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CONGRESO EIGARISTICO
NACIONAL Y MARIANO
JUN 24 198P
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Alabad al Señor todas las gentesr
alabadle todos los pueblos.
(Salmo 116)
Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu está transportado de gozo en el Dios
Salvador mío.
Porque ha puesto los ojos en la bajeza de su es-
clava;
por tanto, ya desde ahora me llamarán bienaventu-
rada todas las generaciones.
Porque ha hecho en mi cosas grandes
Aquel que es poderoso,
cuyo nombre es santo;
y cuya misericordia se extiende de generación en
generación
sobre los que le temen.
Hizo alarde del poder de su brazo;
deshizo las miras del corazón de los soberbios,
derribó del solio a los poderosos
y ensalzó a los humildes.
(Magníficat)
V Congreso Eucarísíico Húcional y Mariano
V mma EUCAÜISTKO NACIONAL Y MARIANO
(I^ONKA y DOCUMENTOS
LIMA - 1954
Con las clf.hidiis licencias.
Este libro recoge la crónica y los documentos del
V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano, que se
realizó en Lima entre e! 8 y el 12 de diciembre de
1954.
Quiere reiterar, asimismo, el profundo sentido
del Congreso:
— Profesión de fe.
— Acción de gracias.
— Renovación de la vida cristiana.
Excmo. Sr . General de División Don Manuel A. Odría, Presidente
de la República
Organización y Actos Preparatorios
En los acuerdos de la Conferencia Episcopal del año 1949, "Se
designó a la ciudad de Lima, como sede del próximo V Congreso Eu-
caristico Nacional que deberá celebrarse en [echa que el Episcopado a-
nunciará oportunamente" . La Conferencia Episcopal de 1952 dispone:
"Debiendo celebrarse el próximo Congreso Eucarístico Nacional en Li-
ma, el año 1954, en que se cumplirá el Primer Centenario de la Pro-
clamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María, se acordó dar a dicho Congreso carácter de Eucarís-
tico Mariano y rodearlo de la mayor solemnidad posible".
El Eminentísimo Señor Cardenal Guevara, con nítida visión del
significado del Congreso Eucarístico y Mariano, procuró desde 1953,
la iniciación de las labores, y por Decreto del 6 de febrero retuvo la
alta dirección de los trabajos y designó Presidente de la Junta Orga-
nizadora del V° Congreso Eucarístico Nacional y Mariano al Excmo.
Señor Juan Landázuri Ricketts, Arzobispo Coadjutor de Lima, y miem-
bros a los siguientes señores:
V ice-Presidente: Mons. Hernando Vega Centeno, Arcediano de la
Catedral.
Tesorero: Waldemar Schróder Mendoza.
Secretarios: José de la Puente Candamo ■ — Rosa Stiglich Gazzani.
Vocales: R. P. Medardo Alduán — R. P. Valentín Alcalde — R.
P. Arturo de la Inmaculada — R. P. José Dammert ■ — R. P. César
Abarca — María G. de Miró Quesada ■ — Aurora Laña de Espinosa
'— María Ayulo de Alvarez Calderón — María Luisa Montori — Ro-
sario Araoz — ■ Luis de Idiáquez Elias — Luis Iglesias Luna — ■ Félix
XIV
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Navarro Irvine — Roberto Pérez del Pozo — Jorge Alatjza Grundy —
Andrés Aramburü Menchaca ■ — Andrés Boggio.
El Lunes 9 de Febrero de 1953 a las 7 p. m., en la Basílica Me-
tropolitana de Lima, se instaló la Junta Central Organizadora del V
Congreso Eiicarístico Nacional y Mariano. Presidió la ceremonia el Se-
ñor Cardenal Arzobispo, asistieron los Excelentísimos Señores Obispos
presentes en la ciudad, el Cabildo Metropolitano, Párrocos y Sacerdotes
del Clero Diocesano y Regular, los miembros de la Junta Central y nume-
roso público.
El Eminentísimo Señor Cardenal Guevara, en brillantes palabras,
manifestó la honda trascendencia religiosa y nacional del Congreso y
subrayó la responsabilidad de los encargados de la organización.
Luego se expuso solemnemente el Santísimo Sacramento y se re-
zaron las primeras preces por el éxito del Congreso Eucaristtco.
Mons. Landázuri, desde la iniciación de las actividades de la Jun-
ta Organizadora, interpretó [ielmente las directivas que impartió el Car-
denal Guevara, y presidió la preparación del Congreso procurando siem-
pre coordinar la profunda actitud espiritual con los aspectos concretos
indispensables que la técnica moderna requiere y que el apostolado con-
temporáneo debe usar para su más plena eficacia.
La Junta Central Organizadora celebró reuniones ordinarias en el
Palacio Arzobispal, cada Viernes a las 7 p. m. durante los dos años de
la labor preparatoria.
En sesión del Viernes 18 de Diciembre de 1953 y a propuesta del
Excelentísimo Señor Juan Landázuri Ricketts, Arzobispo Coadjutor y
Presidente de la Junta del Congreso Eucarístico, ésta designó dentro de
sus Miembros un Comité denominado "Comisión Coordinadora", com'
puesto por el R. P. Arturo de la Inmaculada. Sra. Aurora Laña de Es-
pinosa, Srta. Rosa Stiglich. Sr. José Agustín de la Puente. Sr. Jorge
Alayza Grundy, Sr. Luis de Idiáquez Elias. Sr. Luis Iglesias Luna, y
Secretaria de la Oficina Central, Srta. Victoria Moreno. Este pequeño
Comité recibió facultades para estudiar con más atención asuntos referen-
tes al Congreso y proponer a la Junta Organizadora las soluciones per-
tinentes.
El 20 de febrero de 1954 falleció inesperadamente el R. P. Arturo
de la Inmaculada Alberdi. Causó hondo dolor la desaparición de quien
fuera ejemplo de cordialidad humana, espíritu apostólico y dedicación
al trabajo.
Enimo . Sr . Federico, Cardenal Tedeschini, Legado Pontif'
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
XV
EL ESCUDO DEL CONGRESO EUCARISTICO
Uno de los primevos actos de la Junta Central Organizadora fué
adoptar un distintivo para el V Congreso Eucaristico Nacional y Ma-
riano que expresase al mismo tiempo su carácter nacional, eucaristico y
mariano; este último en mérito a celebrarse en el año 1954 el primer
centenario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción
■de la Santísima Virgen Marta . El escudo del Congreso fué ideado y
realizado por el artista peruano Sr. Reinaldo Luza, quien prestó gene-
rosamente su concurso para los trabajos del Congreso relacionados con
su especialidad . El escudo del Congreso representa a la Santísima Eu-
caristía mediante la hostia y el cáliz, sobrepuesto al monograma de la
Santísima Virgen, estando coronado por doce estrellas que representan
los privilegios de la Madre de Dios, y rodeado de otras tres coronas que
simbolizan la Ciudad de Lima. Su campo es azul, cuya signi[icación es
al mismo tiempo que el transparente cielo peruano, uno de los colores de
la Inmaculada Concepción . Todo el escudo Eucaristico Mariano se a-
sienta sobre los colores nacionales . Lleva como leyenda estas palabras:
"V Congreso Eucaristico Nacional y Mariano — 8-12 Diciembre 1954"
— ■ Lima — Perú". Se contrató con la casa Lorioli y Fratelli, de Mi-
lán, Italia, mediante su agente en Lima, Sr. Humberto Fornaro, la can-
tidad de 68,219 escudos en dos tamaños, esmaltados y barnizados y a
precios módicos. Luego la Casa Sanmarti se encargó de confeccionar, en
cartón, los escudos para las casas en la cantidad de 20,000 en tamaño
grande, 30.000 en mediano y 40,000 en pequeño.
PATRONOS DEL CONGRESO
El Eminentísimo Señor Cardenal Arzobispo de Lima, siguiendo la
tradición de los anteriores Congresos realizados en el Perú, declaró co-
mo Patronos especiales del V Congreso Eucaristico Nacional y Mariano
al Sacratísimo Corazón de Jesús, cuya devoción está hondamente vin-
culada a la tradición religiosa de nuestra Patria; al Inmaculado Corazón
de María, advocación con que se honra a la Santísima Virgen en su
Inmaculada Concepción; a San Pascual Bailón, humilde lego franciscano
a quien Su Santidad León XIII el 28 de Noviembre de 1897 declaró Pa-
trono de todos los Congresos Eucaristicos; a Santa Rosa de Lima, la pri-
mera flor de santidad de América que entre otras altas virtudes exhi-
bió una piedad notable hacia la Santísima Eucaristía, unida a su gran
amor a la Patria; a Santo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de
Lima, cuyo celo apostólico, talento organizador y amor eucaristico, son
XVI
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
tan alabados por todas las generaciones; a San Francisco Solano, após-
tol franciscano del Perú y América, que vivió y murió en Lima, donde
se conserva su tumba y crece su devoción.
HIMNO OnCIAL
Una de las Conferencias Episcopales del Perú, determinó que el
himno ofical de todos los Congresos Eucaristicos Nacionales fuese el
del Primer Congreso Eucaristico celebrado en el año 1935.
Este hermoso himno fué compuesto en el año 1934 por el llustrisimo
Monseñor Pablo Chávez Aguilar, entonces Maestro de Capilla de la
Basílica Metropolitana de Lima: la letra del R. P. Francisco Jambrina, O.
E.S.A,
ORACION POR EL CONGRESO
El Eminentísimo Señor Cardenal Arzobispo proclamó la siguiente
oración para pedir por el éxito del V Congreso Eucaristico Nacional y
Mariano, tomada de la Colección de Preces y Piadosos Ejer cieos In-
dulgenciados por la Santa Sede;
"¡Oh Jesús! que estáis real y sustancialmente en el Santísimo Sa-
cramento del altar para servir de alimento a nuestras almas; dignaos
bendecir y coronar con éxito completo todos los Congresos y reuniones
eucarísticas y especialmente el próximo Congreso Eucaristico Nacional
de Lima.
Inspirad con este fin los trabajos, las resoluciones y los votos, acep-
tad los homenajes solemnes que en él se os tributarán, inflamad el co-
razón de los sacerdotes y de los fieles, de los padres y de los hijos, a
fin de que la comunión frecuente y cuotidiana, y la comunión temprana
de los niños se practique en todos los países del mundo y que el Rei-
no social del Sagrado Corazón sea reconocido en todas partes.
¡Sagrado Corazón de Jesús, bendecid el Congreso!
¡Corazón Inmaculado de María, interceded por el Congreso!
¡San Pascual Bailón, rogad por nosotros!
¡Santa Rosa de Lima, rogad por nosotros!
¡Santo Toribio, rogad por nosotros!
¡San Francisco Solano, rogad por nosotros!"
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
XVII
De esta oración impresa en papel fino y corriente se hizo un tiraje
de 500,000 que circuló en todo el país, recitada en todos los templos des-
pués de las Misas rezadas en acatamiento al Mandato del Episcopado.
CUADRO DE COMISIONES
He aquí las distintas Comisiones:
Propaganda — Economía — Parroquial — Catecismo para Misio-
nes ' — Misiones-Lima ■ — Misiones -Rurales — Concurso Interescolar de
Religión — Congregaciones Religiosas ■ — Estudio — Alojamiento -
Atenciones ■ — Transporte — Campo Eucaristico — Ornamentos Euca-
risticos — Policía Eucarística ■ — Concentraciones — Ornato ■ — Cine
— Teatro — Música y Coros ■ — Primeros Auxilios ■ — Exposición Misio-
nal — Exposición Biblíográlica — Exposición Escultórica - — Universita-
rios — Abogados — Médicos — Ingenieros — Arquitectos — Maestros
— Empleados — Obreros — Institutos Armados — Enfermos — Penados
-~ Comunidades Religosas — Asistentas Sociales — - Entronización Co-
razón de Jesús — Catequesis para Adultos- Lima - Callao - Balnearios —
Insignias ■ — Colecta Pública — Comunión de los Niños ■ — Ropero Eu-
caristico — Estampilla — Carroza Eucarística.
El Señor sabe como fue de verdad muy sincero el esfuerzo y plena
la dedicación de los hombres y mujeres que en Lima y en todo el país
trabajaron por la realización del Congreso Eucaristico y Mariano: no
pasajera muestra de entusiasmo, sino muy al contrario testimonio de vi-
da cristiana y esperanza en el renacimiento católico del Perú.
Corresponde aquí expresar particularmente el reconocimiento de la
Junta Organizadora a todos los miembros de las diversas comisiones que
ofrecieron su responsabilidad, su preparación y su trabajo, y a todos
los que con la oración, la limosna, o la tarea apostólica concreta, co^
laboraron con la Jerarquía Eclesiástica y reiteraron su fe en Cristo, su
amor a Nuestra Señora, y su devoción a la Iglesia.
PARTiaPACION DEL SUPREMO GOBIERNO
El Señor Presidente de la República y el Supremo Gobierno ofrecie-
ron amplio apoyo a la tarea de organización del Congreso y durante su
desarrollo ratificaron plenamente su adhesión.
a). — En el Presupuesto General de la República, pliego de Justi-
cia y Culto para el año 1954, se señaló una contribución económica a-
preciable para los gastos del Congreso.
XVIU
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
b) .■ — Las Cámaras Legislativas del país aprobaron la Ley N" 12073,
por la cual se dispuso que en el territorio de la República todas las car-
tas debían llevar un franqueo adicional de 0.05 ctvs. para contribuir a
la realización del Congreso Eucarístico, autorizando también el uso de
otros sellos en forma voluntaria.
c) .^El señor Presidente de la República, en su Mensaje al Ho-
norable Congreso Legislativo, del 28 de Julio de 1954. manifestó la hon-
da simpatia de su Gobierno por el Congreso Eucarístico y prometió todo
el apoyo necesario.
d) .^En Agosto del mismo año, el Presidente del Gabinete Minis-
terial, al presentarse a las Cámaras Legislativas para trazar su progra-
ma de trabajo, insistió nuevamente en la solicitud del Gobierno por el
éxito del Congreso Eucarístico, teniendo en cuenta los sentimientos re-
ligiosos del pueblo y los fines perseguidos por tan magno certamen,
e) . — El Ministerio de Educación Pública oficializó el Concurso In-
ter-escolar de Religión, organizado por primera vez en el país con oca-
sión del Congreso Eucarístico, y prestó todas las facilidades del caso
para que se llevase a efecto en las fechas señaladas.
Impartió, asimismo, las órdenes necesarias para que todas las Es-
cuelas Públicas y Privadas del Perú recibiesen oportunamente la prepa-
ración religiosa adecuada para participar en la Comunión de los Niños
y en las demás actividades del Congreso Eucarístico. Debe destacarse
en justicia la suspensión de los exámenes de fin de año en los días in-
mediatamente próximos al Congreso y durante la celebración del mismo.
El Congreso Nacional que votó la ley de la estampilla del Con-
greso, los Señores Ministros de Estado que en diversas oportunidades
concedieron la más franca y cordial cooperación, el señor Alcalde y la
Municipalidad de Lima, que siempre atendieron toda solicitud c iniciati-
va y que aportaron la suma necesaria para la construcción de la Cruz
Monumental en el Campo Eucarístico, la Municipalidad del Callao y las
Municipalidades Distritales, así como todas las instituciones públicas que
siempre vieron al Congreso con afecto y simpatía, son acreedores al reco-
nocimiento más sincero.
APERTURA DEL AÑO EUCARISTICO Y MARIANO
En la noche del 7 al 8 de Diciembre de 1953 el Auditorio del Campo
de Marte fué estrecho para recibir a más de sesenta mil personas que reí"
teraron su fe en la Eucaristía y su devoción indeclinable a Nuestra Seño-
ra, la Madre de Dios. La espontaneidad de la multitudinaria concurrencia,
el fervor al asistir a la Santa Misa que ofició el Excmo. Señor Arzobispo
Emmo. Sr . ¡uan Gaalbcno. Cardenal Ouevara. Arzobispo de Lima y
Primado del Perú
CRÓNICA y DOCUMENTOS
XIX
Coadjutor, los millares de fieles que recibieron a Jesucristo en la Co'
munión, todo confirmó el acto de fe, de agradecimiento y de esperanza,,
de esa noche magnífica en que Lima y todo el Perú, pidieron por las
necesidades de nuestro país, por la moralidad de nuestra vida, por la
familia, por la educación cristiana, por la urgente realización de la Jus-
ticia Social. Y en todas las almas fué sincerisima y alegre la oración
por el V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano y por la renovación
de la vida cristiana en el Perú . Fue noche de perdón y de esperanza .
LA VOZ DEL EPISCOPADO
La realidad nacional del Congreso estuvo palmaria en el interés de
los Señores Arzobispos y Obispos para que cada Diócesis estuviera pre-
sente en las tareas de organización, en el aporte material y en el tra-
bajo apostólico. Las Pastorales de los Excmos. Prelados, ricas en doc-
trina y en ánimo de trabajo, insistieron en la trascendencia del Congre-
so y en la responsabilidad de laborar por él.
ESFUERZOS APOSTOLICOS CONCRETOS
La Junta Organizadora procuró desde la iniciación de las labores
que se viera en el Congreso el sentido profundo de la reforma de la vi-
da y de la rectificación de los errores; el Congreso como público testi-
monio de una fe íntegra y vivida y como promesa de renovación . Para
este arduo propósito, con las instituciones existentes y con los medios
que fué necesario crear, mediante la instrucción religiosa y campañas
de diverso tipo, se obtuvo que participaran en el empeño común los más di-
versos sectores del país. Comisiones específicas trabajaron en su pro-
pio medio profesional o en su respectiva actividad, y la presencia del
espíritu del Congreso llegó a los hospitales, a los colegios, a las fábri-
cas, a las cárceles, a los suburbios, a la vida universitaria, y a todos
los sectores sociales. Y las Semanas Eucarísticas, las Horas Santas, las
ofrendas espirituales, los ejercicios y las peregrinaciones significaron
una plegaria colectiva de toda la ciudad y del país.
CURSOS Y CONFERENCIAS
La revisión ponderada y metódica de las principales verdades del
dogma y moral católicos se desarrolló en los cursos que, en el Colegio
de Belén, en el Instituto Riva-Agüero y en el Teatro Segura, respec-
tivamente, dictaron distinguidos sacerdotes del Clero Secular y Regular.
XX
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Acerca de la Santa Misa ofreció siete charlas el Rvdo. Padre Ber-
nardo Weber, Misionero del Sagrado Corazón y Párroco de San Felipe.
Sobre el Protestantismo, especialmente en la América Latina, diser-
tó en tres conferencias el Ilustrisimo Señor Doctor Luis Lituma, Prela-
do Doméstico de Su Santidad y Chantre de la Basílica Metropolitana
de Lima.
De la Santisima Eucaristía y de los privilegios de la Madre de
Dios habló el Rvdo. Padre Felipe Me. Gregor S. todos los Jueves
durante los meses de Mayo a Noviembre a hs. 7 p. m.
El Rvdo. Padre Federico Kaiser, Misionero del Sagrado Corazón,
expuso la doctrina católica acerca de la Sagrada Escritura, particular-
mente lo que se refiere a la Santa Eucaristía y a la Virgen María, to-
dos los Miércoles, en los meses de Mayo a Noviembre.
El Rvdo. Padre Felipe Me. Gregor S. ]. dió tres conferencias so-
bre "El divorcio" en el Teatro Segura, los días 23, 24, y 25 de Noviembre.
El Rvdo. Padre ]osé Antonio de Laburu, S. J. sacerdote español,
conocido orador sagrado. Profesor de Biología en la Universidad Gre-
goriana de Roma, especialmente invitado por la Junta Organizadora del
Congreso Eucaristico para colaborar en la preparación de los católicos
peruanos, dictó dos conferencias sobre "La Familia" en los días 4 y 5
de Noviembre; dos conferencias sobre "El por qué del malestar del
Mundo y su única solución integral", los días 8 y 9 de Noviembre; seis
conferencias para hombres en el Templo de San Pedro, del 15 al 20 de
Noviembre; tres conferencias acerca de "La Santa Eucaristía", en los
días 4, 5 y 6 de Diciembre en la Basílica Metropolitana; una confe-
rencia acerca de: "María Modelo y Medianera en el caos del mundo
actual" el 22 de Noviembre en el Teatro Municipal y un curso especial
sobre Psicoterapia, en el Instiuto Daniel A. Carrión.
En el mes de Marzo, el Rvdo. Padre Michel Phillipon, O. P. dic-
tó varias lecciones en el Templo de Santo Domingo y en otros lugares.
Mons. Oscar Larson, Prelado Doméstico de Su Santidad, antiguo
Catedrático de la Universidad Católica de Santiago de Chile y muy
conocido en el Perú por su brillante participación en el Primer Congre-
so Eucaristico Nacional de 1935, especialmente invitado por la Junta
Organizadora del Congreso Eucaristico Nacional y Mariano, sostuvo
dos conferencias para señoritas en la Basílica de La Merced los días
16 y 17 de Noviembre; cuatro conferencias para hombres sobre el tema:
"La Divinidad de Cristo y la Razón", en el mismo Templo, los días 23,
24, 25 y 26 de Noviembre; y dos conferencias para señoras en la misma
Basílica los días 29 y 30 del mismo mes.
Excmo. y Rvdmo. Sr . Francisco Lardone, Nuncio de Su Santidad
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
XXI
El Rvdo. Padre Dr. Ignacio María Orbegoso, del Opus Dei, espe-
cialmente invitado por la Junta Organizadora, dictó una serie de confe-
rencias y Ejercicios Espirituales para Universitarios, señoras y hombres,
durante el mes de Noviembre.
El Rvdo. Padre Bernardino Pérez, O.E.S.A. dió seis conferencias
para hombres los días 29 y 30 de Noviembre, y del 1" al 4 de Diciem-
bre, en el Templo de Maria Auxiliadora.
El conocido escritor mexicano Don Alfonso Junco, que llegó a
nuestra Capital por especial invitación de la Junta Organizadora para
tomar parte en las solemnidades del Congreso, dictó dos charlas en el
Colegio de Belén, sobre la "Santísima Virgen", dedicando una de ellas
a la devoción mejicana: La Virgen de Guadalupe.
JIRAS DE PROPAGANDA A LAS DIOCESIS DEL PERU
Para incorporar más directamente a todas las provincias al empe-
ño del Congreso, salieron en julio y agosto de 1954, diversas comisio-
nes integradas por sacerdotes y seglares de la Acción Católica que lle-
varon la palabra de Cristo y explicaron el sentido del tiempo que vi-
vía el Perú . Desde Iquitos hasta Piura y desde Cerro de Pasco hasta
Arequipa y Cuzco se escuchó el mensaje del Congreso.
CONCURSO INTER-ESCOLAR DE RELIGION
Entre todas las labores prepartorias ésta del Concurso de Religión
tuvo un hondo y múltiple significado. No sólo en el estimulo al estu-
dio de la religión y en la búsqueda de su mayor perfeccionamiento, sino
que además con el Concurso penetró la preocupación por el tema re-
ligioso en todos los ámbitos de la ciudad y millares de familias recibie-
ron asi una voz del Congreso.
Con la más plena y cordialísima colaboración del Señor Ministro
de Educación Pública, de los señores Directores e Inspectores, de to-
dos los centros de enseñanza y del Consorcio de Maestras de la Acción
Católica, participaron en el Concurso 90,326 alumnos de educación pri-
maria, 32.858 de educación secundaria, y 8,067 de Educación técnica; y
8,000 personas cuidaron el buen desarrollo y análisis de las pruebas.
Los premios de este concurso ■ — ejemplar por el espíritu y la orga-
nización— a colegios y a estudiantes vencedores, los entregó al Emi-
nentísimo Cardenal Legado, en el Campo Eucarístico, el día 8 de di-
ciembre.
XXII
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
GRANDES CONCENTRACIONES
Los 12 meses del Año Eucarístico Mariano fueron dedicados no
solamente a procurar la santidad de la vida cristiana en grupos redu-
cidos, en los cuales es posible vivir más íntimamente los postulados
del Evangelio, sino que se destinaron también a un trabajo incansable
para llegar a todos los sectores de la ciudadanía y conseguir que la
gran masa de católicos en el Perú sintiese como suyos los [ines del
Congreso y los tradujese en el perfeccionamiento palpable de la actividad
cotidiana.
Por eso, una de las primeras preocupaciones del Emmo. Sr. Car-
denal Arzobispo de Lima, fue señalar los Santuarios Marianos en los
cuales, de modo preferente, se pudiesen lucrar las Indulgencias conce-
didas para el Año Santo Mariano. Los fieles podían visitar todos los
templos, en los cuales se rinde culto especial a la Santísima Virgen
bajo cualquiera de sus advocaciones, ganando las Indulgencias conce-
didas por la Santa Sede. Sin embargo, y sin ánimo de excluir los demás
templos, el Emmo. Prelado recomendó acudir particularmente a la Ba-
sílica del Rosario y a los templos de Copacabana, Cocharcas y De-
samparados, célebres en los anales de la devoción maríana, a causa de
la preferente inclinación del pueblo católico hacia ellos; particularmen-
te si se tiene en cuenta que la Basílica del Rosario guarda la preciosa
Imagen de la Santísima Virgen del Rosario, ante la cual oraron la Vir-
gen limeña Rosa de Santa María, y los Beatos Martín de Porres y
Juan Masías.
Igualmente, la Junta Organizadora del Congreso preparó un vas-
to conjunto de actuaciones públicas para los fieles de nuestra capital,
con el objeto de reagruparlos junto a Cristo, haciéndoles sentir la ur-
gencia de compenetrar toda la vida humana con el fermento evangélico.
Relieve extraordinario revistió la Semana Santa del Año Eucarís-
tico Mariano. Multitudes incontables llenaron los templos, se acerca-
ron a los confesonarios para purificar sus conciencias en cumplimiento
del Precepto Pascual y se alimentaron del Cuerpo y Sangre del Reden-
tor para fortificar sus espíritus frente a los peligros, cada vez mayores,
que cercan al cristiano. Particularmente notable fue la Concentración de
Hombres del Jueves Santo, que, como todos los años, invade las calles
de nuestra capital para hacer una demostración colectiva de su fe e im-
plorar del Señor las gracias necesarias para mantener la unidad espiri-
tual del país. Podemos decir, que la Semana Santa significó la mejor pro-
mesa, a la vez que la parcial realización de los fines del Congreso .
Excmo. Sr. Dr. Don Alejandro Freundt Rosell. Ministro
de Justicia y Culto
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
XXIII
Con ocasión del Año Santo Mariano, que por primera vez en la
historia de la Iglesia había sido proclamado por Su Santidad Pió XII,
felizmente reinante, para conmemorar dignamente el centenario de la
Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de Maria, y co-
mo un homenaje anticipado al V Congreso Eucaristico Nacional y Ma-
riano, se preparó una grandiosa peregrinación de hombres, que tendría
como punto final el Morro del Solar, en el cual existe una Imagen de
la Inmaculada Concepción, colocada ahí con ocasión del cincuentenario
de la definición dogmática.
Quince mil hombres, en limpio testimonio de fe, recorrieron los
diecisiete kilómetros desde el Templo de María Auxiliadora, en Lima,
hasta el Morro Solar, en Chorrillos . El Arzobispo Coadjutor se sumó
y presidió el recorrido de los peregrinos y celebró la Santa Misa en
la cumbre del Morro ante la imagen de la Inmaculada, y el Eminentí-
simo Cardenal Arzobispo envió un bello y caluroso mensaje.
El 15 de agosto,^ Festividad de la Asunción de Nuestra Señora, en
la Parroquia de Fátima, Unidad Vecinal N^ 3, el Excmo. Sr. Francis-
co Lardone, Nuncio Apostólico, celebró la Santa Misa, al caer de la tar-
de, en la cual se pidió especialmente por la unidad y santificación de la
familia .
LA SANTA MISION
A la renovación de la vida cristiana, propósito esencial y profundo del
Congreso, dedicaron atención preferente los sacerdotes y los seglares
durante las labores de organización. Para este empeño, la Santa Mi-
sión en Lima, Callao, Balnearios, suburbios, parroquias rurales, y pue-
blos y aldeas de la arquídiócesis de Lima, fué la tarea más amplia y
la de mayor responsabilidad y trascendencia.
Dos comisiones de sacerdotes, una para la Misión en Lima y luga-
res cercanos, y otra para las Misiones Rurales, consideraron el plan de
la Misión, bajo la dirección de la ferarquia, y contemplaron los proble-
mas técnicos y los detalles que precisaba la organización.
La propaganda fué intensa y plena. La radio, los cinemas, los
periódicos, los carteles, las hojas volantes, todo hablaba de la misión y
del próximo Congreso. Conferencias especializadas para obreros, em-
pleados, universitarios, para madres de familia y para hombres, para
jóvenes y señoritas, reiteraron la responsabilidad del cristiano y la impor-
tancia del tiempo que vivía la ciudad.
XXIV
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
En iglesias, capillas, escuelas, en lugares provisionales, la voz del
misionero se escuchaba desde el Rosario de la Aurora hasta el momen^
to del Vía Crucis que ya de noche recorría las parroquias de Lima.
En su labor esforzada y meritisima los sacerdotes desarrollaron en
dos etapas su labor apostólica; una primera para Callao y alrededores, tj
otra segunda para el centro de Lima y barrios más populosos.
Dios conoce el fruto de la Misión . Aquí le dimos gracias por el bien
que a todos ofreció y por ésta que fué la auténtica preparación al Con-
greso .
EXPOSiaONES
La presencia del Congreso recordó la obra de la Iglesia en las mi-
siones, en el arte, en la cultura.
La Exposición Misional Amazónica, que se realizó con la coopera-
ción de los Vicariatos y Prefecturas Apostólicos, subrayó la empresa
espiritual y nacionalista de los sacerdotes católicds. En la Exposición
de arte religioso, al lado de muestras importantes de escultura y pintura
virreinales se presentaron exponentes del arte contemporáneo y fue de
verdad útil una sección educativa. En la Biblioteca Nacional, y con
el apoyo pleno de este centro de cultura, la exposición del libro religio-
so, con unidades bibliográficas muy valiosas, mostró la intervención de
la Iglesia en la vida intelectual y en la cultura del Perú.
EL CAMPO EUCARISTICO
Desde los primeros días de 1954 una comisión de arquitectos es-
tudió el lugar conveniente para las instalaciones del Campo Eucaristi-
co y también consideró los muy varios problemas de orden técnico. Lue-
go de la propuesta y de las licencias consiguientes se designó el Cam-
po de Marte como el lugar más apropiado por su amplitud, ambiente, y
facilidad en las comunicaciones.
La indicada Comisión convocó a los arquitectos a un concurso pa-
ra el diseño del altar monumental y para la organización del campo y
de los servicios anexos. El proyecto de los arquitectos César Díaz Gon-
zález, Luis Castro Becerra y Alfredo Luna Román obtuvo el premio, yt
se entregó la realización a la firma Guillermo Payet S. A.
JORNADA CINEMATOGRAFICA
A fines de noviembre, las jornadas de cine que presentaron pelícu-
las del mayor interés doctrinal o histórico y de indudable calidad téc-
Eyrcmo. u Rvdmo . Sr . }iian Landázuri Ricketts, Arzobispo Vicario
Capitular de í ¡mn
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
XXV
nica, plantearon la realidad del espectáculo cinematográfico interesan-
te y honesto, y llevaron a los diversos ambientes de la ciudad la preocu-
pación por el Congreso y la vivencia de su espíritu.
Las películas, todas de estreno absoluto en Lima, que presentaron
durante la Jornada Cinematográfica, realizada por primera vez en el
mundo dentro del programa de manifestaciones preparatorias de un Con-
greso Eucarístico, fueron las siguientes:
"La Rosa Blanca" (Vida del "Apóstol" José Marti), dirigida por
Emilio Fernández (Cubano-Mexicana) .
"Pepino y Violeta" (Aventuras de un niño en Assís y en el Va-
ticano), dirigida por Maurice Cloche (Italiana).
"El último puente" (Misión humanitaria de una doctora en la cau-
tividad), dirigida por Helmut Káutner, Premio de la O. C. l. C. en
el Festival de Canes de 1954 (Austríaca) .
"El Padre Brown" (Aventura cómico-policial de un sacerdote, ins-
pirada por los famosos cuentos de G. K. Chesterton), dirigida por Ro-
bert Hamer, interpretada por Alce Guinness (Inglesa) .
"Resplandece el Sol" (Exaltación de la caridad cristiana personi-
ficada por un juez modelo), dirigida por John Ford (Norteamericana).
"El Renegado" (Francia), dirigida por Leó Joannon y actor Pierre
Fresnay .
"Llora amada tierra mía" (Inglaterra).
"El Diario de un Cura Rural" (Adaptación magistral de la nove-
la de George Bernanos), dirigida por Robert Bressin (Francesa). Pre-
mio de la O. C. I. C. en el Festival de Venecia de 1951 .
"El Cura Lorenzo" (Historia de la fundación del famoso equipo
de fútbol argentino, de San Lorenzo de Almagro), (Argentina).
"Las campanas de Nagasaki", (La vida auténtica del Prof. Ta-
kashi Nagai, convertido al catolicismo), dirigida por Hideo Oniwa (Ja-
pón) .
Cada película fué acompañada de cortos de gran interés, enviados
por Brasil, Canadá, Bélgica, Austria, España, Portugal, etc.
JORNADAS DE ESTUDIO
Dentro del tema general de estudio del Congreso: la situación del
católico en el mundo contemporáneo, las jornadas para el clero y para
los laicos respondieron a ese planteamiento y, ^para los laicos — lue-
go de puntos generales de doctrina, cada profesión o actividad estudió
un temario propio en función de estas ideas centrales: tesis de la pro/e-
sión, problemas morales, posibilidades apostólicas.
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^VCCCCUV, 9o^f^<^Tv^o
EL EMINENTISIMO SEÑOR JUAN GUALBERTO
CARDENAL GUEVARA
El XXIX Arzobispo de Lima, Juan Gualberto Car-
denal Guevara, [alleció el 26 de Noviembre, festivi-
dad de San Silvestre, en plena preparación del V"
Congreso Eucaristico Nacional y Mariano, del cual
fué su Director General.
Sacerdote apostólico, párroco activo y fervoro-
so, periodista batallador. Obispo infatiglable y dig-
nísimo, el Eminentísimo Cardenal Guevara fué un
servidor verdadero de su país, que amó hondamen-
te, y de la Iglesia, a la que consagró su vida.
Se recoge aquí la biografía publicada en el
Manual del Congresista.
Su Eminencia Juan Gualberto, Cardenal Guevara, Primer Prín-
cipe de la Iglesia, de nacionalidad peruana, nació en Arequipa, del
matrimonio cristiano de don Simón Guevara y de doña Eulogia Cuba,
el 11 de julio de 1882. Fué bautizado al día siguiente de su nacimien-
to. Habiendo recibido la instrucción media en el Colegio de San Vi-
cente de Paúl de la ciudad de Arequipa, dirigido por el R. P. Hipólito
Duhamel, virtuoso sacerdote lazarista e insigne maestro; cursó los estu-
dios superiores en el Seminario Conciliar de San Jerónimo y en la
Universidad del Gran Padre San Agustín, en la que se graduó en Fi-
losofía y Letras. El 2 de junio de 1906, recibió la ordenación sacerdo-
tal de manos de Mons. Puirredón, Obispo de Puno, y el mismo año fué
nombrado Vicario Cooperador de la Parroquia de Arica, que desempe-
ñó hasta 1910. En esta fecha las autoridades chilenas de ocupación lo
expulsaron juntamente con otros sacerdotes peruanos, lo que le obligó
a volver a Arequipa, haciéndose cargo entonces de la Parroquia de Yura.
Fué llamado al Seminario de Arequipa el año 1914, para encomen-
darle el Vicerrectorado de dicho plantel . Después de esa fecha se le
nombró párroco de Vítor, cargo que desempeñó durante un año y tres
meses, nombrándosele en 1916, Sacristán Mayor de la Iglesia Catedral
de Arequipa.
Celoso apóstol de la Iglesia, ofrécese íntegramente en su defensa
y así se explica su dedicación al periodismo católico, iniciando sus la-
XXVIII
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
borcs en "El Morro de Arica", diario peruano, al propio tiempo que
daba comienzo a su ministerio sacerdotal en esa ciudad. Más tarde ac-
túa como redactor de "El Deber", diario católico arequipeño, a partir
de 1916 a 1920. Luego viaja a Roma para ingresar a la Universidad
Gregoriana, siendo alumno del Colegio Pío Latino Americano, y el a-
ño 1922 recibe en la Ciudad Eterna el doctorado en Derecho Canónico.
Al año siguiente vuelve al Perú y asume la dirección de "El Deber",
realizando labor inteligente y mesurada, valiente y caballerosa. En 1936
fué honrado con el nombramiento de Prelado Doméstico de Su Santi-
dad. Su amplia versación cultural la desarrolló en el magisterio, que co-
menzó en el mismo colegio de San Vicente de Paúl, donde cursó la ins-
trucción media, y la continuó en el Seminario de San Jerónimo y otros plan-
teles de Arequipa, enseñando Matemáticas, Ciencias Naturales, Reli-
gión, Historia y Filosofía. El año 1914 recibió el grado de bachiller en
Filosofía y Letras en la Universidad del Gran Padre San Agustín de
Arequipa .
Vacante la Sede Episcopal de Trujillo, el año 1940 fué designado
Obispo de la Diócesis. Constituido en Pastor de tan vasta grey, desa-
rrolla actividades de gran envergadura; emprende y concluye el arreglo
del Palacio Episcopal y también de la Iglesia Catedral; igualmente res-
taura la Iglesia de Santa Rosa. Tanto en Trujillo como en Chiclayo,
capital del departamento de Lambayeque bajo su jurisdicción eclesiás-
tica, organiza las cuatro Ramas de la Acción Católica. En 1943 la dió-
cesis trujillana es elevada a la categoría Arzobispal y en octubre del
mismo año se realizó el Tercer Congreso Eucarístico Nacional, el que
constituyó un verdadero testimonio de devoción a Jesús Hostia. En
cumplimiento de su misión sagrada, realiza la visita Pastoral a todas las
parroquias de la Arquidiócesis hasta los lugares más lejanos y pe-
ligrosos. A través de su gestión, publicó varias Cartas Pastorales y nu-
merosos mensajes, en circunstancias diversas.
Al fallecimiento de Monseñor Pedro Pascual Farfán, Arzobispo
de Lima, el hasta entonces Monseñor Guevara fué preconizado para su-
cederle en la sede limeña, como Primado del Perú y Vicario Castrense.
A los pocos días recibió la noticia de que sería creado Cardenal de la
Santa Iglesia Romana, por Su Santidad el Papa Pío XII en el próximo
Consistorio. Con tal motivo fué a la Ciudad Eterna, en donde el 18
de febrero de 1946 recibió el Capelo Cardenalicio, retornando al se-
no de la Patria el 2 de abril del mismo año, investido con la Púrpura
Cardenalicia, siendo objeto de un apoteósica manifestación de bienve-
nida que se le tributara por todos los elementos de la Capital, así ofi-
ciales como religiosos y sociales.
En la Dominica de Cuasimodo del mismo año de 1946 dirigió al
catolicismo peruano su Primera Carta Pastoral y con motivo de conme-
morarse la epopeya de Arica, el 7 de Junio del mismo año, dirigió en
su condición de Vicario General Castrense un Mensaje a las Fuer-
zas Armadas de la Nación.
En ocasión de celebrar el cuadragésimo aniversario de su ordena-
ción sacerdotal, cristalizó en una féliz realidad la fundación de la "Li-
ga de Hogares Apostólicos" cuya finalidad es fomentar las vocacio-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
XXIX
nes religiosas en la vida familiar, demostrando de esta manera su clara
visión sobre la salud espiritual de los millares de almas a él confiadas.
En Junio de 1946 fué nombrado por el Santo Padre Pío XII, Le-
gado Papal en el Tercer Congreso Eucaristico Nacional de Boíivia,
que tuvo lugar en Sucre, visitando también con tal motivo las ciuda-
des de Cochabamba y La Paz, en las que fué objeto de cálidas ova-
ciones y de sinceras demostraciones de afecto y veneración. En Ma-
yo de 1947, también como Legado Papal coronó canónicamente a la
Virgen de la Candelaria de Caima (Arequipa) y con el mismo ca-
rácter asistió al IV Congreso Eucaristico Nacional del Perú realiza-
do en el Cuzco en mayo de 1949. Coronó a la Virgen de La Legua,
en ceremonia que se realizó con gran solemnidad en la ciudad del Ca-
llao; el 7 de octubre de 1951 .
Fué invitado de honor y asistió a los Congresos Eucarísticos de
Buffalo (EE. UU.) en octubre de 1947, y al de Rosario (Argenti-
na) en octubre de 1950; y al Internacional de Barcelona (España) .
Durante los años que estuvo al frente de la Arquidiócesis de Li-
ma, fue su labor muy intensa para poder conseguir que sean una ver-
dadera realidad los tres grandes ideales de su vida: el Seminario, la
Acción Católica y la Casa del Sacerdote. A él se debe la creación
de "Comunidades Parroquiales de Sacerdotes Seculares" que con tan-
to éxito se están desarrollando en diferentes Parroquias de provincias.
Cumpliendo con fidelidad la misión de Buen Pastor, muchas son
las Pastorales que ha dirigido a los fieles de la Arquidiócesis, señalan-
do rumbos para la mayor gloria de Dios, y la santificación de las almas.
Cabe señalar aquí su Prontuario de Acción Católica, que aclaró y
orientó el verdadero sentido de lo que es la Acción Católica.
El Eminentísimo Cardenal Guevara ha muerto como había vivido;
junto al altar, después de celebrar la Santa Misa y de recibir los últi-
mos Sacramentos de la Iglesia, con la placidez de los justos, feliz au-
gurio de la recompensa que habrá recibido ya del Padre Celestial. En-
tre tanto, quiens lo amamos en vida no dejaremos de elevar nuestras
preces al Altísimo por su alma repitiendo la oración de la iglesia: "Des-
cansa en paz".
su EMINENCIA EL CARDENAL
FEDERICO TEDESCHINI, LEGADO PONTIFICIO
Su Eminencia el Cardenal Federico Tedeschini nació en Antro-
doco, Diócesis de Rieti, bajo el Pontificado de Pío IX, el 12 de octubre
de 1873.
Hizo estudios en el seminario de Rieti, donde ingresó a los 1 1 años
de edad y salió en 1889 para terminar su carrera en el Pontificio Semi-
nario Romano de la Ciudad Eterna.
Los exámenes del brillante alumno Tedeschini obtuvieron las
más altas calificaciones, lo que dió lugar que al vacar en el semina-
rio Pío la beca correspondiente al seminario de Rieti le fuera con-
cedida, obteniendo más tarde en el seminario Apolinar los doctorados
en Filosofía, Teología, Derecho Canónico y Civil y el de Letras, sien-
do ordenado sacerdote el 25 de Julio de 1896, en Rieti, donde celebró
su primera Misa al siguiente día.
No había aún rebasado la categoría de colegial, y ya era admira-
do, respetado y tratado por sus compañeros como si perteneciera a una
jerarquía superior. Así se explica que en 1898, aún antes de terminar
su carrera, fuese nombrado canónigo Lectoral de Rieti, con dispensa de
residencia .
No es, pues, de extrañar que en enero de 1900, Monseñor Vol-
píni. Secretario de Breves a los Príncipes, le llamase al Vaticano y por
encargo del Santo Padre le confiriese un trabajo cuyo cometido llenó a
plena satisfacción, tanto que mereció ser elegido por el Papa León XIII
para el cargo de Minutante de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Con ocasión de su traslado a Roma, al vivir en el Palacio del Vaticano
para cumplir con su nuevo cargo de Minutante, en la tercera "loggia"
de este Palacio, tuvo la oportunidad de conocer a Monseñor Jaime della
Chiessa (posteriormente el Papa Benedicto XV), nombrado tres meses
hacía Sustituto. Aquellos dos corazones se unieron tan estrechamente
que ya jamás dejaron de comunicarse sus penas y alegrías.
El 6 de noviembre de 1903 fué nombrado Camarero Secreto de
Su Santidad y el 18 de marzo de 1908 Prelado Doméstico. Por volun-
tad de San Pío X dejó el cargo de Minutante y fué nombrado Canci-
ller de Breves Apostólicos el 20 de octubre de 1908, y el 24 de enero
de 1912 Consiliario-Asistente Eclesiástico del Consejo de la Juventud
Italiana .
Al advenimiento de Benedicto XV, Monseñor Tedeschini fué nom-
brado Sustituto de la Secretaría de Estado de la cifra. El 13 de no-
XXXII
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
víembre del mismo año Consultor del Santo Oficio, siendo su actuación
de gran eficacia en una época muy difícil para la Iglesia ya que conci-
dió con el desarrollo de la primera guerra europea. Monseñor Tedes-
chini fué encargado especialmente por Benedicto XV de dirigir todas
las actividades del Vaticano en relación con la asistencia a los refugia-
dos y a los prisioneros, realizando una labor eficacísima durante todos
los años de la guerra. El 5 de mayo de 1921 el entonces Monseñor
Tedeschini fué consagrado con gran solemnidad por el propio Papa Be-
nedicto XV, en la Capilla Sixtina, recibiendo el título de Arzobispo de
Lepanto, con el que fué destinado a la Nunciatura Apostólica de Es-
paña.
Su Santidad Pío XI nombró a Monseñor Tedeschi-ni Cardenal de
la Sagrada Iglesia Romana el 13 de mayo de 1933, reservando "in pe-
to" el nombramiento, que no fué hecho público hasta el Consistorio del
16 de diciembre de 1935, dándole al nuevo Cardenal el título de Santa
María de la Victoria.
Bajo el Pontificado de Pío XII, el Cardenal Tedeschini es nom-
brado Datario del Estado Pontificio; además es Archipreste de la Pa-
triarcal Basílica Vaticana, Prefecto de la Sagrada Congregación de la
Fábrica de San Pedro y Camarlengo del Sagrado Colegio Cardenali-
cio. Forma asimismo parte de las Congregaciones Consistorial, de Sa-
cramentos, del Concilio, de Ritos, del Ceremonial, de Asuntos Eclesiás-
ticos Extraordinarios y de Seminarios y Universidades. Es Protector
de numerosas Congregaciones Religiosas.
Igualmente forma parte del Tribunal Supremo de la Signatura Apos-
tólica y de las Comisiones Pontificias para la Interpretación del Có-
digo de Derecho Canónico, y Cardenalicia para la Administración de
los Bienes de la Santa Sede .
Don Luis T. Larco, Alcalde de Lima
'I
CARTA DEL EMMO. CARDENAL LEGADO AL
EMMO, CARDENAL GUEVARA, ARZOBISPO DE
LIMA, PRIMADO DEL PERU
Roma, 28 de octubre de 1954.
Emmo. y Rvdmo. Señor Cardenal:
Honrado por el Santo Padre con la nobilísima misión de Legado
Pontilicio en el Congreso Nacional Eucaristico y Mariano del Perú,
es mi deber el dirigir, antes de todo, mi homenaje a Vuestra Eminen^
cia Reverendísima, como a Representante de la Santa Iglesia en esa
amada nación, que se reúne, con tan grandiosa solemnidad, para hon-
rar, individual y colectivamente, a la Santísima Virgen en el Año Ma-
riano y a Nuestro Señor Sacramentado, nunca separable de su Augus-
ta Madre.
Tal vez no sepa V. E. que, desde el mes de abril hasta estos úl-
timos días, mi vida ha sido un continuo viajar por las varias ciudades
de Italia y también por Portugal y España, con el objeto de presidir
Congresos y Conmemoraciones de nuestra Reina Celeste, y alentar a
los pueblos en el amor de Madre y de Hijo, y en la devoción y adhe-
sión a la Santa Sede Apostólica.
Esto me ha quitado toda posibilidad de cumplir con mi deber ha-
cia Vuestra Eminencia y hacia la dilecta Patria Peruana, y de mani-
festarle cuan grande ha sido mi alegría por tan honrosa designación y
con cual profunda satisfacción he aceptado el excepcional encargo tan
pronto como Su Santidad ha tenido la dignación de ofrecérmelo .
Deseo con toda mi alma llegue el momento de arribar al Callao,
abrazar a Vuestra Eminentísima Persona y a los demás Prelados y a
las Autoridades dignísimas de esa querida nación, y ponerme, con to-
das mis humildes, pero fervorosas fuerzas, al servicio de Dios, de la
Iglesia y de la Santa Sede y del Perú en la magna Asamblea, que va
■a llenar de gozo y de gloria al Perú católico, mariano y eucaristico.
XXXIV V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Presento ahora y renovaré de viva voz mis gracias más efusivas
por el mensaje que Vuestra Eminencia se ha dignado enviarme; y con
la más cordial veneración me complazco en decirme a Vuestra Emi-
nencia .
Afectísimo en Cristo.
(Edo.)
Federico Cardenal Tedeschini
(rónicd del Congreso
Emmo. y Rvdmo . Sr. José María, Cardenal
Caro Rodríguez, Arzobispo de Santiago de
Chile
txcmo. y Rvdmo. Sr. Casimiro Morcillo.
Obispo de Bilbao (España)
ííxcmo. i] Rvdmo. Sr . Abel Antezana 1/
Rojas. Arzobispo de la Paz, Bolivia
Excmo. u Rvdmo. Sr. Tulio Botero
Salazar, Obispo Zipaquirá. Colombia
Hxcmo. ¡I Ri'dmo. Sr . Tomás Wakida,
Obispo Titular de Jai.na y dimisionario
de Yokohama
Rvdmo. Mons. Agustín Blujaki. Repre-
sentante del Episcopado de Paraguay
Hxcmo. y Rvdmo. Sr. Teodoro Eugenin,
Vicario Castrense de Chile
Excmo. y Rvdmo . Mons. Felipe
Santiago Hermoza, Arzobispo del
Cuzco
Excmo . y Rvdmo . Mons . Leo-
nardo J . Rodríguez Bailón. Arzo-
bispo de Arequipa
Excmo .
Un M.
y Rvdmo.
Guerrero,
Trujillo
Mons. Aure-
Arzobispo de
Excmo. 1/ Rvdmo. Mons. Buena-
ventura León de Uñarte, Vicario
Apostólico del Ucayali
Excmo. i) Rvdmo. Mons. Alberto
M . Dcttman. Obispo de Puno
Excmo y Rvdmo . Mons . Maria-
no Jacinto Valdivia Ortiz. Obispo
de Huaraz
Jlxcnij. i¡ Rrdrno. Mons. Daniel
Figtteroa Villón, Obispo de Huan-
cayo
hxcmo . y Rvdmo. Mons Carlos
Alberto Arce Masías, Obispo de
Tacna
Excmo. if Rvdmo. Mons. Otoniel
Alcedo. Obisno Auxiliar de Chacha-
poyas
Iltmo . y Rvdmo. Mons. Ignacio
(Jarcia Martin. Prefecto Apostclico
del Marañór
Excmo . y Rvdmo . Mons.
Martin Elorza Legaristi, Pre-
lado Nitllius de Moijobamba
Excmo. y Rvdmo. Mons. Elias
Olazar, Obispo Auxiliar de Yuri-
maguas
.emblemas y recuerdos del V Congreso.
o..
1 sAntA
g MISION
o GENERAL
2 SETIEMBRE-15 26
^ OCTVBRE-6.17
OMAL Y MARIANO
SANTA
MISION
GENERAL
S ETIEMBRE * OCTVBRB
MARTES 7 DE DiaEMBRE
VIGILIA DE LA INMACULADA
ACTO DE APERTURA
CAMPO EUCARISTICO
A horas 6 .30 p.m .
Angelus.
Ecce Sacecdos Magmts. Motete a 4 voces mixtas, del Maes-
tro Blond, por el Coro Polifónico.
El Señor Doctor Don Alejandro Freundt Rosell, Ministro de
Justicia y Culto, izará la Bandera Nacional. Himno Nacional.
El Excelcntisirao y Reverendísimo Señor Francisco Lardone,
Nuncio Apostólico, izará la Bandera Pontificia. Himno Ponti-
ficio.
Discurso del Exceleniisimo y Reverendísimo Señor Juan Lan-
dásuri Ricketts, Arzobispo Coadjutor de Lima y Presidente de
la Junta Organizadora del V Congreso Eucarístico Nacional
y Mariano.
Discurso del Señor Doctor Don Félix Navarro Irvine.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales .
Exposición del Santísimo Sacramento.
Pan ge Lingua.
Lectura de la oración a la Santísima Virgen, compuesta por
el Santo Padre.
Tantum Ergo, canto gregoriano, coro general .
4
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
El Excelentísimo y Reverendísimo Señor Francisco Lardone,
Nuncio Apostólico, impartirá la Bendición con el Santísimo
Sacramento .
Luego de la Bendición, en este día y en todos los siguientes, se trasla-
dará el Ssntísimo del akar del Campo Eucarísíico a la Capilla, que se
halla en la parte inferior del mismo, "donde se realizará la Adoración diur-
na y nocturna, durante el Congreso. Las campanas de las Parroquias c
Iglesias de Lima, Callao y Balnearios, anunciarán la apertura del Congre-
so al repicar simultáneamente a las 6.00 p.m.
•
En la tarde del 7 de diciembre las campanas de todas las iglesias
de Lima y alrededores, lanzadas al vuelo anunciaron la esperada aper-
tura del V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano.
Millares de fieles ocuparon el Campo Eucarístico, frente a la Cruz
Monumental de 40 metros de altura y al austero altar techado por un
blanco voladizo agilísimo, alarde original de moderna arquitectura.
En la Tribuna Oficial se encuentran el Presidente del Consejo de
Ministros y Titular de la Cartera de Marina, Vicealmirante Roque Sal-
días y los Ministros de Justicia y Culto, Dr. Alejandro Freundt Rosell;
de Fomento y Obras Públicas, Ing"? Fernando Noriega Calmet; y de Re-
laciones Exteriores, Dr. David Aguilar Cornejo.
La Sra. Doña María Delgado de Odría, esposa del Presidente de
la República está acompañada por las esposas de los Ministros de Es-
tado.
Miembros del Cuerpo Diplomático, representantes a Congreso, al-
tos Jefes del Ejército, el Alcalde de Lima, Sr. Luis T. Larco; los Rec-
tores de la Universidad Mayor de San Marcos Dr. Mariano Ibérico Ro-
dríguez y de la Pontificia Universidad Católica, Mons. Fidel Tubino.
ocupan los sitios que se les había reservado para presenciar la magna
ceremonia .
A las 6.30 de la tarde, con gran solemnidad y entre fervorosos
aplausos, ingresó al Campo Eucarístico, precedido por el Cabildo Me-
tropolitano, el Cortejo Episcopal compuesto por los Arzobispos, Obis-
pos y Vicarios Apostólicos del Perú y por los Prelados representan-
tes de diversos países: de España, Mons. Casimiro Morcillo; de Co-
lombia, Mons. Tulio Botero Salazar; de Venezuela. Mons. Luis Hen-
ríquez; de Bolivia, Mons. Abel Antezana; del Paraguay, Mons. Agus-
tín Blujaki; de Chile, el Vicario Castrense, Mons. Teodoro Eugenin.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
5
presididos por el Excnio. y Rvdnio. Sr. Francisco Lardonc Nuncio
de Su Santidad y por el Arzobispo Coadjutor de Lima y Vicario Capi-
tular Excelentísimo Sr. Juan Landázuri Ricketts.
El claro son de las campanas del Angelus vibró en los aires: el
carrillón venido para la iglesia de Tacna cumplía el deseo del Prela-
do, Mons. Arce Masías, de entregar sus primeras notas en el Perú,
sobre el Campo Eucarísíico, al iniciarse el Congreso.
El Coro Polifónico integrado por 500 voces — escolares de diver-
sos planteles, todos hombres — bajo la dirección del Rvdo. P. Raimun-
do Klytta, Salesiano, entonó el Ecce Sacerdos Magnus, a cuatro voces
mixtas del maestro Blond.
Flamearon las banderas: la del Perú, saludada por el Himno Na-
cional cantado por todos con emoción; la Pontificia, en medio de es-
truendosos aplausos, vivas a Cristo, al Papa Pío XII y al V Congre-
so Eucaristico Nacional y Mariano.
El Vicario Capitular, Arzobispo Coadjutor y Presidente de la Jun-
ta Organizadora del Congreso, Excrao. Sr. Juan Landázuri Ricketts da
lectura a su discurso: "Nuestra alegría no es completa, dice, nuestro
gozo está entremezclado con dejos de tristeza" ... Se refiere a la au-
sencia del Emmo. Cardenal Guevara, el llorado Pastor de la grey li-
meña, el sacerdote ejemplar, el Prelado de activa energía, propulsor del
Congreso que anheló ver este día y fue llamado a "entrar en el gozo de
su Señor" en vísperas de celebrarse.
La muchedumbre escucha conmovida las palabras del Excmo. Vi-
cario Capitular que añade: "Con todo, la luz de la fe mitiga y alivia
nuestro pesar. Sabemos que él ya está rodeado de la eterna claridad,
de la visión inefable de Dios y que desde el ciclo nos acompaña en es-
tos momentos, siendo un poderoso intercesor ante el trono del Altí-
simo, para que este Congreso produzca los resultados espirituales, pro-
fundos y permanentes que de él se esperan".
Luego se escuchan las vibrantes palabras del Dr. Félix Navarro
Irvine, Vocal de la Junta Organizadora del Congreso que invoca su
condición de laico creyente para hablar en nombre de los católicos del
Perú.
Las notas del Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacio-
nales evocan el Primero de estos Congresos, realizado en Lima el año
1935, para el cual fuera especialmente escrito y la emocionada memo-
ría de muchos fieles recuerda al Excmo. y Rvdmo. Mons. Pedro Pas-
cual Farfán, "el Arzobispo de la Eucaristía", el Prelado del Primer Con-
greso Eucaristico Nacional, el de ardiente celo y paternal bondad que.
6
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
seguramente, desde el cielo bendice a esa multitud anhelante de encon-
trar en Cristo, ahora como entonces, la solución de todos sus proble-
mas.
El momento más solemne de la tarde ha llegado: mientras el Coro
entona el Pange Lingua, Jesucristo, el Hijo de Dios vivo, oculto bajo
las especies sacramentales, es colocado en la gran custodia, sobre el
altar, para recibir el tributo de adoración, la súplica de perdón, las pro-
mesas de enmienda de la recogida multitud.
La voz del Excmo. Sr. Nuncio Apostólico se eleva recitando la
bellísima oración a la Stma. Virgen compuesta por el Santo Padre. La
oración del Año Mariano que terminará esa noche. "¡Toda hermosa
eres, María; Tú, la gloria; Tú, la alegría; Tú, la honra de nuestro pue-
blo!". Las palabras resuenan en los corazones. Los hijos pródigos in-
vocan a la Madre de Dios. Y la Bendición con el Santísimo imparti-
da por el Excmo. Señor Nuncio desciende sobre ellos.
En la Capilla que se halla en la parte inferior del Altar Monu-
mental se guarda al Santísimo. Allí se realizará la Adoración, diurna
de las mujeres y nocturna de los hombres, mientras dure el Congreso.
•
Discurso del Excmo. y Rvdmo. Señor Juan
Landázuri Ricketts, Arzobispo Vicario Capitular
de Lima y Presidente de la Junta Organizadora
del Congreso.
El momento solemne y mil veces venturoso de la apertura del V
Congreso Eucarístico Nacional y Mariano ha llegado.
La hermosa explanada del Campo de Marte será de hoy en adelan-
te no el lugar donde se recuerde al dios mitológico de la guerra y la
destrucción, sino el Campo Eucarístico donde levante su trono el ver-
dadero Dios de la paz y del amor. Aquí, bajo la sombra bendita del
augusto signo de nuestra redención, cubiertos con la serena majestad
del firmamento, unidos en un mismo ideal de fe y de fervor, impul-
sados por un mismo sentimiento de adoración y recogimiento vendrán
los católicos de Lima y del Perú entero a rendir su homenaje de plei-
tesía y amor a Jesús Sacramentado, que, bajo los velos de la Euca-
ristía, establecerá su morada en e:;te campo, convirtiéndolo así en gi-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
gantesco templo, que servirá de apropiado y digno recinto para la ce-
lebración de las maravillosas jornadas eucaristicas que presenciaremos.
¡Que bien podemos exclamar aquí las palabras del Real Profeta,
cuando decía: "Haec dies quam fecit Dominus, exultemus et laetmur in
ea". (Salmo) . Alegrémonos y regocijémonos en este día designado en
los arcanos infinitos del Omnipotente, para ser comienzo de días de
grandeza y de gloria, de exultación y alegría para la Iglesia y la Pa-
tria en el Perú.
En efecto el Congreso Eucarístico Nacional y Mariano, que en es-
tos momentos solemnemente se inaugura, es un justificado motivo de
alegría y regocijo, ya que es una fundada esperanza de renovación es-
piritual, una afirmación pública y solemne de fe, un florecer de vir-
tudes y un renacer de moralidad, una profesión cié sano y puro patrio-
tismo, una vibración de la conciencia nacional.
Sin embargo esta alegría no es completa . Este gozo va entremez-
clado con dejos de tristeza. Cuando ya clareaba la aurora de estas
memorables jornadas eucarístico-marianas, que hoy se inician; cuando
ya se levantaba esplendoroso y brillante el sol del V Congreso Euca-
rístico Nacional y Mariano, vése de pronto velado y obscurecido por
la inesperada desaparición del amado Pastor de la grey limeña, el Emi-
nentísimo Señor Juan Gualberto Cardenal Guevara, Arzobispo de Lima
y Primado del Perú, dejándonos en la orfandad. La realización de este
Congreso fue uno de sus grandes ideales; por él se esforzó, preocupó y
trabajó hasta sus últimos momentos.
Con todo la luz de la fe mitiga y alivia nuestro pesar. Sabemos
que él ya está rodeado de la eterna claridad de la visión inefable de
Dios y que desde el cielo nos acompaña en estos momentos, siendo
un poderoso intercesor ante el trono del Altísimo, para que este Con-
greso produzca los resultados espirituales, profundos y permanentes que
de él se esperan. Su noble figura perdurará de generación en gene-
ración a través de su luminoso ejemplo, de su pastoral celo y sus sa-
bias enseñanzas .
Como un homenaje de filial afecto, de agradecido sentimiento y
de hondo recuerdo pido a la Asamblea entera ponerse de pie y elevar
por breves momentos del fondo del corazón una plegaria al ciclo por
el ilustre y amado ausente .
El V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano abre un capítulo
más de gloria en los anales de nuestra Patria y reviste la más honda
trascendencia religioso-nacional. Esta Asamblea reúne a la Nación en-
tera, representada por sus Supremas Autoridades en el orden religio-
V CONGRESO EUCAí^íSTICO NACIONAL Y MARIANO
SO y civil. El Estado y la Iglesia, en admirable consorcio, todos los
fieles hermandados en la sangre redentora de Cristo, sin distinción de
clases ni condiciones: el pobre y el rico, el grande y el pequeño, el
niño y el anciano, todos formando un solo corazón y una sola alma
para renovar a los pies de Jesucristo en la Eucaristía el homenaje de
su fe y el tributo de su adoración, junto con la promesa de superación
espiritual. El Congreso que hoy se inicia unirá más y más a la gran
familia peruana con los lazos de la comprensión y la caridad; exalta-
rá los valores morales que dignifican y perfeccionan la vida; reafirma-
rá los tradicionales y profundos sentimientos religiosos de la Nación y
abrirá las conciencias y los corazones hacia el cumplimiento de las vir-
tudes cristianas, que florecen principalmente en amor de caridad, de
justicia, de humildad, de limpieza de espíritu, elevando el alma de las
multitudes hacia la majestad infinita y misericordiosa de Jesucristo N.
S. Todo ello traerá a las generaciones presentes y futuras el inestima-
ble tesoro de la paz, el orden y el bienestar.
La intención general y el Lema de nuestro Congreso es: "La re-
novación de la vida cristiana en el Perú". Convencidos estamos de
que, si nuestra Patria se mantiene fiel a las grandes tradiciones de fe
y de virtud que le legaron sus fundadores, le esperan días de progre-
so y de triunfo en el orden espiritual y material. La Eucaristía, como
fuente de gracias, inspiradora de heroísmos, alentadora en el cumpli-
miento del deber, es el gran don que este Congreso nos presenta y
nos ofrece. Y con la Sagrada Eucaristía nos brinda el admirable ejem-
plo de la Madre de Dios y de los hombres, la Virgen María, ya que
este Congreso es también mariano. en conmemoración particular del
Centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concep-
ción, y se tiene presente el hermoso axioma: "Ad Jesum per Mariam",
a Jesús por María, expresión corroborada ampliamente en los últimos
tiempos por las apariciones y los mensajes de Lourdes y Fátima.
El Congreso se inaugura después de una diligente preparación, que
ha sido planeada con casi dos años de anticipación por la Junta Or-
ganizadora, y que por parte de los fieles ha durado un año.
Hoy precisamente se cumple el primer aniversario de aquella no-
che memorable del 7 de diciembre de 1953, noche de dulce recuerdo
y suave emoción en la que más de 60,000 almas se juntaron en el Au-
ditorium de este Campo, para asistir al Sacrificio de la Misa y recibir
millares de ellas el pan eucarístico, celebrando así el comienzo del Año
Eucarístico-Mariano .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
9
Vino después la gran peregrinación, la mañana del 30 de mayo.
10,000 hombres caminando en perfecto orden y recogimiento, en medio
de cánticos y rezos, la gran distancia de 15 kilómetros que median des-
de la Basílica de María Auxiliadora hasta el Morro del Solar en Cho-
rrillos para depositar allí a los pies de la Virgen la delicada flor de su
penitencia y su amor . Acto único sin precedentes entre nosotros .
Siguió después la hermosa y triunfal Procesión cucarística del Cor-
pus Christi, resultando al final de ella pequeña la Plaza de Armas de
nuestra ciudad para contener la gran multitud que acudió allí para re-
cibir la bendición de Jesús Sacramentado.
Los escolares han tenido la gran preparación del Concurso Cate-
quístico interescolar, tomando parte en él más de 130,000 estudiantes;
certamen perfectamente organizado y que fue oficializado por el Mi-
nisterio de Educación Pública, único en su género que se haya reali-
zado en América y que ha dado resultados altamente halagadores. Co-
mo afirmación del hogar cristiano, hubo una gran concentración fa-
miliar en el Parque de la Unidad Vecinal de Fátima, acto que resul-
tó brillante y conmovedor.
Las diversas Provincias de la Arquidiócesis han sido recorridas por
más de 100 sacerdotes, misioneros de diferentes órdenes y congrega-
ciones religiosas, quienes, colaborando con los respectivos párrocos, han
'levado hasta los rincones más apartados e inaccesibles, juntamente con
consuelo de los sacramentos y el estímulo de la palabra divina, el
Mensaje de nuestro Congreso Eucarístico Mariano.
Y llegó el turno de la preparación espiritual a fondo de la gran
Lima, para lo cual se organizó la Misión General, en dos etapas, cada
una de ellas con la cooperación de 140 sacerdotes misioneros dedica-
dos exclusivamente a predicar la misión, actuando en 70 Centros mi-
sionales esparcidos en Lima, Callao y Balnearios. Esta Misión ha lle-
gado al profundo del alma de los fieles de la Capital en todas sus cla-
ses sociales y en todas sus actividades, en todos los estados y en todas
las condiciones, habiéndose obtenido resultados grandemente satisfac-
torios, que han sobrepujado las más halagüeñas espectativas . Baste
decir que ha habido Parroquia donde los matrimonios católicos que se
han realizado han superado el número de 500 en pocas semanas. Para
muchísimas almas ha brillado de nuevo la luz de la fe práctica y han
encontrado el camino del perdón y la gracia, de la paz y alegría espi-
ritual .
La Gran Misión General de Lima, Callao y Balnearios, por prime-
ra vez realizada en nuestra Patria en tan vastas proporciones, ha re-
¡o
movido de tal manera el ambiente espiritual, que bien puede afirmarse
que el Congreso Eucarístico y Mariano, que hoy se inaugura, tiene en
ella su más sólido fundamento de preparación espiritual y que ella es
un índice de las proporciones que tomarán las grandes jornadas que
hoy se inician.
Siguiendo el plan trazado por la Junta Organizadora del Congre-
so, en el mes de noviembre se ha continuado la preparación espiritual
con la colaboración de distinguidos oradores sagrados y conferencistas
laicos, algunos de ellos invitados especialmente del extranjero, dando
apropiado marco la realización de diversas Exposiciones, que han re-
lievado el arte religioso, la actividad misional y el pensamiento cató-
lico escrito. Merece también desíacíirsc el Festival de Cine Católico In-
ternacional, efectuado por primera vez en Sudamérica.
Siendo el Congreso Nacional, la preparación se ha extendido a to-
da la República, y en las diversas jurisdicciones eclesiásticas bajo la
iniciativa y la autoridad de los respectivos Excmos. Sres. Prelados, se
han llevado también a efecto diversas misiones y actos que han pre-
parado a los fieles de todo el territorio nacional al gran evento que hoy
nos congrega.
La preparación ha sido, pues, diligente y adecuada. El Congreso
planeado, de grandes proporciones espirituales. Es por eso que el San-
to Padre, sabiendo la importancia del Congreso, teniendo en cuenta la
prestancia de la Iglesia en nuestra Patria y los sentimientos profunda-
mente católicos de toda la Nación, se ha dignado enviarnos un repre-
sentante personal suyo desde la lejana y amada Ciudad Eterna. El
Perú entero agradece profundamente esta distinción y benevolencia, re-
novándole su indeclinable acatamiento y homenaje de amor y venera-
ción, rogando al mismo tiempo en la forma más viva y fervorosa, para
que el Altisimo lo alivie y restablezca cuanto antes de la grave enfer-
medad que lo ha postrado últimamente produciendo la más grande in-
quietud, no sólo dentro de la Iglesia Católica, sino en el mundo todo,
sin distinción alguna, ya que la augusta figura de Su Santidad Pío XII
pertenece por mil títulos a la humanidad entera.
Saludamos, pues, con filial alborozo el Emmo. Sr. Federico Carde-
nal Tedeschini, Legado Pontificio "a láterc" para nuestro Congreso, a
quien mañana lo tendremos entre nosotros y a quien Lima y el Perú
se aprestan a recibirlo triunfalmente . Por la augusta representación que
trae, por sus virtudes personales, por la brillante trayectoria de su vi-
da, puesta por completo al servicio de Dios y de la Iglesia, el Perú ca-
tólico se siente honrado sobremanera y formula por el Legado de Su
CRÓNICA Y IXJCUMENTOS
11
Santidad los mejores votos de ventura y bienestar personal, agradecien-
do profundamente se haya dignado aceptar la misión encomendada en-
tre nosotros.
Saludamos también, en la forma más cordial a los Excmos. Seño-
res Prelados que han venido de diversas naciones de Europa y de Amé-
rica, trayéndonos un mensaje de simbólica y fraterna unión, que nos-
oíros agradecemos y apreciamos sobremanera. A cHos, a los Excelen-
tísimos Señores Prelados del País y a todas las Peregrinaciones ve-
nidas de naciones hermanas, o de diversas Provincias del Perú, para
participar del Congreso, les damos la bienvenida y les deseamos, junto
con una feliz permanencia entre no.'^otros, las gracias y dones del Cielo.
Las grandes jornadas quedan abiertas. El Altar del Campo Eu-
carístico será el altar de la Patria, donde los niños, las fuerzas arma-
das, las mujeres y los hombres en genera! vendrán a cumplir con el .sa-
grado deber de testimoniar solemnemente a Jesús Sacramentado el tri-
buto de su amor y su adoración . Aquí también la Virgen María abri-
rá su corazón, para que sea depositada en él la ofrenda filial de la Con-
sagración del Perú, que quiere así quedar eternamente ligado a ella.
Que Jesús Sacramentado, por la intercesión de la Virgen María
y de nuestros Santos peruanos Rosa de Santa María, Toribio de Mo-
grovejo, Francisco Solano y los Beatos Martín de Porres y Juan Ma-
sías, bendiga ampliamente el Congreso y bendiga a nuestra Patria, para
que la claridad y la paz de la fe vivida, la felicidad y la dicha del de-
ber cumplido, el bienestar y la prosperidad, frutos de la moralidad y
el trabajo, sean por siempre la preciada herencia de! Perú.
•
Discurso del Señor Doctor Félix Navarro Ir-
vine.
Para los que saben que la Iglesia Católica no es sólo una agrupación
de jerarcas, ni una mera organización de religiosos y clérigos, sino que
es un organismo viviente formado por todos lo.s individuos creyentes,
o sea por el mismo pueblo católico, no puede extrañar que en este tras-
cendente acto inaugural del V Congreso Eucarísíico Nacional y Mariano,
haciendo un paréntesis a los actos piadosos y religiosos, se deje oír la
voz de una laico y de un laico que no tiene ninguna categoría oficial
que le dé significación particular, .sino que es uno de los tantos que for-
12
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
man esta asamblea de fieles, uno cualquiera de sus numerosos miembros,
ni teólogo, ni filósofo, ni señeramente virtuoso, sólo uno de los que cuo-
tidianamente desenvuelven su vida en el trabajo, sirviendo al bien común.
Pero es precisamente porque mi persona se confunde con los milla-
res de católicos congregados en este campo, que mi palabra se levanta
y hace presente para que sea escuchada como la palabra del pueblo
peruano, de ese pueblo que consciente de su destino es el elemento fun-
damental y permanente de la nación, que es el depositario de nuestras tra-
diciones patrias, que es quien con sus sentimientos y sus ideas forma la
verdadera opinión pública. Resulto así no el intérprete, para lo que ca-
rezco de títulos, sino el exteriorizador de una voz que es la voz sencilla
pero sincera, simple pero auténtica, de la mayoría católica del Perú,
fortificada por obra de las misiones y campañas desarrolladas en este
año Mariano, que en estos momentos quiero afirmar, ante las ilustres
personalidades extranjeras y peruanas que nos escuchan, no exactamente
su íntima devoción e indeclinable amor a Cristo-Dios, que para eso están
los ejercicios de culto y los himnos y oraciones que aquí mismo entona-
remos al unísono, sino su decidida voluntad de proclamar y poner en evi-
dencia sus aspiraciones para que en el Perú no se descristianice la so-
ciedad, ni se olvide el mensaje del Salvador, y diciéndolo con palabras
más densas para que nuestra civilización sea una civilización católica de
la que su Iglesia vuelva a ser alma inspiradora e informadora.
Pocos países como el nuestro pueden exhibir en América una tra-
dición católica más antigua y más gloriosa, calificada como el cimiento
más sólido e inconfundible de nuestra legítima nacionalidad, en lo que
no se ha estado exagerado, ya que ni por la fusión y mezcla de nuestras
diferentes razas, ni por la aproximación de nuestras costumbres, llega-
remos a alcanzar una verdadera cohesión nacional. Hace falta la pro-
funda unidad de nuestras creencias y fines, el juzgarnos todos hijos del
mismo Padre y regenerados por un sacramento común viendo sobre
nuestras cabezas, sea en las alturas de las sierras o en los llanos de la
costa y montaña, la protección de un mismo Dios. Sin sentir cada día
esa misma protección sobre nuestros hijos, nuestros hogares y nuestros
centros de trabajo; sin creer que este mismo favor del cielo que vierte el
te.soro de la luz y de la lluvia sobre nuestros campos bendice también el
lazo jurídico que cada cual establece con su prójimo y consagra con el
óleo de justicia la potestad que unos a otros nos delegamos para bien
de la comunidad, nunca seremos un pueblo grande y unido, capaz de
arrojarnos con ré y alientos al torrente de los siglos. Sólo por la adhe-
sión completa a nuestra religión unitaria ganaremos cada uno seguridad
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
13
propia y todos juntos conciencia de nuestro común destino, impulsando
que corra la savia de la vida hasta los más pobres estratos y las últimas
ramas del tronco social.
Querer prescindir al juzgar a los peruanos, al orientarlos y dirigir
sus destinos de la presencia activa y de la acción constante y laboriosa
del catolicismo, sería partir de un absurdo, ponerse deliberadamente en
la situación de no comprender ya nada, renegando de hechos históricos
sustantivos y primordiales. La realidad concreta de nuestra experiencia
histórica de los últimos cuatro siglos se define por la adhesión irrevoca-
ble del pueblo a su fé religiosa. Es por eso una obligación fundamental
de todo el que tiene autoridad legal o moral robustecer y atesorar nues-
tra genuina tradición católica y no solamente para repetirla sino para
continuarla, no únicamente para representarla en oficios y ceremonias,
sin o para renovarla, para hacerla más adherente a nuestros actuales pro-
blemas y necesidades, con su plenitud y esencia inmutables.
Adquiramos el convencimiento de que la verdad de nuestra Igle-
sia, precisamente por ser la Verdad, ofrece la posibilidad de satisfacer
íntegramente las exigencias humanas en todos los tiempos y lugares que
sólo el catolicismo puede lograr una civilización auténtica, que no sea
oropel del espíritu ni fútil curiosidad de la razón, sino capital espiri-
tual, esto es riqueza productora de otra riqueza, salud y salvación del
alma. Solamente él, en nombre de la civilización y del destino eterno
de la naturaleza humana, restituye el hombre a Dios "lo hace libre en
la Verdad de Cristo", le devuelve su dignidad de creatura espiritual,
le señala y conduce al inmenso e insubstituible canal a través del cual
en todos los tiempos ha pasado el agua viva de la fe. Es la Iglesia la
que nos enseña que hay deberes de justicia y de caridad para con nos-
otros mismos y para con el prójimo; que tenemos instituciones sociales
que salvaguardar, derechos naturales humanos que defender y que unos
y otros nos obligan ante el mismo Dios; y que en ninguna de estas exi-
gencias ni en todas juntas se agota la humana perfectibilidad, cuyo
cumplimiento trasciende a la esfera de las virtudes sobrenaturales. Es
también nuestra Iglesia la que pone en movimiento el freno moderador
cuando el llamado progreso amenaza implacable con aplastar al mismo
hombre que se propone liberar, dando frecuentes pruebas de ser la úni-
ca institución firmísima, arraigada hace veinte siglos por encima y fue-
ra de los imperialismos, de los nacionalismos y de los partidos; la úni-
ca capaz de asegurar, cuando nos arrolla el huracán, los socorros mate-
riales y espirituales más urgentes, que nos sirven de tabla de salvación
y de cohesión en medio de la inundante anarquía social.
V CONGRESO EUCARiSTlCO NACIONAL Y MARIANO
Profundo error padecen quienes piensan que el hombre puede bas-
tarse a sí mismo y que cabe fecundar la civilización con un cristianis-
mo sin trascendencia, sin sobrenaturaleza, desprendido de la enseñanza
de la Iglesia, con una doctrina que desplaza el polo de la vida del cie-
lo a la tierra: religión laica y puramente racional que hace a los hom-
bres autosuficientes y libres en el uso de su razón y de su incondicio-
nada voluntad. Este cristianismo meramente cultural y social, sin Dios,
sin Cristo y sin Iglesia, está llamado a corromperse pues queda fuera
de su legítima raíz y sustentación eterna. Prevengámonos contra los
que vana e ilusoriamente sostienen que el hombre por medio de su auto-
suficiencia puede ser conquistado para el mundo del espíritu, de la ver-
dad del bien. Los que creen bastarse a sí mism.os, desprendidos de to-
da dependencia de Dios y de sus leyes, ni siquiera conquistan su pro-
pia naturaleza, no podrán mantenerse al nivel del espíritu, sino que con-
vertidos en dueños árbitros, déspotas de sí y de su mundo, decaen in-
venciblemente en la violencia, en la barbarie y en la materia y sus obras
se convierten en instrumentos de opresión, de ferocidad, y de embrute-
cimiento .
Aprovechamos de esta ocasión para sacar a la luz del din nues-
tra condición de católicos confiados en que la Iglesia nos da la justa
concepción de un humanismo digno de este nombre, que no es renun-
cia a la vida sino enriquecimiento de ella, que no es deserción del pues-
to que nuestro deber nos señala, ni evasión de la vida de nuestro tiem-
po, sino acción en todos los campos con espíritu de fraternidad susten-
tado en una común paternidad divina y con caridad inspirada en la
Cruz eterna. Afirmemos nuestra convicción de que el respeto a un có-
digo moral inalterable, el culto al Creador, a la fe y a la caridad cons-
tituyen factores indispensables de la recta vida del hombre en la tie-
rra y forman el principio activo que asegura un medio idóneo para la
justicia social, que entendemos como una justicia verdadera, una m.a-
ncra de ser justo, es decir, como la virtud de la justicia rigiendo la
conducta de los hombres con sus semejantes y de los gobernantes con
sus gobernados.
Si estas son las convicciones de los católicos que forman la ma-
yoría del pueblo peruano debemos reconocerle su sacrosanto derecho
o que ningún laicismo, ninguna ideoiogía le ponga obstáculos y difi-
cultades y que, por lo contrario, respetándose su auténtica voluntad de
libre profesión de su fe, patentizada en la Carta Constitucional cuan-
do obliga al Estado a darle su protección, se orienten las leyes y actos
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
15
de la autoridad en el sentido de permitir a la Iglesia que salve y des-
envuelva sus valores religiosos, morales y culturales.
En la defensa de ese derecho no admitimos pactar compromisos ni
aceptar tácticas políticas, es una cuestión para nosotros de claridad, de
valor y de sinceridad. Ante cualquier ataque que hiera su conciencia
individual, familiar o social ningún católico debe permanecer neutral por-
que la neutralidad en las decisiones que se refieren a la esencia misma
de la vida espiritual es siempre una traición .
Pero todo esto no basta. La misión del católico en la hora presen-
te no es sólo defenderse, no se agota en la resistencia al ataque de los
adversarios, es necesario orientar, informar y conquistar para que los
bellos principios de nuestra doctrina se impongan en el ambiente y
para que la sociedad peruana éel futuro sea una sociedad integralmen-
te cristiana. El pueblo católico quiere que las jornadas de este Con-
greso sean la alborada de un mañana en que el amor de Cristo, con to-
das sus consecuencias morales, políticas y económicas, venza a las fuer-
zas paganas y materialistas que pretenden dominar nuestras institucio-
nes. Para lograrlo no podemos conformarnos a vivir entre las ruinas
morales y sociales que son el resultado de esas fuerzas que operan exal-
tando extremadamente la voluntad del poderío y la idolatría de los in-
tereses materiahstas . Vivir en esas condiciones es sólo vegetar y lo
que necesitamos es ganar a los demás a nuestra doctrina, conquistar
para los católicos el derecho a no pertenecer simplemente al número de
los tolerados, como se ha osado decir, sino de ser el rostro auténtico
de la vida pública.
Si en tiempos pasados la Iglesia convirtió continentes enteros a la
cristiandad, si con sólo el amor de Dios abatió civilizaciones paganas
milenarias, nada puede impedirnos hoy día que con fervor y tesón re-
conquistemos el terreno perdido, pongamos diques a la disgregación y
hagamos de nuestra querida patria una gran nación cristiana en la que
el catolicismo sea el alma de todas sus instituciones y de sus múltiples
manifestaciones externas e internas.
Para esta batalla necesitamos no sólo sacerdotes de temple pauli-
no, valerosos, benignos, probos, de costumbres puras, sino que uno por
uno de todos los que estamos en vivo y constante contacto con los hom-
bres sacudamos la tendencia a la abulia y la pasividad, para luchar
juntos, cada cual en su ambiente, con verdadero espíritu cristino, despo-
jados de arcaísmos sociales y culturales, sin faltar a nuestra rigurosa
ortodoxia, pero en una acción penetrante que nos acerque al mundo mo-
derno y permita mostrarle nuestra doctrina que por ser la única ver-
16
dadera es también la única que, pese a todas las conmociones sociales
y políticas, reflorece con eterna juventud.
El triunfo será nuestro si cumplimos una sola pero fundamental con-
dición: aprestarnos a seguir una concepción integral y completa del ca-
tolicismo, viviéndolo espiritualmente además de practicarlo exteriormen-
te, de ideas y no de palabras, de acción y no de propósitos, dinámico
y no mecánico, que sea potencia de amor, misticismo creador de obras,
encarnación de valores cristianos, para que éstos se presenten no sólo
como ideas racionalistas, sino que vistan carne, huesos y nervios.
Esto es lo que a su vez espera la Iglesia de sus fieles como resul-
tado del V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano, que confesan-
do sus amarguras y sus culpas dejen de ser católicos tibios y retraídos:
y esto es lo que debemos prometerle para ser consecuentes con su doc-
trina. "No son los que dicen ¡Señor! ¡Señor! quienes entrarán en el
reino de los Cielos, sino los que hacen la voluntad de mi Padre" tuvo
la precaución de advertirnos el mismo Cristo. Acabemos con el con-
cepto de considerar nuestro credo como una de las tantas comodidades
que nos hacen grata la vida y casi como una póliza de seguro contra
la ultratumba. Precisamente lo que quiso nuestro recordado Cardenal
al organizar este Congreso, lo que ha perseguido la Jerarquía, es que no
nos quedemos satisfechos con los símbolos sensibles de los ejercicios de
culto que se desarrollarán en estas jornadas, por extraordinarios que
sean, sino que penetremos en .su contenido, preocupándonos de las rea-
lidades divinas subyacentes que han de forjar nuestro carácter de ver-
daderos cristianos. Que no nos baste ostentar como ornamento deco-
rativo los valores morales y religiosos en la casa o en la iglesia, sino
que nos persuadamos que todo católico debe dar testimonio de Dios
como Cristo dió testimonio del Padre y que para ello por lo menos una
vez en la vida debe sentirse encendido de luz de fe y de fuego de ca-
ridad para quemar las larvas de los ídolos que el perenne paganismo
de la Humanidad fabrica en todas las épocas. De este catolicismo que
sepa encontrar en los actos litúrgicos y piadosos la manera de some-
terse al deber y la voluntad de Dios y el ansia profunda de justicia
inherente a la naturaleza humana, siente el pueblo peruano e.xtrema pe-
nuria y también extrema necesidad.
El día que se opere ese cambio fundamental en la vida de la ma-
yoría de los católicos, que el hombre sienta que su religión no se li-
mita a un sistema de creencias teológicas y de prácticas rituales que
pueden separar.se del plano de la conducta humana, sino que es una
forma de vida, que debe respetarse en el pensamiento y en la acción y
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
17
por eso abarca la totalidad del hombre, en todos sus esfuerzos, proble-
mas y disciplinas, ese día sin que el catolicismo sea directamente un
sistema sociológico, mucho se habrá ganado para el mejoramiento del
mundo . No otra deducción cabe sacar de la observancia de los dos
grandes mandamientos del cristianismo: "Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus
fuerzas" y "Amarás a tu prójimo como a tí mismo", dos mandamien-
tos que dentro de la concepción doctrinaria forman una sola unidad de
observancia absoluta, ya que no hay ningún derecho, necesidad o de-
ber humano que justifique desobedecerlos. La comunidad cristiana será
el corolario obligatorio cuando los hombres se decidan a romper el fal-
so dualismo entre lo espiritual y lo material, cuando rechacen en su vi-
da mundana todo lo que sea incompatible con los preceptos de la ca-
ridad o de la moral, cuando condenen todo sistema de explotación, sea
estatal, sea capitalista, sea sindicalista, en fin, cuando denuncien como
contrario a la dignidad humana cualquier condición social inicua o de-
gradante y al mismo tiempo se apresten con decisión a hacerla desa-
parecer .
En este imponente acto inaugural los laicos peruanos afirman con
fuerte optimismo que este Congreso contribuirá que el catolicismo se
tonifique en el Perú, como natural resultado de los afanes de sus or-
ganizadores hábilmente presididos por nuestro querido Arzobispo Coad-
jutor; de las intensas prácticas de culto, misiones, ejercicios, conferen-
cias y otros actos piadosos que han iluminado muchas inteligencias al
demostrarles que el hecho de vivir en cristiano es la mejor manera de
realizar el ideal del hombre honrado, actos todos en los que nuestro re-
ducido clero se ha multiplicado dando ejemplo vivo de caridad ardien-
te y ganando con su misión pastoral muchos espíritus vacilantes; como
resultado también de la contribución de un selecto grupo de seglares
que han contribuido con valiosas energías y su gran corazón a inspi-
rar elevados ideales de altruismo y de solidaridad; y, sobre todo, por-
que fue por el Congreso que nuestro recordado Cardenal agotó sus úl-
timas energías, dedicándole con verdadero celo, gran voluntad de sa-
crificio y alto espíritu sobrenatural todos sus trabajos, preocupaciones
y oraciones hasta su postrer aliento.
Y para terminar tengamos una actitud de vivo reconocimiento para
todos los que han hecho posible la realización de este Congreso, cuyos
frutos somos nosotros los que vamos a aprovechar; y hagamos brotar
del interior de nuestros corazones una plegaria para que Dios, nos ayu-
de a ser católicos de carácter y de conciencia.
Así sea .
^do^ de ^ftcHuia
.. .imagen de la Santísima Virgen, considerada como una de las
primeras en el Perú, e imagen de Santa Rosa de Lima, también
íuiiij antigua, que presidieron los actos del Congreso . . .
l Excmo. Vicario Capitular lee el Discurso
e Apertura. " . . .El Congreso que hoij se ini-
a unirá más y más a la gran [amilia peruana
3n los lazos de la comprensión y la caridad..."
Sr . Dr. Alejandro Freundt RosclL Ministro
de lusficia y Culto. " . . .el Perú, fiel a su tra-
dición, prosterna su rodilla ante Jesús Crucifi-
cado, Dios Omnipotente y ante su excelsa Ma-
dre la Virgen Santísima . . ."
La esposa del señor Pre-
sidente de la República,
señora Marta Delgado de
Odria
Dr. Félix Navarro Irvine . " . . .Que no nos
baste ostentar como ornamento decorativo
los valores morales y religiosos én la casa
o en la Iglesia, sino que nos persuadamos
que todo católico debe dar testimonio dé
Dios como Cristo dio testimonio del Padre
Excmo. Mons . Santiago Hcrmoza . "...Dos
cosas son necesarias al hombre para con-
seguir su eterno destino: el amor a Maria
Santisima tj a Jesús óa:rcf..cntado . . . "
Dr. Alberto V/agncr de Retina. " . . .En el
sacerdocio se cumple en la forma más per-
fecta 1/ elevada la misión de toda criatura,
que es ser para Dios, entregarse c
rif icario serví, lo. . . "
Ll. glo-
.el Enuncnú:..no Sr . Cardenal Lc.ado^ snlc del P.^^,o Je Go/.crno
/nccyo de rrc.entar su saludo al PresrderUe de la Repuhlua...
.el Excmo . Sr . Presidente de la República, retorna la visita al
Eminentísimo Sr . Cardenal Legado...
.de la llcyad.í del Emmo . Sr . Cardenal Legado..
MIERCOLES 8 DE DICIEMBRE
CONSAGRACION DEL PERU A LA SANTISIMA VIRGEN
MARIA
DIA DE LA NIÑEZ Y DE LA JUVENTUD
INTENaON:
Por las Vocaciones Sacerdotales.
CAMPO EUCARISTICÓ
.4 horas 8.00 a. m.
Concentración de los niños.
A horas 8 .30 a.m .
El Excmo. y Rvdmo. Sr. Daniel Figueroa Villón, Obispo de
Huancayo, oficiará la Santa Misa y pronunciará la alocución.
Un joven alumno de 5" año de instrucción secundaria, hablará
en nombre de los estudiantes.
Una niña, alumna de instrucción primaria, leerá la ofrenda a
la Santísima Virgen María.
Cantos. — Ave María de Lourdes - - Coro y Banda.
María, Tú Eres mi Madre — Coro y Banda.
Domine nou sum dignus — Victoria — ■ Motete a 4 voces mi.x-
tas por el Coro Polifónico.
¡Oh Buen Jesús, yo creo firmemente — • Coro general y Banda.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales.
20
RECIBIMIENTO AL EMMO. SR. CARDENAL LEGADO
A horas 10.30 a.m.
Llegada al Callao. Salvas de estilo al ingresar al puerto la
nave cardenalicia.- — En el Terminal se le rendirá honores mi-
litares especiales. Aguardarán al Eminentísimo Señor Carde-
nal Legado, Altas Autoridades Nacionales, el Nuncio Apostó-
lico, Arzobispo Coadjutor de Lima y Dignidades Eclesiásticas.
El Ministro de Relaciones Exteriores invitará al Eminentísi-
mo Señor Cardenal Legado, a tomar asiento en su automó-
vil, iniciándose el desfile a la ciudad de Lima.
Honores Militares
A horas 11 .45 a.m.
Llegada a la Santa Iglesia Catedral.
El Excelentísimo y Reverendísimo Sr. }uan Landázuri Ricketts.
Arzobispo Coadjutor, con capa pruvial y mitra. Excelentísimos
Señores Arzobispos, Obispos, Cabildo Metropolitano y Cle-
ro recibirán al Eminentísiino Sr. Cardenal Legado, quien in-
gresará bajo palio dirigiéndose al altar del Santísimo.
Himno Pontificio.
Tu es Petras. — Ravanello.
Veni Creator, entonado por el Excelentísimo y Reverendísimo
Sr. Arzobispo Coadjutor de Lima.
Lectura del Breve Pjntificio.
Saludo del Excelentísimo Sr. Arzobispo Coadjutor de Lima.
Oremus Pro Poiití[ice. — Chlondowsky .
Discurso del Eminentísimo Sr. Cardenal Legado.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos .
Ecce Sacerdos Magnas.
A horas 12.30 p.m.
El Eminentísimo Sr. Cardenal Legado, visitará al Presidente
de la República. Sr. Manuel A. Odría, en el Palacio de Go-
bierno.
Tarde
A horas 4 .00 p .m .
El Sr. Presidente de la República retornará la visita del Emi-
nentísimo Sr. Cardenal Legado.
Residencia Cardenalicia
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
21
A horas 5.00 p.m.
Saludo al Eminentísimo Sr. Cardenal Legado de los Excelen-
tísimos Señores Jefes de las Misiones Diplomáticas acredita-
das en el Perú .
Residencia Cardenalicia
A horas 5.15 p.m.
Saludo al Eminentís¡p;o Sr. Cardenal Legado de los Eminen-
tísimos y Reverendísimos Señores Cardenales, Excelentísimos
Señores Arzobispos y Obispos visitantes y del Episcopado Pe-
ruano.
Residencia Cardenalicia
CAMPO EUCARISTICO
A hoyas 6 .30 p.m.
Angelus .
Llegada al Campo Eucarístico del Emmo. y Rvdmo. Sr. Fe-
derico Cardenal Tedeschini, Legado Pontificio.
Sacerdos et Pontifex — A. Blond — Motete a 4 voces mixtas
por el Coro Polifónico.
Himno Oficial de los Congresos Eucaristicos .
Saludo de las Delegaciones Extranjeras.
Ave María de Fátima . Popular — Coro general y Banda .
Entrega de los premios del Concurso Interescolar de religión.
"La Vocación Sacerdotal", discurso del Sr. Dr. Alberto Wag-
ner de Reyna.
Aprendet Ríos y Fuentes — Antolisei — Canto a la Virgen,
a 4 voces mixtas, por el Coro Polifónico.
"La Eucaristía y la Santísima Virgen María", discurso del
Excmo. y Rvdmo. Sr. Santiago Hermoza, Arzobispo del Cusco.
Exposición del Santísimo Sacramento.
Discurso del Sr. Dr. Don Alejandro Freundt Rosell, Ministro
de Justicia y Culto, en nombre del Gobierno de la República.
22
O Salutaris Hostia, Perosi - - Coro a 4 voces mixtas.
Tantum Ergo — Pagella — Coro a 4 voces mixtas por el
Coro Polifónico.
El Emmo. y Rvdmo. Sr. Jaime Cardenal de Barros Cámara.
Arzobispo de Rio de Janeiro, impartirá la Bendición con el
Santísimo Sacramento.
En la Capilla dispuesta bajo el Altar del Campo Eucarístico más
de 250 copones, algunos de gran tamaño, conteniendo 150,000 formas,
se hallan colocados sobre la amplia mesa del altar. Se ha cubierto el
césped con una alfombra roja. Dos armarios antiguos forrados en ra-
so blanco servirán para guardar los copones con las hostias consagra-
das. A la derecha de la Capilla, en la rústica sacristía, ordenados so-
bre largas mesas se pueden contar 200 roquetes con sus respectivas es-
tolas e igual número de platillos y palmatorias que serán usados al re-
partir la Comunión . Las Rvdas . Madres Salesianas y las Canonesas de
la Cruz han sido encargadas de la atención de la sacristía.
A las 7 a.m. el Rvdmo. Canónigo Magistral José Dammert Belli-
do, Asesor de la Comisión de Ornamentos, celebra en la Capilla el San-
to Sacrificio de la Misa y consagra las 150,000 hostias. Poder inexpli-
cable del sacerdote. El amor de Cristo hace el milagro: El está allí
para ser entregado a los 120,000 niños que más tarde llenan el Campo
Eucarístico y en emocionante ceremonia reciben al Señor Sacramen-
tado.
Las Vocaciones Sacerdotales es la intención señalada para ese día
y la oración de los niños, tan grata a Dios, implora por la gran ne-
cesidad del Perú: numerosos y santos sacerdotes.
El Prelado celebrante, Mons. Figueroa Villón Obispo de Huan-
cayo, se dirige a los niños y en conmovedoras palabras les habla de
las excelencias del Sacramento Eucarístico, de la protección maternal
de la Inmaculada Virgen María y de las dificultades que deberán arros-
tiar para conservarse puros en medio del mundo.
En la mañana primaveral, se levantan las voces de los niños para
renovar las promesas del bautismo y consagrarse a la Santísima Virgen.
Finalizada la ceremonia se repartió el desayuno seco obsequiado
por el Ministerio de Salud Pública y con la misma disciplina y orden
observados a su llegada, guiados por la Guardia del Congreso se re-
tiraron los niños.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
23
La movilización de los 120,000 escolares períectamente organizada,
fué cumplida con matemática exactitud.
A la misma hora se daba comienzo en las calles y avenidas del
Callao y de Lima, a la interminable ovación que había de repetirse,
con renovado júbilo, cuantas veces apareciera en público el Legado Pa-
pal.
El Emmo. Cardenal Federico Tedeschini, luego de recibir en nues-
tro primer puerto el saludo de las Altas Dignidades Eclesiásticas y de
las Autoridades Nacionales, cumplida la primera parte del Programa
Oficial hacia su entrada a la ciudad.
La veneración del pueblo peruano por el Santo Padre se concretó
en los ardientes y continuos vivas que escuchó el Legado y la intensa
preocupación por la salud del Pontífice hizo brotar, en las diversas ce-
remonias, preces de todo el pueblo al Altísimo. La singular distinción,
el privilegio entre los Congresos Eucarísticos simplemente nacionales,
de recibir como Legado a un Cardenal tocó las fibras más íntimas de
todos los peruanos que lo siguieron siempre con clamorosas ovaciones.
Y, asi, ingresó en la Catedral rodeado de una multitud devota y
enardecida .
El Arzobispo Coadjutor y Vicario Capitular entonó el Veni Creator.
La lectura del Breve Pontificio fue seguida de impresionantes acla-
maciones.
Luego, en medio de un profundo y emocionado silencio, se oyeron
las palabras de bienvenida que el Cardenal del Perú había preparado
para saludar al Legado Papal y que el Vicario Capitular leyó.
Eminentísimo Sr. Cardenal Legado Pontificio:
Las palabras de bienvenida que voy a tener el alto honor de diri-
giros en estos momentos fueron escritas con grande afecto hacia Vos por
nuestro recordado Pastor el Emmo. Sr. Cardenal Juan Gualberto Gue-
vara, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, quien, a pesar de la gra-
ve dolencia que le aquejaba, se aprestaba con gran ilusión a recibiros
en estas solemnes circunstancias. El está, pues, aquí presente y a tra-
vés de sus palabras podréis apreciar el entrañable amor y acatamiento
que sentía en su alma hacia nuestro Padre, Su Santidad Pío XH, asi
como el afecto y veneración hacia vuestra ilustre persona, cuya veni-
da le llenó de alegría y gratitud . Su discurso, conservado fielmente,
dice así:
24
Eminencia Reverendísima:
Desde el momento en que comenzamos a organizar los preparati-
vos para celebrar este Quinto Congreso Eucarístico Nacional y Maria-
no, pusimos los ojos en Roma, para que el Santo Padre se dignase hon-
rarlo, nombrando como Legado Papal a uno de los Eminentísimos Pur-
purados que estuviera íntimamente ligado con la Augusta Persona del
Romano Pontífice.
De modo que cuando supimos que esa Delegación había recaído
en la ilustre persona de Vuestra Eminencia Reverendísima, nos causó
gratísima impresión, tanto por vuestras brillantes prendas personales co-
mo por saber que vuestra persona está íntimamente ligada a la del Su-
mo Pontífice. Sabíamos también que antes de pertenecer al Sacro Co-
legio desempeñásteis lucidamente el cargo de Nuncio Apostólico en Es-
paña, donde dejásteis muy gratos recuerdos. Como testigo de excep-
ción puedo certificar de ello, pues durante el Congreso Eucarístico In-
ternacional celebrado en la Ciudad Condal de Barcelona, tuve ocasión
de escuchar elogiosos comentarios de vuestra persona y de admirar vues-
tra destacada actuación en ese evento eucarístico. En cuanto a la esti-
ma que os profesa el Soberano Pontífice, sabemos que es tanta que
alguna vez llegó a decir: "el que ama al Papa debe amar a Mons.
Tedeschini".
Si a los méritos personales vuestros se añade que traéis a nuestro
Congreso la representación más alta que puede ostentar un Prelado ca-
tólico como es la de Legado Papal "a latcre", ya podéis figuraros, Emi-
nentísimo Señor, el efecto producido en nuestro ánimo, al tener noticia
de vuestro nombramiento.
He dicho que una de nuestras aspiraciones era, la que presidiera
nuestro Congreso un Purpurado que estuviese íntimamente ligado con la
sagrada persona del Papa, porque desde la instauración de la Repúbli-
ca, el Perú ha mantenido siempre estrechos vínculos con la Santa Se-
de. Jamás en los ciento treinta y tres años que llevamos de vida re-
publicana, hemos tenido ningún desacuerdo con la Cátedra de Pedro;
todos nuestros Gobiernos se han interesado siempre, en mantener las
más cordiales relaciones con el Vaticano. Ya Bolívar, uno de los pró-
ceres más destacados de la Independencia Americana, recomendaba al
Congreso de su país, que no cometiese el error de separarse de la San-
ta Sede, porque decía ese hombre superior, que la Religión Católica
formaba parte de la esencia de la nacionalidad de los nuevos pueblos
latinoamericanos .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
25
El Perú, muy cuerdamente, se ha ceñido a esa norma, como lo
acreditan las hechos y como puede verse en la larga sucesión de Re-
presentantes pontificios en esta tierra de Santa Rosa. Cierto es tam-,
bién que los ilustres Representantes del Papa ante nuestro Gobierno
han contribuido en mucho a mantener esa estrecha vinculación, por la
manera tan inteligente y sagaz como se han conducido en el desempe-
ño de su alta investidura, mereciendo muchos de ellos ser creados Car-
denales, a raíz de haber desempeñado el cargo de Delegados o Nun-
cios Apostólicos en el Perú. Prueba tangible de esta afirmación son
los nombres de los Eminentísimos Serafín Vanutelli, Mario Mocenni.
Benjamín Cavichioni, Pedro Gaspaxri, Angel María Dolci. Lorenzo Lau-
ri. Primer Nuncio en el Perú, Enrique Gasparri, que ejerció el cargo
de Secretario de Mons. Gasparri y Cayetano Cicognani. Aunque to-
dos los Representantes pontificios han dejado profunda huella a su pa-
so por la Nunciatura Apostólica de Lima, algunos de ellos se han he-
cho dignos de la gratitud nacional, por su marcada actuación diplo-
mática, por su ciencia o por la importancia de sus obras. Tales son
Mons. José Machi, que apaciguó en 1895 la lucha intestina que sembró
las calles de Lima de cadáveres insepultos y que sorteando peligros y
exponiendo su propia vida, en medio de las balas fratricidas, se diri-
gió al Palacio de Gobierno, para rogarle al Presidente Cáceres en nom-
bre propio y del Cuerpo Diplomático que dimitiese el Poder; el Emi-
nentísimo Pedro Gasparri, celebre canonista, que tuvo destacada actua-
ción en la redacción del Código de Derecho Canónico y Mons. Fer-
nando Cento, a cuya iniciativa se debe, la construcción del actual Pa-
lacio de la Nunciatura.
Os doy la bienvenida, Eminentísimo Señor, en esta Alma Basílica
Catedral que guarda celosamente los restos de Santo Toribio de Mo-
grovejo, segundo Arzobispo de Lima, uno de los Pastores de almas más
grandes que ha tenido la Iglesia. El fue virtualmente el Metropolitano-
de la Iglesia Hispano-Americana durante el Coloniaje, pues sus Sufra-
gáneos se extendieron desde Guatemala, en la América Central, has-
ta Tucumán en la Argentina. El presidió también casi todos los céle-
bres Concihos Limenses, que dieron normas y leyes para todo el terri-
torio separado de España por la Guerra de Emancipación. En este re-
cinto sagrado, yacen también los restos de Francisco Pizarro, el Con-
quistador del Perú.
De los claustros limeños salieron también los grandes misioneros
que se extendieron por todo el Nuevo Mundo, llevando la fe de Cristo
a los lugares más apartados, fundando pueblos y echando los cimien-
26
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
tos de las nuevas nacionalidades hispanoamericanas. Fue así como Li-
ma ejerció una hegemonía espiritual sobre gran parte del Nuevo Mun-
do, hegemonía que todavía existe mediante el culto a Rosa de Santa
María, declarada Patrona del Perú, de América, Filipinas e Indias por
el Supremo Jerarca de la Iglesia.
Bien sabéis, Eminentísimo Señor, que nuestra Santa Rosa, no ha
sido la única persona elevada en Lima a la digeidad de los altares,
los nombres de Toribio de Mogrovejo, Francisco Solano, el Beato Juan
Masías y el peruanísimo Beato Martín de Porres, que perfumaron es-
ta tierra con el aroma de sus virtudes así lo acreditan.
Pero no son sólo vuestros méritos los que nos llenan de compla-
cencia en estos momentos, como lo tengo dicho, es la alta representa-
ción de vuestra investidura, la misión honrosísima de representar la Au-
gusta Persona del Soberano Pontífice a quien se le tiene singular afec-
to en el Perú. Esta corriente de simpatía se puso de manifiesto cuan-
do se tuvo noticias de su última enfermedad que puso en peligro su
preciosa existencia. En esos azarosos días de dolor y la angustia inva-
dieron nuestro ánimo. Ese sentimiento de pesar, se traducía en todos
nuestros ambientes, en el Gobierno, en la prensa, en los círculos reli-
giosos y sociales de todo género. Cómo se elevaron entonces devotas
plegarias al cielo pidiendo el pronto restablecimiento del ilustre enfer-
mo. Y así como el pesar fue grande durante su dolencia, fue grande
también la alegría cuando se supo que se había verificado una reacción
favorable en la salud del Papa y mucho más cuando llegó la noticia de
que ya había pasado la hora del peligro.
Y no era para menos. ¿Quién no sabe lo que es y lo que repre-
senta para la suerte de la humanidad la Augusta Persona del Pontí-
fice, felizmente reinante? ¿Qué seria del mundo si desapareciese un
tan gran Pontífice, que como luminaria mayor proyecta sus rayos en
esta noche de tragedia, de confusión y de caos, por la que atravesamos
en estos momentos? ¿Cómo se verían los pueblos civilizados, si se apa-
gase esa voz que desde la altura del Vaticano señala al mundo la úni-
ca vía que puede conducirnos al puerto de la paz? Bien es cierto que
cualesquiera que sean las vicisitudes par las que atraviese la Iglesia y
su Cabeza Visible, el Papa, siempre se realizarán las palabras de Cris-
to: "las puertas del infierno, no prevalecerán contra élla". Todo eso
es verdad, pero es cierto también, que mucho es que en los momentos
de peligro, en las grandes tempestades que agitan la Barca de Pedro,
la gobierne un piloto tan experto como el actual Pontífice.
". . .Aquí, bajo la sombra
bendita del augusto signo
de nuestra redención, cu-
biertos con la serena ma-
jestad del firmamento,
unidos en un mismo ideal
de fe y de fervor, impul-
sados por un mismo sen-
timiento de adoración i¡
recogimiento
católicos de
Perú entero
vendrán los
Lima ij del
a rendir su
homenaje de plcitesia t/
amor a jesús Sacramen-
tado . . . '
El Excmo . Sr . Obispo de Huancayo, celebra la misa en el dia
de la niñez y de la juventud
Una alumna lee la ofrenda a ¡a Stma . Virgen
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
27
Por todos estos motivos. Eminentísimo Señor, podéis sentiros en el
Perú como en vuestra propia casa . Os doy pues, la más cordial y afec-
tuosa bienvenida; mis labios y junto con ellos millares de voces, repi-
ten las palabras del Evangelio: "Bendito sea el que viene en el nom-
bre del Señor".
Extiendo mis cordiales y respetuosos saludos a los distinguidos
miembros de vuestra Comitiva, a vosotros Excmos. Prelados de las na-
ciones amigas.
Os doy pues la bienvenida en nombre de los niños que os acla-
man, como aclamaron a Jesús el día triunfal de su ingreso a Jerusa-
lén, en nombre de los hombres de edad madura, de nuestros ancianos,
de la mujer cristiana, del Episcopado, de Gobernantes y gobernados,
de todo este pueblo fiel que contempla en Vos al Soberano Pontífice,
para quien el Perú está muy agradecido por los singulares favores que
hemos recibido de él.
Seguro estoy. Eminentísimo Señor, que han de ser muy copiosos
los frutos de este Congreso que vais a presidir y que hemos preparado
con todo cuidado y diligencia, así lo esperamos de la Providencia Di-
vina y de la especial protección de la Virgen María, de tal manera
que cuando regreséis a la Roma inmortal y déis cuenta de vuestro co-
metido al Soberano Pontífice, podáis decirle: "dejo un Perú santifica-
do por la gracia divina, un Perú que os respeta, que os ama, que os
admira y que está dispuesto a seguir con docilidad vuestras sabias nor-
mas y vuestros paternales consejos" .
•
El Cardenal Tedeschini en brillantísima y elocuente improvisación
manifestó su antiguo y vehemente deseo de conocer el Perú, invocó los
nombres de Isabel Flores de Oliva, la Rosa del mundo y del Beato Mar-
tín de Porres, Patrón de la Justicia Social y reveló su profunda tris-
teza por la infausta nueva de la desaparición del Emmo. Cardenal
Guevara cuyas palabras de saludo había escuchado con íntima emoción.
Destacó el profundo cariño que Su Santidad siente por el pueblo
peruano y la gratitud que llenaba su corazón por haber sido designado
por él para representarlo en los magnos acontecimientos eucarísticos que
se celebran. Finalmente, señaló la importancia del Centenario de la
Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción que en ese día
se conmemora en todo el mundo y la trascendencia de los Congresos
28
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Eucarísticos, ofreciendo contribuir con todas sus energías para que el
resultado del V Congreso Eucarístico y Mariano, por el que tanto in-
terés demostrara el Santo Padre, obtuviera el más óptimo fruto. Cul-
minó su alocución con un: Viva el Perú.
Al salir de la Basílica Metropolitana para dirigirse al Palacio de
Gobierno el Emrao. Cardenal Legado fue intensamente vitoreado por
la multitud reunida en la plaza. El Señor Presidente de la República
General de División Don Manuel A. Odria lo recibió acompañado del
Consejo de Ministros y Altas Autoridades Nacionales .
A las 4 de la tarde el Presidente de la República retornó la visi-
ta al Emmo. Cardenal Legado en su residencia ubicada en la Avenida
Salaverry, gentilmente cedida por la Sra. Anita Fernandini de Na-
ranjo.
El anuncio de que el Legado Papal llegaría a las 6 y 30 p . m . al
Campo Eucarístico había congregado allí a millares de fieles .
El Emmo. Cardenal Tedeschini, Legado de Su Santidad, no pudo
concurrir a la ceremonia. Habiendo llegado en las primeras horas de
la mañana, después de un largo viaje desde Roma y luego de aten-
der a diversas actuaciones, el Cardenal Legado se sintió ligeramente
indispuesto excusando su inasistencia por medio del Excmo. Nuncio
Apostólico Mons. Francisco Lardone.
Lo mismo que el día anterior y que todas las tardes siguientes, los
Excmos. y Rvdmos. Prelados se habían reunido en la casa del Sr.
Don Fortunato Ganoza y de allí, el imponente Cortejo Episcopal se
dirigió al Altar por la Avenida Central del Campo Eucarístico.
Numerosos Prelados comisionados por sus respectivas Delegacio-
nes presentaron sus saludos y votos por el éxito del V Congreso Eu-
carístico Nacional y Mariano.
Por encargo del Obispo de Cajamarca, habló el Hermano Euge-
nio de la Escuela Normal de Cajamarca; el R.P. Fernando Calle lo hizo
en representación del Vicariato Apostólico de Iquitos; continuaron Mons.
Alfonso Zaplana, Obispo Auxiliar de Trujillo; Mons. Federico Pérez
Silva, Obispo de Piura; Mons. Agustín Blujaki que traía el saludo del
Episcopado Paraguayo y Mons. Tulio Botero en nombre del Episco-
pado, Clero y Gobierno de Colombia.
El Coro Polifónico entona el Ave de Fátima y a él se une la voz
de la jubilosa multitud para saludar a la Virgen Madre de Dios el
día Centenario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Con-
cepción .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
29
El Ministro de Justicia y Culto Dr. Alejandro Freundt Rosell, en
nombre del Gobierno, dá lectura a su discurso.
"Reiteración de fe '. . . "Confirmación del credo que vive latente en
las conciencias"... "Homenaje de admiración sin reservas al Supremo
Hacedor del Cielo y la Tierra", dice, refiriéndose al Congreso Euca-
rístico. La ovación que se escucha al terminar demuestra la satisfacción
con que han sido recibidas sus palabras .
En medio de vibrantes aplausos los 240 alumnos campeones del
Concurso Interescolar de Rehgión reciben los premios de manos del
Excmo. Nuncio Apostólico, del Excmo. Vicario Capitular y de los
Prelados peruanos y extranjeros.
Toca al filósofo Dr. Alberto Wagner de Reyna tratar de un te-
ma de esencial interés: Las Vocaciones Sacerdotales.
En el Perú la escasez de sacerdotes crea un problema cuya gra-
vedad es seria preocupación para los Prelados y cuyas consecuencias
sufren los fieles, principalmente los campesinos. Urge conseguir el au-
mento de vocaciones y para ello exaltar la sublime grandeza, la dig-
nidad incomparable del sacerdocio.
Con gran atención se escucha al Dr. Wagner de Reyna, sus pro-
fundos conocimientos litúrgicos y teológicos le permiten alcanzar cum-
plidamente la finalidad deseada.
El Excmo. Señor Santiago Hermoza, Arzobispo del Cuzco, en ele-
vadas frases destaca que nuestro Congreso Eucaristico es también Ma-
riano y exalta la Realeza de la Madre del Rey Sempiterno que el Au-
gusto Pontífice acaba de proclamar.
Ante el Rey de Reyes expuesto en el altar el Excmo. Arzobispo
Coadjutor lee la bella Consagración del Perú al Corazón Inmaculado
de María especialmente escrita por el Padre Mateo Crawley SS.CC.
Los fieles de rodillas repiten las palabras de oblación, de petición,
de esperanza, invocando a la Madre de Dios y rogando en su nom-
bre: "¡Con María y por María venga a nos, Jesús, tu reino!".
El Arzobispo de Trujillo Excmo. Señor Aurelio Guerrero imparte
la Bendición con el Santísimo Sacramento.
30
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
"LAS VOCACIONES SACERDOTALES"
Discurso del Señor Doctor Alberto Wagner
de Reyna.
Nos hemos reunido en esta gran asamblea cristiana para dar gra-
cias a Dios por su grande gloria. Todas las creaturas de los cielos y
la tierra, desde los astros lejanos y luminosos y el Coro de los Sera'
fines hasta el último grano de polvo, existen como alabanza del Señor,
tienen por función esencial — cada cual a su modo — bendecir y exal-
tarlo; han sido sacados por El de la nada, son el resplandor de su Glo-
ria, y con su presencia dan testimonio de la omnipotente sabiduria del
Creador. Entre todo este enjambre de seres, sólo uno es capaz de agra-
decer a Dios en forma condigna la inmensidad de su Gloria. Y ese ser
único es el hombre o, para ser exactos, el cristiano, tú y yo, y aquel
prójimo y vecino tuyo y mío que no conocemos, pero con el cual cons-
tituímos, en unión de millones de hermanos, el Cuerpo Místico del Re-
dentor.
Surgen inmediatamente en nuestro espíritu dos preguntas: ¿Por qué
habremos de agradecer a Dios su Gloria? Y ¿Cómo lograremos hacer-
lo dignamente? Meditemos juntos, estos interrogantes, tan actuales que
nunca, desde que el mundo es mundo, han perdido su urgencia y ello
porque se dirigen a desentrañar el último trasfondo de otros problemas,
que, por más premiosos que sean, siempre son pasajeros; porque van
al foco en que todo se explica y desde el cual todo se aclara.
¿Qué razones tenemos para agradecer a Dios su Gloria? ¿Qué nos
hace a nosotros (Pedro, Sancho y Mcrtín, abogado, panadero o lepro-
so) la Gloria de Dios?, preguntará un escéptico de poco ingenio y mu-
cha chispa. ¿Por qué nos regocijamos de que Dios no sea como los dio-
ses falsos — como los ídolos d'í barro y oro que tienen ojos y no ven.
que tienen oídos y no oyen — o como los ídolos modernos de oro y ba-
rro, que nos empujan al abismo de la esclavitud exterior e interior, que
nos devoran porque necesitan de la humanidad para subsistir?
Es esta la pregunta central de toda creatura, en especial del cris-
tiano, y para la cual quiero proponer una breve respuesta.
Porque es nuestro Dios y lo amamos. Y cuanto mayor es la gran-
deza y felicidad de lo amado, tanto más dulce es la ofrenda del que
ama. Por ello nos regocijamos de la magna Gloria de Dios, por ello
le damos gracias .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS 31
Nos regocijamos también porque es la verdad misma, y no puede
inducirnos a error al adorarlo. Y por ello le damos gracias.
Nos regocijamos de que no sea El en razón de nosotros, sino nos-
otros para El; que no requiere para su grandeza de nuestra alabanza o
tributo sino nosotros justifiquemos nuestra existencia en la adoración
de su nombre; que las tribulaciones y dolores que nos envía no carez-
can de sentido, sino sean las vías de su misericordia sin número, que
a la vez es su justicia infinita. Y por ello le damos gracias. Y así por-
que grande es la Gloria del Señor, lo es también nuestra consolación
y alto el contentamiento en la sumisión a sus designios.
Si hay algo que podamos pedir desde el fondo de nuestro cora-
zón es lo que suplica el salmista: No a nosotros. Señor, no a nosotros,
sino a tu Nombre dá Gloria. Gracias, te damos, Señor, por tu gran-
de Gloria, y al hacerlo, al renunciar a nuestra pequeñita y vanidosa
gloria ■ — la luz de un fósforo ante la luminosidad del mediodía — al con-
fesar nuestra mendiguez de siervos, cumplimos con nuestro esencial des-
tino y nos afianzamos en la casa del Padre Celestial.
Pero ¿cómo dar al Creador gracias en forma condigna, nosotros
pecadores, nacidos en pecado y que moriremos a causa del pecado? La
acción de gracias a Dios sólo puede ser a la medida de su grandeza,
si la realiza Dios mismo. La muerte de Cristo en la Cruz, Dios de
Dios, Luz de Luz, Verbo enc;irnado consustancial con el Padre, fue el
inefable sacrificio de agradecimiento por la excelsitud de su Gloria;
acción de gracias con el triple carácter de acabado holocausto de ado-
ración de la suprema bondad del Creador; de ofrenda expiatoria por
la que se lavó con sangre del Ungido la mancha de! pecado; y de sa-
crificio suplicatorio que abrió la fuente de la gracia santificante a los
hombres. A esta presentación de Cristo como víctima realizada en un
momento histórico y en un lugar determinado, nos acogemos los que
formamos una unidad con El, sus fieles y lo ofrecemos como nuestro,
porque El al darse al Padre se entregó por nosotros.
Pero el sacrificio de la Cruz, por voluntad del propio Cristo se ha
perennizado entre los hombres. ¿Cómo comprenderlo? ¿Cómo explicar-
lo? Es el misterio de la Eucaristía, que en griego significa exactamen-
te esto : Acción de gracias .
¿Queréis quizá, hermanos, entender porque Cristo encarnó y se in-
moló al Padre? ¿Penetrar así en lo recóndito de la Santísima Trinidad?
¿Buscáis dar razón de cómo el hecho real del martirio en la Cruz se pro-
longa por los siglos en el Sacramento del Altar? ¿Tratáis de colum-
brar la relación entre el Salvador y sus discípulos? La clave está en el
32
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
amor; en ese Amor sobrenatural y sin límites incomprensible para el
afecto terreno; es la Caridad eterna de Dios, inconmensurable con el
cariño perecedero de los hombres.
Las preguntas que nos hemos formulado van hacia lo más hondo,
hacia Dios y la creación. Las respuestas son misterios. Pero los mis-
terios no son oscuros, ni densos ni alejados de la vida real. Son com-
parables al sol, que no deja mirarse de frente, pero cuyas consecuen-
cias sentimos; en la luz y en el calor, en la primavera y la alegría;
pero también en la fortaleza de la madre que lucha por sus hijos, en
la esperanza del incomprendido, en las lágrimas de arrepentimiento, en
la última palabra de agonizante. En el misterio sacrosanto de la Eu-
caristía es el único verdadero Sacerdote y mediador entre el Todopo-
deroso y su pueblo, la víctima misma: Jesucristo. Pero, como su mi-
nistro e instrumento en la acción sagrada está un hombre, un hombre
que por delegación se convierte en otro Cristo, que como intermedia-
rio entre el Cielo y la tierra eleva la alabanza al trono del Señor y
nos hace llegar su gracia santificante.
El sacerdote, un hombre com© tú o yo, por la función que desem-
peña no sólo en el sacrificio de Cristo sino también en la oración ofi-
cial de la Iglesia, la administración de los Sacramentos, el Ministerio
de la enseñanza y del gobierno de la grey, es ungido por la Divinidad,
se convierte en su representante; aunque sigue actuando en el mundo
— y conserva sus virtudes y flaquezas naturales — recibe por la orde-
nación un carisma sobrenatural e imborrable del que carecen los An-
geles.
En el sacerdocio se cumple en la forma más perfecta y elevada la
misión de toda creatura, que es ser para Dios, entregarse a El, glori-
ficarlo, servirlo. E^ la dura ciudadanía de dos mundos, del espiritual y
del temporal; la constante tensión entre la realidad circundante y la
trascendencia a la eternidad; el estar expuesto a los requerimientos del
siglo y sus halagos cuando se tiene una obligación imperiosa y supre-
ma que cumplir. Pero por ello rni?mo es el vértice que une lo Alto y
nuestra baja condición de pecadores, la mano tendida por Dios, la ma-
no tendida por nosotros hacia Dios en demanda de misericordia.
Tan difícil tarea requiere desde luego predisposición natural, pero
también algo más, que es decisivo: el llamado del Señor, la vocación.
Muchas vías tiene El para llegar a sus fines y de allí que este llamado
pueda ser de diversas maneras: ya desde la niñez o al caer la tarde
de la vida; violento grito interior que sacude, como si hubiera un terre-
moto en el alma, o quedo y constante murmullo en el hontanar de ella;
CRÓNICA Y DOCUMENTOS 33
amor a la contemplación de la belleza divina o deseo de trabajar en su
campo — sembrando y recogiendo la mies — o impulso a ayudar al des-
valido y desamparado; diáfano mensaje o indefinible nostalgia; signo
externo y evidente en una encrucijada del camino o presentimiento an-
gustioso que como una sombra acompaña el fluir de los días; pecado
que de repente muestra su diabólica faz o un sacerdote amigo que da
la clave del impulso hacia lo desconocido.
Lo importante es oir el llamado, entender el mensaje, y después,
como si fuera una semilla, hacerlo germinar y florecer en la intimidad,
que siempre Dios sabe regar con ?u asistencia una elección aceptada
en humildad.
La vocación sacerdotal difiere pues fundamentalmente de cualquier
otra; viene de Dios, y se dirige a Dios, y por ello es menester com-
prenderla y respetarla. Felizmente ya pasaron aquellos tiempos en que
muchas veces se trataba de desviar en los jóvenes el deseo de consa-
grarse a Dios. Pero a los absurdos y sacrilegos prejuicios de esa época
se debe una dolorosa llaga en la comunidad cristiana, que también exis-
te en nuestra Patria: la falta de sacerdotes.
Las sociedades materialistas y descristianizadas parecen no com-
prender la excelsitud del sacerdocio ni la labor que le cabe realizar en
diversos campos humanos. Tienen a menos al curita, que con su so-
tana raída y sus anteojos estropeados viaja en el tranvía atestado de
gente. ¡Cuanto más importante es el comerciante opulento o el profe-
sional distinguido que pasa en raudo automóvil! ¡Y, después, única-
mente sabe de latines y otras cosas inútiles! Pero esto es sólo aparien-
cia. Cuando las sociedades materialistas y paganas toman conciencia
plena de sí, entonces — ¡quién lo creyera! — confieren al curita de so-
tana raída el más alto honor, lo colocan de primero, lo mandan al su-
plicio antes que al acaudalado capitalista o influyente personaje; le mon-
tan un proceso espectacular, porque saben que en él hay verdadera re-
sistencia contra sus designios perversos, porque le reconocen la más
alta categoría.
Muy satisfechos señores materialistas a mitad de camino, que ado-
ráis al becerro de oro y por ello olvidáis al Cordero que borra los pe-
cados del Mundo, y pensad que muchos colegas vuestros, en otros paí-
ses, cuando llegaron al término de la jornada, fueron vencidos por un
tiro en la nuca por ese materialismo que sin saberlo favorecieron, y
que el pobre curita, recibió, también con el tiro en la nuca, la palma
de la Victoria . Ellos fueron simplemente "liquidados"; el curita, en
34
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
cambio, el Ungido por la mano del Altísimo, alcanzó en el martirio la
plenitud de su vocación.
Luchemos, hermanos, contra el materialismo en sus múltiples for-
mas, de ateismo militante o sobretendido, contra la adoración, sea in-
dividual o colectiva del becerro de oro, luchemos por la dignidad del
espíritu, por la justicia social y la jerarquía de valores, en una palabra,
por la Ciudad de Dios. Y pensemos que el portaestandarte en esta
batalla es el sacerdote, aquel que no dispone de armas ofensivas sino
sólo de la espada de la verdad, que no pelea por odio sino por amor,
que no ve enemigos al frente sino cautivos que redimir.
A la función sobrenatural del sacerdote se añade — no es cosa de
hoy sino de siempre — la tarea de ser la levadura de la comunidad.
Urge resolver el problema de la escasez de sacerdotes en nuestra Pa-
tria. Cada vocación sobrenatural atañe al país entero, a la familia en
que se produce, al medio ambiente en que surge. Es obligación de cada
cual — padre y madre, profesor, párroco, patrón, amigo — • tener con-
ciencia de la necesidad de ministros de Dios en el Perú, y cooperar con
su consejo, con una palabra de aliento, con una beca, a que las voca-
ciones cuando se presenten no perezcan por la indiferencia, las dificul-
tades externas, la ausencia de un guia espiritual o de un ejemplo edi-
ficante.
De otro lado es indispensable evitar que personas que no tengan
una auténtica vocación — como a veces acontecía antaño y aún ahora
en ciertos sectores — tengan acceso al estado eclesiástico; según el prin-
cipio corruptio optimi pessima en vez de cumplir dignamente su alto
ministerio se exponen ellas a ser dañosa piedra de escándalo y a alejar
a quienes abrigan deseos sinceros de entrar al servicio de Dios.
Indudablemente que seguir la mal llamada "carrera eclesiástica" im-
plica una serie de renunciamientos: a tener una familia propia, a lograr
una situación holgada para la vejez, a abstenerse de intervenir direc-
tamente en la vida pública, a ser blanco de ignaros y malintenciona-
dos; pero todo ello es una ofrenda para agradecer la merced de la elec-
ción divina .
Sin embargo, en esta espera natural, recibe el sacerdote una com-
pensación positiva en la humana satisfacción de servir a Dios, de ayu-
dar al prójimo, de luchar en la avanzada del espíritu; pero por encima
de ello, en consonancia con el recato íntimo que significan sus deberes
de eclesiásticos, posee el inigualable galardón de ser el paladín de María
Santísima .
CRÓNICrt Y DOCUMENTOS
35
Existe una mística y secreta analogía entre el sacerdote y la Ma-
dre de Dios . Así como ella concibió al Verbo encarnado en su seno
virginal, así entre las manes del oficiante se realiza la transubstancia-
ción del pan y del vino en el Cuerpo y Sangre del Mesías. En uno y
otro caso por acción del Altísimo, que recae en una creatura elegida
por El. Pero hay algo más: al aceptar la doncella María ser Madre de
Cristo, se hizo Madre en la gracia de todos los que habían de ser re-
dimidos por su Hijo, pues su asentimiento, el "fiat" dado en respuesta
al Angel, fue indispensable para nuestra salvación. Ahora, bien, apar-
te de la maternidad en la gracia que abarca a la Cristiandad entera,
es la Virgen en un modo especial Madre de los Sacerdotes, pues sien-
do Madre del Divino Pontífice, que es Cristo Jesús, del cual deriva to-
do sacerdocio, se puede decir que los es de todos los Ministros del Al-
tar, que los ha engendrado al estado levítico de la nueva Ley.
Como si no bastara esta mística analogía entre la concepción y
la transubstanciación de Cristo y la doble maternidad de la Reina de
los Angeles frente a los representantes de su Hijo para establecer una
especialísima vinculación entre ella y los Ministros del Señor, aconte-
ce que participando la Bienaventurada Virgen María, en cierto modo,
en el sacerdocio de Cristo (como co-redentora y co-medianera) y ha-
biéndole sido infundido en el día de Pentecostés el Espíritu Santo con
mayor plenitud a que los propios Apóstoles, es ella, sin haber recibido
el sacramento del orden, en verdad Reina de los Sacerdotes, lo que
no es un nuevo título, sino fuente de consuelo para hombres que se en-
cuentran, por las circunstancias de su Apostolado frente a la vida y
la muerte, frente al infierno, al Paraíso, frente al Hacedor y al de-
monio.
La Iglesia católica contrapone a la corrupción y desorden de estos
siglos, como celestial antídoto, la figura de la Virgen Madre, espejo
de perfecciones humanas, que la gracia del Señor ha elevado sobre to-
das las creaturas; ejemplo de virtudes es también imagen de la Sabi-
duría y símbolo de la Iglesia de Cristo.
Inspírense en la suya nuestras vidas — de sacerdotes y laicos — ;
confiemos en su maternal bondad nunca en vano invocada; sea ella e!
refugio en las penas y la depositaría de nuestras alegrías. ¡Y cuan dul-
ce será — en medio de! materialismo bastardo que nos circunda — que-
brar por la Reina de los Cielos las lanzas del desinterés, de la genero-
sidad y de la limpieza de ánimo! A ella elevemos nuestras súplicas para
que interceda ante el Trono del Altísimo por sus hijos, para que ben-
diga nuestra Patria y despierte y ampare aquellas vocaciones que ne-
36
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
cesita para consolidar su desarrollo espiritual. Y hagámoslo con la
letanía poética del Jesuíta peruano José M . de Romaña, que os pro-
pongo, hermanos, en esta tarde de acción de gracias por la grande Glo-
ria del Señor.
Santa María del Tráfico,
Santa María de la Existencia,
Santa María de la Intemperie,
Santa María de la Luna de Miel,
Santa María de las Minas,
ruega por nosotros a Dios.
Santa María de las Clínicas,
Santa María de los Campos de Concentración,
Santa María de la Muerte,
Santa María del Hermoso Amor,
Santa María de la Emigración,
ruega por nosotros a Dios.
Santa María del Arte,
Santa María de la Calle,
Santa María de la Casa,
Santa María sin Casa,
Santa María del Silencio,
Santa María del Hambre,
Santa María del sueldo escaso
ruega por nosotros a Dios.
Santa María de la Alegría,
Santa María de la Mujer Enferma,
Santa María del Hijo con Parálisis,
Santa María de Fin de Mes,
Santa María de la Esperanza,
Santa María del Primer Hijo,
Santa María de la Primera Arruga,
ruega por nosotros a Dios.
Santa María de la Amistad,
Santa María del Verano,
Santa María del Invierno sin carbón.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
37
Santa María de la Novia desconocida,
Santa María del Cáliz y la Primera Absolución,
Santa María del Novio que no llegará
Santa María del Cáncer,
ruega por nosotros a Dios.
Santa María del Viejo sin hijos,
Santa María del Jubilado sin recuerdos,
Santa María bajo las Bombas,
Santa María de la Tarde del Domingo,
Santa María de la Noche,
Santa María de lo que ya no será,
ruega por nosotros a Dios.
Santa María de la Música,
Santa María de la Iglesia,
Santa María del Servicio,
Santa María del Olvido.
Santa María de la Salud,
Santa María de la Prisa
Santa María de la Canción,
Santa María de la Realidad,
Santa María de la Bendición,
ruega por nosotros a Dios.
Santa María de Dios
Santa María del Hombre.
LA EUCARISTÍA Y LA SANTÍSIMA VIRGEN
Discurso de! Arzobispo del Cuzco, Mons.
Santiago Hemioza.
¡Alabado sea el Augusto Sacramento del Altar, y la Virgen Con-
cebida sin pecado original!
Este brevísimo himno de alabanza que concentra la fe y el amor
de nuestros abuelos, es preciada herencia espiritual que constituye nues-
tra riqueza.
38
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Y esta asamblea en que el alma nacional sube como incienso sa-
grado, es reafirmación de ese cspiritu abierto al Sol de la Verdad, que
proclama su fe y está pronta a declararse al lado de los que en veinte
siglos de lucha, la sellaron con la púrpura de su propia sangre, como
la ofrendan hoy en la Iglesia del silencio y desde mazmorras y campos
de concentración, en defensa de la verdad que hace libres a los hijos
de Dios.
Está en su lugar el tema y como no hay casualidades en el movi-
miento del mundo, en esta hora en que la Patria de Rosa de Lima y
Jh'ray Martín rinde al Divino Rey de la Eucaristía, el máximo home-
naje de su fe, en unión íntima con el Augusto Padre de la Cristian-
dad, Pío XII, por cuya salud este Congreso eleva fervientes votos, quien
está presente en la Persona de su dignísimo Legado, y ante los eminen-
tes y apostólicos Prelados de Europa, Asia y América, que han veni-
do trayéndonos en su corazón las flores de sus vergeles eucarístico-
marianos; en esta hora de luz sobrenatural y divina, el Pastor de la
Ciudad destrozada por el sismo de 1950 ofrece a su Madre Inmacula-
da el corazón de aquella raza grande y conquistadora que, ante la vi-
sión sublime de María aparecida en el Cielo azul de la Capital incaica,
sobre el Palacio de Sunturhuasi, le hizo filial ofrenda de su alma, y en
abrazo fraterno con los hijos de la Madre España y heraldos de una
civilización signada con el sello de la Cruz, fusionó su sangre con la
noble, intrépida y cristiana de ios hijos de Palyo, de Fernando e Isa-
bel la Grande .
El Augusto Pontífice Romano, gloriosamente reinante, Pío XII, aca-
ba de entonar un nuevo himno que habrán coreado los Angeles y los
Patriarcas, los Profetas y los Apóstoles, los Mártires y Confesores, las
Vírgenes y todos los ciudadanos de la gloria; himno que resonará eter-
namente en el Cielo empíreo a la Realeza de María y que hoy día por
privilegio provider.cial, lo entonan todos los hijos de esta Patria.
En su áureo mensaje "Ad coeli Reginam" para culminar dignamen-
te el Año Mariano que "en todas las latitudes de la tierra, ha aumen-
tado más y más esa reverencia filial hacia la Madre de Dios", decidió
instituir la fiesta litúrgica de la Santísima Virgen María como Reina.
Sí, obedece a un designio providencial. Nuestro Congreso Eucarís-
tico es también Mariológico, pero entonces la voz del Augusto Padre
nos recuerda que al Rey Eucarístico se va por María Reina.
Reina y Señora, su frente ha sido coronada con la diadema de la
gloria Real en la beatitud de los Cielos (Ene. "Ad coeli Reg.").
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
39
La Madre del Rey Sempiterno "obtenía una posición eminente y
principal, procedente de la dignidad infinita del Divino Hijo" (Ibid) .
El Maestro Universal escoge del vergel Mariano de los siglos el
más hermoso ramillete para depositarlo en el mismo corazón de la Ma-
dre de Dios y Madre de los Hombres. "Doncella, Emperatriz y Go-
bernante, Reina y Señora protégeme y cúbreme, para que Satán no triun-
fe sobre mí", dice San Efrén".
San Juan Damasceno, San Jerónimo y San Pedro Crisólogo, San
Andrés de Creta y San Bernardo, Domingo de Guzmán y Tomás de
Aquino, Buenaventura y Pedro Pascual a porfía proclaman la Realeza
de María; Iñigo de Loyola y Alfonso María de Ligorio, Vicente de Paúl
y Juan Bautista de la Salle, Juan Bosco y Antonio María Claret y Luis
Griñón de Monfort y nuestra Rosa de Lima... a qué más citar? Son
legión los maestros en la Iglesia que la llaman Reina y Señora, Ma-
dre y Corredentora.
El Vicario de Cristo recoge en cada momento de la historia los
testimonios filiales, y los consagra poniéndolos a la práctica de los fie-
les en la Sagrada Liturgia. La Liturgia es la voz del culto en todos
los tiempos, la expresión de la piedad, la práctica de la fe.
Finalmente, concluye Pío XII, aquel arte fundado en los principios
cristianos y animado por su espíritu, como fiel intérprete de la sincera
y fiel reverencia de los fieles ha retratado a María, desde el Concilio
de Efeso, como Reina y Emperatriz, sobre trono real, con corona y
diadema reales, rodeada de una corte de ángeles y santos". La Icono-
grafía sagrada se enriquece hasta presentar al Divino Redentor en los
Cielos coronando a su Madre con espléndida diadema.
La Madre del Divino Rey es la Reina Madre.
Dos cosas son necesarias al hombre para conseguir su eterno des-
tino: el amor a María Santísima y a Jesús Sacramentado. El amor a
María y a la Sagrada Eucarisíía se reducen a uno solo, pues, que uno
solo es el supremo manantial que los produce, fomenta y perfecciona.
La Sagrada Eucaristía, donde, como en su mismo origen bebemos
la gracia, el amor y el espíritu de Dios, es también la fuente de vida
eterna de donde dimana a raudales el verdadero afecto filial y la só-
lida devoción a María. Por eso María aparece en la Escritura, en fra-
se de Ezequiel, como la puerta oriental de Santuario, como la aurora
que anuncia al Sol Divino y Eterno y como el trono donde descansa y
tiene su morada el Verbo de Dios, y desde donde tiene sus delicias
en morar con los hijos de los hombres .
40
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
La Eucaristía es la carne y la sangre del Redentor, carne y san-
gre que son el manjar necesario para la vida del alma y para resurec-
ción del cuerpo . /
La Madre de Dios dió la vida al Hombre-Dios. El Hombre-Dios
dá a la humanidad la vida por el misterio de su propio cuerpo y sangre.
Pero es también Maria la singular cooperadora de nuestra reden-
ción, dando de sus propias entrañas y ofreciendo a su Divino Hijo por
nosotros. De este vinculo con Cristo Rey adquiere María un esplen-
dor y eminencia que supera la excelencia de todos los seres. De ahí
procede la eficacia de su intercesión maternal ante el Hijo de Dios y
ante el Padre Celestial, eficacia tan extraordinaria que se la llama, la
Omnipotencia Suplicante.
Tres son las causas que mueven nuestro corazón al amor: la bon-
dad y la hermosura, el conocimiento y la semejanza según Tomás de
Aquino.
•
Discurso del Señor Doctor Alejandro Freundt
Rosell, Ministro de Justicia y Culto, en nombre
del Gobierno de la República.
Eminencia Reverendísima
Excelencias,
Señoras y señores:
Reiteración de Fe; despertar de las llamas del espíritu; elevación
de corazones; confirmación del credo que vive latente en las concien-
cias; unificación de sentimientos que comulgando en la misma religión
avivan el de la Patria; corriente incontenible que desborda cauces, des-
truye la indiferencia y la apatía, incorporando a su fuerza a quienes na-
cieron bajo la Cruz; luz sin crepúsculo; horizonte infinito que hace bri-
llar las creencias de la Catolicidad pura y resuelta de quienes somos
peruanos; emoción profunda que se mantiene vibrante desde el inicio
preparatorio de este Congreso, y que encendiendo sin desmayos todo
el vasto territorio de nuestra soberanía, llega a su culminación esplen-
dorosa en la semana que ayer principió y en las magnas ceremonias
con que toda una Nación con fervor insuperado rinde el homenaje de
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
41
SU adoración sin reservas al Supremo Hacedor de Cielo y Tierra; al
Creador de la vida; a quien hizo al Hombre a su imagen y semejan-
za, lo bendijo y ordenó la propagación del género humano, encarnán-
dose hace cerca de dos mil años para difundir de nuevo su Doctrina
y por el sufrimiento redimirnos del pecado; al Dios Creador, Legisla-
dor, Salvador, cuya palabra está en el Evangelio; a quien instituyó los
Sacramentos, canales de la Gracia que producen pureza, luz y rectitud;
a quien hizo de su Iglesia columna do la Verdad con las bíblicas pa-
labras: "Tú eres Pedro y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella"; al Ser Supremo que
al instituir la Eucaristía en el exceso de su munificiente bondad, nos
elevó al orden sobrenatural, levantándonos a altura infinitamente su-
perior a todo lo que exigía nuestra naturaleza, manifestación de su sa-
biduría y misericordia que al consumar la redención del hombre y
volver al seno del Eterno Padre nos dejó su cuerpo místico: "He aquí
que yo estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos"; insti-
tución sublime de la Eucaristía, conjunto de la grandeza del Señor, pro-
digio por el que ocupando su lugar en el Cielo hizo del ser humano su
Tabernáculo en la Tierra .
Semana a la vez de privilegio en la que rendimos nuestro fervor
filial a María Santísima, Soberana de Cielos y Tierra, Reina de los
Angeles, de los Santos y de los Hombres, precisamente cuando se cum-
ple una Centuria que Pío IX el Grande en su "Bulla Ineffabilis" pro-
nunció Urbi et Orbi, el fallo dogmático sobre su Concepción Inmacu-
lada, y cuando hace cuatro años. Pío XII inspirado por la luz sobrena-
tural y con la unánime opinión del Episcopado y el ansia de la huma-
nidad Católica, proclamó el Dogma de la Asunción en cuerpo y alma
a los Cielos, dejando definida su Realeza por nadie discutida. Obra
Maestra del Creador, la primera en la mente divina, la más perfecta
en el cuadro de todas las criaturas, la más admirable en su existencia
terrestre; Sol de grandeza y hermosura, estrella de salud, llena de gra-
cia, objeto eterno de la complacencia de Dios, Madre de todos los mor-
íales, máxima intorcesora ante las gradas del Altísimo, eficiente leni-
tivo de la Humanidad que enjuga nuestras lágrimas y esfuerza nuestra
debilidad para soportar la pesadumbre de los males, mostrándonos en
su heroísmo el modelo que debemos elevarnos a imitar.
Y en este Congreso Eucarístico y Mariano, Su Santidad nos ha-
ce el gran honor de enviarnos desde la Augusta Roma, a uno de los
más ilustres Príncipes de la Iglesia, Su Eminencia el Cardenal Fede-
rico Tedeschini, que Lima recibe en grandiosa y multitudinaria maní-
42
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
festación de alegría, de respeto y acatamiento sincero a su elevadísima
representación y a su obra múltiple, brillante y larga desempeñada al
lado de Pontífices como León XIII, Benedicto XV, San Pío X, Pío XI
y Pío XII que sucesivamente confiaron a su saber, a sus virtudes y a
su esfuerzo, que el trabajo no cansó jamás, cargos de relieve como los
de Canónigo Lectora! de Rieti, Minutante de la Secretaria de Estado,
Camarero y Prelado Doméstico de Su Santidad, Canciller de Breves
Apostólicos, Sustituto de la Secretaría de Estado de la Cifra, Consul-
tor del Santo Oficio, Nuncio Apostólico ante la Madre Patria, Data-
rio Pontificio, Obispo de Frascati, Archipreste de la Patriarcal Basílica
Vaticana y Cardenal de la Orden de los Obispos del Titulo de Santa
María de la Victoria desde hace 21 años, quien por singular y feliz
coincidencia nació un día 12 de octubre, fecha que lo vincula estrecha-
mente con la fiesta anual matriz del Continente, fiesta de la Raza, fies-
ta de la América .
Altísimo honor que aprecia con vigor intenso nuestra Patria tan
de veras unida en su historia a la Doctrina Santa de la Iglesia, desde
la edad remota en que los Conquistadores Españoles nos trajeron con
la civilización de Europa, el sublime Estandarte del Crucificado.
Misioneros y soldados la esparcieron en nuestro vasto territorio sal-
vando desiertos, arenales y montañas, vadeando caudalosos ríos e in-
ternándose en la selva rebelde y dilatada. La Fe de Cristo penetró en
la conciencia de sus moradores y ella nunca abandonó la marcha orga-
nizada de la Colonia en los siglos dei Virreinato, infundió valor y en-
tereza en las luchas por la Independencia y presidió soberana el esta-
blecimiento de la República, alentando a todos los Gobiernos que nos
han regido hasta la fecha.
El Perú recibió siempre la protección bendita del Altísimo que ha
mirado nuestra tierra con singular predilección haciendo brotar sublimes
flores de santidad que hoy día engalanan los Altares o merecen tan ex-
celso galardón, son nuestro más legítimo orgullo y reciben la venera-
ción universal: Santa Rosa de Lima, la Rosa más preciada de la Amé-
rica; el Beato Fray Martín de Porres, Patrono de la Justicia Social;
la Venerable Madre Monteagudo; el Apostólico y Venerable Padre
Francisco del Castillo que en la Capilla de Nuestra Señora de los Des-
amparados instituyera la hoy universal devoción de las Tres Horas en
el Viernes Santo; la Beatita de Humay; el Siervo Nicolás Ayllón; el
Venerable Fray Pedro de Urraca; el Beato Fray Juan Masías; Santo
Toribio de Mogrovejo Arzobispo de esta Capital; y San Francisco So-
lano, Su Apóstol, de donde partiera a la conquista Evangélica del Tu-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
43
cumán y del Paraguay; varones los cuatro últimos que si bien nacie-
ron en el Solar de la Raza, al Perú legítimamente pertenecen porque
aquí floreció el ramillete sagrado de sus virtudes; constelación de es-
trellas, ofrenda de la Patria al Trono del Señor.
Por tan inmarcesibles títulos por la protección uniforme brindada a
la Iglesia en todos los períodos de nuestra Democracia, marcada de ex-
cepcional relieve por el espíritu religioso del actual Jefe del Estado al
subvencionar con largueza a los Seminarios Diocesanos y a la labor
Misional, al proporcionar medios para la reconstrucción y reparación
de innúmeros Templos, al erigir a la vez dos magníficos Santuarios, re-
cién inaugurados y al prestar su decidido apoyo a cuanto atañe a nues-
tro Culto y al éxito de estas Jornadas Eucarísticas; el Perú, fiel a la
Silla de San Pedro, de catolicidad recia y profunda, es uno de los hi-
jos predilectos de la Iglesia, calidad que defiende, ya que en su pue-
blo nunca penetró el hálito emponzoñado de la apostasía, rechazando
el bárbaro sistema del materialismo ateo y comunista, el Perú, repito,
aprecia el honor que le discierne Su Santidad Pío XII, en estas horas
memorables que Lima vive bajo la unión estrecha de todos los perua-
nos, cuyas filas compactas arden en profundo fervor, en acendrada pie-
dad al Dios Eucaristía y a la Virgen Santísima, elevando hasta la
Mansión Celestial ferviente súplica para que el Divino Poder conserve
y acreciente la Paz, Paz de la Patria, Paz de las Naciones, Paz de los
hombres, que ella se logre acatando las enseñanzas de Cristo y de la
Iglesia, observando dóciles los mandamientos de la Ley Suprema; fre-
cuentando los Sacramentos, ejercitando las virtudes, prodigando el bien
a nuestros semejantes, respetando sus derechos que no sólo son los
que constan en las leyes, sino los que inspira la razón natural; aborre-
ciendo el crimen y los bajos sentimientos que alimentan torcidos la ma-
ledicencia y la calumnia, cáncer corrosivo que mina a la sociedad cau-
sando daños que siempre son funestos e imborrables, pero que traen
tarde o temprano con la justificada ira del Altísimo, el condigno casti-
go a quienes inconscientes utilizan la ponzoña para satisfacer los bajos
apetitos de la envidia; induciendo a la caridad para con el prójimo, su-
blimando la humildad y consiguiendo el imperio del bien, la recristia-
nización de los hogares y todo lo que encamine al engrandecimiento de
la Patria, dentro de la Religión verdadera, que ancestralmente lo fue
de sus mayores y que continúa siendo la llama inextinguible de su vida.
Eminencia Reverendísima: Con el intenso pesar de la reciente pér-
dida del Eminentísimo y Venerable organizador de este Congreso, Car-
denal Guevara, ejemplar Pastor de la feligresía; con nuestro rendido
44
V CONGRESO EUCARÍbTICO NACIONAL Y MARIANO
agradecimiento por vuestra calificada presencia entre nosotros: haced
llegar al Soberano Pontífice, amado Padre Pío XII, junto con la ple-
garia que elevamos al Cielo por su salud, el convencimiento que habéis
de alcanzar en estos días, de que el Perú, fiel a su tradición, prosterna
su rodilla ante Jesús Crucificado, Dios Omnipotente y ante su excelsa
Madre la Virgen Santísima, implora su protección infinita y unido y
fiel a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, pide la bendición de
quien sabia y dulcemente la gobierna como su Pontífice máximo.
JUEVES 9 DE DICIEMBRE
DIA DE LA PATRIA
INTENCION:
Por la unidad espiritual del Perú.
CAMPO EUCARISnCO
A horas
7.30 a.m.
Delegaciones de las Fuerzas Armadas trasladarán procesio-
nalmente la Imagen de Nuestra Señora de Las Mercedes, Pa-
trona de las Armas y Maríscala de los Ejércitos del Perú, de
su Santuario, al Campo Eucarístico.
El Excelentísimo y Reverendísimo Señor Carlos M . Jurgens,
Vicario General Castrense, oficiará la Santa Misa y pronun-
ciará la alocución .
Discurso del Señor General de Brigada Don Carlos A. Mi-
ñano, Ministro de Guerra, en nombre de las Fuerzas Arma-
das del Perú.
Te-Detim, en acción de gracias.
Las Delegaciones de las Fuerzas Armadas, llevarán procesio-
nalmente la Imagen de Nuestra Señora de Las Mercedes del
Campo Eucarístico, a su Santuario.
Cantos. — Salve, salve cantaban, María — Coro General y Banda.
A horas
9.00 a.m.
A horas
11.00 a.m.
Nombre Dulcísimo
el Coro Polifónico.
Cimatti
— Coro a dos voces iguales, por
Firme la Voz — Coro y Banda.
46
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
O Quam Amabilis — N. N. Motete a tres voces mixtas, por el
Coro Polifónico.
Cantemos al Amor de los Amores — Coro y Banda.
Yo fe Adoro Hostia Divina — Coro y Banda.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales.
A horas 12.00 m.
Sesión Solemne en la Municipalidad de Lima.
El Eminentísimo y Reverendísimo Señor Federico Cardenal
Tedeschini, Legado Pontificio, será declarado Huésped Ilustre
de la ciudad de Lima.
Tarde
A horas 6.30 p.m.
Angelus .
Llegada al Campo Eucarístico, del Eminentísimo y Reverendí-
simo Señor Federico Cardenal Tedeschini, Legado Pontificio.
Marcha Pontificia — Coro y Banda.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales .
Saludo de las Delegaciones Extranjeras.
"La Unidad Espiritual del Peni", discurso del Señor Doctor
Don Víctor Andrés Belaúnde.
Tu es Petrus — Ravanello — Motete a 4 voces mixtas.
"La Eucaristía y la Educación Cristiana", discurso del Exce-
lentísimo y Reverendísimo Señor Víctor Alvarez, Obispo de
Ayacucho .
Cántate Domino — Hassler — Motete a 4 voces mixtas, por
el Coro Polifónico.
Exposición del Santísimo Sacramento.
Christus Vincit — Coro y Banda.
Tantum Ergo — Aicúa — Himno a 4 voces mixtas, por el
Coro Polifónico.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
47
El Excelentísimo y Reverendísimo Señor Aurelio Guerrero,
Arzobispo de Trujillo, impartirá la Bendición con el Santísi-
mo Sacramento.
Alabado sea el Augusto — Coro y Banda.
Desde antes de las 7 de la mañana las tropas de la Guarnición de
Lima comenzaron a llegar al Campo Eucarístico tomando los empla-
zamientos señalados por la Superioridad. Actuó de Jefe de Línea el
General de Brigada Dn. Juan Mendoza R., Comandante General de la
División Blindada .
A las 7 y 30 la Virgen de Las Mercedes, Patrona y Gran Maris-
cala de las Armas del Perú, fue sacada en hombros en su Basílica y
sobre una cureña de cañón se le condujo procesionalmente al Cam.po
Eucarístico, escoltada por cadetes de las Escuelas Naval, Militar, Aero-
náutica y de la Guardia Civil y acompañada por los Rvdos. Padres
Mercedarios y numerosos fieles .
Poco antes de las 9 y 30 el Legado Pontificio Emmo. Cardenal
Federico Tedeschini llegó al Campo Eucarístico acompañado de su sé-
quito integrado por Mons. Guiseppi Cattani; Mons. Alfredo Orpelli;
Mons. Pedro Rodolfi; Dr. Octavio Flagani; Dr. Guillermo Radeschi-
ni; el Caballero Pagani di Natali, Maestro de sala y el Sr. Rómulo Be-
nabas, Gran Oficial de Capa y Espada. También lo acompañaban el
Dr. José Félix Aramburú, Embajador en el Servicio Diplomático, nom-
brado por el Ministerio de RR. EE. Adjunto al Cardenal Legado; el
Coronel Héctor Bejarano, Adjunto Militar y los Monseñores Hernan-
do Vega Centeno y Luis Lituma Portocarrero, Deán y Chantre, res-
pectivam.ente, del Cabildo Metropolitano, nombrados Prelados Asisten-
tes.
Las tropas le rindieron los honores de estilo.
Al pie de la escalinata que conduce al Altar lo esperaba el Excmo.
Sr. Arzobispo Coadjutor de Lima, Presidente de la Junta Organiza-
dora del V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano, acompañado de
los Prelados peruanos y extranjeros.
El Emmo. Cardenal Legado ocupó el Trono Cardenalicio coloca-
do a la derecha del Altar.
El toque de la Marcha de Banderas anunció la presencia en el
Campo Eucarístico del Presidente de la República, General de Divi-
48
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
sión Manuel A. Odría. Lo acompañaban el Ministro de Guerra. Ge-
neral de Brigada Dn. Carlos A. Miñano; el Jefe de su Casa Militar,
Coronel Dn. Manuel Valencia Astete y los Edecanes de Servicio.
Después de recibir el saludo del Excmo. Vicario Capitular Mons.
Juan Landázuri Ricketts, el Señor Presidente de la República se di-
rigió a la Tribuna Oficial. En ella tomaron asiento a su derecha: el
Ministro de Guerra, General de Brigada Carlos A. Miñano; el Minis-
tro de Relaciones Exteriores, Dr. David Aguilar Cornejo; el Ministro
de Justicia y Culto, Dr. Alejandro Freundt Rosell; el Ministro de Fo-
mento y Obras Públicas, Ingeniero Fernando Noriega Calmet; y el Mi-
nistro de Salud Pública y Asistencia Social, Dr. Armando Montes de
Peralta. A su izquierda se hallaban el Presidente del Consejo de Mi-
nistros y Ministro de Marina, Vicealmirante Roque A. Saldías; el Mi-
nistro de Gobierno y Policía, Coronel Augusto Romero Lovo; el Minis-
tro de Educación Pública, Teniente Coronel Carlos González Iglesias
y el Ministro de Agricultura, Ingeniero Jaime Miranda Sousa.
Iniciando la solemne ceremonia el Comandante Tafur da lectura a
la Resolución Suprema que manda se condecore a la Virgen de Las
Mercedes .
El General Odría acompañado de los Ministros de Marina y de
Guerra y de los miembros de su Casa Militar se acerca a la venerada
imagen de la Patrona y Gran Maríscala ce las Armas del Perú y le
impone la Condecoración de Gran Cruz de la Orden Militar de Aya-
cucho en medio de entusiastas aclamaciones.
El Excmo. Sr. Carlos Jurgens, Vicario General Castrense, celebra
el Santo Sacrificio de ¡a Misa y en fervorosa y patriótica alocución exal-
ta el catolicismo del soldado peruano, citando diversos pasajes de nues-
tra historia en los cuales se evidencia la fe cristiana de nuestros héroes.
Vibran en el aire los metales . Los soldados presentan armas . La
Hostia blanca se eleva en las manos del Prelado celebrante. Todos
adoran al Rey de las Naciones.
Se escucha la voz del sacerdote que dirige la ceremonia pidiendo
a los soldados que repitan con él las palabras del Centurión romano,
soldado como ellos, cuya fe mereció el elogio de Cristo: "Señor yo no
soy digno de que entres a mi pobre morada, más di una sola palabra
y quedará sana mi alma".
Los Prelados seguidos de más de cincuenta sacerdotes descienden
del Altar acompañados de los Seminaristas de Santo Toribio para dis-
tribuir la Sagrada Comunión. El Excmo. Señor Presidente de la Re-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
49
pública es el primero en recibirla; luego lo hacen los miembros del Ga-
binete y los 14.000 soldados de la guarnición de Lima.
Sobre el cielo, la Fuerza Aérea rinde su homenaje: una escuadrilla
vuela en formación dibujando una cruz.
Terminada la Misa, el General Carlos A . Miñano, Ministro de
Guerra, proclama en nombre de las Fuerzas Armadas la catolicidad del
Perú. Una fuerte ovación sigue a sus encendidas palabras.
El Excmo. Vicario Castrense entona el Te Deum.
De todos los corazones sube la acción de gracias al Señor de los
Ejércitos .
El Emmo. Cardenal Legado, en emocionada improvisación, agra-
dece al Señor Presidente de la República y a los miembros de los Ins-
titutos .A.rmados la demostración de fe que acaba de contemplar; de
esa fe, dice, que es capaz de obrar milagros .
Un numeroso grupo de señoras obsequia a los Jefes y soldados de
la guarnición de Lima pequeñas medallas en recuerdo de la emocio-
nante ceremonia cumplida en el día aniversario de la batalla de Aya-
cucho, dedicado a la Patria, en el V Congreso Eucarístico Nacional
y Mariano.
Al retirarse del Campo Eucarístico el Excmo. Sr. Presidente de
la República es saludado con una larga y espontánea ovación.
La imagen condecorada de la Virgen de Las Mercedes, luciendo
sobre el pecho la Gran Cruz de la Orden Militar de Ayacucho, re-
gresa procesionalmente a su Santuario. Avanza mostrando en sus ma-
nos los grillos rotos de los cautivos y recogiendo la súplica de sus hi-
jos que le ruegan por un Perú católico, unido y libre.
A las 12.00 m. la Municipalidad de Lima, en sesión solemne de-
clara Huésped Ilustre al Eminentísimo Cardenal Legado, le hace en-
trega de las Llaves de la Ciudad y luego ofrece una recepción en su ho-
nor. El Alcalde señor Luis T. Larco subraya en su discurso la tradi-
ción católica de Lima y el espíritu religioso de su historia.
La concurrencia de los fieles al Campo Eucarístico aumenta cada
tarde.
Aún parece escucharse el eco de los sones marciales de la maña-
na, cuando las campanas del Angelus anuncian el comienzo de la cere-
monia vespertina.
Mons. Francisco Rubén Berroa, Obispo de lea, en representación
de la Provincia Eclesiástica de Lima; Mons. Casimiro Morcillo, Obis-
50
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
po de Bilbao y Mons. Abel Antezana, Arzobispo de La Paz, expre-
san su saludo en significativas palabras.
La unidad espiritual del Perú es la intención del día y es, tam-
bién, el tema del brillante discurso que pronuncia el destacado intelec-
tual Víctor Andrés Belaúnde.
"Hay un tesoio, dice, al que no podemos renunciar; hay una esen-
cia que constituye la esencia de la nacionalidad: es la unidad espiri-
tual que ha creado en nosotros la fe católica. He dicho que este Con-
greso está simbolizado por dos palabras: gratitud y plegaria. Grati-
tud para el pasado, plegaria para las necesidades, los peligros y las
esperanzas del porvenir".
Mons. Víctor Alvarez, Obispo de Ayacucho, con su experiencia de
maestro y Salesiano y con su apostólico fervor de Prelado, desarro-
lla el tema: "La Eucaristía y la educación cristiana", expresando que
el problema de la educación debe resolverse en la verdad y en la ca-
ridad.
Con gran solemnidad, Mons. Abel Antezana, Arzobispo de La
Paz, expone el Santísimo Sacramento.
El Coro inicia el Himno que pregona el poder y la realeza de Cris-
to.
La multitud repite con unción: "Christus vincit. Christus regnat.
Christus imperat".
Y estas palabras traducen el significado profundo del homenaje ren-
dido a Jesucristo Sacramentado en el Día de la Patria.
Homenaje que es acatamiento y clamor, ruego y afirmación.
El Excmo. Sr. Arzobispo de La Paz imparte de Bendición con
el Santísimo Sacramento.
•
Discurso del General Carlos A. Miñano M.,
Ministro de Estado en el Despacho de Guerra.
En este día grandioso del V Congreso Eucarístico Nacional y Ma-
riano, dedicado exclusivamente a nuestra Patria y reunidos al pie de
esta Cruz que es símbolo de sacrificio y de fe, toca a las Fuerzas Ar-
madas del Perú rendir público y contrito homenaje al Supremo Hace-
dor del orden universal.
El Perú entero, católico por tradición, y hoy a través de sus ele-
mentos armados no puede dejar de hacer pública profesión de fe acer-
el Excmo. Mons. Carlos M. Jurgens, Vicario General Castrense, pronuncia su
alocu ción
...el General de Brtíjada ¡)on Carlos A.
Miñ''>no, Ministro de Guerra, habla a nom-
bre de las Fuerzas Armadas del Perú . . .
. . estrado oficial en el día de la Patria . . .
■ *
...el Sr . Presidente de
la República abandona el
Campo Eucaristico . . .
Excmo. y Rvdmo. Mons. Víc-
tor Alvarez . "La Eucaristía y
la educación cristiana"
Doctor Víctor Andrés Be
launde. "...la esencia de la
nacionalidad es la unidad
espiritual que ha creado
en nosotros la fe católi-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
51
cándese a este Altar para encomendar sus destinos a los altos desig-
nios de Dios.
Porque en medio de la sociedad humana, la Iglesia de Cristo pre-
valece como "pilar y campo de verdad"; porque enseña principios mo-
rales inconmovibles, y porque desde la época del Pontífice Pío XI se
ocupa francamente de todos los aspectos morales de la vida social y
económica del individuo; porque la verdad, la ley y la justicia divinas
al perfeccionar las relaciones sociales sirven la causa de la verdadera
paz del mundo; los representantes de la Marina, de la Aviación, del
Ejército, y de la Policía aquí presentes nos sentimos satisfechos y or-
gullosos de ofrendar nuestra fe y devoción al servicio de los superio-
res ideales de la Iglesia.
Identifiquémonos con los anhelos de nuestro Santo Padre Pío XII
y dejando de lado falsos principios que generan falsas líneas de con-
ducta, formulemos votos porque el espíritu de Cristo reine en nuestras
mentes y en nuestros corazones como guía de perfeccionamiento moral
y espiritual.
Que nuestro Gobierno, teniendo en cuenta la naturaleza moral y
religiosa de los peruanos, fortalezca su fe y haga que el hogar, la
Escuela y la Universidad o el Cuartel constituyan santuarios de per-
feccionamiento patriótico de nuestras juventudes .
Que bajo los auspicios de este V Congreso Eucarístico Nacional
y Mariano el Hijo de Dios proteja y guíe al Perú; que nuestros sen-
timientos de amor a la Patria y de respeto y amor a Dios se confun-
dan y, en toda circunstancia de la vida, actuemos y luchemos por Dios
y por la Patria.
•
Discurso del Señor Doctor Víctor Andrés Be-
launde .
En estos días memorables hemos visto reunirse al pie de esta Cruz
a inmensas multitudes representativas del alma peruana. Niños, mu-
jeres, ancianos, profesionales y trabajadores, han venido aquí a parti-
cipar de la mesa eucarística, agregando a la unidad religiosa los sen-
timientos de la más intensa comunidad patriótica . Hoy, los soldados
de nuestro Ejército han formado la guardia de honor ante Jesús Sa-
cramentado. El Perú entero en su personalidad viviente y perenne ha
rendido homenaje a nuestro Redentor. Esta visión nos produce un sen-
52
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
timiento de sublimidad y de majestad indescriptibles. Es el alma mis-
ma del Perú la que se ha manifestado en estos dias en su aspecto más
alto y glorioso: el de su sentimiento religioso, el de su aspiración hacia
Dios.
Para subrayar la prestancia de estos momentos, S. S. el Papa ha
querido obsequiarnos con su presencia, pues tal significado tiene el via-
je de un Legado a látete, prolongación de la persona misma del Pontí-
fice. Y en este caso particular, esa representación queda reiterada por
la amistad fraternal que lo une a la persona de Pío XII . Me parece
contemplar su egregia figura, presidiendo esta reunión. Pío XII, por
designio providencial, es no sólo un gran Pontífice en la lista de los
Jefes de la Iglesia Católica; es además por el reconocimiento explíci-
to y el homenaje inequívoco de ciertos sectores protestantes, el vocero
de la cristiandad, la encarnación suprema de los valores espirituales en
esta hora de crisis. El dice las palabras oportunas y definitivas y se-
ñala los rumbos indeclinables. Cuando levanta sus manos descarnadas
y frágiles parece recoger todas las plegarias de la tierra para presen-
tarlas al Cielo, y cuando las vuelve hacia !a tierra parece traer sobre
ella todas las bendiciones del Cielo.
Hay sólo una nota triste en este concurso de majestad y de ale-
gría. Hay un solio cardenalicio vacío: el que debía ocupar el Prima-
do de la Iglesia Peruana, Juan Gualberto, Cardenal Guevara. Pero si
ese trono está vacante, todos sentimos la presencia espiritual de nues-
tro Pastor. El último ideal de su vida fue la celebración de este Con-
greso. Lo sorprendió la muerte trabajando por él. Aquella muerte, fue
consecuencia remota pero cierta del golpe que sufriera en su visita pas-
toral por los riscos y breñas de su dilatada Diócesis que él recorrió con
el cariño y la escrupulosidad que ponía en estas visitas el maestro y
el paradigma de los Obispos de América, Santo Toribio de Mogrove-
jo. No le ha tocado presidir junto con el Cardenal Legado la solem-
nidad de estas reuniones, pero todos sentimos que su espíritu ofrece
hoy al Señor a nombre de sus hijos la esplendidez de este homenaje
patrio.
Dos palabras sintetizan el significado de este Congreso: gratitud
y plegaria. Parece que en el día de hoy la nación peruana quiere ma-
nifestar a Cristo Eucaristía todo lo que debemos a la formación espi-
ritual que nos dió el Cristianismo. El Congreso en realidad significa
el reconocimiento pleno de la comunidad espiritual peruana. El alma
de la nación ha sido creada, educada y desarrollada por el Cristianis-
mo. La fe ha fundado la nacionalidad porque la nacionalidad no es
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
53
solamente la unidad política, que juntó los sectores de nuestro territo-
rio disperso, la multiplicidad de tribus y razas bajo la hegemonía del
imperio incaico. Unidad política que mantuvo dentro de los moldes ju-
rídicos admirables la monarquía española, encarnada en el virreynato
peruano, que se plasmó y aún rebasó en territorio de las conquistas in-
caicas. Ni la identidad de un gobierno general ni la comunidad de in-
tereses económicos o los hábitos de convivencia social constituyen el
alma de una nación. Una nación sólo existe cuando hay un grado es-
piritual, cuando existe una comunidad de valores que trascienden del
espacio y del tiempo y que dan al pueblo que comulga con ellos cier-
to sentido de eternidad. Fue la Iglesia la que inspiró a las razas con-
quistadora y conquistada en pie de perfecta igualdad y con idéntico amor
el sentimiento de esos valores espirituales; la dignidad suprema de la
persona humana sin discriminaciones biológicas, económicas o sociales,
la unidad de una familia, ambiente indispensable para el cumplimien-
to de los destinos humanos y la perpetuación de la especie; la solida-
ridad del cabildo que reúne y que junta a las familias en una perso-
nalidad superior que será la célula viva de la nación; el sentido eter-
no y divino de la justicia y una educación inspirada en el destino su-
perior del hombre, imagen de Dios y colaborador de la providencia di-
vina . Sólo cuando esos valores fueron difundidos por misioneros y ca-
tequistas y encarnados en instituciones, apareció la verdadera alma na-
cional. Y aquella alma nacional debería traducirse en una transfor-
mación del paisaje peruano, en un cambio efectivo en la fisonomía de
nuestro territorio. Antes de la predicación del Evangelio se elevaban
las huacas, especie de montículo, imitación o continuación de acciden-
tes telúricos. En las laderas o en las rinconadas se acumulaban las
casas de adobe con sus techos pajizos. Pero cuando los misioneros co-
mienzan a recorrer el territorio nacional se levantan las cruces en la
división de los caminos o en las cumbres de los montes. En lugar de
la huaca telúrica se yergue la graciosa fachada barroca de nuestros tem-
plos, que junta las líneas de la arquitectura hispánica con los motivos
indígenas para sim.bolizar la unión efectiva y profunda de las dos ra-
zas. Y se yerguen las siluetas de las torres, y vibrará en el paisaje el
son de sus campanas traduciendo nuestros dolores, y nuestras alegrías
y nuestras esperanzas. Aún no se han levantado las casas en las nue-
vas ciudades, distribuidos apenas los solares, y ya se celebra el sacri-
ficio de la misa y se bendice el estandarte de la nueva ciudad, estan-
darte que se levantará luego en defensa de los derechos del Rey y se
levantará mañana por la causa de la libertad y de la Patria. No hay
54
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
hecho en nuestra vida familiar o ciudadana, que no tenga una nota re-
hgiosa. Cristo ha querido participar de todos los aspectos de nues-
tra existencia: bendice la cuna de los niños, la constitución de nues-
tros hogares, consagra el sentido religioso de las tumbas de nuestros
padres, preside nuestras labores, enaltece nuestra actividad comunal, y
da como una especie de aliento divino a las empresas de nuestra Patria.
Esta comunidad de sentimientos ha tenido una expresión estética
y sentimental, de una intensidad incomparable, en el culto de la Vir-
gen Maria. Ella representa la nota afectiva y el sentido maternal de
nuestra vida religiosa. Por eso los misioneros heroicos de la primera
época: Diego Jumilla, Francisco Solano, Diego de Porras, José Ramí-
rez, Domingo de Santo Tomás, no separaron nunca de su predicación
la persona de Cristo y la persona de María . El culto mariano, en Amé-
rica como en Europa, transformó la sensibilidad de las razas autócto-
nas, creando una vinculación honda, una verdadera unión indisoluble
entre la raza dominadora y la raza dominada. El culto mariano trans-
formó la sensibilidad religiosa del indio, y yo me felicito de que esta
tesis mía haya sido defendida por un sociólogo de la talla de Gilber-
to Freyre. El sentimiento religioso del indio era un sentimiento de te-
mor, de reverencia, de distancia, y de propiciación mágica, pero care-
cía de intimidad y de confianza. La madre tierra, impasible y muda,
podía recibir nuestros homenajes y acudir a nuestros deseos; pero no
existió nunca entre esa deidad, confundida con la naturaleza misma, y
el hombre el misterioso lazo nutricio, hecho de ternura, de abnegación
y de solicitud maternales, que aparecen en el culto mariano. Desde el
momento en que la imagen de María, arquetipo de belleza, de pureza y
de dulzura maternal, aparece en el ámbito espiritual del indígena, se
trasforma su sensibilidad religiosa. Se acercará a la deidad sin reve-
rencia distanciada, sin temor; sin la esperanza sola de una propicia-
ción mágica que puede ser un homenaje frío. Irá al templo a decir sus
congojas, a llorar sus tristezas, a ofrecer el tributo de sus penas y de
sus lágrimas, en abandono filial y en la seguridad del afecto divino.
Esas notas supremas de abandono y confianza constituyen las caracte-
rísticas del culto mariano, y en ellas comulgan blancos, criollos, mesti-
zos, indígenas de todas las tribus y de todos los dialectos, fundidos
por este doble sentimiento de adoración a la belleza y a la infinita pu-
reza, y de confianza en el infinito amor materno.
El culto mariano surge al parecer espontáneamente de la tierra ame-
ricana. Cada santuario refleja una modalidad de la vida mariana y al
mismo tiempo las características del ambiente. María en sus advoca-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
55
ciones locales, con infinita dulzura, finge adaptarse a las característi-
cas del paisaje, a la fisonomía del ambiente y al imperio de las nece-
sidades de cada región. Es la misma personalidad casi divina, que re-
viste formas distintas, como indumentarias diversas, para hablar según
los sitios y según las ocasiones el mismo lenguaje de amor y de paz.
Ello explica la fuerza del sentimiento mariano en la tradición del Perú,
que lo lleva muchas veces — apurando la perfección dogmática a ade-
lantarse a las definiciones eclesiásticas. Por una especie de plebiscito
de inspiración divina. ¡Cómo no recordar en estos momentos a las
multitudes inmensas que durante las pasadas centurias y en la época
actual, se reúnen en los santuarios de Guadalupe y la Puerta en el Nor-
te; Cocharcas y Copacabana, Cayma y Chapi en el Sur! Peregrinacio-
nes de sacrificio, de penitencia y de ideal; noches de vigilia en los tem-
plos o simplemente bajo el cielo azul; plegaria hecha de sollozos, con-
gojas y querellas que se prolongan en la noche para recibir al beso de
la aurora la luz de un consuelo y de una esperanza . Son estos hechos
de la psicología colectiva que valen más que todas las disquisiciones y
que contestan los argumentos artificiosos basados en la inevitable im-
perfección humana de la religiosidad en los pueblos primitivos. ¡Có-
mo no recordar hoy precisamente, y en un Congreso Mariano, la es-
cena inolvidable que nos relata el diario de Mugaburu, ocurrida en el
Templo de Santo Domingo! Un orador demasiado limitadamente ape-
gado a la ortodoxia oficial concluye su sermón con las palabras "Ben-
dito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar". Y movidos co-
mo por una especie de inspiración divina, se levantaban los oyentes pa-
ra completar su frase en desafiadora respuesta: "Y la Virgen María
concebida sin pecado original" . Y al impulso de estas palabras, que
repiten como un himno, salen entusiastas por las calles de la ciudad,
improvisan antorchas y recorren plazas e Iglesias. La Lima virreynal
se ilumina cual una nueva Jerusalén, toda luces, toda antorchas, y vi-
brante de emoción, gritan las mujeres los niños y los ancianos: "Y la
Virgen María concebida sin pecado original". Doscientos años antes
de la declaración dogmática, la ciudad de Lima proclamaba a María
limpia de la culpa original. ¿Y qué podríamos hacer nosotros, los hi-
jos de aquellos fieles devotos de la Virgen, un siglo después de pro-
clamado el dogma, en estos días en que conmemoramos aquella subli-
me proclamación, sino repetir como lo hicieron nuestros padres y con
idéntico fervor levantados los corazones: "Y la Virgen María conce-
bida sin pecado original".
56
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Aquel culto de la Inmaculada, que marca uno de los días más
jubilosos de nuestra historia colonial, ha querido también sellar el re-
cuerdo del día que marcaba la consumación de nuestra independencia.
Llega a mis manos precisamente en estos instantes un precioso dato.
El general La Mar, para obtener el triunfo de Ayacucho, en que le
cupo parte tan principal, hizo un voto a la Virgen Inmaculada, la vís-
pera de la batalla, el día de su fiesta. Que el voto fue escuchado nos
lo revela el triunfo de Ayacucho obtenido justamente el 9 de diciem-
bre, como para significar que en el destino del Perú y de América el
culto de la Virgen Inmaculada quedaba unido a la consumación glorio-
sa de nuestra independencia. No necesito recordar ahora que ese sen-
timiento eucarístico y mariano ha formado no sólo el alma de nuestras
multitudes sino que ha impregnado la obra de los forjadores de la cul-
tura peruana . Podemos decir con orgullo que esta cultura aparece en
el Perú con las octavas reales de Hojeda en honor de Cristo, y se
afirma en la vida de Cristo del Padre Valverde. Misioneros en sus
crónicas admirables descubrieron nuestra naturaleza, revivieron nuestro
folklore y nos hicieron conocer el territorio. En pleno siglo XVIII las
figuras representativas de nuestra cultura o tuvieron un cristianismo
medular como el de Peralta, monstruo de erudición, enamorado de la
pasión de Cristo, o volvieron arrepentidos y fervorosos al culto del Evan-
gelio, como Olavide. Los reformadores supieron unir la fe cristiana a
las ideas avanzadas de reforma social de su siglo. Nadie puede dudar
de la ortodoxia de Unanue o de Baquíjano. Obispos progresistas crea-
ron escuelas o seminarios que fueron el origen de nuestras universida-
des y colegios. La fe caracterizó a nuestros grandes caudillos y a nues-
tros educadores. En San Carlos brilló la sabia ortodoxia de Herrera
y en San Fernando la ciencia cristiana de Cayetano Heredia. Nuestros
grandes caudillos sintieron sea por inspiración individual sea por in-
fluencia colectiva la fe cristiana. Sin esa fe seria no se comprende la
obra de Castilla. La abolición del tributo y de la esclavitud reflejan
un sentimiento esencialmente cristiano y la obra moderadora de los ex-
cesos sectarios del 56 sería inconcebible si detrás del gran caudillo que
auspició la Constitución prudente del 60 no hubiera existido el alien-
to de una profunda fe religiosa. Puede concederse a los viejos el pri-
vilegio de los recuerdos personales . Alcanzó mi generación a conocer
personalmente la gran figura de otro caudillo peruano: el restaurador
de la prosperidad nacional después de la gran crisis, don Nicolás de Pié-
rola. Allá por 1911, tras dos años de reclusión obligada, hizo su apa-
rición primera y fue su devota y habitual salida a la misa de San Pe-
57
dro. En la histórica plazuela se agolpa la multitud para acompañarlo
luego a su residencia del Milagro en donde vive su ejemplar vida de
pobreza y de esforzado retiro. Pocos años después difúndese la noti-
cia de que está próximo a morir. Otra inmensa multitud — esta vez
acongojada y llorosa acude a la calle del Milagro y a la vieja plazue-
la de San Francisco; los cirios encendidos, muchos ojos humedecidos por
las lágrimas y en los labios la plegaria o la expresión de tristeza. Cris-
to Sacramentado sube las gradas de la pobre mansión. Piérola no quie-
re recibir en su lecho de dolor al Divino Visitante y se pone de pie,
marcha hacia la puerta y allí se arrodilla para hospedar en su pecho al
Señor de cielos y tierra. Fue esa la actitud del más gallardo e indo-
mable caudillo del Huáscar, de los Angeles y de la entrada por Co-
charcas. Las figuras máximas del Perú estuvieron nimbadas por la luz
de su fe religiosa . Si la linda imagen de Santa Rosa, cuya presencia
exorna este estrado, pudiera desplegar sus labios ¿no nos diría acaso
aquellas plegarias, que fueron confidencias, de su diálogo con el Al-
mirante Grau en las aventuras insuperables del Huáscar? Conservo
como el tesoro más preciado de mi biblioteca el libro de los servicios
de la Semana Santa en que Francisco Bolognesi seguía paso a paso
la bella liturgia romana conmemorando la muerte de nuestro Redentor.
El sentimiento religioso que ha forjado los orígenes de la nacionali-
dad, que ha acompañado como una fuerza oculta y creadora cada pa-
so de nuestra cultura, que ha animado la obra de nuestros caudillos,
lia sido también la fuente de inspiración de aquellos héroes, nuevos for-
jadores de la Patria deshecha y caída, y que han puesto sus hazañas
en una zona en que lindan por el grado de heroicidad o la sublimidad
del sacrificio con el mito y la leyenda . Y hay ciertos sacrificios he-
roicos que se confunden con la santidad; tal el sacrificio de nuestros
grandes héroes, a los que da un aliento sobrehumano la hondura de su
fe religiosa.
Se me dirá que yo cito los ejemplos desproporcionados de los crea-
dores de nuestra cultura, de los dominadores de nuestro territorio, de
los misioneros de la Montaña, de los caudillos y de nuestros héroes,
y que son ellos ejemplos desproporcionados para nuestra pequeñez y
nuestra nada. Ah, pero no es asi. Son los hechos que demuestran su
relieve magnífico en la historia nacional. Pero ¡cuántos sacrificios ocul-
tos, cuántos heroísmos callados, cuántas acciones meritorias en la som-
bra de los hogares modestos, realizados por la madre abnegada, por
la decidida hermana y por la hija ejemplar! Volvamos la vista a nues-
tra propia historia y a nuestra vida íntima, y todo lo que hay de bue-
58
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
no, de santo y de puro en la vida de nuestros hogares humildes, todo
lo que hay de ideal, de anhelo de superación, de caridad y de amor en
tantos hombres modestos, que elevan su trabajo como si fuera una
oración; toda esa infinita poesia difusa de las vidas humildes e igno-
radas para nosotros pero presentes a los ojos del Señor, obra fue, es
y será de nuestra fe religiosa.
Hay un tesoro al que no podemos renunciar; hay una esencia que
constituye la esencia de la nacionalidad: es la unidad espiritual que
ha creado en nosotros la fe católica. He dicho que este Congreso está
simbolizado por dos palabras: gratitud y plegaria. Gratitud para el pa-
sado, plegaria para las necesidades, los peligros y las esperanzas del
porvenir. Gratitud por todo lo que recibimos. Plegaria para conservar,
perfeccionar y acrecentar lo recibido. Recibimos la unidad espiritual;
reguemos a Dios conservarla a todo trance y acrecentarla . La necesita-
mos para defender el territorio de tantos peligros y asechanzas. No lo
defenderán los elementos materiales si detrás de ellos no vibra un co-
razón heroico, una conciencia de un destino trascendental, de una mi-
sión de un sello divino. La necesitamos para la solución de nuestros
problemas políticos y sociales. La justicia social no es obra simplemen-
te de la técnica, de los reajustes y de la presión de las fuerzas políti-
cas y del impulso multitudinario. Una simple organización burocrática
inspirada en estos elementos no resolvería el problema en su esencia.
El problema social exige una inspiración de justicia, un aliento de amor,
de comprensión, de fraternidad, de verdadera comunidad, que sólo pue-
de darla la fe religiosa. Los problemas políticos no pueden librarse
tampoco al azar de las influencias de fuerza material, social o econó-
mica. Una verdadera cooperación en la familia peruana sólo puede
existir con espíritu de generosidad, de amplitud, de reconciliación y de
recíproco perdón, y eso sólo puede darlo la fe religiosa. Necesitamos
consolidar el prestigio de nuestra personalidad internacional, persona-
lidad gloriosa, no solamente centenaria sino milenaria, por la prestan-
cia de los imperios prehispánicos, por la obra de irradiación de cultura
del virreinato peruano, por la generosidad de nuestros ideales paname-
ricanos después de la independencia . Y esa personalidad internacional
debe hoy acentuarse para defender los primeros valores eternos de la
cultura cristiana. ;Y cómo defenderlos si no los sentimos, si no los cul-
tivamos, si no hacemos que sean carne de nuestra carne y sangre de
nuestra sangre? El Perú no puede realizar su destino histórico de asi-
milar a la raza aborigen de fundir en una unidad más fuerte, el de-
sierto, la sierra y )a jungla, de representar lo que tiene de más vivo y
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
59
glorioso la tradición de América, si no acude a la fuente perenne e inex-
hausta de todo idealismo: la fe religiosa.
Veo que decoran este campo cucarístico dos banderas: la amarilla
y blanca de la Iglesia nuestra Madre, la blanca y roja de nuestra Pa-
tria. Al calor del entusiasmo de este Congreso y evocando los días
pasados en que se unieron ideales religiosos y patrióticos, finge mi ima-
ginación que estas banderas se acercan y se juntan. Las identifica el
blanco, símbolo de la paz por la justicia. La bandera pontificia nos da
en su oro el fuego de la fe, y la bandera nacional el vivo rojo de la
.sangre, del heroísmo y del sacrificio. Y con la luz de aquella fe y con
el impulso de esa sangre, podrán las generaciones futuras realizar los
gloriosos destinos del Perú.
Discurso del Señor Luis T. Larco, Alcalde
de Lima.
La Ciudad de Lima, sede durante tres siglos del Virreinato Pe-
ruano y a lo largo de poco más de una centuria Capital de la Repú-
blica, se exalta y engalana en estos días, unificada en hondo fervor ca-
tólico con motivo de la celebración del V Congreso Eucarístico Na-
cional y Mariano. Este extraordinario acontecimiento religioso que con-
memoran todos los pueblos del territorio patrio, congrega en el Altar
levantado en esta ciudad a contritas legiones multitudinarias de hom-
bres, de mujeres y de niños para recibir a Jesús-Eucarístico, que es el
más preciado de los dones espirituales. A este grandioso certamen de
fe y de comunión llegáis. Eminentísimo Monseñor Cardenal, portando
la representación oficial y personal del Santo Padre Pío XII, gloria de
la cristiandad, por cuya ventura y lograda salud elevamos nuestras más
hondas y emocionadas preces al Altísimo. Recogemos también nuestro
espíritu, en sentida oración, a la venerada memoria del primer Carde-
nal del Perú, Monseñor Guevara, que, sólo alejado de la vida tempo-
ral, rindió su fructuosa existencia en las vísperas de este nuestro V
Congreso Eucarístico.
El Perú en general y Lima en particular se ufanan, con piadoso
y legítimo orgullo, de su tradicional fe católica, nunca conmovida por
las agitaciones de luchas religiosas, porque ella, en su más prístina y
pura esencia, la recibió con su incorporación histórica al mundo occi-
dental cristiano y la propagó la obra evangélica de sus primeros y es-
60
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
forzados misioneros que, al llevar el sagrado signo de la redención has-
ta las más lejanas y abruptas regiones de nuestro territorio, a la vez
que sembraron la verdadera fe en su misión catequista y dieron una
nueva conciencia espiritual a las masas aborígenes, dilataron y afirma-
ron las lindes de la soberanía nacional.
Lima, la predestinada ciudad que para sede y emporio de un nue-
vo y prodigioso reino de maravilla crearon nuestros iniciales antepa-
sados venidos de España, fue fundada como reza con sencilla e ins-
pirada elocuencia la partida bautismal de su acta constitutiva "en nom-
bre de la Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, tres per-
sonas en un solo Dios verdadero, sin el cual que es principio y guiador
de todas las cosas y hacedor de ellas, ninguna cosa que buena sea se
puede hacer, ni principiar, ni arribar ni permanecer".
Aquí en la Lima española e indígena de sus años primigenios es-
tuvieron muchos de nuestros fundamentales establecimientos religiosos
y en ella propia quedaron establecidas la primera diócesis obispal y la
primera diócesis archiepiscopal de Sud América, que abarcaron en su
jurisdicción espiritual y evangelizadora toda la extensión del nuevo
mundo austral español. La honda catolicidad de sus generaciones su-
cesivas decoró la ciudad elegida con la majestad y la suntuosidad de
sus templos y conventos y la florecida gala de sus casas profesas de
recolección; con sus asilos y establecimientos hospitalarios de asisten-
cia social dirigidos por sacerdotes; con sus hermandades y cofradías de
auxilios religiosos y temporales; con sus reverentes procesiones de con-
trición y penitencia y sus lucidas fiestas votivas que al acercar las al-
mas en una misma comunión olvidaban las separaciones y desigualda-
des de las clases y de los hombres de entonces, en anticipada demo-
cracia y fraternidad cristianas.
Aquí, en esta misma ciudad en la que hoy se realiza con unáni-
me fervor nuestro V Congreso Eucarístico, florecieron Santa Rosa de
Lima, Patrona de las Américas, San Francisco Solano, Apóstol de las
Indias, y Santo Toribio de Mogrovejo, el piadoso y humilde prelado
de la visita pastoral extraordinaria, todos ellos las más eminentes pre-
seas y glorias del mundo católico de Colón. Y también entre nosotros,
en la paz de sus sencillos cenobios, derramaron su mística gracia y sus
virtudes taumatúrgicas, beatos y bienaventurados como Fray Juan Ma-
sías y Martín de Porres .
Toda esta brillante tradición religiosa de un pueblo afirmado en
el imperativo inmarcesible de sus convicciones y creencias, que inte-
gran la esencia y la potestad de la Nación, determina la solemnidad
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
61
y el recogimiento con que estamos realizando los actos y ceremonias
de nuestro actual Congreso Eucarístico Nacional y Mariano, al que
concurren, para su mayor brillo y esplendor, altas dignidades del mun-
do católico y nutridas caravanas de peregrinos procedentes del terri-
torio nacional y de distintos países hermanos por la comunidad de la
fe, de la raza, del idioma y de la historia .
Eminentisimo Señor Cardenal:
El recibimiento triunfal que os ha hecho nuestra ciudadanía a vues-
tro ingreso a Lima y en vuestro recorrido por la ciudad, recibiendo vues-
tras altas bendiciones, expresa, con mejor rotundidad que las palabras,
el júbilo filial de sus habitantes por la honra que Su Santidad nos ha
deparado al hacerse representar por tan destacado Príncipe de la Igle-
sia como lo sois vos, que llegáis hasta nosotros, tras dilatado viaje, a
presidir esta magna asamblea católica peruana.
En nombre de la capital de la República os declaro. Eminentísimo
Monseñor, en esta sesión solemne. Huésped Ilustre de ella, y en este
propio acto me complazco en poner en manos de Vuestra Eminencia,
como una simbólica expresión de respeto y de afecto, esta réplica de la
original e histórica Llave de la Ciudad, que recibían de su Cabildo se-
cular los virreyes en la época colonial cuando hacían su entrada a Lima
y juraban, de rodillas, frente a un sagrado crucifijo y puestas las ma-
nos en los Evangelios, defender la religión católica, ejercer justicia cris-
tiana y guardar los fueros y las honras otorgados a la Ciudad.
VIERNES 10 DE DICIEMBRE
DIA DE LA FAMILIA
INTENaON:
Por la indisolubilidad del matrimonio, y la santificación del
hogar cristiano.
CAMPO EUCARISTICO
A horas 8 .30 a.m.
El Excelentísimo y Reverendísimo Señor Federico Pérez Silva,
Obispo de Piura, oficiará la Santa Misa y pronunciará la alo-
cución.
Comunión de mujeres.
Cantos. — Corazón Santo — Coro General y Banda.
Lauda Sion Salvatorcn — Coro y Banda.
Oh María, Madre Mía — Coro General y Banda.
Cantemos al Amor de los Amores.
Te per Aetcrnos vencrcmur Annos — Silesius Motete a tres vo-
ces mixtas, por el Coro Polifónico.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales.
A horas 12.00 m.
Homenaje del Apostolado Seglar en el Perú, al Eminentísi-
mo y Reverendísimo Señor Federico, Cardenal Tedeschini, Le-
gado Pontificio.
Teatro Municipal (programa propio) .
Apertura de las Jornadas de Estudio del Congreso.
64
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Tarde
A horas 6.30 p.m.
Angelus .
Llegada al Campo Eucarístico del Eminentísimo y Reveren-
dísimo Señor Federico Cardenal Tedeschini, Legado Pontifi-
cio.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales.
Sacerdos et Pontifex — Coro a 4 voces mixtas.
El Señer Don Alfonso Junco, peregrino mexicano, hablará en
nombre de los congresistas visitantes.
"La Familia Cristiana", discurso del Señor Doctor Don Enri-
que Cipriani.
O Sanctissima — Coro a 2 voces y Banda .
"La Eucaristía y las Misiones", discurso del Excelentísimo y
Reverendísimo Señor Buenaventura León de Uriarte, Vicario
Apostólico del Ucayali.
Oh Divino Corazón — Coro a 2 voces, por el Coro Polifó-
nico.
Exposición del Santísimo Sacramento.
j4cíoro Te Devote — Canto Gregoriano.
Tantum Ergo — Perosi — Coro y Banda.
El Eminentísimo y Reverendísimo Señor José María, Carde-
nal Caro Rodríguez, Arzobispo de Santiago de Chile, impar-
tirá la Bendición con el Santísimo Sacramento.
Piedad, Dios Mío — Coro y Banda.
•
Desde la apertura del Congreso se admiraban, colocadas a los la-
dos del Altar, dos bellas e históricas imágenes: a la derecha, la Inma-
culada Concepción que se venera en la Iglesia de San Francisco y que
fue traída a Lima en 1624; a la izquierda, la más antigua que se cono-
ce de Santa Rosa de Lima. Es tradicional que esta imagen, que recibe
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
65
culto en la Iglesia de Santa Rosa de las Monjas, en diversas ocasio-
nes cambiara de fisonomía pasando del rubor a la palidez según apro-
bara o no la conducta de los mortales.
Si en los dias anteriores, la oración de los fieles subió a Aquella
a que fuera proclamada hace 100 años Concebida sin pecado original
y a la Santa Patrona de los Congresos Eucarísticos Nacionales, nunca
como esa mañana, fueron invocadas con tanta intensidad.
La Madre de Dios, cuya Omnipotencia Suplicante no abandona ja-
más a los que acuden a Ella y Santa Rosa de Lima, la que en esta mis-
ma ciudad y bajo este mismo cielo llegó a la cumbre de la santidad,
predisponían a la confianza y estimulaban la fe tan eficazmente que a
su intercesión se entregaron las plegarias de las madres y esposas, de
las hijas, novias y hermanas que pedían por los suyos, por el matrimo-
nio indisoluble, por la santificación del hogar cristiano.
Momentos antes de que el Excmo. Sr. Casimiro Morcillo, Obis-
po de Bilbao principiara a celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, llegó
al Campo Eucarístico el Emmo. Cardenal José María Caro, Arzobis-
po de Santiago y Primado de Chile, acompañado de su Secretario Mons.
Joaquín Aguilar y de Mons. Ignacio Arbulú Pineda, Canciller del Ar-
zobispado, nombrado Adjunto Eclesiástico. La presencia del ilustre Pur-
purado chileno provocó una calurosa manifestación de bienvenida.
El Prelado celebrante, Excmo. Sr. Morcillo, hizo un elogio del ho-
gar cristiano, se refirió a la tradicional dignidad de la familia en el
Perú y recomendó, en persuasivas palabras, la defensa de los princi-
pios de Cristo, haciendo notar la influencia de la mujer dentro del ho-
gar en donde debe esforzarse porque estos principios sean acatados .
La Comunión a las 80.000 mujeres que fervorosamente recogidas
llenaban el Campo Eucarístico, fue distribuida por 150 sacerdotes.
Terminada la Santa Misa la Sra. Mercedes Belaúnde de García
Rada leyó la Consagración de las Mujeres del Perú a Cristo Rey en
la Eucaristía, escrita por Rebeca Bellido de Dammert para el Primer
Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Lima en octubre de 1935.
A invitación del Excmo. Vicario Capitular, Mons. Landázuri Ri-
cketts, el Emmo. Cardenal Caro dijo unas palabras de saludo.
Agradeció las ovaciones que se le tributaban y luego de felicitar
por el éxito del magno certamen religioso que se celebraba en Lima,
expresó que en sus muchos años de vida había adquirido gran experien-
cia de la importancia del rol que tiene la mujer en el hogar, en la socie-
dad y en la Iglesia. Para que un hogar sea feliz, dijo, es preciso que
las madres inculquen a sus hijos desde pequeños el amor a Dios.
66
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Amando a Dios, los hombres no sólo serán buenos hijos, sino buenos
ciudadanos y siéndolo, conseguirán la grandeza de la patria.
Por los micrófonos, la voz del sacerdote que dirigiera la emocio-
nante ceremonia instaba a las mujeres para que al llegar a sus hoga-
res impulsaran a los hombres hacia el Dios del perdón y de la mise-
ricordia que, con tanto amor, los esperaba oculto en el Santísimo Sa-
cramento.
En esos momentos llegó al Campo Eucarístico para bendecir a las
mujeres del Perú en nombre del Santo Padre, el Legado Pontificio que
fue recibido con una clamorosa ovación.
De pie, en automóvil descubierto, avanzaba por la Avenida Central
del Campo Eucarístico bendiciendo a la grandiosa concentración feme-
nina .
Los vivas al Santo Padre, al Legado Papal y al V Congreso Eu-
carístico Nacional y Mariano se sucedían. 80.000 pañuelos se agita-
ban en el aire cuando el Emmo. Cardenal Tedeschini habló con pala-
bras de ternura y sabiduría sobre "la escala que Dios ha hecho subir
a la mujer de una manera maravillosa, haciéndola mujer-madre, madre
de hijos, ayudando al Todopoderoso a poblar la tierra y el cielo y dan-
do hijos a la Iglesia: sacerdotes que perpetúen el Sacramento".
A las 12 del mismo día en el Teatro Municipal, el Apostolado Se-
glar presentaba su Homenaje filial al Legado Pontificio y, al mismo
tiempo, se celebraba la apertura de las Jornadas de Estudio del Con-
greso .
El Emmo. Cardenal Tedeschini fue recibido por el Excmo. Ar-
zobispo Coadjutor Mons . Juan Landázuri Ricketts y por el Alcalde de
Lima, Sr. Luis T. Larco y conducido hasta el Trono colocado en el Palco
escénico, a ambos lados del cual tomaron asiento el Excmo. Nuncio de
Su Santidad, Mons. Francisco Lardone; el Excmo. Arzobispo Coad-
jutor y Vicario Capitular; Mons . Fidel Tubino, Rector de la Pontifi-
cia Universidad Católica; el Sr. Dr. León Barandiarán, Decano del Co-
legio de Abogados de Lima; el Ing. Enrique Echegaray del Solar, Presi-
dente del Consejo Nacional de la Rama de Hombres de la Acción Cató-
lica Peruana; el Rvdo. Padre Medardo Alduán, Presidente de la Comi-
sión de Estudios del V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano; la Sra.
Herminia Mujica de Alayza, Directora de Debates del Grupo de la Mu-
jer en el Hogar; los Sres. Ernesto Perla Velaochaga, Pómulo Perrero,
César Arróspíde de la Flor y Andrés Boggio, Directores de Debates
de los Grupos de Abogados, de Hombres de Negocios, de Artistas y de
Empleados, respectivamente, así como los Adjuntos de Su Eminencia,
7)Ui de la %amlia
. .el Sr Obispo de Bilbao .
Sra. Mercedes Belaunde de García
Rada, lee la consagración de las mU'
¡eres a Cristo Rey, escrita en 1935,
por la Señora Rebeca Bellido de
Dammert
. . .las mujer?s dan testimonio de su
le. .
Excmo . y Rvdmo. Sr. Buenaventura León de
Uñarte . " . . Ja Eucaristía y las Misiones. . ."
. . ./a Guardia
Eucaristica . . .
. . .el servicio de te
léfonos en el campo
estuvo organizado . . .
. . .por las noches la
adoración al Stmo.
Sacramento . . .
. . .las mujeres tam-
bién desarrollaron su
labor. . .
Manifestación de cariño y
adhesión fue el homenaje
del apostolado seglar al
Emmo. Sr . Cardenal Le-
gado, en el teatro Muni'
cipal de Lima.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
67
Dr. José Félix Aramburú, Coronel Héctor Bejarano, Mons. Hernando
Vega Centeno y Mons. Luis Lituma.
El Himno Patrio fue cantado por el Coro Polifónico acompañado
por la Orquesta Sinfónica Nacional y coreado con gran entusiasmo por
la encendida multitud que llenaba todos los compartimentos del Teatro.
El Rvdo. Padre Medardo Alduán explicó la naturaleza y objetivo
de las Jornadas de Estudios que se iniciarían el próximo lunes 13.
El discurso de orden estuvo a cargo del Ing. Enrique Echegaray
del Solar que en expresivas frases reiteró la adhesión del Apostolado
Seglar al Santo Padre.
El Emmo. Cardenal Tedeschini al agradecer el Homenaje, alabó
con palabra ardiente la labor de los laicos en la Iglesia desde los tiem-
pos de San Pablo, celebró la colaboración de éstos en el V Congreso
Eucarístico Nacional y Mariano cuya magnitud, dijo, relataría al volver
a Roma en donde le aguardaba la gran satisfacción de escuchar los
aplausos que se tributarían al Perú católico y terminó impulsando a los
miembros del Apostolado Seglar a una acción incesante en el campo
social en que a cada uno le ha tocado vivir.
Los enfervorizados asistentes recibieron con profunda emoción y
puestos de rodillas la Bendición en que el Legado impartió en nombre
del Santo Padre.
El Himno de la Acción Católica, Flote la Bandera, resonó cantan-
do por miles de voces mientras el Legado Papal se retiraba recibiendo
una de las más vibrantes m.anifestaciones de admiración, respeto y afec-
to que se le haya tributado en nuestra ciudad.
Entre la concurrencia que a las 6 de la tarde llenaba gran parte
del Campo Eucarístico se advertía fácilmente algo especial, algo distin-
to de los días anteriores y era la nota gratísima de la presencia de los
niños .
Familias enteras habían venido, en muchos casos los padres lleva-
ban a los niños en brazos, para escuchar la doctrina sobre la familia
cristiana, para rogar por la indisolubilidad del matrimonio y la santi-
ficación de sus hogares .
Con el rezo del Angelus se inicia la ceremonia. Todas las voces
se unen saludando a la Madre de Dios.
Mons. Luis Henríquez representante del Episcopado venezolano y
Mons. Teodoro Eugenin, Vicario General Castrense de Chile, dicen
su palabra de saludo y adhesión al Congreso.
68
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
El Excmo. Sr. Leonardo Rodríguez Bailón, Arzobispo de Arequi-
pa, exalta la importancia del V Congreso Eucaristico Nacional y Ma-
riano y refiere las actividades religiosas desarrolladas en su Arquidió-
cesis con motivo de este Congreso cuyo carácter nacional destaca.
En nombre de los congresistas visitantes habla el distinguido es-
critor y poeta mejicano Alfonso Junco. Vengo de Méjico, dice, herma-
no del Perú en la historia y en el amor. . . Sus palabras son exhorta-
ción urgente para mover a todos al apostolado. El bellísimo poema que
recita al finalizar conmueve a la muchedumbre de fieles que lo ova-
ciona cálidamente.
El Dr. Enrique Cipriani desarrolla en un importante discurso, con
la autoridad de la propia experiencia, el tema especial del día: La Fa-
milia Cristiana, apoyándose en la Sagrada Escritura y la Doctrina de la
Iglesia .
Mons . Buenaventura Uriarte, Vicario Apostólico del Ucayali, hace
una amplia, fervorosa y amena exposición sobre la Eucaristía y las Mi-
siones. Termina pidiendo a los católicos que reflexionen sobre la tarea
de los Misioneros que luchan hace cuatro siglos por incorporar a la pe-
ruanidad efectiva a centenares de selváticos.
Ha llegado la noche. Sobre el Altar Jesucristo Sacramentado atrae
todas las miradas, recibe las súplicas.
Hay muchos hogares deshechos en el Perú . Muchos niños sufren
las nefastas consecuencias de una ley que pretende desunir lo que Dios
ha unido.
De todos los corazones brota el ruego: que se respete la unión in-
disoluble, base de la solidez de la familia que hace la grandeza de la
Patria.
El Emmo. Cardenal José María Caro imparte la Bendición con el
Santísimo Sacramento.
•
Palabras del Eminentísimo Señor Cardenal
Legado .
Yo vengo de visitar un Monasterio, el de La Visitación y de de-
cir la misa delante de ellas, y me inclino, me pongo de rodillas, delan-
te de estas vírgenes, las esposas de Cristo, porque ellas representan a
Cristo. Y cuando digo esposas de Cristo y cuando digo religiosas de
La Visitación, es un ejemplo que tengo ante mis ojos. Podría buscar
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
69
y encontrar el mejor ejemplo que Lima me da en Santa Rosa de Lima,
esa es la Virgen, no solamente la Virgen, sino que es la esposa de
Cristo. Rosa de mi corazón. Y Cristo le decía: — Tú debes ser mi
Esposa; tú serás mi Esposa; sé tú mi Esposa! He aquí la Fam.ilia Cris-
tiana .
Yo vengo a vosotros para alabaros de haber puesto en vuestros
estudios un tema tan importante para todo el Mundo; yo envidio a vos-
otros, envidio a toda esta América, por haber aprendido las enseñan-
zas de España, en donde la familia cristiana es tan fuerte, tan firme,
tan arraigada. Vosotros estudiáis el que estudia quiere alcanzar la per-
fección. Estudiáis la familia cristiana y la indisolubilidad del matrimo-
nio. Cuando yo hablo, hablo en brevísimas palabras, de este inmenso
tema: la indisolubilidad del matrimonio. Nadie conoce bastante de es-
te tema; ni las perfectas madres de familia, ni los que enseñan, ni los
maestros de Teología, me atrevo a decir ¡cuán grande es este tema!
Dios instituyó este Sacramento por amor a la Humanidad. El ha
dado a la Humanidad toda su vida, toda su sangre. Después para
constituir, consolidar y formar la Humanidad, ha querido darles este
Sacramento. El gesto más hermoso que Dios pudo hacer para el gé-
nero humano. Que el Ministro del matrimonio sea el mismo que lo
contrae y no el sacerdote que lo asiste. No. Vosotros, alcanzáis esta
dignidad como alcancé yo el Sacramento de la Ordenación Sagrada;
lo mismo; somos colegas. El Mundo no entiende estas cosas y cuando
digo mundo, me refiero al que está oscurecido por las pasiones. No en-
tiende. No los que saben de la indisolubilidad del Sacramento de Cris-
to, que deben resistir y dar el ejemplo. San Pedro dijo una palabra
que nosotros debemos repetir, todos: "Non possumus". No podemos.
Este es el mandamiento de la indisolubilidad del matrimonio.
Cuando dos almas buenas se acercan al altar, a decir una palabra
omnipotente la palabra Sí, es como si dijera el Omnipotente Sí, crean-
do la luz; como sí la Virgen Santísima dijera Sí, concibiendo el Verbo
Encarnado. Esa es su grandeza. Llegan los dos al altar y es hecho
un nudo fuerte que nadie puede romper, más que la Muerte. En la His-
toria, hay un nudo que se llama de Alejandro el Grande, ¿cómo se des-
hizo este nudo?, con la espada, rompiéndolo, es decir, dándole muerte;
la muerte sola pudo romperlo.
La indisolubilidad del matrimonio, esta hermosa idea católica, este
templo católico, que debe estar arraigado en nuestro corazón; debe ha-
cer honor a Lima, honor al Peiú, como lo ha hecho en España en don-
de tanto se quiere ese dogma, donde tanto se le respeta y donde tanto
70
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
se le conoce. Santificación de la Familia, esto quiere y a esto Nues-
tro Señor mira, a la Santificación de la Familia. Cristo Nuestro Señor
no ha querido una Familia cualquiera. No. La Familia cualquiera no
es la constituida por el Santo Sacramento del Matrimonio. Entonces
vemos la escala en que Dios ha subido a la mujer. De una manera ma-
ravillosa, es ya una mujer madre, madre de hijos, ayudando al Todo-
poderoso a poblar la tierra y el cielo, y en dar hijos a la Santa Iglesia
y sacerdotes que perpetúen el Sacramento.
Madre, y cuando se dice madre, se dicen cosas que antes del Cris-
tianismo no se conocían. Madre santa, ¿quién es el que antes del Cris-
tianismo invocaba a su madre? ya fuere que la tuviere, ya fuera que
hubiere muerto, con ese nombre. Madre santa? Nosotros estamos acos-
tumbrados a decir Madre Santa, porque estamos acostumbrados a de-
cirlo a otra madre: la Virgen Santísima. Madre Santa y después de
Santa, Madre Educadora. Esto es lo difícil en el Mundo: educar. San
Juan Crisóstomo, el gran orador decía ¿cuál es el pintor, cuál es el es-
cultor, cuál es el maestro, que pueda hacer una estatua con tanta per-
fección, con la cual hay que hacer la estatua de un hijo formado en
los brazos de una madre? Educarlo cristianamente, educarlo es lo difí-
cil. Dar este hijo a la Familia, darlo a la Sociedad. Educar es lindo.
Y después, esta madre que ha educado a su hijo, tiene un premio de
Dios, un premio que es siempre la Virgen Santísima. Esta madre, en
su casa está en un santuario, es santa en su santuario. San Pablo decía:
Y yo quiero que lo penséis vosotros yo sé que aquélla casa es una igle-
sia, una iglesia doméstica, formada por los domésticos, por los fami-
liares, por el padre, la madre y cuantos están en la casa: una Iglesia
de Maestros.
El Santo Padre, dando este año a la Virgen Santísima una diade-
ma de gloria, confirmando que siempre ha sido nuestra reina, la ha
hecho reina de toda mujer en su casa, coronándola con la potestad y
la virtud del amor. Ese es el ejemplo. Si yo viese mañana, que esta
población peruana que es tan buena, esta ciudad que yo admiro tanto,
pudiese alcanzar la perfección máxima, no la que yo pido, sino la que
pide Dios ¡Oh, cuánto lo desearía! Primer puesto en el Mundo. Vos-
otros, la Familia Cristiana, vosotros pensad en lo que fue la Virgen
Santísima Madre. Esta sí que es una familia, la familia que nos pare-
ce que debemos imitar . San José dulcísimo, gustoso de la Virgen San-
tísima y de Nuestro Señor. María la madre de Dios; ¿qué se puede
decir más? Y después Nuestro Señor Jesucristo ya sea con nosotros,
como en la Iglesia que nos tiene a todos estrechados en su pecho, que
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
71
ha dado la vida por nosotros, que todos los días se nos da bajo el fru-
to de su sangre, los Sacramentos. ¡Qué gran cosa admirable, la Sa-
grada Familia! Esto sea nuestro modelo. Esto sea para nosotros el
ideal, a esto hay que tender. Hijos míos, acordaos, los ejemplos que
nos ha dado siempre la Sagrada Escritura que nos ha dado siempre la
Familia de la Virgen Santísima. No sólo es la Sagrada Familia; algo
más allá ¿qué tales personas tenemos nosotros antes que se creara la
Sagrada Familia de Nazareth, la Familia de Nuestro Señor? Tenemos
una pareja un "par beatum" una pareja beata: Joaquín y Ana. ¿Quién
piensa en estos dos, cuándo en ellos pensamos? ¿Quién piensa en Ana
que fue la Madre de la Virgen Santísima, que la formó y la presentó
al Templo para que hiciera sus promesas a Dios? Esto debemos pen-
sar, honrar a ellos, imitar a ellos y rogad porque ellos, robustezcan esta
familia nuestra, que debe ser el fruto de este bello Congreso Maria-
no, fruto de la Procesión de la Virgen Santísima, fruto de la Eucaris-
tía que vosotros recibís para fortalecer vuestras almas.
Fruto también, y yo me atrevo a decirlo, de la devoción inmensa
que estoy viendo estos días en que recordáis al Papa; no sé qué harían
si estuviese en medio de vosotros, cuando ahora sólo véis una purísi-
ma sombra del Papa que no representa nada más que su humildad.
¡Viva el Papa! ¡Viva el Padre Nuestro!
¡Vivan las Familias del Perú y Lima! ¡Vivan los hermanos Cris-
tianos de Lima y Perú! ¡Que rueguen por nosotros y conserven al Papa!
•
HOMENAJE DEL APOSTOLADO SEGLAR AL
EMINENTISIMO SEÑOR CARDENAL LEGADO
Discurso del Rvdo. Padre Medardo Alduán,
C.M.F.
Siempre ha sido la voz del Papa voz de orden para los católicos
y aún para los que no lo son, pero que, libres de prejuicios, tienen luz
para caminar por la senda de la verdad. Es que la palabra del Papa
es la voz de Cristo que era oída y acatada no sólo por los sencillos
y limpios de corazón, sino por los mismos demonios, por los muertos,
por la tempestad, por las enfermedades y las criaturas insensibles. Y
debido a esta eficacia, ha sido el Papado en la sucesión de los siglos
el firme apoyo de la gran civilización salvadora de los pueblos, el pri-
mer valor moral de la tierra, la más segura esperanza del equilibrio po-
72
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
lítico-social en el concierto de las naciones cultas y el árbitro de todas
las cuestiones que tienen en el fondo algo de eternidad.
Pero en estos momentos de la vida de la humanidad en que asis-
timos a un cambio total y profundo de los conceptos y sentimientos
éticos; a la decadencia de la época humanista internacional, impreg-
nada de ciencia y de arte y al mismo tiempo capitalista y libre cam-
bista; cuando el grito angustioso de los estadistas se oye anunciando
el fin de una sociedad beneficiaria de la civilización más espléndida
que hayan visto los siglos; cuando las almas señeras se apresuran ner-
viosas a trazar sus programas para sustituir el mundo que cae por otro
según sus ensueños; oír la palabra del Papa es satisfacer las ansias
de los que piensan cumplir la justicia con la humanidad que tiene de-
recho a la luz de Cristo: es encender una luz de consuelo y esperanza
en medio de la oscuridad que a todos nos envuelve.
Y esto es tanto más necesario cuanto que no faltan ahora otros
que levantan su voz, preocupados del mismo problema . Porque todos
los pensadores, los nuestros y los de enfrente, como si fuesen sismó-
grafos colocados en el epicentro de un movimiento sism.ico, registran
con fidelidad la catástrofe y sienten la necesidad de prevenirla. En
especial sobre todo los Papas desde León XIII hasta el Angel que hoy
extiende las alas de su misión providencial, todos, como por tradición
nos anuncian la visión de este momento histórico. Para todos cambia
el ritmo de la historia y se hace catastrófico. Sin embargo, no todos los
pensadores preocupados del mismo problema pueden elevarse a una al-
tura tal que les permita descubrir en el abismo el camino que guía a
la humanidad a su destino. La concepción naturalista del mundo, de
casi todos los que no están con la Iglesia, los mantiene al ras del sue-
lo, al margen del pensamiento sobrenatural cristiano; la enorme va-
cuidad filosófico-teológica de que adolecen las doctrinas, no les per-
mite otear desde las alturas; tienen poco techo, para hablar en términos
aeronáuticos, por no dar más de sí la atmósfera filosófica en que se
mueven. Pero por desgracia, en ellos están puestos los ojos de gran
parte de la humanidad incluyendo muchos católicos, que esperan de
ellos fórmulas salvadoras. En cambio, nuestros Pontífices con la fuer-
za elevadora de la doctrina católica, de un magnífico vuelo escalan
alturas inaccesibles a los otros, porque vuelan con el pensamiento cris-
tiano cuyo elemento es la estratósfera del espíritu; y desde esa altura
descubren en el caos mundial, un problema esencialmente religioso, que
es el desplazamiento del hombre moderno de su centro de gravitación,
el Cristianismo. Tomando pensamientos del actual Pontífice, el hora-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
73
bre se arrancó del ceníro religioso al cual estuvo sometido toda su vi-
da durante la Edad Media, quiso andar por una vía libre e indepen-
diente. En nuestro siglo, llegado e! hombre culíurizado a la cumbre de
la era humanista, se yergue en un estado de vacuidad terrible. Ya no
se sabe donde está el centro de su vida. No siente porfundidad bajo
sus pies... vive con dos dimensiones, como si habitase exactamente
en la superficie de la tierra, ignorando lo que está encima y lo que
está por debajo de él. Estos son pensamientos del Papa.
Como veis, el problema que obsesiona con tan terribles incógni-
tas, a las almas pensadoras, no puede estar mejor captado. El mundo
cabecea hacia el abismo porque se ha salido de su centro que es Je-
sucristo camino, verdad y vida del hombre.
Para centrarlo están llamando los cuatro últimos Papas a todos los
católicos sinceros, cada vez con más urgencia, requiriendo de todos no
sólo una acción individual que brote de la vida cristiana en grado or-
dinario, sino una acción apostólica en el campo de su especial profe-
sión; y más aún le exigen acción heroica; de modo que acentuando el
actual Pontífice en sus mensajes y discursos este calificativo, distin-
gue con él a los que, como en todas las épocas de crisis, forman la
selección depurada de auténticos seguidores del Evangelio de aquellos
otros tibios y pusilánimes, que vegetan en la mediocridad y en la clau-
dicación más oprobiosa. Y urgiendo esta acción heroica, llega el Pa-
pa a desear descartemos, para determinarnos al trabajo heroico, la re-
flexión cuyo momento dice ha pasado. Y explorando con inquietud es-
te pensamiento en uno de sus mensajes se encara con los católicos y
les dice: ¿Estáis dispuestos?. , .
Por eso la Comisión que ha preparado el temario de estudios no
ha dudado un momento en el asunto, que debía proponer, pensando,
que no se podía hacer mejor obsequio a Jesucristo, que ofrecerle cató-
licos seleccionados conforme a los deseos del Papa; para lo cual nada
más práctico que estudiar las cualidades que debe tener un católico de
la hora presente para poder actuar, junto al Papa o la Jerarquía, en el
restablecimiento del Reino de Dios: esta es la única manera de conte-
ner la catástrofe moral que nos amenaza. Por fortuna, el Papa nos lo
da casi todo hecho: si fijamos los ojos a través del tema, en el Clero,
el Papa Pío XI en su Encíclica sobre el Sacerdocio, ha trazado con
mano sóbrenavural el programa para la formación de los sacerdotes que
necesita actualmente el mundo, no sólo para mantener en las filas a
los que ya militan con Cristo, sino también, como advierte el Papa,
para traer a Cristo a lo:; que con recta intención buscan la verdad.
7-1
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
En la Encíclica "Ad catholici sacerdotii" está basado el temario de
estudio para el Clero. Hubiéramos deseado también hacer entrar en el
estudio a la parte que el Papa Pío XII llama prK'ilcgiada de la Igle-
sia, los religiosos; pero la Sagrada Congregación de Religiosos ha to-
mado por su cuenta este asunto, y, consultada respondió que está en
los planes del Papa celebrar congresos nacionales para elevar la espi-
ritualidad a los religiosos.
Igualmente por fortuna, el Papa Pío XII en uno de sus mensajes
delineó o perfiló al verdadero católico de la hora presente con cuatro
rasgos tan fundamentales que cuanto más se meditan, más sabiduría se
descubre. Son los que están como base de las tesis que se desarrolla-
rán los dos primeros días.
Pero, por dos consideraciones ha ideado la Comisión que eí estu-
dio de los temas se haga por grup>os profesionales. Primera, porque,
debido a resabios del liberalismo ha quedado en muchos católicos la idea
de la doble personalidad, y la doble moral: la privada y la pública,
pensando que pueda uno ser excelente católico en su vida privada y
actuar contra la doctrina católica en su vida profesional. No saben
llevar en una sola corriente vital la vida privada y la pública. Por eso,
los temas generales que se encaminan a la formación espiritual y son
como el fundamento de la vida pública, los trataremos por grupos pro-
fesionales para que los problemas de la profesión se incorporen a for-
mar la unidad totalitaria de la vida anímica. Y por otra consideración
que es el llamado del actual Pontífice que desea que actúen los cató-
licos en el campo profesional menos tratado que tanto los temas ge-
nerales como los específicos de cada profesión se encaminen a la for-
mación de un católico profesional, puesto que la profesión y la reli-
giosidad forman una sola pieza inseparable prácticamente los dos ele-
mentos. En los últimos mensajes el Papa Pío XIÍ pide que se intensi-
fique el apostolado que llama capilar, que tiene lugar principalmente
en el cam.po profesional y valiéndose de una comparación muy evan-
gélica quiere que los católicos sean la levadura que invada con su con-
tacto la masa social; por lo cual dice y repite que todos se convenzan
de la necesidad de un mayor contacto con la masa que se logra dice
el Papa evidentemente en el ejercicio apostólico de la propia actividad
o profesión .
Esta es la razón porque la Comisión confeccionadora del Temario
ha propuesto como línea directiva del estudio, primero conocer la m.i-
íjión espiritual de cada profesión. Nadie, ni por la naturaleza ni por
los designios de Dios está aislado, de forma que pueda eludir la res-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
75
ponsabilidad sobre los demás. A todos se nos pedirá cuenta tanto de
nuestra vida como de la vida de nuestro hermano, como se pidió a
Caín de la vida de su hermano Abel, sin que nos valga la excusa, co-
mo no le valió a Cain de que nadie nos la ha encargado. En segundo
lugar, han de salir bien perfiladas las cualidades de un profesional pa-
ra cumplir la misión espiritual que Dios le ha encomendado. Y en ter-
cer lugar debe explorarse el campo donde debe actuar el profesional
o el trabajador social para señalar el modo de desarrollar el aposto-
lado. El conocimiento que tiene cada profesional del medio donde se
desenvuelve su actividad les guiará mejor que las advertencias que pu-
dieran darse en esta ocasión. La Comisión tiene la ilusión que se lo-
grará con el estudio empeñoso de todos, el tipo de cada profesión, la
del católico auténtico que desarrolla su vida en cristiano tanto en el or-
den privado como en el de la vida familiar, social y profesional, guia-
do por el ideal sobrenatural que ha de brillar con toda claridad en las
sesiones de estudios, y será sostenido después, por alguna institución
permanente en cada profesión, respondiendo al desarrollo de la socia-
bilidad, propia de los tiempos presentes, en la cual hallen todos fuer-
za, luz, perseverancia.
Que nos sirva en esta ocasión la Historia que es maestra de la
vida . Los Apóstoles recibiendo como hijos la bendición de María su
Madre que los despidió con su corazón se dispersaron por todo el mun-
do. Las capillas de la Virgen levantadas en las partes evangelizadas
eran centros de población de los fieles salvados por María .
Francia se estremeció de gozo con la conversión de Clodoveo obra-
da por el conocimiento del Corazón de la Corredentora del mundo;
los reyes anglosajones desde Etelberto hasta Etelvaldo pudieron cons-
tituir en menos de un siglo una sociedad cristiana que elevó a la Vir-t
gen los más bellos monumentos de su amor. Los lombardos entraron
en la unidad de la Iglesia confesando y enalteciendo las prerrogativas
de la Maternidad divina de María. Los monarcas visigodos de Espa-^
ña acuden, adocti ¡nados por sus egregios pastores San Leandro, San
Fulgencio, San Isidro y San Ildefonso, a prodigar sus flores ante los
altares de la que derramaba su amor hacia los hombres. Amparados con
la maternal tutela de María, San Villibrodo y San Bonifacio consiguie-
ron evangelizar a Alemania y ganar para la fe otros pueblos del Norte.
Los nuevos mundos descubiertos por piadosos e intrépidos nave-
gantes fueron pronto y suavemente ganados a la fe por la devoción a
la que tiene un Corazón todo ternura para lós hombres. Y así pasará
ahora también .
76
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Los católicos de poca fibra filosófica padecen de cierto escepti-
cismo cuando se trata del valor transformativo de las ideas: a esos
y a todos corresponde oír la voz del Papa a trabajar, bajo su direc-
ción en la sociedad modelo que debe sustituir a la presente, calificada
por él de semipagana. Frente a los hombres fuertes, que tomándolo
de Spengler llama grandes animales de presa y que son los que pre-
paran quienes trabajan al margen de la Iglesia, deben colocarse los ca-
tólicos de la hora presente, perfilados inconfundiblemente por el Pa-
pa. Terminando con la exhortación del Papa les diré: llenemos nues-
tros corazones de im.perturbable confianza en el triunfo definitivo de
nuestra causa; concibamos prontitud serena e ilimitada para el sacri-
ficio y los sufrimientos; seamos fervorosos contemplativos de la Euca-
ristía; y tomemos con empeño el obtener una unidad de espiritu y de
Jerarquía más íntima y duradera. Porque son las nuevas generacio-
nes que tienen que actuar en la reconi^trucción de la sociedad. Hemos
de llevar esta sociedad descaminada a Cristo, cargada nuestra alma
con un potencial tal que libre la irresistible corriente de alta tensión
de nuestro apostolado.
No necesito añadir que poc estar en el Año Mariano y en fuerza
de la economía de la Encarnación hemos incorporado a todas las tesis
la ¡dea de María; si el corazón es el principio de la vida, el Corazón
de Cristo formado por el Corazón de María, ha de ser el principio de
nuestra vida cristiana.
•
Discurso del Ingeniero Enrique Echegaray
del Solar.
Al congregarnos hoy en torno vuestro en manifestación más ínti-
ma que aquellas multitudinarias y bulliciosas que os viene tributando,
desde vuestro feliz arribo a estas tierras, la población toda de Lima y
los peregrinos llegados de los más lejanos confines de esta nuestra Pa-
tria y aún de allende sus fronteras, deseamos comunicarnos con vos,
para deciros no sólo de nuestra adhesión sincera y del cariño respetuo-
so que sentimos hacia vuestra ilustre persona y hacia la del Augusto
Pontífice al que representáis, .sino también, hablaros con filial confian-
za sobre nuestros anhelos y esperanzas, sobre nuestras luchas con sus
victorias y derrotas.
La bondad infinita de Dios, por Cristo "nos escogió antes de la
creación del mundo, para .ser cantos y sin mácula en su presencia por
CRÓNICA Y EHDCUMENTOS
77
la caridad", como dice San Pablo. Luego nos hizo sentir la urgencia
del apostolado; es decir "la voluntad de prestar cada cual ayuda es-
piritual a sus prójimos", en palabras de S. S. Pío XI y, nos alista-
mos bajo las banderas del Gran Rey, del Rey de la Paz.
Formamos el apostolado seglar destinado a difundir el reino de
Cristo. Debemos cumplir nuestra misión, sin apartarnos de la vida ex-
terna común de una sociedad que tiene como escenario para su desa-
rrollo, un territorio, que siguiendo la ruta del sol, comienza en los bos-
ques inextricables de la amazonia, para ascender al lomo de los Andes
separados en dos cadenas que corren de norte a sur, teniendo entre
ellas una meseta que está cerca de los cuatro mil metros sobre el ni-
vel del mar, y baja enseguida apresuradamente, junto con los torren-
tes, por entre desiertos de arenas grises y movedizas o de rocas tor-
turadas que, acarician o golpean las aguas del mar Pacífico. En este
paisaje, las regiones habitables están alejadas y el hombre vive en nú-
cleos separados entre sí por obstáculos difíciles de vencer, cuando no
insalvables .
Este medio geográfico, marca a la sociedad que en él se desarro-
lla una evidente dispersión y un marcado hábito de aislamiento.
La conjunción de elementos tierra y hombre con características co-
mo las indicadas, son factores adversos para la propagación de todos
los valores culturales, entre los que ocupan el primer lugar los reli-
giosos; por esta razón, desde los primeros años en que se plantó la
cruz en estas tierras, la labor de la Iglesia docente, buscó la ayuda
del doctrinario, ya que la obra permanente de enseñanza de las ver-
dades de la fe y la práctica de la oración en común, no podía ser
atendida en cada núcleo humano por sacerdotes cuyo número era es-
caso. Desde los comienzos del cristianismo en el Perú, se establece
pues, en nuestro suelo, la función y la presencia del apostolado seglar.
La rápida conversión al cristianismo de la masa de población in-
dígena, la superposición de valores culturales diversos, el encuentro y
mestizaje de razas, la elaboración de elementos propios para la forma-
ción de nacionalidades nuevas, con valores culturales comunes, como re-
ligión y lengua, dejan en América Latina en general y en el Perú en
particular, condiciones religiosas especiales en las que el apostolado se-
glar se convierte en necesidad ineludible.
Las conmociones políticas que dieron por resultado veintitrés na-
ciones que tienen una misma fe, que confiesan una lengua, trajeron
como secuela la disminución del clero agravado por los aires laizisan-
78
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
tes que, desacreditando al sacerdocio, despoblaron seminarios, parro-
quias y claustros conventuales.
La Iglesia se reciente en su labor al sufrir los efectos fatales de
la peste del laicismo y busca la forma más eficaz para el cumplimiento
de su misión divina.
Siguiendo las iniciativas de Roma y acuciados por las circunstan-
cias locales, surgen los movimientos del apostolado seglar bajo los nom-
bres de: "Unión Católica, Congregaciones Marianas de Jóvenes; Cen-
tros de Juventudes Católicas; Conferencias de San Vicente; Círculos de
Obreros Católicos y Terceras Ordenes, Caballeros de Colón; en una
palabra, grupos de católicos militantes organizados.
Pero, es el clima ardiente de apostolado creado por el Primer Con-
greso Eucaristico Nacional, en 1935, el que hace brotar la colabora-
ción del laicado en el Apostolado Jerárquico, al establecerse por acuer-
do de los Señores Obispos, presididos por el entonces Arzobispo de
Lima, de santa memoria. Monseñor Pedro Pascual Farfán, la Acción
Católica Peruana.
Mas años antes de esta fecha, ya funcionaba en Arequipa, bajo
la dirección del entonces canónigo Monseñor Juan Gualberto Guevara,
la Acción Católica de Hombres.
Y, aquí Eminentísimo Señor, permitidme rendir emocionado home-
naje que, siendo de todos los católicos peruanos, tiene un tinte espe-
cial de afecto personal por haber recibido la iniciación en la A . C .
el que lo pronuncia; el celo infatigable del más decidido propugna-
dor y alentador de la A. C, el hasta ayer miembro del Sacro Cole-
gio Cardenalicio, Arzobispo de Lima, y Primado del Perú, dormido en
el Señor, como mueren los héroes, que tales lo son todos los miembros
de la Jerarquía en el Perú, en ejercicio de su función pastoral y lue-
go de haber celebrado el Santo Sacrificio de la Misa.
¿Cuántas fueron las horas de los días de su larga y fecunda vida
sacerdotal que dedicó a la A . C . ? No lo sabremos, nunca, pero lo
que sí sabemos es que la A. C. era la niña de sus ojos. Aún recuerdo
con viva emoción, que, en la Asamblea de A. C. de 1949, nos conta-
ba confidencialmente: "Al ver a mis párrocos, tan solos en medio de
sus actividades, tan aislados del pueblo fiel, le decía: así no podéis tra-
bajar, necesitáis colaboradores aptos, debidamente preparados para la
obra de Dios, dispuestos a prestaros su ayuda incondicional, y estos
colaboradores son los militantes de la A. C".
En la hora presente en que nubes apocalípticas cierran el horizon-
te del mundo; en que millones de hombres viven torturados por la ex-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
79
periencia trágica de la voluntad de destruir a Dios, se encuentran fren-
te a frente dos colosos que compulsan sus fuerzas a medida que van
estrechando el cerco al tomar posesiones sobre continentes convulsio-
nados de cuyo destino nada se puede predecir.
En medio de estas escenas de terror, surge América, como isla de
esperanza, emergiendo de las aguas de la mar Océano, como respuesta
a la angustia de los hombres, igual a que ahora cuatrocientos años,
surgiera inesperadamente para el ansia de "abrir caminos al Evange-
lio por nuevas tierras y por nuevos mares". (León XIII), que agitara
al navegante Cristóbal Colón. América tiene un destino marcado por
hitos marianos. Entre las nieblas del amanecer del 12 de octubre, emer-
ge de las ondas estremecidas aún por las vibraciones de las últimas no-
cas del "Salve Regina" que entonaban todas las tardes las voces varo-
niles de los marineros de las tres carabelas.
En 1531, cuando Enrique VIII abandona la Iglesia y arrastra a In-
glaterra; cuando Europa toda tiembla bajo la amenaza de la Media
Luna, en México recién conquistado, la Virgen de Guadalupe "en su
rostro anuncia y sublima el mestizaje, ella que con Rosas de Castilla,
se pintó y entrañó en el ayacate del indio" como bellamente dice Alfon-
so Junco.
En esta Ciudad de los Reyes, nace la que será más tarde procla-
mada primera Santa de América y toma por nombre Rosa de Santa
María. Contemporáneo y paisano suyo es el mulato Martín de Forres,
Patrón de la Justicia social en el Perú.
Estos hechos parecen ser el cumplimiento de un designio provi-
dencial para América Latina: ser crisol donde desaparecen las diferen-
cias de razas, donde las corrientes ideológicas concurren para integrar-
se, convertirse en remanso de paz, en respuesta a la angustia del mun-
do mostrando la unidad que ya posee, el sentido de dignidad perso-
nal que tiene, la fe sin herejías que vive, reconociendo el fin común
espiritual y moral del humano linaje aún exento en cierta medida, de
la embriaguez que da el poderío de la técnica.
Parece Eminentísimo Señor que es destino de América Latina el
ser la matriz de una civilización no mecanicista cuya esencia sea: "bus-
cad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por aña-
didura". Entre los primeros resplandores del amanecer de una nueva
era, de un nuevo pueblo de Dios del que dijo el Vidente de Patmos,
"que será su pueblo y el mismo Dios en medio de ellos será su Dios.
Y Dios enjugará todas sus lágrimas" parece que se dibuja el perfil de
América nuestra.
80
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Esta presunción, por lo mismo que es aventurada y ambiciosa, es
el más urgente requerimiento, el llamado más acucioso y el más exi-
gente apremio para formar auténticos católicos, no sólo por la adhesión
de la mente a los principios religiosos, sino por la vida inspirada en la
fe y nutrida en los sacramentos. Es un imperativo de la presencia de
un laicado capaz de tener en su pensamiento, en sus aspiraciones, en
sus obras, por encima de todas las cosas, el apostolado, la difusión del
Reino de Cristo, sin perderse en cuestiones ni controversias terrena-
les y por tanto transitorias, con peligro de que estas asfixien el ele-
mento principal, apaguen la llama del espíritu y la acción se vea ex-
puesta a los caprichos de las pasiones políticas y a los procesos de des-
composición", como lo quiere S. S. felizmente reinante.
El Reino de Cristo tiene un carácter netamente espiritual y por lo
tanto su difusión no puede ser y de hecho no es una política o una
economía; es una realidad espiritual, pero para los efectos de su difu-
sión necesita de hombres y se realiza en el orden humano, sea este
personal, familiar, social, nacional o mundial. Es esta parte humana
la que marca al apostolado con los defectos y deficiencias propias del
limo que integra nuestra naturaleza y es en ella en la que tropieza con
la hostilidad franca o desembozada de los enemigos del Reino.
No se puede olvidar que el apostolado se desenvuelve a través de
los acontecimientos del tiempo que tienen su desarrollo en el espacio
de la tierra sobre la que debemos apoyar firmemente los pies para po-
der llevar nuestra cruz hasta la cumbre donde nos espera nuestro Rey.
La marcha hacia la conquista de nuestros objetivos no puede ser
desordenada ni en tropel; nuestro testimonio humano debe ser rendido
a través de la comunidad que constituye la parte visible de la reale-
za espiritual del reino de Dios. Debemos actuar en la Iglesia y por
la Iglesia que es el Cuerpo Místico que posee una cabeza que piensa,
un corazón que siente, unos miembros que obedecen y un alma que
todo lo vivifica y alienta.
La Iglesia tiene su Jerarquía que es la que recibió de inmediato
de su Fundador Divino el mandato directo de la difusión del reino, el
apostolado y por tanto el Sagrado Principado a la vera del cual, en for-
ma dependiente y subordinada aunque siendo en cierta manera pro-
longación de él, está el apostolado seglar con su acompañamiento de
deficiencias humanas, más, a pesar de ellas, destinado n iluminar, pu-
rificar, preservar, fermentar, multiplicar y conquistar.
El apostolado seglar es pues una colaboración al apostolado je-
rárquico, un instrumento en manos expertas, una luz dirigida, un fue-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
81
go guiado y controlado. Un dar testimonio de Cristo en las activida-
des todas de la vida por la posesión plena de la fe traducida en obras
e integrada en el Cuerpo Místico.
La integración significa unidad en el trabajo, en la relación de los
organismos más heterogéneos y autónomos; en el orden táctico de nues-
tras empresas, en una palabra esa "unidad activa" a la que se refiere
nuestro amado Pontífice Pío XII, unidad que no solamente exige que
todos y cada uno sacrifiquen, generosamente lo que sea necesario pa-
ra el bien de la concordia, sino que todo bautizado, consciente de su
fe, preste su propia obra para el bien y la redención de los hermanos".
Y para el logro de este objetivo necesitamos lo que ya en 1891
decía San Pío X: ¿qué se deberá hacer para mantener la unión?
1° — Nunca como en estos tiempos el Pontífice augusto ha mani-
festado sus órdenes, sus deseos con aquella palabra poderosa que es
confortación para los buenos y desesperación para los malvados. Hay
que escuchar entonces esta palabra que se adapta a las inteligencias má:;
pequeñas para iluminar las mentes, para insinuarse en los corazones y
combatir las bajas insinuaciones de quienes quieren hacer creer al mun-
do que la palabra de El no es libre o declarándose hipócritamente fie-
les, combaten sus enseñanzas. ¡Pobres obstinados que hostilizan la ver-
dad! ¡Pobres ciegos que odian la luz al rechazar todo remedio que pue-
de curarlos!
2° — Mantener siempre en nuestros corazones y en todas las obras
aquella caridad que no se aja a través de las visicitudes porque es pa-
ciente; que no se venga de sus enemigos porque es benigna; que se afa-
na por el bien de los demás porque es celosa; aquella caridad que es
vínculo de perfección y es distintivo característico de los hijos de Cris-
to unidos en El de tal modo de formar un solo cuerpo en Cristo y son
uno por uno, miembros los unos de los otros".
3" — No hacer jam.ás cosa alguna sin sacrificio de amor propio, de
afectos, de opiniones aunque sean sostenidas y defendidas por personas
dignas de consideración, pero que no pueden tener todas las luces ne-
cesarias para dirigir la acción y conocer sus últimas consecuencias. Ha-
ced vuestro el aforismo: "en lo necesario unidad, en todo caridad",
pero recordad que en vuestro trabajo, obra pública y acción práctica,
no puede invocarse el "en lo dudoso libertad". La duda debe ser acla-
rada recurriendo al oráculo de la Iglesia, siempre pronta a mostrarnos
la senda que debemos batir".
•4" — En fin, los católicos ejercen un apostolado y la regla suprema
del apostolado es aquella establecida por Jesucristo que definió su mi-
82
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
sión: "por ellos me sacrifico a mí mismo para que ellos sean santifi-
cados en la verdad" (Juan 17. 19). El mal existe, pero antes de pre-
sentarle guerra en los demás debemos guerrearlo y destruirlo en nos-
otros mism.os; en todo hemos de mostrarnos modelos de buen hacer; en
la doctrina, en la pureza de costumbres, en la gravedad, en el discu-
rrir sano e irreprensible, de tal manera que quien está contra nosotros
deba sonrojarse, no teniendo nada de que hablar mal".
No sirven pues para esta unión indispensable quienes ignoran de-
liberadamente o por negligencia las normas dictadas por el sucesor de
Pedro; quienes anteponen intereses y beneficios personales al bien ge-
neral; quienes se mantienen ligados a mentalidad de limitada visión
personalista y de conveniencia; quienes son incapaces del supremo sa-
crificio de negarse a si mismos; quienes no pueden ser sembradores
sin pensar en la cosecha.
Vibran Eminentísimo Señor en nuestros oídos, con caracteres de
peregnidad las palabras de nuestro grande y santo Pontífice Pío XII:
"En el día de la batalla vuestro lugar está en la vanguardia, luchando
al frente".
"Los temerosos de presentarse abiertamente están muy próximos a
convertirse en desertores o traidores". Estamos en el día del combate
y en el Perú, Eminentísimo Señor, tuvimos un héroe que dijo: "tengo
deberes sagrados que cumplir y pelearemos hasta quemar el último car-
tucho".
De la hoguera de nuestro Primer Congreso Eucarístico Nacional,
en el año 1935 salió el fuego que revitalizó el apostolado seglar y el
Volcán de Amor, oculto bajo las Especies Sacramentales, será el que
en esta fecha, nos preste su poderosa luz, su fuerza incontrastable, pa-
ra que, ahuyentemos definitivamente de nosotros el miedo que "aver-
gonzado de sí mismo se disfraza ante la muchedumbre de seres hu-
manos que aún aguardan que el derecho y las leyes creen condiciones
estables para los individuos... con la engañosa ropa de una declara-
ción de amor hacia los oprimidos, como si los pueblos que sufren pu-
diesen sacar ventaja alguna de las falsedades y las injusticias, de la
táctica demagógica y de promesas que jamás podrán ser mantenidas".
Oh, el que se cubre con las apariencias de prudencia cristiana y tras
ese pretexto permanece mudo cuando el deber exigiría que dijera a los
ricos "non Licet" observándoles abiertamente: no es lícito apartarse,
para obedecer a la codicia del lucro o del demonio, de la línea inflexi-
ble de los principios cristianos fundamento de la vida social y política.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
83
que la Iglesia ha recordado repetidas veces y con mucha claridad a los
hombres de nuestros tiempos (Pío XII).
En Cristo Eucaristía encontraremos la fortaleza y la perseverancia
suficientes para "Colaborar sin reservas al advenimiento de un orden
público que realice en el más alto grado posible una sana economía y
la justicia social; de ese modo será quitada a los explotadores de la
lucha de clases la posibilidad de hacer caer en sus redes a los desilu-
sionados y desheredados de este mundo, pintándoles la fe cristiana y
la Iglesia Católica bajo el aspecto no de una aliada sino de una ene-
miga". (Pío XII. 2 junio 1947).
Eminentísimo Señor, los católicos del Perú que militamos en el apos-
tolado seglar, ya sea el del ejemplo realizado a través de los deberes
del propio estado; o el de la libre iniciativa, no organizado, ya el or-
ganizado fuera de la A. C. o el organizado por esta última; vemos
en la persona del Papa vivir la humanidad de Simón Barjona y al mis-
mo tiempo la solidez de Cefas . Vemos la blanca, amable y frágil fi-
gura de Pío XII y la roca inconmovible de Pedro; por eso lo amamos
a él, a él nos sentimos unidos, en torno de él estamos, hasta él llega-
mos, como llegan las aguas del mar junto a las rocas, buscando la so-
lidez que a ellas les falta.
Las olas del mar de nuestros anhelos al romperse humildemente a
los pies de la roca de Pedro, repiten: ¿A quién iremos Señor, sino es
a Tí, que tienes palabra de vida eterna?
Fuera de la Iglesia no hay salvación ni esperanza de un mundo
sin temores, sin odios y sin guerras provocadas por las injusticias y es
Pedro el que guía a la Iglesia hacia un horizonte en el que al fin, bri-
llará el sol de la Justicia y la Paz.
Eminentísimo Señor, debí rendiros un homenaje, deciros un discur-
so y me encuentro que sólo he puesto a vuestras plantas un puñado
de tierra; pero es tierra del Perú y en ella encontraréis el oro del afec-
to, el hierro y el tungsteno de una voluntad decidida y el uranio que
abre una interrogante para el mundo.
Lo que nada vale, eso es lo mío; lo que estimación merece, se debe
a mis hermanos en el apostolado; lo que en ella hay de precioso lo puso
el Señor con las pisadas de sus siervos, Toribio Alfonso de Mogro-
vejo, Francisco Solano, Rosa de Santa María, Martín de Porres y Juan
Masías.
84
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
MARIA Y LA EUCARISTIA
MIEL SOBRE HOJUELAS
Discurso del Señor Alfonso Junco.
No quiero esconder mi emoción y mi alegría al besar por primera
vez esta tierra ilustre del Perú, conocida y acariciada largamente de
lejos. Vengo de México, hermano del Perú en la historia y en el amor,
y traigo encendido el corazón con un mensaje de fraternidad y de es-
peranza .
Vengo a un Congreso Eucarístico y Mariano: duplicidad insigne
que se funde en misteriosa unidad. Porque decir María y la Eucaris-
tía es decir miel sobre hojuelas: María es fortaleza y el candor; la Eu-
caristía es el pan de los fuertes y el vino que engendra vírgenes.
María es nuestra Madre y ante ella nos sentimos niños. "Si no
fuereis como niños, no entraréis al Reino", dijo Jesús. Y El mismo qui-
so ser niño por nosotros, hacerse frágil y pequeño, acogerse al re-
gazo de María. Y al quedarse con nosotros en el misterio eucarístico,
se ha hecho más diminuto aún en la Hostia, y tiene blancura de ino-
cencia infantil, y está inerme y desnudo, y no puede valerse por sí mis-
mo, como un pequeñuelo menesteroso de ajenos brazos para moverse.
Y en esta santa infancia de la Hostia, como que nos recuerda de ex-
quisito propósito su santa infancia en Nazareth, para inducirnos y obli-
garnos a pensar en María .
La suave claridad de este camino nos lleva más lejos todavía, y
nos asoma, conturbados, a otra inefable vinculación — que no suele ad-
vertirse y meditarse — de María y la Eucaristía. La Doncella de Na-
zareth fue quien hizo la Primera Comunión que hubo sobre la tierra.
Cuando el ángel le anunció como había sido electa para el miste-
rio, bajó por primerísima vez a entrañas humanas el Verbo que en ella
encarnaba . María recibió aquella comunión celeste con un sobresalta
de humildad y con un éxtasis de júbilo; y guardó en sus entrañas a
Jesús con reverencia enamorada, y Ella maduró para El, y El maduró
en Ella, hasta que la Virgen, Madre ya, nos entregó a Jesús.
¿No debemos así nosotros. Congresistas de este magno Congreso
recibir a Cristo en la Eucaristía, hacerlo entrañablemente nuestro, y
después, en fecundidad apostólica, entregarlo a los demás?
Porque este admirable Congreso del Perú no ha de ser, no será
meramente una grandiosa solemnidad externa, una deslumbradora ex-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
85
ultación colectiva. Ha de ser, será para todos nosotros, señores, un
recio aldabonazo de Evangelio, un ardiente llamado a la introspección
y al propósito.
Yo quisiera, en estos momentos, destacar dos propósitos viriles que
se funden en uno: ser auténticamente cristianos, ser viceralmente após-
toles .
Y para ello, ante todo, esta consigna: romper con la mediocridad.
Mientras nos bienhallamos en la vulgaridad de lo mediocre, todo
parece difícil: la virtud tiene aspecto de cosa pesada y sombría; re-
preséntase como una valla múltiple de limitaciones y prohibiciones; co-
mo una circunvalación de implacables barreras, en cada una de las cua-
les se lee esta palabra constrictiva y repelente: ¡No! No vayas, no mi-
res, no escuches, no hagas.
En cambio si sacudimos la vulgaridad, si nos llenamos el alma de
aspiraciones generosas, la virtud se nos presenta como lo que es: algo
alado y radiante; no vallador, sino liberación; no infinitud de barreras
que nos rechazan con un múltiple no sino infinitud de horizontes que
nos atraen y magnetizan en un múltiple si. Sí para amparar a los des-
validos, sí para reparar las injusticias, si para fortalecer al que fla-
quea, sí para henchir el mundo de luz y de ternura, sí para levantar-
nos de nuestro lodo y entregarnos al beso de Dios.
Por eso cristianos, nada de conformismo con la mediocridad; des-
preciémosla. No concibamos la virtud como desabrimiento, sino como
sabor de la vida . No como cosa limitadora y negativa, sino como an-
chura y afirmación. Nunca la veamos bajo el signo opaco del no;
veámosla siempre y abracémosla bajo el luminoso magnetismo del si.
Y si rompemos con la mediocridad, nos brincará del alma aquella
palabra de Francisco Javier que nos entrega en cifra y desnudez su
ambición: [Amplius! ¡Más! ¡Más tarea, más sacrificio, más amor, más
almas: Amplius. Siempre más.
Mote magnífico, propio de aquel espíritu hidalgo y anchuroso, pro-
pio de corazones juveniles e intrépidos, propio de empeños desmesura-
dos e infinitos, que exceden todo término de tierra.
¡Más! sea esta la medida de nuestra apostólica ambición. Sea este
el mote de nuestro escudo cristianísimo. No la apocada vulgaridad, no
la evasión refunfuñante, no la poltronería cicatera, sino el grito animo-
so de la superación, la consigna suprema de una estirpe descubridora
y evangelizadora de mundos: ¡Más!
Pretendemos en todos acaso la vocación del heroísmo misionero co-
mo en Francisco Javier. No, ciertamente. Pero todos, en nuestro cam-
86
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
po, en nuestro oficio, en nuestro ambiente amistoso y social, todos po-
demos y debemos ser apóstoles.
Por desventura los paganos no están solamente en las apartadas
regiones de misión. En torno nuestro pululan. No es forzoso ir a bus-
carlos: nos salen al encuentro y los tropezamos cada día.
Y así como la mayor dificultad de Javier estuvo en la indignidad
de los cristianos, que con su torpe ejemplo escandalizaban y retraían a
los infieles, así la mayor dificultad actual es nuestra propia miseria,
que desacredita al cristianismo y le roba su divina atracción.
El primer apostolado será el silencioso del ejemplo: que vean to-
dos como nuestro cristianismo no es palabra vacia, sino obra llena;
cómo no se satisface y concluye en exteriores rutinas, sino que posi-
tivamente embebe, polariza y transfigura nuestro vivir.
Y luego el apostolado directo. Una cosa es la tolerancia, que tie-
ne miramiento y caridad para las personas, y otra cosa la indiferencia,
que se queda impasible ante el error y ante el mal, y hace que convi-
vamos largamente con prójimos y amigos, sin la menor preocupación
operante por hacerles llegar un rayo de luz apologética, un estremeci-
miento de fe, un contagio de amor ultraterrestre.
Todo ello puede armonizarse con la oportunidad, con la discreción,
con la cortesía. Pero es mandato de Cristo: El prohibió esconder la
luz bajo el celemín; quiso que su mensaje y sus carismas se derramaran
por todas las almas y por todos los ámbitos.
Y a nosotros nos toca singularmente en este gran Congreso Na-
cional del Perú sacar la conclusión práctica: pensar, con pensamiento
de amargura y de amor, no sólo en el lejano paganismo que nuestros
portentosos misioneros van a redimir sino el paganismo inmediato que
a nuestro lado hormiguea. Y así, difundir fraternalmente nuestro teso-
ro; y grabar a fuego en nuestra convicción, en nuestro propósito, en
nuestra conducta, este axioma: No es cristiano el que no es apóstol.
¿Y dónde encontraremos, señores, el ímpetu supremo sino en la Di-
vina Eucaristía, que es centro, foco, savia, incendio y éxtasis del cris-
tiano? ¿Y cuál apostolado más perfecto que recibir a Cristo en nuestras
entrañas como María, y llevarlo a todas partes dentro de nosotros, para
entregarlo en celeste donación a nuestros hermanos?
Permitidme, pues, que concluya con un poema en que he cantado
algo de este propósito y este anhelo:
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
87
Amado que encarcelado
te quedaste en el Altar:
amor te puso cadenas
y sin movimiento estás.
Afuera el mundo se muere
de frío y de soledad. . .
En tu Sagrario hallaría
su remedio substancial:
la plenitud llameante
del amor y la verdad.
¡Pero lo ignora o lo olvida
y así envejece en su mal!
Tú no te puedes mover,
él no te viene a buscar,
¡y él y Tú, los dos se mueren
de frío y de soledad!
Ven a mi pecho. Señor:
yo te quiero libertar!
Ven conmigo, iremos juntos,
todo lo recorrerás: calles
comercios, talleres, los campos
y la ciudad .
iremos juntos. Amado:
donde esté yo,
Tú estarás!
(¡Señor, hazme transparente:
no te opaque mi maldad!)
poco a poco crecerán;
el asombrado deseo con
más ardor mirará,
¡y al ver tu plena hermosura
conquistados quedarán:
que es conocerte y amarte
un solo rapto vital!
Tu impotencia de moverte
fué designio de bondad
Así como es Tesorero
el rico, de tu caudal
para que al dar tenga el júbilo,
virtud e industria de dar,
pero si cierra su mano
con codicia criminal
a Tí y al pobre defrauda
siendo dos veces rapaz;
así me das el tesoro
de tu cuerpo celestial,
no para el gozo egoísta
de esconderte en mi heredad,
más para el gozo magnánimo
de llevarte a los demás,
entregándoles contigo
la perfecta Caridad.
Amado que encarcelado
te quedaste en el Altar:
ven conmigo; vamos fuera;
donde esté yo Tú estarás;
te llevaré a todas partes,
¡que así te podré pagar
a Tí, libertador mío,
mi deuda de libertad!
De tu presencia al efluvio
volverán todos la faz;
la sorpresa y el hechizo
88
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
LA FAMILIA CRISTIANA
Discui'so del Doctor Enrique Cipriani.
Ante la invitación de mí Prelado, una orden para mí, cábeme el
honor de volver a ocupar esta tribuna frente al altar Eucarístíco pa-
sados veinte años; me perdonaréis que haga algunas referencias un tan-
to personales antes de abordar el tema que debo desarrollar, "LA FA-
MILIA CRISTIANA".
En el Ideario de la luventud Católica de Lima, en cuyo nombre
hablé en el Primer Congreso Eucarístíco Nacional, dije, refiriéndome a
la familia "Creemos que la célula de la sociedad, el matrimonio, debe
tener no sólo el aspecto de contrato civil, que como trato entre hom-
bres, esté sujeto a revisiones, sino que, instituido como fundamento so-
cial, elevando la dignidad humana al rango que merece y sacándola del
plan animal, la pone por encima de éste, y establecido como Sacramen-
to garantizando los derechos de los cónyuges y de su descendencia, en
forma definitiva, crea asi el sólido cimiento del edificio social cristia-
no". Y en otro párrafo con referencia a la educación de los hijos dije:
"E«to sólo se consigue, inculcando la idea de Dios en los niños. Ha-
ciéndoles ver lo que es bien y lo que es mal, forjando estas almas ju-
veniles en la atmósfera del hogar cristiano en el que florecen virtudes
como la caridad, el amor al prójimo, la castidad, y en fin proporcio-
nando ejem.plos vivos que sirvan de modelo a estos seres en cuya sen-
cilla alma hacen impresionante huella todas las primeras percepciones
que ciertamente son definitivas".
Estos fueron los puntos doctrinarios con referencia a la familia
cristiana vertidos en aquella época. Hoy, hombre maduro ya, debo de-
sarrollar este tema básico, con el sólo título de haber perseverado en
la doctrina, y de haber personalmente formado mi familia, dando gra-
cias a nuestra Madre Santa María por permitirme dirigiros la pala-
bra, cuando ya no hablo por mí mismo, sino también, con las respon-
sabilidades que la Providencia me ha deparado ante la formación, di-
rección y ejemplo que tengo obligación de dar a mis hijos.
Ya en la víspera de inaugurar este Año Eucarístíco y Mariano,
en el mensaje radial del 7 de diciembre del pasado año, rememorando
la actuación pasada decía: "El tiempo ha pasado, los años han corri-
do y la palabra fogosa y llena de vigor juvenil se ve reemplazada por
el lenguaje sereno y tranquilo de la experiencia que dan la madurez
y las responsabilidades en la vida. Y es en ese tono que hoy, diccío-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
89
cho años más tarde decía, me dirijo al mismo auditorio de ayer, que
como yo, ha pagado su tributo al tiempo. Mas no se crea que el en-
tusiasmo y el espíritu de lucha han decaído, por el contrario; las con-
vicciones se han arraigado y la experiencia vivida hacen que nuestra
fe sea hoy tan vibrante o más que ayer y que nuestra actitud ante la
vida no sea ya un proyecto, sino plena realidad, dando fuerza y ru-
bricando nuestro verbo". "Es así dije, que no sólo hablo en nombre de
los médicos católicos a quienes represento, sino que también imitando
a Jones en su famoso discurso ante la National Professional Conferen-
ce en 1948, hablo también en nombre de mis nueve hijos". Y añadí
luego: "Y es que todo padre de familia católico tiene verdadera an-
siedad por el futuro de los suyos. El mundo de hoy está poblado de
seres, que aún los de propia lengua y con un mismo idioma, parecen
estar divididos, y dando la impresión de no poder entenderse aún usan-
do del mismo lenguaje. A este extremo se ha llegado, expresé, y es
realmente desorientador el panorama que se vislumbra".
Perdonadme pues, el haberme permitido glosar mis intervenciones
pasadas, son la justificación de mi presencia y participación en este
acto pleno de emoción y sinceridad.
La trascendencia y proyecciones del tema no escapan a la con-
ciencia de todos. Dios quiera que las expresiones que vais a escuchar,
sirvan para reafirmar la conducta de unos y recapacitar y enmendar
la de otros, y que en fin el fruto de este discurso sea provechoso par-
ticular y colectivamente.
La Familia Cristiana se desenvuelve a base del trinomio padre, ma-
dre e hijo. Es realidad biológica y social cuya unidad y firmeza indi-
solubles son base para que estos tres elementos puedan desenvolver su
finalidad armónicamente. El padre, cabeza de la familia, el elemen-
to productor económicamente en la sociedad conyugal; la madre, la
cooperadora fiel de la obra en el hogar, los hijos los eslabones que re-
fuerzan el vínculo de los cónyuges y le dan justificación de ser. Todo
ello no cabe sin la premisa insustituible de la unidad en el matrimo-
nio, y a su vez todo esto no funciona, si éste no lleva el sello Sacra-
mental . La elevación del ayuntamiento de la pareja a la dignidad sa-
cramental, hecho singular que distingue esta unión, trasmite a este víncu-
lo las gracias propias que todo sacramento lleva consigo. Las virtudes
que deben caracterizar al padre y a la madre en la sociedad conyugal,
sólo pueden florecer con el auxilio de la gracia que el sacramento lle-
va consigo, y éste a su vez, necesariamente tiene que estar sustentado
y mantenido por la frecuencia y práctica de los otros sacramentos, que
90
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
son por así decir, la savia que nutre y vivifica el frondoso árbol de la
familia cristiana, el de la penitencia y la Eucaristía.
Todo los vaivenes, sinsabores, dificultades, desgracias y penurias
sólo pueden ser sobrellevados ante la visión de lo eterno a través de
una fe sólida, alimentada y acrecentada por la frecuencia del contac-
to real con Dios.
Sólo el espíritu de Cristo es capaz de mantener la armonía y la
unión que debe existir en la pareja, pese a las crisis a que está suje-
ta y por variadas que estas sean . El espíritu de sacrificio sólo es po-
sible de concebirse ante una plena información e identificación con El
y su doctrina, y ésto sólo mediante su contacto íntimo y frecuente.
Todo lo que llevo dicho es de conocimiento de todos, es la opor-
tunidad que constituye una fiesta Eucarística la que motiva volver a
revisar estas ideas básicas y es mi anhelo más ferviente que el fruto
renovador de este V Congreso Eucarístico Nacional constituya un rea-
juste en este aspecto fundamental que hace crisis en nuestra sociedad
y cuyo remedio es básico en cualquier afán de renovación espiritual
que tanto necesitamos.
Nos hemos referido a los progenitores, nos queda ahora puntua-
lizar la posición de los otros elementos del trinomio: los hijos. Es-
tos seres queridos, razón de ser de nuestra existencia, que vienen al
mundo como fruto del amor y cuya responsabilidad nos corresponde.
Estos hijos nuestros que no van a hacer otra cosa que imitar fielmen-
te los arquetipos que se forjan ante la imagen de sus padres. Estos
hijos nuestros de cuya formación debemos rendir escrupulosa cuenta
ante el Supremo Hacedor, principio y fin de todo lo existente. Estos
hijos nuestros que repetirán todo lo que han visto hacer o no hacer a
sus padres. ¡Oh, que tremenda responsabilidad! y cuán poco nos de-
tenemos a meditar en ella.
Y es que en la vida moderna, por sus angustias y premuras, no
se dedica el tiempo debido a la meditación, o no se medita, único con-
trapeso real a la actividad netamente humana, dejando el aspecto es-
piritual de nuestro ser en abandono tal, que no hay lugar para la re-
flexión ni para el cultivo de las cualidades que toda alma posee y que
como toda actividad requiere adiestramiento y ejercicio. No hay tiem-
po para orar, esto es, para conversar con Dios, y no musitando oracio-
nes más o menos bien recitadas, sino conversando en ese plan de in-
timidad que debe caracterizar la relación entre el creador y la creatu-
ra . Y así como es agradable la conversación con amigos gratos, cuanto
más aquella con el Padre bueno y comprensivo, clemente y bondado-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
91
so, animador cuotidiano de sus operarios, los predilectos de su corazón.
Orar, conversar con Dios. Qué falta hace hablar íntimamente con El.
Cuánto provecho se puede conseguir con ese trato. Oremos, hablemos
con El, hagámoslo con frecuencia.
Permitidme insistir sobre ciertos conceptos fundamentales en el te-
ma que desarrollamos. Aceptado que es el matrimonio la expresión
básica de la familia cristiana, examinemos e insistamos sobre dos de
sus notas, su unidad y su indisolubilidad . Ambas notas esenciales tie-
nen una raíz que ya se percibe en el Génesis en donde se lee "Por
eso dejará el hombre a su padre y a su madre. Y se adherirá a su
mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne" .
Es evidente que es en el Nuevo Testamento en donde se precisa
mejor y en forma concluyente. San Pablo en su Epístola a los Co-
rintios con frase clara y tajante al dirigirse a los conversos de esa ciu-
dad y con toda crudeza pone el problema de la unidad en la pareja
sin lugar a dudas ni a discriminaciones "Tenga cada uno su mujer y
cada una tenga su marido" y más adelante "precepto es no mío sino del
Señor, que la mujer no se separe de? marido y de separarse que no
vuelva a casarse o se reconcilie con el marido y que el marido no re-
pudie a su mujer".
Y en su Epístola a los Efesios, enumera los deberes de los cón-
yuges en forma explícita y terminante sentando las bases de la solidez
de la unidad de la familia.
Y San Pedro en su primera Epístola, dirigiéndose a los esposos,
de igual manera encarece perseverar en la unión sagrada y en la mo-
destia en la mujer diciendo: "Así mismo vosotras mujeres, estad suje-
tas a vuestros maridos, para que si alguno se muestra rebelde a la pa-
labra, sea ganado sin palabra por la conducta de su mujer conside-
rando vuestro respetuoso y honesto comportamiento. Y vuestro orna-
to tío ha de ser el exterior del rizado de los cabellos, del ataviarse con
joyas de oro o de la compostura del vestido, sino del oculto en el co-
razón que consiste en la incorrupción de un espíritu manso y tranqui-
lo. Esa es la hermosura en la presencia de Dios obefii<>ntes a sus ma-
ridos". Y más adelante "Igualmente vosotros maridos tratadlas con
discreción como a un vaso frágil honrándolas como a herederas a la
gracia divina para que nada impida vuestras oraciones".
Y los Evangelistas, los historiadores de la vida y actos de Jesús,
han dejado escrito para la lección y doctrina indudable en los párra-
fos que referimos: San Marcos en el capítulo X versículo 11 dice ¿Es
lícito repudiar a la mujer?, a lo que Jesús respondió. "Por la dureza
92
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
de vuestro corazón os dió Moisés la ley, pero al principio de la crea-
ción los hizo Dics varón y hembra. Por esto dejará el hombre a su
padre y a su madre y serán los dos una sola carne. De manera que
no son dos sino una sola carne. Lo que Dios juntó no lo separe el
hombre".
Y San Lucas en el capítulo XVI versículo 18 "todo el que repudie
a su mujer y se casa con otra, adultera y el que se casa con la repu-
diada por el marido, comete adulterio".
Y San Mateo en el capitulo X versículos del 4 al 10 dice: "¿Es
lícito repudiar a la mujer por cualquier causa? y El respondió. No
habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra y
por esto dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mu-
jer y serán los dos una sola carne. Por tanto lo que Dios unió no lo
separe el hombre". Y más adelante, "Quien repudia a su mujer y
se casa con otra, adultera".
Como habéis oído, relatos del mismo pasaje por varios historia-
dores con las mismas expresiones y hasta con el mismo texto.
Basada en la letra de la escritura es que los Pontífices han esta-
blecido doctrina definitiva y sólida. Las encíclicas, con la autoridad que
la voz del sucesor de Cristo representa, a través de "Arcanun" escri-
ta por León XIII y "Casti Connubii" de Pío Xí y los discursos innu-
merables a las parejas de recién casados, del por felicidad actual Pon-
tífice reinante Su Santidad Pío XII, constituyen guía y norma defini-
tiva en el tema que tratamos.
El estudio exhaustivo que a través de estos documentos se hace a
la luz de la razón y convicción sobrenatural, significan doctrina sólida
y definitiva para nosotros los católicos.
"Sacramento de felicidad" lo llama León XIII, que permite desa-
rrollar ks condiciones biológicas de la pareja y cumplir su rol social al
dirigir y educar a la prole".
"Sacramento que no sólo hace llevaderos los deberes de los es-
posos, sino también agradables". Dice en otro párrafo de Arcanun
"Igualación de los derechos de los libres y de los esclavos e igualdad
de términos en las obligaciones del hombre y de la mujer en la socie-
dad conyugal, en donde ésta era tenida a menos y como mera mercan-
cía". Y Pío XI en su magistral encíclica, glosa a San Agustín, quien
enuncia por qué son buenas las nupcias. Por la prole, la fidelidad y el
sacramento. En la fidelidad se atiende a que fuera del vínculo conyu-
gal no se unan con otro o con otra; en la prole a que esta se reciba
con amor, se críe con benignidad y se eduque religiosamente; en el sa-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
93
cramento a que el matrimonio no se disuelva; y que el repudiado o re-
pudiada no se una a otro ni aún por razón de la prole. Esta es una
como regla del matrimonio, con la cuai o se embellece la fecundidad de
la naturaleza o se reprime el desorden de la incontinencia" son escri-
tos del excelso Obispo de Hipona.
Y dice Pió XI más adelante: "Esta que llama con mucha propie-
dad San Agustín, fidelidad en la castidad, florece más fácil y mucho
más agradable y noblemente considerando otro motivo importantísimo,
a saber, el amor conyugal que informa todos los deberes de la vida de
los esposos y tiene cierto principado de nobleza en el matrimonio cris-
tiano. Pide además la fidelidad del matrimonio que el varón y la mu-
jer estén unidos por cierto amor santo, puro, singular; que no se amen
como adúltero, sino como Cristo amó a la Iglesia, pues esta ley dió al
Apóstol cuando dijo: I\4aridos, amad a vuestras mujeres como Cristo
amó a la Iglesia, a la cual ciertamente se abrazó con tan inmensa ca-
ridad, no por su conveniencia sino solamente mirando a la utilidad de
la esposa. Caridad decimos que no se funda solamente en el apetito
carnal fugaz y perecedero, ni en palabras suaves, sino en el afecto ín-
timo del alma y que se comprueba con las obras, puesto que como sue-
le decirse, "obras son amores y no buenas razones".
Y más adelante, comentando la frase lo que Dios unió, dice: "Cuan-
tos y cuan grandes beneficios se deriven de la indisolubilidad, no po-
drá menos de ver el que reflexione, aunque sea ligeramente, ya sobre
el bien de los cónyuges y de la prole ya sobre la utilidad de la socie-
dad humana" y termina con notas positivas para la restauración cris-
tiana del matrimonio, considerando el designio Divino, la profunda pie-
dad, la obediencia a la Iglesia, educar y ayudar, demostrando los in-
convenientes de la exagerada educación fisiológica, aconsejando vivir el
sacramento, la educación pre-matrimonial, el concurso individual, la pro-
videncia social, en fin, contemplando el problema bajo todos sus ángu-
los para terminar invocando al Autor de toda gracia para que cumpli-
dos todos los requisitos, el matrimonio recupere su dignidad para po-
der ser guia y camino de santificación de los casados.
Y Pío XI I en los discursos a que hemos hecho referencia añade
otros aspectos que glosamos "Por fin, dice Pío XII: Nos, os saluda-
mos paternalmente, dilectos nuevos esposos, ante quienes la vida se
abre por florido sendero. Bien sabéis empero, que este camino, si cier-
tamente os conduce ahora entre flores primaverales, a través de abri-
gados valles, tendrá también para vosotros, como para todos, sus ás-
peras cuestas, sus peligrosas bajadas, tal vez también sus horas de
94
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
tempestad. Tened, pues, también vosotros vuestro cenáculo, un asilo
de retiro y de oración, en vuestro propio hogar doméstico", y en otro
discurso también entre parejas de recién casados ha dicho: "Por lo
demás no sería conforme a la verdad creer que el Antiguo Testamento
no haya enseñado ya el perdón de las ofensas. Encuéntranse allí a
propósito, preciosas y sabias amonestaciones, especialmente para vos-
otros, caros nuevos esposos. ¡No te acuerdes de ninguna de las ofen-
sas recibidas del prójimo! dice el Eclesiástico; ahora bien, el olvidar-
las es tal vez más duro aún que perdonarlas, perdonad, pues, ante to-
do, y Dios os dará la gracia de olvidar. Más a trueque de todo, arro-
jad de vosotros el deseo de venganza que ya en la antigua ley con-
denaba así el Señor "No buscar la venganza y no conservar memoria
de la injuria de tus conciudadanos" dice el Levítico. En otras palabras,
se podría decir hoy: guardaos del resentimiento contra vuestros veci-
nos, porque "Quien quiere vengarse, experimentará la venganza del Se-
ñor, que tendrá cuenta exacta de sus pecados".
Estas breves notas acerca de la preocupación del actual Vicario
de Cristo, Su Santidad Pío XII, son sólo una muestra dentro del sin-
número de las que tiene dichas y que constituyen volúmenes enteros
llenos de sabiduría y de ciencia en este aspecto trascendente que nos
ocupa .
Hemos tratado muy brevemente de lo que en concreto está sóli-
damente afirmado con la autoridad que tienen los Pontífices, permi-
tidme ahora que continuemos con algunas ideas propias acerca del tema
que tratamos.
Hemos demostrado la sólida raíz doctrinaria que tienen la uni-
dad y la indisolubilidad en el matrimonio. De estas ideas se despren-
den un sinnúmero de cualidades que adornan a la familia cristiana.
Es bajo el régimen de la unidad matrimonial que pueden fructificar
una serie de bienes que repercuten en los cónyuges y en la prole. La
comunidad "per-vitam" de anhelos, inquietudes, alegrías y tristezas, son
los vínculos a los que sobreañadido el sacramental, refuerzan la soli-
dez de la estructura de la sociedad conyugal. Las mutuas condescen-
dencias, el espíritu comprensivo, los renunciamientos y sobre todo el
espíritu de sacrificio que la entrega total de persona a persona signi-
fica, son los únicos elementos que dan solidez al cimiento familiar y
le permiten edificar tranquilamente la prolongación de la sociedad con-
yugal que son los hijos. El renunciamiento a las comodidades excesi-
vas, a los placeres exagerados, a los lujos desmedidos no son sino la
consecuencia del espíritu cristiano que sobrelleva alegremente todo re-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
95
nunciamiento. En este concepto es preciso educar a la prole dentro
de la idea de que la vida es una continua privación desde las cosas
trascendentes hasta las más insignificantes. Esta escuela de rigidez y
en cierto modo de contrariedad, es la única por la cual más tarde se
sabrá sobrellevar y vencer las dificultades que constituyen la vida.
Bajo estos principios los hijos crecerán observando el ejemplo en sus
progenitores, la mejor lección y el mejor aprendizaje de buenos há-
bitos y qué satisfacción cuando ante determinada circunstancia, se ob-
serva la conducta que un hijo así formado escoge. Esta permanente,
lección cuotidiana, empieza en la cuna, cuando el infante un tanto ins-
tintivamente, desde entonces, pretende imponer su voluntad que si no
es corregida a tiempo, continuará por el mismo camino en la edad pre-
escolar y en la escolar; desde ella se moldea y se plasma en germen
lo que más tarde vamos a ver irremediablemente desenvuelto en la pu-
bertad y en la adolescencia con caracteres que no deben constituir una
sorpresa, porque no es que afloren en ese momento, sino que son la
lógica consecuencia y evolución de los primeros impulsos sensitivos de
la cuna, las tendencias inconscientes de la edad escolar y las costum-
bres, por no llamar los vicios en el adolescente.
La vigilancia cuidadosa del niño, que sólo en casos especiales de-
be ser aconsejada por el maestro y hasta por el médico es deber pri-
mordial, y obligación de los progenitores. La delegación de estas fun-
ciones, primero en la casa, luego en la escuela, significan el renuncia-
miento de esas obligaciones primordiales irrecusables que la paternidad
lleva consigo, y que no sé como calificar.
No es esta función exclusiva del padre o de la madre: es de am-
bos y con responsabilidad repartida por igual. Por desgracia en la épo-
co en que vivimos, en que tanta importancia se da a lo económico esta
razón pretende ser excusa para pretextar de ella. La actividad social
exagerada, en que determinada clase social se ve envuelta, es otro de
los pretextos para aligerarse de esta obligación. Una u otra no jus-
tifican, ni el abandono, ni la renuncia de los deberes, que son la úni-
ca y exclusiva razón de la actividad de la sociedad conyugal, que si
no los cumplen está muy lejos de llenar el objeto para la que fue crea-
da y no existe justificación para esa actitud que hace quebrar el de-
sarrollo de lo objetivo fundamental que es educar y dar ejemplo a los
hijos .
Es mi mente presentar un cuadro positivo de la familia cristiana.
No quiero continuar con la exposición en el plan de crítica de estos úl-
timos párrafos.
96
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
En cambio, aquella familia cristiana en que la armonía, la idea
común de tener el matrimonio como medio de santificación, aquella en
que el temor de Dios es inculcado en los seres con que la Providen-
cia ha regalado a la unión bendita por el sacerdote en nombre de Dios,
aquella, qué cuadro tan hermoso y consolador presenta.
Esa visión armoniosa que representa el hogar cristiano, refugio y
lugar seguro y firme en que el cabeza de familia encuentra la fuente
de consuelo y el refrigerio y aliento justo a la jornada cumplida y don-
de saca energías para continuar la brega cuotidiana . Ambiente a que
todo hombre de trabajo tiene derecho, y que requiere condiciones des-
de las de lugar, esto es de comodidad, hasta el cariño y el amor de
los suyos y a cuyos cuidados queda en su ausencia obligada en la fae-
na, la compañera de toda la vida, la confidente de siempre, la co-
partícipe de penas y glorias y de alegrías y sinsabores, el alma de la
casa, la esposa, la reina del hogar.
La unión inseparable de la pareja, base de la solidez de la fami-
lia, ejemplo viviente para la prole que pesa más que todas las lectu-
ras y conferencias y todas las enseñanzas y lecciones.
De este conjunto sale lo que no es necesario ser filósofo educa-
dor para prever. Surge sólido y robusto el árbol familiar a ejemplo
de la familia bíblica. Surge como Hila, pleno de sacrificio, mortifica-
ción, renunciamiento, obediencia, respeto, devoción, jalones todos de don-
de como es lógico y por cuyo conducto saldrán hombres fuertes.
No hace mucho hemos oído de uno de los oradores que nos visita
en una de sus magistrales conferencias, como la convivencia familiar
es la sola forma en que los elementos jóvenes crezcan ambientados y
por el contrario, como su quiebra produce, desde niños de conducta
anormal hasta delincuentes. Igualmente le escuchamos, como la lite-
ratura infantil simplista y superficial, crea mentes vacías y sin trascen-
dencias, actitud que luego evoluciona con el niño y lo lleva a extremos
que para los padres necios constituyen después sorpresas, y no agra-
dables por cierto.
Las distracciones son parte necesaria en la vida: la lectura es un
hábito digno de ser estimulado. Es el cine, el arte de nuestros días,
no hay duda ninguna, un elemento a la vez que de distracción, de ins-
trucción, pero entendámonos, qué lecturas y qué cines llenan esas fun-
ciones con provecho. Son elementos útilísimos, más usados en debida
forma .
La radio, el sistema informativo de nuestro siglo, por lo menos en-
tre nosotros en que aún no ha llegado la televisión. Que maravilla de
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
97
fuentes de enseñanza y de ilustración; pero la buena trasmisión, la cons-
tructiva .
Tenemos que aceptar que todo es bueno y que todo es útil cuan-
do las mentes rectoras obran con buena intención, y cuando el crite-
rio que informa a los empresarios o a los accionistas es recto y jus-
to y que el aspecto comercial esté subordinado al ético en beneficio de
la sociedad de la que ellos también forman parte, y cuya responsabi-
lidad está en razón directa a su cultura y posición social.
Los diarios que igualmente tienen la tremenda responsabilidad de
informar y de encauzar las corrientes de opinión pública, y que por fi-
nes lucrativos se convierten en sensacionalistas y en fuente de porno-
grafía y escándalo en las mentes jóvenes.
Y frente a todo esto los poderes públicos, cuya obligación es tam-
bién cuidar por el bienestar y la salud mental y el equilibrio moral del
pueblo, y que complacidamente o haciendo oídos sordos y mirada cie-
ga no escuchan ni ven la gravedad de estos problemas expuestos por
los Prelados y las Asociaciones de Padres de Familia.
Sólo la voz de la Iglesia a través de los Pontífices en todos los
tiempos y en toda circunstancia, es la que se oye para alentar y man-
tener el pensamiento de los corazones angustiados con terribles interro-
gantes de los padres católicos del Perú y con ella nuestra decisión fir-
me de defender por todos los medios aquello que es más nuestro por
sangre y por amor.
LA EUCARISTÍA Y LAS MISIONES
Discurso de Monseñor Fr. Buenaventura
León de Uriarte O.F.M., Vicario Apostólico de
San Francisco Solano del Ucayali.
Et eccc ego vobiscum sum ómnibus diebuas, usque ad consumatio-
nem saeculi (Math. XXVIÍÍ, 20) . Y estad ciertos que yo mismo es-
taré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos.
Eminencia Rvdma. Excmo. Señor Arzobispo Coadjutor y Vicario
Capitular. Excmos. y Rvdmos. Señores Arzobispos y Obispos. Rvdos.
Señores Sacerdotes-Honorables Autoridades-Venerables Religiosos y Re-
ligiosas-Amados Hermanos míos todos en Nuestro Señor Cristo Rey
Sacramentado y María Reina Inmaculada.
98
V CONGRESO EUCARISTICO NACIONAL Y MARIANO
LA EUCARISTIA, la obra suprema de Dios por amor al hom-
bre, como que en decir del discípulo más amado de Jesús San Juan
(XIII, 1) en su Evangelio, al instituir la Eucaristía, llegó hasta el fin
el amor omnipotente de Dios para con el hombre. LAS MISIONES,
la obra más divina entre las obras divinas, como es cooperar con Dios
en la salvación de las almas, como nos asegura San Dionisio el Areo-
pagita. LA EUCARISTIA, el Amor de los amores de Jesús, por el
hombre, en frase de San Bernardo. LAS MISIONES, el amor de los
amores del hombre por Jesús, a imitación de San Pablo (I Cor. IX,
22). LA EUCARISTIA, Cristo que se nos da todo a nosotros y Cris-
to que es todo para nosotros, como nos dice San Ambrosio. LAS MI-
SIONES, el hombre que se da todo por Cristo, para salvar a todos los
hombres para Cristo, como quería San Pablo.
Precisemos y concretemos lo que se entiende y se debe entender
por la palabra MISIONES en el Perú. Con la palabra MISIONES
queremos significar lo que oficialmente declaró la Santa Sede de acuer-
do con el Gobierno Nacional y la Jerarquía eclesiástica: Territorio de
Misiones en el Perú, es la Montaña, toda la Montaña, y nada más que
la Montaña, o sea, la Selva, toda la selva y nada más que la selva. No
confundamos tampoco la MONTAÑA con la vida salvaje, como lo
hacen algunos, pues no creemos pueda llamarse tal una región en la
que el 96 a 97%, nada tienen que envidiar a la Sierra, ni siquiera a la
Costa; que lo digan sino los millares y millares de montañeses que ten-
go delante, pues todos hablan el castellano que es su idioma general,
y casi único, el castellano, que es el idioma para hablar con Dios, que
decía el emperador Carlos V. De los 3 a 4% salvajes, el 2% por lo me-
nos son civilizados, bautizados y hablan el castellano, y el 1 ó 2% cuan-
do más de salvajes netos, están absorbidos en general o controlados por
la inmensa mayoría de los civilizados y hablan también muchos el cas-
tellano. Que lo digan sino los "chunchos" digo, "paisanos", que tengo
delante, pues, me están viendo, y escuchando como lo hacen ellos: "en
silencio y observando". Son muchos "chunchos auténticos" aunque no
lo parezcan: pues, "chunchos" hay en nuestra Marina, como que uno
de los "señaleros" de la Torre de señales del Callao, es chuncho por
los cuatro costados, otro que trabaja en el Real Felipe, es también "Cam-
pa" de padre y madre, y así otros en el Ejército, otros en la Aviación,
otros entre los Artesanos, otros entre los Empleados y las Empleadas,
otros en nuestros Colegios, aquí mismo en Lima. Mi sacristancito que
anda por ahí es "campa" y el mayor insulto que se le puede dirigir es
llamarlo "chuncho" como lo hacen los muchachos que juegan con él
...el Emmo . Cardenal Lega-
do en tres momentos: con el
Excmo . Vicario Capitular de
Lima, con el Emmo . Cardenal
Caro. Arzobispo de Santiago
de Chile y con el Sr . Alcalde
de Lima . . .
...el Emmo . Cardenal Legado, en compañía de los Excmos . Prelados
asistentes a los actos del Congreso . . .
. . .los Prelados concurren a los oficios. . .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
99
cuando pelean, a los cuales él les contesta indignado: "Yo no soy
"chuncho", yo soy limeño. . . y por lo "vivo" al menos, merece serlo. . .
Por esto no nos parece justo ni menos conveniente por el honor 0
y prestigio del Perú, que exhibamos demasiado a los pocos salvajes que
nos quedan, pues, de ello se sigue muchas veces, aun dentro del Perú,
creer que toda la Montaña es salvaje, cuando es completamente falso,
y fuera del Perú, que el Perú es así, confundiendo con una minoría in-
significante de salvajes la inmensa mayoría de civilizados que pueden
rivalizar alternando con honor con los países más cultos y civilizados del
mundo.
Lo cual no quiere decir que no haya problema misionero en la Mon-
taña y que no lo haya de haber durante muchos años todavía, por el
clima tropical y enervante, por los bichos sin número, por las enormes,
distancias, por la falta de movilidad y de caminos, por lo despoblado
de la región, por las enfermedades propias de las regiones tropica-
les y por las propias de cada región, como la lepra que abunda desgra-
ciadamente en nuestro Vicariato Apostólico del Ucayali, como que ac-
tualmente tiene el Vicariato tres Misioneros Leprosos y hace pocos años
murieron otros dos. No nos parece porcentaje pequeño CINCO Misio-
neros leprosos en quince años aun cuando ellos sean lo mejor de mi
Vicariato Apostólico las víctimas y misericordias de Dios, los pararra-
yos y fuentes de bendiciones para la Misión del Ucayali. ¡Benditos
sean! Por otra la falta de recursos de todo género para afrontar los
obstáculos que ofrece una lucha constante con la naturaleza primitiva
y bravia hace que la aspiración general y ordinaria de todo montañés
sea salir de la Montaña sino él sus hijos, lo mismo que la aspiración
general de todo provinciano suele ser, venir él y sino sus hijos a Lima.
Lo cual es un grande mal para la Montaña, asi como para las Provin-
cias como lo es para todo el Perú en general, por muy humano que
ello sea.
El día 3 de agosto de 1641, el Padre Matías Yllescas, y los Her-
manos Legos Fray Pedro de la Cruz y Fray Francisco Piña, los tres
Misioneros Franciscanos, se embarcaron en una débil y frágil balsa en
el río Perené en la región que llamamos de Chanchamayo rumbo hacia
lo desconocido, buscando una ruta más corta para llegar por el Perú
al gran río Amazonas —el rey de los ríos del mundo. Pero al llegar
cerca de la Boca del río Aguaitía, afluente por la izquierda del gran
río Ucayali, origen del Amazonas, fueron muertos los heroicos Misio-
neros por los indios "Shipibos" quedando empapada la tierra con la
sangre misionera de esos Protomártires Franciscanos del Ucayali. Muy
100
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
bien puede llamarse, pues esa tierra: PUCALLPA "tierra colorada" en
quechua. Y el año 1721 otros Misioneros bajan de la Cordillera Azul,
% como quien dice del Cielo a unas inmensas "pampas", que las llama-
ron: PAMPAS DEL SACRAMENTO, por caer ese día en ese año
la Fiesta del Corpus Christi, en el pueblo cristiano. Habían llegado al
río "YURACYACU" que quiere decir: RIO BLANCO en quechua, y
cuando esas aguas del Río Blanco o Yuracyacu, se juntaron más abajo
con las del inmenso UCAYALI, padre del Amazonas como dijimos, el
monarca de los ríos del mundo, formaron allá en la región de la hoy
floreciente PUCALLPA ^una grandiosa bandera roja y blanca— que
proclamaba ante los Cielos y la Tierra que esa tierra era ya y será siem-
pre peruana, pero también eucaristica porque la bandera peruana es la
bandera eucaristica por excelencia: blanca como la Hostia santa y roja
como la Sangre de Cristo, como para indicarnos que el peruano debe
ser patriota, pero también eucarístico, amante de Jesús Sacramentado.
El símbolo más hermoso y apropiado del amor de Jesús Sacramen-
tado es su imagen bendita enseñándonos ese "Corazón que tanto ha
amado a los hombres y de los cuales es tan mal correspondido", como
dijo Jesús en amorosa queja a la Apóstol de su divino Corazón Santa
María Margarita Alacoque. Pues bien: no sólo en el Perú sino en
todo el mundo al Corazón de Jesús se le representa de ordinario, ves-
tido de blanco y con el manto rojo, envuelto como si dijéramos en la
bandera peruana, como para indicarnos que si Jesús ama a todos sin ex-
cepción, a los peruanos nos ama de una manera muy especial, y por
tanto los peruanos debemos amarlo con todo nuestro corazón y más que
los demás. Con razón es un ilustre peruano el gran apóstol de la En-
tronización del Sagrado Corazón de Jesús en las Familias, el venerable
y benemérito anciano Padre Mateo Crowley, tío bienamado y Padrino
de nuestro querido Arzobispo Coadjutor y Vicario Capitular Monseñor
Juan Landázuri Ricketts, activo y hábil Presidente del Comité Organi-
zador de este grandioso V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano;
pero ¿qué mucho si ambos son arequipeños, de esa Arequipa la Roma
del Perú, tierra volcánica y de fuego cuando se trata de la Patria, cuan-
do se trata de Dios. Arequipa la ciudad blanca como la nieve de sus
picos nevados y el fuego de sus volcanes con los que forman una ban-
dera que une el Cielo con la Tierra, como para indicar que los are-
quipeños son tan religiosos como patriotas y tan patriotas como reli-
giosos. ¡Arequipeños como nuestro gran Cardenal el Eminentísimo Car-
denal Don Juan Gualberto Guevara, a quien Dios tenga en su gloria,
principalísimo autor y gestor de este incomparable homenaje a Jesús
101
Sacramentado, aquí en Lima en esta ciudad de los Reyes en donde te- /
nemos una Rosa regia, una rosa celestial, una rosa divina y al mismo
tiempo "peruana" blanca y roja; blanca por la inocencia de su vida pu-
ra y roja por sus martirios de penitencia inenarrable. Rosa eucarística y
mariana eucarística por su amor a Jesús Sacramentado que la hizo su
esposa; y mariana por su amor a María Inmaculada, que le impuso su
apelativo, ordenándole llamarse; Rosa de Santa María.
Cuando hace algunos años al amanecer de un día radiante de sol,
de un 27 de julio, víspera de nuestra Fiesta Nacional, sobre la cumbre
de la cordillera Yanachaga en el lugar llamado Cajonpata celebraba yo
la Santa Misa teniendo a mis pies en lontananza envuelta en espesa ne-
blina matinal la llanura amazónica esperanza de la Patria, dije: Así
como este sol radiante disipará en pocas horas esa neblina y nos mos-
trará en toda su grandeza y hermosura esa inmensa llanura amazónica,
así el Sol de la Eucaristía disipará con sus rayos celestiales las tinie-
blas del error, de la ignorancia y del pecado, y difundirá la luz de la
verdad y de la vida, el amor y Ja salvación a todas esas inmensas Pam-
pas, porque esas Pampas son de Jesús-Hostia porque son Pampas del
Sacramento .
La EUCARISTIA es la vida de las Misiones, y la vida eucarísti-
ca es el termómetro de la vida misional. Hace bastantes años me decía
un veterano y gran misionero; "Cuando 40 años atrás fundé esta Mi-
sión en este lugar en donde sólo había tres chozas, llevaba al principio
una vida lánguida y difícil, hasta que resolvimos tener día y noche a
Jesús Sacramentado en nuestra pobre Capilla misional con lo que des-
de ese momento comenzaron a desaparecer las dificultades y a flore-
cer la Misión. Y cuando a los pocos años llegaron las Franciscanas
Misioneras de María, la Misión llegó a ser la más floreciente del Vi-
cariato Apostólico, como lo es hasta hoy día, con dos Escuelas Norma-
les Rurales, dos Colegios Nacionales y millares de alumnos de Prima-
ria, con Talleres de Artes y Oficios, Imprenta, Periódico, Granja agrí-
cola, Planta eléctrica. Motores y lo que es más y el alma de todo ello,
un inigualado amor a Jesús Sacramentado, como que este año pasan de
30,000 las Comuniones, lo que es un índice de la exuberante vida euca-
rística de la Misión que irradia verdad y vida-amor a Jesús Hostia y
un intenso apostolado en toda la comarca. Y no se diga ahora que el
día 8 del corriente, o sea, antier se ha inaugurado una grandiosa Igle-
sia nueva de tres naves de ladrillo y cemento, y se dé a Jesús Sacra-
mentado un culto más esplendoroso todavía.
102
Una gran Misionera llena de amor a Jesús Hostia me dijo un día:
Monseñor, ya no podemos más . Este clima enervante, estos bichos que
nos comen, este río inmenso que nos quiere llevar a nosotros y hasta
a la Misión —esta invasión de herejes — esta indiferencia religiosa del
medio ambiente... pero concédanos la gracia de que podamos tener a
Jesús Sacramentado en nuestro Oratorio y no se preocupe que con Je-
sús lo podemos todo, y estando con El no tememos a nada ni a nadie.
Y allí están a estas horas firmes y animosas, en plena batalla, seguras
de la victoria. Rogad porque así sea pronta la victoria.
Por eso en todas las Residencias Misionales se procura tener Reli-
giosas Misioneras, no sólo porque son Maestras inmejorables. Obreras
activas, hábiles e incansables, Directoras de Colegios e Internados Mo-
delo, Misioneras auxiliares en una palabra insustituibles, sino principal-
mente porque son Adoratrices, Reparadoras, Intercesoras y Apóstoles
de Jesús Hostia, pararrayos y fuente de gracias y de bendiciones para
la Misión .
Por algo Santa Teresita del Niño Jesús, que no fué misionera en
tierras de Misión ni conoció a niguna Misión, es Patrona de todas las
Misiones, porque unida a Jesús llegó a ser la misionera por excelencia
y Patrona universal de las mismas, lo cual quiere decir que la Misión
es obra ante todo y sobre todo, de la oración y de la gracia de lo cual
es Jesús Hostia fuente abundosa e inagotable. ¡Qué consuelo y qué
lección para las beneméritas Religiosas de Clausura que desde su re-
tiro como nuestra Santa Rosa de Lima, pueden ser misioneras en el sen-
tido más subhme y eficaz de la palabra! ¡y qué consuelo y qué lección
para las almas amantes de Jesús Hostia y de su gloria! y ¡qué lección
también para nosotros los Misioneros y las Misioneras saber que lo más
eficiente de nuestra misión es estar unidos siempre con Jesús y saber
también por boca del mismo Jesús: Quien come mi carne y bebe mi
sangre en Mí mora y yo en él (Joann. VI, 57), y quien permanece en
Jesús y Jesús en El, este da mucho fruto (Joann. XV, 5).
No hace muchos años una María de los Sagrarios —¡atención! Ma-
rías de los Sagrarios— enferma, vieja e inválida, pero una gran apóstol
de Jesús Sacramentado me suplicó le asignara el Sagrario más abando-
nado de mi Vicariato Apostólico. Le señalé un Sagrario cuidado por
un benemérito pero pobre Misionero anciano que no podía evitar que
los ratones le comieran hasta los Ornamentos Sagrados: Pero ¡oh poder
del amor a Jesús Hostia! Actualmente esa Misión tiene Misioneros y
Misioneras jóvenes llenos de bríos y de celo apostólico, con dos Escue-
las Prevocacionales de Niños y de Niñas, dos Internados de Indígenas,
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
103
Escuela de Artes y Oficios, Planta eléctrica. Granja Agrícola y lo que
es más es un foco de amor a Jesús Sacramentado, el máximo de los
Misioneros y a María Inmaculada, la máxima de las Misioneras. Y la
benemérita María de los Sagrarios, enferma, inválida y casi moribunda
sólo vive para trabajar y orar por el Reinado de Jesús Sacramentado y
de María Inmaculada. Es público y notorio que la herejía protestante
está invadiendo Iberoamérica. Pues bien; en uno de los últimos Correos
me escribe un Padre Misionero joven-entusiasta y lleno de celo: Cum-
plo con informar a Vuecencia que he ido a visitar al flamante pueblo
cuya fundación bendije hace pocos meses, y me he encontrado con la
ingrata sorpresa de que se ha establecido en él uno de esos que llaman
"pastores protestantes" un infeliz apóstata y renegado que hace cosa de
dos años, abandonó por interés nuestra santa Religión Católica . Desde
que llegué no chistó. Está visto que donde llega el Sacerdote con Jesús
Sacramentado nada tienen que hacer ellos, que están demás. Fui, aña-
de el Padre Misionero, de casa en casa y todos me aseguraron que
querían seguir en nuestra santa Fe Católica y no querían saber nada
de los herejes; pero añade con pena el Padre Misionero, el peligro sub-
siste, pues, les dicen a esas pobres gentes: "Hazte protestante y te da-
rán setecientos soles mensuales (menos de 40 dólares para ellos) y con
unas cuantas Biblias, unas cuantas revistas y folletos y unos tocadis-
cos hasta te hacen pastor protestante. Efectivamente ellos tienen dóla-
res, tienen de todo, nosotros somos pobres y no tenemos nada . . . pero
no les tememos pues tenemos a Jesús Sacramentado que ellos no lo tie-
nen. Y Jesús ha dicho para nuestro consuelo El que come mi carne y
bebe mi sangre, permanece en Mi y Yo en él (Joann. VI, 57); y tam-
bién: Quien permanece en Mí y Yo en él, este producirá mucho fruto
(Joann. XV, 5). Ya los que no están con El les amenaza diciendo:
"Sin Mí, nada podéis hacer". Ya sabemos pues los Misioneros que con
Jesús lo podemos todo como decía de sí mismo el más grande de los
apóstoles de todos los tiempos San Pablo: Todo lo puedo en aquel que
me conforta (Philip. IV, 13), esto es en Cristo Jesús. Y también sa-
bemos que no teniendo a Jesús los enemigos de nuestra santa Fe Ca-
tólica, nada nos pueden hacer.
Con sabiduría infinita pues, les dijo Jesús a sus Apóstoles los pri-
meros Misioneros, y en ellos a nosotros, antes de subir al Cielo des-
pués de su gloriosa Resurrección: "Como me envió mi Padre, así os
envío yo a vosotros (Joann, XX, 21) . Y estas otras palabras: "Se me
ha dado toda potestad en el Cielo y en la tierra. Id, pues, e instruid a
todas las Naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo
104
y del Espíritu Santo, enseñándolas a observar todas las cosas que yo
os he mandado (Matth. XXVIII, 18-20)". He aquí la Misión, he aquí
la autoridad, he aquí los poderes de los apóstoles, los primeros misio-
neros sucesores de Cristo, he aquí la misión, la autoridad y los poderes
de todos los Misioneros de Cristo, he aquí nuestras Credenciales. En-
viados de Cristo, con la misma autoridad de Cristo, con los mismos po-
deres de Cristo. Id, mandato de Dios al que nadie puede resistir. INS-
TRUID, no repartid Biblias, folletos ni papeles, porque la Fe proviene
dice San Pablo (Rom. X, 17) del oír, y el oír depende de la predica-
ción de la palabra de Cristo" y luego pregunta el Apóstol: "¿Y cómo
habrá predicadores si nadie los envía? (Rom. X, 15)" sino hay misio-
neros . De aquí la necesidad de Misioneros, de Vocaciones misioneras
la máxima necesidad de las Misiones. "A todas las naciones" sin lí-
mite de fronteras, ni discriminación de razas o de pueblos, por donde
se vé también, que el misionero es por su mismo origen y esencia, cató-
lico, es decir universa!, todo el mundo es su patria, en todas partes está
en su casa, y esto por voluntad expresa del mismo Dios. No hay pues,
misionero católico extranjero en ninguna parte. "Bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" porque como dijo
Jesús: "Quien creyere y fuere bautizado, se salvará y el que no creye-
re, se condenará"; pero con una fe práctica, pues la Fe sin obras es
muerta (Jac. II, 20) "enseñándolas a observar todas aquellas cosas
que yo os he mandado". Y para que los Apóstoles sus enviados o mi-
sioneros, no se asustaran ni se desalentaran ante tan tremenda empre-
sa, concluye Jesús con estas consoladoras palabras: "Y estad ciertos que
Yo mismo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos (Matth.
XXVIII, 20) .
Por eso nuestros Misioneros que se dan perfecta cuenta de la in-
gente labor que se les ha encomendado, superior evidentemente a sus
fuerzas humanas, van por toda la Montaña, por todos sus ríos y ca-
seríos y hasta el último rincón con Jesús Sacramentado y con María
Inmaculada, sabiendo que la Montaña será cristiana de verdad, será
verdaderamente católica, cuando llegue a ser verdaderamente cucarísti-
ca, verdaderamente mariana, porque Cristo Rey Sacramentado a don-
de quiera que llega con María Inmaculada Reina de Cielos y tierra,
vence, reina e impera . . .
He dicho.
SABADO 11 DE DIOEMBRE
DIA DE LA OFRENDA DEL TRABAJO Y DEL DOLOR
ENTENaON:
Por la realización de la Justicia Social.
A horas 6.00 a 8.30 a.m.
Distribución procesional de la Sagrada Eucaristía a los enfer-
mos, en sus domicilios.
CAMPO EUCARISTICO
A horas 8.30 a.m.
Ordenaciones Sacerdotales.
Conferirán el Presbiterado, el Excelentísimo y Reverendísimo
Señor Leonardo Rodríguez Bailón, Arzobispo de Arequipa, y
los Excelentísimos y Reverendísimos Señores Francisco Rubén
Berroa, Obispo de lea, y Mariano Jacinto Valdivia, Obispo
de Huaraz.
Tarde
A horas 6 .30 p.ni.
Angelus.
Llegada al Campo Eucarístico del Eminentísimo y Reverendí-
simo Señor Federico Cardenal Tedeschini, Legado Pontificio.
Himno Oficial de los Congresos Eucarísticos Nacionales .
Marcha Pontificia — C. Gounod — Coro y Banda.
"La Vida como Ofrenda", discurso del Señor Doctor Don Er-
nesto Alayza Grundy.
106
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Salve Regina — Canto Gregoriano, por el Coro Polifónico.
"La Eucaristía y la Cuestión Social", discurso del Excelentí-
simo y Reverendísimo Señor Tulio Botero Salazar, Obispo de
Zipaquirá, Colombia.
Oremus Pro Pontífice — A. Chlondowski — Motete a 4 vo-
ces mixtas, por el Coro Polifónico.
Ofrecimiento del trabajo:
a) De la Madre de Familia, por la Señora María Roca Rey
de Valdeavellano.
b) Del Obrero, por el Señor Glicerio Franco Zumaeta.
c) Del Empleado, por el Señor Samuel Gamio Palacio.
d) Del Profesional, por el Doctor Eduardo Pérez Araníbar.
e) Del Maestro, por el Doctor Walter Peñaloza.
f) Del Universitario, por el Doctor Mario Alzamora Valdez.
Exposición del Santísimo Sacramento.
Yo te Adoro Hostia Divina — Coro y Banda.
Tantum Ergo — Del Valle — Coro mixto a 4 voces, por e!
Coro Polifónico.
Un Excelentísimo y Reverendísimo Prelado impartirá la Ben-
dición con el Santísimo Sacramento.
Cántate Domino — Hassler — Motete a 4 voces mixtas, por
el Coro Polifónico.
Noche
A horas 9.00 p.m.
Concentración de hombres.
Avda. Tacna, catre la Colmena y el Santuario del Señor de los Milagro».
A horas 10.00 p.m.
Iniciación del desfile.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
107
CAMPO EUCARISTICO
A horas 12.00 p.m.
El Excelentísimo y Reverendísimo Señor Javier Ariz, O. P.,
Obispo Coadjutor del Vicariato Apostólico de Puerto Maldo-
nado, oficiará la Santa Misa y pronunciará la alocución.
Comunión de hombres.
•
Cristo ha recibido el homenaje de los niños, de los soldados, de las
madres, esposas e hijas y ahora sale a buscar a aquellos que no pueden
ir a El.
Desde las 6 de la mañana los sacerdotes, en todas las parroquias,
llevan procesionalmente la Sagrada Eucaristía a los enfermos y la ofren-
da del dolor de éstos, unida a Aquel que se inmoló por todos, producirá
en la noche su fruto, cuando millares de hombres movidos por el impul-
so misterioso de la Gracia den testimonio de su fe.
A las 8 y 30, de la .mañana en el Campo Eucarístico, frente a tres
altares levantados bajo la Cruz Monumental, por primera vez en la
historia religiosa del Perú, 36 jóvenes son consagrados sacerdotes si-
multáneamente.
Por primera vez, también, los millares de fieles asistentes presen-
cian la ceremonia excelsa y poco conocida en que los sacerdotes reciben
de manos del Obispo el "carisma sobrenatural e imborrable de que ca-
recen los Angeles".
Mons. Leonardo Rodríguez Bailón, Arzobispo de Arequipa; Mons.
Francisco Rubén Berroa, Obispo de lea; y Mons. Mariano Jacinto Val-
divia, Obispo de Huaraz, ofician los solemnes ritos de la consagración
sacerdotal .
Se escucha el llamamiento y advertencia a los ordenandos, la pre-
sentación de los candidatos al Pontífice consagrante, la consulta y re-
querimiento a los presentes, la exhortación a los 36 clérigos y, finalmen-
te, la plegaria por ellos, las Letanías de los Santos, que escuchan pos-
trados en el suelo en señal de "humildad e indignidad para tan alto
oficio" .
Ha llegado el solemne momento de la ordenación. Los Obispos im-
ponen las manos sobre la cabeza de cada uno de los aspirantes; lo mis-
mo hacen los Prelados y sacerdotes presentes.
108
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAT. Y MARIANO
Luego se les entrega los ornamentos sacerdotales: la Casulla, que
simboliza el yugo del servicio de Cristo y la Estola, que recuerda la
cruz que fue puesta sobre sus hombros.
La consagración sacerdotal se completa con la unción de las ma-
nos con el Oleo santo .
Los padres y familiares de los nuevos sacerdotes, que ocupan una
l'ribuna especial, dan muestras de profu,nda emoción que se intensifi-
ca cuando la voz del sacerdote encargado de difundir por los micró-
fonos la ceremonia, traduce las palabras del Obispo: "Dígnate, Señor,
consagrar y santificar estas manos por esta unción y nuestra bendi-
ción, para que sea bendito todo lo que bendigan y consagrado todo
lo que consagren".
Y se les entrega el cáliz y la patena con una hostia, otorgándo-
les la potestad de celebrar y subiendo al Altar concelebran con los
Obispos consagrantes .
Después de la Comunión los Obispos recitan la fórmula que con-
fiere el poder de perdonar los pecados y se oye una vez más la voz del
sacerdote que traduce del latín; "Recibe el Espíritu Santo: a quienes
perdonares los pecados le serán perdonados y a quienes los retuvieres
le serán retenidos".
Se observa en todos los rostros una expresión de reverente asom-
bro. Se ha hecho un gran silencio en el Campo Eucarístico.
Los Obispos consagrantes después de recibir la promesa de obe-
diencia de los nuevos sacerdotes los despiden con un beso en la meji-
lla diciendo: "La paz del Señor sea siempre contigo".
El Legado Pontificio, en solemne y vigorosa alocución, exalta la
sublimidad del ministerio sacerdotal y felicita a quienes acaban de re-
cibir tan excelsa dignidad
Los padres y familiares de los jóvenes Ministros del Señor se acer-
can al Altar y en medio de impresionantes aplausos, de rodillas, reci-
ben su primera Bendición y besan sus manos, ungidas por el Obispo,
que poseen ahora un poder que nadie les podrá arrebatar. "Tu es sa-
cérdos in aeternum. . .".
Los nuevos presbíteros son los siguientes:
Lima: Roberto Vásqucz y Manuel Corbacho.
Ay acacho: Severino Huamán, Luis Arneo, Víctor Acuña, Crisó-
logo Ayala y Fausto Puza.
Cajamarca: Melchor Dávila y Antero Mundaca.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
109
Huánuco: Elias Canchucaja, Emilio Herrera, Luis Randolf y Eduar-
do Morales.
Huancayo: Domingo Galván.
Huancavelica: Reinaldo Sáenz.
Huaraz: Esteban Bustos, Emiliano León y Enrique Maguiña.
lea: Genaro Mesias y José Málaga.
Puno: Hernán Llerena y José VituUas.
Ucayali: Lucio Marcalde.
Piura: Juan Ancajima.
Orden Dominicana: Guillermo Alvarez, Guido Breña, Neptalí Cár-
denas, Felipe Hualpar, Manes Espinoza, Francisco Taya y Pedro Gó-
mez .
Congregación Salesiana: José Antúnez de Mayólo, Guillermo Arri-
vabene, Augusto Beraún, Enrique Gordillo y Alejandro Santisteban.
Esa tarde, cuando los miles de fieles que llenaban el Campo Eu-
carístico presenciaron por última vez el desfile del Cortejo Episcopal,
se notaba en el ambiente una emoción singular.
Iniciando la ceremonia Mons. Tomás Wakida, Obispo dimisionario
de Yokoham.a y titular de Hamnia, pronuncia su saludo en japonés que
un intérprete traduce y al que sigue una bellísima oración recitada en
quechua por el indigena Cossco.
El Dr. Ernesto Alayza Grundy da lectura a su discuro "La vida
como ofrenda" en el que destaca el valor de la ofrenda del cristiano
que se hace santa porque es ofrecida con Cristo.
El Excmo. Sr. Tulio Botero, Obispo de Zipaquirá, desarrollando
el tema "La Eucaristía y la Cuestión Social" hace una brillante expo-
sición de la Doctrina Social de la Iglesia.
Luego, se escuchan las oraciones de ofrenda en que una madre de
familia (Sra. María Roca Rey de Valdeavellano) , un obrero (Sr. Gli-
cerio Franco Zumaeta), un empleado (Sr. Samuel Gamio Palacio), un
profesional (Dr. Eduardo Pérez Araníbar), un maestro (Dr. Walter
Peñaloza) y un universitario (Dr. Mario Alzamora Valdez) entregan
a Dios las congojas y alegrías de su actividad propia.
Es la intención del día la realización de la Justicia Social y se pide
la aplicación del remedio de justicia a las agudas necesidades que tan-
tos sufren y que la caridad encienda las conciencias y cure la indife-
110
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
rencia de quienes podrían remediarlas para "que los bienes creados por
Dios para todos los hombres lleguen con equidad a todos". (Pío XII) .
El Excmo. Señor Carlos Jurgens, Vicario General Castrense, im-
parte la Bendición con el Santísimo Sacramento.
El momento del gran retorno había llegado y en toda la ciudad
los hombres se preparaban para acudir en gigantesca manifestación a
la cita con Cristo Sacramentado. Desde las primeras horas de la tar-
de los confesionarios de todos los templos se vieron asediados por los
hombres, los hombres buscaban confesores en el Altar Monumental, los
hombres abordaban a los sacerdotes por las calles . Se demandaba el
perdón. La absolución venía por doquiera sobre largos pecados de vein-
te o de cincuenta años. La ciudad entera abanderada con rara espon-
taneidad y luciendo en todos los hogares el Escudo del Congreso, veía
con legítima alegría las más inesperadas conversiones.
En las primeras horas de la noche las Avenidas anchas fueron es-
trecho camino para las muchedumbres. Las mujeres, apiñadas, aplau-
dían en las aceras. El río viril dueño de calles y plazas fue acercándo-
se al Campo Eucarístico. Cuatro torrentes convergieron a él. Los más
pobres se confundían con los ricos, todos cantaban con ingenuo gozo los
cánticos de la infancia del alma. Las plegarías olvidadas volvieron a
brotar de los labios. Melodías y palabras nacían con el acento de la
dura madurez y eran un tributo seguramente muy grato a Dios. Pro-
clamando la realeza de Cristo, rezando en voz muy alta por el Papa y
por el Cardenal difunto ingresaron en la enorme explanada, eran más
de 150.000 hombres y venían presididos por el Alcalde de Lima y su
Concejo Provincial.
El Excmo. Sr. Javier Ariz O.P., Obispo Coadjutor del Vicaria-
to Apostólico del Madre de Dios, ofició el Santo Sacrificio de la Misa.
Su alocución fue clara y rotunda. Glosó las palabras del Papa: Hay
una sola necesidad: hacen falta hombres. Todos los presentes sabían
que, como había dicho un peruano ilustre en el Congreso Eucarístico
de 1935, había en ellos "más debilidad que malicia y más flaqueza que
pertinacia". Por eso habían venido a pedir a Cristo que vigorizara la
Nación y la hiciera austera. Por eso se preparaban a comulgar.
Numerosos sacerdotes portando grandes copones fueron trasladados
en automóvil de la Capilla a tres Altares colocados en diversos luga-
res del Campo. De cada uno de ellos y del Altar Monumental, cerca
de 300 sacerdotes llevaron la Comunión a los hombres, en esa hora de
gracia y de perdón.
CRÓNICA V DOCUMENTOS
111
LA VIDA COMO OFRENDA
Discurso del Dr. Elmesto Alayza Grundy.
El día de hoy está dedicado al trabajo y al dolor como ofrendas
a Dios, y pesa sobre mí ninguna capacidad la tarea de exponer este
sentido de la vida humana. Muy pobres serán las reflexiones que pue-
do presentar porque no poseo la hondura filosófica ni la inspiración
mística que explican sus diversos aspectos, tan estrechamente vincu-
lados a la esencia del Cristianismo. Pero me acojo, como razón para
hablar en esta tarde, a la única razón que tuve al aceptar la tarea, que
fue la de prestar mi colaboración sin objeciones a este magno home-
naje nacional a Cristo y a su Santísima Madre.
Es un hecho que la vida de muchas gentes se desenvuelve con un
espíritu de laicismo práctico, porque prescinde de su contenido reli-
gioso; y es también un hecho que ese mismo laicismo ha penetrado
tanto entre los cristianos que a menudo no hay diferencias sustancia-
les entre nuestras actitudes y las de quienes no pertenecen a la Iglesia.
Ocurre, en primer término, que procedemos como si la vida fue-
ra un bien humano, del cual pudiéramos disponer con plena libertad,
olvidando que ella es un don de Dios, vivo y personal, en quien está
el origen increado de todo ser y de toda sustancia vital, y a Quien
son debidas todas las manifestaciones de nuestra existencia .
Se piensa, en otros casos, que la honestidad de nuestra conduc-
ta es suficiente para decirnos hombres cabales, y aún cristianos verda-
deros; porque la referimos, en el mejor de los casos, al respeto del de-
recho y a la satisfacción de la necesidad ajenas, aunque privemos a
la vida de su sentido religioso real, como efectivamente corresponde.
Concurre poderosamente a este resultado la trama cada día más
compleja de la civilización en que discurre el hombre, pues va aislan-
do la conciencia humana de su conexión real y viva con el misterio
de la creación y de la vida, para presentarle un mundo racionalizado
y soberbio, en el cual ya no se siente creatura de Dios, destinada a
la libre cooperación de realizar un orden supremo de amor.
Sucede en fin, que el laicismo es erigido en doctrina que predica,
con variedad de posiciones que van desde el simple agnosticismo has-
ta el marxismo integral, que en los fines temporales de la vida y de
la cultura se encuentran también los fines supremos de la humanidad.
112
Replegado el hombre sobre sí mismo y entregado a su propia per-
sona, como consecuencia de su alejamiento de Dios; pierde la concien-
cia de su eterno valor y reduce el universo a campo de sus andanzas,
empleado tan sólo como fuente de inspiración o como objeto de estu-
dio y de aprovechamiento útil.
De esta manera está ocurriendo que los pueblos cristianos van ha-
ciendo las manifestaciones de su espíritu de contenido religioso y so-
brenatural, el cual es sustituido por un ideal laico de costumbres arre-
gladas y de acciones humanitarias, para el cual poco o nada signifi-
can la venida de Cristo al mundo y la presencia en él de su Iglesia.
Esta profunda penetración del laicismo puede detenerse si susti-
tuímos el cristianismo tibio que el tolera, por un cristianismo integral
que dé a todas las cosas el sentido religioso que tienen, y que se viva
con la sinceridad de propósito y la intensidad de afección que corres-
ponden al hombre que lo profesa y al Señor que lo ha predicado con
su palabra y con su vida. Sin esta hondura de fe, seguiremos más
atentos a la utilidad, el placer o el poder temporal, que a los valores
que nos tocan como a hijos de Dios, con grave riesgo para muchas
almas y fracaso cierto de la civilización históricamente cristiana.
Para alcanzar un cristianismo de esta calidad, que tenga la fuer-
za expansiva de transformar paulatina pero seguramente nuestros há-
bitos individuales y nacionales, se requiere una activa conciencia reli-
giosa y su aplicación a todos los órdenes de nuestra vida. La fami-
lia y el matrimonio, la economía política, la cultura y la diversión, todo
debe ser vivido en función del hecho primario de ser expresiones de
un pueblo cristiano, formado por creaturas de Dios, redimidas por Cris-
to y llamadas a un orden de vida sobrenatural.
Ambicioso es este programa, y puede parecer inalcanzable si com-
paramos su ideal con la realidad que vivimos. Ciertamente su aplica-
ción no se mide con la limitada duración de las vidas individuales,
puesto que se trata de una transformación del orden social en su con-
junto; por otra parte, sabemos que hay un limite para la realización
plena del cristianismo sobre la tierra, ya que hasta el fin de los tiem-
pos crecerán juntas la buena y la mala simiente, estando reservada su
separación para el acto final . Más, hechas estas salvedades, en la his-
toria de la civilización cristiana y en las vidas de los innumerables
individuos que han vivido su fe con intención sincera, vemos que los
frutos que pueden cosecharse son inmensos. La radical diferencia que
existe hasta el presente entre quienes han recibido la enseñanza de Cris-
to y quienes aún la esperan, o entre quienes habiéndola recibido, la
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
113
han acrisolado o la han dilapidado, son la prueba humana de que em-
prendemos un trabajo de éxito cierto.
Y como han pasado ya los tiempos en que el cristianismo parecía
incapaz para vivir la etapa contemporánea de la humanidad, y en que
un consenso general lo empujaba a los templos y sacristías para satis-
facer en ellos cuando más una tarea dfí salvación individual, la renova-
ción cristiana de las vidas y de los pueblos debe plantearse a todo el
ancho de la vida humana. Ninguna limitación debemos encontrar en
un errado aislamiento por temor a pecar. Como luz encendida para
iluminar al mu/ido, penetremos con ella en todos sus rincones y eli-
minemos la tiniebla que pueda oscurecerlos; como sal llamada a preser-
var la vida, nada de ella debe quedar sin su contacto. La vocación
personal y las circunstancias señalarán su campo y su manera a cada
quien, pero la vida cristiana debe asumir totalmente la vida humana
para elevarla y devolverla a Dios.
La ofrenda es la vida personal, es un medio excelente para esta
alta finalidad . Es entender que la vida es un don divino que devol-
vemos agradecidos, presentando a Dios en cada uno de sus momentos,
porque queremos vivirla a conciencia de que es suya; es darle a nues-
tro trabajo de todos los días una función excelente, al convertirlo en
ofrenda de homenaje a Quien nos da la fuerza y la inteligencia para
realizarlo; es transformar nuestro dolor espiritual o físico de amargu-
ra en luminosidad, porque en vez de ser padecimiento puro se convier-
ta en fuente de exaltación y de renovación interior.
Y pensemos lo que significa en cristiano una actitud como ésta,
que orienta a Dios todas las actividades del hombre.
Sin Cristo la ofrenda del trabajo y del dolor puede tener toda
la nobleza de la persona humana de la cual procede, y está muy por
encima de cualquier fruto de la tierra o aún de cualquier producto
humano. Pero con Cristo, que es la ofrenda del cristianismo, ya no
es sólo la creatura quien interviene sino que es el orden divino de la
redención el directamente afectado. El trabajo y el dolor del cristia-
no son los de un miembro vivo del cuerpo de Cristo; su condición de
tal miembro en la Iglesia compromete la totalidad de la comunidad
cristiana, cuya cabeza y la raíz de su vida es Cristo. Más aún, vital-
mente unido a Cristo en la Iglesia; el cristiano dispone en cierta for-
ma de los propios dolores y trabajos del Señor. La ofrenda de su vida
es una ofrenda santa, porque tal es la condición del cristiano como
consecuencia de la muerte de Jesús.
114 V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
La redención de la raza humana por Jesucristo perfeccionó nues-
tra condición original, pues sin dejar de ser creaturas de la omnipo-
tencia divina, vinimos a ser, además, sus hijos por adopción. La que
antes fuera sede del pecado y testimonio vivo de la soberbia original
se transformó por la encarnación y por pasión de Cristo en raza de
elección, que purgada de su falta y colocada después de su ascención
a la diestra del Padre, es también objeto de sus complacencias. Esta
elevación de la naturaleza humana hasta llegar a participar en las re-
laciones divinas, ros une a Cristo y nos permite llamar nuestro a su
propio Padre, lo que significa que a la actitud religiosa fundamental,
de adoración desde el polvo de nuestra existencia, podemos añadir las
expresiones de respeto, afecto y confianza que nos corresponden como
a hijos. Significa, además que nuestras acciones pueden participar de
su valor redentor.
Cierto es que la realidad de nuestra condición asi establecida im-
pone al hombre redimido la obligación de su santidad. No basta ya
el recto ejercicio de su libertad para la perfección de su propia per-
sonalidad sino que se le exige además la pureza de su intención por
el desprendimiento de todo interés personal y de su reemplazo por el
servicio de Dios y del prójimo. Nada debe ser ajeno a este ideal, que
planteado en el plano profundo de la personalidad, abarca todas sus
expresiones. Puede el cristiano ser rico o pobre, sabio o ignorante, na-
da lo exceptúa del precepto universal de la santidad. En adelante, to-
da su vida debe quedar comprometida por esa orientación para la cual
es menester vivir tan generosamente la entrega como intensamente ne-
gar el propio amor, a fin de que Cristo se posesione de la integridad
de la vida y ésta discurra en la plenitud sobrenatural de su restau-
ración .
El trabajo y el dolor, el descanso y la alegría, la vida entera son
así oración continua, porque son presencia de Dios, elevación del al-
ma, ofrenda constante . Recupera con ella el mundo su carácter sa-
cramental, pues todo en él es signo de su Autor; y la naturaleza es
otra vez templo de esta oración total. La creatura, en fin se une a la
alabanza que la creación toda rinde al Señor.
Pensemos también todo lo que significa esta ofrenda de la vida
como posibilidad práctica para nuestros problemas sociales.
Uno de los graves problemas de nuestra época es el de una me-
jor organización social, a fin de que los principios de la justicia y de
la seguridad tengan efectiva vigencia. Las nuevas condiciones de vi-
da creadas por el portentoso desarrollo técnico y por los sistemas poli-
Tila de ía^^fií^enda
deí Uaí^ú' ^ del
dóló>i
Imposición de ¡as manos. . . por los Obispos y sacerdotes asistentes
OFRENDA DEL TRABAJO
Sr.i. María Rosa de Val-
dcavellano. "...Necesita-
mo-".. Señor, para ser au-
ténticas madres cristianas,
la fuerza de Tu Gracia, el
ejemplo de tu Madre y el
propósito firme de santifi-
carnos en el cumplimiento
de esta santa misión..."
Dr. Ernesto Alaijza G.
" . . . El trabajo, y el dolor,
el descanso y la alegría,
la vida entera son asi ora-
ción continua, porque son
presencia de Dios, eleva-
ción del alma, ofrenda
constante ..."
.Dr. Waltcr Pcñaloza.
. . . los maestros . . .
Dr. Mario Alzamora Valdez
. . . los universitarios . . .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
115
ticos implantados desde el siglo pasado, han puesto de manifiesto un
atraso evidente en la constitución y formas de la vida social, originán-
dose así situaciones de lucha, abierta o sorda, que en el fondo expre-
san una contradicción capital en la constitución de nuestro mundo .
La Iglesia ha sostenido, desde el primer momento, que en la en-
traña del problema social hay una cuestión de orden moral, problema
del espíritu con que los hombres consideran su posición en la vida y
en el mundo, sentido que le dan a la riqueza, al trabajo y al deber,
inteligencia de la función que corresponde a los poderes públicos y a
las clases sociales. Cuando esta tesis ha sido menospreciada para dar
paso a soluciones de carácter exclusivamente económico y político, con
las cuales se ha querido edificar un orden social sin preparar sus ci-
mientos espirituales, los resultados obtenidos han durado lo mismo que
las vidas de quienes los edificaron. La coerción exterior ejercida por
la autoridad no puede ser ni total ni permanente, y aflojada esa coer-
ción por cualquiera de las múltiples crisis que la aquejan, la edifica-
ción mal cimentada se ha resquebrajado o desaparecido.
Cuán diferente es la solución que contempla junto con las medi-
das legales y las obras de bien social la renovación interior por la vi-
vencia de ideales que ponen los fines económicos y sociales en su ver-
dadera posición de medios para los fines supremos del hombre, de
oportunidades de servicio a la comunidad, y de ejercicio del sentido
cristiano de la fraternidad y de la autoridad. Que diferente la acti-
tud del dirigente social para quien las clases sociales son categorías
temporales, cuya reorganización no afecta dañosamente ningún fin per-
manente de la vida, o la del dirigente político para quien el poder es
gerencia del bien común general y no ocasión de revancha o de ven-
taja particular. Que decir del concepto fundamental de la unidad de
la especie humana, de su fraternidad en Cristo, de la obligación de
atender no sólo al derecho sino a la simple necesidad ajena con los
bienes temporales y con las capacidades personales de que somos sim-
ples administradores, por haber sido recibidas por Dios para utilidad
común .
Y si volvemos nuestra consideración hacia otro campo social im-
portantísimo, como es el del apostolado seglar, eso y más debe decir-
se, porque tal apostolado y su finalidad de la restauración social en
Cristo es sólo posible por medio de la ofrenda permanente de la vida
al servicio de este ideal.
Porque el apostolado seglar se apoya, en lo humano, sobre el es-
fuerzo personal, y en lo divino, sobre la gracia de Dios especialmente
116
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
concedida. Supone el primero la actitud desinteresada, libre de toda
persecución del éxito y de toda sobresaliencia personalista; exige el se-
gundo, la súplica humilde y tenaz para que el Espíritu Santo ilumine
conciencias y mueva voluntades. Ambos aspectos se unifican en la vi-
da que se vive con sentido religioso de oración y de ofrenda, al cual
se subordinan todos los fines inmediatos a fin de lograr el objetivo
del advenimiento del Reino de Dios.
La movilización cristiana para este supremo fin es pedida y or-
denada por nuestros Sumos Pontífices como obligación general para los.
cristianos. Nadie puede quedar indiferente ni ante las exigencias de
su propia condición de bautizado, a quien la confirmación ha dado una
militancia que debe ejercer, ni ante un mandamiento tan reiteradamen-
te hecho por los Santos Padres. Sea por la participación directa en
las organizaciones de la Acción Católica, sea indirectamente por la ac-
ción espiritual desarrollada bajo otras insignias, al cristiano le corres-
ponde una labor continua de apostolado activo, cuya fórmula univer-
sal primaria consiste en vivir su fe con la mayor integridad posible en,
su propio campo de actividad terrena . Esta fórmula es genérica de vi-
vir la vida con sentido de oración y de ofrenda, adoptada a la parti-
cular intención del apostolado seglar. Técnicas, métodos, obras, actos,
diversos, todo tendrá significación práctica en la medida en que ellos
sean vividos con este espíritu, porque en esa misma medida habrá coo-
peración a la obra redentora de Cristo, que es la única eficaz en cuen-
tas finales.
Señores:
En esta jornada del Congreso pidamos al Señor Jesús, que está,
con nosotros y nos preside, por intermedio de su Santísima Madre, que
este país que le proclama como a Dios suyo viva un espíritu de fe in-
tegral desbordante de caridad, para que a su impulso nuestras vidas,
sean ofrendas constantes en su homenaje, a fin de que m-oviendo su
misericordia podamos ver cristianizada nuestra sociedad y realizada una.
efectiva y cristiana justicia social.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
117
OFRENDA DE LA MADRE DE FAMILIA
Por la señora María Roca Rey de Valdea-
vellano.
¡He aquí la esclava del Señor! . . .dame ahora tu palabra.
¡Señor! Al oir la súplica de la madre cristiana, escucha el anhelo
de todas las madres del Perú.
¡María!, Virgen y Madre, apoya nuestra voz ante tu Hijo, y llé-
vale nuestros ruegos:
En esta hora de audiencia bendita que te Has dignado conceder-
nos, en la cual no sólo nos Has dado bendiciones y gracia, sino el pri-
vilegio incomparable de tu presencia real, nos postramos ante Ti, Señor,
unidas para adorarte y pedirte, sobre todo, la continuidad de tu presen-
cia en cada una de nosotras.
Necesitamos, Señor, para ser auténticas madres cristianas, la fuer-
za de tu gracia, el ejemplo de tu Madre, y el propósito firme de san-
tificarnos en el cumplimiento de esta santa misión.
Concédenos, Señor, para lograrlo, que la Santa Comunión sea el
alimento cotidiano de nuestro espíritu. Que la devoción a María nos
lleve a la imitación de sus virtudes, sobre todo la del sacrificio y la ter-
nura. Que la convicción racional y profunda de que somos responsa-
bles, ante Ti y ante la sociedad de las Almas que forjamos, nos impon-
ga como acto voluntario, nuestra propia santificación.
Recuérdanos, Señor, que no podemos dar lo que no tenemos; que
no podemos ser santos, sin vida interior; y que no podremos ser ver-
daderas madres cristianas, sin procurar nuestra propia santificación
Pero, para que esta súplica tenga también el valor del holocausto,
te ofrecemos. Señor, todo lo que como mujeres y como madres hemos
anhelado o hemos logrado.
Nuestros ideales de juventud, así como los desengaños posterio-
res; las incomparables alegrías de la maternidad, así como sus diarias
angustias; todos los renunciamientos, como los goces del cariño...
Y tú, Ave Perpetua, Madre Divina, llévale la soledad de las que
no formaron hogar y la dicha de las que lo lograron.
Virgen clemente, consuelo de los afligidos, llena de resignación el
corazón de las que no han obtenido el fruto de la concepción y bendice
a las que han creado, colaborando en la obra de Dios.
De manera muy especial, ofrécele el heroísmo de tantas y tantas
madres cuya salud quebrantada exponían sus vidas a cambio de las de
118
V CONGReSO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
SUS hijos, y que han sabido inmolarlas; y la valentía de tantas otras,
que han preferido abrazar la pobreza antes que limitar su descenden-
cia; recuérdale también el dolor de las que han visto morir a sus hijos
y la tragedia de las que tienen uno enfermo, tal vez para toda la vi-
da...; la inquietud de las que por la necesidad del sustento trabajan
fuera del hogar y deben abandonar a sus hijos por largas horas; la ben-
dita paz de las que podemos trabajar con ellos al lado; los desgarra-
mientos que producen las separaciones o las ausencias. La felicidad in-
superable de las que han vivido ya horas de Cielo al tener un hijo sa-
cerdote, y la incomparable amargura de las que no los lograron bue-
nos y cristianos, y que temen perderlos, quizá si para la eternidad...;
el desconsuelo y al mismo tiempo, la santa conformidad de las viudas.
¿Y por qué no?, ofrecerte también Señor, el lamento arrepentido
de las que hasta hoy han errado por su frivolidad o egoismo, y que te
prometen enmendarse. . .
Pero..., todavía nos queda. Señor la ofrenda más dolorosa, no
ya individual sino colectiva. ¿Por qué, Señor, el Perú entero ha de su-
frir un mal, que es la fuente de tantas desgracias sociales?
La oscuridad de los hogares disueltos, de las vidas rotas, de las
mujeres abandonadas y de las madres que tienen vergüenza de serlo.
Recordamos tus santas palabras en Getsemaní, y repetimos: "SI
ES POSIBLE, APARTA DE NOSOTROS ESTE CALIZ". . .
Madre sin mancha. Madre del Buen Consejo, espejo de Justicia, a
Tí apelamos para que prevalezca la Luz Divina, sobre la ley humana.
Que no se destruyan nuestros hogares, que en el Perú se deroguen dis-
posiciones que permiten que el hombre desuna lo que Dios ató.
Este cáliz amargo hoy lo ponemos en manos de tu Santísima Ma-
dre, para que sea Ella quien te ruegue; y así como en Caná de Galilea
la complaciste, convirtiendo el agua en vino, así ahora, como fruto de
este Congreso, y con tu infinito poder, permitas su abolición y hagas
germinar de entre sus víctimas, alguna de las nuevas Santas de nuestra
Patria .
Rosa Mística, Blancura de Hostia, Divina Intercesora, acoge nues-
tra súplica ante tu Divino Hijo.
Y mi humilde ofrenda personal, si me es permitido, la vida ente-
ra de abnegación de mi madre, que fue una santa. . ., y el porvenir de
mis hijas.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
119
OFRENDA DEL OBRERO
Por el señor Glicerio Franco Zumaeta.
Cristo Obrero de Nazareth:
Tus obreros han levantado este sagrado altar. Mezclados con el
cemento están sus sudores.
Los manteles blancos que lo cubren han sido hechos por- las manos
de tus obreras textiles.
Las velas, el vino, la hostia, son obra de tu poder creador y fru-
to de las manos de tus obreras del campo.
Todo, aquí, te habla de obreros. Todo te habla de la clase a que
Tú perteneces. Pero, no toda la clase obrera del Perú está junto a tu
santo altar. "El escándalo del siglo XX es la apostasía de los obreros"
has dicho por labios del inmortal Pió XI.
Las causas de esta apostasía Tú las conoces, y las conocemos, tam-
bién, nosotros, pero, son pocos, aún, los hombres de buena voluntad
que trabajan contigo en la redención del proletariado.
Hoy, a nombre de los obreros del Perú, con todo el amor que es
capaz el corazón de un obrero, vengo a ofrecerte, nuestro trabajo uni-
do a Tí, que es fuente de nuestra elevación humano-divina; nuestro
trabajo con que ganamos el pan para nuestros hogares; nuestro trabajo
con que contribuímos al binestar de la colectividad de la Patria.
Esta tarde, te ofrezco, obrero Divino de Nazareth, el trabajo de
los obreros que viven hacinados en innumerables barracas, en los alre-
dedores de nuestras grandes ciudades; el trabajo de los obreros de fá-
bricas, talleres y minas, donde, muchas veces, más se cuida una máqui-
na que una vida; el trabajo de los obreros de nuestras selvas y de nues-
tras sierras, para quienes, aún no ha llegado la cultura .
Cristo Obrero de Nazareth:
Te pedimos esta tarde que te acuerdes: de nuestras familias obre-
ras y de todos los obreros del mundo. Que todos tengan trabajo, que
todos tengan el pan que sostiene a los cuerpos. Que todos conozcan
tu verdad y tu caridad que transforma las vidas.
Te pedimos que te acuerdes de nuestros patronos y de todos los
patronos del mundo. Que todos reflejen tu espíritu de justicia y de
amor .
120
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Sobre todo, Señor, te pedimos que te acuerdes de tu Iglesia ex-
tendida por todo el mundo. Que te acuerdes del Santo Padre, de nues-
tros Obispos, de nuestros Sacerdotes.
Te pedimos que nos ayudes a mostrarnos cristianos en toda nues-
tra vida. Graba en nosotros la convicción de que Tú bendices nuestro
trabajo, que l'ú bendices nuestra vida.
Te pedimos que cada máquina sea un altar, cada fábrica un tem-
plo, y cante el yunque el himno nuevo de la redención.
María Inmaculada, Madre de Cristo Obrero, Madre de los obreros:
Bendice nuestro trabajo, bendice nuestros hogares, bendice nuestra
Patria.
OFRENDA DEL EMPLEADO
Por el señor Samuel Gamio Palacio.
En esta vasta explanada en que se levanta la Cruz del Redentor,
cuyos brazos abiertos son la expresión del pensamiento infinito y mi-
sericordioso de Jesús, de llamar hacia los caminos del bien y de la ver-
dad a todos los hombres, sin distinción de razas, de posiciones ni dis-
tingos, aquí, en esta explanada, en que el espíritu religioso de la Na-
ción se concentra y aprieta sus filas para cantar al Dios de todas las
Naciones, escondido en la Divina Eucaristía, nuevo juramento de fe a
su credo y de esperanza de redención a sus dolores, no podía estar
ausente entre las fuerzas que forman el ejército de combatientes de la
Fe, el sector de los empleados, que aquí más que en otras partes, por
su calidad y cantidad, son el nervio y puntal de la Nación.
Aquí están. Señor, los que con sus cabellos blancos y sus fren-
tes arrugadas por las amarguras del desengaño esperan que las gran-
des corrientes del pensamiento religioso, en materia de justicia social,
sigan inspirando los actos de los Hombres Públicos, para que en sus
últimos días lleguen a ellos horas de paz y tranquilidad a que tienen
perfecto derecho. Aquí están Jesús los jóvenes que recién despuntan a
la vida, con la sonrisa en los labios y llenos de energías, confiados en
la justicia de su causa, con fe en sus destinos y seguros de que, paso
a paso, va labrándose para ellos el camino de su mejoramiento eco-
nómico y social, que reclaman y esperan con justicia, que es más fácil
obtener si imploran con verdadero espíritu religioso, ya que como buen
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
121
Padre que eres, ves siempre por tus hijos, que no se aparten de tus di-
vinas enseñanzas. Y aquí también están presentes, junto a los ancia-
nos y los jóvenes, los hombres ya maduros y las mujeres que ocupan
mejores y más altas posiciones, que en esta magna Asamblea de fe re-
ligiosa y de afirmación de principios han querido ser los primeros en
presentarse ante Tí para demostrar, en forma objetiva, que la empleo-
cracia nacional está firmemente unida y de pie, con el arma al brazo,
para ser guardianes de los principios de la Religión que nuestros pa-
dres infundieron en nuestra alma al traernos a la vida, y para ser el
escudo que le permita marchar con paso firme hacia adelante en la
conquista de la doctrina que nos señala la orientación de la Iglesia en
materia de justicia social, poniendo por encima de los intereses indi-
viduales los grandes, permanentes y soberanos intereses nacionales. Aquí
estamos, Señor, con nuestra ofrenda de sacrificio, de trabajo, con las
manos llenas de nuestras angustias y alegrías; las ponemos delante de
Tí para que apacigües intranquilidades y des firmeza y constancia a
nuestras fuerzas; pongas luz para la educación de nuestra familia; en-
tregues a los jóvenes la verdad que los lleve al bien y al encuentro de
tu palabra y tu persona; des a los que van declinando en el camino de
la vida, esa esperanza maravillosa de la serenidad para poder retor-
nar a Tí. Que pongas en todos una fe viva; un sentimiento hondo del
cumplimiento de obligaciones y deberes; un anhelo intenso de buscar
el bien y de hacer estallar en torno nuestro la bondad y el afecto. Que
nos otorgues el don inefable de la verdadera fraternidad; que alum-
bres y alientes a quienes se sienten postergados, injustamente tratados o
mal entendidos en su legítima remuneración. Aquí estamos, sí, haciendo
guardia de honor los empleados. Señor, tus palabras no pasan. Tienen
una fuerza enorme. Tú nos dijiste hace veinte siglos "Venid a Mí los
que estáis cansados y agobiados por el trabajo que yo os aliviaré".
Señor, los empleados de esta ciudad venimos a que esas palabras
tuyas se cumplan; que hoy empecemos a gustar de este alivio que nos
conceda la paz espiritual; la paz de conciencia que es el supremo bien
a que aspiramos a nuestro paso por la tierra. Y que brota del libre, ale-
gre y fecundo desempeño de nuestra labor cotidiana en el amor, la
justicia y la honradez . Así podremos levantar nuestras voces para de-
cir bien alto: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad".
Señor, con mi palabra te entrego la vida, el trabajo y la felicidad
de ser hermano tuyo.
•
122
V CONGRESO EUCARiSTICO NACIONAL Y MARIANO
OFRENDA DEL PROFESIONAL
Por el Dr. Eduardo Pérez Araníbar.
Señor:
—Aquí estamos rendidos a tus pies, los profesionales católicos del
Perú.
— Hemos venido, para proclamar públicamente nuestra firme y ardien-
te fe en Ti, oh Jesús Sacramentado.
— Hemos venido, para haceros la total entrega de nuestro amor, a Ti
que eres el amor infinito y la fuente de todos los bienes.
—Estamos a tus plantas, para haceros la ofrenda de nuestro diario
trabajo, con sus éxitos y fracasos, sus luces y sus sombras, sus an-
gustias e inquietudes, sus alegrías y dolores.
— Estamos a tus pies, oh Jesús Mío, para implorarte en forma espe-
cialísima, presidas y rijas todos los actos de nuestra existencia. Que-
remos vivir sintiéndonos siempre en tu presencia. Queremos estar
permanentemente bajo tu amorosa mirada vigilante, en forma tal,
que podamos presentarte limpiamente todas nuestras acciones, se-
guros de obtener tu divina aprobación.
— Queremos, en una palabra, vivir en Ti, y para Ti, Señor.
. — Pero para alcanzar estos propósitos y poder conformar nuestros ac-
tos a las normas de tu divina ley, venimos también a implorar hu-
mildemente tu ayuda, tu gracia y protección. Sólo contando con
esta sobrenatural asistencia, podremos desarrollar nuestras múlti-
ples y diversas actividades, tal como tú quieres lo hagan quienes
tienen el privilegio de pertenecer a tu grey.
■ — Te pedimos Señor, por nuestros Magistrados, para que los ilumi-
nes en el discernimiento de la justicia, cuando tengan que juzgar,
las faltas, infracciones y delitos de los hombres.
— Te pedimos reine la equidad y un cristiano espíritu, en la resolu-
ción de los diferendos que se ventilan en el bufete del abogado,
sin que ninguna fuerza o influencia sea capaz de vulnerar la pure-
za del derecho.
—Te pedimos auxilies a los médicos en su diario y penoso ejercicio.
Queremos que estés presente, como invisible testigo, en la intimi-
dad del Consultorio, en el que, bajo el amparo de un profesional
secreto, se confían miserias y dolores; a fin de que los consejos
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
123
y decisiones que se adopten estén conformes a tu ley y a tu infi-
nita caridad.
— Queremos que estés a la cabecera de nuestros enfermos tortura-
dos por el dolor, para que experimenten el consuelo de tu presen-
cia y transformen su sufrimiento e inescrutable medio de santifi-
cación .
. — Queremos que estés presente en el lecho de nuestros moribundos,
para que en la hora postrera, se abracen a su Redentor, e ingresen
felices al Reino de los justos.
■ — Te pedimos por nuestros ingenieros y arquitectos, por nuestros
agrónomos, por nuestros farmaceúticos y odontólogos, por los pro-
fesionales todos, cualquiera que sea la actividad a que se dediquen.
Por los que trabajan en las ciudades y en los campos, en las fábri-
cas y en las minas, en la aridez de nuestra costa, en la desolación
de nuestras sierras o en la dilatada extensión de nuestra selva.
Por todos te rogamos, para que les infundas fuerza en la lucha y
confianza en tu misericordia en las horas de la prueba. Para que
su trabajo honesto y austero, sea la expresión de una conducta rec-
ta, inspirada en tu ejemplo y en tu doctrina. Para que en nues-
tras relaciones con los trabajadores, obreros y campesinos, rija el
justo espíritu de fraternidad cristiana, que destruye los rencores y
enciende la llama del amor.
■ — Queremos por fin Señor, que el ejercicio de nuestra profesión, no
tenga como fin la conquista del bienestar material, ni el logro de
éxitos transitorios, sino que sea fiel cumplimiento de una misión,
campo fecundo de apostolado, y medio eficaz para encontrar el ca-
mino que ha de conducirnos a Ti, que eres la verdad y la vida.
OFRENDA DEL UNIVERSITARIO
Por el Dr. Mario Alzamora Valdez,
1 . — Misión de la Universidad . — Con limpia y fecunda sencillez,
Alfonso X el Sabio, definió la Universidad como "ayuntamiento de
maestros y estudiantes con voluntad y entendimiento de aprender los
saberes" .
La Universidad — institución profundamente cristiana — que brotó
a la sombra de las viejas catedrales del Medioevo, se caracteriza, no
124
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
por SU apariencia externa, sino por esa vocación por el saber que es
disposición amorosa del alma abierta a la luz penetrante de la verdad.
El hacer propio de la Universidad es tarea del espíritu; su misión
esencial, afín de la verdad por el camino de la ciencia.
La verdad exige profundidad en el esfuerzo y universalidad en
la mirada; trascender con la fuerza iluminante de la inteligencia la su-
perficialidad de las cosas para lograr esa visión plena del universo que
es uno y simple, sin vacíos ni mutilaciones, porque es obra de Dios.
El ideal de la Universidad es aquél que Santo Tomás, en frase
memorable de "De Veritate" atribuyó a toda investigación: que "el
orden de la totalidad del universo y de sus causas, se refleje en el
alma" .
Universidad, tarea de espíritu y afán incesante de verdad profun-
da e integral.
2. — Responsabilidad de la Universidad . — La búsqueda de la ver-
dad no debe desarticular la vida espiritual del hombre. Por el contra-
rio, exige el concurso armonioso de todas sus facultades que sólo pue-
de lograrse con una plenitud de vida interior.
Son incompatibles, por eso, con la misión de la Universidad, la
erudición estéril, el seco intelectualismo, empeñado en fabricar esque-
mas — teorías, doctrinas, hipótesis — que el mismo se encarga de pul-
verizar para introducir otros nuevos, en un juego incesante con ideas
vacías y fugaces; la indolencia mental, que no puede trascender el pla-
no de la materia, incapaz de elevarse sobre el utilitarismo profesiona-
lista, hacia ese saber de salvación que se halla en la cúspide de todo
saber; los prejuicios, el resentimiento y la desconfianza, en cuyo seno
germinan el escepticismo y el relativismo igualmente infecundos y amar-
gos.
Sólo con esa plenitud interior puede elevarse el alma, en su afán
incesante de infinito, hacia Dios que es el fundamenro de toda verdad
y de todo conocimiento.
Formación integral del hombre y apostolado de la verdad, he aquí
los imperativos de la Universidad.
3 .—Grandeza y pequeñez del trabajo universitario. — La vida de la
inteligencia es lo más alto y lo más querido por Dios, porque es lo más
semejante a El, dentro de la humildad de los seres creados.
La inteligencia nos eleva desde el ámbito de las cosas precarias
hasta esa visión bella y armoniosa del universo en cuyo seno "los cié-
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
125
los cantan la gloria de Dios y el firmamento proclama la obra de sus
manos" .
Frente a tanta grandeza, la ciencia confiesa su pequeñez, la sabi-
duría humana se sobrecoge por su ignorancia . Por eso, del pensamien-
to del verdadero sabio brota la oración, de su voz fluye la plegaria.
4. — O [renda. — Humildemente, ante el Altar Eucarístico, bajo el
signo de la Cruz, en este día dedicado al Trabajo, los hombres que
pensamos y que oramos, como maestros y estudiantes en las Universi-
dades del Perú, ofrendamos nuestro esfuerzo a la suprema fuente de
todo amor y de toda verdad, que es Dios.
DOMINGO 12 DE DICIEMBRE
FESTIVIDAD DE LA SANTISIMA VIRGEN DE GUADALUPE,
PATRON A DE LAS AM ERICAS
DIA DEL PAPA Y DE LA IGLESIA UNIVERSAL
INTENaON:
Por la Iglesia perseguida, por la unión de los cristianos, por
la paz del mundo.
CAMPO EUCARISTICO
A horas 9.30 a.m.
El Eminentísimo y Reverendísimo Señor Federico Cardenal
Tedeschmi, Legado Pontificio, oficiará la Misa Pontifical.
Homilía del Eminentísimo y Reverendísimo Señor Cardenal
Legado .
Las diversas Diócesis harán la ofrenda al momento del Ofer-
torio .
Cantos. — Missa "Sinc Macula" Mario Scapín — a 2 voces desiguales.
Sit Salus lili — Coro final a 3 voces mi.xtas, por el Coro Po-
lifónico .
Discurso del Señor General de División, Don Manuel A .
Odría, Presidente Constitucional de la República.
Mensaje del Santo Padre.
128
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Tarde
A horas 3.30 p.m.
Procesión triunfal con el Santísimo Sacramento.
Recorrido: Basílica Catedral — Jirón de la Unión — Plaza
San Martín — Avda. La Colmena — Avda. Wilson — Pla-
za Jorge Chávez — • Campo Eucarístico.
Acto de Consagración del Perú a la Eucaristía.
Te-Deum. Viñas, a 3 voces, por el Coro Polifónico.
•
Resonaban aún en los aires los clamores de la noche anterior cuan-
do un sol radiante apuntó en la mañana del Domingo 12, festividad de
la Virgen de Guadalupe.
Ante la persona augusta del Legado y después de escuchar su en-
cantadora evocación de Santo Toribio de Mogrovejo, Santa Rosa de
Lima, el Beato Martín de Porres y de todos los Santos del Perú, lle-
garon las ofrendas de las Diócesis del país entero. Se rezaba el Ofer-
torio de la Misa Pontifical y el petróleo y el caucho, el estaño y la
lana, el lino y el oro, el algodón y las ovejas, el trigo y la vid, ascen-
dieron al Altar. Cien palomas subieron a los cielos.
Terminada la Misa el Presidente Constitucional de la República
General de División Dn. Manuel A. Odría, pronunció un importante
discurso. Señaló que las obras de los hombres se sucedían sobre el sue-
lo de la Patria y que una tras otra marchaban a su acabamiento, que
sólo algo permanecía, la obra de Dios, la fe católica que había sido-
siempre la del Estado Peruano y que su gobierno confesaba pública-
mente. Una ovación muy grande selló sus palabras.
El limpio cielo azul del medio día ardiente vibró con unas campa-
nadas hondas. Se hizo un silencio absoluto en la multitud. Comen-
zaba la transmisión desde el Vaticano. Con reverente emoción aguar-
daron todos. Y el Padre amado "ansioso siempre de la mayor felici-
dad de sus hijos" inició su mensaje. Contó de su alegría en los fastos
marianos del año que termina, evocó la misión del Perú en el conti-
nente americano como "foco de civilización y de fe, auténtico centro de
gravitación espiritual"; recordó las antiguas devociones eucarísticas y las
más bellas advocaciones coloniales de la Virgen; subrayó las finalida-
t
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
129
des del Congreso incidiendo en el reino inseparable "del verdadero es-
píritu de caridad cristiana y de justicia social"; señaló a María como
amparo eficacísimo "en esta hora oscura" y otorgó su Bendición Apos-
tólica. Sonaron de nuevo las campanas de San Pedro y una gigantes-
ca ovación tembló en el espacio.
e
A las cuatro de la tarde iniciaba su camino la Procesión triunfal
con el Santísimo Sacramento. En lujosa carroza y bajo palio la Sa-
grada Forma era llevada por el Legado Cardenal Tedeschini. Prece-
diéndola, el milagro de la noche anterior a plena luz del día, los hom-
bres de la ciudad superándose en fervor, nuevamente las mujeres en
las aceras, el clero corporativamente ante el Santísimo y detrás las au-
toridades comunales. Nuevos cantos y oraciones por la Iglesia perse-
guida, por la unión de los cristianos, por la paz del mundo, la paz
"que el mundo no puede dar" y que es obra de la Justicia.
Desde la Basílica Catedral, que guarda los restos del Conquista-
dor Pizarro, hasta el Campo Eucar'stico, más de dos kilómetros por el
corazón de la ciudad, avanzó el cortejo entre los aplausos y las plega-
rias del gentío. Cuando se acercaba la carroza al Altar caía la noche
y la enorme multitud entusiasta desbordaba la dilatada extensión.
El Excmo. Sr. Juan Landázuri Ricketts, Vicario Capitular, postra-
do ante Jesús Sacramentado leyó el devoto texto de la Consagración
del Perú a la Eucaristía, preparado por el Obispo de Ayacucho Mons.
Víctor Alvarez. Luego el Cardenal Legado impartió la Bendición con
el Santísimo Sacramento. Había terminado la grandiosa ceremonia y
300.000 pañuelos blancos se agitaban hasta los confines del Campo.
Ovación tras ovación y clamor tras clamor el pueblo continuaba ante el
Altar .
Nuevos aplausos inician el acto final. Las imágenes peregrinas
de la Virgen venidas desde Copacabana, Orcotuna, Trujillo y Tacna
llegaban entre la alegría de la muchedumbre .
El Excmo. Sr. Alberto Arce Masías, Obispo de Tacna, celebró el
Santo Sacrificio de la Misa que muchos miles oyeron por tercera vez
en este día .
Y, esta ceremonia, espontánea y ferviente, la última celebrada ert
el Campo Eucarístico, se dedicó a la Madre de Dios y Madre nues-
tra en cuyas manos quedaron las intenciones del Congreso, el arrepen-
timiento de los que volvieron, la esperanza de quienes oraron con tan-
130
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
ta fe, la perseverancia de todos. Que Ella nos ayude a recoger los
frutos de este V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano que por la
gracia de Dios y para Su gloria se celebró en Lima en Diciembre de
1954.
Discurso del Señor Presidente de la Repú-
blica, General de División Dn. Manuel A. Odria.
Católicos Peruanos:
Hace más de cuatro siglos que Pizarro y sus bravos compañeros
de la Isla del Gallo, trajeron a nuestro suelo, junto con los estandar-
tes de Castilla y Aragón, el símbolo sagrado de la redención del Mun-
do. Desde entonces, en lugar del Sol de los Incas, la Cruz de Cristo
resplandeció en todos los ámbitos del antiguo Perú . Al lado de los in-
dómitos castellanos que realizaron la audaz y esforzada empresa de
conquistar un gran imperio en este continente, se encontraban los sa-
cerdotes misioneros. Los primeros, a fuerza de valor y a costa de san-
gre, ganaron con sus espadas, tierras y subditos para su Rey, los reli-
giosos ganaron almas para Jesús, el Redentor del Mundo. La obra de
los castellanos, como todo lo terreno, fue efímero; pero lo ganado por
la fe cristiana es eterno. El dominio y poderío que con sus armas con-
quistó España en América los perdió con la evolución de los tiempos;
en cambio, lo ganado por la religión permanece en pie y seguirá lo mis-
mo a través de los siglos.
Proverbial es el espíritu católico del pueblo peruano desde que abra-
zó la Cruz del Divino Mártir del Gólgota. En la Colonia florecieron
muchos santos; Lima fue la escogida por la Providencia para que en
ella brotara la santidad de Rosa de Santa María, Patrona del Perú y
de las Américas; la de Santo Toribio de Mogrovejo y la del Beato Fray
Martín de Porres, cuya devoción y culto se ha extendido por otras na-
ciones. En nuestras antiguas ciudades coloniales se levantaron nume-
rosas iglesias dándoles un sello de inconfundible catolicidad; sus cam-
panarios, manteniendo en alto la Cruz de Cristo, se destacaban a dis-
tancia y parecían elevarse al cielo como una invocación permanente de
los pueblos a su Cristo Redentor.
San Martín, en el acto solemne de proclamar nuestra Independen-
cia, invocó la protección Divina para la nueva Nación que su espada
7)ía dei T^dfia ^ de la
. . .el Emmo . Cardenal Legado
^e reviste de los ornamentos
pontificales . . .
. . .cí Em no. Carde-
nal llegado se lava
las manos antes de!
Ofertorio de Li Mi-
sa .
. . .el Emmo . Cardenal Legado
inciensa la Oblata y el Altar... W-
. . . Las Ofrendas . . .
.Las diócesis ofrendan sus producto
■ ..Momento solemne de
la elevación de la Santa
Hostia ... »
. . .el Sr . Presidente de la Re-
oública, pronuncia su discurso
en el dia de la clausura. . .
I
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
131
victoriosa había libertado: "El Perú es libre e independiente por la vo-
luntad de los pueblos y la justicia de su causa que Dios defiende", fue-
ron las palabras memorables del ínclito Capitán de los Andes. Nues-
tros Padres de la Patria, al sentar las bases de la nacionalidad, esta-
blecieron en nuestra Carta Magna, que el Perú se constituía como Es-
tado soberano y católico, porque en la conciencia del pueblo peruano
eran inseparables y seguirán siéndolo las ideas de Dios y Patria. En
todas las Constituciones de la República se ha consagrado a la Reli-
gión Católica, Apostólica y Romana, como la Religión del Estado, res-
pondiendo al espíritu profundamente religioso de los peruanos que, en
todo tiempo, han puesto en manos del Altísimo los sagrados destinos
de la República.
La Religión desempeñó fundamental papel en la formación de nues-
tra nacionalidad. Fue el lazo espiritual que unió a conquistadores y
conquistados morigerando el trato duro y el espíritu indomable de los
castellanos y defendiendo a los segundos, como hijos de Dios, al igual
que los españoles . Fray Bartolomé de las Casas, iluminado del espíri-
tu cristiano, fue el verdadero redentor de los aborígenes de este Conti-
nente y el que inspiró a la Corona de España a dictar las Leyes de In-
dias, sabias por su gran contenido humano. Con el devenir del tiempo,
y a medida que se fue desarrollando en nuestra tierra el dominio de los
españoles, se fue también plasmando la nueva nacionalidad que, más
tarde, habría de ser el Perú independiente. Durante esta época, los sa-
cerdotes continuaron su gran misión apostólica, uniendo en la Religión
de Cristo a hombres de diferentes razas y latitudes que poblaban nues-
tro suelo, antes dominado y ahora libre . Fue pues la religión el más
efectivo y eficaz factor de la unidad nacional .
Los primeros sacerdotes llegados a esta tierra y los que le suce-
dieron, fueron portadores de la cultura europea. Los primeros plante-
les de enseñanza y las primeras universidades fueron creados y regi-
dos por ellos.
Así, con la Cruz del Salvador, asomó por estas tierras la luz de
la civilización cristiana, que redimiría a los pueblos primitivos de las
tinieblas de la idolatría y les darían la cultura superior de la vieja Eu-
ropa.
Nuestras selvas vírgenes y milenarias fueron recorridas por misio-
neros abnegados, muchos de ellos perecieron en su empresa y otros
alcanzaron las palmas del martirio, por ganar para Dios nuevas almas
sumidas en la barbarie. Con la obra apostólica de estos soldados de
Cristo fue afirmándose también nuestra peruanidad en aquellas aparta-
132
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
das regiones; ellos fueron los que, muchas veces, se adelantaron a los
soldados de la Patria y, antes que la espada o el fusil, apareció la Cruz
Redentora, llevada a nuestra Amazonia por esos varones, inflamados en
el amor al Divino Jesús a cumplir su misión evangélica. Qué prueba más
tangible de lo inseparable que son en la conciencia del hombre los con-
ceptos de Dios y Patria; ellos son, pues sin duda, de inspiración di-
vina .
En el amor al prójimo, que nos enseña la religión de Cristo, se en-
cuentra la raíz más honda de la verdadera justicia social, que hoy cons-
tituye norma de acción en mi Gobierno. La moral sublime que preco-
niza nuestro credo católico es el freno más eficaz para morigerar las
costumbres de los pueblos e inspirar el principio de justicia en las re-
laciones de los hombres, y cuánta esperanza infunde en ellos la fe en la
Providencia, en la caridad y el poder de Dios para remediar sus su-
frimientos y dolores. En la constitución de la familia, que es la médu-
la en la organización de la sociedad y de los estados, donde residen las
virtudes cívicas y morales de Jos pueblos, la religión cristiana es el fun-
damento primario, porque establece los lazos y nexos entre padres e
hijos y hermanos, todos unidos por los preceptos cristianos, fuente de
todo bien, orden y sabiduría. Es por ello que mi Gobierno ha mante-
nido la tradición de catolicidad de los gobernantes peruanos que me
han antecedido y he puesto, como ellos, al servicio de la Iglesia Ca-
tólica, la acción constructiva del régimen que presido y mi profunda fe
religiosa, demandando, en todos los actos más trascendentales de la vida
nacional, el favor y las luces de la Providencia, para conducir al Perú
hacia sus más altos destinos, por la senda de la verdad y la justicia.
Como cristiano y como jefe de una nación esencialmente católica,
me complace unirme al pueblo peruano en la celebración de este V Con-
greso Eucarístico Nacional y Mariano, en el que nuestro espíritu reli-
gioso se ha mostrado en toda su inmensa dimensión y en toda su her-
mosa espontaneidad. Gobernantes y gobernados, legisladores y juristas,
ricos y pobres, niños y adultos, hombres de armas, de letras, de cien-
cia, y de toda condición social y cultural, todos, en afanosa demostra-
ción de fe en Cristo, han hecho gala de su credo católico. Y con mo-
tivo de este tan grandioso acontecimiento no ha habido hogar peruano
en el que no se haya avivado la llama del amor y de la fe en el dulce
Nazareno, Hijo de Dios, y no ha habido familia en la que todos sus
miembros, padres, madres e hijos, no hayan elevado sus oraciones al
Cielo, al unísono y como un gigantesco himno de la peruanidad.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
133
Todos hemos tratado de acercarnos al Divino Redentor, que siem-
pre está con nosotros, presente en la Eucaristía, tendiendo su mano pro-
tectora a los hombres que redimió para ayudarlos en el camino de la
vida .
Su Santidad el Papa Pío XII, felizmente reinante, cuya sabiduría
y altas virtudes concitan la admiración y el respeto del mundo entero,
ha querido bendecir este certamen católico que se ha realizado en nues-
tra Capital, por mano de Su Eminentísimo Legado, el Cardenal Fede-
rico Tedeschiní, figura prominente de la Iglesia Romana, que ha pre-
sidido nuestro V Congreso Eucarístico Nacional. A él le ruego que lle-
ve al Sumo Pontífice el filial y emocionado saludo del Gobierno y pue-
blo peruano, cuya adhesión permanente, leal y sincera, se ha puesto de
manifiesto, una vez más, en estas jornadas de la catolicidad peruana,
y le pido también que exprese al Santo Padre, que hemos elevado fer-
vientes oraciones a la Divina Providencia para que conserve su precio-
sa salud.
Y a vosotros, altos y dignísimos Prelados del Colombia, Chile, Bo-
livia, España, Italia, Paraguay y Venezuela, que habéis traído a este
Congreso el invalorable saludo de vuestros países, que nosotros agra-
decemos y apreciamos tanto, os pido también que les llevéis, en reci-
procidad, nuestro sincero afecto y el abrazo fraterno del pueblo pe-
ruano .
Compatriotas:
Sin distinción de categoría ni de clases, ni situaciones, nos encon-
tramos aquí, todos unidos al pie de esta Cruz, símbolo de nuestra fe,
para elevar nuestras preces al Dios de las Naciones, pidiéndole que
guíe nuestros pasos por la senda del bien, de la felicidad y del progre-
so; qué proteja siempre nuestros hogares, que bendiga nuestras labo-
res, nuestros esfuerzos y que multiplique sus frutos; que aleje de nos-
otros el espectro de la guerra y que no permita que el odio entre her-
manos desgarre el seno de la Patria y que el amor a Cristo Redentor
inspire siempre el afecto fraterno entre todos los peruanos para que
unidos hagamos la grandeza del Perú.
MENSAJE DEL SANTO PADRE PIO XII
Entre los muchos e inmerecidos beneficios a Nos generosamente
otorgados por la divina largueza, no contamos como el menor el ha-
ber podido ofrecer al orbe católico este Año Mariano Universal, que
acaba de terminar y que tanta ocasión ha dado a Nos, y al mundo
entero, para poder manifestar a la Reina de cielos y tierra nuestra pie-
dad filial y la profunda devoción que por Ella sentimos. Diríase que
la Iglesia, arrebatada en un ímpetu incontenible de amor, ha vivido un
año entero de espiritual alegría y de fervor celestial, que queda ya
como una de las fechas más dignas de recordarse en los fastos ma-
rianos .
Y he aquí que precisamente al apagarse Ies últimos acordes de un
concierto tan amplio y tan grandioso, desde el remoto y queridísimo
Perú Nos llegan los ecos de vuestra voz, venerables Hermanos e hijos
amadísimos, que celebráis vuestro Quinto Congreso Eucarístico Nacio-
nal, un Congreso que habéis querido que sea, con decisión tan feliz
como oportuna, Eucarístico y Mariano.
Es sabida la parte principalísima que, en la evangelización del Con-
tinente nuevo y en la conservación de su fe, ha tenido y tiene la de-
voción a Nuestra Señora la Virgen María. La América de los con-
quistadores ■ — Jerónimo de Aguilar, Hernán Cortés, Pedro de Alvara-
do, Alonso de Ojeda— que bajo un pecho de acero sabían conservar
un corazón tiernísimo para su Madre; la América de las cien ciudades
con su nombre dulcísimo; la de las decenas de catedrales puestas bajo
su patrocinio; la de la Virgen del Tepeyac, cuya fiesta precisamente
hoy celebráis; la de los proceres, padres de la patria, que acudían igual-
mente ante ella ■ — un Belgrano, un San Martín, un Hidalgo o un Arti-
gas— antes de acometer sus generosas empresas.
Pero en una buena parte del continente americano fue siempre sin-
gular la misión de vuestra patria, hijos amadísimos, la misión del Perú,
foco de civilización y de fe, auténtico centro de gravitación espiritual
con sus famosos Concilios Limenses, carta fundamental de las Iglesias
de América, con su brillante constelación de santos.
136
V CONGRESO EUCAIÍÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Siendo esto así, fácilmente se alcanza que para ser fiel a tan hon-
rosa misión, el Perú tenía que ser una nación eucarística: y de lo que
es, nos dan testimonio sus antiquísimas cofradías del Santísimo Sacra-
mento, alguna de las cuales va unida al nombre del mismo Pizarro; sus
suntuosas procesiones del Corpus Christi, que llegaron a emular a las
de la misma Toledo; la jaculatoria "Alabado sea el Santísimo Sacra-
mento", que se ve grabada en las fachadas de sus casas; la devoción
de las Cuarenta Horas, implantada ya ahí desde 1816; y la piedad con
que los buenos peruanos se descubrían por las calles y rezaban el Cre-
do, al oír la campana de la Iglesia matriz que anunciaba la elevación
del Señor.
Pero de la misma manera el Perú tenía que ser una nación maria-
na; y que lo es, nos lo dice la intervención de la celestial Señora en
su historia, como os recuerda la Virgen de la Puerta y muncho más
Nuestra Señora de Suntur Huasi; la parte que Ella tomó en su cristia-
nización, como en el caso del famoso Santuario de las orillas del Ti-
ticaca, devoción que a su Madre dulcísima profesaron vuestros Santos:
Santo Toribio de Mogrovejo, el gran devoto de Nuestra Señora de
Copacabana, San Francisco Solano, el apasionado de Nuestra Señora
de los Angeles, Santa Rosa de Lima y el Beato Martín de Porres, for-
mados en el amor a Nuestra Señora del Rosario, el Beato Juan Masías,
el enamorado de Nuestra Señora de Belén; la serie interminable y bri-
llantísima de Santuarios Marianos que, desde las tierras bajas de Are-
quipa con su Candelaria de Caima, del Callao, con su Virgen del Car-
men y de la misma Lima, con sus famosos templos del Rosario y de
la Merced, va subiendo hasta las tierras altas del Cuzco, con su Vir-
gen de la Soledad o de Copacabana, que mereció ser cantada por la
lira insigne de Calderón de la Barca.
Con razón, pues, vosotros, congresistas de Lima, en esta solemní-
sima Asamblea, que con Nuestras palabras estamos clausurando, habéis
querido unir las dos cosas: devoción eucarística y devoción mariana y
hay en ello un acierto tan lleno de sincera piedad y de buen sentido
cristiano, que no podemos menos de recoger y alabar.
Por eso hoy vosotros, después de los triunfos eucarísticos de que
fueron teatro la blanca Arequipa, la hidalga Trujillo y el Cuzco impe-
rial, habéis vuelto hoy a la "muy noble, insigne y muy leal" ciudad de
Lima, que, suavemente recostada en esa inclinada planicie que mira
al Pacífico, extendiéndose con magnificencia y esplendor a ambas ori-
llas del caudaloso Rímac y reposando sus sueños de gloria bajo el ma-
jestuoso anfiteatro andino que le sirve de marco, os ha abierto sus
CRÓNICA Y IX)CUMENTOS
137
calles y sus plazas para que aclaméis al Soberano Señor Sacramenta-
do y a su Madre purísima, pidiéndole que os mande pruebas y buenos
sacerdotes; prometiéndole intensificar la vida cristiana de vuestras fa-
milias; asegurándole que haréis todo lo posible para que reine entre vo-
sotros el verdadero espiritu de caridad cristiana y de justicia social.
Acoge Tú, Reina de cielos y tierra, acoge las plegarias y las pro-
mesas de estos tus hijos, que de tu mano maternal quieren llegarse has-
ta ese trono de gloria, donde tu Jesús les espera para escuchar las unas
y complacerse con las otras . Ellos imploran vuestro auxilio en esta
hora obscura, que el mundo vive, porque quieren permanecer fieles a
la santa fe, que sus padres profesaron y desean contentarse a Tí, oh
buena Madre, y ser inquebrantables y amantes servidores de tu dulcí-
simo Hijo. Diríase que, entre las agitaciones de una época critica, se
sienten crujir la tierra bajo los pies y experimentan más que nunca la
necesidad de una protección potente, para que la tormenta no les arras-
tre; tómales Tú bajo tu amparo; y su confianza no será jamás des-
mentida .
Prenda de tales gracias y testimonio de Nuestra peculiar benevo-
lencia sea la Bendición Apostólica que, de todo corazón, en estos mo-
mentos os damos; a Nuestro amadísimo y dignísimo Cardenal Legado;
a todos los prelados y autoridades presentes; a los sacerdotes, religio-
sos y religiosas; a cuantos han prestado su cooperación para el mayor
éxito de estas solemnidades; a todos los que están en estos momentos
reunidos para clausurar tan solemne Asamblea; a toda la nación perua-
na, para Nos tan querida, y a cuantos pueden escuchar Nuestra voz,
que quiere ser la voz de un padre ansioso siempre de la mayor feli-
cidad de sus hijos.
CONSAGRACION DEL PERU AL INMACULADO
CORAZON DE MARIA
¡Corazón Inmaculado y Doloroso de María, desde tu trono de Glo-
ria, contempla benigna y enternecida esta Lima de Rosa — y el Perú,
tierra bendita que produjo grandes santos! — Reina y Madre, henos
aquí congregados para rendirte un homenaje íntimo y nacional, por la
voz de nuestros Pastores.
¡Oyenos misericordiosa, pues [ervorosos y alborozados nos consa-
gramos en esta hora solemne a tu Corazón de Madre y de Reina, oh
piadosa, oh clemente, oh dulce Virgen María!
Y con esta oblación filial, te rogamos de rodillas, que aceptes la
corona, el Cetro y el Trono que Lima y la Patria te ofrecen. Y en
testimonio que nos aceptas como hijos y como vasallos, deposita Tú
misma a los pies ensangrentados de Cristo Rey, el juramento de fi-
delidad que, en tu Corazón maternal, le ofrecemos, para gloria de tu
Hijo adorable y para gloria tuya, oh Madre Divina y Medianera nues-
tra.
Ah! y como el Viernes Santo, desde la Cruz, así hoy, desde el
Altar Eucarístico, que Jesús nos repita que Tú, María, eres nuestra
Madre y que El nos entrega tu Corazón y nos confía ta gloria!
Virgen de las Mercedes, Patrona celestial, acepta como heredad
tuya el pueblo peruano. Que éste crezca y se fortifique a la sombra
del Altar y del Sagrario. — Ampáralo en los peligros, bajo el dosel
seguro de la Iglesia, y cobíjanos a todos bajo tu manto de Soberana,
aclamada por Lima y por todo el terruño querido. "Dios te salve Reina
y Madre"!
Ah! y pruébanos que nos aceptas. . . Y que así como Tú eres real-
mente nuestra Madre, que así también nosotros, seamos entera y eter-
namente tuyos, — Escribe, pues, oh María con la Sangre del Cordero
Divino y con tus lágrimas de Dolorosa, el nombre de Lima y del Perú
en el Libro de la inmortalidad celestial.
Si, a voz en cuello, los Congresistas confesamos que sólo Cristo
Dios es grande — . Y que por El y por su omnipotencia. Tú María, In-
140
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
maculada eres la Emperatriz del mundo conquistado y libertado por
la Cruz! ■ — Pero como Tú María no pides palabras hermosas ni flores,
sino obras cristianas, haz que los peruanos, ricos en fe viva y en sóli-
da piedad, seamos la gloria de tu Jesús y la pedrería de tu Corona y
las flores del Sagrario!
María Inmaculada, Tú la divina Nazarena, afianza la virtud del
hogar, que sea éste de veras cristiano. Y a este efecto, haz que el
vínculo del Matrimonio-Sacramento, sea intangible, inviolable!
y que la gracia de la oración de los padres y de los hijos y la
frecuentación de los Sacramentos, conviertan el hogar peruano en un
santuario de paz inalterable!
¡Oh María, Reina del Santísimo Rosario y del Carmelo, infunde
un espíritu sobrenatural en nuestra sociedad, y que este soplo divino,
disipe la niebla emponzoñada de frivolidad mundana que enturbia la
dicha cristiana en muchas familias!
Madre Dolorosa y Consuelo de afligidos, enséñanos la ciencia de
sufrir como cristianos y de convertir así penas y amarguras en fuerza
moral y en mérito de gloria eterna .
Ah! y como Tú María, regaste el germen de santidad de Toribio
de Mogrovejo, de Rosa de Santa María, de Martin de Porres y de Juan
Masías, enciende también un fuego sagrado en las almas consagradas y
que esa llama ardiente santifique al Clero, a los Seminaristas y a to-
das las Comunidades religiosas. — Ah! que estas f alan jes de predes-
tinados, cristianicen con su alto ejemplo la sociedad de Lima y el pue-
blo peruano. — Sí, que sean antorchas de luz y regueros de vida, que
sean savia y sal de nuestra tierra!
Y porque te llaman y eres una omnipotencia de súplica, haz que
Jesús-Hostia, sea el Sol de Verdad y de Justicia, el centro de la vida
cristiana del Perú, tierra clásica del sol. ■ — Ah! que los peruanos que
tanto te aman, sean almas eucartsticas, hambrientas de Jesús Sacra-
mentado!
Reina de Lourdes y de Fátima, haz este gran milagro como fruto
precioso de este Congreso Eucaristico y Mariano. — Y puesto que Je-
sús te nos ha dado y El nos ha confiado a tu Corazón Inmaculado, Tú,
su Madre y la nuestra, entréganos, conságranos al Corazón de Cristo,
el Príncipe de la Paz y el Rey y el Salvador de las naciones!
Venga, pues, al Perú, oh María tu reinado, como alborado feliz,
que nos anuncie la victoria íntima y el reinado familiar y nacional de
Cristo Jesús.
Con María y por María . . . Venga a nós, Jesús, tu reino!
CONSAGRACION DEL PERU A LA EUCARISTIA
¡Oh Jesús Sacramentado! henos aquí de rodillas ante tu altar, en
el que se han concentrado todos los copones de la Iglesia Peruana pa-
ra la maravillosa multiplicación de los panes que los discípulos han re-
partido con profusión en estos días del V Congreso Eucarístico Nacio-
nal y Mariano.
Unidos todos los peruanos, los del Norte, del Centro y del Sur,
los de la Costa, de la Sierra y de la Selva, hemos acudido a Ti, se-
dientos de vida eterna .
Nos has sentado a tu Mesa.
Y tu banquete nos ha saturado de paz y caridad.
No ha sido sólo una fiesta de la inteligencia, sino la fiesta cris-
tiana del amor fraternal.
Hoy, como conclusión y sello de estas fiestas eucarísticas, venimos
a consagrarnos todos a Ti, oh Dios Eucaristía: nuestras personas, nues-
tras familias, nuestra sociedad, toda nuestra Patria .
Hecordamos, oh Señor, que entre los tesoros de civilización y de
cultura que recibimos de la Madre España, merece señalarse, de una
manera especial, al amor a Jesús Sacramentado, que ha constituido a
través de las vicisitudes de nuestra historia, una de las devociones más
puras y más arraigadas de nuestro pueblo.
Por eso, unidos todos los peruanos por los lazos de la más estre-
cha fraternidad, hemos procurado en estes días alzar un pedestal a tu
gloria y entonar el himno litúrgico de nuestra adoración rendida: Ado-
REMUS IN AETERNUM SaNCTÍSSIMUN SaCRAMENTUm!
Ante este altar el Perú ha volcado el ánfora de su tesoro espiri-
tual y ha traído, al espiga madura de sus campos y el racimo maduro
de sus viñas.
Ha traído la centella del trabajo que fulge entre el espíritu do-
minador y la materia dominada, y la lámpara de amor que de cerca
abrasa a las almas, y de lejos ilumina la senda.
Bendícenos, Señor.
142
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Bendice a nuestra Patria que, en estas horas de inquietudes y zo-
zobras para el mundo entero, te ha glorificado a Ti, y ha proclamado,
entusiasta, tu reinado.
Bendice a nuestros gobernantes, para que el acierto y la justicia
inspiren todos sus actos, con la visión fija en una patria cada vez más
hermosa y en una humanidad más unida.
Bendice a la Jerarquía Eclesiástica, para que logre despertar siem-
pre más en las almas el espíritu de Rosa de Santa María, renovar con
vigor las tradiciones y las glorias de nuestra Iglesia, y hacer reinar los
ideales de la Eucaristía, consolidando la unión de la familia peruana.
Bendice a todos los peruanos que, en esta solemne ocasión, han
proclamado ante el mundo el reinado de tu amor en el Misterio Euca-
ristico, haciendo vislumbrar aquella aurora, llena de luz y de esperan-
za, que soñamos para nuestra América . . . ¡la América cristiana "que
aún reza a Jesucristo y aún habla en español".
A Ti nos consagramos, oh Dios Eucaristía, a Ti te consagramos
todo el Perú.
Ayúdanos, oh Padre Celestial, a ser siempre hermanos.
¡Que seamos siempre miembros de un solo cuerpo, hechos a tu
imagen!
¡Que todos honremos nuestro bautismo!
¡Que todos nos mostremos partícipes de una sola naturaleza hu-
mana y herederos de un solo cielo, de un solo Dios, de una sola feliz
eternidad, a donde quiere llevarnos Cristo tan próximo a nosotros. Cris-
to tan amigo nuestro. Cristo sacrificado por nosotros. Cristo presente
y viviente en el augusto Sacramento de nuestros altares!
Acepta nuestra consagración humilde y fervorosa.
Acéptala de manos de tus hijos fieles del Perú .
Acéptala Tú. que eres nuestra paz; Tú que nos esperas con los
brazos abiertos, como el anciano padre esperaba al hijo pródigo; Tú
que nos has hecho el don sublime de recibirnos por hijos de Dios; Tú
que eres el consuelo, la esperanza, el médico celestial de nuestras almas.
Tibios son nuestros corazones, oh Señor.
'lardos son nuestros oídos.
Pero extiende la diestra de tu Majestad, y exultará nuestros espí-
ritus, y cesará la tempestad en nuestros corazones, y brillará en lo al-
to al Sol de tu Divinidad, el Sol que da luz y calor a las almas, paz y
progreso a los pueblos: el Sol de la Santa Eucaristía.
Te lo pedimos. Señor, por María Inmaculada, Reina y Madre nues-
tra, encanto y dulzura de nuestra existencia. Auxilio poderoso del pue-
blo cristiano hoy y siempre, por los siglos de los siglos. Así sea.
ANEXOS
• Instalación de la Junta Organizadora
del Congreso.
• Cuadro de Comisiones.
• Carta Pastoral del Emmo. Señor Car-
denal Arzobispo Primado.
• Carta Pastoral del Venerable Epis-
copado Peruano.
• Temario de las Jornadas de Estudio
del Congreso.
INSTALACION DE LA JUNTA ORGANIZADORA
DECRETO DEL EMMO. SR. CARDENAL
Nos, Juan Gualberto del Título de San Eusebio de la Santa Iglesia
Romana, Presbítero Cardenal Guevara, por la gracia de Dios y de la
Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Lima y Primado de! Perú.
Considerando:
Que la IS'^ Conferencia Episcopal designó la ciudad de Lima como
sede del V Congreso Eucaristico Nacional que debe celebrarse en el
mes de octubre del próximo año de 1954.
Que con motivo de conmemorarse ese año el primer centenario de
la declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María, ¡a Conferencia Episcopal del año 1949 determinó Cjue di-
cho certamen se denominase Congreso Eucaristico Nacional Mariano.
Que ya es tiempo de iniciar los trabajos preparatorios del mencio-
nado Congreso.
Invocando el augusto nombre de la Beatísima Trinidad y la protec-
ción de la Santísima Virgen María.
Decretamos :
1". — Nómbrase una Junta encargada de llevar a cabo dichos traba-
jos bajo la denominación de Junta Organizadora del V Congreso Eu-
caristico Nacional Mariano, compuesta por los siguientes m'embros:
DIRECTOR GENERAL: Nos, el Cardenal Arzobispo Primado.
PRESIDENTE: Excmo. y Rvdmo. Mons. Juan Landázuri Ricketts, Ar-
zobispo Coadjutor de Lima. VICE-PRESIDENTE : Mons. Hernando
Vega Centeno, Arcediano de la Catedral. TESORERO: Sr. Waldemar
Scliróder Mendoza. SECRETARIOS: Sr. Dr. José Agustín de la Puen-
te Candamo, y Srta. Rosa Stiglich Gazzani. VOCALES: R. P. Me-
dardo Aldúan, CMF; R. P. Arturo de la Inmaculada, OCD; Sra. Ma-
ría Garland de Miró Quesada; Sra. María Ayulo de Alvarez Calderón;
Srta. María Rosario Araoz; Dr. Félix Navarro Irvine; Ing. Roberto Pé-
rez del Pozo, Presidente de la Junta Nacional de la A. CP.: Sr. Jorge
Alayza Grundy, Presidente de la Junta Arquidiocesana de la A. CP.
2'>. — Dicha Junta se regirá por un Reglamento interno por Nos a-
probado, y estará premunida de plenas facultades para nombrar todas las
Comisiones que sean necesarias para el logro de su cometido.
H8 V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
3'. — 'La instalación solemne de la mencionada Junta se realizará en
la Basílica Catedral el día lunes 9 del presente mes, a las 7 de la noche,,
con la concurrencia de los Excmos. Prelados presentes en Lima.
Dado en el Palacio Arzobispal de Lima, el 6 de Febrero de 1953.
Juan Gualberto Cardenal Guevara
Arzobispo de Lima
Jorge Cisneros
Vice-Cancil!er Secretario
Por Decretos posteriores del Eminentísimo Señor Cardenal Arzobis-
po Primado, se incorporaron a la Junta Organizadora:
limo. Mons. José Dammert Bellido.
Rvdo. Cngo. César Abarca S.
R. P. Valentín Alcalde.
Sra. Aurora Laña de Espinosa.
Srta. María Luisa Montori.
Sr. Andrés Aramburú Menchaca.
Sr. Andrés Boggio G.
Sr. Luís de Idiáquez Elias.
Sr. Luis Iglesias Luna.
CUADRO DE COMISIONES
COMISION DE ECONOMIA:
Presidente: Alfonso Alvarez Calderón.
Vice-Presidente: Alberto Quesada.
Secretario: Carlos Fernández Sessarego.
Miembros: María Garland de Miró Quesada ■ — Luzmila Dammert
de Aspíllaga — Elvira Acuña de Graña — Ada N. de Raffo — Car-
men O. de González Olaechea ■ — Olga de Dasso - — Graciela Valere
de Franco — Ana Luisa Montero de Prado — Caty Cassinelli — Ma-
ría Angélica de Alvarez Calderón — Luis Aspíllaga — Enrique Ayulo
Pardo — Pedro Bentín Mujica — Julio de la Piedra.
COMISION PARROQUIAL:
Presidente: R. P. Valentín Alcalde.
Secretario: R. P. Leónidas Huamán.
Miembros: R. P. Andrés Bertolotti — R. P. Elias Malpartida
— R. P. José Vicente S. J. ■ — R. P. Luciano Codina — R. P. Bernardo
Weber — R. P. Constancio Bollar — Sr. Pbro. Agustín Quiroz —
R. P. Javier Maguiña — R. P. Alfonso Ponte.
COMISION GENERAL DE PROPAGANDA:
Presidente: Lucio Suttor.
Vice-PresidentE: Javier Kiefer Marchand.
Comisión Ejecutiva:
limo. Mons. Basilio Ayerdi — Sr. Pbro. Harold Griffiths —
Esther Allison — Rafael Belaúnde — María Montalbetti — Mercedes
Muñoz — Emilio Ortiz de Zevallos — Roberto Wakeham.
Sub-Comisión de Prensa:
Presidente: Javier Kiefer Marchand.
Miembros: Moisés Arroyo — Enrique Carrión — César G. Cor-
zo — Luisa B. de Cruchaga — Enrique Chirinos Soto — Giovani
Chitarínn — José Antonio Miró Quesada — Luis Solarí.
150
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Comisión de Radio y Transmisiones:
Presidente: R. P. Vicente Guerrero O. P.
Miembros: Mons. Zacarías Untiveros — Luis de Idiáquez Elias
. — Luis Iglesias Luna — ■ Narcisa Cisneros ■ — Antonio Vásquez Peque-
ño — María Venegas Armando Zubizarreta — Alfredo Barbieri
. — Enrique Echegaray del Solar — Alfonso Pereyra — Luis Muñoz
Pasquale.
Sección Redacción:
limo. Mons. Luis Lituma Portocarrero — ^ R. P. Augusto Cama-
cho — R. P. Felipe Mac Gregor S. J. R. P. Bernardo Weber
MSC ■ — Ernesto Álayza Grundy ■ — Mario Alzamora Valdez — Er-
nesto Benavente — Teresa Benavides ■ — Luis Bedoya ■ — ■ Luis Jaime
Cisneros — Pedro Benvenutto Murrieta ■ — Raúl Perrero ■ — Enrique
González Dittoni ■ — Aurora Laña de Espinosa Rubén Lingán ■ —
Paúl Linder — Reynaldo Luza — líalo Nolia — Edgardo Rodríguez
C. — Isabel Reyes Carrillo ■ — María Santolalla ■ — Carlos Salazar
. — Manuel Solari ■ — José M. Vélez Picasso.
COMISION DE ESTUDIO:
Presidente: R. P. Medardo Aldüán C.M.F.
Miembros: limo. Mons. Luis Lituma Portocarrero — limo. Mons.
Fidel Tubino — R. P. Félix Alvarez MSPS — R. P. Federico Kaiser
MSC ■ — Jorge Alayza Grundy — Víctor A. Belaúnde ■ — Ernesto Per-
la Velaochaga ■ — Beatriz Cisneros • — José Jiménez Borja ■ — Enrique
Torres Llosa.
COMISION DE CONOCIMIENTOS Y DIFUSION DE LA SANTA MISA:
Presidente: R. P. Bernardo Weber MSC.
COMISION DE CONGREGACIONES RELIGIOSAS:
Presidente: R. M. Elena Anguet, Sagrados Corazones.
Miembros: R. M. Cáritas Knickenberg, Santa Ursula ^ R.
M. Cipprian, Siervas Inmaculado Corazón ■ — R. M. Visitación A-
ranguren, Mis. Dom. del Stmo. Rosario ■ — ^ R. M. Carmen Remy,
Esclavas del Sagrado Corazón • — ^ R. M. María de Lourdes '— R. M.
María del Sgdo. Corazón, Canonesas R. M. María de los Dolo-
res, Misioneras Franciscanas — R. M. Josefa, Sagrado Corazón
R. M. Salomé de Jesús, Inmaculada Concepción.
COMISION DE ABOGADOS:
Presidente: Félix Navarro Irvine.
Miembros: Eduardo Rada Benavides — José Valencia Cárdenas
— Jorge Chiarella Fuller ^ Carlos Augusto Pássara — Enr'que Ca-
naval Morcyra — Eulogio Romero Romaña — Manuel B. Ferreyros
Balta . — Armando Prugue Camino — Enrique Torres Llosa — Al-
fredo Aparicio Valdez .
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
151
COMISION DE EMPLEADOS:
Presidente: Samuel Gamio Palacio.
Miembros: Enrique Panizo — Eduardo Colmenares — Federico
Millet — Alberto Rivera B. — Manuel Castañeda — Manuel Picher
— Jorge Rey de Castro — José Garfias — R. Salmón de la Jara.
COMISION DE OBREROS:
Comité Asesor: R. P. Augusto Camacho — Porfirio Silva —
Luis Iglesias Luna . — ■ Moisés Arroyo.
Miembros: Glícerio Franco Zumaeta, Secretario General — Faus-
tino Guerrero Nicho, Sub-Secretario General ■ — Bartolomé Guzmán,
Secretario de Actas — Augurio Pajuelo, Sub-Secretario de Actas —
Juan Bustamante Paco, Secretario de Organización Florentino Vi-
dal, Secretario de Prensa y Propaganda — Alberto Ojeda Mendoza,
Secretario de Economía — ■ Aurelio Escobar, Secretario del Interior —
Juan Montedoro, Secretario del Exterior — Juan Alarcón, Secretario
de Asuntos Sociales ■ — Celestino Barbarán, Secretario de Disciplina.
COMISION DE ENFERMOS:
Asesor: R. P. Eusebio Rodríguez.
Presidenta: Mercedes Dibós de Camino.
Miembros: Elvira Pezet de Arias Schreiber — Teresa Fabiani de
Bedoya — Rosa Mendoza de Filomeno — María Dibós de Macchia-
vello — Rosa Puente de Pagador -—María Rosa de Haaker.
COMISION DE PENADOS:
Presidente: R. P. Víctor León.
Miembros: R. P. Gonzalo Elises S. J. — R. P. Guillermo Bibiloni
Vich — R. P. Juan Gasbarri — ^ R. P. Gerardo Alarco — R. P. Juan
Rodríguez — Hno. Luis Madrazo ■ — ^ R. P. Bernardino Figueroa —
Rosina de Cebrián — Esther Gamboa —' Carlos Sommerkamp ■ — An-
gélica de Sommerkamp — Miguel Angel Sardone — Eduardo Tocci
-— Eduardo Calle.
COMISION DE ALOJAMIENTO:
Presidente: Augusto Dammert.
Miembros: Porfirio Silva — Jorge Hinojosa - — Paúl Schneidewind
. — Guillermo Schmidt Pizarro ■ — ■ Carlos Hamann ■ — Manuel Patri-
cio Vargas.
COMISION DE ATENCIONES:
Presidente: Antonio Lluli.
Miembros: Manuel García Calderón — Germán Stiglich Gazza-
ni — Guillermo Almenara — Carlos Ortiz de Zevallos P. S. — Luis
152
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Berckcmeyer Pazos — José Luis Crespo Salmón — Juan Moreyra y
Paz Soldán — Ferdinand de Trazegnies — Luis Echecopar García —
Alberto Rivera Piérola — Armando Prugue Camino — Alfredo Malatesta
COMISION DE ORNATO:
Presidenta: María Ayulo de Alvarez Calderón.
Miembros: Eglantina E. de García Castañeta — Rosa C. de La-
barthe — María E. de Figari — Flor Angulo de Alvarez Calderón
. — María Ayulo de García Ribeyro — Ana Trou ■ — Enriqueta Trou-
Carmen Barúa Boza — Marcela Valdez — Laura Garrido Lecca — ■
María Alvarez Calderón A.
COMISION DE LA GUARDIA EUCARISTICA:
Asesor: R. P. Harold Griffiths.
Presidente: Jorge Alayza Grundy.
Miembros: Germán Ramírez Gastón ■ — Guillermo Durand Flores
. — Fernando Stiglich — Manuel Patricio Vargas — Rafael Salmón —
Oswaldo Cava Gárate.
COMISION LITURGICA:
Presidente: Mons. Hernando Vega Centeno.
Miembros: Pbro. Alejandro Zarzoza — Pbro. Marcelino Ticla-
vilca — R. P. Octavio Cubría.
COMISION DE TEATRO:
Presidente: Alejandro Miró Quesada G.
Miembros: Pablo Fernández — Ricardo Roca Rey.
COMISION DE MUSICA Y COROS:
Presidente: R. P. Raimundo Klytta — R. P. Isnardo Huaita —
R. P. Eugenio Oscoz, C.M.F. — Hno. Fausto — Sra. María Luisa Ma-
rrou de Losada . — Carlos Sánchez Málaga.
COMISION DE EXPOSICION BIBLIOGRAFICA:
Presidente: Cristóbal de Losada y Puga.
Miembros: R. P. Rubén Vargas Ugarte S. J. — Ricardo Arbu-
lú ■ — Alberto Tauro.
COMISION DE EXPOSICION PICTORICA:
Presidentes: R. P. Medardo Aldúan C.M.F. — Adolfo C. Win-
ternitz — Alejandro Miró Quesada G., Director del Museo de Repro-
ducciones Pictóricas de la Universidad de San Marcos.
Miembros: Germán Suárez Vértiz — Reynaldo Luza — Jaime
Bayly G. Honorio Ferrero — Alberto La Hoz — Manuel Solari.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
153
COMISION DE EXPOSICION MISIONAL:
Presidente: R. P. Avencio Villarejo O. S. A.
Vice-PresidentE: R. P. Ricardo Durand, S. J.
Miembros: R. P. Antonio Olarte, O.F.M. — R. P. Sergio A-
Tistizábal, CP. — R. P. Rodolfo Guibord, O.M. — Fray Angel San-
tos, O.P. — R. P. Muñoz.
COMISION DE ORNAMENTOS:
Presidenta: María G. de Miró Quesada.
Miembros: Rosa Benavides de Andress — Carmen A. C. de O-
laechea — María Vargas de Ayulo — Adriana Boza E. — Enriqueta
Cúneo de Santistevan — Belén de Osma — María Montero de Trelles
— Laura Velarde de Pardo.
COMISION DE PRIMEROS AUXILIOS:
Cruz Roja Peruana.
COMISION DE TRANSPORTES:
Presidente: Roberto Thorndike.
COMISION DE MISIONES RURALES:
Presidente: R. P. Raimundo Guereta O.F.M.
Miembros: R. P. Francisco María Aramburu O.F.M. — R. P.
Cuadros Málaga — ^ R. P. Luis Carazas — R. P. Luciano Litter.
COMISION DE INGENIEROS AGRONOMOS:
Presidente: Enrique Basombrío Echenique.
Miembros: Carlos Derteano — Rómulo Perrero.
COMISION DE INSIGNIAS:
Presidenta: Manuela Bielich de Labarthe.
Miembros: Cristina Zavala de Cobián — Luisa Morales Duarte —
Carmen Olaechea A. C. — Clementina Olaechca A. C. — - Inés Raffo
Novelli — Teresa P. de Canaval — Matilde de Zárate — María Luisa
Rospigliosi.
COMISION DE ARQUITECTOS:
Presidente: Héctor Velarde.
Miembros: Raúl Morey ■ — Fernando Belaúnde Terry — Luis Miró
Quesada G . — Guillermo Payet Ricardo Valencia — Gerardo Le-
cca Eduardo Neyra Alva — Alfredo Dammert Muelle — ■ César
Díaz González.
154
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
COMISION DE MISIONES EN LIMA:
Presidente: R. P. Martín Urrutia, S. }.
Miembros: R. P. Valentín Alcalde R. P. Andrés Bertolotti
— R. P. Leónidas Huamán — R. P. Raimundo Guereta — Mons.
Ignacio Arbulú Pineda — R. P. Luis M. Hudek ^ R. P. Elias Mal-
partida — R. P. Constancio Bollar — R. P. Vicente Guerrero.
COMISION DE ENTRONIZACION DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS EN
LOS HOGARES:
Presidente: R. P. Lázaro Rouy SS. CC.
COMISION DEL ROPERO EUCARISTICO:
Presidenta: Marcela Krüger de Barandiarán.
Miembros: Teresa Lama de Bellido • — Carmela Cacho de Turpaud
— Rosa Barton de Krüger — Adela Zender de Guiulfo — Violeta Bre-
tton de Maggiolo ■ — ■ Susana Roselló de Krcnsalja — Nene Dagnino de
Mifflin — Teresa Peschiera de Valencia — Mercedes Mavila de Mon-
toya — Rosa Sánchez de Estens Romero — Alicia Klaschea de Cornejo.
COMISION DEL CATECISMO PARA MISIONES EN LIMA:
Presidente: R. P. Federico Kaiser.
Miembros: R. P. Eduardo Pichcr — Hno. Ludovico María —
Graciela Burga — Cecilia Rey.
COMISION DE LA COLECTA PUBLICA:
Presidente: Roberto Thorndike.
COMISION DE CATEQUESIS PARA ADULTOS, EN LIMA:
Asesor: R. P. Eduardo Picher.
Presidenta: Hortensia R. de Roca.
Miembros: Felicitas Cazorla — Carmen Solari — Margarita Bevin
de Pastor — Clemencia Andraca de Basadre Caty Cassinelly — Ro-
sina de Cebrián — Luisa Morales Duarte — Lily Elmore — Angélica
Roca de García — Ada de Raffo — Cecilia Rey — Yolanda Letona —
Carmen Rosa de Tirado ^-^ Isabel de Valderrama Marisa Ferrer.
COMISION DE CATEQUESIS PARA ADULTOS, EN BALNEARIOS:
Asesor: R. P. Valentín Mitchcll.
Presidenta: María Luisa Marrou de Losada.
La multitud en el acto final del Congreso
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
155
COMISION DE CATEQUESIS PARA ADULTOS, EN EL CALLAO.
Asesor: R. P. Antolín Rosales.
Presidenta: Paulina de Giusti.
COMISION DE CINE:
Presidente: José Figari Luxardo.
Asesor: R. P. Gerardo Alarco.
Miembros: Jorge Vega Christie — Teresa de Vega Christie —
Elvira Castro de Alzamora — Matilde Pérez Palacio — Andrés Rusz-
kowski — Héctor Sevillano — Rosa de Allison.
COMISION DE LA COMUNION DE LOS NIÑOS:
Presidenta: Rosario Araoz.
Miembros: R. P. Medardo Alduán — R. P. Gonzalo Elises —
R. P. Jesús Cánovas — R. P. Augusto Camacho — R. P. Antolín
Rosales — R. P. César Abarca — R. P. Elias Malpartida — R. P.
Eduardo Picher ■ — Hno. Francisco — Hno. Angel Urbano — Hno.
Ludovico Maria — Rvda. Madre Josefa Listara — Rvda. Madre Anto-
nieta Casinelly — Ondina Araoz — César E. Zubiaga . — Eduardo de
La Flor — Gaspar Valencia — Mario Valdivia Camuzo — Maccdonio
Torres Arias — Enrique N. Espinoza — Vidal Rojas Bendezú — Wal-
ter Peñaloza — Humberto Montes Gonzáles — Ernesto Infante — Isa-
bel Gonzáles de Valderrama — José Antonio Calderón ^ Amelia Za-
mora de Buzzio . — María Montalbetti • — Clorinda Matto — Abelardo
Murillo.
COMISION ORNATO DEL ALTAR DEL CAMPO EUCARISTICO:
Presidenta: Belén de Osma.
COMISION DE LA ESTAMPILLA VOLUNTARIA:
Presidentes: Roberto Thorndike — Edith de Vélez.
COMISION DEL CONCURSO INTER-ESCOLAR DE RELIGION:
Presidenta: Rosario Araoz.
COMISION A-RREGLO DE LA CARROZA EUCARISTICA:
Presidenta: Matilde Schróder Mendoza.
COMISION DE ADORACION NOCTURNA EN EL CAMPO EUCaiRISTICO:
Presidente: Juan M. Sarmiento.
Miembros: Alfonso Rospigliosi — Pedro Guzmán Gomero.
156
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
PREPARACION DE OFRENDAS:
Presidenta: Laura Garland de Pérez Palacio.
SECRETARIO DE LAS JORNADAS DE ESTUDIO:
Luis Sánchez Moreno Lira.
COMISION DE LOCUTORES:
Presidente: R. P. Vicente Guerrero, O. P.
Miembros: R. P. César Abarca S. ■ — Enrique Echegaray
Luis Iglesias Luna.
COORDINACION DEL CAMPO EUCARISTICO:
Coordinador: Luis de Idiáquez Elias.
Auxiliar: Hugo Garaycoa.
OFICINA DE PRENSA:
Pedro Guzmán Gomero.
CARTA PASTORAL DEL ARZOBISPO PRIMADO
"y eso es un Congreso Eucaristico: un retorno a Cristo,
ae todas las clases sociales; un resurgimiento de todo lo
caído en el orden espiritual; un feliz reencuentro ..."
Nos Juan Gualberto del Título de San Eusebio de la Santa Iglesia
Romana, Presbítero Cardenal Guevara, por la gracia de Dios y de la San-
ta Sede Apostólica, Arzobispo de Lima.
A nuestro V. Cabildo Metropolitano, al Clero Secular y Regular y
a los fieles todos de nuestra Amada Arquidiócesis .
Venerables hermanos y amados hijos:
Como ya tenéis conocimiento, por el decreto publicado oportunamen-
te, en el próximo año de 1954 se celebrará en esta ciudad el V Congreso
Eucaristico Nacional.
Estamos abocados, pues, a un gran acontecimiento religioso y por lo
mismo conviene que desde ahora nos preparemos con toda diligencia y
ahinco a fin de que esa magna Asamblea se celebre con toda la solemnidad
posible.
Ocioso me parece describir los magníficos resultados que se derivan
de todo el Congreso Eucaristico. Todos hemos presenciado los que ema-
naron del 1er. Congreso Eucaristico Nacional celebrado en esta ciudad el
año 1935 y los que se produjeron después en los Congresos Eucarísticos
Nacionales de Arequipa, Trujillo y Cuzco.
Cada Congreso deja tras sí una estela de paz y bienandanza, de es-
piritualidad y bienestar social, que bastaría esta sola razón para celebrar-
los con relativa frecuencia, procurando que se superen los unos a los o-
tros y que ganen en prestancia y solemnidad.
A estas consideraciones de carácter general hay que agregar otras de
índole ambiental, tan fuertes y poderosas que dan al Congreso en pre-
paración la categoría de un suceso no sólo útil y provechoso para la vida
espiritual del país, sino hasta cierto punto urgente y necesario.
Valga como última razón el hecho de que la Asamblea Episcopal
celebrada en el Cuzco el año 1949 decretó que el V Congreso Eucaristico
Nacional se celebrase en esta urbe el próximo año.
Un ligero examen de nuestro ambiente moral es suficiente para dar-
nos cuenta de la necesidad e importancia de un recio movimiento espiri-
tual en todo el país. La rica herencia espiritual que nos legara España
está sufriendo rudos quebrantos; la fe de Cristo tan arraigada por obra
de los misioneros en el corazón de nuestros pueblos, está a punto de ex-
153
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
tinguirse en algunos de ellos; la moral evangélica, ultrajada y escarnecida
por costumbres exóticas, exhibiciones escandalosas en cines, salas de es-
pectáculos públicos, playas y piscinas de deporte y por una literatura in-
munda y pornográfica; el criterio, lo que se llama la opinión pública, per-
vertida y relajada hasta el extremo de llamar bueno a lo que es malo y de
otorgar título de bello y artístico a lo que es abiertamente indecoroso y
antiestético.
Como se ve, el cuadro que nos ofrece el ambiente actual no es nada
halagador; es un cuadro tétrico, obscurecido por las sombras del vicio, de
la corrupción y de la inmoralidad. De c! se han hecho eco repetidas ve-
ces, algunos órganos de la prensa local y contra él se levantan de vez en
vez voces de protesta de personas sensatas y honestas que preguntan has-
ta dónde vamos a llegar, si no se pone coto a esta ola de desorden que
amenaza arrasar con lo poco bueno que queda todavia en pie.
Sabido es que no son pocos los elementos que se confabulan para
destruir la doctrina de Cristo que es la única que puede oponer remedio
seguro para tanto mal. El Protestantismo que con variedad de sectas, pro-
cedimientos y sistemas, atenta cada día, con más audacia, contra la uni-
dad espiritual. Su campaña disolvente no se limita a la Costa y a la Sie-
rra, ha penetrado ya en la selva en forma subrepticia, amparada con el
señuelo de investigaciones científicas, amenazando destruir la obra secu-
lar de los misioneros católicos a quienes tanto debe la Religión y la Pa-
tria por sus inapreciables aportes a la ciencia, a la cultura y a la civili-
zación cristiana.
El comunismo materialista y ateo, herejía política, social y religiosa,
que está aprisionando en las mallas de sus redes, con refinada astucia, a
nuestros incautos obreros.
No son menos peligrosas las sociedades secretas que, con su acostum-
brada táctica de disimulo, atacan desde las sombras a Dios y a su Igle-
sia. Y en esc mismo plano trabajan el Espiritismo, la Teosofía, los Ro-
sacruces, que minan por su base los principios vitales del dogma católico.
Entre estos males que nos agobian, ocupa preferente lugar el divor-
cio; y decimos preferente lugar, porque se necesita estar ciego para no
ver la ruina que día a día, y cada vez en proporción más creciente, está
produciendo esta plaga en la familia peruana.
No se puede negar que en veintitrés años de régimen divorcista en
nuestra Patria, las familias desunidas forman legión con la triste secue-
la de hijos semiabandonados, de madres de familia entregadas a su propia
suerte, de disolución de costumbres, de limitación de la prole, todo lo
cual como es de rigor, repercute desastrosamente en el orden social.
Bastan estos ligeros apuntes para demostrar la necesidad de un in-
tenso movimiento espiritual, que ponga a la fe, a la moral, a las buenas
costumbres, a la justicia, a la verdad y al bien, en su legítimo lugar. En
una palabra, que reponga a Cristo allí de donde se le ha expulsado; en la
conciencia individual, en la familia, en las leyes, en las costumbres, en
la sociedad.
Y eso es un Congreso Eucarístico: un retorno a Cristo de todas las
clases sociales; un resurgimiento de todo lo caído en el orden espiritual;
un feliz reencuentro de centenares de almas que se habían separado de
la buena senda en un momento de olvido y de debilidad espiritual.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
159
Porque un Congreso Eucarístico no sólo consiste en grandes actos
multitudinarios que impresionan y entusiasman hasta la exaltación y el
delirio. Un Congreso Eucarístico, aparte de ser una grandiosa afirma-
ción de fe en Dios, en la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en
la Sagrada Eucaristía, promueve un estudio profundo de la doctrina ca-
tólica, de los problemas que más afectan al restablecimiento del orden so-
cial y revitaliza hasta en sus últimas manifestaciones la vida cristiana,
terminando por conducir a todos, aun a los pecadores más recalcitrantes,
a la mesa del altar, para hartarse del cuerpo y de ia sangre de Cristo
Redentor, propiciando esa admirable unión de la criatura con el Creador
que ninguna mente humana puede comprender.
Tal la importancia, la trascendencia de los Congresos Eucarísticos,
de donde se deriva la premiosa necesidad de prevenirlos con adecuada y
diligente preparación.
En consecuencia invitamos encarecidamente a todos los fieles del
Perú, ya que nuestro Congreso será Nacional, a que presten decidida y
leal cooperación a ía Junta Nacional Organizadora de ese gran aconte-
cimiento religioso que tendrá por escenario nuestra Capital.
Queridos hijos: antes de pasar a la última parte de esta Pastoral,
queremos llamar la atención sobre un detalle importantísimo de nuestro
Congreso y es el siguiente: El mundo católico está en vísperas de cele-
brar el primer centenario de la proclamación del dogma de la Inm.aculada
Concepción de la Santísima Virgen María. Este magno acontecimiento
se celebrará el próximo año en el mundo entero, de modo que, por una fe-
l-'z coincidencia, ambos sucesos religiosos serán solemnizados en nuestra
patria el año venidero. De allí es que en la última Conferencia Episcopal
se acordó designar a nuestro Congreso con el título de Congreso Eucarís-
tico Ivíariano. Esto quiere decir que en el próximo certamen eucarístico
tendrá preferente lugar la celebración del dogma de la ínm.acuiada Con-
cepción de María.
No podía ser de otro modo, pues, sabido es que en nuestra patria,
desde los tiempos del coloniaje, se ha dado culto en forma fervorosísima
a la Virgen María en este glorioso título de su Concepción Inmaculada.
He aquí, pues, am.ados hijos, un motivo más para aprestarnos a pre-
parar con todo fervor y entusiasmo nuestro Congreso Eucarístico Nacio-
nal . En este certamen serán honrados y exaltados dos de los grandes
dogmas de nuestra Religión sagrada: el delirio del am_or de Dios a los
hombres: la Sagrada Eucaristía; y el sublime privilegio de María; el de
haber sido concebida s-n mancha de pecado.
No nos resta sino instaros encarecidam.eníe a que aprovechéis cristia-
namente de este santo tiempo de Cuaresma, destinado a preparar el espí-
ritu para la celebración de la qran fiesta de la Pascua de Resurrección de
Nuestro Señor Jesucristo, la fiesta central de la sagrada Liturgia.
Sabéis muy bien en qué consiste esta preparación: limpiar el alma
de todo rastro de pecado y acercaros así, limpios y puros, a la mesa euca-
rística .
Nuestra Madre la Iglesia, con oportunidad sapientísima, ha dis-
puesto que se abra la Cuaresma con una ceremonia por demás im-
presionante: la imposición de la Ceniza "Polvo eres", le recuerda al
hombre mortal, "y en polvo te has de convertir". Para completar el
160
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
pensamiento habría que agregar: polvo fuiste. Y eso fué precisamen-
te el hombre antes de recibir el hálito de vida del Creador: humus, li-
mo de la tierra.
Con este pensamiento profundamente filosófico y esencialmente teo-
lógico, que rebaja toda grandeza y exalta toda humildad, ya tiene el
cristiano un enérgico argumento para prepararse dignamente a cum-
plir estos dos grandes preceptos de la Iglesia' te confesarás, a lo menos
una vez al año y comulgarás en Pascua Florida.
Fuera de estos dos saludables preceptos, la Iglesia aconseja otros
medios para santificar la Cuaresma. La oración que eleva el alma a
Dios, que la pone en comunicación con El y que le alcanza del Dador
de todo bien, todo lo que necesita como criatura, débil y miserable co-
mo es. La limosna, el auxilio generoso y caritativo que cubre la mul-
titud de los pecados. A este propósito la Iglesia nos recuerda en este
tiempo las palabras de Isaías: "Sacia la necesidad del hambriento, cu-
bre la carne del mendigo, porque cubriendo su desnudez cubres tu pro-
pia carne". La predicación, porque si grave es la obligación que la
Iglesia impone a sus sacerdotes de prodigar la palabra divina en el tiem-
po cuaresmal, grave es también la obligación del cristiano de escucharla
y sacar provecho de ella. Acuérdense los fieles de la sentencia de Je-
sucristo: "no sólo de pan vive el hombre sino de toda la palabra que
sale de la boca de Dios" . Finalmente la mortificación, de la cual dice
el Prefacio de Cuaresma que "eleva la mente hacia regiones superiores;
reprime los vicios y nos alcanza premios y eternas recompensas".
He aquí amados hijos, un magnífico programa de una buena y
provechosa Cuaresma, de una Cuaresma cuyo pórtico es el reconoci-
miento de nuestra debilidad y miseria: pulvis es, y cuyo epílogo son las
santas alegrías de la Resurrección.
Mandamos que esta Pastoral sea leída en nuestras Iglesias y orato-
rios públicos en el domingo inmediato a su recepción.
Dada en el Palacio Arzobispal de Lima, el día veintiocho de fe-
brero de 1953 .
Juan Gualterio Cardenal Guevara
Arzobispo de Lima
Ignacio Arbulú Pineda
Canciller-Secretario
CARTA PASTORAL
Del Venerable Episcopado Peruano, con mo-
tivo del Quinto Congreso Eucaristico Nacional y
Mariano, que se celebrará en la ciudad de Lima
entre el 7 y el 12 de diciembre del presente aña
de 1954.
Nos, el Cardenal Arzobispo Primado, los Arzobispos, Obispos, Vi-
carios y Prefectos Apostólicos de las cuatro Provincias Eclesiásticas del
Perú, a nuestros Venerables Cabildos, clero secular y regular y fieles
de nuestras Arquidiócesis, Diócesis, Vicariatos y Prefecturas Apostó-
licas, salud y paz en Nuestro Señor Jesucristo.
Venerables hermanos y amados hijos:
Desde ahora nos parece contemplar el más deslumbrante espectácu-
lo que vió el Evangelista profeta: "El Cordero de Dios en su trono
y en derredor de El, con las jerarquías angélicas, la multitud innume-
rable de los escogidos de todas las tribus y lenguas y pueblos y nacio-
nes, que con El y por El, enlazados en una sola familia, adoran y
aman, bendicen y glorifican, como endiosados en su infinita bienaven-
turanza, a la majestad del Eterno".
Algo semejante a esta visión profética, admirablemente descrita por
el Evangelista San Juan, se realizará en nuestro próximo Congreso, en
el que se congregarán miles de fieles de todos los Departamentos y
Provincias del territorio nacional, los que postrados de hinojos ante la
Hostia sagrada, rendirán pleitesía de amor, respeto y admiración a Je-
sucristo velado por las especies sacramentales en el Augusto Sacramen-
to del Altar.
He aquí la visión deslumbradora que contemplarán nuestros ojos,
la misma que contemplaron hace diecinueve años, los que concurrieron
al primer Congreso Eucaristico Nacional.
I
Dios es grande en todas sus obras. Lo fue en la obra estupenda
de la Creación, sacando de la nada todas las cosas; en la redención
del género humano mediante el sacrificio de la cruz; y lo es en la Sa-
162
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
grada Eucaristía. En la primera dando fin a su maravillosa tarea ex-
clamó que era inmensamente buena (Gén. 1, 31); en la segunda re-
pitió el mismo aplauso diciendo, desde lo alto de la cruz: "Consuma-
tum est" (Jo. 19,30). Todo está consumado; todo está hecho, no se ♦
ha omitido nada de lo que debiera haber hecho. Testimonio irrecusa-
ble porque brotaba de los mismos labios del Hombre-Dios, que no pue-
de mentir, exagerar o simular. "Pasarán el cielo y la tierra; pero mis
palabras no pasarán" (Marc. 13, 31).
Por semejante manera en la Sagrada Eucaristía se advierte idén-
tica majestad y grandeza. El Evangelista San )uan pone en evidencia,
cuando, poco antes de la institución del Sacramento del Altar, exclamó:
"como hubiese amado a los suyos que vivían en el mundo, los amó has-
ta el fin" (San Juan, 13, 1) . Los amó hasta el fin, es decir, hasta ago-
tar su amor divino, como asegura San Agustín al afirmar que Dios,
siendo infinitamente poderoso no podía hacer nada más grande; que
siendo infinitamente sabio, no supo inventar algo más grande y siendo
infinitamente bueno no tuvo más que darnos. Y el Real Profeta David,
vislumbrando ya esta maravilla, dijo: "Memoria eterna dejó de sus ma-
ravillas: misericordioso y compasivo es el Señor" (Pslm. 110, 4). La
Sagrada Eucaristía es, pues, el conjunto de grandezas del Señor. En
él actualiza todas las virtudes que lo caracterizaron en su vida mortal:
la humildad, la paciencia, la caridad a los hombres, su poder inmenso
y su sabiduría infinita. Fué tal el amor a los hombres, que cuando lle-
gó la hora de partir de este mundo, no pudo resignarse a dejar solos y
huérfanos a los que acababa de redimir, y por eso, apelando a su sa-
biduría y poder infinitos, inventó un medio para ocupar el lugar que le
correspondía en el cíelo y quedarse al mismo tiempo en la tierra con
nosotros, realizando el gran prodigio de la Eucaristía; ¡oh estupenda
maravilla del Señor, oh asombroso y elocuente testimonio de su bondad
y misericordia! ¡Y que haya hombres que no reconozcan esta maravilla
y permanezcan indiferentes ante este testimonio estupendo de la cari-
dad, del poder y de la sabiduría de nuestro amantísimo Salvador!
La Eucaristía es pan de vida eterna. Claramente se refirió a este
Sacramento Nuestro Señor, a raíz del milagro de la multiplicación de
los panes en el desierto. "Vuestros padres comieron maná en el de-
sierto y murieron. Mas éste es el pan que desciende del cielo, a fin de
que, quien comiere de él, no muera. Yo soy el pan vivo que ha descen-
dido del cielo" (S. Juan 6, 48-50). De estas palabras se deduce que
si queremos mantener la v'da espiritual, debemos acudir presurosos a
la mesa sagrada para hartarnos con ese pan divino y apagar nuestra
sed bebiendo la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
No sólo la Sagrada Eucaristía es pan de vida, sino también pan
de fortaleza que nos suministra las fuerzas necesarias para superar nues-
tras miserias y debilidades. De allí que los mártires de la primitiva
Igles'a, antes de ir al martirio, procuraban premunirse con el pan eu-
carístico para sufrir los tormentos a que eran sometidos muriendo co-
mo holocausto ofrecido al Señor. Humanamente hablando era imposi-
ble que pudieran marchar al suplicio impávidos y hasta gozosos tiernos
niños, débiles mujeres y ancianos oprimidos por el peso de los años.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
163
El pan eucarístico no solo dá fuerza para sobrellevar las miserias
de la vida, sino también para salir triunfantes en la lucha contra las
pasiones humanas y las solicitaciones del mundo. Es por eso que los
maestros de la vida espiritual aconsejan la comunión frecuente, como
uno de los medios más señalados para dominar las tentaciones de la
carne y preservarnos de la inmundicia del siglo.
Finalmente, dejando otras consideraciones, mediante la sagrada Eu-
caristía se realiza una como identificación del hombre con Dios. "No,
dijo San Juan Crisóstomo, la mejesíad de Dios y su grandeza no le
impiden hacerse hombre como nosotros y encarnarse en cierta manera
en nosotros". Así es como la pobre criatura humana puede elevarse en
cierta manera a las alturas de la divinidad y hacerse una misma cosa
con Dios; mediante ella se realiza licitamente la insensata ambición de
nuestros primeros padres de querer asemejarse a Dios. Lo que no pu-
dieron lograr Adán y Eva, lo obtenemos nosotros, hijos suyos, en el
Sacramento del Amor. De modo, pues, que en este Sacramento, no só-
lo se realiza la promesa de Jesús: "Yo estaré con vosotros hasta el fin
de los siglos" (Mat. 28, 20), sino que nos hacemos una sola cosa con El.
II
Todo parece haber sido preparado para la conjugación del Congre-
so Eucarístico con este Año Mariano: La gran Concentración del Cam-
po de Marte del 7 de diciembre del año pasado, realizada en esta ciudad,
abriendo el año mariano; el magnífico desfile de diez mil hombres en
homenaje a la Virgen del Morro Solar; las peregrinaciones parciales a
los templos de María, organizadas en esta capital y los diversos cultos
tributados a la Madre de Dios en todas las diócesis, en preparación de
nuestro Congreso.
Y si nos remontamos a tiempos anteriores, la erección de varias ba-
sílicas en honor a la Santísima Virgen y la Coronación de su imagen
bendita en diversos lugares de la república, están denunciando el amor
y la devoción a la gran Madre de Dios en nuestra patria.
La misma oposición de la secta protestante al culto a María que
acicatea la devoción de nuestro pueblo a la Santa Madre de Dios, es
un testimonio elocuente del culto a la celestial Señora. ¿Quién no vé en
ese error del sectarismo la confirmación de que María es la vencedora
de todas las herejías, cumpliéndose aquello de que María es un ejército
organizado para aplastar la cabeza de la serpiente infernal?
No se puede negar que ninguna criatura ha podido tener una unión
más estrecha con Jesús, como la Santísima Virgen. Esta unión comen-
zó en el vientre virginal de María. Se desarrolló en la humilde casa
de Nazareth, donde Jesús y María vivieron juntos durante treinta años,
y se perfeccionó esa convivencia en la acerbísima pasión del Redentor.
De los cuatro personajes que acompañaron a Jesús sobre el monte Cal-
vario, María ocupó preferente lugar y asistió de pié al holocausto de su
Hijo, sin que la abatiese el dolor que más que ninguna otra criatura pu-
do sentirlo y experimentarlo.
Los Santos Padres, insistiendo en esa unión estrecha entre María y
Jesús, hacen notar que ella suministró al Verbo Divino la carne huma-
164
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
na, la misma que hoy conserva Jesucristo, la misma que es adorada ba-
jo las especies del pan y vino en el sacramento del altar.
De alli que consideramos como una coincidencia providencial que
nuestro Congreso Eucarístico se celebre precisamente en el año que,
por disposición del Supremo Jerarca de la Iglesia, se ha consagrado a
honrar a María, en conmemoración de la definición del dogma de la
Inmaculada Concepción de la Santa Madre de Dios.
Y volviendo a esta unión de María con el Verbo de Dios humana-
do, queremos destacar que ya desde los primeros años de la difusión
del culto a María Santísima en los pueblos sojuzgados por España, la
gran nación mariana, se aludía a esa unión admirable. Y que esa creen-
cia llegara hasta las clases más humildes, lo demuestra esta loa popu-
lar, que todavía se canta en muchos lugares de nuestra patria: "Alaba-
do sea el Augusto Sacramento del Altar y la Virgen concebida sin man-
cha de pecado original". He aquí una preciosa síntesis de lo que será
nuestro Congreso Eucarístico Mariano.
Recordando la admonición del Apóstol San Juan: "No amemos so-
lamente con la lengua, sino sobre todo con la verdad y los hechos". (San
Juan, Apoc. 3, 18), os encarecemos, carísimos hijos, que esta devoción
a la Virgen María, no sea puramente platónica como se dice, sino que
se traduzca en hechos tangibles. El mal de nuestro siglo, consiste ante
todo en que han desaparecido las virtudes fuertes que nos recomienda
el Evangelio: la paciencia que es propia de las almas grandes; la mor-
tificación que domina los vicios de la carne; la templanza que supera
la vida muelle, sensual y licenciosa; la castidad, que doma los desórde-
nes de la lujuria; y la caridad que según el sentir de San Pablo, en la
Epístola a los Corintios: es sufrida, dulce y bienhechora; no es ambi-
ciosa, no se irrita ni piensa mal de nadie, y todo lo espera y lo sopor-
ta". Y por último, la fortaleza, que supera todo dolor y toda miseria.
Pues bien, amados hijos, todas estas virtudes las encontramos en
grado sumo en la Santísima Virgen María, virtudes que van faltando
cada vez más en las generaciones de hoy, que llevan una vida licenciosa
y que parece no tener más norte que el lucro y el placer.
De una manera especial se hace sentir la ausencia de aquellas vir-
tudes en la mujer de nuestro tiempo, sobre todo en las jóvenes que obe-
decen ciegamente los dictados del siglo. Qué contraste entre el compor-
tamiento de María frente al dolor; mientras que su Hijo era exaltado
por las muchedumbres hasta el punto de querer alzarlo por Rey, María
estaba ausente, se mantenía silenciosa en la penumbra de la casita de
Nazareth, para que se destacara más la persona de su Hijo; pero cuan-
do llegaron las horas amargas del dolor, inmediatamente María corrió
al lado de su Hijo, para acompañarle en la calle de la Amargura y en la
suprema agonía de la Cruz, y no lo abandonó ya hasta el momento en
que el cuerpo exánime de Jesús fué depositado en el sepulcro.
Si tan hermosos ejemplos de abnegación y de sacrificio, fueran se-
guidos por la mujer de hoy, no se verían los hogares que claman su
presencia como abandonados por la pasión del juego y de otras punibles
diversiones, ni disueltas las familias por el divorcio, ni vacías las cunas,
por la adopción de las prácticas delictuosas del anticoncepcionismo, pro-
hibido por la ley natural y divina.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
165
Conviene, pues, que los cristianos todos y especialmente la mujer,^
rindan a la Virgen Santisima el auténtico culto de los hechos, imitando
sus excelsas virtudes, a fin de que El, juntamente con su Hijo Santísi-
mo, reine en todos los hogares cristianos, ya que en nuestro Congreso
se consagrará la República a la Virgen María, al propio tiempo que se
realizará la proclamación de la regalidad de María por el Sumo Pon-
tífice, según se ha informado oportunamente.
Antes de cerrar esta Carta Pastoral, formulamos férvidos votos, pa-
ra que se lleven a feliz término estos postulados: sentir afán de perfec-
cionarnos en nuestras Instituciones, en un nuevo modo de cumplir las
leyes; en nuestras relaciones sociales, hasta que en ellas se satisfaga la
justa exigencia y se sigan los dictados del verdadero amor y fraterni-
dad. Necesitamos que se vaya perfeccionando también un régimen de
fraternidad social, de elevación del nivel de vida de las clases humil-
des, de una más equitativa distribución de la riqueza y de los frutos
del trabajo.
Necesitamos igualmente que se mantenga en toda su integridad la
unión de los peruanos mediante la conservación del credo católico. Re-
cordemos a este propósito que la espada invicta de nuestros Libertado-
res cortó los vínculos que nos unían a la Madre Patria, España; pero
no osaron tocar la túnica inconsútil de la religión católica, porque esta-
ban persuadidos que las nuevas Repúblicas, por ellos forjadas, no po-
dían alcanzar sus destinos si todas entre sí y todos los ciudadanos de
cada una de ellas no se mantenían unidos por el vínculo indestructible
de la religión.
Amados hijos:
Cerramos esta Carta Pastoral exhortándoos encarecidamente a que
con vuestra actividad personal, con vuestra contribución pecuniaria y
sobre todo con la oración cooperéis a la digna celebración de nuestro
Congreso, para la renovación de la vida cristiana en todo el país en
bien de la Iglesia, de la Patria y la mayor gloria de Dios.
Mandamos que esta Carta Pastoral se lea en los lugares de costum-
bre el domingo inmediato a su recepción.
Dada en Lima, el 30 de Agosto de 1954, fiesta de Santa Rosa de
Lima.
JUAN GUALBERTO CARDENAL GUEVARA, Arzobispo de
Lima y Primado del Perú.
SANTIAGO HERMOZA, Arzobispo del Cuzco.
LEONARDO RODRIGUEZ BALLON. Arzobispo de Arequipa.
AUPELO GUERRERO, Arzobispo de Trujillo.
OCTAVIO ORTIZ APRIETA, Obispo de Chachapoyas.
FRANCISCO RUBEN BERROA, Obispo de lea.
ATAN ASIO JAUREGUI, Vicario Apostólico del Marañón.
BUENAVENTURA URIARTE, Vicario Apostólico del Ucayali.
VICTOR ALVAREZ, Obispo de Ayacucho.
TEODOSIO MORENO, Obispo de Huánuco.
MARIANO JACINTO VALDIVIA, Obispo de Huáraz.
166
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
DANIEL FIGUEROA VILLON, Obispo de Huancayo.
CARLOS ALBERTO ARCE MASIAS, Obispo de Tacna.
ALBERTO DETTMANN, Obispo de Puno.
FEDERICO PEREZ SILVA, Obispo de Piura.
PABLO RAMIREZ TABOADA, Obispo de Cajamarca.
JOSE DAMASO LABERGE, Prefecto Apostólico del Amazonas.
IGNACIO GARCIA MARTIN, Prefecto Apostólico de San Ja-
vier del Marañón.
JOSE GARCIA GRAIN, Vicario Apostólico del Urubamba.
MARTIN ELORZA, Administrador Apostólico de Moyobamba.
FLORENCIO CORONADO, Administrador Apostólico de Huan-
cavelica.
FERNANDO CALLE, Pro-Vicario Apostólico ¡quitos.
JORNADA DE ESTUDIO DEL CONGRESO
"Caminad mientras tengáis luz"
(Juan, XII, 35)
GUIA DE ESTUDIOS.
Siendo el lema de los cuatro últimos Papas la recristianización del
mundo semípagano de nuestros días con la ayuda de eclesiásticos y lai-
cos; considerando que la Sagrada Eucaristía y la devoción a la Santísima
Virgen María son las dos fuerzas renovadoras más poderosas de la Igle-
sia, es un deber, para estar a tono con los deseos del Vicario de Cristo,
proponer como tema de estudio del Congreso Eucarístico Mariano que
se celebrará en Diciembre de este Año Mariano, las características o cua-
lidades que hacen aptos a los católicos de ahora para actuar con eficacia,
al lado de la Jerarquía de la Iglesia, en la obra de la recrisíianización de
la humanidad.
El actual Pontífice Pío XII el ocho de marzo de 1952 decía que la
necesidad más urgente de la Iglesia son fieles y grupos de fieles de toda
condición, que, libres de la esclavitud de los respetos humanos, ajusten
toda su vida y sus actividades a establecer el Reino de Dios en la tierra.
Nótese que el Papa exige que los católicos con su vida y SUS ACTI-
VIDADES deben cooperar al establecimiento del Reino de Dios. Por
lo mismo el tema del Congreso debe estudiarse no sólo en relación a la
vida individual de los católicos, sino también en relación con SUS AC-
TIVIDADES PROFESIONALES: de modo que, el estudio del Con-
greso, aparezca claro cómo deben formarse, por medio de la Eucaristía
y la devoción a la Virgen, los católicos aptos para actuar, con su vida y
actividad profesional en el establecimiento del Reino de Dios al lado de
la Jerarquía.
Al relacionar el tema con la devoción de la Virgen, debe conside-
rarse esta devoción por su aspecto esencial y práctico que es el de la
imitación, considerando que si María, por su unión con Jesucristo en su
vida y en sus destinos, fué asociada a la obra del establecimiento del Rei-
no de Dios en el mundo, también el católico será asociado a su estable-
cimiento, uniéndose a Jesucristo Eucarístico por María, según el cono-
cido axioma: Ad Jesum per Mariam; a Jesús por María. El estudio, pues,
del tema del Congreso se ha de desarrollar por estas ideas: La Eucaris-
tía formadora de los católicos que necesita ahora la Iglesia para la re-
cristianización del mundo, conforme al modelo que nos ofrece en su vida
la Santísima Virgen.
168
Ahora bien: como en la legislación eclesiástica hay dos clases de
personas, los clérigos y los laicos, ambas clases estudiarán el tema en
conformidad con sus peculiares condiciones; a saber:
La Eucaristía y la actitud actual del Clero aprendida en las rela-
ciones de María con Jesucristo.
La Eucaristía y la actual vida cristiana de los laicos inspirada en
la depoción a María.
EL CLERO.
Tema: La Eucaristía y la actitud actual del clero aprendida en las reía-
dones de Marta con Jesucristo.
Esta actitud ha sido definida por el Papa Pía XI en su Encíclica
sobre el Sacerdocio el 20 de diciembre de 1935, en la cual expresa que
esta actitud pondrá al Clero en condiciones de atraer al Reino de Je-
sucristo no sólo a los extraviados que tienen fe, sino a cuantos, con rec-
ta intención, busquen la verdad.
Tres aspectos contempla el Papa en esta cuestión:
a) La dignidad sacerdotal;
b) La santidad;
c) La formación sacerdotal que el Clero debe considerar para
actuar con eficacia en estos tiempos.
De estos tres puntos deduce el Santo Padre tres tesis, que plan-
tea en esta forma:
L — Dignidad Sacerdotal en su aspecto Eucartstico-Mariano.
a) El Sacerdote, segregado de los demás y destinado al bien de
los hombres cerca de Dios. (S. Pablo, Hbr. V. 1) . Unión Eucarística.
María fué también elegida y predestinada por Dios, asociándola a
la obra redentora de Jesucristo. El Sacerdote debe ver, por esta seme-
janza, la alteza de su dignidad, las gracias recibidas con ella y el destino
sublime de su elección.
b) Potestad del Sacerdote sobre el cuerpo real de Jesucristo y so-
bre su cuerpo místico.
María recibió potestad sobre el cuerpo físico de Cristo haciéndole
su Madre y viviendo bajo su autoridad en Nazaret; y sobre su cuerpo
místico al entregárnosla por Madre y hacernos sus hijos. El Sacerdote
debe aprender de María a tratar a Jesús en la Eucaristía y debe también
aprender su obra de misericordia con los fieles para formar en ellos a
Cristo.
c) El Sacerdote mediador público y oficial entre la humanidad y
Dios. Es verdad católica la mediación universal de María que la ejerce
con Jesucristo, como tiene obligación de ejercerla el Sacerdote por su vo-
cación; y debe valerse de María. Intima vida mariana del Sacerdote.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS 169
II. ' — Santidad Eucarístico-Matiana del Sacerdote.
a) Grado de perfección o santidad del Sacerdote en relación con
su vocación, deducido de la santidad de María en relación a su dig-
nidad .
b) Virtudes del Sacerdote: pureza de corazón, piedad, castidad,
obediencia, desprendimiento, aprendidas en la Escuela del Corazón de
María .
c) Ciencia del Sacerdote. María Sedes Sapientiae. Labia Sacer-
dotis custodiunt scientiam.
III. — Formación Sacerdotal.
a) El Sacerdote y el fomento de las vocaciones sacerdotales.
María dió a conocer a Jesucristo y lo acompañó en su vida pública, mi-
sión semejante a la del Sacerdote.
b) La formación sacerdotal del seminarista en el amor de Jesús y
María.
c) La formación científica y apostólica del seminarista, bajo la pro-
tección de la Reina de los apóstoles.
LOS LAICOS.
Advertencia . — El temario de los laicos comprende dos par-
tes. La primera contiene las tesis de carácter general de cuyo estudio
debe aparecer la figura del Católico de ahora apto para actuar al lado
de la Jerarquía, en el establecimiento del Reino de Dios. En la segunda
contienen las tesis específicas, esto es, las tesis propias de cada profe-
sión, ordenadas a que todo profesional conozca la misión social de su
actividad; las cualidades morales para llenar dicha misión y el campo
apostólico donde deben trabajar para cooperar a la recristianización.
Primera Parte
Aunque la primera parte tiene carácter general, a fin de orientar
mejor la formación de un perfecto profesional católico, se estudiará por
■grupos profesionales afines que son los siguientes:
Abogados
A) Ingenieros
Arquitectos
Escritores
Artistas
B) Periodistas
Bibliotecarios
Médicos
Odontólogos
C) Asistentes Sociales
Enfermeras
Obstetrices
170
V CONGRESO EUCARISTICO NACIONAL Y MARIANO
D)
Universitarios
E)
Hombres de negocios
Padres de Familia
G)
Empleados públicos y particulares
H)
Obreros
J)
Educadores
Todos estos grupos estudiarán en dos dias el mismo Temario.
La Eucaristía y la actual vida cristiana de les laicos inspirada en la
devoción a María.
La actitud de los católicos laicos en la hora presente para ayudar
a la Iglesia en la recristianización de la humanidad semipagana de estos
tiempos la definió, con toda claridad, el Papa Pío XII en una de sus
más notables alocuciones, al delinear las cualidades que deben tener
los católicos si quieren cooperar a la obra de los Papas, para la cual han
llamado especialmente a los laicos:
Señaló el Pontífice cuatro notas características de los católicos de
ahora y son:
a) Imperturbable confianza en la victoria fundada en una fe pro-
funda .
b) Prontitud serena e ilimitada para el sacrificio y los sufrimientos.
c) Fervor y contemplación eucarísticos surgidos de la profunda
conciencia de la eficacia social del pensamiento eucarístico en
todas las formas de la vida social.
d) Empeño para obtener una unidad de espíritu y de jerarquía
más íntima y duradera.
Según esto, he aquí las cuatro tesis:
/. — La Eucaristía misterio de Fe y [uente donde la deben beber los ca-
tólicos para alcanzar la imperturbable confianza en el triunfo del
reino de Dios y de María en el individuo, en la familia y en la
Sociedad.
° Es misterio de fe porque se esconde a nuestros sentidos y a la
razón natural.
° Es misterio de fe porque siendo la Eucaristía el mismo Cristo, a
El han de converger, como a su centro, todos los misterios de la Reli-
gión cristiana.
° Es misterio de fe porque es el alimento espiritual que mantiene
y aumenta la vida sobrenatural, que es la vida de fe.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
171
La fe nos asegura el triunfo definitivo de Jesucristo.
1 . — Siendo la Comunión el modo principal de participar de la Eu-
caristía, es lógico que la Comunión entre a formar parte de nuestras
prácticas religiosas, sobre todas las demás.
2. — Siendo la Eucaristía el alimento espiritual que tomamos por la
Comunión, para vivir la vida sobrenatural, que no debe contenerse en
los límites de nuestra vida individual sino que ha de derramarse a la
vida familiar, todos los católicos han de proponerse, como obligación
familiar, que no falte este alimento a los niños, cuando lleguen a la
edad de comulgar; que no haya en la familia quien no cumpla con la
Comunión anual; que esta comida espiritual se haga a veces en familia,
comulgando todos juntos, principalmente en el tiempo pascual.
3. — Siendo María la primera que recibió en su seno a Jesucristo,
los fieles deberían aprender de Ella a comulgar con fervor, meditando
frecuentemente en el misterio de la Encarnación que tiene tanta seme-
janza con la Comunión.
//.—£/ Sacrificio Eucarístico. escuela de sacrificio donde se vigorizan las
almas para luchar contra las pasiones z; arrostrar los peligros del
mundo. La Virgen, unida al sacrificio de Jesucristo para la salva-
ción de todos, es modelo de sacrificio.
El sacrificio de Cristo por nosotros, exige nuestro sacrificio por
Cristo. La Eucaristía, así como es memorial del sacrificio de Jesucristo,
también es un continuo estímulo a nuestro sacrificio; de modo que el
culto eucarístico ha de formar en nosotros el espíritu de sacrificio y esa
prontitud serena e ilimitada para los sufrimientos en el establecimiento
del Reino de Dios.
La Eucaristía, al convertirnos, como dice San Agustín, por la Co-
munión en la sustancia de Cristo, nos comunica la prontitud con que
Jesucristo se sometió a la voluntad de su Padre que exigió de El el sa-
crificio de su vida para obrar la redención.
Propuestas . —
1 .—Llamados a cooperar con Jesucristo y la Virgen en la obra de
la salvación del mundo, y para cumplir la ley de la caridad con los
hombres, nos debemos comprometer a meditar en estas tres sentencias
divinas :
a) Sin efusión de sangre, esto es, sin sacrificio, no hay redención.
b) La pasión de Cristo, esto es, la inmolación de Cristo por los
hombres, se completa con el sacrificio y padecimiento de no-
sotros.
c) El mayor argumento de la caridad es dar la vida por el que se
ama, por el amado.
2. — ^Educar a los hijos en el sacrificio y en el valor que tiene en la
vida el dolor, con ocasión de la Misa dominical oída en familia.
3. — ^Recordar a los enfermos estos pensamientos para que se ani-
men a padecer por Dios, sabiendo que su enfermedad tiene o puede
tener valor de redención para la familia y para todos los hombres.
172
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
4. — Recordar las repetidas veces que la Virgen pidió los sacrifi-
cios a los pastorcitos de Fátima para la salvación del mundo.
///.. — La Eucaristía, Ley de Amor, nos une mas a Jesucristo comunicán-
donos sobreabundancia de vida sobrenatural para irradiarla en to-
das las situaciones de la vida.
Jesucristo en la Eucaristía es nuestro Padre, nuestro Hermano,
nuestro Médico, nuestro Alimento...
La Eucaristía, fuente de vida y de la gracia que es luz y que es
fuerza, con la cual se resuelven todos los problemas de la doctrina del
conocimiento y de la acción.
La Eucaristía sublima nuestro amor a Dios y al prójimo; y el amor
todo lo vence.
Propuestas . —
1 . — Siendo el espíritu de asociación una de las características de la
vida moderna, urge formar asociaciones, consorcios, instituciones. . . in-
formados por el espíritu cristiano, para llegar antes y con mayor facili-
dad al Reino social de Jesucristo. La Eucaristía vivida por los socios,
resolverá todos los conflictos que suscite el espíritu del mundo.
2. — Propagar y dar vida a todas las asociaciones y prácticas euca-
rísticas para encender el fervor y contemplación eucarísticas. Tales son,
visitas al Santísimo Sacramento, los Jueves Eucarísticos, las Cuarenta
Horas, la Adoración Nocturna, las Exposiciones del Santísimo perma-
nentes ....
3. — Trabajar con todo empeño para lograr la asistencia a la Santa
Misa en forma de activa participación en ella, unidos en espíritu y en
acción al Sacerdote, con el misal diario.
IV.' — La Jerarquía es el lazo de unión de los fieles con Cristo: con el
Papa y con los Obispos todo: sin ellos, nada. La Eucaristía es Cris-
to con nosotros.
1 . —La Jerarquía tiene de Jesucristo la potestad docente en la Igle-
sia; los que son llamados al apostolado de la doctrina de Jesucristo de-
ben estar en perfecta unión con la Jerarquía.
2. — ^En la desorientación doctrinal que el mundo ahora padece, y
en la nulidad de doctrinas que pululan, quien desea estar seguro, debe
vivir estrechamente unido a la Jerarquía.
3. — ^Todo reino dividido, dijo Jesucristo, será destruido; por eso,
en la acción apostólica a que somos llamados todos los católicos en la
hora presente, debemos formar un frente único, en filas apretadas con
la Jerarquía .
Propuestas. —
1. — Urge dar impulso a la Acción Católica e ir a ella, siguiendo
el llamamiento de la Jerarquía.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
173
2 . — Todas las asociaciones católicas deben ser adherentes de la
Acción Católica para dar unidad a la acción Apostólica dentro de la
variedad de medios y de fines que la Acción Católica respeta.
3. — Considerando que el apostolado individual no es suficiente, no
debe el católico verdadero pensar que cumple con su deber si no se aso-
cia en la medida de sus posibilidades o alguna de las instituciones de
apostolado, al menos con la oración y el pago de la cuota correspondiente.
Abogados.
Tesis de la Profesión
■ — El Derecho busca la paz al tráves de la colaboración.
^El Legislador supremo no es el Estado: existe otro legislador que
está sobre el vértice del edificio juridico.
. — El hombre de leyes como ordenador y como guardador y reali-
zador de la justicia.
1. ^ — El ordenamiento jurídico, tal como hoy es generalmente con-
cebido, ¿cumple su misión?
La regulación de la convivencia humana para:
a) Alcanzar el máximo posible de bienestar común.
b) Hacer que cada uno tenga el máximo de bienestar compatible
con la igual necesidad de bienestar de los otros hombres.
La tutela de los particulares al través de la colectividad. La tute-
la de la colectividad al través de los particulares. El individuo y la
sociedad, ¿polos opuestos?
2. — El particular necesita conocer con certeza su derecho. La le-
galidad y supremacía de la ley en todo orden político y social, son ne-
cesarias .
El individuo necesita saber que el Estado no sólo no suprimirá, si-
no que tutelará su persona y la posibilidad de desarrollar todas sus fa-
cultades. El Estado necesita pretender del individuo la obediencia a
todas las leyes que son dadas para el bien común.
El Derecho positivo en el homenaje al Derecho natural encuentra
su sitio, la fuente de su autoridad y el criterio de su propia actividad.
En Dios el orden jurídico encuentra su sólida base para establecer
lo que es el bien común.
Al descartar a Dios, el ordenamiento jurídico quitará al individuo
la confianza en el Estado y al Estado la seguridad de la fidelidad del
ciudadano en la ley.
3. ^ — El orden vital y estable debe ser necesariamente un orden de
amor. No puede ser un orden formado e impuesto por la violencia.
Objetivo del abogado: ¿ganar el pleito? o ¿hacer efectiva la justicia?
Cualidades que ha de tener el Hombre de Leyes:
- — Gran respeto hacia el orden jurídico positivo.
—Disposición para eliminar o reducir la injusticia de la norma
particular.
174
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
— La confianza en las leyes y en la justicia como valor absoluto.
—Eficiencia profesional.
1. — Un principio general impone al jurista católico obedecer es-
trictamente a las leyes y ordenamientos legítimos de la autoridad civil,
aún cuando no se pueda aprobar los principios políticos, las intenciones
o los actos de los gobernantes. "Omnis potestas est a Deo". (Toda
potestad viene de Dios) .
La obediencia a la ley moralmente injusta.
Un deber primario: en tanto juristas reducir o eliminar la aplica-
ción de la norma particular injusta. La interpretación. El rol del Juez.
Criterios para colaborar en la aplicación de una mala ley.
2. — Para muchos se ha perdido toda confianza en las leyes y en
la justicia. Se considera el Derecho como un puro instrumento para
el propio interés. Se evade la ley apenas sea ello posible.
"El abogado en toda su actividad no debe sustraerse al único y
común ideal: el descubrir, asegurar y hacer valer legalmente la verdad"
(Pío XII al Tribunal de la Rota, 2 de octubre de 1944).
"En los tiempos actuales cuando se ve en no pocos debilitado el
respeto a la majestad del Derecho y prevalecen sobre él consideracio-
nes de utilidad e intereses, de fuerza y de riqueza, es necesario que
todo abogado católico, fiel a su misión, ame y respete ante todo la
justicia y la verdad" (Pío XII al Tribunal de la Rota, 310-941).
Creer en la profesión.. Sentir lo bello y lo grande que es el estar
llamado a colaborar en el orden jurídico, a edificarlo, a prevenir la
crisis.
3. - — Un primerísimo deber actual: estudiar sin descanso. Poseer
además una base filosófica y un profundo conocimiento de la ética.
Deber de ciencia y de diligencia.
Corolario:
El nuestro es un problema de fe.
Es un problema de esperanza; esperanza firme en un mundo no
guiado únicamente por el principio bruto de la fuerza y del provecho.
Es un problema de amor: amar al bien y a la verdad, la justicia,
a Dios y a los hombres por amor suyo. Sentir nuestra vida como un
servicio.
Apostolado a través de la Profesión:
1 . — -Colaboración en una profunda integración de la vida jurídica.
2. — Labor eficiente y generosa en las asociaciones profesionales.
3. — Apostolado sobre el colega y sobre el cliente.
Arquitectos.
Tesis de la Profesión
El arquitecto, los aspectos de la arquitectura y el arte actual.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
175
Un problema moral básico.
El criterio cristiano de la vivienda.
Labor a través de la prolesión
La relación entre el arquitecto y el obrero.
La relación entre el arquitecto y el propietario.
Relaciones "con otros arquitectos".
a) Con futuros profesionales: "la Cátedra, el Estudio", etc,
b) Con los compañeros de profesión.
Artistíis.
Ubicación de la actividad artística dentro del organismo social: si-
tuación de esa actividad frente a las demás que se dan en la sociedad,
y que concurren, como ella, a la realización de su plenitud humana.
Responsabilidad que incumbe al artista, más allá del campo espe-
cíficamente estético: no se puede menos que reconocer la "trascenden-
cia" de la obra de arte, cuyo ascendiente alcanza — más allá del puro
goce de lo bello, los valores de Verdad y Bien, que la Belleza puede
encarnar.
Tareas concretas y urgentes que las exigencias del mundo con-
temporáneo señalan al artista: la crisis cultural que vivimos actual-
rüente plantea un sinnúmero de problemas de toda índole, entre los
que hay algunos que atañen al arte o que pueden encontrar en el arte
una solución ordenada hacia la salud social.
Educadores.
Misión educadora de Padres y Maestros
— Sentido y necesidad de la educación.
— La obra del educador..
— A quienes compete la tarea educativa.
Es una tarea de colaboración.
- — Enunciados del Proyecto de Ley sobre Educación Secundaria
que conjugan esta relación de derechos y obligaciones.
1. — La educación busca el desarrollo orgánico e integral de la
Ijersonalidad del niño; formación espiritual, moral, intelectual y física.
2. — Toda educación es obra de paternidad y fraternidad a un
tiempo. Educar es no sólo un dar, sino un darse: supone un empeño
total, una efusión - — -casi siempre lenta e ingrata — de vida.
3. - — Por derecho corresponde a los padres. El sacramento del ma-
trimonio les plantea dos imperativos: tener hijos y tenerlos para el
176
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
cielo. Responsabilidad grave para los padres de procurar la forma-
ción cristiana de los hijos.
Por razones de especialización y de tiempo, los padres encomien-
dan el complemento de esta tarea a "colaboradores" . El maestro con-
serva y ayuda, y en casos excepcionales "suple". Consecuencias:
conocer a la familia, trabajar en conjunto.
El derecho de la Iglesia a la tarea educacional.
La función del Estado..
Cualidades básicas en el educador y en el educando.
— Condiciones en el educador; idoneidad, el educador como mo-
delo, captación del educando, otras virtudes.
— Virtudes que urge despertar en el educando: sinceridad, abne-
gación, fraternidad.
— Reconocimiento de esta visión "humana" ■ — y no escuetamente
intelectual — en el Proyecto de Ley sobre Educación Secundaria.
La seria formación doctrinal y moral del educador. Espíritu de
sacrificio para ser fiel a la vocación. La competencia educativa no es
únicamente intelectual: no basta saber más para ser maestro.
El educador como modelo y modelo asequible; hacer la virtud
amable.
La aptitud para conocer y vivir en sí el contenido de la persona
del educando. El cristiano imitador del magisterio de Cristo; asume la
naturaleza del alumno y le sirve dando su vida. El educador, ¿amigo
del educando?
Otras virtudes: corazón grande (longanimidad), tenacidad (espe-
ranza), comprensión (prudencia: cada educando es un problema; en-
tender la grandeza de los pequeños problemas del educando) . Compe-
netración humana: ¿amistad?, contacto, intimidad.
Sinceridad: "Sea nuestro si: Sí. Sea nuestro no: No.
Directriz de la abnegación: hacer agradable la vida a los demásr
en el deporte, en el estudio, en la convivencia.
Fraternidad, lealtad, generosidad.
Tesis de la Profesión
1.. — .Formación del educando como apóstol.
2 . —Apostolado horizontal .
El niño como ocasión de labor apostólica dirigida hacia los
padres o hacia los maestros.
3. — Apostolado institucional.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
177
Empleados.
Misión Social del Empleado
El empleado la mayor parte de las veces, se encierra en sí mismo
sin comprender la enorme importancia que tiene su labor y la gran
responsabilidad frente a toda la sociedad. Hay que inculcarle la idea
de que su trabajo no sólo contribuye a su propio bienestar económico,
sino al de toda la colectividad. Hay que hacerle ver que él no está
solo, que no es algo aislado, sino un pequeño eslabón de la gran ca-
dena y que del trabajo bien hecho de cada eslabón y del cumplimiento
individual de cada uno; depende el brillo y esplendor de toda la cadena.
Eficiencia en el Trabajo
La eficiencia en el trabajo es otro factor muy importante y puede
basarse en los siguientes puntos:
a) Preparación técnica y comercial.^ Todo empleado debe esfor-
zarse por adquirir cada día mayores conocimientos y no estancarse
en su puesto. Debe aprovechar tanto para sí, como para los demás,
todos los adelantos que están a su alcance.
b) Preparación cultural religiosa. — ■ El empleado debe poseer una
cultura basada en una sólida formación religiosa, que es la columna que
sostiene la moral y honestidad del hombre.
c) Resopnsabilidad en la labor. ^ £1 empleado cuya cultural reli-
giosa haya llegado a un grado más alto, se habrá compenetrado en tal
forma de la responsabilidad de su propia labor que hará de ella un
sacerdocio y un apostolado.. Su puntualidad y hábil distribución del
tiempo serán un ejemplo constante y ya no mirará el trabajo como una
carga pesada que no puede dejar, sino como un medio eficaz para acer-
carse a Dios cada día más.
Moralidad en las Oficinas
Es necesario inculcar tanto en el empleado como en el empleador,
que la moral es la base más eficaz para una mayor y más completa
organización comercial. Esta moral debe ser manifestada en todos los
ámbitos comerciales y por cada uno de los miembros que la componen.
El Jefe debe tratar con el debido respeto a la empleada. Ella debe
tener conciencia de la tarea que se le ha encomendado y por la cual re-
cibe una remuneración acordada de antemano y tiene que ser realizada
con empeño y hasta el final.
Hay algunos casos muy lamentables en las oficinas, en las que
sólo se preocupan de pasar un rato agradable, a cualquier precio, y
las personas que debieran dar ejemplo, ya sea por sus años, su estado,
o la importancia del puesto que desempeñan son las primeras que atro-
pellan los principios de la moral, dando muchas veces por resultado el
que las empleadas tengan que dejar el puesto, si están lo suficientemente
178
V CONGRESO EUCARISTICO NACIONAL Y MARIANO
bien preparadas como para afrontar tal situación, o en otros casos más
lamentables, caen por temor de perder el puesto que les proporciona el
pan de cada día, aceptando amistades inconvenientes y prestándose
para adoptar actitudes que muchas veces van en contra de su dignidad.
Es necesario hacerles ver el peligro de esa trivial frivolidad existente
en la mayoría de las oficinas, entre empleados de un y otro sexo, con
lo cual no queremos decir que la cortesía y la amabilidad hay que
echarlas de lado.
El factor económico, es otro tema de gran actualidad. Debido al
medio ambiente en que vive el empleado y las necesidades imperiosas
de su existencia, la economía y el sueldo adecuado son indispensables
para conservar la moral en la oficina que muchas veces zozobra por
falta de medios pecuniarios.
El empleado debe saber distribuir bien su dinero y mantener su
presupuesto dentro del sueldo que gana, ya que de esta manera de-
sempeñará más eficazmente su trabajo sin necesidad de conseguir di-
nero por otros medios menos honrados y lícitos para cubrir el déficit
existente.
El empleado mal retribuido no puede ejercer su trabajo con efi-
ciencia, ya que muchas veces se ve obligado por las circunstancias a
cometer actos fraudulentos en perjuicio de sus Jefes para poder sobre-
vivir a las necesidades de la vida y a la manutención de una familia
tal vez numerosa. Es muy necesario por tanto, enseñar al empleado a
gastar solamente su sueldo, y a los Jefes a pagar lo debido.
Hombres de Negocios.
Tesis de la Prolesión
La actividad económica tiene por objeto poner al alcance de todos
los hombres los bienes que les permitan desarrollar sus posibilidades
humanas. Este objetivo inmediato está subordinado al fin supremo y
general de todo hombre.
Consecuencias:
a) La actividad económica es un medio y no un fin.
b) No debe supeditarse todo a los valores ceonómicos. Los va-
lores morales son más importantes y deben ser respetados al
perseguir los valores económicos.
Problemas Morales
Olvido de la función social de la riqueza.
Consideración del trabajo como una mercancía..
Los negocios dirigidos al único fin de producir una mayor ganancia
individual.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
179
Obligaciones y relaciones del hombre de negocios o empresarios con:
— los trabajadores
— el público
— los compañeros de profesión.
Ingenieros.
Función del Ingeniero cristiano en la estructura social de una nación.
La técnica en general, y en particular el ingeniero que es su más
genuino administrador, constituyen hoy elemento indispensable para
el desarrollo orgánico de cualquier nación.
De la orientación ideológica dependerán, por ello, en gran manera,
cuáles sean los resultados de la aplicación de esa técnica: favorables
o desfavorables para el desarrollo integral de la Sociedad.
De allí, la trascendental importancia del ingeniero con criterio
cristiano, en la Sociedad moderna.
En toda nación debe realizarse el orden social cristiano.
Este orden ha de expresarse en todos los diferentes elementos de
la nación.
En el mundo actual, la técnica desempeña un papel cada vez
más importante.
Y la expresión más característica de la técnica es la Ingeniería.
Esta, como todas las profesiones al servicio de la sociedad, realiza
una misión social:
a la Ingeniería corresponde resolver los problemas planteados por
los agrupamientos humanos en ciudades, campos e industrias,
para la atención de las necesidades básicas de vivienda, alimen-
tación, comunicaciones, trabajo y diversiones.
Para que tales necesidades sean atendidas con criterio cristiano.
Y en las numerosas cuestiones que su atención plantea, el ingeniero
como autor y realizador de las soluciones tiene una función de impor-
tancia básica .
Su actuación, para que sea fecunda, debe estar inspirada en las
directivas cristianas del Evangelio.
Necesidad del estudio de la sociotécnica para la formación social del
Ingeniero
Entendemos por Sociotécnica la disciplina intelectual que concreta
y resume los conceptos sociales y morales que deben regir la conducta
del técnico para que su actividad se desarrolle efectivamente en prove-
cho de la colectividad.
La formación que se imparte en los centros de estudio de la Inge-
niería está orientada exclusivamente a las disciplinas técnicas y eco-
nómicas, con tendencias racionalistas y liberales.
La integración de estas disciplinas formativas con la Sociotécnica
constituye un primer paso hacia la educación integral con criterio cris-
tiano, de los futuros técnicos..
180
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Los problemas qüe resuelve la Ingeniería no son de naturaleza
exclusivamente técnica, sino que en ellos intervienen los hechos eco-
nómicos y de manera muy importante las realizaciones humanas y
sociales .
Esta visión integral de los factores determinantes que conjuga la
Ingeniería no siempre es tenida en cuenta.
De allí que muchas veces se presenten antinomias por adoptar
soluciones parciales sin visión social, perjudicándose así los intereses
de las comunidades humanas y aún creando situaciones materiales de
evidente peligro para el normal desarrollo de la persona humana.
Tal es la crisis de nuestra civilización eminentemente materialista,
porque solamente se ha atendido a las solicitaciones de la técnica ra-
cionalista, o a los dictados de la economía liberal.
Es menester ampliar la visión de los ingenieros con nuevos con
ceptos humanos y sociales que pongan en evidencia aquel tercer as-
pecto, hasta hoy descuidado en las realizaciones técnicas: el aspecto
humano y sus consecuencias trascendentales en el campo social.
Formación del ingeniero para aplicar la doctrina social de la Iglesia en
el ejercicio de su profesión.
El ingeniero en la vida moderna está llamado, por su preparación
técnica, a dirigir muchas empresas. Desde los puestos directivos, tiene
generalmente, influeniia en grupos humanos, a veies constituidos por
numerosas personas, en vida activa.
Por esta circunstancia se encuentra en condiciones más propicias
que ningún otro profesional para propugnar la aplicación de las doc-
trinas sociales de la Iglesia, contenidas en las grandes Encíclicas y
otros documentos de la Jerarquía Eclesiástica.
Es importante por ello formarlo adecuadamente para que pueda
procurar tal aplicación.
Una de las causas del malestar profundo que aqueja a la humani-
dad contemporánea es que la actividad m.ás noble del hombre, el TRA-
BAJO, no alcanza la jerarquía necesaria para que con su legítimo ejer-
cicio y retribución, pueda el hombre de nuestro tiempo atender a sus
necesidades vitales, las de su familia y de su colectividad.
El problema denominado "social" ha dado origen a grandes co-
rrientes y concepciones de la vida de contenido antagónico al cristia-
nismo y con realizaciones monstruosas en el desarrollo de la persona
humana, de los pueblos y de nuestra civilización.
En las comunidades de trabajo, en las empresas industriales, en
las fábricas, los ingenieros se enfrentan a diario con problemas vitales
para la industria que dirigen y para el destino de personas y familias
que viven muchas veces angustia y desesperanza ante el futuro.
Es menester que la Doctrina Social de la Iglesia, con las Encícli-
cas y directivas de la Jerarquía, formen la mentalidad de los dirigentes
de las fuerzas productoras, para que resuelvan con equidad y justicia
los problemas de los trabajadores.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
181
La aplicación de esta Doctrina por todos los ingenieros católicos
puede ser de enorme trascendencia para el futuro de la humanidad.
Matrimonio.
El conocimiento deficcnte de las cualidades esenciales del matrimonio es
una de las causas de las graves crisis conyugales.
a. — El amor une: el mutuo trato aumenta el amor: es necesario,
pues, aumentar la vida familiar entre los esposos. La ausencia resfria
el amor y corre peligro de cambiar el objeto del amor de los esposos,
peligrando la unidad..
b. — La unidad pertenece esencialmente a la justicia: mediante el
contrato matrimonial, ni el esposo ni la esposa se pertenecen a si
mismos, sino que el uno se ha entregado al otro. La fidelidad mutua
es obligación de justicia. Y la santidad del matrimonio ha consagrado
la unidad, pasando a ser responsabilidad ante Dios.
c- — El matrimonio representa la unión de Cristo con la Iglesia:
los esposos que atentan contra la unidad del matrimonio, pretenden
separar a Cristo de su Iglesia. Donde falta la unidad no está Cristo.
La Santidad del matrimonio debe informar las relaciones de los esposos
y las obligaciones para con los hijos.
a. — El matrimonio por ser Sacramento es algo divino; el lazo con
que están unidos los esposos, lo ha hecho Dios. De aquí la indisolu-
bilidad.
b. — El matrimonio se instituyó también para ayuda mutua del
hombre y de la mujer. La ayuda primera, positiva y absoluta
es la relacionada con la salvación del alma. Luego es obliga-
ción de ambos trabajar por su mutua salvación, viviendo
santamente. Y como la salvación no está asegurada hasta la
muerte, toda la vida deben trabajar mutuamente para este fin,
para la santidad de la vida matrimonial. De este derecho y
obligación no puede abdicarse.
c. — Dificultades para la santidad conyugal y abusos que se cometen.
La vida cristiana del hogar y la educación de los hijos.
a. — El hogar es un santuario donde se rinde culto a Dios, al Ha-
cedor de todo bien y en especial del matrimonio. Es una pro
longación de la Iglesia: cruz, imágenes de santos, de la
Virgen, oración en común, espíritu de sacrificio, como un
nuevo sacerdocio.
b. — Educación de los hijos: desde qué edad; no basta la del cole-
gio ni cesa la obligación de los padres al ponerlos en el co-
182
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
legio. El ambiente familiar es el primer factor de la educa-
ción; por eso prudentísima conducta de los padres en casa,
c. — Orientar a los hijos: la las lecturas, compañías, colegios, di-
versiones. . . Orientación hacia el matrimonio, hacia las ca-
rreras, hacia las actividades.
Propuestas
1 . — Organizar frecuentes cursillos sobre la doctrina del matrimo-
nio; fundación de una revista específica, o los Boletines de Asociación
de padres de familia. Fomentar las asociaciones de padres de fami-
lia en las que den conferencias sobre temas de la vida matrimonial; sus
dificultades; en especial para los recién casados que entrando en la
nueva vida, necesitan solución a las dificultades relacionadas con la
práctica de la Religión, con los deberes matrimoniales y con la edu-
cación de los hijos. .
2 — Oración en familia. Misa dominical y cumplimiento pascual en
familia .
3. — Buscar medios para armonizar la vida de familia en su mayor
grado con los compromisos sociales. Formar la conciencia de los ca-
sados sobre la obligación de fomentar la vida de familia y los peligros
que entraña su disminución.
Médicos.
Misión del Médico y de la Medicina
— Sentido cristiano del hombre.
- — Sentido cristiano del médico.
—Sentido cristiano de la medicina.
a. — Sujeto de enfermedad: el hombre, cuerpo y alma. Sentido
cristiano del dolor y del sufrimiento.
b. — ¿Es la ciencia destinada sólo a curar? Medio puesto al alcance
del hombre para aliviar, ayudar, consolar. Su formidable
función educadora.
c. — En las manos del médico está la vida del cuerpo y, lo que es
más grave, muchas veces la del alma.
Su prestigio le da autoridad ante el enfermo y ante la sociedad.
Competencia, dedicación, seria formación y criterio moral.
El médico consejero en la edad difícil, pubertad, pre-matri-
monial, matrimonio.
El médico frente a la muerte. Sacramentos. Eutanasia.
Problemas morales que en el ejercicio profesional se plantean al médico.
— El derecho de nacer y la conservación de la especie.
— Algunos aspectos de la psicopatología.
— La conducta profesional.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
183
a. — Esterilidad e infecundidad.
Limitación de la natalidad. Eugenesia. Aborto criminal.
Aborto terapéutico. Interrupción del embarazo.
Esterilización.
Bautismo condicional. Obligación del médico.
b . — Psicoanálisis .
Desviaciones sexuales. Complejos sexuales.
Castidad, continencia, celibato.
c. — Secreto profesional. Discreción. Ocultación.
Con los otros colegas: consulta, lealtad, ética.
Desinterés. Dicotomía. ^
Preparación, científica y doctrinal.
Profesión y Apostolado
a. — Desde la profesión hacia la sociedad:
Campaña: en favor del espacio vital para evitar las catástrofes en
la moral familiar y en la salud física. Para sanear el ambiente de es-
pectáculos, modas, deportes, etc.
Conferencias educativas sobre: Amor libre, hijos ilegítimos, alco-
holismo, taras hereditarias, etc., etc.
En las organizaciones de tipo filantrópico: orientarlas con criterio
recto y moral.
b. — Desde la profesión al individuo:
Con el propio enfermo: la confianza que éste deposita en su médico.
Buscar la colaboración del sacerdote en los casos en los que la
enfermedad debe ser tratada simultáneamente.
A través del enfermo, con su familia: en la asesoría de tantos pro-
blemas que los padres de familia desconocen, en la pubertad, matri-
monio, etc.
c. — Desde la profesión hacia los otros médicos:
A través de Consorcios, agrupaciones culturales, Academias, etc.
Preocupación por la enseñanza y formación religiosa de los futu-
ros médicos.
La mujer en el Hogar.
Misión
La misión que Dios ha dado a la mujer al crearla es la maternidad.
Para cumplir esta misión la mujer se une al hombre por el Sacra-
mento del Matrimonio. .
El Matrimonio fué instituido por Dios en el Paraíso (Génesis 1,
27-28) y restaurado por Jesucristo como narrra S. Mateo (19, 9-5).
Dios mismo declaró el fin que daba al matrimonio: "Creced y mul-
tiplicaos y llenad la tierra" (Génesis 1, 28).
La base del matrimonio debe ser el amor racional.
IS'í V CONGRESO EUCAUÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
Las esposas se obligan a la fidelidad no sólo externa, sino de co-
razón y de pensamiento.
La esposa debe ser compañera y ayuda: "No es bueno que el
hombre esté solo, voy a hacer una ayuda semejante a él" (Gen. 2, 18)
Para su ayuda es preciso conocer los problemas del esposo, com-
partir sus inquietudes y trabajos.
El hombre debe mantener el hogar, la mujer colaborar adminis-
trando bien el fruto del trabajo de su marido, cooperar en la educación
de los hijos.
"Vela sobre la conducta de su familia y no come ociosa el pan"
{Sabiduría, Prov. 31.27).
Por medio de la maternidad se continúa la obra creadora de Dios.
El hace todo con suavidad.
La maternidad es santa y debe realizarse con dignidad.
Hay gran ignorancia sobre el verdadero sentido de la maternidad
y lo que a ella concierne.
La continuación de la obra creadora de Dios nos obliga a transmi-
tir su imagen, a dar al hijo la formación moral e integral para que al-
cance su fin sobrenatural.
Es necesario que la madre haga de sus hijos hombres completos:
profesionales eficientes, ciudadanos honrados, cristianos auténticos.
Cualidades básicas paca cumplir la misión
El matrimonio debe basarse en el amor racional, sólo así será po-
sible la continua renuncia de sí mismo que exige la misión que Dios ha
dado a la mujer.
El interés o la pasión no pueden alimentar el espíritu de sacrificio
que es necesario para poder ser ayuda del hombre.
Del amor brotará la abnegación indispensable.
El amor estimulará la prudencia, la diligencia de la esposa y la
revestirá de fortaleza y de paciencia para afrontar las dificultades de
su elevada misión acerca de su marido y de sus hijos según la voluntad
del Creador.
Atentan contra el cumplimiento de esta misión principalmente el
egoísmo, la ignorancia, y la frivolidad. Ellos son causa del abandono
de los hijos y de la ruina del hogar.
El abandono de los hijos se observa en los hogares ricos y pobres
aunque por distintas causas.
Apostolado
La vocación de la mujer es la maternidad. Esta se cifra en sacri-
ficio y ternura. Estas deberán ser las notas características del aposto-
lado femenino, tanto en el hogar, cuanto en todos los ambientes en
que ella actúe.
Las mujeres que por diversas causas no contraen matrimonio pue-
den hallar en el apostolado un camino abierto a su abnegación.
CRÓNICA Y DOCUMENTOS
185
El apostolado en el hogar debe realizarse en forma incesante, con
el esposo, con los hijos — en todos los detalles de la educación de
estas — con los que nos sirven, con quienes nos visitan.
Hay que dar testimonio en todo momento, con el ejemplo, con la
palabra, con el silencio, ello sólo será posible si estamos muy unidas a
Jesucristo: "Todo lo puedo en Aquél que me conforta" (S. Pablo, Fel
IV 13).
Obreros:
Misión de la clase obrera.
Sentido natural y sobrenatural del trabajo. .
Situación Moral del Obrero.
a) Su educación
b) Su responsabilidad.
El movimiento obrero cristiano misionero
Periodistas:
Tesis de la Profesión
El deber de información. El deber de orientación.
La función pedagógica del periodista. La conducción de la opi-
nión pública.
Responsabilidades Morales
Idoneidad profesional.
El periodista y la verdad.
La conquista del interés público: sensacionalismo, demagogia,
pornografía.
Posibilidades Apostólicas
Según los diversos tipos de periódicos.
Las asociaciones profesionales.
Labor con el compañero de profesión.
Universitarios,
Teoría de la vida universitaria.
Teoría cristiana de la Universidad. Ciencia, cultura, fe y vida co-
munitaria. — La vida intelectual y la vida humana en general. — La
186
V CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL Y MARIANO
vocación universitaria, sus responsabilidades. — La Universidad frente
a la comunidad familiar, local, nacional e internacional. — El univer-
sitario como un estilo de vida.
Problemas morales
El snobismo, la frivolidad, la indiferencia, el individualismo: de-
fectos de la vida universitaria. — Sentido comunitario del trabajo en
la Universidad. — Responsabilidad y honorabilidad intelectual.
Posibilidades Apostólicas
La Universidad: una comunidad. El testimonio de la vida cris-
tiana: un instrumento de apostolado en la Universidad. La colaboración
entre el profesor y el alumno en las empresas de apostolado universi-
tario. — Posibilidades concretas de apostolado universitario.
INFORME DE TESORERIA
t
Lima, 30 de Junio de 1955.
Excmo. y Rvdmo.
Sr. Dr. Juan Landázuti Ricketts
Presidente de la Junta Organizadora del
V Congreso Eucaristico Nacional y Mariano.
LIMA.
Excelentísimo Señor:
Cumpliendo con lo ordenado por la ley que creó la estampilla obli^
£atoria para recaudar [ondos para el V Congreso Eucaristico Nacional
y Mariano, tengo la honra de comunicarle que la venta de aquellas pro-
.duio:
Menos: Gastos cobrados por el
Banco Central de Reserva
Las ventas produjeron:
En el mes de
Abril, 1954
Mayo, 1954
Junio, 1054
Julio, 1954
Agosto, 1954
Setiembre, 1954
Octubre, 1954
Noviembre, 1954
Diciembre, 1954
Diciembre, (Saldo)
S/.
777,758.20
49,487.50
s/.
728.090.70
s/.
7,618.50
119,128.80
73,983.05
95,262.85
42.843.65
108.805.90
84,560.95
104,045.00
129,900.95
11,428.55
s/.
777.578.20
suma que fué usada para pagar diversos gastos.
Aprovecho de la oportunidad para expresarle las seguridades de mi
más alta consideración y estima.
([do) Waldemar Schróder y Mendoza.
Lima, 30 de Junio de 1955.
Excmo. y Rvdmo. i
St. Dr. Juan Landázuri Ricketts
Presidente de la Junta Organizadora del
V Congreso Eucaristico Nacional y Mariano.
LIMA.
Excelentísimo Señor:
Habiendo concluido el encargo que me encomendara el fina-
do Emmo. Sr. Juan Gualterio Cardenal Guevara, tengo la honra de pre-
sentar a la Junta Organizadora del V Congreso Eucaristico Nacional y
Mariano, que vuestra Excelencia Rvdma. tan dignamente preside, las
cuentas de la Tesorería a mi cargo, con todos sus comprobantes y docu-
mentos que arrojan un saldo a favor de SETENTIUN MIL CIENTO
CINCUENTICINCO 6 12/100 SOLES ORO (S/ . 71,155.12), su-
ma que ponga a su disposición.
Ingresos: S/. 3'973,335.19
Egresos: 2'902, 180.07
S/. 71.155.12
Los ingresos se descomponen como sigue:
Subvención del Supremo Gobierno
Ministerio de Hacienda
Ministerio de Justicia y Culto
Estampilla obligatoria
Menos: Gastos cobrados por el
Banco Central de Reserva
S/. 199,999.92
379.235.40
13.060.03
S/ 777.578.20
49,487.50 728,090.70
CRÓNICA Y
DOCUMENTOS
191
Obolos de Instituciones
Obolos de Particulares
JOD.TZO.OJ
Colecta Parroquial
Colecta Familiar
233,289.22
Venta de asientos
226, 320. Uü
Venta de insignias
393,1 /y.yU
Venta de Escudos
108,200.33
Venta de Misales
1 1 /,196.¿o
Venta de estampillas voluntarias
20,575.50
Intereses
3,110.82
Recuperación de materiales
163,661.06
Varios
56,094.50
s/.
3 y/3,33D.19
Los Egresos fueron los siguientes:
Gastos de Propaganda
S/. 595,725.94
Compañía Apostólica
574,097.05
Gastos Administrativos
335,193.83
Campo Eucarístico
r310,383.48
Boletín
90,062.15
Viaje del Cardenal Legado
392,295.43
Pasajes
62,377.76
Muebles y Enseres
50,751.75
Misales
240.390.00
Insignias
193,880.40
Banderines, Escudos, etc.
57,022.28
3'902.180.07
quedando un saldo a
favoT de: S/.
71 ,155.12
Agradeciendo la confianza que
Su Excelencia Reverendi
sima en todo
momento me ha demostrado, asi como también a todos los demás miem^
bros de la Junta Organizadora, me suscribo con las expresiones de mi ma-
yor consideración y estima.
([do) Waldemar Schróder y Mendoza.
Lima. 10 de Julio de 1955.
Señor
Waldemar Schródet Mendoza
Tesorero de la Junta Organizadora del
V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano.
Ciudad
Muy estimado señor:
Tengo el agrado de referirme a sus atenías cartas del 30 de Junio
ppdc, con el informe detallado de las cuentas del V Congreso Eucarís-
tico Nacional y Mariano, el cual arroja un saldo a favor de SETEN-
TIUN MIL CIENTO CINCUENTICINCO y 12/lOG SOLES ORO
(S/ . 71,155.12), que ha sido puesto a disposición de este Arzobispado .
Una vez más me complace expresarle en nombre de la Junta Orga-
nizadora y mío personal los sentimientos de nuestra gratitud muy sin-
cera por la importante y muy delicada misión que realizara usted en for-
ma tan eficaz, para el mayor éxito de nuestro último gran Congreso Eu-
carístico Nacional y Mariano.
Con las seguridades de mi más alta consideración y estima, lo ben-
digo paternalmente.
(fdo.)
f Juan Landázuri Ricketts.
Arzobispo de Lima y Primado del Perú.
Carta del Emiao .
al Escmo. Señor
Capitular
Cardenal Legado
Arzobispo Vicario
de Lima.
Roma, 25 de Febrero de 1955.
Excmo. y Rvdmo. Señor y querido amigo:
No le extrañe el que yo haya tan largamente demorado el cumpli-
miento de la necesidad que yo tenia de comunicarme con Vuecencia, lo
perdone, si no a mi, al inm.enso trabajo atrasado, de dos meses de viaje
y meses de preparación para el mismo.
Es este el primer día en que puedo tomar la pluma y volver a vivir
en ese delicioso país de ensueños, que tantas y tan profundas satisfac-
ciones, en aquellos inolvidables días, me deparó.
A quién dirigirme, primero, sino al dignísimo y amadísimo Prelado,
que, a pesar de su plenísima juventud, lleva con sabiduría y con presti-
gio el peso de tan magna y tan floreciente Arquidiócesis?
Yo no puedo volver pensamiento y mirada a esa privilegiadísima
tierra sin verme invadido de admiración, llenado de edificación y encen
dido del más noble de los amores. El Congreso Nacional, este Congreso
tan magníficamente preparado por el siempre recordado y llorado gran
Cardenal Arzobispo: el Vicario Capitular, el Cabildo y el Clero, quie-
nes me parecían los grandes personajes de las magnas Basílicas Roma-
nas: las Autoridades todas, rivalizantes en dar al mundo el mejor de los
ejemplos: el pueblo, en fin, de Lima y el de toda la Patria, congregados
al calor de los dos, y diría mejor, tres amores tradicionales, de la San-
tísima Eucaristía, de la Virgen Inmaculada y del Romano Pontífice; to-
dos están delante de mis ojos y muy dentro de mi corazón. ¡Ohl, cuán-
tas gracias he dado a Dios, y doy, por este espectáculo que tanto ha
servido a robustecerme, a mí también, en estos tres amores, a los cuales
añado el cuarto: el amor para el Perú, al cual quedo vinculado y que
nunca olvidaré.
Quiera Vuecencia aceptar la expresión de mi afectuosa gratitud y
cuénteme entre los amigos incondicionales de Vuestra Excelencia y de
su amadísimo País, mientras me es grato reiterarme con los sentimien-
tos de la más alta estima,
de V. Excia. Rvdnia., afectísimo amigo y servidor.
f Federico Cardenal Tedeschini.
t
INDICE
Organización y actos preparatorios XIII
Crónica y documentos 3
Anexos 147
Informe de Tesorería 189
En el Congreso se pidió al Señor, por mediación de la
Santísima Virgen:
Por las vocaciones sacerdotales;
■ — Por la unidad espiritual del Perú:
. — Por la indisolubilidad del matrimonio y la
santificación de la familia;
. — Por la realización de la justicia social;
Por la Iglesia perseguida, por la unión de
los cristianos, por la paz del mundo;
Este libro anhela confirmar la plegaria del Congreso.
i Lima, en el año de! Señor de mil novecientos cincuerJicin-
co, a los veinticuatro días del mes de noviembre, festividad
de San Juan de ¡a Cruz, en la Editorial Lumen, ter-
minóse la edición de este libro que recoge ¡a cró-
nica y los documentos del V Congreso Euca-
ristico Nacional y Mariano, que con la
Gracia de Dios se realizó en esta
ciudad, capital del Perú, entre el
ocho y el doce de diciembre
del Año Santo Mariano
de mil novecientos
cincuenticuatro .
Laus Dco ct
Mariae
y