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Full text of "Crónica y documentos"

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I  9  & 


CONGRESO  EIGARISTICO 
NACIONAL  Y  MARIANO 


JUN  24  198P 


.Al 


Digitized  by  the  Internet  Archive 
in  2014 


https://archive.org/details/cronicaydocumentOOcong 


Alabad  al  Señor  todas  las  gentesr 
alabadle  todos  los  pueblos. 

(Salmo  116) 


Mi  alma  glorifica  al  Señor, 

y  mi  espíritu  está  transportado  de  gozo  en  el  Dios 
Salvador  mío. 

Porque  ha  puesto  los  ojos  en  la  bajeza  de  su  es- 
clava; 

por  tanto,  ya  desde  ahora  me  llamarán  bienaventu- 
rada todas  las  generaciones. 

Porque  ha  hecho  en  mi  cosas  grandes 
Aquel  que  es  poderoso, 
cuyo  nombre  es  santo; 

y  cuya  misericordia  se  extiende  de  generación  en 
generación 

sobre  los  que  le  temen. 

Hizo  alarde  del  poder  de  su  brazo; 
deshizo  las  miras  del  corazón  de  los  soberbios, 
derribó  del  solio  a  los  poderosos 
y  ensalzó  a  los  humildes. 

(Magníficat) 


V  Congreso  Eucarísíico  Húcional  y  Mariano 


V  mma  EUCAÜISTKO  NACIONAL  Y  MARIANO 


(I^ONKA  y  DOCUMENTOS 


LIMA  -  1954 


Con  las  clf.hidiis  licencias. 


Este  libro  recoge  la  crónica  y  los  documentos  del 
V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano,  que  se 
realizó  en  Lima  entre  e!  8  y  el  12  de  diciembre  de 
1954. 

Quiere  reiterar,  asimismo,  el  profundo  sentido 
del  Congreso: 

—  Profesión  de  fe. 

—  Acción  de  gracias. 

—  Renovación  de  la  vida  cristiana. 


Excmo.  Sr .  General  de  División  Don  Manuel  A.  Odría,  Presidente 

de  la  República 


Organización  y  Actos  Preparatorios 


En  los  acuerdos  de  la  Conferencia  Episcopal  del  año  1949,  "Se 
designó  a  la  ciudad  de  Lima,  como  sede  del  próximo  V  Congreso  Eu- 
caristico  Nacional  que  deberá  celebrarse  en  [echa  que  el  Episcopado  a- 
nunciará  oportunamente" .  La  Conferencia  Episcopal  de  1952  dispone: 
"Debiendo  celebrarse  el  próximo  Congreso  Eucarístico  Nacional  en  Li- 
ma, el  año  1954,  en  que  se  cumplirá  el  Primer  Centenario  de  la  Pro- 
clamación  del  Dogma  de  la  Inmaculada  Concepción  de  la  Santísima 
Virgen  María,  se  acordó  dar  a  dicho  Congreso  carácter  de  Eucarís- 
tico Mariano  y  rodearlo  de  la  mayor  solemnidad  posible". 

El  Eminentísimo  Señor  Cardenal  Guevara,  con  nítida  visión  del 
significado  del  Congreso  Eucarístico  y  Mariano,  procuró  desde  1953, 
la  iniciación  de  las  labores,  y  por  Decreto  del  6  de  febrero  retuvo  la 
alta  dirección  de  los  trabajos  y  designó  Presidente  de  la  Junta  Orga- 
nizadora del  V°  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano  al  Excmo. 
Señor  Juan  Landázuri  Ricketts,  Arzobispo  Coadjutor  de  Lima,  y  miem- 
bros a  los  siguientes  señores: 

V ice-Presidente:  Mons.  Hernando  Vega  Centeno,  Arcediano  de  la 
Catedral. 

Tesorero:  Waldemar  Schróder  Mendoza. 

Secretarios:  José  de  la  Puente  Candamo  ■ —  Rosa  Stiglich  Gazzani. 

Vocales:  R.  P.  Medardo  Alduán  —  R.  P.  Valentín  Alcalde  —  R. 
P.  Arturo  de  la  Inmaculada  —  R.  P.  José  Dammert  ■ —  R.  P.  César 
Abarca  —  María  G.  de  Miró  Quesada  ■ —  Aurora  Laña  de  Espinosa 
'—  María  Ayulo  de  Alvarez  Calderón  —  María  Luisa  Montori  —  Ro- 
sario Araoz  — ■  Luis  de  Idiáquez  Elias  —  Luis  Iglesias  Luna  — ■  Félix 


XIV 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Navarro  Irvine  —  Roberto  Pérez  del  Pozo  —  Jorge  Alatjza  Grundy  — 
Andrés  Aramburü  Menchaca  ■ —  Andrés  Boggio. 

El  Lunes  9  de  Febrero  de  1953  a  las  7  p.  m.,  en  la  Basílica  Me- 
tropolitana de  Lima,  se  instaló  la  Junta  Central  Organizadora  del  V 
Congreso  Eiicarístico  Nacional  y  Mariano.  Presidió  la  ceremonia  el  Se- 
ñor Cardenal  Arzobispo,  asistieron  los  Excelentísimos  Señores  Obispos 
presentes  en  la  ciudad,  el  Cabildo  Metropolitano,  Párrocos  y  Sacerdotes 
del  Clero  Diocesano  y  Regular,  los  miembros  de  la  Junta  Central  y  nume- 
roso público. 

El  Eminentísimo  Señor  Cardenal  Guevara,  en  brillantes  palabras, 
manifestó  la  honda  trascendencia  religiosa  y  nacional  del  Congreso  y 
subrayó  la  responsabilidad  de  los  encargados  de  la  organización. 

Luego  se  expuso  solemnemente  el  Santísimo  Sacramento  y  se  re- 
zaron las  primeras  preces  por  el  éxito  del  Congreso  Eucaristtco. 

Mons.  Landázuri,  desde  la  iniciación  de  las  actividades  de  la  Jun- 
ta Organizadora,  interpretó  [ielmente  las  directivas  que  impartió  el  Car- 
denal Guevara,  y  presidió  la  preparación  del  Congreso  procurando  siem- 
pre coordinar  la  profunda  actitud  espiritual  con  los  aspectos  concretos 
indispensables  que  la  técnica  moderna  requiere  y  que  el  apostolado  con- 
temporáneo debe  usar  para  su  más  plena  eficacia. 

La  Junta  Central  Organizadora  celebró  reuniones  ordinarias  en  el 
Palacio  Arzobispal,  cada  Viernes  a  las  7  p.  m.  durante  los  dos  años  de 
la  labor  preparatoria. 

En  sesión  del  Viernes  18  de  Diciembre  de  1953  y  a  propuesta  del 
Excelentísimo  Señor  Juan  Landázuri  Ricketts,  Arzobispo  Coadjutor  y 
Presidente  de  la  Junta  del  Congreso  Eucarístico,  ésta  designó  dentro  de 
sus  Miembros  un  Comité  denominado  "Comisión  Coordinadora",  com' 
puesto  por  el  R.  P.  Arturo  de  la  Inmaculada.  Sra.  Aurora  Laña  de  Es- 
pinosa, Srta.  Rosa  Stiglich.  Sr.  José  Agustín  de  la  Puente.  Sr.  Jorge 
Alayza  Grundy,  Sr.  Luis  de  Idiáquez  Elias.  Sr.  Luis  Iglesias  Luna,  y 
Secretaria  de  la  Oficina  Central,  Srta.  Victoria  Moreno.  Este  pequeño 
Comité  recibió  facultades  para  estudiar  con  más  atención  asuntos  referen- 
tes al  Congreso  y  proponer  a  la  Junta  Organizadora  las  soluciones  per- 
tinentes. 

El  20  de  febrero  de  1954  falleció  inesperadamente  el  R.  P.  Arturo 
de  la  Inmaculada  Alberdi.  Causó  hondo  dolor  la  desaparición  de  quien 
fuera  ejemplo  de  cordialidad  humana,  espíritu  apostólico  y  dedicación 
al  trabajo. 


Enimo .  Sr .  Federico,  Cardenal  Tedeschini,  Legado  Pontif' 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


XV 


EL  ESCUDO  DEL  CONGRESO  EUCARISTICO 

Uno  de  los  primevos  actos  de  la  Junta  Central  Organizadora  fué 
adoptar  un  distintivo  para  el  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Ma- 
riano que  expresase  al  mismo  tiempo  su  carácter  nacional,  eucaristico  y 
mariano;  este  último  en  mérito  a  celebrarse  en  el  año  1954  el  primer 
centenario  de  la  Proclamación  del  Dogma  de  la  Inmaculada  Concepción 
■de  la  Santísima  Virgen  Marta .  El  escudo  del  Congreso  fué  ideado  y 
realizado  por  el  artista  peruano  Sr.  Reinaldo  Luza,  quien  prestó  gene- 
rosamente su  concurso  para  los  trabajos  del  Congreso  relacionados  con 
su  especialidad .  El  escudo  del  Congreso  representa  a  la  Santísima  Eu- 
caristía mediante  la  hostia  y  el  cáliz,  sobrepuesto  al  monograma  de  la 
Santísima  Virgen,  estando  coronado  por  doce  estrellas  que  representan 
los  privilegios  de  la  Madre  de  Dios,  y  rodeado  de  otras  tres  coronas  que 
simbolizan  la  Ciudad  de  Lima.  Su  campo  es  azul,  cuya  signi[icación  es 
al  mismo  tiempo  que  el  transparente  cielo  peruano,  uno  de  los  colores  de 
la  Inmaculada  Concepción .  Todo  el  escudo  Eucaristico  Mariano  se  a- 
sienta  sobre  los  colores  nacionales .  Lleva  como  leyenda  estas  palabras: 
"V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Mariano  —  8-12  Diciembre  1954" 
— ■  Lima  —  Perú".  Se  contrató  con  la  casa  Lorioli  y  Fratelli,  de  Mi- 
lán, Italia,  mediante  su  agente  en  Lima,  Sr.  Humberto  Fornaro,  la  can- 
tidad de  68,219  escudos  en  dos  tamaños,  esmaltados  y  barnizados  y  a 
precios  módicos.  Luego  la  Casa  Sanmarti  se  encargó  de  confeccionar,  en 
cartón,  los  escudos  para  las  casas  en  la  cantidad  de  20,000  en  tamaño 
grande,  30.000  en  mediano  y  40,000  en  pequeño. 

PATRONOS  DEL  CONGRESO 

El  Eminentísimo  Señor  Cardenal  Arzobispo  de  Lima,  siguiendo  la 
tradición  de  los  anteriores  Congresos  realizados  en  el  Perú,  declaró  co- 
mo Patronos  especiales  del  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Mariano 
al  Sacratísimo  Corazón  de  Jesús,  cuya  devoción  está  hondamente  vin- 
culada a  la  tradición  religiosa  de  nuestra  Patria;  al  Inmaculado  Corazón 
de  María,  advocación  con  que  se  honra  a  la  Santísima  Virgen  en  su 
Inmaculada  Concepción;  a  San  Pascual  Bailón,  humilde  lego  franciscano 
a  quien  Su  Santidad  León  XIII  el  28  de  Noviembre  de  1897  declaró  Pa- 
trono de  todos  los  Congresos  Eucaristicos;  a  Santa  Rosa  de  Lima,  la  pri- 
mera flor  de  santidad  de  América  que  entre  otras  altas  virtudes  exhi- 
bió una  piedad  notable  hacia  la  Santísima  Eucaristía,  unida  a  su  gran 
amor  a  la  Patria;  a  Santo  Toribio  de  Mogrovejo,  segundo  Arzobispo  de 
Lima,  cuyo  celo  apostólico,  talento  organizador  y  amor  eucaristico,  son 


XVI 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


tan  alabados  por  todas  las  generaciones;  a  San  Francisco  Solano,  após- 
tol franciscano  del  Perú  y  América,  que  vivió  y  murió  en  Lima,  donde 
se  conserva  su  tumba  y  crece  su  devoción. 

HIMNO  OnCIAL 

Una  de  las  Conferencias  Episcopales  del  Perú,  determinó  que  el 
himno  ofical  de  todos  los  Congresos  Eucaristicos  Nacionales  fuese  el 
del  Primer  Congreso  Eucaristico  celebrado  en  el  año  1935. 

Este  hermoso  himno  fué  compuesto  en  el  año  1934  por  el  llustrisimo 
Monseñor  Pablo  Chávez  Aguilar,  entonces  Maestro  de  Capilla  de  la 
Basílica  Metropolitana  de  Lima:  la  letra  del  R.  P.  Francisco  Jambrina,  O. 
E.S.A, 

ORACION  POR  EL  CONGRESO 

El  Eminentísimo  Señor  Cardenal  Arzobispo  proclamó  la  siguiente 
oración  para  pedir  por  el  éxito  del  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y 
Mariano,  tomada  de  la  Colección  de  Preces  y  Piadosos  Ejer cieos  In- 
dulgenciados por  la  Santa  Sede; 

"¡Oh  Jesús!  que  estáis  real  y  sustancialmente  en  el  Santísimo  Sa- 
cramento del  altar  para  servir  de  alimento  a  nuestras  almas;  dignaos 
bendecir  y  coronar  con  éxito  completo  todos  los  Congresos  y  reuniones 
eucarísticas  y  especialmente  el  próximo  Congreso  Eucaristico  Nacional 
de  Lima. 

Inspirad  con  este  fin  los  trabajos,  las  resoluciones  y  los  votos,  acep- 
tad los  homenajes  solemnes  que  en  él  se  os  tributarán,  inflamad  el  co- 
razón de  los  sacerdotes  y  de  los  fieles,  de  los  padres  y  de  los  hijos,  a 
fin  de  que  la  comunión  frecuente  y  cuotidiana,  y  la  comunión  temprana 
de  los  niños  se  practique  en  todos  los  países  del  mundo  y  que  el  Rei- 
no social  del  Sagrado  Corazón  sea  reconocido  en  todas  partes. 

¡Sagrado  Corazón  de  Jesús,  bendecid  el  Congreso! 

¡Corazón  Inmaculado  de  María,  interceded  por  el  Congreso! 

¡San  Pascual  Bailón,  rogad  por  nosotros! 

¡Santa  Rosa  de  Lima,  rogad  por  nosotros! 

¡Santo  Toribio,  rogad  por  nosotros! 

¡San  Francisco  Solano,  rogad  por  nosotros!" 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


XVII 


De  esta  oración  impresa  en  papel  fino  y  corriente  se  hizo  un  tiraje 
de  500,000  que  circuló  en  todo  el  país,  recitada  en  todos  los  templos  des- 
pués de  las  Misas  rezadas  en  acatamiento  al  Mandato  del  Episcopado. 

CUADRO  DE  COMISIONES 

He  aquí  las  distintas  Comisiones: 

Propaganda  —  Economía  —  Parroquial  —  Catecismo  para  Misio- 
nes  ' —  Misiones-Lima  ■ —  Misiones -Rurales  —  Concurso  Interescolar  de 
Religión  —  Congregaciones  Religiosas  ■ —  Estudio  —  Alojamiento  - 
Atenciones  ■ —  Transporte  —  Campo  Eucaristico  —  Ornamentos  Euca- 
risticos  —  Policía  Eucarística  ■ —  Concentraciones  —  Ornato  ■ —  Cine 

—  Teatro  —  Música  y  Coros  ■ —  Primeros  Auxilios  ■ —  Exposición  Misio- 
nal —  Exposición  Biblíográlica  —  Exposición  Escultórica  - —  Universita- 
rios —  Abogados  —  Médicos  —  Ingenieros  —  Arquitectos  —  Maestros 

—  Empleados  —  Obreros  —  Institutos  Armados  —  Enfermos  —  Penados 
-~  Comunidades  Religosas  —  Asistentas  Sociales  — -  Entronización  Co- 
razón de  Jesús  —  Catequesis  para  Adultos-  Lima  -  Callao  -  Balnearios  — 
Insignias  ■ —  Colecta  Pública  —  Comunión  de  los  Niños  ■ —  Ropero  Eu- 
caristico —  Estampilla  —  Carroza  Eucarística. 

El  Señor  sabe  como  fue  de  verdad  muy  sincero  el  esfuerzo  y  plena 
la  dedicación  de  los  hombres  y  mujeres  que  en  Lima  y  en  todo  el  país 
trabajaron  por  la  realización  del  Congreso  Eucaristico  y  Mariano:  no 
pasajera  muestra  de  entusiasmo,  sino  muy  al  contrario  testimonio  de  vi- 
da cristiana  y  esperanza  en  el  renacimiento  católico  del  Perú. 

Corresponde  aquí  expresar  particularmente  el  reconocimiento  de  la 
Junta  Organizadora  a  todos  los  miembros  de  las  diversas  comisiones  que 
ofrecieron  su  responsabilidad,  su  preparación  y  su  trabajo,  y  a  todos 
los  que  con  la  oración,  la  limosna,  o  la  tarea  apostólica  concreta,  co^ 
laboraron  con  la  Jerarquía  Eclesiástica  y  reiteraron  su  fe  en  Cristo,  su 
amor  a  Nuestra  Señora,  y  su  devoción  a  la  Iglesia. 

PARTiaPACION  DEL  SUPREMO  GOBIERNO 

El  Señor  Presidente  de  la  República  y  el  Supremo  Gobierno  ofrecie- 
ron amplio  apoyo  a  la  tarea  de  organización  del  Congreso  y  durante  su 
desarrollo  ratificaron  plenamente  su  adhesión. 

a). — En  el  Presupuesto  General  de  la  República,  pliego  de  Justi- 
cia y  Culto  para  el  año  1954,  se  señaló  una  contribución  económica  a- 
preciable  para  los  gastos  del  Congreso. 


XVIU 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


b)  .■ — Las  Cámaras  Legislativas  del  país  aprobaron  la  Ley  N"  12073, 
por  la  cual  se  dispuso  que  en  el  territorio  de  la  República  todas  las  car- 
tas debían  llevar  un  franqueo  adicional  de  0.05  ctvs.  para  contribuir  a 
la  realización  del  Congreso  Eucarístico,  autorizando  también  el  uso  de 
otros  sellos  en  forma  voluntaria. 

c)  .^El  señor  Presidente  de  la  República,  en  su  Mensaje  al  Ho- 
norable Congreso  Legislativo,  del  28  de  Julio  de  1954.  manifestó  la  hon- 
da simpatia  de  su  Gobierno  por  el  Congreso  Eucarístico  y  prometió  todo 
el  apoyo  necesario. 

d)  .^En  Agosto  del  mismo  año,  el  Presidente  del  Gabinete  Minis- 
terial, al  presentarse  a  las  Cámaras  Legislativas  para  trazar  su  progra- 
ma de  trabajo,  insistió  nuevamente  en  la  solicitud  del  Gobierno  por  el 
éxito  del  Congreso  Eucarístico,  teniendo  en  cuenta  los  sentimientos  re- 
ligiosos del  pueblo  y  los  fines  perseguidos  por  tan  magno  certamen, 

e)  . — El  Ministerio  de  Educación  Pública  oficializó  el  Concurso  In- 
ter-escolar de  Religión,  organizado  por  primera  vez  en  el  país  con  oca- 
sión del  Congreso  Eucarístico,  y  prestó  todas  las  facilidades  del  caso 
para  que  se  llevase  a  efecto  en  las  fechas  señaladas. 

Impartió,  asimismo,  las  órdenes  necesarias  para  que  todas  las  Es- 
cuelas Públicas  y  Privadas  del  Perú  recibiesen  oportunamente  la  prepa- 
ración religiosa  adecuada  para  participar  en  la  Comunión  de  los  Niños 
y  en  las  demás  actividades  del  Congreso  Eucarístico.  Debe  destacarse 
en  justicia  la  suspensión  de  los  exámenes  de  fin  de  año  en  los  días  in- 
mediatamente próximos  al  Congreso  y  durante  la  celebración  del  mismo. 

El  Congreso  Nacional  que  votó  la  ley  de  la  estampilla  del  Con- 
greso, los  Señores  Ministros  de  Estado  que  en  diversas  oportunidades 
concedieron  la  más  franca  y  cordial  cooperación,  el  señor  Alcalde  y  la 
Municipalidad  de  Lima,  que  siempre  atendieron  toda  solicitud  c  iniciati- 
va y  que  aportaron  la  suma  necesaria  para  la  construcción  de  la  Cruz 
Monumental  en  el  Campo  Eucarístico,  la  Municipalidad  del  Callao  y  las 
Municipalidades  Distritales,  así  como  todas  las  instituciones  públicas  que 
siempre  vieron  al  Congreso  con  afecto  y  simpatía,  son  acreedores  al  reco- 
nocimiento más  sincero. 

APERTURA  DEL  AÑO  EUCARISTICO  Y  MARIANO 

En  la  noche  del  7  al  8  de  Diciembre  de  1953  el  Auditorio  del  Campo 
de  Marte  fué  estrecho  para  recibir  a  más  de  sesenta  mil  personas  que  reí" 
teraron  su  fe  en  la  Eucaristía  y  su  devoción  indeclinable  a  Nuestra  Seño- 
ra, la  Madre  de  Dios.  La  espontaneidad  de  la  multitudinaria  concurrencia, 
el  fervor  al  asistir  a  la  Santa  Misa  que  ofició  el  Excmo.  Señor  Arzobispo 


Emmo.  Sr .  ¡uan  Gaalbcno.  Cardenal  Ouevara.  Arzobispo  de  Lima  y 

Primado  del  Perú 


CRÓNICA  y  DOCUMENTOS 


XIX 


Coadjutor,  los  millares  de  fieles  que  recibieron  a  Jesucristo  en  la  Co' 
munión,  todo  confirmó  el  acto  de  fe,  de  agradecimiento  y  de  esperanza,, 
de  esa  noche  magnífica  en  que  Lima  y  todo  el  Perú,  pidieron  por  las 
necesidades  de  nuestro  país,  por  la  moralidad  de  nuestra  vida,  por  la 
familia,  por  la  educación  cristiana,  por  la  urgente  realización  de  la  Jus- 
ticia Social.  Y  en  todas  las  almas  fué  sincerisima  y  alegre  la  oración 
por  el  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano  y  por  la  renovación 
de  la  vida  cristiana  en  el  Perú .  Fue  noche  de  perdón  y  de  esperanza . 

LA  VOZ  DEL  EPISCOPADO 

La  realidad  nacional  del  Congreso  estuvo  palmaria  en  el  interés  de 
los  Señores  Arzobispos  y  Obispos  para  que  cada  Diócesis  estuviera  pre- 
sente en  las  tareas  de  organización,  en  el  aporte  material  y  en  el  tra- 
bajo apostólico.  Las  Pastorales  de  los  Excmos.  Prelados,  ricas  en  doc- 
trina y  en  ánimo  de  trabajo,  insistieron  en  la  trascendencia  del  Congre- 
so y  en  la  responsabilidad  de  laborar  por  él. 

ESFUERZOS  APOSTOLICOS  CONCRETOS 

La  Junta  Organizadora  procuró  desde  la  iniciación  de  las  labores 
que  se  viera  en  el  Congreso  el  sentido  profundo  de  la  reforma  de  la  vi- 
da y  de  la  rectificación  de  los  errores;  el  Congreso  como  público  testi- 
monio de  una  fe  íntegra  y  vivida  y  como  promesa  de  renovación .  Para 
este  arduo  propósito,  con  las  instituciones  existentes  y  con  los  medios 
que  fué  necesario  crear,  mediante  la  instrucción  religiosa  y  campañas 
de  diverso  tipo,  se  obtuvo  que  participaran  en  el  empeño  común  los  más  di- 
versos sectores  del  país.  Comisiones  específicas  trabajaron  en  su  pro- 
pio medio  profesional  o  en  su  respectiva  actividad,  y  la  presencia  del 
espíritu  del  Congreso  llegó  a  los  hospitales,  a  los  colegios,  a  las  fábri- 
cas, a  las  cárceles,  a  los  suburbios,  a  la  vida  universitaria,  y  a  todos 
los  sectores  sociales.  Y  las  Semanas  Eucarísticas,  las  Horas  Santas,  las 
ofrendas  espirituales,  los  ejercicios  y  las  peregrinaciones  significaron 
una  plegaria  colectiva  de  toda  la  ciudad  y  del  país. 

CURSOS  Y  CONFERENCIAS 

La  revisión  ponderada  y  metódica  de  las  principales  verdades  del 
dogma  y  moral  católicos  se  desarrolló  en  los  cursos  que,  en  el  Colegio 
de  Belén,  en  el  Instituto  Riva-Agüero  y  en  el  Teatro  Segura,  respec- 
tivamente, dictaron  distinguidos  sacerdotes  del  Clero  Secular  y  Regular. 


XX 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Acerca  de  la  Santa  Misa  ofreció  siete  charlas  el  Rvdo.  Padre  Ber- 
nardo Weber,  Misionero  del  Sagrado  Corazón  y  Párroco  de  San  Felipe. 

Sobre  el  Protestantismo,  especialmente  en  la  América  Latina,  diser- 
tó en  tres  conferencias  el  Ilustrisimo  Señor  Doctor  Luis  Lituma,  Prela- 
do Doméstico  de  Su  Santidad  y  Chantre  de  la  Basílica  Metropolitana 
de  Lima. 

De  la  Santisima  Eucaristía  y  de  los  privilegios  de  la  Madre  de 
Dios  habló  el  Rvdo.  Padre  Felipe  Me.  Gregor  S.  todos  los  Jueves 
durante  los  meses  de  Mayo  a  Noviembre  a  hs.  7  p.  m. 

El  Rvdo.  Padre  Federico  Kaiser,  Misionero  del  Sagrado  Corazón, 
expuso  la  doctrina  católica  acerca  de  la  Sagrada  Escritura,  particular- 
mente lo  que  se  refiere  a  la  Santa  Eucaristía  y  a  la  Virgen  María,  to- 
dos los  Miércoles,  en  los  meses  de  Mayo  a  Noviembre. 

El  Rvdo.  Padre  Felipe  Me.  Gregor  S.  ].  dió  tres  conferencias  so- 
bre "El  divorcio"  en  el  Teatro  Segura,  los  días  23,  24,  y  25  de  Noviembre. 

El  Rvdo.  Padre  ]osé  Antonio  de  Laburu,  S.  J.  sacerdote  español, 
conocido  orador  sagrado.  Profesor  de  Biología  en  la  Universidad  Gre- 
goriana de  Roma,  especialmente  invitado  por  la  Junta  Organizadora  del 
Congreso  Eucaristico  para  colaborar  en  la  preparación  de  los  católicos 
peruanos,  dictó  dos  conferencias  sobre  "La  Familia"  en  los  días  4  y  5 
de  Noviembre;  dos  conferencias  sobre  "El  por  qué  del  malestar  del 
Mundo  y  su  única  solución  integral",  los  días  8  y  9  de  Noviembre;  seis 
conferencias  para  hombres  en  el  Templo  de  San  Pedro,  del  15  al  20  de 
Noviembre;  tres  conferencias  acerca  de  "La  Santa  Eucaristía",  en  los 
días  4,  5  y  6  de  Diciembre  en  la  Basílica  Metropolitana;  una  confe- 
rencia acerca  de:  "María  Modelo  y  Medianera  en  el  caos  del  mundo 
actual"  el  22  de  Noviembre  en  el  Teatro  Municipal  y  un  curso  especial 
sobre  Psicoterapia,  en  el  Instiuto  Daniel  A.  Carrión. 

En  el  mes  de  Marzo,  el  Rvdo.  Padre  Michel  Phillipon,  O.  P.  dic- 
tó varias  lecciones  en  el  Templo  de  Santo  Domingo  y  en  otros  lugares. 

Mons.  Oscar  Larson,  Prelado  Doméstico  de  Su  Santidad,  antiguo 
Catedrático  de  la  Universidad  Católica  de  Santiago  de  Chile  y  muy 
conocido  en  el  Perú  por  su  brillante  participación  en  el  Primer  Congre- 
so Eucaristico  Nacional  de  1935,  especialmente  invitado  por  la  Junta 
Organizadora  del  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Mariano,  sostuvo 
dos  conferencias  para  señoritas  en  la  Basílica  de  La  Merced  los  días 
16  y  17  de  Noviembre;  cuatro  conferencias  para  hombres  sobre  el  tema: 
"La  Divinidad  de  Cristo  y  la  Razón",  en  el  mismo  Templo,  los  días  23, 
24,  25  y  26  de  Noviembre;  y  dos  conferencias  para  señoras  en  la  misma 
Basílica  los  días  29  y  30  del  mismo  mes. 


Excmo.  y  Rvdmo.  Sr .  Francisco  Lardone,  Nuncio  de  Su  Santidad 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


XXI 


El  Rvdo.  Padre  Dr.  Ignacio  María  Orbegoso,  del  Opus  Dei,  espe- 
cialmente invitado  por  la  Junta  Organizadora,  dictó  una  serie  de  confe- 
rencias y  Ejercicios  Espirituales  para  Universitarios,  señoras  y  hombres, 
durante  el  mes  de  Noviembre. 

El  Rvdo.  Padre  Bernardino  Pérez,  O.E.S.A.  dió  seis  conferencias 
para  hombres  los  días  29  y  30  de  Noviembre,  y  del  1"  al  4  de  Diciem- 
bre, en  el  Templo  de  Maria  Auxiliadora. 

El  conocido  escritor  mexicano  Don  Alfonso  Junco,  que  llegó  a 
nuestra  Capital  por  especial  invitación  de  la  Junta  Organizadora  para 
tomar  parte  en  las  solemnidades  del  Congreso,  dictó  dos  charlas  en  el 
Colegio  de  Belén,  sobre  la  "Santísima  Virgen",  dedicando  una  de  ellas 
a  la  devoción  mejicana:  La  Virgen  de  Guadalupe. 

JIRAS  DE  PROPAGANDA  A  LAS  DIOCESIS  DEL  PERU 

Para  incorporar  más  directamente  a  todas  las  provincias  al  empe- 
ño del  Congreso,  salieron  en  julio  y  agosto  de  1954,  diversas  comisio- 
nes integradas  por  sacerdotes  y  seglares  de  la  Acción  Católica  que  lle- 
varon la  palabra  de  Cristo  y  explicaron  el  sentido  del  tiempo  que  vi- 
vía el  Perú .  Desde  Iquitos  hasta  Piura  y  desde  Cerro  de  Pasco  hasta 
Arequipa  y  Cuzco  se  escuchó  el  mensaje  del  Congreso. 

CONCURSO  INTER-ESCOLAR  DE  RELIGION 

Entre  todas  las  labores  prepartorias  ésta  del  Concurso  de  Religión 
tuvo  un  hondo  y  múltiple  significado.  No  sólo  en  el  estimulo  al  estu- 
dio de  la  religión  y  en  la  búsqueda  de  su  mayor  perfeccionamiento,  sino 
que  además  con  el  Concurso  penetró  la  preocupación  por  el  tema  re- 
ligioso en  todos  los  ámbitos  de  la  ciudad  y  millares  de  familias  recibie- 
ron asi  una  voz  del  Congreso. 

Con  la  más  plena  y  cordialísima  colaboración  del  Señor  Ministro 
de  Educación  Pública,  de  los  señores  Directores  e  Inspectores,  de  to- 
dos los  centros  de  enseñanza  y  del  Consorcio  de  Maestras  de  la  Acción 
Católica,  participaron  en  el  Concurso  90,326  alumnos  de  educación  pri- 
maria, 32.858  de  educación  secundaria,  y  8,067  de  Educación  técnica;  y 
8,000  personas  cuidaron  el  buen  desarrollo  y  análisis  de  las  pruebas. 

Los  premios  de  este  concurso  ■ — ejemplar  por  el  espíritu  y  la  orga- 
nización—  a  colegios  y  a  estudiantes  vencedores,  los  entregó  al  Emi- 
nentísimo Cardenal  Legado,  en  el  Campo  Eucarístico,  el  día  8  de  di- 
ciembre. 


XXII 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


GRANDES  CONCENTRACIONES 

Los  12  meses  del  Año  Eucarístico  Mariano  fueron  dedicados  no 
solamente  a  procurar  la  santidad  de  la  vida  cristiana  en  grupos  redu- 
cidos, en  los  cuales  es  posible  vivir  más  íntimamente  los  postulados 
del  Evangelio,  sino  que  se  destinaron  también  a  un  trabajo  incansable 
para  llegar  a  todos  los  sectores  de  la  ciudadanía  y  conseguir  que  la 
gran  masa  de  católicos  en  el  Perú  sintiese  como  suyos  los  [ines  del 
Congreso  y  los  tradujese  en  el  perfeccionamiento  palpable  de  la  actividad 
cotidiana. 

Por  eso,  una  de  las  primeras  preocupaciones  del  Emmo.  Sr.  Car- 
denal  Arzobispo  de  Lima,  fue  señalar  los  Santuarios  Marianos  en  los 
cuales,  de  modo  preferente,  se  pudiesen  lucrar  las  Indulgencias  conce- 
didas para  el  Año  Santo  Mariano.  Los  fieles  podían  visitar  todos  los 
templos,  en  los  cuales  se  rinde  culto  especial  a  la  Santísima  Virgen 
bajo  cualquiera  de  sus  advocaciones,  ganando  las  Indulgencias  conce- 
didas por  la  Santa  Sede.  Sin  embargo,  y  sin  ánimo  de  excluir  los  demás 
templos,  el  Emmo.  Prelado  recomendó  acudir  particularmente  a  la  Ba- 
sílica del  Rosario  y  a  los  templos  de  Copacabana,  Cocharcas  y  De- 
samparados, célebres  en  los  anales  de  la  devoción  maríana,  a  causa  de 
la  preferente  inclinación  del  pueblo  católico  hacia  ellos;  particularmen- 
te si  se  tiene  en  cuenta  que  la  Basílica  del  Rosario  guarda  la  preciosa 
Imagen  de  la  Santísima  Virgen  del  Rosario,  ante  la  cual  oraron  la  Vir- 
gen limeña  Rosa  de  Santa  María,  y  los  Beatos  Martín  de  Porres  y 
Juan  Masías. 

Igualmente,  la  Junta  Organizadora  del  Congreso  preparó  un  vas- 
to conjunto  de  actuaciones  públicas  para  los  fieles  de  nuestra  capital, 
con  el  objeto  de  reagruparlos  junto  a  Cristo,  haciéndoles  sentir  la  ur- 
gencia de  compenetrar  toda  la  vida  humana  con  el  fermento  evangélico. 

Relieve  extraordinario  revistió  la  Semana  Santa  del  Año  Eucarís- 
tico Mariano.  Multitudes  incontables  llenaron  los  templos,  se  acerca- 
ron a  los  confesonarios  para  purificar  sus  conciencias  en  cumplimiento 
del  Precepto  Pascual  y  se  alimentaron  del  Cuerpo  y  Sangre  del  Reden- 
tor para  fortificar  sus  espíritus  frente  a  los  peligros,  cada  vez  mayores, 
que  cercan  al  cristiano.  Particularmente  notable  fue  la  Concentración  de 
Hombres  del  Jueves  Santo,  que,  como  todos  los  años,  invade  las  calles 
de  nuestra  capital  para  hacer  una  demostración  colectiva  de  su  fe  e  im- 
plorar del  Señor  las  gracias  necesarias  para  mantener  la  unidad  espiri- 
tual del  país.  Podemos  decir,  que  la  Semana  Santa  significó  la  mejor  pro- 
mesa, a  la  vez  que  la  parcial  realización  de  los  fines  del  Congreso . 


Excmo.  Sr.  Dr.  Don  Alejandro  Freundt  Rosell.  Ministro 
de  Justicia  y  Culto 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


XXIII 


Con  ocasión  del  Año  Santo  Mariano,  que  por  primera  vez  en  la 
historia  de  la  Iglesia  había  sido  proclamado  por  Su  Santidad  Pió  XII, 
felizmente  reinante,  para  conmemorar  dignamente  el  centenario  de  la 
Proclamación  del  Dogma  de  la  Inmaculada  Concepción  de  Maria,  y  co- 
mo un  homenaje  anticipado  al  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Ma- 
riano, se  preparó  una  grandiosa  peregrinación  de  hombres,  que  tendría 
como  punto  final  el  Morro  del  Solar,  en  el  cual  existe  una  Imagen  de 
la  Inmaculada  Concepción,  colocada  ahí  con  ocasión  del  cincuentenario 
de  la  definición  dogmática. 

Quince  mil  hombres,  en  limpio  testimonio  de  fe,  recorrieron  los 
diecisiete  kilómetros  desde  el  Templo  de  María  Auxiliadora,  en  Lima, 
hasta  el  Morro  Solar,  en  Chorrillos .  El  Arzobispo  Coadjutor  se  sumó 
y  presidió  el  recorrido  de  los  peregrinos  y  celebró  la  Santa  Misa  en 
la  cumbre  del  Morro  ante  la  imagen  de  la  Inmaculada,  y  el  Eminentí- 
simo Cardenal  Arzobispo  envió  un  bello  y  caluroso  mensaje. 

El  15  de  agosto,^  Festividad  de  la  Asunción  de  Nuestra  Señora,  en 
la  Parroquia  de  Fátima,  Unidad  Vecinal  N^  3,  el  Excmo.  Sr.  Francis- 
co Lardone,  Nuncio  Apostólico,  celebró  la  Santa  Misa,  al  caer  de  la  tar- 
de, en  la  cual  se  pidió  especialmente  por  la  unidad  y  santificación  de  la 
familia . 

LA  SANTA  MISION 

A  la  renovación  de  la  vida  cristiana,  propósito  esencial  y  profundo  del 
Congreso,  dedicaron  atención  preferente  los  sacerdotes  y  los  seglares 
durante  las  labores  de  organización.  Para  este  empeño,  la  Santa  Mi- 
sión en  Lima,  Callao,  Balnearios,  suburbios,  parroquias  rurales,  y  pue- 
blos y  aldeas  de  la  arquídiócesis  de  Lima,  fué  la  tarea  más  amplia  y 
la  de  mayor  responsabilidad  y  trascendencia. 

Dos  comisiones  de  sacerdotes,  una  para  la  Misión  en  Lima  y  luga- 
res cercanos,  y  otra  para  las  Misiones  Rurales,  consideraron  el  plan  de 
la  Misión,  bajo  la  dirección  de  la  ferarquia,  y  contemplaron  los  proble- 
mas técnicos  y  los  detalles  que  precisaba  la  organización. 

La  propaganda  fué  intensa  y  plena.  La  radio,  los  cinemas,  los 
periódicos,  los  carteles,  las  hojas  volantes,  todo  hablaba  de  la  misión  y 
del  próximo  Congreso.  Conferencias  especializadas  para  obreros,  em- 
pleados, universitarios,  para  madres  de  familia  y  para  hombres,  para 
jóvenes  y  señoritas,  reiteraron  la  responsabilidad  del  cristiano  y  la  impor- 
tancia del  tiempo  que  vivía  la  ciudad. 


XXIV 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


En  iglesias,  capillas,  escuelas,  en  lugares  provisionales,  la  voz  del 
misionero  se  escuchaba  desde  el  Rosario  de  la  Aurora  hasta  el  momen^ 
to  del  Vía  Crucis  que  ya  de  noche  recorría  las  parroquias  de  Lima. 

En  su  labor  esforzada  y  meritisima  los  sacerdotes  desarrollaron  en 
dos  etapas  su  labor  apostólica;  una  primera  para  Callao  y  alrededores,  tj 
otra  segunda  para  el  centro  de  Lima  y  barrios  más  populosos. 

Dios  conoce  el  fruto  de  la  Misión .  Aquí  le  dimos  gracias  por  el  bien 
que  a  todos  ofreció  y  por  ésta  que  fué  la  auténtica  preparación  al  Con- 
greso . 

EXPOSiaONES 

La  presencia  del  Congreso  recordó  la  obra  de  la  Iglesia  en  las  mi- 
siones, en  el  arte,  en  la  cultura. 

La  Exposición  Misional  Amazónica,  que  se  realizó  con  la  coopera- 
ción de  los  Vicariatos  y  Prefecturas  Apostólicos,  subrayó  la  empresa 
espiritual  y  nacionalista  de  los  sacerdotes  católicds.  En  la  Exposición 
de  arte  religioso,  al  lado  de  muestras  importantes  de  escultura  y  pintura 
virreinales  se  presentaron  exponentes  del  arte  contemporáneo  y  fue  de 
verdad  útil  una  sección  educativa.  En  la  Biblioteca  Nacional,  y  con 
el  apoyo  pleno  de  este  centro  de  cultura,  la  exposición  del  libro  religio- 
so, con  unidades  bibliográficas  muy  valiosas,  mostró  la  intervención  de 
la  Iglesia  en  la  vida  intelectual  y  en  la  cultura  del  Perú. 

EL  CAMPO  EUCARISTICO 

Desde  los  primeros  días  de  1954  una  comisión  de  arquitectos  es- 
tudió el  lugar  conveniente  para  las  instalaciones  del  Campo  Eucaristi- 
co  y  también  consideró  los  muy  varios  problemas  de  orden  técnico.  Lue- 
go de  la  propuesta  y  de  las  licencias  consiguientes  se  designó  el  Cam- 
po de  Marte  como  el  lugar  más  apropiado  por  su  amplitud,  ambiente,  y 
facilidad  en  las  comunicaciones. 

La  indicada  Comisión  convocó  a  los  arquitectos  a  un  concurso  pa- 
ra el  diseño  del  altar  monumental  y  para  la  organización  del  campo  y 
de  los  servicios  anexos.  El  proyecto  de  los  arquitectos  César  Díaz  Gon- 
zález, Luis  Castro  Becerra  y  Alfredo  Luna  Román  obtuvo  el  premio,  yt 
se  entregó  la  realización  a  la  firma  Guillermo  Payet  S.  A. 

JORNADA  CINEMATOGRAFICA 

A  fines  de  noviembre,  las  jornadas  de  cine  que  presentaron  pelícu- 
las del  mayor  interés  doctrinal  o  histórico  y  de  indudable  calidad  téc- 


Eyrcmo.  u  Rvdmo .  Sr .  }iian  Landázuri  Ricketts,  Arzobispo  Vicario 

Capitular   de  í  ¡mn 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


XXV 


nica,  plantearon  la  realidad  del  espectáculo  cinematográfico  interesan- 
te y  honesto,  y  llevaron  a  los  diversos  ambientes  de  la  ciudad  la  preocu- 
pación por  el  Congreso  y  la  vivencia  de  su  espíritu. 

Las  películas,  todas  de  estreno  absoluto  en  Lima,  que  presentaron 
durante  la  Jornada  Cinematográfica,  realizada  por  primera  vez  en  el 
mundo  dentro  del  programa  de  manifestaciones  preparatorias  de  un  Con- 
greso Eucarístico,  fueron  las  siguientes: 

"La  Rosa  Blanca"  (Vida  del  "Apóstol"  José  Marti),  dirigida  por 
Emilio  Fernández  (Cubano-Mexicana)  . 

"Pepino  y  Violeta"  (Aventuras  de  un  niño  en  Assís  y  en  el  Va- 
ticano), dirigida  por  Maurice  Cloche  (Italiana). 

"El  último  puente"  (Misión  humanitaria  de  una  doctora  en  la  cau- 
tividad), dirigida  por  Helmut  Káutner,  Premio  de  la  O.  C.  l.  C.  en 
el  Festival  de  Canes  de  1954  (Austríaca)  . 

"El  Padre  Brown"  (Aventura  cómico-policial  de  un  sacerdote,  ins- 
pirada por  los  famosos  cuentos  de  G.  K.  Chesterton),  dirigida  por  Ro- 
bert  Hamer,  interpretada  por  Alce  Guinness  (Inglesa)  . 

"Resplandece  el  Sol"  (Exaltación  de  la  caridad  cristiana  personi- 
ficada por  un  juez  modelo),  dirigida  por  John  Ford  (Norteamericana). 

"El  Renegado"  (Francia),  dirigida  por  Leó  Joannon  y  actor  Pierre 

Fresnay . 

"Llora  amada  tierra  mía"  (Inglaterra). 

"El  Diario  de  un  Cura  Rural"  (Adaptación  magistral  de  la  nove- 
la de  George  Bernanos),  dirigida  por  Robert  Bressin  (Francesa).  Pre- 
mio de  la  O.  C.  I.  C.  en  el  Festival  de  Venecia  de  1951 . 

"El  Cura  Lorenzo"  (Historia  de  la  fundación  del  famoso  equipo 
de  fútbol  argentino,  de  San  Lorenzo  de  Almagro),  (Argentina). 

"Las  campanas  de  Nagasaki",  (La  vida  auténtica  del  Prof.  Ta- 
kashi  Nagai,  convertido  al  catolicismo),  dirigida  por  Hideo  Oniwa  (Ja- 
pón) . 

Cada  película  fué  acompañada  de  cortos  de  gran  interés,  enviados 
por  Brasil,  Canadá,  Bélgica,  Austria,  España,  Portugal,  etc. 

JORNADAS  DE  ESTUDIO 

Dentro  del  tema  general  de  estudio  del  Congreso:  la  situación  del 
católico  en  el  mundo  contemporáneo,  las  jornadas  para  el  clero  y  para 
los  laicos  respondieron  a  ese  planteamiento  y,  ^para  los  laicos —  lue- 
go de  puntos  generales  de  doctrina,  cada  profesión  o  actividad  estudió 
un  temario  propio  en  función  de  estas  ideas  centrales:  tesis  de  la  pro/e- 
sión,  problemas  morales,  posibilidades  apostólicas. 


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EL  EMINENTISIMO   SEÑOR   JUAN  GUALBERTO 
CARDENAL  GUEVARA 


El  XXIX  Arzobispo  de  Lima,  Juan  Gualberto  Car- 
denal Guevara,  [alleció  el  26  de  Noviembre,  festivi- 
dad de  San  Silvestre,  en  plena  preparación  del  V" 
Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Mariano,  del  cual 
fué  su  Director  General. 

Sacerdote  apostólico,  párroco  activo  y  fervoro- 
so, periodista  batallador.  Obispo  infatiglable  y  dig- 
nísimo, el  Eminentísimo  Cardenal  Guevara  fué  un 
servidor  verdadero  de  su  país,  que  amó  hondamen- 
te, y  de  la  Iglesia,  a  la  que  consagró  su  vida. 

Se  recoge  aquí  la  biografía  publicada  en  el 
Manual  del  Congresista. 

Su  Eminencia  Juan  Gualberto,  Cardenal  Guevara,  Primer  Prín- 
cipe de  la  Iglesia,  de  nacionalidad  peruana,  nació  en  Arequipa,  del 
matrimonio  cristiano  de  don  Simón  Guevara  y  de  doña  Eulogia  Cuba, 
el  11  de  julio  de  1882.  Fué  bautizado  al  día  siguiente  de  su  nacimien- 
to. Habiendo  recibido  la  instrucción  media  en  el  Colegio  de  San  Vi- 
cente de  Paúl  de  la  ciudad  de  Arequipa,  dirigido  por  el  R.  P.  Hipólito 
Duhamel,  virtuoso  sacerdote  lazarista  e  insigne  maestro;  cursó  los  estu- 
dios superiores  en  el  Seminario  Conciliar  de  San  Jerónimo  y  en  la 
Universidad  del  Gran  Padre  San  Agustín,  en  la  que  se  graduó  en  Fi- 
losofía y  Letras.  El  2  de  junio  de  1906,  recibió  la  ordenación  sacerdo- 
tal de  manos  de  Mons.  Puirredón,  Obispo  de  Puno,  y  el  mismo  año  fué 
nombrado  Vicario  Cooperador  de  la  Parroquia  de  Arica,  que  desempe- 
ñó hasta  1910.  En  esta  fecha  las  autoridades  chilenas  de  ocupación  lo 
expulsaron  juntamente  con  otros  sacerdotes  peruanos,  lo  que  le  obligó 
a  volver  a  Arequipa,  haciéndose  cargo  entonces  de  la  Parroquia  de  Yura. 

Fué  llamado  al  Seminario  de  Arequipa  el  año  1914,  para  encomen- 
darle el  Vicerrectorado  de  dicho  plantel .  Después  de  esa  fecha  se  le 
nombró  párroco  de  Vítor,  cargo  que  desempeñó  durante  un  año  y  tres 
meses,  nombrándosele  en  1916,  Sacristán  Mayor  de  la  Iglesia  Catedral 
de  Arequipa. 

Celoso  apóstol  de  la  Iglesia,  ofrécese  íntegramente  en  su  defensa 
y  así  se  explica  su  dedicación  al  periodismo  católico,  iniciando  sus  la- 


XXVIII 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


borcs  en  "El  Morro  de  Arica",  diario  peruano,  al  propio  tiempo  que 
daba  comienzo  a  su  ministerio  sacerdotal  en  esa  ciudad.  Más  tarde  ac- 
túa como  redactor  de  "El  Deber",  diario  católico  arequipeño,  a  partir 
de  1916  a  1920.  Luego  viaja  a  Roma  para  ingresar  a  la  Universidad 
Gregoriana,  siendo  alumno  del  Colegio  Pío  Latino  Americano,  y  el  a- 
ño  1922  recibe  en  la  Ciudad  Eterna  el  doctorado  en  Derecho  Canónico. 
Al  año  siguiente  vuelve  al  Perú  y  asume  la  dirección  de  "El  Deber", 
realizando  labor  inteligente  y  mesurada,  valiente  y  caballerosa.  En  1936 
fué  honrado  con  el  nombramiento  de  Prelado  Doméstico  de  Su  Santi- 
dad. Su  amplia  versación  cultural  la  desarrolló  en  el  magisterio,  que  co- 
menzó en  el  mismo  colegio  de  San  Vicente  de  Paúl,  donde  cursó  la  ins- 
trucción media,  y  la  continuó  en  el  Seminario  de  San  Jerónimo  y  otros  plan- 
teles de  Arequipa,  enseñando  Matemáticas,  Ciencias  Naturales,  Reli- 
gión, Historia  y  Filosofía.  El  año  1914  recibió  el  grado  de  bachiller  en 
Filosofía  y  Letras  en  la  Universidad  del  Gran  Padre  San  Agustín  de 
Arequipa . 

Vacante  la  Sede  Episcopal  de  Trujillo,  el  año  1940  fué  designado 
Obispo  de  la  Diócesis.  Constituido  en  Pastor  de  tan  vasta  grey,  desa- 
rrolla actividades  de  gran  envergadura;  emprende  y  concluye  el  arreglo 
del  Palacio  Episcopal  y  también  de  la  Iglesia  Catedral;  igualmente  res- 
taura la  Iglesia  de  Santa  Rosa.  Tanto  en  Trujillo  como  en  Chiclayo, 
capital  del  departamento  de  Lambayeque  bajo  su  jurisdicción  eclesiás- 
tica, organiza  las  cuatro  Ramas  de  la  Acción  Católica.  En  1943  la  dió- 
cesis trujillana  es  elevada  a  la  categoría  Arzobispal  y  en  octubre  del 
mismo  año  se  realizó  el  Tercer  Congreso  Eucarístico  Nacional,  el  que 
constituyó  un  verdadero  testimonio  de  devoción  a  Jesús  Hostia.  En 
cumplimiento  de  su  misión  sagrada,  realiza  la  visita  Pastoral  a  todas  las 
parroquias  de  la  Arquidiócesis  hasta  los  lugares  más  lejanos  y  pe- 
ligrosos. A  través  de  su  gestión,  publicó  varias  Cartas  Pastorales  y  nu- 
merosos mensajes,  en  circunstancias  diversas. 

Al  fallecimiento  de  Monseñor  Pedro  Pascual  Farfán,  Arzobispo 
de  Lima,  el  hasta  entonces  Monseñor  Guevara  fué  preconizado  para  su- 
cederle  en  la  sede  limeña,  como  Primado  del  Perú  y  Vicario  Castrense. 
A  los  pocos  días  recibió  la  noticia  de  que  sería  creado  Cardenal  de  la 
Santa  Iglesia  Romana,  por  Su  Santidad  el  Papa  Pío  XII  en  el  próximo 
Consistorio.  Con  tal  motivo  fué  a  la  Ciudad  Eterna,  en  donde  el  18 
de  febrero  de  1946  recibió  el  Capelo  Cardenalicio,  retornando  al  se- 
no de  la  Patria  el  2  de  abril  del  mismo  año,  investido  con  la  Púrpura 
Cardenalicia,  siendo  objeto  de  un  apoteósica  manifestación  de  bienve- 
nida que  se  le  tributara  por  todos  los  elementos  de  la  Capital,  así  ofi- 
ciales como  religiosos  y  sociales. 

En  la  Dominica  de  Cuasimodo  del  mismo  año  de  1946  dirigió  al 
catolicismo  peruano  su  Primera  Carta  Pastoral  y  con  motivo  de  conme- 
morarse la  epopeya  de  Arica,  el  7  de  Junio  del  mismo  año,  dirigió  en 
su  condición  de  Vicario  General  Castrense  un  Mensaje  a  las  Fuer- 
zas Armadas  de  la  Nación. 

En  ocasión  de  celebrar  el  cuadragésimo  aniversario  de  su  ordena- 
ción sacerdotal,  cristalizó  en  una  féliz  realidad  la  fundación  de  la  "Li- 
ga de  Hogares  Apostólicos"  cuya  finalidad  es  fomentar  las  vocacio- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


XXIX 


nes  religiosas  en  la  vida  familiar,  demostrando  de  esta  manera  su  clara 
visión  sobre  la  salud  espiritual  de  los  millares  de  almas  a  él  confiadas. 

En  Junio  de  1946  fué  nombrado  por  el  Santo  Padre  Pío  XII,  Le- 
gado Papal  en  el  Tercer  Congreso  Eucaristico  Nacional  de  Boíivia, 
que  tuvo  lugar  en  Sucre,  visitando  también  con  tal  motivo  las  ciuda- 
des de  Cochabamba  y  La  Paz,  en  las  que  fué  objeto  de  cálidas  ova- 
ciones y  de  sinceras  demostraciones  de  afecto  y  veneración.  En  Ma- 
yo de  1947,  también  como  Legado  Papal  coronó  canónicamente  a  la 
Virgen  de  la  Candelaria  de  Caima  (Arequipa)  y  con  el  mismo  ca- 
rácter asistió  al  IV  Congreso  Eucaristico  Nacional  del  Perú  realiza- 
do en  el  Cuzco  en  mayo  de  1949.  Coronó  a  la  Virgen  de  La  Legua, 
en  ceremonia  que  se  realizó  con  gran  solemnidad  en  la  ciudad  del  Ca- 
llao; el  7  de  octubre  de  1951 . 

Fué  invitado  de  honor  y  asistió  a  los  Congresos  Eucarísticos  de 
Buffalo  (EE.  UU.)  en  octubre  de  1947,  y  al  de  Rosario  (Argenti- 
na) en  octubre  de  1950;  y  al  Internacional  de  Barcelona  (España)  . 

Durante  los  años  que  estuvo  al  frente  de  la  Arquidiócesis  de  Li- 
ma, fue  su  labor  muy  intensa  para  poder  conseguir  que  sean  una  ver- 
dadera realidad  los  tres  grandes  ideales  de  su  vida:  el  Seminario,  la 
Acción  Católica  y  la  Casa  del  Sacerdote.  A  él  se  debe  la  creación 
de  "Comunidades  Parroquiales  de  Sacerdotes  Seculares"  que  con  tan- 
to éxito  se  están  desarrollando  en  diferentes  Parroquias  de  provincias. 

Cumpliendo  con  fidelidad  la  misión  de  Buen  Pastor,  muchas  son 
las  Pastorales  que  ha  dirigido  a  los  fieles  de  la  Arquidiócesis,  señalan- 
do rumbos  para  la  mayor  gloria  de  Dios,  y  la  santificación  de  las  almas. 
Cabe  señalar  aquí  su  Prontuario  de  Acción  Católica,  que  aclaró  y 
orientó  el  verdadero  sentido  de  lo  que  es  la  Acción  Católica. 

El  Eminentísimo  Cardenal  Guevara  ha  muerto  como  había  vivido; 
junto  al  altar,  después  de  celebrar  la  Santa  Misa  y  de  recibir  los  últi- 
mos Sacramentos  de  la  Iglesia,  con  la  placidez  de  los  justos,  feliz  au- 
gurio de  la  recompensa  que  habrá  recibido  ya  del  Padre  Celestial.  En- 
tre tanto,  quiens  lo  amamos  en  vida  no  dejaremos  de  elevar  nuestras 
preces  al  Altísimo  por  su  alma  repitiendo  la  oración  de  la  iglesia:  "Des- 
cansa en  paz". 


su  EMINENCIA  EL  CARDENAL 
FEDERICO  TEDESCHINI,  LEGADO  PONTIFICIO 


Su  Eminencia  el  Cardenal  Federico  Tedeschini  nació  en  Antro- 
doco,  Diócesis  de  Rieti,  bajo  el  Pontificado  de  Pío  IX,  el  12  de  octubre 
de  1873. 

Hizo  estudios  en  el  seminario  de  Rieti,  donde  ingresó  a  los  1 1  años 
de  edad  y  salió  en  1889  para  terminar  su  carrera  en  el  Pontificio  Semi- 
nario Romano  de  la  Ciudad  Eterna. 

Los  exámenes  del  brillante  alumno  Tedeschini  obtuvieron  las 
más  altas  calificaciones,  lo  que  dió  lugar  que  al  vacar  en  el  semina- 
rio Pío  la  beca  correspondiente  al  seminario  de  Rieti  le  fuera  con- 
cedida, obteniendo  más  tarde  en  el  seminario  Apolinar  los  doctorados 
en  Filosofía,  Teología,  Derecho  Canónico  y  Civil  y  el  de  Letras,  sien- 
do ordenado  sacerdote  el  25  de  Julio  de  1896,  en  Rieti,  donde  celebró 
su  primera  Misa  al  siguiente  día. 

No  había  aún  rebasado  la  categoría  de  colegial,  y  ya  era  admira- 
do, respetado  y  tratado  por  sus  compañeros  como  si  perteneciera  a  una 
jerarquía  superior.  Así  se  explica  que  en  1898,  aún  antes  de  terminar 
su  carrera,  fuese  nombrado  canónigo  Lectoral  de  Rieti,  con  dispensa  de 
residencia . 

No  es,  pues,  de  extrañar  que  en  enero  de  1900,  Monseñor  Vol- 
píni.  Secretario  de  Breves  a  los  Príncipes,  le  llamase  al  Vaticano  y  por 
encargo  del  Santo  Padre  le  confiriese  un  trabajo  cuyo  cometido  llenó  a 
plena  satisfacción,  tanto  que  mereció  ser  elegido  por  el  Papa  León  XIII 
para  el  cargo  de  Minutante  de  la  Secretaría  de  Estado  del  Vaticano. 

Con  ocasión  de  su  traslado  a  Roma,  al  vivir  en  el  Palacio  del  Vaticano 
para  cumplir  con  su  nuevo  cargo  de  Minutante,  en  la  tercera  "loggia" 
de  este  Palacio,  tuvo  la  oportunidad  de  conocer  a  Monseñor  Jaime  della 
Chiessa  (posteriormente  el  Papa  Benedicto  XV),  nombrado  tres  meses 
hacía  Sustituto.  Aquellos  dos  corazones  se  unieron  tan  estrechamente 
que  ya  jamás  dejaron  de  comunicarse  sus  penas  y  alegrías. 

El  6  de  noviembre  de  1903  fué  nombrado  Camarero  Secreto  de 
Su  Santidad  y  el  18  de  marzo  de  1908  Prelado  Doméstico.  Por  volun- 
tad de  San  Pío  X  dejó  el  cargo  de  Minutante  y  fué  nombrado  Canci- 
ller de  Breves  Apostólicos  el  20  de  octubre  de  1908,  y  el  24  de  enero 
de  1912  Consiliario-Asistente  Eclesiástico  del  Consejo  de  la  Juventud 
Italiana . 

Al  advenimiento  de  Benedicto  XV,  Monseñor  Tedeschini  fué  nom- 
brado Sustituto  de  la  Secretaría  de  Estado  de  la  cifra.  El  13  de  no- 


XXXII 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


víembre  del  mismo  año  Consultor  del  Santo  Oficio,  siendo  su  actuación 
de  gran  eficacia  en  una  época  muy  difícil  para  la  Iglesia  ya  que  conci- 
dió  con  el  desarrollo  de  la  primera  guerra  europea.  Monseñor  Tedes- 
chini  fué  encargado  especialmente  por  Benedicto  XV  de  dirigir  todas 
las  actividades  del  Vaticano  en  relación  con  la  asistencia  a  los  refugia- 
dos y  a  los  prisioneros,  realizando  una  labor  eficacísima  durante  todos 
los  años  de  la  guerra.  El  5  de  mayo  de  1921  el  entonces  Monseñor 
Tedeschini  fué  consagrado  con  gran  solemnidad  por  el  propio  Papa  Be- 
nedicto XV,  en  la  Capilla  Sixtina,  recibiendo  el  título  de  Arzobispo  de 
Lepanto,  con  el  que  fué  destinado  a  la  Nunciatura  Apostólica  de  Es- 
paña. 

Su  Santidad  Pío  XI  nombró  a  Monseñor  Tedeschi-ni  Cardenal  de 
la  Sagrada  Iglesia  Romana  el  13  de  mayo  de  1933,  reservando  "in  pe- 
to" el  nombramiento,  que  no  fué  hecho  público  hasta  el  Consistorio  del 
16  de  diciembre  de  1935,  dándole  al  nuevo  Cardenal  el  título  de  Santa 
María  de  la  Victoria. 

Bajo  el  Pontificado  de  Pío  XII,  el  Cardenal  Tedeschini  es  nom- 
brado Datario  del  Estado  Pontificio;  además  es  Archipreste  de  la  Pa- 
triarcal Basílica  Vaticana,  Prefecto  de  la  Sagrada  Congregación  de  la 
Fábrica  de  San  Pedro  y  Camarlengo  del  Sagrado  Colegio  Cardenali- 
cio. Forma  asimismo  parte  de  las  Congregaciones  Consistorial,  de  Sa- 
cramentos, del  Concilio,  de  Ritos,  del  Ceremonial,  de  Asuntos  Eclesiás- 
ticos Extraordinarios  y  de  Seminarios  y  Universidades.  Es  Protector 
de  numerosas  Congregaciones  Religiosas. 

Igualmente  forma  parte  del  Tribunal  Supremo  de  la  Signatura  Apos- 
tólica y  de  las  Comisiones  Pontificias  para  la  Interpretación  del  Có- 
digo de  Derecho  Canónico,  y  Cardenalicia  para  la  Administración  de 
los  Bienes  de  la  Santa  Sede . 


Don  Luis  T.  Larco,  Alcalde  de  Lima 


'I 


CARTA  DEL  EMMO.    CARDENAL   LEGADO  AL 
EMMO,  CARDENAL  GUEVARA,  ARZOBISPO  DE 
LIMA,  PRIMADO  DEL  PERU 


Roma,  28  de  octubre  de  1954. 

Emmo.  y  Rvdmo.  Señor  Cardenal: 

Honrado  por  el  Santo  Padre  con  la  nobilísima  misión  de  Legado 
Pontilicio  en  el  Congreso  Nacional  Eucaristico  y  Mariano  del  Perú, 
es  mi  deber  el  dirigir,  antes  de  todo,  mi  homenaje  a  Vuestra  Eminen^ 
cia  Reverendísima,  como  a  Representante  de  la  Santa  Iglesia  en  esa 
amada  nación,  que  se  reúne,  con  tan  grandiosa  solemnidad,  para  hon- 
rar, individual  y  colectivamente,  a  la  Santísima  Virgen  en  el  Año  Ma- 
riano y  a  Nuestro  Señor  Sacramentado,  nunca  separable  de  su  Augus- 
ta Madre. 

Tal  vez  no  sepa  V.  E.  que,  desde  el  mes  de  abril  hasta  estos  úl- 
timos días,  mi  vida  ha  sido  un  continuo  viajar  por  las  varias  ciudades 
de  Italia  y  también  por  Portugal  y  España,  con  el  objeto  de  presidir 
Congresos  y  Conmemoraciones  de  nuestra  Reina  Celeste,  y  alentar  a 
los  pueblos  en  el  amor  de  Madre  y  de  Hijo,  y  en  la  devoción  y  adhe- 
sión a  la  Santa  Sede  Apostólica. 

Esto  me  ha  quitado  toda  posibilidad  de  cumplir  con  mi  deber  ha- 
cia Vuestra  Eminencia  y  hacia  la  dilecta  Patria  Peruana,  y  de  mani- 
festarle cuan  grande  ha  sido  mi  alegría  por  tan  honrosa  designación  y 
con  cual  profunda  satisfacción  he  aceptado  el  excepcional  encargo  tan 
pronto  como  Su  Santidad  ha  tenido  la  dignación  de  ofrecérmelo . 

Deseo  con  toda  mi  alma  llegue  el  momento  de  arribar  al  Callao, 
abrazar  a  Vuestra  Eminentísima  Persona  y  a  los  demás  Prelados  y  a 
las  Autoridades  dignísimas  de  esa  querida  nación,  y  ponerme,  con  to- 
das mis  humildes,  pero  fervorosas  fuerzas,  al  servicio  de  Dios,  de  la 
Iglesia  y  de  la  Santa  Sede  y  del  Perú  en  la  magna  Asamblea,  que  va 
■a  llenar  de  gozo  y  de  gloria  al  Perú  católico,  mariano  y  eucaristico. 


XXXIV  V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Presento  ahora  y  renovaré  de  viva  voz  mis  gracias  más  efusivas 
por  el  mensaje  que  Vuestra  Eminencia  se  ha  dignado  enviarme;  y  con 
la  más  cordial  veneración  me  complazco  en  decirme  a  Vuestra  Emi- 
nencia . 

Afectísimo  en  Cristo. 


(Edo.) 

Federico  Cardenal  Tedeschini 


(rónicd  del  Congreso 


Emmo.  y  Rvdmo .  Sr.  José  María,  Cardenal 
Caro   Rodríguez,   Arzobispo   de   Santiago  de 
Chile 


txcmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Casimiro  Morcillo. 
Obispo  de  Bilbao  (España) 


ííxcmo.  i]  Rvdmo.  Sr .  Abel  Antezana  1/ 
Rojas.  Arzobispo  de  la  Paz,  Bolivia 


Excmo.  u  Rvdmo.  Sr.  Tulio  Botero 
Salazar,  Obispo  Zipaquirá.  Colombia 


Hxcmo.  ¡I  Ri'dmo.  Sr .   Tomás  Wakida, 
Obispo  Titular  de  Jai.na  y  dimisionario 
de  Yokohama 


Rvdmo.  Mons.  Agustín  Blujaki.  Repre- 
sentante del  Episcopado  de  Paraguay 


Hxcmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Teodoro  Eugenin, 
Vicario  Castrense  de  Chile 


Excmo.  y  Rvdmo .  Mons.  Felipe 
Santiago  Hermoza,  Arzobispo  del 
Cuzco 


Excmo .  y  Rvdmo .  Mons .  Leo- 
nardo J .  Rodríguez  Bailón.  Arzo- 
bispo de  Arequipa 


Excmo . 
Un  M. 


y  Rvdmo. 
Guerrero, 


Trujillo 


Mons.  Aure- 
Arzobispo  de 


Excmo.   1/  Rvdmo.   Mons.  Buena- 
ventura  León   de   Uñarte,  Vicario 
Apostólico  del  Ucayali 


Excmo.   i)  Rvdmo.   Mons.  Alberto 
M .   Dcttman.  Obispo  de  Puno 


Excmo  y  Rvdmo .  Mons .  Maria- 
no Jacinto  Valdivia  Ortiz.  Obispo 
de  Huaraz 


Jlxcnij.    i¡   Rrdrno.    Mons.  Daniel 
Figtteroa  Villón,  Obispo  de  Huan- 
cayo 


hxcmo .  y  Rvdmo.  Mons  Carlos 
Alberto  Arce  Masías,  Obispo  de 
Tacna 


Excmo.   if  Rvdmo.  Mons.  Otoniel 
Alcedo.  Obisno  Auxiliar  de  Chacha- 
poyas 


Iltmo .    y   Rvdmo.    Mons.  Ignacio 
(Jarcia  Martin.  Prefecto  Apostclico 
del  Marañór 


Excmo .  y  Rvdmo .  Mons. 
Martin  Elorza  Legaristi,  Pre- 
lado Nitllius  de  Moijobamba 


Excmo.  y  Rvdmo.  Mons.  Elias 
Olazar,  Obispo  Auxiliar  de  Yuri- 
maguas 


.emblemas  y  recuerdos  del  V  Congreso. 


o.. 


1  sAntA 

g  MISION 
o  GENERAL 

2  SETIEMBRE-15  26 
^  OCTVBRE-6.17 

OMAL  Y  MARIANO 


SANTA 
MISION 
GENERAL 


S  ETIEMBRE  *  OCTVBRB 


MARTES  7  DE  DiaEMBRE 


VIGILIA  DE  LA  INMACULADA 


ACTO  DE  APERTURA 

CAMPO  EUCARISTICO 

A  horas  6 .30  p.m  . 

Angelus. 

Ecce  Sacecdos  Magmts.  Motete  a  4  voces  mixtas,  del  Maes- 
tro Blond,  por  el  Coro  Polifónico. 

El  Señor  Doctor  Don  Alejandro  Freundt  Rosell,  Ministro  de 
Justicia  y  Culto,  izará  la  Bandera  Nacional.  Himno  Nacional. 

El  Excelcntisirao  y  Reverendísimo  Señor  Francisco  Lardone, 
Nuncio  Apostólico,  izará  la  Bandera  Pontificia.  Himno  Ponti- 
ficio. 

Discurso  del  Exceleniisimo  y  Reverendísimo  Señor  Juan  Lan- 
dásuri  Ricketts,  Arzobispo  Coadjutor  de  Lima  y  Presidente  de 
la  Junta  Organizadora  del  V  Congreso  Eucarístico  Nacional 
y  Mariano. 

Discurso  del  Señor  Doctor  Don  Félix  Navarro  Irvine. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales . 

Exposición  del  Santísimo  Sacramento. 
Pan  ge  Lingua. 

Lectura  de  la  oración  a  la  Santísima  Virgen,  compuesta  por 
el  Santo  Padre. 

Tantum  Ergo,  canto  gregoriano,  coro  general . 


4 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


El  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Francisco  Lardone, 
Nuncio  Apostólico,  impartirá  la  Bendición  con  el  Santísimo 
Sacramento . 

Luego  de  la  Bendición,  en  este  día  y  en  todos  los  siguientes,  se  trasla- 
dará el  Ssntísimo  del  akar  del  Campo  Eucarísíico  a  la  Capilla,  que  se 
halla  en  la  parte  inferior  del  mismo,  "donde  se  realizará  la  Adoración  diur- 
na y  nocturna,  durante  el  Congreso.  Las  campanas  de  las  Parroquias  c 
Iglesias  de  Lima,  Callao  y  Balnearios,  anunciarán  la  apertura  del  Congre- 
so al  repicar  simultáneamente  a  las  6.00  p.m. 

• 

En  la  tarde  del  7  de  diciembre  las  campanas  de  todas  las  iglesias 
de  Lima  y  alrededores,  lanzadas  al  vuelo  anunciaron  la  esperada  aper- 
tura del  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano. 

Millares  de  fieles  ocuparon  el  Campo  Eucarístico,  frente  a  la  Cruz 
Monumental  de  40  metros  de  altura  y  al  austero  altar  techado  por  un 
blanco  voladizo  agilísimo,  alarde  original  de  moderna  arquitectura. 

En  la  Tribuna  Oficial  se  encuentran  el  Presidente  del  Consejo  de 
Ministros  y  Titular  de  la  Cartera  de  Marina,  Vicealmirante  Roque  Sal- 
días  y  los  Ministros  de  Justicia  y  Culto,  Dr.  Alejandro  Freundt  Rosell; 
de  Fomento  y  Obras  Públicas,  Ing"?  Fernando  Noriega  Calmet;  y  de  Re- 
laciones Exteriores,  Dr.  David  Aguilar  Cornejo. 

La  Sra.  Doña  María  Delgado  de  Odría,  esposa  del  Presidente  de 
la  República  está  acompañada  por  las  esposas  de  los  Ministros  de  Es- 
tado. 

Miembros  del  Cuerpo  Diplomático,  representantes  a  Congreso,  al- 
tos Jefes  del  Ejército,  el  Alcalde  de  Lima,  Sr.  Luis  T.  Larco;  los  Rec- 
tores de  la  Universidad  Mayor  de  San  Marcos  Dr.  Mariano  Ibérico  Ro- 
dríguez y  de  la  Pontificia  Universidad  Católica,  Mons.  Fidel  Tubino. 
ocupan  los  sitios  que  se  les  había  reservado  para  presenciar  la  magna 
ceremonia . 

A  las  6.30  de  la  tarde,  con  gran  solemnidad  y  entre  fervorosos 
aplausos,  ingresó  al  Campo  Eucarístico,  precedido  por  el  Cabildo  Me- 
tropolitano, el  Cortejo  Episcopal  compuesto  por  los  Arzobispos,  Obis- 
pos y  Vicarios  Apostólicos  del  Perú  y  por  los  Prelados  representan- 
tes de  diversos  países:  de  España,  Mons.  Casimiro  Morcillo;  de  Co- 
lombia, Mons.  Tulio  Botero  Salazar;  de  Venezuela.  Mons.  Luis  Hen- 
ríquez;  de  Bolivia,  Mons.  Abel  Antezana;  del  Paraguay,  Mons.  Agus- 
tín Blujaki;  de  Chile,  el  Vicario  Castrense,  Mons.  Teodoro  Eugenin. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


5 


presididos  por  el  Excnio.  y  Rvdnio.  Sr.  Francisco  Lardonc  Nuncio 
de  Su  Santidad  y  por  el  Arzobispo  Coadjutor  de  Lima  y  Vicario  Capi- 
tular Excelentísimo  Sr.  Juan  Landázuri  Ricketts. 

El  claro  son  de  las  campanas  del  Angelus  vibró  en  los  aires:  el 
carrillón  venido  para  la  iglesia  de  Tacna  cumplía  el  deseo  del  Prela- 
do, Mons.  Arce  Masías,  de  entregar  sus  primeras  notas  en  el  Perú, 
sobre  el  Campo  Eucarísíico,  al  iniciarse  el  Congreso. 

El  Coro  Polifónico  integrado  por  500  voces  — escolares  de  diver- 
sos planteles,  todos  hombres —  bajo  la  dirección  del  Rvdo.  P.  Raimun- 
do Klytta,  Salesiano,  entonó  el  Ecce  Sacerdos  Magnus,  a  cuatro  voces 
mixtas  del  maestro  Blond. 

Flamearon  las  banderas:  la  del  Perú,  saludada  por  el  Himno  Na- 
cional cantado  por  todos  con  emoción;  la  Pontificia,  en  medio  de  es- 
truendosos aplausos,  vivas  a  Cristo,  al  Papa  Pío  XII  y  al  V  Congre- 
so Eucaristico  Nacional  y  Mariano. 

El  Vicario  Capitular,  Arzobispo  Coadjutor  y  Presidente  de  la  Jun- 
ta Organizadora  del  Congreso,  Excrao.  Sr.  Juan  Landázuri  Ricketts  da 
lectura  a  su  discurso:  "Nuestra  alegría  no  es  completa,  dice,  nuestro 
gozo  está  entremezclado  con  dejos  de  tristeza" ...  Se  refiere  a  la  au- 
sencia del  Emmo.  Cardenal  Guevara,  el  llorado  Pastor  de  la  grey  li- 
meña, el  sacerdote  ejemplar,  el  Prelado  de  activa  energía,  propulsor  del 
Congreso  que  anheló  ver  este  día  y  fue  llamado  a  "entrar  en  el  gozo  de 
su  Señor"  en  vísperas  de  celebrarse. 

La  muchedumbre  escucha  conmovida  las  palabras  del  Excmo.  Vi- 
cario Capitular  que  añade:  "Con  todo,  la  luz  de  la  fe  mitiga  y  alivia 
nuestro  pesar.  Sabemos  que  él  ya  está  rodeado  de  la  eterna  claridad, 
de  la  visión  inefable  de  Dios  y  que  desde  el  ciclo  nos  acompaña  en  es- 
tos momentos,  siendo  un  poderoso  intercesor  ante  el  trono  del  Altí- 
simo, para  que  este  Congreso  produzca  los  resultados  espirituales,  pro- 
fundos y  permanentes  que  de  él  se  esperan". 

Luego  se  escuchan  las  vibrantes  palabras  del  Dr.  Félix  Navarro 
Irvine,  Vocal  de  la  Junta  Organizadora  del  Congreso  que  invoca  su 
condición  de  laico  creyente  para  hablar  en  nombre  de  los  católicos  del 
Perú. 

Las  notas  del  Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacio- 
nales evocan  el  Primero  de  estos  Congresos,  realizado  en  Lima  el  año 
1935,  para  el  cual  fuera  especialmente  escrito  y  la  emocionada  memo- 
ría  de  muchos  fieles  recuerda  al  Excmo.  y  Rvdmo.  Mons.  Pedro  Pas- 
cual Farfán,  "el  Arzobispo  de  la  Eucaristía",  el  Prelado  del  Primer  Con- 
greso Eucaristico  Nacional,  el  de  ardiente  celo  y  paternal  bondad  que. 


6 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


seguramente,  desde  el  cielo  bendice  a  esa  multitud  anhelante  de  encon- 
trar en  Cristo,  ahora  como  entonces,  la  solución  de  todos  sus  proble- 
mas. 

El  momento  más  solemne  de  la  tarde  ha  llegado:  mientras  el  Coro 
entona  el  Pange  Lingua,  Jesucristo,  el  Hijo  de  Dios  vivo,  oculto  bajo 
las  especies  sacramentales,  es  colocado  en  la  gran  custodia,  sobre  el 
altar,  para  recibir  el  tributo  de  adoración,  la  súplica  de  perdón,  las  pro- 
mesas de  enmienda  de  la  recogida  multitud. 

La  voz  del  Excmo.  Sr.  Nuncio  Apostólico  se  eleva  recitando  la 
bellísima  oración  a  la  Stma.  Virgen  compuesta  por  el  Santo  Padre.  La 
oración  del  Año  Mariano  que  terminará  esa  noche.  "¡Toda  hermosa 
eres,  María;  Tú,  la  gloria;  Tú,  la  alegría;  Tú,  la  honra  de  nuestro  pue- 
blo!". Las  palabras  resuenan  en  los  corazones.  Los  hijos  pródigos  in- 
vocan a  la  Madre  de  Dios.  Y  la  Bendición  con  el  Santísimo  imparti- 
da por  el  Excmo.  Señor  Nuncio  desciende  sobre  ellos. 

En  la  Capilla  que  se  halla  en  la  parte  inferior  del  Altar  Monu- 
mental se  guarda  al  Santísimo.  Allí  se  realizará  la  Adoración,  diurna 
de  las  mujeres  y  nocturna  de  los  hombres,  mientras  dure  el  Congreso. 

• 

Discurso  del  Excmo.  y  Rvdmo.  Señor  Juan 
Landázuri  Ricketts,  Arzobispo  Vicario  Capitular 
de  Lima  y  Presidente  de  la  Junta  Organizadora 
del  Congreso. 

El  momento  solemne  y  mil  veces  venturoso  de  la  apertura  del  V 
Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano  ha  llegado. 

La  hermosa  explanada  del  Campo  de  Marte  será  de  hoy  en  adelan- 
te no  el  lugar  donde  se  recuerde  al  dios  mitológico  de  la  guerra  y  la 
destrucción,  sino  el  Campo  Eucarístico  donde  levante  su  trono  el  ver- 
dadero Dios  de  la  paz  y  del  amor.  Aquí,  bajo  la  sombra  bendita  del 
augusto  signo  de  nuestra  redención,  cubiertos  con  la  serena  majestad 
del  firmamento,  unidos  en  un  mismo  ideal  de  fe  y  de  fervor,  impul- 
sados por  un  mismo  sentimiento  de  adoración  y  recogimiento  vendrán 
los  católicos  de  Lima  y  del  Perú  entero  a  rendir  su  homenaje  de  plei- 
tesía y  amor  a  Jesús  Sacramentado,  que,  bajo  los  velos  de  la  Euca- 
ristía, establecerá  su  morada  en  e:;te  campo,  convirtiéndolo  así  en  gi- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


gantesco  templo,  que  servirá  de  apropiado  y  digno  recinto  para  la  ce- 
lebración de  las  maravillosas  jornadas  eucaristicas  que  presenciaremos. 

¡Que  bien  podemos  exclamar  aquí  las  palabras  del  Real  Profeta, 
cuando  decía:  "Haec  dies  quam  fecit  Dominus,  exultemus  et  laetmur  in 
ea".  (Salmo)  .  Alegrémonos  y  regocijémonos  en  este  día  designado  en 
los  arcanos  infinitos  del  Omnipotente,  para  ser  comienzo  de  días  de 
grandeza  y  de  gloria,  de  exultación  y  alegría  para  la  Iglesia  y  la  Pa- 
tria en  el  Perú. 

En  efecto  el  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano,  que  en  es- 
tos momentos  solemnemente  se  inaugura,  es  un  justificado  motivo  de 
alegría  y  regocijo,  ya  que  es  una  fundada  esperanza  de  renovación  es- 
piritual, una  afirmación  pública  y  solemne  de  fe,  un  florecer  de  vir- 
tudes y  un  renacer  de  moralidad,  una  profesión  cié  sano  y  puro  patrio- 
tismo, una  vibración  de  la  conciencia  nacional. 

Sin  embargo  esta  alegría  no  es  completa .  Este  gozo  va  entremez- 
clado con  dejos  de  tristeza.  Cuando  ya  clareaba  la  aurora  de  estas 
memorables  jornadas  eucarístico-marianas,  que  hoy  se  inician;  cuando 
ya  se  levantaba  esplendoroso  y  brillante  el  sol  del  V  Congreso  Euca- 
rístico Nacional  y  Mariano,  vése  de  pronto  velado  y  obscurecido  por 
la  inesperada  desaparición  del  amado  Pastor  de  la  grey  limeña,  el  Emi- 
nentísimo Señor  Juan  Gualberto  Cardenal  Guevara,  Arzobispo  de  Lima 
y  Primado  del  Perú,  dejándonos  en  la  orfandad.  La  realización  de  este 
Congreso  fue  uno  de  sus  grandes  ideales;  por  él  se  esforzó,  preocupó  y 
trabajó  hasta  sus  últimos  momentos. 

Con  todo  la  luz  de  la  fe  mitiga  y  alivia  nuestro  pesar.  Sabemos 
que  él  ya  está  rodeado  de  la  eterna  claridad  de  la  visión  inefable  de 
Dios  y  que  desde  el  cielo  nos  acompaña  en  estos  momentos,  siendo 
un  poderoso  intercesor  ante  el  trono  del  Altísimo,  para  que  este  Con- 
greso produzca  los  resultados  espirituales,  profundos  y  permanentes  que 
de  él  se  esperan.  Su  noble  figura  perdurará  de  generación  en  gene- 
ración a  través  de  su  luminoso  ejemplo,  de  su  pastoral  celo  y  sus  sa- 
bias enseñanzas . 

Como  un  homenaje  de  filial  afecto,  de  agradecido  sentimiento  y 
de  hondo  recuerdo  pido  a  la  Asamblea  entera  ponerse  de  pie  y  elevar 
por  breves  momentos  del  fondo  del  corazón  una  plegaria  al  ciclo  por 
el  ilustre  y  amado  ausente . 

El  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano  abre  un  capítulo 
más  de  gloria  en  los  anales  de  nuestra  Patria  y  reviste  la  más  honda 
trascendencia  religioso-nacional.  Esta  Asamblea  reúne  a  la  Nación  en- 
tera, representada  por  sus  Supremas  Autoridades  en  el  orden  religio- 


V  CONGRESO  EUCAí^íSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


SO  y  civil.  El  Estado  y  la  Iglesia,  en  admirable  consorcio,  todos  los 
fieles  hermandados  en  la  sangre  redentora  de  Cristo,  sin  distinción  de 
clases  ni  condiciones:  el  pobre  y  el  rico,  el  grande  y  el  pequeño,  el 
niño  y  el  anciano,  todos  formando  un  solo  corazón  y  una  sola  alma 
para  renovar  a  los  pies  de  Jesucristo  en  la  Eucaristía  el  homenaje  de 
su  fe  y  el  tributo  de  su  adoración,  junto  con  la  promesa  de  superación 
espiritual.  El  Congreso  que  hoy  se  inicia  unirá  más  y  más  a  la  gran 
familia  peruana  con  los  lazos  de  la  comprensión  y  la  caridad;  exalta- 
rá los  valores  morales  que  dignifican  y  perfeccionan  la  vida;  reafirma- 
rá los  tradicionales  y  profundos  sentimientos  religiosos  de  la  Nación  y 
abrirá  las  conciencias  y  los  corazones  hacia  el  cumplimiento  de  las  vir- 
tudes cristianas,  que  florecen  principalmente  en  amor  de  caridad,  de 
justicia,  de  humildad,  de  limpieza  de  espíritu,  elevando  el  alma  de  las 
multitudes  hacia  la  majestad  infinita  y  misericordiosa  de  Jesucristo  N. 
S.  Todo  ello  traerá  a  las  generaciones  presentes  y  futuras  el  inestima- 
ble tesoro  de  la  paz,  el  orden  y  el  bienestar. 

La  intención  general  y  el  Lema  de  nuestro  Congreso  es:  "La  re- 
novación de  la  vida  cristiana  en  el  Perú".  Convencidos  estamos  de 
que,  si  nuestra  Patria  se  mantiene  fiel  a  las  grandes  tradiciones  de  fe 
y  de  virtud  que  le  legaron  sus  fundadores,  le  esperan  días  de  progre- 
so y  de  triunfo  en  el  orden  espiritual  y  material.  La  Eucaristía,  como 
fuente  de  gracias,  inspiradora  de  heroísmos,  alentadora  en  el  cumpli- 
miento del  deber,  es  el  gran  don  que  este  Congreso  nos  presenta  y 
nos  ofrece.  Y  con  la  Sagrada  Eucaristía  nos  brinda  el  admirable  ejem- 
plo de  la  Madre  de  Dios  y  de  los  hombres,  la  Virgen  María,  ya  que 
este  Congreso  es  también  mariano.  en  conmemoración  particular  del 
Centenario  de  la  proclamación  del  dogma  de  la  Inmaculada  Concep- 
ción, y  se  tiene  presente  el  hermoso  axioma:  "Ad  Jesum  per  Mariam", 
a  Jesús  por  María,  expresión  corroborada  ampliamente  en  los  últimos 
tiempos  por  las  apariciones  y  los  mensajes  de  Lourdes  y  Fátima. 

El  Congreso  se  inaugura  después  de  una  diligente  preparación,  que 
ha  sido  planeada  con  casi  dos  años  de  anticipación  por  la  Junta  Or- 
ganizadora, y  que  por  parte  de  los  fieles  ha  durado  un  año. 

Hoy  precisamente  se  cumple  el  primer  aniversario  de  aquella  no- 
che memorable  del  7  de  diciembre  de  1953,  noche  de  dulce  recuerdo 
y  suave  emoción  en  la  que  más  de  60,000  almas  se  juntaron  en  el  Au- 
ditorium  de  este  Campo,  para  asistir  al  Sacrificio  de  la  Misa  y  recibir 
millares  de  ellas  el  pan  eucarístico,  celebrando  así  el  comienzo  del  Año 
Eucarístico-Mariano . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


9 


Vino  después  la  gran  peregrinación,  la  mañana  del  30  de  mayo. 
10,000  hombres  caminando  en  perfecto  orden  y  recogimiento,  en  medio 
de  cánticos  y  rezos,  la  gran  distancia  de  15  kilómetros  que  median  des- 
de la  Basílica  de  María  Auxiliadora  hasta  el  Morro  del  Solar  en  Cho- 
rrillos para  depositar  allí  a  los  pies  de  la  Virgen  la  delicada  flor  de  su 
penitencia  y  su  amor .  Acto  único  sin  precedentes  entre  nosotros . 

Siguió  después  la  hermosa  y  triunfal  Procesión  cucarística  del  Cor- 
pus Christi,  resultando  al  final  de  ella  pequeña  la  Plaza  de  Armas  de 
nuestra  ciudad  para  contener  la  gran  multitud  que  acudió  allí  para  re- 
cibir la  bendición  de  Jesús  Sacramentado. 

Los  escolares  han  tenido  la  gran  preparación  del  Concurso  Cate- 
quístico interescolar,  tomando  parte  en  él  más  de  130,000  estudiantes; 
certamen  perfectamente  organizado  y  que  fue  oficializado  por  el  Mi- 
nisterio de  Educación  Pública,  único  en  su  género  que  se  haya  reali- 
zado en  América  y  que  ha  dado  resultados  altamente  halagadores.  Co- 
mo afirmación  del  hogar  cristiano,  hubo  una  gran  concentración  fa- 
miliar en  el  Parque  de  la  Unidad  Vecinal  de  Fátima,  acto  que  resul- 
tó brillante  y  conmovedor. 

Las  diversas  Provincias  de  la  Arquidiócesis  han  sido  recorridas  por 
más  de  100  sacerdotes,  misioneros  de  diferentes  órdenes  y  congrega- 
ciones religiosas,  quienes,  colaborando  con  los  respectivos  párrocos,  han 
'levado  hasta  los  rincones  más  apartados  e  inaccesibles,  juntamente  con 
consuelo  de  los  sacramentos  y  el  estímulo  de  la  palabra  divina,  el 
Mensaje  de  nuestro  Congreso  Eucarístico  Mariano. 

Y  llegó  el  turno  de  la  preparación  espiritual  a  fondo  de  la  gran 
Lima,  para  lo  cual  se  organizó  la  Misión  General,  en  dos  etapas,  cada 
una  de  ellas  con  la  cooperación  de  140  sacerdotes  misioneros  dedica- 
dos exclusivamente  a  predicar  la  misión,  actuando  en  70  Centros  mi- 
sionales esparcidos  en  Lima,  Callao  y  Balnearios.  Esta  Misión  ha  lle- 
gado al  profundo  del  alma  de  los  fieles  de  la  Capital  en  todas  sus  cla- 
ses sociales  y  en  todas  sus  actividades,  en  todos  los  estados  y  en  todas 
las  condiciones,  habiéndose  obtenido  resultados  grandemente  satisfac- 
torios, que  han  sobrepujado  las  más  halagüeñas  espectativas .  Baste 
decir  que  ha  habido  Parroquia  donde  los  matrimonios  católicos  que  se 
han  realizado  han  superado  el  número  de  500  en  pocas  semanas.  Para 
muchísimas  almas  ha  brillado  de  nuevo  la  luz  de  la  fe  práctica  y  han 
encontrado  el  camino  del  perdón  y  la  gracia,  de  la  paz  y  alegría  espi- 
ritual . 

La  Gran  Misión  General  de  Lima,  Callao  y  Balnearios,  por  prime- 
ra vez  realizada  en  nuestra  Patria  en  tan  vastas  proporciones,  ha  re- 


¡o 


movido  de  tal  manera  el  ambiente  espiritual,  que  bien  puede  afirmarse 
que  el  Congreso  Eucarístico  y  Mariano,  que  hoy  se  inaugura,  tiene  en 
ella  su  más  sólido  fundamento  de  preparación  espiritual  y  que  ella  es 
un  índice  de  las  proporciones  que  tomarán  las  grandes  jornadas  que 
hoy  se  inician. 

Siguiendo  el  plan  trazado  por  la  Junta  Organizadora  del  Congre- 
so, en  el  mes  de  noviembre  se  ha  continuado  la  preparación  espiritual 
con  la  colaboración  de  distinguidos  oradores  sagrados  y  conferencistas 
laicos,  algunos  de  ellos  invitados  especialmente  del  extranjero,  dando 
apropiado  marco  la  realización  de  diversas  Exposiciones,  que  han  re- 
lievado  el  arte  religioso,  la  actividad  misional  y  el  pensamiento  cató- 
lico escrito.  Merece  también  desíacíirsc  el  Festival  de  Cine  Católico  In- 
ternacional, efectuado  por  primera  vez  en  Sudamérica. 

Siendo  el  Congreso  Nacional,  la  preparación  se  ha  extendido  a  to- 
da la  República,  y  en  las  diversas  jurisdicciones  eclesiásticas  bajo  la 
iniciativa  y  la  autoridad  de  los  respectivos  Excmos.  Sres.  Prelados,  se 
han  llevado  también  a  efecto  diversas  misiones  y  actos  que  han  pre- 
parado a  los  fieles  de  todo  el  territorio  nacional  al  gran  evento  que  hoy 
nos  congrega. 

La  preparación  ha  sido,  pues,  diligente  y  adecuada.  El  Congreso 
planeado,  de  grandes  proporciones  espirituales.  Es  por  eso  que  el  San- 
to Padre,  sabiendo  la  importancia  del  Congreso,  teniendo  en  cuenta  la 
prestancia  de  la  Iglesia  en  nuestra  Patria  y  los  sentimientos  profunda- 
mente católicos  de  toda  la  Nación,  se  ha  dignado  enviarnos  un  repre- 
sentante personal  suyo  desde  la  lejana  y  amada  Ciudad  Eterna.  El 
Perú  entero  agradece  profundamente  esta  distinción  y  benevolencia,  re- 
novándole su  indeclinable  acatamiento  y  homenaje  de  amor  y  venera- 
ción, rogando  al  mismo  tiempo  en  la  forma  más  viva  y  fervorosa,  para 
que  el  Altisimo  lo  alivie  y  restablezca  cuanto  antes  de  la  grave  enfer- 
medad que  lo  ha  postrado  últimamente  produciendo  la  más  grande  in- 
quietud, no  sólo  dentro  de  la  Iglesia  Católica,  sino  en  el  mundo  todo, 
sin  distinción  alguna,  ya  que  la  augusta  figura  de  Su  Santidad  Pío  XII 
pertenece  por  mil  títulos  a  la  humanidad  entera. 

Saludamos,  pues,  con  filial  alborozo  el  Emmo.  Sr.  Federico  Carde- 
nal Tedeschini,  Legado  Pontificio  "a  láterc"  para  nuestro  Congreso,  a 
quien  mañana  lo  tendremos  entre  nosotros  y  a  quien  Lima  y  el  Perú 
se  aprestan  a  recibirlo  triunfalmente .  Por  la  augusta  representación  que 
trae,  por  sus  virtudes  personales,  por  la  brillante  trayectoria  de  su  vi- 
da, puesta  por  completo  al  servicio  de  Dios  y  de  la  Iglesia,  el  Perú  ca- 
tólico se  siente  honrado  sobremanera  y  formula  por  el  Legado  de  Su 


CRÓNICA  Y  IXJCUMENTOS 


11 


Santidad  los  mejores  votos  de  ventura  y  bienestar  personal,  agradecien- 
do profundamente  se  haya  dignado  aceptar  la  misión  encomendada  en- 
tre nosotros. 

Saludamos  también,  en  la  forma  más  cordial  a  los  Excmos.  Seño- 
res Prelados  que  han  venido  de  diversas  naciones  de  Europa  y  de  Amé- 
rica, trayéndonos  un  mensaje  de  simbólica  y  fraterna  unión,  que  nos- 
oíros  agradecemos  y  apreciamos  sobremanera.  A  cHos,  a  los  Excelen- 
tísimos Señores  Prelados  del  País  y  a  todas  las  Peregrinaciones  ve- 
nidas de  naciones  hermanas,  o  de  diversas  Provincias  del  Perú,  para 
participar  del  Congreso,  les  damos  la  bienvenida  y  les  deseamos,  junto 
con  una  feliz  permanencia  entre  no.'^otros,  las  gracias  y  dones  del  Cielo. 

Las  grandes  jornadas  quedan  abiertas.  El  Altar  del  Campo  Eu- 
carístico  será  el  altar  de  la  Patria,  donde  los  niños,  las  fuerzas  arma- 
das, las  mujeres  y  los  hombres  en  genera!  vendrán  a  cumplir  con  el  .sa- 
grado deber  de  testimoniar  solemnemente  a  Jesús  Sacramentado  el  tri- 
buto de  su  amor  y  su  adoración .  Aquí  también  la  Virgen  María  abri- 
rá su  corazón,  para  que  sea  depositada  en  él  la  ofrenda  filial  de  la  Con- 
sagración del  Perú,  que  quiere  así  quedar  eternamente  ligado  a  ella. 

Que  Jesús  Sacramentado,  por  la  intercesión  de  la  Virgen  María 
y  de  nuestros  Santos  peruanos  Rosa  de  Santa  María,  Toribio  de  Mo- 
grovejo,  Francisco  Solano  y  los  Beatos  Martín  de  Porres  y  Juan  Ma- 
sías, bendiga  ampliamente  el  Congreso  y  bendiga  a  nuestra  Patria,  para 
que  la  claridad  y  la  paz  de  la  fe  vivida,  la  felicidad  y  la  dicha  del  de- 
ber cumplido,  el  bienestar  y  la  prosperidad,  frutos  de  la  moralidad  y 
el  trabajo,  sean  por  siempre  la  preciada  herencia  de!  Perú. 

• 

Discurso  del  Señor  Doctor  Félix  Navarro  Ir- 
vine. 

Para  los  que  saben  que  la  Iglesia  Católica  no  es  sólo  una  agrupación 
de  jerarcas,  ni  una  mera  organización  de  religiosos  y  clérigos,  sino  que 
es  un  organismo  viviente  formado  por  todos  lo.s  individuos  creyentes, 
o  sea  por  el  mismo  pueblo  católico,  no  puede  extrañar  que  en  este  tras- 
cendente acto  inaugural  del  V  Congreso  Eucarísíico  Nacional  y  Mariano, 
haciendo  un  paréntesis  a  los  actos  piadosos  y  religiosos,  se  deje  oír  la 
voz  de  una  laico  y  de  un  laico  que  no  tiene  ninguna  categoría  oficial 
que  le  dé  significación  particular,  .sino  que  es  uno  de  los  tantos  que  for- 


12 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


man  esta  asamblea  de  fieles,  uno  cualquiera  de  sus  numerosos  miembros, 
ni  teólogo,  ni  filósofo,  ni  señeramente  virtuoso,  sólo  uno  de  los  que  cuo- 
tidianamente desenvuelven  su  vida  en  el  trabajo,  sirviendo  al  bien  común. 

Pero  es  precisamente  porque  mi  persona  se  confunde  con  los  milla- 
res de  católicos  congregados  en  este  campo,  que  mi  palabra  se  levanta 
y  hace  presente  para  que  sea  escuchada  como  la  palabra  del  pueblo 
peruano,  de  ese  pueblo  que  consciente  de  su  destino  es  el  elemento  fun- 
damental y  permanente  de  la  nación,  que  es  el  depositario  de  nuestras  tra- 
diciones patrias,  que  es  quien  con  sus  sentimientos  y  sus  ideas  forma  la 
verdadera  opinión  pública.  Resulto  así  no  el  intérprete,  para  lo  que  ca- 
rezco de  títulos,  sino  el  exteriorizador  de  una  voz  que  es  la  voz  sencilla 
pero  sincera,  simple  pero  auténtica,  de  la  mayoría  católica  del  Perú, 
fortificada  por  obra  de  las  misiones  y  campañas  desarrolladas  en  este 
año  Mariano,  que  en  estos  momentos  quiero  afirmar,  ante  las  ilustres 
personalidades  extranjeras  y  peruanas  que  nos  escuchan,  no  exactamente 
su  íntima  devoción  e  indeclinable  amor  a  Cristo-Dios,  que  para  eso  están 
los  ejercicios  de  culto  y  los  himnos  y  oraciones  que  aquí  mismo  entona- 
remos al  unísono,  sino  su  decidida  voluntad  de  proclamar  y  poner  en  evi- 
dencia sus  aspiraciones  para  que  en  el  Perú  no  se  descristianice  la  so- 
ciedad, ni  se  olvide  el  mensaje  del  Salvador,  y  diciéndolo  con  palabras 
más  densas  para  que  nuestra  civilización  sea  una  civilización  católica  de 
la  que  su  Iglesia  vuelva  a  ser  alma  inspiradora  e  informadora. 

Pocos  países  como  el  nuestro  pueden  exhibir  en  América  una  tra- 
dición católica  más  antigua  y  más  gloriosa,  calificada  como  el  cimiento 
más  sólido  e  inconfundible  de  nuestra  legítima  nacionalidad,  en  lo  que 
no  se  ha  estado  exagerado,  ya  que  ni  por  la  fusión  y  mezcla  de  nuestras 
diferentes  razas,  ni  por  la  aproximación  de  nuestras  costumbres,  llega- 
remos a  alcanzar  una  verdadera  cohesión  nacional.  Hace  falta  la  pro- 
funda unidad  de  nuestras  creencias  y  fines,  el  juzgarnos  todos  hijos  del 
mismo  Padre  y  regenerados  por  un  sacramento  común  viendo  sobre 
nuestras  cabezas,  sea  en  las  alturas  de  las  sierras  o  en  los  llanos  de  la 
costa  y  montaña,  la  protección  de  un  mismo  Dios.  Sin  sentir  cada  día 
esa  misma  protección  sobre  nuestros  hijos,  nuestros  hogares  y  nuestros 
centros  de  trabajo;  sin  creer  que  este  mismo  favor  del  cielo  que  vierte  el 
te.soro  de  la  luz  y  de  la  lluvia  sobre  nuestros  campos  bendice  también  el 
lazo  jurídico  que  cada  cual  establece  con  su  prójimo  y  consagra  con  el 
óleo  de  justicia  la  potestad  que  unos  a  otros  nos  delegamos  para  bien 
de  la  comunidad,  nunca  seremos  un  pueblo  grande  y  unido,  capaz  de 
arrojarnos  con  ré  y  alientos  al  torrente  de  los  siglos.  Sólo  por  la  adhe- 
sión completa  a  nuestra  religión  unitaria  ganaremos  cada  uno  seguridad 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


13 


propia  y  todos  juntos  conciencia  de  nuestro  común  destino,  impulsando 
que  corra  la  savia  de  la  vida  hasta  los  más  pobres  estratos  y  las  últimas 
ramas  del  tronco  social. 

Querer  prescindir  al  juzgar  a  los  peruanos,  al  orientarlos  y  dirigir 
sus  destinos  de  la  presencia  activa  y  de  la  acción  constante  y  laboriosa 
del  catolicismo,  sería  partir  de  un  absurdo,  ponerse  deliberadamente  en 
la  situación  de  no  comprender  ya  nada,  renegando  de  hechos  históricos 
sustantivos  y  primordiales.  La  realidad  concreta  de  nuestra  experiencia 
histórica  de  los  últimos  cuatro  siglos  se  define  por  la  adhesión  irrevoca- 
ble del  pueblo  a  su  fé  religiosa.  Es  por  eso  una  obligación  fundamental 
de  todo  el  que  tiene  autoridad  legal  o  moral  robustecer  y  atesorar  nues- 
tra genuina  tradición  católica  y  no  solamente  para  repetirla  sino  para 
continuarla,  no  únicamente  para  representarla  en  oficios  y  ceremonias, 
sin  o  para  renovarla,  para  hacerla  más  adherente  a  nuestros  actuales  pro- 
blemas y  necesidades,  con  su  plenitud  y  esencia  inmutables. 

Adquiramos  el  convencimiento  de  que  la  verdad  de  nuestra  Igle- 
sia, precisamente  por  ser  la  Verdad,  ofrece  la  posibilidad  de  satisfacer 
íntegramente  las  exigencias  humanas  en  todos  los  tiempos  y  lugares  que 
sólo  el  catolicismo  puede  lograr  una  civilización  auténtica,  que  no  sea 
oropel  del  espíritu  ni  fútil  curiosidad  de  la  razón,  sino  capital  espiri- 
tual, esto  es  riqueza  productora  de  otra  riqueza,  salud  y  salvación  del 
alma.  Solamente  él,  en  nombre  de  la  civilización  y  del  destino  eterno 
de  la  naturaleza  humana,  restituye  el  hombre  a  Dios  "lo  hace  libre  en 
la  Verdad  de  Cristo",  le  devuelve  su  dignidad  de  creatura  espiritual, 
le  señala  y  conduce  al  inmenso  e  insubstituible  canal  a  través  del  cual 
en  todos  los  tiempos  ha  pasado  el  agua  viva  de  la  fe.  Es  la  Iglesia  la 
que  nos  enseña  que  hay  deberes  de  justicia  y  de  caridad  para  con  nos- 
otros mismos  y  para  con  el  prójimo;  que  tenemos  instituciones  sociales 
que  salvaguardar,  derechos  naturales  humanos  que  defender  y  que  unos 
y  otros  nos  obligan  ante  el  mismo  Dios;  y  que  en  ninguna  de  estas  exi- 
gencias ni  en  todas  juntas  se  agota  la  humana  perfectibilidad,  cuyo 
cumplimiento  trasciende  a  la  esfera  de  las  virtudes  sobrenaturales.  Es 
también  nuestra  Iglesia  la  que  pone  en  movimiento  el  freno  moderador 
cuando  el  llamado  progreso  amenaza  implacable  con  aplastar  al  mismo 
hombre  que  se  propone  liberar,  dando  frecuentes  pruebas  de  ser  la  úni- 
ca institución  firmísima,  arraigada  hace  veinte  siglos  por  encima  y  fue- 
ra de  los  imperialismos,  de  los  nacionalismos  y  de  los  partidos;  la  úni- 
ca capaz  de  asegurar,  cuando  nos  arrolla  el  huracán,  los  socorros  mate- 
riales y  espirituales  más  urgentes,  que  nos  sirven  de  tabla  de  salvación 
y  de  cohesión  en  medio  de  la  inundante  anarquía  social. 


V  CONGRESO  EUCARiSTlCO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Profundo  error  padecen  quienes  piensan  que  el  hombre  puede  bas- 
tarse a  sí  mismo  y  que  cabe  fecundar  la  civilización  con  un  cristianis- 
mo sin  trascendencia,  sin  sobrenaturaleza,  desprendido  de  la  enseñanza 
de  la  Iglesia,  con  una  doctrina  que  desplaza  el  polo  de  la  vida  del  cie- 
lo a  la  tierra:  religión  laica  y  puramente  racional  que  hace  a  los  hom- 
bres autosuficientes  y  libres  en  el  uso  de  su  razón  y  de  su  incondicio- 
nada  voluntad.  Este  cristianismo  meramente  cultural  y  social,  sin  Dios, 
sin  Cristo  y  sin  Iglesia,  está  llamado  a  corromperse  pues  queda  fuera 
de  su  legítima  raíz  y  sustentación  eterna.  Prevengámonos  contra  los 
que  vana  e  ilusoriamente  sostienen  que  el  hombre  por  medio  de  su  auto- 
suficiencia puede  ser  conquistado  para  el  mundo  del  espíritu,  de  la  ver- 
dad del  bien.  Los  que  creen  bastarse  a  sí  mism.os,  desprendidos  de  to- 
da dependencia  de  Dios  y  de  sus  leyes,  ni  siquiera  conquistan  su  pro- 
pia naturaleza,  no  podrán  mantenerse  al  nivel  del  espíritu,  sino  que  con- 
vertidos en  dueños  árbitros,  déspotas  de  sí  y  de  su  mundo,  decaen  in- 
venciblemente en  la  violencia,  en  la  barbarie  y  en  la  materia  y  sus  obras 
se  convierten  en  instrumentos  de  opresión,  de  ferocidad,  y  de  embrute- 
cimiento . 

Aprovechamos  de  esta  ocasión  para  sacar  a  la  luz  del  din  nues- 
tra condición  de  católicos  confiados  en  que  la  Iglesia  nos  da  la  justa 
concepción  de  un  humanismo  digno  de  este  nombre,  que  no  es  renun- 
cia a  la  vida  sino  enriquecimiento  de  ella,  que  no  es  deserción  del  pues- 
to que  nuestro  deber  nos  señala,  ni  evasión  de  la  vida  de  nuestro  tiem- 
po, sino  acción  en  todos  los  campos  con  espíritu  de  fraternidad  susten- 
tado en  una  común  paternidad  divina  y  con  caridad  inspirada  en  la 
Cruz  eterna.  Afirmemos  nuestra  convicción  de  que  el  respeto  a  un  có- 
digo moral  inalterable,  el  culto  al  Creador,  a  la  fe  y  a  la  caridad  cons- 
tituyen factores  indispensables  de  la  recta  vida  del  hombre  en  la  tie- 
rra y  forman  el  principio  activo  que  asegura  un  medio  idóneo  para  la 
justicia  social,  que  entendemos  como  una  justicia  verdadera,  una  m.a- 
ncra  de  ser  justo,  es  decir,  como  la  virtud  de  la  justicia  rigiendo  la 
conducta  de  los  hombres  con  sus  semejantes  y  de  los  gobernantes  con 
sus  gobernados. 

Si  estas  son  las  convicciones  de  los  católicos  que  forman  la  ma- 
yoría del  pueblo  peruano  debemos  reconocerle  su  sacrosanto  derecho 
o  que  ningún  laicismo,  ninguna  ideoiogía  le  ponga  obstáculos  y  difi- 
cultades y  que,  por  lo  contrario,  respetándose  su  auténtica  voluntad  de 
libre  profesión  de  su  fe,  patentizada  en  la  Carta  Constitucional  cuan- 
do obliga  al  Estado  a  darle  su  protección,  se  orienten  las  leyes  y  actos 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


15 


de  la  autoridad  en  el  sentido  de  permitir  a  la  Iglesia  que  salve  y  des- 
envuelva sus  valores  religiosos,  morales  y  culturales. 

En  la  defensa  de  ese  derecho  no  admitimos  pactar  compromisos  ni 
aceptar  tácticas  políticas,  es  una  cuestión  para  nosotros  de  claridad,  de 
valor  y  de  sinceridad.  Ante  cualquier  ataque  que  hiera  su  conciencia 
individual,  familiar  o  social  ningún  católico  debe  permanecer  neutral  por- 
que la  neutralidad  en  las  decisiones  que  se  refieren  a  la  esencia  misma 
de  la  vida  espiritual  es  siempre  una  traición . 

Pero  todo  esto  no  basta.  La  misión  del  católico  en  la  hora  presen- 
te no  es  sólo  defenderse,  no  se  agota  en  la  resistencia  al  ataque  de  los 
adversarios,  es  necesario  orientar,  informar  y  conquistar  para  que  los 
bellos  principios  de  nuestra  doctrina  se  impongan  en  el  ambiente  y 
para  que  la  sociedad  peruana  éel  futuro  sea  una  sociedad  integralmen- 
te cristiana.  El  pueblo  católico  quiere  que  las  jornadas  de  este  Con- 
greso sean  la  alborada  de  un  mañana  en  que  el  amor  de  Cristo,  con  to- 
das sus  consecuencias  morales,  políticas  y  económicas,  venza  a  las  fuer- 
zas paganas  y  materialistas  que  pretenden  dominar  nuestras  institucio- 
nes. Para  lograrlo  no  podemos  conformarnos  a  vivir  entre  las  ruinas 
morales  y  sociales  que  son  el  resultado  de  esas  fuerzas  que  operan  exal- 
tando extremadamente  la  voluntad  del  poderío  y  la  idolatría  de  los  in- 
tereses materiahstas .  Vivir  en  esas  condiciones  es  sólo  vegetar  y  lo 
que  necesitamos  es  ganar  a  los  demás  a  nuestra  doctrina,  conquistar 
para  los  católicos  el  derecho  a  no  pertenecer  simplemente  al  número  de 
los  tolerados,  como  se  ha  osado  decir,  sino  de  ser  el  rostro  auténtico 
de  la  vida  pública. 

Si  en  tiempos  pasados  la  Iglesia  convirtió  continentes  enteros  a  la 
cristiandad,  si  con  sólo  el  amor  de  Dios  abatió  civilizaciones  paganas 
milenarias,  nada  puede  impedirnos  hoy  día  que  con  fervor  y  tesón  re- 
conquistemos el  terreno  perdido,  pongamos  diques  a  la  disgregación  y 
hagamos  de  nuestra  querida  patria  una  gran  nación  cristiana  en  la  que 
el  catolicismo  sea  el  alma  de  todas  sus  instituciones  y  de  sus  múltiples 
manifestaciones  externas  e  internas. 

Para  esta  batalla  necesitamos  no  sólo  sacerdotes  de  temple  pauli- 
no, valerosos,  benignos,  probos,  de  costumbres  puras,  sino  que  uno  por 
uno  de  todos  los  que  estamos  en  vivo  y  constante  contacto  con  los  hom- 
bres sacudamos  la  tendencia  a  la  abulia  y  la  pasividad,  para  luchar 
juntos,  cada  cual  en  su  ambiente,  con  verdadero  espíritu  cristino,  despo- 
jados de  arcaísmos  sociales  y  culturales,  sin  faltar  a  nuestra  rigurosa 
ortodoxia,  pero  en  una  acción  penetrante  que  nos  acerque  al  mundo  mo- 
derno y  permita  mostrarle  nuestra  doctrina  que  por  ser  la  única  ver- 


16 


dadera  es  también  la  única  que,  pese  a  todas  las  conmociones  sociales 
y  políticas,  reflorece  con  eterna  juventud. 

El  triunfo  será  nuestro  si  cumplimos  una  sola  pero  fundamental  con- 
dición: aprestarnos  a  seguir  una  concepción  integral  y  completa  del  ca- 
tolicismo, viviéndolo  espiritualmente  además  de  practicarlo  exteriormen- 
te,  de  ideas  y  no  de  palabras,  de  acción  y  no  de  propósitos,  dinámico 
y  no  mecánico,  que  sea  potencia  de  amor,  misticismo  creador  de  obras, 
encarnación  de  valores  cristianos,  para  que  éstos  se  presenten  no  sólo 
como  ideas  racionalistas,  sino  que  vistan  carne,  huesos  y  nervios. 

Esto  es  lo  que  a  su  vez  espera  la  Iglesia  de  sus  fieles  como  resul- 
tado del  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano,  que  confesan- 
do sus  amarguras  y  sus  culpas  dejen  de  ser  católicos  tibios  y  retraídos: 
y  esto  es  lo  que  debemos  prometerle  para  ser  consecuentes  con  su  doc- 
trina. "No  son  los  que  dicen  ¡Señor!  ¡Señor!  quienes  entrarán  en  el 
reino  de  los  Cielos,  sino  los  que  hacen  la  voluntad  de  mi  Padre"  tuvo 
la  precaución  de  advertirnos  el  mismo  Cristo.  Acabemos  con  el  con- 
cepto de  considerar  nuestro  credo  como  una  de  las  tantas  comodidades 
que  nos  hacen  grata  la  vida  y  casi  como  una  póliza  de  seguro  contra 
la  ultratumba.  Precisamente  lo  que  quiso  nuestro  recordado  Cardenal 
al  organizar  este  Congreso,  lo  que  ha  perseguido  la  Jerarquía,  es  que  no 
nos  quedemos  satisfechos  con  los  símbolos  sensibles  de  los  ejercicios  de 
culto  que  se  desarrollarán  en  estas  jornadas,  por  extraordinarios  que 
sean,  sino  que  penetremos  en  .su  contenido,  preocupándonos  de  las  rea- 
lidades divinas  subyacentes  que  han  de  forjar  nuestro  carácter  de  ver- 
daderos cristianos.  Que  no  nos  baste  ostentar  como  ornamento  deco- 
rativo los  valores  morales  y  religiosos  en  la  casa  o  en  la  iglesia,  sino 
que  nos  persuadamos  que  todo  católico  debe  dar  testimonio  de  Dios 
como  Cristo  dió  testimonio  del  Padre  y  que  para  ello  por  lo  menos  una 
vez  en  la  vida  debe  sentirse  encendido  de  luz  de  fe  y  de  fuego  de  ca- 
ridad para  quemar  las  larvas  de  los  ídolos  que  el  perenne  paganismo 
de  la  Humanidad  fabrica  en  todas  las  épocas.  De  este  catolicismo  que 
sepa  encontrar  en  los  actos  litúrgicos  y  piadosos  la  manera  de  some- 
terse al  deber  y  la  voluntad  de  Dios  y  el  ansia  profunda  de  justicia 
inherente  a  la  naturaleza  humana,  siente  el  pueblo  peruano  e.xtrema  pe- 
nuria y  también  extrema  necesidad. 

El  día  que  se  opere  ese  cambio  fundamental  en  la  vida  de  la  ma- 
yoría de  los  católicos,  que  el  hombre  sienta  que  su  religión  no  se  li- 
mita a  un  sistema  de  creencias  teológicas  y  de  prácticas  rituales  que 
pueden  separar.se  del  plano  de  la  conducta  humana,  sino  que  es  una 
forma  de  vida,  que  debe  respetarse  en  el  pensamiento  y  en  la  acción  y 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


17 


por  eso  abarca  la  totalidad  del  hombre,  en  todos  sus  esfuerzos,  proble- 
mas y  disciplinas,  ese  día  sin  que  el  catolicismo  sea  directamente  un 
sistema  sociológico,  mucho  se  habrá  ganado  para  el  mejoramiento  del 
mundo .  No  otra  deducción  cabe  sacar  de  la  observancia  de  los  dos 
grandes  mandamientos  del  cristianismo:  "Amarás  al  Señor  tu  Dios  con 
todo  tu  corazón,  con  toda  tu  alma  y  con  toda  tu  mente  y  con  todas  tus 
fuerzas"  y  "Amarás  a  tu  prójimo  como  a  tí  mismo",  dos  mandamien- 
tos que  dentro  de  la  concepción  doctrinaria  forman  una  sola  unidad  de 
observancia  absoluta,  ya  que  no  hay  ningún  derecho,  necesidad  o  de- 
ber humano  que  justifique  desobedecerlos.  La  comunidad  cristiana  será 
el  corolario  obligatorio  cuando  los  hombres  se  decidan  a  romper  el  fal- 
so dualismo  entre  lo  espiritual  y  lo  material,  cuando  rechacen  en  su  vi- 
da mundana  todo  lo  que  sea  incompatible  con  los  preceptos  de  la  ca- 
ridad o  de  la  moral,  cuando  condenen  todo  sistema  de  explotación,  sea 
estatal,  sea  capitalista,  sea  sindicalista,  en  fin,  cuando  denuncien  como 
contrario  a  la  dignidad  humana  cualquier  condición  social  inicua  o  de- 
gradante y  al  mismo  tiempo  se  apresten  con  decisión  a  hacerla  desa- 
parecer . 

En  este  imponente  acto  inaugural  los  laicos  peruanos  afirman  con 
fuerte  optimismo  que  este  Congreso  contribuirá  que  el  catolicismo  se 
tonifique  en  el  Perú,  como  natural  resultado  de  los  afanes  de  sus  or- 
ganizadores hábilmente  presididos  por  nuestro  querido  Arzobispo  Coad- 
jutor; de  las  intensas  prácticas  de  culto,  misiones,  ejercicios,  conferen- 
cias y  otros  actos  piadosos  que  han  iluminado  muchas  inteligencias  al 
demostrarles  que  el  hecho  de  vivir  en  cristiano  es  la  mejor  manera  de 
realizar  el  ideal  del  hombre  honrado,  actos  todos  en  los  que  nuestro  re- 
ducido clero  se  ha  multiplicado  dando  ejemplo  vivo  de  caridad  ardien- 
te y  ganando  con  su  misión  pastoral  muchos  espíritus  vacilantes;  como 
resultado  también  de  la  contribución  de  un  selecto  grupo  de  seglares 
que  han  contribuido  con  valiosas  energías  y  su  gran  corazón  a  inspi- 
rar elevados  ideales  de  altruismo  y  de  solidaridad;  y,  sobre  todo,  por- 
que fue  por  el  Congreso  que  nuestro  recordado  Cardenal  agotó  sus  úl- 
timas energías,  dedicándole  con  verdadero  celo,  gran  voluntad  de  sa- 
crificio y  alto  espíritu  sobrenatural  todos  sus  trabajos,  preocupaciones 
y  oraciones  hasta  su  postrer  aliento. 

Y  para  terminar  tengamos  una  actitud  de  vivo  reconocimiento  para 
todos  los  que  han  hecho  posible  la  realización  de  este  Congreso,  cuyos 
frutos  somos  nosotros  los  que  vamos  a  aprovechar;  y  hagamos  brotar 
del  interior  de  nuestros  corazones  una  plegaria  para  que  Dios,  nos  ayu- 
de a  ser  católicos  de  carácter  y  de  conciencia. 

Así  sea . 


^do^  de  ^ftcHuia 


..  .imagen  de  la  Santísima  Virgen,  considerada  como  una  de  las 
primeras  en  el  Perú,  e  imagen  de  Santa  Rosa  de  Lima,  también 
íuiiij  antigua,  que  presidieron  los  actos  del  Congreso .  .  . 


l  Excmo.  Vicario  Capitular  lee  el  Discurso 
e  Apertura.  " .  .  .El  Congreso  que  hoij  se  ini- 
a  unirá  más  y  más  a  la  gran  [amilia  peruana 
3n  los  lazos  de  la  comprensión  y  la  caridad..." 


Sr .  Dr.  Alejandro  Freundt  RosclL  Ministro 
de  lusficia  y  Culto.  "  .  .  .el  Perú,  fiel  a  su  tra- 
dición, prosterna  su  rodilla  ante  Jesús  Crucifi- 
cado, Dios  Omnipotente  y  ante  su  excelsa  Ma- 
dre la  Virgen  Santísima .  .  ." 


La  esposa  del  señor  Pre- 
sidente de  la  República, 
señora  Marta  Delgado  de 
Odria 


Dr.  Félix  Navarro  Irvine .  "  .  .  .Que  no  nos 
baste  ostentar  como  ornamento  decorativo 
los  valores  morales  y  religiosos  én  la  casa 
o  en  la  Iglesia,  sino  que  nos  persuadamos 
que  todo  católico  debe  dar  testimonio  dé 
Dios  como  Cristo  dio  testimonio  del  Padre 


Excmo.  Mons  .  Santiago  Hcrmoza  .  "...Dos 
cosas  son  necesarias  al  hombre  para  con- 
seguir su  eterno  destino:  el  amor  a  Maria 
Santisima  tj  a  Jesús  óa:rcf..cntado .  .  .  " 


Dr.  Alberto  V/agncr  de  Retina.  " .  .  .En  el 
sacerdocio  se  cumple  en  la  forma  más  per- 
fecta 1/  elevada  la  misión  de  toda  criatura, 
que  es  ser  para  Dios,  entregarse  c 
rif icario   serví,  lo.  .  .  " 


Ll.  glo- 


.el  Enuncnú:..no  Sr .  Cardenal  Lc.ado^  snlc  del  P.^^,o  Je  Go/.crno 
/nccyo  de  rrc.entar  su  saludo  al  PresrderUe  de  la  Repuhlua... 


.el  Excmo .  Sr .  Presidente  de  la  República,  retorna  la  visita  al 
Eminentísimo  Sr .   Cardenal  Legado... 


.de  la  llcyad.í  del  Emmo .  Sr .  Cardenal  Legado.. 


MIERCOLES  8  DE  DICIEMBRE 


CONSAGRACION  DEL  PERU  A  LA  SANTISIMA  VIRGEN 

MARIA 


DIA  DE  LA  NIÑEZ  Y  DE  LA  JUVENTUD 

INTENaON: 

Por  las  Vocaciones  Sacerdotales. 

CAMPO  EUCARISTICÓ 

.4  horas  8.00  a.  m. 

Concentración  de  los  niños. 

A  horas  8 .30  a.m . 

El  Excmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Daniel  Figueroa  Villón,  Obispo  de 
Huancayo,  oficiará  la  Santa  Misa  y  pronunciará  la  alocución. 

Un  joven  alumno  de  5"  año  de  instrucción  secundaria,  hablará 
en  nombre  de  los  estudiantes. 

Una  niña,  alumna  de  instrucción  primaria,  leerá  la  ofrenda  a 
la  Santísima  Virgen  María. 

Cantos. — Ave  María  de  Lourdes  -  -  Coro  y  Banda. 

María,  Tú  Eres  mi  Madre  —  Coro  y  Banda. 

Domine  nou  sum  dignus  —  Victoria  — ■  Motete  a  4  voces  mi.x- 
tas  por  el  Coro  Polifónico. 

¡Oh  Buen  Jesús,  yo  creo  firmemente  — •  Coro  general  y  Banda. 
Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales. 


20 


RECIBIMIENTO  AL  EMMO.  SR.  CARDENAL  LEGADO 

A  horas  10.30  a.m. 

Llegada  al  Callao.  Salvas  de  estilo  al  ingresar  al  puerto  la 
nave  cardenalicia.- — En  el  Terminal  se  le  rendirá  honores  mi- 
litares especiales.  Aguardarán  al  Eminentísimo  Señor  Carde- 
nal Legado,  Altas  Autoridades  Nacionales,  el  Nuncio  Apostó- 
lico, Arzobispo  Coadjutor  de  Lima  y  Dignidades  Eclesiásticas. 

El  Ministro  de  Relaciones  Exteriores  invitará  al  Eminentísi- 
mo Señor  Cardenal  Legado,  a  tomar  asiento  en  su  automó- 
vil, iniciándose  el  desfile  a  la  ciudad  de  Lima. 

Honores  Militares 

A  horas  11 .45  a.m. 

Llegada  a  la  Santa  Iglesia  Catedral. 

El  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Sr.  }uan  Landázuri  Ricketts. 
Arzobispo  Coadjutor,  con  capa  pruvial  y  mitra.  Excelentísimos 
Señores  Arzobispos,  Obispos,  Cabildo  Metropolitano  y  Cle- 
ro recibirán  al  Eminentísiino  Sr.  Cardenal  Legado,  quien  in- 
gresará bajo  palio  dirigiéndose  al  altar  del  Santísimo. 

Himno  Pontificio. 

Tu  es  Petras. —  Ravanello. 

Veni  Creator,  entonado  por  el  Excelentísimo  y  Reverendísimo 
Sr.  Arzobispo  Coadjutor  de  Lima. 

Lectura  del  Breve  Pjntificio. 

Saludo  del  Excelentísimo  Sr.  Arzobispo  Coadjutor  de  Lima. 

Oremus  Pro  Poiití[ice. — Chlondowsky . 

Discurso  del  Eminentísimo  Sr.  Cardenal  Legado. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos . 

Ecce  Sacerdos  Magnas. 

A  horas  12.30  p.m. 

El  Eminentísimo  Sr.  Cardenal  Legado,  visitará  al  Presidente 
de  la  República.  Sr.  Manuel  A.  Odría,  en  el  Palacio  de  Go- 
bierno. 

Tarde 

A  horas  4 .00  p  .m  . 

El  Sr.  Presidente  de  la  República  retornará  la  visita  del  Emi- 
nentísimo Sr.  Cardenal  Legado. 

Residencia  Cardenalicia 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


21 


A  horas  5.00  p.m. 

Saludo  al  Eminentísimo  Sr.  Cardenal  Legado  de  los  Excelen- 
tísimos Señores  Jefes  de  las  Misiones  Diplomáticas  acredita- 
das en  el  Perú . 

Residencia  Cardenalicia 

A  horas  5.15  p.m. 

Saludo  al  Eminentís¡p;o  Sr.  Cardenal  Legado  de  los  Eminen- 
tísimos y  Reverendísimos  Señores  Cardenales,  Excelentísimos 
Señores  Arzobispos  y  Obispos  visitantes  y  del  Episcopado  Pe- 
ruano. 

Residencia  Cardenalicia 


CAMPO  EUCARISTICO 


A  hoyas  6 .30  p.m. 

Angelus . 

Llegada  al  Campo  Eucarístico  del  Emmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Fe- 
derico Cardenal  Tedeschini,  Legado  Pontificio. 

Sacerdos  et  Pontifex  —  A.  Blond  —  Motete  a  4  voces  mixtas 
por  el  Coro  Polifónico. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucaristicos . 

Saludo  de  las  Delegaciones  Extranjeras. 

Ave  María  de  Fátima .  Popular  —  Coro  general  y  Banda . 

Entrega  de  los  premios  del  Concurso  Interescolar  de  religión. 

"La  Vocación  Sacerdotal",  discurso  del  Sr.  Dr.  Alberto  Wag- 
ner  de  Reyna. 

Aprendet  Ríos  y  Fuentes  —  Antolisei  —  Canto  a  la  Virgen, 
a  4  voces  mixtas,  por  el  Coro  Polifónico. 

"La  Eucaristía  y  la  Santísima  Virgen  María",  discurso  del 
Excmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Santiago  Hermoza,  Arzobispo  del  Cusco. 

Exposición  del  Santísimo  Sacramento. 

Discurso  del  Sr.  Dr.  Don  Alejandro  Freundt  Rosell,  Ministro 
de  Justicia  y  Culto,  en  nombre  del  Gobierno  de  la  República. 


22 


O  Salutaris  Hostia,  Perosi  -  -  Coro  a  4  voces  mixtas. 

Tantum  Ergo  —  Pagella  —  Coro  a  4  voces  mixtas  por  el 
Coro  Polifónico. 

El  Emmo.  y  Rvdmo.  Sr.  Jaime  Cardenal  de  Barros  Cámara. 
Arzobispo  de  Rio  de  Janeiro,  impartirá  la  Bendición  con  el 
Santísimo  Sacramento. 


En  la  Capilla  dispuesta  bajo  el  Altar  del  Campo  Eucarístico  más 
de  250  copones,  algunos  de  gran  tamaño,  conteniendo  150,000  formas, 
se  hallan  colocados  sobre  la  amplia  mesa  del  altar.  Se  ha  cubierto  el 
césped  con  una  alfombra  roja.  Dos  armarios  antiguos  forrados  en  ra- 
so blanco  servirán  para  guardar  los  copones  con  las  hostias  consagra- 
das. A  la  derecha  de  la  Capilla,  en  la  rústica  sacristía,  ordenados  so- 
bre largas  mesas  se  pueden  contar  200  roquetes  con  sus  respectivas  es- 
tolas e  igual  número  de  platillos  y  palmatorias  que  serán  usados  al  re- 
partir la  Comunión .  Las  Rvdas .  Madres  Salesianas  y  las  Canonesas  de 
la  Cruz  han  sido  encargadas  de  la  atención  de  la  sacristía. 

A  las  7  a.m.  el  Rvdmo.  Canónigo  Magistral  José  Dammert  Belli- 
do, Asesor  de  la  Comisión  de  Ornamentos,  celebra  en  la  Capilla  el  San- 
to Sacrificio  de  la  Misa  y  consagra  las  150,000  hostias.  Poder  inexpli- 
cable del  sacerdote.  El  amor  de  Cristo  hace  el  milagro:  El  está  allí 
para  ser  entregado  a  los  120,000  niños  que  más  tarde  llenan  el  Campo 
Eucarístico  y  en  emocionante  ceremonia  reciben  al  Señor  Sacramen- 
tado. 

Las  Vocaciones  Sacerdotales  es  la  intención  señalada  para  ese  día 
y  la  oración  de  los  niños,  tan  grata  a  Dios,  implora  por  la  gran  ne- 
cesidad del  Perú:  numerosos  y  santos  sacerdotes. 

El  Prelado  celebrante,  Mons.  Figueroa  Villón  Obispo  de  Huan- 
cayo,  se  dirige  a  los  niños  y  en  conmovedoras  palabras  les  habla  de 
las  excelencias  del  Sacramento  Eucarístico,  de  la  protección  maternal 
de  la  Inmaculada  Virgen  María  y  de  las  dificultades  que  deberán  arros- 
tiar  para  conservarse  puros  en  medio  del  mundo. 

En  la  mañana  primaveral,  se  levantan  las  voces  de  los  niños  para 
renovar  las  promesas  del  bautismo  y  consagrarse  a  la  Santísima  Virgen. 

Finalizada  la  ceremonia  se  repartió  el  desayuno  seco  obsequiado 
por  el  Ministerio  de  Salud  Pública  y  con  la  misma  disciplina  y  orden 
observados  a  su  llegada,  guiados  por  la  Guardia  del  Congreso  se  re- 
tiraron los  niños. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


23 


La  movilización  de  los  120,000  escolares  períectamente  organizada, 
fué  cumplida  con  matemática  exactitud. 

A  la  misma  hora  se  daba  comienzo  en  las  calles  y  avenidas  del 
Callao  y  de  Lima,  a  la  interminable  ovación  que  había  de  repetirse, 
con  renovado  júbilo,  cuantas  veces  apareciera  en  público  el  Legado  Pa- 
pal. 

El  Emmo.  Cardenal  Federico  Tedeschini,  luego  de  recibir  en  nues- 
tro primer  puerto  el  saludo  de  las  Altas  Dignidades  Eclesiásticas  y  de 
las  Autoridades  Nacionales,  cumplida  la  primera  parte  del  Programa 
Oficial  hacia  su  entrada  a  la  ciudad. 

La  veneración  del  pueblo  peruano  por  el  Santo  Padre  se  concretó 
en  los  ardientes  y  continuos  vivas  que  escuchó  el  Legado  y  la  intensa 
preocupación  por  la  salud  del  Pontífice  hizo  brotar,  en  las  diversas  ce- 
remonias, preces  de  todo  el  pueblo  al  Altísimo.  La  singular  distinción, 
el  privilegio  entre  los  Congresos  Eucarísticos  simplemente  nacionales, 
de  recibir  como  Legado  a  un  Cardenal  tocó  las  fibras  más  íntimas  de 
todos  los  peruanos  que  lo  siguieron  siempre  con  clamorosas  ovaciones. 

Y,  asi,  ingresó  en  la  Catedral  rodeado  de  una  multitud  devota  y 
enardecida . 

El  Arzobispo  Coadjutor  y  Vicario  Capitular  entonó  el  Veni  Creator. 
La  lectura  del  Breve  Pontificio  fue  seguida  de  impresionantes  acla- 
maciones. 

Luego,  en  medio  de  un  profundo  y  emocionado  silencio,  se  oyeron 
las  palabras  de  bienvenida  que  el  Cardenal  del  Perú  había  preparado 
para  saludar  al  Legado  Papal  y  que  el  Vicario  Capitular  leyó. 

Eminentísimo  Sr.  Cardenal  Legado  Pontificio: 

Las  palabras  de  bienvenida  que  voy  a  tener  el  alto  honor  de  diri- 
giros en  estos  momentos  fueron  escritas  con  grande  afecto  hacia  Vos  por 
nuestro  recordado  Pastor  el  Emmo.  Sr.  Cardenal  Juan  Gualberto  Gue- 
vara, Arzobispo  de  Lima  y  Primado  del  Perú,  quien,  a  pesar  de  la  gra- 
ve dolencia  que  le  aquejaba,  se  aprestaba  con  gran  ilusión  a  recibiros 
en  estas  solemnes  circunstancias.  El  está,  pues,  aquí  presente  y  a  tra- 
vés de  sus  palabras  podréis  apreciar  el  entrañable  amor  y  acatamiento 
que  sentía  en  su  alma  hacia  nuestro  Padre,  Su  Santidad  Pío  XH,  asi 
como  el  afecto  y  veneración  hacia  vuestra  ilustre  persona,  cuya  veni- 
da le  llenó  de  alegría  y  gratitud .  Su  discurso,  conservado  fielmente, 
dice  así: 


24 


Eminencia  Reverendísima: 

Desde  el  momento  en  que  comenzamos  a  organizar  los  preparati- 
vos para  celebrar  este  Quinto  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Maria- 
no, pusimos  los  ojos  en  Roma,  para  que  el  Santo  Padre  se  dignase  hon- 
rarlo, nombrando  como  Legado  Papal  a  uno  de  los  Eminentísimos  Pur- 
purados que  estuviera  íntimamente  ligado  con  la  Augusta  Persona  del 
Romano  Pontífice. 

De  modo  que  cuando  supimos  que  esa  Delegación  había  recaído 
en  la  ilustre  persona  de  Vuestra  Eminencia  Reverendísima,  nos  causó 
gratísima  impresión,  tanto  por  vuestras  brillantes  prendas  personales  co- 
mo por  saber  que  vuestra  persona  está  íntimamente  ligada  a  la  del  Su- 
mo Pontífice.  Sabíamos  también  que  antes  de  pertenecer  al  Sacro  Co- 
legio desempeñásteis  lucidamente  el  cargo  de  Nuncio  Apostólico  en  Es- 
paña, donde  dejásteis  muy  gratos  recuerdos.  Como  testigo  de  excep- 
ción puedo  certificar  de  ello,  pues  durante  el  Congreso  Eucarístico  In- 
ternacional celebrado  en  la  Ciudad  Condal  de  Barcelona,  tuve  ocasión 
de  escuchar  elogiosos  comentarios  de  vuestra  persona  y  de  admirar  vues- 
tra destacada  actuación  en  ese  evento  eucarístico.  En  cuanto  a  la  esti- 
ma que  os  profesa  el  Soberano  Pontífice,  sabemos  que  es  tanta  que 
alguna  vez  llegó  a  decir:  "el  que  ama  al  Papa  debe  amar  a  Mons. 
Tedeschini". 

Si  a  los  méritos  personales  vuestros  se  añade  que  traéis  a  nuestro 
Congreso  la  representación  más  alta  que  puede  ostentar  un  Prelado  ca- 
tólico como  es  la  de  Legado  Papal  "a  latcre",  ya  podéis  figuraros,  Emi- 
nentísimo Señor,  el  efecto  producido  en  nuestro  ánimo,  al  tener  noticia 
de  vuestro  nombramiento. 

He  dicho  que  una  de  nuestras  aspiraciones  era,  la  que  presidiera 
nuestro  Congreso  un  Purpurado  que  estuviese  íntimamente  ligado  con  la 
sagrada  persona  del  Papa,  porque  desde  la  instauración  de  la  Repúbli- 
ca, el  Perú  ha  mantenido  siempre  estrechos  vínculos  con  la  Santa  Se- 
de. Jamás  en  los  ciento  treinta  y  tres  años  que  llevamos  de  vida  re- 
publicana, hemos  tenido  ningún  desacuerdo  con  la  Cátedra  de  Pedro; 
todos  nuestros  Gobiernos  se  han  interesado  siempre,  en  mantener  las 
más  cordiales  relaciones  con  el  Vaticano.  Ya  Bolívar,  uno  de  los  pró- 
ceres  más  destacados  de  la  Independencia  Americana,  recomendaba  al 
Congreso  de  su  país,  que  no  cometiese  el  error  de  separarse  de  la  San- 
ta Sede,  porque  decía  ese  hombre  superior,  que  la  Religión  Católica 
formaba  parte  de  la  esencia  de  la  nacionalidad  de  los  nuevos  pueblos 
latinoamericanos . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


25 


El  Perú,  muy  cuerdamente,  se  ha  ceñido  a  esa  norma,  como  lo 
acreditan  las  hechos  y  como  puede  verse  en  la  larga  sucesión  de  Re- 
presentantes pontificios  en  esta  tierra  de  Santa  Rosa.  Cierto  es  tam-, 
bién  que  los  ilustres  Representantes  del  Papa  ante  nuestro  Gobierno 
han  contribuido  en  mucho  a  mantener  esa  estrecha  vinculación,  por  la 
manera  tan  inteligente  y  sagaz  como  se  han  conducido  en  el  desempe- 
ño de  su  alta  investidura,  mereciendo  muchos  de  ellos  ser  creados  Car- 
denales, a  raíz  de  haber  desempeñado  el  cargo  de  Delegados  o  Nun- 
cios Apostólicos  en  el  Perú.  Prueba  tangible  de  esta  afirmación  son 
los  nombres  de  los  Eminentísimos  Serafín  Vanutelli,  Mario  Mocenni. 
Benjamín  Cavichioni,  Pedro  Gaspaxri,  Angel  María  Dolci.  Lorenzo  Lau- 
ri.  Primer  Nuncio  en  el  Perú,  Enrique  Gasparri,  que  ejerció  el  cargo 
de  Secretario  de  Mons.  Gasparri  y  Cayetano  Cicognani.  Aunque  to- 
dos los  Representantes  pontificios  han  dejado  profunda  huella  a  su  pa- 
so por  la  Nunciatura  Apostólica  de  Lima,  algunos  de  ellos  se  han  he- 
cho dignos  de  la  gratitud  nacional,  por  su  marcada  actuación  diplo- 
mática, por  su  ciencia  o  por  la  importancia  de  sus  obras.  Tales  son 
Mons.  José  Machi,  que  apaciguó  en  1895  la  lucha  intestina  que  sembró 
las  calles  de  Lima  de  cadáveres  insepultos  y  que  sorteando  peligros  y 
exponiendo  su  propia  vida,  en  medio  de  las  balas  fratricidas,  se  diri- 
gió al  Palacio  de  Gobierno,  para  rogarle  al  Presidente  Cáceres  en  nom- 
bre propio  y  del  Cuerpo  Diplomático  que  dimitiese  el  Poder;  el  Emi- 
nentísimo Pedro  Gasparri,  celebre  canonista,  que  tuvo  destacada  actua- 
ción en  la  redacción  del  Código  de  Derecho  Canónico  y  Mons.  Fer- 
nando Cento,  a  cuya  iniciativa  se  debe,  la  construcción  del  actual  Pa- 
lacio de  la  Nunciatura. 

Os  doy  la  bienvenida,  Eminentísimo  Señor,  en  esta  Alma  Basílica 
Catedral  que  guarda  celosamente  los  restos  de  Santo  Toribio  de  Mo- 
grovejo,  segundo  Arzobispo  de  Lima,  uno  de  los  Pastores  de  almas  más 
grandes  que  ha  tenido  la  Iglesia.  El  fue  virtualmente  el  Metropolitano- 
de  la  Iglesia  Hispano-Americana  durante  el  Coloniaje,  pues  sus  Sufra- 
gáneos se  extendieron  desde  Guatemala,  en  la  América  Central,  has- 
ta Tucumán  en  la  Argentina.  El  presidió  también  casi  todos  los  céle- 
bres Concihos  Limenses,  que  dieron  normas  y  leyes  para  todo  el  terri- 
torio separado  de  España  por  la  Guerra  de  Emancipación.  En  este  re- 
cinto sagrado,  yacen  también  los  restos  de  Francisco  Pizarro,  el  Con- 
quistador del  Perú. 

De  los  claustros  limeños  salieron  también  los  grandes  misioneros 
que  se  extendieron  por  todo  el  Nuevo  Mundo,  llevando  la  fe  de  Cristo 
a  los  lugares  más  apartados,  fundando  pueblos  y  echando  los  cimien- 


26 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


tos  de  las  nuevas  nacionalidades  hispanoamericanas.  Fue  así  como  Li- 
ma ejerció  una  hegemonía  espiritual  sobre  gran  parte  del  Nuevo  Mun- 
do, hegemonía  que  todavía  existe  mediante  el  culto  a  Rosa  de  Santa 
María,  declarada  Patrona  del  Perú,  de  América,  Filipinas  e  Indias  por 
el  Supremo  Jerarca  de  la  Iglesia. 

Bien  sabéis,  Eminentísimo  Señor,  que  nuestra  Santa  Rosa,  no  ha 
sido  la  única  persona  elevada  en  Lima  a  la  digeidad  de  los  altares, 
los  nombres  de  Toribio  de  Mogrovejo,  Francisco  Solano,  el  Beato  Juan 
Masías  y  el  peruanísimo  Beato  Martín  de  Porres,  que  perfumaron  es- 
ta tierra  con  el  aroma  de  sus  virtudes  así  lo  acreditan. 

Pero  no  son  sólo  vuestros  méritos  los  que  nos  llenan  de  compla- 
cencia en  estos  momentos,  como  lo  tengo  dicho,  es  la  alta  representa- 
ción de  vuestra  investidura,  la  misión  honrosísima  de  representar  la  Au- 
gusta Persona  del  Soberano  Pontífice  a  quien  se  le  tiene  singular  afec- 
to en  el  Perú.  Esta  corriente  de  simpatía  se  puso  de  manifiesto  cuan- 
do se  tuvo  noticias  de  su  última  enfermedad  que  puso  en  peligro  su 
preciosa  existencia.  En  esos  azarosos  días  de  dolor  y  la  angustia  inva- 
dieron nuestro  ánimo.  Ese  sentimiento  de  pesar,  se  traducía  en  todos 
nuestros  ambientes,  en  el  Gobierno,  en  la  prensa,  en  los  círculos  reli- 
giosos y  sociales  de  todo  género.  Cómo  se  elevaron  entonces  devotas 
plegarias  al  cielo  pidiendo  el  pronto  restablecimiento  del  ilustre  enfer- 
mo. Y  así  como  el  pesar  fue  grande  durante  su  dolencia,  fue  grande 
también  la  alegría  cuando  se  supo  que  se  había  verificado  una  reacción 
favorable  en  la  salud  del  Papa  y  mucho  más  cuando  llegó  la  noticia  de 
que  ya  había  pasado  la  hora  del  peligro. 

Y  no  era  para  menos.  ¿Quién  no  sabe  lo  que  es  y  lo  que  repre- 
senta para  la  suerte  de  la  humanidad  la  Augusta  Persona  del  Pontí- 
fice, felizmente  reinante?  ¿Qué  seria  del  mundo  si  desapareciese  un 
tan  gran  Pontífice,  que  como  luminaria  mayor  proyecta  sus  rayos  en 
esta  noche  de  tragedia,  de  confusión  y  de  caos,  por  la  que  atravesamos 
en  estos  momentos?  ¿Cómo  se  verían  los  pueblos  civilizados,  si  se  apa- 
gase esa  voz  que  desde  la  altura  del  Vaticano  señala  al  mundo  la  úni- 
ca vía  que  puede  conducirnos  al  puerto  de  la  paz?  Bien  es  cierto  que 
cualesquiera  que  sean  las  vicisitudes  par  las  que  atraviese  la  Iglesia  y 
su  Cabeza  Visible,  el  Papa,  siempre  se  realizarán  las  palabras  de  Cris- 
to: "las  puertas  del  infierno,  no  prevalecerán  contra  élla".  Todo  eso 
es  verdad,  pero  es  cierto  también,  que  mucho  es  que  en  los  momentos 
de  peligro,  en  las  grandes  tempestades  que  agitan  la  Barca  de  Pedro, 
la  gobierne  un  piloto  tan  experto  como  el  actual  Pontífice. 


".  .  .Aquí,  bajo  la  sombra 
bendita  del  augusto  signo 
de  nuestra  redención,  cu- 
biertos con  la  serena  ma- 
jestad del  firmamento, 
unidos  en  un  mismo  ideal 
de  fe  y  de  fervor,  impul- 
sados por  un  mismo  sen- 
timiento  de   adoración  i¡ 


recogimiento 
católicos  de 
Perú  entero 


vendrán  los 
Lima  ij  del 
a  rendir  su 


homenaje   de   plcitesia  t/ 
amor  a   jesús  Sacramen- 
tado .  .  .  ' 


El  Excmo .  Sr .  Obispo  de  Huancayo,  celebra  la  misa  en  el  dia 
de  la  niñez  y  de  la  juventud 


Una  alumna  lee  la  ofrenda  a  ¡a  Stma .  Virgen 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


27 


Por  todos  estos  motivos.  Eminentísimo  Señor,  podéis  sentiros  en  el 
Perú  como  en  vuestra  propia  casa .  Os  doy  pues,  la  más  cordial  y  afec- 
tuosa bienvenida;  mis  labios  y  junto  con  ellos  millares  de  voces,  repi- 
ten las  palabras  del  Evangelio:  "Bendito  sea  el  que  viene  en  el  nom- 
bre del  Señor". 

Extiendo  mis  cordiales  y  respetuosos  saludos  a  los  distinguidos 
miembros  de  vuestra  Comitiva,  a  vosotros  Excmos.  Prelados  de  las  na- 
ciones amigas. 

Os  doy  pues  la  bienvenida  en  nombre  de  los  niños  que  os  acla- 
man, como  aclamaron  a  Jesús  el  día  triunfal  de  su  ingreso  a  Jerusa- 
lén,  en  nombre  de  los  hombres  de  edad  madura,  de  nuestros  ancianos, 
de  la  mujer  cristiana,  del  Episcopado,  de  Gobernantes  y  gobernados, 
de  todo  este  pueblo  fiel  que  contempla  en  Vos  al  Soberano  Pontífice, 
para  quien  el  Perú  está  muy  agradecido  por  los  singulares  favores  que 
hemos  recibido  de  él. 

Seguro  estoy.  Eminentísimo  Señor,  que  han  de  ser  muy  copiosos 
los  frutos  de  este  Congreso  que  vais  a  presidir  y  que  hemos  preparado 
con  todo  cuidado  y  diligencia,  así  lo  esperamos  de  la  Providencia  Di- 
vina y  de  la  especial  protección  de  la  Virgen  María,  de  tal  manera 
que  cuando  regreséis  a  la  Roma  inmortal  y  déis  cuenta  de  vuestro  co- 
metido al  Soberano  Pontífice,  podáis  decirle:  "dejo  un  Perú  santifica- 
do por  la  gracia  divina,  un  Perú  que  os  respeta,  que  os  ama,  que  os 
admira  y  que  está  dispuesto  a  seguir  con  docilidad  vuestras  sabias  nor- 
mas y  vuestros  paternales  consejos" . 

• 

El  Cardenal  Tedeschini  en  brillantísima  y  elocuente  improvisación 
manifestó  su  antiguo  y  vehemente  deseo  de  conocer  el  Perú,  invocó  los 
nombres  de  Isabel  Flores  de  Oliva,  la  Rosa  del  mundo  y  del  Beato  Mar- 
tín de  Porres,  Patrón  de  la  Justicia  Social  y  reveló  su  profunda  tris- 
teza por  la  infausta  nueva  de  la  desaparición  del  Emmo.  Cardenal 
Guevara  cuyas  palabras  de  saludo  había  escuchado  con  íntima  emoción. 

Destacó  el  profundo  cariño  que  Su  Santidad  siente  por  el  pueblo 
peruano  y  la  gratitud  que  llenaba  su  corazón  por  haber  sido  designado 
por  él  para  representarlo  en  los  magnos  acontecimientos  eucarísticos  que 
se  celebran.  Finalmente,  señaló  la  importancia  del  Centenario  de  la 
Proclamación  del  Dogma  de  la  Inmaculada  Concepción  que  en  ese  día 
se  conmemora  en  todo  el  mundo  y  la  trascendencia  de  los  Congresos 


28 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Eucarísticos,  ofreciendo  contribuir  con  todas  sus  energías  para  que  el 
resultado  del  V  Congreso  Eucarístico  y  Mariano,  por  el  que  tanto  in- 
terés demostrara  el  Santo  Padre,  obtuviera  el  más  óptimo  fruto.  Cul- 
minó su  alocución  con  un:  Viva  el  Perú. 

Al  salir  de  la  Basílica  Metropolitana  para  dirigirse  al  Palacio  de 
Gobierno  el  Emrao.  Cardenal  Legado  fue  intensamente  vitoreado  por 
la  multitud  reunida  en  la  plaza.  El  Señor  Presidente  de  la  República 
General  de  División  Don  Manuel  A.  Odria  lo  recibió  acompañado  del 
Consejo  de  Ministros  y  Altas  Autoridades  Nacionales . 

A  las  4  de  la  tarde  el  Presidente  de  la  República  retornó  la  visi- 
ta al  Emmo.  Cardenal  Legado  en  su  residencia  ubicada  en  la  Avenida 
Salaverry,  gentilmente  cedida  por  la  Sra.  Anita  Fernandini  de  Na- 
ranjo. 

El  anuncio  de  que  el  Legado  Papal  llegaría  a  las  6  y  30  p .  m .  al 
Campo  Eucarístico  había  congregado  allí  a  millares  de  fieles . 

El  Emmo.  Cardenal  Tedeschini,  Legado  de  Su  Santidad,  no  pudo 
concurrir  a  la  ceremonia.  Habiendo  llegado  en  las  primeras  horas  de 
la  mañana,  después  de  un  largo  viaje  desde  Roma  y  luego  de  aten- 
der a  diversas  actuaciones,  el  Cardenal  Legado  se  sintió  ligeramente 
indispuesto  excusando  su  inasistencia  por  medio  del  Excmo.  Nuncio 
Apostólico  Mons.  Francisco  Lardone. 

Lo  mismo  que  el  día  anterior  y  que  todas  las  tardes  siguientes,  los 
Excmos.  y  Rvdmos.  Prelados  se  habían  reunido  en  la  casa  del  Sr. 
Don  Fortunato  Ganoza  y  de  allí,  el  imponente  Cortejo  Episcopal  se 
dirigió  al  Altar  por  la  Avenida  Central  del  Campo  Eucarístico. 

Numerosos  Prelados  comisionados  por  sus  respectivas  Delegacio- 
nes presentaron  sus  saludos  y  votos  por  el  éxito  del  V  Congreso  Eu- 
carístico Nacional  y  Mariano. 

Por  encargo  del  Obispo  de  Cajamarca,  habló  el  Hermano  Euge- 
nio de  la  Escuela  Normal  de  Cajamarca;  el  R.P.  Fernando  Calle  lo  hizo 
en  representación  del  Vicariato  Apostólico  de  Iquitos;  continuaron  Mons. 
Alfonso  Zaplana,  Obispo  Auxiliar  de  Trujillo;  Mons.  Federico  Pérez 
Silva,  Obispo  de  Piura;  Mons.  Agustín  Blujaki  que  traía  el  saludo  del 
Episcopado  Paraguayo  y  Mons.  Tulio  Botero  en  nombre  del  Episco- 
pado, Clero  y  Gobierno  de  Colombia. 

El  Coro  Polifónico  entona  el  Ave  de  Fátima  y  a  él  se  une  la  voz 
de  la  jubilosa  multitud  para  saludar  a  la  Virgen  Madre  de  Dios  el 
día  Centenario  de  la  Proclamación  del  Dogma  de  la  Inmaculada  Con- 
cepción . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


29 


El  Ministro  de  Justicia  y  Culto  Dr.  Alejandro  Freundt  Rosell,  en 
nombre  del  Gobierno,  dá  lectura  a  su  discurso. 

"Reiteración  de  fe  '.  .  .  "Confirmación  del  credo  que  vive  latente  en 
las  conciencias"...  "Homenaje  de  admiración  sin  reservas  al  Supremo 
Hacedor  del  Cielo  y  la  Tierra",  dice,  refiriéndose  al  Congreso  Euca- 
rístico.  La  ovación  que  se  escucha  al  terminar  demuestra  la  satisfacción 
con  que  han  sido  recibidas  sus  palabras . 

En  medio  de  vibrantes  aplausos  los  240  alumnos  campeones  del 
Concurso  Interescolar  de  Rehgión  reciben  los  premios  de  manos  del 
Excmo.  Nuncio  Apostólico,  del  Excmo.  Vicario  Capitular  y  de  los 
Prelados  peruanos  y  extranjeros. 

Toca  al  filósofo  Dr.  Alberto  Wagner  de  Reyna  tratar  de  un  te- 
ma de  esencial  interés:  Las  Vocaciones  Sacerdotales. 

En  el  Perú  la  escasez  de  sacerdotes  crea  un  problema  cuya  gra- 
vedad es  seria  preocupación  para  los  Prelados  y  cuyas  consecuencias 
sufren  los  fieles,  principalmente  los  campesinos.  Urge  conseguir  el  au- 
mento de  vocaciones  y  para  ello  exaltar  la  sublime  grandeza,  la  dig- 
nidad incomparable  del  sacerdocio. 

Con  gran  atención  se  escucha  al  Dr.  Wagner  de  Reyna,  sus  pro- 
fundos conocimientos  litúrgicos  y  teológicos  le  permiten  alcanzar  cum- 
plidamente la  finalidad  deseada. 

El  Excmo.  Señor  Santiago  Hermoza,  Arzobispo  del  Cuzco,  en  ele- 
vadas frases  destaca  que  nuestro  Congreso  Eucaristico  es  también  Ma- 
riano y  exalta  la  Realeza  de  la  Madre  del  Rey  Sempiterno  que  el  Au- 
gusto Pontífice  acaba  de  proclamar. 

Ante  el  Rey  de  Reyes  expuesto  en  el  altar  el  Excmo.  Arzobispo 
Coadjutor  lee  la  bella  Consagración  del  Perú  al  Corazón  Inmaculado 
de  María  especialmente  escrita  por  el  Padre  Mateo  Crawley  SS.CC. 

Los  fieles  de  rodillas  repiten  las  palabras  de  oblación,  de  petición, 
de  esperanza,  invocando  a  la  Madre  de  Dios  y  rogando  en  su  nom- 
bre: "¡Con  María  y  por  María  venga  a  nos,  Jesús,  tu  reino!". 

El  Arzobispo  de  Trujillo  Excmo.  Señor  Aurelio  Guerrero  imparte 
la  Bendición  con  el  Santísimo  Sacramento. 


30 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


"LAS  VOCACIONES  SACERDOTALES" 

Discurso  del  Señor  Doctor  Alberto  Wagner 
de  Reyna. 

Nos  hemos  reunido  en  esta  gran  asamblea  cristiana  para  dar  gra- 
cias a  Dios  por  su  grande  gloria.  Todas  las  creaturas  de  los  cielos  y 
la  tierra,  desde  los  astros  lejanos  y  luminosos  y  el  Coro  de  los  Sera' 
fines  hasta  el  último  grano  de  polvo,  existen  como  alabanza  del  Señor, 
tienen  por  función  esencial  — cada  cual  a  su  modo —  bendecir  y  exal- 
tarlo; han  sido  sacados  por  El  de  la  nada,  son  el  resplandor  de  su  Glo- 
ria, y  con  su  presencia  dan  testimonio  de  la  omnipotente  sabiduria  del 
Creador.  Entre  todo  este  enjambre  de  seres,  sólo  uno  es  capaz  de  agra- 
decer a  Dios  en  forma  condigna  la  inmensidad  de  su  Gloria.  Y  ese  ser 
único  es  el  hombre  o,  para  ser  exactos,  el  cristiano,  tú  y  yo,  y  aquel 
prójimo  y  vecino  tuyo  y  mío  que  no  conocemos,  pero  con  el  cual  cons- 
tituímos, en  unión  de  millones  de  hermanos,  el  Cuerpo  Místico  del  Re- 
dentor. 

Surgen  inmediatamente  en  nuestro  espíritu  dos  preguntas:  ¿Por  qué 
habremos  de  agradecer  a  Dios  su  Gloria?  Y  ¿Cómo  lograremos  hacer- 
lo dignamente?  Meditemos  juntos,  estos  interrogantes,  tan  actuales  que 
nunca,  desde  que  el  mundo  es  mundo,  han  perdido  su  urgencia  y  ello 
porque  se  dirigen  a  desentrañar  el  último  trasfondo  de  otros  problemas, 
que,  por  más  premiosos  que  sean,  siempre  son  pasajeros;  porque  van 
al  foco  en  que  todo  se  explica  y  desde  el  cual  todo  se  aclara. 

¿Qué  razones  tenemos  para  agradecer  a  Dios  su  Gloria?  ¿Qué  nos 
hace  a  nosotros  (Pedro,  Sancho  y  Mcrtín,  abogado,  panadero  o  lepro- 
so) la  Gloria  de  Dios?,  preguntará  un  escéptico  de  poco  ingenio  y  mu- 
cha chispa.  ¿Por  qué  nos  regocijamos  de  que  Dios  no  sea  como  los  dio- 
ses falsos  — como  los  ídolos  d'í  barro  y  oro  que  tienen  ojos  y  no  ven. 
que  tienen  oídos  y  no  oyen —  o  como  los  ídolos  modernos  de  oro  y  ba- 
rro, que  nos  empujan  al  abismo  de  la  esclavitud  exterior  e  interior,  que 
nos  devoran  porque  necesitan  de  la  humanidad  para  subsistir? 

Es  esta  la  pregunta  central  de  toda  creatura,  en  especial  del  cris- 
tiano, y  para  la  cual  quiero  proponer  una  breve  respuesta. 

Porque  es  nuestro  Dios  y  lo  amamos.  Y  cuanto  mayor  es  la  gran- 
deza y  felicidad  de  lo  amado,  tanto  más  dulce  es  la  ofrenda  del  que 
ama.  Por  ello  nos  regocijamos  de  la  magna  Gloria  de  Dios,  por  ello 
le  damos  gracias . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS  31 


Nos  regocijamos  también  porque  es  la  verdad  misma,  y  no  puede 
inducirnos  a  error  al  adorarlo.  Y  por  ello  le  damos  gracias. 

Nos  regocijamos  de  que  no  sea  El  en  razón  de  nosotros,  sino  nos- 
otros para  El;  que  no  requiere  para  su  grandeza  de  nuestra  alabanza  o 
tributo  sino  nosotros  justifiquemos  nuestra  existencia  en  la  adoración 
de  su  nombre;  que  las  tribulaciones  y  dolores  que  nos  envía  no  carez- 
can de  sentido,  sino  sean  las  vías  de  su  misericordia  sin  número,  que 
a  la  vez  es  su  justicia  infinita.  Y  por  ello  le  damos  gracias.  Y  así  por- 
que grande  es  la  Gloria  del  Señor,  lo  es  también  nuestra  consolación 
y  alto  el  contentamiento  en  la  sumisión  a  sus  designios. 

Si  hay  algo  que  podamos  pedir  desde  el  fondo  de  nuestro  cora- 
zón es  lo  que  suplica  el  salmista:  No  a  nosotros.  Señor,  no  a  nosotros, 
sino  a  tu  Nombre  dá  Gloria.  Gracias,  te  damos,  Señor,  por  tu  gran- 
de Gloria,  y  al  hacerlo,  al  renunciar  a  nuestra  pequeñita  y  vanidosa 
gloria  ■ — la  luz  de  un  fósforo  ante  la  luminosidad  del  mediodía —  al  con- 
fesar nuestra  mendiguez  de  siervos,  cumplimos  con  nuestro  esencial  des- 
tino y  nos  afianzamos  en  la  casa  del  Padre  Celestial. 

Pero  ¿cómo  dar  al  Creador  gracias  en  forma  condigna,  nosotros 
pecadores,  nacidos  en  pecado  y  que  moriremos  a  causa  del  pecado?  La 
acción  de  gracias  a  Dios  sólo  puede  ser  a  la  medida  de  su  grandeza, 
si  la  realiza  Dios  mismo.  La  muerte  de  Cristo  en  la  Cruz,  Dios  de 
Dios,  Luz  de  Luz,  Verbo  enc;irnado  consustancial  con  el  Padre,  fue  el 
inefable  sacrificio  de  agradecimiento  por  la  excelsitud  de  su  Gloria; 
acción  de  gracias  con  el  triple  carácter  de  acabado  holocausto  de  ado- 
ración de  la  suprema  bondad  del  Creador;  de  ofrenda  expiatoria  por 
la  que  se  lavó  con  sangre  del  Ungido  la  mancha  de!  pecado;  y  de  sa- 
crificio suplicatorio  que  abrió  la  fuente  de  la  gracia  santificante  a  los 
hombres.  A  esta  presentación  de  Cristo  como  víctima  realizada  en  un 
momento  histórico  y  en  un  lugar  determinado,  nos  acogemos  los  que 
formamos  una  unidad  con  El,  sus  fieles  y  lo  ofrecemos  como  nuestro, 
porque  El  al  darse  al  Padre  se  entregó  por  nosotros. 

Pero  el  sacrificio  de  la  Cruz,  por  voluntad  del  propio  Cristo  se  ha 
perennizado  entre  los  hombres.  ¿Cómo  comprenderlo?  ¿Cómo  explicar- 
lo? Es  el  misterio  de  la  Eucaristía,  que  en  griego  significa  exactamen- 
te esto :  Acción  de  gracias . 

¿Queréis  quizá,  hermanos,  entender  porque  Cristo  encarnó  y  se  in- 
moló al  Padre?  ¿Penetrar  así  en  lo  recóndito  de  la  Santísima  Trinidad? 
¿Buscáis  dar  razón  de  cómo  el  hecho  real  del  martirio  en  la  Cruz  se  pro- 
longa por  los  siglos  en  el  Sacramento  del  Altar?  ¿Tratáis  de  colum- 
brar la  relación  entre  el  Salvador  y  sus  discípulos?  La  clave  está  en  el 


32 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


amor;  en  ese  Amor  sobrenatural  y  sin  límites  incomprensible  para  el 
afecto  terreno;  es  la  Caridad  eterna  de  Dios,  inconmensurable  con  el 
cariño  perecedero  de  los  hombres. 

Las  preguntas  que  nos  hemos  formulado  van  hacia  lo  más  hondo, 
hacia  Dios  y  la  creación.  Las  respuestas  son  misterios.  Pero  los  mis- 
terios no  son  oscuros,  ni  densos  ni  alejados  de  la  vida  real.  Son  com- 
parables al  sol,  que  no  deja  mirarse  de  frente,  pero  cuyas  consecuen- 
cias sentimos;  en  la  luz  y  en  el  calor,  en  la  primavera  y  la  alegría; 
pero  también  en  la  fortaleza  de  la  madre  que  lucha  por  sus  hijos,  en 
la  esperanza  del  incomprendido,  en  las  lágrimas  de  arrepentimiento,  en 
la  última  palabra  de  agonizante.  En  el  misterio  sacrosanto  de  la  Eu- 
caristía es  el  único  verdadero  Sacerdote  y  mediador  entre  el  Todopo- 
deroso y  su  pueblo,  la  víctima  misma:  Jesucristo.  Pero,  como  su  mi- 
nistro e  instrumento  en  la  acción  sagrada  está  un  hombre,  un  hombre 
que  por  delegación  se  convierte  en  otro  Cristo,  que  como  intermedia- 
rio entre  el  Cielo  y  la  tierra  eleva  la  alabanza  al  trono  del  Señor  y 
nos  hace  llegar  su  gracia  santificante. 

El  sacerdote,  un  hombre  com©  tú  o  yo,  por  la  función  que  desem- 
peña no  sólo  en  el  sacrificio  de  Cristo  sino  también  en  la  oración  ofi- 
cial de  la  Iglesia,  la  administración  de  los  Sacramentos,  el  Ministerio 
de  la  enseñanza  y  del  gobierno  de  la  grey,  es  ungido  por  la  Divinidad, 
se  convierte  en  su  representante;  aunque  sigue  actuando  en  el  mundo 
— y  conserva  sus  virtudes  y  flaquezas  naturales —  recibe  por  la  orde- 
nación un  carisma  sobrenatural  e  imborrable  del  que  carecen  los  An- 
geles. 

En  el  sacerdocio  se  cumple  en  la  forma  más  perfecta  y  elevada  la 
misión  de  toda  creatura,  que  es  ser  para  Dios,  entregarse  a  El,  glori- 
ficarlo, servirlo.  E^  la  dura  ciudadanía  de  dos  mundos,  del  espiritual  y 
del  temporal;  la  constante  tensión  entre  la  realidad  circundante  y  la 
trascendencia  a  la  eternidad;  el  estar  expuesto  a  los  requerimientos  del 
siglo  y  sus  halagos  cuando  se  tiene  una  obligación  imperiosa  y  supre- 
ma que  cumplir.  Pero  por  ello  rni?mo  es  el  vértice  que  une  lo  Alto  y 
nuestra  baja  condición  de  pecadores,  la  mano  tendida  por  Dios,  la  ma- 
no tendida  por  nosotros  hacia  Dios  en  demanda  de  misericordia. 

Tan  difícil  tarea  requiere  desde  luego  predisposición  natural,  pero 
también  algo  más,  que  es  decisivo:  el  llamado  del  Señor,  la  vocación. 
Muchas  vías  tiene  El  para  llegar  a  sus  fines  y  de  allí  que  este  llamado 
pueda  ser  de  diversas  maneras:  ya  desde  la  niñez  o  al  caer  la  tarde 
de  la  vida;  violento  grito  interior  que  sacude,  como  si  hubiera  un  terre- 
moto en  el  alma,  o  quedo  y  constante  murmullo  en  el  hontanar  de  ella; 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS  33 


amor  a  la  contemplación  de  la  belleza  divina  o  deseo  de  trabajar  en  su 
campo  — sembrando  y  recogiendo  la  mies —  o  impulso  a  ayudar  al  des- 
valido y  desamparado;  diáfano  mensaje  o  indefinible  nostalgia;  signo 
externo  y  evidente  en  una  encrucijada  del  camino  o  presentimiento  an- 
gustioso que  como  una  sombra  acompaña  el  fluir  de  los  días;  pecado 
que  de  repente  muestra  su  diabólica  faz  o  un  sacerdote  amigo  que  da 
la  clave  del  impulso  hacia  lo  desconocido. 

Lo  importante  es  oir  el  llamado,  entender  el  mensaje,  y  después, 
como  si  fuera  una  semilla,  hacerlo  germinar  y  florecer  en  la  intimidad, 
que  siempre  Dios  sabe  regar  con  ?u  asistencia  una  elección  aceptada 
en  humildad. 

La  vocación  sacerdotal  difiere  pues  fundamentalmente  de  cualquier 
otra;  viene  de  Dios,  y  se  dirige  a  Dios,  y  por  ello  es  menester  com- 
prenderla y  respetarla.  Felizmente  ya  pasaron  aquellos  tiempos  en  que 
muchas  veces  se  trataba  de  desviar  en  los  jóvenes  el  deseo  de  consa- 
grarse a  Dios.  Pero  a  los  absurdos  y  sacrilegos  prejuicios  de  esa  época 
se  debe  una  dolorosa  llaga  en  la  comunidad  cristiana,  que  también  exis- 
te en  nuestra  Patria:  la  falta  de  sacerdotes. 

Las  sociedades  materialistas  y  descristianizadas  parecen  no  com- 
prender la  excelsitud  del  sacerdocio  ni  la  labor  que  le  cabe  realizar  en 
diversos  campos  humanos.  Tienen  a  menos  al  curita,  que  con  su  so- 
tana raída  y  sus  anteojos  estropeados  viaja  en  el  tranvía  atestado  de 
gente.  ¡Cuanto  más  importante  es  el  comerciante  opulento  o  el  profe- 
sional distinguido  que  pasa  en  raudo  automóvil!  ¡Y,  después,  única- 
mente sabe  de  latines  y  otras  cosas  inútiles!  Pero  esto  es  sólo  aparien- 
cia. Cuando  las  sociedades  materialistas  y  paganas  toman  conciencia 
plena  de  sí,  entonces  — ¡quién  lo  creyera! —  confieren  al  curita  de  so- 
tana raída  el  más  alto  honor,  lo  colocan  de  primero,  lo  mandan  al  su- 
plicio antes  que  al  acaudalado  capitalista  o  influyente  personaje;  le  mon- 
tan un  proceso  espectacular,  porque  saben  que  en  él  hay  verdadera  re- 
sistencia contra  sus  designios  perversos,  porque  le  reconocen  la  más 
alta  categoría. 

Muy  satisfechos  señores  materialistas  a  mitad  de  camino,  que  ado- 
ráis al  becerro  de  oro  y  por  ello  olvidáis  al  Cordero  que  borra  los  pe- 
cados del  Mundo,  y  pensad  que  muchos  colegas  vuestros,  en  otros  paí- 
ses, cuando  llegaron  al  término  de  la  jornada,  fueron  vencidos  por  un 
tiro  en  la  nuca  por  ese  materialismo  que  sin  saberlo  favorecieron,  y 
que  el  pobre  curita,  recibió,  también  con  el  tiro  en  la  nuca,  la  palma 
de  la  Victoria .   Ellos  fueron  simplemente  "liquidados";  el  curita,  en 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


cambio,  el  Ungido  por  la  mano  del  Altísimo,  alcanzó  en  el  martirio  la 
plenitud  de  su  vocación. 

Luchemos,  hermanos,  contra  el  materialismo  en  sus  múltiples  for- 
mas, de  ateismo  militante  o  sobretendido,  contra  la  adoración,  sea  in- 
dividual o  colectiva  del  becerro  de  oro,  luchemos  por  la  dignidad  del 
espíritu,  por  la  justicia  social  y  la  jerarquía  de  valores,  en  una  palabra, 
por  la  Ciudad  de  Dios.  Y  pensemos  que  el  portaestandarte  en  esta 
batalla  es  el  sacerdote,  aquel  que  no  dispone  de  armas  ofensivas  sino 
sólo  de  la  espada  de  la  verdad,  que  no  pelea  por  odio  sino  por  amor, 
que  no  ve  enemigos  al  frente  sino  cautivos  que  redimir. 

A  la  función  sobrenatural  del  sacerdote  se  añade  — no  es  cosa  de 
hoy  sino  de  siempre —  la  tarea  de  ser  la  levadura  de  la  comunidad. 
Urge  resolver  el  problema  de  la  escasez  de  sacerdotes  en  nuestra  Pa- 
tria. Cada  vocación  sobrenatural  atañe  al  país  entero,  a  la  familia  en 
que  se  produce,  al  medio  ambiente  en  que  surge.  Es  obligación  de  cada 
cual  — padre  y  madre,  profesor,  párroco,  patrón,  amigo — •  tener  con- 
ciencia de  la  necesidad  de  ministros  de  Dios  en  el  Perú,  y  cooperar  con 
su  consejo,  con  una  palabra  de  aliento,  con  una  beca,  a  que  las  voca- 
ciones cuando  se  presenten  no  perezcan  por  la  indiferencia,  las  dificul- 
tades externas,  la  ausencia  de  un  guia  espiritual  o  de  un  ejemplo  edi- 
ficante. 

De  otro  lado  es  indispensable  evitar  que  personas  que  no  tengan 
una  auténtica  vocación  — como  a  veces  acontecía  antaño  y  aún  ahora 
en  ciertos  sectores —  tengan  acceso  al  estado  eclesiástico;  según  el  prin- 
cipio corruptio  optimi  pessima  en  vez  de  cumplir  dignamente  su  alto 
ministerio  se  exponen  ellas  a  ser  dañosa  piedra  de  escándalo  y  a  alejar 
a  quienes  abrigan  deseos  sinceros  de  entrar  al  servicio  de  Dios. 

Indudablemente  que  seguir  la  mal  llamada  "carrera  eclesiástica"  im- 
plica una  serie  de  renunciamientos:  a  tener  una  familia  propia,  a  lograr 
una  situación  holgada  para  la  vejez,  a  abstenerse  de  intervenir  direc- 
tamente en  la  vida  pública,  a  ser  blanco  de  ignaros  y  malintenciona- 
dos; pero  todo  ello  es  una  ofrenda  para  agradecer  la  merced  de  la  elec- 
ción divina . 

Sin  embargo,  en  esta  espera  natural,  recibe  el  sacerdote  una  com- 
pensación positiva  en  la  humana  satisfacción  de  servir  a  Dios,  de  ayu- 
dar al  prójimo,  de  luchar  en  la  avanzada  del  espíritu;  pero  por  encima 
de  ello,  en  consonancia  con  el  recato  íntimo  que  significan  sus  deberes 
de  eclesiásticos,  posee  el  inigualable  galardón  de  ser  el  paladín  de  María 
Santísima . 


CRÓNICrt  Y  DOCUMENTOS 


35 


Existe  una  mística  y  secreta  analogía  entre  el  sacerdote  y  la  Ma- 
dre de  Dios .  Así  como  ella  concibió  al  Verbo  encarnado  en  su  seno 
virginal,  así  entre  las  manes  del  oficiante  se  realiza  la  transubstancia- 
ción  del  pan  y  del  vino  en  el  Cuerpo  y  Sangre  del  Mesías.  En  uno  y 
otro  caso  por  acción  del  Altísimo,  que  recae  en  una  creatura  elegida 
por  El.  Pero  hay  algo  más:  al  aceptar  la  doncella  María  ser  Madre  de 
Cristo,  se  hizo  Madre  en  la  gracia  de  todos  los  que  habían  de  ser  re- 
dimidos por  su  Hijo,  pues  su  asentimiento,  el  "fiat"  dado  en  respuesta 
al  Angel,  fue  indispensable  para  nuestra  salvación.  Ahora,  bien,  apar- 
te de  la  maternidad  en  la  gracia  que  abarca  a  la  Cristiandad  entera, 
es  la  Virgen  en  un  modo  especial  Madre  de  los  Sacerdotes,  pues  sien- 
do Madre  del  Divino  Pontífice,  que  es  Cristo  Jesús,  del  cual  deriva  to- 
do sacerdocio,  se  puede  decir  que  los  es  de  todos  los  Ministros  del  Al- 
tar, que  los  ha  engendrado  al  estado  levítico  de  la  nueva  Ley. 

Como  si  no  bastara  esta  mística  analogía  entre  la  concepción  y 
la  transubstanciación  de  Cristo  y  la  doble  maternidad  de  la  Reina  de 
los  Angeles  frente  a  los  representantes  de  su  Hijo  para  establecer  una 
especialísima  vinculación  entre  ella  y  los  Ministros  del  Señor,  aconte- 
ce que  participando  la  Bienaventurada  Virgen  María,  en  cierto  modo, 
en  el  sacerdocio  de  Cristo  (como  co-redentora  y  co-medianera)  y  ha- 
biéndole sido  infundido  en  el  día  de  Pentecostés  el  Espíritu  Santo  con 
mayor  plenitud  a  que  los  propios  Apóstoles,  es  ella,  sin  haber  recibido 
el  sacramento  del  orden,  en  verdad  Reina  de  los  Sacerdotes,  lo  que 
no  es  un  nuevo  título,  sino  fuente  de  consuelo  para  hombres  que  se  en- 
cuentran, por  las  circunstancias  de  su  Apostolado  frente  a  la  vida  y 
la  muerte,  frente  al  infierno,  al  Paraíso,  frente  al  Hacedor  y  al  de- 
monio. 

La  Iglesia  católica  contrapone  a  la  corrupción  y  desorden  de  estos 
siglos,  como  celestial  antídoto,  la  figura  de  la  Virgen  Madre,  espejo 
de  perfecciones  humanas,  que  la  gracia  del  Señor  ha  elevado  sobre  to- 
das las  creaturas;  ejemplo  de  virtudes  es  también  imagen  de  la  Sabi- 
duría y  símbolo  de  la  Iglesia  de  Cristo. 

Inspírense  en  la  suya  nuestras  vidas  — de  sacerdotes  y  laicos — ; 
confiemos  en  su  maternal  bondad  nunca  en  vano  invocada;  sea  ella  e! 
refugio  en  las  penas  y  la  depositaría  de  nuestras  alegrías.  ¡Y  cuan  dul- 
ce será  — en  medio  de!  materialismo  bastardo  que  nos  circunda —  que- 
brar por  la  Reina  de  los  Cielos  las  lanzas  del  desinterés,  de  la  genero- 
sidad y  de  la  limpieza  de  ánimo!  A  ella  elevemos  nuestras  súplicas  para 
que  interceda  ante  el  Trono  del  Altísimo  por  sus  hijos,  para  que  ben- 
diga nuestra  Patria  y  despierte  y  ampare  aquellas  vocaciones  que  ne- 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


cesita  para  consolidar  su  desarrollo  espiritual.  Y  hagámoslo  con  la 
letanía  poética  del  Jesuíta  peruano  José  M .  de  Romaña,  que  os  pro- 
pongo, hermanos,  en  esta  tarde  de  acción  de  gracias  por  la  grande  Glo- 
ria del  Señor. 

Santa  María  del  Tráfico, 
Santa  María  de  la  Existencia, 
Santa  María  de  la  Intemperie, 
Santa  María  de  la  Luna  de  Miel, 
Santa  María  de  las  Minas, 
ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  de  las  Clínicas, 

Santa  María  de  los  Campos  de  Concentración, 

Santa  María  de  la  Muerte, 

Santa  María  del  Hermoso  Amor, 

Santa  María  de  la  Emigración, 

ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  del  Arte, 

Santa  María  de  la  Calle, 

Santa  María  de  la  Casa, 

Santa  María  sin  Casa, 

Santa  María  del  Silencio, 

Santa  María  del  Hambre, 

Santa  María  del  sueldo  escaso 

ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  de  la  Alegría, 
Santa  María  de  la  Mujer  Enferma, 
Santa  María  del  Hijo  con  Parálisis, 
Santa  María  de  Fin  de  Mes, 
Santa  María  de  la  Esperanza, 
Santa  María  del  Primer  Hijo, 
Santa  María  de  la  Primera  Arruga, 
ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  de  la  Amistad, 

Santa  María  del  Verano, 

Santa  María  del  Invierno  sin  carbón. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


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Santa  María  de  la  Novia  desconocida, 

Santa  María  del  Cáliz  y  la  Primera  Absolución, 

Santa  María  del  Novio  que  no  llegará 

Santa  María  del  Cáncer, 

ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  del  Viejo  sin  hijos, 

Santa  María  del  Jubilado  sin  recuerdos, 

Santa  María  bajo  las  Bombas, 

Santa  María  de  la  Tarde  del  Domingo, 

Santa  María  de  la  Noche, 

Santa  María  de  lo  que  ya  no  será, 

ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  de  la  Música, 
Santa  María  de  la  Iglesia, 
Santa  María  del  Servicio, 
Santa  María  del  Olvido. 
Santa  María  de  la  Salud, 
Santa  María  de  la  Prisa 
Santa  María  de  la  Canción, 
Santa  María  de  la  Realidad, 
Santa  María  de  la  Bendición, 
ruega  por  nosotros  a  Dios. 

Santa  María  de  Dios 
Santa  María  del  Hombre. 

LA  EUCARISTÍA  Y  LA  SANTÍSIMA  VIRGEN 

Discurso  de!  Arzobispo  del  Cuzco,  Mons. 
Santiago  Hemioza. 

¡Alabado  sea  el  Augusto  Sacramento  del  Altar,  y  la  Virgen  Con- 
cebida sin  pecado  original! 

Este  brevísimo  himno  de  alabanza  que  concentra  la  fe  y  el  amor 
de  nuestros  abuelos,  es  preciada  herencia  espiritual  que  constituye  nues- 
tra riqueza. 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Y  esta  asamblea  en  que  el  alma  nacional  sube  como  incienso  sa- 
grado, es  reafirmación  de  ese  cspiritu  abierto  al  Sol  de  la  Verdad,  que 
proclama  su  fe  y  está  pronta  a  declararse  al  lado  de  los  que  en  veinte 
siglos  de  lucha,  la  sellaron  con  la  púrpura  de  su  propia  sangre,  como 
la  ofrendan  hoy  en  la  Iglesia  del  silencio  y  desde  mazmorras  y  campos 
de  concentración,  en  defensa  de  la  verdad  que  hace  libres  a  los  hijos 
de  Dios. 

Está  en  su  lugar  el  tema  y  como  no  hay  casualidades  en  el  movi- 
miento del  mundo,  en  esta  hora  en  que  la  Patria  de  Rosa  de  Lima  y 
Jh'ray  Martín  rinde  al  Divino  Rey  de  la  Eucaristía,  el  máximo  home- 
naje de  su  fe,  en  unión  íntima  con  el  Augusto  Padre  de  la  Cristian- 
dad, Pío  XII,  por  cuya  salud  este  Congreso  eleva  fervientes  votos,  quien 
está  presente  en  la  Persona  de  su  dignísimo  Legado,  y  ante  los  eminen- 
tes y  apostólicos  Prelados  de  Europa,  Asia  y  América,  que  han  veni- 
do trayéndonos  en  su  corazón  las  flores  de  sus  vergeles  eucarístico- 
marianos;  en  esta  hora  de  luz  sobrenatural  y  divina,  el  Pastor  de  la 
Ciudad  destrozada  por  el  sismo  de  1950  ofrece  a  su  Madre  Inmacula- 
da el  corazón  de  aquella  raza  grande  y  conquistadora  que,  ante  la  vi- 
sión sublime  de  María  aparecida  en  el  Cielo  azul  de  la  Capital  incaica, 
sobre  el  Palacio  de  Sunturhuasi,  le  hizo  filial  ofrenda  de  su  alma,  y  en 
abrazo  fraterno  con  los  hijos  de  la  Madre  España  y  heraldos  de  una 
civilización  signada  con  el  sello  de  la  Cruz,  fusionó  su  sangre  con  la 
noble,  intrépida  y  cristiana  de  ios  hijos  de  Palyo,  de  Fernando  e  Isa- 
bel la  Grande . 

El  Augusto  Pontífice  Romano,  gloriosamente  reinante,  Pío  XII,  aca- 
ba de  entonar  un  nuevo  himno  que  habrán  coreado  los  Angeles  y  los 
Patriarcas,  los  Profetas  y  los  Apóstoles,  los  Mártires  y  Confesores,  las 
Vírgenes  y  todos  los  ciudadanos  de  la  gloria;  himno  que  resonará  eter- 
namente en  el  Cielo  empíreo  a  la  Realeza  de  María  y  que  hoy  día  por 
privilegio  provider.cial,  lo  entonan  todos  los  hijos  de  esta  Patria. 

En  su  áureo  mensaje  "Ad  coeli  Reginam"  para  culminar  dignamen- 
te el  Año  Mariano  que  "en  todas  las  latitudes  de  la  tierra,  ha  aumen- 
tado más  y  más  esa  reverencia  filial  hacia  la  Madre  de  Dios",  decidió 
instituir  la  fiesta  litúrgica  de  la  Santísima  Virgen  María  como  Reina. 

Sí,  obedece  a  un  designio  providencial.  Nuestro  Congreso  Eucarís- 
tico  es  también  Mariológico,  pero  entonces  la  voz  del  Augusto  Padre 
nos  recuerda  que  al  Rey  Eucarístico  se  va  por  María  Reina. 

Reina  y  Señora,  su  frente  ha  sido  coronada  con  la  diadema  de  la 
gloria  Real  en  la  beatitud  de  los  Cielos  (Ene.  "Ad  coeli  Reg."). 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


39 


La  Madre  del  Rey  Sempiterno  "obtenía  una  posición  eminente  y 
principal,  procedente  de  la  dignidad  infinita  del  Divino  Hijo"  (Ibid)  . 

El  Maestro  Universal  escoge  del  vergel  Mariano  de  los  siglos  el 
más  hermoso  ramillete  para  depositarlo  en  el  mismo  corazón  de  la  Ma- 
dre de  Dios  y  Madre  de  los  Hombres.  "Doncella,  Emperatriz  y  Go- 
bernante, Reina  y  Señora  protégeme  y  cúbreme,  para  que  Satán  no  triun- 
fe sobre  mí",  dice  San  Efrén". 

San  Juan  Damasceno,  San  Jerónimo  y  San  Pedro  Crisólogo,  San 
Andrés  de  Creta  y  San  Bernardo,  Domingo  de  Guzmán  y  Tomás  de 
Aquino,  Buenaventura  y  Pedro  Pascual  a  porfía  proclaman  la  Realeza 
de  María;  Iñigo  de  Loyola  y  Alfonso  María  de  Ligorio,  Vicente  de  Paúl 
y  Juan  Bautista  de  la  Salle,  Juan  Bosco  y  Antonio  María  Claret  y  Luis 
Griñón  de  Monfort  y  nuestra  Rosa  de  Lima...  a  qué  más  citar?  Son 
legión  los  maestros  en  la  Iglesia  que  la  llaman  Reina  y  Señora,  Ma- 
dre y  Corredentora. 

El  Vicario  de  Cristo  recoge  en  cada  momento  de  la  historia  los 
testimonios  filiales,  y  los  consagra  poniéndolos  a  la  práctica  de  los  fie- 
les en  la  Sagrada  Liturgia.  La  Liturgia  es  la  voz  del  culto  en  todos 
los  tiempos,  la  expresión  de  la  piedad,  la  práctica  de  la  fe. 

Finalmente,  concluye  Pío  XII,  aquel  arte  fundado  en  los  principios 
cristianos  y  animado  por  su  espíritu,  como  fiel  intérprete  de  la  sincera 
y  fiel  reverencia  de  los  fieles  ha  retratado  a  María,  desde  el  Concilio 
de  Efeso,  como  Reina  y  Emperatriz,  sobre  trono  real,  con  corona  y 
diadema  reales,  rodeada  de  una  corte  de  ángeles  y  santos".  La  Icono- 
grafía sagrada  se  enriquece  hasta  presentar  al  Divino  Redentor  en  los 
Cielos  coronando  a  su  Madre  con  espléndida  diadema. 

La  Madre  del  Divino  Rey  es  la  Reina  Madre. 

Dos  cosas  son  necesarias  al  hombre  para  conseguir  su  eterno  des- 
tino: el  amor  a  María  Santísima  y  a  Jesús  Sacramentado.  El  amor  a 
María  y  a  la  Sagrada  Eucarisíía  se  reducen  a  uno  solo,  pues,  que  uno 
solo  es  el  supremo  manantial  que  los  produce,  fomenta  y  perfecciona. 

La  Sagrada  Eucaristía,  donde,  como  en  su  mismo  origen  bebemos 
la  gracia,  el  amor  y  el  espíritu  de  Dios,  es  también  la  fuente  de  vida 
eterna  de  donde  dimana  a  raudales  el  verdadero  afecto  filial  y  la  só- 
lida devoción  a  María.  Por  eso  María  aparece  en  la  Escritura,  en  fra- 
se de  Ezequiel,  como  la  puerta  oriental  de  Santuario,  como  la  aurora 
que  anuncia  al  Sol  Divino  y  Eterno  y  como  el  trono  donde  descansa  y 
tiene  su  morada  el  Verbo  de  Dios,  y  desde  donde  tiene  sus  delicias 
en  morar  con  los  hijos  de  los  hombres . 


40 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


La  Eucaristía  es  la  carne  y  la  sangre  del  Redentor,  carne  y  san- 
gre que  son  el  manjar  necesario  para  la  vida  del  alma  y  para  resurec- 
ción  del  cuerpo .  / 

La  Madre  de  Dios  dió  la  vida  al  Hombre-Dios.  El  Hombre-Dios 
dá  a  la  humanidad  la  vida  por  el  misterio  de  su  propio  cuerpo  y  sangre. 

Pero  es  también  Maria  la  singular  cooperadora  de  nuestra  reden- 
ción, dando  de  sus  propias  entrañas  y  ofreciendo  a  su  Divino  Hijo  por 
nosotros.  De  este  vinculo  con  Cristo  Rey  adquiere  María  un  esplen- 
dor y  eminencia  que  supera  la  excelencia  de  todos  los  seres.  De  ahí 
procede  la  eficacia  de  su  intercesión  maternal  ante  el  Hijo  de  Dios  y 
ante  el  Padre  Celestial,  eficacia  tan  extraordinaria  que  se  la  llama,  la 
Omnipotencia  Suplicante. 

Tres  son  las  causas  que  mueven  nuestro  corazón  al  amor:  la  bon- 
dad y  la  hermosura,  el  conocimiento  y  la  semejanza  según  Tomás  de 
Aquino. 

• 

Discurso  del  Señor  Doctor  Alejandro  Freundt 
Rosell,  Ministro  de  Justicia  y  Culto,  en  nombre 
del  Gobierno  de  la  República. 

Eminencia  Reverendísima 

Excelencias, 

Señoras  y  señores: 

Reiteración  de  Fe;  despertar  de  las  llamas  del  espíritu;  elevación 
de  corazones;  confirmación  del  credo  que  vive  latente  en  las  concien- 
cias; unificación  de  sentimientos  que  comulgando  en  la  misma  religión 
avivan  el  de  la  Patria;  corriente  incontenible  que  desborda  cauces,  des- 
truye la  indiferencia  y  la  apatía,  incorporando  a  su  fuerza  a  quienes  na- 
cieron bajo  la  Cruz;  luz  sin  crepúsculo;  horizonte  infinito  que  hace  bri- 
llar las  creencias  de  la  Catolicidad  pura  y  resuelta  de  quienes  somos 
peruanos;  emoción  profunda  que  se  mantiene  vibrante  desde  el  inicio 
preparatorio  de  este  Congreso,  y  que  encendiendo  sin  desmayos  todo 
el  vasto  territorio  de  nuestra  soberanía,  llega  a  su  culminación  esplen- 
dorosa en  la  semana  que  ayer  principió  y  en  las  magnas  ceremonias 
con  que  toda  una  Nación  con  fervor  insuperado  rinde  el  homenaje  de 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


41 


SU  adoración  sin  reservas  al  Supremo  Hacedor  de  Cielo  y  Tierra;  al 
Creador  de  la  vida;  a  quien  hizo  al  Hombre  a  su  imagen  y  semejan- 
za, lo  bendijo  y  ordenó  la  propagación  del  género  humano,  encarnán- 
dose hace  cerca  de  dos  mil  años  para  difundir  de  nuevo  su  Doctrina 
y  por  el  sufrimiento  redimirnos  del  pecado;  al  Dios  Creador,  Legisla- 
dor, Salvador,  cuya  palabra  está  en  el  Evangelio;  a  quien  instituyó  los 
Sacramentos,  canales  de  la  Gracia  que  producen  pureza,  luz  y  rectitud; 
a  quien  hizo  de  su  Iglesia  columna  do  la  Verdad  con  las  bíblicas  pa- 
labras: "Tú  eres  Pedro  y  sobre  esta  Piedra  edificaré  mi  Iglesia  y  las 
puertas  del  infierno  no  prevalecerán  contra  ella";  al  Ser  Supremo  que 
al  instituir  la  Eucaristía  en  el  exceso  de  su  munificiente  bondad,  nos 
elevó  al  orden  sobrenatural,  levantándonos  a  altura  infinitamente  su- 
perior a  todo  lo  que  exigía  nuestra  naturaleza,  manifestación  de  su  sa- 
biduría y  misericordia  que  al  consumar  la  redención  del  hombre  y 
volver  al  seno  del  Eterno  Padre  nos  dejó  su  cuerpo  místico:  "He  aquí 
que  yo  estoy  con  vosotros  hasta  la  consumación  de  los  siglos";  insti- 
tución sublime  de  la  Eucaristía,  conjunto  de  la  grandeza  del  Señor,  pro- 
digio por  el  que  ocupando  su  lugar  en  el  Cielo  hizo  del  ser  humano  su 
Tabernáculo  en  la  Tierra . 

Semana  a  la  vez  de  privilegio  en  la  que  rendimos  nuestro  fervor 
filial  a  María  Santísima,  Soberana  de  Cielos  y  Tierra,  Reina  de  los 
Angeles,  de  los  Santos  y  de  los  Hombres,  precisamente  cuando  se  cum- 
ple una  Centuria  que  Pío  IX  el  Grande  en  su  "Bulla  Ineffabilis"  pro- 
nunció Urbi  et  Orbi,  el  fallo  dogmático  sobre  su  Concepción  Inmacu- 
lada, y  cuando  hace  cuatro  años.  Pío  XII  inspirado  por  la  luz  sobrena- 
tural y  con  la  unánime  opinión  del  Episcopado  y  el  ansia  de  la  huma- 
nidad Católica,  proclamó  el  Dogma  de  la  Asunción  en  cuerpo  y  alma 
a  los  Cielos,  dejando  definida  su  Realeza  por  nadie  discutida.  Obra 
Maestra  del  Creador,  la  primera  en  la  mente  divina,  la  más  perfecta 
en  el  cuadro  de  todas  las  criaturas,  la  más  admirable  en  su  existencia 
terrestre;  Sol  de  grandeza  y  hermosura,  estrella  de  salud,  llena  de  gra- 
cia, objeto  eterno  de  la  complacencia  de  Dios,  Madre  de  todos  los  mor- 
íales, máxima  intorcesora  ante  las  gradas  del  Altísimo,  eficiente  leni- 
tivo de  la  Humanidad  que  enjuga  nuestras  lágrimas  y  esfuerza  nuestra 
debilidad  para  soportar  la  pesadumbre  de  los  males,  mostrándonos  en 
su  heroísmo  el  modelo  que  debemos  elevarnos  a  imitar. 

Y  en  este  Congreso  Eucarístico  y  Mariano,  Su  Santidad  nos  ha- 
ce el  gran  honor  de  enviarnos  desde  la  Augusta  Roma,  a  uno  de  los 
más  ilustres  Príncipes  de  la  Iglesia,  Su  Eminencia  el  Cardenal  Fede- 
rico Tedeschini,  que  Lima  recibe  en  grandiosa  y  multitudinaria  maní- 


42 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


festación  de  alegría,  de  respeto  y  acatamiento  sincero  a  su  elevadísima 
representación  y  a  su  obra  múltiple,  brillante  y  larga  desempeñada  al 
lado  de  Pontífices  como  León  XIII,  Benedicto  XV,  San  Pío  X,  Pío  XI 
y  Pío  XII  que  sucesivamente  confiaron  a  su  saber,  a  sus  virtudes  y  a 
su  esfuerzo,  que  el  trabajo  no  cansó  jamás,  cargos  de  relieve  como  los 
de  Canónigo  Lectora!  de  Rieti,  Minutante  de  la  Secretaria  de  Estado, 
Camarero  y  Prelado  Doméstico  de  Su  Santidad,  Canciller  de  Breves 
Apostólicos,  Sustituto  de  la  Secretaría  de  Estado  de  la  Cifra,  Consul- 
tor del  Santo  Oficio,  Nuncio  Apostólico  ante  la  Madre  Patria,  Data- 
rio  Pontificio,  Obispo  de  Frascati,  Archipreste  de  la  Patriarcal  Basílica 
Vaticana  y  Cardenal  de  la  Orden  de  los  Obispos  del  Titulo  de  Santa 
María  de  la  Victoria  desde  hace  21  años,  quien  por  singular  y  feliz 
coincidencia  nació  un  día  12  de  octubre,  fecha  que  lo  vincula  estrecha- 
mente con  la  fiesta  anual  matriz  del  Continente,  fiesta  de  la  Raza,  fies- 
ta de  la  América . 

Altísimo  honor  que  aprecia  con  vigor  intenso  nuestra  Patria  tan 
de  veras  unida  en  su  historia  a  la  Doctrina  Santa  de  la  Iglesia,  desde 
la  edad  remota  en  que  los  Conquistadores  Españoles  nos  trajeron  con 
la  civilización  de  Europa,  el  sublime  Estandarte  del  Crucificado. 

Misioneros  y  soldados  la  esparcieron  en  nuestro  vasto  territorio  sal- 
vando desiertos,  arenales  y  montañas,  vadeando  caudalosos  ríos  e  in- 
ternándose en  la  selva  rebelde  y  dilatada.  La  Fe  de  Cristo  penetró  en 
la  conciencia  de  sus  moradores  y  ella  nunca  abandonó  la  marcha  orga- 
nizada de  la  Colonia  en  los  siglos  dei  Virreinato,  infundió  valor  y  en- 
tereza en  las  luchas  por  la  Independencia  y  presidió  soberana  el  esta- 
blecimiento de  la  República,  alentando  a  todos  los  Gobiernos  que  nos 
han  regido  hasta  la  fecha. 

El  Perú  recibió  siempre  la  protección  bendita  del  Altísimo  que  ha 
mirado  nuestra  tierra  con  singular  predilección  haciendo  brotar  sublimes 
flores  de  santidad  que  hoy  día  engalanan  los  Altares  o  merecen  tan  ex- 
celso galardón,  son  nuestro  más  legítimo  orgullo  y  reciben  la  venera- 
ción universal:  Santa  Rosa  de  Lima,  la  Rosa  más  preciada  de  la  Amé- 
rica; el  Beato  Fray  Martín  de  Porres,  Patrono  de  la  Justicia  Social; 
la  Venerable  Madre  Monteagudo;  el  Apostólico  y  Venerable  Padre 
Francisco  del  Castillo  que  en  la  Capilla  de  Nuestra  Señora  de  los  Des- 
amparados instituyera  la  hoy  universal  devoción  de  las  Tres  Horas  en 
el  Viernes  Santo;  la  Beatita  de  Humay;  el  Siervo  Nicolás  Ayllón;  el 
Venerable  Fray  Pedro  de  Urraca;  el  Beato  Fray  Juan  Masías;  Santo 
Toribio  de  Mogrovejo  Arzobispo  de  esta  Capital;  y  San  Francisco  So- 
lano, Su  Apóstol,  de  donde  partiera  a  la  conquista  Evangélica  del  Tu- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


43 


cumán  y  del  Paraguay;  varones  los  cuatro  últimos  que  si  bien  nacie- 
ron en  el  Solar  de  la  Raza,  al  Perú  legítimamente  pertenecen  porque 
aquí  floreció  el  ramillete  sagrado  de  sus  virtudes;  constelación  de  es- 
trellas, ofrenda  de  la  Patria  al  Trono  del  Señor. 

Por  tan  inmarcesibles  títulos  por  la  protección  uniforme  brindada  a 
la  Iglesia  en  todos  los  períodos  de  nuestra  Democracia,  marcada  de  ex- 
cepcional relieve  por  el  espíritu  religioso  del  actual  Jefe  del  Estado  al 
subvencionar  con  largueza  a  los  Seminarios  Diocesanos  y  a  la  labor 
Misional,  al  proporcionar  medios  para  la  reconstrucción  y  reparación 
de  innúmeros  Templos,  al  erigir  a  la  vez  dos  magníficos  Santuarios,  re- 
cién inaugurados  y  al  prestar  su  decidido  apoyo  a  cuanto  atañe  a  nues- 
tro Culto  y  al  éxito  de  estas  Jornadas  Eucarísticas;  el  Perú,  fiel  a  la 
Silla  de  San  Pedro,  de  catolicidad  recia  y  profunda,  es  uno  de  los  hi- 
jos predilectos  de  la  Iglesia,  calidad  que  defiende,  ya  que  en  su  pue- 
blo nunca  penetró  el  hálito  emponzoñado  de  la  apostasía,  rechazando 
el  bárbaro  sistema  del  materialismo  ateo  y  comunista,  el  Perú,  repito, 
aprecia  el  honor  que  le  discierne  Su  Santidad  Pío  XII,  en  estas  horas 
memorables  que  Lima  vive  bajo  la  unión  estrecha  de  todos  los  perua- 
nos, cuyas  filas  compactas  arden  en  profundo  fervor,  en  acendrada  pie- 
dad al  Dios  Eucaristía  y  a  la  Virgen  Santísima,  elevando  hasta  la 
Mansión  Celestial  ferviente  súplica  para  que  el  Divino  Poder  conserve 
y  acreciente  la  Paz,  Paz  de  la  Patria,  Paz  de  las  Naciones,  Paz  de  los 
hombres,  que  ella  se  logre  acatando  las  enseñanzas  de  Cristo  y  de  la 
Iglesia,  observando  dóciles  los  mandamientos  de  la  Ley  Suprema;  fre- 
cuentando los  Sacramentos,  ejercitando  las  virtudes,  prodigando  el  bien 
a  nuestros  semejantes,  respetando  sus  derechos  que  no  sólo  son  los 
que  constan  en  las  leyes,  sino  los  que  inspira  la  razón  natural;  aborre- 
ciendo el  crimen  y  los  bajos  sentimientos  que  alimentan  torcidos  la  ma- 
ledicencia y  la  calumnia,  cáncer  corrosivo  que  mina  a  la  sociedad  cau- 
sando daños  que  siempre  son  funestos  e  imborrables,  pero  que  traen 
tarde  o  temprano  con  la  justificada  ira  del  Altísimo,  el  condigno  casti- 
go a  quienes  inconscientes  utilizan  la  ponzoña  para  satisfacer  los  bajos 
apetitos  de  la  envidia;  induciendo  a  la  caridad  para  con  el  prójimo,  su- 
blimando la  humildad  y  consiguiendo  el  imperio  del  bien,  la  recristia- 
nización de  los  hogares  y  todo  lo  que  encamine  al  engrandecimiento  de 
la  Patria,  dentro  de  la  Religión  verdadera,  que  ancestralmente  lo  fue 
de  sus  mayores  y  que  continúa  siendo  la  llama  inextinguible  de  su  vida. 

Eminencia  Reverendísima:  Con  el  intenso  pesar  de  la  reciente  pér- 
dida del  Eminentísimo  y  Venerable  organizador  de  este  Congreso,  Car- 
denal Guevara,  ejemplar  Pastor  de  la  feligresía;  con  nuestro  rendido 


44 


V  CONGRESO  EUCARÍbTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


agradecimiento  por  vuestra  calificada  presencia  entre  nosotros:  haced 
llegar  al  Soberano  Pontífice,  amado  Padre  Pío  XII,  junto  con  la  ple- 
garia que  elevamos  al  Cielo  por  su  salud,  el  convencimiento  que  habéis 
de  alcanzar  en  estos  días,  de  que  el  Perú,  fiel  a  su  tradición,  prosterna 
su  rodilla  ante  Jesús  Crucificado,  Dios  Omnipotente  y  ante  su  excelsa 
Madre  la  Virgen  Santísima,  implora  su  protección  infinita  y  unido  y 
fiel  a  la  Iglesia  Católica,  Apostólica  y  Romana,  pide  la  bendición  de 
quien  sabia  y  dulcemente  la  gobierna  como  su  Pontífice  máximo. 


JUEVES  9  DE  DICIEMBRE 


DIA  DE  LA  PATRIA 


INTENCION: 


Por  la  unidad  espiritual  del  Perú. 


CAMPO  EUCARISnCO 


A  horas 


7.30  a.m. 


Delegaciones  de  las  Fuerzas  Armadas  trasladarán  procesio- 
nalmente  la  Imagen  de  Nuestra  Señora  de  Las  Mercedes,  Pa- 
trona  de  las  Armas  y  Maríscala  de  los  Ejércitos  del  Perú,  de 
su  Santuario,  al  Campo  Eucarístico. 


El  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Carlos  M .  Jurgens, 
Vicario  General  Castrense,  oficiará  la  Santa  Misa  y  pronun- 
ciará la  alocución . 

Discurso  del  Señor  General  de  Brigada  Don  Carlos  A.  Mi- 
ñano,  Ministro  de  Guerra,  en  nombre  de  las  Fuerzas  Arma- 
das del  Perú. 

Te-Detim,  en  acción  de  gracias. 


Las  Delegaciones  de  las  Fuerzas  Armadas,  llevarán  procesio- 
nalmente  la  Imagen  de  Nuestra  Señora  de  Las  Mercedes  del 
Campo  Eucarístico,  a  su  Santuario. 

Cantos. — Salve,  salve  cantaban,  María  —  Coro  General  y  Banda. 


A  horas 


9.00  a.m. 


A  horas 


11.00  a.m. 


Nombre  Dulcísimo 

el  Coro  Polifónico. 


Cimatti 


—  Coro  a  dos  voces  iguales,  por 


Firme  la  Voz  —  Coro  y  Banda. 


46 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


O  Quam  Amabilis  —  N.  N.  Motete  a  tres  voces  mixtas,  por  el 
Coro  Polifónico. 

Cantemos  al  Amor  de  los  Amores  —  Coro  y  Banda. 

Yo  fe  Adoro  Hostia  Divina  —  Coro  y  Banda. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales. 

A  horas  12.00  m. 

Sesión  Solemne  en  la  Municipalidad  de  Lima. 

El  Eminentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Federico  Cardenal 
Tedeschini,  Legado  Pontificio,  será  declarado  Huésped  Ilustre 
de  la  ciudad  de  Lima. 

Tarde 

A  horas  6.30  p.m. 
Angelus . 

Llegada  al  Campo  Eucarístico,  del  Eminentísimo  y  Reverendí- 
simo Señor  Federico  Cardenal  Tedeschini,  Legado  Pontificio. 

Marcha  Pontificia  —  Coro  y  Banda. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales . 

Saludo  de  las  Delegaciones  Extranjeras. 

"La  Unidad  Espiritual  del  Peni",  discurso  del  Señor  Doctor 
Don  Víctor  Andrés  Belaúnde. 

Tu  es  Petrus  —  Ravanello  —  Motete  a  4  voces  mixtas. 

"La  Eucaristía  y  la  Educación  Cristiana",  discurso  del  Exce- 
lentísimo y  Reverendísimo  Señor  Víctor  Alvarez,  Obispo  de 
Ayacucho . 

Cántate  Domino  —  Hassler  —  Motete  a  4  voces  mixtas,  por 
el  Coro  Polifónico. 

Exposición  del  Santísimo  Sacramento. 
Christus  Vincit  —  Coro  y  Banda. 

Tantum  Ergo  —  Aicúa  —  Himno  a  4  voces  mixtas,  por  el 
Coro  Polifónico. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


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El  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Aurelio  Guerrero, 
Arzobispo  de  Trujillo,  impartirá  la  Bendición  con  el  Santísi- 
mo Sacramento. 

Alabado  sea  el  Augusto  —  Coro  y  Banda. 

Desde  antes  de  las  7  de  la  mañana  las  tropas  de  la  Guarnición  de 
Lima  comenzaron  a  llegar  al  Campo  Eucarístico  tomando  los  empla- 
zamientos señalados  por  la  Superioridad.  Actuó  de  Jefe  de  Línea  el 
General  de  Brigada  Dn.  Juan  Mendoza  R.,  Comandante  General  de  la 
División  Blindada . 

A  las  7  y  30  la  Virgen  de  Las  Mercedes,  Patrona  y  Gran  Maris- 
cala  de  las  Armas  del  Perú,  fue  sacada  en  hombros  en  su  Basílica  y 
sobre  una  cureña  de  cañón  se  le  condujo  procesionalmente  al  Cam.po 
Eucarístico,  escoltada  por  cadetes  de  las  Escuelas  Naval,  Militar,  Aero- 
náutica y  de  la  Guardia  Civil  y  acompañada  por  los  Rvdos.  Padres 
Mercedarios  y  numerosos  fieles . 

Poco  antes  de  las  9  y  30  el  Legado  Pontificio  Emmo.  Cardenal 
Federico  Tedeschini  llegó  al  Campo  Eucarístico  acompañado  de  su  sé- 
quito integrado  por  Mons.  Guiseppi  Cattani;  Mons.  Alfredo  Orpelli; 
Mons.  Pedro  Rodolfi;  Dr.  Octavio  Flagani;  Dr.  Guillermo  Radeschi- 
ni;  el  Caballero  Pagani  di  Natali,  Maestro  de  sala  y  el  Sr.  Rómulo  Be- 
nabas,  Gran  Oficial  de  Capa  y  Espada.  También  lo  acompañaban  el 
Dr.  José  Félix  Aramburú,  Embajador  en  el  Servicio  Diplomático,  nom- 
brado por  el  Ministerio  de  RR.  EE.  Adjunto  al  Cardenal  Legado;  el 
Coronel  Héctor  Bejarano,  Adjunto  Militar  y  los  Monseñores  Hernan- 
do Vega  Centeno  y  Luis  Lituma  Portocarrero,  Deán  y  Chantre,  res- 
pectivam.ente,  del  Cabildo  Metropolitano,  nombrados  Prelados  Asisten- 
tes. 

Las  tropas  le  rindieron  los  honores  de  estilo. 

Al  pie  de  la  escalinata  que  conduce  al  Altar  lo  esperaba  el  Excmo. 
Sr.  Arzobispo  Coadjutor  de  Lima,  Presidente  de  la  Junta  Organiza- 
dora del  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano,  acompañado  de 
los  Prelados  peruanos  y  extranjeros. 

El  Emmo.  Cardenal  Legado  ocupó  el  Trono  Cardenalicio  coloca- 
do a  la  derecha  del  Altar. 

El  toque  de  la  Marcha  de  Banderas  anunció  la  presencia  en  el 
Campo  Eucarístico  del  Presidente  de  la  República,  General  de  Divi- 


48 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


sión  Manuel  A.  Odría.  Lo  acompañaban  el  Ministro  de  Guerra.  Ge- 
neral de  Brigada  Dn.  Carlos  A.  Miñano;  el  Jefe  de  su  Casa  Militar, 
Coronel  Dn.  Manuel  Valencia  Astete  y  los  Edecanes  de  Servicio. 

Después  de  recibir  el  saludo  del  Excmo.  Vicario  Capitular  Mons. 
Juan  Landázuri  Ricketts,  el  Señor  Presidente  de  la  República  se  di- 
rigió a  la  Tribuna  Oficial.  En  ella  tomaron  asiento  a  su  derecha:  el 
Ministro  de  Guerra,  General  de  Brigada  Carlos  A.  Miñano;  el  Minis- 
tro de  Relaciones  Exteriores,  Dr.  David  Aguilar  Cornejo;  el  Ministro 
de  Justicia  y  Culto,  Dr.  Alejandro  Freundt  Rosell;  el  Ministro  de  Fo- 
mento y  Obras  Públicas,  Ingeniero  Fernando  Noriega  Calmet;  y  el  Mi- 
nistro de  Salud  Pública  y  Asistencia  Social,  Dr.  Armando  Montes  de 
Peralta.  A  su  izquierda  se  hallaban  el  Presidente  del  Consejo  de  Mi- 
nistros y  Ministro  de  Marina,  Vicealmirante  Roque  A.  Saldías;  el  Mi- 
nistro de  Gobierno  y  Policía,  Coronel  Augusto  Romero  Lovo;  el  Minis- 
tro de  Educación  Pública,  Teniente  Coronel  Carlos  González  Iglesias 
y  el  Ministro  de  Agricultura,  Ingeniero  Jaime  Miranda  Sousa. 

Iniciando  la  solemne  ceremonia  el  Comandante  Tafur  da  lectura  a 
la  Resolución  Suprema  que  manda  se  condecore  a  la  Virgen  de  Las 
Mercedes . 

El  General  Odría  acompañado  de  los  Ministros  de  Marina  y  de 
Guerra  y  de  los  miembros  de  su  Casa  Militar  se  acerca  a  la  venerada 
imagen  de  la  Patrona  y  Gran  Maríscala  ce  las  Armas  del  Perú  y  le 
impone  la  Condecoración  de  Gran  Cruz  de  la  Orden  Militar  de  Aya- 
cucho  en  medio  de  entusiastas  aclamaciones. 

El  Excmo.  Sr.  Carlos  Jurgens,  Vicario  General  Castrense,  celebra 
el  Santo  Sacrificio  de  ¡a  Misa  y  en  fervorosa  y  patriótica  alocución  exal- 
ta el  catolicismo  del  soldado  peruano,  citando  diversos  pasajes  de  nues- 
tra historia  en  los  cuales  se  evidencia  la  fe  cristiana  de  nuestros  héroes. 

Vibran  en  el  aire  los  metales .  Los  soldados  presentan  armas .  La 
Hostia  blanca  se  eleva  en  las  manos  del  Prelado  celebrante.  Todos 
adoran  al  Rey  de  las  Naciones. 

Se  escucha  la  voz  del  sacerdote  que  dirige  la  ceremonia  pidiendo 
a  los  soldados  que  repitan  con  él  las  palabras  del  Centurión  romano, 
soldado  como  ellos,  cuya  fe  mereció  el  elogio  de  Cristo:  "Señor  yo  no 
soy  digno  de  que  entres  a  mi  pobre  morada,  más  di  una  sola  palabra 
y  quedará  sana  mi  alma". 

Los  Prelados  seguidos  de  más  de  cincuenta  sacerdotes  descienden 
del  Altar  acompañados  de  los  Seminaristas  de  Santo  Toribio  para  dis- 
tribuir la  Sagrada  Comunión.  El  Excmo.  Señor  Presidente  de  la  Re- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


49 


pública  es  el  primero  en  recibirla;  luego  lo  hacen  los  miembros  del  Ga- 
binete y  los  14.000  soldados  de  la  guarnición  de  Lima. 

Sobre  el  cielo,  la  Fuerza  Aérea  rinde  su  homenaje:  una  escuadrilla 
vuela  en  formación  dibujando  una  cruz. 

Terminada  la  Misa,  el  General  Carlos  A .  Miñano,  Ministro  de 
Guerra,  proclama  en  nombre  de  las  Fuerzas  Armadas  la  catolicidad  del 
Perú.  Una  fuerte  ovación  sigue  a  sus  encendidas  palabras. 

El  Excmo.  Vicario  Castrense  entona  el  Te  Deum. 

De  todos  los  corazones  sube  la  acción  de  gracias  al  Señor  de  los 
Ejércitos . 

El  Emmo.  Cardenal  Legado,  en  emocionada  improvisación,  agra- 
dece al  Señor  Presidente  de  la  República  y  a  los  miembros  de  los  Ins- 
titutos .A.rmados  la  demostración  de  fe  que  acaba  de  contemplar;  de 
esa  fe,  dice,  que  es  capaz  de  obrar  milagros . 

Un  numeroso  grupo  de  señoras  obsequia  a  los  Jefes  y  soldados  de 
la  guarnición  de  Lima  pequeñas  medallas  en  recuerdo  de  la  emocio- 
nante ceremonia  cumplida  en  el  día  aniversario  de  la  batalla  de  Aya- 
cucho,  dedicado  a  la  Patria,  en  el  V  Congreso  Eucarístico  Nacional 
y  Mariano. 

Al  retirarse  del  Campo  Eucarístico  el  Excmo.  Sr.  Presidente  de 
la  República  es  saludado  con  una  larga  y  espontánea  ovación. 

La  imagen  condecorada  de  la  Virgen  de  Las  Mercedes,  luciendo 
sobre  el  pecho  la  Gran  Cruz  de  la  Orden  Militar  de  Ayacucho,  re- 
gresa procesionalmente  a  su  Santuario.  Avanza  mostrando  en  sus  ma- 
nos los  grillos  rotos  de  los  cautivos  y  recogiendo  la  súplica  de  sus  hi- 
jos que  le  ruegan  por  un  Perú  católico,  unido  y  libre. 

A  las  12.00  m.  la  Municipalidad  de  Lima,  en  sesión  solemne  de- 
clara Huésped  Ilustre  al  Eminentísimo  Cardenal  Legado,  le  hace  en- 
trega de  las  Llaves  de  la  Ciudad  y  luego  ofrece  una  recepción  en  su  ho- 
nor. El  Alcalde  señor  Luis  T.  Larco  subraya  en  su  discurso  la  tradi- 
ción católica  de  Lima  y  el  espíritu  religioso  de  su  historia. 

La  concurrencia  de  los  fieles  al  Campo  Eucarístico  aumenta  cada 
tarde. 

Aún  parece  escucharse  el  eco  de  los  sones  marciales  de  la  maña- 
na, cuando  las  campanas  del  Angelus  anuncian  el  comienzo  de  la  cere- 
monia vespertina. 

Mons.  Francisco  Rubén  Berroa,  Obispo  de  lea,  en  representación 
de  la  Provincia  Eclesiástica  de  Lima;  Mons.  Casimiro  Morcillo,  Obis- 


50 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


po  de  Bilbao  y  Mons.  Abel  Antezana,  Arzobispo  de  La  Paz,  expre- 
san su  saludo  en  significativas  palabras. 

La  unidad  espiritual  del  Perú  es  la  intención  del  día  y  es,  tam- 
bién, el  tema  del  brillante  discurso  que  pronuncia  el  destacado  intelec- 
tual Víctor  Andrés  Belaúnde. 

"Hay  un  tesoio,  dice,  al  que  no  podemos  renunciar;  hay  una  esen- 
cia que  constituye  la  esencia  de  la  nacionalidad:  es  la  unidad  espiri- 
tual que  ha  creado  en  nosotros  la  fe  católica.  He  dicho  que  este  Con- 
greso está  simbolizado  por  dos  palabras:  gratitud  y  plegaria.  Grati- 
tud para  el  pasado,  plegaria  para  las  necesidades,  los  peligros  y  las 
esperanzas  del  porvenir". 

Mons.  Víctor  Alvarez,  Obispo  de  Ayacucho,  con  su  experiencia  de 
maestro  y  Salesiano  y  con  su  apostólico  fervor  de  Prelado,  desarro- 
lla el  tema:  "La  Eucaristía  y  la  educación  cristiana",  expresando  que 
el  problema  de  la  educación  debe  resolverse  en  la  verdad  y  en  la  ca- 
ridad. 

Con  gran  solemnidad,  Mons.  Abel  Antezana,  Arzobispo  de  La 
Paz,  expone  el  Santísimo  Sacramento. 

El  Coro  inicia  el  Himno  que  pregona  el  poder  y  la  realeza  de  Cris- 
to. 

La  multitud  repite  con  unción:  "Christus  vincit.  Christus  regnat. 
Christus  imperat". 

Y  estas  palabras  traducen  el  significado  profundo  del  homenaje  ren- 
dido a  Jesucristo  Sacramentado  en  el  Día  de  la  Patria. 

Homenaje  que  es  acatamiento  y  clamor,  ruego  y  afirmación. 

El  Excmo.  Sr.  Arzobispo  de  La  Paz  imparte  de  Bendición  con 
el  Santísimo  Sacramento. 

• 

Discurso  del  General  Carlos  A.  Miñano  M., 
Ministro  de  Estado  en  el  Despacho  de  Guerra. 

En  este  día  grandioso  del  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Ma- 
riano, dedicado  exclusivamente  a  nuestra  Patria  y  reunidos  al  pie  de 
esta  Cruz  que  es  símbolo  de  sacrificio  y  de  fe,  toca  a  las  Fuerzas  Ar- 
madas del  Perú  rendir  público  y  contrito  homenaje  al  Supremo  Hace- 
dor del  orden  universal. 

El  Perú  entero,  católico  por  tradición,  y  hoy  a  través  de  sus  ele- 
mentos armados  no  puede  dejar  de  hacer  pública  profesión  de  fe  acer- 


el  Excmo.  Mons.   Carlos  M.  Jurgens,   Vicario  General  Castrense,  pronuncia  su 

alocu  ción 


...el  General  de  Brtíjada  ¡)on  Carlos  A. 
Miñ''>no,  Ministro  de  Guerra,  habla  a  nom- 
bre de  las  Fuerzas  Armadas  del  Perú .  .  . 


.  .  estrado  oficial  en  el  día  de  la  Patria .  .  . 


■  * 


...el  Sr .    Presidente  de 
la  República  abandona  el 
Campo  Eucaristico .  .  . 


Excmo.  y  Rvdmo.  Mons.  Víc- 
tor Alvarez .   "La  Eucaristía  y 
la  educación  cristiana" 


Doctor  Víctor  Andrés  Be 
launde.  "...la  esencia  de  la 
nacionalidad  es  la  unidad 
espiritual  que  ha  creado 
en  nosotros  la  fe  católi- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


51 


cándese  a  este  Altar  para  encomendar  sus  destinos  a  los  altos  desig- 
nios de  Dios. 

Porque  en  medio  de  la  sociedad  humana,  la  Iglesia  de  Cristo  pre- 
valece como  "pilar  y  campo  de  verdad";  porque  enseña  principios  mo- 
rales inconmovibles,  y  porque  desde  la  época  del  Pontífice  Pío  XI  se 
ocupa  francamente  de  todos  los  aspectos  morales  de  la  vida  social  y 
económica  del  individuo;  porque  la  verdad,  la  ley  y  la  justicia  divinas 
al  perfeccionar  las  relaciones  sociales  sirven  la  causa  de  la  verdadera 
paz  del  mundo;  los  representantes  de  la  Marina,  de  la  Aviación,  del 
Ejército,  y  de  la  Policía  aquí  presentes  nos  sentimos  satisfechos  y  or- 
gullosos de  ofrendar  nuestra  fe  y  devoción  al  servicio  de  los  superio- 
res ideales  de  la  Iglesia. 

Identifiquémonos  con  los  anhelos  de  nuestro  Santo  Padre  Pío  XII 
y  dejando  de  lado  falsos  principios  que  generan  falsas  líneas  de  con- 
ducta, formulemos  votos  porque  el  espíritu  de  Cristo  reine  en  nuestras 
mentes  y  en  nuestros  corazones  como  guía  de  perfeccionamiento  moral 
y  espiritual. 

Que  nuestro  Gobierno,  teniendo  en  cuenta  la  naturaleza  moral  y 
religiosa  de  los  peruanos,  fortalezca  su  fe  y  haga  que  el  hogar,  la 
Escuela  y  la  Universidad  o  el  Cuartel  constituyan  santuarios  de  per- 
feccionamiento patriótico  de  nuestras  juventudes . 

Que  bajo  los  auspicios  de  este  V  Congreso  Eucarístico  Nacional 
y  Mariano  el  Hijo  de  Dios  proteja  y  guíe  al  Perú;  que  nuestros  sen- 
timientos de  amor  a  la  Patria  y  de  respeto  y  amor  a  Dios  se  confun- 
dan y,  en  toda  circunstancia  de  la  vida,  actuemos  y  luchemos  por  Dios 
y  por  la  Patria. 

• 

Discurso  del  Señor  Doctor  Víctor  Andrés  Be- 
launde . 

En  estos  días  memorables  hemos  visto  reunirse  al  pie  de  esta  Cruz 
a  inmensas  multitudes  representativas  del  alma  peruana.  Niños,  mu- 
jeres, ancianos,  profesionales  y  trabajadores,  han  venido  aquí  a  parti- 
cipar de  la  mesa  eucarística,  agregando  a  la  unidad  religiosa  los  sen- 
timientos de  la  más  intensa  comunidad  patriótica .  Hoy,  los  soldados 
de  nuestro  Ejército  han  formado  la  guardia  de  honor  ante  Jesús  Sa- 
cramentado. El  Perú  entero  en  su  personalidad  viviente  y  perenne  ha 
rendido  homenaje  a  nuestro  Redentor.  Esta  visión  nos  produce  un  sen- 


52 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


timiento  de  sublimidad  y  de  majestad  indescriptibles.  Es  el  alma  mis- 
ma del  Perú  la  que  se  ha  manifestado  en  estos  dias  en  su  aspecto  más 
alto  y  glorioso:  el  de  su  sentimiento  religioso,  el  de  su  aspiración  hacia 
Dios. 

Para  subrayar  la  prestancia  de  estos  momentos,  S.  S.  el  Papa  ha 
querido  obsequiarnos  con  su  presencia,  pues  tal  significado  tiene  el  via- 
je de  un  Legado  a  látete,  prolongación  de  la  persona  misma  del  Pontí- 
fice. Y  en  este  caso  particular,  esa  representación  queda  reiterada  por 
la  amistad  fraternal  que  lo  une  a  la  persona  de  Pío  XII .  Me  parece 
contemplar  su  egregia  figura,  presidiendo  esta  reunión.  Pío  XII,  por 
designio  providencial,  es  no  sólo  un  gran  Pontífice  en  la  lista  de  los 
Jefes  de  la  Iglesia  Católica;  es  además  por  el  reconocimiento  explíci- 
to y  el  homenaje  inequívoco  de  ciertos  sectores  protestantes,  el  vocero 
de  la  cristiandad,  la  encarnación  suprema  de  los  valores  espirituales  en 
esta  hora  de  crisis.  El  dice  las  palabras  oportunas  y  definitivas  y  se- 
ñala los  rumbos  indeclinables.  Cuando  levanta  sus  manos  descarnadas 
y  frágiles  parece  recoger  todas  las  plegarias  de  la  tierra  para  presen- 
tarlas al  Cielo,  y  cuando  las  vuelve  hacia  !a  tierra  parece  traer  sobre 
ella  todas  las  bendiciones  del  Cielo. 

Hay  sólo  una  nota  triste  en  este  concurso  de  majestad  y  de  ale- 
gría. Hay  un  solio  cardenalicio  vacío:  el  que  debía  ocupar  el  Prima- 
do de  la  Iglesia  Peruana,  Juan  Gualberto,  Cardenal  Guevara.  Pero  si 
ese  trono  está  vacante,  todos  sentimos  la  presencia  espiritual  de  nues- 
tro Pastor.  El  último  ideal  de  su  vida  fue  la  celebración  de  este  Con- 
greso. Lo  sorprendió  la  muerte  trabajando  por  él.  Aquella  muerte,  fue 
consecuencia  remota  pero  cierta  del  golpe  que  sufriera  en  su  visita  pas- 
toral por  los  riscos  y  breñas  de  su  dilatada  Diócesis  que  él  recorrió  con 
el  cariño  y  la  escrupulosidad  que  ponía  en  estas  visitas  el  maestro  y 
el  paradigma  de  los  Obispos  de  América,  Santo  Toribio  de  Mogrove- 
jo.  No  le  ha  tocado  presidir  junto  con  el  Cardenal  Legado  la  solem- 
nidad de  estas  reuniones,  pero  todos  sentimos  que  su  espíritu  ofrece 
hoy  al  Señor  a  nombre  de  sus  hijos  la  esplendidez  de  este  homenaje 
patrio. 

Dos  palabras  sintetizan  el  significado  de  este  Congreso:  gratitud 
y  plegaria.  Parece  que  en  el  día  de  hoy  la  nación  peruana  quiere  ma- 
nifestar a  Cristo  Eucaristía  todo  lo  que  debemos  a  la  formación  espi- 
ritual que  nos  dió  el  Cristianismo.  El  Congreso  en  realidad  significa 
el  reconocimiento  pleno  de  la  comunidad  espiritual  peruana.  El  alma 
de  la  nación  ha  sido  creada,  educada  y  desarrollada  por  el  Cristianis- 
mo. La  fe  ha  fundado  la  nacionalidad  porque  la  nacionalidad  no  es 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


53 


solamente  la  unidad  política,  que  juntó  los  sectores  de  nuestro  territo- 
rio disperso,  la  multiplicidad  de  tribus  y  razas  bajo  la  hegemonía  del 
imperio  incaico.  Unidad  política  que  mantuvo  dentro  de  los  moldes  ju- 
rídicos admirables  la  monarquía  española,  encarnada  en  el  virreynato 
peruano,  que  se  plasmó  y  aún  rebasó  en  territorio  de  las  conquistas  in- 
caicas. Ni  la  identidad  de  un  gobierno  general  ni  la  comunidad  de  in- 
tereses económicos  o  los  hábitos  de  convivencia  social  constituyen  el 
alma  de  una  nación.  Una  nación  sólo  existe  cuando  hay  un  grado  es- 
piritual, cuando  existe  una  comunidad  de  valores  que  trascienden  del 
espacio  y  del  tiempo  y  que  dan  al  pueblo  que  comulga  con  ellos  cier- 
to sentido  de  eternidad.  Fue  la  Iglesia  la  que  inspiró  a  las  razas  con- 
quistadora y  conquistada  en  pie  de  perfecta  igualdad  y  con  idéntico  amor 
el  sentimiento  de  esos  valores  espirituales;  la  dignidad  suprema  de  la 
persona  humana  sin  discriminaciones  biológicas,  económicas  o  sociales, 
la  unidad  de  una  familia,  ambiente  indispensable  para  el  cumplimien- 
to de  los  destinos  humanos  y  la  perpetuación  de  la  especie;  la  solida- 
ridad del  cabildo  que  reúne  y  que  junta  a  las  familias  en  una  perso- 
nalidad superior  que  será  la  célula  viva  de  la  nación;  el  sentido  eter- 
no y  divino  de  la  justicia  y  una  educación  inspirada  en  el  destino  su- 
perior del  hombre,  imagen  de  Dios  y  colaborador  de  la  providencia  di- 
vina .  Sólo  cuando  esos  valores  fueron  difundidos  por  misioneros  y  ca- 
tequistas y  encarnados  en  instituciones,  apareció  la  verdadera  alma  na- 
cional. Y  aquella  alma  nacional  debería  traducirse  en  una  transfor- 
mación del  paisaje  peruano,  en  un  cambio  efectivo  en  la  fisonomía  de 
nuestro  territorio.  Antes  de  la  predicación  del  Evangelio  se  elevaban 
las  huacas,  especie  de  montículo,  imitación  o  continuación  de  acciden- 
tes telúricos.  En  las  laderas  o  en  las  rinconadas  se  acumulaban  las 
casas  de  adobe  con  sus  techos  pajizos.  Pero  cuando  los  misioneros  co- 
mienzan a  recorrer  el  territorio  nacional  se  levantan  las  cruces  en  la 
división  de  los  caminos  o  en  las  cumbres  de  los  montes.  En  lugar  de 
la  huaca  telúrica  se  yergue  la  graciosa  fachada  barroca  de  nuestros  tem- 
plos, que  junta  las  líneas  de  la  arquitectura  hispánica  con  los  motivos 
indígenas  para  sim.bolizar  la  unión  efectiva  y  profunda  de  las  dos  ra- 
zas. Y  se  yerguen  las  siluetas  de  las  torres,  y  vibrará  en  el  paisaje  el 
son  de  sus  campanas  traduciendo  nuestros  dolores,  y  nuestras  alegrías 
y  nuestras  esperanzas.  Aún  no  se  han  levantado  las  casas  en  las  nue- 
vas ciudades,  distribuidos  apenas  los  solares,  y  ya  se  celebra  el  sacri- 
ficio de  la  misa  y  se  bendice  el  estandarte  de  la  nueva  ciudad,  estan- 
darte que  se  levantará  luego  en  defensa  de  los  derechos  del  Rey  y  se 
levantará  mañana  por  la  causa  de  la  libertad  y  de  la  Patria.  No  hay 


54 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


hecho  en  nuestra  vida  familiar  o  ciudadana,  que  no  tenga  una  nota  re- 
hgiosa.  Cristo  ha  querido  participar  de  todos  los  aspectos  de  nues- 
tra existencia:  bendice  la  cuna  de  los  niños,  la  constitución  de  nues- 
tros hogares,  consagra  el  sentido  religioso  de  las  tumbas  de  nuestros 
padres,  preside  nuestras  labores,  enaltece  nuestra  actividad  comunal,  y 
da  como  una  especie  de  aliento  divino  a  las  empresas  de  nuestra  Patria. 

Esta  comunidad  de  sentimientos  ha  tenido  una  expresión  estética 
y  sentimental,  de  una  intensidad  incomparable,  en  el  culto  de  la  Vir- 
gen Maria.  Ella  representa  la  nota  afectiva  y  el  sentido  maternal  de 
nuestra  vida  religiosa.  Por  eso  los  misioneros  heroicos  de  la  primera 
época:  Diego  Jumilla,  Francisco  Solano,  Diego  de  Porras,  José  Ramí- 
rez, Domingo  de  Santo  Tomás,  no  separaron  nunca  de  su  predicación 
la  persona  de  Cristo  y  la  persona  de  María .  El  culto  mariano,  en  Amé- 
rica como  en  Europa,  transformó  la  sensibilidad  de  las  razas  autócto- 
nas, creando  una  vinculación  honda,  una  verdadera  unión  indisoluble 
entre  la  raza  dominadora  y  la  raza  dominada.  El  culto  mariano  trans- 
formó la  sensibilidad  religiosa  del  indio,  y  yo  me  felicito  de  que  esta 
tesis  mía  haya  sido  defendida  por  un  sociólogo  de  la  talla  de  Gilber- 
to Freyre.  El  sentimiento  religioso  del  indio  era  un  sentimiento  de  te- 
mor, de  reverencia,  de  distancia,  y  de  propiciación  mágica,  pero  care- 
cía de  intimidad  y  de  confianza.  La  madre  tierra,  impasible  y  muda, 
podía  recibir  nuestros  homenajes  y  acudir  a  nuestros  deseos;  pero  no 
existió  nunca  entre  esa  deidad,  confundida  con  la  naturaleza  misma,  y 
el  hombre  el  misterioso  lazo  nutricio,  hecho  de  ternura,  de  abnegación 
y  de  solicitud  maternales,  que  aparecen  en  el  culto  mariano.  Desde  el 
momento  en  que  la  imagen  de  María,  arquetipo  de  belleza,  de  pureza  y 
de  dulzura  maternal,  aparece  en  el  ámbito  espiritual  del  indígena,  se 
trasforma  su  sensibilidad  religiosa.  Se  acercará  a  la  deidad  sin  reve- 
rencia distanciada,  sin  temor;  sin  la  esperanza  sola  de  una  propicia- 
ción mágica  que  puede  ser  un  homenaje  frío.  Irá  al  templo  a  decir  sus 
congojas,  a  llorar  sus  tristezas,  a  ofrecer  el  tributo  de  sus  penas  y  de 
sus  lágrimas,  en  abandono  filial  y  en  la  seguridad  del  afecto  divino. 
Esas  notas  supremas  de  abandono  y  confianza  constituyen  las  caracte- 
rísticas del  culto  mariano,  y  en  ellas  comulgan  blancos,  criollos,  mesti- 
zos, indígenas  de  todas  las  tribus  y  de  todos  los  dialectos,  fundidos 
por  este  doble  sentimiento  de  adoración  a  la  belleza  y  a  la  infinita  pu- 
reza, y  de  confianza  en  el  infinito  amor  materno. 

El  culto  mariano  surge  al  parecer  espontáneamente  de  la  tierra  ame- 
ricana. Cada  santuario  refleja  una  modalidad  de  la  vida  mariana  y  al 
mismo  tiempo  las  características  del  ambiente.   María  en  sus  advoca- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


55 


ciones  locales,  con  infinita  dulzura,  finge  adaptarse  a  las  característi- 
cas del  paisaje,  a  la  fisonomía  del  ambiente  y  al  imperio  de  las  nece- 
sidades de  cada  región.  Es  la  misma  personalidad  casi  divina,  que  re- 
viste formas  distintas,  como  indumentarias  diversas,  para  hablar  según 
los  sitios  y  según  las  ocasiones  el  mismo  lenguaje  de  amor  y  de  paz. 
Ello  explica  la  fuerza  del  sentimiento  mariano  en  la  tradición  del  Perú, 
que  lo  lleva  muchas  veces  — apurando  la  perfección  dogmática  a  ade- 
lantarse a  las  definiciones  eclesiásticas.  Por  una  especie  de  plebiscito 
de  inspiración  divina.  ¡Cómo  no  recordar  en  estos  momentos  a  las 
multitudes  inmensas  que  durante  las  pasadas  centurias  y  en  la  época 
actual,  se  reúnen  en  los  santuarios  de  Guadalupe  y  la  Puerta  en  el  Nor- 
te; Cocharcas  y  Copacabana,  Cayma  y  Chapi  en  el  Sur!  Peregrinacio- 
nes de  sacrificio,  de  penitencia  y  de  ideal;  noches  de  vigilia  en  los  tem- 
plos o  simplemente  bajo  el  cielo  azul;  plegaria  hecha  de  sollozos,  con- 
gojas y  querellas  que  se  prolongan  en  la  noche  para  recibir  al  beso  de 
la  aurora  la  luz  de  un  consuelo  y  de  una  esperanza .  Son  estos  hechos 
de  la  psicología  colectiva  que  valen  más  que  todas  las  disquisiciones  y 
que  contestan  los  argumentos  artificiosos  basados  en  la  inevitable  im- 
perfección humana  de  la  religiosidad  en  los  pueblos  primitivos.  ¡Có- 
mo no  recordar  hoy  precisamente,  y  en  un  Congreso  Mariano,  la  es- 
cena inolvidable  que  nos  relata  el  diario  de  Mugaburu,  ocurrida  en  el 
Templo  de  Santo  Domingo!  Un  orador  demasiado  limitadamente  ape- 
gado a  la  ortodoxia  oficial  concluye  su  sermón  con  las  palabras  "Ben- 
dito y  alabado  sea  el  Santísimo  Sacramento  del  Altar".  Y  movidos  co- 
mo por  una  especie  de  inspiración  divina,  se  levantaban  los  oyentes  pa- 
ra completar  su  frase  en  desafiadora  respuesta:  "Y  la  Virgen  María 
concebida  sin  pecado  original" .  Y  al  impulso  de  estas  palabras,  que 
repiten  como  un  himno,  salen  entusiastas  por  las  calles  de  la  ciudad, 
improvisan  antorchas  y  recorren  plazas  e  Iglesias.  La  Lima  virreynal 
se  ilumina  cual  una  nueva  Jerusalén,  toda  luces,  toda  antorchas,  y  vi- 
brante de  emoción,  gritan  las  mujeres  los  niños  y  los  ancianos:  "Y  la 
Virgen  María  concebida  sin  pecado  original".  Doscientos  años  antes 
de  la  declaración  dogmática,  la  ciudad  de  Lima  proclamaba  a  María 
limpia  de  la  culpa  original.  ¿Y  qué  podríamos  hacer  nosotros,  los  hi- 
jos de  aquellos  fieles  devotos  de  la  Virgen,  un  siglo  después  de  pro- 
clamado el  dogma,  en  estos  días  en  que  conmemoramos  aquella  subli- 
me proclamación,  sino  repetir  como  lo  hicieron  nuestros  padres  y  con 
idéntico  fervor  levantados  los  corazones:  "Y  la  Virgen  María  conce- 
bida sin  pecado  original". 


56 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Aquel  culto  de  la  Inmaculada,  que  marca  uno  de  los  días  más 
jubilosos  de  nuestra  historia  colonial,  ha  querido  también  sellar  el  re- 
cuerdo del  día  que  marcaba  la  consumación  de  nuestra  independencia. 
Llega  a  mis  manos  precisamente  en  estos  instantes  un  precioso  dato. 
El  general  La  Mar,  para  obtener  el  triunfo  de  Ayacucho,  en  que  le 
cupo  parte  tan  principal,  hizo  un  voto  a  la  Virgen  Inmaculada,  la  vís- 
pera de  la  batalla,  el  día  de  su  fiesta.  Que  el  voto  fue  escuchado  nos 
lo  revela  el  triunfo  de  Ayacucho  obtenido  justamente  el  9  de  diciem- 
bre, como  para  significar  que  en  el  destino  del  Perú  y  de  América  el 
culto  de  la  Virgen  Inmaculada  quedaba  unido  a  la  consumación  glorio- 
sa de  nuestra  independencia.  No  necesito  recordar  ahora  que  ese  sen- 
timiento eucarístico  y  mariano  ha  formado  no  sólo  el  alma  de  nuestras 
multitudes  sino  que  ha  impregnado  la  obra  de  los  forjadores  de  la  cul- 
tura peruana .  Podemos  decir  con  orgullo  que  esta  cultura  aparece  en 
el  Perú  con  las  octavas  reales  de  Hojeda  en  honor  de  Cristo,  y  se 
afirma  en  la  vida  de  Cristo  del  Padre  Valverde.  Misioneros  en  sus 
crónicas  admirables  descubrieron  nuestra  naturaleza,  revivieron  nuestro 
folklore  y  nos  hicieron  conocer  el  territorio.  En  pleno  siglo  XVIII  las 
figuras  representativas  de  nuestra  cultura  o  tuvieron  un  cristianismo 
medular  como  el  de  Peralta,  monstruo  de  erudición,  enamorado  de  la 
pasión  de  Cristo,  o  volvieron  arrepentidos  y  fervorosos  al  culto  del  Evan- 
gelio, como  Olavide.  Los  reformadores  supieron  unir  la  fe  cristiana  a 
las  ideas  avanzadas  de  reforma  social  de  su  siglo.  Nadie  puede  dudar 
de  la  ortodoxia  de  Unanue  o  de  Baquíjano.  Obispos  progresistas  crea- 
ron escuelas  o  seminarios  que  fueron  el  origen  de  nuestras  universida- 
des y  colegios.  La  fe  caracterizó  a  nuestros  grandes  caudillos  y  a  nues- 
tros educadores.  En  San  Carlos  brilló  la  sabia  ortodoxia  de  Herrera 
y  en  San  Fernando  la  ciencia  cristiana  de  Cayetano  Heredia.  Nuestros 
grandes  caudillos  sintieron  sea  por  inspiración  individual  sea  por  in- 
fluencia colectiva  la  fe  cristiana.  Sin  esa  fe  seria  no  se  comprende  la 
obra  de  Castilla.  La  abolición  del  tributo  y  de  la  esclavitud  reflejan 
un  sentimiento  esencialmente  cristiano  y  la  obra  moderadora  de  los  ex- 
cesos sectarios  del  56  sería  inconcebible  si  detrás  del  gran  caudillo  que 
auspició  la  Constitución  prudente  del  60  no  hubiera  existido  el  alien- 
to de  una  profunda  fe  religiosa.  Puede  concederse  a  los  viejos  el  pri- 
vilegio de  los  recuerdos  personales .  Alcanzó  mi  generación  a  conocer 
personalmente  la  gran  figura  de  otro  caudillo  peruano:  el  restaurador 
de  la  prosperidad  nacional  después  de  la  gran  crisis,  don  Nicolás  de  Pié- 
rola.  Allá  por  1911,  tras  dos  años  de  reclusión  obligada,  hizo  su  apa- 
rición primera  y  fue  su  devota  y  habitual  salida  a  la  misa  de  San  Pe- 


57 


dro.  En  la  histórica  plazuela  se  agolpa  la  multitud  para  acompañarlo 
luego  a  su  residencia  del  Milagro  en  donde  vive  su  ejemplar  vida  de 
pobreza  y  de  esforzado  retiro.  Pocos  años  después  difúndese  la  noti- 
cia de  que  está  próximo  a  morir.  Otra  inmensa  multitud  — esta  vez 
acongojada  y  llorosa  acude  a  la  calle  del  Milagro  y  a  la  vieja  plazue- 
la de  San  Francisco;  los  cirios  encendidos,  muchos  ojos  humedecidos  por 
las  lágrimas  y  en  los  labios  la  plegaria  o  la  expresión  de  tristeza.  Cris- 
to Sacramentado  sube  las  gradas  de  la  pobre  mansión.  Piérola  no  quie- 
re recibir  en  su  lecho  de  dolor  al  Divino  Visitante  y  se  pone  de  pie, 
marcha  hacia  la  puerta  y  allí  se  arrodilla  para  hospedar  en  su  pecho  al 
Señor  de  cielos  y  tierra.  Fue  esa  la  actitud  del  más  gallardo  e  indo- 
mable caudillo  del  Huáscar,  de  los  Angeles  y  de  la  entrada  por  Co- 
charcas.  Las  figuras  máximas  del  Perú  estuvieron  nimbadas  por  la  luz 
de  su  fe  religiosa .  Si  la  linda  imagen  de  Santa  Rosa,  cuya  presencia 
exorna  este  estrado,  pudiera  desplegar  sus  labios  ¿no  nos  diría  acaso 
aquellas  plegarias,  que  fueron  confidencias,  de  su  diálogo  con  el  Al- 
mirante Grau  en  las  aventuras  insuperables  del  Huáscar?  Conservo 
como  el  tesoro  más  preciado  de  mi  biblioteca  el  libro  de  los  servicios 
de  la  Semana  Santa  en  que  Francisco  Bolognesi  seguía  paso  a  paso 
la  bella  liturgia  romana  conmemorando  la  muerte  de  nuestro  Redentor. 
El  sentimiento  religioso  que  ha  forjado  los  orígenes  de  la  nacionali- 
dad, que  ha  acompañado  como  una  fuerza  oculta  y  creadora  cada  pa- 
so de  nuestra  cultura,  que  ha  animado  la  obra  de  nuestros  caudillos, 
lia  sido  también  la  fuente  de  inspiración  de  aquellos  héroes,  nuevos  for- 
jadores de  la  Patria  deshecha  y  caída,  y  que  han  puesto  sus  hazañas 
en  una  zona  en  que  lindan  por  el  grado  de  heroicidad  o  la  sublimidad 
del  sacrificio  con  el  mito  y  la  leyenda .  Y  hay  ciertos  sacrificios  he- 
roicos que  se  confunden  con  la  santidad;  tal  el  sacrificio  de  nuestros 
grandes  héroes,  a  los  que  da  un  aliento  sobrehumano  la  hondura  de  su 
fe  religiosa. 

Se  me  dirá  que  yo  cito  los  ejemplos  desproporcionados  de  los  crea- 
dores de  nuestra  cultura,  de  los  dominadores  de  nuestro  territorio,  de 
los  misioneros  de  la  Montaña,  de  los  caudillos  y  de  nuestros  héroes, 
y  que  son  ellos  ejemplos  desproporcionados  para  nuestra  pequeñez  y 
nuestra  nada.  Ah,  pero  no  es  asi.  Son  los  hechos  que  demuestran  su 
relieve  magnífico  en  la  historia  nacional.  Pero  ¡cuántos  sacrificios  ocul- 
tos, cuántos  heroísmos  callados,  cuántas  acciones  meritorias  en  la  som- 
bra de  los  hogares  modestos,  realizados  por  la  madre  abnegada,  por 
la  decidida  hermana  y  por  la  hija  ejemplar!  Volvamos  la  vista  a  nues- 
tra propia  historia  y  a  nuestra  vida  íntima,  y  todo  lo  que  hay  de  bue- 


58 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


no,  de  santo  y  de  puro  en  la  vida  de  nuestros  hogares  humildes,  todo 
lo  que  hay  de  ideal,  de  anhelo  de  superación,  de  caridad  y  de  amor  en 
tantos  hombres  modestos,  que  elevan  su  trabajo  como  si  fuera  una 
oración;  toda  esa  infinita  poesia  difusa  de  las  vidas  humildes  e  igno- 
radas para  nosotros  pero  presentes  a  los  ojos  del  Señor,  obra  fue,  es 
y  será  de  nuestra  fe  religiosa. 

Hay  un  tesoro  al  que  no  podemos  renunciar;  hay  una  esencia  que 
constituye  la  esencia  de  la  nacionalidad:  es  la  unidad  espiritual  que 
ha  creado  en  nosotros  la  fe  católica.  He  dicho  que  este  Congreso  está 
simbolizado  por  dos  palabras:  gratitud  y  plegaria.  Gratitud  para  el  pa- 
sado, plegaria  para  las  necesidades,  los  peligros  y  las  esperanzas  del 
porvenir.  Gratitud  por  todo  lo  que  recibimos.  Plegaria  para  conservar, 
perfeccionar  y  acrecentar  lo  recibido.  Recibimos  la  unidad  espiritual; 
reguemos  a  Dios  conservarla  a  todo  trance  y  acrecentarla .  La  necesita- 
mos para  defender  el  territorio  de  tantos  peligros  y  asechanzas.  No  lo 
defenderán  los  elementos  materiales  si  detrás  de  ellos  no  vibra  un  co- 
razón heroico,  una  conciencia  de  un  destino  trascendental,  de  una  mi- 
sión de  un  sello  divino.  La  necesitamos  para  la  solución  de  nuestros 
problemas  políticos  y  sociales.  La  justicia  social  no  es  obra  simplemen- 
te de  la  técnica,  de  los  reajustes  y  de  la  presión  de  las  fuerzas  políti- 
cas y  del  impulso  multitudinario.  Una  simple  organización  burocrática 
inspirada  en  estos  elementos  no  resolvería  el  problema  en  su  esencia. 
El  problema  social  exige  una  inspiración  de  justicia,  un  aliento  de  amor, 
de  comprensión,  de  fraternidad,  de  verdadera  comunidad,  que  sólo  pue- 
de darla  la  fe  religiosa.  Los  problemas  políticos  no  pueden  librarse 
tampoco  al  azar  de  las  influencias  de  fuerza  material,  social  o  econó- 
mica. Una  verdadera  cooperación  en  la  familia  peruana  sólo  puede 
existir  con  espíritu  de  generosidad,  de  amplitud,  de  reconciliación  y  de 
recíproco  perdón,  y  eso  sólo  puede  darlo  la  fe  religiosa.  Necesitamos 
consolidar  el  prestigio  de  nuestra  personalidad  internacional,  persona- 
lidad gloriosa,  no  solamente  centenaria  sino  milenaria,  por  la  prestan- 
cia de  los  imperios  prehispánicos,  por  la  obra  de  irradiación  de  cultura 
del  virreinato  peruano,  por  la  generosidad  de  nuestros  ideales  paname- 
ricanos después  de  la  independencia .  Y  esa  personalidad  internacional 
debe  hoy  acentuarse  para  defender  los  primeros  valores  eternos  de  la 
cultura  cristiana.  ;Y  cómo  defenderlos  si  no  los  sentimos,  si  no  los  cul- 
tivamos, si  no  hacemos  que  sean  carne  de  nuestra  carne  y  sangre  de 
nuestra  sangre?  El  Perú  no  puede  realizar  su  destino  histórico  de  asi- 
milar a  la  raza  aborigen  de  fundir  en  una  unidad  más  fuerte,  el  de- 
sierto, la  sierra  y  )a  jungla,  de  representar  lo  que  tiene  de  más  vivo  y 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


59 


glorioso  la  tradición  de  América,  si  no  acude  a  la  fuente  perenne  e  inex- 
hausta de  todo  idealismo:  la  fe  religiosa. 

Veo  que  decoran  este  campo  cucarístico  dos  banderas:  la  amarilla 
y  blanca  de  la  Iglesia  nuestra  Madre,  la  blanca  y  roja  de  nuestra  Pa- 
tria. Al  calor  del  entusiasmo  de  este  Congreso  y  evocando  los  días 
pasados  en  que  se  unieron  ideales  religiosos  y  patrióticos,  finge  mi  ima- 
ginación que  estas  banderas  se  acercan  y  se  juntan.  Las  identifica  el 
blanco,  símbolo  de  la  paz  por  la  justicia.  La  bandera  pontificia  nos  da 
en  su  oro  el  fuego  de  la  fe,  y  la  bandera  nacional  el  vivo  rojo  de  la 
.sangre,  del  heroísmo  y  del  sacrificio.  Y  con  la  luz  de  aquella  fe  y  con 
el  impulso  de  esa  sangre,  podrán  las  generaciones  futuras  realizar  los 
gloriosos  destinos  del  Perú. 


Discurso  del  Señor  Luis  T.  Larco,  Alcalde 
de  Lima. 

La  Ciudad  de  Lima,  sede  durante  tres  siglos  del  Virreinato  Pe- 
ruano y  a  lo  largo  de  poco  más  de  una  centuria  Capital  de  la  Repú- 
blica, se  exalta  y  engalana  en  estos  días,  unificada  en  hondo  fervor  ca- 
tólico con  motivo  de  la  celebración  del  V  Congreso  Eucarístico  Na- 
cional y  Mariano.  Este  extraordinario  acontecimiento  religioso  que  con- 
memoran todos  los  pueblos  del  territorio  patrio,  congrega  en  el  Altar 
levantado  en  esta  ciudad  a  contritas  legiones  multitudinarias  de  hom- 
bres, de  mujeres  y  de  niños  para  recibir  a  Jesús-Eucarístico,  que  es  el 
más  preciado  de  los  dones  espirituales.  A  este  grandioso  certamen  de 
fe  y  de  comunión  llegáis.  Eminentísimo  Monseñor  Cardenal,  portando 
la  representación  oficial  y  personal  del  Santo  Padre  Pío  XII,  gloria  de 
la  cristiandad,  por  cuya  ventura  y  lograda  salud  elevamos  nuestras  más 
hondas  y  emocionadas  preces  al  Altísimo.  Recogemos  también  nuestro 
espíritu,  en  sentida  oración,  a  la  venerada  memoria  del  primer  Carde- 
nal del  Perú,  Monseñor  Guevara,  que,  sólo  alejado  de  la  vida  tempo- 
ral, rindió  su  fructuosa  existencia  en  las  vísperas  de  este  nuestro  V 
Congreso  Eucarístico. 

El  Perú  en  general  y  Lima  en  particular  se  ufanan,  con  piadoso 
y  legítimo  orgullo,  de  su  tradicional  fe  católica,  nunca  conmovida  por 
las  agitaciones  de  luchas  religiosas,  porque  ella,  en  su  más  prístina  y 
pura  esencia,  la  recibió  con  su  incorporación  histórica  al  mundo  occi- 
dental cristiano  y  la  propagó  la  obra  evangélica  de  sus  primeros  y  es- 


60 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


forzados  misioneros  que,  al  llevar  el  sagrado  signo  de  la  redención  has- 
ta las  más  lejanas  y  abruptas  regiones  de  nuestro  territorio,  a  la  vez 
que  sembraron  la  verdadera  fe  en  su  misión  catequista  y  dieron  una 
nueva  conciencia  espiritual  a  las  masas  aborígenes,  dilataron  y  afirma- 
ron las  lindes  de  la  soberanía  nacional. 

Lima,  la  predestinada  ciudad  que  para  sede  y  emporio  de  un  nue- 
vo y  prodigioso  reino  de  maravilla  crearon  nuestros  iniciales  antepa- 
sados venidos  de  España,  fue  fundada  como  reza  con  sencilla  e  ins- 
pirada elocuencia  la  partida  bautismal  de  su  acta  constitutiva  "en  nom- 
bre de  la  Santísima  Trinidad,  Padre  Hijo  y  Espíritu  Santo,  tres  per- 
sonas en  un  solo  Dios  verdadero,  sin  el  cual  que  es  principio  y  guiador 
de  todas  las  cosas  y  hacedor  de  ellas,  ninguna  cosa  que  buena  sea  se 
puede  hacer,  ni  principiar,  ni  arribar  ni  permanecer". 

Aquí  en  la  Lima  española  e  indígena  de  sus  años  primigenios  es- 
tuvieron muchos  de  nuestros  fundamentales  establecimientos  religiosos 
y  en  ella  propia  quedaron  establecidas  la  primera  diócesis  obispal  y  la 
primera  diócesis  archiepiscopal  de  Sud  América,  que  abarcaron  en  su 
jurisdicción  espiritual  y  evangelizadora  toda  la  extensión  del  nuevo 
mundo  austral  español.  La  honda  catolicidad  de  sus  generaciones  su- 
cesivas decoró  la  ciudad  elegida  con  la  majestad  y  la  suntuosidad  de 
sus  templos  y  conventos  y  la  florecida  gala  de  sus  casas  profesas  de 
recolección;  con  sus  asilos  y  establecimientos  hospitalarios  de  asisten- 
cia social  dirigidos  por  sacerdotes;  con  sus  hermandades  y  cofradías  de 
auxilios  religiosos  y  temporales;  con  sus  reverentes  procesiones  de  con- 
trición y  penitencia  y  sus  lucidas  fiestas  votivas  que  al  acercar  las  al- 
mas en  una  misma  comunión  olvidaban  las  separaciones  y  desigualda- 
des de  las  clases  y  de  los  hombres  de  entonces,  en  anticipada  demo- 
cracia y  fraternidad  cristianas. 

Aquí,  en  esta  misma  ciudad  en  la  que  hoy  se  realiza  con  unáni- 
me fervor  nuestro  V  Congreso  Eucarístico,  florecieron  Santa  Rosa  de 
Lima,  Patrona  de  las  Américas,  San  Francisco  Solano,  Apóstol  de  las 
Indias,  y  Santo  Toribio  de  Mogrovejo,  el  piadoso  y  humilde  prelado 
de  la  visita  pastoral  extraordinaria,  todos  ellos  las  más  eminentes  pre- 
seas y  glorias  del  mundo  católico  de  Colón.  Y  también  entre  nosotros, 
en  la  paz  de  sus  sencillos  cenobios,  derramaron  su  mística  gracia  y  sus 
virtudes  taumatúrgicas,  beatos  y  bienaventurados  como  Fray  Juan  Ma- 
sías y  Martín  de  Porres . 

Toda  esta  brillante  tradición  religiosa  de  un  pueblo  afirmado  en 
el  imperativo  inmarcesible  de  sus  convicciones  y  creencias,  que  inte- 
gran la  esencia  y  la  potestad  de  la  Nación,  determina  la  solemnidad 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


61 


y  el  recogimiento  con  que  estamos  realizando  los  actos  y  ceremonias 
de  nuestro  actual  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano,  al  que 
concurren,  para  su  mayor  brillo  y  esplendor,  altas  dignidades  del  mun- 
do católico  y  nutridas  caravanas  de  peregrinos  procedentes  del  terri- 
torio nacional  y  de  distintos  países  hermanos  por  la  comunidad  de  la 
fe,  de  la  raza,  del  idioma  y  de  la  historia . 

Eminentisimo  Señor  Cardenal: 

El  recibimiento  triunfal  que  os  ha  hecho  nuestra  ciudadanía  a  vues- 
tro ingreso  a  Lima  y  en  vuestro  recorrido  por  la  ciudad,  recibiendo  vues- 
tras altas  bendiciones,  expresa,  con  mejor  rotundidad  que  las  palabras, 
el  júbilo  filial  de  sus  habitantes  por  la  honra  que  Su  Santidad  nos  ha 
deparado  al  hacerse  representar  por  tan  destacado  Príncipe  de  la  Igle- 
sia como  lo  sois  vos,  que  llegáis  hasta  nosotros,  tras  dilatado  viaje,  a 
presidir  esta  magna  asamblea  católica  peruana. 

En  nombre  de  la  capital  de  la  República  os  declaro.  Eminentísimo 
Monseñor,  en  esta  sesión  solemne.  Huésped  Ilustre  de  ella,  y  en  este 
propio  acto  me  complazco  en  poner  en  manos  de  Vuestra  Eminencia, 
como  una  simbólica  expresión  de  respeto  y  de  afecto,  esta  réplica  de  la 
original  e  histórica  Llave  de  la  Ciudad,  que  recibían  de  su  Cabildo  se- 
cular los  virreyes  en  la  época  colonial  cuando  hacían  su  entrada  a  Lima 
y  juraban,  de  rodillas,  frente  a  un  sagrado  crucifijo  y  puestas  las  ma- 
nos en  los  Evangelios,  defender  la  religión  católica,  ejercer  justicia  cris- 
tiana y  guardar  los  fueros  y  las  honras  otorgados  a  la  Ciudad. 


VIERNES  10  DE  DICIEMBRE 


DIA  DE  LA  FAMILIA 

INTENaON: 

Por  la  indisolubilidad  del  matrimonio,  y  la  santificación  del 
hogar  cristiano. 


CAMPO  EUCARISTICO 


A  horas  8 .30  a.m. 

El  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Federico  Pérez  Silva, 
Obispo  de  Piura,  oficiará  la  Santa  Misa  y  pronunciará  la  alo- 
cución. 

Comunión  de  mujeres. 

Cantos. — Corazón  Santo  —  Coro  General  y  Banda. 

Lauda  Sion  Salvatorcn  —  Coro  y  Banda. 

Oh  María,  Madre  Mía  —  Coro  General  y  Banda. 

Cantemos  al  Amor  de  los  Amores. 

Te  per  Aetcrnos  vencrcmur  Annos  —  Silesius  Motete  a  tres  vo- 
ces mixtas,  por  el  Coro  Polifónico. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales. 

A  horas  12.00  m. 

Homenaje  del  Apostolado  Seglar  en  el  Perú,  al  Eminentísi- 
mo y  Reverendísimo  Señor  Federico,  Cardenal  Tedeschini,  Le- 
gado Pontificio. 

Teatro  Municipal  (programa  propio) . 

Apertura  de  las  Jornadas  de  Estudio  del  Congreso. 


64 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Tarde 

A  horas  6.30  p.m. 

Angelus . 

Llegada  al  Campo  Eucarístico  del  Eminentísimo  y  Reveren- 
dísimo Señor  Federico  Cardenal  Tedeschini,  Legado  Pontifi- 
cio. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales. 
Sacerdos  et  Pontifex  —  Coro  a  4  voces  mixtas. 

El  Señer  Don  Alfonso  Junco,  peregrino  mexicano,  hablará  en 
nombre  de  los  congresistas  visitantes. 

"La  Familia  Cristiana",  discurso  del  Señor  Doctor  Don  Enri- 
que Cipriani. 

O  Sanctissima  —  Coro  a  2  voces  y  Banda . 

"La  Eucaristía  y  las  Misiones",  discurso  del  Excelentísimo  y 
Reverendísimo  Señor  Buenaventura  León  de  Uriarte,  Vicario 
Apostólico  del  Ucayali. 

Oh  Divino  Corazón  —  Coro  a  2  voces,  por  el  Coro  Polifó- 
nico. 

Exposición  del  Santísimo  Sacramento. 
j4cíoro  Te  Devote  —  Canto  Gregoriano. 

Tantum  Ergo  —  Perosi  —  Coro  y  Banda. 

El  Eminentísimo  y  Reverendísimo  Señor  José  María,  Carde- 
nal Caro  Rodríguez,  Arzobispo  de  Santiago  de  Chile,  impar- 
tirá la  Bendición  con  el  Santísimo  Sacramento. 

Piedad,  Dios  Mío  —  Coro  y  Banda. 

• 

Desde  la  apertura  del  Congreso  se  admiraban,  colocadas  a  los  la- 
dos del  Altar,  dos  bellas  e  históricas  imágenes:  a  la  derecha,  la  Inma- 
culada Concepción  que  se  venera  en  la  Iglesia  de  San  Francisco  y  que 
fue  traída  a  Lima  en  1624;  a  la  izquierda,  la  más  antigua  que  se  cono- 
ce de  Santa  Rosa  de  Lima.  Es  tradicional  que  esta  imagen,  que  recibe 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


65 


culto  en  la  Iglesia  de  Santa  Rosa  de  las  Monjas,  en  diversas  ocasio- 
nes cambiara  de  fisonomía  pasando  del  rubor  a  la  palidez  según  apro- 
bara o  no  la  conducta  de  los  mortales. 

Si  en  los  dias  anteriores,  la  oración  de  los  fieles  subió  a  Aquella 
a  que  fuera  proclamada  hace  100  años  Concebida  sin  pecado  original 
y  a  la  Santa  Patrona  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales,  nunca 
como  esa  mañana,  fueron  invocadas  con  tanta  intensidad. 

La  Madre  de  Dios,  cuya  Omnipotencia  Suplicante  no  abandona  ja- 
más a  los  que  acuden  a  Ella  y  Santa  Rosa  de  Lima,  la  que  en  esta  mis- 
ma ciudad  y  bajo  este  mismo  cielo  llegó  a  la  cumbre  de  la  santidad, 
predisponían  a  la  confianza  y  estimulaban  la  fe  tan  eficazmente  que  a 
su  intercesión  se  entregaron  las  plegarias  de  las  madres  y  esposas,  de 
las  hijas,  novias  y  hermanas  que  pedían  por  los  suyos,  por  el  matrimo- 
nio indisoluble,  por  la  santificación  del  hogar  cristiano. 

Momentos  antes  de  que  el  Excmo.  Sr.  Casimiro  Morcillo,  Obis- 
po de  Bilbao  principiara  a  celebrar  el  Santo  Sacrificio  de  la  Misa,  llegó 
al  Campo  Eucarístico  el  Emmo.  Cardenal  José  María  Caro,  Arzobis- 
po de  Santiago  y  Primado  de  Chile,  acompañado  de  su  Secretario  Mons. 
Joaquín  Aguilar  y  de  Mons.  Ignacio  Arbulú  Pineda,  Canciller  del  Ar- 
zobispado, nombrado  Adjunto  Eclesiástico.  La  presencia  del  ilustre  Pur- 
purado chileno  provocó  una  calurosa  manifestación  de  bienvenida. 

El  Prelado  celebrante,  Excmo.  Sr.  Morcillo,  hizo  un  elogio  del  ho- 
gar cristiano,  se  refirió  a  la  tradicional  dignidad  de  la  familia  en  el 
Perú  y  recomendó,  en  persuasivas  palabras,  la  defensa  de  los  princi- 
pios de  Cristo,  haciendo  notar  la  influencia  de  la  mujer  dentro  del  ho- 
gar en  donde  debe  esforzarse  porque  estos  principios  sean  acatados . 

La  Comunión  a  las  80.000  mujeres  que  fervorosamente  recogidas 
llenaban  el  Campo  Eucarístico,  fue  distribuida  por  150  sacerdotes. 

Terminada  la  Santa  Misa  la  Sra.  Mercedes  Belaúnde  de  García 
Rada  leyó  la  Consagración  de  las  Mujeres  del  Perú  a  Cristo  Rey  en 
la  Eucaristía,  escrita  por  Rebeca  Bellido  de  Dammert  para  el  Primer 
Congreso  Eucarístico  Nacional  celebrado  en  Lima  en  octubre  de  1935. 

A  invitación  del  Excmo.  Vicario  Capitular,  Mons.  Landázuri  Ri- 
cketts,  el  Emmo.  Cardenal  Caro  dijo  unas  palabras  de  saludo. 

Agradeció  las  ovaciones  que  se  le  tributaban  y  luego  de  felicitar 
por  el  éxito  del  magno  certamen  religioso  que  se  celebraba  en  Lima, 
expresó  que  en  sus  muchos  años  de  vida  había  adquirido  gran  experien- 
cia de  la  importancia  del  rol  que  tiene  la  mujer  en  el  hogar,  en  la  socie- 
dad y  en  la  Iglesia.  Para  que  un  hogar  sea  feliz,  dijo,  es  preciso  que 
las  madres  inculquen  a  sus  hijos  desde  pequeños  el  amor  a  Dios. 


66 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Amando  a  Dios,  los  hombres  no  sólo  serán  buenos  hijos,  sino  buenos 
ciudadanos  y  siéndolo,  conseguirán  la  grandeza  de  la  patria. 

Por  los  micrófonos,  la  voz  del  sacerdote  que  dirigiera  la  emocio- 
nante ceremonia  instaba  a  las  mujeres  para  que  al  llegar  a  sus  hoga- 
res impulsaran  a  los  hombres  hacia  el  Dios  del  perdón  y  de  la  mise- 
ricordia que,  con  tanto  amor,  los  esperaba  oculto  en  el  Santísimo  Sa- 
cramento. 

En  esos  momentos  llegó  al  Campo  Eucarístico  para  bendecir  a  las 
mujeres  del  Perú  en  nombre  del  Santo  Padre,  el  Legado  Pontificio  que 
fue  recibido  con  una  clamorosa  ovación. 

De  pie,  en  automóvil  descubierto,  avanzaba  por  la  Avenida  Central 
del  Campo  Eucarístico  bendiciendo  a  la  grandiosa  concentración  feme- 
nina . 

Los  vivas  al  Santo  Padre,  al  Legado  Papal  y  al  V  Congreso  Eu- 
carístico Nacional  y  Mariano  se  sucedían.  80.000  pañuelos  se  agita- 
ban en  el  aire  cuando  el  Emmo.  Cardenal  Tedeschini  habló  con  pala- 
bras de  ternura  y  sabiduría  sobre  "la  escala  que  Dios  ha  hecho  subir 
a  la  mujer  de  una  manera  maravillosa,  haciéndola  mujer-madre,  madre 
de  hijos,  ayudando  al  Todopoderoso  a  poblar  la  tierra  y  el  cielo  y  dan- 
do hijos  a  la  Iglesia:  sacerdotes  que  perpetúen  el  Sacramento". 

A  las  12  del  mismo  día  en  el  Teatro  Municipal,  el  Apostolado  Se- 
glar presentaba  su  Homenaje  filial  al  Legado  Pontificio  y,  al  mismo 
tiempo,  se  celebraba  la  apertura  de  las  Jornadas  de  Estudio  del  Con- 
greso . 

El  Emmo.  Cardenal  Tedeschini  fue  recibido  por  el  Excmo.  Ar- 
zobispo Coadjutor  Mons .  Juan  Landázuri  Ricketts  y  por  el  Alcalde  de 
Lima,  Sr.  Luis  T.  Larco  y  conducido  hasta  el  Trono  colocado  en  el  Palco 
escénico,  a  ambos  lados  del  cual  tomaron  asiento  el  Excmo.  Nuncio  de 
Su  Santidad,  Mons.  Francisco  Lardone;  el  Excmo.  Arzobispo  Coad- 
jutor y  Vicario  Capitular;  Mons .  Fidel  Tubino,  Rector  de  la  Pontifi- 
cia Universidad  Católica;  el  Sr.  Dr.  León  Barandiarán,  Decano  del  Co- 
legio de  Abogados  de  Lima;  el  Ing.  Enrique  Echegaray  del  Solar,  Presi- 
dente del  Consejo  Nacional  de  la  Rama  de  Hombres  de  la  Acción  Cató- 
lica Peruana;  el  Rvdo.  Padre  Medardo  Alduán,  Presidente  de  la  Comi- 
sión de  Estudios  del  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano;  la  Sra. 
Herminia  Mujica  de  Alayza,  Directora  de  Debates  del  Grupo  de  la  Mu- 
jer en  el  Hogar;  los  Sres.  Ernesto  Perla  Velaochaga,  Pómulo  Perrero, 
César  Arróspíde  de  la  Flor  y  Andrés  Boggio,  Directores  de  Debates 
de  los  Grupos  de  Abogados,  de  Hombres  de  Negocios,  de  Artistas  y  de 
Empleados,  respectivamente,  así  como  los  Adjuntos  de  Su  Eminencia, 


7)Ui  de  la  %amlia 


.  .el  Sr    Obispo  de  Bilbao . 


Sra.  Mercedes  Belaunde  de  García 
Rada,  lee  la  consagración  de  las  mU' 
¡eres  a  Cristo  Rey,  escrita  en  1935, 
por  la  Señora  Rebeca  Bellido  de 
Dammert 


.  .  .las  mujer?s  dan  testimonio  de  su 
le.  . 


Excmo .  y  Rvdmo.  Sr.  Buenaventura  León  de 
Uñarte .  " .  .  Ja  Eucaristía  y  las  Misiones.  .  ." 


.  .  ./a  Guardia 
Eucaristica .  .  . 


.  .  .el  servicio  de  te 
léfonos  en  el  campo 
estuvo  organizado  .  .  . 


.  .  .por  las  noches  la 
adoración   al  Stmo. 
Sacramento .  .  . 


.  .  .las  mujeres  tam- 
bién desarrollaron  su 
labor.  .  . 


Manifestación  de  cariño  y 
adhesión  fue  el  homenaje 
del  apostolado  seglar  al 
Emmo.  Sr .  Cardenal  Le- 
gado, en  el  teatro  Muni' 
cipal  de  Lima. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


67 


Dr.  José  Félix  Aramburú,  Coronel  Héctor  Bejarano,  Mons.  Hernando 
Vega  Centeno  y  Mons.  Luis  Lituma. 

El  Himno  Patrio  fue  cantado  por  el  Coro  Polifónico  acompañado 
por  la  Orquesta  Sinfónica  Nacional  y  coreado  con  gran  entusiasmo  por 
la  encendida  multitud  que  llenaba  todos  los  compartimentos  del  Teatro. 

El  Rvdo.  Padre  Medardo  Alduán  explicó  la  naturaleza  y  objetivo 
de  las  Jornadas  de  Estudios  que  se  iniciarían  el  próximo  lunes  13. 

El  discurso  de  orden  estuvo  a  cargo  del  Ing.  Enrique  Echegaray 
del  Solar  que  en  expresivas  frases  reiteró  la  adhesión  del  Apostolado 
Seglar  al  Santo  Padre. 

El  Emmo.  Cardenal  Tedeschini  al  agradecer  el  Homenaje,  alabó 
con  palabra  ardiente  la  labor  de  los  laicos  en  la  Iglesia  desde  los  tiem- 
pos de  San  Pablo,  celebró  la  colaboración  de  éstos  en  el  V  Congreso 
Eucarístico  Nacional  y  Mariano  cuya  magnitud,  dijo,  relataría  al  volver 
a  Roma  en  donde  le  aguardaba  la  gran  satisfacción  de  escuchar  los 
aplausos  que  se  tributarían  al  Perú  católico  y  terminó  impulsando  a  los 
miembros  del  Apostolado  Seglar  a  una  acción  incesante  en  el  campo 
social  en  que  a  cada  uno  le  ha  tocado  vivir. 

Los  enfervorizados  asistentes  recibieron  con  profunda  emoción  y 
puestos  de  rodillas  la  Bendición  en  que  el  Legado  impartió  en  nombre 
del  Santo  Padre. 

El  Himno  de  la  Acción  Católica,  Flote  la  Bandera,  resonó  cantan- 
do por  miles  de  voces  mientras  el  Legado  Papal  se  retiraba  recibiendo 
una  de  las  más  vibrantes  m.anifestaciones  de  admiración,  respeto  y  afec- 
to que  se  le  haya  tributado  en  nuestra  ciudad. 

Entre  la  concurrencia  que  a  las  6  de  la  tarde  llenaba  gran  parte 
del  Campo  Eucarístico  se  advertía  fácilmente  algo  especial,  algo  distin- 
to de  los  días  anteriores  y  era  la  nota  gratísima  de  la  presencia  de  los 
niños . 

Familias  enteras  habían  venido,  en  muchos  casos  los  padres  lleva- 
ban a  los  niños  en  brazos,  para  escuchar  la  doctrina  sobre  la  familia 
cristiana,  para  rogar  por  la  indisolubilidad  del  matrimonio  y  la  santi- 
ficación de  sus  hogares . 

Con  el  rezo  del  Angelus  se  inicia  la  ceremonia.  Todas  las  voces 
se  unen  saludando  a  la  Madre  de  Dios. 

Mons.  Luis  Henríquez  representante  del  Episcopado  venezolano  y 
Mons.  Teodoro  Eugenin,  Vicario  General  Castrense  de  Chile,  dicen 
su  palabra  de  saludo  y  adhesión  al  Congreso. 


68 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


El  Excmo.  Sr.  Leonardo  Rodríguez  Bailón,  Arzobispo  de  Arequi- 
pa, exalta  la  importancia  del  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Ma- 
riano y  refiere  las  actividades  religiosas  desarrolladas  en  su  Arquidió- 
cesis  con  motivo  de  este  Congreso  cuyo  carácter  nacional  destaca. 

En  nombre  de  los  congresistas  visitantes  habla  el  distinguido  es- 
critor y  poeta  mejicano  Alfonso  Junco.  Vengo  de  Méjico,  dice,  herma- 
no del  Perú  en  la  historia  y  en  el  amor.  .  .  Sus  palabras  son  exhorta- 
ción urgente  para  mover  a  todos  al  apostolado.  El  bellísimo  poema  que 
recita  al  finalizar  conmueve  a  la  muchedumbre  de  fieles  que  lo  ova- 
ciona cálidamente. 

El  Dr.  Enrique  Cipriani  desarrolla  en  un  importante  discurso,  con 
la  autoridad  de  la  propia  experiencia,  el  tema  especial  del  día:  La  Fa- 
milia Cristiana,  apoyándose  en  la  Sagrada  Escritura  y  la  Doctrina  de  la 
Iglesia . 

Mons .  Buenaventura  Uriarte,  Vicario  Apostólico  del  Ucayali,  hace 
una  amplia,  fervorosa  y  amena  exposición  sobre  la  Eucaristía  y  las  Mi- 
siones. Termina  pidiendo  a  los  católicos  que  reflexionen  sobre  la  tarea 
de  los  Misioneros  que  luchan  hace  cuatro  siglos  por  incorporar  a  la  pe- 
ruanidad  efectiva  a  centenares  de  selváticos. 

Ha  llegado  la  noche.  Sobre  el  Altar  Jesucristo  Sacramentado  atrae 
todas  las  miradas,  recibe  las  súplicas. 

Hay  muchos  hogares  deshechos  en  el  Perú .  Muchos  niños  sufren 
las  nefastas  consecuencias  de  una  ley  que  pretende  desunir  lo  que  Dios 
ha  unido. 

De  todos  los  corazones  brota  el  ruego:  que  se  respete  la  unión  in- 
disoluble, base  de  la  solidez  de  la  familia  que  hace  la  grandeza  de  la 
Patria. 

El  Emmo.  Cardenal  José  María  Caro  imparte  la  Bendición  con  el 
Santísimo  Sacramento. 

• 

Palabras  del  Eminentísimo  Señor  Cardenal 
Legado . 

Yo  vengo  de  visitar  un  Monasterio,  el  de  La  Visitación  y  de  de- 
cir la  misa  delante  de  ellas,  y  me  inclino,  me  pongo  de  rodillas,  delan- 
te de  estas  vírgenes,  las  esposas  de  Cristo,  porque  ellas  representan  a 
Cristo.  Y  cuando  digo  esposas  de  Cristo  y  cuando  digo  religiosas  de 
La  Visitación,  es  un  ejemplo  que  tengo  ante  mis  ojos.   Podría  buscar 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


69 


y  encontrar  el  mejor  ejemplo  que  Lima  me  da  en  Santa  Rosa  de  Lima, 
esa  es  la  Virgen,  no  solamente  la  Virgen,  sino  que  es  la  esposa  de 
Cristo.  Rosa  de  mi  corazón.  Y  Cristo  le  decía:  — Tú  debes  ser  mi 
Esposa;  tú  serás  mi  Esposa;  sé  tú  mi  Esposa!  He  aquí  la  Fam.ilia  Cris- 
tiana . 

Yo  vengo  a  vosotros  para  alabaros  de  haber  puesto  en  vuestros 
estudios  un  tema  tan  importante  para  todo  el  Mundo;  yo  envidio  a  vos- 
otros, envidio  a  toda  esta  América,  por  haber  aprendido  las  enseñan- 
zas de  España,  en  donde  la  familia  cristiana  es  tan  fuerte,  tan  firme, 
tan  arraigada.  Vosotros  estudiáis  el  que  estudia  quiere  alcanzar  la  per- 
fección. Estudiáis  la  familia  cristiana  y  la  indisolubilidad  del  matrimo- 
nio. Cuando  yo  hablo,  hablo  en  brevísimas  palabras,  de  este  inmenso 
tema:  la  indisolubilidad  del  matrimonio.  Nadie  conoce  bastante  de  es- 
te tema;  ni  las  perfectas  madres  de  familia,  ni  los  que  enseñan,  ni  los 
maestros  de  Teología,  me  atrevo  a  decir  ¡cuán  grande  es  este  tema! 

Dios  instituyó  este  Sacramento  por  amor  a  la  Humanidad.  El  ha 
dado  a  la  Humanidad  toda  su  vida,  toda  su  sangre.  Después  para 
constituir,  consolidar  y  formar  la  Humanidad,  ha  querido  darles  este 
Sacramento.  El  gesto  más  hermoso  que  Dios  pudo  hacer  para  el  gé- 
nero humano.  Que  el  Ministro  del  matrimonio  sea  el  mismo  que  lo 
contrae  y  no  el  sacerdote  que  lo  asiste.  No.  Vosotros,  alcanzáis  esta 
dignidad  como  alcancé  yo  el  Sacramento  de  la  Ordenación  Sagrada; 
lo  mismo;  somos  colegas.  El  Mundo  no  entiende  estas  cosas  y  cuando 
digo  mundo,  me  refiero  al  que  está  oscurecido  por  las  pasiones.  No  en- 
tiende. No  los  que  saben  de  la  indisolubilidad  del  Sacramento  de  Cris- 
to, que  deben  resistir  y  dar  el  ejemplo.  San  Pedro  dijo  una  palabra 
que  nosotros  debemos  repetir,  todos:  "Non  possumus".  No  podemos. 
Este  es  el  mandamiento  de  la  indisolubilidad  del  matrimonio. 

Cuando  dos  almas  buenas  se  acercan  al  altar,  a  decir  una  palabra 
omnipotente  la  palabra  Sí,  es  como  si  dijera  el  Omnipotente  Sí,  crean- 
do la  luz;  como  sí  la  Virgen  Santísima  dijera  Sí,  concibiendo  el  Verbo 
Encarnado.  Esa  es  su  grandeza.  Llegan  los  dos  al  altar  y  es  hecho 
un  nudo  fuerte  que  nadie  puede  romper,  más  que  la  Muerte.  En  la  His- 
toria, hay  un  nudo  que  se  llama  de  Alejandro  el  Grande,  ¿cómo  se  des- 
hizo este  nudo?,  con  la  espada,  rompiéndolo,  es  decir,  dándole  muerte; 
la  muerte  sola  pudo  romperlo. 

La  indisolubilidad  del  matrimonio,  esta  hermosa  idea  católica,  este 
templo  católico,  que  debe  estar  arraigado  en  nuestro  corazón;  debe  ha- 
cer honor  a  Lima,  honor  al  Peiú,  como  lo  ha  hecho  en  España  en  don- 
de tanto  se  quiere  ese  dogma,  donde  tanto  se  le  respeta  y  donde  tanto 


70 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


se  le  conoce.  Santificación  de  la  Familia,  esto  quiere  y  a  esto  Nues- 
tro Señor  mira,  a  la  Santificación  de  la  Familia.  Cristo  Nuestro  Señor 
no  ha  querido  una  Familia  cualquiera.  No.  La  Familia  cualquiera  no 
es  la  constituida  por  el  Santo  Sacramento  del  Matrimonio.  Entonces 
vemos  la  escala  en  que  Dios  ha  subido  a  la  mujer.  De  una  manera  ma- 
ravillosa, es  ya  una  mujer  madre,  madre  de  hijos,  ayudando  al  Todo- 
poderoso a  poblar  la  tierra  y  el  cielo,  y  en  dar  hijos  a  la  Santa  Iglesia 
y  sacerdotes  que  perpetúen  el  Sacramento. 

Madre,  y  cuando  se  dice  madre,  se  dicen  cosas  que  antes  del  Cris- 
tianismo no  se  conocían.  Madre  santa,  ¿quién  es  el  que  antes  del  Cris- 
tianismo invocaba  a  su  madre?  ya  fuere  que  la  tuviere,  ya  fuera  que 
hubiere  muerto,  con  ese  nombre.  Madre  santa?  Nosotros  estamos  acos- 
tumbrados a  decir  Madre  Santa,  porque  estamos  acostumbrados  a  de- 
cirlo a  otra  madre:  la  Virgen  Santísima.  Madre  Santa  y  después  de 
Santa,  Madre  Educadora.  Esto  es  lo  difícil  en  el  Mundo:  educar.  San 
Juan  Crisóstomo,  el  gran  orador  decía  ¿cuál  es  el  pintor,  cuál  es  el  es- 
cultor, cuál  es  el  maestro,  que  pueda  hacer  una  estatua  con  tanta  per- 
fección, con  la  cual  hay  que  hacer  la  estatua  de  un  hijo  formado  en 
los  brazos  de  una  madre?  Educarlo  cristianamente,  educarlo  es  lo  difí- 
cil. Dar  este  hijo  a  la  Familia,  darlo  a  la  Sociedad.  Educar  es  lindo. 

Y  después,  esta  madre  que  ha  educado  a  su  hijo,  tiene  un  premio  de 
Dios,  un  premio  que  es  siempre  la  Virgen  Santísima.  Esta  madre,  en 
su  casa  está  en  un  santuario,  es  santa  en  su  santuario.  San  Pablo  decía: 

Y  yo  quiero  que  lo  penséis  vosotros  yo  sé  que  aquélla  casa  es  una  igle- 
sia, una  iglesia  doméstica,  formada  por  los  domésticos,  por  los  fami- 
liares, por  el  padre,  la  madre  y  cuantos  están  en  la  casa:  una  Iglesia 
de  Maestros. 

El  Santo  Padre,  dando  este  año  a  la  Virgen  Santísima  una  diade- 
ma de  gloria,  confirmando  que  siempre  ha  sido  nuestra  reina,  la  ha 
hecho  reina  de  toda  mujer  en  su  casa,  coronándola  con  la  potestad  y 
la  virtud  del  amor.  Ese  es  el  ejemplo.  Si  yo  viese  mañana,  que  esta 
población  peruana  que  es  tan  buena,  esta  ciudad  que  yo  admiro  tanto, 
pudiese  alcanzar  la  perfección  máxima,  no  la  que  yo  pido,  sino  la  que 
pide  Dios  ¡Oh,  cuánto  lo  desearía!  Primer  puesto  en  el  Mundo.  Vos- 
otros, la  Familia  Cristiana,  vosotros  pensad  en  lo  que  fue  la  Virgen 
Santísima  Madre.  Esta  sí  que  es  una  familia,  la  familia  que  nos  pare- 
ce que  debemos  imitar .  San  José  dulcísimo,  gustoso  de  la  Virgen  San- 
tísima y  de  Nuestro  Señor.  María  la  madre  de  Dios;  ¿qué  se  puede 
decir  más?  Y  después  Nuestro  Señor  Jesucristo  ya  sea  con  nosotros, 
como  en  la  Iglesia  que  nos  tiene  a  todos  estrechados  en  su  pecho,  que 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


71 


ha  dado  la  vida  por  nosotros,  que  todos  los  días  se  nos  da  bajo  el  fru- 
to de  su  sangre,  los  Sacramentos.  ¡Qué  gran  cosa  admirable,  la  Sa- 
grada Familia!  Esto  sea  nuestro  modelo.  Esto  sea  para  nosotros  el 
ideal,  a  esto  hay  que  tender.  Hijos  míos,  acordaos,  los  ejemplos  que 
nos  ha  dado  siempre  la  Sagrada  Escritura  que  nos  ha  dado  siempre  la 
Familia  de  la  Virgen  Santísima.  No  sólo  es  la  Sagrada  Familia;  algo 
más  allá  ¿qué  tales  personas  tenemos  nosotros  antes  que  se  creara  la 
Sagrada  Familia  de  Nazareth,  la  Familia  de  Nuestro  Señor?  Tenemos 
una  pareja  un  "par  beatum"  una  pareja  beata:  Joaquín  y  Ana.  ¿Quién 
piensa  en  estos  dos,  cuándo  en  ellos  pensamos?  ¿Quién  piensa  en  Ana 
que  fue  la  Madre  de  la  Virgen  Santísima,  que  la  formó  y  la  presentó 
al  Templo  para  que  hiciera  sus  promesas  a  Dios?  Esto  debemos  pen- 
sar, honrar  a  ellos,  imitar  a  ellos  y  rogad  porque  ellos,  robustezcan  esta 
familia  nuestra,  que  debe  ser  el  fruto  de  este  bello  Congreso  Maria- 
no, fruto  de  la  Procesión  de  la  Virgen  Santísima,  fruto  de  la  Eucaris- 
tía que  vosotros  recibís  para  fortalecer  vuestras  almas. 

Fruto  también,  y  yo  me  atrevo  a  decirlo,  de  la  devoción  inmensa 
que  estoy  viendo  estos  días  en  que  recordáis  al  Papa;  no  sé  qué  harían 
si  estuviese  en  medio  de  vosotros,  cuando  ahora  sólo  véis  una  purísi- 
ma sombra  del  Papa  que  no  representa  nada  más  que  su  humildad. 

¡Viva  el  Papa!  ¡Viva  el  Padre  Nuestro! 

¡Vivan  las  Familias  del  Perú  y  Lima!  ¡Vivan  los  hermanos  Cris- 
tianos de  Lima  y  Perú!  ¡Que  rueguen  por  nosotros  y  conserven  al  Papa! 

• 

HOMENAJE  DEL  APOSTOLADO  SEGLAR  AL 
EMINENTISIMO  SEÑOR  CARDENAL  LEGADO 

Discurso  del  Rvdo.  Padre  Medardo  Alduán, 
C.M.F. 

Siempre  ha  sido  la  voz  del  Papa  voz  de  orden  para  los  católicos 
y  aún  para  los  que  no  lo  son,  pero  que,  libres  de  prejuicios,  tienen  luz 
para  caminar  por  la  senda  de  la  verdad.  Es  que  la  palabra  del  Papa 
es  la  voz  de  Cristo  que  era  oída  y  acatada  no  sólo  por  los  sencillos 
y  limpios  de  corazón,  sino  por  los  mismos  demonios,  por  los  muertos, 
por  la  tempestad,  por  las  enfermedades  y  las  criaturas  insensibles.  Y 
debido  a  esta  eficacia,  ha  sido  el  Papado  en  la  sucesión  de  los  siglos 
el  firme  apoyo  de  la  gran  civilización  salvadora  de  los  pueblos,  el  pri- 
mer valor  moral  de  la  tierra,  la  más  segura  esperanza  del  equilibrio  po- 


72 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


lítico-social  en  el  concierto  de  las  naciones  cultas  y  el  árbitro  de  todas 
las  cuestiones  que  tienen  en  el  fondo  algo  de  eternidad. 

Pero  en  estos  momentos  de  la  vida  de  la  humanidad  en  que  asis- 
timos a  un  cambio  total  y  profundo  de  los  conceptos  y  sentimientos 
éticos;  a  la  decadencia  de  la  época  humanista  internacional,  impreg- 
nada de  ciencia  y  de  arte  y  al  mismo  tiempo  capitalista  y  libre  cam- 
bista; cuando  el  grito  angustioso  de  los  estadistas  se  oye  anunciando 
el  fin  de  una  sociedad  beneficiaria  de  la  civilización  más  espléndida 
que  hayan  visto  los  siglos;  cuando  las  almas  señeras  se  apresuran  ner- 
viosas a  trazar  sus  programas  para  sustituir  el  mundo  que  cae  por  otro 
según  sus  ensueños;  oír  la  palabra  del  Papa  es  satisfacer  las  ansias 
de  los  que  piensan  cumplir  la  justicia  con  la  humanidad  que  tiene  de- 
recho a  la  luz  de  Cristo:  es  encender  una  luz  de  consuelo  y  esperanza 
en  medio  de  la  oscuridad  que  a  todos  nos  envuelve. 

Y  esto  es  tanto  más  necesario  cuanto  que  no  faltan  ahora  otros 
que  levantan  su  voz,  preocupados  del  mismo  problema .  Porque  todos 
los  pensadores,  los  nuestros  y  los  de  enfrente,  como  si  fuesen  sismó- 
grafos colocados  en  el  epicentro  de  un  movimiento  sism.ico,  registran 
con  fidelidad  la  catástrofe  y  sienten  la  necesidad  de  prevenirla.  En 
especial  sobre  todo  los  Papas  desde  León  XIII  hasta  el  Angel  que  hoy 
extiende  las  alas  de  su  misión  providencial,  todos,  como  por  tradición 
nos  anuncian  la  visión  de  este  momento  histórico.  Para  todos  cambia 
el  ritmo  de  la  historia  y  se  hace  catastrófico.  Sin  embargo,  no  todos  los 
pensadores  preocupados  del  mismo  problema  pueden  elevarse  a  una  al- 
tura tal  que  les  permita  descubrir  en  el  abismo  el  camino  que  guía  a 
la  humanidad  a  su  destino.  La  concepción  naturalista  del  mundo,  de 
casi  todos  los  que  no  están  con  la  Iglesia,  los  mantiene  al  ras  del  sue- 
lo, al  margen  del  pensamiento  sobrenatural  cristiano;  la  enorme  va- 
cuidad filosófico-teológica  de  que  adolecen  las  doctrinas,  no  les  per- 
mite otear  desde  las  alturas;  tienen  poco  techo,  para  hablar  en  términos 
aeronáuticos,  por  no  dar  más  de  sí  la  atmósfera  filosófica  en  que  se 
mueven.  Pero  por  desgracia,  en  ellos  están  puestos  los  ojos  de  gran 
parte  de  la  humanidad  incluyendo  muchos  católicos,  que  esperan  de 
ellos  fórmulas  salvadoras.  En  cambio,  nuestros  Pontífices  con  la  fuer- 
za elevadora  de  la  doctrina  católica,  de  un  magnífico  vuelo  escalan 
alturas  inaccesibles  a  los  otros,  porque  vuelan  con  el  pensamiento  cris- 
tiano cuyo  elemento  es  la  estratósfera  del  espíritu;  y  desde  esa  altura 
descubren  en  el  caos  mundial,  un  problema  esencialmente  religioso,  que 
es  el  desplazamiento  del  hombre  moderno  de  su  centro  de  gravitación, 
el  Cristianismo.  Tomando  pensamientos  del  actual  Pontífice,  el  hora- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


73 


bre  se  arrancó  del  ceníro  religioso  al  cual  estuvo  sometido  toda  su  vi- 
da durante  la  Edad  Media,  quiso  andar  por  una  vía  libre  e  indepen- 
diente. En  nuestro  siglo,  llegado  e!  hombre  culíurizado  a  la  cumbre  de 
la  era  humanista,  se  yergue  en  un  estado  de  vacuidad  terrible.  Ya  no 
se  sabe  donde  está  el  centro  de  su  vida.  No  siente  porfundidad  bajo 
sus  pies...  vive  con  dos  dimensiones,  como  si  habitase  exactamente 
en  la  superficie  de  la  tierra,  ignorando  lo  que  está  encima  y  lo  que 
está  por  debajo  de  él.  Estos  son  pensamientos  del  Papa. 

Como  veis,  el  problema  que  obsesiona  con  tan  terribles  incógni- 
tas, a  las  almas  pensadoras,  no  puede  estar  mejor  captado.  El  mundo 
cabecea  hacia  el  abismo  porque  se  ha  salido  de  su  centro  que  es  Je- 
sucristo camino,  verdad  y  vida  del  hombre. 

Para  centrarlo  están  llamando  los  cuatro  últimos  Papas  a  todos  los 
católicos  sinceros,  cada  vez  con  más  urgencia,  requiriendo  de  todos  no 
sólo  una  acción  individual  que  brote  de  la  vida  cristiana  en  grado  or- 
dinario, sino  una  acción  apostólica  en  el  campo  de  su  especial  profe- 
sión; y  más  aún  le  exigen  acción  heroica;  de  modo  que  acentuando  el 
actual  Pontífice  en  sus  mensajes  y  discursos  este  calificativo,  distin- 
gue con  él  a  los  que,  como  en  todas  las  épocas  de  crisis,  forman  la 
selección  depurada  de  auténticos  seguidores  del  Evangelio  de  aquellos 
otros  tibios  y  pusilánimes,  que  vegetan  en  la  mediocridad  y  en  la  clau- 
dicación más  oprobiosa.  Y  urgiendo  esta  acción  heroica,  llega  el  Pa- 
pa a  desear  descartemos,  para  determinarnos  al  trabajo  heroico,  la  re- 
flexión cuyo  momento  dice  ha  pasado.  Y  explorando  con  inquietud  es- 
te pensamiento  en  uno  de  sus  mensajes  se  encara  con  los  católicos  y 
les  dice:  ¿Estáis  dispuestos?.  ,  . 

Por  eso  la  Comisión  que  ha  preparado  el  temario  de  estudios  no 
ha  dudado  un  momento  en  el  asunto,  que  debía  proponer,  pensando, 
que  no  se  podía  hacer  mejor  obsequio  a  Jesucristo,  que  ofrecerle  cató- 
licos seleccionados  conforme  a  los  deseos  del  Papa;  para  lo  cual  nada 
más  práctico  que  estudiar  las  cualidades  que  debe  tener  un  católico  de 
la  hora  presente  para  poder  actuar,  junto  al  Papa  o  la  Jerarquía,  en  el 
restablecimiento  del  Reino  de  Dios:  esta  es  la  única  manera  de  conte- 
ner la  catástrofe  moral  que  nos  amenaza.  Por  fortuna,  el  Papa  nos  lo 
da  casi  todo  hecho:  si  fijamos  los  ojos  a  través  del  tema,  en  el  Clero, 
el  Papa  Pío  XI  en  su  Encíclica  sobre  el  Sacerdocio,  ha  trazado  con 
mano  sóbrenavural  el  programa  para  la  formación  de  los  sacerdotes  que 
necesita  actualmente  el  mundo,  no  sólo  para  mantener  en  las  filas  a 
los  que  ya  militan  con  Cristo,  sino  también,  como  advierte  el  Papa, 
para  traer  a  Cristo  a  lo:;  que  con  recta  intención  buscan  la  verdad. 


7-1 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


En  la  Encíclica  "Ad  catholici  sacerdotii"  está  basado  el  temario  de 
estudio  para  el  Clero.  Hubiéramos  deseado  también  hacer  entrar  en  el 
estudio  a  la  parte  que  el  Papa  Pío  XII  llama  prK'ilcgiada  de  la  Igle- 
sia, los  religiosos;  pero  la  Sagrada  Congregación  de  Religiosos  ha  to- 
mado por  su  cuenta  este  asunto,  y,  consultada  respondió  que  está  en 
los  planes  del  Papa  celebrar  congresos  nacionales  para  elevar  la  espi- 
ritualidad a  los  religiosos. 

Igualmente  por  fortuna,  el  Papa  Pío  XII  en  uno  de  sus  mensajes 
delineó  o  perfiló  al  verdadero  católico  de  la  hora  presente  con  cuatro 
rasgos  tan  fundamentales  que  cuanto  más  se  meditan,  más  sabiduría  se 
descubre.  Son  los  que  están  como  base  de  las  tesis  que  se  desarrolla- 
rán los  dos  primeros  días. 

Pero,  por  dos  consideraciones  ha  ideado  la  Comisión  que  eí  estu- 
dio de  los  temas  se  haga  por  grup>os  profesionales.  Primera,  porque, 
debido  a  resabios  del  liberalismo  ha  quedado  en  muchos  católicos  la  idea 
de  la  doble  personalidad,  y  la  doble  moral:  la  privada  y  la  pública, 
pensando  que  pueda  uno  ser  excelente  católico  en  su  vida  privada  y 
actuar  contra  la  doctrina  católica  en  su  vida  profesional.  No  saben 
llevar  en  una  sola  corriente  vital  la  vida  privada  y  la  pública.  Por  eso, 
los  temas  generales  que  se  encaminan  a  la  formación  espiritual  y  son 
como  el  fundamento  de  la  vida  pública,  los  trataremos  por  grupos  pro- 
fesionales para  que  los  problemas  de  la  profesión  se  incorporen  a  for- 
mar la  unidad  totalitaria  de  la  vida  anímica.  Y  por  otra  consideración 
que  es  el  llamado  del  actual  Pontífice  que  desea  que  actúen  los  cató- 
licos en  el  campo  profesional  menos  tratado  que  tanto  los  temas  ge- 
nerales como  los  específicos  de  cada  profesión  se  encaminen  a  la  for- 
mación de  un  católico  profesional,  puesto  que  la  profesión  y  la  reli- 
giosidad forman  una  sola  pieza  inseparable  prácticamente  los  dos  ele- 
mentos. En  los  últimos  mensajes  el  Papa  Pío  XIÍ  pide  que  se  intensi- 
fique el  apostolado  que  llama  capilar,  que  tiene  lugar  principalmente 
en  el  cam.po  profesional  y  valiéndose  de  una  comparación  muy  evan- 
gélica quiere  que  los  católicos  sean  la  levadura  que  invada  con  su  con- 
tacto la  masa  social;  por  lo  cual  dice  y  repite  que  todos  se  convenzan 
de  la  necesidad  de  un  mayor  contacto  con  la  masa  que  se  logra  dice 
el  Papa  evidentemente  en  el  ejercicio  apostólico  de  la  propia  actividad 
o  profesión . 

Esta  es  la  razón  porque  la  Comisión  confeccionadora  del  Temario 
ha  propuesto  como  línea  directiva  del  estudio,  primero  conocer  la  m.i- 
íjión  espiritual  de  cada  profesión.  Nadie,  ni  por  la  naturaleza  ni  por 
los  designios  de  Dios  está  aislado,  de  forma  que  pueda  eludir  la  res- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


75 


ponsabilidad  sobre  los  demás.  A  todos  se  nos  pedirá  cuenta  tanto  de 
nuestra  vida  como  de  la  vida  de  nuestro  hermano,  como  se  pidió  a 
Caín  de  la  vida  de  su  hermano  Abel,  sin  que  nos  valga  la  excusa,  co- 
mo no  le  valió  a  Cain  de  que  nadie  nos  la  ha  encargado.  En  segundo 
lugar,  han  de  salir  bien  perfiladas  las  cualidades  de  un  profesional  pa- 
ra cumplir  la  misión  espiritual  que  Dios  le  ha  encomendado.  Y  en  ter- 
cer lugar  debe  explorarse  el  campo  donde  debe  actuar  el  profesional 
o  el  trabajador  social  para  señalar  el  modo  de  desarrollar  el  aposto- 
lado. El  conocimiento  que  tiene  cada  profesional  del  medio  donde  se 
desenvuelve  su  actividad  les  guiará  mejor  que  las  advertencias  que  pu- 
dieran darse  en  esta  ocasión.  La  Comisión  tiene  la  ilusión  que  se  lo- 
grará con  el  estudio  empeñoso  de  todos,  el  tipo  de  cada  profesión,  la 
del  católico  auténtico  que  desarrolla  su  vida  en  cristiano  tanto  en  el  or- 
den privado  como  en  el  de  la  vida  familiar,  social  y  profesional,  guia- 
do por  el  ideal  sobrenatural  que  ha  de  brillar  con  toda  claridad  en  las 
sesiones  de  estudios,  y  será  sostenido  después,  por  alguna  institución 
permanente  en  cada  profesión,  respondiendo  al  desarrollo  de  la  socia- 
bilidad, propia  de  los  tiempos  presentes,  en  la  cual  hallen  todos  fuer- 
za, luz,  perseverancia. 

Que  nos  sirva  en  esta  ocasión  la  Historia  que  es  maestra  de  la 
vida .  Los  Apóstoles  recibiendo  como  hijos  la  bendición  de  María  su 
Madre  que  los  despidió  con  su  corazón  se  dispersaron  por  todo  el  mun- 
do. Las  capillas  de  la  Virgen  levantadas  en  las  partes  evangelizadas 
eran  centros  de  población  de  los  fieles  salvados  por  María . 

Francia  se  estremeció  de  gozo  con  la  conversión  de  Clodoveo  obra- 
da por  el  conocimiento  del  Corazón  de  la  Corredentora  del  mundo; 
los  reyes  anglosajones  desde  Etelberto  hasta  Etelvaldo  pudieron  cons- 
tituir en  menos  de  un  siglo  una  sociedad  cristiana  que  elevó  a  la  Vir-t 
gen  los  más  bellos  monumentos  de  su  amor.  Los  lombardos  entraron 
en  la  unidad  de  la  Iglesia  confesando  y  enalteciendo  las  prerrogativas 
de  la  Maternidad  divina  de  María.  Los  monarcas  visigodos  de  Espa-^ 
ña  acuden,  adocti  ¡nados  por  sus  egregios  pastores  San  Leandro,  San 
Fulgencio,  San  Isidro  y  San  Ildefonso,  a  prodigar  sus  flores  ante  los 
altares  de  la  que  derramaba  su  amor  hacia  los  hombres.  Amparados  con 
la  maternal  tutela  de  María,  San  Villibrodo  y  San  Bonifacio  consiguie- 
ron evangelizar  a  Alemania  y  ganar  para  la  fe  otros  pueblos  del  Norte. 

Los  nuevos  mundos  descubiertos  por  piadosos  e  intrépidos  nave- 
gantes fueron  pronto  y  suavemente  ganados  a  la  fe  por  la  devoción  a 
la  que  tiene  un  Corazón  todo  ternura  para  lós  hombres.  Y  así  pasará 
ahora  también . 


76 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Los  católicos  de  poca  fibra  filosófica  padecen  de  cierto  escepti- 
cismo cuando  se  trata  del  valor  transformativo  de  las  ideas:  a  esos 
y  a  todos  corresponde  oír  la  voz  del  Papa  a  trabajar,  bajo  su  direc- 
ción en  la  sociedad  modelo  que  debe  sustituir  a  la  presente,  calificada 
por  él  de  semipagana.  Frente  a  los  hombres  fuertes,  que  tomándolo 
de  Spengler  llama  grandes  animales  de  presa  y  que  son  los  que  pre- 
paran quienes  trabajan  al  margen  de  la  Iglesia,  deben  colocarse  los  ca- 
tólicos de  la  hora  presente,  perfilados  inconfundiblemente  por  el  Pa- 
pa. Terminando  con  la  exhortación  del  Papa  les  diré:  llenemos  nues- 
tros corazones  de  im.perturbable  confianza  en  el  triunfo  definitivo  de 
nuestra  causa;  concibamos  prontitud  serena  e  ilimitada  para  el  sacri- 
ficio y  los  sufrimientos;  seamos  fervorosos  contemplativos  de  la  Euca- 
ristía; y  tomemos  con  empeño  el  obtener  una  unidad  de  espiritu  y  de 
Jerarquía  más  íntima  y  duradera.  Porque  son  las  nuevas  generacio- 
nes que  tienen  que  actuar  en  la  reconi^trucción  de  la  sociedad.  Hemos 
de  llevar  esta  sociedad  descaminada  a  Cristo,  cargada  nuestra  alma 
con  un  potencial  tal  que  libre  la  irresistible  corriente  de  alta  tensión 
de  nuestro  apostolado. 

No  necesito  añadir  que  poc  estar  en  el  Año  Mariano  y  en  fuerza 
de  la  economía  de  la  Encarnación  hemos  incorporado  a  todas  las  tesis 
la  ¡dea  de  María;  si  el  corazón  es  el  principio  de  la  vida,  el  Corazón 
de  Cristo  formado  por  el  Corazón  de  María,  ha  de  ser  el  principio  de 
nuestra  vida  cristiana. 

• 

Discurso  del  Ingeniero  Enrique  Echegaray 
del  Solar. 

Al  congregarnos  hoy  en  torno  vuestro  en  manifestación  más  ínti- 
ma que  aquellas  multitudinarias  y  bulliciosas  que  os  viene  tributando, 
desde  vuestro  feliz  arribo  a  estas  tierras,  la  población  toda  de  Lima  y 
los  peregrinos  llegados  de  los  más  lejanos  confines  de  esta  nuestra  Pa- 
tria y  aún  de  allende  sus  fronteras,  deseamos  comunicarnos  con  vos, 
para  deciros  no  sólo  de  nuestra  adhesión  sincera  y  del  cariño  respetuo- 
so que  sentimos  hacia  vuestra  ilustre  persona  y  hacia  la  del  Augusto 
Pontífice  al  que  representáis,  .sino  también,  hablaros  con  filial  confian- 
za sobre  nuestros  anhelos  y  esperanzas,  sobre  nuestras  luchas  con  sus 
victorias  y  derrotas. 

La  bondad  infinita  de  Dios,  por  Cristo  "nos  escogió  antes  de  la 
creación  del  mundo,  para  .ser  cantos  y  sin  mácula  en  su  presencia  por 


CRÓNICA  Y  EHDCUMENTOS 


77 


la  caridad",  como  dice  San  Pablo.  Luego  nos  hizo  sentir  la  urgencia 
del  apostolado;  es  decir  "la  voluntad  de  prestar  cada  cual  ayuda  es- 
piritual a  sus  prójimos",  en  palabras  de  S.  S.  Pío  XI  y,  nos  alista- 
mos bajo  las  banderas  del  Gran  Rey,  del  Rey  de  la  Paz. 

Formamos  el  apostolado  seglar  destinado  a  difundir  el  reino  de 
Cristo.  Debemos  cumplir  nuestra  misión,  sin  apartarnos  de  la  vida  ex- 
terna común  de  una  sociedad  que  tiene  como  escenario  para  su  desa- 
rrollo, un  territorio,  que  siguiendo  la  ruta  del  sol,  comienza  en  los  bos- 
ques inextricables  de  la  amazonia,  para  ascender  al  lomo  de  los  Andes 
separados  en  dos  cadenas  que  corren  de  norte  a  sur,  teniendo  entre 
ellas  una  meseta  que  está  cerca  de  los  cuatro  mil  metros  sobre  el  ni- 
vel del  mar,  y  baja  enseguida  apresuradamente,  junto  con  los  torren- 
tes, por  entre  desiertos  de  arenas  grises  y  movedizas  o  de  rocas  tor- 
turadas que,  acarician  o  golpean  las  aguas  del  mar  Pacífico.  En  este 
paisaje,  las  regiones  habitables  están  alejadas  y  el  hombre  vive  en  nú- 
cleos separados  entre  sí  por  obstáculos  difíciles  de  vencer,  cuando  no 
insalvables . 

Este  medio  geográfico,  marca  a  la  sociedad  que  en  él  se  desarro- 
lla una  evidente  dispersión  y  un  marcado  hábito  de  aislamiento. 

La  conjunción  de  elementos  tierra  y  hombre  con  características  co- 
mo las  indicadas,  son  factores  adversos  para  la  propagación  de  todos 
los  valores  culturales,  entre  los  que  ocupan  el  primer  lugar  los  reli- 
giosos; por  esta  razón,  desde  los  primeros  años  en  que  se  plantó  la 
cruz  en  estas  tierras,  la  labor  de  la  Iglesia  docente,  buscó  la  ayuda 
del  doctrinario,  ya  que  la  obra  permanente  de  enseñanza  de  las  ver- 
dades de  la  fe  y  la  práctica  de  la  oración  en  común,  no  podía  ser 
atendida  en  cada  núcleo  humano  por  sacerdotes  cuyo  número  era  es- 
caso. Desde  los  comienzos  del  cristianismo  en  el  Perú,  se  establece 
pues,  en  nuestro  suelo,  la  función  y  la  presencia  del  apostolado  seglar. 

La  rápida  conversión  al  cristianismo  de  la  masa  de  población  in- 
dígena, la  superposición  de  valores  culturales  diversos,  el  encuentro  y 
mestizaje  de  razas,  la  elaboración  de  elementos  propios  para  la  forma- 
ción de  nacionalidades  nuevas,  con  valores  culturales  comunes,  como  re- 
ligión y  lengua,  dejan  en  América  Latina  en  general  y  en  el  Perú  en 
particular,  condiciones  religiosas  especiales  en  las  que  el  apostolado  se- 
glar se  convierte  en  necesidad  ineludible. 

Las  conmociones  políticas  que  dieron  por  resultado  veintitrés  na- 
ciones que  tienen  una  misma  fe,  que  confiesan  una  lengua,  trajeron 
como  secuela  la  disminución  del  clero  agravado  por  los  aires  laizisan- 


78 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


tes  que,  desacreditando  al  sacerdocio,  despoblaron  seminarios,  parro- 
quias y  claustros  conventuales. 

La  Iglesia  se  reciente  en  su  labor  al  sufrir  los  efectos  fatales  de 
la  peste  del  laicismo  y  busca  la  forma  más  eficaz  para  el  cumplimiento 
de  su  misión  divina. 

Siguiendo  las  iniciativas  de  Roma  y  acuciados  por  las  circunstan- 
cias locales,  surgen  los  movimientos  del  apostolado  seglar  bajo  los  nom- 
bres de:  "Unión  Católica,  Congregaciones  Marianas  de  Jóvenes;  Cen- 
tros de  Juventudes  Católicas;  Conferencias  de  San  Vicente;  Círculos  de 
Obreros  Católicos  y  Terceras  Ordenes,  Caballeros  de  Colón;  en  una 
palabra,  grupos  de  católicos  militantes  organizados. 

Pero,  es  el  clima  ardiente  de  apostolado  creado  por  el  Primer  Con- 
greso Eucaristico  Nacional,  en  1935,  el  que  hace  brotar  la  colabora- 
ción del  laicado  en  el  Apostolado  Jerárquico,  al  establecerse  por  acuer- 
do de  los  Señores  Obispos,  presididos  por  el  entonces  Arzobispo  de 
Lima,  de  santa  memoria.  Monseñor  Pedro  Pascual  Farfán,  la  Acción 
Católica  Peruana. 

Mas  años  antes  de  esta  fecha,  ya  funcionaba  en  Arequipa,  bajo 
la  dirección  del  entonces  canónigo  Monseñor  Juan  Gualberto  Guevara, 
la  Acción  Católica  de  Hombres. 

Y,  aquí  Eminentísimo  Señor,  permitidme  rendir  emocionado  home- 
naje que,  siendo  de  todos  los  católicos  peruanos,  tiene  un  tinte  espe- 
cial de  afecto  personal  por  haber  recibido  la  iniciación  en  la  A .  C . 
el  que  lo  pronuncia;  el  celo  infatigable  del  más  decidido  propugna- 
dor  y  alentador  de  la  A.  C,  el  hasta  ayer  miembro  del  Sacro  Cole- 
gio Cardenalicio,  Arzobispo  de  Lima,  y  Primado  del  Perú,  dormido  en 
el  Señor,  como  mueren  los  héroes,  que  tales  lo  son  todos  los  miembros 
de  la  Jerarquía  en  el  Perú,  en  ejercicio  de  su  función  pastoral  y  lue- 
go de  haber  celebrado  el  Santo  Sacrificio  de  la  Misa. 

¿Cuántas  fueron  las  horas  de  los  días  de  su  larga  y  fecunda  vida 
sacerdotal  que  dedicó  a  la  A .  C .  ?  No  lo  sabremos,  nunca,  pero  lo 
que  sí  sabemos  es  que  la  A.  C.  era  la  niña  de  sus  ojos.  Aún  recuerdo 
con  viva  emoción,  que,  en  la  Asamblea  de  A.  C.  de  1949,  nos  conta- 
ba confidencialmente:  "Al  ver  a  mis  párrocos,  tan  solos  en  medio  de 
sus  actividades,  tan  aislados  del  pueblo  fiel,  le  decía:  así  no  podéis  tra- 
bajar, necesitáis  colaboradores  aptos,  debidamente  preparados  para  la 
obra  de  Dios,  dispuestos  a  prestaros  su  ayuda  incondicional,  y  estos 
colaboradores  son  los  militantes  de  la  A.  C". 

En  la  hora  presente  en  que  nubes  apocalípticas  cierran  el  horizon- 
te del  mundo;  en  que  millones  de  hombres  viven  torturados  por  la  ex- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


79 


periencia  trágica  de  la  voluntad  de  destruir  a  Dios,  se  encuentran  fren- 
te a  frente  dos  colosos  que  compulsan  sus  fuerzas  a  medida  que  van 
estrechando  el  cerco  al  tomar  posesiones  sobre  continentes  convulsio- 
nados de  cuyo  destino  nada  se  puede  predecir. 

En  medio  de  estas  escenas  de  terror,  surge  América,  como  isla  de 
esperanza,  emergiendo  de  las  aguas  de  la  mar  Océano,  como  respuesta 
a  la  angustia  de  los  hombres,  igual  a  que  ahora  cuatrocientos  años, 
surgiera  inesperadamente  para  el  ansia  de  "abrir  caminos  al  Evange- 
lio por  nuevas  tierras  y  por  nuevos  mares".  (León  XIII),  que  agitara 
al  navegante  Cristóbal  Colón.  América  tiene  un  destino  marcado  por 
hitos  marianos.  Entre  las  nieblas  del  amanecer  del  12  de  octubre,  emer- 
ge de  las  ondas  estremecidas  aún  por  las  vibraciones  de  las  últimas  no- 
cas del  "Salve  Regina"  que  entonaban  todas  las  tardes  las  voces  varo- 
niles de  los  marineros  de  las  tres  carabelas. 

En  1531,  cuando  Enrique  VIII  abandona  la  Iglesia  y  arrastra  a  In- 
glaterra; cuando  Europa  toda  tiembla  bajo  la  amenaza  de  la  Media 
Luna,  en  México  recién  conquistado,  la  Virgen  de  Guadalupe  "en  su 
rostro  anuncia  y  sublima  el  mestizaje,  ella  que  con  Rosas  de  Castilla, 
se  pintó  y  entrañó  en  el  ayacate  del  indio"  como  bellamente  dice  Alfon- 
so Junco. 

En  esta  Ciudad  de  los  Reyes,  nace  la  que  será  más  tarde  procla- 
mada primera  Santa  de  América  y  toma  por  nombre  Rosa  de  Santa 
María.  Contemporáneo  y  paisano  suyo  es  el  mulato  Martín  de  Forres, 
Patrón  de  la  Justicia  social  en  el  Perú. 

Estos  hechos  parecen  ser  el  cumplimiento  de  un  designio  provi- 
dencial para  América  Latina:  ser  crisol  donde  desaparecen  las  diferen- 
cias de  razas,  donde  las  corrientes  ideológicas  concurren  para  integrar- 
se, convertirse  en  remanso  de  paz,  en  respuesta  a  la  angustia  del  mun- 
do mostrando  la  unidad  que  ya  posee,  el  sentido  de  dignidad  perso- 
nal que  tiene,  la  fe  sin  herejías  que  vive,  reconociendo  el  fin  común 
espiritual  y  moral  del  humano  linaje  aún  exento  en  cierta  medida,  de 
la  embriaguez  que  da  el  poderío  de  la  técnica. 

Parece  Eminentísimo  Señor  que  es  destino  de  América  Latina  el 
ser  la  matriz  de  una  civilización  no  mecanicista  cuya  esencia  sea:  "bus- 
cad el  Reino  de  Dios  y  su  justicia  y  todo  lo  demás  se  os  dará  por  aña- 
didura". Entre  los  primeros  resplandores  del  amanecer  de  una  nueva 
era,  de  un  nuevo  pueblo  de  Dios  del  que  dijo  el  Vidente  de  Patmos, 
"que  será  su  pueblo  y  el  mismo  Dios  en  medio  de  ellos  será  su  Dios. 
Y  Dios  enjugará  todas  sus  lágrimas"  parece  que  se  dibuja  el  perfil  de 
América  nuestra. 


80 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Esta  presunción,  por  lo  mismo  que  es  aventurada  y  ambiciosa,  es 
el  más  urgente  requerimiento,  el  llamado  más  acucioso  y  el  más  exi- 
gente apremio  para  formar  auténticos  católicos,  no  sólo  por  la  adhesión 
de  la  mente  a  los  principios  religiosos,  sino  por  la  vida  inspirada  en  la 
fe  y  nutrida  en  los  sacramentos.  Es  un  imperativo  de  la  presencia  de 
un  laicado  capaz  de  tener  en  su  pensamiento,  en  sus  aspiraciones,  en 
sus  obras,  por  encima  de  todas  las  cosas,  el  apostolado,  la  difusión  del 
Reino  de  Cristo,  sin  perderse  en  cuestiones  ni  controversias  terrena- 
les y  por  tanto  transitorias,  con  peligro  de  que  estas  asfixien  el  ele- 
mento principal,  apaguen  la  llama  del  espíritu  y  la  acción  se  vea  ex- 
puesta a  los  caprichos  de  las  pasiones  políticas  y  a  los  procesos  de  des- 
composición", como  lo  quiere  S.  S.  felizmente  reinante. 

El  Reino  de  Cristo  tiene  un  carácter  netamente  espiritual  y  por  lo 
tanto  su  difusión  no  puede  ser  y  de  hecho  no  es  una  política  o  una 
economía;  es  una  realidad  espiritual,  pero  para  los  efectos  de  su  difu- 
sión necesita  de  hombres  y  se  realiza  en  el  orden  humano,  sea  este 
personal,  familiar,  social,  nacional  o  mundial.  Es  esta  parte  humana 
la  que  marca  al  apostolado  con  los  defectos  y  deficiencias  propias  del 
limo  que  integra  nuestra  naturaleza  y  es  en  ella  en  la  que  tropieza  con 
la  hostilidad  franca  o  desembozada  de  los  enemigos  del  Reino. 

No  se  puede  olvidar  que  el  apostolado  se  desenvuelve  a  través  de 
los  acontecimientos  del  tiempo  que  tienen  su  desarrollo  en  el  espacio 
de  la  tierra  sobre  la  que  debemos  apoyar  firmemente  los  pies  para  po- 
der llevar  nuestra  cruz  hasta  la  cumbre  donde  nos  espera  nuestro  Rey. 

La  marcha  hacia  la  conquista  de  nuestros  objetivos  no  puede  ser 
desordenada  ni  en  tropel;  nuestro  testimonio  humano  debe  ser  rendido 
a  través  de  la  comunidad  que  constituye  la  parte  visible  de  la  reale- 
za espiritual  del  reino  de  Dios.  Debemos  actuar  en  la  Iglesia  y  por 
la  Iglesia  que  es  el  Cuerpo  Místico  que  posee  una  cabeza  que  piensa, 
un  corazón  que  siente,  unos  miembros  que  obedecen  y  un  alma  que 
todo  lo  vivifica  y  alienta. 

La  Iglesia  tiene  su  Jerarquía  que  es  la  que  recibió  de  inmediato 
de  su  Fundador  Divino  el  mandato  directo  de  la  difusión  del  reino,  el 
apostolado  y  por  tanto  el  Sagrado  Principado  a  la  vera  del  cual,  en  for- 
ma dependiente  y  subordinada  aunque  siendo  en  cierta  manera  pro- 
longación de  él,  está  el  apostolado  seglar  con  su  acompañamiento  de 
deficiencias  humanas,  más,  a  pesar  de  ellas,  destinado  n  iluminar,  pu- 
rificar, preservar,  fermentar,  multiplicar  y  conquistar. 

El  apostolado  seglar  es  pues  una  colaboración  al  apostolado  je- 
rárquico, un  instrumento  en  manos  expertas,  una  luz  dirigida,  un  fue- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


81 


go  guiado  y  controlado.  Un  dar  testimonio  de  Cristo  en  las  activida- 
des todas  de  la  vida  por  la  posesión  plena  de  la  fe  traducida  en  obras 
e  integrada  en  el  Cuerpo  Místico. 

La  integración  significa  unidad  en  el  trabajo,  en  la  relación  de  los 
organismos  más  heterogéneos  y  autónomos;  en  el  orden  táctico  de  nues- 
tras empresas,  en  una  palabra  esa  "unidad  activa"  a  la  que  se  refiere 
nuestro  amado  Pontífice  Pío  XII,  unidad  que  no  solamente  exige  que 
todos  y  cada  uno  sacrifiquen,  generosamente  lo  que  sea  necesario  pa- 
ra el  bien  de  la  concordia,  sino  que  todo  bautizado,  consciente  de  su 
fe,  preste  su  propia  obra  para  el  bien  y  la  redención  de  los  hermanos". 

Y  para  el  logro  de  este  objetivo  necesitamos  lo  que  ya  en  1891 
decía  San  Pío  X:  ¿qué  se  deberá  hacer  para  mantener  la  unión? 

1° — Nunca  como  en  estos  tiempos  el  Pontífice  augusto  ha  mani- 
festado sus  órdenes,  sus  deseos  con  aquella  palabra  poderosa  que  es 
confortación  para  los  buenos  y  desesperación  para  los  malvados.  Hay 
que  escuchar  entonces  esta  palabra  que  se  adapta  a  las  inteligencias  má:; 
pequeñas  para  iluminar  las  mentes,  para  insinuarse  en  los  corazones  y 
combatir  las  bajas  insinuaciones  de  quienes  quieren  hacer  creer  al  mun- 
do que  la  palabra  de  El  no  es  libre  o  declarándose  hipócritamente  fie- 
les, combaten  sus  enseñanzas.  ¡Pobres  obstinados  que  hostilizan  la  ver- 
dad! ¡Pobres  ciegos  que  odian  la  luz  al  rechazar  todo  remedio  que  pue- 
de curarlos! 

2° — Mantener  siempre  en  nuestros  corazones  y  en  todas  las  obras 
aquella  caridad  que  no  se  aja  a  través  de  las  visicitudes  porque  es  pa- 
ciente; que  no  se  venga  de  sus  enemigos  porque  es  benigna;  que  se  afa- 
na por  el  bien  de  los  demás  porque  es  celosa;  aquella  caridad  que  es 
vínculo  de  perfección  y  es  distintivo  característico  de  los  hijos  de  Cris- 
to unidos  en  El  de  tal  modo  de  formar  un  solo  cuerpo  en  Cristo  y  son 
uno  por  uno,  miembros  los  unos  de  los  otros". 

3" — No  hacer  jam.ás  cosa  alguna  sin  sacrificio  de  amor  propio,  de 
afectos,  de  opiniones  aunque  sean  sostenidas  y  defendidas  por  personas 
dignas  de  consideración,  pero  que  no  pueden  tener  todas  las  luces  ne- 
cesarias para  dirigir  la  acción  y  conocer  sus  últimas  consecuencias.  Ha- 
ced vuestro  el  aforismo:  "en  lo  necesario  unidad,  en  todo  caridad", 
pero  recordad  que  en  vuestro  trabajo,  obra  pública  y  acción  práctica, 
no  puede  invocarse  el  "en  lo  dudoso  libertad".  La  duda  debe  ser  acla- 
rada recurriendo  al  oráculo  de  la  Iglesia,  siempre  pronta  a  mostrarnos 
la  senda  que  debemos  batir". 

•4" — En  fin,  los  católicos  ejercen  un  apostolado  y  la  regla  suprema 
del  apostolado  es  aquella  establecida  por  Jesucristo  que  definió  su  mi- 


82 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


sión:  "por  ellos  me  sacrifico  a  mí  mismo  para  que  ellos  sean  santifi- 
cados en  la  verdad"  (Juan  17.  19).  El  mal  existe,  pero  antes  de  pre- 
sentarle guerra  en  los  demás  debemos  guerrearlo  y  destruirlo  en  nos- 
otros mism.os;  en  todo  hemos  de  mostrarnos  modelos  de  buen  hacer;  en 
la  doctrina,  en  la  pureza  de  costumbres,  en  la  gravedad,  en  el  discu- 
rrir sano  e  irreprensible,  de  tal  manera  que  quien  está  contra  nosotros 
deba  sonrojarse,  no  teniendo  nada  de  que  hablar  mal". 

No  sirven  pues  para  esta  unión  indispensable  quienes  ignoran  de- 
liberadamente o  por  negligencia  las  normas  dictadas  por  el  sucesor  de 
Pedro;  quienes  anteponen  intereses  y  beneficios  personales  al  bien  ge- 
neral; quienes  se  mantienen  ligados  a  mentalidad  de  limitada  visión 
personalista  y  de  conveniencia;  quienes  son  incapaces  del  supremo  sa- 
crificio de  negarse  a  si  mismos;  quienes  no  pueden  ser  sembradores 
sin  pensar  en  la  cosecha. 

Vibran  Eminentísimo  Señor  en  nuestros  oídos,  con  caracteres  de 
peregnidad  las  palabras  de  nuestro  grande  y  santo  Pontífice  Pío  XII: 
"En  el  día  de  la  batalla  vuestro  lugar  está  en  la  vanguardia,  luchando 
al  frente". 

"Los  temerosos  de  presentarse  abiertamente  están  muy  próximos  a 
convertirse  en  desertores  o  traidores".  Estamos  en  el  día  del  combate 
y  en  el  Perú,  Eminentísimo  Señor,  tuvimos  un  héroe  que  dijo:  "tengo 
deberes  sagrados  que  cumplir  y  pelearemos  hasta  quemar  el  último  car- 
tucho". 

De  la  hoguera  de  nuestro  Primer  Congreso  Eucarístico  Nacional, 
en  el  año  1935  salió  el  fuego  que  revitalizó  el  apostolado  seglar  y  el 
Volcán  de  Amor,  oculto  bajo  las  Especies  Sacramentales,  será  el  que 
en  esta  fecha,  nos  preste  su  poderosa  luz,  su  fuerza  incontrastable,  pa- 
ra que,  ahuyentemos  definitivamente  de  nosotros  el  miedo  que  "aver- 
gonzado de  sí  mismo  se  disfraza  ante  la  muchedumbre  de  seres  hu- 
manos que  aún  aguardan  que  el  derecho  y  las  leyes  creen  condiciones 
estables  para  los  individuos...  con  la  engañosa  ropa  de  una  declara- 
ción de  amor  hacia  los  oprimidos,  como  si  los  pueblos  que  sufren  pu- 
diesen sacar  ventaja  alguna  de  las  falsedades  y  las  injusticias,  de  la 
táctica  demagógica  y  de  promesas  que  jamás  podrán  ser  mantenidas". 
Oh,  el  que  se  cubre  con  las  apariencias  de  prudencia  cristiana  y  tras 
ese  pretexto  permanece  mudo  cuando  el  deber  exigiría  que  dijera  a  los 
ricos  "non  Licet"  observándoles  abiertamente:  no  es  lícito  apartarse, 
para  obedecer  a  la  codicia  del  lucro  o  del  demonio,  de  la  línea  inflexi- 
ble de  los  principios  cristianos  fundamento  de  la  vida  social  y  política. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


83 


que  la  Iglesia  ha  recordado  repetidas  veces  y  con  mucha  claridad  a  los 
hombres  de  nuestros  tiempos  (Pío  XII). 

En  Cristo  Eucaristía  encontraremos  la  fortaleza  y  la  perseverancia 
suficientes  para  "Colaborar  sin  reservas  al  advenimiento  de  un  orden 
público  que  realice  en  el  más  alto  grado  posible  una  sana  economía  y 
la  justicia  social;  de  ese  modo  será  quitada  a  los  explotadores  de  la 
lucha  de  clases  la  posibilidad  de  hacer  caer  en  sus  redes  a  los  desilu- 
sionados y  desheredados  de  este  mundo,  pintándoles  la  fe  cristiana  y 
la  Iglesia  Católica  bajo  el  aspecto  no  de  una  aliada  sino  de  una  ene- 
miga". (Pío  XII.  2  junio  1947). 

Eminentísimo  Señor,  los  católicos  del  Perú  que  militamos  en  el  apos- 
tolado seglar,  ya  sea  el  del  ejemplo  realizado  a  través  de  los  deberes 
del  propio  estado;  o  el  de  la  libre  iniciativa,  no  organizado,  ya  el  or- 
ganizado fuera  de  la  A.  C.  o  el  organizado  por  esta  última;  vemos 
en  la  persona  del  Papa  vivir  la  humanidad  de  Simón  Barjona  y  al  mis- 
mo tiempo  la  solidez  de  Cefas .  Vemos  la  blanca,  amable  y  frágil  fi- 
gura de  Pío  XII  y  la  roca  inconmovible  de  Pedro;  por  eso  lo  amamos 
a  él,  a  él  nos  sentimos  unidos,  en  torno  de  él  estamos,  hasta  él  llega- 
mos, como  llegan  las  aguas  del  mar  junto  a  las  rocas,  buscando  la  so- 
lidez que  a  ellas  les  falta. 

Las  olas  del  mar  de  nuestros  anhelos  al  romperse  humildemente  a 
los  pies  de  la  roca  de  Pedro,  repiten:  ¿A  quién  iremos  Señor,  sino  es 
a  Tí,  que  tienes  palabra  de  vida  eterna? 

Fuera  de  la  Iglesia  no  hay  salvación  ni  esperanza  de  un  mundo 
sin  temores,  sin  odios  y  sin  guerras  provocadas  por  las  injusticias  y  es 
Pedro  el  que  guía  a  la  Iglesia  hacia  un  horizonte  en  el  que  al  fin,  bri- 
llará el  sol  de  la  Justicia  y  la  Paz. 

Eminentísimo  Señor,  debí  rendiros  un  homenaje,  deciros  un  discur- 
so y  me  encuentro  que  sólo  he  puesto  a  vuestras  plantas  un  puñado 
de  tierra;  pero  es  tierra  del  Perú  y  en  ella  encontraréis  el  oro  del  afec- 
to, el  hierro  y  el  tungsteno  de  una  voluntad  decidida  y  el  uranio  que 
abre  una  interrogante  para  el  mundo. 

Lo  que  nada  vale,  eso  es  lo  mío;  lo  que  estimación  merece,  se  debe 
a  mis  hermanos  en  el  apostolado;  lo  que  en  ella  hay  de  precioso  lo  puso 
el  Señor  con  las  pisadas  de  sus  siervos,  Toribio  Alfonso  de  Mogro- 
vejo,  Francisco  Solano,  Rosa  de  Santa  María,  Martín  de  Porres  y  Juan 
Masías. 


84 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


MARIA  Y  LA  EUCARISTIA 
MIEL  SOBRE  HOJUELAS 

Discurso  del  Señor  Alfonso  Junco. 

No  quiero  esconder  mi  emoción  y  mi  alegría  al  besar  por  primera 
vez  esta  tierra  ilustre  del  Perú,  conocida  y  acariciada  largamente  de 
lejos.  Vengo  de  México,  hermano  del  Perú  en  la  historia  y  en  el  amor, 
y  traigo  encendido  el  corazón  con  un  mensaje  de  fraternidad  y  de  es- 
peranza . 

Vengo  a  un  Congreso  Eucarístico  y  Mariano:  duplicidad  insigne 
que  se  funde  en  misteriosa  unidad.  Porque  decir  María  y  la  Eucaris- 
tía es  decir  miel  sobre  hojuelas:  María  es  fortaleza  y  el  candor;  la  Eu- 
caristía es  el  pan  de  los  fuertes  y  el  vino  que  engendra  vírgenes. 

María  es  nuestra  Madre  y  ante  ella  nos  sentimos  niños.  "Si  no 
fuereis  como  niños,  no  entraréis  al  Reino",  dijo  Jesús.  Y  El  mismo  qui- 
so ser  niño  por  nosotros,  hacerse  frágil  y  pequeño,  acogerse  al  re- 
gazo de  María.  Y  al  quedarse  con  nosotros  en  el  misterio  eucarístico, 
se  ha  hecho  más  diminuto  aún  en  la  Hostia,  y  tiene  blancura  de  ino- 
cencia infantil,  y  está  inerme  y  desnudo,  y  no  puede  valerse  por  sí  mis- 
mo, como  un  pequeñuelo  menesteroso  de  ajenos  brazos  para  moverse. 
Y  en  esta  santa  infancia  de  la  Hostia,  como  que  nos  recuerda  de  ex- 
quisito propósito  su  santa  infancia  en  Nazareth,  para  inducirnos  y  obli- 
garnos a  pensar  en  María . 

La  suave  claridad  de  este  camino  nos  lleva  más  lejos  todavía,  y 
nos  asoma,  conturbados,  a  otra  inefable  vinculación  — que  no  suele  ad- 
vertirse y  meditarse —  de  María  y  la  Eucaristía.  La  Doncella  de  Na- 
zareth fue  quien  hizo  la  Primera  Comunión  que  hubo  sobre  la  tierra. 

Cuando  el  ángel  le  anunció  como  había  sido  electa  para  el  miste- 
rio, bajó  por  primerísima  vez  a  entrañas  humanas  el  Verbo  que  en  ella 
encarnaba .  María  recibió  aquella  comunión  celeste  con  un  sobresalta 
de  humildad  y  con  un  éxtasis  de  júbilo;  y  guardó  en  sus  entrañas  a 
Jesús  con  reverencia  enamorada,  y  Ella  maduró  para  El,  y  El  maduró 
en  Ella,  hasta  que  la  Virgen,  Madre  ya,  nos  entregó  a  Jesús. 

¿No  debemos  así  nosotros.  Congresistas  de  este  magno  Congreso 
recibir  a  Cristo  en  la  Eucaristía,  hacerlo  entrañablemente  nuestro,  y 
después,  en  fecundidad  apostólica,  entregarlo  a  los  demás? 

Porque  este  admirable  Congreso  del  Perú  no  ha  de  ser,  no  será 
meramente  una  grandiosa  solemnidad  externa,  una  deslumbradora  ex- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


85 


ultación  colectiva.  Ha  de  ser,  será  para  todos  nosotros,  señores,  un 
recio  aldabonazo  de  Evangelio,  un  ardiente  llamado  a  la  introspección 
y  al  propósito. 

Yo  quisiera,  en  estos  momentos,  destacar  dos  propósitos  viriles  que 
se  funden  en  uno:  ser  auténticamente  cristianos,  ser  viceralmente  após- 
toles . 

Y  para  ello,  ante  todo,  esta  consigna:  romper  con  la  mediocridad. 
Mientras  nos  bienhallamos  en  la  vulgaridad  de  lo  mediocre,  todo 

parece  difícil:  la  virtud  tiene  aspecto  de  cosa  pesada  y  sombría;  re- 
preséntase como  una  valla  múltiple  de  limitaciones  y  prohibiciones;  co- 
mo una  circunvalación  de  implacables  barreras,  en  cada  una  de  las  cua- 
les se  lee  esta  palabra  constrictiva  y  repelente:  ¡No!  No  vayas,  no  mi- 
res, no  escuches,  no  hagas. 

En  cambio  si  sacudimos  la  vulgaridad,  si  nos  llenamos  el  alma  de 
aspiraciones  generosas,  la  virtud  se  nos  presenta  como  lo  que  es:  algo 
alado  y  radiante;  no  vallador,  sino  liberación;  no  infinitud  de  barreras 
que  nos  rechazan  con  un  múltiple  no  sino  infinitud  de  horizontes  que 
nos  atraen  y  magnetizan  en  un  múltiple  si.  Sí  para  amparar  a  los  des- 
validos, sí  para  reparar  las  injusticias,  si  para  fortalecer  al  que  fla- 
quea,  sí  para  henchir  el  mundo  de  luz  y  de  ternura,  sí  para  levantar- 
nos de  nuestro  lodo  y  entregarnos  al  beso  de  Dios. 

Por  eso  cristianos,  nada  de  conformismo  con  la  mediocridad;  des- 
preciémosla. No  concibamos  la  virtud  como  desabrimiento,  sino  como 
sabor  de  la  vida .  No  como  cosa  limitadora  y  negativa,  sino  como  an- 
chura y  afirmación.  Nunca  la  veamos  bajo  el  signo  opaco  del  no; 
veámosla  siempre  y  abracémosla  bajo  el  luminoso  magnetismo  del  si. 

Y  si  rompemos  con  la  mediocridad,  nos  brincará  del  alma  aquella 
palabra  de  Francisco  Javier  que  nos  entrega  en  cifra  y  desnudez  su 
ambición:  [Amplius!  ¡Más!  ¡Más  tarea,  más  sacrificio,  más  amor,  más 
almas:  Amplius.  Siempre  más. 

Mote  magnífico,  propio  de  aquel  espíritu  hidalgo  y  anchuroso,  pro- 
pio de  corazones  juveniles  e  intrépidos,  propio  de  empeños  desmesura- 
dos e  infinitos,  que  exceden  todo  término  de  tierra. 

¡Más!  sea  esta  la  medida  de  nuestra  apostólica  ambición.  Sea  este 
el  mote  de  nuestro  escudo  cristianísimo.  No  la  apocada  vulgaridad,  no 
la  evasión  refunfuñante,  no  la  poltronería  cicatera,  sino  el  grito  animo- 
so de  la  superación,  la  consigna  suprema  de  una  estirpe  descubridora 
y  evangelizadora  de  mundos:  ¡Más! 

Pretendemos  en  todos  acaso  la  vocación  del  heroísmo  misionero  co- 
mo en  Francisco  Javier.  No,  ciertamente.  Pero  todos,  en  nuestro  cam- 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


po,  en  nuestro  oficio,  en  nuestro  ambiente  amistoso  y  social,  todos  po- 
demos y  debemos  ser  apóstoles. 

Por  desventura  los  paganos  no  están  solamente  en  las  apartadas 
regiones  de  misión.  En  torno  nuestro  pululan.  No  es  forzoso  ir  a  bus- 
carlos: nos  salen  al  encuentro  y  los  tropezamos  cada  día. 

Y  así  como  la  mayor  dificultad  de  Javier  estuvo  en  la  indignidad 
de  los  cristianos,  que  con  su  torpe  ejemplo  escandalizaban  y  retraían  a 
los  infieles,  así  la  mayor  dificultad  actual  es  nuestra  propia  miseria, 
que  desacredita  al  cristianismo  y  le  roba  su  divina  atracción. 

El  primer  apostolado  será  el  silencioso  del  ejemplo:  que  vean  to- 
dos como  nuestro  cristianismo  no  es  palabra  vacia,  sino  obra  llena; 
cómo  no  se  satisface  y  concluye  en  exteriores  rutinas,  sino  que  posi- 
tivamente embebe,  polariza  y  transfigura  nuestro  vivir. 

Y  luego  el  apostolado  directo.  Una  cosa  es  la  tolerancia,  que  tie- 
ne miramiento  y  caridad  para  las  personas,  y  otra  cosa  la  indiferencia, 
que  se  queda  impasible  ante  el  error  y  ante  el  mal,  y  hace  que  convi- 
vamos largamente  con  prójimos  y  amigos,  sin  la  menor  preocupación 
operante  por  hacerles  llegar  un  rayo  de  luz  apologética,  un  estremeci- 
miento de  fe,  un  contagio  de  amor  ultraterrestre. 

Todo  ello  puede  armonizarse  con  la  oportunidad,  con  la  discreción, 
con  la  cortesía.  Pero  es  mandato  de  Cristo:  El  prohibió  esconder  la 
luz  bajo  el  celemín;  quiso  que  su  mensaje  y  sus  carismas  se  derramaran 
por  todas  las  almas  y  por  todos  los  ámbitos. 

Y  a  nosotros  nos  toca  singularmente  en  este  gran  Congreso  Na- 
cional del  Perú  sacar  la  conclusión  práctica:  pensar,  con  pensamiento 
de  amargura  y  de  amor,  no  sólo  en  el  lejano  paganismo  que  nuestros 
portentosos  misioneros  van  a  redimir  sino  el  paganismo  inmediato  que 
a  nuestro  lado  hormiguea.  Y  así,  difundir  fraternalmente  nuestro  teso- 
ro; y  grabar  a  fuego  en  nuestra  convicción,  en  nuestro  propósito,  en 
nuestra  conducta,  este  axioma:  No  es  cristiano  el  que  no  es  apóstol. 

¿Y  dónde  encontraremos,  señores,  el  ímpetu  supremo  sino  en  la  Di- 
vina Eucaristía,  que  es  centro,  foco,  savia,  incendio  y  éxtasis  del  cris- 
tiano? ¿Y  cuál  apostolado  más  perfecto  que  recibir  a  Cristo  en  nuestras 
entrañas  como  María,  y  llevarlo  a  todas  partes  dentro  de  nosotros,  para 
entregarlo  en  celeste  donación  a  nuestros  hermanos? 

Permitidme,  pues,  que  concluya  con  un  poema  en  que  he  cantado 
algo  de  este  propósito  y  este  anhelo: 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


87 


Amado  que  encarcelado 
te  quedaste  en  el  Altar: 
amor  te  puso  cadenas 
y  sin  movimiento  estás. 

Afuera  el  mundo  se  muere 
de  frío  y  de  soledad.  .  . 

En  tu  Sagrario  hallaría 
su  remedio  substancial: 
la  plenitud  llameante 
del  amor  y  la  verdad. 

¡Pero  lo  ignora  o  lo  olvida 

y  así  envejece  en  su  mal! 

Tú  no  te  puedes  mover, 

él  no  te  viene  a  buscar, 

¡y  él  y  Tú,  los  dos  se  mueren 

de  frío  y  de  soledad! 

Ven  a  mi  pecho.  Señor: 
yo  te  quiero  libertar! 
Ven  conmigo,  iremos  juntos, 
todo  lo  recorrerás:  calles 
comercios,  talleres,  los  campos 
y  la  ciudad . 

iremos  juntos.  Amado: 
donde  esté  yo, 
Tú  estarás! 

(¡Señor,  hazme  transparente: 
no  te  opaque  mi  maldad!) 


poco  a  poco  crecerán; 

el  asombrado  deseo  con 

más  ardor  mirará, 

¡y  al  ver  tu  plena  hermosura 

conquistados  quedarán: 

que  es  conocerte  y  amarte 

un  solo  rapto  vital! 

Tu  impotencia  de  moverte 

fué  designio  de  bondad 

Así  como  es  Tesorero 

el  rico,  de  tu  caudal 

para  que  al  dar  tenga  el  júbilo, 

virtud  e  industria  de  dar, 

pero  si  cierra  su  mano 

con  codicia  criminal 

a  Tí  y  al  pobre  defrauda 

siendo  dos  veces  rapaz; 

así  me  das  el  tesoro 

de  tu  cuerpo  celestial, 

no  para  el  gozo  egoísta 

de  esconderte  en  mi  heredad, 

más  para  el  gozo  magnánimo 

de  llevarte  a  los  demás, 

entregándoles  contigo 

la  perfecta  Caridad. 

Amado  que  encarcelado 
te  quedaste  en  el  Altar: 
ven  conmigo;  vamos  fuera; 
donde  esté  yo  Tú  estarás; 
te  llevaré  a  todas  partes, 
¡que  así  te  podré  pagar 
a  Tí,  libertador  mío, 
mi  deuda  de  libertad! 


De  tu  presencia  al  efluvio 
volverán  todos  la  faz; 
la  sorpresa  y  el  hechizo 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


LA  FAMILIA  CRISTIANA 

Discui'so  del  Doctor  Enrique  Cipriani. 

Ante  la  invitación  de  mí  Prelado,  una  orden  para  mí,  cábeme  el 
honor  de  volver  a  ocupar  esta  tribuna  frente  al  altar  Eucarístíco  pa- 
sados veinte  años;  me  perdonaréis  que  haga  algunas  referencias  un  tan- 
to personales  antes  de  abordar  el  tema  que  debo  desarrollar,  "LA  FA- 
MILIA CRISTIANA". 

En  el  Ideario  de  la  luventud  Católica  de  Lima,  en  cuyo  nombre 
hablé  en  el  Primer  Congreso  Eucarístíco  Nacional,  dije,  refiriéndome  a 
la  familia  "Creemos  que  la  célula  de  la  sociedad,  el  matrimonio,  debe 
tener  no  sólo  el  aspecto  de  contrato  civil,  que  como  trato  entre  hom- 
bres, esté  sujeto  a  revisiones,  sino  que,  instituido  como  fundamento  so- 
cial, elevando  la  dignidad  humana  al  rango  que  merece  y  sacándola  del 
plan  animal,  la  pone  por  encima  de  éste,  y  establecido  como  Sacramen- 
to garantizando  los  derechos  de  los  cónyuges  y  de  su  descendencia,  en 
forma  definitiva,  crea  asi  el  sólido  cimiento  del  edificio  social  cristia- 
no". Y  en  otro  párrafo  con  referencia  a  la  educación  de  los  hijos  dije: 
"E«to  sólo  se  consigue,  inculcando  la  idea  de  Dios  en  los  niños.  Ha- 
ciéndoles ver  lo  que  es  bien  y  lo  que  es  mal,  forjando  estas  almas  ju- 
veniles en  la  atmósfera  del  hogar  cristiano  en  el  que  florecen  virtudes 
como  la  caridad,  el  amor  al  prójimo,  la  castidad,  y  en  fin  proporcio- 
nando ejem.plos  vivos  que  sirvan  de  modelo  a  estos  seres  en  cuya  sen- 
cilla alma  hacen  impresionante  huella  todas  las  primeras  percepciones 
que  ciertamente  son  definitivas". 

Estos  fueron  los  puntos  doctrinarios  con  referencia  a  la  familia 
cristiana  vertidos  en  aquella  época.  Hoy,  hombre  maduro  ya,  debo  de- 
sarrollar este  tema  básico,  con  el  sólo  título  de  haber  perseverado  en 
la  doctrina,  y  de  haber  personalmente  formado  mi  familia,  dando  gra- 
cias a  nuestra  Madre  Santa  María  por  permitirme  dirigiros  la  pala- 
bra, cuando  ya  no  hablo  por  mí  mismo,  sino  también,  con  las  respon- 
sabilidades que  la  Providencia  me  ha  deparado  ante  la  formación,  di- 
rección y  ejemplo  que  tengo  obligación  de  dar  a  mis  hijos. 

Ya  en  la  víspera  de  inaugurar  este  Año  Eucarístíco  y  Mariano, 
en  el  mensaje  radial  del  7  de  diciembre  del  pasado  año,  rememorando 
la  actuación  pasada  decía:  "El  tiempo  ha  pasado,  los  años  han  corri- 
do y  la  palabra  fogosa  y  llena  de  vigor  juvenil  se  ve  reemplazada  por 
el  lenguaje  sereno  y  tranquilo  de  la  experiencia  que  dan  la  madurez 
y  las  responsabilidades  en  la  vida.  Y  es  en  ese  tono  que  hoy,  diccío- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


89 


cho  años  más  tarde  decía,  me  dirijo  al  mismo  auditorio  de  ayer,  que 
como  yo,  ha  pagado  su  tributo  al  tiempo.  Mas  no  se  crea  que  el  en- 
tusiasmo y  el  espíritu  de  lucha  han  decaído,  por  el  contrario;  las  con- 
vicciones se  han  arraigado  y  la  experiencia  vivida  hacen  que  nuestra 
fe  sea  hoy  tan  vibrante  o  más  que  ayer  y  que  nuestra  actitud  ante  la 
vida  no  sea  ya  un  proyecto,  sino  plena  realidad,  dando  fuerza  y  ru- 
bricando nuestro  verbo".  "Es  así  dije,  que  no  sólo  hablo  en  nombre  de 
los  médicos  católicos  a  quienes  represento,  sino  que  también  imitando 
a  Jones  en  su  famoso  discurso  ante  la  National  Professional  Conferen- 
ce  en  1948,  hablo  también  en  nombre  de  mis  nueve  hijos".  Y  añadí 
luego:  "Y  es  que  todo  padre  de  familia  católico  tiene  verdadera  an- 
siedad por  el  futuro  de  los  suyos.  El  mundo  de  hoy  está  poblado  de 
seres,  que  aún  los  de  propia  lengua  y  con  un  mismo  idioma,  parecen 
estar  divididos,  y  dando  la  impresión  de  no  poder  entenderse  aún  usan- 
do del  mismo  lenguaje.  A  este  extremo  se  ha  llegado,  expresé,  y  es 
realmente  desorientador  el  panorama  que  se  vislumbra". 

Perdonadme  pues,  el  haberme  permitido  glosar  mis  intervenciones 
pasadas,  son  la  justificación  de  mi  presencia  y  participación  en  este 
acto  pleno  de  emoción  y  sinceridad. 

La  trascendencia  y  proyecciones  del  tema  no  escapan  a  la  con- 
ciencia de  todos.  Dios  quiera  que  las  expresiones  que  vais  a  escuchar, 
sirvan  para  reafirmar  la  conducta  de  unos  y  recapacitar  y  enmendar 
la  de  otros,  y  que  en  fin  el  fruto  de  este  discurso  sea  provechoso  par- 
ticular y  colectivamente. 

La  Familia  Cristiana  se  desenvuelve  a  base  del  trinomio  padre,  ma- 
dre e  hijo.  Es  realidad  biológica  y  social  cuya  unidad  y  firmeza  indi- 
solubles son  base  para  que  estos  tres  elementos  puedan  desenvolver  su 
finalidad  armónicamente.  El  padre,  cabeza  de  la  familia,  el  elemen- 
to productor  económicamente  en  la  sociedad  conyugal;  la  madre,  la 
cooperadora  fiel  de  la  obra  en  el  hogar,  los  hijos  los  eslabones  que  re- 
fuerzan el  vínculo  de  los  cónyuges  y  le  dan  justificación  de  ser.  Todo 
ello  no  cabe  sin  la  premisa  insustituible  de  la  unidad  en  el  matrimo- 
nio, y  a  su  vez  todo  esto  no  funciona,  si  éste  no  lleva  el  sello  Sacra- 
mental .  La  elevación  del  ayuntamiento  de  la  pareja  a  la  dignidad  sa- 
cramental, hecho  singular  que  distingue  esta  unión,  trasmite  a  este  víncu- 
lo las  gracias  propias  que  todo  sacramento  lleva  consigo.  Las  virtudes 
que  deben  caracterizar  al  padre  y  a  la  madre  en  la  sociedad  conyugal, 
sólo  pueden  florecer  con  el  auxilio  de  la  gracia  que  el  sacramento  lle- 
va consigo,  y  éste  a  su  vez,  necesariamente  tiene  que  estar  sustentado 
y  mantenido  por  la  frecuencia  y  práctica  de  los  otros  sacramentos,  que 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


son  por  así  decir,  la  savia  que  nutre  y  vivifica  el  frondoso  árbol  de  la 
familia  cristiana,  el  de  la  penitencia  y  la  Eucaristía. 

Todo  los  vaivenes,  sinsabores,  dificultades,  desgracias  y  penurias 
sólo  pueden  ser  sobrellevados  ante  la  visión  de  lo  eterno  a  través  de 
una  fe  sólida,  alimentada  y  acrecentada  por  la  frecuencia  del  contac- 
to real  con  Dios. 

Sólo  el  espíritu  de  Cristo  es  capaz  de  mantener  la  armonía  y  la 
unión  que  debe  existir  en  la  pareja,  pese  a  las  crisis  a  que  está  suje- 
ta y  por  variadas  que  estas  sean .  El  espíritu  de  sacrificio  sólo  es  po- 
sible de  concebirse  ante  una  plena  información  e  identificación  con  El 
y  su  doctrina,  y  ésto  sólo  mediante  su  contacto  íntimo  y  frecuente. 

Todo  lo  que  llevo  dicho  es  de  conocimiento  de  todos,  es  la  opor- 
tunidad que  constituye  una  fiesta  Eucarística  la  que  motiva  volver  a 
revisar  estas  ideas  básicas  y  es  mi  anhelo  más  ferviente  que  el  fruto 
renovador  de  este  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  constituya  un  rea- 
juste en  este  aspecto  fundamental  que  hace  crisis  en  nuestra  sociedad 
y  cuyo  remedio  es  básico  en  cualquier  afán  de  renovación  espiritual 
que  tanto  necesitamos. 

Nos  hemos  referido  a  los  progenitores,  nos  queda  ahora  puntua- 
lizar la  posición  de  los  otros  elementos  del  trinomio:  los  hijos.  Es- 
tos seres  queridos,  razón  de  ser  de  nuestra  existencia,  que  vienen  al 
mundo  como  fruto  del  amor  y  cuya  responsabilidad  nos  corresponde. 
Estos  hijos  nuestros  que  no  van  a  hacer  otra  cosa  que  imitar  fielmen- 
te los  arquetipos  que  se  forjan  ante  la  imagen  de  sus  padres.  Estos 
hijos  nuestros  de  cuya  formación  debemos  rendir  escrupulosa  cuenta 
ante  el  Supremo  Hacedor,  principio  y  fin  de  todo  lo  existente.  Estos 
hijos  nuestros  que  repetirán  todo  lo  que  han  visto  hacer  o  no  hacer  a 
sus  padres.  ¡Oh,  que  tremenda  responsabilidad!  y  cuán  poco  nos  de- 
tenemos a  meditar  en  ella. 

Y  es  que  en  la  vida  moderna,  por  sus  angustias  y  premuras,  no 
se  dedica  el  tiempo  debido  a  la  meditación,  o  no  se  medita,  único  con- 
trapeso real  a  la  actividad  netamente  humana,  dejando  el  aspecto  es- 
piritual de  nuestro  ser  en  abandono  tal,  que  no  hay  lugar  para  la  re- 
flexión ni  para  el  cultivo  de  las  cualidades  que  toda  alma  posee  y  que 
como  toda  actividad  requiere  adiestramiento  y  ejercicio.  No  hay  tiem- 
po para  orar,  esto  es,  para  conversar  con  Dios,  y  no  musitando  oracio- 
nes más  o  menos  bien  recitadas,  sino  conversando  en  ese  plan  de  in- 
timidad que  debe  caracterizar  la  relación  entre  el  creador  y  la  creatu- 
ra .  Y  así  como  es  agradable  la  conversación  con  amigos  gratos,  cuanto 
más  aquella  con  el  Padre  bueno  y  comprensivo,  clemente  y  bondado- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


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so,  animador  cuotidiano  de  sus  operarios,  los  predilectos  de  su  corazón. 
Orar,  conversar  con  Dios.  Qué  falta  hace  hablar  íntimamente  con  El. 
Cuánto  provecho  se  puede  conseguir  con  ese  trato.  Oremos,  hablemos 
con  El,  hagámoslo  con  frecuencia. 

Permitidme  insistir  sobre  ciertos  conceptos  fundamentales  en  el  te- 
ma que  desarrollamos.  Aceptado  que  es  el  matrimonio  la  expresión 
básica  de  la  familia  cristiana,  examinemos  e  insistamos  sobre  dos  de 
sus  notas,  su  unidad  y  su  indisolubilidad .  Ambas  notas  esenciales  tie- 
nen una  raíz  que  ya  se  percibe  en  el  Génesis  en  donde  se  lee  "Por 
eso  dejará  el  hombre  a  su  padre  y  a  su  madre.  Y  se  adherirá  a  su 
mujer,  y  vendrán  a  ser  los  dos  una  sola  carne" . 

Es  evidente  que  es  en  el  Nuevo  Testamento  en  donde  se  precisa 
mejor  y  en  forma  concluyente.  San  Pablo  en  su  Epístola  a  los  Co- 
rintios con  frase  clara  y  tajante  al  dirigirse  a  los  conversos  de  esa  ciu- 
dad y  con  toda  crudeza  pone  el  problema  de  la  unidad  en  la  pareja 
sin  lugar  a  dudas  ni  a  discriminaciones  "Tenga  cada  uno  su  mujer  y 
cada  una  tenga  su  marido"  y  más  adelante  "precepto  es  no  mío  sino  del 
Señor,  que  la  mujer  no  se  separe  de?  marido  y  de  separarse  que  no 
vuelva  a  casarse  o  se  reconcilie  con  el  marido  y  que  el  marido  no  re- 
pudie a  su  mujer". 

Y  en  su  Epístola  a  los  Efesios,  enumera  los  deberes  de  los  cón- 
yuges en  forma  explícita  y  terminante  sentando  las  bases  de  la  solidez 
de  la  unidad  de  la  familia. 

Y  San  Pedro  en  su  primera  Epístola,  dirigiéndose  a  los  esposos, 
de  igual  manera  encarece  perseverar  en  la  unión  sagrada  y  en  la  mo- 
destia en  la  mujer  diciendo:  "Así  mismo  vosotras  mujeres,  estad  suje- 
tas a  vuestros  maridos,  para  que  si  alguno  se  muestra  rebelde  a  la  pa- 
labra, sea  ganado  sin  palabra  por  la  conducta  de  su  mujer  conside- 
rando vuestro  respetuoso  y  honesto  comportamiento.  Y  vuestro  orna- 
to tío  ha  de  ser  el  exterior  del  rizado  de  los  cabellos,  del  ataviarse  con 
joyas  de  oro  o  de  la  compostura  del  vestido,  sino  del  oculto  en  el  co- 
razón que  consiste  en  la  incorrupción  de  un  espíritu  manso  y  tranqui- 
lo. Esa  es  la  hermosura  en  la  presencia  de  Dios  obefii<>ntes  a  sus  ma- 
ridos". Y  más  adelante  "Igualmente  vosotros  maridos  tratadlas  con 
discreción  como  a  un  vaso  frágil  honrándolas  como  a  herederas  a  la 
gracia  divina  para  que  nada  impida  vuestras  oraciones". 

Y  los  Evangelistas,  los  historiadores  de  la  vida  y  actos  de  Jesús, 
han  dejado  escrito  para  la  lección  y  doctrina  indudable  en  los  párra- 
fos que  referimos:  San  Marcos  en  el  capítulo  X  versículo  11  dice  ¿Es 
lícito  repudiar  a  la  mujer?,  a  lo  que  Jesús  respondió.  "Por  la  dureza 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


de  vuestro  corazón  os  dió  Moisés  la  ley,  pero  al  principio  de  la  crea- 
ción los  hizo  Dics  varón  y  hembra.  Por  esto  dejará  el  hombre  a  su 
padre  y  a  su  madre  y  serán  los  dos  una  sola  carne.  De  manera  que 
no  son  dos  sino  una  sola  carne.  Lo  que  Dios  juntó  no  lo  separe  el 
hombre". 

Y  San  Lucas  en  el  capítulo  XVI  versículo  18  "todo  el  que  repudie 
a  su  mujer  y  se  casa  con  otra,  adultera  y  el  que  se  casa  con  la  repu- 
diada por  el  marido,  comete  adulterio". 

Y  San  Mateo  en  el  capitulo  X  versículos  del  4  al  10  dice:  "¿Es 
lícito  repudiar  a  la  mujer  por  cualquier  causa?  y  El  respondió.  No 
habéis  leído  que  al  principio  el  Creador  los  hizo  varón  y  hembra  y 
por  esto  dejará  el  hombre  al  padre  y  a  la  madre  y  se  unirá  a  la  mu- 
jer y  serán  los  dos  una  sola  carne.  Por  tanto  lo  que  Dios  unió  no  lo 
separe  el  hombre".  Y  más  adelante,  "Quien  repudia  a  su  mujer  y 
se  casa  con  otra,  adultera". 

Como  habéis  oído,  relatos  del  mismo  pasaje  por  varios  historia- 
dores con  las  mismas  expresiones  y  hasta  con  el  mismo  texto. 

Basada  en  la  letra  de  la  escritura  es  que  los  Pontífices  han  esta- 
blecido doctrina  definitiva  y  sólida.  Las  encíclicas,  con  la  autoridad  que 
la  voz  del  sucesor  de  Cristo  representa,  a  través  de  "Arcanun"  escri- 
ta por  León  XIII  y  "Casti  Connubii"  de  Pío  Xí  y  los  discursos  innu- 
merables a  las  parejas  de  recién  casados,  del  por  felicidad  actual  Pon- 
tífice reinante  Su  Santidad  Pío  XII,  constituyen  guía  y  norma  defini- 
tiva en  el  tema  que  tratamos. 

El  estudio  exhaustivo  que  a  través  de  estos  documentos  se  hace  a 
la  luz  de  la  razón  y  convicción  sobrenatural,  significan  doctrina  sólida 
y  definitiva  para  nosotros  los  católicos. 

"Sacramento  de  felicidad"  lo  llama  León  XIII,  que  permite  desa- 
rrollar ks  condiciones  biológicas  de  la  pareja  y  cumplir  su  rol  social  al 
dirigir  y  educar  a  la  prole". 

"Sacramento  que  no  sólo  hace  llevaderos  los  deberes  de  los  es- 
posos, sino  también  agradables".  Dice  en  otro  párrafo  de  Arcanun 
"Igualación  de  los  derechos  de  los  libres  y  de  los  esclavos  e  igualdad 
de  términos  en  las  obligaciones  del  hombre  y  de  la  mujer  en  la  socie- 
dad conyugal,  en  donde  ésta  era  tenida  a  menos  y  como  mera  mercan- 
cía". Y  Pío  XI  en  su  magistral  encíclica,  glosa  a  San  Agustín,  quien 
enuncia  por  qué  son  buenas  las  nupcias.  Por  la  prole,  la  fidelidad  y  el 
sacramento.  En  la  fidelidad  se  atiende  a  que  fuera  del  vínculo  conyu- 
gal no  se  unan  con  otro  o  con  otra;  en  la  prole  a  que  esta  se  reciba 
con  amor,  se  críe  con  benignidad  y  se  eduque  religiosamente;  en  el  sa- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


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cramento  a  que  el  matrimonio  no  se  disuelva;  y  que  el  repudiado  o  re- 
pudiada no  se  una  a  otro  ni  aún  por  razón  de  la  prole.  Esta  es  una 
como  regla  del  matrimonio,  con  la  cuai  o  se  embellece  la  fecundidad  de 
la  naturaleza  o  se  reprime  el  desorden  de  la  incontinencia"  son  escri- 
tos del  excelso  Obispo  de  Hipona. 

Y  dice  Pió  XI  más  adelante:  "Esta  que  llama  con  mucha  propie- 
dad San  Agustín,  fidelidad  en  la  castidad,  florece  más  fácil  y  mucho 
más  agradable  y  noblemente  considerando  otro  motivo  importantísimo, 
a  saber,  el  amor  conyugal  que  informa  todos  los  deberes  de  la  vida  de 
los  esposos  y  tiene  cierto  principado  de  nobleza  en  el  matrimonio  cris- 
tiano. Pide  además  la  fidelidad  del  matrimonio  que  el  varón  y  la  mu- 
jer estén  unidos  por  cierto  amor  santo,  puro,  singular;  que  no  se  amen 
como  adúltero,  sino  como  Cristo  amó  a  la  Iglesia,  pues  esta  ley  dió  al 
Apóstol  cuando  dijo:  I\4aridos,  amad  a  vuestras  mujeres  como  Cristo 
amó  a  la  Iglesia,  a  la  cual  ciertamente  se  abrazó  con  tan  inmensa  ca- 
ridad, no  por  su  conveniencia  sino  solamente  mirando  a  la  utilidad  de 
la  esposa.  Caridad  decimos  que  no  se  funda  solamente  en  el  apetito 
carnal  fugaz  y  perecedero,  ni  en  palabras  suaves,  sino  en  el  afecto  ín- 
timo del  alma  y  que  se  comprueba  con  las  obras,  puesto  que  como  sue- 
le decirse,  "obras  son  amores  y  no  buenas  razones". 

Y  más  adelante,  comentando  la  frase  lo  que  Dios  unió,  dice:  "Cuan- 
tos y  cuan  grandes  beneficios  se  deriven  de  la  indisolubilidad,  no  po- 
drá menos  de  ver  el  que  reflexione,  aunque  sea  ligeramente,  ya  sobre 
el  bien  de  los  cónyuges  y  de  la  prole  ya  sobre  la  utilidad  de  la  socie- 
dad humana"  y  termina  con  notas  positivas  para  la  restauración  cris- 
tiana del  matrimonio,  considerando  el  designio  Divino,  la  profunda  pie- 
dad, la  obediencia  a  la  Iglesia,  educar  y  ayudar,  demostrando  los  in- 
convenientes de  la  exagerada  educación  fisiológica,  aconsejando  vivir  el 
sacramento,  la  educación  pre-matrimonial,  el  concurso  individual,  la  pro- 
videncia social,  en  fin,  contemplando  el  problema  bajo  todos  sus  ángu- 
los para  terminar  invocando  al  Autor  de  toda  gracia  para  que  cumpli- 
dos todos  los  requisitos,  el  matrimonio  recupere  su  dignidad  para  po- 
der ser  guia  y  camino  de  santificación  de  los  casados. 

Y  Pío  XI I  en  los  discursos  a  que  hemos  hecho  referencia  añade 
otros  aspectos  que  glosamos  "Por  fin,  dice  Pío  XII:  Nos,  os  saluda- 
mos paternalmente,  dilectos  nuevos  esposos,  ante  quienes  la  vida  se 
abre  por  florido  sendero.  Bien  sabéis  empero,  que  este  camino,  si  cier- 
tamente os  conduce  ahora  entre  flores  primaverales,  a  través  de  abri- 
gados valles,  tendrá  también  para  vosotros,  como  para  todos,  sus  ás- 
peras cuestas,  sus  peligrosas  bajadas,  tal  vez  también  sus  horas  de 


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V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


tempestad.  Tened,  pues,  también  vosotros  vuestro  cenáculo,  un  asilo 
de  retiro  y  de  oración,  en  vuestro  propio  hogar  doméstico",  y  en  otro 
discurso  también  entre  parejas  de  recién  casados  ha  dicho:  "Por  lo 
demás  no  sería  conforme  a  la  verdad  creer  que  el  Antiguo  Testamento 
no  haya  enseñado  ya  el  perdón  de  las  ofensas.  Encuéntranse  allí  a 
propósito,  preciosas  y  sabias  amonestaciones,  especialmente  para  vos- 
otros, caros  nuevos  esposos.  ¡No  te  acuerdes  de  ninguna  de  las  ofen- 
sas recibidas  del  prójimo!  dice  el  Eclesiástico;  ahora  bien,  el  olvidar- 
las es  tal  vez  más  duro  aún  que  perdonarlas,  perdonad,  pues,  ante  to- 
do, y  Dios  os  dará  la  gracia  de  olvidar.  Más  a  trueque  de  todo,  arro- 
jad de  vosotros  el  deseo  de  venganza  que  ya  en  la  antigua  ley  con- 
denaba así  el  Señor  "No  buscar  la  venganza  y  no  conservar  memoria 
de  la  injuria  de  tus  conciudadanos"  dice  el  Levítico.  En  otras  palabras, 
se  podría  decir  hoy:  guardaos  del  resentimiento  contra  vuestros  veci- 
nos, porque  "Quien  quiere  vengarse,  experimentará  la  venganza  del  Se- 
ñor, que  tendrá  cuenta  exacta  de  sus  pecados". 

Estas  breves  notas  acerca  de  la  preocupación  del  actual  Vicario 
de  Cristo,  Su  Santidad  Pío  XII,  son  sólo  una  muestra  dentro  del  sin- 
número de  las  que  tiene  dichas  y  que  constituyen  volúmenes  enteros 
llenos  de  sabiduría  y  de  ciencia  en  este  aspecto  trascendente  que  nos 
ocupa . 

Hemos  tratado  muy  brevemente  de  lo  que  en  concreto  está  sóli- 
damente afirmado  con  la  autoridad  que  tienen  los  Pontífices,  permi- 
tidme ahora  que  continuemos  con  algunas  ideas  propias  acerca  del  tema 
que  tratamos. 

Hemos  demostrado  la  sólida  raíz  doctrinaria  que  tienen  la  uni- 
dad y  la  indisolubilidad  en  el  matrimonio.  De  estas  ideas  se  despren- 
den un  sinnúmero  de  cualidades  que  adornan  a  la  familia  cristiana. 
Es  bajo  el  régimen  de  la  unidad  matrimonial  que  pueden  fructificar 
una  serie  de  bienes  que  repercuten  en  los  cónyuges  y  en  la  prole.  La 
comunidad  "per-vitam"  de  anhelos,  inquietudes,  alegrías  y  tristezas,  son 
los  vínculos  a  los  que  sobreañadido  el  sacramental,  refuerzan  la  soli- 
dez de  la  estructura  de  la  sociedad  conyugal.  Las  mutuas  condescen- 
dencias, el  espíritu  comprensivo,  los  renunciamientos  y  sobre  todo  el 
espíritu  de  sacrificio  que  la  entrega  total  de  persona  a  persona  signi- 
fica, son  los  únicos  elementos  que  dan  solidez  al  cimiento  familiar  y 
le  permiten  edificar  tranquilamente  la  prolongación  de  la  sociedad  con- 
yugal que  son  los  hijos.  El  renunciamiento  a  las  comodidades  excesi- 
vas, a  los  placeres  exagerados,  a  los  lujos  desmedidos  no  son  sino  la 
consecuencia  del  espíritu  cristiano  que  sobrelleva  alegremente  todo  re- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


95 


nunciamiento.  En  este  concepto  es  preciso  educar  a  la  prole  dentro 
de  la  idea  de  que  la  vida  es  una  continua  privación  desde  las  cosas 
trascendentes  hasta  las  más  insignificantes.  Esta  escuela  de  rigidez  y 
en  cierto  modo  de  contrariedad,  es  la  única  por  la  cual  más  tarde  se 
sabrá  sobrellevar  y  vencer  las  dificultades  que  constituyen  la  vida. 
Bajo  estos  principios  los  hijos  crecerán  observando  el  ejemplo  en  sus 
progenitores,  la  mejor  lección  y  el  mejor  aprendizaje  de  buenos  há- 
bitos y  qué  satisfacción  cuando  ante  determinada  circunstancia,  se  ob- 
serva la  conducta  que  un  hijo  así  formado  escoge.  Esta  permanente, 
lección  cuotidiana,  empieza  en  la  cuna,  cuando  el  infante  un  tanto  ins- 
tintivamente, desde  entonces,  pretende  imponer  su  voluntad  que  si  no 
es  corregida  a  tiempo,  continuará  por  el  mismo  camino  en  la  edad  pre- 
escolar  y  en  la  escolar;  desde  ella  se  moldea  y  se  plasma  en  germen 
lo  que  más  tarde  vamos  a  ver  irremediablemente  desenvuelto  en  la  pu- 
bertad y  en  la  adolescencia  con  caracteres  que  no  deben  constituir  una 
sorpresa,  porque  no  es  que  afloren  en  ese  momento,  sino  que  son  la 
lógica  consecuencia  y  evolución  de  los  primeros  impulsos  sensitivos  de 
la  cuna,  las  tendencias  inconscientes  de  la  edad  escolar  y  las  costum- 
bres, por  no  llamar  los  vicios  en  el  adolescente. 

La  vigilancia  cuidadosa  del  niño,  que  sólo  en  casos  especiales  de- 
be ser  aconsejada  por  el  maestro  y  hasta  por  el  médico  es  deber  pri- 
mordial, y  obligación  de  los  progenitores.  La  delegación  de  estas  fun- 
ciones, primero  en  la  casa,  luego  en  la  escuela,  significan  el  renuncia- 
miento de  esas  obligaciones  primordiales  irrecusables  que  la  paternidad 
lleva  consigo,  y  que  no  sé  como  calificar. 

No  es  esta  función  exclusiva  del  padre  o  de  la  madre:  es  de  am- 
bos y  con  responsabilidad  repartida  por  igual.  Por  desgracia  en  la  épo- 
co  en  que  vivimos,  en  que  tanta  importancia  se  da  a  lo  económico  esta 
razón  pretende  ser  excusa  para  pretextar  de  ella.  La  actividad  social 
exagerada,  en  que  determinada  clase  social  se  ve  envuelta,  es  otro  de 
los  pretextos  para  aligerarse  de  esta  obligación.  Una  u  otra  no  jus- 
tifican, ni  el  abandono,  ni  la  renuncia  de  los  deberes,  que  son  la  úni- 
ca y  exclusiva  razón  de  la  actividad  de  la  sociedad  conyugal,  que  si 
no  los  cumplen  está  muy  lejos  de  llenar  el  objeto  para  la  que  fue  crea- 
da y  no  existe  justificación  para  esa  actitud  que  hace  quebrar  el  de- 
sarrollo de  lo  objetivo  fundamental  que  es  educar  y  dar  ejemplo  a  los 
hijos . 

Es  mi  mente  presentar  un  cuadro  positivo  de  la  familia  cristiana. 
No  quiero  continuar  con  la  exposición  en  el  plan  de  crítica  de  estos  úl- 
timos párrafos. 


96 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


En  cambio,  aquella  familia  cristiana  en  que  la  armonía,  la  idea 
común  de  tener  el  matrimonio  como  medio  de  santificación,  aquella  en 
que  el  temor  de  Dios  es  inculcado  en  los  seres  con  que  la  Providen- 
cia ha  regalado  a  la  unión  bendita  por  el  sacerdote  en  nombre  de  Dios, 
aquella,  qué  cuadro  tan  hermoso  y  consolador  presenta. 

Esa  visión  armoniosa  que  representa  el  hogar  cristiano,  refugio  y 
lugar  seguro  y  firme  en  que  el  cabeza  de  familia  encuentra  la  fuente 
de  consuelo  y  el  refrigerio  y  aliento  justo  a  la  jornada  cumplida  y  don- 
de saca  energías  para  continuar  la  brega  cuotidiana .  Ambiente  a  que 
todo  hombre  de  trabajo  tiene  derecho,  y  que  requiere  condiciones  des- 
de las  de  lugar,  esto  es  de  comodidad,  hasta  el  cariño  y  el  amor  de 
los  suyos  y  a  cuyos  cuidados  queda  en  su  ausencia  obligada  en  la  fae- 
na, la  compañera  de  toda  la  vida,  la  confidente  de  siempre,  la  co- 
partícipe de  penas  y  glorias  y  de  alegrías  y  sinsabores,  el  alma  de  la 
casa,  la  esposa,  la  reina  del  hogar. 

La  unión  inseparable  de  la  pareja,  base  de  la  solidez  de  la  fami- 
lia, ejemplo  viviente  para  la  prole  que  pesa  más  que  todas  las  lectu- 
ras y  conferencias  y  todas  las  enseñanzas  y  lecciones. 

De  este  conjunto  sale  lo  que  no  es  necesario  ser  filósofo  educa- 
dor para  prever.  Surge  sólido  y  robusto  el  árbol  familiar  a  ejemplo 
de  la  familia  bíblica.  Surge  como  Hila,  pleno  de  sacrificio,  mortifica- 
ción, renunciamiento,  obediencia,  respeto,  devoción,  jalones  todos  de  don- 
de como  es  lógico  y  por  cuyo  conducto  saldrán  hombres  fuertes. 

No  hace  mucho  hemos  oído  de  uno  de  los  oradores  que  nos  visita 
en  una  de  sus  magistrales  conferencias,  como  la  convivencia  familiar 
es  la  sola  forma  en  que  los  elementos  jóvenes  crezcan  ambientados  y 
por  el  contrario,  como  su  quiebra  produce,  desde  niños  de  conducta 
anormal  hasta  delincuentes.  Igualmente  le  escuchamos,  como  la  lite- 
ratura infantil  simplista  y  superficial,  crea  mentes  vacías  y  sin  trascen- 
dencias, actitud  que  luego  evoluciona  con  el  niño  y  lo  lleva  a  extremos 
que  para  los  padres  necios  constituyen  después  sorpresas,  y  no  agra- 
dables por  cierto. 

Las  distracciones  son  parte  necesaria  en  la  vida:  la  lectura  es  un 
hábito  digno  de  ser  estimulado.  Es  el  cine,  el  arte  de  nuestros  días, 
no  hay  duda  ninguna,  un  elemento  a  la  vez  que  de  distracción,  de  ins- 
trucción, pero  entendámonos,  qué  lecturas  y  qué  cines  llenan  esas  fun- 
ciones con  provecho.  Son  elementos  útilísimos,  más  usados  en  debida 
forma . 

La  radio,  el  sistema  informativo  de  nuestro  siglo,  por  lo  menos  en- 
tre nosotros  en  que  aún  no  ha  llegado  la  televisión.  Que  maravilla  de 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


97 


fuentes  de  enseñanza  y  de  ilustración;  pero  la  buena  trasmisión,  la  cons- 
tructiva . 

Tenemos  que  aceptar  que  todo  es  bueno  y  que  todo  es  útil  cuan- 
do las  mentes  rectoras  obran  con  buena  intención,  y  cuando  el  crite- 
rio que  informa  a  los  empresarios  o  a  los  accionistas  es  recto  y  jus- 
to y  que  el  aspecto  comercial  esté  subordinado  al  ético  en  beneficio  de 
la  sociedad  de  la  que  ellos  también  forman  parte,  y  cuya  responsabi- 
lidad está  en  razón  directa  a  su  cultura  y  posición  social. 

Los  diarios  que  igualmente  tienen  la  tremenda  responsabilidad  de 
informar  y  de  encauzar  las  corrientes  de  opinión  pública,  y  que  por  fi- 
nes lucrativos  se  convierten  en  sensacionalistas  y  en  fuente  de  porno- 
grafía y  escándalo  en  las  mentes  jóvenes. 

Y  frente  a  todo  esto  los  poderes  públicos,  cuya  obligación  es  tam- 
bién cuidar  por  el  bienestar  y  la  salud  mental  y  el  equilibrio  moral  del 
pueblo,  y  que  complacidamente  o  haciendo  oídos  sordos  y  mirada  cie- 
ga no  escuchan  ni  ven  la  gravedad  de  estos  problemas  expuestos  por 
los  Prelados  y  las  Asociaciones  de  Padres  de  Familia. 

Sólo  la  voz  de  la  Iglesia  a  través  de  los  Pontífices  en  todos  los 
tiempos  y  en  toda  circunstancia,  es  la  que  se  oye  para  alentar  y  man- 
tener el  pensamiento  de  los  corazones  angustiados  con  terribles  interro- 
gantes de  los  padres  católicos  del  Perú  y  con  ella  nuestra  decisión  fir- 
me de  defender  por  todos  los  medios  aquello  que  es  más  nuestro  por 
sangre  y  por  amor. 


LA  EUCARISTÍA  Y  LAS  MISIONES 

Discurso  de  Monseñor  Fr.  Buenaventura 
León  de  Uriarte  O.F.M.,  Vicario  Apostólico  de 
San  Francisco  Solano  del  Ucayali. 

Et  eccc  ego  vobiscum  sum  ómnibus  diebuas,  usque  ad  consumatio- 
nem  saeculi  (Math.  XXVIÍÍ,  20)  .  Y  estad  ciertos  que  yo  mismo  es- 
taré siempre  con  vosotros,  hasta  la  consumación  de  los  siglos. 

Eminencia  Rvdma.  Excmo.  Señor  Arzobispo  Coadjutor  y  Vicario 
Capitular.  Excmos.  y  Rvdmos.  Señores  Arzobispos  y  Obispos.  Rvdos. 
Señores  Sacerdotes-Honorables  Autoridades-Venerables  Religiosos  y  Re- 
ligiosas-Amados  Hermanos  míos  todos  en  Nuestro  Señor  Cristo  Rey 
Sacramentado  y  María  Reina  Inmaculada. 


98 


V  CONGRESO  EUCARISTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


LA  EUCARISTIA,  la  obra  suprema  de  Dios  por  amor  al  hom- 
bre, como  que  en  decir  del  discípulo  más  amado  de  Jesús  San  Juan 
(XIII,  1)  en  su  Evangelio,  al  instituir  la  Eucaristía,  llegó  hasta  el  fin 
el  amor  omnipotente  de  Dios  para  con  el  hombre.  LAS  MISIONES, 
la  obra  más  divina  entre  las  obras  divinas,  como  es  cooperar  con  Dios 
en  la  salvación  de  las  almas,  como  nos  asegura  San  Dionisio  el  Areo- 
pagita.  LA  EUCARISTIA,  el  Amor  de  los  amores  de  Jesús,  por  el 
hombre,  en  frase  de  San  Bernardo.  LAS  MISIONES,  el  amor  de  los 
amores  del  hombre  por  Jesús,  a  imitación  de  San  Pablo  (I  Cor.  IX, 
22).  LA  EUCARISTIA,  Cristo  que  se  nos  da  todo  a  nosotros  y  Cris- 
to que  es  todo  para  nosotros,  como  nos  dice  San  Ambrosio.  LAS  MI- 
SIONES, el  hombre  que  se  da  todo  por  Cristo,  para  salvar  a  todos  los 
hombres  para  Cristo,  como  quería  San  Pablo. 

Precisemos  y  concretemos  lo  que  se  entiende  y  se  debe  entender 
por  la  palabra  MISIONES  en  el  Perú.  Con  la  palabra  MISIONES 
queremos  significar  lo  que  oficialmente  declaró  la  Santa  Sede  de  acuer- 
do con  el  Gobierno  Nacional  y  la  Jerarquía  eclesiástica:  Territorio  de 
Misiones  en  el  Perú,  es  la  Montaña,  toda  la  Montaña,  y  nada  más  que 
la  Montaña,  o  sea,  la  Selva,  toda  la  selva  y  nada  más  que  la  selva.  No 
confundamos  tampoco  la  MONTAÑA  con  la  vida  salvaje,  como  lo 
hacen  algunos,  pues  no  creemos  pueda  llamarse  tal  una  región  en  la 
que  el  96  a  97%,  nada  tienen  que  envidiar  a  la  Sierra,  ni  siquiera  a  la 
Costa;  que  lo  digan  sino  los  millares  y  millares  de  montañeses  que  ten- 
go delante,  pues  todos  hablan  el  castellano  que  es  su  idioma  general, 
y  casi  único,  el  castellano,  que  es  el  idioma  para  hablar  con  Dios,  que 
decía  el  emperador  Carlos  V.  De  los  3  a  4%  salvajes,  el  2%  por  lo  me- 
nos son  civilizados,  bautizados  y  hablan  el  castellano,  y  el  1  ó  2%  cuan- 
do más  de  salvajes  netos,  están  absorbidos  en  general  o  controlados  por 
la  inmensa  mayoría  de  los  civilizados  y  hablan  también  muchos  el  cas- 
tellano. Que  lo  digan  sino  los  "chunchos"  digo,  "paisanos",  que  tengo 
delante,  pues,  me  están  viendo,  y  escuchando  como  lo  hacen  ellos:  "en 
silencio  y  observando".  Son  muchos  "chunchos  auténticos"  aunque  no 
lo  parezcan:  pues,  "chunchos"  hay  en  nuestra  Marina,  como  que  uno 
de  los  "señaleros"  de  la  Torre  de  señales  del  Callao,  es  chuncho  por 
los  cuatro  costados,  otro  que  trabaja  en  el  Real  Felipe,  es  también  "Cam- 
pa" de  padre  y  madre,  y  así  otros  en  el  Ejército,  otros  en  la  Aviación, 
otros  entre  los  Artesanos,  otros  entre  los  Empleados  y  las  Empleadas, 
otros  en  nuestros  Colegios,  aquí  mismo  en  Lima.  Mi  sacristancito  que 
anda  por  ahí  es  "campa"  y  el  mayor  insulto  que  se  le  puede  dirigir  es 
llamarlo  "chuncho"  como  lo  hacen  los  muchachos  que  juegan  con  él 


...el  Emmo .  Cardenal  Lega- 
do en  tres  momentos:  con  el 
Excmo .  Vicario  Capitular  de 
Lima,  con  el  Emmo .  Cardenal 
Caro.  Arzobispo  de  Santiago 
de  Chile  y  con  el  Sr .  Alcalde 
de  Lima .  . . 


...el  Emmo .  Cardenal  Legado,  en  compañía  de  los  Excmos .  Prelados 
asistentes  a  los  actos  del  Congreso .  .  . 


.  .  .los  Prelados  concurren  a  los  oficios.  .  . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


99 


cuando  pelean,  a  los  cuales  él  les  contesta  indignado:  "Yo  no  soy 
"chuncho",  yo  soy  limeño.  .  .  y  por  lo  "vivo"  al  menos,  merece  serlo.  .  . 

Por  esto  no  nos  parece  justo  ni  menos  conveniente  por  el  honor  0 
y  prestigio  del  Perú,  que  exhibamos  demasiado  a  los  pocos  salvajes  que 
nos  quedan,  pues,  de  ello  se  sigue  muchas  veces,  aun  dentro  del  Perú, 
creer  que  toda  la  Montaña  es  salvaje,  cuando  es  completamente  falso, 
y  fuera  del  Perú,  que  el  Perú  es  así,  confundiendo  con  una  minoría  in- 
significante de  salvajes  la  inmensa  mayoría  de  civilizados  que  pueden 
rivalizar  alternando  con  honor  con  los  países  más  cultos  y  civilizados  del 
mundo. 

Lo  cual  no  quiere  decir  que  no  haya  problema  misionero  en  la  Mon- 
taña y  que  no  lo  haya  de  haber  durante  muchos  años  todavía,  por  el 
clima  tropical  y  enervante,  por  los  bichos  sin  número,  por  las  enormes, 
distancias,  por  la  falta  de  movilidad  y  de  caminos,  por  lo  despoblado 
de  la  región,  por  las  enfermedades  propias  de  las  regiones  tropica- 
les y  por  las  propias  de  cada  región,  como  la  lepra  que  abunda  desgra- 
ciadamente en  nuestro  Vicariato  Apostólico  del  Ucayali,  como  que  ac- 
tualmente tiene  el  Vicariato  tres  Misioneros  Leprosos  y  hace  pocos  años 
murieron  otros  dos.  No  nos  parece  porcentaje  pequeño  CINCO  Misio- 
neros leprosos  en  quince  años  aun  cuando  ellos  sean  lo  mejor  de  mi 
Vicariato  Apostólico  las  víctimas  y  misericordias  de  Dios,  los  pararra- 
yos y  fuentes  de  bendiciones  para  la  Misión  del  Ucayali.  ¡Benditos 
sean!  Por  otra  la  falta  de  recursos  de  todo  género  para  afrontar  los 
obstáculos  que  ofrece  una  lucha  constante  con  la  naturaleza  primitiva 
y  bravia  hace  que  la  aspiración  general  y  ordinaria  de  todo  montañés 
sea  salir  de  la  Montaña  sino  él  sus  hijos,  lo  mismo  que  la  aspiración 
general  de  todo  provinciano  suele  ser,  venir  él  y  sino  sus  hijos  a  Lima. 
Lo  cual  es  un  grande  mal  para  la  Montaña,  asi  como  para  las  Provin- 
cias como  lo  es  para  todo  el  Perú  en  general,  por  muy  humano  que 
ello  sea. 

El  día  3  de  agosto  de  1641,  el  Padre  Matías  Yllescas,  y  los  Her- 
manos Legos  Fray  Pedro  de  la  Cruz  y  Fray  Francisco  Piña,  los  tres 
Misioneros  Franciscanos,  se  embarcaron  en  una  débil  y  frágil  balsa  en 
el  río  Perené  en  la  región  que  llamamos  de  Chanchamayo  rumbo  hacia 
lo  desconocido,  buscando  una  ruta  más  corta  para  llegar  por  el  Perú 
al  gran  río  Amazonas  —el  rey  de  los  ríos  del  mundo.  Pero  al  llegar 
cerca  de  la  Boca  del  río  Aguaitía,  afluente  por  la  izquierda  del  gran 
río  Ucayali,  origen  del  Amazonas,  fueron  muertos  los  heroicos  Misio- 
neros por  los  indios  "Shipibos"  quedando  empapada  la  tierra  con  la 
sangre  misionera  de  esos  Protomártires  Franciscanos  del  Ucayali.  Muy 


100 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


bien  puede  llamarse,  pues  esa  tierra:  PUCALLPA  "tierra  colorada"  en 
quechua.  Y  el  año  1721  otros  Misioneros  bajan  de  la  Cordillera  Azul, 
%  como  quien  dice  del  Cielo  a  unas  inmensas  "pampas",  que  las  llama- 

ron: PAMPAS  DEL  SACRAMENTO,  por  caer  ese  día  en  ese  año 
la  Fiesta  del  Corpus  Christi,  en  el  pueblo  cristiano.  Habían  llegado  al 
río  "YURACYACU"  que  quiere  decir:  RIO  BLANCO  en  quechua,  y 
cuando  esas  aguas  del  Río  Blanco  o  Yuracyacu,  se  juntaron  más  abajo 
con  las  del  inmenso  UCAYALI,  padre  del  Amazonas  como  dijimos,  el 
monarca  de  los  ríos  del  mundo,  formaron  allá  en  la  región  de  la  hoy 
floreciente  PUCALLPA  ^una  grandiosa  bandera  roja  y  blanca—  que 
proclamaba  ante  los  Cielos  y  la  Tierra  que  esa  tierra  era  ya  y  será  siem- 
pre peruana,  pero  también  eucaristica  porque  la  bandera  peruana  es  la 
bandera  eucaristica  por  excelencia:  blanca  como  la  Hostia  santa  y  roja 
como  la  Sangre  de  Cristo,  como  para  indicarnos  que  el  peruano  debe 
ser  patriota,  pero  también  eucarístico,  amante  de  Jesús  Sacramentado. 

El  símbolo  más  hermoso  y  apropiado  del  amor  de  Jesús  Sacramen- 
tado es  su  imagen  bendita  enseñándonos  ese  "Corazón  que  tanto  ha 
amado  a  los  hombres  y  de  los  cuales  es  tan  mal  correspondido",  como 
dijo  Jesús  en  amorosa  queja  a  la  Apóstol  de  su  divino  Corazón  Santa 
María  Margarita  Alacoque.  Pues  bien:  no  sólo  en  el  Perú  sino  en 
todo  el  mundo  al  Corazón  de  Jesús  se  le  representa  de  ordinario,  ves- 
tido de  blanco  y  con  el  manto  rojo,  envuelto  como  si  dijéramos  en  la 
bandera  peruana,  como  para  indicarnos  que  si  Jesús  ama  a  todos  sin  ex- 
cepción, a  los  peruanos  nos  ama  de  una  manera  muy  especial,  y  por 
tanto  los  peruanos  debemos  amarlo  con  todo  nuestro  corazón  y  más  que 
los  demás.  Con  razón  es  un  ilustre  peruano  el  gran  apóstol  de  la  En- 
tronización del  Sagrado  Corazón  de  Jesús  en  las  Familias,  el  venerable 
y  benemérito  anciano  Padre  Mateo  Crowley,  tío  bienamado  y  Padrino 
de  nuestro  querido  Arzobispo  Coadjutor  y  Vicario  Capitular  Monseñor 
Juan  Landázuri  Ricketts,  activo  y  hábil  Presidente  del  Comité  Organi- 
zador de  este  grandioso  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano; 
pero  ¿qué  mucho  si  ambos  son  arequipeños,  de  esa  Arequipa  la  Roma 
del  Perú,  tierra  volcánica  y  de  fuego  cuando  se  trata  de  la  Patria,  cuan- 
do se  trata  de  Dios.  Arequipa  la  ciudad  blanca  como  la  nieve  de  sus 
picos  nevados  y  el  fuego  de  sus  volcanes  con  los  que  forman  una  ban- 
dera que  une  el  Cielo  con  la  Tierra,  como  para  indicar  que  los  are- 
quipeños son  tan  religiosos  como  patriotas  y  tan  patriotas  como  reli- 
giosos. ¡Arequipeños  como  nuestro  gran  Cardenal  el  Eminentísimo  Car- 
denal Don  Juan  Gualberto  Guevara,  a  quien  Dios  tenga  en  su  gloria, 
principalísimo  autor  y  gestor  de  este  incomparable  homenaje  a  Jesús 


101 


Sacramentado,  aquí  en  Lima  en  esta  ciudad  de  los  Reyes  en  donde  te-  / 
nemos  una  Rosa  regia,  una  rosa  celestial,  una  rosa  divina  y  al  mismo 
tiempo  "peruana"  blanca  y  roja;  blanca  por  la  inocencia  de  su  vida  pu- 
ra y  roja  por  sus  martirios  de  penitencia  inenarrable.  Rosa  eucarística  y 
mariana  eucarística  por  su  amor  a  Jesús  Sacramentado  que  la  hizo  su 
esposa;  y  mariana  por  su  amor  a  María  Inmaculada,  que  le  impuso  su 
apelativo,  ordenándole  llamarse;  Rosa  de  Santa  María. 

Cuando  hace  algunos  años  al  amanecer  de  un  día  radiante  de  sol, 
de  un  27  de  julio,  víspera  de  nuestra  Fiesta  Nacional,  sobre  la  cumbre 
de  la  cordillera  Yanachaga  en  el  lugar  llamado  Cajonpata  celebraba  yo 
la  Santa  Misa  teniendo  a  mis  pies  en  lontananza  envuelta  en  espesa  ne- 
blina matinal  la  llanura  amazónica  esperanza  de  la  Patria,  dije:  Así 
como  este  sol  radiante  disipará  en  pocas  horas  esa  neblina  y  nos  mos- 
trará en  toda  su  grandeza  y  hermosura  esa  inmensa  llanura  amazónica, 
así  el  Sol  de  la  Eucaristía  disipará  con  sus  rayos  celestiales  las  tinie- 
blas del  error,  de  la  ignorancia  y  del  pecado,  y  difundirá  la  luz  de  la 
verdad  y  de  la  vida,  el  amor  y  Ja  salvación  a  todas  esas  inmensas  Pam- 
pas, porque  esas  Pampas  son  de  Jesús-Hostia  porque  son  Pampas  del 
Sacramento . 

La  EUCARISTIA  es  la  vida  de  las  Misiones,  y  la  vida  eucarísti- 
ca es  el  termómetro  de  la  vida  misional.  Hace  bastantes  años  me  decía 
un  veterano  y  gran  misionero;  "Cuando  40  años  atrás  fundé  esta  Mi- 
sión en  este  lugar  en  donde  sólo  había  tres  chozas,  llevaba  al  principio 
una  vida  lánguida  y  difícil,  hasta  que  resolvimos  tener  día  y  noche  a 
Jesús  Sacramentado  en  nuestra  pobre  Capilla  misional  con  lo  que  des- 
de ese  momento  comenzaron  a  desaparecer  las  dificultades  y  a  flore- 
cer la  Misión.  Y  cuando  a  los  pocos  años  llegaron  las  Franciscanas 
Misioneras  de  María,  la  Misión  llegó  a  ser  la  más  floreciente  del  Vi- 
cariato Apostólico,  como  lo  es  hasta  hoy  día,  con  dos  Escuelas  Norma- 
les Rurales,  dos  Colegios  Nacionales  y  millares  de  alumnos  de  Prima- 
ria, con  Talleres  de  Artes  y  Oficios,  Imprenta,  Periódico,  Granja  agrí- 
cola, Planta  eléctrica.  Motores  y  lo  que  es  más  y  el  alma  de  todo  ello, 
un  inigualado  amor  a  Jesús  Sacramentado,  como  que  este  año  pasan  de 
30,000  las  Comuniones,  lo  que  es  un  índice  de  la  exuberante  vida  euca- 
rística de  la  Misión  que  irradia  verdad  y  vida-amor  a  Jesús  Hostia  y 
un  intenso  apostolado  en  toda  la  comarca.  Y  no  se  diga  ahora  que  el 
día  8  del  corriente,  o  sea,  antier  se  ha  inaugurado  una  grandiosa  Igle- 
sia nueva  de  tres  naves  de  ladrillo  y  cemento,  y  se  dé  a  Jesús  Sacra- 
mentado un  culto  más  esplendoroso  todavía. 


102 


Una  gran  Misionera  llena  de  amor  a  Jesús  Hostia  me  dijo  un  día: 
Monseñor,  ya  no  podemos  más .  Este  clima  enervante,  estos  bichos  que 
nos  comen,  este  río  inmenso  que  nos  quiere  llevar  a  nosotros  y  hasta 
a  la  Misión  —esta  invasión  de  herejes —  esta  indiferencia  religiosa  del 
medio  ambiente...  pero  concédanos  la  gracia  de  que  podamos  tener  a 
Jesús  Sacramentado  en  nuestro  Oratorio  y  no  se  preocupe  que  con  Je- 
sús lo  podemos  todo,  y  estando  con  El  no  tememos  a  nada  ni  a  nadie. 
Y  allí  están  a  estas  horas  firmes  y  animosas,  en  plena  batalla,  seguras 
de  la  victoria.  Rogad  porque  así  sea  pronta  la  victoria. 

Por  eso  en  todas  las  Residencias  Misionales  se  procura  tener  Reli- 
giosas Misioneras,  no  sólo  porque  son  Maestras  inmejorables.  Obreras 
activas,  hábiles  e  incansables,  Directoras  de  Colegios  e  Internados  Mo- 
delo, Misioneras  auxiliares  en  una  palabra  insustituibles,  sino  principal- 
mente porque  son  Adoratrices,  Reparadoras,  Intercesoras  y  Apóstoles 
de  Jesús  Hostia,  pararrayos  y  fuente  de  gracias  y  de  bendiciones  para 
la  Misión . 

Por  algo  Santa  Teresita  del  Niño  Jesús,  que  no  fué  misionera  en 
tierras  de  Misión  ni  conoció  a  niguna  Misión,  es  Patrona  de  todas  las 
Misiones,  porque  unida  a  Jesús  llegó  a  ser  la  misionera  por  excelencia 
y  Patrona  universal  de  las  mismas,  lo  cual  quiere  decir  que  la  Misión 
es  obra  ante  todo  y  sobre  todo,  de  la  oración  y  de  la  gracia  de  lo  cual 
es  Jesús  Hostia  fuente  abundosa  e  inagotable.  ¡Qué  consuelo  y  qué 
lección  para  las  beneméritas  Religiosas  de  Clausura  que  desde  su  re- 
tiro como  nuestra  Santa  Rosa  de  Lima,  pueden  ser  misioneras  en  el  sen- 
tido más  subhme  y  eficaz  de  la  palabra!  ¡y  qué  consuelo  y  qué  lección 
para  las  almas  amantes  de  Jesús  Hostia  y  de  su  gloria!  y  ¡qué  lección 
también  para  nosotros  los  Misioneros  y  las  Misioneras  saber  que  lo  más 
eficiente  de  nuestra  misión  es  estar  unidos  siempre  con  Jesús  y  saber 
también  por  boca  del  mismo  Jesús:  Quien  come  mi  carne  y  bebe  mi 
sangre  en  Mí  mora  y  yo  en  él  (Joann.  VI,  57),  y  quien  permanece  en 
Jesús  y  Jesús  en  El,  este  da  mucho  fruto  (Joann.  XV,  5). 

No  hace  muchos  años  una  María  de  los  Sagrarios  —¡atención!  Ma- 
rías de  los  Sagrarios—  enferma,  vieja  e  inválida,  pero  una  gran  apóstol 
de  Jesús  Sacramentado  me  suplicó  le  asignara  el  Sagrario  más  abando- 
nado de  mi  Vicariato  Apostólico.  Le  señalé  un  Sagrario  cuidado  por 
un  benemérito  pero  pobre  Misionero  anciano  que  no  podía  evitar  que 
los  ratones  le  comieran  hasta  los  Ornamentos  Sagrados:  Pero  ¡oh  poder 
del  amor  a  Jesús  Hostia!  Actualmente  esa  Misión  tiene  Misioneros  y 
Misioneras  jóvenes  llenos  de  bríos  y  de  celo  apostólico,  con  dos  Escue- 
las Prevocacionales  de  Niños  y  de  Niñas,  dos  Internados  de  Indígenas, 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


103 


Escuela  de  Artes  y  Oficios,  Planta  eléctrica.  Granja  Agrícola  y  lo  que 
es  más  es  un  foco  de  amor  a  Jesús  Sacramentado,  el  máximo  de  los 
Misioneros  y  a  María  Inmaculada,  la  máxima  de  las  Misioneras.  Y  la 
benemérita  María  de  los  Sagrarios,  enferma,  inválida  y  casi  moribunda 
sólo  vive  para  trabajar  y  orar  por  el  Reinado  de  Jesús  Sacramentado  y 
de  María  Inmaculada.  Es  público  y  notorio  que  la  herejía  protestante 
está  invadiendo  Iberoamérica.  Pues  bien;  en  uno  de  los  últimos  Correos 
me  escribe  un  Padre  Misionero  joven-entusiasta  y  lleno  de  celo:  Cum- 
plo con  informar  a  Vuecencia  que  he  ido  a  visitar  al  flamante  pueblo 
cuya  fundación  bendije  hace  pocos  meses,  y  me  he  encontrado  con  la 
ingrata  sorpresa  de  que  se  ha  establecido  en  él  uno  de  esos  que  llaman 
"pastores  protestantes"  un  infeliz  apóstata  y  renegado  que  hace  cosa  de 
dos  años,  abandonó  por  interés  nuestra  santa  Religión  Católica .  Desde 
que  llegué  no  chistó.  Está  visto  que  donde  llega  el  Sacerdote  con  Jesús 
Sacramentado  nada  tienen  que  hacer  ellos,  que  están  demás.  Fui,  aña- 
de el  Padre  Misionero,  de  casa  en  casa  y  todos  me  aseguraron  que 
querían  seguir  en  nuestra  santa  Fe  Católica  y  no  querían  saber  nada 
de  los  herejes;  pero  añade  con  pena  el  Padre  Misionero,  el  peligro  sub- 
siste, pues,  les  dicen  a  esas  pobres  gentes:  "Hazte  protestante  y  te  da- 
rán setecientos  soles  mensuales  (menos  de  40  dólares  para  ellos)  y  con 
unas  cuantas  Biblias,  unas  cuantas  revistas  y  folletos  y  unos  tocadis- 
cos hasta  te  hacen  pastor  protestante.  Efectivamente  ellos  tienen  dóla- 
res, tienen  de  todo,  nosotros  somos  pobres  y  no  tenemos  nada .  .  .  pero 
no  les  tememos  pues  tenemos  a  Jesús  Sacramentado  que  ellos  no  lo  tie- 
nen. Y  Jesús  ha  dicho  para  nuestro  consuelo  El  que  come  mi  carne  y 
bebe  mi  sangre,  permanece  en  Mi  y  Yo  en  él  (Joann.  VI,  57);  y  tam- 
bién: Quien  permanece  en  Mí  y  Yo  en  él,  este  producirá  mucho  fruto 
(Joann.  XV,  5).  Ya  los  que  no  están  con  El  les  amenaza  diciendo: 
"Sin  Mí,  nada  podéis  hacer".  Ya  sabemos  pues  los  Misioneros  que  con 
Jesús  lo  podemos  todo  como  decía  de  sí  mismo  el  más  grande  de  los 
apóstoles  de  todos  los  tiempos  San  Pablo:  Todo  lo  puedo  en  aquel  que 
me  conforta  (Philip.  IV,  13),  esto  es  en  Cristo  Jesús.  Y  también  sa- 
bemos que  no  teniendo  a  Jesús  los  enemigos  de  nuestra  santa  Fe  Ca- 
tólica, nada  nos  pueden  hacer. 

Con  sabiduría  infinita  pues,  les  dijo  Jesús  a  sus  Apóstoles  los  pri- 
meros Misioneros,  y  en  ellos  a  nosotros,  antes  de  subir  al  Cielo  des- 
pués de  su  gloriosa  Resurrección:  "Como  me  envió  mi  Padre,  así  os 
envío  yo  a  vosotros  (Joann,  XX,  21)  .  Y  estas  otras  palabras:  "Se  me 
ha  dado  toda  potestad  en  el  Cielo  y  en  la  tierra.  Id,  pues,  e  instruid  a 
todas  las  Naciones,  bautizándolas  en  el  nombre  del  Padre  y  del  Hijo 


104 


y  del  Espíritu  Santo,  enseñándolas  a  observar  todas  las  cosas  que  yo 
os  he  mandado  (Matth.  XXVIII,  18-20)".  He  aquí  la  Misión,  he  aquí 
la  autoridad,  he  aquí  los  poderes  de  los  apóstoles,  los  primeros  misio- 
neros sucesores  de  Cristo,  he  aquí  la  misión,  la  autoridad  y  los  poderes 
de  todos  los  Misioneros  de  Cristo,  he  aquí  nuestras  Credenciales.  En- 
viados de  Cristo,  con  la  misma  autoridad  de  Cristo,  con  los  mismos  po- 
deres de  Cristo.  Id,  mandato  de  Dios  al  que  nadie  puede  resistir.  INS- 
TRUID, no  repartid  Biblias,  folletos  ni  papeles,  porque  la  Fe  proviene 
dice  San  Pablo  (Rom.  X,  17)  del  oír,  y  el  oír  depende  de  la  predica- 
ción de  la  palabra  de  Cristo"  y  luego  pregunta  el  Apóstol:  "¿Y  cómo 
habrá  predicadores  si  nadie  los  envía?  (Rom.  X,  15)"  sino  hay  misio- 
neros .  De  aquí  la  necesidad  de  Misioneros,  de  Vocaciones  misioneras 
la  máxima  necesidad  de  las  Misiones.  "A  todas  las  naciones"  sin  lí- 
mite de  fronteras,  ni  discriminación  de  razas  o  de  pueblos,  por  donde 
se  vé  también,  que  el  misionero  es  por  su  mismo  origen  y  esencia,  cató- 
lico, es  decir  universa!,  todo  el  mundo  es  su  patria,  en  todas  partes  está 
en  su  casa,  y  esto  por  voluntad  expresa  del  mismo  Dios.  No  hay  pues, 
misionero  católico  extranjero  en  ninguna  parte.  "Bautizándolas  en  el 
nombre  del  Padre  y  del  Hijo  y  del  Espíritu  Santo"  porque  como  dijo 
Jesús:  "Quien  creyere  y  fuere  bautizado,  se  salvará  y  el  que  no  creye- 
re, se  condenará";  pero  con  una  fe  práctica,  pues  la  Fe  sin  obras  es 
muerta  (Jac.  II,  20)  "enseñándolas  a  observar  todas  aquellas  cosas 
que  yo  os  he  mandado".  Y  para  que  los  Apóstoles  sus  enviados  o  mi- 
sioneros, no  se  asustaran  ni  se  desalentaran  ante  tan  tremenda  empre- 
sa, concluye  Jesús  con  estas  consoladoras  palabras:  "Y  estad  ciertos  que 
Yo  mismo  estaré  con  vosotros  hasta  la  consumación  de  los  siglos  (Matth. 
XXVIII,  20) . 

Por  eso  nuestros  Misioneros  que  se  dan  perfecta  cuenta  de  la  in- 
gente labor  que  se  les  ha  encomendado,  superior  evidentemente  a  sus 
fuerzas  humanas,  van  por  toda  la  Montaña,  por  todos  sus  ríos  y  ca- 
seríos y  hasta  el  último  rincón  con  Jesús  Sacramentado  y  con  María 
Inmaculada,  sabiendo  que  la  Montaña  será  cristiana  de  verdad,  será 
verdaderamente  católica,  cuando  llegue  a  ser  verdaderamente  cucarísti- 
ca,  verdaderamente  mariana,  porque  Cristo  Rey  Sacramentado  a  don- 
de quiera  que  llega  con  María  Inmaculada  Reina  de  Cielos  y  tierra, 
vence,  reina  e  impera .  . . 

He  dicho. 


SABADO  11  DE  DIOEMBRE 


DIA  DE  LA  OFRENDA  DEL  TRABAJO  Y  DEL  DOLOR 

ENTENaON: 

Por  la  realización  de  la  Justicia  Social. 

A  horas  6.00  a  8.30  a.m. 

Distribución  procesional  de  la  Sagrada  Eucaristía  a  los  enfer- 
mos, en  sus  domicilios. 

CAMPO  EUCARISTICO 

A  horas  8.30  a.m. 

Ordenaciones  Sacerdotales. 

Conferirán  el  Presbiterado,  el  Excelentísimo  y  Reverendísimo 
Señor  Leonardo  Rodríguez  Bailón,  Arzobispo  de  Arequipa,  y 
los  Excelentísimos  y  Reverendísimos  Señores  Francisco  Rubén 
Berroa,  Obispo  de  lea,  y  Mariano  Jacinto  Valdivia,  Obispo 
de  Huaraz. 

Tarde 

A  horas  6 .30  p.ni. 

Angelus. 

Llegada  al  Campo  Eucarístico  del  Eminentísimo  y  Reverendí- 
simo Señor  Federico  Cardenal  Tedeschini,  Legado  Pontificio. 

Himno  Oficial  de  los  Congresos  Eucarísticos  Nacionales . 

Marcha  Pontificia  —  C.  Gounod  —  Coro  y  Banda. 

"La  Vida  como  Ofrenda",  discurso  del  Señor  Doctor  Don  Er- 
nesto Alayza  Grundy. 


106 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Salve  Regina  —  Canto  Gregoriano,  por  el  Coro  Polifónico. 

"La  Eucaristía  y  la  Cuestión  Social",  discurso  del  Excelentí- 
simo y  Reverendísimo  Señor  Tulio  Botero  Salazar,  Obispo  de 
Zipaquirá,  Colombia. 

Oremus  Pro  Pontífice  —  A.  Chlondowski  —  Motete  a  4  vo- 
ces mixtas,  por  el  Coro  Polifónico. 

Ofrecimiento  del  trabajo: 

a)  De  la  Madre  de  Familia,  por  la  Señora  María  Roca  Rey 
de  Valdeavellano. 

b)  Del  Obrero,  por  el  Señor  Glicerio  Franco  Zumaeta. 

c)  Del  Empleado,  por  el  Señor  Samuel  Gamio  Palacio. 

d)  Del  Profesional,  por  el  Doctor  Eduardo  Pérez  Araníbar. 

e)  Del  Maestro,  por  el  Doctor  Walter  Peñaloza. 

f)  Del  Universitario,  por  el  Doctor  Mario  Alzamora  Valdez. 

Exposición  del  Santísimo  Sacramento. 

Yo  te  Adoro  Hostia  Divina  —  Coro  y  Banda. 

Tantum  Ergo  —  Del  Valle  —  Coro  mixto  a  4  voces,  por  e! 
Coro  Polifónico. 

Un  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Prelado  impartirá  la  Ben- 
dición con  el  Santísimo  Sacramento. 

Cántate  Domino  —  Hassler  —  Motete  a  4  voces  mixtas,  por 
el  Coro  Polifónico. 

Noche 

A  horas  9.00  p.m. 

Concentración  de  hombres. 

Avda.  Tacna,  catre  la  Colmena  y  el  Santuario  del  Señor  de  los  Milagro». 
A  horas  10.00  p.m. 

Iniciación  del  desfile. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


107 


CAMPO  EUCARISTICO 

A  horas  12.00  p.m. 

El  Excelentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Javier  Ariz,  O.  P., 
Obispo  Coadjutor  del  Vicariato  Apostólico  de  Puerto  Maldo- 
nado,  oficiará  la  Santa  Misa  y  pronunciará  la  alocución. 

Comunión  de  hombres. 

• 

Cristo  ha  recibido  el  homenaje  de  los  niños,  de  los  soldados,  de  las 
madres,  esposas  e  hijas  y  ahora  sale  a  buscar  a  aquellos  que  no  pueden 
ir  a  El. 

Desde  las  6  de  la  mañana  los  sacerdotes,  en  todas  las  parroquias, 
llevan  procesionalmente  la  Sagrada  Eucaristía  a  los  enfermos  y  la  ofren- 
da del  dolor  de  éstos,  unida  a  Aquel  que  se  inmoló  por  todos,  producirá 
en  la  noche  su  fruto,  cuando  millares  de  hombres  movidos  por  el  impul- 
so misterioso  de  la  Gracia  den  testimonio  de  su  fe. 

A  las  8  y  30,  de  la  .mañana  en  el  Campo  Eucarístico,  frente  a  tres 
altares  levantados  bajo  la  Cruz  Monumental,  por  primera  vez  en  la 
historia  religiosa  del  Perú,  36  jóvenes  son  consagrados  sacerdotes  si- 
multáneamente. 

Por  primera  vez,  también,  los  millares  de  fieles  asistentes  presen- 
cian la  ceremonia  excelsa  y  poco  conocida  en  que  los  sacerdotes  reciben 
de  manos  del  Obispo  el  "carisma  sobrenatural  e  imborrable  de  que  ca- 
recen los  Angeles". 

Mons.  Leonardo  Rodríguez  Bailón,  Arzobispo  de  Arequipa;  Mons. 
Francisco  Rubén  Berroa,  Obispo  de  lea;  y  Mons.  Mariano  Jacinto  Val- 
divia, Obispo  de  Huaraz,  ofician  los  solemnes  ritos  de  la  consagración 
sacerdotal . 

Se  escucha  el  llamamiento  y  advertencia  a  los  ordenandos,  la  pre- 
sentación de  los  candidatos  al  Pontífice  consagrante,  la  consulta  y  re- 
querimiento a  los  presentes,  la  exhortación  a  los  36  clérigos  y,  finalmen- 
te, la  plegaria  por  ellos,  las  Letanías  de  los  Santos,  que  escuchan  pos- 
trados en  el  suelo  en  señal  de  "humildad  e  indignidad  para  tan  alto 
oficio" . 

Ha  llegado  el  solemne  momento  de  la  ordenación.  Los  Obispos  im- 
ponen las  manos  sobre  la  cabeza  de  cada  uno  de  los  aspirantes;  lo  mis- 
mo hacen  los  Prelados  y  sacerdotes  presentes. 


108 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAT.  Y  MARIANO 


Luego  se  les  entrega  los  ornamentos  sacerdotales:  la  Casulla,  que 
simboliza  el  yugo  del  servicio  de  Cristo  y  la  Estola,  que  recuerda  la 
cruz  que  fue  puesta  sobre  sus  hombros. 

La  consagración  sacerdotal  se  completa  con  la  unción  de  las  ma- 
nos con  el  Oleo  santo . 

Los  padres  y  familiares  de  los  nuevos  sacerdotes,  que  ocupan  una 
l'ribuna  especial,  dan  muestras  de  profu,nda  emoción  que  se  intensifi- 
ca cuando  la  voz  del  sacerdote  encargado  de  difundir  por  los  micró- 
fonos la  ceremonia,  traduce  las  palabras  del  Obispo:  "Dígnate,  Señor, 
consagrar  y  santificar  estas  manos  por  esta  unción  y  nuestra  bendi- 
ción, para  que  sea  bendito  todo  lo  que  bendigan  y  consagrado  todo 
lo  que  consagren". 

Y  se  les  entrega  el  cáliz  y  la  patena  con  una  hostia,  otorgándo- 
les la  potestad  de  celebrar  y  subiendo  al  Altar  concelebran  con  los 
Obispos  consagrantes . 

Después  de  la  Comunión  los  Obispos  recitan  la  fórmula  que  con- 
fiere el  poder  de  perdonar  los  pecados  y  se  oye  una  vez  más  la  voz  del 
sacerdote  que  traduce  del  latín;  "Recibe  el  Espíritu  Santo:  a  quienes 
perdonares  los  pecados  le  serán  perdonados  y  a  quienes  los  retuvieres 
le  serán  retenidos". 

Se  observa  en  todos  los  rostros  una  expresión  de  reverente  asom- 
bro. Se  ha  hecho  un  gran  silencio  en  el  Campo  Eucarístico. 

Los  Obispos  consagrantes  después  de  recibir  la  promesa  de  obe- 
diencia de  los  nuevos  sacerdotes  los  despiden  con  un  beso  en  la  meji- 
lla diciendo:  "La  paz  del  Señor  sea  siempre  contigo". 

El  Legado  Pontificio,  en  solemne  y  vigorosa  alocución,  exalta  la 
sublimidad  del  ministerio  sacerdotal  y  felicita  a  quienes  acaban  de  re- 
cibir tan  excelsa  dignidad 

Los  padres  y  familiares  de  los  jóvenes  Ministros  del  Señor  se  acer- 
can al  Altar  y  en  medio  de  impresionantes  aplausos,  de  rodillas,  reci- 
ben su  primera  Bendición  y  besan  sus  manos,  ungidas  por  el  Obispo, 
que  poseen  ahora  un  poder  que  nadie  les  podrá  arrebatar.  "Tu  es  sa- 
cérdos  in  aeternum.  .  .". 

Los  nuevos  presbíteros  son  los  siguientes: 

Lima:  Roberto  Vásqucz  y  Manuel  Corbacho. 

Ay acacho:  Severino  Huamán,  Luis  Arneo,  Víctor  Acuña,  Crisó- 
logo  Ayala  y  Fausto  Puza. 

Cajamarca:  Melchor  Dávila  y  Antero  Mundaca. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


109 


Huánuco:  Elias  Canchucaja,  Emilio  Herrera,  Luis  Randolf  y  Eduar- 
do Morales. 

Huancayo:  Domingo  Galván. 
Huancavelica:  Reinaldo  Sáenz. 

Huaraz:  Esteban  Bustos,  Emiliano  León  y  Enrique  Maguiña. 
lea:  Genaro  Mesias  y  José  Málaga. 
Puno:  Hernán  Llerena  y  José  VituUas. 
Ucayali:  Lucio  Marcalde. 
Piura:  Juan  Ancajima. 

Orden  Dominicana:  Guillermo  Alvarez,  Guido  Breña,  Neptalí  Cár- 
denas, Felipe  Hualpar,  Manes  Espinoza,  Francisco  Taya  y  Pedro  Gó- 
mez . 

Congregación  Salesiana:  José  Antúnez  de  Mayólo,  Guillermo  Arri- 
vabene,  Augusto  Beraún,  Enrique  Gordillo  y  Alejandro  Santisteban. 


Esa  tarde,  cuando  los  miles  de  fieles  que  llenaban  el  Campo  Eu- 
carístico  presenciaron  por  última  vez  el  desfile  del  Cortejo  Episcopal, 
se  notaba  en  el  ambiente  una  emoción  singular. 

Iniciando  la  ceremonia  Mons.  Tomás  Wakida,  Obispo  dimisionario 
de  Yokoham.a  y  titular  de  Hamnia,  pronuncia  su  saludo  en  japonés  que 
un  intérprete  traduce  y  al  que  sigue  una  bellísima  oración  recitada  en 
quechua  por  el  indigena  Cossco. 

El  Dr.  Ernesto  Alayza  Grundy  da  lectura  a  su  discuro  "La  vida 
como  ofrenda"  en  el  que  destaca  el  valor  de  la  ofrenda  del  cristiano 
que  se  hace  santa  porque  es  ofrecida  con  Cristo. 

El  Excmo.  Sr.  Tulio  Botero,  Obispo  de  Zipaquirá,  desarrollando 
el  tema  "La  Eucaristía  y  la  Cuestión  Social"  hace  una  brillante  expo- 
sición de  la  Doctrina  Social  de  la  Iglesia. 

Luego,  se  escuchan  las  oraciones  de  ofrenda  en  que  una  madre  de 
familia  (Sra.  María  Roca  Rey  de  Valdeavellano) ,  un  obrero  (Sr.  Gli- 
cerio  Franco  Zumaeta),  un  empleado  (Sr.  Samuel  Gamio  Palacio),  un 
profesional  (Dr.  Eduardo  Pérez  Araníbar),  un  maestro  (Dr.  Walter 
Peñaloza)  y  un  universitario  (Dr.  Mario  Alzamora  Valdez)  entregan 
a  Dios  las  congojas  y  alegrías  de  su  actividad  propia. 

Es  la  intención  del  día  la  realización  de  la  Justicia  Social  y  se  pide 
la  aplicación  del  remedio  de  justicia  a  las  agudas  necesidades  que  tan- 
tos sufren  y  que  la  caridad  encienda  las  conciencias  y  cure  la  indife- 


110 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


rencia  de  quienes  podrían  remediarlas  para  "que  los  bienes  creados  por 
Dios  para  todos  los  hombres  lleguen  con  equidad  a  todos".  (Pío  XII)  . 

El  Excmo.  Señor  Carlos  Jurgens,  Vicario  General  Castrense,  im- 
parte la  Bendición  con  el  Santísimo  Sacramento. 

El  momento  del  gran  retorno  había  llegado  y  en  toda  la  ciudad 
los  hombres  se  preparaban  para  acudir  en  gigantesca  manifestación  a 
la  cita  con  Cristo  Sacramentado.  Desde  las  primeras  horas  de  la  tar- 
de los  confesionarios  de  todos  los  templos  se  vieron  asediados  por  los 
hombres,  los  hombres  buscaban  confesores  en  el  Altar  Monumental,  los 
hombres  abordaban  a  los  sacerdotes  por  las  calles .  Se  demandaba  el 
perdón.  La  absolución  venía  por  doquiera  sobre  largos  pecados  de  vein- 
te o  de  cincuenta  años.  La  ciudad  entera  abanderada  con  rara  espon- 
taneidad y  luciendo  en  todos  los  hogares  el  Escudo  del  Congreso,  veía 
con  legítima  alegría  las  más  inesperadas  conversiones. 

En  las  primeras  horas  de  la  noche  las  Avenidas  anchas  fueron  es- 
trecho camino  para  las  muchedumbres.  Las  mujeres,  apiñadas,  aplau- 
dían en  las  aceras.  El  río  viril  dueño  de  calles  y  plazas  fue  acercándo- 
se al  Campo  Eucarístico.  Cuatro  torrentes  convergieron  a  él.  Los  más 
pobres  se  confundían  con  los  ricos,  todos  cantaban  con  ingenuo  gozo  los 
cánticos  de  la  infancia  del  alma.  Las  plegarías  olvidadas  volvieron  a 
brotar  de  los  labios.  Melodías  y  palabras  nacían  con  el  acento  de  la 
dura  madurez  y  eran  un  tributo  seguramente  muy  grato  a  Dios.  Pro- 
clamando la  realeza  de  Cristo,  rezando  en  voz  muy  alta  por  el  Papa  y 
por  el  Cardenal  difunto  ingresaron  en  la  enorme  explanada,  eran  más 
de  150.000  hombres  y  venían  presididos  por  el  Alcalde  de  Lima  y  su 
Concejo  Provincial. 

El  Excmo.  Sr.  Javier  Ariz  O.P.,  Obispo  Coadjutor  del  Vicaria- 
to Apostólico  del  Madre  de  Dios,  ofició  el  Santo  Sacrificio  de  la  Misa. 
Su  alocución  fue  clara  y  rotunda.  Glosó  las  palabras  del  Papa:  Hay 
una  sola  necesidad:  hacen  falta  hombres.  Todos  los  presentes  sabían 
que,  como  había  dicho  un  peruano  ilustre  en  el  Congreso  Eucarístico 
de  1935,  había  en  ellos  "más  debilidad  que  malicia  y  más  flaqueza  que 
pertinacia".  Por  eso  habían  venido  a  pedir  a  Cristo  que  vigorizara  la 
Nación  y  la  hiciera  austera.  Por  eso  se  preparaban  a  comulgar. 

Numerosos  sacerdotes  portando  grandes  copones  fueron  trasladados 
en  automóvil  de  la  Capilla  a  tres  Altares  colocados  en  diversos  luga- 
res del  Campo.  De  cada  uno  de  ellos  y  del  Altar  Monumental,  cerca 
de  300  sacerdotes  llevaron  la  Comunión  a  los  hombres,  en  esa  hora  de 
gracia  y  de  perdón. 


CRÓNICA  V  DOCUMENTOS 


111 


LA  VIDA  COMO  OFRENDA 

Discurso  del  Dr.  Elmesto  Alayza  Grundy. 

El  día  de  hoy  está  dedicado  al  trabajo  y  al  dolor  como  ofrendas 
a  Dios,  y  pesa  sobre  mí  ninguna  capacidad  la  tarea  de  exponer  este 
sentido  de  la  vida  humana.  Muy  pobres  serán  las  reflexiones  que  pue- 
do presentar  porque  no  poseo  la  hondura  filosófica  ni  la  inspiración 
mística  que  explican  sus  diversos  aspectos,  tan  estrechamente  vincu- 
lados a  la  esencia  del  Cristianismo.  Pero  me  acojo,  como  razón  para 
hablar  en  esta  tarde,  a  la  única  razón  que  tuve  al  aceptar  la  tarea,  que 
fue  la  de  prestar  mi  colaboración  sin  objeciones  a  este  magno  home- 
naje nacional  a  Cristo  y  a  su  Santísima  Madre. 

Es  un  hecho  que  la  vida  de  muchas  gentes  se  desenvuelve  con  un 
espíritu  de  laicismo  práctico,  porque  prescinde  de  su  contenido  reli- 
gioso; y  es  también  un  hecho  que  ese  mismo  laicismo  ha  penetrado 
tanto  entre  los  cristianos  que  a  menudo  no  hay  diferencias  sustancia- 
les entre  nuestras  actitudes  y  las  de  quienes  no  pertenecen  a  la  Iglesia. 

Ocurre,  en  primer  término,  que  procedemos  como  si  la  vida  fue- 
ra un  bien  humano,  del  cual  pudiéramos  disponer  con  plena  libertad, 
olvidando  que  ella  es  un  don  de  Dios,  vivo  y  personal,  en  quien  está 
el  origen  increado  de  todo  ser  y  de  toda  sustancia  vital,  y  a  Quien 
son  debidas  todas  las  manifestaciones  de  nuestra  existencia . 

Se  piensa,  en  otros  casos,  que  la  honestidad  de  nuestra  conduc- 
ta es  suficiente  para  decirnos  hombres  cabales,  y  aún  cristianos  verda- 
deros; porque  la  referimos,  en  el  mejor  de  los  casos,  al  respeto  del  de- 
recho y  a  la  satisfacción  de  la  necesidad  ajenas,  aunque  privemos  a 
la  vida  de  su  sentido  religioso  real,  como  efectivamente  corresponde. 

Concurre  poderosamente  a  este  resultado  la  trama  cada  día  más 
compleja  de  la  civilización  en  que  discurre  el  hombre,  pues  va  aislan- 
do la  conciencia  humana  de  su  conexión  real  y  viva  con  el  misterio 
de  la  creación  y  de  la  vida,  para  presentarle  un  mundo  racionalizado 
y  soberbio,  en  el  cual  ya  no  se  siente  creatura  de  Dios,  destinada  a 
la  libre  cooperación  de  realizar  un  orden  supremo  de  amor. 

Sucede  en  fin,  que  el  laicismo  es  erigido  en  doctrina  que  predica, 
con  variedad  de  posiciones  que  van  desde  el  simple  agnosticismo  has- 
ta el  marxismo  integral,  que  en  los  fines  temporales  de  la  vida  y  de 
la  cultura  se  encuentran  también  los  fines  supremos  de  la  humanidad. 


112 


Replegado  el  hombre  sobre  sí  mismo  y  entregado  a  su  propia  per- 
sona, como  consecuencia  de  su  alejamiento  de  Dios;  pierde  la  concien- 
cia de  su  eterno  valor  y  reduce  el  universo  a  campo  de  sus  andanzas, 
empleado  tan  sólo  como  fuente  de  inspiración  o  como  objeto  de  estu- 
dio y  de  aprovechamiento  útil. 

De  esta  manera  está  ocurriendo  que  los  pueblos  cristianos  van  ha- 
ciendo las  manifestaciones  de  su  espíritu  de  contenido  religioso  y  so- 
brenatural, el  cual  es  sustituido  por  un  ideal  laico  de  costumbres  arre- 
gladas y  de  acciones  humanitarias,  para  el  cual  poco  o  nada  signifi- 
can la  venida  de  Cristo  al  mundo  y  la  presencia  en  él  de  su  Iglesia. 

Esta  profunda  penetración  del  laicismo  puede  detenerse  si  susti- 
tuímos el  cristianismo  tibio  que  el  tolera,  por  un  cristianismo  integral 
que  dé  a  todas  las  cosas  el  sentido  religioso  que  tienen,  y  que  se  viva 
con  la  sinceridad  de  propósito  y  la  intensidad  de  afección  que  corres- 
ponden al  hombre  que  lo  profesa  y  al  Señor  que  lo  ha  predicado  con 
su  palabra  y  con  su  vida.  Sin  esta  hondura  de  fe,  seguiremos  más 
atentos  a  la  utilidad,  el  placer  o  el  poder  temporal,  que  a  los  valores 
que  nos  tocan  como  a  hijos  de  Dios,  con  grave  riesgo  para  muchas 
almas  y  fracaso  cierto  de  la  civilización  históricamente  cristiana. 

Para  alcanzar  un  cristianismo  de  esta  calidad,  que  tenga  la  fuer- 
za expansiva  de  transformar  paulatina  pero  seguramente  nuestros  há- 
bitos individuales  y  nacionales,  se  requiere  una  activa  conciencia  reli- 
giosa y  su  aplicación  a  todos  los  órdenes  de  nuestra  vida.  La  fami- 
lia y  el  matrimonio,  la  economía  política,  la  cultura  y  la  diversión,  todo 
debe  ser  vivido  en  función  del  hecho  primario  de  ser  expresiones  de 
un  pueblo  cristiano,  formado  por  creaturas  de  Dios,  redimidas  por  Cris- 
to y  llamadas  a  un  orden  de  vida  sobrenatural. 

Ambicioso  es  este  programa,  y  puede  parecer  inalcanzable  si  com- 
paramos su  ideal  con  la  realidad  que  vivimos.  Ciertamente  su  aplica- 
ción no  se  mide  con  la  limitada  duración  de  las  vidas  individuales, 
puesto  que  se  trata  de  una  transformación  del  orden  social  en  su  con- 
junto; por  otra  parte,  sabemos  que  hay  un  limite  para  la  realización 
plena  del  cristianismo  sobre  la  tierra,  ya  que  hasta  el  fin  de  los  tiem- 
pos crecerán  juntas  la  buena  y  la  mala  simiente,  estando  reservada  su 
separación  para  el  acto  final .  Más,  hechas  estas  salvedades,  en  la  his- 
toria de  la  civilización  cristiana  y  en  las  vidas  de  los  innumerables 
individuos  que  han  vivido  su  fe  con  intención  sincera,  vemos  que  los 
frutos  que  pueden  cosecharse  son  inmensos.  La  radical  diferencia  que 
existe  hasta  el  presente  entre  quienes  han  recibido  la  enseñanza  de  Cris- 
to y  quienes  aún  la  esperan,  o  entre  quienes  habiéndola  recibido,  la 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


113 


han  acrisolado  o  la  han  dilapidado,  son  la  prueba  humana  de  que  em- 
prendemos un  trabajo  de  éxito  cierto. 

Y  como  han  pasado  ya  los  tiempos  en  que  el  cristianismo  parecía 
incapaz  para  vivir  la  etapa  contemporánea  de  la  humanidad,  y  en  que 
un  consenso  general  lo  empujaba  a  los  templos  y  sacristías  para  satis- 
facer en  ellos  cuando  más  una  tarea  dfí  salvación  individual,  la  renova- 
ción cristiana  de  las  vidas  y  de  los  pueblos  debe  plantearse  a  todo  el 
ancho  de  la  vida  humana.  Ninguna  limitación  debemos  encontrar  en 
un  errado  aislamiento  por  temor  a  pecar.  Como  luz  encendida  para 
iluminar  al  mu/ido,  penetremos  con  ella  en  todos  sus  rincones  y  eli- 
minemos la  tiniebla  que  pueda  oscurecerlos;  como  sal  llamada  a  preser- 
var la  vida,  nada  de  ella  debe  quedar  sin  su  contacto.  La  vocación 
personal  y  las  circunstancias  señalarán  su  campo  y  su  manera  a  cada 
quien,  pero  la  vida  cristiana  debe  asumir  totalmente  la  vida  humana 
para  elevarla  y  devolverla  a  Dios. 

La  ofrenda  es  la  vida  personal,  es  un  medio  excelente  para  esta 
alta  finalidad .  Es  entender  que  la  vida  es  un  don  divino  que  devol- 
vemos agradecidos,  presentando  a  Dios  en  cada  uno  de  sus  momentos, 
porque  queremos  vivirla  a  conciencia  de  que  es  suya;  es  darle  a  nues- 
tro trabajo  de  todos  los  días  una  función  excelente,  al  convertirlo  en 
ofrenda  de  homenaje  a  Quien  nos  da  la  fuerza  y  la  inteligencia  para 
realizarlo;  es  transformar  nuestro  dolor  espiritual  o  físico  de  amargu- 
ra en  luminosidad,  porque  en  vez  de  ser  padecimiento  puro  se  convier- 
ta en  fuente  de  exaltación  y  de  renovación  interior. 

Y  pensemos  lo  que  significa  en  cristiano  una  actitud  como  ésta, 
que  orienta  a  Dios  todas  las  actividades  del  hombre. 

Sin  Cristo  la  ofrenda  del  trabajo  y  del  dolor  puede  tener  toda 
la  nobleza  de  la  persona  humana  de  la  cual  procede,  y  está  muy  por 
encima  de  cualquier  fruto  de  la  tierra  o  aún  de  cualquier  producto 
humano.  Pero  con  Cristo,  que  es  la  ofrenda  del  cristianismo,  ya  no 
es  sólo  la  creatura  quien  interviene  sino  que  es  el  orden  divino  de  la 
redención  el  directamente  afectado.  El  trabajo  y  el  dolor  del  cristia- 
no son  los  de  un  miembro  vivo  del  cuerpo  de  Cristo;  su  condición  de 
tal  miembro  en  la  Iglesia  compromete  la  totalidad  de  la  comunidad 
cristiana,  cuya  cabeza  y  la  raíz  de  su  vida  es  Cristo.  Más  aún,  vital- 
mente unido  a  Cristo  en  la  Iglesia;  el  cristiano  dispone  en  cierta  for- 
ma de  los  propios  dolores  y  trabajos  del  Señor.  La  ofrenda  de  su  vida 
es  una  ofrenda  santa,  porque  tal  es  la  condición  del  cristiano  como 
consecuencia  de  la  muerte  de  Jesús. 


114  V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


La  redención  de  la  raza  humana  por  Jesucristo  perfeccionó  nues- 
tra condición  original,  pues  sin  dejar  de  ser  creaturas  de  la  omnipo- 
tencia divina,  vinimos  a  ser,  además,  sus  hijos  por  adopción.  La  que 
antes  fuera  sede  del  pecado  y  testimonio  vivo  de  la  soberbia  original 
se  transformó  por  la  encarnación  y  por  pasión  de  Cristo  en  raza  de 
elección,  que  purgada  de  su  falta  y  colocada  después  de  su  ascención 
a  la  diestra  del  Padre,  es  también  objeto  de  sus  complacencias.  Esta 
elevación  de  la  naturaleza  humana  hasta  llegar  a  participar  en  las  re- 
laciones divinas,  ros  une  a  Cristo  y  nos  permite  llamar  nuestro  a  su 
propio  Padre,  lo  que  significa  que  a  la  actitud  religiosa  fundamental, 
de  adoración  desde  el  polvo  de  nuestra  existencia,  podemos  añadir  las 
expresiones  de  respeto,  afecto  y  confianza  que  nos  corresponden  como 
a  hijos.  Significa,  además  que  nuestras  acciones  pueden  participar  de 
su  valor  redentor. 

Cierto  es  que  la  realidad  de  nuestra  condición  asi  establecida  im- 
pone al  hombre  redimido  la  obligación  de  su  santidad.  No  basta  ya 
el  recto  ejercicio  de  su  libertad  para  la  perfección  de  su  propia  per- 
sonalidad sino  que  se  le  exige  además  la  pureza  de  su  intención  por 
el  desprendimiento  de  todo  interés  personal  y  de  su  reemplazo  por  el 
servicio  de  Dios  y  del  prójimo.  Nada  debe  ser  ajeno  a  este  ideal,  que 
planteado  en  el  plano  profundo  de  la  personalidad,  abarca  todas  sus 
expresiones.  Puede  el  cristiano  ser  rico  o  pobre,  sabio  o  ignorante,  na- 
da lo  exceptúa  del  precepto  universal  de  la  santidad.  En  adelante,  to- 
da su  vida  debe  quedar  comprometida  por  esa  orientación  para  la  cual 
es  menester  vivir  tan  generosamente  la  entrega  como  intensamente  ne- 
gar el  propio  amor,  a  fin  de  que  Cristo  se  posesione  de  la  integridad 
de  la  vida  y  ésta  discurra  en  la  plenitud  sobrenatural  de  su  restau- 
ración . 

El  trabajo  y  el  dolor,  el  descanso  y  la  alegría,  la  vida  entera  son 
así  oración  continua,  porque  son  presencia  de  Dios,  elevación  del  al- 
ma, ofrenda  constante .  Recupera  con  ella  el  mundo  su  carácter  sa- 
cramental, pues  todo  en  él  es  signo  de  su  Autor;  y  la  naturaleza  es 
otra  vez  templo  de  esta  oración  total.  La  creatura,  en  fin  se  une  a  la 
alabanza  que  la  creación  toda  rinde  al  Señor. 

Pensemos  también  todo  lo  que  significa  esta  ofrenda  de  la  vida 
como  posibilidad  práctica  para  nuestros  problemas  sociales. 

Uno  de  los  graves  problemas  de  nuestra  época  es  el  de  una  me- 
jor organización  social,  a  fin  de  que  los  principios  de  la  justicia  y  de 
la  seguridad  tengan  efectiva  vigencia.  Las  nuevas  condiciones  de  vi- 
da creadas  por  el  portentoso  desarrollo  técnico  y  por  los  sistemas  poli- 


Tila  de  ía^^fií^enda 
deí  Uaí^ú'  ^  del 
dóló>i 


Imposición  de  ¡as  manos.  .  .  por  los  Obispos  y  sacerdotes  asistentes 


OFRENDA  DEL  TRABAJO 


Sr.i.  María  Rosa  de  Val- 
dcavellano.  "...Necesita- 
mo-"..  Señor,  para  ser  au- 
ténticas madres  cristianas, 
la  fuerza  de  Tu  Gracia,  el 
ejemplo  de  tu  Madre  y  el 
propósito  firme  de  santifi- 
carnos en  el  cumplimiento 
de  esta  santa  misión..." 


Dr.   Ernesto  Alaijza  G. 


" .  .  .  El  trabajo,  y  el  dolor, 
el  descanso  y  la  alegría, 
la  vida  entera  son  asi  ora- 
ción continua,  porque  son 
presencia  de  Dios,  eleva- 
ción del  alma,  ofrenda 
constante ..." 


.Dr.   Waltcr  Pcñaloza. 
.  .  .  los  maestros .  .  . 


Dr.  Mario  Alzamora  Valdez 
.  .  .  los  universitarios .  .  . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


115 


ticos  implantados  desde  el  siglo  pasado,  han  puesto  de  manifiesto  un 
atraso  evidente  en  la  constitución  y  formas  de  la  vida  social,  originán- 
dose así  situaciones  de  lucha,  abierta  o  sorda,  que  en  el  fondo  expre- 
san una  contradicción  capital  en  la  constitución  de  nuestro  mundo . 

La  Iglesia  ha  sostenido,  desde  el  primer  momento,  que  en  la  en- 
traña del  problema  social  hay  una  cuestión  de  orden  moral,  problema 
del  espíritu  con  que  los  hombres  consideran  su  posición  en  la  vida  y 
en  el  mundo,  sentido  que  le  dan  a  la  riqueza,  al  trabajo  y  al  deber, 
inteligencia  de  la  función  que  corresponde  a  los  poderes  públicos  y  a 
las  clases  sociales.  Cuando  esta  tesis  ha  sido  menospreciada  para  dar 
paso  a  soluciones  de  carácter  exclusivamente  económico  y  político,  con 
las  cuales  se  ha  querido  edificar  un  orden  social  sin  preparar  sus  ci- 
mientos espirituales,  los  resultados  obtenidos  han  durado  lo  mismo  que 
las  vidas  de  quienes  los  edificaron.  La  coerción  exterior  ejercida  por 
la  autoridad  no  puede  ser  ni  total  ni  permanente,  y  aflojada  esa  coer- 
ción por  cualquiera  de  las  múltiples  crisis  que  la  aquejan,  la  edifica- 
ción mal  cimentada  se  ha  resquebrajado  o  desaparecido. 

Cuán  diferente  es  la  solución  que  contempla  junto  con  las  medi- 
das legales  y  las  obras  de  bien  social  la  renovación  interior  por  la  vi- 
vencia de  ideales  que  ponen  los  fines  económicos  y  sociales  en  su  ver- 
dadera posición  de  medios  para  los  fines  supremos  del  hombre,  de 
oportunidades  de  servicio  a  la  comunidad,  y  de  ejercicio  del  sentido 
cristiano  de  la  fraternidad  y  de  la  autoridad.  Que  diferente  la  acti- 
tud del  dirigente  social  para  quien  las  clases  sociales  son  categorías 
temporales,  cuya  reorganización  no  afecta  dañosamente  ningún  fin  per- 
manente de  la  vida,  o  la  del  dirigente  político  para  quien  el  poder  es 
gerencia  del  bien  común  general  y  no  ocasión  de  revancha  o  de  ven- 
taja particular.  Que  decir  del  concepto  fundamental  de  la  unidad  de 
la  especie  humana,  de  su  fraternidad  en  Cristo,  de  la  obligación  de 
atender  no  sólo  al  derecho  sino  a  la  simple  necesidad  ajena  con  los 
bienes  temporales  y  con  las  capacidades  personales  de  que  somos  sim- 
ples administradores,  por  haber  sido  recibidas  por  Dios  para  utilidad 
común . 

Y  si  volvemos  nuestra  consideración  hacia  otro  campo  social  im- 
portantísimo, como  es  el  del  apostolado  seglar,  eso  y  más  debe  decir- 
se, porque  tal  apostolado  y  su  finalidad  de  la  restauración  social  en 
Cristo  es  sólo  posible  por  medio  de  la  ofrenda  permanente  de  la  vida 
al  servicio  de  este  ideal. 

Porque  el  apostolado  seglar  se  apoya,  en  lo  humano,  sobre  el  es- 
fuerzo personal,  y  en  lo  divino,  sobre  la  gracia  de  Dios  especialmente 


116 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


concedida.  Supone  el  primero  la  actitud  desinteresada,  libre  de  toda 
persecución  del  éxito  y  de  toda  sobresaliencia  personalista;  exige  el  se- 
gundo, la  súplica  humilde  y  tenaz  para  que  el  Espíritu  Santo  ilumine 
conciencias  y  mueva  voluntades.  Ambos  aspectos  se  unifican  en  la  vi- 
da que  se  vive  con  sentido  religioso  de  oración  y  de  ofrenda,  al  cual 
se  subordinan  todos  los  fines  inmediatos  a  fin  de  lograr  el  objetivo 
del  advenimiento  del  Reino  de  Dios. 

La  movilización  cristiana  para  este  supremo  fin  es  pedida  y  or- 
denada por  nuestros  Sumos  Pontífices  como  obligación  general  para  los. 
cristianos.  Nadie  puede  quedar  indiferente  ni  ante  las  exigencias  de 
su  propia  condición  de  bautizado,  a  quien  la  confirmación  ha  dado  una 
militancia  que  debe  ejercer,  ni  ante  un  mandamiento  tan  reiteradamen- 
te hecho  por  los  Santos  Padres.  Sea  por  la  participación  directa  en 
las  organizaciones  de  la  Acción  Católica,  sea  indirectamente  por  la  ac- 
ción espiritual  desarrollada  bajo  otras  insignias,  al  cristiano  le  corres- 
ponde una  labor  continua  de  apostolado  activo,  cuya  fórmula  univer- 
sal primaria  consiste  en  vivir  su  fe  con  la  mayor  integridad  posible  en, 
su  propio  campo  de  actividad  terrena .  Esta  fórmula  es  genérica  de  vi- 
vir la  vida  con  sentido  de  oración  y  de  ofrenda,  adoptada  a  la  parti- 
cular intención  del  apostolado  seglar.  Técnicas,  métodos,  obras,  actos, 
diversos,  todo  tendrá  significación  práctica  en  la  medida  en  que  ellos 
sean  vividos  con  este  espíritu,  porque  en  esa  misma  medida  habrá  coo- 
peración a  la  obra  redentora  de  Cristo,  que  es  la  única  eficaz  en  cuen- 
tas finales. 

Señores: 

En  esta  jornada  del  Congreso  pidamos  al  Señor  Jesús,  que  está, 
con  nosotros  y  nos  preside,  por  intermedio  de  su  Santísima  Madre,  que 
este  país  que  le  proclama  como  a  Dios  suyo  viva  un  espíritu  de  fe  in- 
tegral desbordante  de  caridad,  para  que  a  su  impulso  nuestras  vidas, 
sean  ofrendas  constantes  en  su  homenaje,  a  fin  de  que  m-oviendo  su 
misericordia  podamos  ver  cristianizada  nuestra  sociedad  y  realizada  una. 
efectiva  y  cristiana  justicia  social. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


117 


OFRENDA  DE  LA  MADRE  DE  FAMILIA 

Por  la  señora  María  Roca  Rey  de  Valdea- 
vellano. 

¡He  aquí  la  esclava  del  Señor!  .  .  .dame  ahora  tu  palabra. 

¡Señor!  Al  oir  la  súplica  de  la  madre  cristiana,  escucha  el  anhelo 
de  todas  las  madres  del  Perú. 

¡María!,  Virgen  y  Madre,  apoya  nuestra  voz  ante  tu  Hijo,  y  llé- 
vale nuestros  ruegos: 

En  esta  hora  de  audiencia  bendita  que  te  Has  dignado  conceder- 
nos, en  la  cual  no  sólo  nos  Has  dado  bendiciones  y  gracia,  sino  el  pri- 
vilegio incomparable  de  tu  presencia  real,  nos  postramos  ante  Ti,  Señor, 
unidas  para  adorarte  y  pedirte,  sobre  todo,  la  continuidad  de  tu  presen- 
cia en  cada  una  de  nosotras. 

Necesitamos,  Señor,  para  ser  auténticas  madres  cristianas,  la  fuer- 
za de  tu  gracia,  el  ejemplo  de  tu  Madre,  y  el  propósito  firme  de  san- 
tificarnos en  el  cumplimiento  de  esta  santa  misión. 

Concédenos,  Señor,  para  lograrlo,  que  la  Santa  Comunión  sea  el 
alimento  cotidiano  de  nuestro  espíritu.  Que  la  devoción  a  María  nos 
lleve  a  la  imitación  de  sus  virtudes,  sobre  todo  la  del  sacrificio  y  la  ter- 
nura. Que  la  convicción  racional  y  profunda  de  que  somos  responsa- 
bles, ante  Ti  y  ante  la  sociedad  de  las  Almas  que  forjamos,  nos  impon- 
ga como  acto  voluntario,  nuestra  propia  santificación. 

Recuérdanos,  Señor,  que  no  podemos  dar  lo  que  no  tenemos;  que 
no  podemos  ser  santos,  sin  vida  interior;  y  que  no  podremos  ser  ver- 
daderas madres  cristianas,  sin  procurar  nuestra  propia  santificación 

Pero,  para  que  esta  súplica  tenga  también  el  valor  del  holocausto, 
te  ofrecemos.  Señor,  todo  lo  que  como  mujeres  y  como  madres  hemos 
anhelado  o  hemos  logrado. 

Nuestros  ideales  de  juventud,  así  como  los  desengaños  posterio- 
res; las  incomparables  alegrías  de  la  maternidad,  así  como  sus  diarias 
angustias;  todos  los  renunciamientos,  como  los  goces  del  cariño... 

Y  tú,  Ave  Perpetua,  Madre  Divina,  llévale  la  soledad  de  las  que 
no  formaron  hogar  y  la  dicha  de  las  que  lo  lograron. 

Virgen  clemente,  consuelo  de  los  afligidos,  llena  de  resignación  el 
corazón  de  las  que  no  han  obtenido  el  fruto  de  la  concepción  y  bendice 
a  las  que  han  creado,  colaborando  en  la  obra  de  Dios. 

De  manera  muy  especial,  ofrécele  el  heroísmo  de  tantas  y  tantas 
madres  cuya  salud  quebrantada  exponían  sus  vidas  a  cambio  de  las  de 


118 


V  CONGReSO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


SUS  hijos,  y  que  han  sabido  inmolarlas;  y  la  valentía  de  tantas  otras, 
que  han  preferido  abrazar  la  pobreza  antes  que  limitar  su  descenden- 
cia; recuérdale  también  el  dolor  de  las  que  han  visto  morir  a  sus  hijos 
y  la  tragedia  de  las  que  tienen  uno  enfermo,  tal  vez  para  toda  la  vi- 
da...; la  inquietud  de  las  que  por  la  necesidad  del  sustento  trabajan 
fuera  del  hogar  y  deben  abandonar  a  sus  hijos  por  largas  horas;  la  ben- 
dita paz  de  las  que  podemos  trabajar  con  ellos  al  lado;  los  desgarra- 
mientos que  producen  las  separaciones  o  las  ausencias.  La  felicidad  in- 
superable de  las  que  han  vivido  ya  horas  de  Cielo  al  tener  un  hijo  sa- 
cerdote, y  la  incomparable  amargura  de  las  que  no  los  lograron  bue- 
nos y  cristianos,  y  que  temen  perderlos,  quizá  si  para  la  eternidad...; 
el  desconsuelo  y  al  mismo  tiempo,  la  santa  conformidad  de  las  viudas. 

¿Y  por  qué  no?,  ofrecerte  también  Señor,  el  lamento  arrepentido 
de  las  que  hasta  hoy  han  errado  por  su  frivolidad  o  egoismo,  y  que  te 
prometen  enmendarse.  .  . 

Pero...,  todavía  nos  queda.  Señor  la  ofrenda  más  dolorosa,  no 
ya  individual  sino  colectiva.  ¿Por  qué,  Señor,  el  Perú  entero  ha  de  su- 
frir un  mal,  que  es  la  fuente  de  tantas  desgracias  sociales? 

La  oscuridad  de  los  hogares  disueltos,  de  las  vidas  rotas,  de  las 
mujeres  abandonadas  y  de  las  madres  que  tienen  vergüenza  de  serlo. 

Recordamos  tus  santas  palabras  en  Getsemaní,  y  repetimos:  "SI 
ES  POSIBLE,  APARTA  DE  NOSOTROS  ESTE  CALIZ". . . 

Madre  sin  mancha.  Madre  del  Buen  Consejo,  espejo  de  Justicia,  a 
Tí  apelamos  para  que  prevalezca  la  Luz  Divina,  sobre  la  ley  humana. 
Que  no  se  destruyan  nuestros  hogares,  que  en  el  Perú  se  deroguen  dis- 
posiciones que  permiten  que  el  hombre  desuna  lo  que  Dios  ató. 

Este  cáliz  amargo  hoy  lo  ponemos  en  manos  de  tu  Santísima  Ma- 
dre, para  que  sea  Ella  quien  te  ruegue;  y  así  como  en  Caná  de  Galilea 
la  complaciste,  convirtiendo  el  agua  en  vino,  así  ahora,  como  fruto  de 
este  Congreso,  y  con  tu  infinito  poder,  permitas  su  abolición  y  hagas 
germinar  de  entre  sus  víctimas,  alguna  de  las  nuevas  Santas  de  nuestra 
Patria . 

Rosa  Mística,  Blancura  de  Hostia,  Divina  Intercesora,  acoge  nues- 
tra súplica  ante  tu  Divino  Hijo. 

Y  mi  humilde  ofrenda  personal,  si  me  es  permitido,  la  vida  ente- 
ra de  abnegación  de  mi  madre,  que  fue  una  santa.  .  .,  y  el  porvenir  de 
mis  hijas. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


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OFRENDA  DEL  OBRERO 

Por  el  señor  Glicerio  Franco  Zumaeta. 

Cristo  Obrero  de  Nazareth: 

Tus  obreros  han  levantado  este  sagrado  altar.  Mezclados  con  el 
cemento  están  sus  sudores. 

Los  manteles  blancos  que  lo  cubren  han  sido  hechos  por-  las  manos 
de  tus  obreras  textiles. 

Las  velas,  el  vino,  la  hostia,  son  obra  de  tu  poder  creador  y  fru- 
to de  las  manos  de  tus  obreras  del  campo. 

Todo,  aquí,  te  habla  de  obreros.  Todo  te  habla  de  la  clase  a  que 
Tú  perteneces.  Pero,  no  toda  la  clase  obrera  del  Perú  está  junto  a  tu 
santo  altar.  "El  escándalo  del  siglo  XX  es  la  apostasía  de  los  obreros" 
has  dicho  por  labios  del  inmortal  Pió  XI. 

Las  causas  de  esta  apostasía  Tú  las  conoces,  y  las  conocemos,  tam- 
bién, nosotros,  pero,  son  pocos,  aún,  los  hombres  de  buena  voluntad 
que  trabajan  contigo  en  la  redención  del  proletariado. 

Hoy,  a  nombre  de  los  obreros  del  Perú,  con  todo  el  amor  que  es 
capaz  el  corazón  de  un  obrero,  vengo  a  ofrecerte,  nuestro  trabajo  uni- 
do a  Tí,  que  es  fuente  de  nuestra  elevación  humano-divina;  nuestro 
trabajo  con  que  ganamos  el  pan  para  nuestros  hogares;  nuestro  trabajo 
con  que  contribuímos  al  binestar  de  la  colectividad  de  la  Patria. 

Esta  tarde,  te  ofrezco,  obrero  Divino  de  Nazareth,  el  trabajo  de 
los  obreros  que  viven  hacinados  en  innumerables  barracas,  en  los  alre- 
dedores de  nuestras  grandes  ciudades;  el  trabajo  de  los  obreros  de  fá- 
bricas, talleres  y  minas,  donde,  muchas  veces,  más  se  cuida  una  máqui- 
na que  una  vida;  el  trabajo  de  los  obreros  de  nuestras  selvas  y  de  nues- 
tras sierras,  para  quienes,  aún  no  ha  llegado  la  cultura . 

Cristo  Obrero  de  Nazareth: 

Te  pedimos  esta  tarde  que  te  acuerdes:  de  nuestras  familias  obre- 
ras y  de  todos  los  obreros  del  mundo.  Que  todos  tengan  trabajo,  que 
todos  tengan  el  pan  que  sostiene  a  los  cuerpos.  Que  todos  conozcan 
tu  verdad  y  tu  caridad  que  transforma  las  vidas. 

Te  pedimos  que  te  acuerdes  de  nuestros  patronos  y  de  todos  los 
patronos  del  mundo.  Que  todos  reflejen  tu  espíritu  de  justicia  y  de 
amor . 


120 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Sobre  todo,  Señor,  te  pedimos  que  te  acuerdes  de  tu  Iglesia  ex- 
tendida por  todo  el  mundo.  Que  te  acuerdes  del  Santo  Padre,  de  nues- 
tros Obispos,  de  nuestros  Sacerdotes. 

Te  pedimos  que  nos  ayudes  a  mostrarnos  cristianos  en  toda  nues- 
tra vida.  Graba  en  nosotros  la  convicción  de  que  Tú  bendices  nuestro 
trabajo,  que  l'ú  bendices  nuestra  vida. 

Te  pedimos  que  cada  máquina  sea  un  altar,  cada  fábrica  un  tem- 
plo, y  cante  el  yunque  el  himno  nuevo  de  la  redención. 

María  Inmaculada,  Madre  de  Cristo  Obrero,  Madre  de  los  obreros: 

Bendice  nuestro  trabajo,  bendice  nuestros  hogares,  bendice  nuestra 
Patria. 

OFRENDA  DEL  EMPLEADO 

Por  el  señor  Samuel  Gamio  Palacio. 

En  esta  vasta  explanada  en  que  se  levanta  la  Cruz  del  Redentor, 
cuyos  brazos  abiertos  son  la  expresión  del  pensamiento  infinito  y  mi- 
sericordioso de  Jesús,  de  llamar  hacia  los  caminos  del  bien  y  de  la  ver- 
dad a  todos  los  hombres,  sin  distinción  de  razas,  de  posiciones  ni  dis- 
tingos, aquí,  en  esta  explanada,  en  que  el  espíritu  religioso  de  la  Na- 
ción se  concentra  y  aprieta  sus  filas  para  cantar  al  Dios  de  todas  las 
Naciones,  escondido  en  la  Divina  Eucaristía,  nuevo  juramento  de  fe  a 
su  credo  y  de  esperanza  de  redención  a  sus  dolores,  no  podía  estar 
ausente  entre  las  fuerzas  que  forman  el  ejército  de  combatientes  de  la 
Fe,  el  sector  de  los  empleados,  que  aquí  más  que  en  otras  partes,  por 
su  calidad  y  cantidad,  son  el  nervio  y  puntal  de  la  Nación. 

Aquí  están.  Señor,  los  que  con  sus  cabellos  blancos  y  sus  fren- 
tes arrugadas  por  las  amarguras  del  desengaño  esperan  que  las  gran- 
des corrientes  del  pensamiento  religioso,  en  materia  de  justicia  social, 
sigan  inspirando  los  actos  de  los  Hombres  Públicos,  para  que  en  sus 
últimos  días  lleguen  a  ellos  horas  de  paz  y  tranquilidad  a  que  tienen 
perfecto  derecho.  Aquí  están  Jesús  los  jóvenes  que  recién  despuntan  a 
la  vida,  con  la  sonrisa  en  los  labios  y  llenos  de  energías,  confiados  en 
la  justicia  de  su  causa,  con  fe  en  sus  destinos  y  seguros  de  que,  paso 
a  paso,  va  labrándose  para  ellos  el  camino  de  su  mejoramiento  eco- 
nómico y  social,  que  reclaman  y  esperan  con  justicia,  que  es  más  fácil 
obtener  si  imploran  con  verdadero  espíritu  religioso,  ya  que  como  buen 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


121 


Padre  que  eres,  ves  siempre  por  tus  hijos,  que  no  se  aparten  de  tus  di- 
vinas enseñanzas.  Y  aquí  también  están  presentes,  junto  a  los  ancia- 
nos y  los  jóvenes,  los  hombres  ya  maduros  y  las  mujeres  que  ocupan 
mejores  y  más  altas  posiciones,  que  en  esta  magna  Asamblea  de  fe  re- 
ligiosa y  de  afirmación  de  principios  han  querido  ser  los  primeros  en 
presentarse  ante  Tí  para  demostrar,  en  forma  objetiva,  que  la  empleo- 
cracia  nacional  está  firmemente  unida  y  de  pie,  con  el  arma  al  brazo, 
para  ser  guardianes  de  los  principios  de  la  Religión  que  nuestros  pa- 
dres infundieron  en  nuestra  alma  al  traernos  a  la  vida,  y  para  ser  el 
escudo  que  le  permita  marchar  con  paso  firme  hacia  adelante  en  la 
conquista  de  la  doctrina  que  nos  señala  la  orientación  de  la  Iglesia  en 
materia  de  justicia  social,  poniendo  por  encima  de  los  intereses  indi- 
viduales los  grandes,  permanentes  y  soberanos  intereses  nacionales.  Aquí 
estamos,  Señor,  con  nuestra  ofrenda  de  sacrificio,  de  trabajo,  con  las 
manos  llenas  de  nuestras  angustias  y  alegrías;  las  ponemos  delante  de 
Tí  para  que  apacigües  intranquilidades  y  des  firmeza  y  constancia  a 
nuestras  fuerzas;  pongas  luz  para  la  educación  de  nuestra  familia;  en- 
tregues a  los  jóvenes  la  verdad  que  los  lleve  al  bien  y  al  encuentro  de 
tu  palabra  y  tu  persona;  des  a  los  que  van  declinando  en  el  camino  de 
la  vida,  esa  esperanza  maravillosa  de  la  serenidad  para  poder  retor- 
nar a  Tí.  Que  pongas  en  todos  una  fe  viva;  un  sentimiento  hondo  del 
cumplimiento  de  obligaciones  y  deberes;  un  anhelo  intenso  de  buscar 
el  bien  y  de  hacer  estallar  en  torno  nuestro  la  bondad  y  el  afecto.  Que 
nos  otorgues  el  don  inefable  de  la  verdadera  fraternidad;  que  alum- 
bres y  alientes  a  quienes  se  sienten  postergados,  injustamente  tratados  o 
mal  entendidos  en  su  legítima  remuneración.  Aquí  estamos,  sí,  haciendo 
guardia  de  honor  los  empleados.  Señor,  tus  palabras  no  pasan.  Tienen 
una  fuerza  enorme.  Tú  nos  dijiste  hace  veinte  siglos  "Venid  a  Mí  los 
que  estáis  cansados  y  agobiados  por  el  trabajo  que  yo  os  aliviaré". 

Señor,  los  empleados  de  esta  ciudad  venimos  a  que  esas  palabras 
tuyas  se  cumplan;  que  hoy  empecemos  a  gustar  de  este  alivio  que  nos 
conceda  la  paz  espiritual;  la  paz  de  conciencia  que  es  el  supremo  bien 
a  que  aspiramos  a  nuestro  paso  por  la  tierra.  Y  que  brota  del  libre,  ale- 
gre y  fecundo  desempeño  de  nuestra  labor  cotidiana  en  el  amor,  la 
justicia  y  la  honradez .  Así  podremos  levantar  nuestras  voces  para  de- 
cir bien  alto:  "Gloria  a  Dios  en  las  alturas  y  paz  en  la  tierra  a  los 
hombres  de  buena  voluntad". 

Señor,  con  mi  palabra  te  entrego  la  vida,  el  trabajo  y  la  felicidad 
de  ser  hermano  tuyo. 

• 


122 


V  CONGRESO  EUCARiSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


OFRENDA  DEL  PROFESIONAL 

Por  el  Dr.  Eduardo  Pérez  Araníbar. 

Señor: 

—Aquí  estamos  rendidos  a  tus  pies,  los  profesionales  católicos  del 
Perú. 

—  Hemos  venido,  para  proclamar  públicamente  nuestra  firme  y  ardien- 
te fe  en  Ti,  oh  Jesús  Sacramentado. 

—  Hemos  venido,  para  haceros  la  total  entrega  de  nuestro  amor,  a  Ti 
que  eres  el  amor  infinito  y  la  fuente  de  todos  los  bienes. 

—Estamos  a  tus  plantas,  para  haceros  la  ofrenda  de  nuestro  diario 
trabajo,  con  sus  éxitos  y  fracasos,  sus  luces  y  sus  sombras,  sus  an- 
gustias e  inquietudes,  sus  alegrías  y  dolores. 

—  Estamos  a  tus  pies,  oh  Jesús  Mío,  para  implorarte  en  forma  espe- 
cialísima,  presidas  y  rijas  todos  los  actos  de  nuestra  existencia.  Que- 
remos vivir  sintiéndonos  siempre  en  tu  presencia.  Queremos  estar 
permanentemente  bajo  tu  amorosa  mirada  vigilante,  en  forma  tal, 
que  podamos  presentarte  limpiamente  todas  nuestras  acciones,  se- 
guros de  obtener  tu  divina  aprobación. 

—  Queremos,  en  una  palabra,  vivir  en  Ti,  y  para  Ti,  Señor. 

. —  Pero  para  alcanzar  estos  propósitos  y  poder  conformar  nuestros  ac- 
tos a  las  normas  de  tu  divina  ley,  venimos  también  a  implorar  hu- 
mildemente tu  ayuda,  tu  gracia  y  protección.  Sólo  contando  con 
esta  sobrenatural  asistencia,  podremos  desarrollar  nuestras  múlti- 
ples y  diversas  actividades,  tal  como  tú  quieres  lo  hagan  quienes 
tienen  el  privilegio  de  pertenecer  a  tu  grey. 

■ — Te  pedimos  Señor,  por  nuestros  Magistrados,  para  que  los  ilumi- 
nes en  el  discernimiento  de  la  justicia,  cuando  tengan  que  juzgar, 
las  faltas,  infracciones  y  delitos  de  los  hombres. 

— Te  pedimos  reine  la  equidad  y  un  cristiano  espíritu,  en  la  resolu- 
ción de  los  diferendos  que  se  ventilan  en  el  bufete  del  abogado, 
sin  que  ninguna  fuerza  o  influencia  sea  capaz  de  vulnerar  la  pure- 
za del  derecho. 

—Te  pedimos  auxilies  a  los  médicos  en  su  diario  y  penoso  ejercicio. 
Queremos  que  estés  presente,  como  invisible  testigo,  en  la  intimi- 
dad del  Consultorio,  en  el  que,  bajo  el  amparo  de  un  profesional 
secreto,  se  confían  miserias  y  dolores;  a  fin  de  que  los  consejos 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


123 


y  decisiones  que  se  adopten  estén  conformes  a  tu  ley  y  a  tu  infi- 
nita caridad. 

—  Queremos  que  estés  a  la  cabecera  de  nuestros  enfermos  tortura- 
dos por  el  dolor,  para  que  experimenten  el  consuelo  de  tu  presen- 
cia y  transformen  su  sufrimiento  e  inescrutable  medio  de  santifi- 
cación . 

. — Queremos  que  estés  presente  en  el  lecho  de  nuestros  moribundos, 
para  que  en  la  hora  postrera,  se  abracen  a  su  Redentor,  e  ingresen 
felices  al  Reino  de  los  justos. 

■ — Te  pedimos  por  nuestros  ingenieros  y  arquitectos,  por  nuestros 
agrónomos,  por  nuestros  farmaceúticos  y  odontólogos,  por  los  pro- 
fesionales todos,  cualquiera  que  sea  la  actividad  a  que  se  dediquen. 
Por  los  que  trabajan  en  las  ciudades  y  en  los  campos,  en  las  fábri- 
cas y  en  las  minas,  en  la  aridez  de  nuestra  costa,  en  la  desolación 
de  nuestras  sierras  o  en  la  dilatada  extensión  de  nuestra  selva. 
Por  todos  te  rogamos,  para  que  les  infundas  fuerza  en  la  lucha  y 
confianza  en  tu  misericordia  en  las  horas  de  la  prueba.  Para  que 
su  trabajo  honesto  y  austero,  sea  la  expresión  de  una  conducta  rec- 
ta, inspirada  en  tu  ejemplo  y  en  tu  doctrina.  Para  que  en  nues- 
tras relaciones  con  los  trabajadores,  obreros  y  campesinos,  rija  el 
justo  espíritu  de  fraternidad  cristiana,  que  destruye  los  rencores  y 
enciende  la  llama  del  amor. 

■ — Queremos  por  fin  Señor,  que  el  ejercicio  de  nuestra  profesión,  no 
tenga  como  fin  la  conquista  del  bienestar  material,  ni  el  logro  de 
éxitos  transitorios,  sino  que  sea  fiel  cumplimiento  de  una  misión, 
campo  fecundo  de  apostolado,  y  medio  eficaz  para  encontrar  el  ca- 
mino que  ha  de  conducirnos  a  Ti,  que  eres  la  verdad  y  la  vida. 

OFRENDA  DEL  UNIVERSITARIO 

Por  el  Dr.  Mario  Alzamora  Valdez, 

1  . — Misión  de  la  Universidad . — Con  limpia  y  fecunda  sencillez, 
Alfonso  X  el  Sabio,  definió  la  Universidad  como  "ayuntamiento  de 
maestros  y  estudiantes  con  voluntad  y  entendimiento  de  aprender  los 
saberes" . 

La  Universidad  — institución  profundamente  cristiana —  que  brotó 
a  la  sombra  de  las  viejas  catedrales  del  Medioevo,  se  caracteriza,  no 


124 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


por  SU  apariencia  externa,  sino  por  esa  vocación  por  el  saber  que  es 
disposición  amorosa  del  alma  abierta  a  la  luz  penetrante  de  la  verdad. 

El  hacer  propio  de  la  Universidad  es  tarea  del  espíritu;  su  misión 
esencial,  afín  de  la  verdad  por  el  camino  de  la  ciencia. 

La  verdad  exige  profundidad  en  el  esfuerzo  y  universalidad  en 
la  mirada;  trascender  con  la  fuerza  iluminante  de  la  inteligencia  la  su- 
perficialidad de  las  cosas  para  lograr  esa  visión  plena  del  universo  que 
es  uno  y  simple,  sin  vacíos  ni  mutilaciones,  porque  es  obra  de  Dios. 

El  ideal  de  la  Universidad  es  aquél  que  Santo  Tomás,  en  frase 
memorable  de  "De  Veritate"  atribuyó  a  toda  investigación:  que  "el 
orden  de  la  totalidad  del  universo  y  de  sus  causas,  se  refleje  en  el 
alma" . 

Universidad,  tarea  de  espíritu  y  afán  incesante  de  verdad  profun- 
da e  integral. 

2. — Responsabilidad  de  la  Universidad . — La  búsqueda  de  la  ver- 
dad no  debe  desarticular  la  vida  espiritual  del  hombre.  Por  el  contra- 
rio, exige  el  concurso  armonioso  de  todas  sus  facultades  que  sólo  pue- 
de lograrse  con  una  plenitud  de  vida  interior. 

Son  incompatibles,  por  eso,  con  la  misión  de  la  Universidad,  la 
erudición  estéril,  el  seco  intelectualismo,  empeñado  en  fabricar  esque- 
mas — teorías,  doctrinas,  hipótesis —  que  el  mismo  se  encarga  de  pul- 
verizar para  introducir  otros  nuevos,  en  un  juego  incesante  con  ideas 
vacías  y  fugaces;  la  indolencia  mental,  que  no  puede  trascender  el  pla- 
no de  la  materia,  incapaz  de  elevarse  sobre  el  utilitarismo  profesiona- 
lista,  hacia  ese  saber  de  salvación  que  se  halla  en  la  cúspide  de  todo 
saber;  los  prejuicios,  el  resentimiento  y  la  desconfianza,  en  cuyo  seno 
germinan  el  escepticismo  y  el  relativismo  igualmente  infecundos  y  amar- 
gos. 

Sólo  con  esa  plenitud  interior  puede  elevarse  el  alma,  en  su  afán 
incesante  de  infinito,  hacia  Dios  que  es  el  fundamenro  de  toda  verdad 
y  de  todo  conocimiento. 

Formación  integral  del  hombre  y  apostolado  de  la  verdad,  he  aquí 
los  imperativos  de  la  Universidad. 

3  .—Grandeza  y  pequeñez  del  trabajo  universitario. — La  vida  de  la 
inteligencia  es  lo  más  alto  y  lo  más  querido  por  Dios,  porque  es  lo  más 
semejante  a  El,  dentro  de  la  humildad  de  los  seres  creados. 

La  inteligencia  nos  eleva  desde  el  ámbito  de  las  cosas  precarias 
hasta  esa  visión  bella  y  armoniosa  del  universo  en  cuyo  seno  "los  cié- 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


125 


los  cantan  la  gloria  de  Dios  y  el  firmamento  proclama  la  obra  de  sus 
manos" . 

Frente  a  tanta  grandeza,  la  ciencia  confiesa  su  pequeñez,  la  sabi- 
duría humana  se  sobrecoge  por  su  ignorancia .  Por  eso,  del  pensamien- 
to del  verdadero  sabio  brota  la  oración,  de  su  voz  fluye  la  plegaria. 

4. — O  [renda. — Humildemente,  ante  el  Altar  Eucarístico,  bajo  el 
signo  de  la  Cruz,  en  este  día  dedicado  al  Trabajo,  los  hombres  que 
pensamos  y  que  oramos,  como  maestros  y  estudiantes  en  las  Universi- 
dades del  Perú,  ofrendamos  nuestro  esfuerzo  a  la  suprema  fuente  de 
todo  amor  y  de  toda  verdad,  que  es  Dios. 


DOMINGO  12  DE  DICIEMBRE 


FESTIVIDAD  DE  LA  SANTISIMA  VIRGEN  DE  GUADALUPE, 
PATRON  A  DE  LAS  AM  ERICAS 


DIA  DEL  PAPA  Y  DE  LA  IGLESIA  UNIVERSAL 


INTENaON: 

Por  la  Iglesia  perseguida,  por  la  unión  de  los  cristianos,  por 
la  paz  del  mundo. 

CAMPO  EUCARISTICO 


A  horas  9.30  a.m. 

El  Eminentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Federico  Cardenal 
Tedeschmi,  Legado  Pontificio,  oficiará  la  Misa  Pontifical. 

Homilía  del  Eminentísimo  y  Reverendísimo  Señor  Cardenal 
Legado . 

Las  diversas  Diócesis  harán  la  ofrenda  al  momento  del  Ofer- 
torio . 

Cantos. — Missa  "Sinc  Macula"  Mario  Scapín  —  a  2  voces  desiguales. 

Sit  Salus  lili  —  Coro  final  a  3  voces  mi.xtas,  por  el  Coro  Po- 
lifónico . 

Discurso  del  Señor  General  de  División,  Don  Manuel  A . 
Odría,  Presidente  Constitucional  de  la  República. 

Mensaje  del  Santo  Padre. 


128 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Tarde 

A  horas  3.30  p.m. 

Procesión  triunfal  con  el  Santísimo  Sacramento. 

Recorrido:  Basílica  Catedral  —  Jirón  de  la  Unión  —  Plaza 
San  Martín  —  Avda.  La  Colmena  —  Avda.  Wilson  —  Pla- 
za Jorge  Chávez  — •  Campo  Eucarístico. 

Acto  de  Consagración  del  Perú  a  la  Eucaristía. 

Te-Deum.  Viñas,  a  3  voces,  por  el  Coro  Polifónico. 

• 

Resonaban  aún  en  los  aires  los  clamores  de  la  noche  anterior  cuan- 
do un  sol  radiante  apuntó  en  la  mañana  del  Domingo  12,  festividad  de 
la  Virgen  de  Guadalupe. 

Ante  la  persona  augusta  del  Legado  y  después  de  escuchar  su  en- 
cantadora evocación  de  Santo  Toribio  de  Mogrovejo,  Santa  Rosa  de 
Lima,  el  Beato  Martín  de  Porres  y  de  todos  los  Santos  del  Perú,  lle- 
garon las  ofrendas  de  las  Diócesis  del  país  entero.  Se  rezaba  el  Ofer- 
torio de  la  Misa  Pontifical  y  el  petróleo  y  el  caucho,  el  estaño  y  la 
lana,  el  lino  y  el  oro,  el  algodón  y  las  ovejas,  el  trigo  y  la  vid,  ascen- 
dieron al  Altar.  Cien  palomas  subieron  a  los  cielos. 

Terminada  la  Misa  el  Presidente  Constitucional  de  la  República 
General  de  División  Dn.  Manuel  A.  Odría,  pronunció  un  importante 
discurso.  Señaló  que  las  obras  de  los  hombres  se  sucedían  sobre  el  sue- 
lo de  la  Patria  y  que  una  tras  otra  marchaban  a  su  acabamiento,  que 
sólo  algo  permanecía,  la  obra  de  Dios,  la  fe  católica  que  había  sido- 
siempre  la  del  Estado  Peruano  y  que  su  gobierno  confesaba  pública- 
mente. Una  ovación  muy  grande  selló  sus  palabras. 

El  limpio  cielo  azul  del  medio  día  ardiente  vibró  con  unas  campa- 
nadas hondas.  Se  hizo  un  silencio  absoluto  en  la  multitud.  Comen- 
zaba la  transmisión  desde  el  Vaticano.  Con  reverente  emoción  aguar- 
daron todos.  Y  el  Padre  amado  "ansioso  siempre  de  la  mayor  felici- 
dad de  sus  hijos"  inició  su  mensaje.  Contó  de  su  alegría  en  los  fastos 
marianos  del  año  que  termina,  evocó  la  misión  del  Perú  en  el  conti- 
nente americano  como  "foco  de  civilización  y  de  fe,  auténtico  centro  de 
gravitación  espiritual";  recordó  las  antiguas  devociones  eucarísticas  y  las 
más  bellas  advocaciones  coloniales  de  la  Virgen;  subrayó  las  finalida- 


t 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


129 


des  del  Congreso  incidiendo  en  el  reino  inseparable  "del  verdadero  es- 
píritu de  caridad  cristiana  y  de  justicia  social";  señaló  a  María  como 
amparo  eficacísimo  "en  esta  hora  oscura"  y  otorgó  su  Bendición  Apos- 
tólica. Sonaron  de  nuevo  las  campanas  de  San  Pedro  y  una  gigantes- 
ca ovación  tembló  en  el  espacio. 

e 

A  las  cuatro  de  la  tarde  iniciaba  su  camino  la  Procesión  triunfal 
con  el  Santísimo  Sacramento.  En  lujosa  carroza  y  bajo  palio  la  Sa- 
grada Forma  era  llevada  por  el  Legado  Cardenal  Tedeschini.  Prece- 
diéndola, el  milagro  de  la  noche  anterior  a  plena  luz  del  día,  los  hom- 
bres de  la  ciudad  superándose  en  fervor,  nuevamente  las  mujeres  en 
las  aceras,  el  clero  corporativamente  ante  el  Santísimo  y  detrás  las  au- 
toridades comunales.  Nuevos  cantos  y  oraciones  por  la  Iglesia  perse- 
guida, por  la  unión  de  los  cristianos,  por  la  paz  del  mundo,  la  paz 
"que  el  mundo  no  puede  dar"  y  que  es  obra  de  la  Justicia. 

Desde  la  Basílica  Catedral,  que  guarda  los  restos  del  Conquista- 
dor Pizarro,  hasta  el  Campo  Eucar'stico,  más  de  dos  kilómetros  por  el 
corazón  de  la  ciudad,  avanzó  el  cortejo  entre  los  aplausos  y  las  plega- 
rias del  gentío.  Cuando  se  acercaba  la  carroza  al  Altar  caía  la  noche 
y  la  enorme  multitud  entusiasta  desbordaba  la  dilatada  extensión. 

El  Excmo.  Sr.  Juan  Landázuri  Ricketts,  Vicario  Capitular,  postra- 
do ante  Jesús  Sacramentado  leyó  el  devoto  texto  de  la  Consagración 
del  Perú  a  la  Eucaristía,  preparado  por  el  Obispo  de  Ayacucho  Mons. 
Víctor  Alvarez.  Luego  el  Cardenal  Legado  impartió  la  Bendición  con 
el  Santísimo  Sacramento.  Había  terminado  la  grandiosa  ceremonia  y 
300.000  pañuelos  blancos  se  agitaban  hasta  los  confines  del  Campo. 
Ovación  tras  ovación  y  clamor  tras  clamor  el  pueblo  continuaba  ante  el 
Altar . 

Nuevos  aplausos  inician  el  acto  final.  Las  imágenes  peregrinas 
de  la  Virgen  venidas  desde  Copacabana,  Orcotuna,  Trujillo  y  Tacna 
llegaban  entre  la  alegría  de  la  muchedumbre . 

El  Excmo.  Sr.  Alberto  Arce  Masías,  Obispo  de  Tacna,  celebró  el 
Santo  Sacrificio  de  la  Misa  que  muchos  miles  oyeron  por  tercera  vez 
en  este  día . 

Y,  esta  ceremonia,  espontánea  y  ferviente,  la  última  celebrada  ert 
el  Campo  Eucarístico,  se  dedicó  a  la  Madre  de  Dios  y  Madre  nues- 
tra en  cuyas  manos  quedaron  las  intenciones  del  Congreso,  el  arrepen- 
timiento de  los  que  volvieron,  la  esperanza  de  quienes  oraron  con  tan- 


130 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


ta  fe,  la  perseverancia  de  todos.  Que  Ella  nos  ayude  a  recoger  los 
frutos  de  este  V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano  que  por  la 
gracia  de  Dios  y  para  Su  gloria  se  celebró  en  Lima  en  Diciembre  de 
1954. 


Discurso  del  Señor  Presidente  de  la  Repú- 
blica, General  de  División  Dn.  Manuel  A.  Odria. 

Católicos  Peruanos: 

Hace  más  de  cuatro  siglos  que  Pizarro  y  sus  bravos  compañeros 
de  la  Isla  del  Gallo,  trajeron  a  nuestro  suelo,  junto  con  los  estandar- 
tes de  Castilla  y  Aragón,  el  símbolo  sagrado  de  la  redención  del  Mun- 
do. Desde  entonces,  en  lugar  del  Sol  de  los  Incas,  la  Cruz  de  Cristo 
resplandeció  en  todos  los  ámbitos  del  antiguo  Perú .  Al  lado  de  los  in- 
dómitos castellanos  que  realizaron  la  audaz  y  esforzada  empresa  de 
conquistar  un  gran  imperio  en  este  continente,  se  encontraban  los  sa- 
cerdotes misioneros.  Los  primeros,  a  fuerza  de  valor  y  a  costa  de  san- 
gre, ganaron  con  sus  espadas,  tierras  y  subditos  para  su  Rey,  los  reli- 
giosos ganaron  almas  para  Jesús,  el  Redentor  del  Mundo.  La  obra  de 
los  castellanos,  como  todo  lo  terreno,  fue  efímero;  pero  lo  ganado  por 
la  fe  cristiana  es  eterno.  El  dominio  y  poderío  que  con  sus  armas  con- 
quistó España  en  América  los  perdió  con  la  evolución  de  los  tiempos; 
en  cambio,  lo  ganado  por  la  religión  permanece  en  pie  y  seguirá  lo  mis- 
mo a  través  de  los  siglos. 

Proverbial  es  el  espíritu  católico  del  pueblo  peruano  desde  que  abra- 
zó la  Cruz  del  Divino  Mártir  del  Gólgota.  En  la  Colonia  florecieron 
muchos  santos;  Lima  fue  la  escogida  por  la  Providencia  para  que  en 
ella  brotara  la  santidad  de  Rosa  de  Santa  María,  Patrona  del  Perú  y 
de  las  Américas;  la  de  Santo  Toribio  de  Mogrovejo  y  la  del  Beato  Fray 
Martín  de  Porres,  cuya  devoción  y  culto  se  ha  extendido  por  otras  na- 
ciones. En  nuestras  antiguas  ciudades  coloniales  se  levantaron  nume- 
rosas iglesias  dándoles  un  sello  de  inconfundible  catolicidad;  sus  cam- 
panarios, manteniendo  en  alto  la  Cruz  de  Cristo,  se  destacaban  a  dis- 
tancia y  parecían  elevarse  al  cielo  como  una  invocación  permanente  de 
los  pueblos  a  su  Cristo  Redentor. 

San  Martín,  en  el  acto  solemne  de  proclamar  nuestra  Independen- 
cia, invocó  la  protección  Divina  para  la  nueva  Nación  que  su  espada 


7)ía  dei  T^dfia  ^  de  la 

.  .  .el  Emmo .  Cardenal  Legado 
^e   reviste   de   los  ornamentos 
pontificales .  .  . 


.  .  .cí  Em  no.  Carde- 
nal llegado  se  lava 
las  manos  antes  de! 
Ofertorio  de  Li  Mi- 


sa . 


.  .  .el  Emmo .  Cardenal  Legado 
inciensa  la  Oblata  y  el  Altar...  W- 


.  .  .  Las  Ofrendas .  .  . 


.Las  diócesis  ofrendan  sus  producto 


■  ..Momento  solemne  de 
la  elevación  de  la  Santa 

Hostia ...  » 


.  .  .el  Sr .  Presidente  de  la  Re- 
oública,  pronuncia  su  discurso 
en  el  dia  de  la  clausura.  .  . 


I 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


131 


victoriosa  había  libertado:  "El  Perú  es  libre  e  independiente  por  la  vo- 
luntad de  los  pueblos  y  la  justicia  de  su  causa  que  Dios  defiende",  fue- 
ron las  palabras  memorables  del  ínclito  Capitán  de  los  Andes.  Nues- 
tros Padres  de  la  Patria,  al  sentar  las  bases  de  la  nacionalidad,  esta- 
blecieron en  nuestra  Carta  Magna,  que  el  Perú  se  constituía  como  Es- 
tado soberano  y  católico,  porque  en  la  conciencia  del  pueblo  peruano 
eran  inseparables  y  seguirán  siéndolo  las  ideas  de  Dios  y  Patria.  En 
todas  las  Constituciones  de  la  República  se  ha  consagrado  a  la  Reli- 
gión Católica,  Apostólica  y  Romana,  como  la  Religión  del  Estado,  res- 
pondiendo al  espíritu  profundamente  religioso  de  los  peruanos  que,  en 
todo  tiempo,  han  puesto  en  manos  del  Altísimo  los  sagrados  destinos 
de  la  República. 

La  Religión  desempeñó  fundamental  papel  en  la  formación  de  nues- 
tra nacionalidad.  Fue  el  lazo  espiritual  que  unió  a  conquistadores  y 
conquistados  morigerando  el  trato  duro  y  el  espíritu  indomable  de  los 
castellanos  y  defendiendo  a  los  segundos,  como  hijos  de  Dios,  al  igual 
que  los  españoles .  Fray  Bartolomé  de  las  Casas,  iluminado  del  espíri- 
tu cristiano,  fue  el  verdadero  redentor  de  los  aborígenes  de  este  Conti- 
nente y  el  que  inspiró  a  la  Corona  de  España  a  dictar  las  Leyes  de  In- 
dias, sabias  por  su  gran  contenido  humano.  Con  el  devenir  del  tiempo, 
y  a  medida  que  se  fue  desarrollando  en  nuestra  tierra  el  dominio  de  los 
españoles,  se  fue  también  plasmando  la  nueva  nacionalidad  que,  más 
tarde,  habría  de  ser  el  Perú  independiente.  Durante  esta  época,  los  sa- 
cerdotes continuaron  su  gran  misión  apostólica,  uniendo  en  la  Religión 
de  Cristo  a  hombres  de  diferentes  razas  y  latitudes  que  poblaban  nues- 
tro suelo,  antes  dominado  y  ahora  libre .  Fue  pues  la  religión  el  más 
efectivo  y  eficaz  factor  de  la  unidad  nacional . 

Los  primeros  sacerdotes  llegados  a  esta  tierra  y  los  que  le  suce- 
dieron, fueron  portadores  de  la  cultura  europea.  Los  primeros  plante- 
les de  enseñanza  y  las  primeras  universidades  fueron  creados  y  regi- 
dos por  ellos. 

Así,  con  la  Cruz  del  Salvador,  asomó  por  estas  tierras  la  luz  de 
la  civilización  cristiana,  que  redimiría  a  los  pueblos  primitivos  de  las 
tinieblas  de  la  idolatría  y  les  darían  la  cultura  superior  de  la  vieja  Eu- 
ropa. 

Nuestras  selvas  vírgenes  y  milenarias  fueron  recorridas  por  misio- 
neros abnegados,  muchos  de  ellos  perecieron  en  su  empresa  y  otros 
alcanzaron  las  palmas  del  martirio,  por  ganar  para  Dios  nuevas  almas 
sumidas  en  la  barbarie.  Con  la  obra  apostólica  de  estos  soldados  de 
Cristo  fue  afirmándose  también  nuestra  peruanidad  en  aquellas  aparta- 


132 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


das  regiones;  ellos  fueron  los  que,  muchas  veces,  se  adelantaron  a  los 
soldados  de  la  Patria  y,  antes  que  la  espada  o  el  fusil,  apareció  la  Cruz 
Redentora,  llevada  a  nuestra  Amazonia  por  esos  varones,  inflamados  en 
el  amor  al  Divino  Jesús  a  cumplir  su  misión  evangélica.  Qué  prueba  más 
tangible  de  lo  inseparable  que  son  en  la  conciencia  del  hombre  los  con- 
ceptos de  Dios  y  Patria;  ellos  son,  pues  sin  duda,  de  inspiración  di- 
vina . 

En  el  amor  al  prójimo,  que  nos  enseña  la  religión  de  Cristo,  se  en- 
cuentra la  raíz  más  honda  de  la  verdadera  justicia  social,  que  hoy  cons- 
tituye norma  de  acción  en  mi  Gobierno.  La  moral  sublime  que  preco- 
niza nuestro  credo  católico  es  el  freno  más  eficaz  para  morigerar  las 
costumbres  de  los  pueblos  e  inspirar  el  principio  de  justicia  en  las  re- 
laciones de  los  hombres,  y  cuánta  esperanza  infunde  en  ellos  la  fe  en  la 
Providencia,  en  la  caridad  y  el  poder  de  Dios  para  remediar  sus  su- 
frimientos y  dolores.  En  la  constitución  de  la  familia,  que  es  la  médu- 
la en  la  organización  de  la  sociedad  y  de  los  estados,  donde  residen  las 
virtudes  cívicas  y  morales  de  Jos  pueblos,  la  religión  cristiana  es  el  fun- 
damento primario,  porque  establece  los  lazos  y  nexos  entre  padres  e 
hijos  y  hermanos,  todos  unidos  por  los  preceptos  cristianos,  fuente  de 
todo  bien,  orden  y  sabiduría.  Es  por  ello  que  mi  Gobierno  ha  mante- 
nido la  tradición  de  catolicidad  de  los  gobernantes  peruanos  que  me 
han  antecedido  y  he  puesto,  como  ellos,  al  servicio  de  la  Iglesia  Ca- 
tólica, la  acción  constructiva  del  régimen  que  presido  y  mi  profunda  fe 
religiosa,  demandando,  en  todos  los  actos  más  trascendentales  de  la  vida 
nacional,  el  favor  y  las  luces  de  la  Providencia,  para  conducir  al  Perú 
hacia  sus  más  altos  destinos,  por  la  senda  de  la  verdad  y  la  justicia. 

Como  cristiano  y  como  jefe  de  una  nación  esencialmente  católica, 
me  complace  unirme  al  pueblo  peruano  en  la  celebración  de  este  V  Con- 
greso Eucarístico  Nacional  y  Mariano,  en  el  que  nuestro  espíritu  reli- 
gioso se  ha  mostrado  en  toda  su  inmensa  dimensión  y  en  toda  su  her- 
mosa espontaneidad.  Gobernantes  y  gobernados,  legisladores  y  juristas, 
ricos  y  pobres,  niños  y  adultos,  hombres  de  armas,  de  letras,  de  cien- 
cia, y  de  toda  condición  social  y  cultural,  todos,  en  afanosa  demostra- 
ción de  fe  en  Cristo,  han  hecho  gala  de  su  credo  católico.  Y  con  mo- 
tivo de  este  tan  grandioso  acontecimiento  no  ha  habido  hogar  peruano 
en  el  que  no  se  haya  avivado  la  llama  del  amor  y  de  la  fe  en  el  dulce 
Nazareno,  Hijo  de  Dios,  y  no  ha  habido  familia  en  la  que  todos  sus 
miembros,  padres,  madres  e  hijos,  no  hayan  elevado  sus  oraciones  al 
Cielo,  al  unísono  y  como  un  gigantesco  himno  de  la  peruanidad. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


133 


Todos  hemos  tratado  de  acercarnos  al  Divino  Redentor,  que  siem- 
pre está  con  nosotros,  presente  en  la  Eucaristía,  tendiendo  su  mano  pro- 
tectora a  los  hombres  que  redimió  para  ayudarlos  en  el  camino  de  la 
vida . 

Su  Santidad  el  Papa  Pío  XII,  felizmente  reinante,  cuya  sabiduría 
y  altas  virtudes  concitan  la  admiración  y  el  respeto  del  mundo  entero, 
ha  querido  bendecir  este  certamen  católico  que  se  ha  realizado  en  nues- 
tra Capital,  por  mano  de  Su  Eminentísimo  Legado,  el  Cardenal  Fede- 
rico Tedeschiní,  figura  prominente  de  la  Iglesia  Romana,  que  ha  pre- 
sidido nuestro  V  Congreso  Eucarístico  Nacional.  A  él  le  ruego  que  lle- 
ve al  Sumo  Pontífice  el  filial  y  emocionado  saludo  del  Gobierno  y  pue- 
blo peruano,  cuya  adhesión  permanente,  leal  y  sincera,  se  ha  puesto  de 
manifiesto,  una  vez  más,  en  estas  jornadas  de  la  catolicidad  peruana, 
y  le  pido  también  que  exprese  al  Santo  Padre,  que  hemos  elevado  fer- 
vientes oraciones  a  la  Divina  Providencia  para  que  conserve  su  precio- 
sa salud. 

Y  a  vosotros,  altos  y  dignísimos  Prelados  del  Colombia,  Chile,  Bo- 
livia,  España,  Italia,  Paraguay  y  Venezuela,  que  habéis  traído  a  este 
Congreso  el  invalorable  saludo  de  vuestros  países,  que  nosotros  agra- 
decemos y  apreciamos  tanto,  os  pido  también  que  les  llevéis,  en  reci- 
procidad, nuestro  sincero  afecto  y  el  abrazo  fraterno  del  pueblo  pe- 
ruano . 

Compatriotas: 

Sin  distinción  de  categoría  ni  de  clases,  ni  situaciones,  nos  encon- 
tramos aquí,  todos  unidos  al  pie  de  esta  Cruz,  símbolo  de  nuestra  fe, 
para  elevar  nuestras  preces  al  Dios  de  las  Naciones,  pidiéndole  que 
guíe  nuestros  pasos  por  la  senda  del  bien,  de  la  felicidad  y  del  progre- 
so; qué  proteja  siempre  nuestros  hogares,  que  bendiga  nuestras  labo- 
res, nuestros  esfuerzos  y  que  multiplique  sus  frutos;  que  aleje  de  nos- 
otros el  espectro  de  la  guerra  y  que  no  permita  que  el  odio  entre  her- 
manos desgarre  el  seno  de  la  Patria  y  que  el  amor  a  Cristo  Redentor 
inspire  siempre  el  afecto  fraterno  entre  todos  los  peruanos  para  que 
unidos  hagamos  la  grandeza  del  Perú. 


MENSAJE  DEL  SANTO  PADRE  PIO  XII 


Entre  los  muchos  e  inmerecidos  beneficios  a  Nos  generosamente 
otorgados  por  la  divina  largueza,  no  contamos  como  el  menor  el  ha- 
ber podido  ofrecer  al  orbe  católico  este  Año  Mariano  Universal,  que 
acaba  de  terminar  y  que  tanta  ocasión  ha  dado  a  Nos,  y  al  mundo 
entero,  para  poder  manifestar  a  la  Reina  de  cielos  y  tierra  nuestra  pie- 
dad filial  y  la  profunda  devoción  que  por  Ella  sentimos.  Diríase  que 
la  Iglesia,  arrebatada  en  un  ímpetu  incontenible  de  amor,  ha  vivido  un 
año  entero  de  espiritual  alegría  y  de  fervor  celestial,  que  queda  ya 
como  una  de  las  fechas  más  dignas  de  recordarse  en  los  fastos  ma- 
rianos . 

Y  he  aquí  que  precisamente  al  apagarse  Ies  últimos  acordes  de  un 
concierto  tan  amplio  y  tan  grandioso,  desde  el  remoto  y  queridísimo 
Perú  Nos  llegan  los  ecos  de  vuestra  voz,  venerables  Hermanos  e  hijos 
amadísimos,  que  celebráis  vuestro  Quinto  Congreso  Eucarístico  Nacio- 
nal, un  Congreso  que  habéis  querido  que  sea,  con  decisión  tan  feliz 
como  oportuna,  Eucarístico  y  Mariano. 

Es  sabida  la  parte  principalísima  que,  en  la  evangelización  del  Con- 
tinente nuevo  y  en  la  conservación  de  su  fe,  ha  tenido  y  tiene  la  de- 
voción a  Nuestra  Señora  la  Virgen  María.  La  América  de  los  con- 
quistadores ■ — Jerónimo  de  Aguilar,  Hernán  Cortés,  Pedro  de  Alvara- 
do,  Alonso  de  Ojeda—  que  bajo  un  pecho  de  acero  sabían  conservar 
un  corazón  tiernísimo  para  su  Madre;  la  América  de  las  cien  ciudades 
con  su  nombre  dulcísimo;  la  de  las  decenas  de  catedrales  puestas  bajo 
su  patrocinio;  la  de  la  Virgen  del  Tepeyac,  cuya  fiesta  precisamente 
hoy  celebráis;  la  de  los  proceres,  padres  de  la  patria,  que  acudían  igual- 
mente ante  ella  ■ — un  Belgrano,  un  San  Martín,  un  Hidalgo  o  un  Arti- 
gas—  antes  de  acometer  sus  generosas  empresas. 

Pero  en  una  buena  parte  del  continente  americano  fue  siempre  sin- 
gular la  misión  de  vuestra  patria,  hijos  amadísimos,  la  misión  del  Perú, 
foco  de  civilización  y  de  fe,  auténtico  centro  de  gravitación  espiritual 
con  sus  famosos  Concilios  Limenses,  carta  fundamental  de  las  Iglesias 
de  América,  con  su  brillante  constelación  de  santos. 


136 


V  CONGRESO  EUCAIÍÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Siendo  esto  así,  fácilmente  se  alcanza  que  para  ser  fiel  a  tan  hon- 
rosa misión,  el  Perú  tenía  que  ser  una  nación  eucarística:  y  de  lo  que 
es,  nos  dan  testimonio  sus  antiquísimas  cofradías  del  Santísimo  Sacra- 
mento, alguna  de  las  cuales  va  unida  al  nombre  del  mismo  Pizarro;  sus 
suntuosas  procesiones  del  Corpus  Christi,  que  llegaron  a  emular  a  las 
de  la  misma  Toledo;  la  jaculatoria  "Alabado  sea  el  Santísimo  Sacra- 
mento", que  se  ve  grabada  en  las  fachadas  de  sus  casas;  la  devoción 
de  las  Cuarenta  Horas,  implantada  ya  ahí  desde  1816;  y  la  piedad  con 
que  los  buenos  peruanos  se  descubrían  por  las  calles  y  rezaban  el  Cre- 
do, al  oír  la  campana  de  la  Iglesia  matriz  que  anunciaba  la  elevación 
del  Señor. 

Pero  de  la  misma  manera  el  Perú  tenía  que  ser  una  nación  maria- 
na;  y  que  lo  es,  nos  lo  dice  la  intervención  de  la  celestial  Señora  en 
su  historia,  como  os  recuerda  la  Virgen  de  la  Puerta  y  muncho  más 
Nuestra  Señora  de  Suntur  Huasi;  la  parte  que  Ella  tomó  en  su  cristia- 
nización, como  en  el  caso  del  famoso  Santuario  de  las  orillas  del  Ti- 
ticaca, devoción  que  a  su  Madre  dulcísima  profesaron  vuestros  Santos: 
Santo  Toribio  de  Mogrovejo,  el  gran  devoto  de  Nuestra  Señora  de 
Copacabana,  San  Francisco  Solano,  el  apasionado  de  Nuestra  Señora 
de  los  Angeles,  Santa  Rosa  de  Lima  y  el  Beato  Martín  de  Porres,  for- 
mados en  el  amor  a  Nuestra  Señora  del  Rosario,  el  Beato  Juan  Masías, 
el  enamorado  de  Nuestra  Señora  de  Belén;  la  serie  interminable  y  bri- 
llantísima de  Santuarios  Marianos  que,  desde  las  tierras  bajas  de  Are- 
quipa con  su  Candelaria  de  Caima,  del  Callao,  con  su  Virgen  del  Car- 
men y  de  la  misma  Lima,  con  sus  famosos  templos  del  Rosario  y  de 
la  Merced,  va  subiendo  hasta  las  tierras  altas  del  Cuzco,  con  su  Vir- 
gen de  la  Soledad  o  de  Copacabana,  que  mereció  ser  cantada  por  la 
lira  insigne  de  Calderón  de  la  Barca. 

Con  razón,  pues,  vosotros,  congresistas  de  Lima,  en  esta  solemní- 
sima Asamblea,  que  con  Nuestras  palabras  estamos  clausurando,  habéis 
querido  unir  las  dos  cosas:  devoción  eucarística  y  devoción  mariana  y 
hay  en  ello  un  acierto  tan  lleno  de  sincera  piedad  y  de  buen  sentido 
cristiano,  que  no  podemos  menos  de  recoger  y  alabar. 

Por  eso  hoy  vosotros,  después  de  los  triunfos  eucarísticos  de  que 
fueron  teatro  la  blanca  Arequipa,  la  hidalga  Trujillo  y  el  Cuzco  impe- 
rial, habéis  vuelto  hoy  a  la  "muy  noble,  insigne  y  muy  leal"  ciudad  de 
Lima,  que,  suavemente  recostada  en  esa  inclinada  planicie  que  mira 
al  Pacífico,  extendiéndose  con  magnificencia  y  esplendor  a  ambas  ori- 
llas del  caudaloso  Rímac  y  reposando  sus  sueños  de  gloria  bajo  el  ma- 
jestuoso anfiteatro  andino  que  le  sirve  de  marco,  os  ha  abierto  sus 


CRÓNICA  Y  IX)CUMENTOS 


137 


calles  y  sus  plazas  para  que  aclaméis  al  Soberano  Señor  Sacramenta- 
do y  a  su  Madre  purísima,  pidiéndole  que  os  mande  pruebas  y  buenos 
sacerdotes;  prometiéndole  intensificar  la  vida  cristiana  de  vuestras  fa- 
milias; asegurándole  que  haréis  todo  lo  posible  para  que  reine  entre  vo- 
sotros el  verdadero  espiritu  de  caridad  cristiana  y  de  justicia  social. 

Acoge  Tú,  Reina  de  cielos  y  tierra,  acoge  las  plegarias  y  las  pro- 
mesas de  estos  tus  hijos,  que  de  tu  mano  maternal  quieren  llegarse  has- 
ta ese  trono  de  gloria,  donde  tu  Jesús  les  espera  para  escuchar  las  unas 
y  complacerse  con  las  otras .  Ellos  imploran  vuestro  auxilio  en  esta 
hora  obscura,  que  el  mundo  vive,  porque  quieren  permanecer  fieles  a 
la  santa  fe,  que  sus  padres  profesaron  y  desean  contentarse  a  Tí,  oh 
buena  Madre,  y  ser  inquebrantables  y  amantes  servidores  de  tu  dulcí- 
simo Hijo.  Diríase  que,  entre  las  agitaciones  de  una  época  critica,  se 
sienten  crujir  la  tierra  bajo  los  pies  y  experimentan  más  que  nunca  la 
necesidad  de  una  protección  potente,  para  que  la  tormenta  no  les  arras- 
tre; tómales  Tú  bajo  tu  amparo;  y  su  confianza  no  será  jamás  des- 
mentida . 

Prenda  de  tales  gracias  y  testimonio  de  Nuestra  peculiar  benevo- 
lencia sea  la  Bendición  Apostólica  que,  de  todo  corazón,  en  estos  mo- 
mentos os  damos;  a  Nuestro  amadísimo  y  dignísimo  Cardenal  Legado; 
a  todos  los  prelados  y  autoridades  presentes;  a  los  sacerdotes,  religio- 
sos y  religiosas;  a  cuantos  han  prestado  su  cooperación  para  el  mayor 
éxito  de  estas  solemnidades;  a  todos  los  que  están  en  estos  momentos 
reunidos  para  clausurar  tan  solemne  Asamblea;  a  toda  la  nación  perua- 
na, para  Nos  tan  querida,  y  a  cuantos  pueden  escuchar  Nuestra  voz, 
que  quiere  ser  la  voz  de  un  padre  ansioso  siempre  de  la  mayor  feli- 
cidad de  sus  hijos. 


CONSAGRACION   DEL   PERU   AL  INMACULADO 
CORAZON  DE  MARIA 


¡Corazón  Inmaculado  y  Doloroso  de  María,  desde  tu  trono  de  Glo- 
ria, contempla  benigna  y  enternecida  esta  Lima  de  Rosa  — y  el  Perú, 
tierra  bendita  que  produjo  grandes  santos! —  Reina  y  Madre,  henos 
aquí  congregados  para  rendirte  un  homenaje  íntimo  y  nacional,  por  la 
voz  de  nuestros  Pastores. 

¡Oyenos  misericordiosa,  pues  [ervorosos  y  alborozados  nos  consa- 
gramos en  esta  hora  solemne  a  tu  Corazón  de  Madre  y  de  Reina,  oh 
piadosa,  oh  clemente,  oh  dulce  Virgen  María! 

Y  con  esta  oblación  filial,  te  rogamos  de  rodillas,  que  aceptes  la 
corona,  el  Cetro  y  el  Trono  que  Lima  y  la  Patria  te  ofrecen.  Y  en 
testimonio  que  nos  aceptas  como  hijos  y  como  vasallos,  deposita  Tú 
misma  a  los  pies  ensangrentados  de  Cristo  Rey,  el  juramento  de  fi- 
delidad que,  en  tu  Corazón  maternal,  le  ofrecemos,  para  gloria  de  tu 
Hijo  adorable  y  para  gloria  tuya,  oh  Madre  Divina  y  Medianera  nues- 
tra. 

Ah!  y  como  el  Viernes  Santo,  desde  la  Cruz,  así  hoy,  desde  el 
Altar  Eucarístico,  que  Jesús  nos  repita  que  Tú,  María,  eres  nuestra 
Madre  y  que  El  nos  entrega  tu  Corazón  y  nos  confía  ta  gloria! 

Virgen  de  las  Mercedes,  Patrona  celestial,  acepta  como  heredad 
tuya  el  pueblo  peruano.  Que  éste  crezca  y  se  fortifique  a  la  sombra 
del  Altar  y  del  Sagrario.  — Ampáralo  en  los  peligros,  bajo  el  dosel 
seguro  de  la  Iglesia,  y  cobíjanos  a  todos  bajo  tu  manto  de  Soberana, 
aclamada  por  Lima  y  por  todo  el  terruño  querido.  "Dios  te  salve  Reina 
y  Madre"! 

Ah!  y  pruébanos  que  nos  aceptas.  .  .  Y  que  así  como  Tú  eres  real- 
mente nuestra  Madre,  que  así  también  nosotros,  seamos  entera  y  eter- 
namente tuyos,  — Escribe,  pues,  oh  María  con  la  Sangre  del  Cordero 
Divino  y  con  tus  lágrimas  de  Dolorosa,  el  nombre  de  Lima  y  del  Perú 
en  el  Libro  de  la  inmortalidad  celestial. 

Si,  a  voz  en  cuello,  los  Congresistas  confesamos  que  sólo  Cristo 
Dios  es  grande — .  Y  que  por  El  y  por  su  omnipotencia.  Tú  María,  In- 


140 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


maculada  eres  la  Emperatriz  del  mundo  conquistado  y  libertado  por 
la  Cruz!  ■ — Pero  como  Tú  María  no  pides  palabras  hermosas  ni  flores, 
sino  obras  cristianas,  haz  que  los  peruanos,  ricos  en  fe  viva  y  en  sóli- 
da piedad,  seamos  la  gloria  de  tu  Jesús  y  la  pedrería  de  tu  Corona  y 
las  flores  del  Sagrario! 

María  Inmaculada,  Tú  la  divina  Nazarena,  afianza  la  virtud  del 
hogar,  que  sea  éste  de  veras  cristiano.  Y  a  este  efecto,  haz  que  el 
vínculo  del  Matrimonio-Sacramento,  sea  intangible,  inviolable! 

y  que  la  gracia  de  la  oración  de  los  padres  y  de  los  hijos  y  la 
frecuentación  de  los  Sacramentos,  conviertan  el  hogar  peruano  en  un 
santuario  de  paz  inalterable! 

¡Oh  María,  Reina  del  Santísimo  Rosario  y  del  Carmelo,  infunde 
un  espíritu  sobrenatural  en  nuestra  sociedad,  y  que  este  soplo  divino, 
disipe  la  niebla  emponzoñada  de  frivolidad  mundana  que  enturbia  la 
dicha  cristiana  en  muchas  familias! 

Madre  Dolorosa  y  Consuelo  de  afligidos,  enséñanos  la  ciencia  de 
sufrir  como  cristianos  y  de  convertir  así  penas  y  amarguras  en  fuerza 
moral  y  en  mérito  de  gloria  eterna . 

Ah!  y  como  Tú  María,  regaste  el  germen  de  santidad  de  Toribio 
de  Mogrovejo,  de  Rosa  de  Santa  María,  de  Martin  de  Porres  y  de  Juan 
Masías,  enciende  también  un  fuego  sagrado  en  las  almas  consagradas  y 
que  esa  llama  ardiente  santifique  al  Clero,  a  los  Seminaristas  y  a  to- 
das las  Comunidades  religiosas.  — Ah!  que  estas  f  alan  jes  de  predes- 
tinados, cristianicen  con  su  alto  ejemplo  la  sociedad  de  Lima  y  el  pue- 
blo peruano.  — Sí,  que  sean  antorchas  de  luz  y  regueros  de  vida,  que 
sean  savia  y  sal  de  nuestra  tierra! 

Y  porque  te  llaman  y  eres  una  omnipotencia  de  súplica,  haz  que 
Jesús-Hostia,  sea  el  Sol  de  Verdad  y  de  Justicia,  el  centro  de  la  vida 
cristiana  del  Perú,  tierra  clásica  del  sol.  ■ —  Ah!  que  los  peruanos  que 
tanto  te  aman,  sean  almas  eucartsticas,  hambrientas  de  Jesús  Sacra- 
mentado! 

Reina  de  Lourdes  y  de  Fátima,  haz  este  gran  milagro  como  fruto 
precioso  de  este  Congreso  Eucaristico  y  Mariano.  — Y  puesto  que  Je- 
sús te  nos  ha  dado  y  El  nos  ha  confiado  a  tu  Corazón  Inmaculado,  Tú, 
su  Madre  y  la  nuestra,  entréganos,  conságranos  al  Corazón  de  Cristo, 
el  Príncipe  de  la  Paz  y  el  Rey  y  el  Salvador  de  las  naciones! 

Venga,  pues,  al  Perú,  oh  María  tu  reinado,  como  alborado  feliz, 
que  nos  anuncie  la  victoria  íntima  y  el  reinado  familiar  y  nacional  de 
Cristo  Jesús. 

Con  María  y  por  María . .  .  Venga  a  nós,  Jesús,  tu  reino! 


CONSAGRACION  DEL  PERU  A  LA  EUCARISTIA 


¡Oh  Jesús  Sacramentado!  henos  aquí  de  rodillas  ante  tu  altar,  en 
el  que  se  han  concentrado  todos  los  copones  de  la  Iglesia  Peruana  pa- 
ra la  maravillosa  multiplicación  de  los  panes  que  los  discípulos  han  re- 
partido  con  profusión  en  estos  días  del  V  Congreso  Eucarístico  Nacio- 
nal y  Mariano. 

Unidos  todos  los  peruanos,  los  del  Norte,  del  Centro  y  del  Sur, 
los  de  la  Costa,  de  la  Sierra  y  de  la  Selva,  hemos  acudido  a  Ti,  se- 
dientos de  vida  eterna . 

Nos  has  sentado  a  tu  Mesa. 

Y  tu  banquete  nos  ha  saturado  de  paz  y  caridad. 

No  ha  sido  sólo  una  fiesta  de  la  inteligencia,  sino  la  fiesta  cris- 
tiana del  amor  fraternal. 

Hoy,  como  conclusión  y  sello  de  estas  fiestas  eucarísticas,  venimos 
a  consagrarnos  todos  a  Ti,  oh  Dios  Eucaristía:  nuestras  personas,  nues- 
tras familias,  nuestra  sociedad,  toda  nuestra  Patria . 

Hecordamos,  oh  Señor,  que  entre  los  tesoros  de  civilización  y  de 
cultura  que  recibimos  de  la  Madre  España,  merece  señalarse,  de  una 
manera  especial,  al  amor  a  Jesús  Sacramentado,  que  ha  constituido  a 
través  de  las  vicisitudes  de  nuestra  historia,  una  de  las  devociones  más 
puras  y  más  arraigadas  de  nuestro  pueblo. 

Por  eso,  unidos  todos  los  peruanos  por  los  lazos  de  la  más  estre- 
cha fraternidad,  hemos  procurado  en  estes  días  alzar  un  pedestal  a  tu 
gloria  y  entonar  el  himno  litúrgico  de  nuestra  adoración  rendida:  Ado- 

REMUS  IN  AETERNUM   SaNCTÍSSIMUN  SaCRAMENTUm! 

Ante  este  altar  el  Perú  ha  volcado  el  ánfora  de  su  tesoro  espiri- 
tual y  ha  traído,  al  espiga  madura  de  sus  campos  y  el  racimo  maduro 
de  sus  viñas. 

Ha  traído  la  centella  del  trabajo  que  fulge  entre  el  espíritu  do- 
minador y  la  materia  dominada,  y  la  lámpara  de  amor  que  de  cerca 
abrasa  a  las  almas,  y  de  lejos  ilumina  la  senda. 

Bendícenos,  Señor. 


142 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Bendice  a  nuestra  Patria  que,  en  estas  horas  de  inquietudes  y  zo- 
zobras para  el  mundo  entero,  te  ha  glorificado  a  Ti,  y  ha  proclamado, 
entusiasta,  tu  reinado. 

Bendice  a  nuestros  gobernantes,  para  que  el  acierto  y  la  justicia 
inspiren  todos  sus  actos,  con  la  visión  fija  en  una  patria  cada  vez  más 
hermosa  y  en  una  humanidad  más  unida. 

Bendice  a  la  Jerarquía  Eclesiástica,  para  que  logre  despertar  siem- 
pre más  en  las  almas  el  espíritu  de  Rosa  de  Santa  María,  renovar  con 
vigor  las  tradiciones  y  las  glorias  de  nuestra  Iglesia,  y  hacer  reinar  los 
ideales  de  la  Eucaristía,  consolidando  la  unión  de  la  familia  peruana. 

Bendice  a  todos  los  peruanos  que,  en  esta  solemne  ocasión,  han 
proclamado  ante  el  mundo  el  reinado  de  tu  amor  en  el  Misterio  Euca- 
ristico,  haciendo  vislumbrar  aquella  aurora,  llena  de  luz  y  de  esperan- 
za, que  soñamos  para  nuestra  América . .  .  ¡la  América  cristiana  "que 
aún  reza  a  Jesucristo  y  aún  habla  en  español". 

A  Ti  nos  consagramos,  oh  Dios  Eucaristía,  a  Ti  te  consagramos 
todo  el  Perú. 

Ayúdanos,  oh  Padre  Celestial,  a  ser  siempre  hermanos. 
¡Que  seamos  siempre  miembros  de  un  solo  cuerpo,  hechos  a  tu 
imagen! 

¡Que  todos  honremos  nuestro  bautismo! 

¡Que  todos  nos  mostremos  partícipes  de  una  sola  naturaleza  hu- 
mana y  herederos  de  un  solo  cielo,  de  un  solo  Dios,  de  una  sola  feliz 
eternidad,  a  donde  quiere  llevarnos  Cristo  tan  próximo  a  nosotros.  Cris- 
to tan  amigo  nuestro.  Cristo  sacrificado  por  nosotros.  Cristo  presente 
y  viviente  en  el  augusto  Sacramento  de  nuestros  altares! 

Acepta  nuestra  consagración  humilde  y  fervorosa. 

Acéptala  de  manos  de  tus  hijos  fieles  del  Perú . 

Acéptala  Tú.  que  eres  nuestra  paz;  Tú  que  nos  esperas  con  los 
brazos  abiertos,  como  el  anciano  padre  esperaba  al  hijo  pródigo;  Tú 
que  nos  has  hecho  el  don  sublime  de  recibirnos  por  hijos  de  Dios;  Tú 
que  eres  el  consuelo,  la  esperanza,  el  médico  celestial  de  nuestras  almas. 

Tibios  son  nuestros  corazones,  oh  Señor. 

'lardos  son  nuestros  oídos. 

Pero  extiende  la  diestra  de  tu  Majestad,  y  exultará  nuestros  espí- 
ritus, y  cesará  la  tempestad  en  nuestros  corazones,  y  brillará  en  lo  al- 
to al  Sol  de  tu  Divinidad,  el  Sol  que  da  luz  y  calor  a  las  almas,  paz  y 
progreso  a  los  pueblos:  el  Sol  de  la  Santa  Eucaristía. 

Te  lo  pedimos.  Señor,  por  María  Inmaculada,  Reina  y  Madre  nues- 
tra, encanto  y  dulzura  de  nuestra  existencia.  Auxilio  poderoso  del  pue- 
blo cristiano  hoy  y  siempre,  por  los  siglos  de  los  siglos.  Así  sea. 


ANEXOS 


•  Instalación  de  la  Junta  Organizadora 
del  Congreso. 

•  Cuadro  de  Comisiones. 

•  Carta  Pastoral  del  Emmo.  Señor  Car- 
denal Arzobispo  Primado. 

•  Carta  Pastoral   del  Venerable  Epis- 
copado Peruano. 

•  Temario  de  las  Jornadas  de  Estudio 
del  Congreso. 


INSTALACION  DE  LA  JUNTA  ORGANIZADORA 


DECRETO  DEL  EMMO.  SR.  CARDENAL 


Nos,  Juan  Gualberto  del  Título  de  San  Eusebio  de  la  Santa  Iglesia 
Romana,  Presbítero  Cardenal  Guevara,  por  la  gracia  de  Dios  y  de  la 
Santa  Sede  Apostólica,  Arzobispo  de  Lima  y  Primado  de!  Perú. 

Considerando: 

Que  la  IS'^  Conferencia  Episcopal  designó  la  ciudad  de  Lima  como 
sede  del  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  que  debe  celebrarse  en  el 
mes  de  octubre  del  próximo  año  de  1954. 

Que  con  motivo  de  conmemorarse  ese  año  el  primer  centenario  de 
la  declaración  del  Dogma  de  la  Inmaculada  Concepción  de  la  Santísima 
Virgen  María,  ¡a  Conferencia  Episcopal  del  año  1949  determinó  Cjue  di- 
cho certamen  se  denominase  Congreso  Eucaristico  Nacional  Mariano. 

Que  ya  es  tiempo  de  iniciar  los  trabajos  preparatorios  del  mencio- 
nado Congreso. 

Invocando  el  augusto  nombre  de  la  Beatísima  Trinidad  y  la  protec- 
ción de  la  Santísima  Virgen  María. 

Decretamos : 

1". — Nómbrase  una  Junta  encargada  de  llevar  a  cabo  dichos  traba- 
jos bajo  la  denominación  de  Junta  Organizadora  del  V  Congreso  Eu- 
caristico Nacional  Mariano,  compuesta  por  los  siguientes  m'embros: 

DIRECTOR  GENERAL:  Nos,  el  Cardenal  Arzobispo  Primado. 
PRESIDENTE:  Excmo.  y  Rvdmo.  Mons.  Juan  Landázuri  Ricketts,  Ar- 
zobispo Coadjutor  de  Lima.  VICE-PRESIDENTE :  Mons.  Hernando 
Vega  Centeno,  Arcediano  de  la  Catedral.  TESORERO:  Sr.  Waldemar 
Scliróder  Mendoza.  SECRETARIOS:  Sr.  Dr.  José  Agustín  de  la  Puen- 
te Candamo,  y  Srta.  Rosa  Stiglich  Gazzani.  VOCALES:  R.  P.  Me- 
dardo Aldúan,  CMF;  R.  P.  Arturo  de  la  Inmaculada,  OCD;  Sra.  Ma- 
ría Garland  de  Miró  Quesada;  Sra.  María  Ayulo  de  Alvarez  Calderón; 
Srta.  María  Rosario  Araoz;  Dr.  Félix  Navarro  Irvine;  Ing.  Roberto  Pé- 
rez del  Pozo,  Presidente  de  la  Junta  Nacional  de  la  A.  CP.:  Sr.  Jorge 
Alayza  Grundy,  Presidente  de  la  Junta  Arquidiocesana  de  la  A. CP. 

2'>.  —  Dicha  Junta  se  regirá  por  un  Reglamento  interno  por  Nos  a- 
probado,  y  estará  premunida  de  plenas  facultades  para  nombrar  todas  las 
Comisiones  que  sean  necesarias  para  el  logro  de  su  cometido. 


H8  V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


3'. — 'La  instalación  solemne  de  la  mencionada  Junta  se  realizará  en 
la  Basílica  Catedral  el  día  lunes  9  del  presente  mes,  a  las  7  de  la  noche,, 
con  la  concurrencia  de  los  Excmos.  Prelados  presentes  en  Lima. 

Dado  en  el  Palacio  Arzobispal  de  Lima,  el  6  de  Febrero  de  1953. 

Juan  Gualberto  Cardenal  Guevara 
Arzobispo  de  Lima 

Jorge  Cisneros 
Vice-Cancil!er  Secretario 


Por  Decretos  posteriores  del  Eminentísimo  Señor  Cardenal  Arzobis- 
po Primado,  se  incorporaron  a  la  Junta  Organizadora: 
limo.  Mons.  José  Dammert  Bellido. 
Rvdo.  Cngo.  César  Abarca  S. 
R.  P.  Valentín  Alcalde. 
Sra.  Aurora  Laña  de  Espinosa. 
Srta.  María  Luisa  Montori. 
Sr.  Andrés  Aramburú  Menchaca. 
Sr.  Andrés  Boggio  G. 
Sr.  Luís  de  Idiáquez  Elias. 
Sr.  Luis  Iglesias  Luna. 


CUADRO  DE  COMISIONES 


COMISION  DE  ECONOMIA: 

Presidente:  Alfonso  Alvarez  Calderón. 
Vice-Presidente:  Alberto  Quesada. 
Secretario:  Carlos  Fernández  Sessarego. 

Miembros:  María  Garland  de  Miró  Quesada  ■ —  Luzmila  Dammert 
de  Aspíllaga  —  Elvira  Acuña  de  Graña  —  Ada  N.  de  Raffo  —  Car- 
men O.  de  González  Olaechea  ■ —  Olga  de  Dasso  - —  Graciela  Valere 
de  Franco  —  Ana  Luisa  Montero  de  Prado  —  Caty  Cassinelli  —  Ma- 
ría Angélica  de  Alvarez  Calderón  —  Luis  Aspíllaga  —  Enrique  Ayulo 
Pardo  —  Pedro  Bentín  Mujica  —  Julio  de  la  Piedra. 


COMISION  PARROQUIAL: 

Presidente:  R.  P.  Valentín  Alcalde. 
Secretario:  R.  P.  Leónidas  Huamán. 

Miembros:  R.  P.  Andrés  Bertolotti  —  R.  P.  Elias  Malpartida 
—  R.  P.  José  Vicente  S.  J.  ■ —  R.  P.  Luciano  Codina  —  R.  P.  Bernardo 
Weber  —  R.  P.  Constancio  Bollar  —  Sr.  Pbro.  Agustín  Quiroz  — 
R.  P.  Javier  Maguiña  —  R.  P.  Alfonso  Ponte. 

COMISION  GENERAL  DE  PROPAGANDA: 

Presidente:  Lucio  Suttor. 
Vice-PresidentE:  Javier  Kiefer  Marchand. 

Comisión  Ejecutiva: 

limo.  Mons.  Basilio  Ayerdi  —  Sr.  Pbro.  Harold  Griffiths  — 
Esther  Allison  —  Rafael  Belaúnde  —  María  Montalbetti  —  Mercedes 
Muñoz  —  Emilio  Ortiz  de  Zevallos  —  Roberto  Wakeham. 

Sub-Comisión  de  Prensa: 

Presidente:  Javier  Kiefer  Marchand. 

Miembros:  Moisés  Arroyo  —  Enrique  Carrión  —  César  G.  Cor- 
zo —  Luisa  B.  de  Cruchaga  —  Enrique  Chirinos  Soto  —  Giovani 
Chitarínn  —  José  Antonio  Miró  Quesada  —  Luis  Solarí. 


150 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Comisión  de  Radio  y  Transmisiones: 

Presidente:  R.  P.  Vicente  Guerrero  O.  P. 

Miembros:  Mons.  Zacarías  Untiveros  —  Luis  de  Idiáquez  Elias 
. —  Luis  Iglesias  Luna  — ■  Narcisa  Cisneros  ■ —  Antonio  Vásquez  Peque- 
ño —  María  Venegas  Armando  Zubizarreta  —  Alfredo  Barbieri 
. —  Enrique  Echegaray  del  Solar  —  Alfonso  Pereyra  —  Luis  Muñoz 
Pasquale. 

Sección  Redacción: 

limo.  Mons.  Luis  Lituma  Portocarrero  — ^  R.  P.  Augusto  Cama- 
cho  —  R.  P.  Felipe  Mac  Gregor  S.  J.  R.  P.  Bernardo  Weber 
MSC  ■ —  Ernesto  Álayza  Grundy  ■ —  Mario  Alzamora  Valdez  —  Er- 
nesto Benavente  —  Teresa  Benavides  ■ —  Luis  Bedoya  ■ — ■  Luis  Jaime 
Cisneros  —  Pedro  Benvenutto  Murrieta  ■ —  Raúl  Perrero  ■ —  Enrique 
González  Dittoni  ■ —  Aurora  Laña  de  Espinosa  Rubén  Lingán  ■ — 
Paúl  Linder  —  Reynaldo  Luza  —  líalo  Nolia  —  Edgardo  Rodríguez 
C.  —  Isabel  Reyes  Carrillo  ■ —  María  Santolalla  ■ —  Carlos  Salazar 
. —  Manuel  Solari  ■ —  José  M.  Vélez  Picasso. 

COMISION  DE  ESTUDIO: 

Presidente:  R.  P.  Medardo  Aldüán  C.M.F. 

Miembros:  limo.  Mons.  Luis  Lituma  Portocarrero  —  limo.  Mons. 
Fidel  Tubino  —  R.  P.  Félix  Alvarez  MSPS  —  R.  P.  Federico  Kaiser 
MSC  ■ —  Jorge  Alayza  Grundy  —  Víctor  A.  Belaúnde  ■ —  Ernesto  Per- 
la Velaochaga  ■ —  Beatriz  Cisneros  • —  José  Jiménez  Borja  ■ —  Enrique 
Torres  Llosa. 

COMISION  DE  CONOCIMIENTOS  Y  DIFUSION  DE  LA  SANTA  MISA: 

Presidente:  R.  P.  Bernardo  Weber  MSC. 
COMISION  DE  CONGREGACIONES  RELIGIOSAS: 

Presidente:  R.  M.  Elena  Anguet,  Sagrados  Corazones. 

Miembros:  R.  M.  Cáritas  Knickenberg,  Santa  Ursula  ^  R. 
M.  Cipprian,  Siervas  Inmaculado  Corazón  ■ —  R.  M.  Visitación  A- 
ranguren,  Mis.  Dom.  del  Stmo.  Rosario  ■ — ^  R.  M.  Carmen  Remy, 
Esclavas  del  Sagrado  Corazón  • — ^  R.  M.  María  de  Lourdes  '—  R.  M. 
María  del  Sgdo.  Corazón,  Canonesas  R.  M.  María  de  los  Dolo- 
res, Misioneras  Franciscanas  —  R.  M.  Josefa,  Sagrado  Corazón 
R.  M.  Salomé  de  Jesús,  Inmaculada  Concepción. 

COMISION  DE  ABOGADOS: 

Presidente:  Félix  Navarro  Irvine. 

Miembros:  Eduardo  Rada  Benavides  —  José  Valencia  Cárdenas 
—  Jorge  Chiarella  Fuller  ^  Carlos  Augusto  Pássara  —  Enr'que  Ca- 
naval  Morcyra  —  Eulogio  Romero  Romaña  —  Manuel  B.  Ferreyros 
Balta  . —  Armando  Prugue  Camino  —  Enrique  Torres  Llosa  —  Al- 
fredo Aparicio  Valdez . 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


151 


COMISION  DE  EMPLEADOS: 

Presidente:  Samuel  Gamio  Palacio. 

Miembros:  Enrique  Panizo  —  Eduardo  Colmenares  —  Federico 
Millet  —  Alberto  Rivera  B.  —  Manuel  Castañeda  —  Manuel  Picher 
—  Jorge  Rey  de  Castro  —  José  Garfias  —  R.  Salmón  de  la  Jara. 

COMISION  DE  OBREROS: 

Comité  Asesor:  R.  P.  Augusto  Camacho  —  Porfirio  Silva  — 
Luis  Iglesias  Luna  . — ■  Moisés  Arroyo. 

Miembros:  Glícerio  Franco  Zumaeta,  Secretario  General  —  Faus- 
tino Guerrero  Nicho,  Sub-Secretario  General  ■ —  Bartolomé  Guzmán, 
Secretario  de  Actas  —  Augurio  Pajuelo,  Sub-Secretario  de  Actas  — 
Juan  Bustamante  Paco,  Secretario  de  Organización  Florentino  Vi- 
dal, Secretario  de  Prensa  y  Propaganda  —  Alberto  Ojeda  Mendoza, 
Secretario  de  Economía  — ■  Aurelio  Escobar,  Secretario  del  Interior  — 
Juan  Montedoro,  Secretario  del  Exterior  —  Juan  Alarcón,  Secretario 
de  Asuntos  Sociales  ■ —  Celestino  Barbarán,  Secretario  de  Disciplina. 

COMISION  DE  ENFERMOS: 

Asesor:  R.  P.  Eusebio  Rodríguez. 
Presidenta:  Mercedes  Dibós  de  Camino. 

Miembros:  Elvira  Pezet  de  Arias  Schreiber  —  Teresa  Fabiani  de 
Bedoya  —  Rosa  Mendoza  de  Filomeno  —  María  Dibós  de  Macchia- 
vello  —  Rosa  Puente  de  Pagador  -—María  Rosa  de  Haaker. 

COMISION  DE  PENADOS: 

Presidente:  R.  P.  Víctor  León. 

Miembros:  R.  P.  Gonzalo  Elises  S.  J.  —  R.  P.  Guillermo  Bibiloni 
Vich  —  R.  P.  Juan  Gasbarri  — ^  R.  P.  Gerardo  Alarco  —  R.  P.  Juan 
Rodríguez  —  Hno.  Luis  Madrazo  ■ — ^  R.  P.  Bernardino  Figueroa  — 
Rosina  de  Cebrián  —  Esther  Gamboa  —'  Carlos  Sommerkamp  ■ —  An- 
gélica de  Sommerkamp  —  Miguel  Angel  Sardone  —  Eduardo  Tocci 
-—  Eduardo  Calle. 

COMISION  DE  ALOJAMIENTO: 

Presidente:  Augusto  Dammert. 

Miembros:  Porfirio  Silva  —  Jorge  Hinojosa  - —  Paúl  Schneidewind 
. —  Guillermo  Schmidt  Pizarro  ■ — ■  Carlos  Hamann  ■ —  Manuel  Patri- 
cio Vargas. 

COMISION  DE  ATENCIONES: 
Presidente:  Antonio  Lluli. 

Miembros:  Manuel  García  Calderón  —  Germán  Stiglich  Gazza- 
ni  —  Guillermo  Almenara  —  Carlos  Ortiz  de  Zevallos  P.  S.  —  Luis 


152 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Berckcmeyer  Pazos  —  José  Luis  Crespo  Salmón  —  Juan  Moreyra  y 
Paz  Soldán  —  Ferdinand  de  Trazegnies  —  Luis  Echecopar  García  — 
Alberto  Rivera  Piérola  —  Armando  Prugue  Camino  —  Alfredo  Malatesta 

COMISION  DE  ORNATO: 

Presidenta:  María  Ayulo  de  Alvarez  Calderón. 

Miembros:  Eglantina  E.  de  García  Castañeta  —  Rosa  C.  de  La- 
barthe  —  María  E.  de  Figari  —  Flor  Angulo  de  Alvarez  Calderón 
. —  María  Ayulo  de  García  Ribeyro  —  Ana  Trou  ■ —  Enriqueta  Trou- 
Carmen  Barúa  Boza  —  Marcela  Valdez  —  Laura  Garrido  Lecca  — ■ 
María  Alvarez  Calderón  A. 

COMISION  DE  LA  GUARDIA  EUCARISTICA: 

Asesor:  R.  P.  Harold  Griffiths. 
Presidente:  Jorge  Alayza  Grundy. 

Miembros:  Germán  Ramírez  Gastón  ■ —  Guillermo  Durand  Flores 
. —  Fernando  Stiglich  —  Manuel  Patricio  Vargas  —  Rafael  Salmón  — 
Oswaldo  Cava  Gárate. 

COMISION  LITURGICA: 

Presidente:  Mons.  Hernando  Vega  Centeno. 
Miembros:  Pbro.  Alejandro  Zarzoza  —  Pbro.  Marcelino  Ticla- 
vilca  —  R.  P.  Octavio  Cubría. 

COMISION  DE  TEATRO: 

Presidente:  Alejandro  Miró  Quesada  G. 
Miembros:  Pablo  Fernández  —  Ricardo  Roca  Rey. 

COMISION  DE  MUSICA  Y  COROS: 

Presidente:  R.  P.  Raimundo  Klytta  —  R.  P.  Isnardo  Huaita  — 
R.  P.  Eugenio  Oscoz,  C.M.F.  —  Hno.  Fausto  —  Sra.  María  Luisa  Ma- 
rrou  de  Losada  . —  Carlos  Sánchez  Málaga. 

COMISION  DE  EXPOSICION  BIBLIOGRAFICA: 
Presidente:  Cristóbal  de  Losada  y  Puga. 

Miembros:  R.  P.  Rubén  Vargas  Ugarte  S.  J.  —  Ricardo  Arbu- 
lú  ■ —  Alberto  Tauro. 

COMISION  DE  EXPOSICION  PICTORICA: 

Presidentes:  R.  P.  Medardo  Aldúan  C.M.F.  —  Adolfo  C.  Win- 
ternitz  —  Alejandro  Miró  Quesada  G.,  Director  del  Museo  de  Repro- 
ducciones Pictóricas  de  la  Universidad  de  San  Marcos. 

Miembros:  Germán  Suárez  Vértiz  —  Reynaldo  Luza  —  Jaime 
Bayly  G.       Honorio  Ferrero  —  Alberto  La  Hoz  —  Manuel  Solari. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


153 


COMISION  DE  EXPOSICION  MISIONAL: 

Presidente:  R.  P.  Avencio  Villarejo  O.  S.  A. 

Vice-PresidentE:  R.  P.  Ricardo  Durand,  S.  J. 

Miembros:  R.  P.  Antonio  Olarte,  O.F.M.  —  R.  P.  Sergio  A- 
Tistizábal,  CP.  —  R.  P.  Rodolfo  Guibord,  O.M.  —  Fray  Angel  San- 
tos, O.P.  —  R.  P.  Muñoz. 

COMISION  DE  ORNAMENTOS: 

Presidenta:  María  G.  de  Miró  Quesada. 

Miembros:  Rosa  Benavides  de  Andress  —  Carmen  A.  C.  de  O- 
laechea  —  María  Vargas  de  Ayulo  —  Adriana  Boza  E.  —  Enriqueta 
Cúneo  de  Santistevan  —  Belén  de  Osma  —  María  Montero  de  Trelles 
—  Laura  Velarde  de  Pardo. 

COMISION  DE  PRIMEROS  AUXILIOS: 

Cruz  Roja  Peruana. 
COMISION  DE  TRANSPORTES: 

Presidente:  Roberto  Thorndike. 

COMISION  DE  MISIONES  RURALES: 

Presidente:  R.  P.  Raimundo  Guereta  O.F.M. 
Miembros:  R.  P.  Francisco  María  Aramburu  O.F.M.  —  R.  P. 
Cuadros  Málaga  — ^  R.  P.  Luis  Carazas  —  R.  P.  Luciano  Litter. 

COMISION  DE  INGENIEROS  AGRONOMOS: 

Presidente:  Enrique  Basombrío  Echenique. 
Miembros:  Carlos  Derteano  —  Rómulo  Perrero. 

COMISION  DE  INSIGNIAS: 

Presidenta:  Manuela  Bielich  de  Labarthe. 

Miembros:  Cristina  Zavala  de  Cobián  —  Luisa  Morales  Duarte  — 
Carmen  Olaechea  A.  C.  —  Clementina  Olaechca  A.  C.  — -  Inés  Raffo 
Novelli  —  Teresa  P.  de  Canaval  —  Matilde  de  Zárate  —  María  Luisa 
Rospigliosi. 

COMISION  DE  ARQUITECTOS: 

Presidente:  Héctor  Velarde. 

Miembros:  Raúl  Morey  ■ —  Fernando  Belaúnde  Terry  —  Luis  Miró 
Quesada  G .  —  Guillermo  Payet  Ricardo  Valencia  —  Gerardo  Le- 
cca  Eduardo  Neyra  Alva  —  Alfredo  Dammert  Muelle  — ■  César 
Díaz  González. 


154 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


COMISION  DE  MISIONES  EN  LIMA: 

Presidente:  R.  P.  Martín  Urrutia,  S.  }. 

Miembros:  R.  P.  Valentín  Alcalde       R.  P.  Andrés  Bertolotti 

—  R.  P.  Leónidas  Huamán  —  R.  P.  Raimundo  Guereta  —  Mons. 
Ignacio  Arbulú  Pineda  —  R.  P.  Luis  M.  Hudek  ^  R.  P.  Elias  Mal- 
partida  —  R.  P.  Constancio  Bollar  —  R.  P.  Vicente  Guerrero. 

COMISION  DE  ENTRONIZACION  DEL  SAGRADO  CORAZON  DE  JESUS  EN 
LOS  HOGARES: 

Presidente:  R.  P.  Lázaro  Rouy  SS.  CC. 

COMISION  DEL  ROPERO  EUCARISTICO: 

Presidenta:  Marcela  Krüger  de  Barandiarán. 

Miembros:  Teresa  Lama  de  Bellido  • —  Carmela  Cacho  de  Turpaud 

—  Rosa  Barton  de  Krüger  —  Adela  Zender  de  Guiulfo  —  Violeta  Bre- 
tton  de  Maggiolo  ■ — ■  Susana  Roselló  de  Krcnsalja  —  Nene  Dagnino  de 
Mifflin  —  Teresa  Peschiera  de  Valencia  —  Mercedes  Mavila  de  Mon- 
toya  —  Rosa  Sánchez  de  Estens  Romero  —  Alicia  Klaschea  de  Cornejo. 

COMISION  DEL  CATECISMO  PARA  MISIONES  EN  LIMA: 
Presidente:  R.  P.  Federico  Kaiser. 

Miembros:  R.  P.  Eduardo  Pichcr  —  Hno.  Ludovico  María  — 
Graciela  Burga  —  Cecilia  Rey. 

COMISION  DE  LA  COLECTA  PUBLICA: 

Presidente:  Roberto  Thorndike. 

COMISION  DE  CATEQUESIS  PARA  ADULTOS,  EN  LIMA: 

Asesor:  R.  P.  Eduardo  Picher. 
Presidenta:  Hortensia  R.  de  Roca. 

Miembros:  Felicitas  Cazorla  —  Carmen  Solari  —  Margarita  Bevin 
de  Pastor  —  Clemencia  Andraca  de  Basadre  Caty  Cassinelly  —  Ro- 
sina  de  Cebrián  —  Luisa  Morales  Duarte  —  Lily  Elmore  —  Angélica 
Roca  de  García  —  Ada  de  Raffo  —  Cecilia  Rey  —  Yolanda  Letona  — 
Carmen  Rosa  de  Tirado  ^-^  Isabel  de  Valderrama       Marisa  Ferrer. 

COMISION  DE  CATEQUESIS  PARA  ADULTOS,  EN  BALNEARIOS: 

Asesor:  R.  P.  Valentín  Mitchcll. 
Presidenta:  María  Luisa  Marrou  de  Losada. 


La  multitud  en  el  acto  final  del  Congreso 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


155 


COMISION  DE  CATEQUESIS  PARA  ADULTOS,  EN  EL  CALLAO. 

Asesor:  R.  P.  Antolín  Rosales. 
Presidenta:  Paulina  de  Giusti. 

COMISION  DE  CINE: 

Presidente:  José  Figari  Luxardo. 
Asesor:  R.  P.  Gerardo  Alarco. 

Miembros:  Jorge  Vega  Christie  —  Teresa  de  Vega  Christie  — 
Elvira  Castro  de  Alzamora  —  Matilde  Pérez  Palacio  —  Andrés  Rusz- 
kowski  —  Héctor  Sevillano  —  Rosa  de  Allison. 

COMISION  DE  LA  COMUNION  DE  LOS  NIÑOS: 
Presidenta:  Rosario  Araoz. 

Miembros:  R.  P.  Medardo  Alduán  —  R.  P.  Gonzalo  Elises  — 
R.  P.  Jesús  Cánovas  —  R.  P.  Augusto  Camacho  —  R.  P.  Antolín 
Rosales  —  R.  P.  César  Abarca  —  R.  P.  Elias  Malpartida  —  R.  P. 
Eduardo  Picher  ■ —  Hno.  Francisco  —  Hno.  Angel  Urbano  —  Hno. 
Ludovico  Maria  —  Rvda.  Madre  Josefa  Listara  —  Rvda.  Madre  Anto- 
nieta  Casinelly  —  Ondina  Araoz  —  César  E.  Zubiaga  . —  Eduardo  de 
La  Flor  —  Gaspar  Valencia  —  Mario  Valdivia  Camuzo  —  Maccdonio 
Torres  Arias  —  Enrique  N.  Espinoza  —  Vidal  Rojas  Bendezú  —  Wal- 
ter  Peñaloza  —  Humberto  Montes  Gonzáles  —  Ernesto  Infante  —  Isa- 
bel Gonzáles  de  Valderrama  —  José  Antonio  Calderón  ^  Amelia  Za- 
mora de  Buzzio  . —  María  Montalbetti  • —  Clorinda  Matto  —  Abelardo 
Murillo. 

COMISION  ORNATO  DEL  ALTAR  DEL  CAMPO  EUCARISTICO: 

Presidenta:  Belén  de  Osma. 
COMISION  DE  LA  ESTAMPILLA  VOLUNTARIA: 

Presidentes:  Roberto  Thorndike  —  Edith  de  Vélez. 
COMISION  DEL  CONCURSO  INTER-ESCOLAR  DE  RELIGION: 

Presidenta:  Rosario  Araoz. 
COMISION  A-RREGLO  DE  LA  CARROZA  EUCARISTICA: 

Presidenta:  Matilde  Schróder  Mendoza. 
COMISION  DE  ADORACION  NOCTURNA  EN  EL  CAMPO  EUCaiRISTICO: 

Presidente:  Juan  M.  Sarmiento. 

Miembros:  Alfonso  Rospigliosi  —  Pedro  Guzmán  Gomero. 


156 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


PREPARACION  DE  OFRENDAS: 

Presidenta:  Laura  Garland  de  Pérez  Palacio. 
SECRETARIO  DE  LAS  JORNADAS  DE  ESTUDIO: 

Luis  Sánchez  Moreno  Lira. 
COMISION  DE  LOCUTORES: 

Presidente:  R.  P.  Vicente  Guerrero,  O.  P. 
Miembros:  R.   P.   César  Abarca  S.  ■ —  Enrique  Echegaray 
Luis  Iglesias  Luna. 

COORDINACION  DEL  CAMPO  EUCARISTICO: 

Coordinador:  Luis  de  Idiáquez  Elias. 
Auxiliar:  Hugo  Garaycoa. 

OFICINA  DE  PRENSA: 

Pedro  Guzmán  Gomero. 


CARTA  PASTORAL  DEL  ARZOBISPO  PRIMADO 


"y  eso  es  un  Congreso  Eucaristico:  un  retorno  a  Cristo, 
ae  todas  las  clases  sociales;  un  resurgimiento  de  todo  lo 
caído  en  el  orden  espiritual;  un  feliz  reencuentro ..." 

Nos  Juan  Gualberto  del  Título  de  San  Eusebio  de  la  Santa  Iglesia 
Romana,  Presbítero  Cardenal  Guevara,  por  la  gracia  de  Dios  y  de  la  San- 
ta Sede  Apostólica,  Arzobispo  de  Lima. 

A  nuestro  V.  Cabildo  Metropolitano,  al  Clero  Secular  y  Regular  y 
a  los  fieles  todos  de  nuestra  Amada  Arquidiócesis . 

Venerables  hermanos  y  amados  hijos: 

Como  ya  tenéis  conocimiento,  por  el  decreto  publicado  oportunamen- 
te, en  el  próximo  año  de  1954  se  celebrará  en  esta  ciudad  el  V  Congreso 
Eucaristico  Nacional. 

Estamos  abocados,  pues,  a  un  gran  acontecimiento  religioso  y  por  lo 
mismo  conviene  que  desde  ahora  nos  preparemos  con  toda  diligencia  y 
ahinco  a  fin  de  que  esa  magna  Asamblea  se  celebre  con  toda  la  solemnidad 
posible. 

Ocioso  me  parece  describir  los  magníficos  resultados  que  se  derivan 
de  todo  el  Congreso  Eucaristico.  Todos  hemos  presenciado  los  que  ema- 
naron del  1er.  Congreso  Eucaristico  Nacional  celebrado  en  esta  ciudad  el 
año  1935  y  los  que  se  produjeron  después  en  los  Congresos  Eucarísticos 
Nacionales  de  Arequipa,  Trujillo  y  Cuzco. 

Cada  Congreso  deja  tras  sí  una  estela  de  paz  y  bienandanza,  de  es- 
piritualidad y  bienestar  social,  que  bastaría  esta  sola  razón  para  celebrar- 
los con  relativa  frecuencia,  procurando  que  se  superen  los  unos  a  los  o- 
tros  y  que  ganen  en  prestancia  y  solemnidad. 

A  estas  consideraciones  de  carácter  general  hay  que  agregar  otras  de 
índole  ambiental,  tan  fuertes  y  poderosas  que  dan  al  Congreso  en  pre- 
paración la  categoría  de  un  suceso  no  sólo  útil  y  provechoso  para  la  vida 
espiritual  del  país,  sino  hasta  cierto  punto  urgente  y  necesario. 

Valga  como  última  razón  el  hecho  de  que  la  Asamblea  Episcopal 
celebrada  en  el  Cuzco  el  año  1949  decretó  que  el  V  Congreso  Eucaristico 
Nacional  se  celebrase  en  esta  urbe  el  próximo  año. 

Un  ligero  examen  de  nuestro  ambiente  moral  es  suficiente  para  dar- 
nos cuenta  de  la  necesidad  e  importancia  de  un  recio  movimiento  espiri- 
tual en  todo  el  país.  La  rica  herencia  espiritual  que  nos  legara  España 
está  sufriendo  rudos  quebrantos;  la  fe  de  Cristo  tan  arraigada  por  obra 
de  los  misioneros  en  el  corazón  de  nuestros  pueblos,  está  a  punto  de  ex- 


153 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


tinguirse  en  algunos  de  ellos;  la  moral  evangélica,  ultrajada  y  escarnecida 
por  costumbres  exóticas,  exhibiciones  escandalosas  en  cines,  salas  de  es- 
pectáculos públicos,  playas  y  piscinas  de  deporte  y  por  una  literatura  in- 
munda y  pornográfica;  el  criterio,  lo  que  se  llama  la  opinión  pública,  per- 
vertida y  relajada  hasta  el  extremo  de  llamar  bueno  a  lo  que  es  malo  y  de 
otorgar  título  de  bello  y  artístico  a  lo  que  es  abiertamente  indecoroso  y 
antiestético. 

Como  se  ve,  el  cuadro  que  nos  ofrece  el  ambiente  actual  no  es  nada 
halagador;  es  un  cuadro  tétrico,  obscurecido  por  las  sombras  del  vicio,  de 
la  corrupción  y  de  la  inmoralidad.  De  c!  se  han  hecho  eco  repetidas  ve- 
ces, algunos  órganos  de  la  prensa  local  y  contra  él  se  levantan  de  vez  en 
vez  voces  de  protesta  de  personas  sensatas  y  honestas  que  preguntan  has- 
ta dónde  vamos  a  llegar,  si  no  se  pone  coto  a  esta  ola  de  desorden  que 
amenaza  arrasar  con  lo  poco  bueno  que  queda  todavia  en  pie. 

Sabido  es  que  no  son  pocos  los  elementos  que  se  confabulan  para 
destruir  la  doctrina  de  Cristo  que  es  la  única  que  puede  oponer  remedio 
seguro  para  tanto  mal.  El  Protestantismo  que  con  variedad  de  sectas,  pro- 
cedimientos y  sistemas,  atenta  cada  día,  con  más  audacia,  contra  la  uni- 
dad espiritual.  Su  campaña  disolvente  no  se  limita  a  la  Costa  y  a  la  Sie- 
rra, ha  penetrado  ya  en  la  selva  en  forma  subrepticia,  amparada  con  el 
señuelo  de  investigaciones  científicas,  amenazando  destruir  la  obra  secu- 
lar de  los  misioneros  católicos  a  quienes  tanto  debe  la  Religión  y  la  Pa- 
tria por  sus  inapreciables  aportes  a  la  ciencia,  a  la  cultura  y  a  la  civili- 
zación cristiana. 

El  comunismo  materialista  y  ateo,  herejía  política,  social  y  religiosa, 
que  está  aprisionando  en  las  mallas  de  sus  redes,  con  refinada  astucia,  a 
nuestros  incautos  obreros. 

No  son  menos  peligrosas  las  sociedades  secretas  que,  con  su  acostum- 
brada táctica  de  disimulo,  atacan  desde  las  sombras  a  Dios  y  a  su  Igle- 
sia. Y  en  esc  mismo  plano  trabajan  el  Espiritismo,  la  Teosofía,  los  Ro- 
sacruces,  que  minan  por  su  base  los  principios  vitales  del  dogma  católico. 

Entre  estos  males  que  nos  agobian,  ocupa  preferente  lugar  el  divor- 
cio; y  decimos  preferente  lugar,  porque  se  necesita  estar  ciego  para  no 
ver  la  ruina  que  día  a  día,  y  cada  vez  en  proporción  más  creciente,  está 
produciendo  esta  plaga  en  la  familia  peruana. 

No  se  puede  negar  que  en  veintitrés  años  de  régimen  divorcista  en 
nuestra  Patria,  las  familias  desunidas  forman  legión  con  la  triste  secue- 
la de  hijos  semiabandonados,  de  madres  de  familia  entregadas  a  su  propia 
suerte,  de  disolución  de  costumbres,  de  limitación  de  la  prole,  todo  lo 
cual  como  es  de  rigor,  repercute  desastrosamente  en  el  orden  social. 

Bastan  estos  ligeros  apuntes  para  demostrar  la  necesidad  de  un  in- 
tenso movimiento  espiritual,  que  ponga  a  la  fe,  a  la  moral,  a  las  buenas 
costumbres,  a  la  justicia,  a  la  verdad  y  al  bien,  en  su  legítimo  lugar.  En 
una  palabra,  que  reponga  a  Cristo  allí  de  donde  se  le  ha  expulsado;  en  la 
conciencia  individual,  en  la  familia,  en  las  leyes,  en  las  costumbres,  en 
la  sociedad. 

Y  eso  es  un  Congreso  Eucarístico:  un  retorno  a  Cristo  de  todas  las 
clases  sociales;  un  resurgimiento  de  todo  lo  caído  en  el  orden  espiritual; 
un  feliz  reencuentro  de  centenares  de  almas  que  se  habían  separado  de 
la  buena  senda  en  un  momento  de  olvido  y  de  debilidad  espiritual. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


159 


Porque  un  Congreso  Eucarístico  no  sólo  consiste  en  grandes  actos 
multitudinarios  que  impresionan  y  entusiasman  hasta  la  exaltación  y  el 
delirio.  Un  Congreso  Eucarístico,  aparte  de  ser  una  grandiosa  afirma- 
ción de  fe  en  Dios,  en  la  presencia  real  de  Nuestro  Señor  Jesucristo  en 
la  Sagrada  Eucaristía,  promueve  un  estudio  profundo  de  la  doctrina  ca- 
tólica, de  los  problemas  que  más  afectan  al  restablecimiento  del  orden  so- 
cial y  revitaliza  hasta  en  sus  últimas  manifestaciones  la  vida  cristiana, 
terminando  por  conducir  a  todos,  aun  a  los  pecadores  más  recalcitrantes, 
a  la  mesa  del  altar,  para  hartarse  del  cuerpo  y  de  ia  sangre  de  Cristo 
Redentor,  propiciando  esa  admirable  unión  de  la  criatura  con  el  Creador 
que  ninguna  mente  humana  puede  comprender. 

Tal  la  importancia,  la  trascendencia  de  los  Congresos  Eucarísticos, 
de  donde  se  deriva  la  premiosa  necesidad  de  prevenirlos  con  adecuada  y 
diligente  preparación. 

En  consecuencia  invitamos  encarecidamente  a  todos  los  fieles  del 
Perú,  ya  que  nuestro  Congreso  será  Nacional,  a  que  presten  decidida  y 
leal  cooperación  a  ía  Junta  Nacional  Organizadora  de  ese  gran  aconte- 
cimiento religioso  que  tendrá  por  escenario  nuestra  Capital. 

Queridos  hijos:  antes  de  pasar  a  la  última  parte  de  esta  Pastoral, 
queremos  llamar  la  atención  sobre  un  detalle  importantísimo  de  nuestro 
Congreso  y  es  el  siguiente:  El  mundo  católico  está  en  vísperas  de  cele- 
brar el  primer  centenario  de  la  proclamación  del  dogma  de  la  Inm.aculada 
Concepción  de  la  Santísima  Virgen  María.  Este  magno  acontecimiento 
se  celebrará  el  próximo  año  en  el  mundo  entero,  de  modo  que,  por  una  fe- 
l-'z  coincidencia,  ambos  sucesos  religiosos  serán  solemnizados  en  nuestra 
patria  el  año  venidero.  De  allí  es  que  en  la  última  Conferencia  Episcopal 
se  acordó  designar  a  nuestro  Congreso  con  el  título  de  Congreso  Eucarís- 
tico Ivíariano.  Esto  quiere  decir  que  en  el  próximo  certamen  eucarístico 
tendrá  preferente  lugar  la  celebración  del  dogma  de  la  ínm.acuiada  Con- 
cepción de  María. 

No  podía  ser  de  otro  modo,  pues,  sabido  es  que  en  nuestra  patria, 
desde  los  tiempos  del  coloniaje,  se  ha  dado  culto  en  forma  fervorosísima 
a  la  Virgen  María  en  este  glorioso  título  de  su  Concepción  Inmaculada. 

He  aquí,  pues,  am.ados  hijos,  un  motivo  más  para  aprestarnos  a  pre- 
parar con  todo  fervor  y  entusiasmo  nuestro  Congreso  Eucarístico  Nacio- 
nal .  En  este  certamen  serán  honrados  y  exaltados  dos  de  los  grandes 
dogmas  de  nuestra  Religión  sagrada:  el  delirio  del  am_or  de  Dios  a  los 
hombres:  la  Sagrada  Eucaristía;  y  el  sublime  privilegio  de  María;  el  de 
haber  sido  concebida  s-n  mancha  de  pecado. 

No  nos  resta  sino  instaros  encarecidam.eníe  a  que  aprovechéis  cristia- 
namente de  este  santo  tiempo  de  Cuaresma,  destinado  a  preparar  el  espí- 
ritu para  la  celebración  de  la  qran  fiesta  de  la  Pascua  de  Resurrección  de 
Nuestro  Señor  Jesucristo,  la  fiesta  central  de  la  sagrada  Liturgia. 

Sabéis  muy  bien  en  qué  consiste  esta  preparación:  limpiar  el  alma 
de  todo  rastro  de  pecado  y  acercaros  así,  limpios  y  puros,  a  la  mesa  euca- 
rística . 

Nuestra  Madre  la  Iglesia,  con  oportunidad  sapientísima,  ha  dis- 
puesto que  se  abra  la  Cuaresma  con  una  ceremonia  por  demás  im- 
presionante: la  imposición  de  la  Ceniza  "Polvo  eres",  le  recuerda  al 
hombre  mortal,  "y  en  polvo  te  has  de  convertir".  Para  completar  el 


160 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


pensamiento  habría  que  agregar:  polvo  fuiste.  Y  eso  fué  precisamen- 
te el  hombre  antes  de  recibir  el  hálito  de  vida  del  Creador:  humus,  li- 
mo de  la  tierra. 

Con  este  pensamiento  profundamente  filosófico  y  esencialmente  teo- 
lógico, que  rebaja  toda  grandeza  y  exalta  toda  humildad,  ya  tiene  el 
cristiano  un  enérgico  argumento  para  prepararse  dignamente  a  cum- 
plir estos  dos  grandes  preceptos  de  la  Iglesia'  te  confesarás,  a  lo  menos 
una  vez  al  año  y  comulgarás  en  Pascua  Florida. 

Fuera  de  estos  dos  saludables  preceptos,  la  Iglesia  aconseja  otros 
medios  para  santificar  la  Cuaresma.  La  oración  que  eleva  el  alma  a 
Dios,  que  la  pone  en  comunicación  con  El  y  que  le  alcanza  del  Dador 
de  todo  bien,  todo  lo  que  necesita  como  criatura,  débil  y  miserable  co- 
mo es.  La  limosna,  el  auxilio  generoso  y  caritativo  que  cubre  la  mul- 
titud de  los  pecados.  A  este  propósito  la  Iglesia  nos  recuerda  en  este 
tiempo  las  palabras  de  Isaías:  "Sacia  la  necesidad  del  hambriento,  cu- 
bre la  carne  del  mendigo,  porque  cubriendo  su  desnudez  cubres  tu  pro- 
pia carne".  La  predicación,  porque  si  grave  es  la  obligación  que  la 
Iglesia  impone  a  sus  sacerdotes  de  prodigar  la  palabra  divina  en  el  tiem- 
po cuaresmal,  grave  es  también  la  obligación  del  cristiano  de  escucharla 
y  sacar  provecho  de  ella.  Acuérdense  los  fieles  de  la  sentencia  de  Je- 
sucristo: "no  sólo  de  pan  vive  el  hombre  sino  de  toda  la  palabra  que 
sale  de  la  boca  de  Dios" .  Finalmente  la  mortificación,  de  la  cual  dice 
el  Prefacio  de  Cuaresma  que  "eleva  la  mente  hacia  regiones  superiores; 
reprime  los  vicios  y  nos  alcanza  premios  y  eternas  recompensas". 

He  aquí  amados  hijos,  un  magnífico  programa  de  una  buena  y 
provechosa  Cuaresma,  de  una  Cuaresma  cuyo  pórtico  es  el  reconoci- 
miento de  nuestra  debilidad  y  miseria:  pulvis  es,  y  cuyo  epílogo  son  las 
santas  alegrías  de  la  Resurrección. 

Mandamos  que  esta  Pastoral  sea  leída  en  nuestras  Iglesias  y  orato- 
rios públicos  en  el  domingo  inmediato  a  su  recepción. 

Dada  en  el  Palacio  Arzobispal  de  Lima,  el  día  veintiocho  de  fe- 
brero de  1953 . 

Juan  Gualterio  Cardenal  Guevara 
Arzobispo  de  Lima 

Ignacio  Arbulú  Pineda 
Canciller-Secretario 


CARTA  PASTORAL 


Del  Venerable  Episcopado  Peruano,  con  mo- 
tivo del  Quinto  Congreso  Eucaristico  Nacional  y 
Mariano,  que  se  celebrará  en  la  ciudad  de  Lima 
entre  el  7  y  el  12  de  diciembre  del  presente  aña 
de  1954. 

Nos,  el  Cardenal  Arzobispo  Primado,  los  Arzobispos,  Obispos,  Vi- 
carios y  Prefectos  Apostólicos  de  las  cuatro  Provincias  Eclesiásticas  del 
Perú,  a  nuestros  Venerables  Cabildos,  clero  secular  y  regular  y  fieles 
de  nuestras  Arquidiócesis,  Diócesis,  Vicariatos  y  Prefecturas  Apostó- 
licas, salud  y  paz  en  Nuestro  Señor  Jesucristo. 

Venerables  hermanos  y  amados  hijos: 

Desde  ahora  nos  parece  contemplar  el  más  deslumbrante  espectácu- 
lo que  vió  el  Evangelista  profeta:  "El  Cordero  de  Dios  en  su  trono 
y  en  derredor  de  El,  con  las  jerarquías  angélicas,  la  multitud  innume- 
rable de  los  escogidos  de  todas  las  tribus  y  lenguas  y  pueblos  y  nacio- 
nes, que  con  El  y  por  El,  enlazados  en  una  sola  familia,  adoran  y 
aman,  bendicen  y  glorifican,  como  endiosados  en  su  infinita  bienaven- 
turanza, a  la  majestad  del  Eterno". 

Algo  semejante  a  esta  visión  profética,  admirablemente  descrita  por 
el  Evangelista  San  Juan,  se  realizará  en  nuestro  próximo  Congreso,  en 
el  que  se  congregarán  miles  de  fieles  de  todos  los  Departamentos  y 
Provincias  del  territorio  nacional,  los  que  postrados  de  hinojos  ante  la 
Hostia  sagrada,  rendirán  pleitesía  de  amor,  respeto  y  admiración  a  Je- 
sucristo velado  por  las  especies  sacramentales  en  el  Augusto  Sacramen- 
to del  Altar. 

He  aquí  la  visión  deslumbradora  que  contemplarán  nuestros  ojos, 
la  misma  que  contemplaron  hace  diecinueve  años,  los  que  concurrieron 
al  primer  Congreso  Eucaristico  Nacional. 

I 

Dios  es  grande  en  todas  sus  obras.  Lo  fue  en  la  obra  estupenda 
de  la  Creación,  sacando  de  la  nada  todas  las  cosas;  en  la  redención 
del  género  humano  mediante  el  sacrificio  de  la  cruz;  y  lo  es  en  la  Sa- 


162 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


grada  Eucaristía.  En  la  primera  dando  fin  a  su  maravillosa  tarea  ex- 
clamó que  era  inmensamente  buena  (Gén.  1,  31);  en  la  segunda  re- 
pitió el  mismo  aplauso  diciendo,  desde  lo  alto  de  la  cruz:  "Consuma- 
tum  est"  (Jo.  19,30).  Todo  está  consumado;  todo  está  hecho,  no  se  ♦ 
ha  omitido  nada  de  lo  que  debiera  haber  hecho.  Testimonio  irrecusa- 
ble porque  brotaba  de  los  mismos  labios  del  Hombre-Dios,  que  no  pue- 
de mentir,  exagerar  o  simular.  "Pasarán  el  cielo  y  la  tierra;  pero  mis 
palabras  no  pasarán"  (Marc.  13,  31). 

Por  semejante  manera  en  la  Sagrada  Eucaristía  se  advierte  idén- 
tica majestad  y  grandeza.  El  Evangelista  San  )uan  pone  en  evidencia, 
cuando,  poco  antes  de  la  institución  del  Sacramento  del  Altar,  exclamó: 
"como  hubiese  amado  a  los  suyos  que  vivían  en  el  mundo,  los  amó  has- 
ta el  fin"  (San  Juan,  13,  1)  .  Los  amó  hasta  el  fin,  es  decir,  hasta  ago- 
tar su  amor  divino,  como  asegura  San  Agustín  al  afirmar  que  Dios, 
siendo  infinitamente  poderoso  no  podía  hacer  nada  más  grande;  que 
siendo  infinitamente  sabio,  no  supo  inventar  algo  más  grande  y  siendo 
infinitamente  bueno  no  tuvo  más  que  darnos.  Y  el  Real  Profeta  David, 
vislumbrando  ya  esta  maravilla,  dijo:  "Memoria  eterna  dejó  de  sus  ma- 
ravillas: misericordioso  y  compasivo  es  el  Señor"  (Pslm.  110,  4).  La 
Sagrada  Eucaristía  es,  pues,  el  conjunto  de  grandezas  del  Señor.  En 
él  actualiza  todas  las  virtudes  que  lo  caracterizaron  en  su  vida  mortal: 
la  humildad,  la  paciencia,  la  caridad  a  los  hombres,  su  poder  inmenso 
y  su  sabiduría  infinita.  Fué  tal  el  amor  a  los  hombres,  que  cuando  lle- 
gó la  hora  de  partir  de  este  mundo,  no  pudo  resignarse  a  dejar  solos  y 
huérfanos  a  los  que  acababa  de  redimir,  y  por  eso,  apelando  a  su  sa- 
biduría y  poder  infinitos,  inventó  un  medio  para  ocupar  el  lugar  que  le 
correspondía  en  el  cíelo  y  quedarse  al  mismo  tiempo  en  la  tierra  con 
nosotros,  realizando  el  gran  prodigio  de  la  Eucaristía;  ¡oh  estupenda 
maravilla  del  Señor,  oh  asombroso  y  elocuente  testimonio  de  su  bondad 
y  misericordia!  ¡Y  que  haya  hombres  que  no  reconozcan  esta  maravilla 
y  permanezcan  indiferentes  ante  este  testimonio  estupendo  de  la  cari- 
dad, del  poder  y  de  la  sabiduría  de  nuestro  amantísimo  Salvador! 

La  Eucaristía  es  pan  de  vida  eterna.  Claramente  se  refirió  a  este 
Sacramento  Nuestro  Señor,  a  raíz  del  milagro  de  la  multiplicación  de 
los  panes  en  el  desierto.  "Vuestros  padres  comieron  maná  en  el  de- 
sierto y  murieron.  Mas  éste  es  el  pan  que  desciende  del  cielo,  a  fin  de 
que,  quien  comiere  de  él,  no  muera.  Yo  soy  el  pan  vivo  que  ha  descen- 
dido del  cielo"  (S.  Juan  6,  48-50).  De  estas  palabras  se  deduce  que 
si  queremos  mantener  la  v'da  espiritual,  debemos  acudir  presurosos  a 
la  mesa  sagrada  para  hartarnos  con  ese  pan  divino  y  apagar  nuestra 
sed  bebiendo  la  preciosa  sangre  de  Nuestro  Señor  Jesucristo. 

No  sólo  la  Sagrada  Eucaristía  es  pan  de  vida,  sino  también  pan 
de  fortaleza  que  nos  suministra  las  fuerzas  necesarias  para  superar  nues- 
tras miserias  y  debilidades.  De  allí  que  los  mártires  de  la  primitiva 
Igles'a,  antes  de  ir  al  martirio,  procuraban  premunirse  con  el  pan  eu- 
carístico  para  sufrir  los  tormentos  a  que  eran  sometidos  muriendo  co- 
mo holocausto  ofrecido  al  Señor.  Humanamente  hablando  era  imposi- 
ble que  pudieran  marchar  al  suplicio  impávidos  y  hasta  gozosos  tiernos 
niños,  débiles  mujeres  y  ancianos  oprimidos  por  el  peso  de  los  años. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


163 


El  pan  eucarístico  no  solo  dá  fuerza  para  sobrellevar  las  miserias 
de  la  vida,  sino  también  para  salir  triunfantes  en  la  lucha  contra  las 
pasiones  humanas  y  las  solicitaciones  del  mundo.  Es  por  eso  que  los 
maestros  de  la  vida  espiritual  aconsejan  la  comunión  frecuente,  como 
uno  de  los  medios  más  señalados  para  dominar  las  tentaciones  de  la 
carne  y  preservarnos  de  la  inmundicia  del  siglo. 

Finalmente,  dejando  otras  consideraciones,  mediante  la  sagrada  Eu- 
caristía se  realiza  una  como  identificación  del  hombre  con  Dios.  "No, 
dijo  San  Juan  Crisóstomo,  la  mejesíad  de  Dios  y  su  grandeza  no  le 
impiden  hacerse  hombre  como  nosotros  y  encarnarse  en  cierta  manera 
en  nosotros".  Así  es  como  la  pobre  criatura  humana  puede  elevarse  en 
cierta  manera  a  las  alturas  de  la  divinidad  y  hacerse  una  misma  cosa 
con  Dios;  mediante  ella  se  realiza  licitamente  la  insensata  ambición  de 
nuestros  primeros  padres  de  querer  asemejarse  a  Dios.  Lo  que  no  pu- 
dieron lograr  Adán  y  Eva,  lo  obtenemos  nosotros,  hijos  suyos,  en  el 
Sacramento  del  Amor.  De  modo,  pues,  que  en  este  Sacramento,  no  só- 
lo se  realiza  la  promesa  de  Jesús:  "Yo  estaré  con  vosotros  hasta  el  fin 
de  los  siglos"  (Mat.  28,  20),  sino  que  nos  hacemos  una  sola  cosa  con  El. 

II 

Todo  parece  haber  sido  preparado  para  la  conjugación  del  Congre- 
so Eucarístico  con  este  Año  Mariano:  La  gran  Concentración  del  Cam- 
po de  Marte  del  7  de  diciembre  del  año  pasado,  realizada  en  esta  ciudad, 
abriendo  el  año  mariano;  el  magnífico  desfile  de  diez  mil  hombres  en 
homenaje  a  la  Virgen  del  Morro  Solar;  las  peregrinaciones  parciales  a 
los  templos  de  María,  organizadas  en  esta  capital  y  los  diversos  cultos 
tributados  a  la  Madre  de  Dios  en  todas  las  diócesis,  en  preparación  de 
nuestro  Congreso. 

Y  si  nos  remontamos  a  tiempos  anteriores,  la  erección  de  varias  ba- 
sílicas en  honor  a  la  Santísima  Virgen  y  la  Coronación  de  su  imagen 
bendita  en  diversos  lugares  de  la  república,  están  denunciando  el  amor 
y  la  devoción  a  la  gran  Madre  de  Dios  en  nuestra  patria. 

La  misma  oposición  de  la  secta  protestante  al  culto  a  María  que 
acicatea  la  devoción  de  nuestro  pueblo  a  la  Santa  Madre  de  Dios,  es 
un  testimonio  elocuente  del  culto  a  la  celestial  Señora.  ¿Quién  no  vé  en 
ese  error  del  sectarismo  la  confirmación  de  que  María  es  la  vencedora 
de  todas  las  herejías,  cumpliéndose  aquello  de  que  María  es  un  ejército 
organizado  para  aplastar  la  cabeza  de  la  serpiente  infernal? 

No  se  puede  negar  que  ninguna  criatura  ha  podido  tener  una  unión 
más  estrecha  con  Jesús,  como  la  Santísima  Virgen.  Esta  unión  comen- 
zó en  el  vientre  virginal  de  María.  Se  desarrolló  en  la  humilde  casa 
de  Nazareth,  donde  Jesús  y  María  vivieron  juntos  durante  treinta  años, 
y  se  perfeccionó  esa  convivencia  en  la  acerbísima  pasión  del  Redentor. 
De  los  cuatro  personajes  que  acompañaron  a  Jesús  sobre  el  monte  Cal- 
vario, María  ocupó  preferente  lugar  y  asistió  de  pié  al  holocausto  de  su 
Hijo,  sin  que  la  abatiese  el  dolor  que  más  que  ninguna  otra  criatura  pu- 
do sentirlo  y  experimentarlo. 

Los  Santos  Padres,  insistiendo  en  esa  unión  estrecha  entre  María  y 
Jesús,  hacen  notar  que  ella  suministró  al  Verbo  Divino  la  carne  huma- 


164 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


na,  la  misma  que  hoy  conserva  Jesucristo,  la  misma  que  es  adorada  ba- 
jo las  especies  del  pan  y  vino  en  el  sacramento  del  altar. 

De  alli  que  consideramos  como  una  coincidencia  providencial  que 
nuestro  Congreso  Eucarístico  se  celebre  precisamente  en  el  año  que, 
por  disposición  del  Supremo  Jerarca  de  la  Iglesia,  se  ha  consagrado  a 
honrar  a  María,  en  conmemoración  de  la  definición  del  dogma  de  la 
Inmaculada  Concepción  de  la  Santa  Madre  de  Dios. 

Y  volviendo  a  esta  unión  de  María  con  el  Verbo  de  Dios  humana- 
do, queremos  destacar  que  ya  desde  los  primeros  años  de  la  difusión 
del  culto  a  María  Santísima  en  los  pueblos  sojuzgados  por  España,  la 
gran  nación  mariana,  se  aludía  a  esa  unión  admirable.  Y  que  esa  creen- 
cia llegara  hasta  las  clases  más  humildes,  lo  demuestra  esta  loa  popu- 
lar, que  todavía  se  canta  en  muchos  lugares  de  nuestra  patria:  "Alaba- 
do sea  el  Augusto  Sacramento  del  Altar  y  la  Virgen  concebida  sin  man- 
cha de  pecado  original".  He  aquí  una  preciosa  síntesis  de  lo  que  será 
nuestro  Congreso  Eucarístico  Mariano. 

Recordando  la  admonición  del  Apóstol  San  Juan:  "No  amemos  so- 
lamente con  la  lengua,  sino  sobre  todo  con  la  verdad  y  los  hechos".  (San 
Juan,  Apoc.  3,  18),  os  encarecemos,  carísimos  hijos,  que  esta  devoción 
a  la  Virgen  María,  no  sea  puramente  platónica  como  se  dice,  sino  que 
se  traduzca  en  hechos  tangibles.  El  mal  de  nuestro  siglo,  consiste  ante 
todo  en  que  han  desaparecido  las  virtudes  fuertes  que  nos  recomienda 
el  Evangelio:  la  paciencia  que  es  propia  de  las  almas  grandes;  la  mor- 
tificación que  domina  los  vicios  de  la  carne;  la  templanza  que  supera 
la  vida  muelle,  sensual  y  licenciosa;  la  castidad,  que  doma  los  desórde- 
nes de  la  lujuria;  y  la  caridad  que  según  el  sentir  de  San  Pablo,  en  la 
Epístola  a  los  Corintios:  es  sufrida,  dulce  y  bienhechora;  no  es  ambi- 
ciosa, no  se  irrita  ni  piensa  mal  de  nadie,  y  todo  lo  espera  y  lo  sopor- 
ta". Y  por  último,  la  fortaleza,  que  supera  todo  dolor  y  toda  miseria. 

Pues  bien,  amados  hijos,  todas  estas  virtudes  las  encontramos  en 
grado  sumo  en  la  Santísima  Virgen  María,  virtudes  que  van  faltando 
cada  vez  más  en  las  generaciones  de  hoy,  que  llevan  una  vida  licenciosa 
y  que  parece  no  tener  más  norte  que  el  lucro  y  el  placer. 

De  una  manera  especial  se  hace  sentir  la  ausencia  de  aquellas  vir- 
tudes en  la  mujer  de  nuestro  tiempo,  sobre  todo  en  las  jóvenes  que  obe- 
decen ciegamente  los  dictados  del  siglo.  Qué  contraste  entre  el  compor- 
tamiento de  María  frente  al  dolor;  mientras  que  su  Hijo  era  exaltado 
por  las  muchedumbres  hasta  el  punto  de  querer  alzarlo  por  Rey,  María 
estaba  ausente,  se  mantenía  silenciosa  en  la  penumbra  de  la  casita  de 
Nazareth,  para  que  se  destacara  más  la  persona  de  su  Hijo;  pero  cuan- 
do llegaron  las  horas  amargas  del  dolor,  inmediatamente  María  corrió 
al  lado  de  su  Hijo,  para  acompañarle  en  la  calle  de  la  Amargura  y  en  la 
suprema  agonía  de  la  Cruz,  y  no  lo  abandonó  ya  hasta  el  momento  en 
que  el  cuerpo  exánime  de  Jesús  fué  depositado  en  el  sepulcro. 

Si  tan  hermosos  ejemplos  de  abnegación  y  de  sacrificio,  fueran  se- 
guidos por  la  mujer  de  hoy,  no  se  verían  los  hogares  que  claman  su 
presencia  como  abandonados  por  la  pasión  del  juego  y  de  otras  punibles 
diversiones,  ni  disueltas  las  familias  por  el  divorcio,  ni  vacías  las  cunas, 
por  la  adopción  de  las  prácticas  delictuosas  del  anticoncepcionismo,  pro- 
hibido por  la  ley  natural  y  divina. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


165 


Conviene,  pues,  que  los  cristianos  todos  y  especialmente  la  mujer,^ 
rindan  a  la  Virgen  Santisima  el  auténtico  culto  de  los  hechos,  imitando 
sus  excelsas  virtudes,  a  fin  de  que  El,  juntamente  con  su  Hijo  Santísi- 
mo, reine  en  todos  los  hogares  cristianos,  ya  que  en  nuestro  Congreso 
se  consagrará  la  República  a  la  Virgen  María,  al  propio  tiempo  que  se 
realizará  la  proclamación  de  la  regalidad  de  María  por  el  Sumo  Pon- 
tífice, según  se  ha  informado  oportunamente. 

Antes  de  cerrar  esta  Carta  Pastoral,  formulamos  férvidos  votos,  pa- 
ra que  se  lleven  a  feliz  término  estos  postulados:  sentir  afán  de  perfec- 
cionarnos en  nuestras  Instituciones,  en  un  nuevo  modo  de  cumplir  las 
leyes;  en  nuestras  relaciones  sociales,  hasta  que  en  ellas  se  satisfaga  la 
justa  exigencia  y  se  sigan  los  dictados  del  verdadero  amor  y  fraterni- 
dad. Necesitamos  que  se  vaya  perfeccionando  también  un  régimen  de 
fraternidad  social,  de  elevación  del  nivel  de  vida  de  las  clases  humil- 
des, de  una  más  equitativa  distribución  de  la  riqueza  y  de  los  frutos 
del  trabajo. 

Necesitamos  igualmente  que  se  mantenga  en  toda  su  integridad  la 
unión  de  los  peruanos  mediante  la  conservación  del  credo  católico.  Re- 
cordemos a  este  propósito  que  la  espada  invicta  de  nuestros  Libertado- 
res cortó  los  vínculos  que  nos  unían  a  la  Madre  Patria,  España;  pero 
no  osaron  tocar  la  túnica  inconsútil  de  la  religión  católica,  porque  esta- 
ban persuadidos  que  las  nuevas  Repúblicas,  por  ellos  forjadas,  no  po- 
dían alcanzar  sus  destinos  si  todas  entre  sí  y  todos  los  ciudadanos  de 
cada  una  de  ellas  no  se  mantenían  unidos  por  el  vínculo  indestructible 
de  la  religión. 

Amados  hijos: 

Cerramos  esta  Carta  Pastoral  exhortándoos  encarecidamente  a  que 
con  vuestra  actividad  personal,  con  vuestra  contribución  pecuniaria  y 
sobre  todo  con  la  oración  cooperéis  a  la  digna  celebración  de  nuestro 
Congreso,  para  la  renovación  de  la  vida  cristiana  en  todo  el  país  en 
bien  de  la  Iglesia,  de  la  Patria  y  la  mayor  gloria  de  Dios. 

Mandamos  que  esta  Carta  Pastoral  se  lea  en  los  lugares  de  costum- 
bre el  domingo  inmediato  a  su  recepción. 

Dada  en  Lima,  el  30  de  Agosto  de  1954,  fiesta  de  Santa  Rosa  de 
Lima. 

JUAN  GUALBERTO  CARDENAL  GUEVARA,  Arzobispo  de 
Lima  y  Primado  del  Perú. 

SANTIAGO  HERMOZA,  Arzobispo  del  Cuzco. 

LEONARDO  RODRIGUEZ  BALLON.  Arzobispo  de  Arequipa. 

AUPELO  GUERRERO,  Arzobispo  de  Trujillo. 

OCTAVIO  ORTIZ  APRIETA,  Obispo  de  Chachapoyas. 

FRANCISCO  RUBEN  BERROA,  Obispo  de  lea. 

ATAN  ASIO  JAUREGUI,  Vicario  Apostólico  del  Marañón. 

BUENAVENTURA  URIARTE,  Vicario  Apostólico  del  Ucayali. 

VICTOR  ALVAREZ,  Obispo  de  Ayacucho. 

TEODOSIO  MORENO,  Obispo  de  Huánuco. 

MARIANO  JACINTO  VALDIVIA,  Obispo  de  Huáraz. 


166 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


DANIEL  FIGUEROA  VILLON,  Obispo  de  Huancayo. 

CARLOS  ALBERTO  ARCE  MASIAS,  Obispo  de  Tacna. 

ALBERTO  DETTMANN,  Obispo  de  Puno. 

FEDERICO  PEREZ  SILVA,  Obispo  de  Piura. 

PABLO  RAMIREZ  TABOADA,  Obispo  de  Cajamarca. 

JOSE  DAMASO  LABERGE,  Prefecto  Apostólico  del  Amazonas. 

IGNACIO  GARCIA  MARTIN,  Prefecto  Apostólico  de  San  Ja- 
vier del  Marañón. 

JOSE  GARCIA  GRAIN,  Vicario  Apostólico  del  Urubamba. 

MARTIN  ELORZA,  Administrador  Apostólico  de  Moyobamba. 

FLORENCIO  CORONADO,  Administrador  Apostólico  de  Huan- 
cavelica. 

FERNANDO  CALLE,  Pro-Vicario  Apostólico  ¡quitos. 


JORNADA  DE  ESTUDIO  DEL  CONGRESO 


"Caminad  mientras  tengáis  luz" 
(Juan,  XII,  35) 

GUIA  DE  ESTUDIOS. 

Siendo  el  lema  de  los  cuatro  últimos  Papas  la  recristianización  del 
mundo  semípagano  de  nuestros  días  con  la  ayuda  de  eclesiásticos  y  lai- 
cos; considerando  que  la  Sagrada  Eucaristía  y  la  devoción  a  la  Santísima 
Virgen  María  son  las  dos  fuerzas  renovadoras  más  poderosas  de  la  Igle- 
sia, es  un  deber,  para  estar  a  tono  con  los  deseos  del  Vicario  de  Cristo, 
proponer  como  tema  de  estudio  del  Congreso  Eucarístico  Mariano  que 
se  celebrará  en  Diciembre  de  este  Año  Mariano,  las  características  o  cua- 
lidades que  hacen  aptos  a  los  católicos  de  ahora  para  actuar  con  eficacia, 
al  lado  de  la  Jerarquía  de  la  Iglesia,  en  la  obra  de  la  recrisíianización  de 
la  humanidad. 

El  actual  Pontífice  Pío  XII  el  ocho  de  marzo  de  1952  decía  que  la 
necesidad  más  urgente  de  la  Iglesia  son  fieles  y  grupos  de  fieles  de  toda 
condición,  que,  libres  de  la  esclavitud  de  los  respetos  humanos,  ajusten 
toda  su  vida  y  sus  actividades  a  establecer  el  Reino  de  Dios  en  la  tierra. 
Nótese  que  el  Papa  exige  que  los  católicos  con  su  vida  y  SUS  ACTI- 
VIDADES deben  cooperar  al  establecimiento  del  Reino  de  Dios.  Por 
lo  mismo  el  tema  del  Congreso  debe  estudiarse  no  sólo  en  relación  a  la 
vida  individual  de  los  católicos,  sino  también  en  relación  con  SUS  AC- 
TIVIDADES PROFESIONALES:  de  modo  que,  el  estudio  del  Con- 
greso, aparezca  claro  cómo  deben  formarse,  por  medio  de  la  Eucaristía 
y  la  devoción  a  la  Virgen,  los  católicos  aptos  para  actuar,  con  su  vida  y 
actividad  profesional  en  el  establecimiento  del  Reino  de  Dios  al  lado  de 
la  Jerarquía. 

Al  relacionar  el  tema  con  la  devoción  de  la  Virgen,  debe  conside- 
rarse esta  devoción  por  su  aspecto  esencial  y  práctico  que  es  el  de  la 
imitación,  considerando  que  si  María,  por  su  unión  con  Jesucristo  en  su 
vida  y  en  sus  destinos,  fué  asociada  a  la  obra  del  establecimiento  del  Rei- 
no de  Dios  en  el  mundo,  también  el  católico  será  asociado  a  su  estable- 
cimiento, uniéndose  a  Jesucristo  Eucarístico  por  María,  según  el  cono- 
cido axioma:  Ad  Jesum  per  Mariam;  a  Jesús  por  María.  El  estudio,  pues, 
del  tema  del  Congreso  se  ha  de  desarrollar  por  estas  ideas:  La  Eucaris- 
tía formadora  de  los  católicos  que  necesita  ahora  la  Iglesia  para  la  re- 
cristianización  del  mundo,  conforme  al  modelo  que  nos  ofrece  en  su  vida 
la  Santísima  Virgen. 


168 


Ahora  bien:  como  en  la  legislación  eclesiástica  hay  dos  clases  de 
personas,  los  clérigos  y  los  laicos,  ambas  clases  estudiarán  el  tema  en 
conformidad  con  sus  peculiares  condiciones;  a  saber: 

La  Eucaristía  y  la  actitud  actual  del  Clero  aprendida  en  las  rela- 
ciones de  María  con  Jesucristo. 

La  Eucaristía  y  la  actual  vida  cristiana  de  los  laicos  inspirada  en 
la  depoción  a  María. 


EL  CLERO. 

Tema:  La  Eucaristía  y  la  actitud  actual  del  clero  aprendida  en  las  reía- 
dones  de  Marta  con  Jesucristo. 

Esta  actitud  ha  sido  definida  por  el  Papa  Pía  XI  en  su  Encíclica 
sobre  el  Sacerdocio  el  20  de  diciembre  de  1935,  en  la  cual  expresa  que 
esta  actitud  pondrá  al  Clero  en  condiciones  de  atraer  al  Reino  de  Je- 
sucristo no  sólo  a  los  extraviados  que  tienen  fe,  sino  a  cuantos,  con  rec- 
ta intención,  busquen  la  verdad. 

Tres  aspectos  contempla  el  Papa  en  esta  cuestión: 

a)  La  dignidad  sacerdotal; 

b)  La  santidad; 

c)  La  formación  sacerdotal  que  el  Clero  debe  considerar  para 
actuar  con  eficacia  en  estos  tiempos. 

De  estos  tres  puntos  deduce  el  Santo  Padre  tres  tesis,  que  plan- 
tea en  esta  forma: 

L — Dignidad  Sacerdotal  en  su  aspecto  Eucartstico-Mariano. 

a)  El  Sacerdote,  segregado  de  los  demás  y  destinado  al  bien  de 
los  hombres  cerca  de  Dios.  (S.  Pablo,  Hbr.  V.  1)  .  Unión  Eucarística. 

María  fué  también  elegida  y  predestinada  por  Dios,  asociándola  a 
la  obra  redentora  de  Jesucristo.  El  Sacerdote  debe  ver,  por  esta  seme- 
janza, la  alteza  de  su  dignidad,  las  gracias  recibidas  con  ella  y  el  destino 
sublime  de  su  elección. 

b)  Potestad  del  Sacerdote  sobre  el  cuerpo  real  de  Jesucristo  y  so- 
bre su  cuerpo  místico. 

María  recibió  potestad  sobre  el  cuerpo  físico  de  Cristo  haciéndole 
su  Madre  y  viviendo  bajo  su  autoridad  en  Nazaret;  y  sobre  su  cuerpo 
místico  al  entregárnosla  por  Madre  y  hacernos  sus  hijos.  El  Sacerdote 
debe  aprender  de  María  a  tratar  a  Jesús  en  la  Eucaristía  y  debe  también 
aprender  su  obra  de  misericordia  con  los  fieles  para  formar  en  ellos  a 
Cristo. 

c)  El  Sacerdote  mediador  público  y  oficial  entre  la  humanidad  y 
Dios.  Es  verdad  católica  la  mediación  universal  de  María  que  la  ejerce 
con  Jesucristo,  como  tiene  obligación  de  ejercerla  el  Sacerdote  por  su  vo- 
cación; y  debe  valerse  de  María.  Intima  vida  mariana  del  Sacerdote. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS  169 


II.  ' — Santidad  Eucarístico-Matiana  del  Sacerdote. 

a)  Grado  de  perfección  o  santidad  del  Sacerdote  en  relación  con 
su  vocación,  deducido  de  la  santidad  de  María  en  relación  a  su  dig- 
nidad . 

b)  Virtudes  del  Sacerdote:  pureza  de  corazón,  piedad,  castidad, 
obediencia,  desprendimiento,  aprendidas  en  la  Escuela  del  Corazón  de 
María . 

c)  Ciencia  del  Sacerdote.  María  Sedes  Sapientiae.  Labia  Sacer- 
dotis  custodiunt  scientiam. 

III.  — Formación  Sacerdotal. 

a)  El  Sacerdote  y  el  fomento  de  las  vocaciones  sacerdotales. 
María  dió  a  conocer  a  Jesucristo  y  lo  acompañó  en  su  vida  pública,  mi- 
sión semejante  a  la  del  Sacerdote. 

b)  La  formación  sacerdotal  del  seminarista  en  el  amor  de  Jesús  y 
María. 

c)  La  formación  científica  y  apostólica  del  seminarista,  bajo  la  pro- 
tección de  la  Reina  de  los  apóstoles. 

LOS  LAICOS. 

Advertencia .  —  El  temario  de  los  laicos  comprende  dos  par- 
tes. La  primera  contiene  las  tesis  de  carácter  general  de  cuyo  estudio 
debe  aparecer  la  figura  del  Católico  de  ahora  apto  para  actuar  al  lado 
de  la  Jerarquía,  en  el  establecimiento  del  Reino  de  Dios.  En  la  segunda 
contienen  las  tesis  específicas,  esto  es,  las  tesis  propias  de  cada  profe- 
sión, ordenadas  a  que  todo  profesional  conozca  la  misión  social  de  su 
actividad;  las  cualidades  morales  para  llenar  dicha  misión  y  el  campo 
apostólico  donde  deben  trabajar  para  cooperar  a  la  recristianización. 

Primera  Parte 

Aunque  la  primera  parte  tiene  carácter  general,  a  fin  de  orientar 
mejor  la  formación  de  un  perfecto  profesional  católico,  se  estudiará  por 
■grupos  profesionales  afines  que  son  los  siguientes: 

Abogados 

A)  Ingenieros 
Arquitectos 

Escritores 
Artistas 

B)  Periodistas 
Bibliotecarios 

Médicos 
Odontólogos 

C)  Asistentes  Sociales 
Enfermeras 
Obstetrices 


170 


V  CONGRESO  EUCARISTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


D) 

Universitarios 

E) 

Hombres  de  negocios 

Padres  de  Familia 

G) 

Empleados  públicos  y  particulares 

H) 

Obreros 

J) 

Educadores 

Todos  estos  grupos  estudiarán  en  dos  dias  el  mismo  Temario. 

La  Eucaristía  y  la  actual  vida  cristiana  de  les  laicos  inspirada  en  la 
devoción  a  María. 

La  actitud  de  los  católicos  laicos  en  la  hora  presente  para  ayudar 
a  la  Iglesia  en  la  recristianización  de  la  humanidad  semipagana  de  estos 
tiempos  la  definió,  con  toda  claridad,  el  Papa  Pío  XII  en  una  de  sus 
más  notables  alocuciones,  al  delinear  las  cualidades  que  deben  tener 
los  católicos  si  quieren  cooperar  a  la  obra  de  los  Papas,  para  la  cual  han 
llamado  especialmente  a  los  laicos: 

Señaló  el  Pontífice  cuatro  notas  características  de  los  católicos  de 
ahora  y  son: 

a)  Imperturbable  confianza  en  la  victoria  fundada  en  una  fe  pro- 
funda . 

b)  Prontitud  serena  e  ilimitada  para  el  sacrificio  y  los  sufrimientos. 

c)  Fervor  y  contemplación  eucarísticos  surgidos  de  la  profunda 
conciencia  de  la  eficacia  social  del  pensamiento  eucarístico  en 
todas  las  formas  de  la  vida  social. 

d)  Empeño  para  obtener  una  unidad  de  espíritu  y  de  jerarquía 
más  íntima  y  duradera. 

Según  esto,  he  aquí  las  cuatro  tesis: 

/. — La  Eucaristía  misterio  de  Fe  y  [uente  donde  la  deben  beber  los  ca- 
tólicos para  alcanzar  la  imperturbable  confianza  en  el  triunfo  del 
reino  de  Dios  y  de  María  en  el  individuo,  en  la  familia  y  en  la 
Sociedad. 

°  Es  misterio  de  fe  porque  se  esconde  a  nuestros  sentidos  y  a  la 
razón  natural. 

°  Es  misterio  de  fe  porque  siendo  la  Eucaristía  el  mismo  Cristo,  a 
El  han  de  converger,  como  a  su  centro,  todos  los  misterios  de  la  Reli- 
gión cristiana. 

°  Es  misterio  de  fe  porque  es  el  alimento  espiritual  que  mantiene 
y  aumenta  la  vida  sobrenatural,  que  es  la  vida  de  fe. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


171 


La  fe  nos  asegura  el  triunfo  definitivo  de  Jesucristo. 

1 .  — Siendo  la  Comunión  el  modo  principal  de  participar  de  la  Eu- 
caristía, es  lógico  que  la  Comunión  entre  a  formar  parte  de  nuestras 
prácticas  religiosas,  sobre  todas  las  demás. 

2.  — Siendo  la  Eucaristía  el  alimento  espiritual  que  tomamos  por  la 
Comunión,  para  vivir  la  vida  sobrenatural,  que  no  debe  contenerse  en 
los  límites  de  nuestra  vida  individual  sino  que  ha  de  derramarse  a  la 
vida  familiar,  todos  los  católicos  han  de  proponerse,  como  obligación 
familiar,  que  no  falte  este  alimento  a  los  niños,  cuando  lleguen  a  la 
edad  de  comulgar;  que  no  haya  en  la  familia  quien  no  cumpla  con  la 
Comunión  anual;  que  esta  comida  espiritual  se  haga  a  veces  en  familia, 
comulgando  todos  juntos,  principalmente  en  el  tiempo  pascual. 

3.  — Siendo  María  la  primera  que  recibió  en  su  seno  a  Jesucristo, 
los  fieles  deberían  aprender  de  Ella  a  comulgar  con  fervor,  meditando 
frecuentemente  en  el  misterio  de  la  Encarnación  que  tiene  tanta  seme- 
janza con  la  Comunión. 

//.—£/  Sacrificio  Eucarístico.  escuela  de  sacrificio  donde  se  vigorizan  las 
almas  para  luchar  contra  las  pasiones  z;  arrostrar  los  peligros  del 
mundo.  La  Virgen,  unida  al  sacrificio  de  Jesucristo  para  la  salva- 
ción  de  todos,  es  modelo  de  sacrificio. 

El  sacrificio  de  Cristo  por  nosotros,  exige  nuestro  sacrificio  por 
Cristo.  La  Eucaristía,  así  como  es  memorial  del  sacrificio  de  Jesucristo, 
también  es  un  continuo  estímulo  a  nuestro  sacrificio;  de  modo  que  el 
culto  eucarístico  ha  de  formar  en  nosotros  el  espíritu  de  sacrificio  y  esa 
prontitud  serena  e  ilimitada  para  los  sufrimientos  en  el  establecimiento 
del  Reino  de  Dios. 

La  Eucaristía,  al  convertirnos,  como  dice  San  Agustín,  por  la  Co- 
munión en  la  sustancia  de  Cristo,  nos  comunica  la  prontitud  con  que 
Jesucristo  se  sometió  a  la  voluntad  de  su  Padre  que  exigió  de  El  el  sa- 
crificio de  su  vida  para  obrar  la  redención. 

Propuestas .  — 

1  .—Llamados  a  cooperar  con  Jesucristo  y  la  Virgen  en  la  obra  de 
la  salvación  del  mundo,  y  para  cumplir  la  ley  de  la  caridad  con  los 
hombres,  nos  debemos  comprometer  a  meditar  en  estas  tres  sentencias 
divinas : 

a)  Sin  efusión  de  sangre,  esto  es,  sin  sacrificio,  no  hay  redención. 

b)  La  pasión  de  Cristo,  esto  es,  la  inmolación  de  Cristo  por  los 
hombres,  se  completa  con  el  sacrificio  y  padecimiento  de  no- 
sotros. 

c)  El  mayor  argumento  de  la  caridad  es  dar  la  vida  por  el  que  se 
ama,  por  el  amado. 

2.  — ^Educar  a  los  hijos  en  el  sacrificio  y  en  el  valor  que  tiene  en  la 
vida  el  dolor,  con  ocasión  de  la  Misa  dominical  oída  en  familia. 

3.  — ^Recordar  a  los  enfermos  estos  pensamientos  para  que  se  ani- 
men a  padecer  por  Dios,  sabiendo  que  su  enfermedad  tiene  o  puede 
tener  valor  de  redención  para  la  familia  y  para  todos  los  hombres. 


172 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


4. — Recordar  las  repetidas  veces  que  la  Virgen  pidió  los  sacrifi- 
cios a  los  pastorcitos  de  Fátima  para  la  salvación  del  mundo. 

///.. — La  Eucaristía,  Ley  de  Amor,  nos  une  mas  a  Jesucristo  comunicán- 
donos sobreabundancia  de  vida  sobrenatural  para  irradiarla  en  to- 
das las  situaciones  de  la  vida. 

Jesucristo  en  la  Eucaristía  es  nuestro  Padre,  nuestro  Hermano, 
nuestro  Médico,  nuestro  Alimento... 

La  Eucaristía,  fuente  de  vida  y  de  la  gracia  que  es  luz  y  que  es 
fuerza,  con  la  cual  se  resuelven  todos  los  problemas  de  la  doctrina  del 
conocimiento  y  de  la  acción. 

La  Eucaristía  sublima  nuestro  amor  a  Dios  y  al  prójimo;  y  el  amor 
todo  lo  vence. 

Propuestas .  — 

1 .  — Siendo  el  espíritu  de  asociación  una  de  las  características  de  la 
vida  moderna,  urge  formar  asociaciones,  consorcios,  instituciones.  .  .  in- 
formados por  el  espíritu  cristiano,  para  llegar  antes  y  con  mayor  facili- 
dad al  Reino  social  de  Jesucristo.  La  Eucaristía  vivida  por  los  socios, 
resolverá  todos  los  conflictos  que  suscite  el  espíritu  del  mundo. 

2.  — Propagar  y  dar  vida  a  todas  las  asociaciones  y  prácticas  euca- 
rísticas  para  encender  el  fervor  y  contemplación  eucarísticas.  Tales  son, 
visitas  al  Santísimo  Sacramento,  los  Jueves  Eucarísticos,  las  Cuarenta 
Horas,  la  Adoración  Nocturna,  las  Exposiciones  del  Santísimo  perma- 
nentes .... 

3.  — Trabajar  con  todo  empeño  para  lograr  la  asistencia  a  la  Santa 
Misa  en  forma  de  activa  participación  en  ella,  unidos  en  espíritu  y  en 
acción  al  Sacerdote,  con  el  misal  diario. 

IV.' — La  Jerarquía  es  el  lazo  de  unión  de  los  fieles  con  Cristo:  con  el 
Papa  y  con  los  Obispos  todo:  sin  ellos,  nada.  La  Eucaristía  es  Cris- 
to con  nosotros. 

1 .  —La  Jerarquía  tiene  de  Jesucristo  la  potestad  docente  en  la  Igle- 
sia; los  que  son  llamados  al  apostolado  de  la  doctrina  de  Jesucristo  de- 
ben estar  en  perfecta  unión  con  la  Jerarquía. 

2.  — ^En  la  desorientación  doctrinal  que  el  mundo  ahora  padece,  y 
en  la  nulidad  de  doctrinas  que  pululan,  quien  desea  estar  seguro,  debe 
vivir  estrechamente  unido  a  la  Jerarquía. 

3.  — ^Todo  reino  dividido,  dijo  Jesucristo,  será  destruido;  por  eso, 
en  la  acción  apostólica  a  que  somos  llamados  todos  los  católicos  en  la 
hora  presente,  debemos  formar  un  frente  único,  en  filas  apretadas  con 
la  Jerarquía . 

Propuestas. — 

1. — Urge  dar  impulso  a  la  Acción  Católica  e  ir  a  ella,  siguiendo 
el  llamamiento  de  la  Jerarquía. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


173 


2 .  — Todas  las  asociaciones  católicas  deben  ser  adherentes  de  la 
Acción  Católica  para  dar  unidad  a  la  acción  Apostólica  dentro  de  la 
variedad  de  medios  y  de  fines  que  la  Acción  Católica  respeta. 

3.  — Considerando  que  el  apostolado  individual  no  es  suficiente,  no 
debe  el  católico  verdadero  pensar  que  cumple  con  su  deber  si  no  se  aso- 
cia en  la  medida  de  sus  posibilidades  o  alguna  de  las  instituciones  de 
apostolado,  al  menos  con  la  oración  y  el  pago  de  la  cuota  correspondiente. 

Abogados. 

Tesis  de  la  Profesión 

■ — El  Derecho  busca  la  paz  al  tráves  de  la  colaboración. 

^El  Legislador  supremo  no  es  el  Estado:  existe  otro  legislador  que 
está  sobre  el  vértice  del  edificio  juridico. 

. — El  hombre  de  leyes  como  ordenador  y  como  guardador  y  reali- 
zador de  la  justicia. 

1.  ^ — El  ordenamiento  jurídico,  tal  como  hoy  es  generalmente  con- 
cebido, ¿cumple  su  misión? 

La  regulación  de  la  convivencia  humana  para: 

a)  Alcanzar  el  máximo  posible  de  bienestar  común. 

b)  Hacer  que  cada  uno  tenga  el  máximo  de  bienestar  compatible 
con  la  igual  necesidad  de  bienestar  de  los  otros  hombres. 

La  tutela  de  los  particulares  al  través  de  la  colectividad.  La  tute- 
la de  la  colectividad  al  través  de  los  particulares.  El  individuo  y  la 
sociedad,  ¿polos  opuestos? 

2.  — El  particular  necesita  conocer  con  certeza  su  derecho.  La  le- 
galidad y  supremacía  de  la  ley  en  todo  orden  político  y  social,  son  ne- 
cesarias . 

El  individuo  necesita  saber  que  el  Estado  no  sólo  no  suprimirá,  si- 
no que  tutelará  su  persona  y  la  posibilidad  de  desarrollar  todas  sus  fa- 
cultades. El  Estado  necesita  pretender  del  individuo  la  obediencia  a 
todas  las  leyes  que  son  dadas  para  el  bien  común. 

El  Derecho  positivo  en  el  homenaje  al  Derecho  natural  encuentra 
su  sitio,  la  fuente  de  su  autoridad  y  el  criterio  de  su  propia  actividad. 

En  Dios  el  orden  jurídico  encuentra  su  sólida  base  para  establecer 
lo  que  es  el  bien  común. 

Al  descartar  a  Dios,  el  ordenamiento  jurídico  quitará  al  individuo 
la  confianza  en  el  Estado  y  al  Estado  la  seguridad  de  la  fidelidad  del 
ciudadano  en  la  ley. 

3.  ^ — El  orden  vital  y  estable  debe  ser  necesariamente  un  orden  de 
amor.  No  puede  ser  un  orden  formado  e  impuesto  por  la  violencia. 

Objetivo  del  abogado:  ¿ganar  el  pleito?  o  ¿hacer  efectiva  la  justicia? 

Cualidades  que  ha  de  tener  el  Hombre  de  Leyes: 

- — Gran  respeto  hacia  el  orden  jurídico  positivo. 
—Disposición  para  eliminar   o  reducir  la   injusticia  de  la  norma 
particular. 


174 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


— La  confianza  en  las  leyes  y  en  la  justicia  como  valor  absoluto. 
—Eficiencia  profesional. 

1.  — Un  principio  general  impone  al  jurista  católico  obedecer  es- 
trictamente a  las  leyes  y  ordenamientos  legítimos  de  la  autoridad  civil, 
aún  cuando  no  se  pueda  aprobar  los  principios  políticos,  las  intenciones 
o  los  actos  de  los  gobernantes.  "Omnis  potestas  est  a  Deo".  (Toda 
potestad  viene  de  Dios)  . 

La  obediencia  a  la  ley  moralmente  injusta. 

Un  deber  primario:  en  tanto  juristas  reducir  o  eliminar  la  aplica- 
ción de  la  norma  particular  injusta.  La  interpretación.  El  rol  del  Juez. 
Criterios  para  colaborar  en  la  aplicación  de  una  mala  ley. 

2.  — Para  muchos  se  ha  perdido  toda  confianza  en  las  leyes  y  en 
la  justicia.  Se  considera  el  Derecho  como  un  puro  instrumento  para 
el  propio  interés.  Se  evade  la  ley  apenas  sea  ello  posible. 

"El  abogado  en  toda  su  actividad  no  debe  sustraerse  al  único  y 
común  ideal:  el  descubrir,  asegurar  y  hacer  valer  legalmente  la  verdad" 
(Pío  XII  al  Tribunal  de  la  Rota,  2  de  octubre  de  1944). 

"En  los  tiempos  actuales  cuando  se  ve  en  no  pocos  debilitado  el 
respeto  a  la  majestad  del  Derecho  y  prevalecen  sobre  él  consideracio- 
nes de  utilidad  e  intereses,  de  fuerza  y  de  riqueza,  es  necesario  que 
todo  abogado  católico,  fiel  a  su  misión,  ame  y  respete  ante  todo  la 
justicia  y  la  verdad"  (Pío  XII  al  Tribunal  de  la  Rota,  310-941). 

Creer  en  la  profesión..  Sentir  lo  bello  y  lo  grande  que  es  el  estar 
llamado  a  colaborar  en  el  orden  jurídico,  a  edificarlo,  a  prevenir  la 
crisis. 

3.  - — Un  primerísimo  deber  actual:  estudiar  sin  descanso.  Poseer 
además  una  base  filosófica  y  un  profundo  conocimiento  de  la  ética. 
Deber  de  ciencia  y  de  diligencia. 

Corolario: 

El  nuestro  es  un  problema  de  fe. 

Es  un  problema  de  esperanza;  esperanza  firme  en  un  mundo  no 
guiado  únicamente  por  el  principio  bruto  de  la  fuerza  y  del  provecho. 

Es  un  problema  de  amor:  amar  al  bien  y  a  la  verdad,  la  justicia, 
a  Dios  y  a  los  hombres  por  amor  suyo.  Sentir  nuestra  vida  como  un 
servicio. 

Apostolado  a  través  de  la  Profesión: 

1  . — -Colaboración  en  una  profunda  integración  de  la  vida  jurídica. 

2.  — Labor  eficiente  y  generosa  en  las  asociaciones  profesionales. 

3.  — Apostolado  sobre  el  colega  y  sobre  el  cliente. 

Arquitectos. 

Tesis  de  la  Profesión 
El  arquitecto,  los  aspectos  de  la  arquitectura  y  el  arte  actual. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


175 


Un  problema  moral  básico. 

El  criterio  cristiano  de  la  vivienda. 

Labor  a  través  de  la  prolesión 

La  relación  entre  el  arquitecto  y  el  obrero. 
La  relación  entre  el  arquitecto  y  el  propietario. 
Relaciones  "con  otros  arquitectos". 

a)  Con  futuros  profesionales:  "la  Cátedra,  el  Estudio",  etc, 

b)  Con  los  compañeros  de  profesión. 

Artistíis. 

Ubicación  de  la  actividad  artística  dentro  del  organismo  social:  si- 
tuación de  esa  actividad  frente  a  las  demás  que  se  dan  en  la  sociedad, 
y  que  concurren,  como  ella,  a  la  realización  de  su  plenitud  humana. 

Responsabilidad  que  incumbe  al  artista,  más  allá  del  campo  espe- 
cíficamente estético:  no  se  puede  menos  que  reconocer  la  "trascenden- 
cia" de  la  obra  de  arte,  cuyo  ascendiente  alcanza  — más  allá  del  puro 
goce  de  lo  bello,  los  valores  de  Verdad  y  Bien,  que  la  Belleza  puede 
encarnar. 

Tareas  concretas  y  urgentes  que  las  exigencias  del  mundo  con- 
temporáneo señalan  al  artista:  la  crisis  cultural  que  vivimos  actual- 
rüente  plantea  un  sinnúmero  de  problemas  de  toda  índole,  entre  los 
que  hay  algunos  que  atañen  al  arte  o  que  pueden  encontrar  en  el  arte 
una  solución  ordenada  hacia  la  salud  social. 

Educadores. 

Misión  educadora  de  Padres  y  Maestros 

— Sentido  y  necesidad  de  la  educación. 

— La  obra  del  educador.. 

— A  quienes  compete  la  tarea  educativa. 

Es  una  tarea  de  colaboración. 
- — Enunciados  del  Proyecto  de  Ley  sobre  Educación  Secundaria 

que  conjugan  esta  relación  de  derechos  y  obligaciones. 

1.  — La  educación  busca  el  desarrollo  orgánico  e  integral  de  la 
Ijersonalidad  del  niño;  formación  espiritual,  moral,  intelectual  y  física. 

2.  — Toda  educación  es  obra  de  paternidad  y  fraternidad  a  un 
tiempo.  Educar  es  no  sólo  un  dar,  sino  un  darse:  supone  un  empeño 
total,  una  efusión  - — -casi  siempre  lenta  e  ingrata —  de  vida. 

3.  - — Por  derecho  corresponde  a  los  padres.  El  sacramento  del  ma- 
trimonio les  plantea  dos  imperativos:    tener  hijos  y  tenerlos   para  el 


176 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


cielo.  Responsabilidad  grave  para  los  padres  de  procurar  la  forma- 
ción cristiana  de  los  hijos. 

Por  razones  de  especialización  y  de  tiempo,  los  padres  encomien- 
dan el  complemento  de  esta  tarea  a  "colaboradores" .  El  maestro  con- 
serva y  ayuda,  y  en  casos  excepcionales  "suple".  Consecuencias: 
conocer  a  la  familia,  trabajar  en  conjunto. 

El  derecho  de  la  Iglesia  a  la  tarea  educacional. 

La  función  del  Estado.. 

Cualidades  básicas  en  el  educador  y  en  el  educando. 

— Condiciones  en  el  educador;  idoneidad,  el  educador  como  mo- 
delo, captación  del  educando,  otras  virtudes. 
— Virtudes  que  urge  despertar  en  el  educando:  sinceridad,  abne- 
gación, fraternidad. 
— Reconocimiento  de  esta  visión  "humana"  ■ — y  no  escuetamente 
intelectual —  en  el  Proyecto  de  Ley  sobre  Educación  Secundaria. 
La  seria  formación  doctrinal  y  moral  del  educador.   Espíritu  de 
sacrificio  para  ser  fiel  a  la  vocación.  La  competencia  educativa  no  es 
únicamente  intelectual:  no  basta  saber  más  para  ser  maestro. 

El  educador  como  modelo  y  modelo  asequible;  hacer  la  virtud 
amable. 

La  aptitud  para  conocer  y  vivir  en  sí  el  contenido  de  la  persona 
del  educando.  El  cristiano  imitador  del  magisterio  de  Cristo;  asume  la 
naturaleza  del  alumno  y  le  sirve  dando  su  vida.  El  educador,  ¿amigo 
del  educando? 

Otras  virtudes:  corazón  grande  (longanimidad),  tenacidad  (espe- 
ranza), comprensión  (prudencia:  cada  educando  es  un  problema;  en- 
tender la  grandeza  de  los  pequeños  problemas  del  educando) .  Compe- 
netración humana:  ¿amistad?,  contacto,  intimidad. 

Sinceridad:  "Sea  nuestro  si:  Sí.  Sea  nuestro  no:  No. 

Directriz  de  la  abnegación:  hacer  agradable  la  vida  a  los  demásr 
en  el  deporte,  en  el  estudio,  en  la  convivencia. 

Fraternidad,  lealtad,  generosidad. 

Tesis  de  la  Profesión 

1.. —  .Formación  del  educando  como  apóstol. 

2 .  —Apostolado  horizontal . 

El  niño  como  ocasión  de  labor  apostólica  dirigida  hacia  los 
padres  o  hacia  los  maestros. 

3.  — Apostolado  institucional. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


177 


Empleados. 

Misión  Social  del  Empleado 

El  empleado  la  mayor  parte  de  las  veces,  se  encierra  en  sí  mismo 
sin  comprender  la  enorme  importancia  que  tiene  su  labor  y  la  gran 
responsabilidad  frente  a  toda  la  sociedad.  Hay  que  inculcarle  la  idea 
de  que  su  trabajo  no  sólo  contribuye  a  su  propio  bienestar  económico, 
sino  al  de  toda  la  colectividad.  Hay  que  hacerle  ver  que  él  no  está 
solo,  que  no  es  algo  aislado,  sino  un  pequeño  eslabón  de  la  gran  ca- 
dena y  que  del  trabajo  bien  hecho  de  cada  eslabón  y  del  cumplimiento 
individual  de  cada  uno;  depende  el  brillo  y  esplendor  de  toda  la  cadena. 

Eficiencia  en  el  Trabajo 

La  eficiencia  en  el  trabajo  es  otro  factor  muy  importante  y  puede 
basarse  en  los  siguientes  puntos: 

a)  Preparación  técnica  y  comercial.^  Todo  empleado  debe  esfor- 
zarse por  adquirir  cada  día  mayores  conocimientos  y  no  estancarse 
en  su  puesto.  Debe  aprovechar  tanto  para  sí,  como  para  los  demás, 
todos  los  adelantos  que  están  a  su  alcance. 

b)  Preparación  cultural  religiosa. — ■  El  empleado  debe  poseer  una 
cultura  basada  en  una  sólida  formación  religiosa,  que  es  la  columna  que 
sostiene  la  moral  y  honestidad  del  hombre. 

c)  Resopnsabilidad  en  la  labor. ^  £1  empleado  cuya  cultural  reli- 
giosa haya  llegado  a  un  grado  más  alto,  se  habrá  compenetrado  en  tal 
forma  de  la  responsabilidad  de  su  propia  labor  que  hará  de  ella  un 
sacerdocio  y  un  apostolado..  Su  puntualidad  y  hábil  distribución  del 
tiempo  serán  un  ejemplo  constante  y  ya  no  mirará  el  trabajo  como  una 
carga  pesada  que  no  puede  dejar,  sino  como  un  medio  eficaz  para  acer- 
carse a  Dios  cada  día  más. 

Moralidad  en  las  Oficinas 

Es  necesario  inculcar  tanto  en  el  empleado  como  en  el  empleador, 
que  la  moral  es  la  base  más  eficaz  para  una  mayor  y  más  completa 
organización  comercial.  Esta  moral  debe  ser  manifestada  en  todos  los 
ámbitos  comerciales  y  por  cada  uno  de  los  miembros  que  la  componen. 

El  Jefe  debe  tratar  con  el  debido  respeto  a  la  empleada.  Ella  debe 
tener  conciencia  de  la  tarea  que  se  le  ha  encomendado  y  por  la  cual  re- 
cibe una  remuneración  acordada  de  antemano  y  tiene  que  ser  realizada 
con  empeño  y  hasta  el  final. 

Hay  algunos  casos  muy  lamentables  en  las  oficinas,  en  las  que 
sólo  se  preocupan  de  pasar  un  rato  agradable,  a  cualquier  precio,  y 
las  personas  que  debieran  dar  ejemplo,  ya  sea  por  sus  años,  su  estado, 
o  la  importancia  del  puesto  que  desempeñan  son  las  primeras  que  atro- 
pellan  los  principios  de  la  moral,  dando  muchas  veces  por  resultado  el 
que  las  empleadas  tengan  que  dejar  el  puesto,  si  están  lo  suficientemente 


178 


V  CONGRESO  EUCARISTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


bien  preparadas  como  para  afrontar  tal  situación,  o  en  otros  casos  más 
lamentables,  caen  por  temor  de  perder  el  puesto  que  les  proporciona  el 
pan  de  cada  día,  aceptando  amistades  inconvenientes  y  prestándose 
para  adoptar  actitudes  que  muchas  veces  van  en  contra  de  su  dignidad. 
Es  necesario  hacerles  ver  el  peligro  de  esa  trivial  frivolidad  existente 
en  la  mayoría  de  las  oficinas,  entre  empleados  de  un  y  otro  sexo,  con 
lo  cual  no  queremos  decir  que  la  cortesía  y  la  amabilidad  hay  que 
echarlas  de  lado. 

El  factor  económico,  es  otro  tema  de  gran  actualidad.  Debido  al 
medio  ambiente  en  que  vive  el  empleado  y  las  necesidades  imperiosas 
de  su  existencia,  la  economía  y  el  sueldo  adecuado  son  indispensables 
para  conservar  la  moral  en  la  oficina  que  muchas  veces  zozobra  por 
falta  de  medios  pecuniarios. 

El  empleado  debe  saber  distribuir  bien  su  dinero  y  mantener  su 
presupuesto  dentro  del  sueldo  que  gana,  ya  que  de  esta  manera  de- 
sempeñará más  eficazmente  su  trabajo  sin  necesidad  de  conseguir  di- 
nero por  otros  medios  menos  honrados  y  lícitos  para  cubrir  el  déficit 
existente. 

El  empleado  mal  retribuido  no  puede  ejercer  su  trabajo  con  efi- 
ciencia, ya  que  muchas  veces  se  ve  obligado  por  las  circunstancias  a 
cometer  actos  fraudulentos  en  perjuicio  de  sus  Jefes  para  poder  sobre- 
vivir a  las  necesidades  de  la  vida  y  a  la  manutención  de  una  familia 
tal  vez  numerosa.  Es  muy  necesario  por  tanto,  enseñar  al  empleado  a 
gastar  solamente  su  sueldo,  y  a  los  Jefes  a  pagar  lo  debido. 

Hombres  de  Negocios. 

Tesis  de  la  Prolesión 

La  actividad  económica  tiene  por  objeto  poner  al  alcance  de  todos 
los  hombres  los  bienes  que  les  permitan  desarrollar  sus  posibilidades 
humanas.  Este  objetivo  inmediato  está  subordinado  al  fin  supremo  y 
general  de  todo  hombre. 

Consecuencias: 

a)  La  actividad  económica  es  un  medio  y  no  un  fin. 

b)  No  debe  supeditarse  todo  a  los  valores  ceonómicos.  Los  va- 
lores morales  son  más  importantes  y  deben  ser  respetados  al 
perseguir  los  valores  económicos. 

Problemas  Morales 

Olvido  de  la  función  social  de  la  riqueza. 
Consideración  del  trabajo  como  una  mercancía.. 
Los  negocios  dirigidos  al  único  fin  de  producir  una  mayor  ganancia 
individual. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


179 


Obligaciones  y  relaciones  del  hombre  de  negocios  o  empresarios  con: 

— los  trabajadores 
— el  público 

— los  compañeros  de  profesión. 
Ingenieros. 

Función  del  Ingeniero  cristiano  en  la  estructura  social  de  una  nación. 

La  técnica  en  general,  y  en  particular  el  ingeniero  que  es  su  más 
genuino  administrador,  constituyen  hoy  elemento  indispensable  para 
el  desarrollo  orgánico  de  cualquier  nación. 

De  la  orientación  ideológica  dependerán,  por  ello,  en  gran  manera, 
cuáles  sean  los  resultados  de  la  aplicación  de  esa  técnica:  favorables 
o  desfavorables  para  el  desarrollo  integral  de  la  Sociedad. 

De  allí,  la  trascendental  importancia  del  ingeniero  con  criterio 
cristiano,  en  la  Sociedad  moderna. 

En  toda  nación  debe  realizarse  el  orden  social  cristiano. 

Este  orden  ha  de  expresarse  en  todos  los  diferentes  elementos  de 
la  nación. 

En  el  mundo  actual,  la  técnica  desempeña  un  papel  cada  vez 
más  importante. 

Y  la  expresión  más  característica  de  la  técnica  es  la  Ingeniería. 
Esta,  como  todas  las  profesiones  al  servicio  de  la  sociedad,  realiza 

una  misión  social: 

a  la  Ingeniería  corresponde  resolver  los  problemas  planteados  por 
los  agrupamientos  humanos  en  ciudades,  campos  e  industrias, 
para  la  atención  de  las  necesidades  básicas  de  vivienda,  alimen- 
tación, comunicaciones,  trabajo  y  diversiones. 

Para  que  tales  necesidades  sean  atendidas  con  criterio  cristiano. 

Y  en  las  numerosas  cuestiones  que  su  atención  plantea,  el  ingeniero 
como  autor  y  realizador  de  las  soluciones  tiene  una  función  de  impor- 
tancia básica . 

Su  actuación,  para  que  sea  fecunda,  debe  estar  inspirada  en  las 
directivas  cristianas  del  Evangelio. 

Necesidad  del  estudio  de  la  sociotécnica  para  la  formación  social  del 

Ingeniero 

Entendemos  por  Sociotécnica  la  disciplina  intelectual  que  concreta 
y  resume  los  conceptos  sociales  y  morales  que  deben  regir  la  conducta 
del  técnico  para  que  su  actividad  se  desarrolle  efectivamente  en  prove- 
cho de  la  colectividad. 

La  formación  que  se  imparte  en  los  centros  de  estudio  de  la  Inge- 
niería está  orientada  exclusivamente  a  las  disciplinas  técnicas  y  eco- 
nómicas, con  tendencias  racionalistas  y  liberales. 

La  integración  de  estas  disciplinas  formativas  con  la  Sociotécnica 
constituye  un  primer  paso  hacia  la  educación  integral  con  criterio  cris- 
tiano, de  los  futuros  técnicos.. 


180 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Los  problemas  qüe  resuelve  la  Ingeniería  no  son  de  naturaleza 
exclusivamente  técnica,  sino  que  en  ellos  intervienen  los  hechos  eco- 
nómicos y  de  manera  muy  importante  las  realizaciones  humanas  y 
sociales . 

Esta  visión  integral  de  los  factores  determinantes  que  conjuga  la 
Ingeniería  no  siempre  es  tenida  en  cuenta. 

De  allí  que  muchas  veces  se  presenten  antinomias  por  adoptar 
soluciones  parciales  sin  visión  social,  perjudicándose  así  los  intereses 
de  las  comunidades  humanas  y  aún  creando  situaciones  materiales  de 
evidente  peligro  para  el  normal  desarrollo  de  la  persona  humana. 

Tal  es  la  crisis  de  nuestra  civilización  eminentemente  materialista, 
porque  solamente  se  ha  atendido  a  las  solicitaciones  de  la  técnica  ra- 
cionalista, o  a  los  dictados  de  la  economía  liberal. 

Es  menester  ampliar  la  visión  de  los  ingenieros  con  nuevos  con 
ceptos  humanos  y  sociales  que  pongan  en  evidencia  aquel  tercer  as- 
pecto, hasta  hoy  descuidado  en  las  realizaciones  técnicas:  el  aspecto 
humano  y  sus  consecuencias  trascendentales  en  el  campo  social. 

Formación  del  ingeniero  para  aplicar  la  doctrina  social  de  la  Iglesia  en 
el  ejercicio  de  su  profesión. 

El  ingeniero  en  la  vida  moderna  está  llamado,  por  su  preparación 
técnica,  a  dirigir  muchas  empresas.  Desde  los  puestos  directivos,  tiene 
generalmente,  influeniia  en  grupos  humanos,  a  veies  constituidos  por 
numerosas  personas,  en  vida  activa. 

Por  esta  circunstancia  se  encuentra  en  condiciones  más  propicias 
que  ningún  otro  profesional  para  propugnar  la  aplicación  de  las  doc- 
trinas sociales  de  la  Iglesia,  contenidas  en  las  grandes  Encíclicas  y 
otros  documentos  de  la  Jerarquía  Eclesiástica. 

Es  importante  por  ello  formarlo  adecuadamente  para  que  pueda 
procurar  tal  aplicación. 

Una  de  las  causas  del  malestar  profundo  que  aqueja  a  la  humani- 
dad contemporánea  es  que  la  actividad  m.ás  noble  del  hombre,  el  TRA- 
BAJO, no  alcanza  la  jerarquía  necesaria  para  que  con  su  legítimo  ejer- 
cicio y  retribución,  pueda  el  hombre  de  nuestro  tiempo  atender  a  sus 
necesidades  vitales,  las  de  su  familia  y  de  su  colectividad. 

El  problema  denominado  "social"  ha  dado  origen  a  grandes  co- 
rrientes y  concepciones  de  la  vida  de  contenido  antagónico  al  cristia- 
nismo y  con  realizaciones  monstruosas  en  el  desarrollo  de  la  persona 
humana,  de  los  pueblos  y  de  nuestra  civilización. 

En  las  comunidades  de  trabajo,  en  las  empresas  industriales,  en 
las  fábricas,  los  ingenieros  se  enfrentan  a  diario  con  problemas  vitales 
para  la  industria  que  dirigen  y  para  el  destino  de  personas  y  familias 
que  viven  muchas  veces  angustia  y  desesperanza  ante  el  futuro. 

Es  menester  que  la  Doctrina  Social  de  la  Iglesia,  con  las  Encícli- 
cas y  directivas  de  la  Jerarquía,  formen  la  mentalidad  de  los  dirigentes 
de  las  fuerzas  productoras,  para  que  resuelvan  con  equidad  y  justicia 
los  problemas  de  los  trabajadores. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


181 


La  aplicación  de  esta  Doctrina  por  todos  los  ingenieros  católicos 
puede  ser  de  enorme  trascendencia  para  el  futuro  de  la  humanidad. 

Matrimonio. 

El  conocimiento  deficcnte  de  las  cualidades  esenciales  del  matrimonio  es 
una  de  las  causas  de  las  graves  crisis  conyugales. 

a.  — El  amor  une:  el  mutuo  trato  aumenta  el  amor:  es  necesario, 
pues,  aumentar  la  vida  familiar  entre  los  esposos.  La  ausencia  resfria 
el  amor  y  corre  peligro  de  cambiar  el  objeto  del  amor  de  los  esposos, 
peligrando  la  unidad.. 

b.  — La  unidad  pertenece  esencialmente  a  la  justicia:  mediante  el 
contrato  matrimonial,  ni  el  esposo  ni  la  esposa  se  pertenecen  a  si 
mismos,  sino  que  el  uno  se  ha  entregado  al  otro.  La  fidelidad  mutua 
es  obligación  de  justicia.  Y  la  santidad  del  matrimonio  ha  consagrado 
la  unidad,  pasando  a  ser  responsabilidad  ante  Dios. 

c- — El  matrimonio  representa  la  unión  de  Cristo  con  la  Iglesia: 
los  esposos  que  atentan  contra  la  unidad  del  matrimonio,  pretenden 
separar  a  Cristo  de  su  Iglesia.  Donde  falta  la  unidad  no  está  Cristo. 

La  Santidad  del  matrimonio  debe  informar  las  relaciones  de  los  esposos 
y  las  obligaciones  para  con  los  hijos. 

a.  — El  matrimonio  por  ser  Sacramento  es  algo  divino;  el  lazo  con 
que  están  unidos  los  esposos,  lo  ha  hecho  Dios.  De  aquí  la  indisolu- 
bilidad. 

b.  — El  matrimonio  se  instituyó   también  para  ayuda   mutua  del 

hombre  y  de  la  mujer.  La  ayuda  primera,  positiva  y  absoluta 
es  la  relacionada  con  la  salvación  del  alma.  Luego  es  obliga- 
ción de  ambos  trabajar  por  su  mutua  salvación,  viviendo 
santamente.  Y  como  la  salvación  no  está  asegurada  hasta  la 
muerte,  toda  la  vida  deben  trabajar  mutuamente  para  este  fin, 
para  la  santidad  de  la  vida  matrimonial.  De  este  derecho  y 
obligación  no  puede  abdicarse. 

c.  — Dificultades  para  la  santidad  conyugal  y  abusos  que  se  cometen. 

La  vida  cristiana  del  hogar  y  la  educación  de  los  hijos. 

a.  — El  hogar  es  un  santuario  donde  se  rinde  culto  a  Dios,  al  Ha- 

cedor de  todo  bien  y  en  especial  del  matrimonio.  Es  una  pro 
longación  de  la  Iglesia:  cruz,  imágenes  de  santos,  de  la 
Virgen,  oración  en  común,  espíritu  de  sacrificio,  como  un 
nuevo  sacerdocio. 

b.  — Educación  de  los  hijos:  desde  qué  edad;  no  basta  la  del  cole- 

gio ni  cesa  la  obligación  de  los  padres  al  ponerlos  en  el  co- 


182 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


legio.  El  ambiente  familiar  es  el  primer  factor  de  la  educa- 
ción; por  eso  prudentísima  conducta  de  los  padres  en  casa, 
c. — Orientar  a  los  hijos:  la  las  lecturas,  compañías,  colegios,  di- 
versiones. . .  Orientación  hacia  el  matrimonio,  hacia  las  ca- 
rreras, hacia  las  actividades. 

Propuestas 

1 . — Organizar  frecuentes  cursillos  sobre  la  doctrina  del  matrimo- 
nio; fundación  de  una  revista  específica,  o  los  Boletines  de  Asociación 
de  padres  de  familia.  Fomentar  las  asociaciones  de  padres  de  fami- 
lia en  las  que  den  conferencias  sobre  temas  de  la  vida  matrimonial;  sus 
dificultades;  en  especial  para  los  recién  casados  que  entrando  en  la 
nueva  vida,  necesitan  solución  a  las  dificultades  relacionadas  con  la 
práctica  de  la  Religión,  con  los  deberes  matrimoniales  y  con  la  edu- 
cación de  los  hijos.  . 

2 — Oración  en  familia.  Misa  dominical  y  cumplimiento  pascual  en 
familia . 

3. — Buscar  medios  para  armonizar  la  vida  de  familia  en  su  mayor 
grado  con  los  compromisos  sociales.  Formar  la  conciencia  de  los  ca- 
sados sobre  la  obligación  de  fomentar  la  vida  de  familia  y  los  peligros 
que  entraña  su  disminución. 

Médicos. 

Misión  del  Médico  y  de  la  Medicina 

— Sentido  cristiano  del  hombre. 
- — Sentido  cristiano  del  médico. 
—Sentido  cristiano  de  la  medicina. 

a.  — Sujeto  de  enfermedad:   el  hombre,   cuerpo  y  alma.  Sentido 

cristiano  del  dolor  y  del  sufrimiento. 

b.  — ¿Es  la  ciencia  destinada  sólo  a  curar?  Medio  puesto  al  alcance 

del  hombre  para  aliviar,  ayudar,  consolar.  Su  formidable 
función  educadora. 

c.  — En  las  manos  del  médico  está  la  vida  del  cuerpo  y,  lo  que  es 

más  grave,  muchas  veces  la  del  alma. 

Su  prestigio  le  da  autoridad  ante  el  enfermo  y  ante  la  sociedad. 
Competencia,  dedicación,  seria  formación  y  criterio  moral. 
El  médico  consejero  en  la  edad  difícil,   pubertad,  pre-matri- 
monial,  matrimonio. 

El  médico  frente  a  la  muerte.  Sacramentos.  Eutanasia. 

Problemas  morales  que  en  el  ejercicio  profesional  se  plantean  al  médico. 

— El  derecho  de  nacer  y  la  conservación  de  la  especie. 
— Algunos  aspectos  de  la  psicopatología. 
— La  conducta  profesional. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


183 


a.  — Esterilidad  e  infecundidad. 

Limitación   de   la   natalidad.    Eugenesia.  Aborto  criminal. 
Aborto  terapéutico.  Interrupción  del  embarazo. 
Esterilización. 

Bautismo  condicional.  Obligación  del  médico. 

b .  — Psicoanálisis . 

Desviaciones  sexuales.  Complejos  sexuales. 
Castidad,  continencia,  celibato. 

c.  — Secreto  profesional.  Discreción.  Ocultación. 

Con  los  otros  colegas:  consulta,  lealtad,  ética. 

Desinterés.  Dicotomía.  ^ 

Preparación,  científica  y  doctrinal. 

Profesión  y  Apostolado 

a.  — Desde  la  profesión  hacia  la  sociedad: 

Campaña:  en  favor  del  espacio  vital  para  evitar  las  catástrofes  en 
la  moral  familiar  y  en  la  salud  física.  Para  sanear  el  ambiente  de  es- 
pectáculos, modas,  deportes,  etc. 

Conferencias  educativas  sobre:  Amor  libre,  hijos  ilegítimos,  alco- 
holismo, taras  hereditarias,  etc.,  etc. 

En  las  organizaciones  de  tipo  filantrópico:  orientarlas  con  criterio 
recto  y  moral. 

b.  — Desde  la  profesión  al  individuo: 

Con  el  propio  enfermo:  la  confianza  que  éste  deposita  en  su  médico. 

Buscar  la  colaboración  del  sacerdote  en  los  casos  en  los  que  la 
enfermedad  debe  ser  tratada  simultáneamente. 

A  través  del  enfermo,  con  su  familia:  en  la  asesoría  de  tantos  pro- 
blemas que  los  padres  de  familia  desconocen,  en  la  pubertad,  matri- 
monio, etc. 

c.  — Desde  la  profesión  hacia  los  otros  médicos: 

A  través  de  Consorcios,  agrupaciones  culturales,  Academias,  etc. 
Preocupación  por  la  enseñanza  y  formación  religiosa  de  los  futu- 
ros médicos. 

La  mujer  en  el  Hogar. 

Misión 

La  misión  que  Dios  ha  dado  a  la  mujer  al  crearla  es  la  maternidad. 

Para  cumplir  esta  misión  la  mujer  se  une  al  hombre  por  el  Sacra- 
mento del  Matrimonio.  . 

El  Matrimonio  fué  instituido  por  Dios  en  el  Paraíso  (Génesis  1, 
27-28)  y  restaurado  por  Jesucristo  como  narrra  S.  Mateo  (19,  9-5). 

Dios  mismo  declaró  el  fin  que  daba  al  matrimonio:  "Creced  y  mul- 
tiplicaos y  llenad  la  tierra"  (Génesis  1,  28). 

La  base  del  matrimonio  debe  ser  el  amor  racional. 


IS'í  V  CONGRESO  EUCAUÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


Las  esposas  se  obligan  a  la  fidelidad  no  sólo  externa,  sino  de  co- 
razón y  de  pensamiento. 

La  esposa  debe  ser  compañera  y  ayuda:  "No  es  bueno  que  el 
hombre  esté  solo,  voy  a  hacer  una  ayuda  semejante  a  él"  (Gen.  2,  18) 

Para  su  ayuda  es  preciso  conocer  los  problemas  del  esposo,  com- 
partir sus  inquietudes  y  trabajos. 

El  hombre  debe  mantener  el  hogar,  la  mujer  colaborar  adminis- 
trando bien  el  fruto  del  trabajo  de  su  marido,  cooperar  en  la  educación 
de  los  hijos. 

"Vela  sobre  la  conducta  de  su  familia  y  no  come  ociosa  el  pan" 
{Sabiduría,  Prov.  31.27). 

Por  medio  de  la  maternidad  se  continúa  la  obra  creadora  de  Dios. 
El  hace  todo  con  suavidad. 

La  maternidad  es  santa  y  debe  realizarse  con  dignidad. 

Hay  gran  ignorancia  sobre  el  verdadero  sentido  de  la  maternidad 
y  lo  que  a  ella  concierne. 

La  continuación  de  la  obra  creadora  de  Dios  nos  obliga  a  transmi- 
tir su  imagen,  a  dar  al  hijo  la  formación  moral  e  integral  para  que  al- 
cance su  fin  sobrenatural. 

Es  necesario  que  la  madre  haga  de  sus  hijos  hombres  completos: 
profesionales  eficientes,  ciudadanos  honrados,  cristianos  auténticos. 

Cualidades  básicas  paca  cumplir  la  misión 

El  matrimonio  debe  basarse  en  el  amor  racional,  sólo  así  será  po- 
sible la  continua  renuncia  de  sí  mismo  que  exige  la  misión  que  Dios  ha 
dado  a  la  mujer. 

El  interés  o  la  pasión  no  pueden  alimentar  el  espíritu  de  sacrificio 
que  es  necesario  para  poder  ser  ayuda  del  hombre. 

Del  amor  brotará  la  abnegación  indispensable. 

El  amor  estimulará  la  prudencia,  la  diligencia  de  la  esposa  y  la 
revestirá  de  fortaleza  y  de  paciencia  para  afrontar  las  dificultades  de 
su  elevada  misión  acerca  de  su  marido  y  de  sus  hijos  según  la  voluntad 
del  Creador. 

Atentan  contra  el  cumplimiento  de  esta  misión  principalmente  el 
egoísmo,  la  ignorancia,  y  la  frivolidad.  Ellos  son  causa  del  abandono 
de  los  hijos  y  de  la  ruina  del  hogar. 

El  abandono  de  los  hijos  se  observa  en  los  hogares  ricos  y  pobres 
aunque  por  distintas  causas. 

Apostolado 

La  vocación  de  la  mujer  es  la  maternidad.  Esta  se  cifra  en  sacri- 
ficio y  ternura.  Estas  deberán  ser  las  notas  características  del  aposto- 
lado femenino,  tanto  en  el  hogar,  cuanto  en  todos  los  ambientes  en 
que  ella  actúe. 

Las  mujeres  que  por  diversas  causas  no  contraen  matrimonio  pue- 
den hallar  en  el  apostolado  un  camino  abierto  a  su  abnegación. 


CRÓNICA  Y  DOCUMENTOS 


185 


El  apostolado  en  el  hogar  debe  realizarse  en  forma  incesante,  con 
el  esposo,  con  los  hijos  — en  todos  los  detalles  de  la  educación  de 
estas — con  los  que  nos  sirven,  con  quienes  nos  visitan. 

Hay  que  dar  testimonio  en  todo  momento,  con  el  ejemplo,  con  la 
palabra,  con  el  silencio,  ello  sólo  será  posible  si  estamos  muy  unidas  a 
Jesucristo:  "Todo  lo  puedo  en  Aquél  que  me  conforta"  (S.  Pablo,  Fel 
IV  13). 

Obreros: 

Misión  de  la  clase  obrera. 
Sentido  natural  y  sobrenatural  del  trabajo.  . 

Situación  Moral  del  Obrero. 

a)  Su  educación 

b)  Su  responsabilidad. 

El  movimiento  obrero  cristiano  misionero 

Periodistas: 

Tesis  de  la  Profesión 

El  deber  de  información.  El  deber  de  orientación. 
La  función  pedagógica  del  periodista.  La  conducción  de  la  opi- 
nión pública. 

Responsabilidades  Morales 

Idoneidad  profesional. 

El  periodista  y  la  verdad. 

La  conquista  del  interés  público:  sensacionalismo,  demagogia, 
pornografía. 

Posibilidades  Apostólicas 

Según  los  diversos  tipos  de  periódicos. 

Las  asociaciones  profesionales. 

Labor  con  el  compañero  de  profesión. 

Universitarios, 

Teoría  de  la  vida  universitaria. 

Teoría  cristiana  de  la  Universidad.  Ciencia,  cultura,  fe  y  vida  co- 
munitaria. —  La  vida  intelectual  y  la  vida  humana  en  general.  —  La 


186 


V  CONGRESO  EUCARÍSTICO  NACIONAL  Y  MARIANO 


vocación  universitaria,  sus  responsabilidades.  —  La  Universidad  frente 
a  la  comunidad  familiar,  local,  nacional  e  internacional.  —  El  univer- 
sitario como  un  estilo  de  vida. 

Problemas  morales 

El  snobismo,  la  frivolidad,  la  indiferencia,  el  individualismo:  de- 
fectos de  la  vida  universitaria.  —  Sentido  comunitario  del  trabajo  en 
la  Universidad.  —  Responsabilidad  y  honorabilidad  intelectual. 

Posibilidades  Apostólicas 

La  Universidad:  una  comunidad.  El  testimonio  de  la  vida  cris- 
tiana: un  instrumento  de  apostolado  en  la  Universidad.  La  colaboración 
entre  el  profesor  y  el  alumno  en  las  empresas  de  apostolado  universi- 
tario. —  Posibilidades  concretas  de  apostolado  universitario. 


INFORME  DE  TESORERIA 


t 


Lima,  30  de  Junio  de  1955. 

Excmo.  y  Rvdmo. 

Sr.  Dr.  Juan  Landázuti  Ricketts 

Presidente  de  la  Junta  Organizadora  del 

V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Mariano. 

LIMA. 


Excelentísimo  Señor: 

Cumpliendo  con  lo  ordenado  por  la  ley  que  creó  la  estampilla  obli^ 
£atoria  para  recaudar  [ondos  para  el  V  Congreso  Eucaristico  Nacional 
y  Mariano,  tengo  la  honra  de  comunicarle  que  la  venta  de  aquellas  pro- 


.duio: 


Menos:    Gastos  cobrados  por  el 
Banco  Central  de  Reserva 


Las  ventas  produjeron: 


En  el  mes  de 


Abril,  1954 
Mayo,  1954 
Junio,  1054 
Julio,  1954 
Agosto,  1954 
Setiembre,  1954 
Octubre,  1954 
Noviembre,  1954 
Diciembre,  1954 
Diciembre,  (Saldo) 


S/. 


777,758.20 


49,487.50 


s/. 

728.090.70 

s/. 

7,618.50 

119,128.80 

73,983.05 

95,262.85 

42.843.65 

108.805.90 

84,560.95 

104,045.00 

129,900.95 

11,428.55 

s/. 

777.578.20 

suma  que  fué  usada  para  pagar  diversos  gastos. 

Aprovecho  de  la  oportunidad  para  expresarle  las  seguridades  de  mi 
más  alta  consideración  y  estima. 

([do)  Waldemar  Schróder  y  Mendoza. 


Lima,  30  de  Junio  de  1955. 


Excmo.  y  Rvdmo.  i 

St.  Dr.  Juan  Landázuri  Ricketts 

Presidente  de  la  Junta  Organizadora  del 

V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y  Mariano. 

LIMA. 

Excelentísimo  Señor: 

Habiendo  concluido  el  encargo  que  me  encomendara  el  fina- 
do Emmo.  Sr.  Juan  Gualterio  Cardenal  Guevara,  tengo  la  honra  de  pre- 
sentar a  la  Junta  Organizadora  del  V  Congreso  Eucaristico  Nacional  y 
Mariano,  que  vuestra  Excelencia  Rvdma.  tan  dignamente  preside,  las 
cuentas  de  la  Tesorería  a  mi  cargo,  con  todos  sus  comprobantes  y  docu- 
mentos que  arrojan  un  saldo  a  favor  de  SETENTIUN  MIL  CIENTO 
CINCUENTICINCO  6  12/100  SOLES  ORO  (S/ .  71,155.12),  su- 
ma que  ponga  a  su  disposición. 

Ingresos:  S/.  3'973,335.19 

Egresos:  2'902, 180.07 

S/.  71.155.12 


Los  ingresos  se  descomponen  como  sigue: 


Subvención  del  Supremo  Gobierno 
Ministerio  de  Hacienda 
Ministerio  de  Justicia  y  Culto 
Estampilla  obligatoria 
Menos:    Gastos  cobrados  por  el 

Banco  Central  de  Reserva 


S/.  199,999.92 
379.235.40 
13.060.03 

S/  777.578.20 

49,487.50  728,090.70 


CRÓNICA  Y 

DOCUMENTOS 

191 

Obolos  de  Instituciones 

Obolos  de  Particulares 

JOD.TZO.OJ 

Colecta  Parroquial 

Colecta  Familiar 

233,289.22 

Venta  de  asientos 

226, 320. Uü 

Venta  de  insignias 

393,1  /y.yU 

Venta  de  Escudos 

108,200.33 

Venta  de  Misales 

1 1  /,196.¿o 

Venta  de  estampillas  voluntarias 

20,575.50 

Intereses 

3,110.82 

Recuperación  de  materiales 

163,661.06 

Varios 

56,094.50 

s/. 

3  y/3,33D.19 

Los  Egresos  fueron  los  siguientes: 

Gastos  de  Propaganda 

S/.  595,725.94 

Compañía  Apostólica 

574,097.05 

Gastos  Administrativos 

335,193.83 

Campo  Eucarístico 

r310,383.48 

Boletín 

90,062.15 

Viaje  del  Cardenal  Legado 

392,295.43 

Pasajes 

62,377.76 

Muebles  y  Enseres 

50,751.75 

Misales 

240.390.00 

Insignias 

193,880.40 

Banderines,  Escudos,  etc. 

57,022.28 

3'902.180.07 

quedando  un  saldo  a 

favoT  de:  S/. 

71 ,155.12 

Agradeciendo  la  confianza  que 

Su  Excelencia  Reverendi 

sima  en  todo 

momento  me  ha  demostrado,  asi  como  también  a  todos  los  demás  miem^ 

bros  de  la  Junta  Organizadora,  me  suscribo  con  las  expresiones  de  mi  ma- 

yor consideración  y  estima. 

([do)  Waldemar  Schróder  y  Mendoza. 


Lima.  10  de  Julio  de  1955. 


Señor 

Waldemar  Schródet  Mendoza 

Tesorero  de  la  Junta  Organizadora  del 

V  Congreso  Eucarístico  Nacional  y  Mariano. 

Ciudad 

Muy  estimado  señor: 

Tengo  el  agrado  de  referirme  a  sus  atenías  cartas  del  30  de  Junio 
ppdc,  con  el  informe  detallado  de  las  cuentas  del  V  Congreso  Eucarís- 
tico Nacional  y  Mariano,  el  cual  arroja  un  saldo  a  favor  de  SETEN- 
TIUN  MIL  CIENTO  CINCUENTICINCO  y  12/lOG  SOLES  ORO 
(S/ .  71,155.12),  que  ha  sido  puesto  a  disposición  de  este  Arzobispado . 

Una  vez  más  me  complace  expresarle  en  nombre  de  la  Junta  Orga- 
nizadora y  mío  personal  los  sentimientos  de  nuestra  gratitud  muy  sin- 
cera por  la  importante  y  muy  delicada  misión  que  realizara  usted  en  for- 
ma tan  eficaz,  para  el  mayor  éxito  de  nuestro  último  gran  Congreso  Eu- 
carístico Nacional  y  Mariano. 

Con  las  seguridades  de  mi  más  alta  consideración  y  estima,  lo  ben- 
digo paternalmente. 


(fdo.) 

f  Juan  Landázuri  Ricketts. 
Arzobispo  de  Lima  y  Primado  del  Perú. 


Carta  del  Emiao . 
al  Escmo.  Señor 
Capitular 


Cardenal  Legado 
Arzobispo  Vicario 
de  Lima. 


Roma,  25  de  Febrero  de  1955. 


Excmo.  y  Rvdmo.  Señor  y  querido  amigo: 

No  le  extrañe  el  que  yo  haya  tan  largamente  demorado  el  cumpli- 
miento de  la  necesidad  que  yo  tenia  de  comunicarme  con  Vuecencia,  lo 
perdone,  si  no  a  mi,  al  inm.enso  trabajo  atrasado,  de  dos  meses  de  viaje 
y  meses  de  preparación  para  el  mismo. 

Es  este  el  primer  día  en  que  puedo  tomar  la  pluma  y  volver  a  vivir 
en  ese  delicioso  país  de  ensueños,  que  tantas  y  tan  profundas  satisfac- 
ciones, en  aquellos  inolvidables  días,  me  deparó. 

A  quién  dirigirme,  primero,  sino  al  dignísimo  y  amadísimo  Prelado, 
que,  a  pesar  de  su  plenísima  juventud,  lleva  con  sabiduría  y  con  presti- 
gio el  peso  de  tan  magna  y  tan  floreciente  Arquidiócesis? 

Yo  no  puedo  volver  pensamiento  y  mirada  a  esa  privilegiadísima 
tierra  sin  verme  invadido  de  admiración,  llenado  de  edificación  y  encen 
dido  del  más  noble  de  los  amores.  El  Congreso  Nacional,  este  Congreso 
tan  magníficamente  preparado  por  el  siempre  recordado  y  llorado  gran 
Cardenal  Arzobispo:  el  Vicario  Capitular,  el  Cabildo  y  el  Clero,  quie- 
nes me  parecían  los  grandes  personajes  de  las  magnas  Basílicas  Roma- 
nas: las  Autoridades  todas,  rivalizantes  en  dar  al  mundo  el  mejor  de  los 
ejemplos:  el  pueblo,  en  fin,  de  Lima  y  el  de  toda  la  Patria,  congregados 
al  calor  de  los  dos,  y  diría  mejor,  tres  amores  tradicionales,  de  la  San- 
tísima Eucaristía,  de  la  Virgen  Inmaculada  y  del  Romano  Pontífice;  to- 
dos están  delante  de  mis  ojos  y  muy  dentro  de  mi  corazón.  ¡Ohl,  cuán- 
tas gracias  he  dado  a  Dios,  y  doy,  por  este  espectáculo  que  tanto  ha 
servido  a  robustecerme,  a  mí  también,  en  estos  tres  amores,  a  los  cuales 
añado  el  cuarto:  el  amor  para  el  Perú,  al  cual  quedo  vinculado  y  que 
nunca  olvidaré. 

Quiera  Vuecencia  aceptar  la  expresión  de  mi  afectuosa  gratitud  y 
cuénteme  entre  los  amigos  incondicionales  de  Vuestra  Excelencia  y  de 
su  amadísimo  País,  mientras  me  es  grato  reiterarme  con  los  sentimien- 
tos de  la  más  alta  estima, 

de  V.  Excia.  Rvdnia.,  afectísimo  amigo  y  servidor. 

f  Federico  Cardenal  Tedeschini. 


t 


INDICE 

Organización  y  actos  preparatorios   XIII 

Crónica  y  documentos   3 

Anexos   147 

Informe  de  Tesorería   189 


En  el  Congreso  se  pidió  al  Señor,  por  mediación  de  la 
Santísima  Virgen: 

Por  las  vocaciones  sacerdotales; 

■ —       Por  la  unidad  espiritual  del  Perú: 

. —       Por  la  indisolubilidad  del  matrimonio  y  la 
santificación  de  la  familia; 

. —        Por  la  realización  de  la  justicia  social; 

Por  la  Iglesia  perseguida,  por  la  unión  de 
los  cristianos,  por  la  paz  del  mundo; 

Este  libro  anhela  confirmar  la  plegaria  del  Congreso. 


i  Lima,  en  el  año  de!  Señor  de  mil  novecientos  cincuerJicin- 
co,  a  los  veinticuatro  días  del  mes  de  noviembre,  festividad 
de  San  Juan  de  ¡a  Cruz,  en  la  Editorial  Lumen,  ter- 
minóse la  edición  de  este  libro  que  recoge  ¡a  cró- 
nica y  los  documentos  del  V  Congreso  Euca- 
ristico  Nacional  y  Mariano,  que  con  la 
Gracia  de    Dios  se    realizó    en  esta 
ciudad,  capital  del  Perú,  entre  el 
ocho  y  el  doce  de  diciembre 
del  Año  Santo  Mariano 
de    mil  novecientos 
cincuenticuatro . 
Laus  Dco  ct 
Mariae 


y