O ,4 I
ADMINISTRACIÓN
LÍRICO-DRAMÁTICA
ü CORTE AL CORTIJO
ZARZUELA CÓMICA
EN UN AOTO Y EN" PROSA
OKIGINAI- DE
GOHZáLQ CANTÓ y U&SUBL AMOR MEJLAH
música de: maestro
"MIGUEL SANTONJA
"V^^iP
MADiíID
MAYOR, KÚM. 16, ENTRESUELO
289G
DE LA CORTE AL CORTIJO
Esta obra es propiedad de sus autores, y nadie po-
drá, sin su permiso, reimprimirla 111 representarla
en España y sus posesiones de Ultramar, ni en los
países con quiene i haya celebrados, ó se celebren en
adelante, tratados internacionales de propiedad lite-
raria.
Los autores se reservan el derecho de traducción.
Los comisionados de la Administración Lírica-
dramática de HIJOS de E. HIDALGO, son los encar-
gados exclusivamente de conceder ó negar el permi-
so de representación y del cobro de los derechos de
propiedad.
Queda hecho el depósito que marca la ley.
DE LA CORTE AL CORTIJO
ZARZUELA CÓMICA
EN UN ACTO Y EN PROSA
ORIGINAL DE
GONZALO CANTO y MANUEL AMOR MEÍLÁN
música del maestro
MIGUEL SANTONJA
Estrenada con extraordinario éxito en el TEATRO ROM EA la ñocha
del 4 de Diciembre de 1896
ifg'''isfr
MADRID
ft. Velasro, lmp., Marqués de Santa Ana, 20
Teléfono número 551
tsoé
AL EXCMO. SEÑOR
jVEkfquéjs' de fcrfaÓQtíkák
como- |vtuel>a ^e cumátcic^
REPARTO
PERSONAJES ACTORES
MATILDE Seta. Alcacer.
URBANA Sea. Mateas.
LLORENS .... Se. Redondo.
PASCUAL ". Fuentes.
Coro general
Derecha é izquierda, las del actor
El derecho de reproducir los materiales de orquesta de esta
obra pertenece á D. Florencio Fiseowich, á quien dirigirán
sus pedidos las empresas teatrales que deseen ponerla en
escena.
ACTO ÚNICO
Patio de una granja ó casa de labradores ricos, en un pueblo de la
huerta de Valencia. A la izquierda, primer término, la casa con
puerta y ventanas practicables á ambos lados; en primer término
derecha, una barraca donde guardan aperos de labranza; un ve-
lador y dos mecedoras en el centro. Un piano en el sitio más á
proposito. Al foro, campo. La acción empieza á las seis de la ma-
ñana.
ESCENA PRIMERA
URBANA, PASCUAL y CORO GENERAL
Música
Coro
¿Dónde está Matilde,
que la quiero ver? (Con gran interés.)
Urb.
( En este momento,
Pas.
) no va á poder ser.
Coro
Como la vimos pequeña, así,
y la llevaron poco después,
hoy que sabemos que volvió aquí,
despierta todo nuestro interés.
Ellos
Dinos si es hermosa.
Ellas
Di si está crecida.
Ellos
Dinos si es graciosa.
Ellas
Dinos cómo es.
Ellos
Si volvió huertana.
Ellas
Si volvió señora.
Ellos
A eso vengo ahora.
Ellas
A eso aquí me ves.
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_ 8 -
Pas. Anoche la vimos entrar por la puerta;
que fuese tan guapa, yo nunca creí.
Urb. Está muy contenta de verse en la huerta,
y trae unos trajes y un lujo hasta allí.
Coro ¡Más vale así!
Pas. Sus ojos son grandes, su boca pequeña,
su cuerpo un encanto, su talle un primor.
Urb. Se expresa lo mismo que una madrileña,
y si un traje es bueno, el otro es mejor.
Coro ¡Si es un primor!
Pues si es de ese modo,
bien puede decir,
que tiene ella todo
cuanto hay que pedir.
Pas. Salió con la aurora, temprano, y me escama,
pues yo hubiera ido con ella también.
Urb. Pues yo la creía durmiendo en la cama,
rendida de sueño, cansada del tren.
Coro Paréceme bien.
Pas. Brincando lo mismo que alegre cordera,
la he visto corriendo con rápido pie.
Urb. Sin duda en la casa se halló prisionera,
y pronto á la huerta corriendo se fué.
Coro Pues luego vendré.
Abrasan sus ojos,
su talle es flexible,
sus labios son rojos
Urb. J y es breve su pie.
Pas. ) Su porte enamora
á aquel que la mira;
por ella suspira
todo el que la ve.
Urb. Trae muchos trajes, con cintas y lazos,
con tules y encajes, en gran profusión.
Brillantes y perlas y alhajas tan ricas,
que es tan sólo el verlas una bendición.
Esa es Matilde, joven y bella.
— 9 —
Pas. Es su pintura, su copia fiel.
Ellas ¡Virgen querida, quién fuera ella!..
Ellos ¡Dios de los cielos, quién fuera él!.
Ellas Con abanicos de fina pluma, (a ellos.)
con aderezos de oro y coral,
envuelta en tules color de espuma,
¡quién me vería coquetear!..,
Ellos Si entre mis brazos tuviera un día
á una señora tan principal, (a ellas.)
de puro gozo reventaría,
¡quién me vería coquetear!...
Coro
Urb.
Pas.
Coro
Urb.
Pas.
Coro
¡Qué dicha tan grande!
¡qué felicidad!
Pero esa ventura,
no me tocará.
Pues volveremos
y la veremos,
¡á ver qué guapa
nos la hizo Dios!
Calmad el fuego
que arde en vosotros.
Pues hasta luego.
Adiós.
AdiÓS. (Vanse por el foro.)
ESCENA II
URBANA y PASCUAL
Hablado
Pas. Ya está todo. Creí que no acabábamos nunca.
Urb. . Parece la casa otro cosa.
Pas. Sí; parece otra cosa, pero no una casa. Las
mecedoras... aquí. (Arreglándolo todo.)
Urb. ¿Y el piano?
Pas. Hay que meterlo dentro.
Urb. ¿Cómo se toca?
— 10 U.
Pas. jNo lo toques!
Urb. ¡Si pregunto cómo se toca!
Pas. Pues... con las manos. Hay quien toca con
las dos y tragina con los diez dedos; pero á
mí, con uno sólo me basta. ¡Miral (Hace una
escala con un dedo.)
Urb. ¡Es verdad! (con asombro )
Pas. (con aire petulante.) Con lia dedo se pueden
tocar muchas cosas., y muchas teclas...
¡Pero esa chica que no viene!
Urb. ¿Cómo se ha levantado tan pronto?
Pas. ¡Qué sé yo! Querría disfrutar del campo, y
antes que el sol se levantó ella.
Urb. ¿De Madrid aquí, debe ser un camino muy
pesado?
Pas. ¡Como que es un camino de hierro!
Urb. ¡Sí que es pesado de veras! Cuando vea bien
la casa, va á creer que aun está en la corte.
Pas. No tanto, no tanto, aunque no faltará quien
se la haga; porque, si bien ella tiene algunos
cuartos, hay algunos que tienen cuartos... y
alcobas. Yo soy bastante más rico que ella:
pero como ella está criada de otro modo...
Urb. ¿Con biberón acaso?
Pas. Quiero decir, que la educaron...
Urb. También aquí se educa.
Pas. Sí; pero se educa mal; ya se comenta que
mi intención es casarme con mi sobrina...
Urb. ¿Y qué?
Pas. Que tengo más intención que uno de Col-
menar.
Urb. (Quedando pensativa.) No sé quién pueda ser
ese. De Colmenar no conozco á nadie.
Pas. Ni yo.
Urb. Pero su intención no es mala.
Pas. Yo la tengo con buen fin.
Urb. Con tal de que le entre á usted por el dere-
cho... (Señala el ojo.)
Pas. Sí; de entrar tiene que ser por derecho.
Urb. Digo por el ojo derecho.
Pas. |Pues no es nada lo del ojo!
Urb. Usted aún es joven.
Pas. Ya lo creo.
Urb. ¿Qué edad tiene usted?
— ii —
Pas. Eso no se pregunta; pero, en fin; como eres
de la familia cieo que guardarás el sscreto.
Tengo ..la edad que tendría mi pobre primo,
el padre de Matilde, si no hubiera muerto.
Urb. ¡Ah, sí! Ya sé. La... ¿Y qué edad tendría el
padre de Matilde?
Pas. Sincuenta años.
Urb. Entonces es usted un niño.
Pas. Lo he sido, lo he sido.
Urb. ¿De modo que usted tiene?...
Pas. Sincuenta. Saca la cuenta bien.
Urb. Sin- cuenta no se puede sacar cuenta ningu-
na; pero, en fin; si son sincuenta, como us-
ted dice, aún no los ha hecho usted.
Pas. No; ya me los darán hechos.
Urb. A esa edad, aún se puede decir que es us-
ted un niño.
Pas. Sí se puede decir; pero no se cree; porque- si
yo con mis años soy un niño... tú... no has
nacido todavía.
Urb. Debe usted casarse con Matilde, porque si
me caso yo con Llorens, ¿qué va usted á
hacer?
Pas. Asistir á la boda ,qué remedio!
Urb. Ya sabe usted que Llorens y la prima se tu-
vieron cariño, y...
Pas. Sí; pero aun cuando Llorens es un chica
guapo y rico... es labrador, y Matilde pica
hoy más alto.
Urb. Pues esa es la pulga que más me pica.
Pas. ¿Cuál?
Urb. Esa.
Pas. No estés intranquila. Yo creo que Lloren^
te quiere y te casaras con él!
Urb. Pero, ¿qué va usted á hacer solo?
Pas. Es verdad.
Urb. Usted no quiere separarse de su granja, de-
sús olivos, de sus naranjas...
Pas. Y ahora me contentaría con media; ya
ves tú .
Urb. Yo, de usted, me atrevería.
Pas. No, si por atreverme no quedará; pero estan-
do en la edad media...
Urb. Le falta á usted la otra media.
— 12 —
Pas. ¿Cómo?
Urb. La media naranja; porque con una media
no va usted bien.
Pas. Pues, mira; tienes razón. Es la mejor me-
dia... Digo, es el mejor medio.
ESCENA III
DICHOS y LLORENS (per el foro.)
Ll,OR. Muy buenos días. (Desde el foro.)
Pas. ¡Hola, Llorens! A buena hora llegas. Almor-
zarás con nosotros-
Llor. No puede ser.
Urb. ¿Por qué?
Llor. Porque ya he almorzado.
PaS. ¡Tenemos chocolatel (Metiendo los aperos de la-
branza en la barraca.)
Urb. (Bajo, á Llorens.) Ha llegado Matilde.
LlOR. Ya lo Sé. (Queriendo contestar á los dos.)
Pas. ¿Quién te lo ha dicho? (Distraído en su ocu-
pación.)
Urb. (Bajo, á Llorens.) Está muy cambiada.
Llor. (Repite ei. juego.) ¡Es clarol
Pas. ¿Qué ha de ser claro? ¡Superior!
Llor. ¿Gomo está? (a urbana, alto.)
Paf. ¡Superior.
Urb. (Bajo á Llorens ) Lleva un lujo..
Llor. Malo.
Pas. Que no, digo, Y como sé que te gusta...
Urb. ¿El lujo?
Fas. El chocolate, que no deja de ser un lujo,
¿verdad que te gusta?
Llor. ¡Mucho!
Urb. ¿Te alegras de que haya venido? (Bajo á Llo-
rens.)
Ll.OR. [Mucho! (Sin saber á quién atender.)
Pas. ¡Toma!...
URB. ¡Toma! (Le da un pellizco.)
Pas. Te vas á chupar los dedos.
Urb. ¡Chúpate esa!
Llor. ¿Cuál?... ¡Ah!... ¿Qué dedos?
Pas. Eres bobo. ¡Cuando yo digo que te chuparás
— 13 —
los dedos! Urbana; vé preparando el choco-
late, que yo voy á echar el pienso. Para
este, pon una taza grande, que ya sabes que-
le gusta niojar. (vase por detrás de la barraca.)
ESCENA IV
URBANA y LLORENS
Llor. Pero, mujer estoy hecho un cardenal.
Urb. Ego quisieras; lo que estás hecho es un ca-
zurro.
Llor. ¿No quieres que me alegre déla llegada de
Matilde?
Urb. No; digo, sí; pero prueba, prueba de escu-
rrirte con Matilde... y ojo con el chocolate.
Llor. ¿Temes que me unte?
Urb. ¡Puede!
Llor. Ya sabes que no soy de los que se corren;
pero tampoco me corto.
Urb. ¡Ni que fueras de natillas!
Llor. Matilde ya sabe lo que aquí somos. ¿No na-
ció entre nosotros?
Urb. Tanto como entre nosotros...
Llor. En la huerta fué, y no ha de renegar de
ella porque haya estado en Madrid.
Urb. Sí; pero...
Llor. En cuanto yo la coja por delante...
Urb. Te guardarás de cogerla por ningún lado...
Llor. ¿Y está guapa?
Urb. ¡Llorens!... A tí te gustan vestidas con mu-
chos trapos...
Llor. No; al contrario.
Urb. Aquí, ella no es nadie; cualquiera es más
que ella. Tú, yo, mi tio...
Llor. ¡Claro! Como que somos tres. No se me ol-
vida cuando fuimos á verla al colegio en
que estaba en Madrid. Se reía de mí porque
no me quité el sombrero...
Urb. De tí se ríen todos.
Llor. Todos, no; pero casi todas, casi todas...
Urb. Voy á preparar el chocolate, porque si no...
Llor. Iré contigo si no te enfadas. (Mutis por la casa.)
14 —
ESCENA V
MATILDE, por el foro con un ramo de flores en la mano y un som-
brero de paja en la cabeza; después del cantable salen UXBANA y
LLORENS por la casa, y PASCUAL por la derecha.
música
Matilde ¡Qué hermoso es correr
y el campo cruzar,
y qué dulce es ver
el día asomar!
|En estos días
de primavera,
qué hermoso es
en el rocío
de la pradera
mojar los pies!
Todo es vida y es belleza;
todo luz, todo armonía,
placer todo y alegría,
todo hermoso y seductor.
Tiene á la luz de la aurora
más encanto el bosque umbrío;
más rumores tiene el río,
menos espinas, la flor.
¡Qué hermoso es correr etc., etc.
Los aires de aquí
balsámicos son;
respirando así
pe ensancha el pulmón.
Y en estos días
de primavera,
¡qué hermoso es
bajo las ramas
de la palmera
dormir después!
— 15 —
Y volver por los senderos
entre pájaros y flores,
aspirando los olores
del tomillo y del azahar;
y bañarse en las vertientes,
y magníficos fulgores
que nos dan luz y colores
en la tierra y en el mar.
¡Qué hermoso es correr, etc., etc.
Hablado
Llor. ¡Buenos días, Matilde!
Mat. ¡Hola, Llorens! Ya había preguntado por ti.
LLOR. ¡Vaya Una pregunta! (Mirándola embelesado.)
Mat. ¿Como andas?
Pas. En dos pies, por milagro.
Mat. Te extrañará encontrarte con una madrile-
ña hecha y derecha... Tú estás guapo...
L1LOR. ]K/Cha!... (Sin dejar de mirarla y como no sabiendo
que contestar.)
Urb. (impaciente.) (Le echa flores.)
Mat. Y robusto...
Llor. ¡Echa!
Mat. ¿Y á mí, cómo me encuentras?
Llor. Hecha... y derecha y... (doble derecha voy á
tener que tocar.)
Pas. Yh la tenemos aquí para siempre.
Llor. ¿Para... para. , qué?
Urb. Para siempre. (¡Toma!) (Le pellizca.) ¡Qué cara!
(Al ver que le dnele.)
Llor. ¡Qué cara... y que pellizco de monja!
Mat. Parece que lo sientes...
Llor. Lo siento, lo siento como lo digo. Me ale-
gro, me alegro...
Urb. ¿En qué quedamos?
Llor. En que lo siento; digo, en que me alegro;
¡qué ojos! ¡como me mira! (por Matilde.) Y
ésta también ¡como me mira! ¡qué ojos! (por
(urbana que hace mutis para sacar el chocolate.)
Mat. No hay remedio. A lo hecho pecho.
Llor. Que pe... digo, ¡qué cuerpo!
Mat. Quiero vivir con vosotros, y como vosotros.
Llor. ¿Con nosotros? Es3 no irá conmigo.
— 16 -
Mat. Quiero correr, brincar, cantar...
Pas. Aquí no cantamos. Gracias si nos dejan tri-
nar.
ÜRB. (Saca el chocolate.) El almuei'ZO.
Mat. ¡Cuánto tiempo hace que no tengo el ape-
tito como hoy!
Pas. ¿Abierto, eh?
Mat. De par en par. Supongo que eso no estará
aquí mal visto.
Llor. Aquí no vemos esas cosas.
Mat. Y eso que esta mañana tomé una torta y un
vaso de leche que ya, ya... Tienen ustedes
aquí una leche... exquisita.
Pas. Pues ahora, toma chocolate.
Mat. No, no quiero.
Pas. ¡Tiene cacao y todo!
Mat. Para eso no valía la pena de venir al cam-
po. (Se sientan todos menos Matilde; que permanece
de pió junto al velador apoyada en una silla. Urbana
sirve el chocolate y se sieuta.)
Llor. Tiene razón.
Mat. ¡Calle! ¡Y un piano!... Esto es demasiado.
Pas. ¡Anda! ¡Canta algo!
Mat. Estoy afónica... no puedo llegar al sol, si no
cantaría... el vals de la sombra... pero hoy
no puedo.
Pas. ¡Qué lástima! Ni sol ni sombra... Pues mira,
todo el pueblo se hace lenguas de tí.
LLOR. Ya lo Creo. (Tomando una sopa.)
UkB. ¡Cierra la boca! (a Liorens.)
LlOR. I^y! (Abrasándose al cerrar la boca.)
Mat. j ¿Que és eso?
Llor. Lengua... Me abrasé la lengua
Urb. Porque la tienes muy larga.
Mat. ¡Pobre Liorens!
Llor. ¡No quiero más!
Pas. ¿Ni una sopa?
Llor. ¿Sopa... después del chocolate?
Pas. ¡Tiene gracia!
ÜRB. Vamos, toma. (Dándole una sopa.)
Llor. ¡Ay... qué rica! (Mirando á Matilde.) ¡qué rica
es ésta!... (Señala á Ja sopa y á Matilde.)
PaS. No se permiten goteras. (Limpiándole la barba.)
— 17 -
Mat. ¿Y qué vamos á hacer esta tarde?
Llor. Eso; después de almorzar, ¿que vamos á ha-
cer?
Pas. Haremos... la digestión, si te parece. Iremos,
de paseo.
Urb. Eso, como en Valencia.
Pas. Voy á preparar la tartana, (se levanta.) (Hay
que darle gusto á la chica... y para esto,
nadie como yo. Empezaré por hacerle la
corte para que no se aburra en el campo.)
Mat. ¿Vendrás con nosotros, Llorens?
Llor. No puedo; tengo que limpiar un poco de cá-
ñamo y hacer algunos ingertos.,.
Mat. ¡Cómo!¿ Tú sabes?... ¿Cómo se hacen los in-
gertos?... (Con júbilo.)
Llor. Pues con... la... Ven, ven conmigo, y lo
verás.
Mat. Claro que iré contigo. Eso es más entreteni-
do y más...
Urb. (¡Mastuerzo!) (pellizcándole.)
LlCR. Más... más... (Rascándose.)
Mat. ¡Qué gusto!
Llor. Bueno. Yo voy á avisar á la gente y vuelvo.
.Urb. (Sí, vuelve por otra.)
Llor Hasta luego.
Urb. (Me parece que lo de los ingertos no será
Verdad.) (Va^e Llorens por el foro mirando A Matil-
de y á Urbana, que no cesa de amenazarles con el
gesto y las miradas.)
ESCENA VI
URBANA y MATILDE
Mat. ¿Serás de los nuestros, Urbana?
Urb. ¿Al aire libre... y con este sol? Eso si que no.
Mat. ¡Bah! A mí lo que me molesta es el vestido.
Urb. Pues quítatelo.
Mat. Es incómodo para el campo, y á poco que
corra... Se me ocurre una idea. Si me pres-
taras uno de los tuyos... yo te prestaría uno
de los míos.
Urb. ¡Anda!... ¡Vestirme de señorita!
2
— 18 --
Mat. Y yo deliuertana... ¿quieres?
Urb. ¡Vaya!
Mat. En mi cuarto encontrarás todo lo que nece-
sites.
Urb. Y tú en el mío.
Mat. Eso es; para cuando te cases, te haces un
vestido igual al. mió.
Urb. En los tuyos entra mucha tela. Yo con una
vara... tengo bastante.
Max. Y te sobra para ir desnuda
Urb. ¡Aun no tengo novio oficial!
Mat. ¿Ni subalterno? ¿Te parece poco Llorens?
(Exploremos el terreno.)
Urb. Es tan corto...
Mat. Ya, ya se haría largo... cuando haya más
confianza.
Urb. No, si confianza no falta; pero...
Mat. Pero ¿qué?
Urb. Es tan rústico...
Mat. Mejor. Tú que eres Urbana, con darle la
mano...
Urb. No pienso darle nada.
Mat. ¡Ban! Ya lo veremos.
Urb. Es un hombre muy basto. (Le desacredi-
taré.)
Mat. Ya se afinará.
Urb. Y á mí me gusta más el otro palo... el de
oros.
Mat. ¿Eres ambiciosa?
Urb. No, pero ha}'' que tener algo...
Mat. Pues él... algo tendrá.
Urb. Algunos olivares, naranjos, y creo que una
viña...
Mat. Pues ¿quieres más viña?
Urb. Ya hablaremos de eso.
Mat. Tienes razón. Ahora... á vestirnos.
Urb. En cuanto Llorens me vea con tanto arru-
maco... (Entra en la casa.)
Mat. ¡Y dice que tiene bastante con una varal...
¡Ca! yo creo que necesita muchas más...
muchas más Varas; (lintra en la casa.)
ESCENA VII
]»2 tísica
LLORENS y CORO GjENEKÁL
Ellos Ven acá, huertána
Ellas Ven ncá, huertano.
Ellos No seas tirana.
Ellas No seas tirano.
Todos A Ja huerta vamos ya.
Ellas Quita allá, huertano.
Ellcs Ven ac;i, huertana,
acerca tu Mario.
Ellas No me da la gana.
A mí nadie me la da.
'Todos Vamos, Llorens,
^A Llorens que aparece en el foro.)
que es tarde ya.
Pues que lá señorita
se despepita
por ir á ver el cáñamo '-■
recolectar,
ve y dile que esperamos,
3r aquí aguardamos,
pues luceunsol espléndido
que hace sudar.
Llor.
Bajad la, VOZ (oon misterio )
que os puede oir.
-Coro
f;V si nos oye,
qué ha de. decir?
¡Tú crees que ella!... (con ¡mención.)
Llor.
¡Que me perdéis!
<3oro
Matilde es bella...
Llor.
l'ues ya veréis.
Aunque de ambicioso
-alguno me tilde ,
vivir síq Matilde
no he de poder yo;
— 20 —
mi amor es tan puro,
que yo os aseguro
que nadie tan grande
jamás lo sintió.
Coro Si piensas que esta tórtola
descenderá (Haciéndole bur;a.
á dar oído á tu chachara
sin más ni más;
sería cosa idéntica,
que el comparar
la verde ñor del cáñamo
con el azahar.
Limpíate, limpíate, limpíate
que estás de huevo,
(Acercándose a Llorens.)
porque ese pez, de seguro,
no pica el cebo.
Llor. No seáis incrédulas.
Coro Limpíate, limpíate.
Llor. No seáis incrédulos.
Coro Que estás de huevo.
Llor. Tal vez mis súplicas.
Coro Limpíate, limpíate
Llor. Alcancen éxito.
Coro No muerde el cebo.
Llor.
Coro
Llor.
Coro
No seas loco,
coge la hoz.
Poquito á poco,
bajad la voz.
Sois unes primos.
Tanto mejor.
Aun los racimos
no están en flor.
¡Quién te vería
si te quisiera
de alta chistera,
largo gabán! .
'Nadie daría
por cosa cierta
ser de la huerta
tal perillán.
LLOR.
•Coro
- 21 —
Basta de bromas,
por compasión.
Porque las tomas
por otro son.
Llor. Avisemos con una coplillas
que estamos acá.
Coro Canta tú, que nosotros sabremos
llevarte el compás.
(Colócanse todos á la derecha y delante Llorens; tod*
esta parte muy cómica.)
Llr. Aunque es muy áspero el cáñamo.
■Coito Cáñamo, cáñamo. (a. media viz.)
Llor. Piensa que tiene sus fibras.
Coro Tiene sus fibras.
.Llor. Y donde hay fibras hay ánimas;
Coro Animas, ánimas.
Llor. De los amores heridas.
Coro Niña bonita.
Llor. Aunque es muy áspero el cáñamo,
etc., etc.
Coro Aunque es muy áspero el cáñamo, etc.
Llor. Aunque muy burdo es el cáñamo.
Coro Cáñamo, cáñamo.
Llor. Y es el naranjo muy bello.
-Coro Siempre muy bello.
Llor. Un mismo cielo cobíjalos
Coro Cielo cabíjalos.
Llor. Y los besa el mismo viento.
■Cok o Los besa el céfiro.
Llor.
Coro
Aunque muy burdo es el cáñamo,
etc., etc.
Aunque muy burdo es el cáñamo, etc.
(Vanse todos por el foro.)
— 22 —
ESCENA VIII
URBANA, MATILDE y PASCUAL.
Hablado
Pas. '(saliendo) Ya está lista la tartana... ¡Demo-
nio! (Se engancha e:. la barraca.)
'TJrb. ,r ' Kies desenganche. (Desde dentro.)
Pas. No puedo. .1. :
Urb. ' ¿Por qué?
Pas. Porque... me he enganchado. ,
Urb. Pues desenganche,, porque Matilde no quie-
re salir.
Pas. ¿Eso es verdad?... (¡Maldito clavo!)
MaT. Sí, tío. (Desde dentro.)
Pas. Entonces, voy.,. ¡Pero si no puedo! Yo tira-
ría, perp eso dé engancharse uno y tirar des-
'' püés...' es de borrico. ¡Por fin! (Dando un tirón.
, fuerte.) . ^ . , , ;■:..'
Mat. ' ' 'Ande usted.
Pas. ¡Voy! ¿Pues no me hace volver á la cuadra
esa chiquilla? Después de todo; ¡qué diablo!
'* '¿asi tiene razón. Así me da lugar para que
Ja vea más á mis anchas y para que yole
declare mi atrevido., ¡pero qué atrevido
soy, y!... ,¿Y qué declaro yo, vamos á ver?
Si se tratara de un juicio .. ¡Pero... si por
ella lo pierdo! Esto no es tener juicio, sino
todo lo contrario. La llamaré guapa, divi-
na... y ella me llamará tío... ¡Y tiene razón
para llamármelo! Pero no; está bien edu-
; cada, y la buena educación se nota siena*-
' pié, aunque se hable con, un tío cualquiera,.
. .,;i como,, yp- ¡Voy á ponerle de tiros largosl
Acaba de traerme el prdinario un trajfr
muy fino y muy elegante; me lo pongo y
me presento á eila hecho todo un caballero.-
(Vase por la derecha )
~ 23 —
ESCENA IX
MATILDE y URBANA
Max. (Sale vestida de huertana.) ¿Estás lista, Urba-
nita?
ÜRB. 'Vestida á la moda, pero con traje qua se le despega.)
Pero estos malditos guantes... ¡son tan es-
trechos!
Max. Trae, yo te los calzaré.
Urb. Pero, ¿son para los pies?
Max. No, mujer. Es que se dice así. (sale urbana.)
ÜRB. ¡Ah, ya! (Se adelantan la una á la otra, se miran
mutuamente y sueltan la carcajada.)
Las dos ¡Já, ja!
Max. Estás guapa, muchacha...
Urb. No, pues tú...
Max. ¿Crees que Llorens me encontrará lo mismo?
Urb. Si te busca... puede que te encuentre. (¡Dia-
blo de Llorens, cómo le precupa!)
Max. ¿A. dónde vas?
Urb,. A enseñarme á todo el mundo... A lucirme
para que vean... (Ya te daré yo á tí Llorens.
¡Tío! ¡Tío! (Salo por el fondo.)
ESCENA X
MATILDE, después LLORENS, foro
Max. ¡Nada, que estoy mii3T contenta! Estos trajes
de huertana parece que me dan nueva vida,
que respiro, que...
Llor. ¡Anda! Pues con esa ropa está mucho más
linda, mucho más.
MAX. . .,. ¡Ay, Llorens!... (Ruborizándose.)
Llor. Hemos venido por tí, y como no estabas,
vengo yo ahora, por si quieres acompa-
ñarme.
Max. , Con mucho gusto. Me quise vestir de huer-
tana; pero como no tengo chambras ni refa-
jos á propósito, estoy...
— 24 —
Llor. Sí, en paños menores, como quien dice.
Mat Estoy de prestado.
Llor. ¡Pues si pareces un manojo de flores!
Mat. [Ojol Que estas flores tienen espinas...
Llor. No importa. Pero... ¿no vienes?
Mat. ¡Estoy tan jcansada!... ¡La caminata de esta
mañana!... ¡Esto no quiere decir que te de-
tenga!...
Li.or No, ya sé que no me detienes; pero me que
do, me quedo.
Mat. ¿Y los hombres?...
Llor. Allá estarán, y yo iré también... más tarde.
Mat. Luego... ¿te quedas?
Llor. Contigo... si no te fastidio.
Mat. ¿Sabes, Llorens, que no creí que fueras tan
amable?
Llor Tampoco yo lo sabía. Lo que sé es que me
gusta estar á tu lado... y que no me aburro
y que tengo celos del tío Pascual.-.
Mat. ¿Por qué?
Llor. Porque es tío... y yo no.
Mat. ¡Cómo!
Llor. Porque es tío tuyo y yo...
Mat. ¿Tú que eres?
Llor. Un borrico que te mira embelesado y no
quiere dejarte sola, y tiene celos de todo lo
que te rodea.
Mat ¿Sí?
Lior. Oyéndote hablar, me quedo con un palmo
de boca abierta...
Mat. Cierra la boca. (Creyendo que llega alguien.)
Llor. ¿Cómo quieres que la cierre si por tí estoy
con la boca abierta?
Mat. ¡Si te oyese Urbana!
Llor. ¿Qué?
Mat. Te pondría mordaza.
Llor. ¿Porque digo que te quiero?
Mat. ¡Ahí ¿Luego me quieres?
Llor. Ya se me escapó. (Se va á reir de mí.)
Mat. ,¿P,j1* es0 eres celoso?
Llor. Por eso.
MAT. ;Já, já, já! (Riendo.)
Llor. (¡Cuando yo decía que se iba á reir de mí!)
No lo tomes á chacota.
— 25 —
Mat. ¡Já, já, já!
Llor. ¡Por Dios, Matilde!...
Mat. (Aparte.) ¡Pobrecillo! (Alto.) Pruebas.
Llor. ¿Pruebas? ¡Toma! (La da un abrazo.)
Mat. i Arre allá, celoso!..- ¡Já, já, jal
música
Llor. Dame, y no te dé reparo,
(Queriendo abrazarla.)
un abrazo, dos ó diez.
Mat. Hombre, me gusta el descaro.
Llor. Pues repetiré otra vez.
Mat. ¡Qué dirán de mí!
Llor. Dispensa.
Mat. No lo quiero ni pensar,
Llor. Pues devuélveme la ofensa
que }ro no me he de enfadar.
¡Si supieras lo que peno,
yo, que soy tan bueno!
Mat.
¡Tú, qué vas á serl
Llor.
Pues sí,
Porque te quiero y requiero
y por ti me muero.
Mat.
¡Tendría que veri
Llor.
Por tí.
Mat.
Si no fueras tan celoso
serías mi esposo.
Llor.
Ya tú lo verás.
Mat.
Y así,
eres casi insoportable
y hasta inaguantable.
Llor.
Motivos me das.
Mat.
¿Yo á tí?
Llor.
Soy celoso porque quiero.
Mat.
Esa no es una razón.
Llor.
Tengo celos de mi sombra.
Mal
Pues no te pongas al sol.
Llor.
Si es verdad que te he ofendido,
si algo me has querido,
perdona por Dios
y ven.
Ven, por Dios, no me rechaces
— "26 -
y hagamos las pac es
dé una vez los dos
.' mi bien.
Mat. Si es que estás arrepentido,
démoslo al olvido,
toma mi perdón
y ven.
Que aun cuando arrugues el ceño
tú solo eres dueño
de mi corazón
; también.
Llor. Basta ya de celos.
¡Cuándo será él día
en que seas mía!
Ven y dímelo.
¡Ay, qué ganas tengo,
si tú lo supieras, .
puede que tuvieras
más prisa que yo!
Mat. Yo también confío
con ardíante anhelo
á que desde el cielo
nos bendiga Dios,
y se me figura,
aunque té dé risa,
que la misma prisa
tenemos los dos. (Se abrazan.)
ESCENA XI
DICHOS y URBANA por el foro
Hablado
Urb. (sorprendiéndolos.) ¡Bien, muy bienl
LOS DOS ¡Urbana! (Se separan.)
Llor. ¿Pero tú con ese traje?...
Urb. ¿Qué importa? Si acabo de convencerme que
el hábito no hace al monje. " \ ■■_ ■-.'..'
Mat. Verás, mujer, yo te explicaré...
— 27 —
Urb. Ya veo que te explicas bien. Excusas decir
más.
Llor. Verás, Urbana...
Urb. ¿Y te atreves aún á abrir la boca?
Llor. Pero si no es culpa mía, sino tuya...
Urb: .¿Mía?
Llor. ¡Claro! Entro aquí, veo una huertana muy
f', '.'•..', guapa, creo que eres tú...
Urb. [Ya es creer!
Llor. Mujer, Dios nos manda creer lo que no vi-
mos, y yo no le había visto la cara... Reco-
nozco tus vestidos, creo que estás tú dentro
de ellos, y te abrazo...
Urb. ¡Qué habías de abrazarme! (Enojada.)
Mat. No, de eso soy 3^0 testigo... Te abrazaba, te
i .', ■■;.' -abrazaba.
Llor. La intención, al menos, era para tí, y ya sa-
•;.-,:¡ .:• ; , bes qxxe la intención basta.
Urb. ¡Qué ha de bastarl
Llor. También es capricho el cambiar así de traje.
Urb. ¡Cada una tiene los caprichos que mejor le
i parece! Mientras no me case...
Llor. ¡Claro! No te van á consentir caprichos des-
: pues de casada.
Mat. -¡Urbanidad... Urbanal
Llor. No te incomodes, hija mía.
Urb. ¡Hija tuya! ¡Hija tuya! Eso lo veremos des-
pués...
Llor. (a Matilde.) Perdóname, Matilde, si me he
atrevido... pero, la verdad, ya ves que no soy
yo el culpable... (Aparte.) (¡Qué le vamos á ha-
cer!) (Vase por el foro )
: ESCENA XII
MATILDE, URBANA y PASCUAL.
PaS. - (Aparece por la derecha ridiculamente vestido.) Ea,
ya estoy vestido.
Mat. ¡Dios mío! ¿Pero esto qué es? (Riendo.)
Pas. Pues mira, sobrinita, esto es.. ..un caballero.
En cuanto uno se pone estos arreos ..
Mat. ¡Arrea!
Pas. No, no arrees.
Urb. (Mirándole de arriba abajo.) ¡Mll}r bien, muy
bien, tío! Está usted... interesante.
Pas. Eso sí que no.
Max. Está usted muy bromista, tío...
Pas. . (sorprendido ) ¿Cómo bromista?
JVIat. (Riendo á carcajadas.) No me haga usted caso,
tío... Es que la tentación es más fuerte que
yo. ¡Já, já, já! (Riendo siempre.) Pero... ¡Já, já!
(Vase por la derecha.)
ESCENA XIII
URBANA, PASCUAL
PaS. (Que se reía también, se detiene de repente.) ¡Anda!
¿Y por qué me reía yo?
TJrb. ¡Claro! Ella se burlaba deusted yá usted, pol-
lo visto, le agraciaba ..
Pas. ¿Quién?
Urb. ¡La burla!
Pas Pero eso no está bien. Reírse así en las bar-
bos de un tío no está bien. .
Urb. ¡Bab! Si fuera usted todo lo tío que debiera,
no se reiría así. Pero se la disculpa con decir
que es ella así, alegre de genio y abierta de
carácter.
Pas. Pero no está bien, sobre todo en las muje-
res, el ser así tan francas y tan ..
Urb. ¡Claro que no! Pero como viene de la Corte,
ya se figura que puede tratarnos de cual-
quier modo. ¡Si le contase á usted lo que
hizo!
Pas. Alguna diablura, como si lo viera.
Urb. En fin, creo que debemos hacer que se vuel-
va á Madrid enseguida.
Pas. Eso me parece á mí también.
■Urb. Si es una penitencia. Y en confirmación de
ella, le digo á usted, que á poco... le rompo el
bautismo.
Pas. Si con ella no hay orden ..
Urb; Ni matrimonio.
Pas. Nada, nada.
— 29 —
Urb. Usted, dése prisa. Enganche de nuevo, y á.
la estación, á la estación, á la estación.
Pas. ¡A la estación, á la estación! Pero, chica, pa-
reces yin viacrucis. (pausa breve.) ;Pero, vamos
á ver; ¿á dónde la mando? ¿Al colegio otra
vez? Me gastaría la mar.
Urb. Y no le hace falta, además. Sabe demasiado.
Pas. Y sola... sin padres... Yo soy el único qu&
por ella vela.
Urb. ¡Vaya una vela!
Pas. Y se desvela.
Urb. Déjese de velas y cásese con ella al vapor.
Pas. Ahí tienes. Sería un partido...
Urb. ¡Sí, bonito partido!
Pas. Y me iría á vivir á Madrid .. ¡Nada, que me
caso!
Ukb. Si ella quiere. Hace poco se reía de usted
bien lindamente.
Pas. Como que en ella todo es lindo. Además, no
tiene nada de extraño. La primera vez que
uno se pone esta ropa... Como falta la cos-
tumbre... Las costuras le lastiman á uno.
Pero después que se sientan las costuras...
Hay que acostumbrarse, hija mía, y tener
sociedad... Es cuestión de instinto... Y si no,
ahí estás tú hecha una señorona... Ya ves-
que no es verdad lo de que aunque la mona
se vista de seda... ¡Si estás casi más bonita.
que yo! A ver, enséñame á hacer el caballe-
ro... Así acabaré por dar gusto á Matilde y
casarme con ella.
ESCENA XIV
DICHOS y CURO GENERAL al foro
Música
Pas. Estás hecha una señora.
Urb. Y usted todo un caballero.
Pas. Pero instruyeme tú ahora
que aprenderlo todo quiero..
Urb. Para que diga la gente
que aunque de seda
se vista la pobre mona
mona se queda (Dándose t«no.
Pas . Cuando las gentes me vean
en algún baile,
nadie dirá que los hábitos
no hacen al fraile.
Urb. Hoy es preciso,
porque es de viso,
tener otro aire.
Pas. No me abandones,
dame lecciones,
préstame luz.
Urb. Es lo primero
traer el sombrero
puesto al desgaire,
y á las señoras
á todas horas
hacer el bú.
Los cortesanos
nunca las manos
tienen tan tiesas.
Pas . Sí así lo quieren
y lo prefieren,
las moveré.
Urb. Para ir de líos
y de amoríos
ú otras empresas,
se necesita
en la levita
un buen clavel.
Pas. Me lo pondré: .
Pero fuera aprensión;
dime cómo he de hacer .
una declaración
que llegue al corazón.
de una mujer.
Coro (Ha}*- allí un caballerete
(Agrupados al foro. Llorens delante, vieml) las actitu-
des ridiculas de Pascual y urbana.)
y una mujer,
— 31 -
como entremos, en un brete
se van á ver.
¿Quiénes son tan de mañana
y en traje tal?
Llor. Callar, que ella es Urbana.
Coro Y él es Pascual. .
(Quedan escuchando y riendo de verlos hechos ano
tontos.)
Urb. Se la mira, se suspira
tembloroso de emoción, . .'
y se endilga de repente
la siguiente admonición.
Coro Mucba atención.
Urb. Se la llama hechizo,
querube y estrella,
pues debe ante todo
deciree una flor.
Pas. Se la llama hechizo,
querube y estrella, . .
pues debe ante todo
decirse una flor.
Llor I ¿En dónde demonios
Coro j ha aprendido ella
esa moda y modo
de hacer el amor? , .
Urb. Diga que el sol tiene , u
puesta en su mirada . '.
la luz que en Oriente
nos deja asomar.
Pas. Digo que el sol tiene
etc., etc.
Llor.j j La broma va siendo
Cgro ' j ya un poco pesada,
si no es que esta gente
es loca de atar.
(Retirase el coro haciendo comentarios de lo que aca-
ban de oir. Llorens queda en acecho.)
— 32 —
ESCENA XIV
DICHOS menos el coro
Hablado
Pas. (De rodiiins.) Bueno, señorita, pues le juro y
y le retejuro por lo que más quiero...
Urb. Por lo que más quiero... Eso es.
Pas. Yo te juro alma mía... que tú eres mi vida,.
mi fe, mi esperanza, y que te ofrezco mi co-
razón, mis bueyes, mi masía y mi mano.
Urb. ¡Puf! Cuántas cosas. (Riendo.)
LLOR. ¡bilí ¿Qué es lo que veo? (Adelantándose.)
Urb. ¡Llorens!
Pas. Oye... eh... muchacho... Yo te diré.
Llor. ¿Ue modo que se casa usted con Urbana?
Pas. No es eso, hombre. No hay que ser tan atro-
pellado...
Llor. Usted es el que atropellando por todo...
Pas. Verás.
Llor. ¿Qué voy á ver cuando le encuentro á los
pies de ella, y?...
Pas. Es que tomaba mis medidas.
Llor. Las de ellas dirá usted.
Pas. Además, era para Matilde por lo que...
Llor. ¡Cómol ¿Estaba usted haciéndole el amor á
Matilde, puesto á los pies de Urbana?
Pas. Estudiaba el modo de hacer el amor por
todo lo alto, para...
Llor. ¡Pare! Por todo lo bajo. Si empezaba usted
por los pies.
Urb. Te juro, Llorens, que es verdad.
Llor. ¿Luego es decir que quiere usted casarse
con Matilde, con la otra sobrina?
Pas. Ni más ni menos.
Llor, Pues no será.
Fas. (Animándose peco á poco.) ¿Qué dices?
Llor. Digo que no doy mi permiso para esa
boda.
Urb. ¿Eh?
Llor. A su edad es una tontería.
— o3 —
Pas. No te burles, Llorens. Mira que... que...
Que te va á costar caro.
LLOR. ¿A. mí? (Agarrando una silla.)
Urb. Tío, no se propase usted. Échele usted el
guante.
Pas. ¿Un guante? ¡Demonio! Me costaron...
Urb. Es lo que se usa entre caballeros.
Pas. Vamos, sí, desnudarse antes de andar á ca-
chetes. (Le tira u¿ guante.) Allá Va. Y ahora...
(Suca el estoque del bastón que tendrá en la mano.)
¡A muerte! ¡Como en la corte!
L/LOR (Sule un momento y vuelve con una gran horquilla de
madera.) Y yo... con mi horquilla de coger
las mieses... como en el campo. (¡A defen-
derse!)
ÜRB. (cayendo sobre una mecedora.) ¡Ay! que me...
me... me...
Pas. No, mujer, ahora no. (Rápido, á Urbana.)
Uri3. ¡Me desmayo!
Pas. ¡Ah! Era eso... ¡Pues en guardia!., (se baten.
Llorens coge al fin entre los dientes de la horquilla
1 n cabeza de Pascual que queda así entre la pared y
y la horquilla sin poder moverse. Pascual deja caer
estoque.) ''■'-'
Llor. Y ahora...
PaS. (Alzando las manos eu actitud suplicante.) ...y en
la hora de nuestra muerte...
Urb. ¡Socorro! ¡Socorro! (Llec;a Matilde corriendo.)
ESCENA ULTIMA
DICHOS y MATILDE
Mat . ¿Qué es esto? (Saliendo de la casa.)
Pas. Pero hombre, que me estrangulas. (Force-
jeando.)
Max. (Queriendo separarlos. Pero ¿acabaréis de una
vez?
Llor. (a Pascual.) Renuncia á Matilde.
Pas. Bueno, hombre, bueno... Renunciaré. (Llo-
rens bnja la horquilla.) ¡Qué bárbaro! Me estro-
peó el cuello...
Mat. No, pues 110 Veo... (Examinándole.)
3
— 34 -
Pas/ El de la Camisa, mivjer. Está visto que me
he de quedar sin la media naranja. Cásate
, , , t$.,(A Urbana.) l
Urb. ¿Con Llorens? ¡Nuncal ;
Urb. Es demasiado... aldeanote para mí.
Pas. Entonces, si quieres ser tú la otra media de
este caballero educado por tí....
1Urb; No sé si debo...
Pas. Lo que debas se paga.
Llór. Matilde, tú sabes cuanto te quiero. ¿Quie-
res; ser mi mujer?
Mat. A condición de quedarnos en el campo.
Llor. Lo que tú quieras.
Pas. (a ürbana.V¿Quíeres ser mi costilla?
Urb. A condición de irnos á la corte, á Madrid.
Pas . Me costará un riñon. Pero no importa. .
. (A Llorens.)
Te presento á mi consorte.
Llor. Y yo á la mía. (por Matilde.)
Pas. Transijo
porque me voy á la corte.
Mat. Pues yo quedo en el cortijo.
/,
jki:ÓN
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La verdad desnuda,
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Ortografía.
M fuego de San Telmo.
Las guardillas.
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La leyenda del monje.
Las campanadas.
Los mostenses (1).
Ün noy un sí [2).
Sobresaltos y saltos.
El rompeolas (2).
De pillo á pillo.
De la corte al cortijo.
(1) En colaboiación con Carlos Arniches y Celso Lucio.
(2) ídem, Id. con Santiago Arambilet.
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