuidado.
^H
seguir á la posesión.
De ser dejo embajador
^^B
con la misma tiranía
celoso, amante y galán;
^^^^^
en el campo me dejó
que cesan las de! amor
^^^^H
llena de sangre y de afrenta.
cuando de por medio están
^^^^B
tan desdichada, que doy
obligaciones de honor.
^^^^B
quejas al cielo de verme
Garci-Fernández. el Conde
^^^^B
con la vida en la ocasión
de ('.astilla soy, á quien
^^^^H
que pudiera ser la herida
toca este agravio, por donde
^^^H
penetrante, porque yo
se ha de restaurar también;
^^^^B
con la vida juntamente
si al Conde el abismo esconáf.
^^^^H
matara mi deshonor.
que está mi sangre agraviad!.
^^^^B
Pero, quedando con ella.
en doña Sol y conmigo
^^^H
vengo á pedirte, señor,
por mayor deuda obligada.
V asi desde luego digo.
^^^^B
justicia de aqueste agravio,
^^^^^1
castigo de esta traición.
puesta la mano en la espada.
^^^^B
iJusticia. (Jidoño; justicia.
que don Lisuardo, oí Conde,
L
por quien eres, por quien soy.
es cobarde y es traidor.
■
I JORNADA
SEGITNDA 405
^^
y i quien es no correiDündc;
y que esto hará mi va or
obedecer y esperar
al Conde.
^^^
verdad presto aqui y adonde
Omdoño. Ll es caballero
r
me diere t-l liompo ocasión.
tan valiente, que la cara.
Y conforme al valor mió.
cuando sin rey esluvicra
^^H
pondré con esta ¡mención
Y vasallo no se hallara.
a ninguno no escondiera ^^^H
^^H
carteles de desafio
^H
en Castilla y en León,
de los Manriques de Lara: ^^^H
^^H
en Francia, en In^alatcrra,
pero las armas aqui, ^^^H
^^1
en Italia, en Alemania;
Conde, no han de sentenciar ^^^|
^H
sacándole, si se encierra.
lo que me compete á mi. ^^H
^^H
como prodigio de llitcania
CiARci. La luslicia, que en lugar ^H
^^H
de las venas de la tierra.
de Dios resplandece en li. (^'"*^¿>^H
^^H
r>e doña Sol la opinión,
fli^^l
^H
teniendo deudos tan buenos.
^^^H
^H
verá con satisfacción,
ESÜE.NA L\ ^^H
^^H
porque por Lara no es menos
^^^^M
J^^
q^ue una Infanta de León.
Conde de Castilla, á mi
me toca, como á su Hey,
Dichos, mtnot t¡ Comok. ^^^H
Ohooño.
Blanca. ]Qué lastimoso suceso ^|
la satisfacción, y asi
en tan divina belleza ^|
^
por la justicia y la ley,
seré lo que siempre fui.
Hues me llama el jusiiticro
y en tal beldad! ^|
Linda. Dios le guarde, ^|
^B
mujer, cualquiera que seas; ^^^|
retiradla. ^^^|
^^B
León, con mi obligación
^^1
cumplir como debo espero,
^^^H
H
cuando fuera de I. con
el Conde sólo heredero.
ESCENA ^^1
^H
Y entretanto á Sol tendré
Saie Rsi.OK con fitttro y botas,— ti\CHo%, ni'il^^^H
^^H %
de la Infanta en compañía,
y su honor satisfaré.
J^^H
^H
como el de la hermana mía
Relox. De tus bellas ^^^|
^H
quede juntamente en pie.
plantas los chapines beso ^^^H
^^H
que, como es público, ha dado
y en los copos de la densa ^^^H
'^^K
la mano al Conde de esposa.
nieve de las blancas manos, ^^^B
^H
que no es pequeño cuidado.
pongo este pliego que espera ^|
^^H
en que el alma temerosa
porte como de una Infanta ^^^H
^^1
V confusa ha vacilado.
Nías todo lo facilita
que pretende ser Condesa. ^^^H
^^B
Linda. jQuién eres? ^^^H
^^H
la justicia y ia prudencia.
Rei.ox. ¿No me conoces? ^H
^^1
porque el Hoy que á Dios imita,
,;Tan presto se olvidan prendas^^^H
de lo que se quiere bien? ^^^H
^^H
con humana providencia
^^B
lo que importa solicita.
,; Posible es que no se acuerda ^^^H
^^H
Kste caso pide ntás
de Relo.\, lacayo suyo, ^^^H
^^H
atención que otro ordinario.
en tres semanas de ausencia? ^^^|
^H
que pienso que igual jamás
¿el que te habló á la partida ^^^|
^^H
se ha visto, y es neceiarío
y al que con tanta terneza ^^^|
^^B
ir, Conde, con el compás
del Conde, encargaste entonces ^H
^^1
de la prudencia midiendo
la brevedad á la vuelta? ^^^H
^^H
la justicia y la ocasión.
El mismo soy: aqui vengo ^^^H
^^H
á quien acudir pretendo
en figura de estafeta ^^^1
^^B
con tanta satisfacción
con botas hasta las ingles ^^^|
^^B
como siempre en mi están viendo.
más altas que una cuaresma ^M
^^
Vos á Castilla os volved.
por Marzo, y Dios sabe cómo ^Kt
Conde, hasta tanto que sea
traigo las asentaderas, ^M
ocasión, y ayora haced
que dejo al Conde embarcado ^^^H
que esto más secreto sea.
en la Coruña, y con estas ^^^H
que es hacer á Sol merced.
cartas me despachó, y quiere ^^H
hasta que el Conde haya dado
que al desembarcarse vuelva ^^^|
de In^alaterra á León
á recibille, señora, ^^H
la vuelta, y perded cuidado.
de tu salud con las nuevas. ^^^H
que yo tomo su opinión
Relox soy; yo soy Relox. ^^^H
por mi cuenta.
Linda. Relo.x: en mal hora vengas. ^^^Hi
CíAnrt.
Confiado
Rklox. Por cierto buenas albricias ^^^|
en esa palabra quiero
para quien vie.ie por ellas ^^^H
á Burgos la vuelta dar.
de posta en posta, sin tripas ^^^H
adonde tu gusto espero
más de cuarenta y seis leguas. ^H
1 ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^1
LA POMF.RA
^^^^H
lM«l haya el hombre que lia
bien por esta confesión. ^^H
después que una vez se ausenta,
Kscribe, Oriún, de tu letra ^^H
en nfantas ni en rocines!
los nombres de estos creados ^|
Linda.
¡Mota!, colgad de una ah-nena
del Conde, y á éste le metan ^H
á este villano.
donde ninguno entretanto H
Rm.úx.
¿Qué dices?
ni verle ni hablarle pueda; H
¿(hablas de burlas ú veras?
y esté todo con silencio H
LlKDA.
Presto lo verás. Infame
esto en Palacio. H
cómplice de mis ofensas.
Rei-ox. ]Que venga H
que en las cartas de ese ingrato
á sólo esto un desdichado ■
me traes víboras por letras.
por la posta tantas leguas H
Í<ELOX.
¡Yo he llegado á muy buen tiempo
sobre navajas, en silla, H
para todas mis quimeras!
sobre tarascas gallegas! H
]A linda ocasión, por Diosl
Orooño. Llevadle. H
Cuando pensé que me hicieran
Linda. Guárdete el cielo H
Conde en aquesta ocasión
por el socorro que intentas "
por albricias de estas nuevas
dar, Ordoño, á mis agravios.
V hallo tantas novedades.
Obdoño. KI pecho. Linda, susiega.
Linda.
jHola!
que ha de ser tu esposo el Coi*
aunque se ponga la tierra
de por medio, y de tus celos
KSCE.NA XI
las ciegas ansias desecha,
porque con el escarmiento
Sale i¡ Rbt OrboAo.— Dichos.
de la suma de la pena
culpas de la mocedad
Ordo.ño
^•Qué voces son éstai?
¿qué nene la Infanta?
fácilmente se descuentan.
(•^f-) Esta lisonja á la vida
Linda.
Celos,
y al sexo de Linda es fuerza
que es la pasión más inquieta
hacer con arte.
que priva del albedrio.
Linda. No mires.
Rei.ox.
Yo pienso que está Su Alteza
Ordoño, pues que desea*
de aquella cabeza kca.
ser católico Trajano,
Linda.
Antes, villano, estoy cuerda,
ser Numa español; las prendas
pues que sé sentir,
del Conde, mi amor, mis celos.
Omüoño.
¿Quién eres?
mi vida, mi honor, la mesma
Relox.
Un lacayo sin librea
sangre que tienes, que es mía.
del Conde don Lisuardo,
si á la justicia que enseñan
mi señor, que es la primera
las leyes de tus pasados
vez que se ha visto en su vida
has de fallar; pues sin ella
con bolas y con espuelas,
falta el poder al poder.
que dejándole embarcado
el decoro á la vergüenza,
en la Ooruña, desea
el miedo a la majestad.
dar á Su Alteza este pliego
el amor á la obediencia.
y volver con la respuesta
Desnuda, Ordoño, el estoque
al desembarcarse el Conde;
de la justicia, no pierdas
que hallé estas puertas abiertas
el nombre hasta aquí ganaJu;
y me metió el alborozo
muera el Cunde, aunque yo mi
hasta 1 )S pies de Su Alteza,
Ni la pasión te acobarde,
y cuando pensé salir
ni la sangre te detenga;
con un juro para en cuenta
que eso es política, en fin,
de un titulo de Vizconde,
y en los Reyes que gobiernan
me manda colgar.
más importa la justicia m^
LiXUA.
En esa
y para la paz la guerra. H
Esto, Ordoño. contra sf H
relación de tu camino.
¿cómo olvidas la Romera
una loca te aconseja, H
de Santiago?
que de llorar, solamente ^B
RCLOX.
Pues YO,
morir le queda de cuerda; S
¿qué culpa tuve, ó qué peria
aunque es grande la desdicha ^fl
merezco, si á mi y á I-auro,
aue la muerte le consuela. (''***M
OnooÑo. |Noiablo suceso ha sido! ^|
i Ramiro j' á Fruela
nos mando volver con él;
Sigúela, Blanca. H
que nosotros en la empresa
Blanca. ¡Qué fiera ^^H
servimos de tenedor
pasión! ^^^1
y él trinchó el ave?
Ordoño. Camitta, lacayo. ^^^|
O^DOÑO.
Confiesa
Relox. lOh, mal haya la Romera, ^^H
sin lormento la verdad,
que siendo ella la gozada H
y la información comienza
padece Relox la fuerza! H
J OH KA DA,
1
^Cómo csláix?
JORNADA TERCERA
Linda. Mucho mejor:
porque descuento el amor
-
en los agravios que veis.
Oruoño. ^Qu¿ ha sido la novedad
KSCKNA PRIMtRA
de la gala?
Linda. Venir hoy
Salen HuSa id -\»c* y Onwoilo.
el Conde y ser yo quien suv,
y ya que á la voluntad
OÑO.
¡Blanca!
no le debo esta alegría.
NCA.
¡Señor!
á la obligación responde
OÑO.
¿Cómo «ístá
de la venida del Conde '
la infanta?
por precisa deuda mía;
NCA-
Tan lo mejor.
pues hasta agora no puedo
cuanto el agravio al dolor
negar que el Conde es nu esposo.
dando desenpaños va;
> entretanto esto es forzoso.
porque cllu la mismu ha sido
ÜRixiJio. Admirado, Linda, quedo
en lan ciego pensamiento
de tu raro entendimiento.
causa de su seniimienio,
LiNHA. ¡Pluguiera al cielo que lucra ,
es de volverla el senxido;
menos, porque no supiera M
que estando la ofensa enmedio
tener tamo sentimiencol ^|
en una honrada mujer,
^^^^^1
una propia viene á ser
la enfermedad y el remedio.
III .^^^1
oSn.
Bien dices, que en el amr^r
lo que el tiempo no ha podidu,
Satt OnTuflo.— Diciioa. ^^^^^^|
agravios con el olvido
Ordoño. ^Qu¿ hay de nuevo, Oriún? ^|
curan de celos mejor.
ÜRTi'Ño. Señor. H
1 loy llega el Conde, en efcto.
nuevas de que llegará ^ ^f
NCA.
Que temo de la presencia
muy presto el Conde, que ya _^^H
nueva celosa dolencia;
para prevenir mejoi ^^^H
y como amor, es efeto,
su entrada, en la sala adonde ^^^|
de los ojos con los ojos
le has de dar pública audiencia, ^^^|
se aumentan, justos ó Injustos,
con peregrina advertencia ^^^H
que a tu ingenio corresponde, ^^^|
los agravios y los gustos
las glorías y los enojos.
del Conde un criado está ^^^H
»0Ñ0.
Bien ha menester más vidas.
una cortina poniendo ^^^H
sobre su rigor mirando,
debajo la cual entiendo ^^^H
á quien están esperando
que con propósito va ^^M
dos mujeres ofendidas.
de poner de Margarita ^^H
El cielo me inspire el modo
el retrato hermoso y grave, ^^^|
de suene que, porcodicía^
porque en el punto que acabe ^^^H
ni pasión, á la justicia.
la relación, solicita ^^^H
no faite, que es faltar todo
enseñártele con toda ^^^H
el bien de un reino sin vetla.
aquesta veneración, ^^^H
kNCA.
Quien en tan tloridosaños
como á Reina de León. ^^^H
con tan altos desengaños
Al hn tu dichosa boda ^^^H
ha merecido por ella
llegue, señor, para bien ^^^H
el nombre que le da España,
de tus reinos. ^^^H
demás del mucho valor
Orooño. Dios te guarde, ^^H
de sus aciertos, señor,
Orliin. ^^H
la experiencia desengaña.
Linda. Aunque llegan tarde ^^H
«So.
Siempre he de ser el que fui.
Su Alteza viene, señor.
mis albricias para quien ^^^H
>«CA.
tan buenas nuevas ha dado, ^^^H
en todo son de estimar. ^^^H
Ordoño. iQué valor quiere mostrar! ^^^H
ESCENA II
Linua. Toma, y llámame al criado, ^^^H
Sait tt Ihfakta, Pitarra.— Dichos.
por que también se las dé. ^^B
(Ltiaunanortija) ^H
>0Ñ0.
La causa de su dolor
Ortuño. ¡Vivas más años que el sol, H
me tiene, Blanca, sin mí.
milagro hermoso español! ^H
cuando la pena la tiene
Obdoño. Ürlún, escucha. Oi^bUn apAiit.) ^^M
con sentimiento lan grande.
Blanca. No s¿ ^^H
Hermana.
si á tan bizarro valor ^^H
IDA.
Ya á que la mande
ninguno se ha de igualar. ^H
Vuestra .Alteza, Linda viene.
Ot'DuÑo. Esto se ha de hacer sin dar ^^^^H
boÑo
Favores son que me hacéis.
sospechas de mi rigor, ^^^|
4of
HTl'NO,
OftDOÑO.
Ohtuñii.
LlNBA.
Om>r»\o.
LlNUA.
I.\ ROMERA DE SANTIAGO
Lakvo.
LlMOA.
Lauho.
I.IN[>A.
l-AUPO.
LlNUA.
Laüfo.
LlKTDA.
que es imporiatiic el secrcio.
como tambii-n el cuidado.
Adviene, (Vuin, si el criado
está en la Ihin
A este efeio
te entré á hablar: en ella esiá.
Pues hazle prender.
Yo voy.
Woy nombre á tu nombre doy
con el que valor me da
pues que te ayudo con ¿I
á la justicia: esa es sola.
¡Fén¡.v divina española;
el oro. el bronce, el laurel
digno es de escribir lu nombre
solamente!
Y del divino
luyo solamente diño
porque la tierra se asombre.
ESCENA IV
S«U r.AuHo rfí carntic— nicitos,
De vuestra Alteza, señor,
beso los pies, y los vuestros,
señora, pido, también,
añadiendo el parabién
de los que lo han de ser nuestros,
pues llega tan presto el Conde
a gozar el bien que aguarda.
Siempre para el alma tarda.
Justamente corresponde,
señora, tan gran fineza
á la te, al notable amor
con que el Conde, mi señor,
idolatra á Vuestra Alteza;
aunque ha estado cun cuidado
de haber visto, y con razón,
que á su desembarcación
las cartas le hayan íattado.
Falta de salud ha sido.
Toma, aunque merecen más,
estas nuevas que me das.
(Dale una sfirlijíi.)
Guarde, á pesar del olvido,
el tiempo, tus verdes años,
inmortal debo de ser,
pues no han tcnidu poder
en mí algunos desenójanos
para matarme,
Kecclo
que habla l-tnda sospechosa.
Margarita <cs muy hcrmo?ia?
Las dos sois soles del suelo.
Su beldad es peregrina;
en la copia podéis ver
auc yo he venido á poner
cbajo de una cortina,
en la sala en que Su Alteza
«I Conde audiencia ha de dur.
cuando le llegue ú besar
la mano.
Tanta belleza
merece este aplauso todo.
ICI Conde ha llegado ya
Á palacio.
Ven acá:
Obtuño.
Oí» DONO.
ÜHTIIÑO.
LlNUA.
Blanca.
,;cómo te llamase
Ltnoa. De moda
la nueva me ha alborotado,
que estoy sin mí de alegría;
tanto en la fe pueden mi*
las reliquias que han quedadC
Omiiño. Lauro es el itilimo aquí
de la lista.
Ordoño, Kilos vinieron
como más menester fueron.
Prended á Lauro.
Lai»bo. jAy de mP
OnuoÑQ, Delitos del Conde son
en que eres cómplice.
Lai po. |Ah,
No fué vano mi recelo.
Señora...
Linca. En esta ocasión
no le he de poder valer.
Llevadle preso.
LAi'pn. Sin duda
que contra el Conde se mgdaj
de la fortuna el poder. {U
Pienso que el Conde está aqufT
SÍ11.-1S. y despeje, Ortün.
toda la'genie común
que hubiere, y al Conde di
adonde está lá cortina.
A advertille al i>ndc voy.
jCon qué sobresalto esloyl
Tiene fuerza peregrina
amor, aunque este oíendido.
ESCENA V
Sale El. CoM'C— Dicho*.
LisirAt>i). Dadme á besar vuestros pie*.
Linda. ¡Ay, almal ¿Qué es lo que ?e
ÜPüoÑo. Seáis, ("onde, bien venido,
^("úmo venis? Levantad.
LrstJAPD. Deseando, por los vientos,
llegar con los pensamientos
á los de la voluntad.
Li.NDA, |Ay, blanca! Viendo presente'
al Conde, con el rigor
de la ofensa y del amor
tiemblo y ardo juntamente.
Mirándole estoy mortal.
,j Posible es que es éste á quieí
)o llegué á querer tan bien
y me ha pajeado tan mal?
Blanca. Señora: en esta ocasión
más valor has de tener.
LiNUA. Forzoso, Blanca, ha de ser.
ListjAKD. Escuchad la relación.
Luego que con lu estandarlc
los cuatro Marinus montea,
que al mar les diese obligaron]
campo de cristal salobre,
prósperamente i lu fama,
lisonjero al viento entonces
de la Coruña á Piemúa
en breve tiempo nos pone.
Apenas sobre la espuma
nos descubrieron la» ton es,
cuando intentaron juntar
^^^^^^ JORNADA ■
TERCENA 409 ^^^H
1 dos elementos conformes:
LisuAMD. iQué suceso ^^H
i porque los alegres tuecos
tan extrañol ^^H|
■Mieron lan grandes, que sobre
Ordoño. ¿No respondes? ^^^1
^HTagua su ardiente esfera
Li:»i'ApD. Señor, si... ^^^Ji
^paces )uró aquella noche.
Orroño. La turbación ^^B
Aquí pasé algunos días
en el rostro, en las razones. ^|
de lüirique esperando el orden.
el más abonado ha sido ^^H
1 con la cual, desde este puerto.
testigo que tienes, Conde. ^^H
L^aní á la corte de Londres.
contra ^^^|
^Bonró mi recebimicnio.
LisiJARD. Señor, señor... ^^H
^^anJo grandeza á la corte,
Orduño. No te disculpes ni ignores ^^H
su Principe Feduardo
que ha de ser contra tal yerro ^^H
^^on los ingleses conformes.
el valor ni el blasón nohle ^^H
^^PÍne á apearme á Palacio
pane para que te valgan ^|
BBon todo este aplauso, adonde
en culpas que son tan torpes H
los Reyes nos esperaban
de seguros privilegios H
en los mesmos corredores.
y de libres exceftciones. ^^H
Llegué á besallcs las manos.
Yo te cortaré las alas ^^^f
y al mismo tiempo se opone
que tan ciegamente rompen ^^^|
del cielo en ofensa el viento ^^^|
á cscurecer Margarita
los reales esplendores.
con soberbias presunciones. ^^^|
Resé su mano, y hallé
ListJARD. De Vuestra Alteza á los pies ^^H
más cristal quevale el orbe;
postrado... ^^^|
y entre rayos de oro y nácar
Ordoño. ^'o paséis, Conde, ^^H
prodigios de nieve y llores.
delante: quedaos y haced ^^H^
Levantóme con los brazos
cuenta que para que cobre ^^H
de la tierra, y preguntóme
su honor doña Sol no sois ^^^H
por tu salud', juntamente
hombre tan rico, lan noble, ^^^|
con la de Linda, que gocen
sino el más triste vasallo ^^Hi
largos anos estos reinos,
el más humilde, el más pobre ^^H,
y á los Reyes que nos oyen,
aue hay en León; y por vida ^^H
de mi corona, que tomen ^^H
^_y que me esperaban, vuelvo
^K tus cartas doy entonces.
en vos todos escarmiento ^^^|
^■Leyéronlas, y contentos.
y yo más heroico nombre. ( Vate.) ^^^H
con un sarao me responden
^^^H
^donde la beldad inglesa
^^^Hi
^Hió hermosas adoraciones.
KSCKNA VI ^^B
^B^poseniáronme dentro
^^^m
" de Palacio, haciendo pobres
Dichos, mrnus el Rkt. ^^^^|
las grandezas de .Mejandro
con varias ostentaciones.
Lisi'ARD. Señora, esposa, mi bien, ^^H
Y después de algunos días
que conferimos la dote,
se firmaron los conciertos
si de vos no se socorre ^^H
mi esperanza, estoy perdido. ^^^|
Hablad al Rey, no se enoje ^^^|
sin escucharme. ^^H
No sé ^^H
quién eres, que vienes, Conde. ^^H
^■dc las capitulaciones,
^Hw, remitiendo á las cartas
^^lo demás, partí de Londres
para embarcarme á Plemúa,
^■que estaba dándome voces
^^^ deseo de llegar
tan diferente, que aun tú ^^H
pienso que no te conoces. ^^H
Kl Rey ha de hacer justicia, ^^H
^■fi ver á Linda, que logren
mis esperanzas ausentes
que son sus obligaciones; ^^H
remédiete el cielo. (V»e.) ^^H
el fruto de sus amores.
^^^H
1 Y para hacerte lisonja.
ESCENA VH ^^1
á la partida el Rey dióme
i de Margarita un retrato
Dtctios, mtnos la Ikfakta. ^^^H
1 a su estatura conforme.
^^^^M
Debajo de esta cortina
LisiiAUn. Blanca, ^^M
que le descubro se esconde;
sigue á la Infanta; y pues oye ^^H
su gentileza te admire
lo que la dices tan bien, ^^H
L y su hermosura te asombre.
con palabras, con razones ^^^H
^^K (Corre la cortina, y está dtbajo Doña
encarecidas disculpa ^^^^H
^^Hol, de pertgrina.)
sus celos, no la apasiones ^^^^^1
B^^Es ese, Conde, el retrato?
tan á su costa, pues sabe ^^^^H
que son de la edad errores, ^^^|
íd. ¿Qué es esto, cielos?
RO. .¡Conoces
y con halagos al Rey. '^^H
1 esta mujer?
como puede, desenoje, ^^H
^^^^^^^^^^ LA ROMeSF
:>E SANTIAGO ^^H
porque le lemoindifjnado;
asi dultiMuenle logres
como yo. Oriún. se le ¡yj^H
la espada? ¿Aun ^<»1>|^^H
lus esperanzas, asi
la luna y efsol ha pue^P^^J
tencas...
con tamos hechos su nom^H
plii.ANr.A. No me aircvo, Conde,
y el de su rey, manda el H^H
á hablar en ello á la Infanla.
dar la espada, cuyo corle ^|
ni ella al Rey, parque conoce
tanto católico acero ^H
la Condición de su hermano.
y africano reconoce? ^|
husca otros medios que importen.
¡Vive Dios! ^H
iVaít.)
Oktuno, Conde, estas cni^|
no se negocian con vocM. ^H
ESCENA VIH
Vasallo de ürdoñi) sois. ^|
y es de vasallos iraidoe^ ^B
Djchor, m<no« Blanca.
no obedecer á sus reyes i
y á los que los rey es' ponen
LisuAfti). ^Ilay hombre más desdichado?
én su lugar; á esto vengo, ^m
Sol. templad los arreboles
representando su nombre. ^|
y serenad los celajes
übedecedle, ó mirad ^|
que vuestros rayos esconden.
que vienen doscientos hom^f
Medie el lley por ti mi culpa,
hijosdalgo y caballeros ^*
no pido que la perdones,
conmigo, con orden, tlonde.
que yerros de amor no es mucho
de mataros, si intentáis ^-
que tu misma luz los dore.
defenderos. No provoque ^|
Yo quiero ser tu marido
vuestra cólera la ira, ^B
si de mi mano depone
en tan fuertes ocasiones, V
la acción que tiene la Infanta,
del Rey y de los que vienen V
y esclavo tuyo; disponte
á vuestra prisión.
á hablar al Rey, porque falto
LisuAJ»D. Bajóme i
de su Rracia, no sé dónde
la fortuna hasta el abismo^H
tengo segura la vida.
de las desdichas, que correq^J
¿Qué dices? <Qué me respondes?
conmigo tormentas. Orlún^^f
KJi.. Que el Rey sabe lo que debe
sobre mi cabeza pone ^H
hacer en esto, conforme
mi lealtad la orden del Rcy~
al blasón de la justicia
toma la espada y no tomes
que mantiene y que dispone.
ocasión para decir ^á
y que cuando correr vea
que no soy leal. ^|
tu alevosa sangre, adonde
()«Ti;Ño. Es. Conde, ^
un verdugo la cabeza
esa ta mayor cordura
de tu vil garganta corte.
y el mayor valor.
no me hartaré de bebella;
I.isuAHD. Valores
que de la venganza. Conde,
contra los reyes, no 5'"^*"^
de más que de agravios. <I)^|
si es licito el preguntallo, ™
ha de quedar más sedienta
mi hidrópica sed entonces.
((^uirre irse y la iielitin)
Ortún, voy preso?
l.isi ARu. Kspera. Sol, no te ausentes
Ortuñü. a las loriw
de mi, que no soy la noche
de palacio. ^H
de Noruega, aunque estoy puesto
de tus desdenes a norte.
ListiAMD. Vamos, pues; V
que no es bien que me congop
Sol. ¡Ah, sirena, no me encantes!
prisiones, pues las desdichas
jAspid libio, no me loques!
se hicieron para los hombres. (^
1 Basilisco, no me mires!
iCocodrilo, no me lloresl (v'«*)
ESCENA X fl
LISUARU. Echó la fortuna el sello
á mi desdicha.
Saltn XiMsito y el Conot GARa-ram^^l
ESCENA IX
Garci. ¿y sabe el Rey que he ItcgMR
.XiAiENO. Y llegas, Conde, á León,
Salen Onruilo y t* guarda— Et Cqndb Doh
á tan famosa ocasión,
que hoy dicen que acompañad!
ae sus jueces, adonde
LlIVARDO.
OhtuSo. Daos, Conde,
está su real consejo,
á prisión.
siendo de otro Numa espei'a
l.isiiAKD. Ortún, ¿qué dices?
asiste al pleito del Conde.
Ohri.sü. Que vengo. Conde, con orden
tJARCL El nombre de justiciero i
de llevaros preso; dad
le conviene conservar ^M
¡a espada, j paciencia.
si quiere Ordoño reinar: ^1
LisuAHO. ¿A un hombre
si no, el castellano acero
^^^^^^^^^^^^^^JOR??ADA
TCRf?KP^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^H
^^^^»i SU vega desnudo.
la ínclmutión os pcrJi. ^^^^H
y el Ezla argentar las manos
Gapci. La niisii).-), Ordoño valiente, ^^^^|
de los fuertes castellanos.
debe al (Londe de Casliila ^^^^^H
De su prudencia no dudo
Vuestra ^^^^^H
que sabrá Ordoño acudir
Ordoño. La cuchilla ^^^^^H
á darte satisfacción.
desnuda y resplandeciente ^^^^H
O será "J'roya León;
de mi ^^^^1
que no se ha de persuadir
verán hoy, como primero, ^^^^H
el Conde don Lisuardo,
ayudando á Sol, y espero ^^^^|
que menos que con la vida
hacer mí nombre inmortal. ^^^H
satisface la ofendida
Gaaci. La fama, (Jrdoño. que en cst.t ^^^H
sangre de Lara.
edad habéis alcanzado, ^^^H
Gallardo
en caso tan intrincado ^^^^H
dicen que es el Conde.
nos promete y maniliesta ^^^
Sí,
que ha de tener el suceso, ^H
y valiente caballero.
□ue á todos nos esté bien. ^H
Ohdoño. Hoy quiero. Conde, también, ^^^H
que, aunque enemigo, á su «cero
no niego el valor que vi
que á ver del Conde el proceso ^^^^|
cuando cercando á León
asistáis junto conmigo. ^^^^|
sobre el feudo de Castilla
GARcr. Sois de la justicia espejo. ^ .^^^^f
la castellana cuchilla
Orooño. Venid, que me está el Consejo ' ^^^^|
temió el sol.
esperando. Conde amiíjo. {vantt.) ^^^^|
Tienes razón;
^^^^^H
que igualó ¿ Marte ese día.
^^^H
Pero con esto ha borrado
ESCENA XII ^H
cuanta opinión ha ganado;
que es vi era y cobardía
Sa/« «/ Conde Don Lisuakdo con cadena. ^^|
que contradice al valor
^^1
ofender á una mujer.
LisuARD. Desdichas, <-qué me queréis.^ ^H
y más tan noble.
¿Qué pretendéis de mí, agravios? ^H
A 1 poder,
No me persigáis, memorias; ^^|
i la fuerza del amor,
dejadme morir, cuidados. ^^^H
no hay valor, razón ni ley,
¿Qué infierno es este que miro ^^^H
porque su furia amenaza
adonde ya, por extraño ^^^^|
hasta lo invencible.
y forastero del mundo, ^^^^|
(Dentro.) ]Plazal
los rayos del sol no alcanzo, ^^^^|
Debe de salir el Rey.
si no son los de las iras ^^^^|
de otro Sol menos avaro, ^^^^^
en correr los paralelos ^^^H
ESCENA XI
de las fortunas que paso.^ ^^^H
Mas, en parte, |ohl Sol hermoso, ^^^H
Het con memoriales, Ortuño y acompaña'
muero contento, pensando ^^^H
mirnfo.— DlCtios.
que gozando á Sol, di al sol ^^^H
celos y envidia á sus rayos. ^^^^|
, Todo el Consejo le espera,
Y si lu desdén supiera ^^^^B
y no ha quedado en León
cuánto más me ha enamorado ^^|
letrado en es!a ocasión
la posesión, podría ser ^H
á quien la fama venera
que te obligara el milagro. ^H
que no asista en los estrados
(Tocen dentro una guitarra.) ^^M
en la det'ensa y ofensa
Si no me engaño, imagino ^H
del Conde.
que un instrumento han tocado; ^H
, Poca defensa,
músicos deben de ser ^H
casos tan averiguados
del terrero de Palacio, ^H
pueden tener.
que, al silencio de la noche, ^^M
* Aquí está
fia sus ansias cantando ^^M
Garci-Fernández, el Conde
algún amante. A tocar ^H
de Castilla.
vuelven, ¡qué ocioso cuidado!' ^H
f Y corresponde
Voces. [Dentro cantan.) ^^M
al valor que tiene.
«Preso tienen al buen Conde, ^H
Y ya
al Conde Don Lisuardo, ^^M
á besar (us manos llega.
porí^ue forzó una romera ^^^
U y yo con los brazos, primo,
camino de Santiago. ^^^^|
tantas mercedes estimo;
La romera es de linaje; ^^^H
que cuando más en la vega
ante el rey se ha querellado, ^^^H
de León armado os vi.
mándale prender el rey ^^M
jamás, el cielo es testigo.
sin escuchar su descargo.» ^^^H
LisUARD. ¿Tan públicamente cantan ^^^H
que de pariente y amigo
■m
lE SANTIACiO ^^^^^^^H
^^^B
mi desdicha? ]l£xlrañü casol
Reí nx. También me ha cmHH
^^^Hi
Quiero escuchar, que imagino
un poco de horca,- no^
^^^^
que prosiguen con ei canu>.
muy lejos uno de^||fl
^H
(Cantan.)
pero yo estoy conj^^H
^^K
«La prisión que le da el rey
con que, en et'eciOtHH
^H
son las torres de palacio,
postrera carta de pagoV
^^^^^
que compilen con el cielo
han acabado cunmifloB
^^^^^H
V confinan con sus cuartos.
alguaciles y cscrib^^H
^^^^H
Las guardas que el Conde tiene
Que salir del suso^l^H
^^^^H
todos eran hijosdalgo;
no será el menor descí
^^^^^B
treinta le guardan de día
que puede alcanzar co
^^^^H
y de noche treinta y cuatro.
un delincuente lacayo,
^^^^H
Va levantan para el Conde
Que me he visto en'l«
^^^^1
en la plaza su cadahalso,
de un potro, pasando
^^^^^L
y para los delincuentes
más agrio que pasar p\
^H
hay dos horcas á los lados.»
un cómplice sagitario;
que, á no valermc la li
hoy era, por mis pecaí
^^^
ESCENA XIII
cecma de la justicia.
LlSUARD. jC
^^^^H ;|ii(}m<|]e Bf.i ox d fo mdf alto, preso con irn >oc4</«r
RELO.V. Confesé de plano.
^H
en currp".— riicMo*.
Lisi'aru, No esperé menos de ti
Rflox. Ni yo.
^^^B
Cante otra vez, ruego á Dios,
LisuAPD. En efeto, villan
^^^^B
en galeras el bellaco
Rei-OX. Luego vi, en siendo Ri
^^^^H
que la historia gargantea
del Conde Don Lisuardo;
que habían de haocnn
^^^^H
aunque me importa pi
^^^^H
por lo que me toca á mi.
no estando desde tan i
^^^^^K
que soy su menor criado,
si es posible hacer con
^^^^H
por las nuevas de las horcas
de mi conciencia un d<
^^^^^B
y albricias de cadahalso.
LtstTARD. I'ues descuélgate si pa
^^^^B
¡nuién pudiera desde aquí,
á esta pla^a de armai.
^^^^^m
músico de los diablos.
RRI.OX.
^^^^B
tirarte una almena!
lo deseo, que he de iu
^^^^ LlSlIARD.
l;\h, cielos!
escala de los pedazos
^H Rklox.
A(fui abajo se han quejado.
.¡Si fué del Conde el sospiro.
de dos mantas, donde
siete durmiente cmpaii
^^B
áue, según lo que han cantado.
debe de estar preso aquSr
LisnARi». La traza mejor elige,
^^H
y baja. Retox.
^H
Quiero sabello. ¿Ah de abaio?
Rei.ox. Ya bajo.
^H LiSUAHD
Pienso que de las almenas
de este homenaje llamaron.
aunque al turco se \n
^H
¿Conde, mi señor?
^H
¿Quién es?
ESCENA XIV
^H
¿Quién en este canipanario
^H
puede estar, que no sea tordo
F.t Conde Do.n LtSCAHPS,
^^B
ó relox?
^H LlSUARU
Rclox, hermano.
Cuanto por mi está pl
^H
¿Ahí estás preso?
parece sueño: ¿si esto*
despierto, si durmicno
^H
Señor,
^H
dos meses ha que aqui paso.
Durmiendo debo de es
^^B
con arañas y ratones
aunque yo sé que me
^^B
notables casos y es harto
porque solamente sae
^^H
tener narices y oreias
á las horas que te hablo.
la desdicha un desdkli
^^fl
^^1
¿Qué hay del mundo por allá?
^H
Que hasta agora que he escuchado
ESCENA XV
^^H
tu suceso mfausio y triste
^^H
cantar á este mentecato
P.Lt.ux.— Dicho.
^^B
música de Bercebu,
^^B
que otra vez cante á PilalOK,
RF.I.OX. Cracias al ciclo que U
^^^^_
no supe que estabas preso
á verte.
^^^^H
en las torres de Palacio.
LisuAHD. Dame los bril
^^^H^
Apenas á ver el cielo
que estoy alegre de v«
^^^^^
á esta plaza de armas salgo
puesto que me h»^ cu
^^^^^^
esta noche, cuando escucho
Rei.ox. í^in lioso, C.ond«?, que
L
también de mi muerte el cuándo.
para tonnentos muyi
JORNADA TERCERA
4l3
y que jamás en mi vida
de rubuslo me he preciadu.
Pero ya que naci al munJu
con estrella de ahorcadu,
un escrúpulo en lu amor
le he de revelar.
Di.
Cuando
partisie de León
Ingaiaierra, me echaron
"para ti, desde unas tejas,
d<: las bellísimas manos
de Linda, una banda verde,
de cuya ocasión gozando
un hidalgo forastero,
que en lo soberbio y bizarro,
en lo atrevido, en lo airoso
me pareció castellano,
me la arrebató en el viento,
diciéndome qtje á mi amo
le dijese cómo un hombre
de más valor, de más altos
merecimientos v prendas,
celoso y enamorado
me la quitaba, y que aquellos
favores tan soberanos
merecellos no podía
un caballero, un vasallo
como tú. menos que siendo
monarca, como Alejandro,
del mundo, ó Garci-Fernández,
Conde de Castilla,
jli.xtrafio
sucesol ¿Hav mas?
Más.
iQué másr"
¿yuc más? Que yo di dos pasos,
y, requiriendo la espada,
puesta en el puño la mano,
le advertí que le dejaba
ccn ella, y me fui, cnllandu
hasta agora, por no darte
pesadumbre, y procurando
satisfacer mi conciencia,
le lo difto al postrer paso.
¡A buen tiempo, vive Dios,
que estoy por darte, villano!...
¿De qué le enojas? ¿I labias,
yendo entonces caminando,
de maialle por poderes?
No; mas pudiera el at{rav¡o
á León volverme entonces;
3ue las señas que me has dado
e Garci-Fernández son,
Conde de Castilla, bravo
pretendiente de la Infanta,
que celoso y despechado
quiso empeñarme con esa
bizarría.
ICs temerario;
un jayán me pareció.
Fs siempre el miedo muy alio.
Pienso que a^ora han abierto
una pueda, y siento pasos.
Los de mi muerte serán,
pues que la estoy esperando.
¿Qué es eso?
ESCENA XVI
\tilt l'.i A.si.A i.un una vtla y ta ItrAnix cr,» i/ii>i
//<!;)«,— r>icHos
LiNoA. Conde, yo soy;
no os turbéis, que vengo á daru,,
la vida por csla puerta
que he abierto ahora en el cuarto
del rey mi hermano, con esta
llave maestra. He inicniado
que me debáis por postrero
bien el de la vida. •
Lisi'AhD. Tamo
os debo, que no imagino
con muchas poder pagaros.
Kklox. Dejando á una parle ahora
las ceremonias, mi hermano,
con todo el real consejo,
á muerte os ha condenado,
que puesto que los jueces
y todos cuantos letrados
íiene León, se conforman
en que pudierais casaros
con Sol. porque las palabras
que nos dimos y las manos
fueron de tiempo futuro
y sirvieron de un contrato
no más, por sólo el decoro
que se debe al soberano
nombre de hermana de un rey,
manda por razón de estado
que muráis, satisfaciendo
también con esto al agravio
de doña Sol; no esperéis
más, que amanece y los rayos
del sol pueden ser espías
del que dejáis agraviado.
Ksa pesada cadena
recoged entre los bra/os
Í caminad, que en el parque
aliaréis. Conde, un caballo
que, corriendo, con el viento
compita para escaparos.
Sueldo os dará el cordobés
rey ó el moro se\ illano
con que paséis, y adiós, Conde.
LisPAfíb. Dadme á besar esas manos.
Linda. Conde, esto basta; partios,
que la piedad me ha obligado
de haber llegado á tener
nombre de vuestra.
LisuARU. Vo parlo
sin alma á escapar la vida.
Linda. Hasta salir de Palacio
tendréis quien os guie; adiós.
LisuARo. Adiós.
Relox. Yo sigo tus pasos
y azoto las ancas, Conde,
de ese hipógrifo, pues hago
de motilón delincuente
la figura.
l.isuAKD. Kelo.x', vamos. (V.ín*e,)
414
LA ROMEP\ DE SANTIAGO
ESCENA XVII
Salen Pelato v BBnxubo.
Pei.ato, Tanto al decoro del Rey
se debe, que declarando
que el de la Infanta no ha sido
matrimonio, han sentenciado
á muerte al Conde, y levantan
en la plaza el cadahalso.
Bkrmuoü.No puede haber sucedido
)aii)á& tan notable caso.
Pelayü. Con esto queda lambiín
satisfecho el ajíraviado
honor de Sol, la opinión
de Ordeño inmortalizando.
BERMi'uo.Espectáculo espantoso
ha de ser.
Pelayo. iQué alborotado
por el caso está León!
Y es tan general el llanto
de los hombres y mujeres,
que en el lamentable aplauso
'C conoce lo que quieren
al Conde don Lisuardu.
BcBHLDt). tra de todos bien quisto
por valiente y cortesano. (f.v/aj.)
Pero <qué cajas son esas'
Pela'ío. Corriendo va el vulgo vario
de la ciudad á los muros.
ESCENA Xvm
Súlt Favila.— Dichos.
Bepmi'do. Favila; ¿qué es esto?
Faviia. Un rarostjceso.
BeKMi'Do.^Cómo?
Favila. Escuchad.
A notificar entrando,
á don Lisuardo, el Conde,
la sentencia el secretario,
alborotado volvió,
al rey de no haberle hallado
en la prisión, sin saber
quién pudo ponerle en salvo.
Garci-Fernánder, el Conde
de Castilla, imaginando
que de la Infanta ó del Rey
ha sido caso pensado,
en la vega de León,
con cuatro mil castellanos
que trujo para este efecto
de escolta en abierto campo,
desafió al rey y á todos
cuantos en aqueste caso
lian intervenido, deudos
y amigos del Conde, estando
de sol á sol en la Vega.
Después de habellc retado
de cobarde, si no acude
en aqueste mismo plazo
á volver por su opinión
el Conde don Lisuardo.
Pienso que Ordoño, sin duda,
pues es su iji^uai, sal
con el Conde de Casiiil
porque tiene de bizarra
y de valeroso Ordoño
en las ocasiones, tanto
como de rey justiciero^
Pelayo. A ver este asombro vj
ESCENA XIX
Toqutn. S«lfn Ximcmo, coa t>axtóH,
Di armado, y por olrn pirle Om
OnTi;>oci:>'t battáu. Uo>a Sol ara
puerta La IitrANTA. armada, con
por e¡ rostro, y Doña Sot con oM
IjKKaca con bastones.
ÚKDOÑo. Conde de Castilla: ya
tienes á Ordoño en el
que no es la primera v4
que en él me ve el sol
Bien sabe el cielo que este
libre de lo que impuiai
me estás sin razón; m¡
salir. Conde, como sal
á tu desafío, viendo
que eres mi igual; aquí
resuélvete, que en la c*p»i
la mano puesta te agtli
Garci. Ordoño: ya ves que esi
en la defensa cmpeñadí
de doña Sol, y no puí
volver á Burgos de|an¿
sin satisfacer su honor;
y el Conde don Lisuaf
faltando, es razón quel
me des. Ordoño, en tal]
por ¿I la satisfacción.
Sol.. Y yo también á tu lado
Conde, con aoucl valoí
que tengo de Lara, agv
á la Infanta de León;
porque no hay duda ql
ella libertad al Conde,
á costa de mis agravios
y asi la reto y la obligc
viéndome armada en etl
que salga á saiisfacerr
con las armas en la mi
Blanca. Doña Sol: á responder
dos damas de su palací^
por Linda vienen; c*i
que el Rey y el Co(
que luego vernos
á lasdosaqui.
Obdoño. <Qu^ '
esperando?
(jAftci. Que nos pal
el campo y el sol.
Okdoño. Ya
espuma y cólera, contC
suele el andaluz cabalt
cuando escucha la trof
por ver los aceros blar
dando retlcjos al dia
y apurándole al &ol ra]
1
^^1 JORNADA TERCERA
4i5 ^^B
1
^^ ESCENA 'XX
por los ojos la que dice, ^^^H
quiero volverla á su mang ^^^1
F
Lkitaudo armado, y Relox con frar<(i>i.
del Conde, con esta mia ^^^1
de esposa, porque en >.-! cimpo ^^^H
Í1»D.
Aguarda, Garci Feroándcz,
defenderla mejor pueda ^^^H
que ya va don Lisuardo,
del Conde don Lisuar Jo; ^H
y el sol, Conde de Castilla,
que pues está declarada ^^^^^H
aún no ha llegado al ocaso.
la nulidad y han estado ^^^^^H
.
¡Nüiable valor!
prendas mias en poder ^^^^^1
»o.
Aqui
del de Castilla esperando ^^^1
me lienes ya, castellano;
esta elección, lo que he hech>> ^^^1
que el valor más que el peligro
será al gusto de mi hcrman' ^^^|
conmigo ha podido lanío
que si repara en que di ^^^H
que, habiéndome dado Linda,
la mano á don Lisuardo, ^^^H
por una puerta del cuarto
para besar cada dia ^^^1
■
rde Ordeño libertad hoy
la doy á cualquier vasallo. ^^^H
P
'con piadoso pecho humano,
y sabiendo en el camino
Acuda á su obligación, ^^^Hi
como es razón, entielanlo ^^^^H
qüc me rttabas llamando
que del Conde de Castilla ^^^^1
i mi rey á desafio,
soy mujer. ^^^H
venciendo por el agravio
Garci.
Yo soy lu esclavo. . ^|
con el honor el temor
I.ISUAHO.
Yo, hermosa Sol, si merezco ^M
de la muerte, desarmando
la luya, digo otro tanto. ^M
un soldado de los tuyos
Sol.
Tuya soy. ^^^1
que hallé en el Ezla 'apartado
Obdoño.
Heroicamente, ^^^H
de su cuartel, me presento
Linda, el pleito has sentenciado; ^^^^1
antes que se haya ausentado
dadme, Conde de Castilla, ^^^H
el sol á volver por mi,
los brazos. ^^^H
como quien soy, disculpando
Gabci.
Siempre mis brazos ^^^H
'
á mi rey, y juntamente
han de estar á lu servicio ^^^H
á cobrar determinado
con eterna amistad. ^^^1
vengo una banda que tienes
LiSUAPD
Danos ^^^|
1
contra mi gusto, pensando
tus manos á mí y á Sol. ^^^|
I
que era tan sufrido yo
VÍHÜOÑO.
Quiero también abrazaros. ^^^1
If
como he sido desdichado.
Relox.
¿No sobrará para mi ^H
M.
Soberbio vienes.
algún codo de un abrazo, ^^^|
IPD
Resuelto
pues soy de los delincuentes ^^^H
dirás mejor.
que se han vuelto á Dius.^ ^^^H
u.
Tan bizarro
Ordoíío.
A Lauro, ^^H^
I'
no te imaginé jamás.
á Ramiro y á Fruela, ^^^1
kt>u.
Pues has estado engañado;
que están en esto culpados, ^^^H
que esto que ves es lo menos
haré coniigo merced. ^^^H
1'
que parezco.
Melox.
Vivas tres hanegas de años. ^^^H
[■•
,;Qué aguardamos
Obdoño.
Vamos á León. ^^^H
á palabras si hay aceros?
LiSUABD
Con esto ^^^1
M»D.
Kso es lo mismo que aguardo.
da tin, dichoso senado, ^^^1
Ok.
Deteneos, y pues es
Jara fines más dicliuso<i ^^^1
^A Romera de Santiago, ^^^I
r
aquesta banda que traigo
JORNADA PRIMERA
ESCENA PRIMERA
5aUn Uaktíh Pti isi. Pavo PelíSeí, Alvahu, Cff4^(i
y BoTlM, viíícinn.
Pato, ^Hasla cuándo pret«nd)«»
afrentar nuestras monuñas,
pues al sol de oirás, ha^eaña^
iuiien en lí valen lías?
^Tü. eres mi hijo? No «guardes
que tq dé ul nombfif «quí,
que no htn de Humarme é mí
padre de hijos cobardes.
Tienes tuerzas superiores
al más robusto león,
y siempre tus hechos son
regalos, ^usius y amores.
Cuando gano para ti,
labrando el campo, susicntu,
marcha, lú al campo san^cii^ntu
por blasonen para rtií.
^No veíi que parece mal
un necio entre hombres dUcrcto«i,
entre avarientos, sujetos
al oro, el que es liberali
Pues ¿qué pretendes, Mirlí
tntrtí mooiañesfs licfus,
ifto nobles como guerreros;
Vete con Ñuño y Uaín,
tus primos, que' con lu tig
el Cid, su fama acreditan,
cuyas hazañas Incitan
é urt mármol helado y U\*j-
MautÍn, Yo no estoy acostumbrado
á ver paveses y cotas.
Payo, Pues ¿á qué?
MABtí?í. A buscar Wk
Payo. Principio tiene el soldado.
\íí Cid te dará valor.
HuTiJA. ¿y \i'\ (10 quiere lomallo?
Pato. Traelde luego tt caballw
y las corazas. (^^ Mruup*
ESCUNA II
l>]cnpi, menvi At*Aj(«
.Martín. Señor,
¿quieres que me maten luc
fiüTUA. Lástima le tengo ti pobre,
que cuando fuerza le subí*
á verle cobarde ILe|;o.
f
(I) iDtcrviener» jdcmás. nnixi^o, Ltoono; fiona BaitMi eiti, AiiiftK,C*Liii, Moro».
{2) Es el misiTiti que Ané^AMAN.
JO|lNAI>A PHIMF.H.\
^En los dcmái no es i^;ual
el pcligrü de la vida?
|N. I'adro, y ¿dt-spucs de pcrdidaf"
iNo ha preguntado muy mal
el mozol
Siendo por Dios
y por su rey. no se pierde.
Pues yo he visio. Dios me acuerde,
y aun sois buen testigo vos,
á un ciento y más de soldados
canlallcs réquiem amén.
N. Dice Botija muy bien.
Pues iréis acompañados
los dos.
Ya cantó ei cuquillo
por mí. ,;En qué pequé, señor.
que no conozco a Alman-íor
sino es para serviilu.^
Allá le conuLiTCis
cuando con Martín salgáis
al campo.
M. En poco e&iimájs
i un bíjo.
Bien io sabéis.
La guerra on despenará
adonde echaréis de ver
que en ella os puedo querer
cuando os aborrezco acá.
¿Qué ha de echar de ver, señor?
Kso al amor contradice,
que ei santo Evangelio dice
que nos tengamos amor.
Nuestro Señor Jesucristo
dice también en su historia....
Yo len^o linda memoria.
¿Qué dice?
i. Pues ¿no lo ha visto.>
Que el que el peligro buscare
muera muerte supetaña.
¡Hay simpleza más-t,'Xtrañal
l)e quien el alma arriesgare,
habla Dios, del cuerpo no,
cuando por él se aventura
la vida.
I. Mucho me apura.
Como me quedara yo,
diera por buena la ida.
ESCENA MI
Salt ALVáKo con las arntiu —T)tcu<¡.
jO. Las armas eslán aquí.
¿Trajiste el caballo?
o. Si.
¿Y airúrjas?Que sin comida
no alzaré los pies del suelo.
Este arnés has de llevar,
hijo; procúrale honrar,
que fué de Sancho, tu agüelo.
Mucho estas casacas pesan.
¿So hablas? ¿no me respondes?
N. Ño, porque en ei pecho escondes
las crueldades que profesan
las fieras; no soy tan ciego
que no vea que me han dado
carga, con que el moro osado,
MtnXAS Pl TIPSO os MOtlNA.— TOMO U
4'7
lidiando, me alcance luego.
Menos pesado es me)or,
pues mi padre me desticrra,
asi partiré á la "uerra.
Payo, Y si muestra más valor
el moro, y llega á las manos,
sin armas te ha de herir.
Botija. Ahí entra bien el huir.
Pato. Son consejos de villanos
ios tuyos.
Botija, Lo que yo hiciera
digo no más. que mi amo,
cuando corra como un gamo
será lodo.
Payo. Considera,
sí de quien eres no das
muestra, como buen soldado...
BoTiiA. 5^1 d*r¿. que es hombre honrado.
Payo, Que no has de verme ¡amas,
Caballo y armas te doy,
que e? de los nobles la herencia,
Martín. ¿Tan presto vuestra presencia
me negáis?
Payo. Llorando voy,
que es hijo ai ñn.
Martín. (Ah, señor!
¿Cómo sin echarme os vais
la bendición?
Payo. ¿Lloráis,
Martín? Yo tengo temor
de su vida. ¡Ay, hijo mlul
Mas ¿qué digo? Vaya y muera
antrs'que afrentarme quiera,
Al Cid, mi primo, os envío;
hijo, imitaréisle vos,
pues hay tanta obligación,
y alcánceos mi bendición,
t^uen Martín, con la de Dios.
Botija. Écheme también á mi
su bendición, y veremos
cuál entre los dos extremos
vuelve primero.
Payo, Si en ti
vive de Sancha el amor,
como la fama pregona,
ya ves que es otra amazona
én hermosura y valor
y ha Je buscar! cuando quiera
rendirse al yugo amoroso,
al marido valeroso.
La guerra, Martin, te espera:
haz en ella alguna hazaña
por amante y por soldado,
que después, volviendo honrado,
te dará nuestra montaña
infinitos parabienes
en los brazos de tu esposa.
Martí.n. Fortuna menos dichosa
es la que aquí me previenes,
í>i mi tierno amor conoces,
¿por qué te quitas, señor,
que en prendas de tanto amor
regalados nietos goces?
Permite que Sancha sea
mi esposa, y mándeme luego
que donde trocado en fuego
el sol su carro posea,
37
4i8
EL CORAR DE M,\S VALIENTE
mu.
Payu.
BóTUA.
Alvaro.
Botija.
Alvaro.
Botija.
Alvaro.
BOTIM.
Martín.
Botija.
.Martín.
Botija.
Martín.
Botija.
viva entre bárbaros viles
ó adunde sauces y chopos
la borda cuajada en copos
hilos de nieve sutiles.
{Valientes fueron los godos,
&u nombre á los siglos dieron,
espanto á Italia pusieron,
mas no pelearon iodos!
Yo, que bien lo sabéis vos,
entre la paz me gobierno,
porque soy...
iBobo es mi yerno!
Es un ánima de Dios.
Por no malar un cochino
K) dejará de comer.
Mi voluntad se ha de hacer;
ese es, Marlin, el camino.
Si os es la guerra molesta
y os volvéis, quiero advertiros
que saldrán á recibiros
las garras de una ballesta. (Vaie.)
ESCENA IV
Dichos, minos Pavo Pei.Abz.
Ea, cerróse de campiña:
[No nos echara á la larde
y no en ayunas! Aguarde.
¿Quién es?
¿Cuándo se aliña
jornada entre hombres cristianos
sin tocar de la dispensa?
Payo, mi señor, ¿qué piensa?
¿Somos cuerpos soberanos?
Los pueblos por donde has de ir
que han de regalarte espero.
Pues mientras llego al primero
me puedo, hermano, morir;
hagamos la alforja yo y tú.
¿Tú no ves que no hay lugar?
Adiós.
Tragúete la mar,
criado de Belcehú,
Fálteos, plegué á San Millán,
en poblado y en camino
casi el agua, todo el vino,
la carne os falte y eJ pan.
Parece esta maldición
que me la han echado á mí.
Amigo, vamos de aqiii.
Pidiendo están confesión
mis tripas.
No hay cosa alguna
en nuestra humana opinión
que no tema con razón
vaivenes de la fortuna.
Perderé á manos del moro
sin saberme defender
la vida, para perder
con tiempo el fuego que adoro.
Por lo que dices de fuego,
tu Sancha viene hacia acá
pisando hongos.
Será
baria.
Pues, ¿soy yo ciego?
.Martín. Pues di que bruiandu vienes
sus bellas plantas hermotasi
niuchub claveles y rosas.
Botija. ¿No hay otras hierbas ouc li
virtud para una ensalada?
Cuanto pisa una mujer
luego dicen que ha de ser
ya la violeta morada,
¡irio azul, blanco jazmín,
bello adorno del verano.
haciendo que sea hortclino
el cordobán del botín.
ESCENA V
Sait SaHCitA — tiiaios.
Sancha. Martín: qué, por olvidarme,
¿te vas á la guerra?
.Martín. Así
tuviera piedad de mi
quien de ti quiere apañarme.^
Como la mayor belleza j
que en nuesito suelo cspaño^
sirviendo de espejo al sol
formó la naturaleza
tuviera celos de ti
cuando mi amor procurara,
pues sabes que le negara
el corazón que te di.
Y porque no le parerca
lisonja, cuando mis labios
haciéndole al sol agravtus
io que el matiza le ofrezca,
pregunta en tu pecho herm<
al alma que le ofrecí.
Si parto, Sanciu, sin mi,
antes puedo estar quejoso
de que presa en lu rv!""
mi alma á la tuya a
me den tus ojos la 't .u.,
para venirte á perder;
pues, si h.ibicndomc robado]
el alma, muerto quedara,
mi padre no me ausentara
del sol que miro eclipsado.
Sancha. Y muerto, ¿qué habías de hl
en mis manos rigurosas?
Maktín. E\ sol, padre de las cosas,
tiene divino poder
para dar vida á las plantas,
y yo, como planta nueva
que á tus bellas luces prueba
el ser á que me levantas,
pudiera, Sancha, decir,
muerto en Fénix amoroso,
que era tu lema dichoso
que nace para morir.
Sancha. ¡Oh. qué bien te has prcvenii
de que lisonjas no son!
Martín. Nerdades del corazón,
.jcuándo lisonjas han sido?
Sancha. No te he visto tan discreto,
ó por decirlo mejor,
tan amoroso pint<rr.
.Martín. Voy en tu ausencii sujclu
á lá muerte, y como «ueie
1
^^^^^^^^^^^^^jobÑada
Trímer^^^^^^^^^^^^^^^^^^^Í
■
^muntndo el cibDc cjnUr,
Sancha. Mira que dicen que tiene ^^fl
p
quise a^ora ccichrar
• Burgos, donde agora vas... ^^H
\n mia.
Maktíiv. Pienso que celosa estás. ^^H
(JA.
¡Mucho nos muele!
Sancha. Kso mi amor te previene; ^^H
'
Señora Sancha, sí gusta.
si alguna niujer tocares ^^H
véogase su poco á poco.
que no te abrases te digo. ^^M
PTÍK.
Ya das de pesado en loco.
BOTiM. Buen remedio. ^^H
UA.
Pues una mujer robusia
Sancha. Dilc, amigo. ^^M
no vendrá comando cuentos
BoTiM. No hablar en caniculares. ^^M
á la sombra del rocín.
Martín. Primero verás arder ,^H
ICHA.
Como gustara Martin.
las aguas, el aire, el fuego, ^^H
no rae faltaran alientos
y al sol de la lumbre ciego ^^M
para seguir á un soldado.
precipitado caer, ^^H
rtIn.
(Q)uc tal diga una mujcrl
y lodo nuestro horizonte ^^M
ICIIA.
Para poderte volver
sin las que á tu sol reservo, ^^M
■
el alma que lú me has dado
vivir en el mar un ciervo ^^M
■
te quisiera acompañar,
y un delfín en ese monte ^^M
que mal llevará la palma
que yo te olvide jamás. ^^H
quien va á pelear sin alma.
Sancha. Primero que yo te olvide. ^H
UA.
Para eso ¿-hay más que sacar
el tiempo, que el tiempo mide. ^^M
del purgatoiio un par dellas?
Quédeme yo acá re/ando
le verás volver atrás. ^^H
Botija. Primero verás volver ^^H
y se las iré enviando.
una lechuza que yo. ^^M
«Tin.
Tu amor te ha hecho importuna:
Martín. Quien de tu luz me apartó ^^M
darás ocasión que diga
no me concede lugar ^^H
el Cid que llevo á la guerra
para que más me detenga. ^^H
l>ame tus brazos, y adiós. ^^H
afeminado el valor.
cuando entre espanto y rigor
P>OTiiA. H'Para abrazarse los dos ^^H
pienso matizar la tierra
es menester tanta arenga? ^^M
con sangre morisca.
Sancha. ¿Tantos rigores conmigo? ^^M
IJA,
Aquí
'Martín. Sancha: adiós. ^^H
sin haber sido escolar
Sancha. Adiós, Martin. ^^1
hay quien comienza á dudar
Botija. Aliñemos el rocín, ^H
de lo que has dicho.
que mañana yo me oblig' i ^H
^T¡S.
¡De mi!
que estas hembras tengan dueño V
^no sabes que á malar voy
que un galápago soldado ■
mil moros?
no ha de faltar. ■
CHA.
,;Qui¿n lo dudaba?
Martín. Yo he quedado ■
UA.
Eí, verdad, no me acordaba.
como el que en profundo sueño I
uritf.
Rayo de los moros soy.
en dulces glorias gozaba M
UA.
|Bien la medida le hinches!
teniendo aquel bien por cierto; ^^M
»TÍN.
Pienso matar, Sancha mia.
pero, viéndome despierto, ^^H
diez mil moros en un día.
echo de ver que soñaba. ^^M
JJA.
Muchas son, aunque sean chinches.
IVamc SXarun y BoUí» ) J
HTÍN.
¿Qué dices?
^^M
UA.
Que JO también
de un golpe, y tu lo verás,
ESCENA Vi ^H
he de matar muchos más
^^^1
como me ios pongan bien.
CHA.
¡Oe un golpe solot
¿(>ómo podré yo acabar ^^M
MA.
¿No basta?
con mi amor, sut'rir su ausencia? ^^M
CHA.
¿Cómo?
Imposible es la paciencia ^^M
MA.
Dcsta manera:
en las que saben amar. ^^H
■
voilos poniendo en hilera
Seguircle, sin que intente ^^H
■
como si fueran de pasta,
ver lo que me está mejor, ^^H
r^
y con más fuerza que un toro.
porque en contiendas de amor ^^H
dándole con un garrote
muere el honor mas valienlc. (Kot^^^l
al primero en el cogote
^^^M
topa en el segundo moro;
^^^H
luego el tercero, sintiendo
ESCENA VJI ^^M
el garrotazo que di,
cae sobre el cuarto, y así
Saltn *l Rey y Bermuiio pvr una parte, y el Ci», 1
■
van topando y van cayendo.
¿H*y quien esto no le cuadre?
NuSo lAiNgí, PKDKti BkrmOuk/. y Onooflo por otra, 1
y acompañamicntii. ^^^B
Esto es juntos y apretados,
Rey. .jPara ver á un rey salís ^^H
k
que si esperan apartados
3e tantos hombres armado? ^^|
venga á malarios mi madre.
Ciw. Señor: hanme acompañado, ^^H
^^^V^^^^^^^^^^^EL COBARDE mT^AIJeÑ^^^ ^^^^^^^H
^^1 %\ la verdad advertid,
mostrad lUi iicii 1 1"* ""^^^^H
^H aunque es gran diñcullad
sobrinos, á Alfoi ''^^H
^^H que adonde liega primero
que, si bien no U^ lyn-ju, ^^H
^^M la voz de algún lisoniero
las juzgará por ligeras, H
^^M pueda caber mi verdad.
que yo iré muy satisfecho H
^^1 Y en prueba, Alfonso, que aquí,
^^B con alma de engaños llena,
si dais para mi' partida ■
un dia por cada herida ■
^^H os cania alguna sirena,
de las que muestre su pecho. H
I^K basta no escucharme á mi.
Oküüño.
Pues ¿tan caro ha de costar H
IBbrmuuu.iAI paso que sois guerrero
que con sangre ajena y mia H
1 os preciáis de mal mirado!
se ha de comprar cada día H
[CiiJ. Callad vos, pues yo he callado
de los que le habéis de dar? ■
1 el nombre del lisonjero.
NuÑo.
Muy corta dais la licencia, H
1 Mas, pues que vos desviáis
cuando entre el despojo optmofl
L tan contra jusiicia y ley
Alvar Káñez, nuestro prímo. H
^^H de las orejas del Rey
queda cautivo en Valencia. ■
^^m la verdad que me escucháis,
P. Berm
Kerido y preso quedó ■
^^H sin duda que tenéis dentro
por vos en sangrienta lid; fl
^Hp las mentiras que os escucha:
merezca por él el Cid H
^^ acomélenme en la lucha
el término que os pidió. H
1 y hanme salido al encuentro.
Rey.
Doy á vuestro mego aqui H
Bey. Advertid que estoy presente.
nueve días y no más. ■
Ctu. No temáis que muestre bríos,
Cid.
.No fui tan corto jamás H
porque los agravios míos
en las victorias que os di. V
llevo con serena frente.
Desleal me habéis llamado, ■
^^_ No negará mi amistad
si á alguno lo habéis oído, H
^^m el que más mi ofensa intenta,
cuantos lo han dicho han mcn^f
^^r que yo perdono la afrenta
y en esta campaña armadu, fl
como al Rey trate verdad.
cual noble hidalgo español, H
Ruy, Los que yo'iengo á mi lado
cuerpo á cuerpo los espero H
me la dicen más que vos.
Ciü. Engañáisoj ¡vive Dios!
desde que salga el lucero ■
hasta que se esconda el sol. H
Rey. a no haberos desterrado
Y á no ser mi rey, es llano] ■
«
hiciera un nuevo castigo
que me igualaran las leyes, H
■
L en vos,- salios de mi tierra.
pues sabes que muchos reyes V
■
iCiO. Si desta el Hey me desiierra
me han besado á mi la mano. ■
■
■ ya está en su tierra Rodrigo.
^Estcs vasallos tenéis, H
■
■ (£>4 unos pasos atrát.)
Alfonso, y los desterráis, H
F
Rey. De Castilla habéis de ir
v |v¡ve Dios! que os quedáis H
en el plazo de tres días.
con traidores? H
Cru. Temeréis verdades mias.
Rey.
.No me deis ■
pues no las queréis oír.
á que os castigue ocasión. ■
Ya partiré desterrado
q^ue hay fuerzas de rey en mi. ■
del reino; pero mirad
Cío.
ksas fuerzas yo os las di ■
que á hombres de mi calidad
con mi guerrero «cua-íf ■" V
más término les han dado
Aunque para hablar s ■
^^^ para levantar su casa;
basta que nombre 160;.,^ M
^^m cuando desterrados van
de rey. con que substeniáis fl
^^F á los ricos hombres dan
al enemigo más fiero. H
cuarenta días.
Vos podéis hablar, señor; B
Rby. No hay lasa
pero no el que hablando lidia S
en mi gusto; el plazo os niego.
Ciu. Pues la ley también negáis,
que llama, muerto de cavidia.
dcsiealtad á mí valor.
y claramente mostráis
Ponelde freno en la lengua.
que de cólera estáis ciego,
que son armas mujeriles,
pues ni en cuarenta podré,
armas cobardes y viles
de nobleza y vaíor mengua.
testigos mis infanzones,
cargar, señor, los pendones
Rey.
Pues yo gusto de amparailui.
que en vuestras guerras gané.
Cid.
Si tanto sabor os trueca.
^m iÑo me neguéis lo que os pido,
con las riendas de Babieca
^^B por estos, sino por mi^
daré vuelta á castigallos.
^^m á quien tantas veces vi
^^B defender vuestro partido.
Rey.
¡Cidl
CtD.
|Airon&ol
^^B Oid, don .Ñuño Laín;
Rey.
Bueno mi-
^^B Pedro Rermúde/, llegad.
Cin.
No está, señor.
^^M y en prueba de mi lealtad.
Rey.
¿Qué deci»^
^H para tan honroso ñn.
Cid.
Rey Atronso, esto que oís.
JORNADA PRIMERA 421 1
V«mos, Bermudo.
este papel que le lleves.
00- El que va
en cuyos renglones breves
con su rey disculpa liene
verá mi profundo amor.
si no responde.
porque pienso en mis fortunas,
Ks verdad;
blasón del cristiano y moro,
id irts él, y procurad
ofrecer al Sol que adoro
no andar sin ¿1, que os conviene.
postradas mis medias lunas.
(Vanit.)
Alvar. ¿Dícelo el papel también!*
Abesam. También el papel lo dice,
K
1 ESCENA Vlir
porque mi amor autorice.
Alvar. Muestra...
tn Abrkamak, Rty Síoro, y Alvak FARsx
Abenam. Denme el parabién
^L xin tapada.
las mismas glorias de amor.
(Rompe Alv«r ti papel )
II* Alvar Fáñez: no pretendo
Alvar. Esto responde por mí
de lu persona el rescate.
doña Sol.
aunque el mismo rey lo trate;
Abenam. ¿Perdiste aquí
de que lo trates me ofendo.
el seso-"* ¿Con qué valor
Vele en paz, y al rey, tu lio,
se ha armado lu atrevimiento
dale este abrazo por mi.
)ara tan gran desvario?
Alvab. No hubo más valor que el mío
Jamás en bárbaro vi
tan piadoso señorío.
que tu primer movimiento
Digo que en valor excedes
castigó con divertir
Lá Alejandro.
esa locura en quedas,
^ Al lin irás
que á desvanecerte más
en casa del Cid, podrás
fuera más dulce al morir
hacerme en ella mercedes.
á manos de un tigre fiero
m Tú puedes, señor, hacelias
que sufrir mi enojo y furia.
■ á (juien se rinde á tus plantas.
Wi Tu puedes hacerme tantas.
ABENA.H. A un rey un cautivo'injuria
de quien ya vengarme espero.
que venga á ser rey por ellas.
La muerte que ya te aguarda
Pues ¿en qué las puede hacer
le obliga á hablar desa suerte.
á un rey un soldado.^
Alvar. ¿Quién podrá darme la muerte
M. [Aparte) DudO
cuando mi voz te acobarda?
descubrille el pecho. Pudo
Pues te precias de soldado.
hoy conmigo merecer
no te valgas de traiciones;
tanto tu valor... ¿Qué digo?
arroja lus escuadrones:
Ya estoy ciego.
como esté en el campo armado.
WL No te entiendo.
y porque acortes los plazos,
K En vano el alma defiendo
prueba este brazo español,
■ del fuego que adero y sigo.
verás, sin que pare el sol,
■ Dicenmc que Sol y Elvira,
partir tu gente á pedazos;
B del Cid, dos hijas doncellas.
que del varón sabio y fuerte.
B son, como los cielos, bellas.
si en mí es la alabanza impropia,
1. M qué blanco el moro liraP
M, Alas que entre el bello arrebol
todo el mundo es patria propia,
infeliz ó adversa suerte.
de Elvira, divina aurora.
Y quien en prisión sujeto
blandamente luce agora.
permite mengua en su honor,
Sol, su hermana, como el sol.
tiene al peligro temor
i. Pues ¿qué me quieres decir
lleno de infame respeto.
siendo moro, cuando es ella
Mas bien sé que el no arrojarte
cristiana.?
á venganzas atrevidas
kM. Que es Sol muy bella.
es por no perder las vidas
¿No me podrás permitir
que sientes que ha de coslarte.
que esto diga.''
pues matara mi furor
1. ¿Por qué no.
á tantos en tu presencia,
supuesto que'no la ofendes?
que no quedara en Valencia
k.M. Piadosamente me entiendes.
quien te llamara señor.
La fama, amigo, llegó
Abenam- Mal en los hombres parece
de su hermosura, de suerte.
hablar.
que en veneno disfrazada
Alvar. Engañado estás.
me dejó el alma abrasada.
Dame una espada y verás
Tuviera á dichosa suerte
cómo la lengua enmudece.
que tü le hablases por mi,
La lengua, estando agraviada,
que ansí tu favor podría
la honra tanto provoca.
H vencer á mi cortesía.
que revienta de la boca
H Mas quisiera darte aquí
1 por convertirse en espada.
422
HL coBARnE mAs valiente
AtEMAM. La que en la guerra perdiste
con la libertad te doy.
veré si ejecutas hoy
lo que en l« lengua ofreciste;
parqueen la espantosa lid
donde te he de castigar
quiero volverte á sacar
de entre los brazos del Cid-
Mtak. Con humilde coriesia
mi libertad le agradezco
y con mi espada te ofrezco
lo que vale por ser mía.
Vate una ciud«d cercada.
y en pago de tu clemencia,
pienso ganarle i Valencia,
y dártela por mi espada. iv'<«»i«r)
ESCENA IX
SaUn MartI^ PtcLicjc r Boiu*.
loTMA. ¡A buena ocasión llegamos.
que están haciendo novenas
á San Pedro pescadoi!
Ponte muy (Irme de piernas,
habla gordo lo posible,
porque dicen que en la guerra
vale mucho un hombre ronco.
Martín. En el alma el pecho tiembla
de ver quf i tales varones
un hombre cobarde ofrezca
mi padre: la culpa es mia.
Y es bien que la pena sienta,
fu A. Va salen en procesión,
y pafdie/ ¡que vienen hembras
con ellos!
I Martín. Serán rois primas.
Elvira y Sol.
Botija. ¡Guarda fuera!
;Sol se llama.' Abrasará
quien se abrazare con ella.
: Martín. Desvíate ¿ un lado, necio.
KoTiJA. ^'A un lado.'' ¿soy fartiquera? (i)
ESCENA X
S^fen tt Ci», con p*n4ún, Nvflo LAín, Pidro
UeitMi-OF.; y i)»Do5o.— Dichos.
Cid. Pendón bendecido y santo,
hoy un castellano os lleva
por su rey mal desterrado,
bien plañido por su tierra.
No ha hecho traición al rey
por obra ni por semeja,
sino es que traición se llama
defenderte sus fronteras.
Por lisonjas de cobardes
busco las ajenas tierras,
desde lejos arrojado,
que no osaren desde cerca.
Pero agradézcanlo á Dios.
Isi rn (I ori)iln»l. P»rec< querer ürcir uliri-
I 6 íaltlnqueri.
que á El solo es bien ag¡
que en su ofensa no de
mi espada y mi cruz bermí
Botija. .¡No llegas.*
Mart'n. Tengo temor
de ver la grave presencia
del Cid; espanto me pone.
B<jti;a. .Si fueran moros, ;qué hict
Yo le diré que has venido.
Mabtín. Aguárdale, necio, espera.
Botija. Yo me arro|o. — ¡Ah, señor
OftuoÑo. l'n corito á hablarle llega;
de lejas tierras parece.
Cid. Llegue en buen hora.
BoTiM, Asi sea,
Mautín. Si tanto temor me han puesK
sosegados en la iglesia,
,;que será verlos lidiando
al son de roncas trompetas.*
Jamás me hubiera obligado
de mi padre la presencia.
Ciu. ^Cómo no hablas?
Botija No puedo,
Cid. Despide el temor, sosiega.
Di á lo que vienes.
Botua. Señor...
venimos... soy de mi lierra
y soy Botija también.
Ciu. Pues ¿entre nosotros tiemblas
Botija. Pues ¿no puedo vo temblar
donde quisiere?
Martí.n. Mi afrenta
va publicando su miedo.
Botija. Payo Pelácz, bien se acuerda,
tuvo un hijo, y este hijo
quieren decir malas leoguat
que salió travieso un poco.
y salido, tenga en cuenta,
riñó su padre con el,
después de muchas pendencil$
porque era acuchillador.
MaJitín. jpivmamcnle lo enmienda'
Botija. Por quítame alhi
le sacó una vez I.
á un barbero; per" rucf ■)
las que colgaba á la puerta.
Díjolc su padre entonces:
vete, Martín, á la guerra,
despidióse y despedime.
y acá esta. nos todos.
Cid. Venga
en buen hora ini sobrino.
Mart/n. Porque á vuestros pies mecía
nombre de vuestro so!
Botija. ¿Venlcaqui como un.i
Pues lodo el año es asi.
Ciu. El alma, .Martín, se alegra
de veros; seáis bien venido
á la militar escuela
donde el honor su acrisola.
Martín, (^^luien goza vuestra presenoa
tendrá valor que ic envidien
las nacion>>s contrapuestas.
Cid. Visitad á vuestras primas,
que Ximena yace enferma
en l.eon!
Maptín. Voy i serviros.
^^^^^^^K ■
^^Rüonio á bisoñn en la guerra,
BoTiM. Pues quiéreme prevenir I^H
^Vauíero en sucintas razones
^V aaros de su trato cuenta.
para esconderme. ^^|
Martin. Ya lloro ^^M
^r No hay trabajos insufribles
entre tas desdichas niias ^^M
que el soldado no padezca.
mi ya malogrado amor. ^^M
k. ¡Mira con qué le saludan!
BoTUA. .\o hay sino mostrar valor. ^^M
^^ ¡Por Dios que es linda la llema!
señor Martin. ^^M
^B Pues con buen compás de pies
Martín. Pues ¿no fias ^^H
V^será bueno dar la vuelta
de mí que sabré mostrar ^^H
■ ¿Kuardar treinta borregos.
ánimo y pecho gallardo? ^^H
tm7 ¿Quién hay que ignorancia tenga
BoTiM. Por eso digo: aquí aguardo, ^^H
desos trabajos, señor?
para tener que contar ^^H
^' más quien viene á hacer prueba
tus hazañas á la vuelta. ^^H
del valor que me ha prestado
Martín. Va las espadas previene ^^H
mi conocida nobleza.
el Cid; mostrar me conviene ^^H
.¡Qué os parece, caballeros?
determinación resuella ^^H
^Podremos, con ia defensa
de morir, antes que vea ^^H
de tan gallardo soldado,
la infamia que engendra el miedo. 1
buscar moros en su tierra.^
Empeñado estoy, no puedo ^^J
K. ¡Si lo pudiere excusar!...
excusar la imagen fea ^^M
Serán las victorias ciertas
de la guerra; amigo, adiós, ^^|
con su favor
que ya suben á caballo. ^^H
ÍN. I'adre ingrato. (-*P<"*'«)
BoTiiA. ¿De veras podré esperallo? ^^|
,;por qué permites que vean
tu afrenta en mi cobardía?
Martín. Si hemos de volver los dos ^^H
cargados de mil trofeos ^^|
¡Pluguiera á Dios que en la sierra
para Sancha, claro está. (V<ur.) ^^m
me hubiera muerto algún oso!
UoTUA. Pues tráigase hacia acá ^^^M
Sobrino, por nuevas prendas
un rey moro. Los deseos ^^^^1
de mi amor, y porque espero
de mi amo buenos son; ^^^^|
que en vuestra defensa tenga
fuerzas y estómago tiene, ^^^|
ini pendón lugar seguro,
corriendo un carro detiene ^^H
mientras dure la novena
de seis muías; no hay Sansón ^^M
le honraréis con vuestras manos.
como él si da una puñada: ^^H
ÍN. Donde hay tantos que merezcan
pero diz que no está en eso; ^^H
este honor...
ya temo algún mal suceso. ^^M
A vos se os debe.
^^^M
i El hará lo que no deba.
^^H
N. Razón es obedeceros.
ESCENA ir ^H
lín oyendo las trompetas
^^lo verán.
Satt Saüciia <n hátito dt hombre. — ¡¡otiia. ^^^B
^m Vamos.
V
^m ¿\ á mi
Sancha. ¿Cuándo un alma enamorada ^1
no me darán una vela?
temió peligros de honor? ^^H
Iremos en procesión:
Los imposibles mayores ^^M
■tsi aguardan que la merezca,
^PCotija soy, y en Asturias
amor los conviene en llores, ^^H
porque es lisonjero amor. ^^m
es mi casa sola vieja.
Buscando vengo á Martin ^^B
io. ¡Solariega!
disfrazada en el vestido, ^^B
t. Y en mis armas
aunque amor, como advertido, ^^H
las botijas de mi tierra
mal puede encubrirse, en fin; ^^H
tintan un braguero de oro.
pues, por templar los enojos ^^|
o. Pues ¿por qué?
que causa mi ardiente fuego, ^^H
^m Porque se quiebra.
pretende mostrarse luego ^^H
^K (Kanir, con qutftita jin día primera
en el agua de mis ojos. ^^H
^^h'<rnada.)
Y asi en el disfraz mayor ^^H
w
con que amor cubrirme quiere, ^^H
verá quien mis ojos viere ^^H
JORNADA SEGUNDA
que vengo muerta de amor. ^^H
hi, como es Martin gallardo, ^^H
■
sustenta el alma animosa, ^^H
■
no habrá mujer más dichosa; ^^^|
■ ESCENA pri.vu:ra
verle solamente aguardo ^^M
que entre las escuadras lidie ^^M
un clarín y salen MartIn Pbláez y Botija.
para dalle mis deseos "^^B
mil amorosos trofeos ^^H
.. .Señor, ¿á qué toca el moro?
que nuestra montaña envidie. ^^H
N. Dicen que loca á embestir.
Estos son los pabellones ^^H
^^^4^4
F-L CODARDE M<ÍS VAUEVTE ^^^^^^^^^^^H
^^^H
del pueblu Lrsbliano, y pienso
tomare resolución ^H
^^^^IB
que quieren lidiar.
en vuestra comodidad. ^m
^^^^^OTIJA.
Suspenso
Sanliia.
¿Cuándo volverá, señor? ^H
1
por más de veinl« rizones
'^LVAR.
.Si nos da el cielo favor, ^H
I
me tiene el moniañcsillo
no llegará á la rnitad ^H
1
que está en el valle parado.
el sol sin que vuelva aquí. ^H
^^H
Hacia aquí \icne un soldado:
Sanciia.
Pues piense que ha vuelto y^^
^^k
como él quiera he de servülo
y recíbame, y verá
^^»
para encubrirme mejor.
el favor que tiene en mí,
■ Botija.
\Q[ié bien la vista repara!
que pivnso rezar por él.
^^
(Par Dios! cortada la cara
aunque en guerreros estilos, ^^
^^k
parece á Sancha.
á San Dommgo de Silos. ^M
^^^B
Alvap.
Va fuera, Sancho, cruel ^H
^L
ESCENA III
á tan buena voluntad ^M
si no os recibiera. ^H
^^b
Sale AtTAii Fáübz.— Dicnot.
Sancha.
que mil veces le bendigo, ^H
■ Al-VAJ».
Al Temor
Alvar.
Kn ese monte esperad ^^t
I
de la castellana furia
mi buena ó mala fortuna, t"^!
■
que arrojan nuestros reales,
^H
K
recoge va sus cristales
^H
^^^^^H
en urnas de plata el Turia.
ESCENA IV ^^M
^^^^^H
Pone el moro sus riberas
^^^^H
en banderas y pendones,
Dichos, mtnoa Al- va» FAüa^^^H
^^^^^B
el Cid pondrá á sus leones
^H
^^^^^V
por alfombras sus banderas.
Sancha.
Con victoria os vuelva el cie^H
^^^^V
{Tocan una cafa.)
Botija.
¿Que le ha dicho este muzueiS
^^^^^B
Aquella caja señala
\
si el preguntar nú imporiun^H
^^B
la sangrienta acometida;
Sancha.
Este es Botija; ¿ay de mil j^|
^^^B
aquí es bien perder la vida.
que pierdo, si me conoce, ^|
^^H
cuando en la fama se iguala
mi pretensión.
^^H
un valeroso español
BoriJA.
No s« emboce,
^^B
al Macedón, cuya gente
que no estoy por bestia aquí,
^^H
pisó del Ganges la f'-enie.
A Sancha me hu?le el mozo.
^^^E
nevada cun3 del sol.
Sancha.
Pues ¿qué es lo que quiere?
^^^L^
Bien ha menester las manos
Botija.
Quien
^^^^K
el fiero ejército vil,
preguntar i lo barbero:
^^^^B
aunque trac noventa mil
¿por qué no le sale el bozo
^^^^^^
>ara ocho mil castellanos,
^ienso que volverse quiere,
para que nos dé provecho,
^^M Sancha.
que aquese talle no es b^rro?
^^^ft
que le dan las trompas voces;
Barba muy á lo guijarro
^^H
volarán mis pies veloces
no es de hombre de pelo ea pectio
^^K
para decille que espere.
¿Tiene hoyo la barbilla?
^^B^
¡Ah, señor!
Sancha.
¿Con esas preguntas viene?
^" Botija.
¿.\ dónde va
Botija.
I)igolo, porque no tiene
el muchacho?
de Adán más que la costilla.
Alvar.
^Quién me llama?
Sancha.
¿Sueña? V^^
Saniiha
Quien quisiera daros fama
Botija.
Ayer soñaba yo, ^^
sobre el sol y os servirá
vaya conmigo, esté ateniu. ^M
de paje en la' paz y aqui
que en cierto duspedi miento ^M
de llevaros si gustáis
cierta mañana se halló ^H
escudo y yelmo.
su merced en cierto H
Alvar.
¿Buscáis
que Con cierto mon! ^^
^^^
á quién servir?
se abra¿ó: lo cierto e^ ^H
^^K Sancha
Señor, sí.
que fué sueño, escuche v (*^|
^^H
poraue á la guerra me inclino,
)• as me perdone Dios
Lloraron mucho, y llorMO,^H
venlmonos, y venido ^H
que os sirva de balde á vos.
sentimos mucho, y sentido ^M
^H
líl muchacho es peregrinol
hablamos al Cid, y hablado ^ñ
^^B Sancha
. Diga: ¿quiere ser mi amo?
resultó que despené ^M
^^B Al.VAP.
Tiene gallarda presencia.
diciendo: Sancha divina, ^H
^^^H
¿El nombre?
la invención es peregnna. ■
^^M Sancha.
Con su licencia
no te encubras por la ir ^M
^^^^K
diré que Sancho me llamo.
que debes á mi señor. ^H
^^H Alvah.
Pues, Sancho, no hay ocasión
Sancha
. ¿Cómo, si e$ Martin mi dutA^^
;^^^K
para que más me detenga:
cuando de la guerra venga
Botija.
Pues ¿no le digo auc es tutd^H
|No há csiado linda ia Hor ^1
L
^^^Bf SK(JUNOA 43S ^^1
^^Eseñorítol Entre mano$
ESCENA VI ^H
Hk me quiere hacer mujer.
^^^H
Iff^oñé yo también por ver,
Sale .Vlvah FAñiz.— Dicho*. ^^^^|
L^o hay que ver, que hay sueños vb-
■Éf erú, dígame también, |nos.
^^^^H
Ai'VAR. Vamos, ^^M
HKqué dijo á aquel caballero?
antes que el moro vencido ^^^|
I?T)iie que servirle quiero.
^ jllalo mirado muy bien?
Porque llegar á servir
vuelva á ganar lo perdido. ^^H
Mamtín. Por eso á entender le damos ■
siempre lo que pierde en ello. 1
ai primero que topó.
{Vante Alvar Fiñer y Mirtín PtUer.) H
y más si acaso dejó
d^^^l
buen amo, da que decir,
ESCENA Vil ^H
y tanto, que juro á Cristo
que esiov para hacer un hecho...
Dicho» mmoj! .Vlvar r Martín. ^^^|
A. Ya esiá el alma en más estrecho;
va sin fruto me resisto.
Cid. ,;Dónde Martin puede estar? ^^^|
No fué liviandad, Botija,
Su afrenta me ha de acab.ir, ^^H
. .jEsiás borracho, muchacho?
tengo el alma de un cabello. ^^H
Por no llamarme borracho
Sancha. Sin duda el seso ha perdido; ^^H
me dio el nombre de vasija.
ansí su infamia previene, ^^^|
¿Qué dices?
mas «-quién tal ansí no tiene ^^H
A. Que estoy soñando.
vergüenza de haber huido? ^^H
y aun pienso que sueño ha sido,
A la mesa se ha sentado, ^^H
porque aún no me lie conocido.
no es el que buscaba yo; ^^H
. <D6nde has de estar esperando
un mar de hielo cayó' ^^H
á tu señor?
sobre mi pecho abrasado. i^^^^l
A. Que le aguarde,
|Si viéredes más mis ojos ^^^^H
dijo, en este monte.
me despedace un leóni ^^^H
Sube.
Botija. ^Dóndc vas? ^^H
A. Alguna dichosa nube
Sancha. ¡Ay, corazón, ^^|
porque á sus ojos me guarde,
muerto entre penas y enojos! ^^H
me dio en el disfraz el cielo.
Pero por venganza ho.irosa ^^H
. Pardicz, que hoy ha de saber
del que lan sin honra vi ^^^|
Martín quién es la mujer.
al que por amo escogí ^^^|
^Amores buscáis al vuelo?
daré la mano de esposa, ^^H
y á un villano, si faltare, ^^H
ESCENA V
que una mujer ofendida ^^H
le dará el alma y la vida ^^^|
M el Cin y Martín, cada uno 4tsu partf,—
al primero que topare. (Vastj ^^H
Dichos.
^^^^^
Si premio hubiera faltado
de honor, á un riesgo mortal,
ESCENA VIH ^H
no tuviese un rey caudal
' 1 J J
Dichos, mtHoa Samciu. ^^^|
para pagar a un soldado.
^^^^H
Con agradecido amor
Botija. Mas ,;qué, se va de vergüenza ^^H
es bien que lo satisfaga.
de lo que mi amo ha hecho? ^^H
y no perdiendo en la paga
Luego iré á templalle el pecho. ^^H
le dé ventajas de honor;
Cid. Con buenos hechos comienza ^^H
que un soldado estropeado
Martin á honrar á su tio. ^^^|
no siente el dolor cruel.
Ya en la montaña estarán ^^^|
si sabe que dicen del
juzgándole capitán. ^^H
,iQuédiré en descargo mío ^^H
que peleó como honrado.
Iv. ¡Que mi afrenta y mi temor,
que no multiplique enojos? ^^H
que con mi dolor compiten.
Llamarále quien le vio ^^H
me traigan donde repiten
infame, pues se atrevió ^^H
todos liciones de honor!
á ser cobarde á mis ojos. ^^H
¡Qué he de haccrl
Pero quiero divertir ^^M
Ea, capitanes,
el ánimo triste un rato. ^^H
entrad.
No merece hacer el plato ^^H
i. Bien es si te esfuerzas.
á los que osaron morir ^^H
lo que perdiste en las fuerzas,
tantas veces: ,:quíén los ve ^^H
que con la industria lo ganes.
comer con tanto sosiego ^^^|
En tropa puedes sentarte,
que juzgue un ravo de fuego ^^H
la estampa de cáela pie? ^^H
porque, viéndote á su lado.
pensarán que has peleado.
,jQuién no tendrá á maravilla ^^H
In. Mil abrazos quiero darte
y á nuevo prodigio extraño ^^H
por el buen consejo.
que recoja aquel escaño ^^H
^V 426
^ F.L cbBARbE mAs VAI.IKNTE ^^|
la defensa de Castilla?
y aunqi;e el pan me habélü
Leones dooicsticados
Hüdrigo, advertiros quiero
parecen en sus decoros.
que sin compralle primero
despedazando mas moros
no he de comer ni un bocu
que están co.niendo bocados.
Laurel, leneldo guardado
Pero ¿quién es el que veo
como en dfp'^'sito liel
junto í .\h ai Káñez? ¿Sí es él?
y sed guarda lan cruel
Mas no fuera lan cruel
que aun á mi, si os lo pidiei
la foriun» .•"« mi deseo,
no inc lo deis, si no os di«r«
que el premio de averfíonzallo
una victoria por ¿1.
nunca ha de osar adntiiillo
Ea, afrentas, acabad
quien tuvo ante su caudillo
vuestro curso acelerado.
teinor par.<i conquistaüo.
si en la cumbre habéis tocad
Mas como un cobarde eslá
con la cabeza, bajad:
ciego en tan honrosas cuentas
que tiene tal calidad
topa con honras y afrentas
el honor precioso y bello
sin saber adonde va.
que aunque luchéis por ven
jVivc Dios que no ha de estar
ha de quedar superior.
más un momento en la mesa! (K.mí )
porque es gran parte de hod
^^m Botija.
A alguna afrentosa empresa
la vergüenza dcpcrdello.
va el Cid: ;en qué ha de parar?
{TtKan ata»
(Va»t)
Ea, que el moro locó
segunda vez á embestir;
ESCUNA IX
la ocasión puedo decir
que el cielo me la vendió;
ae mi he de vengarme yo
^^ Satt í/r
n tacaiiilo Htl btuxxo á MARrf.N Pki Xkü, con
L ifXii sm'íltfta, un yaiucillc y tin cuchillo.
tanto, que los que miraron
las afrentas que cargaron
^H cu).
Sobrino, advertiros quiero
sobre mi ofendido honor.
que tiene mal proceder
viendo ahora ini valor
quien se convida n. comer
presuman que se engañífOft
sin que le llamen primero.
El convidaroi comienza
por acto de voluntad;
ESCENA XJ
ir llamado, es amistad;
Saltn Alvar Viimí, HnfortíCa»
sin llamaros, desvergüenza.
Y esto, para entre los dos.
Cío. ¡Qué, no os dejaron comerf
que aunque son amigos caros,
At.VAR. Antes se lo agradecemos,
pues se fueron sin llamaros,
á les buscar, porque iremos
más ligeios a vencer.
quisieron comer sin vos.
Demás que aquí se reparte
Cit>. ¿Q)uión se ha querido ofrece!
la costa á los convidados,
á la batalla primero.^
y de los que veis sentados
¡Qué gallardo caballero!
puso cada uno su parte;
AI.VAK. Martin es quien nos conrkifc
que como ellos han cortado
Cío. ¿Veis como no fué huidor
cabezas que África llora.
sino astucia de guerrero?
lo que están comiendo agora
por cabezas lo han echado;
Socorramos á .Martin,
caballeros.
y asi, no es razón que deis
Ni 1.55o. Ya embistió:
ocasión por tantos modos
por las batallas se entró.
Alvar. Kngañimonos al fm,
A decir cjue compran todos
lo que sin pagar coméis. iV"n*e.)
NrSo. Apenas oyó el clarín
cuando acometió valiente.
ESCE.NA X
Martíü PklAec tolo.
ESCENA XII-
Vuestras razones notorias
^^H
dicen del alma sentidas
que aquí se dan las comidas
Ya desbarata la gente, H
á precio de las Vitorias.
y cual segador, espigan H
Si son los triunfos y glorias
de cabezas enemigas ■
con lo que se han de comprar.
tiene una muralla enfrente. H
claro está de avcrifjuar
No vi más terrible usar; ^|
que en vuestra mesa ofendida
ya empieza el campo i iem4^|
me ncgastes la comida
con el contento de velle V
por que la salga á buscar, *
se me olvida el pelear; ^^H
^^^^P ^2^ ^^^1
W mas ;quc espada ha de fallar.
Mawtí.n'.
Tuya es la batalla aquí: ^^^H
P si el mundo en l.i su>a csiriba
mas si él te vence, ¿qué esperas? ^^^^|
para que la tama escriba
.\benam.
La muerte en sus manos ñeras. ^^^H
que la afrenta del huir
pues á sus manos volví. ^^^H
la quiere agora cubrir
Auvah,
Antes pagarte pretendo ^^^H
con los cuerpos que derriba?
la libertad de aquel dia. ^^^^H
Kn no ayudarle acrisolo
Abenam.
Pues á tanta cortesía ^^^^^^M
i-l honor <|ue restauró,
hago mal si me deliendu. ^^^^^|
^vvque pues el solo huyó,
Tu esclavo soy. ^^^^|
^■jftane la victoria solo'.
Mahtís.
No pretendo ^^^|
^^ Ya le ofrece el mismo Apolo
que te adelantes jamás; ^^^H
1 para que á la envidia asombre
para vencerle no más ^^^H
su laurel.
te Concedí eua victoria, ^^^^|
que yo he de ganar la gloría ^^^|
1 KSCENA .\III
de la vida que le das. ^^^H
Rey: el poder escaparte ^^^H
K peleando Aaknamar, Liporo, Muía y of roí
del peligro á que has llegado ^^^H
íAit MamtIn. — El Ctn,
es por habernos juntado ^^^H
%M. ¿Quién eres, hombre?
dos hombres para matarte- ^^^H
.¿Alvar Fáñez, Laín ú Ordoño.^
sigue tu propicio Marte. ^^^|
mas coniiésate rendido ^^^H
rÍN. Soy un soldado bisoño
del Cid, que aijn no tengo nombre.
de Alvar Fáñez, que él ha sido ^^^|
lí-:ntralosá cuchillatíaí.)
el dueño dcsta amistad. ^^^H
lía, Martín, que fué el valor
Abenam.
,;Y quiéa me da libertad? ^^^H
mientras lo encubristes, mas
MAHTf.N.
í-'l mismo que te ha vencido: ^^^H
como el que da paso alráa
que aunque parte desta gloría ^^^H
para dar salto mayor.
llegué á tener merecida, ^^^H
Va puede llamarse honor
entre los dos repartida ^^^H
su huida, que ofendellos.
viene á ser corta victoria; ^^^H
dando al cuchillo sus cuellos
cifre lu famosa historia ^^^H
por no darles honra ha sido;
que por haber él huido
esta hazaña en mi presencia. ^^^H
mas huye, moro, á Valencia, ^^^H
no quiere que huyan ellos.
que si te vuelvo á encontrar, ^H
Su espada es la véncedorj.
ni te podrá perdonar ^^^H
Dios con Vitoria la vuelva.
ni yo le daré licencia. ^^^H
Por una acerada selva
Abfnam.
Parto á obedecer vencido ^^^H
de lanzas se arroja aj^ora,
de vuestro heroico valor. (Vau.) ^^^H
espada y brazo mejora.
^^^H
y en su generoso aliento
■^ r^ «^ #-* k T ■ V r ■ ■ ^^^^^^^^^^^^^1
se mezcla el Marte sangriento
ESCENA .\V ^^^H
con el Rey: ¡heroica empresa!
Sale Sakcha.— Dichos, mtnos .\iilnamaii. ^^I
ya bien merece la mesa.
^^H
que trac sobrado sustento.
Sakcha.
Con vergüenza y con temor ^|
Pero en tanto que pelean
á su presencia he venido; ^H
quiero su campo apretar.
va los celos que he tenido ^H
que la ocasión y el lugar
los han de pagar mis o)os. ^H
* no lloran s¡ se desean.
Alvar.
No más triunfales despojos ^H
honran el templo de Marte; ^H
^^ ESCENA \IV
deja que llegue á abrazarte, ^^^H
1 «í «rr«(i, y sate El. R«t .Moho, Aj.tah FX5bi
Mahtín.
En perdiendo enojos ^^^^|
y Xaht/.s l>i.ÁF.f.
que recelos me han causado ^^^H
podrás llegarme á abrazar. ^^^H
Nadie se llegó á enfadar ^^^H
p. Asi tus Vitorias sean
Al-VAH.
á las de Alejandro iguales.
^^^^1
iti. ¿Qué pides?
Mamtín.
Pues yo me enfado. ^^^H
1. Que me señales
¿Qué tienes que responder? ^^^H
sola esa batalla aquí.
.■\lvar.
Que, más que valor, ha sido ^^^H
ÍN. Pues ¿fáltame esfuerzo á mí
soberbia la que has tenido. ^^^^|
para batallas reales?
Pero déjame entender ^^^|
A.M. Antes te ha sobrado tanto,
la causa por que te enfadas ^^^H
que quiero competidor
satisfación harc. ^^^H
no de tan alto valor.
Martín.
S'o también te la daré. ^^^H
iti. Luego ¿doiie más espanto
Alvar.
¡A mi! ¿Cómo? ^^^H
que Alvar Fáñez?
Martin.
A cuchilladas. ^^^H
IM. Yo sé cuánto,
Alvah.
¿Por una vez que has mostrado ^^^H
pues una vez le vencí.
^
valor, le quieres poner ^|
EL COBARDE mAs VALIENTE
Al.V\B.
.Martín.
Alvar.
\1 AP riv.
n Sancha
con el que supo vencer
antes que fueras soldado?
Martín. Por eso hay más que escribir
los blasones que he tenido,
pues en valor te ha vencido
el que una vez viste huir;
que, si lo que viendo voy,
baldón alguno me das,
tan descomedido estás
como yo sufrido estoy.
V advierte que fué el temor
que estas glorias me previene
lunar hermoso que tiene
la imagen de mi valor;
pero la alabanza mia
dejo librada en mi espada,
con más honra acreditada
que da luz al mundo el dia.
;l!oy te ha llegado á servir
ün muchacho montañés?
¿Es aquél acaso?
El es.
Pues ¿qué me quieres decir?
Que en mi casa se ha criado
y por yerro te ha servido;
que me lo vuelvas te pido.
Ya está en el pecho turbado
el corazón; no quisiera
ser de su daño ocasión.
Alva». Aunque tuvieras razón
y para dalla estuviera,
por el modo que has tenido
te la dejara de dar,
que al pedir me han de rogar.
Martín. Pues yo mando cuando pido,
y en la distancia que ves
que hay del pedir al tomar,
te quise dejar lugar
para que el paje me des;
pero, pues que no conoces
lo que en pedírtele ganas
excusa ya voces vanas.
.\t.\ nk. Tú eres el que das las voces.
Maxtín. I'ues en la fuente del Cisne
le espero.
Alvar. Valli verás
si importa rogarme i mi.
Mautín. De rabia y de celos muero.
{Vantt tutdos.)
ESCENA XVI
Sancha xola.
¡Que así hayan puesto los celos
t causadas de mi venida
en riesgo la mejor vida
que han dado aliento los cielosl
No me atrevo, estoy corrida,
que yo á sus pies me arrojara
para que grillos le echara
i su atención atrevida.
ESCENA XVn
Saít Botija,— Sawcha.
lioiíJA. <Qué hay, mancebo?
Sancha.
Avisa al Cid,
amigo, quL* lu scüor
y Alvar Fáñez ¡ar, imorl
para temerosa lid
se desafian.
Botija. ¿Y va
con ellos alguna gente?
.Sancha, Solos van.
Botija. ¿Dóode^
Sancha. A la f i
del Cisne,
Botija. Pues no itndsi
lugar su furioso intenta (m
ESCENA XVÍII
Sattcma gota.
¡Que tanto los celos p
que á toda amistad exccd
iré en los hombros del vi
quizá les dará el amor
algún pacifico medio;
que amoi suele hallar remedie
en el veneno mayor, ffatn
ESCENA XIX
Sale Maiit()« 1*elík^ con rodrti
Martín. Dicen que abrasarse en ct
es la causa no estimarse
un hombre, porque prcsui
c^ut el competidor amante]
tiene más mérito que ¿I;
porque quien lo juzga sat
pues no conoce que el gus
de errados desvelos nace.
Si hubiera elecciones justan,
fuera amor carga suave,
hubiera paces dichosas
y casamientos suaves.
Mas si del cuello de Ador
de la belleza una ima:;en, '
Venus mendigando gu^toi
va con Vulcano á casarse
¿por qué no ha de tener i
el mismo Fénix de su ásf
si las mujeres escogen
lo más humilde por fácil?'
Celos es razón que tenga,
no digo yo de Alvar Fáñex^
que un esclavo, vive Di<
recelo que me aventaje.
Si conoce que es mujer
no hav sufrimiento que
la amistad y el pareniescol
los he de borrar con saai
ESCENA XX
Sal* Saucka.— Dicn».
Sancha. Amor, ¿por qué me
si sabes que son bast
las disculpas de mi fe?
Mas si me atreví i dejarU
y mi inconstancia cor
JORNADA SEGUNDA
427
razón es que mcBCobardc
la vcr^ücn/a, aunque sin culpa.
riN. Amor, ¿c$ causa bástame
el Vf f á Sancha que el pecho
cnire vulcanes se abrase
de celos? ]Viven los ciclos,
q_ue viene por Alvar Fáñcz!
tna moróse de verle
galán, entró por su paje
Y creció su amor, por vcrnus
á el valiente, á mi cobarde.
iQuicn pudiera rcducilla!
que, aunque es en belleza un ángel,
es en las demás acciones
mujer y podrá mudarse.
ESCENA XXI
Sslt Alvar FASai.— Dichos.
M>. Cuando tan poco me importa
volvelle á Martin Heláez
el paje, ^he de ser tan rudo
que olvide amistad y sanare?
Que, aunque el procedió conmigo
atrevido y arrogante,
no hubo agravio entre nosotros
para que el honor se manche.
Mas ya me espera en el puesto,
y con risueño semblante
íle^ja á hablar al pajecillo;
delilo será quitarle
su gusto; en hablando, pienso
tirmar nuestras amistades
con lazo inmortal.
JN. Iiscucha,
para que después me mates.
A. iQué me quieres?
ti. Darte un alma
que despreciada arrojaste
del cielo do tu hermosura.
t. .\u se te dicen aun paje,
Alvaro, aquestas razones.
ÍN. Sancha: ¿tan presto quebraste
la fe de tu amor primero?
Aquellas line/ as grandes,
aquellas lágrimas tuyas
que dejaron arrogantes,
más que si fueran del alba
las ñores de nuestros valles,
que luego las consumieron?
Mira que no es bien ic iguales
á los que en la corte viven
que solo traiciones saben,
y del valor que he podido
entre moriscos alfanjes
mostrar ei valor del pecho
otros podrán informarle.
Esta es mujer, y cual suek-
el paiarillo ampararse
del águila que le sigue
por el imperio del aire,
á mi amparo se ha venido,
encubriendo de su amante
el alma con ios deseos
y el cuerpo con los disfraces.
.Mas ya que se ha descubierto
otra I unitiva Oafno,
otra Kuropa entre las flores
y otra suspensión de Paris,
deje las selvas de Chipre
amor, si ya de cobarde
no se atemoriza en verme
teñido de polvo y sangre,
ganaré la montañesa
si para mi ofensa trac
más escuadrones que el griego
trajo en sus preñadas naves
¿lie tardado mucho?
Sancha. No;
que para tratar de paces
entre parientes y amijíos
jamás se ha llegado tarde.
En vuestra contienda injusta,
pues que de mi causa nace,
bien es que yo sea tercero.
Mi señor Martín Peláez
me echó de su casa un día,
v vo, viniendo á buscarle,
entré, en tanto qtje le hallaba,
á serviros.
MiiRTis. Dios te guarde
al paso de mis venturas.
Alvah. Pues va que cúnmif»ü entraste
me has de servir jvive Dios!
porque no ha de ser bastante
el miedo que ya le tienes.
.Martí.n. Pues nos hace el campo iguales
en la defensa y Iss armas,
verás cuíndo aqui te mate
el respeto que me debes.
Sancii.\. ¡Hay desdicha semejante!
Seiíores, ¡que siendo amigus
y tan parientes se maten!
Mas ya los cielos piadosos
irujcron quien los aparte.
.Nlirad al Cid. caballeros.
Alvar. ¡Cielos! ¿Quién pudo avisarle?
Martín. ¿Qué haremos?
Alv\i«. Lo que yo hiciere.
ESCENA XXII
Hecucstánse tn ti tvtlo y sa.íe ti Ciü.
CiL). Mal saben disimular.
porque en ocasión que el campo
sigue el victorioso alcance
para cercar á Valencia,
no es bien que los Capitanes
á descansar se retiren;
vendrán á desagraviarse
de alguna afrenta, sin duda.
.\i.vAR. Tres veces envió á llamar
el Rey, alzóle el destierro.
Martín. Es en su corte importante
nuestro tío.
Cid. ¡Qué bien fingen!
Alvar. Los casamientos que hace
en orden á honralle ha sido.
Martín. Son ricos y principales
los Condes de Carrión,
4
i
4^0
EL COBARDE Mas \ .\L.ih> f t-
AtVAB.
Martín.
Liu.
Alva».
Ciu.
Alvar.
Martín
Ciu.
Martín
Cid.
!San<;ha
Alvai».
MaktÍn
Cid.
MahtIn.
Al.VAH
auuque, %\ vcrUadcb v;Hlcn,
nu partieron muy contenías
nuc!>iras primas.
Ya se sabe
que os amaba tiernamente
doña Sol.
Amor constante
os mostraba doña Elvira.
¡Qué tiernos discursos hacen
para encubrir sus agravios!
Que será bueno dejalles
reñir, que s¡ agora estorbo
tas intenciones que traen
serán con la paz fingida,
en mi presencia cobardes,
y después como ofendidos
podrán volverá matarse.
Más vale que en mi presencia
riñendo se desagravien,
que con las espadas fuera
pienso que será bastante
á -oncertarlos. Sobrinos,
^a^ora gozáis el aire
cuando los demás trabajanr*
Como nos toca la parte
del mayor trabajo, es bien
que el espíritu descanse.
Hoy verc quién es .Martin,
veré quién es .Mvar Fáñez.
porque mi rojo pendón
quisiera verle colearle
sobre ta torre más alta
del muro; mas no ha de darse
sino al mejor Capitán,
al de valor más constante
en el peligro, que fuera
la desdicha más notable
que le viniera á Rodrigo
si el rojo pendón ganase
el Moro; y así querría,
supuesto que os juzgo iguales,
que miréis cuál de los dos
puede al peligro arrojarse.
Sólo yo llevarle puedo.
Yo sólo puedo llevarle.
Alto, pues, sólo el valor
es bien que del alma saque
la duda.
Dadnos licencia,
veréis en pequeño instante
i^uién vucaro pendón mcrecc.
Lomo csu no más se aguarde,
licencia y campo tenéis,
. ¡Buen modo de conccrtallcs!
Todo en la guerra es furor,
todo es dudo, lodo es sangre.
¡DichnsA ocasión ha S'de.i!
.\gora podré vengarme.
.Mirad que la cortesía
ni la amistad no os engañen,
ftorque ai que viere vencido
o he de ju/giii por cobarde,
t'iimcro veréis mi muerte
que me dé atributos tales
vucsiTA lengua.
En sangre mía
veréis el campo bañarse
antes que ci rojo pcndúo
ajenas lucrzas le gaaou
Ciü.
Cese el enojo, sobrinos,
que en valor y fuerza
podéis hacer competencia
en su quinto cíelo i .Mane.]
Yo he de llevar el pendón, '
por que ninguno se a^ravici
Vuestro I ecebido enojo
en el campo ha dcouedar
porque no ha de haber agr^
donde el Cid hace las pace
Daos los brazos.
Sancha. Dcteelí
por dilatadas edades
más que á Alejandro vitot
¡Que los he visto abrazar
Martin. Alvar Fáñez, dame á Sane
Ai.vAB. No quicru, Martin Peláez.
Martí.s. Pues yo xjs maiaié en Vaicncu
.\lvah. Puci allá habrá quien os rsj
Ciu. Si ios deudos son amigos,
^qué contrario ha de espe
JORNADA TERCERA
ESCENA PRIMERA
Hale Ohuoxo dando Mon.
Orooñu. [Ah, invencibles castellana
Al real que se rocoja
la gente, que le despoia
el muro; apretad laí. mari.
que si no hacéis <
y aquí vengáis vu
US lleva lodo el bagaje
el Rey moro de Valencia. I
ESCENA ]l
Tocan dtntr" a rtlítartt y taU B«»«i!|
tipaáA We«iiu4a.— Dicaot.
Beh.\h' D. <Quién ha mandado tocar
á tat punto i recoger,
cuando llegando á poner
las escalas y k pisar
la corona de los muros
que el pagano defenJlA
casi vio el Cid este día
los CNSlellanus seguros
y señores de Valencia?
ESCENA Ilt
Salt un Soldado.— f)«c
S«Li)At>o. iQué donosa retirada,
cuando está medio ga.ni
la ciudadl
^^^^^^r
43i ^^^H
^^^^ ESCENA IV
y no sé luh '.|u<. ^^^^^H
■
campo se ^^^^H
■ Satt Al rAR F.úÑK/.— Dichos.
pero más sabe que yu ^^^^|
mf. ¡Que haya paciencia
el Cid y es prudente y viejo ^^^H
■ que á la voz de un alambor
^^^^H
■ retirándose perdido
■ es la ocasión el ruido
^^^^^1
ESCENA VII ^^H
1 hechizo de algún traidor!
^^^^^1
Sale ^oTttK llorando.— iMi^uti. ^^^^^H
^H ESCENA V
Botija. |Ay, rocín del alma mía! ,^^^^|
¿Qué hará Botija sin vos? n^^^^l
^^y Sate el Cío.— Dicnos.
Para renegar de Dios ^^^^^^1
os lleva la morería. ^^^^H
A lodos los alambores
Muy bien pudiera ci perrazo, ^^^^|
de mi campo haced colgar
antes de entrar en Valencia, ^^^H
de esos robles. ¿Retirar
daros, mi rocín, licencia ^^^H
á tal ocasión, traidores?
siquiera para un abrazo. ^^^H
¡Por vida de mi Ximcna,
Mas, como sois de importancia, ^^^H
que á saber quién lo mandó!..
sin dejaros despedir, ^^^H
So. Rodrigo de Vivar, yo;
ojos que vos vieron ir. ^^^^|
si merezco alguna pena.
no os verán tornar á Francia. ^^^H
Tocar hice á retirar
Viendo me quedo este dia, ^^^H
porque, después de asaltado
porque no tendrá, por Dios, ^^^H
el muro, habiendo dejado
otro rocín como vos ^^^H
sin gente c! real y robar
toda la ^^^H
el bagaje y bastimento,
por el moro que salió
No se vio cabalgadura ^^^^H
que tuviese, ya que empiezo, ^^^^|
encubierto y aguardó
como vos cola y pescuezo, ^^^^|
á ver nuestro alojamiento
una legua de andadura. ^^^^|
sin guarnición ni soldados,
.MIá os vais con el bagaje, ^^^H
lodo el despojo y tesoro
mi rocin, mi pino de oro. ^^^H
que en tantos meses al moro
y afrentaréis, siendo moro, ^^^H
quitaste, gente y ganados
todo el rocinal linaje. ^^^H
y mujeres, sin dejar
Vo á pata y sin un real ^^^^|
cosa de importancia, lleva:
diré de noche y de dia: ^^^^|
ved si merece esta nueva
¿adonde estás, bestia mia, ^^^^|
que toquen á retirar.
que no te duele mi mal? f^^^H
Al alcance, pues, amigos,
.MAKrí.s. Botija, ¿qué llanto es esc? ^^^H
que dejar sin guarnición
el real dio la ocasión
tíoTUA. ¡Ay de mi! Peláez Martin; ^^^H
renegó nuestro rocín: ^^^H
á este daño; sean testigos
ved si es justo aue me pese. ^^|
Kn dándole meaio pienso ^H
ellos mismos por su mal
del valor que os acompaña.
por un haz de mielga fui, ^H
¡.Marma! no diga España
y apenas del real salí, ^H
que el moro os despojó el real.
cuando, menos oue lo pienso, ^H
el moro robó el bagaje, ^H
fKO. Por las huertas van, seguid
sus pasos.
y Sancha, de hombre vestida, ^ ^H
>s. t ¡Alarma!
va cautiva y afligida ^H
Desio,
sin aprovecharle el traje. ^^|
<qué dirá Alfonso el sexto?
jQuc dirá España del Cid?
Hasta el medio celemín ^^|
y el arnero se llevó; ^^^H
(Kawe.)
pero lo que siento yo ^^^H
^H
es ver á mi rocín, ^^^H
^V ESCENA Vi
que, apenas el pobre loca ^^^H
la cebada que le di, ^^^^|
an alarma, sate Maut'ii Pelábc con la espada
cuando llevárselo vi ^^^^|
desnuda.
con el bocado en la boca, ^^^H
aunque sin albarda y cincha. ^^|
¿Qué alboroto puede ser
y en medio de su tristeira ^H
el que nuestro real provoca
volvió el pobre la cabe/a, ^H
que agora á rebato toca
y mirándome relincha, ^H
V locaba á recoger?
diciendo: «Botija, adiós. ^H
¡Buena ocasión ha perdido
que, pues llevo amo segundo. ^^^H
el Cid con su retirada!
si no es en el otro mundo ^^^H
Tuve una torre ganada
no nos veremos los dos.» ^^^H
y el moro casi rendido.
Maptín. ¿El bagaje lleva el moro? ^^|
432
EU C(
BuTiJA. Si, y el Cid le va siguiendo;
jnu uves U ^rila y esiruendor"
Martín. Y mi Sancha, á quien adoro,
¿va cautiva?
BuTiJA. Y mi rocín
llevado de los cabellos.
1 Ah, perros! ¡Marlin, á elloil
(démosles un San Marlin!
Mautís. No liene amor quien espera,
mi Sancha, vuestra prisión.
BuTtJX. Librádmele, San Antón,
y os daré un rocín de cera. {i'jni«l
ESCENA VIII
Tocan til arma y tlaxe la batalla: después de alguna»
saliittif, Siite MamIn acucfíillanili, á Ami.te )■ 11a-
Mai^tin. áu logiarcib lus despcijos,
perros, que del real lleváis.
Ámete. ¡Kavor, Alá!
.Mahtín. ¿Tembláis.^
Mientras no vieren mis ojos
á Sancha, que es la luz dellus,
no ha de quedar moro á vida.
Calín. Oye.
.Mahtín. ¡Ay, Sancha querida!
¿qué he de hacer si vivo en ellos?"
(Vaixiit )
ESCENA IX
Salt un Moro acuchillando d Botií«, armadu i lo
gracioso.
Botija.
Moho.
BoTliA.
Moío.
Botija.
MOKO.
Mutua,
.Monu.
Botija.
MoPo.
Botija.
Mono.
Botija.
|Ay, que me matan, Martín!
¡Ah, Martin Pcláez! señor,
este mí >ro esgrimidor
tras llevarme mi rocín
me quiere matar.
lAh, perro!
Martinico: ,por qué no me vales,
quegalgos me matan á tus umbrales?
No huyas.
I lapa allá el hierro,
señor moro, así se vea
regidor de su lugar,
ó si es que sabe cantar
misa, cante allá en su aldea .
Muerte he de darte.
¿Quién? ¿El?
Yo le tengo de acabar.
¿\ si queda irregular
descolgado de un cordel?
Vue nueso alcalde, por Dios,
SI de matarme se huelga,
como perdices los cuelga
del rollo, de dos en dos.
jEa!
No hay parqué malarnie,
que ya me "muero de miedo.
¡Ah, cobarde!
Estése quedo;
¿no ve que puede lisiarme?
¡Válgame ¡)iüs, y que extraño
y qué porfiado está!
VALIENTE
MoBu. ¡lía, perro!
Botija. Acabe ya;
¿ha de durar eMo un año^
¡.■\h, Martín, que c»!án mi
á tu Botija! Ven precito,
dame un confesor.
ESCENA X
SaU Makt(m.— Dicho»
.Martín. ¿<^)u¿csj
¿Qué tienes?
Botija. Aquí andana
í.\a habelle hecho mal,
e«te moro de esta tarde
en sacudirme.
Mahtín. ¡Ah.cobaf
¿Es más de uno? ¿No es ii
Botija. ¿No ves que lira el perrai
como un trueno? Belcebúi
le espere.
MartIn, Tírale tú
otro, pues tienes buen bri
Haz cuenta que al pie de
con el hacha vas á darle
f>olpes hasta derribarle,
, que yo tuve miedo doble,
y empezando á pelear
les perdí todo el temor:
gente es sin fuerza y vaio(
.Mira; asi es como has de i
Momo. ¡Ay, .Mahoma, que me hall
Mahtín. Ualc. llega, dale asi.
Botija. Estéseme quedo aqui
y verá cómo le acierto, (t
Moro. i.\y!
Botija. |M»téle!
.Martín. ¿No lo ves?
Botija. ¡Pardiez, que se murió prc
¿Esto es matar moroi?
Martin. Eslti
Botija. Déjeme con ellos, pues.
que yo les daré una manu
que se espante quien me ir|
.Mautín. Ven.
Botija. Tan fácilmente oiiwr
un moro como un cmti^o
ESCESA XI
Salín .\ivAB TáSmM yOt
Alvar. Entróse el moro en V'alcí
con la presa que robó;
sólo la gente dejó
que iba cautiva.
L>RboÑo. I*rudcnc)j|
digna de desgracia tal.
ESCENA Xir
Sal* ti Cid.— Dicho*
Cib. ¿Una vez sola que falto
os vais todo% mI asalto
y dejáis sin guarda el roi'
JORNADA TERCERA
433
10.
hn vii^ulru^ itumhos hoy
Icndri'is el jusio escarmicntú.
Llevado ob hac! bastimento
y hacienda; contento estoy
(le que padezcáis la pena,
pues todos estáis culpados;
de pelear venís cansados,
y ci moro os lleva la cena.
No tengo que os castigar.
por mi el moro os da el castigo,
pues, como si fuera ami^u,
le habéis dado de cenar.
i;i vuestra locura entrene,
que, mientras comiendo está,
yo apostaré que dirá
que ci que no guarda no cene. ( Vase)
ESCENA XIII
Diaios, mtHot ti Ctu.
El Cid nos corrió y se íué.
Y' con sobrada razón.
|No fuera en esta ocasión
más tempranol
¿Para qué?
Para escalar ese muro
y quitarle de la mesa,
como harpía, vida y presa,
que el muro goza seguro.
No tenga en mis venas yo
sangre noble y castellana
si no vengare mañana
lo que hoy el moro causó.
Que restaurando la afrenta
que del Cid á sufrir llego,
cenara, y yo hiciera luego
sin la huéspeda la cuenta.
O yo perderé la vida,
6 mañana en el asalto,
de sangre y de vida falto,
seré del moro homicida.
En la ciudad y en las puertas,
dándolas al Cid abiertas,
su agravio satisfaré,
verá el moro si le cuesta
tan barato el robo.
Vamos,
que si esta noche ayunamos
mañana será la fiesta. iVanse.)
ESCENA XIV
Sale Mart'n PsuAez.
Pauliva, y vivo el que ta adora
pareceré, cielo, en presencia
n Rodrigo y de su gente toda?
mi Sancha y él sin su Valencia?
.0 vengo de la sangre mora,
poder hacerme resistencia
acero de mis armas mancha.
bé importa, si vuelvo sin mi Sancha?
ESCb.NA XV
I
Sal* ti Ojo.— Diciro.
Cid. Martin, ¡vivo vos! ¿se atru»
á asaltar el real el moro
sin que vuestro valor pruebe?
¿Vos consentís que el tesoro
y el bastimento se lleve,
y no le quitáis la presa,
ni á que os venguéis os provoca?
Yo sv cuando, en cierta empresa,
con el bocado en la bo:a,
os hice alzar de la mesa
donde mi gente comía,
y vos, de aquesto afrentado,
comprastes desde aquel día
tan caro cada bocado,
que un moro el menor valia.
Desde entonces, bien segura
pensé yo tener con vos
mi mesa y vuestra ventura.
Juntos comimos los dos
en más de una coyuntura;
convidado vengo á ser
vuestro agora: de cenar
me dad, si os di de con^cr.
y si no halláis que me dar,
el moro os podrá vender
lo que el descuido le ha dado
de mis soldados segurv>s,
pu'*s mientras mi campo armado
desmantelaba sus muros,
mi mesa ha desmantelado.
Ea, á cenar con vos vengo,
siendo vuestro Capitán.
¿Tenéis que darme?
Martín. Si tengo;
en este árbol hay un pan
. con que mí valor mantengo.
{Saca dtl ironcu dt un árbol un pnn y
lífia servilleta.)
Cuando, por ser yo cobarde,
con la servilleta puesta
y el pan hicjstes alarde
de lo que la fama cuesta,
y yo volví, aunque tarde,
prudentemente avisado
por vuestro castigo, en él
faltando el primer bocado,
puse el pan en el laurel
que hasta aquí me lo ha guardado.
Desdo entonces, cada día
que alarma el tambor tocaba,
si temor en mí sentía,
el pan del laurel sacaba
y mirándole decia:
«Esfuerzo mi valor tome
á ganar de comer hov,
Martín, aunque el miedo os dome
de ver la espantosa lid,
porque en la mesa del Cid
quien no lo gana no come.»
Y desta suerte el valor
he adquirido que te di;
pues podré afirmar, señor,
que el pan que con vos comí
le gané cun mi sudor.
434
El- COBARDE MAS VALIENTE
Cun ¿1 agora os regalo:
lumalde, que os asepuro
que al pialo mejor le igualo,
y si os pareciere duro,
á buen hambre no hay pan matu.
Mas diréis, según colijo,
que si á secas os le dan,
escaso ban(^uete elijo,
y que no solo de pan
vive el hombre: Dios lo dijo.
Mas, por que no lo digáis
lene, el mío Cid, paciencia,
que si un poco esperáis,
yo os buscaré en Valencia
cosa con que lo comáis.
iVait, (tttfHvainandü la espada.)
ESCENA XVI
Et Cío ¡tolo.
Marltn Peláez. oye, espera;
el Cid te manda que aguardes.
|.\h, buen español ¡pluguiera
á Dios que destos cobardes
mil mi ejército tuviera!
¡Oh, pan sabroso, el mejor
que ha sustentado mi casa!
La honra os dio harina en ñor,
con sangre mora os amasa
y en el horno del valor
os cuece el atrevimiento. ,
Hoy, mis nobles castellanos,
haceros banquete intento;
Martin restauró en mis manos
el robado basiimenio.
A un pan somos convidados
que es fuerza que bien os sepa;
venid á comer, soldados,
porque, aunque á bocado os quepa,
valen mucho estos bocados.
Convidados de Martín
somos; hacelde favor,
que aunque es- pan principio y Hn,
amigos, pan y valor
no es pan i secas, en (in.
Y vos, Martin, á quien dan
renombre inmortal, decid
que aunque es vuestro Capitán,
os podéis preciar que el Cid
ha comido vuestro pan.
ESCENA XVII
Salt BoTiiA de moro gracioso y Sancha de cautivo.
Botija. Sancha, si estáis cautivada,
acá estamos lodos.
Sancha. Pues
^qu¿ traje es éste?
bOTiiA. ¿Os agrada?
Sancha. ¿Eres moro?
Botija. Por un mes.
Sancha. Como mozo de soldada.
¿Dónde vais de esta manera?
¿I>j ndc dejas ¿ Martín?
BoTij.v. El libertaros espera,
yo vó i ver á mi rocín,
porque sin él no me muera.
Mas si de aquestos ¡^algazos
quiere excusar los pesares,
libraránic estos dos brazos.
él tirándolos á pares,
yo dando á nones porrazos.
Desde que aprendí á matar
moros, no les tengo miedo.
Sancha. ¡Siempre de humor has de esl
Botija. Sin mi rocín, ¿cómo puedo,
Sancha mía, sosegar?
Mas, ¿cómo os va á vos, decid
después que estáis cautivada?
Sancha. Trujóme el Rey moro asi.
y en fe que de mí se agrada
se quiere servir de mí.
Botija. Pues ¿sabe que eres mujer?
Sancha. En reputación estoy
de hombre.
Botija. ¿Y muestra pli
en veros?
Sancha. Dice que soy
un ángel.
Botija. De Lucifer.
So tenga después el Papa
que absolver.
Sancha. ¡Donoso estás!
Botija. Si mi amo no os escapa,
echaos una chapa atrás
y seréis mujer de chapa.
Sa.scha. Sólo quiere que de paje
le sirva.
Botija. Si en vos repara
y os desconoce en el traje,
habladle cara con cara,
que á traición no es buen Icng
que si Martín desde hoy más
sabe esto y pasa adelante,
tendrá celos á un compás
de Alvar Fáñez por delante
y del moro por detrás.
Sancha. Anda, necio, en estos baños
que están fuera de Valencia,
aunque á sus muros extraños]
pueden en cualquier violencia
asegurarnos de daños.
El Rey servirle me manda
y agora á bañarse viene.
Botija, Si Martin en tal demanda
de aquesto noticia tiene,
llevará el Pey una tanda...
Sancha. ¡Buena tlema y necedad
es la tuya! El Rey es éslc.
líoTiJ.v. Pues, Sanchíi, disimulad
quien sois, porque no nos cuntí
triunfo el decir la verdad.
Sancha, (^ue te escondas es mejor,
no sepa d Pey que has entndffi
aquí, que es lugar veda !
Botija. Aunque ya perdí el iciin«,
me quiero esc>inder por ti,
y en requebrándote el gal(¡o
á darle dos cabes salgo
de los más lindos que vi.
^^^^ JORNADA
rERCEBA
435 H
H ESCENA XVIII
De noche es ya; podrá ser ^^H
que obligado del calor, ^^^|
^H|c Botija y saU Abshau&r.— Sahciu.
por resistirle mejor, ^^^|
querrá el Rey ahora hacer ^^H
mSanchol
en sus baños asistencia, ^^^|
Á. iSeñorI
y que mi suerte sea tal ^^H
M. ¿Estás solo?
que, si el ha ganado el real, ^^H
A. Solo ha rato que le espero.
que le gane yo á Valencia. ^^H
M> Solo yo tamb]c-n te quiero
.\l ejercito he avisado ^^H
más que á Dafne quiso Apolo.
üuc, en viendo en los muros fuego. ■
a lo alto acuda luego. J
jOste puto! que os chamuscan.
moro, si en mi tierra os cogen.
El Cid es mi convidado; ^^H
M. Mis palabras no te enojen
si por principio de cena ^^H
que lo que piensas no buscan.
á Valencia le presento. ^^B
Yo he sabido con certeza
convite le hago opulento. ^^B
que eres majer.
Ea, pues, noche serena, ^^H
Por ahi, vaya.
á costa destos paganos ^^H
\. ¡Yo muier! No habrá quien haya
dame para él esta presa; ^^M
dicho tal.
ve que le dejo en la mesa ^^^H
M. Esa belleza
y con el pan en las manos... ^^H
lo está diciendo á voces,
.Mas «¡con quién he tropezado? ^^H
^_y el alma c^ue es adivina.
(Trópica con Butija.) ^^^H
^Mn Te que a tu amor se inclina
¿Quiéa está aquí'' ^^H
^■quiere que mi reino goces.
Botija.
Desta ^^M
He mi esposa tendrás nombre;
me juntan haz con envés ^^H
mira que por ti estoy loco;
si me hallan en lo vedado, ^^H
dame...
Martín.
^Quién es? ^^H
lA. Señor, poco á poco.
Botija.
Eso no;'|mat haya ^^H
que soy cristiano y soy hombre,
quien en esto me metió! ^^H
y puesto que estoy cautivo
tengo valor castellano.
Martín.
,.\)u¡cn ^^H
Botija.
,;No ve que soy yo? ^^H
..M. El encubrirte es en vano,
Martín.
¿Quién? ^^H
y advierte que si recibo
Botija.
Vn moro de Vizcaya ^^H
desdén, en pago de amarle
que ando en busca de un rocín. ^^H
harás que otro medio elija.
Martín.
Si ser posible pudiera, ^^H
El perrazo se embotija,
q^ue era Botija dijera. ^^H
No dirán son que es Martín ^^^^H
y aunque estoy en buena parte
Botija,
escondido, á pocas veces
mi amo, en la voz; quizá ^^^^H
que ladre, iré en su socorro,
á buscar á Sancha vino. ^^^^1
y haráme que andando al morro
Maptín.
¿Quien sois? ^^^H
le dé un pan como unas nueces.
Botija,
Moro vizcaíno. _i^^^|
>M. ('Cristiana, dame esos brazos;
Martín,
Eso no, que no hay allá ^^^^1
mi amor paga aquesta vez.
moros; todos son hidalgos. ^^^H
lA. (Vive Dios, si descortés
¿Quién sois? ^^H
fueres, que te hago pedazosl
Botija.
Porque no me alíija, ^^M
Mal sabes, moro, el valor
yo soy el moro Botiía, ^^H
que á estimar mi ley me esfuerza.
que, andando á caza de galgos, ^^H
^M. ¡Cruel, ingrata, por fuerza
siendo liebre, represento ^^H
has de dar fruto á mi amor! (Vaint.')
agora un mundo al revés. ^^H
K. Tras ella voy en su ayuda.
Martín.
¡Botija! ^^H
Galguito, si andáis salido
Botija.
¿Mi .Martines? ^^M
aguardad; mas ^quc ruido
Loco me vuelve el contento. ^^H
,. en miedo mi ánimo muda.^
Martín.
Cautivo debes estar, ^^H
^
[-ton JA.
..-Yo cautivo? ¡Matos años! ^^H
■
.Martín.
Pues ¿quién te trujo á estos baños? ^^H
H ESCENA XIX
Botija.
Mi rocín vengo á buscar ^^M
engerto en moro, y á vos ^^H
^^SaU Martín Pf.lAsz— Botija,
Sancha os debe de traer; ^^H
pero si la queréis ver, ^^H
tu. Subí al muro por la pica,
daos prisa, pues, par Dios, ^^H
que si es honroso el trabajo.
que el Rey, sabiendo que es hembra, ■
el más soberbio es más bajo.
por la huerta va tras ella, ^^H
La ciudad se comunica
que quiere probar si en ella ^^^H
^—^con estos baños y huertas,
un par de Martines siembra- ^^H
^ftque, aunque fuera delta esián.
.Martín
¿Qué dices, loco? ¿Está aquí ^^H
^Blos que aquí vienen y van
el Rey moro? ^^H
^Ben sus muros tienen puerta.
Botija.
Requebrando ^^H
^ 436 EL COBARDE MÁS VALIENTE ^^^^^^H
^^H á Sancha, que renegando
nu me afrentaran asi ^^^H
^^H de sus amores la vi.
infieles brazos. ^H
^^H Huye del como una gama
.Martín. Si estoy, ^1
^^B y si os la agarra, por Dios,
Sancha; vuestro Martin spy.^|
^^f que os nazcan de dos en dos
Abenam. Pero, ,;quién le metió aquP ^M
^H y el moro os sople la dama.
.Martín. .Mi ventura me ha traído
MartIn. Soy tu muerte: para ella, ^H
moro, no hay puerta ccrrada^H
que va, cobarde, en mi espai^f
á tan dichosa ocasión.
Luces en el muro pon,
que á mi Sancha has de ir po^H
pues á lal tiempo has venido
Abenam. ¡Mahuma! ,:cúmo atropclla ^|
que en los baños hallarás
al Rey de Valencia así ^M
lumbre con que el Cid acuda
solo un hombre? ^1
V venga á darnos ayuda.
Martín. Viene eo o^^I
Botija. Pues, tú, señor, ¿donde vas?
todo un mundo de valor. ^H
Maptín. a dar á Sancha favor.
Abünam. «jErcs infierno? ^H
^^m muerte al descuidado Rey,
Martín. De «mor. H
^^B Valencia al Cid y i mi ley
Abenam. Ayuda, moros aquí. ^1
^^K y ñn dichoso á mi amor.
{Vantt^M
^^H Todo el campo está avisado^
^H
^^H y sólo espera del fuego
^^P la señal.
ESCENA XX ri H
■ BoTiíA. Voy por el fuego,
^1
1 pues tú el temor me has quitado;
Safe ÜotDa.—SaACiia. ^|
■ sólo el rocín me da pena.
^^
1 Martín. Hoy mi esfuerzo al Cid dará
Botija. Con lengua de fuego llama
^^m i Valencia, y no dirá
la ocasión ¿ nuestra gente. ^_
^^H que ha tenido mala cena. {Vaif.)
Sancha. lAy Martín Peláez, vnlientd fl
^^H
bien pagará quien bien ama. ^M
^H ESCENA XX
¿Botija? ■
Botija. ¿No ves la llama ^M
^^V Salen Sancha y Abknauak.
que á nuestro ejército avisa?^^
^H AuENAM. ¿De qué te sirve, cruel.
¿No escuchas tocar á prisa ^|
á rebato? ■
^^B á mi firme amor huir,
^^L si no te has de convertir
Sancha. Sf. ^M
^^H como la ninfa en laurel?
Botija. El Cid viene; H
^^B Escarmienta, ingrata, en el.
ea, C|ue tnañana tiene ^|
^^M y la fe con que te adoro
de oír en Valencia misa.
^^r estima.
(Cajas, y dice el Rey moro áutnj
W Sancha. No hay fe en un m..ro;
Abcnam. Alarma, moros, que el Cid ^M
K déjame.
asalta los baños reales. ^M
^H Abenam. Mal dejará
Botija. Almoneda de almanfalcs ^M
^^B la mesa el que hambriento Cita,
tengo de hacer ^M
^^H y el que es avaro el tesoro.
Abenam. Acudid, H
^^m Sancha. Que soy castellano advierte,
y al crisliano resistid. ^1
^^B y que la sanare española
si para él hay resistencia. ^M
^^H que me anima basta sola
Botija. Remuérdeme la conciencia, ^M
^^M á librarme, y darte muerte.
Sancha; escóndete, que rciv H
^H Abenam. Dámela, y sea de suerte
á matar dos perros. ^M
^^B que á morir venga á tus brazos.
^^K Sancha, berá haciéndote pedazos.
Sancha. Hoy ^H
gana Martin i Valencia. (V'^H
^^^H (Tómala las manoí)
^^H
^^M Abenam. A ser descortés comienzo.
^H
^^H por ver si tu rigor venzo,
ESCENA XXI II ■
^^H viniendo con él á brazos.
^^m Sancha. Indignamente eres hombre,
Dice dentro OruoAo y Ai.rAft fiSti i«/f oc^H
^^B pues, sin intentarlo el bruto,
doit con dos iMoRot. ^H
^^P por fuerza apetece el fruto
^M
de amor.
Ohdono. |Vitor¡a! que los pendones ^M
Abbnam. Eso no te asombre.
del Cid guarnecen los murot^H
Sancha. ¡Ah Martin Peláez!..
de Valencia, y ya srgurus ^M
la asaltan sus escuadrones. ^M
ESCENA XXI
Todos. iVilorial ^M
Alvah. Gracias á Dios, ^1
Sale MAüTirt PelXsz. — Dichos.
deseos, que estáis cumplidos- ^|
Mastín. Mi nombre
Mooo 1." Muertos, sí; mas no vcoci(io(^|
escucho.
nos has de ver i los dos. ^H
Sancha. A estar vos aquí
Alvap. ¿Sabéis quién soy? ^H
^^^^B
TKRCERA 4^7^^^^í
■1^^^^ Bien sabemos
Mas, oye que la presencia ^|
1 que eres Alvar Fáñez.
del Cid nos sale á alegrar. ^H
ÉTAP. Pues
AuvAP. Entra, ^Martin, á triunfar ^^^H
¿cómo no ponéis mis pies
en vuestros cuellos, blasfemos?
pues le has ganado á Valencia. ^^^H
^^^^H
mo 1." Porque vivir sin Valencia
^^^^H
es vivir vida afrentada.
ESCENA XXV ^^H
»AP. Quebrádoseme ha la espada.
Satén el Cid y Payo PslAcz con acompañamiento, ^H
^0 2.* Morirás sin resistencia.
^^^^^1
En li podemos vengar
Cid. .Martín Pejáez, bien cumplís |^^^|
1 parte del mal que recibe
vuestra palabra y promesa; ^^^H
del Cid nuestra nación.
ya podéis al^ar el pan, ^^^H
ivAK. Vive
pues me habéis dado tal cena. ^^^H
1 en mí, valor singular
Venturosa cobardía ^^^H
1 que más que la espada vale.
para todos fué la vuestra; ^^^H
1 y cuando muera, al fin muero
pero el sol que sale larde ^^^H
m vencedor.
mejor alumbra y más quema. ^^^H
^K
Dadme vuestros brazos. ^^^|
■
Martín. Señor, ^^^|
^B ESCI-NA XXIV
en otro plato quisiera ^^^H
^P
daros por postre á Granada ^H
Sale MAUTf.-».— Dichos.
como por ante á Valencia. ^^^H
Ciü. Como vos, Martín Peláez, ^^^H
tBTÍN. Ea, Cid. hoy quiero
viváis, que me veré en ella ^^H
darte un convite que iguale
por dueño. Habla á vuestro padre. ^H
Martín. Vengáis, señor, norabuena; ^M
al precio desta ciudad.
Mas ^qué es lo que miro, cielos?
dadme á besar vuestros pies, ^H
¿No es la causa de mis celos
que es lo que mi alma desea. ^^^H
con quien teoRO enemistad
éste que está sin espada
y muerte dos moros dan?
^^^^1
ESCENA XXVI ^^B
Hoy mis agravios verán
Salta BoriJ* y SA.tciiA, ya en hábitn .i' ¡«ufor ^^^B
que la nobleza heredada
se sabe vengar aquí.
Botija. Danos á besar lus pies: ^^^|
Ea, .Alvar Fáñez, á ellos;
Sancha, tu dama, es aquesta ^^^H
ya huyen, para vencellos
aue, temerosa de haber ^^^H
aado causa á tu celera... ^^^H
amigo tenéis en mí,
(Huytn las Moros.)
Ctn. La historia sé, y con licencia ^^^H
y mientras se aposesiona
de Valencia el Cid, hagamos,
de mi buen Payo Peláez. ^^^H
Sancha vuestra espora sea. ^^^|
pues solos y á tiempo estamos,
Yo la doto en una villa ^^^|
nuestro desafío.
y en un barrio de Valencia. ^H
Payo. Yo de padre le doy brazos. ^^^|
.VA», Perdona,
r que con quien me diú la vida
Martín. Yo el alma que vive en ella. ^^^|
yo no he de tener pendencia.
ARTÍN. Kl Cid ha entrado en Valencia
Sancha. Yo os beso, señor, las manos, ^^^H
y me alegro de ser vuestra. ^^^|
y el moro va de vencida.
1.a respuesta es excusada,
Botija. Yo pido que me den algo. ^^^|
Martín. Yo enriqueceré tu hacienda; ^^^H
haz la batalla conmigo.
vamos, y os veré tomar ^^^H
pues aquel moro enemigo,
posesión. ^^^1
se ha dejado aquí la espada.
Cid. Valencia es vuestra. ^^^|
LVAB. Martín, cuando yo quisiera
Martín. No, sino vuestra, Rodrigo. ^^^H
á tu Sancha con exceso,
que la ganáis y desea ^^^H
pues la vida, te confieso,
ser hoy Valencia del Cid. ^^^H
que me has dado, te la diera.
Cid. Y este nombre es bien que tenga; ^^^H
Yo DO he de reñir contigo,
llamarásc de esa suerte. ^^^H
matarme puedes si quieres.
Maptín. Y tendremos suerte buena ^^^H
ABTÍN. Cortesano, Alvaro, eres;
si esta historia os satisface, ^^^H
desde hoy quiero ser tu amigo.
perdonando faltas nuestras. ^^^|
LA NINFA DEL CIELO
CONDESA BANDOLERA V OBLIGACIONES DE HONOR "»
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
Caulos, Du^juc (fe Calabria.
Diana, su mujer.
Roberto, criado.
Ninfa, Covíiesa de \ aldfjíor.
Alemnuro.
Laura.
Cí:sAii.
Horacio.
JtU-lO.
Capuenio.
Fabio.
PO.MPEYO.
Una Mojep.
Un Cohbf.ci.
Un Labrador.
La Muerte.
Un Ángel.
Anselmo, ermitaño.
Sji.ENO, labrador.
Kt Diablo bar*.i(. i
KLNrxo JBsíiS-
Dos Maríneros.
Al.^.l^o. labrador.
Eroasto, Ídem.
Fileno, ídem.
Míjsicos.
JORNADA PRIMERA
ESCENA PRIMERA
Salen RoBEKro y Cahlos de ca^a.
RoBEPTo. ^ Dirás que no es necedad
la caza, en que el tiempo pierdes
Carlos.
y lo mejor de m edad,
Sues pasas los (2) años v«dí
arios, en la soledad (3)?
Donde vas tras un halc>Jn
que, remontado y perdido,
imita tu inclinación.
Los criados siempre han smIo*^
Roberto, de una opinión.
(i) lleinoH elej^ido este ickto, manuscrito núm. tó-ó^Sdc la Biblioteca Naeioatl.con preter«fic<i at Í!tirf«j
por ser mis anticuo, triitf completo y mis correcto, aunque es va refunJición de uoa primitíTa
ve< de Tirso, titulada l,a Condesa bantloltra. El presente manuscrito, después de los trct tiiuL
obra, lleva estas P'tlahras. «(Todo es uno la hisioria de ella)».
El impreco, que a una comedia suelta, sin lugir ni año de imprcsiúa, pero que se conoce *tftH'\
siglo tvii ó principios del sinuleotc, en 4.", i dos cois., y 16 h. sin paginar, signaiuras A-D ^^ lleta w*i
LA CONDESA BANDOLERA
COMKOIA FAMOSA DKI. MAESTRO TIRSO DI' MOLLNA
Hablaa an ella laa pcraonaa aiaulcntcaí
\irir A, Condesa. Lauda. l'.'t Coruso. La ML'CKra.
CanLos, naque. Trks MAni.sEHOs. L'i« Soldado. Anmti.mo.
í)tÁi>A, Duqutí^i Albjanoho. Dos MOsicoa. l.'.i tt««<v>c«ac
KobKnio. CÉSAR. Julio. ItoaiaNsto.
EkOASTo. Lssjito. MoKACio. Camilo.
Alciko. Pompkto. liNANfíci.,
iVindrcmos en ñola las mis priocipales variantes que ofrece, pues las secundartat son muy nvmt
las dcmiR refundiciones de esta comedia damos noticia al principio del tomo,
(ij «pues gnras tus* en el impreso.
()) El imprcio aAade estuü verHos;
•Vn filósofo decía Tó entre robles v/otre i*¡o«
que sólo Un bruto podía
vivir eo ella cunicnta;
que al humano cntendimienio
aforada la compañía.
gustas de andar todo el aAo.
siempre de la corte le^os,
Mn que te escarmiente el «lafto
ni te enfrenen los coai«|o*.»
^^^^^^^Hp 43g ^M
W ¿Cuándo el guslo en el servicio ( i )
con oficio que embaraza ^^^H
pareció del dueño bien?
Porque es murmurar su oficio.
y á tantos nobles destierra. ^^^H
Responderás que la caza ^^^H
y estar quejosos también
es imagen de la guerra, ^^^H
de poca lealtad indicio.
que es de todos opinión ^^H
Nuestros altos pensamientos
para que gusto no atajen ^^^H
desdicen de los intentos
á los que de aqueste son; ^^^^|
que tenéis siempre vosotros,
y yo digo que á esta imagen ^^^^|
y nunca estáis de nosotros
tengo poca devoción. ^^^H
i satisfechos ni contentos.
Siempre que siendo aprendiz ^^^H
Somos, cuando no gastamos.
del mar, que es danés Urgel, ^^^H
miserables; cuando hacemos.
me pongo el guante infeliz ^^^H
grandezas, locos estamos,
j luego el halcón en él, ^^^|
si callamos, no sabemos;
me considero tapiz ^H
, si somos graves, cansamos:
y pienso que estoy colgado ^^^M
la llaneza nos estraga,
en la sala de un letrado ^^^H
nada intentamos sin paga;
entre David y Sansón. ^^^H
no hay cuando más les obliga
Carlos. Extraña imaginaciónl ^^^H
hombre (2) que verdad nos di^a
RúSEftTo. Estoy como halcón templado ^^^|
ni bien de balde nos haga;
y pueden cantar en mi. ^^^H
1 nunca tenemos amigos.
Carlos. ¿Dónde dejaste, Hoberto, ^^^H
porque son nuestros criados
nuestros caballos? ^^^H
necesarios enemigos.
ÍBEBTO. Serán los poco obligados.
Roberto. Allí ^^^H
los dejé arrendados. ^^^H
que los fieles son testigos
Carlos. Muerto, ^^^H
» que te sirvo como un perro
por socorrer al neblí, ^^^H
en el cuidado (3) y lealtad.
traigo el bayo. ^^^H
siguiendo de cerró en cerro
Roberto. Mí alazán ^^^H
tu caza ó tu necedad.
quiso correr por los vientos, ^^^H
siempre en perpetuo destierro;
y pienso que quedarán ^^^H
que desto no he murmurado
aguados como contentos, ^^^H
por costumbre de criado,
según cansados están. ^^^|
de quien no hay señor seguro;
Carlos. No hay que tener del halcón fij ^M
como hombre humano murmuro
por esia noche esperanza. ^|
por tu gusto desterrado.
Roberto. Ni aun de cenar, ques razón; ^|
A ser las garzas, señor.
de quien hace confianza ^H
' que venimos á volar
en viento, castigos son, ^H
mozas, no fuera rigor
que como camaleones ^H
de un Marqués de Mantua andar
hemos de gastar del viento ^H
hecho siempre cazador;
1 pero una garxa que al cielo
donde tu esperanza pones, ^^^H
que son torres sin cimiento ^^^H
sube, ,;qué me importa i mi
las alas de tus halcones. ^^^H
que un neblí la abata al suelo
Carlos. Ningún cazador parece ^^^H
si mi apetito es neblí
de los míos, y anochece ^^^H
de más ordinario vuelo?
á más priesa, ¿qué haremos? ^H
Toda mi \ olatería
Roberto. Buscar adonde cenemos, ^^^B
es conquistar á Lucía
que fortuna nos ofrece ^^^H
ó á Marina, que jamás
aquí una hermosa alquería, ^^^H
se resistieron, y es más
aunque en edificios creo ^^^H
descansada cetrería,
poco de la suerte mía ^^^H
hipócritas del deseo, ^^^H
comer bien, cenar mejor.
haciendo después, señor.
todo vista y fantasía. ^^^H
de la gala y del paseo
Carlos. No es bien ta desautorices, ^^^H
alfaneques del deseo
que del dueño nos ofrece ^^^H
y tagarotes de amor;
esperanzas más felices. ^^^H
y no andar de sierra en sierra (4)
Roberto. Todo es ventanas; parece ^^^H
edificio de narices. ^^^^|
'
i) En el impreso se añade en lugar de este verso y
Más que dormir me remedia (2) ^|
■1 que sigue:
á mí el comer, y habrá sido, ^M
«Uime: entre todos, 4^á qui<n
el contento v e¡ercicio
como dicen, vida media, ^|
pareció del dueño bien,»
ya que nos hemos perdido ^H
(4) Eo el impreso «nadie*.
como reyes de comedia. ^1
(3) «trabajo* en elitnpreso.
K4) Dcsdc'csie verso hasta el que dice: «.¡Dónde dc-
{Dentro rthnchos y altgria.y ^H
(1) Este y los nueve versos siguientes faltan en <1 ^H
btr, Roberto», faltan en c! impreso. (Uy,en cambio,
impreso. ^H
Mpuís del «y tagarotes de amor» este otro:
(3) Omitidos ¿sie y los cuatro versos que siguen en ^|
B*u.os. Üe|a el gracejar y lii.*
el impreso. ^H
NI NI A
< 11. LO
i^AHLOS. Oenie suena,
Roberto. Labradoras
deben de ser que de llores
dulcemente coronados
son ladrones dcstos piados
y cantando, ruiseñores.
Caki.os. Ei trabajo y la labor
deben de acabar.
RoBEHTo. lis cierto,
y *e irán á Valdellor.
Carlos. JAIegrc vida, Roberto!
RoBEKTo. Para un jabalí, señor.
ESCE.NA II
Saltn lili MOíK-.ús y U Mt)!vtCA, lodos de villauott
eoH gudnaldat^y cantando nta tHra.—í>irMos.
Mésicos. «Que si viene la noche(i)
presto saldrá el solé,
que si viene la noche,
con la luna alegre
presto saldrá el solé,
desios campos verdes
el día y la noche
presto saldrá el solé.»
, Buenas noches, gente honrada.
Vengan muy enhorabuena,
que aliñada está la cena.
Más el e/nbile me agrada
que la música, ¡par dios!
Debemos de cantar mal.
Traigo una hambre cerval,
aquí para entre los dos,
y esa es la causa.
No habéis
llegado á casa vacia.
^De quién es esta alquería.^
^Sois noble y no lo sabéis?
No estuve otra vez aquí,
porque esta vez que he venido
ocasión la caza ha sido
por socorrer un neblí
que ha que seguimos tres leguas
con este mismo cuidado,
hasta que la noche ha entrado
pidiendo al cansancio treguas,
3ue los caballos están
e cansados y rendidos
sobre la hierba tendidos.
Launa, Ergasto: ^no es muy galán?
EnoASTo. ¿Ya le has' mirado?
Lauha. ¡Pues no!
¿Estoy yo ciega?
Ehoasto. Ojalá
quedes, pues Laura, lo está
Ib que antes, loca, miró.
Asi fuerais las mujeres
ciegas como la fortuna,
porque nn hubiera ninguna
de tan varios pareceres;
la vista os echa á perder.
PoBSF ro
Mfs. a.«
RoBEfiTO.
MTs. 3."
Roberto.
\U s. a."
Carlos.
Míis. a.»
Carlos.
(i) Falu ceta letra en el impretn.
que ;"■• ■ ■•"■ tos enojos
son I >s ojos
de la ...^^ 1 mujer 1 1 >
[.AiiHA. Pues yo me los sacaré
por no darte pesadumbre,
Eroasto. y verás por la costumbre
que tienes de ver.
Lacra. A fe
aue no imaginé jamás
arte celos.
Eroasto. No son celos,
sino unos nobles recelos
de estimane, Laura, en mis,
Carlos. Al hn. ¿Ninfa, la Condesa
de Valdcflor, vive aquí?
Mfs, 3.* Gusta del campo, y asi
la caza también profesa,
porque después que heredó
á Valdeílor esa villa
que está del mar en la orilla^
aunque lan moza quedó,
se retiró á esta alquería,
donde desta suerte pasa
que os he dicho.
Carlos. ¿No se casal
MCs. 3.** {Lindo es aqueso, á fe mía,
para su condición!
Carlos. ¿Cómo?
.MTs. 3." Da en aborrecello en suma.
Carlos. Mire que el tiempo es de piu
para esperanzas de plomo
y si le Jeja pasar,
pensando verse emplead
en un rey, vieja v burlai
será posible quedar
sin dejarle á Valdellor
heredero, porque dura
pocü la humana hermosura.
Mi's. a." No hay en .Vápoles señor
que DO la haya pretendido
para casarse con ella,
y ella á todos atrepella
porque no quiere raarid'^:
su inclinación solamente
es el campo y ejercicio
de la caza, y no otro vicio.
RoiiBR ru. Debe de ser impotente.
Carlos. Calla, loco.
Mi's. a." De los hombre».
en tratándole, señor,
de casamiento ó amor,
aborrece hasta los nombrrs;
Ícomo si un hombre íu<"ra.
ace dos mil maravillas
á caballo en las dos sillav,
y á pie robusta y ligera.
1
(t) Ea el imprcJM} se iñadc:
•No habéis mcne»icr oíiIch
ni lengu*, que ti »on bellm
y libres, lenti» en tilo»
ioilo« Iqs cinco «cntiiiúc.
Que lueriis ino 'ton antojo*
•ino experiencia ilr mAle«)
bfllialiiiot animalet,
á hat>cr naciila «ta oioa-»
JORNADA PKIMEPA
4^'
^s
KTO.
'o bay quien la gane á lirar ( i )
do cuanto alcanza á ver,
quien ia aventaje á correr
I ni (^uien la rinda á luchar.
^BTaiiga al agua y el monte
^^^on los perros diligentes
li y con aves diferentes
las aue tiene este horizonte,
y asi en el agua, en los vicnios (2)
y en la tierra poder tiene
y á ser absoluto viene
dueño de tres elementos.
PA competir con el sol,
ft quien en belleza gana,
Salió al monte esta mañana
en un caballo español,
sobre cuya piel manchada
' mostró tanta bizarría,
^—.que acobardó los del dia
^Bllenos de espuma dorada.
^H Sobre una corta basquina
I un vaqueril lo sacó,
que pienso que el sol bordó,
porque de rayos le ciña,
formando crespas espumas
de oro el cabello en su esfera
L con un sombrero ó montera
^^hecho una selva de plumas;
^Hespada pendiente al lado,
^Buna pistola al arzón
^Hy en esta mano un halcón.
^B,¡l:>ellamente la has pintado!
^■iPirtede dicha habrá sido
^^ perderme, aunque puede ser
r que de ver esta mujer.
' Hoberto, esté más perdido.
UTO. No hayas miedo, que no tienes
, tan honrada inclinación;
si esta mujer fuera halcón,
I pudiera ser.
(Lindo vienes!
Estimará la Condesa
hospedar vuestra persona
por lo que el talle os abona
y su grandeza interesa,
que á muchos que por aqui
pasan lo mismo hacer suele.
..Nn es hora ya de qu« vuele?
Va nu tardará, que así
á rccebilla salimos
muchos, cantando y bailando
todas estas noches cuando
viene de caza, y venimos
cantando delante de ella
y bailando, que le agrada
esta llaneza, cansada
de la corte.
No hay doncella
de tan extrañas costumbres
desde un mar al otro mar,
amiga siempre de andar
entre brutos y legumbres.
in en c> impreso eme y lo» tres siguientes
l>i^n falu csu redondilla.
Laiipa.
siendo mujer tan hermosa.
Tórtüla debió de ser
antes que fuese mujer:
no puede ser otra cosa,
porque tanta soledad
sin admitir compañía
es de la sospecha mía
prueba.
Tañed y cantad,
que la Condesa nuesa ama
viene.
ESCENA III
Sale la Condesa Acompañada dtmucAos fiástortt, tn
un caballo, con halcón en la mano, como te ha
dicho.- Dichos.
Carlos. ¡Gallardía excelente!
Mi'is. 2." Venga con bien.
Cari-OS. Justamente,
Roberto, Ninfa se llama.
MÍ's:cos, *Que si viene la noche
presto saldrá el solé.
Uno. Qu* si viene la n<iche
con la alegre luna
presto saldrá el solé
de nuestra hermosura.
Todos. Kldia y la noche,
presto saldrá el solo» ( 1 ).
Ninfa. Pasead ese caballo
antes que al pesebre vais
con él.
Mfs. 2." Con «¡alud vengáis;
que no hay labrador vasallo
vuestro, señora, que en viendo
esa divina hermosura,
respete la noche oscura
que entra estos campos vistiendo.
Agora empiíza á nacer (2)
de vuestros ojos la aurora,
y en estos prados, señora,
el Abril á florecer;
agora el sol ha salido
y las aves !e han cantado,
el alba aljófar llorado
y estas fuentes se han reido.
Ni.NFA. Guárdeos Dios á todos. Pues,
^qué se ha hecho todo el día?
Laura. Desean, señora mia,
estos prados, vuestros pies;
vuestros ojos, estas fuentes;
vuestras doradas mejillas,
las alegres maravillas:
los jazmines, vuestros dientes;
que en tanto que estos favores (3)
aguardan con vuestro aliento,
buenas nuevas daba el viento,
mensajero de las flores;
y á vuestro hermoso arrebol.
(i) Falit en el impreso iodo cl principio de esta
escena.
(a) Ksie y lo« siete versos que siguen no estAn en
el impreso.
(3) úmiiidt en el impreso esta redondilla.
^^m 442 LA NINFA DEL CIELO ^^^|
^^^^K haciendo nosotros salva,
por que no parezca bien. "^
H|^^y como pájaros al alba,
¡Oh envidia! en cualquiera partt 1
^^^^ esperábamos al sol.
tu veneno se reparte. ÉKÉ
^^. Ninfa. A tus ojos, Laura, hacían
Caklos. Tiemblo y ardo á su desdén ^H
^HjK esas lisonjas, que son
con ser mayor su hermostjr^H
^^H albas de más perfección
RoBEDTO. Luego ¿estás enamorado? ^M
^^^ que á las del sol desafian.
Carlos. Y loco. ^M
K Mf'S. a.° ¿Cómo os fué al (in por allá?
UoBKRTO. Aun ese cuidado ^M
^^m ¿Hallasies en la laguna
es disculpada locura. ^M
^^H garzasP
Carlos. Quiero gozar la ocasión ^M
^^^ Ninfa. Y entre muchas una,
de haberme tan bien pcrdido.^^
■ que es cometa pienso ya.
Ninfa. Vos seáis muy bien venido.
^^^ M^5. 3." ¿De qué suene?
¡Mola! guardad ese halcón. ^^
^^m Ninfa. Yo llegué
Carlos. Téngame vueseñoría ^M
^^H á la parte que esos cerros
por su esclavo. ^M
^^H la cercan, y con los perros
Ninfa. Yo lo soy. ^M
^^H del agua la levanté.
(Zakios. Roberto: temblando estoy. ^M
^^H Y por dar al viento velas.
HoBEPTo. ¡Qué amorosa cobardíal ^|
^^H quité, luego que la vi,
Carlos. Otro nebli me ha traído. ^M
^^H el capirote al neblí,
que socorrer pretendí.
^^^^ las lonjas á las pigüeias.
más de tres leguas de aquí,
^^^^L Hizo una punta en el cielo,
donde tan dichoso he sido
^^^^B y ella temiendo la punta,
y espero tanto favor. «
^^^H| al mismo cielo se junta
Ninfa. La persona y ejercicio ^M
^^^^^ desmintiendo al neblí el vuelo:
de la caza dan indicio ^M
^^^^H revuelve el halcón las alas,
de vuestra sangre y valor. ^H
^^^^H tan alta punta dio,
Cuando os falle ese nebli
^^^^^V que encima della se vio
y no le podáis cobrar,
^^^^^^ poniéndole al cielo escalas;
bien podéis en su lugar
^^^^^L vuelve á bajar como el viento
serviros del que está aquí;
^^^^^B y el neblí sobre ella baja.
que á le que no es menos bueno
^^^^^1 que parece que la
que el vuestro, y le estimo en mi«
^^^^^H por el mismo pensamiento;
que á Valdeílor, pues jamás.
^^^^^H el pico en ella arrebola
estando el cielo sereno, ^J
^^^^H dos veces y al viento iguala,
se le escapó, si no es hoy, ^M
^^^^^B y por debajo del ala
en el viento martinete ^|
^^^^^1 le descompone la cola;
ó garza que no sujete. ^H
^^^^^K otra la garza sube
Carlos. Puesto que buscando voy ^|
^^^^^H con más furia que bajó,
el que perdido no está. ^M
^^^^^H y junio al sol pareció
no es razón ni cortesía ^H
^^^^^H él átomo y ella nube.
quiíallc á vueseñoría ^H
^^^^^1 Llegó el neblí á acomciella.
lo que estima unto ya, ^M
^^^^^1 y pienso que en este estado
antes presentalle entiendo ^H
^^^^^B le dio en el cielo sagrado
algunos que aún tengo más ^H
^^^^^1 el sol por alguna estrella.
con que servilla. ^M
^^^^^1 que nunca más pareció;
Ninfa. Jamás ^1
^^^^^1 y deslumbrado el nebli.
cuando dar algo pretendo ^H
^^^^^H hecho un Icaro, de alli
di lo que menos estimo, ^H
^^^^H la laguna bajó;
porque no es didiva aquetia^H
^^^^H socorrile, y á la tarde.
en que el dueño no atropelll^H
^^^^H adonde la garza eché.
grande valor. ^H
^^^^^H dos martinetes volé.
Carlos. No me animo ^M
^^^^^M^s. a." Muchos años Dios te guarde
á ofreceros cosa mía, ^M
^^^T para gloria, para honor
que para vuestra granden ^H
^^B dcstos campos.
cono don es la riqueza ^H
^H RoBFRTo. [Bien por cierto!
úue toda el Arabia cria. ^M
Ninfa. Conforme á mi condición, ^M
^^B Cahlos. Admirado estoy, Roberto;
^^M no vi gallardía mayor.
no tiene cosa ninguna ^H
^^M NlNi'A. ¿Quién es este caballero?
de cuantas da la fortuna ^H
^H RonERTO. ¿No dirá ¡cuerpo de Oiosl
^H
^^H vueseñoría estos dos?
Carlos. Y tenéis razón. ^H
^^B Ninfa. Tenéis talle de escudero
Ninfa. Sólo estimo en el presente ^M
^^H suyo más que de su igual.
el valor de quien le da: ^H
^^m Roberto. De talk sois entendida;
mas cesen oferus ya, ^M
^^m mucho sabéis, por mi vida.
que es lisonja imperiincnw^^H
^^m (*.APi.os. Aparta.
V entrad donde descansiéis,^H
^^K HoBBRTú. Trátamf mal,
que el halcón que habfep^H
JORNADA PRIMERA
Los.
>A.
ITO.
puede ser, si aqui ha caido,
que al nuevo sol le cobréis,
que no es mala esia posada
para una noche,
Kl favor
que ofrece vuestro valor,
(Je que estáis acreditad;!,
y os rinde esta soledad,
no puedo dejar, señora,
de recibir.
Desde agora
será vuestra la miiad,
y toda entera también
para cuando algunos días,
venciendo melancolías
que los tráfagos os den
de la corte, andéis ca/ando
y lleguéis á esta alquería,
que honráis.
Si vueseñoría
de esa suene me va honrando,
quedaré para servilla
siempre corto y obligado.
Si os hubiereis bien hallado
mañana en esta casilla,
y os quisiereis detener
Á divertir algún día
en caza ó pesca, os podría
alguna lisonja hacer,
porque el Duque generoso
de Calabria, cuyos pies
besan esos mares, que es
tan rico y tan píxleroso,
no me podrá aventajar.
, Pienso que le ha conocido.
<Cómo, estando sin sentido?
Questos campos y este mar
diferentemente arados
rinden feudo á esta alquería
cada noche \ cada día
de cazas y de pescados
que me tributa Neptuno
con el anzuelo y las redes.
Ser quiero á tantas mercedes
agradecido importuno,
que por fuerza he de aguardar
algunos criados míos
que por mar, valles y ríos
perdidos deben de andar,
y no sé si tanto ya
como yo.
No lo estáis mucho.
¡Ay cielo! ¿qué es lo que escucho?
Picada pienso que está
también; déjala poner
en el anzuelo que mira
y luego el carrete lira,
que también Ninfa es mujer,
F^oberto, es ninfa del cielo,
lista en carne humana agora.
(jBuen talle de hombre!)
Señora,
que soy grosero recelo
en deteneros aquí.
Vamos-
No digas quién soy.
Ya sobre el aviso estoy.
CAI»t.OS.
ROBEHTO
Caklos.
ROBEKTO
NiNKA.
Can LOS.
Ninfa.
Í^OBERTO.
NtNPA.
Roberto.
Laura.
Ergasto,
ROBEATO.
Carlos.
Roberto.
Ninfa.
Laura.
Mi'isir.os.
443
Mavor belleza no vi.
Habla, atrévete, importuna,
no acobardes los sentidos.
pues á los más atrevidos
favorece la fortuna.
Temo el natural desdén.
Nunca auicn temió venció.
Venid. (No me pareció
hombre en mi vida más bien.)
¿Cómo os llamáis?
Yo, señora,
Carlos.
Buen nombre tenéis.
Y para lo que mandéis,
yo Roberto, y seré agora
por vos Roberto el Diablo.
(Carlos, atrevido andáis;
dentro del alma os entráis.)
¿A quién digo, con quién hablo?
También soy de carne y gücso;
labradora celestial,
aue estoy herido del mal
de vuestros ojos confieso,
que dentro el alma me ha hecho
cosquillas y estoy perdido:
una mano sola os pido.
Esa os hará mal provecho.
Hidalgo, apártese un poco,
no se le llegue tan cerca
á la labradora.
¿Es terca?
¿tira coces?
Yo voy loco...
Y necio.
¿En qué ha de parar
tanto porfiar, amor,
que me güeles á traidor?
¡Ay Carlos!
Volvé acamar.
«Que si viene la noche
presto saldrá el solé.»
^Vanse todos eantando.)
ESCENA IV
Suena ruido dtnlro de embarcación y Makinksios.
Marinero i,"
Antes que sople más el viento, amaina (1 ).
lomaremos el faro de Mesina
con más próspero tiempo.
Makinepo a."
Echa el esquife,
lomaremos de tierra algún refresco,
ó por ¡o menos agua en esta playa.
Mari.vemo 3.**
Amaina, echa las áncoras á tierra.
¡Fondo, fondo!
ESCENA V
Sale RobiRTO por un lado del tablado ú en alto.
Dichos.
Roberto.
¡Notable vocería!
(1) Faltas estos tres versos el co impreio.
444
LA NINFA DEL CIELO
Marinero t."
De aquí saldremos á la luz del día.
Roberto.
Nave We^ó i ia playa y fondo ha dado,
que desde eslos balcones con la luna
las blancas velas amainar se han visto:
ú viene do Mcsina o pasa el faro
cuyo esirccho de mar términos pone
A las Sicilias dos. siendo de Ríjolos
ej puerto de .Mcsins opuesta playa.
iQué caima ^oza el mar! dátiles pide;
déselos, pues los tiene, Berbería.
¡Oh, (Dala bestia! ¿quién de ti se fia?
ESCENA VI
Sale r.AiiLos.— RoaKhTO.
Carlos.
jRobcno!
PORF.RTO.
^•Qué hay, señor.'*
Carlos.
Dichosas nuevas.
Roberto.
jifas heredado á Ñapóles acaso,
ij el nebli pareció? ¿Qué traes de nuevo?
, Carlos.
La aventura mayor que el cielo ha dado
A un tierno, á un loco, á un firme ennmorado.
HOBCRTO.
,;Tan presto csiás enamorado y tierno,
locí/ y firme? ¡N'otable viento corre!
Vuelve á cenar, úue estás desvanecido
y yo lo estoy de haber mejor bebido;
porque en entrando aqui pregunté luego
del santo botiller por la posada,
y con tanto jamún seis veces luve
del vino Pusilico las veces,
aunque para mi sed bastaban heces,
i'cro dime el suceso de tu historia.
Carlos.
Roberto: Ninfa pienso que me quiere,
6 me engaña mi propio pensamicnio.
ROBERTJ.
A mi me preguntó si eras casado,
cuando entraba contigo.
Carlos.
A' qué dijiste?
Roberto.
(^)uc no, por no decir verdad en nada.
Carlos.
La mentira, Roberto, fué acertada.
Roberto.
Preguntóme tu estado, y rcspondile
3UC eras señor de doce mil ducados
c renta y de los buenos de Sicilia,
aunque era de Calabria tu familia.
Carlos.
Todo eso importa para el bien que aguardo;
gozalla determino.
ROBKKTO.
¿be qué suene?
Carlos.
Con una dama suya me ha envía
á decir que me quiere hablar á sola:>;
que en abriendo la puerta de un reire^
que en esta pane está, con el recato
que es necesario llegue: y me apercibej
que como quien soy haga, v yo pret*
engañali'a, Roberto, con la mano
de marido, y gozar la ivLs felice
mujer que vio Calabria y que dio Gr
á Troya para incendio.
Roberto.
^Y &i es Lucfc
en los intentos castos?
Carlos.
¡Ah Roberto!
¿Qai mujer hay en la ocasión tan fuer
que salga vencedora y no vencida
de un hombre tan á solas persuadida?!
Roberto.
¿Y qué piensas hacer después?
Carlos.
Estarme'
gozando su hermosura algunos días
alargando las vanas esperan/as
del casamiento, que te juro, amigo,
que fuera su marido si Diana
me faltara esta noche.
Roberto.
A su ICselenda
guarde mil años Dtos, pues es tan jui
que más vale su vida que esc fausto.
Carlos.
Están locos y ciegos los amantes,
y yo lo soy, Roberto, no le espantes.
Roberto.
Va han abierto la puerta, y la rx>ndc
pienso que está á la puerta.
Cakios.
Pues rcilr
E.SCENA Vri
Atúmaie al paño Nikta.
.Ninfa.
A Carlos, mi señora está esperando.
Carlos.
Y yo el alma en sus ojos abrasando.
IKntrantt; qurJa »"l^
Roberto.
Entróse, ¡vive Dios! LaNiní.'
serlo esta vez, según las mu.
(i) Eitos yemoi c«tÉii ati «n rl it
«Entróle, ivire I*iot! a^uetioi
hÍK«¡e *l uno y oiro bacn prai
Obligación», etc.
JORNADA PRIMERA
gorra del ÍJuquc de «.alabria.
¡ación me corre de L-spcrallc,
uc mc|or aquí que nu vn la calle, ivust)
ESCENA VJfl
Saltn los Marimikos.
I.* Ya con el alba parece
que empieza el vicnio á sopla^r.
3." Y de! faro estrecho el mar,
alegre pasaje ofrece ( i ).
3.* Ninguna señal da el cielu
3ue favorable no sea,
onde la nave desea.
1." De los vapores del suelo
á la parte de Levante
unos celajes están
que esperanzas ciertas dan
de viento.
a.° Y en el semblante
de la luna nos señala
el cerco que os dije yo,
cuando anoche se escondió
al dar fondo en esa cala.
3.* Y ayer se vieron delfines
en el mar; en conclusión,
que cuando muchos no sun
prometen prósperos fines.
Nunca faltaron jamás
esas señales, Leumeno,
estando el cielo sereno.
Ya se ha declarado más
el viento con la mañana.
i*ues las áncoras alcemos
y al dulce Levante demos
el trinquete y la mesana.
P
P
tos.
La.'
ESCENA IX
Saltn Cáuloí y RoatitTo.-ütctios.
Si va á Mesma, Roberto,
será desmentir espías
dudando en las prendas mías.
Gente hay, Leumeno, en el puerto.
Deben de querer pasaje.
En ella nos embarquemos
y de aquí á Sicilia iremos
con poco matalotaje;
de allí, volviendo á pasar
el faro en una tartana,
daré en Calabria mañana,
que no hay diez de millas mar;
que ésta es nave aragonesa.
I Después de csie verso hay los siguiente» en el
lltor
i,t.' Antes i^ue oira vc¿ ci sol,
que vueU co doradas plumas,
vuelva á la cama Je espumas
por el ocaio ei«piñol,
si este Tiento por bolina
dura, y en fiTor está,
(onJo habremos <lado ya
co el puerto de Mesioa *
RoBEHTO.
Cahlos.
Bobepto.
Caklus.
Roberto.
Carlos.
Roberto
Carlos.
Roberto,
Caulos.
Roberto
Carlos.
ROBEaTU.
(-ARLOS.
Roberto.
<'arluS.
Mrs. r."
Mrs. a,*
Mrs. 1."
Mi"s. 2.*
ROBKRTO.
Carlos.
4^5
que á Sicilia para Mulla
viene por iri^o, y sin falta
va á Mesma.
^Y la Condesar'
¿jr Ninfa?
No sé, Roberto;
ya sigo nuevos cuidados.
jNo esperas á tus criadíjs?
Que se han vuelto es lo más cierto ( t )
á la corte.
No te acabo
de entender.
Bien fácil es,
si sabes lo que después,
cuando el apetito, esclavo
de si mismo, se redime
con la Vitoria alcanzada
cansa una mujer gozada
auni^ue el amor más le anime.
y mas si de las promesas
resultan obligaciones.
Pues ,Jno t;07.an escnciones.
Duque, las que son Condesas,
tan nobles, tan estimadas
que fueron soles y lunas?
Roberto: todas son unas
en llegando á ser gozadas.
No ha dutado iodo un hora.
Cesar en ia impresa ful
que parii, llegue y ven¿i,
y vuelvo la espalda agora,
que es más triunfo.
¿De que suerte
la dejas.''
Durmiendo queda,
porque persuadirse pueda
que soñó cuando despierte.
Ksta vez, á su despecho,
en su tragedia cruel,
hará de Ülimpa el papel,
pues tú el de Vireno has hecho;
y á la nave y al mar cano
dará voces como loca
subida en un alta roca,
y será el quejarse en vano.
Esta es la traza mejor;
que por tierra ser pudiera
que, ofendida, me siguiera,
y fuera el daño mayor
si llegara i los oidos
de la Duquesa.
,jEI neblí
al Itn dejamos aqui.*^
^No basta llevar sentidos?
F.\ viento ha picado el mar
favorable al marinaje.
¡Buen viajel
|Buen pasaje!
¡Alto, á embarcar y á zarpar!
¿Estos fueron los amores
y ñnczas?
Ten por cierto
(i) FaJtia en el impreso los cuarenta rersos que
siguen.
LA NINFA DI
que antes de gozar, Roberio,
tüdus somos habladores.
{Vtnu tuduy.i
ESCENA \
Safe NtN» A como que lali di la cama, mtiiío detnuda.
NiNKA. ¡Hola, hola! ¿No hay ninguno
que me rcspondaf' No vela
sino solo mi cuidado.
¡Mola! mi desdicha es derla.
¡Hola, hola! el eco mismo
me da escasa la respucsla.
que una mujer desdichada
endurece más las piedras.
jMola!
ESCENA XI
Saint /"* Jxs Mvsicos cuno «a/i«ron al principio, J<
vilianm y la Música con ellos, qut m LArn«, pas-
tara; Krciasto y Oiciu.
Mis. 2." ¿Qué mandas, señora?
Mis. 3." Voces daba la Condesa.
Ninfa. ¿Sabéis de Carlos.^
Mis. 2." <Mué Carlos?
NiNK\. L'no que el alma me lleva,
Laura. ^Carlos le ha llevado el alma?
Loca está.
Ninfa. ¿No se os acuerda
del huésped que encontré anoche
y le di posada y cena,
y el alma con la posada
para partirse con ella?
Mfrs. 3.* ¿No quedó contigo á solas?
NtNPA. ¿Por qué averiguo sospechas
que están ya tan de su parte
del desengaño? (i)
Mis, 2."
• Qué ofensas
te ha hecho el huésped mgralo
que lloras y te lamentas,
para ouc tomando lodos
tus labradores sus yeguas,
le sigamos, aunque el vienio
tomar por sagrado quiera?
NiNKA. ¿Qué mayor ofensa, amigos,
que en el honor, en fuerza
del ^usto. en la libertad
del albcdrio. en la prenda
más respetada del alma,
en la joya que mis precia
la noble sangre, en la vida,
pues no se estima sin ella?
Scguildc todos, seguilde,
y si hiciere resistencia,
para no volver, matalde,..
No le matéis,.. Pero muera...
No, esperad...
Mis. a," ¿Qué determinas?
Ninfa. No sé. amigos. Dadme apriesa
un caoallo tan veloz
que á mi pensamiento exceda,
que yo seguiré su alcance
|ll Bn el imprcto: *iKb, ingratü Carlos!»
mejor, porque en la ¿«mertj
vcncerc el viento rolando,
que siempre amor alas lleva
Mis. a.' Ya csián por él.
Ninfa. Ya se «rd
Eru.vsto. ¿Qué novedades son csiai,
de amor y de honor, Ergastf
Ninfa. ¿Qué esperáis?
Laura. Ergasto, toí
ESCENA .\II
Sale un PiscAuaft de la CofiDusk á PasioK.^
Pescad. Si le ha ofendido, señorj,
el que anoche eo esia inesmi
casa albergaste con tanto
noble decoro y grandeza,
ya es imposible vengarte;
que esa nave aragonesa
que al mar da velas agora,
soberbia de verse en eila,
burlándose de tus iras,
á tu ingrato giiésped lleva,
no sé si á España O Sicilia,
á Francia ó a Ingalaterra,
que al primer reir del albt
le vf embarcándose en ella,
viniendo de echar un laocc
para que con varía pesca
tan vil püésped regalases,
V alargándose de tierra
dieron las velas, zarpando
que ya del viento se emprtñl
á cuya soberbia ayudan
los clarines y trómpelas
con la saloma ordinaria,
las flámulas y banderas;
niBS vuelve, y verás la nave
que ya del puerto se aleja.
Ninka. (^lla, no más, que me malí
y esos clarines que suenan
al viento, son en mi muerte
músicos de mis obsequias.
(Aquí lañen, y paxa la ho-H,
Mese.)
¿Es verdad esto que miro^
¡Villano giiésped, espera,
que le me vas con la paga.
-5Í no es la paga mi afrenta!
¿Dónde me llevas el alma,
que con tan grandes ofeo&as^
echará á fondo el navio
que más que la tierra pesan?'
¿Cómo, giiésped enemigo,
por dulces abrazos iruecat
olas del mar y una casa
que á lantus vivos encierra.
Mostró fiero, en quien la» J4
parecen nervios y venas,
cubaliu del mar con ala»
q^ue para mi daño vuela)
(>íírcel movcdiía, arado ^
de las olas, que no dejase
(i) FaltBn ¿stc y los ire» vcrtnt que kiev
tCKto impreso.
^acabando de pasar
lia señal del surco apenas;
monte arrojado en las a^^uas,
cuyas secas arboledas
Sun mástiles y mesa ñas,
raíses ( i ), cables y cuerdas;
caballo griego preñado
de traiciones y promesas,
para fuego de la Troya
que dentro en mi pecho queda.
¡Plcga á Dios que en un escollo
ó en algún banco de arena
dejes la gavia y las jarcias
y la quilla en las estrellas!
i Rayos los cielos airados
en tu plaza de armas lluevan:
el viento te beba el árbol (2),
el agua las obras muertas:
á la pelota contigo
de la mar y de la tierra
jueguen los vientos y falta
hagan en alguna peña,
y ese ingrato que llevas,
cuando todos escapen sólo el muera!
Mira quién eres, señora.
Vuelve en li.
Dejadme, afuera,
aue estoy loca, que me abraso.
¡Hay desdicha como aquesta!
Dejadme todos, dejadme,
que en el mar...
Señora, espera.
Dejadme morir, amigos.
,;Qué importa que yo percicar
M'jcho importa á tus vasallos.
^'Para qué queréis Condesa
y una señora afrentada
con la culpa desta penai^
Pero yo me vengaré
dcste agravio, desta ofensa,
aborreciendo las vidas
de los hombres de manera
que hasta encontrar con mi ingrato
he de matar cuantos vea:
porque es bien que paguen todos
lo que un hombre solo peca,
y saliendo á los caminos
como víbora sedienta
de su sangre, me pregono
por pública bandolera,
y de no tener, al cielo
luro, con hombre clemencia
hasta morir 6 vengarme.
. 2.* ^De quien eres no le acuerdas,
señora?
A. Ya de la nave
no se descubren apenas
ios penóles de las gavias.
¡Mal haya, amén, la primera
Eb el impreso «raizcs».
En el impreso dice:
•fil Tienio te aorb* el a^uk
y el agu* Us otas mucrtai.*
roaét creer que la buena lectura »ea:
El vj«nto te rompa el irbot,
el agua las obras muertas.
manu ingrata que- esas tablas
con resina, pez y brea,
juntó para mi desdicha
y para tantas ofcnsasl
i'ero ;de qué cosa pudo
en la mar como en la tierra
ser la codicia inventora
que no fuese inorme v lea?
\K}ué lejos va de los o|os!
Ya parece que al sol llega
tendidas las alas pardas
el águila de madera.
¡Oh, aleve máquina! Bajes
al centro pedazos hecha,
pur que enseñes las entrañas
que tamos males encierran,
y ese ingrato que llevas
cuando todos escapen, sólo el mucral
JORNADA SEGUNDA
Duquesa.
Carlos.
Duquesa
Carlos.
Dt;QUKSA
Carlos.
ESCENA PRI.MERA
5a/cii Carlos y la Duqvksa.
Tristeza sin ocasión,
llámela vueseñorla
natural melancolía.
Duquesa, tenéis razón;
triste sin causa me siento.
{'Cuándo vos serlo soléis,
si no es. Duque, que lo estéis
de algún nuevo pensamiento?
Siempre la melancolía
es efeto natural,
y desde el principio mal
c^ue con la sangre se cria.
Lsta es imaginación,
no propia naturaleza:
llamalda, Duque, tristeza
que habrá tenido ocasión.
Tristeza ó melancolía,
yo estoy sin gusto-
Será
de alguno nuevo.
Ya está
cansada vuescñoria. fKose Carlos.)
ESCENA i!
La DocjUBSA sola.
La que llega á cansar á su marido
no ha menester en las celosas Hechas
averiguar testigos de sospechas,
ni hacer linces los ojos ni el oído.
Ni importará sacar contra su olvido
de amor las paces una vez deshechas,
con suspiros, con lágrimas y endechas,
agua del alma y fuego del sentido.
Excusar del querellas me parece;
haga su curso amor, que es apetito,
y aquello que le privan apetece,
44^
LA NINFA DEL CIELO
que si L'Sircoharlc á celos solicito
a prisión ca que más se onsuberbecc,
y añadirá á ua delito otro dcilio.
ESCENA III
Salt ROUEKTO.— UlCUA.
KuBcuTu. Aqui la Duquesa está.
Siempre que por no enconiralla
determino barajalla
más veces la encuentro.
Dwi^UES.v. Ya
viene en su busca Roberto,
Y de encontrarme le pesa.
RonnhTO. Va me (ha) visto la Duquesa.
Uiiyt'Es.v. ¿Habrán iiccho algún concierto
para sus melancolías?
Roberto. ¿No estaba, señora, aquí
el Duque, mi señor?
Duquesa. Si,
Roberto. <Qué le querías?
RoBEKTO. Yo, servir é su ecclencia;
llamóme, y vine á buscallc.
Duquesa.,; Adonde quieres llevalle?
¿Hay nueva dama en Coscncia?
,:Ha venido fruta nueva
I la cortea que llevar
al Duque, que en el lugar
antes que nadie la prueba?
¿Tráesle recado ó papel ( i )
de alguna impresa que alcanzas?
,;llay ya nuevas esperanzas?
¿Muéstrase menos cruel?
¿Dice que hablará esta noche
al Duque, cuando dormido
esté el padre ó el marido?
¿(Juiere joyas, pide coche?
;Quc tenemos?
RoRKHTO. * Vueselcncia
hacerme merced solía.
Duquesa. ¡Qué gentil hipocresía!
Ya me falla la paciencia.
¿(^\i¿ merced os he de hacer,
si s¿ que sois su alcagüete?
Roberto. Q)ue á vueselencia respete
siempre forzoso ha de ser;
pero miente el lisonjero,
vueselencia me perdone,
que de envidia mal me pone
con quien agradar espero
más que al Duque mi señor,
porque ven que en su privanza
tanto mi ventura alcanza.
Antigua plaga y rigor
de criados á señores,
que en viendo alguna ocasión,
como no los oigan, son
lisonjeros y habladores.
No tienen penas pequeñas,
por los chismes que engendraron,
los primeros que inventaron
los escuderos y dueñas.
(i) Filt«n en el impreso ínu v los mcIc \ tr«os que
iigurn.
|Mal haya tan mala ncí
aunque entre con clto^
DijyiJfSA. ¿Cuando, Roborio, se vi
condenarse el delincuente
sino es dándole tormento ^
Roberto. Esos músicos cobardes
hacen en Palacio alardes,
sin él, de culpas de viento.
DLr<¿t;ESA. Roberto: loque yo veo
no lo he menester oír.
Roberto. ¿Qué es lo que quiere dc^rir
vuccelencia?-
DuQUESA. Que deseo
que al Duque no dlverláis;
3ue se que os sirve la ca£«
c estratagema y de traza
para lo que deseáis,
y que sabéis, con achaque
de socorrer un neblí,
perderos los dos, y ansi,
sin que otro ninguno os nt^
de rastro en más dcseisdiasj
donde más gusto tenéis,
libres os entretenéis
á costa de penas mías.
Esto y otras cosas sé,
aquí y fuera del lugar,
que se pueden remediar,
ó yo las remediaré.
RuBEiiTO. Mire vueselencia bien
que me está tratando mtl;
que al Duque le soy leal
y á vueselencia tambicn;
3ue más que á mi no es ni
ar crédito á aduladores;
mas ya es plaga en los scñof
la primera mformación.
Duquesa. Esto sé de cierta ciencia:
procurad vos que se irapiJa»'
que os haré quitar la vioa
por vida de su exceicucia.
ESCENA IV
ROBKKTÚ fofo ( ))•
¡Oh, palacio cruel, c<sa cocanuda,]
laberinto de engaños y de antojos,
adonde todo es lengua, todo es ojoi;
cualquier cosa es mucho y todo es al
Calera donde rema gente honnid*
y anda la envidia en vela haciendo cn<
hospital de incurables, que á homlwe
das siempre una esperanza por posad'
(I) Este y lot tres siguientes rersp* so i
ioipreso.
(z) Falta esta redondilla ni e> t¿xtftta|(
()) Kn el impreso, eo logar de «ft«<
siguiente redonditlt:
«Sentencia de muerte oí
y ipor Diosl ^< htj que «ate-r
üe una celosa mujer.
Pero el Duqvc vlrac «q^*'
JORNADA SEOrSDA
el licmpu, sueño Je los días;
icnto Us paf;as de lus pajes;
jar de Lamalfunes buches,
tu& c&cudcros chtrimias,-
& (US lacayos y lus pajes:
eñas y doncellas sacabuches.
ESCENA V
SaU CaK1.u:í.— RokKni o.
». Pues, Hobcrlo. ;dónde vai?
ro. A pcdille á vuesclcncia,
para dejalle, licencia.
¿íjuc dices?
■o. No pienso más
serville en toda mi vida.
Más quiero eslarme en mi casa
3ue aguardar la dicha cscata
e una esperanza perdida.
No lo pasare muy bien;
mas con mi pobre caudal
vendré á hallarme en menos mal
y mes dichoso también,
que me basta el no servir
y la quietud por riqueza.
B. Vaguidos traes de cabeza;
gana me das de reír.
y en el estado en que estoy
no es pequeña maravilla.
itro.Rico con una escudilla
como el filósofo voy,
que le pareciú después
que le sobraba advirtiendo
uno que estaba bebiendo
con la mano.
s. No me des
mis pesadumbres, Roberto.
pues sabes que nadie alcanza
conmigo mayor privanza.
To. Que me haces mercedes, cierto;
pero es con grande embarazo,
que quien sirve á señor ya
casado es como el que está
^^pialo del higado y bazo;
^^nue lo que aprovecha al Uno
^Htuelc hacer al otro daño.
i^Pia sido el ejemplo extraño.
W; Pues yo no seré importuno
en aplicar el ejemplo.
ts. Va estoy aguardando, di.
ITO. En mi señora y en ti
bazo é hígado contemplo.
Tú eres el hígado, y ella ( i )
l^ha de ser por fuerza el bazo;
^Hemcdios de agrado trazo
^^nyudaJo de mi estrella.
de entretener y servirte,
I y el bazo, que es mi señora,
lospechas y celos llora
De agradarte y divertirte;
y si dejándote á li,
faltan ésie y los teintitr^o 5iguicnic« versos es
teso.
>1AS DE ri»SO bS MOLINA.— TOMO II
al bazo quiero agradar
con pretcndclle llevar
chismes de aqui para allí,
luego el hígado está malu
y anda en mudanzas de luna
el hombre en baja fortuna,
aqui el mando y allí el palo.
Ya el bazo mucho se enfría,
ya el hígado se calienta,
ya la opilación se aumenta,
ya se engendra hidropesía;
uno es flaco y otro es fuerte,
y ambos á desembarazo,
y ando con higado y bazo
cr>tre la vida y la muerte.
Cantos. ¿Qué es lo que le ha sucedido
de nuevu.^
RoBCRTü. Llamóme agora
alcagüete, mi señora;
dándome de prometido,
por lo menos de la vida,
tan escasas esperanzas,
que me estorban tus privanzas.
Cami os. De celos está perdida.
Roberto. Pues ^hay novedad agora
con repentina aliciónr
Caklos. Memorias pasadas son
que el alma por sueños llora.
Roberto. ¿Cómo memorias pasadas?
Cahi os. Ninfa me tiene sin mí.
Roberto. ¿Con eso sales aqui?
Carlos. Pienso que fueron soñadas
las glorias que gocé entonces,
y envidio, Roberto, agora,
pues su ausencia me enamora.
Roberto. La afición tienes de gonces,
que la vuelve^ á mil partes.
.Arpón de amor le has tornado;
lio te entenderá un tejado.
Caki.os. Tiene amor extrañas artes,
Roberto, de perseguir
al que del piensa que sale
libre cuando al viento iguale
y ufano piensa vivir,
bespuós que llegué i Cosencia,
Roberto, con las memorias
de tantas sonadas glorias
pierdo el seso y la paciencia;
que el ausencia laS más veces
acrecienta la pasión
V despierta el afición.
RoBEPTO. De más colores pareces
que el arco que pinta el cielo.
Carlos. El amor me ha condenado
la ingratitud en cuidado
V la mudanza en recelo;
loco estoy. Ninfa me abrasa;
¿qué haré, Roberto?
Roberto. No sé,
que al bazo dañar podré.
Carlos. Lso de limiie pasa.
Deja necedades ya,
acude al remedio mío.
RoBKRTu. Por fuerza habrá de ser frío
para el calor con que está,
del hígado vucelencia,
olvidos son menester.
vi^H^mi
^Sl^lELO ^^^^^^^^^^^^^B
^^" Carlus. lisos ^;c6ino pueden ser
no estuviera ^^^^H
■ si más nit abraso en su auscnciar*
mi hidrópica sed lirana;^^^^B
H RunartTO. Pues al remedio acudamos (i)
y siendo eterna humiodl^^^H
■^ del clavo que uno á otro saca.
no tendrá con la que vierte ^H
^^L Caklxjs. Esa no es buena triaca
mayor amigo la iiiuene, ^H
^^H para n:>¡ veneno.
mayor contrario la vida. ^H
^^B RoBEHTO. Vamos
Que con la fiereza extraña ^H
^^B
que al paso esperando estoy^H
^^m Caklos. Ese es el meíor.
un risco, un escollo soy ^H
^^H Roberto. Cuando es tan grave dolencia
de aquel mar. desta irtontaj)i^H
^^H aplica al dolor de ausencia
tanto, que llego á temer ^H
^^H uni^ilcnlo de ojos, amor.
que han de venirme á fallar ^H
^^^L^ Mas ^-con qué iraza ha de ser
vidas que poder quitar. ^^k
^^^^^K si mi señora por traza,
muertes que poder hacer; ^B
^^^^^H ha condenado la
y de mi cólera liera ^B
^^^^H con que la pudieras
pienso, de crueldad armad». ^\
^^^^H ái costa de otro neblí,
que no he de quedar vengjda
^^^^H puesto auc así no podías
^^^HB gastar a lá muchos dias?
cuando todo el mundo mucr^^
At.EUMO. Quien mira tu gentileza ^H
^^^^'t^aklos. Pues ello ha de ser ansi.
' publica, Ninfa, que bajas ^^
^^H Vo he de fingir que he tenido
á matar con dos ventajas:
^^H del Rey mañana una carta
de hermosura y fortaleza: ^J
^^H en que' me manda que parla
que dando á los enemigos ^B
^^H á Ñapóles; advertido
muerte fiera con tus manos» ^B
^^H que con diligencia sea,
con tus ojos soberanos, ^B
^^H que en la corte mi persona
no perdonas los amigos. ^B
^^B á cosas que á la corona
Mira, si á todos maltratas, ^H
^^H son importantes, desea.
de qué modo han de seguirt^H
^^B y asi con pocos criados,
los que vienen á servirte, ^B
^^^^^ y por la posta, saldré
si de guerra y de paz mala». ^B
^^^^^K de Cosencia, y l'm daré
Todos tus armas tememos, ^B
^^^^^H con T^infa á tantos cuidados.
porque vienen más armados^^B
^^^^^B cjue ya me tienen á pique
^^^^H de morir; y claro
tus ojos que tus soldados: ^B
pero ya que no podemos ^B
^^^^H que á mis disculpas dará
escapar de ser despojos ^B
^^^^V crédito que cenílique
de tu valor invencible, ^B
^^^ la linczade mi amor.
enséñanos, si es posible. ^B
Roberto. ¿IMensas habialla verdad
á defender de tus ojos. ^B
en lo que átu calidad
NiNKA. Alejandro: yo te he hecho, ^B
toca?
á ti y á César, mi honor ^B
Carlos. Ya fuera rigor,
Fíoberlo, el fingido trato.
liando y viendo el valor ^B
del uno y el otro pecho, ^B
PoRKRTO. ¿Y el casamiento?
capitanes de quinientos ^^
Carlos. No sé.
hombros que se me han llegaJí'.
Vamos, que yo trataré
escogiendo por sagrado
como no parezca ingrato
de sus vivos pensamientos
y estará loda sospecha
esta monuña en que estoy ^j
segura con lo que irazo.
del real camino y playa ^B
Roberto. ¡Plega á Dios no dañe al bazo
más vigilante atalaya. ^B
^^L lú que al hígado aprovechal < vamr.)
dundc en m: venganza soy ^H
^^^H
un eslingecada día ^B
dando, despeñando, muerte ^B
^^^B
^H ESCE.N'.\ VI
á cuantos su corl.i suerte ^B
V S^lfn por el monte abajii, de nalteadore», totlus los
y dichosa suerte mia ^B
B qu* puedan, y Síuya itetrds ton hatt^tn y de ^fln-
traen á morir á mis maoOR ^H
H datero.
y lo mismo te prometo ^B
si me pierdes el respeto. ^H
1 .NiM'A. Este es buen puesto por hoy:
¡por los cielos soberaDos^^^B
■ en los que he mandado estén
porcjue no estoy con lol^^^^|
tan bien que he de perd<^^^^B
■ esos soldados con quien
B dando guerra á iialia estoy
Pues ves que salgo á mi^^^H
B y al mundo; cjue aunque ja humana
■ sanf^re toda del vertiera.
sborresciendo sus nnnihl^^^B
locos aire\ ^^^B
^^^
puedes desde h' '*^^^|
porque sabré castii;ar ^H
^^^M
^^^B (l) Omitidos C3 e\ impreco i-!(te v los rrcs rcr%os
palabras y pensamientos. ^H
A LEJANO. I'crdona m te ofendieron, ^B
B que tlnucn.
^^^^^H ^^H
^^Bue á tu valur no vencidu
hoy ^ozo la libertad ^^^H
^^nttcviniicntüs no han stdu,-
sobre las alas del viento. ^^^^
^^Mlabanzas solas fueron
Ninfa. ,i Dónde vas, hombre? ^^^|
^^r(|uc }ú estimo. |
PúMi-EYO. A buscarte, ^^H
i! No es materia
si eres, Ninfa, la Condesa. ^^^H
[ para hablaren ello más.
NiSFA. Aunque ser quien soy me pesa, ^^H
kND. Con razón airada estás.
quién soy no puedo negarte ^^^H
L Hoy por fuerza de la feria
^Quc quieres? ^^H
^Kde Galerno han de pasar
PoMi'EYO. Como he sabido ^^H
^^percachos y mercaderes.
I^No ofendáis á las mujeres;
que, ofendida y agraviada, ^^H
con la pistola y la espada ^^H
1 los hombrespodéis malar.
rayo de Calabria has sido ^^H
1 robándoles cuanto llevan.
y que en ella son tus hombres, ^^^|
1 que yo solamente quiero
Ninfa, mostró del amor, ^^H
^H las vidas: (orna el dinero
Condesa de Valdellor ^^H
^■vosotros y no se atrevan
y enemiga de los hombres, ^^^|
^Ki hacer ofensa á ninguna
y que en Calabria has juntado ^^^|
^H mujer, porque colf>aré
lüdos los más animosos ^^^H
^™ á quien gusto no me dé.
valientes y sediciosos, ^^^H
r Toda la mala fortuna
yo, á tu valor inclinado ^^^H
^^ cotran los hombres, que son
V á este famoso ejercicio ^^^H
^Klos que me ofenden no más,
con que matas tantos hombres ^^^H
^H y escarmiente á los demás
de tan diferentes nombres, ^^^H
f mi fiera satisfacción.
porque agradarle codicio -^^^^
f. De diferentes cabezas
y servirte juntamente, ^^^H
1 tienes llenos estos tejos,
colgada dejo de un roble ^^^H
1 que parecen desde lejos
á mi mujer, que aunque es noble, ^^^|
^Kfruia que dan sus malezas.
discreía, cuerda y prudente, ^^H
^^Sin las que ha tragado el mar.
es propia mujer, en fin. ^^^H
I^ ^A cuántos di muerte ayer?
que le basta por delito, ^^^|
|. Noventa deben de ser.
V al viento en tu busca imito, ^^^H
\. ¡Qué, no pudieron llegar
^■|s^A. lia sido para lu fin; ^^B
á ciento! Coria tarca;
qué yo no amparo crueldad ^H
yo la llenare otra vez,
contra mujer, que esa es sola ^^^M
que hoy han de ser ciento y diez.
la impresa que sigo. |Molal ^^^H
uND. No hay quien de una mujer crea
de esc roble le colead ^^^H
extremo tan inhumano.
adonde !c puedan ver. ^^^H
(Dice dentro una Mujer Uistimux,i.)
y le misma muerte siga ^^^H
n. ¡Justicia, cielos, os pido!
con un letrero que diga: ^^^H
k. A ver qué es ese ruido;
«l'or traidor á una mujer». ^^^^M
id luego y no será en vano.
¡ que parecen de mujer
PoMfEYo. ¡Señora! ^^^^^^|
NiNi'.v. Llevaldc. ^^^^^M
estas quejas.
El cielo ^^^^H
j>jD. Los dos vamos
me castiga justamente. ^^^^^1
á servirte.
^^^^H
1. Entre estos ramos
sin duda deben de ser.
ESCENA VIH ^^t
i. Si es mujer no permitáis
AisjAMnxo / CÉSAR sacan á la Mujbr <r) ^^^H
que la ofendan.
^^^^M
IND. Será ans¡
At.EJAND. Esta es la mujer. ^^^H
como lo mandas.
NiNKA. DctcMe. ^^H
0 aquí
^B donde estoy y donde estáis
^B colgaré al que la ofendiere
^^ de un roble.
MuiKK. Mayor desdicha recelo. ^^^H
Ninfa. ^Nu la dejaste colgada.^ ^^^|
ALE->ANu.Cun las espadas cortamos ^^^H
el cordel cuando llegamos. ^^^|
iND. ;Ju5lo rigor!
Ninfa. 1.a intención ejecutada ^^H
Y lo dfmás no es valor,
merece el propio castigo ^^H
sino vileza.
á su pensamiento doble; ^^^H
^^ (raníe Alciandro yCcssr )
colgadle del mismo roble. ^^^|
^^K
Mujer. Señora: aunque es mi enemigo, ^^^H
^m ESCENA Vil
es mi marido en efeio; ^^^H
no le matéis. ^^^H
^^P 5a<rPuMrk-ro.— Dichos.
Ninfa. <Qué mujer ^^M
,
llegar pudo aborrecer ^^^H
[YO. Si fuere
cuando tuvo amor perfecto? ^^^H
tan dichoso queá mi interno
■ ^^^H
corresponda mi crueldad.
(i) «Coa /Jíoga i fagrar/fanía», cu el impreso. ^M
^^^^^4^2 LA NINFA
DEL CIELO ^^^^^^^1
^^^^^ Mi ejenipkj he mirado en i¡;
CoMHEO.
^Aor«7 ^M
^^^^^1 Icvdnla, mujer, no mucr«.
de Nápuics. ^H
^^^^^H la vez primera
Ninfa.
¿Que se dice ^H
^^^^^H que hombre he perdonado aqui;
allá de mi? ^1
^^^^H y agradezca que ha traído
CoBfiEO.
Ap.-^' ^
^^^^H por padrino á una mujer,
venta en Náp- -
^^^^H que con mirarse ofender
cuando me hi<.<^i .<;■ .>ji) cí|^h
^^^^Hp á ser su vida ha venido.
partir á Trento. ^M
^^^^^« que no se escapara ansí.
.Ni.NrA.
Si fuera ^M
W l'oMftvo. Beso tus pies, que yo voy
á esotro mundo, pudiera ^M
^^_ arrepentido y no estoy,
ser que llegaras más pmtojH
^^k despué'i que le miro en nii,
CoHMtO.
¿De qué suerte? W
^^H auc te pintaban mis fiera
^^H de lo que scna|r-s das.
CéSAH.
Itay un despfl
para el infierno; ¿auc dudas?
Debéis de esciibir á Juda»,
^^^^^NiNKA. Soilo con hombres no más;
Con peo.
^^^^B hasta que pn ingrato muera
que fué catabres. ^B
^^^^H tú te quedarás conmigo;
CtSAK.
iBorracholH
¿quieres que ic de? ^B
^^^^H agora, y á tu mujer
^^^^y podrán soldados volver
NlNKA.
Abrid Iue]S
^^^^^ á su lugar.
entretanto, esa maleta ^H
^^B PoMi'EYO. Pues contigo
que descansa la estafeta, ^
^^m seré un Pompeyo. que así
y no dejéis ningún pliego
^^P es mi nombre.
que no abráis, para saber
^^ NiM A. ¿De adonde eres?
lo que hay de nuevo en la cofr,
M l'uMf'ETO.De Casano.
porque puede ser que impone.
^^m NiNTA. Si no fueres
(!o»KEO.
¿Que descanso ha de tener ^_
^^k hombre de importancia, aquí
quien vuestro rigor espera ^B
^^^^— no te faltara castigo
sin daros más ocasión? ^B
^^^^H como al que á infamias se atreve
Nl.NIX
Acabad ^B
^^^^V y no es bien consigo lleve
Correo.
.Mirad que son ^1
^^m lu mujer á su enemigo.
despachos del Rey.
^^m Mf'JKR. Como muerte no le des.
AUEJAND
Que fueri.
^^H hácesmc muchas mercedes.
NlNKA.
Id deshaciendo los pliegos.
^^H NiN»'A. Partirte á Casano puedes
CÉSAR.
.Mostrad acá; |quc cruel
^^V
embarazo de pape'!
^^M MiiJEH. Bósote los pies.
NiNI A.
¡Que de engaños, qué de rueuns
^^m NiNKA. l>na escuadra de soldados
qué de avisos, quede an
^^m haced que baje con ella,
qué de agravios, qué de
^H porque no pueda ofendelU
qué de mentiras y enredoi.
^^B
qué de trampas, qué de llores,
de falsas correspondencias,
^^m .\i.f.;and. Va están aprestados.
^^B M( ;er. Déte la fortuna el bien
de engañadas amistades,
^^H que darte, señora, puede.
^^H PoMi-Evo.Como yo sin ella quede
de veras, de necedades, ^í
buenas y malas ausencias ^fl
^^H viva mil siglos, amen.
deben dé venir ahí! ^f
^^B (Uei'iiH la Maier.)
César: empieza k leer, ^M
^^^P
CÉSAH.
Aquí dice: «A mi mujer.» H
^B ESCENA JX
.ViNKA.
Abre el pliego. H
CÉSAH.
Dice ansí: ^
^^H Sacan un Comkko con una maifta con cartas (i ).
«Dos meses ha...»
^H CtsAK. Kntia, borracho.
NiNI'A.
No provine.
^^H NiNi A. ¿Qué es eso?
que en su aff enia
^^m CoKKb'o. Mi mala suerte.
hombre que dos im
^^M César. Un correo.
á su mujer.
^^P NiNi- A. Días ha que le deseo.
C£sAn.
Bien la obligas ,
^P^ CiSAK. Lleva la maleta peso.
si ella llegara á escuchar. ^H
^^ CoHaeu. Tudas son cartas.
«A Lisarda», dice aquí. ^B
^K NiNPA. Tú llevas
NiNí-A.
Abre y Ice. ^B
^^H famosa mercadería
Cksak.
t:;otnienza ul: ^M
^^H pues vas la noche y el día
«Dueño mió: si de umMím^^M
^^H de papel cargado v nuevas.
tu soberana hermosun^^^H
^^B ¿De dónde vienes.^
el amor no me pagara ^^^H
^^^^^B
NiNÍA.
vulvicndoinc luco...» ^H
H*ra: ^
^^^F (i) Fallí loJí e»la escena en cI imprcsu.Mnembir-
^^^1 Ku en el reparto figura, curio se ha visto, t'it Corrto^
que CSC es ingrato y procura
^^H locual ücmucsTn que la escena fue suprimida at jm*
engañar á esa n)uicr: ^M
^^H prlmtr la obra.
^
porque si bien l« quisicrii ^H
JORNADA. SKtitlNDA
453
f
,1».
I
■ANO.
rA>
!
f
IR.
rA.
?N.
REO,
'A.
iP.
Mduniic cita e>ti estavíer*.
Rompe.
Ya empiczfi á romper.
iQué pliego es ¿se,''
«A Sisberto,
mercader», dice.
Será
cédula alguna.
Aquí esii.
Que fu¿ para mi es más cieno.
íQüé es ta caniidad.^
Dos mil
ducados á letra vista.
^A quién?
A Claudio Baulisla
y i Juan María Genlil.
Ginoveses son, por Dios,
que se han de dar por la posta:
estos de ayuda de costa
se tomen para ios dos,
César y Alejandro.
El ciclo
edades largas le guarde.
Y partirán se esta larde
á cobralios.
Todo el suelo
de la Europa á tus pies sea
alfombra no mercirida,
y de lu fama y tu vida
los eternos siglos vea.
I'asa adelante.
«Gaceta»,
dice aquí, «á t^elio».
Esas son
nuevas.
Hl primer renslón,
si el pecho no te inquieta,
con lu nombre empieza.
Di.
que no hay cosa que mi pecho
sobresaltci satisfecho
del valor que vive en mi.
(/-*») «Ninfa, Condesa de V'aldeílor,
olvidándose de quien es y viéndose
burlada de cierto caballero, con qui-
nientos hombres y más anda roban-
do por los caminos de Calabria y
abrasando los lugares convecinos, y
hoy por mandado del Rey han pre-
gonado su talla en diez mil escudos
y libertad de sus delitos, y si fuere
compañero suyo el que trujere su
cabeza, muchas más mercedes.»
No pases más adelante,
que á la estafeta que lleva
ese pliego, por la nueva
quiero dar pone importante.
¡Hola! echad esa estafeta,
para que pueda llegar
picsto al intierno, en la mar,
y en el cuello la maleta.
¡Piedad!
No hay piedad, villano;
llevalde luego de ahí.
Por el viento desde aquí
le verás ir al mar cano.
ESCENA X
Lie y a n ti '
capas al
—Dichos
Alejand.
NiN»*.
Mt's. I.*
A LEJANO.
Mi':S. a."
NiNr.\.
Mfs. I."
CESA».
NlPÍKA.
M6s. a.»
Ninfa.
Mis. i.'
NiNTA.
MfS. 2-'
NiNKA,
Mis. I.»
Ninfa.
Mrsrco.
NiNKA.
C¿SAIt.
'.oititBO y Macan i^us Músicos ,ir camino, lai
homlTu y lax iiuiíarras det>a¡a tttl lirado
Llegad.
ijQuión son ésiosr
Dos
músicos míseros somos.
Y tenéis muy buenos lomos
para un remo.
Guárdeos Dios
por la merced.
^ Dónde vais.''
A Ñapóles.
¡Buena gente!
<'V es música solamente
la pretensión que lleváis?
Señora, sí, que en la corte
suele estimarse.
Cantad,
que yo os diré la verdad,
y si no es cosa que importe,
aquí os quedareis mejor
y excusaréis de cuidados.
^Cómo?
De un roble colgados
6 en el mar. Perdé el lemor
y cantad.
Danos licencia
para templar.
No cantéis
si habéis de templar, pues veis
que tengo poca paciencia:
el uno canie no mis.
Escucha.
Va estoy alema,
aunque no quiere mi afrent.!
que esté con gusto jamás.
«Bordatta i-l alba la^ llores
que afrentó la noche fría;
cantaban al sol las aves,
lloraban las tortolillas,
cuando, buscando los brazos
del Duque Vireno, t_»limpa
sombras ciñe, engaños toca;
despierta, llora y suspira,
salta del desierto lecho,
corre al mar. su arena pisa.
y de la peña más alta
la nave del Duque mira.«
Arrojad esos villanos(i)
de aquesas peñas vecinas,
que son cisnes que cantando
hoy mi muerte solicitan;
y dejadme todos sola,
porque no quiero á la vista
tener ningún hombre.
Vamos, {iy^ianla sola tndnt.)
(i) Después de c«lc verso, sigue en el impreso:
«i I» inir, pui-s con Ojirnpa .
y con \ ircno me cantan
cíemplos de mi dcsUiclia.
Milsir.o i.« Señora...
Ni.NfA. .\rrnj*¿la« ivego.»
.A NIMA 1>EL CIKLO
liSCKNA XI
NlNCA.
|Ay, memorias enemi};as,
qué fue^o habéis en el alma
revuelto; qué de meniiras,
qué de promesas y agravios,
que de palabras lingidas!
¡Ay, Vireno! I'^iero el mar,
cuyas mudanzas imitas
con ingratitudes tantas,
te dé sepulcro.
ESCENA Xfl
Sitien Camos y Roukuto, dtsnudús lii% upadas, y
acoxándoíits Alujakoro, Oíyah >* ')tros Banpulk-
nos.— Nj.nfa.
Caplos.
Alejand
ROBEATO.
Ninfa.
Cami.os.
ROBEPTO.
.Ninfa.
CfcSAR.
Cahlos.
Ninfa.
Carlos.
NiNI-A.
Carlos.
NlNI A.
Carlos.
NiNKA.
Cahlos
Las vidas
hemos de vender muy bien;
que tambícrn púlvora espiran
y balas estos cañones,
y son de acero estas limpias
espadas.
¡Rendios, villanos!
¡Mentís! y las obras sirvan
en lugar de las palabras,
bandoleros de mentira.
{Ahora saltn todot.)
Teneos: ¿que es esio? Apartad:
no los ofendáis.
^No es Ninfa
¿su, Roberto?
Señor:
ó es su imagen ó ella misma.
¿No es aqueste Carlos? ¡Ciclos.!
¿lis del alma fantasía.''
¿lis sueño.''
Los tres están
suspensos.
¡Notable dicha!
Ven acá: ¿cómo te llamas.''
Carlos.
|El es!
¿Qué te admira?
Pienso que ha sido ilusión.
V para mi el verte, Ninfa.
No acierto á tomar venganza,
con w-star de ti otcndida
y haber sido la fatal
ocasión de mis desdichas.
Por 11 solo, ingrato Carlos,
poniendo la sangre mía
en olvido y los agüelos
que mi nobleza acreditan,
soy pública bandolera
del ciclo y suelo enemiga,
no perdonando, agraviada,
á ningún hombre la vida,
y hoy la tuya, ingrato gíléspcd,
me pagará...
.N'o prosigas.
que es tuya, Ninfa, y no es bien
que acabes tu vida misma.
A buscarte, ciclo hermoso,
y á disculpar mi huida
vengo: máiaiiit :.i v,u.frt
como tú contenta viva&,
que yo sé que no podrás
sacarte del alma mía.
Ninfa. ¡Ay sirena! ¿Otra vez cant
Vuélvete al mar, no me vi
Carlos. Por que entiendas, Ninfa
de la suerte que ic estima
el alma, hablarle verdad,
amor y sangre me obligan,!
El Duque soy de Calabria, {
casado por mi desdicha
con Diana la Duquesa,
del Rey de Ñapóles hija.
Ni.NrA. ¡Qué dices!
Caplos. Esto que escuct
NiNTA. No me vengas con mentira
Carlos. Esla fué ocasión, señora,
para dejarte ofendida,
que amor, antes de obligj
imposibles facilita.
Sirvió de nube la nave
que iba entonces á Mcsina
para encubritte quiOn er.i
M los pasos me stv
Pensé vivir sin tu^
y es imposiblü que viva,
y vuelvo loco á buscarlos.
Amor fué, no fué malicia;
cuando llegué á esc repecha]
que el camino deteriniíu
de Ñapóles á Calabria,
desnudando las cuchillas
y calando las pistolas
con gallarda bizarría
estos soldados diciendo:
«üetenie» al paso saliai
Matáronme el posiíllái
antes de dejar la silla,
y por no morir tendido,
con villana cobardía,
de las postas á la tierra
sallé, haciendo que me siga
con Hübctto dos criados
que en mi servicio veniafl.
A la primer rociada
mueren los dos, y á la risn
poniéndonos las pistolas
de las nuestras no vencidas,J
temerosos hasta el puesto
en que estamos nos retiran^
donde, como por milagm,
las hermosas maravillas
de tus ojos nos dan pueiló
nos dan gloria, ñus aan «id
que puesto que entre la groC
vulgar, escuchado habla
esta novedad, jamás
la di crédito.
CtsAR.
Al.ElAND.
Loco estoy, r
muero dc'ccl>
¡Vive Dios, <|u
en extremo a s
á este cobarde, i •-
¿Eso en mujeres tu
y más en ¿su, Alejj
a.
c
JUKNADA SEGÚN UA
455
^!i bien, tra7.a Joicrmina
lUgUilO.
Mata á Diana.
Semencia es dcfiniliva;
>o apelare por ella
nueva chancilleria
mil y quinientos me peguen
con un cable en la barriija:
nto puede en qtialquicr pecho
n agravio.
Si niil vidas
viera, mil le quitara,
uque de Calabria, mira
que me has dado la palabra,
si dcsia fe te olvidas,
roya volveré á Coscncia.
asta mirar sus cenizas.
Rsta palabra le doy.
y mano desde este día
de esposo.
Tuya soy, Carlos.
ID. Celoso estoy, ¡muera Ninfa!
ucs sirvo al Fiey y á mis celos.
(fincara ti arcabtn canlra tiinf» y no
1 /«««o.)
lyósemc, jquc desdicha!
¿Qué es esto? ¡Villano!
Espera,
delcnle.
]Qué alevoslal
^(^ué le obliga á darme muerte?
jSeñora!
Habla.
C(xlici.i
de tu talla y celos; dame
muerte, que es bien merecida.
Yo le perdono; levanta,
que aunque las causas pedían
Bsligo, más es lu infamia,
hoy he de hacer de las vidas
erced á cuantos pudiere,
e mi vcnturacn aibiicias,
vete, porque un traidor
o es segura compañía,
ésar se vaya con él,
ues los secretos se fían
son amigos tan grandes,
eñora!
¿Qué me replicas?
ste es mi gusto y es justo,
bedecerie es justicia.
Vamos, Alejandro.
César,
loso voy y sin vida.
(Vanse los dos.— Suma iltntr'> ruido dt
eajai.)
¡Molal ¿Qué cajas son éstas?
ESCENA Xlli
10 y PoHPEro.— Dichos, mttiox Alcíandro
y CÉSAR.
fO-En nuestra demanda. Ninfa,
¿se ha descubierto en el cimpo
in tercio de infantería.
)iligencías son del Rey.
[Escapar ic determina
conmigo, pues tengo postas
que á los vientivs desafían
mientras esta furia pasa,
ya que segura la vida
en ninguna parte tienes.
Ninfa. Vamos, que tuya es la mia,
V sálvese quien pudiere.
Capi.os. Las postas, Roberto, aprisa.
RoBKfiT. Mas ¿que ha de haber de nosotros
libros de caballcría?(Vi>nsr )
ESCE.NA XIV
ItORACro y- AoRlANO.
Horacio. Aguarda, enemiga, aguarda.
¿Dónde vas, ingrata Ninfa?
Tras un centauro que ya
al viento en el curso imita,
¿Tan presto nos desamparas?
¿Cuando es menester le eclipsas (1),
sol escaso de Noruega?
Amigos, muera, scguilda,
y ese París de Calabria
muera con ella en la misma
Troya que con su belleza
su amor soberbio fabrica.
¡Muera Ninfa! Ea, soldados,
pues se ausenta y nos olvida.
¡Muera Ninfa!
(Va*í lioracia y el compaftrrn, metiendo
wano á las espadas, y dicen deníro.)
Touos. ¡Ninfa muera,
y el Rejr de Ñapóles viva!
ESCENA XV (2)
Sale Nf.vFA snla, como que si ha perdido en el munle
Bien le llaman, ¡oh, noche! imagen muda
de temor y la muerte, pues con laníos
ojos apenas ves tus sombras negras,
y siempre lloras y jamás te alegras.
A Carlos he perdido en este monte,
y cansado el caballo dio conmigo
en este laberinto de jarales,
sin estribos ni riendas, ¡bravo paso.
pienso que encuentro un monte á cada paso.
¿Qué haré, que estoy confusa? ¿Iré adelante?
¡Ah, Carlos, Carlos! Nadie me responde;
sólo el silencio el eco ha interrumpido,
que entre estas hojas respondió dormido.
Rendida estoy, quiero pasar la noche,
á quien muy corto término da el día
al parecer, sobre esta verde grama,
pues no hay para quien quiere mejor camn.
Sueño, ocupad un poco los sentidos
poniendo un rato á mis recelos tregua,
hasta que pase la liniebla obscura,
que poco a un desdichado el bien le dura.
(1) Falta en el impreso éste y los nueve versos que
siguen.
(a) Esta escena es ali^ú diferente y mis corla en el
impreso. I.as variantes, aunque niuchaít, do son de
impof Uncia ai mejoran el tcxio.
456
LA NINFA 15EL CIKLO
Llegue el dU que sgunrd», llegue el día,
y en los brazos que adoro, regalada,
descanse el atligido pensamientú.
¡Carlos, Carlos! mas ¡ay, que abra/o el viento!
(Eihaie 4 rfijrmrr, y diccrnlre laf «os.
|Ay, gloria del amor, poco segura,
qué poco á un desdichado el bien le dura!
Si n'j me engaño, pienso que amanecr,
y suena gente y música: ¿qué es eslof*
Ceñidos vienen de diversas llores,
lunque no me parecen labradores.
{Saltn tas Labridore?;. lifi PaiUdores }' i'dii c<i-
ytndo tn el po^n, como lo dice Niala, al son Ur folíax
o yillano.)
Alrededor de un pozo, que está en medio
de aquellas verdes hayas, que ya el dia
distintas muestra ya todas las cosas,
se ponen á bailar ¡extraño caso!
cerca de un pozo, habiendo campo raso.
Uno de los más mozos que bailaban
cayó en el pozo, y los demás suspensos
se han quedado mirándole^ y ahora
vuelven al baile y al primer estado
olvidados de aquello que ha pasado.
Otro ha caído agora, y se suspende
el que ha quedado, cual la vez primera;
ya este vuelve á bailar; no los entiendo,
én lo que paran contemplar pretendo.
El último ha caído, y yo presumo
que debe de ser burla, y que es el poio
(ingido al parecer; llegarme quiero
y ver si dentro están, como han caldo,
todos los que bailaban de esta suerte.
ESCENA XVI
Asómase por ti po^o y apatéctse la Muehtb.
L* MUEKTE.
r^Qué buscas en el pozo de la muerte?
Ninfa.
¡Válgame el Cielo! ,:ICs sombra del abismo,
oes sueño? No; que esta medrosa imagen
con mis ojos he visto. En esta selva
debe de estar mi muerte y mi desdicha.
El cielo me persigue, y no sin causa
en ella me he perdido. Grandes culpas
cometí contra el ciclo, pues que tengo
á cargo tantas vidas, tantos robos.
Todo es sombras y miedos cuanto miro;
no me puedo salvar, ya está cerrado
de mi sentencia el último proceso;
amigos y enemigos me persiguen,
cielo y tierra: <qué haré, que ya no puedo
en cuanto mira el sol estar segura?
Desde aquí se ve el mar; este peñasco
triste teatro de mi muerte sea,
de tantos enemigos ofendida,
porque ninguno triunfe de mi vida.
ESCENA XVir
Va á arroiant y aait un Anoki. /■ deliéntla.
A v.» I . .Ninfa, no te desesperes,
que no has de serlo del mar,
que más hermoso lugar
te han dedicado.
.NiNKA. ¿Quién ere
Anocl. Un amigo, el más amigo
que en tus sucesos turaste: i
que desde que tú naciste
ha andado siempre conligo^
NiNPA. No te conozco.
Angki Después,
Ninfa, me conocerás.
y si me sigues, tendrás
bien de mayor interés.
Ninfa. Va seguirte no recelo;
llévame á cualquier lugar.
A NURI . Deja el ser ninfa del mar
que has de ser ninfa del ctt
JORNADA TERCERi
ESCENA PRIMERA
NiMFA sola.
Humanos desengaños,
hacedme solamente compal
y vosotros, engaños
del mundo, allá os quedad
basta lo que dormidos
á la verdad tuvistes mis seii|
Como culebra quiero
para otra nueva vida renoi
donde clemencia espero.
si acierto de una vez á desni^tt
del hábito que ha hecho j^M
la vil costumbre de mi ingraim
{Vaat quitando las arm»t,t¡ nt\
bonttt. y valos colgando d» lat i
algün clavo 4 propútito )
(Quedad por estos pobos.
bárbaros instrumentos de 1
de insulto^ y de robos,
que con el dueño de la misr
merecistes castigo
á no tener el cielo por amiglj
á cuya hermosa cara ( i )
los vergonzosos ojos atzoi
viendo que, aunque me amf
tantas ofensas de crueldades '
contra él he cometido,
á quien piedad de tantasculpasf
Vjiad, plumas, al viento.
palas del loco abril de mu antoi
y las del pensamiento
sirvan para traer agua i misj
y queden los cabellos
para esconderse mi vergfl
.Monte, en lo n
de tus obscur:i ■ mc
aun güéspcd nuevo, ¿ un
recibe entre las ramas iniri
(O Faltan ¿tie y io% ctnco ytnodñ
el imprcüo.
^^^^^^^^^^^^^^H JORNADA
TKRCEUA 457
■
del laberinto toyo.
Carlos. Que Ninfa es muerta.
^^1
que en ti, á Dios me presento y resii-
Roberto, Seftor:
^^^^1
Perdóname, entretanto [luyo(l),
siempre recela el «mor
el más dañoso suceso;
^^^^1
que tu soledad santa reverencio.
^^^^1
si violare con llanto
que el amor todo es recelos
^^^^1
V debidos suspiros tu silencio.
en las sospechas y celos.
^^^^1
11.05, U>"«írf.,) iNinfa, Ninfa!
en la ausencia, en el desdt^n.
^^^H
FA. Ya es tarde.
hasta que seguro el bien
^^^^1
Del mundo, Garios, huyo; Dios te
corre al engaño los velos.
^^^^1
[guarde.
Caiilos, Roberto: espera.
^^1
^ ( Vas^.)
RoBBRTO. ¿Qué dices?
^^1
^B ESCENA It
Carlos. jSon antojos del deseo
^H
Sattn Carlos y Romkkto.
de mis venturas felices
lo que en estas ramas veo!
■
luos. iNinfa, Ninfa!
RoBKHTo. Serán hojas y raices.
^^^H
kHBTO. ^ Dónde vas,
Carlos. No es sino Ninfa, Roberto,
^^^^1
siguiendo, Carlos, el viento?
ó el deseo me ha engañado.
^^^H
^No miras que es por demAs
Roberto, Eso será Id más cierto.
^^1
aunque asi a tu pensamiento
Carlos. ,;No es aquel ristre bordado
^^H
alas sin provecho dasP
y aquel bonete cubicrtu
^^1
¿Deque sirve ninfear
de plumas prendas dichosas
^H
por la tierra y por la mar,
de su beldad celestial?
^H
si le la ha escondido el cielo
Roberto. Hoy en tu centro reposas.
^^1
ó se la ha tragado el suelo
C\MLos. tN'in'a, Ninfa!
^^1
y no te la quiere dar?
RoBF.RTo. Al viento igual
^^1
Toda una noche y un día
exceder sus plantas osas,
^^1
hemos andado tras ella
que debe de huir de ti.
^^1
llamándola.
pues nú responde á las voces
^^^^M
BLos. ¡Ninfa míal
que le has dado desde aquí
^^^^1
<dónde estás?
Capi.os. Mal un amante conoces.—
^^^^1
IKMTO. Culpa tu estrella.
Mi bien, aguarda: ¡ay de mi!
^^^H
pues yendo en tu compañía
t^omo sombra me has burlado
^^^H
supiste tener tan poco
cuando te toqué engañado.
^^H
cuidado que...
Roberto, Como delincuente ha sido
^^^^^M
• LOS. Yo estoy loco;
que de tus manos ha huido
^^^^1
Roberto: no me des más
y la capa le ha dejado.
^^^^1
pesares.
porque hacerle toro á ti
^^^H
ISRTO. ^No me dirás
fuera la comparación
^^^^1
el fin, si no te provoco
á enojo también, adonde
más pesada.
^^H
Carlos. Estoy sin mi;
^H
vamos hechos caballeros
ciertas mis sospechas son.
^^1
andantes? Carlos: responde.
Roberto. ¿Cómc?
^H
liLOs. Tras los hermosos luceros
Carlos. A Ninfa han muerto aquí,
^^1
de Ninfa.
ó la csiá despezando
^H
HsRTO. Si los esconde
alguna fiera; yo voy
^^1
el cielo para alumbrar
pasos por su sangre dando.
^H
con ellos la tierra y dar
Roberto. A Piramo y Tisbe estoy
^^^^1
al sol I ayos y arrebol.
en Ninfa y en ti mirando.
^^^^1
Carlos, pídelos al sol,
Carlos. Su misma muerte has de ver.
^^^^1
que no los podrá negar,
Arboles que habéis de ser
^^^H
que entre sus rayos dorados
de mi desdicha testigos,
^^^^1
por su resplandor divino
á un triste mudos amigos
^^^H
estarán aposentados.
si anegos puede tener;
^^^H
KLos. ¡Ay, Roberto, que imagino
peñas duras, troncos huecos.
^^^^1
que esián sin luz y eclipsados!
cuevas lóbregas, sombrías.
^^^H
BKPTO. ¿Qué quieres decir en eso?
Que no te entiendo, confieso.
monte oscuro, prados secos
^^^^1
á quien da lenguas tardías
^^^H
el aire de vuestros ecos:
^H
r
escasas y turbias fuentes,
^^H
5 En el impreso, JespuOs de csie verso, siguen
arroyos que sois serpientes
^^1
M Otros:
desiá cumbre despeñados,
^^H
«Arrugadaí cortejas
primero hielos alados,
^^1
sema mis colxacturas de damascos;
ya desaladas corrientes;
^^1
sirraornc tus malezas
ansí todos os veáis
^^H
píalos de hierba en mesas de peñascos,
con lo que más deseáis
^^^H
f denme, entre esos troncos,
por la generosa mano
^^^^1
^K Olma de campo tus silreslres troncos.»
del sol rubio y del verano,
i
1
^^^^4^^^^ LA NINFA t>BL CIELO ^^^^B
^^H que Je Ninta me digáis
herida y llena de fuego ^^H
^^B adonde cslá Ninfa, ^adonde?
vengo, como cierva al agüa^|
^^V ¿D]ó\e TTiuerlc alguna fiera?
Ninfa soy ya de los ríos, ^M
^H Nadie ü mis voces responde.
y la cabeza bañada ^M
^^B RoDKRTo. A^ua^da, señor, espera.
de la espuma saco á tierra ^M
cortando las lincas plata. H
^^V y á quien eres corresponde.
^H Cahi.üs. leíame morir, ¡Roberto;
Aquí hade estar mi remedio^B
^H sepulten mi cuerpo friu
Conforme la sobtf ana ]H
^^K las grutas dcsie desierto;
voz del ciclo me dio aviso H
^^H de Ninfa soy, no soy mío.
que por su iNinfa me aguardiH
^^H sin elU mi t'tn es cierto.
La noche obscura se cierra H
^^B IVendas queridas y halladas
y las estrellas más claras ■
^^m por mi mal, de vuestro dueño
de negras nubes reboza ■
^^M dadme nuevas recaladas,
y tempestad amenaza. ■
^^H porque me parecen sueno
^^H todas las glorias pasadas .
^H ^ Dónde está NiníaP
^1
^H
y antiosa el agua apetece ^^^|
^^1 ítoBERTO. Señor:
lieiie río, donde ya ^^^|
^H ¿cómo le han de respundcrP
nevada pecho olrccc. ^^^H
^^K Carlos. Alma les dará mi amor;
Ya deja la blaocí areoa ^^^H
^^1 pero N'íiífa no es mujer,
y entre la ncvaila espuma ^H
^^B aunque nació en Valdel1i'>r,
parece ahora sirena ^H
^^1 para que pueda morir.
con quien no es bien 4ur prr*umi^H
^^P Viva está, yo he de seguir
ser hermosa la que «ucna ^M
^^K mis suspiros Y alcanzalla.
en el ra«r napolitano ^H
^■^ y en las estreilas buscalla
despeñada y enriquece ^U
cuando de mí quiera huir.
el campo de crisial cano. ^H
HúflEBTO. íQuicn tai de tu amor creyera!
Caki os, Kobrrto: á Ninfa parece. ^H
Carlos. Áli bien, aguárdame, espera,
Roberto. Parle voces será en vano, ^H
que si ai cielo te has subido
que no no» podrá escuchar ^^^H
alas al amor le pido.
Carios. LlcguOinonos * la orilla ^^^^|
KoBEPTu. [Linda está la ventolera!
donde las podamos dar. ^^^^|
Amadís y Galaor
RoMBRTO. La noche podri encubrilla, ^H
andamos hechos de amor
que ya comienxa a bajar; ^|
sin que la dicha nos sobre,
ya no se ^M
hasta que en la Peña Pobre
Carlos. ¿QuC ocuiúo ^M
esics penando, señor.
puede movella, Roberto? ^H
(Iahlos. Púberio: amor lo coocicrla;
RODRRTO. No fi. ^H
á Ninfa en tierra 6 en mar
Caklos. ¡Extraña coafudónt ^|
he de buscar viva ó muerta.
RoBEKTo. , El querella es lo mis cierto; ^M
UüKF.RTO. Comiénzala á vocear.
que esta es propia condición, ^U
(^AHLOS. ¡Ninfa, Ninfa!
Cartin, de loda mujer ^M
fíoBKRTo. A esotra puerta.
á quien más atnnr oblif;a. ^H
{Vanst.)
Cam-os. Roberto: ¿do puede srr ^H
que, enamorada, me siga, ^|
ESCENA 111 (1)
y que llegase á entender ^H
Sált NrwFA sola.
que fu^ por darme octsi¿n ^^^H
pira dcjalla, y que aii ^^^H
No hay cosa, Señor, que pueda
huyo de la ubiijiaciún? ^^^^|
estorbarme que con tanta
diligencia os busque y siga,
que vos propio me dais alas,
y como de amor me habéis
herido. Señor, el alma,
Robkuto. Ya voy tra* ^^^H
CABt-os. ¡Ninfa, Ninfa! {Vast.^ ^|
LAaMAOon. LucoBSOtt. ^|
Ni al hombre ni i la mujer ^|
cntieodu que podrá ser, ^^^^|
Ahora se han atrojado ^^^^|
(i) Anl«?i de cíti Mccna hay en el impreso l<> si-
al rio y pasan á nado ^^^|
¡-•Uicnir
entrambos, al parecer; ^^^|
• Sdfr UH Labhadoii.
pero no es muy seguro el pato. ^M
Volme, que la noche cmpiejÜ^H
t.AhRAi>oK. Si bukcji» una luuicr
con mis cabras paso i p**o>.^^^^|
de hermosura celc*tial.
( Oteen dentrtí Carltf^^H
üioaa ú ninfa, al parecer.
C«ntc<>a. ¿Vicne*r ^^M
por c«te blanco arenal
RoiiKiiTO, San Juan decabtca ^H
al aire intenta vcoccr.
CAKt.o«. ¡Ninía, Ninfa! ^|
No té qu£ lleva; parece
LAii«AnoK. jKxtrañocaso! ^H
cierra herida, «cf úa va,
iVttr^ y tole ^iiab J^ñ
JOBNAtiA TERCEPA
ra con agua y con í'ratiízo
[los lóbregos senos rasgan,
f y «I soplo del viento gimen
' sacudidas estás ramas,
y contra mi, al parecer,
' agora con justa causa
I se conjuran noche y nubes.
vientos, peñascos y plantas..
I Pero allf, entre acjuellas peñas,
diviso una luz; sin taita
I4 cueva debe de ser
de Anselmo, cuyas hazañas
heroicas pregona el cielo.
Esta es la dichosa entrada
■ y esta es la puerta. ,;Qué bien
' á esta pobreza se iguala?
* ¿qué corte ¿ esta soledad?
á este palacio, .Jqué alcázar?
á esta humildad, ;qu(í grandeza?
, ¿qué ventura á dicha tanta?
! Ou'cro llamar, aunque rompa
de su tranquila bonanza
las treguas. ¡Anselmo, Anselmo!
jAnscimo, Anselmo!
L*io.{n<nf 10.) ¿Quién llama?
L'n» mujer que el rigor
I de las nubes besa y baña
¡con lágrimas tus umbrales.
I Ábreme, Anselmo, levanta.
.Perdona, mujer, que yo
no puedo abrir; pasa, pasa
delante y déjame solo
len mi quietud, que no fallan
I adonde ampararle cuevas".
1 Tu persona es necesaria.
' Anselmo, para mí agora,
que he venido en tu demanda;
mira que me envía el ciclo.
ESCENA IV
N&BLMo, ermitaño^ muj' viejo y vestUlo
de palmai, eon ¡interna,
.¿Quién eres?
Soy una esclava
del demonio, una mujer
la mayor y la más mala (1)
pecadora que ha tenido
la tierra entre todas cuantas
ha sustentado y sustenta.
[Soy, al fin, .Ninfa.
i Levanta,
[ya te conozco; ¿ :5uc quieres?
¡Anselmo, echada á tus plantas
' vengo á confesar mis culpas
Ly á que me limpies el alma,
3ue por la mano piadosa
e Dios, .Anselmo, guiada,
|á nado pasé este rio,
[adonde supe que estabas.
I Dame, Anselmo, la más fiera,
la más dura, la más rara
Lpcnitencia que mujer
cor y U mi.<( lUcav, en el impreso.
haya hecho en carne humana:
k^uc he ofendido mucho al ciclo.
Anselmo, hsa contrición bastaba
para infinidad Je culpas.
Levanta, Ninfa, levanta,
y pluguiera á Dios que yo
en cuarenta años que pasaii
que ha que vivo en esta cueva
vestido de secas palmas,
siendo hierbas mi sustento
y dris peñascos por cam.n,
hubiera medrado. Ninfa,
en la conciencia, en ct alma,
tanto como tú en un día
no más.
Ninfa. ¡Qué humildad tan santa!
Anselmo. Entra en esta cueva, adonde
jamás entró humana planta
después que yo vivo en ella
sino tú agora, y aguarda
del cielo largas mercedes,
que la mano soberana
de Dios quiere hacerte Ninf.i
del cielo.
Ninfa. En las penas largas
del in tierno mis delitos,
Anselmo, apenas se pagan. (Vantt.)
ESCENA V
Salen CARLOS y Ko&ehto mojadüs, que han pasado 4
nado.
Capi.os. Ya piso tierra, F<oberto.
FtoHEPro. il.iDdamcnte, (Jarlos, nadas!
Cadlos. Gracias á Dios que la arena
toco, á pesar de las aguas.
{Sale Rübeno {omo nadando en leeco.^
Roberto. Aún estoy yo todavía
en el gol (o.
Carlos. Para, para,
que va estás nadando en seco.
Roberto. ¡Hablara para mañana!
Nunca más burlas con ríos,
que tienen bellacas armas;
nade un delfín que lo entiende,
hijo y vecino del agua,
que de aqui adelante soy,
si el demonio no me engaña,
de parte de los mosquitos
que en pipas de vino nadan.
¡Buenos estamos, por Dios!
Pasados destotra banda
por el agua como huevos.
¡Oh! cinco veces mal haya
quien sirve á loco señor;
quien tras vanos cascos anda,
hecho fantasma en la tierra
y hecho labanco en el agua!
Pues la noche nos ayuda,
agua. Dios, hasta mañana,
agua abajo, y agua arriba,
ella es famosa empanada.
Tiempo pato, tiempo sopa,
tiempo hongo, tiempo rana,
tiempo muela de barbero,
LA NINKA OCL-fUELO
kARIOS.
ROBKPTO.
(lA.Pt.OS.
KOBIÍÍTO,
Carlos.
Roberto.
Carlos.
H'IKF I' 1 (.1
Cari OS.
ROBKPTO.
Cap LOS.
ROPERTO,
Cahi.os.
ROHKHTO.
C.AKI OV.
licmp" anu^, in.iii[iu linaza (l):
¿en qui^ ha de parar aquesto?
;.Soy Rarbanzü, sov paleta,
soy abadejo, soy herró?
¿Qué me quieres?
Ninfu, a;;uarda.
j Adonde estás, dóode huyes?
Roberto.
¿Qué es lo que manJas?
¿Divisas á Ninfa?
jBuenol
|la pre(junia está extremada!
Pues no sé si estás ahi
sino sólo cuando hablas,
¿y dices si la diviso?
•,Famosamente despachas
mis servicios!
Pues, Roberto,
vatnos los dos á buscalla.
Estoy aguado, no puedo
y á un rocín, sin tener alma,
cuando lo está, no le corren,
6 de corrido descansa,
aunque sí ya los criados
plaza de rocines pasan,
ya he cerrado en tu servicio;
viejo estoy, échame albarda,
ponme á una noria, que suelen
bI caballo de más fama
cuando ya no es de provecho,
en las más prósperas casas
dar este pago los dueños
} las dueñas ü las amas,
y más SI sabe estas cosas
la Duquesa de Calabria.
\'o hay Calabria ni hay Duquesa:
-ola Ninfa es la que manda
Icntro del alma, Rubeno.
jNunca yo á vella llegara,
nunca yo la conocieral
La más lóbrega y extraña
noche es que he visto,
(.SiK^nii Jcttlro ruido iU cadtna» arras-
tramto t
¿No escuchas,
si no es que el miedo lo causa,
Carlos, un son de cadenas?
Los sentidos acobarda.
¿Nosotros, señor, habremos
venido á parte que vayan
nuestros nombres solamente
i Cosencia?
¡Cosa rara!
En este desierto debe
de andar penando alguna alma
de las que ha sacado Ninfa
con la pistola 6 la espada (2),
sino es acaso la suya,
que á la violencia del agua
nndió la tirana vida
que ha sido...
Roberto, calla.
(I) Iviiút cuiíro veriot tiliin en el «mprcM
(3.) Kitc verm y Int íiitt y «¡ele i|uc le síKurri na
ei»n«un tn t\ impreto.
ROBEHTO.
C APIOS,
Roberto.
f^AMI.OS.
Roberto
Lapi.os.
Roberto
Cabi ns.
Roberto,
Carlos,
Roberto
Carlos.
Roberto,
Carlos.
que la belleSt de Nfof
es inmortal, y no bastad
la muerte á vencella.
{Siitna ruido.)
Ya se acerca la lantasma.
No temo nada, Roberto.
. Ya sé, y mucho más bataH
con esiúmai;os de viento,
que pasan las estocadas
por el aire y queda un hf>r
en brazos de una taraíca
que le hace harina tos gUes
sin mirar, ni locar nada.
(Suena rtii¿
De veras va esto: se acerca.
.No lemas, que la mañana,
desmenlidora de sombras
de la noche oscura helada,
ábrelas puertas al sol
y reciben las montañas
en fuentes de peña vi»a
racimos Je uro y de nácar,
y no hay temor que amedr
cuando á la tierra acompar
ios rayos del soL
Agora
entre aquellas peñas pardas
parece que un mostró viene
andando hacia acá y á rastra,
una cadena por tierra.
]Pesada, espantosa carga:
notablemente me asombra!
No es mostró, cosa es hur
que om el largo cabello
lleva cubierta la cara
y el cuerpo de pardas pielesij
¡Prodigiosa vista!
Espanta.
L'na calavera lleva
en la mano izquierda y rasga
cun la derecha y con una
piedra el pecho.
Ella es exii
penitencia.
(Sale Ninfa como $« Ka ditkt
yutrla y intrate por ntrt.)
Ya se vuelve
huyendo, que al viento ¡gui
como nos ha visto.
Pienso
que es mujer.
Y no te engiAi
El alma me da, Roberto,
que es Ninfa, y me lleva rí
¿Ninfa vestida de pieles (>)
con Cddena y con la anurg;
de la muerte imagen fea.
rompiendo la no tocada
nieve de su pecho? Essueí
es burla.
Muicr. aguarda.
(1) .Vo aparrcen ^«ir v io« cu»iio v%
en el Imprno.
JOUNAOA TCRCCTA
46?
SI eres Ninfa ú sombra suya
¿ mi voluniaJ ingraU.
Carlos soy.
'Dentro.) ' No tc conoíCg;
hombre, no me sigas.
Para,
refrena el ligero curso.
Busca á Diob.
ro. Ese te valj^a,
y dcsta sombra le libre
que le si^ue y no te alcanza:
y ansí me da un amo cuerdo,
que no es pequeña ventaja. (Vuíf.l
ESCENA VI
U Nl^rA sola como antes de ptnxtciicui.
persecución, Señor, imporla
igalo mió, vengan muchas,
ndo Vos mi amparo no las temo,
e me sigan con mayor extremo,
no, 3 cuyos pies mis culpas dije
lio la divina Eucaristía,
me esta cadena en penitencia,
¿ cilicio suyo y esta dura
ion que mi pecho y mis entrañas
memori.i de la muerte fiera
ro duro las convierte en cera,
stas pieles de animales licros,
da vez pasar me manda el rio
■parlada dé! en la otra banda
[ruta más áspera procure
He llevar mi pensamiento,
e vemos ejemplos cada día
il que causa nuestra compañía,
parece que hay dentro del rio
ir<]uero ha saltado en tierra agor».
>n la lluvia de la noche oscura
7Ío raudal lleva, y la creciente
>osibte que pasalla intente,
s que en puente ó barca, y quiíá el ciclo
la parte me encamina.
ESCENA Vil
Síttt un Barquero.— Nt.Hi *.
Bakqiieho.
I ¿Quieres
ijcr, el rio?
Ninfa.
Si, quisiera,
lampona pisar la otra ribera,
^k Barquero.
^R la barca, pues.
Ninfa.
No tengo cosa
arle.
Bab^l'euo.
Eso no imporla, si eres pobre,
imina aprisa.
Ninfa.
El bien te sobre. ( vaiat.)
ESCENA VIH
S.tlen H'iMBRí u y Cahlos
Carlos.
Sombra dcbíú de ser, Robcrio, aquóll >
que el viento la llevó.
KOBERTÚ.
Los que han perdido
tildo os anio|,)s cuanto ven. Concluye
imaj^inando que perdiste á Ninfa
V que si bien te quiere ha de buscarte
y que si no, que es imponible Cosa,
aunque corras la tierra en busca suy^,
ni aunque surques el mar á vela y rcmoi
que la rriujer olvida con extremo.
Advierte que eres Duque de Calabria,
que tienes por mujer tan gran señora,
que lo menos que tiene es ser legitima
hija de un Rey de .Ñipóles, y mira
no tf castigue el cielo.
Cabi os.
Como cuerdo,
llobcrto, me aconsejas; yo esioy loco.
Dar vuelta procuremos a Cosencia
KoBEJiTX).
Hace como quien es vuestra csclcncia.
.NiNKA (Pintru da initu)
iQ\ie me ahogol iSocorrol
Cakuos.
Voces suenan.
Rüllf HTO.
Serán de ganaderos.
NlNKA.
iQue me ahogo!
Carlos.
Voces son de mujer; guia, Roberiu,
á la puente.
Roberto.
|Nolab1e desconcierto! (yin$t)
ESCENA IX
Sale eí Bauvuiro arraitrandn é Ni.mjía Jí/oj calrillo»
por ti tablado.
NiNPA.
¡Que me ahogo, piedadl
lÍAROUl.Hü.
No saldrás, Ninfa,
con lo que intentas esta vez, ni el cíelo
ha de poder librarte, ni ese viejo
.•\nseimo. mi enemigo. jMuere, ingrata!,
que el mismo á quien serviste ése te matu.
No has de lograr la penitencia ¡muere!
pues has sido mi esclava en mi servicio,
aue no le has de alabar de la Vitoria
el haberme dejado á tan buen licnipo.
1.A NlífFA DEL CIELO
ESCENA X
S<j/<«< CvíTouío.— INICUOS.
CvSTODlO.
Ya no es lu csclsva, cese lu caiiipo;
Ninfa es del ciclo; apártate encmifío.
Bakquero.
^Hasia aquí me persigues? ^Quv niu quicios?
Custodio.
Quitarle á Ninfa.
BAAQt'EtlO.
Vesla ah¡,
CnsiüiHo.
Barquero
ifcrnal. vete aftora.
Barquero.
Yo me parto;
mas yo me vcnyaré.
CuSTOlJlO.
Vele, enemigo.
Sigúeme, Ninfa.
•NiNI-A.
Ya, mi bien, te sif^u.
(Vanu.)
ESCENA XI
Sai* la HuqUBSA y todos ¡os que puedan con eila
dt casa.
Umo. Aquí vueselcncia puede,
sí quisiere, descansar.
DoQUiisA. Ya no hay, Oncnsio, luj;ar
para mi descanso; excede
la pena al mayor descanso,
el pesar al mayor {{usio,
L]ue puede mucho un disgusto.
ESCENA Xl!
íialt el Vt.iTii» 'jut salió ai principio de la forntxda.
Diciiús.
Pastor. Tienes de pagarme e! ganso.
Dlii,)iiESA.,;(^Jué tiene ese labrador?
Pastor. Señora, pues me ha escuchado;
un criado mal criado
luyo entró por Vaidcflor
cuando pasó por allí
agora su señoría,
con toda la fantasía
que en toda mi vida vi;
y al pasar della laguna
una pedrada tiró
á un ganso, y me le malo
sin hclle cosa ninguna,
y no mo quiere pagar
lo que vale.
DuQi'KSA. ^Quién ha sido.*
Pastoh. a fe, si hubiera querido
la señora del lugar
que estuviéramos mejor
de io que esiamo's uau
pues tien vasallos honrado
DirtLESA. No os ailijáís, labr;idor.
Ilacelde dar lo que vale»
y vuélvanle luego fi ■"»••""
Pastor. Dios le dé mucho 'i
porque la presfii •
siempre á lan
como mue>a a;
DüyUESA. Venid acá: ¿qué se ha hecN
Ninfa?
Pastor. De)6 á Valdcilor,
y por su bellaquería
h poco recalo, en lin,
la gozó un hombre roín
estando allá en su alquería,]
y burlada la dejó:
y ella, loca y agraviada,
por quedar dcste vengada
bandolera se tornó;
hasta que enviando el Rey
un tercio de infanteria,
su furia huyó en compañía
de un caballero sin ley
que dicen que era CASado«
y aun hay quien ha dicho
que era ej Duque...
IDiiyuESA. Acaba,
Pastor. De (Calabria, y que le ha di
la palabra de matar
á su mujer, ^uc diz que es
una santa, y cjue los pies
no le merece el besar.
¿De qué lloráis?
DuQURSA. Hamedado
compasión esa mujer.
Pastor. Otra tal encontré ayer
viniendo tras mi ganado
de esa montaña al pasar.
Sentlla que caminaba,
que atrás el viento dejat
sin volver, hasta llegar
al río, donde s¡i echó,
y un hombre que la seguía
con otro en su compañía
dándole voces, corto
también el agua tr«& ella.
,¿Cómo la llamaba?
El namf
no le escuché bien.
¿Yclhofl
Era de presencia bella
y que moviera á respeto
á cualquiera su persona.
. A fuego y sangre pregona
en público y en secreto
la fortuna contra m(
guerra de celos cruel.
El Duque es éslc, y si es ¿I
ya el bien y la paz perdí;
porque, aunque son ilusión
los celos imag" ' * •'
cuando son a.
son ciencia ^r ,
(^)uiero 8\< '- -1
¿Conoces 1 .'mI!;.!"*
Pastor. No;
Duquesa
Pastor.
Duoi'ESA
Pastor.
Duquesa
JORNADA TEBCEKA
porque después que murió
su padre, nunca jamás
los de Valdcilor la vinius.
ha&la que. siendo mayor.
por el campo á VaUellor
trocó, aunque lodos sentimos
el faltar de su lugar
en extremo.
^Esa mujer
que encontraste, puede ser
úe ese modo?
OH. Que pensar
con aqueso me habéis dado;
porque huyendo del furor
del Rey, con tanto valor
puede ser se haya escapado
) yo no la conociese;
pero el galán, .¡quién sería,
que tan Idco la scujuia?
Puede ser que el Duque fuese.
La presencia era, pardicz,
de Duque ó de gran señor.
£SA. Llevad este labrador.
que he de salir esta vez,
lOriensio, de mi sospecha.
'¿Dónde me Quieren llevar?
Gula hacia el misino lugar
que dices.
"_ No te aprovecha
"querer dar excusas ya.
Llevadle.
¡Señora!
El coche,
jhola!
liR. ¡Vine de allá anoche
y he de volver hoy allá!
¡Qué importa, pues interesa
>aga, que mil leguas ande?
;No basta que te lo mando
li scmira la Duquesa?
¡Nunca yo pidiera el ganso! (i )
%&Jl, iQuL' me cuestas de desvelos,
Carlos!; mas ^'cuándo los celos
lieron al alma descanso?
(Yante loílox).
ESCENA .XIII
Sale StsrA i«la
Tente, aguarda, esposo amado;
,;cómo te vas y me dejas,
,y de mis brazas te akjas?
¡Qué nuevo amor te ha llevado?
Tampoco estás satisfecho,
Pdejándome en triste calma
ícl que me enamora el alma
del que me abrasa el pecho?
)ormida me habéis dejado
y os vais, Señor, ¿cómo es Calo?,
volved á casa tan presto;
,;me habéis, mi bien, olvidado?
ios tres versos que siguen faltín cn el
¡Ay, que me abruHo, por vos! 1 1)
Volved, iíloria de mi vida,
que estoy de amores perdida;
tomad el alma, mi Dios.
Volved, no me deis enojos,
porque, entretanto que voy
tras vos, mi bien, Ninfa soy
de las fuentes de mis ojos,
Arboles, fuentes y peñas,
al alma no le ascondáis,
que porque de el me digáis,
yo os daré todas las señas.
Es á la parda avellana
semejante su cabello;
al blanco marñl, su cuello^
sus mejillas, á la grana;
su frente es nevada falda,
que de mil claveles rojos
termina, un valle; sus ojos
son dos soles de esmeralda;
corona las niñas bellas
de celajes carmesíes;
sus labios llueven rubíes^
sus dientes nievan estrellas.
¿May quién del me di^a, hay quién
inc le enseñe? Peñas duras,
arboledas, fuentes puras,
decid: ¿dónde está mi bien?
ESCENA XIV
Ei Cristo tn la futnte.—}iinrA.
¡Ninfa!
Señor, ¿dónde estáis?
Aqui en esta fuente estoy.
Allá á ser Narciso voy.
si vos. Señor, me miráis.
Llega, llc^a.
¡Esposo mío,
mi bien, mi Señor, mi Dios!
Presto, Ninfa, de los dos.
ya que en tu valor confio,
el desposoiio verás;
confia aquesto de mi (3).
Presto partirás de aqui
y al sol belleza darás,
y para no ser ingrato
amante, lo que esté aubcnic,
Ninfa mia, en esta fuente
te dejaré mi retrato,
aunque es imposible estar
ausente de nada yo.
¡Mi bien, Señor!....
{ücsapartct W Cri?>to
ESCENA XV
Aiómase Carlos «h lo alto, encima de la uinmii
fuente.
Carlos. Nü igualó
al viento vela en el mar,
como iras Ninfa me lleva
Ckistü.
NlNKA.
Ckisto.
Ninfa.
('msTO,
Ninfa.
CkiSTO.
Ninfa.
(i) También Ostc y lo;; ircs que le siiíuen.
(3) En el impreso: «que a l*s lisus vcnf;o Bst».
LA NINFA DEL CIELO
el pcnsamlcñt^rarzadw
de mi enemigo cuidado
en d.manda de su cueva;
que mudando el pensamiento
del amor que me lenia,
en eslus monies porfía
ser prodigioso porienlo.
Y asi trab sus pasos voy,
celoso y determinado,
que de ver que me ha olvidado
corrido en extremo estoy;
y aun rabio de vella ansí
de uiro dueño enamorada.
Toda esta es peña tajada,
_ no puedo pasar de aqui.
Ninfa. Mi bien, no os vais tan aprisa,
dadme un abrazo. Señor,
que quedo mueria de amor.
Caklos. Aquella que se divisa
sobre aquella fuente a^ora
es Ninta, si no meengaño.
lis» A. ;Por la imagen de mi daño
Truecas la que el alma adora?
l-'uente, ;aué es esto? ¡ay de mi!
pues donoe el cielo me honró,
del perro que me mordió
el retrato miró en li,
lAl^a lat ujdi arriba y quurt huir.)
\\\\ está el original:
huir quiero.
vARLos. ]E!xtraña cosa!
Mi bien, aguarda, reposa.
fK. Causa de (odo mi mal,
déjame.
Carlos. Aguarda, O si no
me despeñaré de aqui.
NiNKA. Si se despeña de allí
vengo á ser la causa yo
de perderse un alma, y son
los peligros que recelo
extraños, si aguardo; ¡ay cielo!
¿que haré en tanta confusión?
Caalos. ¿Cómo es posible que olvidas
tanto amor y voluntad?
NiNKA, Sigo, Carlo«>, la verdad
del cielo; el bien no me impidas.
Ucjamc, que ya no soy,
Carlos, la qué conociste;
ya soy una sombra triste,
ya con otro dueño estoy.
Dios ha tenido de mi ( i )
lástima, y me ha remediado,
y matiimonio he tratado
con El, Carlos, vuelve en ti;
que ya soy de Dios esposa,
y tuya no puedo ser;
vuélvete con lu mujer,
que es honesta y virtuosa.
Va yo no estoy de provecho
para el mundo, que me lita
otro pensamiento; mira
hecho pedamos el pecho,
sangriento el cuerpo y llagado,
(i) Bíie y lo» Jic* y oucr« vl•r^
Ulun«D«l iinprevo
porque con ts:
que arrastro [ n|
y prisión de mi pccaao,
)ustaiiicnie le castigo
toda la noche y el dia,
que ha sido del alma mía
mi más mortal enemigo.
Todas las cosas se acaban.
Carlos, y la edad ligera
lleva nuestra primavera
' i la muerte y no se alaban
los homenajes apenas
que pudieron resistir
á los tiempos sin rendir
8 la tierra sus almenas.
Carlos, lu vida gobicrr
en lo mejor de tus ant
pues ves tantos dcscn^
que hay muerte y hay
Cap LOS. Venturosa penitente,
ya que esa causa te aleja
do mi. que (c beie deja
las plantas. Ninfa, detente.
(V-
ESCENA XVI
La Ddqc»*, RoaanTO y twla la cumpañt»
Roberto. Señora: en esta ocasión
que debes tanto i fíobeno,
siguiendo sin seso al Duqu
como á tu cuidado pienso
injustas ó justas cosas
quien no obedece sirviendo ,
á su dueño, y m4s en éstas^
que no han tenido remedio»
Para el suyo te ha traído,
sin duda, señora, cíclelo,
porque en estos montes andi
sombra y engaños siguiendo.
Duques*. Aunque el Duque me ;ibor""
Koberlo, le adoro y quiere
mis que á mi misma, y ar
ansiosa á buscarle vengo,
l.a fama, que siempre ha
de todas nuevas correo,
me avisó de la jornada
del Duque j de su suceso.
Sin poderme resistir
parii de Cosencia luego,
encaminada i este bosque
de mi amor y de mis celo»
que con sola mi oersona
reducir acá los pienso
sin darle á entender que
causa mis rabiosos celos.
Pártete con la mitad
de mis criados. Kobcrlo,
hasta que el Duque ettcoi
diciéndolc cómo quedo
cazando en el bosque i
de haber venido i ntc pi
^^^^^^^^^^^^^^joñriAOA
TtTRCERA
^^^^^^^^46^^B
en devota rdrherfi
DUOUESA
.¿Quién eres? ^^^|
' á ver la ermita de An&clmt»,
Ninfa.
Un mostró fiero ^^^B
un varón saniu que dicen
de (Calabria, un basilisco, ^^^H
que vive en esie desierto,
una víbora, un incendio. ^^^H
y me entretengo cazando
Duquesa
.¿Quién eres, mujer, al tín.'^ ^^^|
' en lanío que á velle vuelvo.
Ninfa.
Ninfa ^^^1
encubriendo lo posible
Duquesa
¡Válgame c] cielo! ^^H'
1 que ha sido otra causa.
¿Til eres .Ninfa? ^^^H
►ERTo. Hoy veo
NiNKA.
Yo soy Ninfa, ^^H
en li un romano valor.
que pago lo que te debo: ^^^|
|}UESA.(^>uc he sabida que á lo mcsmo
perdóname en este trance ^^^M
¡ se ha detenido, y que estoy
las ofensas que te he hecho, ^^^H
' loca de gusto y contento. '
porque morir á tus manos ^^^H
teíTo. Vamos.
son soberanos secretos. ^^^|
puESA. Quizás pondré ansí
Duquesa
. Admirada estoy. ¿Qué hacías ^^^|
á mis desdichas remedio.
de tal ^^H|
»itKTo. Iluülgome, porque salgamos
Nl.SFA.
Rstaba haciendo ^^^B
de ser amantes del yermo. (ro»# )
penitencia de mis culpas. ^^^|
>. Puesto que de tus sospechas
^^^^1
hayas visto los efetos,
i^^^^^l
diviértete, si es posible,
que te matarán ios celos.
^^^H
p»o. ¿(^)uieres que echemos un gamo
5<i(« Canloi. — Dicno&. ^^^^^^H
porque le mates?
^^^^^^B
0. Yo creo
Cakijos.
|La Duquesa aquil ¿Qué es esto? ^M
que uno corta aquellas ramas
¿Quién te ha muerto, Ninfa? H
agora.
Ninfa.
Carlos: ■
|ucsA. Matalle quiero;
no te alteres, que es del ciclo H
haré verdad el achaque
en mi predestinación ^|i
y con él lisonja al dueño
inexcrutable rodeo. ^|
que adoro y huye de mi.
Pensando que era animal ^B
>. Tírale y pásale el pecho
tu esposa misma me ha muerto, ^^^B
con fl venablo.
que, para descanso mió, ^^^H
\VhSk. Camilo:
es de mi muerte instrumento. ^^^H
rayo será de mis celos.
Carlos.
Déjame besar mil veces ^^^|
lo. Cayó en tierra.
esas heridas. ^^^H
(Tira *l venablo la Duquesa y dice Sin"
Ninfa.
Al cuerpo ^^^1
íiaenlfo.)
no me toques: tente. Carlos. ^^^|
FA. ¡Muerta soy!
Caulos.
liaré locuras y extremos. ^^^|
(CESA. Voz humana fue.
Ninfa.
Carlos: lo que' importa más ^^^|
FA. {Sale ron el venablo airayttaao.)
es buscar á Dios, que aquesto ^^^|
Ya el cielo
es regalo para mi. ^^^H
venganza de tantas vidas
^^^^1
ha tomado en mi, que en tiempo
^^^^H
ninguno puede íaltar
la verdad de su evangelio:
ESCENA XVIII ^^M
quien á hierro mata es justo
Aparttt tt Cni&TO batandn en una peana, ^^^^H
que muera también á hierro.
y va subiendo Nt^^'A en otra. ^^^^H
iTESA. Llegad y mirar quién es.
^^^^H
'A. ^Eres tú la que me has muerto?
Cristo.
¡Ninfa esposa! ^^H
lUESA. ¿Quién eres?
Ninfa.
¡Amado dueñof ^^H
FA. Una mujer
Cristo.
Nuestras bodas se han llegado; ^^^|
que ha ofendido mucho al cielo
vestido de boda espero; ^^^|
y que pago mis pecados
venid, hermosa paloma, ^^^H
desta suene.
que ya ha pasado el invierno, ^^^H
líiESA. |fc| es portento
prodigioso!
y en el inmortal Abril ^^^H
las llores aparecieron. ^^^H
FA. Ya, señora.
Llegad á mis brazos, Ninfa, ^^^H
que en las manos vuestras muero.
y Nint'd sólo del cielo. ^^^H
decid quién sois.
Ninfa.
Mi bien, mi gloria, mi esposo, ^^^H
lUESA. La Duquesa
por vuestro costado quiero ^^^H
de Calabria, que entendiendo
entrarme en Vos. ^^^H
que eras algún animal.
Cristo.
Ya estáis. Ninfa ^M
entre estas ramas he hecho
y querida esposa, dentro. ^M
cosa que me pesa tanto.
Ninfa.
Apretadme más los brazos, ^M
A. Justamente me habéis muerto,
mi bien, mi amor, mi remedio, ^^^|
porque os he ofendido inucho.
que en ellos... ^^H
COMEDIAS BE TIPSO DE MOLINA.— TOMO ti
^^1
EL HONROSO ATREVIMIENTO
lDIA famosa por el maestro tirso de MOLINA
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA (D
Lisa URO.
Candado, gracioso
El Dliqi;k db Ferrara.
Honorato, viejo.
El Dux de Venecta.
Marciü, ffemilHombre.
LEUOy caballero,
FiLiBERTO, caballero.
Dos Fmbajauokes |venkcianos|.
Vebino.
DiODORO.
KuLOENciA, imijer de Lisauro.
EfigenciAj su hija.
Decio.
Jl'uo.
[ORNADA PRIMERA
ESCENA PRIMERA
^LiuuRo, como in lu cata; Monokato, yi(/o;
I y VEKino, desenvainadas las tspaáax.
LlSAUKO.
io nos habéis de sobresalto,
son que venis tanto me pesa
to me hallo de socorro falto.
Honorato.
eligro, Lisauro, nos da priesa:
indo me vendrán desde Rialio
Encnnigos, que tendrán la presa
ierta, v su venganza por sin duda,
nos dais para huir ayuda.
LiSAirNO.
liados están todos en casa,
os será seguro el despertallos,
jenlras el furor que tenéis pasa
IVncda os podrán sacar caballos,
le en ella la tierra es tan escasa
>ródigo el mar por excusallosr
que es tan casero y manso aquí que fragua,
cual veis, en vez de piedras, calles de agua.
Mas, ^qué ocasión la ha dado á que el consejo
de vuestras canas no haya reprimido
vuestro enojo, Honorato?
Honorato.
Es en el viejo
la ira más cruel, cuando, atrevido
el mozo á su respeto, que de espejo
le ha de servir, se arroja: hame ofendido
un mozo mercader: pero ,;quc importa
ser hielo la vejez si el hielo corlar*
Averiguando cuentas Feliciano
conmigo, porque aquesta señoria
en Marte y en Mercurio cortesano
funda la dicha de su monarquía,
quiso, tras un mentís, alzar la mano;
pero la mia, aunque caduca y fría,
sacó la daga que en su pecho necio
vengó su atrevimiento y mi desprecio.
Acudieron sus deudos y parientes,
y tomando por suya aquesta ofensa,
sacaron armas, convocaron gentes,
y la que vino fué, Lisaunj, inmensa;
mas Verino y Diodoro que, obedientes,
dieron á mi valor nueva defensa
y á su amor tilial fama debida,
Fifruran lUcmas Marcelo, un Criado; Labradores y Soloadoc.
vida me dictun. si les di U vida.
Sacáronme en los brazos, y saltando
en una de las góndolas compuestas
que, en vez de coches, olas van surcando
por calles de agua á su humedad opuestas,
á pesar de los deudos que gritando
hacían sus injurias manifiestas,
doblando esquinas, con la noche escura
nos trajo á vuestra casa mi ventura.
Considera cuan cierta está mi muerte
si no me da favor vuestra nobleza.
LisAt;Ro.
Aunque el Senado de la misma suerte
castiga á quien avuda h flaqueza
del que huye su rigor; por ser tan fuerte
la ocasión y importaros la presteza,
por lo menos la vida, noble viejo,
obras os quiero dar, palabras dejo.
En mi góndola entrad los tres conmigo,
que, con la oscuridad, de marineros
vestidos, llegaremos á Uovigo,
seguro asilo de sucesos fieros;
en ella os dejaré, Honorato amigo,
crédito en mercaderes y dineros, ,
que la justicia ya os tendrá embargada
vuestra copiosa hacienda, bien ganada.
Honorato.
No es bien que tal valor, Lisauro, ofenda
con agradecmiientos que, prolijos.
del lisonjero suelen ser la hacienda,
pagando en viento beneficios fijos;
si permite la ley que un padre venda
en la necesidad sus mismos hijos,
estos mis hijos son, servios con ellos,
aunque no es presentároslos vendellos.
VPBINO.
En el cielo, I.ísauro amigo, espero
que ocasión me dará en que satisfaga
la merced que al silencio dejar quiero.
DlÓDORO.
Si Aristóteles dijo que no hay paga
que iguale al beneficio que es primero,
pues por más que un amigo después haga,
siempre se queda en pie el habelledado
SU amigo el beneficio adelantado,
mal podremos pagar; mas quien ofrece
lo que tiene, Lisauro, libre queda.
LlSALfRO.
Tiempo habrá, amigo, aunque veis florece (i)
lili dicha, en que cobrar de los tres pueda
esta amistad que vuestra fe merece;
y quiera Dios no sea en la moneda
misma que os doy.
Honorato.
Las almas obligamos.
Lisauro-
Segura es ta hipoteca: vamos.
Touos.
Vamos. (Vanií.)
(i) Supliüi esta palibra que falta co el original.
Ledo.
KlLIBERT
Lelio.
KaiBERT
Lbiio.
FlLIREKT.
Lei.io.
Fu IBEHT
Lelio.
FlLIBERT.
Lelio.
FlLIBERT,
Lelio.
F/LIBEBT.
Lelio.
FlLlíERT,
Lklio.
FlLIBERT.
Lei.io.
FiMBEBT
No quede en toda la casa
pieza que dejes sin ver.
IKntran algun^t^
Visto los han esconder
en ella.
(Apartt.) El amor me abrasa
de Fulgencia, esposa bella
de Lisauro, y ha buscado
mi amor con andar vendado
esta ocasión para vella.
{Aparte ) Loi amores de Fulj
me traen tan fuera de mi,
que esta ocasión busqué aqii
tara gozar su presencia,
elio: <á qué has venido aci
¿Qué haces aquí, Filiberlor
Vo he sido amigo del muerto
y su venganza me da
ocasión para prender
al autor de esta crueldad.
V vo debo á su amistad
tanto, que me obliga á hacer
las diligencias debidas
á su venganza. i
¿Qué oficio I
de justicia tan propicio
del muerto te hace que pidas
su venganza?
¿Pues lú tienes
cargo acaso de prender
ó soltar, que á repicndcr
de aqueste modo me vienes?
El dux de Veneciacs
mi padre.
Yo soy lu hermano.
, Yo el mayor.
Y yo el que gano
fama de más interés
en Venecía; mas ¿qu¿ impo
el «er mayor ó meoor.^
¿Es mayorazgo el amor
que ha de hereiiarsc? Reporu
tus Ímpetus, no me den
ocasión que sin prudencia..
, Yo vengo á ver a Fulgenca
Yo vengo i vella también.
, ¿Sabes que es mujer casada?
Pues ¿eres tú su marido.*
. No; pero si aquí he venido
es por que sea respetada.
si está su marido ausente,
de la justicia atrevida
que en busca del homicida
suele tratar libremente
y aun sin respeto á cualqat<
que se le opone, y volver
por una noble mujer
que fácilmente se altera
es forzosa obligación
de quien nobleza profesa.
¿Qué sola tu causa es <:%»>
Temo que la confusión
de ver de noche en su casa
I
ino
JORNADA. t»MMEPA
klBERT
10.
Tosíícuní^i^ñquíeul la,
y asi vengo á sosegalla,
no porque su amor me abrasa.
Por más sospechas que cobres
sólo det'endella intenta
mi nobleza.
F^ues ^qué cuenta
tienes. Judas, con los pobres?
Como jamás has tenido
en aquesta casa entrada
solamente dedicada
a( honor de su marido:
como dádivas desprecia
y papeles no recibe,
aunque satisfecha vive
de que es el dux de Venecia
tu padre y sabe el poder
de tu libertad liviana;
como ni en calle y ventana
ni en puerta la puedes ver»
por más trazas que imaginas,
f>ues, cuando en casa no está
a góndola donde va
lleva echadas las cortinas,
^qué perseveras tu entrada
en esta casa?*
Pintado
te has i ti mismo, que has dado
á malicia tan tundada
principio, siendo su autor,
porque si yo vine aqui
es por defender de ti
su reputación y honor;
que eres mi hermano y no es justo
que sufra que á tal mujer
mi hermano intente ofender,
tres un santo; yo gusto
de verte tan reformado
que á mi me reformas ya;
pero si el honor te da
de aquella dama cuidado,
salgamos los dos de aqui
y quedaré satisfecho,
porque lo mismo sospecho
que lú sospechas de mi.
La justicia hará su ohcío
quedando sin detrimento
Fulgenvia.
Yo soy contenta.
Vete, pues, que eso codicio.
.No te quedes tú aqui, pues.
¿Yo quedarme? Ya me voy.
(Luego vuelvo.)
(Luego soy
aquí.)
¿ Vaste?
¿No lo ves? (Vansi.)
I Caxdaoo, mf^i'o </<•!» u</o, cun un candil y ¡ía»
Alouaciues.
ttlO.
.laEKT
M0>
pioHM) que esiá.^yaien me trajo
á Nuirir tantos eno|os?
Alg. i* .; Vístele?
Canuaüo. Por estos ojos.
Alg. a." ¿Qué talla tiene?
Candad. Altibajo,
aunque luengo de estatura,
bermejo, barbiponiente,
dos berruyas en un diento
mulato tn la catadura.
Alcí. i." i Villanol: ¿disparatáis?
CAN0ADO.¿He de hablar verdad?
Alo. i.' ¿Pues no?
CANDADO.Señores, mal haya yo
si sé por quien pescudiis.
Si alguna mujer buscáis
que en mercancía se vende,
y como lechuza ó duende
huye, ¿qué me pescudáis?
No gasto esa fruta yo;
otros pisen esc lado,
que yo estoy del mismo modo
que mi madre me parió,
tan virgen como una miel,
que sí en tienda, sin hahella,
venden carne de doncella,
yo soy carne de doncel,
Y con esto adiós, que tengo
un sueño que reposar.
Alg. 2." No hay aqui dismiular;
llevadle preso.
Candado. No vengo
en eso; ¿porqué pecados?
Alo. i." ¡Vaya!
Candado. Señor alguacil,
¿mas que si soplo el candil
que quedan descandilados?
ESCENA IV •
.Vd/« FULOCNCIA.— r>(CllriS,
F<JLGBNC.¿Qué alboroto es éste, cielos?
¿Lisauro, esposo, señor,
vos ausente y mi temor
formando tristes recelos?
¿(^>ué gente es ésta? ¡Ay de mil
Candado. La josticia es que codicia
her de nosotros josticia.
FuLOENC. [Cielos! ¿la justicia aqui?
A Lisauro ha sucedido
al^ún infeliz suceso.
¿Ks muerto Lisauro? ¿Es preso?
Decid: ¿dónde está escondido
el homicida, señora,
pues le tenéis encubierto?
FiM.úENC. A alguno Lisauro ha muerto.
;Ay de mil
Alg. i.** Bien finge y llora.
[Linda cosa!
ESCENA V
Salt FiuiBüKTO.— DrcHos.
FiLiBERT. Si á Fulgencia
adoro, y si la ocasión
favorece mi opinión,
7REVIMIEN1
¿cómo csloy sin su presencia?
¿Cómo vivo si es que muero,
sin ella estando y sin mi.'
A mi hermano eché de aquí;
Fuigcncia es ésla; ¿qué espero?
Ft'LGENC. |Ay, ilustre Fitiberio!
¿De noche en mi casa vos
sin mi bien, !>iendo tos dus
lan amigos? E\ ha muerto
á algún oculto enemigo
envidioso del valor
de Lisauro, mi señor.
Poco ha que estaba conmigo
con menos sosiego y gusto
del que su amor me promete:
pero ¿á quién hay que no inquiete
la injuria de un pecho injusto?
Fii.iBEfT. Señora...
Fui oFsc. Si os hizo Dios
hijo del dux de Venecia,
y suele la adversidad
ser prueba d; la amistad
que más al amigo precia
cuanto le ve en más aprieto,
échase ahora de ver
lo mucho que puede hacer
un amigo tan discreto,
(^ue UD padre tan poderoso
liene; ¿qué le pediréis
al dux que del no alcancéis
por vuestro amigo y mi esposo?
FruBFRr. (Ap.) Basta; que piensa Futgencia
que es Lisauro el matador
que buscan; astuto amor,
hoy por vuestra diligencia
mi esperanza ha de alcanzar
el lin de su gusto extraño,
porque con un sabio engaño
á fulgencia he de gozar.
¡Hola! andad con Dios, que aquí,
cuando el homicida esté,
conmigo le llevaré
preso.
Alo, a." Sea, señor, as!.
FiMBKRT. Es noble y no es bien le lleve,
Fabio, otro menos que yo.
Ai.fi. 1." Comisión el dux nos dio;
vos haréis lo que se debe
i la justicia y mandato
de vuestro padre, > asi
nos vamos. ( Vanse los dos. )
ESCENA VI
Dichos, mtnos los AtooAciLcs.
FiLiBF.HT. Yo quedo aquí:
¡dos vos, porque el recato
y secreto es de importancia.
Fiii-OKNC. Candado, vete.
Candado. (Ap ) Por Dios
que me despiden los dos;
no os arriendo la ganancia,
Lisauro. {Atto.) Dejaros quiero
el candil aquí colgado.
FuLOBNC. Anda, necio: ¡qué pesado
eres siempre y qué grosero!
Cámuado. Temo algunas travesuras
que ofendan ¿ mi señor,
que, como es ciego el amor,
hace sus cosas á escuras.
Y el dimoño es tan sotil
que, cuando luz os dejan,
aun sospecho que quedara
la honra á meco de candil,
cuanto nías en centaciún.
FiJLOENC. Necias sospechas produces.
Candado. Plegué á Dios no hagáis dos
como candil de mesón.
Mas ya ¿ amanecer comienrtJ
y con luz, aunque haya amo^
no haréis nada, que el honor ^^
con luz está á la vergüenza. (Vwl
ESCENA Vil
FuLGRtfciA y Fjlmsrto.
FuLOENC. Solos habernos quedado,
aue el deseo de saber
e Lisauro pudo hacer
mi honor menos recatado
que acostumbra, Fiiibcrto.
Decid: ¿qué desgracia ha sid<
la que el cielo ha permitido
por mi mal? ¿A quién ha muerto
mi esposo? que pierdo el seso.
Fii.iHEHT. (Ap.) ¿Qué haré yo, pobre de mí.
que ha tanto que le perdí?
FuLOENc. No dilatéis el suceso.
FiLiBERT. No haré. ¿Quién duda, señora,
que sabréis que es afíción,
pues su tirana pasión
os sale á la cara ahora?
Llamaron sol al amor
por ser tan universal
que no hay planta ni ;^nimal
que no goce su favor. ^J
Y si es su eficacia tanta ^M
que hasta las plantas rindió. ^H
¿qué milagro que ame yo,
pues soy hombre y no soy plíiij^
Ama el'hombre su trasunto:
que tengo amor os conñeso.
FuLOENC. Pues ¿qué tiene que ver eso
señor, con lo que os preguniu
FiLiBENT. Importa á la libertad
de Lisauro apetecida
que ame yo, porque su vidí
pende de mi voluntad.
No está Lisauro hasta ahora
muerto, preso y ofendido,
que le ha guardado y \ct\¡do
quien os tiene amor, señora.
¿Veis lo mucho que importó
él amor que en vuestro ampí
y de Lisauro os declaro?
Que vive él porque amo jo.
Fui-GENC. Porque le amáis, es verdad,
que mí esposo tendrá vida,
que es una alma repartida
en dos cuerpos la amistad.
Y repartida en los dot,
no es mucha que prucuriñ
I
^^^^^m JOPNAOA t>RIMKKA 47 1 ^H
^Vquc ¿1 viva, que quedaréis
FiLtBERT. Cansado predicador, ^^H
^V &i <^l muere, sin alma vos.
¿qué cs loque buscas aquí. ^^H
rür. Como vos queráis, bien cierto
qué me reprendes á mi ^^^|
1 es que Lisauro lendrá
Siendo mi hermano menor? ^^H
^H la vida que á nesgo esti.
Tienes envidia á mi amor ^^H
||B porque á un ciudadano ha muerto.
y CLilpasle: pero en vano, ^^H
Vm Yo os amo, Tuigencia mía;
que hoy tengo que ser tirano ^^H
de quien sin seso apeteces. ^^H
ningún imposible os pido,
y el premio que os he ofrecido
Leijo, Venturoso Adán mil veces ^^H
imposibles merecía.
porque nunca tuvo hermano, ^^H
H El Dux de Venecia cs
y á no tener reverencia ^^H
^1 mi padre, yo vuestro amante;
á la fama y el honor ^^H
^B el peligro esiá delante
^B Y delante el miercs.
que, contra tu torpe amor, ^^H
honra, villano, á Fulgencia, ^^H
^" Dad gusto á mi amor violento,
efectos de mi impaciencia ^^H
pues con él aseguráis
vierais presto. ^^H
vuestro esposo, y nos dejáis
FiLiBFHT. Rste lugar ^^H
Á él con vida, á mi contento.
no es decente para dar ^^H
Lisauro...
á tus injurias castigo; ■ ^^H
ENC. Al discurso necio
mas sigúeme, ^^H
poned fin, vil mercader.
Leuio. Ya te sigo. ^^H
¿Yo el honor en tal vil precio?
FuuGENC.i Que esto he venido á escuchar! V
AHÍ en las tiendas faüdas,
{Vanse loi di'S.) ^^H
de las famas que ofendéis,
^^^1
vuestros gustos compraréis,
ESCENA IX ^H
que venden honras á vidas;
5a/eLt«ADno.-FuLaKnciA. ^^^H
que aquí, donde no llegó
^^^^H
el precio de esas deshonras,
LisAtJPO. ,;Qu¿ es esto? ¿qué turbación ^^H
con vidas se compran honras.
siento en mi casa.'* .Salido ^^H
mas vidas con honras no.
han dos personas. ¿Quién son? ^^H
■^^ adiós, que ese torpe intento
Füi-OESc.jAy, mi bienl ¿Vienes herido? ^^H
me ofende y causa temor.
¡que será en mi corazón! ^^H
porque es espejo el honor
LiSAroo. ¿Vo herido, esposa querida? ^^H
y le niancha hasta el aliento.
¿Por que y cómo? ^^H
«»T. Si no bastan cortesías
Fi'LCiCNC. No encubráis ^^H
para quien no las entiende,
lo que me tiene alligída. ^^H
amor cs rey y no ofende.
¿Como venis? ¿cómo estáis? ^^H
Ya sé que dejáis sin vida ^^H
iENC.Un rey no hace tiranías.
iKRT. Dadme esos brazos por fuerza,
aun hombre, y así, mi bien, ^^H
que el amor es guerra ya,
escondeos y no demos ^^H
y cuando no se la da
lugar y venganza á quien ^^H
entre nudosos extremos ^^H
puede rendir una fuerza.
¡ENr. Suelta las manos, villano.
ofende al honor también. ^^H
£«T. Ten de mis males clemencia.
LiSAi'Bo. ¿Que me esconda yo? ¿Por qué? ^^H
M
FuLGENr. Todo lo que ha sucedido ^^^|
he sabido. ^^^1
LiSAJiBO. Mi bien, ¿qué? ^^H
■ ESCENA VIH
^^P Satt Lblio.— Dicnos.
FtiLGKNC.Un hombre habéis muerto. ■
LiSAi'PO. ¿Yo? ■
^1 Todo es muerte sin Fulgencia;
iJesúsl ■
^* mas con ella está mi hermano.—
Fi'LOENC. No sé si os dé fe, fl
Suelta, atrevido, la mano,
pues, por no darme disgusto ■
ó soltaré á la ira el freno
disimuláis y encubrís fl
que tu torpe amor condeno.
más de lo que fuera justo. H
pues en aquesta ocasión
Poco os debo. ^^H
ic hallo, como el ladrón.
LiSAUPo. ¿Qué decís, ^^M
la mano en tesoro ajeno.
que jamás con tanto gusto ^^H
Suelta, que no es la?o igual
ni tan libre de temor ^^H
el que lu amor manillesia,
he estado? Salí á librar ^^H
porque en mano tan honesta
á un amigo, que el favor ^^H
la luya parece mal.
no le ha el noble de negar. ^^H
Si arñor con lazo inmortal
FuLGENC. ¿Eso es cierto? ^^H
nudo de almas puede hacer,
Lisauro. Sí, mi amor. ^^H
Alejandro sabré ser
Fut.«'iENC. Pues hanmc contado á mi ^^H
, que, contra el tuyo importuno,
lo contrario. ^^H
^L mostraré que todo es uno
LiSAUPO. Pues, bion mió, ^^H
^B el desatar y el romper.
si fuera verdad, decid, ^^H
^^472
^^^^^^^^1
^^^M
yo que de vos me confio,
coniu j JoncelL un DoUe, H
^^^^P
^negaríalo?
Jas palabras y papeles? H
^HP^CENC
Estovo aqui
¿Quiso sacar de mi casa H
^^H
quien con engaños, señor.
e^a prenda de niis bienes, ^M
^^1
ha intentado defribar
el mayor y más guardadu. H
^^1
los muros de vuestro honor.
para »u dichosH suerte? H
FoiuEKc.No, señor; porque no fuera fl
^^B LlSAURO.
¿Cómo?
^^V Fl'U'fENC
Ya fuera el callar
ese amoroso accidenie, H
^^K
hacer traición á mi amor.
si ella puede ser su esposa, H
^^B
Lisauro, señor, esposo.
digno de llamarse aleve. H
^^^^^^
veneciano ilustre y fuerte
A mi me quiere ofender, ^B
^^^^B
á quien díó el piadoso cielo
mi amor dice que pretende, ^B
^^^^^B
mayor valor que á otros bienes.
mis memorias le enamoras ^B
^^^^^1
No temas, serena el rostro
y mi rigor te entristece. H
^^^^H
si de estos incendios temes
Dijome, porque desea H
^^^^H
la perdida del honor
con sus cautelas vencerme. H
^^^^B
que eterno mi amor conserve;
úue á una persona muy nobleH
diste en palacio la muerte. ■
^^^^H
veinte años ha que soy luya,
^^^^^B
aunque me parecen breves,
Ofrecióme su favor, H
^^^^1
que amor reciproco gasta
conocido muchas veces H
^^^^^B
el tiempo pródigamente.
que por precio de justicia H
^^^^^B
Testigo eres tú, bien mío,
algunas honras se venden. H
^^^^B
del favor y las mercedes
De \í> que le respondí, H
^^^^H
que yo en tu pecho recibo.
mis ujos que están presentes H
^^^^^H
que lodo esie amor me debes.
8ien sabes que en tantos años
fueron honrosos testigos, H
^^^^H
como suelen serlo siempre. H
^^^^H
no se ha ofrecido accidente
Esta, señor, es la causa ■
^^^^H
que nuestro constante amor
de que mi temor procede H
^^^^^1
le divida ni le altere.
y la turbación que el rostro ■
^^^^H
Nació entre sus tiernos brazos,
con sus colores ofrece. ■
^^^^B
como de su casta fuente,
LisAtJRO. Mucha más gloria recibe ■
^^^^^P
Hfígencia, nuestra hija,
quien vence á sus enemigos B
P
que jíuarde Dios como puede.
. No dilates más. señora,
que quien sin tenerlos vive;
^^ LlSAÜRO
que ellos sirven de testigos i
^^K
lo que sabes me conviene;
con que su valor se escribe.
^^1
que alargas más las sospechas
Y asi de vuestra vjcioiia
^^H
que con discursos suspendes.
me resulta mayor gloria
^H FULOENC
• Esta vida y esta gloria
que de las paces pudiera,
^^H
ha mudado en pena y muerte
Filiberto, hijo del Dux,
aue entonces no se lu viera
de vuestro valor memoria.
^^H
^^1
á quien por amigo tienes.
De algún modo á Filiberto
^^B
Pasea con blandos pasos
le quedo en obligación.
^^B
la calle, que los consiente
pues al mundo ha descubierto
^^H
mirando con tiernos ojos.
con su vana pretensión
^^H
no á mi, sino á mis paredes.
el valor que en vos advierto;
^^B
Cuando lo vine á saber.
y asi, mi esposa querida.
^^B
temí que el descuido fuese
no le he de quitar la '■ í^
^^H
de mi casa la ocasión
por el honor que os
^^B
para el amor que pretende;
que la virtud respianL...
^^H
que yo siempre imaginaba
al paso que es perseguida.
^^H
que, cuando el amor se atreve.
{■ip \ Esto digo, aunaue etj mil
el justo enojo y pasión
^^B
era por darle ocasión
^^B
las poco cuerdas mujeres.
de su loco atrevimiento.
^^B
DI luego en cerrar ventanas
que él por ;>i ya dio ocasión
^^B
y establecí nuestras leyes
á mi agravio senlimicnlo.
^^B
de honestidad y recato
FuLCENc. Mira, mi bien, que sospecha
^^H
que grandes peligros vencen.
que pones duda en mi fe,
^^B
Mas él, galán y atrevido.
y cuando estás saiUfecho,
^^H
buscó la ocasión presente
eludas, acaso, si fué
^^B
de visitar hoy mi casa;
de tanto valor mi pecho.
^^B
l« justicia y ios jueces
LlSAUno. Eso fuera ya dudar
^^H
entró en eíla y descubrió.
de la luz que el sol ofrece,
^^B
con las palabras que suele
de la inmensidad del mar
^^B
un poderoso atrevido,
y del amor que me rece
^^B
su libre amor fácilmente.
tu amor, mi bien, encallar.
^^B LiNAUMo.
,{i'ietcnde esc caballero
Yo estoy ahora ocupado
L
i mi hija, i quien ofenden.
en un negocio*
JOHNADA PPtMRRX
47?
A morir
si le vas me has condenado:
que nunca suele venir
seguro quien sate airado,
i Luego, ^-no le lias de mi?
:.Dc mis desdichas no fío.
^Vas airado?
Ya perdí
todo el enojo.
:. Bien mío;
('has de volver presto?
Sí.
:.Y quí, ¿no reñirás?
No.
:. Júralo.
Por tu hermosura.
:.lNunca le dijera yo
mi desdicha!
i£siá segura.
i.No lo queda quien amó. (Vanst.)
ESCENA X
Saltn LsLto y Filibbrto.
Fll-IBERTO.
la obligación miro y respeto
i padre y señor el Dux se debe,
jesto ya' mi cólera en efeto
enganza que á furor me mueve.
»Lelio.
considerado y el discreto,
por ser cobarde no se atreve,
:uíar mejor su cobardía
ido el temor con cortesía.
FlLIBEÍTO.
!nor que yo, y asi no he hecho
le tu necio enojo y ira;
literas más el quieto pecho,
Kz, y por tu vida mira.
Leuo.
ocasión que satisfecho
mis que ahora, si rcura
ii padre enfermo mi venganza,
o, yo cumpliera mi esperanza. (.Vatt.y
KKSCENA XI
Fii.meKTo tolo.
do amor, infame cuenla
tiRre y valor habéis hoy dado,
1 hicisteis, voluntad exenta,
nder gozar sabor forzado.
anduve: pero si violenta
3 amor, sus penas el cuidado,
podrá resistir su pena fiera?
a yo y fuera como fuera.
»l ESCENA XII
tfAUKO, Candado, I)ioi>ono y \'citiNo.
Lisai;bo.
no, amigos, tanta cortesía
ton. Adiós, que me conviene
palacio y señoria.
Canuxi>u.
Con cosquillas de celos mi amo- viene.
Vkrino.
La merced de mi padre es propia mis,
pues es mi sangre quien la estima y tiene
el fruto de ella.
DiOÜOKJ.
Va panto á Ferrara,
que i fugitivos de Venecia ampara.
LisAuao.
I loy acudí al peligro y al recelo
de vuestro padre, y plega á Dios que sea
muy próspero el suceso, y le dé el cielo
lo que su casa y mi alición desea.
Adiós, amigos.
Veih\o.
Tu amistad y celo
te prometo pagar siempre que vea
que hay ocasión, pues no fallará alguna
á quien sujeto vive á la fortuna.
ESCENA XIII
LisAURo, Cahdaoo y FiMBRKTO mil Itfot.
LlSAURO.
Filiberio está allí, llegar deseo
y no ofenderle, á prevenir mi daño.
FlLIBEBTO.
Parécemc que allí á Lisauro veo
y le he de hablar con amoroso engaño.
Candado.
.Ningún suceso venturoso creo
que puede resultarme de este año;
enfrente están los campos, soy cobarde;
mejor es huir temprano que no larde. iVatt.)
ESCENA XIV
LtSAuao y FaiHKNTo.
LlSAtiPO.
¿Oh, señor Filiberto?
FlLIBEPTO.
lOh, señor mío!
¿Qué se ha ofrecido en que serviros pueda,
que no me ha de fallar poder y brío,
y el mismo tiempo por testigo os queda?
LtSAt'RO.
De vuestra noble discreción confio
que á vuestra edad y mi esperanza exceda,
pues con justa razón toda Venecia
como á imagen del Dux os ama y precia.
FlUBEHTO.
¿Ofrécese dineros, mercancías,
cédulas, cambios, créditos, fianzas?
Porque la industria y las riquezas mías
cumplieron siempre honestas esperanzas,
y mas á vos, Lisauro, que ha mil días
que pretendo ocasiones y mudanzas
porque pueda ofrecérseos cosa alguna
en que alenlar sucesos de fortuna.
«o ATREVIMIENTO
Si en casos tie favur y de justicia,
pretcnsiones ó pkilos se ofreciere
ocasión y lugar, ya os doy noiicia
cuánto el l)u.\, mi señor, estima y quiere.
Mp.) El veneno mortal de mi malicia
le doy en vaso de oro. y si bebiere,
3ue quizá beberá, y tendrá experiencia
e lo que puede el interés, Fulgencia.
LlSAURO.
Quisiera yo, señor, que vuestro intento
no fuera el que yo sé, porque pudiese
estimarse ese noble ofrecimiento
y ponerle el valor que mereciese;
pero como adivino el pensamiento;
recelo y temo que su blanco fuese
no el hacerme merced, como es la muestra,
sino otra alguna pretensión siniestra,
Y por no atormentar con el secreto
vuestro dudoso pecho y mi memoria
que recelosa y mártir en efecto
ya desea la muerte ó la victoria,
con conlianza que tendréis secreto
como mi honor merece y vuestra pilona,
diré mi pena, mi pasión y enojos
poniendo en tierra los honestos ojos.
FlLIBBRTO.
No sé qué pueda ser el accidente
que con tanta retórica y colores
es necesario se publiqué y cuente,
aunque el último fin fuese de amores.
I.ISAUHO.
Aunque se queja un mudo, es elocuente
y transforma en palabras sus dolores;
que el hijo del rey Creso, siendo mudo,
rompió la voz porque callar no pudo.
FlLIBERTO.
Pensaréis vos, Lisauro, que paseo
por lüfigencia, vuestra hi)a hermosa,
y que me muero de un traidor deseo
(le gozar su beldad de amor ociosa.
LlSAURO.
Ojalá fuera as!, que á lo que creo,
aunque me honrara á mi en ser vuestra esposa,
i^ual es á la vuestra su nobleza,
SI bien os aventaja la riqueza.
A mi esposa Fulgencia estoy muy cierto
que pretendéis quitar su honor y fama;
aunque no llegaréis al dulce puerto
que llama dueño á quien la estima y ama,
suplicóos cortésmente, Filiberto,
mate el valor vuestra imposible llama,
y sin negarme la verdad, que es cierta,
jamás paséis aquella honrosa puerta.
Filiberto.
Cuando yo enamorado pretendiera i
de esa señora el amoroso gusto,
ningún respeto ni razón hubiera
que atajara mi amor, que en serlo es justo.
No será vuestra esposa Id primera
que haya tenido pensamiento injusto
Íque en ofensa de su noble esposo
aya cumplido al(<ún deseo amoroso.
No hay que poner al mundo ley ninguna,
sino guardar los ojos y el silencio
y estar contento con cualquier fortul
Pues yo la vuestra estimo y revcrenc
yo no pienso escuchar quién me imt
ni esos puntos de honor los diferencie,
ni los entiendo, que por buen respeto
les guardo á los casados el secreto.
LlSAUUO.
Esa respuesta es bárbara y liviana,
y á no estar en palacio y señoría,
yo castigara la traición tirana
de quien sin honra maltrató la mía.
Filiberto.
Libre es mi voluntad, y fuerza huniina
ñola puede torcer, corno confía;
honraos de que á F"ulgencia sirve jr prtCti
el hijo del Dux noble de Venecia.
Si yo quisiere cumpliré mi Kt^sto,
quedéis ó no sin ese honor liycro,
aunque mire Fulgencia más disgusto,
que contra el oro no hay pechos de ac
iSaean tu i
LlSAURO.
Ya, justiciero amor, no será justo
sufrir más este agravio.
FlLliERTO.
(Ajr Dios, qt
LlSAURO.
Pásele el pecho, salga por la herida
el alma que á mi honra fué atrevida.
Dentro en palacio estoy, delito grave
es el que he cometido; pero admito
la muerte por la honra, que no sabe
quien honras guarda recelar delito.
Venecia se alborota; aquella nave
partirse quiere, á nado solicito
alcanzalla y huir, si no me anega. {V*
ESCENA XV
Salen Lii.io, Marcclo y itlnt-
Le LIO.
Seguid al homicida, venecianos,
que al hijo del Dux vuestro tiene moc
vuestra ley y estatutos soberanos
ha roto, castigad su desconcierto.
^Será bien que se os vava de las n
el que á las suyas deja i Filiberto
la vida cara.^* ¿Irásesin castigo
quien del Dux y la pAXáa es enemigo?
Su hermano soy, mi padre enfermo y
faltándole el apoyo de su vida
dará con ella en tierra siendo espejo
de esta ciudad, por él tan bien regida.
Si no os queréis piivar de su cooíejo
privad de libertad al homicida.
¡Muera Lisauro y su arrogancia ficral
Seguidle, que se os va.
Tot>04.
¡Lisaum mueraf]
(i) Falla <l oltimo verso de rita ocura.
JORNADA SEQl'NnA
l7í
Mahcelu.
, Lelio, el alterado pecho.
. Venecia corre á la venganza
e esle agravio ¿ su Senado ha hecho,
iesira que eres fuerte en la mudanza.
Lelio.
sosegado estoy y satisfecho,
ielo, conno cierta la esperanza
engo de gozar en el ausencia
sauro los brazos de Futgencia.
% voces que doy, del sentimiento
nuestro, tan segura el alma queda,
m ella viste galas de contento
r de fuera el lulo galas veda,
ica has visto llorar por cumplimiento
o gastador que al neo hereda.^
yo también, llorando á Filiberlo,
is ocultas doy al que le ha muerto;
Ompctencia, quedará por mía
ilgencia, Marcelo, la belleza;
legos, amenazas y porfí?
»arin, al Un, su fortaleza,
icíenda usurpará la señoría,
Bjer sin marido y con pobreza
|á rendida.
Marcelo.
Pensamiento vano.
Lf-lio.
gozo, bien muerto está mi hermano.
JORNADA SEGUNDA
ESCENA PRIMERA
r/r ei Dv^um dk Fcmiaiia y dos Vkhícukos.
Un Cmiado
I. Cumplióme el cielo el deseo
que je las paces tenia
con la ilustre señoría
veneciana; y pues las veo
puestas en ejecución,
las condiciones acepto
que habéis propuesto, y prometo
guardarlas.
I." .aquestas son
que esta minuta declara.
a." Vuestra excelencia, señor,
conserve el antiguo amor
que á los Duques de Ferrara
la República ha tenido
de Venecia, y maniíleste
que es el Duque Alfonso de Este
en quien ha resplandecido
el justo agradecimiento,
virtud que el que es noble precia.
Mi padre fué de Venecia
capitán, y en cumplimiento
de su amor, es justo siga
con mis armas y mi tierra
b>u T.iciliun, y cu esu guerra
L-ntre también en la liga.
Ven. 1." Su capitán general
os hace la Señoría.
D1JQ1.E. Yo haré que en la Lombardia
quede su nombre inmortal,
por más que sus potentados
contra ella se confederen.
Vjr.N, 3," Con Venecia poco pueden
sus escuadrones armados.
Ven. i." La principal condición
que habéis, señor, de guardar,
es que nunca habéis de dar
por ningún caso 6 razón
favor á los foragidos
de Venecia, y los que están
en Ferrara se echarán,
dentro de ocho días cumplidos
de lodo el Estado vuestro.
DiJQte. Así lo prometo y juro.
Ven. >.** Por tener aquí seguro
y estar tan ceica dol nuestro
vuestro Estado, han sucedido
mil libertades y insultos
que liene Ferrara ocultos,
hasta haber un foragido
dado muerte á Filiberto,
hijo delDux.
Duque. ¡Caso gravct
Ven. a." Si acaso alguno del sabe,
y le lleva, vivo ó muerio,
la Señoría perdona
cualquiera delito ó yerro,
alzando cualquier destierro
á ouien le entregue en persona,
y oándole juntamente
diez mil escudos.
Con eso
presto le llevarán preso,
porque en su busca la gcnie,
si tan grande el premio es,
no perdonará lugar,
y mal se podrá escapar
buscándote el interés,
A lo menos en mi Estado
no será favorecido
él ni nmgún foragido.
Ven. i.* Aqueso pide el Senado.
Dlqiik. Échese un bando esta larde
de que salgan de Ferrara
cuantos defiende y ampara.
Criado, liaráse asi.
Di'gi E. El cielo os guarde.
{Vanat los Venecianos.]
ESCENA II
DvQCK Snlo-
Las paces y la amistad
de Venecia le ha importado
á mi venturoso Estado
toda su seguridad.
Que es Venecia un enemigo
que á reyes pone icmor,
y ha mostrado su valor
cuan útil es para amigo.
DUQIE.
IIKN'TO
ESCl-XA III
Sait LisACKo con la tufada í/ísnuíía. —Dicho,
LiSAL'RO. Excelenlisimo Alfonso,
digno duqu-' de Ferrara,
gloria de la sangre esténse,
luz del mundo y sol de Italia.
Si el príncipe es aquel árbol
que el rey Nabuco soñaba,
á cuya sombra y favor
untos se arriman y amparan,
principe eres y árbol noble,
en cuyas ilusircs ramas,
contra borrascas de injurias,
amparo ailij;;idos hallan.
(.Ciudadano de Venecia
soy y blanco de desgracias;
Lisauro tengo por nonibrc
V mi desdicha por patria.
S'obleza herede y hacienda,
que, aunque una y otra medianas,
aumenté con mercancías,
que dan su provecho avaras.
Üiómc el cielo por consone
la misma virtud y gracia;
hermosa para discreta,
y para mujer honrada.
De qumce años logró amor,
por fruto y primicia casta,
una hija en la hermosura
y virtud su semejanza.
Vivimos los ircs tres lustros
con la dulce consonancia
que hace la paz conyugal
entre dos conformes almas,
sin mezclar el descontento
su aborrecible cizflñ»
en los sembrados del gusto
que amor recíproco guarda.
Cansóse de esto la envidia,
y la ociosidad liviana
de la juventud lasciva
toco contra mi honra el arma.
Filiberto, hijo del Dux
de Venecia, dando entrada
á imposibles pensamientos
y inútiles esperanzas,
vio á mi Fulgencia, y siguióse
iras el verla desearla,
tras desear pretenderla
y tras pretender rondarla.
Porque como amor es yerro,
sus eslabones enlaza
de este modo, que los vicios
unos á otros se llaman.
Pero fué intentar Nembrol
escalar las naves altas,
llegar Tántalo á la fruta
V alcanzar sediento el agua,
él conquistar su lirmcza
y combatir su constancia,
que no teme tiros torpes
; (O
Llegó á tanto su licencia,
por ser su locura tanta,
que en mi ausencia pretendió,..
(f) FalU un Tcríoen el yrigin»!.
^dirclo, cielos? furiarl*.
Mas, corro el vicio es cobari
prevalecieron las armas
de la virtud invencible;
echó á Tarquino de casa
más honrada que Lucrecia,
que no es disculpa una daga
á consentimiento» necios
que de cualquier modo infar
Kntré yo entonces en ella,
hállela triste y turbada,
recibióme con suspiros
y preguntando la causa
fué, si hasta allí en encubnt
discreta, en decirla sabia,
que de algún modo consicnti
mujer que á tal tiempo cal'.J
Pidióme <íue la sacase
de su peligro y mi patria,
conjuró mi justo enoio,
y como si se comprara
la paz á peso de perlas,
lloraron sus ojos lanías,
que las bebí para dar
con ellas piciima al alma.
Soseguéla y soscgucme,
que la ira desbarata
las leyes de la prudencia
y triunfos de la templania.
Fui á buscar á Filiberto;
entré en el palacio y casa
del Dux, llegué comedido,
pedí con nobles palabras
reprimiese intentos mozos,
corlando á esperanzas var"
pasos que pisan honores
y lenguas que ofenden far
No obligó mi cortesía,
que lo que al cuerdo rcfrea
al necio enciende y abrasa;
pues aun no me dió en resj
excusas acaloradas
con palabras comedidas
que valen hoy tan baraias;
díjomc, y para que yo
lo diga, pongo la cara
y los ojos en el suelo;
díjome, en fin, en mis barí
que con pretender mi espos
y con pasear mi casa
más honra que merecía
rm humilde sangre me dabl
Que si el recato hasta allí
tuvo sus gustos i raya,
darla rienda desde enionceí]
á la pasión desbocada.
Juzga tu, principe invictt»,
si á tan bárbaras paltbf*
y descorteses injurias
fuera la paciencia infamia;
volvió por mí la ran^r:,
y desnudand
dos veces ahi
á SU vida mi vcngauia.
(I) Ftíta otro »«"(>.
JOflNADA SEGUNDA
477
'Alborotóse Vence ia,
y toda ella Lunjurüdd
ctínira mi honor dcfcndidu,
que al poder iodos le amparan.
«Prendedlc», decían á soces;
mas cuando en tropel llegaban
los ministros codiciosos,
arrojándoles la capa,
como á toros, de la hacienda,
lomé en la boca la espada,
y hecho mi sagrado el mar.
ía vida entregué á sus a^uas.
Llegue, á pesar de los tifus,
voces, góndolas, pedradas,
á un* nave ginovesa
que á Ja boca de la barra
s los vientos daba velas
y dio avuda á mi desgracia,
deuda al agradecimiento
y á su valor nuevas alas.
Llegué á Rovigo, y en él,
rindiéndole justas (gracias,
pcdi me echasen á lierra,
parando al lin en Ferrara,
asilo de desdichados,
porque de mi esposa amada
el amor, no da licencia
que me aleje de mi patria.
Do loda mi larga hacienda
sólo me queda esta espada
y esta vida, excelso duque,
que de lu sombra se ampara;
empléflla en tu servicio
y defiende la vengan;;*
de uo agraviado marido
y una mujer injuriada.
No hay para uii hidalgo pecho
cosa más dura y pesada
como el ver necesidades
y no poder remediarlas.
La vuestra me ha enternecido
de suerte, que si llegara
no ha media hora á mi noticia.
no admitiera por su causa
las paces que ha establecido
la señoría veneciana
conmigo, aunque de no hacellas
mi persona aventurara.
Una de las condiciones
prometidas y juradas
es no admitir foragidos
y mandar que luego salgan
cuantos están de Venecia
en mis estados; ahora acaban
de irse los Km bajadores;
culpad á vuestra desgracia
y guardad vuestra persona,
porque al que la entregue, niandan
diez mil escudos de oro,
perdonan delitos y alzan
cualquiera pena y destierro.
Ciudades hay en Italia
donde podéis, disfrazado,
esperar en las mudanzas
del tiempo y de la fortuna,
porque en ioda esta comarca
os buscan diez mil escudos.
y uno para hallarlos basta.
(Zurrido estoy por ser csia
la primera vez que hallan
necesidades de vida
en nií las puertas cerradas.
Mas, para aliviar en parle
las que la pobreza os causan,
que á las de la iTiisma muerte
ó se aventajan ó igualan,
tomad aqueste diamante,
y perdonad que le laltan,
cuando no puedo dar obras,
al sentimiento, palabras. {Van)
• ESCENAIV
LtsAWHu. ¡Oh generoso valor
que bien disfrazado dejas
con dádivas tu rigor,
pues abres puertas á quejas
V echas candados de amor!
Despides y favoreces,
niegas para consolar,
y SI severo pareces
con una mano al negar,
diamantes con oira ofreces.
Mi desdicha me desiierra,
no tu valor celebrado,
que, como ella me hace guerra,
vengo á ser tan desdichado
que aun no me admite la tierra.
ESCKNA V
Salt CA>b«oo.— Dicho.
Canual). En busca de mi señor
salgo huyendo de Venecia,
duride el popular furor
muestra lo mucho en que precia
al interés bullidor.
No se dónde irle á buscar;
mis no hay cosa que más sobre
en cualquier parle ó lugar
que el hombre necio y el pobre:
pobre es, yo le vendré á hallar.
LisAURo. (Candado!
Candado. ¡Miren que presto
pareció! <Qué haces aqui,
si el precio sabes que ha puesto
Venecia, y que anda tras ti
Ror acá el vulgo molesto.''
luye, quedan un tesoro
á quien te llevare .-illa,
y el interés sin decoro
ya ves cómo correrá
con diez mil pies, y esos de oro.
LiSAUBO. No hagas c.iso de mi vida;
de mi l'ulgencia me di.
^Llora mucho? ¿está atligida?
Candado. Ya lo ves, como sin ti.
sin hacienda y perseguida
no le ha dejado un rincón
la justicia en que vivir.
LlSAURo. ¡Tales mis contrarios son!
Candado. Ni una cama en que dormir.
LiSAt'RO. |Ay prenda del corazón!
^^^^47^ EL HONROSO ATREVÍmÍeÑto^^ ^^^^^^^H
^H Candado. Cun unn luja casadera
"-^^^^^^1
^^t á cuestas, ya lú verás
'^^^^^1
^^^^ lo que teme y lo que espera,
remcúiai i: ijL «jiuljü rtRJ^^^"
^^^B laque ya no tiene mis
de mi esposa el mal sin US».
^^^H de esta hacienda; si ella fuera
Canüaoo. a seguirle me acomodo.
^^^H madre al u»o no quedara
LisAi'BO. Hs ciego, por todo paw
^^^H tan pobre, que puesta tienda
amor y lo abrasa todo. (Vmá
^^^H su daño no remediara.
^^^H pues no es la peor hacienda
ESCE.NA VI
^^^^1 una hija de buena cara.
^^^^H Mas ¡bonita es mi señora,
Sattn Fuuiíweu y Eriontcu.
^^^^H en medio de su pobreza!
EKtGENC Siquiera por el amor
^^^^P Sólo tus peligros llora.
que me tienes, será bien
^^r^ siendo un mármol en (irmeza.
que treguas tus ojos den
^H LiSAUBo. Nü en vano el alma la adora.'
átu llanto y mi dolor;
^H M.1S deudos tiene présenles
mira que tengo temor
^H que la acudan.
que, siendo de ti homicida.
^H Canliauu. ¡Desatino
he de quedar combatida
^H indigno de hombres prudentes)
de quien tu fama atropeila:
^H Siempre el pobre es peregrino
cuando no por mi, por ella
^^1 ' que está sin tierra y parientes.
es bien conservar tu vida.
^^^^H Sí se quiere socorrer
Si el peligroso recelo
de mi padre te acobarda,
^^^^B de sus parientes, Fuigcncia,
^^^^H aunque más llegue á tener.
no temas, pues, que le gaart
^^^H negarán la descendencia
su raiíón y el justo cielo.
^^^H de Adán, por no la valer.
Si te causa desconsuelo
^^^H No t'íes de su favor
el dejarme á míen pnbrez*
^^^^H ni esperanza de ellos cobres.
desigual á tu nobleza,
^^^^H porque igualmente el mejor
eso no le dé temor,
^^^V recibe, cuando son pobres.
pues para dote el mejor
^ deudos y deudas, señor.
es tu invencible firmeza.
^H LiSAiiRO. Si esos fallan, allá dejo
FuLüENc. ¡A y Eligencia, retrato
^H . amigos que acudirán
del padre que el ser te dio.
su discreción te de ó,
que es de tu virtud órnalo!
^H á mi esposa.
^H Candado. Mal consejo
^H tus esperanzas le dan.
¿Qué importa que el tiempo
^H jEI amigo no es esp'>jo
^H de su amigo?
y aquesta persecución
haya hecho ejecución
^H l.isAdkü. Ymuysenuro.
en mis bienes, male^ yi,
^H Ca.nuado. Pues si es espejo el más tiel,
pues quitarte no podrá
bienes que del alma son?
^H como de ti conjeturo.
^H <podrásle mirar en ¿1
Ti\ discreción resucita
^H puesto el espejo en lo e>curu?
mi esperanza con pensar
^H Di que no, no estés perplejo.
que no la puede quitar
^^M Pues asi es la amistad,
el que la hacienda nos quita;
^^m porque el amigo más viejo,
la crueldad nos necesita
^^^^^ en viendo la escuridad
de Lclio, mas será vana
^^^H del trabajo, no es espejo.
su intención necia y tirana.
^^^^E|sai;ro. Candado, ya la amistad
porque contra su torpeza
^^^H de la corte se
es mi honra fortaleza
^^^H. al destierro y soledad
que por hambre no se gana-
Efige.nc, Nu digas de Lclio mal,
^^^^B que allá reina la mentira
^^^H y aquí vive la verdad.
madre, si me quieres bien.
^^^H No me espanto que haya hallado
que, aunque es justo lu dcS4
^^^^H mi desdicha ayuda en ti,
le tengo amor inmotial.
^^^^H que es tu patria el despoblado,
^^^^B y i la amistad como i mi
Cuando casi era su iguilH
en hacienda y en valor, ^^1
^^^H noblemente has hospedado.
del alma le hice señor,
^^^H Vo he de volver aunque muera
deseando ser su prenda;
^^^^H ¿ Venecia, por sacar
hanos quitado la hacienda
^^^^H mi esposa querida afuera;
y hame dejado el amor.
^^^^^ trazas sabe el amor dar
jiin la hacienda no me *Uct
^V para todo.
á decilleque le adoro.
^H CANbAto. Ksa es quimera.
que amor caza con el oro
^H LiSAUi«u. Muchas hace el firme amante.
que en las Hechas trae pof c
^H Canoaix). Señor, tu intento reporta.
callando su rigor pruebo.
^H LiSAUfto. Con un disfraz impurtanie
que el amor que rsti desnuí
JOBNADA SKGMNDA
479
s) es ciego, uiubión es inudu,
y si á ti se maniticsia,
una voluntad hoiicstü
es la que obligarme pudú.
ENc. Pcfü ^'quc es esto? ¡a y de mi!
á SU combale ordinario
viene mi torpe contrarío,
KSCKNA VII
Salen Leuio y Marcio.— Dious.
;. (Aparte ) ¡Ojalá (uefa por mí!
Marcio: Fulgencia está aquí,
va tiemblo y desconno.
Amado tormento mío,
¿hasta cuándo imitarás
en no volver paso atrás
al tiempo veloz y al rio?
fc!n la tormenta aligera,
quien no se quiere anegar,
la nave, arrojando al mar
la hacienda, que su muerte era;
bella ingrata: ;quicn creyera
que echando al mar mi venganza
tu hacienda, menos bonanza
hallara en ti mi deseo,
puei cuando estás pobre veo
que se anega mi esperanza?
Habíame, que me maltratas
en silencio; amada fiera,
dame palabras siquiera,
pues valen hoy tan baratas.
Piedra muda que me matas
callando por que pregone
tu crueldad; mas ,;quién me pone
temor? Seré mi homicida,
{Saca la >1aga.\
quizá al quitarme la vida
medirás Dios te perdone.
LeIJo, ,;esiás loco?
Señor,
sosegaos, que no sabéis
cuantas vidas quitaréis
si os mata vuestro furor,
¿yuc, no te obliga mi amor
ni su hidali^a cortesía,
bronce duro, piedra fría?
Dame una mano no más,
que con ella aplacarás
R arle de la pena mia.
i que i Lisauro se ofenda
ni que tu honor pierdas pido,
yo te daré á tu marido:
yo le volveré tu hacienda
si me das, hermosa prenda,
una mano.
(Aparte.) En clla OS diera
el alma yo, si pudiera.
jQué rigor te enmudeció?
Habíame y dimedeno
porque consolado muera.
Si con lágrimas me vengo,
ten lástima de que llora
un hombre.
Acabad, señora.
De nuevo á penar comienzo
mi bien, mi mal.
ESCENA VM
o.iif í.ii.\(.mj como mtrcnder (un una <aiA coriiu
purtuguii y fnucha» i-inljf de culón», y CA.viMbO
delráí Cuma lencero cim un fardo.
CANU.VD.
LlSAUHO.
Lemo.
Marcio.
Candad.
LCLIQ.
LlSAU>«0.
FuLGESC,
Efioenc.
FULGKNC
Lelio.
LlSAItRU.
Lelio,
Lisauro.
Candad.
LlSAUHO.
FuUiENC
Lisauro.
FUUÍKNC
LlSAt.RO.
Flilcenc
^Compran lienzo:
Cambray, Rúan, Canigul?
{Aparte á Lisauro.)
Mira cuál ando tras tí.
El amor iodo es quimeras.
,;Compran tocas, tranzaderas?
¿Qué es esto, triste de mí?
Lelio mi afrenta procura
y mi esperanza alborota,
y continuada una gota
traspasa una peña dura.
Con una mano asegura
mí amor, lu esposo y hacienda.
Dale una mano por prenda
de que tu rigor se ablanda.
( Métese Caodadú por enmtdio ett lux dui.)
¿Compran tocas, lienzo, Holanda?
Nunca falta quien me ofenda.
Andad con [>ios, que no hay
quien lienzo haya menester.
¿No mandástedes ayer
que os trújese hoy el Cambray?
¡Ay, ciclos!
¿De qué es el ay?
Lisauro y Candado son
causa de mi confusión
v de su muerte si aquí
los conocen. ¡Ay de mi!
Disimula tu pasión,
pues que vienen disfrazados.
¿De ^ué es. Hligencia. el susto
de mi bien?
Todo es disgusto
de los presentes cuidados.
Como en los tiempos pasados
se vio lan rica, y ahora
tan pobre se ve que ignora
de dónde puede sacar
dineros para comprar
un poco de lienzo, llora.
¿Por eso no más? Comprara
una lágrima mi amor
derramada en mi favor,
aunoue mi hacienda empeñara,
¿(jue hacéis? Ocupad la vara;
comenzá á medir las dos.
¿Habéislo de pagar vos?
Medid; no os dé eso cuidado.
¿Daréle muerte. Candado?
Midamos, icuerpo de fjíos!
y advierte que sin medida
te pierdes, si no reparas
que vendiendo el lienzo á varas
pasas á dedos la \ida.
Aquesia, señora, es caza.
(.Aparte.) Mi bien: en balde será
la que el interés me da.
Sí, pero mucho adelgaza.
Tiene muy bellaca hilaza.
¿Quién?
Nuestro perseguidor.
EL HONROSO ATREVIMIENTO
I. ISA ruó. [Ay, dulcccspos»!
I-til. i.ENf.
I.IS&LIftO.
KllLGENC
I.ISAURÚ.
FriLijENC
LlSAURO.
FULGKNC
(Ay.Amoí!
^Cómú csiáis?
Como sin li.
¡I'obrc y perscguidal
Si,
¡Sin hacienda!
Y con honor.
Calla, mi bien.
LisAURO. Desespero.
Mabcio. KI dinero es un tercero
que el bronce mis duro ablanda;
con achaque Je la holanda
la puedes dejar dinero
y parlirte satisíecho
de que su amor gozarán,
que hasia recibir no más
resiste el más firme pecho;
pues que lo más tienes hechi^
lo menos traza y ordena.
Pagad con esta cadena
y estos doblones ahora
c] lienzo, y después, señora,
con menos crueldad mi pena.
{Echa encima dtl fardii tu cadena y un
tioltitto, y vanMe ¡os dos.)
ESCENA VIII
Diciios. mtnos Lbuq y Makcio.
LiSAUrO. (Toma e¡ Cintro y cadena en lantanu y
>iice:)
¡Oh, mal haya el inventor
que del cenirn de la tierra
sacó para hacernos guerra
tu peligroso valori
Pestilencia del honor,
por ver lo que al mundo Jañas
le echó á cuestas mil montanas
naturaleza propicia;
pero la infernal codicia
(e sacó de sus entrañas.
Como abortivo has nacido
abriendo el vientre en que naces,
que eres mal nacido y haces
las obras de mal nacido.
ti color tienes perdido,
que es propiedad del traidor
andar siempre con temor,
por eso de li sospecho
que por los males que has hecho
naces perdido el color.
Si eres fue^o que á abrasar
vienes mi lama y sosict;o,
para inatnr tanto fuego
necesario es todo un mar,
en él te quiero arrojar;
(Hrrii/ii/ü tvdo ni i'estunrifi )
SUS a^uas quema y abrasa,
que SI la pobre/a escasa
le da hospedaje v consiente,
tú eres tal, que brevemente
te alzarás con honra y casa.
¡Esposa del alma mía!
¡Ktigencia de mis ojos!
FüU»eNC. ¡Dulce paz de mis enojos!
EPKiEfic. ¡Centro de nuestra alegría!
l.ls \Ii!H).
FuLGENi-.
LlS.VURO.
FULÜENC.
LtsA(;Ro.
Candad.
FincjENC,
Candad.
I.ISAI/HO.
FULURNC
LlSAURO.
Fl'igbnc.
LlSAURO-
FUI.ORNC.
LlSAURO.
KüLüENC.
LlS^UPO.
FuL6tNC.
LlSAURO.
FlILúENC.
[^ISAIIKO,
Fl'LOKSC.
LlSAURO.
FiaasNc.
LcHo combate y po!
poco importa sct Lui
si al lin Tarquíno %e
de que fue iU vrolador.
Pues ¿qué remedio.*
Eli
es sacarle de V'enecia.
Esto ¿cómo será ansi,
si á mi casa ha puesto g
la señoría, que aguarda
prenderle, mi bien, por m
Note detengas aquí,
ni ofenda tu pensamiealo
m¿s mi casto y noble inte
que dando á mi honor qui
seré contra sus combale»
roca al mar y torre al viei
¿Dónde piensas ampararte
de diez mil contrarios mu
digo, de diez mil escudos,
mi bien, que van á busca
¿Tendrá el mundo alguna
donde puedas esconderte
del oro que va á prcndert
Si, Fulgencia; mi sagrado
es la lealtad de Candado,
asilo contra la muerte;
á pesar del interés,
su casa me da favor.
Disfrazado de pastor
por verte, vengo cual ves,
hecho un asno portugués.
I-Jjemplo de lealtad
serás.
Prólogos dejad
y vamonos, que es cruel
el peso de este fardel.
Este diamante tomad,
Fulgencia, porque en la í<
de vuestra lealtad se engaite,
que no habrá quien os coritra
si le imitáis; dueño fué
suyo un Duque en quien se sv
la magniñcencia rara
de su sangre ilustre y clan,
y yo espero, esposa, cu ! •
qiie tendrá el valor en s --
que en el Duque de Ferr»rj.
Q\ii ¿os vais, señor de mr wiií
A veros vendrá Candado
cada dia.
Con : ■ ' .'-
quedo, hasta '^'.i.t
libre del riesg'j c;i .juu- váiv
.Vtayor el vuestro me ba dado^
¿Dcjaréisme?
Es imposible.
¿Si os persiguen.*
KesiM
¿Hasta cuándo?
I lasta inunr.
|Gran foriileza!
JorcDC»b4r.
¡Que os dejol
¡Pena tcriíbití
iQuc os qu«dAisl
Qaedifscaaí
►
^^^H JORNADA TERr.KK A 4^1
pnio^Sois mi esposad
no le ha de dejar Candado,
K.GENC. Mi bien, si.
por mis que el tiempo cruel
tAUMO. ¿A qaién amáis?
apartarme de ti crea,
LceNC. Sólo á vos.
pues cuando por ti y por él.
lAURO. jAy mi bien, adiós!
rico y dichoso no sea,
t.GBNC. Adiós.
á lo menos seré fiel.
Kdaü. iComprcn lienzo, caniqui! (V'i'is*)
Candado soy y cerrado
para guardarte, y aunque eres
infeliz y desdichado, ji
JORNADA TERCERA
mientras que iti no la abrieres, ^|
mi lealtad va con candado. ^^H
Mira del modo que intentas ^^^|
^^m
favorecer á tu esposa, ^^^^
^m ESCENA PRIMERA
porque con nuevas tormentas ^^^|
a riqueza poderosa ^^^|
Saint LuAvao dt tabrattor y Canuadu.
maquina traras violentas. ^H
Lcliu, que por bien no alcanza ^^^|
$ktí*o. No pongo en cosa, Candado,
la posesión de su amor, ^^^H
mi gusto que me te ái:
abre puerta á la venganza, ^^^H
contra mi se ha conjurado
y en los brazos del rigor ^^^H
todo el mundo, ^jadónde \xi
alimenta su esperanza. ^^^H
para no ser desdichado?
Porque no pueda salir ^^^^H
de Venecia, hace guardar ^^^H
Que la amistad ponga trato
con el interés, ya ha sido
su casa, sin permitir ^^^H
ley del mundo sin recalo:
irla nadie á vísiur. ^^^H
nó me espanta del olvido
LisAiiRo. .Menos mal fuera morir. ^^^H
del amigo que es ingrato.
Pues ¿qué come, si es que tiene ^H
Pero que también persígan-
las cosas inanimadas.
ya mi esposa que comer? ^^^H
Todo contrario me viene; ^^^H
á un desdichado, y que sigan
¿luego no podrá vender ^^^H
leyes en vicio Tundadas,
el diamante? ^^^H
que á la ingratitud obligan.
Canuauo. Ni conviene, ^^^1
esto me asombra y me espanta;
que quien le quitó la hacienda ^^^H
hasta la tierra que piso
mejor quitará el diamante. ^^^|
parece que se levanta
LiSAURo. lAy cara y hermosa prenda! ^H
^luera tu esposo delante ^^^|
contra mi. Cuanto divisOí
aire, fruto, piedra, planta.
de tus ojos y no ofenda ^^^|
parece que se conjura
mi desdicha de esa suerte ^^^H
y con semblante inclemente
huye de mi desventura.
tu constancia no rendida; ^^^H
yu voy á morir y á verte, ^^^H
Para mí llora la fuente
que por remediar tu vida ^^^H
cuando reirsc procura.
quiero que me den ta muerte. ^^^H
Candado. ¿Esiás sin seso, señor? ^^^H
Ya en tu casa me aborrecen
lus hijos y tu mujer;
LiSAiiRo. Morir quiero. ^^^H
mis desdichas lo merecen.
Candado. Desear ^^^1
lOAD. ¿Pues qué hicieran á saber
la muerte más es temor ^^^H
quién eres y lo que ofrecen
y flaqueza que alcanzar ^^^H
los que tu ventura escasa
persiguen?
nombre digno de valor. ^H
LisAURo. ¿No podre ver á Fulgencia ^^^H
Ai'RO. Tu esposa dice
otra vez dando disfraz ^^^H
que desde que entré en tu casa
que me lleve á su presencia? ^^^H
cuanto tiene es infelicc:
Candado. Nunca el capitán sagaz J^H
los irigos el cierzo abrasa,
tienta, si tiene prudencia, ^H
cómese el lobo al ganado.
la fortuna poco fuerte ^H
y, en fin, viñas, prados, gente,
dos veces, porque si funda ^M
ludo por mi ha desmedrado.
en la primera su suerte, ^|
,.NDAb. Parécense extrañamente
suele estar en la segunda ^H
la liña y el desdichado.
la celada de su muerte. ^H
Como és la mala fortuna
Yo iré á Venecia cual suelo, ^|
Uña y peste, donde llega
que soy menos conocido ^|
no deja cosa ninguna.
y me es más piadoso el cielo. ^H
sarna que luepo se pega
Del carbón que hemos cocido ^^^H
su contagión importuna.
haré cargas, véndetelo, ^^^H
Pero si en tiempo apestado
y dándole el precio del ^^^H
se conoce la lealtad
á Kulgencia, que conmigo ^^^H
del amigo y del criado
no será Lclio cruel, ^^^H
y es pesie íu enfermedad,
ni creerá que á un su enemigo ^^^|
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLWA.— TOMO 11
^^1
I 481
EL HONROSO
ATREVIMIENTO ^^^^^^^^B
cubre mi losco buriel.
con el crédito y hacienda H
Dándome entrada segura
que por Lisauro tenia.
remediaré su pobreza.
cuya nobleza no ofenda
daré alivio á su hermosura,
jamás la fortuna impía.
y alentaré su firmeza
Pero hala vuelto á perder
mientras tu destino dura.
como el crédito ha faltado
Esto quiero, y es razón
de Lisauro, y no ha de habcf
que aqueste gusto me des.
otro Lisauro estimado
^H Lt&AL'flO
|,'\y leal Efestión!
que le vuelva á socorrer.
ni le vence el interés
También él anda por lodo
desterrado y alligido.
ni te obliga la opinión
de la fingida amistad;
y, aunque donde habita ignoi
quisiera Alejandro ser
por su vida ha prometido
para pagar tu lealtad.
diez mil escudos de oro
^H Canuado.KI carbón voy á poner;
el veneciano Senado,
hov entrará en la ciudad,
volviendo á la patria Y tierra
á cualquiera desterrado
sufre tu infeliz estado;
que aquél, si fuere animoso
que le lleve.
estará, aunque despreciado,
Lisauro. Tanta guerra,
cielos, [contra un desdichado
más cerca de ser dichoso
que fuese más desdichado. (Vase.)
Pero ¿qué es esto.-' ¿No veo
á Diodoro y á Veri no?
0 me engaña mi deseo
ESCENA 11
ú en ellos el favor vino
t.lSAUKO fofo.
que en otros hallar no creo.
A su padre di la vida
Correspondencias y tratos
con la hacienda y libertad
en Italia lenla yo,
que ahora lloro perdida.
con mercaderes que, ingratos,
¿Es mucho de esta amistad
U necesidad buscó
ouc los réditos les pida?
Quiero llegar.
sus partidas y contratos.
Pues si es verdad lo que digo,
DioDORo, Avisado
los amigos, ¿dónde están,
está mi padre que aquí
que siempre andaban conmigo?
venga i hablarnos.
Mas las hormigas no van
LiSAUPo, Ea, cuidad
i las eras si no hay trigo.
¿qué teméis? ¿Llegaré? Si...
Mas no, que soy desdichado.
El que ve la golondrina
en el verano labrar
V aunque Verino y Diodoro
casa firme, ¿no imagina
de mi amistad son testigos.
cuan de asiento quiere estar
lo que en ellos ten^o ignoro.
por su huéspeda y vecina?*
□ue más querrán por amigo»
diez mil ducados de oro.
¿No parece el nido eterno
que ha fortalecido tanlo?
DioooKo. ¿Eres Lisauro?
jNo le alegra el canto tierno?
Pues nido, hospedaje y canto
LiSAUfto. Solía;
ya soy pelota del tiempo
iodo lo deja al invierno.
que hasta el cielo subía
¿Qué me quejo, pues, en vano
sirviendode pasatiempo
si mi invierno va conmigo?
á la fortuna algún día.
Faltó el sol y faltó el grano;
Ya me ha abatido de traza
sí es golondrina el amigo,
que, despedazada y rota.
él volverá en el verano.
según lo que me amenaza,
si del tiempo fui pelota,
ya soy de a muerte chaza.
ESCENA III
De cuantos amigos tengo.
Sait VsniHO y Oiodoro.— Drciioa,
ó por mejor decir, tuve,
sóloá descubrirme vengo
^M Vbríno.
El Duque de nuevo ha echado
á los dos; dudoso estuve;
de Ferrara á los bandidos
mas ya mi dicha prevengo
que Venecia ha desterrado;
en vosotros, que el valor
' así somos compelidos
ii sacar de aqueste Esudo
que os ilustra y cnnoblecc
y el ofrecido favor
á nuestro padre i lonoraio,
á vuestro padre, merece
cuya vejez alligída
que satisfagáis mi amor.
remediar, Diodoro. trato.
Veiono. La mayor satisfacción,
^V DiODOVO
¿Cómo, si contra su vida
Lisauro, es la natural;
se conjura el cielo ingraiüi*
á esto inclina la razón
^m Vepino.
Rico en Ferrara vivía
y la deuda hlial, ^m
JORNADA TERCERA
483
que es precisa ubiigación.
Mi padre está desterrado;
^B quien te lleve á Vcnecia
^rivo, el destierro han alzadu;
en lanío, Lisauro, precia
darle la muerte el benado.
(Cógtnle por dttrás y átanitá un árbol.)
O. Perdona, que á ia amistad
siempre el amor se antepone
del padre,
o. ¡Ah infames! soltad,
si no queréis que pregone
la fama vuestra crueldad.
Siquiera por descubrirme
á los dos y por fiarme
de vuestra lealtad no ñrmc
hablades de guardarme.
no prenderme y perseguirme.
. Somos hijos; el amor
puede más aue la amistad;
mi padre piae favor.
•O. ¿Y esto es dalle libertad!^
Infamia diréis mejor,
y si á la experiencia llego
de ver pagar mal por bien,
desde hoy diga el vulgo ciego:
«Haz mal sin mirar á quien,
haz bien y guárdate luego.»
ESCENA IV
Satt lloNOKATO.— Dichos.
Aquí mis hijos dijeron
que me esperaban,
to. A lad
manos que tan sueltas fuerun
2ue su hacienda y libertad
vuestro padre ofrecieron.
. Hijos, ¿qué es esto.-*
10. Señor:
ya el cielo ocasión ha dado
con que, por nuestro favor,
á Venccia restaurado
goces tu hacienda y valor.
El Senado ha prometido
libertad al que entregare
á Lisauro foragido
Ívivo allá le llevare,
lánosle el cielo ofrecido
aquí, y aunque formes quejas
de que le pagamos mal,
deudas y amistades viejas,
la obligación natural
nos cierra al lin las orejas.
■, A poder desengendraros,
¡infames! por honra mía,
el ser volviera á quitaros
que os di. ¡Maldito sea el día
que hijos pude llamaros!
¿La vida que tengo yo
y la vuestra no es toda una?
Pluguiera al cielo que no,
á pesar de la fortuna.
¿Lisauro no me la dio?
Pues ¿será paga debida,
desconocidos, villanos.
2UC vida que dio la vida
un padre y á dos hermanos
hoy por ellos sea vendida?
¿La vida ponéis en venta
de Lisauro? ¿La lealtad
del mundo que honrallc intenta?
jEsto es darme libertad
ó es darme perpetua afrenta?
¿Con qué cara podré yo
A mi patria restaurado
ir? Este es quien vendió
ingratamente al Senado
al que la vida te dio.
¿Ya tenéis tas lenguas mudas?
Pero sí, que en tales tratos
os convencerán mis dudas;
símbolos de los ingratos,
con vosotros ya hay tres Judas.
¿Quien pudiera con dos lazos
daros la muerte como á él?
Desate mi amor los brazos,
Lisauro, de este cordel
para que me den abrazos.
[Desátate y date una expadú)
V para que aquesta espada
cobre venganza debida,
su muerte es bien empleada:
no son mis hijos, la vida
les quitad ya deshonrada.
LlSAUBO. A tal nobleza y valor
no hay satisfacción ni precio;
con los brazos es mejor
pagaros; el celo necio
de vuestros hijos fué amor.
Y aunque no hay obligación
natural por quien la cuadre
á hacer al hijo traición,
hijos de tan noble padre
merecen por él perdón.
Yo os le doy, escarmentado
en mi mismo; y porque siente
pena y vergüenza el culpado
siempre que tiene presente
á persona que ha injuriado,
quiero con vuestra licencia
partirme.
HoNO». Cifróse en vos
la lealtad y la prudencia.
Lisauro. Amigos, adiós.
Honor. Adiós.
LtSAURO. ¡Ay mi querida Fulgencial (V'"')
ESCENA V
Dichos, menos Lisauko.
MoNOF. Quitaos delante de mí
afrenta de la virtud,
y de la sangre que os di,
centro de la ingratitud,
y no os llaméis desde aquí
mis hijos, que no merece
tai nombre vuestra traición.
Verino. Cordura el callar paiece
que convence la razón.
DiODORO. Y la traición enmudece. (VMft.)
He publicado que I.isauro es muerto
y por Venccia corre aquesta fama,
lamo que no hay persona que por cierto
no ía publique.
Marcio.
|Pobre de quien amal
Lelio.
Antes espero asi salir al puerto
de mi esperanza y obligar mi dama
á que, muerto su esposo y mi enemigo.
su mal remedie por casar conmigo.
Fingiré dcsposarine en secreto,
que en público, recién muerto su esposo,
querrá guardalle el luto y el respeto
a las lenguas del vulgo licencioso;
y si una vez mi amor pongo en efecto
y aplaco aqueste fuego riguroso
que entre esperanzas leves, entretengo
gczo á Fulgencia y i mi hermano vengo.
Marcio.
La traza es extremada, aunque indecente
á tu valor.
Lelio.
¿Decencias, Marcio, pides?
¿No sabes que es amor guerra inclemente
y que en guerra son licitos ardides?
No repares en ese inconveniente
si con la vara del peligro mides
el que corre mi vida en verdes años,
si i Fulgencia no gozan mis engaños.
Aquí sus ojos vienen el tesoro
de las Indias del Sur de su hermosura
por su tíngido muerto; aqu¡ la adoru,
y aquí mi amor su libertad procura.
Marcio.
Quien llora perlas, si con lienzos de oro
enjuga el llanto, juzgará aventura
por quien el oro la ofreció el verterlas.
Porque son muy parientes oru y perlas.
ero á Efigencia, que á su madre imita
en la virtud, belleza y en el llanto,
sale al encuentro.
ESCENA VII
Solt Erir.BNCiA.— DiCMOí.
Efioencia.
Amor: ¿cómo no os quila
d poder que tenéis tormento tanto.*
VA! que mató á mi padre y solicita
a mi madre adoráis.* ¡F'arece encanto!
Un padre muerto lloran mis desvelos;
Lclio me causa amor, mi madre celos.
Pero presente tengo á mi enemigo,
si asi llamar á quien adoro puedo.
Amor enredador, sed vos conmigo,
que me importa la vida cierto enredo.
Dcbéisme, Lelio, tanto, que he antq)iiet(o.j
á mi difunto padre vuestro gusto;
mi madre por mi causa...
Lelio.
Decid pmt
EnoESCiA.
En medio de sus penas y disgusto
admite vuestro amor casto y honesto.
Lelio.
|0h nueva venturosa, oh premio justo
de Jacob por Raquel perseverante
jüh venturoso fin de un firme amaiitc
Efigencia.
En respuesta del vuestro, Lclio, envia
cblc papel, no de su propia mano,
que nu quiere dar muestras en un dia
tan grandes, que su amor llaméis tirano;
pero bastan que vengan de 1^ mía.
Lelio.
iQuc tal escucho, cielo soberano!
.Mabcio.
¿No le lo dije yo? ¿Ves como el oro'
enjuga perlas?
Lelio.
De contento lloro.
Kfiiíencia.
Este diamante solo que ha quedado
perseverante entre la mucha hacienda
que ñus hizo quitar Du.\ y Senado,
sin que su amor permita que se vend«,^
también os le presenta
Lelio.
Va he llegado
al culmo de mi dicha; |oh rica prenda!
nb por la clara luz que en ti el sul cri»,1
sino por el valor de quien te cnvia
la boca pongo en ti una y mil vece
Efigencia.
Fué la joya primera que mi padre'
la dio, y en fe que suceder merece
en su amor y lugar, la da mi madr
Lelio.
Esta cadena toma, pues me ofreces
tal dicha, tanto bien; y porque os cuad
mi gozo á todos; escuchad ahora
lo que escribe Fulgencia mi señora.
(Ler.) «A tanta perseverancia vu<
cha mía no me puedo persuadir
cielo está de'vuestra parte y quicreí
mi señor y esposo, sucedáis en su ii
Temeridad será el rcsistille; mas
plico deis lugar á que el sentimi
cumpla con la obligación que le (<
las lenguas del vulgo, que bien podfoi
JORNADA TERCERA
485
I
'5 cfjti c-bperanzas lan ciertas como la
cza df esie diamante, única prenda y bien
mada de mi primer esposo y ahora del que
de serlo segundo. No escribo de mi mano,
rque hasta dárosla tiembla de verf^üenza.
uárdeos el cielo y hágaos más dichoso que
uestro antecesor. Vuestra,
Fulgencio.»
lOh letras venturosas, breve suma
de la Vitoria que mi dicha pinta!
¡Bendiga el ciclo al que inventó la pluma,
el qiie el papel halló, letras y tinta;
jamás el tiempo viciador consuma
iu nombre ilustre, sino que en sucinta
y breve historia en bronce esculpa y grabe
su nombre ilustre y su memoria alabe!
Marcio.
A lu dama celebra y deja ahora
ias letras, el papel y su alabanza.
Lei-io.
^Q)ue Fulgcncia, Fñgencia. es mi señora?
¿OuP el premio ofrece ser de mi esperanza?
A no temer el alma que la adora
los daños y el rigor de una tardanza,
perdiera ei seso quien su amor contempla.
Efii. encía.
or eso cl gusto con pesares templa:
ero no tanto, Lelio, que te impida
I hablalla esta noche; si la ruegas
uc de la luna el resplandor despida,
, pues amor es ciego, venga á ciegas,
o haré que á una ventana prevenida
uedas hablalla, siá las doce llegas
on la traza que pide el que es discreto.
Lelio.
'Solicilo vendré, solo y secreto.
Ef^IGENCIA.
ues vele ahora, y quila inconvenientes
c quien aquí lu viere tan contento.
Lelio.
ion dices; tus consejos son prudentes,
rande er. mi obligación, un casamiento
uslre te prometo. Adiós. {Vase)
ESCENA VIII
EriOKNciA, sola.
No intentes
[darme otro esposo sino el que yo intento,
2ue es á ti mismo. Amor ciego y desnudo,
enredos ciegos das un ciego oudo.
[Adoro á Lelio, y finjo que mi madre
[por esposo le admite, cuando llora
finas que Aganipe por mi muerto padre,
Ímás que por Mcmón la fresca Aurora.
n su nombre escribí, que aunque me cuadre
[fama y nombre, desde hoy, de enredadora,
/a sabemos que amor no licne hazañas,
sino solos enredos y marañas.
IKI diamante la hurté, que, en ñn, no es nuevo
[ser ladrón el amor; si á ser mi esposo
obligo, aquesta noche el premio llevo
|ue merece un ingenio cauteloso.
Quiérole mucho; á mucho, ¡inior, me atrevo;
grande es mi ingenio, pero provechoso;
pues si es mi dueño Lelio, de Lísauro
guardo cl honor y su valor restauro. {Vate.)
ESCENA IX
Sa.ltH JvLio y Daao y Canoaoo aüáo.
JuLTO. De Lisauro sois criado
Y cómplice en su delito.
Candad. Lo primero yo lo admito,
lo segundo os ha engañado:
porque yo ni á nadie he muerto
ni hice tal bellaquería.
Decio. <No huísteis con él el día
que dio muerte á Filiberto?
Candad. ¡Válanos Dios! Yo no hui,
sino viendo que quedaba
sin amo y que él se escapaba,
á mi aldea me volví,
y ahora traigo carbón
que vender.
Jui.io. Venga al Senado,
que eso cs mentira.
Candad. (Apañe) Candado:
ya estás en la tentación.
Jllio. Él Dux lo manda; ea, andemos.
ESCENA X
Salen Lgi.io >- Marcio. — Diciioi.
Leiio. Marcio: no ama quien es cuerdo:
de contento el seso pierdo.
Marcio. El amor todo es extremos.
Lei.io. ¿Qué es esto?
Candad. Señor: yo soy,
ó fui, si á decirlo acierto.
criado antaño del muerto
Lisauro; hele visto yo
linar, y vengo á cobrar
lo que el Du.x ha prometida
á quien hubiere sabido
su muerte. Entré en cl lugar
y, apenas en él me vi,
cuando aquestos dos alanos
me echaron £.mbas las manos;
hacen presa y pinta en mi.
Lei.io. ^.Morír á Lisauro has visto?
Candad. SI, señor, por estos ojos
que lien de comer gorgojos;
ya habrá cenado con Cristo.
Lelio. Marcio: ¿hay ventura mayor?
¿Que la muerte que he fingido
verdadera haya salido?
Marcio. Eistá de tu parte amor;
no me espanto.
Lei.io. En mi servicio
auiero que estés desde hoy :
ueño de Fulgencia soy
Y ser tu dueño codicio.
Que si á Lisauro sucedo
y es mi esposa su mujer,
dcide hoy le he de parecer
en todo.
Candad. Con vos me quedo.
Mas ¿qué decís de Fulgencia?
EL HONROSO ATREVIMIENTO
LEtfo. Que es mi esposa y mi bien ya.
Canüad. ^La viuda?
Mapcio. Claro esiá.
Candad. ¿Pues no es cargo de concienci*
que tan presto olvide el luto?
Leuo. Esta noche he de ir á vclla.
Candad. ¿A su casa?
Leuo. Si.
Candad. ¿Y con ella?...
Ledo. Con ella, pues.
Candad. |Osie putot
Lelio. Vamos, y en llegando á casa
de noche, me vestiré.
Candad. (Apartt.) Yo y todo me escurriré
y le diré lo que pasa
á mi amo.
Lklio. ¿Qué he de sor
tu esposo, Fulgencia amada?
jGran dicha!
Candado. ¡Viuda y casada
en un dial, ¡oh, roin mujer. {Vanse.}
ESCENA XI
Sai* LisAuno y tras it LAnnADOMBS.
Labr. i." Echadle con el pecado.
Labh. 3." Después que está en el lugar
todos hemos desmedrado,
hasta venirse á quemar
la casa que le ha hospedado.
Labr. 3." ¡Válgate la maldición,
p>or hombre ó por desvcnlural
La8R. 4." La desdicha es contagión.
La»r. i." Por verdad mos dijo el cura
el otro día en el sermón,
que se ahogaban en el mar
todos los que iban con él.
Labii. 3.° En él lo habíamos de echar.
LisAtRo. Ea, fortuna cruel,
acábate de vengar.
Echadme, no tengáis pena,
que el mar me recibirá,
pues la tierra me condena:
mas para mí aun no tendrá
todo el mar una ballena.
Lahr. 3.* Yo os juro á Dios, si os volvéis
al puebro, que os he de ahorcar.
Labr. 4." jQuédiabros con vos traéis?
Labr. {."Dejadle.
Labr. 3.* Volveos á entrar,
que vos mos la pagaréis. {VanMt.)
ESCENA Xil
LiSAvno solo.
Ea, Fortuna convoca
toda la furia y violencia
que contra mi se provoca,
porque para mi paciencia
toda tu potencia es poca.
¡Ah, Cardado, por leal
mi desdicha has heredado!
Si I9 sombra del nogal
significa al desdichado
que i cuanto alcanza el mal .
LlSAt'RO.
Candado,
LlSAUBO.
Candado.
LlSAI'RO.
nogal, mi suene me norm
por fuerza te ha de alcantJ
la desdicha que me asombra,"
pues te quisiste arrimar
á tan desdichada sombra.
ESCENA Xm
Sale Candado.— Dicho.
Candado. No le quisiera traer
las nuevas á mi señor
que le traigo, que han de ser
muerte suya y de su honor;^^,
mas si las ha de saber ^^
por otro, sepa por mí
el mal que por su honr^ pasa,
¿Candado? «
Ya enmudecí. H
Ya el cielo quemó tu casa ^
Eorque yo en ella vi vi.
>e tu lugar me han echado»
¡tanto mi desdicha pudo!
tú solo firme has quedado;
habla; ¿de qué estás mudo>
Candado está con candado.
¿Cómo queda mi Fulgencia
¿Cómo mi Efigencia está?
¿Consolólas tu presencia?
¿Callas? No por bien será.
No pruebes más mi pacíencii.
4 Venció el interés cruel
i. la pobreza inconstante?
Candado. No hay resistencia con él:
¿conoces este diamante?
LlSAURO. Sí.
Candado. Pues mira este papel,
(l.isauro li< para st.)
Tu enemigo ha publicado
por Venecia que eres mueri
creyólo el Dux y Senado,
lloró Fulgencia, por cierto
lo que tenia deseado.
Llegó Lelio la mañana
de la nueva, ofreció ser
su esposo, y es cosa llans
que esto de boda en mujer
es tentación de manzana.
Porque el mismo dia y pun
que oyó casamiento, áio
á la parroquia el difunto,
el luto en verde aforró,
triunfó Roma de Sagunio.
y Efigencia, oue también
la tentación de marido
le hace andar á ten con ten,
de secretaria ha servido,
y como tus ojos ven,
este papel escribió
Íor su madre, á auien ofi
Lelio. y con él le dio
el diamante que merece
no serlo, pues se mudó
tan presto. Llegó Candado
con las cargas de carbón:
conocióme en el mercado
un alguacil socarrón.
quiso Itevarme al Senado.
Dijeque muerto te habfa
>• que por el justo precio
del homicidio venta:
creyóle el amante necio,
llevóme en su compañía,
y yo, hurtándole el diamante
que te di con el papel,
he venido de portante
á que conozcas pur él
lo que refiere importante.
Concluyo con que á Fulgencia
esta noche ha de ir á hablar
el que te hace competencia,
y tu honra se ha de quedar
a la luna de Valencia.
tLlSAURO.
digas más, la boca cierra,
ocuente á pronunciar mi muerte.
3 con toda la fortuna en tierra,
ira derribó mi triste suerte,
ifigencia y mi esposa me hacen guerra;
ne, la mujer constante y fuerte,
resto se mudó que me ha olvidado?
odo le persigue á un desdichado.
a, ropas, que en venir conmigo
pegará la peste que me abrasa:
s, seso, no me seas testigo
al que por mi fama y honra pasa,
sta noche asalta mi enemigo
mor por las paredes de mi casa,
ierle ó morir, aue sí es honrado,
ré en eso solo desdichado. (V'«' )
ESCENA .\IV
Catiuaoo jio/o
tr se echó, que para lanío fuego
la, con ser unta, aljn no es bastante:
as corta, si á ayudalle llego,
una nave le seré importante,
olas hay aquí, desasosiego
os confirmados, ya á un amante
ormento, <qué haréis al que es casado?
engo de ser, si él desdichado. (V«<)
ESCENA XV
Salt Eria^tici A d la vtntana,
íKc. Noche hermosa, en cuyos brazos
duerme seguro el sosiego,
y para no despertalle
escolta le hace el silencio.
Asi jamás rayos rojos
ofusquen tus ojos negros
ni el sol en brazos del alba
te salga á inquietar tan presto,
que favorezcas mi amor
y des ayuda á mi enredo
para que, en vez de Fulgencia,
j goce Eñgencía de Lejío.
JORNADA TERCKBA 4B7
ESCENA XVI
Saitn LsLio y M«ncio, como de nocAr.— Dicma,
Marcio. Mira que está en la ventana
tu dama.
Lei.io. ¡Oh, piadosos cielos!
¡Sol de noche, lu¿ á escuras,
gran milagro! Marcio, llego.
ESCENA XVII
Sutt LiSAUíto desnudo y mujado.—XiicHos.
LiSAi'RO. En las alas de tas olas
del mar, para todos (iero,
sólo para mi piadoso,
si es piedad no haberme muerto.
llegué volando, señal
que á ver mi deshonra llego:
porque el bien siempre es pesado,
como los males ligeros.
Esta es mi casa, ¡ay de mil
dos hombres hablando veo
i mi adúltera ventana;
arrimad escalas, celos,
que aun una espada no traigo;
pero ,;para qué la quiero,
pues no haced acero falta
cuardo el honor tiene aceros?
Lelio. ¿a h del oriente dichoso
donde el sol que reverencio,
á pesar de mis desdichas,
da lux á mis pcnsamientosi^
Erofnc. .jAh del amor más constante
que vio en sus siglos el tiempo
poderoso á conquistar
mi ya agradecido pecho?
Fulgencia soy; si llorosa
por ÍJsauro, ya con I.elio
tan ufana, que no iguala
mi pesar á mi comento.
LiSAL'RO. ¿(Jae lo escucho y no doy voces?
¡Jesúsl Fulgencia,^ tan presto
mudable? Llora la aurura
Serlas que enjuga el sol luego.
l¡ bien, si soy yo vuestro esposo,
ya es la dilación tormento
del alma donde vi vis,
como salamandria al fuego.
No permitáis que padezca
en el rí($uroso infierno
del temor quien de la gloria
llo;fa que en amaros tengo.
EnnENC. Lelio, ya yo no soy mía.
y asi, ni quiero ni puedo
negar el alma que os guardo
cuando la pide su dueño.
.¿Daisme palabras de ser
mi esposo?
Lelio. Por todo el cielo,
por el valor de mi sangre
y por la ley que profeso,
juro de haceros señora
del mayorazgo que heredo
y del alma en que vivís.
Efigenc. Pues en ese juramento
fíada, aguardad, señor,
KL HONROSO ATREVIMIENTO
que oaiüs pobesión quiero
del alma, donde Lisauro
invencible vivió un liempo. (Vuse.)
ESCENA XVIÍI
Dichos, menos EriGCNcu.
Lklio. Marcio, mira si soy yo
quien esto escucha; si es cierto;
si es Ful^encia la que baja;
si vivo, SI estoy despierto.
Makcio. No me espanto que lo dudes,
que lo veo y no lo creo;
pero en mujer sola y pobre
¿qué no podrá lu dinero?
ESCENA XIX
Salt EnounciA con maJiro.— ticiras.
Efigenc. ¡Venciste, Lclio querido!
Lelio. ¡Oh, veniufosos tormentos
padecidos por Fuigcncia
pues tan dulce fin tuvieron!
(l.Uga Lisauro )• detiene d Lelio.)
LiSAURo. No tanto que vuestra muerte,
traidores., no venga en ellos;
Lisauro soy, inconstante;
Lisauro soy, vivo vengo.
Lelio. Marcio: llévala en los brazos
i la góndola. (Uifata.)
Lisauro. Primero
vengaré con vuestra muerte
mi injuria y deshonra.
Efioenc. lAy, cielost
Lblio. Aunque pudiera matarte
ó mandar llevarte preso
donde la muerte pagaras
de mi hermano Filiberlo,
no hay venganza que se iguale
á la que hoy hacer pretendo,
no en tu vida, en tu honra sí,
para blasón y trofeo
de mi venganza, pues goza,
vivo tü, á Fulgencia, Lelio.
Lkauru. Espera, no huyas cobarde:
dame la muerte primero,
pues por no tener espada
ir con la vida te dejo. (Vase.)
ESCENA XX
Sale VuumftCJA por otra puerta.
FirtneNc.De aquesta voz lastimada
temerosa y triste vengo,
de mi Lisauro parece;
muerto está; pero, aunque muerto,
su espíritu diera alivio
i mi eterno desconsuelo.
|Ay, Lisauro de misojost
¿cuándo permitirá el cielo
que se acompañen las almas
pues ya no pueden los cuerpos?
ESCENA XXr
Sale LiiAVUo por la puerta enfrente é»\
— DicflA.
Lisauro. No hade quedar cosa en p\t,{
desde los infames techos,
que no abrase mi venganza.
FutLENCjAy, Jesús! ¿Qai es lo que w
Lisauro. i^«" yria.)
lAy, Fulgencia, pluma fácil!
El interés dio en el suelo
con tu Hrmeza.
F^JLGE^fc. I Lisauro!
¡gloria de mis pensamientos*
Lisauro. ¡Jesús! ¿quiVn eres, mujer.^
FuLOENc.^Quién soy, diccs?¿No era esjí^
yo de tus ojos, Lisauro.'"
Fulgencia soy.
Lisauro. No lo creo;
no puede haber dos Fulgenc
FiiLGENc. Bien dices, sola mcretco
fam.i eterna, sola soy
en el amor que te tengo.
LiSAi'RO. ¿Lclio no te llevó ahota.^
FuLOBNC.No ha podido llevar Lelio
de tu esposa una palabra,
un mínimo pensamicnlo.
Lisauro. ¿Qiié es esto, desdichas mías?,
^Mrs ojos mismos no vieroni^
a I.elio llevar mí esposa?
FuLGENc. Tu esposa no, que miniicror
pero escucha, pues que vives]
para mi bien, que sospecho
lo que ha podido engañarte:
l-]ligencia ha mucho tiempo
que ama á Lelio, y pudo ser
que, ser tu esposa tingiendo»
le engañase de esc modo.
Lisauro. ¿Ah, Eligencia? (Llámala.)
FuLr.ENc. Aquesto es Citíd»,
mi bien, pues que no responde.
Lisauro. Palabra de casamiento
la dio Lclio; peio ¿quién
cree palabras si son viento?
El intenta mi deshonra:
Fulgencia amada, ¿qué «per
Al Dux voy i presentarme
que, aunque está agraviado, esi
todo el Senado me busca,
vengúese en mí, porque mu(
muera conmigo mi agravio,
Ftij-GENC. Dulce esposo, a:^ '\a
ove, escucha: ¿a jí?
Lkai'ro. Muriendo, Fulgencio, intento,
dar en V'cnccia principio
á un honroso atrevimiento.
FLfuoKNr:. Y yo de nuevo i mi llanto;
cuando te cobro le pierdo.
Dueño desdichado mío,
tras ti voy; perdone el micdu,
el iccato y la vcrgüenra
que encerrada in" •"■■■.-"
que no hiiy pac
al tropel de mis i ;
^^^^^^^^^^^^^^lORNAOA TERCERA 48() ^^^H
ESCENA XXn
)or Lelio perdiese el seso. ^^^|
Kingiú. pues, que mi Fulgencia ^^^H
1 Ovx, vi*fo, y ti DtvoE ue Kemmah*; tocan
le amaba, su esposo muerto. ^^^^
1 y salen Soldados, y el de FeRHint con
escribióle en nombre suyo, ^^^1
in.
dióle prendas, concluyendo ^^^H
La victoria, Duque üustre,
que de los contrarios nuestros
por vos hemos alcanzado
era cierta, conociendo
el valor del capitán
en que esta noche viniese ^^^H
por ella, y al fin, ¡ay cielosl ^^^|
creyendo que era mi esposa, ^^^|
á Etigencia goza Lelio. ^^^H
Si la justicia, ¡oh gran Dux, ^^^|
Senado ilustre! es espejo ^^^|
en que el juez se ha de mirar ^^^|
para enmendar sus defectos, ^^^H
dos cosas vengo á pediros, ^^^H
y los hazañosos hechos
de los Duques de Ferrara,
t. A vuestra excelencia beso
las manos por tal favor.
si es que alcanzarlas merezco: ^^^|
Por vuestro valor espero
que Vcnecia ha de cobrar
la primera, que se cumplan ^^^|
palabras y juramentos ^^^|
dadas por Lelio á Efigencía; ^^^|
la segunda, que, pues vengo ^^^|
á entregarme yo á mi mismo ^^^|
y es el prometido precio ^^^|
diez mil escudos por mi, ^^^M
me quitéis la vida y luego ^^^|
la pobreza de mi esposa ^^^H
mandéis remediar con ellos: ^^^|
cuanto usurpa el turco fiero.
1 ' t r
Levantaos la tama estatuas,
y con armas y trofeos
publique la Señoría
as hazañas que os debemos.
Pedid al Senado, Duque,
lo que quisléredes, cierto
de que se os concederá
cualquiera difícil premin.
acabarán con mi vida ^^^H
las desgracias con que el ciclo ^^^|
me persigue, y daré nombre ^^^|
ESCENA XXIII
á mi honroso atrevimiento. ^^^|
DiiQi'K. A tan piadosa demanda, ^^^H
Sait LiSAüRo.— Hicitois.
pues licencia de vos tengo ^H
para pediros mercedes, ^^^H
RO. Excelentísimo Dux,
sólo que perdonéis quiero ^^^|
Senado ilustre y supremo,
á Lisauro, invicto Dux. ^^^H
por quien conserva la patria
^^^^M
la libertad de su imperio.
^^^^M
La defensa del honor.
ESCENA XXIV ^^^^1
caudal que estima el que es cuerdo
"^^^^^1
más que la vida, que al fin
Salen Leiio }■ Marcio.— DiChob. ^^^^|
se acaba y él queda eterno.
^^^H
hizo que Lisauro diese,
Lrii.io. Marcio, tan alegre vengo ^^^|
después de diversos medios
del engaño de Efigcncia, ^^^H
que despreció la ambición.
que, enamorado de nuevo, ^^^H
justa muerte á Fi liberto.
por esposa he de pedirla ^^^H
a mi padre. ^^^H
I luyó; buscóle el Senado
á pregones prometiendo
Dux. <Qué es aquesto.^ ^^H
diez mil escudos por él.
Lelio. Señor: si de tu valor. ^^^1
alzando cualquier destierro:
nobleza, piedad y celo ^^^1
confiscóle la justicia
vuela la ligera fama ^^^H
sus bienes, no permitiendo
por uno y otro hemisferio, ^^^|
salir su esposa de aquí
muestra perdonar injurias ^^^H
riguroso mandamiento.
la nobleza de lu pecho. ^^^|
Quedó pobre, pero honrada.
Efigcncia de Lisauro, ^^^|
sin que bastase el dinero
el que mató á Filibcrto, ^^H
de Lelio, que sucedió
con tu licencia es mi esposa. ^^^H
é su hermano en pensamientos.
DuQUR. Señor: por él intercedo. ^^^|
á derribar su firmeza,
Di;x. Si el cielo lo quiere asi, ^^^H
por más engaños y enredos
alto, yo también lo quiero: ^H
que el poder pudo inventar.
á Lisauro doy perdón, ^M
milagro para estos tiempos.
Publicó -elio mi muerte
su hacienda y patria le vuelvo, ^M
y á Efigencia, vuestra hija, ^M
dando fe de casamiento
por hija desde ho) acepto, ^|
OiiQUB. Inmortalice tu no'mbre ^^H
á Fulfjcnciasi alcanzaba
la ejecución sus deseos.
la faina á pesar del tiempo. ^^^M
Pero amor, que no consiente
Lisauro. Eres gloria de este siglo. ^^^|
poner limite en sus reinos.
' Leuo. De nobleza eres espejo ^^^H
hizo que Kligencia, mi hija.
MAftao. Lisauro está perdonado. ^^^H
Candad. A gozar viene Candado,
entre tantos, un día bueno.
LiSAURO. Con la mitad de mi hacimdi,
pues cuanto lengo te debo
por ieal y por constante.
Ya lus daños fenecieron,
A Honorato, desterrado,
habéis de alzar et destierro.
Ya no os puedo negar n*d*.
Vamos, Lisauro, y daremos
principio á vuestra veoiur»,
á vuestras penas consuelo.
Y fin, con vuestra licencia,
al Honroso atteñmienio.
BLADME EN ENTRANDO
PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
Don Pedro dk Bistos.
Don Alonso.
Don Digúo Murtaix) de Mendoza.
JuASCHO, vizcaíno.
Doña Ana Hurtaims de Mkndoza.
RoDRiúo, criado.
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
>oH Pedro ob Bustos y Don Alojíso, su amigo,
the.con Mtitcos, por una parte, con unCiUADú
•ma escala, y por otra Don Diki'.o Hurtado db
•OÍA, de camino, con botas y tspttelas.y Juan-
Iti^catna, cargado cm el co)in y la maitta tn
ie^a, ridiculamente vestido. Arrimanse ti una
^ y mientras cantan vayan paseand't ti ta-
D«N Pedro y Dov Aloíiso.
OS. (Cantan.) «Si no velaran mis ojos
no celebraran las dichas
de los que durmiendo malan,
de ios que malando hechizan.
Si no durmieran los tuyos,
glorificaran su vista
los palpitantes despojos
de las más seguras vidas.
¡Ay, ay, qué desdicha!
A quien mira su alma, deja sin vida.)»
¡Extraño recogimiento!
¡Doña Ana, duna Ana!
Avisa,
Juancho, al mozo que las muías
aleje donde, escondidas,
aguarden, y vente luego,
Mo. ¿No las asas y las pringas;
aún no llegas, ya las tienes
currucamicntos?
Ves aprisa
Don LtJts ÍIi rtado de Mendoza.
ToRiBU, labradora,
LfcÍA, criada.
Mendo, piejo labrador.
Sancho, su hijo.
MÚSICOS.
Juancho. ¿Tienes gana de comer.''
¿Cómo no las necesitas?
Juancho, matas holandeses
y ya que piensas venias
lauras á Dios á malar
holandeses del Barriga.
¿Cantadoreas detienenr"
¡Al diablo les das venida! (V'ai»)
ESCENA II
Dicho», meno» Jdancho.
DiEr.o. Ya que nos trujo la suene
cuanto piadosa propicia
en lan dichosa ocasión,
encubramos esta esquma
hasta ver de estos galanes
el intento.
Ai-ONSo. ¿Oué? ¿ponía
la doncellejar
Pedro. Es de suerte,
aue regalos y caricias,
dádivas que son de amor
la mayor artillería,
pasando necesidades,
no han bastado á persuadirla
á que le niegue al honor
lo que su sangre le dicta.
Vengo resuello...
Diego. Esto es malo. (■^PJ
Pedro. A escalar...
Diego. Función indigna
de un pecho hidalgo.
Pedro. Su casa,
^^^V 492 HARLAhME EN ENTHASOO ^^H
^^^^ft SÍ piadosa no acredita
esa oriental celosía, Vf
^^^^H con terneza los favores
saldrá para el ciclo el sol
^^^^H que me deb«, pues me anima
y para mi noche el día.»
^^^^H mi amor, mi agravio, la noche,
Peuro. )Ah doña Anal ¡abduJcc^H
^^^^^B no tener quién me lo impida
Abre, pues mi amor te ad^
^^^^^H por estar su hermano ausente
Místeos. «Rayos fulminan tas ojos
^^^^^P t:n esta ocasión.
que á un tiempo matan j aui
|Ay, ayl qué desdicha: ^É
^^^^ Alonso. Pues mida
^^K^ tu gusto su voluntad,
que quien mira sin alma ^|i
^^^^L que ¿ tu lado estoy.
■
ESCENA IV ■
^^^1 ESCENA
•
Sate Doña Ana MURrADo os McjibozA é l4 pi
^^^^^B Sait JuAKCiio— I>iaios.
Dicho*. ^M
^^^^^ JüANCHO. Retiras
Ana. Caballeros, si lo sois, ^M
^^M muUs al mozo, la guardas
pudiera la cortesía H
^^^^^^ en un callejón metidas.
moveros á no infamar ^M
^^^Bh gruñes mozo, muías dije
los blasones que autorizi^f
^^^^H no comen paja vizcaína,
estas antiguas paredes ^|
^^^^H no sabe de burlas Juanclio
que, aunque ausentes, viv^|
^^^^H darle en coz en la barrigü,
tos JIurtados de Mendoza^S
^^^^H confesión pides, bien puedes
solar desta casa antigua.
^^^^F ^cr su confesor.
¿Qué pretendéis desluciendo
^ DiEco. No impidas
el honor que me acrediu.
^^1 con tus voces la ocisión
á auicn el sol presta rayos
y a auien el cielo da envidiis=
^Quc fineza en mí habéis visl
^^M que, piadoso, en mis desdichas
^^m me ofrece el cielo.
^H Alonso. ^ Mejor
qué señales, qué prcmisas^B,
de mal nacidos deseos, ^M
^^K no fuera, si pretendía
^^H tal rompimiento tu amor.
de esperanzas mal perdidafl'
^^H que, sin despertar vecinos.
Caballeros que pretenden ■
^^^L^ curiosos linces de noche,
con apariencias fingidas, ^|
^^^Hj parleros duendes de día.
si pensáis que antiguos bl^|
^^^^H te valieses del silencio?''
y enemistades antiguas ^^
^^^B Porque la música avisa
han de amedrentar mi honor
^^^H ¿ los descuidados ojos
para que su fuerza os rind^
^^^^B y ¿ la vecindad incita
no debéis de haber mírad^f
^^^Hf á curiosidad.
auc alientan la sangrejü^f
de los Hurtados MctM^^Hj
^^^K PEOt«o. No, primo;
^^^^T' porque primero querría
las no manchadas renPl^H
^^V ver si puedo con ternezas,
idos luego de lacalle.^^^H
^^1 con miisicas, con caricias,
ó por las luces divinas ^H
^^m ablandároste imposible
(que en escuadras mal ^O'^M
^^H dulce hechizo de mi vid.i.
mis pretcnsiones animan)^H
^^H si me ofreciese esperanzas,
que en defensa de mi hoi^H
^^H más piadosa, más rendida,
que en mi pecho so acrcí:^!
^^M quo entreteniendo deseos
rayos fulmine mi diestratfl
^^B paguen finezas debidas.
aborten mis ojos iras. ^M
^^H iré engañando temores,
iuANCfio. Dicho lo dicho señora. H
^^H y si en prudente porfía
lirmc como vizcaina; ^H
^^H se resiste, atropel lando
Juancho tienes, lente en iH
^^H respetos del oprimirla
Curtusca perra judia. ^H
^^V á que por fuerza mitigue
(Va d salir y l»'^^- i''"- WMJ
^^m mis pasiones.
Diego. Juancho, deten' . .^t
^H Alonso. Pues prosiga
quien á los suyu^ fl
^^M tu gusto su intento.
Juancho. ¡Jurase Dios]... fl
^H pRDPO. Canten,
Peudo. Ana bennfl
^H y á aqueste balcón te arrima
cánsate de ser esquiva jH
^H para obligalla á que salga
con quien hoy se obliga |^H
^H si se resistiera.
dándote para que vivat ^M
^^1 DiEno. Mira,
hacienda, note rcsuelvj^j^l
^^M Juancho, que no te divisen.
y advierte que v V^
^^M Juancho. Juras á I)i^)s que barrica
no estimando 01 ¡^|
^^M tienes junto á puerta lalsa
ni acreditando canciii, ^H
^H y resuello que le quitas,
que, forzado del amor ^M
^H M6SIC0S. «Abre, pues, divina aurora,
que mis dc&eos anímao, ^M
alborotando memorias
que muertos hoy resuoiían,
^me arrojaré...
^G)mo es eso."
A que por fuerza...
No digas
razones que, imaginadas,
^ofenden anles que dichas.
.¿Tú has de atreverle á violar
fcl solio donde autoriza
I mi castidad su pureza,
¡mi virtud su esencia misma?
¿No te cansan altiveces?
¿no le ofenden demasías,
que ocasionando á mi padre,
1 le forzaron á que viva
ausente, si ya no es muerto,
dejando ai tuyo sin vida
por desmentirle?
Doña Ana,
esas memorias me animan;
abre, ó llegaré una escala,
I pues hacerlo facilita
no tener reja el balcón.
jQue esto los cíelos permitan!
¡Villano! ^jCon tal vileza
piensas lavar el antigua
mancha de tu casa?
¡Ah pesia!
,¿Qu¿ pesia, que te imagmas?
^, ¿que le aguardas, que no sales,
y ¡zis, zas?
Apcrccbida
la traigo, liegadla aquí.
{Uéganla at bakún)
W. Abre, acaba.
¡Fementida
'canalla* si no del sucio,
del cielo aguardo justicia.
¡Oh, pesia tanta paciencia!
(Sube Doa Cedro )
i|Justicia, cielosl
¡Maldita,
inima seas! ¿qué esperas?
íSale Juancho y apártale don Oiego.1
Quita, aparta. Bien podta.
Baje acá, hidalgo, aunque miento;
que quien con mujeres libra
las venganzas de su espada
tiene mucho de gallina.
[naja di: ta escaltra )
Considere que esta casa
es, según tengo noticia,
de un Hurtado de Mendoza
á quien la fama acredita
con valerosas hazañas;
de Quien, si acaso se olvida,
dará entera relación
el luto de la capilla
adonde su padre yace;
mudo ejemplo que le avisa
que no se atreva soberbio
á derramar valenlias
con quien por mujer no tiene
fuerzas para resistirlas.
¡Por cierto, brava facción;
empresa honrosa y altiva;
ACTO PIU.VIERO 493
venganza bien satisfecha,
y á poca costa adquiridal
¿Con una dama rigores?
Mas no es mucho, ¡por mi vida!
que valientes de alfeñique
tomen venganzas de almíbar.
Esta si, ¡cuerpo de Dios!
era acción bien parecida,
con propia sangre ganada
y á estocadas adquirida,
no con mujeres. Acaben,
dejen la calle.
Ana, ¿Hay tal dicha?
Pedko. Hombre ó diablo, ¿quién ic obliga
i que incites mi ri^or?
Ana. Hombre ó ángel, ¿quién le envía
á que mi casa dcliendas?
Dieúo. Sólo la razón me incita,
Ana, Señor, ¡zis, zas!
Pedro. Si eres loco,
presto tendrá tu osadía
el castigo con la muerte.
Alonso. ¡Maiadlc! ¡Muera!
( Emtfhlcn loitoi cun il )
DtEoo. Oprimida
la cólera por los ojos,
ardientes rayos conspira.
Diego Hurtado de Mendoza
soy, canalla.
Ana. ¡Hermano!
Diego. Grita,
que á castigar mis ofensas
el mismo cielo me envia.
Peuro. ¡Muera, maladle!
JuANciio. ]¿is, zasl
|Muera esta perra judia!
[Milenios á cuchilladas Uún Dkro y
Juancho.)
Ana. ¡Dios le libre!
Peuro. (Dentro.) ¡iVíucrlo soy!
Alonso. Huyamos.
Criad. I." A la justicia
llamen.
ESCENA V
Salen Don IUbcj y Juakcho.— üicmos.
Juancho. ¡Juras á Dios, liebres,
si aguardas hago cecinas!
DiEiiO. Muerto queda.
Juancho. Ya le mucres,
patadas des en el Chinas;
confites pides.
DiEGS. ¡Hermana!
.Ana. Diego, ¿estás herido?
Diego. Aprisa,
óchate por esa escala,
-Ana. Ya me arrojo.
Juancho. Escucha, mira;
si tienes algo que comas,
arroja.
Ana. No.
Diego. ¿Que eso pidas?
Juancho. ¿Ni vino?
Ana. Tampoco.
Juancho. ¡El diablo
juras Dios, que caminas!
HAIILADME CÑ ENTRANDO
DiEGu. Juancho: las ínulas vulandu
saca de León aprisa
al camino de Rioseco.
Juancho. ¿En ayunas?
DiBüü. Qué, ^aún porCias?
Jkanciio. Lleva ei diablo las muelas
que tienes si no ejercitas. iKrt»f)
l'NO. (Dentro.) Saquen luces á esas rejas.
Otro. A don Pedro, ¡i^ran desdicha!
han mueno.
Otro. Por aquí van.
DiEoo. La confusa vocería
nos cerca; ponte en mis brazos,
que en la diligencia estriba
nuestro remedio.
Ana. jAy de mi!
Mermano: salva tu vida,
que yo no importo.
DiEüo. Acabemos.
(Cógela tn traivt.)
lAdiós, pues, ciudad antigua;
adiós, casa solariega,
que mis pasados tenían
por defensa, por sagrada,
que mi fortuna me obliga
que deje vuestras paredes!
I'no. [Dentro.) Por acá.
Uibgo. Mas si porfía
Diego Hurtado de Mendoza,
que sus blasones no olvida,
clavará un clavo en su rueda
por que pare en sus desdichas.
{Vaitu.}
ESCENA VI
Satén Dom Luis llunrAbo t>B Menoo^a y Ruuntoo,
criado, y utroi de camino: Don Lvis con hdl>iti> de
Calatrava.
Ll'is. Rodrigo: dile al cochero
que por allí era mejor,
que este es mal paso.
R ODMüO. Señor,
sabe...
Li!is. Rodrigo, no quiero;
déjame ver este campo
que ha veinte años que dejé.
RooRiiio. L* noche lo impide.
Luis. a fe
que adonde la planta eslampo
he venido más de dos
veces á cazar, y allí
diviso, si, ya la vi,
la casa, ¡válgame Dios,
cuánto me aleyro de vclla!
de placer de don Rodrigo.
Fué mi verdadero amigo;
lodo el tiempo lo atrupciia,
pues murió en la juventud •
de su edad, buen caballero,
de cuya desdicha infiero
que también en la quietud
liega presto el ramalazo
de la muerte. Este arroyuelo
me ha servido de consuelo.
Ya á León corlo pedazo
ñus queda, nw
SI va no me a
RoDPiuu. Sabe, pues, que cb au-uil
este que pisamos.
Luis. Tregua
pone al cansancio el gozar
dcstos árboles y fuentes,
cuyas honradas corrienieü
aun no saben murmurar.
Cuando pase por aqui,
mis hijos, aun por criar,
sin madre á quien apelar
de mi ausencia, iba sin mi.
La ye(;ua que me llevaba
dos mil veces maldecía,
y al paso que ella corría
mi corazón arrancaba.
I Cuántas veces por los dos
hijuelos quise volver!
Y lo hiciera á no tener
temor y respeto á Dios.
Envidia á tener llegara
del muerto, y al mismo put
su rostro helado y difunto
recelé queme llamaba.
Veinte años ha que pañi
dcsta ciudad, y otros tantos
ha que entre tristeza y tlant
á mis desdichas nací.
No he sabido de mi casa
en este tiempo, y de mi
no han sabido.
(Dentro.) Por aquL
L'no.
Ot*o.
Diego.
Luis,
rodiiiuo.
Luis.
Otro.
{Dentro.) ¡Ah, suerte escasa
que me persigues!
¿Qué escstor
Como va va amaneciendo
un hombre admiro corriendo,
señor, hacia aqueste puesto.
Voces disliotas escucho.
(Dentro.) Ataja; por aqtli vi
ESCENA Vil
Sale ÜOH Ditr» con OoA* Ara.— Dt
DifOü.
Ana.
Diego.
Ana.
Luis.
Diego.
Liis.
¿Dónde, desdichas, irán
mis pasosi* Pero no es muc
si de vosotras nací,
q^ue me persigáis. ¿Qué es
En más peligro estoy puest
ya la esperanza perdí.
Diego, procura librarle.
Sin ti, ¿cómo he de poder
dejándole á perecer.^
El corazón se me paae.
¿Quién va alli?
Un cuerpo
á quien persigue la muerte,
y como el alma le falta,
aunque le mate, no muere.
Mas¿ijuién lo pregunta.'
que á buscar su cuerpo vi
que ha días que le perdió
y no vive hasta tenerle.
^^^H ACTO PRIMERO ^^H
^^BS^st de la mañana,
Luis. Tomad, señora, mis brazos, ^^^H
HKuc sólo en esto parece
auc, como padre, os ofrecen ^^^H
defenderos y serviros. ^^^H
r^quc me es el cielo propicio,
í i usire señor, me advierte
¿Cómo os llamáisP ^^^H
[ vuestro venerable aspecto;
1 que aquesas zondas ae nieve
Ana. Sí mi suerte ^^^H
me hubiera dado ventura, ^^^H
son el iris que bonanza
de noble sangre deciendc, ^^^H
á mis naufragios promete.
Ana Hurtado de Mendoza. ^^^H
Hsa cruz que os cruza el pecho
Ll!|s. Ea, las lágrimas no pueden ^^^|
me aaima^ porque no pucide
dejar de salir. Rodrigo, ^^^H
pecho con lan nobles armas
ve al punto que el coche espere ^^^|
no ser piadoso y prudente.
y mete aquesta señora ^^^H
Soy noble, aquesta es mi hermana;
en él, y por que no lleguen ^^^H
mujer sabia, ilustre y fuerie,
á conocerla, un volante ^^^H
atrenta de las pasadas,
cubra su rostro, y advierte ^^^H
envidia de las presentes;
al cochero, si llegasen ^H
de vos me atrevo á liarla.
á reconocer, que siempre ^^^B
seguro que un noble siempre
digo que es doña Ana mi hija ^^^H
de honor favorece y honra
y que al camino atraviese ^^^|
á quien del quiere valerse.
de Oviedo, que no he de entrar ^^^H
Si vais á León, os pido
ya en León. ^^^|
que procuréis que no lleguen
Ana. El cielo aumente ^^^M
á vengarse mis contrarios
tu ^^^1
con su infamia ó con su muerte.
Rodrigo. Vamos, señora. ^^^H
metcdla en un monasterio;
¡Confuso voy! ^H
si vais á otra parte, denme
(Vanse V)oñ» \na v Roclrie») ^^^M
vuestros labios la noticia,
^^^H
para que, si el cielo quiere
ESCENA IX ^^^M
librarme, vaya á serviros.
Caballero, tiempo es este
DOM ^^^^H
en que no importan palabras.
el rey me ha hecho mercedes,
¿Qué me quieres ^^^H
en premio de mis servidos,
fortuna.!' ¿cómo dispones ^^^H
de que en Oviedo gobierne
mis desdichas desta suerte? ^^^H
su distrito, y voy ahora
¿Cuando pense que venia ^^^H
á lomar posesión; quede
entre los brazos alegres ^^^H
por mi cuenta la opinión
de mis hijos, los apartas ^^^1
desla señora, que en este
de mis ojos y previenes ^^^1
punto la he constituido
otras mayores desdichas? ^^^B
por mi hija, y aunque pese
Cánsate ya de ofenderme. ^H
al mundo, la he de amparar
bien me pareció el rapaz, ^H
aunque mil vidas perdiese.
alentado es y valiente, ^H
Con esto partid seguro;
es hijo de buena madre. ^^^H
¿Que le obligará que deje ^^^H
mirad que lle^a la gente.
Guárdeos el cielo.
su casa? ]Quc confusión! ^^^H
Acabad,
Dios te libre y Dios te lleve ^^^1
avisadme i Oviedo.
á mis ojos. La rapaza ^^^H
Queden
es como un oro y parece ^^^H
mis esperanzas con vos,
varonil. ¡Dios me la guarde! ^^^H
que si el tiempo les concede
(no. (ü^nco) Ataja, que ya esticerca. ^^^|
i mis desdichas alivio,
Othos. I'or aquí, por aquí. ^^^1
que me prodiguen y ofenden.
^^^^H
Diego líuriado de Mendoza
^^^^H
pagará tantas mercedes. (Vase.)
ESCENA X ^^M
Sale JuANCiio con áosfrtnot y ta espada desnuda ^^^^M
ESCENA VIII
^^^^M
Dichos, mtnos Don Disco.
JuANCHo. Lleves ^^H
el diablo quien tanto corres. ^H
¿Cómo, cómo? Aguarda.
Luis. ¿Quién va allá? ■
io. Al viento
JuANCHo. Un hombre que tienes ^H
en la ligereza excede.
mucha gana de comer ^H
|Válgalc Dios por rapaz
y menos de que le cuelgues. ^H
lo que has crecido!
Liiis. ¿De quién huyes? ^^^H
Que llegue
Jij'ancho. De gallinas ^^^H
á vuestros pies no os asombre
plumas escribanos tienes, ^^^H
quien ya por su padre os tiene.
garras tienes alguaciles, ^H
HABLADMC EN ENTRANDO
alones tienes córcheles,
y cuerpo tienes soplones,
muías quitas lo que sientes
el freno arranco y les dejo
sin timón que les gobierne.
¿Tiende pan su merced?
Litis. Sin duda criado es este
de Diego. Decid, soldado,
si acaso decir se puede:
¿servís á don Diego Hurtado
de Mendoza?
JuANCuo. Mi amo es esc^
aunque pese al mundo.
LiJts. ¡Ah noble
nación! Pues no es tiempo aqueste
de dejarle: aquesta bolsa
lomad, amigo, y diréisle
que su padre se la envía.
(Dalt una bolsa.)
JuANciio. Su padre ha mucho que mueres,
^qué diablos dices?
Luis. Andad.
que yo sé bien que 61 me entiende;
atravesad ese monte,
que esos riscos que pretenden
ser columnas en que estriban
del hemisferio los ejes
le esconden.
JirANCHO. Pues ¿hacia donde
camina?
Luis. A mi me parece
que á Oviedo.
JuANCiio. iJuras á Dios
que si no vienes la muerte
que le tienes de seguir.
aunque el diablo se le lleve!
Mas sin bebes y sin comes;
buen consejo me parece
poner el freno del muía,
asi entretendrá!^ los dientes,
(Pánct* un freno delante y otru detrás.)
Juancho, y el hambre también.
Ya el uno puesto lo tienes
y esotro pungole aquí,
que, pues no comes ni bebes
ya pues de nada le sirves
hasta que el tiempo le llegues,
bien es, Juancho sin ventura,
que ambos agujeros cierres.
{Vait con li/s liot frtnus.)
Lurs. Ya el coche va atravesando.
Diego, Dios te libre y lleve
á mis brazos y á mis ojos:
Ana, venturosa suerte
te dé el cielo por que entrambos
seáis en dolor tan fuerte
el báculo de mi vida
y el descanso de mi muerte. ( v*»*-.)
ESCENA XI
Sal* ToMiMA con capa aguadtra, d lo oflurlano, y
con apuiíada, y Ldc'a, tu criada, dt la misma
tutrte; haya ruido dt carrtlat y cantará Lucía al
tua del rutilo de la carreta.
l.ncÍA. «yue ya as doncclas de Le»)n
libertadiñas son.
ü Rey MaurcRsto,
menguado y traidor,
al cordobés moro
en feudo las dió.
Dios nos guarde el Rev
que las libertó
que ya as doncelasde Leói
libertadiñas son.*
TúRiBiA. Locla.
Lucía. íQ^^ mandas?
ToHiBiA. Ten
esos güeyes aguidadus
y pazcan en esos prados
sin las coyundas tambiéo:
¿chales heno.
Lucía. El mohíno
en la laguna bebió;
pero luego que acabó
la echó por otro camino,
aunque poco más sobida
de color.
ToRiBíA. Mis fiOeyes son,
Locía, en toda ocasión,
de condición muy compríi
si un arroyo se desala
y beben por su decoro,
al punto pagan en oro
lo que bibieron en prala.
Cuando los hace cosquijl
el prado alegre y soiil,
si le comen peregil
le vuelven albondiguillas.
Cuando desla sierra el rifi
de la nieve el hielo afiU
y á estas faldas se destila
con perpetuo romadizo,
si de cualquiera manera
abrigo los damos luego,
tortas nos dan para el h
de bizcocho de galera.
Corteses por maravilla
son siempre, si en mi co
que hacen una reverencia,
que quiebran una costilla.
Todas las virtudes se hail^^
en ellos, pues, divertidos, ^|
son gtíenos para maridos V
que sufren, comen y callan.
Lucía. lí^sto de ser saterica,
¿cuál diablo te lo ha rns
ToRiBiA. Cualquier villano es lletr
si i las malicias se aprica.
Desunce los güevcs.
LucfA. ' Voy.
Verá lo que haced braga
zagüey.
ToPiBiA. lin aqueste prado
me asiento, cansada estova
¡Válgame Dios que es de'
amanecer la mañana
con su capote de grana
cuundo juega al esconder
el sol, que aún no conocii
con halagijs lisungcros,
mos viene haciendo pK
tem brando y roción
ACTO PBIMKBO
¡Válganme en esta ocasión
lodos los siete durniicnicst
(Kthasc al pie ,itl >nonl< á durmír, y
aict Lucia tUntio )
ÍA. iQ\xt loycs? |Hu^o en los dientes
¿agiiey con la maldición!
(Candi Lucí» )
«Las tres pcriñas do ramo, ¡oyl
:>on para vos meo amo.»
ESCENA XII
i
■HlroJ I»* tanianíio asumd por lu alto dt un monte
^ Dtauo, tltna de potro y mtrandu abajo,— Ht-
[M.
úo. Ya apenas puedo mover,
valor, los cansados pasos;
no sé por dónde descienda,
que sois tan fragosos y altos,
que incontrastables os miro
y os admiro temerarios.
Con las nubes competís
y ansi podéis alabaros
de que en tan alto habéis pucilu
un hombre tan desdichado.
Si esta senda permitiera,
por dicha, bajar al llano,
fuera alivio de mis penas.
(Va baiandu.)
Parece que ha abierto paso
el cielo á mis desventuras;
algún arroyo ha dejado
esta mal formada senda;
gente parece que abajo
asiste; unos bueyes miro
paciendo, y allí cantando
está un pastor; llamar quiero,
(luizá llevará un bocado
oe pan. ¡Ah, pastor ami^o!
¡Mola!: |ah, pastor!
IBIA. (necuerda.) ..'(^uicn diabrgs
mos corrompe cí sueño?
■Go. ¡Cielo!
¡parece que estoy soñando!
iiBiJt. ¿A quién Rritas ó qué quieres?
DO. Zagala, que esos peñascos
parece que por deidad
para mi bien te guardaron;
sabe, pues, que vengo huyendo
de mí mismo; porque traigo,
por sombra de mis acciones,
la desdicha de mis hados.
Nac¡ en León, donde anoche,
apenas recién llegado
de Cádiz, donde á mi Rey,
resuello y determinado
quise ofrecerle mi vida
por victima de mis años,
arriesgada en su defensa,
en el furioso rebato
que el inglés le presentó,
bien á costa de su daño,
al lin llegando fué fuerza
que, intentando hacerme agravio,
á un caballero le diera
muerte; siguiéronme cuantos
O0MCOIA.S BE TIRSO DE MOLINA — TOMO U
parientes tiene y también
la lusticia, háme guardado
el ciclo para que ahora
viniese á dar en tus manos.
TúRiBiA. Alligido caballero,
á buen puerto habéis llegado;
bajad, no tengáis temor,
que por los cielos sagrados,
que a quien intente ofenderos,
que i quien presuma enojaros,
como si fueran gorriones
\ los mate con ese palo.
Estas montañas habita
mí padre, un nobre serrano;
es dueño de cuanto miran
vuesos ojos, que esos pagos
todos le rienden tributos
V le sustentan ganados.
Tiene dos hijos, que somos
yo y Sancho Díaz mi hermano;
vengo ahora de león
de vender en esos carros
la manteca y el carbón
uno prieto y otro blanco,
ca cá non damos concetus
como allá los cortesanos.
Sentaos, que seguro estáis
y comeréis entre tanto,
que allá en casa se os aliña
algún locido regalo
pan y queso, que aquesto es
el más sabroso en el campo.
Sentaos y descansaréis.
{Siéntase y saca de ¡as alforjas pan y
qutio.)
DiEiiO. Sólo con veros descanso.
TORiBlA. Pues si descansáis con verme,
id comiendo y descansando,
que yo me pondré aqui enfrente.
Diego. Ln vos. sin duda, juntaron
la piedad y la hermosura
mucha gracia en pocos años. iComt)
ESCENA XIII
Sale Ji:«Mciio por lo altú d« otro monte con los
frenos puestos.— Dicaos.
Ji) ANCHO. iJuras á Dios que esta tierra
es buena para milanos!
Campo lleno de verrugas,
,;cuándo llegarás al llano?
T"ú, Juancho, ya que no comes,
cantando siéntate un rato.
(Siéntase y canta mirandii ahafo.)
*¿Qu\¿a quieres pan que lo arrojOi^
tres días ha que no como?»
Diego. ;Vive Dios que aquella voz
la conozco! ¡Juancho, ah Juancho!
Jt:ANCiio. ¿Quién llam8sJu8ncho?,iqué es esto?
DiEüo. Juancho, baja, que aqui tengo
que comas.
Juancho. Estáis sonando.
pues no tienes por adonde
mejor bajarás rodando.
(Echase á rorfar)^
3a
498
IIABLADME EN ENTRANDO
jLI diablo llevas el Trenus,!
las narices me he quebradu.
DiEíio. ^Cómo los iraes ansir
JiiANCiiu. No es tiempo para conurlo;
hartaré pan y después
dirélü. ¿"Juién te le ha dado?
I)iEOO« rista serrana piadosa
que hoy ha de ser nuestro amparo.
I II ANCHO. jOh serrana panadera!
Üeja besaré el zancajo.
ToRiau. Levantaos, Juancho. comed;
que después podréis besarlo.
KSCKNA XiV
Sale Lucía.— Dicho»,
Li CÍA. Va es hora, si le parece,
que nos vamos, ¡ban Hilario!
¿con hombres psiás, Toribia?
T'jfiítiA. ('.alia, que es un hombre honrado
caballero de León,
que, huyendo por ciertos casos,
llegó irisic y alligido
Dor entre esos riscos altos
á pedirme pan, y á te
que lo hubiera perdonado,
porque no sé qué cosquillas
siento en el alma.
LocÍA. Ks gallardo.
¿Y estotro quién es?
TomaiA. Estotro
diz que os Juancho, su criado,
Lucía. Pues, Toribia, á Juancho alojo,
porque si hubiera arrebato
adonde muriese liro
es bien que muera Leandro;
en el alnta encaramado
le tengo ya.
MNCHo. <Qu<^ inc dices?
liasme utí puchero.
ItJclA. ^ 2un cuatro.
JuANCiiu. Si le tienes algo dentro
comeremos un bocado.
Lucía. i.\lto, isubirl
Jlanciio. Vamos, pues,
matada me llevas, Juancho;
al diablo ledas amor.
(Vanít íoi <foj )
DiKOO. No eres para panciHacos.
Toribia. Ya unce Locta, veni
y no me engañes.
Diego. Si engaño
te hago, muera, 'l'oribta,
á tus bellísimas manos.
roniBiA. jQué de embustes, qué de enredos
hechiceros cortesanos,
aluún diabro os trujo aquil
)ie<ju. ^yueréis darme una mano.
que estoy cansado?
ToBiBiA. Y aun dos.
(.4«iiJir dt ta$ m.Tnit», y Vtt\ úMBU «-
rondo del.)
[Ay Dios, qué blancos pedazos
dc'ñcvc; no sé qué siento
parece que estoy temblando,
y á un ticn)po mismo parece
me acucian con ^ozo y llanto.
aquí, «n los ojos, eosquiUai;]
aquí, en cl pecho, miianos.
ACTO SEGUNDi
liSClíNA PRIMERA
Saltn TwiM» y Lucia.
ToRinA. Como digo de mi cuento,
en la carreta sobió
cansado, y lo que pasó
prega á Dios que sea en descí
de mis pecados, amén:
porque cuando me miraba
blandos ojuelos me cchal».
más que fruta de sartén.
Yo. que estaba corrompida,
queriendo desimular,
aun no le osaba mirar
vergonzosa y encogida,
y con palabras fulleras
comenzándome á ai-^irrir.
pardicz, que queri
de las burlas a las ^
Yo, que turbiada mire
al mozo, con bravo ahiaco
rempújele, y con un brioco
de la carreta sallé.
Llegamos á casa, al lin,
él triste, yo mesurada,
que este hondr, esta nonaid«'
es de los gustos mal lin.
Mal haya su opiñón vana
pues, en casos diferentes,
les hace hacer á las gentes
lo que no tienen en gana.
Lucía. Crudclia fuiste con él,
Toribia, si en mi verdad,
que un pecilgo no es maldad
que corrompió el arancel.
Ali Juancho huc mis cortés,
en lj« carreta sobió,
y á la larga se tendió
encaramando los pies
sobre una estaca, v mohíno
porque cl vino le faltiS,
al columpio se durmió
roncando como un cochino
Nuesa carreta chillaba
y él. al paso que gruñía,
el cuntrabajn llevaba.
Yo pasé muy malos rat<y»
porque, como era i porfía,
todo junto parcela
una capilla de gatos:
la carreta el ponedor
donde los libros están,
el pértigo cl sacristán
que los vuelve alrededor,
y porque esto viene ápurtí-,
una capilla tan brava
cl un gücy les enseñaba
con la cola el contrapuoUK
Toribia. Padre viene.
I
ACTO SEGUNDO
ESCENA II
MsNDo, p(e/«, y Sancho ru Ai/o, dt l'illanot,
Foüwtio, Don Luis y Ü0Ñ4 Ana,— Dichos.
El coche queda
á la falda dcsos riscos,
á quien coronan Icniiscos
V apacible muría enreda.
Es tan fragoso el camino,
que por él precipitado,
siendo mirador del prado,
fui de las nubes vecinoj
viendo imposible el remedio
en fortuna tan cruel,
sacar á mi hija del
tuve por más sano medio,
y al fin con ella en la vegua
vengo á que le encaminéis.
Piien presio verle podéis,
que aun no hay un cuarto de le(>ua.
Sancho: salla en la tordilla
y por el collado abajo,
le gula por el atajo
que para en la fuentecílla
del (3lmo, que por allí
vendrá á placer.
90. A eso voy;
descansad, mientras que doy
á vuestro cuidado ansí
sosiego, hermosa señora.
Si el coche cuidado os da
no lloréis, porque vendrá
presto. Por el coche llora;
¡quién fuera coche! ¡ay de mi!
Sancho: vuela, acaba pues.
De promo tengo los pies
después que estos ojos vi.
|Voto al sol! ojos serenos.
si es que el coche os causa enojos,
que os traiga el coche en mis ojos
y esto será lo de menos. (Vast.)
ESCENA III
r>iciiut, minos $A!«ciio.
Hija, divierte el cuidado
qae tus tristezas le dan,
que yo espero que tendrán
consuelo presto.
Si enfado
os causa, señor, el ver
afectos del corazón,
son hijos de una pasión
á quien no puedo vencer.
Si un bien solo que tenia,
cuando apenas le gocé,
ya su muerte contempló
y entre su muerte la mía.
que celebre no os espante
con lágrimas mi dolor.
iiA. A csA le hirió el amor
por detrás ó por delante;
pues trae dolor semejante,
para Dios que no tengamos
algo en queeniendei, i.ocia.
Me.mjo.
Luis.
Ana.
Mendo.
I.tJIS.
Mknou.
Luts.
MCNDO.
Li'is.
Luis.
Ana.
TORIPIA,
Lu'is.
Lucía.
TORIBIA.
499
Descansad, por vida mía,
aquí esta noche.
No vamos
para sosegar, que ponen
de aqui á Oviedo cinco leguas.
Poned al cansancio ireguus,
pues mis venturas disponen
que tenga esta humilde chu^a
todo el bien que ha deseado.
Un afligido cuidado
mal con temores reposa:
hoy á Oviedo he de llegar,
que, como os he dicho, alli
voy á gobierno.
¡.\y, de mí!
Alto, pues: haz aliñar,
Toribia, algo que comer.
,;Es hija?
En casa nació
y mi mujer la parió,
y entonces había de haber
dos años que nos casamos.
Buenas señas.
Llega acá,
mochacha.
Razón será,
cuando en vuestra casa estamos,
señora, que nos mandéis
en que os podamos servir.
.\o procuréis encubrir
dos mil gracias q^ue tenéis.
,:Dos mil graciasi' ¿Soy la cuenta
de perdón?
iDonosa ha andado!
Sois tan bella que he dudado
sí alabaros es afrenta,
porque alabanza no cabe
en la perfección mayor.
¡Alábame vos, señor,
que no hav acá ouien me alabe!
r>esta suene, padre, vos
alaba aquesta señora;
decidle que es sol y aurora
y estaremos dos á dos.
,j Quién es esotra serrana?
¿Quieren alabarme?
Si;
también habrá para tí.
Alaben hasta mañana,
no doy más que esto.
El despejo
aumenta más su hermosura.
Acá nos requiebra el cura,
pero es amante á lo viejo;
para toda la semana
lienc requiebros bastantes,
que. como los estudiantes,
los enjugó una mañana.
Los días de carne diz
que es nuestro rostro hechicero,
más sabroso que el carnero,
más tierno que la perdiz.
Los sábados no hay morcilla
que esté al humero' segura,
es nucsa boca asadura,
nuesos ojos pajarilla.
Mas yo, á mi mal entender,
HABLADME EW ENTRANDO ^^^|
he llet;«du á pcrgeiiar
^tas esto no es |>a(« abflf^H
que el pide cun requebrar
entremos en cass. ■
lo que quijera cumer.
Li'is. V«mo».H
^■^Ana.
Vos sois discreta y hermosa
Mkndo. Puesto que no mcrezcamfl
y en las dos cosas perfela.
veros alegre, señora, ^^H
^H Menou.
Rapaza: ¿quién tehamosUado
entrad y dcscansarcts..^^H
aqucsas bachillerías?
Comeremos un bocacfdP^H
^H LucfA.
billas vienen con los días.
A.NA. I-Jn aqueste verde prado V
que, aunque mos hemos criado
os suplico me dejéis ■
con las cabras y los güeycs
en buena conversación
un rato por divenir ■
con sus dores mi tristeu. H
cnlre estos riscos que son
Mendo. Pensión es de la belleza ■
su csrte, si ellos sus reyes,
tener siempre que sentir. H
también sabemos habrar.
Ltti». Ana, procura alegrarte; H
^H
|>onos8 c-s la labradora.
conmigo estás y yo soy H
^^1 Menuo.
l-intrad, hermosa señora.
quien le y palabra te doy ■
donde podáis descansar,
que no tengo de faltarle H
qucá fe que vendréis cansada.
iiunque mil vidas perdier«.H
.Mochachas, á componer
.■\na. Mi sentimiento, señor, ■
íu que habernos de comer.
no pone duda en tu amor, i
^B
La olla está aderezada.
Luis. Sabe ci cielo que quisiera
^^^^.Menoü.
Asa un poco de jamón;
lu contenió y tu quietud
Toribia: ve á la cocina.
más que el mio; si. ;por l>i
hit matar una gallina,
Vamos, señora, los dus,
y si no mata un capón.
{Ap.i ¡Quién pudiera esta ím
^^^^^ L^'CÍA.
¿Qui- capón han de malar?
consolarl Mas no conviene,
¡hamos de matar aquí
hija, callemos, quizá
lo que hamos criado! (Llura.)
el callar importará
^ Mendo.
Sí.
al remedio que previene
^I>or aqueso has de llorar?
mi amor en tan triste sucr
^H Lucfx.
Herodes desos capones
pues no siendo conocido
han sido esos caballeros.
valdré á mi hijo quertdo
^H TuPiBIA.
«]alla, no ha^as pucheros.
librándolo de la muerte.
^H
No he de sufrir sinrazones...
(Vanse McnJo y IH
^^B TORIBIA.
Dalos á la maldición.
Lúcia, partea matallos,
que hay capones que son gallos
ESCENA V
en Helando la ocasión.
UoÜA Awa »0tá.
^^^H Ll'CfA.
Eso siento si lo dudas,
que es quedar, aunque lo abones,
.Ana. ¡Huen lance habernos echa
quitándoles los capones
Tras de tantas desvcniuraí
muchas gallinas viudas.
que en mi daño mal se{;un
^^B TOMHIA.
,;Ondc el mi querido huc?
ni cesan ni se han cansado.
^H Lt<c(A.
Como acabó de almorzar.
yo he llegado
cansado, se entró á acostar,
á la desdicha mayor,
y durmiendo le dejé.
pues cuando esperé favor
El mi Juanchoen el pajar
para mis daños,
ronca como un descosido.
hallo de súpito en año%
^H TUKIBIA.
Esta ninfa ca venido
recién nacido el amor.
ma dado que sospechar,
Cuando, huyendo de nú sU
no quijera que lo vea...
infelices pasos daba
¡Prega á Dios!...
y limida tropezaba
^^P
^Quc predas?
en los brazos de la rouertl^
^H TomeíA.
,igué?
¡trance luertel
Vamos y te lo diré:
¡triste estrella! ¡adverso hai
prego que orégano sea.
advierto en mi triste evladí
(yanttlatdoi)
¡qué ri^or!
que es la desdicha menor
morir para un desdicha¿o>
ESCENA IV
Dicho», minos ToMBt* y I.vc/a.
ESCENA VI
Salt Sancii*.— t>icaA.
^H
^Y ha mucho que estáis aquí?
^H
Más de treinta «ños habrá
Sancho. Y« por quebrarle los ojo»
que aquesos presumo que ha
á quien os le pudo dar
que para vivir nací.
el coche truje á pesar
^^^^^^^^^^^V^ACTO SRGUNDO ^^SoT^^H
^^Buyo^cscíno^nafosr
que en aquesta casa len^o. ^^^|
^Hque en despojos
Mis contrarios me persiguen ^^H
^^de itn celestial pintura.
tan furiosos y soberbios. ^^H
le pediré á mi ventura
que desos riscos umbrosos ^^H
por Í8vor,
hribrán contado los senos. ^^H
que y« que me dio el amor.
No sé qué remedio intente. ^^H
no me niegue esa hermosura.
JuAsriio. Al diablo le das remedio ^^^|
Pardiez, si he de hablar verdad.
y pulgas le das al diablo, ^^^B
bien se me puede creer
que en aquel pajar tenemos ^^^|
que sois la primer mujer
hoy pulga, ¡juras á Dios! ^^H
que rindió mi voluntad.
que piensas que eres barbero ^^H
y pensad
y pes pega un picotazo ^^H
^^ que me siento tan jilorioso
que dcjasá Juancho muerto. ^^H
Pulga hay que bien puede ser ^^H
^m en este lance amoroso,
^m que he creído
con cordel mozo de ciego: ^^^|
' que siendo vuestro vencido
una pulga reverenda ^^H
he Quedado victorioso.
¡Ma a Pascua me dé Dios
toda vestida de negro, ^^H
piensa que es fraiU- benito ^^H
si en el punto que os miré
que te sales del convento. ^^H
de la suerte no dude
¡Muerto vienes, pobre Juancho! ^^H
cuál fué mayor en los dos!
^^^H
Admiro en voS
^^^M
una perfección discreta.
EscKNA vrij ^^H
^m por miraros.
^^^^M
^B que la vista más perfeta
Atámate Tomsu at p<iño con un as«dor rn la manu, ^^^H
^" entre prodigios tan raros
^^^1
se exhala como cometa,
^^H
^B y quisiera preguntar,
ToRiBiA. ¡Mal sosiega el pensamienio* ^^H
^P porque deseo saber.
De la cocina me salgo ^^H
^^ .¡cómo enseñáis á querer
y á mi padre en ella dejo, ^^H
á quien nunca supo amar?
que un quillotro no me deja ^^H
Que es de admirar
poner los pies en el suelo. ^^H
que á tantos en las cadenas
ílul en busca de mí querido ^^H
enlacen á manos llenas
y no está en el aposento; ^^H
vuestros labios
mas helos adonde están. ^^H
1^^ á cuchilladas de agravios
DiEOo. Este es el mejor consejo, ^^H
^B y ¿ puñaladas de penas.
á Madrid parto esta noche ^^H
^H Quien tan bien sabe decir
si me dejan. ¡Anal ^^H
^B lo que desea explicar.
Ana. ¡Diego! iAbrá^antt.^^M
^p si es que no ha sabido amar,
,;Es posible que mis ojos ^^H
~ ^cómo ha sabido seniirr*
tan gran ventura tuvieron? ^^H
Séoi decir
ToRiBiA. ¡Concenáme estas medidas! ^^H
que si os taita sentimientn,
DiKoo. No creerás á qué buen tiempo ^^H
que en tan amargo tormento
te ven los míos, doña Ana. ^^H
puedo enseñaros
a sentir con obligaros
Sin duda ha querido el cielo ^^B
dar consuelo á mis desdichas ^^B
sintiendo lo que yo siento;
con tu ^^H
y si es que acaso es verdad
Juancho. ,;No merezco ^^H
^_ que os debo alguna afíción.
que Juancho besas tus manos? ^^H
^B débaos en esta ocasión
Ana. ¡Juancho! los brazos es premio ^^H
[K gozar desta soledad.
muy corto de tus servicios. ^^H
'"*'• Ordenad
ToRtBiA. Para lodos hay refresco. ^^H
lo que tuéredes servida;
¡Qué socorrida mujer! ^^H
la obediencia me convida.
jQué haré, que rabio de celos? ^^H
porque espero
Ana. No habrá una hora que llegamos. ^^H
que conozcáis lo que os quiero,
porque ignorando el cochero ^^H
1 pues me aparto de mi vida. (Vuif )
el camino, nos perdimos ^^H
m.
después de varios sucesos, ^^H
m
que en esos montes pasamos ^^H
■ ESCENA VII
esta noche, hasta que el cielo, ^^^|
■
con la luz de la mañana, ^^^|
mtpor oirit putrta I^om Diri.h >■ Juamcho.
nos dio en esta casa puerto. ^^^B
' DoSa Ana.
En ella os halló ventura. ■
que sMo pudiera serlo ^^^|
O. No he podido sosegar.
entre tan grandes desdichas ^^^|
Juancho, porque considero
como nos siguen: bien veo ^^^|
la poca seguridad
que os ha de añadir disgustos ^^H
tUBLADME EN ENTRANDO
lo que coñlarosprctendo,
Eero acudo al menor dañíp.
liego: aquesle caballero
en cuyo poder quedé
no me agrada, porque es cieno
que goza de la ocasión,
como olrus muchos lo han hecho.
Desde que rae vio la cara,
con leine/as, con requiebros,
apretándome las manos,
dando suspiros al cielo,
me ha declarado su amor,
aunque con termino honesto.
Ks poderoso, y va á sei
Gobernador en Oviedo,
cosa que puede animarle
á conseguir sus mtenios.
Pues la suerte os trajo aquí,
no conviene ni lo quiero
que en su poder me dejéis.
Diego. ¡Ka, desdichas: á un tiempo
todas juntas, que ya es hora
de cumplir vuestros deseos;
matadme, que puco falta!
JuANCHO. ¡Llévese diablo por viejo!
]Juras á Dios que le tienes
las propiedades del puerco!
TopiuiA. ¡Hemos negociado bien!
Dieco. [Alto!; vamos al remedio,
que las determinaciones
son hijas de los discretos.
No quiero que con él vayas
ni que te quedes, que es cierto
que aquí no has de estar segura,
hsta noche, en el silencio
de su obscuridad, sin dar
á ninguno cuenta dcsto,
te prevén, que he de llevarte,
tomando pur instrumento
de las muchas dése prado,
dos yeguas, hijas del viento,
para hacerlo.
Ya le tienes
juras á Dios lindos frenos
y yo sabes donde hay sillas,
y pord corral podemos
echarlas.
Bien lo has pensado,
Muy buen despacho tenemos.
¿Nó hay son echar y frcir,
como sí hueran buñuelos?
A las die/ en esta puerta
has de estar, porque al momento
que Juancho ensilla las yeguas
nos vamos.
Ana. Bien lo has dispuesto;
pero, porque la fortuna
no atropcilc mis deseos,
cuando las tengas á punto,
habíame en entrando recio,
porque á la voz te conozca.
DiFr.o, Bien dices, y por más cierto,
será el hablarme en entrando,
la seña.
Ana. De aquese acuerdo
quedamos.
lÓANCHO.
Diego.
ToPIBIA.
DfEf.n.
l.bUtNA l.\
Sate Roomoo.— Ujtuoi.
Rooi>KfO. Ya esid esperando
la comida; ¡santos cieio%!
Señor ^en aquesta casa.^
DiEoo. Ansí el ciclo lo ha dispuesto;
¿dónde está vuestro señor.^
Rodrigo. Aquí esperando le dejo
á tni señora doña Ana
paracúiner.
Diego. Vamos luego,
que quiero besar sus manos.
RooRHiO. Será excesivo el contento
que tendrá con vuestra vista.
DipGO. Mayor le tuviera entiendo (<#
de no verme. Ven doña Anx.
J(i ANCHO. Juancho, vamos allá dentro;
buena noche se te espera
trotando por esos cerros
como ahora, y harta el tripa»
que qui¿á le vendrá tiempo
en que cuando quieras carne
matarán al carnicero.
Diego. I. o dicho, dicho, doña ;\na.
Ana. y lo dicho, dicho, Diego.
Juancho. Dicho lo dicho, t>arriga. i^4
ESCliNA X
ToKiai* tota.
Hábrameen entrando, pienso
caqucsia noche ha de ser.
sin duda, mi finamientu.
¡Qué bien lo amasó el traidor
que con fingidos requiebros
embaducar pretendía
lus mis sencillos deseos!
¡Qué he de hacer, triste de mí.
que me espachurran los celos!
ca cá dentro juegan cañas,
siendo la praza del cuerpo.
¡Llorad tristes ojuelos,
que amor os tira y son sus Trechas Cf k
y por sentir las que os están tirando
decl Toribia, asi: «hábramc en cntrand
ESCENA XI
Salt Lucía.— Dicha.
Lucía. Toribia, padre le llama.
¡Verá el diabro lo que ha hccl
(jcl asador le IrajisteP
No me ha quedado ubujero^
tizón, artesa, vasar.
horno, cocina, humero,
espetera, dcspcnsilla,
que he perdido el sufrimienl
buscándole. ¿No respondes?
,i(^)ué tienes que haces puche
Topin*. Tengo un bien que no me efl
tengo un mal que no le cnl '
^-f las vido al ninfo y la ninft
juntos?
Lic/a. Si.
Toribia. Pues «o teogo.
ACTO SEGUNDO
5o3
a de comer acabaron,
_ ella, desmayos fingiendo,
diz que se quiere acostar,
Kyo la cama le he hecho
n la cámara de arriba,
'a esos desmayos entiendo.
¡Mal desmayo íe dé Dios!
Pues se acuesta, ocasión tengo
para corromper sus gritos
y para lograr mi intento;
procura tú desnudarla
y con soiil íinfjimiento
los vestidos que le quitas
los trascuela á mi aposento
con secreto, que me importa.
, ,jQué es lo que hasde hacer con dl<>?
lA. Calla, y haz esto que digo.
„ Callo, y hacerlo emprometo.
iiA. Al cura le oi decir
que vestido de pellejos
le hurtó la bendición
un Jacume al heredero
della; y ansí pienso hacer,
que esa ropa será el vello
que la bendición que busco
i magarre por los cabellos. (V'ansf)
h ESCENA XII
5a/(ii Dcm DtECo y Don Luir..
Don Litis.
lis determinado
rá porñaros acertado.
I Don Diego.
loy agradecido
,r) amor que en vos he conocido;
nmc obligaciones
Huedo excusar.
L Don Luis.
" Las ocasiones
íieden suceder mirad primero,
^ la hermosura un enemigo fuerte
bien la adversa suerte
le dio, camina hacia la muerte
jntyor brevedad.
' Don Diego.
Esos deseos...
as palabras ya su intención veo. {Ayartr.)
no le haya obligado
0 noble ¿I haberle confiado
pnor! Pierdo el sentido.
1 Don Luis.
I en efecto, señor, solo y perdido
»do de la muerte,
[ueréis encargar de aquesa suerte
pa mujer hermosa?
» acertáis, y adviérioos una cosa,
^1 hábito santo
Cn Benito, á quien venero tanto;
I sangre heredada
ímpia y noble como desdichada,
tsiaba en mí pudcr esa señora
bien guardada que no queda ahora,
rer la llevar no os lo aseguro;
no me hab¿is conocido, que yo os juro
que Á conocerme...
Don DiEúO-
¡Ay cielos,
sin duda al viejo le atormentan celos!
Me he desengañado
del falso trato que conmigo ha usado.
En mi poder está...
Don Luis.
No está.
Don Dib()0.
¿Qué es esto
Don Luts.
Dañosas rapazadas. ¡Alto, presto!
pongan el coche y vamos.
HODHIGO.
Ya está puesto,
señor.
Don Luis.
^A qué aguardamos?
Quedaos con ella que, por vida m¡a,
que os acordéis de mi quizá algún día.
Llevóla yo á mi casa;
¡ay hija amada, el alma se me abrasal
y venís á quitalia
de quien le daba honorl ¿Queréis llevalla
á que guarde ganado?
¡Pobre muchacha, lástima me ha dado!
Don Diego.
¡Si no mirara...
Don Luis.
^ómo es eso, cómo?
Canas de acero calzan pies de plomo.
Yo soy quien he tenido
lo que no puede ser bien parecido.
Sí hacerlo no os agrada,
no miréis cn respetos, que mi espada,
cansada de matar los enemigos,
bien sabrá responderá los amigos.
Don Diego.
Ya apretáis demasiado.
Aquí cn vuestra presencia he reparado
no sé qué soberanos
impulsos me enmudecen que las manos
aun no acierto á moveilas,
debe ser unión de las estrellas
lo que aquí me detiene;
idos con Dios, pues tanta fuerza tiene
que no habiendo temido,
temo venceros por quedar vencido,
y no pudiendo hablaros
temo el oíros, temo el replicaros, (i'aic.)
Don Luis.
Muerto va y solo quedo.
Roohigo-
Declárale señor.
Don Liis.
Eso no puedo
que ahora no conviene,
que quiero ver si algún remedio tiene
\ con el cargo que hoy llevo
' su libertad.
5o4
IIABUADMK EN ENTRANDO
Robniúo.
Ya se ha escondido Febo.
}t)¿da(e aquesta noche
en esta casa.
Don Luis.
No: camine el coche:
pica á Oviedo que importa.
RODhtGO.
A Oviedo pica.
Don Luis.
La ¡ornada es corta;
¡que triste luc el mozuelol
Más triste quedo yo, sábelo el ciclo.
¡Ay, mi hija querida,
aiJn no go/aaa cuando ya perdida!
^jCuándo querrá mi suerte
que alegre os goce hasta esperar la muerte?
l Vanse 1
ESCENA XHI
S<i/r Luc'a iotí un candUón y los rntiddi y Towibia.
Tombía. ¿Cerraste la puerta?"
Lucia. Sí, ya la he cerrado.
TopiBiA, Cuelga el candilón
en aquesecravo.
^Siniiúte la nintar*
LucU. No. ca al ir entrando,
por no her roido,
quité tos zapatos.
ToHiBlA. Pues desnuda presto.
Lijr.ÍA. Ya tienes quitado
la saya y sayuelo.
{Síénlaxe tn tt surto,)
ToBiBiA- Desprende el tocado
apriesa, Locia,
mientras me descalzo.
(Queda tn manlegOtlo.)
LucfA. Ya todo está hecho;
¿por qué tas quitado
los zapatos?
ToHiBiA. I Bestia!
jcabrán en los zancos?
Dácalos acá.
(naltloschapinti )
.uciA. Aquí están.
ToRiBiA. iSan Pablo!
Llega ari. Luda-
llega, que me caigo.
Lucía. Quítatelos, pues.
ToHiBiA. Yo me iré enseñando,
ca amor es maestro
en aquestos casos.
Daca los corpinos.
Loc(a. Como están cenados
pof delante...
ToHtniA. Enseña.
oigan el diabro,
por detrás se atacan.
(i'(ÍMrlr ti iutiin.)
liTÍA. Las damas de hogaño.
siguiendo lo culto,
huyen de lo craso.
TiimaiA. Pon presto.
Li CÍA. Ya pfjngo.
i<>isio soberano.
cuáintos agujeros...!
Tgbihia.
LlcIa.
TORIBIA.
Lucía.
TORIBIA.
Lucía.
TOHTBIA.
Ll'l ÍA.
Tíil'IBIA.
LfCÍA.
ToRiaiA.
LrcÍA.
TOMIBIA
LríiÍA.
ToBIBIA,
LiicIa.
TOKIBIA
Lucía.
TORIHIA
ÍJ'(-Í\.
TüHIBIA
Lucía.
No estiraces tanto,
que me harás caer.
Todo está aiacadc»;
¿que quieres ahora?^
Dame ese retajo.
Allá va; ¿qué es estoi*
{Lat nui|
¿Qu¿ irojiste, diabro.^
¿es fronial de ¡Kreía.^
Ten de aqueste lado,
(Kxtiéndtíai todat. tjurkt^i
sida» por dtlantt.)
¿Quieres apostar
que irojiste acaso
la tunda del coche?
No, que es muy galano.
Ya caigo en lo que o:
manta de caballo.
¿'I'an larga.'
Alto, pues;
voimc rodeando
esta faia al cuerpo.
(Va dando vtulta¡ i'ot\bit.d4
i'itaifuas, y LvKtM Unlrnifo ri cf
Muy bien lo has pensado,
casi la traía.
Ata esos dos cabos;
venga ahora esotro
presto.
No ha quedado
ya más que la ropa.
iPwmttIat
iQué cuello lan alto!
Lucía, parece
pescuezo de ganso.
.iPor quC ansí lo haccii^
Porque yo he pensado
que los traen ansí
éstas, por si acaso
algún caballero,
tierno enamorado,
quiere visitar
sus compuestos labios,
con el pie de amigo
no pueden lograrlo.
Kstacaja vino
acá entre lys hatos.
¿Qué hay dentro?
Cabet
¿Si sa trasquilado
con el berrenchín?
Que son del tocado
tienen trazaderas,
si no es que me engaño,
estos son pericos-
Pon, que no me np-inin
que cuiga quien tiene
Kericú en los cascos.
»aca la valona.
Ksiá como un mayo;
loma no te ahoje.
, ¿Y padre?
Sentado
quedaba en el hurgo
i-on Sancho tu hermano,
>iue dcslas viiltn
quedaba cansado.
ACTO SKdUNno 5o5
Si por mi premunía
di que me he acrislado.
^Qué hará la «icñora
cuxnd'i ande buscando
sus vciiidüs?
Muera,
puei me está maiando.
Arrimite á mi.
(7'oiiM rl cii'iifi'i L uc> i, a nlmüsr ti Tu-
Válgale el calvario
de Nueso Señor.
fLinda estásl
¿Te agrado?
Vete poco á poco.
Si yo huera macho
todo estaba hecho.
Ik, ¡Ay! amante falso,
aquesto mobriga;
«hábrame en entrando,* (Vansr )
ESCENA XIV
N Don At.o)cso DE Ht'STOS y otroK lrrs,c'in
piítolas, botas y espuelat.
Los caballos apartad
detrás de aqucse ribazo,
que, según traigo noticia,
presto atajaré los pasos
del que ya segunda vez
más afrentas ha íntenudo.
Los caballos aun no pueden,
consumidos del cansancio,
pacer la hierba.
El postrero
ha sido bellaco ralo
que han llevado.
La noticia
que nos dio aquel aldeano
ae tos bueyes importó.
Ahí os quedad retirados,
veré si en aquesta casa
quizá quieran hospedarnos
sólo pur aquesta noche.
IVanse l(>»trti.\
Yo apostaré que acostados
estarán ya. ¡Ah, buena genld
[Da gtilptt.)
Abrid, liabtadme en entrando.
I ESCENA .W
.Sa/í ToBift?*.— Don Ai osso.
UA. La seña es ésta, aquí estoy
aguardando, Diego Hurtado.
Doña Ana soy.
to, iSantos cielost
;Qu¿ es esto?
}K. ' ,;Estan aliñados
' los caballos?
io. [Ap,) Fingir quiero.
Va están á punto.
|:a. Pues vamos.
{_Ap.) {Voto al sol, que habéis de ser
mi marido!
El cielo santo
sin prevenir la venganta
la trujo el cielo á mis manos
Sal* DoS* AjCA «itfí yctUda Ue rW/aiia.
¿Si habrá mi hermano \enidn.
que no se quién me ha quitado
los vestidos que tenía
prevenidos para el caso,
y en buscar esüs que tengo
presumo que me he tardado?*
Si bien mas segura vuy
en este traje.
ESCENA XVII
Salrn Don Luis y RonKiao.— Doüa Ai^a.
LiJts. Cansado
llego; mas ^cómo, Rodrigo,
tendré sin vida descanso?
HoDDii.o, Señor: de! camino vuelves;
,iqu¿ piensas?
Luis. lie imaginado
el peligro en que á mi hija
dejé entre aquestos villanos,
y ansí he resuello decirle
quién soy, y llevarla.
A.vA. Pasos
siento. jSi es Diego?
Li K. ' ¿Vué es esto?
Un bulto, si no me engaño,
miro i la puerta. ,}(^>uién va?
[Llega y ag4rral>t.)
Ana. ¡No es Diego, ay DiosI
Lilis. Sosegaos.
Ana. Ya os conozco, ya os conozco;
mirad que vendrá mi hermano}
y que si intentáis mí utcnsa
tengo valor, tengo manos
para mataros.
Li'is. ¡Ay, hija:
dame mil veces tus brazos!
Soy tu padre, Luis Hurlado
de Mendoza. Trac, Rodrigo,
la yegua.
(Vil Rúilrif;o pof tila.)
Ana. ¡Oh, padre amado!
;es posible que te veo?
Dame otra vez esos brazos.
ESCENA XVIII
Aitámane l.ucUii la puetta y >>eíos aÍTiíjrtr — l>irHo»,
menos Rot>hioo.
Li;cÍA, ]Eso si, cuerpo de tal!
Luis, Vente conmigo.
AvA. ¿Y mi hermano?
Ltis. Por ahora no conviene
quo sepa qu.én sov.
Ana. Pues vamos.
¿Ni ha de saber dónde voy?
5(m')
HABLADME EN ENTRANDO
RoDRiriO,
Asa.
Después.
Besaré lus manos
dos mil veces.
ESCENA XIX
,*5aí« Roduioo,— DtcHo».
Ya está aquí
la yegua.
¡Cielos sagrados,
tal suene en tanta desdicha!
Luis. ¡Vamos! {Vanse y lUvanula.)
esci:na XX
Li i'.ÍA s<ila.
¡Hábrame en entrando!
Hoy despacha el viejo verde;
paidicz, lindo lance ha sido.
¡Hola, hao! que se la lleva.
¡Oh Mendo, oh señor, oh Sancho!
ESCENA XXI
'Saltn por una puerta Vutt Vitr.o y Juamcho, y por
otra Sasicho,— LueÍA.
Sancho.
Di ROO.
Lucía.
DlROO.
Sancho.
l.UCÍA.
Diego.
Lucía.
Sancho.
Diego.
JUANCHO
DiEC.O.
Li'cIa.
DlECO.
Sancho.
Lucía.
Sancho.
Lucía.
DlEC.O.
Sancho.
LucIa.
JUANCMO.
Li'cIa.
J* ANCHO
Lucía.
¿Dt qué das voces? ¿qué ha habido?
Alguna desdicha aguardo.
¡Que se llevan á doña Ana!
;A quién?
¿A quién?
¡San Hilario!
lA iJiet-o.)
,:Vos estáis aqui?
Aquí estoy.
Pues otro «hábrame en entrando»
se lleva á Toribia.
¿Mi hermana?
¡Cielo santo!
¿Qué desdichas son aquestas?
¡Bien habernos negociado!
Pues ¿Quicn se lleva ádoña Ana?
Ese viejo á cuyo cargo
vino aquí.
|Ah falso, ah traidor!
Y á mi hermana, ¿porqué ó cuándo
la llevan?
Eso no sé.
¿Y quién hué?
«I lábrame en entrando.»
Juancho, vengan esas yeguas;
ponte en una al punto, Sancho,
que yo en estotra tras ellos
al viento ligero igualo;
busca i tu hermana, que yo
busco la mia.
Yo parto
sin alma, pues que el honor
y el amor me han robado.
Adiós, Juancho.
Adiós, (.ocla,
que allá me llevas mi amo.
Si encontrares á Toribia
dile...
¿Qué?
«Hábrame en entrando.»
ACTO TERCERO
E.SCENA PRIMERA
Salen l'oRiau, Dii:* A.t.o*m y ira \
Alonso.
Tni<iBiA.
Alonso.
ToBIBtA.
Alonso.
TOUIBIA.
Cab. t."
Alonso.
Toribia.
Cab. i."
TORIHIA
C/M». a."
TontaiAi
Caí». 3.*
Toribia,
l'ucs ¿que te obligó á decir,
pastora, que eras doña Ana^]
A ser vos mi confesor
podiera decir La causa;
mas ¿qué mayor la queréis
que mirarme ataviada?
Con don y unos atavíos
á cualquier mujer honrada
la sacan de sus casillas.
¡üh, nunca saliendo el alba
desengañara las dudas
de mi dichosa venganzal
Dalde á los diabros, que i t<]
mos mala y mos desengaña, i
de que he podido escurrirme.
Pero ¿quien, por mi dcsgrac"
la seña os dijo?
Es refrán
que acostumbro; y como 1 tantü
voces nadie respondió,
pareciendo que callaban
ó por temor ó por sueño,
acaso lo dije. Extraña
manera de vestir; ¿cómo
os pusiste las enaguas,
labradora, desa suerte?
hccidme: ¿cómo se llaman?
Enaguas.
¡Líbreme Dio!»!
¡Graciosa es la labrador»!
Y tiene extremada cara:
ya que hemos errado el tiro
entretanto que descansan
los caballos, recostaos,
que aquestas umbrosas hayi
servirán de pabellón,
cuando os ofrece la cama
huésped, si bizarro Abril
ella florida y bizarra.
Todos podremos hacerlo>
3UC. pardiez, de buena gana^
urmiera yo á sueño sucho
como un lirón.
¡Linda gradalj
¿Piensas dejarnos durm»en<"
y en un caballo serrano
tomar las de Villa Diego?
Nunca malicias os fiitaiu
¿Pues eso había de hacer?
Vo os empeño mi palabra
que heis de echarme menos]
me vaya.
Bien lo declara;
mas será después de ida.
Pues ¿cuándo?
Denle uní
por el aviso.
Y sepamos
sí yo no soy de ímportaocil
^ ^ 'f*^^^^^
^íraffiÍM les he uicndido,
ToRiBiA. ¿Pensabas que aunque uKkMna ^^^^
¿qué me quieren?
rústica, en aqucsas sierras, ^^^^
). Vuc le vayas;
entre sus peñas criada. ^^^H
mas será después...
no tengo valor ni manos ^^H
L ¿Deque?
para defender osada ^^^M
1. De que sepas que me abrasas.
el honor, preciosa joya, ^^^|
i. Pues apártese de mí.
vivo caratiel del alma? ^^^H
>. Será apañarme del alma.
Engañáisos, que en defensa ^^H
A. Pues jquién se la tiene?
suya os mataré. ^^^^
>. Tú.
Alonso. Ya pasa ^M
k. ¿Dónde?
de locura, lo que emprendes, ^^M
). En esa hermosa cara.
y por esa misma causa ^^^|
A. El alma de todo un cuerpo
ie he de gozar, ú la vida ^^H
¿cabe en mi cara?
has de perder. ^^^|
0. Serrana:
ToRiBiA. |Brava hazaña, ^^H
en esos ojos la tienes.
para un nobre caballero ^M
lA. .Aunque fuera de avellana
es ensangrentar su espada ^^H
es imposible caber.
en una humilde mujer! ^^H
D. líse donaire me mata
Mas no importa: ensangrenladla ^^^M
r sin piedad y sin justicia.
si podéis, que ¡vive Dios! ^^^H
caballero ae mohatra, ^^^|
que eres dueño de mi alma;
que esos labios de coral
que teniendo de mi parte ^^^H
y esas mejillas de grana
la razón que me acompaña, ^^^|
me tienen muerto de amores
la nobre sangre que heredo ^^^|
y que me abraso, serrana.
pienso haceros mil tajadas, ^^^|
por sen-irte.
que los galanes de hogaño ^^^|
lA. Gloria á Dios,
;aslan en calzón y mangas. ^^^|
imbesti. ^^H
que entramos en la posada;
ya no hay que pasar de ahí.
Alonso. |Viven los cielos! ^^H
(0. Pues ahora sólo falta
que en esta ocasión me holgara ^^H
que, pues el sitio convida.
que en tu defensa tuvieras ^^H
conmigo no seáis ingrata;
quien estorbar iüicniara ^^^|
vamos, gozaré tus brazos.
mi gusto. Acabad, ¿que es esto? ^^H
Ba. ¿Gozarme? Aqueso no es nada;
Si se deñendc, matadla. ^^^|
' mire si quiere otra cosa;
Sancho. No matarán, que aquí está ^^^|
el hombre es práctico.
quien, saliendo á la demanda, ^^^|
0. Acaba:
os cumplirá esc deseo. ^^^|
¿no le determinas? Pues
ToaiarA. ¡Hermano, toquen alarma: ^^^|
considera que á tu casa
muera esta gente roinl ^^^^
no has de volver si primero
Alonso. Agora saco la espada ^^^^
no haces mi gusto.
para castigarte. ^^^|
HA. (Aparte.) ¡Mal naya
Cab. Huid. ^^M
mi desdicha y no tener
Sancho. ¡Huid vosotros, canalla! ^^M
en aquesta ocasión armast
Rayo seré de esas vidas. ^M
iM¿ttnlos á cuchilladas Sancho y Tori- ^^M
io. Quedaos vosotros ahí.
Vamos, mi bien,
b^ ¿Esto pasa? Upar'f]
^K^Ellü no puede ser menos?
HK^Por ningún casol
DA. Pues vaya
con el diabro.
10. Vamos, pues.
1 Loco voy.
^^K (Van andando, y al pusar pnr junto á
Cab. 3." Esos caballos desala; ^^H
¡huyamos! ^^H
Alonso. ¿Qué es esto? ¿ahora ■
una espada os acobarda? H
Cab. i." ¡Pica! ■
Cab, 3." ¡Correl H
Cab. 3.0 IVuelal ■
Alonso. ¡Cielos! H
^^Bfn.i criarfof, 'l'oribia /c <;ui/a la espada á
si no vengo injurias tantas. H
¿para qué quiero la vida. < Vame) H
hx. ¡Fiera canalla!
1 Amansad vuesos deseos
^^H
con la punta desa espada.
Lo. ¿Qué internas, bárbara?
ESCENA III ^fl
h
.Sancho y Tomiia. ^^^H
^m ESCENA ti
Sancho. Al viento ligero igualan; ^^H
^^V .9a/« Sahoiio DfAZ.— Diciins.
mas ¿por qué culpo la suya ^^H
^^
si tu ligereza es tanta ^^H
mo. Creo.
que, airopellando respetos ^H
si la vista no me engaña,
de tu sangre y de tu casa, ^^M
' que llegamos á buen tiempo.
como una infame ramera ^^^H
^^^^5o8 ukm.smxK'KttvsnpAHbo ^^^^^^H
^^H tti &»Il'$ delta y te apartas
tu padre pudiera ser
^^m de lu padre y üc tu hermano,
que no tu amante!
^^M desluciendo con infamia
ToHIBIA.
Ya es fi
^^1 nuestro honor? r>ime: ^quc ha sido
propia en U hermosura «i«
^^M dcste traje la niudaiua,
ol mal gusto; pero calla.
^^P desta deshonra el origen,
que por dicha podrá ser
que sin pensarlo inossalíja
^^V '=.1.1 humildad la causa?
^H ¡1 delta ha sido ocasión?
un padre que á lí te quiete
^^H 1 ijt'irti.x. ru iimor.
como me quietó una hcrui
^^H {liAít una rtventncia )
(
^H Sancho. Aquesta daga
ESCENA IV
^H te le sacará del pecho.
^^K y pues mis ofensas callas,
S«ttn 1
[Ion Luí» can vara, 0oÍ4 Ama,!
^H ella me abrirá oira vía
r acnmpa ñamirnlo.
^^M que me la diga.
Luis.
1 la mostrado la ciudad
^M TonrBiA. Si basta
su lealtad y su valor;
^H decirlo, yo lo diré.
débolas un gran amor.
^H Sancho. Di. pues, acaba.
Ana.
Es de mucha calidad
^H ToiMoiA. La causa
lo noble della.
^H es muy larga para ahora.
Llis.
Pues no.
^^K E\ vestido, de doña Ana,
las reliquias de los godos.
^^H que, por gozar la ocasión
de quien descendemos lodo
^H que ella venturosa alcanza,
de aqui su origen lomí».
^^M me le puse, que el amor
Para no estar prevenido, "
ha sido el recebimiento
^^M del forastero que en casa
^H estaba, dempu¿s que vino
muv cumplido.
^^H ha metido tal cizaña.
RoDRino
Estuve tiento
^^m que ¿-1 ha de ser mi marido
al aseo del vestido
^H cumprióndome la palabra
y del tocado de aquellas
^H que me ha dado; aquesto es hecho.
que delante iban bailando
de lu persona, admirando
^^m aunque le pese á la ingrata,
^^B que por el melancoliosa
algunas más que el sol bel
^H tantos enredos trazara,
¡Extraño traje!
^^B 6 no seré vo Toribia.
Luis.
¡Extremado
^B Sancho. Calla, bestia, que es su hermana.
Es la nobleza de Oviedo
^H ToBtaiA. ^Mas por Dios?
esa que bailaba.
^H Sancho. Y aquesta noche.
Ana.
Puedo
^H el viejo á quien encardada
decir que no me he alegr»*!
^H la dejó, se la ha robado.
tanto como hoy ningún di
^H TúRiüíA. ;Qué me cuentas?
RüUBICO
. La Iglesia mayor es cosa
^m Sancho. ' Lo que pasa;
excelente.
^H á Oviedo partió tras ellos.
Lüis.
Milagrosa.
^H ToKiBiA. ^Y qué? ¿es de veras su hermana?
Ana.
^tienlras que se prosesuia
^^B .Sasc.ho. Sin duda.
el recibimiento, a mi
^m Toi.rniA. ¡Válgame el cielo!
las reliquias me enseñó
^^1 Parece que ahora el alma
v\ señor Obispo.
^^B por el cuerpo se pasca.
HoEil'KilJ
Y JO
^H Sancho. Aquesa yegua desata;
también, señora, las vi
^^M vamos, porque ho de ir tras él
contigo, y quedé admirado-
^^1 que también á mi me alcanzu
Lns.
Es este antiguo sagrario
^H ^ran parte de sus desdichas.
un divino relicario ^^
^H que á su hermana adoro.
de Europa, á quien han >i<^B
^m ToniBiA. Basta;
Uoma de España. ■
^H que baselisco el amor
Ana.
Si aqu! ■
^^B corrompió toda la casa.
nuestro ausente se hallara^
^^B Vamos, hermano, que yo
con más sosiego goxar* ^B
^^B ic sigo á Oviedo, Y las sayas
de las grandezas que vK ^H
^^B renuncio y en otro traje
Luis.
Dios lo dispondrá; n<> •^ÍS*^B
^^H si c't mi querido se halla,
á nadie que hermano tíeneM
^^H pardiez, tengo de vakllc
pues con eso previcn« V
^^M y en su defensa esta espada
aumento á nuestras latigasfl
^H pasará i Oviedo á cuchillo.
^H Sancho. Vtmnsá casa, que en casa
^^^^B
ESCENA V ^H
^H se dispondrá, y á mi padre
S(l!t JiTAHCMO.— r>triiO^^^H
^H daremos cucnía jAy, doña Ann.
^^B que mereciese tu iirnor
^H un hombre que con más causa
Jl'ani-ho. Juancho, si vienes cu^^_
sabes lo Otos. ^^H
ACTO TERCEHO
Juantho?
^\'o es aquel
l)ibimula.
Aquí
►láii a quien busco yo
tayas mal quien mu palió
' no fue clérigo, si
lo vinieras Juancho ahora,
í6lo de Bilbao pruebas,
al viejo vcfdc ic llevas
inlt-'s que pasa un hora,
que gobiernes infierno,
^¿íjucréis algo?
Para vos
^lrai(;o este. (¡Juras á Dios
|ue le despacho el gobierno!)
[Italt un papel y tmpuña la tspada.)
¡Juancho, rRira!
tHO, iFucf;o. fuego,
en vosotros! <qu(J me quieres?
.Llevar el diablo mujeres:
la mejor quemarla luego.
¡Dónde está mi hermanor"
O. " Ha ido
t á cazar grullas.
Di adonde,
^lo. Juancho en su vida responde
á mujer.
^•Tienes sentido?*
nio. A fe que estoy sospechando
I después que os fuisteis los dos
no digáis, ¡juras á Dios!
abura, «habladme en entrando»
¡Bárbaro! ¿qué dices?
, ¡Cielos!
^_^Eslo escribe y dice ans{.
^■]Av hijo amado, ayde mt,
^Hquién quietara tus desvelosl
^H (¿fe.) «S'j sois caballero ni puede
^™scr que seáis bien nacido, porque
quien no corresponde á las obligacio-
nes de serlo, niega lo uno, deslucien-
do lo otro, Kieine en vos; no acudis-
teis á vuestras obligaciones, cosa que
no hicierais en tener buena sangre.
Débeos de animar el verme persegui-
do: pero para que os desengañéis de
que en cualquier estado tengo el va-
lor que heredé de Don Luis Hurtado
de Mendoza, mi ilustre padre, os
quedo esperando junto á la cruz del
Vierío, donde os guiará ese criado.
Solo estoy y mis armas son una es-
pada y daga: si os pareciesen pocas,
traed las que quisiéredes, y si no os
atrevéis solo, venga quien os acom-
pañe, que, siendo como vos, tanto
monta. — Don l)ief}¡o Hurtado de
Mett¡ioi;ct.y
¡Bien haya quien le parió!
Si mi valor heredaste,
Diego, ahora lo mostraste.
¡Qué resuelto que escribió!
Ks valiente. Dios le guarde.
^Vos me habéis de guiar?
ICHO. ■ Si.
LiMs. Pues alto, vamos de aquí,
que nu quiero que me aguarde.
Aka. ¿Adónác vBi?
I.ijis. Ai^uivoy.
JuANc.uo. ¡Juras á Dios, MZcaíno!
solo vas, viejo, al camino,
muchos palos que Ic doy.
[Yante Don Luis y Juaocbo.)
BSCENA VI
Dú4a Ana y Routoi'O.
Ana. Itodrígo; temblando qucdu:
ve tras ellos.
RooRii.o. Si, haré,
y más gente llevaré.
Ana. yuc no aguarde tengo miedo
• mi hermano, que es arrojado,
y sin advertir razones,
en viéndole, ejecuciones
dará á un caso desdichado:
que Juancho me dijo agora
que é mi padre está esperando
en el campo; estoy temblando.
KouRiGO. Pcrdc el recelo, señora.
que prevenido estaré
para lo que sucediere,
y la gente que irujerc
retirada dejarc
para que, sin embarazos,
se desengañen los dos.
Ana. Padre, hermano, tráigaos Dios
á mis ojos y á mus brazos. <»''"'»' >
ESCENA Vil
Saít DúM DiKoo «i/o-
Basta, cansada memoria,
que dais en jlormcntarnic;
Cuando alligidü juzgaba
que si la vida faltaba
honor tenia.
Memoria, si la perdía
más vitorioso quedaba.
pues ahora que el honor,
que fué la prenda mejor
que he tenido,
me la arrebató atrevido
de la fortuna el rigor.
memoria, si bien se advierte,
acordando el trance fuerte,
¡que pesar!
¡SOIS la piedra de amolar
del cuchillo de la muerte!
¡Que una mujer que entendía
que en poco el mundo tenia,
¡qué crueldad!
intentase sin piedad
tan notable alevosial
¡Que un noble me persiguiese,
que la palabra me diese
y la quebrase!
¡Que ailigido me dejase
V que con mi honor se fuescl
ojitn i_iuM Lcis y Ji;»!iciio.— Dichos.
DiEóu. H&pcra junto al caballo
por si fuese menester.
JuANCHO. Señor, el que esiá agraviado
no nene que hacer más que
en llegando metes mano,
y de primer antubiún
el diablo llevas contrario,
que salisfación si esperas
no vales higo. (»'«»í
ESCENA iX
biiMiot, menos iuAttciio.
Luis. Aguardando'
me fstá ya. Guárdeos el ciclo.
DiEúu. Hasta que pueda mataros
solamente lo deseo,
vil caballero, que cuando
de vos me fio, mi afrenta
ejecutáis.
Lris. Reportaos
y escuchadme.
DiEoo. ¡Qué diréis!
¿Que por remediar el daño
mayor, piadoso trujisteis
esa mujer, que me ha dado
para mi deshonra el cielo,
para mi atlicción los hados?
¿Acaso, preguntóos yo,
sois ini tutor?
Lt:is. El muchacho
está resuello: ya es tiempo
Ereciso de declararnos,
liego, veinte años ahora...
DiEOü. ¿Qué tienen que ver veinte años
con mi agravio?" ¡Vive el cielo
que debéis de haber pensado
que soy loco! |Alio, sacad
la espada!
Luis Terrible caso
será que no me escuchéis.
DlK'iO. Más terrible lué llevaros
á mi hermana. Acabad luego,
¿QUC os detenéis? .Meted mano.
Luis Dij^o que veinte años ha
que por aquel desastrado
caso.
DiEOü. ¿Qué gastáis arenpasr
Yo no tenf;o de escucharos.
Li'is. ¡Vive Dios que habéis de hacerlo!
DiEuit. ¡Vive Dios que he de mataros
si la espada no sacáis!
[Sácala V>on Diego.)
Lins. ¿Vióse caso más extraño?
El muchacho está perdido.
¡Alto! vamos abreviando.
¡Hijo de mis ojos! Yo...
DiEoo. ; Ya os acoRéis al sagrado
de ta humildad? Pues conmigo
no ha de valcros. Si aguardo i <;*)
más razones, Cite viejo
me ha de -í-'- -' " mi »f,tk\
pierde la ü.
Pues no qu..v... ...cicr raí
haber si ahora lo hacéiv
(Tírale y mete Uoa Lvtt i
Luis, ¿Qjuc es esto, ciclos sagradu
¡Amado hijo, yo soy...
Diego. Un caballero villano
que cuando del me ñé
mi deshonra ha intentado.
ESCENA X
Üiet Rontitúo dentro y lutgo iait c>"i loJt
pmiiestn y embuten d Dox Utmo — Hk
R0DRK50. Caminad presto, que ya
los aceros han sacado.
ineniro.) ¡Favor aqui á !a j
Dir.üo. Con celada y con engaño
saliste, |no importa!
2.** i Moer»!
Luis. Ya no he de poder librarlo,
que si declaro quien soy,
no será posible caso
valcrle; quiero callar.
¡Hola, prendedlo ó matadlol
3," ¡Muera!
4." ¡Muera ó dése pr
Diego. Ha de ser hecho pedazos.
( Mtttnín i c
LiMS. Rodrigo, Rodrigo, mira
no me lo hieran, coreadlo;
bien se resiste, jay de mi!
Mucho le van acosando,
parece que le han herido.
[Teneos!
(Saltn tolfre él y íJ htrtáo.
pies del padre y guita lat arm
DieuO. ¡Cielos airados,
que me perseguís! ¿qué es
A los pies de mi conirano
vine é caer.
Luis. jDeteneos,
insolente temerario!
¡vive Dios que habéis de t
en un alto cadahalso
vuestra cabeza! ¡-«y de mi!
¡Rodrigo, mira si es alf»ol
RooKir.o. En la cabeía es la herida.
Li is. ¡Mal hayan amén las mane
que se lá dieron! ¿Qué es
¿Estáis herido? Llegadlo
acá.
DiEoo. jAirada lortunal
Ks este el ultimo estado
en que pudiste ponerme.
Luis. No es nada; bien cmplaido
fuera el haberos abierta
la cabeza y aun mataros.
(No lo quiera Dios.) Tüm»d_
esc lienzo y apreladlo
en aquella herida.
Diego. jAh, pe»
Li is. A ver si csU bien «lado:
llegad aci, no está bueno.
ACTO SEGUNDO
5ll
ESCF.NA XI
ILTohibia y Lucía ¿t Aomhrts, Mtttldás d /o
füii, Sahcuo y Mk.<4uo, y Jcahcuo por otra
. Juras á Dios que anda el díablu
suclio, cazolada tienes
de gente el viejo bellajo
escondida.
Anda, Lucía.
Pardiez que son gUenos ajos
ésios.
¿Q\ié gente es aquesta?
Justicia pienso.
O me engaño,
o es Die^o Hurlado el que llevan
entre aquellos agarrado.
Padre: ¿qué habremos de hacer?
r£so pudieras mirarlo
antes de salir de casa;
f»cro después de hecho el daño,
legar, librarle ó morir,
ya que estamos empeñados,
íAlio, puesl ¡Hola! ¿á quién digo?
\A mochachosl retiraos
á aquesta parle.
|Oh, qué bueno!
no queremos retirarnos.
^lA. ¿Reli... qué? aguardad un poco.
|Hola, fariseos! dadmos
el preso.
Dadmos el preso.
¡Vive Dios que los villanos
del luí?ar quieren librarle!
Quizá del ciclo guiados
vengan muy en hora buena,
¿Qué es lo que emprendéis, serranos?
¿\o miráis que estoy aquí?
Hü. Por aqucse mismo caso
lo intentamos.
¿Qué es aquesto?
¿Sois locos?
0. Locos 6 sabios
esto ha de ser ó sobre ello...
IIA. Suelten all hombre.
Tal caso
no he visto.
IIA. Suelten all hombre.
¡.\h villanos, reportaos!
Mirad que el gobernador
de Oviedo os está hablando. ,
BiA. iMeniis. que no es caballero'
quien intenta hacer agravios!
,<Yo, agravios?
Lo dicho, dicho.
UA. Claro está, que hcis de negarlo
porque sois un... En deletu
suelten all hombre.
En llegando
á las manos, tú, Rodrigo,
le suelta, que por milagro,
á medida del deseo.
Dios trujo esta gente.
íMO. Juancho,
buen paliza se te aliña.
Si me libro de las manos
dul enemigo por tí,
,uh. pastora! que aunque extraño
el traje de hombre conozco
tu valor, por los sagrados
ciclos, que le he de pagar
mi libertad, obligando
mi palabra ai beneficio.
Lcis. iVil canalla! ¡Ya me canso
de sufrir! ¡hola, prendedlesl
si se resisten, matadlos.
{ Embisten con ellos, y en la rt/rt*ga
suelta Rodrigo 4 Don Ihegp, y Toribia le
iia »u espada y dtsciñete la honda.)
Sancho. ¡Padre, á ellos!
Mendo. jUijo, á ellos!
JoANcito. ¡A ellos tú también, Juancho!
ToKiaiA, Pur ese lado. Locia.
valiente, ve espcchonando.
Ll'cIa. Ya le sigo.
!.• ¡Mueran!
a.» ¡Mueran!
{Milenios los villanoM á cuclitlliJa».
Salen por otra puerta Rodrigo, atidinU
l>uQ DicRoy Uon Luis.)
Uno. t í>í«'ro) ¡Ciclos santos, gran furor?
¿son rayos ó hombres?
'Hace que se esconde.)
ESCENA .\II
Luis.
PouRioo.
Diego.
Li:JS.
Diego.
Luis.
ToMIUlA.
DlE<.0.
TüRIBIA.
DiEoO.
ToRIBIA.
DlEOO.
Sale T>o« Lt-ts.— Dichos.
Rodrigo:
haz lo que diré...
Libraos,
Diego Hurtado de Mendoza:
idos, ya estáis desatado.
Yo paguré este servicio.
Tcncdle, que se ha soltado.
¿Que me persigues? ¿qué quieres."
Dios le libre.
( Vane l^uiJrigo y l:>oa Luis.)
ESCKNA XIII
Sale ToMiiiiA.— Don Diego.
Diego Hurlado.
Toribia.
Pues ya estás suelto,
loma esta espada en la mano,
líbrate, no tengas pena,
que yo seguiré tus pasos
en sabiendo dónde vas.
¿Cómo he de poder pagaros,
Toribia, con una vida,
tantas como me habéis dado?
.\o es tiempo de taravillas:
huid.
Obedezco y parto. ( Vast.)
ESCENA XIV
Salen .SANcno y Mbnuo, acuchillándole, por una
parte, y por utrd, Lccía, Tombía y Juancho.
Toribia. Mueran, ó dense á prisión.
Sancho, .^ntes muerto que entregado.
5ia
JADME EN ENTRANDO
I iris.
JUANCIIO
Mendo.
SancHu
MtNlW.
Lucía.
TOPIBIA.
LucIa.
JitANCIIO
t.tJIS.
Menuü.
Sancho.
JllANCtlo
ToHIBIA.
LucfA.
ESCENA \V
Siilrn UuN Lt'is y KoriKiLo.
¡Teneos, teneos! ¿Qai es tti|Uc>»lo?
Duipucs que haticis alcanzado
el inlcnio i que venisicis,
^p'.ir que queróis, icmcrarios,
abalanzar vuestras vidas
cuando miráis allcraJo
á Oviedo y que es imposible
con las vidas escaparos?
Daos y crccdme, que os juro
si por la te de soldado
y por la de caballero,
por el hábito ouc traigo
y por la vida del rey
¡que };uardc Dios muchos años),
que si os entregáis ahora
debajo de la que he dado,
que no recibáis ofensa,
antes protesto ayudaros,
puci sabéis que debo liacctlu
por tenerlo granjeado
con las pasadas caricias,
con vuestro nuble agasajo.
No le creas, no le creas
con esto quieres pescamos,
y luego estirar el nuez
y allá vas con el diablo.
¿Qué haremos, hijo?
Señor,
si es imposible el librarnos,
damos con este sei4uro.
Sea anst.
Ante lodos casos,
señor, ;soltaron all hombre?
Si, besfia, va le soltaron.
i»ues ahora, aunque me ahorquen,
no importa, ca quicsti Juancho.
. Más valiera no estuvieras.
La gente se va acercando.
¿Qué resolución tomáis?
De que debajo tu amparo
nos entregamos, y advierte
que el que es noble está obligado
á libertar ¿ su amigo
de semejantes trabajos.
Eso es cieno; vamos, pues,
entregad las armas.
{Entrégantan tuduf)
Vamos.
¡Ay doña Ana, si pudiese,
ya que en tus soles me abraso,
increcer un ravo del los!
Allá lo llevas ¿ Juancho.
plegad á D.os que verdugo
no le des carta de paj;o.
Loca vov con oue mi Diego,
Locia, se hava librado.
Vü con ver que en la prisión
tendré, Toribia, á mi Juancho.
ESCENA XVI
Sttlt DoR DiKoo tuto fwr lo */»■* <í«i '
Ásperos y intrincados Ij
claro y undoso río
á quien paga el rocío
en tributos distintos
obediente al que debe
cobrando el que la nieve
dcsos montes deslila
cuando el invierno afila
sus frígidos bostezos,
porque con espcreios
el sol mal abrigado
sale á mvadir de luz el tcí
v la escarcha en sus faldas]
perlas le ofrece en ramos i
si lastimáis mi suerte
piedades lograréis dándomí
Algo cansado y afligido llr
fuente, á vuestra corrientí
en vos, sed ardiente
mitigaré que llevo:
bulliciosa os contemplo
de mi inquietud ejemplo,
sed piadosa conmijío.
¿Qué es esto? A mi encm^
en aquel risco veo,
|ah infeliz deseo!
el agua me persigue
porque mi sed en ella i
Caballero, que esos n
quizá pisáis por mi cat
para añadirme desdichas,
como si á mi me faltaran,,
bajad, deccnded al llano,
que en él un hombre os al
que, como nunca ha vivií
no sabe cómo se llama,
sólo sabe que la muetic
bien alegre en sus desgrac
ya como cosa perdida
ni le deja ni le mata.
Si acaso me conocéis,
tcómo no movéis las pt»-.
lajad. matadme, con esoj
lendré vida y vos vengar
ESCENA XVIÍ
Sale Oot* Aloiwo.— Do(*
Alonso. Caballero, á quien conoi
para mi daño: dudaba
hasta ahora que mi suc
en mi bien se conformar!
cierto dclla, aunque avaí
me niegan paso estas raí
menospreciando su ahur
esculpiré mis estampas
en la arena de esc valle,
V va que iguales no» hall
la'suerte, pues en I» ml«j
umbién es fortuna avar^
conformes en el cansaní
iguales con las dcsgrací
ACTO TERCERO
por lo menos no diréis
que os he muerto con ventaja,
[.a soledad desic silio
es tan grande, que no se halla
que hayan violado sus hierbas
hasta ahora humanas plantas.
Siendo nobles, es forzoso
que quede en esta batalla
el uno de los dos muerto,
si no es que la suerte iguala
los sucesos, y es razón
3ue aquf nos demos palabra
e que el que vivo quedara,
que es una facción hidalga,
lleve al otro á que le den
la sepultura sagrada,
y hasta tanto no le deje,
que será desdicha extraña
que al difunto se la den
una fiera en sus entrañas.
Pena de mal caballero,
si no lo cumpliere...
D. Es tanta
razón, que juro cumplirlo,
y por que también se haga
lo que la nobleza dicta,
si llegara vuestra espada
antes á mi pecho, abriendo
puerta por do salga el alma,
yo os perdono desde aquí,
y á la Aurora soberana,
madre del Sol verdadero,
que estrellas lucientes calza,
pongo por testigo.
>. Y yo,
y en fe dello ya os aguardan
mis brazos.
(Abrá^anst.)
SO. Aquestos míos
contirmarán mis palabras.
K ¡Alto, pues, aquesto hecho!
Empiece nuestra batalla,
so. Ya os aguardo con la mía,
meted mano á vuestra espada,
b |Fueite pulso!
ioi ¡Gran presteza!
L ]Rayo airado!
kh ¡Furia extraña!
I Mi desgracia estoy temiendo,
h Gran desdicha me amenaza
|o. ¡Ah débil mano! rfQué es esto?
^agora pierdes las armas?
(i:úesttt la tspada de la mano, va á ca-
gtrla y dtUrntlt Doo IJícgo y cúgtU la es-
pada.)
I. Teneos, que ya esta ventura
Bara mi estaba guardada,
adme la espada.
K No quiero,
porque es necedad extraña
dar armas al enemigo
con que logre su venganza.
K>. Pues matadme, acabad presto.
íT ¿Confesáis, viéndoos sin arma,
I^Lqüe tengd agora en mi mano
^Vvucstra vida, y que no hay cosa
^" que me lu impida, pues es
haber perdido la espada
Alx)kso.
DiEGO.
.Alonso.
DiEUO.
Alonso.
Diego.
Alonso.
DlEúO.
Alonso.
Diego.
5i3
despojo del vencedor,
SI en ros ha sido desgraciad
Cuando yo quiera negarlo,
vuestra dicha lo declara.
¿Ya noestiis muerto?
Si estoy,
más {^ue de temor, de rabia.
Si estáis muerto, perdonadme,
como disteis la palabra,
que el testigo que pusisteis,
cuya pureza sin mancha
aduru, atento nos mira,
á quien no podéis negarla;
y para que echéis de ver
que no me incitan venganzas
a que este perdón os pida,
tomad, tomad vuestra espada,
tomtd la m(a también.
(Dalt las doi upiidat.)
que aquí rendido os aguarda
quien ya humilde no os resiste
cuando soberbio os mataba.
llUncast de rodillas y levántale C(>n tos
¿•raxi'X Hon A.lonso.)
¡Oh, afrenta de los varones
ilustres, á quien la fama
eterniza! Aquesos brazos
me da mil veces, que basta
tu ^cnerosa hidalguía
pafd que te perdonara,
no la muerte de mi primo
de quien soy parte, mas cuantas
injurias hacer pudieras
á mi sangre y i mi casa,
y si quieres que quedemos
en facciones tan bizarras
iguales, dame la muerte,
que pienso, con perdonarla,
sienclo imposible hacer más,
aue no me lleves ventaja,
orrespondes á quien eres.
Vamos á Oviedo, que el alnia
acreditará con obras
lo que ofrece con palabras;
que en León no te está bien
entrar hasta que, acabadas,
estén estas diferencias,
mientras el perdón se alcanza
de su majestad.
Amigo,
tu favor me es de importancia
en Oviedo, que esta noche,
si sus tinieblas me amparan,
pienso, cortando dos cuellos,
lavar de mi honor la mancha.
Dispon de mí, pues soy tuyo.
Vamos pues. ¡A y falsa hermana!
)ay aleve amigo! el cielo
me deje tomar venganza. {Vante.)
ESCENA XVín
Sattn Don Ll-ib. Tonrai*, Li;c(a, M«ndo, Sancho,
UoÜA An*, RobKir.o, Juamcmo y genlt.
Lt'is. Haced que se les aliñen
camas en aquese cuarto,
y con la guarda bastante,
HABLADME EN ENTRANDO
Rodrigo, y con el cuidado
necesario, en su prisión
los icncd, que debo honrar lus
por el buen alojamiento
de su casa, aunque han andado
esta larde inadvertidos.
Rodrigo. De hacerlo tendré cuidado.
AsK. \\y, señor! ¿vienes herido?
Luis. No, pero vengo cansado.
Ana. <Vu¿ lal refriega tuviste,
y adonde queda nni hermano?
Li/'is. Pregúntalo á quien fué causa
que el escapase á mis manos.
Asa. s9"^ ^^ esto?.;ciué traje es esic,
Toribia, que habéis tomado?
TüRimA. Acá es un ciento de nueces;
dejadme: ios con el diabro,
que vuesas habilidades
nos tienen en este estado.
¿Por qué os huíste, golosmera,
y dejasteis vuestro hermano?
JPANCHO. Porque hombre y vino le quiere
esta mujer de un tamaño.
Ana. ]Vaya con Dios, qué os parece
cuál me ponen los villanosl
.Mbnoo. No son villanos, señora,
los que estáis vituperando;
tan buenos son como vos,
que los Díaz asturianos
no deben nada en Oviedo
á los más nobles hidalgos.
Luis. Teniendo aquesc apellido
noble, yo no he de faltaros.
Escuchadme aparte.
(Hablan MtnJoyJion Luis, aparte.)
Ana. ¡Ay cielos!
¿De qué estás tan triste, Sancho?
.Muy agradecida estoy
que por librar á mi hermano
te pongas en tal peligro.
Sancho. A no haber visto tan claro
que merece vuestro amor
quien hoy os está gozando
y quien de mi casa os trujo,
fuera poco por libraros
volver á Oviedo en ceniza,
débil Troya de mis brazos,
y le hiciera por mi amigo,
¡viven los ciclos sagradosl
matando á quien le ha ofendido
si no fuera...
Ana. Sancho, Sancho,
reportaos, quizá algún d!a,
cuando estéis desengal^ado,
yo podré corresponderos
y vos podréis sosegaros.
Lucía. Juancho, cansada me siento
y aquesto va muy de espacio;
¿quieres que aquí mos echemos?
Juancho. ¡Dónde!
LccFa. En el suelo.
Juancho. Estar blando
mucho para mis costillas.
ToRiniA. Quien tuviera entre los brazos
á Diego. ¡Ay ausente mió!
Lucía. Gusto me hadado escucharos
y conoceros.
Salen liott DiKoo y Úox Aíxttao y c»f «
DiRGo. A tiempo
me parece que llegamos.
Cerrad presto.
Alonso. Ya está hecho:
la llave se quedó acaso
en aquesta cerradura.
DiEoo. Echad la loba; arrimaos,
don Alonso, en esa puerta,
no se alboroten hidalgos,
que aci estamos todos.
Luis. ¡Ci<
¿No es este Diego?
Roi>RiGO. Soñando'
estoy. ¿Y también no advierte
aue le viene acompañando
on Alonso, su enemigo.*
Ana. Alguna desdicha aguardo.
Toribia. ¡Ay, Dicí>o del alma mía!
JuA.NCHo. Juras á Dios que es mi amo.
Di£«io. .\o quiero gastar el tiempo
en quejas de vuestro t'"*io,
que esas las publica el muífl
y por aqueso las callo. ^1
Tampoco quiero quejarme
de aquesa mujer que al lado
tenéis, que al Hn es mujer,
y la más fuerte, de barro;
la pendencia de esta tarde
tampoco quiero acordaros,
que aquesa yo os la perdono,
pues por ella he granjeado
á don Alonso de Bustos ^m
por mi amigo y por mi hetfl
al ñn, yo no vengo á quejad
sólo vengo á que la mano
deis luego á aquesa señora.
¿Qué miráis.^ ¿Qué estáis dod
¿Podéis vos ser mejor que i "
No, ivoto á Dios! esto es U
vuestra mujer hade ser;
aqui estamos encerrados;
esta es la llave, acabemos, '
ó os haré tantos pedazos
que en el aire...
Luis. Caballero,
escuchadme y reportaos.
En cuanto á ser su marida
eso no puedo negarlo
que conque un impedimce
allanéis fácil, es llano
que me casaré con ella.
En cuanto haberos quciado
de queá vuestra hermana trui
respondo, señor, que es tanto
lo que la quiero, que un punto
fuera imposible apartarnos
sin que muriera, y ansí
el amor en este lazo
me disculpa, y pues que
á cuanto me pedis llano,
contadme vuestro suceso
con don Alonso.
ACTO TERCERO
5l5
tso.
:no.
o.
IBIA.
ISO.
Nu es caso
que admite corto progreso;
sólo sabéis que obligado
del valor, de la hidalguía,
digna de esculpirse en mármol,
de don Diego, á quien le debo
la vida, le he perdonado
la muerte, pues que soy parle,
por ser deudo el más cercano
de mi primo, y autorizo
esta amistad con mis brazos.
Ya que habéis sabido aquesto,
qué se ha de allanar sepamos;
porque en habiendo imposibles
los allane con mataros.
¡Santos cíeles, esto es hecho!
En brasas estoy temblando.
En fin: ^no puede ser menos
sino que hemos de casarnos?
O morir en la demanda.
Pues alto, traigan despachos
de Roma.
Pues ^para quéP
Para que se case, es claro,
una hija con su padre.
Dadme esos brazos, amado
hijo, que tu padre soy.
¿.Vli padre?
«Habrame en entrando.»
jAy hijo! {ay prenda querida!
Dadme vos también los brazos.
(A Alonso.)
Seré desde hoy vuestro hijo.
Diego. ^Es posible, padre amado
que llegue á ver este día?
Luis. Dale tú la mano á Sancho,
Ana, que estoy satisfecho,
de que es por linaje hidalgo.
Ana. Con mucho gusto la doy.
Sancho. Yo estoy loco en bienes tantos.
Diego. Siendo así, Toribia mía,
según me siento obligado,
no hago nada aunque entrego
ei alma con esta mano.
Toribia. Honor de los zaragüelles,
aceto.
LucIa. Querido Juancho,
jquieres ser mi matrimonio?
Juancho. Pues que tocas á rebato,
Juancho, ^qué puedes hacer?
]Juras á Dios que me caso!
Diego. Don Alonso, á mi prima,
que es un ángel soberano,
te ofrezco.
Alonso. Su cielo adoro,
y ansí quedo bien premiado.
Luis. Por el perdón partan luego
de su majestad, y en tanto
te doy la ciudad por cárcel.
Menoo. Gocéisos muy largos años.
Rodrigo. Ya es hora que descanséis.
ToKiBiA. Y si acaso os ha agradado
esta comedia, os suplico
que premiéis nuestro trabajo
y deseos, con decirnos
jvitorl habladme en entrando.
LA JOYA DE LAS MONTAÍÍA'
Jl
COMEDIA FAMOSA ^fl
[Y VERDADERA HISTORIA DE SANTA ORO¡
DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA
PERSONAS
El Rey de Aragón.
FoRTUNio Gapcís, principe.
El Conde de Aznar.
Mosquete, f;racioso.
Leonor, dama.
Laura, criada.
Un Angcl.
EuROsu, princesa de Bohemia.
CoRNELio, principe.
Arci&clu, obispo.
Bodoque, lacayo.
Atanael, capitán moro.
Tari TE, moro.
Mecot, moro.
JORNADA PRIMERA
ESCENA PRLM ERA
Saltn Evnosu y Booo^ui.
)t>oQUE. Yo lo pensaré despacio.
^Ei'RosiA. Tu desatención me admira.
¿No basta que yo te ruceo?
Bodoque. Sí, señora; mas, |p«r vida
de Bodoquel que a cualquiera
que tiene ley conocida,
no pasando i mejorar,
el mudar le hará cosquillas.
EuROSiA. El mejorar en la ley
es verdad bien clara y limpia,
y pues razones no bastan
a postrar tu rebeldía,
basta ver que todo el pueblo
y aun el reino lo confirma,
pues que ya desengañada
de la ciega ¡dolatria,
toda Bohemia promete,
con inspiración divina,
seguir i Cristo; ¿y tú sob
con tan dañosa port'ia
quieres resistirte, necio,
a tan soberana dicha?
Ya estuviera convertido
si no por aquella lista
de los mandamientos.
EuROStA. iC<
¿Tanta gente convertida
no le mueve?
Bodoque. . No mu]r mi
porque mi abuela decía
que de espacio se 8rrepi<
quien se determina aprisa.!
EuROsiA. ¿Es posible que no basunj
tantas pláticas divinas
de Metodio á convenirte? |
Bodoque. SI, señora; mas las tripes
me dicen que no importa
seguir aquella doctrina
que me obligará á ayunar.
EuRosiA. Esta ley es tan benigna
que súlu obliga á quien pí
abstenerse algunos dias
de alimentarse á deshora :{
y quien con acierto mira
las cosas de Dios, bien pi
JORNADA PRIMERA
517
experimenlar debidas
absiinencias en la ley
í para conseguir la dicha
I de ser amado de Dios.
fuR. Harto bien me soliciía;
mas agora, muerto de hambre,
que no he comido en dos días,
^cómo quiere que yo crea
en ayunos, aunque diga
que son buenos, si, al contrario,
conozco por mi desdicha
que los días que no como
no tengo mas malos días?
ÜK. iQué mal entiendes. Bodoque,
de aquella esencia infinita
. los impulsos soberanos!
La gula sólo apadrinas
para estorbo á tantas luces
de católicas doctrinas.
¿No has oído en el sermón
las historias repetidas
de tantas dichosas almas
aue con esta fe divina
e la gracia resplandecen,
fulgentes rayos de Cintia,
en el cielo?
UE. .No me acuerdo.
A. iQué neciamente te olvidasl
uc. |Si siempre me da el sermón
un sueño tan sin medida!
Yo pienso dar en letargo
si mucho más me predica,
tu. jA dormir vas al sermón?
Tu necedad me lastima.
|Qt;E. Señora: con eso cumplo
con lo que el sermón decía,
que en latín, si no me engaño,
como á quien se lo entendía,
me dijo: dormite jam,
y fué en mí moción tan viva,
que me convertí al instante,
pues lodo el sermón dormía.
►siA- Tus necedades me cansan,
y pues tan necio porfías
en resistirte á mis ruegos,
yo haré que mi padre siga
mi parecer y te saque
de palacio, (.iparn.) ¡Luz divina:
no neguéis vuestro esplendor
á quien mi amor solicita!
UE. Ya parece que acá dentro
1 me están convirtiendo aprisa.
l>siA. Oe Dios fio este favor;
un poquito te retira,
que á solas quiero quedarme.
EKjME. Bien está; mas, tripas mías,
si á la cocina llegare
no tendréis muy mala vida. (V«m.>
ESCENA II
rtiociA un rtirato de uncrucifiju, qutttnárá
en el pecho.
)ftA. iDívina luz de mis n)os:
alumbrad los corazones
que esián haciendo baldones
de vuestra ley; y en despojos
de sus vencidos arrojos,
con la debida humildad
os doy mi virginidad,
y con entera alición,
alma, vida y corazón,
con pureza y castidad!
ESCENA III
Sale BoDOQVt corriendo y comitnUo vn f>eii*%u
de carne- — Eckosia.
Bodoque. Señora: que viene alit
vuestro hermano en compañía
del Obispo de Lusacia.
EuROSiA. <Qué querrá su señoría?
¡Oh, quién pudiera. Bodoque,
diferir esta visita!
Boi>ooutt. Deben de querer comer,
que está á punto la comida.
LiiROSiA. <0u^ *s esto? Sucio, asqueroso,
¿carne comes este día?
Bodoque. Señora: que no la como.
EuRosiA. ¿No sabes que está prohibida
por la iglesia?
Bodoque. SI, señora;
mas acá dentro, en las tripas.
tengo un rincón donde guardo
esta poca fiambrería
para alguna colación.
EuBOSiA. |Ah, que necia es tu porfía!
ESCENA IV
Salen Arciiclo, obitpo, y ConK«no.-Dicaos.
AnciscL. iCon qué espíritu y fervor
el predicador inclina
las almas con santo celo
á proseguir la divina
carrera de la virtud!
CoRNEi.. Es Meiodío quien aspira
á la salvación del alma
desterrando idolatrías
que en toda Bohemia andaban,
y con eso se ejercita
á dar en pláticas santas
el fruto de su doctrina.
Arcisci.. a la Princesa he de hablar
y deseo que reciba
con cariño la embajada
sola, en vuestra compañía.
CoRNEL. El cuarto de Eurosia es éste,
y mi hermana la que miran
como enojada mis ojos:
sin duda estará ofendida
de vernos aquí, que pasa
en virtud tan fuera mida,
que el retiro la recata
ó el recato la retira;
pero en conociendo, creo,
hoy á vuestra señoría,
reconocerá dichosa
lograr tan buena visita.—
¿Hermana Eurosia?
AnciscL. ¿Cornelio?
^ft 5lB LA JOYA DK LAS MONTAÑAS ^^^^^^^^^B
^B CoPNEi.. Dios te guaidc, hermana mía.
decirme treinta y tres raisaü
^V Nuestro tío es quien desea,
y treinta v cinco scrmonct^
Klirosia. ¿Por qué?
^H asi Dios se lo permít^^
^H hablar con los dos de espacio.
Bodoque. Poraue ci otrodli,
estándose espe u/nando,
^H Iv(;rosia. La obediencia solicita
^^M corresponder cariñosa
y hay quien dice tiene trfti
^^1 en ocasión tan precisa.
porque está todo pelado,
^H BubOgUE. A\iíün sermunciio habrá;
pasó una «ve de rapiña.
^^B mala la verán mis tripas
y con furioso ademán
le quitó la gorretilla.
^^M si esto dura tanto 6 cuanto.
^^1 Akciscl. escucha, hermosa sobrina,
l^-ayósele luego al punto
^^H que, pues estamos á solas,
junto á casa de Llocinda,
^^1 antes que otra compañía
y ella que la vio caer
^^V sea de la atención estorbo,
á su casa la retira.
^H^ deseo darte noticia
sin duda para limpiarla.
^H de algunas cosas que á lodos
que la muchacha es mur üm
^V nos han de ser du alegría.
y el oiro día cenando
^^L Iit;posiA. jAy, señor, válgame el cielut
en su casa, que por dicha
^^B Nunca mi Dios me permita
me convidó, por mi suerte
^^H la menor inobediencia;
la hallé dentro una morcilla, j
^^m .sólo quisiera este día
EuRosjA. ¡Y que esa limpieza alabes! fl
^^P servir al suelo de alfombra
Bodoque. ¡Es para mí cosa rical V
^H por las plantas que le pisan.
^H AkciscL' hstimo vuestra humildad.
EuROsiA. Va te he dicho muchas vccrt
no te ausentes de mi vista i
^H Ki'RosiA. Ser vuestra esclava es gran dicha.
sin mi licencia.
^H Ahi:iscl. Esclavitudes hay nobles
Bodoque. Está bien.
^H que ensalzan á los que humillan.
^H Ek)UOQUE. Esto se anda en cumplimientos,
EufOStA. Sepa vuesa señoría,
tío y señor, que mi anhelo
^H y lleve el diablo sus vidas
es conservar, si por dicha
^^^ si el Obispo no anda á caza
pudiese, en este criado
^^m de alguna sobrada mitra.
la cristiana disciplina.
^^H Arciscu Importa que ese criado
pues de sus primeros años.
^^1
antes que mi madre en cJnt;
^H Bnuognc. |Qué brava risa!
de mi estuviese, y aun ante!
^^F ^Cuánto me dará que vaya
que de la idea divina
donde todos los posibles
^■^ y no vuelva acá en mi vidaP
^^^^XoBNEi.. Señor; este es un criado
tienen su ser. á la dicha
^^^^■^ que desde su niñez misma
de ser actual persona.
^^^^H ha vivido en el palacio
con inspiración de vida
^^^^H de mi padre y es la risa
la omnipotencia de Dios
^^^^H de toda la corte, y pienso,
me trasladase propicia.
^^^^H según acá se imagina,
en servicio de mis padres
^^^^H que por ser poco constante
estaba ya muchos dias
sirviendo de bullicioso.
^^^^1 en lo poco á que se inclina.
^^^^H y haberse vuelto cristiano.
y no (quisiera, advertida
de su inocencia, malogn^^H
^^^^H hoy mi hermana solicita
^^^^H tenerle consigo siempre,
^^^^B por lo poco que en el fia.
^^^^H^ciscL. ^ucs quede acá, que no importa;
de ser cristiano la dichc^^H
Con este celo, señor.
de la virtud noble guía,
^^^^M (^ue capacidad sencilla
á las razones de estado
^^^^H á nadie puede ofender.
he fallado inadvertida:
^^^^BoDOQUE.Pues ganóme las albricias
perdón os pido, señor.
^^^^H y me quedo. |Ah, señora!.
y si vos mandáis que os $ir»
^^^^H ^ir¿ á avisar á Llocinda
en cuanto os fuera de agraii
^^^^B c^ue haga algún guisado nuevo?
os servir¿ de rodillas.
^^^^KuROsiA. bn comida ó en bebida
Arciscl. Alzad, ilustre ícñora,
^^^^V es todo tu anhelo siempre.
querida y noble sobrina»
^^^^H ^No es mejor oir la misa,
que en princesas como vos
^^^^H acudir pronto al sermón.
tanta humildad no se estila
^^^^H pegarse una disciplina,
EuaosiA. De cualquier modo, señor.
^^^^H tener continua oración.
á vuestra planta es debida
^^^^H ayunar algunos días
esta acción. *■<*' )¡Ay, Jesúii
^^^^B y servir á Dios gustoso
¿Qué será esto i que tipira
^^^|K con la conciencia muy limpia?
mi lío?
^ Bonoyi.'E.Todo aqueso lo concedo;
Abciscl. Escuc' !.
^H por señal que el otro día
que, pues la o. :2a.
sobre cosas de impuixancla
^H ci cura me prometió
^^^v
PRI.MERA SlQ ■
^^HPotO'.llablaruü c^le día,
con una cierta embajada ^^H
^Vsi tflii diéredes licencia.
á vuestros padres; y creo ^^M
KfA. Vuestra voluntad es mía.
que quiso honrar mi persona ^^^|
5CL. Pongo toda mí embajada
sólo por ser vuestro deudo. ^^H
en palabras muy sucintas.
• Comuniqué á vuestros padres ^^H
>su. |Ah, Bodoque!
la voluntad del Supremo ^^H
MjuE. Ya le eniiendo:
Pontífice, y me responden ^^H
por Bodoquj rastra sillas.
que será el mayor contento ^^H
{Siéniantr.)
que puede darles el mundo ^^H
¡tci,. Bien sabes. Princesa ilustre,
SI se lograre su intento. ^^H
aquel estrago tremendo
Importa, pues, noble Eurosia^ ^^H
de la destrucción de España
que como tal os venero, ^^H
el año de setecientos
perdone el sacro decoro, ^^H
y diez y seis, según dicen
íus coronisias del tiempo,
que sin ajar tu respeto ^^^|
he de arrojarme á deciros ^^H
y que parcial causa fué
que para el sacro himeneo ^^H
Con Don Fortunio Carees, ^^H
de tan lastimosos hechos
el rey inicuo übitiza
varón justo y verdadero ^^^H
porque introdujo en el reino
y Príncipe de Aragón ^^H
tantas enormes costumbres
os tiene escogida el cielo. ^^H
contra Dios y contra el cielo
Vuestros padres lo desean, ^^H
que, por ser tan manifiestas.
y yo os suplico, rindiendo ^^H
referirlas es superfluo.
mi persona á vuestias plantas, ^^H
Dio complemento é la causa.
no se malogre mi afecto, ^^H
aunque no sé yo si es cierto.
así vea á vuestra alteza ^^H
que aunque el mundo lo publica
con las dichas que deseo. ^^H
}uede ser falso el concepto,
íl rey de España Rodrigo,
EuROSiA. jAy de mü ^Qué turbación ^^^H
es ia que tiene mi pecho? ^^^^^ñ
de los godos el postrero,
¡Si acertaré á responder! ^^^^|
dicen que estupró á Florinda,
Déme su favor el cielo. ^^^|
[desdichado atrevimiento!
Tío y señor, mucho estimo ^^H
hija del conde Julián,
vuestra voluntad y afecto. ^^H
y sentido el caballero
(Cielos: ^he de resistirme?) H
de tan deshonesta acción.
Ángel. (Dtntro.) El fin es bueno y honesto. ■
pasó en África, con celo
EuROSiA. Una voz oigo que dice: ■
de levantar escuadrones
«el fin es bueno y honesto.» ^^M
de bárbaros sarracenos
Sí es el án^et de mi guarda, ^^H
para destruir á España
que así lo juzgo y lo creo, ^^H
y dar al rey el mis cierto
bien podré yo dar el si ^^H
pago de su vil acción:
sin que Dios se ofenda de ello, ^^H
y prosiguiendo su intento
que si le ofrecí gustosa ^^H
puso por ejecución
mi virginidad al cielo, ^^H
su bárbaro pensamiento.
no ha de permitir me falte ^^H
En España perseveran.
valor para el complemento. ^^H
Pues digo, señor, que admito B
¡extraño rigor del cielo!
de aquel pérfido Mahoma
lo que me tenéis propuesto, ■
las leyes y los decretos.
y me pena haber tardado H
Sólo se excepta Aragón,
á resolverme, pues tengo ^^H
por cierta mi dicha, estando ^^H
que de sus montes soberbios
hacen fortines que espantan
vuestra persona por medio. ^^H
los mauritanos intentos.
Arcisci.. Sois muy prudente, sobrina. ^^H
defendiendo valerosos
El ROSiA. ¿Qué te parece, Cornelio? H
la ley del jnanso Cordero
G)KNKL. Yo estoy, hermana, que adoro ^^H
que, sacrificado en aras
de aquel sagrado madero,
tan bien acertado intento. ^^^|
Tomar estado es cordura, ^^^|
sacó á los hombres que estaban
diferirlo no es acierto; ^^H
en el común cautiverio.
vuestra edad apenas entra ^^H
García Iñiguez, su rey.
en los tres lustros y medio, ^^H
empuñó el sagrado cetro,
y podrá ya coronarse ^^H
y ya el segundo Adriano,
vicario de Dios supremo,
le apadrina desde Roma
del puro y sacro himeneo; ^^H
yo os ofrezco, hermana mia. ^^H
si no me falla el aliento, ^^H
i como merece su afecto.
acompañaros gustoso. ^^H
^L cuya beatitud sagrada.
Arciscl. Pues yo lo mismo prometo. ^^H
^f con amor y santo celo,
BoDOQUK. jY yo piensan que no iré, ^^H
á darme entre burla y juego, ^^B
' me quiso honrar con mandarme
1 viniese á Bohemia luego
cuatro ó cinco buenos días? ^^H
Sao
I.A JOYA DE LAS MONTABAS
;rosia. Con tale:> socios bien puedu
ir, ¡Hermoso Sol divino,
acompañad mis deseos!
Bodoque. Eslos deben ser los sucios,
porque según de mí pienso^
soy un hombre muy pulido,
y crean que si me afeito
no hay muchacho como yo
para andar en casamientos.
CoRNEU De dicha tan singular
parabienes me prevengo.
Arciscl. Bien podéis creer» sobrina,
que estoy loco de contento.
EtROSiA. A mi cuarto me retiro
á dar i Dios lo que debo.
CoRNEL. Hermana, el cielo os asista
y os haga ilustre dueño
de la corona de España.
AftciscL. Sobrina, ayúdeos el cielo.
EuHOSiA. Adiós, tío; adiós, hermano, iVasr.)
ESCENA V
Dichos, menos Euko&ia.
BoDoguE. Ojalá que empuñe el cetro,
aunque me cueste de casa
lo que Dios quiera por ello.
CoRNEL. Y yo, por dar á mis padres
noticias de este suceso,
voy al punto.
.\i«cisci.. Yo también
soy nuncio de su contento. (Vamr.)
Bodoque. El Obispo se hace Nuncio;
¿cómo puede ser? Mas cierto
que debe andar á la parte
de la ganancia, y por eso
en lo público es Obispo,
pero Nuncio en lo secreto;
para ganar las albricias
corro por llegar primero. {Vast.)
ESCENA VI
SaUn íí CoKDB d> Aznak y Mosvüete tnrainandu
¡at espadas.
Conde. Mejor van descalabrados
de lo que yo presumí.
.Músq. Escondámonos aquí
por si vienen más soldados
de estos morazos. iQuc fiero
iba aquel calzaparrillas!
jAy, pobres de mis costillas!
Conde. ¿Adonde vas, majadero?
MosQ. A esconderme aquí.
CoNüE. Pues ¿cAmo?
¿qué temes, si estás conmigo?
MosQ. Temo siempre que te sigo
porrazos de tomo á lomo.
Apenas los dos herejes
seguiste, cuando vinieron
seis ó siete, que me dieron,
sin que de mi honor te quejes,
mil cuchilladas aqui.
CoNDB. Pues ¿por eso has de esconderte?
Villano, has de ser muy fuerte
ó jamás irás con mi.
|Ay, Leonor, extraño casoí
Cuando Marte más me bus
el niño dios mis me ofusc4. '
iQue me quemo, que me at
Hermosísima Leonor:
¡que veloz mi amor se fri^ai!
MosQ. Pues arrójale en el agua
si tienes mucho calor.
Conde. ¡A y, Mosquete, cúmo ignora
del niño ciego tos tiros!
Son envenenados giros
de Circes encantadoras.
¿Quién como yo desdichado
tiene de que se quejar?
MosQ. La triaca puedes tomar
por si estás envenenado-
Conde. ¿No sabes que una mujer
es de mi alma hermoso nichu
MosQ. Pues si nunca me lo has dicl
¿cómo lo puedo saber?
Conde. Leonor, aquella ingrata,
con su desdén me atropella:
Leonor es la centella
que con incendios me maii;^
Leonor es por quien vivo
amante de sus rigores,
y entre estos mis ardores
muero de su amor cautivo.
MosQ. i Jesús y qué disparates
en tu grave pecho caciert
¿Agora en tiempo de ^ucrri
con mujercillas combates?
Dices que Leonor te mata,
que ella tiene tu alma viva,
ella dices te cautiva
y te favorece grata;
todas son contradiciones
de una loca fantasía,
y si das en la manía
de tan necias presunciones,
¿qué diablo te ha de entenc'
Comde. Damas hay de mucha estir
mas como mi hermosa prif
no tiene el mundo mu|cr.
.MosQ. No me espanto estés tao lie
por esa dama Leonor;
mas presumo que su honor
llevarás aún al infierno.
Conde. Siempre á mi gusto te opones
con muy toscas necedades.
MosQ. Pues si va á decir verdadei.
soy tu amigo. ¿Qué disponet?
Qinde, Importa, Mosquete amigo,
si quieres darme consuelo,
que aqueste papel de un vt
le lleves. ¿Estás conmigo?
MosQ. Sí, señor.
Conde. Pues mira. adv¡erl#J
que si al príncipe topares
no le digas mis pesares,
porque fuera darme muefll
Toma, vete. ífíaU^!
MoSQ. Ya ten
me voy haciendo á tm >ti
('oNDK. ¿Porque?
MosQ. .Nunca puedo S(t
ni segundo ni primero.
Cuando el amor es honesto
nú es deshonra fomentarle.
Hu« yo imagino obligarle
honestamente, y con fsto
me llaman todos Mosquete,
que es algo más que alcabuz;
pero en mí, por esta cruz,
que es lo mismo que alcahuete.
{Vait)
ESCENA Vil
Et CoMbs tolo.
el sol por el cielo luminoso
íes pardas de oro perfilando,
11 luz los montes matizando
el campo su zafir hermoso.
E pasa su curso muy furioso
do la quietud solicitando
Iro mundo que voceando
e pide su esplendor hermoso,
ampaña salgo defendido
tes rayos de mi estoque ardiente
I se rinde el bárbaro vencido,
ando de el descanso solamente
Un instante, torpe mí sentido
imete el amor eternamente.
ESCENA Vm
^ale MoigOETK corriendo.— Dtcuo.
Señor, el Rey viene aquí
y el Principe, no sé á qué:
á Leonor no la topé
en su casa, y advertí
lo que después te diré.
No quisiera que me vieran
ocioso en esta ocasión,
que al verme asi coligieran
de mi semblante, ó tuvieran
sospechas de mi pasión.
¡Ay, que llegan!
I, Ven conmigo;
abrevia el paso, apresura.
Kn cualquiera conjetura
I como sea huir te sigo.
^P ESCENA IX
topan á LtoNon y Laura que *a/rn.— Dichos.
¡Ay cielos, y qué ventura!
«'Adonde, Conde y señor."*
^'adonde vais tan de prisa?
¡A y de mí, bella Leonor!
Tocando al arma es forzoso
dar alas á mi valor.
Siempre vais muy ocupado
en negocios de la guerra.
'^on mucho ardor abrasado,
5S que hoy mi pecho encierra,
"me tienen puesto en cuidado.
Vamos luego sin tardar,
porque llegan, ¡voloá Cristol
Sin ti me voy ¿ penar.
ESCENA X
Saltn el Rkt y tt l*Rlm:rPK.— Dichos.
LcoNOi». Ya no os podéis apartar,
purque entiendo que os han visto.
Reír. La fortuna se mejora,
pues en este mismo día
la victoria da alegría
y otra nueva me atesora
el bien que mis convenía,
Pero ¿no es aqueste el Conde?
CoNOC. A vuestros pies, gran señor,
postro mi alma y mi valor.
Rey. a mis brazos corresponde
vuestra lealtad. ¿Leonor?
Leonor. Señor, postro agradecida
mi humildad á vuestras plantas.
Rey. Levanta.
Príncipe. Prima querida:
belleza tan recogida,
¿cómo sale á tuces tantas?
Leonor. Acaso, señor, salí
á divertir un cuidado
con esta criada, y vi,
sin saber que estaba aquí.
al Conde con su criado.
Y Mosquete, ¿también fué
a?
Rey.
Mosy
á la campaña.'
Acomete
como uo rayo, porque sé
que no vale mi amo un ce
sino va con él .Mosquete.
RcY. Las gracias, Conde, os doy
de la victoria pasada.
Conde. Vuestro leal vasallo soy.
Pníst.iPE. .Muy asegurado estoy
del valor de vuestra espada.
.No sin causa el mundo ludo
de la guerra os llama rayo,
pues con valeroso modo
sois venganza del rey godo,
del sarraceno desmayo.
CoNDR, A vuestro lado, señor.
cualquier soldado es valiente.
PrIncipe. Con solo vuestro valor
ha de extinguirse el furor
de aquel bárbaro insolente.
Mosg. Tomad, Leonor, esta carta
que un caballero os envía;
perdonadme la osadía,
3ue el oficio me descarta
e cualquiera cortesía.
Lco.NOR. Sin saber de quién, la tomo;
mas el corazón advierte
cuyo es el papel, de suerte
que adivina; no sé cómo
mis disimulos acierte.
PrIncipe. ^Cúyo es el papel?
MosQ. ¿Señor?
Príncipe. A mi prima, ¿quién le escribe?
.Mosy. Otro primo que aauí vive,
que es pariente de Leonor,
y sus despachos recibe.
Príncipe. ¿Quién con tanto atrevimiento,
sabiendo que yo la adoro,
se arroja á tener intento
de escribirla?
52Í
MOSQ.
LA JOYA DE LAS MONTAÑAS
¿Hay tal cuento?*
Ayer lo supe de coro
y hoy á vistas no lo sé.
Yo pienso que lo escribí,
y turbado me engañé,
que el papel de Laura fué,
aunque á Leonor le di.
Conde. íH*y desaiención igual?
¿May simple como Mosquete?
Aparta, bruto, animal.
MoSQ. Eso tiene el alcahueie
que sirve tan puntual.
Príncipe. ¿No es éste vuestro criado?
¿cómo es tan inadvertido?
Rey. ¿Qué es aquesto?
Conde. Cielo airado,
¿en Qué os tengo yo ofendido?
Leonor. Mal Mosquete lo ha entendido.
PhIncipe. Del semblante conocí,
prima, del papel el dueño.
Leonor. Señor, nunca presumí...
Príncipe. No es tiempo de dar aquí
satisfacción del empeño.
Rey. ítetiraos á esotra parte,
que á solas tengo que hablar
con Foriunio.
MoSQ. ¡Lindo azarl
Vamos, Laura, que contarte
quiero lo que has de estimar,
(.4 una partt ti Rey >" Foriunio, <t oira
ti Conde y Leoaor y á otra Mosquete y
Laura.)
Rey. Fortunio, el retrato es ésie;
contempla la hermosa cara
de Princesa tan ilustre
y de Reina lan cristiana
para que cases con ella,
que es la dicha más extraña.
Él Principe de la Iglesia
con santo celo te llama
dichoso esposo de Eurosia,
de cuya virtud la fama
por todo el orbe e.xtendida
sus perfecciones esmalta.
PhIncipe. ¿Qué es esto, cielos divinos?
]Qué pintura tan bizarra!
¿Puede haber más perfección?
Ninguna pienso la iguala
en cuanto calienta Febo
ni en cuanto Neptuno baña.
CoNOE. Y en tanta ausencia, mí bien,
¿puede haber alguna falta?
Leonoh. Soy bronce en esta materia,
soy noble y tan obligada
á cumplir Ío que prometo,
que antes quedare sin alma
q^ue sin tus memorias viva.
Rey. Ks su pintura extremada.
Príncipe. iQué humildad tan excelente!
CoNDB. Logro de mis esperanzas
serás, mi bien; mas es cierto
me voy con tristeza tanta
que aunque dentro el corazón
te llevo, joyel del alma,
temo, lay de mí! perderte.
LtONOR. |Y que poca confianza
hoces de mi noble pechol
Conde. Fio muchu en tu const
pero no en amor, que e* i
Leonor. Tus intenciones son clansc
ya estás entendido, Conde.
¿Quieres que contigo vají
hecha enternecida Venus,
disfrazada en fuerte Palas
aunque muera? Desde aquí
no tengo de estar en Jaca.
contigo tengo de ir siempre,
siempre he de seguir tus pijniis.
soldado he de ser vállenle
en la más cruel campaña
que el más tirano enemtip)
ordenase, y con mi lanza
he de hacer tales estragos
y he de ser tan arrojada,
que pueda perder la vida
para que puedas contarla
entre las que se perdieron.
Conde. Tente, tente, que me maias;f
perdona, hermosa Leonor,
de tus enojos la causa.
MosQ. Pues hable claro, señora.
Diga usted, señora Laura:
¿ha tenido nunca amor?
Lacra. Sunca estuve de eso falta
después acá que te vi.
MosQ. .N'o estás mucho enamorada
cuando no me das un beso.
Laura. Vaya en mucho enhoramali
qué es un picaro.
Mosg. No tal.
¿por pedírtelo me tratas
de esta suerte? Pues ya sé
que tienes alguna falla.
Laiíra. ¿Yo falta? Mientes, villano,
que de todo estoy sobrada-
MosQ. Por lo menos, sí de lengua;
mas de juicio, ¡calabaza!
Príncipe. Al original me apelo,
pintura hermosa dc\ alma,
que me provoca el pincel
á ser amante idolatra.
Rey. Dichoso serás, Fonanio,
si con tu mano &e enlaza
la de esta Prince$a ilustre,
y es muy evidente y clara
tanta dicha, porque el cieto
es quien aboga esta causa.
Conde. Sé que el í*ríncipc te adora
y su mano soberana
se llevará la que el cielo
crió para mi desgracia.
Leonop. No llevará, que primero
ha de ser mi pecno aljaba
ú túmulo de una flecha
para que me quite el alma:
y si no estuviera aquí
el Rey, mi señor, miraran
en mi mismo corazón
la verdad, y si faltara
instrumento para abrirme
el pecho, con esta espada,
jvive el cielo!
Conde. No te inquiclf
que el Principe tus palabrat
1
^^V^ JORNADA
PRIMEKA 523 ^^^^H
r
atiende, aunque divcrlido
Rey. Valeroso Conde amigo: ^^^H
[
en lu que su padre le habla.
sobrina Leonor amada: ^^^H
y el Bey llegará á entender
dadme alcores norabuenas: ^^^H
de tu semblante la causa
mientras que gozaba el alma ^^^H
1
de lu justa alteración,
se está previniendo alegre ^^^H
porque, convenida en nicar,
naces lu mejilla rosa
á la dicha más extraña. ^^^H
1
Esta es célebre sin duda, ^^^|
lo que fué azucena blanca.
pues hoy mi Fortunio ensalza ^^^|
f
Pues toma aqueste pellizco.
sus estados y persona ^^^|
porque no me digas, maña,
á divinidades altas. ^^^H'
que jamás te he dado cosa.
La princesa de Bohemia, ^^^1
i.
¡Ay, Jesús, que me maltratas!
en hermosura y en gala ^H
No te trato sino bien.
luciente sol que en grandeza ^||
V-
¡I. os diablos lleven tu alma.
al del Olimpo aventaja, ^H
que el corazón me has sacado!
ha de casarse con él, ^^^J,
»
Va estás descorazonada.
que asi lo dispone y manda ^^^H
k.
¡Picaro, necio, insensato,
el Pontíñce, y presumo ^^^H
que será esta'dicha tanta ^H
avestruz: aparta, aparta.
que si no fuera tener
que sólo con este medio ,^^^H
en mi presencia á mi ama.
ha de quedar ensalzada ^^^^^1
te diera trcinie reveses!
la fe de Cristo, á pesar ^^^^^H
(.
Yo á ti treinta bofetadas.
de la bárbara canalla; |^^^^^H
Mk.
¿El á mi?
porque la virtud de Orosia _^^^^^H
f.
Y ¿por qué no?
merece ser colocada, ^^^^^1
A ella y ¿ todas cuantas
según la tama publica ^^^^^H
me enfadaren, ¡voto á Dios!
y según el mundo aclama, ^^^^^H
y aun aqui si más me enfada,
más allá de las estrellas, ^^^H
le daré á la muy puerca
siendo en la celeste estancia ^^^H
más de veinte mil patadas.
blandón hermoso de tuces ^^^1
U.
Huien á patadas detiende
á cuyos rayos, turbadas, ^^^B
con una mujer su causa
se avergúencen las febeas ^H
no es digno que siendo bestia
puestas en su misma patria. ^^^|
PpírfCipE. V si consigo esta dicha, ^^H
lleve ceñida una espada.
{Ouitait la espacta y dale \
y si esta dicha alcanza ' ^^H
1
;Toma, picaro, bufón!
mi corazón, nadie dude ^^^|
i
¡Aqui, señor, que me mata!
que ya la fortuna avara ^^^H
ilPE
¿Qué es aquesto?
es pródiga en este día, ^H
K.
|V¡ve DiosI
pues la más hermosa dama ^^H
¿Mosquete?
que en Bohemia resplandece, ^^^|
)I».
¿Qué es esto, Laura?
por inspiraciones altas ^^^|
na de ser esposa mia. ^^^1
A-
Señora: aqueste criado...
•
Señor: aquesta criada...
V si mira á luces claras ^^^1
».
Que es más negro que avestruz.
ese rutilante Febo ^^^H
»
Que es más bestia que una parda.
que desde la esfera cuarta ^^^Hl
IPE
Cesen estas competencias.
hace diáfanos los aires ^^^||
¿Quién, desatento, profana
con sus madejas doradas, ^H|
el sagrado de mi padre?
hecho de la hermosa Cinlia ^H
}•
Este dimoño de Laura.
amante, sino idolatra, ^|
U.
Lse picaro embustero.
la hermosura de esta Reina, ^|
lOR.
Laura: vuélvele esa espada.
la virtud, donaire y gracia, ^Kt
IS.
Toma esa espada, Mosquete.
aunque celeste criatura. ^H
L
Venga.
no fuera mucho ostentara ^Hi
Tome; mases harta
envidia de la grandeza ^^^i
desdicha que lleve esloque
cuanta hoy mi amor aguarda. ^^^H
quien puede llevar albarda.
Alguna vez nos veremos
Conde: Leonor: sin duda ^^^|
i
de vuestro cariño esmalta ^^^H
f
los dos solos, zarpa á zarpa.
en mi pecho la atención ^^^H
Cipe
. Siempre, Mosquete, has de ser
debida á tanta esperanza. ^^^|
1
cjuien busca todas las causas
de inquietud, y muchas ve^cs
No puedo negar que tuve ^^^H
algún tiempo á la argentada ^^^H
se vuelven veras tus chanzas.
decha de aquel niño dios ^^^1
»p.
La necedad de Mosquete
una sujeción extraña. ^^H
y desatención de Laura
Y pues ya el tiempo permite ^M
piden perdón, pues se debe
perdonen las nobles canas ^M
de posesión esa gracia.
de mi padre aqueste arrojo, ^|
¿iPE
. Por vos, hermosa Leonor,
que yo declare la causa ^|
í
¿qué mármoles no se ablandan?
de mis inquietos suspiros ^H
LA JOVA r»K
CONOK.
Conde.
y de mis coniinuas ansias,
y digo, que á Leonor, mi prima,
con atenciones Un castas
como en ti sacro himeneo
se sacriHcan, miraba,
por ser la que en sangre noble
á la mía más se iguala:
y no dejé de advertir
con desabridas palabras
desprecios de la grandeza
que con mi mano heredaba
afectos que sólo nacen
de virtud más soberana
que la corona y el cetro;
y tuvo sospecha el alma
que de otro nuevo amor
os llevó, prima, arrastrada
la inclinación amorosa
que á muchos hace idolatras.
hl Conde, prima Leonor,
es quien ilustra y levanta
el árbol de la nobleza
que conservan las montañas;
nadie con mejores prendas
puede pretender la gracia
de vuestro sagrado afecto,
y advertir que mi esperanza,
que yerta algún tiempo estuvo,
quedará muy bien pagada
siendo el Conde quien consiga
la posesión; pues mi alma
aspira ya deseosa
á la unión más soberana
con sacrosanto himeneo
de la más noble bohemiana.
Por tanto favor, señor,
goce vuestra Alteza larga
vida, y á pesar del mundo,
tanta bárbara canalla
Eosire su cerviz altiva
vuestras cristianas plantas.
El orgullo de los moros
temo, que de su arrogancia
puedo presumir no fallan
á daros nueva batalla.
E. De la divina piedad
tengo tanta coníianza,
que ha de volver, si lo mienta,
con la cabeza quebrada.
Si hasta aqu5 he sido Conde,
en adelante mi espada
ha de conquistar de Marte
la enrona soberana.
Ven, Fortunio; vamos, Conde.
Leonor, sobrina amada,
quedaos con Dios.
Norabuenas
me doy i mi misma tantas
de las dichas que previene
de aquella infinita estancia
la divina Omnipotencia
á vuestras ilustres casas.
No va malo esto, por Dios;
ello va de buena dala;
yo rabio ya de contenió
SI es que él Príncipe se casa.
Pues <quc interesas. Mosquete.^*
Mosi.í. Oigan, que se quema L»
que me casaré contigo
si te enmiendas.
Laura. ¡Noramala
para el picaro bufónl
Mosg. \K}iié lindamente me trata!
Laura. ¿En qué delitos me ha hallad
Mosi?. A fe que si yo te hallara
U primera al escondite,
que pagaras la ganancia.
Lai hk. ¿Qué dominio tiene en mt?
Mosg. Mira, no te enojes, Laura,
que eso lo echaré por coste
y lo tomaré de gracia.
Lai:i«a. Ño me trate de esa suene
si conmigo quiere chanzas,
ni me aplique sus mentiras.
Mosg. Lsas no te saben malas,
porque si digo verdad,
las verdades siempre amarga
Rey. Vamos, que deseo dar
estas nuevas á mi Urraca.
Príncipe. Adiós, divina Leonor.
Leonor. Vuestra Alteza con Dios »»r
Conde. Adiós, dueño de mi vida.
Leonor. Adiós, Conde de mi alma
Conde. Yo cumpliré mi prom
Leonor. Yo cumpliré mi palabra.
Conde. ¿Irás conmigo?
Leonor. Sí iré.
CoNUK. Mas ¿adonde?
Leonor. A la campañi.
Mosg. Adiós, Laura; ya me enucndrt.
Laura. Adiós digo, y eso basta.
(Vanst /üICJ^<H/^roti>o^ «•*/•*** J
lúi damas por otra.)
JORNADA SEGUNDA
ESCENA PRIMERA
Salen 4tan*el, cfl/uMn. Takifi >• Mscot,
soldados, cun upadat y raitUi.
Atanasl.
¡Que tenga el montañés airevimienii)
en su favor para que glorioso
triunfe de mí con excesivo alíenlo!
¡tJh. pesia á mi fortuna, qué gozos«
ha de estar el cristiano, y qué contení')
de quedar contra tantos victorioso!
Pues con razón, al ver huir mi gente,
)o quedé amedrentado y él valiente
Tabife.
No hay espantar, señor, que se oí hü'
tantos soldados, que en las s
no pudo asegurarse oue clk
en número más hombf' '^•>^
que en el aire sonaban i ' '
un número mayor, y si no aujas
poroi;o nuevo rumbo tanta avudí,
temo que con encanto nos Mcudt.
JORNADA SEGUNDA
5a5
Atanacl.
ruadrón que yo traia,
corncias valerosos
icida iníaniiTia
m escuadras belicosas,
gentil caballcria,
is naciones n^ás famosas,
los cuando al fuerte ladu
me hallé acuartelado
s de Aragón corriente
lisiiano las trincheras»?
Aznar, el más valicnic,
nes y banderas
y de toda nuestra gente
liados sus riberas
los muertos, que ios peces
re, y aun caliente á veces.
Mecot.
en el aire parecían
a exterior los gobernase,
50 en nuestra gente hacian,
ninguno se escapase.
Tarife.
to creo que tenían
tro valor amedrentase,
Atanael.
ianaüal; la fortuna
i&n día de mí luna,
:é el atrevimiento
con dos mil soldados.
Tabike.
poca gente es lo que siento;
ya quedan castigados
OS casares con que al viento
y quedan abrasados
inoniañcscs, que en manojos
cenizas y despojos.
Mecot.
Es cristianos la matanza
o en nuestra gente.
Voces. (t)ic*n dentro.)
¡Fuego! jFuego!
Atanael.
( la sangre la venganza.
Voces. (Dicen dentro.)
tta. el casar, remedio luego!
Tarife.
ivor con arrogancia.
Mecot.
ya ningún sosiego.
Atanaiíi..
mos andan alierados;
aré por mis soldados,
evenid, por si escaparen
tañeses valerosos
vesas Ígneas se encontraren,
los castigos tan penosos,
tan confusos nos toparen,
grienlos y furiosos
ros dieran, ya advertidos
s que causan sus gemidos.
TAHire.
A tu lado he de estar, que aunque viniese
García Iñiguez con tanta gente
cuantos vasallos su poder tuviese,
yo sólo venceré su ardor valiente.
.Mecot.
V aunque aquel mismo conde faesc
que en la campana anduvo tan ardiente
y acá viniese lan desesperado,
no le temiera por seguir tu ladu.
Atanael.
De vuestro gran valor dais gran testigo
y del marcial estruendo hacéis alardes.
MoSQUET«."lí>'" dtníru.)
Del ciclo os venga, infames, el castigo:
luterianus. apostatas, cobardes.
ESCENA li
Salt .MoSQUSTE, cuHerta de cfn^^a.— Dichos.
Mosquete.
Aunque me han de matar, las tropas sigo.
¡Jesús, San Lcsmes y qué malas tardes
se me previenen! Hoy estos morazos
las costillas me harán á mi pedazos.
Tarife. ¡Detente, traidor, aleve!
Dime: ¿quién eres villano?
Mos<:i. ¡Ay de mí!
TABirE. Habla, inhumano.
MosQ. Sov el dimoño que os lleve.
Atan. Matadle, pues que profana
esc cristiano insufrible
mi decoro, y es posible
no qu^de sangre cristiana.
Mrcot. ¡Muere, traidor!
MosQ. ¿Yo, porqué?
¿qué culpa le tengo yo,
si mi amo los mató.*^
Yo no lo vi ni lo sé.
.\tan. Déjale, por ver si acaso
es oculta centinela;
pregúntale con cautela.
MosQ. Ksie será el primer paso,
sin duda, de mi pasión.
Tarife. ¿Quién eres, dime, soldado?
MosQ. L"n hombre que paso á vado
por el río de Cedrón.
Mecot. Di quién eres, majadero.
si no te mato al instante.
MosQ. Téngase, no se adelante,
que entrar al huerto es primero.
Tabike. Este se burla de mí,
pues muera.
M0SV.1. No me ha^a mal:
¿puede haber desdicha igual
que quiera empezar así?
.\tan. La vida puedes ganar
si la verdid confesares.
Mosv> Que se queman los casares
te confieso sin tardar.
.Atan. ¿lian muerto algunos soldados
en las ardientes pavesas?
LA JOYA DE LAS MONTA J
Mosy.
Atan.
L'nos.
Atan.
Máidc veinle moniañesas»
y monlañcses honrados
más de ciento; porque, heridos
de la campaña pasada,
les diste cura abreviada
con cauterios encendidos.
Pues ¿cómo escapar pudiste
de aquel voraz elemento?
Tengo grande entendimiento
para prevenir un chiste.
(bfniro.) ¡No se escapen por abajo,
ocupad esas florestas!
¿Qu¿ voces serán aquestas?
{Hcntro.) |Cu¡dadocon el atajo!
listos, sin duda soldados
son del cristiano que vienen
á ver si vengarse pueden
por ellos y los quemados.
Valor nos infunde Marte
para resistirnos fuertes.
Hoy he de hacer dos mil mucrics,
si Alá está de mi parte.
A prevenir nuestra gente
vamos al punto, que creo
será menester, pues veo,
si mi corazón no miente.
un valeroso escuadrón.
Tan buena ocasión na pierdo.
Lanzada de moro izquierdo
te atraviese el corazón.
¿Y este picaro insensato
dejamos con vida aqui?
Déjalo, que importa asi.
Pues démosle de barato. (Danlt.)
¡Ay mi cabeza rompida!
¡Que me matan, mi señor!
¿Quien le puede dar favor?
ESCliNA Mí
Salen ti PniHCirü y el Co.tOB, con tapadas danudat.
Tarike.
MOSQ.
Mecot.
Atan.
Mkcot.
MosQ.
ITAN.
Conde.
Príncipe.
<IONDE.
PnlNí-.ir'E.
Mos^i.
Atan.
Taíike.
Met:oT.
MosQ.
Atan.
A\üSQ.
T.yMB.:
At\n.
I. US DOS.
Yo, y te quitaré la vida.
¡Oh traidora, vil canalla!
¿con fuego queréis ven^jaros?
Ea, Conde, que ya es tiempo,
venguemos estos agravios.
{Acomitenst á cuchillad»! crisUanot y
moros.)
Hoy seréis, cobardes moros,
de mi fuerte espada el blanco.
¡Bravamente se resisten!
Pues ríndanse los borrachos
ó si no, los mato al punto.
Valientes son los cristianos.
Ya me canso en resistirme.
De resistirme me canso.
Con aquesta zambullida
si no se me huyen los mato.
No falle el valor, amiftos.
¡Vive Dios que llevan jacos!
. No podemos resistirnos.
Pues huyamos.
Pues huyamos.
ESCE.N.A IV
Dicho», menos lux .Monor
MusQ. Esto si que va de vera^:
¡por Dios! huyen como galg
iqué sangrienta está mi cspi
Yo les haré con los diablos
que se acuerden de Mosquct
más de cuatrocientos años.
Príncipe. ¿Qué es aquesto, Conde am
¿Ya nos han dejado el camp^
Cunde. ¿A quién faltará valor
animándose al sagrado
del lado de vuesa Alteza
para coronar con lauros
las repetidas victorias
de nuestros antepasados.^
Príncipe. Con vuestra ayuda, á mi v«
ni el más cobarde soldado
tiene que temer ruina
si le ampara vuestro lado.
De vuestro valor confio
que antes de tiempo rauj U
sujetareis la cerviz
de este bárbaro tirano;
id á recoger la gente
que está esparcida en el can
y dad órdenes que importen
como sabéis; yo me parto
á dar la nueva á mi padre
del suceso ya pasado
y dar el trcudo debido
á la quietud y al descanso.
Conde. A vuestra Alteza dé el cido^
. de vida un largos años
como deseo, y al punto
cumpliré, con el cuidado
debido, en todo aquello
que me dejáis ordenado.
Príncipe. Asi lo fio y lo creo-
Adiós. (y»*t)
ESCENA V
Dicnos, menos ti PrCnci^b.
CoKüE. Adiós, luego parlo.
Vamos. Mosquete. jAy de i _
que Leonor, si no me engaño,
intrépida y arrojada
salió varonil al campo
por sólo satisfacerme
los recelosos agravios
que le ocasione, celoso
del grande amor obligado
que le tengo, sin que otra
ocasión me hubiese dado,
que es su perfección divina*!
y por abreviar el paso,
con el Principe sali
á la defensa, avisados
de los que en cenizas yacen
cadáveres sepultad'---
del luego que el ci
aplicó, ¡rigor extra:..
á los casares y albergues
JORNADA SEÜUNDA
^^^^^^^a^^^B
de los heridos soldados:
que el cielo ha dado á los hombres ^^H
y pues no pude esperarla
y mayor cuanto más sabios. ^^H
ni ella seguir mis pasus,
aquí se acabó mi vida ^^^|
vamos, que cnire mis suspiros
y aquí lambiC-n se acabaron ^^^|
ia podrá topar mi llamo.
mis esperanzas, que al lin ^^H
Y también Laura con ella
cayeron hechas pedazos; ^|
debió salir; vamos, vamos.
he de perder el sentido ^|
Mas oye, stñor, adviene
si no vengo tus agravios. ^|
que si á cazarlas andamos
Lronor.
Espera, espera, mi bien, ^|
por »er conejas, será
no me dejes en el lazo ^|
menester algún azado.
de mis mortales congojas; ^^^k
> jPor que lo dices, Mosquete?
Porque esta noche he soñado
vida se va acabando. ^^^|
Conde.
Antes el vital aliento ^^^|
que un morisco cazador
me falte que, desdichado, ^^k
It'S echó el hurón alzado,
vea empañar esos soles, ^|
y si esto es verdad, sin duda
llore mi desdicha en tanto. ^|
que las dos han renegado.
» Deja chanzas, que yo estoy
MosQ.
V tú. Laura, ¿estás herida? ^^^B
¿Hate alguno maltratado ^^^H
de sus desdichas temblando.
de los moros? ^^H
Lauka.
También tengo ^^^H
mi poquito de trabajo. ^^^|
ESCENA VI
.MOSQ.
1 Ay, desdichado de mii ^^^|
Pues ¿qué venías buscando? ^^^|
^por donde tienes la herida? ^^^^
taoKoa y Lacra 4t camino con ttpetdat.^
Dichos.
di me, ^^^1
LiVLHA.
Por abajo. ^^^^k
1, ¡Válgame el cielo y qué fin
MosQ.
Sí tiene la herida cura ^^^H
' á mis desdichas has dadol
yo voy por un cirujano. ^^^H
,jr)ui¿n me trajo tanto malP
Lalha.
Ño vayas, ^^^|
Conde, causa de mis daños,
MosQ.
Pues no voy, ^^^|
dime si ya estás contento.
que si te mucres acaso • ^|
í. ¿Que estoy oyendo y mirando?
estoy de pesares lleno; ^^B
;Ks esta alguna ilusión.''
mas ya se me va pasando. ^^^^1
^Estoy durmiendo ó velando?"
Leonoíi.
¿Conde? ^^H
¿Es Leonor la que se queja?
CONUE.
¿Leonor, mi bien? ^^^|
lt. La misma.
Leonor.
lAydemil ^^H
El alma me ha dado
Conde.
Yo voy volando ^^^^
sospechas que estás herida.
á buscar algún remedio, ^^^|
¿Eres Leonor?
que mi amor presume hallarlo, ^^^|
•. Soy, ingrato,
para dar vida á los dos. ^^^H
una mujer desdichada,
Lbonoh.
Detente, reporta el paso. ^^^|
i quien, por quererte tanto.
ya no es menester ri-medlo, ^^H
hoy han quitado la vida.
que cuanto dije es engaño ^^H
;. .¡Qué dices? Estoy turbado.
para conocer tu amor. H
nCómo quedo yo con vida?
Co.NDE.
¿Engaño? H
Tenia, Mosquete, en los brazos
Leonor.
¿Qué estás dudando? ■
mientras voy tras e! traidor.
No estoy herida ni soy H
«. [A buena ocasión!
tan necia, que me he guardado H
Pues ¿cuándo
de los peligros muy bien. H
con más razón? ¿Qué locura
MosQ.
¡Hay embuste más exlrañol H
con pecho desesperado
Conde.
Temblando estoy, ¡vive Dios! ^^M
te llevó á morir, mi bien?
MosQ.
Pienso que han resucitado, ^^^H
¿t.uál fué el bárbaro tirano
porque todas las mujeres ^^^|
que quitó á la tierra el sol,
tienen astucia de gatos. ^^^H
escureciendo los rayos
Pues yo me acuerdo haber visto ^^H
con que esos divinos ojos
agora cuatro ó diez años, ^^^|
le estuvieron alumbrando?
con una herida de á gemc ^^^|
jOh quién te hubiera creído!
á una mujer de los diablos, ^^^|
que el dejarte fué pensando
y no hacia caso de ella ^^^|
que no habías de atreverte
aunque se iba desangrando. ^^^|
á salir conmigo al campo.
Leonor.
Pues ¿pensabas tú que habla |^^H
que si imaginara yo
de ponerme á los Mechazos ^^^H
que amor le obJigara tanto.
de un turco por tus celos ^|
antes perdiera mil vidas
ni por mi amor? ¡Malos añosl ^|
que dejarte de mi lado.
Pero di, si me querías. ^|
antes sufriera mis celos.
como agora lo has mostrado, ^|
con ser el mayor cuidado
^
y si sabes que mi pecho H
LA JOYA OE LAS MONTAÑAS
GíNDE.
Leonor.
CONOli.
Leonor .
MOSQ.
Laura.
lost;.
LAt-|*A.
Mosg.
u> uicuuiiasUble mármol,
^cútno permiitsie, necio,
quo comido fuera al campu?
¡Ay, Leonor, hermoso dueño!
Mi corazón abrasado
se sabe fraguar sospechas
<ie celosos agasajos.
Nunca hay celos sin amor.
Y si los hay, son villanos.
.Mis celos nacen de amor
que es divino y soberano,
como lo publica el alma
con este amoroso abrazo.
Quita allá, que las mujeres
sufren desprecios amando,
y siendo amadas se vengan
de los pasados agravios.
No me quisiste en salud,
pues me dejaste en el campo
para blanco de los turcos,
y cuando me estoy quejando
¿e que me muero, me dices
requiebros enamorados.
^Qué tenemos las mujeres
que muertas os agradamos^
¿Cuál hombre no llora entonces?
l'sio corre muy de llano,
que es más linda la mujer
que no vive más de un año.
¿Qué es esto, bella Leonor»'
kl aliento me has quitado
segunda vez con desprecios.
Merecido es este pago
á quien me llora difunta
cuando viva me ha dejado
en peligros de perderme.
Dice bien, y es caso extraño,
después de muchas pendencias,
ver un viudo muy barbado
llorar por una mujer,
y con los ojos muy bajos
decir: «¡Ay de mi, mezquino,
qué presto se me ha acabado
el consuelo de esta vida!
Hijos míos, iqué temprano
seos ha puesto el sol! jAy Díosl»
Y sabido bien el caso,
era una mujer á quien
por horas mataba á palos.
Así hicieras tú, bribón,
si á mi me hubiera enterrado
la chusma morisca, jayl crcu
que aun no hicieras tanto
como llorar por saber
que quedaba agonizando.
.No llorara, Laura mia;
pero te dijera un salmo
con Requies y con proj'undis,
que te llevara volando
adonde los taberneros
van á pagar sus milagros.
Por vida mía que tienes
habilidades del diablo;
no íiara en ti, Mosquete,
ni en tus promesas un claso.
¡Por vida de mis cabellos!
No tienes por qué jurarlo.
Laub.x.
MOSQ.
Laura.
COKDE.
Leonor.
Conde.
MosQ.
que no son esos cabritos
tuyos, Laura.
Sí, son míos.
No son tuyos, es engaño:
porque yo sé por muy cicrtí
que esos cabellos rizados
son de la mujer del baile
que murió hace cien años.
¡Mal haya quien no te quila
las narices a bocados!
Vamos, Leonor hermosa,
nueva Palas, que al asalto
primero que diste al pecho
más varonil y esforzado
le venciste. Vamos luego,
que si en pláticas estamos,
el campo queda sin orden
y sin guía los soldados.
No hay de qué tengas tcm<
No le tengo ya á lu lado;
gocemos de los despojos
que dejaron en el campo;
lú de los que en él venciste
y yo de los que has dejado
cuando le das por vencido
Ser vencido de tus manos
tengo por mayor victoria
que las que tuvo .Alejando.
Vamos todos, que en pillar
no me ha de ganar el diabl
ESCENA Vil
SaUn EuRociit, Arcisclo, CoM.vii.ioy I
de camino.
CoRNEL. Aquí, hermana, en esta alf(
de hierba y flores te a&icnii
EuROSiA. No pienso quedar contenta
hasta que la fresca sombra
de los montes aquiíancs
me dé el contento y veniun
gozando de su frescura
con los humildes cristiano».
Arciscl. El coche parad. Lorenie,
en esas verdes florestas.
EuRosiA. (fQué avecillas son aqueste
que cantan tan dulcemente
CoRNEU Aquel es el ruiseñor,
que, con música suave,
á su consorte !• sabe
referir su tierno amor.
Aquella vid abrazada
en (I ¿lamo frondoso
pinta un bosquejo glorioso
de insensible enamorada.
Aquella copiosa fuente,
obligada de su amor,
se despeña con rigor
por ser su Narciso ausente.
Arciscl. Todn lo crió el Señor
en el cierno Paraíso
con tal perfección, que qui!
enseñarnos con tnintor.
Contempla a., -ill»
que, en gorjt>i üdoi
siendo vida de \o% prados.
JORNADA SEGUNDA
>39
compone dulce capilla.
Aquel arroyuelo amante
que se despeña furioso,
de tu vista muy giorioso,
ic baila el agua delante.
Por darte entretenimiento
hacen todos maravillas,
fuentes, tlores, avecillas,
sin tener entendimiento.
*• jAy de mi! ^-Cómo resiste
mi corazón tanto halago?
L. En jamás me satisfago
si estás cansada 6 estás triste.
i.. Rn esta margen frondosa
de este bruñido arroyuelo,
que corre para ser hielo,
galán fino de la rosa,
te sienta.
¡A. iNada divierte
mis penas; lodo me cansa.
El agua que corre mansa
va murmurando mi muerte.
Aquel pájaro jilguero,
que gorjerillos levanta,
es algún cisne que canta
por mí, porque cisne muero.
¡Ay de mi!
L. ^Por qué suspira
vuesa Alteza?
th. Nt) lo sé.
Triste voy porque dejé
á mi hermana Draomira.
u. Pues Draomira, ^no es, hermana,
aquella gentil aleve
la que á matarle se atreve?
lA. Si; mas es por ser cristiana.
b. Luego, ¿deseas morir?
L. Por la fe de Cristo, hermario,
perder la vida un cristiano
¿no es morir para vivir?
¡lU. Claro está.
lUE. Ella desea
ser ahorcada; pues á fe
que no la siga si se
, que por las horcas pasea.
|lA> Uejadme, que no reposo.
tu. Pues, señora, ¿en este dia
tienes tal melancolía
cuando le espera lu esposo?
HA. Aun por eso es mi dolor,
que temo que no me adora.
iu. ^Oe qué lo sacas, señora?
íiA. Solamente del temor
que le tengo; mas un rato
me quisiera ahí apartar,
que quiero comunicar
con su pintura ó retrato.
IL. |0h, gracias á Dios del cíelo
que muestras algún cariño!
tUE. Ya parece que el dios niño
t la ha puesto en algún desvelo.
UA. Descansad un poco en tanto
que yo cumplo mi deseo,
tu. Aún dudo lo que veo;
¡guíenos el cielo santo!
(Apárlase Eufosid y saca un rttratii de
un Cntcljijo y otro de la Virgen.)
pUBDlkS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO U
ArciScl. be esta mujer me itmi,
según tan triste venia,
que jamás se lograría
nuestro intento, y pr^umi
de su virtud que, con celo
de ser mártir, deseaba
quedar en Bohemia y daba
una rica joya al cielo.
CoRNEL. Agora ya no hay dudar
que determina casarse.
Bodoque. Eso no puede dudarse
de cuantas saben hablar.
CoRNBL. Ya todo el mundo atesora
norabuenas para mi.
Sentémonos por aqui
para ver cómo enamora.
(Siintanse y Euroita se pone 4e rodi-
llas.)
EuaosiA.
Dulce Señor, enamorado mío,
¿adonde vais con esa cruz pesada?
Volved ol rostro á una alma lastimada
de que os pusiese tal su desvario.
De sangre y llamo entre los dos un rio
formemos hoy; y si á la vuesira agrada,
parlamos el dolor, y la jornada,
que de morir por Vos, en Vos confio.
¡Ay, d'vino Señor del alma míal
no permitáis que otro nuevo esposo
me reconozca suya en este día;
bajad de vuestros cielos amoroso,
y si merece quien con vos porfía,
dadme estos brazos, soberano Esposo.
CoRNEL. De rodillas está puesta:
gran fuerza (tiene] su amor.
Abciscl. Idólatra es en rigor
en acciones como aquesta.
CoRNEL. De su cristiandad no puedo
presumir error tan grave.
Arciscl. Ni yo imagino que cabe
en su virtud tal denuedo.
Bodoque. Mi señora, aunque parece
que tiernamente suspira
por su esposo, si se mira
siempre se queda en sus trece.
CoRNEi.. Llama, Bodoque, á mi hermana
que parece tarde.
Arciscl, Espera;
quien habla de esa manera
será en cosa soberana.
EUROSIA.
Virgen, paloma candida que al suelo
trajo la verde paz, arco divino,
pues en los tres colores á dar vino
fe del concierto entre la tierra y cielo,
dadme remedio, pues sabéis mi celo:
no case con Eorrunio. que imagino
5UC más dichosa soy, si más me inclino
conservarme pura en blanco velo.
No me dejéis, cristífera María,
favoreced mi intento puro y santo
hasta que llegue de mi muerte el dia.
Mi pureza guardad, pues podéis tanto,
si mereciere la esperanza mía
que del sol que pisáis pase mi llanto,
(Queda como arribada con tus r«f raíoíl
en las martti )
34
53o
:.A JOYA DE LAS MONTAl
CoiiNSL. C(in la Virgen adverli
que hablaba mi hermana ahora;
aquel retrato que adora
no será el que presumí.
Abcisci. Aun por eso, con recato
hace aquestas maravillas,
y cuando está de rodillas
de Cristo será el retrato.
Bodoque. De estarse sola hace alarde
aunque nunca haya almorzado,
y para andar á poblado
se va haciendo un poco tarde.
CoRNEi.. Llámala, Bodoque amigo.
Bodoque. Voy volando. — Mi seiíora,
mire que se acerca la hora
de marchar. jEslá conmigo?
¿No responder" ¡Voto á tal!
;\ígún accidente fuerte (i),
que no hablando, grande mal.
(Levántanst.i
CoNNEi . ¿Que dices? ¡Hermana mía!
¿Tú desmayada? ¿qué pena
te ha quitado, estando buena.
Su valoren este día?
Arciscl. Sin duda está arrebatada
en é.xiasis con su Dios,
que en las manos tiene dos
retratos con quien hablaba.
CoRNEi.. iQué santidad singular!
Mas no sé qué tengo en mí
que hasta que haya vuelto en sí
no puedo estar sin pesar,
¿Cuándo del sol brillarán
luz y rayi>s refulgentes?
>uOQUE. Kstos que vemos presentes
en su vida volverán.
JKNEU. ¿P«irqué?
>i>oQUE. Porque es cosa cierta,
sin que nadie lo repare,
que la mujer que no hablare
la podéis tener por muerta.
CoRMíi.. Ya vuelve.
BoDOQtTE. Ks frenesí,
y en esto estás poco atenlo;
mas quiero dectrte un cuento
de esto de volver en sí.
Con su sacristán el cura
se salió «I monte á cazar,
que el no estar en su lugar
i'n algunos curas dura.
>ONi-:i.. Calta, Bodoque, que irritas
con tu necedad al mundo.
¡Qué caso tan sin segundo,
Parca ingrata, solicitas!
iFCiscL. La desdicha me desmaya
de tan extraño suceso.
BoDOQTiE. Y yo prosigo con eso.
Vaya pues de cuento, vaya;
que empezarle para mí
es gran pena no acabarle;
á mi mismo he de contatle,
solíloquiándomc asi.
Acompañólos un cojo
i caballo en su jumento,
40 '*!'* ua veno á nta rc«lon«lilU,
idjl
I
y éste seré en mi cuentí
el que para blanco escojo.
Llegaron con atención
al monte, pero en su entrada
al Cú)o, el alma turbada,
le dio mal de corazón:
quedúse el cura turbado,
y el sacristán quiso irse;
mas el cura, sin partirse,
se quedó todo cortado.
Dijo el cura aquesto vien¿
«En si luego volverá.»
Dijo el sacristán: «No hará,
que suena lejos su estruendo.»
Con esta grande locura,
sobre este caso apostó
con que el sacristán llegó
á apostárselas al cura.
Dejaron al desdichado
en el monte con su mal,
que después de rato tal
fué de su achaque dejado;
subió en su jumento allí,
y al verlo los apostantes,
el sacristán dijo antes:
«Mírelo, no volvió en sí.»
— «Es engaño, pues se ve
lo contrario claramente»,
dijo el cura — . «Llsted miei
¿no ve que no viene i pie?
— dijo el el sacristán; y a&í
gano yo con fundamento:
que quien vuelve en su jui
¿cómo ha de volver en si?
Ya parece que el desmayo
muy poco á poco la deja.
¡Dulce Jesús, dueño mío!
¿cómo tan presto te alejas
de mi presencia? ¡Ay de rr'
CoRNEL. lEurosia hermana, dulce p|
EuBOSiA. ¿Q)ué quieres, Cornelioherí
Presumí que tu belleza
cubierta de un parasismo
aqui se desvaneciera.
Esos retratos, Eurosia,
que dentro tu pecho encic
son causa, si bien advierte
de tus amorosas penas.
Causar penas nunca puede
antes bien, siempre n^e al
porque el uno es de mi Esp
del corazón dulce prenda.
y el otro de una Señora
que, con sobradas tínezas,
me estima sin merecerlo.
Ya vimos, sobrina bella,
que son de Cristo y su Mi
los dos retratos que llevas;
á Cristo llamas tu cspov},
con que entendidas lai nen
de tu cariñoso afecto,
saco aqui por consecuencia
que de casarle no gu$tas,
y si vienes es por fuerzi
de mi larga persuasión
y de la noble obediencu
de tus padres; mas si onirn.
CORNEI .
EUROSIA
COBNEI,.
EUROSIA.
Arciscl.
^ JORNADA SEGUNDA 53 1^ 1
' iíusire y noble princesi,
CoRNCL. Hermana mia, ya es (arde ^^H
que la ley de Cn>io ensalzas
y la lámpara febea ^^M
coronando tu cabeza
quiere extinguir su luz pura ^^M
con el sagrado laurel
en las olas, donde alberga ^^M
de Aragón, ccn que se espera
sus rayos en cada noche, ^^H
üue has de ser Alíame firme
de la militanie Iglesia,
sepulcro de su madeja; ^^H
vamos alargando el paso. ^^H
asombro de los herejes
que muy poco tiempo queda ^^H
y de aquella ley perversa
para llegará poblado. ^^M
deMahoma gran contrario.
EuRosiA. Vamos, pues. ^^H
A. ^No podré sin ser yo reina
BonoQUE. Vamos apriesa, ^^B
triunfar de sus acciones?
porque si mucho tardamos, 1
L. No será fácil que puedas
nos quedaremos sin cena. ^^M
ensalzar tu nombre tanto
EuROsiA. |Cielo divino, ayudadme! ^^M
que te conozca la tierra
defensora de la fe
Apciscl. De Dios nos guie la diestra. ^^M
CORNBL. El le dé, si acaso importa. ^^M
si la voluntad no apruebas
lo que más mi amor desea. ( v.tn«*.> ^^M
de casar con don Fortunio.
^^H
lA. La virginidad es prenda
^^H
que Dios tiene en mucha eslima.
:l. Es verdad; mas cosa es cierta
ESCENA VIH ^H
Saitn et (^kI.ncipk y ti Condk. ^^^^
que también estima Dios
las que honestamenle intentan
PpfNciPE. Por eso del alma sale, ^^^
llegar al sacro himeneo.
Conde, á la lengua |el] amor. ^^H
y es proposición tan cierta.
Conde. No hay pena, invicto señor, ^^|
que confirman su verdad
que con la de amor se iguale. ^^H
Príncipe, kt retrato tengo aqui ^^H
las mismas sagradas letras.
Quiso Dios en el Paraíso
de la que ha de ser mi esposa: ^^H
con milagrosa manera
atended si es cosa hermosa ^^|
conservar á Klías virgen,
por quien el alma rendí. ^^H
cuya castidad excelsa
CoNDR. 1 Hermosa dama! ■
merece ser colocada
Príncipe. Yo pienso ^J
sobre todas las estrellas.
que estudió naturaleza ^^H
Mas también favoreció
la estampa de su belleza, ^^H
con igual correspondencia
no por instrumento inmenso ^^H
al profeta Enoc, casado,
y de la misma manera
de aquel poder soberano, ^^H
mas hablando á nuestro modo. ^^|
si al Tabor subió á Klias
porque parece que en todo ^^|
á enseñarle sus grandezas,
puso cuidado su mano. S
bien creo que por ser virgen
CoNOK. Vuestra Alteza se rindió M
mereció que allá subiera.
justamente á la más bella, ^^^
Pero Moisés también,
ilustre y noble doncella ^^H
que fué casado en la lierra.
que en el mundo se crió. ^^H
subió con Cristo al Tabor;
Príncipe. Mis potencias y sentidos, ^^M
para que, sobrina, entiendas
justos fueron sus despojos, ^^^H
que también eslima Dios
que antes de verla mis ojos ^^H
con su voluntad inmensa
la aprobaron mis oídos. ^^B
al que, casado, le sirve.
Con su virtud asegura ^^H
_^ como al que, virgen, le ruega.
mi elección en puridad, ^^H
^b Kl sagrado matrimonio.
pues quiere su santidad ^^H
W con singular agudeza,
competir con su hermosura, ^^|
le llamó el Apóstol grande
y son las dos tan iguales, ^^M
sacramento de la iglesia.
que en la perfección que vieron, ^^H
Muchas matronas ilustres
su nombre á Eurosia pusieron V
dan de estas verdades pruebas,
los pinceles celestiales, ^^B
y la misma Virgen fué.
Ya creo que no están lejos, ^^H
aunque Virgen tan perfecta.
que ayer vino embajador ^^H
de este sol que en su esplendor ^^B
casada con San José.
siA. Aseguró su pureza
me dan vida sus reflejos. ^^H
con voto de castidad.
y dice que llegará ^^|
cu. No se niega á vuesa Alteza
con brevedad á esta tierra; ^^|
que pueda ofrecer á Dios
mas ¡ay. Conde! que la guerra ^^|
su virginidad; y advierta
me presumo estorbará ^^H
que si la tiene ofrecida
el salirla á recibir ^^H
á su Majestad inmensa,
á la entrada de Aragón. ^^H
puede cumplir virtuosa.
Conde. A mi cargo la ocasión ^^H
aunque case, su promesa.
para que podamos ir. ^^H
^M 532 ^^^^ij^oy^^a^dÑtaBa^^^^^^^^^^^^B
^^^^B A Lc<>iiui de|é perdida,
hasta conseguir la dicha ^^H
^^^^B que, intrépida y arrojada,
de volverla á vuestros braxo»
^^^^H por el carrkpo hizo entrada
y os promete mi afición
^^^^B sin prevenir la salida;
daros casta posesión
^^^^H y aunque el bárbaro enemigo
con indisolubles lazos.
^^^H hizo fuga en la ocasión,
('..ONDE. A prevenir nuestra gente
^^^^m pudo disponer traición
importa, señor, que vamos,
^^^^H por llevársela consigo;
porque temo si tardamos.
^^^^^1 y si tan nobles despojos
algún penoso incidente.
^^^^H se me llevan, claro está
A recibir lo primero
^^^^1 que mi corazón saldrá
iremos á vuestra esposa.
^^^^H derretido por los ojos;
que, á pesar de la mañosa
^^^^V mas la ciuz de aquesta espada
traición del cancerbero.
^^^^B saldrá siempre vencedora,
no ha de parar mi valor
^^^^H y el joyel que mi alma adora
hasta poner con despecho (l|
^^^^H he de cobrar, aunque armada
V en mis brazos á Leonor.
^^^^1 esté la morisma junta
Príncipe, fen vuestro valor confio,
^^^^1 á pesar de su traición.
Conde amigo, y es razón.
^^^^P ó mi ardiente corazón
que con vuestro corazón
^^^^* ha de abrir aquesta punta.
siempre va seguro el mío.
^H PíIncipe.No es cierto, no, á mi ver
Vamos, y sin más lardar.
^^B que salga al campo Leonor,
de la gente más lucida
^^H que aunque tiene gran valor
que tenéis más conocida
^H en efecto es de mujer.
podéis un tercio alistar.
^H Conde. Fía en las veloces alas
CONOE. Si llevamos, á mi ver.
^H de un bruto que con razón
con sus lucidos arneses
^^M él es hijo de Aquilón
un tercio de montañeses.
^H y ella de la dinsa Palas.
nada queda que temer.
^H Príncipe. Sin duda se habrá escapado
^^m si su valor conjeturas.
^H Conde. De mayores apreturas
^H otras veces se ha librado.
JORNADA TERCERA
^^k Loque más mi pena aumenta
^^B^ es que Mosquete quedó
^^^^K en su guarda, y se alejó
ESCENA PRl.MERA
^^^^B con presunción avarienta
^^^^B de recoger los despojos
MotgUKrE tolo.
^^^^B por el campo divertido,
^^^^B V dejó puesto en olvido
^^^^B lo que llorarán mis ojos.
^^^^H Dice que de lejos vio
No hay hombre más desdichada
que Mosquete en este día,
pues, por gran desdicha mía,
mi señor, muy enojado,
^^^^H dos moros, y del temor,
^^^^^P olvidado de Leonor,
me pone en mosquetería.
^^^^m cobarde se retiró.
Porque á Leonor perdí
^^^^•>rN( ifi-:, No es en vano tu temor;
me castiga de este modo,
• 1 J - •
^H pero fío sin recelo
^^h que la habrá librado el cielo
^^^^B de aquel bárbaro furor.
^^^^V Pero ^dónde anda agora
^ Mosquete, vuestro criado?
no considerando en si
que también me loca i mi
por perder i Laura y todo.
¡Oh, quién las pudiera bdlar
por aquí en atgúa rincónt
mas no las podré topar.
.¿Por qué no sabré rezar ^^^
e! responso á San Antónij^^H
A Francia me iré i vivir, ^
y sabrá Aragón y fieamc,
^H Conde. En busca, señor, le he enviado
^^B déla que mi alma adora,
^^B^ adviniendo que, si acaso
^^^^K Leonor está perdida.
^^^^H he de quitarle la vida.
^^^^B Mas ^y de mi! |liero caso
que me quise despedir
por no quererle servir
^^^^H fuera verla enirc tiranos!
^^^^B No había de haber ri^or
siempre de su guardacarne.
^^^^H que estorbase mi furor
^^^^^ hasta volverla á mis manos.
El buscar, cielos divinos,
me va doblando mis males,
^H PüÍNurK. Sin duda por verse ausente
^^m de vos, con sagacidad
^^B se retiró á la ciudad.
pues me llevan mis destinos
de noche por los caminos,
de dia por los jarales.
^^^^_ que es entendida y prudente;
^^^^B mas, si acaso por desdicha
Mucha hambre y poca rt>pa
rae traen por este cerro.
^^^^fl otra cosa pudo ser.
—
^^^H yo os ofrezco mi poder
(i) Falta UA veno.i ctta radoadilla.
W JORNADA
TERCERA
53^^
mas si el bárbaro me lupa.
MOSQ.
Yo no soy nadie aunque hablo. ^M
yo temo que en vez de sopa
Mecot,
Di presto quién eres. __^M
Vio me falle pan de perro.
MOSQ.
lAyí ^H
Desde aquí quiero 1 amar.
El alma de Garibay, ^^^H
aunque me acosa el temor.
que ni es de Dios ni del diablo! ^^M
IEh voí alta.)
Tabife.
Aqueste, si no me engaño, ^^^|
¡Laura, señora Leonor!
es el mismo que escapó ^^^H
del incendio y se bur ó ^^^1
Por medio de aquel pinar
iopos.
se siente ruido y rumor.
de nosotros por su daño. ^^^H
{Dentro.) No dejéis en la montaña
Mecot,
Pues Alá nos le ha traído ^^^H
(,
persona que á Cristo siga.
para que tome venganza ^^^H
fosy.
Aquesta es gente anemiga.
del agravio: sin tardanza ^^^H,
1
^•Hay desdicha más extraña?
morirás, ^^^H
!
¿Adonde podré esconderme
MosQ.
Ya estoy perdido. ^^^|
de este riguroso trance.
Atan.
Na le quites aún la vida ^^^B
i
que el fiero moro no alcance
hasta saber dónde va, ^H
k
en todo este monte á verme?
que algún secreto tendrá ^^^|
tan impensada venida. ^^^H
¿Quién eres y adonde vas? ^^^|
ESCENA II
MOSQ.
No sabré decir quién soy, ^^^H
SaltH
Atanael, Tarifk y MicOT.— Dicho.
ni menos adonde voy, ^^^H
•
si no me prometes nías. ^^^H
Itan.
jQue sea tan arrogante
Atan.
Ya tienes sobrada suerte, ^^^1
»
este cristiano atrevido!
que si dices la verdad ^^^H
^
it
Por Alá que estoy corrido.
te daré yo libertad, ^^^1
Tapife.
¡Por vida de mi turbante
y si no, te daré muerte. ^^^H
,
que es muy valiente cristiano!
MosQ.
Pues, señor, con esa instancia ^H
Ítan.
¡Que se huyera así la gente
si no me matan, diré, ^^^1
■'
por un cristiano insolente!
Todo fuera muy en vano,
entre muchas cosas... ^^^H
Tabife.
Atan.
^^M
porque su valor se encumbra
iMosQ.
ün secreto de importancia. ^^^H
I'tan,
tanto, que con fuerza y maña
Atan.
Pues di, que yo te aseguro ^^^H
ha de sujetar á España
de premiarte si es así. ^^^H
y aun á cuanto el sol alumbra.
MOSQ,
La verdad diré. ^^^1
L>etén, Tarife, la lengua;
Atan,
PuesdL ^^H
ese hombre no me alabes.
Mecot.
Si lo ^^^H
\t
que en mi competencia sabes
MOSQ.
Lo rejuro. ^^^Hl
L
que alabar á nadie es mengua;
Don Fortunio, mi señor, ^^^|
■
y aunque huí con sutileza
se quiere casar mañana ^^^1
■
de su espada el gran furor.
con una reina bohemiana, ^^^H
■
no fué falta de valor,
y mi amo con Leonor. ^Kt
■
si fué sobra de destreza.
Atan.
¡Qué dices! ¿esto es posible? ^M
■
De Huesca soy ya señor
¿mañana luego ha de ser? ^M
■
y del Rey ya capitán.
MosQ.
Vo no me pongo en saber ^M
■
y cuanto blasón me dan
el cuándo, porque es terrible ^M
■
es poco con mi valor.
mi amo el Conde, y yo sé ^M
■
Cuanto el Tajo y Duero baña
que nunca me dice un cuándo ^M
■
con estruendo belicoso
porque sabe que cantando ^M
■
amedrenté valeroso
todo In que sé diré. ^^^H
■
en mis principios á España.
Pues es cierto que mañana, ^^^H
■
Aben Lop, mi Rey, espera
veinte días más ó menos, ^^^H
■
acabar de conquistar
tendremos seis días buenos ^^^|
■
esta montaña, á pesar
en una ú otra semana. ^^^H
■
de la cristiana bandera;
.\tan.
Rabia ya mi corazón. ^^^H
W
pues dóblense nuestras lunas
¡Pesie la fortuna adversa ^^^H
en las arrogantes astas.
que tendremos más contrarios! ^^^|
ÍIÍECOT.
Con esto, señor, contrastas
Tahife,
¿Cuándo vino esa Princesa? ^^^H
1
Itj solo á tantas fortunas.
MosQ.
Señor, no vino, y si vino, ^^^|
i
Por esta parte que sigo
será cosa muy de verla, ^^^1
i-'
se suena rumor de gente.
porque dicen que es aguada ^^^H
Pmq.
Estoy muerto de repente
y jamás entró en taberna: ^^^H
si encuentran éstos conmigo.
cosa cierto singular ^^^H
Mecot.
^Quién va allá? ¿No me responde?
poco usada en esta tierra, ^H
^OSQ.
Si no va nadie, ¿quién quiere
que la taberna es de aguados, ^M
que le responda?
pues que todos los que ahí entran H
JWecot.
El que fuere,
se aguan mucho, y hasta el vino ^M
k
quien de cobarde se esconde.
^
de puro aguado revienta. ^H
^ 534 LA JOYA DE LAS MONTAÑAS ^^H
^^BTARirK. Dinos claro si ha venido.
que temo vuelvan acá
^^B si no quieres que con esta
S) por desdicha se acuerdan
^^B daga le dedos mil muertes.
de las pendencias de marrs>
^^KMosg. iQué barata fué la feria!
y me rompan la cabezaí
^^B ^Dónde las compró, señor?
echóme por estos nscos.
^^M Guárdelas usted y crea
Dios me la depare buena. (♦'**«
^^H que las habrá menester
^^H cuando tenga alguna suegra:
^^M no me dé ninguna á mi.
ESCENA rv
^^H que bien diré lo que sepa.
^^^^_ porque nunca sé callar
SaltH EuKotí*, Arci*clo, CoKireiiojr BoDo^e
^^^^H cusa que secreto tenga.
^^^^H Ya dispone mi señor
BoDogí E. Los caballos van perdidos
^^^^H la jornada con su Alteza
de tanto vulgar tropiezo.
^^^^F y saldrán á recibirle,
pues andan sin herraduras
^^m porque saben que está cerco.
descalzos, y á lo que veo.
^^^TAN. Hoy he de vengarme, amigos,
se habrán puesto á religión
^^B de las injurias y ofensas
y tan mediados en eso.
^^H^ que del cristiano atrevido
que con tantas cortesías
^^^^^ en las campanas postreras
como todos van haciendo,
^^^^H recibimos; y en verdad
sobre tantas reverencias
^^^^H que estoy tan corrido de ellas.
quedarán muy rererendos.
^^^^H viendo que tan poca gente
CoKNEt.. ¡Qué peñascos tan altivos,
^^^^H atrevidamente pueda
qué fragosos Pirineos
^^^^H causar fuga á mis soldados,
son éstos, que en altas cumbrt»
^^^^H que se enmudece la lengua
remontados y soberbios
^^^^H al pronunciar que acobardan
sus altas cimas ocupan
^^^^1 nuestras azules banderas
la media región del viento!
^^^^H sus cruzados estandartes.
Akcisci,. La Naturaleza quiso
^^^^H Salga, pues, á la defensa
dividir aquestos reinos
^^^^H de tantas glorias perdidas
con estos montes, Olimpos.
^^^^H el valor que el pecho encierra.
cuyos encumbrados cerros ^
^^^^H Hoy hemos de cautivar
son vergüenza de los Alpes¡^^H
^^^^H la Princesa de Bohemia,
KuttosiA. Que cstov cansada confies<J^B
^^^^H y al Principe don Fortunio
CoR.NEi.. ¿Qué mucho vengas cansada.
^^^^F quitar la dicha que espera.
hermana mfa, si puedo
^^HMbcot. a prevenir vuestra gente
asegurar que en mi vida
^^B vamos, Tartfe, y entiendan
con tanto desasosiego
^^M que somos Atlantes íirmes
^H[^ de las africanas fuerzas.
me vi, pasando en balalUs
las inquietudes que el tiempu
^^■Takifk. Señor, nuestros escuadrones
aborrascado ocasiona
^^B harán las lunas sangrientas
con el militar estruendo?
^^m de la sangre de cristianos.
Ni probando al mar sus fuerjat
^^H aunque la fortuna adversa,
nue alguna vez en el centro
del arrojado Neptuno
^HP enemiga, nos ultraje.
^^Atan. No nos niegue el gran Profeta
y ninfático elemento,
^^B su favor, que con su ayuda
me vi en borrascosas luchas
^^B se asegura nuesira empresa.
con tanta inquietud del virnlu.
^^H Toquen las cajas, levanten
que apenas dejó recurso
^^B las lunas á las estrellas.
á la piedad del ctelo;
^^B que aunque sean medias luna<^
jamás me vi tan cansado
^^B han de llegar á ser llenas,
, ni derribado mi esfuerzo
^^fl que aun el sol no está seguro
como agora. ^^
^^B con la creciente que llevan. (\'anu)
Bodoque. Algún dcmoni9^^H
nos lleva por estos puenow^^H
EuRostA. Todo por amor de Oto» ^M
^^^m
bien adoiiiirlo podemos, H
^^^^H MosQVSrc
c^ue el trabajo no es trabaja ■
SI con el divino celo H
^^^^B Ellos se olvidan de mí
que los amados de Dios H
^^^^H con la algazara que llevan.
le llevaron y ofrecieron H
^^^^H |Cu¿n!o me valió el secreto!
le adiniliinos; que. sin duda, H
^^^^B Yo apostaré que me dieran
los trabajos y tormentos H
^^^^B un millón por lo que dije.
padecidos por mi Dios H
^^^^B Las carnes todas me tiemblan
son escalas para el cielo. H
^^^^B de temor, y no sé cómo
Ahciscl. Tu peregrina virtud H
^^^^B me escape por estas breñas.
nos da á todos gran consudo. H
JORNADA TKRCEPA
Esu tierra es ya de España,
que las noticias que tengo
me aseguran que estos montes
son los altos Pirineos
que en pirámides fragosas
hacen murallas y cercos
dividiendo i España y Francia
con tan singular portento,
que el cielo parece quiso
plantar mojones soberbios
que eternamente publiquen
división de aquestos reinos.
(lA. ¡Qué camino tan extraño
debe ser éste! Sospecho,
sc({ún imagina el alma,
que vamos hacia el desierto.
Sl. Alguna desdicha arguyo
de ver que en algunos pueblos
3ue acreditan estos montes
t habitables, nunca vemos
persona que les habite,
ni lopamíjs pasajero
que pueda darnos de España
testimonio verdadero.
OITE. Yo pienso que vamos mal,
y que no voy bien: es cierto
que si mata cena anoche,
peor es hoy el almuerzo.
KW. jQué alegría liene cl alma,
pues acá deniro en el pecho
me está brindando alborozos,
después acá que los senos
de tantas silvestres grutas
con tan humildes aprecios
me convidan cariciosos
con sus humillados cetros)
iCL. ^Esto te alegra, señora,
cuando la corona y cetro
de Aragón te entristecía
según colegí otro tiempo?
Tío y señor, no sin causa
de estos montes hago aprecio,
pues de su fragosa estancia
colijo que son los yermos
donde anacoretas santos
sacrificaron al cielo
sus vidas. (Aparte.) {Cielo divino,
amparad mis pensam¡entx>s!
■^ El alma toda turbada
^B me sobresalta en el pecho
^^ después acá que pasamos
la fragosidad del puerto
sin topar persona viva,
con que claramente temo
alguna desdicha enorme,
pues escando á todo atento
veo andar las avecillas
con funesto y triste vuelo
mudando en endechas tristes
sus concertados gorjeos;
^^ cubierto el sol y empañados
^K sus encendidos reflejos
^1 con que enlutados los aires
^^ hacen fúnebres sus ecos;
con que el corazón desmaya
hasta que, piadoso el cielo,
nos declare dónde vamos.
EUROSU.
COHNEL.
EUROSIA.
Arciscl.
EUROSIA.
Bodoque,
Arciscl.
EuttosiA.
MosQ.
BODOQUK.
MosQ.
Bodoque.
535
^Dc qué te asustas, Cornelio?
^No estamos ya en Aragón?
Es verdad que lo sospecho;
mas queda suspensa el alma
hasta saberlo de cierto.
En las manos de mi Dios
anda ya todo el suceso
de nuestra feliz jornada,
de que tin dichoso espero.
Vamos, antes que las sombras
le arrastren capuz al Fcbo,
y el viento, monstruo de horrores,
sea etiope elemento,
para que llegar podamos
en algunos de estos pueblos
que encierran estas montanas.
No nos desampare el cielo.
Vamos pues, que los caballos
se están comiendo los frenos,
que piensan ser avestruces
para digerir los hierros.
¡Voto ai sol! Si no me engaño
por aquella parte veo
que hacia acá se llega un homni o.
También juzgo yo lo mesmo.
Con eso se alegra cl alma,
3ue por su medio sabremos
onde estamos.
{Aparte.) ¡Ay de mil
¡Cielo divinol ¿qué es esto?
¿qué glorias espera el alma
en lo bronco de estos cerros
que parece que en sus grutas
ha depositado el cíelo
el colmo de mi esperanza,
nuble gozo del deseo?
(tírita át dentro )
¡Laura, señora Leonovl
¿Quién diablos es el estruendo
que alborota aquestos montes?
¿Quién va allá?
En el inñernu
deben estar estas hembras,
pues en todo aqueste lie mpo
no parecen en cl mundo.
¿Quién va alia?
ESCENA V
Sale MoigvKTB,— DiCHOi.
MoSQ.
¡Jesús, SanteliT)'!
Bodoouf:
.¿No responde?
,M0SQ.
¿Si son estos
algunos moros que buscan
que les diga otro secreto?
CORNKI..
Amigo, escucha.
MOJQ.
¿Quién llama?
CORNEI..
No te apartes, asi el cíelo
le haga dichoso en cuanto
ha intentado tu deseo.
Mos(?.
Qué ¿querías engañarme
con halagos?
CoRNEt.
No es mi intento
engañar á nadie.
Mosg.
¿No?
Aun me pelen si lo creo.
^ ^36 LA JOYA DE LAS MONTAÑAS ^^^|
^^H ¿Qu¿ diré si me preguntan?
BoüOQi.TE.|Han visto tal • '^^^B
^^H No sé qué decir; si quiero
^ Los diablos i.. ' '^''^ i^l
^^H escaparme con huir,
MosQ. ,; tiso dudas? Puc^ \ o cnliend^H
^^B me alcanzarán al momento,
que tienen tantas, que aitu^^f
^^m porque estoy lleno de callos
verás del primer empeñd^^^^f
^^P con jamás léner silencio.
que sacan á puntillazos ^^^^H
BoDOQUB.^Oye usted, señor hidalgo?
á los diablos del infierno.^^^H
MosQ. No se acerque, señor perro,
EuRosiA. Dinus: ¿en qué tierra estamo^H
que le tiro con un canto
qué rey gobierna estos reino^^
SI se llega.
y cómo tan despoblados
Bodoque. |Majaderol
tiene todos estos pueblos? ^^
CoRNiíi.. Calla, Bodoque, no alteres
<MosQ. Si me aseguráis la vida ^H
con amargos desatentos
diré todo lo que siento, ^H
á quien puede ser la guia
que, aunque no parecéis mo^H
de todos nuestros aciertos.
presto podéis parecerlo. ^H
CoRNKL. be mi parte te aseguro, ^H
Bodoque. Pues si perro me ha llamado.
¿he de callar?
y por todos te prometo, ^H
EtiROSiA. Kl silencio
no sólo nunca ofenderte, ^H
es el que logra dichoso
pero el agradecimiento ^|
en la prudencia el imperio;
debido á merced tan grande. ^H
este es hombre muy sencillo.
MosQ. Si me habéis de agradecerlo, ^H
de aquellos en quien el tiempo
no sea en algunos palos. ^H
de la inocencia guardó
EiiROSiA. Esta sortija es lo menos ^H
para varios escarmientos
que te puede dar mi amor, ^i
Mosg. Ahora bien: yo me acerco
de la vanidad del mundo.
^^» pues viviendo eo estos cerros
y con aquesta sortija ^ü
^^^^B viven siempre muy gustosos
estoy loco de contento. ^M
^^^^K sin los muchos devaneos
Ya parece que estas c<¡s*i ^^
^^^^^B que en la villa ciudades
van oliendo á casamiento.
^^^^H á muchos les vuelven necios.
EuROSiA. Sácanos de nuestras dudas. ^J
^^^HH Físbladle con humildad
que, por mi Dios, te lo roego^H
^^^^™ y sabréis sus pensamientos.
■ Coj»NEi,. Llégale, amigo, no lemas.
M0S9. Decid primero quién sois. ^H
Co»»NEi.. Somos amigos bohemios, ^H
^^ MüSQ. ¿Sois cristianos?
MosQ. ¡Ta, ta, ta! Va los conozco, ^H
^^H Bodoque. Y muy buenos,
por la fama, desde lejos. ^H
^^H de los mejores del mundo.
CoR\Ki.. Esta es mi hermana y el sol ^H
^^H ñamantes, lindos y nuevos.
en cuyo lucido espejo, ^H
^^H MoSQ. Yo no me fio en cristianos
se mira toda bohemia. ^H
^^H que no son cristianos viejos.
^^H Arcisci.. Por amor de Dios, amigo.
Mosv. Agora bien, yo doy en ello; ^H
¿qué mucho me calentare? ^H
^^H si lo merece mi ruego.
Por Dios que sale á mal tiempo^
^^H no te vayas.
y plegué ¿ Dios no se eclipic
^^H MosQ. |Para el puto
antes de salir San Pedro. ^m
^^H que no tuviera escarmiento.
EuRosiA. ¿Qué te alteró? ^H
^^H de haber topado otras veces
WosQ. Grande mal. ^^
^^H quien me ha dado pan da perro!
^ EuROsiA. Escucha, noble cristiano.
EuKosiA. Diloal punto.
Moso. No me atrno. ^h|
y no extrañes el concepto
{Gran desdicha! ^H
de llamarte noble amigo.
HUKOSIA. N- -^''''^ ^H
porque quien en todo tiempo
declar.ir tu sen ^H
de padres cristianos nace.
MosQ. jAy, señoral el 1..^. . j.a ^M
es noble de nacimiento.
con rigor á sangre y luego ^H
Moso. L's verdad, voto á mi sayo,
los pueblos de estas monliña^H
y por eso, yo acá dentro
que lo restante del reino ^H
me sentía siempre un rey.
lodo es suyo. ^H
ó algiin marqués por lo menos.
Et'RosiA. No responde! ^H
(<*J») ¡Vive Dios que es muy herniosa
lodo lo que te he propuesto. ^H
esta dama! Ya estoy cierto
MosQ. Este es, señora, Aragón. ^H
que no son moros. Sí acaso
con cuyo cristiano cetro ^H
me cogiera en tal concepto
el Principe Don Fortunio ^H
que de mi se enamorase.
te esperaba, y aun entiendo ^H
por Dios me casara luego
que te sale á recibir, ^H
con ella, á pesar de Laura.
por considerar el riesgo ^H
H Pero preguntarle quiero.
que corres; mas no sabrá ^H
^^H ¿Habéisme visto á Leonor?
que pasaste ya los puertos. ^H
^^^ EoROSiA. Por quien preguntas no entiendo.
porque, á siabcrlo, sin dudj ^H
W Mosg. Una mujer de los diablos.
que fuera más pronto en clla.^^H
^^^^r JORNADA
TERCeRA 537 ■
Icl. iGran desdicha!
2VE, |Para el pulo
á dar al Principe luego, ^^H
si los moros no me zampan, ^^^|
que pase de aqueste pucstol
noticias de este suceso. iVo**.) ^^^M
BL. \ a van saüendo verdades
las que iba el alma temiendo.
.^^^^^ñ
KiA. No temáis, lio y hermano,
ESCENA ^^^1
fíad del amor inmenso
de aquel soberano Dios,
Dicuos, menos Mosqubtb ^^^^^H
que, ajuslando nuestro intento
con su voluntad, no hay duda,
EuRosiA. Vamos luego, porque importa, ^^^|
guiará, fanal excelso,
antes que el pagano adverso ^^^|
la nave de nuestra vida
nos descubra. ^H
á tomar seguro puerto
CoRNEt. Va podrás ^^^M
donde las mejores dichas
subir, hermana, al excelso ^^H
nos quiera franquear el cielo.
pirámide, señalado ^^H
pUE.Vuelia, rienda, que esto es malo;
para nuestro albergue. ^^H
huyamos aqueste riesgo.
EuROSiA. Creo ^^H
EL. ¿Tiene mucha gente el Rey
auc la divina bondad ^^^|
de mi Ojos me dará esfuerzo ^^^H
para resistirse?
). Cieno
para llegar á la cumbre, ^^^H
que fallando, yo presumo
donde consagrar espero ^^^H
que ande todo por el suelo.
nii vida á mi dulce Esposo, ^^^H
que el moro tiene diez mil
dulce fin de mis deseos. ^^^H
y mi rey aun no diez cientos.
BoooQ. Y los caballos, ¿qué harán? ^^H
IE(.. Con tanta desigualdad
Arciscl. Eso viene á ser lo menos. ^^^f
seguro está el vencimiento
Vamos, pues, que yo confío ^^^f
por los moros. ¡Qué desdicha!
que nos ha dedar el cielo ^^^|
tCL. iCielo dívinol ¿qué es esto?
entre tantas inquietudes ^^^|
1 ¿Y andan moros por aqui?
el más divino consuelo. ^^^|
t. No pienso que están muy lejos,
CohNEL. Las tristezas que hasta aqui ^^^H
que, prevenidos, aguardan
en alegrías convierto, ^^^H
cogeros en cautiverio.
pues me dice el corazón ^^^^H
QUE. Volvamos atrás, señores.
acá. dentro de mi pecho. ^^^^^1
hasta que en la Francia entremos,
que tendrá nuesira jornada ^^^^^H
que podremos esperar.
Sct. ¿Qué le parece, Cornelio?
felicisimo suceso. ^^^^^^|
EunosjA. Llevando la fe Je Cristo ^^^^H
lEt Tío y señor, gran desdicha
por blanco de nuestro intento, ^^^H
estoy mirando y temiendo.
¿que moro nos acobarda? ^^^|
ir.u Volver atrás es cordura.
Arciscl. Sobrina mia, el consuelo ^H
lEt. No parece mal intento.
que más alboroza el alma ^^H
QUE.No hay sujeto como yo
es verte con tanto esfuerzo, ^^^|
para dar un buen consejo.
de la fe de Cristo Allante, ^^H
SiA. ¿Qué es volver, lio y señor?
que con esto nada temo. ^^^|
¿Adonde, hermano Cornelio?
Después de tantas fatigas.
CoHNEL. ¿Qué glorias puedo esperar ^^^^
quedando seguro y cierto ^^H
¿volver á pasar los puertos?
de tu constancia, más vivas ^^H
Si el temor os acobarda,
que las que dichoso espero, ^^H
¿no tiene el sagrado centro
si en estas silvestres grutas ^^^|
de estas ásperas montañas
por la fe de Cristo muero? ^^^H
naturales p.ivimentos
EuRosiA. Dichosa yo que he llegado; ^^^H
en cuyas silvestres grutas
mil veces dichosa puedo ^^^H
sin tanta inquietud podemos
llamarme, pues que llegué ^^^H
esperar las ocasiones
al colmo de mi deseo ^^^H
en que con menores riesgos
y acompañada de dos ^^^H
podamos pasar al colmo
columnas del sacro templo ^^^|
más feliz de nuestro intento?
de aquel Salomón divino, ^^^H
Esla es la que solicito (Aparte)
con cuyo arrimo bien puedo ^^^H
y la que ha guardado el cielo
asegurarme constante ^^^H
para más dichosos fines
en el más divino empleo, ^^^H
ocultos en sus secretos.
hecha victima dichosa ^^^H
En este monte podéis
de mi esposo y de mi dueño. ^^^|
esperar un poco tiempo
BoDOQ. No voy muy de buena ganaa, ^H
subiendo por esla falda
porque me presumo y temo ^M
hasta llegar á unos huecos
que daremos en las llamas ^M
cubiertos de firmes rocas.
pcns)>ndo salir del fuego. (Vanse.) H
que yo voy por estos cerros,
Atan. (Dínfro.) Cercad lodos esos monles, H
si acaso puedo escurrirme.
que los caballos que tascan ^^H
LA JOYA DE LAS MONTABAS ^^^H
Cios prados pronostican
que mi capitán os mandT^H
que leñemos }a la caza
que dejéis la fe Je Crísio. ^M
en sus senos escondida.
CoRNEL. Hso no; antes la espada ^M
misma que ya te rendí, ^
ESCENA Vil
abra, moro, en mis entrañas
puerta, por que el corazón
Saltn los MoKoi.
misteriusamente salga ^H.
á dar gracias á mí Dios H
^^^^^Mecot.
He de abrasar <a montaña
de la vida que le aguarda. ^
si no topare en sus ¡gruías
Tarife. .jCómo esperas tener vida
lo que mi valor contrasta.
s"i la muerte te amenaza
^H
. Subamos aquesta cuesta,
sólo por seguir á Cristo?
que, por huir su desgracia,
•CoRNKL. ¡Oh. bárbaro, qué •- n^
te ocupa el pechol :fl
sin duda rie habrán subido
hasta la cumbre más alia;
que el morir porC;,,^ ^, taüjl
pero no se han de escapar
vida con que el justo vire
si la vida no me falla.
en la bienaventuranza? .^
V Mecot.
¡Qué penosa es esia cuesta!
Bodoque. ^Por dónde podré escurrría^i
^^ Atan.
Prosigue: el paso adelanta
iQue no tenga puerta f«lsa^H
á esos riscos á quien ciñe
esta casa de peñascos. ^|
lanto plumaje de plata
ni resquicios, ni ventanaif ^1
de esie arroyo, que es espejo
Arciscl. Valor, amigos, que es hora
de lan excelsa montaña.
de dar ya sacriñcadas
que el corazón adivina
las vidas á nuestro Dios. ^M
que en habitación opaca
Todos. Nunca el corazón desinaya^f
es toldo propicio á quien
para tan divina empreí>a; ^M
buscan con furor mis ansias.
reciba Dios nuestras a linas. |H
^^^^^"amff.
No ha de escaparse persona
Mecot. Pues morid, litros cristtano^|
oue siffa la ley cristiana
de mi cuchillo arrogante.
y mi cuchilla esforzada ^M
sea instrumento á quien H
[ INIecot.
Aunque toda esta montaña.
de M ahorna la fe sania S
como de plantas vestida,
deba aplausos contra injurii^"
de gente fuera poblada,
de la cristiana canalla.
temblara de ver desnuda
(Entran y corrtn td «orí
esta corva cimitarra.
Atan. Advertid: Si entre estos mismos
^^ Atas.
De vuestro valor confio
está aquella hermosa dama ^
que, á la mayor repugnancia,
que es Princesa de BohemiaiBl
daréis muestra de quien sois:
sacaréisla acá, que el alma V
hoy daréis nombrj á la fama
se promete reducirla H
con la dicha que esperamos,
á la secta mahometana. ^_^|
que aquestas tiernas pisadas
^■1
me aseguran que han pasado
á ocultarse en la montaña
ESCENA IX ^^B
los dueños de los caballos
EUROSIA y los Monos. ^H
que est¿n del monte á la falda.
■
^^M Mrcot.
Ya parece que los tengo
Mkcot. Ya quedan todos tendidos H
hechos treinta mil miajas.
en la tierra, cuyas ansias H
^H Tarife.
Detente, el paso reporta.
publican en tristes quejas H
que [en] aquella cueva opact
el rigor de mí arrogancia. H
se suena rumor de gente.
TAKirt. Ksta sola es la que Alá H
^^P Atan.
Ea, pues, moros, al arma.
con algún misterio guarda ™
no quede persona viva
para esposa de mi Rey.
si fuere gente cristiana;
EijRostA. (Ap.) ¡Divino Sol de mi »lin%
pero advertid que si fuese
alumbradme en claros ginos„
aquella hermosa bohemia
no malogre la esperania
que buscamos, no le deis
que tuve de ser dichosa!
la muerte.
Atan. Lucero hermoso del alba:
¿eres la Princesa acaso
de Bohemia, cuya fama
KSCENA VHI
extendida por el orbe
hizo publicar tus gracias?
V Corrtn una cortina yttvtdmtro 4 lo$ crtttíano». 1
EuROSiA. Yo soy Eurosia y bohema.
la mujer más desdichada
^H TADtrS.
iQué grande caza!
que tiene el mundo. (¿Si aCH
Nueve tenemos aquí.
la corona me dilatas
¡Rendid, villanos, las armas!
del martirio. Virgen i
r Mecot.
iQüé gente sois? Advenid
Atan. Dichosa serás si csm
^^^^P JORNADA TERCERA SBg ^^^|
lus ojos, divinos soles.
cristalina y aparente ^^^^M
en U secta mahometana.
con que aliviarás tu pena. ^^^^|
tA. (■*?•) ¿Qué es esto? (Ziielos, valedme;
Toma la vara y darás ^^^^|
¿cómo entre mis camaradas
con ella en la tierra dura, ^^^^H
yo sola quedo con vida?
y á los tres golpes verás ^^^^^H
¿Cómo tanto se dilata
que raudales sacarás ^^^^^^|
la corona, Esposo mío.
que coronen esta altura. ^^^^^|
que tengo |tan| deseada?
EuffosiA. Ángel mió soberano, ^^^^M
Si dejas la fe de Cristo
¿qué favor tan singular ^^^^|
serás, ilustre bohemiana.
me quieres comunicar? ^^^^|
la mis dichosa mujer
No merezco que esa mano ^^^H
del mundo, pues cuanto bañan
me dé tanto que estimar; ^H
los rayos de Febo y Cinlia
que padezca sed se ve ^H
verás postrado á tus plantas.
pues lo pinta mi dolor, ^^|
lA. Mal conoces mi valor:
pero también mi Criador ^^^H
¡qué fácilmente te engañas!
la padeció: pues ¿por qué ^^^H
(A/f ) [Dulce Jesiis de mi vidal
no la ha de sufrir mí amor? ^^^^|
;No es hora ya que mi alma
Por que aumente mí doloi ^^M
iríuníc de los tormentos
la tierra tengo de herir ^H
que crueles me amenazan?
y la fuente ha de salir; ^H
Resuélvele á lo que digo.
mas á su vista mi amor ^^M
lA. Tu porfía es excusada.
esta sed ha de sufrir. ^H
Olvida á Fortún Garcés,
Anoei.. No sólo en aquesta sierra ^H
que, con Aben l.op casada.
tu Esposo merced te fragua, ^H
podrás feliz coronarte
mas en cuanto el mundo encierra ^^^H
por Reina de toda España.
lA. Nada estimo lus promesas,
tendrás dominio en el agua ^^^^M
para que riegue la tierra. ^^^^|
que más noble Esposo aguarda
EiJKOsu. Para el martirio, el valor ^^^^H
mi corazón; no dilates
de mi pecho no se aparte. ^^^^|
con esa tirana espada
/noel. Ya te asegura mí amor ^^^^|
hacer lo mismo que hicieron
estar siempre de tu parte. ^^^H
tus villanos camaradas
(5t<6rJ« r/ Ángel. \ ^^^^B
en los que, aunque yertos, viven
^^^^M
en la bienaventuranza.
Quitadla de mi presencia.
XI ^^H
y en esa cumbre más alta.
Dichos, m«NO> t/ AC4GIL. ^^^^H
con la crueldad posible.
tomad en ella venganza
de la ofensa que á mis dioses
hace aquesta vil cristiana.
E. Vamos, pues.
HA. Cíelo divino,
EuRosiA. Dios Ce conserve en su amor. ^^^^|
Tierra, al Criador sabéis ^^^H
que el respeto obedencial ^H
os toca; si no tenéis ^^M
agua ni os es natural, ^^M
doy las muy debidas gracias
á tanto favor; no olvides,
sacad, que sudar podéis. ^^M
(Da los trts golpes con la ttara ri (fe- ^^B
rra y sale Agua.) ^^H
án^el sanio de mi guarda,
esta feminil criatura
que tienes encomendada.
iQué milagro prodigioso! ^^M
iQue merezca, Esposo mío, ^^^^M
dulce dueño, amado esposo, ^^^^|
tanto favorl Fervoroso ^^^^|
^A ESCENA X
os da gracias mí albedrío. ^^M
■V
iQué hermosa fuente salió! ^H
fmuH AaoRt rfe lo alto y caen los Monos
{Vuelven en sí los ílloro%.) ^^M
fu fffrra.— OicBo».
Atan. ¿Qué turbación es aquesta? ^H
j£n qué quieres mi asistencia.
Eurosia, divina esposa
Tahifk. Un resplandor me cegó ^H
bajando por esta cuesta ^H
de Jesús?
que el aliento me quitó. ^H
HA. A tu clemencia
Mecot. Sin duda Mahoma ha enviado ^^M
postro toda mi obediencia
algún garzón de su casa ^^M
para ser la más dichosa.
y á esforzarnos ha bajado, ^^^^|
¿Qué pasión más te atormenta
aunque nuestra suerte escasa ^^^^H
en tan riguroso trance?
nos haya puesto en cuidado. ^^^^^
DA. La grave sed que avarienta
Atan. Al instante di>d la muerte ^^^^|
quitarme la vida interna
á esa crístiana atrevida. ^^^^H
antes que el martirio alcance.
antes que otro amago fuerte ^^^^|
Con esta vara excelente.
nos dé Mahoma de suerte ^^|
en esta montaña amena
que nos deje aquí sin vida. ^^M
sacarás luego una fuente
Tahike. Para que más gusto demos ^H
540
Mecot.
Euros) A.
Atan.
Mecot.
EdUosiA.
Tarife.
Atan.
Eurosia,
lA joya de las montaRa*^
Atan.
Tarifb.
M ECOT.
Atak.
Mosy.
Mosg.
Ladra.
á nuestro Profeta santo,
¿qué castigo le daremus?
Ls cabeza le coitemus.
iQuc albocúzü, cielo santo;
qué alcgríi tengo en mi
con la sentencia que o¡!
Atormentadla á porrazos,
cortarle piernas y brazos,
y en estando puesta asi
yo mismo, con mi destreza,
le quitaré la cabeza.
Vamos, vamos.
Va le sigo.
¡Dulce Jesüs, id con<nit;ol
|Por Alá que es linda pieza I
Kstü digu por si acaso
la reducirá el temor.
No ames tanto tu dulor,
Eurosia, por ti me abraso;
conviene á mi ley tu amor.
, Desengáñate, inhumano,
que no tengo de dejar
á mi Esposo singular
por tu mala fe. Tirano,
^quc pretendes conquistar.-*
Convertirte si es posible
á mi ley.
Vas engañado
con esa fe tan horrible.
Ya me tienes apurado
con esa llema insufrible.
Dulce Jesús de mi vida,
¿qué es del dia tan dichoso
que ganándoos para esposo
he de hacer yo mi partida?
Ya estoy contigo furioso.
Parécemeque no acierta
en matarla 6 estoy loco.
Yo rabio por verla muerta.
Elévala, que poco i piKo
podrá ser que se convierta.
(Vanxe y llevan á Eurosia.)
ESCENA .\H
Laura mía, ique te veo!
¿Eres Laura ó eres diablo?
¡Sí, por vida de San Pablo,
que te veo y no lo creo!
¡Qué bien se ve lo que estimas
mi fino amor, bodeguero!
¿De cuándo acá á tabernero
mi noble oficio sublinras?
¿Qué oficio tienes. Mosquete,
que logra tan noble fama?
(iuardacarnc de tu ama,
y de mi amo alcahuete.
¿Cómo nos fuiste á dejar
solas en el campo, aleve?
¿Cómo? Como quien se atreve,
os dejé y me ful á pillar.
Yo con mi ama Leonor
me volví luego al instante.
¿No os cogieron?
Es constante.
Moso. ¿Qué es del Conde m: »fñor?
Laura. Con el Principe quedó
y creo que viene alli.
MosQ. Hoy gano albricia aquí.
Laura. ¿De qué?
MosQ. ' Va me lo sé jro.
ESCENA Xlíl
Saltn ti Príncipe, ti Condr y Lkokop.'
C.ONDE. La gente está prevenida;
dispóngase la jornada,
señor, al punto, que es c»
hay peligro en la tardanía.
pRÍNCirK. ¿Qué número de soldados
es el que nos acompaña?
CoNOE, Cuatrocientos montañeses
tan esforzados que bastan
á conquistar medio mund(
Phíscipe. ¿y esián vestidos de gala? I
Aquí acaba el manuscrito de la Btb
Nacional. En la refundición de I
des, que mencionamos en el Car.,
del martirio de la Santa y batalla y uujni
los cristianos, con auxilio de ella, termir
FoRTUN. Notable victoria ha sido.
t^oNDE. Victoria ha sido extremad!
FoRTMN. A li. valiente Leonor,
se debe.
Leonoh. y á todas cuantas
vistieron esta librea;
que la Virgen soberana
en una de su familia
me dio la moda bizarra.
Esta fué Orosia, que vive
en la celestial morada.
cuya cuchilla arrogante.
por QUicn fué martirizada.
nos dió tan grande victoria
f)or timbre de nuestras «íí
'or lamo favor del ciclo
á María sacrosanta
prometo un templo devoto
con invocación sagrada
de Virgen de la Victoria;
y por seguir las pisadas
de la que amé por esposa
hasta la celeste patria,
en el convento uc Leirc
daré fin á mi esperan^a^
CoNDB. Aquesta ciudad ílusti
dará á María las grací
el primer viernes de Mi
de merced tan «rñalada
todos los años; y i Orosia
tendrá la ciudad de Jaca
por su indita palrona.
Leonor. Estos moros á las plantas
de vuestra alteza reodidof
postran toda su arroj
JORNADA TERCERA
541
Y también de cuatro reyes
las cabezas coronadas.
(Sale Mosqeute con una bandera vieja.)
Y también esta bandera
^ue quité á bofetadas
a veinte moros ya muertos
á pellizcos y á patadas.
Con tan insignes trofeos
entronizan la cruz blanca
de tantos moros vencidos
las banderas y las lanzas
añadiendo estas cabezas
al escudo de sus armas.
MosQ. Con esto, señores míos,
ya parece cosa honrada
2ue ponga fin á su historia
a Joya de las Montañas.
OUIEN DA LUFXO DA DOS VECI
COMEDIA FAMOSA DEL MAESTRO TIRSO DE M(
HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES oi
DoSa Elena.
Margarita.
Calvete.
Don Luis.
Don Diego.
Marco Antonio,
Pkynado.
El Marqués.
El PrIncipe de P'
Claudia.
Julio.
CAIII.OS.
JORNADA PRIMERA
ESCEN.A PRIMERA
Salen Doh Luis, tttudiantt, y Maruapiia, liama.
Luís.
Margar.
Luis.
Maroar.
Luis.
Marcar-
Luis.
Margar.
Luis.
Marcar.
Luis.
M ARt.AH
Por vida vuestra...
Es en vano.
Sólo un rato.
Ni un instante.
Trato tengo cortesano.
Sois español y estudiante,
iréisos del pie á la mano;
idos, ó haré que us vais. ¡Holal
{Da yoc**.)
La quinta ha quedado sola.
Noble soy, perded el miedo.
Siendo mujer ¿cómo puedo,
si la licencia española
conozco y su inclinación?
Pues <qu¿ tiene?
Es tan extraña,
que, según nuestra opinión,
nunca eché de ver Españ.-»
si era calva la ocasión.
Cortedad es jel{ perdella
cuand* nunca usaron della
manchando vuestro valor.
Luego echáis la culpa á amor
y decís que os atropella;
basta lo que habéis hablado
y que con miedo os he oído.
^Palabras miedo us han dado?
Siempre Us de Rspaña han sido
obras, según me han con^
y no son recelos vanos,
porque acá los italianos
dicen, aunque no de rnic
que leñéis los de Toledo
hasta en las palabras mai
Liís. Allá el decir es hacer;
pero aunque este nombr
nunca saben ofender.
Margar. Con palabras que tanto
mal parece una mujer,
y por esto no os consient
que me habléis.
Luis. ^Quédcirii
corréis si palabras son
viento vano?
Margar. Hav
q^ue en España ci .
Ltns. Es verdad. Andalucía,
de Marte y Minerva mi
caballos veloces cria
que al viento tienen por]
Margar. Luego la sospecha mía
no es mucho llegue á teniet
que aqui me habléis, puc
palabras viento en el mt
si el de España es tan fe
riesgo corre una mujer.
Luis. Ytíjíuas paren en España^
del viento, mujeres no.
Margar. Esa opinión os cní»*" »
porque si el vioi
virtud tan nueva
con los brutos sin raidt
y para su perfecció.n
II) In(crvi«ncD idemá» K*»ia y Labradodu
^^^^^^ JORNADA
PRIMKRA 543^^^^B
1 basta ei aire que no calma,
en decir que en paz y en guerra ^^H
1 m^é harán palabras con alma.
es escritorio del mundo ^^^H
^hV más si españolas son?
donde sus joyas encierra. ^^^M
^Hflo corre ese riesgo en vos,
Vimos á Bresa, Verona, ^^^H
Poique os hizo de bronce Dios.
Mantua, Ferrara, Cremona. ^^^H
C*. Idos, ó iréme...
Pavía, Parma, Plasencia, ^H
r Un oído
Módena. Lodi. Vicencia ^^^M
I sólo de limosna os pido.
y lodo lo que corona ^^^H
^AR. Si no lengo más de dos.
el Tesin y el Po lombardos, ^^^|
1 <por qué me pedís el uno?
sin que la inmensa beldad ^^^|
1 Porque mis quejas emienda.
de sus ángeles gallardos ^^^H
mk». No he visto yo pifare alguno
pudiese á la libertad ^^^H
k que la mitad de la hacienda
enflaquecer los resguardos. ^^^|
^^ida.
Hasta que, ;ntrando en Bolonia. ^^^|
W^f Soy pobre importuno.
aqui, donde su colonia ^^^H
Hfc De limosna os lo concedo;
tiene Apolo y donde, en suma, ^^^H
abreviad, que atenía quedo.
Aleñas rindió su pluma ^^^|
Un año ha, señora mia,
y sus armas Babilonia, ^^^H
que dejé la patria mía.
mirando los privilegios ^^^H
va vos sabéis que es Toledo.
que le dio naturaleza, ^^^|
La mocedad, que violenta
sus conventos, sus colegios, ^^^|
consejos de un padre dados.
su gobierno y la grandeza ^^^H
que con su nobleza intenta
de sus edificios regios. ,^^^H
dejarme diez mil ducados,
Mieniras que los ojos vían ¡j^^^M
entre otra hacienda, de renta.
fábricas que entretenían ^^^^H
me obligó á ver novedades
el gusto, entonces en calma, ^^^^H
de Italia, cuyas ciudades.
asomóse á ellos el alma: ^^^|
letras, armas, bizarría,
ccrráranse, pues podían, ^^^1
autoridad, policía.
pero fuera su crueldad, ^^^|
^^ nobleza y antigüedades
y menus daño es, señora, ^^^M
^Khacen venir á ofrecerla
que pierda su libertad ^^^H
^Vy rendirle la ventaja
el alma que os ve y adora ^^^H
á cuantos vienen á verla,
que el no gozar tal beldad. ^^^|
pues dicen que hZuropa es caja
Vi en vos el mal que contemplo ^^^H
por bien, al salir ae un templo ^^H
y en ella Italia es la perla.
Gustó de venir conmigo.
y entrar en una carroza, ^^H
por ver tierras, un amigo.
cuarta esfera que el sol goza, ^^H
mi igual en valor y edad;
y alumbra el mundo á su ejemplo. ^^H
que en la patria es calidad
Y ciego el claro arrebol ^^^M
el ser un hombre testigo
que aquesta hermosura muestra, ^^^|
de vista en otras naciones
sospeché, i fe de español, ^^^ñ
varias en leye», y gente
que era la eclíptica vuestra ^^^|
con que en las conversaciones
como me Vi junto al sol; ^^^H
convoca auditorio y miente
infórmeme del estado, ^^^H
sin peligro de objeciones.
nombre y valor que os ha dado ^^^|
Llegamos á Lombardía
la fama que os acredita; ^^^|
después de ver la abundancia.
sé que os llamáis Margarita; ^^^|
armas, valor, pulicia
aue sin padre habéis quedado ^M
debajo de la cautcU ^ ^M
y hermosura con que Francia
á Venus y á Marte cria.
de Marco Antonio (jonzaga, H
Y embarcados en Marsella
hermano vuestro, que os cela ^^^B
hasta (jénova la bella
como padre, y es bien lo haga, ^^^|
advenimos lo que puede
que el cuerdo siempre recela. ^^^|
Supe que vuestra riqueza ^^^|
la industria sabía que e.xcede
la naturaleza en ella.
no iguala á vuestra nobleza, ^^^|
Vimos al mundo en Milán
que es milagro cuando auna ^^^|
i abreviado, su riqueza.
con los dotes de fortuna ^^^|
las armas que se la dan.
los suyos naturaleza. ^^^|
su apacible fortaleza,
Y supe, en Hn, que en beldad, ^^^|
tanto español capitán.
en virtudes, en valor, ^^^H
tanto principe de fama,
nobleza y honestidad, ^^^H
lamo caballero y dfwna,
sois el ejemplo mayor ^^^B
tanto mercader copioso.
con que se honra ésta ciudad. ^|
tanto edificio suntuoso.
Viendo, pues, daros la palma H
que, no obstante quese llama
de ludo á todos, en calma H
Milán por ser de la tierra
mi esperanza mal segura, ^^^ñ
el epílogo, me fundo
adoré vuestra hermosura, ^^^M
Pi
y vuestra virtud, el alma.
lleva Marco Antonio mal ^B
^^^^H
Quédeme aquí con color
el verme mal empleada, ^fl
^^^^^H
de estudiar, con que gane
y asi á mi gusto se aplica. ^^
^^^^H
de mis padres el amor,
I.Dis. Pues ,jes justo, prenda amada.
^^^^^K
y hasta á mi amigo obligué
que margarita tan rica Jl
^^^^H
que escogiese por mejor
en hierro viva engastada.^ ^B
^^^^^H
la escolástica apariencia
¿No es mejor engaste d oro, ^fl
^^^^^H
á auien amor reverencia,
mas que galas arrogantes.
pues por mí dueño os adoru, ^M
^^^^^^
de diez mil ducados? ^H
^^^^^B
que amor es dios de estudiantes
Makoah. Ya ^M
^^^^^B
V su facultad ya es ciencia.
es imposible. ^M
^^^^^m
Seis meses ha que os molesto
Li'ts. ¿Será ■
^^^^K
con los medios que ha podido
de unta estima el lesoro H
^^^^^B
el alma que os manifiesta
con que Arabia se enriquece, ^|
^^^^^H
su amor, y no ha merecido
como el que vuestra hermosu^H
^^^^H
aun para morir respuesta.
con vuestra virtud meofrece?^H^
^^^^^H
A esta causa vine aquí
¡Mal haya, amén, quien procf^f
^^^^^H
á informaros yo de mi.
cuando casarse apetece. ^H
^^^^H
que para pleiios de amor
dotes de hacienda y nqu«Si, ^M
^^^^^v
no hay mejor procurador
si la virtud y belleza ^Bt
^^^^F
que el procurar para sí.
dan sus dotes al amor, ^M
^^^^^L
Diez mil ducados heredo.
pues sólo tienen valor H
^^^^H
nobleza los acompaña
dotes de naturaleza! H
^^^^V
con que pretenderos puedo.
Margar. Mirad quedáis que notar ^|
^^^^^r
El nombre que me dio España
aqui. H
^^^^K
es don Luis de Toledo;
Luis. i Volveos á secar, ■
^^^^^k
sólo para que me sobre
esperanzas mal logradas.' ■
^^^^^B
ledo el bien, falta que cobre
Margar. Palabras al ciclo dn.'a'i. ■
^^^^^B
mi dicha la mejor dita.
^quicn las osar ■''■ H
^^^^^P
Que es por dueño á Margarita
del alma; sin ella, pobre.
Luis. ¿QuiénP Una d jI). ^M
^^^^^^
Margar, j De religión? Será tn vano. H
Luis. Pues, amor, <no es religvón?M
1 Marcar
, Dejáisme tan obligada,
■
señor don Luis de Toledo,
Margar. Visto nos ha el hortelano: ^t
1
cuanto imposibilitada
larde es; que os vais es r«zá^H
^^H
de pagaros, porque quedo
^1
^^^t
de otra obligación prendada.
^H
^^B*
Porque nunca he confesado
vn^^^w^m* > J^^^^^^^^^^H
^^1
deudas, que es trabajo inmensu;
ESCENA If ^^H
^^H
pero vos estáis culpado.
^^^H
^^H
pues echasteis ese censo
Sait Carlos, 4f korttUmo.—lMCMiJ^t
^^H
antes de estar ioformado
^M
^^B
si hay hipotecas en mí
Luis. Daros gusto determino, H
^^H
con que pagaros, y asi
si de una mano el divino H
^^B
perderá vuestro caudal
cristal me dejáis besar. ^t
^H
réditos y principal.
Pues la libertad perdí,
[Tómaie la manu y apdttml^^
^^H
que era la joya mejor,
Margar. Daré voces. H
^^B
ninguna me satisface.
Carlos. lAh. cscolart ■
^^f
Pero ¿á quién tencíis amor.'
iQue pisáis el Icchuguiool ^M
Maroam
. Notable ventaja os hace.
Par Dios que nos dais la vVdH
l-UIS.
En dicha, si no en valor.
rjuitaüs, que echáis á perder^
Margar
. En todo, y porque cobréis
la hortaliza. fl
sosicao y os consoléis,
sabed, señor don Luis,
Luis. Si perdida H
mi esperanza vengo ¿ rer H
que es [)ios con quien competís.
y seca antes que nacida, ^M
^m Luis,
Luej^o ¿ser monja queréis.'"
¿qué imporla^ ^H
^^1 Margar
. Aqueste ha de ser mi estado.
Carlos. ¡Buenas razo^H
^B Lms.
(iMabéis hecho voloP
Tomad con tiempo la pacrMP
^^P Margar
Si.
porque en tales ocasiones
^" Luis.
Pues ^cómo no lo ha estorbado
está temblando la liucrta
V
vuestro hermano."*
de escolare!, y . ^M
¿Mas que si \í\ crroH
^^ Mar<,ab
Antes asi
^M
aseguró su cuidado,
y voy á soltar ei peno ^M
^^K
que como falla el caudal
que ese quillotro se os quiU^Hi
^^^^
para darme esposo igual,
Margar. Adiós, ^M
^^^^^L
y la nobleza no es prenda
Luis. |Que uI margarita ^B
^^^^^^^m
que se estima sin la hacienda.
guste de engastarse en htcfToH
^^^^^^^^ JORNADA
PRIMERA 545^^^^H
^^^^ ESCRNA III
sobre el Imperio bajó ^^^|
^H
á Italia, sin cstorballo ^^^|
^^ Dichos, nenot Don Lci».
el Papa Juan veintidós, ^^^H
'
que ayudaba á Federico? ^^^|
l^jQué es esto, esposa querida?
Margar. Mi padre le dio favor ^^H
^HLocas diligencias son,
contra el Papa y contra el rey ^^H
^^^ueño amado de mi vida,
Ludovico de Valoís. ^^^|
de una vana pretensión,
siguiendo los gibellinos; ^^^M
como lal aborrecida.
pero caro nos costó, ^^^|
^. iGallardo español!
pues muerto en una batalla ^^H
pn. Y extraña
que en las riberas del Pó ^^^^H
locura [lal <)ue le engaña
le dio el príncipe de Parma, ^^^^^1
si cree que como ciudades
á quien entregó el bastpn ^^^^1
ha de rendir voluntades
de la iglesia el Papa Juan. ^^^H
]a dicha y valor de España,
Quedamos por su ocasión ^^H
y más llamándoos la mía
sin patrimonio y hacienda; ^^^|
^^dueño suyo un año ha.
y mi hermano, que señor ^^^|
^^Qué amante no desvaría.
fué antes de tres ciudades, ^^H
J^fy más si mirando está
despojado recogió ^^H
' la luz que ese sol le envía?
lAR. ^Cuánao, duque de Ferrara,
á Bolonia las reliquias ^^^|
de su nobleza y valor, ^^H
querrá la fortuna avara,
conservándole cual veis ^^^B
. sin que el peligro os asombre,
de tal suerte, que hasta ho^ ^^H
^»que en publico os dé esle nombre?
no ha pedido hallar materia ^^H
^■¿Cuándo saldrá la luz ciara
contra él la murmuración. ,^^H
^^^e vuestra dicha, á pesar
Garios. Dejó, pues, á vuestro hermano ^^H
de tantos negros nublados
su noble progenitor ^^H
que la intentan eclipsar?
la enemistad que al de Parma ^^H
,íY hasta cuándo mis cuidados
tuvo como en sucesión; ^^^|
^_han de temer y dudar
y consérvala de suerte, ^^H
^Blel poder gozar y veros
que el más ilustre blasón ^^H
^^Totos los trajes groseros
con que se honra es de enemigo ^^H
r con que anda otra vez sujeto
de cuantos le dan favor. ^^H
^^el desterrado de Admeio
Mafgar. No es mucho que la venganza ^^H
^H«ntre toscos jardineros?
precipite la razón, ^^H
^■Por vuestro hermano menor
pues perdimos por su causa ^^H
' os veis, duque, desterrado
hacienda y reputación ^^H
de Ferrara, que señor
y lo que es más, á mi padre, ^^^H
os llainaba, y vuestro Estado
pues dándosele á prisión ^^^|
da la obediencia á un traidor.
no quiso sino manchar ^^^|
Cargos promete y hacienda
con su sangre su valor. ^^H
á quien os dé miierie ó prenda,
Pero bien nos ha vengado ^^H
el cielo, pues permitió ^^H
que el .Marques de Monferrato, ^^H
y el vil interés, que ofusca
la razón, dicen que os busca
aunque la lealtad se ofenda.
primo del Emperador ^^H
Sola yo, que disfrazado
Federico, le quitase ■
ante ese sayal os vi.
á Parma, y que de temor ^^H
porque no andéis desterrado.
de su poder, él y un hijo ^^H
en vez de Ferrara os di
huyesen donde hasta hoy ^^H
toda el alma en un estado.
no se sabe, habiendo un año ^^^|
Reináis sin pena ó temor
que, disfrazados los dos, ^^H
de que os quite algún traidor
prueban la distancia que hay V
la posesión de mis bienes,
de ser pobre á ser señor. ^^B
pues os ha dado en rehenes
.Mas, decidme, duque mío, ^^H
^^ mis pensamientos, amor.
,;á que propósito son ^^H
^KMargarita, muchas cosas
i'antos trágicos sucesos, ^^H
^^traigo de que daros cuenta,
que estoy puesta en confusión? ^^^|
Carlos. Todos estos, Margarita, ^^H
P tan nuevas como espantosas
para vos; estadme atenta,
importan á nuestro amor. ^^H
que os han de ser provechosas.
medianero entre enemigos, ^^H
¿No fué Filipo Gonzaga
aunque de guerras autor. ^^^H
vuestro padre, el que siguió
Pero, decidme: si ahora ^^^H
en bandos de Lombardia
el principe que mató ^^^|
la voz del emperador
á vuestro padre se diese ^^^|
Ludovico de Baviera,
á vuestro hermano á prisión, ^^H
' que siendo competidor
olvidados sus agravios, ^^H
contra Federico de Austria
¿no te daría perdón, ^^H
DMEOIAS DE TIRSO DE MOLINA.— TOMO II
^H
^^^546
QUIEN DA LUEGO DA DOi VECE^^^^^^^^^^^B
^H
á pesar de la venganza,
que al salir de una carr^^^f
^H
que es de tiranos blasón?
Con ser mi hermano tan noble
que á vuestras puertas P^^H
^H Mapg\p
y á la luz de algunas haoHI
^^H
sospecho, duque, que no,
vi la luz de aqueste sol.
Asomáronse a los ojos
^^^^
que es ya en la naturaleza
^^^^L
la enemistad que heredó
el alma y el corazón,
^^^^H
contra el príncipe de Parma;
para tener un bueo día
^^^^H
ames, de su inclinación
entre tantos de rÍR0r.
^^^^^B
colijo que imitaría
Pero apenas los vio en dios
^^^^H
con él mi hermano á Nerón;
el travieso enredador.
^^^^B
por dalle la muerte muere.
Margarita hermosa: y vos,
alguacil de vagamundos.
^^^Caklos.
cuando luego los prendió.
^^H
¿siguiérades su crueldad?
Quiso resistirse el alma;
^H MAftúAf).
No lo sé; dudosa estoy.
mas ¿de qué defensa son
^^1
La venganza en las mujeres
las fuerzas de un hombre sd
^^B
es natural condición.
curitra las fuerzas de un dio
^^^
Pcrdi con mi padre mucho;
Knamorado y confuso
^^^^_^
pero, viendo al matador
mandó juntar la razón
^^^^B
pedirme perdón humilde,
las potencias á consejo;
^^^^^H
soy de tierno corazón
llevó al peligro el temor.
^^^^^H
y sospecho que venciera
discurrió el entendimicnlo.
^^^^r
la piedad á la pasión;
la memoria presentó
^^V
mas jsabéis vos dónde está?
papeles en pro y en contra.
^H Cahlos.
SI.
la desconliunza halló
^H Margar.
¿Dónde?
una sierra de imposibles.
^B Carlos.
Donde yo estoy
que para mi pretensión
^^1
legitimo sucesor.
sirvieron de espuelas y alas;
^H Marga»
, ^No sois duque de Ferrara?
y por más que |dej mostró
^H Carlos.
Príncipe de Parma soy
'mi pobreza vuestro agravio.
^^1
y vuestro esposo, en quien vive
el peligro y la ocasión
^^H
vuestra injuria y mi afición.
que daba á vuestra venganz
^^1
(De rodillas )
no huyendo, mi perdición,
^^H
Tomad venganza en el hijo
al rin que no me ausentase
^^^
del padre que os ofendió;
la voluntad sentenció.
^^^^^_
pero advertid que antepone
que no tiene que perder.
^^^^P
el esposo al padre Dios
como anda desnudo, amor.
^^^^^
y que soy esposo vuestro.
Conocióme un jardmero
^^M Margar
¡Cielos, hay tai confusión!
viejo, de quien fui señor
^^K
¿quién vio mezcla tan distinta
en Parma y cultiva ahora
^^H
como agravios con amor?
esta quinta, en que cifró
^^1
Alzaos, príncipe, del suelo;
la fortuna vuestra hacienda
^^M
aunque sois el agresor
su lealtad me dio favor;
^^H
de mi injuria, corre ya
el deseo, atrevimiento;
^^1
el peligro por los dos.
mi diligencia, ocasión
^^^^^^
Un año ha que sois mi esposo,
para contaros mis penas,
^^^^^K
cauteloso engañador,
que fué, bien lo sabéis voi.
^^^^H
como á principe os la doy.
al borde de aquesta fucnie»
^^^^^B
Que si el padre me quitaste,
junto de este cenador.
^^^^B'
para su satisfacción
Fingí ser el de Ferrara,
^^^^^
prenda tengo en las entrañas
á quien su hermano menor.
^^H
que os llamará padre á vos.
Pero ¿cómo me engañaste?
como á mi el de Monferraio,
^^f
de su estado despojó.
^V Caulos.
Huíamos mi padre y yo
del Marqués de Moñférraio
Pues si verdad os dijera
^^^^_
nunca llegara á sazón
^^^^H
y del popular furor
mi esperanza, que no crece
^^^^^H
que aclamando el gran poder
del injusto poseedor
sobre agravios el amor.
^^^^^1
Hallé la correspondencia
^^^^H
al legitimo buscaba
en vos, que me prometió
^^^^H
sara dalle muerte atroz,
^■uese mi padre á Saboya,
vuestra apacible hermosura,
^^^^^1
y como amor es unión
^^^^1
su duque le dio favor,
de las almas, de tal suerte
^^^^H
y yo que en Venecia quise
pasar a persecución
su yugo nos enlazó.
^^^^^H
qué una sola esiá r-
^^^^^1
de la fortuna mudable,
si aun en esto hay >
^^^^H
disfrazado de paslur
De esta suerte nos go¿aii;u^
^^^^^1
entré en Bolonia una noche.
hecho jardinero yo
L
i tan dichosa ocasión,
del pensil de esa hermosa r«.
^^f JORNADA
P»»IMERA
547
■ de cuya primera flor
Mirad: cuando por mí no.
la astilla naturaleza,
por el fruto de quien fuisteis
como divino pintor,
á mi costa labrador.
! quiso en una sola imagen
¿Quién duda que en mi y en él
retratarnos á los dos.
ejecutará el rigor
Un hijo me prometéis,
y ya aguardándole estoy.
de su cólera mi hermano,
teniendo la culpa vos?
que son prendas que amor Isbra
(Jbranzas dais á la ausencia
para su conservación;
que jamás deudas pagó
de amor si no con olvido.
al secreto y la ventura
convidando estaba hoy
moneda vil de vellón.
para el parto que se acerca.
Puerta abrís al interés
Dios mitigue su dolor.
de la libertad, señor:
cuando el viejo jardinero
á otra dama dais audiencia.
¡ diciendo á voces llegó:
cabellos á la ocasión.
«Albricias, Carlos ilustre,
No, Carlos, con vos he de ir,
vuestra desdicha cesó.
ó morir aqui con vos;
El principe, vuestro padre,
seré sepulcro yo misma
siendo el duque intercesor
de quien madre infeliz soy.
de Saboya, goza ya
Denos mi hermano la muerte.
1 de Parma la posesión.
vengue su injuria en los dos.
Julio viene en vuestra busca
pues los dos habernos sido
y es alegre embajador
los prodigios (1) de su honor.
de estas venturosas nuevas;
iHola. gente; hola, criados!
él os lo dirá mejor.»
|Ah, Marco Antonio; ah, sefjorl
Fué Julio mi camarero,
aquí está vuestro enemigo;
y en lealtad y valor
véngaos, que os hace traición.
otro Zópiro con Darío
Carlos.
Basta, esposa de mis ojos;
y otro Pitias con Damón.
Loco, pues, de haberme visto,
parad la enojada voz;
nunca mí padre me vea;
me dijo: «Deja, sefíor.
nunca vuelva á Parma yo;
el lüsco metamorfosis
no soy su principe ya.
que disfraza tu valor.
Él Marqués de Monferraio
sólo vuestro esposo soy;
más quiero ser jardinero,
^ y tu ilustre padre son
gozándoos, que emperador.
amigos, y en parentesco
Pero ¿cómo evitaremos ^^^H
sus bandos traban los dos;
de vuestro hermano el furor ^^^H
su hacienda toda y estado
que nos está amenazando? ^^^^|
le ha vuelto, con condición
Mabgah
Ausentándonos los dos. ^^^^|
que con Claudia, su heredera,
Carlos.
¿Adonde? ^^^^B
te Cases.»
Marcar
Carlos, i Parma. ^H
tkGAf. ¿Con quién? ¡Ay Dios!
Carlos.
Tengo del marqués temor, ^^^M
iLOS. Sosegad, mi .Margarita,
pues, despreciando á su hija ^^^H
que siendo mi esposa vos,
y conociendo quién sois ^^^^|
hará alguna crueldad. ^^^^|
yo cristiano y caballero.
en balde es vuestro temor.
Maboah
Jardinero y labrador ^^^H
Vuestro hermano Marco Antonio
dentro en mi casa habéis sido; ^^^H
ha sentido nuestro amor,
jardinero seré yo. ^^^H
y pienso que ha sospechado
á lo que vine y quién soy.
Carlos, en vuestro palacio, ^H
que no es de menos valor ^H
Ausentarme es de importancia.
mi amor que el vuestro. ^|
y lomar la posesión
Cabios.
Alto, pues, ^M
^ de Parma condescendiendo
i buscar á Julio voy ^M
con la puesta condición.
parji aue el rústico traje , ^H
Que una vez fortalecido
os traiga: vendré por vos ^H
y en mi Estado, verá amor.
á media noche. ^H
i pesar de toda Italia,
Margar.
¿Habrá falta? H
cuál cumplí mí obligación.
Carlos.
Antes la hará al cielo el sol. ^H
kftOAi». ¿Cómo, principe? ¿\ es justo
Margar
¿No me olvidaréis? ^H
aue en la buca delleón
dejéis á vuestra cordera
Carlos.
Jamás. ^H
.Margar
¿Sois mi esposo? ^^^H
cuando os hago mi pastor?
Carlos.
Vuestro soy. ^^^H
Decís que mi hermano tiene
Margar
¿Iréisos sin mi? ^^^H
sospechas de que el ladrón
Carlos,
No puedo. ^^^H
de su hunra y de mi gusto
es su enemigo mayor.
^^^^^^H
(I) A<i en el origiaal; pero quizá deba leerse ^c^^^^^|
¿y en sus manos me dejáis?
digos».
^^J
QUIEN DA LUEOO DA DOS VECES
Margar. ^Lleváisme?
Cahi-os, En el
Maroar. Dudando quedo
corazón.
¿De qué?
Carlos.
Marijar. Sois hombre.
Carlos. Tengo valor.
Mar'jAR. |Ay, mi Carlos!
Carujs. |Ay, mi bienl
Mar<>am. Adiós.
Carlos. Adiós, IVanse )
ESCENA IV
Sait M*«co Amtonio con una daga átsnutta
y PBTMAno, fardíntiü vitjü.
Marco. ¿Quieres que esconda (r)
en aquese pecho infame
hasta la cruz esta daga.^
Peynado.No, señor, por el lechón
que está ¡unto á San Antón
y asi buena pro le haga,
iras el torrezno y la polla
la olla del mediodía,
pues dice la mujer mía
que después de Dios la olla,
que envaine y no me pescude
más de lo que he confesado.
Al principe disfrazado
encobrí aquí cuanto pude,
porque, en fin, comí su pan;
no imaginé yo que hacia
en esto bcllaqueria.
Si quillotrados están
Jos dos. ¿en qué yo he pecado?
Marco. ¿Tú sabes si fué liviana
con el principe mi hermana?
PBYNADO.¿Liviana?¿Hela yo tomado
a cuestas? Bien gorda está.
Yo comprara de su espeso
un lechón.
Marco. Que no digo eso,
villano, ni excusará
tu muerte el disimular;
si lo niegas, |vive Dios!
que has de pagar por los dos.
PEYNADO.¿Por qué lo he yo de pagar
si no lo sé? ¿Só adivino?
Marco. ¡Oh, infame! ¿Mentirme tratas?
Peynado. [Válganme las cuatro palas
del caballo de Longinol
¿Diz que tengo de decir
lo que no he visto, ni sé,
sin por qué ni para qué?
Marco. iVive Dios que has de morir,
disimulado traidor,
si no dices la verdad!
{CAgtlt dt /oí ctbtfOHts )
Peynabo. Yo hablaré con claridad;
suelta el pescuezo, señor.
Makco. ¿Gozó el principe á mi hermana?
PKYNADO.¿Pues puédolo yo s»ber.*
¿no se habían de esconder
los dos de mi? Cosa es llana.'
Si habrán ó son amibos
ni lo he visto ni lo pienso,
que no es testamento ó ct
para helio ante testigos.
Mijor de aquesas congojas
le sacará el cobertor
de este verde cenador,
pues hechos ojos sus hojas
quizá ves el cuándo y cóm
saben en que remedaban
la tórtola y se arrullaban,
hecho Carióse! palomo
y ella la paloma boba.
Que á pesar del verdugado
3ue es en estas ocasiones 1 1
e amor, el monte ha col
¿qué buscas si lo ves?
Marco. Ba&ca,
que mi enemigo mayor
ha triunfado de mi honor
'(i) Este pA««)c ciiá Jefeciuoüo Lste rrrso (que ei
incompleto) y el (iguicate, parecen ser los dos ultimoi
tic una rtJoaJilla, an como <l que les ■niecedc le
ftha U ffiitid d« U» silabas.
I
rma;
I
y que no es mi hermana c
Basta, que estando privado!
por él de padre y de hacien^
una sola joya y prenda
que el cielo me' había dejado,
que es la honra de Margadu,
ésa me vino á robar.
Pues ¿qué remedio? quitar
la vida á quien honras quila.
Su padre ha cobrado á Parma;
si mano á mi hermana ha da.
de esposo, y con tal cuñadoü
amor á Marte desarma,
no es justo mi enojo y furií
mas, si, que la sangre ciaml
de mi muerto padre y llama
á la venganza la injuria.
No le trajo aquí el amor
á Carlos, ni es su trofeo
el disfraz, sino el deseo
de dejarme sin honor.
Ya le han picado sus pies;
pues ¿quién me persuadirá
que á mi hermana antepor
á la hija del Marqués
que á Parma le restituye,
si casándose con ella
goza estado y mujer belU
y á mí me aírenla y destruí
Pues á la venganza cuadre
su muerte, que es medio $*t
satisfágase mi agravio,
vénguense mi honra v padre,
muera mi hermana con él
antes que saque coméala
á luz su hijo y mi afrenu.
que no han de c enl
mi sangre y de. u,
pues mal las sangres podrá
que tan contrarías están
(I) También este pasaje «ti vieiad»;|
so y el siguicn-.e no (orinan rcchraditU,
coD loi dos que les anieceden,
JOKNADA PRIMERA 549 |
dar juntas á un cuerpo vida.
¿Vos desde Toledo aquí, ^^H
De noche es; Carlos está
en Bolonia y en escuelas? ^^^|
ignórame de que sé
Elena. Calzóme amor las espuelas, ^^H
quién es; vengarme podré.
¿qué mucho que vuele ansi? ^^Hl
pues, como suele, vendrá
a verle mi loca hermana,
Diego. ¿lina mujer como vos, ^^H
de tal valor y linaje. ^^H|
y de un golpe hará el castigo
en Italia y en tal traje? ^^H
venganza en un enemigo
Elena. Hazañas son de amor dios; ^^^|
y en una mujer liviana.
¿qué os espanta? ^^Hi
! Este es bien que vivo esté
Diego. Lo que escucho ■
para el secreto y recalo
y lo que veo. ^^fl
por hoy. porque si le malo,
Elena. O sois loco, ^^H
la quima alborotaré
ú no sabéis que ama poco ^^H
y Carlos huirá seguro;
quien amando no hace mucho. ^M
pero ha de estar encerrado,
Don Diego: un mes hace curso ^^M
no le diga que me ha dado
las escuelas de los celos, ^^Hl
cuenta de todo.
dando penas y desvelos ^^H
NADO. Yo ¡uro
liciones á mí discurso. V
ser desde hoy hombre de bien
Y en un mes que he estado aqu!, ^^B
si de esta trampa me escurro.
haciendo en vez de liciones ^^^||
too. Ven conmigo.
locas averiguaciones ^^^H
rNAOO. Tengo al burro
que han salido contra mi, ^^^^
andando la noria.
no os he hablado ni he querido ^^H
neo. Ven.
darme á conocer; ya sé, ^^Hl
rNADO. Quiero ir á regar los nabos.
Uico. Sigúeme, no tengas miedo.
si amor en don Luis sembré, ^^^H
que vengo á coger olvido. '^^^H
irNADO. Ya empiezo á decir el Credo;
Quísole el alma ofrecer ^^H
II mal huelo por todos cabos.
la libertad que negó, ^^Hl
¡San Píinuncio, San Benito!
que, como avaro, dejó ^^H
tROO. ¡Gal
de tomar por no volver. ^^H
rNADO. El me despachurra.
Vínose huyendo de mi ^^H
Asi le ayude la burra
á Italia; mas, como amor ^^|
en que la Virgen fué á Egipto,
crece en brazos de un rigor, ^^H
que me deje her testamento
disfrazada le seguí, ^^H
y luego me matará.
atropellando nu fama ^M
iRCO. |Villano, acabemos ya!
hasta aquí, donde he sabido H
rNADO. Señor, por el monumento.
que pretende, aborrecido, ■
por la tumpa y el guisopD,
aborreciendo á quien le amA. ^^H
por la lámpara y su luz.
Y como juntos vivís ^^^|
por la manga de la cruz
y sois un alma los dos, ^^H
y por todo cuanto topo
esperando que por vos ^^H
cuando ando á escuras, que tengí
ha de pagar don Luis ^^H
mancilla deste cuitado.
mi amor constante, he querido ^^H
que no hallará otro Peynado
darme, en (in, á conocer ^^H
si una vez enviuda Menga.
sólo á vos; yo vengo á ser ^^H
,RCO. Yo te aseguro la vida
vuestro paje, y lo que os pido, ^^H
; porque fuiste á tu señor
eal. Ven, no hayas temor.
por la nobleza española ^^H
con que vuestro nombre honráis, ^M
yNAXK). El alma tengo escorrida
es que á nadie descubráis ^^H
de miedo; aquesto es verdad.
quién soy; que esta traza sola, ^^H
knco. ^ No vienes?
si me ayuda la fortuna, ^^^1
YNAOO. ¿Hay mayor susto?
t hará, con vuestro favor, ^^^^
LUCO. ¡Eal
que don Luis tenga amor ^^^^
yNAOo. Ya vamos, que es justo
á doña Elena de Luna. ^^H
^^ que hagamos su voluntad. (Vanse)
Diego. |Alto!; no hay aconsejaros, ^^H
■
que sois amante y mujer, ^^^|l
^^^^^^ T"* í^ »'-*■*■»» ■
que habéis sabido querer ^^^|
P ESCENA V
V sabéis determinaros. V
b^B Doi* DiKOo, de tstudianle, y Doha Eleha,
Vuestro amor es tan constante ^^H
^^k también dt estudiante.
que cualquier favor merece. ^^H
V
A don Luis merece (i) ^^H
Iriso. ¡Jesús, Jesús!
una mujer de diamante; ^^^|
íena. En Dios creo,
y aunque bella y principal, ^^H
aunque traigo el alma en pena.
^^^1
¿Que os santiguáis?
^^^1
■K Doña Elena:
(i) Verso errado y defectuoso. Quíii deba 'c^^^^|
^H ^vos con solana y manteo?
«á don Luii no perteoere*. j^^^H
^^^^DDO
QUIEN DA LUEGC
1
DA DtSs
ilV^V
pobre; y cuando se ablandase.
Elena.
¡Albricias, amor, ^H
no es bien que don Luis se case
que esta nueva os resucita.' ^H
Restituyo á Margarita ^H
fuera de su naluraL
Diego.
L'n ano ha que estoy por él
la opinión de su valor: ^H
envuelto en aqueste lulo,
estado ha escogido al doble ^H
oyendo textos sin fruto.
honroso, que un monasterio ^H
es ilustre cautiverio ^H
ESCENA VI
y cárcel de gente noble. ^H
Mudad gusto. ^H
Sait Don Luis. — Dichos.
Luis.
¿Cómo puedo? ^H
Diego.
No es bien competir con Oíos. ^H
' Luís.
Preverme casco y broquel.
Luis.
¿Quién es el que está con vos?^H
DlBGO.
Este es.
Diego.
Un muchacho de Toledo ^H
Elena.
Di que de Toledo
soy y que á servirte vine.
que el dcscu de estudiar ^H
y verme le traen aqui. ^^|
OlEOO.
¿So será mucho que aune
Luis.
¿Es de vueslr* casa? ^^^H
quién eres?
Diego.
^^1
Elena,
No tengas miedo.
Luts.
¿Ctliyo hijo? ^^H
que me ha visto pocas veces,
Diego.
De Aguilar, ^H
y siempre lo aborrecido
de mi padre gentilhombre. ^H
engendra en el alma olvido.
Luis.
¿Buen talle? ^H
DlEfiO.
[)ivinamente pareces
Diego.
¡Maravilloso! ^H
de estudiante.
Luis.
¿Y el ingenio? ^H
Elena.
No es mal trueco
el que he hecho.
Diego.
.Milagroso. ^H
Pacheco tiene por nombre. ^H
Diego.
jBelío trajel
Elena.
¿Qué manda vuesa merced? ^H
^ Quién diré que eres?
Diego.
Pacheco, que cunozcáís ^H
Elena.
Tu paje.
i don Luis y le sirváis ^|
Diego.
¿Y llamaréle?
como á mi. ^H
Elena.
Pacheco.
Elena.
Mucha merced ^H
Luis.
¡Oh, don Diego de Mendoza!
recibiré que en su gusto ^H
Diego.
Salir querrás ya á rondar.
me emplee. ^H
Luis.
A lo menos adorar
Luis.
¿Habéis estudiado? ^H
la casa que á mi sol g02a.
Elena.
Gramáltca he comenzado, ^H
¡Ay, don Diego, sentenciado
aunque con algún disgusto. ^H
vengo á muerte!
Luis.
¿En qué andáis? ^H
DlEOO.
¿Qué delito
Elena.
«A"jr>. amas.* ^|
has hecho?
Luis.
¡Buen verbol ¿Y ha mucho? ^H
Luis.
Amar infinito
á Margarita.
Elena.
no puedo salir de aquL ^H
DiEOO.
¿Hasla hablado?
¿Mostrósete desdeñosa?
Luis.
Son laberintos sin llamas. ^^
¿Pues sabéis ya declinar?
¿Reprendió tu libertad?
Elena.
[Plugiera á Dios lo ignorar*, ^j
¿No salió (1) su honestidad
porque si no declinara, ^H
1
la empresa dificultosa?
,
ra supiera conjugar! ^M
:)ecid, pues, esta oración: ^1
^^K
¿Mas que te dijo con talle
Luis.
^^^B
severo, hecha otro Narciso:
«Yo amo á Dios.» ^H
^^B
«Mira, Zaide, que le aviso
Elena.
Es mcniiros4^l
^^^H
que no pases por mi calle?»
porque amándole á su esposa, ^H
no le amáis y hacéis traición. ~
^^^B
Por lindo mudo le encanta
H
para cogerte después,
Luis.
Bachiller me parecéis. _
donde no te irás por pies. .
¿Qué dices, que es una santa?*
Elena.
Y aun licenciado. ^H
^^■XtJis.
Luis.
Decid: H
^^' Diieo.
¿Santa? Bueno, hazla un altar.
«yo amo». ^H
1 Luis.
¡Plugiera á Dios que quisiera
Elbna.
Aqueso s(; oid, ^H
K.
ser mi esposa!
y que la acierto veréis ^H
^■Elkna.
|Ay, rabia fieral
sin temor de solecismo. ^H
^
¿esto venir á escuchar?
Luis.
Donaire tiene por Dios. ^H
Luis.
Mas tan desdichado he sido
Elena.
Va: ego amo. ^H
que quiere encerrar mis quejas
Luts.
¿A quién? ^H
enire paredes y reja s.
Elena.
A VO«^H
DiEOO.
¿De qué modo?
Luts.
¿A m( amáis? ^H
Luis.
Ht prometido
Elena.
A vos misino, ^H
ser monja.
que sois mi dueño y señor. ^H
Su lealtad os ha obligado,
que como es vuestro criado.
Diego.
1
(I) Aü
en el original-, pero acaiu deba leerse «Hizo».
es razón que os tenga amor.
^^^^^B
PRIMERA 55l V
^^^M^riado?
pisando bastardo barro, ^^^|
p. Si lo es mío.
puesta la vista en el Carro, ^^H
[ vuestro lo ha de ser también.
las Cabras y la Bocina, ^^^|
, Desde aquí lo quiero bien.
mientras se acuesta despacio ^^^|
lA. [[n esa palabra fio.
quien esa pena te da, ^^^|
y más sabiendo que está ^^^H
tomada para Palacio? ^^^|
ESCENA Vil
Si ha de ser monja, ¿de qué ^^^|
te ha de servir el rúrídalla, ^^H
|{( C*1.?KT«, gorrón. Con ttpada y broquel.
suspirar y enamoralla? ^^^H
Luis. ¿^Comienzas ya? Déjame. ^^^H
rETE. Accipe et limebunl frentes.
Calvete. Si á un torno y reja ha hecho (voto), ^M
Con el broquel sufridor
¿qué provecho sacas de esto? ^^H^
no traigo el casco, señor;
Pero vendrás ya dispuesto ^^H^
los tuyos son suficientes.
á ser su negro' devoto. ^^^1
Pues J por qué?
Y escogiendo el bobo estado, ^^^|
rSTB. ' La ley lo veda,
que caro te ha de costar, ^^^|
que estando el tuyo vacio
querrás desde hoy comenzar ^^^f
ponerte otro, señor mió,
el año del noviciado. ^^^|
será seda sobre seda.
Un amigo tuve yo ^^^1
Ven conmigo, impertinente.
rETE. ¿Salimos ya á bobear?
que estuvo malo en España ^^^1
de esta contagión extraña. ^^^1
D. ¿Aguardárnoste á cenarp
Luis. ¿Cómo? ^^H
SI.
Calvete. A una monja sirvió ^^^m
). ¿A las cuántas?
hecho muía de retorno, ^^^|
STS. A las veinte.
pechero de una andadera, ^^^|
Luego vendré.
paciente de una portera ^^^H
ETB. Cuando el día,
y majadero de un torno; ^^^|
el alba enrubia el copete.
que al cabo de deseallo, ^^^1
0. ¿No iré en lugar de Calvete
más que y^r-iz libre un preso. ^^^|
mejor yo en tu compañía?
sin ser la monja de queso, ^^^1
Ya sabes mi condición.
se la daban por un rallo. ^^^B
D. No le quiero replicar.
Luis. Déjate de disparates, ^^^|
^KiE. Estrellado he de cenar.
y ¿qué hará mi ingrata, di? ^^H
¿Qué hora es?
Calvete. Una albarda para i¡ ^^^|
ETE. Las once son.
cun estribos y acicates. ^^^H
{Vante los áos,)
Luis. |Ah, necio! ^^H
1
Calvete. A lo moscatel ^^H
■
amas: quizá es su ejercicio, ^^^H
H ESCENA VIH
como andas en su servicio, ^^^H
^^H
el estar ahora en él ^^^|
^H DoÜA Z\.t,VA y Don Diboo.
despachando provisiones ^^^H
tK. A idolatrar las paredes
para quien sus puertas pasa. .^^^f
; de su Margarita va.
^^^H^
10. Si determinada está
^^^^1
de entrarse monja, bien puedes
ESCENA X ^B
asegurar tiis recelos.
^^H
MA. Ven, sabremos cómo llora
Sati á la puerta Pabia, cria4/a> con una criatura ^^^M
desdenes de la que adora
envuelta. ~r>tciiot, ^^^^H
' y ayudaránle mis celos.
». Si es tu gusto, enhorabuena.
^^^H|
Luis. jVive Diosi ^^^|
«. Amor loco: yo por vos
Calvete. La de su casa ^^Hi
y vos por otro.
abrieron; sí te dispones ^^^H
D. Y ¡por Diosl
á saber quién entra ó sale, ^^^|
que lo estás tú, doña Elena. {Vanst.)
llega; mas mira por ti. ^^^H
Luis. ¿La puerta han abierto? ^^^Ii
^^L
Calvete. Sí, ^^^I'
^m ESCENA l.X
Luis. ¡Válgame Diosl ^^H
Calvete. Ya te vale. ^^|
Saltn Doí« Luis yCAivErK.
Luis. A tal hora es novedad ^^^|
en tan recogida casa ^^^1
ETE. ¿Qué diablos has de sacar
abrir puertas. ^^^|
de andar cargado de hierro.
Fabia. Ce. ¿quién pasa? ^^^|
dando en que entender á un perro
¿Sois el principe? Llegad. ^^^1
que nos comienza á ladrar;
Luis. Calvete, príncipe dijo. ^^^1
becho cedulón de esquina.
Calvete. Es verdad, principe oL ^^^1
^^^^^552 QUIEN DA LUEGO DA DOS TECES^^^^^^^^^^H
^B Luts. ]Ay, cielosl
^^«
^H Calvete. Oile que si.
^H Luts. El príncipe soy.
JORNADA SEGUNdJ
^^^ Fabia. Un hijo
■
^^^^v os ha dado Margarita
■
^^^^^P que á Narciso se adelanla.
^^^^^Luis. jHijo! ¿Cómo?
■
ESCENA PRIMERA ■
^^m Calvete. |0h es una sania!...
^H Luis. {Jesús!
. . . .■
Saltn DoH Oiboo como dt nochi, y IM^H
^H Calvete. ¿Esta es la bendita,
Diego.
La calle es ésta, y aquella ■
^H la monja, la recogida?
su casa. ■
^^M Pero bien se recogió.
Elena,
Buena, en verdad. H
^^^^_ Fabia. No ha un instante que parió
Diego.
Con haber en la ciudad "
^^^^K con peligro de la vida.
tantas, esta es la mis bella.
^^^^H Pero el cielo soberano
Elena.
El estar en arrabal - ^
^^^^B tan propicio nos ha sido,
disminuye su valor. fl
^^^^H que en el jardín ha parido
Diego.
No es por aqucso peor. H
^^^^H sin saber nada su hermano.
Elena.
.No está en cali ¿ principal. H
^^^^B Ha ñngido un accidente,
Diego.
No. pero es más provechoaB
^^^^H V ahora en la cama está.
^^^^H Lo propuesto estorbará
Elena.
Mas ¿cómo?
Diego.
Demás de estar
^^^^V por hoy este inconveniente:
dentro y fuera del lugar, ■
^^^^B mas presto os veréis los dos
esta huerta deleitosa H
^^^^ en vuestro estado y sin pena.
la hace más excelente, ■
^H Calvete. ¡Linda monja!
que es gran cómodo el pojfl
^H Fabia. Gente suena;
en una ciudad tener ^|
^^1 tomad, principe, y adiós. (Kaxc)
casa y quinta juntamente. H
Elena.
Ya sé que |se) llama ésta
porque no me satisfagas.
^^^^L ESCENA
la quinta de les Gonzagas;
mas, SI según maniúesia
^^^^^^F Dichos, mtno$ Fabia.
la fama, su dueño pasa ^
pobreza, di que la venda, H
^^^^''Calvete. ¿Qué te ha dado?
que siempie la poca hacieffl
^^M Luis. La criatura.
se corre en la grande casa.H
^H Calvete. Bueno; á quien hizo el cuhoinbro
Diego.
No ha de obligar la pobre^H
^^M di que se le eche en el hombro.
por grande que venga á se^|
^^M Luis. ¡Jesús! ¿Duerme por ventura?
á que uno llegue á vender ■
^^1 Calvete. No se durmió la señora.
el solar de la nobleza. H
^^H Luis. Loco estoy de pena y celos;
Y aunque hecha comparadH
^^M ¡Jesús, Margarita, cielos!
con la hacienda y el cslad^H
^^H Calvete. ¿Qué habremos de hacer ahora?
^^H Luis. Dar fíniquilo á mi amor.
que tuvo antes ha quedado^
pobre, según la opinión
^^L^Calvete. ¿No la has de amar?
del vulgo, más rico queda ,
^^^^U.uis. ¿Cómo puedo
el rico cuando empobrece ^
^^^^K^ si desengañado quedo?
que el pobre cuando enriqd
^^^^^R Miremos por el honor
Elena.
f^ara que quedallo pueda, ^
^^^^K de Margarita. Calvete,
empeñe esta .Margarita H
^^^^^ que al ñn la he querido bien.
que me da tanto pesar. H
^^M A buscar una ama ven.
Diego.
Vender si, mas no empeñar^
^^^^vCalvetk. De amante te hizo alcahuete.
que no es prenda que se qoH
^^^^B[Luis. Mañana quién es sabré
la mujer, antes con ella ^
^^^^H^ este principe encantado
dan dineros. ^
^^^^^1 que en costas me ha condenado,
Elena.
.Mucho tarda
^^^^V y el hurto le volveré.
don Luis. ^
^^V Calvete. El ama le criará.
Diego.
Como no aguarüafl
^^1 que nos sirve.
su dama ni ha de vcncella H
^^H Lt;is. ¿Está parida?
con servilla y pascalla. H
^^^^ Calvete. jEso ignoras, por tu vida?
^^^^k. Parida y preñada está.
quizá se hartó de rondar H
y dio la vuelta á cenar. H
^^^^■Luis. Pues bien viene.
Elbna.
La huerta han abierto, callfl
^^^^Kalvatk. ¡Qué bonito
Diego.
¿Mas si le hubieren cngidtt^l
^^H^ parece el chico!
á don Luis entre dos pu«<1^|
^^^^Lt;is. Cesó
Elena.
Mis desdichas fueran ciena^f
^H mi amor.
Diego.
Una mujer ha salido H
^H Calvete. ¡Ajó, niño, ajó!
sola. ■
^^K Llamaráse .Margarito. (V'a"-*
Elena.
Dama debe ser ■
JOPNADA SEGUNDA
553
de Marco Antonio.
Nú es hora
de salir damas ahora.
Pues ¿cuándo?
Al amanecer
salen muchas de aventura,
que, como sobras de cena,
las mañanas, dona Elena,
las echan con la basura.
.;Hate sucedido i ti?
Ño sé; cuando no hay solomo,
mozo soy, de todo como.
.ESCENA i I
Satt Mahoakita con manto.— Dichos.
UR. ¿Dónde iré, triste de mi?
¿Si habrá el Principe venido?
Gente por laca]le pasa;
¿qué he de hacer? Volverme á casa
no es posible, que ha sentido
mi hermano mi liviandad,
y dar esta noche intenta
ñn á mi vida y su afrenta.
|Tened, cielos, piedad
de mi vida!
Consultando
está por dónde ha de ir.
. El temor me fuerza ¿ huir,
y el honor está dudando.
Volveréme.
Reina mía,
si estar indeterminada
es á falta de posada
mientras sigue el alba el día,
en la nuestra está la cena
con ánimo de aguardar
convidados.
lAR. iQué i escuchar
venga aquestol
Doña Elena,
¡qué bien huele, pesia lall
Sí; pero no siempre suele
oler bien quien siempre huele.
Así lo dijo Marcial.
¿No merecemos respuesta?
IXR. {Da vocM.)
(Ah Príncipe! ¡Ah CarlosI
X. ¡Paso!
¿Príncipe? ¡Notable casol
Mujer principal es ésta:
volverme será mejor.
¿Qué teméis, señora mía?
íAR. Alguna descortesía.
Gente somos de valor.
UK- Pues mostradle en no impedir
mi camino.
Andad con Dios,
aunque llevando á los dos
más segura podréis ir.
. El peligro considero
que llevo de noche y sola.
¿Qué gente sois?
Española.
;. ¿Sois noble?
Soy caballero.
Margar.
¿De qué reino?
Diego.
De Toledo.
Margar.
¿Y qué apellido?
Dicüo.
Mendoza.
Makgar.
Gracias al cielo que goza
tan noble amparo mi miedo.
Si el valor y la piedad
nobles atributos son
que ensalzan vuestia nación,
Mendoza ilustre, jurad
por la fe de caballero
que mi honor irá seguro
en vuestro amparo.
DtEOO.
Sí, juro.
Margar,
Que lo cumpliréis espero.
Venid, pues.
Diego.
¿Dónde?
.Margar.
No sé.
Diego.
¿Qué lleváis?
Margar
Mi triste suerte.
Diego.
¿De quién huís?
Margar.
De la muerte.
Diego.
¿Quién sois?
Margar.
Después lo diré,
que corre mi vida aquí
mucho riesgo.
Diego.
En mi posada
segura estaréis y honrada.
Margar.
¡Ay, Principe!
DlKGO.
^Vamos?
Margar
Si. {Vanti.)
ESCENA 111
DoÜA Elena sola.
Llevósele por lo honrado.
Dios ponga tiento en su amor,
que no es todo sino olor
á escuras y rebozado.
Aunque si por la apariencia
el juicio se ha de hacer,
muestras ha dado de ser
de más prendas que prudencia.
A un principe pidió ayuda,
que Carlos después llamó,
y al ver de dónde salió
me ha puesto en notable duda.
Pero ejemplo tiene en mí
cualquiera amorosa hazaña,
pues á Italia desde España
Don Luis me trae ansí.
Por aguardalle si acude
aquí donde pierde el seso,
no voy á ver el suceso
de esta dama; amor la ayude
si ha sido autor de sus penas,
que teniendo que llorar
tantas yo, mal podré dar
oídos á las ajenas.
ESCENA IV
S«itn Don Lvxs y Caivktc, como tf# nocAf.— Dicha.
Luis. ¿Que estaba parida el ama?
Calvete. ¿No lo has visto?
^^^^^ 554 QUIEN D\ LUEGO DA DOS VECES ^^^|
■ Luis. ¿Hay lal ventura?
C:t.ENA. Unaaremñ^H
H Por el bien de laciiaiura
gozar en casa procura. ^H
^^L la perdono.
Luis. ¿Y qué haces tú soto a^oIl^H
^^B Calvfte. |0h, cómo mama
Ei.KNA. Obligo cierto respeto. ^H
^^H el chicóle! Mas ^-á qué
Luis. |Tuyol ^H
^^H volvemos á este lugar.^
Elena. ¿No soy yo persona^H
^^H ¿Es por ventura á buscar
Calvetb. Para hacelle una mamona. ^H
^^H otra cria que nos dé
El EN A. Soy solícito y secreto, ^M
^^ en que eniender?
y por esta causa espero ^M
Lms. El deseo
ser venturoso en amotes. ^H
de conocer, si es posible,
Calvete. Todos salen bailadores ^M
este principe invisible,
en cas del tamborilero. ^H
ya que sus efectos veo,
Tenemos el amo amante, j^|
me saca fuera de mi
por fuerza habernos de am^H
y de mi casa á tal hora.
desde hoy me hecho i erui^H
Calvete. ¿Sabes tú si vendrá ahora?
Luis. Si le esperaban aquí
pues tú eres dicipliñante. ^H
Ll'js. ¿Qué príncipe imaginaste ^M
á cosa que importa tanto,
que era yo cuando me visi^^H
¿quién duda que acudirá?
Elena. El mismo que tú eniendisi^H
C\i VETE. ¿Has de acuchillarle?
que era yo cuando me habí^H
Luis. ]Ya
Luis. ¿Conócesle? ^M
^^L cesó mi amoroso encanto!
Elena. Yo en ral vida ^1
^^H fi]l fué mejor negociante
le eché paja. . ,
^^H y más dichoso qne yo.
Calvete. 0 se ha esconi]i|áH
^^H Si la cátedra llevó
ó algún diablo se ha mctid^H
^^F que pretendí por vacante,
principe. a
^^m ¿qué he de hacer?
Elena. Salió alligida ^M
^^B i^ALUTE. Bien lo imaginas.
de esa casa una mujer ^H
^^B aunoue burla es, y no leve,
^^K que él la cátedra te lleve
de bravo lalk y olor; ^H
tuvo de vernos temor, ^^
^^B y tü pagues las propinas.
^^H Va parece que nos 1 ama
y queriéndose volver.
llegó don Diego, ofrecióla ^^
^^^H otra mujer y nos da
á lo tierno su posada, ^H
^^^1 otro niño que criará
pero gritó alborotada: ^H
^^H á tu costa en casa otra ama;
«|Ah Principe! |Ah, Carlos!^^^H
^^^^^ y asi puedes pocoá poco.
Sosegámusla los dos, ^H
^^^^K si lo sufre tu caudal.
y paró en ñn en sosiego ^H
^^^^V hacer tu casa hospital
en llevársela don Diego ^H
^ de expósitos.
á casa. ^1
^^P Luis. Calla, toco.
Calvete. ¡Bueno, por Dios! ^H
■ Calvete. Harto más lo esquíen procura
Luis. Calvete, ¿si es .Margarita? ^1
■ andar como tú, perdido,
Calvete. ¡Jesúsl ¿eso has de decir?
B pues rompiendo otro el vestido
¿Tal mujer ha de salir ^m
1 te ha echado á cuestas la hechura.
de noche, y sola? bumu ^M
^^H Vamos á cenar, señor.
es ella; alguna criada ^H
^^H Elena. Dos hombres vienen: ¿si acaso
al principe t'ué á buscar ^H
^^H es este el principe?
que se debió de pagar ^^^H
^^H Calvete. PasO)
del convite y la posada,.'^^^^H
^^M que está tu competidor
^^H á las puertas de tu dama.
y envidiosa por ventura ^^^^
de lo que con su ama pasa.
^^" Llms. Dices la verdad; este es
querrá encuadernar en c*s*^J
■ el principe.
con don Diego otra criaiuri(^H
^^ Calvete. Llega, pues.
no hay sino cunas y á ello,^H
^^m Luis. Antes quiero ver si llama
que llueven muchachos hoj^H
^^V á la puerta.
Luis. ¿Quién será? Confuso esin^^J
V Elena. Hablalle intento.
Calvete. En casa puede sabello. ^H
1 Calvete. Acá se acerca, señor.
Luis. Bien dices. ¡A y, cielos, ^H
■ Hablalle será mejor.
si tengo en ella á m\ bical ^H
■ Losóos. ¿Sois el principe?
Calvete, ün hombre viene: deten ^H
■ Calvete. ¡Buen cueniol
el paso. ^H
K {Válgate la maldición
Elena. Ya ten^o ceIo« ^H
^H por principe tan buscado!
de este demonio ó mujer. ^H
^H 0 es duende ú está encantado.
¿Si es .Margarita? (Ay de m^H
^^ tLENA. Don Luis y Calvete son.
^^1
■ Luis. ¿Es Pacheco?
^H
■ Elkna. Señor, si.
^^^^H
■ Luis. ¿Y don Diego?
^^J
^ JOBNAOA SKGUNOA 555 ^^^|
^^ E5CLNA V
DiEr.o. Vamus, pues, ^^^H
Sait Dow Du<io.— Diciiús.
que yo os quitaré el deseo. ^^^H
Liis. ¿Cómo? ¿conocéislc vos? ^^^H
¿Si hallaré al principe aquí?
DisGO. Muy bien. ^^^^|
mas ésie debe de ser. —
Calvete. ¡Bendito sea DÍOí ^^^|
¿Sois el principe, señor?
que cumplir tu antojo vea' ^H
Diego. Carlos, príncipe parmés, .,^^^^^M
fr.. Üiro buscón de aventuras.
¿Qué príncipe es este á escaras,
os ganó la bendición, ^^^^^H
qué brujo ó |quc] encantador.^
y es esposo, en conclusión, j^^^^^f
|Don LuisI
de Margarita. Después ^^^^^^|
¿Es don OiegoP
sabréis lo que ha sucedido. ^^^^H
¡Bueno!
Li.'is. Pues ¿no estaba desterrado? ^^^H
Dadme albrician.
DiEoO. De hortelano disfrazado ^^^H
I A y, amigo!
ha un año que es su marido; ^H
¿qué le l\e dar si contigo
y esta noche que parida ^^^^^M
tienes el alma?
estaba, huyó con temor ^^^^^^H
PE. El sereno
de ver que sabe su amor '^^^^^l
que pasamos.
su hermano, y puso su vida ^^^H
Mas ¿que sé
y su honra en mí poder. ^^^H
de qué á pedírmelas vienes?
En mí casa deposita ^^^^M
¿De qué?
amor vuestra Margarita; ^^^^^|
A Margarita tienes
vamos, la queréis ver. ^^^^^^M
en casa.
Lujs. ^Principe era el hortelano? ^^^^^H
Tarde llegué.
Con tan gran competidor. ^^^^|
¿Quién le lo ha dicho?
temerario Tuc mi amor. ^^^^H
Mis celos,
El apetito ^^^^^M
que infiernos en mí se llaman.
persuade al pensamiento ^^^^^H
Cuéntame el cómo.
mil quimeras, aue no sé j^^^^^H
resisiillas podré. ^^^^^^1
Los que aman
siembran gusto y cogen duelos.
don Diego, si está al sediento ^^^^H
¿No sabes en qué ha parado
brindando el arroyo claro, ^^^H
la monja?
si puede vivir el muerto, ^^^H
Ya he sabido
si el que navega ve el puerto, ^^^H
qué ha parado en que ha parido.
si toca el oro el avaro, ^^^^|
TE. Las cabras nos han echado;
ve la joya ladrón, ^^^H
en casa el muchacho está.
si el asalto el capitán, ^^^H
¡Válgame Dios!
al norte la piedra imán, ^^^^|
Halle abierta
y, en ño, amor la ocasión, ^^^^H
esia encubridora puerta,
¿no será cualquier reparo ^^^^^H
poco más de una hora habrá;
que le violento? ^^^^^^ñ
asomóse una criada
Claro está; yo soy sediento, -^^^^^^|
con un niño, y como vio
muerto, navegante, avaro, ^^^^^^|
que pasábamos, llamó;
ladrón, capitán y amante; ^^^^^H
llegué, el alma alborotada, |
pues si agua, vida, puerto, oro, ^^^^H
y oyéndome preguntar:
asalto, ocasión, tesoro, ^^^H
¿SOIS el principe? que si.
me ha puesto el cielo delante, ^H
celoso la respondí.
¿quién pondrá á mi gusto tasa ^H
♦Gracias, dijo, podéis dar
cuando la ocasión le espera, ^H
á Dios, de que ya tenéis
ni Quién la osará echar fuera ^H
un hijo que á Margarita
si ella misma se entra en casa? ^H
y á vos en belleza imita,
Elena. ¡Ay, sospechoso temor, ^H
y porque os aseguréis
mi desdicha averiguastcs! ^H
de lodo punto los dos,
Diego. Contra amorosos contrastes, ^H
Marco Antonio está ignorante
don Luis, basta el valor. ^H
de lodo.» Dióme el infante
Margarita tiene dueño: ^H
y cerró con un adiós.
ella es noble y vos honr&do; ^H
¿Qué os parece?
de mi valor se ha fiado ^H
¡Caso extraño!
y es mi palabra el empeño ^^|
Al ama, en fin, se la di,
sobre quien su honor confia, ^^^H
que está parida.
y es razón que lo defienda, ^^^H
Eso sí.
pena de perder la prenda ^^^H
no será estéril este año.
que ella eslima por ser mia. ^^^H
¿Y habéis sabido quién es
Bien sé que lo que decís ^^^H
el principe?
es sin veros al ¿spejo ^^^H
Ya estuviera
de la razón y el consejo, ^H
en casa si lo supiera;
y que sois vos, don Luis, ^H
eso aguardo.
un cuerdo, que cuando amor ^H
^^^^556
QUIEN DA LUEOO DA DOS TECKS ^^^^^H
la entrada segura os diera.
El alma, la vida, el seso^^H
el apeiito venciera
que por su ocasión perdu ^H
vuestra nobleza y valor.
¿Piensas tú que soy Pach<^H
(¿cAa mano )
Calvete
Pues ¿quién eres? ^H
Mas por si, ó por no, dejad
Elena.
¿Qué sé j^H
vuestra amorosa querella
Un árbol que amor plant^^f
en esta raya, ó en ella
verde ayer y ahora seco. ^H
dejaré vuestra amistad
¡Ay, confusos devaneos! ^H
por más prendas que en ella haya;
¿Asi quién soy descubrís? ^H
que ser amigo es deshonra ( i)
¿Por qué, honor, no resistilH
^^^^^B>
sus gustos no tiene á raya.
mis frenéticos deseos? "
^^V
Dame, amigo, aquesos brazos.
Si aqueste sabe quién soy
que injustamente lo fueras
á don Luis se lo dirá.
si enojado no rompieras
y sin razón cortará
la tela que urdiendo voy; ^j
de mi amor los ciegos lazos.
Habló sin pedir licencia
impórtame divertilk ^H
á la razón el d^seo;
de este pensamiento. Amo^H
mi culpa y tu enojo veo;
siempre sois enredador; ^H
mas sirva de penitencia
prevenidme qué decille. ^H
mi justo arrepentimiento,
Calvete
. ¿Qué, no eres Pacheco? ^H
^^^^^^^^^^H
que el fuego que me provoca
Elena.
.^9
sacó el alma por la boca.
Calvete
Dimc, pues, ¿cómo le liaAVl
porque estaba en mí. violento.
Elena.
Infierno de amor.
Tántalo soy; el manjar
Calvetí
^Lucgo (ici
que mi apetito interesa
á Margarita?
me pone amor en la mesa
ElENA.
Enlazó
sin dejármele tocar.
en sus braxos mi e&peranxa
Ven, que persuadido quedo,
!a hiedra que, ya marchit^^
por mucho que pueda amor.
adivina en .Margarita ^H
que podrá más el valor
de don Luis de Toledo.
mi muerte por sm •"'; '°"^H
i Ay. si supieras c, ^^M
^^^^V Diego.
Vamos, que esa hazaña sola
Más, si muero por^ i^M
es digna de aquese pecho.
poco importa declarailo ^H
Pero ¿qué hazañas no ha hecho
y morir, pues loco estoy..^H
la cortesía española?
Calvete
. ¿Quién eres? ^M
Contra ti has de pelear.
Elena.
El desdichad^H
^^V
iCielos, que viendo que abrasa
principe de Pacma. '^M
el fuego el dueño á su casa
Calvete
¿Quw^^l
no le ha de poder matart
¿Tú príncipe? a^H
(Yante loi (tos,)
Elena.
^^^^1
Calvete
Poc«s muelas he mamadQ^f
ESCENA VI
¿A mi engañifas? ^M
Cai-vktb y Eliíia.
Elena.
iPIuguicf^H
^^^^E Calvete
. Pacheco: íqué suspensión
es esa.''
Es mi desventura,
es pena, es rabia, es locura
y es la misma confusión
del infierno. ¿Margarita
en casa con don Luis?
Celos, ¿aquesto sufrís,
cuando amor os precipita?
¡Fuera vida, seso afuera,
fuera inútiles disfraces!
Sepa quién soy.
¿Qué es lu que haces?
Muera Margarita y muera
don Luis.
¿Estás borracho?
I Jestist ¿qué te importa á ti
Margarita?
r» 1
al cielo que no me boniw^H
con tal nombre, que do c^H
^^^^^^^ Elema.
en Bolonia, que uo vicn ^H
con Margarita mi diño, ^H
que no pagara tributo ^H
á mi amor el suyo ea fr^ÚJH
que sembré y cogí en un iSM
Del hijo de q'uien es m»dre
soy padre.
Serlo podéi»;
pero, pardiei, que tenéis <»
ruines barbas para padre. ^H
Calvete
^^^^^ Calvete
^^m Elena.
^^^H Calvete
Elena.
Pacheco: si ha sido gana ^H
de darme papilla al niño ^H
con ella, que sois lanip4A^fl|
y yo extiendo toda hanaanM
Vete, necio, que no «4ioy ^
para burlas iv lai ^H
cuando salen rrci^H
^^H Elena.
¡Bueno es eso!
mis desdichas ui que sofi^H
■ un rcrio después de tMe; pudiera s«r'.
^H (1)
^H
^^^B «del ({ue ea ofeont de li honr.i» ú otro scmcjinte
(I) A..
en el original. ^^|
^^f JORNADA SEGUNDA SSy ^^H
W & Margarita, heredero
discreción fué el escoger ^^^H
1 de Parma desposeido,
el serville, pues podía ^^^^|
1 por piíncipe aborrecido
andando en su compañía ^^^^^^H
1 V amado por jardinero.
á mi Margarita ^^^^^H
con don Luis cada instante ^^^^H
1 Di que, pues el español
1 me afrenta y sus brazos goza,
que á soliciialla fuera, ^^^1
sin que el valor de Mendoza
y mi amor en él tuviera ^^^H
lo estorbe, que cuanto el sol
siempre un tercero ignorante. ^^^^|
viste de oro y el mar baña,
Calvrte. Todo aquesto es evidencia; ^^^^^H
tengo de peregrinar
convencióse mi porfia, ^^^^^H
hasta que pueda vengar
perdóneme vusiiia; ^^^^^H
la injuria que me hace España.
pero mal dije, vuslencia, ^^^^^H
Dile que de celos muero
que yo diré á mi señor ^^^H^
y que la vida me enfada;
que es el principe. ^^^H
pero no le digas nada,
Elena. El secreto ^^^|
que es don Luis caballero;
me importa, mas yo os prometo ^^^H
ella noble, y sin sentido
de haceros mucho favor ^^^1
mis celos, que sin querer
si con debido recato ^^^1
1 juzgan lo que puede ser
mi estado y nombre encubrís, ^^^H
1 como si ya hubiera sido.
que es amigo dori Luis ^^^Hi
llK. Tú lo dices de tal suerte.
del marques de Monferrato, ^^^H
que cuando burlarme trates,
y no menos que la vida ^^^|
aunque ensartas disparates,
en que lo ignore me va. ^^^^H
de lástima he de creerte.
Calvete. Desde hoy la lengua esurá ^^^^^M
Pero ¿cómo puede ser,
por ti hI paladar asida. <^^^^|
rapaz, lo que dices cierto,
Pero más satisfacción ^^^^1
si ha un año que está encubierto
tu Margarita merece ^^^H
en casa de esa mujer
si por tu causa aborrece ^^^H
el principe, y de su estado
de mi señor la afición. ^^^H
1 por el marqués excluido?
1^. Basta decir que yo he sido
Elena. ¡Ay, cielos! que su hermosura ^^^1
corre riesgo en su poder, ^^^H
quien de pastor disfraiado.
y amor no sabe perder ^^^H
temeroso del marqués
el tiempo ni coyuntura. ^^^H
de Monferraio, la quinta
Calvete. Don Luis ha prometido ^^^1
donde á Chipre el amor pinta,
no agravia! la, y de su honor ^^^|
cultivé por interés
de otra Venus en beldad
es don Diego el defensor; ^^^|
firme ella, tú su marido, ^^^^1
que me dio un ángel que incita
no hay trance que temer puedas. ^^^|
al amor.
Elena. Ni hombre que pued^ estar, ^^^|'
(TE. Si á Margarita
Calvete, junto al manjar ^^^|
gozabas con libertad
con hambre y las manos quedas. ^^^|
hecho hortelano, ¿k qué efecto
Mas, vamos.'que mi presencia ^^^|
dejaste el rústico traje
la suya hará recatada. ^^^H
1 y escogiste más ser paje
Calvete. ¿May' noche mis enredada? ^^^H
Elena. ¡Hola! ^^^H'
1 de don Diego?
|k. No hay secreto
Calvete. X>ué manda vuslencia? ^^^Ii
' oue permanezca si el ciego
descubre sus travesuras;
^^H
^^^^Bt
sembró sus gustos á escuras
ESCENA VI! ^^H
y á luz sacó el fruto luego.
^^^^H
1 Supo su hermano el suceso,
SaUn Cari os y Pctíiaoo. ^^^^I
mandó ausentarme el temor.
^^^^1
mas, como, aunque niño, amor
Peynado. En una sala encerrado ^^^|
es temerario y travieso.
hasta ahora me ha tenido, ^^^H
1 por no ausentarme de aquí
adonde el pobre Peynado ^^^1
y saber de esta maraña
á tragos por ti ha sorbido ^^^|
al fin, el valor de España
la muerte; de modo he estado ^^^1
en mi favor escogí.
esta noche en el encierro ^H'
ITH. Pues ¿por qué más á don Diego
ó prisión, que, si por hierro ^^^B|
'" que á otro?
Marco Antonio me matara, ^^^^1
h. ¡Jesús, qué extraño
en mis calzones hallara ^^^H
sois, Calvete! Si en un año
la cera para el entierro. ^H
que cual mariposa al fuego
Darme la muerte quería, ^M
me abraso por Margarita,
según por entre la puerta ^|
1 sé que es don Luis su amante
lo escuché, en viniendo el día. ^^H
1 y que no hay hora nj instante
Ya su hermana estará muerta... ^^^|
L que su amor no solicita,
Carlos. ¿Qué dices? ¡Ay, prenda mía! ^^^ll
^^^558
QUIEN DA LUEGO
DA DOS VECES ^^^1
W Peynado
.A no romper la ventana
la del hijo mal nacido ^^H
m
y escorrirme, «ísta es la liora
y la vil de .Margarita. ^H
^^L
que me hace cenar sin gana
Carlos. jCielos, Marco Antonio o í^B
^^K^
con Crisio, y que Menga llora
Mil gracias rendiros quiera^H
^^^^^_
su lulo y viudez temprana.
pues se vino i "^^^^^1
^^^^^^
Todo lo sabe, par Dios;
que aquS su c rfl^^|
Lain de m3n< i ^^^B
^^^^^^k
por mataros á los dos
juntes, esta noche ha sido
^^^^^1
más bárbaro '<ti,^l
^^^^^^V
disimulado, fingido;
pues Caín matu uo \ricl
^^^^H
pero no hallándoos á vos,
V tú has muerto dos Abeles:
^^^^^"
ya habrá visto Margarita
Herodes, cuyas hazañaí,
■
la tierra de la verdad.
para tu afrenta inclemenies.
^^^ CkhLüi.
y\ntes que el cielo permita
es dar la muerte á inocente^^
^^m
tan inhumana crueldad,
en cuya sangre te bañas. ^M
^^H
venganza tan inaudita.
Pide i\ cielo si permite ^^
^^H
no admita otra vez el sol
que un ángel vengado este.
^^^b
desde el sepulcro español
que cada instante te dé
^^^^^K
la oriental y hermosa cuna,
mil vidas que yo te quite;
^^^^^^
ni sirva otra con la luna
que aun no igualara el ralof
de todas cuantas Jes' des
^^^F
á la nuche de farol.
^^^L^
¡Ay mi adorada inoceniel
con la suya, que al ñn e$
^^^^K
Si en duda puede el temor
un ángel y no un traidor.
^^^^^B
darme la pena presente,
Marco. Que vienes sin seso creo
^^^^^K
averiguado el rigor
ó por otro me has hablado.
^^^^H
de vuestro hermano inclemente,
pues las obras has culpado
^^^^^B
¿qué hará en mi.* Pero es cristiano
que aún no ejecutó el deseo.
^^^^^P
y noble, y al fin su hermano;
¿A qué Abel mi enojo quita
^^^^^^
no hará crueldad como esa.
la vida que vengar quieres^M
^^B Peynadc
1. Los golpes con que la huesa
Carlos. ,íNo sabes quién soyp ^H
^^B^^
abrió el azadón villano
Marco. iíQai^^|
^^^^^É
sentí, aunque preso, señor,
Carlos, E\ alma de Margarita, ^H
^^^^^^r
y el intento oí después
que en señal de su ínocen^^^
^^^^^H
del airado matador,
como la vengo á heredar, ^M
^^^^^T
porque bien sabéis que es
no tuvo que me dejar ^H
^^^V'
lodo oídos el temor.
sino es el alma en herendi^H
^^^^^
De una mujer afrigida,
su venganza soliciu. ^H
^^^^^m
atormentada ó parida,
Marco. ¿Eres Carlos? ^M
^^^^^H
senil suspiros y llantos.
Carlos. Carlos soy, V
^^^^^B
pedir reliquias y santos
que con dos almas estoy.
^^^^^
y encomendallos su vida.
porque vive Margarita,
^^V^ Carlos-
¡Villano, loco, atrevido.
bárbaro tirano, en mi,
^^K^
vete, antes que el pesar
pues cuando determinaste ,
^^^^^^
crezca y no me dé lugar
dividirlas, las juntaste ^t
^^^^^H
paia serte agradecido!
para venir contra ti. ^_^M
.Marco. S'a tengo que agrade^a^H
^^^^^H
(l'JírlPc^nidol.)
^^^^^H
jCómo no me he vuelto locu.-*
Pero. sin entendimiento
pues me excusas de t>^^^^|
^^^^^B
y aunque en albricias 0^^!
^^^^^B
fuera, esposa, el sentimiento
te tengo de dar la muerie,^|
^^^^^H
de tu injusta muerte poco.
primero que te la dé ^^
^^^^^B
Para tu venganza invoco
y con ella satisfagas
^^^^^K
lu inocencia; entrad, amor,
¡a injuria de l "^ '^-"^'^gM^^
^^^^H
y sed vos el vengador.
su sangre, n c, ^M
^^^^^^1
aunque el castigo no iguale
quiero saber -. ^ ,:_ _:4 ^M
la vida con el honor ^M
^^^^^1
á la culpa. Un hombre sale.
^^^^^^H
murió mí hermana. ^M
^^H
ESCENA VIII
Carlos. iTraldiH
pues siendo tú el tratrict^l^H
¿me lo preguntas á mi.' ^H
^^^^
.lale .Marco ArtTONto.— Cahi.o«.
^^B Macco.
Huyó el principe traidor
Vo no podre castigar ^|
^^H^
con mi hermana, y mi venganza.
con tu muerte tu delito, ^"
^^H
por tardar, no satisfizo
pues si la vida te quito ^
^^^B
mi agravio; mas ^cuándo hizo
aún no comienzo á venjoi^fl
^^H
cosa buena la taríjanzar*
á mi esposa. Max, iraidx^H
^^H
Si mi ventura le alcanza.
gente viene; ven tras "^^t i^H
^^H
mi muerto honor resucita,
que quiero cobrar de li ^H
^^H
á un tiempo tres vidas quita.
como de mal pagadur. ^|
i
la de Carlos fementido.
(CcAai* ntmr*
FISCENA IX
S»ttn Do» Diroo y Don Lvn
Entretanto que no viere
el príncipe no tendrá
sosiego.
Celoso está
mi amor por lo que le quiere,
y vengo huyendo del fuego
que mis entrañas abrasa,
que aun no oso quedar en casa
con ella y sin i«. don Diego.
). (-on eso das testimonio,
don I.uis, de tu valor.
'.o. (Dtntra) jAh, principe engañador!
os. iDtniro.) ¡Ah, tirano Marco Antonio!
>. Al principe ol nombrar.
Yo á Marco Antonio, el hermano
de Margarita.
). No en vano
nos trujo á este lugar
el ciclo; llega á apartarlos,
1^ que se matan.
I^H Caballeros,
^m tened los nobles aceros.
que entre Marco Antonio y Carlos
la amistad y el parentesco
han de ser los medios sab'os
con que se olviden agravios
antiguos.
U Si es que merezco
testa merced en favor,
principe, de que una dama
que vive en mi casa 05 llama
de su libertad deudor,
parad la espada y la mano,
que murirá Margarita
si esta pendencia le quita
á su esposo ó á su hermano.
ESCENA X
MtH Makco Antomio y Caki.os.— Dtchos.
)s. Cómo, pues, ¿vive mi esposa.*^
I. Y viva por muchos añus.
». |Ay, sospechosos engaños!
3S. |Ay, prenda del alma hermosa!
tln vuestro nombre me dio
un ángeJ, de (^uicn sois padre,
que como es ángel su madre,
su semejanza parió.
Y don Diego, que venia
en mi busca, á vuestra esposa
encontró que, temerosa
de Marco Antonio, salla
de su casa; y porque os cuadre
el contento, quiso Dios
que llevásemos los dos
á la nuestra el hijo y madre.
fi. Hoy vuelvo á vivir de nuevo.
>. ¿Quién en una noche vio
tanto enredo?
is. Sepa yo
á quién tanta merced debo.
Por don Diego de Mendoza
á vuestra cbposa adquirís.
Dntoo. Solamente don Luis
de Toledo el favor goza
con que os sirve, y le debéis
aún n)ás de lo que pensáis;
disponer de ella podéis,
que á la española nación
no es mucho ofrecer la vida.
Luis. Margari'.a está afligida,
recelosa, con razón,
de la enemistad antigua
que entre Marco Antonio y vo;
se conserva, pues que Dios
con tanta paz averigua,
á pesar de la fortuna
vuestra, prolijas pasiones,
sean uno los corazones,
Eues que ya la sangre es uno.
as manos habéis de daros
de amigos.
Cahlos. (/)t rodiUat.) Más razón es
que os dé rendido á esos pies
mis armas para vcngacos,
pues viviendo Margarita
satisfecho morirla,
porque el agravio lo esté
que á darme muerte os incita.
Para que os venguéis escojo,
Marco Antonio, este lugar,
porque en él ha de guardar, (ij
ó mi vida ó vuestro enojo.
Luis. La nobleza en pechos sabios
olvidos de injurias cría.
Marco. Príncipe: la cortesía
puede masque los agravios.
Dadme aquesa not>lc mano
y esos brazos que yo os doy.
Carlos. V yo nombre de mi hermano.
Vamos á ver á mi esposa.
Diego. ¿Hay ventura máscAtraña?
Marco. .Siendo medianera España
por fuer/a ha de ser dichosa.
Carlos. ¡Que os voy á ver, cara prenda!
Luis. Don Diego: en esta ocasión
I gozará, echando al ladrón
de casa, el alma su hacienda.
JORNADA TERCERA
ESCENA PRIMERA
5u<e t>oí$.i ÜLENA, ¿f Aum6r<, y .Maki'.arita.
Elena. La lástima que me han hecho
vuestras desgracias, señora,
junio con mi inclinación
que por ser nuble es piadosa,
nie ha obiigadu á buscar modo
con que el peligro socorra,
que corren á un mismo tiempo
vuestra vida y vuestra honra.
I>e España vine á ser paje
de don Dieg,'' de Mendoza,
(O Así en el original; pero parece dr^cri Ittrtie
•porque en él ban de quedar.*
^^^^550 ^^^^^^qüieí^Í^Üec^^o^ece^^^^^^^^^H
^^^^B y aunque paje, bien nacido.
y si viene, ^ quién le estfljH
^^^^B como hablan por mi [las| obras.
que rompiendo vuestro 0
^^^^^^m De vuestros amores supe
con él su agravio no rompí
^^^^^^B aquesta noche ta historia,
Celos, peligro y temor
^^^^^^B que aunque comienza en tragedia
contra vos al arma locan.
^^^^^^H muchas el cielo revoca.
qne es propio de las desgrid
^^^^^^^1 También supe la ocasión
convidarse unas á otras.
^^^^^^^B que os sacó de noche y sola
Mirad si os ofreced alma
^^^^^^H de vuestra quietud y casa
remedio al mal que osasom
^^^^^^H librando la vida i costa
y si no le halláis bastante
^^^^^^H del qué dirán, monstruo vil
y queréis poner por obra
^^^^^^H en cuya bárbara boca
el que os tengo prevenido,
^^^^^^^P tantas honras hemos visto
con determinación coni
^^^^^^m despedazadas y rotas.
le ejecutad, porque os vi
^^^^^^B Aleare estaréis sin duda
en la brevedad la honra.
^^^^^^B de que en una casa propia
Margar. Dias ha, amigo Pacheco,
^^^^^^H halléis socorro, hijo y madre.
que se ha hecho el alma so
^^^^^^^H en la nobleza española.
á mil pronósticos tristes
^^^^^^^1 ^'Quién duda que aguardaréis
q^ue quieren cumplirse ahor
^^^^^^^B que salga la blanca aurora
Ll temor, que es adivino.
^^^^^^H huyendo del sol, que ensarta
revolvió ias tristes hojas
^^^^^^H en hilos de oro su
de mis desdichas, j en ellas
^^^^^^^H para que el principe venga
leyó mi ventura corta.
^^^^^^B y á vuestros pesares ponga
Ya vo temi la mudanza
^^^^^^H alegre íín, dando treguas
de Óarlos, que era forzosa*
^^^^^^V á vuestro llanto y congojas?
porque una mujer gozada
^^^^^^B Don Luis, que en casa ha visto
es trato que ^nda de sobra
^^^^^^B la ocasión, vencido borra
Pero, pues salieron falsas^
^^^^^^^1 promesas y obligaciones.
las promesas que en lison
^^^^^^^B y á los pies del gusto postra
lleva el viento, y en mi oK
^^^^^^B respetos
goza á Claudia v me deshi
cuando venga Marco Amo
^^^^^^B Si no huis dentro de una íiora
^^^^^^^B á la luz de esa hermosura
y me dé muerte, <qué imj
^^^^^^H será ciega mariposa,
s¡ á falta suya han de ser
^^^^^^V que, aunque queme su nobleza
verdugos mis manos pcop
^^^^^^^ las alas á ta memuria.
Carlos me ha menosprccti
^^^^^^B otra el agravio
y cuando no corresponda
^^^^^^B que á Tarquino echó de Roma.
don Luis ásu favor
^^^^^^B Don Diego, como es su amigo,
ni don Dego de Mendoza
^^^^^^^B os defiende ni reporta
á su palabra y mi ayuda.
^^^^^^^H el freno del
siendo los celos ponzoña,
^^^^^^^B su determinación
y yo basilisco de ellos.
^^^^^^r Ames por dalle lugar
maiarélos si me tocan.
^^^^^P se ha ausentado de Bolonia;
Déjame que en esas calles
^^^^^F ved vos. SI se va el que os gu -rda.
dando voces interrompan
^^^^H ¿qué hará el ladrón con las juyasP
^^^^H l£l principe, que pudiera
mis agravios el silencio.
para que los hombres o^gl
^^^^B defenderos como á esposa,
de un cruel hombre la mí
^^^^H yéndole yo á dar aviso.
deja que cual loro rompa
^^^H imposible es que os socorra,
la imagen del padre ingral
^^^H porque, según en corrillos
en el hijo vil.
^^^H 0 dice la ciudad toda,
Flf.na. iSeñori...!
^^^^B dejando el tosco disfraz.
Maroau. Yo iré i Parma, falso Car
^^^^B lomó para Parma postas,
^^^^^^^ donde estableciendo paces
Progne he de ser en tus ix
tu hijo he de hacer pedaii
^^^^^^K perpetuas, oira cobra
para que sus carnes comi
^^^^^^B su estado, dand'j de esposo
EuFNA. Sosiégate.
^^^^^^^B la mano á la hija hermosa
Margar. ^Cómo purdo?
^^^^^^B del Marqués Je Monferrato
Flena. Escuchándome.
^^^^^^B y previniendo á sus bodas
Maro Al». Esiojr loa
^^^^^^B mil fiestas que á vuestro amor
^Qué quieres decirme^
^^^^^^H harán las fúnebres honras;
Elena. Cari
^^^^^^^P pues decir que vuestro hermano,
no está casado hasta ahor
^^^^^^^B Aunque esta casa os esconda,
¿Q\ic sabemos si prewad
^^^^^^^1 ha de ignorar dónde estáis.
mientras que su padH^^^B
^^^^^^H sabiendo que os sirve y honra
la posesión de su EsIinI^|
^^^^^^H don Luis, es ignorancia;
que ha tanto que por él llM
JORNADA TERCERA
56 r
engañaras! al Marqués
para que en quietud dichosa,
.a pesar de sus contrarios,
te llame Parma señora,
después?
Con esas promesas
su volunud cautelosa
entretuvo mi esperanza,
Pacheco, no ha muchas horas.
¿Que me aconsejas?
Yo he dado
una traza milagrosa
que, para que se ejecute,
tu aprobación falla sola.
El ama que á mis señores
sirve es una labradora
de aquí cerca, cuyo padre
una milla de aquí mora,
y es quintero del Marqués
de Moníerraio, el que loma
i Carlos todo su Estado.
Esc mi esperanza agosta.
Va tú sabes que aquí cerca
labró con soberbia y costa
una casa de placer
donde deposita Flora
su apacible primavera,
y donde Amaltea hermosa
vierte, á pesar del invierno,
eternamente su copia.
Si este rústico te lleva
disfrazada con las ropas
de su hija, imaainanao
que eres una labradora,
¿ quien por querer yo bien
y que nadie te conozca
en su quinta, por mí cuenta
que estés oculta me impona,
podrás aguardar segura,
SI la fortuna mejora
tus desgracias, excusando
los peligros que te asombran;
y yu partiéndome á Parma
haré con Carlos de forma
que de Claudia la presencia
no desiierre tus memorias.
y cuando casarse intente,
como la fama pregona,
buscaremos t<'azas nuevas
que estorbo á su intento ponga.
¿Qué dices?
SAR. Que no sé quién
en mi favor te provoca
cuando todos me persiguen.
IA. Mi Inclinación que es piadosa.
Al labrador tengo hablado
y i mí gusto se acomoda,
de su hija prevenidas
tas galas pobres y toscas.
El camino es breve, el tiempo
acomodado, pues, corta
á la noche con tijeras
de plata el alba las ropas.
A la puerta está el peligro
la diligencia negocia
y es madre de la ventura.
¿Qué escoges?
COMEDIAS OE TIRSO OE MOLINA.— TOMO It
MAhOAR. Fuerza es que escoja
tus consejos saludables.
Elena. lAllo, pues!: vamos, señora,
por el niño cuya vista
alivio dé á tus congojas,
que el labrador nos espera,
y con tan bella pastora
brotará llores la quinta.
Margar. Si vengo á ser más dichosa,
yo pagaré largamente
esta industria.
Elena. (Aparte.) ¡Amor, Vitoria!
Ya está el enemigo iucra,
ya no se abrasará Troya
ni don Luis gozará
la ocasión que le provoca.
Maroab. ¡Ay, Carlos, al fin mudable!
Elena. ¡Aji industrias amorosas! (Kancr)
ESCENA U
Súltn Marco Ahtohio, Jitlio y Carloi.
Juí.10. El príncipe y el marqués
con Claudia estarán, señor,
en la quinta de Beltlor;
razón será que le des
con tu presencia un buen dia.
De Peynado el jardinero
saben, que en traje grosero
disfrazas la pallardia
que ha envidiado Italia en ti,
y por esto á Beltínr vienen,
donde prevenidas tienen
tus bodas; no está de aquí
sino una milla. ;Qué aguardas,
viendo que te está esperando
Claudia, por siglos juzgando
las horas que en verla tardas?
Carlos. Marco Antonio: si merece
que le deis fe mi valor,
nuestra amistad y el amor
que desde hoy en los dos crece,
para cobrar el estado
que me ha usurpado el Marqués,
con cuyo favor después
el que á vos os ha quitado
restauremos, es forzosa
hoy á Bclñor mi partida.
V por que no me lo impida
"Margarita, que, celosa
de Claudia, ha de pretender
partir en mi compañía
ó no dejarme ir, queríla,
antes de verla, poner
mi intento en ejecución.
¿Qué os parece?
Marco. Aunque mudanza
temo, sé vuestro valor,
y que si es cuerdo el temor,
es noble la confianza.
Partid, principe, en buen hora;
cobrad á Parma, quees^usto,
como reservéis el gusto
para quien en él adora.
Pero, porque no le ofenda
36
^^^562
OIHEN DA LUCGO DA DOS VECT.S ^^^^|
^^H
cuando miréis la beldad
ESCtiNA l^^l
^^^^1
de Claudia, a! amor llevad
1
^^^1
cual le pintan, con la venda
Dichos, mtnoi Caititk. ■
^^^^P
á los ojos.
Luis.
Debióse de adelantar 1
^^^Casu}s.
A entender
Carlos, v por prevenir 1
^I
con «queso me haWis dado
el riesgo de una ocasión. j
^^^_^
que el amor cuando es honrado
se la llevó. Ya sosiego;
^^^B
sólo á su dama ha de ver,
¿ buscar voy á don Diego.
^^^^H
quedando cie^o en su ausencia;
\í xtraños enredos son
^^^H
pero, Marco Amonio amigo,
los que aquesta noche h« hi
^^^^H
al liempo doy por testigo,
Mahco.
¿Qutí hay. Don l ikñ i alerol
^^^H
por fiadora á la experiencia,
Lujs.
¡Oh, Marco A- !io«
^^^H
y por jueces á ios dos.
No por poco f-
^^^^H
de mi invencible constancia;
el principe perderá
^^^r
mí partida es de importancia,-
lo que es suyo de derecho.
^
presto os veré. Adiós. ^Ka»,}
Poca confianza ha hecho 1
^1 Makco.
Adiós.
de quien sirviéndole esiA. 1
^H
Don Luis y don Diego viven
.Marco.
[Cómo! 1
^m^
aqui; prevenillos quiero
Luis.
¿\o lo sabéis? j
^^^^^
que á mi hermana hablen primero.
Marco.
No.
^^^H
porque si no la aperciben
Luis.
A Margarita ha sacado
^^^H
de la amistad que hemos hecho
de casa desconfiado
^^^H
el Príncipe y yo, el temor
de que. por amalla yo.
^^^H
de mi pasadoVigor
había de estar segura
^^^H
que la matará sospecho.
su belleza en mi poder.
^^^H
Quiero llamar, pero aquí
Marco.
Lso, ¿cómo puede ser?
^^^^H
pienso que salen los dos.
Luis
.\sí quien lo vio lo jura.
^H
M A R cr ».
Pues vase ahora de aqui
á Beiflor determinado
^^
ESCENA III
de cobrar su antiguo Estad<
á costa de dar el si
^H Satcn
1)0.'» Luis y Calvkte.— Makco Antonio.
á Claudia, y porque por elU
mi hermana no le impidiese
^M Luis.
¿El príncipe?
su camino ó le siguiese
^1 C*LVfi.TE
Juro á Dios
á Belllor, se va sin ella.
^^
que la llevó y que lo vi
¿y decís que la sacó
^H
por ¿slos que han de comer
de casa?
^^
^■arrápalas. ^Quieres más?
Luis,
Lo cierto es esto.
H Luis.
¿Pues has visto tú jamás
Marco.
En confusión me habéis pt
^K
al príncipe?
notable.
^H^ALVETE
Desd^ ayer
Luis.
Si se aptrló
^^^B
le he visto y comunicado;
anoche de vos. es cieru»
^^^H
todo el suceso me dijo
que vind por ella.
^^^^B
de su amor; suyo es el hijo
Marco.
Sí,
^^^H
que nos dieron; distrazado
luego que me despedí
^^^^1
por Margarita ha ya un año
de vos se fué. ¿Si la ha roa
^^^F
que gozu de su beldad.
por quedar libre y poder
^M Luis.
Hasta: todo eso es verdad.
casarse con Claudia?
H Calvete
. A mi no hay hacerme engaño.
Li'is.
No,
^H
Celoso de que su amante
que es noble y cristiano.
^^^^
fueres estando ella aqui.
Marco.
Y;
^^^K
no ha media hora que la vi
desdichado. Sin querer
^^^B
llevarla; llegué arrogante.
verá su esposa, partir
^^^H
tentóla determinada,
á Beiflor con tanta prisa.
^^^H
que es colérica y no espera,
iqué tarde el alma me ans^
No quiso, por encubrir
^^^^m
saqué el pie derecho fuera,
^^^^m
conocilc y no hubo nada.
su muerte, verla conm^ao.
jAh promesas lisoniera»
jNunca fuO amigr. de veris
^^^B
Al fin con (gravedad nueva
^^^H
me dijo: «Hola, á quien llegare
^^^^p
si por ella os preguntare
quien de veras lué enemigc
^^^H
decid: el Principe la lleva.»
Testigo ha de ser Beltlor,
^^^V
Partióse, y fuime á dormir.
si al homicida hallo en é^
^^^H
¿Quieres más?
del casiigo más crud
^^'Luis.
No.
que dii' un agravio á unw
■ Calvete
* Voyme aechar.
Luis.
Si aqucso es cierto, el pnco
L
(Ka«)
seré en vengar su Jnocenie
sangre.
^ JOBNADA
TERCERA
^^^^^^^^56^J
Eco! jAh, principe inclemenie!
Príncipe
Vos respondistes mejor ^^H
ís. Ir con vos á Belllor quiero.
quejyo supe preguntar. ^^^M
írco. Ah, Margarita engañada!
ks. La Quinta pienso abrasar.
kRCO. iQue pocü que hay que fiar
Marq.
Vamos, démosla lugar ^^H
que con el deseo trate ^^^^
de Carlos, y la retrate. ^^B
de amistad reconciliada! {Vanst.)
que amor bien sabe pintar. H
{Vante los Hot.) ^H
^^^ ESCENA V
ESCENA VI ■
Claudia, sota. ^M
^^^^nukgvñ X (/ PiUNCirK vieiüF, Cialuia
^H
^^P
Si son propiedades ciertas H
de amor que aún está en calma, H
iRQ. Menos la luz se estimara
que para entrar en el alma ^M
si no hubiera escuridad,
los ojos le abran las puertas, H
y á fallar la enfermedad
¿cómo en mi, no estando abiertas, B
la salud no se preciara.
me presenta sus despojos ^^B
bl mar furioso declara
mi padre por darme enojos? ^^^|
1 lo que la bonanza encierra.
pues de los cinco sentidos ^^H
^K realza al llano la sierra
la fe escoge los oídos, ^^H
^y como la fea á la hermo.a.
pero amor sólo los ojos. ^^^H
^^ y así nunca es tan preciosa
Déjeme verle y hablalle, ^^^|
L ía paz como iras la guerra.
sepa mi amor lo que merca. ^^H
^K Ejemplo de esta verdad
que quien ha de estar tan cerca ^^W
^H será, principe excelente,
no es bien de lejo5 amalle. ^^B
^^ la que establece al préseme
Sin ver su presencia y talle, ^^^|
nuestra antigua enemistad:
^'cómo le podré querer? ^^^^
para más conformidad
£n un paje suelen ver ^^^|
tOc6 Cijas al rigor
el talle, el rostro y lenguaje, ^^H
^_^ de nuestro antiguo furor.
pues ¿imporia más un paje ^^^|
^H mas ya con paz nos abraza
que quien mi esposo ha de ser? ■
^H y de dos opuestos traza
^^^^H
P nuestro parentesco amor.
INCtFE. Cuando la guerra prolija
^^^^^1
ESCENA Vil ^^M
después de tantos enojos
Salen De
ÑA Elena, d§ gntán, y Calvetr .—Dicha. ^H
no me diera má'» despojos
^^^B
que por hi a á vuestra hija.
Elkn».
¿Margarita está contenta ^^^ñ
f es justo, Marqués, que elija
y segura de mi amor? ^^^|
^K desde hoy mi dicha, la gloria
Cai.vftk
Contado le he á mi señor ^^^|
^f y premio de la vitoría;
todo el caso: pero intenta ^^^H
^^ porque cuando yo os venciera,
estorbar que á Claudia veas; ^^^H
^con qué otra cosa pudiera
con .Marco Antonio vendrá ^^^|
eternizar mi memoria?
aqui, que dudoso está ^^^B
iDichoso Carlos, que aguarda
de que en Margarita empleas ^^^|
ser dueño de tal belleza!
todo el gusto, sin que tenga ^^^|
DQ. Más merece su nobleza.
Claudia en él alguna parte ^^^|
' Claudia juzgará que tarda,
con que te obligue á casarte. ^^H
que aunque el temor la acobarda.
Elena.
Cuando Marco Antonio venga ^^H
con el femenil recato
conocerá la ñrmeza ^^^ñ
como desposalla trato
de mi noble inclinación. ^^^H
^^ hoy deseará ver
CLAfDIA
. ¿Qué gente es esta? ¿Si son ^^^H
^K á quien su esooso ha de ser
pajes de Carlos? Ya empieza ^^H
^K y heredar á Monferrato.
á prevenirse el deseo. ^^^|
IfCiPE. .Nuestros pasados enojos
¿Si habrá el príncipe venido? ^^H
h nunca les dieron lugar
Caltete
. Grande atrevimiento ha sido j^^^
^K para verse ni gozar
^H Carlos la luz de estos cjbs.
traella aquí. i^^H
Elsna.
Ya lo ' ^^H
^H Entre groseros despojos
aunque estando su belleza ^^^|
^^P Bolonia le ha disfrazado;
encubierta como está, ^^^^B
^^ pero, pues ya está avisado
de aquese modo será ^^H
L del bien que el cielo le da.
testigo de mi ñrmeza. ^^H
^H presto, señora, vendrá
Claudia.
Lo que hablan quiero escuchar. ^^B
^H humilde y enamorado.
Calvete
. Di, pues, quién eres, señor, ^M
^^ ¿Habéisle cobrado amor?
porque se alegre BeUIor. ^^^M
bit'orA. Nunca mi gusto aborrece
Claudia
Si Bel ñor se ha de alegrar ^^H
1 lo que estima y le parece
1 bien al Marques, mi señor.
con su venida, ¿quién duda ^^^H
que es este el principe? ¡Ay, cielos! ■
564
QUIEN DA LUEGO DA DOS VECES
Elena. Calvete, algunos recelos
puesto me tienen en duda.
Iai.vete. Si eres, Carl6s, heredero
de F^arma, ¿qué hay que temer?
Elena. Na he de darme á conocer
sm ver á Claudia primero.
Claudia. ¿Verme quiere? Mi opinión
sigue, que amor se conquista
solamente por la vista.
No previne la ocasión,
¿Si está el eabellu compuesto?
¿Si tengo igual el vestido?
¡Qué sin pensar me has cogido,
amor, en el lazo puesto!
Calvetes. El cielo las partes haga
de tu esposa.
Elena. Sí, hará.
'Claudia, ¿Su esposa me llama ya?
Ileciprocamente paga
mi amor, que es un ángel de oro
el principillo.
E^LENA. No entiendas
que interés, belleza ó prendas
me han de vencer, que la adoro
y es mi esposa.
Claudia. Que me adora
dice. Perdone el temor
que le he de hablar... ¡Ah, señor,
con tal silencio!
Elena. |0h, señoral
¿Conocéisme vos á mi?
Claudia. El alma que profetiza
su dicha en vos solemniza
á Carlos.
Elena. ¿Sois Claudia?
Claudia. Si.
Calvete. Por Dios que nos ha escuchado.
Elbna. Dadme aquesa mano bella,
honraré mi boca en ella.
Clai;dia. Aunque sois tan deseado
no sé si en parte me pesa
de que á verme hayáis venido.
Elena. Pues ¿por qué he desmerecido
tanto bien?
Clai'uia. No es la causa esa.
Elena. ¿Pues cuál?
Claudia. Habéisme pintado
allá en la Imuginación
un ángel en perfección
y hermosura, y engañado
agora, vendré á perder
lo que en ausencia ganara
SI por tan belia quedara,
porque jamás suele ser
Igual el original
á lo que el deseo retrata.
Elena. Nunca con igualdad trata
lo humano a lo celestial,
y siendo Claudia infinita,
tan rnra beldad excede
i lo que mi ingenio puede
pintar.
Calvete. [Pobre Margarital
Clai;dia. De vos la misma razón
alegar Carlos podría,
pues como visto no había
vuestro talle v discreción,
pintábaos el pensamiento
un mata hombres, enseñado
más al acero templado
que al dulce entrcMenimtenlo
con que el amoroso dios
hace en las almas su emplcu;
pero su retrato veo
en lo niño y bello en vos.
Vamos, que quiero í<anar
las albricias del marqués,
aunque siendo el interés
mío, yn las puedo dar.
Elena. Impórtame por ahora
que no sepan mi venida.
Claudia. Como mi dicha no impida,
norabuena.
Elena, No, señora;
sólo es por cierto respeto
que después os contaré.
Clai'dia. Vamos, pues, que }0 os tcodrl
con el debido secreto
que pcdis. Pero qué, ¿tanto
encubierto habéis de estar?
Elena. Lo que tardase en llegar
un amigo. M;».) ¡Cielo santo,
ya yo entré donde no puedo
salir si no me sacáis!
En buen peligro, alma, andJ
por don Luis de Toledo.
Claudia. ¿Hizo el ciclo más hermoso
principe? Perdida vov.
El.ENA. Vamos, que habéis de ser hoj
Clai;üia. ¿Qué?
Elena. Mi esposa.
Claudia. Y vos mi
y*
ESCENA VIH
(^ALTaTB fo/O.
Zampáronse allá los dos.
Yo no acabo d« entindcr
qué fin tiene de tener
tanto embeleco.
ESCENA IX
Súlcn pBrNAOoy MAKO/iltiTA ttt labr»dwS^
Petnado. Par Dios.
que por más que os encubri
sois Margarita (lonzaga.
Margar. ¡Arre allá: apartaos de raga!
Pevnado. Yo no sé si en pena andáis
desque os mató vuestro hcnnaiWi'
mas vuestra cinpergcñadura
es su misma catadura;
encubriros será en vano.
l'n responso y media misa
si andáis, Margarita, eo pena,
os haré decir.
MAkGAR. ¿No es bu«na
la tenia en queda? I'eníta
me llamo. ••'*^ ' Si me cor.od
en Belflor, perdida sov.
Calvete. Señora: dichoso soy '
I
4
JOBNADA TERCERA
en haberle hallado; gocen
í mis labios lus pies.
Bu ¡Verá
^P si escampan los desvarios!
Irrre. Calvete soy.
RCAR. ¡Hola, tíos;
ténganse les digo allá!
tvBTE. ¡Oh! ,;¿angamangas conmigo?
pNADO.Vos no debéis de saber
que anda en pena esa mujer
y está muerta: quitaos digo.
LTETE. ¿Muerta?
rNADO. Si, par Dios, yo oi
abrir su huesa en la hULTtá
do la enterraron.
iRGAR. íAp.) Por muerta
^me tienen.
Quita de ahí,
páparo.
¿Mas qué he de echarlos?
|Si no se van con mal huegol
*-fiADo. ¿Veislo?
r
kRGAB.
Y NADO,
i-VETE,
Ai«<'AR.
Yo la haré que luego
vuelva la hoja.— Aquí está Carlos,
(Al oído.)
y si no vas á estorbar
que no hable á Claudia, par Dios,
que se picotean los dos.
¿Cómo? Espera.
Es escolar
y conjúrala aloido,
¿qué mucho se esté quedila?
Vuestro hermano, Margarita,
todo el suceso h» sabido
y presto vendrá á Beldor
con don I-uis y don Diego;
Carlos está de amor ciej^o
por Claudia.
¿Ciego de amor,
y por Claudia?
Aquesto es llano
sí á la vista he de creer;
ahora acabo de ver
que se entraron mano á mano
donde, aunque esté Marco .\ntonio
confiado en él, par Dios,
que deben estar los dos
consumando el mairimonio.
¡Alto! echó fortuna el resto
de mi pena y su rigor;
hov abrasaré á Belllor.
ESCENA X
Sale Jui.ro.— Dichos.
^K Avisen á Claudia presto.
miADO. ¿Qué hay de nuevo?
tuo. Que ha venido
: Carlos.
iJkLTSTB. ¿VeslO?
PYNAOO. Ya me alegro.
Con su padre y con su suegro
está,
rs. Ilabrále persuadido
Claudia, después de gozada,
que se les dé á conocer.
565
Jt;M0. El desposorio ha de ser
hoy y luego la jornada,
que han de ir á dormir á Parma;
á Claudia voy á llamar.
Adiós, (VoM.)
ESCENA XI
Dichos, nicnoc Jumo.
Margar. ¿Hoy se han de casar?
Celos, toquemos al arma;
traedme el alma de Carlos,
para que la atormentemos.
Peyhado. Pues ¿soy yo corchete de almas?
Margar. Tú eres él diablo Cojudo.
Pf.tnado. ¿Cojo me quieres dejar?
¿Quién diablos me metió en esto?
Maroar. Métele en el calabozo
que llaman del menosprecio,
donde con fuego y azufre,
que es azul, le quemen celos.
¿No le traes?
I^EYNADO. " Ya voy por él.
Por el guisopo y caldero
voy al cura y monacillos:
¡Aberiiuiicio, Jesús, crcrfo.' (Vati.)
ESCENA XII
Dichos, menot Petnado.
\Upnvn. Pasa tú aquí, Asmodelllo,
que en tu compañía quiero,
como hay visita de cárcel,
que haya visita de infierno.
Tú días ha que condenado
estás.
Calvete. ¡Zape!, eso reniego;
¿condenado?, ni aun de burlas;
¿por qué?
Margar. Por alcabalero.
Calvete. Por alcahuete dirás.
Margar. Si, que también el infierno
como el mundo, sin ser santos,
tiene su orden de terceros.
lOh, aué de oficios que estén
abrasándose!
Cai,vete. Acá dentro
no consienten vagamundos.
Maroar. íQ uién son éstos?
Calvetí. ' Pasteleros.
Margar. O ladrones, ojaldrcros,
poca carne, mucho hueso,
moscas con caldo en verano,
macho picado en invierno:
enhornarlos con sus pelos.
Calvete. Los de Italia serán esos,
porque los de España son
buenos cristianos.
Margar. Muy buenos.
(^AL\FTE. Todos los que ves son sastres.
Margar. ¿Sastres son todos aquestos?
Calvete. Si, que comen con las puntas
de las agujas el huevo.
Margar. ¡Par diez!
566
C*LV«TK.
QUIEN DA LUEGO DK DOS VECES
Ellos son (i)
muy bellacos marineros,
pues viendo siempre la aguja
nunca atinaron al puerto.
¿No notas la multitud
de poetas como perros,
mordiéndose unos á otros,
no las carnes, mas los versos?
Mapgar. Tal es la hambre que pasan.
Calvetb. Por eso se andan royendo
las uñas todos.
Maroak. No es poco
admitillos el infierno;
mas ^cómo están con los sastres?
Cvi vFTE. ¿Agora no sabes eso?
Porque cortan de vestir
y mienten siempre con ellos.
Esta es la volatería,
todo es plumas.
Margar. Ya te entiendo,
que en el infierno también
hay signos como en el cielo.
¿No es Carlos este que está
con Vireno padeciendo
por ingrato? Úlimpa soy;
¡ah, villano; aqui te tengo!
(Cofí a Cilvete.)
Con los pies te he de pisar
ese corazón blasfemo.
Quien tal hace que tal pague.
Calvete, |Que me malas!
Mamoar. iTiJ me has mucrioJ
{Vantt.)
ESCENA Xlll
Saltn Caklos. tt Maki^ui'ís y ti Paíncipc.
Marq. Otra vez me dad los brazos.
Caílos. y el alma, señor, con ellos.
Príncipe. Dichoso fina sus canas
mis prolijos años dieron,
Marq. Vayan á llamar á Claudia,
que es á quien de este contento
le toca la mayor parte;
hoy os llamará su dueño
y hoy entraremos en Parma.
Cahlcs. ¿Cómo, gran señor, tan presto?
ívÍAiiQ. Sí, Carlos; que es importante.
Cabuos. (Ap.) Si en ella una vez me veo
no (endria Margarita
queja de mí, ni sus celos
ocasión de nuevos llantos.
ESCENA XIV
Sale Cladoia.— DicKot.
Claudia. ¿Carlos? No puede ser eso.
Mari,). Ya, Claudia, vino tu esposo;
en él llenes un espejo
(í) Esie pMMie Mti viciado; y aun esta cacena y la
anterior parecen loterpoladi*. Li locura piixjera
«le Mirlan ta debía lie ler oiis trágica que siiirica'
aunque no ion ajenos de Tiasu csloa rasgc<i que hoy
parecen cvtnAos.
de nobleza y dis«fícf6n,
de ocniíleía y esfuerzo;
dale la manó y los brazos.
Carlos. Con los míos os ofrezco
un alma, cuyas potencias
están suspensas de veros.
Claldia. ¿Qué engaño es este, scñorc
¿Vos sois Carlas?
Carlos. No mercící
ser vuestro esposo, mas soy
Carlos, de Parma heredero*
Claudia. Eso ¿^:ómo puede ser.
si es Carlos un árn-pi h-ito
de mi guarda, a is
se rinden mis pe ••s?
Marq. Estás sin seso, ¿yuc dices,*
Claudia. Yo bien puedo estar sin seso;J
mas, dentro, en mi cuarto es
el Carlos á quien yo quiero.
PRÍNCIP». ¿Hay confusión semejante?
Marq. fd pur él. ¿Qué es esto, cielo^lj
Claudia. Yo le traeré y juzgaréis
lo que gano con el trueco, (t
ESCENA XV
Saltn DoM Diego, Dom Luts y Mauco Af
Dichos.
Luis. Aqui están todos; veamos
el fin de aqueste suceso,
pues si Carlos os ofende,
que hasta ahora no lo creo,
V á Margarita dio muerte,
lodos tres satisfaremos
vuesiro agravio.
Diego. Vida y honra '
por [vos] perderá don Diego.
.Marco. Sois españoles, que basta.
ESCENA XVI
Sacan do» LAsitADoxRS 4 MAiiCAitiT* á« toi
de pastoril.— Otcnou.
Labr. i .' Cracias á Dios que en s{ ha
Marq. ¿Qué es esto?
Labr. 2.** Mande su
poner en un aposento
esta mujer encerrada,
que habiendo perdido el seso,
da en decir que es Ltxs^Itr
y Belflor es el inñerno,
ios que en ella estamos dial
y si no la detenemos
ya volara aquesta quinta
hecha polvos por el viento.
Carlos. ¡.Margarita de mis ojos!
Marúar. ¿De tus ojos soy y en ellos
tienes á Claudia, traidor?
Carlos, {,ntr<Hiiiia$.)
No lo permitan los cielos,
sangre ilustre de Gonxaga.
Si en los ^ / >s
pueden in i\\n
la piedad ^uc vive cu cnuS,
tcnedla de .Margarita
JORNADA TERCERA SGj ■
y de mi, que en yugo tierno
Elena. Un paje soy, que este enredo ^^H
ha un año que soy su esposo
en favor de .Margarita ^^^H
y en su casa jardinero,
quise hacer. ^^^1
6 dadme perdón 6 muerte.
Mapq. M atadle presto. ^^H
iciKE. ¿Qué es lo que oigo? ;Ay, triste viejo!
Diego. E8o no, gran !¿cñor, que es ^^^f
^'Quién es esta MarKaiita?
una dama de Toledo ^^^H
los. Del mayor contrario vuestro.
tan ¡lustre como hermosa. ^^^|
aunque ya es hijo, es hermana.
Calvete. ¡Válgate el diablo el Pachecol ^^^|
iciPE. Si es Marco Antonio, primero
Luis. ^Es doña Elena de Luna? ^^^|
Diego. Si, que vuestro olvido y celos ^^^f
derramaré tu vil sangre.
IGAR. (Deroilitlat.)
la han obligado á poner ^^^H
La garganta humild* ofrezco,
su vida y honor á riesgo. ^^^H
como á mi padre y señor.
La mano la habéis de dar ^^H
»co. Y yo también este cuello
de esposo. ^M
sí vuestra gracia no alcanzo.
Claddia. ¡Extraño suceso! ^H
iLOS. Mi Marco Antonio, aqui os tengo,
Carlos. ¿Hay mái cosas en un dia? ^M
ya no temeré la muerte.
Calvete. |0h, principe embelequero! ^M
íOAR. Cielos piadosos, ,;quées esto?
Diego. Dadle esa mano. ^|
,; Tendrán íin tantos pesares?
Luis. En España ^M
iLos. Dadnos perdón.
se la juro dar, don Diego. ^M
fQ, Ks muy presto.
Diego. (^itien da luego da dnx veces. ^^^M
tLOS. Quien da luego da dos vecex.
Luis. ¡Alto, pues!; dóisela lue^o. ^^^|
Ya el enojo es parentesco;
Mapq. Claudia la dé á Marco Antonio. ^^^|
dos veces nos perdonáis
á quien hago mi heredero ^^H
siendo inñnítas ejemplo
Claudia. Obedecerte es mi gusto. ^^H
de principes.
Makco. Esos pies humildes beso. ^^^^
HQ. ¿Qu¿ he de hacer.
Luis. Gocéis, Carlos valeroso, ^^^H
si ya no hay otro remedio?
con Parma el dichoso empleo ^^^|
(ICO. Perdón, señor, os pedimos.
de .Margarita. ^^^|
piG\R. Padre sois.
Carlos. A los dos ^^H
«CIPE. Yo os lo concedo
cuanto soy y valgo debo, ^^^H
como le alcance mi hijo
y pues que ya tiene esposa ^^^H
del Marqués.
don Luis, para don Diego, ^^^|
HQ. Pues ya está hecho,
guardo una hermana, v con ella ^^^|
si el dar luego es dar dos veces,
cuatro ^^^M
yo os le doy.
DiEoo. No merezco ^^^|
ILOS. Eres espejo
tanta merced. ^^^M
de Italia y del mundo iodo.
Calvete. Eche un guante ^^^|
para ^^^|
ESCENA XVII
Carlos. ¿Qué quieres? ^^H
Calvete. Quiero ^^H
Hen (-LAUDIA y DoisA Elbma de tiombit.—HfCHvi.
el ama que dio á mamar, ^^^H
Ca(los,á vuestro hijo bello, ^^^H
íVüiK. El príncipe á quien por dueño
que yo haré venga á crialle. ^^^|
confiesa el alma es aqueste.
Luis. ¿\ la parida? ^^^|
»Q. ¡Cómo! Dadle muerte presto.
Calvete. ¡Oh, qué bucnol ^^^|
lAh, villano cauteloso!
Yo soy quien la emparidé. ^^^|
Margar. Yo el dote, Calvete, os debo. ^^H
Venga á criarme mi hijo ^^^|
mujer. ^^^M
ESCENA XVIII
Cae.vete. Tus pies beso. ^^H
íd/fCAi-VCTS. — Dichos.
•
Marq. Venid, que en Bolonia quiero ^^H
LVETE. A pagar de mi dinero
celebrarlos todos juntos ^^^H
que es principe y más.
«Q. Matad le.
los ilustres casamientos. ^^^^H
Cahlús. Si es verdad, noble senado, ^^^^
luoiA. Señor, por su vida ruei^o,
que conforme estos ejemplos ^^^H
{DeroíiiUas.)
<}i(ien da lueeo da dos yeces, ^^^H
dad perdón a nuestros yerros. ^^^H
si no aborrecéis la mía.
LAS QUINAS DE PORTUGAL
COMEDIA ESCRITA POR EL MAESTRO TIRSO DE MOÍ
PERSONAS
Don Alfonsu Enríquez, Conde
de Portugal.
Brito, pastor, ¡gracioso,
Don Eoas Muñiz.
Don Gonzalo.
Una Dama.
Aloünos Porti'Oueses.
Don Pedro.
GiRAi.DO, viejo.
Ismael, rey moro.
Leonor, dama.
ZuLEMA, moro.
Algunos Moros.
Un Moro.
Un Alpaquí.
Un Niño yuE hace a Chisto.
JORNADA PRIMERA
ESCENA PRIMERA
l'oda ia Jachada dil ttatro ha de titar de arriba
nbajo llena de rixcus, peñan y expraurax, de mata»,
Ii> mas yirisintil y áipero gut se pueda, imitando
una sierra muy difieit, cun las círcumlancias i¡ue
$t dirán después. Por lo mds alto de estas breña*
saldrá Bkito, rústico, con un bast'>n larga, diipa-
raudo la honda, y por enmedto dt las dichas penar
tal* el Cortoic Oun Alfonso Ekkiqubz en h4tito de
ca^a, tn cuerpo muy bizarro.
Brito. ¡Hao. que espantáis el cabriol
¡Verá por dóse metiól
|Valga el diabro al aue os parió!
Echad por acá, ¡jodiol
¡Teneos c) embigoladol
Alfonso. Enriscado me perdí:
pastor, acércale aquí.
Rbito. Acercáosle, ¡qué espetado!
Pues yo os juro á non de San
que si avisaros no honda
y escopilina la honda
seis libras de mazapán
AlFONSO.
Brito.
Alfonso.
Brito.
Alfonso.
Brito.
Alfonso.
fmejor diré mazapiedra\...
|Hao, que se mos descarria
ell hato!
Escoch*.
¡Aún »er¡
el diablo! ¡verá la medra
con que mos vino! ¡Arre ai|
hombre del diabro!; <esUs
Ve abajando poco á pe
no por ahí, hancíA acá,
i Voto á San, si te deslij
Acerca, dame la mano.
Que has de lle^^ar á lo tíí
bueno para longanizas.
( Date ti cabo del bastón y
bos,)
Agarraos á ese garrote:
¿Quién diabros por aquí o$ |
(aa/
Teneos bien, que si o» remf
no doy por vueso cogote
un pito.
¿Qué uerra es-¿aa^
[Bajando Rrtto hada W CtmJt^é
los dos al palo.)
La de Bra^a. hacia Galicia.
¡Notables riscoiJ
Se envicia
basta el cielo.
¡Extraña cuesta!
Uámase Espanta ruines,
so. No sé yo que haya en España
más escabrosa montaña.
Mala es para con chapines.
Dad acá la mano.
|5o. Toma.
(Junianse las muño* y repara Bríto tn
t¡ euantt.)
^Hay mano con tal blandtira?
O sois vagamundo ó cura.
Echad por aquesta loma;
con tiento |hao! que caeréis.
{Van bajando puco á poco de las manus )
ISO. (Hay peñas más enriscadas.''
jManos de lana y peinadas!
¡qué guedejas, hao! Me oléis
a polco. ¡Pregue á Dios
que no encarezcáis la llena!
ISO. No malicies.
Pues ¿hay dueña
que las traiga como vos?
ISO. ^Nunca viste guantes.*'
¿Qiié?
ISO. Estos. (Simple es el villano.)
{Oescálfjst uno.)
|Aho, que os desolláis la mano!
¿Estáis borracho? A la hé
que debéis ser lechicero.
El pellejo se ha quitado
y la mano le ha quedado
sana apartada del cuero.
Las mias ell azadón
las ha enforrado de cailos,
pues que sabéis desoltallos
nacedme una encantación;
ó endilgadme vos el cómo
se quitan, que Mari Pabros
se suele dar á los diabros
cuando la barba la lomo.
uso. (fia/ddrfo.) ¡Sazonada rustiqueza!
Por aquí, que poco falta
de la sierra,
fiso. Ella es bien alta
y escabrosa su aspereza.
I. Y decid, por vuesa vida:
¿qué, se puede desollar
la mano sin desangrar
quedando entera y garrida?
tiSQ. Anda, necio; la que ves
es una piel de cabrito
ó cordobán.
¡Pyes bonito
soy yo!
Nso. Adóbanla después
y ajustándola á la mano
del polvo y sol la deñende.
¿Si? ¡Bueno! O sois brujo 6 duende.
Vos pensáis por lo serrano
burlarme. ¿No está apegada
con la Carne á esotra?
Kso. No.
¿No os la vi desollar yo?
nso. Estaba en ella encerrada
como tu pie en esa abarca.
Bpito. Ataréislas por traviesas,
que ya yo vi manos presas
por retocar lo dcll arca:
Mari Pabros me pedía
la mía de mairimeño
y yo, como amor lo enseño,
dándole á esotra vacía
burlada se quedaría
{Ya etián. ataju ;
si por Olalla la dejo,
que hay mano que da el pellejo,
pero no la voluntad,
y porque ya estáis abajo
adiós, que all hato me vó.
Alfonso. Quiero desempeñar yu
las deudas de tu trabajo:
toma este anillo.
BniTo. ¿Este qué?
Alfonso. Sortija: es de oro.
Bhito. Veri;
mijores las hay acá
de prata. Se te daré
á Mari Pabros. Señor:
¿qué es esto que relumbrina?
Alfonso, un diamante, piedra fina.
Brito. Lo que llaman esprendor
el cura y el boticario.
Alfonso. ¿Quién.''
Brito. Un par de entendimientos
que, á falta de pensamientos,
mos habrán extraordi.iario:
y hay en nueso puebro quien
mos avisa esto que ois,
echan al centeno anís
para que mos sepa bien;
habrán los dos tan prefundo
que los doy á Barrabás
y porque no es para más,
adiós, hasta el otro mundo. (Vast.)
ESCENA 11
DoM Alfomso soto.
Dudo que puedan hallarme
en tan distante espesura
mis monteros. ]Oh hermosura!
tú has venido á enajenarme
de mi gente y de mi mismo.
Es duna Elvira Gualtar
objeto digno de amar,
pero en el hermoso abismo
que mi memoria atropella,
anegadas mis pasiones
falto á mis obligaciones.
Dos ángeles tengo en ella,
dos niñas, que de mis ojos
niñas han venido á ser
para no dejarme ver
más que sus bellos despojos.
Soy conde de Portugal,
y por la madre y las hijas
ocupaciones prolijas
de un gobierno casi real
olvido. Pero ¿qué es esto?
{Suena mtitiea.)
LAS QüítíAS DB PORTtJOAL
líSCEN'A III
Ábrete toda la montaña detde la mitad at>a}0, que-
dando dticubltrtA una cueva capai(, toda entapiza-
da de hiedra, flores y romeros, tecfios, paredes y
lueto En medio de una mesa de hierbat, y asentado
en un peiiaMco, la cara d ta gente, riiMALOu. fiefo
veneral'Hiximo, vestido de entera de palma, con al-
gunos libros como (¡ue tox estudia: d un l.-idn de la
puerta de la cueva una palma, col g and . de tila
las armas que aquí se dicen: las peftas por donde
bajútiCosDB,leyantadat agora, ttrvirán á la cue-
va dt chapitel y toldo.
Alfonso. Los peñascos, obeliscos
de esta sierra, entre sus riscos,
divtdicndose, han compuesto
entre su nevado espacio
un modo de solio regio
que de la aurora es palacio;
las peñas sus capiteles,
con majestad elevados,
techumbres suplen dorados;
hierbas sirven de doseles
que, entretejidas de flores,
trepan sus ramas inquietas
por jazmines y mosquetes
con brazos escaladores.
Desde el verde pavimento
hasta d llorido artesón
da causa á la admiración
que le juzgu encantamento,
lina senectud se eleva
prodigiosa y venerable
que, con respeto a^íradable,
el centro ocup.i á la cueva;
trofeos son de esta palma
la espada, yelmo y arnés.
Algún héroe portugués
por la milicia del alma
ios materiales olvida;
libros, estudioso, ojea;
¡qué bien sus ocios emplea!
¡qué bien retirada vida!
Amagos muestra divinos.
Toda el alma me ha robado.
{Quiere retirarte asombrado y levántate
GirulJú y tale, detenlindole.)
GiMALDO. Deten, huésped deseado,
el paso á tus descaminos.
Por dicha, ¿eres portugués?
Alfonso. Por dicha y mucha lo soy,
pues las dichas que medro hoy
en verte son interés
el más nuevo que jamás
de mi discurso el exceso
apeteció.
Gira too. Según eso
al conde conocerás
Alfonso Enriquez.
AuKossc». Críeme
en su casa y compañía,
y tanto de mí se fia,
que, para que más se extreme
la privanza afectuosa
con aue siempre me eslimó,
podré decir que él y yo
somos una misma cosa.
GlRAt.l>0. Con eso na taiincadí
dif^namente la elección
de su mucha discreción:
pero ¿quién te ha derroe«ilu|
por aquestos pr :•' '"•
Alfonso. Cazando, al l
no muy distan:- ,-
(JiRALbo. Son honcbtos cier>;i
los que imitan la f>' ,
ensayando entre las ficr*s
burlas que enseñan Us veri
cuando es menos la codkiij
de esa noble ocupación
y goza de paz su estado,
i'o sé que te habrá cauvado
justamente admiración
el verme, cuando penetrü
soledades enriscadas,
colgar armas lubiladas
y dar el ocio á tas lenas
Alfonso. Dices, padre, la verdad^
üihALDO. Pues para que se la cuí
al conde, y los accidentes
de la fortuna en mi edad
última con más consejos
le hagan volver sobie si,
siéntale, joven, aqui,
que los líquidos espejos
de esta fuente y lo habitable
de esta sombra, los acentos j
de las aguas y los vientos
harán mi hisloría a»rAdabl<
(Siéntante tutre 4M ]
GlRALDO.
En la ciudad de Oporto, donde el Duer^
para que nazca mar, expira río,
flor en botón, nací del cano Enero
de un tronco generoso. ! ^ ;•:•.
No sé, al nacer, lo que pro,j
ó su muerte ó mi vida que ru'.iv
consume el sol que llora la criatura
el breve tiempo que su alient ■ <<-'
Huérfano, en (m, en mi ino-
con poco amparo y menor he. ,
la industria supo hacer i la ignoraní
en mis primeros ar'^os resistencia.
Entorpece ociosa la abundancia,
y la penuria es toda diligencia.
Esta, pues, que el valor no dc^perdicí
me llevó, ya mancebo, á ta milicia.
Vino á Castilla el Conde don Enriqni
hijo cuarto del Duque de Borgoña,
ramo del francés lirio á quien dediqi
triunfos la flor que en Portugal fciol
porque cierno en Alfonso s< fabriqae
el regio asilo contra la ponzoña
del Alcorán, y con mejor fortuna
pise el sol de su cruz su media luoa.
Sirvióse Alfonso el sexto de su espadi,
siempre fiel y á su lado vencedora;
ya en su fortuna adversa, aunque ai
del toledano alarbe (ii hay fe mOfi)
ya en la propicia con Im Hfvi,n..J*
muerte del rey, su
infancias dio i Bel,:. fl
á monarcas que quiebran jurai
^^^^^B JORNADA PRIMERA. ^H
ra, pues, yo de la milicia
que en el Asia por él su fama live. ^^M
Premióle, yerno suyo, con Teresa, ^^H
Lniique, borgoñón famoso,
su privanza, la noticia'
carísima hija suya, y le apercibe ■
1 ejercicio siempre honroso
á que por juro de heredad posea J
►n, Caslilla y en Galicia,
a Portugal y Conde suyo sea. ^^|
sexto, y para mas honroso
Díóle en mi patria á la ciudad de Oporto, ^^M
: siempre el africano lema
á Coimbra, á Viseo y las amenas ^^H
1 sus sienes la diadema:
regiones que en espacio y sitio corto ^^H
Enrique con su gente envía
n de la conquista santa
bañan de Duero y Miño las arenas; ^^H
Ib Beira y Tras os Montes; y le exhorto ^^M
e la otomana tiranía,
que debele las lunas sarracenas, ^^H
esia y la blasfemia canta.
i cuyos africanos desleales ■
il. y mereció en Suria
diez y siete batallas dio campales. 1
r4 del valor que le adelanta
En Guimaraes su corle constituye, 1
Jrbanü, que quien es conoce,
desde ella gana la ciudad de L'lises, ^^^M
! elija entre sus pares doce,
la gran Lisboa, en quien el Asía incluye ^^^^1
lumerar los que desata
proféiica opresión de sus países. '*^^^H
ia antorcha de los cielos,
¡Oh .Mentis españolal el tiempo que huye ^^M
trena, en las estrellas plata,
con plumas de sus años, á que pises ^^H
opios y á las aves vuelos;
te destina los indios Dulitnancs, ^^H
) que hizo Enrique en Damiala
dezamorincs, chinos y hildocanes. ^^M
iquia atreva paralelos?
Con católicas mitras las cabezas ^^H
f bastante, cuando aléete suma.
ciñó de Braga, híspana primacía, ^^f
estatuas ni á Vitorias pluma.
de Oportu y de Coimbra: <qué grandeza ^^|
lofredo, en fin, triunfante
no adquiriría á quien Dios su culto fia? ^^|
id gloriosa en que la vida
En Viseo, en Lamego. entre asperezas ^^M
amor perdió de puro amante.
otras dos catedrales lambii^n cria. ^^M
de su púrpura teñida
Salomón en la p:iz, cuyos ejemplos ^^M
que creyéndola diamante
poniiñces colocan, labran templos. ^^|
ec fundó, y ennoblecida
Siempre á su lado yo, siempre valido, ^^M
«as el sol dora y conoce,
aliento su valor, sigo su fama; ^^M
«mparó en los tribus doce.
pero una vez, por verle divertido ^^|
jés que nuestro Enrique alcanza
en los amores ciegos de una dama, ^^M
jrial, que encarecer no puedo.
de mis ríeles consejos ofendido, ^^H
nio suyo, su alabanza,
mariposa a la luz de inquieta llama, ^^H
ció el glorioso Godofredo
de su corte y condado me desiierra; ^^H
no hierro de la lanza:
trueco su indignación por esta sierra. ^^H
gozo al referirlo quedo.
Vivido la he su huésped cuarenta años, ^^H
! abrió de amor todo el abismo,
colgando de esa palma, entre trofeos, ^^H
i redención, agua al bautismo.
escarmientos que medran desengaños, ^^H
, una parle sacrosanta
ambiciones que mueren en deseos. ^^M
:ma regia, la corona
Las encinas robustas, los castaños, ^^H
inta crueldad y espina tanta
han suplido al sustento los recreos ^^H
.liga, porque Dios perdona.
de la gula, que á tanto vivo incita, ^^H.
.rbol un trozo, aquella planta
dichoso quien lo menos necesita. ^^H
nada augusta nos sazona.
Supe (no me preguntes de qué suerte), ^^H
ffla, purpúrea, coronada.
que cumplió el magno Enrique con la paga ^^H
falal. ejecutora al ñn la muerte, ^^H
altar es pan, si allí granada.
con esto una sandalia.
y que con la condesa yace en Braga; ^^H
)reciso del aliño
que Alfonso Enriquez, cuyo brazo fuerte ^^H
del valor heredero que propaga. ^^M
ijo más flores que Thesalia,
más purezas que el armiño,
no sólo en su$ Estados le sucede, ^^M
ibar, que el almizcle, que la algalia.
sino que aventajarle en triunfos puede. ^^|
lor, que el deleite, que el cariño.
Que nació lastimando compasiones, ^^M
Je Pancaya en flores bebe,
pegadas con las piernas las rodillas, ^^M
sandalia urna de nieve.
que don Egas Muñiz con oraciones ^^H
llena, como blanca espuma
mereció en su salud ver maravillas: ^^H
de aquella enamorada
que, joven, se sujeta á sus pasiones, ^^H
le su Dios, sin aue consuma
anto, tanta fe abrasada
y en vez de valeroso reprimillas, ^^|
á una mujer las postra, por que iguale, ^^H
le San Lucas que en la pluma
haciendo que hile, á Alcides con su Onfale. TÍH
ncel nos feria trasladada
(Ltyántamc )
fe, copia á la vista,
¡Oh joven esclarecidot Tú eres éste,
5, pintor y evangelista.
tu rama de Borgoña y de las lises
> volvió con tanta empresa
del sexto .Mfonso nieto manifieste
SOS del Rey. que le recibe
en ti su sangre, porque alarbes pises;
[)« triunfante, y le confiesa
huye esa Circe, contagiosa peste;
LAS QUINAS 1>E PORTUGAL
pues hcreilas á I 'tísíS^ÍJtue á l'lises,
y no te canses en hacer buscarme,
que hasu el moyor aprieto no has de hallarme.
{h.ntrasc en la cueva y ciérrate eomit ptimerii.)
ESCENA IV
Al-FONIO SOlu.
Volvió á cerrarse la roca
del prodigio pedernal,
y aun no ha dejado señal
de adonde tuvo la boca.
Alma es que á su centro toca
la senectud venerable
de su huésped, cuanto af.ible,
digno tanto de respeto,
oculiómele, en efecto.
su depósito admirable.
iVálgamc DiosI ¡Que de suerte
me haya el veneno adormido
de una beldadi ¡Que haya sido
forzoso que me despierte
un retrato de la muerte!
¡Que sea tal el frenes!
que sin seso apetecí,
que ocasione de este modo
á que se abra un monte todo
para que yo vuelva en mil
Predicóme un casi muerto
que este sepulcro escondía,
y aunque en desierto, alma mía,
no es predicar en desierto;
túmulo es el que se ha abierto
cn este monte excesivo,
T ya por él me apercibo
a que, tirando la rienda,
ni un mármol me reprehenda
ni un muerto predique á un vivo.
ESCENA V
Sttltn Dow Eo/(í, Don GoszAto. Do» Pipuo, Buito
y g<r<ii.— Ftoft AiFONto.
Bpito. Digo que, según las señas
que á sus mercedes oí,
es el mismo que por mí
no dio desde aquesas peñas
al valle cogote abajo.
£1 ha de ser un garzón
entre lampiño y barbón,
que tieso ío pisa y huella,
y al revés de los cristianos,
tiene dos pares de manos
y sin sangre tas desuella;
én lo demás muy buen hijo,
pues cuando del puesto abaja,
por quitarme alhi esta paja
no da menos que un sortijo.
(Mitéstrattt* )
Gonzalo. Este es suyo.
Egas. y este el Conde.
Alfonso. Pues, amigos.
QoNZALo. Gran señor,
el rozo tras el temor
más alegre corresponde
i la esperan
los pies piíi
BbiTO. ¿Para qué quiri i aii iu> pi,
Alfonso. Perdime entre los rodeot|
de este bosque y selva es^_
Egas. Vuestra .Alteza, conde, ha d
un susto á nuestro cuidi
Brito. t^Que se llama Cosme .Ai
Sabrélo de aquí en dclai
Gonzalo. Bueno Portugal quedar
conde infante, sí os llon
perdido.
BitiTo. ^-Cosme Elef«ni«l
es también y Cosme Aru
Tendrán por allá los hoi..^
como las manos los nombf
á pares. Señor, me pesa
de no heric mercé cnfenilo;
un pastor es ignorante,
pues si él es Cosme Elefante
y Artesa, siendo yo Bnto,
es siempre la gente ducí
pero su perdón me dé
que desde hoy le llamsi
Cosme, Elefante y Artcj
Alfonso. Cese, don Egas Muñix,
la caza que Marte cnsiiya;
Gonzalo Méndez de Amsvj
Pedro Páez, Duarte Ruiz,*
logremos las esperanzas
que el valor busca en las \
si hay moros, ¿para qué ÍH
^Para qué bosques, si hay I
No cubra el orín arneses
que la ociosidad infama
cuando el asombro rt05 lU^
invencibles portugueses.j
ESCENA VI
Sale Don Goníai.o con un escudo ^ttt trmí
dt plata uNd criijc a^ul atrayeíaád, ce
DlCMOt,
Al FONSo. Dadme, Gonzalo, ese csciM
en él mi progenitor,
por alentar mi valor, j
las azules bandas pudo^f
esmaltar que el blasón ffl
á su ascendencia donó;
pero mi padre estmió
en más, dejándolo en blaoc
que con victoriosas prueba'
sus hazañas laureadas,
en vez de las heredadas,
le adquiriesen armas nuera
y después que éstas á luz
.sacaron de esas proezas
las no imitadas grandevas,
puso la celeste cruz
en campo de limpia plat
en fe que Jcrusalén
las suyas quiere que den]
premio á quitan el^ r>í
iriunfó dci
cruz azul, >,: _. .
con que restituyó ai ctclo
^^^^^^V JORNADA ^^^1
de Dios el sepulcro santo.
no alcenráradcs su vuelo. ^H
Kn c^ta cruz, pues, divina
¿Para qué os blasonáis dios, ^^^H
jurad lodos, yo el primero,
si ni con flechas ni llamas ^^^H
no dc&nudar c¡ acero
habéis podido vencer ^^^H
(CArriiNid*.)
el curso de una mujer? ^^^H
mientras la alarbe ruina
¡Ah de migentel ^^^H
á mi Portugal posea.
^Arl-i^d Doñ« Leonor ) ^^^H
mientras la secta lasciva
Leonor. ^A quién llamas? ^^^|
en nuestras comarcas viva.
Alarbe loco: ^qué intentas? ^^^H
Esto, vasallos, desea
Kste castillo, ¿no sabes ^^^H
' vuestro conde, vuestro infante,
que fia su guardia y llaves ^^^H
sucesor de Enrique y nieto
á un portugués qué en sangrientas ^^^H
de Alfonso rey.
lides partió más turbantes ^^^^H
(De riniillñs^ caáa unii la mano iobrt ta
que seca Agosto amapolas, ^^^H
cru^ tiel eicudo.í
que el Tejo se viste de olas, ^^^H
Yo prometo.
que al cielo bordan diamantes? ^H
mientras adorne el turbante
¿Sabes que es Vasco Cautiño ^^^^|
morisco la media luna,
su alcaide y que mi padre es? j^^^M
no desnudar el arnés.
Ismael. Sé que es el sol portugués ^^^H
■LO. Valor tengo portugués;
desde que el hermoso aliño ^^^H
vo seguiré tu fortuna. i
con que dora sus cabellos ^^^H
k 1.0 mismo juro.
á los vuestros trasladó, ^^^H
iso. Pues alto,
para que, abrasado yo, ^^^^|
énix me consuma en ellos, ^^M
lusitanos belicosos.
despejad bosques ociosos.
Sé que, aunque pena no os da ^^^H
que si los muros asalto
mi esperanza por vos seca, ^^^H
de Santarén, y alli dejo
sois mi Mahoma, mi Meca, ^^^H
cnarbolada la cruz.
mi sol, mi cielo, mi Alá; ^^^H
yo haré que el moro andaluz
sé, en fin, siempre que os diviso, ^^^H
nos desocupe á Alentejo.
qtie i unirnos el ciego dios ^^^^|
,1 Y seré yo si le sigo'
os preciara más á vos ^^^^|
1 también valiente, señor?
que á todo su paraíso. ^^^H
Leonor. Pues ¿tus moros qué dirán ^^^H
¿No eres portugués, pastor?
i ¡Y coómo!
contra tu Alcorán blasfemo? ^^^^|
Vente conmigo,
Ismael. ¿Qué moros, si á Alá no temo? ^^^H
que el serlo sólo te basta.
Vos sola sois mi Alcorán. ^^^^|
, Mari Pabros, adiós, pues,
Leonor. ¿Cómo á pasar te atreviste ^^^^|
de esotra parte del Tejo? ^^^H
que va Brilo portugués
á her en .Mahoma casta.
ls.MAEt. Por ver si todo su espejo ^^^H
>. (Viva nuestro conde infante,
llamas de mi amor resiste; ^^^H
sol de la luz pnrlunucsa!
mas son mis incendios tales ^^^M
> ¡Viva nuestro Cosme .'\riesa,
que, después que le pasé, ^^^H
Cosme Artesa y lilefantel (ransr.)
mi contagio le pegué, ^^^H
1
y en vez de correr cristales ^^^H
corre llamas, todo ardores; ^^^H
ESCENA Vil
llamas sus vecinas ramas, ^^^H
sus peces son todos llamas, ^^^^|
rttlrdndoit de un Mono Do^a Lbomok y una
llamas sus riscos y flores. ^^^H
Dani suya
Leonor. {Cáttete un guante.) ^^^^|
¡Ay cielo! Cayoseme ^^^H
un guante. Déjale, moro. ^^^^ñ
huACL. {C<igett.) ^Que le deje cuando adoro ^^^H
marfil de quien funda fué? ^^^^|
, Retírale, que se acerca.
}tt. ¡Que se atreviese hasta aquí
este bárbaro!
Cifraré en él mis venturas, ^^^H
K ESCE.NA VIH
y ya que la mano no, ^^^H
el telliz que la cubrió, ^^^H
^^^ Sale Ismael. — Uiciias.
urna de cinco hermosuras, ^^^H
plantel de tama mosqucta, ^H
L. Perdí
ocaso de- tanto sol, ^H
el lance; entróse en la cerca.
nube de tanto arrebol, ^H
í». Subamos al homenaje;
aljaba á tama saeta, ^H
veremos lo que este, perro
mi esperanza de él vestida ^H
pretende.
será mi mayor tesoro. ^^^f
t. Amor: de este encierro
Leonon. Déjale, bárbaro moro, ^^^M
' sacad mi sol, que es Uitraje
que te ha decostar la.vida. ^^^H
que, rayo de piuma vos,
|Ah del castillo, ah soldados! ^^^|
cuando se subiera al cielo.
ls.\LAEL. Dile á tu Vasco Cautiño ^H
^^^^^ 574 LAS QUINAS DE PORTUOAI ^^^^^^H
^^K que, mientras que con él ciño
con el acero que monarca ciío^^H
^^H un alma toda cuidados,
al Tejo juntarán c) Duero v Mido.H
^H por ser del alba española,
■
^^m e procure restaurar,
. .. H
^^m que mi lanza ha de adornar
ESCENA X ■
^^m pur divisa y banderola;
Toquen marcha, y talt et Comdi Ai.ra^H
^^B que junto al Tejo, Ismael^
Pon Egas, Don Gonzalo, Don fvawm jj^B
^^M Úcy de toda F^xt remadura
- V
^^B le aguarda, que su ventura
Alfonso. Lusitanos invenc'^i'"*' ^1
^^1 pruebe y que venga por él.
^^m LcoNOB. Slo es digna suya esa empresa:
luz del blasón p .■
asombro on tiei:^ am
^H yo te quitaré arrogante,
y rayos de su laurel.
^H con la torpe vida, el guarne, (H' arma. 1
siempre la primera hazañ
^H que soy Leonor portuguesa, (t'*"')
si llega á lograrse bien.
alienta con más viior
^M ESCENA iX
las que se siguen dcspuei
Pasado habemos el Tejo
^^H Sait ZULBHA, moro.— Ismael.
al margrn hermoso de ¿1
sobre una peña tajada
^K ZULEWA.
se blasona Santarcn
^H Defiende, Rey invicto.
inexpugnable al asal'u:
^H exaltación de lunas sarracenas»
deleitoso, capitel
^H tu corona y distrícto,
sirve á ese risco, diademí
^H si mientras' que conquistas las ajenas,
donde el sol asiente el pi<
^^M esparciendo tus copias.
Su fundación, que compi
^^M no quieres esta vez perder las propias.
con Jos tiempos, corto fi
^^B Alfonso Enriquez, conde lusitano.
de Avidis. que agricultoí
^H infame de Castilla,
heredo á Gargons rey
^H nieto de Alfonso sexto soberano.
la corona y las hazañas.
^^M hijo de Enrique, á quien postrada humilla
Gargoris heroico, aquel
^^m la cerviz arrogante
construtdor de los en)ambri
^H del otomano el célebre turbante,
repúblicas de la miel, ^^
^^M el Tejo armado pasa
aqui alimentando á ■'^^i<lH
^^M y con un escuadrón, si en suma breve,
con su néctar, merecer ^B
^H inmenso en el valor, incendio abrasa
pudo á Ssntarén el nooflH
^H tus tierras, rayos ellos, ellas nieve;
deEscalabisfcsto es ^^M
^^B V por que tu diadema le corone,
^H a Santarén se acerca y sitio pone.
lo que en latin £«cti a6/<^^B
manjar de Abidis), si bc^H
^H
le mudó la virgen mirtíM
^H jCobardel ^de eso muestras
Santa Inés, en Santaríq^
^H el miedo infame que en tu pecho mides.^
Desde el i n felice god^^^B
^H ¿Anuncias dichas nuestras
hasta ahora lo posefl^^^B
^^B y albricias no me pides.
la blasfemia de^bocMÜ^B
^H cuando si el Tejo por su daño pasa
y en nombre suyo Isrna^^
^^m la dicha de tal bien se me entra en casar
descuidados tiene el ocÍ4^fl
^^m ¿No reino en Badajoz?* KxtreinadurK,
sus bárbaros, y ya veis ■
^^1 ¿no es noble herencia miar
que la presteza aseguta^
^H ¿No tengo en lo mejor de Andalucía
más victorias que el poder.
^H cuanto entre valles, riscos y espesura
Kscalémosla de noche, ^^
^^1 ciñe Sierra Morena
por que cuando el sol ffl
^H con mis vasallos que su falda arena?
entre celajes del alba H
^H Cinco reyes cun parias me tributan.
perfiles de rosicler, ■
^H ¿ camellos, el ámbar, oro y plata,
tremolando en sus aím^B
^^B las bengalas, el n¿icar y escarlata
la cruz que ni 'M
^H con que al gusano tejedor disfrutan
restauró mi pa*^ jM
^^m y entre aromas arabios
sus lunas postre a ius {jM
^H estiman en mis pies poner sus labios.
Pocos somos, si al asaí^H
^H Cada cual de éstos tiene
cuenta del número hac^H
^^B cincuenta mil armígeros alarbes.
si del valor infinito*, ■
^^B que si CSC Alfonso viene,
porque cada pc^ V
^H los fosos, las murallas, los adarbcs
es un etército, ' oM
^H cubrirán como á Ceres los münojos
un escuadrón, un < 'jp^fl
^H de cimitarras y bonetes ro]os.
que eminentemente ctíl^B
^^B Llegue ese mozo ciego;
más hcroc"^ c-- ^ •?<ija^H
^^B la presunción se acerque lusitana.
l'asedcl ^^H
^H que presto las orillas del Mondego,
tanto Hule'i^..'v- -(^i^^H
^^B reconociendo á las de Guadiana,
Judit es nuestra |uslicíi^H
^^r JORNADA
PIIIMEPA 575 ^^^1
SU allanje en mis ruanos veis.
que si el doctor cursos cuenta, ^^^^|
Dadme esta villa, soldados.
ya pasan en mi de diez. ^^^^|
y con César cantaré
Moro r
.•* Muere, perro, y no hables tanto. ^H
desde hoy, vcni, vidi, vici.
toa/í.) ^^
vine, vi )' llegué á vencer.
Bftrro.
¿Perro yo? Debe querer, ^^^^1
No necesitas, gran conde.
si me mata, dar conmigo ^^^H
de alientos para encender
perro muerto á la mujer. ^^^H
pechos que ya son volcanes.
Quedo, ¿no ves que soy moro? ^^^H
valor que ya es Mongibcl.
Moro i
." ¿Moro tu? ^^^1
M.O. Morir ó vencer juramos,
Br ito.
Pues ¿no lo ves? ^H
ó morir hoy ó vencer.
Moro a
." ¿De Santarcn? ^^^|
0. Del pavés sobre sus muros,
ÍÍKiro.
Si, señores. ^^^H
ó muertos sobre el pavés.
moro soy desanfíamc'n. ^^^H
«0. Estas son sus torres allas;
Moro i
.• Pues ¿por qué en cristiano traje? ^H
^ el escalador cordel
Brito.
Estuve al cabo una vez, ^^^^^
^ nos facilita el silencio.
y promelilc á San Roque ^^^^|
i <<?ué es escala ó para qué?
ó á su perro de traer ^^^^^H
Arrimándome á una pica,
esta ropa un mes entero. ^^^^^|
talares llevo en los pies
Moro 2
." ¡Oh, blasfemo! (i>'"<> I^^^H
para volar por sus muros,
Brito.
Pues un mes l^^^^l
no huyendo para correr.
el hábito no hace al monje, "h^^^^h
Kso. ¡Oh, poriuguéi Viriato!
^^H
lOh, escuadrón invicto y fiel!
Viva la cruzl (Alarma
ESCE.NA XII ^^1
». ¡Viva Alfonsol
^^^^1
uso, ¡Viva, decid, nuestra Icyl
Salen rion EfiAS/ Dote ALromo.— Dtcnos, ^^^^|
(Desnudan las espadas y éntranst, y
^^^^H
dicen dentro, tocando á guerra.)
EgvS.
Clracias al cielo se den, ^^^H
) í." ¡Aquí de la villa. Alarbes,
que ya es Santarén cristiana; ^^^|
las murallas socorred,
va Sión, si fué Babel. ^^^1
que el cristiano nos la usurpa! ^^
Alfonso. Ea, don Egas Mnñiz: ^^^^
> 2.' ¡Que nos entra á Samaren! .^-"^
(Vase el un Moro.) ^^^^H
(Entrando y saliendo, pelian moros Y
(Viva nuestra santa fel ^^^H
criftlanos.)
(Entrase el Kcy.) ^^^H
u jAh, perros! en vuestra sanare
^^^H
pienso hoy apagar la sed
^^^^H
que ha tanto que me provoca.
} 1," Huvc, Hamete. Urma.)
ESCENA Xlli ^^H
^^^^H
1 a." Huye, Muley.
Dichos, menos un Moho y el RiT. ^H
Brito.
Señor don Agraz Muñoz, ^|
ESCENA XI
1
socórrame su mercé, ^H
que este moro da en pegarme ^H
'éa$ Mohos dando de cuchittadas á Butro, que
sin por qué ni para qué. ^H
' sale de soldado gracioso.
EliAS.
Pues ¿por qué tú no le malas? ^|
\. Estése quedo, le digo.
¿No hay son pegar y correr?
¡Verá la lema en qué han dado!
Brito.
Egas.
Nunca en el quinto pequé ^H
ni he aprendido á malar galgos, ^^^H
porque no son de comer. ^^^H
¡Ah, cobarde! ^^^H
Vo, ¿qi;é le he hecho? 1
M." Vengaré,'
crisliano vil, en tu vida
tañías muertes. (i>ai«tn el broqael.)
¿Otra vez?
¿han vido y cómo sacude?
1 2." No ha de quedar portugués
que no destroce este brazo. (Oaie.)
!. Médico debe de ser;
BftITO.
EOAS.
Brito.
¿Qué quería? ^^^H
¿Eso dice un portugés? ^^^H
Pegúelos en caperuza, ^H
quizaves me avezaré. ^H
Egas.
Pues mira, asi has de matarlos, ^H
{Dale al .Moro.) ^^k
Moro i
." ¡Válgame Mahoma! ^|
(Cae muerto dtntroj ^H
compre mu'a y traiga guantes,
Bu ito
Amén. ^|
matará de cíen en cien
Egas,
De este modo se pelea. ^1
con los botes de botica,
BRrro.
¿V este murió? (Arma.) ^B
balas de pugin y hamet,
ECAS.
¿No lo ves? ^^^M
ñechas de un recipe escrito,
Brito.
M uerte ha sido sopiíaña, ^^^H
pólvora en polvos de sen,
no hiciera más á traer ^^^H
espátulas por espadas,
el alma ei moro á la posta; ^^^H
julepes de Locifer,
pero, aguarde, y le daré ^^^H
que yo, señor, no me purgo;
al primero que topare, ^^^H
mas si purgo, acerqúese.
como á esotro, pan y nuez. (Arma.) ^M
576
LAS QUINAS DE l'ORTUGAL
ESCENA XIV
Todos.
Gonzalo.
Sal*» otros MoKOC todüs pittando.—Dicnos,
Moro a." ¡Yo veaderé bien mi vida!
Bbito. Pues yo vos la compraré.
(Da/f Bfiío, y caí eí Moro dtntto.)
.MoBO a.'iAy, Alál
iBrito. Lo que hay allá,
perrengue, es resina y pez. {R>¿ndose.)
Pardicz, que caen como moscas;
SI sale otro volveré
á asegundar coscorrones.
Moro 3." La vida llevo ¿ los pies.
Brito. Si vos libráis de mis manos.
{Dale, y cae dentro.)
Mono 3." jMuerio soy I
Brito. ¡Zape; pardiez
que IfHS esia matación
las manos me he de comer!
¿Que aques'.o era malar moros?
De aprcndice puedo ser
protomcdico de galgos;
pues yo os juro, á non de diez,
que yo desemperre á líspaña.
[N'iciorial
Ciña el laurel
tus sienes, Alfonso mvicto.
[Entrante.)
ESCENA XV
Salen tres Monos contra Brito.
Moro 2.''Ravo es este portugués:
huir, moros, de su furia. lHuyen.)
BniTo. De ni:s manos no podréis,
porque esto engolosinado.
Moro i.' l'no es solo y somos tres;
pues la fuga nos impide,
já él, amigosl i^rma.)
Todos. iA él!
Brito. .jA mi, alcurcuces, i mi?
Pues agora lo veréis.
(Mételos á cuchilladas y tocan al ai ma )
JORNADA SEGUNDA
ESCENA PRIMERA
Satén Do» IfOAS MuAíz t Don Go;4Zalo.
GofííALO. Nuestro conde infante es santo,
porque no es inconveniente
ser religioso y valiente.
EoAS. Séalo, pero no tanto
que le lleven á su coro
los canónigos seglares
y las armas militares,
que sun espanto del moro,
cubra la sobrepelliz
cada noche en los maitines.
GoNZAtx). Ansí consigue sus íines
dichosos, Egas Muñiz.
La espada y la disciplina
hacen una consonancia
de milagros* importanci»
David era en Palestina
el más bélico monarca,
y cnirc sus triunfo-i divctWf
cantaba salmos y versos
danzando delante el arc*-
A Efod que se vesiia
era lo mismo que ahora
la sobrepelliz, no ignora,
quien sabe su valentía,
que el misino, hablando CO
dice que se levantaba
í media noche, y caniaDt
sus loores; juxgid vos
si es bien, cuando este interi
nos postra rendido al morU|
que Alfonso en el campo jr
sea David portugués.
Egas. Basta haberle edificado
al cielo tanto convento
para obligarle que atento
su vida ampare y estado.
El célebre monasterio
de Santa Cruz de Coimbraj
cuando conquistó á Cecim'
y del africano imperio
sacó á Elvas, al Francoso
Serpa, Corbele, Alanquer
y otros mil que en su pod<
hacen su nombre famoso,
fundó rico con las renUt
que á sus canónigos dio
cuando á Santarén cercú;
haciendo con su Dios cue«
ofreció por su conquista
al santo de Claraval
para un monasterio real
cuanto alcanzare la vista
desde una cuesta emiMfOl
los campos y posesiones,
siendo sus ojos mojones
de esta fábrica excelente.
Mil monjes ahora enci««
esteedilicio gallardo.
Obligado San Bernardo
á patrocinar su guerra
y á alcanzarle sus victtífil
desde Francia, donde t}w
le comunica y escribe:
materia dé á las historias
nuestro Alfons«-> con !» e^l
y los monjes del •
recen y canten P'
allá María etevsd&t
y Mxrta «ci solicite
con las manos el aceru.
ESCENA II
Sale DoK Ai.roKso KxBf«ij«« y trt*
armat un rugúete.— Wk
Alfonso. Egas Muñiz: lu prii
porque amparo os fl
es Dios, que licióa dck i
^^^^^^^^^^^^^^^JOBNADA
SEGUNDA 577 ^^
^^^P^ue su reino busquemos
y partiendo ei campu el sol, ^^fl
^H y por él conseguiremos
sino hurtando á las tinieblas ^^H
^" lo demás. ¿Por que será
la enlutada confusión ^^H
desdoro de un rey (que esfuerza
de noche, más que soldado, ^^H
con oraciones su celo)
codicioso escalador. ^^H
conquistar primero el cielo
Precíate de la conquista ^^H
^^ si el cielo parece fuerza?
que su descuido tedió, ^^H
^H No se proporcionan mal
pues huye siempre las luces ^^H
^V ni el tiempo se desperdicia
el pirata y salteador; ^^H
con la terrestre milicia
que yo (ño con los engaños ^^H
del silencio obscuro, no ^^H
la milicia celestial.
ni del valor portugués
cohechando al sueño perezas, ^^H
será acción menos feliz
tapando al bronce la voz), ^^H
con Dios la sobrepelliz
sino en la mitad del día, ^^H
. que con el moro el arnés.
solo (si es que solo estoy ^^H
^B Lu uno y otro al cielo agrada
cuando cuantos héroes viven ^^H
^H alentando el corazón,
me llaman su comprehension); ^^H
^B con Moisés en la oración
á vista de esos cobardes, ^^^|
^B y Josué con la espada,
tímido y breve escuadrón ^^H
que de L'lises descendiente ^^H
^^ porque ésta sola promete
poca dicha; esle es mi voto
sus ardides le heredó, ^^H
y quitarme este roquete,
digo que asaltar murallas ^^H
que desde el coro dirige
de noche, sin prevención, ^^H
el cielo mejor mi estado.
es infamia, es cobardía; ^^^|
i. Yo hablé, en fta, como soldado,
no es hazaña, no es valor. ^^H
^- sin saber lo que me dije.
Ismael, me tiembla el orbe; ^^H
H Pelead ¡cuerpo de Dios!
rey me llama Badajoz, ^^|
H y rezad también, Alfonso,
su principe Extremadura, ^^|
la Vanda ¡a su señor: ^^H
con la espada y un responso
huiri el morisco de vos;
sólo domina en mi pecho ^^H
hermosa constelación, ^^H
comunicad serañnes
1 entre monjes en el coro.
una beldad portuguesa: ^^H
1^^ y acobardaráseel moro
feliz, pues su esclavo soy; ^^H
^H mientras vos cantáis maitines,
doña Leonor es, Cautiño, ^^^|
^H que yo desde ahora os juro
porque sola tal Leonor, ^^H
por lo que de leona tiene, ^^H
^V seguir siempre vuestro lado
^^ cngerto en fraile y soldado.
amansara tal león. ^^H
)NSO. Y yo el premio os aseguro.
Conde, suyo es este guante, ^^H
iH. Pero ¿qué es esto?
del muro se le cayó; ^^H
■
en mi fe de más estima / ^^H
H ESCENA III
que de Asia la posesión. ^^H
Ll castillo de Pálmela, ^H
N iiii clariH y sale poco á poco Ismael sobre un
Xdn, con adarga y lan^a, y en el extremo de
. con las llamas de mi amor ^^H
/ conquisté, dando á su alcaide ^^H
t, en lugar de banderola, el guanít d* Doña
honras por matarle yo. ^^H
jsok.— Dichos.
Lléveme á Leonor conmigo ^^H
imperiosa su prisión, ^^H
«o. La vega
pues, cautiva, la obedezco ^^^|
mide un moro airoso y fiero
pues me vence vencedor; ^^^H
sobre un alazán ligero.
yo he jurado á su hermosura, ^^H
g. Hacia nuestros muros llega.
si en vosotros hav valor, ^^H
por cada dedo del guante ^^|
>NS0. ¡Bizarro alardel
S. ¡Infelice!
un portugués, el mejor. ^^H
á lo menos, si me aguarda.
De esta prenda y de su dueño ^^H
3NSO. ¡Presencia ostenta gallarda!
será la restauración ^^H
Veamos lo que nos dice.
el que á vencerme se obligue, ^^H
»EL. Conde Alfonso lusitano.
uno á uno ó dos á dos; ^^H
que del árbol borgoñón
al extremo de esta lanza ^^H
blasonas ser rama ilustre;
sirve de airoso pendón: ^^H
pimpollo de aquella flor
rescatadle, portugueses, ^^B
que pone Francia en sus armas, '
que salvoconduto os doy ■
nieto de Alfonso, león
para los campos de Obrique, ^^H
que, conquistando á Toledo, >
donde Marte convocó ^^H
se intitula Kmperador;
cinco ejércitos alarbes ^^H
á Santarén me ganaste.
de quien rey único soy. ^^H
no de valor á valor.
Ducientos mil africanos ' ^^H
precediendo desafios
enjambres inmensos son V
CO.VtEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO U
37 J
578
LAS QUINAS DE PORTUGAL
que al Tejo el cristal agotan,
al valle y monte la ñor.
Cobardes, allí os espera
Ismael, Marte español.
Parca que os hiela las vidas,
rayo que Arabia forjó,
segundo Alá, otro Mahoma
de Alcides competidor,
pestilencia del baplismo,
de su iglesia contagión,
cuchillo de portugueses,
Alila, azote de Dios
y Ismael, que vale más
que el cielo, que Alá, que el sol.
(Vase.)
(Vatlvt á tocar ti clarin.)
KSCKNA IV
Dichos, mritof Ismael.
EcAs. Frenético, espera, arguarda.
Alfonso. Dejad que al cielo Nembrot
quimerice Babilonias,
llorará su confusión.
Las manos, y no las lenguas,
amigos, en la ocasión
precisa consiguen triunfos
y dan asiento al valor:
de lengua es forma la espada,
vocinglero el vil temor;
espere en su muchcdumdre,
que yo sólo espero en Dios.
Trece mil soldados tengo,
cada cual un Cipíón,
un portugués Virialo,
un Hércules vengador;
ducienlos mil los infieles,
numerosa ostentación,
ceros que por sí son nada,
mosquitos de Faraón.
Lusitanos, allOj á Obrique,
que cuanto fuese mayor
la suma de los contrarios,
lama más ganancia os doy
de su despojo y riquezas;
la cruz es nuestro blasón,
armas que dio á Portugal
mi excelso progenitor;
con su señal Constantino
los tiranos debeló;
su mesmo celo me guia,
yo Conde, él Emperador;
la victoria tenéis cierta.
GószAL. |0h, gloria de tu nación!
al arma, que la fortuna
de César llevamos hoy. (Alarma.)
(Vante, si no es don Egis J
ESCENA V
Do3i Ka A» tolo.
¿Captiva mi Leonora iCielos!
¿Presa la beldad que adero,
usurpador suyo un moro
y ya africanos mis celosp
Eso no, mientras yo viva,
que es oprobio portugués'
yo haré que postre á iospret
de mi adorada captiva
la alarbe y torpe cerviz
el sacrilego arrogante;
yo haré finezas de amante
y hazañas Je Egas Muñíz;
salvoconducto me da,
mas quien torpe desatíai
sin guardar la ley divina ^
mal la humana guardara,'
juntemos la industria, pues.
al valor para librarla;
hoy tengo de restaurarla,
ó no seré portugués.
El ariiñcio me ofrece
un discreto estratagema.
ESCENA VI
Salr Bkito. — Dicho»
Brito. Estése el perro en su tema,
que yo me estaré en mistrec<
yo le juro á aon de tal
que si el guante le quitó
el galgui cuzcuz, que yo
desagravie á Portugal.
Egas. ¿Qué es eso, Brito?
Brito. Sentir
2ue un morillo desafie
nueso Conde, y que cric
humos, que le han de salir
en el alma, si yo puedo.
Egas. ¿Viste al bárbaro Ismael?
Brito. Vi que en su lanza la piel
ó el guante, por cada dedo
á su fembra ha prometido
una cholla portuguesa,
y ¡voto al sol que me pesa
que se nos haya escorrido!
¿Cinco cabezas barbadas?
Pues con ellas, ¿qué hade he
la Leonor? Debe querer
madurarla á cabezadas.
Yo quedé tan golosmcro
desque á lidiar aprendí
por vos, que no estaré en mi
hasta hcr un matadero,
do por arseldes se pese
carne mora.
EeA5. ¡Desatino!
Brit©. Mas huyendo del tocino
Barrabás que la comiese.
Egas. ¿Atreveráste tú á hacer
conmigo una honrosa ei
Brito. Si es la Leonor portugu<
y bondara ser mujer;
¿qué aguardamos vos y Yo
que no la descaptivamos^
EcAS. ¡Oh, Brito aniíTioso! Vamo«.
Brito. Desque el Conde se ^
al encontrarle en Im
sin cochillo, ni ganzuí,
lo que llamáis guante ó lÜA.
piel en paz, n^alla en la g
»««I
ruidando yn que la mano
F«ntonces se desollaba,
mal con los guantes estaba;
mas agora que esie alano
Ismarrei unto le estima
que mos desafia por él,
desollándole la piel
que trae el mastín encima,
la he de convertir en guantes.
Aribigo sé escribir
y en hábito hemos de ir
de moros.
Haya turbantes,
almalafas, alquiceles,
déjame á mí con él.
iTe atreverás á Ismael!*
*Y á una recua de Ismareles.
Pues sigúeme, que si engañas
su atención, en mis venturas i
probarás que sin locuras
nunca el amor logró hazañas.
De moro te vestiré.
Con tal que haya sopa en vino,
porque sin él y tucino
desde aquí desmotóme. (Vanst.)
' ESCENA Vil
LioMOR llorando, y Ismakl saca el guantt
de Doña Lionom.
I.
Tu Conde me vio en su vega
hacer de esta prenda alarde,
y á su ejército cobarde,
no sólo el combate niega,
mas, multiplicando miedos,
lascaras descoloridas
tiemblan de ver que sus vidas
tu guante les mida á dedos.
Si estas finezas merecen
en tu cielo algún agrado,
serenándose el nublado
que sus rayos entristecen,
alcance yo sin enojos,
sin desdenes, sin agravios,
una razón de tus labios,
un resplandor de tus ojos.
Y advierte, Leonora mía,
que si con rigor pretendes
helar mi fuego, le enciendes
con más rebelde porfía.
Finge de burlas favores,
podrá ser que desla suerte
más tibio llegue á quererte
que duplicando rigores,
porque en la amorosa escuela,
la que por sus cursos pasa,
con hielos dicen que abrasa,
con llamas dicen que hiela.
¿Posible es, torpe homicida,
que tu ciego frenesí
ose á amar á quien por ti
llora á su padre sin vida?
Dame sepulcro con él;
resga, tirano, este pecho
y habrás á mis ruegos hecho
una flneza cruel,
una piedad rigurosa,
y si mis siiplicas sigues,
una acción con que me obligues
en la otra vida.
Ismael. ¡Qué hermosa!
La aurora de tu semblante
vierte perlas; si enloqueces
cuando llorando amaneces
cada aljófar un diamante,
^qué hicieras perdido el ceño
con que eclipsas su arrebol
amaneciéndome el sol
en dos orientes risueños!*
Tu padre murió á mis manos,
mas sírvate de consuelo
que he de conquistar el cielo
vencidos los lusitanos.
Mi valor á cargo toma,
si su pavimento piso,
que goce á Alá en su paraíso
á la diestra de Mahoma;
yo haré que con él dispense
el haber cristiano sido.
ESCENA VIII
Salen de moroi Don Eoas, y Bkito á lo graewto.
Dichos.
Brjto.
EtiAS.
Brito.
ECAS.
BtlITO.
Ismael.
BmTO.
Ismael.
Egas.
Bbito.
Ismael.
Egas.
B«rro.
Héteme aquí convertido
en morabito de Orense,
engerio un gallego en moro.
Ya sabes lo que has de hacer;
no le turbes.
La mujer
que buscas es como un oro;
con el mastín perrcnquea.
A buena ocasión llegamos,
si mis ardides logramos.
Ojalá orégano sea.
^Quién, sin avisar primero,
se atreve á entrar donde estoy?
Señor, estafeta soy
morisca, mas no arriero,
ni en toda mi casta le hubo,
ni quiera Dios, cuando venga
con cartas, que ollcio tenga
que el señor don Mahoma tuvo.
^Cartas traes? Dime de quién.
Este necio lo ha de echar
á perder; quiero llegar.
{Llégase á él.)
El Rey de Murcia y Jaén
y el de Córdoba te escriben.
SI, señor; juntos están
con el Rey de Cordobán
murciélagos, porque viven
de comer uvas jaénes,
y son tres reyes de bien
el murciélago, el Jaén
y el cordobán.
¡Loco vienes!
Hase, gran señor, turbado
y gasta siempre este humor.
Humor gasto; sí, señor;
de una huente que han mindado
que en aqueste brazo me abra;
LAS QUINAS D£ PORTUGAL
Egas.
Ismael.
Bbito.
Ismael.
Burro.
Ismael.
Brito.
Ismael.
BniTO.
Ismael.
Bbito.
I&.hael.
Bbito.
ISMABL.
Brito.
Ismael.
Brito.
Ismael.
Brito.
Ismael.
Bkito.
KoAS.
BkiTO.
Ismael.
liúAS.
BflITO.
I^GAS.
gracias á sania Locía,
que casi casi no vía
por un hartazgo de cab^a
que éste y yo nos dimos íoIos,
V aun es dicha si io alcanzo,
métomc, en vez de garbanzo
loda una bola de bolos,
)• en lugar de hoja de hiedra
traigo una resma de estraza,
con que, aunque alfío me embaraza.
puedo tirar una piedra,
y her que la salud asista
en los ojos, aunque creyó
que cuando á su merced veyo,
tengo muy bellaca vista,
( \ él ap.) Necio, mira lo (lue diccs.
(Salada es vuestra razón!
Tengo la sal de un jamón,
y cómolos con perdices.
;Las cartas?
Helas aaul. {násttai.)
¡Donoso talle mostraisl
Si, señor.
^omo os llamáisP
líl moro Zaquizamí.
¿Tan alto?
Ed caramanchones
empleo lodo mi trato,
y vuelto de perro en gato
ando á caza de ratones.
Lea vuestra morería
para que me vuelva luego.
¿No esperaréis que á este pliego
responda?
Sí, morería.
Es Córdoba gran ciudad.
Sí, morería.
Y su rey,
,:no se Mama All Muley?
Si, morería.
Esperad.
{Ley'endv para si.)
¿Qué tiene, que está en la cama
conforme me avisa aquí?
Sí, morería.
Deci:
¿qué mal tiene?
Se derrama
todo en mantas y en colchones.
(Áp.) ¿Hay disparate como este?
V diz que es ramo de peste
la sarna con sabañones,
V el reye se rasca mucho,
tste debe de ser loco.
(4 H ap.) Necio, vete poco á poco
en hablar.
Yo no estoy ducho
en esto de enfermedades;
su morería perdone.
{Ap.) Como Brito me ocasione
mientras teje necedades
á que hable á mí Leonor,
que aún no me ha echado de ver,
comenzaré á disponer
los ardides de mi amor.
(A ft ap) Entreténmele, y advierte
que en el Ínterin hablamos
BniTO.
Ismael.
Brito.
Umael.
Brito.
Ismael.
Bhito.
Ismael.
Bhito.
Ismael.
Bbito.
Ismael.
Bkto.
Ismael.
I'hito.
Leonor,
Bwito.
ECAS.
Ismael.
Brito.
íOÍO
4
mi Leonor v yo.
A eso vMn<
{Abrt ti mofOotA
Dice Muley de esta suerte:
(i.et.) *El compañero del
lleva es el moro más sabitfj
ciencias de Astrolofíía, Mtgij
turos contingentes que conc
lo; cnvioselc á vuesira Alie
que, sirviéndose de sus hat
venza con ellas lo que dut^oj
armas, porque el Conde de P|
tiene de su parte el valor dci'
lee eso res y la fortuna delotl
Guarde Alá á vuestra alteu,(
Aíuley, Rey de Córdotij
¡Válgame Mahoma!
Y lleve
por siempre jamás amén.
(Mirando ti Moro muy tttutotOl
Ven acá.
Obedezco al ven.
Mabla veras.
Pues sea breve, iv-íraai
en hablando en joicio,
iuej^o me da torozón.
(Hablan en $tCftto Ltooút y Ootipl
¿Quién es éste?
Es un ^aróo
milagro del reino egipcio:
No sabe tanto el dimuño;
cuantos diabros el inñernú
ahucha en su hucgo eiereo
todos los tiene en el puño.
¿Qué dices?
Que sí le pruebii
tien tales encantaciones
que hará llover naterones,
albaricoques y brevas.
Si él me supiera ablandar
el rigor de una mujer
que me obliga á enloquecefj
yo le llegara á adorar.
Si de sus artes se fia,
déla por blanda. ¿Es aquill
La misma.
Ya habla con - !«■
porque sus cuitas sabi.i.
verá cuál se la madura
jAy, mi don Eg« Muóisi i^'^*
moriré más infeliz
si inventas esa locura;
no arriesgues vida, que mimo
lo que mi temor recela.
jNo ve cómo se le enmiela? •*'•
Leonor, en balde reprimo l'*»^
la paciencia ni el ac«ro.
Yo he de sacarte dc aqui.
¡Vive Ali! que consegui
loda la dicha que e&pcro:
tan domesticada está
con él como si los do>
fueran hermanos.
¡Par nio«.M
por no decir por Ali,
^ JORNADA SECUNDA 58l ^^|
'' que obrigue á una peña fríai
Bbito. Tened, el perro, por cierto V
A que eche llamas, señor.
que vos damos perro muerto. Mp) ^^H
l$MÁ£t. Tú serías mi Mahoma, ^^H
u «Que hará que me tenga amor
Leonor?
mí Alá, si me consintiere ^^^|
Si, morería.
que una mánu Ja bes3>c. ^^^M
L. Toma este anilló y cadena. (Dditlot.)
Egas. ílasia que el término pase, ^^H
SI. morería, si tomo.
nú es posible. ^^H
¿Es el engaste de promo.
Bkitú. En seco bese, ^^H
^B que pesa más que ell arena?
^HCsto tenemos trazado
chero decir, desde ahf, ^^H
que según utuim modernunt ^^|
PP^lQué buena suerte la ir.ía!
non besúbis incctcrnum. ^^H
L. ¿Riyóse?
Ismael. No te entiendo. ^^H
Sí, morería;
Brito. Hablan ansí ^^H
los colmillos ha mostrado.
nigromantes motilones. ■
Disimula con el moro
Ismael. Luego ¿tú nigromancia ^^fl
hasta que te libre de él.
estudias? ^^H
)p. [Esto to dict rtcio.)
BttiTO. Sí, morería; ^^H
Merece mucho Ismael.
mire, do hay pares hay nones, S
L. <Qué dijo?
chero decir, que preñada ^^H
•. Que es como un oro
una mujer, ó se muere ^^H
su merced en la gallardía.
ó habrá pares; si pariere, ^^H
^KQue mucho Ismael merece
y habrá nones que es nonada ^^H
^f le escuché.
para vuesa morería, ^^H
it Ansí me parece.
como no tempre pesares ^^H
t. (Gran suertel
aguardándose dos pares ^^^|
Si, morería.
de horas, hasta el mediodía, ^^H
L. iQué apacible y que en sazón
que es cuando cesan los nones, ^^H
habla, pregunta y propone!
y toca á nona el donado; ^^H
1. Kl verá que se la pone
mas habiendo los dos dadf< ^^|
más tierna que un requesón.
que en todos ios esquilones ^^H
¿Oyes lo que al moro pasa
cuando dan dos dan un par^ ^^H
con aquel loco?
cesan entonces azares, ^^H
3R. Donoso
porque, en fm, los dos pares, ^^H
é igualmente provechoso.
si no llegan á parar. ^^^^ñ
De placer es esta casa,
¿cómo tienen de parir ^^^^H
en lü despoblado está;
«1 efecto del planeta, ^^^^H
para que te saque de ella
ni comprírse la receta ^^^|
fíngele amor, Leonor bellaJ
de su amor? ^Chérelo oir? ^^H
(Llégase Ltoüor.al Rey muy^ afable.)
Pues venga á her; esta mujer, V
DR. iMi reyl
¿no es nones? Sf. porque es una, J
(iw ¡Soberano Alá,
Y con pares no hay ninguna ^^H
^' que i oir tal he merecido
hasta que llega á parir; ^^H
al sol que el alma ofrecí!
él, aqueste moro y yo ^^H
). ¿Mi rey dijo? hétele el mi;
somos tres, no somos nones; ^^H
soberano Alá le he oído,
en esto no hay oprnione^, ^^H
hétele también el la,
pues si el nones engendró ^^H
sol la llamaste después:
la nonada, oiga estus puntos, ^^H
hétele á amor portugués
hasta que lleguen á estar ^^H
con su re, mi,fa, sol, ¡a.
hombre y mujer hendo un par, ^^H
Señor, yo que por mis ciencias
y no todos cuatro juntos, ^^1
de tu amorosa fatiga.
si no le ama sí se quejo; ^^H
supe el incendio que obliga
pero vuélvase después ^^H
á apacibles impaciencias.
que nones quedamos tres, ^^H
vine á servirte de modo
Y como á los tres mos deje, ^^H
que ya es tuya Leonor bella;
después de la nona dada, ^^H
pero si á solas con ella
si vuelve á sus afícíunes ^^H
nos dejas, para que en lodo
ya se habrán ido los nones ^^H
se te rinda este diamante,
y parará el par en nada. ^^H
Esto enseña la escretura, ^^H
tu esperanza lograrás.
en especial si me das
que entre sus negros Maclas ^^H
por sola una hora su guante.
mordió el gigante Golias, ^^H
que impide por él el hado
Galeno y Ñuño Kasura. ^^H
lo que el arte facilita,
Ismael. Los principios de una ciencia ^^H
porque sus efectos quita
son obscuros de saber; ^^H
cualquier favor violentado. .
tL. Toma el guante, el alma loma.
no te he podido entender. ^^H
EIcAS. Pues, señor, es evidencia ^^H
[Ddsclt.)
todo cuanto te he explicado, ^^H
Leonop.
ISMAF.L.
Britü.
ISMAEL.
mas como son rudimenlos
de nuestros encantamentos,
está su esitlo intrincado;
vuelve aqui dentro un hora,
lograréis gustos los dos.
Querido Ismael, adiós.
Adiós. (Volveiáste mora?
Conforme huere el moral.
Adiós, luz de mi esperanza.
(K^M.)
Brito.
Egas.
Bhitü.
KüAS.
PiPlTO.
Brim-
MoRO.
Bpito.
Ismael.
Brito.
Ismael.
Brito,
Ismael
Bhito.
Is%IAEL.
Brito.
ESCENA IX
Dichos, m*no« el Moro.
Si mora dice tardanza,
vendrá á ser mora, y qué tal.
Alto, á subir á caballo.
No hay, si dos (i).
Vendrá en mi gropa;
yo Jove, Leonor mi tu ropa.
Pues Galgui morisco, adiós.
(Suben Utidt ti labiado á caballo los
trts, ella á lat ancas del de don Egas, y
talen a la» >>oces del moro Ismael y oíroi,
)' puédalo! ieguir á caballo y etcara-
mu^ar.)
{Adentro.) Aprisa, que mos cspia
un perro, y temo que lluevan
virotazos.
iQue nos llevan
á Leonor!
Sí. morería.
Seguildos, vasallos mius;
volad, cual vuelan mis celos.
,;Sufriréts, ingratos cielos,
tal burla?
Sí, morerios.
Corred, que queda abrasada
el alma entre mis pasiones.
Acá corremos los nones,
y allá voi cupo nonada,
i^ocad al arma, africanos, (m arma.)
mis ejércitos juntad;
por Alá eterna deidad
que he de hacer en los cristianos
lal destrozo, que no quede
memoria de su baptismo.
De incendios soy un abismo,
sufrirme et mundo no puede;
abrase la llama mía
cuanto el sol con rayos doma.
Perrazos. ¡cola Mahoma!
¿Hay más mal?
|Si, morerial
Todos,
AUFSNSO.
|i> Así en el original; pero deben los do> redu-
cirse á un solo verso en esu forma;
EoAf. A caballo.
Brito. No hay sidos.
EoAS. La damt vendrá en mi gropa, etc.
Alfonso- No marchen más, ha;gtn «ti
Hagan alto.
Aquestos son
los campos que mi nación
llama de Obrique. En el al
cerro que mi l :a
ciiíe, y el sol - lula
(cuya cumbre í>e i-.nr.uia
«Caberas del ReM»), meíor
de sitio nuestro pequeño
ejercito; trece mil
somos no más contra H vil
ismaelita. Va mi imperio,
portugueses valerosos,
de suerte adelante esta,
que el retirarnos será
descrédito. 1-Jn tan forzosos
lances, contra tanta suma
de inñeles como nos cerca,
tal vez el ánimo merca
dichjs que jamás consuma
el tiempo: vuestro consejo
con todo eso necesito,
vuestro valor solicito;
cada cual es un espejo
de la fe que defendemos,
de la lama que intentamos^.
Los capitanes editamos
juntos aqui: consultemos
¡o que en tan preciso cav>
cada uno siente y desea;
pero con tal que no sea
dar airas un solo paso.
Gran señor: temeridades
que traen consigo imposiblí
causan desastres terribles
y anuncian adversidades.
Cinco ejércitos están
á nuestra vista de infieles;
contra tantos, ^qué laureki
trece mil conseguirán?
De ducicntos y cincuenta
mil moros consta el blasfei
campo, que de extremo á ccl
sumas que agotan su cuenta,
cubren valles y collados,
como nosotros nacidos
en nuestra Esp ■" ■
y en guerra e\
veinte mil moiv^j .^ ,-.^
ácada cual portuguó»,
que aunque de manos y pin
se la ataran, á la poca
gente que U cruz ampara
de tus leales vasallos,
sólo para degollallos
tiempo y manos dos fialunu
GoNZAL.
JORNADA TERCERA.
583
)r«so.
extiende, señor, los ojos
por los campos, veres olis
moriscas mas que amapolas
llenos de bonetes rojos;
tentar á Dios no es cordura:
acometer, perdición;
morir, desesperación;
buscar mila¡jros, locura.
Todo tu ejército pierde
el ánimo, y no me espanto,
porque entre bárbaro lanío,
que agosta su silio verde,
cuando cada moro arroje
sólo una flecha no rnts,
^cómo resistir podrás
docientas mil? No te enojes,
pues pides mi parecer,
que mi lealtad te aconseje
que aquesta empresa se deje,
pues á veces suele ser
más valor el retirarse
8 ue alcanzar muchas victorias.
liga Muñiz.
Si es noiúria
la pérdida, el despeñarse,
gran señor, no es valcnlia;
aguardemos que se ausente
el sol, y entonces tu gente,
sin manifestarla el día,
podrá entrarse en Santarén,
que si el moro la cercare,
lo que su sitio durare,
como avisados estén
el de Castilla y León
con el navarro, no hay duda
que vengan en nuestra ayuda
sin que falte el de Aragón;
y entonces á la campaña
podrás sej;uro salir,
y victorioso lucir
la restauración de España.
Demos al tiempo lugar,
si admites mi parecer,
que e! dilatar no es temer,
prudencia, si, eJ conservar.
Esto tu ejército pide,
esto tu gente responde,
Reiirar, excelso Conde.
Retirar.
Cuando se mide
con recelos aparentes
lo que el temor dificulta,
rara vez de la consulta
salen acciones valientes;
algo habernos de dejar
á la fortuna, soldados,
mas ya estáis determinados
al huir ó al retirar;
déjenme solo en mi tienda,
que otra consulta me falta
más tjiil, cuanto más alta.
Cuando sus horrores tienda
la nocturna obscuridad
A jumaros volveré,
y entonces abrazaré
lo que vuestra voluntad
resolviere.
EüAs. Gran señor,
Santarén es una villa
inexpugnable.
Alkonso. Ksi silla
me acercad.
Pedho. Tiempo mejor
el cielo te ofrecerá,
Alfonso. (^*'^'"''*'i i
Dadme esa Biblia y dejadme I
á solas. Egas, cerradme i
la tienda, í
Egas. Cerrada está. (Vrfie.^
ESCENA lí
Qutáatoto y astntado con la Biblia tu luí manut.
ALro.NSo. A aconsejarse con vos
mi fe, libro santo, viene,
pues cuanto en vos se contiene
lo escribió el dedo de Dios.
Consúltemenos los dos,
que por la parte que abriere,
lo que primero levere
eso tengo de seguir,
que vos no sabéis mentir
ni errará quien os creyere.
{Átrtlay Itt.)
*Hi in curribus et hi in equii: nos
autem in nomine Domtni Dci nostn
invocabimus.*
¡Qué pronóstico, aunque breve,
tan propicio á mi valor!
Aliéntame el rey cantor
en el salmo diez y nueve;
dice que el alarbe aleve
y los que nos desafian,
en las máquinas se flan
de sus carros y caballos,
y en multitud de vasallos
que contra el baptismo envian;
mas porque ningún siniestro
riesgo nuestra dicha asombre,
invocaremos el nombre
del grande Señor, Dios nuestro.
¡Oh profeta, rey, maestro
de la milicia mayor,
vos nos quitáis el temor,
nuestras medras confíamos
en el nombre que invocamos
de nuestro Dios y Señor.
{Lee) m.Ipsi obítgali sunt €l cecidC'
ntnt: nos autem surreximus et erecli
sumus.*
Prosigue el profeta santo:
«Ellos nos acometieron,
pero postrados cayeron
entre el horror y el espanto;
nosotros, que á nombre tanto
como el de Dios aplaudimos,
restaurándonos vencimos,
sus escuadrones postramos,
triunfantes nos levantamos,
y blasfemos oprimimos.»
(¿fe) üiomitie satvum f¡ic regem:
«xaudt nos in die, quá tnvoccvtri-
mui te.
^^584
LAS QUINAS DE PORTUGAL ^^^^^^^^H
^^W
Remata «el salmo pidiendo
A Senaquerib mtfó
^^^^H
que libre al rey que le invoca,
el celesliBJ Paraninfo
^^^^H
que el corazón en la boca
ciento ochenta y cinco mil
^^^^1
el alma le está ofreciendo.
blasfemos, como él asirios.
^^^^H
Yo desia suene lo entiendo:
Trecientos solo* hebreos
^^^^H
que le dé audiencia en el día
con Gedeón su caudillo,
^^^H
que invocándole se fia
destrozaron de .Madián
^^^^H
(no en las armas, que es en vano)
lus mnumcralkks hijos;
^^^^H
en el nombre soberano
la mandíbula, ' ' - :;'io
^^^H
de Jesús y de María;
del nazareno (
^^^^H
que al rey conserve seguro
dio muerte á n. ^.^^i.
^^^H
T)ide el huésped de Sión:
Dios. Alfonso, te es propicio
^^^^H
no soy rey yo, ni blasón
cuando oigas dentro tu tien<
^^^^1
tan arrogante procuro,
el favorable sonido
^^^^H
Conde si, defensa y muro
de una campanilla sacra,
^^^^H
de Portugal, Dios su dueño,
sala! espacioso sitio
^^^^H
que de lan preciso empeño
de ese campo, alza los ojos.
^^^^H
tiene de sacarme airoso.
que cuando los tengas tijo«
^^^^m
(Oh, cansancio fasiidiosol
en esos globos de estrellas
^^^^H
venció mi sentido el sueño.
que, engastadas en zafiros.
^^^^
{Duérmese )
rosas del [ardin celeste
le sirven al sol de anillos.
^^^^|p
ESCUNA ni
verás lo que á la experiencia
^^V Tocan c
t arma y dicen dentro los versns siguientes
y á'tus venturas remito.
^H salt
dttputs GiMALbo con el traie gue en la cueva.
.Nn se atreve mi silencio
^^B y se ttvanta Don Alfonüo mttlio despierto sacando
á más que esto, que no es di
^^1 la espada, y detltnele GinALDO.
lenguaje mortal y humano
^^H
á explicar lo que es divino.
■ ÜNC.
(Dentro.)
Alienta ¡oh gran portuguc>t
el pecho, pues te ha escutt>d<
^H
¡Al arma! invencible Alfonso, ,
^^H
que el ejército morisco
la Omnipotencia monarca
^H
asalta nuestras trincheras. >
para que, en futuros siglos.
^H Todos.
lAI armal
por casi cien lustros tengan
^H Alfxjnso. Nombre benigno,
su; sucesores invictos
^H
nombre de Jesús glorioso,
el portugués soüo regio.
^^1
aceite en tierra vertido
ellos ramas, tú el principio.
^B
por la ingratitud hebrea.
Va tiemblan de sus espadas
^^B
siendo la cruz vuestro olivo,
la Etiopia, jumo al .Nilo:
en Arabia el mar dermeio:
en Asia, el Ganges y el Indo.
^^B
favoreced nuestro celo.
^H GiRALnc. Deienie, joven invicto,
^H
sosiega el pecho y repara
Reinará tu descendencia
^^1
si acaso otra vez me has visto.
hasta parar en Filipo,
^H Alfonso ¡Oh seneciud milagrosa!
segundo en los castellanos
^^1
¿No eres tú el que entre los riscos
y en el portugués dominio
^H
andando yo derrotado.
primero, el sabio, el prudenti
^^H
tesoro te hallé escondido;
y tras él, el sanio, el pió.
^^m
el que con sabios consejos.
tercero en los de este nombf
^H
con celestiales avisos.
heredando su apellido.
^^^^_^
mis pasiones refrenaste
con dos mundos á sus planli
^^^H
despenando mis sentidos;
el cuarto, el grande, el temid
^^^H
ct que. cual perla en la concha.
Ksio te promete el cie'io^^^
^^^^H
en el peñascoso hospicio,
estu en su nombre te dig^^H
^^^^H
alma de su obscuro centro,
¿quién se atreverá á lutfHH
^^^^1
cerrándote en sus retiros
si Dios es tu patrocinio^ (i^«9
^^^^B
me advertiste ser en vano
1
^
buscarte hasta que el peligro
^V
mayor ocasión te diese
ESCENA IV ^
'
de volver á verme?
Don Axro>c«« «»to. ^^H
1 GlRALDC
1. El mismo.
^^^^H
^^
el propio soy, claro Alfonso.
Profetice viejo, espera;
^^H
Giraldo fue mi apellido,
alienten lus vaticinios
^^H
en la milicia estimado
pechos que, aunque belicosa
^L
y en los yermos reducido.
No temas la multitud
lemcn tan arduo conflicto.
,üh nombre si<. '^bW
^^^^H
de bárbaros, sí, iniínilos.
¡oh glano cterr
^^^^H
tú Alcides, ellos p¡(;meos,
ouc en Belén, tasa uc ¡ an.
ae la espiga virgen quiso
K
l« asaltaren fementidos.
JOKNADX
PHIMEI^A 585 ^^H
nacer, para que niuricndo
pelea, yo estoy contigo; ^^^|
en heredad del bapiismo,
si á los infieles asaltas, ^^^H
produjese mieses lantas
vencerás en nombre mió. ^^^H
como la fe ampara hijusl
Alfonso. ¡Oh, serpiente misteriosa ^^^H
Pan que maná en el desierto
de aquel metal peregrino» ^^^H
tierno, sabroso y melifluo,
humano, por mis pecados ^^^H
1 fortaleció cuarenta años
si por vuestro ser divino. ^^^H
el pueblo fiel contra Kgiplo.
que en el desierto de un monte ^^^|
Pan que contra Jezabeles,
os colocan los heridos ^^^H
' viático en el camino
del áspid que venenoso ^^H
de Oreb, alienta al profeta
irritaron vuestros vicios! ^^^|
celador y palestino:
|Oh Juez, ya todo clemencia, ^^^|
Pan panal, que, león primero,
Que para perpetuo olvido ^^^M
de las locuras humanas, ^^^H
cordero ya puro y limpio
de la boca formidable
aunque al mundo habéis venido ^^^H
para Sansón almena hizo;
á residenciar culpados, ^^^H
1 pan que asegura victorias.
sois de suene compasivo ^^^H
1 á Abraham contra loscinco
que os echáis á las espaldas ^^^|
reyes infieles, que á Lot
la vara de los castigos! ^^^H
osaron llevar captivo,
¡Oh pan que levanta el bieldo ^^^H
en vos solamente espero.
de la cruz en fe que limpio ^^^H
en vuestro nombre confio,
dice la vil sinagoga ^^^|
en virtud vuestra me aliento.
milamus in panem lignum! ^^^H
yo en vos y vos conmigo.
¡Oh fruto de promisiónl ^^^H
(Tocan dentro chirimias y untt catnpa-
pues en vos goza el racimo ^^^|
ntHa.)
de la vid de ese madero, ^^^H
¡Ay cielo! Esta es la señal
la Iglesia (Moisés su tipo), ^^^|
que el venerable me dijo;
exprímaos la cruz lagar, ^^^H
salgo lemblándome el alma
amáseos la cruz, mi Cristo, ^^^|
al campo, aplazado sitio.
porque en la mesa os gocemos ^^^|
iQué densas obscuridades
juntamente pan y vino. ^^^|
al cielo entristecen viudos
{Losojoftn tierra.) ^^^H
del sol, su esposo, que á medias
Mas no, mi Dios; no, mi amante; ^^H
pane con él luz y ^iros!
Pero, válgame su amparo;
no, mi bien, no necesito ^^^M
veros con ojos corpóreos ^^^|
un rayo (cuanto benigno
mientras en la tierra vivo; ^^^|
luciente) sirve de Apolo
¿ sus cóncavos jacintos ( i );
dejad que mi fe os merezca ^^^M
deseándoos mis suspiros, ^^^|
cabellos de Ofir y Arabia
creyéndoos con mis afectos, ^^^|
peine en e! aire dormido
no viéndoos mis ojos tibios; j^^^H
y entre el ocioso silencio
á vuestro glorioso trono ^^^^^1
regocijan sus bullicios.
estas venturas remito, ^^^^1
aquí, mi Dios, se merezca ^^^H
que allá os gozaré infinito. ^^^H
ESCENA V
Cristo. Alfonso, alabo tu celo. ^^^|
' agradezco tus servicios. ^^^|
lRú«íc<i y sobrt un írono muy curioio bajt un J
, aut fioea á Christo crucificado, con ttk dtctn-/
tus afectos me enamoran, ^^^|
tie €Stá advertida^ /
fi ñeras tuyas estimo: ^^^|
i
no disminuyo tu fe, ^^^|
so. Ya se añaden esplendores
que el haberte aparecido ^^^|
que en su oriente cristalino
en lacruzcorporalmente ^^^|
perfilan nubes, espejos
cada cual un sol de vidrio
es por que, habiéndome visto, ^^^H
te fervorice mi amor ^^^H
i sobre un querúbico trono
tú y tu gente, y animosa ^^^H
escabel de sus vestigios;
postréis á mis enemigos. ^^^H
Buscáronte tus vasallos. ^H
ángeles son pedestales
de un piadoso crucifijo.
si con temor al principio, ^M
(¿4 capilla cantt *Christus regñat:y
ya por mi de esfuerzo llenos, ^H
lénganse dt rodillas.)
porque en sus pechos asisto; ^M
Postraos, alma; postraos, cuerpo;
su rey han de coronarte ^M
ojos de este objeto indignos,
de [Portugal; mis auxilios ^M
reverencialde humillados.
son impulsos de esta acción, ^M
Que yo con la fe le miro,
p Alfonso Enriquez, no temas
no procures resistirlos. ^M
Las armas que á Lusiiania ^M
otorga mi amor propicio, ^|
en cinco escudos celestes ^|
D otro maaascriio dict: «recinto»».
han de ser mis llagas cinco; ^M
586
LAS QflN'AS DE>6RTTtOAL
en forma de cruz se pongan,
Y con ellas, en dislinto
campo, los treinta dineros
con que el pueblo fcinenlido
me compró al avaro ingrato,
que después, en otro siglo,
lu escudu con el Algarbe
se orlará con sus cantillos,
(Desclava la mano diestra y riali la
bandera con tas armas que ha d* travr
uno de lo% án¡rtleí.\
Yo le las doy de mi mano,
>o con mi sangre te animo,
yo lu estandarte cnarbolo,
yo victorioso le afirmo.
jAlfonso. ai arma! debela
¿ un tiempo alarbes y vicios.
Reinarás en Lusitania,
)' eterno después conmigo.
(Mutka, y dfsapareet.)^
ESCENA VI
Ctauos, mtn«$ «I Nijlo qut hace dt Chmsto cruclJ(eado.
Alponm. Mi Dios, ^esperanzas lalesr*
Tal favor, tales cariños,
¿qué no engendrarán de aliemos,
qué valor no, qué no bríos?
¿Vuién por oiro gusto os deja?
¿(^uién al amoroso silbu
de tal pastor, tal amante
no pone al mundo en olvido.^
i¿>r dentro.)
Toóos. iArmal
Alfonso. Ya apellidan mis soldados
el combate.
>s. ¡Alfonso invicto,
al arma, al acometer!
iZKi.. ¡Muera el bárbaro morisco!
ESCENA Vil
Salem todos los PonTucresES que pudiesen.
Dow AuroMso
PaoRO. Gran señor, toda tu gente
pide la batalla á gritos:
cada cua! es un león;
si hasta aquí cordero ha sido;
no los dejes entibiar.
kLroNSo. (ioy del Apóstol divinu,
heroico patrón de España.
de nuestro Redentor primo.
es el día venturoso;
su nacimiento festivo
celebra la fe y la Iglesia
lo mesmo es que su martirio.
Tantas dichas y favores
en un día á un tiempo mismo,
¿que victorias no prometen?
Aqueste estandarte, amigos,
estas armas consagradas,
3UC de ios granates ricus
e la redención del hombre
Eúrpura eterna ha teñido,
ajó á honrar nuestra corona
desde el alcázar implreo;
E«AS.
Toóos.
ÜTROS.
sus ángeles las pintaron,
mi Dios su arühce ha üáK
venérenlas por má ¡
de hoy más los fra
las barras aragonesas,
los leones y castillos;
eternizarlas promete
por años, lustros y siglos,
la omnipotencia del cielo:
quien nos las dio fué Dios
Pues si Dios á Portugal
con armas ha enriquecido,
rey se sigue que tengamos,
rey en su nombre pedimos.
¡Viva .Alfonso, rey pnmefo
¡Viva Alfonso, rey inviciol
{Sube Doo Cioazalo en ■« j
»<intanl« en alto.}
GoNZAL. Portugueses, levantalde
sobre ese pavés conmigo.
Todos. ¡Porlugal por don Alfonsol
Alfonso. Ni repugno, ni resisto
porque sé que Dios lo ord<
puesto que yo no sea dign
Portugueses valerosos,
alentaos, apercibios
para cuando nazca el sol
en brazos del alba niño
á envidiar vuestras hazaña
Todos. ¡Viva Alfonso esclarecido!
Alfonso. Mi Dios, mi cruciticado,
¿qué más vivir que serviré
ESCENA VIH
Sale BoiTo de moro gracia**.
Hambriento de carne morí
el día que nu la mato,
ó de engañarla no trato,
ando mustiu: á la LeonofA
desemperramos ayer
y con su Muñiz está;
cercado el moro nos ba
celoso por la mujer;
pues antes que el sol los ri
aforre de su oropel,
á pesar del Ismarrel
me he de almorzar dos m<
Aun me vengo enmahooM
en mí alquicel y bonete.
y con el nombre de HAme
a su ejército he llegado.
Dios me la depare buena,
que si á dos ó tres engaño
haremos, ano, buen año
para el almuerzo y la cení
(ñas, hételos á los dos
que al cielo mi hambre do
ESCENA lA
Sattn mi Alfaqi'Í / otra Moiía.'^
Alfxquí. No escapará de «le dia
el cristiano.
Moro. Siendo vos
)«BNADA TEKClCHA 587 ^^H
morabito y alfáqul.
tecina, ¿por qué se ofende? ^^H
habráoslu va revelado
¿De qué manera se entiende ^^H
Mahoma.
el lucino de Mahoma? ^^H
f. De él he alcanzada
Porque hay mucha distinción, ^^H
1 su destrozo.
según lo que yo imagino. ^^^M
i^p) Perro, ansí.
entre el jamón y el tocino ^^^H
pues, estaos en ese lema,
y no niüs quita'et jamón ^^H'
que ambos me lo pagaréis.
el que al tocino mos quita. ^^H
lAh de los moros!
MoKO. Pues ¿no es una carne propia? ^^H
H, ¿Quién es?
Buzterona Alá y Zalima.
Britú. t£sa es' muy gentil gazopia. ^^H
Vamos andando; limita ^^^M
{Hace una rtvtrtncia muy grandt.)
nueso profeta arriero ^^^|i
^Quién es vuesa morería
todo manjar embarazo, ^^^|
que anda i estas horas en vela?
el jamón es un pedazo ^^^|
LÍ. ¿Quién sois vos?
y el tocino es todo entero, ^^|j
i Só centinela
si nu, escochar la razón. ^^H
Y hasta ahora he sido espía.
jL Yo tengo por Alfaqui
Quien dice: compre un tocino, ^^H
entero á llamarle vino; ^^H
licencia.
quien dice: compre un jamón. ^^H
No se debate,
dice un pedazo, esto es vero, ^^H
1 moro alfaquin ó alf<iyate,
y asi la ley de Mahoma ^^H
1 dése preito más aquí,
manda que nadie se coma ^^^M
1 que ya mi enojo se apraca
un tocino todo entero. ^^^B
y es josticia que os respete.
Alfaquí. Pues ¿quién le había de comer ^^^|
uí. ¿Llamáisos?
^^H
' El moro Hamete.
MoBO. Bien lo adjetiva. ^^^M
1 ¿Hamete?
BaiTO. Mahoma nunca nos priva ^^^f
1 Hamete y Hasaca,
de lo que es fácil de hacer, ^^^H
porque he sido pirinola.
mas de lo imposible si, ^^^|
*ít. Pues bien: ¿qué nos queréis?
que es »u ley muy apacible, ^^^|
1 Que penitencia me deis
y como es tan imposible ^^^|
1 de una culpa que, aunque es sola,
que un tocino quepa en mi ^^^1
' es la tal culpa mayor
todo entero, hay privación ^^^1
1 que dos puños.
del tocino y no ha lugar ^^^1
íL ¿Contra Alá?
en no poderse almorzar ^^^|
Contra allá y contra acullá,
lo menos, que es el jamón. ^^^|
Pero dejando esto á un lado... ^^^H
que soy grande pecador.
uf. Pues yo que soy alfaqui
ALFAQuf. Vos blasfemáis ó estáis loco. ^^^1
y el Alcorán he estudiado,
baiTO. (Andando puco d poco hacia el vestuario ) ^M
si me decís el pecado
Vamos andando otro poco; ^^H
sabré el remedio.
el vino me da coidado, ^^H
, Comí
que es argumento distinto, ^^H
1 cuatro libras de jamón.
porque Mahoma en su estanco ^^^|
hjl. ¿Y qué es jamón?
no dijo tinto ni branco. ^^^|
1 ¿Qué? Tocino.
Alfaqui. Privónos del blanco y tinto. ^^H
|il{f Quitaos de alli.
Bbito. Si; mas para remediallo ^^H
Lh (Escuptn con tuco.)
y comprir su mandamiento, ^^^|
^B V más que vino
siempre queá beber me asiento ^^^|
^"con chorizo, salchichón
hago voto de mezclalio, ^^H
y una morcilla por cabo
con que no le ofendo en nada ^^^|
de escuadra, pero no fraca,
ni hay en qué culparme pueda, ^^^^
porque dije, si se saca
que si el branco y tinto veda ^^H
un cravo con otro cravo.
no veda la calabriada. ^^H
ya que hice tal desatino,
Moro. ¿Adonde nos alejáis ^^^H
porque Mahoma se apraque,
del ejército? ¿Qué hacéis? ^^H
no es mucho que también saque
Barro. iEcfia mano.) ^^^M
un tocino á otro tocino,
Adonde, aunque más gritéis, ^^^H
y más que hubo vino y p^n.
ninglín socorro tengáis. ^^H^
{Van andando to* trta.)
Coma tocino ó no coma, ^^H!
put. Tal bebida y tal vocablo
alfaquin dell anticristo, ^^^H
1 el Alcorán lo ha vedado.
ó adorar en Jesucristo ^^^H
1. Si le vedó el Alcorán,
y errenegar de Mahoma, ^^H
por eso vos pido yo
« ó aparejar el garguero. ^^^|
el perdón por mi dinero;
Alraqu'Í. Luego, ¿no eres moro? ^^^|
pero decidme primero:
BftITO. ¿CÓOlO, ^^H
Mahoma, cuando mandó
si almorzándome un solomo ^^H
al moro que nunca coma
me bautizó un uberneror ^^H
L\S QUINAS DE PORTUGAL
Acabar, queeslúde prisa,
y alargarme los gaznates.
AlfaqcjI. Cristiano soy, no me males.
Brito. Pues quedárseme en camisa
que soy ropero morisco (i ),
) quien cristiano ha de ser
cristianas tien de traer
las ropas.
Moro. ^-Y éstas?
Bbito. Al cisco.
Acabemos.
Alpaquí. iQue al lin pudo
burlarnos un portuguésl
Berro. ¡Ropa afuera: acabar, puesl
ALFAQuf. Ya acabo.
Moro. Ya me desnudo.
inesnudándoloi sACa Aluno una $<rvi-
lltta y en ttla un ptdmo de )amútt, y al
otro una botella ¡Una.)
Bbito. Hasta quedar en pelota,
¿Qué hay en este borujón?
Un pedazo es de jamón.
.Sigan: ¿y estotro?" l'na bola.
Pues, hipócritas, picaños,
alcahuetes de la gula,
¿jamón y vino sin bula?
¿SOIS vosotros ermitaños?
(Tráif^aitlo al cuello debajo de la ropa.)
Buenas reliquias al cuello
contra los rayos colgáis;
por Dios, si no os bautizáis,
q^ue os he de pringar con ello.
h.ntrense en esa bodega
donde moros deposito
á quien ropa y vidas quito,
que si cada cual me ruega
que le deje cristianado,
un tabernero vecino
lo hará, pues, bota y tocino
es tenerlo más andado.
Entrar, señor Alfaquin,
mientras con llave los cierro. {Dalet.)
Alfaqií. ¡Mahomal
Bbito. ¿Qué dice el perro?
Moro. ¡Alál
Brito. ¿Q^^ &^^^ ^^ mastín?
Galgos, entrar y chitón, {Entramt.)
mientras hacer determino
gorgoritos con el vino,
pinitos con el jamón.
(Comt, t>tbe y vate )
ESCENA X
Salen Don Alfcmso y lot otros tta: 1'ürti'<>ueses.
Marc^a.
Alfonso. Cumplirlas obligaciones
del alma en primer lugar,
animosos portugueses,
y alcanzaréis lo demás.
Egas. Ya todos, rey generoso,
confesados, llorado han,
(i) En el «cgunüa inanuicriTo 5( lee csic Tcrso:
•que e$t ropafc t* morisco.*
sus culpas y en d coDi^lM
incruento del altar
han recreado las almas,
Alfonso. Pues en <e del sacro P»n,|
sol que entre nubes se ab
ambrosia celestial,
cordero cu a r-' -—'ir,
amor que a esiéi
por viriles y _...
de ese candido cr;
la victoria os asegui
dioses sois si ¿ Dios llevi
ESCENA XI
SateliiMAtt. con alfanje y adarguj
Ismael. Alfonso desvanecido,
rey de un instante no mi%,
que le coronaste anoche
por que llegues á juntar
el laurel a tus cipreses,
los gozos con el pesar,
jqué esperas que no te ri^
Cercado, mísero, estás
de trescientos mil infantes,
tigre hambriento cada ci
no necesitan de Hechas,
no de alfanjes que csmal
en sangre que el temor
que á soplos os matarán. '
Yo mismo vengo en personj
compasivo de tu edad,
á que uses de mi clemenC
acción que no hice jamll
Dame á Leonora por du<
desocupa á Portugal,
niega la ley del Baptismc
sigue la de mi Alcorán,
casaréte con Cclima,
deuda mia, y poseerás
á Jerez de Extremadura
en dichosa y quieta pac.
Alfonso. |0h, bárbaro descreído,
que, descendiente de Agí
su esclavitud es lu herer
pues ella lo fué de Abrah
¿Tú persuadirme á que !
la secta torpe y bestial
de tus bárbaros errores,
de tu profeta infernal?
Saca el frenético acero,
que presto en éste verás
cuan poco le favorece
tu blasfema impunidad.
Ismael. Aguarda, desvanecídoi
Mis alarbe;, ¿qué espcril
Segura tenéis la presa;
sino es que saben volar, _
no se os irá de las manosT
r4l
Alfonso. Ea, héroes de Portugal,
jcierra España. Santiagoí
que en su fiesta peleáU.
(feltando entran; y **/« •<
leandu. En»* contra loé Morotj
se entra, luego 1)«A« l.ev««Cj
mitmii lot drmét.)
JOPNADA TERCERA
589
fin Ismael invencible,
|Ucvo sol, segundo Alá,
>mpeiidor de Mahoma!
_ Iquí de nuestro Alcorán;
que este prodigio dci cielo,
I esie español Aníbal.
■Mste Ficrcules portugués
^Hls de bronce.
1^ Hoy veofiarán
mis enojos á mi padre.
Canalla torpe, esperad
á una mujer portuguesa,
porque á sus pies advirtáis
que hay Semíramis cristianas,
que amazonas castas hay,
que hav en Portugal Minervas,
^Prodigios de nuestra edad,
^^M^í Entras* tr<:if lof Moro*, y ia/e Giral«la
^^^tltandu con el mismu Ira jé.)
lio. En defensa de la cru¿,
justo es, canas, que volváis
al ya jubilado acero,
M pues Dios aliento nos da.
^^L ( Vasi piUando)
ESCENA XII
LFOKMt con la bandera dttuí armai slrm-
yXion Eo*í contra las Moro», y <li«(r««e r>o.N
titeando y también lr,t dltmát Poutugu»-
1^
a, valiente Muñiz;
ca, valeroso Páez;
fuerte Amaya, Fría, Coutiño,
Viegas noble, destrozad,
romped, seguid los infieles;
hierba es inútil que está
esterilizando torpe
la católica heredad.
Segadores de la iglesia
sois, su cizaña arr-ancad,
que Dios, padre de familias,
os apercibe el jornal.
pe sus llagas soy alférez,
íisto es nuestro capirán,
¡van con tanto caudillo
as quinas de Portugal!
(Enlrarnt ptltando.)
ESCENA Xm
Sate BniTo tras los Modo*.
*ullos con agraz por Julio
Siz que es sabroso manjar;
pues en el temor sois pollos
^jfo he de poner el agraz.
Hvaya agora aqueste grumo.
^B^ [Daltsy catnA
^V ¡Y como que hay!
Hendo buñuelos de azufre
en el entresuelo está.
Huye de este fiero lobo.
Nu por ahí, por acá:
iA*ucSillaJiii los mrlrtn la cu*va.)
métanse en la ratonera
Alfonso.
Todos.
AuroNso.
Gonzalo
Pedro.
Alfonso.
donde los chero embolstr
para herdellos baratillo;
aqueste se llama ¡zasl íPain.}
Otj»0. ¡Alá, favor!
Rrito. Allá busca,
pues por aquí van allá,
IKnlrant* jftiíanáo.)
ESCENA IV
Salín todos de marelta.
Murió el blasfemo Ismael.
¡Victoria por Portugal!
¡Victoria por nuestras quínasl i
Huyendo los moros van. '
Innumerables han muerto.
(Ponrn la Ifandera dt lat fufiidt en MR
trofeo eminente, y al colocar la cruf (o*
guen cHirimtas y todoi <e hincaran dt ro~
ditlas cuando lo diga fíoa Alfaaso.)
Esas armas colocad,
católicos portugueses,
sobre nuestro trono real;
postrar todos las rodillas.—
«Cruz santa que al i.eviatán
mortífero nos rendistes,
árbol del segundo Adán,
que la fruta del primero
venenosa, remediáis
con ese engerto pendiente.
Dios eterno, hombre mortal,
llagas por mi bien abiertas,
aunque las abrió mi mal,
que hasta vuestro corazón
la entrada nos franqueáis,
vuestra ha sido esta victoria;
triunfad, mis llagas, triunfad,
y eternice en vuestras quinas
sus blasones Portugal.»
{l.einintanse y música,)
Premiemos ahora, amigos,
hazañas que el lauro os dan.
Yo he prometido á la ctuz
una Orden militar;
las aves que el vuelo alzaron
cuando nos dieron señal
de esta vitoria celeste
también á esta Orden darán
nombre que no eclipse el tiempo:
que, aunque de Alcántara es ya,
las aves del vaticinio
de Avís la han de intitular.
Sed vos su primer maestre
su caudillo y capitán,
valiente Gonzalo Viegas,
Gonzalo. Feliz si tus pies me das.
Alfonso. A vos, que en vejez dichosa,
(jiraldo, pronosticáis
laureles hoy conseguidos,
os tengo de presentar
para arzobispo y pastor
Bracar«nse.
GifiALDo. Ya mi edad...
Alfonso. Basta; harámc esta merced
la romana sanildad.
Sge
LAS QUINAS DE PORTUGAL
Gonzalo
Alfonso.
Pedro.
Alfonso.
ECAS.
Alfonso
Gonzalo Méndez de Amay*
adelantado será
mayor, pues lo es en sus hechos,
del reino de Portugal.
Siglos en vez de años cuentes.
A vos también, Pedro Páez,
mi alférez mayor os nombro.
Premio es de lu mano real.
Déle á don Egas Muñiz
por ámame y por leal,
Leonor, la mano de esposa,
puei es de mi casa ya
caballerizo mayor.
Llegó mi felicidad
á lo sumo dei deseo.
. Y á doña Klvira Gualtar,
un tiempo amoroso hechizo
de mis años, mejorar
«.upo afectos religiosa,
Teresa y Urraca están
á mi cargo y son mis hijas;
la primera casará
con don Fernando Martínez,
Marte en guerra, Numaen paz,
siendo señor de Braganza,
y la segunda tendrá
«I noble don Pedro Alfonso
de V legas, nuevo Anibal,
por consorte esposo y dueño.
Ya surca Matilde el mar,
bella infanta de Saboya,
para que pueda reinar,
como mi esposa en mi pecho,
como sol en Portugal.
ESCENA XV
Sale BniTO.— Dichos.
BitiTO. Vengan á la almoneda.
Airosso. ¡Britol
hm-TO. ¿Cherenme comprar
para agujetas de perro.
porque sino rabiarán.
una hacina de moriKOsi*
Alfonso. ¿Haslos muerto tú?
Brito. Verá:
s« soy m 'tno.
¿quien U' ^-- maltr?]
Alfonso. Doyte por cada .:¿beza
cien cruzados.
Brito. Pues cruzan
y vayan grande con chjco,
hételos adonde están,
(Descubre uh montón demor
iinc/S iotre otrot rn difevtnttti
Alfonso. Cobarde valiente fuiste,
mayores premios tendrií.
De tu aldea eres señor.
Brito. Pues no me pienso casar.
Alfonso. Vamos al templo celeste,
á la mesa del Maná,
á las aras del Cordero,
al convite del altar,
donde entre puroN viriles
la fe nos muestra al lsa*o
de su padre sacrificio,
del mundo felicidad;
csntarále esta victoria
himnos dulces en la paz.
pues han triunfado en la g(5w
Las Quinas de PurtugaL
Todo lo historial de esta comedia se hi
cado con puntualidad verdadera de mo¿
autores, ansí portugueses como caíidiij
especialmente del Epitome de .Manuel def]
y Sousa, parte 3.\ cap. i. en la «"^*^
mero Conde de Portugal, pág. 33i>: fl^-"
que, y cap. ii, en la del primer Rej
lugal D. Alfonso Knriqucz. pág. .*'
lolUT»; ítem del librillo eo latín int
i>era regum Portugaliae Genealogi
tor, Duarte Núñcz, lurisconsulto. i
Enrico portugaliae comité, fol. a tí.i
Aifonso primo Portugaliae regcfó^
esto y todo lo que además de ellO'
esta representación se roñe, con so ll
los pies de la Santa .Madre Iglesia y al il
censura de lo que con caridad j sufioml
enmendaren.
En Madrid á 8 de Marzo de :638. ,
El Maestro Fr;iv Gabri
BELLACO SOIS, GÓMEZ
PERSO N AS
Do^k Ana.
boceguillas.
Don Gbbgorio.
montilla..
Tres Cocheros.
Tres Estudiantes.
Doña. Petronila.
Don Francisco.
Un Alguacil.
Dos GiRCHETES*
Melchoka.
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
ía Ama, de hombrt. como dt camino, Cun la
t S*.ñ Juan al ptcnOf y BocKauii.i.Ai, gra'
Esta es la venta maldita
que intitulan de Viveros,
con su alameda, que enana,
ha sido á tanto suceso
otra selva de aventuras.
Aquí tienen su colegio
los grajos de esta comarca,
cuyos pollos ios venteros
bautizan en palominos;
y á todo escolar hambriento
le dan grajuna ñambre
en lugar de perro muerto;
aqui cuantos se cnsoianan
se matriculan primero;
en toda dama bullaque
lodo jácaro cochero;
aqui, en ñn, si hacemos noche,
le espera, cuando cenemos,
vino del .Monte Calvario,
pan como un veintidoseno,
rocín-ternera en adobo,
barbo, esto si, jarameño,
corto mantel de la .Mancha,
pie de taza por salero,
y, en llegando el lanío monta,
aceitunas de reniegos.
Ana. [A y, francesas hosieriasl
BocKc. Dicen que e) rico avariento
fué de Francia.
Ana. Anda, borracho.
Pilatos, si.
BocEG. .Soy un necio.
(Dtntru vocts y rifia.)
EsT. I." jAqui de lodo el Alcarria!
CocH. I.* I Aqui del cochisla gremio!
,;Ramos? ,;Garrancho? ¿Palomo?
¿Juan el Zurdo? ¿Gil el Tuerto?
Ana. ¿Por qué serán estos gritos?
ESCENA II
■'iaUn con terciados tres EsTusMKTRt, con gifer»t
ir*s CocHSKos, y MonriLLA, con daga, riH*nd». —
DichiH.
BoCEG.
Ana.
BoCEG.
EST. 1."
CoCH. I.*
EST.
Pendencia es, sin duda, en cueros,
vel jarros, pan cotidiano
de sopistas y cocheros;
calla y verás maravillas.
Pues aquí nos retiremos,
que gusto de carambolas
semejantes.
Toma puesto.
¡Fuera dije!
¡Vive Cristol
jTéngase todo gifero,
todo gorrista terciado,
todo bribón de convento!
|EI codillo ha sido burro
á pagar de mi dinerol
Pues repÓDgal«.
BELLACO SOIS, COMEZ
COCII. 2.'
MONTILL.
Grecoh.
KST. I."
Grcgor.
EsT. a."
Gregüp.
MOSTILI..
MoNTiLL. ¿Qué llama
reponer, aunque sobre eso?
EsT. 1." No hay sobre eso ó sobre esotro;
yo soy )ucz y lo sentencio.
MoNTiLU. Aunque lo sentencien cuantos
aran v cavan.
ESCENA III
Salt DoM GtiBGOMio. — Dicuoi.
¿Qué es esto,
Monlilla? Pues tú alborotas
la venta.
Quieren con fieros,
porcionistas y arrcmulas,
meternos aqui los dedos
por los ojos.
A él le digo
tenga un poco de respeto,
que aquí toda es gente honrada.
¿Quién lo niega?
^Por qué es ello?
No es más que por treinta cuartos.
¿De qué los debe?
Del juego.
¿A qué jugabas?
Al hombre,
y oi^a vuested si los debo.
So era postre; salió un cinco
de bastos; róbele en premio
de que me entró el as garrote,
el rey, Ja sota y, con ellos,
el tres, que hacen cinco triunfos;
báldeme de copas luego,
porque ya lo estaba de oros;
los otros dos compañeros
casi lodos carta blanca
pasaban: pero, soberbio
et que era mano, se hizo hombre
cuando se vio, escuche el cuento,
con la trinca coronada,
malilla, espada y tras éstos,
otros dos con el caballo
y el as de oros. Dijo: «Empiezo»;
sacó el rey doblón, ahorquéle;
el cinco de espadas juego;
atraviesa el socio un triunfo
con que el hombre sin remedio
se halló de otro rey baldado;
lo mismo fué el rey tercero,
de copas, que imitó á Judas,
ahorcado de pie de perro:
vuélvole por las espadas,
que se llevó sin remedio
el tal hombre, atravesando
entonces los cuatro leños;
triunfa con la espada; sirvo
con el cinco: hago lo mcsmo
con la sota, i la malilla,
y quedóse el pobre güero
con solo un triunfo á caballo.
mas con el rey s« le pesco;
vióse el dicho con tres bazas,
con un par los compañeros,
yo con tres, y faltaba una
ian solamente. Aqui es ello.
Enséñeles en la maní
para rematar el pleitd
por última cartí» el bi
Dicen, pues porque me meto,
habiéndole visto todos jáJ
en la baraja y no le echo ^H
en la mesa, que fué burro*^^
que el codillo por él pierdo
y que reponga !aj)olla.
¿Sentenciara tal uayfcros?
EsT. a.** Sentenciáralo una muía.
MoNTiLL. ¿Por qué?
HsT. I.' Porque dio rtcthi
de que jugó con '
y, la décima, ene i
debajo del basto. quisO ^H
darnos papilla, con miedo^|
de que, echando los dos naipn
en la tabla, y manifiesto
el burro, no le pagase.
GttEuOR. Ahora, amigos, chico pie
sirva por mi este doblón
de montante.
EsT. 1." iCaballero!
¡De veinticinco quilatesl
jPor Crisiol
CocH. a.* Eche acá esos hu»
que es muy honrado el .M<
y esta pendencia mójeme "
MoNTiLi,. Yo, por mi.
EsT. I ." Pues, yo, por i
CocH. 2." Chala, saca vino y queso.
EsT. 2." I Víctor el dona pecuniaíf
j Víctor el accipe argeniti
CocH. I.' Victor también en rom*n<
[Vive el coime!
EsT. T.' ¿No bebem<
{[ÍHtranM* EatuilikitiM ^(
ESCENA IV
Dichos, menat ittoi
Boceo. En estacadas vinosas
no hay otras leyes
más de que, herido
ponga la sangre un pelU
Ana. Boceguillas, mal aliño
en la dicha venia vemos i
Eara pedir gollerías,
una hace.
Boceo. ¿Y es barro dj
Ana. Pues alto de aqui. ¡A er
GaEGOR. ¿Vais á Madrid, cabakl«r<]
Ana. Voy; muy á vuestro seri
Grec.or. Si desde aqui á allá merexcc
aliviaros lo penoso
de la soledad, lo mcsmo
quisiera excusar con rus.
Ana. Interesado Iu acepto.
Grccor. ¿De dónde venís?
Ana. De Ital
y Ñapóles, por lo incac
¿Y vos?
^ ACTO PRIMERO
^^^M
3R. DeCalatayud
Ana.
¿Cómo dijisies? ^^^^|
agora; aunque ha poco tiempo
Gpegor.
Toledo y Leiva soy. ^^^|
que milité en Lombardis.
Ana.
(Ap.) iCielost ^^M
¿Qué es lo que o\go>(A í/ )Origmano ■
lOh! pues, siendo ansí, tendremos,
para tres leguas que faltan,
sois de España; pero deudos ^^H
gustoso entretenimiento.
en Ñapóles, generosos, ^^^H
Ea: no hay sino picar.
conozco yo que, herederos ^^^H
ÍR. Sufrios un poco y cenemos:
de aquel don Antonio, pasmo ^^^h
En venta y con tanta bulla
de Francia, por quien vio preso ^^^|
hallaréis mal aparejo.
el Alcázar de Madrid ^^^|
OR. Yo traigo lo que nos baste
al Valois de más esfuer20, ^^^M
para tomar un refresco.
se juzgan ya italianos. ^^^|
Uno, don Gómez, soy de ésos: ^^H
¡Monlilla! dentro ese bosque,
Ghegor.
que más parece bosquejo,
más que noble, venturoso, ^^H
cenaremos sin ruido;
si serviros á vos puedo. ^^H
busca el sitio más á cuento
Ana.
Besóos las manos; querría, ^M
y más libre de embarazos.
en fe de lo que ya os debo, ^^H
y en él la cena prevennos.
que algún buen hado me trujo ^^^|
rtLL. A registrar las bizaras
á este sitio á conoceros, ^^^|
Toy como un lebrel.
saber de vos cierta cosa. ^^^f
DR. Traemos
Grkgor.
Llave tenéis de mi pecho, ^^^H
con cuatro frascos de vidrio,
basta ser Avalos vos. ^^^|
agua, vino y nieve en ellos,
Ana.
La mano otra vez os beso. ^^^1
un corcho de Zaragoza
Gpegop.
Es para mí ese apellido ^^^M
que, empegado por de dentro
^H
y de baqueta el ropaje,
Ana.
Y viene con eso ^^^|
juzgo que no echaréis menos
lo que yo he de preguntaros. ^^H
cantimploras cortesanas.
GftKGOR.
Decid, pues, que estoy suspenso. ^^H
1 Son prevenciones de cuerdo.
Ana.
Para más claras noticias, ^^H
|©R. Acompáñale un jamón
don Gregorio, lo primero ^^H
de Molina, y os prometo
que supongo es que en Milán ^^^|
que á Rute y las Algarrobillas
servicios de vuestro acero ^^^|
se las apuesta.
os granjearon las plazas ^^^H
Os lo creo.
más honradas, y, ascendiendo ^^^|
DR. Cocióse éste en vino blanco.
)or ellos, fuistes dos años ^M
^laese de Campo de un tercio ^^H
^^ clavos, canela, romero.
^B^y está tierno como un agua,
^y Me aplico mucho á lo tierno.
de española infantería. ^^^^
¿No es ansí? ^^H
Rw. Vitela ó ternera en pan,
Gregoa.
Estáis en lo cierto. ^^|
del mismo modo un conejo
Ana.
Lo segundo que supongo ^^H
y una caja para postre.
es que, mediando ambos deudos, ^^H
Lo dulce es lindo: Laiis Leo,
pretendistcs desposaros H
OR. Anda, pues, y date prisa.
en Ñapóles ese tiempo, ^^H
sin haberla jamás visto, ^^^|
Ayúdale tú.
G. Para eso
con una dama, que os puedo ^^^|
hallárame lodo rumbo
afirmar que en lo virtuoso ^^^|
haldas en cinta.
fué el prodigio de aquel reino. ^^^|
Acabemos.
Doña Ana Dávalos tuvo ^^^|
^^m (Vanse los dos.)
por nombre, que ya recelo ^^^^
que desaires no ajustados ^^^|
á vuestros nobles empeños ^^^|
^m ESCENA V
la tienen sin nombre y vida. ^^^|
^^^ Do.^A Ama y Doi» Crkgorio.
Gregor.
Sentirialo en extremo, ^^^H
que es doña Ana el soldé Italia; ^^^|
DR. ¿Es vuestro nombre?
pero mejor lo hará el cielo. ^^^|
Don Gómez
Ana.
Ahora, pues, que confesasles ^^^|
Dávalos.
todos estos presupuestos, ^^^|
DR. La que en el pecho
decidme: ¿con qué motivo, ^^H
noblemente os califica
habiéndola, en nombre vuestro, ^^^|
abona blasones vuestros.
dado la mano de esposo, ^^H
Nací en Ñapóles. Mis padres
ausente vos, un tercero, ^M
de Rui López descendieron,
rehusasles ejecuciones '^^^^l
el que en Castilla á validos
dejo lástimas y ejemplos.
en cosa de tanto peso, ^^^^H
desacreditando fácil ^^^^H
Pero jcómo os llamáis vos?
OB. Don Gregorio de Toledo
•
la fe vucsira y su respeto? ^M
Pues si os admitió doña Ana, ^^^ñ
y Lciva.
no por amor, que, sin veros, ^^H
COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA. — TOMO ti
^
^H
^^^s^
BELLACO SOIS, tíOME^^^^^^^^^^^^^B
^^^
mal pudiera enamorarse.
en beldades de años licrnoí
^^^^b
sino obediente á consejos
su inclinación adulaban.
^^^^^^^_^
de canas, por quien se rige,
sino en el bridón travieso.
^^^^^^^k
todos cuantos se los dieron
con la escopeta y el dardo.
^^^^^^B
á instancia vuestra, agraviados,
persiguiendo al lobo, al de
^^^^^^B
no juzgan vuestro desprecio
al jabalí, al gamo, al oso,
^^^^^^^H
menos que con causa mucha.
discurrir bosques y ccm».
^^^^^^H
Y el escándalo, que ciego
volar la garza, U grulla.
^^^^^^^1
echa siempre á la peor parle
malar la perdiz al vuelo;
^^^^^^^H
con cualquiera fundamento,
hojear en la quietud
^^^^^^^1
en desdoro de doña Ana,
de las tinieblas cuadernos
^^^^^^H
osa eclipsar el espejo
filósofos, comentarlos,
^^^^^^^^p
más claro que vio la corte
soltarles los argumentos
^^^^^^^
napolitana.
y, hecha academia su casa.
^H^Grbuoh.
Di reos.
las noches de los inviernos.
^^^K
ya que como consanguíneo
en disputas semejantes
^^^^^^
tan de parle suya os veo,
hurlar las horas al sueño.
^^^^^^^B
ires suficientes motivos
Yo, que imaginaba entono
^^^^^^^b
con que quedéis satisfecho,
ser marido de un sujeto
^^^^^^^
V yo, con vos, disculpado.
proporcionado á los nudos
^^1
Kscuchad.
del fecundo sacramento.
^V
^Tres por lo menos
rehusé esposa que usurpas
^^1
^ulicicnies, Don Oregorioi*
las acciones á su dueño.
^^L
Decid, decid.
y con mujer para tanto
^H Gkc«op-
E\ primero.
juzgué el tálamo molesto.
^^1
y que es más considerable.
Salióme á esta coyuntura.
^^H
fué el saber los galanteos,
en la corte de estos reinos,
^H
después que por otra mano
el lance más venturoso
^H
me vi en sus coyundas preso,
que pude pedir al cielo,
^^^^^^^^
del marqués Pompeyo Ursino,
porque doña Petronila
^^^^^^K
siendo relator él mesmo,
Leiva y Osorio, que á emp
^^^^^^^H
que vino á ver nuestro campo.
de amistad con un tio suji'
^^^^^^H
de favores que excedieron
añade el del parentesco.
^^^^^^^B
permisiones cortesanas,
le hereda en un mayorazp
^^^^^^Hr
y aunque muchas veces celos
cuantioso; y agora el viejc
^^^^^^H
en quien ama perdidoso,
castellano de Milán
^^^^V^
suelen alargar el freno
la enriquece en su gobiern
^^^^^M
á la pasión destemplada.
este, que es íntimo mío.
^^^^m
y está indiciado Pompeyo,
ha sazonado deseos
^^^^H
como mozo, en esta parle
de que me acerque á su S4
^^^^B
más que debiera, no es cuerdo
con vinculo más csirechO|
^^^^1
quien ignora que en los puntos
persuadiendo á su sobrina
^^^^^B
del honor siempre valieron,
lazos que alegren mi cuell
^^^^H
si hav indicios opinables,
al tálamo, ya aceptado.
^^^^B
más ios dichos que los hechos.
V, en fin, el ultimo pliego.
^^^RAna-
^•Pompeyo favorecido
ia posesión me asegura
con un retrato tan bello
^^^^^K
lamás de doña Ana^
^^^^■GnEuuR.
Aquesto
que, cuando á costa del ai
^^^^B
nic afirmó no una vez sola.
míenla el pincel lisonjero.
^^^^B
Servios, para que demos
no la opinión, no la famo^
^^^^B^
tin á cuentos tan pesados,
que es, don Gómez, ia qu<
^^^^^^^H
no interrumpir los progresos
y me la pinta el milaRro
<ie .NUdrid. Voy, en eícto.
^^^^^^^H
que me mandáis que os resuma.
^^^^A»k.
Proseguidlos, que, si puedo.
á llamarme esposo suyo;
^^m
me templaré lo que duren.
pues siendo vos un discrd
^H Grecíoh.
Yo, pues, no á su amor sujeto,
tendréis estos tres moUvoi
^H^
como ni esa dama al mió,
por suficientes. Cenemos,
^^^^_
pues, como advertís, sin vernos
Avv. Tiene más dificultades
^^^^h
fuera difícil amarnos,
la cena, que ya no acep(0|
^^^^^H
y las sospechas tras esto,
de lo que habéis vos juzga
^^^^H
de lo referido tuve
y en ella el plato primero
^^^^^H
noticia de que, saliendo
ha de ser reconveniros.
^^^^B
de la esfera esa señora
en los desalumbr i
^^^^^t
que piden las de su sexo,
indignos de vucsir,^ .. :,
^^^^^L
no bastidores, no agujas,
con que avergonzaros pid
^^^^^^r-
no estrados nobles y quicios,
intimaréoslus ahora.
L
nu galas, común hechizo
estéis ó no estéis atento.
ACTO PRIMERO
595
Dios sabe, en acabando,
juicn cenará ó no; yo vengo
lesde Malta en vuestra busca,
donde, aunqe mozo, año y medio
cumplí con obligaciones
del hábito que profeso.
Dona Ana fué hermana mía.
¡Doña Ana! Eso no, que tengo
certidumbre que eila sola
nació en su casa.
Ksio es cierto,
y falsa esa certidumbre;
el mucho amor que la debo,
^porque heredase á mis padres,
me obligó á la cruz que al pecho
el yugo excluye amoroso;
baste lo dicho en cuanto esto,
y en lo demás escuchadme,
veréis cuan sin fundamento
estriban vuestros engaños
en los motivos propuestos.
Pompeyo Ursino, que supo
la fama que en menosprecio
de mi hermana publicasies,
y del debido respecto
que se debe á tai Trsino,
añrma con juramento,
no sólo que no os ha hablado
en su vida acerca de esto,
más que nunca el competiros
le pasó por pensamiento;
porque, sin tener noticia
de mi hermana, otros empleos
á su amor proporcionados
le llevaron los afectos;
sobre el caso os desafía
en una carta que dejo
en la maleta, y no sé
sí habrá de dárosla tiempo;
veis aquí el primer motivo,
contra vos tan manifiesto,
que en lugar de acreditaros
os añade vituperios;
como también el segundo,
porque en Italia no es nuevo:
las mujeres de alta sanare
desmentir ocios molestos
en la caza y en los libros,
porque de pocas sabemos,
de las prendas de mi hermana,
2ue no alcancen, cuando menos,
entender letras latinas
y ejercer por pasatiempo
ya el cañón, que imita al rayo;
31a el venablo y ya el acero. '
No privó Dios á las laleb
los ejercicios honestos
de las letras y las armas
si discurrir por ejemplos
sólo (entre fas maldiciones
que en el delicio primero
echó á la primera madre)
fué el sujetarla al imperio
del varón, consorte suyo;
y sé yo que este precepto
nadie con vos le guardara
cual mi hermana, á ser su dueño.
Luego viene á reducirse
en el motivo tercero
todo cuanto caviloso
en los dos habéis propuesto.
Y este también, veldo vos,
más parece liscal vuestro
que agente en vuestras disculpas;
porque si, como os concedo,
el no haber visto á mi hermana
fué causa que los incendios
de su amor no os abrasasen,
ausente en Milán, ^qué fuego
amoroso os dio sus alas
para que. volando á tiento
á ver vuestra Petronila,
os hechizase tan presto?
Diréis que el verla en retrato.
Diré yo lo que vos mesmo:
que son flojos incentivos
los pinceles y los lienzos;
el mayorazgo en la corte,
el interés avariento.
Sor más que aleguéis excusas,
izo vuestro amor logrero.
Ya mi hermana, don Gregorio,
murió. Ya pide en el ciclo
satisfacción de su agravio;
y yo, que en su nombre quedo
bucesor de sus injurias,
por ella y por mí pretendo
acreditar sus desdoros,
probándoos no lo haber hecho
según las obligaciones
que á toda mujer debieron
conservándoles la fama
los nobles y caballeros.
Desnudad la espada aKora,
que en la justicia que alego,
(Sácala Uoña Aaa.)
fio que iréis á cenar
al otro mundo. Ea...
Greoor. Templo,
rapaz, en fe de mis años.
vuestros mozos desacierlus
por los pocos, aún nt; abriles,
que precipitáis soberbio.
Andad con Dios á la corte
y en ella me poned pleito:
iráos mejor con letrados
que aquí con armas y fierus.
Ana. i Don Gregoriol [Don Gregorio!
Si acostumbrado á desprecios
con bellezas de mi sangre
presumís hacer lo mesmo
con los Avalos, varones,
engañáisos. |V¡ve el cielo,
si no sacáis la cuchilla^
que os matel
Greüor. Escarmenlaréos (.sácd/«.y
con.ella,comoáunmuchacho.(iuürii ) ,
ESCENA VI
Sait BtPCE'.i'ii I 4». Entrante tos (iox acu€liiliantto y
tuiffU sale Doña Ana tnvainanJo
BocEü. iFuera dije! ¿<jaé es aquesto?
Greüor. iJesiis! ¡Muerto soy!
Boceo. Ahorróse
d« Avícenas y Galenos.
iPara lamo, y tan lampiño!
Ana, Su soberbia es quien le ha muerto.
Métele en esa espesura,
no den con él al encuentro,
y enfrena á prisa.
BocEG. {Bien dichol
que la bulla de allá dentro,
entre la laza y los naipes,
guarda á esta hazaña el silencio.
Acógele '.ú entretanto.
Ana. Junto á la Puente le espero. CVoíf )
Bor.EG. Desmentiremos caminos
echando hacia Paracuellos. (>'<»*< )
ESCENA Vil
Saltn DofiA Petronila y Don Francisco.
Petron. Diéraos los brazos yo agora,
en albricias de la vida
2ue juzgaba en vos perdida,
ser de ellos tan señora
como otras veces.
Fbanc. Pues ¿quién
los brazos os enajena.**
Petron. Quien, porque puede, me ordena
que á nuevo dueño se den.
Toda la corle ha creído
que en Tarragona os mataron.
F^ANC. Si envidiosos desearon
que lo hiciese vuestro olvido,
gracias, mi señora, á Dios,
vivo vuelvo, á que podáis,
con las nuevas que me dais,
matarme de celos vos.
Si del modo que os oí
más de una vez, me hospedara
vuestro pecho, conservara
las linezisqueos creí,
y el alma, que no se inclina,
si bien quiere, á falsedades,
pronosticara verdades
por la pane de divina
que tiene; echárame menos
y. adelantándoos enojos,
00 os consintiera los ojos
lan alegres y serenos.
Vos, si, me matáis de veras,
no asaltos, tiros ni balas.
Pbtpon. De las nuevas, cuando malas,
siempre se creen las primeras;
las que tuvimos de vos
fueron de que os habian muerto;
quíseos bien, sabéis que es cieno;
pero no estando los dos
desposados, si exteriores
demonstracioncs hiciera,
motivo á malicias diera
de atentos censuradores.
Venís vivo. jDiosos guardel
Falsas nuevas desmentís;
pero, aunque vivo venís.
Fiara amarme venís larde.
Ume casado en Milán
mi tío; acepié el contrato;
KOfV
"i
sustituyóme un retratoí
es nobíe, es rico, es ^alte.
Juzgóle ya tan cercano,
que, si en la corte no esii,
brevemenie llegará
á ejecutarme en la mano.
Ved, pues, si es lance forxc
cumplir esta obligación:
vos muerto en la estimación,
y él de próximo mi esposo.
Franc. Gustosa habéis enviudado
en la voluntad primera,
pues el medio año siquiera
el luto no habéis guardado^
Muchos añosos gozad,
ya que en vos mi amor expu
que quien me mató en menUra
hará que salga verdad.
Poraue, volviéndome loco
los oesengaños que escucho,
no harán en matarme mucho
si en fingirlo hicieron poce
Petron. Oid, don Francisco, otd.
Esperad, que la templanu
logra tal vez su esperanza;^
dejad que llegue á Madrid
el tal vuestro opositor,
y ambos á dos litigad,
que siempre es la voluniadj
tibia sin competidor.
Alegue el en su derecho
la acción que le da mi lio;
que libre está mi albedrío
confesándoos que, en mi
antes que á él os dló lugar
quíseos bien, y al forastero'
ni le aborrezco ni quiero,
porque sin ver no hay amí
Luego hasta aquí prcfenif
estáis en la antelación
de mi primera afición,
y retiraros vencido,
cuando con ventajas tantas
podéis litigar, sería
desairosa cobardía.
Franc. i Ay, Petronila, que encanl
y enamoras con rigoresl
¿Quién de ti pudo creer
que en mi ofensa hab'a de bw
pleito tu amor de acreedocoí ;
ESCENA Yin
Sale Melciiora. — Di
MeLCM. Esta carta con su porte
me dio un mozo para ti.
iJesúsl ¿Don Francisco aaol?
¿Vivo, sano y en la cortcr
¡Válgame Dios, y qué susto
me hadado vuesa mcsté.
Franc. Vivo no. que mal podr¿
vivir si mata un disgusio.
Sano tampoco, Melchorafj
pues en la cama cai
del desengaño; mas ü
idcH
tas
ACTO PRIMERO
$97
en la corte, que cada hora
mud& amantes como galas.
tCM. Llorado le hemos las dos
más de un mes. Líbrenos Dios
de nuevas que son tan malas.
{Apartt.) \Si fuese de don Gregorio
la lal cana!
En buena fe
que csia noche le soñé
que estaba en el Purgatorio.
No hay muerte como una ausencia,
tues que las vidas aparta.
o que contiene esta cana
veré con vuestra licencia, (.\trtla.)
Será del dueño felice
que va tan cerca esperáis.
¡Adiósl
fRON. No quiero que os vais;
escuchalda, que asi dice:
(Lee.) «Don Gregorio, mi señor,
que iba á serviros y i veros,
en la venta de Viveros,
según nos dice el doctor,
dará fin triste á su amor;
porque de una leve herida
está al Laus Deo de la vida
y ya el aliento le falta,
biósela un capón de Malta
que sobra para homicida. {Asusias*.)
Tómanle la sangre aquí
V el dinero; llevaráse
a Rejas y cuídaráse
de su cuerpo y alma allí;
corre la cuenta por mi
de dárosla; un- pasajero
es de aquesta el mensajero,
por cuya prisa concluyo;
Montilla. lacayo suyo,
y de hoy más vuestro escudero.»
¡Válgame Dios, qué desgracia!
No la tengo por tal yo.
Ni el que la carta escribió,
que, á fe que estaba de gracia.
¿Qué haremos, Melchora, en esto?
Sea mentira ó sea verdad,
el caso C6 de calidad,
que en virtud de él te amonesto
vayas á Rejas al punto,
j Y si éste algún cómo fuese?
Dado que asi sucediese,
ó le hallásemos difunto,
lucirá más la fíneza
de quien dueño le aguardaba.
¡Que este susto me esperaba!
Cuando por ellos empieza
amor y se muestra arisco
dicen que después se deja
ensillar.
¿Qué me aconseja
en lal caso don Francisco?
Mi amor, que no vais allá;
I que sí, mi cortesía,
a vuestra, desde este día,
en mi estimación tendrá
el abono que merece.
iQué cuerdo y qué generoso!
kHC Scri el ir con vos forzoso,
rnoN.
ILCH.
pTRON.
ILCII.
por lo que un camino ofrece.
Petpon. Tan obligada lo acepto
como habéis de hallar después.
ESCENA IX
Sale DoÜA Ana, d* hombre, alborotada.— 1>k»q%.
Ana. ¡Señores! si es interés
de nobles, que en un aprieto
fortuito y peligroso
se socorra á un desgraciadu,
á un hombre la muerte ht; dado
contra mi honor alevoso;
viene tras mí la justicia
y en sus manos casi estoy;
amparadme, pues os doy
de mis des^racias noticia.
Petron. Entraos en ese aposento. {Éntrate,)
Otra desdicha, Melchora.
Mklch. Vienen á pares cada hora.
Petbo.n. Ciérrale en él a! momento.
Franc. Alabo vuestra piedad.
Petron. |Qué mozo es el delincuente!
Franc. Siempre el agravio es valiente
y suple cualquiera edad.
ESCENA X
Salen un Alguacil y tres E>bihros,— Diouos.
Alg. Aquí entró. .No hay escaparse.
Prtron. ¿ETn mí casa la justicia?
Señores; ¿qué es esio?
Alg. Casos
que forzosamente obligan
á no mirar en respectos;
vuesas mercedes me digan
dónde un mozo se escondió,
de un caballero homicida,
que en la venta de Viveros
será milagro que viva.
¡Ay, cielos! ¿Quién es el muerto?
Si su desgracia os lastima,
el herido es don Gregorio
de Leyva Toledo y Silva.
]Desdichada de mi! Que ese
que decís á ser venia
mi esposo desde Milán.
Alü. Vengad, pues, vuestra desdicha
manifestándome al reo.
Petron. (•■t ^^on Francisco y d Melchor*, quedo.\ i
¡Pluguiera á Dios! Nadie diga
que sabe de él.
Ai.G. ¿Dónde está?
Petron. No ha entrado aquí; que la vida
diera )^o por la venganza
de tal insulto.
Alg. La vista
no es posible que se engañe;
por aquestas puertas mismas
entró, huyendo de nosotros.
Melcm. Debió de subirse arriba
ó esconderse tras la puerta.
pETao.s. Los cuartos altos habita
un conde; búsqucnle en ellos;
aue yo prometo en albricias
e su prisión un diamante.
Petron.
At.G.
Petron.
REI.LA.CO SOIS,
Ato. Será, pues, cosa precisa
regislrar loda esta casa,
ya que, por ser compasiva,
sois cruel con vuestro esposo.
Pt-TPON. Perdonóos esa malicia;
mas mirad que á la en que estáis
se le guardan coriesias
Al (i. No es agora tiempo de ellas.
Suban al cuarto de aniba
y examinen sus rincones,
{Vanst dos.)
entretanto que registra
mi vista todo este cuarto (i).
MüLCir. {Ap.) El pobrecito peligra.
( Abren la puerla por donde entró floñ»
Ana, y éniranse el Alguacil, Mclchora y
il Esbirro.}
Khan'c. No hará tal viviendo yo;
que quien los estorbos quila
á mi amor, y impide celos,
mi amistad y espada obliga.
Petbon. Don Francisco, ¿estáis en vos?*
¡Teneos!
Franc. Doña Petronila:
ú he de morir ó librarle.
ESCENA XI
Salen Melciioiu )' Doña Aha dt mujer con un sere-
ntrii tn la cd^«{d— Dichos.
Mei.cii. Siempre ol mal se multiplica.
Ana. |Masla mi cama dos hombres!
lEsio ha de sufrirse, prima!
¿Y en casa vuestra?
Petron. ^ué es esio?
Mrlch. Disfraces por tropelía.
(Anáa el Aguacil entrando y satiendo,
como que busca al reo.)
Asa. ¿Tenéis tan poca conñanza
de lo que mi honor estima
su crédito, que las noches
que al reposo me retiran
me echáis la llave vos propia,
y hasta las once del dia
no consentís que me vea
el sol, con no ser su ninfa;
y cuando á dormir la siesta
me encierro, medio vestida,
dais en mi aposento entrada
ádos hombres?
Fi»ANC. La justicia
tiene licencia, señora.
Rara tales demasías,
o os asustéis, que no es nada.
(.A Doña Petronila.)
Suplicóte que prosigas
con esta ñcción sabrosa;
pues es la persona digna,
que la inventó, por su ingenio,
de todo amparo y estima-
(t) Este verso y el anterior te hallan al margenen
•uaiituciÓQ de otros tachado* que decían:
«AuiUACiL. Entre conmigo Valdivia,
Abran esta puerta.
Mblch. i Ay, ciel04t» «fe.
Ana. ¡JUiíicia crí"
¡Válgame Dios. qucd(
Pues ,;qué ha ' '
Pftron. ¡(Jué cansada iíilhhui i¿i
Ya te han dicho que no es
Éntrate allá.
ESCENA XII
Safen los 4oi E»aritKof.— tncjioa.
Ai.G. I." No hay quien dig
cosa en casa de provecho.
No he perdonado oficina,
pieza, jardín, cofre, poxo.
hasta la caballeriza,
hasta debajo las camas;
pues jpor Dios! que no aluc|
mis ojos, y que le vieron
entrar por aquí.
Ai.o, 2.» Allá arriba
todos se hacen ignorantes;
si bien una berberisca,
esclavü en el apariencia,
no sé que pasos afirma
que sintió en los corredor
como de quien huye á priii
pero piensa que jugaban
algunos de la familia.
Alo. i.° Saltaría á esotra casa.
AuG. a." Es sin duda.
Pktho-v. No le diga
tercera vez que allá te cfltre
Acabemos ya.
Ana. iQué esquird^
Ya recetarás que el Conde,
á titulo de visita,
me ha de robar con los ojc
pues sosiégúese tu envidia
y acaba ya de casarte
con él, sin que me persistas.
Pues todo se cae en cas*
y en esotro cuarto habtt«,
ven tij á tocarme, Melchora.<r
Melch. Sazonado hermalrodita,
jquien le revdó mi nombre?
Alo. Hecho habernos exquisitas
diligencias, aunque en vano.
Perdonad, señora mía;
que en ministerios como tt\
no cumple quien no avcrtg
ESCENA XIU
DofiA PemoNiLA y Don FitAnctt
Petron. ¿Gistes vos en novela
por sazonada, aplaudida,
suceso á éste semejante?
Franc. La necesidad afila
los aceros al ingenio,
y el riesgo le sutiliza
desenvoltura agradable.
■
ACTO PRIMERCl 699 ^M
PtON.
Cuando debiera, ofendida.
ansí mi desvalimiento, ^^^H
r
aborrecerle, me alegro
mi esperanza resucita. '^^^l
[
viendo que por mi se libra.
PETaoN. ^Quién os dijo á vos que un conde ^H
Inc.
Yo, á lo menos, seré ingrato
sobre estas piezas habita, ^M
f
si, con la hacienda y la vida,
y el nombre de esa criada? ^H
1
desde hoy más no le agradezco
Ana. ¿Quién, mi señora? Vos misma ^^^B
1
medras de su bizarría.
al alguacil, deslumhrando ^^^H
L
Llamémosle: mas él sale.
violencias de su pesquisa, ^^^H
y mandando que Melchora. ^^^H
hasta en aquesto advenida, ^^^H
ESCENA XIV
con llave me asegurase. ^^^H
IJOÜA
Am, tfe mujtr, y Mblchora— Dimos.
Prran.s. Decís bien; pero me adit^iía ^^^H
que os vistiesedes tan presto, ^^^H
i.
Si plunnas no os eternizan,
y que cuando lo examina ^^^1
todo el interés, pues siempre ^^^H
si no os celebran, señora.
por la fénix de Caslilta.
dicen que es lince en la vista, ^^^H
no hay conocimiento en ella,
no reparase en la ropa ^^^H
ni en mí, desde aqueste día.
que os quitasies. ^^^H
,
sangre que noble me llame,
Ana. Mal podía, ^^H
fe que, como esclava, os sirva
si me la puse debajo; ^^^|
si, ingrato á tantas mercedes,
cerróme el temor y prisa ^^^|
toida el alma no os dedica,
en esa cuadra, hallé en ella ^^^H
la voluntad, la memoria.
ropa, jubón y basquina: ^^^H
el aliento que respira.
esta curiosa toalla ^^^H
los pensamientos que engendra
las almohadas cubría, ^^^^|
WON.
y las potencias que anima.-
que haciéndola serenero, ^^^^^H
So os quiero empeñado tanto.
los ministerios duplica; ^^^^^H
que á mí propia me debía
sirvió la capa de enaguns; ^^^^|
el socorro que aqui hallasles
acomodé luego encima ^^^H
y me le pago á mi misma,
lo femenil, y al sombrero ^^^H
si bien tiene circunstancias.
un clavo tras las cortinas ^^^|
K.
Melchora me dio noticia
de la cama; espada y daga ^^^1
de ellas, y sé que de Italia
también escriipulos quitan, ^^H
caminaba el que venía
durmiendo entre los colchonesi ^^^M
á intitularos su prenda;
revuelvo sábanas limpias ^^^H
mas, si no desacreditan
entre la colcha y frazadas ^^^H
la verdad enemistades.
de manera que atestiguan ^^^H
creed que no os merecía
que me levantaba entonces; ^^^H
y que, en N'ápoles casado,
entra la turba ministra, ^^^M
debéis estar á la herida
asiisiome a lo dunccllo ^^^H
que le dieron mis ofensas
salgo, si descolorida ^H
de algún modo agradecida.
ó no del tal sobresalto ^^^M
Sabréis el por qué á su tiempo.
lo3 que lo vieron lo digan. ^^^M
INC.
¿Qué mejor que ésle? Decilda .
y quedo libre y sin costas ^^^H
mucho de eso, ilustre joven;
prr vos, señora divina, ^^^^|
proseguid siquiera en cifra.
V por este caballero. ^^^^|
Ya la noche nos avisa ^^^^|
desempeñaréis deseos
que no ha mucho se ofrecían
que restituya disfraces; ^^^^|
por vos á cualquiera lance.
Tendré el serviros á dicha.
sácame, Melchora amiga, ^^^H
\X.
O'apúrtUa.) ^M
TRON.
Quédese eso por agora;
sombrero, daga y espada, ^M
que estimo en más vuestra vida
que esa relación, no obstante
que apenas dará'la risa ^H
í Dtsnuiia ti trajt dt mu/rr.) ^H
del alba mañana al campo ^1
lo que me importad oírla;
mirad que aquí corréis riesgo.
ios gajes que le matizan, H
lA.
Siendo vos la imagen mía
cuando volveré gozoso ^H
del socorro, no osará
á haceros una visita. ^H
ofenderla la justicia.
(Qutiio tn cutrpo, la capa Como faldt* ^H
tlin, outt< pon» frt lu lugar ; y thnt ln ^H
Cru^ at San Juan en tila.) ^H
Pktron. Cumplidlo ansí, que hasta entonc«S ^M
tengo de ju/gar prolija ^^^H
la ^^^H
Fpanc. [Üué airoso mozol ^^^H
ÍTRON.
lA.
¡Qué bien el traje os asienta!
Si yo ignorara el enigma,
iqué de celos fulminara
de vosl
Basta, que fulminan
rayos, señora, esos ojos
que agradezco, mientras miran
8 este caballero afables.
Petron. iQuó agradable bizarría! ^^^1
Melcii. Todo 10 escondido traigo. ^^^H
(Melchora con lo ^ue pidió, y póittula ^H
ANC
1
Si los vuestros patrocinan
DoA* An».) ^H
^^^^^000
BELLACO SOIS, g6mE2 ^^^^^H
^^m
Venga. Favorable prima,
y todas á costa mía, ^^^
^^H
adiós. Caballero, adiós.
¿cómo pueden ser en vano
^^m Pktron.
¿Volveréis?
si, mientras á verk vais.
^^1
Por una vida
y á un enfermo salud dai]
le quitáis la vida i un itn
^^H
enlre los dos empeñada. (Va$*.)
^H FrAnc.
¿Y qué ha de haber de partida
Pbtbon. Don Gómez: las cortéiías
^^H
é Rejas?
precisas no son amorei.
^^B Petron.
Dormir sobre ello,
Ana. Vos mal lograréis las llore
■
que agora esioy indecisa.
de mis ya abreviados dias,
Petron. Vino á casarse conmigo
no menos que de Milán;
^^1
^^1
es mi deudo, ¿qué dirán
■
ACTO SEGUNDO
si de mi sangre desdigo.*
|Ay, don Gómez! nunca (
t*ktA ca^A n« enseñara*
^1
Ó, ya que en ella os librara.
H
ESCENA PRIMERA
nunca yo pusiera en vos
los ojos que lastimarse
^^^^^ DofíA Ama
^4i titudiantt bizarro, y DoñA Pktiiomla.
supieron, para encenderse, ^
pues les dio el compadectf
^^^^PAna.
Todo cuanio he referido
motivos de desvel«rse;
^^^^^
es infalible verdad.
de mi piedad os valLstes,
^H^ Petkon.
^Hombre de tal falsedad
nunca el cielo permitiera
^^H
pretende ser mi marido?
No lo permitan los cielos.
que yo tan piadosa fuera.
^^B
pues cuando dama os ting
^^H
Ansí engaña la presencia
. tan hermosa os llegué á v<
^^H
de una agradable apariencia.
mudado el hábito y nomb(
^^1 Petron.
Y vos, que excusáis recelos
que diera yo por ser homl
^^H
de que os prenda la justicia.
para haceros mi mujer.
^^^^^
vengador de vuestra hermana,
lo mismo que después did
^^^H
cubriendo con la sotana
cuando el traje os dcsnudj
^^^^B
la cruz de vuestra milicia.
de mujer y os resiaurasics
^^^^^H
¿por qué el nombre no mudáis
de la suerte que el vestido?
á vuestra forma primer*.
^^^^^p
Pero esto para después.
^^K Ana.
Basta mudar de apellido.
Vino á esta corte el herido
^H Pethon.
Pues ¿de qué suerte os llamáis?
por vos. Si con él he sido.
^^M
Don Gómez Portocarrero.
visitándole, cortés,
^H Pethon.
¿Y si el don Gómez hiciese
y regalándole, noble
lamoicnos puedo atirmar
^^1
que alguno aqu{ os conociese?
^H Ana.
Nunca del nombre primero,
que si llegara á ignorar ,
^^H
que de pila el vulgo llama,
lo civil del trato doble, m
^^^^
se suele hacer mucha cuenta;
que con vuesrra muerU hfl
^^^^H
no pudo verme en la venta
usó, y vos me referís H
^^^^B
quien para su esposa os ama;
el amor que me ainbuii H
^^^^H
pues de noche y fuera de ella,
y la sangre que cercana H
^^^^^H
como la luna que hacía,
tengo suya, concluyera H
^^^^H
por entre nubes nos vía,
conmigo dificultades ^
^^^^H
ya era luna, ya era estrella;
y, enlazando voluntades,
^^^^H
y ansí entre claro y obscuro
al tálamo nos uniera; ^
^^^^H
lo que advirtió en mi semblante
Jorque no me negaréis fl
^^^^H
con el hábito estudiante.
o que en él es tan n.iinrio,»
^^^^H
mi señora, lo aseguro;
y que tiene don G ■
^^^^^H
estimo vuestros temores;
aunque mal con i , M
^^^^H
¡ojalá fueran desvelos!
excelentes perfecciones. fl
^^^^^1
pero tratemos de celos,
Ana. La mayor es celebrarla» H
^^^^^H
que son sal de los amores.
vuestro abono. (•* lotruu^
^^^^B
Diez días ha que mi enemigo
Pbtron. El alabaitaM
^^^^H
en Madrid, convaleciente.
se quede en ponderacifl^^H
^^^^H
por veros á vos presente,
no por esto os demud^^^B
^^^^H
ved lo poco á que os obligo.
que ya él acabó conmigo; ■
^^^^H
juzgándole por difunto,
esto supuesto, prosigo ^-
^^^^^H
sin peligro y en pie está;
para que me aconsc|éis. H
^^^^^B
porque á vos, ¿quién os verá
Volvistes á verme el dU ^M
^^^^H
que no resucite al punto?
siguiente de aquel fracttfO^|
^^^^^B
Visttáisle cada día.
que os abrió en mi cas« ^^|
^^^^H
regaláisle de hora en hora;
y añadióos la hipocrc»ja H
L
tantas tíñelas, señora.
del científico disfraz H
^^Hp 6oi ^^M
^B] trajedizo estudiante
que no por ese defecto ^^^|
^Knio hechizo en lo galante,
menos os he de querer. ^^^H
^Hintft guerra entre la paz
Ana. ¿Imagináísme mujer? ^^H
^l^a que ese hábito asegura.
Petkon. Peor. ^^H
que ignorando el mal que encierra,
Ana. iQué bajo concepto ^^H
locó en mis ojos á guerra,
habéis formado de mil ^^H
en que abrasarme procura;
Petron. ^De vos yo? De dos renglones ^^H
que hace la superstición
culpad manifestaciones ^^H
de esios siglos ignorantes.
trabajosas. ^^H
en tas viudas y estudiantes
Ana. ¿Cómo así? ^^H
gala la recolección.
Petron. Esperaos, y mostraréos ^^H
Sí en mujer, pues, transformada,
dos lineas solas; y en ellas ^^H
mis varoniles deseos
la causa de mis querellas ^^H
me hicieron en sus recreos
y estorbo de mis deseos. ^^H
celosa y enamorada,
(Saca un papel; rómpttt y in$éñalt dos ^^^M
si después que os desnudastes,
ya Adonis, Venus primero,
solos renglones } ^^^H
Hacen mención de la herida ^^^|
¡cuánto, galán lisonjero,
pasada: ved vuestra falta. ^^H
mis potencias despeñasies!
Ana. <£«f.) «Diósela un capón de Malta, ^^M
Y si, estudiante después,
<\ue sobra para homicida.» ^^|
hn mi sobresalto poco ^^H
sois tres veces mi homicida,
tres veces por vos perdida,
conoceréis qué verdad ^^H
y mi alma obligada á tres;
tenga aquesta falsedad: ^^H
á don Francisco, que alega
sazonado anduvo el loco ^^H
mi primera voluntad;
que intentó, necio y cobarde, ^^H
al que vuestra enemistad
valerse de estos engaños; ^^H
hirió, y á casarse llega.
yo tengo diez y nueve años, ^^H
y con mis afecto á vos,
los Avalos barban tarde; ^^^|
pues en tan arduo interés
veréis cu&n presto desmiento ^^H
valéis vos solo por tres,
malicias del delator; ^^H
y ellos no más que por dos.
volvamos á vuestro amor; ^^^|
¿Cómo saldré de esie abismo,
diréos en él lo que siento, ^^\.
si no es que en vuestro consejo
pues pedís que os aconseje.
libradas mis dudas dejo
Don Gregorio no ha de ser
juez y parte de vos mismo?
cj^uien os llegue á poseer.
Esta mano he de besaros (BétoMtia.}
bste, señora, se deje.
antes que esa plaza admita,
que vos no habéis de casaros
y aunque mi bien solicita,
con quien me ha ofendido á mi.
primero he de preguntaros:
Con don Francisco, eso sí;
¿Qué imposibles pena os dan
que supo, fume, obligaros;
cuando mi esposa os espero?
que supo, ausente, quereros;
N. Dos terribles considero:
olvidándole, serviros;
una la Cruz de San Juan
ofendiéndole, sufriros.
en el pecho, que deshace,
y constante, mereceros.
Es mi amigo; el otro no.
casta toda y toda nieve.
el yugo amoroso y leve
y ansí, por mí, habéis de amarle.
1 que nuestras almas enlace.
1 Ese está tan en mi mano
y al otro ni aun escucharle,
basta gustarde esto yo.
como veréis algún dia;
Y pues juez me señaláis
el segundo, prenda mia.
de esta causa, y prometéis
os falla decir.
que de mi no apelaréis,
iN. Que en vano
fallamos que asi lo hagáis.
piensa encubrir vuestra edad
Pktbon. ¿Cómo don Gómez, pues vos
naturales desengaños
que, como juez, definís.
que han de pregonar los años
siendo parte os excluís
en vuestra cara.
sentenciando por los dos?
Aclarad
iQué tibio amorl ¡Qué severol
mis ese enigma.
¡Qué presto quién sois dijislesl
»N. Si, haré;
Ana. Asesor vuestro me hicisies.
pero excusad los colores
la justicia es lo primero.
de la mia entre temores
Petron. ¿Es esa la voluntad.
1 que os han de enojar.
tantas veces ponderada,
¿Porqué? ♦
que me tenéis?
)fi. ¿Qué sé yo? Sabéislo vos.
Ana. Comparada
y dudo manifestarlos.
con la razón y amistad.
Si vos queréis declararlos
cuando á la justicia toca,
solos estamos los dos ;
ésta se ha de anteponer.
602
Pethon. ¡Qué poca debe de ser!
Ana- Esperad: veréis si es poca.
Boceguilias entra acá.
ESCENA II
BocB(iuit.LAS y MütcNORA.— Dichas.
Boceo. Señor me llama, Melchor».
Melch. También llamará señora:
salgamos los dos allá.
Boceo. <Qué manda el dómine mío?
Melch. Acá vengo yo también.
Ana. Di lú, que lo sabes bien,
pues siempre de ti me fio,
qué finezas, qué desvelos
me hace esta mgrata pasar.
Dilo.
Boceo. Eso es nunca acabar:
ansias, llantos, quejas, celos;
st fueran maravedises,
llenáramos de vellón
desde Madrid al Japón,
los Bajos y Altos paises.
Ayudaba el otro día
¿ misa, que lo hace bien,
y por responder «Amén»,
dijo: «Petronila mia».
Las noches tan desveladas
de claro en claro pasamos,
que, aunque por dormir, turnamos
almidones y almendradas,
una de éstas, entre sueños,
se levantó y dio iras mi,
diciendo: «¡Ah, traidor!, aquí
le tengo; de los empeños
de mi honor será notorio
el desquite.» Desperté,
y dijele: «¿A mi.'' ¿Por qué,
no siendo yo don Gregorio?»
«Si eres, dijo, que causar
á mi hermana te atreviste
la muerte, y pues la ofendiste,
no te has de peironilar.»
«.Mira que soy, le respondo,
don Francisco.» «Kse es mi amigo,
replica, mas no me obligo
con celos á nadie.» Escondo
la cabeza tras un poste;
mas tiró tal cuchillada,
como quien no dice nada,
que me obligó á decir: «¡Ostcl»,
pero olvidóseme el puto;
silbóme, huyendo, al desván
y él dijo: «A los de San Juan,
ni Bajá ni JVIarabuto
se les escapa.» Me aturdo
de miedo, kstaba allí un gato,
si de Roma por lo chalo,
del infierno por lo zurdo.
2ue una jácara maullaba
una gala pcUvísca;
preciábase esta de arisca,
y el mi2 que la requebraba,
encrespándose se atufa
creyéndonos pretendientes
y, mostrándonos los dientes.
BELLACO SOIS, GÓMEZ
gruñe el uno, el otro fUla,
y cada cual desenvaina
dos cajas de á die¿ cuchitli>\
sirvióme á mi de zarcilh^b
la gaticia, que era zaini
y colgúseme á una orejí _
que, pensándola orcjóo,'
la sirvió de colación
á vueltas de una guedeja;
el romo á la cara vuela
de mi amo, agraz de su boJ^
y. pautándosela toda,
como muchacho de escuela,^
dijo entonces, medio en si:
«)<)h, infame! ¿Tú me acuc
¿Estamos en Boceguilias?»
«En él no, mas con él sí»,
dije, y ambos lloraduelos
repetíamos á ratos:
«Petronila, hasta los gilos
nos aruñan por tus celos.»
Salió el planeta membrilio,
y en la cura del tal cuento
se gastó un bote de ungOcnt»
almártaga y amarillo,
Tamo le ama, ¡vive D¡c«l
que con Pyramo se iguala.
Ana. ¡Anda, vete enhoramala!
BocKG. Y esio, aquí para los dos.
PfiTBON. En efelo. ¿En qué quedar
vos y yo?
Ana. En que si esta v(
pronuncié, er\ virtud de fut
contra mi mismo el fallara
ya, como don Gómez, sóU
os pido, mueno por vos,
que á ninguno de tos dos
améis; ni aun al misrnoAi
que hasta éste celos me da.
PsTPON. La mano de amigos ¡cal f/
Ana. ¡Ojalá de esposo sea!
Petron. jAy, Dios, qué tierno! (Oja
ESCENA in
Sà DoK PiiAHCtsco r y*lo$ dt Im mamm.{
MOMTII.LA .
Franc, Falta de padrinos tiene
este feliz desposorio, (C#<«i:
pues...
MoNTiLL. Mi señor don Gr
á veros, señora, viene;
siendo ésta la vez primera
que los pies pone en la calle
Franc. Presto podréis despachaUr
si ser vuestro esposo «pva,
pues le ocupa la posada
tan discreta prevención.
Petron. Cumplir esta obligación,
cuanto precisa cansada,
es fuerza: esperad lew doi,
y con menos sentimicnló,
don Francisco, en un lOienio
donde habéis tenido vos
más pane que Imaginiif,
\
^^^^^f ACTO ^^H
f pues es vuestro protecior
me tiene sm «lina á mí. ^^^|
^^-Quien juzgáis compciidor.
también él ha de penar. (Vdnjfj ^^H
^Hpi presto no despacháis
^^H
Hbm visila juagaré
^^^^^1
que la recebis con gusto.
ESCENA V ^^M
t<. Menos tiempo de lo jusio,
Saltn MoMTlIXA }' BOCBÓUIl.LAS. ^^^^H
don Gómez, la ocuparé, t V'«w<.>
,
MoNTiLL. ¡Ah, caballero! ^^^|
^K
BocEü. {■^p) Recelo ^^^|
^P ESCENA IV
' que me conoció el Monlilla. ^^^|
r DiCRO». mcnoTDoñA Pbtronila.
MoNTiLL. Caballero, no de silla, ^^^|
L
sino de manta ó en pelo: ^^^|
^BQu¿ poca satisfacción
^Hk>s ce os, amigo, dan!
unapalabia. ^^H
RocBG. Abreviar ^^H
^^Pues, por la cruz de San Juan,
con ella, y hablar sin fieros. ^^^^H
que los fundáis sin razón;
MoNTtu.. Kn la venta de Viveros ^^^^H
porque en las manos ceñidas
^no lo vi yo ministrar ^^^^H
' que maliciáis en los dos,
a! criminal por civil ^^^H
< íuistes la visagra vos
desbarbado^ ^^^M
I á vuestro amor reducidas:
Boceo. Sí vería, ^^^|
quitn bodas ausente ordena,
puesto que no era de día, __^^^|
para asegurar su amor,
á la luz de algún candil. I^^^^l
1 nombrando un procurador.
MoNTiLL. Pues, cómplice en el delito, ^^^^H
se casa por mano ajena.
jcómo se anda por aquí? ^^^^H
Boceo. Yo, Montilta, osasisi ^^^|
Esto mismo á hacer me atrevo
por cumplir con mi amisiad:
en lodo lo requisito ^^^H
lograr vuestra voluntad
de la tal cena fiambre, ^^^H
Y pagaros lo que os debo.
y cuando mi amo le hirió ^^^|
Celos son descun Hados
al punto las afufó ^^^|
y de pasión tan avara,
dejándome con el hambre. ^^^|
que nunca yo los osara
Pasó entonces por la Puente ^^^|
pedir dineros prestados,
bama tengo yo en .Madrid,
un caballero estudiante; ^^^|
seguíle, aunaue de portante ^^H
volaba, y fué tan clemente ^^H
que habéis de ver esta larde.
V hacer de mi dicha alarde.
No me respondáis: venid.
que, informado del suceso, ^^H
plaza en su casa me ha dado: ^^^|
que os he de dejar corrido
habémonos combinado, ^^^|
por lo que habéis maliciado.
:. bar excusas no acusado
yo mequetrefe, él travieso; ^^^|
sirvole de gentilhombre, ^^^^
^_^ sospechoso siempre ha sido,
porque lo soy, como ve, ^^^|
^Bty más con la calidad
y, aunque las manos mud¿, ^^H
^Fdc ese traje; que el engaño
no han mudado ellos el nombre: ^^H
se matricula cada año
don Gómez, como el primero, ^^^|
en cualquiera facultad:
el segundo; pero aquél ^^^ñ
embelecos y estudiantes
Avalos y Pimentel, ^^^M
lodo es uno.
y estotro Portocarrero. ^^^|
En conclusión.
^:Queda más por preguntar? ^^^|
no hay regla sin excepción:
MoNTiLL. Mucho más. ^^^|
ves y yo somos amantes,
BocEG. Estoy de prisa. ^^^|
MoNTiLL. ,jQué causa tiene el precisa ^^^|
mas en distintos sujetos;
lo que dure esta visita
en esta casa? ^^^|
vuestra amistad me permita
BocEc. El estar ^^^|
que os comunique secretos
con don Gómez, de esta dama ^^^|
conque hagáis, después, de mi,
^^^H
ccnhanza más segura.
MoMTiLL. ¿'Quién los emprimó? ^^^|
BocEG. Sus padres, ó ¿qué se yo?; ^^^|
rc- Vamos; que amor es locura,
y celos su frenesí.
Verá oíros nuevos secretos:
ansí lo afirma la fama. ^^^|
MoNTiLL. Luego ,jél también será primo ^^^H
don Gregorio, por cuidado,
de la fámula Melchora? ^^^B
todas las tardes al Prado
Boceo. Si ella imita á su señora ^M
sale de los Recoletos;
y yo al amo, que es mi arrimo, ^^^M
yo he de ir allá, y un engaño
un mismo deudo tendremos; ^^^^
me ha de lograr dos intentos:
porque los sirvientes y amos ^^^^
proseguir mis pensamientos
por un estilo emprimamos ^^^|
y vengarme con lo extraño;
con las hembras que queremos. ^^^^
su desvelo ha de aumentar
MoNTtLL. Eso es lo que yo aguardaba: ^^^|
1 mi industria; que pues aquí
saque la espada. ^^^|
6o4
BELLACO SOIS^ GÓmEZ
BocFG. No puedo.
MoNTiLL. ¿Cómo no? ¡Será de miedo!
Ana. {.d« dentro.) ¡Ah, Boceguillas! Acaba.
BocEG. ¿Velo? Por hoy se desarmen
pendencias.
MoNTiLL. ¿Pues por qué ho>?
BocEú. Es miércoles; y yo soy
devotisimo del Carmen,
y en él carne... |r.¡ aun la locot
MoNTiLL. fAh, cobardel No le atreves.
Boceo. Hoy no; mas mañana es jueves,
y mañana...
MONTILL. ¿Qué?...
BocEG. Tampoco, ivate.)
ESCENA VJ
Sattn Üo9^ Pbtrohila y Don Gmeoobío, por báculo la
tspada.
Petron, Convaleciente, señor,
importará recogeros
temprano.
GftEcoit. Quien vive en veros,
no viéndoos se halla peor.
Petron. Estimóos ese favor;
pero es muy á costa vuestra.
Crigor. Si he de sacar por la muestra,
juzgando por lo exterior,
hermosa señora mia,
en vos la mercaduría
no me enseña mucho amor
lo tibio con que me habláis.
ESCENA Vil
Sale Mblciioma.— Dichos.
Pethon. No siempre está el corazón
con una disposición,
si afectos examináis.
Gkeook. Más con eso me enfermáis
que la peligrosa herida.
Pethon. Deseo yo vuestra vida
lodo lo posible.
GuúOR. Creo
lo que decís; pero veo
lo contrario en mi venida.
Juzgábame yo, en virtud
de tanto favor pasado,
más bien visto en vuestro agrado.
Pktron. Tratad de vuestra salud
y lógrese juventud
que tan bien en vos se emplea,
que, aunque por vos no se crea,
es mi mayor mterés;
que ocasión habrá después
en que más gustosa os vea.
GiiKGOR. Daros fe será forzoso.
aunque á mí mismo me engañe.
PsTBON. Temo que el sereno os dañe,
que en Madrid es peligroso.
Grecor. Juzgárame yo dichoso
y acabara de estar bueno
si ese cielo, por quien peno,
se serenara al mirarme;
que á mi lo que ha de matarme
es faltarle lo sereno.
Pero no os quiero cansar.
Guárdeos Dios felices tñcs,
que, si curan desengtñot,
poco lardaré en sanar.
Pbtbon. Quiéroos, señor, perdonarj
á trueco que estéis mejor, ,
en materias de rigor,
aunque en ello os engañéis
todo cuanto imaginéis.
Gregor. Adiós.
(VauMt éttey Mostiil
Petron. Adiós, mi señor.
ESCENA VIU
DoSa Pethosila y Mblo(Ok«
Petron. Melchora: ¿do quedó aqu!^ _
don Gómez coa don FrancisM
Melch, Llévanlo todo abarrisco
los celosos.
Petron. ¿Cómo ansí?
Melch. Descompadrados los vi
irse.
Petron. El coche haz, pues,
Melch. ¿Dónde ¡os piensas hallar!
Petron. ¡Qué sé yol Amor nanea ¡
sino errando.
Melch. Escosadert
Petron. Pues, errando, he de ac
ESCENA IX
Sale Doña Ana de nu/er, con mante.yl
Ana. ¿La capa, espada y somt
BocEG. Todo viene donde has di'
Ana. Será el coche mi vcstuaric
BocEG. Y el arquilla, entre rl.
del cojín, que está á
hará las veces dcüv¡<
en nuestro metamorfosis"
No hay amor sin ariif.cio;
hoy admirarás mi ingenio.'
Bien; pero ¿no seré dtgou
de darte un almud de qurrjs?
¿Tantas?
Üye, te suplico:
En Milán serví solaado
dos años; mas, fugitivo,
deslumhrando Barrach<
á Genova me deslizo;
hállete medio embarcado
para España, y, composíK
de la falta de mi flete,
me admitiste en tu »er»tco;
desde entonces hasu ogon.
tu conñdentc y valido,
no he alcanzado ni un stcttu
de tu pecho; no he sabido,
sino por mayor, que ta Maiu
profesaste desde niño
la Cruz; del turco wpMta^
cuco común del morisco.
y que don Gómez te Üa0»
juntándole oJ apeilkk>
Ana.
Boceg.
Ana.
Boceo.
ACTO SEGUNDO
6o5
del Avalos generoso
el Pimeniel más antiguo;
tomasie el Portocarrero
por solapar ios peligros
que en la Venta ocasionaste,
for ti don Gregorio herido,
la que te sirvo diez meses,
y en los diez que ha que le sirvo,
ni sé 6 qué venisle á España,
ni peneiro tus designios,
ni SI estás enamorado,
ni quién te feria suspiros.
Tal vez te hallo hablando á solas;
lal, generoso conmigo,
sin tener necesidad,
me vistes como un palmito;
tal me envías noramala,
y si entonces te replico,
ó va tras mi el candelero,
ó me ensordeces á gritos.
Va Adonis, rindes beldades;
ya Vinus, postras Narcisos;
ya soldado, lodo hazañas;
ya escolar, todo aforismos;
estoy en duda si acaso
lo atiplado en lo lampiño
te mutiló sin saberlo
lo<: que junta el que es latino
á los pretéritos siempre;
otras veces imagino
que en esto del masque gcnus
sólo tienes el vestido.
¡Por amor de Dios! señor,
señora ó término ambiguo,
{ue sepa yo con quién ando;
conozca yo á quien ministro;
pues has'hccho en mi lealtad
cuantas pruebas has querido,
sé cuenta de Santa Juana,
sácame el alma del limbo.
Para todos los criados
discretos el uso ha escrito
tres preceptos provechosos,
que son, si entre éstos te admito,
oir, y ver y callar;
Ique guardes éstos le pido;
'porque, en dAndo en Jl os sanctorum,
medrarás poco conmigo.
Echo á la boca unas trabas,
>ongo á la lengua unos grillos,
jórbome lodo deseo;
[desde hoy moriré de ahito.
Por lo ameno y por lo solo
hice elección de este sitio.
¿Y por qué no por lo santo,
SI consagran este hospicio
para ejemplo de la corte
Recoletos Augustinos?
¿Y el coche?
Allí nos espera,
para el disfraz que me has dicho.
ESCENA X
Saltn Don Gnscomo y Moxtilla.
i9. No Quiero ir tan presto á casa:
desahogue este retiro
enamoradas congojas,
sí es la soledad su alivio;
gocen dichosos amantes
el frecuentado bullicio
de tanto coche que al Prado
trasladaron los Elisios.
Déjame, Montilla, ¿ so!as.
MoNTiLL. Soy fámulo: no replico;
mas mira que han de dañarle
serenos.
Greoor. No seas prolijo.
.MoNTiLL. A estos álamos me asiento;
si el sueño dijere: «.envido*.
diré; «topo»; y tu, entretanto,
bucoliza á lo de Anfriso, (Ayáriatt.)
Ana. (ABocejiuiíits.) Boceguillas, ven acá.
¿No es este hombre?..
Boceo. Será el mismo
que dices.
Ana. ¿Cuál?
Boceo. ¿Qué se yo?
Un hombre como Dios le hizo.
Ana. Necio: ¿este no es don Gregorio?
Boceo. Yo agora no grcgorizo.
que en crepúsculo la tarde
llora del sol paraxísmos
V tengo la vista coria.
Ana. t'ues yo si, que los delirios
de mis celos me hacen Argos.
Bocso. Según el aire y los visos,
é! parece.
Ana. Pues, aparta.
Boceo. Aparto; vaya de tiro.
{Apártase iíte, y ron» An« eclta 4 ta
cara ti manto.)
Ana. Reiíraie; no nos oigas.
Boceo. Si hay segundos desafios
acójome áesle convento.
(Vajf lltgando ella á IJon Gregorio, ía-
paáa, y lox lacayos, ca4ia un» p«r (U
partt, *t le* acercan.)
MoNTiLL. (-aporte ) Hacia mi dueño enfermizo
se apropincua una buscona,
y yo á los dos me apropincuo
por ver este perro muerto.
I3ocEr,. { Altarte.) Mi humor es antojadizo,
no he de sufrir que malpara;
detrás desie olmo me arrimo.
Greoor. ('*«*<''»<<<»s<)Hoy ceños, ayer agrados:
algo contra mi la han dicho;
pero, si son las mujeres
pluma al viento, ¿qué me admiro?
Ana. {Tapada, á ¿i.) Debemos de padecer,
caballero pensativo,
pues buscamos soledades,
unos accidentes mismos,
y en fe de que de algún modo
se consuelan atligidos,
juntando penas con penas,
juzgo que os hago servicio
en interrumpir silencios;
pues, si no de divertirlos,
gustaré de acompañarlos
mezclándolos con los míos.
Gregor. Déboos, oculta piadosa,
los socorros compasivos
que no me atrevo á pagaros;
BELLACO SOTSf GOMES
Ana,
Gpegor
Ana.
ima.
y os conHeso agradecido
que, á ser menos riguroso
mi mal, sobraba el oiros
para arrancarle del alma;
pero son, os certifico,
mis penas tan... tan crueles
que las connaturalizo
como á la sangre las venas:
pues si no peno, no vivo.
iQué poco conocimiento
debe tener el hechizo
que con desdenes os trata!
Por ser tanto he colegido
lo poco que yo merezco.
¿Qué serla si, en castigo
de malas correspondencias,
os pagasen sus olvidos
ingratitudes de Italia?
{Actmiraao.) ¿Qué decjs?
Que os pronostico
venganzas de alguna ausente,
que vos, sin haberla visto,
degistes por esposa,
y ella, sin veros, os quiso.
Deudor le sois de la tar
cuyo delicado vidrio
se mancha con los engaños,
se quiebra con los indicios
de la opinión mentirosa,
sin reparar que, ofendido,
tija contra vos carteles
algún poderoso Ursino.
Deudor de la vida y todo
le sois, pues los descaminos
del amor interesable
que os previene precipicios
malograron su inocencia,
amortajada en suspiros.
Sepultada en sus congojas
y llorada de infinitos,
no üs enmiendan las desgracias,
no os enfrenan los avisos;
pues recelad, don Clreeorio,
al cíelo, que el patrocmio
de doña Ana tiene á cargo
y es tal vez ejecutivo.
''Gregor. (.\dmirado.) Enigmática agorera:
¿quién tantas cosas os dijo
de mi, si no consultastes
infernales vaticinios.^
¿Murió doña Ana? Si es muerta,
y yo de cuanto he fíngidu
me confieso avergonzado,
¿que puedo hacer?
Desdeciros
de ofensas que la habéis hecho
por palabra y por escrito.
No sufren eso las armas;
antes he de descubriros
y saber quién sois.
((juiere dtstapalla y tila 19 aparta.)
Teneos os digo,
que quedaréis consumido
en las llamas que padezco.
¿Qué llamas?
Tenét;s os digo;
que ignoráis quien soy.
Gpegor.
MONTILL.
Boceo.
MONTILL.
Ana.
Ana.
iPEüOR.
Ana.
Gkeoor.
Ana.
Greoor.
Ana. Espíritu, no precito,
pero sí preso por deudas
que no pagué en este siglo,
y entre inceni' - ■■•■<.>< -ni
en el otro las
el alma soy de .:;í,
¿De doña Ana?
i Jesucristo!
¿Almas aqut de medio ojo?
{Eípanlado* ta
¡Santa Juana! ¡San Pairiciolj
¿Lacayo yode entresuelos?]
Desde luego me despido.
¿Yo con amo espiritado?
Desde hoy hago finiquito.
(A t). Gregorio )
Impaciencias del desprecio,]
nunca con vos merecido,
me llevaron, aunque en gra
con ios afectos tan tibios,
que, para perfeccionaríais,
en llamas ios fervorizo;
y, porque no dudéis de esto,_
sabed que Pompeyo ürsinc"
en vuestra busca navega,
y que los franceses lirios,
por vuestro ejército rotos,
á Turin han puesto sitio;
que supo vuestros engaños!
en Milán el noble tio
de la dama que os desdeña.
y que en este instante misn
la está escribiendo una cart
y en ella cuerdos avisos
para que la mano os nie^c
si queréis más requisitos
de futuros contingentes
que abonen lo que os «ñrn
y os abran los ciegos ojos,
yo os los ofrezco; pedidlo»^
Los dichos bastan y sobra
pero yo, que fui motivo,
bella alma, de vuestras pea
¿cómo podré redimiros
de su incendio?
Con suíri
con misas, con sacríñcios,
con satisfacer mi fama.
Eso postrero no admito,
aunque todo se atropelle,
si, como me habéis pedido.]
en que me desdiga yo
ha de estribar vuestro aliva
perjudicando mi sangre.
Pues desgracias os intimo
que serán irremediables
en vuestro mayor castij^,
y andaré por vos en pefta
si no hacéis loqueosnei''
Esposa, (nujer óeogtüc
ESCENA XI
Prciios, mtnoi Do4a Ai*«
Bocee. Acogióse al escondri)u
de Rctfuitm.
Grbgor.
Ana.
Grecur.
Fuese ¿ Fideiium.
Será UD sepulcro su hospicio.
itL. No mis amos.
No mis almas.
^Qué es lo que me ha sucedido?
(Afiartt )
¿Burlaréme de ilusiones?
jCrecré, cielos, lo que he visto?
Montilla: laltot al coche.
tLL. iTiemblol
Con ser Agosio, lirito.
jLo presente! ¡Lo distante!
jLo futuro! ^Y no me inclino
i daros fe. confusiones?
¿No soy cristiano?
Y lo afirmo.
{Todo €Sto apate.)
Divirtamos por el Prado
los presagios ó delirios
oue me están desvaneciendo.
ILL. Mucho huelo, y no es tomillo.
(V ante titos dos.")
ESCENA XII
uU DoA« Aka, dt mujer, mat no cubierta.
Boceguillas: ¿qué te has hecho?
iJesús! No me boceguillo;
abrenuncio, alma capona.
¿Qué me quieres? ,jNo te sirvo?
jAh, traidor! ¿Tú me escuchaste?
Que te apartes te suplico;
que entre mi miedo y tus llamas
me van dando calofríos.
¡Anda, borracho, que es todo
pataraia cuanto has visto!
Don Gómez soy; ¿deque tiemblas?
En cuerpo y en alma vivo;
tócame, dame esa mano.
Eso no. ¡Por Jesucristo!
Pues ¿qué temes?
Que al instante
me la conviertas en cisco.
( Tómasela por la/uer^a^)
¿Aseguraráste agora?
¡Ay, que me quemas! Quediio.
¿Estás ya desengañado?
Tanli quaníi.
A don Francisco
ofrecí que se viniese
á estas horas y á este sitio,
vería en él á mi dama;
porque con este artificio
desmienta celos que tiene,
creyendo que le compito.
Buena traza; mas ¿qué es de ella?
Yo soy dama de mi mismo.
Puedes, porque ya sospecho...
¿Qué?
Que eres hermafrodilo;
mas hétele al ruin de Roma.
ESCENA XIH
Sale Don Francisco, —Dichos.
{Cübrne.) Llámale acá.
ACTO SEGUNDO 607
es vusted! Aqui aguardamos
mi señora y yo habrá un siglo.
FiiANC. ¡Oh, señora! ¿Tal favor?
Ana. ¿Sois el señor don Francisco?
(Ana tapada.)
Boceguillas: di si es él.
BocEC. Como diez y tres son cinco.
Fbanc. Débole tanto á don Gómez,
que, como entre los amigos
no hay venturas reservadas,
darme parle de ésta quiso
para que se la envidiase.
lA él.)
¡Qué tardío
ESCENA .\IV
Salen DorlA Pbtiioi«ila y Mbucuora, con mantog.
Petbon.
Melch.
Pktron.
Ana.
Fhanc.
Petbon,
Melch.
Pktron.
Melch.
Petron.
Ana.
PfTRON.
Melch.
Boceo.
Franc.
No hay, Melchora, descubrirlos;
plegué á Dios que no suceda
la desgracia que adivino.
Mejor irás en el coche.
No iré tal; que ansí registro,
sin nota, lo que no veo.
Quiéreos mi dueño inUnito,
y yo, por el mismo caso
que sé que en esto le sirvo,
es fuerza que mucho os quiera.
Dichoso yo si á serviros
ese favor acertase.
( Quedan l»s dos hablando entre ti.)
Oye: aquél ¿no es don Francisco?
y la hermana compañera.
Una de estas busca ruidos.
¿En el Prado y á tal hora
dama tapada?
¿Hay cilicios?
Que ansí llamo yo'é los celos
por lo áspero y pungitivo.
¿Celos? No; mas sentimientos,
algunos, aunque remisos;
que el desprecio las mujeres,
sin que amemos, le sentimos.
Hetirate entre estas matas.
{Acechándolos.)
Tiene don Gómez hechizos
(.4 don Franciico.)
que salen con cuanto quieren;
afírmame que es novicio
en la Cruz blanca, y lo creo,
que es muy mozo; con que
fio en su amor y noble sangre,
que brevemente ha de unirnos
el tálamo deseado,
viviendo en paz y en servicio
de Dios y vuestro.
Melchora:
peor es esto. ¡Ay, celos míos!
Quien escucha su mal oye.
¡Lo que ensarta el barbilimpio!
(A lí.» .\ni.) .Aunque nomerezcoveros,
ni es bien me atreva á pediros
sin orden suya favores
de estima tanta, os afirmo
que de su elección discreta,
sutil ingenio y juicio,
no es posible deje ser
BELLACO SOIS, OÓMEZ
vuestro amor del suyo digno,
y que esposos os deseo.
Ana. No querrá tan bien nacido
sujeto dejar bastardo
á tan hermoso angelito,
pudiendo iigitimarle.
Fbanc. ^Don Gómez tiene en vos hijo?
Ana. Tiene en uno un cielo lodo,
su rostro, sus ojos mismos,
hasta un lunar, Dios le ({uarde,
que ha de ser Cristobalico
el Adonis de la corte,
la envidia de los Narcisos.
Mblch. Adobándose va el ojo.
¿No oyes esto?
Petron. {Apartt.) jAh, fementido!
Faltas que en ti sospechaba,
iqué caras las averiguol
Ana. Sígole desde Florencia,
puesta mi patria en olvido,
atropellando respetos,
si arrojados, bien nacidos;
concebí en Genova, y luego,
en Madrid, clima benigno,
sacaron á luz dolores
un serafín en un niño.
Fhanc. ^Y llamáisos vos, señora?
Ana. Doña Greida.
Boceo. {Apcrtt.) Ya le aplico
para estameñas y manchas.
¡Válgate el Diablo por tipio!
Ana. Lo que me ordenó mi dueño,
como acostumbro, he cumplido.
Tiempo es de dar vuelta á casa.
Fhanc. Iré sirviéndoos.
Ana. No admito
esa merced; Dios os guarde.
Fpanc. y á vos, siendo yo el padrino,
os canten epitalamios,
aplausos y regocijos.
Ana. {Apártate de él, y dic€ á Boce((uillas )
Boceguillas; llega el coche
y saca de él el vestido
varonil; cortinas echa.
Boceo. |Jesúsl De ti me santiguo. iyanse.\
ESCENA XV
Dichos, menoí itlos.
PcTRON. Melchora: ¿que esto á mis ojos
haya pasado y respiro?
¿Esto yo misma he escuchado?
¿Y estoy viva?
Melch. í¡Qu¿ hay perdido?
Dos nos ruegan en que escojas
don Gregorio y^don Francisco;
te pretenden y iclolatran
á pares como zarcillos.
Petbon. ¿Cuándo escogieron los celos?
Abrasóme, desatino.
ESCENA XVI
Salen Üon Grkookío y Moktii-la.— Dichos.
GPEOOft. He de saber, |vive Dios!
si soñando quimerizo,
ó son la;i ' '*:^\^ "':tíi
las que i Jj
¿Yo sin \ci I a.- ¿ 1 1) cobi
MoNTiLL. Porque me fuerzas te sigo
con más miedo que vergC
GhEGOR. ¿No es ésta?
MONTILL. {Temblando.) Sí, SCñor mfc
con otra para el lacayo.
Sobre calaveras piso.
GrEGOB. (Aelíos.)
]Alma! ¡Fantasmal ¡Emt
ó lo que sois! Yo imagino
que burlas vuestras.
PsTRON. ¿Qué es «
Hombre, ¿estáis en vos?
ESCENA XVtl
Sale DoAa Aha, <f« casullero, i
y BOCSOUILLAI.
Ana. M Dod Franciíco.) Al
¿hallastes aaui i mi G(
Fkanc. Y en ella todo el prodigio
de la discreción y gracia;
iqué de almíbar que os eni
De padre os doy parah'cní
(£tlos d ut
GnEoof». Yo tengo de descubrí ro».
Hetpon. Yo nouros de grosero.
(ICs(«l<
Ana. ¿y la c»r»?
FiiANC. Nunca quiso
mostrármela.
Ana. Era ya nocí
PtTHON. Don Gregorio: si el juicio,]
como la salud, no os fait
advertid que habrá casiig<
á desenvolturas vuestras.
{forjiñiido dt
Melch. Aquí de los comedidos.
(A voces.) ¡Caballeros! ¡Ah,l
[Deicübrtloá. Jitnta»»ti
Ana. ¿Qué es esto?
Gkegor. (A Doña Ana > Ya yo adiriao
la causa de estas quimeras:
puerta me abrió el labeno^
vos, don Gómez, más <)u<fll
venturoso ó atrevido, ^|
que el acero en una venta
osastes medir conmigo,
del otro mundo buscáis
embelecos y artificios
que, mi amor desazonaati
os excusen de ptfligros; ,
pero no OS valdrán agora. ¡
Ana. Aquí soy lo que allá he
{DttumdtU
Franc. Doña Petronila: ¿vos
aqui?
Boceo. (^4 .Mcichon.)
Y tú, ¿sales del l.ir
MoNTiLi.. ¿Quién le vistió de alma<
Melchora?
BocBG. De eso poquitc
que yo solo me cnmclchofti.
^^^^^^^^^^^^^^^A^^^
m
^^^mi
flff^Pucs, mandilón, ¿\a conmifio?
BocEa.
\ti ÍL' '.'tUL'iidL't :i un t'a^e^uiU; ^^^^|
}N. Mataos tudüs y vLngadme
despachábale tu herida ^^^H
los ifCi de vosotros mismos,
ó á la posta, ó á la brid', ^^H
que á todos os aborrezco;
al inñerno; sano, en ñn, ^^^|
todos me habéis ofendido.
disfrazaste en alma en pena ^^H
U Yo i vos, <en qué?
porque le mate tu espanto. ^^H
M. En ser mudable.
¿y agora le quieres Unto? ^^H
¿Y yo?,
Ana,
Cuanto más se me enaiena, ^^H
»N. Vos, por femenlido,
más sus diversiones siento. ^^H
(A Doo Urcgorio )
Boceo.
Constrtiyate el Anticristo. ^^H
•Mira: celos son un mixto ^^^|
como vos en ser grosero.
Ana.
H. (A /Oí Lacayo»)
de amor y aborrecimiento. H
Y los dos por Gomecillos.
Boceo.
¿.Amor tu?¿Por c]ué, siendo hombre? ^^M
¿Celos? ¿Por que, no mujer? ^^H
■^ Don Gómez: seguid mis pasos.
H A atajároslos os sigo.
Ana.
Yo llegué tanto á querer ^^H
Ir Yo tras vos.
la difunta, no ic asombre, ^^H
Ín. y yo tras lodos.
que aún está viva mi hermana ^^^|
[ que adoro Ip que persigo.
en mi y muerto en ella estoy. ^^H
ftu ¿Y nosotros tres en raya?
^. Digalo Melchora.
II. Digo
1 que de tl no se me da un clavo,
y de él no se me da un pilo.
ÍAI Kno; al oíro )
Ten por sin duda que soy H
más que don Gómez doña Ana; ^^H
pues si amor nos encadena, ^^H
Boceo.
¿ya de qué te admirarás? ^^^|
Agora te juzgo más ^^H
que la otra vez alma en pena ^^H
ESCENA II ^H
_ ACTO TERCERO
Don GRcoomo. — Dichos. ^^^|
" ESCENA PRIMERA
Gregor.
Si tiene algo de fineza, ^^^|
Saltn DoSa Ava di galán, con lacruf.
don t^jómcz, el visitaros ^^^|
y BOCEOUII LAS. *
y por la mano ganaros ^^^|
en esto, para fi rmeza ^^^ñ
Quedamos, en ñn, amigos
de nuestra nueva amistad, ^^^|
inlervenicndo terceros.
sírvaos de satisfacción ^^H
i. Nunca manchan los aceros
que tengo en el corazón, ^^H
pendencias en que hay testigos;
ea el alma y voluntad ^^H
mas ^-tienes seguridad
.
cuanto os afirman los labios. ^^^|
de amistad reconciliada?
An\.
No fuérades vos, señor, ^^^|
La suya es la interesada;
tan noble, si esc favor ^^H
pues ya, sin dificultad
(ya se olvidaron agravios) ^^H
de mi venganza y mis celos.
las ventajas no me hiciera ^^H
ni la muerte he de pedirle
que de vos mi pecho f!a; ^^^|
de mi hermana, ni impedirle
y pcdrá ser que algíin día, ^^^^^ñ
la que causa sus desvelos.
(¡ojalá el presente fuera!) ^^^^H
Hasc informado que estoy
conozcáis lo que deseo ^^^^H
con doña Greida casada.
^^^1
3. De si mismo enamorado:
Boceo.
ÍAparie.) Ello dirá. ^^H
ayer don Gómez, Greida hoy.
Greoor.
Sí á la experiencia se da ^^^^H
Que lo crea no es gran cosa;
crédito, ya en vos lo veo. ^^^^^ñ
pero ¿esto en qué ha de parar?
Ana.
Pues no lo digáis en vano, ^^^^^H
Kn que no se ha de casar
porque me oso blasonar ^^^^^H
con la Petronila hermosa.
que no os habéis de casar ^^^^^|
p. ¿Y la amistad?
si no fuere por mi mano. ^^^^^|
]Qué sé yo!
Gnecuit.
Eso es doblarme venturas. ^^^^^|
No me apures tantas veces.
Ana.
Cualquier difícil amante i^^^^H
B. Aqueso es volver las nueces
necesita de un trinchante. ^^^^H
al cántaro. ¿Por qué no?
que amor todo es coyunturas, ^^H
Porque en el alma he sentido
y si una vez las erráis ^^^^^H
no lograrle mi cuñado;
nunca acertaréis con ellas. ^^^^H
don Gregorio, en lo aliñado.
Gregor.
.No imagino yo perdellas ^^^^H
lo bizarro, lo entendido,
si vos me las sazonáis, ^^H
no admite comparación.
porque, ¿con qué no saldréis ^^^|
|Üh, si doña Ana viviera
si con la invención salistes ^^^|
y esposa suya se viera,
á que ayer me persuadislcs? ^^H
1 qué proporcionada unión!
Notable sois; no creeréis ^^H
Í«MKDIAS DI TIRSO DB MOLINA. — TOMO il
39 ^1
^^^^^^^^^^^^BELLACO S
mI^omI
j^l^H
cuan, por sin duda, os juzgué
Tarde es; mas ra se lo di^. ^M
espíritu de doña Ana.
Gbegor.
¿Eso puédese creer? ^H
Akx.
¿Cómo es esoP
Ana,
]ühl Si lleg¿ < i <^añ«T ^1
Gregor.
En sombra humana
lo que ha ; ^M
su alma misma imaginé
mi crédito !i — — ^M
que á darme quejas venia.
Gheoob.
Al punto mando decir ^H
Ana.
No os entiendo.
las misas por no impedir ^M
GnFüOR.
¿Cómo no?
su descanso. ^M
Ana.
Don Gregorio: nunca yo
Ana.
Sois piadoso. ^M
tuviera tanta osadia
Ghegor.
|Por Dios! que anoche era, ^M
que el papel de un alma hiciese
don Gómez, que érades vos, ^H
que está gozando de Dios;
cuando reñimos los dos; ^H
pero ¿visteis algo vos
porque como luego os vi ^M
que mi hermana os pareciese?
en el traje que ahora estáis ^m
Porque, si he de hablar verdad
y mis sucesos sabéis, ^M
refiriéndoos lo que pasa,
con la fama que tenéis ^M
las más noches en mi casa,
de las burlas que inventáis, H
apenas la obscuridad
dije: «¿Este mozo me incita ^i
mata las luces al sueño.
para otro riesgo segundo
cuando una voz lastimosa
con cosas del otro mundo?»
nos despierta querellosa.
Ana.
Nunca el cielo tal permita;.
al principio con pequeño
los sufragios que os exhorta
estrépito; mas después,
se hagan por ella mañao*;
con cadenas, con gemidos.
porque, difunta mi hermana
nos atruena los oídos,
y en el cielo, ¿qué la importa
sin que hasta hoj sepa lo que es.
que sea vuestra esposa ó 00 i
Mudé posadas creyendo
doña Petronila? H
que era duende lo <^ue os digo;
pero mudóse conmigo
Boceo.
Poco. H
Grcgor.
Tendréisme con eso loco. ^M
con sus cadenas y estruendo.
Ana.
Otro estorbo temo yo ^M
■ Greoor.
¿Qué decís?
que es harto más importaate^B
L Ana.
¿Qué? Boceguillas:
entre vos y vuestra daoiA. ^M
cuenta tú lo que ha pasado,
Grecop.
¿Cuál es?
pues, como yo, lo has ¡astado.
Ana.
Don Gómez se U«ma,
^V Boceo.
Contaréle maravillas
primo, galán, estudiante md
á vucsasted que le obliguen
y, sobre todo, bien visto H
á santiguarse. Antenoche
de la que es con vos cruel. ^M
sentí en el desván un coche
Grkúor.
Algo me han contado de ¿1. ^H
á quien seis jayanes siguen
Ana.
Matémosle. ^M
arrastrando seis capuces
Boceo.
(Ápartt.) ¡Vive Cristo! H
con hachas d« cera pez.
que no es posible que sea ^^
dando aullidos cada vez
smo engendrado á jirones
que se apagaban las luces;
de embelecos y invencioaes
tras todos, de un blanco velo
este tipie taracea.
Pues él ¿en qué os ha oreodidd^
cubierto un cuerpo miré.
GrKúOr.
^^^^^^^PP
tan alto, que imaginé
Ana.
En el nombre lo primero, fl
que desplünaba el cielo;
puesto que Portocarrero, ^M
gemía de cuando en cuando
en que se haya entremetido, ^m
cual si de parto estuviera;
mandón de la que os abrau ^|
bajaron por la escalera
tanto, que podéis temer ^H
seis cadenas arrastrando,
que este primo se ha de baccc^H
y entraron en mi aposento
primogénito de casa ^H
sin perdonar escondrijo;
en que su traje molesu ^|
entonces un jayin dijo:
á todos; pues al instante ^H
^^^^^^^H
•Este, que roncando siento.
que un zatio ve á un estudiaoír.
y se llama Boceguillas,
dice: «daca la ballesta»,
sirve á su amo de trainel;
en que compita con vos
á la pelota con él
y aumente vuestros desvelos.
juguemos.» Yo, de rodillas.
Ghegor.
¿Mas si tuviéacdcs celos
dije: «Si del Purgatorio
de él?
sois, ¿qué mal os hice yo?»
Ana.
¿Yo celos? Bien, por Di«i
Y el alma rrc respondió:
como de mí.
«Anda y dile á don Gregorio
que pena por el doña Ana,
Greoob.
¿Ncaarcisme
que no amáis á ía que adoro?
porque si luego le avisas
Ana.
¿Yo? Como al rejón el toro.
que diga por mi mil misas,
Don Gregorio, amigo, ¿veiia»ii^«
^^^^H
me iré á los cielos mañana.»
Pues á fe de caballero ^M
ACTO TERCERO 6l 1
que os amo más mucho á vos
ESCENA fn
que á esa dama y á oirás dos.
La amistad ts lo primero;
Dicaos, mcnot Dom Gnauo^io.
desde que nos conturmamos
Boceo. ¿Eslis harto de tejer
sois dueño dr mis acciones;
marañas? ¿Sóbrate estambre
fuera, si, de obligaciones
para olras.^ ¿Tú de ti mismo.
que, si nos comunicamos,
dama, maltes, estudiante?
sabréis.
¿Tú, contigo compitiendo,
á ti mismo has de buscarte?
m. Ya me han referido
de no sé qué Greida.
¿A ti mismo perseguirte ■
^Quién?
porque á ti mismo te mates? ^M
»«. Que os quiere y le queréis bien.
¿Qué habemos de sacar de esto? ^^H
¡Por Diosl ^Qué, lo habéis sabido?
Ana. Boce^uillas: pues no sabes ^^^H
Pues yo os juro que es de suerte
mis tines, no los censures. ^^^H
lo que eslA conmigo unida.
BooEG. Ya estoy en que me mandaste ^^^H
que nos alienta una vida
oír y ver y callar; ^^^H
y nos espera una muerte.
oigo j veo, que esto es fácil, ^^^H
1. (Apartt.) En esto no hay solecismo,
pero querer que en el golfo ^^^H
pero hay infinito enredó.
de tanto embeleco calle, ^^^|
>R. Confiado habláis.
es poner ai campo puertas. ^M
Y puedo
^^^^ñ
del modo que de mi mismo.
^^^^^1
Volvamos al estudiante
ESCENA IV ^^M
que ha de morir. ¡Vive Diosl
Sait Mblcmok* con manto.— Dichos. ^^^H
puf mi, cuando no por vos.
OB. ¿De qué suerte?
Melch. Señor don Gómez: Dios guarde ^^^|
Es el rondante
á vuesa merced. ^^^^H
y espadachín cuantas noches
Ana. iMelchora! ^^^^H
llama el silencio al reposo,
¿Adonde buenoi^ ^^^^^H
y en extremo lan celoso,
A buscarle. ^^^^H
que en la calle cuantos coches
«Mensajera sois, amiga», ^^^^^|
pasan ha de registrar,
etcétera. El corretaje ^^^H
cuanto aventurero andante,
que traigo, no pide parles; ^^^H
que, aunque al tal primo estudiante.
mándame á que le cante, ^^^H
vuestra dama dé lugar
mi señora, 6 que le rece, ^^^H
1 y entrada cuando es de día,
l« antiguo de aquel romance: ^^^H
de noche no, que su puerta
«Mira, Zaide, que te aviso ^^^H
para ninguno está abierta;
que no pases por mi calle, ^^^H
puesto, aunque es malicia mía,
ni mires á mis ventanas -^^^^f
que asistente en una reja
ní...» Ya sabrá lo restante. ^^^H
las más le sale á escuchar,
Vuesa merced represente ^^^H
V con él suele parlar
hasta que al indio el sol deja;
el papel del dicho Zaide; ^^^H
porque está, si no lo cumple, ^^^|
hánmelo mentido ansí
a peligro que le maten, ^^^H
v es bien que lo averigüemos;
la siguiente, pues, iremos,
6 que sepa la justicia ^^^H
sus mujeriles disfraces ^^1
y si le hallamos allí.
siendo hombre, y lan para hombre ^M
acabaremos con él;
que diz que le llaman padre ^^H
si no, US habéis de fingir
ó taita Crisiobalilos ^^^M
don Gómez, y hacer salir
Y Greidas que le desmanchen. ^^^|
Mi sa doña Petronila ^^^H
la dama, creyendo es él;
que con la seña engañada
acaba ahora de sacarse ^^^H
al instante acudirá,
la muela qu? le ha dolido, ^^^H
si no mucho, lo bastante, ^^^H
y allí vuestro amor sabrá
si está del primo prendada,
siendo el galillo sus celos; ^^^H
para que con causa justa
y, si bien escupe sangre, ^^^f
de tramoyas os venguéis.
hay Franciscos y Gregorios ^^H
>». Las cosas que proponéis
con que sus penas enjuague: ^^H
son extrañas; mas, pues gusta
está en duda con cuál de ellúb ^^H
vuestra amistad, no hay en mi
brevemente se entalame, ^^^H
dificultad.
y hay consulta de parientes ^^^H
A las dos
en nuestra casa csia larde; ^^^H
os espero.
teme que se la alborote, ^^^H
0". Amigo, adiós.
y en mujer tan importante ^^^H
¿Queda esto ansí?
ya verá lo que se arriesga ^^^H
DB. Quede ansí. (V«*)
con el más mínimo achaque. ^^^H
^^^
Dije, y voime. Adiós, scor mío. ^^H
^M fu 2
BELLACO SOIS, GÓMF
^^^^H
^m
No has de irte sin que te pague.
Pues ¿cómo impedirte pul
^^^^_^
Mclchora, tan buenas nuevas;
que este otro agora se casi
^^^^b
será el premio csie diamante. iDáscie.)
SI para entrar (n su casa M
^^^^H
[Gracias á Dios que saldremos
tienes peligros tan grudM
^^^^m
de empeños en que á engolfarme
Pues sus deudos. tacq^^H
^^^^^^^
me llevaban, agua arriba,
Melchora que han de HIH
^^^^^^^K
obligaciones tan grandes 1
iQue discreta es lu señoral
si entrar con ella te ven»
^^^^^^1
conque por ninguna paru
^^^^^^H
Con cualquiera que se case
hay puerta para tu enredd
^^^^^^^H
de los dos, tan mis amigos.
aunque más máquinas hl
^^^^^^B
hallará dichas iguales
Ana.
Dije, y tengo de cumplirU
^^^^^^^H
que den envidia á esia corte.
¿Dudas tú que á mí me fl
^^^^^^^H
y yo excusaré desaires.
medios con que entrarla i
^^^^^^H
si á Cristóbal legitimo,
y mis cautelas la engañen
^^^^^^^'
que está temiendo su madre.
Allá he de entrar luego al
^^^H
Di la esto, y adiós.
Boceo.
Luego, ¿los dos han de di
^^^^ Meuch.
¡Tan seco!
la manoá la Petronila?
^H
1 Jesús! ¡Don Gómez! |Tan grave!
;Con los maridos á pares
^H
^Vuesasted la quiso bien?
Ana.
Geranio á pares, ó á flMM
^H
Pues ¿qué he de hacer?
BOCEG.
Y, hecho el dicho mi^^H
^H Melck.
jQué? Colgarse
imposible, ¿con quién^
^^P
de una viga; dar suspiros
casar tú?
^H
que un neblí no los alcance;
Ana.
Contigo.
^H
retar, celoso, á Zamora,
Boceo.
[Zapet
^^^^ Ana.
Eso, amiga, solía usarse
.^NA.
Boceguillas; [o del alma
^^^^B
en farsas matusalenas;
en pena me es importante
^^^^ft
no hallan celos ya & quién maten;
que se apoye.
^^^^^^^H
está rauy cristiano amor
boCEG.
¿De qué sue
Escúchalo. ¿Tú no sab«s
^^^^^^1
y tiembla de condenarse
Ana.
^^^^^^
si loco se desespera.
dónde el don Gregorio vi
^^^^^P
Vele, y dila de mi parte
BoCEG.
Lindamente: barno y cal
^^^^
que la doy mil parabienes.
Ana.
¿Tiene en casa otros »eci
^L MiLCH.
Pues, mire: por más que trague
Bl>CEO.
Pienso que ayer vi mudaí
^^^^H
hacia adentro sentimientos
los que en el cuano de U
^^^^H
y disimule pesares,
yo sé que tiene el pechilo
moraban.
^^^H
Ana.
Si se quedase
^^^^H
con más agujas que un sastre.
vacío, fuera esta suerte
^^^^H
Vaya allá vuesa merced,
de mi sutileza examen.
^^^^H
pero no le diga á nadie
Anda, vamos á saberlo.
^^^^P
que yo le di tal consejo.
Boceo.
Pues ¿qué tenemos?
^^^^^
porque, así Dios me depare
Ana,
DoQ
^^^^^^^_
mando que me merezca,
que me saquen venturos
^^^^^^H
que me ha mandado que llame.
Boceo.
¡Oh, casa de los orates!
^^^^^^V
mi señora, deudos suyos
^^^^^f
que en casa han de convocarse
^^^^
)ara lo que le refiero.
ESCENA VI
^V
*ues ¿que quieres, si á intimarme
^H
que no vaya allá te envía?
Saltn Doña Pstiumila, Do» F«4B
^H Melch.
[Jesús! ¿Pues eso cree? Calle.
¿Luego' ignora que en los celos
y DoH Gmoohio. ■
^^^^^
son mizes todos los zapes?
Petron.
Digo, pues, señores mioM
^^^^K^^
Vaya luego allá, y adiós. (Vasc.)
Que, sin consultar conMM
de mis deudos, aunque ti
^^^^^^^L
^^^^^^^H
primos, parientes y iíüíJ
^^^^^^^
ESCENA V
no itene mi cleccióaMífl
^V
Dichos, menoi Mki.csoua.
para ponerme en cs^^Hj
para esto los he llai^^H
^H
¿Qué dices de esto?
las muchas partes P^^H
^1 Buceo.
Que acabes
de los dos; v •■•■■" ^RH
^H
con todos: ó dentro ó fuera.
libré en ell< ¡MkS
^1
Don Francisco ha de casarse
Los bien na^.^.^. r^^viicaál
con ella, ó yo no ser hombre.
como tales á lo igual, ■
^^^^ Boceo.
Pues ¿agora no acabaste
litigan al tribunal; 1
^^^H
de decir á don Gregorio
pero siempre quescTCiíA
^^^^L
que te busque y que te mate
es justo que amigos MM
^^^H
porque su dama se quede
que yo, en habiendo^^H
L
sin estorbos que la embarguen?
que cause murm^t^^H
^^^^^^^^^^^^^AS^SR?!í^^^^^^^^^^^^^6r^^^^
desde luego les intimo
en lodo Madrid. ^^^H
que más que el casarme estimo
Petkon. ¿Qué es esto? ^^^1
mi fama y reputación.
Ana. ¿Esto? Entróme acá, que llueve. ^^H
DO». Sois tan cuerda, mi señora,
PsTBON. ¿Qué queréis? ^H
que yo convencido quedo
Ana. No se apitone: ^^^1'
y las ventajas le cedo
un demonio de estudiante, ^^^|'
á mi opuesto desde a^ora;
aue siempre lo hallo delante, ^^H
de suerte se descompone ^^^|i
vuestra suerte se mejora
en empleos de su amor,
por dondequiera que paso ^^^1
y yo, que de su valor.
con pellizcos, con locuras, ^^^|{
aunqoe parte, soy testigo.
malicias, desenvolturas, ^^^H
le quiero más para amigo
que, aunque de ellas no hago caso, ^M
que para competidor.
me. Discreción y bizarría
me ha obligado á que huya de él ^^^m
y me entre sin ton ni son ^^^H
airosamante juntáis,-
en su casa de rondón. ^^^|
mas no es bien que me venzáis,
Pf.tron. ¿Estudiante es? ^M
amigo, en la cortesía:
Ana. Es la piel ^_^||
yo os renuncio la acción mia,
del diablo, que le engendró: ^^^1
' que amor que obliga beldades
no funda felicidades
la vez que elige mujeres
no me deja á sol ni á sombra. ^^^|,
Pktron. ¿Sabéis vos cómo se nombra? ^^^|
Ana. Un su mozo le llamó, ^^^H
en ajenos pareceres,
porque otro lo pescudaba, ^^^|
sino en propias voluntades.
don Gomia Porchocarrero. ^^^^
Esta señora os la tiene,
PRTHON- Don Gómez Ponocarrero ^^^^^H
sus ojos la muestra os dan;
^^^^^B
dejáis por ella á Milán,
Ana. Sí; despacio estaba ^^^^H
y quien de tan lejos viene
la moza para estodiar ^^^|i
no es justo que se enajene
si es don Gómez, Gazmio ó rollo. ^^^B
de prenda que suya fue.
Petron. Mi primo es. ^t
Yo, que muerto la causé
Ana. Pues si es su pollo, ^^Hl
llantos que quiero dcbclla.
calcilla le puede echar. ^^^|¡
volviendo á morir por ella
¿Quiere vuesasted cuajada ^^^H
la plaza os destjejaré.
para aquestos caballeros? ^^^H
íofí. jFmezas entre los dos
á mi costa, caballeros?
Petron. ¡Buena meriendal ^^^|
Ana. Sin sueros, ^|
1 ¿De qué podéis ofenderos
limpia, fresca y sazonada; H
vos, don Gregorio.^ ¿Ni vos?
más dulce es que una conserva; ^H
Soy noble; no quiera Dios
al azúcar la aventajo; ^^^|
que me resuelva arrojada
pruébela, que no es de cuajo; ^^^M
á cosa...
á fe mía que es de hierba. V^HI
(D«ntro.) ¡Y á la cuajada!
{Saca una cucharada.^^^Ki
ptON. Que al mundo dé que decir,
Aunque esas manos, que pellas ^H
pues yo no os he de elegir
son de nieve en el color, ^^^^
á deudos subordinada.
venden cuajada mejor; ^^^|
¿Por qué el uso no desprecio?
comerse puede tras ellas ^^^B
¿Porqué á los dos no os admito?
las suyas un capitán. (Ttimastlas.) ^m
¿Por qué mi estado remito
a quien haga de él aprecio?
Pf.tron. ¡Aduladora! ^^^B
Ana. a ver: llegue; ^^H
Reparad que es caso recio
á fe que no es su jalbegue ^^^H
el de esa resolución,
de almendras ni solimán. ^^^H
cuando en vuestra discreción,
¿Con qué se las lava? ¡Rara ^^^H
en fe de tan estimada.
blancura! Amor: tú dirás ^^^H
me fío.
que lleve el diablo lo más ^^^H'
con un poco de agua clara. ^^^H
Petron. Entre grosero y pulido ^^^H
ESCENA VII
sabéis aliñar primores. j^^^H'
■ DoSa Aka de cuajadera; toca de reboco hasla
¿Visteis vosotros mejores -^^^H
Ana. No son lo que han sido. |^^^|
1 nah^, sombrero, manga.! y fundltla* blancas;
tgttu dt cotonía: devantal. eon pUtguts, blanco:
Franc. Airosa es la cuajadera. ^^^f
ta olla de cobre tn una cesta, cubierta con unos
Gregor. Corred la cortina ó loca ^H
mttteltí que ¡leva en una mano.ytn la otra un
que nos priva de la boca. ^^^ñ
Ana. Por otro tanto me diera ^^^H
teharón de AUrro.— Dichos.
%. ¡Y á la cuajadal
su sotana el estudiante; i^^^H
¡Válgale la maldición!
no la hallara con sazón; ^^^|
¿Han visto cuál se me atreve?
Nü hay escolar más molesto
atrevióse el neguijón ^^^|
á unió de éstos de delante; ^H
BELLACO SOIS, GÓME2
libre el cielo los que en vos
guarnece de carmes!;
(A tita ap.) Écheme á los dos de aquí,
que tengo que hablarla.
{A todnj.) Adiós,
que pierdo tiempo y es tarde.
|V á la cuajada,..!
Pethon. Esperad.
Licencia los dos me dad.
Gpegor. Dios, bella señora, os guarde
para que mucho os logréis
con la prenda que os merece.
PCTRON. Si á mis deudos os parece
que es bien que sobre esto habléis,
miraldo; y cada cual crea
que, sin hacer distinción
de entrambos, mi inclinación
acertar sólo desea.
Gpegor. No sé en eso lo que os diga, ivait.)
Fpa\c. Tampoco dichoso soy,
que por excluso me doy. í'V'aje.)
ESCENA VIII
OúfcA PaTHONiLA y Doña Ah\
Petron. ,jYo qué he de hacer, pues, amiga?
iQ\ié hay de nuevo?
Ana. Que acabemos
con celos y impertinencias.
(Quita ta toca, detnuda lo dt mufer,
Ifút la tipada debajo del vestido, d las
es/faldas, atada con el tahalí, queda en
cuerpo, Como hombre: saca de la cesta la
capa y la guarnición de la espada, <¡u*is
de tornillo.)
Petron.
Ana.
Mklch.
Ana.
Melcií.
A^A.
Mklcii.
Ama.
¡Jesús! ^Ha}| tal osadía?
No ha sido ésta la primera
en que tus desconfianzas
la vida y gustos me arriesgan;
tu condición es terrible. —
Melchora: sal acá afuera;
desnúdame de estas burlas
para que hablemos de veras.
ESCENA IX
Sglt MtLCtlOIIA.— DtCMAS.
Pues ¿qué dirán los que entraren
cuando aquí en cuerpo te vean?
Veránme en cuerpo y en alma
andar por tu causa en pena.
{Desnudándola Melchora lienta la es-
pada á la* espaldas )
iQué es esto duro?
La espada.
^I^ espada? ¿Quién tal creyera, .
ingenioso embelequista?
Melchora: amor que no inventa
no vale dos caracoles.
(Pone d la espada la guetmitíón, eiñtti-
la; póntte el sombrero que trufo, y Queda
f^alán con la cru^ at pecho.)
Cada dia hay cosas nuevas.
¿Y la guarnición, la capa,
con lo demás?
Esa cesu
Petbon.
Ana.
Pbtron.
Ana.
Melch.
Ana.
Petron.
Ana.
Petron.
Ana.
Petron,
Ana.
Petron.
Ana,
Petron,
Ana.
PlTUOH.
me sirvió de gi]ardarrop*>
jBuena cuajadal
Y tan boMa.j
que ha de cuajar mis venturi
(AUtU
Allá esos vestidos entra.
llevarálos mi criado.
¿A quién?
A una esclava nc
de mi huésped.
Cotonías
son la gala de Guinea.
{Mete Melchora tuda to dtm
embeleco.)
ESCENA X
DicuAS, menos Mct.ctioiLA.
Agora, pues, mi enojada,
que no hay disfraces que temn
¿sobre qué es la pesadumbre?
¿en qué estriban tus ofensas?
Que tal oses preguntarme,
¿llamárelo desvergüení*?
Pues ¿qué he hecho yo conll^
.No es nada, la doña Greida ^
para esposa apalabrada H
cuando arrimes la encumieo^
y el señor Cristobalico
que ligitimes.
Quisieras,
mi bien, tú, que antes de V(
entre hechicero y profeta,
adivinara en Italia
mi ventura y tu belleza,
y á pesar de lindas bhdes
conservara su entereza
el caballero del Sol,
reservado á la Princesa
Claridiana ó Clariluna;
antes es bien que agradezcas
certidumbres que le saquea
de malicias que me afrentan.
¿Qué malicias? ^
Las escritas M
en la carta de la venta V
que me llaman mutilado:
ni bien hombre, ni bien herab
¡Qué á la cara me han salido,
don Gómez, aunque lo sienta,
lo que es más que ¡maginabfei
En casarme estoy resuelta
con don Gregorio mañana.
¿Con quién?
Ha de ser por I
no te canses.
Muchas hora
hay que entre esta noche i
y mañana para hacer
que se acabe la tarca
en Viveros comenzada;
veristc antes que amanea
viuda; preven luto y locas.]
y adiós para siempre. [
^^^^^p ACTO ^^^^^|p ^^1
^■No sois ya los dos amigos?
Ana. Me aprietan ^^H
^f Geniil amistad!
congojas no sé si el alma: ^^H
iS. No sea
no con vos crédito pierda ^^H
con ¿I, pues lo stenies lanío;
mi valor, que no a cobarde; ^^^ñ
don Francisco le agradezca
quien guarda para la guerra ^^^^
^_Ja mano que de mi parle
las manos, y para un susio ^^^H
^■puedes oirecerle^
de anaor los ojos y lengua. ^^^|
Pktron. ¿Pues la G reída? ' ^^^H
^Biongo yo el alma y los labios:
Ana. Casaráse ^^^H
con otro dándola hacienda ^^^^H
^bal valor para tal prenda.
sufícienie; pues me excusa ^^^1
^^■Afttv enojada.)
esta cruz, que no dispensa ^^H
^B*ues ¡ingrato, fementido,
tálamos embarazosos. ^^^|
^Bengañamundosl no creas
Petrok. ,:V el Crisióbalr ^^H
^^que del uno ni del otro,
Ana. ^u nobleza ^^H
si hoy con la vida te dejan,
le sirva de patrimonio. ^^H
¡ogre su amor csperanias.
Melch. Si es natural, no es afrenta. ^^H
^Han visto que sin dar muestra
Ana. Echará, si se lograre, ^^H
de un pesar, aunque fingido,
por las armas ó la iglesia. ^^^1
la mano el traidor me besa?
Pbtron. Si esa cruz, pues, os impide ^^H
1 iVeie, falso á tu italianal
lazos lícitos con ella, ^^H
Palabras la desempeña;
.;cómo podréis ser mi esposo? ^^H
su bastardo legitima;
Ana. Para la oira es cruz profesa; ^^M
¡ pero, con tal que no vuelvas
á esta calle ni á esta casa,
pero para vos, novicia. ^^H
Pethon. Ahora bien: templad tristezas ^^H
' que, si su umbral atraviesas,
i un tiempo han de ccfebrarse
y infórmeme yo. eniietanio, ^^H
de cosas que es justo sepa ^^^H
1 mis bodas y tus obsequias.
para asegurar temores. ^^^|
Eso sí, mi Petronila.
Ana. ¿Qué plazo asignáis? ^^H
¡Cuerpo de tal! Pique, escueza.
Pethon. Abrevian ^^H
Sepamos cuál de los dos
los deseos, cuando abrasan, ^^H
trae más fina la pimienta.
dilaciones que atormentan. ^^H
¡Qué villanos siempre han sido
Asa. Comerme quiero esta mano ^^H
á besos. (Tómala ¡a manu.) ^^^H
los celos! Si no se vengan
de aquellos que más aduran,
Melcii. No se la beba, ^^H
juzgan su amor por aírenla.
que es de nieve y k hará mal. ^^^|
i, ¡Ka, pelillos á la mar! (Muy littna )
Ana. Pues «¡cómo abrasa si nieva? ^^H
' Celos me diste que queman.
iSfuérdtttla > ^^H
celos te he dado que abrasan,
Petron. ¡Ayl ^^H
servido nos han de leña;
Melch. -Queditu! no muerda. ^^H
pues la brasa se ha encendido
Ana. Envidia el corazón, labios ^^H
á que el amor se calienta
y lengua. ^^M
1 y humo los celos se llaman,
PrruoN. Bellaco sois, ^^H
echemos el humo fuera.
don Gómez. ^^H
Yo le adoro ¡el cielo vive!
Ana. Hechizo mío ■
Si no bastan para prueba
ansí han de ser los hombres. '.Vn»* ^^M
de esta verdad los disfraces,
^^^M
ya dama, ya cuajadera,
y» doña Ana, ya don Gómez,
^^^^H
ESCENA XII ^^M
ya estudiante, ya alma en pena,
Saltm DoM Gkkgokio y Momtiu a ^^^t
^■. ^qué ha de bastar?
■
Gregor. ¿Qué hora es? ^^H
■
MoNTtLL. Todo el cahíz ^^H
^1 ESCIENA XI
conté menos una hanega. ^^^1
^^B
Gregor. Si un :1"«-'--'''' sosiega, ^^^H
quien es Mu. ^^H
^H 5a/( MBixnofiA. — DtcBAS.
Br Yo. señora,
Pense c...„ ..^^..z rundar ^^^H
que be sabido, en mi conciencia,
á mi ingrata; ya no quiero. ^^H
1 qtie ni duerme el pobrcciio
por ti, ni come, ni cena.
^_ Si el bien se nos entra eo casa.
MoNTiLL. Róndela el Poriocarrero ^^H
y ¡alto! señor: á acostar. ^^H
Greoor. Viva el dichoso estudiante, ^^H
^H jqué diablos es lo que esperas?
^B Mira qué talle de alcorza; *
pues sus intentos logró. ^^H
¿Por qué he de maUrle yo ^^H
1 mira qué cara de perlas;
^^ acaba: dale esa mano.
si el paso me echó adeliolc? ^^^|
Venme á desnudar, .Monlilia. ^^H
^^^ (Fingt Oañi \n» que tlora.)
MoKTitu ¡Gracias á [>i'<^ que una vez ^^H
^B ^Qué es eso? ,;Llorát3?
íc hallo cuerJol El almirez ^^H
6i6
BELLACO SOIS, COMEZ
nos despierte, campanilla
de Codo poltrón ^alán.
Gregop. No. Maurid, en I» más llsmas,
MoNTiLL. iFuef>o de Cristo en sus damas!
Gpeoor. Luegu me vuelvo á Milán, (v^njc.)
ESCENA XIII
Doña \há, dt hombrt, y Bocbcuiilas.
BocEG. Tu ingenio se me ha pegado.
Ana. ^Cómo?
BocE<;. Dijele al casero
que quería un caballero,
á Madrid recién llegado,
ver el cuarto que alquilaba,
porque, en saliendo contenió,
sería tu alojamiento;
y él, aunque lo deseaba,
por no sé que ocupación,
respondió que hasta otro dia
mostrárnoslo no podía.
Dile entonces un doblón
redondo, divina salsa
que á todos los gustos sabe,
lióme al punto la llave
y entré por la puerta falsa
sin que nadie me sintiese,
meli cadenas y grillos
que ha de pasmar al oilios
el lal, joh, si ya durmiese!,
y dite aviso al momento.
Comiéncese, pues, U esgrima.
G. Estas piezas caen encima
de su cama y aposento;
á acostarse iban agora,
3ue yo los vi diligente
esde aquí.
\ti\. Un convaleciente
mejor duerme que enamora.
¡Gentil modo de matar
al estudiante!
Boceo. Una herida
teme otra, y no hay mejor vida
que vivir.
Ana. Vuelve á mirar
si se han traspuesto los dos.
BoCEG. ¿Por dónde?
Ana. Esa cuadra acecha
(Acíchalii»)
Boceo. Roncando, los soplos echa
de á legua y media; ¡por Dios,
que es treinta Alcaldes Ronquillos.
Ana. Alto, pues, no lo dilates.
BocRü. ¿Qué falta?
Ana. Que la luz males
{' anden Jos ayes y fjr'l'os-
)e mí mismo tengo miedo.
Ana. Vaya.
BocEG. Aquí empieza la historia.
(Entranfe, y alta dentro arraitran c<i-
(tem»,íOn aytj y todt» ntripito)
A.sA. ¡.\^, que me impide la gloria
un m^^ratol
BocBO. ¡Ay, que no puedo
salir, por t:l, de las penas
inmensas del Purgatorio!
Ana. |Ay, remiso don Gregorlúf
Boceo. \ky, Monlilla!
ESCE.NA XrV
En cal^ondtlos y camtta Monnu «., c«« i
■víibcin.is y mantat d cu*ilA$,
MoNTii.L. Mil cadenas
stcnio que vienen tras mi,
y mil demonios con ellas
dando aullidos y querellas.
RocEG. ¡Ay, que me abraso!
Ana. jAy
MoNTii.i.. Conjuróte por el Credo
menos el Poncio Pilatos.
Ana. ¡Ay, hombres de viles tratosf
Mo.NTiLL. Algalia sudo de miedo.
¿Qué me quieres, aullador
Boceo. Misas.
M0NTI1.L. ¿Soy yo San Grcgoric
¿He arrendado el Purgüioii
¿Fui yo acaso colector?
ESCENA XV
Sale Do» GKRnoitio, fu jubón y rmt^on
etpada detnuJa. — Dtciios.
GhEGoa.
MONTIl-t..
Ohkoor.
MúNTtLL.
Ana.
Greuob.
Los DOS.
GitEGOP.
Ana.
Gkegou.
MONTIUU.
Gheoor.
M0«TII.L.
Grbgob
MONTILL.
¿Qué calabozos se pasao
desde el ínñerno á este pu<
¿Montilla?
¡Señorl
\U Juiciot
¡Ayl iQue me abrasa^
llamas sin luz invisibles! I
¿Por qué en mis penas no »'H^
Visiones: ¿qué queréis? ~*
Mis
Yo os prometo las r-^- '-'''
(.1 voces laslimadaM
Mientras que en el í ■-. p,« ...
esté, porque tú lo quieres,
tener sosiego no esperes
ni casarte, don Gregorio.
¡Sombras, que os juzgo tnr<^
No os he de tener temor.
Quita.
¿Dónde vas, señor?
(Cuchilladat ai airt )
¡Qué sé yo!
No son mortaU _
ios que aullan, sino sombra»
de azufre y hierro i«ri,'»4»v
¿deque sirven cucli '
Ouédatc tú. que le
subtrc al cuarto de anu
^uc en mí el espanto
Si está la pueda con Iti
sin persona que le viva
Eor más que intentes, ¿qucj
■ \ diablo aquí te hospcoó.
Pues, ¿qi^' 'i'" ■'*'' har<-!->
Afuf;ilUs
ACTO TERCERO
617
I
)NC.
^Dónde vas?
Voime á la caballeriza:
refugio á todo lacayo
donde jamás cayó rayo
ni fantasma atemoriza,
ni los riesgos ordinarios
de vientos y terremotos;
los rayos son muy devotos,
que buscan los campanarios,
palacios y galerías.
Acójome á estercolar
el sueño. (Vatt)
ESCENA XVI
Dichos, men at éste .
Si han de durar,
hasta que alumbren los días,
todas las noches espantos
semejantes, sin dormir,
mejor me estará salir
y excusar estruendos tantos,
no de temor; todo el lecho
se viene abajo. {Mucho ruid».]
{Árrilfa los dos, que xe lean.}
Si hará.
Boceguillas: bueno está;
lucidamente lo has hecho.
I Alto, á la tal falsa puerta
con todo el fantasmo ajuar!
Bien puedo representar
diez almas.
No quede abierla
la casa. Ven. (Vanst.)
ESCENA XVI
Don Gregorio io/o.
Saber quiero,
pues por hoy no he de dormir,
si á su dama va á asistir
el primo Portocarrero
y está á la reja admitido
de quien conmigo es cruel.
Podrá ser que vengue en el
lo que en casa no he podido. (»'<"«.)
ESCENA XVIII
SaietksH Francisco como dt nocht.
Esta vez, sospechas mías,
he de ver si salSs falsas,
ó el duplicado don Gómez
con vil cautela me trata.
He recelado que tiene
como tos nombres las caras,
como el ingenio las obras,
y que me usurpa á mi dama;
en mis celos se deleita;
en sus ojos se retrata,
pues siempre en ellos ho visto
que sus niñas le agasajan.
bi esto es asi, lo que el día
i las malicias recata.
desquitarán por las noches
cohechos de sus ventanas.
Hagamos, pues, la experiencia.
ESCENA XIX
Htbo^ado Don Francisco y d ¡a imttana MstciiOftA.
Mki.ch. a nuestras puertas se para
un hombre. jSí es el que espero?
La noche esta tan cerrada
que diviso y no averiguo;
«'pero si no es el que aguarda
el que las piedras nos cuenta?
|Eh caballerol ^Quién pasa?
Fr ANC. ( aparte, y lutgo 4 ella.)
Ya tenemos un indicio:
don Gómez soy.
Melch. ¡Acabara
de hablar yo para utro juevesl
Bien venido.
Fbanc. {Aparte) Lacriadí
es esta; mas ¿si se quieren
los dos?
Melcii. (•■*''•) Echóse en la cama
por esperarle vestida
habrá dos horas el ama.
Dormilón es el don Gómez.
Fbanc. No ha causado mi tardanza
el sueño: los pliegos fueron
que he recibido de Italia.
Melcu. ¡Qué de ello me debe, amigol
Franc. Vos escogeréis la paga
á contento.
Meixh. Se la tengo
más que una cordera mansa;
no la diga pesadumbres.
Fuanc. ¿Yo, mi Melchora?
Meixh. A llamarla
voy; retírese allá afuera,
que no séá quién siento. iVase.)
Fpanc. ('ipaite.) ¡Ah, ingrata!
¿Para esto no hay llamar deudos
que con vos consultas hagan?
ESCENA XX
Sait .MoKTii-LA.— Dow Francisco.
M0NTI1.L. ¡Válgaos el diablo por pulgas!
Peores sois que las almas.
{Póntse tnfrente de la ftntaiia^
No he podido pegar ojo.
Mi dueño dejó la casa
á sus huéspedes en pena,
y como en las de amor anda,
que puesto que las ignoro,
las unas y otras abrasan,
tendrá aqui su purgatorio.
Oigan allí lo que pasa.
El es. ¿No lo dije yo?
Rebozóme la fachcda
y sus querellas escucho. (W»M<«í#.)
Fuanc. Cogióme el puesto el qoe traza
con embelecos su muerte:
escuchemos en qué paran
estos oscuros conciertos.
6i8
BELLACO SOIS, GÓMEZ
ESCENA XXI
Sale Do» Gmtooíto, rffroí arfo.— Dichos.
MoNTiLL. Otro salió á la parada.
Grboor. .jDos hombres junto á su puerta?
(£l cuerpo lo hacen de guardia
¡Vive Dios! que he de saber
quién son, ó morir. ¿Quién pasa.'
(A r)on FraDCI»co.)
FkaNC. {Apartt y ¡utgo á Doq Orcgorio )
Su mismo nombre me vengue.
¿Quién lo pregunta?
Quien anda
buscando á cierta persona.
(Htbu^ados todos.)
FíANC. Don Gómez soy.
Gpecor. ¿y se llama
Avalos, Poriocarrero
ó cómo?
Franc. Yo tengo entrambas
noblezas y entrambos nombres.
Mo.NTjLL. i^P) Aquí comienza la danza.
ESCENA XXII
Sale DoSa \nt, de hombie, y Bocbguiu.as.— DtcHoc.
BocEú. Tres á tres los rondandilos.
Ana. Hacia esa esquina te aparta,
y déjame á mi con ellos.
BocEG. ¡Qué lindo vocablo el hacia!
(Arrímáie BoccfiuilUt/unf^i cf Montilli,
iin verle.)
Ana. En forma estáis dependencia;
mas no lo sufre la casa
i cuyas puertas se forja,
que miro yo por su fama.
{Entre llii duí, rebufada.)
Servios de mi cortesía
V, con ella, de esta espada,
sabiendo vo, si ser puede,
cómo os llamáis los dos.
Basta
que vos lo pidáis ansi.
Yo soy don Gómez.
¿Quién?
(Aparte.) ¡Vaya!
Ya tenemos dos don Gómez.
El que eso ñnge os engaña,
porque yo el don Gómez soy.
i^p) Jueguen, pues, al tres en raya.
Adviertan vuesas mercedes
que á la corte, desde Italia,
y desde la cuna hasta ella,
ese nombre me acompaña.
¿Tres don Gómez? ¿Qué apellido
los guarnece?
{Aparte.) ¡Linda chanza!
Yo soy Avalos y luego
Portocarrero.
|0h, qué gracia!
¿Y vuesa merced?
También
esos títulos se enlazan
en mi con el de don Gómez.
Ana. No debe de ser sin causa
el triunvirato Gomezio.
• Gregor.
Ana.
MONTIUJ.
BoCErt.
A^fA.
Boceo.
Fkanc.
boceo. ¿Quién va allá?
MoNTtLL. ]ZapeI
BocEci. .^Qoi
cedulón aquí de esquinas?
MoNTiLL. Don Gómez.
Boceo. Tentad si « paia:
lodo Madrid se gozmenia.
MoNTiLL. Y él ¿quién es?
Boceo.
MONTILL.
Don Gómez.
¿mas si llamase esta corte
doñas Gozmas á sus da>fa
Ana. Coricluyamos, caballeros;
no uséis mal de mi templanza:
decid vuestros nombres proprii
MoNTiLL. {.\p ) .Apostemos que son almjs
que tras don Gregorio vienen.
Grkgor. iAh.*Ani.) A vuestro lado
os ofrezco cun la vida.
Ana. ¡Oh, amigol ¿Vos sois?
Gregor. M<
de mi casa y Je mi seso
visiones de vuestra hermaí
Ana. ¿Veislo? ¿.\o os lo dije yo?
Pues, ¿qué ha sido?
Greuor. Es ce
Para después lo dejemo».
Franc. Señores: antes que el altxa
madrugue, que ya se acere
por precisas circunstancias >
me importa que el un don i'
de los dos del mundo salgí
Ana. ¿Cuál es de ellos?
Kkanc. El que ñí
amistades que por falsas
dobleces, que por civiles
le apresuran la mortaja.
Gkeoor. Será, caballero, fuerza |
reñir con los dos.
Fbanc. Venitjis
tiene mi razón y eoo)o
para más que vengan.
{Sac-nn litt tmt»
Pktron. Abran
estas puertas.
Mei.cu. (Dentro.) ^¡, scñura,
que á su don Gómez nos
Petron. Melchora: sac* esas locts. <
ESCENA XXIil
Salen Doáa Pbthonila y McLCNOHAt eou i
Dichos.
MoNTiLL. Vengan hachas.
Boceo. Vengan htch»
Serviremos de comedia.
si es que esto en bodas acabo-
Petron. ¡Don Gómez! ¡Amado primo!
¿Con Quién lo habéis? ¿VosUcSj
desnuua?
Templad los %atíM¡¿
¿Templar? ¿Pues qué n <
Ana.
Petron.
Ana.
Petron.
Ana.
¿Quién está con vos?
Mic&s
I-
IN.
<'Mi quién^
Si valen palabras,
vos sois el esposo mío.
¡Jesús] ¿Qué decís?
El alma
que por vos ha andado en pena
soy de la ausente doña Ana.
^Alma vos? ¡Válgame el cielo!
<-Qué tenéis?
Miren si escampa.
Alma soy, que un cuerpo anima;
cuerpo soy, que en ella os ama;
vida tengo, por vos mueria
mi opinión y vucsira fama.
Para que ésta resucite
y estotra se satisfaga,
peregrinaron deseos
que atravesaren distancias,
inventaron sutilezas
y olvidaron á su patria.
Si amor tan firme merece
que se corresponda... ii.iora.)
Basta.
Mo lloréis, bella señora;
que el cielo de vuestra cara,
no alma en pena, cual ñngisteis,
alma en gloria os me retrata.
¡Si antes yo os hubiera vistol
¿Hay ul cosa?
|Lo que pasa
en el mundol
Lacayo hembro
he sido: denme matraca.
No le creáis, caballeros:
advertid que aún nos engaña.
Ya sabéis sus artificios.
Por vos, señora, me holgara.
Doña Ana de Avalos soy.
¿Y la Greida que os aguard.i
con un hijo y mil promesas?
¿Qué Creídas, ó calabazas?
Vila yo por estos ojos.
Vistesme á mi transformada
en Greida, en Poriocarrero,
en don Gómez y en doña Ana.
Cuando no traigáis más dote
que las sutilezas raras
de ese ingenio, que eternicen
plumas, buriles y estatuas,
merecen que yo os adore.
Dadme esa mano.
{Oantet gímanos.)
MoNTiLL. |0h, bien haya
la madre que le ha pando!
De éstas vengan mil fantasmas.
Ana. Bella doña Petronila:
enriqueced esperanzas
de don Francisco que, pobre
de ellas, mi amistad maltrata.
Petron. Lo que mandéis obedezco.
(5r rfaq fas nianor.)
Franc. Mi silencio os dé las gracias.
/«■ I lioñk Ani^l
Y á vos, señora, mi afecto
el corazón. (A Doát PetroníU.)
Melcii. ¿Quién se casa
conmigo?
Ana. Melchora: escoge.
que, para que feries galas,
docientos de oro te libro.
Vcnfían, aunque sean en plata.
.Melch.
MoNTiLt.. Aquí estoy yo.
Boceo.
Melch
Y yo también.
¿Ojearon la ganancia?
Codiciositos me son.
Pues yo he dado en ser beata.
Ana. ¡Qué gran bellaco que ha sido
el Don Gómezl Si os agrada
la comedia ¡oh, gran concurso!
decid, supliendo mis faltas,
que han de ser ansí los hombres
cuando engertos en las damas.
«E bisto esta Comedia intitulado Bellaco seis
gome;;. Bis su .Argumento de una mujer que en
abito de hombre se bale para casarse con un
galán de trazas injeniosas y chistes donairo-
sos. No tiene ningún incobeniente por ser
toda un juguete, y así puede representarse, sa-
liendo la dama como se les tiene mandado por
el Señor don Antonio de Contreras y con en-
aguas hasta los pies, y quitando los juramen-
tos, que ban reparados en eila. en Madrid, A aj
de Abril de 1643.» (La firma de este censor no
se lee por estar roída la hoja).
Por Orden de V. S. el Señor Vicario General,
he visto esta Comedia y en ella no hay cosa
contraria á Nuestra Santa Fee Calholica y bue-
nas costumbres; y assi podrá V. S. servirse en
dar la licencia que piden para que se repre
senté. Fecho en Valencia en el Convento de
N.tra s.r» del Remedio, Orden de la S.m* Tri-
nidad, á I de Setiembre, año 1643. — El Maes-
tro Fh, Juan Baut.' Palacio, Cualijtcador
del S,to Ofjicio.
APÉNDICE
EL BURLADOR DE SEVILLA
CONVIDADO DE PIEDRA
IMEDIA FAMOSA DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA (O
|lXrnEgl!(T6l.A KOQVB OK rlOUEROA (3)
HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES (3)
Don Diego Tenopio, viejo.
Don Juan Tenorio, su hijo.
Catalinón, lacayo.
El Rey de Ñapóles.
El Duque Octavio.
Don Pedro Tenorio.
El MAPQcfs DE la Mota.
Don Gonzalo de Ulloa.
El Rey ue Castilla.
Fabio, c; iado.
Isabela, Duquesa.
TisBEA, pescadora.
Belisa, villana.
Anfbiso, pescador.
Corio6n, pescador.
Gaseno, labrador.
Patricio, labrador.
Ripio, criado.
JORNADA PRIMERA
ESCENA PRIMERA
%Un Do* JnAif Tcnonm y Isabsla, diKfutta.
tLA.
UN.
Duque Octavio, por aqui
podrás salir más seguro.
Duquesa, de nuevo os juro
de cumplir el dulce si.
,; Mis glorias serán verdades,
promesas y ofrecimientos,
regalos y cumphmienlos,
voluntades y amistades?
D. Juan. Si, mi bien.
Isabela. Quiero sacar
una luz.
D, Juan. Pues, ¿para qué?
Isabela. Para que el alma dé fe
del bien que llego á g02ar.
D. JiAN. .Mataréie la luz yo.
Isabela. |Ah, cielo! ¿Quién eres, hombre?
D. Juan. ¿Quién soy? l^n hombre sin nombre-
Isabela. ¿Que no eres el Duque?
D. Juan. No.
I) El texto de esta conieüU que se reimprime es el de 1630. Las principales variantes anotadas son del
g, exactamente igual al de lóS^. Alguna pertenece i I» comedia lituLida Tan larf'a mt lo fiáis, impresa i
Itiouacióa, y que no es mis que un plagio del Burlador. Se ban tenido, »Jcniás, i la vist* tres ediciones aatí-
*s, dos de ellas de Sevilla, y la modcroa de O. Juan Eu((cnlo Itarc/enbusch. Todas estas ediciones se descri-
fc en el Catálogo que precede á este rolumen.
Falla esta advertencia en la edición de 1649. '
lotcrvicncn «demis Amimta, Pastohm y Mvszcos.
»34
KL BimLAD^R RE SE\
JsABEL4. |Ah, de palacio!
D. Juan. Detente.
Dame, Duquesa, la mano.
likniA. No me detengas, villano.
|Ah,del rey: soldadws, gcntd
ESCENA II
Sale ti Rar db NAtoies con unú vtla en uh candeltro.
Rrv. ¿Qué es esto?
Isabela, ¡El rey! [Ay, triste!
Rey. ¿Quién eres?
D. Juan. ¿Quién ha de ser?
l'n hombre y una mujer.
Rey, (Esto en prudencia consistc.1
jAh, de mi guardal Prended (i)
á este hombre.
Isabela. ¡Ay, perdido honor!
{Vast Isabela.)
ESCENA III
Sale Don l'Eono TsrioRio, tmbafaiior de España,
y GuARdA.
Ü. Pkdf. (2) ¡En tu cuarto, gran señor,
voces! ¿Quién la causa fué?
Rrr. Don Pedro Tenorio, á vos
esta prisión os encargo.
Siendo corto, andad vos largo (3);
mirad quién son estos dos.
Y con secreto ha de ser,
que algún mal sucesu creo,
porque, bi yo aquí lo veo,
no me queda más que ver. (Yase.)
ESCENA IV
1>0H Pbdm, Dom Juan y La Guarda,
D. Peda. Prendeide.
D. Juan. ¿Quién ha de osar?
I Bien puedo perder la vida;
mas ha de ir tan bien vendida
que á alguno le ha de pesar.
(Maialdcl
¿Quién os engaña?
Resuello en morir estoy,
porque caballero soy,
del Embajador de España.
Llegue, que sólo ha de ser
quien me rinda (4).
Apañad;
á ese cuaito os retirad
todos con esa mujer.
D. Ped».
D, Juan
D. Pkdr
D. Peor.
D. Juan.
D. Peor.
(i) llaruenbuKh rorrijiiió «Prendí», que coniuena
con •fa(*.
(a) Eo Ia ed. de i6)a ce lee: «Don Juan».
I3) Tan largo m* lo fiáis d« inejur íatma de este
verso ASÍ: «Si ando corto nadad vot \hT^cst.
(4) Hsrtzenbuüch completó este hemistiquio ajii:«^l
quien me rinda*.
tSCI
Don PaoKo y Do* ica«.
D. Pedr. Ya estamos solos los át»\
muestra aquí tu <:■'■
D.Juan. Aunque tengo es'
no le tengo para vw.-.
D, Peoh. Di quien eres,
O. Juan. Ya lo digo:
tu sobrino.
D. Pedr. (¡As . colt^,'.!,»
¡Que temo j'
¿Qué es lo qi
¿Lómu estás de aqu<
Uimc presto lo que
|Desobcdicnte, atrevido!...'
Estoy por darte la muerte
Acaba.
D. Juan. Tío y señor,
mozo soy y mozo fuiste,
y pues que de amor supisi
tenga disculpa mí amor.
Y pues á decir me obligas]
la verdad, oye y dircU:
yo engañé y gocé á Isabel^
la Duquesa.
No prosigas;
tente. ¿Cómo laenn»"^*
IJabla quedo 6 c¡
Fingí ser el Dui^il.. — ¿
No digas miis, calla, ;
(Perdido soy si el Ref
este caso. ¿Qué he Je hacer*
Industria me ha de valír
en un negocio ts
Di, vil: ¿no basit
con ira y fuerza cxirarjAl
tan gran traición en Esp<
con otra noble mujer,
sino en Ñapóles tambtén
y en el Palacio real,
con mujer tan principal?!
iCasiígucte el ciclo, amér
Tu padre de^de Castilla
á Ñapóles le envió,
y en su:i márgenes tt dÍ4^|
tierra la espumo"
del mar de Italia
que el haberte rt. . ^ .w^, ,
pagaras agradecido.
/y estás su honor nfel
y en tan pr
l'eroen aqu
nos daña \¡s
mira qué qi.
D. Juan. No quiero dur^á ili^-atpl
que la habré de dar »in>
Mi sangre es, señor, la
sacalda, v pai;ue la cutj
A esos pies t- iJii
v esta es m;
D. Pedr. Álzate y mucM.-» valor,
que esa humildad mchal
(i) Hsrtícnhiiscii
extraña».
JORN\DA PRIMERA
625
.N.
IR.
■ N.
\
DR.
>P.
^Atreveráste á bajar
por ese balcón?
Si atrevo,
que alas en tu favor llevo»
Pues ^0 te quiero avudar.
Vete a Sicilia ó Milán,
donde vivas encubieno.
Luego me iré.
¿Cierto?
Cierío.
Mis cartas le avisarán
en qué para este suceso
triste que causado has.
(Para mi alegre, dirás. I
Que tuve culpa, confuso.
hsa mocedad te engaña.
Baja, pues, ese balcón.
Con tan justa pretensión
JÜ20S0 niC parto á lispaña.
( Vajr Don Juan y entra (i) r¡ /?cy.)
EííCENA Vi
El. R»r.- Don PKKko.
Ya ejecuté, gran señor,
tu justicia justa y recta
en el hombre (a).
¿Murió?
Escapóse
de las cuchillas soberbias.
¿De qué forma?
Desta forma:
Aún no lo mandaste apenas,
cuando, sin dar más disculpa,
la espada en la mano aprieta,
revuelve la capa al brazo,
y con gallarda presteza,
ofendiendo á los soldados
y buscando su defensa,
\iendo vecina la muerte,
por el balcón de la huerta
se arroja desesperado.
Siguióle con diligencia
tu gente: cuando salieron
por esa vecina puerta,
le hallaron agonizando
como enroscada culebra.
Levantóse, y al decir
los soldados: ¡muera, muera!
bañado de sangre el rostro,
con tan heroica presteza
se fué, que quedé confuso.
La mujer, que es Isabela
(que para admirarte nombro)
letirada en esa pieza,
dice que es el Duque Octavio
que, con engaño y cautela,
la gozó.
A49. «Sale.»
gual en las dus cd.— Debe ser «del hombre».
iboscb lo ialerpretó «si:
•Tu ju$iici« justa y recta.
íl hombre ..»
•MEDIAS DK TIRSO E>B MOLINA.— TOMO II
Rey. ¿Qué dices?
D. Pedb. Digo
lo que ella propia confiesa,
Rev, ¡Ah, pobre honor! Si eres alma
del honor (1 ). ¿por qué ic dejan
en la mujer inconstante,
si es la misma ligereza?
¡Hola! {Sale un Crudo.)
ESCENA Vil
Dicnos / (( Criado, y detpués IsABSta.
Criado. |Gran señorl
Rey. Traed
delante de mi presencia
esa mujer.
D. PfcDR. Ya la guardia
viene, gran señor, con ella.
{Trae la Guarda 4 Isabela.)
Isabela. ¿Con qué ojos veré al Rey?
Bey. idos, y guardad la puerta
de esa cuadra. Di, mujer:
¿qué rigor, qué airada estrella
le incitó que en mi palacio,
con hermosura y soberbia,
profanases sus umbrales?
ÍSABKi A. Señor...
Rey. Calla, que la lengua
no podrá dorar el yerro
que has cometido en mi ofensa.
^Aquél era el Duque Octavio?
Isabela. Señor...
Iuy. No importan fuerzas,
guardas, criados, murallas,
fortalecidas almenas
para amor, que la de un niño
hasta los muros penetra.
Don Pedro Tenorio: al punto
á esa mujer llevad presa
á una torre, y con secreto
haced que al Duque le prendan,
que quiero hacer que le cumpla
la palabra ó la promesa.
Isabela. Gran señor, volvedme el rostro.
Rey. Ofensa á mi espalda hecha
es justicia y es razón
castigalla á espaldas viieltft^
( > U 'f ci i'-cv I
D. Pedr. Vamos, Duquesa.
Isabela. Mi culpa
no hay disculpa que la venza;
mas no será el yerro tamo
si el Duque Octavio lo enmienda.
{Vanse y salt el t>\in\ie Octavio/ Ripio,
íu criado.)
ESCENA VIH
El DoQUE Octavio y Ripio.— ¿««^o un CniAtio,
RiPK). ¿Tan de mañana, señor,
te levantas?
Octavio. No hay sosiego
(1) Asi en todas las ediciones, tlartzenbusch corrí»
giú acertadamente: «del hombre*.
40
626
EL BURLADOR DE SEVILLA
Ripio.
Octavio.
Rumo.
Octavio.
Ripio.
Octavio.
Ripio.
Octavio.
Ripio.
Octavio
que pueda apagar el fuego
que enciende en mi alma amor.
Porque, como al fines niño, \
no apetece cama blanda I
entre recalada holanda
cubierta de blanco armiño.
Acuéstase, no sosiega,
siempre quiere madrugar
por levantarse á ju^ar,
que, al tin, como niño, juega.
Pensamientos de Isabela
me tienen, amigo, en calma,
que como vive en el alma,
anda el cuerpo siempre en pena (i )
guardando ausente y presente
el castillo del honor.
Perdóname, que tu amor
es amor impertinente.
¿Qué dices, necio?
Esto digo:
impertinencia es amar
como amas; ¿quieres escuchar? (2;
Prosigue (3).
Ya prosigo.
jQuiérete Isabela á ti?
Kso, necio, ¿has de dudar?
No; mas quiero preguntar:
y tú ¿no la quieres?
Si.
Pues ¿íio seré majadero,
y de solar^onocido.
si pieríícnio mi sentido
por quien me quiere y la quiero (4)?
Si ella á ti no te quisiera,
fuera bien el portíalia,
re^alalla y sdoralla
y aguardar que se rindiera;
mas si los dos os queréis
con una mesma igualdad,
díme: ¿hay más diñcullad
de que luego os desposéis?
Eso fuera, necio, á ser (3)
(1) Así ea lodas l«s impresiones. Haruenbuscb co-
rrí gió coa acierto esia redondilla aaí:
«Pensamientos de Isabela
me lieni-D, Ripio, sin calma,
que como vive en el alma,
anda el cuerpo siempre en vela.»
(3) Asi en las imprcsioneft. Harizenbutch puso este
verso así: «Como... «quieres escuchara» Pero tal va la
verdadera correcclóa sea; «como amas; ¿qui<s escu-
charr» La contracción «quií»* per «quieres» no es iti-
frecueote en los lacayo» de Tirto.
(3) £</, de i64ii: «Ea, prosigue »
(4) Id . [''alian los cuatro versos que liguen desde
aquí, }' dice asi el 5.'*;
«Pues sí los dos os queréis.»
Faltta Umbiin ea los impresos posteriores y en
llartxeDbusch.
(5) Ed. dt 1C49. Falta en ella íste y los once ver-
sos siguientes. Lo mismo sucede en las impresiones
sueltas y en Hsrtzenbusch. ('or no repetir adrertire-
mos ahora que, en general, todas éstas si<iuen el icxio
de t649,de modo que l.is omisiones son comunes i to-
das ellas, asi como á l« de ilarizenbusch.
de lacayo 6 lavandera
la boda.
Ripio. Pues, ¿es quienqul
una lavvidriz muier.
t llittfdo "f fregairizando.
."J V ofendiendo,
' is (1) tendiendo,
i.mendando?
irque al dar
ue se le iguale,
Ha dale,
imar. (5«fe unCm
CniA de España
■■ -pea
■¡ea.
■ ""Tna,
Octavio.
Dichos.— Enfra Dor Pboro '^
D. Pedr. Quie
con tanto descuido dut
limpia tiene la coocieocu^
Octavio. Cuando viene Vuexcelí
á honrarme y favor<
no es justo que duerofiÉ
velaré toda mi vida.
¿A qué y por qué es la rer
• D. Pedr. Porque aquí el Rey mecni
Octavio. Si el Rey, mi señor, se acu<
de mi eñ aquesta ocasión,
será justicia y razót)
que por él la vida pierda.
Decidme, señor, ¿qué dicha
ú qué estrella me ha guiado^
que de mi el Rey se ha acoríj
D. Pedb. Fué, Duque, vuestra desdi
embajador del Rey soy:
del os traigo una embajada.
Octavio. Marqués, no me inquicu oadf
decid, que aguardando est<
4' D. Pedr. A prenderos me ha enviadc
el Rey; no os alborotéis.
Octavio. ¡Vos por el Rey me prendé
Pues ¿en qué he sido culpi
D, Peor. Mejor lo sabéis que yo;
mas, por si acaso me engaño,
escuchad el deseogaño
y á lo que el P-^
Cuando los n
plegando fune.v...
y del crepúsculo huyen,
tropezando unos coó ot
estando yo con Su Aitcia
(I) Asi en el original; pero ^^aízk tfcte kcn
cios».
(s) En ambas ediciones s« lee JolJu. Ea nrat
dente. Corregida ya en edición tk ioté twtnma
llartzcnbusch. También «ioldo&« n T*
fiáit.
^^f JORNADA PRIMERA 637
tratando ciertos negocios
como en la gloria hay contentos,
(porque aniipodas (iel sol
lealtad en el buen aniigu.
son siempre los poderosos),
traición en el enemigo.
voces de mujer oímos
en la noche escuridad (i)
cuyos ecos, menos roncos
y en el día claridad.
por los artesones sacros,
asi es verdad lo que digo.
nos repitieron «¡socorro!»
Duque. Marques, yo os quiero creer.
A las voces y al ruido
No hay cosa que me espante (a),
acudió, Duque, el Rey propio^'
que la mujer más constante
halló á Isabela en los bracos
es, en efecto, mujer.
de algún hombre poderoso;
No me queda más que ver.
mas quien al cielo se atreve.
pues es patente mi agravio.
D. Pbdb. l'ues que sois prudente y sabio.
sin duda es gigante ó monstruo.
Mandó el Rey que los prendiera;
clcgid el mejor medio. ^
Dioi'E. Ausentarme es mi remedio. ^
quedé con el hombre solo;
llegué y quise desarmalle,
D. Peor. Pues sea presto. Duque Octavio.
pero pienso que el demonio
Di;oi;e. Embarcarme quiero á España
en él tomó forma humana.
V darleji mis males fin.
pues que, vuelto en humo y polvo,
D. Pkdr. í'or ¡a~puerta del jardín.
se arrojó por los balcones
Duque, esta prisión se engaña.
entre tos pies de esos olmos
DuQiJH. ]Ah, veleta! ¡Débil caña!
que coronan, del palacio.
A más furor me provoco
los chapiteles hermosos.
y extrañas provincias toco
Hice prender la Duquesa,
huyendo desia cautela.
y en la presencia de todos
I Patria, adiós! ¿Con Isabela
dice que es el Duque Octavio
hombre en palacio? ¡Estoy loco!
el que con mano de esposo ,
IVante r Male Tisbci. pntcaUurd, eoH
la gozó.
Uttn caña'dt pticar #» la mano.)
¡rio. ¿Qué dices?
»R. Digo
ESCENA X
lo que al mundo es ya notorio
y que tan claro se sabe:
TiniA. -^^^^^^1
que Isabela por mil modos...
rio. Dejadme, no me digáis
Yo, de cuantas el mar ^^^B
tan gran traición de lsat}ela.
pies de jazmin y rosa ^|
Mas, ,;si fué su honor cautela?
en sus riberas besa ^^^H
Proseguid: ¿por qué calláis?
con fugitivas olas, ^^^H
Mas si veneno me dais
sota de amor ementa. ^^^B
como en ventura sola, ^^^H
que 4 un firme corazón toca,
^^/ asi á decir me provoca
tirana me reservo ^^^|
^Kque imita A la comadreja,
de sus prisiones locas. ^^^Hj
^Irique concibe por la oreja
Aquí donde el sol pisa ^^^H
soñolientas las ondaü, '|^^^|
' para parir por la boca.
¿Será verdad que Isabela,
alegrando zañros ^^^H
alma, se olvidó de mí
las que espantaba sombras: ^^^H
para darme muerte? Sí,
por la menuda arena, ^^^H
que el bien suena y el mal vuela.
unas aljófar, ^^^H
Va el pecho nada recela
y átomos otras veces .< ^^^H
juzgando si son antojos
dol sol que asi le adora (3): ^^^H
que, por darme más enojos,
oyendo de las aves ^^^H
al entendimienio entró,
las quejas amorosas ^^^H
V por la oreja escuchó
y lus combates dulces ^^^H
lo que acreditan los ojos.
del agua entre las ''oca:»; ^^^^|
Señor Marqués, ¿es posible
ya con la sutil caña ^^^H
' que Isabela me ha engañado
que al débil peso dobla ^^^H
ael 'necio pececillo ^^^^|
y que mi amor ha burlado?
Parece cosa imposible.
(^ue el mar 'Salado azota, ^^^H
0 ya con la atarraya ^^^H
¡Oh. mujer! ¡Ley tan terrible \^
de honor, á quién me provoco
que en sus moradas hondas ^^^H
á emprender! Mas ya no toco
prenden cuantos habitan ^^^H
en tu honor esta cautela.
aposentos de conchas, ^^^|
¿Anoche con Isabela
^^H
hombre en palacio? Estoy loco.
^^^^^^
BDB. Como es verdad que en los vientos ,
(1) Etf. (r« r«49.«obscuri(latf.» |^^^^
haj «ves, en el mar peces
(3) /i. «Y» DO hay...» |^^H
que participan á veces
de lodos cuatro elementos;
(3} Aai en les Imprcfos H»ri<enba«ch eomcndó: ^^^H
«dtl w>l, qu« f 1 Ciclo «lora». ^^^H
63o
EL BURLADOR DE SEVILLA
V en vuestro divino Oriente (i)
) renazco, y no hay que espantar,
pues veis que hay de amar á mar
una letra solamente.
TiSBEA. Muy grande aliento tenéis
para venir soñoliento (2),
y más de tanto tormento
mucho tormento ofrecéis.
Pero si es tormento el mar
y son sus ondas crueles,
la fuerza de los cordeles
pienso que os hacen hablar.
Sin duda que habéis bebido
del mar la oración (3) pasada,
pues, por ser de agua salada,
con tan grande sal ha sido.
Mucho habláis cuando no habláis,
y cuando muerto venís
mucho al parecer sentís;
rplega á Dios que no mintáis!
Parecóis caballo griego
que el mar á mis pies desagua,
pues venís formado de agua
V estáis preñado de fuego.
V si mo/ado abrasáis,
estando enjuto, ¿qué haréis?
Mucho fui'go prometéis;
¡plcga á Dios que no mintáis!
D. Juan. A Dios, zaj^ala, pluguiera (4)
que en el agua me anegara
para que cuerdo acabara
y loco en vos no muriera;
que el mar pudiera anegarme
entre sus olas de plata
que sus limites desata;
mas no pudiera abrasarme.
Gran parle del sol mostráis,
pues que el sol os da licencia,
pues sólo con la apariencia,
siendo de nieve abrasáis.
TisBEA. Por más helado que estáis,
tanto fuego en vos tenéis,
que en este mío os ardéis.
jPiega á Dios que no mintáis!
ESCENA XIII
Jiicuoi.— Salen CATALinúH, Coridón (b) y AnrKiso,
pescadores.
Catalin. Ya vienen todos aquí.
TiSBEA. Y ya está tu dueño vivo.
<t\ Ed. de 1649. Fallan eatos cuatro versos que si-
/¡uea.
(2) A«i en los impresor, eicepto ca Tan largo. .
que dice:
«Muy grande alíenlo tennis
para venir sin aliento,
y iras de Un(o tormento
muy gran contento ofrecéis.»
Efti parece buena lección. Hart.2cnbusch corrigid
«ain aliento»; y ea el verso siguiente «tras» en vei de
«mú».
()) «Oración» en los impresos. Haruenbuscb con
poco luodamenlo eomendó «ración».
(4) ed. de ti¡40. «Pluviera*
C^) Id. No se mienta i Corídún, que, slo embargo,
■á gara luego ea esta escena.
D. Juan.
C0RID.(l
TiSBEA.
COMÜÓN,
TtSBEA.
Catalin.
D. JlíAN.
Catalin,
D. Juan.
Catai.i.n
D. Juan.
Catauin
, Con tu presencia recibo
el aliento que perdí.
)¿Qué nos mandas..^
Condón^
Anfriso, amigos.
Todos
buscamos por varios nnodf
esta dichosa ocasión.
Di lo (3) que nos mandas,
que por labios de clavel
no lo habrás mandado á
que idolatrarte desea,
apenas, cuando al momenl
sin cesar, en llano ó sierra,
surque (3) el mar, tale (4)
pise el fuego, el aire, el viei
(Ap.) ¡Oh, qué mal roe pan
estas lisonjas ayer,
y hoy echo en ellas de rer
que sus labios no mentían!
hstando, amigos, pescando
sobre este peñasco, vi
hundirse una nave allí,
y entre las olas nadando
dos hombres, y compasiva
di voces que nadie oyó;
y en tanta aflicción, llegó
libre de la furia esquiva
del mar, sin vida á la arena,
déste en los hombros carjgad
un hidalgo ya anegado,
y envuelta en tan triste fttn
á llamaros envié.
Pues aquí todos estamos,
manda que en tu gusto higl
lo que pensado no fué.
Que á mi choza los lléveme
quiero, donde, agradecidos,
reparemos sus vestidos
y a (5) ellos regalaremos;
que mi padre ^usta mucha
desta debida piedad.
. ¡Extremada es su beldad!
Escucha aparte
Ya escudí
Si te pregunta quién sof^
di que no sabes.
A mf,
¿quieres advertirme i mi (<
lo que he de hacer.^
Mocm
por la hermosa casadort (
Esta noche he de goxalla.
.;De qué suerte?
(1) Ed.de ¡649. ^éx.*
(3) id. 'fíi que nos...» eti.
(3) Id. «Sin que*, por crrau.
(4) Tan largo... «are» y el Tcr»o fi|
«tale el fuego y pare el vi^
(5) EJ. de ifi4(i. «y allí los tegal
(6) td. «aquí» en vet de é mi. Le"
largo...
(7) Así en todos; pcroe< evidente q«i
•peiLcadora», y, en electa, Ui Ci>nal3 rn TÁ
¡oJidiM.
JORNADA PRIMERA
63l
Veo y calla.
Anfriso: dentro de un hora
los pescadores prevén (i)
que canten y bailen.
50. Vamos,
y esta noche nos hagamos
rajas y palos también.
iN. Muerto voy.
K. ^-Cómo, si andáis?
iM. Ando en pena como veis.
k. Mucho habláis.
iV. Mucho entendéis,
K. ]Plega á Dios que no miniáis. (*'«•"«••
I
ESCENA XIV
4^
Comíalo db Ulloa y ti Rbt Oon Alonso
DK CASTIttA.
Rey.
o os ha sucedido en la Embajada,
piador mayor?
P^ Don Gonzalo.
Hallé en Lisboa
' don Juan, tu primo, previniendo
! naves de armada.
Rey.
► ¿Y para dónde?
Don Gonzalo.
joa me dijo; mas yo entiendo
otra empresa más fácil apercibe.
ta ó Tánger pienso que pretende
fie verano.
Rey.
Dios le ayude,
nie el cielo de aumentar su gloria.
ÍJo que concertaisieis?
1 Don Gonzalo.
Señor, pide
a y Mora, y Olivencia y Toro;
¡50 te vuelve á Villaverde,
ícndral, á Mértola y Herrera
j^liila y Portugal.
■ RCY.
Al punto
len los conciertos, don Gonzalo,
ecidme primero cómo ha ido
:am¡oc, que vendréis cansado
nzado también.
Don Gonzalo.
Para serviros,
I, señor, me canso.
Rey.
¿Es buena tierra
i?
Don Gonzalo.
La mayor ciudad de España;
landas que diga lo que he visto
:xieríor y célebre, en un pumo
presencia te pondré un retrato.
Rey. (i) Gustaré de oillo. Dadme silla.
D. Gonz. Es Lisboa una octava maravilla.
De las entrañas de España,
que son las tierras de Cuenca,
nace el caudaloso Tajo,
que media España atraviesa.
Entra en el mar Océano,
en las sa|{radas riberas
de esta ciudad, por la parte
del Sur; mas antes que pierda
su curso y su claro nombre,
hace un cuarto (a) entre dos sierras,
donde está (3) de todo el orbe
barcas, naves, carabelas.
Hay galeras y saetías
tantas, que desde la tierra
parece una gran ciudad
adonde Neptuno reina.
A la parle del Poniente
ftuardan del puerto dos fuerzas
de Cascaes y Sangiin 14),
las más fuertes de la tierra.
Está, dcsta gran ciudad,
poco más de media Ic^ua,
Belén, convento del santo
conocido por la piedra,
y por el león de guarda,
donde los reyes y reinas
católicos y cristianos
tienen sus casas perpetuas.
Luego esta máquina insigne
desde Alcántara comienza
una gran legua á tenderse
al convento de Yobregas (5).
En medio está el valle hermoso
coronado de ires cuestas,
que quedara corto Apeles
cuando contarlas (6) quisiera.
Porque, miradas de lejos,
parecen pinas de perlas
que están pendientes del ciclo,
en cuya grandeza inmcnsí
se ven diez Romas cifradas
en conventos y en iglesias,
en edificios y calles,
en solares y encomiendas,
en las letras y en las armas,
en la justicia tan recta,
y en una Misericordia
que está honrando su ribera
y pudiera honrar á España
y aun enseñar á tenerla.
Y en lo que yo más alabo
desta máquina soberbia,
es que del mismo castillo,
en distancia de seis leguas.
Veno suplido por el texl» de T»n larg».
(O Ed. d* 1649. «Yo gustaré...* etc.
(3) Asi en los testos. Ilaruenbuseh enmci^dd bien
«Duerto».
{%) Ed. de 1640. «cstáa.»
(4) I-{«ri2cnbusch. «Sao Juao».
(5) En llartzcnbusch. aJkbrcKas.»
(6) En la ed. Je Taurino j» se corrigió este dislate
escribiendo: ■pintarlas».
(7) Ed. de 1649. Faltan este rerso y el Siguiente,
H 632
EL BURLADO^D^EVILL^^^^^^^^^^^^^
se ven scsenia lugares
que junto á sus puerus pese
que llega el mar á sus puertas,
que, bullendo entre las redil
uno de los cuales es
vienen á entrarse por ella».
el convento de Olívelas,
Y sobre todo á el llegar
en el cual vi por mis ojos
cada tarde á su ribera
seiscientas y treinta celdas,
más de mil barcos cargados
y entre monjas y beatas
de mercancías diversas.
pasan de mil y decientas.
y de sustento oidinaiio.
Tiene desde allí á Lisboa,
pan, aceite, vino y leña.
en distancia muy pequeña,
frutas de infinita suerte, i
mil y ciento y treinta quintas,
nieve de Sierra de Estrella
que por las calles i gritos.
que "en nuestra provincia Bélica
llaman (1 ) cortijos, y todas
puestas sobre las cubeías,
la venden. Mas ¿qué me cin^
con sus huertos y alamedas.
En medio de la ciudad
porque es contar las estrellas!
hay una plaza soberbia
Querer contar una parte
de la ciudad opulenia.
Ciento y treinta mil vecmoí
que se llama del Rucio (2),
grande, hermosa y bien dispuesta,
que habr¿ cien años y aun más
tiene, gran señor, por cuentaj
que el mar bañaba su arena,
y por no cansarle más, '
y ahora della á la mar
un Rey que tus manos besa.
hay treinta mil casas hechas.
Ret. Más eslimo, don Gonzalo,
que, perdiendo el mar su curso.
escuchar de vuestra lengua ¡
se tendió á partes diversas. '
esa relación sucinta,
que haber visto su grandeza.
Tiene una calle que llaman
Hua Nova ó calle Nueva,
,; Tenéis hijos.-'
D. GoNz. Gran señor.
donde se cifra el Oriente
en grandezas y riquezas,
tanto, que el Key me contó
una hija hermosa y bella,
en cuyo rostro divino
que hay un mercader en ella
se esrñeró naturaleza.
que, por no poder contarlo.
Rey. Pues yo os la quiero casar
mide el dinero á fanegas.
de mi mano.
El terrero donde tiene
D. QoNZ. Como sea
Portugal su casa regia,
lu gusto, digo, señor,
tiene iníinilos navios,
que yo lo acepto por ella.
varados siempre en la tierra
Pero ^'qujén es el esposo?
de sólo cebada y trigo
Ret. Aunque no está en esta líerfí
de Francia y In'gaiaterra (3).
^ es de Sevilla, y se llama
Pues el Palacio Real,
don Juan Tenorio.
que el Tajo sus manos besa.
D. GoNZ. Las nueva
es edificio de Ulises,
voy á llevar á doña Ana íil.
que basta para grandeza,
Rey. Id en buen hora, y volved.
de quien loma la ciudad
Gonzalo, con la respuesta.
nombre en la latina lengua,
(Vanse y tale Don Ju»n ftitori
llamándose L'lisibona,
tilinÓQ.J
cuyas armas son la esfera.
por pedestal de las llagas
ESCENA XV
que en la batalla sangrienta
*-^ ^^\^ ^^ h ^ d M ^m W
el rey don Alfonso (..|) Knriquez
Do!« Juan y Catai.ijió.<(.
dio la majestad inmensa.
Tiene en su gran Tarazana
D. Juan. Esas dos yeguas prevén,
diversas naves, y entre ellas
pues acomodadas son.
las naves de la conquista,
Catalin. Aunque soy Cataiinón,
tan grandes, que de la tierra
soy, señor, hombre de bien;
miradas, juzgan los hombres
que no se dijo por mi.
que tocan en las estrellas.
Y lo que desta ciudad
«Cataiinón es el hombre>;
que sabes que aqucse nonibrr
le cuento por excelencia
me asienta al revés á mi.
es, que estando sus vecinos
D. JiAN. Mientras que los pesc»dorn
comiendo, desde las mesas
van de regocijo y tiesia,
ven los copos del pescado
tú las dos yeguas «ptesi*,
que de sus pi«s voladores
■ (c)
de /(;49.«l.Um«i», (quivocadamente.
sólo nuestro engaño íio.
H {}) V.n
una impretlón suelta y rn Harizcnbu<iLh,
^m
^^m
■ (3) ^''•
dt iC^g. «Angliterr»
(1) Palta un verso >Jc>|>uc> ur ole ^^^H
^B (4) U. «Aluaso.»
ct roDiaace. ^M
JORNADA PRIMERA
633
N.
fi.
H.
N. Al fin ,; pretendes gozar
¿ Tisbea?
Si burlar
es hábito antiguo mío.
¿Qué me preguntas, sabiendo
mi condición?
Ya sé que eres
castigo de las mujeres.
Por Tisbea estoy muriendo,
que es buena moza.
]Buen pago
á su hospedaje dsseasl
Necio, lo mismo hizo Eneas
con la reina de Cartago.
IN. Los que fingís y engañáis
las mujeres desa suerte
lo pagaréis en la muerte.
iQué largo me lo fiáisi
Catalinóncon razón
te llaman.
Tus pareceres
sigue, que en burlar mujeres
quiero ser Catalinón.
Va viene la desdichada.
Vete, y las yeguas prevén.
IN. iPobre miijerl Harto bien
te pagamos la posada.
(Veuf Catalinón / sale Timbea.)
IN.
I
\,
iN.
I
A.
K.
IkN.
ESCENA XVI
Don Juan y Tisbea.
El rato qtre sin tí estoy
estoy ajena de mi.
Por lo que fi nges ( i ) ansí,
ningún crédito te doy.
¿Por qué?
Porque si me amaras,
mi alma favorecieras.
Tuya soy.
Pues di, ^qu¿ esperas,
ó en qué, señora, reparas?
Reparo que fué castigo
de amor el que he hallado en lí.
Si vivo, mi bien, en li
á cualquier cosa me obligo.
Aunque yo sepa perder
en tu servicio la vida,
la diera por bien perdida,
y te prometo de ser
tu esposo.
Soy desigual
á tu ser.
Amor es rey
que iguala con justa ley
la seda con el sayal.
Casi te quiero creer;
mas soií los hombres traidores.
¿Posible es, mi bien, que ignores
mi amoroso proceder?
Hoy prendes con tus cabellos
mi alma.
Vo á ti me allano
Ed. dt ifi49- «Hogis.*
bajo la palabra y mano
de esposo.
D. Juan. Juro, ojos bellos,
que mirando me matáis,
de ser vuestro esposo.
Tisbea. Advierte,
mi bien, que hay Dios y que hay muer-
D. Juan. íiQué largo me lo fiáis!) ' |to.
Y mientras Dios me de vida,
yo vuestro esclavo seré.
tsta es mi mano y mi fe.
Tisbea. No seré en pagarte esquiva.
D. Juan. Ya en mí mismo no sosiego.
Tisbea, Ven, y será la cabana
del amor que me aconipaña
tálamo de nuestro fue^o (i).
Entre estas cañas le esconde
hasta que tenga lugar.
D. Juan. ¿Por dónde tengo de entrar?
TiSBKA. Ven y te diré por dónde.
D. Juan. Gloría al alma, mi bien, dais.
Tisbea. Esa voluntad le obligue,
y si no. Dios te castigue.
D. Juan. (¡Qué largo me lo fiáis!) — -
[Vansc y saltn Coridón, Anl'ríso, Cclisa
y Músicúü.)
ESCENA XVri
r.onioijN, AHrntso, Bclis*/ Müsicns.
CoKtoÓN. £a, llamad á Tisbea,
y los zagales llamad
para que en la soledad
el huésped la corle vea (2).
Anfmiso. jTisbea, Usindra, Alandria!
No vi cosa más cruel.
jTriste y misero de aquel
aue su fuego es salamandria!
Antes que el baile empecemos
á Tisbea prevengamos.
Beusa. Vamos á llamarla.
ComoÓN. Vamos.
Belisa. a su cabana lleguemos.
CohiDÓN, ¿No ves que estará ocupada
con los huespedes dichosos,
de quien hay^ mil envidiosos?
Anpuso. Siempre es Tisbea envidiada.
Belisa. Cantad algo mientras viene,
porque queremos bailar.
Anfhiso. ¿Cómo podrá descansar
cuidado que celos tiene?
(Cantan:)
«A pescar salió la niña
tena tendel redes,
y en lugar de peces,
las almas prende.»
ESCENA XVIII
DicHoi.— 5a/r TtsaiiA.
Tisbea. iFucgo, fuego, que me quemo,
que mi cabana se abrasa!
(1) Ed. dt lC4¡i. «Tilamú á nuestro sosiego.»
(2) /</. Ftli«a estos seis versos que siguen.
EL BURLADOR DE SEVILLA
Repicad á fuego, amigos,
que ya dan mis ojos agua.
Mi pobre ediñcio queda
hecho oira Troya en las llamas,
que después que fallan Troyas
quiere amor quemar cabanas (i).
AUs si amor abrasa peñas
con gran ira y fuerza extraña,
mal podrán de su rigor
reservarse humildes pajas.
iP uego, zagales, fuego, agua, t^ua!
j Amor, clemencia, que se abrasa el almal
¡Ay. choza, vil instrumenio
de mi deshonra y mi infamia!
¡Cueva de ladrones liera,
que mis agravios ampara (41!
Hayos de ardientes estrellas
en tus cabelleras caigan,
porque abrasadas estén,
si del viento mal peinadas.
¡Ah, falso huésped, qué dejas
una mujer deshonrada!
Nave (3) que del mar salió
para anegar mis entrañas.
¡Fuego, fuego, zagales, agua, agua!
¡Amor, clemencia, que se abrasa el alma!
Yo soy la que hacia siempre
de los hombres burla tanta:
que siempre las que hacen burla,
vienen á quedar burladas.
Engañóme el caballero
debajo de fe y palabra
de marido, y profanó
mi honestidad y mi cama.
Gozóme al fin, y yo propia
le di á su rigor las alas
en dos yeguas que crié,
con que me burló y se escapa.
Seguilde todos, seguiide.
Mas no importa que se vaya,
que en la presencia del Rey
tengo de pedir venganza.
¡Fuego, fuego, zagales, agua, agua!
¡.\mor, clemencia, que se abrasa el alma!
(Km< Tisbca.)
ESCENA XIX
Dichos, menos Timea.
Cqridón. Seguid al vil caballero.
Anfriso. ¡Triste del que pena y calla!
Mas ¡vive el ciclol que en é\,
me he de vengar desta ingrata.
Vamos Iras ella nosotros,
porque va desesperada,
y podrá ser que ella vaya (4)
buscando mayor desgracia.
CoKtoÓN. Tal ña la soberbia tiene.
(I) E4,de iit4<).r»\x*n lotgídsUo verso» *igoieotct.
(a) /</. Faltan los cui<ro versos siituienlcs.
(S) 1<I- "^Nubc*, que es nteior lección.
(4) Id «7 ()ue vaya podri ser*, que lambKa mejora
dtckto.
Su locura y conñanza (1)
fiaróen esto.
Dice TitbKa dentro ) ¡Fuej;
ÁNFitiso. Al mar _
CoHiDÓN. Tisbca, detente y par» (1)7
T'iSREA. ¡Fuego, fuego, zagales, éga»,
¡Amor, clemencia, que se abras*
JORNADA SEGUNDA
ESCENA PRIMERA
Sale el Rut Doh .\.i.oiiso )■ Dott Dibao
rf# bar ha..
Rey.
.¡Qué me dices?
DüN Diego.
Señor, la verdad Jigo.
Por esta carta estoy del caso cierto.
que es de tu Embajador y de mi hermano.
Halláronle en la cuadra del Rey mismo
con una hermosa dama de Palacio.
Rby.
¿Qué calidad?
Don Diego.
Señor, ta Duquesa (3)
Isabela.
Rey.
¿Isabela? (4)
Don Diego.
Por lo menos.
Ret.
¡Atrevimiento temerario! ¿Y dónde
ahora está?
Don Diego.
Señor, á Vuestra Alteza
no he de cncubrille la verdad. .Anoche '
á Sevilla llegó con un criado.
Rey.
Ya conocéis, Tenorio, que os estimo,
y al Rey informaré del caso luego,
casando á ese rapaz con Isabela,
volviendo á su sosiego al Duque Ocutto,
que inocente padece, y luego al puoui
haced que don Juan salga desterrado.
Don Dicoo.
¿Adonde, mi señor?
Ret.
Mi enojo vcA
en el destierro de Sevilla. Salga
(1) En Tan largo... Dice AnfriM» cata *a
medio que sigue,
(a) «AKuarda» en Tan larf»,.. ^ac pmttCtmtH
(3) llarttenbusch completó el rcra* csCfiMa
«Señor, es la Duqueaa.»
U) llarueobuscb sustituyó éii* por la ^«(O*
sa?» que parece completar meior el ttuüátétt»
sigue.
JORNADA SEGUNDA
635
'ija esta noche; y agradezca
I merecimiento de su padre,
decid, don Diego, ¿qué diremos
zalo de Ulloa, sin que erremos?!
con su hija, y no sé cómo /
do ahora remediar.
Don Diego.
Pues mira,
enor, qué mandas que yo haga
lé bien al honor de esta' señora,
! un padre lal.
»Rky.
Un medio tomo,
je absolvcllo ( i) del enojo entiendo.
:domo mayor pretendo hacelle.
ESCENA n
Dicitos. — Sal* un Criado.
Criado.
ballero llega de camino.
, señor, que es el Duque Octavio.
Rey.
uque Octavio?
Criado,
»Sí, señor.
Rey.
Sin duda (3)
upo de don Juan el desatino,
viene, incitado á la venganza,
T que le otorgue desafio.
Do.v Diego.
señor, en tus heroicas manos
ni vida, que mi vida propia
vida de un hijo inobediente,
lunque mozo, es gallardo y valeroso
laman los mozos de su tiempo
wtor de Sevilla, porque ha hecho
s y tan e.Ytranas mocedades.
2Ón puede mucho; no permitas
afio, si es posible.
« Rey.
K. Basta,
entiendo. Tenorio; honor de padre.
; e] Duque,
^a Don Diego.
V Señor, dame esas plantas,
lopodré pagar mercedes lanías?
We'
ESCENA III
ET y Djfí Diego.— Sale el Duque Octavio
de camino.
Octavio.
>s pies, gran señor, un peregrino.
:o y desterrado, ofrece el labio,
'Ed.ái l649.*»h*o\v-rto
/tf. «Pues «ntfi
idos los versos :
•ctavio.
juzgando por mis fácil el camino
en vuestra gran presencia.
Rey.
Duque Octavio.
Octavio.
Huyendo vengo el fiero desatino
de una mujer, el no pensado agravio
de un caballero que la causa ha sido
de que asi á vuestros pies haya venido.
Rey.
Ya, Duque Octavio, sé vuestra inocencia.
Yo al Rey escribiré que os restituya
en vueslro estado, puesto que el ausencia
que hicisteis algún daño os atribuya.
Yo os casaré en Sevilla con licencia
y con perdón y gracia suya (i).
que puesto que Isabela un ángel sea,
mirando la que os doy, ha de ser fea.
Comendador mayor de Calatrava
es Gonzalo de Ulloa, un caballero
á quien el moro por temor alaba,
que siempre es el cobarde lisonjero.
Lste tiene una hija en quien bastaba
en dote la virtud que considero
después de la beldad, que es maravilla,
V el sol dclla es estrella de Castilla.
Esta quiero que sea vuestra esposa.
Octavio.
Cuando este viaje le emprendiera
á solo esto, mi suerte era dichosa
sabiendo yo que vuestro gusto fuera.
Rey.
Hospedaréis al Duque, sin que cosa
en su regalo falte.
Octavio.
Quien espera
en vos, señor, saldrá de premios lleno.
Primero Alonso sois, siendo el oi).gMio.
(Vase el Rey y Don Hicgn, y xitte Ripio.'
ESCEN;\,IV
OcTAvioyRlTlo.
Ripio. ¿Qué ha sucedido?
Octavio. Que he dado
el trabajo recibido,
CO'i^ !ido,
de picado.
Hai-ii'-' ;<i K.ey, i ikiu- y honróme.
César con el Cesar fui,
pues Vi, peleé y vencí;
y hace que esposa lome
de su mano, y se prefiere
á desenojar al Rey
en la fulminada ley.
Rii'io. '"on razón el nombre adquiere
de generoso en Castilla.
Al fin ¿le llegó á ofrecer
mujer?
Octavio. S¡, amigo, mujer ^
(1) Ed. de 1640. «y iimbtín con perdúa y gracia
suya.»
de Sevilla; que Sevilla
da, si averigualto (i) quieres,
porque de oillo (2) le asombres,
si fuertes y airosos hombres,
también gallardas mujeres.
Un manto tapado, un brío,
donde un puro sol se ascondc(3),
si no es en Sevilla, ^adonde
se admite? El contenió mió
es tal que ya me consuela
en mi mal.
ESCENA V
Dichos. —Sale Don Ivah y Catalinón.
Catalin. Señor: delente.
que aquí está el Duque inocente,
sagitario de Isabela,
aunque mejor le (4) dijera (5)
Capricornio.
D. Juan. Disimula.
Catalin. (Cuando le vende le adula.)
D.Juan. Como á Ñapóles dejé
por enviarme á llamar
con lanía priesa (6) mi rey,
y como su gusio es ley,
no luve, Octavio, lugar
de despedirme de vos
de ningún modo.
Por eso,
don Juan amigo, os confieso (7)
que hoy nos juntamos los dos
en Sevilla.
¡Quién pensara,
Duque, que en Sevilla os viera
para que en ella os sirviera,
^como yo lo deseaba (8)1
Dei¿¡s, mas aunque es lugar (o)
N||poles tan excelente,
por Sevilla solamente
se puede, amigo, dejar.
Octavio. S¡ en Ñapóles os oyera
y no en la parte que estoy,'
clel crédito que ahora os doy
sospecho que me riera.
Mas llegándola á habitar M
es, por lo mucho que alcan^
corta cualquiera alabanza
que á Sevilla queráis dar.
..-Quión es el que viene alli^.
O. Juan. ÍL\ que viene es el Marqu
de la Mota. Descortés
es fuerza ser.
OcTAv:o. Si de mí
algo hubiereis menester,
aoui espada y brazo está.
Catalin. (\ si importa gozará
en su nombre otra mujer,
que tiene buena opinión.)
Octavio. De vos estoy satisfecho (1
Catalin. Si fuere de algún provech
señores, Catalinón,
vuarcedcs continuamente
me hallarán para serviltos.
Ripio. ¿Y dónde?
Catalin. En Los Pajaríllos,
tabernáculo excelente.
(Vamt (ictaTio y Ripio y ^
qu¿s tic la Molt.>
ESCENA VI
non Jti*M, Caiíaumóh
MakquAi db
D. Juan.
Catalin.
D. Juan.
Mota.
D. Juan.
Mota.
D. Juan.
Mota.
D. JitAN.
Todo hoy os ando buscando,
y no os he podido hallar,
¿Vos, don Juan, en el lugar,
y vuestro amigo penando
en vuestra ausencia.^
¡Por Dios,
amigo, que me deb<^i$
esa merced que me hacéis (3)t
(Como no le entreguéis vo*
moza ó cosa que lo valga,
bien podéis fiaros del,
que. cuan'o en eslo es cruel,
tiene condición bidalga.)
iQ\ié hay de Sevilla?
Esii ya
toda esta corle mudada.
¿Mujeres?
Cosa juzgada.
¿Inés?
A Vejel se va.
Buen lugar para vivir
a que tan dama nació.
11 tiempo la desterra
á \'cjel.
Iri á morir.
■ -a?
Es lástima v^U^.'
"ente y ceja.
JORNADA SEGUNDA
ín.
I
AN.
AN.
i.
'AN.
JAN
JAN
A.
JAN
A.
Llámale el portugués vieja,
y ella imauma que bella.
Si,q\ie i>eíha en portugués
suena vieja en castellano.
¿Y Teodora?
Este verano
se escapó del mal francés,
por un rio de sudores (i )
y está tan tierna y recente (a>
que anteayer me arrojó un diente
envuelto entre muchas tlures.
¿Julia la del C.andilejoP
Ya con sus afeites lucha.
jVéndese siempre por trucha?
Ya seda por apadejo. ''
El barrio de CaríTarranas,
Jliene buena población?
Ranas las más dellas son.
¿Y viven (3) las dos hermanan?
Y la mona de Tolú
de su madre Celestina
que les enseña doctrina.
¡Oh, vieja de Bercebú!
¿Cómo la mayor está?
Hianca, sin blanca ninguna.
Tiene un santo á quien ayuna.
¿Agora en vigilias dar
Es tirme y santa mujer.
¿Y esotra?
Mejor principio "?
tiene; no desecha cipio. '
Buen albañir Í4) quiere ser.
Marqués, ¿qué hay de perros muer-
Yo y don Pedro de Esquivel |tos?)
dimos anoche un (5) cruel, >)
Y esta noche tengo ciertos
otros dos.
Iré con vos,
que también recorreré
cieno nido que dejé
en güevos para los dos. 7
¿Qué hay de terceto?
No muero
en terrero, que en-tcrrado
me tiene mayor cuidado.
¿Cómo?
l'n imposible quiero.
Pues ¿no os corresponde?
Sí,
me favorece y estima.
¿Quién esr
JAN.
A.
'JAN.
A.
sr »
Doña Ana, mi prima, \
que es recién llegada aqui. \
Pues ¿dónde ha estado?
En Lisboa
con su padre en la embajada.
¿Es hermosa?
Es extremada.
637
porque en doña Ana de Ullua
se extremó naturakza.
D. Juan. ¿Tan bella es esa mujer?
¡Vive Dios que la he de vci
ívioTA. Veréis la mayor belleza
que los ojos del Hey (1) ven.
D. Juan. Casaos, pues es extremada (2).
Mota. El Rey la tiene casada,
y no se sabe con quién.
D. Juan. ¿No os favorece?
Mota. Y me escribe.
Catalin. (No prosigas, que te engaña
el gran burlador de España. >
D, Juan. ¿Quién tansátiSlecho vive.-' (T)
Mota. * Agora estoy aguardando (4)
la postrer resolución.
D. Juan. Pues no perdáis la ocasión,
que aqui os estoy aguardando.
Mota. Ya vuelvo.
(Vansf el Marqués y el Criado J
Catalin. Señor Cuadrado
ó señor redondo, adiós.
Criauo. Adiós.
D. Juan. Pues solos los dos,
amigo, habernos quedado,
sigue los pasos (5) al Marques,
que en el palacio se entró.
(KdfeCatalinón.)
ESCENA Vil
[>üN Juan habla por una reja con una Mujeb.
Mujer. Ce, ce (6), ¿á quién digo?
D. Juan. ¿Quién llamó?
MwJKR. Pues sois prudente y cortés
y su amigo, dalde (7) luego
al Marqués este papel;
mirad que consiste en él
de una señora el sosiego.
D. Juan. Digo que se lo daré (8);
soy su amigo y caballero.
MiUEt*. Basta, señor forastero.
Adiós. (V<"t)
Veno suplido por cl «exto de Tan largo ..
En la edición de Pndrino y cd llaruenbus'ch,
ente». Lo mismo en Tan largo rae lo fiáis.
Ed. dt 1649. «vieneo.»
id, «aJbiñil.»
En Tan largo . «une.»
(r) Asi en Jos textos; pero debe de ser «sol», como se
Ice en Tan largo me lo fiáis.
(2) TambiÍQ aqui mejora el texto cl de Tan lar-
go... que dlcí-: «Casaos, ñ cs tan extrcm.'Kda.»
(3) Como sf ve, esta frase aislada üc O. Juan care-
ce de sentido. En Tan largo... está claro,
•nuica t.-iii satisfecho vire
de su atnor, desdichas (eme.
5acalda, soliciíalda,
escrib Ida y cngañalda,
y el mundo se abrase y queme.»
(^) «Esperando» en Tan largo... que evita la repc-
ticit'in en el cuarto verso de la rcduadilla.
(5) Ed. de 16.^'). Asiftuele cl paso...»
(6) ¡d. «Ce, i» quién digo?..»
(7) W. «jadíe.»
(8) Jd. «diri.n
i
638
El. BURLADOR DE SJCVILLA
ESCENA VIJl
Don Joan.
X
y
Ya ( t ) la voz se fué.
^No parece encantamento
fslo que agora ha pasado?
A mi el papel ha llegado
por la estafeta del viento.
Sin duda que es de la dama
que el Marqués me ha encarecido
Venturoso en esto he sido.
Sevilla á voces me llama
cJiJiurJjuiaL, y el mayor
gusto que en mí puede habe/
es burlar una mujer I *
y deíatla (2) sm honor. /
¡Vive Dios, que le he de abrir,
pues salí de la plazuela!
Mas, ¿si hubiese otra cautela.^. (3)
Gana me da de rtir.
Va está abierto el papel;
y que es suyo es cosa llana,
porque aquí tirma doña Ana.
Dice asi: «Mi padre infiel
en secreto me ha casado
sin poderme resistir;
no se si podré vivir,
porque la muerte me ha dado.
Si estimas, como es razón,
mi amor y mi voluntad,
y si tu amor fué verdad,
muéstralo en esta ocasión.
Porque veas que te estimo,
ven esta noche á la puerta,
3ue estará á las once abierta,
onde tu esperanza, primo,
goces, y el fin de tu amor.
Traerás, mi gloria, por señas
de Leonorilla y lasducñas,
una capa de color.
Mi amor lodo de ti fio,
y adiós.> ¡Desdichado amante!
JHay suceso semejante?
Ya de la burla me rio.
Gozaréla, ¡vive Dios!
con el engaño y cautela
que on Ñapóles á Isabela.
ESCENA IX
SiLtt Cataunón.-Dicmo.
Cataijií. Ya el marqués viene.
D. Juan. Los dos
aquesta noche tenemos
que hacer.
Catalin. ^Hay cngtño nuevo?
D. Juan. Extremado.
Catalin. No lo apruebo.
(I) Ed.ilt tR4ti.*y.'»
(3) fd. «LÜcjarla.»
(5) «l*at>(li» en Tan larga... que parece mejor lec-
tura.
1TÚ pretendes que cscapciTiLí
una vez, señor, burlados ( •.
[ /que fl que vive de burlar
«burlado habrá de escapar
'de una vez.
í>' -liJAN. ^/Predicador
te vuelves, impeninente?
í-ATALiN. I.a razón hace al valiente (jj.
D, Juan. Y al cobarde hace el temor.
El que se pone á servir
voluntad no ha de tener,
y todo ha de ser hacer,
y nada ha de ser decir.
Sirviendo, jugando estás,
y si quieres ganar luego,
haz siempre, porque en el joeg(
^quien más hace ^ana mis.
«-ATAL^i. También quien hace y dice
pierde por la mayor parte.
D. JifAN. Esta vez quiero avisarte,
porque otra vez no te avise.
Catali.n. Digo que de aquí adelante
lo que me mandas haré,
y á tu lado forzaré
lin tigre y un elefante.
Guárdese de mí un prior (3),
que si me mandas que calle
y le fuerce, he de forzalic
sin réplica, mi señor.
Ü. JiiAK. Calla, que viene el marqués.
Catalin, Pues, ¿ha de ser «I forzarlo.''
ESCENA X
Satt ti Marvuísoi u M«t».— inoio*.
D. Jl'an. Para vos, marqués, me iiand
un recaudo harto corles
por esa reja, sin ver
el que me lo daba allí;
sólo en la voz conocí
que me lo daba mujer.
Dicete a! fin que á las doce
vayas secreto á la puerta,
que estará á las once abierta,
donde tu esperanza goce
la posesión de tu amor;
y que llevases por scñars
de Leonorilla y las dueñ«<>
una capa de color.
MoTJi. ¿Qué dices?
D. Juan. Que e«e rec«ikta
de una ventant me dieron,
sin ver quién.
Mota. Con él pu&ieroá
sosiego en tanto cutUado.
jAy, amigo! Sólo en ú
(I) Asi en los textos. HartJE«nba«ck «■■
arlcrto: «burUdos, al lio, tefior*
(9) AV/. <r« i6.^0. Paliaa éste y loa oocei
\y) M. Faltan utos cuatro versos
(1) /tf. «recado.*
JORNADA SEGl'NDA
peranza renaciera.
Dame esos brazos (i ).
iiN. Considera
que no está tu prima en mí.
¿res tú quien ha de ser
quien la tiene de gozar,
^y me llegas á abrazar
los pies?
Es tal el placer,
que me ha sacado de mi.
¡Oh, sol! apresura el paso.
AN. Ya el sol camina al ocaso.
Vamos, amigos, de aquí,
y de noche nos pondremos.
]Loco voy!
AN. (Bien se conoce;
mas yo bien sé que á las doce
harás mayores extremos.)
l'^y» prima del alma, prima,
que quieres premiar mi fct
LíN. (iVive Cristo, que no dé
una blanca por su prima!)
{Vitse eí Marqvcs y sale Don Diego )
Don Juan, Catalixch y Dox Dieco.
lEG. ¿Don Juani^
,UN. Tu oadre te llama.
UN. ifQué manda vueseñoria?
lEG. Verte más cuerd) quería.
más bueno y con mejor fama.
¿Es posible queprocuras
todas tas horas mi muerte?
JAN. ¿Por qué vienei desa suerte?
lEG. Por tu trato y tus locuras.
Al fin el Rey oe ha mandado
que te eche de la ciudad,
porque está de una maldad
con justa causí indignado.
Que, aunque me lo has encubierto,
ya en Sevilla e) Rey la sabe,
cuyo delito es lan grave,
que á decírtelo no acieno.
¿En el Palacio Rea!
traición, y con un amigo?
Traidor, Dios le dé el casti(>o
que pide delito igual.
Mira que, aunque al parecer
Dios te consiente y aguarda,
su castigo no se tarda,
y que castigo ha de haber
para los que profanáis
su nombre, que es juez fuerte
Dios en la muerte.
'AS. ¿En la muerte?
¿Tan largo me lo fiáis?
De aquí allá hay gran jornada.
tEG. Breve te ha de parecer.
Aai en los textos Ucl Burlador: pero en Ton
... dice: «esos pies», para que conste el verso. Lo
nade lue^o D. Juan connrma la vanante, que
én aceptó Hartzenbusch.
D. Juan. V la que tengo de hacer,
pues á Su Alteza le agrada
agora U), ¿es larga también?
I>. DiEO. Ilafta que el injusto agravio
satisfaga el Duque Octavio
y apaciguados estén
en Ñapóles de Isabela
los sucesos que has causado.
en Lebrija retirado
por tu traición y cautela
quiere el Rey que estés agora (2j:
pena á tu maldad ligera.
Catalin. i^P) Si el caso también supiera
de la pobre pescadora,
más se enojara el buen viejo.
D. DiEG. Pues no le vence cas'.igo
con cuanto hago y cuanto digOi
i Dios tu castigo dejo. {Vate.)
ESCENA XII
DOH JUAM / Catauhóm.
Catalin. Fuese el viejo enternecido.
D. Juan. Luego las lágrimas copia,
condición de viejo propia.
Vamos, pues ha anochecido,
á buscar al Marqués.
Catalin. Vamos,
y al nn gozarás su dama.
D. Juan. Ha de ser burla de fama.
t'.ATAiiN. Ruego ai cielo que salgamos
dclla en paz.
D. Juan. Catalinón
en fin.
Catalin. Y tú, señor, eics
langosta de las mujeres,
y con público pregón.
Porque de ti se guardara
cuando á noticia viniera
de la aue doncella fuera,
fuera bien se pregonara:
^Guárdense todos de un hombre
uue á las mujeres engaña,
f es el burlador de España.»
D. Juan. Tú me has dado gentil nombre.
ESCENA XIII
Dichos.— Sa/e el .MAOvUh» de noche, con Músicos,
posea el tablado, y st entran cantando.
MÚSICOS. «El que un bien gozar espera,
cuanto espera desespera.»
.Mota. Como yo á mi bien goce,
nunca llegue á amanecer (3).
D. Juan. ¿Qué es esto?
Catalin. Música es.
(i) Ed.de 1640. «aora.»
(3) ¡d.*»ott.»
(3) tastos dos versos sueltos no iiguran en este lu-
gar en Tan largo me lojiáts, auaquc si más adctanie.
Quizá sean interpolados.
1
MO'A.
r>. Juan.
Mota.
D. Juan.
Mota.
D. Juan.
Mota.
Mfjsicos.
D. Juan.
Mota.
D. Juan.
Mota.
D. Juan.
Mota.
D. Juan,
Mota.
Catalin
D. Juan,
Mota.
D. Juan,
Parece que habla conmigo
el pocia. ¿Quién va?
Amií^o.
<Ks Don Juan?
¿Es el Marqués?
¿Quién puede ser sino yo?
Luego que la capa vi, '
que crades vos conocí.
Cantad, pues Don Juan llegó.
{Cantan.)
«El que un bien gozar espera,
cuanto espera desespera.*
¿Qué casa es la que miráis?
De Don Gonzalo de Ulloa.
¿Dónde iremos?
A Lisboa.
¿Cómo, si en Sevilla estáis?
Pues ¿aqueso os maravilla?
¿No vive con Rusto igual
lo penr de Portugal
en lo mejor de Casiilla?
¿Dónde viven?
En la calle
de la Sierpe, donde ves,
anda envuelto (i I en portugués;
que en aqueste amargo valle
con bocados solicitan
mil Evas que, aunque en bocados (2),
en eteto, son ducados
con que el dinero nos quitan (3).
Ir de noche no quisiera
por esa calle crue4,
pues lo que de día es miel
entonces lo dan en cera.
Una noche, por mi mal,
la vi sobre mi vertida,
y hallé que era corrompida
la cera de Portugal.
Mientras á la calle vais,
>;^o dar un perro quisiera.
Pues cerca de aqui me espera
un bravo.
Si me dejáis,
señor (4) Marqués, vos veréis
cómo de mi no se escapa.
Vamos, y poneos mi capa,
para que mejor lo deis.
Bien habéis dicho. Venid,
y me enseñaréis la casi).
Mientras el suceso pasa,
(rt En Tan lar^o... «i Adán ruello», que es lo que
pide el seniido.
(3) Es evidente que estos dos versos deben de leerse
asi.
«mil Evas que, aunque ea ducados,
en efecto ton bocados,»
I ¿f mejor aún, comu figuran en Tan largo...
■mil Kvas que, aunque dorados,
en efecto, son bocados
coa que lis vidas nos quitan.»
(3) Ed. d« 1643. l'aitao en ella los ocho versos que
siguen.
ii) «Con ¿I», en rez de «Señor», *e le« eo Tan lar-
go... > es mejor texto, puesto que se traía de la burla
llamada «dar perro mueno*.
la voz y el habla fíngid.
¿Veis aquella celosía?
D. Ji AN. Ya la veo.
Mota. Pues llegad
y decid: «Beatriz*, y entrad.
D. Jijan. ¿Qué mujer?
Mota. Rosada r fria.
CATAtiN. Será mujer cantimplora.
Mota. En Gradas os aguardamos.
D. Juan. Adiós, Marqués.
Catalin. ¿Dónde van
D. Juan. Calla, necio, calla agora (1);,
adonde la burla mia {3}
ejecute.
Catalin. No se escapa
nadie de ti.
D. Juan. El trueque (3) adotq
Catalin. ¿Echaste la capa al toro?
D. Juan. No, el toro me echó la capa.
Mota. La mujer ha de pensar
que soy él.
Mt'sico. iQué gentil peffolj
.Mota. , Esto es acertar por yerro.
M úsico. Todo este raundo es errar (4II
(Cantan.)
«.El que un bien gozar espera
cuanto esptra desespera.»
{Vanst, y di:t Doña Ana Jmlrv.)1
Ana. iFalsol, nc eres el N\arqués,
que me has engañado.
D. Juan. Digo
que lo soy.
Ana. iFiero enemigo,
mientes, mientes!
ESCENA XIV
SaU DoH IJoNZALO túñ la npaJt 4eíni
D. üoNZ. La(5)voi(
de doña Ana la que siento.
Ana. ¿No hay quien niate estctrail
homicida d; mi honor?
D. GoNZ. ¿Hay tan p-andc atrevimieali
Muerto honor; dijo, ¡ay de 1
y es su len]>ua tan liviana
que aqui sirve de campana.
Maulde.
Ana.
ESCENA XV
Do« ijoitzAix), — Saltn iHm Jui» y CAtAiifi
tspaJas dnnud,u
D. Juan. ¿Quién está aqui?
D. GoNZ. La barbacana caída
(i) Ed.de 1649. *iton.»
(a> Esie verso aparece suelto entre de* 1
en lodos los textos.
(3) En las ediciones sueltat y eo HaructAetA*"^
que»; en Tan largo... «trueco.»
(4) Verso suplido por el texto de Tas I
bien lo pone en boca de un criado.
(5) Ed. dt f04!>.«£4^
'-i torre de mi honor
-I" en tierra, traidor,
|. u ic era alcaide (i) la vida.
if. Déjame pasar.
\i. ^jPasar?
Por U punta desta espada.
Morirás.
No imporia nada.
Mira que te he de matar.
iz. (Muere, iraiJorl
Desta suerte
muero.
Si escapo desta (2),
no más burlas, no más fiesta.
X. jAy, que me has dado la muerlel
, Tu la vida te quitaste.
z. ¿De qué la vida servían
Huyamos.
[Vat* Don Ju.in y- Cata linón.)
La sanare fría
con el furor aumentaste.
Muerto soy.- no hay bien que aguarde.
Seguiráie mi furor,
que es traidor, y el que es traidor (3)
es traidor porque es cobarde.
S [Entran muerto á Don Goninlo, y sale el
arques üc U Mota y Músicuí.)
I
jornada sbcunda
Cataí.in.
ESCENA XVI
<vis DE LA Mota y}Avi\cüt.— Luego Don Jvan
y Cataiinón.
Presto las doce darán,
Y mucho don Juan se tarda:
jtiera prisión (4) del que aguarda!
(Salen Don Juan y Catalinóa.)
¿Es el Marques?
^Es don Juan?
Yo soy; tomad vuestra capa.
¿Y el perro?
Funesto ha sido.
Ll fin. Marqués, muerto ha habido.
_^eñor, del muerto te escapa.
¿Burlaste? Amigo, .¿qué haré? (5)
. (Aparte.) Y á vos os' ha burlado (6).
Cara la burla ha cos' ■ <
Yo, don Juan, lo pai^ ■ -,
jorque estará la mujer
jucjúsadc m(.
Adiós,
Marqués.
Sd. de /6^í;- «alcalde.»
{jtdf. *iJc aquesta.*
ti eo todos los tcsios, liarucnbusch cnmcnüó
\ti iraiJor, y el iraídor».
[>cbe de ter «peosiúa,» cumo consta ea Tan
Isla pasaje no lieoe sentido. En Tan largo...
is explícito:
L<k. ¿Burlástetsla?
Si, burle
Y aun á vos os haa burlado.
:ií. dt /fi^y. «También vos sois «■! burlado ■♦
iMCbUS CE TIBiO DE MOLINA.— TOMO II
mal pareja han de correr,
D. Juan. Huyamos.
Catalin. Señor, no habrá
águila que á mi me alcance ( 1 ),
Mota. Vosotros os podcis ir,
porque quiero ir solo (»).
(Yante y qutda ti Marques de la Mota.)
ESCENA XVII
El MASQuás OB LA Mota
{Dtníra.) ¿Viósc desdicha mayor,
y vióse mayor desgracia?
Mota. ¡Válgame Dios! voces sicnio
en la plaza del Alcázar.
.jQué puede ser á estas horas?
un hielo el pecho me arraiga.
Desde aquí parece todo
una Troya que se abrasa,
porque tantas luces juntas
hacen gigante de llamas,
ün grande escuadrón de hachas
se acerca á mi, porque anda
el fuego emulando estrellas,
dividiéndose en escuadras.
Quiero saber la ocasión.
ESCENA XVIII
DicMos.— 5aie n*H Dieoo Tattomo y It guarda con
hachan.
D. DiEG. ¿Qué gente?
Mota (3). . Gente que aguarda
saber de aqueste ruido
el alboroto y la causa.
(1) Este pasaje tan profundamente alterado y en
que hay cuatro versos seguidos sin rimar, puede, á
nuestro juicio, completarse, siguiendo i'l texto de
Tan larga... que dice:
MaaQciÉs. Vo, Don Juan, lo pagaré
porque estará la mujer
quejosa de mi.
T). Juan. Lat doce
darán.
MARQtiás. Como mi bien goce,
nunca llegue i amanecer,
O. JuAK. Adi6s, Marqués.
Catalin. Muy buen lance
el desdichado hallará.
D. Juan. Huyamos.
Catalin. Señor, no habri,
aguilita que me alcance. IVantt.)
Marqoís. Vosotros os podéis ir (A los criadoi.)
todos i casa, que yo
Ite delr s*lo.
CRtADos. Píos crió,
las noches para dormir,
(a) Ed dt i€4'j. «porque yo me quiero ir solo.»
(3) A.ti en el texto de lúfo Eu el de tf^ü se lee «don
Goaz.w por errata.
•I I
>42
EL BURLADOR DE SEVILLA
D. Disn. Prendeldo u)-
Mota. iPrendcrmeá mil
D. Dizo. Volved la espada á la vaina,
que la mayor valentía
es no tratar de las armas.
Mota. ¿Cómo al Marqués de la Mota
hablan ansí?
D. DiEG. Dad la espada,
que el Rey os manda prender.
Mota. ¡Vive Diosl
ESCENA XIX
^A
DicnOt.— ^ofe el Rst y acompañamientci
Rey.
D. DiEü.
Mota.
D. DiEG.
Mota.
D. DiEú,
Mota.
Rey.
En toda España
no ha de caber (s), ni tampoco
en Italia, si va á Italia.
Señor, aquí está el Marqués.
Gran señor, ¿Vuestra Alteza (3)
á mi me manda prender {^)?
Llevalde luego, y ponelde (5)
la cabeza en una esca^rpla.,
¿En mi p reséñela te pones?
¡Ah, glorias de amor tiranas,
siempre en el pasar ligeras,
como en el vivir (ó) pesadas!
Bien dijo un sabio, que habla
entre la boca y la taza
peligro; mas el enojo
del Rey me admira y me espanta.
No sé por lo que voy preso.
¿Quién mejor sabrá la causa
que vueseñoría?
¿Yo?
Vamos.
¡Confusión extrañal
Fulmínesele el proceso
al Marqués luego, y mañana
ie cortarán la cabeza.
Y al Comendador, con cuanta
solemnidad y grandeza
se da á las personas sacras
y reales, el entierro
se haga; en bronce y piedras varias
un sepulcro con un bulto
te ofrezcan, donde en mosaicas
labores, góticas letras
den lenguas á sus venganzas.
} 1 1 1 1 .< í-\ 1 ] A
Y ctuier-
quiero q^
¿Dónde oi
Fuese al sagrado, doña Ani
de mi señora U Reina.
Ha de sentir esta falla
Castilla; tal capitán
ha de llorar Calatrava.
ESCENA XX
O) E<l- dt ¡640. •Príndcíllo.»
(9) Así en lis impresiones antiguas. En ana de las
itieltai «acabar*. Martzenbusch corrigió«e!capar».
fj) £cf. dt 1649. «Gran señor, pues vuestra alteza.»
(4) También este pasaje alterado se perfccciooa si-
guiendo el testo de Tan largo...
D. Dicoo. Señor, aquí está el Marqués.
Mauquíi. ¿Vuestra .Mteza á mi me manda
prender?
Rbt. Llevalde y ponelde
la cabeza en una escarpía.
HartzeobuBch cambió la» palabras para conseguir ii
rlini.
(i) Eé.dt /tf^t). «Lie valde», «ponelde.»
(6) Asi eo los textos de El Burlador; pero en Tan
largo.., «Tcoir», que es lección iac)or.
Sale Batoicio (i) dtsposaao, cok Akzkta,!
víe/o, Bci isi r pASTonas iti^f
{Cantan.} *L¡ndO sale el SOllÍE
con trébol y torongjl,
y aunque le sirve de esuelt
Aminta sale mi» heP.s.»
Batbicio. Sobre esta alfombr
adonde; en campo
el sol sin aliento marctil.
con su luz recién nacida,
os sentad, puc- <i»i
al tálamo el ^ so ^
A.minta, Cantalde á mi uuicc coposo
favores de inil en mil.
iCantan) «Lindo sale el sol de i
con trébol y torongil,
y aunque le sirve de cstrcU
Aminta sale mis bella.
Gaseno. Muy bien lo habe¡> ^ l
no hay mis sones
Batricio. Cuando con sus i.
vuelve en púrpun
saldrán, aunque v
afrentando el sol de
Aminta. Bairicio, yo lo agr«d(
falso y lisonjero esiis;
mas si tus rayos me ' __
por ti ser luna merezco.
Tú eres el sol por quien
después de salir menguante,
fiara que el alba te cante
a salva en tono sutil.
iCantan.) «Lindo sale eJ sol, «K*
ESCENA XXI
Dicuos.— 5«lr Cataunóh. d* caí
Cata UN. Señores, el desposorio
huéspedes ha de tener.
(1) r.laro que /faf ricio sera emta ó la
por Patricio, que es como se ler rrt la can
los persoonjes al principia ' <
(j) Ed. 4e 1640. F»li»n
hasta I* salida de Catalinán.
13) Así en los textos, aiut^ae tal »kx i
«Mayo*, que asuena con •! I »
este pasaic no permite sui
lÍTO, pues hasta el ?' ' '.noy ti
que le antecede y di' .e.
14) Verso suplido »<.^»u <.• itAtO 4t Til
(o/<iif.
JORNADA TERCERA
643
A todo el mundo ha de ser
este contenió notorio.
¿Quién vive?
TALiN. DoD Juan Tenorio.
XNo. ^Et viejo?
TALiN. No es ese don Juan (1 ).
tiSA. Será su hijo galán,
inicio. (Tcngolo por mal agüero,
que galán y caballero
quitan gusto y celos dan.)
Pues ijquicn noticia les dio
de mis bodas.''
AUN. De camino
pasa á Lebrjja.
Ricio. Imagino
que el demonio le envió.
Mas. <;de qué me aflijo yo?
VcoRan á mis dulces bodas,
del mundo las gentes todas.
Mas, con todo, un caballero
en mis bodas, ¡mal agüero!
«NO. Venga el Coloso de Rodas,
venga el Papa, el Preste Juan
>• Don Alonso el Onceno
con su corte, que en Gaseno
ánimo y valor verán.
Montes en casa hay de pan,
üuadalquivires de vino,
Babilonias de tocino,
y entre ejércitos cobardes
de aves, para que las cardes (i),
el polio y el palomino.
Venga tan gran caballero
á ser hoy en Dos Hermanas
honra destas viejas canas.
is*. Es hijo del Camarero
Mayor.
»lcto. Todo es mal agdero
para mi, pues le han de d.ir
junto á mi esposa lugar.
Aún no gozo, y ya los cielos
me están condenando á celos.
Amor, sufrir y callar.
ESCENA XXII
Dichos. — Saíe Do» Iváü Tekohio.
Juan. Pasando acaso he sabido
que hay bodas en el lugar,
y deltas quise gozar,
pues tan venturoso he sido.
Vueseñoría ha venido
á honrallas y engrandecellas.
rR:cio. Yo que soy el dueño dellas,
digo entre mi que vengáis
en hora mala.
,;No dais
lugar á este caballero?
Con vuestra licencia quiero
sentarme aquí,
[Siintase junto á la niivia )
Si OS sentáis
tSNO.
lENO.
JUA.N.
rRicio.
Ed. tít JSJt9. «No «se Don Juan.»
Asi en lr^ iinpre«o$ del Hurtador; pero qui£á
la leerse «1^ ics», comocn Tan iarK».,,
delante de mí, señor,
seréis de aquesa manera
el novio. ^
D. Juan. Cuando lo fuera,
no escogiera lo peor.
Gasf.no. Que es el novio...
D. Juan. De mí error
y ignorancia perdón pido.
Catalin. ¡Desventurado marídol
D. Juan. Corrido está.
Catai.in. No lo ignoro;
mas si tiene de ser toro,
¿qué mucho que esté corrido?
No daré por su mujer
ni por su honor un cornado.
{Desdichado tú, que has dado
en manos de Lucifer!
O. Juan. ¿Posible es que vengo á ser,
señora, tan venturoso?
Envidia tengo al esposo.
A.MINTA. Parecéisme lisonjero. .
BATKicro.Bicn dije que es mal agüero
en bodas un poderoso.
Gaseno. Ea, vamos á almorzar,
por que pueda descansar
un rato su señoría.
{Tomaít non Juan la mano á ta novia.)
D. Juan. ¿Por qué la escondéis?
Aminta. Es mía (1).
Gaseno. Vamos.
Beiisa. Volved á cantar.
D.Juan. ¿Qué dices lú?
Catalin. ¿Yo? que temo
muerte vil destos villanos.
D. Juan. Buenos ojos, blancas manos,
en ellos me abraso y quemo.
Cataun. ¡Almagrar y echar i extremo!
(]on esta cuatro serán.
D. Juan. Ven, que mirándome están.
Batbicio. En mis bodas caballero,
imal agüero!
Gaseno. Cantad.
Batricio. Muero.
Catalin. Canten, que ellos llorarán.
(VoiMf lottos, con qut lia fin ta ttgunda
jornada) (2).
JORNADA TERCERA
ESCENA PRIMERA
Sale Batricio (3) piniativo.
Batpicio. Celos, reloj y cuidado (4 1
que á todas las horas daib
tormentos con que matáis.
(I) A*í eo ios textos; pero debe d« ser «No et mis»,
como fe Ice en Tan largo..
<>) A'rf. de 164'). No hay esta acoUción.
(3) Id. «Patricio» aquí y en los dcaias lugares Je
la obra en que iate.
r4) Asi en ios impresos. Harueabuscb enmeodó
bien: «Celos, reloj de cuidaiiol.»
H 644
EL BURLADOR DE SEVILLA ^^^^^^H
aunque dais desconcertados (1).
BaTPJCio. (¿Mas qu' » iU
Celas, de! vivir desprecios,
alguna d*.
con que ipnoranciís hacéis.
D. Juan, Que ha muLliús dus, liatric
pues ludo lo que tenéis
que á A minia el alma le di
de ricos tenéis de necios,
y be gozado...
dejadme de atormentar.
Batbicio, ¿Su honor?
pues es cosa tan sabida
D. Jt AN. SI
que, cuando amor me da vida, .
Batüicio. Manilicsto y claro indicio
la muerte me queréis dar.
de lo que he llegado á ver.
¿Qué me queréis, caballero,
que, si bien no le quisiera.
que me atormentáis ansí?
nunca á su casa viniera.
Bien dije, cuando le vi
Al fin, al fin, es mujer.
en mis bodas, ¡mal agüero!
D. Juan. Al fin, Aminta celosa, ^_
jNo es bueno que se senió
á cenar con mi rau)er,
ó quizá desesperada ^^H
de verse de mí olvidada^^H
y á mi en el plato meter
y de ajeno dueño esposa, 1
¡a mano no me dejó?
esta carta me escribió 1
Pues cada vez que quería
enviándome á llamar, 1
meiella la desviaba
y yo prometí gozar ^J
diciendo á cuanto tomaba:
lo que el alma promeii^^^l
«iGroseria, groseríal» (2)
Esto pasa de esta suertCJ^H
Pues llegándome á quejar
Dad á vuestra vida un me^l
á algunos, me respondían
que le daré sin remedio J
á quien lo impida la mueriel
Batricio. Si tú en mi elección lo pooj^
y con risa me decían:
«No tenéis de qué os quejar;
eso no es cosa que importe;
tu gusto pretendo hace^^H
no tenéis de qué temer;
que el honor y la mujei^H
callad, que debe de ser
son malos en opiniones.
uso de allá de la Corte.»
La mujer en opinión
¡Buen uso, trato extremado!
siempre más pierde que gaq
mas no se usara en Sodoma
que son como la campana
que otro con la novia coma
que se estima por el son.
y que ayune el desposado.
Y así es cosa averiguada
Pues el otro bellacón
que opinión viene á perder
á cuanto comer quería:
cuando cualquiera mujer
«¿Esto no come?», decía;
suena á campana quebrada*
«No tenéis, señor, razón»;
No quiero, pues me reduce*
y de delante al momento
e! bien que mi amor ordena
me lo quitaba corrido.
mujer entre mala y buena.
Esto bien sé yo que ha sido
que es moneda entre dos ioi
culebra y no casamiento.
Gózala, señor, mil años,
Ya no se puede sufrir
que yo quiero resistir,
aeseñgaños y morir,
ni entre cristianos pasar;
y acabando de cenar.
y no vivir con engaños. {V
con los dos, ¿mas que á dormir
se ha de ir también, si porfía
con nosotros, y ha de ser.
ESCENA III
el llegar yo á mi mujer,
«Igrosería, grosería!»
DOK JCAJI.
Ya viene, no me resisto.
Aquí me quiero esconder;
D. Ji'AN. Con él honor le vencí.
pero ya no puede ser,
porque siempre los villanos
que imagino que me ha vísto.
tienen su honor en las man
y siempre miran por si.
ESCENA II
Que por tantas varieda^^J
es bien que se enticndaj^H
que el honor se fué *U^^H
huyendo de las '^'"^'jj ^^^^^|
^^^^ fiATHICIO.— 5d/< DON JUAM TSHOKIO.
^^^^. Juan.
Batricio,
Pero antes de hacer h^í^^H
^^^BAT»lCtC
Su señoría
le pretendo reparar. l^^H
¿qué manda?
A su padre voy á ''■■^^H
^M D. Juan,
Haceros saber...
para autorizar mi en^^^^f
Bien lo supe negociaJ^^^H
gozarla csta noche esl^^H
H (1)
dt í6 49, VtUut loa cuatro rttwt que si-
a noche camina, y <)^^^|
^H gu«n.
su viejo padre llamar. ^^^|
^^ 13)
Faltan ettos doce rcr»os que ligutn.
Estrellas que me alumü^H
JORNADA TERCERA
dadme en este engaño suene,
si el galardón en la muerte
tan largo me lo guardáis. {Vast.)
ESCENA IV
Saltn Amikta y Bslka.
Mira que vendrá lu esposo;
entra á desnudarte ( i ), Aminta.
JA. De estas infelices bodas
no sé qué siento, Belisa.
Todo hoy mi Balricio ha estado
bañado en melancolía;
todo es confusión y celos;
¡mirad qué grande dcsdichal
Di: ¿que caballero es éste
que de mi esposo me priva?
La desvergüenza en Lspaña
se ha hecho cabailcria.
Déjame, que estoy sin seso (i).
Déjame, que estoy corrida.
iMal hubiese el caballero
que mis contentos me prival
ISA. Calla, que pienso que viene,
que nadie en la casa pisa
de un desposado, tan recio.
iltA. Queda adiós, Belisa mía.
isA. Desenójale en los brazos.
ÍjPlega á los cielos que sirvan
mi» suspiros de requiebros
mis lágrimas de caricias! {Vame.y
ESCENA V
Salen Don Jua», CatalitiAh y üamno.
füAN. Gaseno, quedad con Dios.
BNO. Acompañaros querría,
f por dalle (3) de esta ventura
el parabién á mi hija.
[han. Tiempo mañana nos cjueda.
ÍSNO. Bien decís. El alma mía
en la muchacha os ofrezco. (Vo«.)
|i;am. Mi esposa decid.
ESCENA VI
[ALIN.
luAN.
FALIN.
DiciKM, menot Gktsno.
Ensilla,
Catalinón.
¿Para cuándo?
Parad alba, que de risa
muerta ha de salir mañana
deste engaño.
Allá, en Lebrija,
señor, nos está aguardando
otra boda. Por tu vida,
que despaches presto en ésta.
D, Juan,
Catalin.
D. Juan.
Catalin.
D. Juan.
Catalin.
D. Juan.
Catalin.
D. Juan.
La buria mis escogida
de todas ha de ser ésta.
Que saliésemos queriia
de todas bien.
Si es mi padre
el dueño de la justicia,
y es la privanza del Rey,
¿qué temes?
De los que privan
suele Dios tomar venganza
si delitos no castigan,
y se suelen en el juego
perder también los que miran.
Yo he sido mirón del tuyo,
y por mirón no querría
que me cogiese algún rayo
y me trocase en cecina (i ).
Vete, ensilla, que mañana
he de dormir en Sevilla.
¿En Sevilla?
SI.
¿Qué dices?
Mira lo qtie has hecho, y mira
que hasta la muerte, señor,
es corta la mayor vida;
que hay tras la muerte imperio (a).
Si tan 1&
í Bd. d* 7049- «tiesaudarte.*
so suplido por el temo de Tan largo me
iQ
argo me lo fias,
vengan engaños.
Catalin. Señor...
D. Juan. Vete, que ya me amohinas
con tus temores e.\traños.
Catalin. Fuerza al Turco, fuerza al Scita (3),_
al Persa y al Garamant,
al Gallego, al Troglodita,
al Alemán y al Japón,
al sastre con la agujiía
de oro en la mano, imitan Jo
comino ala blanca niña. vV'»*'.)
ESCENA Vil
Don Juak solo.
D- Juan. La noche en negro silencio
se extiende, y ya las Cabrillas
entre racimos de estrellas
el Polo más alto pisan.
Yo quiero poner mi engaño
por obra. Él amor me ^ula
a mi inclinación, de quien
no hay hombre que se resista.
Quiero llegar á la cama.
{Amintal
ESCENA VIII
Don Juam,— 5a/r Aminta como qu* ata acostada.
Aminta. ¿Quién llama á Aminta^
¿Es mi Batricio?
D. Juan. No soy
tu Batricio.
(1) Ed.de ¡649. «ceniza», y lo mismo en toilos 1
demás .
{3] Asi co los textos tntiguos; pero HsruenbuKh
corrigiA bien: «y qoe hay tras la muerte infierno.»
13) Ed, de 1649. Falla csio que «lice CtialinÓD.
EL BURLA.DOP HS ST^TILLA
Aminta. Paes ¿quién?
D. Juan. Mira
de espacio, Aminta, quién soy.
Aminta. jAy de mi! lyo soy perdidal
¿En mi aposento á estas horas?
D. Juan. Emss son las obras (i) mias.
Aminta. Volveos, que daré voces.
»Vo excedáis la cortesía
que á mi Bairicio se debe.
Ved que hay romanas Emilias
en Dos Hermanas también,
V'hay Lucrecias vengativas,
D. Jt'AN. Escúchame dos palabras,
y cscondede las mejillas
en el corazón la grana,
por ti más preciosa y rica.
llIiNTA. Vele, que vendrá mi esposo.
i, Juan. Yo lo soy; ¿de qué te admiras?
Aminta. .¿Desde cuándo?
D. Juan. Desde agora.
Aminta. ¿Quién lo ha tratado?
D. Ji'AN. Mi dicha.
Aminta. ¿Y quién nos casó?
D. Juan. Tus ojos.
Aminta. ¿Con qué poder?
D. Juan. Con la vista.
Ahinta. ¿Sábelo BAiricio?
D. Juan. Si,
que te olvida.
Aminta. ¿Que me olvida?
D. Juan. SI, que yo te adoro.
Aminta. ¿Cómo?
O. Juan. Con mis dos brazos.
Aminta. Desvia.
D. Juan. ¿Cómo puedo, si es verdad
que muero?
Aminta. jQué gran mentira!
D. Juan. Aminia, escucha y sabrás,
si quieres que te lo diga,
la verdad, que las mujeres
sois de verdades amigas.
Yo soy noble caballero,
cabeza de la familia
de los Tenorios antiguos,
ganadores de Sevilla.
Mi padre, después del Rey,
se reverencia y estima,
y en la corle de sus labios
pende la muerie ó la vida.
Corriendo el camino acaso,
llegué á verle, que amor guia
tal vez las cosas de suerte,
que él mismo dellas se olvida.
Vite, adórete, abráseme
tanto, que tu amor me anima
i que contigo me case:
mira qué acción tan precisa.
Y aunque lo mormure el Rey,
y aunque el Rey lo contradiga,
y aunque mi padre enojado
con amenazas lo impida,
tu esposo tengo de ser.
¿Que dices?
Aminta. No sé qué diga,
O) Kti en tmbos lestos; pero Jebe de Ser «horas».
que se encubren lus Vi
con retóricas mentiras.
Porque si esto-- ¡lí
como es cosa c
con Bairicio. c:
no se absuelve
D. Juan. En no siendo Conn. niaiiu \
por engaño 6 por malicia
puede anularse.
Aminta. En Batricio
toda fué verdad sencilla.
D. Juan. Ahora bien: dame esa mano,
y esta voluntad confirma
con ella.
Aminta. ¿Qu^ n<) nie enga
D. Juan. Mío el engaño seria.
A.MINTA. Pues jura que cumplirás
la palabra prometida.
D. JjAN, Juro á esta mano, señora,
invierno (2) de nieve fria,
de cumplirte la palabra.
Aminta. Jura á Dios que te maldiga
si no la cumples.
D. Juan. Si acaso
la palabra y la fe mia
te faltare, ruego i D:os
que á iraición y alevosía
me dé muerte un hombre...
que, vivo, jDios no permttal
Aminta. Pues con ese juramento
soy tu esposa.
D. Juan. El alma mia
entre los brazos le ofrezco.
Aminta. Tuya es el alma y la vid*.
D. Juan. ¡Ay, Aminla de mis ojosJ
Mañana sobre virillas
de tersa plata, estrellada
con clavos de oro de Ub;_
pondrás los hermosos piM,
y en prisión de garganiillas
la alabastrina garganta,
y los dedos en sortijas,
en cuyo engaste parezc
trasparentes perlas fina
Aminta. A tu voluntad, esposo,
la mia desde hoy se inchiu:
tuya soy.
D.Juan. ' (jQué mal coDOces
al Burlador de Scvillf»'» t^-
E.SCENA IX
Safen Isabila y Pabtp, rf# eamtf
Isabela.
[Que me robase el dueño
la prenda que estimaba y más qi
jOh, riguroso empeño
de la verdad! |Oh, máscara del
jNoche, al fin, tenebrosa,
anüpoda del sol, del sueño csposaf
■I
(i) En Tan largo... y en U im;'
•coDsumsdov, que parece mcjtir U^
(ai Ed.dt f6^o. «inllern</», > taír»)- (■•
gü... y en Us iiiipf caionei tuelia*.
JORNADA TERCERA
Fabjo.
Brve, Isabela,
or en el alma y en los ojos,
)r todo es cauíela,
ampos de desdenes causa enojos;
ue se rie agora
ive espacio desventuras llora?
ir está alterado
¡rave temporal, tiempo socorre (t).
rigo han tomado
leras, Duquesa, de la torre
ita playa corona.
Isabela.
V tamos (3)?
Fabio.
En Tarragona,
ui i poco espacio
IOS en Valencia, ciudad bella,
ismo sol palacio,
iráste algunos días en ella,
)ués á Sevilla,
ver la octava maravilla.
I á Octavio perdiste,
alan es don Juan, y de Tenorio (3)
^De qué estás triste?
i dicen que es ya don Juan Tenorio;
' con él le casa,
adre es la privanza de su casa.
^m Isabela.
I^Kni tristeza
esposa de don Juan, que el mundo
c su nobleza;
esparcida voz mi agravio fundo,
)ta opinión perdida
llorar mientras tuviere vida.
Fabio.
na pescadora
mente suspira y se lamenta
:emente lloia.
lene, sin duda, y verte intenta,
ras llamo tu gente,
liaréis las dos más dulcemente.
ESCENA X
UAbet A y TITUBA.
TiSBEA.
!to mar de España,
de fuego, fugitivas ondas,
I de mi cabana,
a el fuego por mares y por ondas
í abismos fragua
lar forma (4) por las llamas agua.
Isi en los (ex tos. lUrtzenbusch corrigió bien
se corre».
?d, d» /(?49.«^noade esumos 3tora?..«
^si en los textos. HArueobusch enmendó: «y ile
llirtzcDbusch corrigió «vómica».
^^ 647
¡Maldito el leño sea
que á tu amargo cristal halló carrera (1II
¡Antojo de Medea,
tu cáñamo primero ó primer lino,
aspado de los vientos
para lelas de engaños é instrumentos!
Isabela.
,;Por qué del mar te quejas
tan tiernamente, hermosa pescadora^
TiSBEA.
Al mar formo mil quejas.
¡Dichosa vos que en su tormento agora (s)
del os estáis riendo!
Isabela.
También quejas del mar estoy haciendo.
,:De dónde sois?
TtSBEA.
De aquellas cabanas
que miráis del viento heridas
tan victorioso entre ellas,
cuyas pobres paredes desparcidas
van (3) en pedazos graves
dándole mil graznidos á las aves (4).
En sus pajas me dieron
corazón de fortisimo diamante;
mas las obras me hicieron
deste monstruo que ves tan arrogante
ablandarme de suerte,
que al sol la cera es más robusta y fuerte.
¿Sois vos la Europa hermosa
que esos toros os llevan (Sp
Isabela.
Llévanme á ser esposa
contra mi voluntad.
TiSBEA.
Si mi mancilla
á lástima os provoca
y si injurias del mar os tienen loca,
en vuestra compañía,
para serviros como humilde esclava
me llevad, que querría,
si el dolor ó la afrenta no me acaba,
pedir al Rey justicia
de un engaño cruel, de una malicia.
Del agua derrotado
á esta tierra llegó don Juan Tenorio
difunto y anegado:
ampárele, hospédele en tan notorio
peligro, y el vil güéspcd
vibora fué á mi planta el tierno césped.
Con palabra de esposo
la que de esta costa burla hacia,
se rindió al engañoso:
(I) IIiri;cnbuscli corrillo con acierto «ciniB*!»
(3) Ed.dt if>4(}. t»or*.*
(3) Asi en lot textos. Ilartzenbuscb enmendó
«c«en».
(4) Ed de 1649. Faltan los seis versos que siguen.
(5) Asi ea los texioi del Hurtador ; pero en Tan
largo... se completa el veno «si: «que esos (oros os
llevan iSevlUaN
648
EL BURLADOR DE SEVILLA
\m&\ haya la mujer que en hombres fia!
Kuese al lin y dejóme:
mira si es justo que venganza lome.
Isabela.
iCaila, mujer maldiíat
Veie de mi presencia, que me has muerto.
Mas si el dolor le incita,
no tienes culpa tú. Prosigue el cuento (i)-
TlSdEA.
La dicha fuera mía.
TSAbELA.
¡Mal haya la mujer que en hombres fia!
¿Quién liene de ir contigo?
TíSBEA.
Un peMaáor, Anfrisa, un pobre padre
de mis(males testigo.
Isabela.
(No hay venganza que á mi mal tanto le cua^
Ven en mi compañía. (dre.)
TisaEA.
(¡Mal haya la mujer que en hombres fia!)
(7) (Vanít ytalt Don Jv»a y CRUlínón.)
ESCENA XI
DOM JUAK y Catalinón.
Cataijn. Todo enmaletado (3) está.
D. Juan. ¿Cómo? •
Cataun. Que Octavio ha sabido
la traición de Italia ya,
y el de la Mola ofendido
de ti quejas justas da,
y dice ni ñn que el recaudo (4)
?|Ue de su prima le diste
ué fingido y disimulado (5)
y con su capa emprendiste
la traición que le ha infamado.
Dicen que viene Isabela
¿ aue seas su marido,
y dicen...
D. Joan. ¡Callal
Cataun. Una muela
en la boca me has rompido.
D. Juan. Hablador, ,;qu¡cn le revela
lanto disparate jumo?
Gatalin. (Disparate, disparate (6)1
Verdades son.
D.Juan. No pregunto
si lo son. Cuando me mate
Octavio: ¿estoy yo difunto?
¿No lengo manos también?
¿Dónde me tienes posada?
(1) Ea Tan larga... «es cierto», que forma cooso>
AAnteeoa «juucriú.»
(3) Eé. de i04<j. «Vdasc y saleo Don Joan Teoo>
rio y...»
(3) Aii en lot leatos det Burlador; peco en Tan
larjo.,.«m<l («tado.*
(4) Bd, á* (64ít, «y dice que fué c) recado.»
iS} Id. «fiogido y ditiinuUilo,»
(6) Veno luptid» por «1 texto da Tan tatgu mt tu
JíáU
Cataun. En la calle oculta.
D. Juan. Bien.
Catalin. La iglesia «s tierra sagrada.
D, Juan. Di que de d '-~
en ella la :
al novio Jt 1 ■ ..
Catalin. También le >i i iráí
D. Juan. Aminta esias dt, ..
no ha de caer en el .
Cataun. Tan bien engañada c- _
que $e llama Joña .Ammia.
D. Juan. ¡Graciosa burla será!
Catalin. Graciosa burla y sucinta,
mas siempre la llorari.
< Dftcit trtt« u n tepulero dt Doo (
de t-lloi.)
D. Juan. ¿Qué sepulcro es este?
Catalin. Aqo!
don Gonzalo está enterrado.
D. Juan. Este es el (1) que mucncdi.
¡Gran sepulcro le han labrado
Catalin. Ordenólo el Key ansí.
¿Cómo dice esté letrero?
D. Juan. «Aqui aguarda de) Señor
el más leal caballero
la venganza de un traidor.^
Del mote reirme quiero.
¿Y habéisos vos de vengar,
buen viejo, barbas de piednM
Catalim. No se las podrás pelar,
que en barbas muy fuertes l
D. Juan. Aquesta noche á cenar
os aguardo en mi posada.
AUi el desafio haremos,
si la venganza os agrada;
aunque mal reñir podremos
si es de piedra vuesira espada.]
Cataun. Ya, señor, ha anochecido;
vamonos á recoger.
D. Juan. Larga esta vcnp' •" *"' ■■^,'
Si es que vos U h»
importa no esta; .,
que SI 8 la muc: :üi
la venganza, la c., x
agora es bien que perdió,
pues vuestro enojo y vctogaf
tan largo me lo fiiii.
( V'anse y punen (a mn«dMÍ
ESCENA Xll
Do* f:UABO«.
CriaV 1. 'Quiero apercibir la cena (sX
que vendrá á cenar don Jacn.
Criad. 3. "Puestas las mesas rstán.
¡Que tierna tiene, si empiczal '
Ya tarda Como solía,
mi señor; no me contcntaj
la bebida secalif
y la Comida se c
Mas ¿quién á don Juan oí
esta desorden?
(:) Kn U ediciÓQ de l'adríDo, •&!*;«& T«
•i quien'.
(3) A«i en todos loi teatot. tUrtaobtnc* <
•pieíanr.
^^^^^^^^^^^P JORNABA ^^^^^V ^^^1
^V ESCrSA XtlI
D. JuáN. jQuií^n le lienir, qui^n l« mala <i)P ^^^|
^"
^qaé has visto? ^^^H
CMOS.— i^nt^a (I» I'" •• Ivtn yCATAimóN.
Cataun. .Sertor, yo allí ^^^|
w. ;Orra&ic?
^^H
IN. Yaccf — - Tíindaste.
^^^^1
.H. ¡Hola: - '.\ cena.
^^^1
a."Yaesi ^^^..
.. . , ^^^^^1
\xt. CAtallnón,
lujriül lueuu.,, ^^^1
siéaUte.
^^^^1
JN. \\> so/ Acnigo
D. Juan. ^A quión? ^^H
de cenar de espacio.
Catai No i¿. ^^^H
Oi. Digo
[>. Ji'AN. Cómo ol Vino dcHHiinat 1^^^^^
que te sientes.
)ama la vela, KMllina, ^^^^1
IN. La razón
y yo 4 quton llama voré. ^^^^1
haré.
r7'f>m>l f*'in ^1 i>r/t V tUfiíi 4 It ^^^^H
.1." También es camino
^^^H
éste, si (ajcoine con él.
N. Siéniaie. it'n gotptdtntroXi)
IMII ^H
At>. Golpe es a.qucl.
iv. Que llamaron imagino.
iii iiuJí» ^t/ l»d(ru ^ ^^^^H
Mira quién es.
D. Jijan. ¿Quién va? ^^^|
, I." Voy volando.
Ü. TioNZ. Yo koy. ^^^H
JN. jSí es la juslicia, señor?
iti. Sea, no tengas temor.
!>■ JirAM. ./Quién ftoll vo«^ '^^^B
U. GoHZ. ^^B
{Vutlvt ti Criado huytnao.y
^^H
jQuién es? <-De qué estás lemblandoP
,IK. De algün mal da mtimonio.
D. Jijan. ^^^H
y »' ^^H
i». Mal mi cólera resisto.
^^^^^1
Habla, responde, .;qué has visto?
^^^H
^Asombróle algún demonio?
j^^^^^^H^
Ve tü, y mira «quella puerta.
Catalim. (Dios Ma conrrilgol ^^^H
presto, acaba.
¿San Pan 1."'- " ^^^1
I». ¿Yo?
\M. Tá, pues.
Por tr/i^ ^^H
Acaba, flocoea lot pica 44 >.
0. luAN. üdr, ^^H
ij(. A mi agfleta hallaron moerta
CatauK'No^. ^^^I
corno racimo coIgMia,
pw c«nado, ^^^H
^y desde entoDce» se %ücm
D. Joan, V: itvtoncicrit, (i); ^^^1
■hm aiBii ñemprt m> alioa en pena.
^H
^^vasto tpipe DO me agra<U.
iií ■
^f^^Sefior, ai aabea
CatAUír. '>r> ^^^1
^o«« íoy Bo Cauüaóa^
c '.<M'l'i/. ^^^H
0,loai». . ^^H
pt. iFi»caeocaii¿A!
Céitáu». >»ftor, ^^H
^ ¿?<o »«v*
w. ^QaíéaiMortea.iA'cs
delapMU^
>*«M9 4M«|V ^^H
x« Cm la ^difea
.' vxi OMIOM «1 *• '«v» ^^^1
cBicBEBiáa a0 aák
<71«n»Ua(t«'>M««a| ^^H
a. jOB¿ikMi?jferaai¿*e vas?
■. Hvf Cattiate aolM.
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■*¡á. ^^Hi
^^0*i^Cm0Üm(m4 itfmttt ■ f^^'
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0, IvAai. ^^^H
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■LA^ic^a r<tÉua ct ^>«i*«»«iirt
AimU. ^^^^I
65o
EL BURLADOR t>B SEVILLA
Catalin. Dejarme descalabrado.
D. JüAW. Habíale con cortesía,
CATALtN- ¿Está bueno? ¿Es buena lierra
la otra Ttda? ^fcs llano ó sierra?
¿Premiase alia la poesía?
CniAD. 1." A lodo dice que sí
con la cabeza.
Cataun. ¿Hay allá
muchas tabernas? SI habrá,
sí no se reside allí,
"D. Juan. ¡Holal dadnos de beber.
Catalin. Señor muerto, ¿allá se bebe
con nieve?
(Baja la cabt^a.)
Asi que hay nieve:
buen pais.
D. Juan. Si oir cantar
queréis, cantarán. {Baja ucabe^a)
Criad, a." Si, dijo.
D. JuA.N. Cantad.
Catalin. Tiene el seor muerto
buen gusto.
Chiad. I." Es noble, por cierto,
y amigo de regocijo.
{Cantan dentro.)
«Si de mi amor aguardáis,
señora, de aquesta suene
el galardón en la muerto,
¡qué largo me lo fiáis!»
Catalin. O es sin duda veraniego
el seor muerto, ó debe ser
hombre de poco comer.
Temblando al plato me llego.
Poco beben por allá.
Yo beberé por los dos. (Uiire)
Brindis de piedra, ¡por Dios!
Menos temor tengo ya.
(Canfan.) «Si ese plazo me convida
para que gozaros pueda,
pues larga vida me oueda,
dejad que pase la vida.
Si de mi amor aguardáis,
señora, de aquesta suerte
el galardón en la muerte,
iqué largo meló tiáis!»
^TALiN. ¿Con cuál de tantas mujeres
como has burlado, señor,
hablan?
'AN. De todas me río,
amigo, en esta ocasión.
En Ñapóles á Isabela...
LiN. Esa, señor, ya no es(i)
burlada, porque se casa
contigo, como es razón.
Burlaste á la pescadora
que del mar te redimió,
pagándole el hospedaje
en moneda de rigor.
Burlaste á doña Ana.
AN. Calta,
que hay parte aqui que lastó
por ella, y vengarse aguarda.
LiN. Hombre es de mucho valor,
(O Asi en lo» textos; pero ea Tait largo... dice;
«núes hoyr, que rciiablecc la rima.
que él es piedra, tú tres
no es buena res.>luctón.
(Hñcueñas fl.t tt futti la «aa, ji
dfn inlat. )
D. Ji \\. ¡Hola! quitad esa mesa,
que hüce señas que los dos
nos quedemos, y se vayan.
los demás.
Catalin. ¡Malo, :
No le quedes, por
2ue mata de un mujrtun
un gigante.
D. Juan, Salios todos. ^J
A ser yo Cataiinón. ^H
Vete, que viene. ^^
(Vanse, y ^utdan Iom dtt* toto%,y
stna$ que cíeirt la ptitrt*.)
ESCENA XIV
DoM Juan y Don Gokkalo.
D. Juan. La punta
ya está cerrada. Va estoy
aguardando. Di, ¿qué quic
sombra ó fantasma ó vistió
Si andas en pena ó si «goi
alguna satisfacción
para tu remedio, dito,
3ue mi palabra te doy
c hacer lo que ordenares |
¿Eslis gozando de Dios?
¿Dtte la muerte en peca<io?
Ilabla (3l, que suspenso estoy.
(Pato, como cosa del «trv mR^O.)
D. GoNZ. ¿CumplJrásnic una palabra
como caballero?
D. JiMN. Honor
tengo, y las palabras camf
porque caballero soy.
D. GoNZ. Dame esa mano, no temas,
ü. Juan. ¿Kso dices? ¿Yo, temor?
Si fueras el mismo inñemo
la mano te diera yo. «>«'»<*«
D. GoNZ. Bajo esta palabra y niano,
mañana á las diez eMoy
para cenar aguardando.
¿Irás?
D. Juan. Empresa mayor
entendí que me pedias.
Mañana tu güóspcd soy.
¿Dónde he de ir?
D. GoNZ. A micapilt
r». Jijan. ¿Iré solo?
D. GoNZ. No, I ' '' -
y cúmpleme 1
como la he cui,i^,...'. _,o.
D. Juan. Digo que la cumpliré;
que soy Tenorio.
D. GúNZ. Yu sor
Ulloa.
D. JitAN. Yo iré sin falla.
D. GoNZ. Y yo lo creo. Adids.
(i) Kd.dt l64'J.m¡tHtCtTl«^UC9
(2) i<l. -Iliblla .. etc.,»
JORNADA TERCRUA
'UA.N. Aguarda, ¡rete alumbrindo.
jonjt. No alumbres, que en gracia estoy.
IVasi muy poco 4 poto, mtrúHdo a Don
Juan, y Poa Juaa 4 ti, ha§ta fue dtstpa-
rtct y qutila Don Juan con payor)
ESCENA XV
Don Ju a:*.
¡Válgame Dios! todo el cuerpo
se ha bañado de un sudor,
y dentro de las entrañas
&e me hiela el corazón.
Cuando me tomó la mano,
de suene me la apretó,
que un infíerno parecía:
jamás vide tal calor.
Un aliento respiraba,
organizando la voz,
tan frío, que parecía
infernal respiración.
Pero todas son ideas
que da la imaginación:
el temor y temer muertos
es más villano temor,
que si un cuerpo noble vivo,
con potencias y razón
y con alma, no se teme;
^quién cuerpos muertos temió?
Mañana iré á la capilla
donde convidado soy,
por que se admire y espante
Sevilla de mi valor! IVaat.)
ESCENA XVI
ilt ti Rbt y Don Diaao Tbkorio y acompaña-
miento.
Ret.
l6t\ fin Isabela?
Don Dieüo.
Y disgustada.
Rey.
¿no ha tomado bien el casamiento?
Don Diego.
ite, señor, el nombre de infamada.
Rey.
^Otra causa procede su tormento.
)nde está?
Don Diego.
En el convento está atojada
Its Descalzas.
Rky.
Salga del convento
JO al punto, que quiero que en palacio (i)
Sta con la Reina más despacio.
Don Diego.
la de ser con don Juan el desposorio,
I, señor, que tu presencia vea.
Rey.
ime, y galán salga, que notorio
ero que este placer al mundo sea.
Conde será desde hOT don Juan Tenorio
de Lebrija; él la monde y la posea,
que si Isabela á un duque corresponde,
ya que ha perdido un duque, gane un conde.
Don Diego.
Todos por la merced (i) tus pies besamos.
Rey.
Merecéis mi favor tan dignamente,
que si aquí los servicios ponderamos,
me quedo atrás con el favor presente.
Pa ríceme, don Diego, que hoy hagamos
las bodas de doña Ana juntamente.
Don Dieoo.
¿Con Octavio?
Rey.
Nu es bien que el du(]ue Octavio
sea el restaurador de aqueste agravio.
Doña Ana con la reina me ha pedido
que perdone al marqués, porque doña Ana,
ya que el padre murió, quiere marido,
f^orque si le perdió, con él le gana,
reís con poca gente y sin ruido
luego á hablulle á la fuerza de Triana,
y por su satisfacción y por su abono
de su agraviada prima, le perdono.
Don Diego.
Ya he visto lo que tanto deseaba.
Rey.
Que esta noche han de ser, podéis decille (2),
los desposorios.
Don Diego.
Todo en bien se acaba.
Fácil será al marqués el persuadille (3)
que de su prima amartelado e^labi
RSY.
También podéis (á| Octavio preveniUe (4).
Desdichado es el duque con mujeres;
son todas opinión y pareceres.
Hanme dicho que está muy enojado
con don Juan.
Don Diboo.
No me espanto si ha sabido
de don Juan el delito averiguado
<^ue la causa de tanto daño ha sido,
hl duque viene.
Rey.
No dejéis mi lado,
que en el delito sois comprchendido.
ESCENA XVII
Sale r/DD9V8 Octavio,— Dicito».
Octavio.
Los pies, invicto rey. me dé tu alteza,
Rey.
Alzad, duque, y cubrid vuestra cabeza.
¿Qué pedís?
Octavio. Vengo á pediros.
«el palacio» se lee en la cd. de 1&49.
(1) Ed. dt 1640. «Y por esta merced....»
12) /(/. «aecirle.»
(3) !d. «persuadirle»
Í4) M. «prcvíuirle.»
EL BURLADOR DE SEVILLA
postradú ante vuestras plantas,
una merced, cosa justa,
digna de serme otorgada.
Duque, cúmo justa sea,
digo que os doy mi palabra
de otorgárosla. 'PediJ.
Va sabes, señor, por cartas
de tu himbajadcr, y el mundo
por la lengua de ja .ama
sabe, que don Juan Tenorio,
con española arrogincia,
en Ñapóles un? noche,
para mí noche tan mala,
con mi nün)b.e p ofanó
el sagrado de una dama.
Ret. No pases más adelante.
Ya supe vuesaa desgracia.
En efecto: ¿qué pedís?
OcTAvie. Licencia que en Is campaña
dcñenda como es traidor.
D. OíSG. Eso no. Su sangre clara
es tan honrada...
Rey. |Don Diegol
D. DiKc. Señor.
Octavio. ¿Quién eres que hablas
en la presencia del Rey
de esa suerte?
D. DiEfi. Soy quien calla,
porque me lo manda el Rey;
que si no, con esta espada
te respondiera.
Octavio. Eres viejo.
D, DiKü. Ya he sido mozo en Italia,
á vuestro pesar un tiempo;
ya conocieron mi espada
en Nápoics y en Milán.
Octavio. Tienes ya la sangre helada.
No vale/üt, sino soy.
l>. DiEO. TUeSUliy soy. (Empuña.)
Rkv. Tened; basta;
bueno está, Callad, don Diego,
que á mi persona se guarda
poco respeto. V vos. Duque,
después que las bodas se hagan,
más de espacio hablaréis ( i ).
Gentilhombre de mi cámara
es don Juan y hechura mia,
y de aqueste tronco rama;
mirad por ¿I.
Yo lo haré,
gran señor, como lo mandas.
Venid conmigo, don Diego.
|Ay, hijol iqué mal me pagas
el amor que te he tenido!
Duque.
Gran señor.
Mañana
vuestras bodas se han de hacer.
liágansc, pues tú lo mandas.
{Vanu §1 Rey y Don Dieso, y tale Ga-
leno y Amiou.)
OcTAvro
Rky.
D. DiEG.
Rey.
OcTAVíO.
Rky.
Octavio.
ESCEN.4 XVm
Ocr4vro, Giulm y Amorté.
Gaseno. Esl2 señor nos dirá
dónde está don Juan Teiwho.
Señor, ¿si está por acá
un don Juan á qmen notoli
va su apellido será?
. Don Juan Tenorio diréis.
Si, señor; ese don Juan.
Aquí CBlá; ¿qué le queréis?
lis mi esposo esc galán.
¿Cómo?
Pues, ¿no lo sabéis
siendo del alciizar vos?
No me ha dicho don JuAO
¿Es posible?
Si. por Dios. ^
Doña Aminla es muy hooradt
cuando se casen los dos,
que cristiana vieja es
hasta los güesos, y tiene
de la hacienda el interés
Octavio,
Aminta.
Octavio.
A.MINTA.
Octavio.
Aminta.
Octavio.
Gaseno.
Or.TAVrO.
Gaseno.
(ij Rn la fmpretiúa de Padrino -une hablaríia».
Amista.
Gasevo.
Octavio
Gaseno.
Octavio
Gaseno.
Octavio.
Aminta.
Octavio
Aminta.
Octavio.
Gaseno.
Octavio.
más bien que un Cor>Jo un i
Casóse don Juan con ella
y quiíiísela á Batiicio,
Decid cómo fui doncella
á su pajer.
—^^^ No es juicio
esto, ni aquesta querella.
(Esta es burla de don Joan,
y para venganza mía
éstos dicicndola esiáiu)
¿Que pedís, al fin?
QuejTft,]
porque los días se van,
que se hiciese cl casamieruc
ó querellarme ante cl Rey. _
Digo que es justo esc intentoT
Y razón y justa ley.
(Medida i mi pensamiento
ha venido la ocasión. |
l'*n el alcázar icnemoü
bodas.
¿Si las mías son?
Quiero, para que aceneai0ív,{
valcrmc de un;i ir.> ,-n ..- - ..».j|
Venid donde os
señora, i lo con ,
y á un cuarto del Kev sal¿
conmigo.
Vos de [« II
á don Juan me IJcv..
Que desta sucn ■
El arbitrio me c
(Estos venganza iiic den
de aqueste traidor don Joaa
y el agravio de Isabela.)
(t) Como fjlt.i un vr.
Mcribientlo. «que en llo^
(a) «[nlc-ici^n» iJice ci 'lll|lr^^.J ur iiiw.
JORNADA TERCERA
SaltH DoM Juan y Cataijmóm.
LiN. ¿Cómo el Rey le recibió?
i.N. Con más amor que mi padre.
UN. ¿Viste á Isabela?
KH, También.
LiN. ¿Cómo viene?
AN. Como un ángel.
LIN, ¿Recibióle biea>
itt. El rostro
bañado de leche y sangre,
como la rosa que al alba
despierta la débil caña (i).
LIN. Al ñn, ¿esta noche son
las bodas?
AN. Sin falta.
uiN. Fiambres
hubieran sido, no hubieras,
señor, engañado á tantas (2);
pero tú tomas esposa,
señor, con cargas muy grandes.
AN. Di: ¿comienzas á ser necio?
LIN. Y podrás muy bien casarte
mañana, que hoy es mal día.
AM. Pues ¿qué dia es hoy?
LIN. Ks manes.
AN. Mil embusteros y locos
dan en esos disparates,
mal día,
LIN.
UAN.
kLJK
Sólo aquel Haman
aciago y detestable
en que no tengo dineros;
que lo demás es donaire.
Vamos, si te has de vestir,
que te aguardan, y ya es tarde.
Otro negocio tenemos
que hacer, aunque nos aguarden.
¿Cuál es?
Cenar con el muerto.
Necedad de necedades.
¿No ves que di mi palabra?
Y cuando se la quebrantes,
¿qué importa? ¿Ha de pedirte
una ligura de jaspe
la palabra?
Podrá el muerto
llamarme á voces infame.
Ya está cerrada ia iglesia.
Llama.
¿Qué importa que llame?
¿Quién tiene de abrir, qué están
durmiendo los sacristanes?
Llama á este postigo.
Abierto
está.
Pues entra.
Entre un fiailc
con su hisopo y estola.
Como este rcrso no guifd» la otonancia, Hnrt-
isch lo enmendó «si: «dcspieru y las hojas abre*,
in largo... ic escribe: *revienta la Tcrdc circe!».
Faltan tersos, y el seoiido e»tá viciado en iodo
lasajc.
Sd. de 1^4^. «dlamov coa mayor razón.
D. Juan, Sigúeme y calla.
Catalin. ¿Que calle?
D. Jl'AN. Sí.
Cvtaun. Diosen paz (1)
dcstos convites me saque.
¡Qué escura (2) que esiá la iglesia!
{Kntranpor una puirta y salen por otra.y
Señor, para ser tan grande...
jAy de mi! Ten me, señor,
porque de la capa me asen.
ESCENA XX
Sale ItON CoHZALo como dt antes, y encuéntrase con
ellos.— Dtcuos.
D. Juan. ¿Quién va?
1). GoNz. Yo soy.
Catalin. ¡Muerto estoy
D. GoNZ. El muerto soy, no te espantes.
No entendí que me cumplieras
la palabra, según haces"
de todos burla.
D.Juan. ¿Me tienes
en opinión de cobarde?
D. GotiZ. SI, que aquella noche huislc
de mi cuando me mataste.
IJ. Juan. Huí de ser conocido:
mas ya me tienes delante.
Di presto lo que me quieres.
D. GoNZ. Quiero á cenar convidarte.
Catalin. Aquí excusamos lacena,
que toda ha de ser fiambre,
pues no parece cocina (3).
D. Juan. Cenemos.
D, GoNZ. Para cenar
es menester que levantes
esa tumba.
ü. Juan. Y si te importa,
levantaré estos pilares.
D. GoNz. Valiente estás.
D. Juan. Tengo brío
y corazón en las carnes,
Catalin. Mesa de Guinea es ésta.
Pues ¿no hay por allá quien lave?
D. GoNZ. Siéntale.
D. Juan. ¿Adonde (4I?
Catalin. ' Con sillas
vienen ya los negros pojes.
{Entran dtis enlutadas con dos silleu.)
¿También acá se usan lutos
y bay eticas de Flandes?
D. GoNz. Siéntate iii (5).
Catalin. Yo, señor,
he merendado esta tarde.
D. Gonz. No repliques.
Catalin. No replico.
(1) Asi en todos los textos. Hartzenbuseh completó
el verso escribiendo «Ya callo. Dio» en paz.»
(2) «Oicuta» en ta ed. de 1C49.
(5) O sobra este verso, ó falta otrj después de ¿I
que guarda la asonaacia.
Í4) «,iD6ndcrV, en la cd. de 1647.
(3) Suplido el «tú* por el texto de Tan largo..
654
KL BURLADOR DE SEVILLA
(Uius ciTpiidéslo me saque).
tQué plato es este, señor?
:sie plato csde alacranes
y víboras.
CaTalin. iGenlil pialo!
D. GoNZ. Estos son nuestros manjares.
¿No comes tú?
D. Joan. Comeré
Si me dieses áspid y áspides
cuantos el infierno tiene.
D. GoNz. También quiero que te canten
Catalin. ¿Qué vino beben acá?
D. G»NZ. Pruébalo.
Catalin. Hiél y vinagre
es este vino.
D. GoNZ. liste vino
exprimen nuestros lagares.
{Cantan:)
«Adviertan los que de Dios
juzgan los castigos grandes,
que no hay plazo que no llegue
ni deuda que no se pa^ue.v
Catalin. ¡Malo es Cbto, vive Cristu!
que he entendido cslc romance,
y que con nosotros habla,
D. Juan. L'n hielo el pecho me abrasa (i).
iCantan:)
(«Mientras en el mundo viva,
no es justo que diga nadie:
iqué largo me lo fíáisi
siendo tan breve el cobrarse.»
'Catalin. ¿De qué es este guisadilloP
L). GoNZ. De uñas.
Catalin. De uñas desastre
será, si es guisado de uñas.
D. Juan. Va he cenado; haz que levanten
la mesa.
D. GoMZ, Dame esa mano;
no temas la mano darme.
JuXü. -¿Eso dices? ¿Yo, temor?
«01» ¡Que me abrasol No me abrases
con tu fuego. .
D. GoNZ. Este es poco
para el fuego que buscaste.
Las maravillas de Dios
son, don Juan, invesligables,
y asi quiere que tus culpas
á manos de un muerto pagues.
Y si papas desta socrle (a),
lysia es [iisliria de Diosy
^ «quien tal hace, oiiíLlal
Ü. Juan. ]
Cxtalin.
S^
D. GoNZ.
O. Juan.
uc me abraso, no me aprietes
Con la daga he de matarte.
Mas |ay! que me canso en vano
de tirar golpes al aire.
A tu hija no ofcndi,
que vio mis engaños antes.
No importa, que ya pusiste
tu intento.
Deja que llame
quien me confiese y absuelva.
i^
i
D. GoNZ. No hay lugar; ya acuí:r¿
D. Ji'an. ¡Que me quemó! jque me;
¡muerto soy!
N*o hay quieo:
que aquí tengo de morir
también por acompañan*.
D..GoNzA*Esta es lusiici* de Dios:
]quien tal hace, nue lal
(Hundest el uy
Gonzalo, con mu
non arrastrando )
Catalin. ¡Válgame Diosf ¿Qué es »qs
Toda la capilla se arde,
y con ct muerto he quedado
para que le vele y guarde.
Arrastrando como puedt
iré á avisar á su padre.
jSan Jorge, San A gnus ÍAííJ
sacadme en paz ala calle! (|
ESCENA XXI
SaU ti Rkr, Don Dieco jr úcompA%**
D. DiEG. Ya el Marquís, señor, esp
besar vuestros pies reales.
Bey. Entre luego, y a>isad
al Conde, por que no agttJídc,
ESCENA XXII
DICHOS.— S«/e VíkTfXCiay Gacuo^
Batricio. ¿Dónde, señor, se permiten,
desenvolturas tan grandes,
que tus criados afrenten
á los hombres miserable^
Rey. ¿Qué dices?
Batricio. Don Juan Tcnc
alevoso y detestable,
la noche del casamiento,
antes que le consumase,
á mi mujer me quitó;
testigos tengo delante.
ESCENA XXIII
Saltn TiBscA, Iíabila y aeompaAmm
TisBEA. Si Vuestra Alteza, señor,
de don Juan Tenorio no h
justicia, á Dios r á los h
mientras viva hé de qucji
Derrotado le echó el mar;
dile vida y hospedaje,
y pagóme esta «mistad
con mentirme y engañarme
con nombre de mi maridOt
Rey. ¿Qué dices?
Isabela. Dice verdad (
{t} Bn T«n targo... coa mayor icicrio se lee. «me
pane».
{») Etle reno parece iaterpolado.
( t) •Vcrdado» en Tan l*rgo,^ qoc ft
IO.J
JOHNADA TF.RCERA
655
KSCKNA XXIV
!aln Amint* y ti Duquk Octavio.— Dichos.
4TA. ^Adonde mi esposo esli?
¿gui¿n es?
IT*. Pues ¿no lo sabe (i)?
El señor don Juan Tenorio,
con quien vengo á desposarme,
porque me debe el honor,
y es noble y no ha de negarme.
Manda que nos desposemos (3).
ESCENA XXV
Sale ti UlAni}vti oe i.* MoTü.— Dichos.
PA. Pues es tiempo, gran señor.
que á luz verdades se saquen,
sabrás que don Juan Tenorio
la culpa que me imputaste
tuvo el. pues como amigo,
pudo el cruel engañartne;
de que tengo des testigos.
¿Hay desvergüenza más grande?
Prcn'delde y matalde (3) luego (4).
>1EG. En premio de mis servicios
haz que le prendan y pague
sus culpas, porque del ciclo
rayos contra mi no bajen,
si es mi hijo tan malo.
|Esto mis privados hacenl
ESCENA XXVI
Dichos.— Sa/e Catalinów.
xiN. Señores, escuchad, oíd (5)
el suceso más notable
Bd. (t< 1649- «Pues ¿iúa no lo sibeN
O sobra este verso, ó falta después otro p>ra el
Bce.
«frendedle y maudle» en el texto de 1649.
Parece sobrar este verso, pues si no, carecía de
lo la petición que sigue en boca de D. Diego, hn
iargo... Qo le hay
E4. de 1649. oSeñores. todos oíd.» Ea Tan lar-
«Escuchad, oíd, señores.»
que en el mundo ha sucedido.
y en oyéndome, maladme.
Don Juan, del Comendador
haciendo burla, una tarde,
después de haberle quitado
las dos prendas que más valen,
tirando al bulto de piedra
la barba por ultrajarle,
á cenar te convidó:
¡nunca fuera á convidarle!
Fué el bulto, y convidóle;
y agora porque no os canse,
acabando de cenar,
entre mil presagios graves,
de la mano le tomó,
y le aprieta hasta quitalle —
la vida, flicicñiJo: «Dios
me manda que asi te mate,
castigando tus delitos.
Quien tal hace, que tal pague.»
Rky. ¿Qué dices?
Catalin. Lo que es verdad,
diciendo antes que acabase,
que á doña Ana no debía
honor, que lo oyeron antes
del engaño.
Mota. Por las nuevas
mil albricias pienso darte.
Rey. iJiisio.£aSl*í3LdeU¿cloL-
V Bgora es bien que se casen
todos, pues la causa es moerU
vida de tantos desastres.
Octavio. Pues ha enviudado Isabela,
quiero con ella casarme.
Mota. Y yo con mi prima (1).
Batricio. y nosotros
con las nuestras, porque acabe,
El Convidado de piedra.
Rey. y el sepulcro se traslade
en San Francisco en Madrid (a),
para memoria más grande.
(1) Kd. dt if:49- «Yo con mi prim»»-
(2) Eo Tan targo ■■ »c Ice este verso:
ttdesilc aquí á San Juan deToro.»
L TAS LARGO ME LO FIÁIS
^^H COMEDIA FAMOSA ^B
^V DE DON PEDRO CALDERÓN ^M
^H HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES '^^|
^^H El. Rey oe Castilla.
Isabela, duquesa. ^^^H
^^H D0F4 GON/ALO DE UlLOA.
^^^H
^^H El Embajador don Pedro Tenorio.
^^^H
^^H Don JtjAN Tenorio.
Doña Ana, crt<]ia. ^^^H
^^H Cata LINÓN.
El Rey de NÁI'Oles. ^^^H
^^H Usa pescaoO!«a.
Una ^^^H
^^H Batpicio.
Alfredo. ^^^^H
^^H El Duque Octavio.
TlDSEO. ^^^H
^^H El Marqués i>e la Mota.
^M
^^m JORNADA PRIMERA
segura, con entender ^H
que mi marido has de ser. ^H
D. JUAK. Digo que soy tu marido» ^H
^^^^^P
y Otra vez te doy la mano. ^H
Isabela. Aguárdame, y sacaré ^H
^^^B ESCENA PRIMERA
una luz, para que dé ^H
^^^^^^^^^^^P
de la ventura que gano ^H
Te, Duque Octavio. {Ay, de^^H
^^H Saltn ISABiLA, duqutsa, y Don Juan TunoKio,
D. Juan. Mata la luz. ^H
^^H át moche.
Isabela. ¡Muerta soy! ^H
¿Quién cre«? ^H
^^H fsABELA. Salid sin hacer ruido,
D. Juan. Un hombrt m^H
^^P Duque Octavio.
que 8qu! ha gczado de ti. ^H
■ D. JfAN. El viento soy.
Isabela. ¿No eres el Duque? ■
H Isabela. Aun asi temiendo estoy
D. Juan. Yo 00.
^^H que aquí habc'is de ser sentido;
liABELA. Pues di ¿quién eres?
^^^L que haberos dado en Palacio
D. Juan. Un hoaib&
^^^^H entrada de aquesta suerte,
Isabela. ¿Tu nombre? ^fl
^^^^H es crimtn digno de muerte.
D. Juan. No len^ do^H
^^^^^D. Juan. Señora, con más espacio
Isabela. Esic traidor me cngañ6. ^H
■ te agradeceré el favor.
)Gcn te, criados! ^H
■ Isabela. Mano de esposo me has dado,
D. Juan. Déteme. ^H
■ Duque.
Isabela. Mal un agravio conoces. ^H
■ D. Juan. Yo en ello he ganado.
D. Juan. No des voces. ^H
H Isabela. El aventurar mi honor,
Isabela. Daré voces. ^H
^^—^ Duque, desta suerte ha sido
|Ah del Rey, soldados, geiwH
^^^^^^ (t) Intervienen ademas: AAfnuo, Salucio, Pasto»
■s, 0. Jdan TcNoitiu. ti Yitia. L'ha I>&ii4 v (^^H
^ ^^ ^^ ¿ aiM-- .^^^^^^^B
^^^^^^^^^^^^JOrÑad^RIMeÍ^^^^^ ^n5^^^^H
^^^^Sfflí^^^
pues es i'ir/osii ci mt^rir, ^^^^|
mi espada quiero rendir. ^^^H
^^ Satt ti R«T OE NArot.Bs.— DíCMos. |
D. Pedr. Agora más cuerdo estás. ^^^H
Todos con esa mujer ^^^H
i.
^Qoé es esto?
á esc cuarto os relirau. ^^^H
Ikla,
iFavor! |Ay, irisie,
Isabela. Tal traición, tan f^jran maldad, ^^^H
HUAN.
que es el Rey!
¿Qu¿cs?
¿Qué ha de ser?
¿en hombre pudo caber? ^^^H
Diré quién soy, mas mi agravio ^^^H
á voces dirá quién soy, ^^^H
Un hombre y una mujer.
pues hoy sin honor estoy, ^H
y estoy sin el Duque Octavio, lVaHt*,^^^M
9'
(Esto en prudencia consiste,
quiero el daño remediar.)
ESCEN.VA V ^^H
ESCENA III
l)o!< PsDKoy UOH Jt'AH TEHaRIO. ^^^H
ít tt Emmajador ob EapAÜA v Ckiaoos. — iJiciios. 1
^^^^^M
D. Pedr. Ya estamos solos los dos; ^^H
lAMD
. ¡En tu cuarto, gran señor, '
muestra aquf tu esfuerzo y brío. ^^^B
voces! ;Quicn causa el rumor?
D. Jl-an. Aunque tengo esfuerzo, lio, ^H
r.
Haced prender y matar
jamás le tuve con vos. ,^^^H
ese hombre y esia mujer.
U. Peor. ¿Quién eres? ^^^H
Pedf.
¿Quién son?
D. Juan. Don Juan. ^^M
r.
No es bien conocelios,
D. Peor. ¿Don Juan? ^M
porque si aquí llego á vellos
D. Joan. Si, señor. ^^^H
no me queda más que ver.
D. Pedr. ¿fie aquesa suerte ^^H
Pues me venzo y me resisto,
vosotros no me inciiéis,
lo ^^^H
D. Juan. Dame la muerte, ^^^H
que en estos que ver queréis,
y mis desdichas tendrán ^^^H
sin verlos mi ofensa he visto.
fín en tus manos. ^^^|
Don Pedro Tenorio, á vos
D. Peor. ¡Traidor ^^H
esta prisión os encargo;
alevoso! No imagino ^^^H
si ando corto, andad vos largo.
que eres, don Juan, mi sobrino, ^^^H
m
y ved quién son esos dos. {vaxe.y
porque no tienes honor. ^^^H
¿Tú, con dama en el Palacio ^^^H
del Rey, y en ofensa mía ^^^H
■
ESCENA IV
haces alevosía? ^^^H
D. Juan. Mi culpa no pide espacio; ^^^H
*
Dtciiot, Menos el Rbt.
t!o, si me has de prender, ^^^H
préndeme, llévame preso, ^^^H
í^BDR.
Daos i prisión, caballero.
y adviene que aqueste exceso, ^^^H
Juan.
No llegue ninguno á mí.
por amor se pudo hacer. ^^^H
si morir no quiere aquí.
Amor es una cautela, ^^^H
PlDR.
Maiadle.
y es ciego y loco quien ama. ^^^H
D. Pedr. ¿Quién es la dama? ^^H
luAN.
La muerte espero
por la punta desta espada.
D. Juan. Es la dama... ^^H
Llegad á comprar mi vida,
D. Peor. Prosigue; ¿quién? ^^H
que ha de ser tan bien vendida
D. Juan. Isabela. ^^M
como de lodos comprada.
D. Peor. ¿La camarera? ^^^H
*EDR.
¡Matadle!
D. Juan. Señor, ^^^1
lUAN.
iQué mal lo adviertes!
si, que por el duque Octavio ^^^H
Las fieras puntas desvía;
la engañé. ^^^H
considera que la mía
D. Pedr. Mayor agravio ^H
ha de costar muchas muertes.
y desventura mayor. ^^^H
Tu padre desde Castilla ^^^M
A muerte estoy condenado,
y, pues es cierta mi muerte.
& Ñapóles te envió ^^^H
matándoos de aquesta suerte
por insufrible, y te dio ^^^H
moriré más consolado.
cárcel la espumosa orilla ^^^H
Que he de vender dtste modo
del mar de Italia, causando ^^^M
mj vida, os quiero advertir.
mil escándalos en ella, ^^^B
y pues sé que he de morir,
no reservando doncella, ^^^^ñ
Quiero aquí morir por iodo.
' ¡Muere, vill
ni casada reservando. ^^^H
I.D. a.
Ya no te sufre la tierra, ^^^H
Juan.
¿Quién os engaña?
y estoy por matarte aquí; ^^^H
Ved que caballero soy.
pero como veo en ti ^^^H
Pbdp
. Rabiando de enojo estoy.
sangre que mi pecho encierra, ^^^H
Juan
El Embajador de España
por fuerza te he de librar. ^^^H
llegue sólo, que á él no más.
¿Tienes por dónde escaparte? ^^^1
COMKUrAS DK TIRSO [>B MOLINA.— TOMO II
^^B
658
O. Juan. Aqui está un balcón.
D. Péds. Colgarte
puedes por él y bajar
al suelo.
D. Juan. Aunque está muy alto,
por la capa bajaré,
D. PiDP. Baja, pues, porque no eslé
el Rey con más sobresalto;
que yo diré que le echaste
por una ventana, huyendo
de mi.
D. Juan. Ya va amaneciendo.
D. Peor. Pues tú este daño causaste,
pon remedio en él, partiendo
de Ñapóles luego á España,
que si agora el Riy se engaña
de la suerte que pretendo,
con la duquesa Isabela,
si puedo, te casaré,
para que pagues con fe
lo que hiciste con cautela.
D. Juan. En todo, señor, me honráis.
D. Peor. Pues vete con Dios, j' advierte
que hay castigo, inherno y muerte.
D. Juan. ,jTan largo me lo fiáis?
D, Pkur. Esa presunción te engaña.
Llega, si es este el balcón.
D. Juan. Con tan larga pretcnsión
glorioso me parto á España. (Yante.)
ESCENA VI
5fl/f el Rky.
Envidian las corona's de los reyes
los que no saben la pensión que tienen,
y mil quejas y lástimas previenen,
porque viven sujetos á sus leyes.
Pero yo envidio los que guardan bueyes,
y en cultivar la fierra se entretienen,
que aunque de su trabajo se mantienen,
ni agravios lloran ni gobiernan greyes.
Porque, aunque con más ojos que Argos vi-
y miren por la espalda y por el pecho |van,
los reyes, no proceden como sabios
si del oír con el mirar se privan,
que un rey siempre ha de estar orejas hecho,
oyendo quejas y vengando agravios.
ESCENA VII
Salí Do» PsDUo TaKOHio.— Dichos.
D. Peor. Ejecutando, señor,
lo que mandó vuestra Alteza,
el hombre...
¿Murió?
Escapóse.
¿Qué decís?
iQuién lo creyera!
Di con la guarda cubre él,
y él con la misma ñereza
que un hombre desesperado
siempre en tales casos muestra,
juzgando tlacas aristas
las vállenles puntas nuestras,
con la suya se metia
RíY.
D. Pkdh.
Rkt.
D. Pbbp.
haciendo notable ofensa.
Di voces, ¡muera! ¡mataldc!)
V enlazando en una reja
la capa, fué en el caer
Luzbel como en la soberbí
Acudí, y vi con 1« luna
un hombre que por la lierr*
llevaba el pecho arrastran '
como la cauta culebra.
Di voces, y en la distancia
que tardé en tomar la pu
el que arrastrando huía,
corrió con laJ ligereza
que no pareció jamás;
y no habiendo casa abierla,
pareció cosa imposible
que escapárseme pudiera.
Y porque lo que osla ocuUi
en la corte no se sepa,
excusando el alboroto,
excusé las diligencias.
Rby. Mostrastes. Embajador,
vuestra cordura y prjdenci
pero mucho me ha pesadr»
de que el hombre no muri
¿y sabéis quién es la dama?
D. Peor. Es, gran señor, la Duquesa
Isabela.
Rey. ¿Qué decís?
D. Peop. Lo que escucha vuestra Altea».
Rey. Pues el hombre es de impü '
y es más pesada la oleosa.
Id por ella.
D. PEO». Ya la guarda
viene, gran señor, con ella.
ESCENA VIH
Sal* ISASBL*,— DlCHOt.
Isabela. jCon qué ojos veré al Rey!
Rey. Ya estoy corrido de verla.
Isabela. Amor, dame aquí lus ojof,
ya que me diste tu venda.
Rey. Duquesa.
Isabela. Señor, confieso
mis culpas y mis ( i ) ufensa
mas sírvame de casiigo
el verme en vuestra prcsenc
Profané vuestro Palacio;
discúlpenme Troya y Grecii
si hay disculpa, gran señor,
bastante en tanta bajeza.
Kl Duque Octavio me dio
mano de esposo, y con ella
le di entrada y le di el alma
V la más costo í».
I'erdóname la-
si las obras consiaoras,
que al punto que no fui*
A ese mismo no ful honesti
¿Qué, aquél era el Duque*
k
JORNADA PRIMERA
bSo
Si, señor.
Al Duque prendan
con diligencia v cuidado,
á esa mujer llevad presa,
ran señor: voivcdme el rostro.
'Ofensa á mi espalda hecha
es justicia y es razón
castigarla a espalda vuelta.
{\'ace«i Key.)
tt>R. Su Alteza está justamente
sentido de Vuexcelencia.
No será tan grande el yerro
si el Duque Octavio lo enmienda.
Vamos, señora.
lAy, amor!
Ya que me engañaste á ciegas,
iCn este engaño me ayuda
y en esta traición me esfuerza,
.^i puedo, yo haré que al Duque
le disculpe su inocencia,
y que don Juan, mi sobrino,
se case con Isabela. (Vante.)
ESCENA IX
Sttlt ti Duoui Octavio y Ckiaoo*.
I.* Tan de mañana, señor,
te levantas.
fv^to. No hay sosiego
á la inclemencia de amor,
porque si es fuego, del fuego
rnace el incendio mayor.
¿No habéis visto entre las olas,
cuando sus cerúleas colas ^
bate el mar agonizando
un derrotado, tragando
el mar entre espumas solasi*
Pues asi yo, mar haciendo
la cama en la noche fría,
me he anegado, padeciendo,
y, en viendo la luz del dia,
del mar he escapado huyendo-
i.*Pues si te adora Isabelí,
no tienes que recelar,
que, aunque amor todo es cautela,
jamás te vendrá á olvidar,
porque en tu amor se desvela.
Vive cuando estás prest-nte;
de tus colores se viste;
siempre tus disgustos siente;
triste está si lú estás triste
V muerta si estás ausente.
Pues si está en tu voluntad
la suya, ^qué te desvela.*
íVio- No hay, amigo, aunque es verdad,
que sí me adora Isabela,
en amor, seguridad.
Es al tiempo semejante
el amor, y no le espante
que tema en la Primavera
invierno quien considera
en el crecieate y menguante.
{Sale wnCrlido.)
a.* El Embajador de España.
á quien gallardo acompaña
la guarda del Rey, se apea
en el zaguán, y desea,
con ira y fiereza extraña,
hablarte, y debe de ser
para prenderle.
Octavio. ^iPrender?
¿Por qué? Temer es locura,
que una conciencia segura
no liene de que temer.
Dejalde entrar.
ESCENA X
Sait ti Emdajapoh y gtntt.—rncHos.
D. Pedr. Quien asi
con tamo descuido duerme,
sin culpa está.
Octavio, Cuando á mí
á honrarme y favorecerme
• Vueseñoria ha venido,
delito es no haber salido
á la calle á recebir
tal merced.
D. Pedr. Fuerza es venir.
Octavio. Bien se ve que fuerza ha sido;
porque mi casa no tiene,
señor, el merecimiento
que á tal grandeza corvienej
pero este humilde aposento
mi voluntad os previene.
D. PEt>i». Después, señor, de besar
vuestras manos, sí lugar
nos da tanto caballero,
aquí á solas con vos quiero
cierto negocio tratar.
Octavio. Dadnos lugar.
Criad, i .** En buen hora.
Octavio. La cámara despejad.
Criad, a." Digo que es prisión.
Criad. 1.*" Ahora
echo de ver que es verdad.
Criad. 2.^ Mucho una envidia desdora. (Vannt)
Octavio. Ya estamos solos.
D. Pedr. Pues vea
Vue Kxcelencia este papel.
Octavio, Pendiente está el alma del,
como el suceso desea.
(Lee.) «Prenderéis al Duque Octavio,
y si se resiste, muera.
Yoe! Rey.» iPrendert .¿por qué agra-
D. Ped». Si el alma la causa espera, |v;u?
callar es acción de sabio.
Sabed que en Palacio ha habido
esta noche un alboroto
desabrido para el Rey,
para el pueblo escandaloso.
Cuando los negros gigantes,
mostrando funestos toldos,
ya del crepúsculo huían
unos tropezando en otros,
estando yo con su Alteza
tratando ciertos negocios,
porque antípodas del sol
son siempre los poderosos,
voces de mujer oímos,
cuy<js ecos medio roncos
^Tceo
TAN LARGO ME LO FlAlS ^^H
^^K
por los artesones sacros
dulcemente en mi porfu, ■
^^^^B
nos repitieron |5ocorrol
que es vuestra lengua stngfl
^^^^H
Sin darme licencia á mí,
y la muerte no se siente, ■
^^^^H
tomó una luz el Rey solo,
que morir tan dulcemente ■
lisonja á mi mal serla. 1
^^^^1
y saliendo á ver quién era,
^^^^B
como gallardo, brioso,
¿Con otro hombre, r no c<]fl
^^^^B
vio que en el salón estaban
Isabela en el Palacio?
^^^H
las causas deste alboroto.
Mi mal no consiente espacio:
^^^^H
Salí con el capitán
imucra el villano enemigo!
^^^H
de la guarda, y con él todos
Pero <quí intento? ¿que di(
^^^^H
los nobles que le acompañan,
,iqué á locuras me provoco
^^^^H
haciendo, Duque, lo propio.
Y aún el sentimiento es po<
^^^H
Prended ese hombre y mujer,
si el alma en el se consuela*
^^^^B
nos dijo, y queriendo prontos
Amigo, ¿con Isabela
^^^^H
conocerlos con la luz,
hombre en Palacio? Estoy
^^^^B '
la desvaneció de un soplo.
Embarcarme quiero á Espj
^^^^K
Dimos sobre el hombre, llenos
y dar á mis d'Chas fin.
^^^B
de lisonjeros enojos,
que eo la muerte las lisonjas
D. Pbdr. Por la puerta del jardín.
^^^^H
Duque, esta prisión se eng«
^^^H
hacen su oficio más propio;
Octavio. ]Ah veleta! [ah débil caña.
^^^^H
mas él, como suele en Libia
fácil al viento más poco!
^^^^H
tras el cazador famoso
Ya extrañas provincias loa
^^^^H
s«l¡r la parida tigre,
hujendo de tu cautela.
Remo, adiós. ¿Con Isabel*
hombre en Palaao? Estoy
^^^^H
se escapó de entre nosotros,
^^^^H
y huyendo por un balcón
^^^^H
se nos fué, y nos fué forzoso.
^^^^H
por no alborotar la corte,
^^^^H
dejarle; y volviendo todos
ESCENA XI
^^^H
á dar cuenta desto at Rey,
^^^^m
)ara darla de nosotros,
a mujer, que es Isabela,
SaU la P»c4i»oK«.
^^^^H
^^^^H
que para admirarte nombro.
Pescad. Yo, de cuantas el mar
^^^^B
en la presencia del Rey.
con lágrimas y sollozos,
pies de jazmín y rosas
^^^^H
en sus riberas pisan
^^^^H
dijo que era e¡ Duque Octavio
matizadas alfombras.
^^^H
el que con nombre de esposo
en pequeñuelo esquife.
^^^^H
de su honor había gozado.
ya en compañía de otras.
^^^^H
estimándola en tan poco.
tal vez al mar le peino
^^^^1
Mandóla el Rey llevar presa.
la cabeza espumosa;
^^^^H
y manda que haga lo propio
ya con la sutil caña
^^^H
con vos. Vuestro amigo soy:
QUC el débil peso dobla
del tierno pececillo
^^^^F
huid, ó poneos en cobro.
^H Octavio
, Pienso que os estáis burlando.
que el mar, pescado, azoU^
^^^^^
ó pienso, amigo, que os oigo
Sota de amor exenta.
^^^^L
en sueños. ¿Con Isabela
como en ventura sola.
^^^H
hombre en palacio? Kstoy loco.
tirana me entretengo
^^^^H
Primero las salamandras
de sus prisiones locas.
^^^^K^
verán los cóncavos hondos
Que en juveniles años,
^^^^^^^K
del mar, y serán los peces
amor, no es suerte poc^^fl
^^^^^^B
y el fueno mar proceloso,
no ver entre estas redea^^H
^^^^^^^^
que de Isabela imagine
las tuyas amorosas.
^^^^H
traición; y me afrento y corro
Anfriso, un pescador
^^^^*^
de oíros. ^Con Isabela
á quien los cielos dotan
^V
hombre en Palacio? Kstoy loco.
de gracia y bizarría.
■ D. Peor
Como es verdad que hay estrellas.
más que á los de la costa,
^^^
del ciclo brillantes ojos;
me sirve y me entretiene.
^^^_^
muerte, vida, pena, gloria.
y yo todas las horas
le mato con desdenes;
^^^^B
bien. mal. contentos y enojos,
^^^^B
asi es verdad que Isabela
de amor condición propia.
^^^^H
con vos, señor, ó con otro.
querer donde aborrecen.
^^^^F
esta noche en el Palacio
despreciar donde adoran.
^^r
la habernos hallado todos.
.Mis pajizos umbrales,
^^^^OCTA VIO
Dejadme, no me digáis
que heladas noches ronda.
^^^B
tan gran maldad de Isabela;
cubiertos amanecen
^^^^H
mas si fué su amor cautela.
de flores sin lisonjas.
^^^^H
mal hacéis si lo calláis.
Pero, necio discurso
L
Proseguid, que me maiá¡&
que mi ejercicio estorbai.
■
JORNADA PRIMERA
^^^^^66^^B
tirano no me ocupes
Pescadora, muchos malc<, ^^H
en cosa que no imporla.
V falta de muchos bienes. ^^^|
Quiero entregar la caña
Veo, por librarme á mi, ^^^H
al viento, y á la boca
sin vida á mi señor; mira, ^^^|l
del pececillo el cebo.
qué he de hacer. H'
Pero al agua se arrojan
Pescad.
No, que aún respirt^^^H
dos hombres de una nave, ¡
Cataun.
Dichoso soy si es ansí. ^^^M
que el mar escollo azota,
Pescad,
Ve y llama los pescadores ^^^|
qué sobre aguada viene
que en aquella choza están. ^^^H
antes que el mar la sorba
Catalin
Y si los llamo, ¿vendrán? ^^^H
Vn hombre al otro aguarda,
Pescad.
Vendrán luego, no lo ignores. ^^^|!
que dice que se ahoga.
jQuién es este caballero? ^^^Hl
Es hijo aqueste señor ^^^|
¡Gallarda bizarría!
Catalin.
En los hombros lo toma.
del Camarero mayor ^^^|
Anchises se hace Eneas,
del Rey, por quien ser espero ^^^|
si el mar está hecho Troya.
antes de diez días Conde ^^^|
Ya, nadando, las aguas
en Sevilla, adonde va, ^^^|
con valentía corta.
y adonde su Alteza está, ^^^|
Daré voces: Anfriso,
si á mí amistad corresponde. ^^^H
Tirseo, Alfredo, hola.
Pescad.
¿Cómo se llama? ^^^|
Pescadores me miran;
Catalín.
Don Juan ^^H
ruego á Dios que me oigan.
Tenorio. i^ñ
Mas m¡I.4grosamente
Pescad.
Llama mi gente. ^M
ya tierra los dos toman,
Catalin.
Yo voy. iVast.) ■
sin aliento el que nada.
^^^M
con vida el que le estorba.
ESCE.NA XIII ^^m
ESCENA XII
PescADOMA y Don Juan. ^^^H
« Don loAH TíKOnro y Cataltnó», mniados —
Pescad.
Mancebo excelente, ^^H
Dicha.
noble, bizarro, galán: ^^^H
volved en vos, caballero. ^^^H
^ALIN
(Válgame la Cananea,
D. Juan.
¿Dónde estoy? ^^^|
y que salado es el mar!
Pescad.
Ya podéis ver, ^^^B
Aqui puede bien nadar
en brazos de una mujer. ^H
el que salvarse desea,
D. Juan.
Vivo en vos, si en el mar muero, H
que allá dentro es desatino,
y en estos extremos dos, ^H
donde la muerte se fragua.
veo el mar manso y cruel, ^^^|
Donde Dios juntó lanía agua
pues cuando moría en él ^^^H
^no juntara tanto vino?
me sacó á morir en vos. ^^^M
Agua, y salada, extremada
O sin duda el mar ordena ^^^|
Cusa para quien no pesca:
tras del suyo otro pesar, ^^^|
si es mala aun el agua fresca.
pues sacándome del mar, ^^^|
¿qué será el agua salada? '
vengo á diir en su sirena. ^^^H
)Ah! iquién hallara una fragua
Y puesto que lo seáis, ^^^H
de vino, aunque algo encendidol
no pretendo á vuestras quejas ^^^|
Si del agua que he bebido
poner cera en mis orejas, ^^^|
hoy escapo, no más agua.
pues con los ojos matáis. ^^H
Va muero en vos, que consiente ^^H
Desde hoy abrenuncio della.
que la devoción me quita
amor que seáis mi mar, ^|
lanío, que aun agua bendita
pues veis que hay de mar á amar ^^^M
no pienso ver por no vclla.
una letra solamente, ^^^|
¡Ah, señor! helado y frió
y en ver tormentos mayores, ^^^(
está: ¿si estará ya muerto?
crece amor en mis pesares; 1
Del mar fué este desconcierto
y si moría de mares, ^^^H
y mío este desvario.
desde hoy moriré de amores. ^^^|
|Mal haya aquel que primero
Y pues tan dulce rigor ^^^H
pinos en el mar sembró
en vos he llegado á hallar, ^^^H
y el que sus rumbos midió
dejadme volver al mar ^^^H
con Quebradizo madero!
jMalaílo sea lasón.
>ara huir del mar de amor. ^^^H
Vluy grande aliento tenéis ^^^f
Pescad.
r Tilis maldito sea!
Muerto está; no hay quien lo crea;
para venir sin aliento. ^^^H
y tras de tanto tormento ^^^|
imisero Calalinónl
muy gran comento ofrecéis. ^^^M
¿qué he de hacer?
Parecéis caballo griego ^^^|
CAO.
Hombre, ¿qué tienes?
que el mar á mis pies desagua, ^^^|
pues venís formado de agua ^^^|
piLiN
. Eq desventuras ¡guales,
^
66a
TAN LARGO ME LO PlAlS
y estáis preñadu de fuei^o.
Y SI mo|;ido abrasáis,
estando enjuto, ¿qué haréis?
Mucho fuego prometéis;
ruego á Dios que no mintáis,
D. Juan. A Dios, zagala, pluviera
que en el agua me anegara,
f.tn que della me escapara
dt fuego que en vos me espera;
que amor, bien considerado,
como este daño entendió,
en el mar antes me aguó,
y ardo en vos estando aguado.
En agua abrasado llego,
que tal vuestra incendio ha sido,
que aun el agua no ha podido
librarme de vuestro fuego.
Pescad. ^Tan helado os abrasáis?
D. Juan. Tanto fuego en vos tenéis.
Pescad. Mucho habláis.
D. Jt-AN. Mucho encendéis.
Frscad. Ruego í Dios que no mintáis.
ESCENA XIV
Sahn (01 Pkscaoohes y Catalinón.— Dichus
Catauin. Ya vienen todos aqui.
Fescao. y ya está tu dueño vivo.
Catalijí. Con tu presencia recibo
todo el gusto que perdí.
Anfriso. ¿Qué es lo que mandas, Trisbea?
Que por labios de clavel
no lo habrás mandado á aquel
que idolatrarle desea,
apenas, cuando al momento,
sin reservar llano ó sierra,
surque el mar, are la tierra,
tale el fuego y pare el viento.
Pescad. lOh, qué mal me parecían
estos requiebros ayer,
y hoy echo en ellos de ver
q^ue sus labios no mentían!
Estando, amigos, pescando
sobre este peñasco, vi
hundirse una nao, y allí,
entre las ondas nadando,
dos hombres, y compasiva
di voces, que nadie oyó.
y en tanta aflicción llegó,
libre de la furia esquiva
del mar, sin vida á la arena,
déste en los hombros cargado,
este hidalgo ya inegado,
y envuelta en tan triste pena
á llamaros envié.
Tll»SEO, Pues aquí lodos estamos;
manda que en tu gusto hagamos
lo que pensado no fué.
p£iiCAO. Que á mi choza los llevemos
quiero, donde, agradecidos,
LT. lu^uemos sus vestidos,
y ú ellos los regalemos,
que mi padre {^usta mucho
desta debida piedad.
Cataun* Extremada es su beldad.
D. Joají.
Catalín.
D.Juan.
Catamx.
D. Juan.
Catalín,
D. Juan.
Alfmeoo
Salucio.
Escucha apan«.
Ya «cucho.
Si le preguntan quién soy,
di que no sab«s. ti
¡A mi ^M
quieres advertirme aqui ^^
lo que he de hacer!
Muerto toj
por la hermosa pescadora: ^m
esta noche he de gozatla. ^|
jDe qué suerte?
Ven y caiU.
Salucio: dentro de una hora
los pescadores prevén
que cantan y bailan.
Vamos.
y esta noche nos hadamos
rajas y paños también. (Vá^u )
ESCENA XV
Quedan Dom Jdan, Catalwóm y Is Ps.4
D. Juan. Muerto voy.
Pescad. ¿Cómo, si amiJ
D. Juan. j\ndo eo pena, como veis.
PrscAí). Mucho habláis.
D. Jvsu. Mucho enc<
Flscal>. Ruego á Dios que no tniati
ESCENA XVI
SaltH *l Rbv 1» CAtTii.i-A y Don Gonzalo m^
Rev.
¿Cómo os ha sucedido en la Embají
Comendador mayor?
Don Gonzalo.
Hallé en Lisboa
al Rey Don Juan juntando gruesa ar
para los mares de la ardiente Goa;
recibióme muy bien.
Rrr.
Temió la espada
en el famoso brazo de un Ulloa,
cuyo esfuerzo y valor, cuyo decoro
tantas vece» temor le ha puesto al mi
¿Es buen lugar Lisboa?
Don Gonzalo.
Es maravilla
octava: lanto puede y tanto vale.
Merece bien que vuestra regia silla
para corte del mundo la señale.
Ret.
¿Es mavor que Sevilla?
Don Gonzalo»
Coa Sevill
no hay ciudad en el mundo auei
que si es Tajo á su mar su cfiro]
estacada es al nuestro el Bctis fr'
^Tenéis hijos?
Don Gonzalo.
Señor, sola una hija
5)CZ de báculo prevengo,
a frente rayos cn&oriija
por quien sosiego y vida tengo.
i mi vejez se regocija,
ila mis trabajos entretengo.
Rey.
{uiero casar como merece.
Don Gonzalo,
I la merecerá si tanto crece?
Rey.
que hay en Italia un caballero
gre ilustre y de valor notorio.
3 de don Juan, mi camarero,
do en España por Tenorio,
no del famoso y gran don Pedro,
ien tanto en Julia crezco y medro,
lulo de Conde de Lebrija,
ue por servicios ha ganado
re, es vuestro yerno, aunque tal hija
a más alto y digno estado.
a quietud el término corrija
tilo del lieinpo acelerado,
inquietud de un padre en años puesto
:onduce del vivir más presto.
Don Gonzalo.
esos sacros pies por honras tales.
Rey.
\ publicar vuestra alegría.
Don Gonzalo.
loque lu vida los umbrales
'ido que yace en sombra fría.
Rey
3S, como es razón, piden iguales
i notorios.
Don Gonzalo.
La ventura mia
!VÍIIa diré, señor, á voces.
Rey.
Ime á ver.
Don Gonzalo.
Tu reino inmortal goces.
ESCENA XVJI
Salen Catalinó-v y DoK JvAH.
iV Esas dos yeguas prevén
pues acomodadas son.
JN. Aunque soy Calaiinón,
soy, señor, hombre de bien;
que no se dijo por mí
«Catalmón es el hombre»,
pues sabes que aquese nombre
me asienta al revés aqui.
m. Mientras que los pescadores
van de regocijo y fiesta,
tü las dus yeguas apresta,
que de sus pies voladores
sólo nuestro engaño fío.
Catalin. <AI fin pretendes gozar
á Trisbea?
D. Juan. Si el burlar
es hilbito antiguo mío.
¿qué me preguntas, sabiendo
mi condición?
Catalin. Ya sé que eres
langosta de las mujcics.
D. Juan. Por Trisbea estoy muriendo,
que es buena moza.
CATAtm. ¡Buen pago
á su hospedaje deseas!
D.Juan. Necio, lo mismo hizo Eneas
con la reina de Carta;;o.
Catalin. Los que fingís y engañáis
las mujeres desa «lucrie
lo pagaréis en la muerte.
D. Jijan. /Fan largo m: lo fiáis?
Catalin. Ya viene la desdichada.
D, Juan. Vete y las yeguas prevén.
Catalin. ¡Pobre mujer! Harto bien
te pagamos la posada.
ESCENA XVín
Salt ¡a Pbscaooka.— Dichos,
Pescad. El rato que sm ti estoy
estoy ajena de mi.
D.Juan. Aunque lo dices ansí.
crédito jamás te doy.
Pescad. ¿Porqué?
D. Juan. Porque si me amaras
mi alma favorecieras.
Pescad. Tuya soy.
D.Juan. Pues di, ¿qué esperas?
¿Qué dudas? ¿En qué reparas?
Pescad. Reparo en que fué castigo
de amor el que he hallado en ti.
D. Jli,vn. Yo digo lo mismo aquí,
y para ver si te obligo,
palabra y mano te doy
de esposo.
Pescad. Soy desigual
i tu ser.
D. Juan. No digas tal,
Trisbea: en tu casa estoy,
y estimo ser más en ella
un humilde pescador,
mereciendo tu favor
y tu mano hermosa y bella,
que las riquezas mayores
que el mundo puede ofrecer.
Pescad. Casi te quiero creer;
mas sois los hombres traidores.
D. Jt;AN. ¿No echas de ver por los ojos,
mi Trisbea, el corazón?
Pues míos tus brazos son,
no me niegues sus despojos;
abrázame y dame en ellos
el alma.
Pescad. Ya á ti me allano:
mascón la palabra y mano
de esposo.
D. Juan. Juro, ojos bellos,
aue mirando me matáis,
e ser vuestro esposo.
664
TAN LAROO ME LO FlXiS
Pescad.
D. Juan.
Pescau.
D. Juan.
Pescad.
D. JUAK.
Pescad.
D. Juan.
Pescad.
D. JlAN.
Adviene,
mi bien, que hay infierno y muerie.
(;Tan largo me 1ü liáis?)
Ojos bellos, mientras viva,
vuestro cautivo seré.
Esta es mi mano y mi fe.
Y esta es la mía, si estriba
en ella vuestro sosiego.
Pues ya tu amor no me engaño,
ven, y será la cabana
tálamo de nuestro fucRO-
Entre estas cañas te esconde
hasta que tenga lugar.
jPor dónde tengo de entrar?
Ven, y te diré por dónde.
(Cieíja y satisfecha vais.)
Esta voluntad te obligue,
V si no. Dios te castinuc.
CjTan largo me lo liáis?) (>'««»*.)
ESCENA XIX
S»ltn lox Villanos cantando y bailando,
Past. 1." jíJolal llamad á Trisbea,
y las zagalas llamad
para que en la soledad
el huésped la corte vea.
Anfpiso. Estará. muy ocupada
con los huéspedes dichosos,
de quien hay mil envidiosos.
Past. i." Siempre es Trisbea envidiada;
á su cabana lleguemos.
Past. a.' No vais, porque no hay lugar
tan bueno para bailar
allá. De aquí la llamemos:
{Trisbea, Lucinda, Antandral
¿Hay descuido más cruel?
Anpriso. ¡Trisie y misero de aquel
que en su fuego es salamandra!
(Cantan:) ^A jpcscar saU la niña
tendiendo redes,
y en tugar de pecccillos
ías almas prende.*
ESCENA XX
Sal* la Psscaboka,— Dichos.
Pescado i«A.
(Fuego, íuepo, que me quemo,
que mi cabana se abrasa!
Repicad á fuego, amigos,
porque se me abrasa el alma.
¡Fuego, zagales, fuego, fuego y rabia:
amor, clemencia, que se abrasa el almal
¡Oh choza, oh vil instrumento
de mi deshonra y mi infamial
Payos de ardientes estrellas
en tus cabelleras caigan
porque abrasadas estén,
si del viento mal peinadas.
Vo soy aquella que hacia,
émula de las zagalas,
burla de amor; que asi amor
á quien del se burla paga.
Lngañúme el caballero
debajo de fe y paljibr»
de marido, profanando
mi honestiaad y mi cama. ,
Gdzóme al fin, y yo entone^
le di á su rigor las alas
en dos yeguas que crié,
con que me burla y me infi
¡Oh aleve huésped,' que d<J4
una mujer engañada,
nube que del mar saliste
para anegar mis entrañas!
Pero bien lo ha merecido
quien se fia de palabras.
Seguid al vil caballero;
mas no importa que se v»yi
que en la presencia del Rey ]
tengo de pedir venganza.
¡Fuego, zagales, fuego, fuego y
amor, clemencia, que se abrasa
(t"
Past. i.* Vayan tras ella al momeatí
porque va desesperada,
y podrá arrojarse al mar
buscando mayor desgracia.
Past. 3," Tal fin la soberbia tiene.
Anfriso. Su locura y confianza
paró en esto. Al mar se arroja.
¡Trisbea, detente, aguarda!
Past. a." Ya vuelve, tenelda iodos,
lenelda, no se nos vaya.
(Sálela Pe»<«<lfli
Pescad. [Fuego, zagales, fuego, í
amor, clemencia, que se al
JORNADA SEGUNDi
ESCENA PRIMERA
Salen el Hh » y no» Joaw Tíkorio. ti
Rey.
<*Ouc esto pasa?
Te NO* 10.
Señor, esto me escribí
de Ñapóles don Pedro, que le hallaron
con dama en el Palacio, y apercibe
remedio en t-stc caso.
Rey.
^Y le dejaron
con vida?
Tenomo.
Por don Pedro, señor, vir»,
que sin que se supiese le auscncaroD^
y la dama, inocente destc agravio,
agresor hizo dcsto al Duque (VtasK
y ya en Sevilla está.
Rby.
Sí; mas ¿qu¿ hai
con Gonzalo de Ulloa, que k nabla
tratado el casamiento?
JORNADA SEGUNDA
Tenorío.
Bien podremos
remedio, pues el tiempo envía
n, y en la mano la tenemos;
Duque Octavio remediar podría
ro de don Juan, pues que su casa
! don Gonzalo llega y pasa.
Rey.
í parece mal, como no inquiete
]ue la pasión que de Isabela
amor que tuvo nos promete,
fi confusión hoy se desvela;
a ocasión tenemos del copete»
que es ligera y siempre vuela,
le i ser aqueste el meior medio,
dos casos como éstos da remedio,
onde está ese loco?
Tenobío.
Jamás niego
$tra Alteza cosa que pretenda
y cuando aquí pende el sosiego
1 Juan, y con esto el yerro enmienda,
Uien se acaba el encendido fuego
I comenzó, es ya justo que lo eolienda,
, cu Alteza. Ya en Sevilla asiste,
si encubierto está mientras se viste.
FETf.
decilde que dellá salga al punto,
ienso que es travieso, y la pasea,
ue el remedio desto venga junio.
TZNOPIO.
drija se irá.
Rby.
Mi enojo vea
destierro.
Tenorio.
Quedará difunto
Jo lo sepa.
Rey.
Lo que digo sea
TlNOftlO.
El Duque Octavio es el que viene.
Rby.
Kí llegue, que licencia tiene.
ESCENA H
Sale el Doqdk Octavio.— Dichos.
Octavio.
)s pies, gran señor, un peregrino,
ro y derrotado, ofrece el labio;
indo por feliz este camino,
lestra real presencia el Duque Octavio.
sndo vengo el fiero desatino
la mujer, y el no pensado agravio
a rey; aunque mal dije, que los reyes
II son al espejo de las leyes,
mujer, al viento débil caña,
lo fué en la mudanza que ha mostrado,
Alteza, señor, sin causa engaña.
diciendo que en Palacio la uc Dur;aJo;
mas el tiempo, que al cabo desengaña,
dará á entender al Rey quién ha causado
esta inquietud en ¿I, pues con cn).;arío
por la cara que vio me hace este daño.
Rey.
Ya, Duque Octavio, sé vuestra inocencia,
y al Rey escribiré por que os reciba
en su gracia, mostrando su clemencia.
cuando el enojo de su vista os priva:
y hoy os pienso casar, con su licenci.t,
con una aama, en cuya gracia estr.ba
de la beldad la octava maravilla
y el sol de las estrellas de Sevilla.
Don Gonzalo de Ulloa, un caballero
á quien le ciñe la cruz roja el pecho
que horror del moro fué, pues con su acero
su tierra siempre ha puesto en grande estrecho,
tiene una hija, y hoy con ella quiero
casaros en Sevilla, que sospecho
que con aquesto vuestro bien ordeno.
Octavio.
Primero Alfonso sois, siendo el Onceno.
(K<ií< el Rey y Teoorio.)
ESCENA III
Salen l)o« Cbiaoos d-:{ Du^ue.—üicuo,
Criad, i. "¿Qué hay de nuevo?*
Octavio. KI gusto es tal,
que no he de decirlo bien.
Criad. 2." Pues ¿qué tienes.''
Octavio. Mucho bien;
tanto, que es pequeño el mal.
Con un amor desigual
su Alteza me recibió,
con que ¿ mis trabajos dio
alivio y fin á mis males,
pues con favores iguales
mis fortunas eclipsó.
Su Alteza me quiere hacer
quedar en Sevilla, y yo,
como quien lo deseó,
estoy loco de placer.
Criad, i." ¿Al fin le llegó á ofrecer
mujer?
Octavio. Sí, amigo, y mujer
de Sevilla, que Sevilla
da, si averiguarlo quieres,
porque de oíllo te asombres,
sj fuertes y airosos hombres,
las más gallardas mujeres.
CpiAD.a." Luego ,<ya no te desvela
Isabela?
Octavio. No.
ESCENA IV
Salen Catai.i«ón y Dom Juan.— Dichos.
Caí AUN. Detente,
que aqui está el Duque inocente,
Sagitario de Isabela,
^^^^oS^^^^^^^^^^^^TA^ARG^M^^lTt^^^^^^^^^^^^J
aunque mejor le diré
llanos en que hoy coroiMoa v
peniíenle.
lo mejor de Europa rige.
D. ivAti. Disimula.
Ennoblecióla de muro, h
Zodiaco que la ciñe ■
de doce signos, que en lanlAí "
Cataun. Cuando le vende le adula.
D. Juan. Como á Ñápeles dejé
y la casa de mi lio
puertas Sevilla se sirve;
por un pleito de su Alicza,
y es la copia que entra y jaIc
Ociavio, con lal presteza.
porclla;» tan increíble.
aunque fué el intento mío
que para salir y entrar.
el detpedirme de vos.
unos á otros se impiden.
no tuve lugar.
Son de sus lienzos las torres ^
Octavio. Por eso,
pasamanos apacibles H
Don Juan amigo, os confieso
que en torno de la ciudad ^M
que aquí nos vemos los dos.
forman hermosos países, ^M
D.Juan. En Sevilla.
por cuyos círculos bellos ^M
Octavio. ¿Quién pensara,
mil soles, mil serañnes ^M
Don Juan, que en Sevilla os viera?
discurren en escuadrones ^M
D. Juan. ¿Vos, Puso!, vos la ribera
}ara que el soi las envidie. ^|
desde Parlenope clara,
^1 Belis besa sus pies, ^M
dejáis?
con cuyo llanto es el Tibrc ^M
Octavio. Aunque es un lugar
una lágrima, y el mar ^M
Ñapóles tan excelente,
de España menos humilde. "
por Sevilla solamente
Este en tus cristales funda
se puede, amigo, dejar.
D. Juan. ¿Cuándo llegasteis?
otra ciudad invencible,
cuyos ediñcios son
Octavio. Ayer.
como en sus aguas movibleí^^
D. Juan. De su hermosa descripción
En él verás por las tardes ^|
os quiero hacer un borrón.
en fucilivos jardines ^M
puesto que la habéis de ver.
y en fáciles primaveras H
Sevilla ó Hispalis bella,
hecho pedazos á Chipre; H
aue de Híspalo asi se dice
ó de Mispán, de qaien España
y en su margen más sirenas ^B
que engendra el mar en sUsS
tiene su primer origen,
con quien no hay sordas oteítBt'
aunque un escritor moderno,
seis letras con que se escribe,
ni hay ingeniosos Ulrses.
Con esta calle de plata
á las cuatro del romano
delia á Triana dividen.
quiere también que se apliquen,
diciendo en ellas: «.Senatus,
arrabal en tal ciudad,
y entre otras ciudad insigne.
El imperio de sus aguas
equa, ririutis, iustUice,
legibus, Auguslus*, que es
edificios no permite
blasón c^ue mi lengua explique
hoy ansí: «Senado igual.
de piedra, que estando loco.
no es mucho que piedras tin
para que más se eternice.
Y asi en diez y siete bircoí.
de valor y de justicia.
con que los hombros le oprii
en leyes exenta y libre».
un bucentoro se c«rg.a.
Y para que estas seis letras
que en él parece un esquife
por los orbes se publiquen,
este monte de madera.
de sus lábaros y escudos
que está entre cadenas finnei
eran soberanos timbres;
no leñn á leño cnujaáo.
aunque leídas después
que astilla á astilla divide.
sin punios, comas ni tildes,
Es Babel de su Arenal,
en ingenioso anagrama.
si no menfliica efigie.
la antigua Torre del Oro, j
Sevilla las seis repiten.
Fué de Hércules fundación.
lisonja de los gentiles. ^1
no el Tebano, de quien fingen
Mirando su hermoso Alc«ui^|
tantos emblemas los hombres,
Troya su Ilion olvide, V
gloriosos como imposibles.
y en sus muros Babilonia H
sino del egipcio, hermano
sus vividores pensiles, ^H
del que con nombre de Osiris
dios se llamft, haciendo á Menfis
pues los que allá en las muf^f
acá en los cimientos sirven, T
que inciensos le sacrifiquen;
allá para que los vean.
cuyas caducas memorias
acá para que los pisen.
en brazos del tiempo gimen.
Veinte sierpes de cristal.
ruinas lisonjeadas
que blancas piedras despiden,
de las hiedras que las visten.
sun de un estanque alimcotu.
Pero después Julio César
la trasladó á tos felices
dulce hospedaje de cisnes. ^
De los jardines los ciudxM fl
^^P JORNADA SEGUNDA 667 ^|
ciernen en granos sutiles
Sobre cuya postrer bola, ^^^^|
cristales, que por ios aires
cosa de creer difícil, ^^^ ^^^^|
en átomos se dividen. ^'
el coloso, honor de Rodj^^^t ^H
Estos salpicando damas.
á los se comge^^^^B ^H
si en su marfil no se engríen.
Estatua de rubio brond^^^^B ^H
dejan en gotas de plata
que por sus giros le diceH^^F ^^^|
tachuelas en sus chapines.
la Giralda, y por mujer ^^^H
En un cuarto á sus Monarcas
mudable, inconstante y libre. ^^^H
media naranja le exprimen,
Parroquias en que á la gente ^^^H
tan rica, que á ser entera
Sacramentos administren, ^^^H
fuera de hacerlo imposible.
con otra más que aumentara. ^^^H
tn la sala de los reyes
contara dos veces quince. ^^^H
p«rece que siempre asiste
Solemnidades y fiestas ^^^^|
Júpiter en lluvias de oro,
más célebres que imagines, ^^^^|
ó en ella el alma se rie.
viendo su Semana Santa, ^^^^|
El templo de Salomón
es fuerza que las olvides, ^^^H
ó el que vio Jonia subirse
que en sesenta procesiones ^^^H
en cien mármoles al cielo.
que con majestad se rigen, ^H
que hoy yace en cenizas viles.
verás, dando en mar de sangre, ^^^H
rasguño son, si no sombra
á Dios, preciosos rubíes. ^^^^|
del que ves, donde se miden
Tras inmensas obras pías, ^^^^M
el arte y la admiración,
docientos dotes redimen ^^^H
y la admiración se rinde.
huérfanas, doncellas pobres, ^^^H
Cincuenta y cuatro pilares
que el serlo es Argel terrible. ^^^^|
tal pesadumbre reciben
Tiene más de cíen conventos, ^^^^|
sobre sus gigantes frentes,
y entre ellos dos tan insignes, ^^^H
con quien agobiados gimen.
que en edificios y gen le ^^^H
Estos son todos tan gruesos,
ciudades pueden decirse. ^^^H
que dije mal cuando dije
Sustenta doce hospitales ^^^H
pilares, porque son torres,
en que á pobres lencfrcien, ^^^H
aunque en tal fábrica mimbres.
y entre ellos el de la Sangre, ^^^H
La longitud de su iglesia
donde un Ribera eternices. ^^^H
es tal, que se juzga lince
Los edificios, las calles, ^^^^|
el que de una puerta en otra,
los comercios que se impiden ^^^^^
entrando, un hombre divise.
unos á otros los tratos, ^^^^^
Dos imágenes venera
arles soberbios y humildes. ^^^H
en dos capillas insignes,
Las naos, que vieron alegres ^^^H
adonde todos los dias
de la aurora los confines ^^^H
docientas misas se dicen.
y los reinos de la noche; ^^M
En ella, después del cielo.
perlas, coral, amatistes, ^H
bordados, brocados, telas, ^H
con más majestad se sirve
á Dios, perdóneme Roma,
si Toledo lo permite.
pasamanos y tabies, ^H
y, al fín, cuanto el sol engendra ^H
Es un ediñcio eterno
y el mar y la tierra rinden ^H
el monumento, y tan firme,
para que el hombre lo goce, ^H
0 gaste y lo desperdicie, ^^^H
que por sus huecos pilares
al chapitel más sublime
en Sevilla esta cifrado; ^^^H
suben los hombres, adonde
mas no es mucho que se cifre, ^^^H
admirados despavilen
si el mundo se cifra en ella, ^^^H
tal vez por hachas estrellas,
y ella los orbes oprime. ^H
que unas con otras compilen.
Como de cirios pascuales
Y en sí tanta gente encierra, ^H
que por las calles se atlige, ^^ñ
otras iglesias se sirven.
y los muros, reventando, ^^^H
ésta de montes de cera,
barrios levanta en que habiten. ^^^H
donde por llama el sol vive.
Los hombres son liberales, ^^^H
que á no enfrenarla con agua
gallardos como invencibles, ^^^H
de la cárcel que derrite,
inventores de las galas ^^^H
desatada, se abrasara,
que en toda España se viste. ^^^^|
tal lumbre de si despide.
Las mujeres son bizarras, ^^^^^
Referirte otras grandezas
briosas, altivas, Circes ^^^H
con que te asombres y admires
en hablar, y en el obrar ^^^H
no quiero, porque en su torre
constantes, honestas, firmes, ^H
todas las que has visto cifres.
aunque á su cordura en coches ^^^M
Que á ser hecha antes de aquella
va la vanidad embiste. ^^^^|
que de Babilonia escriben,
l'aladiones preñados ^^^^|
con la soberbia se alcanza
de mil partos infelices, ^^^H
vencerán su honestidad ^^^|
y con su memoria insigne.
^^r 668 TAN LARGO ME LO FtklS ^^^H
^^^^^fa como los coches porffcn,
D. Joan.
^-Mujeres? ^^^H
^^^^^H que es la más fuerte lisonja
Makq.
Cosa juzg«d«^^^H
^^^^^V ^^ para la beldad esfinge.
Ü. JirAN.
,;lnés? -.^^_
^^^^^B' jK|Maldilü lú, Faraón,
Maho.
A Vejel se vm. ^^^H
^^^^^B jlw]ue los invenlaste y diste
D. Juan.
Buen tugar para vivir ^^M
^^^^^B '"*^*1 mundo, aunúuc entre las aguas
^^^^^H pagaste invención tan libre!
^^^^^H Mas ya que no de los coches,
la que tan dama nació. ^H
Mawq.
El tiempo la desterró ^H
á Vejet. ^^M
^^^^^H Dios de cocheros nos libre,
D. Juan.
Irá á morir. ^^^^ñ
^^^^^H gente que por nuestras culpas
¿Sn hermana? ^|^H
^^^^^H entre nosotros permite.
Marq.
Es lástima v^^l
^^^^^B Esta es Sevilla, que al huésped
lampiña de frente y ceja. ^^H
^^^^^1 por una legua recibe
Llámanla en portugués vie^^f
^^^^^H de calzadas, despreciando
y ella imagina que bella. ^^H
^^^^^H tos romanos arrecifes.
D. Juan.
Si, que bella en portugués ^H
^^^^^H Corto en su alabanza quedo,
suena vieja en castellano. ^H
^^^^^H pues verás cuando la habites
¿\ Teodora? ^
^^^^^V que es más la grandeza suya
Maho.
Este verano
^^^^II que cuanto della se escribe.
■ Octavio, bi en Ñapóles os oyera
se encapó del mal francés 1
por un rio de sudores, i
^^^ y no en la parte en que estoy,
y está tan tierna y reciente,
^^^ del erudito que hoy os doy
que antes de ayer me echó un di
^^^^^ sospecho que me riera.
en medio de m'il favores. ^j
^^^^^K Alas llegándola á habitar,
^^^^^B es, por lo mucho que alcanza,
D. Juan.
.iJulia la del Candilejo? ^H
Mahq.
Va con sus afeites lucha. ^H
^^^^^m corta cualquiera alabanza
D. Juan.
,;Véndese siempre por iruch^H
^^^^^P que á Sevilla querráis dar.
Marq.
Ya se da por abadejo. ^H
^^^^^ H*Qui¿n es el que viene alli?
D. Juan.
El barrio de Cantarranas. ^H
■ D. Juan. El que viene es el .Marqués
,;tiene buena población? ^H
H de la Mota.
Mabq.
Ranas las más deltas son. ^H
^L Octavio. Descortés
D. Jl!AN.
^Y viven las dos hermanas^^H
^■^ es fuerza ser.
Marq.
Y la mona de Tullí ^H
^^H D.Juan. Sidemt
de su madre Celestina ^H
^^B algo hubiereis menester,
que tas adiestra y doctrma. ^^
^^H aqui espada y brazo está.
D. Juan.
|Oh, vieja de Bercebú!
^^H Catalin. Si le importa, ¿I forzará
,;Cúmo la mayor está?
^^H en su nombre otra mujer.
Marq.
Blanca y sin blanca ninguoj.
^^H que es valiente garañón.
tiene un santo á quien ayun^^
^^B Octavio. De vos estoy satisfecho. iv'a»« )
D. Juan.
^- Agora en vigilias da? ^H
^^H Catalin. Si fuere de algún provecho.
Marq.
Es lirme y santa mujer. ^H
^^H señores. Cata ínún;
D. Juan.
^ Y esotra? ^H
^^H vuarcedcs continuamente
MAPg,
Mejor principio ^H
^^B me hallarán para servillos.
tiene; no desecha ripio. ^H
^^m Criad. !.% Adonde?
D. Juan.
Buen atbañir quiere ser. ^^H
^^M Catalin. En los pajarillos,
Marqués: ¿qué hay de pern^H
^^M tabernáculo excelente.
Marq.
Yo y dun Pedro de Esquírtl^H
^^H {V ante los Crudoi.)
dimos anoche uno cruel, ^H
y esta noche tengo ciertos ^H
^V ESCENA V
otros dos. ^H
D. Juan.
Iré con vos, ^H
^^^r SaUel Mak^uéí de i.a Mota.— Dtf:iios, menor Octavio.
que también recorreré ^H
■ Mar^. Todo hoy os ando buscando,
ciertos nidos que dejé ^^M
^^^B y no os be podido hallar.
en huevos para los dos. ^^M
^^^fe ^Vos, don Juan, en el lugar,
,;Qué hay de terrero? ^H
^^^1 y vuestro amigo penando
Marq.
No mi^H
^^H en vuestra ausencia?
en terrero, que enterrado j^H
^^^^^). Juan. Por Dios,
me tiene mayor cuidado. ^H
^^^^H^ amigo, que raedcbóis
^^^^V ese favor que me hacéis.
D.Juan,
,iCómo? ^%
Marq.
Un imposible hmim
^^H Catalin. Como no le entreguéis vos
D. Juan.
Pues ^no os correspoti^^^H
^^H moza ó cosa que lo valga.
Marq.
Si, me favorece y nne <9I^^|
^^H bien podéis fiaros del,
D. Juan.
^Quiéa es? ^^^H
^^H^ que en cuanto en esto es cruel,
Marq.
Doña Ana in( P^^|
^^^b tiene condición hidalga.
que es recién venida aooL ^^M
l^ues ¿dónde ha cst^doV ^^1
^^^BD. ¡vah, <Qué hay de Sevilla?
D. Juan.
^^^■DMai«q. Eslá ya
Marq.
EnH
^^^^^ toda esu corle mudada.
^
con su padre en la ivinb^^^|
^^^^p
^^^^V 669 ^H
BAN. ^-Es hermosa?
¿.Mas si hubiese otra Isabela? ^^^|
IQ- Es extremada,
Gana me da de reir. ^^^H
porque en doña Ana de L'lloa
Ya está abierto el tal papel. ^^^|
se extremó naturaleza.
Y que es suyo es cosa llana, ^^^H
fhn. .¿'Tan bella es esa mujer?
porque aquí firma: «doña Ana, ^^^H
|"Vive Diüs que la he de ver!
tu prima.» ^^^H
Q. Veréii la mayor belle/a
ILtc ti papel.) «Mi padre infiel (i) ^M
que los ojos del sol ven.
dice al fin que me ha casado, ^^H
UAN, Casaos, si es tan extremada.
y no contigo, y asi ^^^1
!Q. El Rey la tiene casada.
quiero fiarme de ti ^^^1
aebajo de haberme dado ^^^1
i y no se sabe con quién.
trüiN. <No os favorece?
palabra de casamiento. ^^^H
kQ. Y me escribe.
Aquesta noche vendrás ^^^H
^UN. No prosigas, que te engaña
á las once, y hallarás ^^^|
el gran garañón de España.
abierto para este intento ^^^B
¡JAN. Quien tan salistecho vive
cierto postigo, y por señas ^H
de su amor, ^-desdichas teme?
una capa de color ^^^H
Sacaida, solícilalda.
to pondrás, por que Leonor ^^^H
escribilda y engañalda.
la esclavina y las dos dueñas ^^^H
y el mundo se abrase y queme.
te dejen entrar, bien mío, ^^^H
Q. Agora estoy esperando ^
y adiós.» {Desdichado amante! ^^^|
la postrer resolución.
jMay suceso semejante? ^^H
Ya de la burla me rio. ^^^M
üAN. Pues no perdáis ocasión.
que aquf os estoy aguardando.
Gozaréla. vive Dios, ^^^1
^. Pues, adiós.
con el engaño y cautela ^^^H
ki-iN. Señor Cuadrado
que en Ñapóles á Isabela. ^^^1
ó señor Redondo, adiós.
^^^^M
3M. Adiós.
^^^H
ÍAN. Pues solos los dos,
amigo, habernos quedado,
ESCENA Vil ^^M
sigue el Marques.
^^^^^H
fx-iN. El Marqués
Sale Catalinús.— Dichos. ^^^^H
en el Alcázar se entró.
^^^^1
;an. Ve tras el.
Catalin. Ya el Marqués viene. ^^^|
D. Juan. Los dos ^^H
ESCENA VI
aquesta noche tenemos ^^^|
que ^^^H
Dentro una Dama y Don Juan
Catalin. «Hay engafio nuevo? ^^H
D. Juan. Extremado. ^^^|
A. Ce.
Catalin. No to apruebo, ^^^1
0\H. ,;Quicn llamó?
sino que nos acostemos, ^^^H
A. Si sois prudente y cortés
dejando nuevos cuidados, ^^^H
y su amigo, dadle luego
que el que vive de burlar ^^^H
al .Marqués este papel.
burlado habrá de quedar ^^^H
Mirad que consiste en él
pagando tantos pecados ^^^|
1 de una señora el sosiego,
de una ^^^|
1 y adiós.
D. Ji;an. ¿Predicador ^^^H
SAN. Yo se le daré;
te vuelves, impertinente? ^^^H
soy su amigo y caballero
Catalín. La razón hace al valiente. ^^^H
también.
D. Ji'AN. Y al cobarde hace el temor. ^^^H
á. Señor forastero,
El que pretende servir ^^^H
adiós.
voluntad no ha de tener, ^^^H
ÍAN. Ya la voz se fué.
¿No parece encantamento?
y todo ha de ser hacer ^^^1
y nada ha de ser decir. ^^^H
1 Sin ver por donde han hablado
Sirviendo, jugando estás, ^^^|
á miel papel ha llegado
y si quieres ganar luego, ^^^H
por la estafeta del viento.
haz siempre, porque en el juego ^^^H
^Mas si fuese de la dama
quien más hace gana más. ^^^H
que el Marqués me ha encarecido?
Catalin. Y también quien hace y dice ^^^H
Venturoso en esto he sido.
topa y pierde en cualquier parte. ^H
España á voces me llama
D. Jt;AN. Esta vez quiero avisarte, ^M
el burlador, que el mayor
porque otra vez no te avise. ^M
gusto que en mi puede haber
Cataun. Digo que de aquí adelante ^^^ñ
es burlar una mujer
lo que me mandas haré, ^^^H
y dejarla sin honor.
^^^H
¡Vive Dios que lo he de abrir,
^^^^H
pues salí de la plazuela!
(1) \aí en el original; pero debe I«erse «cruel*. ^^^H
TAN LARGO ME LO HÁtS
y á :u lado forzaré
un tigre y un elefante.
D. Joan. Calla, que viene el Marqués.
Catalin. Pues, jha de ser el forzado?
ESCENA Viri
Safe el Mavqvú.— Dichos.
D. Juan. Para vos. Marqués, me han dado
un recado harto cortés
por una reja, sin ver
el que me le daba allí;
si.Mo en la voz conoc!
que me le daba mujer.
Dijome, al fin, que á las doce
acudieras á la puerta,
3ue estará esperando, abierta,
onde tu esperanza goce
la posesión de su amor,
y que llevases por señas
ele Leonorilla y las dueñas
una capa de color.
W.VRQ. ¿Qué decisi*
D. Juan. Que este recado
de una ventana me dieron,
sin ver quién.
Marq. Con el pusieron
sosiego á tanto cuidado.
¡Ay, amigo, sólo en ti
mi esperanza renaciera!
Dame esos pies.
O. Joan. Considera
que no está tu prima en mi.
¿Mas piensas que yo he de ser
quien la tiene de gozar,
y me llecas á besar
los pies.?"
[adq. Es tal el placer,
que me ha sacado de mi.
lOh. sol! apresura el paso.
D. Jt'AN. Ya el sol camina al ocaso.
Makq. Vamos, amigo, de aquí,
y de noche nos pondremos.
Loco voy.
D. Juan. Bien se conoce;
mas yo sé bien que ¿ las doce
harás mayores extremos.
Marq. ¡Ay, prima, del mundo prima,
que quieres premiar mi fel
Catalin. iJuro i Cristo que no dé
una blanca por su primal
{Vas**l Marque» >
ESCE.NA JX
Saltn r>ns Jl AN TkNORIO, ti viril
y Catalimón.
I)ON Juan
Th •• into. Uon Juan.
' • T i.iN. Tu padre te llama.
li. Ji'AS. .jQué manda Vueseñorla?
Tenorio. Verte más quieto querría,
más cuerdo y con mejor fama.
¿Es posible que procuras
todas las horas mi muerte?
D. Juan. ¿Por qué vienes de$a suerte?
1
;er,
Tenorio. Por tu trato y tus locarn.
En ñn, el Rey me ha mandado
que te eche de la ciudad,
porque está de una maldad
con justa causa enojado:
que, aun<^uc me la has ene
ya en Sevilla el Rey la sabe,]
cuyo delito es tan grave,
que A decírtelo no acierto.
¿En el Palacio Real
traición? ¿Y con un amigo
traición? Dios te dé el csstii
que pide delito i^ual
Mira que aunque, al parecer,
Dios ta consiente y aguarda,
tu castigo no se larda,
y que castigo ha de haber
para los que profanáis
su nombre, y que es juftí iy
Dios en la muerte.
D. Juan, ¿En la m<
,jTan largo me lo fiáis?
De aquí allá hay larga jomada.
Tenohio. Breve te ha de parecer.
D. Ji'AN. y la (^ue tengo de hacer,
pues a su Alteza le agrada
ahora, ¿es lar^a también?
TxNORto. Hasta que el injusto agrarioj
satisfaga el Duque Octavio
y apaciguados estén
en Nápolts, de Isabela
los sucesos que has causad<
en Lebrija retirado,
por tu traición y cautela,
quiere el Bey que estés ahuí
pena á lu maldad ligera.
Cataun. Si el caso también supiera
de la pobre pescadora,
más se enojara el buen tiev
Tenorio. Pues no te venzo y casiipj
con cuanto hago y cuanto
á Dios tu castigo dejo. ()'«i
ESCENA .\
D. JuA.i Y CATAUXáir.
Catalin. Fuese el viejo enternecido.
D. Juan. Luego las ligrimas copia;
condición de viejos propia.
Vamos, pues ha anocheddu
á buscar al Marqués.
Catalin. Vamoa,_
Al fin, ¿goiarás su dama^
D. Juan. Ha de ser burla de fama..
Catalin. Ruego al cielo que sálgame
dclla en paz.
D. Juan. ¡Catalinón
al ünl
Cataun. Y tú, señor, i
langosta de las mujcrc
y con publico pregón,
porque de ti se suatdara
y á su noticia ^ •
de la que don.
fuera bien se pí^k-"
«Guárdense todos de ao hoi
JORN/VDA SEOLINDA
671
\w las mujeres cnpaña
■ es el garañón de Kspañí.»
kw. Tú me has dado geniil nombre.
ESCENA XI
' Músicos y el Makqcíi cantando.— Dichos.
El que un bien gotear espera,
cuando espera desespera.
¿Qué es eslo?
Música es.
Parece que habla conmigo
el poeía.
¿Quién vai*
Amigo.
¿Es don Juan?
¿Es e! Marqués?
¿Quién puede ser sino yo?
Luego que la capa vi,
queérades vos conocí.
k Cantad, pues don Juan llegó,
po. El que un bien, eic.
|*N. ¿Dónde iremos?
|. A Lisboa.
pkN. ¿Cómo, sien Sevilla estáis?
Pues ¿aqueso os maravilla?
¿No vive con gusto igual
lo peor de Portugal
en lo mejor de Sevilla?
\ti< ¿Donde viven?
En la calle
de la Sierpe, donde ves
a .\dán vuelto en portugués,
que en aqueste amargo valle
con bocados solicitan
mil Evas que, aunque dorados,
en efecto, son bocados
con que las vidas nos quitan.
Ir de noche no quisiera
por esa calle cruel,
pues lo que de día en miel,
de noche lo dan en cera.
Una noche, por mi mal,
la vi sobre mi vertida,
y hallé que era corrompida
la cera de Portugal.
IN. Mientras á la calle vais,
yo dar un perro quisiera.
Pues cerca de aquí me espera
un bravo.
M' Si me dejáis
con él. Marqués, ya veréis
cómo de mí no se escapa.
Vamos, y poneos mi capa
para que mejor le deis.
tN. Bien habéis dicho; venid,
y me enseñaréis la casa.
Mientras el suceso pasa,
la voz y el habla fingid.
¿Veis aquella celosía?
Va la veo.
Pues llegad
y decid: «Beatriz», y entrad.
¿Qué mujer?
Rosada y fría.
Será mujer cantimplora.
Marq. En gradases aguardamos
D. Juan. Adiós^ Marqués.
Catalik. ¿Dónde vamos?
D. Juan. Adonde la baria mia
se ejecute.
Catalin. No se escapa
nadie de ti.
D, JuA.v. El trueco adoro.
Catalin. Echaste la capa al toro.
D. Juan. Escápeme por la capa. iVanse.)
ESCENA XII
Kl Marqués, Cmados y Músicos. Después la Dama.
Marq. La mujer ha de pensar
que soy yo.
Criad, i ." ¡Qué gentil perrol
Marq. Esto es acertar por yerro.
Criad. 2.** Todo este mundo es error,
que está compuesto de errores.
Marq. El alma en las horas tengo
y en sus cuartos me prevengo
para mayores favores.
¡A y. noche espantosa y fría!
PaVaque largos los goce,
corre veloz a las doce,
y después no venga el dia.
Criad. I. "¿Adonde guia la danza?
Marq. Cal de la Sierpe guiad.
Criad, i, "¿Qué cantaremos?
Marq, Cantad
lisonjas ¿ mi esperanza,
(Cdii*an.j«Klqueunbien gozar espera,
cuando espera desespera.»
(Vanst, y habla dt dentro una Dima.)
Da.ma. iFalsol, no eres el Marqués,
que me has engañado.
D. Juan. Digo
que lo soy.
Da.ma. iFalso, enemigo,
mientes, mientes!
ESCENA XÍII
Sale el Comkhoadom medio desnudo, con espada y
rodela,— La I'ama, D. Joaw j- Catai.in6n.
D. GoNZ, La voz es
de doña Ana la que siento.
Dama, ¿No hay quien mate este traidor,
homicida de mi honor?
D, CoNZ. ¿Hay tan grande atrevimiento?
Muerto honor, dijo, ¡ay de mil
y es su lengua tan liviana,
que aqui sirve de campana.
Dama. iMataldel
(Sal* Doo Juta.)
D. Jl'an. ¿Quién está aquí?
D. GoNZ. La barbacana caída
de la torre de este honor
3ue has combatido, traidor,
onde era alcaide la vida.
D. Juan. Déjame pasar.
D. GoNZ. ¿Pasar?
Por la punta desta espada.
672
TAN t ABOO ME t.0 FíAlS
D. Juan.
tí. GONZ.
I). Juan.
D, G0N2,
t>. Juan.
D. GoNZ.
ti. Juan.
D. GoNz
D. Juan.
Catalin
D. GoNZ
I). JttAN.
D. GoNZ.
Oye.
No me digas nada.
Escucha.
No hay oue escuchar,
que ya he sabido lo que es
con esfls voces que han dado.
Tu sobrino soy, que he entrado
aquí.
Mientes, que el Marquós
de la Mola, mi sobrino,
tan grande traición no hiciera.
Mi honor viva, el traidor muera
autor de tal desatino.
El Marques difioque soy.
Pues si eres el Marques, piensa
que es en ti mayor la ofensa,
y más ofendido estoy.
¡.Muere, traidor!
Dcsia suerte
muero yo.
Si escapo désta,
no más burla, no más fiesta.
. |Ay, que me has dado la muerte!
Mas SI el honor me quitaste,
^de qué Id vida servia?
Huye.
Aguarda, que es sangría
con que el valor me aumentaste;
mas no es posible que aguarde,
seguirálc mi furor,
que es traidor, y el que es traidor
es traidor porque es cobarde.
ESCENA XIV
SAtf »/ Marqué». Después Dom Jüam y CAT»Li.i6.t,
Mapq. Presto las doce darán,
y mucho don Juan se larda.
Criad. I." Fiera pensión del que aguarda.
{Salen Don Juan y C»talinón.)
D. Juan. ¿Es el Marqués?
IVlARQ. <Es don Juan?
D. Juan. Yo soy; lomad vuestra capa.
Mahq. ¿Qué perro?
D. Juan, Funesto ha sido;
al fin. Marqués, muerto ha habido.
Catalin. Señor, del muerto te escapa.
Mahq. ¿liurlásieisla?
D. Juan. Sí burlé.
Catamn. y ansí á vos os ha burlado.
D. Juan. Caro la burla ha costado»
Mabv. Yo, don Juan, lo pagaré,
porque estará la mujer
quejosa de mí.
D. Jl'an. Las doce
darán.
Marq. Como mi bien goce,
nunca llegue á amanecer.
D. Juan. Adiós, Marqués.
Caialin. Mu^ buen lance
el desdichado hallara.
D. Juan. Iluvamos.
Catalin. ' Señor, no habrá
aguilita que me alcance. (v«"«J
ESCENiS A *
l»CH0S, menai Dot> JtiAW y C^t*
Marq. Vosotros os podéis Ir
todos i casa, que yo
he de ir solo.
Cbiado. Djos crió
las noches para dormir.
(Vr--- - ■• ■ry.dt
I." ¿Vióse desdicf
a.*¿Y vióse mayo. „- .„ -^la?
Mabq. jVálgame Dios! Voces oigo
en la plaza del Alcázar.
¿Qué puede ser á esíxs horas*
í'n hielo me baña el alma.
Desde aquí parece toda
una Troya que se abras»,
porque tantas hachas junii
paren gigantes de llamas.
Mas una escuadra de luces \
se acerca hacia mi, <por qc
el fuego emulando al sol,
dividiéndose en escuadras?
Quiero preguntar lo que es.
ESCENA XVI
Salen i¡ fívQV* Octavio. Tbhowo y (
Dtcno.
' DuouK. ¿Qué gente?
Mapq. Gente que agu^
saber de aqueste alboroto
la ocasióo.
Tenorio. Esta es la capa
que dijo el Comendador
en las postreras palabras.
Octavio. Préndanle.
Maro, ¿Prenderme á
Tenorio. Volved la espada á la rain
I que la mayor valentía
es no tratar de la espada.
ESCENA XVII
Sait *l R*T.— DtOM
Señor: aquí está el M
¿Vuestra Alteza á mi
prender?
Uevaldc y pOQ<
la cabeza en una cscarpí
¿En mi presencia te pooi
Señor: mi inocencia.
Tenorio
Mapq.
Rey.
Marq.
Rey.
Marq.
Tenorio
Marq.
Llevalde luego i un»,
jAy, glorias de ami>rj^
siempre en e' "^--'- il
como en el >
Bien dijo un . u..
entre lo boca y la ti_
peligro; pero el eoo¡<
del Rey me admir» y «T
¿No sabré por qué voy '
, ¿Quién me)or sabrá la c
que vuestra señoría?
¿Ye
E»u.
JORNADA SEGUNDA
673
KNomo. Vamos.
A»Q. ¡Confusión cxiraña! I Kaníf.)
Ev. Fulmínesele el proceso
«I Marqués luego, y mañaim
le corlarán la cabeza;
y al Comendador, con cuanta
solennnidad y grande7a
merece nobleza tama.
se le haga luego un sepulcro
de bronce y de piedra parea,
adonde góticas letras
den lenguas ¿ su venganza.
^Üónde doña Ana se fué?
UQUE. Fuese al sagrado doña Ana
de mi señora la Reina.
ET. Ha de sentir esta falta
Castilla y el reino todo
su defensa en esta espada,
Ítan gran Comendador
a de llorar Calatrava. (Kamr.)
ESCENA XVIII
Sattn los Villanos yCéntan
Osico. «Lindo sale el sol de Abril,
por trébol y torongil,
y, aunque le sirve de estrella,
Arminta sale más bella.»
CENO. Ya, Batricio, os he entregado
el alma y ser en mi Arminta.
rmc. Por eso se baña y pinta
de más colores el prado;
con deseos la he ganado,
con obras la he merecido,
iico. Tal mujer y tal marido
vivan juntos años mil.
«Lindo sale el sol de Abril
por trébol y torongil.»
r«ic. No sale asi el sol de Oriente
como el sol que al alma sale,
3ue no hay sol que al sol se iguale
e sus niñas y su frente;
deste sol claro y luciente
que eclipsa al sol su arrebol,
y ansí cantalde á mi sol
motetes de mil en mil.
sico. «Lindo sale,» cíe.
UiNTA. Batricio; aunque lo agradezco,
falso y lisonicro estás;
mas si tus rayos me das,
por li ser luna merezco.
Tú eres el sol por quien crezco
después de salir menguante,
para que el alma te cante
la salva en tono sutil.
isico. «Lindo sale,» etc.
ESCENA XIX
Salí uit Paitok.— Dichos.
Alcaldes: el desposorio
huéspedes ha de tener.
^CENO. A lodo el mundo ha de ser
este contento notorio.
(TPIC.
STOR.
jQuién viene.'*
Gaceno. ¿Ei viejo?
['astob. No ese don Juan,
sino su hijo el galán.
Téngolo por mal agüero,
que en bodas un caballcrt
quita gusto y penas da.
Batbic. Pues ;quién noticias le dio
de mis bodas.^
Pastor. De camino
pasa á Lebríja.
Batric. Imagino
que el demonio le envió.
Mas ¿de qué me aflijo yo?
Vengan á mis dulces bodas
del mundo las gentes todas;
mas con indu, un caballero
en mis bodas ¡mal agüero!
Gaceno. Venga el Coloso de Rodas,
el Cura y el Preste Juan
y don Alonso el Onceno
con su corte, que en Gaceno
ánimo y valor verán.
Montes en casa hay de pan,
Guadalquivid es f 1 ) de vino,
Babilonia es (2) de tocino,
y entre ejércitos cobardes
de aves, ^-para qué los liirde<(,
el pollo y el palommo?
Venga tan gran caballero
á ser hoy en Dos Hermanas
honra desias nobles canas.
Pastor. Es hijo del Camarero
mayor.
lÍATBic. Todo es mal agüero
para mí, pues le han de dar
junto á mi esposa lugar,
Aún no gozo, y ya los cielos
me están condenando á celos.
Amor, sufrir y callar.
ESCENA XX
Salín DoK Jv«H y Catalímók dt eamiño.—üicuet.
D
Don Juan Tenorio.
Gaceno
Batric.
Juan. Pasando acaso he sabido
que hay bodas en el lugar,
y del las quise gozar,
pues tan venturoso he sido.
Vuestra señoría ha venido
á honrallas y engrandece! las.
Yo, que soy el dueño del las,
digoos también que vengáis
enhoramala.
Past. i.' ¿No dais
lugar ¿ este caballero?
D. Juan. Con vuestra licencia, quiero
sentarme aqui-
Si os sentáis
delante de mi, señor,
seréis de aquesa manera
el novio.
Cuando lo fuera,
no eligiera lo peor.
Batkic.
D. JirAN.
COMKOIAS DE TIRSO OB MOLINA.— TOMO O
(1) Así en ci m iK<iiil,iii.-i>ciJe«er*Guadtlquivire'.
{a) De seguro «fiAbilooias*.
43
^ ^^^^R^LAROO
m^^^iJt^^^^^^^^^^^^^H
Gackno. Vuc es el novio.
con luna ' -í^*?^|^^^^^M
D. Juan. De mi error
diciendo >. 1 ^^M
y ignorancia perdón pido.
«¡grosería, f;,i. '■.>.. i^-- ^H
Batric. ¿Ks posible que he de ser
No se apartó de su lado ^H
en ludo lan desgraciado?
hasta cenar, de manera ^H
Catai in. iDcbdichado tú, que has dado
que todos pensaban que era ^H
en manos de Lucifer!
yo padrino, él desposado. ^^\
D. JtJAN. ¿Poíibie es que vengo á ser,
V si decirle quería 1
señora, tan venturoso?
algo á mi esposa, gruñendo ^m
' Envidia tengo al esposo.
me la apartaba diciendo: ^H
Armist. Parecéisme lisonjero.
«igroseria, grosería!» ^H
Batkic Bien dije que es nnal agüero
¡Qué vea clara mi afrenta, ^H
en bodas un poderoso.
y no pueda yo decir ^H
n. JriAN. Hermosas manos tenéis
él mal que me hace moriit ^H
para esposa de un villano.
Nu sé qué diga ó qué sienta ^H
Catalln. Si al juego le dais la mano.
en tan dudosa porfía, ^H
vos la mano perderéis.
pues llegándome á quejar ^H
Batbic. iCelos, muerte no mcdéisi
á todos, todo el lugar ^H
Gaceno. Ka, vamos á almorzar,
con risa me respondía: ^H
^m porque pueda descansar
«Eso no es cosa que importi^H
^^B un rato su señoril.
no tenéis de qué temer; ^H
^^H 0. Juam. ¿Por qué la escondéis?
callad, que debe de ser ^^
^^p Armint. No es roía.
uso de allá de la Corte.» |
^ Gaceno. Ea, volved á cantar.
¡Buen uso; trato extremado!
D. JtíAN. ¿Qué dices dcsio?
Más no se usara en Sodoma.
Catalin. Que temo
que otro con la novia coma ^^
muerte vil destos villanos.
y que ayune el desposado. ^H
D. Jt'AN. Buenos ojos, blancas manos,
Pues el otro bel lacón, ^M
en ellos me abraso y quemo.
á cuanto comer quería, ^H
Catalin. Almagrar y echar á exiremo;
«¿esto no come?» decía, ^H
con ésta cuatro serán.
«no tiene, señor, razón» ^H
D. Jijan, Ven, que mirándome están.
Batric. Bien dije que es mal agüero
y de la mano al momento ^H
me lo quitaba. Corrido '
de mis bodas.
estoy; pienso que esto ha sido J
Gaceno. Cantad.
culebra y no casamiento. ^H
Batric. Muero,
Va no se puede sufrir ^H
Catacin. Canten, que ellos llorarán.
ni entre cristianos pasar. ^H
MOstc. 'Lindo sale el sol de Abril
Ya acabado de cenar ^H
^m por trébol y toronjil», etc.
con los dos, ¿mas que á doru^H
con mi mujer, pues es mía, ^H
estorbo me ha de poner ^H
y que ha de venir á ser ^H
^^B JORNADA TERCERA
grosería, grosería? ^H
Mas el viene: ¿qué he de haCI^H
Esconderme por no velle l^H
^^^H (ESCENA PRIMERA
ames que aquí me atropdle; ^H
mas ¡ayl que no he de podg^^f
^^^^T' Sale ÜÁrMcio solo.
ESCENA il ^^H
^^^M Celos, átomos de amor.
Sal* Don Jiíam ti>ln —IMcmJ^^^^^M
^^^B y entre los ojos gigantes.
^^H á la muerte semejantes
D. JtJAN. Balrícío. ^^^1
^^^k, y al inlicrno en el dolor:
Batkic, ¿Qué es lo que mm^H
^^^^K de/admc, no me canséis
vueseñoria? ^H
^^^r^ con iras y desconsuelos.
D. Juan. El ai :or ^^M
^^^1 que en azul parecéis cielos,
con Ira y tai ^^H
^^^^1 y como infiernos ardéis.
en alma se de ^^^M
^^^B| -^Qué me quieres, caballero,
queloquccncí ii^^^H
^^^F' ^ue me atormentas a(^ui?
la boca no ha dt, ^H,^.,v.. ^^^B
^^V Bien dije, cuando le vi
Batmic. ¿Mas que ha de venir á ser ^H
^^^L en mis bodas, ¡mal agüero!
«grosería, grosería»? ^H
^^^^h ^No es bueno que se sentó,
D.Juan. Yo, ha muchos dia^, Bairido^H
^^^^^b a cenar con mi mujer,
que i Arminia dalma le di ^H
^^^^^B y á mi en el plato meter
y he gof adü. ^H
^^^^^H la mano no me dejó,
Batric. ¿Su honor? ^H
^^^^H pues cuando llegar quería,
0. Juan. SU ^M
HH|p
TERCERA 675 ^H
lATmro. Manifiesto y cl*ro indicio
AaMiMTA. Desús infelices bodas ^^^H
. <k lo que han visto mis ojos;
no sé qué sienta. Belisa. ^^^H
que si bieo no )e quisiera
Di: ^quc caballero es este ^^^H
Arminu, 00 permitiera
que de mis gustos me pri. ^^^^M
contra mi tantos enojos.
Todo mí Batricio ha estado ^^^^H
'vkti. Yo al fin con nombre de esposo
bañado en melancolía: ^^^^H
ha seis meses que soy dueño
lodo en confusión y en celos; ^^^^|
de so honor; mi amor le enseño
mira qué grande desdicha. ^^^^|
en trance que es tan forzoso.
¡Mal hubiese el caballero ^^^^|
Esta es, Batricio, verdad,
que mis comentos me quitat ^^^^|
siendo por tan justo intento
La desvergüenza en España ^^^^|
clandestino el casamiento
se hace ya caballería. ^^^^H
y fingida esa amistad.
Déjame,' que estoy sin seso: ^^^^M
Por mi padre y por el Rey
déjame, que estoy perdida. ^^^H
entre los dos encubierto
¡Mal hubiese el caballero ^^^^|
tuvimos este concierto.
que mis contentos me quila! ^^M
Belcsa. Entra, que pienso que viene, ^^H
y así no es razón y ley
que tú dos almas dividas.
que nadie en el cuarto pisa ^^M
que aunque las gentes lo ignoran.
de un desposado tan lecto. ^^^H
así se esliman y adoran.
Apminta. Queda á Dios, Belisa mia. ^^^H
ni este matrimonio impidas.
Bel(Sa. Desenójale en tus brazos. ^^^^ñ
Fuera de que de otra suerte
Arminta. Plegué á los cielos que sirvan ^^^^M
satistacermc podré,
mia suspiros de requiebros, ^^^^|
y á todo el mundo daré,
mis lágrimas de caricias. ( Vantt,) ^^^H
si me lo impide, la muerte.
^^H
rmc. Si tú en mi elección lo pones,
ESCENA V ^^H
tu gusto pretenda hacer.
que el honor y la mujer
Sale Don Jvas, Gacbüo yCATALiNÓN. ^^^^H
son malos en opiniones.
El honor en opinión
D. JuxN. Gaceno: quedad con Dios. ^^^H
siempr: más pierde que Rana,
Gaceno. Acompañaros querría, ^^^^H
porque es como la campana
por dalle de esta ventura ^^^^H
que se estima por el son.
el parabién á mi hijz. ^^^^|
Y asi es cosa averiguada
D. Juan. Tiempo mañana nos sobra, ^^^^M
que su honor viene á perder
^^^^H
cuando cualquiera mujer
Gaceno. E\ alma mia ^^^^M
suena á campana quebrada.
en la muchacha os entrego, ^^^^H
Gózala, señor, mil años,
D. Juan. Mi esposa diréis. Tú ensilla. ^^^^|
que yo quiero resistir
desengaños y morir.
Caialinón. ^^^H
Cataun. ¿Para cuándor ^^^H
por no vivir cod engaños. (Vase)
D. Juan. Para el alba, que de risa ^^M
muerta ha de salir mañana ^^^H
^^ ESCENA III
desie engaño. ^^^H
^^^P
Cataun. Allá en Lebríja, ^^^^|
^ uoit joAH, solo.
señor, nos está aguardando ^^^^|
füAN. Con el honor le vencí.
otra boda; por tu vid.i ^^^^H
porque siempre los villanos
que despaches presto en ésta. ^^^^H
tienen su honor en las manos.
D. Juan. Ijí burla más escogida ^^^^H
y siempre miran por tí.
de todas ha de ser ésta. ^^^^^
Que por tantas falsedades
Catalin. Sí, señor, mas no auerria ^^H
que saliésemos bur adus, ^^^^H
es bien que se entienda y crea
que el honor se fué á la aldea
ó nos costase las vidas ^^^^H
huyendo de las ciudades.
esta ^^^^1
Bien lo supe negociar:
D.Juan. SÍ es mi padre ^^^^H
Rozarla sin miedo espero.
el dueño de la justicia ^^^^H
La noche camina, quiero
y es la privanza del Hey, "^^^^^M
su viejo padre engañar.
^qué temes? ^^^^^M
¡Oh, estrellas que me miráis:
Catalin. De los que privan ^^^^|
dadme en este engaño suerte.
suele Dios tomar venganza, ^^^^|
si el castigo, hasta la muerte,
y con rigor los castiga ^^^^|
tan largo me loíiáisl (Vatt.)
cuando cometen pecados ^^^H
de Dios en la cara misma. ^^^H
ESCENA IV
Y si en las casas de juego ^^^M
^^^B Salen Armimta y Bblisa.
prenden también al que mtra, ^^^^ñ
yo he sido mirón del tuyo, ^^^^^
H^ Mira aut viene lu esposo;
B entra a desnudarte, Arminta.
y por mirón no querría ^^^^H
que algún rayo abrasador ^^^H
67fi
TAN LAKGO MK LO FIAU
me conviniese en ceniza.
D.Juan. Vete á ensillar, que mañana
he de dormir en Sevilla.
CATAtiN. ¿Kn Sevilla?
D. Juan. si.
Cataun. ^Quc dices?
Mira lu que has hecho, y mira
que hay castigo, pena y muerte.
D. Juan. Si tan largo me lo fias,
vengan engaños.
Catai.in. Señor.
D. Jl'An. Vele, que ya me amohinas.
|Vivc el cielo, que te mate!
Catalin. Fuerza al turco, fuerza al scita,
al persa y al agramante (i),
al )apón y al troglodita;
fuerza al etiope, al tracio
y al sastre, con la agujita
ele oro en la mano, imitando
contino á la blanca niña, (vatt.)
ESCENA VI
Don JvAM y Akmint*.
Ü. Juan. La noche aprisa los cielos
con pies de azabache pisa
huyendo de los mortales,
en cuya frente avecina,
en ricos apretadores,
estrellas por piedras brillan.
Quiero llegar á la cama.
Arminla.
AitMiNTA. ^(^uién llama á Arminta?
¿Es mi Bairicio?
D. Juan. No soy
tu Bairicio.
AuMiNTA. Pues ¿quién?
I>. Juan. Mítí
despacio, Armioia, quien soy.
Arminta. lAy, de mil Yo soy perdida.
¿Ld mi aposento á estas horas?
D. Juan. Estas son las horas mías.
Apminta. Volveos, porque daré voces;
no excedáis la cortesía
que á mi Bairicio se debe.
Ved que hay romanas Emilias
en Dos Hermanas también,
y hay Lucrecias vengativas.
D. Juan. Escúchame dos palabras,
y esconde de las mejillas
en el corazón la grana,
en ti más preciosa y libia.
Al^MiNTA. Idos, que vendrá mi esposo.
D. Juan. Yo lo soy. <De qué ic admiras?
Arminta. .j Desde cuándo?
D. Juan. " Desde ahora.
Abminta. ;Quién lo ha tratado?
D. Juan. ' M' dicha.
Apm'.nta. ¿Sábelo Bairicio?
D. Juan. SI,
que te olvida.
AimiNTA. ¿Que me olvida?
(i) Debe Je «querer d«clr «g»r«mÉnt«».
D. JlJAK.
Abminta.
D. lUAN.
Abminta.
D. Jijan.
Ahminta.
D. Juan.
Arminta
D, Jijan.
Ap.minta.
D. Juan.
Ahminta
D. Juan.
Apminta
D. Juan.
Si. porque i« adoro.
¿Cómo?
Con mis dos brazos.
DesvU.
¿Cómo puedo, si es verditd
que muero?
¡Qué grao meaiir^
Arminta: escucha y sabrás,
si quieres que le la diga,
la verdad, si las mujeres
sois de verdades amigas.
Yo soy noble caballero,
cabeza de la familia
de los Tenorios antiguos
ganadores de Sevilla.
Mi padre, después del Bey,
se reveiencia y se estima
en la corte, y de sus labios
penden las muertes y vidas.
Torciendo el camino, acaso
llegué á vane, que amor guia
tal vez las cosas de suerte
que él mismo dcllas se adnul
Vite, adórete, abráseme,
y de suene, que me obliga
á que contigo me case:
mira qué acción lan precisa.
Y aunque lo murmure el fctt
y aunque el Rey lo
y aunque mi padre,
con amenazas lo impida,
tu esposo tengo de ser,
dando en tus ojos envidia
á los que viere en su sangre
la venganza que imagina.
Ya Batricio ha desistido
de su acción, y aquí me enví
tu padre á darte la mano.
¿Qué dices?
No sé qué diga,
que se encubren tus verJides
con retóricas mentiras.
Porque si estoy desposada,
como es cosa conocida,
con Batricio, el matrinnonio/
¿cómo puede ser que sirva*
En no siendo consumado,
por engaño ó por malicia
puede anularse.
Es verdad;
mas jay, Diosl que no querría
que me dejases burlada
cuando mi esposo me quJt
Ahora bien: dame esos brw
y esta voluntad jonlirnia
con ellos.
¿Qué, no me eof
Mío el engaño serla.
. Jura que me cumplirás
la palabra y te debida.
Juro á esta mano, scAora,
infiernu de nieve fría,
de cumpline la palabra.
. Jura ¿ Dios que te maldiga
si no lo cumples.
Si aca&o
la palabra y la fe mU
JORNADA TERCERA
677
le faltare, ruego á Dios
que á iraición y alevosía
me dé muerie ún hombre (.rríuerto,
que vivo D10& no permita).
Arminta Pues con ese juramento
soy lu esposa.
D. Juan. El alma mia
entre los brazos ic ofrezco.
Arminta. Tuya es el alma y la vida.
D. Jl'an. ¡Ay, Arminta de mis ojos!
mañana sobre virillas
de tersa plata, estrelladas
con clavos de oro de Ttbar
pondrás los hermosos pies,
y en prisión de gargantillas
la alabastrina garganta,
y los dedos en sortijas,
en cuyo engaste parezcan
estrellas las amatistas,
y en cuyas orejas pendan
transparentes perlas limpias.
AuMiNTA.Tuy^ soy.
D. Jt;AN. iQué mal conoces
el burlador de Sevilla! (Vaitse.)
ESCENA Vil
Salen Don Pbdro Tenorio é Isaibl*.
Don Pedro.
¿De qué sirve, fsabcla,
*la tristeza en <r] alma y en los ojos,
si amor todo es cautela
y siempre da tristeza por despojos;
y sus mayores bienes
son tormento, temor, pena y desdenesp
Cuando de la ribera
de Ñapóles partiste fué muy justo
sentir su pena (lera,
mas ya puedes trocar la pena en gusto
y mostrar alegría,
pues se pone tu noche y sale el día.
Si ya don Juan le aguarda
para enlazar tu mano hermosa y bella,
aún el bien no se tarda:
suspende el triste llanto y la querella,
si es su casa en Sevilla
una de las mejores de Castilla.
I ISABKtA.
'No nace mí tristeza
del ser esposa de don Juan, que el mundo
conoce su nobleza;
en la esparcida voj mi agravio fundo,
y esta ocasión perdida
he de llorar mientras tuviere vida.
Don Pedro.
Muy presto entre sus brazos,
[como el olmo y la hiedra vividora,
: os daréis liemos lazos.
ISAWELA.
[iHasia verse en el tálamo que adoro,
el honor, afligida
ht de llorar esta opinión perdida.
Do^f Pbüho.
Allí una pescadora
está sobre un peñasco al mar mirand
y dulcemente llora,
y al cristalino cielo quejas dando,
pidiendo esta venganza,
perdida de algún bien ya la esperanza.
(,,)uiero llegar por ella,
para que aqui te haga compañía;
dirásle tu querella,
y mientras yo con el sereno dia
desembarco la gente,
lamentaréis las dos más dulcemente. <Ktjj# )
Isabela.
¡Que me robase el sueño
la prenda que eslimaba y más quertal
¡Oh riguroso empeño
de la verdad, oh máscara del día,
noche ai fin tenebrosa,
antípoda del sol, de! sueño esposa!
ESCENA VIH
Sálela Pescadora.— DrciiA.
Pescadora.
Robusto mar de España,
ondas del fuego en fugitivas olas,
cuya costa el mar baña
dándole por tributo conchas sotas,
aunque á veces preñadas
de traiciones en ti medio anegadas.
Pues conoces mis quejas
y de ti mis tormentos han nacido,
á tus sordas orejas
quiero dar voces, pues la causa has sido
de que el honor perdiera
la que siempre cruel con hombres era.
Isabela.
¿Por qué del mar te quejase
¿Estás del mar celosa, pescadora?
Pesca DOMA.
El mar parió mis quejas.
^Dichosa vos, que sin cuidado ahora
del os estáis riendo!
ISABIil A.
También furias del mar estoy sintiendo.
Pescadoba.
¿Sois vos ía Europa hermosa
que estos toros os llevan á Sevilla?
Isabela.
Llévanme i ser esposa
contra mi voluntad.
Pescadoba.
Si mi mancilla
á lástima os provoca,
mi llanto oíd, pues por mujer os toca.
Del agua derrotado,
á esta arena llegó un don Juan Tenorio,
difunto y anegado.
Ampárele, hospédele en tan notorio
peligro, y el vil huésped
678
TAN LARGO ME LO FlAlS
vlvora fué á mi planta en tierno césped.
Con engaño y mentira,
dándome aqu! de esposo la palabra,
rl que á robar aspira
honor, me le quiíó, que en traición labra
cuando, en vez de verdades,
son sos dulces palabras falsedades.
Isabela.
Calla, mujer maldita;
vete de mi presencia, que me has muerto;
mas si el dolor te incita,
00 tienes culpa lú; prosigue: ^es ciertuP
Pkscadoma.
Tan claro es como el dia.
Isabela.
j^(al haya la mujer que en hombres fíal
Pero sin duda el cielo
á ver estas cabanas me ha (raido,
y de li mi consuelo
en tan grave pasión ha renacido
para venganza mia.
|Mal haya la mujer que en hombres fial
Pescadora.
Que me llevéis os ruego
con vos, señora, á mi y á un viejo padre,
porque de aqueste fuego
la venganza me dé, más que me cuadre,
y al Rey pida justicia
oeste engaño y traición, desla malicia.
Anfriso, en cuyos brazos
me pensé ver en tálamo dichoso
dándole eternos lazos,
conmigo ha de ir, que quiere ser mi esposo.
Isabela.
Ven en mi compañía.
PeSC ADOBA.
(Mal haya la mujer que en hombres fíal
\,Vans4.)
ESCENA IX
Safen Don Joan y Catai.ii(óm.
Catalin. Todo en mal estado está,
D, JiAN, ¿Cómo.^
Catalin. Que Octavio ha sabido
la traición de Italia ya,
y el de la Mota ofendido,
«I Rey );;randes quejas da.
Dicen que viene Isabela
á que seas su marido,
y dicen...
D. Joan. Calla.
Catalin. Uaa muela
en la boca me has rompido.
D. Juan. Hablador: ¿quién te revela
tanto disparate junto?
Catalin. ¿Disparate?
D. Juan. Disparate.
Cataun. Verdades son.
D. Juan. No pregunto
%\ lo son; cuando me mate
Octavio; ¿estoy yo difunto?
¿No tengo manos también?
¿Dónde me tienes posada?
1
Catalin. Eo calle oculta.
D. Juan. Está bien,
Catalin. La iglesia es tierra sagrada.
D. Juan. Di que de dia me den
en ella la muerte. ¿Viste
al novio de Dos Hermanas?
Catalin. Allí le vi ansiado y triste.
D. Juan. Arminta estas dos semanas
no ha de caer en el chiste,
Catalin. Tan bien engañada está,
que se llama doña ArmínU,
D.Juan. Graciosa burla será.
Cataun. Graciosa burla y suciota;
mas ella la llorará.
D. Juan. ¿Qué sepulcro es este?
Catalin. Aquí
don Gonzalo está enterrado.
D.Juan. Este es á quien muerte di.
¡Gran sepulcro le han labradol
Catalin. Ordenólo el Rey así. '^
¿Cómo dice este letrero?
D. Juan. «Aquí aguarda del Señor,
el más leal caballero,
la venganza de un traidor.*
Del mote reírme quiero.
¿Y habéisos vos de vengar,
buen viejo, barbas de piedra?
Catalin. No se las podrá pelar
quien barbas tan fuertes medra.
D. Juan. Aquesta noche á cenar
os aguardo en la posada,
y allí el desafio haremos,
si la venganza os agrada.
I^ero mal reñir podremos
si es de piedra vuestra espada
Catalin. Justo es estar prevenido,
si contigo ha de comer.
D. Juan. Larga esta venganza ha sido;
si es que vos la habéis de hactr
bien puedo vivir dormido,
que si á la muerte aguardáis
la venganza, la esperanza
agora es bien que perdáis,
pues vuestro enojo y venga
tan largo me lo fíáis. (V««je.
ESCENA X
Saltn dos Cmados con utm MCfd ,
Criad, i. "A percibamos la cena,
que vendrá á cenar don Joan.
Ckiad. 3. "Las mesas puestas están;
mas ¿quién á don Juan orden
veniítemprano á cenar,
s¡ á veces suele venir
cuando el sol quiere salir?
Ckiad. i.°Para tener más lugar
de rondar de noche, ordena
cenar temprano.
ESCENA XI
Saltn DoM Juah > Catau>6h.'
D, Juan. ¿Cerrtiie?
Cataun. Ya cerré como mandaste.
Ira.
I
JORNADA TERCERA
679
ITAUN.
I Juan.
ITALIN.
[Juan.
Juan. iHola! Tráiganme h cena.
tAo. 3.°Aqul está,
Juan. Catalinón:
! siéntate.
kTAMN. Yo soy amigo
I de cenar á solas.
L Juan. Digo
que lo hagas.
iFuerte ocasión!
Ya voy.
También es caniimo
éste, si cenas en 61
conmigo. íGolpes.)
iGolpe cruel!
Que llamaron imagino.
Mira quién llama.
AO. t ." Ya voy.
ÍTALtN. Si es la Justicia, señor.
iJuAN. Sea; no tengas temor.
^K {Kttirase huyendo «¿Criado que fui d
^^P ver quiin llamaba.)
pXliN. |Ay de mi! Confuso estoy.
I Ji'AN. Habla, ¿Qué tienes? ^quó has visto?
ikTAUN. De algún mal da leslímonio.
¡Juan. ¿Asombróle algún demonio?
I jCómo el enojo resisto.^ (.Golpes.)
Italin. Más golpes dan á la puerta.
Juan. Corre tú, mira quién es.
,TALiN. ^Yo, señor?
iM. Mueve los pies.
¿Quién llama?
ESCENA XII
^ Don Goxnalo, ti caballero que malo, armado dt
I punta en blanco^ con el hdbito.^Dicuus.
;GoNZ. Yo.
|JUAN. ¿Quién?
Í'GoNZ. Soy el caballero honrado
que i cenar has convidado.
DAN. Cena habrá para los dos,
! y si vienen más contigo,
I para lodos cena habrá:
I i'a puesta la mesa está:
I siéntate.
TALiN. Dios sea conmigo.
¡ukti. Catalinón: siéntate
l'unto al muerto.
fALiN. Ya he cenado;
cena con tu convidado,
1 que yo no sé si podré.
^UAN, Siéntale. Si oir cantar
quieres, cantarán.
TALiN. Sí dijo.
Cantad.
Tiene el señor muerto
buen gusto; es noble por cieno
y amigo de regocijo.
{Cantan ios Músicos.)
«Si de mi amor aguardáis,
señora, de aouesta suerte
el galardón a la muerte,
I iqué largo me lo liáis!)»
ÍALiN. O es sin duda veraniego,
ó el ser muerto debe ser
hombre de poco comer.
Temblando al plato me llego.
D. Juan. Habíale.
Cataun. Vue señoría
¿eslá bueno? ¿Es buena tierra
la olra vida? ¿Es llano ú sierra?
¿Preciase allá la poesía?
D. Juan, A todo dice que si
con la cabeza.
Cataun. «{Hay allá
muchas tabernas? Si había,
si Noé reside alli.
(Cantan.) ,tSi este plazo me convida
para que serviros pueda,
pues larga vida me queda,
dejad que pase la vida.
Si de mi amor aguardáis,
señora, de aquesta suerte,
el galardón á la muerte,
¡qué largo me lo fiáis!»
<2atalin. ¿Con cuál de las que has burlado,
estos músicos, señor,
hablan?
D. Juan, De todas me rio,
amigo, en esta ocasión.
En Ñapóles á Isabela
burlé.
Catalín. Esa ya no es hoy
burlada, pues que te casas
con ella, como es razón.
Burlaste á la pescadora,
y del mar te redimió,
pagándole el hospedaje
en moneda de rigor.
Burlaste á doña Ana...
D. Juan. Calla,
que hay parte aquí que tasto
por ella, y vengarse piensa.
CATAirN. Es hombre de gran valor,
que él es piedra y lú eres carne;
DO es buena resolución.
{Hace teñas el muerto que quiten tg
mesa) ~
D, Juan. |Holal quitad esas mesas,
que hace señas que los dos
nos quedemos y se vayan
los demás.
Cataun. Malo; por Dios,
no te quedes, porque hay muerto
que mata de un mojicón
un gigante.
D. Juan. Salios lodos.
A ser yo Catalinón. (iiaceseñat.)
Vete. ¿Que cierre la puerta?
Ya está cerr.ida, y ya estoy
aguardando lo que quieres,
sombra, taniasma ó visión.
Si andas en pena ó si buscas
alguna satisfacción,
aquí estoy, dimelo á mt,
3ue mi palabra te doy
e hacer todo lo que ordenes.
¿Estás gozando de Dios,
eres alma condenada,
ó de la eterna región
diie la muerte en pecado?
Mabla, que aguardando estoy.
TAW LAROO WE LO FlÁiS
D. GoNZ. ¿Cumpllrásmc una palabra
como caballero?
D. Juan. Honor
tengo y las palabras cumplo,
porque caballero soy.
D. GoNZ. Dame la mano, no lemas.
D. Juan. .íEso dices? ¡Yo temor!
Si fueras el mismo inlierno,
la mano te diera yo.
D. GoNZ. Bajo esa palabra y mano,
mañana á las diez te estoy
para cenar aguardando.
^Irás?
D. JtuN. Empresa mayor
entendí que me pedias.
Mañana tu huésped soy.
¿Dónde he de ir?
D. GoNZ. A la Capilla.
D. Juan. ¿Iré sólo?
D. GoNZ, No, id los dos,
y cúmpleme la palabra,
como la he cumplido yo.
D. Juan. Digo que la cumpliré,
que soy Tenorio.
D. GoNZ. Y vo soy
Ulloa.
D. Juan. Yo iré sin falta.
D. GoNZ. Yo lo creo; adiós.
D. Juan. Adiós.
Aguarda, le alumbraré.
D. GoNZ. No alumbres, que en gracia estoy.
(Vasc.)
ESCENA XIII
Don Juan, solo.
D. Juan. ¡Válgame Dios! Todo el cuerpo
se ha bañado de un sudor
helado, y en las entrañas
se me ha helado el corazón.
Un aliento respiraba,
organizando la voz.
Un frió, que parcela
infernal respiración.
Cuando me tomó la mano,
de suerte me la abrasó,
que un infierno parecía
más que no vital calor.
Pero todas son ideas
que da á la imaj;;inación
el temor, y temer muertos
es más villano temor.
Si un cuerpo con alma noble,
con potencias y razón,
y con ira, no se teme,
f quién cuerpos muertos temió?
Ire mañana i la iglesia
donde convidado estoy,
por que se admire y espante
el mundo de mi valor. (Vase )
ESCENA XIV
Saltn ti Rt.r y Don Pepko Tbnohio,
Rey.
^Llcgó, en ñn. Isabela?
Ooit PEbno.
Y disgustada.
Ret.
Don Juan pondrá remedio hoy á su qt
Don Pedro.
Siente, señor, el nombre de infamaJa,j
V viendo que de Ñapóles se aleja,
cun disgusto llegó, aunque confiada,
pues sus agravios hoy en manos deja
de vuestra Majestad, en quien confia
que trocará su llanto en alegría.
ESCENA XV
Salt el DuQai OcTAno. — Diema*.
Octavio.
HuélRome, gran señor, que esté prg&eni»
don Pedro, de don Juan pallardo tio,
para que á voces te publique y cucnu
la justa queja del agravio mío.
De tu mano real está pendiente
satisfacer mi honor^ y asi confio
que vuestra Majestad desla cautela
dará satisfacción hoy á Isabela.
Don Pedro.
Duque: siempre los nobles caballeros
son cortos en palacio de razones.
OcTAVtO.
Don Pedro: en la campaña tengo acero
Don Pedro.
Yo tantos como aceros, corazones.
OCTAVtO.
Yo almas.
Don Pedro.
Yo potencias.
Rey.
Caballeros:
bueno está.
Don Pedro.
¡Vive Dios!
Octavio.
Si no te pones
en medio.
Don Peobo.
Si DO atajas lo que dl|ío,
I vive Dios!
Octavio.
|V¡ve Dios!
Rey.
Venid conmígOi]
ESCENA XVI
Qutíia «t [>vgus OcrATta.
Octavio.
¿A quien tan gran desdicha ha sucedií
cumo á m¡ me sucede? Confiado
en un traidor amigo, cjue hoy ha sido
Sinón (ingido, por quten jro culpado
JORNADA TEPCEBA
6«I
Isabela ser¿, pues ha perdido
kue en el mundo tamo s« ha estimado.
si el Rey no la venjía deste agravio,
Venganza ha de hacer el Duque Octavio.
{Van.)
ESCENA XVII
Saltn ti Marqué* y Tbkokio, ti viejo.
I40R10. Muy bien le podéis quitar
las prisiones ai Marqués.
jiQ. Si para mi muerte es,
albricias os quiero dar.
Noitio. El Rey os manda soltar
de la prisión.
LRQ. ¿Si ha sabido
mi inocencia y el que ha sido
desia maldad agresora
Que callo por vuestro honor,
aunque estoy tan ofendido.
Noaio. ¿Por mi honor? ¿Si á vuestro lío
matáis, soy culpado yo?
iBQ. Porque don Juan le mató,
y á mi la culpa me echáis.
A don Juan mi capa di.
|Ah, engañoso caballerol
Sin culpa padezco y muero.
woBio. ¿Qué decís?
kRQ. Que esto es ansí:
un recado reccbí
para que á mi prima goce,
de quien su error conoce,
pues, engañoso y cruel,
fué á las once para él,
y para mi fué á las doce.
Y aunque siento que matase
á mi lío, más sentido
estoy y más olendido
de que á mi prima gozase. {Vamt}
ESCENA XVIIl
Salen Doh Juan y Catauihón.
¿Cómo el Rey te recibió?
Con más amor que mi padre.
¿Viste á Isabela?
También.
¿Cómo viene?
Como un ángel.
¿Recibióte bien?
El rostro
bañado de leche y sangre,
como la rosa que ai alba
revienta la verde cárcel.
Vamos, si le has de vestir,
aue te aguardarán y es tarde,
'tro negocio tenemos
que hacer, aunque nos aguarden.
¿Cuál es?
Cenar con el muerto.
Necedad de necedades.
¿No ves que di mi palabra?
Ya está cerrada la Iglesia.
Llama.
¿Qué importa que llamo?
»TAUN.
Juan.
kTALIN.
Juan.
ITALIN.
Juan.
kTAt-IN.
. JlTAN.
ITALIN.
Juan.
kTALlN.
JtJAN.
kTALIN.
Juan.
iTALIN,
Juan.
TALIN,
¿Quién tiene de responder,
si duermen los sacristanes?
O. Ji AN. Llega á ese postigo.
Catalin. Abieti
está.
D. Juan. Pues cnira.
Catauin. Entre Un fiaUc
con hisopo y con estola.
D. Juan. Sigúeme y calla.
Catalin. Que cali*.
[Entran por dtntro cltl vtKiutrw,^
jAy, de mí! tenme, señor,
porque de la capa me asen.
ESCENA XIX
Sotlt el MuBitTO.— Dichos.
D. Juan.
D. IjONZ.
I>. Juan.
D. GoNz.
D. Juan.
D. OoNZ.
D. Ji;an.
D. GoNz.
D. Juan.
D. GoNZ.
D. Juan.
Ü. Gonz.
D. Juan.
D. Gonz,
Catalin,
D. Juan.
Cataun.
D. Gonz.
Catalin.
D. Gonz,
Catalin,
D. Gonz
Catalin,
¿Quién va allá?
Yo.
¿Quién sois vos?
El muerto soy, no te espantes.
No entendí que me cumplieras
la palabra, según haces
burla de todos.
¿Me tienes
en opinión de cobarde?
Sí, porque de mi huíste
la noche que me mataste.
Huí de ser conocido;
mas ya me tienes delante:
di prcilo lo que me quieres.
Quiero á cenar convidarte.
Cenemos.
Para cenar
es menester que levantes
esa tumba.
Y, si te importa,
levantaré esos pilares.
Valiente esiás.
Tengo brío,
y corazón en las carnes.
Siéntate lú.
Yo, señor,
he merendado esta tarde.
Cena con tu convidado.
Ea, pues, he de enojarme;
siéntate, acaba.
¡Ay de mi!
También quiero que te canten.
(Cantan:) «Adviertan los que de Oíos
juzgan ios castigos tarde,
que no hay plazo que no llegue
ni deuda que no se pague.»
¿Qué plato es éste, señor?
Este plato es de alacranes
y víboras.
Gentil plato
para el que trae buena hambre.
¿Es bueno el vino, señor?
Pruébale.
Hiél y vinagre
es este vino.
Este vino
exprimen nuestros lagares.
¿No comes lú?
Comeré
TAN LAROO ME LO TtitS
si me dieses áspid á áspid
cuantos el infierno tiene.
D. GoNZ. Otra vez quiero que canten.
(Cantan la copla pottrera.)
Catalin. ¡Malo es aquesto, por Cristo!
Dime, señor, ¿no escuchaste
la canción? Contigo habla.
D. Juan. Un hielo el pecho me parte.
Catalin. Comedesie guisad! lio.
D. Juan. Ya he cenado; haz que levanten
las mesas.
D. GoNz. Dame esa mano,
no lemas; la mano dame.
D. Juan. ¿Yo temor?" Toma. ¡Ay de mil
que me abraso; no me abrases
con tu fuego.
D. GoNZ. Aqueste es poco
para el fuego que buscaste,
y así, tienes de pagar
las doncellas que burlaste.
Juan. A tu hija no ofendí,
que vio mis engaños antes.
GoNZ. No importa, que ya pusiste
tu intento.
Juan. Deja que llame
auien me conñese y absuelva.
GoNZ. No hay lugar, ya acuerdas tarde.
Las maravillas de Dios
son, don Juan, investigables,
y asi quiere que tus culpas
á manos de un muerto pagues.
D. Juan. No me aprietes: ¡tente, tente!
Con la daga he de matarte;
mas ¡ay! que me abrasa el fuego,
y serán golpes al aire.
D. GoNZ. «Esta es justicia de Dios:
quien tal hace que tal pague.»
Ü. Juan. iQuc me quemo, que me abraso!
jMuerto soy!
Cataun. No hay quien se escape.
¡San Panuncio, San Antón,
sacadme libre á la calle!
( Tiran tt carrttón á u Awnrffn.)
ESCENA XX
5ii/«fi el Rbi, Tbi«orio, el tikKitvii de la Mota,
lsAaxLA,<a Mescadora y acompañamiento.
Tenorio. Ya el Marqués, señor, espera
besar vuestros pies reales.
PsscAo. Si Vuestra Alteza, señor,
de don Juan Tenorio no hace
justicia, á Dios y á ios hombres,
mientras viva he de quejarme.
Derrotado le echó el mar;
dile vida y hospedaje,
y pagóme esta amistad
con mentirme y engañarme
con nombre de mi marido.
Rey. ¿Qué dices?
ÍSAIBI.A. Dice verdades.
Maaq. Pues es tiempo, gran señor,
que á luz verdades se saquen,
sabrás que don Juan Tenorio
las culpas que me ímpom^
cometió, que con mi capí
pudo el cruel engañarme,
de que tengo mil te$ijg<>s.
Kbv. ¿Hay desvergüenza tan graadt?
ESCENA XXÍ
Salt CATAi.wóK.^OiCMoau
Catalin. Escuchad, oíd, señores,
el suceso más notable
que en el mundo ha sucedí
y en oyéndolo, matadme.
Llegando don Juan, mí amo,
á Sevilla antiyer tarde
y entrándose á retraer
en la iglesia donde yace
don Gonzalo en el sepulci
que el Rey mandó se iabr
aguardando que la noche
para encubrirse llegase,
acertó á ver un letrero
3ue al Comendador delante
el sepulcro le pusieron
que dice espera vengarse
del que, sin temor de Dioí,
con alevosía tan grande
le dio muerte, y él haciendo
burla, llegó á convidarle
que fuese á cenar con ¿I,
y apenas pudo sentarse
á cenar, cuando á la puerta
llegó, y para que nooscan«,
después de cenar le dijo
que á su iglesia se llegase
luego la noche siguiente,
que él quería convidarle.
Fué don Juan, que nunca
pues, sin poder escaparse,
asiéndole de la mano,
comenzó el muerto á ap(«U
diciendo: «Dios te castiga:
quien tal hace que tal pagc
y él diciendo, «que me at
murió, mas diciendo ames
que á doña Ana no ofendió,
que le conocieron antes.
Yo arrastrando me escapé
de la iglesia y de tan graixk
desventura.
MaUv. Por I .s nit
mil abrazos qi.
Rky. Pues es ya mu^ Juai
puede Isabela casar&e
con el Duque.
Octavio. Yo, señor.
estimo merced tan grande,
pues está viuda Isabela.
Mabq. Yo con mi prima.
Batmicio. y nosotro
con las nuestras, porque
esta verdadera historia.
Rey. \ el sepulcro se traslade
desde aqui á San Juan de Td
para memoria mis grande.
LA VENGANZA EN EL SEPULCRO
DE
ON ALONSO DE CÓRDOVA Y MALDONADO
CRIADO DE SU MAJESTAD
hablan:
b
Don Juan Tenorio.
Colchón, gracioso.
El Mafqués de la Mota.
Don Gonzalo de Ulloa.
El Asistente.
Un Alcaide.
JORNADA PRIMERA
ESCENA PRÍMEBA
SaleüoH IvAtty Doma A)iÁ,Jt camino.
Don Juan.
deidad hermosa,
10 ser cruel, más cariñosa,
»o acelerado:
oques la dicha de mi estado,
e, vuelve á la fuente,
I el puro cristal de su corriente
¡o te traslada,
ue ofendida por no bien piniada.
iocupe tu esplendor el prado,
uz matizado
que de sus Hores.
on, los que matices, resplandores.
Idad soberana,
rayos lucientes la mañana
• hacen aurora, toda oriente,
opicia me escuche. \Ay, Diosl delente,
lun sólo imaginada,
mata tu ausencia, ó cuando airada
ine á mi quietud. Ya tu desvio,
L'n Alguacil.
Doña Ana, dama.
\Nki, criada.
Dos Criados,
Acompañamiento.
MÚSICOS.
ducfio de mi albedrlo,
|cuánio me cuesta ya!: que no es amante
el que ausente viviere un solo instante.
No permitas ¡oh, asombro de ti propia!
traslados de tu copia,
tormentos de mi idea,
sí no has de dar lugar á que te vea:
si no has de ser piadosa.
¡Quién creyera que hermosa
me pudieras matarl ¡Oh, quién creyera
entrañas de una ticra
en pecho de una diosal
No me mates cruel, bástete, hermosa.
Doña A.va.
^Por que mis pasos sigues?
^Quiéo eres, di, que á una mujer persigues,
pródiga de temor y sentimiento^
^Quien le provoca A tan extraño intento?
Déjame, hombre ó ñera;
déjame, no me sigas.
Don Juan.
Oye, espera.
DoSa Ama.
No puedo.
Don Juan.
De esio> riscos
precipicio seré, porque obeliscos
^ 684 LA VENGANZA EK EL SEPULCRO ^^^^^|
^^m me den aqu! á tus ojos sepultura
si es que me escuclías^^^H
^^L^ si no me escuchas.
Caminé á Toledo, y tm^^^
^^^^^L Doña Ank.
de llegar una ú dos llegOM,
^^^^H Abreviar procura;
^^F di quién eres, prosigue, di quién eres,
^^M porque después me digas que me quieres.
está un lugar donde habia
una boda, cu'.
rústicamente a
banquetes, b.4iit.s > uuendi^H
Parecióme bien la novia; H
^^R Don Juan.
^^B Por eso empezaré; que lo primero
accrquéme con sospechis H
^^1 ha de ser ei que sepas que te quiero.
^^1 Pero escucha, y sabrás á quién venciste,
del novio que me atendía ^M
ya celoso. ¡Qué cautela ^M
^^B porque admires en mí lo que supiste.
no ha prevenido un villtnc^l
^^^^_^ Sabrás, prodigio de luz,
aun antes que tenga fuer£^|
^^^^B milagro opuesto á la alteza
en la intenciónl Y, en efcc^J
^^^^H de los rayos en que Febo
su malicia ó su cxpericncí^^
^^^^H da espíritu á las estrellas,
dio luego con mi cuidado, H
^^^^H que fué Sevilla mi patria;
tan mal sufrido, que arries^l
^^^^^1 fuélo por nacer en ella.
en una resolución
^^^^^B que el mundo patria común
las vidas del y cincuenta
^^^^H lo es ya por gusto ó por fuerza.
que me aconJeten furiosos
^^^^H Don Juan Tenorio me llamo;
con chuzos, dardos y píodns.
^^^^H por el nombre ó por las señas
Resistiles animoso.
^^^^H pienso que ya me conoces;
y pienso que si no huyeran,
^^^^H pero, por si no te acuerdas,
todos juntos ¡vive Dios!
^^^^H don Pedro Tenorio, aquel
que aun para llevar las noen$
^^^^V que vio sin menguante llena
no sé si quedará alguno má
de tantos. ¡Oh, cuánto es ifl
^^^^B por tantos años la luna
^^^^K de su privanza y grandeza.
acción el huir, pues quiu V
^^^^H fué mi padre, bien lo sabes;
la victoria, que pudiera ■
^^^^H no ha tanto que yace muerta
ser mayor en los que huyCM
^^^^H su fama. El Rey de Castilla,
que en los que muriendo dfl
^^^^H que Dios guarde, á su cabeza
^^^^H nó del gobierno el peso,
opiniónl Paso adelante, ™
que aquesto es nada. La areni.
^^^^H que los reyes, aunque reinan,
^^^^H cuando privados admiten.
piso del dorado Tajo,
y habitando sus riberas, ^
porque el suceso pasado V
^^^^^P no parece que gobiernan.
^^^Kf Murió, en nn, como es notorio;
no me aseguraba, un ttma
^^^F mucho antes que muriera
con cieno hidalgo de allí 1
^^m dejando su casa, yo.
tuve un día, que si es neciaflj
^^K^ de tres lustros aun 00 apenas.
la porfía porque cansa, ^M
^^^^^ destino fué el resolverme,
no lo es menos porque dell^f
se ocasionan mi disgustos ^H
^^^^H secreto tuvo de estrella,
^^^^^H pues ser hijo del privado
que paran siempre en pend^f
^^^^^B no pudo estorbar mi ausencia.
Desmintióme, siendo iuegoH
^^^^H Partí, en ñn, dejé la casa
un bofetón tn\ respuesta; ^M
^^^^H de mis padres, la grandeza,
acudió á su obligación, ^M
^^^^H regalo, la lisonja.
sacó la espada; saquéla; ^M
^^^^H el lugar, la preeminencia,
amotinóse de vulgo H
^^^^^B la futura sucesión
una tropa que me cerca ^M
^^^^^1 de la privanza, pues fuera
á tiempo que ya arestado& H
^^^^^B por industria de mi padre
una punta me endereza; ^
^^^^H segura en mi. ¡Oh, cuanto yerra
reballla y por el filo
^^^^H el consejo en poca edad,
de su espada tan derecha y
^^^^H si consigo se aconseja
corrió á su pecho la mis, j^
^^^^H el que, cual yo, se resuelve
que cuando al reparo eoir^H
^^^^B por '•lección ó por temal
ya yo envainaba en su ped^|
^^^^H Con un criado que solo
mi espada; que la pendencaH
^^^^H y que leal no me deja.
la ha de acabar una herida^H
^^^^B partí como digo habrá
si es de buen pulso ó ú o^H
^^^HP otros tres lustros. ¡Qué ciega
C^iyó muerto, al iiem|^^^H
^^^F obra la razón en tanto
que aun esgrimiendo B^^^|
^^F que el apetito no enferma!
^^^ Fué mi designio ver mundo;
venganza de tanta tur^^^H
como me acomete y cerca, jH
^^^^H no sé si al mundo le pesa
con su ofensa me dciiei>do£^
^^^^H deque le viese ó á mí
éste mucre, aquél pelea.
^^^^H de haberle visto; resuelva
uno huye, otro se arroit.
pero todos escarqnieniaii,
^^^^B esta duda lo que oirás,
^^v
PRIMERA 685 ^H
cuando, dejándome el campo,
como all! en tu presencia, ^^^H
vieron esmaliar su hierba
me vieras lograr venganzas ^^^^|
ú de la sarigrc que corre
tan honrado que dijeras: ^H
ú del miedo que la hiela,
«No es quien obra aquí lo fuerte, ^^^H
Mas, paso, paso adelante,
la sangre si, por ser buena>: ^^^H
que aquesto es nada. La sierra
que de un poderoso nadie ^^^^ñ
fué forzoso que habitase.
se satisface ó se venga ^^^^H
porque del risco ó la cueva
sin ser obra de valor ^^^^H
me amparase contra un mundo
donde la sangre se prueba. ^^^^H
que me sigue. Estuve en ella
Vila en sus brazos, en fin, ^^^^|
muchos dias. Desmintiendo
y con la daga, tan cerca ^^^^|
espías y centinelas,
de mí enemigo me arrojo, ^^^^|
bajé una mañana al valle,
que se murió, sin que sepa ^^^H
donde una serrana bella
si fui yo quien le dio muerte, ^^^H
me sale al paso; rindióme,
pues ni á volver la cabeza ^^^^|
e dio lugar el aliento, ^H
y esta fué la vez primera
que tuve amor; pero no.
ya cadáver, ya tragedia _^^^H
no fué amor, pues luego inicnto
el cuerpo, pues, al amago ^^^H
gozarla; apetito fué,
sobró el golpe de manera ^^^H
que quien la dicha no espera,
que, cuando el alma lo siente, ^H
sabiendo obligar, no ama,
ya estaba el cuerpo sin ella. ^H
Alas, paso, paso adelante. ^H
apetece, si, ú desea
para ser la posesión
que aquesto es nada. Fué fuerza ^^^H
dejar la sierra. Huí á Cádiz, ^^^H
olvido de tanta deuda.
Era hermosa la serrana
adonde, en una galera ^^^H
y, aunque serrana, discreta;
me embarqué; surqué los mares, ^^^H
miróme como ofendida,
precipicios de mi estrella ^^^H
escuchó menos severa.
que me despeña atrevida, ^^^H
y neutral en las acciones,
que me provoca soberbia, ^^^^|
entre el agrado y vergüenza.
siguiendo siempre, y, en ñn, ^^^^M
me dijo: «Si es que habitáis
en un navio en que trueca ^^^H
señor, como yo estas selvas,
la galera mi viaje ^^^H
no será el postrero d(a
airavci>é á Ingalaterra ^^^H
que nos veamos.» Quisiera
detenerla yo, mas* viendo
y después á Flandes, donde ^^^^|
serví con una jinenta; ^^^^|
asomar por una cuesta
y sabiendo que una noche ^^^^H
una tropa de caballos.
desembarcaban en tierra ^^^^|
recelé, recatóse ella,
cuatrocientos enemigos ^^^^|
fuese, y embosquéme yo.
que en dos barcas holandesas ^^^H
' iPensión del que agravia, pena
vinieron á nuestro campo, ^^^H
del delito, que no importa
les embaracé la empresa. ^^^^H
que el castigo no se tema.
Dos cabos de nuestro campo, ^^^H
si es la conciencia el impulso
envidiosos de mi estrella ^^^H
cuando el ánimo se altera!
(no quiero decir que fueron ^^^H
Apenas, pues, otro di^
cobardes, pues no es flaqueza ^^^H
comenzaba su carrera
acometerme dos juntos, ^^^H
^^H el dorado Febo, cuando
temeridad si que fuera ^^^^|
^^K yo en el valle y en las selvas
presumir uno de si ^^^^|
ya estaba IcRrando auroras,
lo que un escuadrón no piensa), ^^^H
puts á un tiempo en competencia
desaliáronme al campo; ^^^H
Celia y la mañana salen,
mátelos y di la vuelta ^^^H
pero más hermosa Celia.
á España, y porque en Sevilla, ^^^^H
Halléia, en tln, mas ¡ay cielosl
mi patria, sólo por nuevas ^^^^|
que aunque la halle no era ella.
mi valor se sabe, quiero ^^^H
porque una injusta mudanza
se sepa por experiencia ^^^H
me hizo dudar de las señas.
sicnclo horror, causando espanto, ^^M
Un Principe, dueño altivo
asombro, temor y pena ^^^H
de aquel distrito, á la sierra
á los hombres, á los brutos, ^^^H
salió á cazar estedia,
á los montes y á las ñeras. ^^^^M
y siguiendo en la maleza
Hoy á sus murallas llego, l^^^^l
del monte un corzo ligero,
y hallándote fuera de ellas ^^^^^1
al corzo dejó por Celia.
en el cristal de esa fuente ^^^^H
Viola el Príncipe ¡ay de mi!
te vi primero tan bella, ^^^^|
viola, enamoróse de ella;
tan señora, tan bizarra, ^^^H
hablóla amante, rindióse.
tan hermosa y tan honesta, ^^^H
pues, en sus brazos: quisiera
que di primero á tu imagen ^^^H
que repetido este agravio
que á ti mcsma la obediencia. ^^^H
686
LA VENGANZA EN EL SEPULCRO
Tuyo soy; yo he de servirte,
no á disgusto, no por fuerza,
sabiendo obligarle, si.
níme quien eres, no temas
acción que sea descortés
ni palabra que te olcnda.
Rendido, señora, tienes
el que hornblemenie ostenta
hazañas tan inauditas
en entrañas tan sangrientas.
Este, pues, que asi te pinto,
éste que escucharle atenta,
alma de toda la ira,
rayo de toda la fuerza,
tienes á tus pies postrado
mi rendimiento; esta deuda
no me pagues mal, repara
en mi natural. Mas, ea,
que no he de acabar por miedo
lo que por amor empieza.
Tuya es la victoria, baste
que por tuya la confiesa
en el más valiente pecho
la más rendida Hneza.
Admite, pues, la disculpa,
porque olvidada la queja
á tu gusto, á tu albedrío,
á lu gracia, áiu clemencia,
viva, si quieres que viva;
muera, si quieres que muera.
D.'Ana. (Ap) |V)óse mayor confusión
que la mía en riesgo tal!
¡Que una mujer principal
se vea en esta ocasión!
|0h, nunca al campo saliera!
Mas válgame aqui un engaño
con que, remediando el daño,
me libre de aquesta ñera.
[). Juan. Ya de vuestra suspensión
mi rendimiento agraviado
teme que, por despreciado,
no hacéis del estimación.
Do^k Ana.
^No has visto un arroyuelo
que con plantas de hielo
huye de la montaña
entre juncia escondido y espadaña,
ú en remansos que explayó licores
se aloja entre las flores,
haciendo una represa
con que parece que su curso cesa,
hasta que, más seguro, se dilata
vertiendo perlas y sembrando plata.''
Pues yo en el campo asi, yo eo ese monte,
pirámide inmortal deste horizonte,
de tu presencia huyendo,
horrible entonces, porque huí temiendo
hallar donde esconderme procuraba;
ya «1 curso aceleraba,
ya detenerle intento
recogida la voz, torpe el aliento,
con paso desairado,
con desaire alentado,
con aliento medroso,
fingiéndolo animoso
tan dentro del aprieto,
monstruo te presumí, temí en efecto}
mas ya que humano veo
el que temi Teseo,
arroyuelo seguro que desata
en corriente veloz hilos de plata,
el ánimo sosiego,
amante te escuché, mírete ciego.
,;Eres valiente cuando amante eres?
Triunfar de fieras y ofender mujeres
no es acción del valor, pues no consienií
ser á un tiempo cobarde y ser valiente.
Tu amor me has dicho, ya hele escuci'
baste saber que estás enamorado;
déjame lo demás, no te apresures
ni más que haberlo dicho aqui procure
Don Juan.
,;No has visto, pajarilFo aprisionado
que, atento á su cuidado,
y al son de contrapuntos y primores
lamenta de una jaula los rigores?
Ya ensaya libertades
con las alas, ya entona suavidades,
y ya del contrapunto
para dulces gemidos toma asunto,
ya intratable, ya triste, ya halagüeño,
cuando viniendo el dueño
á darle de comer suelta un palillo
por donde el pajarillo
la prisión desocupa,
el vuelo esgrime y otro sitio ocupa,
tan lozano y alegre, que publica
su libertad si canta, vuela ó pica.
Este, pues, pajarillo aprisionado,
en mi gusto eres iti, y en mi cuidado
si le doy libertad, será el palillo
por donde el pajarillo,
dejándome engañado,
mis esperanzas burle y mi cuidado.
Doña Asa.
Don Gonzalo de ülloa. un caballero
á Quien debe su acero
más triunfos y victorias
que aquellos nueve de la fama glorías
á los bronces y. plumas,
es mi padre, y ahora no presumas,
puesto que ya mi calidad has visto,
que á tu amor me resisto,
no agradecida; pero ser liviana,
^cómo es posible que lo sea doña Ana
de UlIoa? Aquesto baste,
si fácil me juzgaste.
De Sevilla esta (arde me he alejado
para coger de es4 fuente en este pfado]
las perlas que salpica
de su cristal al alcatifa ríca
que, matizando Flora,
milagro se repite cada aurora.
Hállele á ti donde busqué el recreo,
ni lo extraño ni creo
que admirar ni creer á la fortuna
es resolver sin experiencia alguna.
Empeño de un acaso
este accidente fué: vamos al cas
En Sevilla es mi casa, patna tuyi
con esto es bien concluya
que, en decirte mi casa.' asi el engafio
ucesu eitraAa
e de hacer pof ti! m«í tti !o piensj,
decirlelo yo me h ;>
jdon Juan, adiós, qi.. -i&o
KÍose el sol me impide el pa:>o.
Don Juan.
frmol ¿Ad te vms, asi m« dejas?
DoüA Ana.
t &on tas quejas,
|e quedo contigo
I me ausento. De temor lo digo.
¡ Don Juan.
b me engañas?
* Doña Ana.
I No.
Don Juan.
Jurarlo tienes.
DoAa Ana.
Don Juan.
"ué mayor díchal
Doña Ana.
Inéi: ¿00 vienes?
Don Juan.
iquesa Inés?
Doña Ana.
una criada
ti, entre aquellos sauces retirada,
Í Adiós, don Juan.
Don Juan.
Detente un poco.
DoRa Ana.
do. Ven, Inés.
Don Juan.
Déjasme loco.
\ laés y Colchan, y vanit lat dos por otra
ESCENA II
DOí» JüAM y CVLCBÓR.
^N.^Qué has pescado?
La hermosura
flor á flor en un jardín;
un ángel, un serafín,
y, en fin, la mayor ventura.
iN. Pensarás que de! anzuelo
ya cuelga alguna lamprea
y seri algún sollo.
W. Sea.
DN.Que te ha de engañar recelo.
N. Colchón: «'qué mujer, qué dama
fué posible que engañase
que manchada no quedase
en la opinión ó la fama?
Malicia es tuya, nu mía,
que aquella rara belleza
es efecto de nobleza,
como de la luz el día.
Colchón,
D. Jl AN.
CoiXHÓN,
D. Juan.
CotCHÓN.
D. Juan.
Colchón
D. Juan.
Colchón.
D. Juan.
i'íeo,
ij U;n*j:i.n,
.^ue aun yo oo k igualo.
^. s> puede ser
de tan gran fama
iiK" cíjaiMurecomo dama
y engañe vomo mujer.
SI puede ser, (i)
porque nacer principal
no es haber mudado el ser,
y e-S el encaño mujer,
según regla general.
Todas engañan, Cotchóo.
Todas engañan, don Juan.
A mi no me engañarán.
De la mujer y el melón
cierto discreto decía
que antes que se alabasen
se probasen ó catasen
V nadie se engañarla.
Mas di, si en la relación
que de lu vida la hiciste
tan tremendo discurtisie
que le pintaste un Icón,
¿cómo concede ríe puedo
sobornaste su favor,
si en vez de tenerte «mor
es fuerza te tenga miedo?
¿Cómo, si aquí no estuviste,
lo que la dije has «abido?
.Corno aplicando el oído
escuché cunnln dijixle.
¿Pudo, pues, desagradarla,
al pinlarme tan Icón,
la rendida adoración
con que procuré obligarla?
Si á lo crudo y A lo hampón
se inclina su voluntad,
ganó lu temeridad
y venció tu condición;
pero tengo lo contrario
por mis conforme á una dami,
y (]ue ninguna que ama
se mclina á lo temerario.
La prueba de amor mejor,
aun allá en lo inacional,
es vencer el natural
por cariño ó por amor:
luego & mi, que de una fiera
lo duro y áspero imito,
el favor que solicito
por rendido se debiera;
mas al tiempo lo dejemos
y dime cómo «e fué
con l« criada.
Se fué.
¿Y no hubo iTiás?
Dostxtremoi:
uno en ella de pedir
y en mi otro de no dar.
con que se quiso enojar
y yo me quine reir.
LlamóJt en esto su ama;
<i) lüste veno Jocoinplcto podUr* leerte
modo: «Plcnio qua iii puede »ef .•
Colchón
D. Juan.
Colchón
688
L\ VENOANZA EN EL SEPULCRO
fuese y dejóme conliga,
que eres mejor para amigo
que no ella para dama.
D. Juan. Con poco acompañamiento
salló al campo.
Colchón. I'na criada,
un coche y una emboscada
de gcniílhombres. que á cierno
llegaban, ^es poco?
D. Joan. No,
si son tantos.
Colchón. No ic asombre
que sólo en un geniilhombrc
he mentido; en fin, salió,
en coche y como te digo,
y por la fe de español,
que si tiene coche el sol
que no es el sol su enemigo.
D. Juan, ¿a, vamos. ¿Si acertaré ,
dónde es mí casa en Sevilla!'
Y no será maravilla
si ha tanto que la dejé.
Mi madre bien sé que vive,
como que murió mi padre;
si me estima como madre
veré en cómo me recibe.
Colchón. ¿Y no me has de dar hallazgo?
D. Juan. ^De lo que he perdido.^
Colchón. No,
de lo que has hallado.
D. Juan. ¡Yo!
Colchón. Heredar el mayorazgo
de tu casa, ¿no es hallazgo?
D. Juan. Dios le perdone á mi padre.
Colchón. Como también i tu madre
el no quererse arrugar.
D. Juan. Si tantas dichas me aguardan
triunfemos de la fortuna.
Colchón. Como son llenos de luna.
poco sus mcnguanlcs tardan.
D. Juan. l£n esa filosofía,
¿quién te meie?
Colchón. Mi experiencia.
D. Juan. Déjame, que mi conciencia
es bastante profecía.
Colchón. Vamos; mas oye, que ahora
me acuerJci que la criada
me di|o que está tratada
de casarse su señora.
D. Juan. ¿Con quién?
Colchón. No sé; mas, espera;
¿no hí<y un n:arqucs de la Rota
en Sevilla?
D. Juan. De la Mota
le hay.
Colchón. Ese dijo.
D. Juan. Muera
si se me opone el marqués.
Hoy penetraré su intento,
le estorboré el casamiento
y le verás á mis pies;
pero ¿no echas ya de ver
SI es doña Ana principal?
CoicHÓN, Yo hablo del natural
por lo que mira á mujer.
í Vantty ialrn l>on Gnn^Alo, barba, y el
Marques.)
ESCENA 111
i>ox GowíALO. El. MAiiQm.
D. GoN2. Señor marqués de \m Mi
saber deseo qué dU
resuelve vucseñorlla
casarse, por si se nota
el que antes de casarse
me haga aqueste favor
con sus visitos.
Marq. Señor,
lo que siento el dilatarse
sabe amor.
D. Gonz. Pero no creo
que loma resolución.
Mabq. I*.n tan juila ptevencióo
padecer tiene el deseo.
Es un siglo cada instante
y una edad cada moment
mas tanto apercíbimieoio
me detiene: en tanto, ami
para de aquí á quince día
tengo resuelta la boda.
D. Gonz. Algo me desacomoda,
mas como sus bizarrías
conozco por experiencia,
no es mucho liempo el qt
mas advierta que le impida
las visitas mi licencia.
ESCENA IV
SaU DoSa A)u.— Dicho*.
D.' Ana. Padre y señor.
D. Gonz. Mi doña Al
¿cómo ayer tarde te fq
en el campo?
D.'Ana. Bien logT
la tarde y aun la manan4
En la tarde, pues, estaba
tal el campo á aquella h(
que dijeran que la au(
entoncts le saludaba.
Perdone vuescñoria
que me lleve del afecto
de mi padre.
Marq. Ese respeto
á SMS canas se debía.
Siempre ensenéis cort*
y persuadís tan discreta
que os conocen por perfd
del modo que pur doña
D" Ana. Eso será por favor
que le dcoa á vuestro ai
siendo mayor el objeto
donde el mérito es menor.
Marq. Si ier mayor es .i^'
donde no hay m^
aquí de vuestro a. ,..-.,..,
me he de valer para raL
In&s.
ESCENA V
Salí Imís.— ntcaoi.
Para entrar un forastero^
pidiendo licencia nli.
JORNADA PRIMERA
Go.N2. Entre lue^o. ^Quién será?
ts. Oyes, aquel caballero
qiic te habló en el campo es.
' Ana- |Ay de mi! Perdida soy.
{Türkast con demosIratiÓH.)
GoNZ. Decid que entre.
^ Ana. Yo me voy.
i*Q. (Turbada duna Anal
Ana. ínés.
(Vdn(« ¡as iíúi.]
lliQ. <■*?■) Con un forastero ayer
que habló en el campo me dijo
su criada, y lo colijo
de este turbarse y perder
el color o>endo ¡ah, cielosf
que entraba. Celos y amor:
dad oidos al temoq
para ser amor y celos.
* ESCESA VI
Saltn Don Juav, Dom CfOHZALO y Et Mamqvís.
Colchón.
Juan. Ya, Colchón, vengo informado
de los dos, que el uno es
don Gonzalo, y el Marqués
cl otro,
CHÓN. Pues ten cuidado.
Juan. Que le tendré cosa es llana:
pues que sólo es mi intención
el buscar aquí ocasión
de ver ó hablar á doña Ana.
Dadme, señor don Gonzalo,
lus brazos ó vuestros pies,
y déme el señor Marqués
la mano.
tCHÓN. No va esto malo.
CoNZ. Saber, caballero, á quién
he de dar los brazos quiero.
%Q. Yo también.
UAN. A un caballero
que puede á los dos también
preguntar.
jONZ. No prosigáis,
que no es mi intento ofenderos.
Todos somos caballeros,
puesto que en eso os fundáis.
Llegad, llegad á mis brazos,
y i los del Marqués después,
que aunque es primero el Marqués,
no lo han de ser sus abrazos.
Y ahora, pues, es razón
conozcamos la persona,
porque el valor que la abona
no pierda en la estimación.
UAK. De don Pedro, aue murió
en la privanza del Rey
soy hijo.
iON2, Y por justa ley
á quien más estimé yo.
^Sois don Juan Tenorio?
UAN. Sí.
lONZ. Volved, volved á mis brazos,
porque en más estrechos lazos
conozcáis mi amor aquí.
Don Juan Tenorio, c! contento
COMKmAS OE TIRSO DB MOLINA. — TOMO II
Marq.
D, Juan.
Marq.
D. Juan.
Marq.
D. Joan.
Colchón
D. Juan.
Colchón
D. Juan.
D. GoNZ.
.Marq.
D. GoNz.
D. Juan.
COLOIÓN.
D. Juan.
Colchón
D. Juan,
689
pienso que me ha de matar.
¡Qué bien que supo privar
vuestro padre! ¡Con aué tiento
la privanza y la ambición
ajustaba! Nunca vi
se desvaneciese, y ful
quien tuvo su corazón
en las manos, qup un prudente
nunca sin aconsejarse
del que llega á confiarse
en la ejecución consiente.
En ñn, él sólo privó
sin mudanza de fortuna;
que logra llenos de luna
quien sin ambición subió.
Lo mismo decir podré;
no tuve amigo mayor.
Tuvo del Rey el favor,
púdolo ser. y yo haré
por vos cuanto pueda.
¿Vos?
Yo, pues.
¡Notable locura!
Mucho este hombre me apura
la paciencia, y ¡vive Dios
que si me enfadol
,;Es posible,
es posible que hoy siquiera
no dejarás de ser fiera?
jQué condición tan terrible!
¿No es éste de quien consorte ■
doña Ana ha de ser?
Tratado
está.
Y as! provocado,
¿quieres que aquí me reporte?
Con vuestra licencia quiero
despachar con un recado
á un amigo este criado.
Vuestro gusto es lo primero.
Temerario es este mozo.
Cosas cuenta del la fama
que asombran.
Aquesta llama
no se reporta,
A destrozo
como á jarrete que toquen
seria bien donde estuvieres,
pues no hay hombres y mujeres
seguros.
No me provoquen
y lo estarán. Mas ¿de quién
saber podrás si doña Ana
está en casa, ó si, tirana,
me olvida?
Como me den
entrada en su cuarto, yu
lo sabré, y aun la diré
lo que padeces.
Y que
se acuerde de que dio
la palabra de ser mia,
la di también, y después
como sé ya que el Marques
me ofende con su porfía;
que me excuse estos desvelos
y no me dé estos enojos,
44
690
LA VENGANZA EN EL SEPULCRO
O si no, que por sus ojos
juro de vengar mis celos.
Colchón. Ruégale á Dios que no elija
por respuesta algunos palos,
que veo muchos Gonzalos
deste Gonzalo en lo hija.
ü. Juan. Fuera perderme el respeto,
y no lo llevara bien.
Colchón. Para mi el que me los den
es de ese lance el aprieto;
mas yo voy. ■' V"")
ESCENA Vfl
Dichos , menos Cnt ciión.
l>. Jlxn. Poco eslimara,
señor, lo que os debo y quiero,
no siendo vos el primero
que en Sevilla visitara.
Vengo á veros y á pediros
me elijáis para ocuparme,
pues sois quien ha de mandarme
y yo quien hade serviros.
De esta suene le entretengo (Ajjaríe.)
por si doña Ana á esta pieza
sale, que es poca fineza
no sepa que á verla vengo.
D. GoNZ. Tanto gozo he recibido
de veros, señor don Juan,
que llego á creer que están
mis sentidos sin sentido;
que aquesjo puede un conienfo
como tal vez un pesar,
puesto que suele matar
un gozo como un tormento.
D. Ji'AN. No permite esos excesos
voluntad tan bien pagada.
D. GoNZ. ¿Cómo de vuestra jornada
no me decís los sucesos?
D. Ji;an. Son muy largos.
D. GoNZ. Mi atención
no se cansará de oíllos.
D. ¡VKtt. Si es obediencia el decillos
yo buscaré otia ocasión.
Mabq. Mucho el indicio me estrecha,
mucho crece. ¡Oh, cómo son
verdugos del corazón
cuidados de una sospecha!
D. GoNZ, Que somos uno las dos
advertid.
Mauv. ¡Fieros tormentosl
Mas yo sabré sus intentos.
I). Juan. Señor don Gonzalo: adiós.
Mai>q. Adiós, señor don Gonzalo.
D. GoNZ. Id, caballeros, con Dios;
no diferencio á los dos,
pues en mi amor los igualo. (Y«stj
ESCENA VIH
Doif JvAH. — El- M*npt)ls.
"B. Juan. (\'o he de hablar con el Marqués
claramente.)
Marq. (Con don Joan
me declararé.)
D. Juan. (Va volcán
es mí pecho.)
Marq. (Aquesto es
lo mejor.)
D. Juan. (Mal se reporta
mí enojo. ¡Que aquesto pasd) <
Marq. (¡Que me olvide!) '^M
D. Juan. (¡Que se cas^H
Los DOS. (Al remedio, pues, qaeimporST
ESCENA ÍX
Sale Doma Ama.
¡Qué desdichada que soy!
¡Oh, nunca saliera ayer
al campo, pues llego á ver
los riesgos de ayer y hoy!^
Ayer de mi honor temí
la mancha sin culpa mía,
y hoy aquí, ¡qué triste dial
que vacilaba le vi.
pues mi susto y turbación
al entrar don Juan fué tal,
que en ensayos de moriaJ
viví sin lespíración;
señales de que se infieren
culpas con tal evidencia
que hay muchos con inocen^
que de aqueste achaque mu<
Luego yo que me turbé
tan á vista del indicio,
que no hiciese allí su ofícto
el castigo mucho fué.
Mudemos, pues, el intento
y oigamos al desengaño,
que se experimenta el daño
P^ra solo el escarmiento.
Mas mi padre viene. ¡Ay,
Si en mi turbación acaso
reparó ¡qué triste caso!
ESCENA X
Satt DoM GuNZAia — DoAa Aju.
D. GoNZ. ¿May alguien aquí con voii^¡
D.* Ana. Sola estoy. Sin duda es este
D. Go.NZ. Pues sí estáis sola...
D.'Ana. }Avd«
D. GoNZ. Quiero que sepáis aquí
serán vuestras bodas presto
con el Marqués de la Mota.
D.' Ana. Ya respira el corazón.
Sin duda mi turbación
pasó sin que diese nota.
D. GoNZ. ¡Qué vergonzosa! Desdebo]
en quince días os casáis,
bien será que os pre^coK^s.!
Y adiós, que aun negocio
Volveré tarde; la puert
esté cerrada temprano,
que, pues traigo llave,
será el tenérmela abtena.
JORNADA PRIMERA
60 1
ESCENA XI
DoiÍA Ana.
Siempre que mi padre vuelve
urde de noche recelo
alRÚn mal suceso. El cielo
le guarde, y pues ya resuelve
casarme» no me ha de ver
el Marqués, porque el favor
se le ha de negar mejor
al que marido ha de ser.
Inés.
ESCENA XII
Sale Ittis V CoLCM¿N.— Doña Aha.
Ikés.
Ana.
|n¿s.
3LCHÓN
>.» Ana.
luis.
Colchón
Ana.
COLCHÓN
Ana.
ILCHÓN.
Ana.
>LCHO!»,
>.' Ama.
)LCHÓN,
Aka.
>LCHÓNc
Aka.
JtCMÓN
Ana.
JLCHÓN
\D.* Ana.
LCHÓX
Señora.
¿Qué hacías.^
Estaba...
No estaba, hablaba
en un colchón que buscaba
para su cama.
Podrías
con más recato.
A entender...
La culpa tuvo el colchón
por llegar en ocasión
que Inés le había menester.
Dijome á mí: «Concertalde»
Mas el colchón, que lo oía,
la dijo: «Señora mía,
para su cama, de balde.»
Id con Dios.
^. Me despedís
sin preguntarme quien soy,
dónde vengo, dónde voy
ó i quién sirvo^
jA quién serví»?
I>e don Juan el Temerario
lacayo he sido hasta ahora,
pero después que te adora
me ha hecho su secretario;
y, en fin, yo soy enviado
de mi amo i que te diga
el empeño á que le obliga
la palabra que te has dado;
que te adora, y que por ti
se muere.
No prosigas.
.Que los celos...
^No calláis?
.Del Marqués-
Idos de aqui ( 1 ).
. Le han inquietado de moido...
-•Qué es esto?
Que pueden...
Baste.
.D»r...
Con su amor al trtsic;
j en esto lo he dicho todo.
ft6n Tcrio* roce ;
fkcia4«: «i rt4onÓUUmk
D,* Ana. Diréis, pues, á vuestro ami
puesto que á mi os envió,
que se acuerde que soy yo
doña Ana, y que Ullua me llamo,
y que excuse.,. ^No escucháis?
r.oLCMÓN.Sin perder punto.
D.' Ana. La nota
que ha dadn, y que el de la Mota
es mi dueño. Y na volváis
vos aqui, que hard' que os deHí
y no lu dudéis, la muerte;
Y decildo de esta suerte
i vuestro amo también.
(Va(f con lné%.)
Colchón. Pues, por Dios, doña Lucrecia
que, según lo que irnagmo,
que habéis hallado un Tarquino
que 0$ deje burlada y fiecia. •
(Kd<f / tatt ti Marquen, Ht nocAr.}
ESCENA XIII
Et Mar«d£*.
Celoso v desesperada
vengo (íonde amar solía
Sin celos; mas en un día
jqué cosa no se ha mudad
Vi me, si nunca envidioso,
de bien querido ciividiado;
pero ¿quién fué desdichado
sin ser primero dichoso?
Que hanló doña Ana, he cabido,
con don Juan ayer, y sé
que si hoy se turbó y se fué,
que él umbién la causa ha sido.
Salió conmigo de «111,
iqué altivo y vano don Juaal
para decirme que estén
concertados ¡aV de mil
de casarse |quc rigor!
tan conformes ¡qué tormcntot
quesera su casamiento
tan presto ¡qué falso amort
aue no ha de pa&ar ¡ah, cielosl
esta nuche, ú de que sea
suya doña Ana. Maü. ea,
que asi mi amor y mis celos
serán muerte del dolor;
mas guando, en dolor tan fueru»
fué medecina la muerte
para que cese el rigor?
Esto desde ayer me tiene
en UO lormenlí. rrortal;
mas,jcuánd' . d mal
á las espald;^ . ?
Que se casa
con él, me c: . Ja,
si allí s« viC : 1
dobló para » a.
Decoro allí el leportarme
fué de doña Ana y su casa:
veamos cómo se casa
sto vencerme sqili 6 maUrme.
Aa ■ ".o esperar
pií ;»d venido;
6q:
L\ VENGANZA EN EL SEPULCRO
son ofensas de marido
las que resuelvo á vengar,
que un casamienlo aceptado
pusesiún es ya que obliga
á la deTensa: no diga
lu conirarío el que es honrado.
Aqui, pues, le aguardaré,
donde, con tanta razón,
tumaró satisfacción
y mis celos vengaré.
lista es la calle y la casa
de quien puede 6 no matarme;
mas bien será retirarme
mientras esta ^enie pasa.
ESCKNA XIV
Sale Don ívah y Co;xi<6m. con capas
dlfertnttí.—Ki. Mangues.
D.Juan. ,;Doña Ana te dijo eso?
Colchón. Ésto me dijo doña Ana,
y que á ti te io dijese.
D. J"AN. 'ijMis celos no me bastaban?
Fucs. ¡vive Diosl que he de ver
cómo lo dice mañana.
Gozarla tengo esta noche
que quiera ó no, mi palabra
cumpliéndole yo al Marqués,
pues le dije se casaba
conmigo esta noche. Entremos,
mas la puerta está cerrada
y un hombre en aquella esquina.
ESCENA XV
Sait DoM GoKZALo.— DtCHos.
Colchón. Otro por la calle pasa.
i, Juan. Pues á que pase aguardemos,
que aún otra industria me falta.
Mas parece que una llave
le hace la puerta franca.
De casa debe de ser.
iHace qut áhrt ana puerta.)
Sigúeme, Colchón.
Coi CHÓN. ,íQué trazas?
D. Ji'AN. Entrar con él en abriendo;
matarle luego y la casa
saquearle muerte á muerte
sin que quede cosa humana
que no muera en ella, pues
mi sed, mi rencor, mi rabia,
sólo es ya de beber sangre
hasta verme con doña Ana.
CoiCHÓN.M^a, pues, no cierre.
D. jLfAN. Hidalgo:
el que otra puerta se abra
donde una se cierra es justo.
Allá vamos todos.
>. GoNZ. Falta
el saber si quiero yo.
D. Joan. Remitiéndolo á la espada
servirá poco, buen viejo,
el ser vos la barbacana
para no rendir la fuerza
del castillo y de una ingrat
D. GoNZ. Don Juan Tenorio parece.
Colchón. t)on Gonzalo es con quien hil
D. Ji'AN. Va le conocí, y me pesa
de matarle.
D. GoNZ, Dad la causa
de un atrevimiento igual.
D. JtiAN. Vo he de entrar en vuestra casa.
porque en ella vuestra h:ja,
6 me cumpla una palabra,
ó me dé la posesión
de hermosura que es tan rarj.
D. GoNZ. Primero os haré pedazos.
( AeitcAUii»dm.i
D. JrAN. De que ya no estéis sin hahla
me admiro; mas, es valiente;
no hay sangre fría en sus ctoas.
Maro. Discurrir en lo que haré
fuera obscurecer mi fama,
cuando el matarse dus hombres
puede aqui estorbar mi cspa
|Ah, caballeros!
D. GoNZ. |Jcsús!
|Copfesión! (Cd* mmtrt».]
Marq. ]Qué gran desgracia!
D. Juan. Esto es hecho; lo demás
es menester que se haga;
perú sin matar á este hombre
no es posible.
{Dentro.) Cuchilladas
en la calle.
Colchón. La lusticia.
D. Juan. iQué estorbo! Ya mi esperanza
se perdió; pero estar preso
es peor. Colchón, ¿qué aguí
Sigúeme.
Colchón. Por esta calle.
(V<iiu«/
tSatt por otra parte ti Asistes U, i
cilcscun linttrnai.)
ESCENA XVI
Et. ASISTKNTK Y AUlUACIlCS.— MaVQKÍ
ASIST.
Marq.
AsiST.
Mabq.
AsiST.
Marq.
AsiST.
Mapq.
AsiST.
Maro.
AsiST.
Den, caballeros, las armas.
Vo á ninguno doy las iDias.
¿Cómo no? Prcndeldt.
Aguarda. _
Llegad luz. ¡Señor M^rquév!
¿Q ué es esto que por mi pas•^
Ño excuso vuestra pri»ióo,
ya lo veis.
Es excuNada,
pues que sólo ponií» par
por remediar tal di
Pues ¿quién ha m lel
Ya quien le mató ' ' ; j
por esa calle.
Mirad:
llegad la luz é la cara
del muerto. (Válgame et ciclo!
Don Gonzalo es é$tc, v ciar»
Marq.
ASIST.
Marq.
«aecotra el M»r^nci j cu'pj.
A «loo Goora'o ¿ ^u rav»
;V¡TeDÍM^<: -|(an2il
Señor Marque», t cm* f >
me csctKlMd on« paUt-
(Ab, doo Iiun TcDorio! l<
ToelTa bov «qal por mi c«um
A doña Ana pretetwMis
j i la puerta de $u ctm
os hallo cuando á <n r»ctrf
muerto aquí de u
la espada os hatl¿ c
que no es poca circunstancia.
Sabe el cíelo (^ue quisiera,
y sabe Dios si nic holKara
de no hallaros en la calle
cuando hallo esta desgracia.
Cumplir yo con la justicia
y conmigo en esta causa
diñcultoso parece
sia vuestra prisión.
Me agravia
en esa resolución:
que si me dan ú doy cauíai
para matar, no las niego
por excusarme la infamia
de vengarme sin valor:
que es cobarde la ven|4anza
aue oo publica el castigo
oonde ^avios desagravia.
Como adniinKir-j íumíl-íi^
de contecucr, . .ra
es foerxaquc i.
Averiguar lo qn* p«M
le toca á TDCMAofta.
Y xómo lo avarápiara
sunanMCMraMlatfcip^
Didéadolo f o.
NobMia;
I ,Ail . féí*t lilla lili )• . H
^^^^^^^^^^^^^^ LA VENOíCwSR^SotULCRO ^^^^^^^^^H
D. Juan. Que me ofendéis.
D.* Ana. (Hoy entrando en la prisión, ^M
D.'Aka. ¡Ah, traidori
disfrazada, del Marcjuet, ^H
sabré el intento, y de^pué^ ^H
Pero si el cielo me ayuda...
ü. Juan. A no ser el sentimienio
tomaré resolución.) ^H
lan justo...
D. Juan, ¡Quél ^os volvéis á suspender? ^H
D.* An.\. D< mi venganza,..
De arrepentida parece. ^|
D. Juan. Pensara.,.
D.' Ana, Como en mi se fortalece, ^^^B
D.*Ana. Tengo esperanza.
es mi palabra mi ser. ^^^H
D. JrAN. Que es otro ya vaesiro intento.
D. Juan. Eso me hace creer ^^^|
En el campo' me engañasies;
que no es mi esperanza vaniT^H
^^^^ ser mfa me prometisteis.
D.' Ana. No hay mucho de aquí á maól^f
^^^^K pero cuando en casa os visteis
D. Juan. Mis deseos lo dirán. ^H
^^^^H vuestra palabra negastes.
D.* Ana. jVálgate Dios por don Juaot {V^M
^^^^^H Si vos hacéis deshonor
D. Juan. jVálgate Dios por doña Anal ^H
^^^^|i pretensiones de marido,
Inés. Adiós, y á más ver, ColchóB» ^H
^^^^^ ;qué sentirá el que ha perdido,
Cor.cuÓN. Oyes. ^H
1 porque se rindió, el va or?
Iní:s. Dilo presto. ^H
I D." Ana. Soy mujer, donde el honor
Colchón. Inés, ^H
1 es vidro tan quebradizo,
yo le lo diré después. ^M
^^H que al soplo con que se hizo
Inés. iQué taimado socarrón! fV4M.)^|
^^M se suele tal vez quebrar,
^H
^^^^_ sin que se pueda enmendar,
^H
^^^^B puesto que ya se deshizo.
^^^^H Luego yo, que soy mujer,
ESCENA U H
^H
^^^^^H luego yo, que tengo honor,
Don Juan y Colchón. ^^M
^^^^V soy vidro que en vuestro amor
^H
^^^HT puedo quebrarme ó perder:
Colchón. ¿Tú eres el que decías: ^M
^^^F no queráis, pues, deshacer,
«Yo he de gozar á doña AiM ^M
^^V señor, con vuestra porfia
antes que llegue mañana, ^M
^^H Í3 luz con que alumbra el día.
matando suegras y lias?» ^|
^^H pues tiene en su claridad
D. Juan. iQué quieres! Yo no sabia ^H
^^V mi honor en mi calidad
qué era amor, ni qué hermosi^H
^^B como mi fama en ser mía.
Sólo en condición tan dura ^H
^^B D. Juan. Pues mirad cómo ha de ser,
predominó valentía, ^M
^^H que dejar mi pretcnsión
desgarro, venganza, gucrn ^M
^^H no es posible, ni es razón
para las cosas de amor. ^M
^^H me deje en esto vencer.
siendo un hielo y mi i'uror ^M
^^H Ya como á propia mujer
otro azote de la tierra. ^M
^^H os miro y os galanteo;
Mas no sé. Colchón, no sé ^H
^^H no soy dueño del deseo.
qué encanto tiene, qué hechi2^H
^^H porque tiene mi albedrio
esta mujer que deshizo ^H
^^H y no volverá á ser mió
este rayo que vibré, ^M
^^H en tanto q^ue no os poseo.
pues en este brazo el cielo ^M
^^B D.* Ana. Si á ser mi esposo aspiráis,
parece puso la injuria ^H
^^H todo está ya en mi favor,
á su enojo y de mi furia ^^^H
^^B pues me obligáis con amor
para castigo del suelo, ^^^H
^^H cuando marido me honráis.
y ya, tirano Cupido, ^^^H
^^H En el silencio os culpáis,
ni es rayo, furia ni enojo, ^H
^^H pues entonces como aqui
sino un rendido despojo ^H
^^H no os declarasteis allí.
á un ángel que me ba vencid(^|
^^^^^ |0h. cuánto en un pensamiento
CoLCHúN.¿Tú, de blanda condición? ^H
^^^^K facilita un casamiento!
D. Juan. Sí, sin perjuicio del brío, '
^^^^H Vuestra soy, vuestra nací.
que mi valor siempre es mío
^^^^H (Si supiera que le engaño
con una resolución.
^^HV segunda vez.)
Y |ay, Cokhónl ¡ay de doí^a AU,
^^^^jl. Juan. No lo creo.
si me da con el Marqués HH
^H[ por lo que duda el deseo,
hasta ver el desengaño.
celosl y ¡ay de ella, pues, ^H
si no es mía de aqui á mañad^f
D.* .^NA. Sólo un dia...
Colchón. ¿Desde aqui á mañana.^ ^M
D. JtJA.N. Será un año.
D. JirAN. Si. S
!).• Ana, Os pido...
porque palabra me dio ^M
D. Joan. Acortad el día.
de serlo. ^H
D/ Ana. De plazo...
Colchón. Pues de otra yo ^H
í>. JfAN. Para ser mia.
te quiero informar aqúf, ^H
I).* Ana. Quién lo duda. (Con mi muerte.)
si me escuchas. ^H
D. JiuN. Loco estoy, que de otra suerte
D. Ji;an. ¿Qué te diro^^l
^H no cumple bien mi alegría.
Colchón. Que le diese tu recado, ^H
JORNADA SEGUNDA
digo, el que ella me ha dado
para li; de que colijo
que al instante que te vio
la enamoraste.
í. Juan. ^AI instante?
*OLCHÓN. Es de repente un amante
si por los ojos entró.
Dijome, en fin, te dijese
había en Sevilla una dama
que te adora.
AN. Y que se llama,
¿cómo?
lÓN. Eso quiso que fues«
desvelo de tu cuidado,
adonde vive y c^uión es;
mas yo lo sabré, después
te lo diré.
Juan. Es excusado.
>LCHÓN. Déjame saber quién es.
Juan. De lo que dices le dijo
lo que puede ser colijo.
Doña Ana es mi dueño, pues
mi esposa espero que sea,
tan amante de mi esposa
que ella fea fuera hermosa
y esa hermosa fuera fea;
ni es posible sea verdad
un «mor tan repentino.
Colchón. Pues ¿qué ha de ser?
|D. Juan. Descamino
de alguna facilidad.
Vamos, que ver al Marqués
en la prisión determino. íVat*.)
}LCHÓN. Toma del gusto el camino
y deja el del interés,
Inés, porque á verte voy,
y menos de honor te precia;
pues no puede ser Lucrecia
quien se rinde porque doy.
(Voí* y taU ti lAtrquét en tu prisión.)
ESCENA 111
El Mauqtjí»
[La prisión que padezco
I si el afecto la siente como injusta,
^contento la obedezco:
por si doña Ana gusta
que ¿ su rigor padezca, entonces justa;
mi queja no es primero
que doña Ana, si gusto suyo ha sido.
I Que se casa con ella ¡oh, caso fiero!
de don Juan he sabido;
mas ¿no puede don Juan haber mentido?
Sí puede; pues detente,
: resolución, que ofendes aquel cielo
que padece inocente.
Mas ¡ayl que no es consuelo
ser opinión la culpa y no el desvelo.
En tan fuerte mudanza
?[ue no me olvide pido:
alsa proposición de la esperanza,
pues posible no ha sido
haber mudanza sin haber olvido.
Don Gonzalo de UUua
viro yace en su fama, pues ya muerto
se eterniza en su tói
y á mi ¡qué desconcierto
me deja infame en la traición v)iil- «aviertol
Del aleve homicida
pa^o la culpa en la opinión que picrd v
Déjeme, pues, la vida,
consejo aquí el más cuerdo,
que apetecer la infame es desacuerdo;
mas no me deje; viva;
que morir sin morir es gran turmeni •
y si en vivir estriba,
jamás el sentimiento
en la muerte me quite el vencimiento.
Grillos de delincuente,
si cadenas de amante, me aprisionan:
delitos no consiente
mi sangre ni los triunfos que me abonan;
mas ¡ayl que ya en la voz no me perdonan.
Don Juan Tenorio jay, tristcl
con indicios me ofende y con desvelo^
juitgando que consiste,
si mi muerte en mis celos,
mi culpa en su traición. ¡Valedme, cielosl
Doña Ana me persigue,
si es cierto el ser mudable el ser tirana,
sin esperar mitigue
su fiereza inhumana,
que esto es estar celoso de doña Ana-
ESCENA IV
Salen DoSa Ax* í Inút, tapadtu y dt>/ra^a4a*.
El. MAHgvfti.
D.* Ana. Si aqucse mi nombre fuera,
que entraba en buena ocasión
a veros en la prisión,
señor marques, defendiera;
ma^ sin que duna Ana sea,
que esta piedad me debáis
quiero y que me pern^iiáis
el que áqui tapada os vea.
Lo que os mueve me decid
i verme con tal piedad.
Si creéis que voluntad,
no rjcelaréis que ardid.
Con tal agradecimiento
os estimo la visita,
que los recelos me quita
y rae pone atrevimiento...
¿Para qué?
Para pediros
que os descubráis.
No es posible.
Pero será convenible
ara que pueda serviros,
o quiero me agradezcáis
lo que sólo es picd^td mía
y que por cualquiera haría
preso como vos estáis.
Mas decidme; ¿queréis mucho
á esa dama, á esa doña Ana
que nombrasics?
MARg. Soberana
es su belleza.
D.*Ana. jQué escucho!
Mam({. y aií es fuerza que la quiera,
D.*Ana.
Marq.
D.* Ana.
Marq.
D.* Ana.
ft'
H ^^^^^^MHHI
^ÍKepulcro ^^^B
^^" que la eslime, que la adore
porque con mi í-""^» •-"•■''•-^H
■ > que sus mudanzas llure.
no habiendo m; '^1
^^_ D.* Ana. ¡Sus mudanzas! ¿á qué espera
Mapij. Eso es quererni'- ^||
^^H mi sufhnitcnio? ^Mudable
Inés. Don Juan Tenorio.
^^r esa d&ma os corresponde?
D.'Ana. ¡Aydemllj
■ Mkri}. Mudable.
Marq. Echad el manto ant«s qoecnl^H
^^ D/ Ana. ¿Por quién ó dónde?
^H
^^L Makq. Que en aqueso no se hable
^^r tavor me haced.
ESCENA V H
m D.' AtíA. Puesjporquc?
Súlt Don Joam y CotcuóN.— Dtcitú*. ^B
1 Marq. Por ser juslo esle decoro.
i D.» Ana. ¿Justo?
D. Juan. Ruego al cielo que no encueai^|
L Mapq. Si, porque la adoro
con otros celos aquí. ^H
^^L con alma, con vida y fe.
Signiñcaros mi pena ^B
^^P D.* Ana. ^Y cómo se compadece
no podré si no creéis, ^B
^^ ¿tenderla y adoraría.''
mas si asi os entretenéis ^H
W Marq. pues en que puedo agraviarla.
tendréis la prisión por buena. ^H
I D.* Ana. ¿Qué otro tUulo merece
(¿Qué dices de estas mujefe* ^H
1 ivjátarla á su padre? Üigo.
que me han puesto en mil CUÍ^^|
m si esa doña Ana es su hija
Colchón. Los indicios son fundados: ^H
■ de don Gonzalo.
sospecha lo que quisieres. ^B
^^ Maho. Corrija,
D. Juan. Descubrirlas es el modo ^B
^^B hablando en eso conmigo,
de averiguar la verdad. ^H
^^^ las palabras vuesira lengua,
CotCHÓN. Como sea temeridad, ^H
^^B vuestro pecho la intención,
tú te arrojarás á todo. ^H
^^H porque en mi Tuera traición,
Marq. Señor don Juan, la visita ^H
^^H fuera infamia, fuera mengua.
os e^imo como es justo. ^B
^^H No ser pública venganza
D. Juan. Pruebe, Marqués, mi disgusu^H
^^B su mueiie si me ofendiera.
la pena que le acredita ^H
^^B D.'Ana. Yo, si ella fuera, os dejara.
el sentir vuestra prisión. ^B
^^m Mas en lo de su mudanza,
de que sólo vengo á duros ^B
^^B ¿cómo quedamos?
el pésame y á envidiaros ^B
^^B Marq. a vos.
la padezcáis sin razón. ^H
^^B ¿qué os importa?
Pero lo que fuera en vos ^H
^^ D.*Ana. Defender
ó en otro curiosidad, ^H
B el crédito de mujer.
es en mi temeridad. ^B
^^B Majiq. Eso para entre los dos '
No puedo más; ¡juroá Diosl ^B
^^B ha de sei cuando la vea.
Saber quién son las lapadas ^B
^H D.*Ana. Pues decírselo podéis, (£>"í"*''''«<^«*)
pretendo. ^B
^^B que aquí á doña Ana leñéis,
Makq. Perderos fuera. ^B
^^B > no es bien que ausente sea
D. Juan. ¿Cómo, si yo no quisiera? ^B
Marq. Son mucho las embozadas. ^B
^^H el ofender su opinión,
^^H señor marqués, sino aquí
D. Juan. Eso es bueno para mi', ^B
cuando obro ae la suerte ^H
^^Hl( para que vuelva por si
^^B desmintiendo esa opinión.
que el rayo, que en lo másfu^H
^^H Desmintiendo, digo, pues
puede mas. ^H
^^H con deciros que yo soy.
Marq. No es para aquL ^B
^^B pruebo que segura estoy
D. Juan. Si pide su ejecución ^B
^^H en mi misma; en mí, pues es
aquí el rayo, aquí se e^pcrc^^^B
^^B mi valor bastante muro
Marq. Si yo no lodetendicrc. ^^^H
^^B para defender mi honor.
D. Juan. Tomaré resolución. j^^^B
^^B pues donde hubiere valor
D.'^ Ana. Qué hombre tan temerAfM|^^|
^^m estará el honor seguro.
Perdidas somos,. Inés. ^^^|
^^B Mako- ¿^0 es deshonor la mudanza
D. Juan. Excusad, señor ^' '. ^^^B
^^M que fuese arrepentimiento
tenerme por c ^^^B
^^B ó por otro casamiento
pues sabéis mi Cuiíuh-üji. ^^^B
^^B ú dífcrL'ntc esperanza?
Marq. ¿Qué os obliga?
^^B D.* A.NA. Señor marqués, yo os he dado
D. Juan. Una sospecha.
^^H palabra de esposa, luego
Marq. Presto la veréis deshecha.
^^B mis obligaciones niego
D. Juan. ¿Dónde?
^^B sí de intención he mudado.
Maoq. En mi .
^^m Makq. Según eso, ¿firme estáis
D. Juan. ¿No es mejor qu. - —^^^
V en ser mí esposa?
Marq. ¿Cómo? ^^^1
^^ D/Ana." y tan firme
D. Juan. Descubiertas. ^^^H
^^B que mi mano lo confirme
Marq. N^t^^H
^^B puesto que vos lo dudtis;
porque estoy presente T^'^^^H
^^B mas esto se ha de entender.
y á su defensa me obligan. ^H
JORNADA SECUNDA
697
IH. eitiís preso.
No lo estoy
para lo que á mi me debo,
LN. ^Pensaréis que no me atrevo?
¿Entenderéis que otro soy?
f. Pues ¡vive Dios que ha de ser!
(Va á dtscubrirlas y sateel Alcauie,y xt
dttient DüD Juan.)
ESCENA VI
Un Alcaiob.— Dicicos.
Ya es esto mucho desorden,
señor Marqués, y á la orden
que tengo no se ha de hacer
violencia. Vueseñoría
sabe que nú puede hablar
I con nadie, ni aqui ha de entrar
mujer ni hombre.
^A. Este día
fué el postrero de mi honor,
I séalo también de mi vida.
¡. Señor Alcaide, perdida
la libertad, el valor
suele obrar desesperado,
y es eso mucho apretar.
(Un ardid me ha de sacar
de lance tan apretado.)
Vaierme de vos aqui
^^no excuso, señor don Juan.
^■Estas mujeres están
^^i gran peligro por mi;
mujer y criada son
del Alcaide, que, ungiendo
salir fuera...
IN. Ya os entiendo.
De harto riesgo es la ocasión,
mas remediarlo os prometo.
Sin que lo repare ahora,
despedid á esa señora;
yo le entretendré.
KA. iQué aprieto!
Eso habéis de hacer por mi.
Perdidas somos, Inés.
bz. Yo le agravaré al Marqués
la prisión.
AN. M Colchón.) Vete de aquí,
porque aguardes en la calle
estas mujeres, que quedo
sospechoso.
ó.N. Y si es enredo,
¿qué he de hacer?
Desenrcdallc,
iiguiéndolas hasta que
sepas su casa y quién son.
N.¿^ si me dan trascantón?
H. No eres tá tan lerdo; ve.
ION. A mujeres no temdlas
es aprobar su embeleco;
tres años ha que dü peco
por no meterme con ellas. ^VaMt.
beñora, que al punto os vai«
por esa parle convjen*,
mientras don Juan M «ntreiienc
con el Alcaide.
D,' Ana. ¿Quedáis
seguro de mi?
Marq. si, ¿y vos,
no lo vais de mí?
r).*ANA. También.
Maro. Pues adiós apriesa.
n.»ANA. Ven.
f). Juan. En fitl, como os digo... (ai AleiUfe.)
O." Ana. Adiós.
(Vamt Doña Ana y íüH.)
ESCENA Vil
Don JvKV, il Marqués y ti Alcaidb
D< Juan. Lo malquisto se ocasiona
de no saber por oñcio
distinguir el ejercicio
esta de aquella persona.
Diferencia ha de tener
el que es noble del vulgar,
y el hombre particular
del que tiene gran poder.
Aun en astros é influencias,
en cielos y jerarquías,
se ven estas mayorías
porque hay estas diferencias.
Alcaide. Si del señor asistente
hay la orden que sabéis,
¿de mí por qué os ofendéis?
D. Juan. Es orden impertinente.
Alcaide. No puedo más.
Marq. Que podáis
ó que no, vuestro ejercicio
es ese; haced vuestro oficio.
Alcaide. Yo haré...
Marq. ¿Qué?
Alcaide. Lo que mandáis.
iVatt.)
ESCENA VIH
Don ¡vtn y ti MAngvt*.
Marq. Si prolijos cumplimientos
permitiera la amistad
cuando aquí mi voluntad
US rinde agradecimientos,
con voluntad y razones
os reconociera aqui
lo que hkbcis hecho por mi.
D. Jl'an. Marqués, buscad ocasiones
en giji- im- iiayáis menester,
en . .ñas ó guMos,
peí . injustoü
os desviad.
Maro- Responder
á esa proposición
quiero; escuchadme.
D. Ji'AM. Marqués:
yo üoy vuíMro y vuetiro n
no ' ' ■ 'I
Lii Minpcr,
mi< de poder
VUCMro'. cíjiis.
MAny. |Ay de mlt
698
D. JuaM.
LA VENGANZA EN EL ÍEPÜLCRO
A Doña Ana quiero bien;
será mi esposa Doña Ana,
de que habéis de ver mañana
que me dan el parabién.
Vuelvo olra vez á deciros
no me deis celos; mirad
que perderéis mi amistad:
no lengo más que advertiros. (Vast)
ESCENA IX
El M*kqu¿s-
¿Qué es lo que pasa por mí?
¿Habrá quien pueda creerlo,
si dudarlo y padecerlo
me sucede á un tiempo aquí?
Don Juan por mi se ha empeñado
dejándome en el empeño
olra vez, parece sueño,
y Olra vez me ha despertado.
Don Juan me quiso matar
con ardidoso fingir.
Quiero é Doña Ana escribir,
pues que no la puedo hablar;
airela cuanto ha pasado
con Don Juan aqui, y diré
cuánto le debe á mi fe,
pues no creyó, si ha dudado.
Esto es en cuanto á Doña Ana,
auc en cuanto á Don Juan, saldré
e la prisión y veré
si con ambición tan vana
en el campo ó en la calle
hace y dice como aqui.
iQue se me atreviere asil
¡Vive Dios! que he de buscalle,
que no ha de ser mi prisión
eterna; salir espero,
volver á ceñir mi acero
y restaurar mi opinión.
Cese prisión tan tirana,
dé)eme el cielo vengar
ó máteme luego. Entrar
quiero á escribirá Doña Ana. (fase)
ESCENA X
S«/< Do« JüAM y Colchón.
D. Juan. Despéname; di, Colchón,
¿qué averiguaste?
Colchón- La iglesia
donde se entraron.
D. Juan. jOh, pesia!..
Colchón. Déjame hacer relación.
Digo, que apenas dejaron
la cárcel, cuando los dos
á dar mil gracias á Dios
en esta iglesia se entraron,
de lo cual es bien arguyas
que el socorro soberano
las tuvo lan de su mano
que las libró de las tuyas,
bniré en la iglesia, busquélas,
encontré con una tuerta,
púsome, en fin, á la puerta.
no salieron y di
esta es la reíací
de las buscona^
y si ellas son tu
¿qué culpa lenu
D.Juan. Ven, que por la híío]
buscarlas.
Colchón. Es por demás,
pues mil tapadas verás
que hablan entrado primero,
y es hacer una ciperienoa
que por locura tendré.
D. Juan. La dificultad se se;
pero haré mi diligencia.
Colchón. Alto, pues; á visitar
las capillas empecemos.
D- Juan. Esta tiene mil extremos
que son dignus de admirar;
¡qué fábrica, qué hermosuul]
¿Ño miras en cada pane
un prodigio por el ane
y un primor por la moldura?!
Colchón. Y de esta, ¿qué te parece?
D, Juan. No es al discurso posible.
Colchón. ¿Y ésta?
D. Juan. Tiene el impostbVe
que su admiración merece.
Colchón. Pues aqui bien hay que ver.
D. Juan. Si; despacio lo veamos
y este letrero leamos.
{^Cúrrtte una cortina: dttCt
pulcro bí*n formado y aétrtiti*
Don Gooialo de (Mica como ** t^i\
vidado de Pitdrif antigvamntt^,
un tetrero.)
Colchón. Yo no le acieito á leer.
D. Juan. «Aguardo aquí de un traidor
que Dios venganza me déJ>
De esa sentencia apelé
cuando fui el ejecutor
de vuestra muerte, buen rii
Don Gonzalo es el que mirj
Colchón. ¿De Ulloa>
D. Juan. Si; ¿qué te admir
Colchón. De que tú en aqueste espejo]
no te mires.
D. Juan. ¿.Me predicas?
Colchón. Los dientes me hace cm|'
el letrero.
D. Juan. A mí reír.
¡Qué cosas tiene tan ricas
¡a capilla!
Colchón. Y del sepulcro.
¿qué dices?
D. Juan. Que es cou nt
Colchón. Un critico le aplicara
para alabarle lo pulcro.
D. Juan. En fin, señor don Gnv79k
¿aguardáis que os -• ^
¿.No es mejor veng
Yo desde luego os scn.\'o
por campo mi casa; en dial
esta noche á pelear
es espero y á cenar.
Colchón. ¡Lo que el valor te aicopelb
¿A un muerto un títo
tÓN.
Y le pienso regalar
como lo quiera aceptar.
í6n. Señor muerto, por su vida
que no lo acepte; mas ya
parece que lo aceptó,
pues la cabeza bajó. (Bafa la eab*K*-)
Vamos, pues. ¿Dónde estará
la lapada.^
¿Aún no dispensas
en eso?
¿Si se habrá idor^
lÓN. Ya, señor, tendrás sabido
lo del perro; ^por qué piensas
que se entró en la iglesia?
Entró
por hallarla abierta.
Bien;
pues por estarlo también
la tapada se salió.
A mi así me lo parece.
Ya sabes ceno temprano
estas noches de verano.
ION. Pues á cenar, que anochece.
N. A cenar me voy; venid,
y no me hagáis esperar.
iCorrt la cortina.')
ION. ¿Con un muerto has de cenar?
jVive Dios que eres un Cidl
if. ¿Oué fué el Cid para conmigo?
¿No ves que es poco blasón
para ser comparación
de mi valor? tVase.)
ÓN. Eso digo;
pero por este refrán
algún demonio fué padre
y alguna demonia madre,
sin duda, de este don Juan.
iv
ION.
AS.
I
(Vaií.)
ESCENA XI
Salen eíot Crtadoi fu* pondrán la mna
ostentosamtntt.
I. 'Don Juan, mi señor, envía
á decir que viene luego
á cenar, pongan recado,
a.'La mesa falla.
!.• Pues presto,
pedid manteles y plata.
3." Ya lo ha dado el repostero.
, i.^Pues mientras pongo la mesa
poned á enfriar,
a." Ya tengo
en dos sepulcros de nieve
dos cantimploras.
!.• Haremos
la razón con agua fria.
a.'jNocs mejor con vino añejo?
i.^No, que hace gran calor.
3." Un fuego saca otro fuego.
b. I •* El aparador nos falta.
D. 2.' Puesto le dejo allá dentro.
D. I.** Alto, pues, traigan lacena,
que viene mi amo.
o.a.* Vuelo. (Váti.)
Salen DoH Juah yCoiCuá:*. Dttpués Don Oohxai.o.
ClUAOO I.*
Colchón. ¿No quilas capa y espada?
D. Juan. La espada no; el sombrero
toma. ¿No hay músicos?
(V'díf Colchón.)
Criad, i ." SL
D. Ji;an. Pues que canten allá adentro,
que la música nic suena
mucho mejor algo lejos.
Las cantimploras no oigo.
Criad. I. ° Fresco beberás.
I>. Juan. ¿Qué es fresco?
Tan frío ha de ser que sea
toda la región del hielo.
Pongan otro asiento aquí,
porque un convidado espero.
CAiAo.t." ¿Traerán lacena?
D. Juan. Esperad,
que es persona de respeto.
Colchón. (Sa/f.) El convidado, señor,
tienes ya en casa.
D. Juan. Recelos,
dejadme.
Criad.!." Voy por la cena. [Vatt,)
D. Juan. Sin respiración aliento.
Colchón. Tanto ha obrado mi temor,
aun antes de entrar el muerto,
que parece que he tomado
uncías de ruibarbo ciento.
D. Juan. Mira, Colchón, si le abren.
CoLCHÓN.¿Para qué, si ya está dentro
sin llamar ni abrirle?
ESCENA XIII
Sale Don Gomzai.o, tn la forma 4*1 *Conitidado de
Piedra*. — Dicho*.
D. Juan. ¿Temes?
Pero ¿qué desmayo siento?
¡Válgame aquí mi valori
Colchón. Yo no tengo para esto
ánimo; dcjame ir.
D. Juan. ¿Qué es irte? jViven los cielosl
que si de mi lado un punto
te desvias, que al infierno
te he de enviar á cenar
mientras con el muerlo ceno.
Colchón. ]Que se obliguen los graciosos
de las comedias á esto,
siendo tan gran disparate
pensar que puede ser cierto
que al lado de un muerto un vivo
tenga humor para el gracejo!
D. Juan. .No inc deja un sudor frío.
Ea, scniaos, por que cenemos.
Bien cumplís vuestra palabra.
La cena.
[Saltn con la cen a doi 6 tici ; cátselti fo
^ue traen y, rodando, tt putlfen adentro.^
Criad, i."*
¡Válgame el cíelo!
700
LA VENGANZA EN EL SEPL'LCRO
D. Juan. ¿Qué es eso?
Colchón. • Que con la cena
ha dado el miedo en el suelo.
No quedó paje, señor,
que, tropezando en su miedo.
no cávese, y que, rodando,
no se volviese allá dentro.
D. Juan. Pues sirve la cena tú.
De beber.
Colchón. Temblando llego.
D. Juan. No lemas, y en otra copa
le da al convidado.
Colchón. Espero
á que lo pida.
D. Juan. Bien haces.
Colchón. Soy yo muy gran palaciego.
Pero no come bocado.
D. Juan. Canten.
Colchón. Que canten mi miedo.
MÚSICOS. iDtnirn.) «Los placeres de esta vida
son encaño,
si se mira el desengaño
en su medida,
pues, en la edad más Horida,
la juventud más lozana
es alba de la mañana
que mucre de su venida.»
D. Juan. No prosigáis, porque en mí
no cslán al tiempo sujetos
los placeres ni la vida.
Todo dura lo que quiero;
todo se sujeta a mi
y nada obedece al tiempo.
Colchón. Bias/einavit.
D. Juan. De beber.
Cantad, y no sea lo mesmo.
Brindis, señor don Gonzalo,
á vuestra victoiia, puesto
que en levantando la mesa
es fuerza que peleemos.
Colchón. Primero que la razón
haga, que pruebe le ruego
este jamón en conserva,
que si se come en el cielo
será este manjar, pues todos
son allá cristianos viejos.
D. Juan. ¿No cantáis?
Colchón. ' iVlientras que cantan,
por esta parte me entro,
porque ya no puedo más,
ijuro á Cristol aunque me esfuerzo.
D. Juan. Colchón, donde yo te vea.
Colchón. Penetróme el pensamiento.
Músicos. (Dfuíro.) «¡Qué loca la confianza
deste mundo,
si en ser tan caduco fundo
lo que alcanzal
No hay sin tormenta bonanza;
mas aquí todo es tormenta
sin bonanza, porque mienta
la más segura esperanza.»
D. Juan. Músicos impertinentes
si predicadores necios:
^queréis probar mi paciencia
con bárbaros documentos?
Si el mundo me teme á mi
y si yo al mundo no temo,
¿caducas mis csperuinc
ya presun;is en sus rksgosj
No cantéis mist no.
Colchón. Por
que ía mesa levantemos
parece que dice.
D. Juan. Sí.
Colchón. Yo la quilo.
D. Juan. Ya os entiend
Que quedemos solos dice.
Colchón. Pues yo rae voy.
D. Juan. Vele luí.
Colchón. Si me voy de buena gana'
te asegure lo que güelo. ((v
D. GoNZ. Echad la llave á la puerta>
D. Juan. Ya lo hice y os la entrego.
(■>•
D. GoNZ. ¿Cumpliréisme una palabra
D. Juan. De mi palabra me precio,
porque sé mi obligación.
D. GoNZ. Va sé que sois caballero;
dadme la mano también,
y no temáis.
1). Juan. Si no temo
á mil enemigos vivos,
¿cómo á uno. y ése muerta
podré temer?
D. GoNZ. A esu hora
en mi capilla os espero
mañana á cenar conmigo.
No dejéis de ir, porque de <
me dais la mano y palabra.!
D. Juan. Y á darla de nuevo vuelro.!
D. GoNZ, ¿De cumplirlo?
D. Juan. De cumplirlo.
D. GoNz. Pues adiós.
D. Juan. Y nuestro duelo,
¿adonde ha de ser*
D. GoNZ. Allá.
D. Juan. También para allá le acepti
D. GoNZ. |Gran valort
D. Juan. Siempre le»
D. Gonz. Quedad.
D. Juan. Abriros intento.
D. Gonz. Sin que me abriesen enir
D.Juan. Haced ahora lo mesmo.
D. Gonz. Yo me voy por esla parte]
D. Juan. Y yo por ésta me entro.
D. Gonz. En fín, mañana os a^ui
D. Juan. Y en fin, allá nus veremc
JORNADA TERCERA
ESCENA PRIMERA
Sait ti AstiTiMTi, Don JcAK y
y acomjtúñamirmf.
Asi&T. No el Asistente, un amigo]
que os habla, señor don Jl
me creed, y no. no es bies
3ue el escándalo seáis
e Sevilla. Todo es quej«
40«aU1^ TVMIMtll
u
lop
qoe d sifaio y d i
KK UlIOS pfCUOHHWr
cuando toercen In costumbres
por >ióo ó por culunl.
Vaestros consejos estimo
por quereros respeur:
que por lo detnis tal sufro
lodo eso es p^r demis.
Esto como amijio ú& dije;
sabré como juez obrar,
por vida del Rey, si vos
no os reducís y enmendáis.
(Doña Ana á llamar me envía,
que pienso que delatar
quiere contra ¿1. ^Qut¿n duda
de que en la muerte será
de su padreó por indicio,
ó porque ella lo sabrá?)
Don Juan, adiós, pues ^qué hacól»^
Con vos he de ir.
Quedad.
Dadme licencia.
Desptfé»
nos veamos; no, no vais,
que no pasaré de aqui.
Quedarme quiero.
Mirad
que me veíi^. fSu Qt\:'y>n ( .ipitrtt^
pienso es;¿
qoeesuns
7 su vida eiaenefai
esciadalo. tito ka 4« mt
sia qoe *e édme mia.) (Km».;
ESCE3tA n
Isj» / C a» cjmi9^
OnucHt^h,
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7C2
Jt'AN.
LA VENGANZA EN EL SEPULCRO
hay en aquesta c'iudad
una dama que te adora,
cuyo e$iado y calidad
casa y nombre ya he sabido?
Pues dila si por ^alán
me quiere, que por marido
ya dofja Ana me querrá,
¿Isabela por tu dama?
Isabela.
Es principal.
Pues ¿qué importa que io sea?
Si tiene facilidad,
¿hela yo de agradecer
lo que con lodos hará?
Un vestido y cien escudos,
señor, como del altar
me quilvs.
Para alcagüete
no es mocha lu habilidad.
Pues aué ¿quieres que la engañe
diciendo que á verla irás,
y que la coja el vestido?
Eso digo.
¿Y si me dan
mitra de alcagüete?
Den,
pues el llegar á obispar
por ese camino es premio.
SI, pero no es dignidad;
mas, en (in, ¿qué la diré?
Pues ¿ella te ha vuelto á hablar?
• Muchas veces pretendiendo
que á verla vayas.
Dirás
que allá, después de mis bodas,
quizá la veré. iVase.)
¿Quizá?
Dcsta respuesta, mujeres,
aprended á no rogar,
que se pierde estimación
cuando no se gana un real, n'dir)
ESCENA III
Saltn Doi^A Ada t Inés. ^
D.' Ana. Gran dicha, Inés, el librarnos
en la cárcel de don Juan,
tan resucito á conocernos.
Es el marqués muy sagaz.
El crisol de la prudencia
es el riesgo.
Remediar
no se pudo de otra suerte.
D.* Ana. Ni más bien.
1ní.«. Tomar iglesia,
por si fué curiosidad
el seguirnos, no fui mato.
D." .\na. Todo debió de importar.
Al asistente he llamado,
con que pienso encaminar
la libertad del marqués.
¿Cómo^ Mas ¿quién llamaba?
íncs, responde. ¿Si fuese
el asistente?
Colchón.
D. Juan.
Colchón.
r> fi^AN.
Colchón.
D. Juan.
Colchón
D. Juan.
Colchón
D. Juan.
Colchón
D. Juan.
Colchón
D, Juan.
Colchón
Iní-is.
D.*Ana
Inés.
ESCENA IV
Sale DoH Juan y Colcm^.— DiciaÍ
D. Juan.
Inés.
D.» Ana.
D. Juan.
D/ Ana-
D. Juan.
D.» Ana.
D. Juan.
Inés.
D.* Ana
D.' Ana.
D. Juan.
D.« Ana,
D. Juan.
D.' Ana.
D. Juan,
D.' Ana,
O. Juan.
D." Ana
D. Juan.
D.'Ana.
D. Juan.
O.» Ana.
D. Juan,
D.* Ana.
D. Juan.
D.*Ana,
D. Juan.
U&mar,
después que llamé, juig^ií^
por excusado: mirad
cuánto me precio de ser
dueño de esta casa ya.
Don Juan es: grande desdicha'
Dueño dijo: ¡qué pesar!
Contando atento las horas,
he sido tan puntual,
pasóse el día.
¡Yo muero!
¿En qué, decid, reparáis?
Que me deis la mzno aguaf
¿Quién tuvo congoja iguaí?'i
¡Cielos! ¿qué mudanza es
Para hoy, si os acordáis,
tenéis resuelto el ser roU.
¿Qué respondéis?
Que es Tcn
pero quisiera que un dia
más de término...
Formad
un ave rompiendo el vieni<|
un delfín cortando el mar«
un caballo en la carrera,
de una creciente el raudal,
que todo aquesto es rais rk:l
que vuelva en su curso atrás
que yo en mi intento; que yo,
ni sufrido ni galán,
ni cortés ni enamorado,
use con vos de piedad.
Si luego aqui...
¡Grande af
Si luego digo...
Esperad...
La mano...
¡Terrible riesgol ,
Oid primero... ¡á qué mal
llegó el extremo del míol
¿Qué tengo más que esper
Digo jay de mí! que prim<
me habéis, señor, de vcnj¡;i
Tened: decidme de quién,
decidlo presto, acabad.
quede mi mismo si fuera
de quien agraviada estiiv,
os vengara con mi muerte.^
Vo lo acepto.
Pues hablad;
decidme quién es, decildu.
Es...
¿Quién?
Don Juao.
^Qaé áon Jl
Tenorio.
jEn qué os of««¿9?f
Matóme á mi. padre.
SUI
se probará contra él
cosa de tanta impiedad.
(¡Vive Dios que es grande
La palabra de vengar
JORNADA TERCFJIA 7«}3 ^H
su ofensa aun de ni[ 1$ he dado.
CoLCHóf4.¿Todo lo has de matar, ^^^H
cuando soy en la crueldad
matador de por San LucasF ^^^^H
del delito sólo el reo,
¿Puedes ser sino fatal, ^^^^|
y es lambicn condicional
parca que siega gargantas ^^^^H
que la he de vengar primero
sin excepción al segar? ^^^^^H
que me dé la mano. ¡Gran
^^^^^^^1
confusión! Foro la industria,
¿cuándo no ha podido más
ESCENA V ^^H
que el engaño? Y pues doña Ana
Sait tt AiiSTiKTi con lodo el acompañamiento ^^M
me ha pretendido engañar,
gut te pueda —iuctwi. ^^B
que >o la engañe también
^^^^H
justo y aun forzoso es ya.
AsiST. A saber tenéis visita ^^^H
el encaño y la cautela
no entrara; bien que llamado ^^^^|
corriendo asi por igual.)
de vos be sido. ^^M
Ana. Suspenso ha quedado.
D.'Ana. Un cuidado ^^^H
Dan. ¿En qué,
vuestra venida me quita ^^^H
decid» señora, fundáis
cuando me libra también, ^^^H
el ser yo quien dio la muerte
por bárbara pretensión, ^H
i vuestro padre?
de un riesgo en una traición. ^^^^ñ
Ana. De entrar
Asist. Traición y riesgol ¿Con quién ^^^H
en mi casa aquella noche
e habéis tenido? ^^^^M
que le matasteis...
D.* Ana. Si veis ^^^H
DAN. jNo más?
Ana. Tratasteis; mas él ¡que pena!
á ese tirano aqui, ^^^^|
el preguntármelo á m[ ^^^^|
defendiendo...
es excusado. ^^^^|
UAN. Lo demás
Asist. ¿Queréis ^^^H
diré yo. Saqué la espada
decirme, pues no hay lugar ^^^H
cuando él con valor igual
de escribir, lo que sentís ^^^^|
la entrada me defendía.
desta muerte que decis? ^^^^|
Peleamos; metió paz
D.^Ana. Después podré declarar. ^^^^|
el Marqués, pero no á tiempo,
Asist. Decidme á mi brevemente ^^^^|
pues le pude, en fin, matar.
Llegó el Asistente á punto
averiguarse podría ^^^^|
contra don Juan... ^^^H
que de otra temeridad
D.* Ana. .Noeseldla ^^^1
se libró el Marqués, pues quise
ni más claro ni evidente, ^^M
matarle; mas por no dar
fuera de que en este instante ^^^H
lugar á que me prendiesen.
él aqui lo ha confesado, ^^^H
me ausenté. Ahora escuchad
ó ya de desesperado, ^^^H
lo que en orden á vengaros
ó ya de muy arrogante. ^H
intento. No ha de faltar
Asist. Y aqui, con vos, ¿qué ha tenido? ^^^M
mi palabra: yo os la di
¿Hase descompuesto? ^^^H
de vengaros; que cumpláis
D.* Ana. Y tanto. ^^^M
de vuestra parte es forzoso...
que estorba el dolor al llanto ^^^^1
Dadme esa mano, lugar
por privarme del sentido. ^^^H
D.Juan. Yo entro aqui... ^^^H
dando á la venganza. Ea,
¿qué os detenéis, pues? Pensad
Asist. Señor don Juan, ^H
que si yo de mi no os vengo,
¡vos libre, vos descompuesiol ^^^H
no hay quien os pueda vengar.
Si hacéis con mujeres esto, ^^^H
Ana. Mayor aprieto os aqueste.
justamente entenderán ^^^H
¿Qué intentará?
que vuestras hazañas son ^^^^M
ungidas, pues como aquí ^^^H
CHÓN. ¿Si malar
se quiere él mismo?
os descomponéis así, ^^^^H
Ana. Los cielos
no excuso vuestra prisión. ^^^H
me den socorro.
D.* Ana. Pague don Juan su delito- ^^^H
anóN. En agraz
D.Juan. |Ah, falsa! ¿Qué te parece? ^^^H
el racimo de la vida
Colchón. Que se venga y te aborrece. ^^^^|
no cortes; deja lograr
Asist. Sobre todo, por escrito ^^^H
en tu juventud lozana
mañana declararéis. ^^^^|
lo florido'de tu edad;
D.* Ana. Si aqui con ¿1 me dejáis, ^^^H
no desesperes, espera,
^^^H
y si has de desesperar.
Asist. ¿Eso receláis? ^^^H
horca elige, no cuchillo.
Que aquí le prendo veréis, ^^^H
UAN. ¡Vive Dios!
y hoy también de la prisión ^^^H
El Asistente.
saco al Marqués, por que luego ^^^H
EHÓN.lEl Asistentel
os dé la mano. ^^^^M
tíAN. Vendrá
D.* Ana. No niego ^^^M
á que le mate también.
ser esa mi pretensión. ^^^^|
704
LA VENGANZA EN EL SEPULCRO
Miróle y» como dueño
V esltm'ole como á esposo.
AstsT. Uo se cuál es má» dichoso,
pero ya es mió esle empeño.
Lo que hago por vos veréis.
A que conmigo os vengáis
agu«rdo.
D. Jii*N. Pues aguardáis
lo que no conseguiréis,
y vos, si aqui lo intentáis,
con que sois el Asíslenle
y traéis toda esla gente,
veréis cuan poco duráis,
porque si saco la espada,
porque si la capa tercio,
un escuadrón, todo un tercio
ftara resistirme es nada,
dos, pues, idos ahora
que aún no me llegué á enojar
por quereros perdonar
por vos y aquesta señora.
AsisT. Dejaros no he de poder;
resistiros es perderos.
D. Juan. Remiiiilo á los aceros
el remedio habrá de ser.
[Saca la espada y énlraiot á todos acu-
chillado»)
AsisT. ]A1atalde!
Colchón. De espada sola
soy muy poco diestro; dame
un broquel.
D. Juan. iT)enirt>.f Canalla infame:
todos moriréis.
Colchón. La bola '
será mejor escurrir.
Inés. No te aventures. Colchón.
Colchón. No haré, que mi salvación
la fundo, Inés, en huir. (i o«.)
ESCENA VI
Doña Ana ¿ Inés,
D.* Ana. Todos huyen. ¿De qué luria
se creyera tal destrozo?
Inés. (^p) Lo valiente de este mozo
me enamora.
D.* Ana. De mi injuria
temaré venganza en él
persiguiendo su malicia,
que es piadosa la justicia
que castiga lo cruel,
hl procura con su amor
mi agravio y mi ofensa, pues
dio muerte á m¡ padre y es
por quien padece mi amor;
que una fama en opiniones
nunca fue segura fama
si fué la voz que la infama
el juycio de intenciones;
luego es justa la venganza
á que aspiro; luego debo
al valor por quien me muevo
ñar lo que á mi esperanza.
il£a, que si; muera don Juan
para que viva mi honor!
pues á luces del v^lur
que está sin mancha «crin.
A un papel que del mar^o^
he recibido, .¿es ya hof» '
que responda, Inés?
Inés. Señora.
D.* Ana. Que pongas recado, loes,
para escribir.
In¿s. ^Allá dentro?*
D.* Ana. Sí.
Inés. Yo voy. (»'fl*«)
ESCENA Vil
t>O^A Ama.
¡Qué mal v»i«
mientras al centro no llega
lo que anhela por su cenirot
Esta fuerza, esta violencia
padece mi alma, pues,
como es su centro el Marc
no le goza por su ausencii
mas, a pesar del rígor^
V de don Juan ñ pesai
irá á su centro á parar
impelida de mi amor.
Al .Marqués cuanto ha pas
con don Juan escribiré,
y de mi padre diré
que la muerte ha confesado,
siendo mi aviso correo
que despache el corazón
alivio de su prisión
cuidando de mi deseo. (*"«■»)
ESCENA VIII
Sale El M*iiqoAs.
Que hoy á verme volviese
á doña Ana escribí. ,;Si olvido ia<
pues ya se pasa el 'día y no ha vcnidc
Mataráme su olvido,
lloraré su mudanza.
¡Qué loca es de un amante ta
El que parece alivio me desvela,
lo incierto me consuela,
lo posible me engaña,
la libertad me daña,
la prisión me divierte;
ya rehuso la muerte,
ya la vida me cansa,
y en lo que sólo el corazón
y en lo que padezco,
quizá porque olredeico
á doña Ana en prisión tan triste jr
mas .jpudo haber pn&ión de má» v|
Pues'désta la memoria
me está acordando siempre aqacUa|
de haber sido primero
de un ángel prisionero.
|0h, suave prisión, no injusta ) dt
pues pudiste ser gozo y ser Tentttc
por memoria gloriosa,
de la prisión más dulce y '
Mas ya doña Ana larda.' ¡< '
Inés.
papel te diese
Ec ha mandado.
Marqués.
10, Inés, lo qac has tardado.
i causa ha sido
»Q0 viniese?
Inés.
No ha pedido
rio estorbado un accidcnle.
Marqués.
n á riesgo está el que vive auscnic!
apel quiero
t culpa pur doña Ana diulvu. {Ltt.}
Ikís.
i me prometo
, si es como discreto
Marqués; pues tales nuevas
;tichan sin pruebas
s liberal y generoso,
que toca hacer al más dichoso.
Marqués.
d, ven acá; mas no, que sueño,
a, Inés, que veré á mi dueño
liberiad? No lo creo;
le es mi deseo
luda ha podido.
ñn, don Juan ha sido
»tó á don G<;nzalor" Mis recelos
BD sido; pero no mis celos,
ol invencible del decoro,
^en fin, de IHloa, á quien adori)!
■ Inés.
^lé más casta ni matrona.
Marqués.
illa, pues, otra corona.
a tal desengaño,
jan el engaño
el .Asistente
rdo á todo?
Inés.
Y tan presente
chó de doña Ana
>ntra don Juan, cosa es bien llana:
nbién lo es, yo fui testigo,
su prisión para el castigo.
Marqués.
!S, si eso tiene aquese estado,
r desdichado.
ina dirás, no que me vea;
or que crea
peí ne creído,
sufrido
benad pata ir á verla,
e de adorarla y de creerla,
H Inés.
m ya forzoso se deshaga,
podrás, señor...
UIA9 DK TIMO &B MOLWA.— TOMO 11.
En su casa gozar de sus caricias.
Marqués.
No por paR4, recibe por albricias
CSC bolsillij. Inós, ) adiós, que es hora.
¿Qué le piensas decir á tu señora.*
iNfes.
Yo» nada.
Marquís.
Pue>di: ¿quién?
In¿:s.
ElsIos cscudus,
habladores al paso que son mudos. (Vaiut )
ESCENA X
Sait Do» Juan y Colchón
D. Juan. Esta es la iglesia. Colchón.
adonde estoy convidado
á cenar, y este el sagrado
que me libra de prisión.
Colchón. No sé si te ha de valer
la iglesia por resistencia.
D. Juan. Tendríamos otra pendencia
en que hubjes'e más oue ver.
Que son muchos los heridos
sospecho.
Colchón. Y muchos los muertos.
cojos, mancos, ciegos, lucnosi
corcovados y tullidos.
Mas, dimc, cuando de ti
en ti mismo la vengabas
á doña Ana. ¿qué intentabas.
qué querías hacer allí?
D. Juan. Que la engañaba es muy llano
cuando vengarla creyese,
pues sólo intenté me diese
con aquel ardid la mano.
Colchón. Allí sólo se creyó...
D. Juan. ¿Qué?
Colchón. Que matarte auerias.
D. Juan. Si hay quien crea boDcrias,
¿tendré yo la culpa?
Colchón. No,
D. Juan. En (in, Colchón, se rebela
doña Ana; en ñn, me aborrece.
Colchón. ¿Qué importase esté en sus trece
cuando te adora Isabel^.''
D. JuAW. Importa no dar lugar
algún secreto de estrella
á poder aborrecella
para poderla olvidar.
Entremos en la capilla,
que ya parece que espera
don Gonzalo. La postrera
noche será de .Sevilla.
Colchón. Cerca de la sepultura
no tiene eso buen sentido.
Siempre esta cena he temido.
D. Juan. Pues divertirme procura
de esc presagio, Colchón.
No sé qué accidente siento
45
7o6
LA VENGANZA EN EL SEPULCRO
que respiro sin aliento
y se estrecha el corazón.
*oi.ciiÓN.Aqui bien podrás pasar
sin mi.
D. Jijan. Donde quiera puedo;
mas quiero pierdas el miedo
á mi lado.
Colchón. Por cenar
á no temer me acomodo
en peligro tan urgente,
que es el hombre tan valienlc
que pierde el temor á todu.
¿Ya la cortina corrida.''
El señor muerto te espera.
ESCEN.^ XI
Carri-it ¡a cortina y dtscúbrese Don Gonialo *n pte,
y lutgo la ctna y aparato por tramoya, y tndo
iKgro,— t'H CnuDo y Dichos.
{Dtntro.) *lloy á la noche postrera
la justicia te convida.»
D. Juan. Ven, ven acá; ¿no... no oistc
aquella vozP
Colchón. ¿Qué voz.* i\o.
D. Juan. Lo mismo que dije yo,
dijeron.
Colchón. ¿Loque dijiste?'
D. Juan. «Hoy ¿ la noche postrera
la justicia te convida.'»
Colchón. Guarden los cielos tu vida
¿Será ilusión ó quimera?
J>. Juan.
tVive Dios que va esto malol
;n un ' "
hielo, en un temblor
titubea mi valor.
Mas va espera Don Gonzalo.
|Ea, temores, baste ya,
que se avergüenza mi acero!
Buenas noches, caballero;
ya estamos todos acá.
D. GoNZ. Pues á cenar nos sentemos,
que os espera gran jornada.
Mas Jpor qué empuñáis la espada.^
D. Juan. No se. Cenemos, cenemos.
D. GoNZ. Servid la cena.
{Salt dtbajo dtl tablado la mita con
manttits y platos y tuctx que terán vtlas
amarillas, y queda en el sitio donde están
tentado» y vtnse en los plato» t'iboras.)
CoLcuÓN. lAquí es ello!
De algún diablo ó de algún brujo
tramoyero fué esta mesa.
Aqu( es el quedar sin pulsos,
aquí el desatar almizcle
de mala pasta y mal tufo.
HADO. ¿.No cenas tú.''
CoLr.HÓN. ¿Destos platos?
Criaoo. De éstos.
Colchón. No son de mi gusto.
¿A víboras y alacranes
nos convida el seor difunto?
C^iAoo. Nuestros manjares son éstos.
CoLCiiÚN. Pues á los vivos no es justo
tratarlos como á los muerto».
No los quiero.
D. GoNZ.
Hablad y cciiá
D.Juan. Traigan otros platos
D. GoNZ. Mochos
os darán, mas siempre de ¿stod.
D. Juan. ¡Que equivocar tan confaw!
Colchón. Sin duda, debe de ser
en Guinea al otro mundo.
pues cuanto se sirvt es negro
V nada se mira rubio.
D. Juan. Levantad la mesa.
D. Gonz. Es presto.
Canten.
Colchón. jQué! ¿también hay mótiú
y también allá se templa?
Criado. Esa pena no era justo
que entre las demás faltara.
Mas, oye una letra al tan,
CoLCHÓN.¿De allá ú de acá?
Ckiado. De allá.
(xii.r.iiÓN. Crítica es, no lo dudo,
que en el infierno no canlw
como lo entienda oin^unu.
MífSICOS. (^Cantan dentro.)
«Hombre, tu plazo llegó:
esta es tu hora postrcr*.>
D. Juan. Pues que muera.
MC'Sicüs. «Muen,
quien viviendo no vivió.»
D. Juan. Nuevo temor me combate.
Cuanto miro, cuanto estuv
presagios son de la muerte.
¡Qué terrible que la fuzgo?
D. GoNZ, ¿No cenáis?
D. Juan, De lodo ceno,
ó por lo menos lo gusto,
D. GoNz. ¡Qué de amargo gustaréisl
(^ulluón. Parcccmc que me escurro.
que está muy cerca '
quien participa del :
ESCENA Xn
Sale el .\stsTi(í«rK con aeompaÜAmitmtU'
AsisT. ¿Cómo es posible escapar^^j
Sacarle tengo, y os juro
por los cielos soberanos
que en un cadahalso al pac
le han de cortar la cabeza.
Resistirse tiene.
Al mundo
puede hacer rostro la gcnir
que cerca la iglcstA.
Dudo
que si no es hecho pcdAZos
se rinda.
Junto «I sepulcro
de don Gonzalo, A me
determino
Yo me Sí-
Cenando ()1
don Juan
Desde aqu; lo^rs o^.¡i¡o<
el fin de tan gran prodigio
esperemos.
Ni on raeodrttp)
Al«i Ar..
ASIST.
Alguac.
Asist.
Colchón.
^^^^^^Ip ^h
^^^V de pan se ha visto en la mesa,
D. Ji AN. No lo niego. ^H
^^P^ y cuanto se sirve es crudo.
^B. GoNZ. Vuelvan á cantar.
D. GoNz. Mas Dios, á quien lo atribuyo, ^^H
de vos la libró. ^^M
^B< Jijan. Va es larde.
D. Jlak. También ^^M
^D. GoNZ. Canten.
confieso que en hrmc estuv ^H
^fc. Juan. De cortés lo sufro.
nunca conseguí un favor, ^H
^^. ÜOM. Mucho tenéis que sufrir.
solicitando á menudo. ^^H
^B por ser lo quedara mucho.
^B. Juan. Va me cansan, ¡vive Dios!
AsisT. }0h, valerosa dona Ansí ^^B
Esto el cielo lo dispuso ^^B
^H vuestros equivucos rudos:
para librarse el marqués ^^B
^M más claro hablad, ó...
y quedar yo sin escrúpulo. ^^B
^^. GoNZ. ^Qu¿ haréis?
pues veo su inocencia cuando ^^B
^D. JiíAN. De otro sudor me cubro.
de doña Ana el valor juzgu. ^^B
^■Üistcos. {Dentro.) «No sc ha de decir
i). Juan. Prometió darme la mano ^^H
^K. racional ac^uel
de esposa. ^^B
^H que es la vida en él
D. GoNZ. No es ese triunfo ^^B
^H nacer y morir.
para vos; es del Marqués. ^^B
^H Quien ha de vivir
D. Juan. |Cielos! ¡qué es esto! ;quécbcuchu! ^^M
^H muriendo vivió.
¿Dti Marqués? ¡Primero... ^^B
^H Hombre, tu plazo llegó;
D. GoNZ. Ya ^M
^B esta es tu hora postrera.*
no podréis; que el Poder sumo ^^B
^K. Juan. Pues que muera.
las fuerzas os quita y quiere ^^M
^felúsicos. «Muera, muera
que yo, porque en El me fundo, ^^B
^B quien viviendo no vivió.*
tenga de tantos agravios ^^B
^B)> Juan. Ya entre los dientes el alma
la venganza en el sepulcro- ^^B
^m parece que rompe el nudo
Esta es justicia de Dios. ^^M
^B haciendo divorcio el cuerpo
1). Juan. ¡Que me abrasol ^^|
^m á su pesar. ¡Que trasunto
Coi-CHÓN. iQuemehundol B
^H el de la vida en la muerte!
(Húndeit con utaliidos y truenos. Üu- 1
apartce Doo Goczalo, y Colchón rueda ■
^■IsiST. Tanto misterio descubro
^K en lo que miro, que estoy
por ¡as tablas.) ■
^K dudando y creyendo á un punto.
AsisT. iProdigiosa maravilla! 1
^H Don Gonzalo es con quien cena,
)Oh, cuan recto! [Oh, cuánto es justo 1
^H y algún celestial impulso
Dios en su justicia, y cuánto ^^m
^H dispuso que yo llegase
igual en sus atributos! ^^H
^1 i este tiempo y que ninguno
Misericordioso espera ^^B
^H de cuantos lo ven desmaye,
para castigar más justo ( i ). ^^B
^B siendo as! que aun yo me turbo,
De la prisión al marqués ^^M
^V ¡Grande es sin duda' el misterio!
voy á sacar, por que al punto ^^M
^KoLCHÓN. Dígame el paje nocturno:
la dé á doña Ana la mano (3). ^^B
^B ^hay plato de caracoles.
]Qué triste fin! Vaya uno, ^H
■^ que' son lindos avechuchos.''
^fc. Juan, bmpiece el duelo.
y mientras yo al marqués, ^^M
á doña Ana, luego al punto, ^^B
^B). GONZ. Es de Dios
este caso la relate. ^^B
^B_ mi venganza.
Vamos presto. ^^B
^n>. Juan. ^Cuando cumplo
(JoLCHÓN. O me rezumo, ^^B
^■^ de mi parte el'desafio.
ó el olor de tanto azufre ^^B
^M de otro os valéisi»
ha echado por otro rumbo. ^^B
Hb. GoNZ. Resumo
^Si he de acertará salir ^^M
^m^ * con que es juicio de Dios.
de la iglesia? El fin c^ue tuvo ^^M
^Bd. Juan. Pues yo, si lo es, concluyo
mi amo, mi conversión ^^H
^B^ con que á mataros mil veces
ha de ser siendo cartujo, i v^*) ^H
H volviera.
^^^ñ
^BfisiST. •jQué es lo aue escucho?
^B |A matarfel Luego ^él
ESCENA XIII ^H
^B le quitó la vida, y pudo
Sale OitfiA Am;i, In*s y el CkUDO. ^^B
^H atribuirle al marqués
^H el delito que fué suyo?
^B Verdad me dijo doña Ana
D.^Ana. (Notable suceso ha sido! ^^B
Siento su condenación. ^^H
^1 cuando contra él depuso.
^^^^^1
^^^^^H
^■D. GoNz. ^Vos no me mataisteis?
(I) De otra Jctra *in$uU05.» ^^^|
■D. Juan. Si.
(j) Alguien h« hecho »qui un* rcform», qut con- 1
^■AstST. Que si dijo.
stitc en suprimir iodos los versos que <if;uen hasta e'^^J
^H). Juan. Y no presumo
fln, terminando la coraedia coa ¿sios: ^^H
^B^ que nadie lo ignore ya.
•Y porque en sus juicios justos ^^^^
H^D. GoNZ. De mi hija, torpe insulto,
tea^ia su iln porienioso ^^^B
^ft codicioso.
la TenKanaa en el sepulcro.» ^^^|
7t>8
Inés.
Inés.
LA VENGANZA EN EL SErULCRO
CjisligüS, ieñora, son
dé quien tan md ha vivido.
¿Lloras?
Si, que d scdiíiníeniu
es aquí ¡nuy n&tura].
Miro un alma racional
eterna para el lot mentó.
Mas mira quién entra, Inés.
Voy á verlo. El Asistente.
ESCENA CLTÍMA
Sattn ti AjiSTEMTE y el tAáin}vit y
aCotMpú ñamienío. —Dichas,
D.' A tiK. Pues ^á que con tanta gente?
AsisT. A traeros al marqués.
Ya^ señora, habréis sabido
el lastimoso suceso
de don Juan.
D.*Ana. y que os confieso
que con piedad lo he senudu.
AsisT. Disculpa en su conresjód
al marqués; yo ful lestígQ,
y así, tan juez como amigo,
le saque de la prisión.
DAdte la mano. Llegad,
señor marqués, lograréis
d premio que merecéis.
Marq. Corone mi voluntad,
si es amor quien me le ofrctre,
para premiar mi llrraeza,
D.* Ana, Si disputamos tineza
sabe amor quién le merece.
AsiST. Dentro de un grado á ios do«-
ha premiado la esperanza.
O,* Ana. Dando ftn á la venganza,
en el casligo de Dios.
)
LOS HERMANOS PARECIDO!
PERSONAS
Atrevimiento.
Christo.
IIOMBHE.
Knvidia.
África.
Justicia.
Asia.
Deseo.
Europa,
Codicia.
Améxica.
Mujer.
Admiración.
BUF.N Lalihón
Knoaño.
Maualena.
Temor.
Mi'isicos.
Saiitron <f Atrevimieato, d lo toldado, con mucfias
plumas, Y la Admiración, d* hombre.
AtKEYíM. |Oira vez me vuelve á dar
los brazos, Admiraciónl
AoMiRAC. ¡Bien me la puedes causar,
bravo mozo! Con razón
le puede el mundo llamar
honra suya, que comento
vienes; y ¡que, á lo soldado!
¡Bravas plumas das al vienlol
Atrevim. Por mi valor lo he ganado
todo.
Admirac. Eres Atrevimiento:
¿á qué no te atreverás?
¿De dónde vienes?
Atrevim. Del cielo;
donde no pienso entrar más.
Admírac. Pues ¿nacido allá?
Atrevim. En el suelo
desde agora me verás;
que aunque del Querub nac¡,
que el monte del Testamento
intentó asaltar por m!,
con ser yo el Atrevimiento,
como mi padre caí.
Echóme de allá la guerra,
y asi estoy determinado,
pues mí patria me deslierra,
dejarla.
AüMiRAC. No esestimado
ningún valiente en su tierra.
Pero, pues al mundo bajas,
¿qué oficio piensas tener?
Porque si en él no trabajas,
mal ganarás de comer.
.\iPRviM. No son mis prendas tan bajas
que, para adquirir sustento,
me obligue á degenerar
de mí altivo nacimiento.
¿Quién me puede i mí estorbar,
si soy el Atrevimiento,
cuanto produce la (¡erra,
cuanto el mar inmenso cria
y el viento en su estera encierra?
Yo he de poner algún dia
sobre una tierra otra tierra,
y, aunque les pese á las nubes,
he de cobrar el asiento
que perdieron los Querubes.
Admirac. Pues, hermano Atrevimiento,
caerás si tan alto subes.
Mas ya que al mundo has venido,
¿qué es lo que en él se le ofrece,
ó qué ocasión te ha traído?
Atrevim. La fortuna favorece
al osado y atrevido:
Nombró el Rey, nuestro seftor,
al Hombre, por ser su hechura,
virrey y gobernador
de este mundo, que procura
hacerle su coadjutor.
Puso casa en su grandeza
augusta; pues, porouegoce
de estos orbes la belleza.
le sirve y le reconoce
la misma Naturaleza.
Tanto imperio, en fin, le ha dado,
710
LOS HERMANOS PARECIDOS
que hoy entra, seftün ül.
bizarro y acompañadu
debajo un palio turquí
de diez altos de brocado,
sembrado todo de estrellas,
con tan gallarda persona
que, aventajándose á ellas,
con su vista perticiona
las criaturas más bellas.
Yo, que altas cosas codicio,
pretendo agora asentar
en su casa y su servicio
V en ella solicitar
la mejor plaza y oficio.
Tengo á su lado un pariente
que á cuanto quiere le obliga,
y una dama diligente
muy su valida y amiga.
AoMiKAO. Ansí harás buen pretendiente.
¿Y es el pariente?
Atrevim. El Deseo.
AoMiRAC.^Y su dama?
Atrevim. La Irascible.
AoMiRAc. Mucho puede coa él.
Atrevim. Creo
que, á pedir un imposible,
le alcanzara.
AoMiPAi . Yo bien veo
que á los dos les está á cuento
que entréis en Palacio vos;
pues si es el Deseo viólenlo,
y Irascible, harán los dos
príncipe al Atrevimiento.
Mas ya han venido, y está
bien que seáis su privado,
porque si crédito os da,
de suerte sois alentado,
que todo lo intentará.
Por mi tiene de alcanzar
cosas imposibles.
jFiesia
brava!
Ya debe de entrar
tiunfando el Hombre,
Desde esta
parte lo puedes gozar.
¡H$eübr$se un mundo, qut tnciirr* in su ctntro al
Hombre, a$entatio t» un trono, con corona y
cetro, cuya parle superior, en forma de dosel,
tirá a^ul, sembrado de estrellas, con el sol y la
luna, Y la inferior, ptntada de llamas, de nubes,
de aguas, árboles, peces, pájaros y brutiiS, A 1<X$
cuatro putei, dos á un ladu y düs d uíro, estén
Aaik, África, Europa y America, del modo que
ordinariamente se pintan^ tumo que tienen el
mundo tn forma d» palio; loquen ínslruinentos
y luego canten los Músicok.
iCantan.) «Sea bien venido
por gobernador
el virrey del orbe,
el mundo menor,
el retrato vivo
de su mismo autor,
padre de las gentes,
(Uguete de Dios;
su vicemonarca.
su recreación,
blanco de su gusto,
centro de su amor.
Sea bien venido
por gobernador
el virrey del orbe,
el mundo menor.*
Asia.
Kpilogo de todo lo críado.
Cifra de cuanto Dios por su contento
puso en aqueste globo concertado
que toca su poder como instrumento;
suma del mundo y como tal llamado
microcosmos, en cuyo noble asiento.
como abreviado asombro y maravilla
el Rey nuestro señor pondrá su silla.
Tú, en quien halla su ser toda criatura.
la piedra cuerpo, v^etar la planta,
sentir el animal y la hermosura
del ángel entender con gracia tanta;
tú, en ñn, en cuya imagen y íigiira
puso la Trinidad inmensa y santa
su retrato en quien ser humano tengai.
mil veces para bien del mundo vengas.
Las cuatro parles de esta esfera baja,
que es tu jurisdicción, vienen á darte
la obediencia debida, y la veniaja,
de cuantas cosas cría en cada parte.
Toda criatura la cerviz abaja
y tus manos y pies llega á besarle
reconociendo por señor al hombre
que, conforme á su esencia, le dio oomhre.
Y yo la primer parle destas cuatro,
la más ilustre por aoionomasia,
la princesa y señora á quien el Batro
como oro pecha cinamomo y casia,
los pies llego á besarte en el teatro
desta máquina hermosa; yo soy Asia,
y el campo damasceno en mi se encierra,
de quien Dios al formarte tomó tierra.
Madre he de ser de toda la nobleza
de Seth, tu mayorazgo, aunque tercero,
suceda su progenie en mi riqueza
y Europa en la corona que primero
honró mis sienes y por más grandeza
de la tierra en que gozosa espero.
que cuando asiento constituya á Roma
me librará del pérfido Mahoma.
ArniCA.
África llega ádar, príncipe justo,
la obediencia á tus plantas y el decoro
que debe á tu poder y impeno augusto,
fértil en ámbar, perlas, marfil y oro;
no menosprecies el color adusta
de mi morena cara que, aunque lloro
el cautiverio de mi gente impía,
la ley de Roma adoraré algún dia.
EuaoPA.
Europa, padre Adán, en ooiea el mondo
ha de lograr en siglo venidero
el trono universal sobre que fundo
el mayorazgo cjue gozar espero,
la ley del celesual Adán segundo
Loa HERMANOS PARECIDOS
7it
I mero
tfe el mismo,
csur>! solio del bautismo.
AuéRtCA.
:> por (antes siglos escondida
i a ocalta de la gente,
por £sp3ña reducida
I 1.1 .ruz de amor honre mi fíenle.
paiabienes doy á lu venida,
EiMtidume mi fe que le pre'senie,
América soy. parias bizarras,
ta en cerros como el oro en barras.
Hombre.
Ímso ornato en variedad distinta,
nía esfera célebre en que puedo,
5 el dedo de Dios la enmalla y pinta,
r que es la sortija de su dedó:
)berano Rey que hizo la cinta
lonada de estrellas donde el miedo
ás llegó, de donde el pesar huye,
vuestro vicediós me constituye,
niras no quebrantare inobediente
ligera ley, solo un precepto
me intimó su imperio omnipotente,
rbe todo he de tener sujeto;
spid venenoso, el león rugiente,
jcodrilo, me tendrán respeto;
íSlo puede aquel que con Dios priva.
Uno.
nuestro Virreyl
Todos.
El Hombre viva.
t. Sal* la Viaiiitd muy bizarra y con tila ti
fíño y *t Deseo; baja por una rscala ttvadi^a
ombre y ciibrtit ti trono.
Hombre.
me viene mi querida esposa.
Atrevimiento.
uestra Excelencia á recibilia.
Hombre.
tueso de mis huesos, cante hermosa
carne, del mundo maravilla,
pañera del hombre deliciosa,
a materia ha ^ido mi costilla,
e de que saliendo de mi lado
A que me has costado mi costado;
Aesos brazos!
H Vamoao.
f Caro dueño mío,
mes de nuestro desposorio honesto,
npañada fui de mi albedrio
T la corte y casa que te ha puesta
ue te encarga el pleno señorío
odo el globo esférico, compuesto
daturas tan bellas y bizarras,
fsde amor que me ofreciste en arras,
un escritorio el mundo reducido,
ido de ingeniosa taracea,
de el poder de Dios tiene esculpido
todo cuanto
con di t Fr,.i^
de t oro que en i»u adorno emplea
y ['■ al Sol y luna solos,
si pu; aldabas los opuestos polos.
Gavetas eran suyas las criaturas,
en géneros y especies divididas,
conservadas en ellas y seguras
y á obedecer tu ntipcrio reducidas.
.No tienen las gavetas cerraduras
para nosotros, antes prevenidas
al apetito dan conservas bellas
para que escoja el gusto en todas ellas,
una gaveta sola hallé con llave
y en sus molduras, caro esposo, escrito
«ciencia del bien y el mal», precepto grave,
cerrar la ciencia, Adán, que solicito.
Parecióme el manjar bello y suave,
portjue esto de saber causa apetito;
llego el Kngaño, que mi amor procura,
y con ¿I arranque^ la cerradura.
Comí el fruto más tierno, mis sabroso
que ofreció á los sentidos la apariencia;
repara en la gaveta, caro esposo.
pruébale y le hallarás por excelencia.
{,Saea urnt /savtladt mani^aneu muy cuHo$a)
Atkevimiknto.
Caso es, señor, pesado v riguroso
que fruta que es del árool de la ciencia
del bien y el mal te sea á ü vedada;
come la fruta que á tu esposa agrada.
Hombre.
Ciencias tengo yo infusas y prudencia
si dellas me aprovecho con cuidado;
nombre di á cuantas cosas la potencia
del Rey nuestro señor me ha encomendado.
Vanjdad.
Esta es ciencia de Dios y justa cícncm,
y pues su majcsud nos la ha vedado,
cuando los dos podemos serle iguales,
dioses debe envidiarnos inmortales.
Come, esposo y señor, ó no me digas
que amor me tienes.
Hombre.
En mi mal repara;
mira, querida esposa, que me obligas
á indignar nuestro Rey,
Vanioao.
Justicia y vara
tienes; rey eres solo como sigas
mi gusto.
HOMBllB.
;Ves cuan presto sales cara,
mujer tormada de costilla aposta,
que en ser de mi costado, fué á mi cost»?
Atrevimiknto.
^Qué temes? ¿No eres hecho i semejanza
de Dios cuanto i la parte intelectiva^
Tu alma la unidad de Dios alcanza
por ser similitud de su ^er viva;
t
^M 714 ^^^Km ^^^^H
^M io mismo es Adán que nada.
(loMette. Vanidad de vaaidades. ^^^H
^^^^ Enoaño. Ea, pon acjui una mesa,
Vanidad. Ya yo mi caudal he pu?^^" ^^M
^^^L saquen naipes y al parar
Codicia. Por U mano llego a j ^H
^^^y juguemos.
lIoMBRK. No vale mano, es en . ^H
^^^ HdMMR. G»né al pinUr
ConiriA. ^Por qué?
^K^ y perdime por la presa.
lioMBRK. Porque por Ib manu
^^^L Al pintar Dios lo criado
perdió d reino BallasBr.
EwgaSo. Echó por copas, fué un nec»o.
^^^K con su divino pincel
^^^^^^H gané cuanto puse en él
■4
^^^^^^H con la H<'3cia y principado;
Enviuia. Un tres de ba&tov
^^^^^H hice presa cuando
HOMHHE. A .■'mii«:i
^^^^^H el árbol en que pequé.
con él donde le ahorcarárt.
^^^^^^~ y lo que al pintar gané
Deseo. |Qué prívanzal
^B por la pre^ lo perdí.
Atrfvim. ]Y <íuédespredoI
^V Engaño. Son suertes esas distintas.
CooiciA. Alcé un caballo de espadas.
^B Codicia. Y vos gran lahur, l\ngarto.
lloMBíiK. Si es simbnlo de Is hidra.
^1 Enoako. El tabardillo de hogaño
sobre esc caballn mira
^M con todos juega á las pintas.
á Saulu ciego, humilladas ^^H
^M Envidia. Vaya al chiiindrón.
sus bravatas y tiercza. ^^H
^M {loMBMK. Son vanos
Deseo. ^E1 caballo perderá ^^M
^^^ los lances del chilindrón;
la espada.^ No, antes dará ^^M
^^^^ jugó mi necia ambición
por la espada la cabera. ^^M
^^^H y cogióme Dios las manos;
llüMBRs. Alzo un siete. ^^H
^^^H diómela la suya franca.
Ati^evim. a Madalena ^H
^^^H y quebrantando su ley,
se le dad, ^H
^^^B crei que me entrara un rey
Vanidad. Siete pecados ^^M
^^^V y quédeme en carta blanca.
^^^" Envío;*. En blanco diréis mejor,
tienen de darla cuidados. ^^|
HoMBi«E. Algún día será buena. ^^M
^M que es de lo que yo me alegro.
^m HoMaPR. En blanco no, porque en negro
(Juegan á ¡a prtmrrMÍf^^^
Envidia. No tengo puntos, yo paso. ^^
^m queda siempre el pecador.
MoMbHE. ¡Mientras que la muerte envida
^H (^Porten una nifta, asitntos y naipes )
pasad todos, que esta vida
^M Atuevim. Ea. juguemos primera.
se acaba al fin paso á pasu.
^M Hombre. No lo será para mi,
Envidia. Envido un unto: ,;en tj'."- •'•J---'
^m pues que la gracia perdí
Codicia. Quiero un tanto y lue_
^m primera.
Vanidad. ¿Quién ha querido lodL. „.
^1 Engaíño. Pesares Tuera:
Envidia. ¿Quién? la codicia de Judas. ■
^^^^ vengan naipes.
Hombre. ¿Qué es el resto? 1
^^^wHoMBRE. La baraja
Codicia. M .u. I
^^^H que tanto el Hombre procura,
Vanidad. Conciencia de de^j^- 1
^^^H parece á la sepultura.
mala cosa, no la quiero. 1
^^^H porque allf no hace ventaja
Envidia. Yo si; eche cartas. J
^^^H el Monarca á sus vasallos.
Codicia. Paciencia: ^H
^^^K^ pues iguala de una suerte
^^^^^^K a baraja de la muerte
á ñux voy. ^H
Envidia. Y joáprimcta; ^^
^^^^Hp los reyes y los caballos.
hasta ahora no he perdido. 1
^^^^^TWEviM. Haced que traigan los tantos.
Codicia. Pues mire. 1
^M HoviPt. l.os hipócritas lo sean,
Envidia. Dadme el partido; 1
^^^v para que cuando tos vean
^^^H os que los juzgan por santos.
¿qué manjar es el que espera.' ^J
Codicia. Oros. ^H
^^^H en acabándose el juego
Envidia. ¿Oros? no hago cticotti ^H
^^^H de la vida al pecador
de partido; mire. ^^H
^^^^^_ los echen por sin valor
Codicia. Miro; ^H
^^^^Hp en la basura del fuego.
no hice nada; tire. ^H
^ {Siéntanse á juuar el Hombre, ía V»ni-
^H üiil, <a Codicia y /<i Knvidii.)
Envidia. Tiro. VjH
HoMBpR. ¿<luintas hizo de oros? ^
^1 Enoaño. Kstos son los naipes.
Codicia. Treinta. ^M
H Vanidad. Vengan
Hombre. Ese número ha de ser ^H
H ConiciA. Dos papeles traen pegados.
tu muerte. ^H
H MoMBHE, Son como amigos doblados.
Codicia. Perdí et diiMro V
^^^^Envidia. .;Quién duda que arena tengan
y conciencia. J
^^^L- porque presto se despeguen?
EngaíIo. l^n d< ^H
^^^BtoMBRB. Como los gustos serán
¿para qué la ha nv ^H
^^^V del mundo, que los traerán
Codicia. |No tuviera yo el u ^^^
^^^f rotos primero que lleguen.
que en Cristo ven ^^|
^^^CouiciA. ^Qué habernos de hacer de reslor*
Madalenal ^^B
^E Vanioad. Las honras y dignidades.
IfOMBPK. ¿Qué raldriB? I
LOS HERMANOS PAHECmOS
7i5
IPE.
I&IA.
lDi\.
KRB-
HDAD
ICIA.
1DIA.
ICIA.
cía.
P>IA.
Trecientos reales que en viento
los volvió su perdición;
¿no fuera mejor vendelio
F)ara remediar con ello
os pobres?
Sana intención;
mas cuando lodos los cobres,
tu piedad ^qué es lo que inienia?
Remediar pobres.
¿Qué cuenu
tiene Judas con los pobres?
¿Queda más que jugar?
Tengo
un Agnus Dei esmaltado
de oro y plata. {Sacaun Agnuttit on».)
Será hurlado.
No sé; á vendárosle vengo,
huena e^ la iluminación.
Rayos arroja que, ardienles.
alumbran todas lai gentes.
¡.Admirable encarnación!
De ver su hechura me espanto,
Encarnóle una doncella
rigiendo el pincel en ella
el mismo Espíritu Santo.
¿Quién le compra?
£1 judaismo.
¿Cuánto pedis?
Treinta reales
no más, v han de ser cabales.
¿Por qué?
Porque aqueso mismo
pensé yo hurtar del ungüento
de Madalena.
Tomad
los dineros y jugad.
¡Qué no hará el que es avariento!
Perdonad, confusas dudas:
tomalde, pues le compráis.
(litsAff y date )
Pues ¿vendéisle y le besáis?
Fiad en besos de Judas.
¡Bella joya!
Puede dar
su presencia vida y luz.
¿Véisle? pues en una cruz
le pienso hacer engastar,
aunque le tenéis por santo.
Con su luz eclipsará
la dei sol, si en ella está.
.Sois la Envidia, no me espanto.
¿No jugamos?
No con vos
¿Por qué, si me habéis ganado?
Ese dinero es hurtado.
Volvedme el Agnus de Dios,
ó vuelva el juego.
Ni gusto,
ni ya dárosle podré,
porque ofendiste su fe.
Vendí la sangre del Justo,
tomad allá el vil dinero,
que no faltará un cordel.
(Arroja ti áinero y yase.\
¿El dinero? Dad con él
en el campo de un ollero,
que si son vasos quebrados
los hombres que á restturar
viene Dios, bueno es comprar
vasos de tierra formados
con el dinero que es precio
en que á Dios Judas vendió
llo.MBBE. Ya el desdichado se ahorc- ■
Enoaño. El murió como un gran neic
Sale el Temor.
Temor. Huye, señor, huye luego.
Hombre. Pues ¿quién viene?
Temok. La justicia
de Dios, que tiene noticia
de aquesta casa de juego,
y tomarte residencia
quiere.
lloMBf<E. |Ay, cielos! ¿dónde iré?
¿Adonde me esconderé? (VaMti
Temor. Como es de Dios su presencia
y tú quebraste el mandato
que te puso, no sé adonde
huyas.
Envidia. El hombre se esconde
y huye por no dar barato.
Atrevim. Vamos tras él.
Deseo. Es avaro.
Atbevim. Barato nos ha de dar
ó el alma le ha de costar.
Envidia. Dirá: lo barato es caro, (yante todo$.)
Vuelve á salir por otra puerta «I Hombre aMombradlo.
HoMRMS. No hay lugar donde me esconda,
que, con ser mudo el pecado,
después que se ha cometido
voces á Dios está dando.
¡Riscos, caed sobre mí!
¿Adonde iré, si arrastrando
llevo la soga infelice
que mis insultos me ataron?
Ño hay hierba que no recele
que es el juez que está tomando
á mis culpas residencia
donde han de acusarme tantos;
parece que en lo interior
del alma me están llamando
á voces que, con ser loco,
juicio severo aguardo.
(Pregúntase y- rtspcmdtne á ai mismo
presentando al Juei^ y al reo.)
— ¡Ah, del calabozo obscuro.
de la culpa y del pecado!
— ¿Quién llama? — Salga á la Audien-
eí hombre necio.— Ya salgo. (cia
Grillos de hierro en mis yerros
y esposas de vicios saco,
que el mundo que es cazador
trata en prisiones y lazos.
En la sala de la Audiencia,
sobre el trono soberano
del rigor y del poder,
me espera el Juez asentado.
El potro del pensamiento
vueltas al alma está dando,
donde sirven de cordeles
mis pretéritos pecados.
^^m 716 LOS MÉRMANOS PARECIDOS ^^Hí^^^^l
^^^^^^ Dios es el Jue^ riguroso
es iii • -^tT^^^B
^^^^^H que á voces me csiá cilando.
HOMBAK.
A tni eoi^H
^^^^^1 — jPor qué viene este hombre presoP
^^^^^H —Por ladrón. — ^Qué es lo que ha
¿quién érc&t hombre? ^H
Cristo.
Ta bi^^l
^^^^H —La jurisdicción al Hey, [hurtado.
Hombre.
¿Cuándo tuve hermano yo^^|
Desde que tu ser humano ^H
^^^^^H contra quien ha conspirado
^^^^^B fiando del el gobierno
Cristo.
me vc'sii por tu remedio. ^H
^^^^^H deste mundo. — ¡Oh, mal vasailol
Hombre.
¿Tú mi hermano! ^H
^^^^^B digno es de echarle á galeras,
Cristo.
V mayon^H
^^^^^H 7 asi como tal, fallamos
de la posesión eterna. ^H
^^^^^f que le azoten y que vaya
Hombre.
De oirtc y verte me espaiil(^H
^^^^H por eternidades de años
|Oh. semejanza divina, ^^|
^^^^K i la
que porque yo fui criado ^^|
^^^^H donde reman los forzados
á semejanza de Dios ^H
^^^^^K en vez de salobres golfos
en mi venturoso estado, ^H
^^^^^B piélagos de ardiente espanto.-
tú mi semejanza tomas ^^M
^^^^^B — Ya me sacan á azotar.
por parecermc en trabajen ^|
^^^^^H V pues que soy comparado
si yo ¿ Dios me paree! T
^^^^^1 al jumento, iré en mi mismo
en el sosiego y desea nsof ^t|
^^^^^1 desnudo y avergonzado
Grande aniorl ^H
^^^^^B sin las ropas de inocencia
Criíto.
La semejanz^^H
^^^^^H que perdí. Va voy pasando
le engendra,- por ella te aai^^|
^^^^^B las calles de los insultos
de suerte que á pagar vengC^H
^^^HP que mis locuras poblaron;
deudas que te >«. ^H
^^^^K el rigor y la vergüenza
Hombre.
Los Hermano , a ^H
^^^^^t pregones en voz v.in dando.
somos. ^H
^^^^^H oíd: «Esta es la justicia
Cristo.
Serémoslo tanto, ^H
^^^^^H que manda hacer el Rey sacro,
que hemos de ser ana cosa.^H
^^^^^m nuestro Señor, deste hombre
HO.WBRK.
Pues, piadosísimo hermino^H
^^^^^V por ladrón desalmado,
la justicia en busca mJa ^^
^^^^H que quiso ser como Dios;
el mundo anda registrando. 1
^^^^H mándale que sea azotado
y ya que se acerca s r-' ^J
^^^^H sin cesar por la memoria
Cristo.
Pues acógele al sau ^M
^^^^L del bien que perdió su engaño.
del hospital de la en... ^H
^^^^^B que coma pan de sudor,
que yo, que á librarte bajo»^H
^^^^^H que viva siempre en trabajos.»
pagaré por ti, pues tengo ^H
^^^^^1 —|Ay, qué azotes tan crueles!
caudal. ^H
^^^^^1 Paso, memoria cruel, paso.
HoMBite.
Por verme del falto ^H
^^^^H —No hay paso; matalde y diga
y mis obras sin valor, ^
^^^^V el pregón en gritos altos:
señor, me escondo y no ptfl^^
^ ansí castiga Dios á un desdichado.
Chisto.
En doblones de dos caras, ^H
^^H del ciclo por soberbio desterrado;
que para esta deuda irargo ^H
^^H grave es la culpa, denle pena grave:
en mis dos naturaiezxs, ^H
^^m Ay cielos! Quien tal hace que tal pague.
cobraré carta de pago ^H
^^^B (Dictn de dtntro)
y la ti)aré en mi cruz. ^H
^^V ATDKvr.M. Por aquí va el pecador,
Hombre.
Qué fíador tan abonad*]' ^H
vii Dios, la justicia viene ^H
^^^ atajémosle los pasos.
H Hombre. La justicia es esta: ¿adonde
Cristo.
Pues vete y dame los brazo^^f
^^H tendrá mi desdicha amparo?
^H
^^H Despeñaréme.
EntráMe ti Hombre y táltn tí Atnna^^|
ti KttfiAño y otroí. ^^M
^^H QuUrt ííuptñarst y detiénett Cristo, fut iatdrH
^^H
^^^H pettido de la mixma sutrtt que el Hombre.
Enííaño.
Que se levantó del juego ^H
V por no darnos barato ^H
^^" Cristo. Detente,
fué. ^M
■ HoMBpe. ¡Ay, cielo! ¿No es mi retrato
Atrevim
¿De qué le ha de darl^H
1 el que delante los ojos
KngaSo.
¡De qué! ¿.Vo nos ha ^anaJd^H
H tengoP
los pasatiempos, deleitei, "H
^L CaisTo. Sí.
dignidades, honras, car;^ iJ
^^K Hombre. Nuevo milagro.
y riquezas deste mundo^ ^H|
^^m Hombre: ¿quién eres^
Atrevim
. Pues deso ¿qué le ha qu«d*4^H
m Caisro. Soy hombre.
sino sola una monaja ^H
H HoMBDE. Luego pecador.
que, como quien ha jugado ^H
■ Ckistü. Traslado
y perdido, se coneoja j^^
con la baraja en lu maniH^^f
^ de la culpa si más limpia
^^^ que esos cielos que he criado,
Mas ¿no es eslc el homi>fc^j^H
^^H mi humana naturaleza
EnoaAú.
^J
LOS HERMANOS PARECIDOS
717
BviM. Lleguemos.
AÑO. Señor hidalgo,
¿es él el pródigo, el noble,
el magniíico y el francof"
Pues ^á su bufón siquiera
no le alcanzará el barato
de alguna joya?
iTo. ¿Quién sois?
»Ev.?|¿Quién?
ía^o. |Línda pregunta, al cabo
de iodos nuestros servicios!
UM. ¡Gentil medra interesamos!
5o. ¿Al Engaño desconoce?
3. Yo no conozco al Engaño.
v\M. Bueno; el hombre se nos niega.
5o. Mal modo de tripularnos.
riM. ¿Vos sois hombre de bien?
D. SI.
MM. Pues, ladrón disimulado
que á Dios le hurtastes el ser,
dadnos barato.
[STO. No he hurtado
el ser yo á Dios: su igual soy.
BA.No. Este viento le ha quedado
en la cabeza.
ptBviM. Es un loco.
AÑO. Dad barato, 6 en un palo,
ladrón, entre dos ladrones
os pondremos.
BTo. Eso aguardo,
si bien baratos prometo.
RtEviM.¿A quién?
STo. Al mundo, á quien amu
de suerte que le he de dar
á mi mismo.
BAÑO. Bien medrado
quedará el mundo con vos,
j. No conoce lo que valgo;
pero él me conocerá
después de resucitado.
Salt ta Madaleoa.
loal. Dadme barato. Señor.
ISTO. ¿Quién sois?
OAL. Quien siete pecados
encerró dentro del pecho.
OTO. Pues, .Madalena, yo os hago
libre dellos, yo os perdono.
(Vase Madatcoa.)
GAÑO. Eso es mejor. ¿Quién te ha dado
autoridad, que perdonas
casos á Dios reservados?
Salé el Buen Ladrón.
!^ADR. Un ladrón barato os pide.
STO. A feliz tiempo has llegado.
Yo te doy mi paraíso,
á Juan mi pecho le he dado,
á Pedro mi amada iglesia,
mi doctrina doy á Pablo
T el espíritu á mi Padre
cuando le ponga en sus manos.
Salt la Juüticiacon una cntftn lugar dt par*; i»lt»
con ella el Deseo / ¡a Envidia.
Envidia. Aqui está el Hombre, Justicia,
que, siendo primero hidalgo,
perdiendo la ejecutoria
de la gracia, es ya villano.
Deseo. Pues si es villano, bien puede
ir preso por deudas.
Justicia. Alto.
llévele luego la Envidia.
E^vlDlA. Hijo de Dios se ha llamado,
libresc agora á si mismo.
Justicia. Yo haré ponerle en un palo
donde pague puntualmente.
Cbisto. Pues me tienen por mi hermano,
sus culpas saiistaró.
Padre: este cáliz amar¿;o
bebo por él, porque 61 beba
la sangre de mi costado.
Envidia. Ponedle á cuestas la vara
de vuestra justicia.
Cristo. El cargo
me derriba de su peso.
(Pónete al homliro la rara, y ca* con
ella.)
Justicia. Es de yerros, no me espanto.
Envidia. Venga y muera el hombre, ó pague.
Cristo.
Muera yo y viva mi hermano,
pues esta es la justicia que ha mandado
hacer por ¿1 en mi mi mismo agravio,
que, pues siendo yo Dios quise halle,
justo es que quien tal hizo que tal pague.
Llivanle con la cru< á euestai y lalt ti Hombre
HoMBAE. A mi hermano llevan preso
porque ha sido reputado
por pecador, ) yo estoy
suelto y libre. ¡Oh amor raroi
|0h similitud preciosa!
¡Oh generoso retrato .
del Padre Eterno, en quien licmprej
se está fecundo mirando'
Mil alabanzas te doy,
pues del hombre enamorado
hombre te quisiste hacer,
porque el hombre no sea esclavo.
ATnsviM. ¿No es este el preso?
Envidia. El mismo es.
Atrevim.Sí es él, ¿cómo se ha librado
de la divina justicia?
Vuelva preso.
Hombre. Eterno hermano.
que me llevan á la cárcel.
Mütica.'Aparécese un c<i/ft muy grande y dt tn medio
déi títia crui,y en tita Cristo, y al pi* della jijado
un pergamino tiento; taltn cinco luionei tar-
mtiies cuma caños de tangre Je lot pies, mane* y
pecha dtCti%\o,que dan tn ttcáltf grande y del tn
litro pequeño que ettetii un altar cvn Kn>> imtiu
Cristo. Dejad á mi hermano caro,
pues que tan caro me cuesta
que por él la vida he dado.
7l8
LOS HERMANOS TARECIDOS
Llepa, hermano parecido,
y SI del fruio vedado
comiste por ser cual Dios,
este es de U vida el árbol,
como Dios serás si comes;
dándote antes agua mano»
ia fuente de lu dolor,
mis de to que debes pago
por ti, mas porqt:e también
el fruto de mis trabajos
te aproveche, haz de ta tuya
lo que por mi ley te mando.
Tus obraé han de salvarte
valor de mi cruz medrando;
fe con obras, hombre, pido.
HoMiai, Fe con obras, Señor, mando.
Cristo. llega, pues, come mi cuerpo,
que es el fruto sacrosanto
destc árbol de vids; bebe
la sangre que te derramo,
que para que desie modo
más tos dos nos parezcamos,
yo en tí, tú en mí v» vi remos.
Hon»i«t. ¡Oh anior de asombroso espanto!
Clavada miro en lacruí
la obligación del pecado;
¿cómo comerá segtirú
quien dí;be si no ha pagado?
Tiemblo de lan duro enapfíSo.
CmsTO. Y* fenecieron tus dañoi;
borrada está, si lo adviertes,
yo soy la carta de pago,
mis tetras están heridas,
cinco mil renglones traigo. I
HoMasK. Cantad, músicos eternos,
el amor nunca imitado
de Oíos al hombre, pucssoa
/os Parecidos htrmanos.
(Cínían ) *Por ia ímagea del I
Dios y hombre paga:
¡venturosa mil veces
tal semejanza!
E! hombre terreno
comió la manzana,
perdió la inocencia,
costóle la gracia.
£1 hombre celeste
en él se retrata,
pagóle sus deudas,
llevóle i su casa.
Por la im.igen del hombre
Dios y hombre paga:
¡venturosa mil vece&
tal semejanza!»
►
■aiíto sacramental historial alegórico ^H
INTITULADO ^^M
IL LABERINTO DE CRET^
POR EL MAESTRO TIRSO DE MOLINA J
PERSONAS ^^1
El Rky de Etiopía.
Minos. ^^^|
Ariadna.
DÉDALO. ^^^1
Un Tudesco.
RisLL, gracioso, ^^^1
El Minotaupo.
^^^1
Teseo.
^^^1
\nraráSlKíOiporlapíatasot>r<uncarrottiuHf>^i , en Untas diversidades ^^^^^1
}4*irá$ de íu tjtrcito, y en ti tabta<ti.¡ gente de r, .
y naciones de su esfera. ^^^H
tttifittnto del modo que se advierte en el papel
por ser tu patria me espera ^^^|
ftparte, y Ariadna para recibiré .Minos.
con todas sus cien ciudades. ^^^H
cien metrópolis, presuma ^^^H
RUONA. Míi veces triunfes en Creta.
eternizar de edificios ^^^H
! loh, padre augusto; oh, monarca!
inmortales, pues los vicios ^^^H
asombro de cuanto abarca
que la habitan son sin suma. ^^^|
la luz del mayor planeta;
Cuanto la escama y la pluma. ^^^|
mil veces huelles sujeta
el aire y el agua inquieta, ^^^|
la redondez que ya tienes
cuanto el monte se prometa ^^^H
á tus plantas, pues que vienes
delicioso, cuanto el valle, ^^^H
de aquistar cuanto dilata,
lodo he dispuesto que se halle ^^^|
y otras mil; Dafnes ingrata
mejorado en nuestra Creta. ^^^|
diadema ciña á lus sienes.
Aquí nos colma Minerva ^^^1
Honren mis labios tus pies.
el espléndido licor, ^^^H
INOS. No, Ariadna; no, hija mía,
que el fuego consumidor ^^^|
que eres alba de mi día
para eterna luz conserva ^^H
y celestial tu interés;
aquí la caza en la hicrb.i ^^H
no ts bien que los labios des
la sierra sus salvajinas, ^^^M
k los pies de quien te adora.
y en sus entrañas las min&s ^^^1
si no es que con ellos KIora,
de los monarcas metales ^^^H
cuando me aprestas laureles,
hechizo de los mortales ^^^H
me aprisione en tus claveles,
y de la virtud ruinas; ^^^|
grillos ellos, tú su aurora.
aquí, aunque en termino angoslO^^^H
Creta, que en el mar del Ponto
cuelgan joyeles racimos ]^^^H
ceñida de su profundo
de los sarmientos opimos, ^^^H
es lo mismo que este mundo
oro potable en su mosto; ^^^|
\ para el torpe vicio pronto,
as veces que me remonto
aquí pródigo el Agosto ^^^|
golfos de mieses que cria ^^^|
i ejercitar mis crueldades
ondea el viento cada dia, ^^^|
^^fJ^O ^t- LAnERTVTO BE CRKTA ^^^^^^^^^|
^^^^L conque airoso el amor saco.
cuando en sus roerzM«ciMJ^|
^^^^K porque sin Ceres ni Baco
Dcmóstcnes y Solones ^M
^^^^H dicen que Venus se enfria.
besan, con tos Salomonc», ^Mi
^^^^^B Este es mi reino, este Creta,
los pies á mí idobtría. ^M
^^^^H patria de aquellos jayanes,
Conquístela, y en - ' -<j ^^H
^^^^H ya Cu retes ya Titanes,
impongo á su re ^^H
^^^^H que mi dominio sujeta:
cuando en su tr -^^^1
^^^^H los que al son de la trompeta
parias que enir: 'JioJ^H
^^^^^1 de mi voz inobediente
Cada año en tr¿H'^' ■ '^' '-» li
^^^^^H apenas en el Oriente
han de enviarme sorleadus
^^HV de sus instantes primeros
siete mozos destinados
^^^H^ desnudaron los aceros
para pasto miserable
^^^^L contra el mismo Omnipotente.
del monstruo que, formid»b^«»j
^^^^H listos y yo hemos vencido
vive en sitios intrincados; ^H
^^^^H cuanto esos golfos abrazan;
el Minotauro. prodigio ^H
^^^^H en mis deleites se enlazan
de Pasífe y aquel toro ^H
^^^^H cuantos son, serán y han sido;
que adulteró mi decoro, ^M
Cerbero del lago Esiigio. ^M
^^^^^R mis estampas he esculpido
^^^^H en los cue los megarenscs,
Verá apenas el vestigio ^M
^^^^H porque triunfen los cretenses
de el que el laberinto ignore ^M
^^^^H mientras el alfanje ahia
cuando, hambriento, le devoC|B
^^^^H ingrata á su padre Scila
pues su furor me promete ^M
^^^^^B y tiemblan los atenienses.
siete vicios para siete H
^^^^^m Reinaba en Me|;>ara Nisn,
mancebos que Atenas llore. Hj
^^^^H y en un cabello fatal
Dédalo fué su inventor, H^
^^^^B fundaba el trono inmortal
que es Dédalo el artiñcio H|
^^^^H que perdió su poco avisü:
en que se ofusca el juicio ^M
^^^^H en solo un cabello quisu
del lascivo pecador. ^M
^^^^H que su reino eternizase
No me ofende á mi el error ^M
^^^^H el hado, y que éste imitase
de Pasi fe escandaloso, ^H
^^^^H de la púrpura al color.
antes me tiene gustoso, H|
^^^^H el cual, cortado, al rigor
pues más conmiiiu tíierccc W
^^^^H caduco
aquel que más :c
V llega á ser m.i iji
^^^^H Signihcábaseen ello
^^^^B la vigilancia en la fe,
Ksta es, vasallos, la hittodi ^H
^^^^H tan delicada que esto
de mi felice jornada. ^H
^^^^H en lo sutil de un cabello
Grecia queda conqu' ^^
^^^^H purpúreo, encendido y bello,
Minos triunfa de bU íi, ■
^^^^H porque la fe, toda llama.
Minos, á quien la memora ^
^^^^B sangre en las aras derrama.
dedique altares divinos.
^^^^Hí y por so conservación
cuyos lauros peregnnos
^^^^L mil héroes dieron blasón
en los templos y en las plazas.
^^^^K al martirio y á la fama.
si Minos dice amenazas, m|
^^^^H Scila fué la incontinencia
celebren eterno á Mmos. ^M
^^^^H de Niso, hija y subcesora,
^^^M
^^^^H V ésta, al verme, se enamora
Salí un Tviicsco. ^^^H
^^^^H de mi hipócrita apariencia,
^^^^M
^^^^H siendo sirena el delito
Tudesco. Va que á todos desafias ^H
^^^^V que en lo torpe solicito.
y monarca te blasonas, ^M
^^HV y cuando velar le importa.
Minos, de las tres coronas ^M
^^^p ella el cabello le corta
que usurpan tus rlr .ni.q<,, ^m
^^H y yo la vida le quito.
yo, que en las i *' ■
^^^^^ ' Conquistóle el reino luego.
del Uoreas posti io> ^ñ
^^^^ft y, como el que engaños vcndt
de sus héroes y sobre eitos ^M
^^^^H al paso que sirve ofende,
de la aurora y sot trAsunto ^M
^^^^^H at mar su perfidia entrego.
su nieve y sus r ^M
^^^^H Esta es el escollo ciego
en mi cara y mi ^^H
^^^^H que tanto su golfo asombra.
mientras at orb . ^^H
^^^^^B que en la estrechez siciliana
la libertad que : '^4^^|
^^^^H es de Caribdis herman.-)
por más que esc bo;>quc (^nS^f
^^^^^H y Scila hasta aquí se nombra.
cárcel de tu Minotauro, ^|i
^^^^H Cerqué á Atenas, cuyo estrago,
antes que merezca el lauro ^M
^^^^H á pesar de sus escuelas.
que i luchar con él me obüK^H
^^^^H dommaron mis cautelas.
porque mejor le consiga ^|
^^^^H temblándome su Areopago
y ponga fin á tu exceso ^M
^^^^^H deleites que alisto y pago.
algún cretense me diga. ^m
^^^^H Vencen la filosofía,
DÉDALO. Tudesca es la presunción ^H
EL LABEPINTO DE CBCTA
731
de lu traje y tus blasones,
república entre cantones
dividida tu nación.
Mas, porque presto el (jfisón.
Sor ser su soberbia mucha,
ara en sacrilega lucha
á la fe guerra infelice,
yo, que este laberinto hice,
tele he de explicar; escucha:
Aquel jirón del mundo
auc intitulado Grecia
e fábulas y engaños
dio asunto á los poetas;
aquel que, dividido
en infinitas sectas,
monarca se blasona
de la milicia y letras,
cuya ñlosofia
de errores tantos llena
¿ idólatras patriarcas
confusas diú materias.
Metrópoli obedece
á la facunda Atenas,
alcázar de las musas,
■silo de las ciencias,
si bien en opiniones
contrarias y diversas,
filósofos alista,
discipula y maestra.
Allí Sócrates puso
antiguas sus escuelas
que con moralidades
humanos vicios templan;
allí Platón dio fama
y n'>mbre á su Academia,
como el esiagirita
de la Naturaleza
misterios averigua
y el cínico desprecia
al Macedón monarca
desde su cuba estrecha.
Allí, en fin, griego Apolo
Humero al mundo deja
la fama que eterniza
sus versos y üliseas,
y el orador suave,
Demóstenes. deleita
dueño de las pasiones
humanas su elocuencia.
En ésta, que es mi patria,
¡lustre yu por ella,
mi padre fué el engañu^
mi madre la cautela,
mi nombre el artificio
que en falsas apariencias,
para ofuscar virtudes
blasones sutilezas.
Dédalo me intitulan,
sirviendo de corteza
á mis cavilaciones,
para que más me teman,
este apellido humilde,
si acaso no es que quieran,
porque invente dedales,
que yo Dédalo sea.
De lodo lo ingenioso
gane palma y diadema
CUHSOIAS OE riRM) UE MOLINA.— TOMO II
i cuantos hasta hoy día
sutiles se veneran.
Yo el inventor he sido
del barreno, la sierra.,
el cepillo, el taladro.
la plomada y la regla:
y hallé la glutinosa
y siempre útil materia
que junta los divisos
mármoles y maderas;
pues si el licor faltara
que sus cisuras pega,
ni hubiera estatuarios
ni fábricas excelsas;
yo solo, en vez de plumas,
al leño que navega
le di en alas de lino
el uso de las velas;
yo, en lln, en simulacros.
para que envidia tengan
los Fidias y Lisipos.
á imágenes de piedra
doy casi ser y vida,
pues hago que se mueran.
cual si hospedaran almas
sus ojos y cabezas.
De suerte la ignorancia
por todo esto me precia,
que altares me deaica
y divo me celebra;
mas como las liciones
socráticas, que enseñan
á moderar costumbres
y la verdad veneran,
conocen mis engaños,
y que la corruptela
de mis cavilaciones
tantos simples despeña,
juntando virtuosos
á muerte me sentencian
si dentro de seis diat
no desocupo á Grecia.
Salí, en fin, desterrado,
y á Minos, rey de Creta,
asilo de viciosos,
se acogen mis tristezas;
nallé en su patrocinio
privanzas y riquezas,
pues siendo él todo engaños*
yo lodo estratagemas*
siempre la semejanza
de inclinaciones fieras
haciéndose acogida,
se abrazan y se hospedan.
Era Pasífe entonces
esposa y compañera
de Minos, rey tartáreo.
V ella de vicios reina;
Pasife, que es lo mismo
que vil incontinencia,
lascivia desbocada,
frenética torpeza,
de un toro, que de Luropa
ser robador pudiera,
ó en el Abril florido
constelación etérea,
cuya armazón diamante
^^^T^^^^^^^^^^^^^e^abcttÑt^^^Setí^^^^^^^ ^^^I
^^m VIO ei sof^Ru palestra
'-'•■l
^^H postrar rivales brutus
^^B levándose la presa
.-^«^^■1
^^^^Hi
^^M de la consone vaca;
y encierros atrr [ ^^H
^^1 «mor sin competencia.
Entró entonces i -c..^, ^^H
^^1 aun en los incapaces
y de la junta horrenda ^B
^^m se apa^a entre tibiezas,
de tan bestial consorcio, ^M
^^H confusos remolinos.
el torpe amor engendra ^M
^^H cuello, frente y cabeza
al Minuiauro infame ^M
^^H le arrugan, afectando
en cuyo cuerpo median H
^^m robusticidad bella;
lo irracional y humano. H
^^m la piel de dos colores
casi hombre y casi hera. ^1
^^H á manchas blanca y negra,
Nació el bastardo monstrtio.H;
^^B en los efectos tl^^e
nació en el la blasfemia H
^^H mejor que en la apariencia.
de tantos heresiarcas H
^^B De este, pues, bruto torpe,
contra la fe y la Iglesia, H
^^m Pasife, amante ciega,
hijo, como este bruto, ^B
^^B de tal modo se abrasa.
del vicio que sin rienda ^B
^^M con tal rigor se quema.
por ensanchar lascivias ^B
^^B que, monstruo de apetitos,
los rayos del sol niegan; ^B
^^H mis desatinos ceba.
temblaron los mortales, ^B
^^B mirándole lasciva,
porque la voraz bestia ^B
^^B que el toro pace hierbas.
destruye poblaciones, ^B
^^V La corte por los campos,
abrasa cuanto cncue-^" ^B
^^1 intempesliva, deja.
Mandóme entonces 1
^^m gozosa con su vistn.
que, de mis agudeza^. ■
^^B llorosa con su ausencia;
se valga el artificio
^^H celos irracionales
para que al iminvirnr. prenJa, J
^H^ el alma la atormentan
V yo, por fl
^^B deseando transformaise
de él viva i^ ^B
^^M en la rival juvenca.
un laberinto formo ^^^B
^H tejiéndole guirnaldas
con infinitas sendas ^^H
^^m de rosa y madreselva.
de calles enlazadas. ^^^B
^^B i sus vaqueros manda
de marañosas selvas, ^^H'
^^M que le coronen de ellas;
de verdes descaminos '
^^B sonoras campanillas
que en medio el bruto de ellt, ,
^^M hace que le suspendan
por más que á la salida ÉÉ
^H al pecho, y que le adornea
le buscan leves vueltas, ^B
^H collares de oro y perlas.
al paso que más andan V
^H Asi se precipita
más miseros se enredan. fl
^^B la humana incontinencia.
Aqui los condenados, fl
^H ya semejante al hombre,
sirviéndole de presa, H
^H al bruto y i la bestia.
primero su muerte hallan H
^^1 Desesperaba modos
que la imposible puerta; H
^^ft la adúltera resuelta.
aqui cada año llora ^B
^^B piélago de imposibles,
la tributaria Atenas H
^^H mñerno de impaciencias.
siete mancebos suyos ™
^^H hasta que dos volcanes
que al hambre brutal pechan,
^^H la hacen caer enferma.
señal de que si el sabio
^^B dentro del alma el uno.
al vil deleite entrega ^B
^^1 pulsando el otro venas.
la libertad del alma, ^^H
^^M Contóme sus congojas,
inútiles sus ciencias, ^^^fl
^H compadecime de ellas.
padece confusiones ^^^H
^^m I.abré una hermosa vaca.
de niiseras tinieblas ^^^B
^^1 Que fué la copia mesma
^^B de la que el toro busca,
i manos de aquel monstnio^B
que el Caos eterno encierra. H
Cualquier desesperado ^B
^^B con una capaz puerta
^^B del modo que e caballo
que, por mostrar sus fueraalH
^^M que á Troya dio tragedias.
con este error del mundo ■
^H Degüello, en ñn, la viva^
inadvertido se entra fl
^^B cubriendo la madera
por nuestro Laberinto, ^B
^^B de estotra inanimada,
en fe de su soberbia, ^^^B
^^B la piel aún no bien seca,
sirviéndole de pasto ^^^H
^^B con propiedad en todo
á muerte se condena: ^^^|
^H tan símil á la muerta.
y ya que tan dichoso ^M
^^ que el poderoso instinto
en esto alguno sea ^^^|
E de la naturaleza
que célebreje rinda ^^^B
EL LABERINTO DE CRETA
7a3
t
I
y tanto se prometa,
puesto que en los mortales
es bárbara quimera
pensar que se halle hazaña
que postre su fiereza,
como en lo marañoso
de tanto árbol y selva
se le imposibilita
la libertad y puerta,
errante por sus lazos,
forzoso es que perezca
en el estéril sitio,
ú de hambre ú de impaciencia.
Esta es toda la historia,
tudesco, que deseas
saber, si tu arrogancia
valiente persevera;
este es el Laberinto,
su entrada mortal ésa;
su centro habitad monstruo,
con c! vcnmras prueba,
mas mira lo que haces,
que si una vez te enredas,
muriendo no hay librarte,
por más que te arrepientas.
|TiJDRSC0. Por mis que hiperbolices, .
por más que me encarezcas
peligros fabulosos
que te ha enseñado Grecia,
no puedes ser bastante
á que prodigios tema
quien viene de Alemannt
á hacer su fama eterna.
Mis brazos en la lucha
harán un mármol piezas,
y por tus embarazos
mi espada abrirá sendas.
Ya, por entrar Alcides
por la tartárea cueva,
bostezo lodo llamas
de la prisión etérea,
también halló salida,
á su pesar, por ellas,
vMcidcs soy segundo,
mas, ijquién mi fama altera?
r<iCflrt un dann.—Sált ti Rey de Etiopia lobvt un
eametlo,(omo tí paptt to pinta.
Rky.
Apóstata, sacrilego del cielo,
pcrejjrina impresión que tanto subes,
exhalación fantástica, en el suelo
te precipitas más desde las nubes;
Faetón, hechura del señor de Délo,
que, amotinando angélicos querubes,
por presumir aleves desatinos
del averno dragón, le llaman Minos:
yo, el Rey de la Etiopia, que aparente
sólo construyo en montes de la luna,
de donde el Nilo nace en la eminente
pirámide que al sol sirve coluna,
y de sus plumas coronó mi frente
el pájarv) prodigio cuya cuna
sepulcro, atrio, sala y parasismo
es Oriente y Ocaso dé si mismo.
c:
Yo. que al bruto jayán, cuyas espaldas
sirven de pedestal á los castillos,
3ue bélicos abaten las guirnaldas
e los muros, si llego a combatillos,
y entre rubíes, diamantes y esmeraldas
atesoro el marfil de sus colmillos
y esquivo de sus últimos encierros
á montones la plata, el oro á cerros.
Yo, en fin, de quien el sol está envidioso
y cada vez que de su carro augusto
rayos fulmina su rigor fogoso.
al ébano vital siempre robusto
irocara, si pudiera, el luminoso
y dorado esplendor por el adusto
color que baja mi abrasada esfera,
porque etiope al sol el mundo hubiera.
Yo la conquista de tu Creta elijo,
de tu infiel Labermto yo el destrozo;
su infernal Minotauro'entre el prolijo,
caos morirá en confuso calabozo.
De Salomón y de Sabá soy hijo;
Jerusalén, en el festivo gozo,
conque asombró á mi madie aquel it> -.«ti
tálamo fué de su amoroso agravio.
A Etiopía ilustró su descendencia,
la ley ae su Moisén hemos guardado
hasta que, humana ya la omnipotencia
del verbo Dios, pasible aunque increado,
llegó á nuestra noticia su clemencia
cuando Felipe, apóstol consagrado,
orque mi reino á todos se anticipe,
autizó en Palestina á otro Felipe.
Candaces, reina, es la primer cristiana
qiie merecieron ver los abisjnos;
hijo soy suyo y, pues que Dios se humana,
postrara en su fe tus desatinos.
Ya, apóstata precito, la tirana
confusión pereció; ya, infernal Minos,
no han de oprimir los hombres tus venenos;
iMinos te llamas, ya has venido á menos.
Minos.
Oh. prosapia de Cam, de Dios maldita,
aborto de la noche, todo sombra,
del cafre descendiente y trogoldita
indigno que á mis pies sirvas de alfombra:
entra en el Laberinto, solicita
la muerte al monsirun, si es que no te asombra
su formidable forma; entra en las redes,
porque en sus lazos castigado quedes.
Rky.
Espera, basilisco del infierno,
que no te han de valer tus ariiñcios.
Teseo viene y es monarca eterno
que te arroje á inmortales precipicios.
Minos.
Deleite del amor lascivo y tierno,
engolfalde en la selva de mis vicios,
Rby.
,:A él blasfemias? |0h, dragón cobardel
Minos.
Vendrá Teseo á redimirte larde.
7M
Ct LABERINTO DE CRETA ^^H
Vas» y iAtt h.ittl, rüttieo y graeioio, \
las viejas que en ella «lia? ^M
¿Para qué diabros serán ^1
Rkel.
Ellos deben de cuidar
buenas?, Fileno, las viejts ■
que es barro esto de morir:
lleve á un sastre mal ladrón H
iqué hobicsc yo de s«lir.
que en la cruz de su tijera H
colgado aplique en la fiera; ^M
las tripas para el pendón ^M
entre tanlos, i pagar
al tarascón el tributo,
•
que esta tierra le promete!
jQue fuese yo de os siclel
A un tabernero que imite ^H
al signo Acuario mojado, H
jAy, mi ruciol Poneos lulo
por que tragándole aguado ^H
de hoy más por vueso Risel,
la tarasca le vomite; ^^^|
que ya no vos llevará
á un mesonero barriga ^^^H
arre acá ni arre acullá
que venda el gato por liebie^^B
y las sisas del pesebre H
al monte ni al alcacel.
mos pague vuelto en boñiga: H
Saii Fileno.
pero ¿á un pobre labrador, H
habiendo tantas mujeres? ^ñ
Fll-KNO.
Animo, pues que la suerte
Fileno.
Risel, pur tu patria mueres. ^M
te cupo y lo quiere Dios.
BtSlL.
Morios vos, consolador. ^m
BlSKL-
¿Tcndrede» ánimo vos
Fileno.
El Laberinto de Creta ^1
para el sorbo de la muerte?
nos fuerza á tanta injusticia^^H
.
jPardiez que es linda frema
como ves. ^^^|
con que animáis mi desmayo!
Risel.
El avaricia ^^^M
Diz que un hombre con su sayo.
decrépita no se meta
con su cascara y su yema
en hornos que el vino-en taiius i
se mama el diablo novillo.
sin más ni más nos meriende. ^É
y tal vez al que le loca
Fileno."
Ya el mar, que el zafir extiende ■
se le cuela por la boca
por campos de sol bizarros, H
todo entero hasia el portillo.
nos ha ofrecido á la vista ^M
FlLFNO,
El Minotauro es voraz.
de Creta la injusta playa. H
Bisel.
jEI vino-cntarros ha nombre?
Y decid: si llega el hombre
RjSEL.
El Dimuño que allá \ aya. H
Fileno.
Sí Teseo la conquista H
y le habla homilde y de paz,
y á Minos llega á vencer, ■
con reverencia y mesura.
¿de quó es tu necio temor? ^M
¿será tan desacatado
Risel.
De vmo-en-tarros, señor, ^M
que le coma?
que á ser vino de beber ^M
FlLíNO-.
Hanle cebado
no temiera los desgarros ^M
con toda humana criatura;
de su selva y laberinto; ^M
lo <jue de hombre participas
mas leche, y no branco y tiolOr^H
sera su manjar y empleo.
es lo que se bebe en tarros; ^M
RlSEt,
Yo os voto al sol, si me veo
vino en tarros y avaricia ^M
una vez dentro sus tripas
decrépita es quien me apricl^^^^
y el estuémago le escarbo,
Fileno.
Del Laberinto de Creta ^^H
que en llegándome á sorber
destrozará la malicia. ^^^|
más le ttngo de valer
Voces.
r Dentro.) jTierra! iTierral H
uue seis libras de ruibarbo.
Dejadme entrar allá dentro.
Teseo.
EchadH
Risel.
Tierra dicen, hoy me enlierran^H
Fileno.
Pues ¿has de vivir comido?
si en vino-cn-tarros me cncierríM
RiSEI..
¿Por qu¿ no? ¿Vos no heis leído
Fileno.
Animo, y adiós, Risel. ^M
que saliéndole al encuentro
Risel.
Luego ¿á Atenas n$ tornáis? ^M
A un hombre sin más ni más
Fileno.
Aguárdanmc sus vecinos. ^M
cuando hueron á arrojalle
Risel.
¿Y en poder de tarros vinos ^M
se le tragó sin liscalle
sin más cuita me dejáis» ^M
la ballena de Juan Bras?
sin más arte ni más parte? ^M
FlLKNO.
Esa íué una maravilla
Fileno.
Dispúnelo el hado ansí: ^M
que usó Dios con su profeta.
¿qué quieres que haga por ti? ^M
El que le dds de mi parte H
RtSKL.
Dejad vos que allá me meta
Risel.
y vercdes la rencilla
al mi rucio aqueste ahr.»7o. H
que el vientre conmigo tien;
al mi caro cnií^n^fn r ,. S|
Fileno, yo os juroá un canto.
Fileno.
¿A un jumci litrol
Diréislc que . ,. ji
que no han de armar pr«itü tanto
Risel.
dos suegras y un escriben.
del su Bisel, lah, mexqutnul ^1
Pero habrando ahora en juicio,
UJ*^M
decir: ¿no huera mijor
pern si una vez me escurro*.. ^M
que el reye, nueso señor.
Fileno
¿Estás loco? ^1
llevara á'esc sacrificio,
Risel.
Estoy sif) burro, ^1
sin dar á su corte quejas,
1
que es peor. ^M
i EL LABERINTO DE CRETA ^^7*5^B
VñSÑ^
iQué desaiínol
sin pensiones de cuidados, ^^^|
P^ISEL.
Como no te heis conocido
sin asaltos de deseos, ^^^H
no lloráis cual yo le lloro.
que la presupción humana ^^^H
que era como un pino de oro;
remite á la vanidad. ^^^H
jumento más entendido
Mi nombre era voluntad, ^^^H
no le tuvo Grecia.
sin ella soy Ariadna. ^^^^|
[Fileno.
Acaba.
En esta prisión prolija ^^^|
IRlSEL.
¿Cuidas que miento? Decían
quiere el tirano que sea, ^^^^|
que las burras le entendían
porque cruel me posea, ^^^^|
cuantas veces rebuznaba,
al tiempo que esclava su hija. ^|
pues la vez que caminaba
Apoderóse de mi, ^^^M
tan cuerdo hué de día en dia,
y soy en mi adversidad ^^^H
que siempre en todo caia
voluntad sin voluntad, ^^^H
ó al de menos trompicaba.
pues vivo sin ella aqui. ^^^H
Pues ¿Sufrido? no hube her.
^^^H
por más palos que le diese,
Sale Floriso. ^H
que se enojase ó corriese.
^^1
que ól nunca supo correr;
Flokiso. Si, inquietando soledades ^|
pues si acaso algún rocín
aumentas, señora mía, ^H
le guizgaba de repente,
tus tristezas de día en día ^H
le asentaba entre lafrenie
y ansias á penas añades,' ^|
las virilías del chapín.
¿qué esperas mientras que llora ^M
Estas gracias y más tien.
prisiones tu adversidad ^H
que es mi rucio sin segundo.
sino que en tu tierna edad ^^^M
Decid que vo allotro mundo
juntes tu ocaso á tu aurora? ^^^H
y que haga por mi alma bien;
Pues lo crees y al sol deseas, ^^^B
que para que me conorie,
que humanando resplandores ^|
cuando al infierno me parta.
facilite tus amores ^^^H
le enviaré de allá una carta
y á la sombra su luz veas, ^^^H
con un celemín de porte;
durmiendo á la protección ^^^H
que en mi lugar quedáis vos.
de ese olmo alivian congojas, ^H
y que os lleve por los barros,
y que, en ñn, del vino-en-tarros
huecos que adulan las bujas ^^^M
de sus llamas pabellón. ^^^|
le libre el cielo, y adiós.
Yo le aceché que salia ^^^H
^Teszo.
iDtntro.) ¡Alto! á tierra, mis soldados.
de la embarcación cansado ^^^H
Fileno.
No temas, que este es Tcseo,
Narciso, que enamorado ^^^H
'
V ya triunfante le veo
se miró á esa fuente fría ^^^M
de los bosques intrincados.
donde los rubios cabellos ^^^H
RlJKL,
Al mi rucio ¡hao! lo primero
sus cristales perfilaban ^^^H
y que de él me acordaré
y aqui sólo le dejaban ^^^H
cuando en la caldera esté
sus siervos, porque sin ellos ^^^B
^
del señor Peto Bolero. (Vam*.)
templase á la sed la calma, ^^^ñ
V cuando al agua llegó ^^^H
los labios, luego la halló ^^^|
Sal* Ariidoaso/d.
^^^
en dos búcaros con alma; ^^^B
1 AwiADNA. Isla, que en tanto destierro
al besarlos se reía ^H
i
prendes á tus naturales
la fuente que los copiaba, ^^^H
y con grillos de cristales
y como el rostro bañaba. ^^^B
^^B
sabes suplir los de hierro;
(uzgué que el sol se ponía, ^^^B
^^fe
de deleites infínitos
porque empezó á obscurecerse ^^^H
^^H
abundas que nos enlacen.
la comarcana región, ^^^H
^^H
mas |ay! que no satisfacen
que no hay mucha distinción ^^^H
^^H
del todo los apetitos;
entre el dormirse y ponerse. ^^^H
^^H
experiencia de ellos hago
^H
^^H
y advierto en su desazón
D**cúbrts*Tettoáurmitndo,eomo4tctn lu.t fcrtuf^H
^^1
lo amargo en la posesión
^B
^^H
y en el hambre el empalago.
Juzga, si en sueños abrasa ^B
^^H
¿Qué importa que diferentes
y á cierra Ojús da la muerte, ^B
^^H
conviden á la ignorancia
qué ha de hacer cuando despierte, ^B
^^H
si les falta ia sustancia
que yo doy la vuelta á casa. 0'*»'-^M
^^1
y todos son aparentes?
Minos, tirano, me nombra
Akiadna. iQué poco lo encareciste ^H
^^H
en comparación tan bajal ^H
^^B
hija suya, y soy su esclava.
Concédate la ventaja ^M
^^H
Dichosa yo cuando andaba
el que de oro cumbres viste. ^B
^^H
gozando de en sombra en sombra
¡A y, cielos! en él asiste ^H
^^H
los amorosos sesteos
no sé qué oculta deidad ^^^H
\
de las fuentes y los prados.
con toda la actividad ^^^B
^^1 que obstenla naturaleza,
^^fe Océano es de belleza
Ariadna ingrata, por u. ^^^|
y en tus brazos me consumo; ^H
^^H que se atreve á inmensidad.
dejas la luz por el humo, ^H
^^H Jvlás es que amor el que admito
por la infructífera arena ^H
^^H y el que adorarle me induce.
la estación de el cielo amcni ^H
^^B que éste limpiezas produce
(delicias del cornucopia) ^M
^^M y el otro enjjendra apetito.
y siendo voluntad propia, ^H
^^M Abrásame sm delito
voluntad te luciste ajena. ^1
^^M y al paso que más le veo
AaiADNA. ¡Ay, gozo del pesar mlol ^H
^^m más honesta me recreo:
Redímame ru eficacia. ^M
^^M ¿qué será, si do es amor.
TesRo. Omnipotente es tni gracia: ^|
^^1 un ardor que sin ardor
dame tu libre albedrío, ^M
^^B es deseo sin deseoP
que de uno y otro confío ^|
^^H Átomos de aljófar suda
efecto lan singular ^M
^^H V en rayos que al viento extiende
que al monstruo puede po«uar,^H
^^B sul de si mismo se enciende.
pero, aunque hombre y Dios BM^|
^^M ¡Ay Otos! si abrasarse duda.
quien te redimió sm ti, ^M
^^B compasión, démosle ayuda,
sin ti no te ha de salvar. ^^^M
^^B no nos usurpen las llores
Ariadna. Eso la fe lo celebra; ^^^|
^H en taa pródigos favores
tenme por tuya desde hoy, ^^^B
^H dichas que dan al verterlas.
mi libre albedrio te doy, ^M
^^^ (Liega á tn jugarle can un UtH^o ti íu-
hilo es que el pecado quiebra; ^^
W áor, y T«sco despierta.)
{Üoleun oyítla d* cordonti é* 1*4* f~
^^^ESKO. ¡Oh selvas que de engañar
carnada.) ^^
^^m ponéis escuela al fingir,
pero en tus manos la hebra ^H
^^H qué avaras sois al cumplir,
de aqueste ovillo indistinto ^M
^^B qué pródigas al pintar!
en tu amante sangre tintu, ^M
^^V ()V 4 Ariadna, Itt'dntase y cógele las
aunque al Minoiauro cncuentres,^^
m mano*.)
nos sabrá librar cuando entres ^M
^^ ¡A y, cielos! si esto es soñar.
de su murtal laberinto. ^M
^^K nunca el amor me despierte.
Cada uno por mitad ^M
^^HuAONA. No me toques, si perderte
corte esta araña en los dos, ^M
^^H no intentas, joven hermoso,
tú la gracia, que eres Dios. ^M
^^1 que cuanto más presuroso
yo mi libre voluntad. ^M
^^H más te acercas á la muerte.
Temo la hambrienta impiedad ^M
^^1 Cuanto ves en mi es engaño.
de Minos, dragón cruel; ^H
^^H hechizos cuanto en mí admiras,
ata al confuso vergel ^M
^^H Qn monstruo soy de mentiras.
ese y lo que siendo asi ^M
^^M áspid que en Hor cubre el daño.
no te librará él á ti. ^H
^^B I^uye, peregrino extraño.
tú si á m!, por ti y por él. (^'■'•'I^H
^^P Circe que entre esta aspereza
^H
^^H vendiendo falsa belleza
Saltn Minos. OMsIo y otrM. ^H
^^B son las frutas de Segor,
^H
^^H dentro ceniza y horror
Minos. ^Nave en la plaza de guerra ^M
^^B y hermosas en la corteza.
y en sus peñas no se b a roto? ^M
^^RSKO. Dices, Ariadna, verdad;
D¿DAi<i. Atirmao que es su piloto ^M
Teseo y que ya está en tierra; ^M
^^M si yo no te conociera,
^^m si limpio mi amor no fuera.
y si es ¿1 ya Crei4 sabe H
^^H huyera de tu beldad.
que le tiembla v reconoce ^M
^^H jAy, humana voluntad!
Nepluno. ^M
^^1 jqué bárbaro desvario
^^M del conocimiento mió
Minos. Traerá á los doce ^^^|
Argonautas en la nave ^^^H
^^M te apartad Flizote señora
de la Iglesia. ^^^|
^^H la Omnipotencia criadora
DíüAt.o. Su gobierno ^^^B
^^B de ti inesma y tu albedno.
huracanes atropella. ^M
^^H rindióte la torpe llama
sin prevalecer (. ^M
^^B al basilisco de Creta,
las puertas del H
^H que esclava vil te sujeta
Minos. Habiendo yo au«v(.>.i..i.> ^ñ
^^m cuando hija suya te llama;
tanto escollo en el carnioo, ^M
^^B la ponzoña que derrrama
tanto del monstruo marino ^M
^^M su tiranía infernal
que ninguno se ha escapado ^|
desde el prínter navegante ^M
^^H te tiene, mi Ariadna, tal.
^^H y tal mis ojos te ven.
ni ha de escaparle el postrero, ^H
^^M que te hallas mal con el bien
^'Cómo de iiu golfo fiero ^^^|
^^m y juzgas por bien el mal.
^^1 Desde el trono regio y sumo
sin romperse naufragante ^^^|
una nave tiene audacia ^^^|
^^m de mi padre descendí,
de surcar su mar remoto^ ^|
^^^^^F EL LABERINTO DE CRETA ^H
lALO. Excepcionóla el piloto
aue un Dios muera y necesite ^^ñ
de mirra que le preserve ^^^H
y preservóla la gracia.
os. ¿Guindo?
y incorrupto le conserve, ^^^H
Ato- En el primero instante
pues la razón no lo admite. ^^^^|
que comenzó.á navegar.
La sangre ofreció al cuchillo ^^^H
)• afirman que ha de quebrar
de la ley mi amante llama, ^^^^H
con la quilla de diamante
y quien su sangre derram.i ^^^^H
la cabeza á la serpiente,
no es Dios, sino hombre sencillo. ^^^^|
creyendo salirla al paso,
Más dudará tu temor ^^^H
para eclipsar con su ocaso
de que .Salvador me nombre, ^^^^|
la luz de su puro oriente.
porque sin ser Dios un hombre, ^^^^|
IOS. Pues ¿por qué, si se cortó
¿cómo será salvador? ^^^^H
la materia de esa nave
De Herodes. rey idumeo, ^^^^|
de aquel tronco y árbol grave
que á la inocencia destruye. ^^^^|
que la culpa corrompió,
huyendo salí, y quien hu)c-. ^^^^M
de los naufragios de Adán
ni aun de hombre merece empleo; ^^^^^|
no ha de tocarla ni una ola?
mas ¿cómo Herodes cruel. ^^^^H
lALO. Porque es nave única y sola
belicoso y arrogante, ^^H
que de lejos nos trae pan
tembló de un desnudo infante ^^^^M
que de Angeles se intitula,
si no halló deidad en él? ^^^H
y con dos naturalezas.
¿Cómo hambriento si es divmo? ^^^^|
entre candidas cortezas,
¿Quién habrá que hombre le crea, ^^M
es Dios, y hombre la medula.
si en Gañán de Galilea ^H
^^^L
el agua transforma en vino? ^H
^m Sale Teseo.
Entre estas ambigüedades ^^^H
y otras como ellas te oluscas. J^^^H
Pero ¡cielos! el que veo.
mientras, ciego, atento buscas ^^^^|
¿no es el mismo de quien doy
la luz por obscuridades. ^^^^|
noticia?
Atorméntate, homicida. ^^^^H
»os. [Temblando estoy!
verdugo tú de li mismo ^^^^|
¿Hombre ú Dios eres, Teseo?
torpe, errante en el abismo ^^^^|
tío. Ño eres digno tú, tirano,
de mi misteriosa vida, ^^^H
de que yo quién soy te diga;
que enigma tuya he de ser ^^ñ
bien sé lo que le fatiga
por que te atlija y asombre, ^^^^ñ
saber, si soy puro humano
ya juzgándome puro hombre, ^^^^|
ó aquel amoroso enjerto
ya Dios de inmenso poder, ^^^^H
de quien tiembla tu poder
mientras el mundo restauro, ^^^^|
y le ha de desvanecer
que ya por ti es calabozo, ^^^H
tres veces en el desierto.
tu Laberinto destrozo ^^M
Desvela tus confusiones,
y postro á tu Minotauro. (>^<m«) ^^^H
busca entre la densidad
Minos. Seguidle, vasallos míos, ^^^^|
de tu ciega obscuridad
que un reino no admite á dos; ^^^H
para uno y otro razones.
ya sea hombre, ya sea Dios, ^^^^|
serás de li'mismo guerra.
pruebe mis rabiosos bríos, ^^^^|
Cuando amor nacer me vio
c^ue, pues i su ser me igualo. ^^^H
lodo el cielo me cantó:
SI al monstruo llega á vencer, ^^^H
¡Gloria á Dios, paz á la tierral
yo sabré hacerle poner ^^^H
Di que Dios soy según esto.
á la vergüenza en un palo. rVamel^^^H
De un portal iá choza baja
^^^^^M
trigo me escondió entre paja
Sale Rísel, ttmblando. ^^^^|
al hielo y la nieve e.xpuesto;
^^^^^M
di, pues, que el que en tanta injuria
RisBL. Los dimuños inventaron ^^^^H
nace, tiembla, gime y llora.
tantas calles revueltas. ^^^^|
no es Dios, porque á Dios ignora
rodeos y encrocijadas, ^^^^H
la miseria y la penuria.
atajos, ramblas y sendas. ^^^^B
Tres reyes me pagan censo
Zampáronme dentro el bosque, ^^M
postrados en el portal
y en acuita de la puerta. ^^^^M
por Dios, por hombre y mortal.
sin topar con su salida, ^^^^M
con oro, mirra y incienso:
he andado más de tres leguas ^^^H
conjetura de estas parias
como jumento de noria, ^H
lo que soy, mas no podrás.
y después que ell hombre piensa ^^^H
que hasta en ellas hallarás
que acaba con la espesura ^^^H
razones también contrarias.
cátale en el medio de ella. ^^^^M
Porque si el incienso y oro
¡Válgate el diabio por trampal ^^^^M
por rey y Dios me pronuncia.
Devanadme esta madeja; ^^^^|
mortal la mirra me anuncia.
al retortero el joicio ^^M
y juzgarás á desdoro
1 y aíUi vobis la cuenda. ^^^H
728
EL LABERINTO DR CRETA
Lo mismo heime aquS entrado
que mandarme que me metan
en medio de un guarda infante
ii de unas calzas tudescas;
pues si cll hombre tiene sed,
decid que hay fuente ó al barca,
ni aun charco en que se remoje.
Ello, si habramos de veras,
bella zahori soy de agua, _
que pues siempre la despeñan
desde las nubes abajo,
no debe de ser por buena;
pero ¿qué ha de her un pobre
huérfano de las tabernas,
SI llamando á un cuero, mama,
en vei de un pezón encuentra
un cabrozo ó cabrahigo,
ó los brindis de ell arena,
que es lo mismo que topar
con los pechos de una dueña?
Pues para matar eU hambre
entrar y hallaréis la mesa
en cada árbol aue os convide
con frutas verdes ó secas.
Bercebú lleve el piñón,
dátil, bellota, ciruela,
zarzamora, escaramujo,
que he vido en toda la selva,
que por más que haya espulgado
nísperos, castaños, servas,
no me depare el dimoño
ni aun legumbres con ser huerta,
A la hé, aue si encerraran
i don Adán y doña Eva
aqut en vez clel Paraíso,
que nunca doña Culebra
se topara tan á mano
la barbirrubia camuesa,
y que, mal que les pesara,
ayunaran mil cuaresmas.
Sah ti Minoworo, como te diré tn ti papel.
I Ay de mí, desmamparado!
Mas hétele dónde llega
el vino-en-tarros paniasma.
San Sansón, Santa Belerma,
San Escápame de aqui,
San Sastre, ¿qué has dicho lengua;*
pídele al cielo perdón,
que sastre y santo es blasfemia.
De hombre tiene la fachada
y de toro la zaguera;
el dimuño que pintase
dos fe^juras tan diversas.
De hueso trae los bigotes,
alqullalde la madera
para saleros de bodas,
Sue no os faltará pimienta;
amas por ellos vomita,
y hué boba empertinencia,
aue toda armazón ganchosa
el modo que injuria quema.
Estas malas me agazapen:
vióme, rematamos cuentas;
la cara hacia mi emberrincha,
transfórmeme Dios en suegra.
que en peligí
por lo rczor.
huirá de su vibta ui< U'f>.
sin que el diablo la acometa.
¡ Jesucristo, y cómo escaiba!
Vo jamás, señora bestia,
habré mal del vino en lartoi
ni contra su monstruencu
dije chas ni mus jamás;
ansí, si es que tiene llenas
de limpio trigo los silos
de ambos vinos la bodega|j
chero decir branco y tinioj
en catorce años no llueva,
porque no se mos ahorque,
y á gusto suyo lo venda;
ansí no acierte i su casa
la ejecución en las deudas,
el hucgo de las vecinas,
ni en sus sembrados la piedra
que en otros se desayune;
porque si una vez me almoerí
y no le echan veinte gaitav
soy de sostancia indigesta.
Zámpese un médico á mala*
comeráse en una pieza
treinta hespiíales de viudas
en virtud de sus recetas.
Cómase á un pesquisidor
(pero á este triste no, ahueraj
que no le dejará entrañas,
porque á todos mos tas lleva.
[Acomitele v huye fn>r •' »«f
tuteo anda alretteJor de «"•'/'
de haber, y *¡ monitruo trainám
pts *K e¡ tronco.)
¡Ay, que acomete á ojalanní
Esta encina me defienda;
iZape. ahi me las den todasl
¡Andallo á la retortera!
veremos, pues, si jugamos
l(ts dos la gallina ciega,
cuál, andando á la uhona,
de los dos sabe más tretas.
FlorIÍO. (Dentro.) Aquí. Teseo diVtAO^
el Minotauro se encierra;
redímannos tus hazañas
de tan formidable fiera.
RisEi.. Ancia allá las patas guia]
vaya muy enhorabuena
y ciégale Sant Antón
la vez que por acá vuelva.
Mucho sudo, y no es aimtxí
Sote Florito.
rLoatso. Hoy el mundo se remeüía.
¿Quién eres?
RisBL. ¿Quién lo pact
Flowso. La esperanza.
RiSKL. Tarde liMa,
que ya yo he desesperado;
vuesBsté se harte de hterU.
pues es verde la es()eraou
y serálo de las bestias.
Floriso. ¿Qué temes?
VL. Ya esti temidn.
IDiso. Del Laberinto de Creta
saldrás hoy.
iL. Pues ¿por dó salen
del I avaricia discreta?
ttttso. Triunfará de el Minuiauío
nuestro Teseo.
tu. No creiga
que cuando le despachare
que á mi sus dichas me quepan.
ipuo. ¿Por qué?
Porque, pues, jamás
las buenas suertes me aciertan.
}. ¿Qué dices?
Las letanías.
>. Ponte á mi lado, no temas.
Si se hallare en todo ell orbe
quien más desdichado sea
que yo.
3. ¿Tiemblas?
Tiemblo y sudo:
olerásme si te acercas;
«quieres ver cuan venturoso
soy? Pues escucha: Una siesta
soñaba que me habia hallad><
un bolsón y dos talegas
de doblones de á dos caras,
tendidos sobre una mesa,
y cuando empiezo á contarlos,
al instante me despiertan,
dejándome de la galla
sin permitirme siquiera
que entre sueños recrease
mis sentidos con su cuenta.
Soñé otra vez que me daban,
sacándome á la vergüenza
por las calles de mi villa,
cuatrocientos de la penca,
iba yo, carivinagre,
llorado de verduleras
entre escribas y envarados,
las espaldas berengenas,
y á cada «esta es la josticia»
me pespuntaba el gurrea
los ribetes, cuatro á cuatro,
cual le dé Dios la manteca.
Consideren, pues, qué tal
iría mi reverencia
que, vive Dios, que escocían
como si huesen de veras:
pues fué mi ventura tal,
para que envidia me tengas,
que hasta el último pencazo
no desperté; de manera
que cuando sueño doblones,
al primero me recuerdan,
y cuando azotes, me obligan
' que hasta el cuatrocientos duerma.
' ¿Hay bestia más desdichada?
Salt Tttto luehanilo con el montiruo.
VSKO. No hay al poder resistencia
< de mi brazo, que es divino.
Monstruo torpe, las cavernas
infernales te sepulten.
{Ca* ti montiruo, ltuniit$r y ialtn fía-
m«í, y intras* Teseo.)
EL t.ABEFINTO »E CRETA.
Flor ISO
7*9
Victoria, amorosa Iglesia;
entonadle epitalamios
mientras al tálamo llega
teñidas las vestiduras
de la sangre que en la guerra,
por redimir vuestros hijos,
derramaron dichas muestras.
Stlt Teseo y todot ios qut pudUrtu.
TíSEo. Emprended fuego, mis fieles,
á ese laberinto y selva
de deleites y lascivias,
de errores y de blasfemias:
mi fe sea inquisidora,
pues á los herejes quema,
esparza el viento cenizas
que contaminan la tierra,
y seguidme adonde todos,
en delicias siempre amenas,
mis triunfos gocéis conmigo.
Flokiso. jViva edades sempiternas
Teseo, nuestro monarca!
RisEi.. Viva, y siéntese á la diestra
por los siglos de los siglos
de su misma omnipotencia.
FnlrMHit, con mütica, y qutdan Florito y Riiel.
Floriso. ¿Qué juzgas de esta victoria?
Risii.. Que parece que la sueñan
los temblores que aún me duran,
que si me llamó mi aldea
el Recelo hasta este punto,
ya es bien que aquel nombre pierda
y el regocijo me llamen,
pues me hace el alma ganibetas,
[Tucán Jtntro )
FLOitiso. Oye, pues, de sus victorias
la música sacra y regia.
RisEL. ¿Qué son éstas?
Fi.OBiso. Chirimías.
RiSKi.. Pues ¿porqué no chirinuesas?
Fi.oRiso. Porque son de la esperan 7 j
cuando á posesiones lle^^
Aparrce
reseo tn lo alfo y tt altar y cordtro
como st 4Ke en el papel.
Tksfu.
Carísimos alumnos del baptismo
que en púrpura y cristal de mi costado
ve engendrados quedáis conmigo mismo
unidos al amor que os ha enlazado,
del laberinto vil del torpe abismo
á costa de mi sangre os he librado;
oid de mis ñerezas el empleo,
por que sepáis quién es vuestro Teseo.
Rey de Atenas intitulan
á mi padre. Dios inmenso,
f>orque en Atenas reinaron
as ciencias del universo.
Y como soy de mi padre
la eterna sapiencia el verbo
y el acto de intelección
?ue de su mente procedo,
Atenas me dan por patria,
^^730
^^^^^^^^^^^e^abebint^!^ret!^^^^^^^^^^^^J
esto es al entendimicnlo
Agora, pues, que «rruinéo^^i
que de la sabiduría
el marañoso embeleco,
es potencia y es sujeto.
del monstruo infernal hotpwno.
Tcseo tengo por nombre.
la libertad os he vuelto,
que ii en Grecia Dios y theos
"&, ^m
es lo mismo sincopado,
ser theüs lo que Theseo.
■■ amemü^Hj
üc lili jji'jiii u^iioi^>vO« ^^H
Que Kgeo se llama afirman
de mis dundos rfcreov H^
4 quien mi humano ser debo.
En ie¿ del vil Minolauro, ^M
pues que egere es el ser pobre,
y yo de pobre me precio.
Después que á ser hombre vine,
la mansedumbre os ofrerro.H
que ns sustente y que dé nd^Hj
de e'iie candido cordero. ^H
y lo ful con lanío extremo
Desde el origen del mundo ^M
que, las fieras en los montes
os dice Juan que cstñ moeft<^|'
conocen su alojamiento,
aunque para daros vida ^H
los pájaros en sus nidos
resucitó al día tercero; ^M
y el hijo del hombre, siendo
mas Como se hace memoñt ^|
de la omnipoiencia hijo,
en el altar incruento ^M
no tuvo dónde en el suelo
de mi triunfante pasión, ^^^|
la cabeza reclinase,
vivo en la verdad y '^f'^^t^^^l
jorque el ser pobre apetezco,
^a rebelde Sinagoga,
y en la apariencia dilunl^^^f
entre accidentales velos^^^H
que de madre se me ha vuelto
os convido a tres susiao^^^H
madrastra y supersticiosa
divinidad, alma y cuerp^^^H
Medca es de encantamentos,
lendréisme hasta el ftn del n^B
ingrata me ha perseguido,
tan cuntinuo, tan perpetuo^^^H
como dirá el menosprecio
que desde ahora me llame ^Kt
que hickron de mi doctrina
\ii íe yuge sacramentum: ^M
escribas y fariseos.
comereisme cada día. ^M
La envidia de mis hazañas
mas no como el alimento ^|'
fué el mortífero veneno
QUc se convierte en susuaci^H
del que le come pc-raií-riJu ^|
que provocó sus crueldades
y consultó mis tormentos.
el ser que hasta :fl
Debelé las Amazonas,
que aquí, con t ■
los vicios, dipo, superbos.
el que come se 1
estériles de virtudes,
en el manjar, ¡ti: |
pues que con no más de un pecho
casi el ser del que es vutK«Ju>,
sólo las torpezas crian.
porque amor invencionero ,
Di muerte al tirano fiero
con finezas jamás VI M
de Tebas, quiero decir
es pródigo y todo ev 1
st principe del Averno.
Eché del mar los piratas.
ncgarémcá Jos ■
las almas con n. 1
del mundo los bandoleros.
juntando á [a p j^m
de las cortes lc)S engaños,
laesperan¿8 y ''•^^^1
los monstruos de los desiertos.
porque ctín mouu aijniirafl^^l
de Creta al dragón intruso,
presente y ausente á un tirm^f
de su enmarañado enredo
por lo ausente dets suspiU^^H
ai lascivo Minotauro;
y por lo presente afecto^^^^f
bajé triunfante al infierno,
no viéndoos os medrará^^^^|j
y sus puertas desquiciando.
vuestra fe merecimientos ^M
los predestinados presos
y gozándonu- CMrii:d>3 ^M
saqué y dejé á los precitos,
aliviareis 1' ros H!
porque allí nulta esl redemptio.
Si refieren las historias
deeslapcn, ^^^B
hasta que, cun dulce vu^^^H<
que á Ariadna menosprecio
poseáis tronos au gustos ^^^H
y con Fedra me desposo,
en las sillas de m\ reiou. ^M
sabed, fieles, aue es lo mesmo
que haber daao de repudio
^H
finís ^^H
el merecido libelo
l^^l
i la Sinagoga ingrata.
i rniMaR* db makio d* mil uitomToa^^^f
que fué mi esposa primero,
por vuestra gentilidad,
que es pasarse el F.vangelio
OCHO aAo» ^M
Si quid contra pdem aut tonos ntiretfl
al lado diestro, dejando
tanquixm non dklwn mf^rrur^iur enim^
como rebelde al smiestro
quo! hic cnnlincntu: maSrn £cli
Romance et ejus piis .: . . uí. JI
en mi sacro santa misa
monarca de mis misierios.
Por el Maestro Tirso de M oNn«. ■
EL LABERINTO DE CRETA
73i
inteligencia de este auto y satisfacción
¿que, por no haber leído lo maicriiil de
rábula desearen, sabiéndola, entender lo
taróríco de ella, pongo aquí lo que de las
senas que hablan en esta representación he
I en autores diversos.
TA.— Es isla del mar del Ponto; su nom-
Jfa Candia, célebre en otros siglos por
I ciudades, que primero tuvo sus límites:
tentrión, el mar Egeo y el golfo que lla-
~^rético; al Mediodía, el golfo Libico; al
lie, las islas Egila y Chilera, y al
lie el golfo Carpacio. Tiene de largo du-
nus y setenta en nueve millas, y de ancho
cuenta; baja mil quinientas y ochenta y
Bvt! millas. Sus principales ciudades ahora
i: Ignozca(su metrópoli), Goriin y Cidoiiia;
natural de la primera el famoso cosmo-
fo Estrabón. Otras poblaciones hay meno-
; habitanla griegos y domínanla los yene-
ios; no vive en ella animal venenoso, v
eren luego los que llevan de otras partes.
l vinos fueron y son excelentísimos, y por
onomasia los llama Italia Candías, y á sus
05 Candiotas. Dijo de ella Virgilio
Creta, patria del gran Jove,
en medio del Ponto yace
célebre en ella el Ideo,
auc fué de Júpiter padre,
ien ciudades generosas
la ilustran inexpugnables
que, divididas en reinos,
se coronan de cristales.
_ióse primero Cúrela por aauellos hé-
Jiganles intitulados cúreles; luego, sin-
pó, el nombre de Cureta quedj en Creta.
la derivan de Crola, hijo de Júpiter, rey
dichos cúreles. Eran sus vecinos, en
de los emperadores griegos, tan bar ba-
le, olvidados de la pulicia y fábricas, sólo
iban las cuevas y espeluncas. Nólanlos,
límenle, de envidiosos, pérfidos, falaces
la mayor parte, dados á la gula, como
knifíesta la crasitud y corpulencia de sus
-líNOS. — Fué hijo de Júpiter y Europa. Su-
lió en el dominio de Creta á su rey Xanto.
^ el primero legislador de los cretenses. Casó
6 Pasife, hija del sol, y tuvo en ella sucesión
"Unda de ambos sexos. Conquistó á los me-
^enses un Grecia, porque le mataron á su
•D Androgeo. Entró á Megara por trato de
Lia, hija de su rey Niso, porque, enamorán-
Be ésta de Minos, concertó con él que, dan*
le la mano de esposo, le entregaría -i su pa-
^.y corlándole á su padre un cabello de
[ de púrpura, en que consistía, mientras él
le. la conservación de su vida y reino,
jpuso todo en ejecución, pero desprecián-
^después Minos y haciénaola echar en el
de Sicilia, la convirtieron los dioses en
Jbajio y escolio formidable de que tanto
|len los poelas y está enfrente de Caribdis.
iquisló también Minos á Atenas, obli-
j después á su rey Egeo á que todos los
lie enviase siete (nancebos subditos suyos
para pasto del Mmotauro; hizo que Dédalo fa-
bricasen decantado Laberinto, donde encerró
al monstruo Minoiauro, y después, en castigo
de haber el tal Dédalo hecho la vaca de madera,
en cuyo vacio entró Pasife y concibió del loro
aquella bestia fabulosa, le metió con su hijo
Icaro en lo más confuso de su enredo, para que
dentro pereciesen, si bien los dos escaparon,
como en su lugar diremos.
MiNOTAURO.— Monstruo, medio toro y me-
dio hombre, parto de Pasife. Preso en el dicho
Labcrinlo, su manjar carne humana, al año
tercero, del tributo referido de los atenienses,
habiéndole cabido la suerte al principe Teseo,
por industria de Medea, su madrastra, llegó á
Creta, y enamorada de él Ariadna, hija de
.Minos, por su industria maió al monstruo y
salió libre di aquel bosque enmarañado.
ÜéDAio.^El invencionero y artífice más in-
genioso queconoció su siglo. Su patria Atenas.
Inventó la sierra, el taladro, la barrena, los de-
dales y la cola. Halló el uso de las velas para
navios; labraba estatuas cuyas cabezas y ojos
imitaban los humanos movimientos. Deste-
rróle su patria y se acogió á Minos. Hizo una
vaca de madera en que se encerrase Pasife y
cubrióla con la piel de la verdadera, de que
andaba en celo el toro de quien Pasife se ena-
moró tan bestialmente; encerróle á él v á su
hijo, el rey, en el laberinto, artificio de sus
manos; pero haciendo cuatro alas de cera y
plumas para entrambos, salió volando de su
encierro, remontóse Icaro y cayó, derretidas
por el sol sus alas, en el mar que hasta hoy se
llama de su nombre. Voló su padre basta Cer-
dena, y desde ella á Ñapóles. Labró en Cum-
mas un templo celebérrimo, dedicado á Apolo,
y en él dicen que yacen sus cenizas. De Pasife
no hay que decir de nuevo sino lo referido de
su bestialidad y parto.
Tesko. — Hijo de Egeo. rey de Atenas; su
madre era hija de Piteo. Perseguido hasta la
muerte de su madrastra Medea, sorteado entre
los siete destinados al Minotauro, valióse para
salir del Laberinto, muerto el monstruo, de un
ovillo de cordel que le dio Ariadna, enamorada
de sus hazañas, atándole á un árbol de la en'
irada y guiándose por él á la salida. Venció í
las amazonas; mato á Creóme, rey de A tena:»,
cruelísimo tirano; luchó y derribó en Atenas
un robusto toro; mató á los salteadores de
Grecia y á los piratas de sus mares; venció á
los centauros; fué grande amigo de Proteo y
de Hércules; bajó al infierno, deseoso de robar
á Proserpina; sacóle de allí Hércules, su amigo;
echáronle de Atenas sus vasallos, y, recibién-
dole por huésped el rey Licomedes, le quilo la
vida.
De esto, lo más he aplicado al auto presente
moralizándolo casi todo, como constará desús
versos. Por que haya más e.spacioque las már-
genes del auto permiten, para advertir lo nece-
sario en él, lo iré declarando aquí por sus sa-
lidas.
Salida primara. — Por la plaza, con ejército
marchando y instrumentos bélicos, sobre un
carro triunfal, el rey Minos, entrecano, con k
73a
EL LABERINTO DE CRETA
iraje que se pidió al alquilador de la ropa. Con
música festiva por el tablado ¿ recibirle los
cretenses, y con ellos Aríadna, muy bizarra.
Apéase el rey, sube arriba, siéntase en un tro-
no, á su lado su hija, y delante de él Dédalo y
otros. Sale después un tudesco y dice lo que el
auto señala; tras él, sobre un camello, acom-
pañado de negros, el rey de Etiopia, empara-
mentado el bruto, y el rey con el traje que se
alquiló para él.
Segunda salida, — Ya está advertido el modo
de el gracioso pastor, y en esta salida no hay
que añadir más.
Tercera salida.— Puédese, si quieren, apa-
recer, cuando dicen «tierra, tierra», un navio
sobre ei teatro, aue dé vuelta por lo de arriba,
y si no, decirlo desde el vestuario. V.\ traje de
Teseo armado y bizarro, y la cabellera de oro
que me dijo el señor Mayordomo que había
alquilado,
Cuaria salida.— Ya so sabe el modo con (jue
el Mínoiauro ha de salir: de la cintura arriba
hombre, con un casco en ta oiben
¿ la del loro, y dos cuernos por iJo«*í
fuego: lo demás, de toro, de marvef»;
rezca sube la mitad del cuerpo v^iif«
mitad, como ic pintan.
Ha de haber un árbol, que desptiAt
para la comedia, alrededor á
monstruo tras el gracioso. De
notauro, vencido de Tes .
salen llamas. Pueden, si z
seo y los suyos, el cti' -
nos, Dédalo y los de -
La última aparicnc
cubriéndose un jarü
con sus manteles mu
bre ella un csliz tan t^]
de él un cordero con i-
lo pintan. Asentado á su
potencias, ó rayos de oro,
sobre las armas una vcsLidu;
todas las apariencias y mucha
neo.
^Tauto famoso ie nolstka senara del rosar 0 ^^H
f MADRINA DEL CIELO
■ DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA
H PERSONAS QUE HABLAN EN él: 1 o
^m Cristo.
hOKOTRU.
^H La Viroin.
Marcela.
^m Santo Domingo.
Chinakko.
^1 Un Anükl.
Demonio.
^1 DiuNrsio.
H Saitn Dioaiiio y Dotoieo el premio de mi esperanza.» |
Y lo que más me atormenta,
Bio, Este es ei sitio y la casa
es Que espero sin remedio.
V do asiste el candido cuello
según he echado la cuenta,
■ que el cuerpo y alma se abrasa.
que no se podrá hallar medio
■ Hizo Dios un áni>cl bello
que á mi voluntad consienta.
DoBOTEi). Olvida y muda de intento.
H debajo de humana masa;
H formó una excelsa escultura
Dionisio, ¿^o ves que se ha apoderado
■ de tan divina hermosura.
del alma y del pensamiento,
H mostrando su gran poder.
que hallándole descuidado
H que se viene á conocer
hizo un lirme alojamiento?
■ el Criador por la criatura. '
DoitOTKO. Entra y gózala por fuerza.
■ Hele dicho mi recuesta
Dionisio. Cosa por fuerza gozada
H publicando mí tormento
¿que gusto tendrá? Que es fuerza
H y lo que su amor me cuesta,"
que quede más obstinada
H mas es dar quejas al viento,
y no ha de haber quien la tuerza.
■ que es recogida y honesta.
H Con rostro apacible v grave
[kiROTEO. Podrá ser, viendo cocida
la ílur del vergel vedado,
H me dijo: «Deso se deje,
se te muestre agradecida
■ no entregue al vicio la llave,
y que te ofrezca de grado
el remedio de su vicia.
H porque tiene obras de hereje.
H aunque se muestra suave:
Dionisio. Quiero tomar tu consejo.
H apártese deste trato.
que muy bien me ha parecido.
H que SI le viene á entender.
que el amigo es claro espejo.
H conocerá que es ingrato
y por ver que me ha ofrecido
la ocasión o que deseo (3).
■ y suele caro vender,
■ aunque le ofrece barato;
Considera lo que hablo
■ y pierda la confianza,
por estar solos los dos;
H que en mi no ha de haber mudanza.
de veras el caso entablo:
■ que en Dios he puesto la fe,
entro en el nombre de Dios. íVa$t.)
B y con esto alcanzaré
Dobot«o. ívntra en el nombre del diablo.
(i) iDicrvienco además Vicios, Vi*ru»a$ y Músi
COS.
(2j «Deseo» no cuniucna coa «espejo* oi «consejo*. Tiaso quizás escribiría «la ocasión buen aparejo».
iH
LA MADRINA DEL CIELO
Va á forzar una doncella
y nombra de Dios el nombre
que forma contra él querella:
sm duda que entiende este h<:imbrc
que ha de ayudalle á movelta.
Aquesto, si bien lo notas,
de demonio es el oficio,
que con sus obras remotas
entre el deleite y el vicio
deja las conciencias rotas.
Hacemos mil insolencias
sin tener á Dios temor
ni escrúpulo en las conciencias,
y pídele á Dios favor:
iquí; hermosas impertinencias!
Si habernos dado en saltear
y entre piratas porfías
surcado habernos el mar,
,jde qué sirve hipocresías
si es su profesión "robar?
No le acabo de entender:
unas veces es afable,
con humilde proceder,
y otras no ha de habci quien le hable
si quiere su amigo ser.
Sntra Üiooisio y Murccla asida de su capa
Makcel. Arrojadizo Tarquino,
dime: ;qué fruto has sacado
de un efecto tan indigno,
3ue así has un pecho violado
edicado al Uno y Trino?
jPor qué con tanta fiereza
cometiste tal delito?
Caos de abatida bajeza,
iquc un gusano tamañito
se atreva á la Suma Alteza!
Qué, ¿no temes la sentencia
ni del castigo el rigor?
Pero sé por experiencia
que le has perdido el temor
por ser la Suma Clemencia.
Mas, pues que ya ha sucedido,
muestre ese pecho piadoso
lo mucho que me ha querido;
dame la mano de esposo,
con lágrimas te lo pido.
Doroteo. ¡No le faltaba otra cosa
sino meterse en el brete
de dama bella y hermosa!
Muy bren medrara el probete
y además sí es melindrosa.
DiONiMo. vJaalquier cosa hasta gozalla
se tiene en veneración
hasta poder alcanzaila;
mas, llegada la ocasión,
el mejor pago es dejalla.
1,0 que te tuve de amor
volvió en aborrecimiento;
llegó H su punto el rigor,
y en I re el deseo y contento
puso ley el desamor-
Procura satisfacerte,
que jamás Icmi la muerte;
quéjate al ciclo de mi.
que no alcanzarla el sí
ni pienso de jamii^ vi n.
DoHOTEo. I las habí ido i ir
y lu gustii has »'
no tornea cosa de ast
si su persona has ^ot
dé agora quejas al vi
(Vóntf /<•»» 4»! y <
A4akc&i.. ¡Asi le i ucl!
Dejo 1.1 1 i Aqtltl
que es
mas ti' I
y hallara:» ^icm-i
i
Divino Bt'-í'""'"- *'•
de aquesta
porque que :
metida entre
Muévaos;!
V ver rompido el viri^incoj
"de que hice voto de llevar
librándome del reino del «j
A vos. Sacro Señor, veoganzaotí
no pase sin castigo tan mal hecbc
y un delito tan feo y tao inonDC^,
Aunque si de otra cosa soisj~^
|bCmueveác!emenciavuc5tro|
con vuestra voluntad seré eos
Corren una cortina y a/t^rttc
di ReJmcítim.
Jesús. Marcela: tu sentimiento
es muy justo que le tcoj
y que justu" ~nt
á tan grand
que, si el p<. u
de su mald..
y aunque \ '
nu pierdas i .^a.
) el tomar ú. - 'é***'
Sobre mis hombros lo
(CorrtH la cortina y cátt
MxRCKL. ¿Tan presto oa. vais.
No escondáis el mpUod
auc al alma enriquece
i vino afecto de amor
y obra de Ksplriiu Sanie
aguardad. Verbo humai
y de aquesta corderilla
recibí el pecho humilli
alta ñor de maravilla
?ue dio la muerte «1 peca^.
usto Juez os m ■
pues la carga de
á vuestra cuenta •.<•■
que tomuda á vuestl
cuerpo ' 1 a-i a . nos
Mirad
que el d,
SI no lo CUr;
os tengo de
aunque os
Mas vucsti.<
que en los iiial<.^s ^c repi
pero adv^rtíréi-!: qtje hay]
que nir ¡ r<
SI no y- e.
^^^^P LA MADRINA DEL CIELO 735 ^|
y saltn Santo Domingo y un donado llamado
padre, que se aficionara, ^H
r.hioarro.
que fui en poco tiempo rico. ^^^H
Prestábales sobre prendas, ^^^^ñ
INGO. Dígame: ^por qué ocasión.
dándome de prometido. ^^^^|
dejando el siglo, se vino
si daba diez, doce y medio. ^^^H
á entrar en la Religión?
y si veinte, veinte y cinco. ^^^^M
lAHR. ¡Por el Señor Uno y Trino
Andaba la chirinola ^^^^M
que me causa j^ran pasión!
hasta que ventura quiso ^^^^H
¿No basta que entre eslas breñas.
que el bodegón se alborota ^^^H
ipesia á quien aquí me truio!
porque de corto de cmco, ^H
cuento mi mal á las peñas?
sobre disputas de honor. ^H
¿No fuera fraile cariujo
como siempre honrado he sido, ^H
porque me hablara por señas?
corté á una mujer la cara, ^H
INGO, ¡Jesús, hermano! ¿que es esto?
dando muerte á su marido. ^H
Considere que ha pecado.
Maté un hidalgo en la plaza ^H
¿Cómo está tan descompuesto?
por un no se qué me hizo ^H
lAf»B. iPor Cristo crucificado
á la una de mis damas; ^H
que estoy por echar el restol
déle Dios el Paraíso. ^H
INGO. Hermano, nada no cuente;
Ausénteme de la tierra, ^H
esa es la Orden que profesa.
y topando en el camino ^^M
lARB. ¡Por Jesús omnipotente,
un fraile, le até á una encina, ^^^^ñ
que porque sé que le pesa
desnudándole el vestido. |^^^H
lo he de contar cabalmcnle!
Domingo. Calle y por él le suceda, ( i ) ^^^H
En la ciudad de Sapunto
pues cometió lal delito ^^^H
naci, padre fray Domingo,
sin tener temor á Dios, ^^^H
que cuando al 11 no naciera
que osó tocar á sus Cristos, ^^^^M
nada se hubiera perdido.
Chinarr. ¡Vive Dios! Domingo Padre, ^^^^|
No digo de nobles padres.
pues hasta este punto ha oido, ^^^H
porque no sé quién me hizo,
que ha de acabar de oír la causa ^H
según que mi madre era
que á su casa me ha t raido. ^^^H
El fraile me dejo alado, ^^^H
afable con sus amigos.
Bueno es ser el hombre afable.
no supe lo que se hizo; ^^^M
pero la mujer, no digo.
Dios le perdone ^i es muerto, ^^M
que ha de ser como carrasca
y Á mi no punga en olvido. ^^^^M
V amorosa á su marido.
No hube dado muchos pasos ^^^H
En fin: alli fui criado
cuando topé un peregrino ^^^H
hasta tener veinte y cinco
V, por mi gusto no más, ^^M
años, haciendo insolencias,
fe maté en un ventorrillo. ^^^^ñ
no de las que hacen los niños.
El ventero, que era honrado, ^^^^|
Tuve siempre ires mujeres
de por medio se ha metido. ^^^^|
repartidas en tres sitios.
con tajadas y colainas ^^^^|
las cuales rendían primicias
á los dos nos hizo amigos. ^^^H
sin ser el fruto caioo.
Domingo. ¿No dice que le mató? ^^^^|
Tres germánicos, muchachos
Chinarr. ¿No ve que la hambre digo? ^^^^|
de los que en el laberinto
Domingo. Asi seria á los otros, ^^^H
metían las dos colainas.
Chinarr. £s verdad, Dios me es testigo. ^^^H
se recogían en mi nido.
A las Navas deTolosa ^^^H
{^Hast de estar santiguando Stolo D<i-
con don Alonso he partido, ^^^^|
miogo.)
noveno rey de Casli la, ^^^H
Tenia tabla de juego.
que era mi intimo amigo, ^^M
donde el menor ejercicio
contra Miramamolin, ^^M
era echar votos por vidas.
que contra España ha traído ^H
reniegos de cinco en cinco.
de moros seis mil millones. ^H
Jugábanse los dineros,
y después de haber perdido.
Domingo. Mire, padre, lo que ha dicho, ^^ñ
Chinarr. Cuatro eran más ó menos, ^^^H
las prendas suplían las fallas.
y es la verdad lo que digo. ^^^H
quedándose en cueros vivos;
Echándome en oración ^^^H
las joyas de las mujeres.
al Altísimo he pedido ^^M
las arracadas y anillos.
nos otorgue la victoria, ^^M
cadena, ajorca, manillas
el cual al punto lo hizo. ^H
y los diamantes más ñnos.
Recogidos los despojos, ^^^^ñ
faldellines, sayas, ropas.
los he al punto repartido ^^^H
locas, jubones, corpinos.
al rey de Aragón don Jaime ^^^H
quedando de Adán y Eva
y al de Navarra don Iñigo; ^^^H
hechos retratos al vivo.
^^^^H
Sacábales el barato.
^^^^B
que, si lo viera, le digo,
(i) Quuát en rtt de «suceda» debí leerse «raegue». ^^M
^^^^^^^^^B.
^^ ^^^^^^^^^^^^^^yi^^^^^H
LA MADRINA DKL CÍELO
y aunque aicen que la cruz
fue causa de haber vencido,
sólo el valot de Chinarro
del caso U caui>a ha Mdo.
JoMtNGO. iViósc mayor dispárale!
Puci es claro que se ha visto
bajar del ciclo la cruz.
CiuNA»!). Fuó porque yo lo he pedido,
y pesándome de haber
oícndidu al L'no y Trino,
me vine á la Kcligiún
poniendo en olvido al siglo.
Salen Utonitio y Doroteo.
>iomsio. Adoraba su belleza,
V después que la he gozado
da entrado en mi lal^ tibieza
que aun el caso imaginado
me causa mucha tristeza.
DupoTEM- léchala del pensamiento
y cesará su memoria,
y asi vivirás contento,
que si promete amor gloria,
suele á veces dar lormentu.
Mas dejando eso, ^no ves
dos religiosos venir.''
DtONisto. ¿S\ traen algún intcrésP
DohOTF.0. La verdad me han de decir
atados manos y pies.
DüMiNiiO. ¡íeo gratias.
DonoTFo. Enhorabtíena,
(fquién dice que se las quite
á quien las gracias condena.-*
Chinapp. Msí las gracias admite?
DoROTKo. ¿Qué quiere el ánima en pena?
CiiiNARi». ¿^ué modo de responder
es éste? ¿Han perdido el seso?
Domingo. Muy bien lo pueden hacer;
;qui¿n le mete, hermano, en eso?
CiiiNAH». S u, que me quiero meter.
Doroteo. Yo también meterme quiero
en que se quite el vestido
junto con su compañero,
y si uae algo escondida
de preseas ú dinero,
• luitenseel vestido luego,
si no quieren que me enoje
y eche de los ojos luego.
{Oa i Chinarro un ttpatdnra^u.)
Chinarp. iQwé dice?
DoRoTto. Que se despoje.
Chinarr. De veras va aqueste juego:
¡hasc visto tal maldad!
Padre: ¿aquesto ha de sufrir?
DouiNGii. Macellocon humildad (i).
Cminarr. No lo c^uiero consentir
por la Santa Trinidad.
^'Domingo. Sín replicar se desnude,
hermano^ v guarde obediencia.
CiMNARR. Su {'aternfdad no dude.
{i> «Conioaidad* dl«e el orÍKinal.
DOMlNc.o. Chinarro: tenga pa^icru
Y hágalo sin que se modc
■ "i narro y ÜMitol
\* pone ti r'Ht
Kstá tan roto y des'
señores, nuestro ca-
que de su valor sospecho
que antes les podrá hacer mal_
I uc RCnero de provecho. ~
.TMiiguiera á Oíos que el »l
lucra de tal gravedad
que mitigara el rigor
de su gran necesidad?
Miren si Its tengu amor,
porque dejando aburrida
la causa que tan sin rienda
les trae el alma perdida,
con el aumento de haciend
habría enmienda la vida.
DinNisio. Padre: vuélvase á vestir.
Doroteo. ,¡Q\ii quieres.*
Dionisio. Dejarle ir:
¿soy yo empedernida roca?
Lste 'de parte me toca,
y con él se ha de partir,
fTáiHMU
sólo e&le losarlo ouiero
que me ha pa ^n.
DoMiM.o. De aquesa ra/: '
que os ha de suceiler bien
en el tiempo venidero.
Chinarr. Tengan descanso y «alad
y déles el alto Dios
mucho Sosiego y quieltld.
DoROTKo. Hermano, no hablan coo
Chinarr. ¿Por qué no ha de usar vi
llsala su compañero,
siendo también salteador:
¿es por dicha él más gf
ni tiene menos valor
sicndtj hidalgo y cabal Icf
Doroteo. Desnúdese. ¿A mi chancit
Acabe el capÍBorr¿n.
Tengo poca <Vv,iriún
y las entran. í
CiiiNAKR. lAy. qué ha j > ^
DoMi.N(30. Hermano: tenga p
CniNA«H. ¿Como no me acit
DoMiN«iO. ¿Cómo no guarda o
Chinarr. No puedo guardarla
¿Cómo no les ha ina_
á éstos tener o^edicnc
Domingo. iTa ese caso
que para la ■^fíd»
está aqueste
Chinapr. Ahora bien;
y pues que .
ante Dios Ir
Domingo. Ruegue á Dios qoc le
y le será agradecido.
( VafiMt Saoio Oor
DoRüiBO. ¿Ya d«- ri,..„,..,.>. «.|f!
V de Tí)
• Dionisio, No da^ — .-, =1
que aqucMo« que lú deipti
^ LA MADRINA
DEL CreLO ^^^^^^B
^ueen ü.ir ei ^jinpu tranco:
la i^mp^ra ^^^^^ñ
que todas las calidade»
no la halle el CN ^^^^|
no son más, Doroteo,
Entra con mucN>i.i> uc «mor ^^^^H
que licnen las votunt«d«s
y siembra entre ella cizaña; ^^^H
diferentes el deseo
que anda el lobo en la campaña, ^^^H
j distintas propiedades.
huye y teme su rigof. ^H
Tú tienes riguridad.
De-momo. Va vuelven á dar aviso. ^^^H
JO tengo alguna clemencia;
jCon música los regalas? ^^^H
Lucifer, no estás remiso; ^^^^|
tú aborreces la bondad,
yo tengo por excelencia
el veneno de tus balas ^^^^f
tener el don de piedad.
los arroja en un proviso. ^^^^|
Bien puede ser pecador
Dádoles he grande sueño ^^M
el hombre, porque le inctin*
con un sabroso manjar ^^^^ñ
de Adán el primer error;
de un morillero beleño; ^^^^|
mas á la esencia divina
quiero ver recordar ^^^^|
no ha de perder el temor.
si al infierno ios despeño. ^^^^|
No tienes que estar cansando.
Dcsta vez perecerán, ^^^^|
que hacer á Dios resistencia
si el crelo no me lo estorba, ^^^^|
es quebrantar su real bando
que entre sus vicios están ^^^^|
y debe pedir clemencia
el hombre, aunque esté pecando;
y he de hacer que se los sorba ^^^H
un mar de pez y alquitrán. ^^M
y dejemos de alegar.
Heles mostrado un tesoro ^^^^M
pues el prado nos ofrece
en este profundo sueño ^^^H
sitio para descansar.
Je preciadas piedras de oro ^^^^|
lOTEO. El sueno v cansancio crece
para robárselo al dueño ^^^^|
y te quiero contentar.
vayan ú eterno lloro. ^^^^|
jAh, compañeros! venid. ^^^^|
Rtcutstamt á áormtr, y sait el L^cmonio.
(Lfi'antándoít tos dnt ^^^^M
Doroteo. Vamos, que el tesoro es bueno. ^^^H
IONIO. Dormid, que yo he de velar
Demonio. Y entre los dos lo partid, ^^^H
hasta licuaros al punto
si no se os vuelve veneno ^^^H
en que tenéis de acabar.
con este famoso arJid. ^^^^H
aunque del ciclo barrunto
^^^^H
que me lo quiere estorbar.
^^^^H
Mas, venga lo que viniere.
^^H
yo he de hacer mi diligencia
por si acaso sucediere.
Vam» y súU Chintrro en fubón y cantón como ^H
^utdó cuando te quitaron t( HÁUto, y eap* y itpaáa ^H
si no, haga su Providencia
y somí>r*ro. ^^|
lo que mejor le estuviere.
^^H
Tengo un odio desiuual
al hombre y cruel desdén
Chinakh. Pues ^conmigo, fanfarrón? ^H
Si ¿ Chinarro conocieras, ^H
sin causa para hacer lat,
salteadorcillo lebrón, ^^|
y por quererle Dios bien.
yo sé que no te atrevieras ^^|
por eso le quiero mal;
(emiendo tu perdición. ^H
y aunque su poder me asombre,
^■A mi el hábito? ¡Ah! ¡paciencia! ^H
siempre aborrezco su nombre
que un tiempo solía temblar ^H
y quiero mal á los dos,
un rayo ante mi presencia. ^H
y pues no me vengo en Dios,
iQué cosa es un huriibre c&t«r ^H
he de vengarme en su nombre.
iiujeto á humilde obediencial ^H
Con la pasión üuc llevaba ^H
viéndome que iba desnudo ^^|
{Canta una vot dentro esta letra)
el corazón me temblaba; ^H
(Música.)
que habla con cólera un mudo ^H
Vela, vela, pecador,
si la paciencia se acaba. ^H
mira que el mundo te engaña.
V que el otro muy cortés ^H
al padre se le ha dejado ^H
que anda el tobo en la campaña,
huye y teme su rigor.
con muy pecjueño interés; ^^^H
IONIO. No' en balde yo me temía
sólo el rosal 10 ha tomado, ^^^H
aue había de haber favor;
a pesar de quien le envía.
que el padre le diera trc». ^^^H
De aquí no pienso partirme ^^^H
contra Dios y su valor
sin vengarme con los dos; ^^^^^
ha de creer mi porfía.
bien sé que puedo medirme; ^^^^|
no iré de aquí, ¡vive Dio&l ^^^^H
(Miifica.)
que no tengo que vestirme. ^^^^|
Como desnudo he partido ^^^H
sicos. {Cantan.) Mira que Wc^íí i la puerta
y al monasterio he llegado, ^^^H
y con deleites convida;
en ira y rabia encendido, ^^|
^püCDIAS DE TIRSO Df. MOLINA.— TOMO U.
^1
I.A MADRINA
espada y capa lie lopajo
de que vengo apercebido.
malla el Itábila.)
Mas el hábito he enconirado:
pero por Santo Tomás
que ae tiiiedo lo ha dejado;
mas no daré paso atrás
sin que esté desagraviado.
[Sutná dintro la musiC'-i y im/jn >
(MUsica.)
Vuélvete á tu monasterio
y á Dios la venganza deja,
'qu« sabe premiar al bueno
V castigar al que yerra.
Vuélvete, y guarda lo» votos
de religión y obediencia,
que á Cristo le desnudaron
con más oprobios y afrenias».
Si quieres ganar el cíelo,
imítale en la paciencia,
pues te acogiste al sagrado
de su piedad y clemencia,
aborrece á los soberbios
y á los humildes los premia;
i los justos quiere y ama
y al más pecador espera.
Vuelve los ojos y mira
entre justicia y clemencia
' de un pecador obstmado
la rigurosa sentencia.
Corren la cortina y aparee» una cima con una pin-
tura como boca dt infierno, y Dionisio v Itoroiea fue
lo* ^uitrttl Demonio Ion ^ar Jentro, v Samo DümiD-
!0. fu* tiene ecHixdo un rosario al cuello ne Oiunisio y
.< tttne, y Crisio con miiiI espada dtínuda en la mano
y la Virgen al otro ladu,
OiMONio. Digo que ha más de diez años
que han andado en compañía
haciendo males y engaños,
sin que se pasase un día
que no hiciesen graves daños;
forzando viudas, casadas
y estrupando las doncellas
recogidas y guardadas,
y en vez de satisíacellas,
era dejallas robadas:
quitando á los pasajeros
de cualquier manera tí suene,
las haciendas y dineros,
dándoles la cruel muerte
como unos leones fieros.
Nunca hicieron obra buena
que les fuese meritoria,
y asi, la ley les condena
i ser privados de gloiia,
Padeciendo eterna pena,
amas vieron celebrar
ct misten» de la Misa
que les pudiera salvar;
todo era contenió y risa,
sin acordarse de orar.
DoMiNoo. Espíritu condenado,
como siempre, la maldad
es adorno de tu estrado,
traes cubierta la verdad
ft
con háh"' iicíroT^rt,.
Señor '■ >]
siéndoo . ^ r,---->«^
en los vicios engolfado;
mas teníalo por trato,
siendo i picaad inclinado.
Si alguna cosa quitaba,
también con ellos partía
de aquello que le tocxba,
y una mala compañía
hace la virtud esclava.
Rezaba con devoción
el sacrosanto rosario,
llamaba la intercesión
del sagrado relicario
do obrasteis la Encarnación.
Bien sabéis la caridsd.
Señor, que conmigo usó
con tan profunda humildad,
y por suplicarlo yo,
Señor, tened dé! piedad.
ViROEN. Hijo mío. haced su ruego,
pues que Domingo lo pide,
no vaya af eterno fuego,
que á vuestro gusto se mide;
dadle, buen Jesús, sosím^o.
En especial que ha tenido
en mucha veneración
el rosario esclarecido,
otorgúesele perdón,
que como madre os lo pido.
Cristo. Pues de mi mucha clomeoci«|
los dos le habéis amparado,
doy por muy justA sentencia
que aqueste sea condenado.
(>»r
Y aqueste á hacer penitencia.
^ (vi o.r
Y miro que aqueste ha sido
del rosario muy devoto
y en sus cosas comedido,
v aqueste un hombre remóte
gtan pecador y atrevido.
DoxoTEo. Virgen: ¿no hay mtercesióa*
VtRüBM. Cuando tuviste lu^ar
no gozaste la ocasión,
por donde vas á penar
al reino de confusión.
Continuo hps vivido mal,
tu vida siempre empeora,
y llegado á punto tal,
en lugar de intercesora
es mi oficio ser liscal.
{Corrtn leí cortima y cafrctt]
Chi-narr. ¿Eso pasa? Tira afuera.
Al monasterio me vuelvo
y en aoucsio me resuelvo,
que es la Virgen medianera;
mas si acabáis la carrera
en vicios y haciendo mal
dice que ha de ser fiscal.'
Más rale hacer penítcnc'
por que alcance la clemendl
del Redentor celestial.
<5a(r S«nl« I
Mas á Domingo el prelado
▼eo que acá se avecina;
LA MADRINA bEL CIELO
739
IINGO
KAHR,
UNCO.
NARK.
IINGO
IINAO
fiAHR.
IINGO.
MAKR.
UNCO
(AKR.
}MINOO.
JINAOR.
>M|SGO>
INAHR.
IINGO.
ilNARD.
IINARR.
í
fMíNGO.
IIN/VRR.
miNGO.
IINARR.
lUINGO.
IINARR.
tMINGÚ.
lARR.
SÍ esis vez no biv didphna
So quedo muy bien Ivbrado.
laré del disimulado;
bien es que el rostro arrelidie
para ver si me conocí.
y si viniere turbión,
callar es obligación
para que del ciclo goce.
• ¿Que en la casa no pareced
Quien de la casa se ausenta
cualquier castigo merece.
De que dé lan mala cuenta
el corazón se entristece.
¡Traerse cap« y espada!
dado me ha que sospechar,
que venir con mano armada
fué pretenderse vendar,
y su intento no me adrada;
que no advertí en preguntar
por las señas de la capa
cuando le salí á buscar.
Un hombre está alli y se tapa;
allá me quiero llegar.
lAh, buen hombre!
Dios es bueno.
También lo podéis vos ser,
aunque El de bondad es lleno.
¿Qué quiere.^
QuerHa saber...
Por saber yo muero y peno.
. Saber es cosa muy alta,
si se viene á merecer
y con \irtudes se esmalia.
Sólo quisiera saber...
¿El quéi*
Remediar mi falta.
Ese es el saber perfeto,
y el hombre que lo ha alcanzado
jamás se ha visto en aprieto.
Gran lieiT>po le he procurado
y me ha perdido el respeto.
Dejemos esa quimera.
Pues ¿por quién me prcguniaba.''
Por un hombre.
Ya sé qUién era,
que aquese hombre aquí estaba
un poco antes que se fuera.
Eso será lo más cierto;
mas diga: ¿cómo hablar osa
haciendo tal desconcierto?
¿Que me conoció.' ¡Hay tal cosal
No me conociera un muerto.
¡Que me ha de dar ocasión
de que le venga á buscar!
Mí padre: con la pasión
no le pude respetar;
le juro á mi salvación.
¿Qué ha jurado? Bese el suelo.
¿No basta besar su mano?
Mire que ha enojado el ciclo;
haga lo que digo, hermano.
Dñ enojarle me recelo.
¿Cómo el hábito ha hallado?
Cuando vine le hallé aqui.
¡Ya acabó el desventurado!
Es verdad, que vo le vi
cómo a! infierno ha bajado.
Ü0MIN150. Dii;ame: ¿cómo lo ha visto?
OhiVAfR. Porque pasó en mi presencia
cuando el Juez Jesu Cristo
dio contra él la sentencia
por ser un hombre malquisto.
También le vide allá estd
y con pecho sublimado
por Dionisio suplicar.
DoMtNGo. Pues Dios se lo ha revelado,
bien le debe de estimar.
Vamonos al monasterio
y considere que ha errado,
aunque ha visto ese misterio,
\ debe ser castigado
por tan grave vituperio.
Chinara. Primero que haga mudanza
me ha de dar su bendición,
pues lanía virtud alcan/a,
y me ha de otorgar perdón
debajo de conlian^a.
Hágalo, por vida mía,
y me prometo enmendar,
pues que su virtud me guia,
si no lo he de publicar
c^ue habla con Dios y María.
DominijO. Calle, que yo le perdono.
CHtNAait. t.4p.) Bueno es ponelle temor,
aunque era hablar en su abooo.
Con esta merced, señor,
verá cómo lo pregono.
Domingo. ¿Qué dice?
Chinarr. Que no hablaré,
padre, más que un dromi.-dario.
Domingo. Tenga con la Virgen le.
rece su santo rosario.
Chinarr. Padre mío, yo lo haré.
V'anir y salt Dionitiu con un taco dt pinitencia.
Dionisio. Ya vistes á vuestros ojos,
sin ser quimeras ni antojos,
alma, cómo os libertó
Aquel que en la cruz dejó
tan soberanos despojos.
Ya visteis con la humildad
3ue el Sagrario milagroso
e la Santa Trinidad
pedia al Hijo glorioso,
alma, tuviese piedad.
Ya vistes el gran caudal
que puso aquel templo santo
por libertarnos de mal,
y cómo alcanzaron tanto
las rosas de su rosal.
Ya visteis al religioso
que quisimos desnudar,
con qué pecho lan piadoso
nos pretendía alcanzar
de Dios eterno reposo.
Ya visteis cómo lanzado
fué al profundo del infierno
aquel que os ha acompañado,
y cómo del fuego eterno
el rosario os h» librada.
Ya sabéis que la sentencia
^M 740
^^^^P LA CIELO ^^^^B^^^^^^l
^H
dio el soberano Señor
con apacibles á- ^^^H
^^^^^^
en favor por su clemencia,
y delicadas com..-.. ^^^B
^^^^^ft
y que os mandó con amor
Dionisio.
iQué deleiten t«n suaves ^H
^^^^^B
que hiciéscdcs penitencia.
tuve gozando el amor ^H
^^^^^^B
No hay aflora amedrentaros
de muchas muieres grave&t ^H
^^^^^H
sino en este más contenta
Más ¿cómo, alma, sin temor ^H
^^^^^1
con esfuerzo abalanzaros.
qnieres entregar las IJavesf ^H
Resiste con fortaleza. ^H
^^^^^K,
que pasada la tormenta
Mts. i.«
^^^H'
sé que lencis dt alegraros."
porque si quedas desnudo ^H
del don de la fortaleza ^H
^^^^^b
¿Queréis desierto de K^^ipto?"
Podréis imitar á un Pablo
^^^^^H
serás vencido en la lucha. ^H
^^^^^1
que entró allí desde chiquilu,
Dionisio
Si rindo la voluntad ^^M
^^^^^H
ú Antonio, á quien tentó el dÍHbio
.
confieso que soy perdido ^^^^B
^^^^H
y él ie echó de su distrito.
y doy puerta á la maldad:!^^^H
^^^^^^f
¿Queréis en la cueva estar
Virgen, vuestro favor piJo^^^^^
^^^^^V
que encubren Líbano y Cedió
por vuestra santa humiídaj. 1
^^^^^B
en escondido tugar?
Mf:s. 2."
Gusta este manjar sabroso. ^J
^^^^H
Alli hay lágrimas de Pedro
.Mus. !.•
Mira que es pildora oculta. ^H
^^^^H
con que os podéis consolar.
Mes. 2."
Es un deleite apacible, ^H
^^^^H
Si os parece parte buena
Mus. 1.»
Es tormento de garrucha. ^H
^^^^Bé
peñas donde el aciprés
Mus. a.**
Gustu que al cuero.. [••, rea. ^^M
^^^^^H
comparado es baja almena.
Mds. 1.»
Nublado que al . ^**^^|
^^^^^H
hallareis la desnudez
Mfis. 2."
Deseos con cum., ^^|
^^^^^B
de una Santa Magdalena.
Mus- i.<»
Cumplmiiento en cosa in)Uilt,^H
^^^^^B
Extiende, alarga la vista
MOs. 2."
Es paraÍ!kO del mundo. ^H
^^^^^B
si entre moradas angostas
Mf!S. I.»
Es inñerno que pronuncia ^H
^^^^^B
quieres trabar la conquista
contra ti cruel sentencia; ^H
^^^^H
donde, coniiendo langostas,
mira que la gloria es much*. ^^
^^^^^^R
imitarás un Bautista.
J
^^^^^^
Si quiés, sin que se entremeta
M
^^H^
contigo persona alguna,
Salen tos Vicios por una puerta ea<if««4»^^B
^^^^^^
tener la vid^i más quieta,
V ir tudet por úlr a ^^M
^^^^^B
¡mita en una coluna
^^M
^^^^B
á Simeón anacoreta.
Vtcios.
So te aoartes del mundo. ^H
^^^^^B
Y si. por dicha, te inclinas
goza sus gustos. ^H
^^^^^B
ó te inclina el apetito
Virtud.
No les vuelvas la cara. ^H
^^^^^H|
á sensuales m)losinas.
que son injustos. ^H
^^^^^F
lánzate como Benito
Victos.
El ^usto y recreo ^H
^^^B
en medio de las espinas.
te ofrece victoria. ^H
^^^■.^
Si quiés recibir martirio,
Virtud,
Si quieres la gloria ^H
^^^B
ponga en Jesús sus deseos
refren.! el deseo. ^H
^^^1
el corazón de Porfirio,
Vicios.
Es muy dulce arreo ^H
^^^B
y gozará los trofeos
sabrusós gustos. ^H
^^^H
que j^anó el cárdeno lirio.
Virtud.
No les vuelvas la cara ^H
^^^B
Sin cruz nadie ha de pasar.
que son injustos. ^H
^^^L^
alma mia, el paso estrecho
Vicios.
Gusta las delicias ^^^H
^^^^^K
que á la gloria va á parar;
del tiempo amoroso. ^^^H
^^^^^H
quien quiere cruz en el pecho
Virtud.
Si quieres reposo, ^^^H
^^^^^^M
trabajo le ha de costar.
huye esas caricias. ^^^H
^^^^H
Padeced con perfección
Vicios.
Goza las primicias ^^^H
^^^^^B
esta cruz que el cuerpo rni.xto
de dulces gustos, ^^^H
^^^^^H
tiene por honra y blasón,
VtRTiJD.
No les vuelvas la cara, ^^^^|
^^^^^B
si no fuere en la de Cristo,
que son injustos, ^^^^|
^^^^^^P
será en la del Buen Ladrón.
Las virtudes se suben ^^^^|
^^^^^"
(Cantan de adtnira d ana i'ot-)
sacro ^^^^1
B Mfs. 1."
Acomete, buen soldado,
y los vicios se parlen ^^^H
^^^_
porque vencerás sin duda,
para ^^^H
^^^h
que las Jerarquías celestes
^^^^B
^^^B
se aperciben en tu ayuda.
^^^^H
^^B Dionisio.
A embestir, que al arma toca
la caja del General;
Vate la
Música, y laltvH Aniel >■ rí ^^^^M
^^^B
la gente contraria es poca;
Ángel.
¿Ya no quedaste excluido? ^H
^^^^^^
aquí, alma, cada cual
Demonio
Mientras en carne viviere ^^M
^^^^^^L
muestre el valor que le toca.
de mi no se ha d ^H
^HH^
{Suena mvsica á otro lado,)
mientras un cu<. ; Jcr^^B
■ Mh. 2"
,;Ansina olvidas los gustos
sujeto está á mt p«i tidu. ^H
L
i que el mundo te convida
Desde que luceá Adin p«ca^^H
LA MADHINA DEL CIELO
74»
*
ninguno de mi lortnenia
no se ha podido escapar.
A^<JlL. Tú mientes, y len gran cuenta
?ue contra ti he de alegar.
eremías ^no ha salido
del vientre santiíicadur
Demonio. SI, pero fué concebido
en original pecado.
Anííel. í'Qué importa, si no ha nacido?
También lo ha sido San Juan.
Demo.nio. y en coyuutura ha pecado.
ANOfiL. F"ué misterio, en conclusión,
porque á Cristo ha asef^urado
en la gentílica unión.
Y el profeta Samuel
lambién ha entrado en la lista,
que gobernó al pueblo ñel,
> el gran Precursor bautista
V la madre de Emanucl.
DtMoNio. Calla, que oyendo su nombre
nie abraso con más rigor,
que en tila Dios se hizo hombre
y fué un exceso de amor
que no hay á quien no le asombre.
A un Dios que su ser abarca
los cóncavos tierra y cielo,
le encerró esa humilde arca
y le hizo venir al suelo
para entregarle á la Parca.
¡Pesar de su nacimiento
y el día que fué engendrada
para aumentar mi tormentol
¡Que una niña delicada
luvo tal merecimientol
lEL. Vade retro, Satanás;
exímete del derecho
que aquí pretendiendo estás;
pane para el reino estrecho
y no vuelvas aquí mis.
oNio. ^Ya tú te haces mandón?
^eres de masa más sita
que yo? Mas ya mi opinión
después que hice la falta
Eerdió la reputación,
lionisio, ten confianza
y sírvate la experiencia
de jamás hacer mudanza.
Abraza con penitencia
Fe, Caridad y Esperanza;
ven conmigo, que el lugar
donde la lísnes de hacer
te tengo de señalar.
)ioMSio. En todo he de obedecer.
Lncel. Ansí podrás acertar.
Vafi5(, y talt Marcela.
Marcela.
[Poderoso Señor, Divina Esencia,
(¿cómo la real palabra que habéis dado
[no cumplís pronunciando la sentencia?
^El casto pecho es bien quede violado
y el delito se quede sin castigo
I que á vos. Señor, estaba dedicado?
Si el grande exceso que éste hizo conmigo
con él disimuláis, podrá mañana
volverse contra vos hecho enemigo.
De aquc-sta condición fiera y inhumatia,
^quó se puede esperar, Dios poderoso,
sino que mientras más, sea más tirant?
Justicia pido, Dios santo y piadoso;
justicia pido, Dios santo y clemente,
que US hará la razón ser riguroso.
Mas si es, buen Dios, acaso conventenie
que se haya de mostrar vuestra clemencia,
su voluntad se cumpla eternamente
dándome para el caso suficiencia.
Curren una corlina y aparee* Critlo «taílaM tñ
manos, y hincast de rudillas Marcela)
Cristo. Marcela: lu petición
es justa conforme el celo
que tiene tu corazón;
mas ¿no ves que tiene el cielo
más alta la perfección?
Los corazones humanos
quieren vengar su intenció'n,
cuando vienen á las manos
sin mirar la obligación
que deben á sus hermanos.
Es del hombre condición,
que si asi la mia fuera
no hubiera generación
ni hombre ninguno no hubiera
que alcanzara salvación.
Es mi oficio perdonar,
dando diversos pregones,
porque os vengáis á enmendar,
y lü, Marcela, me pones
culpa sin poder pecar.
Tiene mis manos atadas
Dionisio; ¿lü no las ves
una cun otra enlazadas?,
y ha puesto á mis sacros pies
cargas de plomo pesadas.
Ningún paso puedo dar
para en él hacer castigo,
porque no me da lugar
las manos: tú eres testigo
que no las puedo mandar.
Marcel. ¿No sois el Sumo Saber
y la Suprema Deidad?
¿Esto cómo puede ser?
Cristo. A mi mucha potestad
esto le quila el poder.
Córrtit iitra cortina y aparece Dionisio desnudo,^
laípicaao él sangre y una dtctplina en la mann con
sangre, y alrededor del cuello una suga, y Santo
Di>min|{0 con una ¡an^a.
•Marceu. ¡Jesús: qué gran compasión!
Cris 10. Éste es Dionisio, Marcela,
de quien quiés satisfacción,
que con gran cuidado vela
por imitar mi Pasión.
Su áspera penitencia
dejó mis manos atadas
y se acogió á mí clcmencía:
acábaletú á lanzadas,
que á mí me hace resistencia.
Toma á Domingo esa lanza
y con tu mucho rigor
ejecuta cruel venganza.
Marcsl. Yo le perdono, Señor.
^^7?
LA MADniNA DEL CIELO ^^^^^^^J
^^M Chísto
La virtud todo lo alcanza;
has ganado gran victoria,
y serás remunerada
porque quede tu memoria
en el cielo coronada
con la corona de gloria.
Perdonaste tu enemigo
y esto por amor de mi;
hallaste en el cielo abrigo.
y el que no lo hiciere ansí
jamás podrá ser m^ amigo.
Si en la oración me decís
que perdonáis los errores
y de obra no lo cumplís,
alcanzaréis los favores
porque sus candidas rovas
con el olor tan siuve
y fragancias olorosas
tienen del cielo la llave
para las almas piadosas.
Siempre vivid con limpieza,
y del alma la qaietud
guardaréis ^on gran pureza,
que guardan á esta virtud
la Templanza y Forialez*.
Y vamos, que i ser madrÍM
viene mi sagrada madre
con su beldad peregrina,
que la envía cl alto Padre
con su música divina.
^^^H
conforme lo que pedís.
^^^^^1
El que perdonado hubiere
^^^^H
ese será perdonado.
^^^^H
y aquel que no lo hiciere
Entra un Bailarín y Músicos cantand*,y{
^^^^^B
ese morirá en pecado
eun una futntt y en illa 4os gulrnaUa» y U
^^^^H
si en vida no lo cumpliere.
Jelí as las manos puestas, y dan yuella al la*l«i
^^^^^H
Y porque humanos disfraces
m
^^^^1
á humildes Pedros y llanos
Músicos. De la gloria ha bajado ■
^^^^H
no estraguen con antifaces,
la Flor Divina, ■
^^^^H
dad acá entrambos las manos,
por honrar i los novios H
^^^^»
que quiero yo hacer las paces.
y á ser madrina. ^^H
Baja la Princesa ^^H
1
{Aparta ¡as manot.)
^^ Mai<( I-I
. ¿Cómo tenéis desatadas
de la Jerarquía, ^^H
^H
las manos, sacro Señor,
que da luz al día ^^H
^H
que estaban con sus lazadas?
Finezas son del amor
su rara belleza; ^^H
^^■CRts-n).
es mar de timpiesa, ^^H
^^1
de mis entrañas sagradas.
fuente cristalioa ^^H
^^B
Para hacer bien y premiar
por honrar á los norios H
^^^^^
tengo mis manos abiertas.
y á ser madrina. H
^^^^K
que es mi oficio perdonar;
■
^^^^1
tengo aquestas cinco puertas
■
^^^^^B
por donde pueden entrar.
{l-fga la Virgeo y loma tas gulrnaldus y yi^M
^^^^V
(Llegan y dan te las manat derechas.)
á los desposaaoB.^ H
^^^^^
Dionisio: ¿quiés por esposa
^M
^^V
á Marcela?
Vjboen. Tened siempre en la memoria H
^■Dionisio
¿Quién podrá.
el premio de la victoria, H
^H
Señor, hacer otra cosa.
porque la bondad inmensa ■
^H
ó quien se lo negará
acá os da esta recompensa ^^H
^^P
á mujer tan virtuosa.?"
y allá os ha de dar la glod^^H
Estimad con gran pureza ^^
^™Cmsru.
V vos, Marcela, ¿queréis
r
á Dionisio por esposo?
el favor de su grandeza
^^ A!*Ri KL.
Señor, gran merced me hacéis,
y el que mi Hijo os ha hecho.
^H
que con lazo tan precioso
la voluntad de mi pecho
^H
cumplís lo que prometéis.
y vivid con gran limpieza.
P Caisro.
Guardaréis conformidad.
De Domingo la oración.
t
y tomando mi consejo,
del Ángel la intercesión.
^^^
abrazaréis la humildad,
de los cielos la asistencia.
^^L^
y no quebréis el espejo
de Dios la suma clemencia,
^^^^^L
del don de la castidad.
y en premio de la oración,
^^^^1
El rosal que ha producido
cubiertos de casto velo.
^^^^H
los hijos de bendición
recibiréis gran consuelo
^^^^H
queá los cielos han subido
cuando os venga á la memofit.
^^^^^B
rezaréis con devoción.
Y aquí hace fin la historia
1
sin que haya punto de olvido,
de la Mcrdrina <iet Cielo.
ÍNDICE
go razonado del Teatro de Tirso
lolina I
y sastre i
igos de San Vicente 27
niento para ei cutráfj 35
pública al revés. 83
Hiles. ii3
00 cae no se leranta 143
b de Herodes j 73
oía dei OlÍTar ao8
nu Juana < Prámera parte 1.... tPi
lia Juana (Segunda parte I.. . . 37C
uta Juana (Tercera pane 4. . . 3o4
oeza co la faermocora. . . 33?
Mllero de Grada. 334
mera de Santiagc».. ... 398
arde más ralieme.. . «if^
I^ Ninfa del (líelo. . . .
El honrovi atrevimiento. .
Habladme en entrando. . .
La joya de las montaña». .
Quien da luego 6»^ dos vece^.
Las Quinas de Portugal . .
bellaco vws, (jOmez. . . .
AFKNW<.K
.iel Burlador de SeviJU. .
Tan largo me J'y fiíiv.. .
1^ v«nganz« en el >epukr'.
Los iiermanoí parecid'/i.
El f.aberiziVy á( Creu. .
La Madrina dri ^.^^lo.. .
fáM-
467
54»
3^
39(
'>»3
70ÍÍ
733
ERRATAS DEL CATÁLOGO RAZONADO
FAS. COL. LÍN.
LÉASB
PÁG. COL. LÍN.
LÉASB
TIIl
▼III
▼III
XIII
ZVIII
ZZIV
XZVI
3 36 pagnolismo spagnolismo
2 a6 las la
2 40 elementos materiales
I 38 luego El amor luego (fuera de la
de Tirso) El amor
I 35 ta que la comedia que
I 43 esta era quinta esta quinta, era
3 13 cede su elevación cede en elevación
ZXIX
I
i5
para la nuestra
XXIZ
I
16
el tono
XXX
I
44
i nombre
XXXI
I
ti
la otra
xxxni
2
de D.»
XXZIV
2
27
según dice Tirso
XXXVII
I
2.S
Cuba era
para nuestra
del tomo
á su sombre
la obra
de ella, D.*
según Tirso
Cuba (ó s^a Cu-
Ibas) era
ERRATAS, VARIANTES Y ENMIENDAS DEL TEXTO
Via. COL. LÍN.
DICK
LÍA8B
últ.
i5
5
3»
24
«9
31
9
10
30
laSoí
dizes
estimarás
más
lloren
lá fuerte
Madrefaba
y de ▼€)«
¡Ay Leonor!
no ootiüque
DlAOUIT.
i ti engañó
envidió
colgarasela
Clecie
disfrace
¿qué esio?
su Sol
dicen
estimaras
mal
llore
la suerte
Madresaba
y vejez
Man. |Ay Leonor!
me notifique
Juan
i ti te engañó
envidie
colgarasela
Clicie
disfraza
¿quéesesto?
133 nota [1) Sobra; y más en la for.na en que que-
dó. Se trata de dos endecasílabos para
terminar, como otras veces, un pasaje
muy movido y que se escribirían asi:
Deidam. Perdone el Rey, que por Aqui'les dejo
á Lisandro.
Aquiles ¡.\y mi bien!
Dbidam. ¡Ay dulce dueño!
35 asaltará Trova á asaltará á Troya
[Marte [Marte
38 diente dientes
12 y 13 Estos dos versos han quedado mal
puntuados. Léanse así:
que la toba limpia y come;
los dientes ha de estregarse
42 ¿Que es eso? «Qué m esio?
No porque Valerio No porque á Valer io
«59
145
145
«47
i5i
163
{7-
103
353
368
368
279
313
33»
4
1¿
pen.
últ.
5i
46
y á ios negros
puestas
decilo
del valor
antiparas
muuan/a
la suya
mi Marica
es diabros
alcabalas,
helde
vino
que acá ños
ya los negros
puertas
decirlo
dé el valor
antiparas
venganza
la saya
que mi Marica
y los diabros
alcabala,
helde
vivo
que once años
rio. COL.
LÍN.
DICE
369
I
29 jQuéesesto?iforta-
[na escasa!
383
2
3
▼elle
385
3
5o
mi muda
434
1
13
tené
440
2
47
sonadas
469
3
31
ese lado.
480
I
31
Pagad con esa
483
Z
10
anda por todo
489
1
'2
Levántaos
491
2
Barriga
493
2
9
que quien mira sin
alma deja sin ▼i-
da.»
g?
1
61
lo craso
1
29
más afrentas
5o6
2
49
caballo serrano
523
2
3'
▼aya en mucho
53^
t
3
valerosos
525
3
3«
y es posible
.527
1
34
sospechas que estás
533
1
31
[herida,
es cierto
536
I
29
en la villa
544
1
13
molesto
570
2
pen. infancias
572
1
"9
de una beld»d!;Que
iS
1
5i
buen hijo
2
29
los dos
597
2
3"
respectos
614
1
30
Tampoco
63a
2
34
lindas brides
2
A
escapar
638
2
quien hace
64»>
I
58
el Rey
f,4f,
2
53
robase el dueño
fl47
1
2
el amor en el alma
68Ó
I
12
escucharle
70.S
I
10
Ana muevo.
líasb
¿Qué es esto,fortu-
[na escasa?
▼ele
mi mucha
tened
soñadas
ese lodo,
Lblio. Pagad eon
[esa
anda. Diodor o.
Levánteos
barriga
que á quien mira,
su alma deja fia
vida.»
lo craro
mis afrenfas
caballo, serrana,
▼aya mucho
valerosas
y si es posible
sospechas de que
[está herida.
es acierto.
en las villas
molesta
infamias
de una beldad, que
buen rijo
las dos
respetos
Tan poco
Lindabridis
quedar
el que hace
el reino (en Tan
largo... y es me-
jor lectura.)
rob-ise el suen* (en
Tan largo... que
parece mejor.)
la tristeza en el al-
ma (en Tan lar-
go... que es mei«r
texto.)
escuchaste
Ana muera.
yt".
y •
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/1PR9-I979
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STANFORD UNIVERSITY
LIBRARY
Stanf ord, California
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