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Full text of "Competencia a muerte : agricultura campesina versus agroindustria corporativa"

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2009 


Incluye 


LIBRARY  OF  PRINCETON 

TH! 

| 

L .... 

EOLOGíCAL  SEMINARY 

1 Digitized  by  the  Internet  Archive 
f in  2016  with  funding  from 
Prihceton  Theological  Seminary  Library 


https://archive.org/details/competenciamuertOObarr 


Competencia  a muerte 

Agricultura  campesina  versus  agroindustria  corporativa 


Reconocimiento  a la  traductora 


Inicialmente,  este  libro  fue  escrito  en  neerlandés.  Con 
esta  traducción  al  español,  el  alcance  de  este  libro  se 
ha  multiplicado  a una  audiencia  sensiblemente  mayor. 
Nunca  se  hubiera  realizado  este  logro  sin  la  seriedad 
profesional  y esfuerzo  perseverante  de  la  traductora, 
Joan  Gorsira.  Con  brillo,  ella  logró  guardar  el  alma  de 
este  libro  en  la  lengua  española.  Esta  alma  que  es  la  lu- 
cha universal  de  los  líderes  campesinos  por  los  derechos 
de  la  agricultura  familiar  sostenible  en  todo  el  mundo. 


Dirk  Barrez 

Competencia 
a Muerte 


Agricultura  campesina  versus 
agroindustria  corporativa 


Créditos  de  la  versión  en  Español 

Titulo:  Competencia  a muerte  Agricultura  campesina  versus 
agroindustria  corporativa 
Autor:  Dirk  Barrez 

Traducción:  Joan  Gorsira,  Linda  de  Donder 

Supervisión  de  la  producción:  Sandra  Galbusera,  VECO  MA 

y Gert  Engelen,  Vredeseilanden 

Revisión  ortográfica  y de  contenido:  Marco  Vásquez, 

Miguel  Altamirano,  Angela  Obregón  y Rómulo  Eloy  Ballestero  Lesea 
Diseño  de  portada:  Compagnie  Paul  Verrept 
Foto  portada:  © ANP  Photo  BE 

Foto  ilustración  en  la  contraportada:  Vía  Campesina,  foto  de  manifestación 
durante  la  Cumbre  de  la  OMC  en  Hong  Kong,  2005 
Diagramación:  Marvin  Mejía  Chamorro 

Impresión:  OZONO  - Diseño  Gráfico  e Impresiones,  Managua,  Nicaragua 

Copyright  © 2009,  Dirk  Barrez,  VECO  MA,  DEI, 

Editorial  Guaymuras  y SIMAS 

El  contenido  de  este  libro  puede  ser  reproducido,  divulgado  o usado  en 
cualquier  medio  de  comunicación,  siempre  que  se  cite  la  fuente  y nos  lo 
hagan  saber. 

Créditos  de  la  versión  original  del  libro  en  Neerlandés 

Titulo:  Koe  80  heeft  een  probleem  - Boer,  consument, 
agro-industrie  en  grootdistributie 
Autor:  Dirk  Barrez 
Editora:  EPO 

Lange  Pastoorstraat  25-27,  2600  Berchem 

Tel:  32(0)3  /239.68.74 

Fax:  32(0)3  /218.46.04 

E-Mail:  uitgeverij@epo.be,  www.epo.be 

y Global  Society  vzw  acd  Kon.  Astridlaan  160,  2800  Mechelen 

Te.  32(0)15  / 43. 56.96,  E-Mail:  info@globalsociety.be 

www.globalsociety.be  / www.dirkbarrez.be 

© Dirk  Barrez  y editora  EPO  vzw,  2007 

U JL  ■ 

Este  libro  se  realizó  con  el  apoyo  de:  Fonds  Pascal  Decroos  voor  Bijzondere 
Journalistiek  (Fondo  Pascal  Decroos  para  Periodismo  Especial)  (Info:  www. 
fondspascaldecroos.org),  Vredeseilanden  (www.vredeseilanden.be),  DGOS 
y La  Comisión  Europea 


N 

338.1 

B274  Barrez,  Dirk 
Competencia  a muerte  : agricultura 
campesina  versus  agroindustria  corporativa 
/Dirk  Barrez;  il.  Marvin  Arcadio  Mejía  Chamorro; 
tr.  Joan  Gorsira;  — Managua  : VECO  MA,  2009 
254  P 

ISBN  : 978-99924-55-33-3 

1.  INDUSTRIAS  AGROPECUARIAS 

2.  AGRICULTURA 


Contenido 

Introducción  - Salvar  nuestra  comida  11 

¿Quién  pone  la  comida  en  la  mesa? 

I.  La  globalización  actual  es  el  caos  para  la  agricultura 

y para  la  sociedad  mundial  15 

Un  mundo  caótico 

1.  Elogio  a la  locura  - el  triángulo  de  la  soya  17 

La  mariposa  de  Lorenz  golpea  a África 

- Contra  la  corriente  hacia  Europa  -En  la  fuente  brasileña 

- Casi  todo  el  mundo  pierde 

2.  Un  país  donde  no  hay  espacio  para  la  gente  21 

Un  país  donde  no  hay  espacio  para  la  naturaleza  - la  sangría 
número  uno. . . hasta  Brasil  conoce  el  hambre  - País  donde  no 
hay  espacio  para  la  gente,  la  secuela.  Honduras  - Donde  hasta 
los  ricos  no  tienen  nada  que  decir 

3.  La  cara  del  hambre  26 

Ganar  una  miseria  - Elecciones  difíciles  - Pesadilla  para  los 
agricultores  de  algodón  africanos  - En  realidad  no  es  diferente 
en  la  India  y en  grandes  partes  de  Asia 

4.  Comercio  de  pollos  31 

La  tristeza  de  Camerún  - De  soya  brasileña  a pollos  brasileños  - 
Empleados  sin  contrato  - Competencia  para  Europa 

- Disfruta  el  mercado. 

5.  Frutas  y hortalizas,  frescas  de  todas  partes  35 

De  Guinea-Bissau  completamente  hasta  la  India,  y luego 
completamente  a los  EE.UU.  - Un  panorama  magnífico... 

- ...pero  no  es  un  panorama  bonito. 

6.  ¿Dónde  están  los  pescadores  de  Saint-Louis?  38 

¿Dónde  están  los  peces?  - Redes  de  arrastre,  peores  que  motosierras 

II.  ¿Qué  nos  enseña  la  historia?  41 

1.  Los  alimentos  y la  agricultura  crean  sociedades  prósperas  41 

2.  No  hay  revolución  industrial  sin  revolución  agrícola  43 

3.  La  globalización  de  la  producción  alimentaria  no  es  nada  nueva  45 

4.  Todos  los  países  ricos  protegen  su  agricultura  46 


III.  ¿Qué  dicen  las  cifras? 


47 


1.  ¿Quiénes  son  los  agricultores?  47 

La  mitad  de  la  humanidad  - Cuando  las  personas  son  importantes 

- Estamos  escribiendo  la  historia:  por  primera  vez  más  urbanos 

- Otro  histórico  punto  de  viraje:  la  agricultura  alcanzada  por 
los  servicios  - Los  agricultores  siguen  siendo  numerosos. 


2.  ¿Qué  cosecha  el  agricultor?  50 

Los  granos  siguen  siendo  el  alimento  básico  - Más  que  sólo  comida 

3.  ¿A  dónde  va  la  cosecha?  54 

No  se  olvide  del  mercado  interno 

4.  ¿Cuánto  vale  la  cosecha?  56 

La  cantidad  no  es  todo 

5.  ¿Cuánto  valen  nuestros  agricultores?  58 

Diferencia  en  valoración 

6.  No  hay  primer  premio  para  los  agricultores  60 

Cada  vez  menos  - La  irregularidad  es  el  triunfo 

7.  Una  nueva  revolución  agraria  genera  desigualdad  62 

La  economía  del  pan  de  cada  día 

IV  ¿Qué  es  lo  que  pasa?  A cavar  más  profundo  65 

Suicidio  en  Cancón 


1.  La  razón  por  la  cual  el  comercio  libre  y los  mercados  mundiales 

no  funcionan  o funcionan  mal  para  la  agricultura  65 

Sobre  precios  fluctuantes,  poca  elasticidad  y la  vida 

- El  mercado  nos  abandona  - Precios  que  bajan,  ingresos  que  bajan 

- Cuando  se  trata  de  la  agricultura,  el  mercado  mundial  genera 
hambre  - Competencia  que  mata  - El  sueldo  del  agricultor 

- Personas  sin  derechos  - El  tipo  de  cambio  a la  baja. . . ¿Qué  es  eso? 

2.  Piratas  en  los  mercados  mundiales,  viejos  y nuevos  72 

No  hay  sobreproducción,  todo  lo  contrario  - ¿Quién  come  y 
quién  no?  - ¿Qué  hay  de  nuestros  excedentes?  - Viejos  piratas 
en  el  mercado  mundial  -Nuevos  piratas:  de  carnívoros  y 
devoradores  de  cultivos  para  la  energía 

3.  La  agricultura  está  perdiendo  su  sostenibilidad  (ecológica)  76 

Sueños  esfumados  - Nosotros  no  tratamos  a nuestra  tierra  con 
cariño  - La  pérdida  de  bosques  y praderas  - Zonas  pesqueras  vaciadas 


- La  tragedia  de  los  bienes  públicos  - La  agricultura  moderna  no 
es  tan  amigable  con  el  medio  ambiente  - La  erosión  genética  - 

La  biotecnología:  ¿una  maldición  para  la  biodiversidad?  - Alimentos 
genéticamente  modificados  - Abuso  ecológico  - Deuda  ecológica 

- La  destrucción  del  medio  ambiente  genera  pobreza 

4.  La  tala  social  85 

Huida  del  campo  - Roto  el  equilibrio  ciudad-campo 

- Una  sociedad  no  baila  en  una  sola  pierna  agraria 

- Adiós  modelo  económico  y de  prosperidad  exitoso 

- Buscando  una  vida  mejor 

5.  El  camino  de  la  agroindustria  91 

Los  más  grandes  se  comen  a los  más  pequeños 

- La  maldición  del  latifundio  - La  industrialización  de  la 
agricultura  - Vaca  80  tiene  un  problema  - Grandes  potencias 
del  comercio  agrario  - La  agroindustria:  se  trata  de  la  cadena 

- Integrar  - Casi  toda  la  cadena  bananera 

6.  Un  abrazo  asfixiante:  agricultores  prensados  entre  las 

multinacionales  de  insumos  y de  rendimientos  99 

Sobre  la  independencia  y la  libertad,  las  cosas  pasajeras 

- Los  potentados  de  los  insumos  - Los  gigantes  de  los  rendimientos 

- Besado  hasta  morir  y pisoteado 

7.  Se  debe  a la  distribución  106 

Sobre  Chiquita  y Carrefour  - Quiero  ser  el  más  grande. 

¿Nestlé  o Wal-Mart?  -Wal-Mart,  no  un  abastecedor  pequeño, 
pero  sí  un  ogro 

8.  De  exitoso,  fallando  y mala  administración  110 

Afuera  los  "pequeñitos"-  De  precios  más  bajos  y excedentes 
más  grandes,  no  es  cuento  de  hadas  - ¿Para  quién  es  la  ganancia, 
y quién  la  lleva  al  hombro?  - Europa  da  un  giro  - ¿Para  quién 
son  los  subsidios  agrícolas  europeos?  -Nubes  de  tormenta 
mundiales-  ¿La  vía  libre  para  los  grandes  exportadores  agrícolas? 

- ¿Qué  escoge  Europa? 

9.  Y el  gran  ganador  es...  no  el  ser  humano  118 

"El  gran  ganador  es  el  consumidor"  - Deslumbramiento:  hasta 
el  consumidor  pierde  - Desorden  en  la  cadena  alimentaria 

- Todas  las  características  de  una  victoria  pírrica  - Un  recoveco 
en  nuestro  cráneo  mundial  - También  el  consumidor  es  en  primer 
lugar  un  ser  humano  con  responsabilidades 


V.  ¿Qué  debe  suceder?  La  necesidad  de  la  soberanía  alimentaria 


125 


1.  Introducción-  necesidad  de  una  agricultura  sostenible  125 

Desde  lo  alto  en  el  aire,  una  perspectiva  mundial 

2.  La  agricultura  es  familiar  y social  127 

De  la  autosuficiencia  y una  buena  vida  - un  hogar  propio, 
una  casa  propia  - Un  pequeño  milagro  de  la  India  - Agricultura 
y economía,  una  relación  alterada  - Un  tesoro  muy  renegado 

3.  Prioridad  para  la  agricultura  local  y regional  134 

Cuando  se  traiciona  la  agricultura  - Movimiento  por  otra  política 

- La  solución  cómoda  - Un  error  garrafal  - La  agricultura  familiar 
funciona  especialmente  para  el  mercado  local  y el  mercado 
regional  - A proteger  ese  comercio 

4.  ¿De  quién  es  esa  tierra?  ¿Y  los  demás  medios  de  producción? 

La  necesidad  de  distribución  de  la  tierra  y la  lucha  por 

las  reformas  agrarias  142 

¿De  quién  es  la  tierra?  - Los  sin  tierra  - La  tierra. . . para  el  que 
la  trabaja  - La  distribución  de  la  tierra  es  esencial  pero  no  suficiente 

- No  hay  distribución  de  tierra  sin  reforma  agraria  - La  mayoría  de  los 
gobiernos  descuidan  la  agricultura  - Un  debate  fundamental:  ¿Cómo 
producir  y cómo  distribuir?  - El  poder  de  decisión  sobre  las  riquezas 
naturales  - ¿De  quién  son  las  semillas?  - El  conocimiento  de  plantas  y 
animales  como  bien  público 

5.  Un  precio  viable  153 

Paren  el  dumping  - Protección  del  mercado  - Precios  mínimos 

- El  control  de  la  oferta  - Las  reservas  agrícolas  - Reservas  de 
alimentos  y seguridad  alimentaria  - Comercio  justo 

6.  Agricultura  amigable  con  el  medio  ambiente  160 

Vigilar  la  riqueza  biológica  - Por  favor,  una  agricultura  amigable 
para  el  medio  ambiente  - Camino  a una  agricultura  ecológicamente 
sostenible  - Ruta  de  escape,  lejos  de  los  potentados  de  insumos 

- La  biodiversidad  nos  puede  salvar  la  vida  - Proteger  la 
biodiversidad  - ¿Y  qué  tal  los  organismos  genéticamente  modificados? 

7.  El  derecho  a la  soberanía  alimentaria  166 

Las  ambiciones  de  la  agricultura  llegan  muy  lejos  - Un  contrato 
social  para  una  agricultura  sostenible  - El  derecho  a la  soberanía 
alimentaria  - Seguridad  alimentaria  - Fome  Zero 


VI.  ¿Qué  puede  suceder?  Tomar  todo  en  manos  propias:  producir, 
procesar  y vender 


173 


1.  Una  agricultura  viable  no  sólo  apuesta  a la  producción  173 

Romper  los  monopolios,  ¿y  por  qué  no?  Lidiar  con  regresión  - 
Recuperar  el  poder  sobre  las  multinacionales 

2.  Es  bueno  ser  independiente  1 76 

De  la  leche  al  queso.  Crear  plusvalía  - El  mercado  de  Erechim: 
directamente  del  agricultor  al  consumidor  - Somos  nuestro 
propio  jefe  - Crear  la  resistencia,  de  pequeño  a grande  - Corlac, 
una  fábrica  de  agricultores 

3.  Lo  que  se  logra  en  Brasil,  se  puede  lograr  en  Europa  también  182 

Los  agricultores  y queseros  de  Beemsterpolder  - La  tienda  de 
granja  en  Onoz  - La  cooperativa  de  productos  saludables  - Agricultor 
busca  cliente  - 50  agricultores  abren  dos  tiendas  - Vender  es  muy 
diferente  a producir 

4.  África  se  autoalimenta  188 

Bissap  y jengibre  versus  Coca  Cola  - Las  mujeres  pastoras 
de  Senegal  - Los  nuevos  quioscos  de  leche  en  Dakar  - Afrique 
nourriciére.  África  se  autoalimenta 

5.  El  camino  de  la  cadena  corta,  un  camino  largo  193 

Crear  y retener  plusvalía  - La  cadena  (más)  corta  - Inclusive 
un  precio  justo  y una  venta  garantizada  - Retomar  el  poder  de  las 
multinacionales  de  alimentos  - Un  camino  (muy)  largo 

- El  poder  de  una  alternativa  económica  digna 

6.  La  vía  cooperativa  (reinventada)  198 

El  comité  de  crédito  de  Méckhé  - Muchas  cooperativas  hacen  que 
la  vida  campesina  sea  tolerable  - La  escala  económica  de  las 
cooperativas  - ¿De  quiénes  son  las  cooperativas?  - La  tensión  eterna 
entre  movimiento  y economía  - ¿Cómo  lidiar  con  el  campo  de  tensión 
entre  movimiento  y economía? 

7.  ¿Qué  amarra  a agricultores  y a consumidores?  198 

Nossa  Terra:  agricultores  y consumidores  juntos  en  una  sola 
cooperativa  - Porque  los  consumidores  pueden  hacer  la  diferencia 

- Vecinos  de  los  Panaderos  - Equipos  de  Alimenticios 

- Consumidores  y agricultores,  no  es  un  caso  ganado 


222 


8.  El  efecto  de  palanca  para  una  cadena  larga  más  sostenible 

Ninguna  división  es  sencilla  - Función  de  señal  y llamado  a la 
responsabilidad  - Efecto  palanca  para  conservar  una  cadena 
más  larga  - Cambio  en  los  estantes  de  los  supermercados,  ahí  llega 
el  'bio'  - Productos  regionales  en  los  supermercados  - El  comercio  justo 
penetra  en  el  supermercado  - El  comercio  justo  en  la 
encrucijada  de  caminos  - Agricultores  y movimiento  comercio 
justo,  ¿aliados?  - Agricultores  y comerciante  mundial,  ¿socios? 

- Agricultores  y tiendas  Oxfam  ¿socios?  El  festival  de  las  etiquetas 

- Increíble:  Wal-Mart  va  por  la  sostenibilidad  - Emprender 
de  manera  socialmente  responsable,  es  otra  cosa  - La  empresa 
socialmente  responsable  como  contrapoder  - La  empresa 
sostenible,  no  sin  el  gobierno  - De  la  cadena  corta  a la  larga, 
un  proceso  - Del  corto  y del  largo  plazo 

9.  Los  agricultores  en  movimiento  227 

Movilizar  por  una  políbca  diferente  - De  sindicato  a movimiento 

- ¿Demasiado  bello  para  ser  cierto?  - Así  se  mejora  el  mundo 

- ¿Dónde  quedan  los  movimientos  sociales?  - ¿Dónde  está 
la  política?  - ¿Dónde  queda  la  máquina  para  una  mayor 
prosperidad? 

Conclusión  - agricultura,  eterno  pilar  debajo  de  naciones  y 


sociedades  prósperas  235 

Anexos  239 

Lista  de  abreviaciones  239 

Lista  de  cuadros  240 

Lista  de  ilustraciones  242 

Lista  de  literatura  242 

Sitios  Web  243 

índice  245 

Libros  y DVDs  de  Dirk  Barrez  252 


Introducción  - salvar  nuestros  alimentos 


"Ya  lo  sé,  aquí  no  hay  electricidad,  ni  agua,  ni  alcantarillado,  ni  escuela, 
ni  transporte  público,  no  hay  nada". 

Lejos  del  centro  de  Tegucigalpa,  la  capital  de  Honduras,  y en  las  altu- 
ras, en  las  colinas  donde  los  tugurios  crecen  constantemente,  filmamos 
a Mario  Nieto  mientras  él  sigue  construyendo  una  edificación  nueva,  su 
nueva  casa: 

"En  realidad  aquí  se  está  lejos  de  estar  bien.  Pero...  este  es  el  lugar  donde 
tengo  que  vivir.  Porque  allá  en  el  campo,  de  donde  vengo  yo,  está  peor 
la  cosa,  allá  del  todo  no  podíamos  vivir". 

No  es  un  libro  sobre  la  agricultura,  ¿verdad,  sobre  un  sector  con  el  cual 
trabajamos,  apenas  un  38  por  ciento  de  la  población  y que  no  tiene  mu- 
cho futuro?  Sí,  sí  lo  es,  y por  más  de  una  buena  razón.  Todos  tenemos 
que  comer,  desde  que  nacemos  hasta  que  morimos,  igual  que  respirar  y 
beber.  Los  alimentos  son  nuestra  única  energía.  No  podemos  vivir  sin 
ella.  La  alimentación  balanceada  nos  hace  sanos,  mucho  más  que  las  me- 
dicinas o los  médicos.  Así  que  la  agricultura  es  sumamente  importante 
para  todos.  Aquí  usamos  esa  agricultura  como  un  concepto  colectivo  de 
la  misma,  la  ganadería,  el  cultivo  de  hortalizas  y frutas,  la  silvicultura  y 
hasta  para  la  pesca,  a la  que  dedicaremos  algo  de  atención  en  este  libro. 
Aunque  ya  no  haya  tantos  agricultores  en  Europa  occidental,  sí  contribu- 
yen a que  tengamos  qué  comer.  De  lo  contrario,  tendríamos  que  buscar 
comida  en  otras  partes  del  mundo  y en  realidad  quitársela  a otras  perso- 
nas que  tienen  más  hambre  que  nosotros. 

Para  prácticamente  la  mitad  de  la  humanidad,  la  agricultura  es  aún 
más  importante,  porque  de  la  población  mundial  activa,  cuatro  de  cada 
diez  personas  trabajan  en  la  agricultura.  Agregue  a los  que  contribuyen  a 
la  agricultura,  así  como  a aquellos  que  procesan  los  productos  agrícolas, 
y sumarán  la  mitad. 

La  agricultura  les  da  trabajo  e ingresos  y procura  que  la  distribución 
de  esos  ingresos  sea  más  equilibrada;  evita  que  las  zonas  rurales  mueran 
desangradas. 


12  I COMPETENCIA  A MUERTE 


En  sociedades  prósperas,  una  agricultura  respetada  siempre  ha  de- 
mostrado ser  el  pilar  de  una  economía  sana  y del  desarrollo  industrial 
exitoso.  Si  en  tantos  países  pobres  hasta  las  ciudades  son  en  gran  parte 
aglomeraciones  de  miseria,  entonces  la  razón  se  encuentra  fuera  de  la 
ciudad.  Porque  cuando  el  campo  languidece,  exporta  sus  problemas  a la 
ciudad.  La  prosperidad  o la  miseria  van  de  la  mano,  sea  en  la  ciudad  o 
en  el  campo. 

Si  bien  no  es  fácil,  el  respeto  por  la  agricultura  hace  posible  manejar 
la  tierra  de  manera  ecológicamente  sostenible.  De  esa  manera  ese  pa- 
trimonio natural  podrá  seguir  brindándonos  comida  e ingresos.  Y,  no 
debemos  olvidar:  disfrutamos  de  paisajes  tranquilizantes,  en  los  que  se 
aprecia  la  mano  del  hombre. 

Quien  dirige  los  reflectores  sobre  la  comida  y la  agricultura,  echa  al 
mismo  tiempo  la  luz  sobre  muchos  otros  asuntos:  el  tema  social,  el  me- 
dio ambiente,  la  migración,  la  economía,  el  desarrollo. . . El  que  quiera  un 
futuro  próspero,  tendrá  también  que  darle  un  futuro  a la  agricultura. 

¿Quién  pone  la  comida  sobre  la  mesa? 

Pero,  ¿quién  cocina?  Esa  es  la  pregunta  central.  ¿Es  el  agricultor  o la  agri- 
cultora?  ¿Es  la  agroindustria?  ¿O  es  la  distribución  al  por  mayor  que 
pone  la  comida  sobre  la  mesa?  La  agricultura  mundial  de  hoy  ilustra  lo 
renca  que  puede  ser  la  globalización.  Casi  nadie  puede  vivir  decente- 
mente de  los  precios  bajos  que  se  establecen  en  el  mercado  mundial. 

Mbale  Gueye  es  un  joven  de  17  años  de  edad,  algo  debilucho  pero  ale- 
gre. Lo  conocí  cuando  filmaba  el  reportaje  para  la  televisión  La  cara  del 
hambre.  Tres  meses  después  quedé  de  visitarlo  de  nuevo,  pero...  había 
muerto  dos  días  antes.  Mbaye  necesitaba  medicamentos  por  más  de  un 
año,  y de  hecho  la  familia  los  compraba,  por  unos  60  euros.  Pero  enton- 
ces se  acabó  el  dinero,  y por  lo  tanto,  el  muchacho  murió...  uno  de  los 
treinta  mil  jóvenes,  niños  y niñas,  adultos  y adultas  que  mueren  en  un 
mismo  día  a causa  especialmente  de  malnutrición  y las  enfermedades 
relacionadas,  es  decir:  por  falta  de  ingresos.  Se  mueren  porque  nosotros 
gobernamos  mal  nuestro  mundo  - no  se  ve  ninguna  política  social  a ni- 
vel mundial,  y tampoco  una  distribución  de  los  ingresos  - y porque  ma- 
nejamos mal  nuestra  agricultura  y nuestros  alimentos. 


INTRODUCCIÓN -SALVAR  NUESTROS  AUMENTOS  | 13 


En  años  pasados  he  conocido  agricultores  en  muchos  países,  he  visitado 
sus  fincas,  sus  mercados  y cooperativas,  y hasta  tuve  el  privilegio  de 
compartir  brevemente  sus  vidas.  Casi  siempre  fue  para  filmar,  para  plas- 
mar en  imagen  cuán  loco  gira  nuestro  mundo  y la  forma  injusta  en  la  que 
organizamos  ese  mundo. 

Las  imágenes  reflejan  de  manera  más  penetrante  el  hambre  o la  na- 
turaleza destructiva  del  cultivo  de  soya  a gran  escala,  los  nefastos  sub- 
sidios al  algodón,  el  desmejoramiento  del  campo,  las  huidas  del  campo, 
la  lucha  feroz  por  la  tierra,  el  hambre  inapaciguable  por  el  respeto  y la 
justicia,  la  lucha  por  sobrevivir  y por  un  pago  justo  de  lo  que  uno  cultiva, 
el  entusiasmo  cuando  uno  mismo  toma  en  las  manos  el  procesamiento 
y la  venta  de  los  alimentos  que  uno  produce,  el  placer  de  ser  su  propio 
jefe.  Pero  este  libro  ofrece  más  posibilidades  para  el  que  quiere  indagar- 
se más  profundo,  saber  más  y entender  mejor  qué  fue  lo  que  salió  mal 
para  la  mitad  de  la  población  mundial.  Y por  eso  estoy  contento  que  de 
la  película  Koe  80  heeft  een  probleem,  sea  ahora  también  un  libro  que  en 
español  se  titula  Competencia  a muerte. 


Dirk  Barrez 


14  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Por  su  colaboración,  de  la  manera  más  diversa,  quisiera 
agradecer  a Gert  Engelen,  Saartje  Boutsen,  Lieve  Vercauteren, 
Jan  Vannoppen,  Anne-Laure  Cadji,  Chris  Claes,  Jan  Wyckaert, 
Koen  Geurts,  Agnes  Vercauteren,  Marek  Poznanski,  Luc 
Vankrunkelsven,  Souleymane  Ndiaye,  Thierry  Kesteloot, 
Patrick  de  Buck,  Ibrahima  N'Diaye,  Jan  van  Bilsen,  Ignace 
Coussement,  Altemir  Tortelli,  Awa  Diallo,  Ndiogou  Fall,  René 
Louail,  las  familias  Balen,  Roos  de  Witte,  Frederik  Claerbout, 
Mieke  Lateir,  Joseph  en  Maryse  Templier,  Saliou  Sarr,  Noel 
Devisch,  Mamadou  Cissokho,  Eloir  Grizelli,  Jan  Aertsen,  Remy 
Schiffeleers,  John  Habets,  Dirk  Maes,  Leen  Laenens,  Henk 
Gloudemans,  Nadia  Reyn  ders,  Patrick  de  Ceuster,  Bart  Bode, 
Els  van  der  Sypt,  Marc  Maes,  Alex  Danau,  Samuel  Féret,  Louis 
de  Bruyn,  Jean-Pierre  de  Leener,  Muriel  de  Pauw,  Eddy  De  Neef, 
Hugo  Franssen,  Jessica  Devlieghere,  Bart  Meylemans,  Corine 
Van  Kelecom,  Damir  Gojkov,  Jan  Rutgeerts,  Ben  Schokkaert, 
Ides  Debruyne  en,  no  sin  importancia,  al  editor  Jos  Hennes.  Y 
naturalmente  a todas  aquellas  otras  personas  que  conocerán 
en  este  libro.  También  agradezco  a vredeseilanden  (VECO)  y 
al  Fondo  Pascal  Decroos  por  su  Periodismo  Especial. 

Ninguna  de  esas  personas  es  responsable  del  resultado  fi- 
nal, pero  sus  aportes  fueron  como  semillas,  agua,  abono,  todo 
lo  que  se  necesita  para  hacer  que  una  planta  produzca  frutos. 


15 


I.  La  globalización  actual  es  el  caos  para  la  agricultura  y para  la 
sociedad  mundial 

Senegal  casi  siempre  se  escucha  en  las  noticias  como  el  país  de  donde 
cada  vez  más  personas  salen  por  el  océano  en  embarcaciones  pequeñas 
para  tomar  rumbo  hacia  Europa.  Pero,  ¿sabemos  por  qué  se  quieren  ir? 

Viaje  al  pueblito  más  pequeño,  alrededor  del  mundo  y sí,  puede  parecer 
hasta  idílico.  Allí  la  gente  vive  del  cultivo  de  granos,  algodón,  café  o ca- 
cahuetes. Pero  aún  en  ese  pueblo,  muy  alejado  de  la  capital  y aún  más  de 
la  bolsa  de  granos  de  Chicago  o de  otras  bolsas  agrícolas,  sus  habitantes 
están  encadenados  al  mercado  mundial.  Pasa  lo  mismo  cuando  tienen 
que  vivir  de  la  ganadería  lechera  o de  las  aves  de  corral  o hasta  cuando 
cultivan  hortalizas  o frutas. 

Los  precios  que  bajan  en  el  mercado  mundial  bajan  drásticamente  los 
ingresos.  Si  bien  los  precios  de  los  granos  han  estado  al  alza  en  los  años 
recientes,  a largo  plazo  la  tendencia  demuestra  de  manera  cierta  una  baja 
fuerte.  La  forma  en  la  que  dejamos  funcionar  la  economía  mundial  crea 
pobreza  y hambre.  La  mala  globalización  empobrece  estos  países  y pro- 
mueve la  desigualdad.  Destruye  su  medio  ambiente  y despedaza  la  vida, 
impone  una  hipoteca  sobre  toda  edificación  de  prosperidad,  ahuyenta  a 
la  gente  de  sus  tierras  y la  obliga  a migrar. 

Un  mundo  caótico 

Bienvenido  a nuestro  mundo  globalizante,  donde  el  entretejido  humano, 
no  hace  sino  crecer;  es  decir,  donde  la  complejidad  aumenta  a paso  gi- 
gante y donde  la  teoría  del  caos  invita  por  todas  partes  a ser  aplicada.  Es 
bueno  saber  entonces  que  en  una  complejidad  creciente,  el  llamado  com- 
portamiento no-lineal  y la  imprevisibilidad,  también  crecen...  y nuestro 
mundo  se  llegará  a caracterizar  más  por  lo  que  se  llama  un  comporta- 
miento caótico. 


16  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Si  no  examinamos  rápidamente  a fondo  y si  no  controlamos  la  com- 
plejidad mundial,  un  medio  ambiente  destruido,  nuestro  futuro,  será 
formado  por  una  economía  que  falla,  una  gran  desigualdad  de  ingre- 
sos, una  migración  desesperada  y conflictos  agudos  - más  que  ahora,  y 
fortaleceremos  aún  más  la  evolución  que  ya  está  sucediendo.  Entonces 
los  déficits  ecológicos,  económicos,  sociales,  democráticos  y culturales 
a los  que  nos  enfrentamos,  aumentarán  rápidamente  y la  habitabilidad 
disminuirá  para  todos. 

Permítame  invitarle  a un  viaje  alrededor  de  nuestro  mundo,  para  co- 
nocer la  locura  que  reina  en  él. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 17 


1.  Elogio  a la  locura  - el  triángulo  de  la  soya 

¿"Usted  cree  que  es  normal  que  continuemos  subsidiando  los  exceden- 
tes en  Europa  cuando  eso  implica  la  desaparición  de  los  agricultores  en 
África  o en  alguna  otra  parte"?  René  Louail,  el  dirigente  francés  de  los 
campesinos,  no  le  huye  al  debate. 

La  mariposa  de  Lorenz  golpea  a África 

"La  importación  de  leche  en  polvo  le  cuesta  a este  país  55  millones  de 
euros.  Si  toda  esa  leche  fuera  senegalesa,  muchos  miles  de  personas  po- 
drían vivir  de  ella".  (Awa  Diallo,  líder  de  las  mujeres  pastoras  (CNCR). 

"Si  quiero  una  casa  bonita,  un  coche  bonito  y una  mujer  bonita,  tendré 
que  cruzar  a Europa  en  un  bote",  (joven  senegalés  de  catorce  años  de 
edad). 

La  primera  parada  en  Senegal  nos  permite  echar  una  mirada  a una  rueda 
destructiva  de  la  agroindustria  mundial.  Porque  la  respuesta  a la  pre- 
gunta de  dónde  provienen  los  problemas  para  los  agricultores  y las  agri- 
cultoras  de  Senegal  se  puede  recoger  en  la  calle,  en  las  muchas  tienditas 
donde  se  vende  leche  en  polvo  o leche  elaborada  con  el  mismo,  y en  los 
muchos  puestos  de  comida  donde  la  gente  toma  café  con  leche  y come 
baguet  francés  untado  con  mantequilla.  Todo  es  importado.  El  constante 
flujo  de  importación  de  trigo  y leche  en  polvo  vendido  a precios  bajos 
arruina  la  agricultura  senegalesa.  Los  agricultores  y las  agricultoras  no 
logran  vender  su  mijo  o les  produce  cada  vez  menos  dinero.  Y las  pasto- 
ras cuentan  el  mismo  cuento.  Quieren  más  que  nada  ganarse  algo  de  su 
leche,  pero  no  lo  hacen. 

Encontramos  a Awa  Diallo  en  los  pastizales  cerca  de  la  frontera  con 
Mauritania.  Ella  lidera  una  organización  de  mujeres  pastoras.  "La  impor- 
tación de  leche  en  polvo  cuesta  en  este  país  55  millones  de  euros",  así  in- 
terpreta su  descontento;  "si  toda  esa  leche  fuera  leche  senegalesa,  muchas 
decenas  de  miles  de  personas  podrían  vivir  de  ella". 


18  | COMPETENCIA  A MUERTE 


En  su  pequeña  finca,  más  o menos  a medio  camino  entre  Dakar  y 
Saint-Louis,  el  líder  de  los  campesinos,  Ndiogou  Fall,  cuenta  por  qué 
está  infeliz  con  la  liberación  del  mercado  agrícola  mundial.  "El  problema 
más  grande  es  la  competencia  de  las  multinacionales  para  la  venta  de 
leche.  Yo  produzco  menos  de  100  litros  de  leche  por  día.  Pero  aún  así 
tengo  a veces  problemas  para  venderla.  En  cada  tienda  se  vende  leche  en 
polvo  procedente  de  Europa  o de  cualquier  otra  parte.  Los  agricultores 
europeos  reciben  subsidios  mientras  que  nosotros  no  recibimos  nada  de 
nuestro  estado.  Si  tengo  que  competir  por  medio  de  tratados  de  libre 
comercio  con  Europa,  se  quiebra  mi  pequeña  empresa". 

De  esa  manera  se  pone  en  peligro  la  prosperidad  en  el  campo,  hasta 
que  el  hambre  y la  desnutrición  alcanzan  a los  agricultores  y ganaderos, 
quitándoles  toda  oportunidad  para  un  futuro.  Emigran  en  masa  hacia 
las  ciudades,  donde  tampoco  encuentran  muchos  ingresos.  Y muchos 
emigran  mucho  más  lejos. 

Imagínese  ser  pastora  de  ganado  o agricultora  en  África  Occidental  y 
preguntarse:  ¿De  dónde  viene  toda  esa  leche  en  polvo  y todos  esos  gra- 
nos? Es  como  la  mariposa  de  Lorenz,  ya  sabes,  un  pequeño  aletazo  en  un 
lado  del  mundo  puede  causar  semanas  más  tarde  un  huracán  en  el  otro 
lado.  De  la  misma  manera  la  leche  en  polvo  y los  granos  afectan  a Sene- 
gal  como  un  tornado,  inundan  la  tierra  y arrastran  a toda  la  sociedad. 

Eso  lo  sabe  también  el  joven  de  catorce  años  al  que  pregunto  si  él 
también,  como  tantos  otros,  tomará  el  barco  a las  Islas  del  Caribe.  "Toda- 
vía no.  Pero  si  quiero  tener  una  casa,  un  coche  y una  esposa  bonitos,  no 
tengo  alternativa,  y tendré  que  cruzar  para  allá,  aunque  sea  peligroso". 

Aguas  arriba  hacia  Europa 

"Nosotros,  los  agricultores  duraderos,  sólo  recibimos  un  subsidio  de  cin- 
cuenta euros  por  cada  hectárea,  mientras  existen  agricultores  que  reci- 
ben cuatrocientos  euros".  (Joseph  Templier,  agricultor  francés). 

En  primera  instancia  parece  ser  que  hay  que  buscar  la  razón  en  Europa, 
en  las  fincas  grandes  donde  ahora  ya  los  robots  ordeñan  en  forma  total- 
mente automática  las  vacas,  un  robot  por  cada  cincuenta  vacas.  En  esas 
fincas  la  ayuda  de  la  política  agrícola  europea  conduce  a que  haya  cada 
vez  más  producción. 

René  Louail,  el  líder  de  los  campesinos  de  la  Confédération  Paysan- 
ne,  se  opone  fuertemente  a eso  y no  tiene  problemas  para  decirlo  en  los 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 19 


debates  en  su  base  francesa.  "El  mercado  baja  constantemente  los  pre- 
cios y la  única  respuesta  que  siempre  damos  es:  produzcan  más.  ¿Usted 
considera  que  es  normal  que  sigamos  subsidiando  los  excedentes  en  Eu- 
ropa cuando  esto  significa  la  desaparición  de  los  agricultores  en  África 
o en  otras  partes?  ¿Y  qué  dicen  ellos?  Ustedes,  los  agricultores  europeos 
y estadounidenses,  dejen  de  exportar  sus  excedentes  con  la  ayuda  de 
subsidios,  porque  significan  nuestra  muerte" . Sin  embargo,  René  no  se 
opone  a los  subsidios.  "La  ayuda  es  imprescindible  para  la  agricultura. 
Pero  ahora  es  apañada  por  el  veinte  por  ciento  de  los  agricultores  euro- 
peos que  la  usan  para  competir  y para  dejar  morir  de  hambre  a los  agri- 
cultores en  el  Sur.  La  ayuda  a la  agricultura  debe  de  distribuirse  mejor". 

Pero  los  grandes  agricultores  europeos  como  Pilles  Bedel,  con  ciento 
treinta  vacas,  y quien  produce  un  millón  trescientos  mil  litros  de  leche 
anualmente,  solo  ven  una  solución  para  la  producción  excesiva  que  hace 
bajar  los  precios:  "Para  mí  la  estrategia  es  sencilla:  intensificar  aún  más  la 
producción,  aumentar  aún  más  la  productividad  de  las  vacas". 

Es  un  callejón  sin  salida,  un  ciclo  decadente.  Porque  si  la  única  res- 
puesta es  producir  más,  los  precios  bajarán  aún  más. 

Pero  se  puede  hacer  de  otra  manera.  Con  sus  veinticinco  vacas  que 
producen  ciento  quince  mil  litros  de  leche  por  año,  Joseph  Templier  opta 
por  una  agricultura  sostenible:  "La  intensificación  no  trae  la  solución. 
La  Organización  Mundial  del  Comercio  (OMC)  y la  política  agrícola  eu- 
ropea van  totalmente  en  contra  de  la  agricultura  sostenible.  Sólo  recibi- 
mos un  subsidio  de  cincuenta  euros  por  hectárea,  mientras  que  existen 
agricultores  que  reciben  cuatrocientos  euros".  El  destino  de  su  leche  es 
el  mercado  francés  y él  mismo  cultiva  todo  el  forraje  para  las  vacas:  "Te- 
nemos ya  quince  años  de  hacerlo,  producir  leche  con  sólo  hierba  y pro- 
teínas de  nuestros  propios  cultivos;  es  decir,  sin  soya  de  Latinoamérica, 
los  Estados  Unidos  o Canadá". 

Es  una  diferencia  enorme  con  la  forma  en  la  que  ocurre  donde  Pilles 
Bedel:  "Mis  animales  comen  una  vez  por  día.  En  Francia  no  tenemos 
suficientes  proteínas.  Las  proteínas  provienen  principalmente  de  la  soya 
que  viene  de  Brasil". 

En  la  fuente  brasileña 

En  nuestro  mundo  complejo,  el  origen  de  los  excedentes  de  leche  que 
son  esparcidos  en  forma  de  polvo  sobre  África,  está  aún  más  lejos.  Brasil 
exporta  anualmente  veinte  millones  de  toneladas  de  soya  a Europa.  La 


20  | COMPETENCIA  A MUERTE 


agricultura  a gran  escala  destruye  la  selva  y ahuyenta  a los  pequeños 
agricultores. 

El  latifundista  Adamir  Batistella  no  lo  contradice.  La  cosecha  de  soya 
se  está  aproximando  y podemos  acompañarlo  en  su  gigantesca  cosecha- 
dora: "Casi  todos  los  pequeños  agricultores  aquí  vendieron  sus  fincas 
para  comprar  tierra  en  la  selva  amazónica,  en  Mato  Grosso.  Estamos 
cultivando  ahora  cuatrocientas  treinta  hectáreas".  Eso  según  las  normas 
brasileñas  es  un  pequeño  agricultor,  pero  en  su  región  en  el  sur  de  Brasil, 
es  más  o menos  el  más  grande.  Cultiva  granos,  especialmente  soya,  y 
casi  todo  es  para  la  exportación.  Es  irónico  cómo  hasta  este  latifundista 
es  víctima  de  la  agroindustria  mundial:  "Mis  cosechas  disminuyen,  las 
enfermedades  atacan  a las  variedades  nuevas,  y el  precio  baja  cada  vez 
más". 

Peor  suerte  tienen  las  muchas  familias  agricultoras  en  Brasil,  nos 
cuenta  Altemir  Tortelli,  un  pequeño  agricultor  con  algunas  vacas  le- 
cheras y en  particular,  líder  de  agricultores  de  Fetraf,  una  organización 
de  familias  agricultoras  con  unos  setecientos  cincuenta  mil  miembros. 
"Cuando  las  tarifas  de  importación  bajan  a menos  de  diez  por  ciento, 
corremos  el  riesgo  de  que  un  millón  de  familias  desaparezcan  de  la  pro- 
ducción lechera.  Tenemos  mucho  más  en  común  con  los  agricultores  en 
África  o Asia  que  con  nuestra  agroindustria".  Sobreviven  difícilmente, 
obligados  a retroceder  hacia  las  regiones  más  montañosas  que  no  le  inte- 
resan a la  agroindustria. 

Casi  todo  el  mundo  pierde 

Cuando  Tortelli  y yo  echamos  nuestra  vista  sobre  interminables  campos 
sembrados  de  soya,  sabemos:  aquí  estamos  contemplando  el  origen  de 
lo  que  tranquilamente  se  puede  considerar  como  una  rueda  gigantesca 
y destructora.  Mira  cómo  la  soya  destruye  al  medio  ambiente  y no  deja 
espacio  para  seres  humanos. 

La  rueda  agroindustrial  sigue  girando  y lleva  mucha  de  esa  soya 
brasileña  a Europa.  Esta  industria  alimenta  con  esa  soya  a sus  vacas  y 
pollos,  produce  excedentes  de  leche,  carne  y abono  y destruye  la  agri- 
cultura familiar. 

Y la  rueda  sigue  girando.  La  agroindustria  descarga  esos  excedentes 
en  África  y en  otras  partes  a costo  de  la  agricultura  y la  economía  local. 
¿Y  la  consecuencia?  Aún  menos  ingreso  para  los  agricultores,  aún  más 
desempleo,  pobreza  y migración. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 21 


2.  Un  país  donde  no  hay  espacio  para  la  gente 

Donde  antes  había  pequeños  pueblos, 

ahora  hasta  los  cementerios  han  sido  desalojados. 

Brasil  mide  ocho  millones  y medio  de  km2,  donde  fantásticos  y varia- 
dos paisajes  se  alternan.  Y donde  predomina  la  agricultura  a gran  escala 
- particularmente  la  soya  y otros  granos  - se  ve  sólo  eso.  Casi  no  ves 
personas,  ni  casas.  La  gente  fue  desterrada,  donde  antes  había  pequeños 
pueblos,  ahora  hasta  los  cementerios  han  sido  desalojados.  El  desastre 
social  es  enorme.  La  gente  pierde  sus  tierras  y sus  medios  de  existencia  y 
huye  hacia  las  junglas  de  las  ciudades  para  intentar  sobrevivir  en  ellas. 

Y entonces,  en  esta  vacía  extensión,  surge  una  de  esas  ciudades  con 
unas  decenas  de  miles,  o rápidamente  cien  mil  o muchos  más  habitantes. 
Y siempre  hay  notablemente  mucha  construcción  en  altura,  lo  que  evoca 
preguntas,  porque  ¿no  es  que  no  hay  escasez  de  espacio? 

Desde  una  altura  la  respuesta  se  dibuja  en  la  forma  de  una  barrera 
clarísima  entre  campo  y ciudad,  como  si  los  campos  barrieran  a las  per- 
sonas con  una  escoba  y las  empujaran  todas  en  una  pelota,  unas  encima 
de  otras.  En  este  país  casi  inmensurable,  el  78%  de  la  población  vive  en 
la  ciudad.  Es  casi  increíble,  sin  embargo,  es  cierto:  en  las  tierras  circun- 
dantes, no  hay  espacio  para  las  personas. 

Un  país  donde  no  hay  espacio  para  la  naturaleza 

En  el  sur  de  Brasil,  y cada  vez  más  hacia  el  norte,  donde  reina  el  mundo 
del  grano,  del  trigo,  maíz  y especialmente  la  soya,  los  camiones  van  y 
vienen  zumbando  para  transportar  todos  esos  granos.  Los  ves  llegar  a 
kilómetros  de  distancia,  casi  sin  árboles  para  impedir  la  vista,  cuando 
mucho  en  los  valles  más  hondos.  Los  grandes  bosques  desaparecieron 
hace  mucho  tiempo,  la  rica  biodiversidad  quedó  en  el  pasado  y ha  ce- 
dido el  espacio  para  aún  más  monocultivos,  esta  vez  de  soya,  destinada 
casi  en  su  totalidad  a la  exportación,  entre  otras  cosas,  para  alimentar  los 


22  | COMPETENCIA  A MUERTE 


cerdos  y pollos  en  Europa.  En  otros  lugares,  el  ganado  bovino  la  requiere 
toda.  Es  esta  tala  ecológica  que  sigue  proliferando  y que  destruye  cada 
vez  más  la  selva  del  Amazonas. 

Y también  existe  una  tala  social.  Queda  muy  poco  espacio  para  los 
cultivos  que  podrían  alimentar  a su  propia  población  desnutrida,  muy 
poco  espacio  para  los  brasileños  que  quieren  producir  su  propia  comida 
o que  quieren  producir  un  ingreso  labrando  la  tierra. 

Y no  se  olvide  la  tala  cultural  que  es  consecuencia  de  todo  eso.  La  más 
visible  es  que  muchos  productos  regionales  deben  ceder  ante  las  ham- 
burguesas o las  fiestas  tradicionales  que  ya  no  se  celebran.  Allí  es  donde 
se  esconde  la  destrucción  de  la  vida  social. 

La  sangría  número  uno...  hasta  Brasil  conoce  el  hambre 

La  tierra  sirve  para  los  que  tienen  dinero  y poder  adquisitivo.  En  Brasil 
y aún  más  en  otras  partes  del  mundo.  Es  la  sangría*  número  uno  de  este 
país  después  de  que  hace  siglos  las  plantaciones  de  caña  de  azúcar  ha- 
bían hecho  su  trabajo  destructivo,  y el  mismo  destino  corrieron  el  cacao, 
el  oro,  el  café  y el  caucho,  todos  ellos  regalos  envenenados  cuyo  rendi- 
miento iba  a otros  y que  dejaban  en  el  lugar  sólo  desierto  y pobreza.  De 
esta  manera  especialmente  la  región  nordeste  de  este  extenso  país  sura- 
mericano  se  fue  al  diablo  y,  todavía  está  lamiendo  sus  múltiples  heridas. 
Al  igual  que  en  muchas  regiones  africanas,  hay  una  grave  desnutrición 
y hasta  hambre.  Todavía  alrededor  de  1980,  cuando  en  Etiopía  y otros 
países  en  el  Cuerno  de  África  había  hambruna  que  llegó  hasta  los  medios 
mundiales,  la  hambruna  atacó  el  Nordeste.  Este  desastre  recibió  poca  o 
ninguna  cobertura  en  los  medios.  Pero  la  ironía  es  que  en  aquel  entonces, 
tanto  en  el  Este  de  África  como  en  Brasil,  muriera  más  o menos  un  millón 
de  personas  de  hambre. 

Hoy  día,  en  el  país  que  con  su  soya  alimenta  a nuestro  ganado,  se  esti- 
ma que  por  lo  menos  trece  millones  de  personas  sufren  de  hambre.  Otras 
estimaciones  dicen  que  hasta  más  de  cuarenta  millones  de  brasileños  no 
tienen  suficiente  ingreso  para  poder  comer  suficiente.  Y aún  más  irónico 
es  que  el  suelo  brasileño  produce  de  seguro  el  doble  de  la  cantidad  de 
alimentos  de  lo  que  necesitan  los  brasileños  para  seguir  viviendo. 


* Gracias  a Eduardo  Galeano  que  introduce  esta  palabra  significativa  en  su  obra  maestra 
"Las  venas  abiertas  de  América  Latina". 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 23 


La  globalización  afecta  a Brasil  desde  hace  quinientos  años,  y hoy 
también.  La  sangría  sigue  como  si  nada,  la  agricultura  a gran  escala  para 
la  exportación  de  la  soya  y otros  granos  y la  agroindustria  encadenan 
ahora  también  el  sur  y el  resto  del  país  de  tal  manera  que  el  saqueo  de 
la  naturaleza,  la  pobreza  y la  inimaginable  desigualdad  de  ingresos  sean 
las  más  importantes  consecuencias  de  esa  sangría  - en  este  caso  es  difícil 
hablar  de  resultados. 

País  donde  no  hay  espacio  para  la  gente,  la  secuela.  Honduras 

"Allí  las  vacas  viven  en  prados  fértiles,  nosotros  los  agricultores  pobres 
vivimos  en  las  montañas  inhóspitas  allá  arriba.  Allí  las  vacas  gozan  de 
muchos  privilegios  de  los  que  nosotros  debemos  prescindir".  (Germán 
Sorto,  agricultor  hondureño). 

El  paisaje  es  muy  hermoso,  la  gente  muy  abierta,  pero  es  especialmente 
esa  vista  alta  en  las  montañas  y esas  palabras  que  recuerdo.  Son  palabras 
que  le  quedan  dando  vueltas  en  la  cabeza  por  mucho  tiempo  a todos  los 
que  dejan  penetrar  esas  frases:  "Las  vacas  allá  abajo  gozan  de  muchos 
privilegios  de  los  que  nosotros  debemos  prescindir".  Porque  es  bueno 
vivir  en  la  llanura,  arriba  es  frío  y húmedo. 

Germán  Sorto  sabe  por  qué  eso  es  así.  Es  la  distribución  entre  po- 
deres en  su  país.  Honduras.  Tanto  en  el  campo  político  como  en  el  eco- 
nómico esa  distribución  es  extremadamente  desigual.  Sí  existe  una  ley 
que  impone  máximos  a lo  que  pueden  poseer  los  latifundistas.  Pero  esa 
ley  no  es  aplicada  o bien  la  eluden  de  muchas  maneras.  Los  pequeños 
agricultores  quieren  que  al  fin  algo  cambie.  "Queremos  una  reforma  to- 
tal de  las  tierras",  dice  Germán,  "para  que  tengamos  suficiente  tierra,  y 
también  obtener  créditos  pagables  para  trabajarla,  y además  queremos 
vender  nosotros  mismos  la  producción  sin  los  intermediarios  que  se  lle- 
van todas  las  ganancias".  Es  un  programa  completo  que  persiguen  los 
agricultores  pequeños  para  aumentar  su  prosperidad. 

Pero  la  lucha  por  la  tierra  es  dura,  durísima.  Vamos  caminando  a la 
casa  de  Germán,  donde  mientras  tanto  llegó  José  Osorio,  el  líder  local 
del  movimiento  de  agricultores  CNTC.  Un  líder  de  ese  tipo  no  es  un  em- 
pleado pagado,  sino  un  agricultor  que  ha  sido  elegido  por  dos  años.  José 
observa  las  fotos  en  la  pared.  Para  cada  cara  tiene  una  historia: 


24  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Andrés  Moreno  fue  asesinado  por  los  guardaespaldas  de  un  latifun- 
dista. Jesús  Guerra  fue  matado  a balazos  por  dos  militares  en  San  Pedro 
Sula.  Rafael  Carcomo  también  está  muerto,  fue  atropellado  por  un  ve- 
hículo. Supuestamente  fue  un  accidente,  pero  fue  algo  montado.  Juan 
Navarrete  fue  asesinado  por  una  banda  armada  de  un  propietario  de 
tierras.  Guillermo  Rodríguez  también  fue  asesinado  por  una  banda  de 
esas  en  San  Francisco  Morazán.  En  total  fueron  asesinados  treinta  y seis 
partidarios  entre  1985  y 1995. 

¿En  esta  región? 

Sí,  en  esta  región,  y en  todo  el  país  unos  trescientos  treinta  y seis. 

Donde  hasta  los  ricos  no  tienen  nada  que  decir 

"Tengo  que  contarles  algo  sobre  nuestros  miserables  políticos.  Hondu- 
ras es  pobre,  completamente  sumergido  en  la  pobreza  por  culpa  de  los 
gobernantes".  (Marco  Rodríguez,  empresario  y agricultor  hondureño). 

"Como  países  en  vías  de  desarrollo  tienen  que  abrir  completamente  sus 
fronteras,  las  consecuencias  sociales  serán  catastróficas",  (veterinario 
hondureño). 

Marco  Rodríguez  es  el  orgulloso  propietario  de  tres  tiendas  en  Juticalpa, 
la  ciudad  más  grande  en  el  este  de  Honduras,  en  el  centro  de  una  región 
que  depende  totalmente  de  la  agricultura.  Vende  herramientas  para  la 
agricultura,  pinturas  y productos  de  mantenimiento,  todo  tipo  de  apa- 
ratos eléctricos,  hasta  camas,  colchones  y juegos  de  sala.  Juntos  salimos 
de  la  ciudad  en  carro.  Porque  gran  parte  de  su  actividad  se  desarrolla  en 
otro  lugar:  en  el  campo:  "Tenemos  350  hectáreas  de  tierra  para  agricul- 
tura. Antes  teníamos  hasta  mil  cabezas  de  ganado,  pero  lamentablemen- 
te tuvimos  que  vender  el  ganado.  Los  precios  habían  bajado  y las  tasas 
de  interés  eran  demasiado  altas.  Ahora  cultivamos  especialmente  maíz, 
pero  las  cosechas  más  recientes  fueron  malas". 

Este  agricultor  y empresario  pertenece  al  pequeño  porcentaje  de  hon- 
dureños  ricos.  No  están  entre  la  élite  absoluta,  que  abarca  solamente  a 
unas  decenas  de  familias,  pero  están  justo  debajo  de  ella.  Sin  embargo, 
personas  como  Marco  Rodríguez  evidentemente  han  vivido  mejores 
tiempos.  Es  muy  notable  que  hasta  estos  empresarios  adinerados  tengan 
poca  injerencia  en  la  política.  Para  practicar  la  agricultura  en  Honduras 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 25 


tienes  que  estar  bien  loco.  Créditos  caros  de  35  a 40  por  ciento  anualmen- 
te conforman  el  enésimo  desastre.  No  se  requiere  de  mucho  más  para 
enojar  a Marco  Rodríguez.  "Al  gobierno  no  le  interesa  en  lo  más  mínimo 
la  agricultura.  En  Honduras  el  noventa  por  ciento  de  los  políticos  es  co- 
rrupto. Y eso  lo  digo  yo  como  empresario,  yo  soy  empresario,  no  políti- 
co. Pero  tengo  que  decirles  la  verdad  sobre  nuestros  miserables  políticos 
en  este  país.  Honduras  es  pobre,  totalmente  sumergido  en  la  pobreza  por 
culpa  de  los  gobernantes". 

También  vino  con  nosotros  el  veterinario  Carlos  Arturo  Cerna  Muñoz, 
con  quien  estamos  ahora  caminando  por  la  orilla  de  los  maizales.  El  ve 
aún  más  culpables  de  la  agonizante  agricultura,  como  por  ejemplo  el 
maíz  americano  que  es  importado  masivamente:  "Ese  maíz  de  los  Esta- 
dos Unidos  es  muy  subsidiado.  Son  sus  excedentes  de  maíz  que  expor- 
tan y venden  a precios  muy  bajos.  Esa  competencia  es  completamente 
injusta  para  nuestros  agricultores  locales.  Esto  nos  lleva  a la  quiebra". 

Carlos  considera  que  se  debe  producir  el  maíz  y los  frijoles  en  el  pro- 
pio país,  al  igual  que  Europa  produce  también  sus  propios  alimentos.  Y 
advierte:  "Si  los  países  en  vías  de  desarrollo  tienen  que  abrir  completa- 
mente sus  fronteras,  las  consecuencias  sociales  serán  catastróficas.  Será 
una  amenaza  de  desnutrición  para  los  niños,  mortalidad  infantil,  huida 
del  campo  y migración  masiva  hacia  otros  países".  Y mientras  tanto  nos 
asalta  un  humo  blanco  grisáceo,  a veces  marrón.  La  destrucción  y quema 
de  los  bosques  continúa.  Todos  los  problemas  parecen  acumularse  aquí 
en  el  este  de  Honduras.  Más  de  uno  es  culpable  de  la  deforestación,  pero 
según  Carlos,  el  mayor  culpable  está  en  el  extranjero:  "Yo  pienso  que 
nuestros  problemas  ambientales  se  deben  a los  países  ricos  que  necesitan 
mucha  madera  y que  pagan  mucho  por  ella,  lo  que  hace  que  la  defores- 
tación sea  muy  rentable". 


26  | COMPETENCIA  A MUERTE 


3.  La  cara  del  hambre 

"Tuve  seis  hijos  de  los  cuales  murieron  dos,  un  varón  y una  hembra", 
cuenta  Astou  Sow.  Ella  brinda  testimonio  en  el  reportaje  para  la  televi- 
sión La  cara  del  hambre,  que  hice  junto  con  el  camarógrafo  Jan  van  Bilsen 
en  el  pueblito  senegalés  de  Boulidiama.  Eso  queda  a apenas  doscientos 
kilómetros  de  la  capital  Dakar.  Pero  aún  allí  la  mortalidad  infantil  es  alta. 
Su  paisana  Djenable  Diallo  también  tuvo  seis  hijos,  de  los  cuales  sólo 
tres  están  vivos.  Y en  la  familia  donde  nos  hospedamos  durante  nuestra 
estadía,  la  señora  tuvo  ocho  hijos.  Cuatro  de  ellos  ya  murieron. 

Ganar  una  miseria 

Donde  viven  Astou  y Ajenabo  la  gente  gana  la  vida  sembrando  nueces 
- cacahuetes  o maní  - para  el  mercado  mundial.  Especialmente  para  la 
producción  de  aceite  de  maní.  Pero  los  precios  están  bajando,  la  produc- 
ción de  sus  tierras  ha  bajado  a menos  de  la  mitad  en  un  período  de  30 
años  y la  devaluación  del  cincuenta  por  ciento  hace  la  vida  mucho  más 
cara  porque  muchos  de  los  productos  necesarios  para  vivir  vienen  del 
exterior.  Y con  eso  no  termina  la  miseria.  El  gobierno,  bajo  presión  del 
Fondo  Monetario  Internacional  (FMI),  privatiza  la  empresa  estatal  que 
adquiere  la  mayor  parte  de  los  cacahuetes.  Ese  año  el  gobierno  estimuló 
a los  agricultores  a producir  lo  más  que  pudieran  y,  junto  a una  muy 
buena  estación  lluviosa,  eso  rindió  una  gran  cosecha.  Pero  de  repente  la 
nueva  empresa  privada  sólo  quiere  comprar  la  mitad  de  lo  que  fue  anun- 
ciado antes  de  que  los  agricultores  y las  agricultoras  de  Senegal  decidie- 
ran sembrar  cacahuetes.  Así  colapsan  aún  más  sus  ingresos.  Montañas 
de  cacahuetes  se  quedaron  sin  vender.  El  año  siguiente  trae  otra  catás- 
trofe más:  por  la  sequía,  la  cosecha  fracasa  totalmente.  Y en  el  campo, 
abandonado  por  las  autoridades,  se  vive  una  pobreza  jamás  vista. 

Y quizás  se  pregunta  usted:  ¿por  qué  no  cultivan  granos  allá,  tanto 
para  ellos  mismos  como  para  el  mercado  local?  Sí  lo  hacen,  cultivan  ce- 
bada, no  trigo.  Pero  también  de  eso  no  se  puede  vivir  dignamente.  En  las 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 27 


ciudades  casi  todo  mundo  come  pan  en  barra  (francés),  hecho  de  trigo 
importado  particularmente  de  Europa.  Es  ese  trigo,  vendido  a precios 
chocantemente  bajos,  que  está  tomando  sus  mercados  y que,  además, 
hace  bajar  aún  más  el  precio  del  poco  grano  que  pueden  vender.  Porque 
nosotros  en  los  países  ricos  protegemos  - y en  la  mayor  medida  justi- 
ficadamente - nuestra  agricultura  y nuestra  producción  de  alimentos, 
pero  es  justamente  eso  lo  que  ellos  no  pueden  hacer,  ni  tienen  permiso 
de  hacer,  y que  tampoco  le  quita  el  sueño  a sus  políticos.  Los  políticos 
casi  nunca  están  interesados  en  promover  condiciones  de  vida  digna  en 
el  campo.  Y cuando  excepcionalmente  lo  hacen,  las  reglas  del  comercio 
mundial  los  obstaculizan,  como  lo  explica  el  ministro  de  salud  pública 
de  Senegal:  "Las  reglas  de  la  Organización  Mundial  del  Comercio  difi- 
cultan la  protección  de  nuestra  agricultura,  pero  sí  permiten  el  subsidio. 
Oficialmente  los  países  ricos  no  protegen  su  agricultura,  la  apoyan.  No- 
sotros somos  pobres  y es  difícil  proteger  nuestra  agricultura,  de  manera 
que  nuestro  precio  de  costo  siempre  será  más  alto". 

El  representante  del  FMI  en  Dakar,  está  dispuesto  a recibirnos.  Le  hago 
una  pregunta  hipotética:  "¿qué  va  a pasar  ahora  con  la  agricultura  en  le- 
targo? ¿Puede  Senegal  subsidiar  los  precios  para  sus  agricultores?  Sigue 
una  reacción  lacónica:  "La  pregunta  que  se  impone  es:  ¿Cómo  va  usted 
a financiar  la  diferencia?  Si  eso  fuera  posible,  entonces  el  FMI  no  tiene 
objeción". 

Sí  es  evidente  que  el  FMI  no  considera  a Senegal  lo  suficientemente  rico 
como  para  subsidiar  a sus  agricultores.  Y no  quiere  saber  nada  de  frenar 
la  importación  o de  cobrar  impuestos  de  importación,  esto  no  está  de 
acuerdo  con  el  mercado. 

Del  FMI  al  Banco  Mundial,  en  Dakar,  eso  tampoco  está  lejos.  El  Banco 
Mundial  tiene  un  poco  más  de  comprensión  cuando  argüyó  que  la  agri- 
cultura y el  libre  comercio  no  siempre  van  de  la  mano  y que  sí  es  cierto 
que  el  Banco  Mundial  oficialmente  lucha  contra  la  pobreza  en  el  mundo: 
"Efectivamente.  Para  productos  tan  necesarios  para  la  vida  como  lo  son 
los  alimentos,  hay  razón  para  pensar  sobre  la  liberación  de  los  merca- 
dos". 

Pensar  quizás,  pero  con  eso  no  llegas  muy  lejos;  en  realidad  todavía  no 
hay  comercio. 


28  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Donde  estábamos  filmando,  en  un  país  donde  el  mercado  mundial 
obtuvo  la  vía  libre  y que  de  lejos  no  es  el  país  más  pobre  de  África,  la 
gente  califica  a sus  abuelos,  a quienes  les  fue  bien  con  la  agricultura, 
como  gente  rica:  "Ellos  tenían  suficiente  que  comer,  podían  mandar  a 
sus  hijos  a la  escuela,  porque  había  escuelas  y podían  pagar  el  dinero 
para  la  escuela;  cuando  era  necesario  no  era  directamente  un  problema 
encontrar  cuidados  médicos  y para  eso  también  ganaban  lo  suficiente. 
En  pocas  palabras,  tenían  una  buena  vida.  Pero  hoy  las  escuelas,  las 
previsiones  de  salud  y la  infraestructura  para  sostener  a la  agricultura 
han  desaparecido  en  gran  medida...  sí,  de  hecho,  entre  otras  cosas  por 
la  política  impuesta  durante  los  últimos  decenios  por  el  FMI.  El  Fondo 
considera  que  un  país  como  Senegal  vive  por  encima  de  su  nivel  y que 
debe  economizar.  Y los  golpes  cayeron  justamente  en  estas  previsiones 
imprescindibles  para  la  vida,  ¡entiéndalo  quien  pueda!  Así  que  no  es  de 
sorprenderse  que  muchos  senegaleses  en  el  campo  ganen  apenas  una 
cuarta  parte  o menos  de  lo  que  ganaban  sus  abuelos  hace  treinta  o cua- 
renta años,  que  su  alimentación,  su  salud,  su  educación,  siguan  empeo- 
rándose. Para  nosotros  es  muy  difícil  imaginárnoslo,  pero  la  gente  en  el 
campo  ve  reducirse  cada  vez  más  sus  ingresos. 

Decisiones  difíciles 

Cuando  no  tienes  dinero  y la  comida  ya  casi  se  acaba,  tienes  que  ser 
creativo,  como  Awa  Diop:  "mezclo  alimento  para  animales  con  los  ca- 
cahuetes, y eso  lo  comemos.  No  tenemos  nada  mejor.  A los  niños  les  da 
diarrea  y dolores  de  estómago". 

El  que  apenas  se  gana  algo  con  los  cacahuetes  o la  cebada,  siempre  se 
enfrenta  a decisiones  difíciles.  ¿Me  dejo  esta  comida  para  poder  comer 
mañana?  ¿O  vendo  aún  más  para  poder  ir  al  médico,  pagar  el  dinero 
de  la  escuela,  poder  comprar  ropa?  Con  la  seguridad  que  en  todo  caso 
tendrás  más  hambre.  Y ni  hablemos  de  poder  comprar  un  nuevo  arado 
o un  burro,  porque  son  totalmente  impagables.  Y en  ese  caso  se  pierde 
toda  oportunidad  de  tener  mayores  cosechas  o un  mejor  ingreso.  Y para 
los  que  tienen  que  vivir  de  la  agricultura  no  habrá  cómo  escapar  de  la 
desnutrición  y del  hambre. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 29 


Pesadilla  para  los  agricultores  de  algodón  africanos 

Y las  cosas  no  son  diferentes  para  los  que  tengan  que  vivir  de  la  produc- 
ción de  algodón.  A inicios  del  siglo  veintiuno,  el  precio  baja  hasta  tocar 
fondo  como  nunca  se  había  visto.  La  razón  principal  son  los  subsidios  fe- 
nomenales que  reciben  los  veinticinco  mil  cultivadores  de  algodón.  Ga- 
nan hasta  más  con  esos  subsidios  que  con  lo  que  les  produce  el  algodón. 
Su  sobreproducción  desbarata  los  precios  en  el  mercado  mundial.  Pero 
veinte  millones  de  africanos,  muchos  de  ellos  en  los  países  más  pobres 
del  continente,  sobreviven  del  algodón.  Uno  de  ellos  es  Amath  Soumare: 
"Ya  hace  más  de  veinte  años  que  cultivo  algodón.  Yo  le  saco  provecho. 
Con  lo  que  me  rinde  puedo  comprar  reses,  caballos,  cabras  u ovejas,  y 
también  ropa  para  mí  y para  toda  la  familia". 

Sin  embargo,  los  bajos  precios  derriban  todo  y los  agricultores  africa- 
nos de  algodón  ven  sus  ingresos  bajar  dramáticamente,  o,  en  las  palabras 
de  Amath:  "Te  esfuerzas,  sin  resultado,  eso  hace  que  la  gente  abandone 
todo".  Terminan  completamente  en  el  borde  de  lo  que  es  aún  viable,  y 
muchas  veces  hasta  cruzan  ese  borde.  Pobreza  extrema,  desnutrición  y 
hambre  ganan  terreno. 

En  realidad  no  es  diferente  en  la  India  y en  grandes  partes  de 
Asia 

Muchos  se  sorprenderán  quizás,  puesto  que  ¿no  es  cierto  que  Asia  es 
un  continente  en  auge,  donde  China  y también  la  India  han  registrado 
índices  de  crecimiento  altos,  y hasta  fantásticos?.  Es  cierto,  pero  allá  la 
prosperidad  no  aumenta  en  todas  partes  y mucho  menos  para  todo  el 
mundo.  La  mayoría  de  la  gente  pob're  vive  todavía  en  Asia.  Este  conti- 
nente todavía  tiene  el  mayor  número  de  personas  que  sufren  hambre, 
mucho  más  que  el  doble  de  las  que  tiene  África.  El  gran  número  de  asiá- 
ticos, casi  el  60  por  ciento  de  la  población  mundial,  por  supuesto  tiene 
mucho  que  ver  en  eso. 

Sin  embargo,  el  hambre  allí  es  más  pertinaz  de  lo  que  uno  asume 
por  mayor  comodidad.  Veamos  el  caso  de  la  India,  por  ejemplo.  Según 
la  Organización  Internacional  para  la  Agricultura  y la  Alimentación  de 
las  Naciones  Unidas  (FAO),  ese  país  tenía  en  1970  más  de  doscientos 
millones  de  personas  desnutridas.  En  el  2003  siguen  siendo  más  de  dos- 


30  | COMPETENCIA  A MUERTE 


cientos  millones.  Con  una  población  en  crecimiento  eso  es  de  hecho  una 
disminución,  pero  sigue  siendo  el  mismo  número.  En  ese  caso,  cantar 
hurra  está  fuera  de  lugar. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 31 


4.  Comercio  de  pollos 

En  Vale  de  Dourado,  en  el  hermoso  campo  cerca  de  la  ciudad  de  Erechim 
en  el  Sur  de  Brasil,  Paulo  y Marcia  Balen  me  muestran  su  gigantesco 
gallinero. 

Le  pregunto  a Marcia  si  ellos  mismos  comen  de  estos  pollos.  La  rápida 
respuesta  está  razonada  racionalmente: 

"Estos  pollos  contienen  muchos  productos  químicos,  hormonas  para  el 
rápido  crecimiento.  Porque  a los  cuarenta  a cuarenta  y cinco  días  ya  pe- 
san tres  kilos  y medio.  Nosotros  no  los  comemos". 

Cuando,  debido  a la  competencia  la  agricultura  ya  no  rinde  precios  via- 
bles, los  agricultores  pueden  intensificar.  Entonces  optan  por  la  ganade- 
ría, o por  la  crianza  de  cerdos  o de  pollos.  De  esa  manera  crean  plusvalía 
con  la  esperanza  de  ganar  más.  Concentrémonos  en  la  cría  de  pollos.  Esa 
es  extra  interesante  porque  existen  paralelos  notables  con  la  historia  de 
la  soya  que  ya  conocemos.  Porque  ya  hace  tiempo  el  mercado  ya  no  es 
solamente  local  para  los  pollos,  el  mercado  mundial  ha  avanzado  a paso 
gigante  desde  finales  del  siglo  pasado. 

La  tristeza  de  Camerún 

El  triángulo  de  soya,  que  ya  conocemos,  no  conduce  solamente  a ex- 
cedentes de  leche  en  Europa.  La  soya  importada  de  Brasil  también  es 
convertida  en  carne,  entre  otras  cosas,  carne  de  pollo.  Y es  demasiado 
cierto  que  también  esos  excedentes  de  carne  europeos  son  descartados 
a precios  miserables,  en  muchos  países  en  las  costas  africanas.  En  el  año 
1995  Camerún  importa  apenas  quinientas  toneladas  de  pollo.  Ni  diez 
años  después,  en  el  2003,  ese  fenómeno  de  importación  marginal  explotó 
en  una  montaña  de  más  de  22.000  toneladas.  Hay  otra  cara,  ya  lo  pudo 
adivinar  usted.  Entre  1997  y 2003  la  cría  de  pollos  en  Camerún  se  redu- 
ce de  26.500  a 10.500  toneladas,  una  reducción  del  60%.  El  precio  social 
sube  aún  más,  porque  el  país  pierde  más  del  noventa  por  ciento  de  los 


32  | COMPETENCIA  A MUERTE 


empleos  en  las  granjas  avícolas  locales,  más  de  cien  mil  empleos.  Y allí 
no  existe  subsidio  de  desempleo.  Y el  mismo  escenario  se  desenvuelve 
en  Ghana,  la  Costa  Marfil,  Benín  y Togo.  No  es  mera  casualidad  que  to- 
dos los  países  están  en  las  costas  africanas.  Los  barcos  pueden  fácilmente 
traer  la  carne  de  pollo  de  ultramar. 

De  soya  brasileña  a pollos  brasileños 

Pero  el  mundo  no  se  detiene.  En  Brasil  hay  algunas  personas  a quienes 
les  gustaría  un  pedazo  más  grande  de  la  torta.  ¿Por  qué  habrías  de  ex- 
portar solamente  soya  cuando  uno  mismo  puede  criar  y exportar  pollos? 
En  el  2004,  el  país  producía  8,68  millones  de  toneladas  de  carne  de  pollo 
y de  esas  toneladas  exportaba  no  menos  de  2,42  millones,  es  decir  más  de 
una  cuarta  parte.  En  Chapecó,  en  el  sur  de  Brasil,  Sadía  y otras  empresas 
agroindustriales  operan  de  día  y de  noche  a plena  capacidad.  Altemir 
Tortelli  señala  el  gran  número  de  camiones  de  carga:  "Cientos  y cientos 
de  ellos  circulan  por  las  autopistas  de  Brasil  para  transportar  los  pro- 
ductos de  nuestras  empresas  agrícolas.  El  camión  que  viene  llegando  es 
para  el  transporte  de  pollos  y pavos".  Paulo  y Marcia  crían  esos  pollos. 
Los  encontramos  en  su  gallinero  que  mide  más  o menos  lo  mismo  que 
un  hangar  de  aviones.  Están  aferrados  a esa  agroindustria  orientada  a 
la  exportación,  de  eso  Paulo  no  permite  duda  alguna.  "Trabajamos  para 
una  gran  empresa,  un  integrador.  Ellos  suministran  los  pollitos,  el  ali- 
mento y todo  el  apoyo  técnico.  Nosotros  suministramos  el  trabajo  y las 
instalaciones  y todo  lo  que  hace  falta  para  la  cría  de  pollos".  "Si  todo  sale 
bien,  el  rendimiento  es  razonable",  agrega  Marcia,  "siempre  y cuando  no 
se  mueran  demasiados". 

Empleados  sin  contrato 

Tantas  cosas  son  claras:  son  los  agricultores  que  corren  los  riesgos,  no  la 
empresa.  Y Paulo  es  consciente  de  eso:  "Nuestro  ingreso  baja  año  tras 
año.  Producir  para  el  mercado  local  garantiza  cierto  ingreso.  Cuando  es 
para  la  exportación,  es  mucho  más  difícil.  Si  por  ejemplo  azota  la  influen- 
za avícola,  la  venta  de  la  carne  de  pollo  se  paraliza.  La  empresa  exige 
ahora  nuevas  inversiones  y esas  son  muy  caras.  Así  que  son  inversiones 
de  riesgo  muy  pesadas.  En  realidad  nos  han  dejado  completamente  de 
lado  porque  no  tenemos  nada  que  decir,  sólo  podemos  conformarnos. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 33 


Pero  cuando  las  inversiones  se  hacen  demasiado  altas,  pensamos  en  pa- 
rar y quizás  comprar  algunas  vacas  lecheras.  En  ese  caso  estás  mucho 
más  seguro  de  un  ingreso  que  en  el  caso  de  la  exportación".  Tortelli,  el 
líder  de  campesinos  resume  el  drama  de  los  campesinos:  "En  realidad 
somos  empleados  sin  contrato.  Los  criadores  de  cerdos,  pollos  u otros 
agricultores  tienen  un  ingreso,  pero  ese  ingreso  no  está  para  nada  en 
proporción  con  lo  que  captan  las  grandes  empresas  que  controlan  todo 
el  proceso.  Estamos  reducidos  a suministradores  de  materias  primas.  Si 
somos  útiles  y nos  adaptamos  al  modelo  de  producción  y la  tecnología 
relacionada,  nos  integran.  Y cuando  ya  no  lo  somos,  entonces  nos  exclu- 
yen. La  producción  aumenta,  pero  con  menos  familias  y cientos  de  miles 
son  excluidos.  Esa  es  la  lógica.  Sobre  ella  se  construyeron  imperios  como 
Sadía  y muchas  otras  agroindustrias". 

Competencia  para  Europa 

"Algunas  empresas  agroindustriales  son  como  especuladores  que  con 

sólo  pegar  una  etiqueta  ganan  lo  mismo  o más  que  yo  con  tres  meses  de 

criar  pollos".  (René  Louail,  líder  campesino  Confédération  Paysanne). 

Mientras  tanto  la  industria  avícola  está  operando  a nivel  mundial.  Cada 
año  Europa  importa  pollos  brasileños  por  más  o menos  quinientos  mil 
millones  de  euros. 

René  Louail  habla  en  voz  baja  en  su  gallinero  lleno  de  pollitos.  Es  el 
mismo  líder  campesino  que  ya  conocemos  por  sus  fuertes  declaraciones 
sobre  el  abuso  de  los  subsidios  europeos  por  parte  de  la  agroindustria 
exportadora  y su  rechazo  al  triángulo  de  la  soya.  En  la  agroindustria 
intensiva  se  crían  pollos  de  kilo  y medio  en  un  tiempo,  entre  cuarenta 
a cuarenta  y dos  días  de  duración.  En  la  agroindustria  éstos  llegarán  a 
pesar  dos  kilos,  pero  no  antes  de  ochenta,  o hasta  noventa  días.  Están 
destinados  para  el  mercado  de  la  agricultura  de  calidad,  el  sector  bioló- 
gico, otras  etiquetas  o de  origen  controlado.  Estos  pollitos  crecen  lenta- 
mente. Si  bien  los  pollos  de  René  son  un  producto  biológico  de  calidad, 
destinadas  al  mercado  local  francés,  es  cierto  que  él  está  en  las  garras 
de  la  agroindustria:  "Lamentablemente  los  contratos  que  tenemos  con 
los  industriales  producen  cada  día  menos.  Los  costos  aumentan  y los 
precios  bajan.  Tenemos  que  salir  de  ese  sistema  industrial.  Los  indus- 
triales controlan  también  las  etiquetas  y eso  no  es  normal.  Tenemos  que 


34  | COMPETENCIA  A MUERTE 


lograr  que  las  etiquetas  lleguen  a un  circuito  totalmente  independiente". 
¿Y  qué  hay  de  la  reducción  de  los  precios?  También  para  eso  René  tiene 
una  solución:  "Un  precio  mínimo  rentable  impide  que  en  Brasil  compren 
pollos  para  bajar  los  precios  aquí,  eso  lo  tenemos  que  parar.  Mientras 
menos  intermediarios  hay,  menos  parásitos  hay,  empresas  que  con  pe- 
gar una  sola  etiqueta  ganan  lo  mismo  o más  con  que  tres  meses  de  criar 
pollos". 

Disfruta  el  mercado 

Iniciamos  este  capítulo  con  una  enumeración  de  los  desastres  que  causan 
los  excedentes  de  carnes  europeos  para  los  criadores  de  pollos  africanos. 
Esto  pudo  ocurrir  por  la  liberalización  de  los  mercados  africanos  para  la 
industria  avícola  europea  a mediados  de  los  noventa  del  siglo  pasado. 

Yo  pienso  que  la  gente  debe  de  tener  la  oportunidad  de  producir 
prosperidad,  se  trate  de  pollos  comestibles  o de  celulares.  Y yo  soy  de- 
fensor ferviente  del  mercado  libre,  siempre  y cuando  socialmente  tenga 
los  mejores  resultados.  Pero  es  fácil  dudar  que  el  libre  mercado  mundial 
garantice  los  mejores  resultados  para  los  productos  agrícolas  y que  sea 
nuestra  mejor  compra.  Porque,  -¿adonde  nos  llevará  ese  mercado  mun- 
dial? Muchos  agricultores  europeos  verán  difícil  de  seguir  en  la  agroin- 
dustria  mundial;  no  podrán  aguantar  la  competencia,  particularmente 
la  de  Brasil.  Adiós,  pues  a muchas  familias  agricultoras  en  Francia,  Bél- 
gica, Holanda  y otros  países.  Y ¿eso  beneficiará  a sus  colegas  africanos?, 
¿cómo?  Por  supuesto  que  no.  En  ese  caso,  se  secaría  la  corriente  de  po- 
llo europea,  y en  su  lugar  llegaría  una  corriente  brasileña  igualmente 
destructora.  ¿Y  los  agricultores  brasileños  ordinarios  se  beneficiarán  con 
eso?  Tampoco,  por  la  gran  escala  requerida  para  el  cultivo  de  soya  y la 
industria  avícola,  que  empuja  a la  mayoría  de  ellos  fuera  de  la  agricul- 
tura. Y el  que  queda  está  totalmente  entregado,  y hasta  encadenado,  a 
la  única  ganadora:  la  agroindustria  brasileña  e internacional.  Se  puede 
hablar,  sin  exagerar  mucho,  de  una  esclavitud  moderna. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 35 


5.  Frutas  y hortalizas,  frescas  de  todas  partes 

Sí  que  son  sanas,  las  vainitas.  ¿Pero  son  ecológicamente  sanas?  Cuando 
las  compras  en  el  invierno  ya  han  pasado  por  un  viaje  en  avión  lleno  de 
gasolina,  lo  que  ha  costado  energía  en  cantidades  masivas. 

Otra  manera  de  evitar  los  bajos  precios  de  los  granos  y otros  cultivos  agrí- 
colas es  intensificando  los  cultivos  de  hortalizas  y frutas.  Especialmente 
en  las  cercanías  de  ciudades  grandes,  como  Ámsterdam,  los  agricultores 
cambiaron  hace  mucho  tiempo  al  cultivo  de  legumbres.  En  Flandes,  la 
región  alrededor  de  Malinas,  entre  Bruselas  y Amberes,  fue  prominente. 
En  tiempos,  cuando  el  transporte  es  difícil  y el  costo  del  mismo  pesa 
mucho,  los  agricultores  tienen  una  gran  ventaja  cuando  están  cerca  de 
los  consumidores. 

Pero  los  tiempos  cambian. 

De  Guinea-Bissau  completamente  a la  India,  y luego  completa- 
mente a los  EE.UU. 

Entre  el  ochenta  y noventa  por  ciento  de  la  población  de  Guinea-Bis- 
sau depende  para  sus  ingresos,  de  una  manera  u otra,  de  la  venta  de 
nueces  de  marañón.  Los  colonizadores  portugueses  trajeron  la  nuez  de 
marañón  desde  Sur  América.  Porque  podían  ganar  dinero  con  esas  nue- 
ces, los  agricultores  descuidaban  muchas  veces  sus  siembras  de  arroz. 
Todavía  hoy  día  el  arroz  sigue  siendo  el  alimento  básico  en  Guinea-Bis- 
sau. Es  cierto,  ganaban  dinero  con  el  arroz,  pero  jamás  montos  altos.  En 
Guinea  Bissau  el  precio  por  un  kilo  de  nueces  de  marañón  es  oficialmen- 
te más  de  medio  euro.  En  Gran  Bretaña,  el  consumidor  paga  veintidós 
y medio  euros  por  un  kilo  de  nueces  de  marañón  ecológico.  De  manera 
que  la  gran  ganancia  es  para  los  traga  kilómetros  del  comercio  mundial. 
Tradicionalmente  los  intermediarios  compran  las  nueces  de  marañón  en 
los  pueblos,  para  luego  exportarlos  a la  India,  a diez  mil  kilómetros  ha- 


36  | COMPETENCIA  A MUERTE 


cia  el  Este.  Allá  se  procesan  las  nueces  en  bruto  a escala  industrial  y las 
exportan  con  un  valor  de  mercado  mucho  más  alto  a miles  de  kilómetros 
hacia  el  Oeste,  a Europa  o a muchos  miles  de  kilómetros  más,  a los  Es- 
tados Unidos,  a medio  globo  de  distancia.  Pero  en  el  mercado  mundial 
la  demanda  para  las  nueces  de  marañón  está  bajando.  Especialmente  en 
los  Estados  Unidos,  el  mayor  importador,  esa  nuez  llegó  a tener  poca 
aceptación  cuando  especialistas  en  nutrición  la  relacionaron  con  las  ocu- 
rrencias de  ciertas  alergias  a alimentos.  Los  agricultores  de  Guinea-Biss- 
au pagan  ahora  un  precio  alto  por  su  independencia  de  su  producto  de 
exportación.  Puede  que  el  precio  oficial  sea  medio  euro,  pero  muchas 
veces  los  comerciantes  sólo  quieren  pagar  quince  o hasta  menos  de  diez 
centavos  por  ellas.  Montones  de  nueces  se  quedan  sin  vender  en  los  pue- 
blos porque  los  precios  están  históricamente  bajos.  Antes  un  campesino 
podía  comprar  un  kilo  de  arroz  con  la  ganancia  de  un  kilo  de  nueces, 
ahora,  sin  embargo,  tiene  que  vender  por  lo  menos  cuatro  veces  esa  can- 
tidad de  nueces  para  la  misma  cantidad  de  arroz. 

En  el  año  2006  un  tercio  de  la  población  vive  una  situación  que  el 
programa  alimentario  mundial  describe  como  "alta  vulnerabilidad  con 
respecto  a la  seguridad  alimentaria".  En  lenguaje  normal,  viven  al  borde 
de  la  hambruna. 

Un  panorama  magnífico... 

También  para  las  hortalizas  y las  frutas  es  importante  contemplar  el  pa- 
norama mundial. 

¡Setenta  y tres  millones  de  toneladas!  Esa  es  la  cantidad  de  horta- 
lizas y frutas  frescas  que  se  comercializaron  internacionalmente  en  el 
año  2003,  que  representa  más  o menos  un  cinco  por  ciento  de  la  produc- 
ción mundial  total.  Los  países  en  vías  de  desarrollo  compran  la  mitad  de 
ese  volumen,  pero  por  sólo  una  tercera  parte  del  valor.  Prácticamente  la 
mitad  de  todas  las  hortalizas  son  cultivadas  en  China  y el  dieciséis  por 
ciento  de  todas  las  frutas.  Porcentualmente  se  exporta  muy  poco  de  esa 
cantidad,  solo  el  uno  por  ciento  de  las  hortalizas  y el  dos  por  ciento  de 
las  frutas.  Pero  las  cifras  de  crecimiento  son  impresionantes.  En  el  2003, 
no  menos  del  treinta  por  ciento  de  las  exportaciones  de  hortalizas  y fru- 
tas frescas.  Debido  a eso,  China  sube  ahora  ya  al  segundo  lugar  entre 
los  países  en  vías  de  desarrollo  por  lo  que  concierne  a la  exportación  de 
manzanas  y peras. 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 37 


...pero  no  es  un  panorama  bonito 

Kenia  ocupa  el  primer  puesto  en  el  mundo  en  la  exportación  de  judías 
verdes.  También  la  parcha  granadilla  es  exportada  en  cantidades  masi- 
vas. Las  hortalizas  y las  frutas  le  producen  el  mayor  ingreso  a Kenia,  des- 
pués del  té.  Y no  es  de  sorprenderse,  porque  en  diez  años  la  exportación 
de  hortalizas  ha  incrementado  de  veintiséis  a cuarenta  y seis  mil  tonela- 
das y la  exportación  de  frutas  de  once  mil  a veinte  mil  toneladas.  Así  la 
exportación  de  productos  agrícolas  se  ocupa  de  más  de  la  mitad  de  los 
ingresos  por  exportación.  Pero  la  moneda  tiene  otra  cara.  Los  pequeños 
agricultores  se  caen  al  agua.  En  1992  producían  todavía  unas  tres  cuartas 
partes  de  esa  exportación,  y seis  años  después  apenas  una  quinta  parte. 
Y es  que  ese  fenómeno  de  marginalización  y expulsión  de  los  pequeños 
agricultores  es  a nivel  mundial.  Un  fenómeno  relacionado  es  el  de  la  con- 
centración. Cada  vez  menos  empresas,  que  son  cada  día  más  grandes, 
dominan  toda  la  cadena,  desde  la  producción  hasta  la  comercialización 
y la  venta.  Y lo  que  va  de  la  mano  con  eso  es  una  presión  hacia  abajo 
sobre  los  precios,  especialmente  para  los  agricultores  más  pobres  y más 
pequeños. 

Hay  otro  borde  oscuro  en  el  comercio  mundial  de  hortalizas  y frutas. 
Son  los  aviones  que  transportan  las  judías,  espárragos,  parcha  granadi- 
llas y mangos.  Son  una  carga  pesada  para  el  medio  ambiente.  Las  hor- 
talizas importadas  por  avión  tragan  casi  el  doble  de  la  energía  que  las 
hortalizas  de  invernadero  de  nuestra  región,  y hasta  cien  veces  más  que 
las  hortalizas  que  los  agricultores  de  aquí  cultivan  en  plena  tierra. 


38  | COMPETENCIA  A MUERTE 


6.  ¿Dónde  están  los  pescadores  de  Saint-Louis? 

¿Dónde  están  los  pescadores  de  Saint-Louis? 

"En  la  actualidad  ya  no  están  ejerciendo  su  profesión,  porque  están  tan 
ocupados  transportando  africanos  del  oeste  a las  Islas  Canarias". 

Esa  es  la  respuesta  lacónica  de  una  habitante  de  Saint-Louis  en  la  boca 
del  Río  Senegal.  Pero  hay  más  que  eso.  En  los  últimos  años,  la  vida  no  ha 
sido  un  vacilón  para  los  pescadores  senegaleses.  Los  pescadores  extran- 
jeros están  vaciando  el  mar. 

La  primera  vez  que  conozco  ese  problema  de  cerca  es  por  un  rodeo.  Te- 
nemos una  cita  cerca  de  Dakar,  la  capital  de  Senegal,  en  la  playa,  el  lugar 
de  encuentro  y del  mercado  de  los  pescadores,  con  Saliou  Gueye,  padre 
de  Mbaye,  el  joven  en  la  introducción,  que  murió.  "Intento  ganar  algo 
adicional  aquí  para  poder  darle  de  comer  a mi  familia.  Porque  si  no  ha- 
ces nada,  llegarás  al  punto  que  ya  no  puedes  darle  de  comer  a tu  familia 
y que  ya  no  tendrás  dinero  para  otros  gastos  necesarios.  Si  ayudas  a los 
pescadores  a traer  su  pesca  a tierra,  te  pagan  con  peces.  Yo  vendo  ese 
pescado  y eso  es  lo  que  gano.  El  que  yo  esté  acá  en  Dakar  no  interrumpe 
el  trabajo  en  casa.  Los  hijos  siguen  trabajando  mientras  yo  busco  acá  algo 
para  pagar  nuestra  comida". 

Lamentablemente  para  Saliou  y muchos  otros,  pero  en  el  mar  las  cosas 
van  tan  mal  como  en  la  tierra.  Nos  vamos  a bordo  de  un  barco  pescador. 
Aliou  Salí,  del  Centro  para  la  Tecnología  de  la  Pesca,  y quien  es  una 
pequeña  cascada  para  hablar,  también  está  a bordo:  "La  pesca  frente  a 
nuestras  costas  por  parte  de  los  holandeses  es  nefasta  para  nosotros.  Ya 
hace  tiempo  criticamos  la  pesca  europea,  pero  esto  es  peor.  Porque  cazan 
los  peces  que  viven  en  la  superficie  y esa  es  justamente  nuestra  comida. 
Esto  es  muy  malo  para  nuestra  alimentación". 

Y allí  no  termina  la  cosa.  Aliou  nos  cuenta  un  cuento  que  de  veras  no 
es  alegre:  "Ese  pescado  es  mercadeado  por  empresas  y no  como  tradi- 


CAOS  PARA  LA  AGRICULTURA  Y PARA  LA  SOCIEDAD  MUNDIAL  | 39 


cionalmente  por  las  esposas  de  los  pescadores.  Así  es  que  en  el  ámbito 
cultural  eso  está  mal,  porque  constantemente  se  está  expulsando  a las 
mujeres  del  comercio  de  la  pesca.  Y en  el  campo  económico  es  nefasto 
porque  se  vende  a precios  bajos  de  choque.  Se  está  poniendo  demasiado 
pescado  en  nuestros  mercados  a precios  demasiado  bajos,  y eso  es  com- 
petencia para  los  pescadores  tradicionales  que  cada  día  pescan  menos". 

Un  problema  lleva  a otro:  también  en  el  ámbito  ecológico  las  cosas 
andan  mal.  De  eso  Aliou  Hall  no  deja  lugar  a dudas:  "Antes  un  pescador 
iba  al  mar  mediodía  o a lo  sumo  un  día  entero  para  llenar  su  bote  de 
pescado.  Ahora  sale  por  lo  menos  una  semana.  Eso  no  lo  hace  porque 
le  guste  afectar  su  salud.  Lo  hace  porque  la  situación  se  ha  deteriorado 
tanto.  Ya  no  hay  peces  y ese  problema  lo  soluciona  pasando  más  tiempo 
en  el  mar". 

O los  pescadores  buscan  ingresos  alternativos,  como  por  ejemplo  en 
Saint-Louis.  En  vez  de  perseguir  los  peces  desaparecidos,  han  cambiado 
al  transporte  de  emigrantes  africanos  del  oeste.  O si  no,  intentan  emigrar 
ellos  mismos  a Europa  a través  de  las  Islas  Canarias. 

¿Dónde  están  los  peces? 

A principios  de  los  años  setenta  del  siglo  pasado,  la  pesca  de  anchoas 
en  Perú  sufrió  una  fuerte  caída,  según  se  estima,  aproximadamente  de 
dieciocho  millones  de  toneladas  a una  cantidad  un  poco  menor. 

Alrededor  de  1990,  le  toca  al  bacalao,  que  prácticamente  ha  desaparecido 
frente  a las  costas  de  Terranova  en  el  este  de  Canadá. 

Hace  mucho  tiempo  fuimos  advertidos  de  las  consecuencias  nefastas  de 
la  sobrepesca.  Y cuando  quiebras  un  ecosistema,  como  en  Terranova, 
te  recuerdas  cómo  fue  alguna  vez,  pero  no  sabes  si  esos  buenos  tiem- 
pos volverán.  A los  canadienses  sólo  les  queda  esperar  con  fervor  que  el 
bacalao  sepa  como  recuperarse,  porque  eso  no  va  tan  bien.  Ni  siquiera 
pueden  pensar  en  la  pesca  comercial  del  bacalao  ahora. 

Tardamos  demasiado  en  aprender  de  nuestros  errores.  En  el  Mar  del 
Norte  tampoco  le  va  tan  bien  al  bacalao,  y también  la  pescadilla,  la  so- 
lía y la  gallineta  nórdica  están  jadeando  desesperadamente  por  respirar. 
Existen  cuotas  de  pescado  de  la  Unión  Europea,  pero  esas  nos  son  sufi- 
cientes para  contrarrestar  la  pesca  excesiva. 


40  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Redes  de  arrastre,  peores  que  motosierras 

Al  igual  que  en  la  tierra,  también  en  el  mar  el  enfoque  industrial  tiene 
un  precio  alto.  Las  redes  de  arrastre  causan  más  estragos  en  el  fondo  del 
mar  que  las  motosierras  en  la  selva  tropical.  Después  del  paso  de  uno  de 
esos  barcos  de  pesca,  los  esponjosos  y los  crustáceos  desaparecen  por  al 
menos  unas  decenas  de  años.  A causa  de  esto,  toda  la  cadena  alimentaria 
se  desequilibra  y la  cantidad  de  peces  de  consumo  baja. 


41 


II.  ¿Qué  nos  enseña  la  historia? 

1.  Los  alimentos  y la  agricultura  crean  sociedades  prósperas 

La  Antigua  Roma  importaba  anualmente  desde  España  hasta  cincuenta 
y cinco  mil  ánforas  de  aceite  de  oliva,  unos  cuatro  millones  de  kilogra- 
mos. 

Egipto,  China,  el  imperio  romano  y el  azteca,  todos  ellos  podían  desa- 
rrollarse porque  habían  aprendido  a dominar  bien  la  agricultura.  En  el 
Antiguo  Egipto  y en  la  Antigua  Roma,  el  trigo  era  el  cultivo  más  impor- 
tante. En  la  sociedad  romana  el  trigo  suministraba  la  energía  que  impul- 
saba a las  personas  y animales  y les  daba  la  capacidad  para  trabajar.  En 
la  antigua  China  la  vida  giraba  ya  en  gran  medida  alrededor  del  arroz. 
Grandes  diques,  presas,  canales,  sistemas  de  irrigación  son  la  base  del 
cultivo  del  arroz  y,  por  ende,  del  éxito  de  este  país,  que  por  siglos  ha 
sido  el  país  más  avanzado  y poderoso  del  mundo.  Los  aztecas  también 
construían  canales  y aplicaban  la  irrigación.  Su  cultivo  más  importan- 
te era  el  maíz.  La  alta  producción  de  cultivos  como  el  trigo,  el  maíz,  el 
arroz  u otros  granos  llevó  a un  incremento  de  la  población  que  se  podía 
seguir  alimentando  sin  mayores  problemas.  Eso  fue  un  logro  notable. 
Lo  que  es  más,  la  agricultura  era  tan  eficiente  que  ya  no  se  necesitaba 
a todo  el  mundo  para  procurar  comida.  Hizo  posible  liberar  a muchas 
personas;  en  el  imperio  romano  del  primer  siglo  se  estima  que  hasta  un 
60  por  ciento  de  la  población  era  activa.  Eso  fue  crucial  porque  estaban 
construyendo  las  civilizaciones  que  todavía  observamos  y conocemos 
con  mucha  admiración.  ¿Hace  falta  mencionar  que  formaban  ejércitos 
para  extender  sus  imperios?  Las  civilizaciones  no  dejan  solamente  una 
balanza  positiva  como  legado.  Es  especialmente  importante  que  la  agri- 
cultura ofrece  a las  sociedades  la  oportunidad  de  tener  una  posición  más 
fuerte  y de  poder  generar  mayor  prosperidad.  La  agricultura  productiva 


42  | COMPETENCIA  A MUERTE 


hace  posible  también  construir  una  cultura  urbana  con  grandes  ciudades 
como  Roma,  Bagdad,  Beijing  o Tenochtitlán  (México).  Sin  una  agricultu- 
ra es  simplemente  imposible  alimentar  a esas  ciudades. 


¿QUÉ  NOS  ENSEÑA  LA  HISTORIA?  | 43 


2.  No  hay  revolución  industrial  sin  revolución  agrícola 

Durante  muchos  años  el  impuesto  sobre  el  arroz  de  los  agricultores 
taiwaneses  producía  más  que  el  impuesto  sobre  la  renta.  Después  de  la 
Segunda  Guerra  Mundial,  ese  impuesto  sobre  el  arroz  le  brindó  la  opor- 
tunidad al  gobierno  de  invertir  también  en  la  industrialización  del  país. 

Es  fácil  aceptar  que  la  agricultura  sea  clave  para  el  éxito  de  las  viejas 
civilizaciones.  Pero  la  agricultura  tiene  también  un  papel  importante  en 
los  países  que  supieron  industrializarse  exitosamente  en  los  siglos  18  y 
19.  Y en  el  siglo  20  eso  no  ha  cambiado. 

Si  Gran  Bretaña  fue  el  primer  país  en  industrializarse,  aprovechó  ple- 
namente una  agricultura  muy  eficiente.  Esa  agricultura  eficiente  liberó 
mucha  fuerza  laboral,  primero  para  actividades  artesanales,  y luego  para 
las  fábricas  y para  los  servicios  que  necesitaba  la  nueva  sociedad.  Y logró 
producir  siempre  suficiente  comida  para  esos  trabajadores.  Eso  no  fue 
un  logro  pequeño,  porque  el  hambre  es  una  de  las  plagas  tradicionales. 

Lo  que  es  crucial  para  todos  los  países  que  se  industrializan  - des- 
de Gran  Bretaña  hasta  Europa  Occidental  y otros  estados  ricos  del  siglo 
veinte,  como  los  Estados  Unidos  y Japón  - es  que  su  producción  agrícola 
crece  más  rápido  que  sus  poblaciones.  Para  llevarlo  a cabo,  se  necesita 
primero  una  revolución  que  alce  la  rentabilidad  de  la  agricultura.  No  es 
sino  entonces  que  puede  tener  lugar  una  revolución  industrial.  Su  agri- 
cultura exitosa  ofrece  justo  las  oportunidades  - el  superávit  o excedente 
en  términos  económicos  - para  poder  invertir  y expandirse  para  conver- 
tirse en  estados  ricos.  Y un  campo  próspero  es  el  mercado  de  venta  más 
importante  para  la  industria  emergente.  No  es  diferente  para  los  nuevos 
países  industrializados,  como  Taiwán  y Corea  del  Sur,  que  emergen  en 
la  segunda  mitad  del  siglo  veinte.  Estos  países  también  son  sociedades 
que  primero  tuvieron  su  revolución  agrícola  y que  siguen  respetando 
su  agricultura.  Pues  así  pueden  utilizar  las  ganancias  de  ese  sector  para 
su  desarrollo  industrial,  mientras  no  pierden  de  vista  el  equilibro  con  el 
campo  y la  economía  rural.  También  otras  economías  asiáticas  en  proce- 


44  | COMPETENCIA  A MUERTE 


so  de  industrialización,  como  China,  siguen  ese  rumbo.  Para  completar 
la  historia  y la  fuerte  relación  entre  agricultura  e industria,  todos  los  paí- 
ses ricos  se  basaron  no  solamente  en  su  agricultura  para  su  industrializa- 
ción, sino  que  se  industrializaron  utilizando  de  manera  hábil,  especial- 
mente en  la  fase  inicial,  los  mercados  domésticos  protegidos  para  vender 
sus  productos,  desde  Gran  Bretaña  hasta  Corea  del  Sur  y China. 


¿QUÉ  NOS  ENSEÑA  LA  HISTORIA?  | 45 


3.  La  globalización  de  la  producción  alimentaria  no  es  nada 
nuevo 

En  la  segunda  mitad  del  siglo  diecinueve  barcos  de  vapor  transportaban 
los  granos  estadounidenses  a Europa.  En  el  caso  de  Bélgica,  se  trataba 
de  cincuenta  mil  toneladas  en  el  año  1850.  Cuarenta  años  después,  esa 
cantidad  se  ha  convertido  en  un  millón  seiscientas  mil  toneladas. 

El  desplazar  la  producción  hacia  donde  sea  lo  más  económico  producir, 
la  distribución  internacional  del  empleo  o la  ubicación,  nada  de  eso  es 
nuevo.  Hace  más  de  cien  años  estas  formas  de  globalización  condujeron 
al  colapso  de  los  precios,  crisis  económica,  pobreza  en  el  campo  y des- 
igualdad creciente.  Fue  en  ese  período  que  aparecieron  en  Europa  los 
movimientos  de  los  campesinos,  y fue  en  esa  época  que  fue  fundado  en 
Flandes  el  Boerenbond  (Sindicato  de  los  Campesinos).  Pero  no  fue  sino 
hasta  después  de  la  Segunda  Guerra  Mundial  que  los  gobiernos  de  Euro- 
pa y los  Estados  Unidos  se  tomaron  en  serio  los  precios  de  los  productos 
y los  mercados  agrarios.  Así,  los  agricultores  europeos  podían  trabajar 
en  gran  medida  dentro  de  un  mercado  europeo  protegido.  Lograron  en 
gran  medida  mantener  la  agricultura  fuera  de  la  economía  mundial.  Es 
por  eso  que  yo,  exageradamente,  he  dicho  en  algún  momento  que  el  mo- 
vimiento de  los  agricultores  es  el  más  exitoso  movimiento  social  antiglo- 
balizador,  al  menos  en  los  países  ricos. 


46  | COMPETENCIA  A MUERTE 


4.  Todos  los  países  ricos  protegen  su  agricultura 

Pero  la  constatación  más  importante,  la  lección  más  crucial  de  la  historia, 
es  otra.  Todos  los  países  ricos  protegieron  y siguen  protegiendo  su  pro- 
ducción alimentaria  y su  agricultura.  Y eso  jamás  les  impidió  prosperar. 

Hemos  visto  cómo  los  países  ricos  supieron  industrializarse,  en  base  a 
una  agricultura  fuerte  entre  otras  cosas.  Construyeron  una  máquina  de 
prosperidad  fuerte.  Después  pudieron  lanzarse  con  éxito  al  comercio 
internacional  y hasta  el  mundial.  Ese  comercio  contribuye  a su  pros- 
peridad. Pero  no  hay  que  olvidar  que  esos  países  ricos  desarrollaron  y 
fortalecieron  primero  sus  economías  detrás  de  fronteras  cerradas,  y has- 
ta después  de  lograrlo  tomaron  el  camino  del  comercio.  El  contrario  no 
funciona.  El  libre  comercio  y los  mercados  abiertos  no  pueden  convertir 
economías  débiles  en  economías  fuertes  por  arte  de  magia. 

Pero  hoy  día  eso  ya  no  se  permite.  En  los  tiempos  actuales  de  la  glo- 
balización,  los  mercados  y el  comercio  deben  ser  totalmente  libres.  Y no 
puede  haber  excepciones,  especialmente  a favor  de  países  pobres.  La 
liberalización  rige  plenamente  para  los  productos  industriales,  y cada 
vez  más  para  los  productos  agrarios  también.  ¿Cómo  puede  uno  preten- 
der entonces  que,  en  esas  circunstancias,  los  países  pobres  logren  que  su 
agricultura  y su  industria  vayan  de  la  mano,  y que  saquen  a la  fuerza  un 
aparato  del  bienestar  de  sus  tierras?  ¿Cómo  pueden  crear  ellos  mismos 
una  economía  viable  a estas  alturas,  con  prosperidad,  empleo  e ingreso 
para  todos? 


III.  ¿Qué  dicen  las  cifras? 


1.  ¿Quiénes  son  los  agricultores? 

Altemir,  Awa,  George,  Kamala,  Nadia,  Ndiogou,  Niphapom,  Rosangela, 
René,  Saliou.  Son  solamente  diez  de  unos  mil  trescientos  cincuenta  millones 
de  agricultores  y agricultoras  que  hay  en  nuestro  mundo. . . 1,350.000.000. 

No  sé  si  le  gustan  los  números.  Pero  a mí  sí  me  gustan.  Porque  núme- 
ros bien  escogidos  proporcionan  un  panorama  amplio  y una  perspectiva 
más  profunda.  Responden,  por  ejemplo,  la  pregunta  sobre  la  importan- 
cia de  la  agricultura  para  el  mundo*. 

La  mitad  de  la  humanidad 

Muchos  se  sorprenderán  al  saber  cuántas  personas  viven  y trabajan  en 
el  campo.  Tomamos  con  demasiada  facilidad  como  punto  de  referencia 
nuestras  propias  sociedades,  en  las  cuales  los  agricultores  son  reducidos 
a una  pequeña  minoría.  Veamos  el  cuadro  a continuación,  que  arroja  luz 
sobre  la  cantidad  de  personas  que  viven  en  el  campo  y cuántas  de  ellas 
son  agricultores. 


Tabla  1:  Población  mundial  - población  campesina  - número  de  agricultores  (x  1000) 


1980 

1990 

2000 

2004 

Población  mundial  (x  1000) 

4.435.172 

5.263.049 

6.070.378 

6.377.646 

Población  campesina  (x  1000) 

2.698.102 

2.990.159 

3.213.369 

3.271.630 

% de  la  población  mundial 

61% 

57% 

53% 

51% 

Número  de  agricultores  (x  1000) 

1.068.168 

1.219.487 

1.317.924 

1.347.283 

% de  la  población  activa 

52% 

49% 

45% 

43% 

Fuente:  FAO 


* Más  datos  acerca  de  la  Alimentación  y la  Agricultura  Mundial,  se  pueden  encontrar 
en  www.fao.org 


48  | COMPETENCIA  A MUERTE 


A pesar  de  toda  la  migración  y las  huidas  del  campo,  la  mitad  de  la 
población  vive  aún  en  el  campo.  Eso  lo  enseñan  muy  claramente  estos 
datos  de  la  Organización  Internacional  para  la  Agricultura  y la  Alimen- 
tación de  las  Naciones  Unidas  (FAO). 

No  menos  del  43%  de  las  personas  que  trabajan  sigue  intentando  ga- 
narse con  la  agricultura  el  emparedado,  el  plato  de  arroz  o el  pan  de 
maíz  - repetimos  aquí  que  manejamos  ese  concepto  en  el  sentido  más 
amplio,  incluyendo  la  silvicultura  y la  pesca.  La  Organización  Interna- 
cional del  Trabajo  (OIT)  tiene  diferentes  cifras  de  las  actividades  de  los 
que  son  económicamente  activos.  Fundamentalmente  no  son  diferentes, 
pero  son  más  que  suficientemente  interesantes  como  para  mencionarlas 
a continuación: 


Tabla  2:  Distribución  de  personas  activas  en  los  sectores  económicos 


Año  2005 

Agricultura 

Industria 

Servicios 

Todo  el  mundo 

40% 

21% 

39% 

Fuente:  OIT 


Cuando  las  personas  son  importantes 

No  importa  cuál  fuente  consultamos,  los  resultados  son  más  que  sufi- 
cientemente claros  para  que  se  imponga  una  única  conclusión.  Si  las  per- 
sonas son  importantes,  entonces  la  importancia  de  la  agricultura  y del 
campo  es  inmensa. 

"Sí,  pero",  se  puede  decir,  "esa  importancia  está  disminuyendo".  Sí, 
es  cierto,  el  porcentaje  de  agricultores,  comparado  con  el  porcentaje  de 
toda  la  población  activa  y el  de  la  población  campesina,  comparado  con 
el  de  la  población  mundial  total,  están  efectivamente  bajando.  Lo  que  es 
más,  estamos  viviendo  tiempos  únicos. 

Estamos  escribiendo  la  historia:  por  primera  vez  más  urbanos 

La  humanidad  está  escribiendo  la  historia  en  este  momento.  En  los  pri- 
meros años  del  siglo  21,  y por  primera  vez,  más  de  la  mitad  de  la  pobla- 
ción mundial  estará  viviendo  en  las  ciudades.  Algunos  pensaron  que 
eso  ya  se  daría  en  el  año  2006,  otros  opinan  que  el  2008  es  el  momento 
de  viraje. 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 49 


Naturalmente  las  primeras  ciudades  nacieron  hace  miles  de  años,  y ya 
hace  casi  mil  años  que  Europa  es  un  continente  de  ciudades.  Pero  a nivel 
mundial  la  enorme  estampida  y la  urbanización  masiva  son  mucho  más 
recientes.  Esa  rápida  urbanización  se  sitúa  ahora  especialmente  en  los 
países  en  vías  de  desarrollo.  En  esos  países  la  población  de  las  ciudades 
aumentará  entre  el  2000  y el  2003,  de  casi  dos  a cuatro  mil  millones  de 
personas. 

Otro  histórico  punto  de  viraje:  la  agricultura  alcanzada  por  los 
servicios 

Ya  hemos  visto  cómo,  según  la  Organización  Internacional  para  la  Agri- 
cultura y la  Alimentación  (FAO),  el  cuarenta  y tres  por  ciento,  y según  la 
Organización  Internacional  del  Trabajo  (OIT)  el  cuarenta  por  ciento  de  la 
población  que  trabaja  es  activa  en  la  agricultura.  Eso  es  apenas  un  poco 
más  que  en  el  sector  de  los  servicios,  según  la  OIT  ampliamente  un  trein- 
ta y nueve  por  ciento.  Por  primera  vez  en  muchos  miles  de  años,  desde 
que  la  agricultura  - especialmente  los  cultivos  - se  hizo  económicamente 
más  importante  que  la  recolección,  la  caza  y la  pesca,  los  agricultores 
pronto  ya  no  representarán  la  mayoría  de  la  población  activa.  Y por  pri- 
mera vez  en  la  historia  del  hombre,  el  sector  de  los  servicios  se  colocará 
en  el  primer  lugar. 

Los  agricultores  siguen  siendo  numerosos 

¿Las  evoluciones  históricas  son  razón  para  minimizar  la  importancia  de 
la  agricultura  y los  agricultores?  Sería  hablar  prematuramente.  Si  bien 
Africa  y Asia  se  urbanizarán  aún  fuertemente,  y alrededor  del  año  2030 
habrá  unos  cinco  mil  millones  de  personas  viviendo  en  las  ciudades  en 
todo  el  mundo,  no  implica  necesariamente  que  la  población  campesina 
reducirá  en  cifras  absolutas.  Pues,  si  las  personas  son  importantes,  tam- 
bién mañana  la  atención  a la  agricultura  será  muy  necesaria. 


50  I COMPETENCIA  A MUERTE 


2.  ¿Qué  cosecha  el  agricultor? 

¿Qué  se  pondrá  sobre  el  plato,  en  la  hoja  de  plátano  o en  la  mano?  Lo  que 
comemos  es  diferente  según  la  sociedad  o la  cultura. 

Sobre  la  parte  de  lo  que  comemos,  las  semejanzas  son  mucho  más  gran- 
des, hasta  asombrosas. 

Para  saber  con  qué  nos  alimentamos,  podemos  mejor  averiguar  cuán- 
to producen  los  agricultores.  La  siguiente  tabla  nos  indica  para  todo  el 
mundo  las  cifras  de  los  productos  alimentarios  importantes,  granos,  hor- 
talizas y fruta,  carne  y pescado.  Esta  ilustración  es  aún  más  interesante 
si  presentamos  no  sólo  los  resultados  de  los  años  más  recientes,  sino  si 
regresamos  algunos  decenios  en  el  tiempo. 

Tabla  3:  Evolución  de  la  producción  mundial  de  granos,  hortalizas  y fruta,  carne  y 


pescado  1 970-2004  (x  millones  de  toneladas) 


1970 

1980 

1990 

2000 

2003 

2004 

Granos 

1.193 

1.150 

1.952 

2.061 

2.088 

2.272 

Hortalizas  y fruta 

490 

630 

813 

1.208 

1.345 

1.384 

Carne 

101 

137 

180 

235 

253 

260 

Pescado 

65 

72 

98 

131 

132 

* 

Fuente:  FAO 

*Aún  no  hay  datos  de  la  FAO  para  2004. 


Los  granos  siguen  siendo  el  alimento  básico 

Aunque  la  producción  de  hortalizas,  frutas  y carne  aumenta  más  rápido, 
los  granos  como  el  arroz,  el  trigo,  el  maíz,  la  cebada  o el  sorgo  siguen 
siendo  en  la  actualidad  los  alimentos  primarios  del  hombre.  Muchas 
personas  no  comen  casi  nada  que  no  sea  granos.  Preguntar  si  tenemos 
suficiente  comida  es  preguntar  específicamente  si  se  puede  cultivar  su- 
ficientes granos.  Aún  más  porque  la  producción  de  mucha  carne,  leche, 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 51 


mantequilla,  queso,  huevos  y también  la  del  pescado  está  basada  en  la 
disponibilidad  de  granos.  Desde  1990,  la  producción  de  la  agricultura 
aumenta  en  un  promedio  del  2.2  por  ciento.  En  ese  mismo  período,  la 
población  mundial  aumenta  anualmente  en  un  1,4  por  ciento.  Esa  pro- 
porción parece  estar  bien. 

Existe  sin  embargo  una  comprobación  desagradable.  La  producción  de 
granos,  la  más  crucial  para  nuestra  alimentación,  sólo  alcanza  un  creci- 
miento del  uno  por  ciento  y,  por  tanto,  no  puede  seguir  ese  ritmo.  Du- 
rante seis  de  los  últimos  siete  años  el  mundo  produjo  menos  granos  que 
lo  que  se  consumía.  Actualmente  las  existencias  de  granos  son  las  más 
bajas  desde  los  primeros  años  de  los  años  setenta  del  siglo  pasado.  Los 
treinta  millones  de  pescadores  lograron  que  se  aumentara  la  demanda 
de  pescado,  pero  en  estos  últimos  años  ya  no  les  es  tan  fácil.  Es  más 
importante  lo  que  esconden  estas  cifras.  Las  pescas  reales  están  dismi- 
nuyendo en  volumen.  Depende  del  fuerte  crecimiento  en  el  cultivo  del 
pescado  llenar  ese  vacío.  En  el  capítulo  IV  3 se  puede  ver  cuán  sostenible 
o cuán  poco  sostenible  es  nuestra  producción  de  alimentos. 

Esto  sabe  a más.  Hemos  recopilado  más  cifras  de  producción  recientes 
a nivel  mundial.  La  Tabla  4 refleja  esas  cifras  para  los  grupos  de  alimen- 
tos y la  Tabla  5 para  los  cultivos  importantes  individualmente.  Cuántos 
de  ellos  están  destinados  para  la  exportación  se  revela  en  la  Tabla  7. 


Tabla  4:  Producción  mundial  de  cultivos  alimentarios  por  grupo  2004 
(x  millones  de  toneladas) 


Producción  mundial 

Granos 

2.272 

Hortalizas  y melones 

875 

Zanahorias  y tubérculos 

719 

Leche 

619 

Fruta  (Exclusivo  melones) 

512 

Carne 

260 

Aceite  vegetal  (equivalente  de  aceite) 

134 

Pescado 

132  (2003) 

Huevos 

63 

Fuente:  FAO 


52  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Tabla  5:  Producción  mundial  de  los  cultivos  alimentarios  importantes  2004  (x  millones 


de  toneladas) 


Producción  mundial 

Caña  de  azúcar 

1.332 

Maíz 

725 

Trigo 

633 

Arroz 

606 

Papas 

330 

Remolachas  azucareras 

249 

Frijol  de  Soya 

206 

Palma  de  aceite 

163 

Cebada 

154 

Tomates 

124 

Carne  de  cerdo 

100 

Carne  de  pollo 

79 

Carne  de  res 

63 

Bananos 

73 

Fuente.  FAO 


Estas  cifras  dan  una  buena  idea  de  lo  que  se  trata  en  la  agricultura.  Pero 
también  se  puede  notar  algunas  particularidades.  La  caña  de  azúcar  es 
de  lejos  el  cultivo  que  más  se  produce.  Mas,  la  FAO  no  considera  necesa- 
rio incluir  el  grupo  de  los  "azúcares"  en  los  grupos  de  cultivos  alimen- 
tarios. Si  agregas  las  remolachas  azucareras  a la  caña  de  azúcar,  llegas  al 
menos  a mil  quinientos  ochenta  y nueve  millones  de  toneladas.  Después 
de  los  granos  ese  es  el  segundo  grupo  más  importante,  aún  antes  de  las 
hortalizas  y las  frutas.  Es  bueno  saber  que  la  FAO  considera  necesario 
mencionar  explícitamente  los  melones,  quizás  para  evitar  malos  enten- 
didos. 

Más  que  sólo  comida 

A nuestros  estómagos  les  va  bien  con  lo  que  hacen  los  agricultores,  hor- 
ticultores, ganaderos  o pescadores.  Pero  la  agricultura  - inclusive  la  sil- 
vicultura - hace  aún  más,  como  se  puede  ver  en  la  Tabla  6.  Proporciona 
sin  interrupción  cultivos  industriales  y materias  primas,  como  algodón. 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 53 


caucho,  papel,  yute  y cada  vez  más  cultivos  para  energía.  También  pro- 
porciona las  flores  en  las  casas  y las  plantas  en  el  jardín. 


Tabla  6:  Producción  mundial  de  algunos  productos  no  alimentarios  importantes  2004 


Producción  mundial 

Madera  en  pie  o madera  en  bruto  (Fuente  FAO) 

3.418  millones  de  metros  cúbicos 

Leña  (Fuente  FAO) 

1 .772  millones  de  metros  cúbicos; 

Papel  y cartón  (Fuente  FAO) 

354  millones  de  toneladas 

Caucho  (Fuente  FAO) 

8.9  millones  de  toneladas 

Pelusa  de  algodón  (Fuente  FAO)* 

70  millones  de  toneladas 

Fibras  de  algodón  (Fuente  UNCTAD)* 

25  millones  de  toneladas 

Yute  y fibras  relacionadas  (Fuente  FAO) 

3.25  millones  de  toneladas 

* Se  deshuesa  la  pelusa  de  algodón  para  quedarse  con  sólo  las  fibras.  Son  las  que  más  valor  tienen. 
Los  huesos  se  usan  principalmente  para  pienso. 


54  | COMPETENCIA  A MUERTE 


3 ¿Adonde  va  la  cosecha? 

El  arroz,  la  soya,  los  bananos,  el  café  y hasta  mucha  carne  de  pollo,  todos 
nos  llegan  desde  el  extranjero.  Y de  pronto  nos  enfrentamos  a la  conclu- 
sión que  la  agricultura  está  fuertemente  orientada  a la  exportación.  Pero 
esa  conclusión  es  una  conclusión  rápida,  como  nos  muestra  la  Tabla  7. 


Tabla  7:  Cantidad  de  exportación  de  cultivos  alimentarios  2004  (x  millón  de  toneladas) 


Cantidad  de  exportación 

% de  la  producción  total 

Granos 

275,2 

12,1 

Trigo 

118,8 

18,8 

Maíz 

83,1 

11,5 

Frijoles  de  Soya 

57,6 

O 

oo 

CNI 

Arroz 

29,0 

4,8 

Palma  de  aceite 

23,2  (Aceite  de  palma) 

14,2 

Cebada 

23,1 

15,0 

Bananos 

15,8 

21,6 

Carne  de  pollo 

9,7 

12,3 

Carne  de  cerdo 

9,4 

9,4 

Papas 

9,1 

3,0 

Carne  de  Res 

8,1 

12,9 

Tomate 

4,9 

3,9 

Fuente:  FAO 


En  primer  lugar  de  la  lista  de  cantidades  de  exportación  se  encuentran 
los  granos  colectivos.  De  manera  que  en  cantidad  forman  el  producto  de 
exportación  más  importante.  Eso  es  por  supuesto  porque  la  agricultura 
produce,  en  primer  lugar,  granos.  La  segunda  columna  de  cifras  aporta 
la  matización  necesaria.  Indica  qué  parte  de  la  producción  total  represen- 
ta la  exportación.  De  todos  los  granos  solamente  el  doce  por  ciento  está 
destinado  a la  exportación;  es  decir,  menos  de  una  octava  parte,  pues  la 
gran  mayoría  está  destinada  para  la  venta  en  el  mercado  local. 

Para  la  carne,  la  proporción  es  más  o menos  la  misma. 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 55 


Los  campeones  de  la  exportación  en  esta  lista  son  los  bananos  y los 
frijoles  de  soya.  Más  de  una  quinta  parte  de  todos  los  bananos  es  consu- 
mida en  el  extranjero,  y casi  tres  décimas  partes  de  la  soya  salen  de  su 
país  de  origen. 

No  se  olvide  del  mercado  interno 

Tenemos  la  mirada  puesta  en  el  mercado  mundial.  Y si  se  trata  de  la 
determinación  de  precios,  esa  mirada  está  bien  justificada,  como  lo  ve- 
remos en  la  parte  IV.  Con  demasiada  facilidad  sobreestimamos  la  im- 
portancia del  comercio  internacional  y del  mercado  mundial.  Aún  ahora 
que  la  globalización  está  avanzando  en  todas  partes,  el  mercado  local 
sigue  siendo  el  mercado  principal  para  los  productos  agrícolas.  Son  los 
habitantes  de  cada  país  que  comen  o consumen  de  lejos  la  mayor  parte 
de  los  alimentos  producidos. 


56  | COMPETENCIA  A MUERTE 


4.  ¿Cuánto  vale  la  cosecha? 

La  cantidad  no  es  todo 

No  importa  lo  interesantes  que  sean,  las  tablas  anteriores  no  nos  dan  una 
perspectiva  completa.  Por  ejemplo,  la  cantidad  que  se  produce  no  dice 
nada  sobre  el  precio  que  uno  consigue  por  esa  producción,  sobre  cuánto 
vale  un  producto  en  el  mercado.  Y si  organizas  los  productos  alimenta- 
rios según  su  valor  nutritivo,  te  da  otro  orden  de  rango. 

La  siguiente  tabla  refleja  lo  que  se  gana  en  el  mercado  mundial  por 
los  productos  agrícolas.  Están  ordenados  por  grupo. 


Tabla  8:  Valor  evolutivo  de  productos  agrícolas  exportados,  por  grupo 
1 980-2004  (en  mil  millones  de  dólares) 


1980 

1990 

2000 

2003 

2004 

Frutas  y verduras 

27 

51 

67 

90 

101,5 

Materias  primas 

39 

51 

54 

71 

79,6 

Granos  y preparados 

44 

46 

53 

65 

76,0 

Carnes  y preparados  de  carne 

21 

34 

44 

55 

61,1 

Otras  exportaciones  agrícolas 

13 

23 

37 

49 

* 

Bebidas 

11 

22 

36 

47 

55,6 

Productos  lácteos  y huevos 

14 

21 

27 

34 

40,0 

Café,  té,  cacao,  especias 

23 

21 

29 

33 

38,8 

Aceite  animal  y vegetal 

11 

13 

19 

30 

36,3 

Tabaco 

8 

18 

22 

22 

24,0 

Azúcar  y miel 

17 

17 

15 

19 

20,7 

Animales  en  pie 

6 

9 

9 

10 

* 

TOTAL 

234 

326 

412 

522 

604,9 

Fuente:  FAO 

* Aún  no  se  dispone  de  datos  de  la  FAO  para  2004. 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 57 


Aquí  las  hortalizas  y las  frutas  están  en  primer  lugar.  En  el  segundo  es- 
tán las  materias  primas  y en  tercer  lugar  los  granos  y sus  preparados. 
Hace  veinticinco  años  esos  mismos  tres  productos  estaban  a la  cabeza, 
pero  en  orden  invertido.  En  aquel  entonces  el  valor  comercial  de  "granos 
y sus  preparados"  era  el  más  alto.  "La  carne  y los  preparados  de  carne" 
suben  un  punto.  Y "otras  exportaciones  agrícolas",  junto  con  "bebidas", 
son  los  que  más  suben.  "Café,  té,  cacao,  especias"  pierden  unos  cuatro 
lugares. 

Otra  ronda  de  cifras  refleja  el  valor  de  exportación  de  algunos  productos, 
pero  esta  vez  por  separado. 

Tabla  9:  valor  de  exportación  de  importantes  productos  agrícolas  2004  (en  millones  de 


dólares) 


Carne  de  cerdo 

22.175 

Carne  de  res 

20.322 

Trigo 

19.293 

Frijol  de  soya 

15.575 

Carne  de  pollo 

13.791 

Maíz 

11.740 

Azúcar 

11.262 

Aceite  de  palma 

10.489 

Arroz 

8.953 

Café 

7.057 

Bananos 

5.127 

Tomates 

4.442 

Carne  de  oveja 

3.532 

Cebada 

3.282 

Té 

3.273 

Papas 

2.212 

Fuente:  FAO 


Al  que  no  se  aburre  de  esto,  le  aconsejamos  navegar  en  www.fao.org. 
Hay  varios  sitios  donde  te  espera  una  avalancha  de  cifras  que  parece  un 
producto  a granel. 


58  | COMPETENCIA  A MUERTE 


5.  ¿Cuánto  valen  nuestros  agricultores? 

El  interés  por  la  agricultura  es  extradeseable  para  los  que  reflexionan 
sobre  la  siguiente  tabla.  Ella  nos  dice  cuál  es  el  valor  de  lo  que  producen 
los  diferentes  sectores  en  la  economía  mundial,  tanto  para  el  mundo  en- 
tero como  separadamente  para  los  países  ricos,  los  pobres  y los  que  están 
entre  ambos. 


Tabla  10:  Comparación  del  valor  de  la  producción  mundial  de  la  agricultura,  industria  y 
servicios  2004 


Año  2004 

Agricultura 

Industria 

Servicios 

Todo  el  mundo 

4% 

28% 

68% 

Países  de  bajo  Ingreso 

23% 

28% 

49% 

Países  de  Ingreso  medio 

10% 

37% 

53% 

Países  de  Ingreso  alto 

2% 

27% 

71% 

Fuente:  Banco  Mundial  2006. 


Es  muy  interesante  importar  aquí  los  datos  de  la  Tabla  2 con  respecto 
a la  distribución  de  la  oportunidad  de  trabajo  en  los  campos  de  la  agri- 
cultura, la  industria  y los  servicios.  Porque  entonces  se  da  cuenta  uno 
que  el  cuarenta  por  ciento  de  las  personas  que  trabajan  en  la  agricultura, 
generan  solamente  el  cuatro  por  ciento  de  la  prosperidad  mundial.  En- 
tonces, en  comparación  con  el  fruto  de  los  sectores  de  la  industria  y de 
los  servicios,  el  fruto  de  su  contribución  es  mucho  más  bajo  de  lo  que 
uno  supondría  en  base  a su  número. 

Diferencia  en  valoración 

Ciertamente  en  lo  que  se  refiere  a la  industria,  hay  buena  razón  para 
esa  diferencia  en  valoración.  La  inversión  en  maquinaria  ha  aumentado 
drásticamente  la  productividad  de  los  trabajadores.  Es  menos  evidente 
en  el  caso  de  los  servicios,  porque  naturalmente  no  es  que  las  peluqueras 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 59 


o el  personal  de  hostelería,  docentes  o políticos  sean  ahora  más  produc- 
tivos que  hace  unos  cien  o doscientos  años.  Sin  embargo,  las  cifras  nos 
dicen  que  ese  sector  de  servicios  genera  absolutamente  y proporcional- 
mente el  mayor  valor.  Quizás  algo  le  pasa  a nuestra  valoración  de  la 
agricultura  en  comparación  con  los  otros  sectores. 


60  | COMPETENCIA  A MUERTE 


6.  No  hay  primer  premio  para  los  agricultores 

¿Precios  bajos  o precios  impredecibles? 

Quien  se  dedica  a la  agricultura  no  puede  escoger  entre  estos  dos  males, 
tiene  las  dos  cosas. 

"En  1978  yo  conseguía  2,25  dólares  por  un  bushel  * de  maíz,  mucho  me- 
nos que  los  más  de  tres  dólares  al  principio  de  los  años  setenta.  Si  toma 
en  cuenta  la  inflación  de  trescientos  por  ciento  desde  1978,  el  precio  de 
su  maíz  debería  de  ser  6,75  dólares.  Pero  en  el  2005  conseguía  apenas 
1,35  dólares  para  mi  maíz,  y a veces  hasta  menos.  Y aún  agregando  todas 
las  formas  de  apoyo,  no  deja  de  ser  solamente  2,25  dólares.  Entonces,  en 
dólares  reales  gano  tres  veces  menos  que  en  1978  por  bushel  de  maíz". 
(George  Taylor,  líder  campesino  National  Family  Farm  Coalition,  Esta- 
dos Unidos.) 


bushel:  medida  de  contenido  de  35.24  litros. 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 61 


¿Y  qué  obtienen  los  agricultores  por  sus  esfuerzos,  qué  precios  alcanzan 
sus  productos? 

A muchísima  gente  no  le  gustan  los  gráficos  o las  ilustraciones.  Pero 
algunos  de  ellos  realmente  no  son  difíciles  de  comprender.  La  ilustración 
1 muestra  muy  claramente  dos  grandes  y desagradables  características 
de  los  precios  en  la  agricultura. 

Cada  vez  menos 

La  ilustración  refleja  claramente  la  tendencia  a la  baja  de  los  precios  rea- 
les de  los  productos  agrícolas  a largo  plazo.  En  los  últimos  cuarenta  años 
han  bajado  a la  mitad. 

Igualmente  interesante,  pero  no  visible  en  la  ilustración  - que  se  con- 
vertiría en  un  remolino  demasiado  grande  - es  cómo  está  distribuido  de 
manera  muy  desigual  el  deterioro  entre  diversos  grupos  de  productos. 
Los  golpes  más  grandes  les  cayeron,  entre  otros,  a los  granos  vitales,  a 
los  cultivos  oleaginosos  cruciales,  tales  como  los  frijoles  de  soya  o los 
cacahuetes,  y ciertamente  también  a las  bebidas  tropicales  como  el  café  y 
el  té.  En  el  caso  de  las  hortalizas,  las  frutas,  la  carne  y los  lácteos,  la  caída 
es  mucho  menos  pronunciada. 

La  irregularidad  es  el  triunfo 

Aún  esta  ilustración,  que  refleja  de  manera  general  la  evolución  de  los 
productos  agrícolas,  muestra  corcovos  visibles.  La  curva  que  sube  y 
baja  refleja  las  múltiples  subidas  y caídas  de  los  precios.  Sin  embargo, 
esta  curva  general  esconde  otra  irregularidad  aún  más  grave.  Porque 
quien  divide  por  grupo  de  producción  o de  producto,  verá  realmente  las 
fuertes  fluctuaciones  de  los  precios,  y entonces  las  curvas  serán  aún  más 
irregulares.  Al  parecer  le  importa  poco  al  mundo,  nuestros  agricultores 
tendrán  que  arreglárselas  para  vivir  con  esa  imprevisibilidad  de  sus  in- 
gresos, pero  jamás  es  fácil  para  ellos. 


62  | COMPETENCIA  A MUERTE 


7.  Una  nueva  revolución  agraria  genera  desigualdad 

28  millones  de  tractores  para  1.350  millones  de  agricultores 

Marcel  Mazoyer  es  un  apasionado  agrónomo  y profesor  en  el  Instituto 
Francés  para  la  Agricultura.  Me  encontré  con  él  en  el  Foro  Social  Mun- 
dial en  Porto  Alegre.  Es  la  persona  mejor  indicada  para  dar  más  relieve, 
a nivel  mundial,  a la  profesión  de  los  agricultores:  "Los  mil  trescientos 
cincuenta  millones  de  agricultores  disponen  ahora  de  veintiocho  millo- 
nes de  tractores.  Eso  significa  que  solamente  un  agricultor  de  cada  cin- 
cuenta puede  disponer  de  un  tractor.  Hay  además  doscientos  millones 
de  animales  de  trabajo.  Eso  ayuda  a uno  de  cada  cinco  agricultores  con 
el  pesado  trabajo  de  campo.  Pero  todos  los  demás,  más  de  mil  millones 
de  agricultores,  tienen  que  jugárselas  sin  tractores  y hasta  sin  la  ayuda 
de  caballos,  bueyes,  burros  o cualquier  animal  de  tracción.  Trabajan  con 
una  azada,  una  hoz,  una  pala  o un  machete".  Y eso  no  es  todo,  es  difícil 
parar  el  torrente  de  palabras  de  Marcel  Mazoyer:  "La  mitad  de  los  agri- 
cultores puede  sembrar  semillas  selectas  y así  lograr  mejores  resultados. 
Dispone  de  abono,  pesticidas  y razas  de  animales  mejoradas.  Pero  del 
otro  lado  quedan  más  de  quinientos  millones  de  agricultores  que  no  tie- 
nen nada,  pero  nada,  para  producir  más". 

Se  me  ocurre,  un  poco  sorprendido,  que  mi  interlocutor  no  toca  el  pro- 
blema de  las  tierras,  lo  cual  en  realidad  es  un  factor  preponderante  para 
la  producción.  Pero  pensé  demasiado  rápido:  "Es  peor  la  cosa.  De  estos 
agricultores,  la  mitad  ni  tiene  tierra  propia  para  cultivar". 

Después  de  la  Segunda  Guerra  Mundial  vivimos  entonces  una  nueva 
revolución  agraria,  una  revolución  verde  francamente  impresionante. 
Donde  la  agricultura  se  "industrializa",  los  aumentos  de  la  productivi- 
dad son  muy  grandes.  Con  Marcel  Mazoyer  encontramos  cifras  muy  cla- 
ras. En  los  años  cincuenta  del  siglo  pasado  el  precio  de  costo  de  una  to- 
nelada de  grano  basculaba  alrededor  de  seiscientos  euros  en  el  Oeste  de 


¿QUÉ  DICEN  LAS  CIFRAS?  | 63 


Europa,  ciento  treinta  euros  en  los  Estados  Unidos,  ciento  diez  euros  en 
Canadá  y Australia  y apenas  ochenta  euros  en  el  sur  de  Latinoamérica 
y Ucrania.  Pero  igualmente  notable  es  que  esta  revolución  de  la  produc- 
ción sea  tan  elitista,  la  mayoría  de  los  agricultores  no  pueden,  o apenas 
pueden  participar  en  ella. 

Se  puede  hablar  tranquilamente  de  una  agricultura  con  dos  velocida- 
des totalmente  diferentes. 

La  economía  del  pan  de  cada  día 

La  diferencia  en  la  productividad  que  surge  de  todas  esas  desigualda- 
des es  enorme.  Los  agricultores  más  ricos,  un  número  mínimo,  logran 
producir  en  sus  extensos  campos  hasta  mil  veces  más  que  los  que  per- 
tenecen a la  gran  masa  de  los  agricultores  más  pobres.  La  desigualdad 
de  los  ingresos  es  como  era  de  esperar.  La  labor  de  ese  último  grupo  no 
representa  sino  un  porcentaje  mínimo  del  ingreso  mundial  - y es  princi- 
palmente lo  que  ella  misma  consume. 

Lo  anterior  es  una  parte  insignificante  de  la  economía  mundial,  espe- 
cialmente para  la  gente  rica  en  las  sociedades  prósperas.  Pero  sí  es  cierto 
que  las  vidas  de  unos  miles  de  millones  de  personas  giran  alrededor 
de  esa  labor.  Los  alimentos  conforman  sus  vidas,  su  supervivencia,  los 
alimentos  significan  su  salud,  los  alimentos  son  su  trabajo.  Para  muchos 
esa  "fea"  economía  del  pan  de  cada  día  significa  la  diferencia  entre  so- 
brevivir y morir. 


IV.  ¿Qué  es  lo  que  pasa?  A cavar  más  profundo 


Suicidio  en  Cancún 

¿Cómo  logras  tener  una  imagen  de  la  comercialización  mundial  de  ri- 
queza y pobreza?  Al  compilar  la  relación  anual  televisada  para  el  2003, 
se  nos  impone  la  imagen:  los  agricultores  manifiestan  fuertemente  con- 
tra la  Organización  Mundial  del  Comercio  (OMC)  que  está  reunida  en 
Cancún,  México.  Un  hombre  se  sube  a las  verjas  y se  clava  un  cuchillo, 
atravesando  directamente  el  corazón. 

Lee  Kyun  Hae  es  un  dirigente  campesino  surcoreano  quien  se  suicida 
ante  los  ojos  del  mundo.  Deja  una  declaración  cuya  esencia  sigue  a con- 
tinuación: "En  gran  parte  he  fallado.  Ahora  que  hay  comercio  libre  esta- 
mos impotentes  para  combatir  sus  olas  que  están  destruyendo  nuestras 
sociedades  campesinas.  Saque  a la  agricultura  del  sistema  de  la  OMC. 
Porque  se  están  desapareciendo  nuestros  ingresos,  nos  vamos  a la  quie- 
bra, los  agricultores  se  van  a la  ciudad  o se  suicidan.  La  OMC  está  ma- 
tando a los  agricultores". 

1.  La  razón  por  la  cual  el  comercio  libre  y los  mercados  mun- 
diales no  funcionan  o funcionan  mal  para  la  agricultura 

Sobre  precios  fluctuantes,  poca  elasticidad  y la  vida 

Hasta  el  peor  economista  sabe  que  los  alimentos  no  son  un  producto 
común. 

"La  agricultura  es  totalmente  diferente  a la  industria  automotora,  es  un 
sector  de  importancia  vital  que  no  pertenece  a la  Organización  Mundial 
del  Comercio".  (Ndiogou  Fall,  líder  campesino  Roppa). 

Los  alimentos  y los  productos  agrícolas  son  algo  aparte,  eso  lo  sabemos 
todos.  Sólo  piense  un  momento  en  los  precios  fuertemente  fluctuantes 
de  la  mayoría  de  los  productos  agrícolas.  Al  igual  que  la  mayor  parte  de 


66  | COMPETENCIA  A MUERTE 


la  economía,  esos  precios  se  establecen  en  el  mercado.  Allí  se  confrontan 
demanda  y oferta.  ¿Pero  qué  es  lo  que  vemos?  Si  hay  insuficiente  cose- 
cha, los  precios  suben,  si  hay  demasiada  cosecha,  entonces  bajan  o colap- 
san.  La  razón,  para  eso  que  justamente  las  demandas  de  los  alimentos 
son  poco  elásticas  con  respecto  a los  precios,  no  es  porque  las  manzanas 
sean  muy  baratas  que  podemos  de  repente  comer  muchas  más  manza- 
nas. Y cuando  las  papas  están  por  las  nubes,  no  es  por  supuesto  el  caso 
de  que  podamos  vivir  sin  ellas. 

A eso  se  agrega  un  fenómeno  desagradable.  No  se  puede  ir  a las  huertas 
y decirles  que  debe  haber  menos  - o más  - manzanas  y parar  o acelerar 
la  producción  como  es  el  caso  en  una  fábrica  de  automóviles.  En  la  agri- 
cultura es  difícil  ajustar  la  oferta  a la  demanda.  Y existe  también  otra 
diferencia  existencial.  Sí  podemos  vivir  sin  automóviles  - la  mayoría  de 
la  gente  vive  sin  ellos  - pero  no  sin  comida.  La  dura  realidad  es  que  jus- 
tamente para  este  producto  vital,  los  precios  sean  tan  impredecibles...  y 
esa  impredecibilidad  decide  sobre  la  vida,  y con  frecuencia  hasta  sobre  la 
muerte,  de  cientos  y más  cientos  de  millones  de  personas. 

El  mercado  nos  abandona 

Entonces,  los  alimentos  y los  productos  agrícolas  en  general  no  son  pro- 
ductos económicos  como  tantos  otros.  No  lo  podemos  evitar:  si  la  idea 
es  proveer  a todas  las  personas  de  suficientes  alimentos  variados  y pa- 
gables, y si  la  idea  es  proveer  de  un  ingreso  decente  a todas  aquellas 
personas  que  se  ocupan  de  dichos  alimentos,  entonces  el  funcionamien- 
to del  mercado  es  como  mínimo  "sub-óptima".  Es  un  eufemismo  para 
decir  que  el  mercado  nos  está  abandonando.  Para  extirpar  el  hambre  y 
construir  sociedades  prósperas,  no  lo  lograremos  con  el  mercado,  o de 
hecho  no  solamente  con  el  mercado.  Y si  el  precio  es  determinado  en  el 
mercado  mundial  y no  a nivel  local  o regional,  entonces  eso  genera  aún 
más  problemas. 

Precios  que  bajan,  ingresos  que  bajan 

Porque  no  olvidemos  que  la  mayoría  de  los  agricultores  ven  disminu- 
yéndose sus  ingresos.  Y más  aún,  no  olvidemos  que  de  los  ochocientos 
sesenta  y cinco  millones  de  personas  desnutridas  en  nuestro  mundo, 
seiscientos  millones  son  agricultores  y agricultoras. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 67 


No  importa  si  se  trata  de  agricultores  en  la  India,  Francia,  Brasil,  Hondu- 
ras o Senegal,  o si  cultivan  arroz,  trigo,  soya,  maíz  o cebada,  sus  ingresos 
lo  tienen  que  ganar  principalmente  en  el  mercado.  Y aunque  físicamente 
ese  mercado  puede  ser  un  mercado  pequeño  o el  pueblo  o ciudad  más 
cercano,  también  para  ellos  la  determinación  de  los  precios  se  hace  en  el 
mercado  mundial. 

Eso  no  es  tan  evidente.  Tome  como  ejemplo  los  granos.  Conforman 
de  lejos  el  producto  agrícola  más  importante.  Y no  es  de  sorprenderse, 
porque  los  granos  forman  el  alimento  básico  para  la  mayoría  de  las  per- 
sonas. Y gente  pobre  pocas  veces  come  otra  cosa.  Ahora  bien,  el  ochenta 
y ocho  por  ciento  de  todos  los  granos  del  mundo  es  comercializado  lo- 
calmente y no  llega  nunca  al  mercado  mundial.  Pero  es  en  el  mercado 
mundial  donde  se  toma  la  decisión  sobre  los  precios  de  los  granos. 

Si  bien  es  cierto  que  los  precios  de  los  granos  han  subido  en  los  últimos 
años  (ver  el  siguiente  capítulo),  a largo  plazo  han  estado  más  bien  ba- 
jando. En  la  segunda  mitad  del  siglo  pasado  los  precios  de  los  granos,  y 
también  de  la  soya  y otros  cultivos  oleaginosos,  bajaron  en  un  ochenta 
por  ciento  o más. 

¿Por  qué  sucedió  eso?  Ya  sabemos  que  la  revolución  agraria,  especial- 
mente en  los  sesenta  años  más  recientes,  permite  a los  agricultores  más 
rendidores  producir  hasta  mil  veces  más  que  los  mil  quinientos  millones 
de  agricultores  que  se  las  tienen  que  arreglar  sin  tracción  animal  y hasta 
sin  semillas  selectas.  ¿Y  qué  pasa  entonces  en  el  mercado  mundial?  Los 
precios  se  orientan  al  precio  de  costo  de  los  agricultores  más  producti- 
vos y por  eso  colapsan.  La  mayoría  de  los  agricultores,  muchos  más  de 
lo  que  nosotros  pensamos,  han  visto  pasar  totalmente  por  alto  la  revo- 
lución agrícola.  No  podemos  trabajar  al  precio  de  los  agricultores  más 
favorecidos  del  mundo.  Es  imposible  para  ellos  vivir  de  eso. 


68  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Cuando  se  trata  de  la  agricultura,  el  mercado  mundial  genera 
hambre 

¿Cuál  es  entonces  la  conexión  entre  estos  dos  fenómenos,  entre  los  pre- 
cios en  baja  en  los  mercados  mundiales  y los  agricultores  pobres  y ham- 
brientos? Bueno,  los  agricultores  pobres  son  (se  han  hecho)  tan  pobres 
que  simplemente  no  pueden  invertir  para  producir  más.  Si  el  precio  de 
sus  productos  decayera  en  algunos  decenios  a una  tercera  parte,  por 
ejemplo,  ganarán  tan  sólo  por  eso  tres  veces  menos.  Y si  la  erosión,  o la 
sequía,  o la  falta  de  semillas,  abono,  animales  de  tracción  o implementos 
de  trabajo  reducen  aún  a menos  sus  escasas  producciones,  empujan  sus 
ingresos  aún  más  hacia  abajo.  No  podemos  repetirlo  suficientes  veces: 
Los  mil  millones  de  agricultores  y agricultoras  pobres  no  tienen  ni  si- 
quiera un  animal  de  tracción,  mucho  menos  un  tractor.  Muchas  veces  no 
tienen  ni  tierra  propia.  Y quien  se  atreve  a decir  que  la  solución  está  en 
que  deben  poder  competir  mejor  en  el  mercado  mundial,  está  equivoca- 
do. No  puedes  hacerlos  competir  con  las  pocas  decenas  de  millones  de 
agricultores  que  tienen  las  mejores  tierras,  un  tractor  y otra  maquinaria, 
las  mejores  semillas,  abono,  créditos,  y hasta  subsidios  y protección  del 
mercado,  todas  ellas  cosas  que  ellos  no  tienen.  Es  como  si  se  jugara  un 
partido  de  fútbol  entre  el  equipo  del  Milano  y un  equipillo  cualquiera  de 
tu  propia  comunidad,  no  es  un  partido  justo. 

Competencia  que  mata 

En  una  conferencia  sobre  la  globalización,  el  líder  campesino  senegalés 
Mamadou  Cissokho  le  habla  al  primer  ministro  de  Bélgica:  "Si  le  entien- 
do bien,  tenemos  que  dejar  de  cultivar  arroz  en  el  delta  del  Río  Senegal 
e importar  arroz  de  Tailandia,  porque  es  más  barato.  Y de  esa  manera 
beneficiarnos  del  mercado  mundial.  ¿Pero  y qué  harán  las  doscientas  mil 
personas  que  viven  allí  del  cultivo  del  arroz?" 

Y cuando  el  primer  ministro  no  tenía  inmediatamente  una  respuesta, 
continúa:  "Sabe  usted  lo  que  tendrán  que  hacer?  Tendrán  que  ir  a Bélgi- 
ca, a Europa,  porque  es  el  único  lugar  donde  pueden  ganarse  un  ingreso 
con  el  que  pueden  vivir". 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 69 


Es  cierto  que  el  mercado  mundial  puede  hacer  mucho;  es  perfecto  para 
los  automóviles,  computadoras,  celulares  y muchas  cosas,  pero  no  para 
nuestra  agricultura  y nuestra  seguridad  alimentaria.  En  ese  campo  con- 
duce a una  tala  económica  completa.  En  ese  campo  la  competencia  en  el 
mercado  mundial  es  realmente  mortal,  por  más  de  una  razón,  y en  este 
caso  no  lo  decimos  de  modo  meramente  figurativo.  De  eso  nos  recuer- 
dan unas  cuantas  decenas  de  miles  de  muertes  por  inanición  todos  los 
días.  Las  numerosas  personas  que  tienen  que  comprar  la  muerte  con  una 
travesía  a las  Islas  Canarias,  su  viaje  en  bote  por  el  Mar  Mediterráneo  o 
con  su  viaje  por  el  desierto  entre  México  y los  Estados  Unidos. 

El  sueldo  del  agricultor 

Si  hoy  día  más  de  dos  mil  quinientos  millones  de  personas  viven  con 
menos  de  dos  dólares  o más  o menos  un  euro  por  día,  son  especialmente 
los  que  viven  en  el  campo.  Ahora  comprendemos,  eso  es  así.  Hay  poco 
aprecio  en  el  mercado  mundial  por  sus  esfuerzos. 

Porque  consideramos  normal  que  un  trabajador,  un  docente,  un  em- 
pleado de  bodega,  un  desarrollador  de  software,  y aun  un  profesor  gane 
un  salario  o sueldo  justo  y que  existe  algo  como  un  salario  mínimo.  Pero 
aparentemente  muchos  no  comprenden  que  el  precio  que  consigue  el 
agricultor  por  sus  productos  es  justamente  su  salario. 

Personas  sin  derechos 

Cuando  algunos  políticos  salen  a la  defensa  de  la  liberalización  desen- 
frenada de  la  agricultura  mundial,  significa  en  realidad  que  les  están 
denegando  a los  agricultores  sus  derechos  humanos  fundamentales,  que 
les  niegan  su  derecho  a un  ingreso  digno  y hasta  su  derecho  de  existir.  Es 
urgente  que  vuelvan  a leer  la  Declaración  Universal  sobre  los  Derechos 
Humanos,  y en  particular  los  artículos  veintitrés  y veinticuatro.  Ese  pri- 
mer artículo  dice  explícitamente  que  "toda  persona  que  ejecuta  un  traba- 
jo tiene  derecho  a una  compensación  justa  y favorable  que  le  garantice  a 
ella  misma  y a su  familia  una  existencia  digna".  Y el  segundo  artículo  le 
dice  al  mundo  que  "toda  persona  tiene  derecho  a un  nivel  de  vida  sufi- 
cientemente alto  para  su  propia  salud  y bienestar  y los  de  su  familia". 


70  | COMPETENCIA  A MUERTE 


El  profesor  de  economía,  que  con  tanta  seguridad  en  sí  mismo  enseña  que 
los  agricultores  en  todo  el  mundo  deben  ser  entregados  sin  protección 
alguna  a la  competencia  en  el  mercado  mundial,  se  merece  la  respuesta 
provocativa  de  que  en  la  India,  y en  otras  partes,  podemos  encontrar 
mejores  colegas  dispuestos  a conformarse  con  un  sueldo  más  bajo. 

El  tipo  de  cambio  a la  baja. . . ¿qué  es  eso? 

"Quien  antes  vendía  cacahuetes,  tenía  suficiente  dinero  para  comprar 
lo  necesario.  Ahora  las  cosas  están  tan  caras  que  la  producción  de  los 
cacahuetes  no  es  suficiente  para  cubrir  todas  las  necesidades".  Esta  es  la 
sabiduría  económica  de  Saliou  Gueye,  un  agricultor  de  la  vieja  cuenca  de 
los  cacahuetes  en  Senegal. 

Desde  hace  mucho  tiempo  existe  una  noción  para  el  fenómeno  de  las 
relaciones  comerciales  desiguales  en  el  mercado  mundial:  los  tipos  de 
cambio  en  baja.  A muchísimos  agricultores  no  se  les  paga  suficiente  para 
sus  productos,  comunidades  completas,  y hasta  países  enteros,  sufren 
grandes  daños  con  la  venta  de  sus  productos  agrícolas.  También  es  el 
caso  de  muchas  materias  primas,  especialmente  visto  a largo  plazo,  y 
hasta  en  el  caso  de  productos  industriales  con  márgenes  de  ganancia 
insignificantes.  Pero  nosotros  naturalmente  nos  concentramos  en  la  agri- 
cultura. 

¿Qué  es  lo  que  le  pasa  a la  agricultura?  El  actual  comercio  mundial 
hace  llegar  la  riqueza  sistemáticamente  a las  regiones  que  pueden  ven- 
der sus  productos  más  caros.  No  es  casualidad  que  sean  los  países  ricos 
y que  allí  vive  la  gente  más  rica.  En  cambio,  los  países  pobres  suelen  salir 
perdiendo  con  el  comercio  mundial.  A largo  plazo  ellos  consiguen  pre- 
cios cada  vez  más  bajos  por  sus  productos  de  exportación,  muchas  veces 
productos  agrícolas  como  el  café,  bananos  o algodón.  Y es  ciertamente  el 
hecho  cuando  se  compara  con  la  maquinaria  y los  otros  bienes  que  im- 
portan de  países  industrializados  ricos,  para  los  cuales  tienen  que  pagar 
siempre  relativamente  más.  Este  fenómeno  desamigable  con  los  países 
pobres,  donde  los  precios  de  sus  productos  quedan  atrás  con  respecto  a 
los  precios  de  los  productos  de  países  ricos,  se  llama  el  deterioro  de  los 
tipos  de  cambio. 

La  Figura  2 muestra  cómo  entre  1961  y 2001  los  países  en  vías  de 
desarrollo  más  pobres  vieron  bajar  en  un  setenta  por  ciento  el  valor  pro- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 71 




Figura  2 Base  de  intercambio  entre  productos  agrícolas  e 
industriales 

La  proporción  indexada  del  valor  de  las  exportaciones  agrícolas  de  los  países  en  vías  de 
desarrollo,  comparada  con  el  valor  de  las  exportaciones  industriales  de  los  países  ricos. 


300 


medio  de  sus  productos  agrícolas  vendidos,  en  relación  al  precio  de  los 
productos  industriales  que  compran.  Así  que  tienen  que  exportar  más 
de  tres  veces  más  para  poder  pagar  la  misma  importación.  El  golpe  a los 
otros  países  en  vías  de  desarrollo  fue  un  poco  menos  duro.  Tienen  que 
exportar  "solamente"  dos  veces  más  para  la  misma  importación,  su  tipo 
de  cambio  ha  bajado  a la  mitad.  El  hecho  de  que  muchos  países  pobres 
dependen  en  gran  medida  para  sus  ingresos  de  uno  o algunos  productos 
de  exportación,  y que  los  precios  de  los  mismos  tienden  a fluctuar  fuer- 
temente, hace  que  su  situación  sea  aún  más  precaria.  Entonces  no  es  de 
sorprenderse  que  la  gran  masa  de  gente  pobre  viva  en  esos  países,  donde 
la  riqueza  es  reducida  fuertemente,  y que  migren  al  exterior. 

El  enviado  del  FMI  en  Dakar  no  pierde  la  esperanza:  "Muchas  veces  uno 
se  vuelve  pesimista  porque  uno  piensa  a corto  plazo.  Le  digo:  le  doy  una 
cita  dentro  de  cinco  siglos". 

"¿Pero  cómo  se  puede  responder  eso  a personas  que  se  están  muriendo 
de  hambre?" 

(Silencio). 

"No,  eso  no  se  puede  decir". 


72  | COMPETENCIA  A MUERTE 


2.  Piratas  en  los  mercados  mundiales,  viejos  y nuevos 

No  hay  sobreproducción,  todo  lo  contrario 

Esa  supuesta  sobreproducción  es  un  chiste  cínico  de  los  mercados  mun- 
diales, un  espejismo. 

865  millones  de  personas  están  desnutridas  y tienen  hambre. 

Con  un  euro  y medio,  o hasta  mucho  menos,  no  se  puede  hacer  mu- 
cho. No  se  necesita  mucha  imaginación  para  darse  cuenta  que  a esos 
dos  mil  quinientos  millones  de  personas  no  les  alcanza  ese  ingreso  para 
alimentarse  de  manera  balanceada.  Simplemente  no  pueden  comer  co- 
mida balanceada  y,  por  ende,  saludable.  Y para  ochocientos  sesenta  y 
cinco  millones  de  entre  esas  personas  es  aún  mucho  peor,  no  sólo  no 
comen  suficientemente  balanceado,  simplemente  no  comen  suficiente. 
Están  desnutridas  y sufren  hambre.  Quien  dice  entonces  que  hay  una  so- 
breproducción de  alimentos  está  muy  equivocado.  La  triste  realidad  es 
que  se  produce  demasiada  poca  comida  para  alimentar  adecuadamente 
a los  seis  mil  quinientos  millones  de  personas.  Según  el  agrónomo  fran- 
cés Marcel  Mazoyer,  debemos  producir  hasta  treinta  por  ciento  más  de 
alimentos.  El  hambre,  la  desnutrición  y la  nutrición  desequilibrada,  que 
afectan  a dos  de  cada  cinco  habitantes  del  mundo,  son  la  prueba  final  del 
fracaso  del  mercado  cuando  se  trata  de  alimentos. 

¿Quién  come  y quién  no? 

Es  un  poquito  más  académica  la  pregunta:  "¿Para  quién  produce  la  eco- 
nomía del  mercado?"  Y la  respuesta  puede  ser  muy  sencilla:  bienes  y 
servicios  van  a los  que  tienen  dinero. 

En  palabras  más  de  economía:  las  más  elementales  necesidades,  que 
no  están  cubiertas  por  el  poder  adquisitivo,  no  son  provistas.  Así  puede 
ser  que  los  etíopes  se  mueran  de  hambre  mientras  su  país  exporta  ali- 
mentos a otros  países. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 73 


No  es  lo  que  quiere  la  gente  rica.  Pero  es  un  hecho  que  el  dinero  de  esos 
consumidores  prósperos  se  mueve  hace  tiempo  en  los  mercados  mun- 
diales, como  ladrones  sin  misericordia.  Porque  para  satisfacer  esa  de- 
manda de  gran  poder  adquisitivo,  la  agroindustria  roba  a nivel  mundial 
- directa  o indirectamente  - los  mejores  pastos  y las  mejores  tierras.  Es 
en  esas  tierras  donde  se  cultivan  muchos  de  los  alimentos  con  los  cuales 
el  mundo  rico  se  alimenta. 

¿Y  qué  hay  de  nuestros  excedentes? 

"Pero,  ¿no  es  que  la  agricultura  tiene  excedentes  en  los  países  ricos? 

Démosles  esos  excedentes  a los  que  tienen  hambre. 

Es  un  argumento  que  se  escucha  regularmente,  antes  más  que  ahora.  Es- 
pecialmente Estados  Unidos  abruma  al  mundo  con  su  ayuda  alimenta- 
ria. Con  eso  procuran  ingresos  para  sus  propios  agricultores  y su  propia 
industria  agraria,  pero  casi  siempre  es  un  desastre  para  los  agricultores 
de  los  países  que  reciben.  Son  eliminados  por  la  competencia  y los  pre- 
cios en  baja  socavan  sus  ingresos.  Se  derriban  completamente  los  medios 
para  ser  más  productivos.  Así  la  ayuda  alimentaria  y los  subsidios  a la 
exportación  de  los  excedentes,  que  tienen  una  influencia  perversa  com- 
parable, socavan  la  agricultura  en  muchos  países  en  vías  de  desarrollo. 
Y en  lugar  de  abastecer  sus  países  de  suficiente  comida  y de  estimular  la 
prosperidad,  sus  agricultores  logran  cada  día  menos  y esa  ayuda  y esos 
subsidios  hacen  que  los  países  en  vías  de  desarrollo  y su  producción 
agrícola  retrocedan  cada  día  más. 

Tomado  globalmente,  es  entonces  una  contradicción  falsa  que  el 
mundo  no  conozca  la  sobreproducción  pero  sí  los  excedentes,  por  ejem- 
plo en  los  Estados  Unidos  y también  en  Europa.  Porque  esa  sobrepro- 
ducción en  los  países  ricos  conduce  ahora  a una  producción  demasiado 
baja  en  muchos  países  en  vías  de  desarrollo,  una  pérdida  mucho  más 
grande  que  la  supuesta  sobreproducción. 

Combinado  con  el  fallido  mercado  mundial  y la  feroz  competencia 
de  los  que  hablamos  en  el  capítulo  anterior,  esta  política  de  excedentes 
es  un  cóctel  aún  más  letal. 


74  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Viejos  piratas  en  el  mercado  mundial 

Todavía  nos  topamos  en  muchos  lugares  con  herencias  desagradables  de 
los  tiempos  coloniales.  Hasta  el  día  de  hoy  regiones  completas,  y hasta 
países,  dependen  de  los  monocultivos  heredados,  como  por  ejemplo  el 
algodón,  los  cacahuetes,  el  café  y el  té.  Y la  mayor  parte  de  ellos  están 
destinados  para  la  exportación. 

Mire  esa  imagen  desde  otro  ángulo.  La  tierra  en  la  que  crecen  esos  cul- 
tivos no  está  disponible  para  cultivar  alimentos  para  el  mercado  local  y 
para  las  necesidades  locales,  y especialmente  en  África  esas  necesidades 
son  inmensas. 

Hace  mucho  tiempo  vemos  en  un  país  como  Brasil,  por  ejemplo,  los  efec- 
tos destructivos  del  cultivo  de  soya  que  acapara  todo  a su  alrededor,  y 
cuya  mayor  parte  está  destinada  para  el  extranjero. 

Encima  de  eso  viene  también  la  búsqueda  intensificada,  de  hecho 
más  bien  una  rapiña,  de  pastos  para  producir  carne  para  la  exportación. 
Los  pobres  brasileños,  sin  embargo,  carecen  de  ingresos  para  hacerse 
valer.  Ni  siquiera  pueden  satisfacer  sus  necesidades  de  alimentos. 

Nuevos  piratas:  de  carnívoros  y devoradores  de  cultivos  para  la 
energía 

Los  mercados  mundiales  de  granos  son  cada  día  más  el  escenario  de 
guerra  entre  los  ricos  de  este  mundo  que  quieren  llenar  sus  tanques  con 
combustibles  y los  más  pobres  que  quieren  comer  suficiente. 

Vienen  aún  más  y hasta  nuevos  piratas  en  camino.  El  número  de  car- 
nívoros en  este  planeta  aumenta  a gran  velocidad.  El  consumo  de  car- 
ne hace  su  entrada  por  caminos  prácticamente  inexplorados.  Tome  por 
ejemplo  Asia,  el  continente  de  lejos  más  poblado.  Los  chinos,  que  son  mil 
trescientos  millones,  se  alimentaban  tradicionalmente  con  granos  y tam- 
bién con  un  poco  de  hortalizas.  Su  consumo  de  carne  siempre  fue  bajo. 
Pero  ahora  está  estallando.  La  demanda  mundial  para  carne  no  será  sin 
consecuencias.  Proviene  de  los  consumidores  con  el  poder  adquisitivo 
más  grande  y,  por  lo  tanto,  conducirá  al  uso  de  cada  vez  más  pastos  y 
más  áreas  para  granos  para  la  producción  de  esa  carne  a gran  escala.  Y 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 75 


ya  sabemos  quiénes  no  van  a estar  en  mejores  condiciones  por  eso:  los 
que  están  sin  dinero,  el  pequeño  agricultor  que  es  echado  a un  lado,  los 
que  no  tienen  tierra. 

Es  mejor  hablar  de  cultivos  para  energía  que  de  bio  combustibles.  Hasta 
ahora  se  usa  más  ese  nombre,  pero  causa  confusión.  Crea  la  impresión 
que  se  trataría  de  productos  de  la  agricultura  biológica,  lo  cual  muy  rara 
vez,  o nunca,  es  el  caso.  Al  contrario,  el  uso  de  pesticidas,  por  ejemplo, 
es  muchas  veces  elevado. 

La  opción  de  cultivos  para  la  energía  también  tiene  sus  consecuencias. 
Y es  importante  preguntar  si  todas  esas  consecuencias  fueron  valoradas 
bien.  Los  Estados  Unidos  usan  especialmente  granos  para  la  destilación 
de  su  etanol.  Pero  aparentemente  divergen  mucho  esas  estimaciones  so- 
bre cuánto  grano  se  va  a necesitar  para  ese  etanol. 

Según  el  Ministerio  de  Agricultura,  para  el  año  2008  se  va  a necesitar 
sesenta  millones  de  toneladas  de  maíz  en  las  fábricas  de  etanol.  Pero 
el  Earth  Policy  Institute  advierte  que  esa  estimación  es  demasiado  baja, 
porque  aparentemente  nadie  lleva  la  cuenta  de  cuánta  capacidad  de  pro- 
ducción se  está  construyendo.  El  mismo  Earth  Policy  Institute  calculó 
que  se  necesitará  ciento  treinta  y nueve  millones  de  toneladas;  es  decir, 
más  que  el  doble. 

En  el  año  2006,  la  exportación  de  maíz  de  los  Estados  Unidos  fue 
de  cincuenta  y cinco  millones  de  toneladas,  casi  una  cuarta  parte  de  la 
exportación  mundial  de  granos.  El  uso  masivo  de  maíz  para  la  produc- 
ción de  etanol  aumenta  drásticamente  el  precio  del  maíz,  así  como  los 
precios  del  trigo  y del  arroz,  ya  que  son  altamente  intercambiables.  A 
eso  se  agrega  que  esa  fuerte  demanda  coincide  con  la  producción  floja 
de  granos.  Se  está  perfilando  un  problema  enorme.  Los  mercados  mun- 
diales de  los  granos  forman  rápidamente  el  escenario  de  guerra  entre  los 
ricos  de  este  mundo,  que  quieren  llenar  sus  tanques  con  combustible,  y 
los  más  pobres  que  quieren  comer  suficiente.  Los  agricultores  estarán 
satisfechos  con  precios  más  altos,  y se  lo  merecen.  Pero  no  cante  glo- 
ria demasiado  temprano.  La  caza  de  tierra  rentable  para  cultivos  para 
energía  amenaza  con  echar  a los  familias  agricultoras  del  mercado  de  la 
tierra,  y en  particular  a los  agricultores  pequeños  y pobres  entre  ellos. 
Eso  convertirá  a la  gran  mayoría  en  perdedores.  También  hay  agricul- 
tura mecanizada  y a gran  escala  para  los  que  no  tienen  tierra,  pero  poco 
trabajo  para  jornaleros. 


76  | COMPETENCIA  A MUERTE 


3.  La  agricultura  está  perdiendo  su  sostenibilidad  (ecológica) 

"Allí  empieza  el  área  donde  los  aviones  dispersan  sus  productos  tóxicos 
y envenenan  el  pasto  de  nuestros  animales."  (Nadia  Demboski,  Agricul- 
tora  brasileña). 

Sueños  esfumados 

La  finca  de  Nadia  Demboski  está  encerrada  entre  inmensurables  campos 
de  soya  en  Brasil.  Lo  que  nos  cuenta  no  nos  sorprende.  Más  de  una  vez 
hemos  visto  a los  aviones  de  fumigación  haciendo  "su  trabajo",  disper- 
sando su  carga  de  pesticida  sobre  los  cultivos  en  crecimiento.  Pero  sigue 
siendo  una  vista  angustiosa. 

Nadia  nos  lleva  a una  de  sus  praderas  y nos  va  contando  sobre  su 
sueño  esfumado:  "Queríamos  producir  leche  ecológicamente,  aquí  en 
esta  granja,  leche  sin  productos  tóxicos  o químicos.  Pero  nuestro  pro- 
blema más  grande  fue  demarcar  el  límite  entre  nosotros  y las  grandes 
empresas  que  fumigan  y envenenan  nuestra  producción.  Porque  ese  era 
el  alimento  de  nuestros  animales,  así  que  también  la  leche  estaba  conta- 
minada. Por  eso  no  pudimos  producir  leche  ecológica". 

Mientras  tanto,  llegamos  a la  orilla  de  sus  tierras:  "Nuestro  terreno 
termina  donde  el  maíz  está  más  seco.  Allá  empieza  el  área  donde  los 
aviones  vierten  sus  productos  tóxicos". 

Nosotros  no  tratamos  a nuestra  tierra  con  cariño 

Quien  pasea  por  la  ondulada  región  arcillosa  en  Brabant  después  de  un 
aguacero  fuerte,  se  dará  cuenta  que  en  muchos  lugares  las  calles  se  vuel- 
ven de  color  café  amarillento,  por  el  barro  que  viene  saliendo  de  los  cam- 
pos. Más  de  una  vez  ese  fango  tiene  un  grosor  de  varios  centímetros. 
"Esta  tierra  está  agotada.  Antes,  cuando  todavía  era  fértil,  se  podía  co- 
sechar más  de  una  tonelada  de  cacahuetes  en  una  hectárea.  Ahora  ya 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 77 


no  se  puede  cosechar  ni  quinientos  kilos  en  una  hectárea".  La  sabiduría 
ecológica  de  Saliou  Gueye,  el  mismo  agricultor  de  la  vieja  cuenca  de  los 
cacahuetes  en  Senegal. 

Se  puede  tomar  literalmente  el  que  no  tratamos  con  cariño  a nuestra 
tierra.  Estamos  botando  por  baldazos  nuestra  tierra  fértil:  la  dejamos 
erosionar,  pulverizarse,  "convertirse  en  desierto";  la  regamos  hasta  la 
saciedad  y la  dejamos  salificarse;  la  agotamos  o la  abonamos  excesiva- 
mente; la  sumergimos  en  agua  con  presas  gigantescas  y botamos  nues- 
tros desechos  domésticos  e industriales  sobre  ella;  la  envenenamos  con 
pesticidas,  herbicidas  y metales  pesados.  Los  abusos  no  tienen  fin.  Y to- 
davía queda  esa  tendencia  adictiva  de  cubrir  tierra  fértil  con  montones 
de  asfalto,  de  construir  en  ella  inmensas  casas,  convertirla  en  jardines 
botánicos,  de  poner  sobre  ella  nuestras  industrias  y de  poner  campos  de 
golf  sobre  ella. 

La  pérdida  de  bosques  y praderas 

Es  difícil  creerlo.  Casi  no  se  ve  árboles  y,  sin  embargo,  Mayaram  habla 
todavía  de  un  bosque,  lo  que  fue  hasta  hace  cuarenta  años,  lleno  de  cha- 
cales y otros  animales  salvajes.:  "Cuando  éramos  niños  la  selva  estaba 
mucho  más  cerca.  Había  árboles  grandes  y pequeños,  de  hecho  no  se 
podía  ver  muy  lejos.  Cuando  sembrabas  dos  o cinco  kilos  en  un  pedazo 
pequeño,  tenías  una  cosecha  de  cientos  de  kilos,  y hasta  más.  Y para  eso 
sólo  tenías  que  soltar  la  tierra  con  un  rastrillo  mientras  que  otros  echaban 
las  semillas.  Nuestros  padres  tenían  una  vida  mejor,  no  tenían  que  traba- 
jar tan  duro.  Fue  un  período  de  gran  prosperidad". 

En  los  decenios  más  recientes  muchos  han  advertido  sobre  la  tala  com- 
pleta de  numerosas  regiones  boscosas.  A pesar  de  ello  sigue  la  tala  y 
la  quema,  y el  resultado  es  la  deforestación.  A principios  del  siglo  21 
desaparece  cada  año  entre  medio  y uno  por  ciento  del  bosque  lluvioso.  Y 
donde  se  quiere  dejar  existir  el  bosque,  se  ve  con  demasiada  frecuencia  la 
explotación  y la  siembra  a la  ligera,  muchas  veces  de  monocultivos. 

Lo  que  es  menos  conocido,  pero  igual  de  espectacular,  es  el  destino  de 
muchas  praderas  de  nuestro  planeta.  Unas  tres  cuartas  partes  de  los 
pastizales  han  perdido  su  calidad  debido  a que  se  pasta  demasiado.  Es 


78  | COMPETENCIA  A MUERTE 


decir,  que  pasta  más  ganado  de  lo  que  esas  regiones  pueden  soportar. 
Grandes  partes  se  convierten  en  desiertos  o corren  el  riesgo  de  conver- 
tirse en  desiertos.  En  muchos  sitios  de  la  región  del  Sahel  el  problema  es 
especialmente  agudo. 

Zonas  pesqueras  vaciadas 

Ya  hace  algunos  decenios  se  saca  de  la  mayoría  de  los  mares  y océanos 
más  pescado  de  lo  que  pueden  soportar.  Una  pesca  de  casi  cien  millones 
de  toneladas,  como  la  del  año  2000,  sería  el  máximo.  Así  es  que  la  pesca 
por  persona  no  puede  hacer  otra  cosa  sino  disminuir. 

Estamos  pescando  demasiado  en  nada  menos  que  el  setenta  por  ciento 
de  la  existencia  de  peces.  Al  menos,  esa  es  la  opinión  de  la  Organización 
Internacional  para  la  Alimentación  y la  Agricultura  (FAO).  Se  puede 
aprender  mucho  al  mirar  las  cifras  de  la  cosecha  de  pesca  mundial. 


Tabla  11:  Evolución  cosecha  de  pesca  a nivel  mundial  1961-2003  (x  millón  de  toneladas) 


1961 

1970 

1980 

1990 

2000 

2003 

Total 

39 

65 

72 

98 

131.0 

132 

Peces  pescados 

# 

# 

67 

85 

95,5 

90 

Peces  cultivados 

# 

# 

5 

13 

35,5 

42 

Fuente:  FAO 

* No  hay  información  individual 


Porque,  ¿qué  sucede  ahora?  Solamente  cultivando  peces  se  puede  man- 
tener la  producción  total  a nivel.  Las  pescas  en  sí  ya  pasaron  sus  límites. 
La  situación  es  peor  de  lo  que  parece.  Porque  en  peces  pescados  está 
incluida  tanto  la  pesca  en  tierra  - en  ríos  y lagos  - como  la  pesca  en  el 
océano.  Lo  que  esconde  la  Tabla  11  es  el  hecho  de  que  las  pescas  en  tierra 
siguen  aumentando  y las  pescas  en  el  océano  retroceden  a buen  ritmo. 
El  cambio  en  la  pesca  marina  viene  dándose  desde  los  años  noventa  del 
siglo  pasado.  En  1996  y 1997,  sacamos  todavía  noventa  y tres  millones 
de  toneladas;  en  1998,  esa  cifra  disminuyó  a ochenta  y siete;  un  año  des- 
pués, hasta  solamente  ochenta  y cuatro  millones  de  toneladas*. 


Schoonheydt  Robert  y Waelkens  Siska,  (red.),  Voedsel  voor  9 miljard  mensen  [comida 
para  9 mil  millones  de  personas],  p.  154-155. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 79 


El  futuro  se  pinta  aún  más  sombrío.  A finales  de  2006  la  revista  científica 
Science  publica  un  estudio  internacional  sonado.  Una  tercera  parte  de 
los  cardúmenes  de  peces  del  mundo  han  disminuido  a menos  de  una 
décima  parte  de  lo  que  alguna  vez  habían  sido  en  su  apogeo.  En  lenguaje 
claro:  prácticamente  han  desaparecido.  Pero  falta  aún  el  peor  mensaje.  Si 
continuamos  así,  todas  las  existencias  de  pescado  se  habrán  agotado  en 
los  próximos  cincuenta  años. 

¿Será  el  cultivo  de  peces  entonces  una  alternativa  viable?  Si  esos  pe- 
ces son  alimentados  con  alimento  que  proviene  de  la  tierra,  no  ganamos 
nada  con  ese  cultivo.  Será  ciertamente  una  pérdida  si  la  pesca  en  mares 
y océanos  se  perdiera. 

La  tragedia  de  los  "bienes  públicos" 

La  pesca  mundial  ilustra  como  ningún  otro  sector  el  problema  de  nues- 
tros recursos  comunes.  Están  disponibles  sin  costo,  todo  el  mundo  puede 
usarlos  libremente.  Y todo  el  mundo  actúa  como  si  fueran  inagotables. 
¿Entonces  todo  el  mundo  está  contento? 

Si,  mientras  vivimos  en  un  mundo  donde  la  economía  se  mantenga 
dentro  de  los  límites  biofísicos  de  la  tierra  y no  sobrepasemos  sus  posi- 
bilidades. Pero  surgen  problemas  cuando  la  economía  crece  demasiado, 
y especialmente  cuando  ella  olvida  que  es  parte  del  ecosistema  tierra  y 
penetra  los  límites  ecológicos.  Cada  día  más  barcos  pesqueros  más  gran- 
des procuran  primero  pescas  récord.  Pero  luego  la  canción  termina,  no 
porque  no  hubiera  suficientes  barcos,  sino  porque  ya  no  quedan  sufi- 
cientes peces. 

Debido  a que  todo  el  mundo  puede  usar  libremente  un  producto  co- 
mún o público,  en  este  caso  los  mares  y océanos  con  sus  existencias  de 
peces,  nadie  se  siente  responsable  de  mantener  ese  bien.  El  resultado  es 
que  todo  el  mundo  pierde  en  ese  caso,  ya  nadie  tiene  suficiente  pescado. 
De  ahí  la  tragedia  de  los  comunes. 

La  agricultura  moderna  no  es  tan  amigable  con  el  medio 
ambiente 

La  agricultura  industrial  puede  tener  resultados  de  producción  impre- 
sionantes. Esos  resultados  no  se  hacen  solos:  los  costos  para  el  medio 
ambiente  son  considerables,  pues  la  avaricia  de  la  agricultura  moderna 


80  | COMPETENCIA  A MUERTE 


casi  no  tiene  límites.  En  primer  lugar,  es  glotona  para  el  agua,  de  la  cual 
usa  en  medida  excesiva,  más  de  lo  que  puede  soportar  la  tierra.  En  nu- 
merosos lugares  en  el  mundo  están  descendiendo  los  mantos  acuíferos, 
según  muchos  un  mal  presagio.  Muchas  veces  se  abusa  de  la  tierra,  ero- 
sión y la  sequía  cobran  su  precio. 

La  agricultura  moderna  tiene  hambre  de  abonos  y pesticidas  quími- 
cos. Y muchas  veces  los  usa  de  manera  descuidada.  Esto  lleva  al  abo- 
no excesivo,  contaminación  del  agua  subterránea  y del  agua  potable,  y 
también  a la  acidificación  de  la  tierra.  En  realidad  estas  cosas  son  las 
fugas  del  medio  ambiente,  causadas  porque  fueron  penetrados  los  ciclos 
cerrados  de  la  agricultura  de  antes.  Abonos,  pesticidas,  plaguicidas,  her- 
bicidas, pienso,  todo  viene  de  otros  lugares.  Y la  producción  sale  hacia 
lugares  lejanos.  Estamos  muy  lejos  de  un  ciclo  ecológico  razonablemente 
cerrado,  en  el  cual  casi  no  entran  ni  salen,  por  ejemplo,  materias  nutriti- 
vas o minerales. 

Adicionalmente,  la  eficiencia  de  la  energía  en  esta  agricultura  no  es 
buena.  A veces  es  hasta  totalmente  terrible;  pensemos  en  los  frijoles  traí- 
dos desde  Kenia  o en  las  hortalizas  cultivadas  en  invernaderos,  en  las 
temporadas  frías.  Una  agricultura  industrial  que  empuja  a la  eficiencia 
al  máximo  es  con  frecuencia  un  fuerte  ataque  a los  paisajes  cultivados 
por  el  hombre,  que  tantas  personas  aprecian.  La  agricultura  moderna 
tampoco  es  muy  amigable  con  la  naturaleza.  Donde  gana  la  batalla,  ni- 
vela normalmente  la  naturaleza  con  maquinaria  pesada.  Aún  es  cierto 
que  una  agricultura  muy  productiva  puede  apenas  dejar  un  poco  más  de 
espacio  para  la  naturaleza.  Hay  que  tener  cuidado  con  las  generalizacio- 
nes. Y finalmente,  sí,  la  agricultura  también  contribuye  al  calentamiento 
de  la  tierra. 

La  erosión  genética 

Según  la  mayoría  de  las  estimaciones  los  animales  y las  plantas  desapa- 
recen unas  mil  veces  más  rápido  que  a la  velocidad  de  extinción  normal. 
Así  que  estamos  botando  nuestra  biodiversidad.  (Cita  del  libro  Terra  In- 
cógnita). 

La  erosión  genética  también  es  destrucción  del  medio  ambiente.  Pero  va- 
mos a tratar  ese  tema  aquí  por  separado,  para  brindarle  más  atención. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 8 1 


Nuestros  alimentos  vienen  de  plantas  y animales,  las  así  llamadas 
plantas  cultivadas  y el  ganado.  Es  lógico  que  todo  lo  que  destruimos 
nunca  jamás  podrá  ser  útil  para  el  ser  humano.  Sólo  imagínese  que  la 
papa  hubiera  desaparecido  antes  de  poderla  sembrar:  seguramente  el 
desarrollo  de  Europa  hubiera  sido  muy  diferente,  y quizás  los  europeos 
jamás  hubieran  sido  tan  prósperos.  En  otras  palabras,  proteger  las  for- 
mas de  vida  es  igual  a invertir  en  el  futuro. 

A principios  del  siglo  diecinueve  había  en  la  India  unas  treinta  mil  va- 
riedades de  arroz.  A finales  del  siglo  veinte  sólo  quedan  50  variedades, 
y dentro  de  poco  sólo  diez  variedades  obtendrán  tres  cuartas  partes  de 
la  cosecha. 

En  los  Estados  Unidos  sólo  queda  tres  por  ciento  de  todas  las  variedades 
de  hortalizas  que  habían  sido  registradas  por  el  Ministerio  de  Agricultu- 
ra a principios  del  siglo  veinte. 

Y podría  ser  aún  peor  y más  arriesgado.  En  los  mismos  Estados  Unidos 
la  totalidad  del  cultivo  de  soya  estaría  basada  en  el  material  genético  de 
sólo  cuatro  plantas. 

Aún  si  creemos  que  nos  bastan  las  plantas  cultivadas  existentes,  es  acon- 
sejable pensar  un  momento  en  la  extensiva  pérdida  de  biodiversidad  con 
la  agricultura  moderna,  la  así  llamada  erosión  genética.  Desde  la  revolu- 
ción verde  la  agricultura  confía  plenamente  en  los  cultivos  de  alta  pro- 
ducción, de  los  cuales  muchas  veces  se  siembra  solamente  una  variedad 
en  grandes  superficies.  Ese  monocultivo  es  eficiente  y produce  ingresos 
altos. 

Los  agricultores  tradicionales  detestan  ese  monocultivo  por  los  altí- 
simos riesgos.  Porque,  ¿qué  pasa  si  algo  sale  mal  con  ese  único  cultivo? 
Te  encuentras  totalmente  en  una  situación  vulnerable.  En  1970  se  perdió 
una  quinta  parte  de  la  cosecha  de  maíz  norteamericano  a causa  de  un 
hongo;  al  poco  tiempo,  un  virus  destruyó  casi  toda  la  cosecha  de  arroz 
en  las  Filipinas  - siendo  el  arroz  la  comida  básica. 

La  biotecnología:  ¿Una  maldición  para  la  biodiversidad? 

La  biotecnología,  y particularmente  la  tecnología  genética,  ofrecen  fuer- 
tes perspectivas  para  solucionar  los  problemas  alimentarios  del  mundo. 
Pero  existe  el  temor  que  la  biotecnología  y la  biodiversidad  entren  en 


82  | COMPETENCIA  A MUERTE 


conflicto  la  una  con  la  otra.  La  existencia  de  la  biotecnología  cubre  una 
amplia  base  genética  de  plantas  y animales,  pero  está  especialmente  in- 
teresada en  genes  importantes,  en  genes  comercialmente  interesantes.  La 
biotecnología  no  "pierde  sueño"  por  una  gran  biodiversidad. 

Además  de  eso,  la  tecnología  genética  se  concentrará  en  las  supuestas 
cifras  de  éxito  de  las  variedades  recién  creadas  de  plantas  y animales.  Y 
entonces  reconoceremos  pronto  la  vieja  historia  de  la  revolución  verde: 
el  uso  masivo  de  una  cantidad  limitada  de  cultivos  y animales  manipula- 
dos genéticamente  hará  que  la  erosión  genética  ocurra  aún  más  rápido. 

Alimentos  genéticamente  modificados 

Murieron  dos  veces  más  polluelos  que  comieron  maíz  genéticamente 
modificado  que  polluelos  que  comieron  maíz  corriente.  En  abril  de  2002 
la  BBC  descubrió  que  los  resultados  negativos  de  estas  pruebas  de  maíz 
genéticamente  modificado  fueron  dejados  de  lado  cuando  esa  variedad 
fue  admitida  seis  años  antes.  La  aprobación  se  dio  entonces  porque  "no 
hay  consecuencias  para  seres  humanos  y para  el  medio  ambiente". 

Y aún  existe  más  discusión  y protesta  sobre  la  biotecnología.  Porque  las 
nuevas  técnicas  pueden  ejercer  una  enorme  influencia  sobre  la  agricul- 
tura, la  silvicultura  y la  pesca;  es  decir,  sobre  todo  el  sector  alimentario 
anteponiendo  algunas  preguntas  ineludibles,  tales  como:  ¿Pueden  plan- 
tas o animales  genéticamente  modificados  dañar  la  salud?  ¿Y  pueden  los 
genes  extraños  causar  riesgos  para  el  medio  ambiente?  Estas  preguntas 
no  están  sin  compromiso.  Los  agricultores  canadienses  y estadouniden- 
ses cultivan  masivamente  soya  y maíz  genéticamente  modificados,  que 
se  exportan  también  a Europa  y que  aquí  terminan  en  productos  alimen- 
tarios. Es  probable  que  luego  también  el  arroz  chino  sea  en  gran  medida 
genéticamente  modificado,  y eso  podrá  ocurrir  sin  suficiente  investiga- 
ción de  los  riesgos  para  la  salud  y el  medio  ambiente.  Pero  no  podemos 
estar  tranquilos  con  eso,  por  más  que  los  biotecnólogos  estén  apresu- 
radamente entusiasmados  con  las  ventajas.  Los  cultivos  genéticamente 
modificados  pueden  causar  reacciones  alérgicas  en  algunas  personas; 
una  planta  modificada  puede  reaccionar  totalmente  diferente  de  lo  que 
fue  previsto,  podrá,  por  ejemplo,  ser  mucho  más  fértil;  sus  característi- 
cas podrían  saltar  a otras  plantas  con  consecuencias  imprevisibles;  las 
consecuencias  para  insectos  y pájaros  podrían  resultar  muy  diferentes 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 83 


de  lo  que  se  esperaba.  Los  científicos  descubrieron  en  1999  que  el  maíz 
genéticamente  modificado  es  peligroso  para  las  larvas  de  la  mariposa 
monarca.  Estas  cosas  nos  pueden  llevar  a pensar  que  tenemos  a la  natu- 
raleza en  nuestras  manos,  pero  ésta  es  demasiado  impredecible. 

Abuso  ecológico 

Si  no  tratamos  la  destrucción  del  medio  ambiente  con  seriedad,  perde- 
remos en  treinta  años  el  setenta  por  ciento  de  las  riquezas  naturales  de 
la  tierra. 

(Programa  del  medio  ambiente  de  las  Naciones  Unidas,  mayo  de  2002) 

Nuestro  mayor  capital  para  producir  riqueza  económica  es  sin  duda  la 
tierra.  Si  la  tratamos  de  manera  sostenible,  es  una  fuente  inagotable  de 
agua  pura,  alimentos,  energía  y materias  primas.  Pero  dañamos  y bota- 
mos nuestra  biomasa.  Perdemos  plantas  y animales  a un  ritmo  jamás  vis- 
to. Es  irónico  tener  que  constatar  que  nuestro  sistema  económico  ignora 
tanto  esa  tierra  y que,  por  lo  tanto,  actúa  de  manera  muy  anticapitalista. 
Ya  no  vivimos  en  un  mundo  abierto,  donde  el  ser  humano  puede  permi- 
tirse prácticamente  todo,  porque  sus  acciones  no  se  notan  en  la  natura- 
leza casi  inmensurable.  En  el  transcurso  del  siglo  pasado  llegamos  a un 
mundo  cerrado,  en  el  cual  nuestro  actuar  económico  carcomía  la  tierra. 
Y eso  afectaría  la  generación  de  nuestra  prosperidad. 

Deuda  ecológica 

El  sistema  económico  actual  funciona  a favor  de  los  países  ricos,  tal  y 
como  lo  hizo  notar  la  tasa  de  cambio  a la  baja  (ver  dos  capítulos  antes). 
Absorbe  además,  ilegal  y excesivamente,  las  riquezas  naturales  de  mu- 
chos países  en  vías  de  desarrollo.  Sólo  la  cantidad  excesiva  de  cultivos 
para  la  exportación  que  crecen  en  sus  tierras  causan  una  tala  ecológica. 
Por  consiguiente,  ese  acaparamiento  es  tan  grande  que  los  recursos  son 
destruidos  parcial  o hasta  totalmente.  Imagínese,  por  ejemplo,  la  defo- 
restación y la  pesca  excesiva  que  dañan  casi  irreparablemente  los  bos- 
ques y las  aguas.  De  tal  manera  pierden  hasta  su  capital  natural.  Cada 
vez  más  se  está  integrando  el  término  deuda  ecológica  para  esa  relación. 
Esta  es  la  responsabilidad,  creada  en  el  curso  de  muchos  años,  de  los 
países  ricos  e industrializados  frente  a los  países  en  vías  de  desarrollo. 


84  | COMPETENCIA  A MUERTE 


porque  estos  últimos  han  financiado  en  gran  medida  el  desarrollo  y la 
prosperidad  de  los  primeros.  Nadie  habla  del  pago  de  esa  deuda  ecoló- 
gica, que  es  mucho  más  grande  que  la  carga  financiera  de  deudas  de  los 
países  en  vías  de  desarrollo. 

La  destrucción  del  medio  ambiente  genera  pobreza 

En  nuestros  mapas,  la  creciente  pobreza  en  el  campo  es  la  cara  oculta  de 
la  luna,  un  punto  muerto. 

Los  economistas  disputan  mucho  sobre  las  cifras  de  la  pobreza  y des- 
igualdad. Difícilmente  se  ponen  de  acuerdo  sobre  si  suben  o si  bajan. 
Pero  sí  crece  el  consenso  que  la  desigualdad  no  disminuye.  En  mi  opi- 
nión, andan  en  gran  medida  a ciegas  cuando  se  trata  de  la  pobreza.  La 
brújula  más  importante  que  manejan,  la  regla  graduada  del  PIB,  es  muy 
importante,  seguramente  si  uno  trata  de  medir  con  ella  la  prosperidad  o 
la  pobreza  en  el  campo.  Allí  la  creciente  pobreza  no  se  traduce  en  cifras. 
Yo  estoy  convencido  de  que  esa  pobreza  es  muy  subestimada.  Una  de  las 
razones  de  ello  es  el  rápido  crecimiento  de  la  distribución  desigual  de  la 
prosperidad  en  casi  todos  los  países.  Ella  aparece  con  mucho  atraso  en  las 
cifras.  La  principal  razón  de  la  fuerte  subestimación  es,  sin  embargo,  que 
no  se  calcula  la  inmensa  pérdida  de  patrimonio  natural  que  ha  ocurrido 
en  los  últimos  decenios.  La  pérdida  o el  deterioro  cualitativo  de  la  tierra 
para  la  agricultura,  existencias  de  agua  dulce,  bosques,  zonas  de  pesca  y 
pastizales,  afecta  inmediatamente  la  prosperidad  y los  ingresos  de  todos 
los  que  tienen  que  vivir  de  ellos.  Muchos  cientos  de  millones  de  personas 
comen  lo  que  producen  sus  tierras.  Se  satisfacen  ellos  mismos  en  gran 
parte  sus  necesidades  con  lo  que  les  producen  esos  recursos.  Pero  si  esos 
recursos  producen  cada  día  menos,  tienen  menos  qué  comer,  les  es  más 
difícil  conseguir  agua  potable,  ya  no  encuentran  madera  o los  rebaños  se 
diezman;  es  decir:  se  hacen  más  pobres.  Se  puede  observar  que  antes  los 
rendimientos  de  esa  autosuficiencia  tampoco  se  calculaban  en  el  PIB.  Y 
es  correcto.  Pero  la  constatación  fundamental  es  que  los  rendimientos  no 
calculados  de  la  naturaleza  para  la  autosuficiencia  eran  mucho  más  altos 
de  lo  que  produce  la  naturaleza  hoy  día.  Y debido  a eso,  el  ingreso  y el 
nivel  de  vida  de  todas  esas  personas  de  hecho  bajan  drásticamente. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 85 


4.  La  tala  social 

El  conductor  del  4x4  acelera,  acelera  mucho.  Se  trata  de  cruzar  con  sufi- 
ciente velocidad  el  río  para  poder  salir  del  otro  lado  sin  problemas.  Un 
poco  más  adelante  Walter  Cominetti  quiere  mostramos  el  pueblo  aban- 
donado. "Antes  toda  la  orilla  estaba  habitada.  Esta  parroquia  tenía  52 
familias,  vivían  un  total  de  200  personas  en  esta  comunidad.  Cuando  la 
tierra  ya  no  producía  nada  por  el  empobrecimiento  y la  erosión,  todos 
los  jóvenes  se  fueron  a la  ciudad". 

En  Hong  Kong,  la  científica  y activista  de  la  India,  Vandana  Shiva,  habla 
delante  de  una  cámara  de  televisión.  No  para  de  contar  cuán  mala  puede 
ser  la  globalización.  "En  la  India  cuatrocientos  mil  agricultores  se  suici- 
daron en  las  áreas  donde  la  agricultura  globalizada  avanzaba  con  mayor 
velocidad". 

¿Y  de  veras  las  cosas  van  tan  mal? 

- Por  primera  vez  desde  la  independencia  nos  estamos  preocupando  de 
verdad.  En  muchos  pueblos  ya  no  quedan  jóvenes.  (Respuesta  de  una 
docente  de  cincuenta  y cinco  años  de  edad,  Senegal). 

No  hay  solamente  la  tala  económica  y ecológica.  La  consecuencia  de  es- 
tas talas  es  la  tala  social  en  el  campo,  que  es  igual  de  mala.  Les  recorda- 
mos que  la  agricultura  mundial  actual  genera  precios  que  bajan,  ingresos 
inferiores,  pobreza  y desempleo.  Es  un  deterioro  económico  que  produ- 
ce desigualdad,  hambre  y enfermedades,  como  pudimos  ver  claramente 
en  La  cara  del  hambre,  capítulo  tres  de  la  primera  parte.  Escuchamos 
desde  diferentes  rincones  del  mundo  cómo  esto  lleva  al  estrés  constante, 
sí,  hasta  al  suicidio.  Con  frecuencia  las  cifras  de  suicidio  más  altas  están 
entre  los  campesinos  en  el  campo. 


86  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Huida  del  campo 

Cerca  de  Chennai,  anteriormente  Madras,  nos  encontramos  con  algunas 
inmigrantes.  Exponemos  su  historia  en  un  documental  corto  Short  Cuts 
of  India  [Atajos  de  la  India]:. 

"Venimos  de  pueblos  en  Andra  Pradesh,  somos  cuarenta  y cinco.  Traba- 
jamos seis  días  por  semana,  y no  todos  los  días  hay  trabajo  para  nosotras. 
A veces  hay  trabajo  por  seis  días,  algunas  veces  solamente  cuatro,  y algu- 
nas veces  no  hay  trabajo  hasta  por  una  semana  entera.  Nuestros  ingresos 
son  apenas  suficientes  para  poder  comer.  Otro  ingreso  no  hay". 
"Venimos  para  acá  para  ganarnos  la  comida.  Cuando  recibimos  nuestros 
salarios,  llegan  los  bandidos  locales.  Nos  extorsionan  nuestro  dinero.  Si 
no  se  lo  damos,  nos  piden  nuestras  niñas.  Tenemos  tan  poco  y todavía 
nos  lo  quitan". 

Esa  tala  es  la  razón  por  la  cual  tanta  gente  en  los  países  pobres  huye  a las 
ciudades  grandes.  La  capital  de  Senegal,  Dakar,  tenía  cien  mil  habitantes 
después  de  la  Segunda  Guerra  Mundial,  y medio  siglo  después  ese  nú- 
mero creció  de  dos  y medio  a tres  millones  de  habitantes,  y Dakar  no  es 
la  ciudad  que  crece  más  rápido  en  el  mundo.  Los  emigrantes  del  campo 
buscan  trabajo,  buscan  un  ingreso.  Pero  muchas  veces  no  lo  encontrarán. 
Porque  en  muchas  de  esas  ciudades  la  industria  va  mal  y desaparece  y 
las  fábricas  se  cierran.  Hay  desindustrialización.  Y desde  luego  existe 
también  menos  necesidad  de  servicios  para  esa  industria.  También  las 
autoridades,  escuelas,  clínicas,  necesitan  menos  personal  - piense  en  los 
ahorros  impuestos  por  el  FMI  - y no  pueden  entonces  invertir  en  un  fu- 
turo mejor.  Solamente  crece  fuertemente  el  supuesto  sector  informal  de 
varios  tallercitos,  personas  que  hacen  trabajos  y reparaciones  pequeños 
y vendedores  de  la  calle,  que  a veces  son  casi  supermercados  ambulan- 
tes. Pero  es  casi  imposible  ganarte  un  ingreso  viable  cuando  tienes  que 
vender  los  cigarrillos  por  unidad. 

Roto  el  equilibrio  ciudad-campo 

Existe  todavía  otro  lado  oscuro  de  esa  invasión  de  trabajo  a las  ciuda- 
des, en  el  cual  los  nuevos  trabajadores  compiten  con  los  trabajadores  de 
la  ciudad.  Empuja  los  ingresos  hacia  abajo.  ¿Por  qué?  Los  salarios  más 
bajos  en  las  ciudades  son  un  poco  más  altos  que  el  ingreso  de  los  agri- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 87 


cultores  más  pobres,  y eso  es  lo  que  los  llama  a la  ciudad.  Cuando  baja  el 
poder  adquisitivo  de  los  agricultores  más  pobres,  ellos  están  dispuestos 
a ir  a trabajar  en  la  ciudad  por  menos  dinero,  y entonces  también  allí 
bajarán  los  sueldos. 

En  realidad  son  entonces  los  ingresos  mínimos  de  los  agricultores 
más  pobres  los  que  definen  el  salario  mínimo  en  la  ciudad.  El  que  piensa 
que  la  ciudad  y el  campo  son  separados  uno  del  otro  se  equivoca.  Al  final, 
para  ellos  dos,  la  cosa  es  juntos  para  bien  y para  mal.  La  ciudad  no  puede 
permitirse  descuidar  por  mucho  tiempo  el  campo.  Cuando  los  sindicatos 
y todos  los  que  luchan  por  salarios  dignos  se  preguntan  de  dónde  sigue 
viniendo  esa  presión  a la  baja  sobre  los  salarios  en  las  ciudades,  ahora 
conocen  la  respuesta.  No  pueden  llevar  a cabo  sus  acciones  como  si  la 
pobreza  de  los  agricultores  no  fuera  de  su  incumbencia.  La  formación  de 
alianzas  entre  sindicatos  y movimientos  campesinos  es  el  mejor  camino 
para  defender  sus  intereses  comunes  - un  ingreso  digno. 

Una  sociedad  no  baila  en  una  sola  pierna  agraria 

"¿Y  ahora  qué  con  el  campo?",  le  pregunto  al  representante  del  Fondo 
Monetario  Internacional  (FMI)  en  Senegal. 

"Bueno,  con  sólo  la  agricultura  no  lo  logras,  pero  otra  cosa  no  es  posible 
porque  la  gente  no  está  capacitada". 

Contesto  que  el  FMI  carga  una  gran  responsabilidad  en  el  deterioro  de 
la  educación.  Pero  no  tengo  permiso  para  preguntar  eso,  nada  de  pre- 
guntas sobre  el  pasado.  Y es  un  hecho  que  muchísimas  personas  quieren 
saber,  con  seguridad,  exactamente  esa  respuesta. 

"No  queremos  solamente  exportar  algodón.  Debemos  procesar  nosotros 
mismos  ese  algodón  y producir  telas.  Así  es  como  se  construye  una  in- 
dustria." (Mamadou  Cissokho,  presidente  honorario  Roppa,  dirigente 
campesino  de  África  Occidental). 

Cualquiera  que  sea  el  papel  que  juega  el  FMI,  esa  observación  está  jus- 
tificada. No  interesa  lo  importante  que  sea  la  agricultura;  para  una  so- 
ciedad próspera,  se  necesita  más.  Se  necesitan  docentes  y personal  de 
enfermería.  Una  persona  no  vive  solamente  de  pan.  Necesita  ropa,  una 
casa,  transporte,  quiere  informarse.  Es  por  eso  que  los  países  prósperos 
se  han  industrializado  y han  desarrollado  un  sector  de  servicios  muy 


88  I COMPETENCIA  A MUERTE 


variado;  de  esa  manera  han  obtenido  una  máquina  para  la  prosperidad. 
Qué  diferentes  son  todavía  las  cosas  en  muchos  países  del  sur.  Sólo  mire 
lo  que  pasa  con  el  algodón  de  África  Occidental.  En  la  fábrica  de  desgra- 
nado vemos  cómo  las  fibras  se  separan  de  los  granos. 

"Eso  es  más  o menos  todo  lo  que  se  procesa  aquí",  dice  el  director, 
Bachir  Diop.  "El  año  pasado  exportamos  el  noventa  y ocho  por  ciento  del 
algodón  de  Senegal  al  exterior  porque  la  fábricas  nacionales  de  hilos  sólo 
pueden  procesar  muy  poco  algodón". 

Es  sorprendente,  porque  los  senegaleses  usan  ropa  de  algodón.  Pero 
ellos  tienen  que  importar  esa  ropa.  El  director  está  francamente  en  con- 
tra de  la  exportación  del  algodón  y lucha  por  el  derecho  a una  industria 
propia.  También  los  agricultores  están  a favor  de  eso,  como  el  dirigente 
campesino,  Mamadou  Cissokho,  de  la  organización  senegalesa  de  cam- 
pesinos CNCR  quien  expresa:  "Nuestros  ministros,  que  tienen  que  ir  a la 
Organización  Mundial  del  Comercio,  deben  entender  que  no  queremos 
solamente  exportar  el  algodón.  Esa  es  la  lucha  que  tenemos  que  pelear 
aquí  en  África.  Hay  que  prohibir  la  ropa  de  segunda  mano  de  Europa, 
que  nos  inunda.  Tenemos  que  procesar  nosotros  mismos  el  algodón  y 
producir  telas.  Esa  es  la  manera  de  desarrollar  una  industria". 

Se  agarra  la  camisa  como  argumento  convincente:  "Esto  es  algodón 
de  Burkina  Faso,  tejido  por  tejedores  Burkineses.  Por  eso  lo  escojo,  este 
es  el  futuro  de  nuestro  algodón". 

También  el  director  Diop  viste  ropa  de  algodón  y sabe  por  qué:  "Juré 
que  jamás  me  pondría  un  traje  y corbata,  ni  siquiera  si  es  la  norma  mun- 
dial. Esa  norma  debe  desaparecer.  Nos  vestimos  con  nuestro  algodón 
africano". 

Adiós  modelo  económico  y de  prosperidad  exitosa 

¿Por  qué  no  lo  hacen,  porqué  no  desarrollan  sus  propias  fábricas?  Bueno, 
empiece,  intente  levantar  una  industria  de  la  nada  que  tiene  que  com- 
petir inmediatamente  en  mercados  totalmente  abiertos  con  todas  esas 
empresas  adultas  de  países  que  se  industrializaron  hace  veinte,  treinta,  o 
más  años.  Es  simplemente  imposible.  Ningún  país  jamás  lo  ha  logrado. 
Todos  los  países  ricos  se  industrializaron  detrás  de  fronteras  más  o me- 
nos cerradas,  desde  Gran  Bretaña  hasta  Corea  del  Sur  y China.  Pero  aho- 
ra eso  ya  no  se  permite.  La  Organización  Mundial  del  Comercio  (OMC) 
aboga  por  mercados  que  siempre  tienen  que  ser  totalmente  abiertos.  Y el 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNOO  | 89 


mundo  se  deja  llevar,  aún  cuando  el  mercado  mundial  abierto  no  ofrezca 
la  solución  más  adecuada  y las  consecuencias  sean  hasta  desastrosas. 
Porque  sí  son  desastrosas  para  los  países  pobres.  Para  ellos  significa,  en 
primer  lugar,  que  no  pueden  proteger  sus  propios  mercados  agrarios, 
por  lo  cual  se  reduce  el  nivel  de  vida  en  el  campo  donde  todavía  vive  la 
mayoría.  Además,  se  les  hizo  imposible  desarrollar  sus  propias  fábricas 
y poder  protegerlas  - especialmente  en  la  fase  principal  - lo  que  todos  los 
países  industrializados  sí  podían  hacer  antes. 

Así  que  hemos  olvidado  la  lección  de  la  historia.  Todos  los  países  ricos 
han  hecho  su  agricultura  más  productiva.  Utilizaron  a las  personas  y 
los  recursos  liberados  para  industrializarse  - el  supuesto  excedente.  Y la 
propia  sociedad,  ciertamente  también  el  propio  campo  que  podía  gozar 
de  un  poder  adquisitivo  limitado,  sirvió  como  su  primer  mercado  de 
ventas.  Cualesquiera  otras  causas  que  puedan  existir  para  que  especial- 
mente África  siga  atascada  en  la  pobreza,  la  más  importante  de  ellas  es 
que  todo  eso  ya  no  puede  ser.  Quien  debe  trabajar,  según  la  libreta  de  la 
OMC,  el  FMI  y el  Banco  Mundial  - y muchos  países  han  sido  obligados 
a hacerlo  en  los  últimos  decenios  - dice  adiós  al  más  exitoso  modelo  eco- 
nómico y de  prosperidad,  de  Este  a Oeste  y de  Norte  a Sur. 

Buscando  una  vida  mejor 

Hace  algunos  años  me  encontré  cerca  del  Coliseo,  en  Roma,  con  dos  afri- 
canos que  tenían  un  pequeño  negocio.  Empecé  a hablar  con  ellos,  por 
curiosidad  más  que  por  otra  cosa.  Eran  de  Senegal. 

Hace  más  de  veinticinco  años  cruzamos  la  frontera  entre  San  Diego  en 
California  y Tijuana  en  México.  Ya  en  aquel  entonces  existía  ese  muro, 
para  "detenerlos",  a los  mexicanos,  hondureños,  colombianos  y todos 
los  otros  emigrantes. 

Para  escapar  a la  pobreza,  las  familias  senegalesas  invirtieron  mientras 
tanto  en  un  miembro  de  la  familia  que  emigraba,  principalmente  a Euro- 
pa, para  trabajar  allá  y enviar  el  dinero  ahorrado  a la  familia  que  quedó 
atrás.  Los  encuentras  en  las  calles  de  los  centros  urbanos  en  Italia,  donde 
venden  de  todo  un  poco.  Esa  es  la  dinámica  que  gobierna  el  mundo  ac- 
tualmente, la  misma  historia  de  empobrecimiento  e ingresos  que  colap- 


90  | COMPETENCIA  A MUERTE 


san  en  el  campo  en  Senegal  y en  casi  toda  África,  Honduras  y la  mayor 
parte  de  Centro  y Suramérica,  hasta  en  grandes  partes  de  Asia  - particu- 
larmente en  el  sur  de  Asia  - Rusia  y el  Este  de  Europa.  Y en  todas  partes 
del  sur  la  gente  está  emigrando  a las  ciudades,  ciudades  desbordadas 
que  no  son  capaces  de  satisfacer  las  crecientes  necesidades  de  trabajo  y 
servicios;  y la  gente  se  va  aún  más  lejos,  a lugares  en  el  Mundo  donde 
esperan  poder  ganarse  algo:  Norteamérica,  Europa,  Asia  Oriental,  Su- 
dáfrica. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 9 1 


5.  El  camino  de  la  agroindustria 

En  Hong  Kong  los  campesinos  de  todo  el  mundo  se  manifiestan  contra 
lo  que  la  Organización  Mundial  del  Comercio  (OMC)  trae  en  la  manga 
para  ellos.  El  dirigente  campesino  brasileño  Altemir  Tortelli  se  enfoca 
con  perspicacia  en  el  tema  central:  "Estamos  librando  una  lucha  entre 
dos  modelos  de  agricultura.  Está  la  agroindustria  y está  el  modelo  que 
defendemos,  en  el  cual  la  agricultura  y la  familia  ocupan  un  lugar  cen- 
tral, en  el  cual  los  agricultores  producen  comida  para  ellos  mismos  y en 
particular  para  los  brasileños". 

De  hecho,  en  nuestro  mundo,  la  agricultura  ha  tomado  un  camino  dife- 
rente al  que  quería  Altemir  Tortelli  y de  lo  que  quieren  los  agricultores 
y sus  organizaciones.  Ya  sabemos  lo  poco  adecuado  que  es  el  mercado 
mundial  para  la  agricultura  y para  todos  los  que  tienen  que  vivir  de  ella. 
Los  agricultores  ya  casi  no  pueden  o del  todo  no  pueden  vivir  de  lo  que 
producen.  El  hambre  no  es  un  producto  secundario,  sino  más  bien  un 
producto  principal  de  la  forma  en  la  cual  producimos  actualmente  los 
alimentos. 

Los  más  grandes  se  comen  a los  más  pequeños 

Es  la  lógica  de  ese  mercado  mundial  que  domina  la  agricultura.  Asimilar 
los  precios  o la  demanda  no  es  una  opción,  los  mercados  pueden  hacer 
lo  que  les  da  la  gana,  ellos  "deciden".  Esa  palabra  está  entre  comillas 
al  propio.  Porque,  en  la  práctica,  la  verdad  es  que  el  mundo  pertenece 
a quienes  mejor  sepan  dominar  el  juego  de  los  mercados.  Léase:  ellos 
se  llevan  la  plusvalía,  la  ganancia.  La  razón  de  esto  es  muy  sencilla:  en 
mercados  que  funcionan  mal,  el  que  se  niega  a intervenir  a favor  de  los 
más  débiles  está  organizando  en  realidad  el  poder  de  los  más  fuertes. 
Todas  las  bobadas  que  se  hablan  sobre  la  necesidad  de  la  liberalización 
y la  desregulación  de  los  mercados  agrarios  no  pueden  liberar  a ningún 
gobierno  de  su  responsabilidad  hacia  sus  ciudadanos,  y tampoco  a la 


92  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Organización  Mundial  del  Comercio  (OMC)  hacia  todas  las  personas. 
Todas  las  personas  tienen  derecho  a vivir  humanamente  y,  por  ende, 
se  necesita  acciones  y regulación  cuando  el  mercado  provoca  injusticia. 
Pero  por  ahora  tenemos  que  aguantarlo,  probablemente  por  buen  rato. 
¿Qué  pasa  entonces  dentro  de  esa  lógica  del  mercado?  Los  más  grandes 
se  comen  a los  más  pequeños. 

La  maldición  del  latifundio 

A finales  del  siglo  pasado  el  más  grande  magnate  de  la  construcción 
de  Brasil  logró  apoderarse  de  una  propiedad  que  es  tan  grande  como 
Holanda  y Bélgica  juntos;  siete  millones  de  hectáreas.  Los  tres  millones 
de  propietarios  más  pequeños  de  Brasil  poseen  juntos  sesenta  y nueve 
millones  de  hectáreas  de  tierra.  Y para  casi  cinco  millones  de  familias 
agricultoras  no  hay  nada  de  tierra. 

Si  la  profesión  de  la  agricultura  no  puede  garantizar  un  ingreso  justo,  se 
tiene  que  producir  más. 

Eso  depende,  en  primer  lugar,  de  tener  suficiente  tierra  fértil.  Quiere 
decir  que  la  tierra  es  un  factor  crucial  para  la  producción.  Estamos  de 
acuerdo  que  no  es  tan  eficiente  cuando  el  cincuenta  o hasta  el  setenta 
o más  por  ciento  de  las  personas  activas  de  un  país  son  agricultores. 
Pero  eso  cambia  completamente  cuando  solamente  uno  o dos  por  ciento 
o menos  de  la  población  profesional  se  queda  en  la  agricultura.  Y este 
cuadro  se  pinta  aún  más  oscuro  cuando  de  esta  última  la  gran  mayoría, 
principalmente  las  familias  agricultoras,  está  desahuciada.  Y el  lado  más 
oscuro  es  el  fenómeno  del  latifundio,  una  concentración  muy  grande  de 
tierra  cultivable  en  manos  de  muy  pocos,  a veces  solamente  un  puñado 
de  latifundistas.  Esto  es  un  hecho  en  América  Central  y Sur  América, 
pero  también  en  algunos  países  africanos  y asiáticos.  Y no  se  le  ocurra 
pensar  que  la  cacería  por  las  mejores  tierras  haya  terminado.  La  deman- 
da explosiva  de  cultivos  para  energía  contribuirá  ahora  en  gran  medida 
a esa  cacería.  Y esa  cacería  hace  que  la  tierra  sea  interesante  para  la  gran 
cantidad  de  dinero  que  busca  destinos  rentables  en  los  mercados  finan- 
cieros mundiales.  La  tierra  cultivable  todavía  está  concentrada  en  cada 
vez  menos  manos.  Esto  inevitablemente  resulta  en  más  desigualdad.  El 
latifundio  conduce  a que  la  mayoría  de  los  habitantes  del  campo  tenga 
muy  poca  o nada  de  tierra  para  cultivar.  Y de  una  vez  se  queda  también 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 93 


casi  sin  recursos  para  subsistir:  con  tan  poca  tierra,  y particularmente 
sin  tierra,  es  imposible  obtener  suficiente  ingreso  y comida.  Conocemos 
las  consecuencias:  pobreza,  desnutrición  - y a veces  hasta  hambruna  -, 
emigración  y huida  del  campo. 

La  industrialización  de  la  agricultura 

"Los  dos  robots  para  ordeñar  las  vacas  me  costaron  doscientos  mil  euros. 

Con  todos  los  gastos  adicionales  es  una  inversión  de  doscientos  cincuen- 
ta mil  euros".  (Jean-Frangois  Cordon,  agricultor  francés). 

El  adquirir  la  máxima  cantidad  de  tierra  que  se  pueda  no  es  la  única  llave 
a una  mayor  producción.  Especialmente  después  de  la  Segunda  Guerra 
Mundial,  la  agricultura  industrial  empezó  a ganar  terreno.  Conquista 
todo  el  mundo  rico.  Y la  revolución  verde  empezó  a imponerse  también 
en  el  resto  del  mundo,  pero  queda  en  gran  medida  limitada  a los  agricul- 
tores más  grandes  y ricos.  Esa  industrialización  significa  en  realidad  que 
hay  que  aumentar  la  producción  como  sea. 

Empecemos  desde  el  principio:  existen  semillas  selectas.  Esas  semillas 
mejoradas  producen  una  cosecha  más  grande.  El  abono  las  hace  crecer, 
eso  lo  sabemos  todos.  La  producción  de  abono  natural  ahora  recibe  un 
gran  refuerzo:  la  industria  química  produce  abonos  a granel. 

Con  el  fin  de  proteger  a los  cultivos  delicados  contra  la  supuesta  mala 
hierba,  insectos  y enfermedades,  esa  industria  química  produce  enton- 
ces pesticidas;  entre  otras  cosas,  arar,  sembrar,  plantar,  abonar,  fumigar, 
cosechar  o arrancar:  hay  mucho  trabajo  en  la  agricultura  industrial.  Para 
lograr  hacer  todo  ese  trabajo  existe  una  sobreoferta  de  toda  clase  de  ma- 
quinaria. 

También  la  horticultura  está  experimentando  esos  fuertes  cambios  tec- 
nológicos. Además  de  eso,  el  sector  de  la  construcción  está  presentando 
enormes  invernaderos  con  todo  lo  necesario.  Intensifican  y optimizan 
todo  el  proceso  de  producción.  Parecen  charlas  de  ventas,  pero  en  realidad 
es  la  dirección  que  se  ha  tomado.  Se  crean  las  mejores  condiciones  para  el 
crecimiento.  De  esa  manera  el  rendimiento  es  más  alto  y se  hace  posible 
cultivar  todo  el  año.  Para  los  sectores  de  la  ganadería,  crianza  de  cerdos  y 
de  pollos  existen  enormes  establos,  pocilgas  y gallineros  ilave-en-puerta. 


94  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Aumenta  con  ello  el  número  de  animales,  decenas,  cientos,  a veces  hasta 
miles  y más  en  una  explotación  agrícola.  Los  animales  son  más  producti- 
vos que  antes,  de  eso  se  ocupa  el  perfeccionamiento  y el  mejoramiento  que 
consiste  en  cada  vez  más  novedades  industriales  y tecnológicas.  El  alimento 
para  el  ganado  ya  no  es  preocupación  para  el  agricultor.  El  sector  de  los  ali- 
mentos para  animales  tiene  alas  a todas  partes  y está  encantado  de  vender. 
Los  establos  de  antes  evolucionan  y se  convierten  en  verdaderas  fábricas.  Al 
igual  que  en  la  industria,  las  materias  primas  - el  alimento  - son  entregadas. 
La  manufactura  - dar  de  comer  - se  hace  automáticamente.  Encienden  ro- 
bots que  ordeñan  las  vacas.  ¿Y  eliminan  el  estiércol?  También  automático. 
Prácticamente  todo  está  computarizado.  Que  aprendan  algunos  de  los  otros 
sectores  económicos. 

El  crédito  es  un  recurso  milagroso  para  pagar  todo  eso.  Muchas  ve- 
ces es  también  el  cebo  para  pilotar  al  agricultor  a entrar  en  el  nuevo  y 
maravilloso  mundo  de  siempre  más  y cada  vez  más  intensivo.  Especial- 
mente para  los  agricultores  del  mundo  rico,  la  alfombra  roja  del  crédito 
está  muy  bien  extendida.  Y su  camita  hacia  el  nuevo  mundo  parece  estar 
totalmente  cubierta  de  subsidios,  otros  mecanismos  de  apoyo  y a veces 
también  protección  del  mercado. 

O bien:  esa  camita  parecía  estar  cubierta. . . 

Muchos  agricultores  y más  ex  agricultores  ya  están  seguros.  No  es 
que  rechazan  la  tecnología  o las  renovaciones,  seguro  que  no.  Pero  las 
afirmaciones  y los  cuentos  de  que  con  ello  compran  un  lindo  futuro  re- 
sultaron ser  un  deslumbramiento  doloroso. 

Vaca  80  tiene  un  problema 

En  su  oficina  limpia  el  gerente  puede  ver  la  nave  de  producción  a través 
del  vidrio.  Pero  está  más  ocupado  viendo  los  datos  en  la  pantalla  de  su 
computadora:  "Mira,  la  vaca  número  80  tiene  un  problema.  No  fue  or- 
deñada completamente  por  el  robot."  (Jean-Frangois  Cordon,  agricultor 
francés). 

Aumentar  la  producción  no  conduce  necesariamente  a un  futuro  color 
de  rosa.  Cuesta  manos  llenas  de  dinero  en  inversiones.  Pero,  en  los  mer- 
cados mundiales,  los  precios  de  muchos  productos  agrarios  bajan  más 
rápido  de  lo  que  pueden  compensar  los  aumentos  en  la  productividad, 
que  fueron  pagados  muy  caros.  La  agricultura  industrial  tira  a los  agri- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 95 


cultores  más  débiles  por  la  borda.  Siempre  aparecen  agricultores  más 
pobres  que  hay  que  sacar.  Pero,  ¿los  que  quedan  son  entonces  los  más 
fuertes?  Se  lanzan  con  pasión  sobre  la  tierra  que  quedó  libre,  sacan  prés- 
tamos hasta  ahorcarse  para  realizar  más  ingresos,  se  lanzan  a la  exporta- 
ción, sólo  para  confirmar  que  siguen  siendo  débiles. 

"El  precio  sigue  bajando.  La  bolsa  de  granos  en  Chicago  es  la  que  decide 

sobre  eso,  y no  lo  entiendo  bien...  " (latifundista  Adamir  Batistella). 

Hasta  el  latifundista  que  saca  montones  de  soya  de  sus  campos  es  peque- 
ño en  los  mercados  mundiales.  Depende  tanto  de  los  mercados  como  el 
pequeño  agricultor.  El  poder  está  en  otro  lugar,  ya  mudó  hace  tiempo  a 
otras  partes. 

Grandes  potencias  del  comercio  agrario 

Quien  conduce  por  las  carreteras  brasileñas  no  puede  ver  a la  par  de 
los  silos.  Cuando  son  silos  gigantescos,  se  ve  con  mucha  frecuencia  los 
nombres  "Cargill"  o "Bunge". 

Junto  con  ADM  y Louis  Dreyfus,  Cargill  y Bunge  no  conforman  ni  si- 
quiera un  puñado  de  empresas  que  controlen  el  comercio  mundial  de 
frijoles  de  soya.  O tome  por  ejemplo  el  sector  de  los  granos.  El  mercado 
mundial  de  los  granos  es,  si  fuera  posible,  aún  más  concentrado.  Pero 
tres  empresas:  Cargill,  ADM  (ambas  de  los  Estados  Unidos),  y Louis 
Dreyfus  (Francia)  tienen  más  del  ochenta  por  ciento  del  comercio  mun- 
dial de  granos.  Su  posición  casi  monopolística  les  da  a esas  empresas 
un  gran  poder  económico.  ¡Que  no  haya  duda  sobre  eso!  Ellos  dictan 
los  precios  que  reciben  los  agricultores.  Mas,  hasta  su  poder  es  relativo. 
Porque  ahora  los  granos,  al  igual  que  la  leche  y algunos  otros  productos, 
son  supuestos  productos  de  a granel,  en  realidad  materias  primas.  No 
son  realmente  apreciados  en  el  mercado.  No  existe  mucha  plusvalía,  las 
oportunidades  de  superganancias  son  entonces  un  tanto  limitadas.  Pero 
la  tendencia  es  clara.  Cada  vez  menos  gente  y empresas  controlan  cada 
vez  más  producción  o mejor  dicho,  la  comercialización  de  esa  produc- 
ción. Y se  embolsan  con  gusto  esa  ganancia  que  obtienen  haciéndolo. 


96  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  agroindustria:  se  trata  de  la  cadena 

Nos  encontramos  con  Altemir  Tortelli  delante  de  las  puertas  de  Sadia  en 
Chapecó:  "Nosotros,  los  agricultores,  producimos  las  materias  primas, 
generamos  la  riqueza.  Pero  el  rendimiento  de  esa  riqueza  es  quitado  por 
los  propietarios  de  estas  empresas  agroindustriales." 

En  el  orden  de  jerarquía,  las  multinacionales  ocupan  una  posición  mu- 
cho más  alta  que  los  latifundistas,  eso  lo  tenemos  claro.  Pero  hay  más 
poder  reservado  para  empresas  activas  en  más  eslabones  de  la  cadena  de 
alimentos  o de  la  agricultura.  Porque  es  una  cadena  larga  antes  de  que 
algo  del  campo  o del  establo  llegue  a nuestros  platos: 

- desde  el  desarrollo,  la  producción  y entrega  para  transporte  de  semi- 
llas, siembras,  alimento,  abonos  y pesticidas  hasta  sembrar,  plantar, 
abonar,  alimentar,  irrigar  y fumigar; 

- desde  la  cosecha  y el  transporte  hasta  el  almacenamiento  o desde  el 
transporte  de  animales  hasta  la  matanza;  muchas  veces  hay  ventas 
intermedias,  del  agricultor  al  comprador  de  la  multinacional  de  gra- 
nos, y de  ahí  a la  industria  alimentaria; 

- desde  la  fabricación  o procesamiento  y todo  lo  relacionado,  hasta  los 
productos  preparados  para  el  consumidor; 

- desde  la  venta  y la  entrega  a la  distribución,  hasta  los  consumidores. 

Integrar 

Quien  lleva  a cabo  diversas  actividades  en  esta  larga  cadena  casi  siempre 
saca  provecho  de  ello.  De  esa  clase  de  empresas,  la  economía  dice  que 
pueden  "integrar"  su  proceso  de  producción.  Así  adquieren  una  posi- 
ción más  fuerte,  a veces  casi  una  posición  de  monopolio  en  algunos  mer- 
cados de  participación.  Esto  les  facilita  hacer  más  ganancia,  embolsar 
más  plusvalía.  Y eso  lo  han  entendido  empresas  como  Cargill  y Bunge. 
Hace  tiempo  ya  no  son  comerciantes  de  granos  que  compran  y venden. 
También  aseguran  el  almacenamiento  y procuran  financiamiento.  Una 
empresa  como  Bunge  suministra  abonos,  alimento  para  animales,  pro- 
ductos alimentarios,  como  el  aceite,  la  margarina,  la  mayonesa  y natu- 
ralmente toda  clase  de  granos  molidos  y cultivos  para  energía.  De  eso 
se  ocupan  veintidós  mil  colaboradores  en  treinta  y dos  países.  Bunge  es, 
entre  otras  cosas,  el  líder  mundial  del  procesamiento  de  semillas  oleogi- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNOO  | 97 


nosas.  Cargill,  mucho  más  grande  aún  que  Bunge,  se  presenta  como  "un 
proveedor  internacional  de  productos  y servicios  agrarios,  productos 
alimentarios  y manejo  de  riesgos".  La  empresa  da  trabajo  a ciento  cua- 
renta y nueve  mil  personas  en  sesenta  y tres  países  y quiere  complacer 
a los  compradores  a través  de  cinco  grupos  de  productos:  cultivos  agrí- 
colas y ganado;  productos  alimentarios,  entre  los  cuales  se  encuentran 
bebidas,  carne,  productos  lácteos  y bocadillos;  productos  para  la  salud  y 
farmacéuticos;  gerencia  financiera  y manejo  de  riesgos;  productos  para 
la  industria,  entre  ellos  cultivos  para  la  energía.  El  propio  departamento 
de  transporte  mueve  cada  año  treinta  y cinco  millones  de  toneladas  de 
productos  agrícolas  a todas  partes  del  mundo. 

La  empresa  brasileña  Sadía  se  llama  a sí  misma  un  jugador  mundial 
en  el  ámbito  de  alimentos  refrigerados  y congelados,  y de  hecho  lo  es. 
Filas  de  camiones  llenos  de  pollos,  pavos,  cerdos  o reses  ingresan  en  una 
de  las  doce  grandes  fábricas  de  Brasil.  El  procesamiento  brinda  una  pro- 
ducción de  un  millón  trescientas  mil  toneladas.  Sadía  es  conocida  por 
pasta,  margarina  y postres.  Todos  estos  productos  se  venden  a través  de 
los  setenta  mil  puestos  de  venta  en  Brasil  o terminan  en  todos  los  rinco- 
nes de  la  tierra  a través  de  doscientos  compradores  extranjeros. 

Casi  toda  la  cadena  bananera 

Es  oscuro  allí,  polvoriento,  silencioso  y abandonado.  Cuando  Elvira  Ro- 
dríguez hace  girar  la  máquina,  resuena  un  sonido  estridente:  "Yo  traba- 
jaba aquí  seleccionando  frutas,  empacando,  pesando...  mi  esposo  y yo 
compartimos  eso  durante  veinte  años,  pero  perdimos  nuestro  trabajo. 
Después  del  paso  del  huracán  Mitch,  Chiquita  sólo  quería  reabrir  diez 
de  sus  24  plantaciones.  Nuestro  mundo  se  derrumbó.  No  sé  qué  voy  a 
hacer.  Las  fábricas  de  textil  sólo  ofrecen  trabajo  a las  personas  que  no 
tengan  treinta  años". 

Es  irreal  cómo  las  empresas  grandes  pueden  incidir  en  nuestras  vidas. 
Pero  esa  es  la  realidad. 

Entonces,  otro  ejemplo:  los  bananos.  Este  producto  se  coloca  sin  esfuerzo 
alguno  en  la  cima  de  los  productos  agrarios  valiosos,  y para  millones 
de  persones  es  lo  que  comen.  Si  para  nosotros  alguna  vez  fue  una  fruta 
muy  exótica,  ahora  se  lo  dan  ya  a los  bebés.  Más  del  veinte  por  ciento  de 
la  producción  bananera  llega  al  mercado  mundial.  En  el  año  2003  sólo 


98  | COMPETENCIA  A MUERTE 


cinco  compañías  procesaban  setenta  y ocho  por  ciento  de  ese  comercio,  a 
saber:  Dole,  Chiquita,  Del  Monte,  Fyffes  y Noboa.  Las  primeras  tres  con- 
forman ya  hace  decenas  de  años  las  más  importantes  y logran  aumentar 
aún  más  su  dominancia.  En  1966  Dole,  Chiquita  y Del  Monte  represen- 
taban un  cuarenta  y siete  por  ciento  de  la  participación  en  el  mercado, 
en  el  2003  ese  porcentaje  aumentó  al  sesenta  por  ciento.  Es  interesante 
ver  cómo  dominan  casi  la  cadena  completa,  desde  la  producción  hasta  la 
distribución.  Por  mucho  tiempo  fue  una  posición  espléndida,  muy  renta- 
ble. Pero  aún  para  empresas  de  esa  magnitud,  aún  para  las  más  grandes 
multinacionales,  el  futuro  trae  inquietud  e inseguridad.  Para  ellas,  los 
tiempos  de  la  globalización  renovada  no  traen  necesariamente  mejora- 
miento. Hay  moros  en  la  costa,  como  veremos. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 99 


6.  Un  abrazo  asfixiante:  agricultores  prensados  entre  las 
multinacionales  de  insumos  y de  rendimientos 

Un  agricultor  es  un  ser  libre,  perdón,  era  un  ser  libre. 

Quizás  sea  inusual  para  personas  en  una  sociedad  altamente  industria- 
lizada escuchar  eso.  Nosotros  nos  consideramos  libres,  aunque  estemos 
muy  vinculados  a un  contrato  laboral  con  un  patrono.  Pero  en  realidad 
esto  significa  una  gran  dependencia  económica  y,  por  lo  tanto,  sin  liber- 
tad. 

Sobre  la  independencia  y la  libertad,  las  cosas  pasajeras 

Sin  querer  idealizar  y ciertamente  sin  abogar  por  regresar  a la  sociedad 
agraria  de  nuestros  antepasados,  es  un  hecho  que  la  autonomía  de  los 
agricultores  independientes  es  una  fuerza  liberadora  increíblemente 
grande.  Tienen  sus  propias  tierras  y pastizales,  propias  semillas  y si- 
mientes, su  propio  abono,  propio  ganado  y propios  cultivos,  propia  casa 
y establos,  todo  el  material  necesario,  sus  propios  trabajadores  y tienen 
agua  y leña.  En  la  medida  en  que  producen  y suministran  comida,  ener- 
gía, ropa  y todo  tipo  de  servicios  para  el  mercado  local,  son  económica- 
mente independientes.  De  verdad  tienen  el  control  sobre  su  existencia  y 
en  ese  sentido  son  personas  libres.  La  realidad  es  que  esa  libertad  se  ha 
perdido  casi  completamente  en  el  siglo  pasado,  y particularmente  en  los 
decenios  más  recientes,  Eso  ocurrió  de  dos  maneras. 

En  primer  lugar,  el  mercado  mundial  impuso  en  casi  todo  el  mundo  los 
precios  de  los  agricultores  más  competitivos.  Ese  colapso  de  los  precios 
hace  que  para  cientos  de  millones  de  personas  sea  imposible  seguir  pro- 
duciendo de  la  manera  acostumbrada.  Ya  no  pueden  vivir  con  lo  que 
reciben  por  su  trabajo.  Rápidamente  se  hacen  tan  pobres  que  no  pue- 
den acceder  a la  agricultura  moderna.  No  tienen  el  dinero  para  poder 
comprar  semillas  mejoradas,  pesticidas  y abono  o para  invertir  en  ma- 


100  I COMPETENCIA  A MUERTE 


quinaria  agrícola  o sistemas  de  irrigación,  para  cambiar  a cultivos  que 
producen  más  en  la  caja.  A ellos  les  espera  la  pobreza  o bien  tendrán 
que  decir  adiós  a la  agricultura  y emigrar  a la  ciudad  o hasta  a otro  país 
para  probar  allí  su  suerte.  El  que  se  queda  probablemente  no  sea  lo  sufi- 
cientemente pobre  para  parar  de  una  vez.  Ellos  intentan  subirse  al  tren 
de  la  agricultura  industrial.  No  es  seguro  si  esa  segunda  manera  les  trae 
un  destino  que  sea  mucho  mejor.  Es  exactamente  esa  industrialización 
de  la  agricultura,  y especialmente  el  desarrollo  de  la  agroindustria,  que 
hace  que  esos  agricultores  sean  más  dependientes.  Porque  para  casi  todo 
lo  que  necesitan  - sus  insumos  en  la  jerga  de  la  economía  - tienen  que 
acudir  a la  oferta  de  las  empresas  multinacionales.  Y ésas  son  cada  vez 
más  internacionales,  siempre  más  grandes,  cada  vez  menos  numerosas, 
y cada  vez  más  poderosas. 

Los  potentados  de  los  insumos 

El  noventa  y uno  por  ciento  de  los  frijoles  de  soya  genéticamente  modi- 
ficados y hasta  el  noventa  y siete  por  ciento  del  maíz  genéticamente  mo- 
dificado vienen  de  Monsanto.  Del  algodón  genéticamente  modificado  es 
"sólo"  un  sesenta  y tres  y medio  por  ciento. 

"No  exagere,  no  use  lenguaje  de  eslóganes  por  favor."  Quien  tiene  esa 
reacción  al  leer  la  palabra  potentados  de  los  insumos,  tiene  una  reacción 
sana.  Exageraciones  y eslóganes  no  convencen.  Pero  cuando  se  trata  de 
los  oferentes  de  todo  lo  que  necesitan  los  agricultores,  toda  otra  palabra 
se  convierte  rápidamente  en  un  encubrimiento  de  la  realidad.  Tome,  por 
ejemplo,  las  semillas,  que  en  el  año  2004  representan  en  el  mercado  mun- 
dial un  valor  de  veintiún  mil  millones  de  dólares.  Las  diez  empresas  más 
grandes  son  responsables  por  la  mitad  de  esa  facturación.  La  concen- 
tración en  el  sector  semillero  se  desarrolla  rápidamente.  Dos  años  antes 
los  diez  principales  sólo  ocupaban  una  tercera  parte  del  mercado.  En 
la  cabeza  están  Monsanto  y Dupont.  Entre  ambos  dominan  una  cuarta 
parte  del  comercio  mundial  de  semillas.  En  el  tercer  lugar  está  Syngenta 
con  un  seis  por  ciento.  Monsanto  tiene  el  cuarenta  y uno  por  ciento  del 
mercado  del  maíz,  un  cuarto  de  los  frijoles  de  soya.  A principios  de  2005, 
Monsanto  adquiere  a Seminis,  convirtiéndose  en  el  número  uno.  Con  esa 
adquisición,  Monsanto  se  asegura  una  presencia  dominante  en  el  mer- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 101 


cado  de  semillas  de  hortalizas  y frutas  con  treinta  y uno  por  ciento  para 
frijoles,  treinta  y ocho  por  ciento  para  pepinos  y un  cuarto  para  tomates  y 
cebollas.  En  el  caso  de  los  cultivos  genéticamente  modificados,  un  cuarto 
de  la  facturación  total  de  semillas;  la  superioridad  de  Monsanto  es  aplas- 
tante: el  noventa  y uno  por  ciento  del  maíz  genéticamente  modificado, 
"solamente"  un  sesenta  y tres  y medio  por  ciento  del  algodón  genética- 
mente modificado.  Aunque  el  mercado  semillero  no  sea  el  más  grande, 
sí  se  puede  valorar  muy  alta  su  importancia.  Porque  quien  domina  ese 
mercado,  domina  el  principio  de  toda  la  cadena  alimentaria. 

Tome,  por  ejemplo,  los  pesticidas.  La  industria  de  los  agroquímicos 
vende  en  el  2004,  a nivel  mundial,  treinta  y cinco  mil  cuatrocientos  mi- 
llones de  dólares  de  herbicidas,  insecticidas  y fungicidas.  Entre  los  años 
2000  a 2004,  el  grado  de  concentración  de  la  industria  subió  ligeramente, 
la  participación  en  el  mercado  de  las  diez  empresas  más  grandes  su- 
bió del  ochenta  al  ochenta  y cuatro  por  ciento.  Pero  esa  participación  en 
el  mercado  es  elevada.  ¿Quiénes  son  aquí  los  grandes  productores?  En 
primer  lugar  está  Bayer  con  una  participación  del  diecisiete  por  ciento. 
Y sí,  en  el  mismo  puesto  está  Syngenta,  el  productor  de  semillas  que 
ya  conocemos.  Quiere  decir  que  juntos  tienen  en  sus  manos  más  de  un 
tercio  del  mercado.  Les  siguen  BASF,  con  el  12  por  ciento  y Dow,  con  el 
diez  por  ciento. 

Ahora  surgen  dos  empresas  ya  conocidas.  Monsanto  controla  un 
nueve  por  ciento  del  mercado  de  los  pesticidas  y Dupont,  el  seis  por 
ciento.  Las  seis  más  importantes  representan  conjuntamente  el  setenta  y 
uno  por  ciento,  más  de  las  dos  terceras  partes.  La  palabra  mágica  es  in- 
tegrar, estar  en  la  posición  más  fuerte  posible  en  todas  partes.  Syngenta 
llega  dos  veces  a estar  entre  las  primeras  posiciones;  Monsanto  logra  un 
primer  y un  quinto  lugar.  Aunque  esa  empresa  se  concentra  los  últimos 
años  especialmente  en  semillas,  ofrece  también  el  herbicida  más  vendi- 
do. Del  otro  lado,  Bayer,  el  número  uno  en  pesticidas,  ocupa  el  octavo 
lugar  en  la  industria  de  las  semillas. 

En  el  futuro  veremos  seguramente  más  concentraciones.  Los  supues- 
tos analistas  industriales  pronostican  que  en  el  año  2005  sólo  quedarán 
Bayer,  Syngenta  y BASF,  las  tres  empresas  más  grandes  en  la  actualidad. 
Habrá  que  esperar  para  ver  si  de  verdad  será  para  tanto. 

Tome  como  ejemplo  la  industria  farmacéutica  para  animales.  Casi 
dos  tercios  de  las  ventas  de  medicamentos,  vacunas  y todo  tipo  de  aditi- 


102  | COMPETENCIA  A MUERTE 


vos  están  destinados  a bovinos,  porcinos  o aves  de  corral;  es  decir,  para 
nuestra  comida.  Es  un  mercado  de  la  misma  envergadura  que  el  de  las 
semillas:  unos  veinte  mil  millones  de  dólares  en  el  2004. 

Las  diez  más  importantes  recogen  conjuntamente  el  cincuenta  y cin- 
co por  ciento  de  las  ventas  totales.  En  el  primer  lugar  está  Pfizer  con  el 
diez  por  ciento.  Los  ya  conocidos,  Bayer  y BASF,  ocupan  los  puestos 
número  cinco  y seis  con  una  participación  de  cuatro  y cuatro  y medio 
por  ciento  respectivamente. 

Lo  que  es  claro  es  que  los  agricultores  se  metieron  en  una  situación 
delicada. 

Para  todo  lo  que  necesitan,  dependen  de  proveedores  económica  e 
infinitamente  más  fuertes.  ¿Hace  falta  decir  que  no  tienen  o que  tienen 
muy  poca  incidencia  en  los  precios  que  se  cobran?  Lo  único  que  pueden 
hacer  es  pagar  o tomar  prestado. 

Los  gigantes  de  los  rendimientos 

"Los  que  se  hacen  ricos  y obtienen  ganancias  en  detrimento  del  trabajo 
de  los  agricultores,  son  esas  empresas  grandes."  (Altemir  Tortelli,  líder 
campesino  brasileño). 

Luego  empieza  el  tiempo  de  las  cosechas.  ¿En  qué  está  entonces  lo  de  los 
mercados  de  ventas?  ¿A  dónde  pueden  ir  los  agricultores  con  su  produc- 
ción, con  sus  rendimientos? 

Bueno,  muchas  veces  no  tienen  tantas  opciones.  Sólo  conocemos  a tres 
grandes  jugadores  en  el  comercio  mundial  de  los  granos:  Cargill,  ADM  y 
Louis  Dreyfus,  y solamente  cuatro  en  el  mercado  de  la  soya:  los  mismos, 
además  de  Bunge.  Y es  la  misma  cosa  cuando  tienes  que  tocarles  la  puer- 
ta a las  empresas  de  procesamiento.  Descubrimos  una  empresa  como 
Sadía,  que  es  muy  importante  en  el  procesamiento  de  carne  en  Brasil. 

En  el  comercio  de  pollos  sabemos  de  integradores,  empresas  que 
obligan  contractualmente  a los  agricultores  a vincularse  con  ellas,  redu- 
ciendo a cero  hasta  su  libertad  de  escoger.  "En  el  sur  de  Brasil,  ese  siste- 
ma está  fuertemente  arraigado",  dice  Altemir  Tortelli,  "tradicionalmen- 
te se  trataba  de  grandes  empresas  brasileñas  de  la  agroindustria,  pero 
ahora  hay  también  muchas  empresas  multinacionales.  Al  agricultor  se 
le  suministra  todo:  polluelos,  materias  primas,  no  importa  qué,  y todo 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 103 


el  proceso  de  producción  ocurre  bajo  el  estricto  control  del  integrador, 
hasta  inclusive,  posteriormente,  el  procesamiento  y la  venta.  En  el  me- 
jor de  los  casos,  los  agricultores  brindan  su  trabajo  porque  la  constante 
centralización  les  cuesta  a miles  de  agricultores  su  labor  y sus  ingresos". 
"Lo  que  sobrevive  a esa  febril  ganancia  en  detrimento  del  trabajo  de  los 
agricultores,  son  esas  empresas  grandes". 

También,  en  la  industria  del  procesamiento  de  alimentos  y bebidas, 
son  las  empresas  grandes  las  que  tienen  la  palabra:  los  Nestlés  y Uniléve- 
res.  La  venta  de  alimentos  y bebidas  de  los  diez  más  grandes  fue  de  dos- 
cientos noventa  y siete  mil  millones  de  dólares  en  el  2004,  representando 
al  veinticuatro  por  ciento  del  mercado  total  de  alimentos  empacados. 
Completamente  arriba  en  la  lista  vemos  a Nestlé,  con  una  participación 
del  cinco  por  ciento  en  el  mercado.  Con  un  tres  por  ciento  vemos  en  el 
segundo  lugar  a un  viejo  conocido,  ADM,  que  se  ha  transformado  de 
comerciante  a gran  procesador  de  granos  y cacao,  entre  otras  cosas.  En  el 
tercer  lugar  está  Algria  Group  con  más  del  dos  y medio  por  ciento.  Si  ese 
nombre  no  le  dice  nada,  sí  lo  hará  el  de  Kraft  y el  de  Philip  Morris,  que 
ambos  pertenecen  aquí.  Pepsico  y Unilever,  números  cuatro  y cinco,  son 
más  conocidos.  Ambos  tienen  un  dos  y medio  por  ciento  del  mercado. 
Otro  viejo  conocido,  Cargill,  está  en  séptimo  lugar,  seguido  por  Coca- 
Cola.  Y Damone  apenas  entra  en  los  primeros  10. 

Pequeños  no  son,  esos  procesadores. 

Pero  las  mayores  ventas  les  tocan  a los  gigantes  de  la  distribución, 
los  explotadores  de  cientos  y miles  de  supermercados.  En  nuestra  eco- 
nomía mundial,  la  totalidad  del  mercado  de  distribución  en  el  año  2004 
se  estima  en  unos  tres  mil  quinientos  millones  de  dólares.  De  ese  monto, 
los  más  grandes  representan  ventas  totales  de  ochocientos  cincuenta  mil 
millones  de  dólares.  Al  igual  que  en  el  caso  de  los  procesadores,  eso 
representa  una  participación  en  el  mercado  del  veinticuatro  por  ciento. 
Tres  años  antes  eso  era  sólo  el  dieciocho  por  ciento.  También  aquí  está 
ocurriendo  un  fuerte  movimiento  de  concentración.  El  número  uno,  y de 
lejos  el  más  grande,  es  el  Wal-Mart  americano.  Esa  empresa  recoge  sola 
más  del  ocho  por  ciento  de  la  distribución  mundial.  La  empresa  francesa 
Carrefour  ocupa  el  segundo  lugar  con  casi  un  tres  por  ciento,  y Metro 
AG,  de  Alemania,  el  tercer  lugar  con  más  del  dos  por  ciento.  Aunque 
son  jugadores  mundiales  en  crecimiento,  cabe  notar  que  todavía  realizan 
sus  ventas  en  primer  lugar  en  sus  históricos  mercados  locales.  Wal-Mart 
vende  un  ochenta  por  ciento  en  los  mismos  Estados  Unidos.  En  cuarto  y 


104  | COMPETENCIA  A MUERTE 


quinto  lugar  se  encuentran  Ahold,  de  Holanda  y Tesco,  de  Gran  Bretaña, 
que  juntos  tienen  más  o menos  un  dos  por  ciento  del  mercado. 

Besado  hasta  morir  y pisoteado 

"Nosotros  ayudamos  a los  agricultores  a tener  éxito."  (Sitio  Web  de 

Monsanto). 

"Nuestra  asociación  con  la  comunidad  agraria  es  esencial."  (Sitio  Web 

de  ADM). 

A las  multinacionales  les  gusta  pregonar  este  tipo  de  ambiciones  y prin- 
cipios. Quizás  sean  sinceros.  Quizás  los  autores  lo  creen  de  verdad.  Pero 
no  tiene  ningún  sentido  iniciar  un  proceso  de  intenciones.  Es  mejor  ver 
los  hechos.  Y éstos  nos  dicen  que  muchos  millones  de  agricultores  se 
encuentran  en  un  aprieto  entre  sus  proveedores  y sus  compradores.  Ese 
es  el  resultado  de  dos  cambios  importantes. 

En  primer  lugar,  la  evolución  hacia  la  industrialización  hace  a los 
agricultores  más  dependientes  del  mundo  exterior.  Se  encadenan  a ese 
mundo  porque  ya  no  cultivan  la  tierra  y ya  no  venden  directamente  a los 
consumidores.  Y en  segundo  lugar,  son  confrontados  con  empresas  que 
adquieren  cada  día  más  poder  económico.  Esas  empresas  apuntan  cada 
vez  más  al  crecimiento,  compran  otras  empresas,  se  fusionan,  hacen  de 
todo  para  adquirir  más  participación  en  el  mercado  y para  dominar  ese 
mercado. 

Son  esas  multinacionales  de  los  insumos  y de  los  rendimientos  que 
ahora  están  apisonando  a los  agricultores.  Utilizan  su  poderío  econó- 
mico para  agrandar  los  márgenes  en  detrimento  de  los  agricultores  que 
han  hecho  dependientes,  que  no  se  pueden  mover  para  ningún  lado.  Los 
proveedores  aumentan  sus  precios.  Y los  compradores  bajan  los  suyos, 
hacen  presión  sobre  los  precios  de  venta  que  pueden  conseguir  los  agri- 
cultores. El  triste  resultado  es  que  los  agricultores  pierden  su  voz  y voto 
sobre  su  existencia,  sobre  su  vida.  ¿Quién  tiene  ganas  de  ser  agricultor 
en  el  siglo  veintiuno? 

A veces  se  escuchan  reacciones  sorprendidas:  "¿No  es  que  muchas  de 
esas  empresas  grandes  hablan  de  negocios  socialmente  responsables,  y 
pretenden  respetar  a los  agricultores?  ¿No  es  que  subrayan  la  importan- 
cia de  las  personas  en  el  mundo,  de  lo  social  y lo  ecológico?" 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 105 


Sí,  seguro,  en  papel  y en  el  sitio  web.  Pero  mientras  las  empresas  sean 
valoradas  según  sus  resultados  financieros,  harán  todo  lo  que  puedan 
para  aumentar  esa  ganancia.  El  resto  es  secundario  o ni  cuenta.  Es  el 
precio  que  debemos  pagar  por  el  poder  caprichoso  y desenfrenado  del 
capital  financiero  sobre  la  economía  mundial  y,  por  ende,  sobre  todas  las 
personas  que  dependen  de  ella  para  vivir. 


106  | COMPETENCIA  A MUERTE 


7.  Se  debe  a la  distribución 

"Hace  diez  años  luchábamos  con  nuestros  sindicatos  contra  Chiquita  por 
un  salario  digno,  hoy  vamos  a cabildear  con  Chiquita  en  los  supermer- 
cados de  Europa".  (Gilbert  Jiménez,  dirigente  sindical  de  trabajadores 
bananeros,  Costa  Rica). 

Sobre  Chiquita  y Carrefour 

Hasta  ahora  hemos  hecho  una  distinción  especial  entre  proveedores  y 
compradores,  entre  potentados  de  insumos  y gigantes  de  rendimientos. 
Es  normal,  porque  estamos  mirando  desde  la  perspectiva  del  agricultor. 
Del  lado  de  los  insumos,  hemos  notado  que  hay  una  diferencia  entre 
los  procesadores  y los  distribuidores.  Es  importante  ahondar  más  en  el 
contraste  entre  esos  dos.  Porque  en  los  mercados  mundiales  se  está  li- 
brando en  la  actualidad  una  lucha  por  poder,  no  solamente  entre  los 
procesadores  y los  distribuidores  entre  sí,  sino  también  entre  esas  dos 
agrupaciones  empresariales. 

En  los  últimos  años,  los  distribuidores  han  estado  ganando.  El  poder 
económico  se  está  moviendo  plenamente  hacia  ellos.  Eso  no  puede  ser 
ilustrado  mejor  que  con  las  experiencias  de  Gilbert  Jiménez.  El  dirige  Si- 
trap,  un  sindicato  de  trabajadores  bananeros  en  el  país  centroamericano 
de  Costa  Rica:  "Hace  diez  años  luchábamos  con  nuestros  sindicatos  con- 
tra Chiquita  por  un  salario  digno,  hoy  vamos  a cabildear  con  Chiquita 
en  los  supermercados  de  Europa,  para  que  paguen  lo  suficiente,  con  el 
fin  de  que  Chiquita  nos  pueda  pagar  un  salario  decente.  En  diez  años  el 
poder  ha  cambiado  totalmente." 

La  explicación  de  ese  cambio  hacia  la  demanda  es  el  poder  adquisitivo 
de  la  distribución,  que  aumenta  rápidamente.  La  ilustración  3,  en  su  sen- 
cillez, lo  dice  todo. 

Para  poder  colocar  sus  productos  donde  los  consumidores,  los  agri- 
cultores no  solamente  tienen  que  pasar  por  los  procesadores.  Sobre  todo 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 107 


tienen  que  lograr  pasar  con  su  oferta  por  el  estrecho  embudo  de  las  ca- 
denas de  supermercados,  y por  los  embudos  aún  más  estrechos  de  los 
centros  de  adquisición.  A principios  del  siglo  21  no  existen  sino  poco 
más  de  cien  compradores  para  los  más  o menos  seiscientos  supermerca- 
dos europeos.  Es  muy  poca  gente  en  el  cruce  de  más  de  tres  millones  de 
agricultores  y ciento  sesenta  millones  de  consumidores. 


Figura  3 El  cuello  de  botella  en  la  distribución  europea  de 
alimentos 


160.000.000 

89.000.000 


170.000 

600 

110 

8.600 

80.000 

160.000 
3.200.000 


Fuente:  Grievink  (20031  citado  por  Tom  MacMillan, 

Power  ¡n  the  food  system.  Understanding  trends  and  improving  accountability 


Quiero  ser  el  más  grande.  ¿Nestlé  o Wal-Mart? 


Quiero  ser  siempre  el  más  grande 

Quiero  tener  el  más  grande 

(Raymond  van  het  Groenewoud),  cantante  belga. 

No  son  solamente  los  agricultores  que  experimentan  la  omnipotencia 
de  las  cadenas  de  supermercados.  El  testimonio  de  Gilbert  Jiménez  de- 
muestra que  ni  siquiera  una  multinacional  como  Chiquita  puede  aportar 
suficiente  peso  en  la  balanza  para  resistir  a la  presión  de  los  distribuido- 
res sobre  los  precios. 

Hasta  los  procesadores  más  grandes,  hasta  Nestlé  o Unilever  se  en- 
cuentran frente  a la  esclusa  que  controla  el  acceso  a los  consumidores, 
que  es  totalmente  dominada  por  los  distribuidores.  La  única  manera 


108  I COMPETENCIA  A MUERTE 


para  poder  vender  sus  productos  masivamente  es  colocándolos  en  los 
tramos  de  los  grandes  almacenes.  Pero  si  lo  lograran,  y particularmente 
en  qué  condiciones,  esa  decisión  no  es  de  ellos.  No  tienen  esa  llave  en 
sus  manos.  Quien  se  pregunta  entonces  ¿quién  es  el  más  fuerte,  Nestlé  o 
Wal-Mart?,  tiene  ahora  la  respuesta.  El  poder  está  en  manos  de  los  ven- 
dedores, no  de  los  productores.  Cada  día  más  son  Wal-Mart  y Carrefour 
quienes  tienen  el  cucharón  por  el  mango.  Son  ellos  que  en  realidad  deci- 
den sobre  lo  que  se  produce,  dónde  se  produce  y hasta  cómo.  Ellos  dic- 
tan sus  expectativas  a los  procesadores.  Éstos  no  están  acostumbrados  a 
ser  mandados  de  esa  manera  y buscan  salidas  alternativas.  Hacerse  aún 
más  grande  parece  ser  una  posibilidad.  Y eso  incrementará  aún  más  la 
concentración  económica.  Pero  es  poco  probable  que  con  eso  los  proce- 
sadores puedan  restaurar  el  equilibrio.  En  los  últimos  años  su  situación 
ha  empeorado.  Se  encuentran  en  la  situación  curiosa  donde  sus  compra- 
dores son  ahora  también  su  competencia.  Las  cadenas  de  supermercados 
están  expandiendo  sistemáticamente  su  oferta  con  sus  propias  marcas 
de  la  casa,  lo  que  es  un  ataque  directo  a las  marcas  establecidas. 

Wal-Mart,  no  un  abastecedor  pequeño,  pero  sí  un  ogro 

El  más  grande  distribuidor  mundial,  Wal-Mart,  es  condenado  por  el  no- 

pago  de  horas  adicionales  de  187.000  trabajadores. 

"El  ochenta  por  ciento  de  las  seis  mil  fábricas  que  abastecen  a Wal-Mart 

se  encuentra  en  China. 

La  preponderancia  de  Wal-Mart  es  tan  inmensa  que  es  necesario  dete- 
nerse un  poco  en  ella.  Es  el  proveedor  de  alimentos  más  grande  del  mun- 
do, un  millón  novecientos  mil  personas  trabajan  allí  y Wal-Mart  recibe 
semanalmente  más  o menos  ciento  setenta  y seis  millones  de  compra- 
dores. Las  mayores  razones  para  la  venta  son  los  precios  mínimos  que 
Wal-Mart  puede  ofrecer  a causa  de  su  arrollador  poder  adquisitivo.  En 
el  2006,  las  ventas  fueron  de  trescientos  cuarenta  y cinco  mil  millones  de 
dólares.  ¿Y  eso  lleva  a ganancia?  De  ninguna  manera  a ganancia  social. 
El  balance  social  de  la  empresa  no  se  ve  muy  bonito.  Ya  conocemos  la 
enorme  presión  sobre  los  proveedores,  una  carga  que  para  la  producción 
de  alimentos  se  traduce  en  aún  más  presión  sobre  los  precios  para  los 
agricultores. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 109 


Hay  más  personas  trabajando  para  Wal-Mart  y que  con  eso  no  com- 
pran mucha  felicidad.  En  septiembre  del  2005  una  queja  es  presentada 
en  nombre  de  medio  millón  de  trabajadores  de  Bangladesh,  China,  Sua- 
zilandia,  Indonesia  y Nicaragua,  por  las  condiciones  de  trabajo  inacepta- 
bles en  los  abastecedores. 

Y hay  más. 

La  empresa  paga  salarios  escandalosamente  bajos  que  están  veinte 
o hasta  treinta  por  ciento  más  bajos  que  los  de  la  competencia.  De  vez 
en  cuado  esos  salarias  bajan  aún  más.  A principios  del  2007  hubo  en  los 
Estados  Unidos  una  baja  en  los  salarios  de  un  2,5  a 4,8  por  ciento.  En  el 
2004  el  trabajador  promedio  de  Wal-Mart,  con  una  familia  de  tres  perso- 
nas, tenía  un  ingreso  debajo  de  la  línea  de  pobreza.  Más  de  la  mitad  de 
los  trabajadores  no  puede  pagar  ni  el  seguro  de  salud  más  barato  de  la 
empresa. 

Y aún  peor,  porque  los  trabajadores  ya  trabajan  demasiadas  horas 
extras  sin  que  se  les  pague  por  ellas.  En  el  2006  un  juez  puso  alto  a eso. 
Wal-Mart  tiene  que  pagar  setenta  y ocho  y medio  millones  de  dólares  a 
ciento  ochenta  y siete  mil  trabajadores  por  sus  horas  extras  no  pagadas. 
Pero  Wal-Mart  es  dura  de  mollera  . . .y  va  a apelación. 

Un  gran  problema,  por  supuesto,  es  que  el  dumping  social  de  Wal- 
Mart  peligra  ser  adoptado  por  los  competidores  que  no  ven  otra  salida 
para  poder  hacer  frente  a la  competencia.  Para  el  personal  no  es  fácil 
oponerse.  Al  que  quiere  unirse  a un  sindicato,  se  le  solicita  desistir  de 
ello  o es  despedido.  Más  de  una  vez  alguna  sucursal,  donde  los  trabaja- 
dores se  organizaron  sindicalmente,  fue  simplemente  cerrada,  por  ejem- 
plo, bajo  la  norma  "no  rentable". 


110  I COMPETENCIA  A MUERTE 


8.  De  exitoso,  fallando  y mala  administración 

"La  gran  mayoría  de  los  agricultores  del  mundo  está  contra  las  reglas  de 

la  OMC."  (Ndiogou  Fall,  líder  campesino  Roppa). 

La  agricultura  siempre  se  ha  adaptado. 

En  este  contexto,  un  vistazo  a la  agricultura  europea  dice  suficiente. 
Al  llegar  a finales  del  siglo  diecinueve  por  las  masivas  importaciones 
de  granos  de  Norte  y Sur  América,  la  agricultura  se  cambia  a otras  ac- 
tividades, a ganadería  y horticultura.  Desde  ese  período  siempre  se  ha 
optado  por  la  modernización:  ya  no  se  habla  de  una  granja,  sino  de  una 
explotación  agraria,  aunque  en  la  práctica  fueron  durante  mucho  tiempo 
más  bien  empresas  familiares.  En  Europa,  la  agricultura  es  protegida,  en 
particular  después  de  la  Segunda  Guerra  Mundial.  Después  de  esa  gue- 
rra se  trata  especialmente  de  producir  suficiente  comida  y de  garantizar 
seguridad  alimentaria  para  los  europeos  a precios  no  muy  altos.  Y los 
agricultores  deben  poder  vivir  decentemente  de  eso.  Recuerde  los  pre- 
cios caprichosos  de  la  agricultura  que  bajaron  a largo  plazo,  que  hicieron 
insegura  la  existencia  de  los  agricultores.  En  ese  tiempo  eran  todavía  los 
estados  nacionales  que  los  tomaban  las  medidas  necesarias  para  prote- 
ger el  mercado,  también  con  precios  recomendados  y premios. 

Afuera  los  "pequeñitos" 

Desde  1960,  la  política  agrícola  de  los  países  individuales  cambia  al  nivel 
europeo.  La  modernización  no  es  el  único  objetivo.  Europa  escoge  tam- 
bién por  ampliar  la  escala.  Los  pequeños  tienen  que  irse.  ¿Pero,  qué  es 
pequeño?  Al  final  sólo  queda  un  pequeño  porcentaje  de  una  población 
agraria  que  conformaba  decenas  de  por  cientos  de  la  población  profe- 
sional. Esto  conduce  en  muchas  regiones  de  este  continente  a un  éxodo 
de  las  áreas  rurales.  Pueblos  en  Francia,  Italia  y España  pierden  su  vita- 
lidad, se  extinguen  o son  totalmente  abandonados.  Y la  política  agraria 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNOO  | 111 


europea  arrolla  todavía  a muchos  pequeños  agricultores  en  el  sur  de  Eu- 
ropa y los  echa  de  su  profesión 

De  precios  más  bajos  y excedentes  más  grandes,  no  es  cuento 
de  hadas 

La  política  agraria  europea  pone  un  fondo  protector  en  el  mercado  con 
precios  de  intervención,  como  protección  contra  los  precios  que  ya  son 
demasiado  bajos  en  el  mercado  mundial.  Como  complemento,  hay  tasas 
de  importación  contra  las  importaciones  demasiado  baratas.  También 
hay  supuestas  restituciones  de  exportación  que  apoyan  a la  exportación. 
Pero  que  no  exista  ningún  mal  entendido.  Los  precios  bajarán  de  todos 
modos  y obligarán  entonces  a mayor  producción  a los  que  quieran  so- 
brevivir en  la  agricultura.  La  producción  aumenta  fuertemente  y cau- 
sa inmensos  excedentes  de  mantequilla,  leche  en  polvo,  granos,  carne 
y aceite  de  oliva.  Especialmente  el  precio  de  costo  de  esos  productos  es 
atacado  fuertemente,  porque  ese  precio,  imagínese,  es  la  mitad  del  pre- 
supuesto europeo.  Esa  es  una  falsa  representación  de  las  cosas,  porque  la 
política  y el  presupuesto  agrario  son  casi  totalmente  europeos,  mientras 
que  la  educación,  los  cuidados  sanitarios,  el  transporte  público,  las  obras 
públicas  o la  distribución  de  la  tierra  no  lo  son.  Si  uno  suma  los  gastos 
públicos  de  los  países  europeos  a todos  los  niveles  de  la  administración, 
entonces  la  parte  que  corresponde  a la  agricultura,  en  realidad  no  des- 
entona mucho. 

¿Para  quién  es  la  ganancia,  y quién  la  lleva  al  hombro? 

En  1987,  cada  kilo  de  trigo  blando  que  sale  de  Europa  recibe  una  boni- 
ficación de  casi  un  trece  por  ciento,  sobre  un  valor  de  venta  de  veintiún 
centavos.  Es  un  subsidio  de  más  del  sesenta  por  ciento.  En  la  primera 
mitad  de  los  años  ochenta  Europa  pudo  aumentar  su  participación  en  el 
mercado  mundial  de  trigo  de  trece  por  ciento  a dieciocho  por  ciento.  (De 
100  años  de  agricultura). 

No  es  tanto  lo  altos  que  son  los  gastos  agrícolas  lo  que  hace  subir  las  ce- 
jas, sino  más  bien  el  destino  de  ellos.  En  realidad  son  los  agricultores  los 
que  más  provecho  sacan  de  esto,  así  como  el  comercio  al  por  mayor  que 
garantiza  el  almacenamiento  y las  ventas.  En  primer  lugar,  es  también  la 


112  | COMPETENCIA  A MUERTE 


agroindustria  que  cosecha  el  resultado  de  los  subsidios  a la  exportación, 
que  trae  frutos  muy  ácidos  para  los  agricultores  en  los  países  en  vías  de 
desarrollo.  Hacen  bajar  aún  más  los  precios  en  los  mercados  mundiales, 
con  consecuencias  desastrosas  en  todas  partes  donde  la  agricultura  es 
protegida  mucho  menos  o no  es  protegida  del  todo.  Los  agricultores  de 
Senegal,  y en  tantos  otros  países,  que  ven  bajar  drásticamente  su  ingreso, 
pueden  hablar  de  ello. 

Si  bien  los  precios  europeos  siguen  a distancia  a los  precios  mundia- 
les, también  bajan.  Esa  política  conduce  a la  sobreproducción...  al  me- 
nos, a primera  vista.  Recuerde  lo  que  dijimos  en  el  capítulo  IV.  2 sobre 
los  excedentes.  Viéndolo  más  de  cerca,  esos  excedentes  solo  son  para 
la  gente  pudiente  que  en  realidad  no  necesita  más  comida,  pero  quizás 
sí  una  nutrición  más  sana.  Porque  en  otras  partes  del  mundo,  donde  el 
mercado  libre  causa  más  estragos  en  la  agricultura,  ochocientos  sesenta 
y cinco  millones  de  personas  comen  demasiado  poco  y algunos  miles 
de  millones  de  personas  ven  cómo  se  les  cae  el  piso  de  sus  vidas.  Y los 
excedentes  europeos  que  llegan  allí,  entre  otras  cosas  con  los  subsidios  a 
la  exportación,  soólo  empeoran  las  cosas. 

Y,  en  los  Estados  Unidos  es  la  misma  la  historia  triste.  También  allá 
los  agricultores  son  ayudados  de  una  manera  que  desarticula  la  agricul- 
tura en  decenas  de  países  en  vías  de  desarrollo,  y muchas  veces  a través 
de  la  supuesta  ayuda  alimentaria.  Esta  política  de  precios  bajos,  más  ba- 
jos y los  más  bajos,  así  como  una  sobreproducción  que  perturba  todo  en 
algunas  regiones  de  nuestro  mundo,  es  una  calle  sin  salida. 

Europa  da  un  giro 

Entre  1990  y 2001,  los  subsidios  a las  exportaciones  de  Europa  bajaron 
del  treinta  y siete  por  ciento  al  ocho  por  ciento  de  los  gastos  agrícolas. 

La  participación  europea  en  el  mercado  del  comercio  mundial  del  trigo 
baja  del  diecinueve  al  diez  por  ciento  entre  1990  y 2001. 

En  Europa,  esa  realización  va  madurándose  paulatinamente.  Ha  llegado 
el  momento  de  dar  un  giro.  Europa  opta  por  limitar  la  oferta  de  la  agri- 
cultura. Por  eso  el  apoyo  a los  precios  de  productos  agrícolas  debe  ceder 
en  gran  medida  por  el  apoyo  a los  ingresos  de  los  agricultores.  También 
la  seguridad  alimentaria,  la  calidad  de  los  alimentos,  la  protección  del 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 113 


medio  ambiente,  el  desarrollo  del  campo  rural  y el  bienestar  de  los  ani- 
males emergen  en  la  política  agrícola  europea. 

¿Y  qué  hay  de  los  subsidios  a la  exportación?  Éstos  bajan.  En  1990, 
los  subsidios  a la  exportación  eran  por  nueve  mil  cuatrocientos  millones 
de  euros.  El  treinta  y siete  por  ciento  de  todos  los  gastos  es  tragado  por 
la  agricultura.  En  el  2001,  esos  subsidios  bajaron  a tres  mil  cuatrocientos 
millones  de  euros,  sólo  ocho  por  ciento  del  presupuesto  total  de  ese  año 
para  la  agricultura.  Lácteos  y azúcar  ocupan  cada  uno  una  tercera  par- 
te de  los  subsidios.  Así  baja  la  participación  europea  en  la  exportación 
mundial  de  trigo,  de  diecinueve  por  ciento  a principios  de  los  noventa  a 
solamente  diez  por  ciento  en  el  2000. 

Pero  aún  no  hemos  llegado. 

En  el  2002,  la  Unión  Europea  aporta  treinta  y uno  por  ciento  de  la 
leche  en  polvo  descremada,  y cuarenta  por  ciento  de  la  leche  en  polvo 
entera  que  van  a parar  al  mercado  mundial  con  los  subsidios  a las  expor- 
taciones, y es  gracias  a esos  subsidios  que  existe  ese  "rendimiento". 

Siguen  recibiendo  el  mayor  apoyo  la  industria  alimentaria,  los  lati- 
fundistas y una  minoría  de  agricultores  grandes.  Es  elocuente  el  ejemplo 
de  la  Reina  Isabel,  de  Gran  Bretaña,  quien  recibe  600.000  euros  en  subsi- 
dios agrícolas. 

No  toda  la  actividad  agraria  es  un  ejemplo  de  respeto  al  medio  am- 
biente. 

¿Para  quién  son  los  subsidios  agrícolas  europeos? 

Vale  la  pena  mirar  un  momento  quiénes  reciben  los  subsidios  agrícolas 
europeos. 

En  el  año  2005,  el  ochenta  y cinco  por  ciento  de  los  subsidios  para  las 
empresas  agrarias  tiende  apenas  al  dieciocho  por  ciento  de  todas  las  fin- 
cas. El  año  anterior  llegaba  todavía  al  veintitrés  por  ciento.  Quiere  decir 
que  la  desigualdad  empeora.  El  número  de  favorecidos  que  recibe  más 
de  300.000  euros  por  año  es  ahora  de  2.790*. 

Esa  distorsión  le  pone  a uno  a pensar.  Decirlo  eufemísticamente:  la 
política  agrícola  europea  no  parece  ser  muy  amigable  con  las  familias 
agricultoras  más  pequeñas.  En  Portugal,  el  noventa  y cinco  por  ciento  de 
todos  los  agricultores  recibe  hasta  menos  de  5.000  euros  por  año. 

Pero  los  subsidios  no  llegan  solamente  a los  agricultores,  gran  par- 
te es  destinada  para  la  agroindustria.  De  esa  manera  la  diferencia  con 


* Datos  recopilados  por  Jack  Thurston  en  www.farmsubsidy.org 


114  | COMPETENCIA  A MUERTE 


los  que  reciben  en  grande  son  realmente  inmensas.  En  Bélgica,  la  Tiense 
Suikerraffinaderij  (refinería  de  azúcar)  recibió  en  el  2006  casi  noventa  y 
tres  millones  de  euros  en  calidad  de  medidas  de  apoyo  y restituciones 
por  la  exportación.  Y,  en  Holanda  Nestlé  recibió  en  los  últimos  cinco 
años  374  millones  de  euros*. 

Nubes  de  tormenta  mundialmente 

"La  liberación  del  comercio  agrícola  y la  desaparición  de  la  normativa 
causan  mucho  daño  en  el  mundo:  el  hambre,  el  desempleo,  la  desigual- 
dad, la  pobreza."  (Altermir  Tortelli,  líder  campesino  brasileño). 

Mientras  tanto,  han  llegado  de  otras  partes  nubes  más  oscuras  para  la 
agricultura  mundial.  El  llamado  para  liberar  aún  más  la  agricultura  a ni- 
vel mundial  se  escucha  cada  día  más  fuerte.  Una  política  de  liberación  es 
particularmente  la  dirección  que  quiere  tomar  la  Organización  Mundial 
del  Comercio  (OMC).  Y a muchos  países  en  vías  de  desarrollo  se  les  im- 
pone una  dosis  adicional  cuando  el  Fondo  Monetario  Internacional  (FMI) 
les  obliga  a eliminar  los  impuestos  sobre  la  importación  y la  exportación. 
Es  una  evolución  lamentable.  Porque  sabemos  que,  justamente  para  la 
agricultura  y los  alimentos,  al  mercado  con  sus  precios  constantemente  a 
la  baja,  le  va  mal  cuando  se  trata  de  darle  de  comer  a todo  el  mundo  y de 
procurarles  un  ingreso  digno  a los  agricultores.  Ciertamente  no  es  el  caso 
cuando  dejamos  trabajar  el  mercado  solo  y,  sobre  todo,  cuando  dejamos 
la  vía  libre  al  mercado  mundial. 

¿La  vía  libre  para  los  grandes  exportadores  agrícolas? 

"Los  precios  mínimos  fueron  eliminados,  las  reservas  de  alimentos  tam- 
bién y los  mecanismos  para  controlar  la  oferta  también.  Tienes  que  en- 
tender que,  en  esas  circunstancias,  los  subsidios  forman  parte  del  pro- 
ceso-OMC.  Porque  la  economía  agrícola  de  los  EEUU  no  puede  existir 
sin  los  subsidios  mientras  nadie  sepa  hasta  qué  punto  pueden  bajar  los 
precios  de  la  agricultura."  (George  Taylor,  líder  campesino  National  Fa- 
mily Farm  Coalition,  Estados  Unidos). 


Datos  recopilados  por  Saartje  Boutsen  en  Dagelijks  Brood,  Mondiale  markt  en 
voedselzekerheid,  MO*  noord.zuidCAHIER,  Wereldmediahuis,  Bruxelas,  2006. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 115 


Los  Estados  Unidos  están  entre  los  que  más  claman  por  comercio  libre. 
Es  un  poco  sorprendente,  porque  los  Estados  Unidos  apoyan  fuerte- 
mente a sus  propios  agricultores,  un  apoyo  que  ha  aumentado  bajo  el 
presidente  Bush,  a pesar  de  toda  la  retórica  sobre  el  mercado  que  tiene 
que  hacer  su  trabajo.  O sea,  reina  la  ambigüedad.  George  Taylor,  el  líder 
campesino  norteamericano,  explica  lo  que  está  pasando:  "Los  subsidios 
son  el  resultado  de  la  apertura  de  la  agricultura  americana  para  el  mer- 
cado mundial.  Todo  lo  que  protegía  nuestra  agricultura  y les  daba  algu- 
na seguridad  a los  agricultores,  como  por  ejemplo  precios  bajísimos  y 
control  de  la  oferta,  ha  desaparecido.  Sin  subsidios  nuestra  agricultura 
simplemente  colapsaría." 

Los  partidarios  más  manifiestos  del  mercado  mundial  abierto  son, 
naturalmente,  los  grandes  exportadores  agrícolas,  tradicionalmente  re- 
unidos en  el  así  llamado  Grupo-Cairns.  Entre  los  diecinueve  miembros 
se  encuentran,  entre  otros,  Argentina,  Australia,  Brasil,  Canadá,  Chile, 
Indonesia,  Pakistán,  Tailandia  y Sur-África.  Después  de  la  fracasada 
Cumbre  de  la  Organización  Mundial  del  Comercio  en  Cancón,  Méxi- 
co, los  países  en  vías  de  desarrollo  salen  de  este  grupo.  Ahora  vemos 
a Argentina,  Brasil,  Chile,  Indonesia,  Pakistán,  Tailandia  y Sur-Áírica 
en  el  grupo  G20,  junto  con  China  y la  India.  Tanto  lo  que  queda  del 
grupo-Cairn  como  el  G20  están  contra  toda  forma  de  intervención  por 
parte  del  gobierno.  A éstos  los  ven  como  obstáculos  para  el  mercado. 
Quieren  abrir  los  mercados  de  los  Estados  Unidos  y de  Europa  para  sus 
exportaciones.  Si  ellos  logran  tener  la  vía  libre,  estamos  firmando  por 
una  agrícola  poco  sostenible  que  excluye  a la  mayoría  de  los  agricultores 
del  mundo  y que  no  toma  en  cuenta  o destruye  al  medio  ambiente.  En 
ese  caso,  el  poder  gira  hacia  la  agroindustria  mundial  y las  empresas  de 
distribución  mundial. 

La  mujer  con  la  que  estamos  hablando  en  los  pasillos  de  Hong  Kong  está 
definitivamente  fuera  de  sus  casillas:  "A  Uganda  le  va  bien  con  el  libre 
comercio  en  la  agricultura.  Estamos  listos  para  exportar". 

Me  sorprendo  al  sentir  gran  asombro  y duda:  "¿Ella  de  veras  piensa  que 
Uganda,  un  país  que  ni  siquiera  colinda  con  el  mar,  podrá  competir  con- 
tra Brasil  o Tailandia  en  un  mercado  completamente  abierto?  Al  máximo 
manipulado  en  nichos  por  parte  de  algunas  grandes  empresas  agrícolas, 
¿como  los  frijolitos  de  Kenia?" 


116  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Es  notable  que  la  mayoría  de  los  países  en  vías  de  desarrollo  también 
quieran  ese  manejo  más  libre  del  mercado,  aunque  no  es  inmediatamen- 
te claro  si  sacarán  provecho  de  ello.  Si  bien  los  países  en  vías  de  desa- 
rrollo pueden  ser  recopilados  bajo  el  mismo  nombre  colectivo,  también 
existen  enormes  diferencias  entre,  digamos,  el  poder  de  exportación  de 
países  como  Brasil,  Argentina  y Tailandia  y las  oportunidades  de  expor- 
tación fútiles  de  la  mayoría  de  los  países  africanos. 

Muchos  agricultores  en  países  como  Ghana,  Camerún  y Senegal  es- 
tán gimiendo  con  motivo  de  la  importación  de  leche  en  polvo  y carne  de 
pollo  que  vienen  principalmente  de  Europa.  Eso  no  está  bien,  sería  mejor 
terminar  cuanto  antes  ese  dumping. 

Pero  no  piense  en  Europa  y en  lo  que  queda  de  los  subsidios  a la 
exportación.  ¿Qué  cambia  entonces?  Entonces  ¿no  vendrán,  pues,  esa  le- 
che en  polvo  y esa  carne  de  pollo  directamente  desde  Brasil?  Entonces 
simplemente  tendrán  a otros  amos  en  sus  mercados;  de  manera  que  la 
desaparición  de  los  subsidios  a la  exportación  es  necesaria,  pero  no  sufi- 
ciente, para  que  los  africanos  puedan  retomar  sus  mercados  locales. 

Y el  contrario  es  que  los  países  africanos,  junto  con  países  del  Caribe 
y del  Pacífico  - todos  ex  colonias  europeas  - gozan  hasta  el  día  de  hoy 
de  un  mejor  acceso  al  mercado  europeo  que  los  grandes  exportadores 
agrícolas  como  Brasil. 

La  liberación  de  los  mercados  significa  normalmente  también  que  la 
regla  tiene  que  llegar  a ser  igual  para  todos,  que  el  acceso  a Europa  debe 
ser  igual  de  fácil  para  todo  el  mundo.  El  resultado  es  totalmente  prede- 
cible: los  países  africanos  perderán  sus  ya  limitadas  participaciones  en 
el  mercado  frente  a Brasil  y a las  demás  máquinas  agroindustriales  de 
exportación. 

¿Qué  escoge  Europa? 

"Europa  y la  Organización  Mundial  del  Comercio  venden  la  agricultura 
por  servicios,  y es  inaceptable,  porque  eso  se  traducirá  concretamente  en 
una  localización  considerable  de  la  producción  agrícola  y de  alimentos 
desde  Europa".  (René  Louail,  líder  campesino  Confédération  Paysan- 
ne). 

¿Qué  debe  hacer  Europa?  Alguien  como  el  profesor  francés,  Marcel 
Mazoyer  lo  sabe  con  certeza:  "Un  mercado  mundial  libre  por  supues- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 117 


to  dividirá  a la  gente  y la  pondrá  uno  en  contra  del  otro.  Hasta  existen 
brasileños  bien  intencionados  que  les  dicen  a los  europeos:  pero  ¿por 
qué  practica  usted  el  proteccionismo?  Y tengo  que  responder  que  si  no 
ayudamos  ahora  a la  agricultura  francesa,  la  mitad  de  nuestros  agricul- 
tores tendrían  un  ingreso  de  menos  de  4.500  euros.  Eso  cae  por  tierra. 
Tenemos  que  ayudar  primero  a los  brasileños  para  que  puedan  realizar 
su  reforma  agraria.  El  caballo  de  Troya  está  en  su  país  ¿Qué  les  hicieron  a 
sus  agricultores?  Los  han  marginado  totalmente  en  el  campo  económico, 
el  político  y el  social.  Están  dispuestos  a hacer  lo  mismo  con  el  resto  del 
mundo.  No  voy  a defender  a esa  gente.  Prefiero  defender  a los  agriculto- 
res europeos  y a los  brasileños,  porque  tienen  el  mismo  enemigo.  ¿Cómo 
voy  a defender  a los  latifundistas  brasileños?" 

Pero,  a pesar  de  un  fuerte  ajuste  de  la  política,  no  es  nada  seguro 
que  la  Europa  oficial  comparta  esa  opinión,  Parece  haber  mucha  más 
razón  para  asumir  que  la  Unión  Europea  (UE)  está  dispuesta  a sacrificar 
la  agricultura,  sus  agricultores  y los  de  todo  el  mundo,  por  la  supuesta 
importancia  del  sector  de  servicios  que  es  mucho  más  grande. 

La  convicción,  que  el  mercado  sea  en  todo  caso  la  mejor  solución, 
también  para  la  agricultura,  está  muy  arraigada  en  las  mentes  de  mu- 
chos gobernantes  y directivos.  Y el  poder  del  cabildeo  de  las  empresas 
de  servicios  europeas  se  ha  hecho  mientras  tanto  más  grande  que  el  del 
sector  agrícola. 

Y sí  es  cierto  que  las  negociaciones  en  la  Organización  Mundial  del 
Comercio  han  llegado  a un  punto  muerto;  eso  significa  un  respiro  para 
los  agricultores  de  nuestro  mundo,  pero  no  se  ha  quitado  la  presión  para 
liberar  el  comercio  mundial.  De  ser  posible,  eso  ocurriría  a través  de  la 
Organización  Mundial  del  Comercio.  Si  no  se  logra,  se  tomarán  otros 
caminos  a través  de  acuerdos  comerciales  entre  países  o entre  regiones. 

¿Qué  piensan  los  ciudadanos  europeos  de  ello?  ¿Se  ha  ganado  por 
mayoría  que  la  posibilidad  de  una  agricultura  sostenible  debe  morir 
para  forzar  el  paso  libre  de  nuestras  empresas  de  servicios?  ¿Qué  pien- 
san sus  políticos  de  eso?  No  lo  sabemos.  No  obstante,  la  política  debería 
ocuparse  de  ese  tipo  de  alternativas,  debe  llevarse  a cabo  un  debate  pú- 
blico sobre  ese  asunto. 


118  | COMPETENCIA  A MUERTE 


9.  Y el  gran  ganador  es  ...  no  el  ser  humano 

"El  consumidor  belga  tiene  que  gastar  un  doce  por  ciento  de  su  ingreso 
en  comida.  Al  principio  de  los  años  sesenta  no  era  sino  la  mitad.  Enton- 
ces el  consumidor  no  es  la  víctima  de  la  política  agrícola".  (Unión  de 
agricultores,  2002). 

"El  gran  ganador  es  el  consumidor" 

"El  verdadero  ganador  de  los  mercados  libres  agrícolas  y de  los  precios 
que  bajan  es  el  consumidor."  Es  un  argumento  que  surge  con  más  fre- 
cuencia entre  los  partidarios  de  la  liberación. 

"El  consumidor  es  también  el  ganador  del  poder  creciente  de  los  dis- 
tribuidores." Porque,  así  dice  el  razonamiento,  presionan  aún  más  los 
precios  hacia  abajo  para  los  consumidores.  Aparte,  pero  no  menos  im- 
portante: no  se  trata  tanto  de  un  mercado  libre,  sino  más  bien  de  adquirir 
un  mercado  casi  monopolístico  sobre  los  proveedores  y los  agricultores. 

"Y  ese  consumidor  gana  también  como  contribuyente  a los  impuestos 
cuando  la  ayuda  y los  subsidios  a la  agricultura  son  reducidos  o cuando 
hasta  desaparecen  completamente." 

Parecen  ser  argumentos  fuertes.  Especialmente  porque  contienen  en  al- 
gunas partes  la  verdad,  como  por  ejemplo  cuando  las  medidas  de  ayuda 
producen  algunas  veces  resultados  perversos  para  los  agricultores  en 
países  en  vías  de  desarrollo  o cuando  las  cadenas  de  supermercados  ba- 
jan sus  precios  en  competencia  mutua. 

Es  difícil  para  las  organizaciones  campesinas  luchar  contra  esos  argu- 
mentos. Porque  el  que  sólo  piensa  en  el  precio  y no  en  las  consecuencias 
de  precios  bajos  para  el  agricultor,  el  medio  ambiente  y la  sociedad,  se 
convence  fácilmente  de  que  se  puede  y debe  bajar  aún  más.  Entonces 
no  resulta  ser  fácil  defender  una  política  agrícola  que  quiere  controlar 
la  oferta  para  corregir  el  funcionamiento  defectuoso  del  mercado  y que 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 119 


quiere  también  prestar  atención  a la  calidad  de  los  alimentos,  a la  agri- 
cultura ecológicamente  responsable  o a un  campo  viable. 

Deslumbramiento:  hasta  el  consumidor  pierde 

"La  cifra  de  las  ventas  al  detalle  del  café  se  ha  duplicado  en  los  últimos 
diez  años,  mientras  que  el  ingreso  de  los  productores  de  café  se  ha  redu- 
cido a la  mitad.  Entonces,  desde  principios  de  los  años  noventa,  la  libera- 
ción en  el  sector  cafetalero  no  beneficia  ni  al  consumidor,  ni  al  productor, 
pero  sí  a las  cinco  empresas  multinacionales  que  controlan  más  de  la 
mitad  del  comercio  y el  procesamiento  del  café."  (Néstor  Osario,  director 
general  de  la  Organización  Internacional  del  Café,  OIC). 

El  café  es  un  ejemplo  interesante,  porque,  en  este  caso,  el  mercado  libre 
está  plenamente  presente.  En  primer  lugar,  resulta  que  los  productores 
de  café  no  se  benefician  del  sistema  del  mercado.  Cuando  hay  sobrepro- 
ducción, son  golpeados  fuertemente. 

Igual  de  interesante,  y especialmente  interesante  para  el  consumidor, 
es  la  constatación,  para  muchos  probablemente  extraña,  que  los  precios 
bajos  para  los  agricultores  no  conducen  a precios  más  bajos  en  la  tien- 
da. 

La  verdad  es  más  bien  al  contrario.  En  este  "mercado  libre"  las  multi- 
nacionales que  comercializan  y procesan  el  café  logran,  por  un  lado,  pa- 
gar menos  a los  agricultores  y,  por  otro,  hacer  pagar  más  a los  consumi- 
dores. Que  lo  entienda  quien  pueda,  pero  en  todo  caso  es  doble  premio. 

Se  ha  constatado  lo  mismo  en  los  Estados  Unidos.  En  comparación  con 
1970,  los  agricultores  obtienen  en  el  año  2000  un  veinte  por  ciento  menos 
para  lo  que  producen,  pero  los  consumidores  no  se  benefician  de  eso. 
Todo  lo  contrario,  lo  que  vale  para  ellos  es  la  evolución  invertida,  pagan 
más  del  treinta  y cinco  por  ciento  más. 

Entonces,  no  es  porque  suena  bien  "el  consumidor  gana"  que  sea  la  ver- 
dad. Hay  motivo  para  sospechar  cuando  ese  argumento  sale  de  la  boca 
de  las  multinacionales  alimentarias  o de  los  gigantes  de  la  distribución, 
En  sus  manos,  el  mercado  no  tan  libre  para  que  pase  o pueda  pasar  pre- 
cios más  bajos  al  consumidor.  La  realidad  demuestra  cómo  la  libertad  de 
los  mercados  se  convierte  en  el  derecho  del  más  fuerte. 


120  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Desorden  en  la  cadena  alimentaria 

Pamela  es  una  mujer  británica  joven.  En  pocos  meses  se  convierte  en  una 
piltrafa  desamparada.  Imágenes  en  la  televisión  la  muestran  mientras  va 
tambaleando  por  el  corredor  de  un  hospital.  Hasta  su  cerebro  la  abando- 
nó, ya  no  reconoce  a nadie.  Pamela  es  víctima  de  la  variante  humana  de 
la  enfermedad  de  las  vacas  locas. 

En  junio  de  1999,  estantes  vacíos  en  las  tiendas,  no  hay  huevos,  no  hay 
pollo,  carne  de  cerdo  o de  res,  leche,  no  hay  productos  en  qué  procesar 
todo  lo  anterior...  Y todo  porque  hay  alimentos  para  animales  contami- 
nados con  dioxina. 

En  mayo  de  2002,  en  Alemania,  los  comerciantes  quitan  masivamente 
biopollos,  biopavos,  biohuevos  y bioembutidos  de  sus  estantes.  Durante 
cinco  meses,  la  agricultura  y la  ganadería  biológicas  alemanas  ocultaron 
el  hecho  de  que  las  aves  consumían  trigo  biológico  lleno  de  Nitrofen,  un 
herbicida  prohibido. 

Hormonas  prohibidas  en  la  carne,  la  peste  porcina,  la  enfermedad  de 
las  vacas  locas,  dioxina,  y un  herbicida  en  el  alimento  de  los  animales:  la 
peste  avícola;  especialmente  desde  la  mitad  de  los  noventa,  el  desorden 
en  la  cadena  alimentaria  no  parece  parar. 

Para  entenderlo  bien,  nuestra  cadena  alimentaria  abarca  mucho 
más  que  la  mera  agricultura.  Nada  lo  demostró  mejor  que  la  crisis  de 
la  dioxina  en  Bélgica.  A finales  de  mayo  de  1999  nos  enteramos  de  que 
el  alimento  para  pollos  se  contaminó  con  dioxina.  Es  posible  que  tanto 
los  pollos  como  los  huevos  estén  contaminados;  se  sospecha  de  una  can- 
tidad astronómica  de  productos,  ya  que  los  huevos  son  un  ingrediente 
muy  utilizado.  Un  poco  después  surge  también  en  el  sector  porcino  y 
el  bovino  la  posibilidad  de  alimentos  contaminados.  A causa  de  eso,  la 
mitad  de  la  industria  alimentaria  llega  a un  alto:  ya  no  hay  carne  belga, 
ni  huevos,  ni  productos  relacionados,  y ahora  hasta  la  leche  belga  se  va 
al  diablo,  con  todo  lo  que  se  produce  en  base  a ella.  La  exportación  belga 
de  alimentos  se  paraliza  casi  totalmente.  La  gente  escucha  por  primera 
vez  sobre  la  existencia  de  supuestos  recolectores  de  grasas,  que  reco- 
lectan grasas  en  parques  de  contenedores  y en  puestos  de  papas  fritas. 
Luego  suministran  ese  producto  a empresas  de  alimentos  para  animales. 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 121 


Parece  ser  que  se  filtraron  dioxinas  y "PCB"  en  todos  los  desechos.  Y eso 
ocurrió  solamente  en  un  sitio  y fue  una  cantidad  relativamente  pequeña. 
Pero  sí  se  demostró  inmediatamente  la  vulnerabilidad  de  toda  la  cadena 
alimentaria,  y también  que  el  control  de  ella  está  totalmente  por  debajo 
de  la  norma. 

El  escándalo  Nitrofen  en  el  2002  es  prácticamente  una  reedición  de  la 
crisis  de  la  dioxina,  sólo  que  el  ministro  responsable  no  renuncia  y Euro- 
pa no  toma  medidas  enérgicas  contra  Alemania  en  el  2002. 

Algunos  años  antes,  el  consumidor  consternado  se  enteró  a través 
de  la  enfermedad  de  las  vacas  locas,  o EEB,  que  huesos  molidos  de  ani- 
males había  infiltrado  el  alimento  y por  ende,  la  cadena  alimentaria.  Las 
reses  afectadas  por  esa  enfermedad  temblaban  sobre  sus  patas,  tenían 
problemas  de  coordinación  y morían.  Y aún  hay  más,  y peor,  porque  los 
investigadores  descubrieron  que  la  enfermedad  puede  pasar  al  ser  hu- 
mano. Y no  fue  sino  hasta  1996  que  el  gobierno  británico  decide  interve- 
nir seriamente  y matar  a cientos  de  miles  de  reses.  Esa  intervención  llegó 
muy  tarde,  porque  ya  en  el  año  1986  se  había  reconocido  la  enfermedad 
de  las  vacas  locas  y existían  fuertes  indicaciones  de  que  ya  dos  años  antes 
se  habían  muerto  reses  británicas  de  EEB.  Según  los  expertos,  entre  1986 
y 1996  más  de  setecientas  mil  reses  contagiadas  de  EEB  habían  infiltrado 
la  cadena  alimentaria.  A principios  de  1998,  24  personas  habían  muerto 
de  EEB  en  Gran  Bretaña.  Es  difícil  estimar  cuántas  personas  morirán  aún 
de  EEB.  Un  científico  valora  a cien  muertes  si  el  período  de  incubación 
fuera  de  diez  años.  Si  ese  período  de  incubación  fuera  de  veinticinco 
años,  entonces  esa  cifra  llegaría  a treinta  y cinco  mil. 

En  todo  caso  la  EEB,  la  intoxicación  por  dioxina,  la  peste  avícola  y 
otros  problemas  de  la  agricultura  y del  sector  alimentario  indican  que 
nuestra  producción  alimentaria  a gran  escala  está  llegando  a sus  límites. 
Estas  crisis  ponen  la  agricultura  sostenible  en  la  agenda  política  mucho 
más  rápido  de  lo  que  muchos  pensaron.  Debido  a estos  descarríos,  de 
repente  se  han  hecho  mucho  más  importantes  la  buena  calidad  de  nues- 
tros alimentos,  la  calidad  del  medio  ambiente,  y hasta  el  bienestar  de  los 
animales. 

Todas  las  características  de  una  victoria  pírrica 

¿Qué  tan  libre  es  el  mercado  que  obliga  a comer  carne  con  hormonas  o 
de  cultivos  genéticamente  modificados? 


122  | COMPETENCIA  A MUERTE 


En  1988  Europa  se  niega  a seguir  importando  carne  de  res  tratada  con 
hormonas  de  crecimiento.  La  razón  es,  por  supuesto,  que  las  hormonas 
de  crecimiento  pueden  dañar  la  salud.  De  hecho,  es  responsabilidad  de 
las  autoridades  garantizar  la  seguridad,  también  la  seguridad  alimentaria 
de  sus  ciudadanos.  Pero  los  Estados  Unidos,  que  en  otras  ocasiones  se 
ocupan  diligentemente  del  argumento  de  seguridad  de  sus  ciudadanos 
y que  hasta  están  dispuestos  a librar  guerras  preventivas  sobre  el  tema, 
no  quieren  oír  del  argumento  sobre  la  seguridad.  Junto  con  Canadá,  los 
Estados  Unidos  defienden  ante  la  Organización  Mundial  del  Comercio 
(OMC),  el  concepto  que  los  argumentos  sobre  la  seguridad  no  compensan 
sus  intereses  comerciales.  Y la  Organización  Mundial  del  Comercio  parece 
efectivamente  pensar  que  los  europeos  bien  pueden  comer  carne  con  hor- 
monas. Europa  debe  levantar  su  embargo  y admitir  carne  con  hormonas. 
Cuando  los  europeos  se  niegan  a hacerlo,  se  les  impone  una  condenación. 
Como  compensación,  los  Estados  Unidos  y Canadá  pueden  cobrar  un  im- 
puesto sobre  los  productos  que  importan  de  Europa.  Ese  es  el  momento 
cuando  los  EU  gravan  el  queso  roquefort  francés,  lo  cual  conduce  a mucha 
ira  mediagénica  y le  da  a José  Bové  su  fama  internacional. 

En  la  manera  en  la  que  organizamos  ahora  el  mercado  mundial,  es 
fundamental  que  a los  intereses  comerciales  se  les  dé  la  prioridad  sobre  la 
salud  de  los  consumidores.  Es  únicamente  porque  Europa  no  es  un  peque- 
ño agricultor  comercial  que  puede  seguir  llevando  la  contraria  sobre  las 
hormonas  de  crecimiento.  Pero  aún  así  sigue  vigente  el  principio.  Porque 
sí  se  le  castiga  a Europa  por  su  supuesta  obstrucción  comercial;  los  euro- 
peos deben  pagar  una  multa  por  considerar  importante  la  salud. 

Surge  una  discusión  similar  sobre  organismos  o cultivos  genéticamente 
modificados.  Muchos  europeos  están  muy  dudosos  con  respecto  a los 
OGMs.  Con  razón  o no,  temen  que  esos  organismos  o cultivos  conllevan 
riesgos  para  la  salud.  Pero,  de  nuevo,  las  reglas  de  la  Organización  Mun- 
dial del  Comercio  no  permiten,  en  principio,  prohibir  su  importación. 
De  nuevo  se  le  obliga  a la  gente  a aceptar  los  riesgos  que  en  realidad  no 
desean  asumir. 

Un  recoveco  en  nuestro  cráneo  mundial 

Pero  con  eso  no  termina  el  recoveco  en  nuestro  cráneo  mundial. 

Si  de  todos  modos  Europa  no  puede  negarse  a aceptar  esos  OGMs, 
los  consumidores  sí  quieren  saber  cuáles  alimentos  son  modificados  ge- 


¿QUÉ  ES  LO  QUE  PASA?  A CAVAR  MÁS  PROFUNDO  | 123 


néticamente.  De  esa  manera  podrán  al  menos  escoger.  Diría  uno  que  es 
un  argumento  sólido  y una  solicitud  justificada. 

Casi  no  es  de  creer,  pero  los  Estados  Unidos  arguyen  ante  la  Orga- 
nización Mundial  del  Comercio  (OMC)  que,  en  este  caso,  el  informar  al 
consumidor  es  un  obstáculo  para  el  libre  comercio.  En  Het  Recht  van  de 
rijkste  (El  derecho  del  más  rico)  de  John  Vandaele,  leemos:  "Ya  fueron 
impugnadas  212  leyes  para  la  protección  del  medio  ambiente,  la  salud 
pública  o las  normas  laborales,  la  mayoría  de  las  veces  partiendo  de  la 
consideración  que  los  productores  son  perjudicados  u obstaculizados 
por  esas  reglas.  Cada  vez  más  nos  encontramos  en  un  mundo  donde 
otorgamos  derechos  infundados  a bienes  y servicios,  y al  dinero.  Pero  los 
derechos  humanos  y de  las  sociedades,  por  ejemplo  a alimentos  sanos 
o a la  información  sobre  lo  que  nos  dan  de  comer,  son  desatendidos  y 
hasta  negados.  Y lo  mismo  sucede  con  los  derechos  del  medio  ambiente 
o de  la  naturaleza.  Las  consecuencias  de  esta  lógica,  que  deja  dominar  la 
economía  y el  comercio  sobre  todos  los  demás  valores,  son  poco  claras  e 
inmensurablemente  grandes". 

Porque  esa  lógica  no  permite  que  uno  intervenga  en  los  mercados 
para  dominar  la  oferta  de  productos  agrícolas  y así  perseguir  precios 
viables  para  los  agricultores  - porque  eso  no  es  comercio  libre; 

Esa  lógica  prohíbe  ayudar  a una  agricultura  amigable  con  el  medio 
ambiente  y recompensar  el  valor  de  la  naturaleza  - eso  es  falsificación 
de  la  competencia; 

Esa  lógica  hace  imposible  considerar  importante  la  calidad  de  los  ali- 
mentos - eso  es  obstaculización  comercial; 

Esa  lógica  va  en  contra  de  toda  ambición  para  el  saneamiento  de  la 
habitabilidad  del  campo  y,  con  ello,  también  su  cultura  y paisajes  de 
cultivos  - eso  es  perturbación  del  mercado. 

También  el  consumidor  es,  en  primer  lugar,  un  ser  humano  con 
responsabilidades 

"Yo  prefiero  comprar  productos  locales  y darle  trabajo  a las  personas 
alrededor  de  nosotros  que  mantienen  el  medio  ambiente"  (Anne  Héry, 
miembro  de  Voisins  de  Paniers). 

Los  consumidores  se  sienten  muchas  veces  hostigados,  y no  sólo  porque 
surgen  riesgos  para  su  salud.  También  están  haciendo  otras  preguntas. 


124  | COMPETENCIA  A MUERTE 


¿No  tienen  los  agricultores  en  todas  partes  del  mundo  derecho  a un  in- 
greso decente,  al  igual  que  ellos? 

¿Deben  experimentar  con  impotencia  el  éxodo  y la  pérdida  de  nume- 
rosas zonas  rurales  atractivas?  Si  solamente  van  a quedar  segundas  re- 
sidencias, casas  vacacionales  y algunos  edificios  históricos  en  ese  campo 
rural,  nos  encontraremos  realmente  en  el  museo  Europa  y ya  no  en  una 
Europa  viva.  ¿Deben  aceptar  con  impotencia  la  tala  del  bosque  lluvioso 
y el  desplazamiento  y empobrecimiento  de  los  pequeños  agricultores,  y 
todo  eso  por  la  soya,  las  hamburguesas  o,  dentro  de  poco,  por  cultivos 
para  energía?  Muchos  consumidores  son  conscientes  de  su  responsabili- 
dad. Esa  sigue  existiendo,  para  todos  nosotros,  aunque  seamos  malcria- 
dos por  los  precios  irresponsablemente  bajos  de  los  alimentos  y aunque 
gastemos  cada  vez  menos  de  nuestro  ingreso  en  comida.  Y no  olvide 
que  ese  segundo  fenómeno  se  explica  en  gran  parte  por  esos  precios  de- 
masiado bajos.  También  el  consumidor  es,  en  primer  lugar,  un  ser  hu- 
mano. Todos  somos  ciudadanos  con  responsabilidad  hacia  los  demás 
habitantes  de  nuestro  planeta.  Parte  de  esa  responsabilidad  la  podemos 
asumir  como  individuo,  como  consumidor  al  nivel  doméstico.  ¿Cuáles 
productos  agrícolas  compramos  y cuáles  no?  ¿De  quién  y a qué  precio? 
No  es  fácil,  pero  así  se  podrá  ofrecer  un  contrapeso  a una  lógica  de  mer- 
cado demasiado  dominante.  En  complemento  a lo  anterior,  y aún  más 
esencial,  es  obligar  a la  economía,  y por  ende  también  a la  economía 
agraria,  desde  la  sociedad  y desde  su  organización  política,  a reconocer 
otros  valores,  a perseguirlos  o hasta  darles  prioridad:  valores  sociales, 
ecológicos,  democráticos,  culturales  y hasta  otros  valores  económicos.  Y 
especialmente  cuando  el  mercado  falla,  las  sociedades  y autoridades  tie- 
nen el  derecho  y,  aún  más,  la  obligación  de  dirigir  la  economía,  imponer 
reglas  y,  si  necesario,  intervenir  en  el  mercado. 

De  sobra  se  ha  ilustrado  cómo  el  mercado  falla  repetida  y desastro- 
samente para  la  agricultura  y para  el  aprovisionamiento  de  alimentos. 
O sea,  es  más  que  hora  de  poner  esa  economía  agrícola  al  servicio  de  la 
sociedad  y de  ajustarla  a las  necesidades  mundiales  reales. 


125 


V.  ¿Qué  debe  suceder?  La  necesidad  de  la  soberanía 
alimentaria 

1.  Introducción  - necesidad  de  una  agricultura  sostenible 

"Debes  distinguir  entre  subsidios  a la  exportación  que  efectivamente  son 
malos,  y la  ayuda  a la  propia  agricultura.  Es  económicamente  justo  no 
subsidiar  la  exportación.  Pero  el  mercado  interno  que  procura  que  la 
gente  pueda  comer  los  productos  de  su  agricultura,  ese  mercado  tienes 
que  respetar,  esa  es  la  soberanía  alimentaria."  (Mamadu  Cissokho,  presi- 
dente honorario  de  Roppa,  líder  campesino  de  África  Occidental). 

Al  igual  que  en  el  pasado,  la  gente  tendrá  que  comer  y querrá  probar  los 
placeres  de  mesas  ricas  y comida  sabrosa.  Para  eso  tendrán  que  contar 
con  la  agricultura  que,  por  necesidad,  tendrá  que  quedarse.  Además,  esa 
agricultura  podrá  en  el  futuro  hacer  posible  una  sociedad  mundial  prós- 
pera, de  la  misma  manera  que  siempre  ha  creado  sociedades  prósperas. 
Una  agricultura  fuerte  puede  contribuir  a establecer  la  base  para  la  in- 
dustrialización y más  prosperidad  en  muchas  regiones  del  mundo.  Pero 
para  lograrlo  tenemos  que  tener  una  agricultura  sostenible. 

Esa  agricultura  es  una  agricultura  que  respeta  el  medio  ambiente  y 
que  no  cruza  las  fronteras  ecológicas,  teniendo  como  el  ejemplo  más  tris- 
te la  pesca  que  sobreexplota  los  mares  y océanos  a nivel  mundial.  Enton- 
ces, esa  agricultura  debe  ser  social  y familiar,  para  que  los  agricultores 
puedan  vivir  de  ella  y no  sean  expulsados  a un  ritmo  tan  acelerado  que 
se  mueran  de  hambre  o que  sean  botados  como  basura  en  tugurios  cre- 
cientes. Si  los  agricultores  trabajan  duro,  tiene  que  ser  económicamente 
rentable.  Se  requiere  de  un  precio  justo  y no  de  salarios  de  hambre  como 
el  resultado  de  sus  esfuerzos.  También  estamos  apegados  a nuestros  pai- 
sajes de  cultivos  y las  tradiciones  valiosas  relacionadas  con  ellos,  y por 
eso  hay  un  llamado  por  una  agricultura  y un  campo  viables  que  vigilen 
todo  eso. 


126  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Desde  lo  alto  en  el  aire,  una  perspectiva  mundial 

Si  queremos  tener  suficiente  comida  en  este  mundo,  comida  que  sea  se- 
gura para  comer,  amigable  con  el  medio  ambiente;  es  decir,  producida 
de  manera  sostenible,  conservando  los  paisajes  de  cultivos  y respetando 
las  tradiciones  del  campo,  tenemos  que  organizar  la  agricultura  y pro- 
tegerla dentro  del  mercado  europeo,  dentro  de  los  mercados  de  África 
Occidental,  suramericanos,  surasiáticos  y otros  mercados  regionales. 
Porque  ni  piense  que  Toscana  o la  Dordoña,  regiones  que  muchos  con- 
sideran atractivas,  fueran  posibles  sin  un  mercado  agrícola  totalmente 
libre.  De  esa  manera  evitaríamos  particularmente  que  el  comercio  mun- 
dial de  los  productos  agrícolas  conduzca  al  empobrecimiento  masivo,  a 
la  desnutrición  para  cientos  de  millones  y a la  muerte  por  hambre  de  de- 
cenas de  millones  de  personas.  Así  evitaríamos  entonces  un  éxodo  ma- 
sivo del  campo.  Solamente  un  campo  próspero  puede  contrarrestar  esa 
espiral  descendiente  y al  mismo  tiempo  contribuir  a la  prosperidad  del 
que  tiene  que  ganarse  la  vida  en  la  ciudad.  Porque  así  se  reduce  la  pre- 
sión sobre  los  salarios  y al  mismo  tiempo  el  campo  forma  un  mercado  de 
venta  para  los  productos  y servicios  de  la  ciudad  y de  la  industria.  Y así 
queda  muy  claro  que,  mundialmente,  los  agricultores  y empleados  tie- 
nen intereses  más  paralelos  que  encontrados.  En  realidad  es  notable  que 
los  sindicatos  y los  movimientos  campesinos  aún  no  hayan  formado  una 
alianza  mundial.  Únicamente  juntos  podrán  combatir  la  pesadilla  social 
de  ingresos  colapsados,  economías  que  languidecen,  mercados  de  venta 
que  desaparecen,  autoridades  pobres  y previsiones  públicas  colapsadas. 
Y si  estos  dos  movimientos  construyen  el  puente  a los  movimientos  pro- 
ambientales, lograremos  una  corriente  fuerte  que  cree  un  mundo  y una 
economía  que  serán  mucho  más  sostenibles  y sociales. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  ALIMENTARIA  | 1 27 


2.  La  agricultura  es  familiar  y social 

Es  uno  de  esos  momentos  cuando  todo  entra  simplemente  en  la  cámara: 
la  campesina  que  lleva  pienso  a las  ovejas,  el  campesino  que  va  pasando 
atrás  por  la  imagen  hasta  entrar  a la  pradera,  también  con  pienso;  llama 
en  voz  alta  y desde  la  cima  de  la  colina  vienen  bajando  las  vacas;  pronto 
queda  casi  invisible  entre  sus  reses;  mientras  tanto,  la  campesina  en  el 
frente  de  la  imagen  les  da  a sus  pollos  su  ración;  todo  en  una  sola  ima- 
gen, qué  bueno. 

De  la  autosuficiencia  y una  buena  vida 

Somos  huéspedes  de  la  familia  Rüdell.  Su  granja  de  unas  veinticinco  hec- 
táreas no  está  lejos  de  Capanema  en  el  Paraná,  Brasil,  cerca  de  la  frontera 
con  Argentina.  Isabel  Rüdell  nos  lleva  por  los  establos:  "Aquí  tenemos 
los  pollos  que  comemos  nosotros  mismos,  algunos  los  vendemos.  Den- 
tro de  dos  semanas  los  dejamos  andar  libres  por  la  granja  para  hacer 
espacio  para  los  nuevos  polluelos  que  están  creciendo. . . Estos  cerdos  los 
criamos  especialmente  para  nuestra  familia.  Siempre  sobra  algo.  De  eso 
hacemos  salami  y embutidos  que  vendemos  en  el  mercado. 

Mientras  tanto,  los  hijos  empezaron  a cortar  la  hierba  elefante,  una 
carretilla  de  madera  se  llena  rápidamente.  Isabel  arranca  la  máquina. 
Hace  muchísimo  ruido,  parece  que  data  de  la  era  del  vapor,  pero  hace 
lo  que  tiene  que  hacer,  cortar  los  tallos  largos.  Madre  e hija  alegran  a los 
cerdos  con  ellos. 

Los  campos  están  más  hacia  arriba.  Caminamos  por  la  siembra  de  re- 
molachas hasta  llegar  a la  siembra  de  soya,  que  ya  está  madura.  Alfredo 
e Isabel  cosechan  con  la  hoz.  Muestran  otra  parcela  que  están  cultivando. 
Allí  crece  arroz,  maíz,  mandioca,  y también  papas,  maní  y calabazas.  Co- 
nocimos también  el  cultivo  extensivo  de  hortalizas  con  tomates,  lechu- 
gas, brócolis,  repollos;  en  realidad  demasiado  para  enumerar.  Nuestro 
paseo  no  duró  mucho.  Especialmente  los  árboles  frutales  ya  no  reciben 


128  | COMPETENCIA  A MUERTE 


tanta  atención,  porque  un  fuerte  aguacero  nos  obliga  a ir  rumbo  a la  te- 
rraza. Allí,  sobre  una  mesa  muy  llena  están  exhibidas  las  riquezas  de  la 
vida  del  agricultor.  La  cámara  casi  termina  de  filmar,  Isabel  ofrece  la  ex- 
plicación: "Éstas  son  las  hortalizas  para  nuestro  propio  uso.  Sembramos 
y cosechamos  un  poco  más  de  lo  que  necesitamos  para  poderlas  ven- 
der en  la  ciudad.  También  sembramos  y cosechamos  nuestro  arroz.  Lo 
que  aún  no  tenemos  es  una  máquina  desgranadora.  La  fruta  la  hacemos 
en  conservas  y guardamos  estos  botes  para  cuando  ya  no  haya  fruta. 
Sembramos  tres  variedades  de  frijoles.  No  necesitamos  comprar  semi- 
llas, nos  ocupamos  de  esto  nosotros  mismos.  De  los  cacahuetes  hacemos 
pastelitos,  que  comemos,  y vendemos  una  parte.  Aquí  ve  calabazas,  y 
aquí  tenemos  nuestra  propia  miel  de  abejas. . . Esto  es  trigo,  también  para 
nosotros,  y pepinillos.  Hay  leche,  de  nuestras  vacas  que  aún  ordeñamos 
a mano,..  Esta  es  una  torta  de  bananos  con  azúcar  morena.  Y todos  estos 
que  están  aquí,  son  botes  de  conservas.  Estos  son  higos,  estos  pepinillos, 
cebollas,  pimentones,  zanahorias,  y hay  muchos  más  que  no  están  en  la 
mesa.  Este  saco  está  lleno  de  azúcar  morena  que  hacemos  nosotros  mis- 
mos en  una  pequeña  fábrica,  con  la  colaboración  de  siete  familias.  Esta 
azúcar  la  consumimos  nosotros  mismos,  pero  debido  a que  producimos 
mucha,  naturalmente  la  vendemos...  Todo  lo  que  ve  aquí  proviene  de 
nuestra  finca  y es  fruto  del  trabajo  de  la  familia." 

Un  hogar  propio,  una  casa  propia 

Es  cierto,  esta  finca  de  seguro  no  luce  ni  nueva,  ni  moderna.  Si  casi  ni 
hay  maquinaria  - en  cambio,  sí  hay  animales  de  trabajo.  Pero  es  especial- 
mente importante  que  es  una  empresa  que  funciona  bien,  con  resultados 
impresionantes.  Y lo  más  importante:  esta  gente  vive  bien,  eso  está  muy 
claro.  No  conocen  el  hambre,  de  seguro  no  están  desnutridos  y definiti- 
vamente comen  más  variado  que  muchas  personas  en  países  ricos.  Hay 
agua  potable  en  abundancia.  El  abono  excesivo  o las  pesticidas  no  son  un 
peligro  para  la  calidad  del  agua.  Este  es  ni  el  lugar  ni  el  momento  para 
pormenorizar  los  contrastes  entre  la  agricultura  clásica  y la  biológica. 
Pero  ya  es  una  ventaja  de  esa  agricultura  biológica,  que  en  gran  medida 
es  escogida  por  la  agricultura  familiar.  Y también  viven  de  manera  exce- 
lente aquí.  Hasta  las  personas  más  ricas  del  mundo  no  tienen  casas  tan 
grandes.  Las  construyen  casi  en  su  totalidad  ellos  mismos,  con  madera 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 129 


de  sus  propios  bosques.  Esos  árboles  también  procuran  la  energía  nece- 
saria, por  ejemplo  cuando  se  necesita  un  poco  de  calefacción. 

El  ser  humano  necesita,  por  supuesto,  más  de  lo  que  la  tierra  pue- 
de brindar.  No  hay  problema,  la  finca  produce  más  que  suficiente  para 
poder  ganarse  buenos  cincos  en  el  mercado.  El  hecho  de  que  haya  un 
vehículo  o un  camión  pequeño  en  muchas  de  esas  empresas  familiares 
nos  dice  mucho  de  su  poder  adquisitivo. 

"Lula...  Lula..." 

El  pequeñín  no  para  de  llamar  ese  nombre  cuando  llegamos  a la  casa  de 
Altemir  Tortelli.  Nos  toma  un  rato  entender  que  Lula  es  la  lora  de  la  casa 
que  está  en  los  altos  de  los  árboles,  y que  no  es  el  presidente  brasileño. 

Más  adelante  profundizaremos  más  sobre  cómo  estos  agricultores  brasi- 
leños procesan  y venden  sus  productos.  Primero  nos  concentraremos  un 
poco  en  esa  autosuficiencia.  Es  mucho  más  que  un  fenómeno  marginal. 
Para  los  miembros  de  Fetraf,  un  movimiento  campesino,  esa  autosufi- 
ciencia es  una  escogencia  expresa.  Es  la  primera  piedra  de  su  visión  de 
la  agricultura  familiar  y un  campo  viable.  El  líder  campesino,  Tortelli, 
subraya  la  importancia  de  ello,  así  como  la  de  vivir  bien:  "Es  importante 
que  la  gente  viva  en  el  campo,  que  pueda  vivir  bien  y dignamente,  y que 
pueda  decir:  esta  es  mi  casa,  y está  abierta  para  recibir  gente." 

También  en  la  finca  de  los  líderes  campesinos  Altermir  Tortelli  y Elo- 
ir  Grizelli  se  nota  la  cantidad  de  árboles  fruteros  - naranjas,  mandarinas, 
melocotones,  bananos  - y el  estanque  de  peces,  todos  en  primera  instan- 
cia para  uso  propio.  El  excedente  es  para  el  mercado,  en  ese  orden.  Y sí, 
nos  reciben  muy  bien. 

Un  pequeño  milagro  de  la  India 

"La  ciudad  es  demasiado  ruidosa,  y demasiado  cara.  Aquí  en  el  campo 
todo  es  hermoso,  rodeado  de  montañas.  Si  necesitamos  algo,  lo  cultiva- 
mos y usamos  para  nosotros  mismos."  (Hija  Baly  Samy). 


130  | COMPETENCIA  A MUERTE 


También  en  la  India  la  agricultura  familiar  es  una  fuerte  palanca  para 
crear  prosperidad.  Al  sur  de  Bangalore,  la  ciudad  de  millones  de  habi- 
tantes en  el  distrito  Dharmapúri  en  Tamil  Nadu,  existen  muchos  pue- 
blos donde  antes  de  verdad  no  se  vivía  bien.  Escuche  lo  que  tiene  que 
decir  este  anciano  del  pueblo:  "Solo  Dios  puede  entender  cómo  vivíamos 
antes.  No  teníamos  suficiente  ropa,  ni  suficiente  agua  para  beber.  Para 
podernos  lavar,  teníamos  que  esperar  dos  o tres  semanas.  Y si  teníamos 
hambre,  no  podíamos  prestar  dinero  de  nadie  para  comprar  comida. 
Entonces  nos  íbamos  al  bosque  para  recoger  hojas  para  complementar 
nuestros  granos.  Comíamos  solamente  una  vez  al  día,  normalmente  en 
las  noches,  y si  sobraba  algo  lo  comíamos  al  día  siguiente.  Así  temamos 
solamente  una  verdadera  comida  al  día". 

Qué  diferente  es  ahora  la  vida  en  el  pueblo  de  la  familia  Bala  Samy, 
lejos  de  la  ciudad.  El  padre  atestigua:  "Antes  teníamos  una  sola  cosecha, 
ahora  que  hemos  procurado  agua  tenemos  dos  y hasta  tres  cosechas  y, 
por  lo  tanto,  gano  más.  Así  pude  construir  mi  casa  nueva,  compré  unas 
vacas  y puedo  mandar  a mi  hija  a la  escuela.  No  soy  el  único,  muchas 
familias  campesinas  viven  mucho  mejor  ahora." 

Grupos  de  mujeres  juegan  un  papel  determinante,  más  que  los  grupos 
de  hombres.  Mamá  Baly  Samy  está  entusiasmada  con  eso:  "Por  unirme 
a un  grupo  de  mujeres,  pude  conseguir  un  préstamo  para  un  pozo,  una 
bomba  de  agua,  después  para  nivelar  el  terreno,  y también  un  préstamo 
para  el  gusano  de  seda  y para  palos  de  coco  y otros  árboles,  y ahora  nos 
va  mucho  mejor.  Ahora  que  hay  agua,  tenemos  mucho  arroz  y muchas 
hortalizas,  criamos  gusanos  de  seda  y otros  cultivos  nuevos." 

Sus  rendimientos  son  impresionantes.  Sus  ingresos  son  cinco,  seis  o 
más  veces  más  altos,  como  nos  cuenta  la  vecina  de  la  familia  Bala  Samy: 
"Antes  solo  había  una  cosecha  de  grano  por  año.  A los  gusanos  de  seda 
los  podemos  criar  cinco  veces.  Con  los  granos  ganábamos  unos  cuarenta 
euros  por  año.  Ahora  ganamos  unos  400  euros  por  año." 

Durante  la  filmación  para  Short  Cuts  Of  India  pude  experimentar  la 
fuerza  con  la  que  defienden  estos  grupos  de  mujeres  sus  intereses.  No 
dejan  que  nada  ni  nadie  les  impida  realizar  sus  ambiciones.  En  las  re- 
uniones son  enérgicas.  Las  mujeres  se  metieron  entre  ceja  y ceja  obtener 
préstamos  para  construir  o remodelar  sus  casas.  Una  tras  otra  presentan 
sus  argumentos.  Me  atrevo  a apostar  que  lograrán  sus  préstamos.  Y así 
sucede  lo  que  pocos  esperaban:  estos  pueblos  ganan  habitabilidad  y po- 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  ALIMENTARIA  | 131 


der  adquisitivo  para  jóvenes  y viejos.  Ya  no  es  extraño  que  jóvenes  como 
la  hija  Baly  Samy  prefieran  el  pueblo  a la  ciudad.  "La  ciudad  es  demasia- 
do ruidosa  y demasiado  cara.  Aquí  en  el  campo  todo  es  hermoso,  rodea- 
do de  montañas,  y si  necesitamos  algo,  lo  cultivamos  y lo  usamos  para 
nosotros  mismos.  La  ciudad  es  diferente,  edificios  en  todas  partes." 

Agricultura  y economía,  una  relación  alterada 

Quizás  esta  vida  rural  no  es  la  cosa  de  la  que  sueña  el  promedio  de  los 
occidentales.  ¿Pero,  importa  eso?  Esta  existencia  familiar  campesina  es 
una  forma  de  producir  y trabajar  que  les  da  a muchos  la  oportunidad 
de  satisfacer  sus  necesidades  y de  vivir  con  mucha  dignidad.  Ya  sé  que 
muchos  economistas  dudan  de  la  eficiencia  de  esta  agricultura  espe- 
cialmente local  y que  son  poco  entusiastas  con  respecto  al  autoabas- 
tecimiento.  Económicamente  no  sería  muy  eficiente.  Hasta  allí  llega  la 
teoría. 

Quizás  deberían  de  explicar  por  qué  a estos  agricultores  les  va  mucho 
mejor  que  a tantos  otros  colegas  que  cultivan  en  primer  lugar,  o has- 
ta exclusivamente,  algodón,  cacahuetes,  granos  o café  para  el  mercado 
mundial.  ¿Deberían  quizás  de  ver  muy  críticamente  - es  decir  muy  cien- 
tíficamente - sus  definiciones  y mediciones  de  la  eficiencia? 

Quizás  podrán  aclarar  de  una  vez,  ¿por  qué  muchos  agricultores, 
cuando  tienen  la  oportunidad,  optan  en  gran  medida  por  el  autoabaste- 
cimiento  y no  por  la  dependencia  total  del  mercado,  y definitivamente 
del  todo  no  por  el  mercado  mundial?  No  obstante,  según  el  librito  econó- 
mico, ese  comercio  debería  de  darles  mucho  más  beneficios...  en  teoría. 
Quizás  esos  economistas  no  tienen  suficiente  apreciación  para  reparar  en 
el  control  que  tiene  esta  gente  sobre  su  existencia,  su  independencia,  la 
autonomía  que  abrigan  porque  les  asegura  mucho  más  prosperidad. 

Quizás  esos  economistas  casi  o del  todo  no  miran  la  gran  ventaja  so- 
cial de  esta  forma  de  producir,  quizás  su  campo  de  visión  ya  sea  dema- 
siado limitado  para  verlo. 

Un  tesoro  muy  renegado 

Una  agricultura  que  procura  comida,  trabajo,  ingreso  y hasta  seguridad 

social,  ¿quién  quiere  destruirla? 


132  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Con  mucha  frecuencia  la  agricultura  familiar  es  tan  intensamente  des- 
favorecida y oprimida,  que  es  con  gran  dificultad  que  sobrevive.  Pero 
en  algunas  regiones  de  nuestro  mundo  existe  aún,  afortunadamente, 
la  agricultura  familiar.  Y allí  comprueba  su  gran  valor.  Procura  que 
millones  de  personas  puedan  comer  bien  y que  no  sufran  ni  de  hambre 
ni  de  desnutrición.  Es  indiscutible  que  muchas  veces  eso  tiene  que  ver 
con  el  fuerte  énfasis  que  se  pone  en  el  autoabastecimiento.  Es  una  ac- 
tividad cuya  importancia  es  subestimada  con  demasiada  facilidad.  La 
agricultura  familiar  crea  muchas  oportunidades  de  empleo,  y ayuda  a 
tantas  personas  a obtener  un  ingreso  decente.  Las  familias  agricultoras 
son  numerosas,  todos  tienen  algo  de  tierra  y,  por  ende,  de  medios  de 
supervivencia.  No  son  latifundistas  que  monopolizan  la  tenencia  de 
las  tierras;  eso  se  encarga  de  que  los  ingresos  se  distribuyan  de  manera 
muy  pareja.  Tal  distribución  proporcionada  de  los  ingresos  es  muchas 
veces  receta  para  una  sociedad  próspera.  Casi  nadie  es  muy  rico  allá, 
y prácticamente  nadie  es  pobre.  Especialmente  eso  último  es  impor- 
tante. Pero  el  primero  sí  se  necesita  para  que  el  segundo  sea  posible.  Y 
cuando  las  cosas  andan  mal  en  el  resto  de  la  economía,  la  agricultura 
familiar  comprueba  más  de  una  vez  su  ventaja  extraordinaria.  Así  la 
agricultura  tailandesa  fungía  durante  la  crisis  asiática  - a finales  de  los 
noventas  del  siglo  pasado  - como  amortiguador,  en  un  país  donde  no 
se  conoce  la  seguridad  social. 

A principios  de  1998,  me  encontré  con  Niphaporn  Muengkom  en  su 
pueblo,  a unos  ciento  cincuenta  kilómetros  al  norte  de  Bangkok:  "Yo  era 
telefonista  en  Prapadang,  cerca  de  Bangkok,  en  la  fábrica  de  redes  para 
pescar  Siam  Brother.  Después  me  pidieron  venir  a trabajar  en  Ayutaya, 
en  su  fábrica  nueva.  Pero  la  fábrica  cerró  después  de  siete  meses.  Me 
quedé  sin  trabajo.  Y ya  no  puedo  darles  dinero  a mis  padres.  Trabajo 
ahora  en  los  campos  de  arroz  para  ayudarlos.  Ya  no  encuentro  otro  tra- 
bajo." 

El  alcalde  del  pueblo  añade:  "Los  agricultores  tendrán  que  poner 
mucha  atención  y ser  muy  frugales.  Tendrán  que  cultivar  hortalizas  ellos 
mismos  para  poder  proveer  su  propio  sustento." 

Una  agricultura  que  procura  que  los  agricultores  puedan  comer,  que 
tengan  trabajo  y que  todos  ganen  dinero,  que  puedan  vivir  bien  y hasta 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 1 33 


que  la  sociedad  tenga  un  parachoques  o buffer  contra  los  golpes  eco- 
nómicos, ¿quién  quiere  destruirla?  Diría  uno  que  nadie,  pero  entonces 
tendremos  que  aplicar  una  política  a nivel  mundial,  que  ofrezca  oportu- 
nidades a esa  agricultura  familiar.  Entonces  tendremos  que  impedir  que 
la  agricultura  industrial,  la  agroindustria  y la  distribución  al  por  mayor 
reprima  y destruya  la  agricultura  familiar. 


134  | COMPETENCIA  A MUERTE 


3.  Prioridad  para  la  agricultura  local  y regional 

"Aquí  había  un  barril  de  aceite  para  lámparas,  de  este  lado  había  un 
grifo.  A la  par  había  un  barril  de  aceite  de  cacahuete.  Allí  yo  había  amon- 
tonado productos,  azúcar  en  terrones  y suelto.  También  tenía  arroz  y 
allá  ponía  cajas  de  jabón  una  sobre  la  otra.  También  vendía  granos  en 
la  estación  lluviosa  mala.  Aquí  había  una  pequeña  puerta  que  condené. 
En  la  barra  había  ollas  para  cocinar,  copas  y sogas.  Y tenía  una  vitrina 
con  agua  de  colonia  y otros  productos  de  belleza.  Allá  había  tendido  una 
soga  de  la  cual  colgaban  telas.  Este  año  quité  mi  barra  de  tienda  porque 
la  pared  de  la  tienda  empezó  a colapsar."  (Seydou  Deme,  agricultor  de 
Senegal  y antiguo  tendero). 

Seydou  tenía  antes  su  tienda  en  Boulidiama  - que  es  apenas  un  pueblo, 
las  chozas  están  muy  separadas,  y no  viven  muchas  personas  allí.  Algu- 
na vez  la  gente  de  Boulidiama  vivió  bien,  muy  bien.  Porque  una  tienda 
tan  bien  surtida  sólo  es  posible  cuando  la  gente  tiene  dinero,  cuando  hay 
poder  de  adquisición.  Después  de  haber  estado  filmando  por  un  rato, 
descubrí  que  a unos  cientos  de  metros  de  la  tienda  de  Seydou,  había  otra 
tienda,  igualmente  bien  surtida. 

Es  casi  inimaginable.  Porque  en  ninguna  parte  se  detecta  la  prosperi- 
dad de  antes  en  esta  región  de  cacahuetes.  El  viejo  tendero  cuenta:  "Les 
daba  crédito  a mis  clientes.  Debido  a la  sequía  no  me  podían  devolver  el 
dinero.  Y cuando  la  siguiente  cosecha  también  fracasó,  siguieron  pidien- 
do crédito.  Yo  no  podía  negárselo." 

Seydou  nunca  vio  su  dinero.  La  sequía  de  los  años  setenta  quebró  su 
negocio,  que  alguna  vez  había  sido  tan  próspero,  y las  cosas  iban  de  mal 
en  peor.  "Como  jefe  de  familia  usaba  la  manada  de  vacas  para  vender 
de  vez  en  cuando  una  res  para  darle  de  comer.  Vendí  la  última  vaca  el 
año  pasado." 

Ahora  ya  se  ha  vendido  todo  lo  que  era  vendible.  Y es  doblemen- 
te malo,  porque  las  cosechas  del  año  pasado  se  están  agotando.  El  hijo, 
Amadou,  nos  cuenta  su  secreto:  "Este  es  mi  granero,  aquí  guardamos 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 135 


nuestra  existencia  de  cebada.  De  ahí  tomamos  nuestra  comida  según  la 
necesitamos.  Pero  mi  existencia  de  cebada  se  ha  acabado  completamen- 
te. El  que  tiene  que  trabajar  con  un  burro  cosecha  menos,  y por  eso  mi 
granero  sólo  estaba  lleno  hasta  aquí.  Ya  hace  diez  días  que  se  acabó  lo 
que  tenía.  Y hay  que  esperar  todavía  tres  largos  meses  hasta  la  siguiente 
cosecha." 

Cuando  se  traiciona  la  agricultura 

Pero,  a pesar  de  todo,  las  cosas  van  bien  en  la  región  de  Boulidiama. 
La  gente  labra  la  tierra  con  un  arado  y un  animal  de  tiro.  ¿No  es  así  la 
evolución?  Primero;  la  gente  trabaja  con  la  azada,  después  hay  dinero 
para  un  pequeño  arado  y un  burro  como  bestia  de  tiro,  y luego  habrá  un 
caballo." 

La  gente  repite  opiniones  pre-masticadas,  como  esta  reacción  de  un  "ex- 
perto en  desarrollo",  europeo,  que  tenía  ya  varios  años  de  trabajar  en 
esta  región.  Le  pregunté  si  alguna  vez  se  le  había  ocurrido  que  fue  justa- 
mente lo  contrario  lo  que  había  sucedido,  que  alguna  vez  todo  el  mundo 
labraba  la  tierra  con  un  buen  arado  y un  caballo,  que  la  agricultura  de- 
terioraba, que  los  ingresos  disminuían,  que  hubo  que  vender  el  caballo 
y cambiarlo  por  un  burro,  que  los  arados  hacía  mucho  habían  visto  sus 
mejores  años,  que  la  vida  de  los  agricultores  empeoraba  cada  día  más. 
No,  era  evidente  que  jamás  se  le  había  ocurrido. 

Y sin  embargo,  es  la  triste  realidad.  La  agricultura  y el  campo  des- 
aparecen en  muchos  países  porque  la  ayuda  del  gobierno  ha  terminado 
casi  totalmente.  Las  capacitaciones,  los  circuitos  de  abastecimiento  de 
semillas  y abonos,  el  acceso  al  crédito,  la  venta  segura,  un  precio  míni- 
mo, todo  eso  ya  no  existe  o se  ha  disminuido  drásticamente  o solamente 
quedan  administraciones  sin  dinero  y sin  medios.  Esas  autoridades  no 
bloquean  sus  mercados  locales  o regionales  del  mercado  mundial  y les 
deniegan  toda  protección  a sus  agricultores.  Estos  tienen  que  ver  cómo 
hacen  frente  a la  competencia  extranjera  de  la  agroindustria,  las  impor- 
taciones subsidiadas  y también,  y quizás  lo  peor  de  todo,  el  dumping 
disfrazado  como  ayuda  alimentaria.  La  consternación  por  eso  es  grande 
a veces,  porque  la  población  del  campo  conforma  la  gran  mayoría  de 
la  población  y los  agricultores  conforman  la  mayoría  de  los  votantes. 
Pero  los  que  tienen  el  poder  temen  más  a la  población  de  las  ciudades, 


136  | COMPETENCIA  A MUERTE 


que  está  cerca,  que  a la  que  se  está  muriendo  muy  lejos  de  la  capital.  Y 
con  demasiada  frecuencia  el  pequeño  grupo  de  poderosos  tiene  intere- 
ses personales  en  la  importación  y venta  de  productos  alimentarios.  De 
manera  que  no  pierden  sueño  por  los  intereses  de  la  gran  mayoría  de 
sus  compatriotas.  Y siempre  hay  embajadores  de  algunos  países  grandes 
o del  FMI  y del  Banco  Mundial  que  logran  convencerlos  de  "mejores" 
ideas.  No  importa  cómo  se  hace;  en  todo  caso,  el  resultado  es  una  nega- 
ción de  los  derechos  de  la  agricultura  y del  campo.  Los  agricultores  y los 
habitantes  del  campo  son  traicionados. 

Movimiento  por  otra  política 

"Le  pedimos  respeto  a nuestro  gobierno,  nosotros  que  procuramos  la 

comida  en  este  país."  (Agricultoras  senegalesas  en  la  gran  manifestación 

en  Dakar,  el  26  de  enero  de  2003). 

El  campo  se  pone  en  movimiento  ante  tanta  injusticia.  A principios  de 
2003  logramos  filmar  una  movilización  única,  en  un  pueblito  a tan  sólo 
unas  decenas  de  kilómetros  de  Boulidiama.  Los  aldeanos  se  reúnen  allí 
para  partir.  En  cientos  de  pueblos  se  llenan  buses  y pequeños  buses  de 
agricultores.  Este  es  el  gran  día.  Se  van  para  Dakar,  la  capital,  a pedir 
atención  para  sus  problemas  y para  lo  que  quieren.  Quieren  decirle  a su 
gobierno  lo  que  anda  mal,  quieren  poner  en  claro  que  esperan  respeto 
para  quienes  procuran  la  comida  en  este  país.  Camino  a la  capital,  un 
viaje  largo,  el  ambiente  ya  se  deja  sentir.  Una  de  las  mujeres  canta  para 
la  cámara:  "ustedes  los  blancos,  siempre  hemos  trabajado,  pero  sin  reco- 
ger los  frutos  de  ese  trabajo.  ¿Qué  piensa  usted  de  eso?  Siempre  hemos 
trabajado  la  tierra,  pero  todavía  somos  pobres  y cansados". 

Otra  mujer  recita:  "Senegaleses,  mujeres  y hombres.  Nosotros  los 
agricultores  pobres,  nosotros  trabajadores  sin  horario.  Nosotros  que  so- 
mos desnutridos,  les  estamos  hablando.  Les  pedimos  pensar  en  noso- 
tros, los  agricultores." 

Finalmente  llegan  al  gran  estadio  en  Dakar.  Esta  gente  no  tiene  o tie- 
ne muy  poco  dinero,  sus  organizaciones  prácticamente  no  tienen  recur- 
sos, más  sin  embargo,  llegaron  aquí  treinta  mil  personas.  Quien  tomó  la 
iniciativa  de  esta  manifestación  es  el  movimiento  campesino  CNCR,  el 
Conseil  National  de  Concertation  et  de  Coopération  des  Ruraux  (Conce- 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 137 


jo  Nacional  de  Concertación  y de  Cooperación  de  los  Rurales).  Su  líder, 
Samba  Gueye,  le  habla  a la  multitud  y tiene  un  mensaje  claro  para  el 
gobierno:  "Desde  la  independencia  jamás  ha  habido  una  manifestación 
así,  no  en  Senegal  y ni  siquiera  en  África.  Nos  oponemos  a toda  política 
que  no  les  da  la  prioridad  a los  agricultores." 

También  hay  mensajes  para  los  países  ricos,  que  tienen  que  parar  su 
competencia  deshonesta,  entre  otros  de  Ndiogou  Fall:  "Las  cebollas  de 
Holanda  y Francia  impiden  que  nuestros  agricultores  puedan  vender  las 
suyas.  Todos  los  años  hay  campesinos  que  dejan  de  cultivar  debido  a esa 
competencia,  y emigran." 

Saliou  Sarr  añade  a esa  declaración:  "Los  países  ricos  apoyan  su  agri- 
cultura y tienen  ese  derecho.  Lo  que  nosotros  pedimos  es  una  buena  pro- 
tección para  nuestros  agricultores." 

Algunos  líderes  campesinos  europeos  también  se  encuentran  en 
Dakar.  Escuchan  con  atención  y cuando  tienen  la  palabra  en  el  inmen- 
so estadio,  subrayan  los  intereses  comunes.  De  Francia  está  Dominique 
Chardon:  "No  es  posible  la  agricultura  en  un  mundo  liberalizado  que 
destruye  y margina  a los  más  débiles.  " 

Pierre  Ska,  de  Valonia,  se  une  a él:  "Alto  a la  formación  de  precios  en 
el  mercado  mundial  que  empobrece  a los  agricultores." 

La  gente  en  las  tribunas  disfruta  de  sus  discursos. 

En  lo  alto  de  la  tribuna  vemos  a Mamadou  Cissokho,  el  líder  senega- 
lés  más  famoso.  Está  contentísimo:  "Los  europeos  han  entendido  que  no 
se  puede  subsidiar  eternamente,  los  agricultores  europeos  lo  han  enten- 
dido. Juntos  queremos  ahora  sostenibilidad  en  la  agricultura.  Queremos 
una  agricultura  humana,  de  calidad,  que  respete  el  derecho  de  todas  las 
sociedades  a alimentarse." 

También,  las  mujeres  con  las  que  viajamos  a Dakar,  son  optimistas: 
"lo  que  siento  es  principalmente  satisfacción.  Estoy  muy  feliz  de  que  la 
presencia  en  este  estadio  sea  tan  impresionante."  Y en  la  bancada  se  oye 
también:  "Siendo  tantos  con  la  misma  motivación,  hace  nacer  la  esperan- 
za de  que  llegue  el  cambio." 

Los  agricultores  senegaleses,  y en  particular  las  agricultoras,  han  ha- 
blado por  primera  vez  en  voz  muy  alta,  con  la  esperanza  de  que  final- 
mente serán  eschuchados. 


138  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  solución  cómoda 

En  los  países  de  grandes  exportaciones  la  cosa  es  diferente,  pero  igual  de 

desastrosa  para  los  agricultores  más  pequeños  y familiares. 

No  es  seguro  que  los  agricultores  pobres  y familiares  de  nuestro  mundo 
sean  escuchados  pronto.  En  las  cabezas  de  muchos  de  los  que  hacen  las 
políticas  se  han  arraigado  los  conceptos  de  que  existen  demasiados  agri- 
cultores y que  su  agricultura  no  es  eficiente,  que  no  es  suficientemente 
productiva,  que  es  anticuada  y condenada  a muerte.  Y casi  siempre  agre- 
gan que  ha  llegado  el  momento  de  escoger  por  una  agricultura  moderna. 
Al  menos,  así  es  como  hablan  en  el  foro  público,  porque  pocas  veces  se 
ve  acciones  reales  después  de  las  palabras.  Es  cierto,  muchos  agricultores 
no  son  tan  productivos.  Conocemos  la  causa.  Se  han  perdido  la  nueva 
revolución  agraria.  Simplemente  eran  demasiado  pobres  para  subirse  al 
tren  de  la  agricultura  industrial.  Y mientras  en  otros  países  las  autori- 
dades ayudaron  a los  agricultores  para  ir  detrás  de  ese  tren,  la  mayoría 
de  los  países  abandonaron  a sus  agricultores.  Es  igualmente  cierto  que 
sobran  agricultores  en  países  africanos.  Y eso  todavía  no  es  tan  grave. 
Porque  esas  sociedades  pueden  usar  buenos  trabajadores  en  otras  par- 
tes. Tienen  una  gran  necesidad  de  docentes,  emprendedores,  enferme- 
ros, personal  para  fábricas  pequeñas  y grandes,  informáticos,  etcétera. 
Pero,  ¿es  sensato  entonces  invertir  todo  en  la  agricultura  moderna?  ¿Por 
qué?,  ¿qué  quiere  decir  eso  en  realidad?  Con  demasiada  frecuencia  se 
iguala  moderna  con  dirigida  a la  exportación.  Con  demasiada  facilidad 
'moderna'  no  es  sino  un  sinónimo  para  la  desaparición  sistemática  de 
los  agricultores.  Hay  que  echar  a los  menos  productivos,  cada  vez  de 
nuevo...  ¿pero  hasta  cuando?  Porque  después  de  cada  raleo  siempre 
hay  de  nuevo  menos  productivos,  hasta  que  ya  casi  no  queden  o que  ya 
no  queden  del  todo  agricultores.  Es  demasiado  claro  que  por  moderno 
debemos  entender:  allane  el  camino  para  grandes  concentraciones  de 
poder,  el  poder  de  los  latifundistas,  de  los  monopolios  comerciales,  de 
productores  multinacionales  de  alimentos  y,  finalmente,  de  distribuido- 
res mundiales.  Se  oye  que  esto  es  libre  comercio,  pero  en  realidad  esto 
no  tiene  nada  que  ver  con  aquello.  Solo  tenemos  que  recordar  lo  que 
sabemos  de  Brasil.  En  ese  país  fértil,  la  agricultura  para  la  exportación 
y la  agroindustria  están  celebrando  en  grande:  café,  granos,  soya,  carne 
y dentro  de  poco  más  cultivos  para  energía,  como  si  nunca  se  acabara. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 139 


Pero  el  hambre  de  decenas  de  millones  de  brasileños  no  es  apaciguada, 
pequeños  agricultores  y personas  sin  tierra  no  logran  conseguir  un  lugar 
bajo  el  sol  y se  corre  el  riesgo  de  que  el  capital  natural  aparentemente 
inagotable  se  habrá  acabado  en  algunos  decenios. 

Un  error  gaurrafal 

Los  defensores  de  este  tipo  de  modernización  se  equivocan.  Se  equivocan 
porque  no  se  trata  tanto  de  la  modernización  como  de  tomar  la  agricul- 
tura para  los  intereses  de  unos  cuantos,  para  algunos  grupos  económicos 
y sus  accionistas.  Se  equivocan,  porque  este  camino  de  la  agroindustria, 
que  se  concentra  especialmente  en  la  exportación  hacia  el  resto  del  mun- 
do, crea  muy  poca  prosperidad  en  el  campo  y tampoco  en  las  ciudades 
del  campo.  Se  equivocan  particularmente  porque  la  agricultura  familiar 
rinde  mejor. 

En  realidad  es  intensamente  triste  que  durante  más  de  sesenta  años  el 
mundo  haya  sabido  que  la  agricultura  industrial  a gran  escala  y orienta- 
da a la  exportación  deja  morir  tanto  a los  agricultores  como  las  ciudades 
cercanas.  Eso  ya  lo  había  demostrado  una  investigación  realizada  en  Ca- 
lifornia en  los  años  cuarenta  del  siglo  pasado.  Pero  donde  florece  la  agri- 
cultura familiar,  florecen  también  las  ciudades  circundantes.  Porque  esa 
agricultura  familiar  gasta  sus  ingresos  especialmente  en  su  propia  área. 

En  su  libro  Food  Is  Different,  Peter  Rosset  resume  ese  conocimiento 
adquirido  ya  hacía  mucho  tiempo:  "Donde  hay  particularmente  empre- 
sas familiares,  hay  más  comercios  locales,  más  calles  y aceras  construi- 
das, más  escuelas,  parques,  iglesias,  clubes,  periódicos,  mejores  servicios, 
más  oportunidades  de  trabajo  y una  mayor  participación  de  ciudadanos 
en  la  vida  de  la  comunidad." 

En  lo  que  a eso  refiere,  el  mundo  no  ha  cambiado  desde  entonces,  y 
así  lo  confirman  estudios  posteriores.  Y quienes  no  tienen  suficiente  estu- 
dio, pueden  ir  a ver  en  Honduras  o en  Brasil  o en  tantos  otros  países.  La 
agroindustria  sigue  creando  desiertos  sociales.  Y todavía  la  agricultura 
familiar  conduce  a sociedades  vitales,  al  menos  allí  donde  la  agricultura 
familiar  discapacitada  no  fue  degollada  totalmente. 

¿Es  esto  una  defensa  contra  la  modernización?  Claro  que  no,  pero  sí 
a favor  de  una  modernización  a medida  de  la  agricultura  familiar,  que 
toma  la  modernización  en  sus  propias  manos. 


140  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  agricultura  familiar  funciona  especialmente  para  el  mercado 
local  y el  mercado  regional 

"En  el  pueblo  brasileño  julho  de  Castillos  los  que  antes  no  tenían  tierra, 
ahora  poseen  el  0.7  por  ciento  de  la  tierra.  Hoy  ya  pagan  el  cinco  por 
ciento  de  los  impuestos  municipales."  (De  Rosset,  Peter,  Food  is  Diffe- 
rent,  p.  11) 

En  el  capítulo  anterior  ya  lo  vimos  cuando  visitamos  a los  pequeños 
agricultores  en  el  Paraná  en  Brasil  y en  Tamil  Nadu  en  la  India.  Es  una 
constatación  crucial  que  la  agricultura  familiar  funciona  especialmente  o 
exclusivamente  para  el  mercado  local  y el  regional.  Y cuando  se  le  da  esa 
oportunidad,  da  rendimientos  francamente  impresionantes.  De  nuevo 
Peter  Rosset:  "En  todo  el  mundo  los  estudios  están  demostrando  que  las 
granjas  más  pequeñas  que  producen  para  los  mercados  locales  y nacio- 
nales son  más  productivas  y eficientes,  que  generan  más  oportunidades 
de  trabajo,  que  contribuyen  en  mayor  medida  a la  prosperidad  social  y 
al  desarrollo  económico  y que  cuidan  mejor  el  medio  ambiente  que  las 
grandes  empresas  industriales  de  exportación." 

A proteger  ese  comercio 

"¡OMC  mata  a los  agricultores!" 

"¡OMC,  fuera  de  la  agricultura!" 

(Agricultores  manifiestan  en  contra  de  la  Organización  Mundial  del  Co- 
mercio en  Hong  Kong,  diciembre  de  2005). 

No  cabe  ninguna  duda:  el  que  aboga  por  la  vida  en  el  campo  y las  ciuda- 
des circundantes,  aboga  por  la  agricultura  familiar.  Se  convence  de  que 
es  necesario  proteger  suficientemente  los  mercados  locales  y regionales. 
Así  se  crea  buena  tierra  para  cultivar,  en  la  cual  los  agricultores  pueden 
ocuparse  de  activar  la  prosperidad  común.  Sabe  que  el  comercio  mun- 
dial tendrá  que  estar  contento  con  una  posición  más  limitada.  Y se  da 
cuenta  de  que  el  mercado  mundial  no  puede  dictar  precios  invisibles 
para  todos  los  agricultores. 

¿Recuerda  todavía  que  en  Camerún  un  diluvio  de  pollos  importados, 
que  continuó  en  el  2003,  costó  más  de  cien  mil  empleos?  Por  lo  general 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  ALIMENTARIA  | 141 


los  agricultores  tienen  que  ver  cómo  digieren  las  graves  consecuencias, 
no  importa  cuan  difícil  sea.  Esta  vez  la  cosa  es  diferente.  Su  gobierno 
no  se  queda  con  los  brazos  cruzados.  Bajo  la  presión  de  una  acción  de 
petición  a gran  escala  por  parte  de  la  organización  camerunense  Acdic, 
interviene.  Establece  un  impuesto  sobre  la  importación,  impuesto  sobre 
la  venta  y hasta  precios  mínimos.  Como  consecuencia,  el  tráfico  inter- 
nacional de  pollos  hacia  Camerún  queda  prácticamente  paralizado  y el 
mercado  local  puede  florecer  de  nuevo.  Es  una  historia  positiva,  aunque 
no  se  ha  alcanzado  el  nivel  de  antes. 

Quien  quiera  dar  prioridad  a la  agricultura  local  y regional,  tendrá 
que  hacer  cuentas  con  la  Organización  Mundial  del  Comercio,  y tendrá 
que  luchar  especialmente  contra  todos  aquellos  que  utilizan  a la  OMC 
como  palanca  para  imponer  la  liberación  de  los  mercados  mundiales, 
que  avanza  cada  vez  más  para  la  agricultura  y los  alimentos.  Y lo  mismo 
vale  para  los  acuerdos  comerciales  bilaterales  que  persiguen  los  EU  o 
los  acuerdos  comerciales  regionales  que  persigue  la  Unión  Europea,  los 
Economic  Partnership  Agreements  (EPAs)  que  propone  la  UE  a los  su- 
puestos países  ACP  de  África,  el  Caribe  y el  Pacífico. 

La  cuestión  fundamental  aquí  entonces,  no  es  que  Europa  o los  Esta- 
dos Unidos  protegen  su  agricultura.  Cada  vez  más  surge  la  pregunta 
¿por  qué  no  establecen  los  gobiernos  de  Sur  América,  África  Occidental 
u otras  regiones  mercados  agrícolas  locales,  nacionales  o regionales  para 
asegurarles  a sus  agricultores  una  existencia  decente?  En  parte  es  porque 
no  lo  quieren  hacer,  y también  porque  no  lo  pueden  hacer,  porque  el 
comercio  libre  prevalece. 

"La  gran  mayoría  de  los  agricultores  del  mundo  está  contra  las  reglas  de 

la  OMC."  (Ndiogou  Fall,  líder  campesino  Roppa,  Hong  Kong,  2005). 

Es  por  eso  que  Ndiogou  Fall,  durante  una  manifestación  en  Hong  Kong 
contra  la  OMC,  defiende  en  resumen  de  cuentas  que  la  OMC  no  puede 
meterse  con  los  agricultores.  Efectivamente,  hay  mucho  que  decir  a favor 
de  que  la  agricultura  y la  producción  de  alimentos  no  sean  el  terreno  de 
una  organización  comercial  mundial.  Porque  se  trata  de  tanto  más  que 
el  comercio. 


142  I COMPETENCIA  A MUERTE 


4.  ¿De  quién  es  la  tierra? 

¿Y  los  demás  medios  de  producción? 

La  necesidad  de  distribución  de  la  tierra  y la  lucha  por  las 
reformas  agrarias 

Más  de  una  vez  he  podido  experimentar  que  no  importa  cuan  empo- 
brecidos y explotados  sean  los  agricultores  africanos  a causa  de  la  eco- 
nomía mundial  actual,  siguen  sacando  fuerzas  tranquilizadoras  de  su 
autonomía.  Pase  lo  que  pase,  un  golpe  de  estado,  corrupción  extrema  o 
un  mercado  mundial  que  se  está  colapsando,  siempre  pueden  recurrir  a 
sus  tierras  y su  economía  para  sobrevivir.  Materialmente  son  extremada- 
mente pobres,  pero  más  independientes  y libres  que  aquel  entre  nosotros 
que  constantemente  teme  el  día  que  su  jefe  lo  obligará  a renunciar,  un 
jefe  que  al  igual  que  él  se  encuentra  con  un  pie  en  el  aire. 

A veces  las  cosas  son  simples.  Así,  los  agricultores  sólo  pueden  vivir  si 
pueden  disponer  de  suficiente  tierra  para  cultivar.  Pero  con  solo  tierra 
no  lo  logran,  es  demasiado  simple.  La  tierra  es  una  condición  necesaria 
pero  insuficiente.  Los  agricultores  necesitan  más,  de  eso  hablaremos  des- 
pués. 

¿De  quién  es  la  tierra? 

En  1980  había  1,35  hectáreas  de  tierra  por  cada  agricultor.  En  2002  esa 
cantidad  se  redujo  a 1,16  hectáreas.  Eso  es,  por  supuesto,  el  promedio 
por  agricultor,  y a nivel  mundial. 

Profundicemos  un  poco  más  en  los  promedios.  En  los  países  ricos  e in- 
dustrializados cada  agricultor  tiene  más  de  veinticinco  hectáreas,  prácti- 
camente el  doble  con  respecto  a 1980. 

Un  agricultor  en  un  país  en  vías  de  desarrollo  tiene  que  jugárselas 
con  solo  0,70  hectáreas,  y eso  es  hasta  un  diez  por  ciento  menos  que  en 
1980  Esto  obviamente  esconde  aún  grandes  diferencias  regionales,  de 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 143 


0,39  hectáreas  en  el  sureste  de  Asia  a 3,88  hectáreas  en  América  Latina  y 
el  Caribe. 

Pero  las  diferencias  más  grandes  está  probablemente  en  los  diferen- 
tes países  y regiones. 

Llegamos  a la  costa  norte  de  Honduras,  el  país  de  los  Garífunas.  Sus 
antecesores  eran  africanos  e indios.  El  camino  a Vallecito  es  largo  y espe- 
cialmente difícil  para  conducir.  Pero  finalmente  encontramos  a la  gente 
con  la  que  habíamos  hecho  una  cita. 

"Hace  dos  años  un  terrateniente  ocupó  todas  nuestras  tierras.  Ochenta 
hombres  armados  aparecieron  de  repente  aquí.  Ese  pedazo  de  terreno 
había  sido  preparado  para  mandioca,  nuestra  comida  básica.  Destruyó 
la  mandioca  con  su  maquinaria  y sembró  palma  africana." 

Habla  Lombardo  Lacayo.  Además  de  numerosas  discriminaciones,  los 
Garífunas,  al  igual  que  tantos  otros  pequeños  agricultores  hondureños, 
tienen  problemas  con  latifundistas  entrometidos.  Uno  de  los  más  gran- 
des terratenientes  cogió  mucha  de  su  tierra. 

En  muchos  lugares  existe  un  hueco  enorme,  casi  inimaginable,  entre 
agricultores  ricos  y pobres.  Los  agricultores  ricos  no  solamente  dispo- 
nen de  la  mayor  parte  de  las  tierras,  sino  tienen  también  prácticamente 
siempre  de  las  mejores  tierras.  En  Brasil  el  uno  por  ciento  de  la  población 
posee  ahora  el  cuarenta  y siete  por  ciento  de  la  tierra.  Es  decir,  más  o me- 
nos la  mitad.  Especialmente  en  América  Latina  la  tierra  está  distribuida 
de  manera  muy  desigual.  Es  una  herencia  colonial  que  todavía  existe.  En 
la  mayoría  de  los  países,  numerosas,  así  llamadas  revoluciones  agrarias 
no  han  traído  mucho  cambio  en  los  últimos  cien  años.  La  enfermedad  del 
latifundio  se  encuentra  también  en  otros  continentes.  Esa  vieja  desigual- 
dad ahora  coincide  con  la  febril  competitividad  internacional.  En  todas 
partes  los  agricultores  están  ahora  en  el  filo  de  la  navaja,  involucrados  en 
una  lucha  por  la  supervivencia.  Están  demasiado  a la  merced  del  merca- 
do mundial  y ése  sólo  les  permite  una  recompensa  muy  escasa.  Particu- 
larmente los  agricultores  pobres  - es  decir  la  mayoría  - no  pueden  vivir 
con  eso.  Y casi  nunca  pueden  invertir  en  una  mayor  y mejor  producción. 
Por  lo  general,  no  pueden  participar  ni  con  una  fracción  de  la  agricultura 
moderna  y,  aún  quien  en  primera  instancia  sí  lo  puede  hacer,  se  cruje 
luego  los  dientes  por  los  altos  gastos  para  semillas,  abonos,  irrigación... 
cuando  las  cosechas  son  menos  o cuando  hasta  fracasan,  o cuando  los 


144  | COMPETENCIA  A MUERTE 


precios  colapsan.  Así  se  ven  obligados  a dejar  la  lucha  y vender  su  tierra. 
Y de  esa  manera  la  tierra  se  concentra  cada  vez  más  en  cada  vez  menos 
manos. 

No  piense  que  este  proceso  se  desarrolla  solamente  donde  la  agricul- 
tura tradicional  se  asfixia. 

Hasta  en  Punjab,  la  región  central  de  la  revolución  verde  en  la  India,  los 
agricultores  tienen  que  tirar  la  toalla.  Y no  pueden  con  las  inversiones  al- 
tas y pierden  su  tierra.  Más  de  una  vez  el  resultado  de  eso  es  el  suicidio. 

Existen  otras  consecuencias  nefastas  del  latifundio.  Debido  a la  distri- 
bución desigual  de  la  tierra,  ella  queda  en  muchos  lugares  muy  subuti- 
lizada. Los  latifundistas  muchas  veces  utilizan  su  tierra  extensivamente, 
utilizan  tierra  cultivable  sumamente  fértil,  por  ejemplo  solamente  para 
pastorear  ganado  en  ella  o dejan  partes  grandes  en  barbecho.  Muchas  ve- 
ces los  agricultores  y las  agricultoras  pequeños(as)  y medianos(as)  admi- 
nistran mucho  mejor  su  pedacito  de  tierra  y la  usan  más  intensivamente. 
Las  diferencias  en  los  rendimientos  pueden  ser  muy  grandes.  Los  lati- 
fundistas producen  muchas  veces  cultivos  que  terminan  en  el  mercado 
mundial  y,  por  ende,  no  llevan  comida  al  mercado  local. 

Los  sin  tierra 

"Llegamos  a medianoche  en  unos  cuarenta  y cinco  camiones.  No  cono- 
cíamos a nadie  y no  podíamos  vernos  el  uno  al  otro.  Había  disparos, 
llovía  a cántaros  y por  todas  partes  había  hormigueros,  era  de  verdad 
nuestro  día  de  suerte."  Luz  Emérita  Zunig  se  ríe  cuando  piensa  en  eso. 
Bertilio  Fernández  añade:  "Los  disparos  venían  de  los  agricultores  que 
exigían  ese  pedazo  de  tierra." 

El  extremo  este  de  Honduras  es  una  región  de  ganaderos.  La  lucha  por 
la  tierra  no  se  desarrolla  exactamente  con  suavidad.  El  14  de  mayo  de 
2000  cinco  mil  agricultores  sin  tierra  ocuparon  un  terreno  de  unas  seis 
mil  hectáreas.  Y siguen  llegando  precaristas.  Justo  cuando  estábamos 
filmando  en  la  entrada  del  terreno  ocupado,  llegó  una  familia  nueva  al 
puesto  de  guardia. 

"¿Por  qué  vienen  para  acá?" 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 145 


La  respuesta  es  corta  y desencantadora.  "El  hermano  de  mi  esposo 
fue  asesinado." 

Gente  como  esta  mujer  y sus  compañeros  están  buscando  una  vida 
mejor,  con  más  seguridad.  Bertilio  Fernández,  quien  desde  el  principio 
participó  en  esta  ocupación  de  la  tierra,  también  lo  espera:  "Yo  trabajaba 
en  una  granja  de  cerdos.  Toda  la  familia  trabajaba  allí,  pero  solo  yo  reci- 
bía un  salario,  75  euros  por  mes.  Venimos  aquí  porque  no  tenemos  casa 
propia  ni  tierra.  Esperamos  obtenerla  aquí  para  trabajarla." 

Los  ocupantes  han  puesto  toda  su  esperanza  en  esta  región  fértil.  An- 
tes era  un  centro  de  entrenamiento  militar.  Pero  muchas  veces  las  tierras 
estaban  en  barbecho  y por  lo  tanto  pueden  ser  ocupadas.  Pero  quieren 
más,  explica  Carlos  Obdulio  Suazo:  "Estamos  luchando  por  títulos  de 
propiedad  de  la  tierra  y quizás  lograremos  un  ochenta  por  ciento  de  es- 
tas tierras." 

Un  sonido  positivo  demasiado  infrecuente.  Porque  el  mundo  tiene 
mucha  gente  sin  tierra,  por  lo  general  agricultores  empobrecidos.  El  lati- 
fundio juega  un  papel  principal  en  eso,  un  papel  sucio.  Especialmente  en 
América  Latina,  pero  también  en  otros  continentes,  el  latifundio  produce 
millones  de  personas  sin  tierra  y les  roba  su  trabajo  y sus  ingresos.  Son 
las  primeras  víctimas  del  uso  de  la  tierra  para  cultivos  de  exportación. 
Solamente  en  Brasil  se  estima  el  número  de  personas  entre  cuatro  y me- 
dio y cinco  millones.  Los  movimientos  de  personas  sin  tierra  luchan  por 
la  distribución  de  la  tierra  para  combatir  la  pobreza  y la  desigualdad.  El 
movimiento  de  personas  sin  tierra  más  importante  es,  sin  duda  alguna, 
Sem  Terra,  de  Brasil,  el  Movimiento  de  Agricultores  Sin  Tierra  (MST). 

La  Tierra...  para  el  que  la  trabaja 

Quien  viaja  por  Brasil  tiene  buena  oportunidad  de  encontrarse  con  ellos, 
los  campamentos  de  Sem  Terra,  con  mucha  frecuencia  a lo  largo  de  las 
carreteras  grandes.  Algo  muy  notable  es  el  plástico  negro  que  debe  ofre- 
cerles protección  a los  sin  tierra. 

Tierra,  bosque,  pradera,  agua,  ¿a  quién  pertenecen  todos  esos  factores  de 
la  producción?  Hay  mucho  que  decir  aparte  de  que  pertenecen  a quien 
los  trabaje  o utilice  de  manera  sostenible.  Esa  es  también  la  filosofía  de 
Sem  Terra  y de  muchos  otros  movimientos  campesinos. 


146  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  historia  de  Sem  Terra  merece  un  poco  más  de  atención.  El  mo- 
vimiento tiene  alrededor  de  un  millón  de  miembros.  Opta  decidida- 
mente por  las  ocupaciones  de  las  tierras  para  lograr  sus  metas  y lo  hace 
consistentemente  de  manera  no  violenta,  aunque  cientos  de  ocupantes 
hayan  sido  asesinados.  De  esa  manera  adquirió  más  de  veinte  millones 
de  hectáreas.  En  muchos  asentamientos  se  les  brinda  a los  sin  tierra 
la  oportunidad  de  desarrollar  su  vida  de  agricultor.  A veces  lo  logran 
bastante  bien,  y a veces  con  mucha  dificultad.  Los  miembros  de  Sem 
Terra  insisten  en  el  carácter  legal  de  sus  acciones.  Sólo  imponen  la  dis- 
tribución de  tierra  que  permite  la  ley  brasileña.  Y esa  lucha  activa,  sin 
violencia,  es  necesaria  para  alcanzar  su  objetivo.  Porque  aún  bajo  el 
presidente  socialista.  Lula,  la  distribución  de  las  tierras  va  lenta,  muy 
lenta. 

La  distribución  de  la  tierra  es  esencial,  pero  no  suficiente 

La  distribución  de  la  tierra  es  esencial  para  dar  oportunidades  a la  agri- 
cultura familiar.  Y esa  distribución  es,  sobre  todo,  necesaria  en  todas 
partes  donde  la  tierra  ya  está  distribuida  de  manera  desigual.  En  todos 
los  países  ricos,  en  Norteamérica,  Europa  y Asia  Oriental,  encontramos 
sobre  todo  empresas  familiares  sólidas,  y es  notable  la  ausencia  del  la- 
tifundio masivo.  La  tierra  de  los  agricultores  que  abandonan  la  agricul- 
tura es  distribuida  de  manera  bastante  igual  entre  los  agricultores  que 
quedan.  Con  todo  y todo,  de  esa  manera  la  concentración  de  la  tierra 
es  limitada*.  Mientras  que  América  Latina  no  logra  abordar  el  inmenso 
problema  del  latifundio,  en  Taiwán  y Sur  Corea  ya  es  un  hecho  des- 
de hace  varias  generaciones.  Eso  ocurrió  antes  de  su  industrialización, 
lo  que  es  demasiado  fácil  olvidar.  La  distribución  de  la  tierra  podría 
inclusive  ser  una  llave  al  éxito  económico.  Los  mercados  agrícolas  na- 
cionales o regionales  sin  una  concentración  exagerada  de  tierra  forman 
ciertamente  una  llave  a un  campo  viable,  a un  ingreso  digno  y bastante 
equilibrado  para  la  población  del  campo  y en  parte  hasta  a una  indus- 
trialización exitosa,  de  la  cual  los  frutos  no  son  cosechados  ricamente 
por  una  minoría.  Quien  no  estrangula  esa  actividad  agraria  familiar  se 
asegura  el  suministro  de  alimentos  y un  mercado  interno  con  capaci- 

* En  los  Estados  Unidos  tantos  agricultores  familiares  están  dejando  la  agricultura  que 
las  grandes  superficies  que  quedan  libres,  están  alimentando  una  evolución  hacia  el 
latifundio  incipiente. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 147 


dad  de  compra.  Los  partidarios  simplistas  de  la  liberación  manifiestan 
una  ceguera  evidente  con  respecto  a esta  face  del  éxito  económico  que 
no  cabe  en  la  visión  en  la  cual  solamente  la  liberación  desenfrenada 
conduciría  a más  prosperidad. 

No  hay  distribución  de  tierra  sin  reforma  agraria 

Pero  la  distribuciónn  de  la  tierra  por  sí  sola  no  es  suficiente.  Ya  sabemos 
que  los  agricultores  cayeron  en  un  mundo  lleno  de  dependencias.  Casi 
todo  lo  que  necesitan  para  cultivar  lo  tienen  que  traer  de  otras  partes.  Ya 
casi  no  controlan  la  venta  de  su  producción.  Se  encuentran  prensados  en- 
tre lo  que  llamamos  en  el  capítulo  IV.6  las  multinacionales  de  los  insumos 
y de  los  rendimientos.  Los  pequeños  agricultores  familiares  necesitan  más 
que  solamente  tierra  para  tener  éxito.  Necesitan  semillas,  abono,  imple- 
mentos, a veces  maquinaria,  a veces  también,  si  fuera  posible,  pesticidas 
y sistemas  de  riego.  En  realidad  se  trata  de  que  deberían  poder  obtener 
crédito.  Con  el  crédito  pueden  invertir  en  mejorar,  aumentar  o modernizar 
su  producción  agrícola.  De  esa  manera  podrán  también  hacer  frente  a pe- 
ríodos difíciles.  Frecuentemente  resulta  ser  que  para  eso  tienen  que  tener 
más  pericia  o una  pericia  diferente.  También  esos  conocimientos  deberían 
estar  disponibles  y,  ojalá,  fáciles  de  obtener. 

Los  agricultores  tienen  que  poder  colocar  sus  productos.  Tienen  que 
vender  su  producción:  se  necesita  almacenamiento,  transporte,  sistemas 
de  acopio  y recolección.  En  la  mayoría  de  las  regiones  agrícolas,  este 
apoyo  no  existe  o es  muy  pobre.  Por  eso  es  imperativa  una  verdadera 
reforma  agraria  que  ofrezca  soluciones  para  estos  problemas  y que  les 
garantice  a los  agricultores  un  acceso  justo  a lo  que  necesitan  de  insu- 
mos, dinero,  conocimiento  y mercados  de  venta.  Porque  una  cosa  está 
muy  clara.  Toda  distribución  de  tierra  sin  una  reforma  agraria  drástica 
está  condenada  a fracasar. 

La  mayoría  de  los  gobiernos  descuidan  la  agricultura 

Por  eso  es  necesario  que  los  países  inviertan  bastante  en  su  agricultu- 
ra. Lamentablemente,  la  realidad  es  otra  cosa,  como  nos  enseñan  las  si- 
guientes tablas.  En  la  tabla  12  vemos  cómo  los  gastos  públicos  para  la 
agricultura  evolucionan  en  los  continentes  donde  un  número  considera- 


148  | COMPETENCIA  A MUERTE 


ble  de  personas,  y hasta  muchísimas  personas,  son  agricultores.  En  todas 
partes,  esos  gastos  están  bajando  fuertemente.  En  África,  van  de  bajos  a 
más  bajos,  en  América  Latina,  colapsan  y en  Asia,  todavía  representan 
algo. 

Tabla  12:  Evolución  de  la  participación  de  la  agricultura  en  gastos  públicos  de  África, 


Asia  y América  Latina  1980-2002 


1980 

1990 

2002 

África 

6,4% 

5,2% 

4,5% 

Asia 

14,8% 

12,2% 

8,6% 

América  Latina 

8.0 

2,0% 

2,5% 

Fuente:  Banco  Mundial 


Se  podría  observar  que  esa  baja  es  normal  porque  hay  relativamente 
menos  agricultores  y porque  la  participación  de  la  agricultura  en  la  eco- 
nomía está  disminuyendo.  Entonces  es  útil  para  un  número  de  países 
que  ponen  las  cifras  una  al  lado  de  la  otra.  Porque  así  se  ve  cómo  los 
agricultores  en  casi  todo  el  mundo  son  tremendamente  descuidados  en 
proporción  con  su  número  y con  su  trabajo.  En  la  tabla  13  recopilamos 
algunas  cifras  por  continente. 

En  muchos  países  africanos  en  particular  las  cosas  van  muy  mal.  Los 
gobiernos  de  Camerún,  Burundi  o Sudán  no  pierden  nada  de  sueño  por 
su  agricultura  o sus  campos,  y se  trata  de  un  setenta,  ochenta  y hasta  un 
noventa  por  ciento  de  sus  poblaciones.  Y aunque  producen  del  40  a 50 
por  ciento  del  producto  interno,  sólo  pueden  contar  con  menos  del  dos 
por  ciento  de  los  gastos  de  sus  gobiernos,  y en  Sudán  ni  siquiera  el  uno 
por  ciento.  Kenia  no  está  mucho  mejor  y Zambia  también  va  mal.  Sola- 
mente Burkina  Faso  se  señala  positivamente. 

En  América  Latina,  la  situación  no  está  mucho  mejor.  En  1998  Brasil 
gasta  apenas  el  1,7  por  ciento  del  producto  interno  en  agricultura,  mien- 
tras que  ese  sector  produce  el  10  por  ciento  del  producto  interno  y ofrece 
trabajo  al  20  por  ciento  de  los  brasileños.  Colombia  está  peor. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  ALIMENTARIA  | 1 49 


Tabla  13:  Selección  para  algunos  países  del  valor  producción  agrícola,  participación  de  la  población 


activa  en  la  agricultura  y participación  gastos  públicos  para  la  agricultura 


País 

Participación  valor 
producción  agrícola  en 
pnb* 

Participación  agricul- 
tores en  población 
activa  ** 

Participación  de 
agricultura  en  gastos 
públicos 

Africa 

Burkina  Faso 

31%  (2004) 

90%  (2000) 

17.2%  (2002)  **** 

Burundi 

51%  (2004) 

93.6%  (2002) 

1.8%  (1999)  *** 

Camerún 

44%  (2004) 

70%  (2006) 

1.6%  (2002)  **** 

Kenia 

27%  (2004) 

75%  (2003) 

4,6%  (2002)  **** 

Sudán 

39%  (2004) 

80%  (1998) 

0.9%  (1999)  *** 

Zambia 

21%  (2004) 

85%  (2006) 

5.9%  (2002)  **** 

Asia 

China 

13%  (2004) 

45%  (2005) 

7.2%  (2002)“** 

India 

21%  (2004) 

60%  (2003) 

15.9%  (2002)  **** 

Indonesia 

15%  (2004) 

43.3%  (2004) 

2.3%  (2002)  **** 

Sur  Corea 

4%  (2004) 

6.4%  (2006) 

12.8%  (1997)  *** 

América  Latina 

Brasil 

10%  (2004) 

20%  (2003) 

1.7%  (1998)  *** 

Fuentes:  ‘Banco  Mundial  **  CIA  ***  FAO  (cifras  más  recientes  que  tenía  la  FAO)  ****  Fan  y Saurkar 


Pero  puede  ser  diferente.  Eso  lo  demuestran  particularmente  algunos 
países  asiáticos,  y no  son  de  los  más  pequeños.  China  da  el  7.2  por  ciento 
a la  agricultura,  para  la  escasa  mitad  de  la  población  activa.  Ya  es  una 
diferencia  notable  con  la  mayoría  de  los  países  africanos  y latinoamerica- 
nos. La  India  da  más,  con  el  15.9  por  ciento  de  los  gastos  públicos  para  el 
60  por  ciento  de  la  población  activa.  Realmente  llamativo  es  el  hecho  que 
el  país  más  industrializado,  Sur-Corea,  destina  casi  el  13  por  ciento  del 
presupuesto  público  a la  agricultura,  que  sólo  representa  el  6.4  por  cien- 
to de  las  oportunidades  de  empleo.  Indonesia  desentona  aquí  y muestra 
fuertes  características  africanas  con  apenas  un  2 por  ciento  de  los  gastos 
públicos  para  el  43  por  ciento  de  la  población  activa. 

Un  debate  fundamental:  ¿cómo  producir  y cómo  distribuir? 

Detrás  de  esta  necesidad  de  una  reforma  agraria  se  esconde  un  deba- 
te más  amplio.  Se  trata  fundamentalmente  de  quién  tiene  el  poder  de 
decisión  sobre  los  recursos  naturales,  sobre  quién  controla  los  insumos 


150  | COMPETENCIA  A MUERTE 


para  la  producción,  también  el  conocimiento  y la  venta  de  la  producción 
agrícola  que  no  es  para  el  consumo  propio.  Quizás  sería  mejor  preguntar 
cómo  podemos  organizar  de  la  mejor  manera  la  creación  y la  distribu- 
ción de  la  prosperidad  para  alimentos  y agricultura.  Todos  los  siguientes 
capítulos  tratan  sobre  esta  pregunta  y este  debate.  A continuación,  enfo- 
camos una  de  las  facetas  cruciales  del  problema. 

El  poder  de  decisión  sobre  las  riquezas  naturales 

Para  una  gran  parte  de  la  población  del  campo  rige  la  siguiente  regla: 
cuando  esas  personas  y comunidades  tienen  el  derecho  sobre  las  rique- 
zas naturales  de  la  cuales  siempre  han  vivido,  disponen  de  inmediato 
también  de  los  recursos  económicos  necesarios  para  vivir.  Con  esos  re- 
cursos pueden  producir  la  prosperidad  necesaria,  y esa  prosperidad  se 
puede  distribuir  para  satisfacer  las  necesidades  básicas  de  todos.  Esa  sa- 
tisfacción puede  ocurrir  directamente  - cuando  uno  produce  para  el  con- 
sumo propio  - o bien,  a través  del  canje  con  lo  que  otros  producen,  o bien 
a través  de  la  venta  de  parte  de  los  productos  propios  y la  compra  de 
otros  productos  o servicios  necesarios.  Pero  su  poder  de  decisión  siem- 
pre es  esencial  para  garantizar  todo  eso.  Es  por  eso  que  muchos  luchan 
contra  la  privatización  y la  comercialización  de  esos  recursos  naturales  y 
por  la  propiedad  común  de  los  mismos.  Quieren  retirar  del  mercado  los 
recursos  primarios  y defienden  la  naturaleza  pública  de  éstos.  Quieren 
que  esos  recursos  sigan  a disposición  de  todos.  Por  eso  quieren  asegurar 
la  producción  y distribución  de  muchos  productos  vitales  y hacer  po- 
sible que  las  necesidades  básicas  de  la  gran  masa  de  la  población  sean 
satisfechas. 

Una  buena  ilustración  de  todo  esto  es  la  cuestión  de  las  semillas. 

¿De  quién  son  las  semillas? 

"Donde  nosotros  los  activistas  estamos  contra  la  modificación  genéti- 
ca, porque  las  semillas  las  venden  los  países  ricos  y nosotros  perdemos 
nuestras  semillas  tradicionales."  (Vincent  Monohatan,  India.) 

No  se  puede  cultivar  sin  semillas.  Hasta  los  habitantes  de  las  ciudades 
saben  eso. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 151 


Pero  hace  mucho  pasó  el  tiempo  cuando  los  agricultores  procuraban 
sus  propias  semillas.  ¿Cómo  manejamos  el  cuasi  monopolio  de  las  semi- 
llas que  han  adquirido  en  los  últimos  decenios  las  grandes  multinaciona- 
les como  Monsanto  y Dupont?  Han  logrado  maniobrar  a los  agricultores 
hasta  el  punto  de  ponerlos  en  una  situación  de  mucha  dependencia.  Y la 
introducción  de  cultivos  genéticamente  modificados  aumenta  aún  más 
su  posición  de  poder. 

En  todo  caso,  surgen  preguntas  sobre  el  derecho  de  propiedad  de 
semillas  y nuevos  inventos  biotecnológicos  en  general.  Por  eso,  muchos 
movimientos  campesinos  se  posicionan  francamente  en  contra  de  los 
cultivos  genéticamente  modificados.  Se  expresan  a favor  de  una  prohibi- 
ción de  esos  cultivos,  y por  más  de  una  razón  quieren  también  prohibir 
el  patentado  de  cualquier  forma  de  vida.  Económicamente,  señalan  la 
amenaza  de  la  concentración  del  poder  en  un  puñado  de  multinaciona- 
les que  conllevará  el  patentado  de  nuevos  cultivos.  Entre  los  agricultores 
en  la  India,  entre  otros,  esa  oposición  es  muy  animada.  Tampoco  les  gus- 
ta el  hecho  que  hayan  trabajado  colectivamente  durante  decenas  de  ge- 
neraciones en  la  selección  y el  cultivo  de  los  mejores  cultivos...  y que  el 
resultado  de  ese  trabajo  ahora  podría  convertirse  en  la  propiedad  de  una 
empresa  privada.  Eso  lo  consideran  como  un  robo.  A nivel  social  existe 
naturalmente  la  amenaza  del  enésimo  freno  para  oportunidades  iguales 
para  las  personas.  Si  estos  cultivos  fueran  propiedad  de  multinacionales 
que  ya  venden  semillas,  abonos  y pesticidas  al  por  mayor,  entonces  la 
distribución  de  los  rendimientos,  de  la  prosperidad,  se  haría  aún  más 
desigual.  Es  una  autopista  hacia  una  distribución  de  ingresos  aún  más 
desigual  en  el  mundo. 

Estemos  de  acuerdo  o no  con  una  prohibición  a los  cultivos  genética- 
mente modificados,  no  podemos  prohibir  todas  las  semillas.  ¿Cuáles  so- 
luciones se  presentan  entonces? 

Conocimientos  de  plantas  y animales  como  un  bien  público 

En  realidad,  no  existe  ninguna  razón  válida  para  que  la  investigación 
sobre  semillas,  plantas  y animales  deba  escurrirse  hacia  las  empresas 
privadas,  inclusive  las  patentes  relacionados  y las  potenciales  ganancias 
económicas,  porque  de  eso  se  trata  para  ellas.  Esa  investigación  igual  se 
puede  hacer  en  universidades  públicas  e instituciones  de  investigación. 


152  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Es,  entonces,  una  posibilidad  que  nuestras  autoridades  inviertan  más 
en  esa  investigación,  con  la  consecuencia  - y como  condición  - que  ese 
trabajo  de  las  instituciones  públicas  sea  propiedad  pública.  Esto  sigue 
siendo  el  caso  para  los  conocimientos  de  algunas  plantas.  Es  necesario 
que  los  políticos  asuman  su  responsabilidad  restaurando,  para  el  bien 
común,  el  lugar  destacado  de  la  investigación  pública  con  respecto  a se- 
millas. Sería  preferible  si  pudiéramos  lograr  coordinar  esto  a nivel  mun- 
dial, por  ejemplo  a través  de  la  Organización  de  las  Naciones  Unidas 
para  los  Alimentos  y la  Agricultura  (FAO).  En  espera  o paralelamente 
- ambas  interpretaciones  son  válidas  los  agricultores  caminan  por  otro 
sendero  para  mantener  públicos  los  conocimientos  sobre  las  plantas.  Así 
fue  que  nació  en  2003,  en  Francia,  la  Réseau  Semences  Paysannes  (Red 
de  Semillas  Campesinas).  Esa  red  campesina  de  semillas  quiere  conser- 
var la  biodiversidad.  Esa  biodiversidad  se  ve  ahora  fuertemente  ame- 
nazada por  la  agricultura  industrial  que  está  surgiendo.  Un  número  de 
agricultores  vuelven  a tomar  su  destino  en  sus  manos  produciendo  sus 
propias  semillas  o plantas.  Esto  podría  reducir  su  dependencia  de  las 
grandes  empresas  de  semillas.  Pero  no  va  por  descontado:  aunque  es- 
tén haciendo  lo  que  sus  antecesores  siempre  hicieron,  se  encuentran  en 
una  posición  de  ilegalidad.  Porque  para  poder  comercializar  semillas  y 
plantas,  inclusive  para  intercambiarlas  sin  costo  alguno,  éstas  tienen  que 
estar  inscritas  en  el  catálogo  general.  Y ese  método  de  trabajar  fue  redac- 
tado a la  medida  para  las  empresas  industriales  de  semillas:  el  costo  de 
inscripción  para  una  variedad  de  grano  es  de  13.000  euros  y,  para  una 
variedad  de  hortaliza,  4.000  euros. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 153 


5.  Un  precio  viable 

Con  tal  de  sobrevivir  como  agricultor,  se  necesita  más  que  únicamente 
el  control  de  las  riquezas  naturales  y de  los  recursos  de  producción,  es 
decir:  un  precio  viable. 

Todos  queremos  - y a justo  título  - un  trabajo  bien  pagado  y una  segu- 
ridad social,  seamos  profesores,  carteros  o copywriters.  Entonces,  es  del 
todo  normal  que  también  los  agricultores  reciban  una  remuneración  se- 
gún su  trabajo.  Pero,  ¿cómo?  Porque  ellos  no  tienen  un  contrato  laboral, 
ni  un  sueldo  por  hora  o mensual.  Aparentemente,  para  muchas  personas 
es  difícil  de  entender  que  el  precio  que  reciben  por  sus  productos  es  su 
sueldo.  El  que  entiende  eso,  entiende  inmediatamente  la  necesidad  de 
un  precio  viable  para  todo  lo  que  produce  la  agricultura.  El  precio  debe 
cubrir  tanto  los  gastos  de  los  agricultores  como  hacer  posible  que  tengan 
una  existencia  decente. 

Es  obvio  que  eso  es  válido  para  todo  lo  nutritivo,  rico  y agradable 
que  consumimos  o utilizamos,  sin  importar  si  viene  de  cerca  o de  lejos. 
Debería  de  haber  precios  justos  para  granos,  verduras,  café  y algodón, 
con  los  que  se  pueda  vivir  bien.  Si  se  atacan  las  ganancias  abusivas  de 
los  intermediarios,  el  consumidor  ni  siquiera  deberá  pagar  tanto  más.  Y 
quien  haya  leído  el  libro  hasta  este  punto,  ya  se  habrá  dado  cuenta  que 
inclusive  está  en  nuestro  propio  interés  a largo  plazo  apoyar  de  esta  ma- 
nera la  prosperidad  en  otra  parte  del  mundo. 

¿Y  cómo  realizamos  los  precios  viables?  Veamos  las  posibilidades. 

Paren  el  dumping 

Un  tráfico  de  pollos  que  destruye  empleos  en  Camerún,  sobrantes  de 
leche  en  polvo  que  desde  Brasil  a Senegal  empujan  a los  pequeños  agri- 
cultores fuera  del  mercado,  subsidios  al  algodón  que  terminan  con  los 
cultivadores  en  África  del  Oeste:  los  precios  bajos  cada  vez  son  los  que 
causan  esta  desgracia.  Son  tantas  las  razones  para  parar  semejante  dum- 
ping de  productos  agrícolas. 


154  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Es  obvio  que  los  subsidios  a la  exportación  deben  desaparecer;  y por 
supuesto  también  todas  las  formas  más  o menos  escondidas  de  apoyo  a 
la  exportación.  En  realidad,  se  debe  considerar  estos  subsidios  y apoyos 
como  un  delito.  Y con  tal  de  hacer  terminar  este  delito,  contamos  con  la 
colaboración  de  quien  en  realidad  se  aprovecha.  Eso  es,  sobre  todo  en  el 
caso  de  los  Estados  Unidos,  bastante  ingenuo. 

Además,  no  hay  subsidios  de  exportación  detrás  de  cada  dumping.  Si 
el  apoyo  al  ingreso  para  los  agricultores  les  hace  posible  exportar  a otros 
países,  eso  también  es  dumping.  Y si  la  agroindustria  en  países  como 
Brasil  o Indonesia  exporta  sin  (tener  que)  tomar  en  cuenta  los  gastos  eco- 
lógicos que  eso  causa,  o con  base  de  pequeños  agricultores  o peones  de 
plantaciones  con  un  pago  inhumanamente  bajo,  igualmente  se  trata  de 
dumping  ecológico  o social. 

Quien  realmente  quiere  ir  en  contra  del  dumping,  debe  ofrecer  re- 
cursos de  defensa  a las  víctimas.  Todos  los  países  o regiones  deben  tener 
el  derecho  de  protegerse  contra  el  dumping,  por  ejemplo  mediante  im- 
puestos a la  importación,  la  fijación  de  cuotas  o hasta  una  prohibición  de 
importación. 

Protección  del  mercado 

Aún  cuando  no  se  trata  de  dumping,  los  países  y regiones  deben  po- 
der proteger  su  mercado  agrícola  de  las  importaciones  baratas.  Sólo  así 
pueden  siempre  proteger  y promover  su  mercado  interno.  Sólo  así  son 
factibles  precios  lo  suficientemente  altos  y sus  agricultores  están  asegu- 
rados de  recibir  un  ingreso  mínimo.  Por  supuesto,  hay  que  cuidarse  para 
no  caer  en  la  trampa  del  proteccionismo  destructor  de  la  prosperidad. 
Porque  tal  vez  es  posible  cultivar  en  los  Países  Bajos  no  sólo  tomates  bajo 
vidrio  - con  un  alto  costo  ecológico  - sino,  quien  sabe,  hasta  bananos. 
Tal  protección  excesiva  del  mercado  para  hacerlo  posible,  realmente  es 
demasiado  de  lo  bueno.  Sin  embargo,  si  hubiese  necesidad  de  reglas  res- 
pecto hasta  qué  punto  puede  llegar  la  protección  del  mercado,  así  como 
un  control  sobre  el  cumplimiento  de  estas  reglas,  sería  insensato  confiar 
para  eso  en  la  Organización  Mundial  del  Comercio.  Ella  es  realmente 
muy  insensible  hacia  las  grandes  limitaciones  del  mercado  mundial  y 
del  libre  comercio  con  respecto  a la  agricultura  y el  aprovisionamiento 
alimentario.  Mejor  es  mirar  para  eso  en  la  dirección  de  la  Organización 
para  el  Alimento  y la  Agricultura  de  las  Naciones  Unidas  (FAO).  Tal 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 155 


vez  hasta  podamos  confiar  más  en  el  Consejo  Económico  y Social  de  las 
Naciones  Unidas  para  eso.  Es  hora  de  que  el  órgano  principal  de  las 
Naciones  Unidas  juegue  su  papel,  siendo:  dar  forma  a la  gestión  mun- 
dial tan  necesaria  en  el  campo  social,  económico  y ecológico.  En  vez  de 
llevar  una  existencia  dormitando  y para  muchos  desconocida,  el  Consejo 
Económico  y Social  debería  ser  tan  conocido  o hasta  más  conocido  que 
el  Consejo  de  Seguridad.  El  mundo  tiene  una  necesidad  urgente  de  un 
órgano  que  considere  de  manera  responsable  y democrática  los  derechos 
de  las  personas,  las  ambiciones  de  las  sociedades,  los  derechos  del  medio 
ambiente  y los  intereses  económicos  y financieros. 

Precios  mínimos 

"Si  los  precios  son  bajos,  sólo  podemos  reaccionar  produciendo  más, 
todos  intentamos  eso,  y al  final  todos  obtenemos  un  precio  más  bajo." 
(George  Naylor,  líder  campesino  National  Family  Farm  Coalition,  Esta- 
dos Unidos). 

Fijar  precios  mínimos  para  productos  agrícolas  es  la  manera  más  sencilla 
y eficaz  para  garantizar  un  ingreso  a los  agricultores.  Todos  entienden 
eso.  O mejor  dicho,  todos  deberían  entenderlo.  Porque  un  precio  mínimo 
es  el  equivalente  perfecto  a un  sueldo  mínimo  para  los  empleados,  o de 
un  sueldo  de  vida  para  quienes  quedan  fuera  del  mercado  laboral. 

No  obstante,  se  escuchan  objeciones,  ideológicas  y justificadas. 

Que  los  precios  mínimos  son  una  mofa  del  mercado  libre.  Esa  es  una 
reacción  ideológica  porque  olvida  o niega  que  en  realidad  no  haya  un 
mercado  cuando  uno  o tan  sólo  algunos  compradores  dominan  o hasta 
monopolizan  el  mercado.  Asimismo  pasa  por  alto  - conscientemente  o 
no  - que  únicamente  en  el  mercado  la  confianza  ha  resultado  ser  una 
receta  malograda  cuando  se  trata  de  la  agricultura. 

Los  precios  mínimos  pueden  fomentar  la  sobreproducción.  Este  pen- 
samiento es  correcto.  De  ahí  también  la  necesidad  de  controlar  la  oferta, 
lo  cual  se  discute  en  el  siguiente  párrafo.  Pero  trabajar  sin  precios  míni- 
mos o abolirlos  no  es  una  alternativa,  porque  entonces  los  agricultores  se 
ven  obligados  a compensar  sus  ingresos  cada  vez  más  bajos  aumentando 
su  producción.  Se  endeudan  aún  más  invirtiendo  en  métodos  producti- 
vos especializados  y casi  industriales,  y debilitan  aún  más  los  precios.  La 
consecuencia  previsible  es...  más  sobreproducción,  que  ha  demostrado 


156  | COMPETENCIA  A MUERTE 


ser  el  motor  del  dumping  destructivo  durante  los  últimos  decenios  por 
parte  de,  entre  otros,  Estados  Unidos  y Europa.  Así  que  mejor  regrese- 
mos a los  precios  mínimos.  Sólo  así  podremos  ofrecer  a los  agricultores 
un  ingreso  viable  sin  que  se  sientan  obligados  a tener  que  producir  cada 
vez  más.  Pero  se  necesita  algo  más  para  eso. 

El  control  de  la  oferta 

El  control  de  la  oferta  crea  estabilidad  en  los  mercados  internos,  pero 
también  en  el  mercado  mundial.  (Unión  de  Agricultores,  2002). 

Quien  controla  la  oferta  resuelve  este  difícil  problema.  Esa  persona  pue- 
de disfrutar  de  la  seguridad  que  ofrecen  los  precios  mínimos  sin  que  la 
sobreproducción  entorpezca  las  cosas.  Se  presentan  varias  oportunida- 
des. Se  puede  dejar  la  tierra  sin  trabajar,  y compensar  a los  agricultores. 
Eso  solía  pasar  a menudo  en  los  Estados  Unidos.  Se  puede  fijar  topes  de 
producción,  para  una  región  o un  país  entero,  y hasta  al  nivel  de  cada 
empresa.  Véase,  por  ejemplo,  las  cuotas  de  leche  en  la  Unión  Europea. 
También  se  puede  fijar  topes  de  producción  para  el  mundo  entero.  Por 
ejemplo,  en  el  caso  de  café,  ha  existido  durante  años  un  Acuerdo  Interna- 
cional del  Café.  Lastimosamente  para  los  caficultores  eso  se  ha  perdido, 
porque  ellos  estaban  mejor  con  este  acuerdo  que  sin  él. 

En  los  años  venideros,  el  mundo  deberá  reinventar  medios  conclusi- 
vos con  tal  de  asegurar  el  control  de  la  oferta. 

Las  reservas  agrícolas 

Es  bastante  fácil  estimar  lo  que  producirán  las  vacas  lecheras.  Mas  no 
es  así  para  la  mayoría  de  las  cosechas  del  campo.  No  se  puede  eliminar 
la  naturaleza,  y por  tanto  los  ingresos  pueden  variar  dependiendo  si  la 
temporada  ha  sido  buena  o mala.  Por  eso,  parte  de  un  buen  control  de  la 
oferta  es  una  solución  para  los  sobrantes.  Éstos  deben  llegar  en  reservas 
que  son  controladas  por  los  gobiernos  o por  los  propios  agricultores. 
Y cuando  hay  escasez,  se  puede  sacar  de  estas  reservas  para  aprovisio- 
nar los  mercados.  Porque  no  podemos  olvidar  que  puede  haber  también 
años  malos,  hasta  años  de  cosechas  malogradas. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 157 


Controlar  la  oferta  sin  que  surjan  finalmente  charcos  de  leche  o de 
vino  y montañas  de  mantequilla  o de  trigo,  grandes  y confusos,  no  es 
fácil.  No  obstante,  la  Unión  Europea  con  las  cuotas  de  leche  ha  demostra- 
do en  el  pasado  reciente  que  no  debe  ser  imposible.  O sea,  es  demasiado 
fácil  confirmar  que  el  acuerdo  del  café  ha  sido  terminado  porque  sería 
imposible  económicamente.  Ha  jugado  mucho  más  la  dinámica  de  la  li- 
beralización  del  comercio  así  como  una  falta  de  voluntad  política  para 
seguir  optando  para  tales  mecanismos. 

Reservas  de  alimentos  y seguridad  alimentaria 

"Liberar  la  agricultura  significa  que  no  tendremos  más  reservas  de  ali- 
mentos. Porque  cada  medida  de  cereales  debe  dejarse  caer  en  el  mercado 
mundial  al  precio  que  sea."  (George  Naylor,  líder  campesino  National 
Family  Farm  Coalition,  Estados  Unidos) 

Uno  esperaría  que  el  mundo  vea  la  importancia  de  las  reservas,  tanto 
para  controlar  la  oferta  y hacer  posibles  precios  mínimos,  como  para  po- 
sibilitar una  seguridad  alimentaria  en  tiempos  de  escasez.  Pero  entonces 
no  nos  ayuda  la  idea  que  el  comercio  agrícola  en  el  mundo  entero  debe 
ser  totalmente  libre.  Porque  en  esta  lógica  no  hay  campo  para  hacer  re- 
servas. Todo  lo  que  sale  de  los  campos,  los  pastos,  los  invernaderos  o 
los  establos,  debe  venderse  en  el  mercado.  Sin  embargo,  la  ausencia  de 
tal  mecanismo  regulador  también  significa  que  en  nuestra  casa  mundial 
no  tenemos  reservas  de  alimentos  para  los  malos  tiempos.  Tome  para 
comparación  un  seguro  contra  incendio  para  su  casa.  Todos  vemos  la  ne- 
cesidad del  mismo,  aún  sabiendo  que  el  riesgo  es  bajo.  Pero  no  queremos 
descuidar  este  riesgo.  Así  que  pagamos  el  seguro,  aún  con  la  esperanza 
de  nunca  tener  que  usarlo.  Entonces,  ¿qué  es  más  necesario  de  asegurar 
que  la  comida,  y el  hecho  de  que  el  mundo  tenga  reservas  alimentarias? 
Aún  si  los  riesgos  son  limitados,  no  son  del  todo  descartables.  El  mal 
tiempo  puede  llevar  a ingresos  más  pequeños.  Las  guerras  pueden  ha- 
cer imposible  la  producción.  Las  enfermedades  pueden  causar  cosechas 
malogradas,  con  consecuencias  más  fuertes  que  antes  porque  en  la  agri- 
cultura moderna  hemos  buscado  guarida  en  los  monocultivos.  El  abas- 
tecimiento de  energía,  mucho  más  importante  también  en  la  agricultura 
industrial,  puede  pararse.  Y el  calentamiento  de  la  tierra  aumentará  aún 


158  | COMPETENCIA  A MUERTE 


más  la  inseguridad  en  las  regiones  ya  vulnerables,  debido  a lluvias  más 
inconstantes  y sequías  imprevisibles. 

Comercio  justo 

El  comercio  justo  ofrece  una  alternativa  para  los  precios  mínimos  via- 
bles. Primero,  intentemos  definirlo:  si  el  comercio  internacional  gira  en 
torno  al  intercambio  de  bienes  o servicios  que  se  producen  de  manera 
ecológicamente  sostenible,  bajo  circunstancias  socialmente  responsables 
y con  los  cuales  el  productor  recibe  un  precio  garantizado  del  cual  se 
puede  vivir  de  manera  decente,  entonces  se  habla  de  un  comercio  justo  o 
fair  trade.  Éste  se  apoya  entonces  tanto  en  una  columna  ecológica  como 
en  una  social  y una  económica.  No  obstante,  al  consumidor  se  le  vuelve 
difícil  percibir  el  bosque  a través  de  los  árboles,  porque  en  la  tienda  hay 
productos  con  etiquetas  de  sostenibilidad  que  se  apoyan  en  primer  o 
único  lugar  en  la  columna  económica.  Hay  etiquetas  sociales  que  se  con- 
centran en  el  respeto  a las  normas  mínimas  laborales.  Algunas  quieren 
ser  tanto  ecológicas  como  socialmente  sostenibles,  aún  otras  garantizan 
un  precio  mínimo  pero  no  marcan  tantos  en  el  campo  ecológico.  Max 
Havelaar  ambiciona  ser  un  sello  de  un  comercio  realmente  justo,  y es- 
pera estimular  muchas  otras  etiquetas  en  la  dirección  de  un  comercio 
completamente  justo.  Los  críticos  argumentan  que  los  acuerdos  interna- 
cionales deben  hacer  que  el  comercio  sea  más  sostenible,  social  y justo. 

Aún  si  las  ventas  del  comercio  justo  crecen  fuertemente,  desde  el 
punto  de  vista  económico  sigue  siendo  el  hermanito  débil.  Y así  sigue 
siendo  muy  difícil  poder  pesar  realmente  en  las  relaciones  comerciales. 

Y es  que  hay  otro  punto  débil.  Es  una  bonita  causa  cuando,  por  ejemplo, 
las  tiendas  mundiales  se  guían  mediante  el  esfuerzo  de  voluntarios.  Pero 
igual  de  qué  manera  se  le  da  vuelta  a eso,  siempre  se  trata  de  mano  de 
obra  barata  ¿Cuán  creíble  es  entonces  ese  comercio  justo  como  una  alter- 
nativa económica  real?  Porque  un  sistema  económicamente  viable  de  co- 
mercio justo,  ¿no  es  que  supone  que  en  todos  lados  las  personas  pueden 
ganarse  un  ingreso  aceptable,  también  en  los  países  ricos? 

No  obstante,  el  futuro  no  se  ve  tan  malo.  Así  por  ejemplo,  el  comercio 
justo  está  en  plena  expansión,  con  cifras  de  crecimiento  anuales  de  más 
del  veinte  por  ciento.  Si  el  comercio  justo  puede  mantener  este  ritmo,  su 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 159 


importancia  económica  aumenta  rápidamente.  Eso  a su  vez  aumentará 
la  viabilidad.  Y por  consecuencia,  importante,  el  impacto  del  comercio 
justo  aumentará  en  la  otra  parte  de  le  economía.  Ya  ahora  el  comercio 
justo  ejerce  una  importante  función  de  señal.  Testigo  de  eso,  la  aparición 
de  productos  del  comercio  justo  en  los  supermercados  corrientes.  Más  al 
respecto  en  el  capítulo  VI.8. 


160  | COMPETENCIA  A MUERTE 


6.  La  agricultura  amigable  con  el  medio  ambiente 

Altemir  Tortelli,  líder  campesino  de  Fetraf,  nos  guía  por  su  granja:  "El 
único  veneno  que  se  usa  aquí  es  el  hacha.  En  esta  empresa  no  hay  con- 
taminación por  productos  químicos.  Con  nuestro  movimiento,  Fetraf, 
optamos  por  una  producción  agroecológica." 

Vigilar  la  riqueza  biológica 

Ya  vimos  cómo  el  ser  humano  trata  de  manera  destacadamente  des- 
preocupada los  bosques,  pastos,  tierras  de  cultivos,  ríos,  lagos  y mares, 
mientras  son  esos  quienes  le  proveen,  una  y otra  vez,  de  riquezas  in- 
calculables. Porque  con  base  a la  ilimitada  energía  solar,  estos  sistemas 
biológicos  son  los  que  proveen  los  productos  en  los  cuales  se  apoya  cada 
forma  de  vida,  a través  del  proceso  de  la  fotosíntesis.  Así  sacamos  la 
mayoría  de  nuestros  alimentos  de  la  agricultura;  el  agua  y los  pastos 
nos  brindan  el  pescado  y la  carne,  la  mayor  parte  de  nuestras  proteínas 
animales.  Los  bosques  nos  proveen  de  madera  y papel.  Estos  sistemas 
biológicos  dan  aún  mucha  más  materia  prima  para  la  industria.  Pense- 
mos en  productos  como  el  algodón,  el  hule,  el  cáñamo,  el  yute,  azúcar  y 
aceites  diversos. 

Es  sumamente  imprudente  seguir  destrozando  los  sistemas  naturales 
que,  desde  que  la  humanidad  tiene  memoria  y cada  vez  nuevamente, 
nos  brindan  toda  esta  riqueza  biológica.  Eso  no  puede  seguir  sin  castigo, 
porque  en  realidad  la  riqueza  biológica  no  es  menos  que  la  riqueza  in- 
dustrial. O sea,  es  muy  necesaria  su  recuperación. 

Por  favor,  una  agricultura  amigable  con  el  medio  ambiente. 

"Así  dice  una  calcomanía  de  la  red  Ecovida  a la  cual  pertenecemos.  Es  un 
sistema  participativo  de  etiquetas  para  agricultores  agroecológicos.  No- 
sotros utilizamos  esa  calcomanía  como  etiqueta  para  nuestros  productos 
que  vendemos  en  el  mercado."  (Isabel  Rüdell,  Brasil) 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 161 


O sea,  necesitamos  una  agricultura  que  cargue  mucho  menos  la  tierra 
que  ahora.  Queremos  una  agricultura  que  gaste  menos  agua,  que  tenga 
más  cuidado  con  el  suelo  y las  aguas  subterráneas,  que  evite  los  pestici- 
das y la  fertilización  excesiva,  una  agricultura  que  se  preocupe  por  el  cir- 
cuito alterado  de  las  sustancias  alimentarias,  y sí,  hasta  por  una  agricul- 
tura ecológicamente  sostenible.  Nuestra  agricultura  industrial  ya  viene 
de  lejos.  Los  productos  más  dañinos  ya  han  sido  prohibidos  en  los  países 
ricos  desde  hace  decenas  de  años.  Nos  debe  de  seguir  extrañando  cómo 
es  posible  entonces  que  la  producción  y la  exportación  hacia  los  países 
en  vías  de  desarrollo  se  siga  dando.  Así,  entre  los  años  2001  y 2003,  los 
Estados  Unidos  exportaron  veintiocho  millones  de  libras  de  pesticidas 
que  fueron  prohibidas  en  su  propio  país.  No  obstante,  esperemos  que 
esto  sea  una  lucha  de  retaguardia. 

En  muchos  países,  el  agricultor  moderno  ya  usa  productos  menos 
dañinos.  Hay  medidas  contra  la  fertilización  excesiva.  Aunque  no  va  de 
buena  gana,  la  agricultura  evoluciona  en  la  dirección  de  un  enfoque  in- 
tegrado: aparte  de  la  producción,  también  el  medio  ambiente  y la  natu- 
raleza tienen  sus  derechos.  Poco  a poco  llega  a ser  claro  que  un  enfoque 
más  sostenible  también  tiene  ventajas  para  los  agricultores.  Tener  que 
comprar  muchos  fertilizantes  y pesticidas  significa  facturas  caras.  Utili- 
zarlos cuidadosamente  es  muy  provechoso,  tanto  para  la  billetera  como 
para  el  medio  ambiente.  La  realidad  es  que  la  agricultura,  en  conjunto 
con  algunas  ramas  de  la  industria,  ya  ha  hecho  más  progreso  en  cuanto 
a sostenibilidad  que  el  ciudadano  promedio. 

¿El  progreso  es  suficiente?  No. 

La  resistencia  para  ir  aún  más  allá  es  real  y a ratos  grande.  Esto  no 
es  de  sorprender,  de  todas  maneras  no  es  diferente  que  en  el  resto  de 
la  sociedad.  Para  comparación:  ¿cuántos  ciudadanos  ya  disminuyeron 
seriamente  la  expulsión  de  C02  en  sus  casas?  Para  no  hablar  de  la  favo- 
rabilidad  para  el  medio  ambiente  de  sus  movimientos.  O sus  vacaciones 
en  avión.  Pero  los  agricultores  no  pueden  hacerse  ilusiones.  La  presión 
para  trabajar  de  manera  más  ecológicamente  sostenible  seguirá  en  au- 
mento. Llegará  tanto  de  la  sociedad  como  de  la  política  y de  los  precios 
de  la  energía  más  cara. 


162  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Camino  a una  agricultura  ecológicamente  sostenible 

"Este  es  el  punto  más  alto  de  Cotes  d'Armor,  339  metros.  Antena  para 
TV  y radio,  y vemos  allá  los  molinos  de  viento.  Eso  está  totalmente  en 
nuestra  línea,  energía  alternativa,  inagotable." 

Con  el  agricultor  francés  Joseph  Templier  caminamos  hacia  sus  pastos: 
"Sembramos  una  flora  diversa  en  el  pasto,  lo  que  se  ve  es  la  flora  natural. 
Es  muy  variada  y provee  un  alimento  balanceado  para  el  ganado." 
Joseph  se  enorgullece  de  su  trabajo:  "Mi  comida  es  cultivada  al  cien  por 
ciento  en  la  granja,  salvo  en  caso  de  sequía,  lo  que  ocurre  de  vez  en  cuan- 
do." 

Entonces,  ¿una  agricultura  ecológicamente  sostenible  es  un  fantasma? 
¿Es  tan  loco  soñar  con  una  agricultura  que  minimiza  al  máximo  o inclu- 
sive reduce  a cero  los  insumos  externos  de  alimentos  importados  para  el 
ganado,  fertilizantes  químicos  o pesticidas?  ¿Una  agricultura  que  pre- 
sente un  equilibrio  energético  muy  positivo?  ¿Una  agricultura  que  no 
cause  violencia  a la  tierra  y al  agua?  Tal  vez  el  ideal  no  se  puede  realizar 
completamente.  Sin  embargo,  apostemos  de  lleno  al  traspaso  hacia  una 
agricultura  ecológicamente  sostenible,  y con  eso  démosle  mucho  espacio 
a la  agricultura  biológica.  A ningún  agricultor  le  causará  daño  eso.  Ob- 
viamente el  medio  ambiente  y la  naturaleza  prosperarán,  así  como  la  so- 
ciedad más  amplia,  porque  esta  última  valora  una  agricultura  favorable 
al  medio  ambiente  y los  paisajes  culturales  que  ésta  crea. 

Ruta  de  escape,  lejos  de  los  potentados  de  insumos 

Los  agricultores  a veces  sueñan  con  recuperar  su  independencia  econó- 
mica. Tal  vez  hasta  puedan  realizar  este  sueño. 

Este  traspaso  hacia  una  agricultura  ecológicamente  sostenible  es  ade- 
más una  oportunidad  gigante  de  los  agricultores  para  escapar  del  agarre 
ahogador  de  los  potentados  de  insumos.  Así  pueden  terminar  con  su 
fuerte  dependencia  de  estas  empresas  que  les  venden  los  fertilizantes, 
el  alimento,  pesticidas  y otros  insumos.  En  todos  estos  terrenos,  los  agri- 
cultores pueden  en  gran  medida  recuperar  su  autonomía  y tener  ellos 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 163 


mismos  más  agarre  sobre  su  existencia.  Y lo  logren  para  más  cosas,  por 
ejemplo:  semillas. 

La  biodiversidad  nos  puede  salvar  la  vida 

Ya  aprendimos  cómo  el  ser  humano  causa  la  extinción  de  animales  y 
plantas  aproximadamente  mil  veces  más  rápido  de  la  velocidad  de  ex- 
tinción natural.  Sabemos  cómo  la  agricultura  moderna  se  apoya  en  muy 
pocos  cultivos,  y cómo  los  monocultivos  propician  la  erosión  genética. 
También  puede  ser  diferente,  y muchos  pequeños  agricultores  en  el  Sur 
así  lo  hacen.  Cultivan  diferentes  cultivos,  usan  cada  vez  diferentes  varie- 
dades y también  crían  diferentes  tipos  de  animales.  Estos  agricultores  ni 
siquiera  tienen  que  realizar  ingresos  menores.  En  el  libro  Agroecology 
And  The  Search  For  A Truly  Sustainable  Agriculture,  de  Miguel  Altieri  y 
Clara  Nicholls,  podemos  leer  cuán  exitosa  ha  sido  esta  elección  de  tener 
múltiples  cultivos.  Los  ingresos  suelen  ser  veinte  hasta  sesenta  por  cien- 
to más  altos  que  en  caso  de  los  monocultivos.  Por  otro  lado,  tales  empre- 
sas agrícolas  nunca  vivirán  la  catástrofe  de  que  la  cosecha  entera  o todo 
el  ganado  se  pierda.  Para  la  mayoría  de  los  agricultores  en  el  mundo, 
que  no  pueden  contar  con  apoyo  de  un  gobierno  rico,  la  diversificación 
del  riesgo  de  sus  llamadas  agricultura  y ganadería  menos  modernas,  es 
la  única  seguridad.  Cada  vez  más,  los  expertos  agrícolas  reconocen  estas 
ventajas  de  la  agricultura  tradicional,  en  la  cual  por  ejemplo  se  pueden 
cultivar  diferentes  cultivos  en  el  mismo  campo. 

Y hay  más  problemas  con  el  monocultivo  de  tan  sólo  algunos  culti- 
vos muy  productivos.  Es  que  esos  son  el  resultado  de  un  mejoramiento, 
de  una  rígida  selección  y un  cruce  de  variedades.  Los  resultados  son 
buenos,  sobre  todo  las  cosechas  mayores.  No  obstante,  el  otro  lado  de 
esta  medalla  es  que  estas  superplantas  necesitan  cruzarse  a intervalos 
regulares  con  sus  antepasados  primitivos,  o se  mueren.  Sin  embargo, 
la  rápida  pérdida  de  la  biodiversidad  trae  consigo  que  estos  antepasa- 
dos estén  perdiendo  la  lucha  por  la  sobrevivencia.  Todos  entendemos 
de  inmediato  que  nuestra  agricultura  moderna  corre  el  riesgo  de  tener 
los  problemas  más  grandes  como  consecuencia,  ya  que  sus  opciones  de 
mejoramiento  disminuyen  a simple  vista. 


164  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Proteger  la  biodiversidad 

¿Qué  puede  ocurrir?  Una  de  las  soluciones  es  la  protección  de  estas  plan- 
tas primitivas  mediante  la  garantía  de  los  ecosistemas  en  los  cuales  se 
encuentran.  Las  llamadas  áreas  Vavilov  albergan  la  riqueza  más  grande 
de  plantas,  y estas  áreas  se  ubican  casi  todas  en  países  del  Sur,  como 
México,  Perú,  Brasil,  Etiopía,  el  Medio  Oriente,  Pakistán,  Myanmar,  Asia 
Sureste  y China.  En  la  gran  mayoría  de  estas  áreas  viven  pueblos  deno- 
minados indígenas. 

Otra  opción  es  que  el  material  genético  de  estas  plantas  valiosas  se 
guarde  de  manera  segura  en  un  banco  de  genes.  Eso  se  ve  bien  en  el 
papel,  pero  en  la  realidad  esta  elección  no  es  tan  neutra.  Porque  esta 
riqueza  de  plantas  entonces  probablemente  llega  a disposición  de  los 
países  ricos  y de  las  empresas  generalmente  multinacionales  que  se  han 
establecido  en  estos  países.  Y hay  voces  que  argumentan  que  tampoco 
esta  elección  es  muy  estable,  porque  si  se  saca  una  planta  de  su  entorno 
natural,  también  se  detiene  su  evolución  natural. 

Afortunadamente  crece  la  noción  acerca  de  los  peligros  de  una  bio- 
diversidad decreciente.  Así,  el  Tratado  de  la  Biodiversidad  vio  la  luz  en 
1992  en  Río  de  Janeiro.  Ese  tratado  quiere  proteger  la  riqueza  de  las  es- 
pecies naturales  y hacer  posible  su  uso  sostenible.  Asimismo  pretende 
repartir  de  manera  justa  los  ingresos  del  material  genético.  La  riqueza 
de  las  especies,  según  este  tratado,  pertenece  a los  países  soberanos  que 
también  tienen  que  cuidar  su  sobrevivencia.  El  tratado  entró  en  vigencia 
el  20  de  febrero  de  1997. 

No  obstante,  el  Tratado  de  la  Biodiversidad  no  resolvió  todos  los  proble- 
mas. El  avance  humano,  con  todo  lo  que  trae  consigo,  sigue  cargando  las 
áreas  vulnerables.  La  pregunta:  ¿cómo  estos  países  y pueblos  deben  ser 
recompensados  por  su  riqueza  genética?,  sigue  sin  respuesta. 

¿Y  qué  tal  los  organismos  genéticamente  modificados? 

Es  una  muy  buena  idea  manejar  el  principio  de  precaución. 

Quien  inserta  organismos  genéticamente  modificados  (OGM)  - planta 
o animal  - en  la  naturaleza,  entrega  el  control.  Más  aún,  hace  algo  irre- 
versible. Un  petrolero  que  se  rompe  y ensucia  las  playas,  causa  una  con- 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 165 


taminación  que  tiene  efectos  por  mucho  tiempo.  Pero  también  se  puede 
recoger  de  la  mejor  manera  posible  la  suciedad,  y al  final  la  naturaleza 
se  recompone.  El  uso  de  venenos  en  el  campo,  DDT  por  ejemplo,  tuvo 
consecuencias  para  la  salud  a largo  plazo.  Pero  se  puede  prohibir  su  uso 
y producción.  Y el  tiempo  puede  sanar  las  heridas  del  veneno.  Con  los 
organismos  genéticamente  modificados  es  totalmente  diferente.  Desde 
que  se  les  suelta,  van  por  su  propia  vía.  Y esta  vía  es  en  parte  imprede- 
cible. El  ser  humano  ya  no  lo  tiene  bajo  control  y tampoco  puede  retirar 
estos  OGM.  Para  muchas  personas,  esta  es  una  razón  más  que  justificada 
para  oponerse  a los  OGM,  hasta  a la  investigación  acerca  de  los  mismos. 
En  todo  caso,  se  requiere  suma  prudencia.  Hoy  en  día,  ésta  a menudo  ya 
no  se  encuentra,  por  lo  que  la  sociedad  corre  detrás  de  los  hechos.  Será 
asunto  de  ejecutar  plenamente  la  discusión  y la  investigación  acerca  de 
las  ventajas  y los  posibles  peligros  de  las  renovaciones  biotecnológicas 
sin  prejuicio.  Sólo  entonces  la  sociedad  democrática  puede  contemplar 
de  cada  hallazgo  las  ventajas  y desventajas  y tomar  decisiones  responsa- 
bles, así  como  por  ejemplo  se  hace  también  con  los  medicamentos. 

Si  la  sociedad  permite  algunos  OGM,  eso  debe  ocurrir  bajo  circuns- 
tancias estrictamente  controladas,  con  reglas  estrictas  para  la  producción 
y la  venta  de  estos  organismos.  Y sobre  todo  debemos  vigilar  la  biodi- 
versidad. 


166  | COMPETENCIA  A MUERTE 


7.  (El  derecho  a)  la  soberanía  alimentaria 

"Aquí  se  ven  todos  los  agricultores  del  mundo,  de  los  EE.UU.,  Brasil, 
África,  la  Unión  Europea,  Canadá,  Japón  y Noruega,  están  aquí  para 
decir:  nosotros  queremos  una  agricultura  familiar,  queremos  alimentar 
nuestros  pueblos,  queremos  vivir  de  nuestro  trabajo."  (Saliou  Sarr,  diri- 
gente campesino  CNCR-Senegal,  durante  una  conferencia  conjunta  de 
prensa  en  Hong  Kong) 

Saliou  Sarr  acentúa  el  creciente  consenso  entre  los  agricultores  de  to- 
dos los  puntos  cardinales.  Eso  se  subraya  mediante  una  conferencia  de 
prensa  en  la  cual  concurren  dirigentes  campesinos  de  casi  todos  los  con- 
tinentes. Filmamos  con  ganas,  porque,  sin  exagerar,  aquí  el  movimiento 
mundial  campesino  escribe  historia. 

En  la  cumbre  más  reciente  de  la  Organización  Mundial  para  el  Co- 
mercio en  Hong  Kong,  muchos  dirigentes  campesinos  están  presentes, 
los  nombres  de  algunos  de  ellos  aparecen  en  este  libro.  Estas  reuniones 
ya  no  son  el  terreno  exclusivo  de  diplomáticos  y cabilderos  industriales. 
También  los  agricultores  buscan  una  manera  para  defender  sus  dere- 
chos. En  años  pasados,  se  encontraron  en  sus  reuniones  preparatorias 
y en  las  de  la  OMC.  Adentro  intentan  influenciar  las  decisiones.  En 
realidad,  significa  que  intentan  salvar  lo  que  se  pueda  salvar.  Afuera 
muestran  los  músculos  para  apoyar  su  posición  adentro  y para  llegar  a 
la  opinión  pública.  Durante  una  de  las  muchas  manifestaciones  afuera, 
Altemir  Tortelli  lo  explica  así:  "Es  necesario  llevar  nuestra  lucha  en  dos 
frentes:  en  la  mesa  de  negociaciones  y mediante  las  movilizaciones  en  la 
calle." 

Afuera  se  oye  cada  vez  más  alto  el  grito:  "¡OMC,  fuera  de  la  agricul- 
tura!" 

Cada  vez  crece  más  el  convencimiento  - sobre  todo  con  casi  todos 
los  agricultores,  pero  también  en  la  sociedad  más  amplia  - que  para  una 
agricultura  viable  y sostenible,  que  elimine  el  hambre,  no  se  puede  con- 
fiar en  la  Organización  Mundial  para  el  Comercio. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  ALIMENTARIA  | 167 


Las  ambiciones  de  la  agricultura  llegan  lejos 

Veamos  qué  pueden  hacer  los  agricultores  por  nosotros. 

Los  agricultores  pueden  asegurar  suficiente  alimento,  que  haya  de  comer 
para  todos.  Además,  pueden  brindarnos  un  alimento  seguro  y nutritivo, 
saludable  para  comer  y - no  lo  olvidemos  - cantidad  de  materia  prima 
útil.  Nos  gusta  aún  más  si  ese  alimento,  además  es  rico,  y guarda  bien 
el  sabor.  Los  agricultores  juegan  bien  los  deseos  de  los  consumidores. 
Sus  actividades  crean  empleos  e ingresos,  estimulan  la  economía  local  y 
forman  la  base  para  una  zona  rural  viva.  Son  capaces  de  respetar  el  me- 
dio ambiente  y de  operar  de  manera  ecológicamente  sostenible.  Con  su 
trabajo  cultivan  los  paisajes  que  apreciamos  para  nuestra  tranquilidad 
y porque  es  agradable  estar  ahí,  y vigilan  las  tradiciones  culturales  que 
vale  la  pena  guardar.  Muchas  tradiciones  artesanales  y culinarias,  comi- 
das y bebidas  en  primer  lugar,  traspasan  casi  sin  esfuerzo  las  fronteras 
del  tiempo  y del  espacio.  Y,  con  toda  esta  labor,  los  agricultores  pueden 
además  ganarse  el  pan  del  día.  Con  eso  cuentan. 

Un  contrato  social  para  una  agricultura  sostenible 

La  agricultura  y los  agricultores,  que  logran  todo  eso,  merecen  más  que 
nuestro  respeto.  Tienen  derecho  al  reconocimiento.  Es  por  eso  que  esta 
agricultura  sostenible  merece  apoyo. 

El  derecho  al  reconocimiento  y apoyo  por  parte  de  la  sociedad  se 
traducen  mejor  en  un  contrato  social.  A cambio  de  una  agricultura  que 
resuelva  la  cuestión  del  alimento  de  manera  ecológica  y socialmente  res- 
ponsable, la  sociedad  garantiza  a los  agricultores  un  precio  justo  y un 
ingreso  decente.  Sus  políticos  toman  las  medidas  necesarias  para  que 
esto  se  dé,  sea  control  de  la  oferta,  protección  del  mercado,  precios  míni- 
mos, compensaciones  para  la  conservación  de  la  naturaleza  o la  medida 
que  sea. 

No  obstante,  ahí  está  la  dificultad.  ¿Está  permitido?  ¿Lo  permite  la 
Organización  Mundial  para  el  Comercio?  ¿También  bajo  los  acuerdos 
existentes  y futuros  de  libre  comercio  se  puede? 


168  | COMPETENCIA  A MUERTE 


El  derecho  a la  soberanía  alimentaria 

"Exigimos  el  derecho  a protegernos  y a una  agricultura  que  recompense 
el  trabajo  de  los  agricultores."  (Ndiogou  Fall,  dirigente  campesino  Ro- 
ppa,  África  Occidental,  en  la  conferencia  conjunta  de  prensa  en  Hong 
Kong). 

"Defendemos  el  derecho  al  proteccionismo,  que  nuestro  gobierno  pueda 
ejecutar  una  política  de  protección".  (Altemir  Tortelli,  dirigente  campesi- 
no Fetraf,  Brasil,  en  la  conferencia  conjunta  de  prensa  en  Hong  Kong) 

Los  movimientos  campesinos  más  radicales  ya  tienen  su  respuesta  lis- 
ta desde  hace  un  tiempo.  Vía  Campesina  exige  el  derecho  a la  sobera- 
nía alimentaria,  para  dar  oportunidades  a la  agricultura  sostenible.  Vía 
Campesina  es  una  de  las  dos  cúpulas  internacionales  de  movimientos 
campesinos,  la  otra  es  IFAP,  la  Federación  Internacional  de  Producto- 
res Agropecuarios.  Mientras  tanto,  estas  ideas  ya  se  han  dado  a conocer 
en  el  movimiento  campesino  entero.  Testigos  de  eso  son  por  ejemplo 
las  dos  expresiones  de  los  dirigentes  campesinos  mencionados  arriba, 
ambos  filmados  en  Hong  Kong  en  la  conferencia  conjunta  de  prensa  de 
organizaciones  campesinas  de  todas  las  partes  del  mundo.  Por  ejemplo: 
la  organización  senegalesa  CNCR  de  Saliou  Sarr,  a la  vez  la  organización 
local  de  Ndiogou  Fall,  es  miembro  de  ambas  cúpulas  internacionales.  Y 
Fetraf  de  Altemir  Tortelli  en  Brasil  no  es  miembro  en  ninguna  de  ambas 
cúpulas.  Esta  dispersión  no  ha  de  extrañar.  Los  movimientos  campesi- 
nos abogan  y luchan  desde  hace  mucho  tiempo  para  la  protección  de  la 
agricultura  y la  protección  de  los  mercados  agrícolas.  La  ambición  por 
la  soberanía  alimentaria  es  una  prolongación  de  una  tradición  larga  y 
exitosa. 

"Como  cada  país  necesitamos  la  soberanía  alimentaria  para  poder  ejecu- 
tar nuestra  política  alimentaria  sin  que  ésta  sea  debilitada  por  la  impor- 
tación barata."  (George  Naylor,  dirigente  campesino  National  Family 
Farm  Coalition,  Estados  Unidos,  en  la  conferencia  conjunta  de  prensa 
en  Hong  Kong). 

Aunque  a algunos  les  suene  a locura,  hasta  las  familias  agricultoras  esta- 
dounidenses están  en  pro  de  la  soberanía  alimentaria  y usan  los  mismos 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 169 


argumentos.  Porque  también  ellos  son  las  víctimas  de  una  política  de 
laisser-faire  que  deja  todo  al  mercado  y luego  llena  los  huecos  con  sub- 
sidios. 

Ahora  es  un  buen  momento  para  descubrir  qué  puede  ser  entonces  la 
soberanía  alimentaria.  Via  Campesina  la  define  como  la  capacidad  de  un 
país,  un  pueblo  o una  comunidad  de  realizar  la  seguridad  alimentaria  a 
través  de  una  gestión  adaptada  y escogida  autónomamente  para  su  pro- 
ducción, exportación  e importación  de  alimentos.  George  Naylor  da  una 
definición  más  extensa:  "La  soberanía  alimentaria  respeta  el  derecho  de 
cada  país  y de  cada  región  de  llevar  una  política  alimentaria  y agrícola 
que  se  apoya  en  las  propias  necesidades  y tradiciones,  para  la  seguridad 
alimentaria,  para  la  protección  de  las  riquezas  naturales,  para  la  repar- 
tición justa  de  las  oportunidades  económicas,  y para  el  derecho  de  los 
agricultores  de  abastecer  sus  mercados  locales  a un  precio  viable.'  So- 
beranía alimentaria  implica  que  la  política  agrícola  cae  totalmente  fuera 
de  la  competencia  de  la  Organización  Mundial  para  el  Comercio.  Eso  es 
totalmente  obvio.  Esta  política  entonces  es  hasta  la  competencia  exclusi- 
va de  gobiernos  o de  regiones  como  Europa  si  los  gobiernos  transfieren 
estas  competencias.  Altemir  Tortelli  no  deja  duda  en  cuanto  a eso  cuan- 
do toma  la  palabra  en  la  conferencia  de  prensa  en  Hong  Kong.  Habla 
claramente:  "Nosotros  defendemos  el  derecho  al  proteccionismo,  para 
que  nuestro  gobierno  pueda  llevar  una  política  de  defensa."  El  dirigen- 
te campesino  senegalés,  Mamadou  Cissokho,  lo  dice  de  manera  menos 
aguda,  pero  igualmente  clara:  "El  mercado  interno  que  asegura  que  las 
personas  puedan  comer  los  productos  de  sus  agricultores,  este  mercado 
hay  que  respetarlo,  esa  es  la  soberanía  alimentaria." 

Y una  vez  más:  este  no  es  un  proteccionismo  que  destruye  la  pros- 
peridad. Esta  es  precisamente  una  defensa  muy  justificada  para  poder 
realizar  todas  las  ambiciones  de  una  agricultura  sostenible,  todas  estas 
ambiciones  que  rastreamos  en  los  capítulos  anteriores  de  la  parte  V.  Para 
eso  es  necesaria  la  soberanía  alimentaria,  para  poder  exigir  los  derechos 
de  los  agricultores,  de  la  agricultura  y de  todos  aquellos  que  tengan  un 
beneficio  de  la  misma. 

Es  útil  volver  a hablar  de  los  subsidios,  porque  esta  palabra  se  está 
mencionando  en  los  debates  cuando  cabe  y sobre  todo  cuando  no  cabe. 

Sobre  todo  hay  una  inmensa  diferencia  entre  los  subsidios  de  la  expor- 
tación y el  apoyo  de  la  propia  agricultura  sostenible.  Es  demasiado  fácil 


170  | COMPETENCIA  A MUERTE 


echarles  en  la  misma  bolsa  como  subsidios.  Los  primeros  dificultan  la 
vida  de  los  pequeños  agricultores  familiares  en  otras  partes  del  mundo. 
Por  eso  deben  desaparecer  cuanto  antes.  Para  el  segundo,  el  uso  de  la  pa- 
labra 'subsidio'  no  es  correcto.  Se  trata  de  un  apoyo  justificado  por  una 
agricultura  que  produce  para  el  mercado  local  y regional,  que  brinde 
comida  a todos  los  habitantes  y un  ingreso  decente  a los  agricultores.  En 
cuanto  a eso  último,  ¿cierto  o no  que  nadie  puede  decir  que  los  salarios 
de  los  gerentes,  profesores  o políticos  son  un  subsidio? 

Seguridad  alimentaria 

Llama  la  atención  que  cada  vez  vuelve  a surgir  el  concepto  seguridad 
alimentaria  cuando  se  habla  de  soberanía  alimentaria.  ¿A  qué  se  refiere? 
La  Organización  para  el  Alimento  y la  Agricultura  FAO  se  ha  empeñado 
en  brindar  una  respuesta  clara:  "La  seguridad  alimentaria  es  una  situa- 
ción en  la  cual  todos  los  hogares  tienen  un  acceso  físico  y económico  a fin 
de  que  todos  sus  miembros  tengan  un  alimento  adecuado  y no  corran  el 
riesgo  de  perder  este  acceso."  Quien  se  basa  en  esta  definición,  eventual- 
mente llegará  con  ochocientos  sesenta  y cinco  millones  de  personas  des- 
nutridas, personas  con  hambre  que  tienen  poco  de  comer.  Al  fin  y al  cabo 
es  la  noción  de  soberanía  alimentaria  la  que  le  da  a los  países  un  arma  en 
sus  manos  para  eliminar  esta  vergüenza.  Sólo  con  eso  pueden  cambiar  el 
llamado  a la  seguridad  alimentaria  en  un  derecho  al  alimento. 

Fome  Zero 

"Lo  que  cultivamos,  en  primer  lugar  lo  comemos  nosotros  mismos.  Lo 
que  no  utilizamos,  lo  vendemos  en  el  mercado.  Hay  una  parte,  azúcar, 
verduras  para  conservar  y frijoles  que  damos  al  programa  de  lucha  con- 
tra el  hambre  Fome  Zero  del  gobierno."  (Isabel  Rüdell,  Brasil) 

Ya  ha  pasado  el  mediodía  cuando  llegamos  donde  Marcelino  Ramos.  En 
una  sala  llena  de  agricultores  entusiastas  y urbanos  pobres,  hay  aplauso. 
El  dirigente  campesino,  Eloir  Grizelli  de  Fetraf,  habla  a los  presentes: 
"Ustedes  reciben  bonos  alimentarios  y deben  firmar  el  recibido."  Una  a 
una,  las  personas  van  al  frente. 


¿QUÉ  DEBE  SUCEDER?  LA  NECESIDAD  DE  LA  SOBERANÍA  AUMENTARIA  | 171 


En  Brasil,  los  agricultores  familiares  quieren  producir  alimento  para  sí 
mismos  y para  el  país  entero.  Pero  no  todos  los  brasileños  pueden  com- 
prar suficiente  comida.  Hasta  cuarenta  millones  de  ellos  sufren  hambre 
o tienen  una  alimentación  desequilibrada.  ¿Cómo  se  juntan  la  oferta  de 
los  agricultores  y la  demanda  de  los  brasileños  desnutridos?  Ya  durante 
algunos  años  emprenden  en  Brasil  un  intento  cautivador  con  Fome  Zero, 
un  programa  del  gobierno  para  erradicar  el  hambre.  El  asunto  es  que  el 
gobierno  ofrece  poder  adquisitivo  a los  pobres  brasileños  en  la  forma  de 
bonos  alimentarios.  Y es  la  agricultura  familiar  en  el  país  la  que  brinda 
el  alimento. 

El  movimiento  agrícola  Fetraf  juega  un  papel  importante  en  Fome 
Zero.  Eso  se  desprende,  entre  otras  cosas,  del  repartimiento  de  los  bonos 
alimentarios  por  parte  del  gobierno  local,  como  aquí  en  Marcelino  Ra- 
mos. El  dirigente  campesino,  Eloir  Grizelli,  explica:  "Estamos  aquí  para 
un  programa  de  compras  alimentarias.  El  gobierno  compra  el  alimento 
para  su  Fome  Zero  directamente  con  nuestros  agricultores.  A través  de 
este  programa  se  reparte  la  comida  entre  las  familias  pobres  en  los  mu- 
nicipios." 

Tanto  los  agricultores  que  brindan  la  comida  como  las  familias  que 
reclaman  los  bonos  alimentarios  están  reunidos  aquí.  Eloir  Grizelli  está 
orgulloso  de  esta  evolución:  "Esta  es  una  gran  victoria  para  nosotros. 
Porque  nosotros,  los  agricultores  familiares,  somos  responsables  por  se- 
tenta por  ciento  de  la  comida  que  está  cada  día  en  la  mesa  de  la  pobla- 
ción brasileña.  Es  sólo  justo  que  el  gobierno  compre  con  la  agricultura 
familiar.  Ahora  debemos  hacer  todo  para  que  este  programa  se  haga  más 
grande".  ¿Quién  contradecirá  a Eloir  Grizelli?  ¿No  es  cierto  que  no  hay 
ningún  país  o gobierno  que  debe  permitir  que  sus  habitantes  se  vayan 
a dormir  cada  día  con  hambre?  Pero  para  erradicar  el  hambre,  es  im- 
portante que  los  gobiernos  dispongan  del  poder  político  para  llevar  una 
política  alimentaria  y agrícola  en  el  interés  de  sus  pueblos...  o sea,  que 
dispongan  de  una  soberanía  alimentaria. 


173 


VI.  ¿Qué  se  puede  hacer?  T omar  todo  en  manos  propias:  producir, 
procesar  y vender 

'Tenemos  dudas  con  el  modelo  agroindustrial.  Y nuestra  alternativa  es 
que  los  agricultores  mismos  organicen  la  producción,  el  procesamiento 
y la  venta.'  (Altemir  Tortelli,  dirigente  agrícola  Fetraf). 

1.  Una  agricultura  viable  no  sólo  apuesta  a la  producción 

Los  agricultores  familiares  - mucho  más  de  mil  millones  - desarrollan 
sus  calidades  por  más  de  una  razón.  Muchas  personas  consideran  im- 
portante producir  su  propia  comida.  Esta  autosuficiencia  es  crucial  para 
poder  vivir  y sobre  todo  para  no  sufrir  hambre.  Gran  parte  de  su  produc- 
ción es  para  la  venta.  Eso  se  puede  hacer  en  el  mismo  patio  o en  merca- 
dos locales,  o se  destina  la  producción  para  el  mercado  nacional.  Algu- 
nos agricultores  familiares  también  trabajan  para  el  mercado  mundial; 
sin  embargo,  es  poco  en  comparación  con  la  producción  para  el  país  o la 
región  propios.  Mundialmente,  los  movimientos  agrícolas  en  gran  medi- 
da quieren  acentuar  más  esta  producción  interna.  De  ahí  la  demanda  de 
soberanía  alimentaria.  No  obstante,  esta  demanda  de  soberanía  podría 
ser  aún  más  importante  debido  a la  situación  económica  poco  envidiable 
a la  cual  han  llegado  los  agricultores.  En  la  parte  IV  dimos  con  el  rastro 
de  esta  situación.  Con  todo  lo  que  emprenden  los  agricultores,  tanto  a la 
hora  de  la  adquisición  de  sus  insumos  como  en  la  venta  de  sus  cosechas, 
rápidamente  chocan  con  las  fronteras  de  su  autonomía.  La  agricultura 
agroindustrial  en  la  cual  cayeron  les  coloca  cada  vez  más  en  situaciones 
en  las  que  se  ven  enfrentados  con  tan  sólo  unos  vendedores  o compra- 
dores, o a veces  hasta  uno  solo.  Se  sienten  víctimas  demasiado  fáciles  de 
estos  oligopolios  o monopolios  que  les  obligan  a contentarse  con  precios 
cada  vez  más  bajos.  De  ahí  las  ambiciones  más  altas  de  muchos  agri- 
cultores y movimientos  agrícolas.  Para  ellos,  una  agricultura  viable  no 


174  | COMPETENCIA  A MUERTE 


apuesta  únicamente  a la  producción.  No,  una  agricultura  viable  también 
transforma  y distribuye  su  propia  distribución.  Eso,  lo  descubriremos  en 
esta  última  parte. 

Romper  los  monopolios,  ¿y  por  qué  no? 

Vivimos  en  un  mundo  que  entrega  unos  miles  de  millones  de  personas 

sin  protección  a la  omnipotencia  de  las  empresas  monopolistas,  bajo  el 

pretexto  que  el  mercado  libre  debe  funcionar. 

Pero  primero  pensemos  en  las  preguntas  que  no  se  hacen  suficientes 
veces,  y mucho  menos  reciben  una  respuesta  satisfactoria.  Porque,  ¿no 
es  cierto  que  una  economía  de  mercado  libre  no  acepta  oligopolios  ni 
monopolios?  ¿No  es  por  eso  que  en  Estados  Unidos,  en  Europa  y en 
otros  lugares  ya  desde  hace  decenas  de  años  existe  una  legislación  anti- 
trust para  garantizar  la  competencia  justa?  ¿Por  qué  fue  justificado  al 
inicio  del  siglo  pasado  sí  accionar  contra  la  dominancia  económica  de  la 
Standard  Oil  Company,  y hoy  en  día  ya  no  se  justifica  tal  acción  contra 
los  casi-monopolios  que  perturban  el  mercado  aún  mucho  más?  ¿Cómo 
es  que  la  Organización  Mundial  del  Comercio  no  se  molesta  por  la  alta 
concentración  de  poder  en  la  economía  alimentaria,  desde  las  empresas 
multinacionales  de  semillas  y pesticidas  hasta  los  gigantes  de  la  distri- 
bución? ¿Acaso  no  son  ellos  quienes  sin  problemas  se  salen  con  lo  suyo 
con  los  gobiernos  y las  administraciones  que  deberían  controlar  si  su 
comportamiento  es  conforme  al  mercado? 

Vivimos  en  un  mundo  el  cual  entrega  unos  miles  de  millones  de  per- 
sonas sin  protección  a la  omnipotencia  de  empresas  monopolistas  bajo 
el  pretexto  que  el  mercado  libre  debe  funcionar.  A la  mayoría  de  las  per- 
sonas les  costará  todo  lo  que  tienen  y muchos  hasta  deberán  pagar  con 
su  muerte. 

Los  partidarios  de  este  tipo  de  'mercado  libre'  a menudo  alegan  que 
la  soberanía  alimentaria  es  inaceptable  porque  perturba  el  mercado.  No 
obstante,  hasta  la  política  más  avanzada  de  soberanía  alimentaria  permi- 
te más  que  Monsanto  o Wal-Mart  que  la  competencia  juegue  en  merca- 
dos libres.  Eso  sí,  ese  mercado  libre  funciona  entonces  en  primer  lugar 
en  mercados  locales  y regionales,  y dentro  de  límites  democráticamente 
fijados. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 175 


Así  que  también  en  el  siglo  veintiuno  no  hay  razón  alguna  para  to- 
lerar un  poder  económico  exagerado,  y menos  aún  para  soportar  una 
perturbación  ilegal  del  mercado.  Cada  gobierno  que  se  respeta  sabe  qué 
tiene  que  hacer:  romper  estos  monopolios  que  destruyen  a tantas  perso- 
nas económicamente  y las  obligan  a destrozar  su  capital  natural  y entre- 
gar todas  las  opciones  para  una  vida  decente. 

Lidiar  con  regresión 

Lo  que  en  el  siglo  pasado  durante  mucho  tiempo  fue  visto  como  total- 
mente normal,  a saber:  el  hacer  los  mercados  lo  más  justos,  abiertos  y li- 
bres posibles,  hoy  día  suena  casi  revolucionario  para  muchas  personas. 

Lo  que  pasa  aquí,  es  regresión.  Nuestras  sociedades  y sus  líderes  polí- 
ticos casi  olvidaron  cómo  nuestra  prosperidad  económica  ha  sido  sacada 
y de  qué  manera  se  han  hecho  nuestros  estados  de  prosperidad.  Han  ol- 
vidado que  una  economía  sólo  puede  funcionar  para  el  interés  de  todos, 
o por  lo  menos  de  la  gran  mayoría  de  las  personas,  si  se  ve  enfrentada 
con  el  contrapoder  de  la  sociedad  y de  la  política  que  la  obliga  a funcio- 
nar así.  Deben  continuar  sobre  la  política  e indicarle  su  responsabilidad. 
Sin  embargo,  es  muy  grande  el  riesgo  que  la  política  les  dé  la  espalda. 

Recuperar  el  poder  de  las  multinacionales 

Es  por  esa  razón  que  también  los  agricultores  quieren  tomar  su  suerte  en 
manos  propias.  Es  por  eso  que  quieren  recuperar  el  poder  económico  de 
las  multinacionales,  porque  así  poco  a poco  van  ganando  autonomía.  Es 
por  eso  que  no  sólo  quieren  trabajar  la  tierra  y producir,  pero  de  ahora 
en  adelante,  en  la  medida  de  lo  posible,  también  quieren  procesar  las 
cosechas  de  esta  tierra,  y encargarse  de  la  venta  y distribución. 


176  | COMPETENCIA  A MUERTE 


2.  Es  bueno  ser  independiente 

Iniciamos  en  el  año  2002,  estábamos  en  el  mercado  en  Erechim  y vimos 
que  nadie  estaba  vendiendo  queso.  Uno  tiene  todo  en  su  propia  mano: 
producir,  procesar  y vender.  Uno  es  independiente,  y eso  es  muy  bueno.' 
(Clairton  Balen,  agricultor  brasileño). 

Nuevamente  estamos  filmando  en  Vale  de  Dourado,  cerca  de  la  ciudad 
Erechim,  en  el  sur  de  Brasil,  no  muy  lejos  de  la  gigantesca  cuadra  de 
pollos  de  Paulo  y Marcia  Balen  (véase  la  historia  acerca  del  tráfico  de 
pollos  en  la  parte  I). 

Clairton  es  el  hermano  de  Paulo.  Él  y su  esposa  Rosangela  estaban 
hartos  de  la  dependencia  en  el  cultivo  de  trigo.  Ya  no  querían  depender, 
como  Paulo  y Marcia,  de  la  agroindustria  dirigida  a la  exportación.  Jun- 
tos eligieron  otro  camino. 

De  la  leche  al  queso.  Crear  una  plusvalía 

"Nunca  teníamos  dinero  para  comprar  algo.  Ahora,  ingresa  dinero  cada 
semana.'  (Rosalenga  Balen,  agricultora  brasileña). 

Así,  nuestra  cámara  filma  a ambos  mientras  están  ordeñando  las  vacas. 
Con  el  carretillo  empujan  los  pesados  cubos  de  leche  hacia  su  granja. 
Pero  la  leche  no  está  recogida.  No,  inclusive  Paulo  con  su  pick-up  reco- 
ge más  leche  de  un  colega  un  poco  más  lejos.  Al  regreso,  Paulo  alza  los 
cubos  para  vaciarlos  en  una  tina  grande.  Es  hora  para  empezar  con  el 
otro  trabajo,  la  producción  de  queso,  un  proceso  de  larga  duración.  'Me 
gusta  eso',  cuenta  Rosangela  un  poco  más  tarde,  mientras  revuelve  la 
leche  para  que  cuaje,  'porque  antes  trabajábamos  en  el  campo  desde  la 
mañana  a la  noche,  bajo  el  sol  hirviendo  en  más  de  30°.  Eso  fue  sufrir,  y 
sin  resultado  alguno.  Nunca  teníamos  dinero  para  comprar  algo.  Ahora, 
ingresa  dinero  cada  semana.' 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 177 


Es  hora  del  desayuno.  Clairton  se  sigue  quejando  del  partido  de  fút- 
bol perdido  ayer,  no  sin  razón  porque  después  de  media  hora  ya  tenían 
3-0  a su  favor.  Hay  risa  cuando  se  nota  que  lo  único  que  no  hay  en  la 
mesa  es  el  queso,  ¿cómo  podían  olvidar  eso?  Después  de  la  comida  re- 
gresamos al  taller,  donde  poco  a poco  la  leche  cambia  a queso. 

'Ahora  lo  estoy  cortando,  lentamente,  hasta  que  todos  sean  peda- 
citos  iguales  del  tamaño  de  un  grano  de  elote  más  o menos.'  Y luego, 
Rosangela  cuenta  el  secreto  de  su  nueva  vida:  'Sabes,  la  leche  es  barata 
pero  cuando  la  procesamos  hacia  queso  podemos  ganarnos  mucho  más. 
Vendemos  este  queso  en  el  mercado  y a través  de  la  cooperativa  Nossa 
Terra.' 

Clairton  añade:  'Si  vendiéramos  la  leche,  nos  dan  máximo  15  a 16 
centavos  de  euro.  Al  procesarla  hacia  queso,  recibimos  casi  30  centavos 
de  euro.  Comparado  con  la  época  que  estábamos  cultivando  trigo,  gana- 
mos ahora  en  tres  meses  lo  que  antes  ganábamos  en  un  año,  y con  un  90 
por  ciento  menos  de  riesgo.' 

La  teoría  dice  que  se  tiene  que  crear  una  plusvalía  para  ganar  mejor. 
Lo  que  aquí  están  haciendo  es  llevar  a la  práctica  la  teoría.  Eso  es  lo  que 
cuenta.  Clairton  me  sorprenderá  más  de  una  vez,  en  primer  lugar  con  su 
visión:  'Ahora  tenemos  la  cadena  entera  en  nuestras  manos.  Producimos 
la  materia  prima,  la  leche,  la  procesamos  y también  nosotros  mismos  la 
mercadeamos.'  Y es  que  su  actitud  de  vida  es  sorprendente  en  un  mun- 
do donde  la  regla  es  en  primer  lugar  que  todo  debe  crecer,  que  siempre 
tiene  que  ser  más.  'Estamos  pensando  expandir  un  poco  hasta  producir 
unos  treinta  kilogramos  de  queso  de  buena  calidad  por  día.  Pero  con  eso, 
basta.' 

El  mercado  de  Erechim:  directamente  del  agricultor  al 
consumidor 

'No  puedes  entender  cuánto  eso  significa  para  nosotros.'  (Clairton  Ba- 
len) 

'Nuestra  mayor  victoria  es  el  mercado  de  Erechim.  Como  pequeños  agri- 
cultores no  podíamos  sobrevivir  con  el  trigo.  Cambiamos  hacia  verduras 
y frutas.  Así  empezamos  a vender  directamente  al  consumidor,  y nues- 
tra vida  ha  mejorado  mucho.  Los  jóvenes  ya  no  tienen  esa  ansia  de  aban- 
donar el  campo'  (Valdecir  Balen,  padre  de  Clairton  y Paulo  Balen). 


178  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  siguiente  mañana  estamos  aún  más  temprano,  mucho  antes  de  que 
salga  el  sol.  Es  día  de  feria  en  Erechom.  Rosangela  y Clairton  pesan  y 
empacan  el  queso.  Todo  se  carga  en  el  pick-up,  junto  con  las  galletas,  el 
pan,  las  nueces  y lo  demás  para  la  venta.  Finalmente,  también  la  balanza 
y la  caja.  Pasamos  por  Valdecir,  el  padre  de  Clairton.  El  y unos  otros 
cargan  su  pequeño  camión  lleno  hasta  el  borde  con  verduras  y frutas. 
Los  agricultores  familiares  tienen  una  oferta  muy  amplia.  Aún  es  muy 
oscuro  cuando  seguimos  para  la  ciudad,  ya  llega  el  abastecimiento. 

En  la  plaza,  a la  par  de  su  tienda  cooperativa  Nossa  Terra,  los  agriculto- 
res montan  sus  toldos.  Dentro  de  la  tienda  se  venden  sus  productos  día 
tras  días,  pero  una  vez  a la  semana  tienen  una  feria  con  todo  lo  que  ofre- 
cen: verduras  y frutas  frescas,  una  mesa  larga  llena  de  botellas  de  vino, 
pan,  galletas,  quesos,  embutidos...  todo  cultivado  de  manera  agroeco- 
lógica.  Clairton  está  en  su  elemento.  Se  le  nota  muy  contento  mientras 
vende  el  queso,  su  propio  queso:  'No  tienes  idea  cuánto  eso  significa 
para  nosotros.  Antes  no  solíamos  tener  dinero  para  ir  a una  fiesta.  Ahora 
a veces  lo  que  nos  falta  es  el  tiempo  para  la  fiesta,  porque  trabajamos 
duramente.  Pero  es  un  trabajo  agradecido.  Cuando  hay  crisis  en  el  mer- 
cado mundial  o en  la  bolsa  de  granos  en  los  Estados  Unidos,  a nosotros 
no  nos  afecta.  Tenemos  nuestros  clientes  aquí  y eso  nos  brinda  satisfac- 
ción.' La  joven  Aliñe  Andreola,  a la  par,  coincide  mientras  empaca  un 
pan  para  otro  cliente  nuevo:  'Queremos  seguir  con  la  feria,  porque  nos 
da  un  ingreso.  Nos  ayuda  enormemente.'  'Uno  ve  muchas  personas  irse 
del  interior  del  país  porque  no  tienen  alternativas',  conmemora  Clairton 
el  pasado  aún  reciente.  'Estábamos  atascados  en  una  agricultura  en  la 
cual  no  teníamos  nada  que  decir,  ni  acerca  de  lo  que  producíamos  ni 
mucho  menos  acerca  de  los  precios.  Y hemos  encontrado  una  solución 
nosotros  mismos.  Es  bueno  poder  vivir  en  el  campo,  ahí  nacimos  y creci- 
mos. Queremos  quedarnos  ahí,  pero  no  podemos  sin  ingresos.'  También 
presente  en  la  feria  está  Altemir  Tortelli,  el  dirigente  agrícola  de  Fetraf, 
que  ya  conocemos  bien:  'Nosotros  siempre  hemos  producido  alimentos, 
pero  los  intermediarios,  los  comerciantes  y las  cadenas  de  supermerca- 
dos solían  quedarse  con  las  ganancias.  Hemos  aprendido  que  ganamos 
más  si  creamos  una  plusvalía  y vendemos  directamente  al  consumidor, 
y si  le  ofrecemos  al  consumidor  un  producto  de  calidad.  Ya  se  ha  hecho 
mucho  progreso.  Para  cadenas  importantes  de  producción,  como  el  caso 
del  queso  y del  vino,  controlamos  el  proceso  entero  con  los  agricultores: 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 179 


la  producción  de  leche  y de  uvas,  el  procesamiento  y la  venta  directa  a 
los  consumidores  y a la  población  urbana.'  Resulta  que  los  clientes  no 
son  pasantes  accidentales  u ocasionales.  Cuando  les  hablamos,  uno  de 
ellos  inmediatamente  elogia  los  bienes  en  su  bolso  de  compras:  'Este  es 
un  pan  casero,  bonito  y rico;  estos  higos  son  una  fruta  excelente,  maíz 
verde,...  el  queso,  delicioso...  huevos  y carne,  también  muy  ricos.  Estos 
productos  naturales  los  compro  para  mi  salud,  porque  me  queda  cerca  a 
la  casa  y porque  son  buenos.  Yo  siempre  compro  aquí.'  'Y  hay  algo  más', 
según  Tortelli.  'Aquí,  el  cliente  no  sólo  ve  el  empaque  pero  también  el  ser 
humano  detrás  del  producto.' 

Somos  nuestro  propio  jefe 

Rosangela  y Clairton  están  entre  los  felices.  Para  ellos,  ya  no  están  los 
golpes  del  mercado  mundial  que  les  afectaban  cuando  aún  vivían  del 
cultivo  de  trigo  y no  tenían  nada  que  decir,  no  acerca  de  su  producción 
y aún  mucho  menos  acerca  del  precio.  'Si  hubiésemos  seguido  haciendo 
eso,'  piensa  Rosangela,  'ya  no  tendríamos  la  granja.'  Y Clairton:  'Hubié- 
ramos perdido  todo  y hubiéramos  ido  a la  ciudad,  sin  saber  qué  hacer. 
Ahora  tenemos  todo  en  nuestras  propias  manos,  nuestras  vacas  produ- 
cen leche,  hacemos  queso  y nosotros  mismos  lo  vendemos,  somos  nues- 
tro propio  jefe  y es  bueno  ser  independiente.'  Ellos  escapan  de  la  sangría 
número  tanto  que  afecta  su  país  hoy  en  día:  ahora  es  la  exportación  de 
las  riquezas  en  soya,  carne  y cultivos  para  la  energía  que  crea  pobreza. 

Crear  la  resistencia,  de  pequeño  a grande 

Siempre  es  fácil  de  burlarse  del  ganadero  lechero  que  hace  y vende  que- 
so como  algo  insignificante  o de  un  mundo  antiguo...  demasiado  fácil. 

Por  supuesto  que  uno  se  puede  hacer  preguntas  pertinentes  y críticas. 
¿La  agricultura  familiar  puede  producir  suficiente?  ¿Qué  pasa  con  las 
muchas  personas  quienes  hasta  en  una  ciudad  bastante  pequeña  como 
Erechim  no  pueden  llegar  a la  feria  o tienda  cooperativa  del  agricultor 
para  hacer  sus  compras?  ¿Cómo  dar  de  comer  a las  grandes  aglomera- 
ciones como  Sao  Paulo  o Rio  de  Janeiro? 

Altemir  Tortelli  ya  tiene  lista  una  primera  respuesta:  'Estos  experimen- 


180  | COMPETENCIA  A MUERTE 


tos  de  pequeñas  cooperaciones,  de  procesamientos  caseros  como  queso, 
carne,  embutidos  y vinos,  juntos  construyen  una  resistencia.  Son  refe- 
rencias que  otras  personas  pueden  llegar  a conocer  y pueden  seguir. 
Con  esta  experiencia,  Fetraf  puede  ayudar  a los  agricultores  brasileños 
y ganar  fuerzas.'  Tortelli  afirma  como  ningún  otro  que  la  lucha  contra  el 
modelo  agroindustrial  durará  mucho  tiempo  aún.  No  obstante,  el  mo- 
vimiento de  los  agricultores  familiares  brasileños  ya  no  es  tan  pequeño, 
ya  está  activo  en  el  campo  de  juego  económico  más  grande.  Cuenta  con 
muchas  cooperativas  pequeñas  y varias  grandes.  Éstas  no  sólo  se  ocupan 
de  la  producción,  muchas  de  ellas  también  procesan  y distribuyen  los 
productos. 

Corlac,  una  fábrica  de  agricultores 

'Este  queso  parmesano  ha  sido  premiado  como  el  segundo  mejor  queso 

del  Brasil'.  Probamos  los  productos  de  Corlac  y debemos  confirmar  que 

el  jurado  tiene  buen  gusto. 

El  movimiento  campesino  del  Sur  de  Brasil  también  juega  un  papel  in- 
dustrial. Su  cooperativa  Corlac  recoge  en  esta  región  200.000  litros  de 
leche  por  día,  y ella  misma  dirige  unas  grandes  fábricas  de  leche.  Frente 
al  muelle  donde  grandes  camiones  cisterna  continuamente  descargan, 
Gervasio  Plucinski  nos  aclara:  'Esta  fábrica  procesa  80.000  litros  de  leche 
por  día.  Recogemos  la  leche  con  60.00  agricultores  familiares'.  Esta  no 
es  una  pequeña  empresa  artesanal,  nos  revela  la  gira.  Y ya  lo  sabíamos 
cuando  vimos  un  camión  de  Corlac  distribuir  leche  a uno  de  los  super- 
mercados en  la  ciudad. 

Muy  interesante  es  la  historia  de  Plucinski  acerca  de  cómo  esta  fábri- 
ca llegó  a manos  de  los  agricultores:  'El  gobierno  quería  privatizar  la  em- 
presa y venderla  a una  multinacional.  Nosotros,  agricultores  familiares, 
nos  organizamos  y retomamos  la  empresa  en  quiebra.  Así  impedimos 
que  otra  empresa  más  cayera  en  manos  de  una  gran  multinacional.  El 
seis  por  ciento  de  la  producción  de  leche  en  Rio  Grande  do  Sul  lo  proce- 
samos nosotros.'  Finalmente  llegamos  a unas  refrigeradoras  en  las  cua- 
les los  productos  de  Corlac  se  exhiben.  Plucinski  está  muy  orgulloso  de 
ellas:  'Hacemos  más  de  diez  tipos  de  queso  y producimos  diversos  tipos 
de  leche  y crema,  en  total  casi  cincuenta  productos.  Es  un  gran  desa- 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 181 


fío  para  seguir  competitivos  en  el  mercado,  sin  expulsar  a los  pequeños 
agricultores'. 

Esta  última  expresión  explica  muy  bien  cuánto  hay  en  juego.  Su  gran 
cooperativa  Corlac  juega  de  lleno  en  el  mercado.  No  obstante,  la  compe- 
tencia es  dura,  y por  consecuencia,  la  lógica  económica  tiene  gran  peso. 

'¿Continuaremos  siendo  competitivos?',  se  pregunta  Plucinski  en  voz 
alta.  ¿Podrá  Corlac  seguir  llevando  los  pequeños  agricultores  familiares 
en  su  historia?  Plucinski  indica  que  una  empresa  como  Nestlé  no  recoge 
la  leche  de  muchos  agricultores  familiares  porque  entregan  cantidades 
demasiado  pequeñas  y no  rentables  según  sus  normas.  'Nosotros  reco- 
gemos un  promedio  de  cuarenta  litros  por  agricultor.  Nestlé  quinientos 
litros'.  En  este  momento,  Corlac  sigue  recogiendo  la  leche  de  sus  miem- 
bros, por  poquita  que  sea. 


182  | COMPETENCIA  A MUERTE 


3.  Lo  que  se  logra  en  Brasil,  se  puede  lograr  en  Europa 
también 

Los  agricultores  y queseros  del  Beemsterpolder 

En  el  año  1999,  el  Beemsterpolder  fue  declarado  Patrimonio  Mundial  por 

la  UNESCO.  Es  de  allá  que  proviene  el  famoso  BeemsterKaas. 

Seiscientos  productores  del  Beemsterpolder  en  Holanda  del  Norte  se 
unieron  en  la  cooperativa  lechera  CONO.  Son  'queseros  desde  1901'.  A 
mitad  de  los  años  noventa  la  venta  se  les  hizo  problemática,  ya  no  logra- 
ban vender  su  producción.  En  vez  de  jugar  con  el  precio  y de  ahogarse 
entre  los  otros  quesos  a granel,  prefirieron  optar  por  llevar  al  mercado 
un  queso  de  calidad,  semiartesanal.  Crean  su  propio  nicho  con  un  mejor 
precio.  El  éxito  aumentó  cuando,  a partir  del  año  2000,  lograron  jugar 
con  su  nombre  de  marca,  BeemsterKaas,  y cuando  en  el  año  2002  tam- 
bién iniciaron  venta  de  quesos  a supermercados.  Llama  la  atención  que 
CONO  hace  acuerdos  estrictos  con  respecto  a un  precio  de  venta  fijo.  En 
otras  palabras:  no  se  permite  el  dumping.  Los  resultados  son  buenos,  así 
lo  leemos  en  el  libro  Nourishing  Networks.  La  cooperativa  puede  pedir 
25%  de  sobreprecio  frente  a quesos  similares  y pagar  a sus  productores 
el  sobreprecio  para  la  leche  en  Países  Bajos.  Resultan  bien  representados 
en  la  junta  directiva.  Y con  el  fin  de  obtener  la  calidad  de  leche  deseada, 
los  productores  hacen  pastar  sus  vacas  de  manera  tradicional,  casi  sin 
maíz.  El  paisaje  sale  beneficiado. 

La  tienda  de  granja  en  Onoz 

Hace  un  tiempo  gris  y hay  nieve  en  el  aire  cuando  nos  dirigimos  a la 
granja  de  cabras  Chévrerie  de  Mielmont  en  Onoz,  un  lugarcito  olvida- 
do por  Dios  en  el  medio  entre  Namur  y Charleroi.  Héléne  Collet  tiene 
visita  de  Awa  Diallo,  la  dirigente  senegalesa  de  las  mujeres  pastoras. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 183 


Estos  contactos  entre  agricultores  y agricultoras  del  mundo  entero  tan 
sólo  unas  pocas  veces  se  hacen  frente  al  ojo  de  la  cámara.  Por  eso,  sus 
esfuerzos  no  reciben  tanta  atención  como  merecen.  Héléne  y su  esposo 
Jean-Jacques,  parecen  tener  todo  en  sus  manos.  Sus  animales  proveen  la 
leche  de  la  cual  ellos  mismos  fabrican  el  queso  de  cabra.  Y todo  eso  tan 
rico  lo  venden  en  su  propia  tienda,  un  amplio  mostrador  ubicado  a un 
lado  de  la  espaciosa  sala.  Las  sesenta  cabras  están  en  un  amplio  establo. 
Más  tarde,  los  animales  recibirán  la  compañía  de  la  generación  más  jo- 
ven, que  ahora  tiene  tan  sólo  catorce  días  y se  encuentra  bajo  la  lámpara. 
Escucho  cómo  Awa  pregunta  si  la  labor  es  rentable.  'Sí',  contesta  Héléne, 
'a  condición  que  uno  procese  la  leche,  no  cuando  simplemente  se  vende. 
Al  procesarla  hasta  queso,  el  valor  de  un  litro  de  leche  aumenta  hasta 
dos  euros.  El  costo  es  cuarenta  centavos.  O sea,  se  crea  un  margen  de  un 
euro  y sesenta  centavos.  Así  ganamos  mucho,  mucho  más.  Pero  por  su- 
puesto se  requiere  mucha  más  energía  que  para  vender  leche,  así  como 
mucho  más  trabajo,  y hay  que  poder  venderlo  todo'. 

Su  tienda  de  granja  está  abierta  todos  los  días.  Entretanto,  pareciera 
que  ya  hicieron  renombre.  Frecuentemente  llegan  clientes  y no  se  van 
para  la  casa  con  tan  solo  un  quesito  de  cabra,  gracias  a la  oferta  variada  y 
aparentemente  también  seductora.  El  éxito  es  tan  grande  que  con  sesenta 
animales  no  tienen  suficiente  queso  para  vender.  El  enfoque  convence 
a Awa  Diallo:  'Manejar  una  granja  de  cabras  es  realmente  fácil  para  las 
mujeres  senegalesas,  y lo  mismo  vale  para  la  preparación  del  queso  y la 
venta  en  la  granja.  Y eso  es  importante'.  No  obstante,  lo  que  la  organiza- 
ción de  Awa  ya  está  realizando  en  Senegal  me  impresiona  aún  más.  Eso 
es  para  más  tarde.  Por  ahora,  nos  quedamos  un  poco  más  en  Europa,  en 
Valonia. 

La  cooperativa  de  los  productos  saludables 

En  la  región  de  Ath,  ya  durante  más  de  treinta  años,  desde  1976,  hay 
agricultores  ocupados  en  cambiar  de  rumbo  agrícola.  Al  inicio  hubo  tan 
sólo  tres.  Actualmente  son  cuarenta  y cinco,  reunidos  en  Agrisain,  lo  que 
significa  Agricultura  Sana.  Productos  saludables,  con  eso  es  que  durante 
todo  este  tiempo  han  querido  hacer  un  puente  hacia  los  consumidores. 
De  ahí  también  el  nombre  de  la  cooperativa  que  lleva  sus  productos  a los 
consumidores,  Coprosain.  Esa  es  la  abreviación  de  Coopérative  de  pro- 


184  | COMPETENCIA  A MUERTE 


duits  sains,  la  cooperativa  de  los  productos  saludables.  En  los  decenios 
pasados,  su  tarjeta  de  visita  fue  primero  una  gallina  de  granja,  luego  la 
carne  certificada  de  res  y aún  más  tarde  el  jamón  Pays  Vert. 

No  ha  sido  fácil  realizar  sus  sueños.  Es  que  esos  sueños  eran  bien  am- 
biciosos: asegurar  productos  naturales  y saludables  de  granja,  cultivados 
en  parte  de  manera  orgánica,  producir  un  alimento  sabroso,  lo  más  cer- 
cano posible  al  consumidor,  la  conservación  de  las  granjas  familiares  pe- 
queñas y de  sus  actividades,  así  como  del  empleo  local  en  estas  granjas  y 
en  el  procesamiento  de  sus  productos,  la  garantía  de  un  paisaje  variado 
con  respeto  para  el  medio  ambiente.  En  breve,  querían  una  agricultura 
sostenible  desde  todos  los  puntos  de  vista.  Utópico,  según  los  escépti- 
cos, léase  no  realista  e imposible  de  lograr.  La  verdad  es  que  en  gran 
medida  llevaron  sus  utopías  a la  práctica.  Juntos  aseguran  ahora  una 
amplia  oferta  de  carnes,  embutidos,  aves,  productos  lácteos,  verduras, 
frutas  y pan.  Llegan  a sus  clientes  a través  de  lo  que  llaman  una  cadena 
medio  corta.  Tienen  tres  tiendas:  en  Ath,  Eigenbrakel  y Mons,  y entregan 
a otras  tiendas,  entre  otras  en  Ukkel.  Sus  cinco  camiones  van  a veintiún 
mercados  en  Hainaut,  Brussel  y Brabante  Valona.  Además,  tienen  un 
restaurante  con  sala  de  banquetes  y un  servicio  de  catering.  Viéndolo 
desde  el  punto  de  vista  social,  hay  cuarenta  y cinco  agricultores  quienes 
sacan  para  su  existencia  de  Agrisain-Coprosain  y otros  cuarenta  y cinco 
trabajadores  quienes  obtienen  su  trabajo  e ingreso  gracias  al  procesa- 
miento y la  venta. 

Agricultor  busca  cliente 

Estamos  filmando  en  el  Swijsenhof,  no  muy  lejos  de  Hasselt.  Es  sobre 
todo  un  retrato  de  una  granja  de  cuidados,  pero  es  imposible  no  verlo. 
Esta  es  una  granja  sumamente  viva.  La  gente  pasa  por  papas  o productos 
lácteos,  y pareciera  que  el  helado  de  granja  es  la  atracción  principal. 

También  en  Flandes  algo  está  ocurriendo.  Muchos  agricultores  venden 
en  la  misma  granja.  Algunas  hasta  adquieren  alguna  fama,  llegan  a ser 
más  o menos  'granjas  de  renombre',  como  la  Dobbelhoeve,  el  Swijsenhof, 
el  Bioschuurke...  Nuestros  agricultores  están  en  ferias  agrícolas  y bioló- 
gicas con  el  fin  de  hacer  clientes  directamente.  En  las  regiones  Hageland 
y Limburgo,  algunas  decenas  de  empresas  venden  en  línea  a través  de 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 185 


su  asociación  Hartenboer.  Se  ha  iniciado  con  la  venta  de  suscripciones 
de  verduras,  ofrecidas  por  agricultores  biológicos;  en  primer  lugar,  en 
Flandes  del  Este. 

En  el  centro  de  Bruselas  se  abrió  a finales  de  mayo  de  2007  por  se- 
gunda vez  Boeregoed  - Cóté  Soleil.  La  primera  vez  no  se  logró,  pero  uno 
aprende  de  sus  errores.  En  sus  tiendas,  los  agricultores  de  la  cooperativa 
Boeregoed  quieren  vender  sus  productos  regionales,  de  granja  y bioló- 
gicos de  la  región  Pajottenland  a los  habitantes  de  Bruselas.  Y se  invita  a 
los  clientes  a juntarse  a la  cooperativa. 

También  los  Voedselteams  (equipos  de  alimentos)  hicieron  su  en- 
trada en  el  paisaje  de  los  consumidores.  Son  más  fuertes  en  Brabante 
flamenco.  Sus  miembros  compran  juntos  las  verduras,  frutas,  productos 
lácteos  o carne,  de  productores  locales. 

Pero,  ¿todo  eso  es  suficiente?  No,  hay  que  hacerlo  aún  mejor. 

50  agricultores  abren  dos  tiendas 

'Vea  aquí  nuestra  tienda  que  abrimos  en  septiembre  de  1998'.  (Yves  Cai- 

llard,  agricultor  francés). 

En  dos  segundos,  Yves  ha  cambiado  de  agricultor  a comerciante. 

Llegamos  al  patio  y descubrimos  a la  izquierda  unos  talleres;  al  lado 
opuesto  la  casa  de  habitación,  al  estilo  de  un  castillo  como  es  el  caso  de 
muchas  casas  en  Francia.  Un  poco  más  tarde,  Marie-Béatrice  Caillard 
nos  lleva  a los  establos  de  gallinas,  más  arriba.  Allí  le  espera  parte  de  su 
trabajo:  'Recojo  más  que  una  vez  por  día  los  huevos  en  nuestra  granja  de 
veinticinco  hectáreas;  se  trata  principalmente  de  gallinas  para  produc- 
ción de  huevos.  Tenemos  dos  mil  quinientas.  Y también  hacemos  jugo 
de  manzanas'. 

Al  regreso  nos  topamos  con  Yves  Caillard  en  una  de  las  dependen- 
cias. Está  colocando  etiquetas  en  botellas,  y nos  cuenta:  'Tenemos  una 
vieja  huerta  y una  nueva.  En  promedio,  hay  una  producción  de  2000 
hasta  3000  litros  de  jugo  de  manzana  cada  año.  Calentamos  el  jugo  hasta 
80°C;  aún  estando  caliente  lo  vertimos  en  botellas  y le  enroscamos  la 
tapa.  Así  hacemos  jugo  de  manzana  en  botellas  de  un  litro.  Tomo  otra 
etiqueta'.  La  cámara  se  enfoca  en  la  misma  y se  lee  Pomme  d'agriculture 
biologique.  'No  obstante,  nuestra  granja  es  demasiado  pequeña',  afir- 
ma Marie-Béatrice.  'Para  poder  vivir  de  la  misma,  hay  que  poder  ven- 


186  | COMPETENCIA  A MUERTE 


der  directamente'.  La  solución  se  encuentra  a sólo  unos  diez  metros. 
Acompañamos  a Yves,  quien  carga  su  recipiente  de  jugo  de  frutas:  'Vea 
aquí  nuestra  tienda,  que  abrimos  en  septiembre  del  1998'.  La  tienda  se 
encuentra  en  un  edificio  renovado  de  la  granja,  y cuenta  con  parqueo 
amplio  para  los  clientes.  En  un  par  de  segundos,  Yves  ha  cambiado  de 
granjero  a comerciante.  Coloca  las  botellas  en  los  estantes  y ya  se  sienta 
detrás  de  la  caja.  Mi  sorpresa  es  bastante  grande.  Eso  no  es  menos  que  un 
departamento  de  víveres  y bebidas  en  un  supermercado  de  los  mejores. 
La  instalación,  iluminación,  el  ambiente,  todo  es  excelente  e impresio- 
nante. Y se  encuentra  de  todo:  verduras,  frutas,  quesos,  embutidos,  pas- 
tas, huevos,  pan,  vino,  jugo  de  frutas,  hasta  productos  de  comercio  justo 
como  café  y chocolate,  y mucho  más.  No  hay  ninguna  diferencia  con  lo 
que  ofrece  un  supermercado.  Ahora  también  Marie-Béatrice  está  en  la 
tienda.  Se  pone  el  delantal  y atiende  en  el  puesto  de  carnes  y quesos. 
Es  sábado  en  la  tarde,  y hay  mucha  gente.  Mientras  tanto,  hace  tiempo 
para  informamos:  'Brin  d'Herbe  es  una  tienda  de  agricultores,  somos 
veinte  productores,  en  total  cincuenta  personas  trabajando  en  las  gran- 
jas, también  agricultores  pequeños  con  productos  de  calidad.  Y juntos, 
como  agricultores,  hemos  instalado  esta  tienda  en  la  granja.  Tenemos  la 
ventaja  que  algunas  granjas  están  cerca  de  Rennes,  la  cual  es  una  ciudad 
bastante  grande.  Abrimos  una  primera  tienda  al  sur  de  la  ciudad,  y hace 
unos  diez  años  también  abrimos  ésta.  Nuestras  ventas  en  las  dos  tiendas 
juntas  ascienden  ya  a más  de  un  millón  de  euros.  Tenemos  alrededor  de 
trescientos  cincuenta  clientes  por  semana  y por  tienda'. 

Yves  hace  una  pausa:  'En  vez  de  confiar  en  la  venta  para  los  comer- 
ciantes o las  cooperativas  grandes,  preferimos  vender  directamente.  Así 
mantenemos  el  valor  añadido  que  en  otros  casos  iría  a los  intermedia- 
rios. Y elegimos  conscientemente  el  concepto  de  estas  tiendas  de  granja. 
Había  como  alternativa  iniciar  un  negocio  en  la  gran  calle  de  comercio 
de  Rennes,  pero  esta  opción  no  ha  sido  elegida.  Queremos  que  nuestros 
clientes  lleguen  a la  granja'. 

Mientras  tanto,  ya  los  consumidores  saben  el  camino  hacia  Brin 
d'Herbe,  eso  es  claro.  Casi  constantemente  llegan  nuevos  visitantes.  A 
veces  noto  que  en  la  caja  hay  una  línea  de  espera  de  tres,  cuatro  o hasta 
cinco  clientes.  Tenemos  unas  conversaciones,  primero  con  un  hombre 
que  gesticula  con  una  lechuga  grande:  'Los  productos  realmente  van  di- 
rectamente del  productor  al  consumidor,  son  productos  frescos,  salimos 
ganando'.  Su  esposa  afirma:  'Mira  qué  lechuga  más  bonita,  eso  no  se 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 187 


encuentra  en  ningún  otro  lugar'.  Otra  mujer  acentúa  otro  punto:  'Son 
productos  naturales.  Como  bien  y saludable,  eso  es  lo  que  más  me  inte- 
resa'. 

Siempre  se  escuchan  los  mismos  argumentos:  la  venta  directa,  la  fres- 
cura, la  calidad,  la  agricultura  ecológicamente  sostenible.  También  a ve- 
ces juega  el  aspecto  social:  'Ya  tengo  mis  verduras  para  la  semana  entera, 
y además  tengo  mi  charlita  con  Marie-Bé'.  Y,  ¿el  precio?  Sí,  a veces  es  un 
poco  más  caro,  lo  saben,  pero  entienden. 

Vender  es  muy  diferente  a producir 

Los  clientes  están  a gusto.  Y para  los  agricultores  de  Brin  d'Herbe  sus 
tiendas  son  una  bendición,  de  eso  Marie-Béatrice  no  deja  ninguna  duda: 
'Hemos  tenido  unos  años  muy  malos  porque  tuvimos  que  vender  nues- 
tros productos  a un  precio  muy  bajo,  siendo  productos  de  calidad.  Des- 
de que  vendemos  directamente  a los  clientes,  nos  levantamos  y vivimos 
mucho  mejor.  Cada  uno/ una  puede  vivir  ahora  de  su  trabajo.  Y para 
uno,  como  persona,  es  mucho  más  enriquecedor'.  Más  agricultores  quie- 
ren juntarse,  pero  Brin  d'Herbe  no  quiere  crecer  tanto  como  para  llegar 
a ser  una  cadena  de  tiendas.  Con  cincuenta  personas  de  veinte  empresas 
agrícolas,  sigue  siendo  manejable. 

Pero  ciertamente,  ¿pueden  otros  agricultores  seguir  el  ejemplo  inspi- 
rador de  Brin  d'Herbe,  sobre  todo  los  cercanos  a las  ciudades  medianas 
y grandes  de  Europa?  ¿Qué  les  detendría?  Por  ahora,  no  pareciera  que 
esté  ocurriendo.  Marie-Béatrice  sugiere  un  posible  impedimento:  'Agri- 
cultores no  son  vendedores.  Requiere  mucha  organización  y también  ha- 
bilidades, que  no  todos  los  agricultores  tienen.  Vender  es  muy  diferente 
a producir  (ríe)'. 


188  | COMPETENCIA  A MUERTE 


4.  África  se  autoalimenta 

Bissap  y jengibre  versus  Coca  Cola 

Un  funeral  de  tres  días  sacó  a nuestra  figura  principal  Nidogou  Fall  por 
un  rato.  Tiempo  para  la  flexibilidad.  Nos  acordamos  de  las  mujeres  que 
venden  jugo  de  frutas  en  una  feria  pequeña  al  lado  del  camino  de  Thies 
a Louga,  en  ruta. 

Su  nombre  es  Amyly  Ndéye,  es  una  de  las  vendedoras  de  las  bolsitas  con 
refresco  frío  en  la  feria.  Nos  hace  magia  con  el  surtimiento  desde  la  caja 
refrigeradora  y da  una  explicación  apropiada:  'Hacemos  jugos  con  base 
de  jengibre,  bissap,  tamarindo,  mango  y melón.  Son  productos  naturales 
locales  que  procesamos.  Una  Coca-Cola  vale  75  centavos,  y este  jugo  con 
nuestros  productos  naturales  vale  15  centavos'.  No  es  que  hay  una  es- 
tampida para  obtener  su  jugo  de  frutas,  pero  la  venta  no  está  mala.  Lás- 
tima por  el  plástico  extra,  ya  ahora  en  la  mitad  de  África  se  nota  por  las 
cantidades  de  bolsas  de  plástico  en  el  paisaje  que  se  está  acercando  a una 
ciudad.  Después  de  la  feria  nos  apresuramos  a Tivaouane  para  filmar  la 
preparación  del  refresco.  Hoy,  la  base  es  jengibre;  ya  el  olor  penetrante 
lo  deja  claro.  Amyly  nuevamente  tiene  la  palabra:  'Aquí  procesamos  los 
productos  que  cultivamos.  Somos  cincuenta,  en  cinco  grupos  de  diez. 
Cada  día  un  grupo  llega  para  hacer  el  trabajo.  Requiere  mucha  labor'.  Lo 
notamos.  Cocinar,  escurrir,  filtrar...  son  tan  sólo  unas  de  las  muchas  ma- 
nipulaciones que  se  siguen  unas  a otras.  Por  la  mitad,  es  tiempo  para  otra 
cosa.  Hay  un  partido  de  fútbol  en  la  ciudad  y un  equipo  de  ventas  sale 
para  allá.  Nosotros  también.  Un  policía  demasiado  diligente  muestra  su 
apatía  con  respecto  a nuestras  filmaciones.  El  pequeño  incidente  se  torna 
agradable  para  las  mujeres  de  Tivaouane  cuando  los  dirigentes  deciden 
promocionar  sus  bebidas  durante  cada  partido. 

Regresamos  a la  fábrica  de  jugos  de  frutas.  Es  hora  de  verter  el  jugo 
fresco  en  las  bolsitas,  de  cerrarlas  y dejar  que  el  jugo  enfríe.  Nuevamente 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 189 


es  una  actividad  muy  intensa,  aún  más  que  unas  horas  antes.  Una  de 
las  mujeres  se  queja:  'Nosotras,  las  mujeres,  no  tenemos  suficiente  tierra 
para  cultivar  bissap  y otros  productos'.  Senegal  no  es  el  único  país  donde 
las  mujeres  deben  luchar  por  sus  derechos.  De  todos  modos,  se  organi- 
zan bien  con  el  fin  de  ser  capaces  para  luchar. 

Pregunto  a Amyly  cuáles  son  los  ingresos  de  su  trabajo:  'Cuando  pro- 
ducimos 1000  litros  por  día,  cada  mujer  gana  22,50  euros  por  mes'.  Tal 
vez  es  difícil  de  creer  para  muchos  lectores,  pero  ese  dinero  hace  mucha 
diferencia. 

Las  mujeres  pastoras  de  Senegal 

Cinco  días  más  tarde  conducimos  nuevamente  a través  de  Tivaouane, 
hacia  el  Norte,  más  allá  de  Louga  hasta  en  Keur  Momar  Sar.  A la  izquier- 
da y a la  derecha  siguen  creciendo  los  rebaños.  En  el  Norte  y el  Este  del 
país,  los  rebaños  son  muy  grandes,  pero  los  ingresos  menores. 

Encontramos  a Awa  Diallo  mientras  está  observando  sus  vacas  leche- 
ras. Está  acompañada  por  Dioumourouk  Ka,  el  presidente  de  la  consulta 
rural  de  esta  región.  Aunque  ocurre  al  inicio  del  presente  libro,  tal  vez 
se  acuerda  cómo  Awa  Diallo  se  quejaba  de  la  importación  de  leche  en 
polvo  en  Senegal,  razón  por  la  que  se  perdieron  decenas  de  miles  de 
empleos.  Awa  dirige  la  organización  de  las  mujeres  pastoras,  que  tiene 
20.000  miembros,  y su  organización  es  miembro  del  movimiento  campe- 
sino senegalés  CNCR.  Más  de  una  vez  se  expresa  de  manera  muy  crítica 
con  respecto  a los  políticos:  'El  gobierno  senegalés  no  tiene  una  política 
para  la  ganadería,  y mientras,  ésta  juega  un  papel  importante  en  nues- 
tra economía  y para  la  seguridad  alimentaria  del  pueblo.  No  logramos 
vender  nuestra  leche.'  Sin  embargo,  se  prevé  una  mejora,  por  ahora  no 
tanto  de  parte  del  gobierno,  sino  de  las  pastoras  quienes  inician  una  con- 
traofensiva. Y eso  le  parece  positivo  a Dioumourouk  Ka:  'Personas  como 
Awa  Diallo  realmente  se  preocupan  por  nuestro  caso.  Ella  organiza  la 
venta  de  la  leche,  y eso  crea  muchas  esperanzas.  No  queremos  seguir 
siendo  pobres  ganaderos  con  ropa  sucia.  Queremos  que  se  diga  de  los 
ganaderos:  ve,  allá  van  los  ricos,  con  un  vehículo  4x4,  con  bonitas  casas 
y bonitas  mujeres'. 


190  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Los  nuevos  quioscos  de  leche  en  Dakar 

'La  leche  es  muy  buena,  me  gusta  más  que  la  leche  que  solía  comprar'. 

(Cliente  de  uno  de  los  quioscos  de  leche  de  las  mujeres  pastoras  senega- 

lesas). 

Las  pastoras  decidieron  tomar  en  manos  propias  el  procesamiento  y la 
venta  de  la  leche.  En  las  barriadas  alejadas  de  Dakar,  por  la  carretera 
grande  hacia  el  interior,  visitamos  su  taller.  El  trabajo  está  en  pleno 
curso.  Para  llevar  todo  por  buen  camino,  buscaron  a Aminata  Diakité 
Gueye,  una  experta.  Acaba  de  colocar  el  termómetro  en  la  leche,  e in- 
dica setenta  grados.  Le  gusta  hablar:  'Aquí  somos  cuatro.  Cuando  llega 
la  leche,  la  filtramos  y pasteurizamos.  Luego  la  enfriamos  e iniciamos 
el  proceso  para  cuajarla.  Producimos  400  a 600  litros  por  día.  Podemos 
llegar  hasta  800  ó 850  litros  por  día.'  Awa  Diallo  está  con  nosotros  y 
tiene  buenas  noticias:  'Está  firmado  el  contrato,  a partir  del  ocho  nos 
entregarán  5.000  litros  por  semana.  Con  eso  podremos  ir  también  a los 
supermercados'. 

Sin  embargo,  estas  mujeres  no  confían  únicamente  en  esos  super- 
mercados, porque  para  la  venta  de  su  leche  cuajada,  las  pastoras  ya 
abrieron  veintiún  quioscos  en  las  calles  de  Dakar.  Awa  nos  lleva  a uno 
de  ellos,  el  cual  tiene  una  ubicación  excelente  en  un  cruce  con  muchos 
paseantes:  'Estamos  obligadas  a colocar  quioscos  para  promover  la 
venta,  para  que  se  conozcan  nuestros  productos  y para  la  promoción, 
porque  con  nuestra  cadena  de  leche  local  tenemos  que  luchar  contra  la 
enorme  importación  de  leche  en  polvo'.  Aquí  también  el  cliente  es  rey, 
y a esta  hora  hay  muchos.  Esperamos  hasta  que  Thioukel  Sow  tenga 
un  tiempito  para  nosotros:  'Nosotras  vendemos  cuscús  con  leche  fres- 
ca. La  gente  compra  aquí  porque  nuestro  quiosco  está  limpio  y bien 
ubicado.  Para  mí  es  un  buen  negocio.  Me  entregan  la  leche  aquí  y de 
inmediato  puedo  empezar  a vender'.  Awa  añade:  'Cada  día  vende  40  a 
50  litros.  También  nosotras,  quienes  entregamos  la  leche,  sabemos  que 
su  negocio  anda  bien  porque  las  ventas  suben  y a veces  nos  llaman  al 
mediodía  para  solicitar  más  leche'.  Está  encantada  con  la  iniciativa  y 
enumera  las  ventajas:  'Con  eso  aumentamos  el  ingreso  de  los  produc- 
tores y luchamos  contra  la  pobreza.  También  crea  trabajo  y un  ingreso 
para  las  vendedoras'. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 191 


África  se  autoalimenta 

No  se  puede  prever  si  en  algún  momento  la  imagen  logrará  ser  vista  en 
nuestro  documental,  pero  es  demasiado  bonita  para  no  filmarla.  Awa 
Diallo  en  un  traje  precioso,  con  auriculares  chateando  por  Skype  con 
Anne-Laure  en  Bruselas  acerca  de  lo  que  traerá  el  futuro  cercano:  'El 
viernes  es  nuestro  gran  día  de  mujeres,  África  se  autoalimenta.  Invita- 
mos a todas  las  autoridades,  los  ministros,  el  parlamento  y las  ONGs'. 

'Debemos  consumir  localmente,  debemos  comer  productos  senegaleses. 
.(Awa  Diallo,  dirigente  de  las  mujeres  pastoras  CNCR) 

Llegado  el  gran  día,  encontramos  a Awa  Diallo  en  la  mañana  mien- 
tras está  alistando  sillas.  Trabaja  y dirige:  '¿Ya  las  sillas  de  la  sala  de 
reuniones  están  todas  afuera?  Eso  no  basta'.  Unas  calles  más  allá,  en  el 
barrio  Grand  Dakar,  un  grupo  de  mujeres  está  muy  ocupada  con  la  pre- 
paración de  una  exquisita  receta  de  pescado.  Una  de  ellas  es  Mamelissa 
Niang:  'Esta  es  nuestra  contribución  a 'Africa  se  autoalimenta'  para  de- 
mostrar cuán  diversa  es  la  cocina  senegalesa.  Las  cebollas  son  de  aquí, 
el  pescado  se  cazó  aquí,  el  aceite  viene  de  la  fábrica  local,  todo  viene  de 
aquí.  Así  podemos  conquistar  nuestra  soberanía  alimentaria'. 

Cuando  todo  está  listo,  las  mujeres  lo  llevan  a la  fiesta.  Allá  llegan 
aún  más  mujeres,  con  sartenes,  ollas,  platos,  todos  llenos  hasta  no  poder 
más  y cubiertos  con  paños  o papel  aluminio.  Sabemos  que  es  comida, 
pero  ¿qué  comida?  Debemos  adivinar.  También  los  invitados  llegaron, 
no  hay  ni  una  silla  desocupada.  'Les  saludo  a todos  personalmente.  Áfri- 
ca se  autoalimenta  ha  sido  iniciada  por  nuestra  organización  cúpula  de 
África  del  Oeste  ROPPA.  Queremos  hacer  publicidad  para  los  productos 
alimentarios  que  nosotros  producimos  en  nuestra  tierra.  Queremos  que 
los  senegaleses  coman  lo  que  los  agricultores  cultiven  y produzcan.  Hay 
suficiente  tierra  para  alimentarnos,  pero  notamos  que  las  costumbres  ali- 
mentarias han  cambiado  mucho  por  la  importación  de  alimentos  desde 
los  países  del  occidente.  Ustedes  saben  que  sus  agricultores  reciben  sub- 
sidios. Por  eso  es  que  sus  productos  llegan  aquí  baratos.  En  este  pobre 
país,  nuestra  gente  tiene  poco  poder  adquisitivo  y por  eso  compran  en 
primer  lugar  estos  productos  importados.  Pero  nosotros  queremos  que 
lo  que  produzcamos  también  sea  consumido  por  los  senegaleses.  Esto  es 
posible.  Todos  sabemos  cuán  duro  es  para  nosotras,  las  mujeres;  traba- 
jamos para  eso'. 


192  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Ha  llegado  el  momento  para  revelar  lo  que  todos  estos  paños  escon- 
den. Riendo,  Awa  dice:  'Esto  es  arroz  con  pescado  y tomate'.  Parece  que 
hay  más  de  cuarenta  platos  diferentes,  uno  aún  más  delicioso  que  el  otro. 
El  banquete  empieza.  Con  una  buena  comida,  hay  que  tener  una  buena 
conversación:  'Hay  millones  de  hectáreas  de  tierra  que  podemos  cultivar, 
pero  lastimosamente  los  agricultores  no  tienen  los  recursos  para  utilizar 
toda  esta  tierra,  por  falta  de  una  buena  política  agrícola'.  Y Awa  acentúa: 
Son  nuestros  representantes  quienes  no  consideran  a los  agricultores  y 
sus  organizaciones,  mientras  uno  no  puede  tener  agricultura  sin  agri- 
cultores. Deben  darnos  las  mismas  oportunidades  que  a los  agricultores 
del  Norte,  deben  proteger  nuestros  mercados.  Y en  un  día  como  éste, 
con  nuestra  campaña  'Africa  se  Autoalimenta',  promovemos  nuestros 
alimentos  locales  y esperamos  cambiar  los  hábitos  alimentarios.  Han 
escuchado  al  representante  del  gobierno:  solicita  tener  un  día  así  en  el 
parlamento  y de  involucrar  el  gobierno  entero.  'Sé  que  si  seguimos,  real- 
mente podremos  influir  al  gobierno'. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 193 


5.  El  camino  de  la  cadena  corta,  un  camino  largo 

Una  agricultura  viable  produce,  procesa  y también  distribuye  sus  pro- 
ductos. 

Si  se  trata  de  mercados,  tiendas  y fábricas  cooperativas  brasileñas,  las 
tiendas  de  granja,  pedidos  de  verduras  y las  tiendas  agrícolas  europeas, 
los  quioscos  de  leche  y la  venta  de  jugos  de  frutas  en  Senegal  o de  tantas 
otras  iniciativas  agrícolas  en  el  mundo  entero,  todas  tienen  mucho  en 
común. 

Crear  y retener  plusvalía 

Cada  vez  se  trata  de  que  estos  agricultores  no  quieren  limitarse  a la  sim- 
ple producción  de  materia  prima,  sean  granos,  leche,  frutas  o gallinas. 
Ellos  mismos  quieren  procesar  los  frutos  de  su  labor,  hacia  queso,  jugo 
de  frutas,  pan  y vino.  O quieren  vender  estos  frutos  directamente  a los 
consumidores.  Si  fuera  posible,  quieren  tomar  en  manos  propias  ambas 
cosas,  tanto  el  procesamiento  como  la  venta.  De  esa  manera,  ellos  mis- 
mos crean  - en  términos  económicos  - una  plusvalía  que  también  pue- 
den guardar.  Porque  la  intención  es  siempre  la  misma:  ganar  un  ingreso 
mejor  y estar  más  seguros  con  respecto  a este  ingreso. 

La  cadena  (más)  corta 

Quien  compra  en  el  supermercado  yogurt  de  granos  o una  comida  pre- 
parada, no  piensa  en  la  cantidad  de  eslabones  por  las  que  ha  pasado 
dicha  compra:  agricultores,  transportistas,  compradores,  distribuidores, 
la  industria  alimentaria,  supermercados...  la  cadena  es  larga. 

Los  agricultores,  que  también  transforman  y distribuyen,  quieren  salvar 
lo  más  rápido  posible  la  distancia  entre  la  producción  del  alimento  y las 


194  | COMPETENCIA  A MUERTE 


personas  que  necesitan  alimentarse.  Quieren  hacer  la  cadena  alimenta- 
ria lo  más  corta  posible.  Y obviamente,  la  cadena  más  corta  es  aquella 
donde  el  agricultor  vende  directamente  al  consumidor,  cuando  hay  una 
relación  directa  entre  agricultor  y consumidor.  De  esa  manera  evitamos 
que  las  ganancias  que  produce  su  trabajo  vayan  a fluir  hacia  todo  tipo 
de  intermediarios  y que  a ellos  les  lleguen  tan  sólo  las  migajas  o sean 
empujados  a un  lado  de  la  riqueza. 

Inclusive  un  precio  justo  y una  venta  garantizada 

'La  carne  de  cerdo  que  les  vendo,  me  gano  tres  veces  más  que  si  esa  carne 
termina  en  el  supermercado'.  (Agricultor  de  Brabante  flamenco  en  con- 
versación con  un  miembro  de  un  Voedselteam  (equipo  de  alimentos)) 

En  una  relación  directa  entre  agricultores  y consumidores,  los  primeros 
pueden  ganarse  un  precio  justo.  Esto  basta  para  cubrir  sus  gastos  y poder 
vivir  decentemente.  Precisamente,  por  la  eliminación  de  los  eslabones  in- 
termedios, que  ahora  casi  viven  como  parásitos  del  trabajo  de  los  agricul- 
tores, no  debe  costarle  más  al  consumidor.  Y cuando  hay  diferencias  de 
precios,  tienen  que  ver  en  primer  lugar  con  diferencias  de  calidad. 

Muy  importante  en  la  cadena  corta  es  que  el  agricultor  tenga  en  gran 
medida  asegurada  la  venta.  Él  o ella  puede  hacer  una  buena  estimación  de 
lo  que  reportarían  las  ventas  en  la  feria,  a través  de  pedidos  de  verduras  o 
tiendas  agrícolas.  Lo  mismo  ocurre  con  la  venta  a la  cooperativa  propia. 

Recobrar  el  poder  de  las  multinacionales  de  alimentos 

Sobre  todo  las  personas  que  viven  en  países  ricos,  en  un  ambiente  pro- 
tegido, no  se  dan  cuenta  cuán  despiadado  es  el  juego  del  mercado  para 
los  agricultores. 

Igual  de  cómo  se  ve,  los  agricultores  llegan  al  mercado  con  su  produc- 
ción, sea  local  o mundial.  Ahí  generalmente  están  a merced  de  las  multi- 
nacionales demasiado  dominantes:  al  que  es  pequeño  y carece  de  poder 
económico  se  le  abusa  por  parte  del  que  sí  tiene  ese  poder.  Ellos  trabajan 
duro  y esperan  tener  gobiernos  inteligentes  que  lleven  una  política  de 
soberanía  alimentaria  con  protección  del  mercado,  control  de  la  oferta  y 
precios  viables. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 195 


O sea,  se  trata  de  poder.  Y por  eso,  los  agricultores  pueden  hacer  más. 
Entre  más  corta  logren  hacer  la  cadena  hacia  el  consumidor,  más  poder 
económico  recuperan  de  las  multinacionales  alimentarias.  Con  cada  bol- 
sa de  semillas  que  ellos  mismos  producen,  con  cada  camión  de  leche 
que  ellos  mismos  procesan,  con  cada  verdura  que  venden  ellos  mismos, 
disminuyen  el  terreno  de  los  grandes  actores  monopolísticos  económi- 
cos. Y cada  vez  obtienen  más  autonomía  y refuerzan  su  agarre  sobre  su 
existencia.  Con  sus  propias  cooperativas  de  semillas  y sus  propias  coo- 
perativas de  producción  que  distribuyen  a los  supermercados,  y con  sus 
tiendas  y canales  de  distribución  propios,  disminuyen  la  omnipotencia 
de  la  agroindustria  y la  distribución  mayorista,  y los  obligan  a tomarles 
más  en  cuenta.  Además,  amplían  sus  alternativas. 

Un  camino  (muy)  largo 

¿Estamos  soñando  ahora?  Tal  vez  un  poco,  y a la  vez  no. 

Por  supuesto  que  hay  muchas  razones  para  ser  escépticos  acerca  de  la 
vitalidad  de  una  agricultura  productiva  que  también  transforma  y distri- 
buye. Por  supuesto,  una  cadena  (más)  corta  no  es  evidente.  A menudo, 
con  la  venta  en  las  granjas,  la  oferta  ,es  demasiado  limitada.  No  toda 
persona  va  a una  feria  del  agricultor.  Los  pedidos  de  verduras  requieren 
consumidores  conscientes.  Por  ahora,  las  tiendas  en  manos  de  agriculto- 
res son  excepciones.  Las  cooperativas  a menudo  tienen  muchas  dificul- 
tades para  llegar  a los  consumidores.  Cuando  se  trata  del  procesamiento, 
la  agricultura  aún  no  es  lo  suficientemente  representativa.  Su  posición 
de  negociación  con  respecto  a la  agroindustria  y la  distribución  mayoris- 
ta es  demasiado  débil,  pero  ¿qué  más  se  puede  esperar?  ¿Acaso  ya  olvi- 
damos que  hablamos,  con  razón,  de  potentados  de  insumos  y gigantes 
de  beneficios?  Es  difícil  de  escapar  de  un  agarre  tan  poderoso  en  un  dos 
por  tres.  La  construcción  de  un  contrapoder  requiere  tiempo  y bajo  estas 
circunstancias  necesariamente  va  a un  paso  difícil. 

El  poder  de  una  alternativa  económica  digna 

'Es  imprevisible  cuándo  se  suprimiría  el  otro  modelo.  Soñamos  con  una 

agricultura  diferente  y este  sueño  nos  incita  a la  acción'.  (Altemir  Torte- 

lli,  dirigente  campesino  brasileño) 


196  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  alternativa  de  un  método  de  producción  - desde  la  producción  has- 
ta la  distribución  - que  se  apoya  principalmente  en  la  cadena  corta  y 
que  está  en  gran  medida  en  manos  de  los  agricultores,  encuentra  mu- 
cho escepticismo,  y a veces  hasta  reacciones  piadosas.  Y a veces  se  usa 
el  cliché,  muy  previsible  por  cierto,  de  los  calcetines  de  lana  de  cabra, 
o se  dice  que  el  grado  (de  pequeñez  es  hermoso)  es  demasiado  alto. 
Esta  crítica  - en  realidad  no  es  más  que  charla  de  bar  - no  es  justificada. 
Es  molesto  que  algunos  en  las  grandes  organizaciones  de  desarrollo 
cultiven  estas  charlas  y que  ellos  mismos  no  lleguen  a un  análisis  más 
profundo  de  que  los  subsidios  agrícolas  de  la  Unión  Europea  y de  los 
Estados  Unidos  dañan  a los  pequeños  agricultores  en  el  Sur.  Entre  tan- 
to sabemos,  junto  con  los  agricultores  del  mundo  entero  y con  muchas 
otras  organizaciones  de  desarrollo,  que  las  causas  son  más  profundas. 
Sabemos  que  la  eliminación  de  los  subsidios  a la  exportación  efectiva- 
mente es  necesaria,  pero  que  no  es  suficiente  para  realizar  una  agri- 
cultura sostenible  y viable.  Está  la  simple  constatación  que  la  vía  de 
la  agroindustria  y de  la  distribución  mayorista  no  tiene  salida,  ni  para 
los  agricultores,  ni  para  los  hambrientos,  ni  para  el  medio  ambiente,  ni 
para  los  consumidores,  ni  para  los  derechos  de  los  seres  humanos,  ni 
para  su  autonomía,  ni  para  su  democracia.  El  enfoque  actual  debilita, 
en  todas  partes,  una  agricultura  viable  así  como  el  desarrollo  de  socie- 
dades prósperas.  Si  el  método  de  producción  es  malo  y hasta  destruc- 
tivo, hay  que  considerar  las  alternativas,  desde  locales  hasta  globales. 
Los  escépticos,  quienes  prefieren  considerarse  realistas,  no  tienen  mu- 
cho que  ofrecer.  Nunca  participo  en  una  declaración  de  santidad  de 
movimientos.  No  obstante,  hay  que  decirlo:  el  movimiento  campesino 
mundial  ha  crecido  mucho.  Ya  ahora  se  nota  que  las  alternativas  no  se 
limitan  a actividades  a pequeña  escala  y a nivel  micro.  Hay  de  esas, 
descubrimos  muchos  en  este  libro  y son  muy  necesarias.  Pero  com- 
plementariamente vimos  también  las  iniciativas  económicas  a mayor 
escala.  Y se  puede  lograr  mucho  más,  aunque  los  consumidores,  las 
sociedades  y sus  políticos  deberán  dar  un  empujoncito  en  buena  di- 
rección. Tengo  intriga  de  saber  cómo  se  puede  reproducir  las  ferias  del 
agricultor  a nivel  regional  - en  el  orden  del  tamaño  de  Europa  o Améri- 
ca del  Sur  - a la  supuesta  pequeña  escala  irrelevante.  Lo  mismo  se  hace 
con  movimientos  cooperativos  fuertes  con  un  gran  peso  económico  y 
con  precios  viables  para  1,35  mil  millones  de  agricultores,  con  reservas 
alimentarias  para  todas  las  personas,  con  el  rompimiento  de  monopo- 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 197 


líos  y con  una  cadena  corta  que  prevé  alimento  hasta  en  las  ciudades 
más  grandes  de  este  mundo  y a todas  las  personas  hambrientas. 

Y sí,  obviamente,  buena  parte  de  eso  es  (pequeño  es  hermoso)  porque 
la  descentralización  y la  autosuficiencia  efectivamente  ayudan  a brindar 
respuestas  a los  problemas  grandes  y hasta  mundiales.  A veces  hay  que 
leer  un  libro  para  comprender  bien  el  título*.  Si  (y  cuándo)  las  alterna- 
tivas de  la  cadena  corta  y la  soberanía  alimentaria  alguna  vez  lleguen  a 
despegar,  esto  queda  por  verse. 

En  un  precioso  ambiente  montañoso  vemos  debajo  de  nosotros  los 
enormes  establos  de  pollos  que  nos  recuerdan  que  hasta  aquí  se  extienden 
los  tentáculos  de  la  agroindustria.  Cuando  Altemir  Tortelli,  el  dirigente 
campesino  brasileño,  mira  hacia  el  futuro,  muy  acertadamente  dibuja 
una  perspectiva  amplísima:  'No  se  puede  prever  cuándo  se  suprimiría 
el  otro  modelo".  Soñamos  con  una  agricultura  diferente  y este  sueño  nos 
lleva  a la  acción.  Cada  día  nos  acercamos  más  a un  nuevo  modelo.  Esto 
va  mejor  con  gobiernos  buenos.  Pero  no  son  ellos  solos  quienes  hacen  la 
diferencia.  Nosotros  también  debemos  seguir  haciendo  nuestro  trabajo  y 
aprender  de  nuestras  experiencias.  Los  signos  de  saturación  del  modelo 
económico  tradicional  son  muy  claros.  Está  el  calentamiento,  la  conta- 
minación, la  deforestación,  el  hambre:  este  modelo  ha  causado  todo  eso. 
Así  que  se  necesita  un  modelo  diferente  y un  cambio  rápido. 

En  tanto  los  agricultores  pensemos  en  alternativas  y tomemos  accio- 
nes, tanto  localmente  como  mundialmente,  mejor  podremos  resistir  el 
modelo  actual,  podremos  luchar  contra  él  y podremos  construir  un  mo- 
delo diferente  a mediano  y largo  plazo. 


* Por  otra  parte,  Schumacher  en  su  libro  Small  is  beautiful  (pequeño  es  hermoso)  acentúa 
que  la  sociedad  humana  necesita  tanto  estructuras  pequeñas  como  grandes.  No  obs- 
tante, cuando  se  idolatra  a lo  grande,  se  necesita  acentuar  las  calidades  de  la  pequeña 
escala  - donde  es  debido  (y  viceversa). 


198  | COMPETENCIA  A MUERTE 


6.  La  vía  cooperativa  (reinventada) 

En  primera  instancia,  los  agricultores  deben  contar  con  su  propia  fuerza 
para  recuperar  su  autonomía  y su  seguridad.  Antiguas  y nuevas  coopera- 
tivas pueden  ayudar.  Desde  hace  mucho  tiempo,  esta  forma  de  coopera- 
ción ha  sido  fuerte  dentro  de  los  movimeintos  campesinos. 

El  comité  de  crédito  de  Méckhé 

'Probablemente  no  le  darán  un  préstamo  nuevo,  ya  que  no  reembolsó  a 
tiempo'. 

Más  o menos  en  cualquier  lugar  del  mundo,  los  agricultores  colaboran 
para  invertir  en  su  futuro,  lo  mismo  que  en  Senegal.  Veamos  por  ejemplo 
a la  cocina  interna  del  grupo  agrícola  de  Méckhé.  Ya  están  muy  ocu- 
pados preparando  el  comité  de  crédito.  El  presidente,  Falilou  Diagne, 
explica:  'Actualmente,  los  miembros  pasan  sus  solicitudes.  Aquí  en  la 
pizarra  está  la  lista  con  los  nombres,  cuentas  bancarias,  el  monto  ya  aho- 
rrado y la  suma  deseada'.  Alguien  entra.  Viene  a reembolsar  su  présta- 
mo y solicita  un  crédito  nuevo.  Reflexiono  que  tal  vez  hay  insuficientes 
recursos  y que  por  consecuencia  deben  hacer  elecciones,  pero  ¿cuáles 
criterios  manejan?  'Dividimos  el  crédito  disponible  en  primer  lugar  se- 
gún lo  que  los  solicitantes  han  ahorrado.  No  obstante,  también  hay  otras 
consideraciones.'  Entre  tanto,  Falilou  Diagne  ha  dirigido  su  mirada  hacia 
la  pizarra:  'Mira,  esta  solicitud.  Probablemente  esta  vez  no  le  darán  un 
crédito  porque  no  reembolsó  el  anterior  a tiempo'. 

Muchas  cooperativas  hacen  que  la  vida  campesina  sea  tolerable 

Así,  el  creciente  movimiento  campesino  se  extiende  en  Brasil.  No  están 
únicamente  las  cooperativas  pequeñas  y grandes  para  el  procesamiento 
y el  mercadeo.  También  hay  una  para  llevar  la  corriente  eléctrica  a las 
granjas  lejanas.  Y tiene  a Cresol,  una  cooperativa  de  crédito,  en  sus  filas. 


¿QUÉ  SE  PUEOE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 199 


Su  rótulo  se  ve  casi  en  cada  ciudad.  Para  quien  quiere  erigir  una  econo- 
mía diferente,  el  dinero  es  importante.  Hay  que  poder  invertir  con  tal  de 
poder  cosechar  después,  en  este  caso  tanto  figurativamente  como  lite- 
ralmente. Y entonces  es  una  suerte  que  los  agricultores  puedan  prestar 
dinero  de  una  cooperativa  de  crédito. 

Tenemos  cita  con  los  dos  hermanos  Balen,  Clairton  del  queso  artesa- 
nal  y Paulo  de  los  pollos  industriales.  En  la  ventanilla,  se  ve  que  Clairton 
lleva  bastante  dinero  consigo:  Tuse  el  dinero  de  la  feria  en  la  cuenta, 
porque  la  feria  del  sábado  ha  sido  buena'.  Eso,  lo  hemos  notado  también 
nosotros.  O sea,  ya  ha  digerido  las  inversiones  en  su  fábrica  de  queso. 
Su  traspaso  a la  cadena  corta  ya  se  hizo  y ahora  está  cosechando  los  fru- 
tos. Veo  que  Paulo  apunta  una  cifra  durante  su  conversación.  Cuando  le 
entrevistamos,  rápidamente  vemos  el  significado:  'Llegué  a ver  la  parte 
de  un  préstamo  que  tengo  que  reembolsar,  545  euros,  para  preparar- 
me para  conseguir  el  dinero'.  Ay,  esa  es  la  depreciación  de  sus  inversio- 
nes de  los  pollos.  Estar  atascado  así  a la  industria  de  exportación  cuesta 
dinero,  y los  ingresos  no  están  seguros.  Si  Paulo  quiere  romper  con  la 
agroindustria  y pasar,  como  su  hermano,  a la  producción  para  el  merca- 
do brasileño,  deberá  pedir  prestado  otra  vez.  Afortunadamente,  eso  no 
es  imposible  y puede  tocar  las  puertas  de  Cresol.  El  jefe  de  la  oficina  en 
Erechim  se  llama  Antenor  Pertille.  Conoce  el  lado  fuerte  de  Cresol:  'La 
cooperativa  de  crédito  está  para  apoyar  a los  agricultores  familiares  con 
préstamos  para  las  inversiones  empresariales  o para  la  construcción  de 
casas  en  el  campo.  Nosotros  ofrecemos  a los  campesinos  también  una 
cuenta  bancaria.  Esa  es  una  gran  diferencia,  porque  antes  un  agricultor 
no  tenía  acceso  a otros  bancos.  Y para  nuestros,  agricultores,  la  cuenta 
bancaria  no  tiene  cargo'. 

La  escala  económica  de  las  cooperativas 

Los  agricultores  brasileños  como  tantos  otros  son  muy  emprendedores. 
Sus  actividades  son  muy  diversas  y van  de  escala  pequeña  hasta  grande. 
Lo  mismo  vale  para  sus  muchas  cooperativas  - y eso  no  es  sorprendente. 
En  el  ambiente  hostil  en  el  que  los  campesinos  deben  operar,  es  impor- 
tante disponer  de  herramientas  adecuadas.  Su  vida  depende  de  ellas. 
Eso  mismo,  lo  saben  también  en  Flandes.  En  el  año  2002,  los  agriculto- 
res productores  de  leche  biológica  entran  en  crisis,  ya  no  se  recoge.  Su 
respuesta:  constituir  una  cooperativa,  Biomelk  Vlaanderen.  No  obstante, 


200  | COMPETENCIA  A MUERTE 


eso  aún  no  garantiza  el  éxito.  En  el  libro  Nourishing  Networks,  Lieve 
Vercauteren  escribe  acerca  del  periodo  inicial  de  la  cooperativa:  'No  es 
suficiente  la  leche  mejor  pagada  que  se  vende  en  el  circuito  biológico, 
por  tanto  el  ingreso  para  los  agricultores  no  es  lo  suficientemente  alto. 
Con  25  empresas,  la  cooperativa  es  demasiado  pequeña,  tiene  una  po- 
sición débil  en  el  mercado  y carece  de  poder  de  negociación.  Aunque 
muchos  consumidores  estarían  dispuestos  a pagar  más  por  tener  leche 
de  su  propia  región,  Biomelk  Vlaanderen  no  logra  diferenciarse  con  su 
producto  regional  de  la  leche  biológica  de  importación.  También  es  de- 
masiado pequeña  para  encargarse  del  procesamiento.  La  mantequilla  y 
el  queso  Gouda,  que  son  llevados  al  mercado  bajo  una  marca  propia,  no 
tienen  mucho  éxito.  No  logran  organizar  bien  la  venta.  La  cooperación 
quiere  llegar  directamente  a los  consumidores,  pero  no  lo  logra.  Un  pun- 
to luminoso  comercial  es  la  colaboración  con  Oxfam  tiendas  del  mundo, 
la  cual  resulta  en  una  leche  de  chocolate  de  comercio  justo,  lo  cual  no  es 
tan  importante  desde  el  punto  de  vista  de  ventas  pero  sí  es  una  bonita 
promoción'. 

Biomelk  Vlaanderen  no  es  un  fracaso.  Si  se  quita  esta  cooperativa, 
está  terminada  la  leche  biológica  en  Flandes.  Pero  las  lecciones  son  cla- 
ras. Por  ahora,  se  trata  de  llegar  a ser  lo  suficientemente  grande  y ade- 
más de  hacer  elecciones  acertadas  con  respecto  a productos  y canales  de 
venta.  También  la  agricultura  puede  ser  un  sector  económico  de  cambios 
rápidos,  lo  prueba  lo  siguiente.  En  Gran  Bretaña  hubo  una  falta  de  leche 
biológica,  por  lo  que,  actualmente,  Biomelk  Vlaanderen  puede  vender 
su  producción  completa  a mejores  precios.  No  obstante,  nada  es  seguro 
en  este  mercado  europeo  de  exportación.  Muchos  agricultores  británicos 
están  pasándose  a la  agricultura  biológica  y,  en  algunos  años,  la  exporta- 
ción puede  paralizarse  nuevamente. 

Milcobel  es  una  gran  cooperativa  de  leche,  de  unos  miles  de  lecheros 
ubicados  en  Kallo  en  Flandes.  Compra  su  leche  y la  transporta.  Y sobre 
todo,  debe  desarrollar  actividades  que  garanticen  una  venta  sostenible 
así  como  un  precio  de  leche  justo.  Para  este  ñn,  dispone  de  cuatro  em- 
presas operativas  y establecimientos  de  producción  en  ocho  lugares  en 
Bélgica,  Francia  y Países  Bajos.  Belgomilk  produce  queso,  mantequilla, 
crema  y leche  en  polvo.  Para  la  leche  de  consumo,  y productos  relacio- 
nados está  Inza.  Jan  Dupont  SA  se  encarga  del  comercio,  empaque  y 
el  corte  de  quesos.  Y el  helado  es  la  especialidad  de  Ysco.  En  el  sitio 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 201 


web,  Ysco  se  presenta  como  un  grupo  europeo  prominente  en  cuanto  a la 
producción  de  productos  de  helados.  Eso  tiene  una  historia  interesante. 
Ysco  tiene  sus  marcas  propias,  distribuye  a cocinas,  hoteles  y restauran- 
tes, y desarrolla  también  productos  para  otras  marcas.  Con  esa  última 
producción,  Ysco  asume  un  veinte  por  ciento  del  mercado  europeo,  bien 
para  el  liderazgo  del  mercado  europeo  o sea,  nada  malo.  Este  liderazgo 
del  mercado  no  es  una  coincidencia,  aprendemos  en  una  conversación 
con  Dirk  Maes,  un  agricultor  que  forma  parte  de  la  junta  directiva:  'Con 
Milcobel  definitivamente  queríamos  ser  los  más  grandes  productores 
europeos  en  cuanto  a helados,  con  tal  de  adquirir  poder  de  negociación 
con  respecto  a Carre  Four'. 

En  otras  palabras,  nos  topamos  con  una  verdad  conocida:  Se  debe  a 
la  distribución.  Así  como  las  otras  empresas  de  procesamiento,  también 
la  cooperativa  Milcobel  debe  confrontarse  con  el  poder  de  los  grandes 
distribuidores.  De  éstos,  les  encontramos  el  rastro  en  el  capítulo  siete 
de  la  parte  cuatro.  Si  uno  como  cooperativa  no  puede  distribuir  y llegar 
al  consumidor,  debe  crecer  para  intentar  eliminar  el  desequilibrio  en  la 
mesa  de  negociaciones  o por  lo  menos  no  permitir  que  crezca.  Lo  que, 
sin  duda,  interesa  a los  miembros  de  Milcobel,  es  el  precio  de  la  leche 
que  reciben  de  su  cooperativa.  Una  comparación  con  algunas  empresas 
en  otros  países  europeos  nos  enseña  que  no  les  va  tan  mal.  Milcobel  ano- 
ta cinco  por  ciento  mejor  que  el  promedio. 

¿De  quién  son  las  cooperativas? 

Unos  capítulos  antes,  titulamos:  'Lo  que  se  puede  hacer  en  Brasil,  tam- 
bién se  puede  en  Europa'.  Eso  suena  un  poco  irónico,  y esa  es  la  inten- 
ción. Porque  los  movimientos  campesinos  europeos  obviamente  tienen 
cooperativas  muy  viejas  y muy  grandes.  No  obstante,  muchas  de  ellas 
reciben  críticas  desde  tácitas  hasta  fuertes.  Un  crítico  duro  es  René  Lo- 
uail  de  la  Confédération  Paysanne  francesa.  Acabamos  de  comernos 
unos  panqueques  bretones,  que  nos  había  preparado,  cuando  hace  el 
balance:  'Es  una  constatación  triste;  las  cooperativas  agrícolas  perdieron 
el  rumbo,  más  de  la  mitad  de  ellas  se  han  convertido  en  multinacionales, 
incontrolables,  únicamente  en  el  papel  siguen  siendo  cooperativas.  Los 
agricultores  en  sus  juntas  directivas  son  agricultores  fantasmas,  los  di- 
rectores deciden  todo.  Es  hora  de  volver  a empezar  sin  ellos'. 


202  | COMPETENCIA  A MUERTE 


La  pregunta  me  persigue.  Inmediatamente  me  llama  la  atención,  es 
penetrante.  Clairton,  el  joven  lechero  y quesero  brasileño,  ya  rápida- 
mente la  hace  cuando  filmamos  en  su  empresa:  '¿Cómo  han  hecho  los 
agricultores  europeos  para  seguir  controlando  sus  cooperativas?'  Esta 
primera  vez,  no  le  respondo  pero  queda  claro  que  ya  ahora  él  ve  cómo 
las  cooperativas  más  grandes,  como  Corlac,  que  recoge  y procesa  la  leche 
o la  cooperativa  de  crédito  Cresol,  desarrollan  su  propia  dinámica.  Muy 
prácticamente  considera  que  éstas  no  necesariamente  siguen  reflejando 
los  intereses  de  los  agricultores,  ni  siquiera  si  ellos  son  los  propietarios. 
Para  sí  mismo  ya  llegó  a la  conclusión  que  tampoco  de  ellos  quiere  ser 
dependiente.  Su  pequeña  granja,  con  algunas  vacas  lecheras  y la  pro- 
ducción del  queso  que  ellos  mismos  venden,  con  eso  le  basta,  esa  es  su 
libertad. 

La  tensión  eterna  entre  movimiento  y economía 

Los  movimientos  con  un  proyecto  económico  son  mucho  más  fuertes  y 

exitosos  a la  hora  de  forzar  en  la  sociedad  los  cambios  que  abogan. 

La  pregunta  de  Clairton  - en  realidad,  el  tema  -,  unos  días  más  tarde, 
vuelve  a surgir  con  un  churrasco,  un  banquete  con  montañas  de  car- 
ne. Los  agricultores  se  mueven  con  el  fin  de  mejorar  su  existencia  como 
agricultor.  Para  lograr  aún  mejor  este  fin,  refuerzan  y amplían  sus  ini- 
ciativas económicas.  Hacen  eso  con  la  ayuda  de  las  cooperativas  en  las 
cuales  se  organizan.  Cada  vez  vuelve  entonces  a surgir  la  tensión  en- 
tre el  movimiento  y sus  actividades  económicas.  Para  los  agricultores 
y sus  movimientos,  lo  primordial  es  su  existencia  como  agricultores  y 
la  defensa  de  la  misma.  Usan  una  lógica  de  movimiento  y la  economía 
sirve  para  apoyar  y realizar  las  ambiciones  de  su  movimiento.  Las  coo- 
perativas económicas  que  constituyeron  son  instrumentos  necesarios  o 
simplemente  fuertes  para  lograr  este  fin.  Sin  embargo,  inevitablemente 
tienen  su  propia  lógica  económica,  y además  se  desarrollan  a institutos, 
a veces  hasta  burocracias,  con  una  existencia  e intereses  propios. 

Me  recuerdo  que  Dirk  Maes,  de  la  cooperativa  Milcobel,  observó: 
'Entra  y queda  en  mi  cabeza.  Es  casi  igual  de  fuerte  o hasta  más  fuer- 
te que  uno  mismo,  esta  otra  lógica:  que  aquí  uno  no  es  agricultor,  sino 
empresario'.  Y en  ese  caso  estamos  hablando  de  una  cooperativa  grande 
que  no  recibe  demasiadas  críticas  por  parte  de  los  agricultores. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 203 


Cuando  Clairton  me  vuelve  a preguntar  por  la  vieja  relación  entre  los 
agricultores  europeos  y sus  cooperativas,  al  fin  respondo:  'A  veces  les  ha 
costado  mantener  el  control  sobre  sus  cooperativas,  y en  algunos  casos 
hasta  se  les  escapó.  Por  lo  menos,  esa  es  la  respuesta  que  dan  muchos 
agricultores  europeos  cuando  se  les  habla  acerca  de  las  cooperativas 
grandes,  sean  empresas  productivas,  comerciales,  bancos  o subastas'. 

¿Cómo  lidiar  con  el  campo  de  tensión  entre  movimiento  y eco- 
nomía? 

Los  movimientos  sociales  que  no  tienen  una  columna  económica  suelen 
ser  movimientos  sin  poder.  Los  que  tienen  un  proyecto  económico  son 
mucho  más  fuertes  y exitosos  a la  hora  de  forzar  los  cambios  que  pre- 
tenden lograr  en  la  sociedad.  No  obstante,  cada  vez  volverán  a chocar 
el  movimiento  y la  economía,  surgirán  conflictos  en  la  relación.  ¿Cómo 
lidiar  con  estas  tensiones?  ¿Cómo  se  logra  que  el  movimiento  siga  diri- 
giendo y dibujando  el  rumbo? 

René  Louail  opta  por  un  enfoque  en  dos  carriles:  'Contra  estas  coope- 
rativas descarriladas  debemos  proceder  como  sindicatos.  Aparte  de  eso, 
debemos  crear  nuevas  estructuras  cooperativas  que  sean  más  democrá- 
ticas. Necesitamos  empresas  pequeñas  que  conserven  un  vínculo  con  los 
agricultores  y los  consumidores'. 

Indudablemente,  en  este  punto  René  tiene  un  problema,  ya  que  con- 
tra el  poder  multinacional  de  Carrefour,  Wal-Mart,  Unilever  o Mon- 
santo siempre  creciendo,  no  se  puede  luchar  con  cooperativas  agrícolas 
demasiado  pequeñas.  Lo  mismo  vale  si  los  políticos  en  algún  momento 
decidieran  dividir  estas  multinacionales  demasiado  grandes  y dema- 
siado dominantes,  y hacerlas  de  unas  tallas  más  pequeñas  con  tal  de 
frenar  un  poco  la  competencia  en  el  mercado.  Altemir  Tortelli  confía  en 
que  los  agricultores  lograrán  controlar  a sus  cooperativas,  aunque  eso 
requerirá  sus  esfuerzos:  'Nosotros,  los  agricultores,  debemos  ser  cons- 
cientes. Debemos  informarnos  acerca  de  la  realidad  en  la  que  vivimos 
y analizar  esta  información  de  manera  crítica.  No  tiene  ningún  sentido 
constituir  nuevas  cooperativas  si  nada  más  van  a copiar  el  modelo  de 
la  agroindustria.  Deben  estar  conscientes  que  en  tal  modelo  hay  campo 
para  tan  sólo  unas  cuantas  familias  campesinas,  para  unos  pocos  agri- 
cultores familiares'.  Estoy  curioso,  quisiera  saber  cómo  los  agricultores 
brasileños  en  los  años  venideros  manejarán  sus  cooperativas.  En  gran 


204  | COMPETENCIA  A MUERTE 


medida,  están  conscientes  de  las  tensiones  y de  los  peligros.  ¿También 
lograrán  encontrar  las  respuestas  correctas?  Entonces  sí,  lo  que  se  pue- 
de en  Brasil,  también  podría  lograrse  en  Europa  y en  otros  lugares  del 
mundo. 

'Y',  añade  Tortelli,  muy  importante  para  él:  'Debemos  también  tener  la 
capacidad  para  ir  a diálogo  con  la  sociedad  entera'. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 205 


7.  ¿Qué  amarra  a agricultores  y a consumidores? 

Así  como  en  una  cadena  larga,  al  final  de  la  cadena  corta  se  encuentran 
los  que  consumen  lo  que  la  agricultura  produce.  Generalmente,  ahora 
hablamos  de  consumidores.  Han  llegado  a suplantar  a los  'clientes'.  No 
obstante,  los  agricultores  que  venden  directamente  seguirán  hablando 
de  sus  clientes.  Ya  encontramos  al  usuario  final,  los  consumidores  de 
su  oferta,  en  otros  lugares  en  la  feria  del  agricultor  de  Erechim,  en  los 
kioscos  de  leche  de  Dakar,  en  la  feria  cerca  de  Tivaouane,  en  la  tienda 
agrícola  Brin  d'Herbe  cerca  de  Rennes  o en  la  tienda  de  granja  en  Onoz. 
Siempre  los  agricultores  se  esfuerzan  para  que  su  oferta  de  productos 
buenos  y de  precios  honestos  tenga  mayor  fama  y llegue  a los  poten- 
ciales clientes.  El  papel  activo  de  los  clientes  está  limitado  a ir  a la  feria, 
a la  granja  o a la  tienda,  escoger  entre  el  surtimiento  disponible,  pagar 
y consumir  - preferiblemente  con  satisfacción.  Sin  embargo,  a veces  se 
les  reserva  un  papel  mayor  a los  consumidores,  a veces  su  papel  en  el 
establecimiento  de  una  cadena  corta  con  los  agricultores  es  esencial,  y a 
veces  hasta  toman  la  iniciativa. 

Nossa  Terra:  agricultores  y consumidores  juntos  en  una  coope- 
ración 

La  lucha  suena  igual  en  las  cabezas  de  los  consumidores.  Ellos  también 

tienen  que  hacer  elecciones. 

En  la  feria  del  agricultor  de  Erechim,  hay  tiempo  para  visitar  la  tienda 
cooperativa.  No  se  imaginen  que  es  una  tiendita  chiquita,  más  bien  es  un 
supermercado  pequeño.  No  sabría  qué  es  lo  que  no  pueden  encontrar 
en  ella.  De  todos  modos,  hay  demasiado  para  citarlo.  Rápidamente  des- 
cubrimos el  queso  de  Clairton,  una  carnicería  - imposible  no  verla  - y 
están  los  vinos  de  Marino  Slongo  que  vimos  trabajando  con  sus  enormes 
barriles  de  vino.  Su  esposa,  Marlene  Pasquale,  es  la  responsable  de  la  co- 
operación y da  unas  charlas  explicativas:  "Nuestra  cooperativa  de  agri- 


206  | COMPETENCIA  A MUERTE 


cultores  familiares  y de  consumidores  Nossa  Terra  ha  sido  establecida 
en  el  año  2001.  Para  algunas  empresas  familiares  de  procesamiento,  este 
es  el  punto  más  importante  de  ventas.  La  cooperación  tiene  alrededor 
de  240  miembros.  O sea,  tanto  productores  como  consumidores.  Hemos 
hecho  esta  relación  para  que  los  consumidores  de  la  ciudad  puedan  dar 
su  opinión  acerca  de  la  calidad  de  la  oferta  de  los  agricultores  y puedan 
expresar  sus  preferencias'.  Altemir  Tortelli  también  ingresó  en  la  tien- 
da. Ahora  que  el  sol  ya  llegó  a un  punto  más  alto,  es  más  fresco  aquí 
que  en  la  feria.  Los  consumidores  ocupan  un  lugar  importante  en  su  vi- 
sión y la  del  movimiento  agrícola  Fetraf:  'La  lucha  entre  los  dos  modelos 
puede  seguir  por  años.  No  obstante,  en  cuanto  en  la  población,  en  los 
consumidores  en  el  mundo  entero,  crece  la  conciencia  de  que  las  enfer- 
medades, las  catástrofes  y el  envenenamiento  que  surgen  en  la  cadena 
alimentaria  son  una  consecuencia  del  modelo  agrícola  agroindustrial  - y 
eso  se  va  notando  cada  año  más  claramente  - y estarán  convencidos  de 
que  debe  venir  un  modelo  diferente.  Este  apoyo  de  la  población  urbana 
será  decisiva'.  Si  hoy  en  día  vivimos  la  lucha  entre  un  modelo  agrícola 
industrial,  en  el  cual  los  grandes  distribuidores  tienen  la  voz  más  fuerte, 
por  un  lado,  y la  agricultura  familiar,  por  el  otro  lado,  esta  lucha  no  está 
limitada  al  sector  agrícola.  De  igual  manera  se  efectúa  en  las  cabezas  de 
los  consumidores.  Ellos  deben  decidir  la  agricultura  que  quieren;  ellos 
deben  hacer  sus  elecciones  acerca  de  qué  comen  y dónde  consiguen  esta 
comida.  Tortelli  cuenta  con  el  sentido  crítico  de  los  consumidores:  'En 
cuanto  los  consumidores  se  vuelvan  más  críticos  con  respecto  a su  comi- 
da, en  lo  que  se  pone  en  la  mesa,  también  llegarán  a ser  más  críticos  con 
respecto  al  modelo  agrícola.  La  sociedad,  los  consumidores,  las  personas 
en  las  pequeñas  y grandes  ciudades,  deben  saber  que  detrás  de  cada  kilo 
de  carne  de  pollo,  y detrás  de  cada  caja  de  leche,  hay  familias,  hombres  y 
mujeres,  y que  estas  personas  tienen  sueños'. 

Porque  los  consumidores  pueden  hacer  la  diferencia 

'El  desarrollo  más  importante  será  el  papel  de  los  consumidores  a la  hora 
de  hacer  sus  compras.  Este  es  un  acto  político,  no  todos  están  conscientes 
de  eso'.  (Maryse  Templier,  agricultora  francesa). 

Los  agricultores  en  los  alrededores  del  pueblo  bretonés  Tredaniel  están 
ocupados.  Ya  no  hay  que  convencer  a Pierre-Yves  Aignel  por  un  valor 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 207 


agregado  en  el  procesamiento  de  productos  agrícolas:  "No  lo  proceso  yo 
mismo,  para  eso  me  falta  el  tiempo.  Pero  prefiero  subcontratar  la  elabo- 
ración del  yogurt,  antes  que  vender  la  leche  sin  este  valor  agregado 
Cuando  estamos  con  él  entre  sus  vacas,  nos  expresa  esta  elección  econó- 
mica en  una  historia  mucho  más  amplia:  'Nosotros  somos  agricultores 
que  defienden  la  agricultura  sostenible.  Siempre  tenemos  en  la  mente  el 
balance  entre  las  tres  dimensiones:  la  económica  - no  se  puede  sin  esa 
- la  ecológica  como  una  preocupación  permanente,  y la  función  social  en 
la  medida  que  queremos  compartir  los  recursos  productivos  en  vez  de 
concentrarlos,  y que  queremos  que  tantos  agricultores  como  sea  posible 
puedan  vivir  decentemente  de  su  labor  en  el  campo'. 

Falta  algo  más.  Estos  productos  deben  ser  comprados  por  clientes. 
Esta  conciencia  está  profundamente  inmersa  en  los  agricultores,  tam- 
bién en  Pierre-Yves,  así  como  en  su  colega  de  la  misma  región,  Joseph 
Templier.  El  sol  ya  está  oculto  cuando  Joseph  analiza  de  manera  clara: 
'La  agricultura  biológica  o sostenible  tiene  un  futuro  en  la  medida  que 
sus  productores  puedan  acercarse  a los  consumidores'.  Durante  la  cena 
conocemos  a su  esposa,  Maryse  Templier.  Ella  es  directora  de  Biolait, 
un  grupo  de  más  de  doscientos  agricultores  que  venden  su  leche  juntos. 
Después  de  la  comida  estará  ocupada  con  la  contabilidad,  pero  primero 
nos  permite  una  ojeada  al  manejo  financiero  de  su  granja:  'Éste  será  el 
mejor  de  cuatro  años,  porque  hemos  tenido  años  difíciles,  debido  a la 
mala  venta  y al  precio  de  la  leche.  Y también  debido  a las  doce  hectáreas 
de  tierra  que  adquirimos  hace  cuatro  años.  La  conversión  de  esta  tierra 
a la  agricultura  biológica  dura  tres  años,  periodo  en  el  cual  hay  gastos 
pero  no  hay  ingresos.  Y este  año,  por  primera  vez,  sí  tendremos  ingreso'. 
Para  ella,  el  futuro  se  ve  de  color  bastante  rosado,  pero  también  mira  en 
dirección  de  los  consumidores:  'Biolait  recibe  mayor  reconocimiento,  y 
espero  que  esa  evolución  prosiga.  No  obstante,  la  evolución  más  impor- 
tante deberá  venir  de  los  consumidores  a la  hora  de  hacer  sus  compras. 
Esto  es  un  acto  político,  no  todos  están  conscientes  de  eso'. 

Vecinos  de  los  panaderos 

'El  ciudadano  debe  tener  las  cosas  a mano  y desarrollar  con  nosotros 
esta  alternativa  en  los  supermercados,  porque  la  política  no  se  encarga 
del  equilibrio  entre  ambos  sistemas'.  (Anne  Héry,  miembro  de  "Vecinos 
de  los  Panaderos"). 


208  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Ya  el  sol  está  en  el  crepúsculo  cuando  nos  montamos  en  el  auto  de 
Joseph.  Ahora  le  espera  un  trabajo  muy  diferente:  'Nos  dirigimos  a la  re- 
unión de  una  asociación  de  consumidores.  Hemos  constituido  la  asocia- 
ción Vecinos  de  los  Panaderos  con  el  fin  de  que  hagan  juntos  las  compras 
de  productos  de  calidad  de  la  agricultura  biológica  y sostenible'. 

Desde  lejos,  pareciera  que  Vecinos  de  los  Panaderos  se  encuentra  de- 
bajo de  la  torre  de  la  iglesia  de  Tredaniel.  En  realidad,  está  algo  más  lejos. 
Al  otro  lado  de  la  calle,  hay  una  plaza  rodeada  de  altos  árboles.  Este  es 
el  campo.  Los  agricultores  deliberan  acerca  de  la  candidatura  de  un  co- 
lega. Se  preguntan  de  qué  manera  sus  productos  se  agregan  al  surtido 
existente  y si  querrá  hacer  suficientes  esfuerzos  con  respecto  a la  calidad. 
Oyen  de  otro  agricultor  quien  desea  iniciar  pronto  con  verduras,  tienen 
que  lidiar  con  problemas  administrativos  y el  arreglo  de  las  prestaciones 
laborales...  todo  eso  muy  necesario. 

Sin  embargo,  el  día  siguiente  se  vuelve  más  interesante.  Este  es  el 
momento  en  el  que  cada  semana  la  oferta  de  los  agricultores  llega  a los 
clientes.  A la  llegada,  también  vemos  a Pierre-Yves  Aignel,  el  agricultor 
que  hace  procesar  su  leche.  Él  también  vende  a través  de  Vecinos  de  los 
Panaderos.  La  cámara  le  sigue  hasta  dentro  de  su  gran  cuarto  refrigera- 
dor: 'Aquí  están  mis  productos.  Tenemos  ocho  en  oferta.  Hay  un  yogurt 
natural,  el  cual  es  la  base.  A ese,  le  añadimos  también  jalea  verdadera, 
fresas,  casis,  peras,  ruibarbo;  además  unos  postres  con  chocolate  y vai- 
nilla. Todos  los  productos  que  los  agricultores  ofrecen  a Vecinos  de  los 
Panaderos  tienen  una  ficha  técnica,  mediante  la  cual  los  consumidores 
pueden  saber  exactamente  cómo  procedemos'. 

Hay  un  vaivén  de  gente,  los  pedidos  son  preparados.  Una  pared  está 
ocupada  casi  completamente  con  estantes  en  los  cuales  se  colocan  las 
canastas  y cajas  llenas.  Carne,  yogurt,  todo  lo  que  necesita  refrigeración, 
va  al  cuarto  refrigerador,  donde  también  llegan  las  cajas  de  los  diversos 
miembros,  según  su  respectivo  pedido. 

La  responsable,  Julie  Dupetitpré,  nos  tiene  los  hechos  y números  de 
Vecinos  de  los  Panaderos,  pero  empieza  con  el  inicio:  'Aquí  en  la  región 
no  hay  ferias  o ciudades  mayores,  pero  sí  muchos  agricultores.  Algunas 
personas  han  tomado  la  iniciativa  de  agruparse  como  consumidores  con 
los  agricultores  locales.  Aquí  llegan  con  todos  sus  productos,  y se  repar- 
ten. Este  es  el  depósito  principal  desde  el  cual  también  salen  las  canastas 
hacia  cuatro  depósitos  más  pequeños.  Después  de  dos  años,  ya  tenemos 
doscientos  miembros  y distribuimos  unas  ochenta  canastas  por  semana. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 209 


Unos  cincuenta  productores  colaboran  con  nosotros.  Les  garantizamos 
un  ingreso  correcto  por  su  trabajo.  Eso  funciona  bien.  Se  hacen  depósitos 
nuevos  y seguimos  creciendo.  Los  miembros  hacen  sus  pedidos  cada 
semana,  y eso  se  puede  hacer  a través  del  sitio  web'. 

'Ahí  llega  la  carne'.  Entra  una  mujer  con  carnes  y embutidos,  muy 
apurada,  no  hay  mucho  tiempo  para  preguntas,  aún  la  esperan  en  otro 
lugar.  Más  personas  llegan,  retiran  su  porción  semanal  de  víveres  de  los 
estantes  y del  cuarto  refrigerador.  Ellos  sí  se  quedan  para  una  charla,  ya 
es  viernes  en  la  tarde  y la  vida  social  también  tiene  sus  derechos.  Pierre- 
Yves  recorre  con  nosotros  los  nombres  en  las  canastas.  A la  mayoría  de 
las  personas,  las  conoce  personalmente:  'Para  nosotros,  esta  es  tan  solo 
una  pequeña  parte  de  nuestra  venta,  pero  nos  gusta  verla  aumentar.  Al 
consumidor  le  sirve  y el  agricultor  entrega  directamente  a su  vecino,  lo 
cual  le  da  ganas  para  trabajar  aún  mejor.  También  los  consumidores  de- 
ben tomar  su  responsabilidad,  así  como  lo  tenemos  que  hacer  nosotros. 
Debemos  entendernos,  eso  es  esencial.  Requiere  tiempo,  es  difícil  ir  en 
contra  de  la  corriente,  pero  estas  experiencias  tendrán  su  fruto,  de  eso 
estoy  seguro.  Y también  lo  espero  mucho'. 

Si  no  se  logra,  no  será  por  los  consumidores  miembros  de  Vecinos  de  los 
Panaderos.  Ellos  están  motivados,  como  por  ejemplo,  Luc  Baillaigeau:  'Yo 
estoy  en  contra  de  los  supermercados.  Aquí  encuentro  todo  como  me  gus- 
ta porque  aquí  conozco  a los  productores,  sé  como  cultivan,  la  comida  es 
rica  y en  realidad  no  resulta  más  cara.  Cierto  que  estos  productos  son  más 
baratos  en  el  supermercado,  pero  allá  no  se  consigue  la  misma  calidad. 
Aquí  la  calidad  es  buena  y el  precio  justo.  Y además,  sabes  adonde  va 
el  dinero,  de  todos  modos  no  va  a parar  en  el  bolsillo  de  algún  CEO  de 
una  empresa  grande'.  Alguien  da  un  argumento  más:  'Con  esta  agricul- 
tura local  evitamos  el  transporte  a través  de  Francia  o de  Europa'.  Una 
mujer  con  mucho  humor  inspecciona  su  canasta  con  satisfacción:  'Súper. 
Un  té  excelente,  muy,  muy  bueno...  un  yogurt  de  primera,  aquí,  mante- 
quilla y salchichas.  En  el  supermercado  no  se  encuentran  los  productos 
tan  buenos'.  Arme  Héry  es  maestra.  Conoce  a los  agricultores  y sabe  que 
se  está  dando  seguimiento  a sus  métodos  de  trabajo.  'Así  se  estimula  los 
productos  locales.  Prefiero  dar  trabajo  a personas  de  mis  alrededores.  Y se 
puede  rastrear  lo  que  entregan.  Esta  comida  es  más  segura'.  Su  convicción 
también  es  política:  'El  ciudadano  debe  tomar  las  cosas  en  sus  manos  y 
ayudar  a desarrollar  esta  alternativa  a los  supermercados,  porque  la  po- 


210  | COMPETENCIA  A MUERTE 


lítica  no  se  encarga  del  equilibrio  entre  ambos  sistemas.  Vecinos  de  los 
Panaderos  funciona  de  manera  mucho  más  democrática.  Los  agricultores 
nos  aseguran  buenos  productos,  y con  nuestro  dinero  les  recompensamos 
directamente  el  trabajo'. 

Equipos  Alimenticios 

Hace  un  tiempo  espléndido  de  verano  cuando  algunos  de  nuestro  Equi- 
pos Alimenticios  visitan  la  Fábrica  de  Manzanas  en  Neerijse,  y reciben 
una  visita  de  'su'  productor  de  frutas. 

En  Flandes,  muchas  personas  reconocerán  en  Vecinos  de  los  Panaderos 
el  funcionamiento  de  sus  propios  Equipos  Alimenticios.  Efectivamente, 
nació  de  un  intercambio  con  los  Equipos  Alimenticios.  Al  principio  de 
esta  iniciativa  para  promover  la  agricultura  sostenible  mediante  el  esta- 
blecimiento de  relaciones  entre  agricultores  y consumidores,  están  las 
organizaciones  Vredeseilanden,  Wervel  y Elcker-Ik  Leuven  (fusionada 
en  Vormingplus).  A partir  de  1996,  los  consumidores  forman  grupos  o 
equipos  de  diez  a veinte  miembros,  generalmente  familias.  Juntos  piden 
sus  víveres,  y pueden  escoger  de  una  oferta  variada  de  verduras,  fru- 
tas, productos  lácteos,  a menudo  también  carne,  pan  u otros  productos 
de  harina,  y también  productos  de  las  tiendas  Wereldwinkel.  Aparte  de 
estas  últimas,  la  oferta  viene  de  agricultores  locales.  Que  no  se  entienda 
que  todos  viven  a la  vuelta  de  la  esquina,  sino  en  la  misma  región  que 
Equipos  Alimenticios.  Los  productores  entregan  el  pedido  cada  semana 
en  un  punto  central,  por  lo  general  la  casa  de  uno  de  los  miembros.  El 
equipo  organiza  desde  allá  la  distribución.  A quien  le  toca  esa  semana, 
se  encarga  de  la  distribución  de  las  cajas  de  todos  los  miembros,  los  cua- 
les llegan  a recogerlas.  Los  Equipos  Alimenticios  necesitan  poder  contar 
con  bastante  esfuerzo  por  parte  de  los  miembros  en  cuanto  a pedidos, 
reparticiones  y pagos.  No  todos  tienen  tiempo  para  eso  o siguen  moti- 
vados. Eso  causa  muchos  cambios.  También  el  encontrar  y mantener  un 
lugar  apto  no  es  siempre  fácil.  Llama  la  atención  que  muchos  equipos 
desarrollan  también  otras  actividades,  intercambian  recetas,  organizan 
una  cena  o una  recepción,  hacen  una  visita  a uno  de  los  agricultores,  y se 
mantienen  mutuamente  al  tanto  de  iniciativas  interesantes...  Mientras 
tanto,  el  pequeño  movimiento  de  los  Voedselteams  ya  consiste  en  unos 
cien  grupos  con  un  total  de  1.600  familias. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 211 


No  obstante,  las  diferencias  entre  las  regiones  son  grandes.  En  Bra- 
bante del  Este,  especialmente  en  la  región  de  Lovaina,  y en  Limburgo, 
está  la  mayor  parte.  En  las  otras  provincias  ya  son  menos.  Y en  Brabante 
del  Oeste,  el  fenómeno  está  totalmente  desconocido.  Allá,  en  cambio,  hay 
ferias  del  agricultor  y tiendas  de  granja.  ¿Será  una  alternativa  completa? 
Es  demasiado  temprano  para  juzgar,  pero  es  claro  que  no  es  para  todos. 
El  esfuerzo  que  requiere  así  como  los  quehaceres  prácticos,  requieren 
más  empeño  que  cuando  se  consigue  todo  en  el  supermercado. 

Consumidores  y agricultores,  no  es  una  causa  ganada 

Pregunte  a la  gente  si  quieren  apoyar  con  sus  compras  de  alimentos  la 
agricultura  sostenible  y pagar  un  precio  viable  para  los  agricultores. 
Muchos  dirán  que  sí  con  convicción.  Sin  embargo,  fíjese  entonces  en  la 
verdadera  conducta  adquisitiva  de  las  mismas  personas.  Hay  una  gran 
posibilidad  que  como  consumidores  elegirán  el  producto  de  descuen- 
to más  barato,  como  resultado  de  una  presión  casi  inhumana  sobre  los 
precios  que  obtienen  las  empresas  de  alimentos  y los  agricultores.  La 
realidad  es  que  a menudo  hay  un  abismo  entre  las  intenciones  humanas 
y la  conducta  adquisitiva.  La  realidad  es  que  la  mayoría  de  las  personas 
actúan  como  consumidores  y eligen  el  producto  más  barato  en  el  super- 
mercado, lo  cual  es  precisamente  el  producto  del  cual  los  agricultores 
ganan  menos  y en  muchos  campos  llegan  a quedarse  con  una  agricultura 
no  sostenible.  A menudo,  los  consumidores  también  tienen  un  estilo  de 
vida  industrial.  Ciertamente  no  es  la  regla  de  comprar  verduras,  fru- 
tas, papas,  carne,  pan,  embutidos  y otras  cosas  para  comérselo  en  casa. 
Asimismo,  no  es  evidente  cocinar  en  casa.  Como  consumidores,  muchos 
eligen  las  comidas  rápidas,  de  congelador  o ya  listas,  productos  que  no 
pertenecen  a la  cadena  corta  ni  a la  agricultura  familiar  y sostenible. 
Muchos  otros  comen  lo  que  da  la  olla  en  las  cocinas  industriales  de  las 
empresas,  escuelas,  administraciones,  hospitales  o albergues.  Esos  son 
tantos  circuitos  - creciendo  rápidamente  - que  la  cadena  corta  y la  agri- 
cultura familiar  tienen  que  empezar  aún  a conquistar. 


212  | COMPETENCIA  A MUERTE 


8.  El  efecto  palanca  para  una  cadena  larga  más  sostenible 

Ninguna  división  es  sencilla 

Es  algo  demasiado  sencillo  ver  lo  que  está  pasando  en  la  agricultura 
mundial  como  una  lucha  nítida  delimitada  entre  la  agricultura  familiar 
que  encuentra  el  camino  hacia  el  consumidor  y la  agroindustria  que  se 
llega  a enmarañar  totalmente  con  la  distribución  mayorista. 

En  el  futuro  cercano,  veremos  cambios  continuos,  pero  imprevisibles,  de 
fronteras  entre  ambos  modelos. 

Los  agricultores  que  se  organizan  en  cooperativas  de  procesamiento 
como  Corlac,  en  Brasil  o Milcobel,  en  Bélgica,  se  elevan  a la  par  de  las 
empresas  clásicas  de  procesamiento,  que  a menudo  han  crecido  hasta 
hacerse  multinacionales.  Aún  les  falta  para  ser  una  cadena  más  corta,  lo 
cual  les  permite  lograr  actualmente  una  plusvalía  mayor  y,  por  tanto,  in- 
gresos propios.  Asimismo,  obtienen  una  mejor  posición  de  negociación 
con  respecto  a los  chicos  rudos  de  las  cadenas  de  supermercados. 

Los  agricultores  que  distribuyen  a Voisins  de  Paniers  o a los  Voed- 
selteams,  que  venden  en  su  propia  granja,  en  las  ferias  del  agricultor,  en 
las  tiendas  campesinas  o en  sus  propios  quioscos,  logran  de  esta  manera 
llegar  directamente  a los  consumidores.  Con  respecto  a eso,  tienen  éxi- 
to en  montar  una  cadena  corta.  Sin  embargo,  a menudo  esos  mismos 
agricultores  no  logran  vender  su  producto  total  a través  de  esta  cadena 
corta.  Una  parte,  a veces  muy  grande,  de  su  producción  sigue  ligada  a 
las  empresas  de  alimentos  y a supermercados  en  los  cuales  no  tienen 
nada  que  decir. 

Así,  el  duelo  entre  ambos  modelos  a veces  lleva  a una  aguda  división, 
al  recorte  de  partes  de  la  cadena  larga  y sobre  todo  a que  una  parte  de  las 
actividades  de  muchos  agricultores  pertenecen  a la  cadena  más  larga,  y 
otra  parte  a la  más  corta. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 213 


O sea,  la  complejidad  rige  y no  se  ve  con  seguridad  en  qué  dirección 
se  está  yendo.  Sin  embargo,  está  claro  que  en  esta  situación  caótica  el  mo- 
delo industrial  se  mantiene  fuertemente  y en  gran  medida  queda  intacto 
e inclusive  gana  terreno,  y que,  por  otro  lado,  la  agricultura  familiar  no 
se  da  por  vencida  y demuestra  su  vitalidad.  En  el  futuro  cercano,  ve- 
remos cambios  continuos  pero  imprevisibles  de  fronteras  entre  ambos: 
aquí,  la  agroindustria  gana  terreno  sobre  la  agricultura  familiar,  y allá, 
debe  sacrificar  influencia;  la  distribución  mayorista  con  su  poder  econó- 
mico penetra  todo  pero  debe  tolerar  que  los  agricultores  y los  consumi- 
dores a veces  se  liberan  de  su  agarre.  Y la  elección  de  los  consumidores 
está  confusa.  Unas  veces  ganan  las  intenciones  honestas  del  ser  humano; 
otras,  lo  que  valen  son  las  simples  consideraciones  de  precio  por  parte 
del  consumidor. 

Función  de  señal  y llamado  a la  responsabilidad 

Actualmente,  la  cadena  corta  cumple  una  función  doble  de  señal. 

Señala  a los  consumidores  que  los  agricultores  no  tienen  ningún  trata- 
miento preferencial  en  la  agricultura  actual,  que,  por  el  contrario,  son 
los  limones  exprimidos  a nivel  mundial,  quienes  ya  no  pueden  vivir  de 
su  trabajo.  Y,  así  indica  a los  consumidores  que  ellos  pueden  hacer  una 
elección:  pueden  apoyar  a los  agricultores  familiares  brindándoles  un 
ingreso  mejor  y mayor  seguridad.  Su  elección  de  buscar  directamente  a 
los  agricultores  hace  una  gran  diferencia,  y por  tanto  es  importante.  En 
otras  palabras:  la  cadena  corta  hace  un  llamado  a los  consumidores  a 
tomar  su  responsabilidad. 

Esta  función  de  señal  de  la  cadena  corta  también  juega  en  la  dirección 
de  la  cadena  larga  tradicional.  Recuerda  a la  agroindustria,  a la  indus- 
tria alimentaria  y a la  distribución  mayorista  en  qué  medida  tienen  a los 
agricultores  en  un  agarre  estrangulador.  No  pueden  pretender  no  saber 
nada,  y es  deber  de  ellos  dar  una  respuesta  a la  petición  justificada  de 
un  ingreso  viable  por  parte  de  sus  clientes  o proveedores.  Eso  vale  tanto 
más  para  las  empresas  que  alegan  emprender  bajo  la  bandera  de  la  em- 
presa socialmente  responsable.  Es  hora  de  demostrar  cuán  responsable- 
mente están  actuando. 


214  | COMPETENCIA  A MUERTE 


El  efecto  de  palanca  para  una  cadena  larga  más  sostenible 

Las  cadenas  cortas  exitosas  no  se  limitan  a señalar  problemas,  también 
pueden  ejercer  una  presión  económica  en  la  industria  alimentaria  y la 
distribución  mayorista.  Cuando  logran  llegar  a los  consumidores  y ga- 
nan fuerza,  las  cadenas  cortas  se  perfilan  como  una  alternativa  viable  y 
significan  una  competencia  para  la  distribución  mayorista.  Eso  inclusive 
es  el  caso  si  despegan  en  tan  sólo  unos  nichos  relativamente  pequeños  de 
consumidores  interesantes.  Confrontados  con  esta  presión  económica, 
las  cadenas  de  supermercados  se  ven  obligadas  a reaccionar  y no  soste- 
ner su  propia  cadena  larga. 

Eso  parece  un  razonamiento  correcto  y convincente.  Pero,  ¿también 
aceptado?  ¿No  es  más  que  wishful  thinking  (pensamientos  deseables)? 
Uno  puede  aprender  mucho  viendo  qué  está  pasando  en  el  campo.  Ya 
una  primera  mirada  rápida  indica  que  las  cadenas  de  supermercados 
desarrollan  una  paleta  diversa  de  lo  que  llaman  iniciativas  'verdes'  'bio' 
o 'sostenibles'.  Uno  lo  hace  más  rápido  que  otro,  lo  hacen  en  medidas 
diferentes  y se  obtienen  las  realizaciones  más  diferentes  del  concepto  de 
sostenibilidad. 

Además,  no  se  puede  indicar  con  seguridad  qué  es  lo  que  les  hace 
moverse  más.  ¿Es  la  cadena  corta  o el  consumidor  crítico?  ¿O  acaso  es 
la  sociedad,  que  exige  más  responsabilidad?  ¿O  el  movimiento  que  sur- 
ge en  pro  de  una  empresa  más  responsable  socialmente?  ¿Poco  a poco 
estaría  importando  la  presión  de  los  accionistas  que  quieren  invertir  de 
manera  'ética'?  Siempre  hay  un  conjunto  de  varios  de  estos  factores,  o 
de  todos,  y para  cada  empresa  será  diferente  y decisivo.  Pero,  sea  como 
sea,...  algo  se  está  moviendo. 

Cambio  en  los  estantes  de  los  supermercados,  ahí  llega  el  'bio' 

Por  ejemplo,  observe  en  el  surgimiento  de  productos  alimentarios  bio- 
lógicos en  los  supermercados.  Antes,  el  sector  biológico  era  un  fenóme- 
no económico  marginal,  fuera  de  la  vista  de  la  distribución  mayorista. 
Hasta  que,  en  cierto  momento,  una  cadena  grande  de  distribución  pone 
interés.  Como  tiene  éxito,  el  surtido  se  extiende.  Otros  supermercados  si- 
guen. En  Países  Bajos,  por  ejemplo,  Albert  Heijn  AH  ofrece  Biologisch,  la 
marca  privada  con  productos  biológicos.  En  Bélgica,  Delhaize  empieza 
primero  con  productos  biológicos  en  1985  y en  1989  crea  su  propia  marca 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 215 


'bio'.  Esta  cadena  de  supermercados  tiene  ahora  el  surtido  más  grande, 
una  oferta  de  650  productos  entre  los  cuales  también  hay  productos  no 
alimentarios,  buenos,  en  un  tercio  de  las  ventas  'bio'  en  Bélgica.  Del- 
haize  señala  su  colaboración  con  los  productores.  La  empresa  menciona 
explícitamente  que  a menudo  se  trata  de  pequeños  productores  locales. 
Aparentemente,  este  enfoque  rinde  y apela  a muchos  consumidores  por- 
que la  cadena  sigue  extendiendo  su  oferta.  Colruyt  inició  en  1991  con 
productos  bio,  en  el  marco  de  su  programa  ambiental,  Green  Line.  Los 
propios  productos  biológicos  también  se  encuentran  ahí  bajo  una  nueva 
marca,  Bio-time.  Esta  cadena  de  supermercados  enfatiza  la  ventaja  eco- 
lógica, 'verde'  de  los  productos  'bio'.  Juega  mucho  con  sus  precios  más 
bajos  y no  hace  excepción  para  el  'bio'.  El  potencial  de  mercado  de  los 
productos  biológicos  es  para  Colruyt  hasta  una  razón  para  establecer 
una  cadena  de  tiendas  separada,  el  supermercado  biológico  Bio-Planet. 
Este  cuenta  actualmente  con  tres  tiendas  en  Bélgica  y una  en  Países  Ba- 
jos, y ofrece  más  de  3.500  productos  biológicos  y ecológicos.  La  aparición 
del  'bio'  desde  el  punto  de  vista  económico,  ya  parece  ser  buena  cosa.  La 
agricultura  biológica  es  amigable  con  el  ambiente  y seguramente  contri- 
buye con  una  agricultura  ambientalmente  más  sostenible.  También  pue- 
de ser  un  primer  paso  hacia  una  mayor  sostenibilidad  de  la  distribución, 
relocalizando  la  producción,  ya  que,  más  que  en  la  cadena  alimentaria 
tradicional,  los  productos  biológicos  provienen  de  agricultores  quienes 
cultivan  por  lo  menos  más  cerca. 

No  es  seguro  si  esto  seguirá  siendo  así.  Si  el  sector  'bio'  crece  y se 
vuelve  económicamente  interesante,  también  la  agroindustria  estará  in- 
teresada. Si  las  cadenas  de  supermercados  realizan  muchas  ventas  en 
'bio',  también  entrará  en  juego  la  lógica  industrial  de  las  grandes  canti- 
dades. Quieren  una  oferta  grande,  uniforme  y segura.  Y de  esta  forma  se 
verá  que  las  empresas  biológicas  grandes  y fuertes,  nacionales  y extran- 
jeras, hacen  competencia  a los  agricultores  biológicos  pequeños.  O sea, 
no  es  porque  se  trate  de  un  producto  biológico,  en  el  que  la  agroindustria 
y la  distribución  mayorista  no  estarían  en  la  jugada,  esa  es  una  equivo- 
cación; el  producto  'bio'  en  su  supermercado  bien  puede  provenir  de  la 
agroindustria.  También  merece  la  atención  otra  equivocación:  tampoco 
porque  los  supermercados  venden  los  productos  biológicos,  es  que  los 
agricultores  biológicos  estarían  financieramente  mejores  que  sus  colegas 
tradicionales.  Igualmente  los  compradores  de  la  distribución  mayoris- 
ta aprovechan  su  poder  adquisitivo  para  bajar  los  precios.  A veces  se 


216  | COMPETENCIA  A MUERTE 


encuentran  hasta  peor  con  ellos  los  bio-agricultores,  porque  sus  costos 
para  cultivar  un  producto  de  manera  biológica  están  muy  altos  pero  no 
siempre  esto  se  compensa  con  los  precios  que  reciben. 

Productos  locales  en  los  supermercados 

Los  distribuidores  hacen  más  intentos  aún  para  captar  el  espíritu  de  la 
época.  Cuando  les  conviene  para  convencer  o seducir  consumidores  lle- 
gan con  productos  locales,  lo  cual  es  un  surtido  en  pleno  desarrollo.  El 
supermercado  les  ofrece  un  sitio  especial,  así  como  una  promoción  es- 
pecífica. Eso  lleva  a cierta  forma  de  sostenibilidad  para  mantener  una 
herencia  gastronómica  o cultural;  es  una  ventaja.  También  desde  el  pun- 
to de  vista  ecológico  será  mejor  a menudo.  Y obviamente,  no  tiene  que 
ser  una  mala  causa  para  los  productores  o para  la  economía  local.  No 
obstante,  eso  no  tiene  mucho  que  ver  con  una  cadena  corta  en  la  cual  los 
agricultores  obtienen  mayor  poder  de  decisión.  Las  relaciones  de  poder 
siguen  siendo  las  mismas;  también  en  este  caso,  los  distribuidores  siguen 
teniendo  el  poder.  Son  ellos  en  primer  lugar  quienes  deciden  sobre  qué  sí 
y qué  no  se  exhibe  en  sus  tiendas,  así  como  fijar  precios. 

El  comercio  justo  penetra  en  el  supermercado 

Las  bananas  del  comercio  justo  se  encuentran,  entre  otros  en  las  tiendas 
de  Albert  Heijn  y Spar,  en  Países  Bajos,  en  Colruyt  y Delhaize,  en  Bélgi- 
ca. 

Se  nota  en  el  fair  trade,  el  comercio  justo  en  los  productos  de  los  países 
en  vía  de  desarrollo,  la  misma  evolución  que  en  los  productos  biológicos. 
Ellos  también  cada  vez  más  encuentran  el  camino  al  supermercado  clá- 
sico, desde  una  gama  muy  limitada  hasta  otra  bastante  extensa.  Tal  vez 
el  café  y los  bananos  son  los  ejemplos  más  conocidos,  no  por  casualidad 
están  entre  los  productos  con  la  mayor  demanda  del  mercado.  A menu- 
do, los  productos  del  comercio  justo  también  son  ecológicamente  soste- 
nibles.  Sin  embargo,  no  siempre  es  así,  pero  el  panorama  financiero  en  el 
comercio  justo  se  ve  mejor  para  los  agricultores  involucrados.  Como  ya 
sabemos  del  capítulo  cinco  en  la  parte  anterior,  el  comercio  justo  garanti- 
za a los  productores  un  precio  mediante  el  cual  es  posible  vivir  bien.  Ese 
principio  sigue  en  pie  en  el  supermercado.  O sea,  cuando  sus  productos 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 217 


llegan  fuera  del  circuito  clásico  y bastante  limitado  del  comercio  justo, 
sobre  todo  las  tiendas  Oxfam,  los  agricultores  hacen  un  buen  negocio. 
Las  ventas  mayores  se  traducen  en  un  ingreso  mayor. 

Pero,  ¿qué  pasa  con  el  largo  de  esta  cadena?  El  comercio  justo  inten- 
ta mantener  la  cadena  lo  más  corta  posible,  comprando  lo  más  directa- 
mente posible  y así  eliminar  a los  intermediarios.  La  venta  a través  del 
supermercado  obviamente  vuelve  a alargar  esta  cadena.  Eso  es  bien  de- 
fendible, debido  al  enorme  aumento  de  ventas  que  involucra.  Pero  está 
el  riesgo  que  los  comerciantes  justos  en  el  largo  plazo  también  lleguen  a 
depender  de  los  distribuidores  mayoristas.  Entonces  la  pregunta  es  si  los 
buenos  precios  mínimos  para  los  agricultores  se  mantendrán.  El  comer- 
cio justo  está  confrontado  con  un  difícil  ejercicio  de  balance  entre  crecer 
a través  de  la  distribución  mayorista,  y la  de  un  crecimiento  autónomo  a 
través  de  sus  propios  canales  de  distribución,  como  las  tiendas  Oxfam. 

El  comercio  justo  en  el  cruce  de  caminos 

Fair  trade  es  un  mercado  rápidamente  creciente,  el  cual  desde  el  año  2000 
ha  crecido  en  más  de  un  veinte  por  ciento  por  año.  Y así,  nuevamente  se 
arranca  un  mecanismo  reconocible.  El  sector  alimentario  ya  establecido 
reconoce  un  nuevo  potencial  y desarrolla  un  mercado  de  comercio  justo 
en  plena  evolución.  Nuevas  iniciativas  se  hacen  bajo  el  denominador  de 
comercio  justo  o algún  cercano  al  mismo:  Utz  Kapeh,  Rainforest  Allian- 
ce,  Efico  o Coffee  Alliance.  La  cadena  de  supermercados  Colruyt  inicia 
la  línea  de  productos  Colibrí,  los  cuales  al  inicio  se  colocan  muy  cerca 
de  los  del  comercio  justo,  aún  se  trate  de  apoyo  para  las  escuelas  y la 
educación  en  países  en  vías  de  desarrollo  y,  si  no,  se  trata  de  un  precio 
garantizado  para  los  productores.  Las  empresas  tradicionales  se  involu- 
cran de  lleno  en  la  lucha  por  el  consumidor,  con  el  argumento  que  ellos 
también  tienen  buenas  intenciones.  Para  las  organizaciones  tradicionales 
de  comercio  justo  no  siempre  es  fácil  lidiar  con  eso.  Este  relleno  propio 
del  concepto  de  comercio  justo,  entre  otros  por  grandes  grupos  alimen- 
tarios y por  los  distribuidores  mayoristas,  de  todas  maneras  es  un  gran 
desafío  para  el  movimiento  tradicional  de  comercio  justo. 

Asimismo  se  origina  una  discusión  creciente  acerca  de  cuáles  cosas 
se  pueden  denominar  de  comercio  justo.  ¿Tan  sólo  se  trata  del  comercio 
entre  el  Norte  y el  Sur,  entre  los  países  ricos  y los  pobres?  ¿O  el  comercio 
justo  también  es  posible  en  el  Sur  y hasta  en  el  Norte?  Muy  concreta- 


218  | COMPETENCIA  A MUERTE 


mente,  ¿es  posible  que,  por  ejemplo,  los  agricultores  europeos  ganen  una 
etiqueta  de  comercio  justo?  Hasta  el  día  de  hoy,  uno  de  los  lados  débiles 
del  movimiento  de  comercio  justo  es  que  se  enfoca  en  primer  lugar  en 
las  relaciones  comerciales  entre  los  países  ricos  y pobres,  para  mayor 
facilidad  denominados  el  Norte  y el  Sur,  respectivamente.  Ciertamente, 
hay  una  evolución  hacia  la  sostenibilidad  ecológica  y,  como  consecuen- 
cia, este  movimiento  descubre  la  importancia  de  una  producción  local 
de  cadena  corta.  Para  un  buen  entendimiento:  'local'  puede  variar  desde 
realmente  muy  cerca  hasta  un  mercado  casi  continental.  Sobre  todo  en 
el  Sur,  el  movimiento  del  comercio  justo  parece  abrazar  este  comercio 
local  como  justo.  Sin  embargo,  cuando  se  trata  de  una  cadena  corta  en 
el  Norte,  no  se  le  quiere  poner  la  etiqueta  de  comercio  justo  mientras  no 
haya  ninguna  diferencia  fundamental.  El  movimiento  de  comercio  justo 
deberá  hacer  bien  su  tarea. 

Agricultores  y el  movimiento  del  comercio  justo:  ¿aliados? 

'El  ochenta  por  ciento  del  comercio  justo  se  ubica  en  los  supermercados. 
Esta  es  una  aberración,  pero  es  la  realidad.  Estoy  convencido  que  sólo  po- 
demos lograr  que  el  comercio  justo  crezca  fuera  de  los  supermercados  si 
colaboramos  con  los  agricultores.  En  mi  opinión,  no  se  pueden  establecer 
nuevos  circuitos  de  cadenas  de  ventas  sin  los  agricultores.  Porque  hay  una 
relación,  una  diferencia,  entre  la  soberanía  alimentaria  en  el  comercio  jus- 
to.' (René  Louail,  dirigente  campesino  de  la  Conféderación  Paysanne,  en 
una  noche  de  debate  acerca  del  comercio  justo  en  Muzillac). 

Ahora  se  nota  que  algunas  tiendas  Oxfam  u otras  iniciativas  de  comercio 
justo  no  se  sienten  ligadas  únicamente  a campesinos  del  Sur.  También 
buscan  conexión  con  la  agricultura  local  y familiar.  Eso,  lo  hacen,  por 
ejemplo,  involucrándose  en  una  cadena  lo  más  corta  posible  entre  los 
agricultores  de  la  región  y los  consumidores;  por  ejemplo,  los  consumi- 
dores quienes  saben  cómo  encontrar  las  tiendas  Oxfam.  Estos  podrían 
ser  un  punto  de  retiro  para  los  pedidos  de  verduras  o para  la  entrega  por 
parte  de  una  asociación  de  productores  agrícolas. 

Agricultores  y tiendas  Oxfam  ¿socios? 

Supongamos  un  momento  que  las  tiendas  Oxfam  y los  agricultores  loca- 
les se  asociaran  más  a menudo.  Entonces  los  clientes  podrían  llegar  por 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 219 


una  oferta  mucho  más  amplia  de  productos  de  comercio  justo  del  sur, 
así  como  de  productos  alimentarios  muy  diversos  de  nuestra  agricultura 
familiar.  Seguramente  muchas  personas  más  serían  buenos  clientes  de 
estas  tiendas.  Esta  colaboración  formaría  la  base  de  la  constitución  de  un 
canal  fuerte  de  distribución.  Éste  a su  vez  podría  crecer  más  allá  hacia 
una  red  de  tiendas  para  el  comercio  justo  cercano  y lejano;  una  verdade- 
ra alternativa  frente  a la  distribución  mayorista.  Todo  eso  no  es  evidente, 
pero  tampoco  es  imposible.  ¿No  es  cierto  que  otro  mundo  es  posible? 
Eso  no  debe  seguir  siendo  meramente  un  eslogan.  También,  sería  una 
mejor  palanca  para  evolucionar  de  un  peso  liviano  hacia  un  peso  me- 
diano en  el  campo  económico.  El  mundo  es  para  quien  se  lo  construye, 
también  en  este  caso. 

El  festival  de  las  etiquetas 

Muchas  veces,  el  emprender  de  manera  'verde'  o 'social'  es  un  truco  de 

mercadeo. 

Mientras  tanto,  las  etiquetas  siguen  avanzando  en  los  supermercados. 
Pareciera  que  las  empresas  buscan  el  camino  de  la  empresa  sostenible 
bajo  la  presión  de  los  consumidores  en  primer  lugar  pero  tal  vez  también 
de  los  agricultores  familiares  quienes  están  tomando  la  venta  en  sus  pro- 
pias manos.  Con  más  frecuencia,  productos  en  los  estantes  de  las  tien- 
das estrenan  etiquetas,  indicando  que  son  sostenibles,  verdes,  amigables 
con  el  medio  ambiente,  biológicos,  producidos  de  manera  socialmente 
responsable,  producto  regional,  de  comercio  justo,  de  origen  controlado 
etc.,...  con  el  código  de  la  empresa  y de  conducta  añadido.  Este  festival 
de  las  etiquetas  es  tan  grande  que  marea  al  consumidor  común  - que  es 
la  mayoría. 

Pero  no  perdamos  de  vista  la  corriente  principal.  Un  maestro  especu- 
lador, como  George  Soros,  es  quien  nos  indica  que  la  ingenuidad  no  es 
aconsejable  cuando  hablan  las  empresas.  El  núcleo  de  sus  negocios  sigue 
siendo  hacer  ganancias.  Eso  es  lo  que  paga  los  salarios  de  los  gerentes  y 
de  sus  empleados.  Puede  haber  criterios  acerca  de  la  empresa  sostenible 
o socialmente  responsable;  no  obstante,  en  muchos  casos,  el  emprender 
de  manera  'verde'  o 'social'  es  un  truco  de  mercadeo  como  cualquier 
otro.  Eso  no  significa  que  no  existan  otras  empresas.  Afortunadamente, 
sí  existen.  Algunas  empresas  nos  indican  el  camino,  realizan  altas  ñor- 


220  | COMPETENCIA  A MUERTE 


mas  sociales,  reducen  sus  actividades  de  manera  ecológica  para  lograr 
una  contaminación  mínima  o hasta  cero;  o pagan  sueldos  notablemente 
más  altos  de  lo  que  se  acostumbra  en  el  mercado  local  en  los  países  po- 
bres. Al  probar  que  eso  es  posible,  colocan  las  bases  para  lo  que  el  día  de 
mañana  pueda  y deba  ser  la  norma  para  todas  las  empresas.  Etiquetas 
sociales  y ecológicas  ambiciosas  son  los  instrumentos  que  pueden  esti- 
mular a las  empresas  en  un  mercado  libre  para  emprender  de  manera 
sostenible.  No  obstante,  eso  no  significa  que  también  el  gobierno  debe 
jugar  su  papel.  Más  al  respecto  posteriormente. 

Pero,  ¿qué  pasa  si  la  sostenibilidad  llega  a ser  un  arma  en  la  lucha 
entre  las  multinacionales  de  alimentos  y los  gigantes  de  la  distribución? 

Increíble:  Wal-Mart  va  por  la  sostenibilidad 

Es  difícil  imaginarse  y,  sin  embargo,  es  cierto:  hasta  Wal-Mart,  el  dis- 
tribuidor más  grande  del  mundo,  ha  decidido  elegir  la  sostenibilidad. 
Quienes  se  recuerdan  el  Capítulo  IV,  "Se  debe  a la  distribución",  se  die- 
ron cuenta  cuán  miserables  son  sobre  todo  las  responsabilidades  sociales 
de  esta  empresa  gigante. 

Pero,  ¿qué  puede  haber  en  contra  de  que  Wal-Mart  quiera  una  ener- 
gía al  cien  por  ciento  renovable,  que  no  quiera  causar  desechos  y que 
quiera  ofrecer  productos  sostenibles  y asequibles?  En  sí,  nada,  sólo  que 
hay  un  reverso  muy  fuerte  en  esta  bonita  historia. 

Es  obvio  que  Wal-Mart  se  refiere  en  primer  lugar  o casi  únicamente 
a la  sostenibilidad  ecológica.  Aunque  la  empresa  alega  querer  mejorar 
también  su  empeño  social,  sin  embargo,  de  eso  no  hay  ni  la  menor  seña. 
Y si  Wal-Mart  pretende  una  mejor  práctica  económica,  apunta  al  manejo 
de  gastos  y aún  más  a disminuir  los  gastos  con  el  fin  de  poder  ofrecer 
productos  baratos  y sobre  todo  de  lograr  así  ganancias  financieras  más 
altas.  De  ninguna  manera  hay  una  atención  para  precios  e ingresos  via- 
bles para  los  agricultores;  precisamente  ellos  están  en  la  base  de  gran 
parte  de  las  ventas  y las  ganancias.  Todo  indica  que  esta  interpretación 
de  sostenibilidad  sea  un  desastre  para  la  sostenibilidad  verdadera  y para 
la  empresa  realmente  responsable  socialmente. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 221 


Emprender  de  manera  socialmente  responsable,  es  otra  cosa 

Las  empresas  no  deben  ser  viables  únicamente  en  cuanto  a ganancias  o 
economía,  sino  también  deben  rendir  cuentas  del  balance  social  y ecoló- 
gico de  sus  actividades.  En  inglés  se  habla  del  triple  bottom  line,  las  tres 
P - profit,  people  and  planet  - que  cada  empresa  debería  respetar,  tal  vez 
mejor  traducido  como  ganancias,  personas  y planeta. 

Como  es  su  costumbre,  Wal-Mart  dejará  sus  ambiciones  ecológicas  - así 
como  sus  objetivos  financieros  - a cargo  de  los  suplidores  de  la  empresa, 
sean  pequeños  o gigantes.  Unilever  ya  se  ha  dado  cuenta  de  eso.  En  las 
palabras  de  un  colaborador:  'Wal-Mart  y Carrefour  nos  apresuran  mu- 
cho más  que  los  gobiernos.  Wal-Mart  por  ejemplo  por  su  compromiso  de 
una  energía  al  cien  por  ciento  renovable'.  Es  cierto  que  esta  pronta  con- 
versión de  Wal-Mart  obliga  a la  industria  alimentaria  a una  reconversión 
rápida  hacia  la  sostenibilidad  ecológica,  por  ejemplo  de  los  empaques. 
Nadie  puede  estar  en  contra  de  eso.  No  obstante,  es  desagradable  hacer 
negocios  con  una  empresa  que  tenga  un  balance  social  tan  malo.  Cuando 
se  trata  de  emprender  de  manera  socialmente  responsable  y sostenible, 
Unilever  por  ejemplo  puede  presentar  resultados  mucho  mejores  que 
Wal-Mart.  Hubo  un  tiempo  en  el  que  la  empresa  fue  pionera  en  cuanto 
a la  semana  de  cinco  días,  los  arreglos  de  jubilación  y la  aprobación  de 
vacaciones.  Hoy  en  día  Unilever  se  destaca  en  las  mediciones  de  sos- 
tenibilidad. Obviamente,  el  interés  de  la  empresa  es  el  motor  de  esta 
empresa  socialmente  responsable.  Uno  se  da  cuenta  que  la  credibilidad 
de  las  empresas  multinacionales  recibe  golpes,  sabe  la  importancia  de 
una  buena  reputación.  Y se  espera  ganársela  empeñándose  socialmente 
y ecológicamente  bien.  Porque  Unilever  obtiene  la  mayor  parte  de  sus 
insumos  de  la  agricultura,  también  la  agricultura  sostenible  tiene  para 
la  empresa  un  lugar  importante.  Testigos  de  eso:  las  iniciativas  para  el 
té,  la  palma  aceitera  o la  soya  sostenibles.  No  es  que  Unilever  esté  com- 
pletamente impregnada  con  la  empresa  socialmente  responsable,  pero 
definitivamente  hace  esfuerzos  interesantes.  Hace  unos  años,  la  empresa 
puso  las  cartas  sobre  la  mesa  acerca  de  sus  actividades  en  Indonesia, 
por  un  estudio  ejecutado  en  conjunto  con  las  ONG,  Oxfam  GB  y Oxfam 
Novib  Países  Bajos,  acerca  del  comercio  internacional  y la  disminución 
de  la  pobreza.  Eso  mapeó  la  cadena  entera,  desde  el  aprovisionamiento 
hasta  la  distribución.  No  es  de  sorprender  la  observación  de  que  los  que 


222  | COMPETENCIA  A MUERTE 


caminan  en  la  parte  exterior  de  dicha  cadena,  los  agricultores  pequeños, 
son  los  que  ganan  menos  con  su  trabajo.  También  está  clara  la  causa: 
en  la  cadena  entera  tienen  menos  poder  que  el  de  una  empresa  grande 
como  Unilever. 

Un  proyecto  con  pequeños  agricultores  quienes  reciben  un  precio 
mayor  al  precio  del  mercado  es  notable.  En  este  caso,  Unilever  tiene  bue- 
nas razones  para  eso,  porque  necesitan  urgentemente  más  y mejores  ha- 
bas de  soya,  que  son  un  ingrediente  de  la  exitosa  salsa  agridulce  Kecap 
Bango.  Por  eso,  la  empresa  quiere  comprar  directamente  con  los  agri- 
cultores para  mejorar  la  calidad,  aumentar  la  producción  y asegurar  la 
provisión.  Los  agricultores  también  aprovechan  que  los  intermediarios 
se  eliminen;  reciben  un  precio  del  diez  hasta  el  quince  por  ciento  más 
alto.  No  obstante,  el  riesgo  de  malas  cosechas  sigue  siendo  únicamen- 
te suyo,  y no  reciben  un  precio  mayor  para  las  habas  que  no  tengan  la 
calidad  requerida,  las  cuales  a veces  se  venden  con  pérdidas.  Es  un  co- 
nocimiento y fondo  muy  interesante  para  las  preguntas  y observaciones 
que  permanecen.  ¿Por  qué  Unilever  compartiría  su  poder  con  pequeños 
agricultores?  Y aún  si  pagara  a sus  agricultores  proveedores  más  que 
el  precio  del  mercado,  ¿ganarían  suficiente?  Aún  así  no  hay  un  precio 
mínimo  garantizado  que  brinde  un  ingreso  viable.  Y,  ¿qué  hacer  con  la 
observación  que  en  el  período  1999-2003,  el  ochenta  y cinco  por  ciento  de 
los  dividendos  - significando  casi  el  cuarenta  por  ciento  de  las  ganancias 
de  la  empresa  antes  de  impuestos  - salen  del  país  hacia  los  accionistas 
en  el  exterior? 

En  mayo  de  2007,  Unilever,  la  compañía  que  mundialmente  lleva 
más  té  al  mercado,  anuncia  que  todo  este  té  debe  producirse  de  manera 
sostenible.  Rainforest  Alliance  garantizará  esto  mediante  la  certificación 
de  dicho  té,  iniciando  con  las  plantaciones  de  té  en  Africa.  En  agosto  de 
2007,  el  primer  té  certificado  debe  aparecer  en  Europa.  A la  larga,  dos  mi- 
llones de  personas  estarán  beneficiadas  con  esta  decisión.  Es  decir:  Uni- 
lever  cree  que  sus  precios  de  té  aumentarán  de  un  diez  hasta  un  quince 
por  ciento.  La  empresa  estima  los  ingresos  extra  para  los  agricultores  y 
los  trabajadores  en  las  plantaciones  en  2 millones  de  euros  en  2010  y en 
5 millones  de  euros  en  2015. 

Una  llamada  a Unilever  confirma  estos  datos.  Entonces,  tomemos  los 
prognosis  de  los  números  por  lo  que  son.  Dividamos  5 millones  de  euros 
de  ingresos  extra  entre  dos  millones  de  personas  beneficiadas,  eso  da  un 
promedio  de  2,5  euros  por  persona.  O sea,  los  números  nos  dicen  que  en 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 223 


el  año  2015  dos  millones  de  personas  dependiendo  de  estos  ingresos  del 
té  para  su  supervivencia,  verán  aumentar  sus  ingresos  con  dos  euros  y 
medio  en  promedio.  Sinceramente,  es  mejor  que  nada  pero  no  es  nada 
impresionante  e ilustra  que  quien  cultiva  y recoge  el  té  en  la  parte  infe- 
rior de  la  cadena,  gana  muy  poco  con  eso. 

Con  eso,  la  discusión  acerca  de  la  empresa  socialmente  responsable 
da  otro  paso  más.  Y la  discusión  con  el  movimiento  del  comercio  justo 
acerca  de  un  comercio  lo  más  sostenible  posible  y totalmente  justo,  pue- 
de alcanzar  una  velocidad  mayor. 


La  empresa  socialmente  responsable  como  contrapoder 

También  la  industria  de  procesamiento  puede  apostar  a la  empresa  so- 
cialmente responsable  en  la  lucha  del  poder  con  los  distribuidores  ma- 
yoristas. 

Hay  otra  evolución  que  llama  la  atención.  Es  lógico  que  una  empresa 
como  Unilever  saque  todo  del  closet  para  responder  a los  distribuidores 
mayoristas.  La  empresa  puede  utilizar  a la  empresa  socialmente  respon- 
sable como  instrumento  para  construir  un  contrapoder  contra  Wal-Mart 
y Carre  Four,  porque  si  sus  actividades  económicas  deben  ser  también 
ecológica  y socialmente  responsables,  eso  da  argumentos  extra  respecto 
a la  pregunta  de  por  qué  los  precios  de  los  productos  Unilever  no  pue- 
den bajar.  En  la  lucha  contra  los  distribuidores,  la  empresa  sostenible  se 
vuelve  una  arma  extra.  Además,  puede  proporcionar  socios  adicionales, 
como  los  sindicatos  y varias  ONG,  además  de  crear  simpatía  y confiabi- 
lidad en  la  sociedad  y entre  los  consumidores. 

La  empresa  sostenible,  no  sin  el  gobierno 

Los  gobiernos  fijan  las  normas  mínimas  e impiden  que  las  empresas  fun- 
cionen debajo  de  la  regla.  Las  etiquetas  ayudan  para  poner  la  regla  de 
sostenibilidad  cada  vez  más  alta. 

El  emprender  de  manera  socialmente  responsable  no  es  cosa  únicamente 
de  las  empresas,  y no  pueden  reemplazar  las  normas  sociales,  ecológicas 
y también  económicas  que  la  sociedad,  a través  de  sus  políticos,  pone 


224  | COMPETENCIA  A MUERTE 


sobre  las  empresas  y la  economía  en  general.  Por  ahí  anda  un  mito  de 
que  el  gobierno  y la  sociedad  no  puedan  fijar  normas  sociales  y ecológi- 
cas más  altas,  que  esta  supuesta  coacción  no  sería  el  mejor  estímulo  para 
emprender  de  manera  sostenible.  No,  el  mismo  mercado  empujaría  a las 
empresas  en  esta  dirección,  y los  emprendedores  sostenibles  tendrían  el 
futuro,  lo  cual  se  traduciría,  entre  otras  cosas,  en  todo  tipo  de  etiquetas. 
¿La  sociedad  entonces  dejaría  libres  a las  empresas  para  sí  o no  cumplir 
la  prohibición  de  la  labor  infantil,  la  libertad  de  asociación,  el  derecho  de 
libertad  de  sindicatos,  la  prohibición  de  labor  forzada  y de  discrimina- 
ción? ¿Hay  que  seguir  comercializando  los  productos  que  destruyan  el 
medio  ambiente  o que  afecten  la  salud? 

A muchas  personas,  eso  les  suena  absurdo.  Y sin  embargo,  ese  es  el 
verdadero  significado  de  todas  estas  etiquetas  si  no  van  de  la  mano  con 
reglas  legales  mínimas  para  todas  las  empresas.  Efectivamente,  las  em- 
presas pueden  escoger  si  optan  por  una  etiqueta.  Pero  si  no  la  eligen,  eso 
también  significa  que  les  damos  la  libertad  de  no  molestarse  por  estas 
normas.  Eso  es  inaceptable,  porque  en  realidad  significa  la  privatización 
de  grandes  partes  del  derecho  y de  la  política. 

El  cumplimiento  con  los  derechos  humanos  en  general,  la  elaboración 
de  las  normas  sociales  y de  las  leyes  laborales,  de  las  normas  ecológicas 
y de  las  leyes  ambientales...  son  tareas  de  la  sociedad  que  no  se  pueden 
dejar  exclusivamente  al  cuidado  de  las  empresas  y del  mercado.  Hay 
tan  solo  un  remedio  contra  eso.  Es  la  tarea  de  la  sociedad,  y por  tanto  de 
los  gobiernos,  fijar  normas  mínimas  en  leyes  y de  imponerlas  a todas  las 
empresas.  Al  fin  y al  cabo,  es  una  tarea  de  la  sociedad  hacer  que  la  pro- 
ducción económica  sea  más  social,  más  ecológica  y más  democrática. 

¿Decimos  con  eso  'no'  contra  las  etiquetas  o los  códigos  empresaria- 
les? Para  nada.  En  la  búsqueda  urgente  de  más  sostenibilidad,  hemos 
dado  un  lugar,  tanto  a las  etiquetas  y a los  códigos  que  son  basados  en  la 
voluntad  libre,  como  a los  que  imponen  las  leyes.  Las  leyes  determinan 
la  altura  de  la  regla  social  y ecológica,  y con  la  que  ninguna  empresa  pue- 
de incumplir.  Las  etiquetas  estimulan  las  empresas  hacia  mayores  am- 
biciones en  cuanto  a sostenibilidad.  Su  mejor  empeño  hace  posible  que 
la  regla  se  ponga  más  alta  para  todos.  Eso  es  muy  necesario  para  que  en 
los  años  venideros  cambie  la  tendencia  hacia  un  mundo  más  viable.  Se 
necesita,  para  eso,  una  interacción  con  la  industria  y el  comercio  porque 
su  pericia  es  útil  en  la  elaboración  de  la  mejor  regulación.  De  esa  manera, 
también  se  crea  mayor  apoyo  para  esta  regulación  y para  el  cumplimien- 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 225 


to  de  la  misma,  aunque  sea  con  un  palo  detrás  de  la  puerta.  El  que  no 
cumple,  puede  esperar  sanciones.  Para  todos  los  empresarios  con  dudas, 
el  siguiente  pensamiento:  sin  el  palo  detrás  de  la  puerta,  los  empresarios 
de  mala  voluntad,  quienes  producen  de  la  manera  más  contaminante  y 
explotadora,  recibirían  un  premio.  Normas  legales  sociales  y ecológicas 
claras,  el  cumplimiento  de  las  cuales  los  gobiernos  vigilan  de  cerca,  son 
la  mejor  arma  contra  la  falsificación  de  la  competencia  de  la  cual  los  em- 
presarios de  buena  fe  y con  ellos  la  sociedad  entera  podrían  llegar  a ser 
víctimas  si  no  se  hiciera.  Un  gobierno  fuerte  aquí  seguramente  no  es  una 
imagen  para  dar  miedo,  sino  un  apoyo  real. 

De  la  cadena  corta  a la  larga,  un  proceso 

¿Cómo  funciona  la  cadena  corta  como  palanca  para  hacer  que  la  cade- 
na larga  se  haga  más  sostenible?  Jan  Vanoppen,  anteriormente  activo 
en  Vredeseilanden  y actual  director  de  VELT,  nos  ayuda  a mapear  esto. 
Cuenta  que  siempre  comienza  con  los  agricultores,  quienes  dicen:  "No- 
sotros lo  hacemos  de  manera  diferente"  y consumidores  que  igualmente 
lo  quieren  de  manera  diferente.  Y en  lugar  de  comprar  sus  alimentos 
en  los  supermercados,  la  gente  toca  la  puerta  de  los  agricultores  en  sus 
alrededores.  Juntos  forman  una  cadena  corta  de  alimentos,  a nivel  fami- 
liar. Se  conocen  unos  a otros,  y su  colaboración  se  basa  en  una  confianza 
mutua.  Pero  el  mundo  no  se  para,  y no  todos  conocen  a un  agricultor. 
Las  personas  que  quieren  hacerlo  diferente,  entonces  no  compran  única- 
mente del  agricultor  a la  vuelta.  También  compran  en  ferias  de  agricul- 
tores, como  miembros  de  un  Voedselteam  o en  una  tienda  agrícola.  Con 
el  crecimiento  de  las  alternativas,  también  aumenta  la  necesidad  de  fijar 
reglas  y principios,  porque  ya  las  personas  no  se  conocen  tanto  y por  eso 
la  confianza  necesita  una  base  diferente.  Llegamos  entonces  al  nivel  de 
la  sociedad  civil  que  se  organiza  para  cumplir  con  esta  tarea.  Eso  se  ma- 
nifiesta por  ejemplo  en  la  aparición  de  etiquetas,  de  mercados  cooperati- 
vos o de  tiendas  biológicas.  Ellos  completan  las  relaciones  directas  de  la 
cadena  espontánea  y más  corta  entre  los  agricultores  y los  consumidores 
que  se  conocen  personalmente;  inclusive,  cada  vez  más  las  reemplazan. 
Si  esa  dinámica  sigue  su  paso,  la  cadena  corta  se  desarrollará  también 
y penetrará  en  el  nivel  de  procesamiento.  Así,  hay  agricultores  en  Bra- 
sil y en  otros  lugares  quienes  poseen  sus  propias  fábricas  de  leche;  así 
Coprosain  en  Valonia  corta  su  propia  carne  y fabrica  embutidos.  Aquí 


226  | COMPETENCIA  A MUERTE 


también  aparecen  las  etiquetas.  La  industria  alimentaria  existente  de  su 
lado  incorporará  e integrará  elementos  de  la  cadena  corta  exitosa,  por 
ejemplo  tendrá  lo  que  llaman  productos  artesanales  o naturales,  u ofre- 
cerán también  productos  bajo  la  bandera  de  las  etiquetas.  El  mismo  fenó- 
meno se  notará  al  nivel  del  mercado.  La  cadena  corta  se  verá  obligada  o 
elige  conscientemente  tomar  la  venta  en  sus  propias  manos,  por  ejemplo 
abriendo  sus  propias  tiendas.  Así  como  lo  hace  la  industria  alimentaria, 
también  los  distribuidores  mayoristas  establecidos  irán  a prestar  ideas 
con  el  nuevo  actor,  incorporarán  algunas  alternativas  - pensemos  en  el 
auge  de  los  productos  biológicos  y regionales  en  los  supermercados  - y 
se  inspirarán  en  la  cadena  corta  para  permanecer  lo  más  fuertes  posi- 
bles. 

Del  corto  y del  largo  plazo 

El  lector  pudiera  preguntarse:  ¿ahora,  qué  es?  ¿La  cadena  corta  tiene  en 
primera  instancia  una  función  de  señal  y de  palanca?  ¿O  es  realmente 
una  alternativa  económica  para  la  cadena  larga  que  quiere  reconquistar 
el  terreno  económico,  hasta  podría  ser  un  modelo  que  podría  ganar  la  lu- 
cha con  la  industria  agrícola?  ¿Lo  primero  es  pragmatismo  o reformismo 
contra  la  actitud  radical  de  quien  quiere  ver  su  alternativa  triunfar?  Hay 
un  poco  de  eso.  Sin  embargo,  la  diferencia  entre  quien  acentúe  (más) 
las  funciones  de  señal  y de  palanca  de  la  cadena  corta  y quien  acentúe 
(más)  la  lucha  entre  ambos  modelos,  es  menos  grande  de  lo  que  pare- 
ciera. Porque  gran  parte  de  la  diferencia  está  en  el  horizonte  de  tiempo 
que  se  emplea.  Eso  es  en  primer  lugar  la  diferencia  entre  el  plazo  corto  y 
mediano  contra  el  largo  plazo.  Es  una  visión  muy  racional  de  querer  que 
la  cadena  larga  sea  más  amigable  para  los  agricultores  y a la  vez  ambi- 
cionar el  objetivo  final  de  un  avance  radical  de  la  agricultura  familiar  y 
su  cadena  corta  o medio  corta. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 227 


9.  Los  agricultores  en  movimiento 

Las  personas  en  la  sala  se  levantan,  gritan  eslóganes,  agitan  banderas 
de  un  lado  para  otro.  En  el  podio,  habla  Altemir  Tortelli:  "No  podemos 
aceptar  que  la  educación  sea  un  regalo,  o un  favor.  El  gobierno  debe 
garantizar  educación  de  calidad  para  todos". 

Muchos  aplausos  se  oyen  en  la  sala  llena,  donde  el  movimiento  campe- 
sino de  Brasil  ha  reunido  a jóvenes  y viejos.  También  en  el  podio,  los  po- 
líticos regionales  brasileños.  Los  mensajes  de  los  oradores  se  dirigen  en 
primer  lugar  hacia  ellos:  "A  ustedes  ahora  se  les  ofrece  una  petición,  esta 
es  nuestra  manera  de  luchar  por  una  universidad  en  nuestra  región". 

En  el  fondo,  unos  miles  de  agricultores  surcoreanos  muestran  sin  cansar- 
se su  oposición  contra  la  Organización  Mundial  del  Comercio.  Cada  día 
llegan  a Hong  Kong  con  otra  acción  sorprendente. 

René  Louail  de  la  confederación  campesina  francesa  se  ata  el  chalcito 
mientras  la  cámara  ya  le  está  grabando:  "El  movimiento  campesino  es  el 
mayor  movimiento  social  en  el  mundo,  no  olvidemos  eso.  Vamos  a apro- 
vechar nuestro  poder.  Estamos  aquí  para  expresar  nuestro  enojo  por  la 
mala  política  agrícola,  pero  en  primer  lugar  para  hacer  propuestas.  Que- 
remos que  las  cosas  cambien,  queremos  una  política  diferente". 

Movilizar  por  una  política  diferente 

En  todos  lados  del  mundo,  muchos  agricultores  se  cuidan  de  la  mejor 
manera  posible.  También  intentan  influir  en  su  suerte  económica,  pro- 
cesando ellos  mismos  sus  productos  agrícolas  hacia  productos  con  un 
valor  mayor,  y vendiendo  directamente  a los  clientes.  Con  el  fin  de  pro- 
teger más  sus  intereses,  se  asocian  en  organizaciones  campesinas  - esos 
son  sus  gremios  - y crean  cooperativas  u otras  formas  de  cooperación. 
Muchos  agricultores  están  conscientes  que  fácilmente  están  en  el  margen 
de  la  sociedad.  Saben  que  deben  moverse  en  la  sociedad  y convencer  a 
los  políticos  de  sus  intereses  justificados,  de  su  derecho  a poder  vivir 


228  | COMPETENCIA  A MUERTE 


de  su  trabajo  y del  interés  general  de  un  abastecimiento  asegurado  de 
alimentos. 

Un  fuerte  movimiento  campesino  ve  más  allá  de  la  agricultura  y la  eco- 
nomía. Quiere,  como,  por  ejemplo  Fetraf  en  Brasil,  una  sociedad  mejor 
con  una  educación  superior  en  la  propia  región. 

Los  agricultores  no  se  mueven  únicamente  en  pro  de  una  agricultura 
diferente  y del  abastecimiento  de  alimentos,  sino  también  por  una  zona 
rural  próspera,  con  un  buen  suministro  de  agua,  energía,  educación,  sa- 
lud pública  y todo  lo  que  una  buena  sociedad  desea  tener. 

De  sindicato  a movimiento 

Como  sindicato,  Fetraf  defiende  a los  agricultores  y elabora  alternati- 
vas económicas  con  sus  cooperativas.  Como  movimiento,  lucha  por  una 
mejor  política  del  gobierno.  (Eloir  Grizelli,  dirigente  campesino  de 
Fetraf). 

Observemos  bien  nuevamente  el  movimiento  brasileño  de  agricultores 
familiares  - con  el  riesgo  de  que  de  vez  en  cuando  repitamos  algo.  No 
obstante,  la  historia  del  intercambio  que  anhela  este  movimiento  con 
la  política,  con  la  sociedad  y con  la  economía,  es  demasiado  fascinante 
como  para  pasarlo  por  alto. 

Fetraf  - de  lleno:  federación  de  trabajadores  en  la  agricultura  familiar 
- se  ve  en  primer  lugar  como  una  organización  sindical  para  defender 
los  intereses  de  sus  miembros,  y además  está  integrada  en  la  central  sin- 
dical más  grande  de  Brasil,  la  CUT. 

También  se  ha  empeñado  en  elaborar  una  visión  económica  a largo 
plazo,  la  cual  ahora  la  inspira  para  elaborar  ella  misma  alternativas  frente 
a la  agroindustria  y la  distribución  mayorista  destructivas.  Estos  agricul- 
tores familiares  prefieren,  en  la  medida  de  lo  posible,  la  autosuficiencia  y 
la  producción  para  el  mercado  local  y brasileño.  Encima  de  eso,  no  sólo 
quieren  producir,  sino  también  vender  ellos  mismos,  y para  eso  buscan 
contacto  directo  con  los  consumidores,  sus  clientes.  Entre  tanto,  quieren 
ver  si  es  posible  procesar  también  sus  productos  agrícolas,  hacia  produc- 
tos con  un  valor  mayor,  digamos  queso  y vino  en  vez  de  leche  y uvas. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 229 


Es  su  ambición  llegar  a ser  económicamente  independientes  y tomar  en 
manos  propias  la  cadena  entera.  Para  estas  actividades  económicas,  se 
organizan  en  cooperativas,  desde  pequeñas  que  en  la  ciudad  establecen 
una  feria  y tienda  del  agricultor,  hasta  grandes  que  proveen  el  campo  de 
electricidad  o hasta  retoman  una  lechería  estatal  en  quiebra,  se  la  ganan 
a una  multinacional  y ahora  entregan  leche  a supermercados.  También 
presente  en  todo  Brasil,  pero  con  fuerte  representación  sobre  todo  en  los 
estados  del  sur  y del  noreste,  es  la  cooperativa  de  crédito,  muy  importan- 
te para  los  agricultores  que  necesitan  dinero  para  invertir. 

Pero,  la  visión  y el  funcionamiento  de  Fetraf  van  aún  más  allá.  Quiere 
una  alternativa  sostenible,  también  ecológica.  Y por  tanto,  elige  una  agri- 
cultura agro-ecológica,  sin  pesticidas. 

En  tercer  lugar,  Fetraf  quiere  pesar  sobre  la  representación  política  y 
exigir  una  gestión  del  gobierno  que  se  preocupe  por  los  intereses  de  los 
agricultores  familiares  y que  brinde  oportunidades  y apoye  a sus  alter- 
nativas económicas.  No  sólo  quiere  tener  peso  en  el  campo  de  la  agricul- 
tura, sino  buscar  una  buena  política  del  gobierno  en  otros  terrenos  de  la 
sociedad,  como  la  educación.  Lo  hace  a través  de  manifestaciones  en  las 
calles  así  como  mediante  negociaciones  con  base  a propuestas  y contra- 
propuestas fundamentadas. 

¿Demasiado  bello  para  ser  cierto? 

Casi  es  demasiado  bello  para  ser  verdad,  un  movimiento  campesino  que 
es  a la  vez  sindicato  y movimiento  ambiental  y movimiento  social,  y ade- 
más da  forma  a un  nuevo  modelo  económico  que  quiere  dar  respuesta 
al  modelo  agroindustrial.  Ya  lo  sabemos,  también  esta  historia  tiene  sus 
lados  oscuros:  algo  de  burocracia  acá;  alguna  ineficiencia  allá;  la  rigi- 
dez sindical  que  choca  con  el  pensamiento  del  mercado  que  socarrona- 
mente entra  en  el  pilar  económico  del  movimiento,  las  cooperativas;  la 
dificultad  creciente  de  seguir  sacando,  de  la  misma  la  fuerza  social  que 
tiene  un  movimiento  unido.  Aún  así,  es  de  ese  tipo  de  movimientos  los 
que  son  muy  necesarios  en  el  mundo,  movimientos  que  caminan  por  la 
vía  de  las  alternativas  económicas  viables,  en  las  cuales  las  personas  son 
importantes  y que  de  una  vez  también  sean  ecológicamente  responsa- 
bles. En  todos  estos  campos,  la  agricultura  familiar,  que  produce  comida 
en  primer  lugar  para  los  mismos  agricultores  y para  los  brasileños,  está 


230  | COMPETENCIA  A MUERTE 


realmente  mejor  que  la  agricultura  destructiva  de  exportación  que  no 
logra  separarse  de  la  industria  alimentaria  mundial  y de  la  distribución 
mayorista. 

Así  se  mejora  el  mundo 

El  10  de  octubre  de  2002,  se  reunieron  en  Lovaina  dirigentes  campesinos 
de  Vietnam,  las  Filipinas,  Senegal  (un  tal  Ndiogou  Fall),  Guinea,  Benín, 
Kenia,  Brasil  (un  tal  Altemir  Tortelli),  Uruguay,  Países  Bajos,  Bélgica, 
Francia,  Portugal  y Suecia.  Discutieron  acerca  de  cómo  manejar  la  globa- 
lización  progresiva,  la  pobreza,  las  negociaciones  comerciales  y la  agri- 
cultura. 

¿Quién  no  reconoce  en  esto  gran  parte  de  la  historia  de  los  movimientos 
europeos,  de  nuestros  sindicatos  agrícolas,  sindicatos  y cooperativas  de 
todo  tipo? 

Es  ese  mismo  movimiento  social  que  sigue  reproduciéndose  en  la  Eu- 
ropa de  hoy  día,  así  como  los  hemos  descubierto  sobre  todo  en  Francia, 
y en  menor  medida  también  en  Bélgica  y Países  Bajos. 

Es  este  movimiento  que  vemos  surgir  en  África  del  Oeste,  también  de 
eso  fuimos  testigos.  Y no  tengan  duda,  de  igual  manera  existe  en  otras 
partes  de  Europa,  en  India,  en  los  Estados  Unidos,  en  Corea  del  Sur,  en 
Honduras...  vive  en  todos  los  continentes.  Son  movimientos  como  esos 
los  que  cambian  el  mundo  y mejoran  la  convivencia,  movimientos  que 
defienden  el  derecho  de  las  personas  a vivir  de  su  trabajo,  movimientos 
que  se  dan  cuenta  que  solo  hay  un  futuro  si  respetamos  el  medio  am- 
biente. Y es  con  estos  movimientos  sociales  que  se  pueden  tener  los  me- 
jores contactos  y con  quienes  el  día  de  mañana  se  puedan  formar  alian- 
zas. Porque  luchar  por  una  sociedad  próspera  y social  no  se  puede  hacer 
limitándose  al  propio  país,  ni  siquiera  a Europa  o Brasil.  No  obstante,  los 
movimientos  campesinos  entendieron  eso  hace  rato.  Se  conocen  desde 
hace  muchos  años.  Tienen  sus  cúpulas  europeas,  de  África  Occidental  y 
otras,  y sus  dos  cúpulas  mundiales.  Se  reúnen  en  Leuven,  Dakar,  Chape- 
co o Hong  Kong.  Cada  vez  más  forman  un  movimiento  social  mundial 
que  sabe  muy  bien  qué  quiere,  y eso  es:  realizar  gran  parte  de  las  am- 
biciones que  han  sido  expuestas  en  las  partes  V y VI  del  presente  libro. 
Como  movimiento  campesino  mundial,  buscan  conectarse  a la  sociedad, 
con  otros  movimientos  sociales  y con  la  política  - también  la  mundial 
- sin  importar  de  qué  manera  se  logra  esta  última  parte. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 231 


¿Dónde  quedan  los  movimientos  sociales? 

Los  movimientos  de  consumidores,  ambientales,  Norte-Sur,  laborales,. . . 
todos  tienen  un  interés  más  o menos  grande  con  una  agricultura  que 
les  proporcione  un  ingreso,  brinde  seguridad  alimentaria,  cuide  la  se- 
guridad y la  calidad  de  lo  que  comemos,  respete  el  medio  ambiente  y 
permita  vivir  bien  en  el  campo.  En  estas  funciones  tan  diversas  de  la 
agricultura  encuentran  las  razones  para  buscar  conexión  con  la  agricul- 
tura sostenible.  Las  organizaciones  de  consumidores  ponen  mucho  én- 
fasis en  la  importancia  de  una  alimentación  segura  y saludable,  y con 
razón  exigen  calidad.  En  esta  parte,  los  agricultores  son  más  bien  sus 
aliados  que  sus  oponentes.  Esa  noción  crece,  pero  muy  lentamente.  Gert 
Engelen  de  Vredeseilanden  señala  un  enfoque  de  precio  - calidad  dema- 
siado unilateral,  que  no  toma  suficientemente  en  cuenta  el  contexto  en  el 
cual  los  agricultores  deben  trabajar.  Es  así  que  muchas  organizaciones  de 
consumidores  no  expresan  un  apoyo  explícito  en  pro  de  una  agricultura 
de  calidad  y viable.  Aún  menos,  al  buscar  alianzas  con  agricultores  que 
sí  pueden  garantizar  una  alimentación  segura  y saludable. 

Las  organizaciones  ambientales  y de  campesinos  a menudo  se  com- 
portan como  los  gatos  y los  perros:  ambos  en  el  mismo  terreno,  pero 
sin  encontrarse.  Sin  embargo,  eso  no  siempre  ha  sido  así.  Y sobre  todo, 
vemos  una  evolución  en  la  cual  conciban  sus  contradicciones.  Algunos 
movimientos  ambientales  entienden  muy  bien  que  la  conservación  del 
medio  ambiente  y las  metas  sociales  pueden  ir  de  la  mano.  E inclusive 
llegan  a tener  en  vista  la  parte  social  y las  aspiraciones  de  personas  quie- 
nes quieren  vivir  decentemente  de  lo  que  la  naturaleza  les  ofrece.  Las 
organizaciones  campesinas,  por  su  parte,  ya  no  esquivan  los  asuntos  am- 
bientales. Dejaron  a un  lado  su  anterior  actitud  defensiva.  Aceptan  que 
la  naturaleza  tiene  sus  derechos  y que  se  pueden  imponer  limitaciones 
ambientales.  Eso  sí,  quieren  poder  sobrevivir  económicamente.  Pueden 
vivir  con  apoyo  transitorio  y compensaciones  por  sus  esfuerzos  ambien- 
tales. Varios  agricultores  y organizaciones  campesinas  van  aún  más  allá 
y optan  definitivamente  por  una  agricultura  agroecológica  o biológica. 

El  movimiento  Norte-Sur  aboga  por  relaciones  mundiales  que  sa- 
quen de  la  esquinita  del  olvido  a las  personas  y las  sociedades  de  los 
países  pobres.  Defiende  a los  agricultores  pobres  en  el  Sur.  No  obstante, 
en  algunas  organizaciones  de  desarrollo  - y más  bien,  en  algunas  de  las 
más  grandes  de  ellas  -,  el  análisis  falla.  Eliminan  los  subsidios  a la  expor- 


232  | COMPETENCIA  A MUERTE 


tación,  abren  los  mercados  de  los  países  ricos  y listo.  Eso  es  en  breve  lo 
que  dicen.  No  quieren  o no  pueden  entender  que  eso  no  ayuda  en  nada 
a los  agricultores,  ni  a los  del  Norte,  ni  tampoco  a los  del  Sur,  y mucho 
menos  a los  más  pobres.  Obviamente,  están  las  organizaciones  de  desa- 
rrollo quienes  ya  defienden  desde  hace  mucho  la  soberanía  alimentaria 
y apoyan  a las  organizaciones  campesinas.  Ahora  reciben  la  compañía 
de  cada  vez  más  organizaciones  hermanas,  quienes  finalmente  hicieron 
la  tarea  y ahora  se  mueven  en  la  misma  dirección.  Eso  abre  perspectivas 
para  las  alianzas. 

Los  sindicatos  entonces.  Las  organizaciones  campesinas  en  los  países 
en  vías  de  desarrollo,  quienes  se  ven  a sí  mismas  en  primer  lugar  como 
sindicato  -,  porque  también  los  agricultores  y los  trabajadores  agrícolas 
deben  vivir  de  su  trabajo  - de  vez  en  cuando  se  reúnen  en  una  misma 
casa  sindical  con  los  sindicatos  de  trabajadores  que  conocemos  mejor. 
Entonces  es  más  fácil  familiarizarse  con  los  problemas  mutuos,  con  las 
opiniones  y visiones.  También  los  otros  sindicatos  y organizaciones  cam- 
pesinas tienen  contacto  unos  con  otros,  aunque  muy  esporádico.  Muchos 
sindicatos  aún  no  entienden  bien  qué  es  lo  que  conlleva  al  descuido  de 
la  agricultura  y al  derrumbe  económico  y social.  Los  agricultores  empo- 
brecidos y quebrados  están  casi  desesperados  en  su  búsqueda  de  trabajo, 
de  algo  que,  aunque  de  lejos,  parezca  un  ingreso.  Eso  les  lanza  en  masa 
hacia  las  ciudades  - la  conocida  huida  del  campo  - en  donde  forman  una 
inmensa  reserva  de  trabajo.  Son  tantos  que  están  (forzosamente)  conten- 
tos con  un  mínimo.  Eso,  como  ya  sabemos,  causa  una  presión  a la  baja  en 
los  sueldos  y los  ingresos,  así  como  condiciones  laborales  aún  peores.  So- 
bre todo  significa  que  los  sindicatos  y las  uniones  de  agricultores  llegan  a 
tener  intereses  más  paralelos  que  opuestos.  Por  mucho  tiempo,  la  gente 
de  los  sindicatos  han  creído  - y algunos  aún  ahora  siguen  creyendo  - 
que  les  favorecen  agricultores  mal  pagados  y precios  alimentarios  bajos. 
Pero  no  tienen  en  cuenta  la  presión  negativa  en  los  sueldos  y tampoco  el 
mercado  desapareciendo  en  el  campo.  Porque  eso  también  es  cierto:  si 
los  trabajadores  en  las  fábricas  de  la  ciudad  producen,  ¿con  qué  dinero 
comprarían  los  agricultores  empobrecidos  estos  productos?  La  realidad 
en  muchos  países  es  tal  que  cuando  pierden  los  agricultores,  los  otros 
trabajadores  corren  el  riesgo  de  perder  dos  veces. 


¿QUÉ  SE  PUEDE  HACER?  TOMAR  TODO  EN  MANOS  PROPIAS  | 233 


¿Dónde  está  la  política? 

Exacto,  ¿dónde  están  los  gobiernos?  Por  ahora,  están  ausentes,  eso  es 
muy  cierto,  ya  que  muchos  políticos  siguen  profundamente  impresio- 
nados con  la  liberación  del  mercado  mundial.  Siguen  creyendo  el  mito 
de  que  así  solito  y como  por  magia  aparecerá  mejor  la  sociedad  mundial 
y también  la  agricultura.  Naturalmente  hay  excepciones  entre  los  po- 
líticos; no  obstante,  en  este  momento  no  son  ellos  quienes  determinan 
de  qué  dirección  viene  soplando  el  viento  político.  Se  necesitará  mucha 
convicción  y aún  más  presión  social  a las  organizaciones  campesinas  y 
otras,  para  que  sus  muchos  colegas  lleguen  a un  mejor  entendimiento.  Es 
difícil  luchar  contra  sus  espejismos  ideológicos  erróneos,  contra  su  indi- 
ferencia, contra  el  cabildeo  o el  poder  financiero  de  las  empresas  multi- 
nacionales que  tan  a menudo  atraviesan  el  camino  de  los  agricultores,  en 
casi  todo  lo  que  éstos  emprenden.  Es  difícil  decir  qué  es  peor  - y a veces 
es  una  lucha  contra  todo  al  mismo  tiempo. 

¿Dónde  queda  la  máquina  para  una  mayor  prosperidad? 

'A  largo  plazo  queremos  dar  prioridad  a la  modernización  de  la  agri- 
cultura familiar  y al  desarrollo  de  actividades  fuera  de  la  agricultura'. 

(Samba  Gueye,  dirigente  campesino  de  CNCR,  se  dirige  a treinta  mil 

agricultores  en  el  estadio  grande  de  Dakar). 

La  economía  mundial  actual  no  es  amable  para  con  los  agricultores,  ese 
es  el  análisis  central  del  presente  libro.  Tampoco  es  amable  con  los  paí- 
ses pobres.  No  obstante,  sigue  siendo  notable  que  tantos  países  en  el 
mundo  no  respeten  a sus  agricultores  e inviertan  insuficientemente  en 
su  agricultura,  véase  la  tabla  13  del  capítulo  V 4.  Así  que  esos  países  no 
tienen  el  poder  de  proveer  sus  propias  necesidades  de  alimentos  y otros 
productos  agrarios.  Igual  de  notable  es  el  hecho  que  muchos  países  ex- 
portan como  si  nada  el  resultado  del  duro  trabajo  en  el  campo,  y apenas 
emprenden  un  intento  de  escapar  de  esa  situación.  No  guardan  la  plus- 
valía en  sus  propios  países.  Sus  economías  no  procesan  los  productos 
agrícolas,  no  proveen  con  ellos  sus  propias  fábricas.  No,  hasta  el  día  de 
hoy,  sus  agricultores  siguen  entregando  materia  prima  mal  pagada  para 
la  economía  mundial. 


234  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Podría  ser  diferente.  Los  africanos  del  Oeste  podrían  procesar  el  algo- 
dón ellos  mismos  en  sus  fábricas  de  textil  y de  confección.  Sobre  todo,  la 
agricultura  en  muchos  países  en  regiones  de  América  Central  y del  Sur, 
en  el  Caribe,  en  África  y en  Asia  podría  ir  de  la  mano  con  una  industria 
alimentaria  y de  procesamiento  que  trabajara  para  el  mercado  local  o 
regional.  Un  campo  productivo  podría  ser  un  fuerte  motor  para  un  desa- 
rrollo económico  sostenible.  Y,  así  sigue,  siendo  un  caso  lamentable  que 
estas  sociedades  continúan  caminando  en  una  sola  pierna  agrícola,  y no 
invierten  en  un  desarrollo  industrial  ni  en  el  desarrollo  de  servicios  que 
podrían  brindar  más  prosperidad  en  el  propio  país.  Y si  quisieran  hacer 
eso,  son  la  víctima  del  dogma  de  que  hasta  los  países  pobres  no  pueden 
proteger  su  industria  emergente.  No,  deberían  operar  de  una  vez  en  un 
mercado  mundial  libre  e ilimitado,  lo  cual  les  presenta  una  dificultad  ex- 
tra y en  realidad  les  hace  imposible  construir  una  verdadera  máquina  de 
prosperidad.  Es  mil  veces  una  lástima  que  los  que  mandan  - en  primer 
lugar  los  países  económicamente  fuertes  y nuestros  instrumentos  desta- 
cados de  gestión  mundial  como  la  Organización  Mundial  del  Comercio 
- no  quieran  o puedan  ver  cuán  dramático  es  esto. 


CONCLUSIÓN  - LA  AGRICULTURA,  SOPORTE  ETERNO  DE  LOS  ESTADOS  Y LAS  COMUNIDADES  PRÓSPERAS  | 235 


Conclusión  - la  agricultura,  soporte  eterno  de  los  estados  y las 
comunidades  prósperas 

Quien  quiera  un  futuro  próspero,  deberá  dibujar  un  futuro  para  una 
agricultura  sostenible. 

¿Nos  entregamos  a los  caprichos  y las  ocurrencias  del  capital  financiero, 
o reconquistamos  y democratizamos  la  economía? 

Competencia  a muerte:  cuenta  la  historia  de  la  lucha  entre  dos  mode- 
los agrícolas.  Tal  vez  pensamos  que  somos  espectadores  o que  podemos 
autoengañarnos.  Pero  en  realidad,  sabemos  más.  Cada  consumidor  que 
come,  compra  alimentos,  es  un  actor  en  esta  historia,  por  muy  pequeño 
que  parezca  su  papel.  Y seguramente  es  así,  para  quien  comercie,  pro- 
cese o mercadee  alimentos  o productos  agrícolas.  Todos  debemos  ele- 
gir. ¿Dejamos  el  juego  libre  a la  agricultura  industrial  mundial,  la  cual 
está  sufriendo  el  auge  de  poder  de  la  distribución  mayorista?  ¿O  damos 
prioridad  a una  agricultura  familiar,  que  esté  en  primer  lugar,  local  y 
regional,  que  dé  nuevas  opciones  de  vida  a unos  mil  millones  de  perso- 
nas, porque  reciben  un  precio  justo  por  su  trabajo,  puesto  que  toman  la 
producción,  el  procesamiento  y la  distribución  en  manos  propias  o por 
lo  menos  ganan  terreno  en  este  campo? 

Aún  más  profundamente:  ¿elegimos  un  mundo  en  el  cual  la  mayoría 
de  las  personas  para  su  sobrevivencia,  su  prosperidad  y su  futuro  están  a 
la  merced  del  capital  financiero  que  en  todos  lados  dirige  el  baile  y puede 
apoderarse  de  las  ganancias  sin  tener  que  rendir  cuentas?  ¿O  aprende- 
mos que  capital  no  es  una  palabra  sucia  pero  que  existe  para  las  personas 
y que  por  eso,  aparte  de  la  sociedad,  también  debemos  democratizar  la 
economía?  Las  personas  en  el  mundo  entero  deben  tener  acceso  al  capi- 
tal natural  como  son:  la  tierra  y el  agua,  al  dinero,  al  equipo  industrial  y 
a otros  tipos  de  capital  para  producir  bienes  y servicios  para  sí  mismos, 
para  su  familia  y comunidad  o para  el  mercado.  Este  derecho  al  capital 


236  | COMPETENCIA  A MUERTE 


y el  consiguiente  derecho  de  crear  prosperidad  - o de  emprender  - ha 
sido  realizado  para  tan  sólo  unas  pocas  personas.  Debemos  intercalar  y 
estrechar  nuestros  mercados,  no  sólo  en  una  regulación  social  y econó- 
mica mundial,  sino  también  en  una  democracia  económica  a la  que  se  da 
forma  en  la  participación,  codirección,  copropiedad,  autogestión,  cola- 
boración cooperativa  y otras  formas  democráticas  de  organización. 

Recordemos  por  última  vez  el  nefasto  triángulo  de  la  soya,  que  atormen- 
ta el  medio  ambiente  y las  sociedades  agrícolas  desde  el  Brasil,  a través 
de  Europa  del  Oeste,  y hasta  África  del  Oeste.  Ahora  sabemos  cómo  los 
agricultores  en  todos  estos  países  laboran  para  el  cambio.  Es  difícil,  pero 
poco  a poco  logran  erigir  una  agricultura  y economía  diferentes,  desde 
la  producción  hasta  la  distribución.  No  obstante,  la  clave  está  también  en 
otro  lugar.  ¿Aprenderemos  en  el  mundo  rico  finalmente  y rápidamente 
que  no  podemos  construir  la  prosperidad  económica  a costas  de  otras 
personas,  y tampoco  a costas  de  la  naturaleza?  Porque  el  mundo  ya  no 
es  lo  suficientemente  grande  para  proceder  de  manera  no  económica. 
Hasta  el  inmenso  Brasil  es  muy  pequeño  para  ejercer  una  agricultura 
dirigida  en  primer  lugar  hacia  la  exportación.  No  tenemos  una  verda- 
dera elección:  debemos  utilizar  las  riquezas  de  la  tierra  de  tal  manera 
que  todos  seamos  capaces  de  vivir  bien,  y debemos  pasar  la  tierra  con  su 
capacidad  de  producción  intacta  a las  siguientes  generaciones. 

Hay  campos  de  tensión  entre  la  agricultura  y el  medio  ambiente,  así 
como  los  hay  entre  la  agricultura  y el  mundo  de  los  trabajadores  o de  los 
consumidores.  Estas  tensiones  son  reales,  no  tiene  sentido  hacernos  los 
pesados  al  respecto.  Pero  también  hay  puntos  de  contacto.  Los  agriculto- 
res, las  otras  personas  que  deben  vivir  de  su  trabajo,  el  medio  ambiente, 
los  consumidores...  hoy  en  día  todos  son  víctimas  de  la  mala  globali- 
zación  que  desenredamos  en  este  libro.  Las  salidas  que  encontramos, 
la  soberanía  alimentaria,  la  agricultura  sostenible,  y el  tomar  en  manos 
propias  el  procesamiento  y la  distribución,  todas  ofrecen  mejores  alter- 
nativas. 

Estoy  convencido  de  que  se  puede  formar  una  alianza  mundial  en- 
tre movimientos  campesinos,  sindicatos,  movimientos  ambientales,  mo- 
vimientos Norte-Sur,  consumidores,  movimientos  de  comercio  justo  y 
además  con  empresas  que  quieran  comportarse,  de  manera  real,  social- 
mente responsables.  Esta  alianza  puede  adquirir  el  poder  y la  fuerza  de 


CONCLUSIÓN  - LA  AGRICULTURA,  SOPORTE  ETERNO  DE  LOS  ESTAOOS  Y LAS  COMUNIDADES  PRÓSPERAS  | 237 


exigir  una  economía  que  nos  permita  a todos  vivir  mejor,  una  econo- 
mía productiva,  viable,  ecológicamente  sostenible,  socialmente  justa  y 
democrática.  Juntos  podemos  forzar  y tomar  en  manos  la  transición  en 
esta  dirección.Así,  la  agricultura  y la  entera  economía  alimentaria  pue- 
den seguir  siendo  un  apoyo  para  los  estados  actuales  de  prosperidad. 
Así,  a partir  de  mañana  la  agricultura  puede  transformarse  también  en 
el  soporte  de  nuevos  estados  de  prosperidad  en  África,  América  Latina 
y en  Asia. 


Dirk  Barrez 


239 


Anexos 


Lista  de 


Acdic 


ACP 

ADM 

Agrisain 

BBC 

CIA 

CNCR 


CNTC 

Coprosain 

Corlac 

Cresol 


CUT 

EE.UU, 

EEB 

AAE 

FAO 


Fetraf 

FIPA 

FMI 

IVA 

MST 

OCI 

OGM 

OIT 


abreviaciones 

Association  Citoyenne  de  Défense  des  Intéréts  Collectifs  / Asocia- 
ción Ciudadana  para  la  Defensa  de  los  Intereses  Colectivos 
Países  de  África,  el  Caribe  y el  Océano  Pacífico 
Archer  Daniels  Midland  Company 
Agriculture  Sainé  (Bélgica)  / Agricultura  Sana 
British  Broadcasting  Company 

Central  Intelligence  Agency  (EE.UU.)  /Agencia  Central  de  Inteli- 
gencia 

Conseil  National  de  Concertation  et  de  Coopération  des  Ruraux  / 
Consejo  Nacional  de  Concertación  y de  Cooperación  de  los  Cam- 
pos 

Central  Nacional  de  Trabajadores  del  Campo  (Honduras) 
Coopérative  de  Produits  Sains  (Bélgica)  /Cooperativa  de  Productos 
Sanos 

Cooperativa  Riograndense  de  Laticíneos  e Correlatos  (Brasil)  / Coo- 
perativa de  Río  Grande  de  Productos  Lácteos  y Asociados 
Cooperativas  de  Crédito  Rural  com  Interagáo  Solidária  (Brazil)  / 
Cooperativas  de  Crédito  Rural  con  interacción  Solidaria 
Central  Única  dos  Trabalhadores  (Brasil)  /Central  Única  de  los  Tra- 
bajadores 
Estados  Unidos 

Encefalopatía  Espongiforma  Bovina 
Acuerdos  de  Asociación  Económica 

Organización  para  la  Alimentación  y la  Agricultura  de  las  Naciones 
Unidas 

Federagáo  dos  Trabalhadores  na  Agricultura  Familiar  (Brazil)  /Fe- 
deración de  los  Trabajadores  en  la  Agricultura  Familiar 
Federación  Internacional  de  Productores  Agropecuarios 
Fondo  Monetario  Internacional 
Impuesto  al  valor  añadido 

Movimento  dos  Trabalhadores  Rurais  Sem  Terra  (Brazil)  / Movi- 
miento de  Trabajadores  Rurales  Sin  Tierra 
Organización  Internacional  del  Café 
Organismo  Genéticamente  Modificado 
Organización  Internacional  del  Trabajo 


240  | 


COMPETENCIA  A MUERTE 


OMC 

ONG 

PCB 

PIB 

Roppa 


SOMO 

UNCTAD 

VELT 


Wervel 


Organización  Mundial  para  el  Comercio 
Organizaciones  No  Gubernamentales  para  el  Desarrollo 
Policlorobifenyl 
Producto  Interno  Bruto 

Réseau  des  Organisations  Paysannes  et  des  Producteurs  Agricoles 
de  1' Afrique  de  l'Ouest  /Red  de  Organizaciones  Campesinas  y de 
Productores  Agrícolas  de  África  Occidental 

Stichting  Onderzoek  Multinationale  Ondernemingen  /Fundación 
para  la  Investigación  acerca  de  las  Empresas  Multinacionales 
Conferencia  de  las  Naciones  Unidas  acerca  del  Comercio  y el  Desa- 
rrollo 

Vereniging  voor  Ecologische  Leef-  en  Teeltwijze  (Bélgica  / Países 
Bajos)  / Asociación  por  un  Modo  de  Vida  y de  Cultivo  Ecológico 
Werkgroep  voor  een  Rechtvaardige  en  Verantwoorde  Landbouw 
(Belgié)/  Grupo  de  Trabajo  para  una  Agricultura  Justa  y Responsa- 
ble 


Lista  de  tablas 


Tabla  1 

Población  mundial  - población  campesina  - número  de 
agricultores  (x  1000) 

p.  47 

Tabla  2 

Distribución  de  personas  activas  sobre  los  sectores  econó- 
micos 

p.  48 

Tabla  3 

Evolución  producción  mundial  granos,  hortalizas  y fruta, 
carne  y pescado  1970-2004  (x  millones  de  toneladas) 

p.  50 

Tabla  4 

Producción  mundial  por  grupo  de  cultivos  de  alimentos 
2004  (x  millones  de  toneladas) 

p.  51 

Tabla  5 

Producción  mundial  de  cultivos  de  alimentos  importantes 
2004  (x  millones  de  toneladas) 

p.  52 

Tabla  6 

Producción  mundial  de  algunos  productos  no-alimenta- 
rios importantes  2004  (x  millones  de  toneladas) 

p.  53 

Tabla  7 

Cantidad  de  exportación  de  productos  alimentarios  im- 
portantes 2004  (x  millones  de  toneladas) 

p.  54 

Tabla  8 

Valor  de  evolución  de  los  productos  agrícolas  exportados, 
por  grupo  1980-2004  (billones  de  dólares) 

p.  56 

Tabla  9 

Valor  de  exportación  de  productos  agrícolas  importantes 
2004  (x  millones  de  dólares) 

p.  57 

Tabla  10 

Comparación  del  valor  de  la  producción  mundial  de  la 
agricultura,  industria  y servicios  2004 

p.  58 

Tabla  11 

Evolución  de  la  producción  pesquera  mundial  1961-2003 
(x  millones  de  toneladas) 

p.  78 

Tabla  12 

Evolución  participación  de  agricultura  en  gastos  públicos 
en  África,  Ásia  y América  Latina  1980-2002 

p.  148 

Tabla  13 

Selección  para  algunos  países  de  valor  de  la  producción 
agrícola,  participación  de  la  población  activa  en  agricultu- 
ra y participación  gastos  públicos  para  agricultura 

p.  149 

ANEXOS  | 241 


Lista  de  figuras 

Figura  1 Precios  de  la  agricultura  1961-2002  p.  60 

Figura  2 Tasa  de  cambio  de  productos  agrícolas  con  respecto  a pro-  p.  71 

ductos  industriales 

Figura  3 El  cuello  de  botella  en  la  distribución  alimentaria  europea  p.  107 


Lista  de  bibliografía 

Este  libro  está  basado  en  numerosas  entrevistas  y conversaciones,  en  la  investi- 
gación de  estudios,  documentos  y sitios  web,  en  literatura  de  libros  y revistas, 
en  propios  reportajes  y documentales,  en  experiencia  y trabajo  intelectual  inde- 
pendiente. 

Lo  que  sigue  es  una  selección  de  la  literatura  más  fascinante.  Y luego  explo- 
ramos los  sitios  web  más  interesantes. 

Aertsen  Jan , Demblon  Daniel  y.o.,  100  jaar  boeren,  EPO,  Berchem,  1990. 
Agarwal,  Añil  & Narain,  Sunita,  Towards  green  villages.  A strategy  for 
environmentally-sound  and  participatory  rural  development,  Centre  for  Science 
and  Environment,  Nueva  Delhi,  1989. 

Altieri  Miguel  y Nicholls  Clara,  Agroecology  And  The  Search  For  A Truly  Sustainable 
Agriculture,  Universidad  de  California,  Berkely,  2005  (2000  versión  en 
español) 

Barrez  Dirk,  Ik  wil  niet  sterven  aan  de  XXste  eeuw.  Over  leven  in  de  liste  eeuw, 
Globe,  Gent,  1999 

Barrez,  Dirk,  De  antwoorden  vanhet  antiglobalisme.Van  Seattle  tot  Porto  Alegre,  & 
Schilt,  Lo  vaina/ Ámsterdam,  2001  /re-edici{on  Academia  Press/ Global 
Society,  Gante/  Maliknas,  2004 

Bode  Bart,  Vannoppen  Jan  y Vervliet  Emiel  (red.),  Dagelijks  brood.  Mondiale  markt 
en  voedselzekerheid,  MO*  Noord-Zuid  Cahier,  Wereldmediahuis,  Bruselas, 
2006 

Boutsen  Saartje  y Vannoppen  Jan,  Helpt  onze  hulp  tegen  de  honger?  Voedselzekerheid 
en  duurzame  landbouw  in  de  Belgische  ontwikkelingssamenhverking, 
Wereldmediahuis,  Bruselas,  2007 

Braudel,  Fernand,  Civilisation  matérielle,  économie  et  capitalisme,  xve-sviie  Siécle 
(tres  partes),  Armand  Colin,  París,  1979 

Clay  Jason  y.o.,  Exploring  The  Links  Between  International  business  And  Poverty 
Reduction:  A Case  Study  Of  Unilever  in  Indonesia,  Oxfam  GB,  Novib  Oxfam 
Países  Bajos  & Unilever,  2005 

Debomy  Daniel,  The  Europeans  And  Sustainalbe  Food.  Qualitative  Study  in  15 
European  Countries,  Pan-European  Report,  Koning  Boudewijn  Stichting, 
Bruselas,  2005 

Engelen  Gert,  Naar  een  duurzame  handelsrelatie  tussen  boeren  en  supcrmarkten,  Ik 
ben  verkocht  (estoy  vendido)  Lovaina,  2007. 


242  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Engelen  Gert  y Stassart  Pierre,  Van  de  grond  tot  in  je  mond.  101  pistes  uoor  een 
kwaliteitsvoeding,  Vredeseilanden-Coopibo/Fondation  Universitaire  Luxem- 
bourgeoise,  Lovaina,  1999 

Galeano  Eduardo,  De  aderlating  van  een  continent.  Vier  eeuwen  economische 
exploitatie  van  Latinjs-Amerika,  Van  Gennep,  Ámsterdam,  1976 
Jones  Peter  Tom  & Jacobs  Roger,  Terra  Incógnita,  Globalisdering,  ecologie  en 
rechtvaardige  duurzaamheid,  Academia  Press,  Gante,  2006 
Landes,  David  S.,  Arm  en  Rijk.  Waarom  sommige  landen  erg  rijk  zijn  en  andere  erg 
arm,  Het  Spectrum,  Utrecht,  1998 

MacMillan  Tom,  Power  in  the  food  system.  Understanding  trends  and  improving 
accountability,  Food  Ethics  Council,  2005 
Quaghebeur  Patricia,  Schokkaert  Luc  y Van  Molle  Leen,  100  jaar  Boerenbod  in 
beeld  1890-1990,  Boerenbond,  Lovaina,  1990 
Robberecht  Freddy  y Van  Bossuyt  Peter  (red.),  2016  Inzetten  op  de  toekomst, 
Boerenbond,  Lovaina,  2006 

Roep  Dirk  y Wiskerke  Han  (red.),  Nourishing  Networks.  Fourteen  Lessons  About 
Creating  Sustainable  Food  Supply  Chains,  Universidad  de  Wageningen, 
Wageningen,  2006 

Rosset  PeterM.,  Food  is  Different.  Why  we  must  Get  the  WFO  Out  Of  Agriculture, 
Zed  Books,  Londres,  2006 

Schoonheydt  Robert  y Waelkens  Siska  (red.),  Voedsel  voor  9 miljard  mensen. 
Perspectieven  op  landbouw  en  wereldoedselvoorziening,  LannooCampus, 
Lovaina,  2004 

Sen,  Amartya,  The  Amartya  Sen  and  Jean  Dréze  Omnibus,  Comprising  Poverty  and 
Famines,  Hunger  and  Public  Action,  India:  Economic  Development  and  Social 
Opportunities,  Oxford  University  Press,  1999 
SOS  Faim,  Dynamiques  Paysannes.  Lait,  une  production  dans  la  mondialisation, 
Bruselas,  2006 

Stiglitz  Joseph,  Perverse  globalisering,  Spectrum,  Utrecht,  2002 
Stiglitz  Joseph,  Eerlijke  globalisering,  Spectrum,  Utrecht,  2006 
Vandaele  John,  Het  recht  van  de  rijkste.  Hebben  andersglobalisten  gelijk?,  Houtekiet, 

2005 

Vander  Stichele  Myriam,  en  van  der  Wal  Sanne,  The  Profit  Behind  Your  Píate: 
Critical  Issues  in  the  Processed  Food  Industry,  SOMO,  Amsterdam,  2006 
Vander  Stichele  Myriam,  van  der  Wal  Sanne  y Oldenziel  Joris,  Who  Reaps  The 
Fruit?  Critical  Issues  In  the  Fresh  Fruit  and  Vegetable  Chain,  SOMO, Ámsterdam, 

2006 

Vankrunkelsven  Luc,  Kruisende  schepen  in  de  nacht.Soja  over  de  ocean,  Dabar- 
Luyten/Wervel,  Heeswijk/ Bruselas,  2005 
Vannoppen  Jan,  VanHuylenbroeck  Guido  y Verbeke  Wim,  Economic  Conventions 
And  Consumer  Valuation  In  Specific  Quality  Food  Supply  Networks,  Shaker 
Verlag,  Aachen,  2004 


ANEXOS  I 243 


Sitios  Web 

Organizaciones  campesinas  y sociedad 

Agribusiness  Accountability  Initiative  - www.agrigusinessaccountability.org 

Agricord  - www.agricord.org 

Agriterra  - www.agriterra.org 

Algemeen  Boerensyndicaat  - www.absvzw.be 

Bioforum  - www.bioforum.be 

Boeregoed-Cóté  Soleil  - boeregoed-brussel.com 

Boerenbond  - www.boerenbond.be 

Both  ENDS  - www.bothends.org 

Broederlijk  Delen  - www.broederlijkdelen.be 

CNCR  Conseil  National  de  Concertation  et  de  Coopération  des  Ruraux 
- www.cncr.org 

Collectif  Stratégies  Alimentaires  - www.csa-be.org 

Confédération  Paysanne  - www.confederationpaysanne.fr 

Coordination  Paysanna  - Européenne  www.cpefarmers.org 

Copa-Cogeca  - www.copa-cogeca.be 

Coprosain  - www.coprosain.be 

De  Tijd  Loopt  - www.detijdloopt.be 

11.11.11  -www.ll.be 

ETC  Group  - www.etcgroup.org 

Fetraf-Sul  - www.fetrafsul.org.br 

Fian  International  - www.fian.org 

Global  Society,sitio  web  sobre  nuestro  mundo  globalizante  - www.globalsodety.be 

GRAIN-  www.grain.org 

Ieder  Voor  Alien  - www.iedervoorallen.be 

IFAP  International  Federation  of  Agricultural  Producers  - www.ifap.org 

Ifoam  - www.ifoam.org 

Ik  ben  verkocht  - www.ikbenverkocht.be 

Land-  en  Tuinbouw  Organisatie  Nederland  - www.lto.nl 

Max  Havelaar-  www.maxhavelaar.com 

Milcobel  - www.milcobel.com 

Oxfam  Belgie  - www.oxfam.org 

Osfam  Wereldwijkels  - www.oww.be 

PALA.be  boletín  sobre  nuestro  mundo  globalizante  - www.pala.be 
Réseau  Agricultura  Durable  - www.agriculture-durable.org 
Réseau  Semences  Paysannes  - www.semencespaysannes.org 
Roppa  Réseau  des  Organisations  Paysannes  etdes  producteurs  Agricoles  de 
l'Afrique  del'Ouest  - www.roppa.info 
Sem  Terra  - www.mst.org.br 
SOMO  - www.somo.nl 
Stichting  WereldDelen  - www.werelddelen.nl 


244  | COMPETENCIA  A MUERTE 


Trias  - www.triasngo.be} 

VELT  Vereniging  voor  ecologische  leef-  en  teeltwijze  - www.velt.be 

Via  Campesina  - www.viacampesina.org 

Vlaams  Agrarisch  Centrum  - www.vacvzw.be 

Vlaamse  Vereniging  van  Biologische  Boeren  - www.belbior.be 

Voedselteams  - www.voedselteams.be 

Vredeseilanden  - www.vredeseilanden.be 

Wervel  - www.wervel.be 

Economía 

ADM  Archer  Daniels  Midland  Company  - www.admworld.com 

AH-Albert  Heijn  - www.ah.nl 

Bunge  - www.bunge.com 

Cargill  - www.cargill.com 

Colruyt  - www.colruyt.be 

Delhaize  - www.delhaize.be 

Monsanto  - www.monsanto.com 

Sadia  - www.sadia.com 

Unilever  - www.unilever.com 

Wal-Mart  - www.walmart.com 

Administración 

Grupo  - www.cairnsgroup.org 

Comisión  Europea  - www.ec.europa.eu/  ariculture 

Fondo  Monetario  Internacional  - www.imf.org 

Organización  Internacional  del  Trabajo  - www.ilo.org 

Fondo  Internacional  para  el  Desarrollo  Agrario  - www.ifad.org 

UNCTAD  - www.unctad.com 

Organización  Internacional  para  la  Agricultura  y la  Alimentación  de  las  Naciones 
Unidas  - www.fao.org 
Banco  Mundial  - www.worldbank.org 
Organización  Internacional  del  Comercio  - www.wto.org 


INDICE  I 245 


índice 


A 

Acdic,  141,  238 

aceite,  26, 41, 51, 52, 54, 56, 96, 111, 134, 160, 
191,  221 

aceite  de  oliva,  41, 111 
ACP,  141, 239 
ADM,  95, 102, 103, 104,  239 
África,  4,  9, 17, 18, 19,  20,  22,  28,  29,  49,  74, 
87, 88, 89, 90, 115, 125, 126, 137, 141, 148, 
153, 166, 168, 188, 191, 222, 230,  234, 236, 
239, 240, 141, 148, 153, 166, 168, 188, 191, 
222,  230,  234,  236,  237, 240, 

África  Occidental,  18,  87,  88, 125, 126, 141, 
168,  230,  240 
Afrique  nourriciére,  9 
agricultura  agroecológica,  231 
agricultura  biológica,  75, 128, 162,  200,  207, 
208,  215 

agricultura  familiar,  8,  20,  128,  129,  130, 
132, 133, 139, 140, 146, 166, 171, 179, 206, 

211. 212. 213. 219. 226. 228. 229. 233. 235, 
239 

agricultura  local  y regional,  8, 134, 141 
agricultura  sostenible,  8,  19,  117,  121,  125, 
167, 168, 169, 184, 196, 207, 210, 211, 221, 

231. 235,  236 

agricultura  viable,  9, 166, 173, 174, 193, 196 
Agrisain,  183, 184,  239 
agroindustria,  7, 12, 174,  20,  23,  32,  33,  34, 
73,  91,  96,  100,  102,  112,  115,  116,  133, 
135, 138, 139, 154, 173, 176, 180, 195, 196, 
197, 199,  203,  206,  212,  213,  215,  228,  229 
Ahold,  104 

Alemania,  103, 120, 121 


algodón,  5, 13, 15,  29,  52,  53,  70,  74,  87,  88, 
100, 101, 131, 153, 160,  234 
ambiente,  7,  8, 12, 15, 16,  20,  37,  79,  80,  82, 
83,  84,  113, 115,  118,  121,  123, 125,  126, 
136, 140, 155, 160, 161, 162, 167, 184, 186, 
194, 196, 197, 199, 215, 219, 224, 230, 231, 
236 

América  Central,  92,  234 
América  del  Sur,  196 
animales  en  pie,  56 
apoyo  al  ingreso,  154 
áreas  Vavilov,  164 
Argentina,  115, 116, 127 
arroz,  35, 36, 41, 43, 48, 50, 52, 54, 57, 67, 68, 
75,  81, 82, 127, 128, 130, 132, 134, 192, 
Asia,  5,  20,  29,  49,  74,  90, 146, 148, 149, 164, 
234,  236, 240 
Asia  Oriental,  90, 146 
Asia  Sureste,  164 
Australia,  63, 115 

autosuficiencia,  88,  84,  127,  129,  173,  197, 
228 

ayuda  alimentaria,  73, 112, 135 

B 

banano,  97, 128, 129, 154,  216 
Banco  Mundial,  27,  58,  89,  136,  148,  149, 
244 

BASF,  101, 102 
Bayer,  101, 102 
BeemsterKaas,  182 

Bélgica,  34,  45,  68,  92,  114,  121,  200,  214, 
215,  216,  230,  239,  240 
Belgomilk,  200 


246  I INDICE 


bienes  y servicios,  72, 123,  235 
bio-combustibles,  75 

biodiversidad,  7,  8,  21,  80, 82, 152, 163, 164, 
165 

Biolait,  207 

Biomelk  Vlaanderen,  199,  200 
biotecnología^,  81, 82 
Boeregoed  - Cóté  Soleil81, 243 
Boerenbond,  45,  242, 243 
bosque,  6,  21,  25,  77,  83,  85,  124,  129,  130, 
145, 158, 160 

Brasil, 5,  9, 19,  20,  21,  22,  23,  31,  32,  34,  67, 
74, 76, 92, 97, 102, 115, 116, 127, 129, 138, 
139, 140, 143, 145, 146, 149, 153, 154, 160, 

164. 166. 168. 170. 171. 176. 180. 182. 198, 
201, 204, 212, 225, 227, 228, 229, 230, 236, 
239,  254, 

Brazil,  239 

Brin  d'Herbe,  186, 187,  205 
Bunge,  95,  96,  97, 102,  244 

C 

cacahuete,  15,  26,  28,  61,  70,  74,  76,  77, 128, 
131, 134 

cacao,  22,  56, 57, 103 

cadena,  7,  9, 10, 15,  23, 34, 37, 40,  96,  97,  98, 
101, 104, 107, 108, 118, 120, 121, 177, 178, 

184. 187. 190. 193. 194. 195. 196. 197. 199, 
205, 206, 211, 212, 213, 214, 215, 216, 217, 
218,  221,  222,  223,  225,  226,  229 

cadena  alimentaria,  7, 40, 101, 120, 121, 194, 
206,  215, 

cadena  corta,  9,  10, 193, 194, 196, 197, 199, 
205,  211,  212,  213,  214,  216,  218,  225,  226 
cadena  larga,  11,  96,  205,  212,  213,  214,  226 
café,  15, 17, 22, 54,  56,  57,  61,  70,  74,  76, 119, 
131, 138, 153, 156, 157, 186,  216,  239 
Caims,  115, 244 
calentamiento,  80, 157, 197 
California,  89, 139,  241 
Camerún,  5,  31, 116, 140, 141, 148, 149, 153 
Canadá,  19,  39,  63, 115, 122, 166 
Cancán,  7, 65, 115 
caña  de  azúcar,  22,  52 
cáñamo,  160 

capital  financiero,  105,  235 
capital  natural,  83, 139, 175,  235 
Cargill,  95,  96,  97, 102, 103, 244 
carne,  20,  31,  32,  34,  50,  51,  52,  54,  55,  56, 
57, 61,  74, 97, 102, 111, 116, 120, 121, 122, 
138, 160, 179, 180, 184, 185, 186, 194, 202, 


206,  208,  209, 210,  211,  225,  240, 
carne  con  hormonas,  121, 122 
carne  de  cerdo,  52,  54,  57, 120, 194 
carne  de  oveja,  57 

carne  de  res,  52,  54, 57, 122 
Carrefour,  7, 103, 106, 108,  203,  221 
cartón,  53 

cebada,  26, 28, 50,  52,  54, 57, 67, 135 
Chile,  115 

China,  29,  36,  41,  44,  88, 108, 109, 115, 149, 
164 

Chiquita,  7,  97,  98, 106, 107,  205 
ciudad,  7, 12, 18, 21, 24, 27, 31, 35, 42, 48, 49, 
65,  67,  85,  86,  90, 100, 117, 122, 126, 128, 
129, 130, 131, 135, 139, 140, 150, 161, 176, 

178. 179. 180. 186. 187. 188. 197. 199. 206, 

207,  208,  229,  232,  239 

CNCR,  17,  88, 136, 166,  168,  189, 191,  233, 
239,  243, 

Coca-Cola,  103, 188,  224 
códigos,  224 
Coffee  Alliance,  217 
Colruyt,  215,  216,  217,  244 
comercio,  5,  6,  7,  8, 10, 18, 19,  27,  31, 35,  37, 
39,  46,  55,  65,  70,  88,  91,  92,  95,  98, 100, 
102, 111, 112, 114, 115, 116, 117, 119, 122, 

123. 126. 131. 138. 139. 140. 141. 154. 157, 

158. 159. 166. 167. 169. 174. 186. 200. 216, 
217, 218, 219, 223, 224, 227, 234, 236, 240, 
244 

comercio  justo,  8, 10, 158, 159, 186, 200, 216, 
217, 218,  219,  223,  236 
comercio  libre,  6,  65, 115, 123, 141 
competencia,  5,  6, 13, 18,  25,  31,  33,  34,  39, 
68, 69, 70, 73, 108, 109, 118, 123, 135, 137, 
169, 174, 181,  203,  214,  215,  225,  235 
Confédération  Paysanne,  18,  33,  116,  201, 
243 

Consejo  Económico  y Social  de  las  Nacio- 
nes Unidas,  155 

consumidor,  7,  9,  35,  73,  74,  96,  104,  106, 

107. 118. 119. 121. 122. 123. 124. 153. 158, 
167, 176, 178, 179, 183, 184, 185, 186, 193, 

194. 195. 196. 200. 201. 203. 205. 206. 207, 

208. 209. 210. 211. 212. 213. 214. 215. 217, 
218,  219,  223,  225,  228,  231,  235,  236 

contrato  social,  167 

control  de  la  oferta,  8, 115, 156, 167, 194 
cooperación,  137,  198,  200,  205,  206,  227, 
239 

Coprosain,  183, 184,  225,  239,  243 


INDICE  I 247 


Corea  del  Sur,  43, 44,  88, 230 
Corlac,  9, 180, 181,  202,  239 
Costa  Rica,  106 
Cresol,  198, 199,  202,  238 
crisis  de  la  dioxina,  120, 121 
cultivos  para  energía,  53,  75,  92,  96,  124, 
138 

cuotas  de  leche,  156, 157 

D 

deforestación,  25,  77,  83, 197 
Del  Monte,  98 
Delhaize,  214,  215,  216,  244 
democracia,  196, 136 
democracia  económica,  236 
derecho  al  capital,  235 
derechos  humanos,  69, 123,  224 
desigualdad,  6, 15, 16,  23,  45,  62,  63,  84,  85, 
92, 113, 114, 143, 145 

desnutrición,  18,  22,  25,  28,  29,  72,  93, 126, 
132, 

deuda  ecológica,  7, 83, 84 
distribución,  7,  8,  11, 12,  23,  45,  48,  58,  84, 
96,  98,  103,  106,  107, 111,  115,  119,  132, 
133, 142, 144, 145, 146, 147, 150, 151, 174, 
175, 195, 196, 200, 210, 212, 213, 214, 215, 
217, 219, 220, 221, 228, 230, 235, 236, 240, 
241 

distribución  de  la  tierra,  8,  111,  142,  145, 
146 

distribución  mayorista,  195,  196,  212,  213, 
214,  215, 217,  219,  228,  230,  234 
Dole,  18, 98, 213 

dumping,  8,  109,  116,  135,  153,  154,  156, 
182 

Dupont,  100, 101, 151,  200 

E 

Earth  Policy  Institute,  75 

Economic  Partnership  Agreements,  141 

Efico,  217 

empresa  socialmente  responsable,  10,  213, 
221,  223 

empresa  sostenible,  219,  223 
empresas  de  procesamiento,  102,  201 
energía,  6,  11,  35,  37,  41,  53,  74,  75,  80,  83, 
92, 96, 97, 99, 124, 129, 138, 157, 160, 161, 
162, 179, 183,  220,  221,  228 
enfermedad  de  las  vacas  locas,  120, 121 
EPA,  250 

equipos  de  alimentos,  185 


erosión,  7,  68,  80,  81,  82, 85, 163 
erosión  genética,  7, 80,  81,  82, 163 
escándalo  Nitrofen,  121 
especias,  56, 57 

Estados  Unidos,  19, 25, 36, 43, 45, 60, 63, 69, 
73, 75, 81, 95, 103, 109, 112, 114, 115, 119, 
122, 123, 141, 154, 155, 156, 157, 161, 168, 
174, 178, 196,  230, 239 
Este  de  Europa,  63,  90 
Etiopía,  22, 164 

etiqueta,  10,  33,  34, 158,  160, 184,  218,  219, 
220, 222,  224, 225, 226 
Europa,  5,  7,  9, 11, 15, 17, 18, 19,  20,  24,  27, 
31,  33,  36,  39,  43,  45,  49,  63,  68,  73,  81, 
82, 88, 89, 90, 106, 110, 111, 112, 115, 116, 
117, 121, 122, 124, 141, 146, 156, 169, 174, 

182. 183. 187. 197. 201. 204. 209. 222. 230, 
236, 244, 

europeo,  7,  18,  19,  31,  33,  34,  45,  81,  107, 
110, 111, 112, 113, 116, 117, 122, 126, 135, 
137,  200,  201, 202, 203,  218 
excedentes,  6,  7,  17,  19,  20,  25,  31,  34,  73, 
111, 112 

exportación,  20,  21,  23, 32, 36, 37, 51, 54, 55, 
57,  70,  71,  73,  74,  75,  83,  88,  95, 111, 112, 
113, 114, 116, 120, 125, 138, 139, 140, 145, 

154. 161. 169. 176. 179. 196. 199. 200. 230, 
232,  236,  240 

F 

fair  trade,  158, 216,  217 
FAO,  29, 47, 48, 49,  50,  51, 52,  53, 54,  56, 57, 
78, 149, 152, 154, 170, 239,  244 
feria  del  agricultor,  195,  205 
ferias  agrícolas  y biológicas,  184 
Fetraf,  20, 129, 160, 168, 170, 171, 173, 178, 
180,  206,  228,  229,  239,  243 
Filipinas,  81,  230 
FIPA,  169,  239 

Flandes,  35, 45, 184, 185, 199, 200,  210 
FMI,  26,  27,  28,  71, 86,  87,  89, 114, 136,  239 
Fome  Zero,  8, 170, 171 
Foro  Social  Mundial,  62 
Francia,  19,  34,  67,  95,  110,  137,  152,  185, 
200,  209,  230, 

frijoles,  25,  54,  55,  61,  80,  95, 100, 101, 128, 
170 

fruta,  16,  51, 104, 136, 187,  217 
G 

ganadería,  11, 15, 31,  93, 110, 120, 163, 189 


248  I INDICE 


ganado,  7, 9, 18, 22, 24, 34, 78, 80, 94, 97, 99, 
117, 118, 144, 162, 163 
gastos  públicos  para  la  agricultura,  147, 
149 

gigantes  de  los  rendimientos,  7, 102 
globalización,  5, 12, 15, 23, 45, 46, 55, 68, 85, 
98,  230,  236, 

Gran  Bretaña,  35,  43,  44,  88,  104,  113, 121, 
200 

granos,  6, 15, 18, 20, 21, 23, 26, 35, 41, 45, 50, 
51, 52, 54, 56, 57, 61, 67, 74,  75, 88, 95, 96, 
102, 103, 110, 111, 130, 131, 134, 138, 153, 

178, 193,  240 
Guinea  Bissau,  35 

hambre,  5, 6, 11, 12, 13, 15, 18, 19, 22, 26, 28, 
29,  43,  66,  68,  71,  72,  73,  80,  85,  91, 114, 
124, 125, 126, 128, 130, 132, 139, 166, 170, 
171, 173, 197 

Honduras,  5, 11,  23,  24,  25,  67,  90, 139, 143, 
144, 230,  238, 

Hong  Kong,  85,  91, 115, 140, 141, 166, 168, 
169,  226,  230 

hormonas,  31, 120, 121, 122 
horticultura,  93, 110 
huevos,  51,  56, 120, 179, 185, 186 
huida  del  campo,  7,  25,  86,  93,  232 
hule,  160 


importación,  17, 20, 27, 31, 71, 111, 114, 116, 
122, 136, 141, 154, 168, 169, 189, 190, 191, 
200 

impuesto  sobre  el  arroz,  43 
India,  5, 8, 29, 35,  67, 70, 81, 85, 86, 115, 129, 
130, 140, 144, 149, 150, 151,  230,  242 
Indonesia,  109, 115, 149, 154, 221, 241 
industria,  5,  7, 12, 17,  20,  23,  32,  33,  34,  36, 
40, 43, 44, 46, 48, 58, 65,  77, 79, 80, 86, 87, 
88, 93, 94, 96, 100, 101, 103, 112, 113, 120, 

126, 133, 138, 139, 152, 157, 160, 161, 193, 
199, 211, 213, 214, 221, 223, 224, 226, 230, 
234, 235,  240,  241 

industria  alimentaria,  96, 113, 120, 193, 213, 
214, 221,  226,  230,  234 
industrial,  5, 12, 20, 33, 36, 40, 43, 79, 80,  93, 
100, 133, 138, 139, 152, 157, 160, 161, 180, 
206, 211,  213,  215,  234,  235 
insumos,  7,  8,  99,  100,  104,  106,  147,  149, 
162, 173, 195,  221, 
integrar,  7,  96, 101 
Islas  Canarias,  38,  39, 69 


Islas  del  Caribe,  18 
Italia,  89, 110 

J 

Jan  Dupont,  200 

jugo  de  fruta,  186, 188, 192 

L 

latifundio,  7,  92, 143, 144, 145, 146 
Latinoamérica,  19,  63 

leche,  9, 15, 17, 18, 19,  20,  31,  33,  50,  51,  76, 
95, 111, 113, 116, 120, 128, 153, 156, 157, 

176. 177. 179. 180. 181. 182. 183. 189. 190, 
193, 195, 199, 200, 201, 202, 205, 207, 208, 
225, 228,  229 

leche  en  polvo,  17,  18,  111,  113,  116,  153, 

189. 190,  200 

legislación  anti- trust,  174 
liberalización,  34, 46,  69,  91, 157 
Louis  Dreyfus,  95, 102 

M 

madera,  25, 53, 84, 126, 129, 160 
maíz,  21,  24,  25,  40,  41,  49,  50,  52,  54,  57, 
60,  67,  75,  76,  81,  82,  83,  100,  101,  127, 
179, 182 

mantequilla,  17,  51, 111, 157,  200,  209 
mariposa  de  Lorenz,  5, 17, 18 
Max  Havelaar,  158,  242 
Medio  Oriente,  164 
melones,  51,  52 

mercado,  5,  6,  8,  9, 10, 12, 13, 15, 18, 19,  26, 
27, 28, 29, 31, 32, 34, 36, 38, 39, 43, 44, 45, 
46, 54, 55, 56, 65, 66, 67, 68, 69,  70, 72,  73, 
74,  75,  86,  88,  89,  91,  92,  94,  95,  96,  97, 
98,  99,  100,  101,  102,  103,  104,  106,  107, 
108, 110, 111, 112, 114, 115, 116, 117, 118, 
119, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 127, 129, 
131, 135, 137, 140, 141, 142, 143, 144, 146, 
147, 150, 153, 154, 155, 156, 157, 159, 160, 
167, 168, 169, 170, 173, 174, 175, 176, 177, 

178, 179, 180, 181, 182, 184, 192, 193, 194, 
199, 200, 201, 205, 211, 215, 216, 217, 218, 
220, 222, 224, 225, 226,  228, 229, 232, 233, 
234, 235,  236 

mercado  local  y regional,  170 
mercado  mundial,  6,  12,  15,  26,  28,  29,  31, 
34, 36, 55, 56, 66, 67, 68, 69, 70, 73, 74, 89, 
91, 95, 97, 99, 100, 111, 113, 114, 115, 116, 
122, 131, 135, 137, 140, 142, 143, 144, 154, 
156, 157, 173, 178, 179, 233,  234 
Metro  AG,  103 


INDICE  I 249 


México,  42,  65,  69,  89, 115, 164 
miel,  56, 128, 182,  240 
migración,  12, 16,  20,  25,  48,  93 
mijo,  17 

Milcobel,  200, 201, 202,  212,  243 
modernización,  110, 139,  233 
monocultivo,  21,  74,  77,  81, 157, 163 
monopolio,  9,  96,  138,  151,  173,  174,  175, 
197 

Monsanto,  100, 101, 104, 151, 174,  203,  244 
movimiento  ambiental,  229 
movimiento  campesino,  129, 136, 168, 180, 
189, 196, 198,  227, 228,  229, 230 
movimiento  de  consumidores, 
movimiento  del  comercio  justo,  218,  219, 
223 

movimiento  Norte-Sur,  231 
multinacionales,  7, 9, 18, 96, 98, 99, 100, 102, 
104, 119, 138, 146, 151, 164, 174, 175, 194, 
195,  201,  203,  212,  220, 221,  233,  240 
Myanmar,  164 

N 

Naciones  Unidas,  29,  48,  83,  152, 154, 155, 
239 

National  Family  Farm  Coalition,  114,  155, 
157, 168 

Nestlé,  7, 103, 107, 108, 114, 181 
Nicaragua,  109 

normas,  20, 123, 158, 181, 220,  223, 224,  225 
Nossa  Terra,  9, 177, 178,  205, 206 

O 

Océano  Pacífico,  239 
OGM,  122, 164, 165,  239 
OIT,  48, 49,  239 

OMC,  19,  65,  88,  91,  92, 110, 114,  122,  123, 
140, 141, 166,  240 

organismos  genéticamente  modificados,  8, 
164, 165 

Organización  Mundial  del  Comercio,  19, 
27,  65,  88,  91,  92, 114, 115, 116, 117, 122, 
123, 140, 141, 154, 174, 227,  234 
organizaciones  campesinas,  118,  168,  227, 
231, 232,  233,  240,  243 
organizaciones  de  consumidores,  231 
organizaciones  de  desarrollo,  196,  231,  232 
Oxfam,  10,  201,  217, 218,  221,  241,  243 
Oxfam  tiendas  del  mundo,  200 


P 

paisajes  de  cultivo,  123, 125, 126 
Países  Bajos,  154,  182,  200,  214,  215,  216, 
221, 230,  240,  241 
Pakistán,  115, 164 
palma  aceitera,  221 

papel,  43, 53, 87, 105, 130, 145, 155, 160, 164, 
171, 180, 189, 191,  201,  205,  206,  220,  235 
patentes,  151 
Pepsico,  103 
Perú,  39, 164 

pescado,  5, 38, 39, 50, 51, 52, 78, 79, 160, 191, 
192,  240 

pesticidas,  62, 75, 77, 80, 93, 96, 99, 101, 128, 
147, 151, 161, 162, 174, 229 
Pfizer,  102 

plusvalía,  9, 31, 91, 95, 96, 176, 177, 178, 193, 
212, 233 

población,  11,  13,  21,  22,  29,  30,  35,  36,  41, 
47,  48,  49,  51,  92, 110, 135, 143, 146, 149, 
150, 171, 179,  206,  240 
política,  28,  73, 110, 111, 112, 113, 114, 117, 
118, 121, 124, 133, 136, 137, 138, 157, 161, 
168, 169, 171, 174, 175, 189, 192, 194, 207, 
209,  210,  224,  227,  228,  229,  230,  233 
pollo, 

potentados  de  insumos,  8, 107, 162, 195 
precio  justo,  9, 125, 167, 194,  209,  235 
precio  mínimo,  34,135, 155, 158,  222 
precio  viable,  9,8, 153, 169,  211 
privatización,  150,  224 
procesamiento,  13,  96,  97,  102,  103,  119, 
173, 119, 173, 179, 180, 184, 190, 193, 195, 
198, 200, 201, 206, 207, 212, 223, 225,  234, 
235,  236 

producción  mundial,  36,  50,  51,  52,  53,  58, 
240 

productividad,  19,  58,  62, 63,  94 
productos  regionales,  10,  22, 185 
protección,  8,  27,  68,  70,  94,  111,  112,  123, 
135, 137, 145, 154, 164, 167, 168, 169, 174, 
194 

protección  del  mercado,  8,  68,  94, 154, 167, 
194 

proteccionismo,  117, 154, 168, 169 

Q 

queso,  9, 51, 122, 176, 177, 178, 179, 180, 182, 
183, 186, 193, 199,  200,  202,  205,  228 


250  | INDICE 


R 

Rainforest  Alliance,  117,  222 
recursos  de  producción,  153 
reforma  agraria,  8, 117, 147, 149 
remolachas  azucareras,  52 
Réseau  Semences  Paysannes,  152,  243 
reservas,  8, 156, 157, 196 
revolución  agraria,  6, 62,  67, 138 
revolución  verde,  62,  81,  82,  93, 144 
riqueza  biológica,  8, 160 
Roppa,  65,  87,  110, 125, 141,  168,  191,  240, 
243 

Rusia,  90 

S 

Sadía,  32,  33,  97, 102 

salud,  27, 28, 39, 63, 69, 82, 97, 109, 122, 123, 
165, 179,  224, 228 

seguridad  alimentaria,  8,  36,  69,  110,  112, 
122, 157, 169, 170, 189,  231 
Sem  Terra,  145, 146, 239, 243 
semillas,  8, 14,  62,  67,  68,  77,  93,  96,  99, 100, 
101, 102, 128, 135, 143, 147, 150, 151, 152, 
163, 174, 195 

Senegal,  9,  15, 17, 18,  26,  27,  28,  38,  67,  68, 
70,  77,  86,  87,  88,  89,  90,  112,  116,  134, 
136,  137,  53, 166, 168, 183, 189, 193, 198, 
230 

servicios,  6,  43,  48,  49,  58,  59,  72,  86,  87,  90, 
97,  98,  116,  117,  123,  126,  139,  150,  158, 
234, 235,  240 

sin  tierra,  8,  93, 139, 144, 145, 146,  239 
sindicato,  10, 45,  87, 106, 109, 126,  203,  223, 
224, 228,  229,  230,  232,  236 
Sitrap,  106 

soberanía  alimentaria,  8, 125, 166, 168, 169, 
170, 171, 173, 174, 191, 194, 197, 218, 232, 
236 

sobreproducción,  6, 29, 72, 73, 112, 119, 155, 
156 

sostenibilidad,  6, 10,  76, 137, 158, 161,  214, 
215, 216,  218,  220,  221,  223,  225 
soya,  4, 13, 17, 19,  20,  21,  22,  23,  31,  32,  33, 
34,  52,  54,  55,  57,  61,  67,  74,  76,  81,  82, 
94,  95,  100,  102,  124,  127,  138,  179,  221, 
222,236 

Suazilandia,  109 

subsidios,  7,  13,  18,  19,  29,  33,  68,  73,  94, 
112, 113, 114, 115, 116, 118, 125, 153, 154, 
169, 170, 191, 196,  231 
subsidios  de  exportación,  154 


supermercado,  10,  86,  103,  106,  107,  108, 
118, 159, 198, 180, 182, 186, 190, 193, 194, 
195, 205, 207, 209, 211, 212, 214, 215, 216, 
217, 218,  219, 225,  226,  229 
suscripciones  de  verduras,  185 
Syngenta,  100, 101 

T 

tabaco,  56 

Tailandia,  68, 115, 116 

Taiwán,  43, 146 

tasa  de  cambio,  83,  241 

té,  37,  56, 57,  61,  74, 209, 222,  223 

Tesco,  104 

tienda  de  granja,  182, 183, 205 
tiendas  biológicas,  225 
tiendas  del  mundo,  200 
tomate,  52, 54,  57, 101, 127, 154, 192 
triángulo  de  la  soya,  5, 17, 33,  236 
trigo,  17, 21,  26,  27, 41,  50,  52,  54, 57,  67,  75, 
111, 112, 113, 120, 128, 157, 176, 177, 179 
tubérculos,  51 

U 

UNCTAD,  53, 240,  244 
Unilever,  103,  107,  203,  221,  222,  223,  241, 
244 

Utz  Kapeh,  217 

V 

Valonia,  136, 183,  225 
VELT,  225,  240,  244 
venta  directa,  179, 187 
verdura,  56, 153, 170, 177, 178, 184, 185, 186, 
187, 193, 194, 195,  208, 210,  211,  218 
Via  Campesina,  169,  244 
vino,  25, 157, 178, 180, 186, 193,  205,  228 
Voisins  de  Paniers,  123,  212 
Vormingplus,  210 

Vredeseilanden,  14,  210,  225,  231,  243,  244 

W 

Wal-Mart,  7, 10, 103, 107, 108, 109, 174,  203, 
220,  221,  223,  244 
Wervel,  210,  240,  242,  244 

Y 

Ysco,  200,  201 
yute,  53, 160 

Z 

zanahorias,  51, 128 


251 


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www.  dirkbarrez.  be/www.  globalsociety.  be 

Barrez  Dirk  en  De  Vlieger  Evelien,  De  wereld,  een  gebruiksaanwijzing. 
Globalisering  voor  beginners,  Globe/Jeugd  & Vrede,  2004, 96  p.  (holandés  y 
francés,  aún  disponible) 

Barrez  Dirk,  De  antwoorden  van  het  antiglobalisme.  Van  Seattle  tot  Porto 
Alegre,  Globe/Mets  en  Schilt  i.  s.  m.  11.11.11,  2001,  264  p,  en  2004  reedición 
por  Academia  Press  y Global  Society  (holandés  y francés,  aún  disponible). 

Barrez  Dirk,  Ik  wil  niet  sterven  aan  de  XXste  eeuw.  Over  leven  in  de  21ste  eeuw, 
Globe,  1999,  238  p.  (agotado,  reedición  actualizada  en  preparación). 

Barrez  Dirk,  Het  land  van  de  1000  schandalen.  Encyclopedie  van  een  kwarteeuw 
Belgische  affaires,  Globe,  1997,  384  p.  (holandés  y francés). 

Barrez  Dirk,  Het  onderzoek:  een  bende.  Over  het  onderzoek  naar  de  Bende  van 
Nijvel,  Standaard  Uitgeverij,  1996,  48  p. 

Barrez  Dirk,  De  val  der  engelen.  Waarom  ontwikkelingsorganisaties  falen,  1991, 
79  p. , publicado  en  Het  orkest  van  de  Titanic.  Werken  aan  andere  Noord- 
Zuid  verhoudingen,  VUBpress  & Student  Aid,  1993. 

Barrez  Dirk,  Super  Club.  Scenario  van  een  kaskraker,  Kritak,  1991, 159  p. 

Barrez  Dirk  e.  a. , Nicaragua.  De  ondermijnde  revolutie,  NCOS,  1985, 128  p. 

Barrez  Dirk  y Rutgeerts  Jan,  Stop  de  Bom.  Twee  jaar  actie  tegen  de 
kernbewapening,  IOT,  1982, 108  p. 


DVD's  de  Dirk  Barrez 

DVD  Koe  nummer  80  heeft  een  probleem.  Boer  tegen  landbouwindustrie  (52' 
- 2007)  - 10  euro 

DVD  con  dos  películas  Het  gezicht  van  de  honger  (42'  - 2001)  & la  secuela 
Nieuwe  gezichten  (35'  - 2004)  - 10  euro 

DVD  Een  geschiedenis  van  de  toekomst.  Waar  zullen  onze  kinderen  werken?  La 
historia  de  Philips  Hasselt  (40'  - 2005)  - 7 euro 
Se  puede  pedir  estos  libros  y DVD's  en  Global  Society  vzw  - tel.  +32  (0)15  43  56 
96  - por  mail  a info@globalsociety.  be  - en  línea  en  www.  globalsociety.  Be 


252 


PALA.be 

e-carta  gratuita  sobre  la  globalización 


En  PALA  Dirk  Barrez  enfoca  regularmente  los  problemas  de  nuestro 
mundo  globalizado,  acercando  una  imagen  de  los  mismos,  así  como  las 
posibles  alternativas  y de  cómo  el  mundo  trabaja  en  el  mejoramiento. 
Para  todos  los  que  quieren  un  mundo  más  sostenible,  social  y democrá- 
tico. 

Suscríbase  gratuitamente  a través  de  www.pala.be/ palabrief.php 

Se  encuentran  todas  las  cartas  y artículos  de  PALA  en  www.pala.be,  así 
como  noticias  todos  los  días  sobre  nuestro  mundo  globalizante,  un  cre- 
ciente número  de  reportajes  web-tv,  un  diccionario,  el  e-libro  Ik  wil  niet 
sterven  aan  globalisering  y un  enlace  al  sitio  asociado  www.globalise- 
ring.org,  un  sitio  web-tv  educativo  sobre  la  globalización. 


253 


^iklg  El  movimiento  Norte-Sur.  medio  ambiente,  naturaleza,  agricultura,  consumidores  unen 
I w las  fuerzas  por  una  agricultura  viable  y amigable  para  el  medio  ambiente. 

ÉuiÉmpÓcorrÉ  Porque  para  el  2015  el  mundo  tiene  que  estar  sin  hambre!  www.detijdloopt.be 


Juntos  camino  al  2015 

191  países  firmaron  un  acuerdo  para  reducir  a la  mitad,  en  el  año  2015,  la 
pobreza  y el  hambre  en  el  mundo.  Ocho  objetivos  para  el  milenio  tienen 
que  procurar  que,  en  el  año  2015,  el  mundo  se  vea  un  poco  mejor. 

Mientras  tanto  estamos  a medio  camino.  A medio  camino  con  respecto 
al  tiempo,  pero  no  con  los  resultados.  850  millones  de  personas  todavía 
sufren  hambre.  70  por  ciento  de  esas  personas  son  agricultores.  No  es  tan 
extraño  cuando  sabes  que  tienen  poco  acceso  a tierras  fértiles,  agua,  cré- 
ditos y semillas.  Además,  no  pueden  luchar  contra  los  productos  impor- 
tados baratos  que  inundan  sus  mercados.  También  el  medio  ambiente 
sufre  a causa  de  los  métodos  de  la  agricultura  moderna. 

Pero  la  cosa  podría  ser  diferente.  La  agricultura  sostenible  puede  alimen- 
tar al  mundo  sin  atentar  contra  la  capacidad  financiera  de  la  tierra.  Por 
eso  unimos  nuestras  fuerzas  bajo  el  denominador  2015  De  Tijd  loopt  (el 
tiempo  corre)  a partir  del  movimiento  Norte-Sur,  las  organizaciones  de 
medio  ambiente,  naturaleza,  agricultores  y consumidores.  Nuestras  diez 
demandas  abarcan  no  solamente  apoyo  a la  agricultura  sostenible,  sino 
también  la  atención  a mejores  reglas  comerciales.  Y nosotros  mismos  po- 
demos remediarlo. 

Después  de  todo,  los  consumidores  disponen  de  una  porción  bastante 
grande  de  poder.  Comprando  productos  en  una  Wereldwinkel  (Tienda 
Mundial),  que  fueron  producidos  de  manera  sostenible,  en  la  propia  re- 
gión, uniéndose  a un  equipo  alimentario  (voedselteam)  o comiendo  un 
poco  menos  de  carne,  demuestras  que  eres  un  consumidor  consciente. 
De  esa  Manera  apoyamos  a los  agricultores  y al  medio  ambiente  en  el 
Sur  y en  el  Norte. 


www.detijdloopt.be 


254 


Competencia  a muerte 

Agricultura  campesina  versus  agroindustria  corporativa  • DVD 

Agricultores  en  todo  el  mundo  están  luchando  por  una  agricultura  dife- 
rente, Altemir,  en  Brasil,  Ndiogou  y Awa,  en  Senegal,  René,  en  Francia. 
Junto  con  muchos  otros  luchan  en  sus  movimientos,  en  mercados  y ma- 
nifestaciones, hasta  la  cima  de  la  Organización  Mundial  del  Comercio, 
por  una  agricultura  sostenible  que  respete  al  ser  humano  y el  medio  am- 
biente. 

¿Quieres  saber  por  qué  los  africanos  toman  el  barco  a Europa?  Observa 
cómo  destruye  el  cultivo  de  soya  la  selva  en  Brasil  y no  deja  espacio  para 
la  gente.  Gran  parte  de  esa  soya  termina  en  Europa.  La  agroindustria 
alimenta  a sus  vacas  con  ella  y produce  excedentes  de  leche  y granos.  Y 
esos  excedentes  los  descargan  en  África.  Imagínate  ser  agricultor  en  el 
Sahel  y no  poder  vender  tu  leche  y tu  cebada.  ¿La  consecuencia?  Menos 
ingreso,  más  desempleo,  pobreza  y migración. 

Esta  es  la  historia  de  las  personas  que  procuran  nuestra  comida.  No 
aceptan  que  la  prosperidad  de  unos  miles  de  millones  de  personas  en  el 
campo  se  destruya  y que  850  millones  de  personas  tengan  hambre,  de  las 
cuales  600  millones  son  agricultores  ellas  mismas. 

Esta  es  la  historia  de  la  lucha  entre  una  agricultura  industrial  mundial  y 
una  agricultura  familiar,  que  es  particularmente  local  y regional,  que  les 
brinda  nuevas  oportunidades  de  vida  a muchos  millones  de  personas. 

Una  película  de  Dirk  Barrez  / Global  Society  - el  DVD  contiene  una  versión 
abreviada  de  28  minutos  para  uso  educativo  en  colaboración  con  Vredeseilan- 
den,  CSA,  Oxfam  Solidariteit,  Wervel,  RAD,  CPE,  Acord,  Global  Society  y 
PALAtv,  con  el  apoyo  de  la  Comisión  Europea. 

'La  película  esboza  de  manera  agradable  la  relación  entre  distintos  es- 
tratos en  el  ámbito  de  la  OMC,  la  importación  de  soya  de  Brasil  para  la 
ganadería  europea,  la  exportación-UE,  hasta  e inclusive  el  dumping  en  el 
mercado  mundial.  Lo  potente  de  la  película  es  que  no  solamente  aborda 
el  problema  internacional,  sino  que  a lo  largo  de  toda  la  trama  se  siente 
la  solidaridad  entre  los  agricultores  de  Brasil,  Europa  y África'.  (Alma 
De  Walsche  en  MO*) 

Se  puede  pedir  el  DVD  en  Oficinas  de  VECOMA  NICARAGUA 
Teléfonos:  (505)  2278-3775  • 2278-1358  • Telefax:  (505)  2270-5836 
P.O.  Box:  3709  • Colonial  Los  Robles,  del  Hotel  Colón  1/2  c.  abajo.  Managua,  Nicaragua 

www.vecoma.org 


Barrez  Dirk,  Koe  80  heeft  een  probleem. 

Boer,  consument,  agro-industrie  en  grootdistributie,  2007, 
EPO,  Antwerpen  (Belgie) 


1012  01541  7118 


Se  imprimieron 
2000  ejemlares  del  Libro 
"COMPETENCA  A MUERTE 
Agricultura  campesina  versus 
agroindustria  corporativa" 
de  Dirk  Barrez 

-el  10  de  septiembre  del  año  2009- 
Managua,  Nicaragua 


IMPORTANT! 
Book  contains: 
DVD 


OUT 


GLOeXtgrmiGGLE  '*■ 


La  globalización  sin  frenos  es  un  caos.  La  agroindustria  mundial  arruina  la  agricultura  famil- 
iar campesina  y,  por  ende,  la  vida  y el  bienestar  de  un  par  de  billones  de  agricultores  en  el 
mundo.  865  millones  de  personas  tienen  hambre  y 600  millones  de  ellas  son  agricultores. ; 
Sólo  el  futuro  nos  demostrará  si  el  agricultor  y el  consumidor  son  capaces  de  reconquistar  la ! 
agroindustria  y la  distribución  al  por  mayor  para  dar  mejores  condiciones  de  vida  r,  estos  [ 
millones  de  personas. 


es  autor,  entre  otros,  de  los  bestsellers  No  quiero 


morir  en  el  siglo  20  y Las  respuestas  de  la  antiglobalización. 

Este  es  su  decimoprimer  libro.  Es  periodista  de  la  Radio  y Televisión  , 
Flamenca  y produjo  varios  reportajes  televisivos;  entre  otros.  La  cara  del 
hambre,  Vaca  número  80  tiene  un  problema  y El  país  de  siempre.  Agricultores  y 
ecologistas  recibió  el  premio  de  prensa  DEXIA. 

En  abril  2003  comenzó  a publicar  PALA.be,  un  boletín  electrónico  gratuito 
acerca  del  mundo  en  globalización 

1^1 1 


VECD  IT1A 


www.vecoma.org 

www.vredeseilanden.be 


editorial 

guaymuras 


Servicio  de  Información 
Mesoamericano  sobre 
Agricultura  Sostenible