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Full text of "Descripcion de las alegorias pintadas en las bovedas del Real palacio de Madrid .."

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d0296eBS7^ 



alegorías 



PINTADAS 



SN LAS KDTSBAS 



BU. 



VU(á pdasíú tir iStaUrtH* 



BSSClIfClItDH 



DS 



LAS ALEGORÍAS 



PIHTADAS IR LAS BOTBDAS 






HECHA DE ORDEN DE S. M. 



y 



VOf" 



!£)« ^am»c0 30»t Sabu. 



MADRID : 

POR D. EUSEBIO AGUADO, IMPRESOR DE CÁMARA DE S. M. 

T DS 8V RSAL CASA. 




7 1 n^ 1966 






PROTECTOR DE LAS ARTES. 



5f ^ ^ 



t^ranciéco ^cde ^a¿re. 



INTRODUCCIÓN. 



L 



as magníficas alegorías pintadas en las 
bÓYedas de los salones del Real Palacio !Nue- 
To, que tanto admiran á todos los hombres 
de gusto é inteligencia , exigian de justicia 
una explicación que diese mejor á conocer 
su mérito , y descifrase su significado. 

, Comisionado por la Regia benignidad 
psffa este importante objeto, he practicado 
las días esqulsitas diligencias á fin de cor- 
responder a tan honorífico encargo, á pesar 
de las gandes dificultades que ofreSce esta 
clase de oleras. Para vencerlas me ha sido 
necesario hacer un examen prolijo y analí- 
tico de los mismos originales, estudiando á 
cada uno con la mayor atención; he con- 
sultado cuantos tratados me podian ilustrar 
en la majLeria, no solamente de Iconología 



(en cuyo idioma, por decirlo así, están es-< 
critas todas estas composiciones enigmáticas) 
sino también de Historia, Mitología, Poe- 
sía y Numismática; he procurado con gran- 
de escrupulosidad que mis opiniones vayan 
fundadas en el testimonio de respetables 
autoridades, como puede verse en el copio^ 
so numero de notas puestas al fm de cada 
descripción, en las que he observado la ma- 
yor fidelidad que me ha sido posible. En 
cuanto al estilo he puesto sumo cuidado en 
que sea sencillo » y tengan claridad y exac- 
titud mis explicaciones , á fin de que pue- 
dan instruir á toda clase de personas, y en 
esto confieso he debido mucho á las obser-* 
vaciones y advertencias que ha tenido lá 
bondad de hacerme el Señor D. Francisco 
Antonio González, Bibliotecario Mayor de 
S. M., á cuya ilustración y benevolencia es- 
toy sumamente agradecido. 

Suplico encarecidamente á mis lectores 
que atribuyan mas bien los defectos de mi 
obra a mi poco ingenio, y limitada erudi- 



cion, que á falta de constancia, de exacti- 
tud y de buenos deseos; pues mis anhelos 
se dirigen á que esta producción de mi in- 
suficiencia sea un verdadero panegírico de 
tantos profesores de mérito: una interpre- 
tación digna de sus obras : un tratado ico- 
nológico y mitológico útil á los que estu- 
dian las bellas artes, y especialísimamente 
un monumento autentico é irrefragable de 
la protección generosa que nuestro Augus- 
to Soberano les dispensa. 



{¿B, utJ ty^uuonoj Ái^n¿ai¿aá en leu ¿oveaoj u cor** 




aCacío nttít>0* 



Esta insigne obra, una de las mejores qne hay pintadas k fresco 
en Palacio, está distribaida en varios compartimentos, á saber: la 
pintura principal, ejecutada en medio, cuatro medallas de claro-obs* 
caro en sus correspondientes ángulos * otras dos coloridas en las fa- 
chadas , cuatro figuras alegóricas en la cornisa , dos sobre-puerlas , y 
en fin dos óvalos en los arcos. Toda esta obra fue inventada y ejecu- 
tada por don Corrado Giaquinto. 



"El argumento de la pintura principal es el triunfo de la Religión jr 
de la Iglesia , d quienes España^ acompañada de sus virtudes ca- 
racterísticas f o/rece sus producciones f trofeos y victorias, 

JCin uü trono de gloría iluminado por los resplan-» 
dores del JElspírítu Santo está la 

Religión f simboliíada por una respetable matro- 



(2) 

na vestida de blanco, y cubierto su rostro con un ve* 
lo: sostiene la cruz con una mano, apoyando la otra 
sobre un altar. Su ropage blanco expresa su pureza. 
£1 velo es indicio de sus adorables e incomprensibles 
misterios. La cruz es la insignia de nuestra redención 
y del triunfo sobre la muerte. £1 fuego que arde en 
el altar significa la oración que se eleva, como el bu- 
mo del incienso , basta el supremo trono del Omni- 
potente. £1 símbolo del £spíritu Santo y sus divinos 
resplandores denotan el origen celestial de la Religión: 
detras del altar muestra un ángel el santo Evangelio. 

La otra matrona que está sentada á la derecba 
representa la 

Iglesia Católica: la tiara que tiene un ángel la 
caracteriza por ser la insignia de la suprema dignidad 
de los sumos Pontífices. 

Rodea este trono sagrado un arco que forman 
varios ángeles y virtudes con palmas y laureles, y que 
corona el escudo de las Armas Reales. 

La primera de estas virtudes está á la derecba, y 
representa la 

Verdady que es la prerogativa de la fe católica. £s 
una hermosa doncella que con una mano sostiene el 
sol, emblema de la claridad, y con la otra tiene un 
libro abierto : su superioridad sobre las ilusiones mun- 



(3) 

dañas está indicada por el globo que tiene al lado, y 
que varios iconologistas ponen á sus pies. 
En sitio algo mas elevado está la 

Foriahza , que es una muger armada con el objeto 
de mostrar que está siempre apercibida para sostener 
la verdad, y resistir á cuantos embates opongan el 
vicio y el error. 

La atención con que debe meditarse y ponerse 
en práctica la santa ley, está significada por la 

Vigilancia^ que tiene la lámpara encendida, sig- 
no del desvelo, aplicación y vigilia. £1 gallo que está 
á su lado es su geroglífico particular. 

Las figuras que á la izquierda del trono corres- 
ponden á las que acabamos de explicar, representan 
la Razón y el Consejo. La primera está figurada por 
una noble matrona armada, que tiene enfrenado á 
un león en indicio de las pasiones vencidas y sujetas 
á su imperio : la palma que sostiene es el signo de 
su victoria. 

Simboliza al segundo esto es, al Consejo^ un an- 
ciano respetable vestido con una túnica talar, en de- 
mostración de gravedad , y adornado con un collar 
del que pende un corazón, que es su mas antiguo 
geroglífico, porque el Consejo debe ser caritativo y 
sincero; apoya su mano sobre un libro en el que 



(4) 

descansa un mochuelo, símbolos, el primero de la 
sabiduría, y el segundo de la penetración, á causa 
de la perspicacia de su vista. Considerado cual cor- 
responde en este asunto el Consejo^ es un don del 
Espíritu Santo que nos dirige á elegir los medios 
mas convenientes para nuestra salvación. 

El escudo de armas que corona este arco simbó- 
lico está sostenido por dos figuras de la Victoria, si 
atendemos á las guirnaldas, laureles, palma y clarín 
que las caracterizan, cuyas alusiones se aplican á los 
triunfos que la España cristiana ha conseguido con- 
tra las tinieblas del error, desde que felizmente apa- 
reció en su horizonte la luz del Evangelio. 

En acto de presentar los homenages de su sumi- 
sión y reconocimiento á la Religión, está á los pies 
del trono la figura que representa á la 

España^ figurada por una muger de agradable 
aspecto con morrión en la cabeza, vestida en trage 
de heroína, con espigas en una mano y un dardo 
en la otra ; á sus pies tiene otras armas y algunos 
frutos: éstos y las espigas muestran la fertilidad de 
su suelo, y las armas el notorio valor de sus natu- 
rales. Acompañan á esta nación magnánima algunas de 
sus virtudes características, la prudencia y eonsiancia 
en sus resoluciones , la justicia é integridad que tan- 



(5) 
to elogiaron los antiguos , en fin el celo religioso , 

prerogativas todas que la han distinguido en todos 

tiempos. 

Prudencia: está simbolizada por uoa muger que 
tiene en sus manos un espejo y una serpiente: el 
primer símbolo nos demuestra que es necesario exa- 
minar las cosas en el espejo fiel de la verdad, que 
las muestra como son en sí mismas; el segundo, es- 
to es y la serpiente , por el instinto de previsión j 
sagacidad que tiene este reptil, se propone como ejem- 
plo de prudencia por la Sabiduría divina. 

Constancia: es una joven en acto de introducir 
su diestra armada en un brasero encendido, para tes* 
timonio de la perseverancia y ánimo con que sabe 
sufrirlo todo antes que desistir de los buenos propó- 
sitos: la lanza que tiene con la otra mano es símbo- 
lo de la heroicidad. 

Justicia: es una matrona que ciñe corona á 
sus sienes, y empuña un cetro, porque ella debe re- 
gir todas las sociedades y reinar en todas nuestras 
acciones: tiene también las fasces, que era la insig- 
nia de la magistratura romana: la figura que se ve 
detras parece también alusiva á esta misma virtud, 
porque tiene á su lado un avestruz, atributo tam- 
bién de la justicia, por la propiedad que decían al- 



(6) 
ganos aatores tenia de masticar el hierro, y aun de 

digerirle, alusión á lo infatigable que debe ser un 

juez para informarse y decidir las causas por arduas 

y complicadas que sean. 

Celo religioso : está significado por un anciano, 
cuyo aspecto y hábito sacerdotal anuncian cuan res- 
petable es la causa que defiende; tiene en la mano 
un azote, y un ángel inmediato una lámpara en- 
cendida, porque ensenar y corregir son dos calida- 
des que le distinguen, y también porque debe ser 
tan ilustrado como severo. 

En el fondo de la composición se ve volando la 
Fama, que con su clarin de oro anuncia á toda la 
tierra las virtudes y victorias de es,ta monarquía. 

En frente de España, aunque en sitio mas in- 
ferior, está la figura moral de 

África , introducida aqui por alusión á los triun- 
fos que consiguió España contra los moros; y asi es- 
ta parte del mundo está expresada por una muger 
negra con arco y aljaba á sus pies, y apoyándose en 
un grifo para indicar los muchos monstruos que pue- 
blan sus dilatados desiertos y ardientes arenales. En 
sitio aún mas inferior están entre varios trofeos al- 
gunos esclavos sarracenos. 

En la base de la composición se descubre un mar 



(7) 
obscuro y borrascoso, y cerca de él significada el 

Asia por otra muger sentada cerca de un ca- 
mello , y á su inmediación algunos palmeros y un va- 
so de perfumes, que son sus atributos mas conocidos. 
Al otro lado del mar está figurada 

América por una matrona con arco y flechas en 
las manos , y corriendo errante en medio de un cam- 
po dilatado: el grupo de hombres muertos que se per- 
cibe á corta distancia, denota los sacrificios bárbaros 
de su antiguo y sanguinario culto; y los rayos de res- 
plandor que la ilumina significan la luz divina del 
Evangelio predicado en sus vastos paises. 



MEDALLAS BE CLARfX^BSCUBO. 

La primera está á la derecha subiendo la escale- 
ra, y representa la 

Tierra por una matrona sentada , que con su ma- 
no sostiene un globo: tiene á sus pies un león, por 
ser el primero entre los animales terrestres, y la cor-* 
nucopia con frutos por sus ricas y variadas produc- 
ciones. V 
En la segunda está figurada el 

Agua por una ninfa, que en medio del mar es 
conducida por delfines. 



(8) 

En la tercera lo está el 

Aire por otra que , sentada sobre una nube , aca- 
ricia i un pavo real , ave consagrada á la diosa de 
este elemento. 

En la cuarta está simbolizado el 

Fuego por una Vestal que sostiene un vaso con 
llamas, encendido á los rajos solares: á sus pies tie- 
ne la salamandra, que en opinión de algunos anti- 
guos pasaba por incombustible; y detras se ve el 
ave Fénix, que decían renacia de sus cenizas, ó que 
el fuego la acababa para proporcionarle nueva vida; 
lo cual indica que dicho elemento es tan nocivo co- 
mo necesario. 



MEDALLAS DE LAS FACHADAS. 



En la primera están figurados dos niños, soste- 
niendo un arculo de oro, símbolo de la inmortali- 
dad: el uno tiene ademas una antorcha encendida, 
que lo es. del esplendor del nombre, ó de la estir- 
pe esclarecida ; el otro está apoyado sobre una rica 
arca y la cornucopia de la riqueza, atributos de la 
magnificencia. 

En la segunda hay otros dos nüios con el clarín 



(9) 
de la fama y una guirnalda de flores blancas: pa- 
rece que los emblemas de estas dos medallas son 
alusivos á la esclarecidísima, augusta j antigua casa 
de Barbón. 



FIGURAS ALEGÓRICAS DE LA CORNISA. 

La primera expresa la 
Liberalidad. Esta virtud, que consiste en la. dá^ 
diva desinteresada, está representada por una hermío- 
la doncella que toma joyas de una bandeja presenta- 
da por un genio, y las distribuye á unos niños: á 
sus pies está el águila sobre la cornucopia de la rique* 
za. La bandeja de joyas por sí sola era un emble^ 
ma de la liberalidad entre los antiguos: las alhajas 
que da á los ninfos denotan la propensión de esta vir- 
tud á socorrer y amparar la inocencia y probidad: el 
águila es el ave que la demuestra, por la generosidad 
con que permite que las demás aves, aun de diversa 
especie , participen de su presa. 

La segunda significa la 
Felicidad publica por otra jdven, no menos her* 
mosa , cuyo aspecto risueffo y actitud reposada dan 
indicio de la tranquilidad y prosperidad que propor- 
ciona: tiene en su mano el caduceo, y á sus pies el 



(10) 
cuerno de Amaltea ; dos genios la presentan una ban- 
deja con flores, y otro la corona con una guirnalda 
de las mismas. £1 caduceo es un emblema de la con- 
cordia, la cornucopia lo es de la abundancia, y las 
flores de la alegría que inspira la felicidad. 
La tercera simboliza la 

Magnanimidad por una matrona de magestuoso 
aspecto, adornada con la diadema, con el cetro y ves- 
tidos regios: tiene á sus pies derramada la cornuco- 
pia de la riqueza; á un lado está un bermoso león, 
y al otro dos genios, de los cuales el uno tiene en 
la mano la espada de la justicia. Su aspecto anuncia 
que es una virtud heroica; las insignias reales deno- 
tan la devacion de sus sentimientos ; la cornucopia 
derramada expresa su desprendimiento y desinterés; 
el león su generosidad ; y en (in , la espada de la jus- 
ticia manifiesta que la verdadera grandeza de alma 
consiste en seguir y practicar las rectas máximas de 
la probidad y del honor. 

La cuarta representa la 

Paz por una jovencita de agradable aspecto, que 
tiene en la mano un ramo de olivo, á sus pies el 
cuerno de la abundancia y algunos haces de espi- 
gas : á su lado hay un genio que con un dardo em- 
biste á un monstruo rodeado de llamas y de armas; 



(H) 

el olivo es el principal atributo de la paz, j consa- 
grado á describirla aun en las santas Escritoras: los 
frutos y espigas significan la abundancia que pro-^ 
duce : el monstruo al cual aterra el genio es el fu^ 
ror bélico sujeto: las armas que le rodean junto á 
las llamas dan á entender que la virtud pacífica jsx- 
tingue j disipa todos los furores éscitadós por la 
guerra. ; 



SOBREPUERTA DEL SALÓN DE GUARDIAS. 

4 
■ > . . ...... 

Su: alegoría se reduce i representar el triunfó de 
España sobre el poder sarraceno. 

lia FÁdoria está sentada en ún trono, y repre- 
sentada por ubá jtf^n hermosa vestida con primor. 
Tiene alas, y en Jas inados una corona' de laurel y 
una pakna; varios genios le presentad iguales pro^ 
dneciónes como también una guirnalda de olivó. 

Las alas manifiestan la celeridad con que son di^ 
vulgadas las acciones victoriosas , y también son un 
emblema de la inconstancia de los sucesos de la gu»* 
ra: el laurel es su principal atributo, pues con él se 
tegian las coronas triunfales: la palma es símbolo del 
premio, y el olivo lo es de la pbis que proporciona la 
victoria. 



(19) 

A lo lejos se ve uña pirámide, qae'es el embl^ 
ma de la gloria , ^en demostración de- Ioíb mohumeht09> 
erigidos para perpetuar la memoria de las empresas' 
heroicas: las paloias quie recogen y amontonan afanos 
genios cerca de la pirámide , significan los elogios que 
la gralilud de la posteridad ofrece á dicbá memoria. 
La victoria prodace no solo la paz^ el honor y la fa^ 
ma, sino también proporciona dignidades y riquesas; 
y esta idea está represedtadfi |>or dos figuras iconoló- 
gicas que hay pintadas al lado de la de la victoria. La 
una lleva en la mano cetro y corona , para recompensar 
sá dominio legítimo, y la otra representa la abundancia 
derramando de la comiicopia. varios sazonados frutos. 
- '/ A los pies del toona está derrocada y ^destruida la 

Tir$infa sahrueéni€a\, ^ á impulsó^ delileon es^Sol: 
esta adornada coa corcma de hierro, y tiene la e^a-^ 
da. en liígar de cetro, atributos que demuestran su 
señorío bárbaro y cruel: el yugo inmediato denota 
su dominación en láf península; y en fin, los tur- 
bantes y trofeos arrojados por el su^, dani date tés^ 
tiflionio de las repetidas victorias por las que el valor 
español consiguiíS an^ójar de sus dominios las huestes 
sarracenas. 

£ñ la bdyeda del arco de esta entrada hay un 
óvalo, y en él pintada la * ^ 



(i3) 
VUioria constante y á la que significa una ninfa 
que tiene sujeta un águila por las alas, las cuales se 
dispone á cortar un genio armado con unas tigeras. 
Se sabe que el águila es uno de los principales 
los de la victoria. 



ALEGORÍAS DEL CORREDOR LLAMADO CAMÓN. 

En la pintura correspondiente á la de la sobre- 
puerta de que bemos hablado, está representado Hér- 
cules arrancando las columnas , á pesar del poder de 
Neptuno ^ el cual está en su carro tirado por caballos 
marinos , y acompañado de Tritones y Nereidas : en la 
parte superior están figurados los vientos. Esta ale- 
goría es alusiva á los descubrimientos y navegaciones 
de los españoles. 

Las columnas de Hércules eran los dos estremos 
de España y África, que forman el estrecho de Gibral- 
tar, mirado por los antiguos como el término que 
la naturaleza había puesto á la navegación y conquis- 
tas de los hombres ; y asi la acción de arrancar Hér- 
cules dichas columnas, manifiesta que por tan me- 
morables espediciones se estendieron los conocimientos 
acerca del globo. Neptuno es un emblema del pode- 
roso elemento que era necesario vencer para llevar, 



(iá) 

al cabo tan grande empre^. Se pintan también los 
Tientos 9 por ser tan necesarios para la navegación. 

En el óvalo correspondiente á esta pintura está 
represeptada la 

Cosmografía por una muger con alas, rodeada 
de estrellas, j con vestido azul y blanco; apoya un 
brazo sobre upa esfera, y un genio la está mostran- 
do el astrolabio de Tolomeo; éste, las alas, estrellas 
y parte azul del vestido indican sus conocimientos 
astronómicos, y la parte blanca muestra que también 
la tierra es el objeto de sus observaciones; la esfera 
armilar expresa la reunión de ambos estudios. 

1.* Don Corrado Giaqainto fue im pintor excelente de la eacne- 
la napolitana en el si|;lo anterior. Famoao en -Italia por bus obras, 
iFÍno á España I en donde sirvió á los Monarcas Don Fernando VI y 
Don Carlos III desde el año de 1753 hasta el de 1761 en que se res- 
tituyó á Italia, donde murió en 1765. Distinguían á Corrado su gran 
genio, soma facilidad en sos invenciones, gran práctica en ejecutar» 
las, y mucha gracia en las tintas y reflejos. Véase el Diccionario de 
los Profesores ilustres , ohra del Señor Cean , tom. a.® pág. 1 86. La 
representación de estas pinturas. Véase el Viage de España de don 
Antonio Ponz, tom. 6.® Descripción del Palacio Nuevo. 

a.* Las figuras de la Religión y de la Iglesia son tan conocidas 
por sos atrihntos, que dispensan de citar ningún autor. 

3.^ La Vtrdad (Véase su representación y explicación en la ico- 
nología de Cesar Ripa adiccionado é ilustrado por el Ahate Or laico, 
edición de Perugia en el tom. 5.^ p¿g. 36o). El sol es el principal ge- 



(i5) 

roglífico de h Verdad y lo es Umbien del SalT^dor. Y. Pierio Vale* 
riano lili. XLV. arC. venias. 

4.* Fortaleza. V. Ripa adic. tem. 3." pág. 109. 

5.* rigüancia. V. Rípa adíe tom. S."" pág. 366. 

6.* Ratón. V. Ripa adic tonkr S.® pág. t.* 

7.* Consejo. V. Ripa adic. tom. a.^ pág. 3i. 

8.* F'ietoriag. Aqoi se babla de las consegaidas por Espada con- 
tra las (alsas religiones mediante la protección divina. Este reino 
estovo sumergido, como casi todos los demás del globo » en los deli- 
rios del Paganismo basta que fue convertido á la fe , y desde enton- 
ces ha permanecido en ella constantemente , lo cnal es su mayor glo- 
ria ; á pesar de esto ha sofrido desde los principios de sa conversión 
machas peraecociones. Notorias son las qne suscitaron contra la Igle- 
sia los Emperadores Romanos dorante los tres primeros siglas : en 
el siglo IV empezó Prisciliano á difundir en España sus errores con- 
denados en el concilio primero Toledano celebrado el año 400 : poco 
después sobrevino la invasión de los Wísigodos y otros bárbaros in- 
ficionados con el Arrianismo, basta Recaredo I: al principio del si- 
glo VIII conquistaron este pais los mahometanos 9 cuya dominación 
duró cerca de ochocientos años , y en cuyo tiempo no solo se in- 
trodujo el Alcorán, sino también la hereg<a de Nestorio, por Félix 
Obispo de Urgel y Eiipando de Toledo: en el siglo XVI se suscitó 
en Europa aquella furiosa tempestad que desgraciadamente arrancó 
del seno de la Iglesia reinos enteros , sin que se propagase á este el 
contagio. 

9.* España con las espigas en la mano y dos dardos , se halla 
representada en dos monedas romanas, una de ellas de Galva que 
trae en su Numismática el célebre Anticuario Español don Antonio 
Agustin: este sabio da casi la misma explicación que yo be dado, 
annque la figura representativa de España qne hay en esta pintura 
solo tiene un dardo, lo cual no altera en nada lo sustancial de la 
exposición. Este modo de simbolisar á la España es poco practicado; 
ain embargo, el insigne pintor de Felipe IV,. el inmortal Velasquei, 
le adoptó en su famoso cuadro de la expulsión de los moriscos. Véa- 
se su vida en Palomino, tom. a.^ pág. 3^7 , y véanse las medallas en 
la obra Numismática de don Antonio Agustin. 



/ 



/ 



(<6) 

10. Prudencia, V. Rfp» tdic. tom. < .• pá«. 4a$: la serpiente es 
wa geroglífico. Estoie prudentes sicut serpenteSf dice el Señor por S. 

Mateo y lo. i6. 

11. Constancia, V. Ripa adic. tom. a* pig. 87. 

I a. Justicia. V. id. adic tom. 3.*^ pág. aoi ysig. 

1 3. Zr/o. V. id. tom. 5.** pig. 4 1 7. 

14. JFbma. Su figura iconológica es bien conocida, pero los anti* 
goos distingoian dos, ana boena y otra mala. Y. Cartario de Jma^i* 
nib. edic. de Venecia de 1 58o. Aquí está representada la primera. 

1 5. já/rica. V. Ripa adic. tom. 4.« pág. 164: Aqui bay un grifo 
en ves del escorpión qne le da este iconologista. 

16. jásia. V. id. tom. 4.* pág. i6a. 

17. América. V. id. tom. 4-'* P^* >^^* Aonqne pone i sos pies 
nna cabeza bumana , en esta alegoría se ba pintado un gmpo de 
bombres muertos á causa de la distancia del espectador. 



MEDALLAS DE CLARO-OBSCURO* 

18. Los cuatro elementos. Sobre la Tierra^ V. Ripa adic. tom. a.^ 
pág. 3o5. jáguUf id. pág. 3o4. jáire^ pág. 3o4; y f^go, pág. 3o3. Las 
Vestales eran sacerdotisas de Vesta, que vivían continuamente en el 
templo de esta Diosa, y tenian á su cargo conservar el fuego sagrado 
y perpetuo, y si por desgracia le dejaban extinguir, eran severamente 
castigadas, y creían que esto anunciaba grandes males al imperio Ro- 
mano. Este culto del fuego fue introducido por Numa, uno de loS 
primeros reyes de Roma, aunque ya estaba establecido entre los 
Etruscos. 



MEDALLAS COLORIDAS. 

19. El clarín. Es atributo de la fama, y de la gloria, según Ripa 
en el tom. 3.^ pág. ai 3. Las flores blancas son alusivas á la augusta 
casa de Boebon : el círculo de oro es geroglífico de la inmortalidad, 
perpetuidad y perfección , Mgun Pierio Valeriano, lib. 3$ de Hiero-* 
gliph» art. de círculo, fol. a 86 y sig.: la. antorcba encendida «s símbo- 



(Í7) 

lo de varias cosas ; pero aqni expresa el esplendor del nombre de 
Boestros Monarcas : la caja de riquezas es atriboto de la mafpiiliceB- 
cia. Véase Cocbin en su Iconología tom. ZJ^ pág. 45: el saco de va^ 
nedas lo es de la opulenda. Ripa tom. 4-^ P^C* ^7^* 

CO&INISA. 

do. Liberalidad. Y. Ripa tom. 4*^ P^* 3^* 

ai. Felicidad pública : con los referidos símbolos se halla re- 
presentada en las medallas romanas. 

aa. Magnanimidad. V. Ripa tom. 4.® pif. 61. £1 león es sn 
geroglífico principal y porc^oe este animal es generoso» no le arre- 
dran las foenas de los otros brntos, es agradecido á los benefi- 
cios, y se desdeña de ensaüíarse contra enemigos débiles. 

a3. Pa*.' se halla represenUda con los atribatos aqni pintados 
en varias medallas romanas. 



SOBREPUERTA. 

94* yidoria: estaba reverenciada como ana divinidad entre los 
griegos y romanos. Estos últimos tenían sn imagen en el Capito- 
lio mismo. Pocas fignras alegóricas se ven tan repetidas como esta 
en las monedas y escoltaras de la antigüedad, y por lo regalar del 
modo qne aqai se halla representada, con alas, corona de laurel ó 
bien de olivo en ana mano, y la palma en la otra, annqne á ve- 
ces se ve con ano solo de estos símbolos. <^E1 laurel era insignia ca- 
racterística de la victoria, y asi caando la anunciaban ponian al- 
gunas hojas en las cartas, y colocaban ramas en la estatua dé Jú- 
piter Óptimo Máximo en las fiestas que se celebraban con motivo 
de tan plausible acontecimiento : también se coronaban con lau- 
rel los generales que entraban triunfantes en Roma. Claudiano, en 
el panegírico de Estilicon, describe la victoria con la verde palma 
en la mano, vestida de trofeos y con alas que muestran los incier- 
tos saccsos de la guerra ; porque machas veces acontece que enipe.* 
cando á favorecer á un egército, se declara repentinamente á favor 
del contrario : y porque- es dudoso el fin de la guerra llamaban dio- 
sa coman á la Victoria como á Marte por la misma racon.'^ Carta- 

3 



(18) 

rio, Imagen de la victoria, pág. 4<>4 asista 4<>7* ^ pirámide es 
emblema de la gloria , según Ripa , fandado en ana medalla de 
Adriano. V. tom. 3.^ pág. 209 , asi como la abundancia que pro- 
porciona puede verse en el tom. i.^ pág. i.^ del expresado autor. 

a 5. Tiranía Sarracena, V. Ripa tom. 5.^ pág. a83. La espa- 
da en vez de cetro es geroglífico de crueldad y también de impe- 
rio. V. Pierius Valerianas de Hierogliph.^ lib. XLII, fol. 3i4, art 
de Gladio. 

a 6. F'ictoria constanie: la simboliza el águila «tada, qoe es ra 
emblema, y asi los egipcios la expresaban por la victoria misma en 
la escritura que tenian por sagrada , y la razón es porque esta ave 
excede en valor , vuelo y perspicacia á las demás. ^«Los persas , desde 
el tiempo de Ciro , llevaban águilas doradas en sus estandartes. .Esta, 
costumbre imitaron los romanos, pues aunque tenian varias bande- 
ras é insignias en sus legiones , el águila era la principal. Pausa** 
nias dice que en el templo de Júpiter de los lacedemonios habia dos 
águilas que llevaban dos victorias , cada una la suya , las cuales ba- 
bian ofrecido en memoria de baber vencido dos veces á los ate- 
nienses ; entre estos últimos el ágnila sin alas expresaba la victoria 
perpetua , y aun á esta diosa la representaban sin alas para que no 
volase, como si dig^semos para sujetarla á su voluntad. Con el mis- 
mo fin tenian los lacedemonios atado el simulacro de Marte para 
que no los abandonase, y fuesen constantemente vencedores de siu 
enemigos. Los de Tiro, ciudad de Fenicia, tenian encadenado el si- 
mulacro de Apolo; lo mismo bacian otras varias naciones con sus 
númenes protectores. Aun los romanos mismos lo practicaban asi con 
aquellos dioses á quienes estaban encomendadas las ciudades.'^ Car- 
tario en la citada Imagen de la victoria , pág. 4^^ y síg* 

CAMÓN. 

37. Columnas de Hercules: termino de los conocimientos geo- 
gráficos durante muchos siglos. Carlos V, vencedor de África y Amé- 
rica, adoptó por divisa estas columnas para manifestar que habia 
esteudido sus conquistas mas allá de las de Hércules; por lo cual 
poso la inscripción Plus Ultra. 

18. Cosmografía, V. Ripa adic tom. a.** pág. 86. 




ue /w Améuroj aue Je Áafíoft en uu caveaoá ae> 
utj orbeauj napüacconcJ j /iiync/jfuaruio Aor ía Ái' 
cÁaaa /sfe UtterUe y. Jaca {ájünainaa con ec 



"ftu/nero J. * 



ylXJb^e'díewcA íO. 



Esta obra está pintada por don Mariano Maella: consta de la 
pintara principal y de cuatro medallas coloridas en los extremos 
de la bóveda. 



£/ argumento de la alegoría principal es el Tiempo que descubre 
la Verdad. 

JCista, rodeada del Sol, su geroglífico mas esen- 
cial , sentada sobre una nube clarísima, está cubierta 
con un amplio y blanco manto de lino: cerca eslá un 
geniecito con un espejo que, por tener la propiedad 
de representar al vivo la imagen de las cosas sin que 
pueda ocultarse en el defecto alguno, es atributo del 
Desengaño. 



(20) 

El Tiempo f significado por un viejo con las alas 
de la celeridad y con la gaadana de la destrucción, 
tiene un extremo del ropage de la Verdad en actitud 
de descubrirla : lo que significa que por mas que procu- 
re ocultarla el engaño bajo las sombras de la ficción, 
al fin consigue el tiempo, que es claro cielo del des- 
engaño, que brille como el sol que las nubes oculta- 
ron por algunas boras, pero que disipadas las tinie- 
blas resplandece después con mas claridad. 

Se Te á un lado el relox de arena, otro símbolo 
del Tiempo: un genio, que va volando con una palma 
7 una laurea, muestra la gloria de la Verdad cuando 
triunfa de la mentira, su enemiga capital, la cual, 
bajo el aspecto de una fea muger, cae precipitada 
con la tea de su digna companera la discordia, á im- 
pulso de los rayos que disparan contra ella los genios 
castigadores de la perfidia. 

MEDALLAS. 

Simbolizan las estaciones del aiío. 

En la primera está representada la PrinuMra por 
una joven, cuya belleza anuncia la de esta estación 
festiva; las flores que la rodean y coronan indican 
las hermosas producciones de la tierra en su apacible 
tiempo. 



(91) 

En la segunda se ve significado el Estío por otra 
joven con la hoz en la mano, y descansando sobre 
un gran haz de trigo á la sombra que hace una gran 
tela puesta en un árbol. 

En la tercera el Oloño está expresado por un fau- 
no sentado debajo de una parra y coronado con el 
fruto y hojas de la vid ; el mismo que con una mano 
muestra un vaso de vino, y apoya la otra sobre un 
cesto lleno de uvas : se ve inmediato un sátiro va- 
ciando un pellejo de vino en un tonel. 

En la última está la imagen del ImUrno por 
un viejo que debajo de un cobertizo lleno de nie- 
ve está calentándose á un brasero: agrupado á él se 
ve un niño, cuyas dos edades denotan el principio 
y fin del ano que comprende esta estación: un árbol 
seco y sierras nevadas que se perciben acaban de ca- 
racterizarla. 

I .* Verdad : hablando de ella Cartario , dice que Hipócrates la 
describió como nna mo^er hermosa , alta , honestamente vestida , 
cercada de resplandor, y cayos ojos parecían dos brillantísimas es- 
trellas : y Filostrato decia que sa imagen estaba pintada en la saca- 
da cueva de Anfiarao vestida de ropas blanquísimas. Los antiguos la 
llamaban hija del tiempo y madre de la virtud. V. Cart. pág. 368, y 
el Dice. icón. tom. a.^ pág. 284. 

a.^ TUmpo. y. el citado Dice. tom. a.® pág. a5i. 



(22) 

3.^ Menlira .* tenia Umbien sa caito entre los ^n tiles » como lo 
tenían el dolo y el fraude sos hermanos, el asesinato, la discor-- 
dia , la envidia , y otros seres detestables ; lo cual prueba hasta dón- 
de puede llegar el delirio humano cuando se extravía de las verdade- 
ras sendas, y cuan tenebrosa guia es la de la razón humana sin el 
auxilio de la divina revelación. 




Explicación de las alegorías contenidas en 
el techo de la sala segunda. 

Consta esU obra de cinco compartimentos, nno en medio, y 
otros cuatro formando grandes lunetos sobre la comisa, y todo 
ejecutado por don Antonio González Velazquez. 



JEl argumento de la fnntura principal es Apolo premiando los 
tálenlos, 

MlÁ numen que preside á la poesía y la música, el 
rubicundo Apolo está bajo la figura de un gallardo 
joven rodeado con un gran círculo luminoso, por alu- 
sión al sol, con el que le identifican los mitólogos, 
j puesto en pie sobre una nube: tiene con una ma- 
no la laurea, mostrando en ella el premio y honores 
reservados á las virtudes y talentos, y apoya la otra 
sobre la lira , su instrumento favorito , con el que en- 
cantaba i los otros dioses y á los hombres. 

A su lado se ve su digna hermana la sabia Mi- 
nerva, adornada con las insignias que le correspon- 
den, y en acto de distribuir premios á las ciencias, 
valor y fidelidad ; para lo cual la presenta Mercurio, 



(24) 

dios de las artes, una arquita llena de joyas: un ge- 
nio que le está inmediato sostiene su caduceo : se ven 
otros varios en diferentes sitios de la composición con 
canastillos y ramilletes de flores, y aun esparciéndolas 
por el aire, en alusión á las alabanzas que merecen 
los ingenios. Delante de la diosa hay una musa lau- 
reada que tiene á su lado varios volúmenes arrollados» 
según los usaban los antiguos ; está en acto de ir á re- 
cibir la recompensa á que son acreedoras las tareas li- 
terarias. A corta distancia se ven varios genios con 
instrumentos de las bellas artes, y una corona real, 
con la que se demuestra que están bajo la protección 
augusta de los Monarcas: detras de esta primera mu- 
sa se ven otras tres: la mas notable es aquella que 
adornada con las alas del genio muestra un gran vo- 
lumen, fruto de sus vigilias. 

En primer término se halla expresada 
La Fidelidad por una agradable ninfa sentada, 
que está con la llave depositaría de los secretos y con- 
fianza , y el perro que por sus propiedades y afecto á 
su dueño es el geroglífico principal de esta virtud, la 
que está acompañada de varios guerreros en actitud 
de ir á recibir las recompensas á que justamente se 
hacen acreedores los que en las lides defienden con su 
esfuerzo las leyes , independencia y decoro de su patria. 



(25) 

L U N E T O S. 

Primero: Se ve en el un frondoso pais, en el que 
juguetean varios genios con los instrumentos de las 
tres nobles artes, pintura, escultura y arquitectura. 
Entre ellos hay algunos traveseando con una paloma 
atada con una cinta: esta ave favorita de Venus in- 
dica que la belleza y gracia deben ser los principales 
ornatos de las obras artísticas. Los volúmenes que sos- 
tiene otro manifiestan que sin los principios científi- 
cos las artes liberales degeneran en mecánicas. 

Segundo: Están los genios de la música con los 
diversos instrumentos que la distinguen en urbana, 
marcial, rústica, &c.; uno muestra el libro cifrado , y 
otro un ave por alusión á la armonía de estos seres. 

Tercero: Los genios del arte militar muestran va- 
rias armas; bay uno en acto de ir á coger un ave, 
alusión á la caza, imagen de la guerra. 

Cuarto: Las ciencias exactas están expresadas por 
otros genios con los instrumentos que les son propios: 
no bubiera sido inoportuno introducir otra ave, el 
águila por egemplo, para simbolizar el vuelo del in- 
genio que tanto se eleva en estas ciencias. 

Se observa en todas estas composiciones de los 
lunetos, que hay magníficas perspectivas de palacios en 

4 



Explicación de las fábulas pintadas en la 
bóveda de la tercera sala. 



Esta obra consta de la pintora principal , y de cuatro cuadros 
fingidos de claro-obscoro , todo ejecutado por don Francisco Bayen. 



El argumento es la caída de los Gigantes, emblema de los atenta" 
dos de la rebelión. La guerra de los Gigantes contra los dioses 
es una de las fábulas mas célebres de la mitología. Homero, Apo^ 
lodoro. Macrobio , Virgilio y Ovidio hablan de estos monstruos en 
diversos lugares de sus obras; jr sin hacer una enumeración proli- 
ja de lo que cada uno de ellos hizo en esta temeraria expedición, 
diré en compendio lo que de ella refieren los mitólogos y poetas, 
Júpiter se hito dueño del cielo arrojando d la tierra d su mismo 
padre, y encerrando en el Tártaro á los Titanes * irritada de este 
atentado Ghea, ó la Tierra, se dispuso á vengarlos , y en el acceso 
de su furor vomitó los Gigantes , cuya estatura enorme era propor- 
cionada á sus fuerzas, y cuyo aspecto era el mas horrendo que 
podía imaginarse, porque la parte superior de sus cuerpos era hu- 
mana, pero formaban la inferior dos espantosas serpientes; algu- 
nos tenían muchas cabezas pobladas de culebras en vez de cabellos, 
y lo que les Hacia aún mas temibles y poderosos eran los cien bra- 
zos que tenía cada uno de ellos, por lo cual Ovidio los llama an- 
guípedos, serpentígeros y centimanos. Estos horrendos monstruos 
entraron en los sentimientos de su madre , y persuadidos por Tifón, 
el principal entre ellos, proyectaron hacer la guerra á los dioses 
del cielo en el cíelo mismo : para verificarlo pusieron unos moretes 
sobre otros hasta tocar al Olimpo; viendo esto los dioses tuvieron 
consejo para deliberar lo que se debía hacer en tamaño conflicto. 



(29) 

y se convinieron en ajrudarse nuiiuantente. Piara que esta conven^ 
don- fuese mas solemne la juraron sobre un ara que , para memo^ 
ria de este suceso, colocaron en el septentrión, y es una de las 
constelaciones celestes. Entre tanto los Gigantes empeuwon d obrar 
ofensivamente, lanzando con sus cien manos enormes peñascos 
que, conmoviendo todo el Olimpo, caían con espantoso ruido, unos 
sobre la tierra transformados en montañas, jr otros en el mar 
formando islas. Apenas vieron esto los dioses inmortales , cuando 
sobrecogidos de pavor , ohiddndose de su juramento , hujeron CO' 
bordemente d Egipto, y aun alli, no creyéndose seguros, se trans^ 
formaron en diversos animales , que después se adoraron en aquel 
pais. Júpiter tomó la figura de carnero. Juno la de vaca, Apolo 
la de cuervo , volviéndose Diana gata, Baco macho cabrio. Venas 
pe*, &G. En esta metamorfosis aconsejó Minerva d los demás dio- 
ses que llamasen d Hércules d su defensa. Con efecto , es llamado 
el hijo de Almena , y cobrando nuevo aliento todos con su noto- 
rio esfuerzo, trabaron otra ves el combate, y peleando todos de 
consuno consiguieron vencer d los centimanos, arrojando sobrs 
ellos rayos, dardos, vientos y agua, sepultándolos debajo de los 
mismos montes que les servian de escaño ¡ de suerte que los instru- 
mentas de su soberbia fueron los de su castigo , quedando libre 
el cielo de arrogantes y temerarios ambiciosos. 



JCin el alto y claro Olimpo está Júpiter sentado en 
su trono hasta entonces vacilante: tiene en la mano 
el rajo vengador en ademan de lanzarle contra los 
feroces hijos de la Tierra , que disputaban su imperio: 
Juno su esposa está inmediata con el pavón, su ave 
favorita, y en acto de mandar á las ninfas atmosfé- 
ricas empleen también los meteoros para destruir á 
los enemigos. 



(30) 

Las ninfas y obedientes á la diosa que domina en 
el aire, están derramando agua con abundancia de 
las urnas que sostienen; otra arroja un meteoro in- 
flamado. Al mismo tiempo 

Eolo^ que está junto al trono del Tonante con sus 
grandes alas, diadema y cetro, como rey de los vien- 
tos, manda á éstos empleen todos sus furores para 
conmover los peñascos y montes que babian servido 
de pedestal á la ambición de los Titanes. Cerca se ve 
el valiente 

Hércules t que descarga airado su formidable clava 
sobre un enorme jayán que poseído de espanto pre- 
tende evitar el golpe mortal, aunque en vano, porque 
ya está derribado entre dos peñascos, y un volcan pron- 
to á devorarle. 

Minerva acompaña á su bermano en el combate 
cubierta y defendida con sus temibles armas: á sus 
pies yacen algunos vencidos á impulsos de su valor, 
uno de ellos sepultado vivo bajo el peso de una mon- 
tana: otro ya pálido cadáver anuncia el castigo que 
en breve espera á sus compañeros. Aqui uno de ellos 
mas auda^ , pero no escarmentado con semejante 
ejemplo, pretende aún lanzar un penon contra los 
dioses. Allá se ve otro que habiéndose guarecido en 
un árbol , se rompe éste por su peso, y él cae en me- 



(31) 

dio de un diluvio que arrojan sobre él las ninfas de 
Juno: en fin se ve al gefe de todos el soberbio Tifón 
caer herido del rayo de Júpiter: el terror está pinta- 
do en su rostro, y se manifiesta en su actitud lleno 
de desesperación: ya no se sostiene sino con un pie 
sobre un monte que bien pronto sepultará su espan- 
toso cuerpo. 

A cierta distancia están los dos fatales hermanos 
dioses de la guerra, 

Marte y Belona , armados y en disposidon de ata- 
car á los terrígenas que intenten la fuga, para exter- 
minar á los que hayan podido librarse del furor y ar- 
mas de los otros dioses. 

Todas las deidades del Olimpo están presenciando 
este grande acontecimiento. En sitio mas elevado , y 
coronando el trono de Júpiter, se ven 

Saiurno y Rhea su muger; el primero se distin- 
gue por la guadaña. 

Pluion con diadema y bidente , y Proserpina con 
la funesta granada. 

Nepiuno con su tridente, é inmediata Anfíiriie su 
esposa. 

En fin varias ninfas y diosas poco conocidas. 

En el sitio mas inferior y visible están por su or- 
den otros inmortales , y empezando por la derecha 



(32) 

del fulminante trono del padre de los dioses, se ve 

Vulcano con su martillo en la mano, y ofrecien- 
do varias armas para el total exterminio de los Gigantes. 

Los Cíclopes que están de tras de el, han suspen- 
dido sus trabajos para contemplar la batalla : varios 
hombres introducidos aqui, participan de la misma ad- 
miración, 7 parece que todos están asombrados al oir 
el tumulto del Oh'mpo y los sacudimientos de la Tier- 
ra en la caida de sus hijos. 

Venus está sentada sobre una nube, distinguién- 
dola por tal su belleza, sus hijos, las tres gracias que 
están á corta distancia , y la manzana que es su atributo. 

Cupido y Anieros están agrupados á su madre, me- 
drosos de tanta conmoción; el primero, es el Amor en 
general, que tiene en su mano el temible harpon con 
el que vence á los dioses y á los hombres, pero ocio- 
so en aquella batalla. Anteros significa el amor recí- 
proco , y está contemp]ando con atención las dos pa- 
lomas de su madre. Sigue el afeminado 

JSaco, coronado de hojas de parra con su tirso en 
la mano, y rodeado de racimos de uvas; inmediato á 
él está un fauno, acaso Sileno, ó tal vez Priapo, co- 
ronado de hiedra y cubierto con una piel de pantera. 

Mercurio se dirige hacia eltos por los aires con su 
petaso , talares y caduceo. La atención que. Venus , Ba- 



(33) 

co 7 el otro dios prestan al discurso de Mercurio, hace 
conjeturar que estos voluptuosos dioses, entregados á 
sus placeres , no tomaban parte activa en lo que pa- 
saba en el Olimpo , y hace ver la inutilidad de la mo- 
licie en sucesos de grave importancia. A bastante dis- 
tancia se ve 

Apolo en su carro, empezando su curso diario, des- 
pués de haber contribuido no poco á la derrota de 
los enemigos; pero como aún dura lá lid, están es- 
pantados los caballos á pesar de los esfuerzos del Dios 
y de las Horas sus companeras para contener sus íxsx* 
petus. En término algo mas elevado está su herma- 
na la Luna, ó la hermosa 

Diana ^ con su creciente en la cabeza, el ciervo 
al lado, y el arco de cazadora; acompáiíanla varias jo- 
vencitas muy graciosas con sus aljabas; son sus nin- 
fas, ó las Horas de la noche, como dan á entender sus 
ligeras alas. 

En primer término hay varias deidades terrestres; 
la principal es 

abites en figura de matrona , pMqüe los poetas 
la llamaban Gran Madre; tiene la corona de torres y 
apoyada á ella su hija 

Ceres^ conocida por la guirnalda de espigas que 
cine sus sienes, y las que la rodean. Mas allá 0stá 



(34) 

Pales , diosa de los rebaños , cuya belleza realza 
la corona de flores que la adorna ; su trage es modes- 
to 7 sencillo, y está sentada sobre un tamboril aca*^ 
riciando á un cordero blanco ; también tiene inmedia- 
to un carnero negro. 

Entre duras penas, árboles y otras plantas hay 
dos dioses rústicos 6 sátiros, á quienes también esta- 
ban encomendados los ganados; el uno está coronado 
de ramas de pino, y el otro de plantas silvestres. 

Todos en general, asi éstos como los demás, con- 
sideran con admiración y sorpresa el suceso memo- 
rable que iba á decidir la suerte de los habitantes de 
las regiones olímpicas. 

CUADROS FINGIDOS. 

En el primero está la competencia de Minerva 
con Neptuno. 

Disputaban estos dos dioses sobre cuál de ellos 
habia de imponer su nombre á Atenas, ^teptuno por 
ostentar su poder hirió la tierra con su tridente, y 
de ella salió un fogoso caballo, símbolo de la guerra: 
todos los circunstantes admiraron el prodigio, hasta que 
Minerva dando un golpe al suelo con su lanza, la hi- 
zo producir un hermoso olivo, que es signo de paz: 
visto esto se declararon todos por la diosa , y llamaron 



(35) 
i la ciudad Atenas, que es uno de los nombres de 
Minerva; porque generalmente los hombres aprecian 
mas los bienes de la paz, que los furores de la guerra. 

En el segundo se ve á Hércules descansando de 
sus £ait¡gas; i Minerva limpiándole el rostro, y en se* 
gundo término varios cadáveres tendidos en una pla- 
za. Me parece que este cuadro representa aquel caso 
en que Hércules se hizo dueño del tahalí de la rei- 
na de las A9iazonas: este fue uno de los trabajos que 
le mandó Euristeo. Para conseguir dicha alhaja apor- 
tó con su gente por el rio Termodoonte á la corte 
de Tenisdra, y pidió el tahalí á Hipólita; pero como 
ella dilatase su entrega, la vengativa Juno alarmó tO' 
da la ciudad, é hizo que sus habitantes desalojasen de 
ella á Hércules y sus companeros: pasada esta sorpre* 
sa volvieron á entrar y mataron á sus habitadores; y 
juzgando Hércules sería traición de Hipólita, la quitó 
el tahalí juntamente con la vida. Asi Apolodoro. Sa- 
bemos también que Minerva favorecía á su hermano 
y le limpiaba el rostro y sudor cuando salia de siis 
lachas y contiendas. 

En el tercero está expresada la muerte de Medu- 
sa , ejecutada por Persea^ Príncipe de Argos, que era un 
joven valeroso y muy protegido por Minerva : su pri- 
mera hazaña fue la de las Gorgonas: éstas eran tres 



(36) 

hermanas llamadas Sceno, Euriala y Medusa; las dos 
primeras inmortales, y la tercera mortal; solo tenian 
un ojo y un diente, de los que se servian alternativa-* 
mente; sus cabezas, sobre todo la de Medusa, estaban 
cubiertas de culebras, y petrificaban á los que las mi- 
raban. Perseo fue á cortar la cabeza de Medusa , y para 
asegurar su intento se cubrió la suya con el casco de 
Pluton, se calzó los talares de Mercurio, y con ayu- 
da del escudo de cristal de Minerva, que hacia invi-^ 
sible al que le llevaba , consiguió al fin dar muerte á 
la terrible Gorgona : de la sangre que derramó se for-^ 
mó el caballo Pegaso, y de las gotas que caían dé lá 
cabeza cuando la llevaba por África, se criaron las 
sierpes y culebras de que está llena la Libia. Miner- 
va puso después dicha cabeza sobre su egida. 

En el cuarto está pintada la fábula de Cadmo. 
Este era , un Príncipe fenicio que buscando á Euro^ 
pa su hermana, llegó á un pais en donde sus com- 
pañeros fueron devorados por un horrible dragón, al 
que en venganza quitó la vida. Minerva su protecto- 
ra se presentó entonces á ¿1, y le. mandó sembrar los 
dientes del monstruo; obedeció Cadmp, y al instante 
estos dientes se transformaron, en soldados , que em- 
pezando á pelear se dieron mutuamente la muerte, 
sobreviviendo sdio cinco, quQ fueron Echion, Udeo, 



(37) 

Chthoüio, Pfeloro éHipereiion, los qae ayudaron a) 
Principe á construir la ciudad de Tebas, capital de la 
Beocla. - 

''■■"■' 

1.* Es obra de Bayeo. Pons hace mención de ella en el lo- 
mo. 6.^ de Av Via^ de Espada* lo que pniel»a. que es de k»s prime- 
ro^ tralla )os de Bayea en el palacio nuevo. También la cita el seüor 
Ccap en su Diccionanot tom. i.^ pág. loo. 

aA Bepresenta la caída de los Gi|;antesy y yo he ailadido que 
es un emblema de los atentados de la rebelión, porque no hay du- 
da que esla fábula reprelide la soberbia , y avisa los castigos de ella; 
para esto debemos advertir que hay algunas ficciones que tienen 
fu origen en verdades históricas, y esU es una de ellas; pues según 
la opinión de graves autores, á quienes sigue el P. Victoria en su 
Teatro de los dioses, )e tiene^ en aquel caio que refiere la sagrada 
Escritura, cuando los hombres, llenos de ingratitud y arrogancia,^ 
empelaron i edificar la Torre de Babel , verdadero monumento del 
orgullo humano. Desfigurada esta verdad por la malicia de loa hom«» 
bresy tomaron de ellli ocasión los poetas-teólogos del Paganisino 
para fingir que unos gigantes monstruosos que eran hijos de la tier- 
ra, esto es, llenos de sentimientos camales ,. habian pretendido des- 
pojar á Dios de su autoridad. Otros, entre eHos el comentador de 
Ovidio .Suares de Figueroa, haciéndose cargo de ciertas analogías en- 
tre la verdad y la fábula, dicen que con propiedad se ve en est& 
ficción, aunque desfigurada, la rebelión de Luzbel y de sus ángeles 
contra el Supremo Hacedor del Universo; porque si los Gigantes pcr- 
ausididos por Tifón quisieron escalar el cielo para posesionarse de éí^ 
los demonios incitados por Luabel pretendieron ser semejantes al Al- 
tísimo; y si los primeros cayeron precipitados bajo los montes que le» 
nervian de pedestales^ los otros cayeron desde los tronos de su ele-^ 
vacion hasta los abismos mas profundos. V. Teatro de los dioses, 
part. 1.^9 lib. a.^, cap. 8.**, pág. 98, y el comentario sobre el pri^ 
sner lib. de los Metam. por el doctor Suarex de Figueroa , pág. a3o,> 



(38) 

Esta fálmla es muy tpU part fonnar emblemas en la pintan , por« 
que expresa sin violencia las tentativas temerarias de la impiedad y 
los atentados de la rebelión contra la autoridad legítima. Debo ad* 
vertir también que en esta pintara no están figurados los Gigantes 
como los describen los poetas , ni deben estarlo, por no ofender la 
vista y destruir las máximas del arte , que necesariamente habian de 
ser sacrificadas si se hubiesen representado con todo el rigor de la 
letra. 

3.* Tifón: pasaba por el mas formidable de los Gigantes y pa- 
dre de muchos monstruos como Gerion» el Cancervero, la Hidra dé 
Lema, la Esfinge, y otros: algunos dicen que fue el que mas dio en 
que entender á los dioses; pero que al fin fue muerto por los rayos 
de Jiipiter, aunque otros opinan le mató Apolo á flecbaxos, y que 
precipitado en el fondo del Tártaro excita los uracanes y tormentas. 
Cartario trae su imagen horrorosa y explicación en su obra. Los poe-i 
tas fingieron que los montes foeron sepulcros de los Gigantes, testigo 
Virgilio en el lib. 3.^, verso 578 de la Eneida. 

4.* Bélona .* era la diosa de los combates , por lo que algunos la 
confunden con Minerva , pero son tan diferentes en sus caracteres y 
calidades como en los nombres ; porque si bien Minerva era diosa mar- 
cial, solo presidia á los consejos de guerra y planes de campaba, á 
la buena providencia y recta administración de la milicia ; y al con- 
trario Belona, al encamizaniiento en la pelea, á la matansa, tala y 
estragos tan comunes en la guerra ; por eso los poetas decían que era 
hermana de Marte, y que dirigia su funesto carro toda cubierta de 
armas, sangre y polvo. Estaba muy honrada en Capadocia, y sos 
sacrificios eran tan sanguinarios como ella. Véase lo que dice Cart. 
pág. 363. 

5.^ Pales: diosa de los rebaños y pastos, de la que dice Carta- 
rio no haber visto imagen alguna: sus fiestas, llamadas Palilia, eran 
celebradas en 19 de abril, que se creía el aniversario de Roma; para 
esto se purificaban sus adoradores con sangre de caballo mezclada con 
cenizas de becerro y ramas de habas ó judías ; después rociaban los 
ganados con humo de azufre, vino cocido, olivo y romero; en segui- 
da al son de tamboriles » flautas y panderos formaban un baile en 
que se habia de saltar por encima de una hoguera de heno, y con-^ 



(39) 

clafan ofreciendo á la diosa un sacrificio de leche , vino cocido, y 
alonas vasijas llenas de mijo, cantando solemnes plegarias. 

CUADBOS. 

6.* Minerva y Ntfftuno: esta ficción se halla referida por Ovi- 
dio en el lih. 6.*^ de los Metam. ÍA. de Ara^ne. 

7.* Véase Teatro de los dioses, part. a.^ lib. 2.® pig. 187. 

8.^ Per$eo y Medusa : esta £&bala es tamhien de Ovidio. La mo- 
ralidad de convertir Medusa en piedras á los hombres es clara , pues 
muchas veces por desgracia saek la hermosora transformar á los 
hombres en bmtos ó insensatos. V. Snarea de Figaeroa en su comen* 
tario de Ovidio sobre esta fibala. 

9.^ Cadmo y Minerva: esta fábala está al principio del lib. 3.^ 
de los Metam. Comentándola Snares dice qne Palefato es de opinión 
que la verdad en qoe fundaron los poetas esta fábula fue haberse cons- 
pirado contra Cadmo ayunos de aquellas cercanías, y que por lo 
pronto de haberse aparecido fingieron haberlos producido la tierra. 




Explicación de la fábula pintada por don 
Mariano Maella en un gabinete interior^ 
inmediato á la sala antecedente, que es 
la bweda cuarta. 



CA./d9evt€i4/OuO* 



Argumento : Juno mandando á Eolo que suelte los viéntaos con- 
tra Eneas. 



Xia reina de los dioses rodeada de claras nubes , sen- 
tada en su carro dorado conducido por pavones y con 
acompañamiento de ninfas y genios, desciende con la 
mayor magestad del alto Olimpo para mandar á Eolo, 
dios de los vientos, que emplee todo su poder para 
destruir la escuadra de los troyanos mandados por 
Eneas; y para obligarle mas le muestra y promete 
por esposa la bella Deíopea, una de las catorce nin- 
fas que la servian. 

Entre ellas hay algunas que manifiestan con sus 
atributos que Juno es la soberana de la atmósfera; 
una tiene la urna derramando agua para expresar los 
meteoros acuosos ; otra ( aunque no se distingue bien) 



(41) 

tiene el rayo para signi£car los ígneos, y á otra no 
se la ve níngan atributo , pero sí alas de mariposa, 
acaso por alusión al aire mismo. 

Eolo está sobre un peíiasco como sorprendido al 
Ter el aparato de la diosa: su actitud es sumisa; con 
una mano muestra su pecho , y con la otra tiene una 
gran llave. Elste dios debia á Juno, su protectora, la 
jurisdicción que tenia sobre los vientos y aun la divi- 
nidad; y así le estaba agradecido, sumiso y obediente, 
y esto muestra su actitud respetuosa , y la mano que 
pone en su pecho como ofreciéndose á su servicio. £1 
peñasco indi¿a su turbulento estado, llamado de su 
nombre Eolia, que le forman ciertas islas, ¿el Medi- 
terráneo, en las que fingían babia una gruta profun^^ 
da en donde estaban encerrados los vientos para que 
no pudiesen destruir el mundo. La llave es la de la 
puerta de esta caverna, aunque Virgilio le pinta con 
un cetro en la conferencia que tuvo con la diosa. In- 
mediatos á Eolo se ven figurados los 

Vienios como comunmente los representan los pin- 
tores: uno de ellos está detras del dios, pero aunque 
maniatado, está exhalando los furores de su terrible 
boca: otros que hay encerrados en la tenebrosa cue- 
va que les servia de cárcel, asoman sus cabezas ame- 
nazadoras dispuestos á conmoverlo todo para compla- 

6 



(42) 

cer al encono de la rencorosa y vengativa esposa de 
Júpiter. 

1.* : Es de las mejolKS obras al fresco de don Mariano Maella, pin- 
tada en sa primero y mejor tiempo» y asi la alcanzó Ponz^ pues 
hace mención de ella en el tomo 6.® de su Viage de España. 

a.^ El argumento está tomado del lib. i.^ de la Eneida. 

3.* Juno era la mas magestuosa, pero también la mas venga-* 
tiva entre las diosas : su odio y encono contra los troyanos es bien 
conocido, y procedía principalmente de dos cansas; la primera por- 
que Párisy Príncipe de Troya » prefirió la belleza de Venus ¿ la suya 
en su famoso juicio; y la segunda porque Júpiter privó á su bija 
Heve del empleo de servir el néctar á los inmortales, para conde- 
corar con él á Ganimedes, otro Príncipe de aquella nación: á es- 
tas dos causas generales, indicadas también por Virgilio, se agrega- 
ba la de ser Eneas bijo de su rival la diosa Venus. En la arenga 
qne con este motivo dirige al Rey de los vientos le promete la nin- 
fa De 1 opea I diciéndole: 

Catorce ninfas tengo en mi servicio. 
Cuya bellesa es cuanto se desea; 
De éstas, en premio de tu fiel oficio, 
' Te daré la mas bella , De'íopea , 
Para que con felice y diestro auspicio 
Muger propia y legítima te sea. 

Véase Hernández de Vclasco en los versos 70 y siguientes del li- 
bro i.^ de la Eneida. 

4.^ Ninfas atmosféricas .* algunas están descritas en Boudard, 
Otras indicadas en Ripa en la explicación del carro del aire, porque 
pasaban por ninfas de este elemento el iris, la serenidad del día, la 
déla noche, la lluvia, el rocío, los cometas, &c. Véase Ripa to- 
mo 4*^» P^g* ^34i y Boudard en su artículo respectivo. 



(43) 

5 .^ JEoio debit á Juno sa poder y divinidad ; por eso en It con- 
teiUdon qne da i la diosa, dice: 

A voestro cargo, oh Reina, está el mandarme, 
T al mió estará el siempre obedeceros: 
Vos con Jove hacéis qne venga en darme 
£1 cetro y reino de los vientos fieros: 
Por vos pnedo entre dioses yo sentarme: 
Sa ambrosía y néctar debo agradeceros: 
Vos con ventosas nnbcs me dais brío* 
Y sobre iempesladea poderío. 

Véase el citado Hernández de Velasco desde el verso 7$ del li- 
bro 1.^ Los peñascos qne formaban sa imperio eran seis ó siete is<« 
las qne están al norte de la Sicilia 9 y corresponden hoy á las de 
Lipariy llamadas por los antignos AEolias Idpareorumx en ellas» 
dicen, reinaba Eola, y el fn n da m cnto qne tuvieron para Ibmarle 
rey de los vientos» bxt qne aqnel Príncipe tenia mocha inteligencia 
acerca fte ellos y los solia pronosticar» como también las tempes-» 
tades 4 los naveg^ites; y como en aquellos siglos todo se adoraba 
menos á la verdadera Divinidad, hicieron á este rey dios de los 
vientos á persuasión de Joño qne, como hemos dicho antes, era 
reverenciada como diosa del elemento del aire. 



Explicación de las alegorías pintadas en 
el techo de la sala quinta. 

Es obra de don Franciico Bayea , y consta de la pintora prin- 
cipal y de cuatro grandes óvalos en los extremos. 



El argumento de la pintura principal es la apoteosis de Hércules, 

JCin el centro se ven rodeados de ckridad los dioses 

protectores de las ciencias y bellas artes. 

' ■ * . 

Apolo está sentado sobre una nube , apoyando su 
diestra en la lira, y mostrando con la otra varías in- 
signias de honor y premio que tiene delante. 

La lira es el atributo principal de Apolo, y el que 
mas constantemente se ve en los monumentos que le 
representan: significa ó hace alusión según unos á 
la armonía del universo, y otros dicen le conviene co- 
mo á inventor de la poesía y de la música: esta últi- 
ma opinión se halla confirmada por Ovidio en la fá- 
bula de Dafne, donde Febo dice: ^^Yo soy, yo, el in- 
ventor de la lira y de la concordancia de la voz con 
los instrumentos músicos.'^ No era esta lira precisa- 



(45) 

mente la qaetisaban los griegos en el búeh tiempo 
de las artes , nno la que llamaban fantástica y poética 
que no tenia forma determinada; por eso en las me- 
dallas y bajos relieves se ye unas yecés con tres cuer- 
das, otras con cuatro , cinco, siete, y aun con dos 
solamente. £1 vaso, corona, cetro y banda que mues- 
tra á Hércules, manifiestan sin duda las recompensas 
del mérito y de la virtud, porque fácilmente se de» 
duce esta idea , aunque el vaso ofrece alguna dificul- 
tad én su aplicación á este asunto; asi solo diré que 
los antiguos figuraron en cierta ocasión á Apolo sen- 
tado en un tribunal delante del que babia colocados 
cuatro vasos de diferentes materias, formas y noíoe 
bres 9 alusivos á los ^ diversos temporales que se supo- 
nían proceder de Apolo considerado como el Sol. Gar- 
tario trae la explicación de estos vasos, que pueden 
ser también atributos de otras cualidades de Apolo, y 
acaso éste representará la uJma de la suerte como dios 
de los vaticinios. 

Minerva ^ su ilustre hermana, está en pie sobre 
una nube inmediata con todas las insignias que la 
caracterizan , y con una guirnalda en la manó con que 
se dispone á recompensar el mérito simbolizado por 
Hércules. Detras de Apolo está 

Pluton^ tenido por dios de los muertos: tiene co- 



(46) 

rona radial y el cetro llamado bidente , con el qne 
vulgarmente se le representa, aunque algunos le da-* 
ban corona de negro ébano y por cetro una vara de 
bierrOy que decían era pequeña para mostrar su do-^ 
minadon en el mundo inferior. Bajo el nombre de 
Pluton entendían otros el Sol en el invierno cuanda 
brilla mas en el bémisferio meridional que en el nuesn 
tro, y de aqui nacia llamarle rey del mundo inferior 
6 infierno. Lo cierto es que pasaba por dios de lo» 
muertos, y asi le representaban en un carro tiradd 
por caballos negros , y le consagraban el ciprés. 

Detras se perciben tres mugeres y un niño: lá 
principal representa á 

Proserpinaf muger de Pluton, como lo manifiesta 
la granada que tiene en la mano. Delante del trono 
se presenta 

Hercules con sus insignias distintivas, mostrando 
las musas que están en sitio inferior, aunque inme* 
diato. Uno de los sobrenombres de Hércules era el de 
Musagetes 6 director de las musas, lo mismo que Apo- 
lo, como lo manifiestan los escritos y bajos relieves 
de la antigüedad; y no solo esta atribución le identi^ 
ficaba con Apolo, sino que también estaba reputado 
por el Sol, y por eso decian que sus doce trabajos 6 
hazaiias no eran sino los doce signos del Zodiaco que 



( 47 ) 
recorre el astro en el discurso del ano. Esta opinión, 
de Macrobio ha sido adoptada y defendida muy plau* 
siblemente en estos últimos tiempos por el autor del 
mundo primitivo. No solamente le confundían con 
el Sol, sino con el tiempo que vence y doma todas 
las cosas por fuertes que ellas parezcan, y por eso le 
ponian en la cabeza una guirnalda de álamo blanco, 
porque con los dos colores que tienen sus hojas se 
simbolizaban las dos partes principales del tiempo^ el 
daro dia y la obscura noche* 

Las musas forman un coro. CUo á la Hist<Hría está 
"untada en el sitio mas visible» vestida con ostentación 
y coronada de laurel: tiene en una mano el clarín, 
porque fama quiere decir su nombre, y eñ la otra 
un gran papel, que con los volúmenes que tienen va-^ 
ríos genios expresa las obras maestras de los hísioría-» 
dores. 

PoÜmnia tiene el índice en la boca como numen 
de la oratoria : su dominio sobre los/espíritus está sig-" 
nificado por la diadema adornada con piedras preciosas. 

A corta distancia de éstas están conversando Mel« 
pómene y Urania. 

Mdpómene 6 la Tragedia tiene la máscara sobre 
la cabeza, y la espada fatal en la mano. 

Urania es la musa que se distingue mejor en bs 



(48) 

esculturas antiguas: el globo con que se la ba repre- 
sentado siempre, y sobre ^I que apoya una mano en 
esta pintura, como la varita con que le muestra» la 
dan á conocer inmediatamente por la diosa de lá As- 
tronomía. 

£n primer término están Talía y Terpsícore. 

Talía ó la G>media está sencillamente ataviada con 
la máscara bufona y el cayado: tiene corona de hie- 
dra» y dirige su vista á Terpsícore» porque el mayor 
ornamento del teatro son la orquesta y el baile simr 
bolizados por esta musa. 

Terpsícore con semblante jovial anuncia sus ocu- 
paciones festivas: por la vihuela que está tocando se 
expresa la música, y por la corona de plumas el bai- 
le, aunque los antiguos figuraron algunas veces con 
semejante adorno á todas las musas en memoria dé 
su triunfo sobre las Piérides y las Sirenas. 

En sitio mas elevado forman grupo Caliope, Eu- 
terpe y Erato. 

Caliope está coronada de laurel y leyendo un poe- 
ma épico, porque presidía á semejantes composiciones. 

Euierpe con la flauta, por tener á su cargo los 
instrumentos de viento. 

Eraio 6 la Poesía lírica está coronada con las flo- 
res de Venus: tiene en sus manos una vara 6 bor- 



(49) 

jdon y la c/tara : el Amor , que está á su lado con la 
antorcha encendida y su terrible aljaba, muestra el 
o^eto de los cánticos y composiciones de esta musa. 

Se pintan siempre juntas estas diosas pafa demos- 
trar el mutuo auxilio que se prestan los conocimien- 
tos humanos: las preside Apolq, porque por él se ex- 
presa el numen que es necesario para cultivarlos con 
buen éxito. Al lado opuesto se ve 

Vulcano sentado sobre \oá pénaseos del monte Etna, 
oficina de sus trabajos; le distinguen el martillo que 
tiene en la mano y el yunque que hay á*. sw pies; 
está en acto de dar órdenes á los cíclopes sus oficia- 
les, los que en diversas actitudes están decante de A 
con varias piezas trabajadas en la fragua j misma en 
que se fabricaban las armas de los dioses; se observa 
que uno de ellos lleva varias telas en una , arquif a , y 
ademas se ve un manto de grana con franja de oro, 
alusiones á los ricos adornos y capa con que se reves- 
tía Vulcano en los festines de los dioses. A ,^ierta dis- 
tancia está la rubia 

Ceres sentada , coronada de espigas y tomando otras 
que le presenta un genio: ademas apoya /un pie so- 
bre un haz de ellas; tiene manto amarillo, signos to- 
dos que la dan á conocer por la diosa de las cosechas. 
Ceres pasaba no solo por inventora de la agricultura, 

7 



(50) 
sino también por legisladora^ porque aquella arte con- 
tribuyó mucbo al establecimiento y civilización de las 
sociedades: tenia muchos dictados, y todos alusivos á 
sus propiedades benéficas. Siguen Mercurio y Neptuno. 

Mercurio tiene su petaso, talares y caduceo, j 
Nepiuno solo tiene el tridente, cetro privativo suyo. 

Ocupan casi una fachada Marte, Venus, los Amo- 
res y las Gracias. 

Marte está sentado sobre una nube, desnudo, aun- 
que con morrión, lanza y escudo, cuyas armas, y las 
que hay amontonadas en primer término, le dan á 
conocer por el dios tutelar de los combates , y como 
tal tenia^^ aún otros atributos: tales eran el caballo por 
ser animal tan belicoso, el lobo, el buitre y el pica- 
maderos , para expresar la rapacidad y destrucción que 
comunmente acompaiían á la guerra. 

Venus está hablándole, y solo esta circunstancia 
y la de estar seguida por las Gracias la caracterizan: 
los Aiiiores están cerca del adúltero Marte. A estas fal- 
sas deidades sigue la casta 

Diana ^ sentada con gracia sobre un ciervo, ani- 
mal que le era consagrado como á soberana de las 
selvas, de los valles y de los montes, por lo cual tie- 
ne también el arco en la mano: el creciente que ador- 
na su hermosa cabeza la identifica con la Luna : á 



(51) 
SU lado se ve un chicuelo apoyándoAe sobre la aljaba 
y mostrando á la diosa el asunto prindpal de esta 
alegoría. £n el sitio mas elevado se distingue 

JúpUtr por sus atributos: la misma distancia no 
deja percibir si la figura inmediata es la de Juno« 
aunque debe inferirse que es esfa diosa. 

Varios genios enriquecen la composicioín'^ con rae- 
mos j guirnaldas: entre ellos se distingue un hermo- 
so mancebo 9 que va volando al sitio principal para 
coronar á Hércules con la laurea de Applo, teniendo 
también un ramo de Baco, único símbolo que haj 
de esle dios en la alegoría. 

ÓVALOS. 

f 

Representan las figuras alegóricas de la Filoso^ 
fia, Pintura y Música y Poesía^ 

Primero : se ve la Filosofía representada por una 
joven dotada de peregrina belleza, porque es bermo«- 
sa pasión la del saber. Está mirando al cielo, porque 
no hay sabiduría que no se derive y tenga su origen 
del mismo Dios. Su trage es suntuoso, y> esto denota 
la riqueza de los conocimientos científicos: su aspecto 
es sencillo, porque la modestia es compañera suya^ 
asi como el orgullo lo es de la ignorancia; con una 
mano tiene abierto un libro, que es el de la moral, 



(59) 

que no debe perder de vista el sabio, porque el es el 
espejo en que se miran los ignorantes : tiene en la 
otra un cetro que simboliza su dominio sobre todas- 
las ciencias humanas. Obsérvese que dicha mano des- 
cansa sobre un libro abierto en que se lee Lógica^ y 
que sostiene un genio, porque sin raciocinio exacto 
no hay* verdadera Filosofía : otro genio tiene un libro 
que dice Física, porque el estudio de la naturaleza 
es uno de sus caracteres. 

Segundo: la Pintura se halla expresada por otra 
joven muy hermosa , en cuyo rostro se ve grabada la 
expresión mas viva: tiene su boca vendada para mos* 
trar que es una Poesía muda : la mascarilla que lleva al 
pecho pendiente de un collar , anuncia su potestad de 
fingir los objetos de la naturaleza , y aun las ideas de 
la fantasía: la distinguen también los instrumentos 
propios del arte, y á su lado está un genio sostenien- 
do el bosquejo del cuadro de Esopo, formado por el 
celebérrimo y nunca bastantemente alabado don Die-r 
go Velazquez de Silva , el mayor ingenio que ha cuU 
tivado la pintura española. £1 niño que hay á sus pies 
y está diseñando principios, muestra que el dibujo ei 
el fundamento de las artes de imitación. 

Tercero: en él está simbolizada la Música bajo el 
aspecto de una graciosa doncella en ademan de ir á 



(53) 

notar un papel cifraídot[ue la presenta un genio: hay 
piras composiciones sobre un pedestal inmediato » y 
se Ten á sus pies TarioS' instrumentos armónicos en- 
tre la balanza que expresa la exactitud y medida que 
fbrina la base de este agradable encanto, y dos mar- 
tillos alusivos á los principios toscos dé esta arte: de- 

• • • ■ • » 

lante está un risueño niño tocando el violin» y á Siu 
lado tiene un vaso de vino que simboliza la joviali- 
dad que inspira la música. 

Cuarto : está significada la Poesía , su amable her- 
mana y de la Pintura , y no menos hermosa que ellas : 
las' alas que se ven en su cabeza laureada denotan la 
sublimidad de sus conceptos: el libro abierto en que 
apoya uno de sus brazos muestra la erudición que le 
es necesaria: el cetro indica su superioridad sobre las 
demás artes que la necesitan consultar en sus com- 
posiciones : la lira y la flauta que tienen dos genios 
inmediatos significan ^ como instrumentos de las mu- 
sas, los diversos objetos de la Poesía, elevada k ye-* 
CQS hasta eK trono de la epopeya, y acomodada tamr 
bien á la sencillez campestre. 



£)r 



CÍCió, 



I* Es obra de' don Francisco Bayea, acaso la mejor qne de di- 
cho profesor faay en Palacio. Nació en Zaragoza el año de 1 734 : des^ 
de sos primeros años manifiesto ana inclinación decidida i la^in-. 



(54) 

tura, cayos elcmenlos aprendió con Lujan en la misma ciudad de 
su naturaleza, y después pasó á Madrid, donde hiso los mas rápi- 
dos progresos bajo la dirección de don Antonio Gonaalea Velaa- 
ques. £1 sabio Men|;s le (avoreció también mucho; la Academia de 
San Fernando le nombró su individuo de mérito en 176$; el Rey 
le distinguió con el título de su pintor de cámara; y en fin, fue 
nombrado director general de la expresada Real Academia á prin- 
cipios de 1795; pero falleció aquel mismo año en Madrid. Muy poi- 
cos, dice el señor Cean, ha habido en este siglo que le igualasen 
en la corrección del dibujo, en la sencilles de las actitudes, en el 
buen orden de la composición , en la expresión , en el contraste de 
los grupos, en el claro-obscuro, en el colorido y en su acorde; 
bien que en su último tiempo fue nimio en esta parte, y aunque 
se desea inas nobleza en los caracteres de sus figuras, con todo sin 
haber salido del reino llegó á cierto grado de perfección que da ho- 
nor á la pintura española del siglo XVIII y á la Academia de San 
Fernando. Véase «n Diccionario tomo i.® pág. 100: me parece que 
también don Antonio Pona hiao mención de esta obra en su Viage 
de España tomo 6.° 

a.* Apolo, intéñioT de la lira. Y. Ovidio Metam. lib. 1.^ ver«^ 
so '5 1 8. La explicación de los vasos la trae Cartario en sus Imáge- 
nes pág. 83: su figura está en la pág. 85. 

3.^ Piulon. Véñst su exposición é imagen en Cartario pág. 377 
y siguientes. 

4.^ Proserpina: era hija de Ceres, y llevada violentamente á los 
infiernos por Pluton su tio para hacerla esposa suya: afligida Ce- 
res- la buscó inútilmente ;por todo el mundo, hasta que la ninfa 
Cianea, transformada en fuente por haber querido impedir el robo 
de Proserpina, informó á su madre del suceso. Subió Ceres al Olim. 
po para querellarse á Júpiter de este atentado de su hermano, y 
le pidió la restitución de su hija. Júpiter consintió en esto; pero 
con la condición expresa de que no hubiese comido nada desde su 
llegada al reino tenebroso : esto bastó para que no saliese porque 
habia comido algunos granos de granada; solo Ascalafo, hijo de la 
noche , lo ' habia visto ; la denunció , y ya no pudo Ceres conseguir 
su intento. Irritada Proserpina arrojó sobre su infeliz delator agua 



(55) 

del rio Bofemal Flegetonte , y le transformó en buho. No obstante 
para no exasperar JápHer á Ceres, sentenció que su hija pasase seis 
xneses con sn marido y otros seis con su madre. Acaso las otras dos 
siii^eres y el niño qne están con Proserpina representarán las Par- 
cas 9iQ5 ministras » porque no siempre los antiguos las significaban 
liilando , ni hace al intento el que una de ellas esté en figura in^ 
Cantil y porque una de sus alusiones es simboliiar el principio , me*- 
dio y fin de las cosas ; y ademas Cartario cita una lámina de plo- 
mo » cuya descripción inserta Pedro Appiano en sus antigüedades, 
«n la que Laqueáis , una de las Parcas » está en figura de niña , Cío- 
-to representa una joven, y Átropos es una calavera. V. el citado Car- 
'tario pág. 3o 5, y en la pág. anterior pone una imagen de las tres 
liermanas que no están hilando ni con tigeras. 

5.* Hércules Musagetes. V. l'Antiquité expliquen de Mont Fau- 
con lib. a.^ pl. 56. 

6.^ Musas: en pocos articnlos de la Mitología se halla tanta va- 
riedad como en este: no solamente se disputa sobre el némero de 
las musas , sobre sus nombres , y sobre las calidades de todas en 
general f sino que aun conviniendo en estos artículos no están to- 
dos de acuerdo acerca de lo que pertenece á cada una en particu- 
lar; y aunque Hesiodo y Virgilio hayan dicho que eran nueve her- 
manas , y esta sea la común opinión, no faltó quien dijo, como 
advierte Fornuto , que eran solas dos , esto es , la teórica y prác- 
tica de las artes. Pausanias, Emilio y Varron afirmaron eran tres 
por las tres partes de la filosofía ; cuatro dijeron otros por ser coa- 
tro cnerdas las de la lira primitiva. Mirtilo dijo eran siete por alu- 
sión á los siete cielos. Aunque algunos pretenden eran hijas del cic- 
lo , los mas las hicieron hijas de la memoria, porque no se apren- 
derán las ciencias si no se imprime en la memoria lo que se lee im- 
preso en doctos volúmenes ; por eso deda Erasmo que sabemos cuan- 
to acuerda la memoria. Unos consideraban las musas como las ar- 
tes de erudición, y entonces era Apolo el presidente: esta es la 
opinión mas recibida entre los literatos y artistas. Otros las tenian 
por los cielos de los siete planetas que se conocieron en la antigüe- 
dad; también en este caso las dirigía Apolo, pero considerado como 
el Sol ; y no ha faltado quien las ha simbolisado por los nueve me- 



(56) 

sea laboriosos del auo, y á laa Gracias per los tres de desc^anao» 
y en este caso era su ge fe Hércules. V. lo que acerca de ellas dice 
el Teatro de los dioses parí. 3.^ lib. 4*^ P^- ^9^ 

7*^. Clio 6 la Historia -' Diodoro dice qae Clio es asi dicha de 
Gloria ó Alabanza^ porqoe los que son elogiados por los poetas 
consiguen gloria inmortal. Plutarco atribuye á esta musa el arte de 
encoiniari aunque distingue los elogios de la Historia. V. su ima- 
gen antigua en el tomo a.® tabla a.^ del Museo Herculanense. 

8.^ Poiimnia: está también en dicho Museo con el dedo en la 
boca 9^ y aunque su inscripción dice Poiimnia, la fábula, pasa por 
la oratoria ; pero se puede añadir con mu^ba verosimilitud que es 
la reguladora de los pantomimos. V. la tab. 7.^ del tomo 2.^ de las 
pinturas antiguas de Herculano. 

9.^ Melpónune: aqui no tiene la clava como está en el cuadro 
del Herculano , y como la pintó Mengs. La clava es símbolo del he- 
roísmo, y al mismo tiempo era el cetro de los Príncipes mas anti- 
guos, pues no era mas que una rama de irbol, como se demues- 
tra con autoridad de Homero , Horacio y Píndaro en una nota pues- 
ta en la explicación de la imagen antigua de Melpómene del re£e<» 
rido Museo, y se puede ver en el tomo a.® pág» ai y a a. 

10. Urania: se ve representada también con el globo y la vara 
llamada radium en la tab. 8.^ de dicho tomo. 

1 1 . Talia : su imagen está en la tab. 3.^ con la máscara y el ca- 
yado, porque en el campo nacieron los dramas que fueron después 
las delicias de las grandes poblaciones: las máscaras se usaban en 
las representaciones antiguas aun para lo patético; con ellas se mos- 

^ traba la tristeza, la atrocidad, altivea, furor, ¿ce; los papeles su- 
balternos tenían también sus máscaras apropiadas á sus caracteres 
respectivos , llegando á perfeccionarlas de modo que con ellas se 
expresaban la edad , pasiones y costumbres \ pero también se abu- 
saba de esto no pocas veces representando al natural en el teatro á 
determinadas personas, hasta que se reformó este abuso. Nerón usa- 
ba mucho la máscara en la escena. Véase lo que acerca de ellas di- 
cen los editores de la erudita explicación de las antigüedades del 
gabinete del Duque de Orleans. 

13. Terpsícore: preside al baile y á los instrumentos de cuer- 



(57) 

das : esta es la opinión comnn ; pero alanos afiaden qtie también 
á la poesía lírica. Sn imá|^n con una lira de siete cnerdas esti en 
el HercnlanOy en la tabla 5.^^ y su explicación pág. 37. 

i3. Caliope: la mas digna y excelente de las mnsas porqne le 
pertenece la poesía heroica , de la que hay pocos modelos : por eso 
la invoca Virgilio en el verso 5a5 del libro 9.^ de la Eneida: sn fi- 
gura es la de la tab. 9.^ del lib. a.^ 

1 4* Euierpe 6 arte de agradar; porque la emdicion divierte, 
y es agradable la conversación con los hombres doctos, según Dio- 
doro y Fomuto: el coadro que hay de esta musa en el Hercolano 
está muy mal tratado y no se distingue la flauta , que es verosí- 
mil se le diese por ser su atributo. 

i5. Eraio, musa del amor, porque el amor del saber produjo 
las ciencias: en este sentido 6 en el de la disputa literaria debe 
entenderse esta musa en opinión de Diodoro y Fomuto; pero ge- 
neralmente se la hace ndmen del amor, y asi Apolonio la invoca 
para cantar los amores de Jason y Medea : la fingían tocando con 
el plectro y dedos el salterio de nueve cuerdas, que era largo y di- 
ferente del que leemos en los autores. Está pintada en la tab. 6.* 

16. Vúlcano: acerca de sn vestido magnífico véase lo que dice 
el Dice. icón, tomo s.^ pág. 3o 8 , con la autoridad de Homero en la 
conferencia de este dios con Tetis. 

17. Ceres: era la /sis de los egipcios, y sus atributos lo con- 
firman. Sus epítetos de Frugífera, Espicífera, Alma, Mammosa, &c. 
eran relativos á la abundancia que proporciona la agricultura. Ovi- 
dio tiene razón en decir en sus Metamorfbseos que enseñando Ce- 
res tan buen arte á los hombres, los había civilizado y dado leyes: en 
las medallas de la Sicilia Numismática se ve siempre coronada de es- 
pigas. Los antiguos ponían á veces á sn lado la hormiga como sím- 
bolo de la previsión y laboriosidad. 

18. Diana: en Horacio, Virgilio, Católo y demás poetas siem- 
pre vemos á esta diosa en lo alto de los montes, en el fondo de 
las selvas , ó á las márgenes de los ríos ; acaso por el ciervo se ha 
pretendido denotar su agilidad. Calimaco , en el himno de Diana , di- 
ce que su carro de oro era tirado por ciervos con frenos del mismo 
metal : la aljaba y el arco eran sus atributos mas usuales , y en el 

8 



(58) 

Museo florentino se ve ana bellísima estatua antigua de esta diosa 
en trage de cazadora, con mucho movimiento « en la actitnd y en 
ademan de sacar una flecha de su carcax. 

ÓVALOS* 

19. Las figuras alegóricas que contienen se hallan insertas en 
Ripa, Boudard, Cochin y demás iconologistas modernos en sus res- 
pectivos artículos , donde podrá verlos el curioso. 



^B^Sn^ 



Explicación de las alegorías contenidas en 
la bweda de la sexta sala. 



Esta obra es de don Francisco' Bayea : consta de la pintura 
principal, y de cuatro Imjos relieves finados en ana e9;tre]nos. 



El argumento es la institución de las Ordenes de la Monarquía 
española, 

Jüini el sitio priricipal se contempla en un tifono mag« 
nífico la Monarquía española. Eiste trono merece oIh 
servarse por estar tan bien imaginado, j por tener 
bs alusiones mas apropiadas á su destino. Le for- 
man dos globos, en significación de los dos hemis- 
ferios en que EspaSa ha extendido su dominación. 
Sobre uno de ellos , que es el que se refiere al anti- 
guo continente, se levanta un sócalo cubierto con 
un amplio manto blanco, en el que se ve pintado el 
escudo de lis armas Reales : en este zócalo ó base 
sienta un sitial en que se baila la figura ideal de Es- 
paffa : á los lados están las columnas de Hércules co^ 



(60) 

roñadas y adornadas con la inscripción Plus ülira\, 
que es uno de los emblemas de la Monarquía espa^ 
ñola. Forma el dosel un gran paño de color morado 
sostenido por varios niños y un mancebo con alas, 
que acaso representará el ángel tutelar del reino: en- 
tre los dos globos hay un hermoso león posando sus 
fuertes manos sobre cada uno de ellos, y cubierto 
con el manto del zócalo. 

La Monarquía española está expresada por una 
matrona cuyo aspecto y continente anuncian la ma- 
gestad. Está vestida á lo heroica con yelmo en la ca- 
beza, armada su diestra con la lanza, teniendo em- 
brazado el escudo con la siniestra, y adornado el pe- 
cho con la cabeza de Medusa , denotando con ella el 
terror que su denuedo inspira á sus enemigos, asi 
como su trage y armadura, semeíanie á la de Miner- 
va , significan su prudencia , magnanimidad y sa1>idu«- 
ría. En demostración de sú £é se ve á su derecha en 
acto de protegerla la 

Religión , simbolizada por una bella virgen con la 
cabeza cubierta con un velo que denota sus santos 
misterios: con la maño derecha tiene la insignia de 
nuestra redención, la que está contemj^ndo, y con 
la izquierda en acto de ofrecer una llama, que indica 
la Oración y el ardor de la Caridad: su blanca túnica y 



(61) 
Inanto verde muestran con sos colores la puresa de la 
Fe, 7 la firmexa de la Esperanza en Dios. Su origen 
celestial está expresado por un gran resplandor que 
rodea su hermosa imagen. 

A la izquierda de la Monarquía está la 

AuioTidad: las llaves que tiene levantadas con la 
piano derecha demuestran la potestad esj^ritual, y el 
cetro que tiene en la otra la temporal. 

£n un grupo de nuhes inmediato á la Religión 
están tres de las virtudes cardinales, á saher: la Pru- 
dencia, Justicia j Templanza, porque la Fortaleza se 
halla al lado opuesto del trono. 

La Prudencia tiene los dos rostros con que ve las 
tosas bajo todos sus aspectos, y el espejo y la serpien- 
te, que son sus aíinboloB mas conocidos. 

La Justicia está ádóriíada con la corona, y tiene 
las balanzas y las fasces. 

La Templanza muestra con ambas manos el tre- 
no con que sujeta las pasiones. 

La Fortaleza se da á conocer por Su hermosu- 
ra varonil,: por la piel de león qne cubre su cabeza, 
y por la dava en qué se apoya. 

Entre varios niños que acompaSan á estas figu- 
ras iconoldgicas, y que sirven para realzar la mages- 
tad del trono, se ven algunos mostrando las conde- 



(62) 

Goraciones de las diferentes Órdenes españolas , unos á 
los pies del solio, y otros volando en el fondo de la 
composición y los cuales acompañados por la Fama 
van á conducir á otros países dichas distinciones, en* 
lazadas con ramos de laurel en demostración de jú- 
bilo y de triunfo. 

Tal es el magnífico trono y su acompaflamieiito^ 
que puede decirle presiden á esta alegoría. ^ 

Empezando la descripción de las demás figuras 
por el lado derecho , las primíeras que se distin^ 
guen son las que representan á la Piobleza y la Cons^ 
tancia. 

La Nobleza lo está por una bella jdven que con 
ambas manos sostiene el paladión, su nkas eisencial 
atributo: tiene sobre su cabeza la estrella, qpe lo 
es de celdiMridad , y está dirigiendo so^ vista al tro- 
no, porque de el recibe su esplendió y la dignidad 
de las condecoraciones que tanto la distñ^guen, y por 
lo cual está obligada á* defender los derechos» y pree- 
minencias regias. 

La Constancia está apoyándose sobre un trozo de 
columna , y tiene el cetro en la mano para mostrar 
que todo lo. vence y domina. • 

Sigue un grupo alegórico qpe representa el Do* 
minio acompaSado del Amor de la virtud ,^ de la Vir* 



(63) 
tud misma, y del Honor, que son las bases de toda 
dominación justa y humana. 

£1 Dominio está significado por un hombre de 
edad media, que tiene ceñida la cabeza con una ser- 
piente y con una mano un cetro, en cuyo extremo 
superior hay un ojo. La serpiente que rodea su ca-^ 
beza indica, como símbolo de prudencia, la que se 
requiere para mandar con acierto y providenciar con 
rectitud. £1 cetro es el signo del gobierno y potestad, 
y el ojo abierto que tiene encima lo es de la vigilan^» 
cia y previsión que deben presidir á todas las resolu- 
ciones y operaciones del gobierno. 

£1 Amor de la virtud está á la derecha del Do- 
minio, porque debe dirigir todas sus acciones. Repre- 
senta un niño con corona de laurel en la cabeza y 
otras tres en sus manos , atributos que le correspon- 
den porque la virtud debe ser recompensada. 
Al lado opuesto se halla simbolizada 

La Virtud por una bellísima doncella con las alas 
de la diligencia en obrar bien : presenta con una mano 
la guirnalda, que por su figura circular y por ser de 
laurel , demuestra que las acciones virtuosas son per- 
manentes é inmarcescibles: en la otra mano tiene la 
lanza con que coinbate al vicio: en su pecho brilla 
el Sol , y dirige su vista á la Religión , como que solo 



(6á) 
de su espíritu procede la verdadera y sólida virtud. 

El Honor ^ que debe fundar su blasón en apoyar 
y defender la legítima potestad y todas las institucio- 
nes que emanan de ella, por cuya razón dirige sus 
miradas al Dominio , está expresado por un bombre 
coronado con verde palma, y adornado con collar y 
pulseras 6 manillas de oro, cuya circunstancia mues- 
tra los sentimientos elevados que sirven de ornamen- 
to al verdadero honor ; tiene á sus pies el yelmo , y 
en sus manos la lanza y el escudo en que está gra- 
bada, ó debe estarlo, alguna acción honorífica. Y como 
estas se alimentan y estimulan con las recompensas, 
se ve á cierta distancia significado el 

Premio por un anciano respetable, porque para 
la distribución de las gracias se requiere muy madu^ 
ra consideración de los méritos: sus principales atri- 
butos son las guirnaldas de laurel, las palmas, y algu* 
na planta con fruto; porque esto alude á k utilidad, 
y lo primero al honor, que son las dos partes prin- 
cipales del premio^ 



IZQUIEEDA DEL TRONO. 



La primera figura moral significa la 
Liberalidad f por una amable joven sentada sobre 



(65) 
nubes y que tiene sobre su cabeza d águila, para dar 

á eptender que no consiste esta virtud en sola su ac- 
tualidad y sino en el hábito intelectual del ánimo : con 
su mano diestra distribuye joyas y monedas á cier- 
tos niños; uno de ellos muestra un rico collar y ve- 
nera por alusión al argumento de esta composición, 
y porque las condecoraciones son un efecto de la li- 
beralidad del trono; también tiene un compás, gero- 
gh'fico del orden y exactitud con que mide las dádi- 
vas en la esfera de la posibilidad. A sus pies está la 
cornucopia de la riqueza, y á su lado la 

Abundancia , presentándola con una mano otras jo- 
yas , sosteniendo con la otra el cuerno dé Amaltea 
lleno de frutos: inmediato se ve un baz de espigas, 
símbolos de la opulencia. Siguen el Celo y Vigilancia. 

Celo: se halla representado por un anciano res- 
petable con el azote y la linterna, atributos de la cor- 
rección y enseSanza. 

Vigilancia: está significada por una muger con 
una campanilla, símbolo muy expresivo de esta vir- 
tud, aunque poco conocido: á un lado se ve el gallo, 
su emblema característico á causa de las propiedades 
de esta ave. Mas allá está figurado el 

Tiempo con alas y la guadaña, de qiie se hace 
tantas veces mención en esta obra: se ve sentado so- 



(66) 

bre un trozo de colamna para mostrar su poder, por- 
que es atributo de fortaleza j constancia. Inmediata á 
él está la 

Hisioria^ contemplándole y oyendo sus lecciones pa- 
ra escribirlas en un gran volumen que sostiene un genio* 

Podía añadirse también que está escribiendo el 
origen , instituciones y prerogativas de las Órdenes es- 
pañolas, lo mismo que los nombres de aquellos indi^ 
viduos que por su virtud y mérito se ban becbo acree- 
dores á la estimación de sus contemporáneos y á los 
elogios de la posteridad. Pudiera lo mismo decirse que 
el cañón en que está puesto el genio significa que 
mucbos timbres y bonores de estas Órdenes están fun- 
dados en beroicas acciones militares. Al lado opuesto 
del Tiempo se ve el 

Mérito^ simbolizado por un anciano coronado de 
laurel y con el brazo armado de bierro, circunstan* 
cias que manifiestan las dificultades y obstáculos que 
es necesario vencer para adquirir el verdadero mérito: 
el cetro y libro que tiene en sus manos son alusiones 
á la autoridad del saber. 

A estas figuras iconológicas siguen varios emble- 
mas de la Paz, porque con su benéfico influjo triun- 
fa la virtud, se ensalza el bonor, progresa el mérito, 
y florece la abundancia. 



(67) 

La Paz se distingue por su semblante apacible 
y contiuente reposado, por el ramo de olivo , su sim^ 
bolo £iyorítOy por la antorcha encendida con que abra* 
sa varias armas, y en fin, por la cornucopia de los 
frutos de su feliz influencia. 

A su lado están unidos y ligados con un mismo 
laco un cordero y un lobo , cuya alusión se deja en- 
tttider sufidenteio^ente. Inmediata está la 

Afabilidad en aspecto de una joven amable que 
está coronada con flores, y presentando con gracia 
una rosa abierta; porque asi como las flores se abren 
al benéfico influjo de los rayos del sol, del mismo 
modo se franquean los corazones con los atractivos 
de la afabilidad y del agrado. Pero como la Paz debe 
establecerse declarando la guerra á los vicios , por eso 
se pintó en lugar conveniente una matrona con las 
iosigtiias de Minerva, que con el rayo vengador per« 
sigue y extermina los crímenes, mostrándoles el libro 
abierto de la ley que los condena, y el yugo que cas- 
tiga. Estos se bailan representados bajo figuras borro* 
rosas, aunque de forma humana, como se figuran 
comunmente las furias infernales: sus feos rostros dan 
indicio de su perversidad ; las culebras , del veneno 
de sus intenciones; una tiene una venda ensangren*- 
tada , y otra un legajo de papeles , que son atributos 



(68) 

que se dan á la discordia, porque eUa se daña á sí 
misma y y por introducir las desavea^ncias y calam- 
nias en la sociedad; pues muchasi vec^s^es por plei- 
tos injustos y por libelos infamatorios y folletos in- 
cendiarios. Otra tiene las inisignia^ de la i perfidia , esto 
es , la máscara y el puñal ; porque ¡semejante vicio es 
tan profundamente malicioso y solapado, que inspi- 
rando confianza bajo la máscara de la amistad/ clava 
su puñal sanguinario en el seno de la buena fe: en 
fin, se ve aún otro vicio ya precipitado caer en una 
caverna que debe ser mansión de la maldad y del 
crimen. 

MEDALLAS. 

Primera: representa á Europa ^ coronada y con el 
templo en la mano en indicio de la Religión: los tro- 
feos, caballo y atributos de las ciencias y artes deno- 
tan su valor é ilustración. 

Segunda: Asia^ coronada de flores y con plantas 
é incensario en sus manos, por alusión á sus drogas^ 
especies y perfumes, y á sus pies el camello, su atri- 
buto particular. 

Tercera: África ^ coronada con la cabeza de elefan- 
te como se representaba por los romanos: el león, el 
escorpión y áspides indican que produce muchos mons- 



(69) 
truos» y la cornucopia de trigo que sostiene alude á 
su extrema fertilidad. 

Cuarta: America ^ coronada de plumas y armada 
con el arco , flecha y aljaba : á sus pies hay un caimán 
y una cabeza atravesada con una saeta ; lo primero 
es su símbolo representativo, y lo segundo alude á la 
ferocidad y barbarie de los antiguos habitantes de aquel 
hemisferio. 

1.^ Es obra de Bijreu: ademas del estilo lo maestra la* firma 
del autor puesta en ana de las fachada», con eipresion del año en 
que se concluyó esta akf^oría, qae fue el de i794f <<uo antes de 
la mnerte de este ^an profesor, y de oonsígaiente una de sos úl- 
timas obras, que no akanxó Pona coando escribió el tomo 6.^ de 
sa Via^e de España. Sa aromen to emblemático se dedoCe de las 
insignias que introdujo Bayeu en esta composición , como también 
del trono y demás alegorías. 

a.^ Las Ordenes del reino que signiücó aqui Bayea , y había en 
su tiempo, eran la< insigne del Toisón de Oro, instituida por Feli- 
pe el Bueno, Duque de Borgoña, en 1429, ^ introducida en España 
por la dinastía de la casa de Austria: la distinguida de Carlos IIJ, 
baío la protección de la Concepción Inmaculada , fondada por aquel 
piadoso Soberano en 1 771 : las militares de Santiago , CalaCraya, Al- 
cántara y Montesa. La primera fue fundada, según algunos, por Ra- 
miro I, Rey de León, en el siglo IX; otros con mas verosimilitud' 
aseguran que se erigió en 1175 bajo la regla de San Agustín. La 
Orden de Calatrava fue instituida por D. Sancho II, Rey de Cas- 
tilla, en 1 1 58, y fue asi llamada por haber dado á sos comendado- 
res en fendo el castillo de Calatrava. La de Alcántara fundada en 
1176, llamada primero de San Julián. El Rey D. Fernando II 
de León se declaró su protector. Se llamó de Alcántara por habeÍE^ 



(70) 

les después cedido esta villa los caballeros de Calatrava. Los Maes- 
trazgos de estas tres Órdenes se reunieron i la corona en el si- 
glo XV. En el reino de Aragón se instituyó la de Montesa en el 
año de i3i7 por D. Jaime II, Rey de aquel reino, para reem- 
plaEar la extinguida orden de los Templarios. En fin, la mas mo- 
derna en tiempo de nuestro autor, era la que acababa de fundar 
para Damas Nobles la Augusta Reina Doña María Luisa, que aca- 
so daría margen á que se pintase esta alegoría ; por lo menos se 
observa que en uno de los sitios mas visibles de la composición 
está un genio presentando las insignias de esta orden. 

3.^ Dominio : los egipcios fingían algunas veces i so gruí diosa 
con la cabexa ceñida y coronada con una serpiente : á Minerva ó 
la Sabiduría la representaban también con serpientes en el pecho, 
como se ve en algunas estatuas antiguas de la galería Jnstiniani. Los 
iconologtstas ciñen las sienes de la figura del Dominio con el mismo 
símbolo, fundados en k autoridad de Espardano, Petrarca y Pierio 
Valeriano: el ojo es atributo, no solo de la vigilancia y previsión, 
sino también de k providenck. V. Cesar R*pa ad. tomo a.® pági- 
na aGSy y el Dice. icón, tomo a.® pág. ii5. 

4.^ Amor de la virtud, V. Ripa ad. tomo 1.^ pág. 96. Alciato, 
en uno de sus emblemas, le figura casi del mismo modo. Dicen que 
las cuatro coronas de laurel son alusivas á las cuatro Virtudes Car- 
dinales, y que son geroglífico de la Virtud, y también lo son ks 
tres que tiene en sus manos por la figura circukr y por el número 
temario que es perfecto. 

5.^ Premio, V. Ripa ad. tomo 4.^ pág. 408. 

6.^ Pas: Se dan á esta figura los símbolos de la Abundancia, 
porque, como dice Tíbnlo, k Paz amansó los bueyes basta obligar- 
les á llevar el yugo ; ella plantó la viña y esprimió las uvas , armó 
el arado, y reunió los ganados. 

7.^ Las furias eran tres hermanas. Alecto, Tisifona y Megoera, 
que tenian los gentiks por diosas infernales destinadas para hacer 
sufrir á los delincuentes el castigo impuesto por los jueces del tri- 
bunal de Pluton: se las representaba con las cabezas pobladas de 
vívoras en vez de cabellos , y con teas encendidas en las manos. La 
Discordia era otra divinidad maligna , á quien atribuían las gnerrasi 



(71) 

disensiones y tnrbolencias : su fi^ra era idéntica con la de las fa« 
rias , pero ademas tenia una venda ensangrentada en la cabexa. £1 
Ariosto la agregó el rollo de papeles con que la figuran algunos: los 
vicios en general se representan con poca diferencia bajo figuras 
liorrend^s, y algunas de ellas biformes: también se adoraban entre 
los paganos , pues pasaban por dioses maléficos. 




Explicación de la alegoría pintada por don 
Mariano Maella en la bóveda de la sala 

séptima. 



El argumento es Hércules entre la F'irtud y él F'icio. 



Uicen Genofonte 7 Pródico que el hijo de Almena, 
siendo aún joven, se halló un día en un desierto, en 
el que habia dos caminos, y dudoso sobre cuál elegi- 
ría, se le presentaron la Virtud j el Deleite en figu* 
ra de mugeres, persuadiéndole que adoptase el que 
á cada una pertenecía. Hércules se decidió á seguir el 
camino de la Virtud, que aquí se entiende por el 
Valor, y asi adquirió tan famoso nombre. 

Hercules ^ en la edad en que aún no habia em* 
pezado sus expediciones, está sentado sobre un peñas- 
co á la sombra de un frondoso palmero; su ademan 
irresoluto y semblante pensativo muestran que se ba- 
ila perplejo en sus resoluciones, y expresan al vivo la 
situación de la juventud inexperta y colocada entre 
los atractivos y preceptos de la virtud y las seduccio- 
nes del vicio. 



(73) 
La Virtud^ significada por una muger hermosa, 
cuyas miradas expresan la modestia que regularmen- 
te la acompaña, j cuyo sencillo trage da indicio de 
su moderación característica, está en pie delante del 
keroe, exhortándole á practicar sus saludables máxi- 
mas; y para estimularle á esto le muestra el templo 
de la Fama como recompensa de sus trabajos: con 
una de sus bellas manos sostiene la espada de la jus- 
ticia: á su lado se ven dos genios, el uno con otra 
espada, y el otro con la clava, dispuestos ambos a 
entregar estas armas al valiente Alcides si se decide 
á. seguir la seáda que' le muestra la Virtud. £1 tem- 
plo de la infcnotrtalidad está situado sobre un peñasco 
escarpado figurando el Parnaso; en lo mas alto se per- 
cüfa^i algunos árboles, porque el camino que condu- 
ce á ¿1 es áspero al principio, mas después es ame- 
no y agradable: el caliallo Pegaso va corriendo por el 
monte, porqne le estaba consagrado: como animal fa- 
buloso y CO0EIO alegórico es un emblema de la Fama* 
Dos personages que están en primer térüiino ocu- 
pados en consultar y escribir los anales del tiempo, 
man^éstan con sus tareas que al fin solo la Virtud 
merece los elogios de la posteridad. G^rca de donde 
están sentados cor^e un manso arroyuelo fi>rmado con 

ks aguas de la fuente Castalia ó Hipocrene, nacida 

lo 



(74) 
del Parnaso y consagrada á la Poesía. Pero el Vicio 

trata de desvanecer la impresión que esta brillante 

perspectiva va causando al parecer en el espíritu de 

Hércules y y asi se ve representado á la izquierda de 

éste bajo las seductoras apariencias y hechizos de la 

diosa 

Volupia^ cuyas gracias y trage no anuncian sino 
la afeminación y lascivia: tiene coronadas sus sienes 
con una guirnalda de flores, y en la mano otra que 
presenta al joven para ver si con el aliciente de las 
delicias puede primero adormecer en su alma toda 
idea de probidad y energía , y después hacer que conr 
sidere con tedio las máximas de su rival. Para apo* 
yar tan perversa sugestión está en su compama el dios 
del Amor, que ya tiene preparado uno de sus terri-' 
bles harpones, aunque en su actitud tímida se conoce 
su débil poder ante la magestad de la Virtud* 

£1 terreno está sembrado de rosales, cuya belle- 
za momentánea oculta las espinas que ocasionan tan 
agudos y largos dolores. • 

En el fondo de la composición se descubre un 
edificio , que acaso será el templo que la prostitución 
habia elevado en Citerea á la voluptuosa diosa de Chi- 
pre: su poca elevación contrasta admirablemente con 
la altura á que se halla elevado el templo de la in~ 



(75) 
mortalidad : éste levantado sobre la cima de un monte, 
porque la virtud llena de dignidad al hombre; aquel 
bajo, porque le tiene apegado á las cosas terrenas y 
confundido con los brutos: el camino del primero 
es árido, porque es dificil seguirle; y por el contrario 
el segundo llano y florido, porque es sumamente fá- 
cil entregarse á las pasiones. En último término hay 
una bacante que, poseida de un loco é inmoderado 
júbilo, está danzando al son de un pandero que tie- 
ne en sus manos: también se ve inmediato un joven 
durmiendo con la mayor indolencia ; alusiones que 
demuestran la . embriaguez y ociosidad, á las que irre* 
mediablemente conduce el amor de los deleites. 

En la parte superior se distinguen sentados los 
dioses presét^ciando este suceso, y esperando la reso- 
lución de Hércules y Ja conducta que observará entre 
tan diversos afectos y persuasiones; pero la diosa Mi^ 
nerva desciende del alto Olimpo por orden de Júpi- 
ter para fijar la irDesohioion de su . bcrüMilio , y para 
protegerle en el camino de la virtud. 



.1 



(76) 



I.* Esta obra es de las mejores que pintó don Mariano Mae- 
lla, profesor de mérito, á quien hemos conocido en Madrid. No se 
hallan noticias sayas en el Diccionario de los profesores, porqoe la 
publicación de esta obra fue anterior d la época de tu fallecimien- 
to; pero se sabe nació en 1739 en la ciudad de Valencia: que es- 
tudiaba en Roma con ^ande aprovechamiento por los años de 1760: 
que ¿ su regreso á España se distinguió por uno de loa mejores ar- 
tistas de su tiempo : que después de haber ascendido por todos loa 
honores académicos fue Director general de la Real Academia de 
San Fernando, y primer pintor de Cámara del Sr. D. Carlos IV, 
y que falleció en Madrid de edad de ochenta años en «I de 1819. 
Nadie le ha disputado su mérito en el arte , particularmente en el di- 
bujo: las obras que compuso, según su primer estilo, son de un 
hombre muy fundamentado en esta parte tan esencial de las bellas 
artes. Es cierto que después degeneró; pero en esto es disculpable, 
si se atiende á la gran dificultad que bay de conservar en la an- 
cianidad . el fuego de la imaginación y el tigor del espíritu qufe 
acompañan á la juventud : esta obra , la del techo de Juno que 
hemos explicado, y el cuadro de Agar é Ismael que se conservan en 
Ja colección de la Real Academia , honran sos pinceles y memo^ 
ría , y le acreditarán siempre de gran profeso^ entre los inteligentes. 

9.^ Del argumento de esta obra hace mención Cartario en su 
libro de las Imágenes , y en la lámina 1 a6 que está en el tomo a^* 
de l'Antiquité expliquée de Montfaucon : se halla representado en 
un relieve antiguo, en el que Hércules está sentado y le están per- 
suadiendo Minerva en demostración de la Virtud , y Venus con Cu- 
pido en significación del Vicio. Entre los modernos el célebre Poos- 
sin pintó este mismo asunto en el siglo XVII. 

3.^ Volupia ó Voluptas era el nombre propio de una diosa de 
la mitología que presidia á los placeres, á la que el libertinage gen- 
tílico de los romanos erigió un templo : la representaban sentada 
en un trono como si fuera reina : su aspecto era macilento y esta- 



(77) 

In bollando las virtades; de modo que bien claramente daban ¿ en- 
tender qoe para adorarla era necesario abandonar y despreciar toda 
práctica virtuosa. Los iconologístas modernos la coronan 4e flo/es, 
y la agregan por atributos el vaso de perfumes, la funesta copa del 
deleite, que siendo de materia preciosa y de bella forma solo con- 
tiene veneno mortífero, y en fin, la bola de cristal con alas por 
alusión á la fragilidad é instabilidad de los placeres mundanos. Véa- 
se Carlario pág. $73, y el Dice. icón, lomo a.^ pig. 3o5. 



Nota. Pasando un gabinetUo se encuentra la gran sala que fue 
Cámara del Sr, D, Carlos IF', f forma un ángulo en donde prin^ 
cipia la fachada de Mediodía p y par. ella se da entrada á las pie^ 
sos en que esiá la biblioteca de 5. M, La explicación de sus alego^ 
rías se ludia al fin dt esta obra, ^ 




« 



Explicación de las alegarías pintadas en 
el techo de la octava sala. 



eu 



Es obra de don Mariano Maella : ademas de la pintora prin- 
cipal hay en los ángulos de la sala sobre la comisa cuatro medallas 
de claro-obscuro , sumamente adornadas y en representación de los 
elementos. 



El argitmento es la apoteosis de Adriano. 

Jbin el sitio mas eminente se ve representado el hé- 
roe de la alegoría sentado sobre el globo terráqueo, 
revestido con la púrpura imperial , y apoyando su ma- 
no derecha en un cetro para señal de dominación. Con 
mucha propiedad le sirve de trono el globo, porque 
en ninguna época fue tan extenso ni respetado el im« 
perio de Roma como cuando pasó de manos de Tra- 
jano á las de su sobrino y sucesor Adriano. 

Le acompaiían Minerva y la Magnanimidad. 

Mínenla está en acto de coronarle con una guir- 
nalda como á protector de las ciencias y de las artes. 

La Magnanimidad está adornada con las insig- 
nias reales, que indican la superioridad de su carac- 



(79) 
ter y elevación' de seütimieiitos que inspira: á su lado 
se ve el león, geroglífico de generosidad. 

Apoyada en el globo está la figura ideal del 

Heroísmo bajo el aspecto de Hércules , que tiene 
á sus pies muerto el formidable dragón de las Hespé- 
rídes, que aqui figura el vicio castigado. Realza so- 
bremanera este trono un gran arco triunfal compues- 
to dé palmas y laureles , y formado por varios genios; 
entre ellos se distingue un joven armado que pre- 
senta una llama en la mano, circunstancias que in« 
ducen á pensar significa el , 

PatrioiismOt que está dirigiendo á los genios en 
lá formación del arco como un obsequio hecho en ho* 
iior del Emperador. Qtros genios en figura de gra- 
ciosos niños van volando pjara suministrar á los pri- 
meros nuevos laureles y palmas. 

A la derecha del trono se ven sobre nubes; las 
cuatro Virtudes Cardinales con sus atributos respec- 
tivos. En : primer término se ve sentada la 

Magnificencia f que se figura por una noble ma* 
trona vestida con decoro y adornada la cabeza con ün 
rico cintillo: con una mano sostiene un gran óvalo, 
y con la otra muestra en él dibujadas la planta y fa- 
chada de un edificio» que es en lo que mejor se mues- 
tra la verdadera magnificencia de los Príncipes: un 



(80) 
genio inmediato tiene el clarin de la gloria. También 
se ve significado el 

Amor de la Fama por un hermoso mancebo con 
alas, que dirige la vista al trono y está en ademan 
de ofrecerle varias coronas, una de ellas de oro, por- 
alusión á la soberanía del Príncipe, y las demás por 
sus triunfos. A estas figuras sigue la de la 

Liberalidad^ significada por una graciosa jóveiá 
apoyada sobre la cornucopia , de la que derrama gran 
cantidad de monedas: con una mano distribuye al-^ 
gunas á un sencillo niño, mientras un genio la pre* 
senta una bandeja llena de joyas, que es el atributo 
principal de esta virtud. Esta imagen es alusiva á la 
generosidad con que Adriano recompensó á los solda- 
dos en diversas ocasiones , particularmente en su ad^ 
venimiento al trono imperial, y también á la que lé 
distinguía distribuyendo bienes^ á algunos nobles hon- 
rados á quienes la desgracia, mas bien qué la mala 
conducta, habia sumergido en la indigencia; y en fin, 
se refiere á los premios con que remuneraba á los sa- 
bios. Detras se ve el 

Honor en aspecto de un gallardo joven coronado 
de laurel, revestido de púrpura y adornado con ua 
collar y medalla de oro ; tiene un asta de lanza en 
una mano, é inmediato un altar antiguo con cetro j 



(81) 
gairnalda de laurel, símbolos todos que le caracterizan. 

En el centro de la fachada de la derecha está la 
imagen ideal de España abrazando á la de la Paz. 

España se halla aqui colocada por ser la patria 
del Emperador, á qaien muestra con una mano. La 
simboliza una matrona de aspecto magestuoso, sen- 
tada en un rico almohadón y alfombra que sostie- 
nen varios genios, y que con las nubes forman una 
especie de trono: la diadema, manto, cetro, y el her- 
moso león, que á su lado se apoya sobre un globo con 
la espada en sus fuertes manos, son los signos que 
dan á conocer á esta Monarquía , entonces provin- 
cia romana. 

Paz: está contemplando al héroe y con los bra- 
cos abiertos en demostración de júbilo : el ramo de 
olivo que le presenta, el que tiene un genio inme- 
diato, y el que cine su cabeza, constituyen su prin- 
cipal y mas autorizado geroglííico. Para manifestar 
que la Paz anuncia siempre á los' mortales dias fe- 
lfees y tranquilos, se pintó también en sitio eleva- 
do el 

Crepúsculo de la mañana ^ bajo la figura de un 

hermoso joven que va volando en ascensión con la 

refulgente estrella de la Aurora sobre su cabeza : lleva 

en una mano la antorcha, que indica la primera luz 

II 



(82) 
del dia, y coa la otra sostiene uaa urna de la que 
derrama el rocío. 

£n plano inferior se ven todos los emblemas del 
la Prosperidad. 

La Agricultura está representada por una )dven 
cuyo aspecto y trage anuncian la sencillez; la carac- 
terizan igualmente la azada y hoz que tiene en sus 
manos, y demás aperos del cultivo de la tierra que la 
rodean. Como esta arte tan benéfica es el manantial 
de la felicidad de los pueblos y la madre de la abun- 
dancia, se expresaron á continuación de eUa las dos 
figuras alegóricas que las representan. 

La Felicidad pública lo está por una bella ninfa 
coronada con espigas y derramando frutos de la cor- 
nucopia de Amaltea: tiene también el caduceo, símbo- 
lo de la concordia inseparable de la felicidad. 

La AbuThdaruia se halla expresada por una mu- 
ger coronada de flores , recostada entre haces de espi« 
gas, y sosteniendo otros con una de sus manos: acom*^ 
páfianla dos hermosos niíios , el uno acariciando á una 
gallina, y el otro sosteniendo una liebre ó conejo, atri- 
butos de la fecundidad. Una canasta con hortaliza que 
está inmediata acaba de simbolizar en todos sentidos 
á la Abundancia. No la simboliza menos un jdven 
andaluz que conduce un brioso caballo blanco, por^r. 



(83) 
que expresa no solamente la provincia de la Betica, 
de donde era natural Adriano, sino también una de 
las producciones mas estimadas de España; ademas 
de que el caballo por sí solo es , según Pierio Vale- 
riano, geroglífico del imperio y del carácter bélico* 

El Comercia está significado mediante unos hom- 
bres contratando ciertas mercaderías. Y como Adria- 
no fue uno de los Príncipes mas instruidos que go«- 
bemaron el imperio romano, pareció conveniente ex- 
presar también las ciencias j bellas artes, lo cual se 
ejecutó en la fachada frontera á aquella en que está 
la imagen de dicho Soberano. El sitio principal le 
ocupa la 

Filosofía^ significada por una hermosísima mu- 
ger, que rodeada de clara luz está en ademan de tre- 
par un peñasco escarpado, al pie del cual se ven tres 
grandes libros y un rollo de papel: otro libro cerra- 
do y un cetro constituyen los atributos de esta figura. 
La Filosofía es el amor del saber, según su primi- 
tiva significación, aunque también se toma hoy por 
el estudio de la moral y de la naturaleza ; estudio dig- 
nísimo del ser racional, y objeto noble de sus cona- 
tos y aplicación, siempre que se contenga en los lí- 
mites que le prescriben la revelación y la Tazón mis-^ 
ma. La elevación de su estudio no puede estar mejor 



(84) 
expresada q[ue colocando su ímageti representa li va en 
sitio lan principal. Sus nobles y magestuosas facciones 
anuncian el espíritu, índole y sublimidad de sus ta* 
reas científicas. La luz ó claridad que la circunda in- 
dica que sus principios y experimentos sólidos disipan 
las tinieblas de la ignorancia y los errores de la so- 
fistería. Está en pie sobre un peñasco árido , para de- 
mostrar las dificultades que ofrecen los diversos gé- 
neros de estudio que comprende. Esta misma diver- 
sidad se halla aún mas determinada por los tres li- 
bros que hay al pie del peñasco, pues por ellos se 
expresan las tres partes esenciales de la Filosofía , esto 
es, la que tiene por objeto de sus contemplaciones la 
moral, la que analiza el discurso y raciocinio huma« 
no ^ y la que consulta y estudia la naturaleza. Los se- 
cretos de esta están simbolizados por el libro cerrado 
que sostiene con su mano derecha. £1 cetro manifies- 
ta dos cosas: la primera las preeminencias de la cien- 
cia en general; y la segunda la superioridad de la 
Filosofía sobre las demás ciencias y letras humanas , y 
sobre las bellas artes. Merece observarse la atención 
con que contemplan y escuchan la sublimidad de sus 
lecciones aquellos ancianos que rodean su trono para 
aprovecharse de sus preceptos y máximas, consigna- 
das también en los libros que tienen en sus manos: 



(85) 
alusión muy oportuna que denota que la vida mas 
larga no es suficiente para aprender y profundizar la 
ciencia. Al lado de la Filosofía está la 

jísironomía^ sentada sobre una nube, con gran- 
des alas á la espalda y revestida con manto azul ; con 
ün couipás está midiendo una esfera , y un genio in- 
mediato sostiene con ambas manos una corona de es- 
trellas, caracteres todos que la dan á conocer tan bien, 
que dispensan entrar en ninguna explicación. A cier- 
ta distancia se ven la 

Maiemáiica y sus ramas la Geometría y Aritmé- 
tica conferenciando entre sí sobre ciertos papeles en 
que se ven trazadas varias figuras geométricas: la 
Aritmética presenta una tabla numerada. Se coló* 
can aqui estas ciencias por baber sido perito en ellas 
Adriana 

Al lado opuesto están las tres nobles artes, en 
las que no fue menos intdigente aquel Príncipe, y 
aun profesor: la que está en sitio mas visible, como 
la primera y mas dificil de ellas, es la 

Pintura^ que está en pie, coronada de laurel y ador- 
nada con un collar de oro del que pende un sol , atri- 
butos de su esplendor y nobleza: tiene con una ma- 
no los instrumentos de la práctica, y con la otra mues- 
tra un cuadro solamente bosquejado, en indicio de 



(86) 

SU potestad en animar, por decirlo asi, una superficie. 

La Escultura está ataviada con menos suntuosi^ 
dad, porque la sencillez es uno de sus caracteres dis- 
tintivos: la dan también á conocer por el cincel y 
mazo con que da vida al marmol mismo, y se apoya 
sobre el torso del Hércules de Belvedere, que, á jui- 
cio de los inteligentes, es el fragmento mas sublime de 
estatuaria que nos ba quedado de la antigüedad. 

La Arquitectura está vestida con la gravedad que 
conviene á un arte unida estrecbamente con las cien^ 
cías matemáticas: la distinguen sus instrumentos, y 
se ocupa en medir un plano que la presenta un ge- 
nio. Y como la inteligencia científica debe presidir á 
las operaciones de estas artes, se figuró en medio de 
ellas el 

Coru}cimiento^ por una muger que tiene en la ca- 
beza una llama , y una antorcha encendida en una ma- 
no , símbolos de la razón ilustrada : con la otra está 
mostrando un libro abierto, que lo es de instruccioii 
é inteligencia. 

Para demostrar con mayor expresión que los prin- 
cipios de las artes deben estar fundados en este co- 
nocimiento, se introdugeron dos genios inmediatos á 
la Pintura: uno está diseñando, al mismo tiempo que 
otro le está mostrando la última figura alegórica, co* 



(87) 
mo iadicándole que le es iodispen^le perfeccionar 
su práctica con los fundamentos de una buena teoría, 
porque ambas deben auxiliarse mutuamente para lle- 
gar á la eminencia de las artes: la teoría concibe j 
raciocina, j la práctica ohra y ejecuta: la tprimera 
emplea la reflexión; la mano é instrumentos sqxx solo 
necesarios á la segunda* 

Sigue la última fachada , y presidiendo á todas las 
figuras iconolcSgicas que contiene, está la 

Historia^ significada por una hermosa matrona 
sentada sobre un trono de nubes , adornada con alas 
y escribiendo las memorias y eioppresas del Empera- 
dor en un gran volumen sostenido por el tiempo. Un, 
genio inmediato desarrolla un gran papel mostrando 
que el objeto de la Historia es revelar á la aplicación 
los acontecimientos humanos consignados en sus doc- 
tas páginas. 

£n sitio inferior están los emblemas del Tiempo; 
su destrucción está expresada por la guadaña que con-^ 
ducen dos genios, al paso que otro sentado en uu 
trozo de columna muestra en el relox de arena las 
vicisitudes humanas. 

En el fondo se ven algunos fragmentos de monu-i 
mentos antiguos que indican dos cosas: la primer» 
que ellos son muchas veces los fundamentos y prue^ 



(88) 

bas de la Historia , y la segunda los estragos que 
causa el Tiempo. 

La rapidez de éste se halla expresada mediante la 
6gura de la 

Velocidad ^ simbolizada en una ninfa que volan- 
do está en ademan de lanzar una flecha, que por la 
celeridad con que se dispara del arco es su símbolo 
mas adecuado. 

£n primer término están sentadas la Verdad y la 
Elocuencia, para demostrar que la primera dirige en 
el panegírico de Adriano á la segunda. 

La Verdad está significada por una bellísima don- 
cella, que con una mano sostiene el sol, su geroglí- 
fico, porque ella es toda luz y claridad, y con la otra 
la palma , que por doblarse sin romperse es otro atri- 
buto muy expresivo de una virtud que puede ser aba- 
tida, pero no vencida. 

La Elocuencia está expresada por una muger de 
hermoso y animado aspecto con alas en la cabeza, 
que significan la elevación de sus conceptos tan se- 
mejantes á los de la Poesía. Está con una mano en 
acto de arengar, y con la otra sostiene un libro abier- 
to, demostraciones que manifiestan que el estudio y 
acción oratoria son necesarios en esta arte encanta- 
dora y poderosa. 



(89) 

- A SU lado un genio la está adviniendo emplee 
sus talentos en formar el elogio del Emperador. Los 
triunfos que éste consiguió contra los enemigos del 
imperio están significados por varios cautivos mania- 
tados, y trofeos militares arrojados por el suelo. En 
sitio mas elevado, j al frente de ellos, está la 

Victoria coronada de laurel, que con un yelmo 
en la mano presenta al Cesar los homenages de su* 
misión y rendimiento de los vencidos. 

Marte , como deidad de la guerra , está armado 
y sentado en una nube dando indicio del valor, pe- 
ricia, actividad, disciplina y frugalidad, á que debió 
aquel Príncipe su reputación militar. INo muy distan- 
te se ve el 

Furor bélico p bajo la representación de un hom- 
lH*e de feroz aspecto y con los ojos vendados, en se- 
ñal de su insensatez y ciego impulso: las armas que 
le rodean, y el modo con que se hallan colocadas, 
expresan su carácter turbulento y amenazador ; pero 
vencido por el poder imperial se mira aherrojado y 
sujeto por un genio. Detras hay otra figura, que por 
su gesto se conoce representa la ira , ferocidad , ú otra 
de las cualidades malignas que acompañan comun- 
mente al Furor. 

Se puede aplicar este emblema á la desesperación 

12 



(90) 

y furor fanático de los judíos en el reinado de Adria- 
no, cuando á persuasión de Barcoquebas ó Barcobad, 
que se daba por el Mesías, se rebelaron por todo el 
imperio, causando no pocas muertes y estragos; pero 
sujetos después experimentaron, bien á costa suya, el 
fruto de su ceguedad. Finalmente la 

Fama publica las acciones del béroe español con 
el clarin de oro que sostiene con una mano, presen- 
tando con la otra la palma de sus triunfos. 

MEDALLAS. 

La primera representa la 
Tierra por la diosa Cibeles, con corona de tor- 
res en demostración de sus poblaciones, según opi- 
nión de Bocacio: el globo en la mano derecha para 
manifestar su figura esferoide, la cornucopia, de la 
que derrama frutos un genio, y el haz de espigas deno- 
tan su fertilidad ; y el león que á su lado está en acti- 
tud sumisa, da á entender que no bay terreno, por 
árido é inculto que sea , que no pueda producir alguna 
planta mediante la cultura. Adornan esta medalla va- 
rios festones formados de espigas, racimos de uvas y 
otros frutos y flores, interpolados con los instrumen- 
tos de la agricultura y de la caza, y sienta en un 
terreno fingido sobre la cornisa, eñ el que se ven 



(91) 
dos hermosos leones de marmol fingido 6 verdade- 
ro: todas alusiones muy conducentes para simbolizar 
este elemento. La segunda expresa el del 

jiíre mediante Eolo, dios de los vientos, senta- 
do entre peñascos y rodeado por sus subditos soplan- 
do sus alientos temibles: tiene en la mano la llave 
de su dominio. Para alegorizar mejor este elemento 
se ven varias aves que coronan la medalla, rodeán- 
dola también algunas ramas de árboles, é instrumen- 
tos y utensilios de viento, formando su base varias 
nubes: á los lados se ven dos pavones consagrados 
á Juno, reina del aire, y en medio de ellos un ca- 
maleón, animal que, según creian algunos naturalis- 
tas, se alimenta únicamente del aire. En la medalla 
tercera está significado el 

Fuego por Vulcano, según le consideraban los 

« 

mitólogos antiguos, á quienes siguen Bocacio, Car- 
tario, Celio y demás modernos: aqui está en acto de 
trabajar en su fragua. Un vaso antiguo con humo, 
una tea encendida, un instrumento de herrería y va^ 
rios ramos adornan este medallón que sienta sobre 
fingidas llamas, y en ellas están dos aves que serán 
fénices, consagradas al fuego, porque se decia rena- 
cian de sus cenizas, entre las que hay una salaman- 
dra , que en opinión de los antiguos podía subsistir 



(92) 
en medio del fuego sin experimentar lesión alguna. 
En la última está simbolizada el 

Agua por Neptuno, que como soberano de los 
mares está coronado con su diadema, sentado en su 
carro de concha tirado por caballos marinos, y con el 
tridente en la mano: le acompaña un tritón tocando la 
bocina ó trompa marina, según los fingian los paganos. 

Rodean esta medalla varios instrumentos de pes- 
ca y plantas marinas: sienta sobre olas, y la acompa- 
ñan dos hermosos delfines, entre los que se ve otro 
pez igualmente de escultura. £1 delfin estaba consa- 
grado á Neptuno , y por eso en algunas medalbs 
antiguas se ve representado con el busto ú estatua 
de aquel dios: también lo estaba el atún, y acaso 
será aquel pez que sirve también de adorno á esta 
medalla alegórica. 

t.* Esta obra es de don Mariano Maella, conforme á sa sesu- 
do y mas inferior estilo : la ejecutó ú concluyó en el año de 1797* 
segan se expresa en nn rollo de papel pintado á los pies de la fi- 
gura que representa la Filosofía , una de las principales de esta com- 
posición; y si no me engaño también se halla en la tabla de la fi- 
gura de la Aritmética. 

3.* £1 argumento de la pintura principal se reduce á la apo- 
teosis de Adriano, para cuya perfecta inteligencia no será inopor- 
tuno advertir que este Emperador era español, natural de la Bé- 
tica ó Andalucía, si bien algunos autores le hacen solamente ori- 
ginario de aquel país, aunque anos y otros convienen en que era 



(93) 

pariente de Trajaiio, de quien llegó á ser sacesoí* en el imperio. 
Fue un Príncipe dotado de grandes prej&das pofilkas y militares, 
7 recomendable por algunas virtudes « eclipsadas sin eml»argo por 
feos vicios; tenia muy cultivado su espíritu « y una memoria ex- 
celente, y asi apenas liabia ramo alguno en las ciencias y bellas 
artes que le fuese desconocido. Desgraciadamente fue por mucbo 
tiempo enemigo y perseguidor del cristianismo, seducido por los 
artificios de los sacerdotes gentiles; pero desengañado después de 
alna prevenciones contra la santidad y pureza de nuestra santa Re- 
ligión, observó otra conducta respecto de los que la profesaban. Res- 
tauró la disciplina militar; visitó todas las provincias de su vasto 
imperio , é biso muy buenos reglamentos para su gobierno interior; 
y después de haber adoptado á Marco Antonino Pió para sucederle 
en su dignidad, ialledó en el año de i38 de nuestra era. 

3.* Ma^nammitdad. Véase la explicación de la pintura que hay 
en la escalera. 

4*^ Amor de la pairía: por tal be interpretado la figura que 
está en el arco de triunfo , á que se refiere esta nota , atendiendo 
á que algunos de sus atributos coinciden con los que tiene la fi- 
gura que le simbolisa, y es del señor Zaraiini, inserta en Ripa 
tomo 1.^ pág. lio, y á que le corresponde estar en un sitio que 
expresa el bomenage que el Patriotismo tributa al Emperador español. 

5.* Magnificencia^ V. Ripa ad. tomo 4-^ P^g- ^3 1 y Cochin to- 
mo 3.^ pág. 4^* S^te autor aón le agrega otros atributos ademas 
de estos. 

6.* Crepútcuto de la nuulana. V. Boudard tomo i.* pig. i36. 

7.* Agricultura. V. Ripa ad. tomo 1.® pág. 5S. 

8.* Abundancia: la gallina y coneío son atributos de fecundi- 
dad, según Pierio Valeriailo en sus geroglíficos. V. el libro XIII fo- 
lio 96, y lib. XXin Ibl. 17». El conejo es también un antiguo sím- 
bolo de la España, según se ve en una medalla de esta nación de 
tiempo de Adriano mismo, inserta en la tabla nibn. 39 de don An- 
tonio Agustín. 

9.* Caballo: la hermosura de los de España es bien conocida 
de todos; pero lo que dije acerca de la representación del caballo ¿ 
puede verse en P. Val. lib. IV fol. 3i , 33 y 37 de Equug. 



(94) 

I O. Füosofia, V. la inugen que le da Boecio en Ripa tomo 3.^ 
pág. 7a 9 y Cochin tomo ^!^ pá^;. 17. 

II. Ciencüu y Artes: so& atríbntos las distiagnen al momen- 
to; solo se echa de menos la Jurisprudencia, qne debía ocupar un 
sitio distin^idoi poes tanto debió á Adriano, llamado por eso se- 
gando Ñama. 

13. Conodmierüo. V. Ripa ad. tomo a.° pág. 5. 

1 3. F'elocidad. Y. id. tomo 5.^ pág. 3áo. 

14* Furor: llamado ministro de los combates por Virgilio; está 
representado en Ripa ad. tomo 3.*^ pág. i55. 

MEDALLAS. 

i5. Tierra: estaba reyerenciada por ana de las mayores divinida- 
des, y asi ha habido pocas naciones idólatras qae no la hayan triba- 
tado un callo religioso. Los egipcios, frigios, sirios, griegos, ro- 
manos, y hasta los escitas y germanos, la adoraban bajo diversos 
nombres y simulacros, erigiéndola altares, templos y aun oráculos 
en los siglos mas remotos; y no Calta autor que asegura qne á pesar 
de la celebridad que tenia el de Delfos, por estar consagrado al dios 
de los adivinos, se creia lo estovo antes á la tierra. V. Bocacio lib. 
3.^ de la Geneálog, descripción de la Tierra, y le Manuel des Ar-^ 

tistes tomo 4*^ p^* ^^4- 

16. Aire: fingían que Eolo tenia su trono y asiento en una caver- 
na espantosa y profunda, y tal era el poder de que le creian deposi- 
tario, que cuando quería causaba los terremotos y enfurecia el mar, 
y otras veces hacia que los mismos vientos con su dulce aliento fa- 
voreciesen la navegación y vivificasen las plantas: estas ideas están 
expresadas por la llave de Eolo. Y. la explicación del techo 4-^ 

17. Fuego. Y. Celio Aug. lib. LIX, fol. 4^6 de Jgnis* 

iB. Agua. Y. Cart. pág. a 4 o. El Delfin se consideraba como ano 
de los símbolos del imperio marítimo. Y. P. Yal. lib. XXYII, fo- 
lio 195 de Delphinus. 

Nota. Por esta sala se da entrada d las pieuts en que esld la. 
Bibliottca de S. JKf. La explicación de sus alegorías sé halla oí fin de 
esta obra. 



Explicación de la alegoría pintada por 
don Domingo Tiépolo en la bweda de la 

sala nopena. 



El argumento es la conquista del Fellocino de oro, alusiua d ta Ór^ 
den del Toisón, El Felloeino era, según los poetas, la piel de oro 
de un carnero que estaba consagrado al dios Marte, y le hada 
custodiar por un dragón que Jamas dormia , y por ciertos toros 
que arrojaban fuego por las bocas. Cincuenta guerreros griegos, en 
cuyo número se contaba Hércules, se propusieron conquistar este 
vellón precioso, y embarcdndose en el bajel Argo (por lo que se 
llamaron argonautas), llegaron d la Cólquida, donde estaba depo- 
sitado, Medea , hija de Oétes Rey de aquel país , prendada de las 
gracias de Jason , gefe de aquella empresa , le faciliió los medios 
para conseguirla, dándole algunas yerbas encantadas tan efica- 
ces, que con ellas adormeció al vigilante dragón^ mató después los 
feroces toros, y se apoderó del deseado VeUocmo, 



Viomo esta fábula se hizo después alusiva á la Or- 
den del Toisón de Oro, Urden distinguidísima que 
pertenece á nuestros augustos Monarcas, se figuró en 
sitio principal la 

Monarquía española , por una noble matrona re- 
giamente vestida y con un cetro en la mano, apo- 
yándose sobre un generoso león. En primer termino 
se ven varios genios sosteniendo su real corona, y 



(96) 

en el segundo la acompañan la Justicia con la dia- 
dema, espada, balanza y libro de la ley, la Paz con 
el ramo de olivo, j la Concordia con el manojo de 
fasces: detras se percibe un gran castillo con sus tor- 
reones, alusivo á Castilla, principalísima provincia de 
este poderoso reino. 

La Victoria j el jímor de la Fama conducen á 
Hércules delante del trono: la Victoria está caracteri- 
zada por una graciosa ninfa con alas y la laurea de 
triunfo en la mano: el Amor de la Fama lo está por 
un niño con otras laureas. 

Hercules j con su clava y piel nemea, está en pie 
sobre el globo terráqueo ofreciendo á España el con- 
quistado Vellocino de oro. A cierta distancia se ve 
sentado 

Jason^ vestido magnífica y militarmente, en ac- 
ción de pedir á la Monarquía que acepte este obsequio, 
fruto de su expedición ; y como esta fue marítima, 
está detras de él 

Nepiuno^ soberano de los mares, con el tridente 
de su poder en una mano, y con la otra derraman- 
do de una cornucopia ó concba varias medallas alusi- 
vas á la rique^ de la navegación, y con ellas cora'» 
les y perlas, como producciones de su proceloso im- 
perio: le asisten otros dioses marinos subalternos. 



(97) 
Acompañan esta composición varios personages con- 
templando la magestad de Espaíia, y varios genios 
por el aire, entre los cuales se distingue la 

Fama con sus alas de águila desplegadas, j los 
dos clarines sostenidos con ambas manos en opuestas 
direcciones, para publicar las prerogativas, preemi- 
nencias y glorias de la insigne Orden del Toisón des- 
de el Oriente basta Occidente. 

En las fachadas y sobre la cornisa se ven cuatro 
bustos dorados de bajo relieve; el uno representa á 
Hercules, los demás deben ser los de otros argonau** 
tas, y en los ángulos se ven trofeos igualmente do- 
rados. 

c)Lct4X^. 

I.* Segan se deduce de la obra de don Antonio Ponz , eata pin- 
tura al fresco es de don Domingo Tiépolo, hijo y discípulo del cé- 
lebre don Juan Bautista, con quien vino desde Venecia su patria 
á España, en donde adquirió bastante reputación. El Señor Don 
Cirios ni le concedió una pensión vitalicia, y falleció en Madrid, 
aunque ignoro el año: su estilo de pintar y grabar se asemejaba 
mucho al de su padre. 

a.* El argumento de esta^ obra puede leerse, entre otros, en los 
metamorfosis de Ovidio lib. 6 y 7 , fab. JíUonU. Rahisio Textor in 
o/fidna, P. I. fol. 207, trae los nombres de los argonautas, aun- 
que pone 55. En esta, como en todas las fábulas de la mitología, se 
halla variedad en los autores. Los mas célebres de los argonautas 
fueron Jason, Hércules, Castor, Polux, Telamón, Filotetes, Peleo, 
Calais y Z^ethes ; de estos dos últimos , que eran hermanos , hace men- 
ción Ovidio en el citado libro 6. Esta fábula es alusiva al Toisón de 

i3 



(98) 

Oro, y U empleó también Jordán para el mismo asanto (aunque 
de mayor composición) en la magnífica bóveda del cason del Retiro. 

3* España, á quien se dedica el Vellocino ó carnero de oró, 
alusivo al Toisón. Esta Orden, una de las mas célebres de Europa, 
fue instituida el año de 14^9 por Felipe II el Bueno, Duque de 
Borgoña, en la solemnidad de su casamiento con Isabel, bija del 
Rey Don Juan I de Portugal , y después por orden de sucesión pasó 
su gran Maestrazgo i los Príncipes de la casa de Austria, reinantes 
en España. Algunos historiadores de Brabante dicen, que el moti- 
vo de esta empresa fue el vellón misterioso de Gedeon , que signi- 
fica fe incorrupta. Otros dicen se tomó del fabuloso de Coicos. Jor- 
dán y Tiépolo se atuvieron á esta última opinión en sus pinturas. 
En los principios de esta Orden se fijó el número de caballeros 4 
solo veinte y cuatro ; pero el Emperador Carlos V, en un capítulo ce- 
lebrado en Bruselas en el año de i5i6, le aumentó hasta el nú- 
mero de cincuenta y uno. Solo se confiere á Príncipes de casas so- 
beranas y á señores de la mas alta nobleza. 

4.* Jason: fue un Príncipe muy valeroso, bijo de Oeson, Rey 
de Tesalia: se apoderó del Vellocino de oro por los artificios de Me- 
dea, la que temiendo la venganza de Oetes su padre, tuvo que buir 
á los estados de su amante, quien olvidado de sus beneficios la aban- 
donó para casarse con Creusa bija del Rey de Corinto. 



/ttlStlfei 



Explicación de la alegoría pintada por 
don Juan Bautista Tiépolo en el techo de 

la décima sala. 



El arffumenio es la grandeza y poder de la Monarquía española. 



JCin el sitio mas distinguido de la composición hay 
una magestuosa matrona, cuyo rostro y trage sun* 
tuoso anuncian la 

Monarquía^ sentada sobre una gran alfombra, cu- 
yo extremo sostiene un genio en demostración de au- 
toridad: tiene á sus lados dos leones, y sobre uno 
apoya su mano: un mancebo inmediato sostiene las 
insignias reales, manto, corona y dos cetros, alusi- 
vos á su potestad en ambos hemisferios. La acompañan 

Minerva^ diosa de la sabiduría, y la Prudencia 
con el espejo circular y la serpiente, sus peculiares 
geroglíficos. 

Detrás se alcanzan á ver varias figuras de jóve- 
nes sobre nubes, con algunos trofeos en indicio de 
los triunfos conseguidos por las armas españolas. 






(100) 

Mercurio^ interprete y mensagero de los dioses, 
y protector de la elocuencia y del comercio, descien- 
de por los aires para poner una corona real, que tie- 
ne en sus manos, sobre la cabeza de la Monarquía: 
se Te representado por un bello joven con alas en las 
sienes y pies, para mostrar la sutileza del ingenio y 
su celeridad en obedecer las órdenes de Júpiter : tam- 
bién tienen otra significación, y es la del continuo 
movimiento del comercio. Forman su único séquito 
dos geniecitos; el uno con el caduceo, signo de con- 
cordia, y el otro con una cadena de oro, que expre- 
sa la fuerza y poder con que la elocuencia sujeta y 
encadena los ánimos de los hombres. A su derecha, 
aunque á cierta distancia, se ve 

Apolo ^ deidad de la luz, de las bellas artes y de 
los adivinos, bajo la figura de un joven de peregrina 
hermosura , cuya cabeza laureada se halla rodeada de 
los rayos solares : con una mano tiene el cetro por el 
que preside á todos los planetas, y decreta el orden de 
las estaciones y duración de los dias, y con la otra 
sostiene la lira de oro de la poesía y la rama de lau- 
rel de los vaticinios. Rodeanle las Horas, sus compa- 
neras inseparables; una de ellas apoya sus manos so- 
bre la vasija que contiene la niebla que envían y le- 
vantan de la tierra. En sitio inferior se mira el mag- 



(iOi ) 
nífíco carro del Sol, tan celebrado por Ovidio, y á 
lo lejos se percibe de espaldas el dios 

Pan\ numen tutelar de los pastores. 

En un rompimiento de nubes se descubren la 
Fortaleza con una columna : el Meriio , en represen-' 
tacion de un respetable anciano vestido con decoro, 
coronado de laurea y con un libro al parecer; y la 
Victoria coronada del mismo modo, y con el clarín 
de la Fama. 

£n el sitio mas elevado se ostenta un trono de 
nubes , en el que rodeado de resplandor , de genios 
y oíros númenes está sentado magestuosamente 

Júpiter ^ con el cetro que denota su preeminen- 
cia sobre los demás dioses , y el águila su ave favo* 
rita, y que se le atribuye comunmente por ser gero^ 
glífico de magestad é imperio. Varios genios que le 
acompañan sostienen su trono y dosel, y otros giran 
por el Olimpo esparciendo flores sobre la tierra. En* 
tre los demás númenes que le bacen la corte se dis- 
tingue 

Venus celeste^ cuya única insignia es la manzana 
de oro que tiene en una mano. Coronan el trono dé 
estas fingidas deidades las figuras representativas de las 

Bellas Artes con sus correspondientes atributos, 
y dispuestas á perpetuar por medio de su ministerio 



(109) 

las glorias de la Monarquía, mientras la Fama las 
publica con sus brillantes clarines , j otros genios 
las solemnizan con varios instrumentos músicos. En 
el sitio mas inferior se ven las demás deidades acom- 
pañando á España. 

La Tierra^ en significación de una muger ancia- 
na, está sentada en un peñasco escarpado: tiene en 
una mano cierto (ruto, símbolo de sus producciones: 
á sus pies un niño, j detrás un joven coronado con 
un ramo de vid : el primero expresa el principio de 
la vegetación , y el segundo su complemento : la edad 
infantil simboliza la primavera, verdadera infancia del 
ano: la guirnalda de vid el otoSo. £1 castillo que se 
ve cerca de esta figura significa el reino de Castilla. 
A un lado está la figura del 

Tiempo^ bajo la imagen de Saturno ó Crono, en 
acción de llevar una cosa á la boca, porque el tiem- 
po todo lo devora; y asi fingían que se comia sus 
propios hijos: en la otra mano tiene la guadaña que 
como Crono todo lo destruye; y como Saturno signi- 
fica la hoz que le corresponde por inventor de la 
agricultura. £1 relox de arena que hay á su lado ex- 
presa en el primer caso la vicisitud de las cosas hur 
manas, y en el segundo la observación continua de 
las alternativas y variaciones temporales que debe con* 



(103) 
jultár él agricultor. En la base de la composición está 

Marte ^ dios de la guerra, hijo de Juno, diosa de 
los reinos y riquezas , porque las guerras son comun- 
mente hijas de la ambición, del poder, j de la codicia 
de adquirir. A su lado está su amante la bella é im- 
púdica 

Venus terrestre^ sentada y acariciando á Cupido, 
dios del amor, y á cierta distancia su carro con dos 
palomas, aves que le eran muy gratas, y por tanto 
consagradas á su falsa deidad por sus sensuales ado- 
radores. En unos peñascos, por los que tal vez se ha- 
brá pretendido representar los que forman el estre- 
cho de Grbraltar, se ve 

Hercules , dios y rey de la España mitológica , ea 
acto de sentar las dos famosas columnas que separan 
á Europa de África y el Occeano del Mediterráneo, 
que expresaban el término de las expediciones de aquel 
héroe, y que son uno de los emblemas de la Mo- 
narquía española. En sitio mas distante y elevado se 
presenta seguido de otros dioses marinos 

Neptuno^ ofreciendo á España las riquezas de su 
imperio marítimo, expresadas por corales y perlas que 
muestra en la cornucopia de concha: una de las di-r 
vinidades subalternas tiene el tridente de su B.ey.~Las 
cuatro partes del mundo colocadas en sitios conve-* 



(104) 

íiientes, manifiestan su admiración j reconocimiento. 

Al uífrica la distingue por tal la cabeza de elefan- 
te que cubre la suya. Al Asia su tocado , y á la 
América los plumages que la adornan^ Europa está 
algo separada , porque contiene la metrópoli de los 
establecimientos y colonias que posee España en las 
otras tres partes del mundo. El templo en que apo- 
ya una de sus manos, y la tiara que tiene al lado, 
denotan el verdadero culto que en ella se profesa : el 
cetro que sostiene muestra su superioridad, el libro 
su ilustración, y los dos briosos caballos y la bandera 
su carácter belicoso. 

En las fachadas de esta bóveda hay cuatro me- 
dallas ovaladas, pintadas de claro-obscuro por el mis- 
mo autor, en las que se ven representados sacrificios 
de los antiguos paganos. 

1.* Es obra de don Jaan Bautista Tíépolo, y de ella hacen men- 
ción don Antonio Ponz en él tomo 6.*^ de sn Viage de España , y 
el señor Cean en el Diccionario de los ilustres profesores tomo 5.° 
pág. 45. 

3.^ Venus Celeste: entre las machas diosas de este nomhre se 
distinguian dos por los antiguos: una celeste, madre del amor de la 
gloria, y era la que inspiraba altos y elevados sentimientos: y la 
otra, á quien Platón llamaba Venus vulgar, mundana y terrestre, 
tenia por hijo á Cupido ó el amor sensual. V. Cartario pág. 54o. 



(105) 

3.* Crono 6 Saturno : véanse sas diversas explicaciones en Car- 
iarlo , desde la pág. 36 en adelante. Debemos advertir en esta y en 
todas las interpretaciones que hemos dado de los perSonages dábalo- 
sos, que el sistema mitológico de los paganos tenia tres orígenes 
diferentes: el primero , la alteración de las verdades sagradas de las 
divinas escritoras: el segundo , el haber divinizado á algunos Reyes 
y hombres que habiendo establecido leyes ó hecho descubrimientos 
útiles á la sociedad , inspiraron tanto respeto i los pueblos , que 
les tributaron honores que solo se deben á la Divinidad y cosas san- 
tas; y el tercero» que adorando muchos de ellos á los astros» ele- 
mentos, y en general i la natoraleaa, formaron los mas coitos é ins- 
truidos un sistema paramente alegórico, que embellecido después 
por los poetas, multiplicó las fábulas del paganismo, en que casi 
todo el género homano se halló en breve somergido y olvidado del 
Ser Supremo. 




i4 



Explicación de las alegorías contenidas en 
la bweda de la sala undécima. 



Esla magnífica bóveda es tan vasta i y la composición qne en 
ella está pintada tan complicada por la multitad. de figuras que 
contiene, que he juzgado conveniente dividir en cuatro parles su 
explicación para mejor inteligencia : la primera contiene la parte 
mitológica , la segunda la puramente alegórica , la teixera la de laa 
figuras que hay sobre toda la cornisa, y la cuarta los óvalos de las 
sobrepuertas y esculturas de los ángulos. Estas son de don Roberto 
Michel I y toda la obra de pintura está ejecutada por el célebre don 
Juan Bautista Tiépolo. 



El argumento de la pintura principal de la bóveda es la mages^ 
tad de la Monarquía española, ensalzada por los seres poéticos, 
asistida por las virtudes , y rodeada de sus diversos Estados. 

PARTE PRIMERA. 

JLia Monarquía española bajo el aspecto de una no- 
ble y hermosa matrona, magníficamente vestida y apo- 
yada en un castillo, está sentada en un trono situa- 
do sobre el globo terráqueo, y al lado del cual se 
ven sobre pedestales las estatuas de Apolo y Minerva 
dioses d,e la sabiduría: hay inmediato á ella un genio 



(107) 
con la espada 6 cetro del poder, y á un lado se ve 
la ciencia del Gobierno^ representada por una figura 
armada de yelmo y escudo como Palas, y el león, 
atributo antiguo y conocido de España. Al opuesto la- 
do se miran abrazadas y besándose la Paz y la Justicia. 
La Paz se distingue por el ramo de olivo, y la 
Justicia por la espada castigadora Mel crimen: las 
acompañan varios genios y otro león. Se pintan de 
este modo ambas virtudes para manifestar la íntima 
unión y estrecha alianza que reina entre ellas; por- 
que la Paz considera á la Justicia como su bienhe- 
chora, y ésta ejerce mejor sus derechos en el estado 
de tranquilidad social que establece aquélla: el león 
inmediato á ellas hace alusión al venturoso estado de 
Espaffa en aquella feliz época. Delante se ve por el 
aire á la 

Virtud^ porque la protegen aquellas dos herma- 
nas, asi como la guerra y revolución no ocasionan 
sino injusticias, inmoralidad y miserias. Representa 
pues á la virtud una amable doncella, cuyo semblan- 
te lleno de hermosura anuncia la de las máximas que 
prescribe á los mortales : la distinguen las alas de su 
elevación sobre todo lo terreno, las ropas blancas de 
Su natural candor, la lanza con que combate las pa« 
siones, y el sol en el pecho con que ilustra al hombre 



(i 08) 

y le dirige. En últimos términos &e descubren yarías 
figuras subalternas, genios, y algunos palmeros, sím* 
bolos de gloria y triunfo. 

Corresponde á este grupo otro en el lado contra- 
rio, compuesto también de seres iconológicos igual* 
mente figurados sobre nubes. £1 principal se conoce 
ser la 

Abundancia por la cornucopia, su principal dis- 
tintivo, y por las espigas que tiene en la cabeza y 
presenta con una mano á la Monarquía. Otra que 
está inmediata con las fasces consulares y presentando 
el olivo de la misericordia, se da á conocer por la 

Clemencia: acompánanlas varios genios, Qntre los 
que se distinguen dos que en sitio mas elevado con- 
ducen al trono el collar de la insigne Orden del Toi- 
són de Oro. Las demás figuras subalternas apenas se 
perciben, y sirven de acompañamiento á éstas por 
el mismo orden que las del grupo anterior. 

Mercurio, embajador de los dioses, está volando 
delante del trono con sus alas en cabeza y pies, y el 
caduceo en una mano, mostrando con la otra el solio 
de Júpiter, de quien anunciaba las órdenes y los de- 
cretos favorables; pues los infaustos dicen que solo 
los comunicaba por la ninfa Iris. Sirve de dosel al 
trono un gran círculo de nubes rodeado de genios^ 



(i09) 
algunos con guirnaldas, otros esparciendo las flores 
de las alabanzas j de la felicidad solre la tierra: en- 
tre ellos se ve uno que sostiene la corona real, y la 

Fama celebrando las glorias de la Monarquía coa 
los clarines de oro, cuyo sonido se percibe en las cua- 
tro partes del mundo, en las que tiene estados la co- 
rona de Castilla , y que están simbolizadas por el glo- 
bo que sirve de base al trono que le corona: en fin, el 

Arco Iris que cruza toda la bóveda , y que anun- 
cia la bonanza, paz y felicidad á los hombres. Sobre 
él está sentada la ninfa que tiene este nombre, coro- 
nada con el lucero occidental llamado Héspero, que 
dio nombre de Hesperia en la antigüedad á España, 
por su situación al Oeste del mundo entonces cono- 
cido. Este brillante y matizado arco está colocado de 
modo que empieza á tenderse desde las inmediacio- 
nes del trono de nuestro augusto Soberano, y con 
razón; porque el trono real es el punto céntrico del 
orden y tranquilidad pública : está establecido por Dios 
para hacer reinar la justicia enire los hombres, para 
conservar la paz en los pueblos, y para ahuyentar le- 
jos de ellos las tempestades de la impiedad, inmora- 
lidad, desorden y rebelión. Entre el arco y el círculo 
de nubes se ve una blanca paloma con el ramo de 
olivo en el pico , que es otro g«roglífico de la Paz. 



(HO) 
Atentos los dioses del Olimpo á la Magestad española 
y á la embajada de Mercurio, rodean formando gru*^ 
pos esta parte de la composición. £1 primero que se 
mira, por estar mas inmediato al arco, es 

Eolo, coronado con diadema y con el cetro en 
la mano como Rey de los vientos^ los cuales le acom- 
pañan en figura de genios con grandes alas de ma-« 
riposa en señal de sutileza y velocidad. A mayor dis* 
tancia está en sitio elevado 

Júpiítr^ recostado en unas nubes con su águila, 
y en acto de conferenciar con su hija 

Mintrva , adornada con su armadura , y á su lado 
la lechuza, ave que la era consagrada. En sitio mas 
inferior respecto de Júpiter se halla el dios del otoño 

BacOf con la guirnalda, taza, jarrón y piel de 
tigre, con que comunmente le representan: cerca de 
él se ven una ninfa y un genio. Sigue un gran gru- 
po de figuras: la principal expresa el 

Occéano, que era tenido por el mas antiguo en* 
tre los dioses marinos, y está aqui representado por 
un viejo sentado sobre nubes y con la cornucopia de 
las riquezas de su vasto y líquido imperio: está mi- 
rando á su esposa la bella 

Teiis^ 6 la inmensidad de las aguas ^ que inmedia- 
ta á él , está en pie sosteniendo con ambas manos una 



( ***) 

gran concha llena de perlas y corales en ademán de 
ofrecerlas á la Monarquía. Forman su acompañamien- 
to algunos tritones y nereidas , que eran los númenes 
subalternos de las principales deidades marítimas. A 
un lado se ve el carro hecho de conchas: el genio 
acuático con alelas de pez y el monstruo marino que 
le rodean, muestran que son sus conductores. A bas- 
tante distanda, y á la izquierda de estos dioses cerca 
del arco, se perciben 

Flora y Céfiro su esposo: la primera era diosa de 
las flores y vergeles, y el segundo era el viento mas 
suave y favorable para semejantes producciones; por 
eso los fingian tan amantes: él tiene alas como los 
otros vientos, y no está distante de ellos, y ella tiene 
al parecer un tiesto. £n sitio mas inferior está 

Nepiuno ó el elenunio del jígua^ sentado con mu- 
cha autoridad entre otras deidades marinas: sostiene 
con una mano el tridente, con el que altera y calma 
sus dominios, y con la otra está mostrando corales, 
como hace también un genio que revolotea sobre su 
cabeza. A un lado se ven los soberbios caballos que 
conducen su carro sobre la superficie de las olas.' Mas 
arriba están 

Saturno 9 é el Tiempo con sus alas y guadaña, la 
que apenas se percibe; y 



(112) 

Vulcano 6 el Fuego ^ con la muleta que le distin- 
gue y varios genios que le acompañan, como otros 
á las demás deidades aqui pintadas. En un rompimien- 
to de nubes que se ve en la parte inferior del trono 
alegórico y está la diosa 

Venus con la manzana de su victoria sobre Juno 
y Minerva, y acompañada de Cupido, de las Gracias 
y de sus blancas palomas. Cierra, por decirlo asi, el 
gran círculo de seres poéticos que contribuyen á ador- 
nar la Magestad española, el grupo del dios del dia 

Apolo j pintado sobre el trono de S. M. bajo la fi- 
gura de un joven hermoso, que sentado magestuosa* 
mente sobre una clara nube, apoya una mano sobre 
la lira, y muestra con la otra la Monarqma, indi- 
cando con semejante acción el aprecio que le mere- 
ce, pues como astro del dia no quiere ocultar su luz 
en los estados que la componen: le acompañan varios 
genios, uno de ellos con el ramo de laurel, su árbol 
favorito. También está cerca 

Marte , armado como deidad de la guerra* A. im- 
pulso de sus armas y los rayos de Febo cae precipi- 
tado el Crimen con las culebras en las manos para 
ocultarse en el abismo de la propia confusión; y so- 
bre nubes negras se ven otras figuras de vicios repre- 
sentados como las furias infernales , en ademan de ter- 



(113) 
ror j espanto con las TÍvoras de sus acciones delin- 
cuentes, que se disponen á castigar varios genios di- 
putados por el trono para arrojarlos en las profundas 
cavernas del negro Tártaro. 

Tal es la representación de la parte mitológica 
destinada para expresar poéticamente la magestad y 
poder de la Monarquía. 

SEGUNDA PARTE. 

Aanqne está enUsada con la primera por con licuar la compo- 
sición en la misma bóveda y sin división de compartimento, en la 
realidad es asunto diverso» aanqae relativo al mismo objeto, por ser 
OA elogio del gran Monarca qae ocupaba entonces el trono espa- 
ñol con tanta gloria ; por. caya razón , y porqae todas las figuras 
son alegóricas , agenas de las ficciones poéticas , me ha parecido con- 
venicntie formar eata división , qoe oontribaye también á la mayor 
claridad é inteligencia del que observe esta á todas luces grande y 
magnífica composición. 



En la parte de la bóveda que está mas allá del tro- 
no de b Monarquía, y en el sitio mas visible, se os- 
tenta s(Are nubes la 

Magnanimidad que resplandeció en el ilustre Car- 
los para remover todos los obstáculos que se oponían 
á sus benéficas miras, atentas solo á promover la fe- 
licidad de sus pueblos, y á colocar esta nación en el 
rango y categoría de las mas cultas de Europa. Esta 
virtud beroica se baila representada por una mages- 

i5 



tuosa matroüa vestida coa suntuosidad: en su mano 
sostiene un cetro regio: á sus pies hay una diadema, 
símbolos del poder para ejecutar grandes proyectos: 
sus medios están expresados por la cornucopia de la 
riqueza que derrama joyas y monedas; y por el león 
inmediato lo están la elevación y generosidad del áni- 
mo. A su derecha está simbolizada la 

Gloria por otra matrona no menos noble , puesta 
en pie sobre un pedestal que indica su elevación ; y 
para mostrar que se refiere á las acciones de un ilus- 
tre Soberano y tiene ceñidas las sienes con el cintillo 
ó venda real, y un cetro en una mano. Agrupada á 
ella hay una grande y alta pirámide, su principal atri- 
buto, por expresar los monumentos erigidos á la me* 
moría de los buenos Príncipes, cuya circunstancia se 
aplica aqui oportuna y justamente en elogio y honor 
del Sr. D. Carlos III, por los muchos y magníficos 
establecimientos consagrados á la ilustración y utili- 
dad pública que debemos á su regia munificencia. En 
la parte inferior de dicha pirámide está escrita la si- 
guiente inscripción: 

ARDUA QUiE ATTOLLIS MONUMENTA 

ET FLECTIER /EVO 

NESCIA TE CELEBRANT, 

C ARÓLE» MAGNANIMUM. 



(115) 

Cerca de la base está un bello genio como lU'* 
mando la atención á este dístico. A la izquierda de 
la Magnanimidad está la Tirtnd de la 

Afabilidad y caracterizada por su semblante risue* 
So y y por las hermosas flores que tiene en su cabeza 
j manos , y son signos de un genio agradable y ac- 
cesible. Acompaffan á este grupo varios genios y una 
ninfa para mayor ornato; y desde las nubes en que 
se halla colocado cae una guirnalda de laurel enlaza-* 
da coú un cetro, geroglífico del valor, según los ico- 
nologistas. Para expresar la circunspección y sabidu- 
ría en las resoluciones que distinguian al Monarca es- 
panol, se pintó á cierta distancia la figura moral del 

Consejo^ bajo el aspecto dé un anciano respetable, 
coronado de laurel, y apoyando una mano sobre un 
libro cerrado : delante está la lechuza de Minerva , 
diosa de la ciencia y símbolo de la meditación y reti- 
ro. Pero como todas estas prendas tan recomendables 
deben ser ilustradas, como lo fueron en este excelso 
Príncipe, por los benéficos influjos de las virtudes de 
orden superior, se expresaron atas en un trono de 
nubes colocado en sitio eminente y á un lado del prí« 
mero. La principal y mas visible es la 

Fíf significada por una modesta virgen vestida 
toda de blanco, en indicio de su pureza: un velo del 



(M6) 

mismo color cubre sus ojos: sobre su cabeza está ex- 
presado el Espíritu Santo iluminándola con su luz di- 
vina: con la mano derecha tiene elevado el sagrado 
cáliz de la salud, y con la siniestra abraza la santa 
Cruz: á este lado se percibe un altar con fuego para 
manifestar la Caridad j Oración, y al otro está un 
ángel con el libro del santo Evangelio. Inmediatas,, 
pero en primer término, están sentadas las otras dos 
virtudes teologales. 

La Esperanza con el áncora , y la Caridad abra- 
zando un niño. También se ve la figura de la 

Prudencia en pie, con los dos rostros, la serpien- 
te y el espejo que la prestan los iconologistas : los ni- 
ños que están inmediatos sostienen cierto ropage, y 
el uno de ellos lleva el carcax y clava de la 

Fortaleza, que se mira en segundo término, bajo 
el aspecto de una muger que tiene cubierta la cabe- 
za con un yelmo y abrazada una columna. Agrupada 
á la Prudencia se ve la 

Victoria^ expresada por una joven hermosa con 
alas y abrazando una especie de palmero. En el cen- 
tró dé esta parte de la composición hay dos genios 
que volando hacia la pirámide ostentan el uno un per: 
queno collar de oro, y el otro una guirnalda de azu- 
cenas, flores alusivas á la augusta casa de Borbon, 



(ii7) 
mientras otro tercero parte con una cadena de oro 
con su medallón correspondiente , dispue&to para pre* 
miar i las 

Bellas Artes , que representadas en uno de los 
ángulos de la bóveda, manifiestan con sus atributos 
que van á perpetuar las glorias del gran Principe 
que ha sido su restaurador ^ y á quien debemos tan- 
tos ilustres monumentos artísticos en España. 

TERCERA PARTE. 

Comprende las fiaras de la cornisa , en la qae el autor expresó 
los diferentes estados y provincias de la Monarquía ; pero como - en 
esta clase de alegorías no se hallan tan fácilmente tipos y modelos 
como en las otras, empleó los recursos de su fecunda imaginación 
para el desempeño de este asunto, y entre otros el de representar- 
las en parte mediante los trages de sus respectivos naturales : sería 
de desear alguna mayor claridad en ciertas imigenes para mejor in-<- 
teligencia de so significado y aun propiedad en su representación ; 
Bo obstante 9 diré lo que alcanio en orden i esta sección, acaso la 
mas importante de esta bóveda, en cuanto al mérito artístico. . 



Empezando por el lado mismo en que he concluido 
la segunda parte, se ve un hombre en acto de con* 
tener el ímpetu de un brioso caballo inmediato á otros: 
hay también una tienda y ciertos cubos, &c., en lo 
que parece se trató de simbolizar la provincia de 

Córdoba j por producir los mas hermosos caballos 
de. Europa. A la derecha está un soldado con mor- 



(H8) 
rion, que lleva la bandera blanca con las armai del 
Rey divididas en todos sus cuarteles ó escudos provin* 
cialesy y debajo sentados tres moriscos de color ate^ 
zado» que contemplan con atención vanos trofeos que 
hay por el sudo, y que quizás expresarán los despo* 
jos y restos de su dominación en la península » aten* 
dieindo á qiie Andalucía fue el centro de su poder y 
grandeza, y el último pais que evacuaron en toda 
España. Mas allá se ven dos hombres en pie, y con el 
trage que usa la plebe en aquellos fértiles cuanto 
amenos .paises. 

Termina esta fachada una figura alegórica de mu- 
ger de aspecto gracioso, que apoya sobre peñascos los 
pies y una de sus manos, lo cual puede indicar 

Sevilla , que en la parte meridional de su provin- 
cia, esto es á sus pies, tiene la famosa montaña lla- 
mada Calpe por los antiguos, sobre el estrecho no 
menos célebre de Hércules ó de Gibraltar, ademas de 
Otras á que pueden hacer también alusión dichas pe- 
ñas; pero aún la caracteriza mejor por tal su situa- 
ción i y sobre todo la cornucopia de Amaltea llena de 
frutos, que manifiesta que esta rica provincia no ce- 
de á ninguna otra en abundancia y fertilidad, antes 
las excede en algunos ramos. Detrás se distingue un 
anciano Qiilitar, por alusión á sus antiguas glorias. 



(119) 

Sigue la segunda fachada , j en ella se ve un gru- 
pOy en el que la principal figura expresa una jóyen 
sentada eh la cornisa mismas que tiene una cornu- 
copia de frutos y flores, y una mantellina azul: de-» 
tras se percibe un hombre anciano con un gran som^ 
brero gacho y envuelto en una capa de paño burdo; 
y á un lado, aunque en segundo término, otro bon^ 
bre con un gorro colorado y una pipa, en el que 
acaso se habrá pretendido representar Caialuña^ y en 
las otras dos figuras á Aragón ^ pais de los mas fér- 
tiles de España, á lo que puede aludir la cornucopia; 
y el monte blanco que se percibe á lo lejos, al Pi- 
rineo cubierto de nieve: yo no puedo dar á esto otra 
explicación* 

También se miran en pie dos personages magní^ 
ficamente vestidos según la usanza antigua de estos 
reinos, á cuyo lado está una perra , que indica la £•* 
delidad tan celebrada de los españoles. A esto sigue 
otro grupo de tres mugeres igualmente sentadas; la 
principal es sin duda 

Castilla la Ñutida ^ porque su corona en forma de 
castillo, la cornucopia de su fertilidad, el cetro de la 
metrópoli de la Monarquía, y el collar de sus distin- 
ciones y preeminencias cómo tal, la dan á conocer su- 
ficientemente. La segunda está apoyada sobre trozos 



(120) 
de marmol de varios colores, encima de los que se 
ve un ramo de olivo, lo cual simboliza á 

Granada^ que debió á Castilla su libertad en tíem^ 
po de Isabel la Magnánima. Es bien sabido que aquel 
pais abunda en aceite como los demás de Andalucía, 
7 que está lleno de jaspes^ mármoles, cornalinas, ser- 
pentina, 7 de aquel alabastro precioso que con tanto 
conato buscaban los romanos en los paises mas remo- 
tos. La tercera no tiene atributo que la distinga y 
por donde se pueda rastrear su significación. 

Hacia el sitio donde está el trono de S. M. se ve 
una figura caprichosísima en ademan de ir á coger 
un guacamayo; accidente en que tuvo tanta parte el 
ingenio pintoresco del autor, como la alusión al des- 
cubrimiento de América, á que puede referirse. En 
la parle de la cornisa que está á la izquierda del tro- 
no hay pintado uno de los grupos mayores y mas 
bellos de la composición, alusivo á las posesiones de 
Espaiiá en Asia, que son las Filipinas, islas que se 
conocen también con el nombre de Archipiélago de 
san Lázaro. Para esto representó Tiépolo al frente de 
este gran grupo la 

' India Oí^iental por una joven de color atezado, 
sentada sobre un camello, al que sirve de manta un 
gran paño rojo: está ligeramente vestida, pero la ador- 



(121) 

na an collar , j de él pendiente una medalla de oro: 
sos miradas se dirigen á la figura del Occéano, á quien 
parece presenta una gran planta ó pequeño arbusto 
que tiene en una mano: la sostiene por el otro lado 
una esclava negra con turbante y scbal, y en el sue- 
lo se ve una piel de pantera. 

Todo esto es alegórico, y merece explicación. Se 
dan á la India los atributos del Asia, porque es una 
de sus regiones principales: su color atezado es el 
general entre los indios, pues los que habitan en la 
parte meridional son negros , y morenos en la sep- 
tentrional : el camello es animal muy usual en el 
Oriente: está vestida con ligereza, y esto alude al ca« 
lor del clima , situado casi todo bácia la Zona Tórrida, 
y también al carácter sencillo de sus babitantes: el 
collar que la adorna indica las riquezas de que abun- 
da:^ su vista dirigida al Occéano denota la situación 
de sus costas en aquella parte del mar llamado de su 
nombre índico, y la de las Filipinas en el Pacífico, 
que ocupa la porción mayor del Occeano, y por eso 
ahora á estas islas y demás archipiélagos que com- 
prende, llaman Occeania : la planta que tiene en la 
mano da á entender sus preciosas producciones vege- 
tales, especería, drogas y gomas, tan apetecidas de los 
europeos : la piel que hay en el suelo muestra que 

16 



(122) 
en sus bosques abundan diversas especies de fieras. 
No solo la acompaña la esclava que tiene al lado, 
sino una multitud de personages que por sus actitu- 
des, contrastes, colores y trages forman de este gru- 
po una de las secciones mas vistosas de esta grande 
alegoría. Primeramente se ve recostado un personage 
oriental con una larga pipa de fumar en la mano, y 
delante de él varias mugeres y esclavos con capricho- 
sos tocados en ademanes de atención y de recibir órde* 
nes, lo cual expresa de un modo propio y convenien.- 
te la indolencia y usos asiáticos : hay uno con vigotes 
á la moda chinesca, que tiene las riendas del came- 
llo de que se ha hablado : detrás se alcanza á ver otro 
que lleva una culebra en un palo. Al lado opuesto 
otros dos con raros tocados en la cabeza, y el uno 
de ellos presentando un cajoncito de perlas, otro sig- 
no de las riquezas del Oriente, y detrás dos negaros, 
hombre y muger: esta última mostrando una gran jica- 
ra de china , y con una frutera de lo mismo á sus pies. 
Se sabe cuan estimadas son las porcelanas orientales, 
en particular las de la China, imperio bien próximo 
á Filipinas. A estos siguen otros tres personages ves^ 
tidos y adornados según aquellos usos, y pintados con 
gran verdad y gusto; sin duda expresan el comercio 
del Levante, porque á los pies del primero se ven 



(123) 

dos grandes rollos de lelas pintadas, por alusión á los 
machos tejidos de algodón y seda que se fabrican en 
la India. Foitna el fondo de esta parte de la compo- 
sición una gran tienda de campana , que contribuye á 
dar efecto á estas últimas figuras. 

Inmediata á ellas se halla piulada una figura re* 
presenlativa de provincia, á la que es dificil asignar 
significación determinada, pues no tiene otros atribu- 
tos que ciertas plantas y raices , á no ser que por las 
penas que la rodean y por las cabezas de tres aldea- 
nos que se perciben detrás de ellas, uno de los cuales 
tiene un largo bastón de hierro, deduzcamos que sim- 
boliza el pais de las tres Prwincias Vascongadas. 

En el ángulo se ven dos grandes avestruces, aves 
de África, lo cual puede muy bien significar los es- 
tablecimientos españoles en esta parle dd mundo; 
pues ademas de los que hay en la costa septentrión 
nal se cuenta el Archipiélago de las Canarias en el 
Atlántico. Lo primero que se ve en la siguiente fa- 
chada es una muger sentada y vestida con sencillez, 
que tiene en sus manos varias coronas, y esto me 
parece indicar el principado de 

Asturias ^ pais ennoblecido por el título de los 
Serenísimos Herederos del trono espaiiol desde el si- 
glo XIV, y porque él fue la cuna de la restauración 



de la Monarquía en el VIH, después de la invasión 
de los sarracenos y fin del reino y seSorío de los go- 
dos; á lo cual quizás aludirá un sepulcro inmediato, 
sobre el cual hay un manto real y uñ cetro, que está 
contemplando un joven bien vestido á la antigua, 
significativo de la nobleza asturiana y leonesa. Detrás 
se perciben algunos montañeses, y delante otra mu- 
ger anciana sobre la cornisa , sin otra insignia ni mas 
demostración que estar algo apoyada en la primera; 
lo cual no puede expresar otra cosa que la provin- 
cia de las montañas de Saniander^ pais de bastante 
hidalguía y contiguo al principado. Sigue un grupo 
de dos ninfas, la una de ellas abrasada á un árbol de- 
limones y con unos peces en la mano , lo cual deno- 
ta ser la provincia de 

Murcia , abundante en agrios y pesca : la otra no 
tiene símbolo alguno, y parece subalterna de la pri- 
mera; solo está apoyándose en el tronco de un árbol, 
que puede indicar las excelentes maderas de constru(>- 
cion naval que producen las sierras que ocupan la 
parte Este y Nord-Este de aquella deliciosa provincia. 

En la fachada ultima se ve alegorizada la India 
Occidental ó América. La figura principal parece del 
célebre Cristóbal G>lon, puesto en pie sobre un ban- 
co u otra parte de nave, dirigiendo la vista á la Mo- 



(195) 

narquía, y en demostración de ofrecerla las produc- 
ciones del Nuevo Mundo. Se ven varios indios en di- 
versas actitudes y con sus adornos y armas usuales , 
unos contemplando la imagen de España , y otros pos- 
trados en ademan de sumisión: uno de la comitiva 
va cargado con un caimán : también se halla otro ani^ 
mal de aquellos paises, y una mona atada con una 
cadena y abalanzándose á lá cornisa , lo cual forma 
un juego caprichoso: hay fardos y cajones con frutos 
coloniales; una gran vela de bajel en segundo térmi- 
no, y en primero una columna derribada, en indicio 
de que las famosas de Hércules que señalaban en la 
antigüedad el término de la navegación en OccidentCt 
fueron Vjencidas por los españoles con semejante' des- 
cubriiáiecKtOi» 

Ntpiuno con su corte marina , de que ya queda 
hecha mención en la primera parte, manifiesta el pro- 
celoso arar que era necesario surcar para verificarle.' 

América^ por una muger de color atesado claro, 
muy adornada según la costumbre de sus pueblos y 
como corresponde á tan rico pais^ tiene al hombro 
una aljaba magnífica y la acompañan dos negros , unb 
con un rollo al parecer de tela. 

En seguida se percibe otra figura alegórica de 
provincia junto á un peñasco, que tiene á sus pies 



(126) 

una cabeza de cierro, lo que me parece conviene á 
Leon^ pais cortado por varias sierras, y cu jos bos- 
ques están poblados de caza. Después se distinguen, 
aunque no del todo, algunos hombres con trages pro- 
vinciales; y mas en primer término varios montaffe- 

* 

sea y un hermoso toro blanco, en que acaso se ha- 
brá pretendido simbolizar 

Galicia f en cuyos pastos se mantiene mucho ga- 
nado vacuno, cuya extracción proporciona á aquel 
pais bastantes utilidades. Siguen tres mugeres, una 
con la cornucopia de flores , en que sin duda se • tra- 
to de significar 

Valencia^ llamada por su hermosura y frondosi-* 
dad el jardin de España. La segunda se apoya so^ 
bre el globo terráqueo, y tiene en una mano el com- 
pás, atributos propios de la 

Geografía , ciencia que debe tanto á las navega- 
ciones y descubrimientos de los españoles en los si-i 
glos XV y XVI: la hoja, al parecer de espada, que 
tiene en la otra mano, y la armadura que se ve á. 
sus pies, pueden denotar el carácter militar de mu- 
chas de estas expediciones. Agrupada á esta hay una 
muger con varios rollos de tela de color, que se dai 
á conocer por 

Extremadura , en la que uno de los ramos de 



(127) 
industria consiste en las manufacturas de panos par- 
dos y bayetas; pero aún caracteriza mejor este pais 
un hombre inmediato por su trage estremeno, por 
el rollo de lienzo que sostiene, y sobre todo por el 
carnero y oveja que están delante , símbolos de la 
principal riqueza de Extremadura, y una de las es- 
pecies animales en que se distingue la península es^ 
paffola. 

CUARTA PARTE. 

La principal obra ei de cscaltnra, ciecatada por don Roberto 
Micbel: en loa oíatro ángnloa se ven otras tantas medallas dora- 
das contenidas en grandes concbas, adornadas con festones y cariá- 
tides , y sostenida cada una por dos estatuas de estuco , mayores que 
el natural , en representación de rios. 



En la primera se ve en bajo relieve simbolizada el 

Agua mediante una diosa recostada en una urna 
y con un cetro en la mano: la cariátide 4¡ue bay de- 
bajo está coronada de flores, y significa la Primwtra^ 
En la segunda se ve Juno con su pavo real al lado 
y presentando en la mano el camaleón, que son los 
atributos del elemento del 

Airt: la cariátide tiene corona de espigas en de^^ 
mostración del Estío. La tercera expresa el 

Fuego por una ninfa que tiene un vaso de lla- 
mas; y su cariátide el Otoño por la guirnalda de ho- 



(128) 

jas j fruto de vid. En la última se ve alegorizada la 
Tierra por una ninfa coronada de torres y suje- 
tando un leotiy símbolos de Cibeles, deidad de este 
elemento: la cariátide correspondiente significa el In- 
vierno por la toca que la cubre. 

Las figuras de los rios no expresan (aunque pu- 
dieran ) ser determinadamente de España ; solo las 
distinguen las espadañas y urnas con que los repre- 
sentan comunmente los artistas. También en medio 
de los dos principales lados de la cornisa se ven me- 
dallas con cabezas de leones de estuco y rodeados de 
palmas, laureles y otros ornatos dorados, y cada uno 
con dos cornucopias una á cada lado; la una la de 
la Magestad, con coronas, cetros y medallas; y la otra 
la de la Abundancia, con frutos; todo alusivo al po- 
der y triunfos de la Monarquía. 

Sobre las dos puertas principales del salón hay 
dos grandes óvalos con varios ornatos, sostenido cada 
uno por dos genios, ejecutados de estuco por el ex- 
presado Michcl. Son alegóricos y pintados también 
de claro-obscuro por Tiépolo: en el de la derecba del 
trono se ve expresada la Abundancia con su cornu- 
copia, y presentándose á ella un anciano y dos mili- 
tares por alusión á sus benéficos efectos, pues debe 
ser toda para todos. En el otro está significada la 



(129) 

unión de la Virtud y el Mérito: á la primera la dis- 
tinguen sus alas y sol, laurea y lanza; y al segundo 
su edad senil, brazo armado, cetro y collar. 

Detrás hay una columna , geroglífico de solidez, 
y delante un genio que se acoge á la Virtud, en in- 
dicio de que ésta debe preferirse á todos los bienes. 

1.^ De eslai obra, la mas vasta qae se halla en las salas de Pala- 
cio y de sa argumento en general, hacen mención Ponz en el to- 
mo 6.^ de sn Viage de Espada, y el crodito aator del Diccionario 
de los ilustres profesores en el tomo 5.® pág. 4^9 donde hace el 
justo elogio qae merece tan celebrada composición. 

3.* D. Juan Bautista Ti^polo, uno de los mas famosos pintores 
del siglo anterior, nació en Venecia el año de 1693, donde fne 
discipalo de Lazsarini. Con,sa gran genio y aplicación logró hacerse 
célebre en toda Enropa. El Sr. D. Carlos III , cayo amor á las artes 
no se desmintió jamas, le hizo venir á Madrid para pintar algunas 
bóvedas del Palacio Nuevo, y entre ellas fae esta la mas celebrada, 
tanto por sa magnitud, como por la verdad con que en ella están 
descritos los caracteres nacionales y demás accidentes : ejecutó tam- 
bién algunas pinturas al óleo para la iglesia del convento de S.. Pas- 
cual en Aran juez, y grabó al agua fuerte con mucho gusto pinto- 
resco otras varias obras. Falleció en Madrid el ailo de 1770. Sa 
estilo tiene bastante de extraño, es verdad, pero fue producido por 
un genio poético y extraordinario, y desempeñado con grait maes- 
tría. Véase su vida en el citado Diccionario, tomo 5.^ pig» 44 y sig.: 
también una nota del tomo i.° del Viage de España pág. s34. 

3.* Occéano: los antiguos le creían padre de todos los dioses, y 
entendian por él , no solamente el mar exterior que conocemos con 
este nombre, sino también el poder del elemento del agua. Le re- 
presentaban casi del mismo modo que á Neptuno, pintándole como 

17 



(130) 

hace Bocacio, en nn carro tirado por ballenas , acompañado tam- 
bién de númenes marinos. Era sa muger Tetis, y ambos padres de 
Nereo y de machos ríos. V. Cartario pág. a 56. 

4-^ Apolo: ya digimos que según k mitología era idéntico con 
el sol. El lema latino Sol naiuralis semper resplendet ibero , es cierto; 
porqoe ann cuando este astro brilla menos en nuestro hemisferioy 
alumbra á los estados de Castilla constantemente; pues cuando se 
pone en la península , es medio dia en el nuevo reino de Grabada en 
América ; y cuando se oculta en el nuevo Méjico , ha aparecido ya 
en Filipinas; y en 6n, cuando declina en aquel archipiélago, es la 
mañana en este reino. Por cuya razón dige que el sol no se ponía 
en los estados de nuestros Monarcas. 

5.^ Magnanimidad: vé.ase la explicación primera de esta obra: 
y la Gloria en Cochin tomo II art. Gloire. Acerca de la aplicación 
de estas figuras en elogio de Carlos lil, solo debemos recordar lo 
mucho que España debe á este ilustre Monarca : los establecimien- 
tos científicos que creó ó mejoró , la marina, las artes tanto libera- 
les como mecánicas, las ciudades embellecidas, los puentes, cami- 
nos, &c, dan claro testimonio de su celo y sabiduría en promover y 
fomentar estos elementos de prosperidad, á pesar de bs dificultades 
que siempre ocurren en empresas de esta importancia , y mas cuan- 
do se establecen de nuevo. 

6.^ Figura» de la cornisa: confieso que he hallado no pequeña 
dificultad en entenderlas, y asi solo he presentado mis observaciones 
y su interpretación , si bien con los mejores apoyos qne he podido, 
en términos de duda en algunas de ellas. Esto procede de varias can- 
sas: los iconologistas hablan muy poco acerca de la alegoria geogrd- 
fica, con ser tan interesante y ocurrir tantas veces en las compo- 
siciones artísticas. Comunmente se expresan las provincias con el 
escudo de sns armas , cosa qne no hay aquí en una sola figura , y es 
el medio principal y acaso único para distinguirlas con exactitud. Sa 
colocación , con respecto á su situación topográfica , tampoco se halla 
de modo que por ella se puedan deducir sus nombres: es verdad que 
varias se distinguen por sus producciones naturales ó atributos equi- 
valentes ; pero otras no. ¿ Cuál es la que con la cornucopia de Ceres 
indique la fertilidad de granos de Castilla la Vieja? ¿Cuál la que con 



SOI telas y otros ob|etos de manufactnras exprese la indaslria de 
Cataloña ? Ni aun por los trages se puede venir en conocimiento de 
machas de ellas: los de los personajes de ambas Indias no son los 
que se usan en las posesiones españolas: entre los de la península se 
echan de menos algiunos, y de muchos no se puede formar juicio ca*- 
baly respecto de que no se ven las figuras enteras, sí solo las cábe- 
las. Asi que esta parte de la composición nunca se llegará á enten- 
der perfectamente del todo; pero esto no obsta para que sea consi- 
derada, como lo es justamente, por una de las obras al fresco mas 
selectas y bellas que pueden admirarse en Palacio. En favor de esto 
deben disimularse estas faltas geogrdfico-alegóricas á un profesor 
eminente, que siendo estrangero, no tendria conocimiento cabal de 
nuestra península, y no halló tampoco en los tratados iconológicos 
(como me ha sucedido á mí) ejemplares para la mejor expresión de 
este asunto, perfectamente desempedado en muchas cosas, como pue- 
de inferirse de la explicación. 

7.* D. Roberto Michel, francés de nación, ba sido uno de los 
mas aventajados escultores del siglo anterior. Nació este profesor el 
afto de 1720, y después de haber hecho los mayores progresos en su 
profesión en varias ciudades de Francia, vino á Madrid en 1740, 
donde muy pronto dio muestras de su mérito. En 175a fue nom- 
brado teniente director de escultura en la nueva Academia. £1 Sr, 
D. Fernando VI le biso su escultor de cámara. El Sr. D. Carlos III 
no biso menos aprecio de sus talentos, distinguiéndole con el ti- 
tulo de primer escultor de su Real Persona en 1775, con el en- 
cargo de dirigir todas las obras de su arte que se hiciesen para los 
Palacios reales. En 1785 fue elevado á la plasa honorífica de Direc- 
tor general de la expresada Real Academia , y falleció á principios 
del año siguiente. 

D. Roberto se hiso recomendable por su mucha ejecución y prác- 
tica, por el buen aire de sus figuras, buenos partidos de paños, la 
anatomía de sus desnudos, y demás partes esenciales del arte. V. el 
Diccionario de los ilustres profesores tomo 3.® pág. 147. 

8.* BÍ09: atrU de desear que estas figuras simbolixasen con cier- 
tos signos los principales rios de España y América; por ejemplo: 
el Tajo tuviese una diadema como Rey de los de la península, y la 



(132) 

orna derramando monedas por alusión al titulo de aurífero qtte le 
dieron los antiguos, y como está en la fachada principal del mismo 
Palacio. £1 Guadiana embotado el pecho con un paño» para demos- 
trar que es rio subterráneo por algún tiempo» y asi de los demás; 
cuidando de colocarlos cerca de las figuras pintadas de aquellas pro- 
vincias por donde pasan. 






Explicación de la alegoría pintada en el 
techo de la duodécima sala. 



En lai bóveda de esU sala no hay mas alegoría que la magnífica 
composición pintada por el célebre don Antonio Rafael Mengs | pri- 
mer pintor del Sr. D. Carloa IIL 



£1 argumento es la apoteosis del Emperador Trajano, d quien sus 
virtudes y victorias conducen al templo de la inmortalidad, 

JtLn el mas principal y claro sitio de la composición 
se descubre entre nubes un zócalo ó base, y sobre 
él el Emperador español Trajano coronado de lau- 
rel, revestido con la púrpura imperial, con el globo 
en una mano y en la otra un cetro, insignias todas 
que dan á conocer su suprema dignidad. 

La Gloria^ representada por una bella ninfa ves- 
tida de blanco , como color de júbilo y gala , va á co- 
rona ríe con un aVculo de oro, emblema de la in- 
mortalidad, teniendo en la otra mano la trompeta 
con la que indica la publicidad de las esclarecidas ac- 



■(134) 

Clones del li^roe. A la izquierda de éste se ve otra 
diosa armada, que significa 

Mínenla ^ deidad de la sabiduría. Rodea este tro- 
no un arco de triunfo formado de laureles y olivos 
por cinco figuras alegóricas de la Victoria con pal- 
mas en las manos, en demostración de las que Tra- 
jano consiguió en las dos guerras contra los Dacios^ 
y en las de Armenia, Mesopotamia y Persia. Delan- 
te del trono y arco está simbolizada la Virtud heroica 
por medio de 

Hércules^ el primer héroe de la mitología y el 
mas valiente de los semidioses: la piel de león que 
tiene sobre el hombro , y la clava en que se apoya, 
son atributos de la fortaleza que requiere el mas alto 
punto de la virtud. En la parte mas superior, y co« 
mo partiendo desde el trono hasta el templo de la in- 
mortalidad que está enfrente, se ve á 

Mercurio volando , que lleva por las riendas al ca- 
ballo Pegaso con sus alas desplegadas: este emblema 
significa la 

Fama esclarecida de los Príncipes, y se ve en 
una medalla romana. Se introduce á Mercurio, dios 
de la elocuencia, rigiendo el caballo del Parnaso, que 
es uno de los atributos de la Poesía , porque por lo 
común los oradores y poetas son los que publican 



(<35) 
mas sablimemente las acciones heroicas. A los dos la- 
dos del trono hay varías imágenes iconológicas de las 
virtudes mas propias de un Príncipe, y la primera 
que está á la derecha representa el 

Dominio de sí mismo ^ mediante un joven , en cu*- 
ya robustez está expresada su fortaleza , y en el man« 
to rojo que le cubre su superioridad sobre las malas 
inclinaciones: está sentado sobre un feroz león, á quien 
sujeta con una cadena que le sirve de freno, al mis- 
mo tiempo que le hiere con un aguijón. Todo esto 
demuestra que la razón expresada por el hombre de- 
be encadenar la fiereza de las pasiones figuradas por 
el león, usando para esto del freno y del aguijón 
según convenga. La segunda figura representa la 

Liberalidad^ por una hermosa doncella que deja 
caer de su mano derecha un rico collar de oro, que 
se apresura á coger un niffo inmediato, y con la si- 
niestra toma otro de una bandeja del mismo metal 
llena de joyas: la dirige otra joven coronada, porque 
esta virtud es digna de los Príncipes. La tercera fi- 
gura es la 

Firmeza^ expresada por una matrona de varonil 
aspecto coronada de encina, que sostiene con ambas 
manos un cubo 6 edificio cuadrado de piedra , símbo- 
los que demuestran la solidez y estabilidad insepara- 



(136) 
bles de la firmeza* Hacia el ángulo correspondiente á 
este lado se ostenta sobre nubes una magestuosa ma- 
trona que simboliza la 

Fortuna: tiene velo en la cabeza como Cibeles y 
Juno: con la mano derecha sostiene la cornucopia de 
Amaltea, porque es inseparable de la abundancia: el 
cerco ó diadema de oro que tiene en la otra mano 
es emblema de duración: la silla curul que hay á su 
lado, la guirnalda de laurel con que se corona un 
genio que está á cierta distancia , y el collar y mone- 
da que muestra otro que va volando, son otros tan- 
tos signos que indican los premios, honras y rique- 
zas que emanan de la prosperidad.; y que ésta la de- 
bió Roma á Trajano, lo manifiesta un geniecito que 
muestra con la mano la persona de aquel Príncipe. La 
economía del gobierno, tanto en la paz como en la 
guerra, está ingeniosamente representada por un gru- 
po de tres mugeres que están á la derecha de las que 
acabamos de describir La primera es propiamente la 

Economía^ que tiene en una mano una vara y 
en la otra un compás, atributos del dominio y del 
régimen exacto en la administración de los negocios; 
el timón que sostienen unos genios es símbolo del 
gobierno, para dar á entender que una de sus prin- 
cipales atenciones debe ser la de evitar el que no pa- 



(137) 
dezcan naufragio los pueblos en el proceloso mar de 
las cosas públicas. Represéntase de edad TÍril, por ser 
esta la mas i propósito para gobernar, y es la que 
tenia Trajano cuando tomó las riendas del Estada 

El Arte militar está significada por una muger 
bajo el aspecto de Minerva: el morrión, peto y es- 
cudo dan indicio de que el Estado debe estar defen- 
dido contra las tentativas y embates del enemigo: la 
esfinge que adorna el morrión expresa la perspicacia 
que debe presidir á todas su$ resoluciones , y al mis- 
mo tiempo es un emblema de la impenetrabilidad de 
los secretos; y la lanza, como arma ofensiva, d^enota 
el poder militar. Pero como el. mayor bien que pue* 
de apetecerse, y lo que debe proponerse un gobierno 
sabio es la paz, por eso la tercera figura de este in- 
genioso emblema representa esta amabilísima virtud 
por medio de una graciosa joven, que en seffal de 
alegría está coronada de flores, porque anuncian los 
opimos frutos que deben esperarse de su benigna in* 
fluenda : el ramo de olivo que tiene en la mano es 
el símbolo mas conocido y autorizado de la paz : á su 
lado se ye cierto genio abrasando unas armas. Como 
la paz es el principal origen^ de la. felicidad de los 
pueblos, se ve inmediata la figuk'a ideal de la 

Abundancia^ expresada por una hermosa ninfa 

i8 



(138) 

coronada de flores y de espigas: de estas tiene un 
haz con una mano, y con la otra la cornucopia lle- 
na de frutos, los que ya á coger un chicuelo, porque 
en este estado todos participan de sus ventajas. Aque- 
lla figura que se percibe á lo lejos, y que parece va 
huyendo despavorida con los cabellos desordenados, 
como signo de espanto, vestida de rojo como color 
de sangre, con lanza y arco en sus manos, represen- 
ta sin duda la 

Guerra 6 el Tumulto ^ 6 algún mal genio que hu- 
ye al aspecto de la Paz. Desde este sitio se eleva una 
nube, y en ella sentadas las figuras representativas 
del Mérito y del Premio. Al primero dbtinguen la 
guirnalda de laurel, el cetro y el libro, atributos de 
dignidad y sabiduría. £1 segundo está expresado por 
un hombre bien vestido, que en sus manos tiene una 
diadema de oro y una palma. Mas allá se ostenta en 
el aire la 

Verdad en figura de una bellísima joven casi de&^ 
nuda, pero con decoro, que tiene el sol sobre su ca- 
beza y un rayo en la mano diestra, con el que ha 
derribado al Engaño. Píntase desnuda porque lo está 
de todo artificio: el sol es su geroglíficó porque es 
amiga de la luz: es tan bella, porque ¿qu^ hay mas 
hermoso que la verdad.'^ 



(139) 

El Engaño está expresado por uu monstruo hor* 
roroso, formado de figura humana la mitad superior 
del cuerpo, y la otra mitad de dos espantosas colas 
de sierpe: su color es atezado, y está luchando por 
sujetar un ropage blanco que le rodea; pero un ge- 
nio se le arranca con violencia para darle á conocer. 
Es asi representado el Engaño, porque este vergonzo- 
so vicio muestra bondad bajo la presencia humana, 
pero al mismo tiempo oculta sus traiciones, significa- 
das por las colas de sierpe que trata de culn'ir con 
las apariencias de la verdad y del candor, expresadas 
por el manto blanco; y como la mentira asi que es 
descubierta es vencida, por eso se ha pintado al En- 
gaño en acto de caer á impulso del rayo de la Ver- 
dad. En sitio mas inferior está derribada la 

Ewidiaf pasión abominable que se emplea cons- 
tantemente en zaherir y perseguir al Mérito, y asi 
está figurada por una vieja descarnada y ennegreci- 
da, que tiene la cabeza cubierta de culebras, con una 
en una mano y mordiéndose la otra. Su vejez indica 
su antigua enemistad á la virtud y á todas las bue- 
nas cualidades: las culebras de su cabeza denotan sus 
malignas ideas: la que tiene asida con una manó da 
á entender cuan dispuesta se halla para introducir 
su veneno por todas partes, y la acción de morder- 



(UO) 

se demuestra el perjuicio qae se hace á sí misma. 

Describamos ahora las figuras que se hallan á la 
izquierda del trono. La primera que se presenta es la 

Fama^ la cual está del modo que comunmente 
se la representa, bajo el aspecto de una joven volan- 
do, y con uno ó dos clarines; aqui hay dos, y las 
alas son de águila, ave consagrada á la victoria, cu- 
ya circunstancia indica que va á publicar las de Tra- 
jano. En sitio mas inferior se ve un bellísimo emble- 
ma que representa la 

Felicidad délos tiempos^ figurada por cuatro gra-^ 
ciosos niños, que por sus atributos se dan á conocer 
por las estaciones del aSo. 

La Primwera^ por el que en sitio mas elevado os- 
tenta mayor belleza, y está coronado de flores, tenien- 
do otras en la mano. 

"EX Estío está simbolizado por el que se ve car- 
gado con un haz de espigas! 

£1 Otoño lo está por el que lleva un canastillo 
con frutos. 

1^1 Inmrno^ en fin, por aquel que sentado ma- 
nifiesta ser tiempo de descanso: el pato muerto que 
sostiene con sus manos es el atributo que dan á esta 
estación los iconologistas, para significar tal vez que 
es el tiempo de los festines. Detrás de estas figuras 



(U1) 

está la silla canil, lo cual indica que los trabajos rús- 
ticos, expresados por las estaciones, están á la soiíibra 
y bajo la protección de la autoridad imperial. En e} 
ángulo correspondiente á este lado se descubre una 
porción del globo terráqueo, y sobre él una base en 
que está sentada la figura representativa de 

Roma^ señora del mundo que le sirve de trono; 
tiene morrión de oro en indicio de su superioridad, 
j dos lanzas que muestran el escesivo poder del im- 
perio en tiempo de Trajano, á quien está señalando; 
para manifestar que á aquel Príncipe debió su ma* 
jor elevación. A su derecha está la 

Nobleza significada por una bella muger, con la 
lanza en una mano y en la otra una pequeña estatua 
de Minerva, cuyos atributos demuestran que por las 
armas y letras se adquiere la nobleza, por ser Miner- 
va diosa común de unas y otras. A la izquierda está 
una matrona vestida de blanca con un caballo al kdoj^ 
que puede significar la Europa, 6 la Italia en parti- 
cular, porque de ambas es atributo el caballo: tam- 
bién bay una muger atezada que sujeta un camello, 
y acaso Mengs pretendió expresar por estas dos figu* 
ras las provincias que tanto en Europa como en Asia 
sometió Trajano á su imperio. Esta idea se baila con- 
firmada por varios esclavos que en actitudes de asoizh 



(142) 

bro y abatimiento están sentados entre ciertos trofeos 
dando testimonio de las victorias del héroe espanoL 
En sitio superior se figura la 

Felicidad pública por una graciosa ninfa sentada 
en una nube y con el caduceo en la mano por ser 
el símbolo de la concordia: á su lado está un genio 
derramando frutos del cuerno de Amaltea, como sig- 
no de la abundancia. En prio^er termino está la 

Caridad^ representada por una hermosa matrona 
vestida de encarnado j con una llama en la cabeza: 
tiene en sus brazos un tierno infante á quien da el 
pecho, y delante otro á quien está besando con el 
mayor afecto; otro está también con semblante muy 
risueilo á su lado, como acogiéndose á su amparo. 
El manto encarnado y la llama dan indicio de sus 
ardorosos afectos en beneficio de los desvalidos, sim-» 
bolizados con oportuna expresión por tan tiernas cria-* 
turas. Sígnense las virtudes cardinales acompaffadas de 
otras que les están unidas siempre, y la primera que 
vemos siguiendo A orden de la composición es la 

Templanza f la cual tiene en sus manos un fre- 
no, para dar á entender que su objeto es contener los 
afectos desordenados: los dos genios inmediatos acá-* 
han dé caracterizarla, puesto que uno de ellos vierte 
lo que contiene una jarra de oro en otra de plata 



(143) 

que sostiene el segundo, como indicando en la acción 
de templar un licor con otro la sobriedad , parte tan 
esencial de la templanza. 

La Justicia está bajo el aspecto de una matrona, 
en cuyo semblante se expresa una feliz reunión de la 
belleza con la severidad: apóyase sobre las fasces: su 
amplio ropage blanco manifiesta la pureza é integri- 
dad que deben acompañar á su alto ministerio. Para 
demostrar que en cuanto lo permite la razón debe la 
justicia inclinarse á la misericordia, se ve detrás pin-, 
tada la figura moral de la 

Clemencia ^ significada en una amable doncella que 
tiene en una mano un ramo de olivo, símbolo de 
dulzura y conmiseración, y la otra extendida en ac- 
titud de perdonar, porque la clemencia modera la 
justicia. 

La Fortaleza^ aunque de hermoso aspecto como; 
virtud , tiene sin embargo un carácter mas adusto que 
las otras, lo cual indica la robustez y austeridad del 
ánimo: el león que está á su lado es su símbolo mas 
característico: la piel de dicho animal (atributo también 
de generosidad) que cubre su cabeza y pecho, ma- 
nifiesta que es de fuertes ánimos negarse á afectos y 
acciones viles y contrarias á la probidad: tiene abra- 
zado un roble , que es otro atributo suyo por la con- 



(144) 

ststencía de este árbol : mira á U Prudencia , porque 
debe estar tan distante de la ciega temeridad, como 
de la pusilanimidad necia , siendo el medio entre am- 
bos extremos el que constituye su excelencia. 

La Prudencia está simbolizada por una bellísima 
muger con dos rostros, uno de joven en la parte an- 
terior de la cabeza, y en la posterior otro de ancia- 
no; porque se sabe aprovechar de la experiencia del 
tiempo pasado y prevenir los acontecimientos futu- 
ros: tiene en una mano un espejo, por el que regu- 
la sus acciones presentes, y en la otra una serpien- 
te, que es su atributo principaL Acompaña á esta vir- 
tud el 

Silencio^ significado por un anciano que con una 
mano en la boca está contemplando con suma aten- 
ción un alberchigo f pérsico J que es su atributo, y 
como tal consagrado por los egipcios á Harpócrates, 
deidad tutelar del silencio. Sigue la figura del 

Juicio bajo el aspecto de un bómbre dé edad me- 
dia, casi desnudo, porque debe estar despojado de 
toda prevención: tiene en sus manos el :perpendículo 
y la escuadra, símbolos de la rectitud y del orden. £a 
el testero que está enfrente del trono se ve el templo 
de la inmortalidad situado sobi'e el monte Parnaso, de*^ 
dicado á Apolo, dios de las bellas ane$, y en^el que 



(Í45) 
eatan representadas las nueve musas , al frenle de las 
que está la 

Poesía: su corona de laurel, la lira j papel que 
tiene en sus manos, la dan á conocer suficientemente 
por el arte favorita de Apolo. £n sitio algo mas in- 
ferior está 

Clh ó la Historia bajo la figura de una bellísi- 
ma muger sentada, que con una mano está graban- 
do los sucesos humanos en una tabla de mármol que 
le presenta un genio, como indicio de duración, y 
con la otra tiene un darin, como símbolo de la far 
ma de los héroes que celebra. Detrás está 

PoUmnia^ que mostrando su boca con una mano 
y accionando con la otra muestra muy bien que es- 
tá á su cargo la Oratoria y la Pantomímica. Próxi« 
ma á éstas está 

Melpómeru^ que preside á la tragedia, como lo 
manifiesta la máscara sangiíenta que cubre su cabe- 
za, y es alusiva al triste objeto de sus dramas, y la 
clava que tiene en una mano, que es símbolo de do* 
minio y heroicidad. A un lado está en pie 

Caliope^ que según la opinión de algunos era la 
principal entre las musas , porque le perteñecia la 
poesía heroica, y asi se corona con laurel: el papel 
arrollado que tiene en una mano significa alguno de 

^9 



(Í46) 

los poemas famosos de Homero 6 de Virgilio, prín* 
cipes de este genero de poesía. A mayor distancia está 
en sitio elevado 

Urania f que presidia á la Astronomía: por eso 
se figura contemplando el cielo y con un globo en 
la mano. 

Euterpe tiene dos flautas, como musa de los ins- 
trumentos de viento. 

Taifa 6 la comedia está coronada de hiedra y con 
un cayado en la mano, alusión al origen rústico del 
teatro. Mas cerca del primer término se ve 

EraiOf á quien la guirnalda de mirto y rosas, 
la antorcha que va á encender en otra que lleva Cu- 
pido, y su aspecto mismo, dan á conocer por la mu- 
sa del amor: á su lado hay un genio coronado del 
mismo modo y tocando la Ura, que es otro atributo 
de Erato. Delante está 

Terpsícare^ á cuyo cargo estaba el baile y aun la 
poesía lírica: solo la distingue la corona de laurel y 
el papel que tiene en una mano; bien que en otras 
imágenes suyas se agrega también la lira. Aunque el 
monte Parnaso sea escarpado por lo dificil que es lle- 
gar al templo de la fama, sin embargo es muy ame^ 
no y frondoso; y con esto se manifiesta que aunque 
la ciencia sea dificil de adquirir, es al mismo tiempo 



(H7) 
agradable sa estodio, y ventajosísima su posesión. 

Enriquecen esta parte de la bóveda varios genios 
análogos á este asunto; pero el mas notable es uno 
que en figura de un gallardo joven está en primer 
término con una corona de laurel en la cabeza, otra 
de lo mismo en las manos , juntamente con la de gra- 
ma y la de encina , j representa el 

Amor de la gloria: la corona de laurel es lin em- 
blema de la victoria, j asi con ella ceñían sus sie- 
nes los Emperadores y generales romanos cuando 
después de alguna conquista bacian su entrada triun-* 
fante en la capital del mundo : la graminia se llama- 
ba obsidional, y era concedida á todos los que en cir- 
cunstancias peligrosas salvaban un egército, ya por 
medio de una retirada gloriosa, ó bien obligando á 
retirarse á los enemigos en caso de sitio: finalmente 
la de encina se llamaba corona cívica, y para obte- 
nerla bastaba que en la guerra se salvase la vida de 
un ciudadano romano , porque la encina es símbolo 
de la conservación y de la vida. Otro genio tiene una 
guirnalda de olivo en demostración de que las letras 
solo pueden progresar en tiempo de paz; otros en 
fin van por los aires á colocar en el templo de las 
musas una tabla, en la que sin duda está esculpida 
la efigie, 6 escrito el nombre de Trajano. Para sig- 



(148) 

niñear que cl tiempo no tiene poder algano sobre la 
memoria de los varones ilustres , se ha introducido la 
figura moral de) 

TUmpo^ que está sujeto y encadenado: los dos ge- 
nios que le arrancan las alas y los otros dos que se 
han apoderado de su guadaña y relox de arena, de- 
muestran que le han despojado ya de la facultad de 
destruir , expresada por aquellos símbolos. Sirve de 
complemento á esta bella representación del templo de 
la inmortalidad las imágenes de la ciencia y de las 
tres nobles artes. 

La Ciencia se distingue por una hermosísima mu- 
ger con alas en la cabeza , sobre la que brilla una res- 
plandeciente estrella; apoya su brazo sobre un espejo, 
y en la mano tiene un compás. La ciencia es aque- 
lla extensión de conocimientos que se adquiere me- 
diante el estudio y la experiencia; y como son tan 
ventajosos , por eso se la expresa dotada de tan singu- 
lar belleza ; las alas denotan la elevación de sus pen- 
samientos y especulaciones: la estrella 6 el rayo de 
luz que pintan otros, significan que solo de lo alto 
proceden las facultades necesarias para adquirir di- 
chos conocimientos: respecto del espejo dicen los ico- 
nologistas que es su símbolo mas especial, porque re- 
presenta las imágenes de todos los cuerpos , y por lo 



(149) 

mismo alusivo á la ciencia que se adquiere por me- 
dio de los sentidos: el compás es atributo de la exac- 
titud de las ideas tan necesaria para el estudio. Obsér- 
vese que aqui la ciencia está dictando sus preceptos 
á las artes. 

La Pintura^ que representada con la forma de 
una ilustre Princesa está sentada esa ademan de di- 
bujar, tiene alas de mariposa en la cabeza, que in- 
dican la hermosura y sutileza de sus conceptos; y las 
tres Gracias que están á su lado muestran la compla- 
cencia que experimentan acompañándola y dirigieor 
do todas sus líneas. 

La Escultura se da á conocer por el mazo con 
que ablanda el marmol, y por los cinceles con los 
que le da la forma que quiere. 

ha, Arquiieciura tiene una decémpeda ú otra me- 
dida de longitud para medir, y un tablón para tra- 
bar los planes. 

Sobre la cornisa hay un hermoso niño con un 
papel desarrollado, que aunque Mengs pudiera muy 
bien haber concebido la idea de delinear un plano 
para caracterizar mas á la Arquitectura, hay no obs« 
tante motivos para creer que alli debia escribirse el 
pombre de dicho profesor, y sin duda la obra lo me- 
rece, por ser esta bóveda la mejor que pintó aquel 



(150) 
grande hombre, y una de las mas insignes composi- 
Clones alegóricas que pueden verse en toda Europa. 

Nota. A la derecha de esta pieza haj entrada para él salón 
de columnas t cuya bóoeda vamos d explicar, 

1.* Es obra de don Antonio Rafael Menga. Y. el Víage de Espa- 
ña tomo 6.°, el Diccionario de los profesores tomo 3.^ pég. i3o, y 
las obras del mismo Mengs pág. 44 ^^ ^^ introducción. Este célebre 
profesor nació en Ansig en Bohemia el año de 1728: su padre I»* 
mael le dedicó á la pintara , en la qne biso tan rápidos progresos, 
qae á la edad de doce años le llevó á perfeccionarse á Roma , en don- 
de hasta la de qnince estovo estudiando las obras mas clásicas de 
Rafael y de Migael Ángel , como también las estatuas antiguas. De 
alli pasó á Dresde, donde fue nombrado pintor de Cámara de Au- 
gusto, Rey de Polonia y Elector de Sajonia. Volvió á Roma otras 
dos veces, y habiendo pasado á Ñapóles para hacer los retratos de 
la familia Real, fue conocido por el Sr. D. Carlos III, de felia me- 
moria, que habiendo venido á tomar posesión de estos reinos por 
fallecimiento de su augusto hermano el Sr. D. Femando VI , convidó 
á Mengs para que viniese á servirk, ofreciéndole dos mil doblones 
de sueldo, casa, coche, y todos los gastos de pintura. Vino con efec- 
to, y aqui manifestó sus profundos conocimientos en varias obras 
que ejecutó tanto al fresco como al oleo, hasta que el mal esta- 
do de su salud, ocasionado por sus esludios, le obligó á volver á 
Roma, en cuya corte y la de Florencia perfeccionó su bello y bri- 
llante estilo, como lo manifestó la segunda vez que estuvo en Espa- 
ña, de cuya época es esta alegoría; pero volviendo á adolecer de sus 
antiguos males, obtuvo permiso de S. M. para retirarse á Italia,' y 
en Roma falleció el año de 1779 de edad de 5i años. ^^La vida y 
«estudios de este hombre (dice el señor Azara) deberían servir de 
» estímulo á los que se dedican á las bellas artes para ponerse en el 
•camino de la perfección.^' «^£1 arte de la pintura (dice el señor 



(151) 

»Ge«n) decaído en el ai^lo XYIII recobró sa perfección ^ y Us olvida-* 
«das pasiones del ánimo, la grandeza de los caracteres, la sama 
» corrección del dibujo, el decoro, la costumbre, la belleza ideal y 
> otras sublimes partes, volvieron á aparecer en Europa con las obras 
»dc este gran profesor.'^ Lo cierto es que pocos artistas ban llegado 
al grado de saber que él llegó, ni ban profundizado tanto la belleza 
y todos los ramos de la pintura. Sus mejores obras, y en particular 
ésta , son testimonios indisputables de lo que alcanza el poder del 
arte de una meditación profunda y de una aplicación constante. Y. 
las citadas obras. 

a.* ApoUosU: eran los supremos bonores que se tributaban á la 
memoria de los Césares romanos. Puede creerse que simbolizando 
esta composición la apoteosis de Trajano , se concibió la idea de 
presentar la imagen de un Príncipe cumplido , y el modelo de un 
perfecto gobierno; y aun yo estay inclinado á creer que en ella 
están expresadas las virtudes de Carlos III, aunque ocultas por la 
modestia con el velo de la alegoría y el nombre de aquel béroe, á 
quien imitó en sus bellas propiedades, sin incurrir en ninguno de 
sos defectos; pero como á pesar de que sea este el sentido las apa-» 
ricneias se refieren á Trajano , es necesario interpretar esta compo* 
sicion por lo que se ve en ella , para cuya inteligencia debemos ob- 
servar que aquel Emperador fue español , descendiente de una fam£* 
lia antigua de la Bética, boy Andalucía: que dedicado desde sus prí-> 
meros aftos á la carrera militar ascendió por todos sus grados bas- 
ta el de comandante en gefe de uno de los egércitos romanos, en 
cuyo cargo le adoptó por hijo el Emperador Nerva , el que babien-> 
do Callccido á poco tiempo, tuvo por sucesor á Trajano en la auto- 
ridad imperial. Este Príncipe dotado de las cualidades mas eminen- 
tes se grangeó el amor y la veneración de sus pueblos , haciéndo- 
les felices con su liberalidad , aplicación y equidad : extendió los lí- 
mites del imperio , llevando las águilas de Roma basta mas allá del 
Eufrates; pero eclipsó toda esta gloria por la persecución que sus- 
citó contra el cristianismo, aunque después la mitigó algún tanto^ 
Murió lejos de Roma el afto 1 1 7 de nuestra era , y sus cenizas en- 
traron en triunfo en la corte , lo cual no tuvo egemplo con ningún 
otro Príncipe. 



(Í59) 

3.* Gloria, V. Ripa adíe, tomo 3.** pág. 209 y a 1 3 : esli veAlida 
de blanco, como m vestia el paeblo romaoo en los triunfos de sos 
Emperadores. 

4.* Victorias de Trajano. V. Eutropins lib. VIII. §. s.®, y Aare- 
lias Víctor de Coesaribusf in Ulpium Trajanum. 

5.* Virtud heroica: en una medalla de Gordiano está represen- 
tada como en esta alegoría con la inscripción : d la Virtud augusta: 
del mismo modo está en otra de Nameriano. Cartario describe estas 
medallas en la pég. 369. 

6.^ Fcmm. esclarecida. Parece qae este emblema se baila en una 
medalla del reinado de Adriano. Pierio Valeriano le insertó en vjí% 
geroglíficos lib. IV, art. Equus, y de él lo tomó Ripa, como puede 
verse en el tomo 3.® pág. 4* 

7.^ Dominio de si mismo: con el lema de animi Domitor. Se ve 
esta figura en P. Valer, art. Leo, j lo adoptó después Ripa tomo a.® 
pág. 267. ^^ 

8.^ Liberalidad. V. Ripa ad. tomo 4-^ p^* ^ii F^ro su imagen 
se halla en las monedas antiguas. 

9.^ Fortuna : estaba adorada como una divinidad dispensadora de 
los bienes, y aun de los males, con el nombre de Dea Fortuna: te- 
nia un oráculo muy celebrado en Prcnestea. En las medallas roma* 
ñas se ve esculpida la imagen de esta diosa con la cornucopia, que 
simboliza las riquezas que están en su mano, y con el timón, para 
manifestar que tenia el gobierno de las cosas humanas. Aquí no tie- 
ne timón en sus manos , pero se puede observar que le tienen dos 
genios no muy distantes, y aunque en la eiposicion le hemos aplica- 
do á la Economía, á quien también pertenece, puede servir para am- 
bas por la máxima artística que no permite la proximidad de unos 
mismos atributos. V. Cart. en la imagen y descripción de la For^ 
tuna, pág. 458, y Ripa en el art. de la Prosperidad tomo 4-** P^g* 378* 

10. Firmeza. V. Ripa ad. tomo 3.** pág. 66. Véase lo que dice 
acerca del cubo en el tomo 4.® pág. 44o > y Boudard en el tomo a.® 
pág. 8 de su Iconología. 

1 1. Economía, Véase Pier. Val. de Hieroglyph. XLV de Temone. 
Ripa ad. tomo a.^ pág. a 8 5, y Boudard tomo 3.^ pág. 37. 

I a. Gobierno militar: Minerva, diosa de la ciencia y de las ar-* 



(153) 

más y es el mas perfecto emblema de esfa ciencia. Se aabe qne la 
esfin^ era un animal misterioso y enig;mático entre los antiguos 
egipcios. 

1 3. Paz: so imagen con la cornucopia y quemando unas armas 
está escolpida enana medalla de Antonino, con la inscripción*. PAX. 
AU6. COS. lUI. que se halla inserta en la numismática publicada 
por Jacobo Bieo» lámina ^i. Del mismo modo se ve en otras meda- 
llas romanas, y de ellas adoptaron sos símbolos Ripa y los demás 
iconologistas modernos. 

14. Guerra, enemistad, ttrnndto, ira, &c. Y. Pier. VaL lib. XLII 
art. Arma , y los atributos qne da Ripa en el tomo 3.^ en las pá- 
ginas 389 y 39a y 33i á ciertos vicios. 

1 5. Abundarteia: también se halla frecoentfsimamente esta figa- 
ra alegórica en las monedas antiguas: su cornucopia es ano de los 
atributos mas comunes de la iconología, pero acerca de su origen 
mitológico hay dos opiniones : la primera , apoyada por algunos poe- 
tas, es que representa el cuerno de la cabra que dio de mamar á Jd- 
piter en su infancia, pues habiéndosele roto en un árbol con gran 
sentimiento de las ninias Amaltea y Melisa , cretenses, le llenaron 
y adornaron con flores presentándosele después al niño Júpiter, el 
caal por honrar á la cabra su nodrisa , mandó que en adelante fuese 
el emblema de la abundancia, y asi producia copiosamente cuantos 
frutos podian apetecerse: la segunda, no menos autorisada, dice que 
en el combate de Hércules con Aquelóo se transformó éste en toro, 
y que suietándole aquél por los caemos le arrancó uno arrojándole 
muy lejos, el que recogieron las ninfas de los ríos, y llenándole de 
flores y frutos le consagraron á Copia ^ diosa de la abundancia, y por 
eso se llama Cornu-Copia, 

16. Mérito^ V. Ripa ad. tomo 4*^ P^* '0 7v á quien sigue Bou- 
dard tomo a.^ pág. 1 84* 

1 7. Premio, Y. Ripa ad. tomo 4>** p^S* 4o8* La palma es también 
símbolo de la justicia , porque justas deben ser las recompensas. Y. 
Pier. Yalcr. de Hieroglyph. lib. L de Palma, 

18. Verdad, V. P. Yaler. de Hierog. lib. XLIY, Ripa tomo S.*" 
pág. 36o. El rayo es atributo de la celeridad. Y. Ripa ad. tomo i.^ 
P^«. 340. 

20 



(154) 

19. Engaño. V. Ripa ad. tomo 3.^ pág. 370. Bondard de icón, 
tomo 3.^ pág. 170. ^ 

30. Eiwidia, V. Ripa ad. tomo 3.® pág. 3a i y 3 a a. 

ai. Fama. Véanse todoa los poetas é iconologistas. 

a a. Felicidad de las tiempos. Esta alegoría se baila representa* 
da del mismo modo qne está aqni en algunas monedas romanas, 
coya idea adoptaron Celio de Hieroglypb. comment. lib. LX y Win- 
ckelm. tomo i.^ pág. 160; y en la pág. 166 pone al pato por sím- 
bolo del invierno. 

a 3. Roma: bay varias imágenes qne la representan» pero puede 
verse la que cita Ripa en el tomo 3.^ pág. 364* 

a 4. Noblexa. V. Ripa ad. tomo 4«^ P^* "9* 

a 5. La matrona inmediata á Roma puede ser Europa, y puede 
ser solo Italia , pues uno de sus atributos es una cabesa de caballo. 
V. lo que acerca de esto dice Ripa en el tomo 3.^ pág. 346. Italia y 
Roma juntas también pueden verse en el mismo tomo en la pág. 347* 
La otra figura del camello es alusiva á las victorias de Trajano en 
el Oriente. 

a6. Esclavos jr trofeos: son bien conocidas las victorias que con- 
siguió Trajano sobre los enemigos del imperio : las dos guerras que 
sostuvo contra Decévalo , Rey de Dacia , fueron sumamente glorio* 
saSf y terminaron con la muerte de aquel Príncipe y pérdida de sus 
estados : no fueron menos brillantes sus triunfos contra Partamasi- 
r¡S| Rey de Armenia, reino que quedó declarado provincia roma- 
na; en fin, las campadas en que venció á los Partos ó Persas ad- 
quirieron al imperio la Mesopotamia, y le sometieron una gran par- 
te del Oriente. Por tan considerables conquistas decretó el Senado se 
diesen al Emperador los títulos lisonjeros de Óptimas, Dacicus, 
Armenicus y Particus. Debemos advertir que todos estos estados 
eran de mncba consideración en aquellos tiempos : la Dacia consti- 
tuía un reino que comprendia una buena parte de la Panonia ó 
Hungría, la Transilvania , Valaquia, Moldavia y Servia, paises muy 
defendidos por el Danuvio, y cuyos pueblos eran sumamente be- 
licosos. La Armenia babia constituido un estado respetable bas- 
ta entonces, á cuya circunstancia se agregaba la de estar tan dis- 
tante del centro del imperio; y la monarquía de los Persas era el 



(i55) 

nuyor eiUdo independiente del mondo conocido despaes de Roma. 

37. Ftiietdad pública. Con el caduceo y la comacopia eatá esta 
figara en nna medalla de Adriano inserta en la obra de don An- 
tonio Agnstini lám. 24» medalla 37. Estos símbolos foeron despaes 
adoptados por los modernos. V. P. Valer. Hierog. lib. XV. 

A 8. Caridad, Y. Ripa ad. tomo i.^ pág. 287. 

39. Templanza, V. P. Valer. XLVUI de Fraino, y Bondard to- 
mo 3.^ pág. i55. 

3o. Justicia, V. Ripa ad. tomo 3.^pág. aos. 

3i. Clemencia, V. id. ad. tomo a.^ pág. a. 

3a. Fortaleza, V. id. tomo 3.® pág. 109 y sig. 

33. Prudencia. V. P. Valer, de Hierog. lib. XXXII de Biceps, y 
Ripa ad. tomo 4-^ P^g- 4>^* 

34* Silencio. Los atribatos á qoe me refiero pueden verse en P. 
Valer, lib. LFV. Entre los antigaos egipcios estaba reverenciado Har- 
pócrates como dios del silencio , y le representaban con una mano 
en la boca y el froto del alb^rcbigo en la otra, fundándose en qoe 
la bo)a de este árbol era semejante á la lengoa hamana, y so fro- 
to al corason ; con lo coal manifestaban qoe la lengoa maestra todo 
aqoello de qae abonda el corazón , y qoe bien considerado esto , de- 
bia callarse macbas veces por prudencia lo qoe se sentia, y asi en- 
tre ellos simbolisaba el albérchigo el dominio del corason sobre la 
lengoa. 

35. Juicio, Sos atribatos poeden verse en los iconologistas Ri- 
pa, Boodard y el Dicción, iconológ., aonqoe soelen agregarle al- 
gonos otros. 

36. Poesía, V. Ripa ad. tomo 4*^ P^* ^9>* 

37. Las Musas: aooqoe soele haber algona divergencia acerca 
de sos propiedades , he adoptado la opinión mas comon y admi- 
tida entre los bomanistas en la explicación de los atribatos qoe ca- 
racterisan 4 estas diosas. 

38. Amor de la gloria. V. lo qoe acerca de sos coronas dice 
Ripa en so iconología tomo i.^ en so artícolo. 

39. Tiempo. V. id. tomo 5.® pág. a 70, Boodard tomo 3.^ pá- 
gina 157. So poco poder sobre la memoria de los hombres gran- 
des está expresado en esta alegoría, y conviene con lo qoe dice 



(156) 

Plinio el joven en el panegírico de Trajino. ^«¿Sabéis, dice i loa 
«senadores , en lo que consiste la verdadera repntacion, la fama 
» inmortal de an Príncipe? ¿sabéis en dónde residen los honorea 
»qne no temen ni al fafgo« ni al Tianpo, ni k la emulación de 
«los sucesores? No son, no, los arcos triunfales , ni las estatuas 
»que perecen: si los perdona el Tiempo^ la posteridad por lo re- 
» guiar los censura ó los desprecia.'^ 

4o. Ciencia. V. Ripa ad. tomo 5.^ pig. 76; y acerca de las be- 
llas artes pueden verse los diversos atributos que las distinguen en 
todos los tratados iconológicos que hemos citado en sus respecti- 
vos artículos. 




Explicación de las alegorías pintaos en 
la bóveda de la sala décimatercia. 

* » 

• • _ 

La béveda y U sobrepuerta de este salón estañ pintadas al fres- 
co por Corrado. A los cuatro án^los de la bóveda bay medallas 
doradas, soslfnida cada una por dos sátiros | y en ellas están ale- 
gorizados en bajo relieve los elementos. 



El argumento de ta pintura de la bóveda es la aparición del Sol 
y alegría de la naluraleÉa. 

MÍA So) , representado por la persona de un gallardo 
y rubicundo joven, rodeado de resplandores, y en un 
brillante trono de nubes conducido por cuatro blan- 
cos y briosos caballos, ocupa la parte mas principal 
y elevada de la composición: tiene en la mano uña 
antorcha encendida, y le acompaiian tres ninfas, una 
de las cuales derrama agua de una urna: detrás se 
distingue una parte del Zodiaco. Se da figura huma- 
na al Sol porque asi le representaba la mitología grie- 
ga con el nombre de Apolo ó Febó: su juventud ma- 
nifiesta que nunca se envejecen sus propiedades: el 
círculo de resplandor que le rodea denota su. claridad 



(158) 
j figura, j la antorcha encendida el calor que comu- 
nica á la tierra; asi como los caballos expresan la ve^ 
locidad de su carrera. £1 Zodíaco es un gran círculo 
celeste dividido en doce partes que, según el sistema 
de Ptolomeo, recorre el sol en un affo. 

Las ninfas representan las horas, á quienes los 
poetas daban la facultad de guardar las puertas del 
cielo, enganchar los caballos del Sol j dirigirlos, y 
también enviar á la tierra la niebla y disiparla, que 
á esto último hace alusión la urna que vierte agua 
en una nube. Delante del trono del Sol se ve la 

Aurora: represéntala una bellísima muger senta- 
da en una nube reflejada por los rayos solares: está 
en ademan de enviar el céfiro á refrigerar la tierra: 
algunas ninfas que la rodean están esparciendo flo* 
res. Se pinta la Aurora delante del Sol porque le pre- 
cede en su carrera diaria : las flores que esparcen sus 
ninfas indican que las que esmaltan los prados deben 
su frescura al rocío que , según la expresión de los 
poetas, nace como perlas líquidas de los ojos de la 
Aurora. 

Céfiro: es el viento mas apacible: su figura es la 
de un joven agraciado con alas de mariposa: tiene en 
la mano una cadena con la que sujeta á los vientos 
furiosos, representados por dos viejos de aspecto ce-^ 



(159) 
ñudo y con alas, aprisionados ambos en una obscura 
nube para que no puedan turbar el regocijo que cau- 
sa la magestuosa aparición del Sol. Los demás cien- 
tos eslan figurados por niños con alas; los pintores 
los representan comunmente soplando una especie de 
vapor. En la parte inferior de la composición se ven 
simbolizados los demás elementos, como también las 
estaciones del ano. 

Ceres es una alegoría del estío y de las cosechas. 
Represéntala una bella matrona coronada de espigas 
y vestida con manto amarillo : está sentada en un 
carro conducido por dos sierpes 6 dragones : una nin- 
fa la está coronando con una guirnalda , y la acompa* 
nan dos geniecillos, uno con una tea encendida en 
la mano, y el otro con un manojo de doradas espi-: 
gas. Por la diosa Ceres se representa el estío, porque 
en esta estación se hace la cosecha de granos, que de- 
signa la corona y el manojo de espigas : por la tea 
encendida está expresado el calor del estío, y por el 
manto amarillo lo agostado de los campos: los dra- 
gones que siempre arrastran por la tierra son un em- 
blema muy expresivo de las tareas del agricultor, que 
nunca levanta la mano de su cultivo, y la guirnalda 
con que la corona la ninfa demuestra el premio de 
sus fatigas. £1 otoño está simbolizado por 



(160) 
Baco, joven robusto y desnudo, sentado en un 
asno: á sus pies tiene caido el tirso; rodéanle algu- 
nas Bacantes, una de las cuales tiene en la mano un 
círculo dorado, j otra esprime un racimo de uvas 
en una taza: á un lado hay un árbol enlazado con 
una parra, en donde juguetean algunos niíios. Baco 
estaba considerado por muchos mitólogos antiguos co- 
mo una alegoría de la invención del vino; era teni- 
do por deidad del otoño por ser el tiempo de la ven- 
dimia , y asi le estaba consagrada la vid : el tirso era 
su cetro, el cual se reducia á una vara rodeada de 
ramos de parra ó de hiedra: el asno era la cabalgad- 
dura del viejo Sileno su ayo, pero estaba también 
consagrado á Baco por alusión á la estupidez á que 
reduce el abuso del vino. Las Bacantes, llamadas tam- 
bién Mínades, que quiere decir furiosas, eran las sa« 
cerdotisas de este dios, y en sus fiestas impuras cor- 
rían embriagadas coronadas de hiedra, armadas de 
teas y tirsos, y tocando sonajas y panderos: eslas fíes^ 
tas, las mas infames del paganismo, se llamaban Ba- 
canales y Orgías: el círculo era un instrumento de 
bronce, que también se usaba en estas fiestas; la ta- 
za de vino que sirve al dios una Bacante y la parra 
acaban de caracterizar el otoño y sus preciosas pro- 
ducciones. La primavera lo está por la diosa 



Venus ^ que está sentada apoyándose sobre una 
urna, y con dos blancas palomas á su lado: el niño 
Cupido está durmiendo en el regazo de su madre. Es- 
ta diosa significa la primavera á causa de su hermo- 
sura. Cupido era dios del amor: las palomas estaban 
eonságradad á Venus por ser aves tan bellas como 
fecundas: la urna representa un vaso de perfumes, 
alusivo á los que exhalan las flores por la primavera 
y eix la aparición del Sol. Delante de la diosa se pre- 
venía 

^ KuUúño, de aspecto feo y tez tostada: tiene en 
la mano una vara de hierro; le acompaña un niño 
que lleya un morrión: á sus pies se ven varias armas, 
y i lo le)os la fragua con los cíclopes. Vulcano es 
una alegoría del fuegd, y asi por él está representa- 
do este elemento: simboliza también el invierno,.aun' 
que á veces se significa por Eolo, dios de los vientos; 
la fragua y las armas de hierro que se trabajaban en 
la caverna de Vulcano, tnanifiestan el poder del fue- 
go aun respecto de los metales mais duros. En eL es- 
pacio de terreno que media entre los grupos de Ba- 
do y Venus hay otras figuras mitológicas que repre* 
sentan á 

Diana , diosa de la caza : á Pan , dios tutelar 

de los pastores, y varios faunos y dríadas. También 

21 



(i62) 
en la misma parte inferior de esta composición hay 
una alegoría del elemento del agua^ expresada por 
un gran espacio de mar, y en medio de él 

Galatea^ que ostentando toda su gallardía está 
sentada en un delfin haciéndose sombra con un paño 
volante y acompañada de tritones y nereidas. Galatea 
era una de las mas bellas deidades marítimas, y fa-* 
mosa por su blancura. Filóstrato la representa casi del 
mismo modo que está en esta pintura. Las nereidas 
eran ninfas hijas de Nereo y de Doris, dioses del mar; 
su figura era de muger la mitad superior del cuerpo, 
y la otra mitad la formaban dos colas de pez: con la 
misma monstruosidad pintaban á los tritones , á quie^ 
nes fingian protectores de la navegación: unos y otras 
sígnifícabsin las diversas propiedades de las aguas mví'^ 
riñas. 

MEDALLAS. 

Representan los cuatro elementos por medio de 
genios con sus atributos correspondientes : el que s¡m« 
boliza el Fuego tiene un vaso antiguo del que sale* 
una llama: el de la Tierra sostiene un globo: el del 
Aire lleva un cañoncillo con el que ha formado unas 
bombas ó vegigas de viento; y en fin, el del Agua 
la está derramando de una urna» 



(163) 

Esta obra es de don Felipe de Castro y de don 
Roberto Michel, escultores célebres del siglo anterior. 

Alegaría pintada en la medalla ovalada que está sobre 
la entrada principal de este salón. 

Esta medalla está pintada por el referido G>rra- 
do 9 j en ella figuró la Magestad de España por una 
noble matrona sentada : tiene diadema en la cabeza, 
está revestida con mantd regio j apoyándose con la 
mayor dignidad sobre un cetro. La acompañan dos 
genios r el uno está derramando frutos de la cornu-* 
copia en demostración de la fertilidad de este reino. 
Rodean este óvalo cuatro niños de escultura que le 
están adornando con palmas y guirnaldas de flores 
doradas y y le sostiene un león igualmente dorado « 
junto al que hay un almohadón con corona y cetro: 
finalmente á un lado está figurado un castillo de bajo 
relieve, agrupado con una gran rama de laurel. To-* 
dos estos atributos de Espaíía son tan conocidos , quq 
sería inoportuno é inútil entrar en mas explicación. 

/ 

1.^ El argomento de la alegoría principal es el nacimiento del 
Sol V¿aae 4 Pona en el tomo G."" del Viage de España en la des^ 



(164) 

cripcion del Palacio nnevo, y i Cean en el Diccionario de los iloa- 
tres profesores de las bellas arles tomo a.^ pág. i85 y i86. 

a.^ Sol: los poetas, en particular Ovidio, hacen la descripción 
mas magnífica de las propiedades de este astro , personificándole con 
los mas brillantes atributos, y asi no solo le fingían como le he- 
mos descrito en esta explicación , sino también le aííadian una dia- 
dema enriquecida con doce piedras preciosas de diferentes especies, 
por alusión á los meses y i las estaciones del ano : tenia nn escu- 
do circular muy refulgente: el trono en que descansaba de noche, 
y desde el que presidia i todos los planetas, era suntuosísimo y 
sostenido por altas columnas: su carro era de oro, excepto los rayos 
de las ruedas que eran de plata , pero todo guarnecido de pedrería 
que multiplicaba sus rayos y resplandores : sus caballos inmortales 
se llamaban Piroo, £00, Etheton y Phegon, y representaban la in- 
fluencia del Sol en las diversas épocas del dia; porque Piroo era al- 
go rubio y manifestaba los vapores de la mañana á la salida del 
Sol ; Eoo era blanco, porque disipados dichos vapores brilla el as- 
tro con mayor claridad ; Etheton era rojo con mezcla de amarillo, 
y significaba el resplandor del medio dia ; en fin Phegon amarillen- 
to obscuro , é, indicaba la declinación de la luz por la tarde. Véase 
Ovid. Metham. lib. a.^ Oab. de Phaeton, Bocacio Geneal. de gU dei^ 
lib. 4-^» y Cartario en la imagen del Sol, pág. 95. 

3.* Horas: eran tres hijas de Júpiter y de Tcmis, llamadas Eu- 
nomia, Dicea é Irene. Ovidio asigna á estas diosas el empleo de en- 
ganchar los caballos del Sol. V. Metham, lib. a.^ (ab. Phaeton. En- 
vían la niebla á la tierra y la levantan. V. Yicencio Cartario, //tio- 
gini de i dei, pág. 557. 

4.^ Aurora: Ovidio la canta abriendo las puertas del Oriente. 
V. id., y Cartario pág. 99. 

5.* Céfiro: he aqui el retrato que de este apacible viento hace 
Filostrato. ^^Es jdven, su rostro es bello y delicado, tiene alas en 
»Ia espalda, y está coronado de flores.'^ Solo le falta en esta alego- 
ría la última circunstancia : en cnanto á la cadena con que sujeta 
los vientos furiosos , es una expresión poética , porque es muy común 
decir: ^^ Vientos encadenados; sujetos los terribles aquilones, 6sc.'f 
Acaso estos dos vientos son el Noto y el Cectas, porque los repre^ 



(165) 

aemUbaUy segnn Winckelnianii, en fifpira de viejos barbados. Vir* 
gilio deicribe admirablemente esta alegoría diciendo: 

£1 fértil campo brota en dias aérenos , 
Y manso y grato el Céfiro soplando 
Hace á toda la tierra abrir sus senos» 
T señorea en todo nn hnmor blando: 
Por los prados t al nuevo Sol amenos, 
Salen seguras las semillas cuando 
No bay viento ó tempestad que la vid tema, 
T asi las bojas muestra en toda yema. 

V. la traducción de las Geórgicas dt Wirg, por Cristóbal de Mesa 
lib. 3.^ y. Cart. imagen de Céfiro pág. 262 , Bocacio lib. 4-^ p^g> 7 6» 
y Winckelm. Essai sur VAUeforie tomo 1.^ pég. 300. 

6.^ F'ieniosf se los representa con alas y soplando vapores: asi 
se e)rcttta en las pinturas , y asi están algunos de ellos en el boce- 
to original de esta alegoría que be examinado con atención, aunque 
no se distingue bien esta circunstancia en la pintura de la bóve- 
da á causa de su elevación, y por estar solamente indicadas las fi- 
guras de los vientos; por lo demás están oportunamente colocados 
cerca de la Aurora, porque los fingían hijos de esta diosa y de 
Astreo. V. Bocac Gentalog, de gU deif lib. 4'** p^& 7 5. Los vien- 
tos son muchos, aunque solo cuatro principales: Aquilón, Noto, 
Euro y Céfiro. Y. Cart. pág. 261 y a6a. 

7.* Ceres: simbólica el estío y la agricultura, porque era teni- 
da por su inventora, y en este concepto confundida con la Isis 
de los egipcios; por eso Virgilio en sus Georg. dice: 

primero á Ceres le pagamos parias, 

porque enseftó á las gentes industriosas 
i la tierra romper, primeramente 
con hierro, y entregarle la simiente. 

Por cuya circunstancia era una diosa muy reverenciada en la sn- 
tigüedad. £1 mes de agosto le estaba. consagrado, y en honor suyo 



(i66) 

se inslilayeron mochas fiestas , como los misterios Eleosinos en 
Grecia , las fiestas Cereales qoe doraban ocho días en Roma , las 
Ambarvales qoe se celebraban para obtener boenas cosechas , ó 
coando peligraban los frotos de la tierra, y en fin, las fiestas qoe 
se hacían en Tracia, Siria, Creta, Samotracia, y hasta por los mis— 
mos droidas de la Galia. La significación de los atribotos de esta 
diosa poeden verse en Cartario pág. aaS, en VAntiquiié txpliquée 
del P. Montfaocoo, tomo i.^, y en Winckelm., tomo i.® pág. 127. 
8.^ Baco : es ona alegoría de la invención del vino, y asi las 
acciones qoe se le atriboyen deben entenderse por las propiedades 
de este licor*, las fiestas qoe se celebraban en honor soyo eran alo- 
sivas también á semejante descobrimiento: habia mochas, pero las 
principales eran las Orgias 6 Bacanales , inventadas con mocho apa- 
rato y disolocion en Grecia, desde donde pasaron 4 Italia, y alli 
se celebraban tres veces al año, despoes todos los meses, y esto da- 
ba origen á todos los desórdenes consigoientes á la licencia, em- 
briagoes é imponidad. Llegó á tanto el desenfreno, qoe se vio obli> 
gado el senado k decretar la sopresion de estas infames fiestas, no 
solamente en Roma sino también en toda Italia. Baco era la dei- 
dad protectora del Otoño: por lo qoe Virgilio en sos Geórgicas 
dice : 

Por tí el fértil de pámpanos Otoño 

Al verde campo da noevo retoño. 

Lib, a.^ traducción de Mesa. 

Los atribotos de este dios y sos alosiones poeden verse en Cartario 
pág. 5a y 437. La descripción de los coadros, núm. la del tomo a.^, 
y núm. 36 del tomo 7.*^ del Moseo Hercolanense. 

9.^ Venus: simboliza la Primavera, y por eso la era consagra- 
do el mes de abril: la orna se halla en los monomentos antigoos 
de esta diosa: onos qoieren qoe sea on vaso de perfomes, y otros de 
agoa; pero algunos aotores llaman á Venos diosa perfomada; aqoi 
es alosiva á los aromas qoe exhalan las flores por la Primavera y 
en la aparición del Sol: las palomas estaban consagradas á Venos. 
V. Ovid. Metham. lib. i5, verso 386, y Cart. pág. 5a, como tam- 
bién el coadro 1 1 del tomo a. ^ de las pintoras del Moseo HercoL 



(167) 

10. Vulcano: está tomado por el Invierno. Según Car Uno era 
dios del fuego , y su poder está expresado por Bocacio en estos tér- 
minos: ^^Pocas coAas hay que no dome el fuego» aun el oro, la pla- 
nta, el bronce y el hierro: con el fuego se perfecciona el oro, con 
Ȏl se ablanda la dureza y se endurece la blandura.'' Y. la inter- 
pretación de Vulcano por Bocacio pág. so 7, y por Cartario pági- 
nas 5a y 389. 

1 1. Diana : estaba reputada por diosa de la caza , y decian le es- 
taban encomendadas las selvas y los bosques , porque en ellos se eger- 
citaba con sus ninfas en semejante diversión | huyendo de la conver* 
sadon de los hombres. Y. Cartario pág. 100. 

19. Pan, como Silvano, los faunos y driadas, eran dioses rus- 
ticos , y como tales invocados por Yirgtlio al principio de sus Geór- 
gicas , desde el verso 10 en adelante. 

i3. Galaica: es famosa por su blancura, y asi puede ser, se- 
gún Bocacio , una alegoría de la espuma del mar. Y. la GtneaL 
de gli dti de este autor lib. 7.® página i a i , y Cartario 'en las pá- 
ginas 143 y ^44* 

1 4- Nereidas : su figura biforme está apoyada por los monu- 
mentos de~ la antigüedad , lo' que no sucede respecto de las Sirenas, 
que aunque algunos modernos las represenlan medio mugeres y me- 
dio peces, es sin tanto fundamento; pues los artistas antiguos figu- 
raban á éstas como unas aves con cabeza de mugeres. Eran cin- 
cuenta las Nereidas, según Hesiodo, 6 treinta y tres, según «Ho- 
mero ; y significan las diversas propiedades é influencias del agua 
del mar en opinión de Bocacio y de Cartario. El primero afirma 
que si se supiesen interpretar los nombres que les dan Hesiodo y 
Homero, fácilmente se demostraría la significación de cada una de 
ellas. Nereo su padre era hijo del Occéano, esto es^ un seno del 
mar, y acaso el que conocemos con el nombre de Mediterráneo. 
Y. Bocacio lib. 7.* pág. lao, y Cartario pág. 943. 

1 5. Tritones: mitad hombres y mitad peces, lo que significa 
que el agua es á veces saludable y á veces nociva en opinión de 
Cartario pág. 94». 



Explicación de la alegoría pintada en el 
techo de la sala decimacuarta por don Juan 

Bautista Tiépolo. 



El argumento es JSneas conducido ai templo de la inmortalidad 
por sus virtudes jr victorias. Este asunto esté tomado de la Enei- 
da de Virgüio, de cuja obra no serd inoportuno dar una lige- 
ra idea para mejor inteligencia de esta alegoría. Eneas , Prin^ 
cipe trojrano, su p€uLre Anquises, su hijo Julio Ascanio, yr oíros 
muchos compañeros pudieron salvarse déla destrucción de su pa- 
tria cuantió fue incendiada por los» griegos. Perseguidos por el 
odio de la diosa Junq anduvieron mucho tiempo errantes por mar 
y tierra, sufriendo las borrascas jr contradicciones que sin cesar 
les suscitúba tan poderosa enemiga. Dido, Reina j fundadora de 
. Cartágo, los recibió jr hospedó en su corte. Si amor que Eneas 
inspiró d esta Princesa hiso que se detuoiese.en Cartage mas do* 
lo que le convenia,' pero Júpiter que habia determinado, se cum^ 
pliese su destino, envió d Mercurio para que ie nuutdase.aban-, 
donar aquella corte jr sus placeres ^ y le hiciesen marchar á Ita* 
lia: obedeció esta orden d pesar de su repugnancia jr de las Id^, 
grimas y ruegos de la Mía Dido ó El$$ai y después, de varios 
sucesos Jlegó d aquella parte de Italia donde neinaba Latino , el 
cuál tenia, una hija tínica llanúula Lavinia , Iteredera de su es^ 
tado y desainada por un ordculo á ser esposa de un Principe 
efictrangeroí Persuadido él Rey que este seria Janeas ^ le ret^ibió. 
en su reino, hito con él aliansa, y le ofreció s^ hija, la que por 
, su madre Ama^a ya lú estaba d Jhrnó, [Rey de los RmUuIos, el 
cual incitado por la furia Alecto se dispuso d defender sú de^^ 
recho con el poder de sus armas y de las de algutips confe^ 
derados. En este conflicto se vio Eneas obligado d pedir auxi- 
lio d otro Régulo llamado Evandro, quien solo pudo ofrecerle un 



(169) 

corio desiacamtnto mandado por su hijo Paíanie, Cuando u dis* 
ponía la guerra con el majror ardor, temerosa F'enus de la 
suerte de su hijo, viéndole con tan pocas tropas le dio la ar^ 
madura fabricada por F'ulcano, jr después de varios combates se 
terminó esta guerra tan temible con la muerte del Rejr Turno, 
de la que resultó el matrimonio de Eneas con Lacinia, su es- 
tablecimiento en Italia, el reinado de su posteridad, jr el cum" 
plimi^nto de los destinos. 



Jlin el sitio superior se ostenta sentada magestuosa-: 
mente sobre una nube la diosa 

F'enus^ con un magnífico morrión en sus manos: 
está rodeada de varios genios, entre los que se disn 
tingue Cupido ó el Amor con las insignias que le ca-* 
racterizan; detrás se percibe el carro de la diosa; á. 
un lado se ve volar á Mercurio, mensagero de Júpi-: 
ter¿ 7 al otro, aunque á bastante distancia, hay dos< 
hermosas ninfas en otra nube: una de ellas está aca- 
riciando á una paloma, y la otra tiene á su lado ua 
brillante escudo y una aljaba. Venus, hija de Júpiter 
y de Dionea, ó de la espuma del mar según otros, 
era madre del Príncipe troyano, á quien protegia 
contra las persecuciones que le suscitaba la vengativsi 
Juno: por boca de Júpiter mismo sabia los destinos 
gloriosos de su hijo; pero intimidada por las muchas 
fuerzas que Turno disponia contra él, suplicó á Vul^. 
cano le fabricase unas armas que presentó á Eneast 

22 



(170) 
en un valle muy ameno puesto á las márgenes de un 
fresco rio, donde estaba descansando, y con cuyos do- 
nes adquirió nuevo aliento; por eso se han pintado 
dichas armas en manos de la diosa y de las ninfas. 
Se ha introducido también á Mercurio, porque de or- 
den del Padre de los dioses mandó al héroe troya- 
no que abandonando á Dido siguiese el camino de la 
fama. En lugar mas inferior está 

Eneas sobre una nube en pie, y vestido militar- 
mente , que conducido por la Victoria y acompañado 
de la Justicia j de la Fortaleza y del Valor se diri- 
ge al templo de la inmortalidad que se percibe á lo 
lejos. Se ha pintado aqui la Victoria para demostrar 
los repetidos triunfos que Eneas consiguió sobre to- 
dos sus enemigos: distinguen á esta diosa sus atri- 
butos mas comunes, que son las alas, la guirnalda 
de laurel y el clarin; asi como á la Justicia la distin- 
guen las fasces, y á la Fortaleza la armadura. 

El Valor está representado por un hombre de 
edad madura , porque no debe ser impetuoso ni cie- 
go: tiene la cabeza ccriida de laurel y en la mano 
un cetro, que manifiesta que por el valor se fundan 
y defienden los imperios: el león que está á su lado 
es su atributo, por ser el mas valiente de todos los 
animales. A un lado se ve la figura ideal del 



(17i) 
Tiempo^ significado por un viejo sentado sobre 
un murailoa antiguo , y apoyado en una armadu- 
ra miUtar; tiene alas en la espalda y una guadaña 
en la mano: detrás se ve una rueda, y enfrente un 
relox de arena sobre un peñasco. Dos cosas puede 
expresar el Tiempo en esta alegoría , la primera el de 
la vida del béroe entregado á los trabajos de la guer- 
ra , y eso indican las armas sobre que se apoya ; la 
segunda puede significar la edad futura en que se 
babian de cumplir los destinos de la posteridad de 
Eneas, tan gloriosos por medio de las armas: la mu- 
ralla medio arruinada en que está sentado el Tiempo 
demuestra' sus estragos aun respecto de los cuerpos 
mas sólidos : la guadaña es otro geroglífico de des- 
trucción: las alas denota'n su rapidez: la rueda mués- 
tra el círculo que trazan sus diversas subdivisiones 
sea por siglos, por' años, meses y días, que al aca- 
barse vuelven á comenzar de nuevo; asi como la rue- 
da que al finalizar su rotacipn,. lerna á posar sobre 
el mismo punto por donde la empezó. Este orden su^ 
cesivo del Tienipo , lento al parecer pero rápido en 
la realidad, está expresado por el relox de arena. 

_^^_ ' • » • ^ • ■ . « • i • • 

En el fondo de Is^ comppsicipn se^ alcanza á ^ver^ 
la fragua de Vulcaiio, en donde se fabricah>n lasar- 
mas de Eneas, las de Aquiles, y las de todos los dio- 



(172) 
ses: los tres cíclopes oficíales del dios del fuego Bron- 
tes, Sleropes y Piracmon están trabajando en ella: el 
dios armero está sentado j apoyado sobre un grueso 
bastón en ademan de darles órdenes: no distantes se 
ven varios guerreros, y en fin otros personages acom- 
pañan á las figuras ya descritas. 

Nota. Retrocediendo al salón en donde esld pintado el techo 
duodécimo que fiemos explicado , se pasa d otra pieza cuya bóveda^ 
tn él orden que se lletus en esta obra, es la déeimaquinta, 

tjLotció, 

1.^ Es obra de don Jaan BsiatisU Tl^polo. V. el Viage de £•* 
pafia tomo 6.^, Descripción del Palacio nnrvo, y el Diccionario de 
ilustren profesores en el tomo 5.^ pág. 4^* 

a.* Venus í unos dicen que ei-ai.ki}a de. Ji&pUer f de Dionea, 
pero otros la hacen solo del mar, y por eso llamada AfrodiU. Los 
antiguos, siguiendo esta última opinión, la representaban en una 
concha qiarina, y aun Virgilio hablando de la conferencia de esta 
diosa con Neptuno, dios de los mares, hace decir á éste: . 

indita VeniM , muy seguramente = 
Puedes en xfí\ ancho reino confiarte , 
Tanto porque de él eres descendiente. 
Como porque ipereaco asegurarle. 

Véase la traducción de la Eneida por el Doctor Hernández de Ve- 
lasco, lib. 5.® verso ^ooo. Aún se eipresa con mas claridad en la 
versión hecha p6r el Mtro..Fr. Luía deljeon, pues en ella dice 
Neptuno: ^^b Venus, licito te es confiar de mis aguas » de donde 
• naciste.'^ 



(173) 

3.* Armas fabricadas por F^ulcano, 

En aqacsU Mion Im diosa Venus, 
De rutilante y clara luz Ycstida, 
Estalla en los nuboaos aires puesta 
Y el don traía prometido al hijo; 
Al cual lue^ que vio de lejos solo 
En un sombroso valle á la ribera 
De un fresco río, para él se baja, 
T puesto rostro á rostro asi le dice : 
¿Ves, bijoy aquí los dones prometidos 
Do ba puesto mt marido estudio y arte ? 
Ya ni de los Laorentcs atrevidos 
Ni de Tumo tendrás que recelarte. 
Véase la traducción de la Eneida por el Doctor Hernandex de Ve- 
lasco, lib. 8.® verso So^o y simientes. 

ii^ Mtrcuría, V. su mensaje á Cartazo en el lib. 4-^ de la Enei-' 
da. Aqui parece inoportuna la presencia de Mercurio , y lo sek^la 
sin duda si fuese histdrica esta pintura, pero en la alegoría se to- 
leran estas licencias; porque como el sentido de esla composición 
no es precisamente el que espresa la fábula, sino el de la virtud 
que desprecia todos ios peligros y placeres, ¿qué idea mas natural 
que la de introducir aquí el mensagero de Júpiter, que consign{<$ 
arrancarle de las delicias de Cartago para conducirle al templo de 
la fama? Asi se concilla este aparente anacronismo, pues el men- 
sage de Mercurio á Eneas fue anterior al suceso que se represen- 
ta en esta pintura. En la citada traducción de Velasco dice asi 
Mercurio al héroe troyano: 

¿Qué haces, di, en la Libia tierra ocioso 
Si el alto honor que esperas no te alienta 
A trabajar por fin tan glorioso? 
Ten con tu Julio, pues te hereda, cuenta, 
Justo es que de tu hijo estés cuidoso 
Viendo el valor que en él la edad aumenta, 
Y siendo él á quien debe el justo cielo 
El reino Hesperio y el Romano suelo. 

Lib. 4*^ verso i355 y siguientes. 



(174) 

5.^ Justicia, Véase Ripa adíe, tomo 3.^ pág. ^oi. 

6.^ Fortaleza, V. id. tomo 3.^ pá^. 109. 

7.* Falor, V. id. tomo 5.** páf;. 3oa. 

8.^ Tiempo. V. id. tomo 5.^ páginas 269 y 270. 

9.^ Destinos gloriosos de la posteridad de Eneas, En la con' 
ferencia de Júpiter con Venos reveló aqnél á ésta lo acordado por 
los hados, respecto de la falura grandeaa de la casa del Príncipe 
troyano, y por eso dice á la diosa: ^^Este tn Eneas con grande 
» honra taya tendrá ana sangrienta guerra en Italia, domará los 
«paeblos feroces, pondrá leyes, y edificará ciadadés para los varo- 
»nes, en cnanto por tres años le vieres reinar en Italia, y caan- 
»do pasaren tres inviernos, sujetos los Rútalos : también el mu- 
«chacho Ascanio, á quien ahora se le a¿ade Julio por sobrenom- 
)>bre, y era IFo mientras que el reino Ilio florecía , llenará con su 
«imperio treinta afios largos, dando vuelta los meses: traspasará el 
«reino de la corte de Lavinia, y fortalecerá á Alba Longa con 
«guarnición inexpugnable: aqui loa troyanos reinarán por treacien- 
«tos aSos, hasta que la Reina sacerdotisa II ¡a pariere de un par* 
»to dos hi)os: de aqui Rómulo alegre con la roja piel de su no- 
« driza, recibirá la gente y edificará las murallas guerreadoras , y 
«los romanos, de Rómulo se llamarán romanos... '^ Trad. del M. 
León, lib. i.° verso i32o. He preferido esta traducción á la de 
Velasco, porque me parece expresa con mas claridad el anuncio 
de Júpiter. 

10. Fragua de yulcano. En ella se fabricaban las armas de los 
dioses. 

Aqui descendió del alto cielo 
£1 dios de Lemnos en fuego poderoso, 
Donde halló los ásperos cíclopes 
Batiendo el duro hierro en la ancha gruta ; 
Aquestos eran Brontes y Sieropes, 
Y el gran Piracmon de desnudos miembros. 

Trad, de Hern. de F'elasco, lib, 8.*> verso aiiS ^ siguientes. 



Explicación de las fábulas representadas 
en la bóveda de la sala decimoquinta. 



La bóveda eslá pintada al fresco por el célebre caballero Meug«, 
y en los cuatro eitremos hay otras tantas medallas doradas, acom» 
paüada cada nna de dos fiaras de ninfas pintadas de claro-H)bs- 
caro : las medallas están ejecntadas en bajo relieve por don Felipe 
de Castro. 



El iMrgwnento de la pintura de la bóveda expresa la apoieons de, 
Hercules , hijo de Júpiter y de Alcmena , que fut uno de los 
principales héroes de la mitología: j después de haberse hecho fa* 
ntoso por sus hasañas se abrasó en una hoguera que hito en el' 
monte Oeta; y habiendo extinguido en el fuego iodo lo que te-- 
nia de terrestre y mortal, fue elanido al Olimpo entre los in- 
mortales, y desposado con Hehe, diosa de la juventud, 

xodos los dioses están colocados por su orden, pre- 
senciando la apoteosis de Hércules. En el sitio prin- 
cipal están presidiendo este congreso los cuatro prin- 
cipales hijos de Saturno y de Cibeles, á saber: Jüpi* 
ter, Juno, Neptuno y Pluton, que tenían entre sí di- 
vidido el imperio del universo. 

Júpiter está sentado en un trono: con una mano 



(176) 
tiene el rayo y con la otra una diadema 6 a'rculo de 
oro, con el que se dispone á coronar á su hijo: de-* 
lante se ve un águila. Júpiter 6 Jove estaba reveren- 
ciado como el mayor de todos los dioses; esta supe- 
rioridad la habia adquirido destronando á su padre 
Saturno, usurpando el derecho de los Titanes, y ha- 
ciéndose dueño del rayo , que era el principal atribu- 
to de su poder, asi como el trono lo era de su rei- 
nado , y el águila de su triunfo : el círculo de oro es 
símbolo de la inmortalidad con que recompensa el he- 
roismo de su hijo Hércules. 

Neptuno está á su derecha como hermano que le 
seguia en edad y poder: era dios de los mares, y co- 
mo tal muy reverenciado por los fenicios y demás 
pueblos navegantes: tiene en su mano el tridente, su 
cetro característico. 

Juno está sentada á la izquierda de Júpiter, de 
quien era hermana y consorte; llamábanla diosa de 
los reinos y reina de los dioses. Al lado de Neptu- 
no está 

Platón^ dios de los infiernos, apoyándose sobre 
su cetro de hierro; insignia de su cruel dominación. 
Mercurio conduce á Hércules á la presencia de estos 
cuatro grandes dioses. 

Mercurio 6 Hermes era hijo de Júpiter y de Ma- 



(177) 
ja, hija de Atlas: tenia machos destinos: era mensa^- 
gero de Júpiter, conducía las almas de los muertos 
al tribunal de los infiernos , y las sacaba de ellos cuan- 
do era necesario: presidia á la elocuencia y al comer- 
cio, j favorecía á los ladrones: le distinguen las alas 
que tiene en la cabeza y en los pies, y el caduceo 
^e lleva en la mano. 

Hercules se presenta en pie con un despojo de 
kon al hombro y una clava ó maza en la mano: va- 
rios genios sostienen el carcax, pues la clava y las fie* 
chas fueron las únicas armas que le sirvieron para 
domar y triunfar de tantos monstruos: el despojo de 
león es trofeo de la victoria que consiguió sobré el 
formidable de Nemea, y también es símbolo de la for- 
taleza de este héroe. Siguen colocadas en sus respec- 
tivos sitios las diosas IVIinerva, Temis, Diana y Pro*> 
serpina. Dos ninfas acompañan á Diana. 

Minerva está armada de morrión, lanza y escudo, 
y en una mano tiene un ramo de olivo. Era diosa de 
la sabiduría y de las artes, é hija de Júpiter, que la 
hizo salir armada de su cerebro: le estaba consagra- 
do el olivo porque decian habia inventado el uso del 
aceite. 

Temis era la diosa de la Justicia, y eso indica la 
balanza que tiene recogida: era hija del Cielo y de 

23 



(178) 
la Tierra , j madre de la Lejr y de la Paz. Los poe- 
tas fingieron que sus balanzas fueron transportadas al 
cielo y colocadas en el Zodiaco con el nombre de Li* 
bra, signo qué corresponde al equinoccio autumnal, y 
divide al dia y la noche en dos partes iguales. 

Diana f hija de Júpiter y de Latona, era diosa de 
la caza, y por eso está armada de arco y flechas: tam- 
bién protegía los bosques, y estas dos calidades la da- 
ban el nombre de Diana : se llamaba Hécate en los 
infiernos y Luna en el cielo, y bajo este último as- 
pecto está representada con un creciente en la cabeza. 
Por todos estos atributos la llamaban los poetas dio- 
sa triforme. 

Proserpína puede ser confundida con ella á lo me^ 
nos cuando se llama Hécate: aqui está cubierta con 
un amplio manto morado sin otra insignia, por lo 
cual no puede ser tenida por otra diosa, y la da á 
conocer por la reina de los muertos. Las dos ninfas 
que acompañan á Diana son las que los mitólogos lla- 
man Dríadas ó Napeas, á cuyo cargo estaban los bos- 
ques consagrados á Diana. Las ninfas eran unos nú- 
menes subalternos que acompañaban á las diosas: las 
marítimas se llamaban Nereidas; las de los ríos y fuen* 
tes Nayadas; las de los lagos y estanques Himniadas; 
las de las montanas Oreadas, y las de los bosques y 



(179) 
prádros Dríadas, Hamadríadas y Napeas» Considera*»' 
das alegóricamente eran las mismas propiedades de 
los montes, bosques I fuentes, &c, personificadas j em- 
bellecidas por los poetas. A estas diosas sigue Venus 
acompañada de Cupido, de un genio, de Psiquis y 
de las Gracias. 

faenas f Cipris y Afradiia son tres nombres que 
convienen á la misma divinidad, que era bija de Jú- 
piter y de Dionea, y diosa de los placeres y de la be- 
lleza: estaba adorada muy particularmente en la vo* 
luptuosa isla de Chipre, y era madre de Cupido, de 
Anterote, deHermione, de Himeneo, dePriapo, y de 
Eneas: tiene en su mano una manzana, trofeo de su 
belleza y símbolo del amor. 

Cupido tiene coronada la cabeza con mirto y ro- 
sas, y en una mano la antorcba, que es una de sus 
principales insignias: la mariposa que tiene en la otra 
mano simboliza la inconstancia y futilidad de los pla- 
ceres. 

Psiquis f su amante, está algo separada, y como 
Cupido coronada también con flores y con aspecto in- 
fantil: la mariposa la estaba consagrada. El matrimo- 
nio Heno de amarguras que contrajo con Cupido, y 
se halla descrito por Apuleyo y Fulgencio, es una 
alegoría imaginada para manifestar los males que la 



(180) 
sensualidad , figurada por Cupido , causa al alma , STm« 
bolizada por Psiquis. £1 genio que mostrando á Ve- 
nus dirige sus miradas á Cupido y tiene en la mano 
unas llaves, es otra docta alegoría del amor. Estas lla- 
ves significan dos cosas : la primera el dominio de los 
corazones, j la segunda una de sus ocupaciones, pues 
era portero y centinela del palacio de Venus, y por 
eso llamaban al amor Clmiger. Las tres Gracias están 
representadas por unas bellísimas jóvenes enlazadas en- 
tre sí, y una de ellas presenta á otra una rosa y un 
mirto. 

Las Gracias eran hermanas, se llamaban Aglae, 
Thalía y Eufrosina , y eran companeras inseparables 
de Venus. Pueden considerarse bajo dos aspectos, co- 
mo personages alegóricos y como mitológicos: como 
alegóricos presidian á los beneficios y á la gratitud, 
y por eso son tan bellas y risueñas, porque todo 
beneficio debe ser dispensado con semblante grato 
y sinceridad de ánimo. Son jóvenes porque nunca 
debe envejecerse la memoria de las mercedes recibi- 
das ; y como estas deben hacerse exentas de miras in- 
teresadas, por eso se representan desnudas las tres 
hermanas : se dan los brazos porque los hombres de- 
ben ayudarse mutuamente. En fin son tres, y signi- 
fican la dádiva, la admisión y el agradecimiento. Les 



(18i) 
daban por atributos una rosa, un ramo de mirto j 
un dado y 7 esto da á entender que la beneficencia 
simbolizada por las tres Gracias es una virtud tan 
bella como la rosa ; que la memoria de los beneficios 
debe ser permanente como el mirto, que conserva 
mucbo tiempo su verdor, 7 que debe ser correspon- 
dida con gratitud; porque el dado es también gero-* 
glífico de la correspondencia. Como personages mito- 
lógicos expresan los atractivos de la hermosura , 7 asi 
se les da la rosa 7 el mirto, plantas que se atribu- 
7en á Venus, 7 el dado (TalusJ es símbolo de los 
sencillos juegos de la infancia. A Venus 7 su corte 
sigue 

Cibeles^ que tiene á su lado un bello jdven con 
unas espigas en la mano: delante un niño que der- 
rama flotes de la cornucopia de Amaltea , 7 detrás un 
fauno de edad adelantada que tiene recogidos algu-* 
nos frutos en una piel: también está inmediata Hi- 
ge7a, diosa de la salud. Cibeles era bija de Uraiio 7 
de Titea, esposa de Saturno 7 madre de Júpiter, Ju- 
no, Neptuno, Pluton, Ceres, Vesta 7 Glauca: llamá- 
base también Ops, Rbea , Berecinthia 7 Gran Madre, 
7 la fingian coronada de torres 7 en un carro tira- 
do por dos leones: aqui tiene rodeada la corona mu- 
ral con una guirnalda de encina, 7 á sus lados los 



(182) 
leones. Esta diosa está cousiderada como un emble** 
ma de la tierra , y por eso la llamaban Gran Madre» 
porque sus producciones alimentan á los hombres. El 
niño, el joven y el fauno de edad madura manifies- 
tan con sus atributos, propios de Cibeles, los diver* 
sos frutos de las tres estaciones productivas del aüo 
significadas por estas figuras. Y como las plantas que 
sirven para restablecer la salud forman un ramo tan 
precioso entre los vegetales , he aqui la rason por 
qué también está representada 

Higeyap diosa de la salud, hija de Esculapio, dios 
de la medicina: tiene con una mano una serpiente, 
á la que da de beber en una taza que sostiene con 
la otra : una diadema de oro cine sus sienes. La taza 
denota las bebidas y demás remedios que coadyuvan 
á restablecer la salud perdida: la serpiente, ademas 
de mostrar la prudencia que es necesaria para con- 
servarla, es símbolo de la salud; porque asi como la 
serpiente se renueva la piel, asi parece renovado el 
hombre cuando adquiere la sanidad: la diadema de 
oro dá indicio de cuan preciosa sea la salud , y en 
cuánta estimación debe tenerse; pues es, por decirlo 
así, la reina de todos los bienes temporales. Sigue á 
todo esto el 

«So/, bajo la figura de un bellísimo jdven revés*- 



( Í83) 
tído cotí manto blanco y con una antorcha encendi- 
da en la mano: en la parte inferior se ven algunos 
genios con los atributos de este astro ; pues uno de 
ellos tiene el círculo de sus rotaciones, otro las sae- 
tas alusivas á sus rayos, otro está en ademan de apar- 
tar una nube en indicio de su claridad, y por últi- 
mo otro en sitio aún mas inferior que los demás está 
entregado al sueño, demostrando con esto la ausen- 
cia del Sol. A un lado se perciben las Horas danzando. 

A esta graciosa alegoría acompaña otra del Tiem- 
po, simbolizada por Saturno y Jano, que sostienen 
un círculo de oro. 

Saturno era hijo de Urano 6 el Cielo, y esposo 
de Cibeles; representa el Tiempo; por eso se le pin- 
ta anciano con alas y guadaña. La fábula dice que 
devoraba sus propios hijos, lo que debe entenderse 
por la sucesión rápida de los años, hijos del Tiempo. 

Jano fue un Rey de Italia y compañero deT Sa- 
turno, cuyo reinado ha sido inmortalizado por los 
poetas con el nombre de siglo de Oro, y después los 
romanos le adoraron como uno de los principales dio- 
ses edificándole un templo, abierto solo en tiempo 
de guerra, y en honor de Saturno instituyeron las 
fiestas Saturnales; pero considerado Jano como perso- 
nage alegórico, es tenido por un emblema del tiem- 



(184) 

po presente 7 pasado , que eso demuestran sus 
rostros: era dios del año, que le abría j cerraba con 
la llave que tiene en la mano: el círculo que sostie- 
ne con Saturno significa el giro que hacen las diver- 
sas subdivisiones del tiempo, j también representa 
el Zodiaco: se ve inmediato un genio que está dur- 
miendo, y expresa lo insensible que parece la velos 
carrera del tiempo. Como ministras suyas se ven cer* 
ca las 

Parcas^ hijas de la {necesidad según unos, 6 del 
Erebo y de la ISoche según otros; llamábanse Ciólo, 
Laquesis y Átropos, y presidian á la duración de la 
vida humana; por eso se representan hilando: la pri- 
mera tiene la rueca , la segunda el huso con que hila, 
y la última la tijera fatal que corta el hilo de la vida: 
creían los paganos que hilaban lana blanca: mezclada 
con oro ó seda, para expresar los dias felices, y isola- 
mente lana negra para determinar los desgraciados. 
A su lado están sentados tres graves ancianos des- 
nudos y apoyados sobre urnas. £1 sitio que ocupan 
tan inmediato á las Parcas, su desnudez y torvo as- 
pecto les da á conocer por los tres jueces del infier- 
no Minos, Radámanto y £aco, famosos legisladores 
de la mas remota antigüedad, á quienes los poetas 
asignaron semejante magistratura. 



( 1 85 ) 

Minos pasaba por hijo de Júpiter j de Europa : 
fue el que dio á Creta , de donde era Rej , sus cele- 
bradas leyes. Radamanto , Rey de Licia , se hizo famo^ 
so por su celo por la justicia. Eaco civilizó un pue- 
blo donde mandaba con rectitud. Están desnudos pa« 
ra manifestar su inte^idad, exenta de pasiones y ar- 
tificios. Las urnas sobre que reposan pueden signi- 
ficar ó las cinericias de los difuntos, ó las que conte-r 
nian los juicios escritos. Sus cargos consistian en exa- 
minar las almas conforme Mercurio las iba presen- 
tando anie su tribunal , y por lo mismo estaban con- 
siderados como ministros de Pluton. 

Inmediatos á estos jueces hay otras tres figuras 
bastante desconocidas, aunque sean las menos impor- 
tantes de' esta gran composición. No sabemos lo que 
Mengs quiso expresar por ellas, pero no hay duda 
que son deidades maléficas: dos de ellas, las mas pró- 
ximas á los magistrados infernales, representan mu- 
geres revestidas con mantos de colores obscuros^ y la 
una tiene en la mano una medalla al parecer. Aten- 
diendo á su aspecto y al sitio que ocupan se puede 
muy bien conjeturar que son, ó algunas de aquellas 
deidades malignas que adoraban los idólatras, como la 
Discordia, hi Mentira ^ la Contienda, &c., ó bien las 
que presidian álos funerales, como Libitina y Nenia. 

24 



(186) 

La proximidad de las Parcas que disponían de la vi- 
da y muerte de los hombres, y la de los jueces que 
pronunciaban la sentencia de su irrevocable destino, 
dan mucha probabilidad á esta última conjetura. La 
tercera figura representa un hombre de feo aspecto, 
que tiene cubierto el rostro con un velo y en sus ma- 
nos una arquita: rodeante obscuras nubes, por lo cual 
me parece representa á 

Demogorgon^ de quien dice Bocacio era el mas 
antiguo de los dioses, habitador de los senos de la 
tierra , y acompañado siempre de las mas densas ti- 
nieblas: reinaba en todo su aspecto una palidez mor- 
tal, y exhalaba continuamente un hedor de hume- 
dad insufrible: con todos estos caracteres cuadra per*- 
fectameote su fea figura y la obscuridad que le ro* 
dea. Añade el mismo autor que Demogorgon nunca 
declaraba sus pensamientos por su propia boca: que 
temian nombrarle sus adoradores; y á esto hace muy 
buena alusión el velo que oculta su rostro. Respecto 
de la arquita expresa con mucha propiedad el Caos» 
su compañero ó primer hijo: tal era el colmo de la 
ceguedad de los paganos, y tales las ideas que tenían 
formadas de la Divinidad. 

A estas deidades tristes y horrorosas sigue el fes- 
tivo coro de Baco, compuesto de este dios, de su ayo 



(187) 
el viejo Sileno, del voluptuoso Como, y de algunos 
pequeSos faunos ó silvanos. 

Baco preside este coro, j está expresado por un 
hermoso aunque afeminado joven coronado de hiedra, 
con el tirso despojado de hojas en una mano, y en 
la otra una gran taza de oro. Era Baco hijo de Jú* 
piter y de Semele , y estaba reverenciado por los gen- 
tiles como uno de los principales dioses y conquista- 
dores: le reputaban inventor del vino, y por el pri- 
mero que sometió los bueyes al yugo. Se le pinta jo- 
ven hermoso y rubio , porque asi le representaban los 
antiguos, como puede verse en los monumentos que 
se han conservado hasta nuestros dias : su afeminación 
nos muestra la debilidad consiguiente á la embriaguez: 
su corona es de hiedra, porque esta planta le estaba 
consagrada por varias razones: primera, porque está 
siempre verde, y Baco gozaba una juventud perpe- 
tua: segunda, porque tiene la propiedad de enlazar 
cuanto encuentra, y el vino encadena y embota los 
sentidos: tercera, por ser símbolo de la lascivia, á la 
que comunmente arrastra el vino : cuarta , porque 
Cisso, niño muy amado de Baco, fue transformado en 
esta planta. 

Sileno era ayo de Baco: representase bajo la fi- 
gura de un viejo grueso sentado sobre una piel y re- 



(i88) 

tostado en un. pellejo de vino: sus orejas son punti- 
agudas, y como su discípulo tiene corona de hiedra y 
una taza en la mano. Mada tenemos que añadir á lo 
expuesto acerca de estos atributos; pero respecto de 
las orejas puntiagudas se sabe que es el distintivo de 
los sátiros y faunos, que eran los númenes protecto* 
res de los campos, y formaban también la corte de 
Baco. Los que aqui están pintados son dos bellos mu- 
chachos , el uno está sobre una pantera teniendo muy 
gozoso un racimo de uvas en la inano, y el otro, no 
menos risueño, lleva un jarrón de oro en las suyas. 
Los faunos y sátiros son emblemas de la torpeza; por 
eso eran acompañantes de Baco. La pantera estaba 
* consagrada á este dios: primero, porque sus tres no- 
drizas Filis, Coronis y Cleida, fueron transformadas 
en dicho animal: segundo, porque la pantera es ge- 
roglífico del furor, y manifiesta con esto el que oca- 
siona el abuso del vino; por estas razones se repre* 
;senta algunas veces á Baco sentado en un carro ti- 
rado por panteras y tigres, que por la misma causa 
le estaban también consagrados. 

Como era el dios de los convites y de la lascivia, 
y por lo tanto compañero y ministro de Baco, á quien 
se asemejaba en la afeminación: tiene una guirnalda 
jde flores en la cabeza y otra en la mano , lo cual es 



(189) 

alusivo á la alegría de los festines y á la costumbre 
que los antiguos tenian de coronarse de flores en los 
banquetes, j aun de adornar con ellas las tazas en 
que bebían : en la otra mano tiene una tea encen- 
dida , j es atributo de las fiestas nocturnas. Este dios 
presidia también á los adornos de la cabeza. Sigue el 
coro de las musa$ presidido por 

jipólo^ gallardo joven, con la lira en una mano 
y en la oira el plectro. Apolo, hijo de Júpiter y de 
Latona y hermano gemelo de Diaúa, era tenido por 
el dios de los adivinos , de las bellas artes y de la Itiz, 
y por esta última circunstancia era confundido con 
el Sol en la 'mitología griega: tenia diversos nombres, 
pero todos procédian de las diferentes naciones que 
le adoraban. Asi se llamaba también Febo entre Jos 
griegos mismos , Adad por los asirios , por los per- 
sas Mithra, y por los egipcios Horo. En esta mag- 
m'fica composición, está considerado solamente como 
presidente de la poesía, de la música, y de las ar- 
tes de erudición» Rodeante las musas, hijas de Júpi- 
ter y de Mnemosine , esto es , de la Memoria , tan ne- 
cesaria en los estudios amenos, y que quedan ya des- 
critas en esta obra. Delante del coro de las nueve 
musas está 

CereSf hija de Saturno y de Cibeles, y adorada 



(i90) 
por los antiguos paganos como inventora de la agri- 
cultura: decían había ensenado tan útilísimo arte á 
Celeo, Rej de Eleusis, y que fue nodriza de su hijo 
Triptolemo, el cual inventó después los instrumentos 
necesarios para el cultivo de la tierra , llamados por 
Virgilio armas cereales; por lo que reconocidos los 
griegos instituyeron en honor de la diosa las fiestas 
y misterios Eleusinos, tan célebres en la antigüedad. 
Otros quieren que Ceres haya sido una Reina de Si- 
cilia que ensenó la agricullura á sus vasallos, y no 
falta quien la considera solo como una brillante ale* 
goría de los trabajos campestres. Aqui se manifiesta 
todo esto, pues la diosa está representada con coro- 
na de espigas en la cabeza y con un haz de ellas en 
la mano: tiene manto amarillo, y esto muestra el co- 
lor de que parecen revestirse los campos por agosto, 
mes consagrado á esta diosa. 

Pomona está inmediata: era la deidad de los fru- 
tos, como lo manifiestan los que tiene recogidos con 
el manto que sostiene con ambas manos , y á su lado 

está su esposo 

Veriumno^ á quien estaban encomendados los huer- 
tos, y por eso tiene junto á sí una canasta con hor- 
taliza. También está 

Esculapio, dios de la Medicina é hijo de Apolo 



(<91 ) 
y de CoTonis: tiene en la mano el bastón nudoso y 
rodeado por una serpiente. Algunos autores dicen que 
se dio la serpiente á Esculapio por ser animal vigi- 
lantisimo, y se puede añadir á esta razón la de ser 
símbolo de la prudencia , porque prudente y vigi- 
lante debe ser el médico: los nudos del bastón ex- 
presan las dificultades de la Medicina. En primer 
término están sentados dos dioses rústicos; el uno de 
ellos es 

Pan^ con la mitad superior del cuerpo de hom- 
bre, y la mitad inferior y cuernos de cabra: tiene en 
una mano la fístula ó flauta satírica. Era hijo de Mer- 
curio y de Penélope , dios de los pastores y gefe de 
los sátiros: estaba reverenciado particularmente en Ar- 
cadia: la fístula era un instrumento pastoril , del que 
fue inventor, formándola de un caSaveral en que se 
transformó una ninfa á quien amaba llamada Siringa* 
Uno de los delirios del paganismo era tener á este 
monstruoso dios por emblema del universo. £1 otro se- 
midiós que está con él, se da también á conocer por 
un fauno ó sátiro,* tanto por su aspecto agreste y ore- 
jas puntiagudas , como por el cayado que tiene en una 
de sus manos y la corona de ramas de pino que ci- 
ne su cabeza: se sabe que el pino estaba consagrado 
4 estas deidades silvestres. En sitio mas superior se 



(192) 
ostenta el fiero IVfarte acompañada de la Victoria, de 
Castor y Polux. 

Martt está sentado: tiene morrión en la cal>eza, 
espada , lanza y escudo en sus manos : era hijo de 
Juno : represéntase armadp porque era dios de los 
combates : en su escudo tiene pintado un rayo para 
expresar por medio de este geroglífico sus estragos, 
pues los poetas le daban por companeros y ministros 
al furor, la discordia, el terror y la ira, que son 
consiguientes á toda guerra. 

La Victoria está como se suele pintar comuna- 
mente, con alas y una palma en la mano: conside- 
rada como personage mitológico era hija de la lagu- 
na Estigia: se sabe que por esta laguna juraban los 
dioses, y este juramento era tal, que el que le que- 
brantaba era privado por cien aSos de la divinidad. 
Este honor concedido á Estigia procedió de los emi- 
nentes servicios que su hija la Victoria hizo en favor 
de Júpiter en la guerra que tuvo que sostener con- 
tra los gigantes. 

Castor y Polax están representados por dos jó- 
venes muy bellos y parecidos entre sí: tienen en sus 
cabezas dos ¿orretes frigios de la forma y color de 
media cascara de huevo, y están en actitud de oir á 
Marte que les dirige la palabra. Estos eran hijos de 



(193) 
Júpiter y de Leda, y estaban reputados por unos de 
los principales héroes ó semidioses de la mitología. Po* 
lax era inmortal, y Castor mortal ; pero se amaban tan 
tiernamente que, habiendo muerto éste, pidió aquél 
á Júpiter poder para dividir con su hermano su in- 
mortalidad, y asi cuando uno de ellos moria renacía 
el otro; hasta que transportados ambos al cielo con 
el título de Gemelos (GeminisJ^ constituyeron uno de 
los doce signos del Zodíaco. En primer término y si- 
tio mas inferior están los dioses del viento y del fuego. 

Eolo era el dios de los vientos, y decían reinaba 
en las islas que están al norte de Sicilia, llamadas de 
su nombre Eolias. Algunos autores le cuentan entre 
los dioses marinos: el cetro que tiene en la mano in- 
dica su terrible poder. 

F'ulcano era el dios del fuego, artífice de las ar- 
mas de los dioses, é hijo de Júpiter y de Juno: le 
fingían cojo y el mas feo de todos los inmortales. Cer- 
ca de estos dos, y detrás de Juno, están Ganimedes y 
dos ninfas, que acaso por una de ellas se habrá que- 
rido representar á Hebe. 

Ganimedes está bajo la figura de un mancebo con 
una copa 6 taza en la mano. Este era un Príncipe 
troyano hijo de Tros, que fue arrebatado al Olimpo 
por una águila para servir á Júpiter el néctar, que 

25 



(194) 
era la bebida de los inmortales. Es el signo de Acua- 
rio en el mes de enero. 

Hehe era hija de Júpiter y de Juno , y diosa de 
la juventud: servia de copera á los dioses antes de 
Ganimedes. Su padre la dio por esposa á Hércules 
después de su apoteosis, lo cual es una alegoría que 
nos indica que la fuerza expresada por aquel héroe 
acompaña comunmente á la juventud, significada por 
esta diosa. En medio de la bóveda se ve la 

Fortaleza, virtud principal del héroe, vestida mi- 
litarmente y con una piel de león al hombro: está 
sosteniendo un medallón, cuya representación es alu- 
siva á Hércules y á la España antigua y mitológica: 
le guarnece y adorna una guirnalda formada de ra- 
mos de laurel. 

La Justicia, coronada y revestida de manto rojo, 
tiene al hombro las fasces consulares, y con la mano 
muestra el medallón, indicando que las columnas, que 
Hércules puso en el estrecho que separa España de 
África, fueron el término de sus trabajos* Un genio 
tiene en sus manos varias guirnaldas como otros tan- 
tos atributos de sus glorias, y la Fama se apresura 
á publicarlas. Por los aires se ven varios genios; unos 
conducen la aljaba, con cuyas saetas habia muerto 
tantos monstruos; otros llevan una palma en demos- 



(195) 
tracion de victoria , y otros derraman flores como sím- 
bolos de alabanzas. 

Entre todas estas figuras se distingue una que 
sostiene con ambas manos una urna redonda , j por 
lo que se puede distinguir parece estar coronada de 
estrellas, atributos propios de la inmortalidad, y alu- 
sión á los gloriosos destinos del héroe. 



MEDALLAS I>E BAJO RELIEVE. 

En ellas están representadas algunas hazañas de 
Hércules. 

En la primera está su triunfo sobre el Cancer- 
bero cuando el héroe bajó á los infiernos para librar 
á su amigo Teseo, y venció á aquel monstruo, que 
era un perro espantoso que tenia tres cabezas, y ser- 
via de portero en los dominios tenebrosos de Pluton. 

En la segunda está figurado Hércules, vencedor 
del ja valí de. Enmanto. La fábula dice que habiendo, 
le mandado Euristeo (á quien los destinos le habian 
sometido) traer viva á su presencia esta horrible fie- 
ra que destruía los campos de Arcadia, cargó con 
ella acuestas y la llevd á Argos. 

En la tercera medalla está expresada su victoria 
contra la famosa cierva Menalia, que tenia los cuer- 



(196) 
nos de oro y los pies de bronce, la cual fue vencida 
por Hercules en la carrera, y conducida por ¿1 hasta 
Micenas. 

Y en la cuarta y última se halla esculpida su ha- 
zaña contra la hidra de Lerna, que era una serpien- 
te monstruosísima que, según Heráclides, tenia cin- 
cuenta cabezas, según Higinio nueve, y según otros 
siete, pero con la funesta propiedad de renacer aun- 
que se cortasen; de modo que para acabar con ella 
le fue necesario mandar á Yolas su compañero que- 
mase con una tea encendida los cuellos cortados, á 
fin de evitar esta fatal reproducción; y asi acabó de 
matar á la hidra , en cuya sangre empapó sus flechas. 

Nota. De esia sala u pasa d otra mayor , que en la actúa-' 
lidad es la Cámara de S. M, , cuya bóoeda está adornada de es- 
tucos chinescos: inmediatos d ella hay varios gabinetes; en el pri- 
mero, que es el que forma el ángulo de Palacio entre las facha- 
das de Mediodia y Poniente, está pintado por don Luis López el 
techo decimosexto, 

I .^ La bóveda cata pintada por McDgs y representa la apoteosis 
de Hércules. Véase el Viage de España tomo 6.^ descripción del Pa- 
lacio nuevo, las obras de Mengs pablicadas por Azara en la pág. 44t 
y el Diccionario de los ilostres profesores tomo 3.** pág. i3o. 

a.* Júpiter: era tenido por el soberano entre los inmortales, y 
por esta superioridad le llamaban el padre de los dioses y de los 
hombres, y le condecoraban con muchos dictados alusivos á su po- 



(197) 

átTy como Tonante, Falminante , Falgarator, écc: el trono era em- 
blema no solo de reinado, sino también de divinidad entre algunos 
pueblos: los demás atributos son muy conocidos: á este dios le estaba 
consa^da la encina , y entre las aves el águila , y de los meses el de 
julio. Véase lo que de él dicen Virg. Georg. i.^ 339. Ovid. Metam. 
libro a.o fáb. Europa. Pier. Val Hierogl. Itb. XLIII fol. 319. Car. 

tario io4' 

3.^ NepUmo: sus diversas significaciones pueden verse en Cart. 
pág. ^^l, £1 mes de febrero le era dedicado. 

4.^ Juno: representa el aire y Jove el fuego, y como estos dos 
elementos se asemejan en cuanto á la sutileza , por eso los fingían 
bermanos y consortes : le estaban consagrados el mes de enero , el 
cordero , el pavón y la aaucena. Y. Ovid. Metam. lib. 3.® fab. SemeleL 
Bocac. lib. 9.** pág. i43. Cart. pág. 176, el cual dice en la pág. 17a 
que esta diosa era la misma que Lucina. 

5.^ Pluton: su cetro no es un bidente, como le pintan los mo- 
dernos, pues no se baila tal en los monumentos antiguos, sino una 
vara larga, que Píndaro llama Verga, y con la que Pluton asignaba 
á las almas el lugar que debían babitar en sus dominios: esto dice 
Winckel. tomo 1.** pág. na y 11 3. El ciprés estaba consagrado á 
Pluton. 

6.^ Grandes dioses: eran veinte los que los romanos llamaban 
Dü selecti^ á saber: Júpiter, Neptuno, Orco (era Pluton), Janó, Sa- 
turno, Genius, Mercurio, Apolo, Marte, Vulcano, Baco, Sol, Cibe- 
les, Ceres, Juno , Luna , Diana , Minerva , Venus y Vesta. V. el Tea- 
tro de los dioses part. 3.^ lib. a.^ pág. 104 ; pero aqui bemos dado el 
nombre de grandes dioses á los cuatro bermanos por ser los prin- 
cipales. 

7.* Mercurio. V. lo que de él dice Cart. pág. 3 1 o y sig. : á esle 
dios estaban consagrados un planeta y el mes de junio. 

S.* Hércules: le estaban dedicados el álamo blanco, el ciervo y 
la bidra. 

9.^ Minerva: es un emblema de la unión de las armas y las le- 
tras: pasaba por inventora del tejido, bordado é bilado: le pertene- 
cía el mes de marzo, el olivo y la lecbuza. Ovidio la llamaba Belli" 
ca F'irgo á causa de su armadura : de ella bablan este autor Metam. 



(198) 

lib. 4.<> y 6.*», fab. jiragn. Virg. Georg. i * vers. i8. Cart. pág. 458. 
Wiockelm. tomo i.** pág. la^. 

ID. Temis: en la Teogonia de Hesiodo pasa por bija del cíelo 
y de la tierra , y hermana de Saturno. V. lo que acerca de esta dio- 
sa dice el Dicción, icón, tomo i.*^ pág. a 5 6. 

1 1. Diana: Ovidio la llama Dea Venatrix: el templo que le es- 
taba dedicado en Éfeso, era una de las maravillas del mundo. La 
cierva y el barbo estaban consagrados á esta diosa , como también el 
mes de noviembre. Ovid. Met. lib. a.® fab. de Calixto, Cart. pág. loo 
y síg. Winckelm. tomo i.^ pág. la;. Ravisio Textor part. a.^ fol. 93. 

1 a. Proserpina .* es mas natural que represente á esta diosa la 
figura de que hemos hablado , que no á Yesta á quien puede atribuir- 
la alguno; porque esta última estaba representada unas veces con 
una pátera ó vaso llamado capedúncula y con el paladión , y otras 
veces con una lanza. V. el Dicción, icón, tomo a.® pág. 389. También 
se la representaba con la lámpara 6 antorcha para significar el fuego 
perpetuo. V. Winckelm. tomo 1.^ pág. 139. El narciso cataba consa- 
grado á Proserpina. 

i3. Ninfas, V. lo que acerca de sus calidades dicen todos los 
mitólogos y y el Teatro de los dioses part. 1.* lib. 3.^ pág. a 54» como 
también Rav. Tex. part. a.* fol. 95. 

1 4* yenus: hubo varias con este nombre; pero la principal de 
todas, á la que se refieren las acciones de las demás ^ y de la que se 
habla en este artículo , fue la undécima hija de Júpiter. Homero dijo 
que era hija de este dios y de Dionea , y Cicerón que era la tercera 
diosa con el nombre de Venus y muger de Vulcano: la manaana es 
atribulo de su triunfo, para lo cual debemos entender lo que nos 
cuenta la fábula acerca de dicha manzana, y es que estando la Dis- 
cordia enfurecida por no haber sido convidada á las bodas de la nin- 
fa Tetis con el Rey Peleo , arrojó en medio de la mesa del convite 
una manzana destinada para la mas bella de todas las diosas: dispu- 
táronse esta preferencia Juno, Minerva y Venus. París, hijo del Rey 
de Troya, fue electo juez para decidir esta cuestión, y adjudicó el 
premio á Venus , pero concitó contra sí y su patria los funestos efec- 
tos del resentimiento de las otras dos diosas rivales. Ademas de esta 
fábula pertenecia á Venus la manzana , por ser atributo de la decía- 



CÍ99) 

ración de amor, se^nn Winckelmann , apoyado en la autoridad de 
Plutarco. A esta diosa le eran dedicados un planeta, el mes de abril, 
el cisne, la paloma, la anchoa, el rosal y el mirto. Bocac lib. ii, 
pág. 179. Winckelm. tomo i.® pág. lag. Rav. Text. part. a* fol. 93. 

1 5. Cupido : hablan de é\ Ovid. Eleg. 3.^ del lib. a."». Cart. pág. 536. 
Rav. Tex. part. a.^ fol. i58. En los antiguos monumentos dice Pre- 
sel se ve á Cupido atormentando á una mariposa , para expresar la 
esclavitud de un alma tiranteada por el amor sensual. V. este autor 
en su Dicción, icón, tomo a.** pág. i3i. 

16. Psiquis: la alegoría de esta diosa 6 ninfa puede verse expli- 
cada por Prezel, en el Dicción, icón, tomo a.° pág. 17a. 

17. £1 genio que muestra á Venus, es otro emblema del amor; 
tal vez será Anterote ó Anteros, igualmente hijo de Venus y dios del 
amor recíproco, según Cartario. Sobre el nombre de Claoiger dado á 
Cupido, y sus atribuciones como tal, habla Winckelmann, fundado 
en un antiguo monumento existente en el gabinete Stosh. secc. a.^ 
n° 73o, y en la autoridad de Eurípides (en su Hipol.). A esta opi- 
nión tan respetable se puede añadir una imagen del Amor con lla- 
ves que trae Cartario en su obra. V. este autor pág. 5oo y Sao, y 
Winckelm. tomo i.^ pág. 119. 

18. Las Gracias. V. Cart. pág. 56a , el Teatro de los dioses par- 
te 3.^ pág. ao4 y ao6. Winckelm. tomo 1.° pág. i33 y i33, y el 
Dicción, icón, tomo i.® pág. a 63. 

19. Cibeles. V. Ovid. Met. lib. 9.^ fáb. Aqueloo. Cart. pág. aoa 
y sig. La encina, el pino y el león correspondían á Cibeles: dos 
espigas, según Winckelmann, forman uno de sus atributos cuando 
se la identifica con la abundancia. V. este aut. tomo i.** pág. 141. 
En cuanto al joven que está al lado de la diosa, no me parece re> 
presente á Atis su querido, porque tendria corona 6 ramo de pino: 
tampoco puede significar el dios Bonus Eventos; porque si bien le 
pintaban con algunas espigas en la mano, le agregaban una pá- 
tera : asi que ha parecido explicar mejor esta figura del modo que 
lo está en la descripción. 

a o. Higeja. V. Cari. pág. 89 y sig., y también sn imagen en 
nn bajo relieve antiguo que está entre las esculturas del Herculano, 
tomo S.** pág. 371. 






(200) 

ai. Sol: era distinto de Apolo en la primitiva Mitolo^a grie- 
ga, y aun en la Teogonia de Hesiodo» como paede verse. También 
en la enumeración que se hacia de los grandes dioses ("Dü selectij 
se distinguían estos dos personages ( véase la nota 6.* ) ; pero aun- 
que se veneraban varios dioses con el mismo nombre de Sol, se- 
gún refiere Bocacio , el principal , y del que aquí se habla , es el se- 
gundo, que fue hijo de Hiperion, de la raza de los Titanes. V. este 
autor en su Genealogía, lib. 4*^ P^g- ^8* ^^ niños que están pin- 
tados junto á la figura del Sol, no solo muestran con sus atribn- 
tos las diversas propiedades de este astro, sino que son también alu- 
sivos á las cuatro principales parles del día. Las Horas eran sus 
hijas, y dicen que se llamaban asi de Horus, que es el Sol de los 
antiguos egipcios : unos dicen que eran veinte y cuatro , otros solo 
reconocían cuatro , confundiéndolas con las estaciones , y algunos 
solo admitían tres. V. lo que acerca de estas compañeras del Sol 
dicen Bocac. pág. 58, Cartar. pág. 558, y el Dicción, icón, tomo i.® 
pág. a84. 

a a. Saturno. V. Cart. pág. 38, y Bocac. lib. ^,** pág. i3a. 

a 3. Jano, V. Cart. pág. 4^ Y sig* £1 siglo de oro está descri- 
to por Virgilio en la Georg. a.^ al fin, cuando dice: 

Saturno vida tal tuvo en la tierra 
En aquella primera edad dorada. 
En la cual no se oyó trompa de guerra. 
Ni sonó puesta en duro yunque espada. 

Porque en el reinado de Saturno y Jano, que fue el siglo de oro, 
no se conocían los estragos de la guerra. 

a4. Parcas, V. Bocac. lib. i.^ pág. lo, y Cart. pág. 399 y sig. 

a 5. Jueces del Infierno. V. Bocac. lib. la pág. a 00, Cart. a 73 
y siguientes, y Teatro de los dioses part. i.* lib. 4-** pág. 394. 

a 6. Deidades nutléficas j los vicios mas vergonzosos: eran ado- 
rados por los paganos. Hesiodo fingía en su Teogonia que la Noche 
era madre del odioso Destino: eran dioses de esta familia el Frau- 
de, la Discordia, el Olvido, el Hambre, el Horror sanguinario, 
la Guerra, el Asesinato, las Contiendas, la Mentira, el Pleito, el 



(901) 

DtMpreeio de las leyes, &c. te. ¡HmU ¿imát podo Urgar el de- 
lirio del entendimiento homano! 

a;. Demogorgon, V. la deicrípdon qw hace Bocado de este 
fedimo y reverenciado dios en la Geneal. lib. i.^ pág. 5 y 6. El 
Teatro de los dioses part. 3.* lib. a.** pág. loi. 

a 8. Baco: á este dios le eran dedicados el tigre, la pantera , la 
urraca, las viñas, la hiedra y la higuera. Acerca de su bellesa y 
demás propiedades véase Ovid. Melam. lib. 3.® fab. Semelei. lib. ^,* 
fab. Mineid, Alciato Embl. Jupeni. Cart. pág. 428. Rav. Tez. part. 9.* 
f. i58. 

29. Sueno, y. Cart pág. i4a* Dicción, icón, tomo a.® pág. 219. 

30. Faunos y Sátiros. Y. Bocac. lib. 5.** pig. 93 , y lib. 8.'' pá- 
gina 140 : acerca de la pantera véase Cartario pig. 433. 

3 1. Cormts. V. lo qne dice Cartario explicando un caadro de 
Filóstrato, pág. 414 y 4i5: Umbien la tab. núm. 10 del tomo 4.® 
de Pin. antiq. de Heradano, 

3 a. Apolo. V. la larg» explicación qae de él hace Cartario des* 
de la pág. 56 hasta la 99 de su obra intitulada Imagirti de i dei, 
tantas veces citada en esta. El oráculo que este dios tenia en Del- 
fos era el mas célebre que se conocía en toda la antigfiedad paga- 
na. A él eran consagrados el mes de mayo, el enervo, el cisne, el 
grifo, el lavrel y el jacinto. 

33. Musas. Bocacio habla de sos significaciones en el lib. 11 
pág. 1 78 de SQ Geneal.; y de ellas hablan todos los mitólogos. 

34. Pomona, V. Cartario pág. a34, y el Dice iconol. tomo a.® 
pág. 161. 

35. FeriunuuK V. Cart. en la citada pág., y la explicación de 
este dios en el Dice icón, tomo a." pág. a 8 8. 

36. Esculapio. V. Bocacio lib. S."" pág. 89, Cart. pág. 84, y 
un bajo rcKeve antiguo en el tomo 5.® pág. ají del Herculano, y 
la Ub. 19 del 6.'' 

37. Pan. V. Ovid. MeUm. lib. i."" fab.de Argos. Virgilio en 
sus Églogas lib. a." vtrso 3a hace á Pan inventor de la flauta. Pa- 
saba por emblema del universo, y para apoyar esta opinión halla- 
ban otras tantas alusiones de esto en su monstruosa figura ; y asi 
decian con Servio que las astaj mostraban los rayos del Sol y los 

26 



(202) 

caernos de la Lana: otro* opinaban que aa rostro encarnado ex- 
presaba el faego, superior á los demás elementos: qae la barba lar- 
ga mostraba no solo el faego, sino también el aire; sa piel signi- 
ficaba las estrellas ; la flauta de siete cañas pasaba por una imagen 
de los siete cielos: hallaban aún en él otras alusiones todavía mas 
impertinentes é in fondadas qae las que acabo de referir. 

38. Fauno: acaso esta figura representa el principal fauno pa- 
dre de los demás , y aun de los sátiros. V. lo que sobre él dice Bo- 
cacio lib. 8.° pág. i4o. £1 pino era el árbol favorito de estos dio- 
secillos. 

39. Marte» V. Bocac. lib. 9.^ pág. i45» Cart. pág. 39$ , y la ta- 
bla 3.* del tomo 4.° de VPitt ant. Herad, Presidia á un planeta 
que tiene sa nombre. El mes de octubre, el día martes, el caballo, 
el lobo, el picamaderos y el fresno le eran consagrados. 

40. yictoría. V. Bocac. lib. 3.° pág. 84, y Cart. pág. 291. 

41. Castor y Polux, V. Ovid. Metam. lib. 8.<> y en la 5.^ del li- 
bro i.^ de sus Elegías, Bocac. lib. 11 pág. 180 , Cart. pág. x8i. 

43. Eolo. V. Bocac. lib. i3 pág. a 16, Cart. pág. a€o. 

43. F'uleano, V. Cart. pág. 387 y sig. Presidia el mes de sep- 
tiembre. 

44* Ganimedes, V. Bocac. lib. 6.^ pág. loa , y Cart. pág. 59. Pasa 
por personage* histórico : dicen que fue un Príncipe troyano he- 
cho prisionero por Tántalo, que en sus egércitos llevaba por insig-> 
nia un águila, y que de ahí nació la opinión de que Ganimedes 
había sido arrebatado por semejante ave. 

45. Hebe. V. Bocac. lib. 9.^ pág. i45, Cart. pág. 58, y la in- 
terpretación alegórica que expone Mr. Prezcl en el Dice icón, to- 
mo i.^ pág. 275. 

46. Fortaleza, V. Ripa tomo 3.^ pág. 109. La Justicia en la 
pág. a o I. La Fama en Cart. pág. 396. Acaso la guirnalda que ro- 
dea el medallón será de álamo, por ser árbol consagrado á Hércu- 
les ; y acerca de las columnas se sabe que las puso para indicar el 
termino de sus trabajos. 

47. Genios: todos los que aquí se representan son alusivos al 
héroe objeto de la composición: la urna que lleva en sus manos 
la figura coronada de estrellas, puede ser la de la Suerte, con la 



(203) 

que se representa al Destino. V. la opinión que, fondado en Home* 
ro» expone Mr. de Prczel en el Dice. icón, tomo i.^ en la pini- 
na 1 8a. Las estrellas son atributos de inmortalidad. 

MEDAII.AS. 

48- Esta obra de escultura es de don Felipe de Castro , uno de 
los mas famosos estatuarios del siglo XVIII. Nació en Galicia, en 
donde aprendió los rudimentos de su profesión; pero deseoso de 
adelantar pasó á Lisboa y á Sevilla , y babiendo becbo grandes pro^ 
gresos quiso perfeccionarse en Roma , en donde fue discípulo de 
Maini. La Academia de San Lucas de aquella capital , la de Floren- 
cia, y la de los Arcades reconocieron su mérito, y le nombraron 
su individuo: i su regreso i Espa2a fue nombrado primer escul- 
tor de la Magestad de Femando VI. En 175a fue creado director 
de la Academia de San Femando : en 1 763 obtuvo la placa de Di- 
rector general de este Real cuerpo, y falleció en Madrid en 1775. 
Basta decir en su elogio que la escultura , tan decaida en España por 
espacio de mas de medio siglo , recobró su esplendor y lustre por las 
obras, celo y aplicación de este insigne profesor. 

49. Medalla del Cancerbero, Algunos entienden por la basaita 
de Hércules contra el Cancerbero el dominio de la razón sobre los 
sentidos, y este dictamen me parece mas oportuno que el de Celio, 
que en sus Comentarios sobre los geroglíficos dice que significa sola- 
mente el hambre, la sed y el sueño, vencidos por Hércules, y ex- 
presados por las tres cabezas de aquel perro infernal. V. este autor 
en el lib. 59 fol. 4^6, Cart. pág. a8i, y el Teatro de los dioses 
part. a.* lib. a.® pág. 134. 

50. Javali.' que es geroglífico de destrucción lo dice Picr. Val. 
lib. IX art. de Porco; y véase lo que opina Cart. en la pág. 45o. 

5i. Cierva Menalia. V. el Teatro de los dioses part. a.^ lib. a.° 
páginas 93 y 94. 

5a. Hidra de Lerna, Aunque Pierio Valeriano en sus geroglí- 
ficos, y Alciato en sus emblemas, pongan á la bidra por símbolo 
de los sofistas, yo diria mas bien, atendiendo á las propiedades que 
le da la fábula, que puede expresar mas oportunamente una re- 



(904) 

belion mal extingoida. V. lo que acerca de ella dke el Teatro de 
los dioses parte a.* lib. a."" pig. 87, y P. Val. lib. XVI fol. laa. 
Algunos, fundados en la opinión de Macrovio» quieren que Hér— 
cales signifique el Sol y y sus doce hazañas los doce signos del Zo- 
diaco; pero me parece que algunas de sus aplicaciones son poco fe- 
lices para adoptar esta opinión : mas bien propondría yo los tra- 
bajos de Hércules á los artistas y poetas como emblemas de la cons- 
tancia en los asuntos que les ocurrieran. 




Explicación de la alegoría pintada por 
don Luis López en el techo de la sala 

décimasexta. 



£1 argumerUo txpreía las virtudes fue deben adornar d los que 
ejercen empleos públicos. 



Juia Sabiduría, precedida por el genio de la Sagaci- 
dad y conduce á la Fidelidad y á la Circunspección de- 
lante del trono. 

La Sabiduría se haUa representada en figura de 
la diosa Minerva, aunque con alas, para manifestar 
su elevación y la diligencia con que debe promover 
los intereses públicas. Se intr9duce aqui esta imagen 
en él sitio mas ominóte y rodeada de luz, para de^ 
mo^rar ciiádi necesarios son los talentos y el ísaber 
para desempeffaií dignamente los dístihguidos cargos 
y empleos que se digiía confiar él Soberano; pero co^ 
190. el mas perspicaz ingenio y los conocimientos más 
profundos nó son siempre guias seguras en el arte 
4e gobei!nar los hooibres , pues es ademas indtspen- 



(206) 
sable conocerlos, por esta razón se ha puesto dírigien* 
do á la Sabiduría el 

Genio de la Sagacidad^ expresado por un man- 
cebo que va volando delante de ella con la antorcha 
de la razón y del conocimiento, fundados en la ex- 
periencia y observación. Aun supuestas estas venta- 
jas es necesario vayan acompañadas de sentimientos j 
principios de lealtad, porque de lo contrario es te- 
mible que degeneren hasta el punto de ser mas no- 
civas que útiles al Estado: en atención á esto se ha 

simbolizado á la 

• I 

Fidelidad por una joven amable, cuyas facciones i 

inspiran la confianza : da una mano á la Sabiduría ; en 
la otra tiene una llave, y sobre sus modestas vestida- 
Tas, un manto blanco: á cierta distancia^ se ven algu- 
nos genios conduciendo una arquita con las llaves 
puestas, y sobre la que descansa un perro. Esta vir- 
tud es tan estimable, qué hace muy recomendables a 
los hombres en Ja sociedad, y forma buenos subditos 
en el Estado; pero coino ella por sí sola i^o e$ sufi- 
ciente para gobernarle, por eso se la ha pintado dándó 
la mano á la Sabiduría, la que le presenta la suya con 
el mayor afecto, porque ambas deben concurHr' al 
mejoi^ servicio del Monarca y de! público. Ún sem- 
blante cándoFoáa y el manto blatvcd dénMan qu^ ía 



(207 ) 
verdadera fidelidad debe dirigirse por los principios 
de una recta intención , y no disfrazarse con los colo- 
res del artificio j de la apariencia. La llave que tie- 
ne en la mano j la arquita expresan la confianza que 
inspiran los hombres adornados con esta virtud, y 
también la buena fe que debe presidir á todos sus 
asuntos y operaciones: el perro es su geroglífico, por 
las propiedades que tiene este fiel animal tan conoci- 
das de lodo el mundo. A estas cualidades debe agre- 
garse la de la circunspección, porque la jactanciosa lo- 
cuacidad no supone lealtad ni saber ; y asi pareció con- 
veniente representar detrás de las dos figuras ante- 
riores la significativa del 

Silencio por un genio que tiene vendada la boca, 
y para mayor expresión haciendo con la mano la se- 
ñal con que comunmente se manda callar: la bolsa de] 
despacho que lleva sobre el brazo es una alusión par- 
ticular á este techo, relativa solo al asunto que en el 
se ha pretendido representan Y para demostrar los 
bienes que resultan de semejantes prendas, se simbo- 

» 

lizó en sitio mas inferior á la 

Abundancia en una hermosa mugcr, revestida con 
manto de púrpura bordado de oro, coronada con es- 
pigas, y derramando (lores y frutos con algunas co- 
ronas de la cornucopia de Amaltea que sostienen va- 



(208) 
ríos genios, como indicios de la prosperidad consi- 
guiente á la unión de la Fidelidad y Sabiduría , or- 
denadas en obsequio del trono y de la felicidad pública. 

i.^ Esta obra es la primera que ha pintado al fresco don Lais 
Lopes el año pasado de 1836, y manifiesta desde laego los gran- 
des progresos que ha hecho en so arte este joven tan benemérito, 
anunciando los frutos que deben esperarse con el tiempo de las fe- 
lices disposiciones de su ingenio, y de su constante aplicación al 
estudio. 

3.^ SaMuria: los antiguos la representaban bajo la figura de 
Minerva: no la desdicen las alas á esta diosa en la espalda, pues 
Cartario refiere en su tratado de las Imágenes que Homero y Mar- 
co Tulio la describen como á Mercurio con alas en los pies, lo 
que para el caso es lo mismo. Véase Cart. páginas 379 y 38o, y 
el Dice. icón, de Mr. Prezel tomo 3.® en su artículo respectivo. 

3.* Fidelidad: la fé pública, que se tomaba por la fidelidad, es- 
taba honrada por los romanos como una divinidad , y tenia en el 
Capitolio un templo consagrado, dice Cicerón, por Atilio Calatino: 
se le ofrecían sacrificios sin efusión de sangre, cubriéndose sus sa- 
cerdotes con velos blancos , y los mayores juramentos se hacían en 
nombre de esta diosa , la que tenia muchos sobrenombres , como se 
ve en medallas de Emperadores, v. gr. la F¿ mutua, la F¿ del 
egército, &c. : sus imágenes variaban, y á veces se la significaba so- 
lamente por medio de emblemas, como dos manos juntas, ó sola la 
mano derecha , como puede verse en una de las imágenes de Car- 
tario, y en algunos monumentos de Montfauconi se ve que la da- 
ban por atributos un cesto de frutas y un manojo de espigas , aun- 
que en otros se representa con signos diversos también de los que 
la prestan los modernos. V. Cart. en las páginas 3i8y3i9,yenla 
imagen siguiente; y VAntiquité expUquée de Montfaucon, tom. 3.^ 
lám. 310 pág. 35o. Tenían los romanos otro dios llamado Fidius, 
i cuyo cargo estaba también la fé páblica , y era semejante al Hor^ 



(209) 

cío de los griegos, llamado dios de los juramentos. Sobre la figara 
moderna de la Fidelidad véase el Dice icón, tomo i.^ pág. aSg, y 
Cochin de icón. art. Fideiité. 

4.* Silencio: estaba elevado á la clase de divino por los anti- 
gaos paganos» y se representaba bajo la figara d<; un joven con el 
dedo en la boca, y era conocido con el nombre de Harpócraies en- 
tre los egipcios» y Sigaleon entre los griegos : los romanos adora- 
ban como diosas del silencio á Angerona y á Tácita: á la prime- 
ra la figuraban con la boca vendada, segnn algunos autores, y en 
tres estatuas suyas que be visto grabadas en la erudita obra del 
P, Moni/aucon está representada la diosa con el dedo en la boca 
como Harpócrates. V. Cari. pág. 374 y su lám. L* AntiquUé expliquét 
tom. a. pl. ai3 pág. 36o, y el Dice icón, tomo 3.^ pág. 217. 



•x'^:^' 



27 



>■ I 



Explicación de la alegoría pintada en la 
bóveda de la sala décima séptima por don 

Vicente López. 



El argumento a la Potestad soberana en él ejercicio de sus fe 
cultades. 



JLia Potestad 6 Autoridad está simbolizada por una 
matrona, en cuyo aspecto y actitud se ven expresa- 
das la grandeza y superioridad que deben caracteri*- 
zarla, y cuyo magnífico trage indica el aparato cor- 
respondiente á la Magestad regia: está sentada en un 
trono de nubes y presentando una guirnalda de lau- 
rel, para demostrar que una de sus principales cali- 
dades es la de recompensar á los buenos. En la par- 
te superior está representada la 

Religión caiólica en un trono de luz, para ma- 
nifestar su origen divino: con la mano derecha sos- 
tiene la santa Cruz , insignia de la victoria que el Sal- 
vador del mundo consiguió sobre el infierno, y en la 
otra el fuego santo de la Caridad : tiene cubiertos los 
ojos con una venda en indicio de la Fe, tan necesa- 
ria para profesarla y conseguir la vida eterna. Desde 
la Cruz se dirige un rayo de resplandor que ilumina 



(9H) 

á la Potestad \ para demostrar que asta , si ha de 
'obrar rectamente , necesita del divino auxilio j de 
su ilustración celestial. En derredor de la Potestad 
regia se ven las principales virtudes que deben acom* 
paSarla en el ejercicio de sus funciones. La primera, 
que es la 

Jusiiciar está en acto de recibir las coronas de 
mana • de la Autoridad , porque aquella debe ser el 
<rondii€to por donde ésta ha de distribuir los premios. 
£stá inmediata al trono, porque no debe acercarse á 
él nada que no esté apoyado por la Justicia. Con la 
otra mano tiene la espada para dar á entender á los 
malvados que siempre está dispuesta para castigar sus 
excesos é iniquidades, j permanece recta para deno^ 
tar que no se tuerce á humanos respetos. A su lado 
se ve un genio que con una mano tiene la balanza, 
y debajo de la otra el libro de las leyes: dos geroglí- 
ficos que nos dicen que la rectitud todo lo pesa según 
las reglas de la ley. En sitio mas inferior se ven cier- 
tos trofeos y emblemas de los premios y castigos. Tam- 
bied se ve la 

Prudencia^ significada por otra muger con dos ros- 
tros como Jano, que con una mano sostiene el cetro 
de la Autoridad, y con la otra el espejo, rodeándola 
A brazo la serpiente, símbolos estos propios de la re- 



flexión y sagacidad que deben caracterizarla , y de los 
que se ha hecho la exposición varias veces; pero el 
cetro que sostiene esta virtud indica la prudencia tan 
necesaria en los que gobiernan* £n segiundo término 
se expresa la 

Fortaleza por Hercules sosteniendo una columna, 
para mostrar que el poder ha dñ ser infatigable en 
su obrar , que la solidez y firmeza deben presidir 
á todas sus determinaciones, y que estas propicda* 
des deben tener por norte la razón, según lo signifi- 
ca el león enfrenado que está inmediato á la Potes-^ 
tad. Guando ésta dirige sus operaciones fundada en 
los preceptos que dicta la Religión santa, cuando ha- 
ce triunfar con firmeza la razón contra los artificios 
e incitativos de las pasiones, y cuando practica las má«- 
ximas qué establece la justicia y que aplica la pra-^ 
dencia , entonces es el manantial precioso de donde 
procede la felicidad pública. Y para expresar que de* 
lante de un poder reglado por semejantes principiosí 
desaparecen la deiestaiAt Rebelión y la í^iú Discúrdia 
para ocultarse en los abismos, se ve una figura hor* 
renda que representa estos dos monstruos, compane- 
ros inseparables, que cae precipitada en el volcan que 
debe reducirla al exterminio á impulso del 

Genio exierminador ^ ministro de la Autoridad só-> 



(213) 

berana , que con una mano lleva la tea encendida para 
.manifestar el rigor y el castigo, simbolizados en el 
fuego que todo lo consume ^ y con la otra las pal- 
mas que prepara á los que trabajen con eficacia en 
destruir estas plagas, que siempre han ocasionado la 
ruina y desolación de los mas florecientes Estados. 

1.^ EftU bella coitoj^icion ae ]^ini6 el áiio de i8á5 por el be- 
nemérito profesor don Vicente López , primer pintor de Cámara 
de S. M. La describió con mocba elegancia jr ezactitnd el P. D. José 
María Diac Jimenea, y baria agravio á aa plama y bien merecida 
reputación , si no confesase qae su descripción me ba servido de 
modelo para extender este papel. 

: a.^ Se eztrahará tal ves qne bajo nna misma y sola' figura se 
bailen simbolizadas dos cosas, la Rebelión y la Z>úcor<;ia / pero ade- 
mas de la semejanza que entre si tienen estos vicios (pues el se- 
gando es consecaencia del primero), se debe observar que, por 
principio artístico, debe emplearse el menor número posible de fi- 
guras desagradables á la vista en las composiciones pequeñas, cual 
és la presente. 






Explicación de la pintura ejecutada por 
don Juan Rwera en la hó\?eda de la sala 

décima octava. 



El argumento es el Santo Rej Fernando de Castilla en la gloria* 



JCin el sitio céntrico de la composicioíi , en medio de 
una suma claridad, y rodeado de espíritus celestiales, 
se ve colocado sobre nubes trasparentes un altar de 
forma cuadrada y sencilla , sobre el que está ardien- 
do un turíbulo de perfumes, símbolo de la oracioa 
de los justos; y en los cuatro ángulos están distri- 
buidos los correspondientes emblemas de que baUa 
el Apocalipsis, que son el ángel, águila, león y toro, 
que ordinariamente se representan con los santos Evan- 
gelistas. 

Sobre un hermoso trono de nubes matizadas con 
el resplandor mas brillante se admira el héroe de la 
composición, el ínclito Rey español San Fernando, 
que sostenido y acompañado de ángeles se presenta 
ante el supremo solio del Altísimo para recibir el ga-« 
lardón eterno de sus excelsas virtudes. Su imagen está 
revestida con las insignias que tanto honró durante 



r. 



(915) 
su vida mortal, y ceñida con la espada con que cor- 
tó tantos laureles: un ángel inmediato sostiene el es- 
cudo de los dos reinos que heredó y unió, Castilla y 
León, á los que después agregó tantos estados me- 
diante sus legítimas conquistas sobre los sectarios del 
Alcorán. 

Acompañan á este bienaventurado Príncipe una 
multitud de espíritus angélicos, significados por herí- 
rnosos jóvenes y niños distribuidos en diversos sitios, 
donde se ve á los unos esparciendo sobre el héroe 
rosas y azucenas, á otros con guirnaldas de laurel y 
con palmas, en las que se simbolizan sus triunfos y 
las recompensas de sus virtudes y victorias; y en fin» 
á otros taSendo instrumentos músicos, celebrando con 
himnos su felicidad eterna. 

En otro sitio de la obra, aunque con la debida 
economía para el efecto pintoresco, se hallan repre- 
sentados varios Monarcas de España, elegidos entre 
los mas virtuosos, y acompañados de algunos santos 
Obispos que honraron á nuestra nación con su naci-> 
miento, la enseñaron con su ejemplo, y la ilustraron 
con su doctrina. 

Sentados en un grupo de nubes se ven los dos 
gloriosos Príncipes hermanos Hermenegildo y Reca- 
redo, por cuyo ejemplo se sirvió Dios abatir en Es- 



(216) 
pana la impía caanto extendida secta del amanisoio. 

En primer término, y en sitio mas inferior, está 
el insigne restaurador de España D. Pelayo^ apoyado 
sobre el escudo con que defendió las leyes patrias , 
y la espada con que en los montes de Asturias sen- 
tó los cimientos del nuevo edificio de la Monarquía: 
como los dos Reyes anteriores tiene corona, pero la 
tiene rodeada al yelmo para indicar lo guerrero; á 
su lado está una de las lumbreras de la Iglesia de 
EspaSa en el siglo VI, el bienaventurado Arzobispo 
de Sevilla San Leandro, que tanta parte tuvo en el 
triunfo del catolicismo en estos reinos, restaurando 
el esplendor y pureza de su fe, asi como Pelayo prin- 
cipió su restauración política. 

Detrás del primer grupo de San Hermenegildo 
se observa un ilustre tio suyo, San Isidoro, berma- 
no y sucesor de San Leandro, acompañado del yer- 
no del gran Pelayo el magnánimo Alfonso I ; aquel 
Monarca célebre que por su descendencia de Recare- 
do, y por su acrisolado celo en favor de la Religión, 
mereció el renombre de Católico, y que consolidó y 
aun aumentó el nuevo estado fundado por el esfuer- 
zo de su invicto suegro. 

El otro grupo de segundo término expresa al San- 
to Arzobispo de Toledo Heladio, y al Rey de León 



(217) 
Ramiro I, vencedor de los sarracenos y de los nor- 
mandos, los cuales saliendo de entre los hielos de la 
Noruega como un torrente impetuoso, eran terror de 
la mayor parte de la Europa en el siglo IX, pero fue- 
ron vencidos por el denuedo heroico de Raxmro cer- 
ca de las costas de Galicia. 



Nota. Pasando un gabinete, que tanMen eirve de irdnMito d la 
Cdmara, se halla una sala grande cuya bótfeda ha pintado úiU- 
mamente don Fícente Lopes, y es la déámanona de esta descripeion* 

1.* Haribulo. En el homo del incienso están simbolisadAS nues- 
tras oraciones. Véase Palomino 9 Museo pictórico tomo a.^ pá^. 167 
en la explicación ale^rica de la pintara de S. Nicolás de Valencia. 

a.* Cuatro Símbolos de los Evangelistas. V. Apocalipsis IV. 7. 

3.^ San Fernando: foe ano de los Monarcas mas virtnosos que 
se han conocido: foe III de este nomhre en León, y II en Castilla, 
que rconié en un wtAo estado por herencia , y qne no han vuel- 
to á dividirse desde su reinado. Reinó treinta y cinco años en Cas- 
tilla y veinte y dos en León 9 en cayo periodo aftadió mas de mil 
poblaciones á sn corona con la conqnista de los reinos de Jaén, 
Córdoba, y Sevilla, y reonion del de Murcia, haciendo tributa- 
rio al de Granada : fue celosísimo por la pureza de nuestra san- 
ta Fé ; y como se explica el P. Florea , isi con un filo de sn es- 
pada venció al mahometismo, con el otro persiguió mortalmen* 
te á la herejía : sn acertado y justo gobierno le mereció el glorioso 
dictado de Padre de la patria ; y cuando se disponia én SeviUa para 
hacer la guerra i los moros en África misma , le asaltó la última 
enfermedad, de la que murió santamente el dia 3o de mayo del 
año de laSa» i los cincuenta y ano de su edad. 

98 



( 218 ) 

4-* San Hermenegildo: Príncipe, hijo del Rey Leovi^ildo y de 
Teodosia sa primera ma^er, y por consi^iente sobrino de San Lean- 
dro, San Fulgencio, San Isidoro y Santa Florentina Virgen, her- 
manos, segnn se cree, de sa madre. Sa padre le hiao su colega en 
el reino poniéndole su corte particular en Sevilla: á persuasión de 
su esposa Ingundis , y por los consejos y exhortaciones de San Lean- 
dro , ahrazó la Religión católica ; determinación qae atrajo sobre 
si el odio de su madrastra Gosvinda y las amenazas de sa padre, 
el cual se valió de todos los medios imaginables para pervertirle; 
pero viendo eran inútiles contra la constancia del santo joven, le 
mandó cortar la cabeza en 14 de abril de 586. Su virtud y lor- 
talexa con que sofrió la persecución y la maerte , le han mereci- 
do ser reverenciado en el número de los santos mártires. 

5.^ Recaretio, hermano menor de Hermenegildo y sucesor de 
su padre Leovigildo en la corona , fue uno de los Monarcas mas 
señalados de aquellos tiempos por sus virtudes y prudencia, y so- 
bre todo por haber abjurado la impiedad arriana en que habian 
estado preocupados los Reyes antecesores suyos, por lo cual con- 
siguió ver dominante en su reino la verdadera Religión ; y murió 
felizmente en el año 601. 

. 6.^ 2>. Pelajro: fue un Príncipe de la sangre Real de los go- 
dos, pues descendía del Rey Chindaswinto : asistió á la famosa ba- 
talla del Guadalete, en la que quedó destruido todo el poder vi— 
sogodo de España, y fugitivo ó muerto su Rey D. Rodrigo, por 
lo cual se retiró Pelayo á los montes de Asturias algún tiempo des- 
pués; y hecho caudillo de un corto número de valientes, hiao fren- 
te á un poderoso ejército sarraceno, venciéndole con el favor vi-» 
sible del cielo, y haciéndose dueño de toda una comarca, que le 
aclamó Rey con el mayor júbilo: dio principio al reino de Ovie- 
do, que gobernó desde el año de 718 hasta el de 786 en que fa- 
lleció. 

7.^ San Leandro: fue religioso del orden Benedictino, y por 
sa mérito y virtudes promovido á prelado de Sevilla: por su celo 
acrisolado en defensa de la Fé católica fue desterrado en la perse- 
cución de Leovigildo: tuvo amistad con San Gregorio Magno, y 
fue el principal consejero del Rey Recaredo : asistió al Concilio To- 



(219) 

ledano III en el año de 589, en donde aquel Príncipe abjuró la 
lieregía« 

8.* San Isidoro: fue hermano de San Leandro en la sangre, 
en la .piedad , en la dignidad y en la doctrina: desde su edad pri- 
mera descollaba en virtud é ingenio : en su joventud hiao grandes 
progresos en las letras , y por fallecimiento de su hermano fue pro- 
movido á la silla de Sevilla , y asi presidió el Concilio II que por 
los años de 619 se celebró en aquella ciudad, y en el que, según 
Mariana, se reprobó la secta de los Acéfalos, y se traló sobre cier- 
tas competencias de algunos obispados: asistió y firmó el primero 
en el G>ncilio Toledano IV, compuesto de sesenta y dos Obispos en 
el a2o de 633 para restablecimiento de la disciplina eclesiástica. Go- 
bernó su iglesia cerca de cuarenta a2os con gran santidad y~ pru- 
dencia. 

9.^ D. Alfonso I : fue Rey de Oviedo por su matrimonio con 
Hermesenda , hija de D. Pelayo , y uno de los Príncipes mas jus- 
tos y esfonados, habiendo importado mucho su reinado en aque- 
llos tiempos tan calamitosos : vjuició á los moros en mas de trein- 
ta batallas, haciéndose dueño de 'Lugo, Toy, Braga y otras ciu- 
dades: el Pontífice San Zacarías le dio el glorioso título de Rey 
Católico unos cincuenta y seis años antes que á Cario Magno se 
le diese el de Cristianísimo de Francia. Después de un reinado triun- 
fante murió en Cangas por los años de 757, y fue sepultado en 
Santa María de Covadonga. 

10. San Heladio, varón de señalada virtud y erudición , vivía 
en el siglo VIL En su juventud habia tenido cargos principales en 
el siglo ; pero deseoso de seguir vida mas perfecta tomó el hábito 
de monge en Toledo en el monasterio Agaliense, y llegó en breve 
i ser Abad : ascendió después á la dignidad de Arzobispo de aque- 
lla ciudad: tuvo por discípulo á San Ildefonso, que en adelante le 
sucedió, asi en la Abadía como en el Arzobispado. Parece que las 
conmociones que se experimentaron en España en los últimos tiem- 
pos del reinado de Suintila , fueron ocasión de su muerte por la 
gran pena que recibió, y asi falleció por los años de 63 1. 

11. Z>. Ramiro I: hijo de D. Bermudo el Diácono, pero in- 
mediato sucesor de D. Alfonso el Casto: cmpeió á reinar en 843, 



(220) 

y i los principicM de sa reinado tuvo que destrair Us (aocioiiet de 
los Condes Nf pociano y Aldieto : fue an Príncipe prudente y va- 
leroso , y no menos apto para las artes de la guerra que para los 
negocios de la paa : falleció en Oviedo en el ano de 85o , y se 
atribuye su muerte al sentimiento que le causaban las desgraidaa de 
que era testigo en España. 




Explicación de la alegoría pintada por 
don frícente López en el techo de la sala 

décima nona. 



El argumento es la Inetüaeion de la Real y dislinguida Orden 
española de Carlos III ^ 



Jbista célebre composición » fruto del ingenio j esta* 
dios de su benemérito autor, puede considerarse di- 
vidida en dos partes: la primera expresa simbólica- 
mente el voto é institución del Augusto fundador de 
la Orden; y la segunda los accesorios emblemáticos 
correspondientes á semejante acontecimiento. 

Lo primero está significado convenientemente en 
el testero, que es el sitio principal de la bóveda, me- 
diante un gran grupo de figuras situadas delante y 
en el zócalo de un grandioso templo del orden dóri- 
co, cuyos ornatos corresponden al acto solemne que 
en él se figura celebrar: delante de él bay ui altar 
con las insignias de la Orden. 

£1 ilustre Monarca de las Espafltas, el religiosísi- 
mo Sr. D. Carlos III, revestido de gran gala y con 



(222) 

todas las insignias propias de la soberanía, se ma- 
nifiesta en primer término puesto de rodillas, con los 
brazos abiertos y los ojos dirigidos al cielo , ofrecien- 
do acciones de gracias por el singular beneficio que 
el Altísimo se babia dignado dispensar al trono j rei- 
no de España, en la anhelada sucesión concedida á 
los Serenísimos Príncipes de Asturias; causa de esta 
distinguida Institución. 

Y como esta Orden, llamada como por antono- 
masia Española, fue fundada bajo la poderosa pro- 
tección de María Santísima en el misterio d^ su G>n- 
cépcion purísima, por el que es Patrona de estos rei- 
nos, se significa mediante el símbolo de la muger mis* 
tériosa del Apocalipsis , colocada á la parte superior de 
la composición, como que constituye el objeto princi* 
pal de ella. 

Aunque esta muger en su propia genuina signi- 
£cacion representa, según muchos sagrados expositor 
res, la Iglesia de Jesucristo, sin embargo otros la 
han considerado como aqui se considera en ella, un 
símbolo de María Santísima, privilegiada por Dios 
entre todas las criaturas, y preservada de la corrup- 
ción universal ; y asi está elevada de la tierra para 
que no sea contaminada por ella , y colocada en el 
cielo: tiene dos alas de águila para manifestar la sa- 



(223) 
biduría , de qoe £iae templo esta Señora , y también su 
grandeza y magestad, superior á todas, basta á los 
mismos ángeles 9 y solo inferior á Dios. El sol que la 
rodea simboliza con sus rayos y luces que toda y en 
todo fue llena de Dios y penetrada de los rayos de 
su gracia divina , y también que se bailó exenta de 
toda mancba , de toda nota que ni por un instante 
pudiese obscurecer su esplendor: tiene la luna á los 
pies para demostrar que en ningún tiempo bubo en 
ella menguante, ni eclipse, ni vicisitud en la santi- 
dad, sino que siempre brilló como el sol: las doce 
estrellas que la coronan representan los frutos y do-^ 
nes del Espíritu Santo, que la llenaron y distinguie- 
ron desde que tuvo ser: el vestido es también miste- 
rioso, porque la túnica blanca significa la pureza y 
perfección con que fue adornada el alma santísima de 
la Señora, y el manto azul alude al dictado que la 
Iglesia con los Padres ban dado á María Santísima 
de cielo animado de la dipinidad^ como que babitó 
en ella. Finalmente, el borrendo dragón que buella 
con sus plantas es el símbolo del demonio, de aquel 
dragón infernal que con su cola llevó en pos de sí 
k tercera parte de las estrellas, esto es, de los ánge- 
les apóstatas que le siguieron en la rebelión. 

Como esta Orden distinguida {ue un testimonio 



(224) 

de la acendrada religión, sólida piedad y profunda 
gratitud del augusto Monarca que la instituyó, y e»- 
tas virtudes son las que mas influyeron en su funda- 
ción y mas caracterizan el voto, por esto se hallan 
expresadas sus figuras iconológicas cerca de la del 
Rey, y con los atributos que les son propios. Al lado 
del altar, presidiendo acto tan sublime, se ve la 

Religión f como comunmente se la representa, en 
aspecto de una matrona llena de magestad, revesti- 
da con ropas talares y blancas, que expresan su pu- 
reza y gravedad: el fuego sagrado de la Caridad sale 
de su mano derecha, y con la otra sostiene el árbol 
de nuestra redención. Detrás se percibe la imagen de la 

Piedad, significada por una amable doncella en 
ademan de ofrecer el voto del Rey, simbcJixado por 
el humo del incienso que sale de una taza colocada 
sobre el altar, encima de las insignias de la Orden; 
lo cual indica que dicho voto sube al cielo en olor 
agradable : y que es admitido de Dios con bondad , lo 
denotan las flores que derraman unos ángeles s^^re 
las insignias. La tercera figura se halla detrás ddi Mo- 
narca, y en ella está personificada la 

Gratitud por una joven de bello aspecto que está 
arrodillada, para manifestar el reconocimiento del Rey 
á los beneficios divinos; llevando sobre sus hombros 



(225) 

:el atributo que la caracteriza, que es una cigüeña, 
geroglífico del agradecimiento entre los antiguos egip- 
cios, por el que conserva esta ave á sus padres du- 
rante su vejez. Al otro lado del altar, y enfrente de 
la figura del Rey , sé ve la 

Monarquía Española en aspecto de una hermosa 
matrona t suntuosamente ataviada con sus correspon- 
dientes insignias, la que está sentada en un rico ta- 
burete, teniendo en su regazo con la mas afectuosa 
complacencia al tierno infante, causa del voto, objeto 
de sus mas lisonjei'as esperanzas» y complemento de 
^us. mas fervorosos deseos. £1 emblema que tiene de- 
lante, que es el león español ufano por tan * venturoso 
suceso, tiene ea sus fuertes garras la espada del valor 
ibérico, y está apoyándose sobre ambos hemisferios ro- 
ideados de trofeos africaiH>s que expresan: siis repeti- 
das victorias coptra las hoestes sarracenas; Para de- 
mostrar la prosperidad liacbnal y el júbilo de que se 
hallaron poseidos los ánimos de todos los buenos es- 
pañoles al ver perpetuada en este bdlo Infante la au- 
jgusta dinastía, se han colocado inmediatas á la figu- 
ra alegórica de 1^ Monarquía las de la Felicidad püi- 
blica y del Placer. 

La Felicidad pública st halla significada por una 
joven que derraxna de la cornucopia frutos, flores y 

29 



y 



( 226 ) 
guirnaldas, en demostración de abundancia y alegría: 
varios genios que la acompañan con otras guirnaldas, 
palmas y laureles solemnizan este suceso, y el círcu- 
lo de oro que sostiene uno de ellos denota la perpe- 
tuidad de la regia estirpe mediante este dichosísimo 
natalicio. 

£1 Placer se ve simbolizado por un gallardo man- 
cebo, en cuyo rostro y cuerpo se hallan cifradas la 
hermosura y gracia : la guirnalda de mirto y rosas 
que ciñen sus sienes , y la cítara de oro que tañen 
sus bien formadas manos, manifiestan su carácter; 
pero las alas que adornan su espalda indican tam- 
bién su inconstancia y fugacidad. Para dar á cono- 
cer el fin de la distinguida institución de esta Or- 
den, que es el de recompensar los méritos y servi- 
cios de la nobleza , se ha representado la figura ico- 
nológica de ésta, unida á las del Honor, Mérito y 
Virtud, en la parte de la bóveda que está á la de- 
recha del gran grupo que acabamos de describir. 

Nobleza: está personificada por una grave pero 
hermosa matrona, que con su magnífico ropage y la 
estrella que brilla sobre su cabeza expresa su decoro 
y esplendor: el paladión ó estatua de Minerva que 
sostiene es el símbolo del valor y ciencia reunidos, 
prendas que deben acompáfiar á las familias de ilus^ 



(297) 
tre cuna y $¡ pretenden ennoblecerse mas con sus pro- 
pios méritos: el haz de espigad que tiene inmediato 
indica que debe procurar ser ^til en beneficio del Rey 
y de la patria: la espada desenvainada que tiene el 
genio inmediato muestra que debe hacerse digna de 
la Orden defendiendo el trono : el escudo de armas y 
los pergaminos con las ejecutorias y genealogías, que 
están cerca de la figiira, acaban de caracterizar á la 
Nobleza. 

La Virtud^ que debe esmaltarla, está alegorizada 
por una belhsima doncella, cuyas alas desplegadas la 
elevan fuera de la superficie de la tierra, porque es 
superior á todo lo terreno: tiene con una mano el 
globo y en la otra el cetro, que indica que la influen- 
cia benéfica de la virtud debe dominar el mundo; 
y en fin, se introduce también aqui su imagen, por* 
que la buena moralidad es un requisito tan esencial, 
que se exige de los caballeros condecorados con esta 
distinguida é ilustre Orden, y su mismo lema nos di- 
ce que ella está instituida para recompensar á la vir« 
tud y al mérito. La figura ideal del 

Mériio está expresada mediante un hombre res* 
petable, cuya edad avanzada demuestra su experien- 
cia y aprobación : la guirnalda de laurel que cine sus 
canas y el cetro que sostiene, sus preeminencias: el 



(228) 
papel que está leyendo, su ilustración: el árido peñas- 
co en que apoya una de sus plantas, la dificultad que 
cuesta el adquirirle: y finalmente, las palmas, guir- 
naldas y ramos nos manifiestan no solamente su fa- 
ma y créditos, sino también el fruto de la recom- 
pensa. 

£1 Honor se halla significado por un genio, man- 
cebo muy bien dispuesto, que con sus ademanes en- 
sena á la Nobleza que la Virtud (á la que está mos- 
trando) debe ser el norte de sus acciones, prefirien- 
do sus saludables máximas á las sugestiones del in- 
terés y á los halagos de otros vicios: la llama que 
sale de su cabeza denota la rectitud de sus procede- 
res, como la llama que por su naturaleza se dirige 
siempre á lo alto y propende á estar recta. El grupo 
frontero á este en la parte siniestra, carece á la vista 
del espectador la alegoría de los frutos y beneficios 
de la Paz, sin cuyos influjos no hay que esperar or- 
den, subordinación ni adelantamientos en la sociedad. 
La figura que representa la benéfica 

Paz es la de una agraciadísima doncella, que con 
una mano presenta su insignia característica, que es 
el ramo de olivo, y con la otra el caduceo, atributo 
de la artes, de la industria y del comercio, que solo 
progresan á su sombra bienhechora. La noble agri- 



(229) 
cultura está simbolizada por los in&t rumen tos de csle 
ejercicio inmediatos á dos chicuelos que, agobiados 
bajo el peso de unos haces de espigas, significan la 
abundancia que proporcionan á los hombres las tareas 
agricultoras , entre tanto que otros niños, no menos 
graciosos, enagenados de júbilo y esperanza arrojan 
algunas armas en una hoguera, en la que se preci- 
pita también el horrendo dragón de la Disccráia. 

Al lado opuesto se ven los genios del Mal y de 
la Rebelión^ que huyen despavoridos al aspecto im* 
ponente del orden público, obligados á sepultarse en 
las hondas cavernas de la tierra , cubiertas de obscuri- 
dad y de denso humo; como que su pernicioso influ- 
jo no tiene lugar cuando la sucesión está asegurada, 
y donde la Nobleza se distingue por las máximas y 
principios que dictan y ensenan la Virtud, el Mérito 
y el Honor. En el grupo pintado enfrente del prin- 
cipal está la 

Historia^ arrebatando un pergamino de las ma-* 
nos del Tiempo. La figura una hermosa y noble ma- 
trona puesta en pie sobre una base cuadrada, y esto 
significa la solidez de los testimonios en que se apo- 
ya: las alas que tiene extendidas muestran la facili- 
dad con que comunica por todas partes sus documen- 
tos para utilidad general: la acción de arrebatar el 



V 



(930) 
pergamino de manos del Tiempo es un concepto mujr 
feliz y oportuno, que nos ensena que el ministerio dft 
la Historia se dirige á transmitir á la posteridad ma» 
remota la noticia de los sucesos que la acción del tieaoH 
po trata de sepultar en el olvido : la misma idea qm- 
nifiesta , aunque de otro modo , aquel genio inmedia* 
to que, colocado entre libros y códices que contifpen 
las memorias de los pueblos, está ocupado en itrro* 
llar un gran papel, en que se supone estar conteni- 
dos los motivos de la institución de la distinguida 
Orden española de Carlos III, y los estatut<Mi que la 
dirigen: por último, el clarín y corona de laurel sou 
dos emblemas que denotan que á la Historia deben 
los héroes toda su reputación. 

£1 Tiempo es una bella figura de anciano senta- 
do sobre peñascos: tiene sus correspondientes alas, 
guadaña y relox de arena , emblemas de su velocidad, 
destrucción y vicisitudes. Como los monumentos an- 
tiguos constituyen las pruebas de la verdad histórica, 
aquí está indicada esta idea mediante el edificio egip- 
cio que se percibe á lo lejos, en el que se ve escul- 
pida una bola ó globo con alas, símbolo de perpetui- 
dad y duración. Una hermosa joven que está coloca- 
da en el ángulo opuesto , está mostrando la primitiva 
banda de la Orden, y un niño que hay á su lado 



(231) 
fiostítne en una bandeja otras insignias de la misma. 
No lejos de la Historia sobre una nube se ostenta la 

Fama^ la cual se dispone á publicar con sus cla- 
rines dorados tan plausibles acontecimientos. 

En la cornisa y debajo del testero de esta hermo- 
sa bóveda , hay una inscripción latina , que con letras 
doradas dice asi: 

Cabo>,v]i IH Ru. PinrriM. Hjwavom oejubmi Vuax» tnnvtx coitosb »»TiTvavTXH. 

VUTVTI BT MBBITO DBOOBABBU* 

TbOLO QVO BBCBMIT ib COBI.VM TIBTrTU BT MBBITI MBBCBBBM ABVUOBBK ABXTVBOt 

FbBBEBABBOI VII BBPM BBNCTBK VOLVIT AVB. MDCCCXXVIII. (*) 

I 

que expresa cuantas circunstancias hacen notable este 
sitio, y la significación de la alegoría descrita. Su tra- 
ducción, para inteligencia de todos, es la siguiente: 

A Carlos lílf Monarca réligiosisimo , instUujendo la Orden es- 
pillóla bajo la protección de la Virgen Inmaculada. ^= Para premiar 
la virtud j el mérito. = En el .techo mismo de donde subió al cielo 
para recibir major premio de su mérito y de su virtud, ^= Fernan- 
do Vil 9 SU nitto, «paso que se pintara en él año de i8a8. 

Esta bella y concisa inscripción está adornada con 
una corona á la antigua sobre ramos de palmas, lau- 
reles y olivos enlazados con el cetro de la soberanía 
y el clarin de la Fama, todo perfectamente dorado y 

(^) £jta inscripción es de don Félix María Reinoso. 



(232) 
ejecutado con diligencia y gusto. En los cuatro ánga* 
los de la cornisa se ven otros tantos nichos, con va- 
rios símbolos esculpidos de gran tamaño j análogos 
á la Orden y á la Monarquía, como que ellos son \os 
que forman los eslabones del collar de la Orden de 
que se trata; asi están colocados muy oportunamente 
en este sitio: el primero de la derecha contiene la 
cifra del Augusto fundador, que se reduce a un tres 
romano en medio de una guirnalda formada de ra- 
mas de olivo, palma y laurel: en el segundo á la iz- 
quierda se ve un gallardo león: en el tercero está ua 
castillo con ornatos alusivos al intento de la alegoría, 
y en el último se ven trofeos militares: todos estos 
símbolos son dorados, y cada uno de ellos está acom- 
pañado de dos genios de escultura ejecutados por lea 
profesores don José Tomás y don José Ginés. 

]5n las fachadas de esta cornisa hay tres bajos re- 
lieves que acompañan á la inscripción que, como se 
ha dicho, está en la principal, y alternan muy bien 
con los emblemas d^ los ánjjulos; el primerp que es- 
tá colocado á la derecha represetita la pot^tad sobe^ 
rana , que anuncia á las cuatro partes 4^1 mundo 
la creación de la Orden española. T^i segundo, que 
está enfrente, significa la Magestad Real recompen- 
sando la virtud y el mérito. El tercero se halla en 



(233) 
la fachada de los balcones, y expresa el motivo de la 
institución; y asi se ven en él al Rey y á la Monar- 
quía ofreciendo al Infante recien-nacido y la Orden 
misma en el ara de la Religión y Piedad, y á éstas 
recibiendo sus homenages respetuosos. 

Nota. A eUa ¿ala siguen dos gábineleBí el uno t» el conocido 
con el nombre de Gabinete de china ^ por estar toda cubierto de or^ 
natos de porcelana, y en él otro está pintado su techo por don 
Luis Lopes, y es él vigésimo de estas Reales habitaciones. 

•1.* £1 lAfrnte regio de qne se traU en etta explicación nació 
en 19 de aeptiembre del ailo de 1771 en el Real litio de San Lo- 
renzo, y se llamó en el sagrado bautismo Carlos, Clemente, Antonio 
de Padua, Genaro, Pascual, José, Francisco de Asís, Francisco 
de Paula, Luis, Vicente Ferrer, y Rafael: íoeron sos padrinos 
en tan sagrada cerdmonia N. S. P. Clrmente XIV, representado por 
el Rey nuestro Sedor y S. M. por si mismo. Véase la gaceta de Ma*. 
drid de a 4 de septiembre de 1771. 

a> La Real y distinguida Orden española de Carlos III fue crea- 
da por S. M. hiego que la Princesa dio á loa al Infante ; pero aquel 
Soberano no quiso que tnviese efecto la pnblicácion de este nuevo 
instituto y basta que la Princesa saliese á misa, y verificado esta se 
publicaron el decreto de institudon y la cédula de los estatutos. 
Véase la gaceta de 39 de octubre de aquel mismo año, en el cual 
á 7 de diciembre se condecoraron privadam^le en la Real Cáma- 
ra con las insignias de la nueva Orden los primeros caballeros ya 
nombrados por S. M. 

3> Religión y Piedad, cuyos atributos en sus figuras repre- 
sentativas pueden vene en Ripa y demás iconologistas, están co- 
locadas muy oportunamente en este sitio, porque sus principios ins- 
piraron á Carlos Uly el Piadoso y Justo, la creación de tan dis- 

30 



(234) 

tin^ido instituid t el cual aprobó y confirmó la santidad de Cle- 
mente XIV I concediéndole gracias espirituales por sn Bala dada en 
Roma en Santa María la Mayor á ai de febrero de 1772^ y ter- 
cero de sd pontificado. La santidad de Pió VI, por an Breve dado 
en 9 de diciembre de 1783» biso extensivas á los caballeros sa- 
pernumerarios de la Orden las mismas gracias concedidas en la Bola 
anterior á los caballeros pensionistas. 

4.^ Muger wrusleríosa del Apocalipus, V. sn cap. XII. En el tex- 
to qoeda explicada con alusión al misterio excelso á coya bonra 
fue instituida esta Orden; sin embargo como mochos Padres y sa- 
grados expositores dicen significa la Iglesia de Jesucristo , creo no 
será inoportuno explicar en este sentido sus símbolos. Está vestida del 
Sol porque está adornada con el resplandor divino , que la cubre 
con su protección y la adorna con sus dones para que ilumine y 
comunique la luz de la verdad á las gentes: está apoyada sobre la 
Luna, para significar que la humanidad de Jesucristo es su base, y 
también para dar á entender que no está como las cosas humanas 
sa)eta á variación ni inconstancia algnna : cotonada de doce estrellasi 
en que se representan los doce Apóstoles que la plantaron con su 
sangre y llevaron por todo el mundo: las dos alas de águila son el 
índice de la sabiduría, que es su carácter, y los dos Testamentos 
en que está contenida; y finalmente el dragón es el símbolo del 
demonio, enemigo irreconciliable de la Iglesia. 

5.* Felicidad pública y Placer, Véanse sus respectivos atriba- 
tos en Hipa en sus artículos correspondientes. Aplicadas á esta ale- 
goría, expresan el jábilo del Monarca por el nacimiento del Infan- 
te, é igualmente el.de los vasallos, tanto por este motivo como 
por los actos de beneficencia qiie por disposición de aquel Sobe- 
rano brillaron en esta ocasión: lo primero está bellamente expre- 
sado en unos versos que compuso el célebre don Tomás de Iriarte» 
que dicen asi: 

Del ni2o hermoso en sus amantes brazos 

Sostiene el mismo Rey la dulce carga. 
En las tiernas megillas de su nieto 
No se sonroja de imprimir la estampa 



( 335 ) 

De los angostos labios 9 y con ojos 

Que el Goto sin igual de la grande alma 

Y la piedad paterna hamedecian. 
Contemplándole tierno 1 asi le haUa» &c. 

T lo legOYidoy <iiie se refiere á los dotes qoe mandó S. M. distri«- 
bair i doncellas pobres para que se casasen, segan expresa la ga- 
ceta de 1.^ de octubre de aquel ado, está celebrado por aquel poeta 
en estos términos : 

Un espacioso campo alli descabro 

(Si fantástica idea no me engaña) 
En donde rebosando de alegría 
Los jóvenes esposos , las zagalas, 

Y ocnpando en tropel rásticas mesas 
Sobre la verde yerba colocadas. 
Celebran la fortona de sos bodas. 
¿Resuena ya otra cosa en la comarca 
Que la unánime vos de los consortes 

Que al Hijo, al Padre y al Abuelo ensalzan? 

6.^ Nobleza : su figura iconológica está en esta alegoría mas ca- 
racterizada que las demás que bay de esta representación pintadas 
en otras bóvedas de Palacio, y arreglada á lo que prescribe Co- 
cbin lib. 3.^ pág. 81 TraUi d* Iconologie. En esta Orden se previe- 
ne que para obtener sus condecoraciones es necesario que un ca- 
ballero sea noble de sangre y no de privilegio, y que deberá pre- 
sentar las ejecutorias, testimonios de recepción ó asientos de nobles, 
ú otros documentos que justifiquen la nobleza del padre y abuelo 
paterno y del abuelo materno. 

7.* Virtud: su imagen está sacada de una medalla de Alejandro 
inserta en Ripa tomo 5.® en su artículo, y es la ónica que hay en 
Falacio representada de este modo. Se coloca aqui oportunamente 
por dos razones: la primera porque uno de los requisitos que se 
exigen en los estatutos de la Orden es la de tener buenas costum- 
bres los caballeros de ellai y la segunda porque su lema anuncia 



(236) 

que debe ser la recompensa de la virtod y del mérito; y asi esti 
escrito en el reverso de la cruz, en el contorno de la cifra de Car- 
los III, Virluti et merüo. Esta última fi^ra ocapa por lo mismo 
un logar distinguido en la alegoría. 

8.^ Paz: sus atributos están fondados en lo que se dice en los 
demás pasages de esta obra hablando de sn figura moral. Conside- 
rando á la Pas como se la considera en esta alegoría, esto es, co- 
mo compañera de la verdadera Gloria y madre de la Prosperidad 
pública, y contemplando sn enlace con lo expuesto anteriormente 
hablando de la Felicidad , podemos aplicar á todas estas figuras aque- 
llos versos con que el citado Iriarte principia su composición poé- 
tica en celebridad de la institución de la Orden de Carlos III y del 
feliz natalicio del Infante. 

I No es aquella la gloria que surcando 
La excelsa esfera con veloces alas 
Se encamina á ser digna habitadora 
De tu región, oh esclarecida España? 
Hoy no la adornan, no, como otras veces 
Los sangrientos despojos de batallas. 
Ni orgullosa con muertes y destrozos 
Viene i ser admirada mas qde amada; 
Antes bien halagüeña y blandamente. 
Enlazado el cabello de guirnaldas. 
Llega á congratularte de los frutos 
Que la serena Paz en tí derrama. 
Deudora tú de inmensos beneficios 
Al imperio de un próvido Monarca, 
Di, ¿qué colmo ¿ tus dichas, ó qué lauros 
Añadir á tus lauros esperabas? 
¡Venturosa nación! Únicamente 
Faltaba ya que en memorable alianza 
Con Luisa, unido un Carlos á otro Carlos, 
Un nieto Carlos dar en fin lograra. 

9.* Hisloria, Véase la significación de sus atributos en Cochin 



( 237 ) 

art. HisUnre lib. a.® p¿g. 9 5. Pero el bello concepto de aireliatar 
el pergamino de las manos del Tiempo , qae pretende devorar la 
memoria 9 esto es, sepultar la de los sucesos en las tinieblas del ol- 
vidoy es enteramente nnevo, á lo menos no me acuerdo de ba- 
berle visto propnesto en ninguno de los tratados iconológicos que 
be leído 9 ni tampoco en los mocbos grupos que de la Historia y 
del Tiempo be visto pintados en el Palacio noevo y en otras partes; 
por lo cual dicbo concepto es tanto mas estimable} y puede propo- 
nerse como modelo alegórico. 






Explicación de la fábula pintada por don 

Luis López en la bweda de la vigésima 
sala. 



El argumento es la diosa Juno en la mansión del Sueflo. 



Jua poderosa hija de Saturno está sentada magestuo- 
sámente en su carro dorado, sostenido por un gru- 
po de nubes y conducido por pavos reales, á los que 
va dirigiendo con su mano derecha, teniendo en la 
izquierda el gran cetro de oro, que la distingue co- 
mo reina del Olimpo y del poder, á lo que también 
alude su diadema y suntuoso trage. 

Como es diosa del Himeneo^ se ve inmediata á ella 
la figura que le representa, bajo el aspecto de un be- 
llísimo joven con alas en la espalda , la llama del amor 
casto sobre su graciosa cabeza, y la antorcha nupcial 
en la mano: dos hermosos genios conducen por los 
aires su amable yugo, adornado con mirto y rosas; 
al paso que otros, colocados mas en primer término, 
ostentan y derraman sobre la tierra ramos de azuce- 
nas, flores consagradas á Juno. En sitio inferior hay 



(239) 
un peffasco escarpado, y en é\ durmiendo un robus- 
to joven, que expresa la figura simbólica del 

Sueño: su robustez y edad vigorosa nos muestran 
su fuerza irresistible: hay inmediato un niño dor- 
mido, y algo mas distante un geniecito con los atri- 
butos que caracterizan esta imagen, y se reducen á 
un cuerno, del que sale cierto vapor, y una vara: lo 
primero porque los antiguos poetas fingian que con 
el cuerno derramaba la deidad del sueno el letargo 
y reposo sobre los mortales ; y lo segundo porque con 
la varita les infundia la necesidad de este reposo, y 
aun se puede añadir les prescribia su duración. Las 
alas que tiene el Sueno denotan la celeridad con que 
pasan sus periodos á nuestro parecer. 

£1 Silencio está significado por unos conejos que 
hay próximos á la figura principal : la lechuza , la 
obscuridad del horizonte, y los murciélagos que revo- 
lotean cerca del peñasco, manifiestan que la noche es 
el tiempo mas propio para entregarse al sueño. 

1.^ Juno. V. Cartario pág. 1711 y signientes. 

a.^ Himeneo, V. id. pig. 198. 

3.^ Sueño, V. id. pág. 33o y sigaientcs, y lo que dicen Rípa 
y Cochin. El atribato de los conejos no me parece se halla en 
los iconologistas ; pero le nsó el gran Corregió en sn bello cuadro 



(240) 

del Nifio Dios dormido en bracos de Naesim Sediora, {nntora cono- 
cida con el nombre de la Güanüla; y con seme)ante símbolo qaiso 
acaso representar el Silencio por el poco mido que caasa con sa 
movimiento el conejo: se sabe qne aqael pintor inimitable solía em- 
plear frecoentemente ideas alegóricas en los asontof qoe pintaba , 
annque no fnesen iconológicos. 



£XPLICAQ0N de las alegorías pintadas en 
el techo de la sala vigésima prímera. 

La bÓTeda está pintada por don Antonio Rafael Men^: á los 
coatro extremos se ven figurados los elementos en medallas de claro- 
obscoro sostenidas por niños , y . en las fachadas las estaciones del 
año en cuadros fingidos , todo del mismo aator. El friso está sama- 
mente adornado con jarrones y mascaroncillos , follages, floreros y 
otros ornatos pintados por don Alejandro Velaaqaes y don Gui- 
llermo L'Anglois y sugelos de mérito en esta parte. Sobre las cuatro 
puertas de esta magnífica pieza hay otros tantos cuadros alegóricos 
pintados al oleo por el referido Meng^» y. representan las cuatro par- 
tes del dia. 



El argumento de la pintura principal expresa la Aurora aeompa" 
nada de las Horas y del Lucero de la mañana^ que aparece so-" 
hre el horizonte difundiendo su benéfica influencia y anunciando 
é la tierra la proximidad del Sol ¡ al mismo tiempo la Verdad 
ahujenia al Vicio , que disfrazado ^e aprovechaba de las tinieblas 
de la noche. 

Jlíi> el centro de esta graciosa composición se ve pin- 
tada la figura de la 

Aurora f conforme á la idea que de día nos dan 
los poetas, hermosa, rubicunda y sentada en un bri- 
llante carro conducido por dos fogosos caballos, se- 
gún la describe Homero, j esparciendo flores, como 

3i 



( 2í2 ) 

la imaginan otros. Píntase hermosa porque es la mas 
bella parte del día, y rubia por el color que tiene la 
atmósfera en la aparición de los primeros rayos del 
sol; á lo que también alude su ropage amarillo y la 
brillantez de su carro. Esparce flores sobre la tierra 
en demostración de alegría, porque ellas parece ad- 
quieren nueva vida y fragancia en aquellos primeros 
momentos; y porque en ellos se descubren mas her- 
mosos y agradables todos los objetos de la naturale- 
za. Los dos caballos son blancos, pero la cabeza del 
uno es algo rubia, y la del otro un poco obscura, y 
esto hace alusión á los reflejos indecisos de luz y som- 
bra del amanecer: el color del celage que rodea el 
carro acaba por su graciosa tinta de caracterizar la 
Aurora. La precede el astro ó 

Lucero matutino bajo el aspecto de un gracioso 
•niño, que va volando con una vara, en cuyo extre- 
mo superior brilla una resplandeciente y clara luz: 
está en ademan de desenvolverse de un paño ro)o, 
y esto indica el descubrimiento del nuevo dia. Si- 
guen á la Aurora las 

Horas, graciosamente enlazadas con las manos, 
y en ademan de danzar sobre nubes muy encendi- 
das: están vestidas la primera de azul, la cual tiene 
«n la mano una llave: la segunda de color de rosa. 



(243) 
y la tercera ¿e amarillo/ La acción de darse las ma-* 
nos denota el orden sucesivo de todos los períodos 
del tiempo enlazados entre sí: su baile indica el mor 
vimiento y alegría de k naturaleza : la gran claridad 
que las rodea y las nubes de fuego que las condu- 
cen anuncian la proximidad del Sol, padre de estas 
diosas: el color de sus vestidos es otra alusión muy 
bella de esta alegoría , porque el celage es enteramen- 
te azul en los últimos instantes de la noche : después 
se matiza algo de rojo cuando la parte superior de la 
atmósfera está iluminada por los rayos solares, y úl- 
timamente adquiere un color dorado cuando va i 
aparecer ya el astro sobre el borizonte. La Uave que 
tiene en la mano la primera de las Horas . manifiesta 
su facultad de abrir las puertas Celestes. En la parte 
superior se ve un agraciado mancebo con ^las blan- 
cas que arroja flores bada la tierra , y representa el 
vientecillo qu^ sopla al amanecer llamado Aura. A su 
lado está el * viento de Oriente llamado por algunos 
autores .. . ,> 

Euro^ representado por un bombre de color ne- 
gro y con alas, apoyándose en una parda nube: los 
iconologistas suelen ponerle un sol muy eucéndido so- 
bre la cabeza; aquí no le tiene, pero sí un manto de 
dicbo color. Se le pinta en esta alegoría porque pro- 



( 244 ) 

cede del mismo punto de donde nace el Sol : es ne-^ 
gro por autoridad de Gartario que asi le represen-^ 
ta: el color del manto que le rodea expresa que, se- 
gún la opinión de algunos, cuando el Sol se pone 
muy inflamado ha de soplar Euro al dia siguiente ; 
y la nube obscura significa que suele anunciar la llu- 
via. Cerca del carro de la Aurora está el 

RoctOf que como ninfa del aire cslá expresado 
por una hermosa joven vestida de verde, que con 
ambas manos se exprime los pechos, y á su lado hay 
un chlcuelo que sostiene una urna de la que salen 
vapores. Se coloca aqui el rocío personificado, porque 
este fenómeno es compaffero de la Aurora : vístese de 
verde por el bello color que adquieren los prados con 
su humedad: la acción de exprimir los pechos signi- 
fica benignidad, y caracteriza la benigna influencia 
de este meteoro respecto de la tierra. Ésta se halla, 
como es debido, en sitio mas inferior en figura de 
matrona coronada de torres y con dos leones á sus 
lados, como comunmente se representa á Cibeles, dio- 
sa de la tierra , ó emblema de la tierra misma. Para 
demostrar que la Aurora es el periodo mas agrada- 
ble del dia , pintó Mengs al 

Tiempo tocando la lira, manifestando con esto la 
ordenada sucesión de sus divisiones; y para no des- 



(245) 
tmir una alusión tan bella, no le dio los atributos 
de destrucción con que regularmente se le represen-* 
fa en otros asuntos. G>mo á la luz del dia desapare- 
cen todos los crímenes que la noche oculta con sus 
tinieblas, el filósofo autor de esta graciosa alegoría in- 
trodujo también en ella la figura ideal de la 

Verdad^ en sitio tal que muestra acompañar en 
su aparición al Sol, que es su emblema mas carac- 
terístico, y como tal tiene su imagen en una mano. 
Para demostrar que esta virtud celestial ya á subs- 
tituir con la luz del dia la Justicia j la Fortaleza 
entre los mortales, pintó Mengs las figuras iconoló- 
gicas de estas virtudes en aspecto de dos bellas mu-* 
geres que siguen ¿ la Verdad. La última tiene en 
la mano el ramo de encina, y está armada y colo- 
cada aqui como emblema del poder que defiende á 
la Justicia que está á su lado con sus insignias cor- 
respondientes. Delante de la Verdad está el genio de 
la Claridad con alas blancas y una tea encendida en 
k mano, con la que descubre y va á castigar al Frau- 
de^ hijo de la noche, personificado por otro genio que 
oculta su rostro con una mascarilla adornada con un 
sutil velo, lo cual nos da á entender que el fraude, 
bajo las apariencias de la sencillez que muestra su 
edad infantil, de la belleza de la mascarilla y sutile- 



(246) 
za del velo, trata áe ocultar sus engaños, que al fin 
son descubiertos á la lun y por el poder de la yer- 
dad. £s también un concepto alegórico del crimen 
oculto á favor de la nocbe y descubierto por la luz 
del dia. En medio de las sombras se ve la 

Noche ^ huyendo despavorida en figura de una 
muger vestida con ropas obscuras: adornan sus es- 
paldas dos grandes alas de murciélago, como ave noc- 
turna, que es atributo de la noche, y tiene dos ni«* 
nos recogidos bajo sus brazos, que en opinión de 
unos son el Sueño y la Muerte , hijos suyos y del 
Erebo, y en la de otros significan el sueno apacible 
y el espantoso. 

MEDALLAS. 

Simbolizan los cuatro elementos» 
£1 Aire está en la primera representado por Ju-- 
no, á quien los mitólogos consideraban como reina 
de este elemento, ó un emblema del elemento mismo: 
á su lado está el pavón , ave consagrada á esta diosa. 
£1 Fuego está figurado en la segunda por Vulca- 
no en actitud de reposar de sus fiítigas. 

£1 Agua está alegorizada en la siguiente por Te- 
tis sobre un delfm. Tetis s^nifica la inmensidad de; 
las aguas: la fingían esposa del Occéano, y de con* 



(247) 
siguiente uña de las deidades principales del mar. 
La Tierra se halla representada en la última por 
un TÍejo con alas, rodeado de peSascos, que le dan 
á conocer por un Titán , hijo de la Tierra , y asi sig- 
nifica este elemento* 



ALEGORÍAS DE LAS FACHADAS. 

La de la primera expresa la 
Primavera en figura de una bellísima joven sen^ 
tada y apoyando sus pies sobre un almohadón y al- 
fombra de terciopelo: tiene en la cabeza una guir- 
nalda de flores y un canastillo de ellas á su lado: cer- 
ca se ven dos graciosos niños , uno de los cuales la 
presenta un espejo: á lo lejos se percibe un alegre 
campo. Su belleza denota la de esta estación: lá guir- 
nalda , el espejo, la alfombra y almohadón son otras 
tantas alusiones de los adornos que hermosean los pra- 
dos por la Primavera. En la segunda se finge el 

JEsiio por otra joven no menos hermosa que la 
anterior , dormida sobre haces de espigas al pie de un 
árbol que la hace sombra con su ramage : tiene en su 
mano una hoz, y á cierta distancia se descubre un 
sembrado y algunas espigaderas. Sigue en la otra fa- 
chada el 



(248) 

Otoño ^ expresado por un (auno que, inmediato 
á un árbol, está sentado sobre una piel de pantera, 
y con ambas manos exprimiendo un racimo de uvas 
en una copa de oro : tiene acompaSamiento de varios 
niños silvanos, ^algunos vendimiando una parra: en 
el fondo se descubre una vina con vendimiadores. En 
la última facbada se ve el 

Invierno , significado por un anciano muy cubier- 
to con ropas de paño, calentándose á una chimenea: 
por una ventana se descubre el campo lleno de nie- 
ve 7 un árbol despojado de sixs bojas. 

ALEGORÍAS DE LAS SOBREPUERTAS. 

Representan las cuatro partes del dia. En la pri- 
mera la 

Mañana por una hermosa ninfa volando en as- 
censión, y coronada de flores: con la mano derecha 
esparce algunas sobre la tierra, y con la izquierda 
sostiene su manto, en el que tiene recogidas otras: 
se ve muy encendido el horizonte. En la segunda 
está figurado el 

Mediodía por Febo, que está disparando una sae- 
ta de fuego, en demostración del calor de esta parte 
del dia: rodea su cabeza el disco solar, y su cuerpo 
un manto rojo. En la tercera se ve la 



(949 ) 

Tarde f expresada por Héspero 6 el Lacero vesper- 
tino , bajo la figura de un joven muy agraciado , aun^ 
que algo moreno , que está volando en descensión: 
tiene sobre la cabeza la estrella que le da á conocer, 
y en sus manos algunas flecbas; pero deja caer Jas 
que lleva en la derecba, lo que significa los últi- 
mos rayos solares. En la cuarta y última está exprer 
sada la 

Noche por Diana en acto de volar en medio de 
las tinieblas: tiene el creciente en la cabeza, y en 
una mano el arco, disponiéndose con la otra á sacar 
una saeta de su aljaba, porque las saetas de Diana 
simboliauín los rayos lunares. 

i.^ Lft bóveda está pialada por Men§s. VéaiiBe las obras dé este 
aotor pá^. 44 9 el ^íafc de Espaiía tomo 6.° descripción del Pa- 
lacio naevo, y el Diccionario de ilostres profesores tomo 3.^ pá- 
gina i3r. Respecto de lo qae aqni pintaron don Aleíandro Vela»- 
qocs y don Guillermo L*An^lois, véanse los respectivos artículos 
de estos dos acreditados profesores en el citado Diccionario tomo i.^ 
pág. 3 1, y tomo a.<* pág. sao. 

a.* Aurora: era nna diosa de la casta de los Titanes, esposa 
de Titon y madre de los vientos: esta parte del dia es tan her- 
mosa , y en ella se ostenta tan risueña la natnralesa , que ha da- 
do margen á los poetas para formar las mas bellas descripciones, 
é inventar las Cábulas mas ingeniosas, como puede verse en Vir- 
gilio en el 3.^, 4*^ y 1^ libros de la Eneida: en Ovidio en el a.% 
4.% 7.% 9.° y i5.® de los Bletam.: en Lucrecio, Estacio, Sillo, Si- 

32 



(250) 

donio , Calulo y otros muchos. Así se demuestra cuan fonda- 
das están todas las alusiones con que representa á la Aurora la 
pintura; y aunque algunos dicen que el Pegaso sea el solo caba- 
llo que conduce su carro dorado, otros fundados en I9 autoridad 
de Homero fingen dos caballos resplandecientes conduciendo á esta 
diosa , como dice Cartario en las páginas 98 y 99. 

3.* Lucero.' no está menos nombrado en las obras de los refe- 
ridos poetas, que le llamaban Lucifer ó conductor de la luz; y por 
él se representaba el crepúsculo matutino, según nos dice P. Va), 
en sus Geroglif. lib. XLVI. 

4.* Las Horas. Acerca de la interpretación de los colores de 
sus vestidos, be tenido presente lo que dicen Ripa y Boudard en 
los artículos de las Horas. 

5.* Euro: es el viento de Oriente 6 Este, según Cartario pá- 
gina a6i. Ripa y Boudard traen la explicación de Euro en el ar- 
tículo de Vientos ; pero me parece que en su representación se fun- 
dan en lo que dice Virgilio en varias par^s del lib. i.^ de las Geór*- 
gicas, en particular en el verso i^ii, Ripa habla también en su Ico- 
nología del vientccillo Aura. 

6.^ Rocío, V. Ripa adic. tomo 4*^ P^g- ^^7 » y sobre la benig- 
nidad véase el mismo, tomo i.^ pág. a34. 

7.* Tierra. V. Cart. pág. 204. 

8.* Tiempo: solo sn aspecto de anciano y las alas le dan á cono- 
cer por tal en esta alegoría. Es tenido por Saturno. V. Cart. pág. 3S. 

9.* Verdad. V. Ripa ad. tomo S."* pág. 36o. El Sol es geroglf* 
fico de esta virtud, según P. Val. libro XLIV art. de S(Ae. 

10. Fraude 6 Engaño: véanse los atributos que á este vició 
dan Ripa en el tomo 3.^ pág. 270, y Boudard en el tomo 3.^ pá- 
gina 170, aunque aquí tiene algunas diferencias para distinguirle 
de otra figura del mismo vicio que pintó Mengs en la bóveda de 
Tra{ano; por lo demás el Fraude estaba reverenciado como una 
deidad bija del Erebo y hermana del Soc¿o y de las Tinieblas, se- 
gún cuenta Rav. Tex. in Offic. part. U fol. 8a. 

it. iVbcfttf.* era otra diosa entre los antiguos paganos, hija de 
la Tierra y madre del Sueño y de la Muerte: no es de ella de 
quien menos descripciones han formado los poetas \ como puede ver- 



(25Í) 

se en diei loares de Virgilio, catorce de Ovidio» dos de Lacano, 
siete de Eslacio, y en otros de Horacio, de Silio, de Ausonio y de 
Tibulo, sobre los que se funda la Iconología en los diversos modos 
de representar la Moche: los dos niuos que lleva en brazos son el 
Sueüo y la Muerte. Según dice Cartario estaba representada asi esta 
diosa en la antigua arca de Cipselo, aunque Boudard dice repre- 
sentan el sueño apacible y el espantoso. V. Cart. pág. 33o , y Bou- 
dard tomo 3.® pág. 6. Que el Sueño era hermano de la Muerte, 
y ambos hijos de la Noche, consta en la Teogonia de Hesiodo. El 
palacio del Sueño estaba en la isla de Lemnos , y en él los tres sue- 
ños hijos suyos, que son Morfco, Fovctor y Fantaso* 

MEDALLAS. 

I a. Juno, diosa del aire. Y. Bocac. lib. 9.^ pág. i43. 

i3. F'ulcano es el fuego. V. Cart. pág. 387 y siguientes. 

14. Tetü: significa la inmensidad de las aguas. V. Boudard to- 
mo 3.^ pág. i3. Hesiodo la hace madre de todos los rios y fuentes. 

i5. Los Titanes y Gigantes.' eran hijos de la Tierra, según los 
mitologistas ; tal ves esta figura de la medalla cuarU podía interpre- 
tarse por el Terremoto, atendiendo á sus ajas. 

ALEGORÍAS DE LAS FACHADAS Y SOBREPUERTAS. 

16. Las de las estaciones son tan conocidas que no necesitan 
ninguna demostración. Respecto de las que representan las cuatro 
partes del dia, solo debo advertir que la de la tarde está asi ex- 
plicada por Ripa adicionado, tomo a.® pág. 98; y la de la noche, 
expresada por Diana ó la ^una, lo está por Cartario pág. 104 y 
siguientes. 



Explicación de la alegoría pintada en la 
bweda de la vigésima segunda sala. 



Esta composición está ejecatada por don Antonio González Ve- 
lazqaez : en las cuatro fachadas hay otras tantas medallas alegd*- 
ricas pintadas de claro-obscuro. 



El argumento expresa d Cristóbal Colon ofreciendo un nuevo mun- 
do d los Rejres Católicos. 

J/ernandoy Rey de Aragón, y su esposa Isabel de 
Castilla, revestidos con las insignias Reales, están sen- 
tados en una especie de tribunal á la romana bajo 
un dosel carmesí, y rodeados de soldados ostentando 
todo el aparato de la magestad regia : detrás del tro- 
no se admira un suntuoso palacio. Con la actitud mas 
sumisa está á los pies del solio Cristóbal Colon ofre- 
ciendo á tan excelsos Príncipes su descubrimiento ba- 
jo la alegoría de un globo que presenta con ambas 
manos; pues aunque, hablando geográficamente, es 
impropio decir Nue^?o Mundo ^ pues lo descubierto no 
fue sino el hemisferio occidental de nuestro globo, 



(253) 
sin embargo el uso común y la coaveniencía exigen 
semejante representación. 

Sigue al Almirante un gran acompañamiento de 
soldados j marineros, linos con banderas en demos- 
tración de triunfo, y otros con las muestras de las 
producciones de las islas descubiertas, pues se perci* 
ben algunos entre ellos con grandes vasijas, sin duda 
llenas de frutos coloniales, arcas muy pulidas, y varias 
aves sumamente vistosas y propias de aquel clima. 
También se ven los primeros indios que condujo Co- 
lon á España como admirados de ver tanta magnifi- 
cencia. En sitio mas distante se descubren algunos 
palos de naves, y varias personas que acaban de des- 
embarcar otras preciosidades para conducirlas á la vis- 
ta de los Reyes. En el extremo opuesto de la compo- 
sición se ven algunos espectadores contemplando este 
recibimiento tan solemne y honorífica. En la parte 
superior está representada la Fé católica acogiendo 
bajo su manto á los reinos de esta Monarquía. 

La Fé está expresada por una matrona puesta en 
pie sobre un trono de nubes rodeado de resplandor, 
y vestida de blanco en demostración de su pureza : tie- 
ne vendados los ojos con un fino cendal del mismo 
color, porque los objetos de la Fé se han de creer, y 
no ver ni examinar: con una mano sostiene la cruz. 



(254) 

A su lado hay un augel con el Cáliz j sagrada Has- 
tia , y á cierta distancia otros varios en acto de ado- 
ración. Las provincias de Granada , Castilla , Aragón, 
y otra que no se distingue bien, pero debe represen- 
tar la de León, están significadas por unas hermosas 
mugeres puestas de rodillas delante de la Fé, mani- 
festando el respeto y veneración de estos reinos á la 
Religión católica. La primera se distingue por su 
manto bordado de granadas: el de la segunda lo es- 
tá de castillos de oro: adornan el de la tercera varias 
fajas rojas y amarillas: la cuarta está inmediata á ésta, 
y debe tenerle con leones. 

Para expresar que al descubrimiento del nuevo 
mundo se siguió en él la predicación del Evangelio, 
se ven en sitio mas inferior algunos ángeles que tie- 
nen abierto tan santo libro, al que está alumbrando 
uno de ellos con antorchas encendidas , y otro le mues- 
tra á los indios de la comitiva del Almirante, y con 
ellos á todos los de aquel vasto hemisferio: otra fi- 
gura sentada en una nube que se dirige desde el tro- 
no de la Fé con guirnaldas en la mano para coronar 
y premiar el celo de tan excelsos Monarcas: en fin, 
varios ángeles están en otro extremo de la composi- 
ción con ciertos trofeos; pero los que mas se distin- 
guen son dos que hay pintados en la parte central 



(255) 
de la bóveda y cerca del trono de los Reyes católi-* 
eos: el uno es un mancebo con varias coronas , ce- 
tros y una espada, y el otro es un niño que está 
derramando de una cornucopia otras insignias seme- 
jantes , como también guirnaldas de triunfo, flores y 
frutos. Se dan á entender con esto las prosperidades 
con que el cielo favoreció á estos ilustres Soberanos, 
pues que en su reinado se aseguró la observancia 
única de la verdadera Religión; se reunieron las co- 
ronas de España, desunidas desde la invasión de los 
sarracenos; se acabó de todo punto la dominación de 
estos infieles en la península; las leyes recobraron un 
poder de que hasta entonces habian carecido; se des- 
cubrió un nuevo continente, y con él inmensas rique-r 
zas y vastos estados en beneficio de la corona; y én 
fin , . puede decirse que entonces comenzó la época de 
mayor esplendor que ha tenido la nación española en 
poder, literatura y triunfos militares. 



MEDALLAS. 



En ellas están simbolizados los estados de Chile, 
Méjico, Perú y Filipinas. 

Chile está representado en la primera por una 
muger apoyándose sobre un barril rodeado de hojas^ 



(956) 

acaso por los Yinos y aceite que prodoce: á sus pies 
tiene un animal de alguna de las especies de aquella 
región. 

Méjico está pintado en la medalla que hay en« 
frente de las ventanas, y expresado por otra muger 
con un medallón pendiente del cuello y una espe- 
cie de cuño en las manos , lo cual es alusivo i la 
rica casa de moneda de su capital: á sus pies hay 
una arquita, al parecer de joyas, que denota igual- 
mente su opulencia; y dos volcanes que se perciben 
i gran distancia son algunos de los de aquella re- 
gión, como los de Popocatepetl , G>l¡ma, &c. 

Perú está significado en la tercera por una joven 
con un bastón 6 lanza en la mano en señal de do- 
minio; porque este pais constituía un poderoso im- 
perio antes que le conquistase Francisco Pizarro: tie- 
ne á sus pies muchos frutos en demostración de su 
fertilidad en granos, cacao, quina, &c. : á lo lejos se 
perciben las elevadas cimas de los montes Andes, tan 
curiosos por las magníficas escenas que en ellos pre- 
senta la naturaleza, como ricos por los metales que 
producen. 

Filipinas : este estado de Asia está simbolizado 
por otra joven que tiene una canasta de produccio- 
nes de aquel archipiélago; pues aunque su clima no 



(257) 
sea el mejor, sin embargo abonda en machos artícu- 
los muy importantes: á sus pies hay una especie de 
buey, ó mejor de búfalo, acaso por los muchos ani- 
males de esta úllima clase que, según algunos geó- 
grafos, se hallan en los campos de aquellas islas» 

I.* Es obra de don Antonio Goneales Vclasqoei. Véase el Dic- 
cionario de los ilostres profesores tomo a.^ pág. aai y Mf;a¡cn- 
ies, en donde, y en Us Acias de la Academia de San Fernando, 
se dan noticias de la vida y obras de este profesor. Nacid en Ma- 
drid el año de i7a3: fue discípulo en Roma del cékbre Corrado 
Giaqointo, á quien procurd imitar en las tintas y cambiantes. Des- 
pués de haberse dado á conocer alli por su aplicación y adebnta- 
mientos, volvió á Espaiüa el año de 1753, y en Zaragosa adquirid 
mucha reputación por la obra que e}ecutó en la cúpula de la capi- 
lla de nuestra Seiiora del Pilar, concluida la cual se restituyó á 
Madrid, en donde habiendo acreditado su mérito obtuvo en 1754 
la plaza de teniente Director de la nueva Academia de San Fer- 
nando , y tres años después la de pintor de Cámara. En 1 765 le 
concedió el Sr. D. Garlos III los honores de Director de la expre- 
sada Real Academia, plaza que tuvo efectiva mucho tiempo des- 
pués: falleció en Madrid á los setenta años, á principios del de 1 794. 
Sus pinturas en este Real Palacio y en las iglesias de la Encama- 
ción, Santa Isabel, y algunas otras de esta corle, demuestran iu gran 
facilidad en la composición, manejo y práctica del fresco, y buen 
gusto en las tintas. Los señores don Zacarías y don Isidro Velaa- 
quez, d primero pintor, y el segundo arquitecto de Cámara de 
S. M., y ambos sugetos de sobresaliente mérito en sus respectivas 
profesiones, son dignos hijos del señor don Antonio. 

a.* Cristóbal Colon, de nación genovés, fue el que concibió pri- 
mero el proyecto de descubrir paises navegando al Occidente; y aun- 

33 



(258) 

que algunos historiadores, copiándose unos á otros, trataron de de- 
fx;audarle esta gloria, la misma variedad con que se copian, y el 
no traer en su apoyo testimonios ni relaciones coetáneas y fidedig- 
nas, hace improbable su opinión á vista de tantos fnndamentoa y 
tan auténticos como hay para reconocer á Colon por aotor del des- 
cubrimiento del nuevo mundo. Véase la obra recientemente publi- 
cada por don Martin Fernandea de Navarrete. 

3.* La América: se llama indistintamente con este nombre, y 
con los de Nuevo mundo, Nuevo continente, é Indias occidentales. 

4.^ El recibimiento de Colon por los Reyes Católicos fue en Bar- 
celona en 149^; y hablando de él Fernandez de Oviedo, dice asi: 
^«Después que fue Colon á Barcelona con los primeros indios que 
«destas partes á España fueron ó él llevó, é con algunas muestras 
irde oro é muchos papagayos, é otras cosas de las que ^cá e«tas 
«gentes usaban, fue muí beuina é graciosamente rescebido del Rey 
»é de la Reina; é después qae ovo dado muí larga é particular re* 
vlacion de todo lo que en su viage é descubrimiento, habia pasado, 
»ile fiaíeron machas mercedes aquellos agradescidos Príncipes, é le 
•comentaron á tractar como á Hombre generoso y de estado, é que 
»por el grand ser de su persona propria también lo merecía.^' Y 
luego mas abajo : <^is indios llegaron con el primero Almirante 
»á la corte á Barcelona coando he dicho: y ellos de su propria vo- 
«luntad ó aconsejados pidieron el bautismo, é los Cathólicos Re- 
»ycs se lo mandaron dar, é juntamente con sus Altezas- el Seré— 
»nísimo Príncipe D. Juan, su primogénito y heredero, fueron loa 
«padrinos, é á un indio, que era el mas principal dellos, llama- 
»ron D. Fernando de Aragón, el cual era natural desta isla espa- 
»iKofabé« pariente del Rey ó cacique Croacana-Gari ; y á otro llama- 
»ron D. Juan de Castilla, y á los demás se les dieron otros nom- 
»bres como ellos los pidieron ó sos padrinos acordaron que se les 
«diese conforme á la Iglesia Cathólica.»> Véase el capítulo VII del 
libro a.^ de la Historia de las Indias, escrita por Gonxalo Fernan- 
dez de Oviedo. 

5.^ Nada tenemos que añadir ni demostrar respecto de las po- 
cas figuras alegóricas que hay pintadas en - la bóveda ; las de las 
medallas tienen Sus letreros que las dan á conocer, y solo dejan 



(259) 

que interprcUr los alribotos que las distinguen, lo caal he hecho 
del mejor modo que me ha sido posible, atendiendo i que estas 
figuras f lo mismo que casi todas las alpgór ico-geográficas , no se 
hallan en autor ninguno que trate de iconología, á lo menos en 
los muchos que he manejado para la formación de esta obra. Solo 
Ripa inserta en la suya las imágenes correspondientes á las pro- 
vincias de Italia y de algunos ríos principales del mundo. 




Explicación de la historia pintada por 
don Francisco Bayeu en el techo de la sala 

vigésima tercera. 



El argumento es la rendición de Granada por los Rtjres Católicos 
Don Fernando V j Doña Isabel, 



Hin el centro de la composición está en pie Fernan- 
do V revestido con todas las insignias de la mages- 
tad, acompañado de grandes y de tropa, y en acti- 
tud de recibir las llaves de Granada que le presenta 
un moro muy condecorado seguido de otros arma- 
dos. A cierta distancia del Rey está su esposa DoiSa 
Isabel de Casulla, no menos decorosamente ataviada 
y acompañada: la belleza y dignidad brillan en toda 
su persona, y esta representación es muy conforme 
con la idea que de aquella Princesa nos da la histo«* 
ria. Delante, y en acto de irse á bincar de binojos, 
está Boabdil, último Rey moro de Granada, conoci- 
do con el nombre de Rey chiquito^ revestido asimis- 
mo de regio trage, y con otros moros en actitudes 
no menos sumisas. 

Adornan la composición varias figuras que expre- 



(26í ) 
san el séquito de los BeyeSi como son un esclavo ne- 
gro que tiene del freno un hermoso caballo, sin du- 
da en el que Boabdil salió de la ciudad , varios sol- 
dados con la bandera real , trofeos moriscos , &c. , en 
demostración de la victoria que se acababa de conse- 
guir. A lo lejos se alcanza á ver la torre de Gomera 
en la Alhambra, ya coronada de tropa cristiana, y 
entre ella se distingue un prelado, que por su hábi- 
to se conoce ser don Pedro González de Mendoza ^ 
Cardenal Arzobispo de Toledo , poniendo en dicha 
torre el guión que llevaba delante de sí (aunque au- 
tores respetables dicen que quien le puso fue don 
Femando de Talavera, electo Arzobispo de Grana- 
da): á los lados se ven varios caballeros colocando el 
estandarte real y el de Santiago. 

En sitio superior se ve volar á la Victoria dis- 
puesta á coronar con la guirnalda de laurel las sie- 
nes del vencedor; ademas de este atributo la distin- 
gue por tal la palma que tiene , en demostración de 
tan importante triunfo conseguido contra el poder 
mahometano. Siguen á esta figura otras que repre- 
sentan niSos con ramas de olivo, palmas y espigas, 
como símbolos de paz, victoria y abundancia: otros 
sostienen el escudo de las armas reales de Castilla y 

« 

Aragón, que fueron los dos estados que se reunie- 



( 269 ) 
roB por el matrimonio de los Reyes Católicos (el de 
Navarra no estaba aún incorporado i la corona); y 
para demostrar que i dichos reinos se agregaba el de 
Granada y introdujo Bayeu un chicuelo que lleva en 
la mano un cuartelillo con una* granada pintada, en 
ademan de irle á fijar en el escudo real, y en el si* 
tio donde regularmente se ponen las armas de aquel 
reino. 

1.* Representa la rendición de Granada, y es obra de don Fran- 
cisco Bayca. \é»»^ el Diccionario de los ilustres profesores tomo i.^ 
pág. loo. 

a.* Sobre esta importante conquista y modo de tomar posesión 
de la ciadad de Granada, homenage de Boabdil y demás particn- 
laridades , puede vcrs« lo que dicen nuestros historiadores , cu par- 
ticular Mariana en la Historia general de España cap. 18 lib. a5. 
Pulgar en la Crónica de los Reyes Católicos, aunque parece que es- 
te capítulo está añadido á su obra, y el Licenciado Pedrazas en las 
antigüedades y excelencias de Granada lib. 3.® fol. 70 y sig. 




Explicación de la alegoría pintada por don 
Luis González f^elazquez en la bói^eda de la 

vigésima cuarta sala. 



El argumento es la Benignidad acompañada de las cuatro yir' 
tudes Cardinales, 

JLia Benignidad se ve representada por una amable 
matrona, cuyas facciones anuncian sus bellas pren- 
das: está de pie en un trono: tiene coronada la ca-* 
beza, sobre la que brilla el Sol: adorna su cuerpo 
un manto regio: con una mano tiene un ramo dé 
pino con su fruto: detrás se ve un sitial, é inmedia- 
to un elefante, y á su lado dos genios, uno de los 
cuales sostiene el manto, y el otro está con un cla- 
rín con ciertas flores blancas. £1 Sol que resplande* 
ce en la cabeza de esta figura es uno de sus símbo- 
los mas expresivos; porque asi como este astro difun- 
de por todas partes su italor y luz, del mismo modo 
la Benignidad hace que todos los hombres participen 
de su feliz influencia: la corona de oro es signo del 
dominio que adquiere esta virtud sobre los corazones 
humanos: el sitial y suntuoso vestido manifiestan el 



(264) 
estado de grandeza j potestad que es necesario para 
ejercerla con toda extensión en beneficio de la hu- 
manidad: píntase sobre trono, en pie y algo inclina-» 
da, y algunas veces con los brazos abiertos, porque 
estas demostraciones arguyen un ánimo excelso, age- 
no de la altivez y del orgullo, y porque los benefi- 
cios deben hacerse con cordialidad y sin ostentación: 
el pino es otro atributo que le dan los iconologistas, 
acaso por la utilidad de este árbol, aunque Cochin 
opina que sería mas oportuno sustituirle la cornu- 
copia de firutos que indicase los de la Benignidad: el 
elefante, animal noble y mayor que los demás, es 
también uno de sus signos por las propiedades que 
le atribuyen Aristóteles, Plinio y Bartolomeo Ánglico: 
el clarín con flores significa la buena fama que con- 
siguen los que practican las máximas que prescribe 
dicha virtud. En sitio mas inferior y delante del tro- 
no está la 

Fortaleza f representada por una muger armada: 
en prímer término hay un hermoso león sentado en 
una grada del trono, pera sujeto por la boca con un 
cendal que sostiene un mancebo, y es un símbolo de 
la razón, porque solo es verdadera fortaleza la que se 
gobierna por principios racionales sujetando todas las 
pasiones: delante está de espaldas un niño con un 



(265) 
ramo de .encina, y á su lado tiene un arco y aljaba, 
que también son otros atributos de la Fortaleza: si- 
gue la figura moral de la 

Prudencia con su espejo circular en una mano j 
la serpiente en la otra. £1 espejo es un emblema del 
conocimiento de los propios defectos, y la serpiente 
es su atributo principal , por las razones ya expuestas 
en otros lugares. 

La Justicia tiene la balanza y las fasces consula- 
res: un niño inmediato está en acto de envainar una 
espada. La balanza es un signo de la justicia distri- 
butiva y de la equidad con que pesa los méritos ó de- 
méritos de los hombres; asi como las fasces son in-* 
dicio de los castigos con que la justicia punitiva tra- 
ta de enfrenar el crimen : y para demostrar que mo- 
derada por la Benignidad, que tiene presente, se in- 
clina á la misericordia, se ha introducido el niño, que 
envainando la espada hace una bella alusión al asun- 
to principal que se ha pretendido expresar en esta 
alegoría. 

La Templanza está representada por una matro- 
na, no menos bella, en acto de echar agua de un 
jarrón en otro: acompáñala un niño con un freno 
en la mano, y detrás hay un camello. La distribu- 
ción del agua denota la tasa y medida ^ue prescribe 

H 



(266) 
esta virtud en todas las cosas , y señaladamente en el 
alimento: el freno es su atributo mas conocido, j 
denota el conato y eficacia con que debemos corre* 
gir nuestros apetitos y pasiones: el camello, como 
animal que es tan parco, es otro de sus geroglíficos, 
aunque no de los mas usados en la pintura. 

Se ven volando varios niños y mancebos; el prin- 
cipal de ellos presenta á la Benignidad tres coronas» 
que en mi dictamen son la de encina, la de laurel y 
la obsidional, en demostración de los triunfos qué 
obtiene esta apreciable virtud, pues con dichas coro- 
nas se premiaban las acciones heroicas entre los an- 
tiguos. 

Nota. Por esta pieza se da entrada d otra mas interior , en 
cujro techo, que es el vigésimo quinto en el orden que llegamos, hajr 
pintada una medalla circular. 

I.* Según se piiede^ inferir de las obras de Pons y del Diccio- 
nario de los ilustres profesores tomo a.^ pág. aa3 , esta obra es 
de don Antonio Gonzalcx Velazques: su estilo lo demuestra, pero 
los diferentes nombres y deslinos que tienen abora estas salas de 
los que tenían cuando se escribieron dicbas obras, dan lugar á do» 
dar del verdadero autor de esta pintura. Yo creo con bastante fun- 
damento sea de su hermano don Luis: su estilo se semeja mucho 
al de don Antonio, aunque me parece ser su pincel mas tímido. 

a.* Benignidad, Véase esta misma imagen en Ripa ad. tomo i.^ 
pág. a 36, y la opinión de Cochin en el tomo t.** art. Benignüé. 



ExPLICAaON de la alegoría pintada en el 
techo de la vigésima quinta sala. 



El argumento es el poder de España en las cuatro partes del 
nuindo. 



Jua Monarquía Española está simbolizada por una 
grave matrona adornada con manto regio, corona j 
cetro, 7 sentada entre dos globos para demostrar su 
poder en ambos hemisferios : á su lado se ve un león, 
que es el principal atributo que la caracteriza. En 
término mas inferior están unidas la Justicia j la 
Paz: la primera se da á conocer por las fasces con- 
sulares 7 por la balanza, 7 la segunda se distingue 
por el ramo de olivo 7 por la pequeña estatua de 
oro de Plutus, dios de las riquezas, porque éstas se 
fomentan á beneficio de la paz. En el primer plano 
de la composición están representadas las cuatro par- 
tes en que los geógrafos consideran dividida la tierra, 
7 sobre las cuales España ha extendido su dominación. 
Europa está significada por una amable joven sen- 
tada 7 con diadema en la cabeza, cu7as circunstan- 
cias nos dan á entender que aunque es la porción mas 
pequeña del globo, ha dominado á las demás por su 



(268) 
valor j conocimientos: con una mano sostiene un edi- 
ficio redondo adornado con una cruz, en demostra- 
ción de que es el centro de la verdadera religión; y 
á sus pies se ven una lechuza j varios instrumentos 
de las artes, por los progresos que los europeos han 
hecho en todo género de estudios: se sabe que aque- 
lla ave es un emblema del saber , y por esta razón 
los antiguos paganos la consagraron á Minerva. 

jisia por otra joven no menos agraciada que está 
á su lado en pie j magníficamente ataviada según el 
estilo oriental; lo que denota sus grandes riquezas y 
excesivo lujo de sus habitantes, asi como el incensa- 
rio que tiene con ambas manos hace alusión á los 
aromas y perfumes que produce con abundancia: el 
camello que hay detrás es uno de sus atributos por 
abundar en aquella parte del mundo. 

África se da á conocer por una muger negra, 
siendo este el color de una gran parte de sus natu- 
rales: la sirve de corona una cabeza de elefante, por 
los muchos que se hallan en aquellos países: con una 
mano sostiene y con la otra muestra la cornucopia 
llena de espigas, indicando con esto su grande ferti- 
lidad. En fin se expresa la 

América por otra muger morena y adornada con 
plumages y armas , según el uso de sus pueblos : está 



(269) 
«n ademan de ofrecer con una mano las apreciables 
producciones de vejetales que nos vienen de aquel 
hemisferio, y con la otra tiene un collar, que con una 
arquita que hay á su lado , nos manifiesta sus muchas 
riquezas. Todas estas cuatro figuras dirigen la vista 
á la Fama^ que está mostrándolas la Monarquía Es- 
panola , como que este poderoso estado ha formado 
establecimientos en las cuatro partes del mundo, ha- 
ciendo respetar en todas ellas su política y esfuerzo 
militar , y extendido su reputación á la par de su gp- 
biemo y de sus victorias. 

Nota. Retrocediendo d la pieza en donde estd pintada la 6ó- 
veda vigésima cuarta , se sigue el orden de esta fachada. 



DI 



oto^. 



1.* Parece que esta obra es de don Luis VeUzqties, qae nació 
en 1715 : fae académico de mérito y pintor de Cámara de S. M. , 
7 falleció en 1764. Mereció en su tiempo gran aplauso por sus 
obras, particularmente al fresco. 

2.* £1 León es atributo de España. Algunos opinan , aunque 
no con toda certeza, que lo fue desde que se conquistó la ciudad de 
León después de la invasión de los sarracenos. Ninguno de nuestros 
Reyes ponian en sus privilegios en los sellos reales otras armas que 
la cruz , basta el Emperador D. Alonso VII que empezó á sustituir 
en su lugar dos castillos y dos leones á cuarteles, en alusión al 
nombre de sus dos principales reinos. Estas armas han sido conser- 
vadas continuamente por sus sucesores basta los Reyes Católicos, 
que con la unión de la corona de Aragón á las de Castilla , y la 
nueva conquista del reino de Granada, las aumentaron, hasta que 



(270) 

habiendo recaído todos estos estados en la casa de Austria, se ana- 
dieron á ellas las mas principales de los qae poseía. 

3.^ Justicia, Véanse todos los atributos de esta virtnd en Ripa 
ad. tomo 3.^ pig. aoi , Cart. pág. 466, J^ Manuel des Artísies to- 
mo a.° pág. 44^* 

4.* Paz, V. Ripa ad. tomo 4<'' P^S* ^^^» 7^^ Dice. icón. Xth' 
mo 2.^ páginas laa y ia3. 

5.* Europa, V. Ripa ad. en su artículo, y Lt Manuel des Artistes 
tomo 1.^ pág. 53o. Nada tenemos qae observar sobre sas atributos, 
porque son generalmente conocidos; solo diremos que en la lechusa 
se simbolizan todas las ciencias, porque esta ave estaba consagra- 
da k la diosa de la sabiduría , y asi se halla representada en mu- 
chas medallas, particularmente de Atenas, como puede verse en la 
obra intitulada Sicilia NumismtUica en las láminas ia9 y i3o, en 
que se ven grabadas una porción de ellas con la cabeza de Minerva 
en el anverso y la lechuza en el reverso. En otras muchas mone- 
das insertas y descritas en la misma obra, se ve solo esculpida la 
lechuza, ave que era muy común en el pais de Atenas, y por eso 
la fingieron tan querida de su mentida diosa. 

6.^ Asia, V. Ripa ad. tomo 4**' p^S* 16a, el Dice. icón, tomo i.* 
pág. 65, y X« Manuel des Artistes tomo i.** pág. 80. 

7.* áfrica, V. Rip. ad. tomo 4-** P^g- '64» el Dice. ícon. to- 
mo I.® pág. 1 1 , y Z« Manuel des Artistes tomo t,° pág. a6. . 

8.* América, V. Ripa ad. tomo 4-^ P^g* 166, y el Dice. icón. Iq. 
mo 1.^ pág. 35. 




Explicación de la alegoría pintada por 
don Francisco Bayeu en la bóveda de la 

sala vigésima sexta. 



El argumento es la Pro9Ídencia prendiendo las virtudes jr las fa-^ 
culiades del hambre. 



JLin el sitio mas elevado j central se distingue á du- 
ras penas la figura que representa la 

Providencia^ simbolizada por una hermosa ma- 
trona sentada en un trono de luz cercado de resplan- 
dores y ángeles : tiene en sus manos benéficas la cor- 
nucopia y el cetro mostrando el globo de la tierra. 
Está en sitio tan elevado y rodeada de gloria para 
mostrar que la Providencia es la sabiduría y poder 
soberano que gobierna al universo; lo cual indica mas 
particularmente el cetro que tiene en la mano diri- 
gido hacia la tierra, porque sus conatos paternales 
presiden y atienden á cuanto en ella existe con tan- 
to orden y tan admirable economía: por la cornuco- 
pia de frutos están expresados todos los dones que 
debemos á su omnipotencia para el socorro de nues- 
tras necesidades. £1 globo está pintado de gran tama- 



(272) 

no en uno de los primeros términos de la composi- 
ción, j sobre él sentado el 

Tiempo^ figurado por un hombre viejo con gran- 
des alas y la guadaña y círculo en sus manos: este 
emblema manifiesta los efectos del tiempo sobre el 
globo que habitamos; la guadaña nos indica sus es- 
tragos, las alas su celeridad, y el círculo sus subdi* 
visiones periódicas. Para demostrar que todo cuanto 
existe bajo su jurisdicción es caduco, transitorio y 
perecedero, se han pintado inmediatas las tres 

Parcas^ dos de ellas con ruecas, y la tercera con 
la tijera inexorable que corta el hilo de la vida hu- 
mana. Y como los hombres por su utilidad propia 
necesitan estar sometidos á una autoridad legítima, y 
casi todos los paises del globo se rigen por los prin- 
cipios monárquicos desde las primeras edades, tanto 
por estar modelados por el gobierno paternal, como 
porque sus ventajas son superiores á las que ofrecen 
las demás formas gubernativas, por eso delante del 
globo se figuró la 

Magestad regia , expresada por una matrona tan 
hermosa como grave, adornada con las insignias rea- 
les y acariciando un águila, que es su geroglifico-mas 
expresivo por la superioridad de esta ave sobre las 
demás: la corona y el cetro son signos de dominio 



(273) 
por un consentimiento constante y universal. £1 prin* 
cipal apoyo de la Magestad debe ser la 

Nobleza^ por lo que la figura que la representa 
está inmediata en pie y significada por una bella jo- 
ven con la lanza en una mano y la estatua de Mi- 
nerva en la otra: sobre su cabeza brilla una resplan-^ 
deciente estrella. Este último atributo nos indica que 
la elevación de sentimientos debe ser el principal tí* 
tulo de la nobleza, y al mismo tiempo anuncia á los 
nobles la obligación que tienen de sostener sin man- 
cilla el buen nombre de sus esclarecidos progenito- 
res, que debe ser el norte y la estrella que dirija 
el rumbo de sus acciones : la lanza y la figura de 
Minerva manifiestan que el mérito en las ciencias y 
la gloria de las armas son dos caminos abiertos para 
adquirir la nobleza y para realzar la heredada. 

La Paz está á su lado con el ramo de olivo , por« 
que ella es el medio mas oportuno para que pros- 
peren todos los bienes en un listado, que eso indi- 
ca la figura que hay al otro lado de la Magestad, y 
es una representación de la 

Fortuna ^ que tiene con una mano el arculó de 
oro y á sus pies el cuerno de Amaltea: un genio in- 
mediato sostiene el timón. £1 círculo es emblema de 
conservación, porque siendo la mas perfecta entre las 

35 



(274) 

figuras geométricas, y no se le ve el fin, del mismo 
modo la conservación de un Estado es aquella larga 
é inalterable duración que procede de la sabiduría 
de su gobierno, de la firmeza y solidez de sus insti- 
tuciones políticas, y de la conformidad de éstas con 
la índole de los pueblos gobernados. La cornucopia 
expresa la abundancia, firuto de la paz, fortuna y 
estabilidad. £1 timón es símbolo del r^men guber- 
nativo, y aun una de las figuras retóricas que le 
describen frecuentemente: también indica que la for* 
I una gobierna la suerte de los hombres , según la 
opinión vulgar, aunque no sea asi según los eterno^ 
principios de la razón. Y como un Estado que dis-^ 
frute todas estas ventajas no puede menos de ser 
fuerte y respetable en lo interior y exterior, por eso 
se pintaron en primer término todos los emblemas 
de la fuerza. La principal figura destinada mas par- 
ticularmente á describirla, y la que con propiedad se 
llama 

Fuerza , está significada por una muger de aspec- 
to robusto, que tiene en su cabeza dos pequeñas astas 
de ternero, y está sentada sobre un elefante, anima- 
les que son sus geroglíficos. Al lado de esta figura 
ideal se ve representada la fuerza del ánimo ó la 

Virtud heroica^ simbolizada por Hércules en píe, 



(275) 

con la clava en la mano, la piel de león rodeada al 
caerpo, y coronado de laurel. Se representa á Hércu- 
les por la Virtud heroica , porque asi como en la an- 
tigua mitología se fingid que aquel héroe no fue re- 
compensado sino después de haber destruido muchos 
monstruos y luchado contra la envidia de Euristeo, 
del mismo modo no merece llamarse Virtud heroica 
sino aquella fortaleza que con ánimo denodado vence 
todas las pasiones viciosas, y hace frente á todas las 
contradicciones y adversidades de la suerte: si está en 
pie , esto demuestra que uno de sus caracteres distin- 
tivos es la vigilancia contra los halagos de los place- 
res y las asechanzas del vicio : la piel de león y la cla- 
va son atributos de la virtud de la fortaleza. Está tam- 
bién expresado el 

uinimo valiente y generoso por un hombre des- 
nudo, que con una mano acaricia un león, símbolo 
del valor y de la generosidad, y con la otra tiene el 
laurel, solamente debido á los que vencen en la pales- 
tra; está desnudo porque esto indica el valor verdadero 
y la franqueza del ánimo, ágenos y despojados de los 
disfraces y apariencias de la jactancia. En sitio supe- 
rior éstan representadas las cuatro virtudes cardina- 
les, porque por ellas hay buenas costumbres en los 
pueblos, y sin ellas son éstos presa de la injusticia. 



(276) 
4e la corrupción y de los vicios mas detestables. Se 
distinguen por sus atributos mas conocidos: la Pru- 
dencia por el espejo y la serpiente: la Justicia por la 
corona, cetro, balanza y fasces: la Fortaleza por las 
armas y columna ; y la Templanza por el freno y pal- 
ma : para mayor adorno y variedad las acompañan va- 
rios niños que tienen algunos de estos símbolos. En 
el ángulo opuesto donde está este último grupo se 
ven expresadas algunas de las facultades de nuestra 
alma. La primera simboliza el 

Entendimiento por un gallardo mancebo con co- 
rona de hojas de mostaza en la cabeza , de la que sa- 
le una llama: está revestido con manto regio, y en 
su mano tiene un cetro; á su lado se ve un águila. 
Los iconologistas modernos, siguiendo los geroglíficos 
de Pierio Valeriano, le dan por atributo la mostaza, 
acaso por su propiedad espirituosa: la llama explica 
aquella luz pura que ilumina la mente y muestra 
el fondo de las cosas; expresa el numen con que se 
conciben grandes ideas; y la propiedad, que la llama 
tiene de elevarse siempre , es alusiva al deseo de sa- 
ber y de elevar la contemplación á la verdad , que es 
el objeto mas digno del entendimiento. Su primada 
sobre las operaciones mentales está significada por las 
insignias regias: le simboliza el águila porque esta 



(977) 
excelsa ave supera á todas las demás en instinto, vue-r 
lo, perspicacia de vista y generosidad. 

La Memoria está representada por una matrona 
con el dedo índice dentro de un libro cerrado, y con 
dos dedos de la otra mano tirándose el pezón de una 
oreja : á su lado hay un perro. £1 libro que tiene esta 
figura, y la pluma que agregan otros iconologistas, 
dan á entender que la memoria se perfecciona con el 
uso, y éste solo se adquiere mediante la lectura y es- 
critura: se tira la punta de la oreja por alusión á lo 
que dice Virgilio en la égloga sexta, como signo de 
recuerdo y advertencia : el perro es su atributo por 
el gran instinto memorativo que algunos naturalistas 
dicen que tiene este sagaz animal. Detrás se ve pin- 
tado un venerable anciano con la cabeza descubierta, 
que con suma atención contempla un corazón que 
tiene en la mano, y significa el 

Conocimiento propio: tiene la cabeza descubierta 
porque debe estar despojado de toda prevención ; y el 
geroglífico que tiene en su mano muestra que es el 
objeto de su estudio : se coloca aqui esta figura moral 
como complemento de las dos anteriores, porque por 
mas que el hombre se lisonjee de tener adornado su en- 
4endimiento y memoria con los conocimientos mas cien- 
tíficos, no será verdaderamente sabio si carece del co- 



(278) 
nocimiento de sí mismo. Ea la parte de la bdyeda que 
hay sobre las venlanas está representada la virtud de la 

Caridad en aspecto de una bella matrona senta*- 
da 7 vestida con mucba modestia : está en acto de dar 
el pecho á un tierno infante, teniendo otros dos á sus 
lados: una agraciada joven la está mirando con respe^ 
to y atención. Su modesto trage da indicio de que la 
caridad verdadera sabe despojarse de lo superfino en 
beneficio del prógimo : el amor y cuidado con que ali- 
menta y acoge bajo su amparo á los niños, demues- 
tra mejor que con ningún símbolo el hermoso carác- 
ter de esta virtud, dignísima del aprecio de todo el 
mundo, que es lo que expresa la veneración con que 
la contempla la joven inmediata. En la fachada si- 
guiente hay pintado un trono de nubes formando ca- 
prichosos grupos, y sosteniendo la figura simbólica 
de la 

Fe, significada en una hermosa virgen vestida de 
blanco, contemplando el cáliz que tiene elevado en 
una mano, y apoyando la otra sobre la cruz que sos- 
tienen varios angelitos, cuyos sagrados atributos son 
bien conocidos, y de ellos hemos hablado en otros la- 
gares. A un lado está contemplándola la virtud de la 

Esperanza^ como que por ella y las obras de ca- 
ridad se deben esperar los bienes eternos: la figursi 



(979) 
una amabilísiina joven vestida de ropas de color ver- 
de, apoyando su bella cabeza con una mano, j la otra 
en un libro: á su lado se ve una áncora. Se pinta 
verde su vestido por alusión al color de los campos 
por la primavera, que dan esperanza de los frutos 
que luego producen el estío y otoño ; y si fija los ojos 
en alto es porque el cielo es el sumo bien á que as- 
pira. £1 libro es la sagrada doctrina que debe prac- 
ticar el hombre si quiere obtener las recompensas ce- 
lestiales: el áncora es su símbolo mas conocido por 
ser instrumento de seguridad. A mayor distancia, 
aunque en plano inferior, bay otro grupo de figuras; 
la mas notable representa un venerable anciano res* 
petuosa y gravemente vestido con trage sacerdotal: 
extiende una de sus manos, de la que sale una lla- 
ma, y con la otra tiene una espada. No be hallado 
en ninguno de los autores que be consultado figura 
alegórica alguna con semejantes atributos; pero tanto 
ellos como el lugar que ocupa delante del trono de 
la Fé, me inducen á pensar que es un emblema del 
Sacrificio, porque su hábito le corresponde perfecta^ 
mente; su actitud sumisa da indicio de la humildad 
tan necesaria en las buenas obras; la llama es símbo- 
lo de la caridad y de la oración, y la espada puede 
denotar la justicia y el celo, ó también expresar la 



(280) 
guerra continua con que debemos perseguir los vi-^ 
cios, cortando de raiz y sin miramiento alguno to- 
das las malas inclinaciones que propenden á tiranizar 
nuestra alma, haciéndonos separar de la ley divina: 
tal es mi dictamen; sin embargo respetaria el de otro 
que diese mejor demostración de los caracteres de es- 
ta figura. A su lado se ve una joven de agradable as- 
pecto apoyándose en un altar cuadrado, sobre el que 
hay una serpiente : sostiene con la mano una taza , y 
representa la 

Salud; pero debemos advertir que hay dos clases 
de salud, la del alma y la del cuerpo, y ambas tie- 
nen unos mismos atributos, aunque á la primera (que 
en mi opinión es á la que se refiere esta figura) se 
aríade el altar, tanto por ser emblema de la piedad, 
como por alusión á que era refugio de todos los que 
se veían perseguidos de sus enemigos, como lu^r 
de amparo; pues no habia hombre tan irreligioso que 
se atreviese á ofender á quien se acogía á las aras : la 
taza es atributo de la templanza tan necesaria para 
el espíritu como para el cuerpo: la serpiente, en fin, 
que tiene la propiedad de desnudarse de su misaia 
piel, es un geroglifíco muy acomodado del hombre 
despojado del vestido de la culpa y revestido con la 
túnica de la gracia, y una alusión á la serpiente de 



(281) 
metal que puso Moisés eu el desierto para sanar á los 
israelitas. £1 primero y supremo triunfo que debe pro- 
ponerse el hombre que pretende seguir las sendas de 
la justicia y consiste en el vencimiento de sus propias 
inclinaciones cuando son viciosas , y asi para expresar 
esta idea moral se pintó el 

Dominio de sí mismo bajo la representación de 
un hombre en todo el vigor de su edad, sentado so* 
bre un león (que aqui es geroglífico de las pasiones), 
al que sujeta con un freno, á pesar de la resistencia 
que opone á semejante traba: eu la mano derecha 
tiene un dardo, con el que amenaza al feroz animal, 
7 significa el rigor que debe emplearse contra los afee, 
tos desordenados cuando luchan por sublevarse con- 
tra la razón. Siguen otras figuras muy interesantes y 
alusivas á las propiedades que constituyen y deben 
acompañar al poder legítimo, y asi la principal de 
ellas expresa la 

Auioridad 6 Potestad en una bella matrona sen- 
tada y revestida con suntuosidad regia : la cubre la 
cabeza una toquilla azul; tiene la mano derecha ele- 
vada con unas llaves; en la siniestra sostiene un ce- 
tro; delante se ven algunos libros, y en primer tér- 
mino hay dos chtcuelos con varias armas. Represen- 
tase matrona porque la edad madura es de suyo au- 

36 



(282) 
torizada por la experiencia y saber; está sentada » por- 
que semejante actitud indica preeminencia ; sus vesti- 
dos magníficos dan indicio del decoro correspondien- 
te á toda dignidad; la toquilla que tiene en la cabe- 
za demuestra con su color de cielo que toda potestad 
procede de Dios; las llaves dan á conocer la autori- 
dad espiritual, y el cetro la temporal; pero tiene éste 
en la mano siniestra , y las llaves en la diestra ; eleva- 
da , porque el poder espiritual es superior al tempo- 
ral, cuanto lo es el alma respecto del cuerpo: los li- 
bros manifiestan la autoridad de las escrituras y doc- 
tores y y la de las armas está expresada por los tro- 
feos introducidos aqui también para hacer á esta ima- 
gen mas universal. La sumisión debida á la autoridad 
se significa por una joven inmediata que la está mi- 
rando con suma modestia, y que por sus atributos 
se da á conocer por la 

Fidelidad^ con la llave en una mano , el sello en 
* la otra , y un perrito al lado. Para expresar los opimos 
frutos que los pueblos consiguen con la obediencia, 
y los males que jsvitan cuando no escuchan las su- 
gestiones de la rebelión contra las dos potestades , se 
simbolizó al lado derecho de este grupo la 

Prosperidad en figura de una agraciada jdven co- 
ronada de florecillas, que con semblante risueño está 



(983) 
contemplando el trono de la Providencia, como que 
de alli proceden todos los bienes: apoya uno de sus 
brazos sobre la cornucopia de la riqueza. Acompañan 
los intermedios de todos estos grupos alegóricos varios 
ángeles y matronas, enriqueciendo asi esta composición, 
en la que con los caracteres mas expresivos se ve re- 
presentada la conformidad y feliz reunión de las vir- 
tudes religiosas, políticas y civiles. 

C/CotOd. 

I.* Es obra de don Francisco Bayen, segnn se dedace del to- 
mo 6.<* del Viage de España en la descripción de este Real Paládo; 
ademas que la da á conocer por tal sa estilo. 

a.^ Procidencia: sn imagen está tomada de mochas medallas ro- 
manas , en las qae se representa como diosa , y los iconologistts 
adoptándola la han aplicado á objeto más digno y verdadero: en- 
tre ellas se distingue nna del Emperador Probo » qne propone y 
describe Ripa en sn obra como ano de los tipos para representar 
este divino atributo. Véase este antor en el tomo 4*^ P^6- 4^^f y 
Le Manuel des Ariittes, apoyándose en otros monumentos antignos, ^ 
en el tomo 3.® pág. 654. 

3.^ Tiempo, V. Ripa adic. tomo 5.^ pág. 169, y el Dice. icón, 
tomo a.® pág. 'aSi. 

4-^ Parcas. Véase lo expuesto en la explicación décima quinta: 
la rueca, el huso y el hilo roto son geroglf fieos de la muerte, se- 
gún Pier. Valer, lib. XLVIII. 

5.^ Magestad: sus insignias la dan á conocer por tal, y debe 
obaervarse que son de las pocas cosas en que convienen casi todas 
las naciones del globo: leemos las historias antiguas, y hallamos á 
los Monarcas condecorados con corona y cetro : consultamos las des- 
eripciones geográficas 9 y vemos en todos los pueblos reconocidos 



(284) 

CAtos si^iMM como símbolos de la saprema potestad aun en las na- 
ciones, mas bárbaras. Pierio Valeriano propone el igaila como prin- 
cipalísimo jeroglífico suyo. V. el lib. XIX , fol. i38 de Imperaimria 
Maj estas» 

6.^ Nobleza : el autor del Manual Artístico la propone como 
aqui está pintada , fundando su opinión en una medalla del Empe- 
rador Geta. Véase su tomo 3.® pág. a6S, con quien está confor- 
me Ripa. 

7.^ Paz. V. Ripa adic tomo 4.** pág. 33a, Dice icón, tomo a.^ 
pág. laa. 

8.^ Fortuna: ya hemos dicho en otra parte que los (entiles 
la consideraban como una diosa que presidia á la distribución de 
los bienes y aun de los males; y asi la representaban en algnnaa 
medallas, de donde han tomado la idea los iconologistas modernos. 

9.^ Fuerza, V. Ripa adic. tomo 3.^ pág. lao. 

10. F'irtud heroica. V. Cartario pág. 369. 

11. Ammo denodado y generoso: el león era símbolo de valor 
entre los antiguos, y como tal le propuso Pierio Valeriano en el 
lib. 1, art, Leo, En la actitud qne aqui se pinta esta figura se ve 
que se conforma con la qne propone Ripa en su artículo de Gran-- 
dezza ¿ Robusiezza d' animo. Véase su obra tomo 3.^ pág. aa^- 

la. Entendimiento: creo qne esta imagen alegórica sea de in- 
vención moderna, y la inserta Ripa en su obra tomo 3.® pág. 3o i; 
p^ro algunos de sus atributos son antiguos : la mostasa se halla 
propuesta como tal en Pierio Valeriano lib. LVII fol. 4^^ *rt. Si- 
napip y también el águila como geroglífico de ingenio, lib. XIX de 
Aquila fol. i4i- 

1 3. Memoria : que el perro es su geroglífico lo dice Pierio Va- 
leriano lib. V fol. ^o. La acción de tirarse de una oreja está fon- 
dada en Virgilio, cuando al principio de la Égloga 6.* dice: ^Vfue 
ttcomo Sileno empezase á cantar cosas superiores á su esfera, le tiró 
»de la oreja Apolo, recordándole, trajrindole d la memoria qne era 
» pastor nada mas « y asi se acordase de su estado.'^ Véanse los pri- 
meros versos de la citada Égloga , que dieron margen á los icono- 
logistas para simbolizar de este modo la Memoria. 

14. Conotimienlo de si mismo: es ana ÍAterpretacion mía, np 



( 285 ) 

solo atendiendo á la colocación de la* figura de que se trata» y del 
atributo que la distingue, sino también fundado en que Ripa pro- 
pone del mismo modo otras figuras que tienen analogía con ésta. 
La G>ncienciay por ejemplo, y el Juicio están expresados contem- 
plando el corazón, como puede verse en sus respectivos artículos 
en la citada obra : también Pierio Valeriano presenta en la suya 
alusiones del corazón conducentes al intento. 

i5. Sacrificio: no be visto ninguna figura que demuestre lo que 
he dicho respecto de ésta ; pero me parece que es una de las que 
los iconologistas llaman Pontea», porque bajo la representación de 
una sola figura se expresa la significación de varias, por medio de 
atributos reunidos en un solo y mismo sugeto : la liama que ésta 
tiene en la mano y el trage sacerdotal son símbolos de la oración, 
según Ripa: la lux de la llama y dicho hábito lo son- igualmen- 
te del celo religioso: me parece que la espada desenvainada pue- 
de expresar también alegóricamente el mismo celo. 

16. Salud: Ripa en el tomo 5.^ pág. 55 de su obra, copia esta 
imagen de los monumentos de la antigüedad , que la representa- 
ban de este modo, aunque aqui se hace de ella una aplicación es- 
piritual , porque no corresponde darla otra , atendiendo al fin de 
esta composición , y al ara que hay inmediata á la figura. El ara es 
geroglífico, no sqIo de piedad, sino de refugio y de misericordia* 
y. Pier. Val. lib. XLIX de Ara, folios 363 y 364. 

1 7. Dominio de si mismo : esta figura representada del mismo 
modo se halla en Pierio Valeriano lib. I , fol. 1 4 : de aqui la tomó 
Ripa y la insertó en el tomo a.^ pág. 167, y de él el autor del Ma- 
nuel des Artistes tomo i.^ pág. 181, como todois los demás ico^ 
nologistas. 

18. Autoridad. V. Ripa adic. tomo 1.^ pág. 191. 

19. Prosperidad: esta figura parece ser invención del señor Za« 
ratini en cuanto á los atributos; la insertó Ripa en su tomo 4-** p^* 
gina 4 ^9 i Allí M habla acerca de la alusión de las florecillas que de- 
ben ser negras, pero que aqui no han podido pintarse de este modo 
consultando la distancia: la cornucopia simboliza todo lo concern 
niente á la prosperidad , como la fortuna , abundancia , opulen- 
cia , &c. ; por eso se ve tan repetido este atributo en la iconología. 



Explicación de las alegorías pintadas en 
el techo de la sala vigésima séptima. 



El argumento es la recompensa del Mérüo y de la Fidelidad. 



Jua Recompensa^ t^n aspecto de una hermosa matrona 
sentada en una nube, adornada con corona, cetro y 
rico vestido, y rodeada con los atributos del poder, 
de la justicia y liberalidad, se dispone á premiar el 
verdadero mérito y la fidelidad acrisolada , con las pal- 
mas, guirnaldas y joyas que hay en una bandeja sos- 
tenida por un genio: la acompaña una )óven que tie- 
ne un cetro en la mano. Las insignias reales que 
la adornan y autorizan manifiestan que solo es dado 
á grandes Príncipes remunerar dignamente las vir- 
tudes y los talentos: su grandeza y suntuoso trage 
demuestran la nobleza de ánimo y elevación de sen- 
timientos necesarios para apreciar como es debido 
unas prendas tan estimables: los atributos de la jus^ 
ticia denotan que esta virtud debe presidir á la dis- 
tribución de los premios, porque de lo contrario se- 
ria muchas veces antepuesto el artificio á la probi- 



(287) 
dad y y la ignorancia al saber: la bandeja es gerogli- 
fico de la liberalidad , como ja se ha expuesto en 
otra explicación: tiene palmas , gairnaldas, cetros y 
joyas, y esto da indicio de que asi como son diyer* 
sos los servicios de los hombres beneméritos, del mis- 
mo modo deben ser remunerados atendiendo á su 
saber , clase é idoneidad de diferentes modos , y por 
eso las palmas y guirnaldas indican los honores, los 
cetros las autoridades y mandos, y las joyas las ri* 
quezas; y como todos estos premios emanan del po- 
der soberano, se ha pintado con cetro aquella joven 
que está al lado de la figura simbólica de lá Recoñi- 
pensa. Delante de esta regia imagen se ven el Méri- 
to y Fidelidad, arrodillados en sefíal de agradecimien- 
to, porque agradecidos deben ser todos aquellos que 
reciben recompensas de la munificencia soberana , sean 
cuales fueren los méritos y servicios que los distin- 
guen. 

El Mérito está expresado por un hombre arma- 
do y coronado de laurel: delante de él se ve una lan- 
za, un escudo y yelmo, y detrás un genio sostenien- 
do un libro; por éste, y por las armas, se indican las 
.dos principales clases de mérito, el militar defendien- 
do la patria, y el literario ilustrándola: la guirnalda 
de laurel denota el honor y estimación á que se ha- 



(988) 
cen acreedores los que profesan digna j debidamen- 
te las letras j las armas. 

La Fidelidad se halla significada por una modes- 
ta jóyen, vestida con sencillez, acompañada de un 
perrito y su principal geroglífico; con una mano tiene 
una llave y con la otra muestra su pecho demostran- 
do con esto la sinceridad y honradez de sos procede* 
res. Y para manifestar que la virtud debe ser el norte 
de la fidelidad y del mérito, se simbolizó á la 

Virtud por una bella virgen pintada en el aire 
detrás de dichas figuras, como dirigiendo sus opera- 
ciones: si está en tan superior sitio es porque ningu- 
na propiedad eleva tanto al hombre ni realza mas sus 
méritos que la práctica de la virtud: tiene en su pe- 
cho al Sol, porque este benéfico astro es su emble- 
ma mas característico: la lanza y guirnalda que tie* 
ne en sus manos manifiestan que para triunfar y ob- 
tener el premio es necesario combatir y vencer al vicio. 

MEDALLAS. 

A los cuatro extremos de esta pintura hay otras 
tantas medallas de claro-obscuro, imitando á lapislá- 
zuli, y en ellas están representadas cuatro bellas artes. 

En la primera está expresada la Pintura^ dispues- 
ta á transmitir á la posteridad en sus doctas tablas las 



ÍU\ 



(289) 

acciones gloriosas debidas al mérito j fidelidad. En 
la segunda la Esculiura va á perpetuar por medio 
del marmol las imágenes de los hombres beneméri- 
tos, que se han hecho recomendables á la gratitud 
pública por sus eminentes servicios en beneficio de 
su patria. En la tercera está representada la Poesía 
con una lira , para manifestar que va á celebrarlos 
con sus cánticos harmoniosos. En la cuarta está la Ar^ 
quiieciura con varios instrumentos de su arte, dispues- 
ta á erigir monumentos consagrados al estudio. 

c/Loto^* 

i.^ A ponto fi)0 í^oro de caál de los tres hermanos Velaz- 
<piez paeda ser esta composición ; aunque me parece sea de don An- 
tonio. 

a.^ Recompensa. Véanse los artículos de Generositd ¿ Renume- 
raaone que propone Ripa en so obra en el tomo 5° pág. 39, y 
en el tomo 3.** pág. 169. 

3.^ Mérito, V. Ripa adíe, tomo 4-° P%* 107, á quien sigue Boa« 
dard tomo a.*^ pág. 184. 

4** Medallas. Los atributos dan á conocer muy bien que sus 
figuras representan á las bellas artes. 



37 



ExPLICAaON de la alegoría pintada por don 
Mariano Maella en la bweda de la sala 

vigésima octava. 



El argumento expresa la unión de las Virtudes Cardinales. 



JLstas cuatro virtudes, fundamento de otras, se ha- 
llan representadas en esta alegoría como comunmen- 
te se acostumbra , bajo la figura de mugeres, con los 
símbolos de que tantas veces hemos hablado en el 
discurso de esta obra , y que son generalmente cono- 
cidos. La Justicia con la balanza con que pesa los 
méritos j delitos de los hombres , y la espada con 
que castiga éstos. La Prudencia con el espejo de la 
circunspección y la serpiente de la sagacidad. La Tem- 
planza con el freno que rige, modera y sujeta á la 
razón todas las pasiones, y los vasos que denotan la 
sobriedad. Y en fin, la Fortaleza armada para com- 
batir y vencer al vicio, y resistir con ánimo deno- 
dado los embates de la fortuna. 

Pero ademas se ven en la alegoría otros atribu- 
tos de estas mismas virtudes, tales son las fasces con- 
sulares que conducen dos genios, y son uno de los 



(291) 
mas antiguos atributos é insignias de la justicia : una 
gran rama de encina , que por su consistencia es em- 
blema de la fortaleza, j está agrupada con un trozo 
de columna, que también lo es por la razón de ser 
de suyo tan fuerte, y por lo tanto destinada muchas 
veces para sostener un edificio; y finalmente un león, 
geroglífico de esta última virtud. En sitio superior se 
ven volando algunos niños: uno de ellos tiene una 
guirnalda de laurel, y otro una condecoración, alu- 
siones al premio debido á las virtudes; y otro mas 
distante lleva una antorcha encendida, símbolo que 
es, entre otras cosas, de un nombre esclarecido, y que 
se dirige hacia las virtudes, sobre las que desciende 
del cielo un gran rayo de luz en demostración del 
auxilio divino, sin el cual no hay virtud verdadera. 

Nota. Inmediato d esta pieza haj un hermoso gabinete, que 
ahora es de la Serenísima Señora Infanta Doña María Francisca, 
jr forma el dngulo de Palacio entre las fachadas de poniente y 
norte: en esta última solo haj dos pequeños techos pintados por 
don Francisco Bajreu, 

Acerca de las figaras alegóricas pintadas en esta piesa, pueden 
verse sus fpndamentos y explicaciones en los Geroglíficos de Pie* 
rio Valeriano, Cartario, Ripa, le Manuel des Artistes, Boudard, 
le Dictionnaire iconolo fique , y Cochin. 



Explicación de la alegoría pintada en la 
bweda de la vigésima nona sala. 



El argumento es la Felicidad pública. 



Jua figura que la representa está sentada en un s¡- 

• » 

tial sobre una nube , y apoyando ün pie en un al-- 
imohadon, para manifestar por este medio la comodi- 
dad que proporciona : tiene en una mano el caduceo, 
símbolo de unión j concordia , y en la otra la cor- 
nucopia de Amaltea, según se. ve en algunois monu* 
mentos antiguos. 

Como la Abundancia es inseparable de la felici- 
4ad pública, por eso se ve su imagen simbólica ex- 
presada á su lado, aunque en plano mas inferior, y 
bajo el aspecto de una graciosa joven coronada de 
flores, porque ellas son las que anuncian sus frutos 
que derrama de la cornucopia: sostiene con una ma- 
no un gran manojo de espigas de trigo, para signi- 
ficar más particularmente la abundancia y constituir 
la base del principal alimento de los pueblos. Pero 
como no pueden éstos disfrutar abundancia sino por 



(293) 
hs ventajas de la tranquiUdad , que es el apoyo de la 
felicidad política y se simbolizo al otro lado la virtud 
de la Paz por otra joven; en cuyo rostro se Ve pin- 
tado el candor, y con el olivo que es su atributo mas 
característico. Varios niSk>s^ enriquecen U composición, 
y entre ellos se ve por el aire un gallardo mancebo 
que Ueya una antorcha encendida , símbolo 4^ 1^ cl^' 
ridad, tomando al mismo tiempo flores de un canas'^ 

.,..;.•.■... , ' ' • ' . 

tillo queje p^es^ntai^ upps graciosos chicuelps en in- 
dicio de alegría: ¿e sabe que las flores la simbolizan.' 
Un resplandor que procede de la parte superior 
nos demuestra que solo del cielo debemos esperar la 
verdadera felicidad, la apetecida abundancia, y los 
beneficios de la paz. 

c)Cota4f. 

i.^ Felicidad pública: estaba reverenciada como ona diosa entre 
los gentiles: los latinos la llamaban Felicitas^ pero los griegos la 
denominaban Eomedonia ó Macaria; y aun dice Cartario era teni- 
da por bi)a de Hércales; por conaigoiente tenia culto y adoradores. 
Dícese que Julio Cesar, después de haberse becho arbitro de la re- 
pública, pensó edificar un templo á la diosa Felicitas, como dei- 
dad que le Cavorecia: la muerte estorbó su proyecto, que después 
fue ejecutado por Lépido. La figura de la Felicidad es muy anti» 
gua, pues del mismo modo que la representan boy los pintores se 
halla representada en una medalla de Adriano, que he visto en la 
colección numismática del Cardenal Alejandro Albani , en otra de 
Commodo en la misma colección, y en otra del referido Adriano 
en la de don Antonio Agustin. Cartario y Ripa proponen sus imá- 



(994) 

^nes del mismo modo, fondados en la autoridad de varias nieda-* 
lias , en part ¡calar de Julia Mammea. Pierio Valeriano está conforme 
if;aa1menie en cnanto á sos atributos. Véase sn obra lib. XV de Cei- 
duceus; la obra nomismática del Cardenal Albani tomo i.^ tab. la 
y 38; la de don Antonio Agnstin, medalla 3 7 núm. a4i Ríp^ adic. 
tomo 3.*^ pág. 59 , y Cart. pág. 4^^* 

a.* Ahund€mcia! las espigas designaban entre los antigaos la fer- 
tilidad y abundancia, y asi se daban por atributo ¿ las imágenes de 
los paises fértiles como EspaSa, Sicilia, &c. , y por eso se ven ma- 
nojos y coronas de espigas en algunas medallas, particularmente de 
Sicilia y. como puede ytt$it en la numismática de Hof^rcamp: la cor- 
nucopia es atributo muy suyo, por eso se llama de la abundancia, y 
se presta á otras figuras que dicen relación con ella , y aun podia 
aplicarse i muchas mas, en particular 4 las alegórico-fjeogrificas » de 
que carecemos bastante en la iconología. 

3.^ Pat, Véase Cartario pág. 3i5. 









Explicación de las alegorías pintadas en el 
techo de la sala trigésima. 



MI argumento es la Fírtud jr el Honor. 



ixdoma el centro de la composición la figura moral 
de la 

Virtud en aspecto de una bellísima muger senta- 
da en un trono de nubes : tiene alas á la espalda ; en 
una mano la corona de laurel, y en la otra una 
lanza: brilla en su pecho el Sol, J se halla rodeada 
de varios niños, uno con una palma, otro con una 
guirnalda de laurel j otra de flores, y otro sostenien- 
do con ambas manos cierta faja en la que está escrito 
el lema Medio Tutissimai se ve también otra joven 
con un cetro, y en fin una piel de león sobre una 
nube inmediata. Es hermosa, porque nada hay que 
haga mas amables á los hombres que la virtud, y sin 
ella de poco sirven las ventajas del talento, del naci- 
miento y de las riquezas. Su juventud manifiesta el 
privilegio que tiene de no envejecerse nunca, antes 
se robustece mas y mas con el transcurso del tiempo, 
porque la repetición de los actos virtuosos constituye 



(296) 

un hábito que suele durar tanto como la vida. Las 
alas denotan que es privativo de la virtud elevar el 
espíritu del hombre sobre las ideas terrestres j grose- 
ras, para hacerle disfrutar aquellos placeres que solo 
experimentará oyendo y practicando sus máximas; por 
lo que simbolizando Virgilio esta idea, decia que los 
hombres de probidad se elevaban hasta las estrellas. 
La corona de laurel muestra dos cosas: la primera el 
premio debido á la virtud , y la segunda el vigor in- 
alterable que conserva siempre esta apreciabilísima 
dote, semejante al laurel que siempre está verde. Los 
antiguos decian que este árbol no era jamas herido 
del rayo, lo que conviene también á la virtud, por- 
que siendo sólida no la abaten los incendios y ñau* 
fragios, ni demás rayos de la adversa fortuna. Se le 
da la lanza en demoajtracion de superioridad, pues por 
esta arma estaba significada por los antiguos toda 
preeminencia: también simboliza la guerra contra los 
vicios: el Sol demuestra que asi como este astro ilu- 
mina y vivifica la tierra, asi la virtud ilustra con sus 
resplandores al hombre, que es otro mundo pequeño. 
La palma , guirnaldas de flores y laureles, acompaña- 
miento y trono de nubes, dan indicio de los honores 
que deben tributarse á la virtud, porque ella es la 
que mas adorna y ennoblece á los hombres. El cetro 



( 297 ) 
j piel de león significan la fuerza y poder que tiene, 
y también que uno de sus fundamentos mas solidos 
es el dominio de sí mismo: el mote Medio Tuiissima 
expresa que el camino de la virtud, de suyo recto, 
consiste en el medio de los extremos viciosos, que 
aunque opuestos entre sí, no lo son menos muchas 
veces de ella misma. Y como en el ejercicio de la vir- 
tud estriba la verdadera gloria, por esta razón se ve 
inmediata su figura ideal con corona en la cabeza, y 
en la mano el clarin que publica los panegíricos y 
kx>res que son debidos á las acciones virtuosas. 

£1 Honor es su companero: no el honor fantás- 
tico que solo se funda en la altanería y excesivo amor 
propio, sino aquel que atento solo á los preceptos de 
la virtud y á los deberes sociales, pesa todas sus ac* 
ciones en la balanza de la justicia , nivelándolas con 
la regla de la equidad y del decoro , siendo el adorno 
de la honradez; y asi en sitio mas inferior está ex- 
presada la figura alegórica del Honor por un gallar* 
do jdvén que está sentado, y cuyas sienes adorna una 
guirnalda de laurel: con una mano tiene una lanza, 
apoyando la otra sobre la cornucopia de frutos : un ge-* 
niecito inmediato se apoya también sobre un morrión, 
mostrando al espectador el trono de la virtud. Todos 
estos símbolos demuestran las tres causas por las que 

38 



(298) 

se tríbatan honras á los hombres (mirada esta figa* 
ra en sí y como la explican los iconologistas ) , que 
son la ciencia, las armas y riquezas: el laurel expre- 
sa lo primero; la lanza y yelmo lo segundo, y la 
cornucopia lo tercero ; pero considerada , como lo está 
esta figura en la presente alegoría, subordinada, re^ 
gida y moderada por |a virtud, expresan dichos atri- 
butos que las honras, saber, valor y bienes de forta- 
na deben solo tener por norte la virtud en el uso 
y aplicación que se hace de ellos. 

Los antiguos entendieron también esto; porque^ 
según refiere un autor latino, había en Roma dos 
templos llamados de Marcelo, el uno consagrado á 
la Virtud, y el otro al Honor; pero con tal disposi-» 
cion edificados, que á este segundo no se podia en« 
trar si no se pasaba por el primero; queriendo dar 
á entender con esto que no habia otro liiedio de ad- 
quirir honor sino por medio de la virtud. La recti* 
tud de este proceder, digna de un ser racional, está 
expresada también aqui por medio de un genio, que 
en el sitio mas superior nos presenta el perpendícu* 
lo, geroglífico del juicio. 



MEDALLAS. 



A los extremos de esta alegoría hay cuatro pe- 



( 299 ) 
quenas medallas pintadas de claro-obscuro, que repre- 
sentan la Liberalidad, Sinceridad, Afabilidad y Fide- 
lidad. . 

En la primera se ve la Liberalidad con dos cor- 
nucopias 7 el águila, su símbolo favorito, sobre la 
cabeza. En la segunda la Sinceridad , virtud opuesta 
al. artificio y dolo ; por eso se expresa con la paloma 
en una mano y el corazón en la otra. En la tercera 
está representada la Afabilidad por una bella joven 
coronada de flores y con otra en la mano , cuya be« 
Ueza y perfume simbolizan perfectamente las cualida- 
des de esta amable virtud, tan accesible para todos. 
La cuarta y última significa la Fidelidad con sus atri- 
butos principales, que son el perro y la llave. 

1.* La Fírtud era tenida por ana diosa; porque en medio del 
cúmulo de delirios que formaban el cuerpo de la teología gentílica, 
en la que estaban divinizados los vicios mas infames , y consagradas 
las imágenes mas abominables, no dejaban de conocer sus sectarios, 
guiados por la fuerza irresistible de la razón , el precio de la virtud; 
y asi la edificaron un templo y representaban en figuras alegóricas: 
los modernos la simbolizan comunmente del modo que lo está en 
esta pintora, como puede verse en Ripa tomo 5.^, en so artículo, 
en Cocbin tomo 4*** P^g* ^fi » y '^ Manuel des Ariistes tomo 5.** pá-> 
gtna 370. 

a.^ Gloria. V. Ripa adic tomo 3.^ pág. 31 3. 

3.* Honor: también estaba divinizado entre los antiguos paga- 
nos, y le oftecian sacrificios con la cabeza descubierta, como se 






(300) 

acostumbra á estar delante de las personas á qnienes se honra. En 
los idas de Jalio se reunían en su templo los caballeros romanos 
para ir al Capitolio. Cartario habla de su templo y del de la Vir- 
tud| y describe una medalla de Vitelioy en la que se ven reanídas 
las imá^nes alegóricas de estas dos apreciables cualidades; y cita 
otro monumento antiguo, en el que se veía el genio del honor lau- 
reado y revestido de pdrpura que era conducido por otro delaate 
de la diosa F'irtud , que todo muestra la antigüedad de esta alego- 
ría. Respecto de la imagen del Honor solo se ven algunas medallas 
de Emperadores, en las que está como aquí con la cornucopia , y 
en una de Tito con el olivo ademas de dicho atributo : de ellas han 
tomado sus geroglíficos los modernos iconologistas. V. Cart. pág. 368, 
369 y 373; Ripa adic. tomo 4*** P^g- ^7^ i ^^i*- Prestí en el Dice 
icón, tomo i.^ pég. 389, y fo Manuel des ArL tomo a.*^ pág, 297, 

MEDALLAS. 

4.^ Liberalidad, V. U Manad des ArtiUes tomo a.<» pág. 5i3. 
5.* Sinceridad. V. id. tomo 4.^' pág. 1 49. 



4|!|ggP6 



£S]PM€ñ€I<0H 



DE LAS ALEGORÍAS 



DE LA REAL BIBLIOTECA DE S. M. 



Esta preciosa Biblioteca consta de varias piezas, pero hasta 
dhora solo están pintados los techos de cinco de ellas. 



TECHO PEIMEEO. 

JLn una de las primeras piezas hay una pintura de 
Bayeu en la bóveda, y en ella representada una be- 
llísima joven en el aire mostrando con una mano la 
sala principal : la acompañan varios genios que sostie- 
nen una faja , en la que se lee la siguiente inscrip- 
ción latina: Ducii ad Magna Themis; en que me pa- 
rece se ha pretendido expresar que la ciencia es her- 
mana de la prudencia y porque Temis, hija del cielo, 
confundida muchas veces con la Justicia, y á quien 
algunos hacian madre de la Sabiduría, pasaba por 



(309) 
diosa del buen consejo, y fingían que amonestaba lo 
que era conveniente á cada uno. 

En cada extremo de la pintura se ven de relieve 
un caduceo con dos cornucopias enlazadas con una 
faja, donde se lee: Temporum Felicitas. Ya se sabe 
que estos símbolos caracterizaban la felicidad entre los 
antiguos, como puede verse en machos reversos de 
las medallas romanas. Rodean la pintura ocho meda- 
llas doradas, que en bajo relieve representan las ca* 
bezas de Alejandro Magno ^ Rey de Macedonia; de 
Pirro ^ Rey de Epiro; de Temístocles y de Epaminonn 
das^ generales, el primero ateniense y el siegundo te- 
bano; de Julio Cesar ^ .dictador romano; de Anihal^ 
general cartaginés, y de Scipion y Pompeyo^ romanos; 
todos celebradísimos y esforzados capitanes de la an* 
tigüedad. 




uLü- 



Explicación de la alegoría pintada por don 
Mariano Maella en el techo segundo. 



El argwnento es ti triunfo de la t^irtud. 



JLa Virtud heroica se halla representada por Hércu- 
les , que está sentado sobre una nube en acto de re- 
posar de sus trabajos, cubierto con la piel del león 
de Nemea, y apoyando su mano en la cla^a: por el 
aire se ve la 

Fama que va á coronarle con la guirnalda del 
triunfo, y al mismo tiempo está publicando su gloria 
con el clarin de la buena reputación. A estas figuras 
acompasan varios genios , uno con las armas del hijo 
de Almena , otro con las palmas de la victoria , y otro 
con la cadena que aprisiona las tres feroces cabezas 
del perro infernal ó Cancervero, que en sitio inferior 
se figura sobre un peñasco, lo cual es un emblema 
de las pasiones vencidas y sujetas por el poder de la 
Virtud. En el mismo peffasco yace tendido el gigan- 
te Anteon^ hijo de la tierra, es decir, de los afectos 



(304) 

terrenos, que fue igualmente vencido por 

7 que significa en la iconología el apetito sometido á 

la \ej de la razón. 

1.* Firiud heroica 6 fíeroismo, 1mi)o la íi^n descrita de BéT' 
coles, está en ana medalla de Gordiano y en otra de Nameriano, 
citadas por Cartario en la pág. 36$: este antor la llama Ftrttsd 
varonil, y Ripa la describe del mismo modo en el tomo 5.® pá- 
gina 37 a. En otras alegorías se ha hablado ya de esta figora. 

a.^ Cancerbero, Véase su interpretación alegórica en la pág. a8| 
de Cartario. 

3.^ Anteon fae ano de los gigantes hijos de la Tierra, qne ha- 
bitaba en la Libia segan anos , ó segan otros en la Mauritania. Le 
venció en la locha Hércules sofocándole entre sos bracos. Algunos, 
refiriendo esto á la historia , dicen qne Anteon foe on tirano de 
Mauritania , á qoien venció Hércoles con estratagemas ; pero Celio 
propone esta fábola por on emblema del combate de la raaon con 
el apetito 9 y Ripa adoptó esta misma idea en su iconología. V. Coe* 
lios Aog. Hierog. Coment. lib. LIX art. Haiionis cum appeiitu pu^na 
fol. 417 1 y Ripa tomo a.^ pág. 6. 



Explicación del techo tercero pintado por 
don Mariano Maella en la pieza inmediata 

d la anterior. 



El argumento es la verdadera gloria. 



v/cupa el centro de la composición la figura alegó- 
rica de la 

Gloria f en aspecto de una hermosa muger, sen- 
tada en una nube y rodeada de un gran resplandor 
ó círculo luminoso: el color de sus vestiduras partid- 
cipa de la misma claridad; con una mano tiene el 
clarín de oro, su principal atributo, porque es inse- 
parable de la buena fama, y como ésta se adquiere 
justamente en la fidelidad á los divinos preceptos, por 
esta razón muestra con la otra mano la figura moral 
de la 

Religión^ que á su derecha está apoyada en la 
misma nube, vestida modestamente con ropages del 
color simbólico de la fe, de la pureza y de la ver- 
dad, rodeada su cabeza de aquella luz celestial que 
indica su orígen, conservación y triunfo, y con la 
insignia de nuestra redención y la llama de la cari- 

39 



(306) 
dad en sus manos sagradas: la acompañan dos ánge- 
les que tienen abierto el libro de la santa Escritura. 
A la izquierda se ven agrupadas las figuras represen- 
tativas de la Virtud y del Mérito. 

La Virtud está significada por una hermosísima 
joven y igualmente sentada en nubes, y con grandes 
alas en indicio de diligencia : la distinguen el Sol que 
resplandece en su pecho , el manto azul por alusión 
al cielo y el asta de lanza por su superioridad, la tú- 
nica blanca de la inocencia, y el globo; porque debe 
dominarle, y porque ella es el mayor ornamento del 
mundo: está mirando á la gloria verdadera como á 
la recompensa de sus acciones. A cada lado hay un 
genio; uno mostrándola al observador, y otro der- 
ramando frutos de la cornucopia, en demostración 
de los bienes de la Virtud. En segundo término está el 
Mérito como un anciano laureado, con el cetro 
y el libro, geroglíficos del poder, de la ciencia y con- 
sejo que deben caracterizarle. En sitio superior hay 
algunos niños con la palma y laureas de la victoria 
y recompensa, y uno de ellos con el espejo, símbolo 
de verdad y prudencia, y el compás y escuadra que 
lo son del juicio; porque de varones prudentes y jui- 
ciosos es buscar la gloria, no la que se funda en ac« 
ciones brillantes en la apariencia y muchas veces cri- 



(307) 
mínales en el fondo, ni tampoco la que admira la 
ceguedad del mundo y reprueba la eterna Sabiduría, 
sino aquella gloria sólida j permanente fundada en 
las máximas que prescribe la Religión. 

1.* Gloria, V^ase Ri'pa adíe, tomo 3." pdg. siS, y lo qae dice 
íe Manuel des Ariisles tomo a.^ pág. iBj. 

a.* Juicio: sus atribatos son el compás y escuadra, comer tam- 
bién la regla. V. Ripa adic. tomo 3." pág. i8i. 






Explicación de las alegorías contenidas en 

el techo cuarto. 



Esta bóveda contiene la pintara principal y cuatro bajos relie- 
ves fingidos en los lados, de mano de don Francisco Bayeu: doce 
términos de escoltara enlazados con festones ^ y en los ángulos cua- 
tro medallas sostenidas por Grifos, Quimeras y Esfinges. 



El argumento de la principal alegaría es jépolo protegiendo ¡as 
Ciencias. 

V>(ercado de un gran resplandor está el dios de Délos 
mostrando con una mano el camino del Parnaso, j 
con la otra la guirnalda de la gloria con que estimu- 
la á los talentos. Entre los bellos genios que le acom- 
pañan uno lleva la lira que celebra el heroísmo, los 
otros manifiestan con las laureas, ramos y haz de es- 
pigas las dos partes del premio, que son el honor y 
la utilidad. Las figuras alegóricas de las ciencias se 
hallan distribuidas en sitios convenientes. Forman gru- 
po á la derecha de Apolo la Matemática, Dialéctica 
y Lógica. 

Matemática: está representada por una joven de 



(309) 
aspecto j trage modesto, porque la demostración no 
necesita de adornos: tiene alas en la cabeza , y esto 
denota la sutileza j sublimidad de sus problemas, y 
se halla ocupada en medir con nn compás una figu- 
ra geométrica trazada en una tabla que la presenta 
un genio, y en la que se ven ciertos guarismos ro- 
manos y árabes; estos últimos expresan el número 
17 86 1 que al mismo tiempo que nos dice el ano en 
que ejecutó Bayeu esta pintura, nos da á entender 
que la Aritmética es el primer elemento de esta ciencia. 

Dialéctica: se ve expresada por otra muger que 
tiene un yelmo adornado con la luna y con dos plu- 
mas, una blanca y otra negra, y armada su diestra 
con un estoque de dos puntas. Ripa explica todo es- 
to diciendo que el yelmo significa vigor de entendi- 
miento; las dos plumas blanca y negra y el estoque 
de dos puntas, muestran que puede defender con ra- 
zones probables lo verdadero y lo falso; la luna vie- 
ne á significar casi lo mismo, porque Calimaco la com- 
paraba con esta ciencia por su variedad de formas. 

Lógica: que se toma por la misma Dialéctica, 
aunque algunos dan mas extensión á aquélla que á 
ésta ; pero sea cual fuere esta diferencia , se halla sim- 
bolizada la Lógica por una muger joven que tiene 
cubierta la cabeza con un transparente velo, por el 



(310) 

que se la distingue el rostro , lo cual muestra que á 
pesar de los disfraces de la sofistería, sabe discernir 
lo verdadero de lo falso: tiene con ambas manos una 
cuerda, en medio de la que hay un nudo que sig- 
nifica , ó que á ella pertenece desenredar los sofismas, 
6 la conclusión cierta por medio de la cual parece 
atar y encadenar á los contrarios, ó acaso también 
alude á los estrictos principioi del raciocinio; por lo 
cual Zenon la comparaba al puno cerrado, que reúne 
la fuerza y vigor, asi como la Elocuencia á la mano 
abierta , que muestra mas libertad y belleza. Delante 
de estas figuras se ve una base de columna, símbolo 
de la solidez del juicio. £n frente de Apolo hay una 
nube, y en ella representadas la Astronomía y la 
Retórica. 

La Asironomía está significada por una matrona 
de hermoso aspecto, coronada con estrellas y apoya* 
da sobre un relox de sol, porque su objeto es el es* 
tudio y cálculo de las revoluciones celestes : la subli- 
midad de sus conocimientos está expresada por las 
alas desplegadas que tiene á la espalda, y por el ce- 
tro que sostiene un genio inmediato: la esfera ar- 
milar en que éste se apoya , y el compás , semicír- 
culo y anteojo que llevan otros por el aire, desig* 
nan los instrumentos propios de esta ciencia. 



(311) 

Retórica: tiene en las manos el cetro del domi- 
nio que adquiere sobre los corazones, y el libro que 
muestra cuan necesario sea reunir la erudición á los 
preceptos del arte: en la franja de su túnica exte- 
rior está escrito Ornaius^ Persuasio: lo primero por- 
que constituye toda su belleza , y lo segundo porque 
es su objeto mas esencial En sitio inferior á está 
nube están la Metafísica y Elocuencia. 

La Metafísica es representada mediante otra ma- 
trona con la corona y cetro que denotan su superio* 
ridad; el águila, símbolo de perspicacia, y la venda 
en los ojos para demostrar que su objeto es solo con- 
templar las cosas abstractas y puramente intelectua- 
les, no sujetas á la mutación ni al tiempo: el globo 
que está á un lado, y al que no puede ver por la 
venda que tiene puesta, significa que no cuida de lo 
sensible y terreno. 

La Elocuencia está simbolizada bajo el aspecto de 
Minerva, con su yelmo coronado: con una mano tie- 
ne un rayo, y con la otra una larga vara. La belle- 
za y juventud de la diosa indican cuan agradable es 
el talento de la palabra : su yelmo y armadura , la efi- 
cacia de las razones que emplea para conseguir sus 
fines: la corona expresa su autoridad sobre los áni- 
mos: la vara y el rayo los diversos estilos de que se 



(312) 
sirve para convencer y persuadir; pues por la vara 
sencilla y recta e&tan significados los géneros llano y 
demostrativo y y por el rayo la fuerza del sublime: 
también este último símbolo alude al famoso orador 
Demóstenes, llamado el rayo de la elocuencia. En si- 
tio mas superior se ve la 

Física^ que como dirige sus estudios á la con- 
templación de las cosas naturales , tiene abrazado el 
globo con una mano, y también una máquina en 
prueba de las muchas que necesita para hacer sus 
experimcnt<tf»y Terminan la composición las figuras 
simbólicas de la Filosofía y de la Poesía. 

La Filosofía está expresada por una hermosa ma- 
trona , cuyo magestuoso aspecto y cetro manifiestan 
que es la reina de las ciencias naturales, de las bellas 
letras y de las artes: tiene un libro en una mano, y 
otros dos unos genios inmediatos, para demostrar los 
tres estudios filosóficos. Mirándola con atención, y apo- 
yándose sobre ella, está la 

Poesía en figura de una ninfa tan bella como cor- 
responde al arte mas dificil y encantador: las alas de 
su cabeza simbolizan la imaginación que la es tan. ne- 
cesaria : el libro abierto la instrucción que debe ador- 
narla: el laurel que cine sus sienes, y el que tiene en 
la mano, indican que debe proponerse asuntos dignos 



(3Í3) 

de la sublimidad de su idioma y conceptos , y tam- 
bién que solo el honor ha de ser el móvil de su 
pluma. 

BAJOS EfiLIEYES FINGIDOS. 

Primero. Significa las tres prendas indispensables 
para el estudio, que son: Ingenio, Memoria j Cons- 
tancia, simbolizadas por tres figuras agrupadas y en 
pie: la del medio expresa el 

Ingenio por un mancebo que tiene en la cabeza 
el yelmo de la diosa de la sabiduría , y por cimera un 
águila, símbolo que le es característico por la pers- 
picacia de su vista y elevación de su vuelo: en las 
manos el arco y la flecha, que son atributos de la 
agudeza y velocidad en discurrir y comprender. 

La Memoria es una jovencita con la mano en lá 
oreja, en demostración de recuerdo, por lo que se 
dijo en otro lugar con autoridad de Virgilio: tiene la 
pluma y el libro, porque esta potencia se perfecciona 
con el ejercicio, y está un perro al lado por su mu- 
cho instinto memorativo. 

La Constancia con la lanza dé lá virtud en la 
mano, y apoyando un pie en la. base de la firiheza 
y solidez. 

Segundo. Simboliza el orden y curso del ingenio 
en el estudio de las ciencias, mediante las Musas que 

4o 



(3U) 

están con sus atributos , presididas por Caliope , la 
mas sublime entre ellas. 

Tercero. La amenidad del estudio significado po;r 
las tres gracias Aglae, Talía j Eufrosina. 

Cuarto. La perfección del mismo estudio por los 
siete sabios de la Grecia. Tales de Mileio^ fundador 
de la secla filosófica llamada Jónica, y c^ebre por 
sus viages no menos que por sus conocimientos geo- 
métricos y astronómicos, como lo manifiestan los ins- 
trumentos con que está pintado: Cleóbulo que está 
inmediato: Pitiico de Myiilene con una escalera, por 
la que colgó en el templo de la fortuna para signi- 
ficar sus altos y bajos: Chilon de Lacedemonia : P^ 
riandro con una corona, por ser Bey de Corinto: 
Bias de Priene: y en fin, Solón que dio leyes á los 
atenienses, pero perseguido de Pisístrato, tirano de 
Atenas, tuvo que huir de esta ciudad abandonándolo 
todo, á lo cual creo aluden los símbolos de riqueza 
y de poder que hay á sus pies. Todos ellos tienen 
en sus manos unos papeles, en los que están con&ig- 
nadas las principales máximas morales que les atribu* 
yen los historiadores. 

MEDALLAS. 

La primera expresa la Gloria de los Príncipes por 



(315) 
una matrona abrazada á una pirámide , y aqui alude 
á la que adquieren los potentados protectores de las 
letras. 

La segunda contiene la imagen de Minerva^ como 
deidad tutelar de las mismas. 

La tercera simboliza la Verdad^ porque ella debe 
ser el objeto de las investigaciones de los estudiosos. 

La cuarta significa la Fecundidad con sus atribu- 
tos correspondientes y que son el nido de aves que 
tiene en sus manos, y los conejos á sus pies. Esta fi* 
gura es alusiva á la fecundidad del ingenio en sus 
producciones; á la de la doctrina en sus discípulos, 
y á la de la protección en el fomento de las ciencias 
y artes, que contribuyen tan poderosamente á la ilus- 
tracion , bonor y adelantamientos de la sociedad. 

ALEGORÍA PRINCIPAL. 

i.^ Matemática, Véase Ripa adíe, tomo 4*^ P^6* 77* Manuel des 
Artistes tomo 3.^ pág. i^, 

a.* Dialéctica, V. Ripa tomo a.^ pág. 189, y las notas que á 
este artfcnlo paso su ilustrador Orlandi, y Boadard tomo 1.® pá- 
^na i56. 

3.* Lógica. V. id. adic. tomo 4-^ P^€« 4^ » J ^^ qae dice el Dice, 
icón, tomo a.® pig. 4^- 

4-* Asironomia, Véase la explicación del techo octavo. 
, 5.^ Retórica, V. Ripa adic tomo 5.^ pig. a;. 



(3i6) 

6.^ Melafígica. V. Ripa adíe, tomo 4."^ pif . 1299 y le Manuel 
des Artistes tomo 3.* pág. 160. 

7 * Elocuencia. V. Ripa adíe, tomo a.** pág. 3 18. Dice icen, to- 
mo i.^ pág. ao3. 

8.^ Física, V. el Dice icón, tomo a.® pág. i49* 

9.* Filosofía, Véanse las explicaciones de los tecbos quinto j 
octavo. 

10.^ Poesía, Véase la segunda figura de esta Arte en Ripa to- 
mo 4.* pág. 399. 

PmTURAS DE CLARO-OBSCURO. 

1 1.^ Ingenio. V. Ripa tomo 3.® pág. a8a. Memoria, V. la explica- 
ción del techo vigésimo sexto. Constancia. V. ana de las imágenes de 
esta virtad en sn artículo en Ripa tomo a.** pág. 87: la lanxa es 
símbolo de apoyo y resolución. 

1 a.* Las Musas simbolisan aqui el orden y curso de los estadios; 
para demostrar estOi be aqui en compendio lo que dice Fulgen- 
cio en el lib. i.° de Mitología , exposición de las Musas: Clio signi- 
fica el deseo de saber : Euierpe goso de aquel deseo: Melpómene em- 
prender y poner en ejecución el estudio: Taita entender lo qae se 
estudia: Erato Juntar la comprensión y memoria , y formar iguales 
ideas á las que se ban aprendido con fruto en los libros: Terpsicore 
formar juicios exactos sobre estas ideas : Urania elegir lo mejor con 
crítica y discernimiento; y en fin, Caliope, la mas distinguida de 
las nueve bermanas, significa el último complemento de la cienciai 
perfección de las obras del estudioso , y aplauso merecido á sus tareas. 

1 3.^ Gracias: se dice por bipérbole que las gracias dirigen una 
obra, sea de bellas letras ó de artes, cuando su estilo tiene aquella 
sencillez, chiste y bellesa que tanto recomienda á los escritores y 
artistas. 

1 4'* Sieie sabios. Las máximas que aqui tienen escritas son las 
siguientes: Tales: lo mas difidl es conocerse. Cleóbulo: no predomi^ 
ne d la raMon tu voluiüad. Pitaco: procura estar en vela para que 
no te suceda algún infortunio, jr si te sucede ^ Ilioalo con dnimo 
varonil. Ghilon: no desees nada con demasió. Periandro: nwdera 



(3i7) 

Ja ira. Bias: cuanto tengo lo llevo conmigo solo. Solón: nadie u 
puede tener por feliz hasta que llegue su fin» 

♦ 

ESCULTURAS. 

i5.^ Gloria. Véase Cochin art. Gloire. 

16.^ Minerva. V. Cartarío pág. 357 y siguientes. 

I ;.• Ferdad. V. Cochin art. P^erité. 

18.^ Fecundidad: esta imagen es del señor Castellini, iconolo- 
gista, y la inserta Ripa en el tomo 3.^ pág. 3;. 

19.^ La Quimera: era an monstruo que tenia cabeza de león, cola 
de serpiente y caerpo de cabra, y aunque de rasa de los dioses, fue 
muerto por Beleforonte. 

El Grifo era un animal fabuloso consagrado á Apolo, con cábe- 
la y alas de iguila y cuerpo de león. 

La Esfinge era otro monstruo hermano de la Quimera, tenia 
cuerpo de león y cabeza y pecho de muger, fue vencido y muerto 
por Edipo, príncipe Tebano. 




Explicación del techo quinto pintado por 

don Mariano Maella. 



Hay tres pinturas en este techo , una en medio y dos mas pe* 
quenas á los lados: al rededor de la bóveda y sobre la cornisa se 
ven varios grupos de atributos dorados en relieve, que símboliían 
las ciencias y las artes, interpuestos con medallas que representan 
los bustos de algunos hombres eminentes. 



El argumento de la pintura principal es la Hilaria escribiendo 
sus memorias sobre el Tiempo. 

XJa Hisioria está expresada por una hermosa joven 
con alas , porque su útilísimo numen recorre en bre- 
ve espacio de tiempo los acontecimientos de muchos 
siglos, j porque transporta al estudioso con las alas 
de su ciencia y escritos á los paises mas distantes del 
mundo: está escribiendo en el gran volumen donde 
están consignadas la inconstancia, locura é instabili- 
dad de las cosas humanas: es sobre el Tiempo por- 
que le domina en cierto modo, y ejerce una especie 
de soberanía en saber lo que dejó ya de existir, y pre- 
senciar lo que no pudo ver, dando al hombre versa- 



(3i9) 
do en sus instrucciones una vida de cinco ó se¡s mil 
^nos sin las penalidades de la vejez y sin las fatigas 
de la peregrinación. Hay varios genios, uno que tie- 
ne un rollo de papel alusivo á los antiguos códices^ 
y el otro un relox de arena » atributo del Tiempo* 
Desde el trono de la Historia parte volando la 

Fama^ con su sonoro clarín y el ramo de olivo, 
que anuncia las padficas ocupaciones de la Literatura. 

En las otras dos pinturas están expresados los ge* 
nios de las virtudes. En la de la derecha hay dos, el 
uno con el espejo de la Prudencia y el freno de la 
Templanza, y el otro con las fasces de la Justicia. 
En la de la izquierda se ven otros dos genios, uno 
con la espada de la Justicia y el yelmo de la Forta- 
leza, y el otro con las jarras de la Templanza. To- 
dos estos símbolos anuncian al que estudia que el 
amor y práctica de la virtud son los principales fru- 
tos que deben sacarse del estudio de la Historia , pues- 
to que esta ciencia intenta apartar al hombre de lo 
malo é inclinarle i lo bueno con el hecho mismo de 
ponerle á la vista las infelices consecuencias .de las 
pasiones. 

En la fachada principal hay dos medallas que re- 
presentan los dos célebres geómetras de la antigüe«- 
dad Euclides y Arquimedes , y están rodeadas de ins- 



(320) 
trunientos de Geometría y Maquinaria, en significa- 
ción de la ciencia Matemática. En el ángulo que sl^ 
gue á la derecha se halla significada la Filosofía me- 
4iante unas gradas , con la balanza del juicio , el ce^ 
tro de su dominio sobre otras ciencias, y el ramo de 
pino que indica la contemplación de la naturaleza. En 
el primer escalón de la gradería está esculpido este 
signo n, que es la p griega, y sobre el último este 
otro , que es iz del mismo alfabeto. Algunos dicen 
que n significa práctica, y 9 teórica, en cuyas dos 
partes consiste la Filosofía; pero siendo también e 
primera letra de la voz Theos , que es Dios , se puede 
decir que está puesto aquel signo á la cabeza de la 
escala como principio y fin de todas las cosas , de 
quien procede el saber , y á quien se deben referir to- 
dos los aciertos; y los escalones pueden expresar las 
virtudes morales Justicia, Fortaleza , &c. , con las que 
se llega á la cumbre de la escala. 

En la segunda fachada se halla la medalla de 
Newton acompañada de instrumentos de la Física. 
En el ángulo siguiente está simbolizada la Teología 
por un globo estrellado , dos tablas , un libro .abierto^ 
una rueda, y una bola ó corazón, dentro del cuál se 
ve una vela encendida. £1 globo estrellado muestra que : 
el objeto de la Teología es tratar de las cosas divinas 



(321) 
7 reveladas: las tablas y el libro representan el Testa* 
mentó Antiguo y el Nuevo: la rueda significa el es- 
tudio de esta ciencia, de la que es geroglífico según 
Pierio Valeriano, porque la rueda solo toca la tierra 
con la ínfima parte de su circunferencia , que es alu- 
sión á la sublimidad teológica: la vela encendida den- 
tro de un corazón demuestra la luz de la Fé que di- 
sipa las tinieblas de la infidelidad y de la ignorancia. 

£n la fachada tercera se baila representada la 
práctica general de las ciencias y artes : en medio hay 
una medalla que significa el Ejercicio^ y la rodean 
el libro de la Enciclopedia 6 colección de conocimien- 
tos, los instrumentos de la Agricultura que sustenta 
al estado, las armas que le defienden, y las plumas 
de la literatura que le ilustran. En el ángulo corres- 
pondiente se representa la Astronomía por la esfera, 
telescopios y demás atributos de esta ciencia. 

En la tiltima fachada está la medalla de Homero» 
adornada con la guirnalda y lira de la Poesía, la 
máscara teatral, y varios instrumentos músicos. En 
el ángulo último rodean al caduceo de Mercurio al- 
gunos atributos de la navegación y del comercio. 



4» 



(322) 

1.^ Filosofía.' por la baUnuí del jaicio se ezprtM.la Dialéctica, 
y por el ramo de pino el estudio de la nataralesa , porqae es ni je- 
roglífico, según Pierio Valeriano, lib. Ul fol. 38 1: acerca de la 
escala véase la larga explicación que sobre los atribuios de una imagen 
de Boecio inserta Ripa en el tomo 3.® pig. 78 de su Iconología. 

a.^ Teología: V. su artículo en Ripa tomo 5.® pág. 273, y nna 
de las imágenes de la F¿ Católica en el 3.® pág. 43. La rueda, gero- 
glífico de la Teología, Y. Pierio Valeriano lib. XXXIX fol. 289 de 
Rota, 

3.* Ejercicio, V. Ripa adic. lomo a.<» pág. 354 t J Bondard. lo- 
mo i.*^ pág. a 00. 



\ 



TABLA 

de Icís explicaciones alegóricas de las pintu-^ 
ras y esculturas que hay en las bói?edas del 

Real Palacio nueoo. 



Explicación deias alegorías pintadas en las bdredaa y comisas 

de la escalera. =^£a pintura principal, Pig. i 

MedaJlat de claro-cbscuro, '.....-...-...-.; ¿ ¿ .•..-••-.;. . 7 

Medallas de las fachadas* ; . 8 

Figuras alegóricas de la cornisa •....• 9 

Stihreputria del salón de guardias 11 

Alegorías del corredor llamado el Camón 1 3 

Ifolas 14 

FACHADA DE ORIENTE. 

Explicación de la primera bóoeda pintada en las Reales habir» 

¿aciones. é • . . . . • • 19 

Medallas, > ao 

Ñolas* • ai 

Explicación de la segunda bóveda a3 

Lunetos a5 

Notas, a6 

Explicación de la bóveda tercera a8 

Cuadros fingidos. 34 

Notas 37 

Explicación de la cuarta bóveda 4^ 

Notas 4a 

Explicación de la bóveda quinta 44 

Óvalos 5f 

Notas, 53 

Explicación de la bóveda sexta $9 



(324) 

Medallas, 68 

Notas, €9 

Explicación de la bótfeda sepiima 7a 

Trotas 76 

FACHADA DE MEDIODÍA. 

Explicación de la ocUwa bóifcda 7^ 

Medallas 90 

Notas. 9a 

Explicación de la bdtfeda nona 95 

Notas 97 

Explicación de la hópeda decima 99 

Notas, • 104 

Explicación de la bóveda undécima f salón de Embajadores), , , 106 

Medallas jr esculturas • 127 

Notíu t 1 39 

Explicación de la duodécima bóveda i33 

Notas, 1 5o 

Explicación de la bóveda décima tercera 157 

Medallas 161 

Ovalo i63 

Notas, id. 

Explicación de la bóveda décima cuarta 1 6$ 

Notas, 171 

Explicación de la bóveda décima quinta, .............. 1 ;5 

Medallas .^ ........... . 195 

Notas, • 196 

Explicación de la bóveda décima sexta ao5 

Notas ao8 

FACHADA DE^ PONIENTE. 

Explicación de la décima séptima bóveda a 10 

Notas a 1 3 

Explicación de la décima octava bóveda ai^ 



(325) 

Notas ai 7 

Explicación dt la bóveda décima nona. aii 

Bajos relieoes • • • a3a 

Ñolas. ; a33 

Explicación de la vigésima bóveda, a38 

Notas. a39 

Explicación de la vigésima primera bóveda a4< 

Medallas. 246 

Fachadas. a47 

Sobrepuertas. ¿48 

Notas. . a49 

Explicación de la bóveda vigésima segunda, f a5a 

Medallas a55 

Notas. aS; 

Explicación de la bóveda vigésima tercera a 60 

Notas a6a 

Explicación de la bóveda vigésima cuarta. a63 

Notas. a66 

Explicación de la bóveda vigésima quinta 267 

Notas , 369 

Explicación de la bóveda vigésima sexta 271 

Notas. a83 

Explicación de la bóveda vigésima séptima a8$ 

Medallas. a88 

Not€is 289 

Explicación de la bóveda vigésima octava. aqo ^ 

Nota » a^( 

FACHADA DEL NORTE. 

Explicación de la bóveda vigésima nona 302 

^otas 333 

Explicación de la bóveda trigésima 3q5 

Medallas aqg 

Notas. agg 



(326) 

BIBLIOTECA. 

Explicación de la primera bót^eda. » .,••••. 3oi 

Explicación de la segunda % .• . •• • 3o3 

Noias. 3o4 

Explicación de la tercera bóveda. .««.•.«••.. 3o5 

Noias. 3o7 

Explicación de la cuarta, ••..«• •••*•• ^ . ... 3o8 

Bajos relieves fingidos^ » « . ... 3i3 

Medallas ••^«•.•.^«.^.«•.-....r«,.« .. Zl^ 

Notas. . . . 3i5 

Explicación de la bóveda quinta 3i8 

Notas k . 3i 



«UBI» 



índice 

de las figuras históricas , alegoricéis y mitológicas de 
que se hace mención y explicación en esta obra. 



Alrandancia. Páginas 65» 83, 108, 128, i37, 107, 39a. 

Adriano, 78. 

Afabilidad, 67, ii5, 399. 

África, 6, 68, 104, 368. 

Aglae, 180. 

Agricnltura ,83. 

-Agiaf 7> 9'» "7> *fia» ^46- 
Aire, 8, 91, 137, 163, 346. 

Alfonso 1 , 316. 

América, 7, 69, 104, isS, 368. 

Amor, 49- 

Amores , 5 o. 

Amor de la Fama , 80 , 96. 

Amor de la Gloria , 147* 

Amor de la Virlad , 63. 

Anfíirite, 3i. 

Animo generoso ,375. 

Anleon , 3o3. 

Anteros , 33. 

Apolo, 33, 33, 449 100, 106, lia, 189, 3o8. 

Aragón ,119, 354> 

Aritmética ,85. 

Arqnítectara , 389. 

Arte militar, 137. 

Asia, 7, 68, 104, 368. 

Astronomía, 85, 3 10. 



(328) 



Astartas, ia3. 
Átropos, 184. 
Aura, a 43. 
Aarora, 14 '■ 
Aatoridad , 61, a8 1 . 

Bacantes, 160. 

Baco, 33, 110, 160 y 187. 

Beni^idad, a63. 

Belona , 3 u 

Bellas artes, 101, 117. 

Boabdil , a 60. 

Brontes y 17 a. 

Cadmo , 36. 

Caliope, 4^« <4^* 

Caridad, 116, 143» 278. 

Carlos III, aai. 

Castilla, 119, a54* 

Castor, igi. 

Cataluña , 119. 

Céfiro, 1 58. 

Celo , 6^65. 

Ceres, 33, 49, 169, 189. 

Chile , a55. 

Cibeles, 33, 181, a44. 

Cíclopes, 3a, 161, 173. 

Ciencia , 1 4^* 

Ciencia del Gobierno, 107. 

Claridad, a45. 

Clemencia, 108, i43- 

Clio, 47, 145* 
Clotbos, 184. 
Colon, ia4, aSa. 
Comercio , 83. 
Como, 188. 



B 



(3a9) 

Concordia y 96. 
Conocimiento, 86. 
Conocimiento propio t 277. 
Conaejoy 3, 11 5. 

Constancia, 5, 6a, 3i3. 

Córdoba, 117. 

Cosmografía, i4« 

Crepdscnlo matatino, 81. 

Crimen, na. 

Crímenes, 67. 

Capido, 3a, io3, na, 161, 169, 179. 

D 

Demogorgott, 186. 

Dialéctica , 309. 

Diana, 33, 5o, 161, 178. 

Disefto , 86. 

Dominio, 63. 

Dominio de ai mismo, i35, a8c. 



£ 



Eaco, 184. 
Economía, i36. 
Elocoencia, 88, 3 11. 
Eneas, 170. 
Engaño, 139. 
Entendimiento, 176. 
Envidia, 139. 
Eolo, 3o, 4># no, 193. 
EratOy 48, 146. 
Esculapio, 190. 
Escnltnra, 86, i49t ^89. 
España, 4# S>* 
Esperanza, 116, 378. 
Estaciones, ao 7 sig. 
EstÍ0| aif ia7| 1401 a47* 



43 



(330) 

Eafrosína, i8o. 
Euro y a 43. 

Earopa, 68» 104» 267. 
EaterpCy 4^9 i4^« 
Extremadura I 116. 



Fama, 6a, 90, 97» 109, 140, 194» aSi, 169, 3o3| 319. 

Fama esclarecida, i34. 

Faonos, 161, 188, 191. 

Fé, ii5, a53, 378. 

Fecundidad , 3 1 5. 

Felicidad pdblica, 9, 8a, 14a, aa5, 391. 

Felicidad de los tiempos, 140. 

Femando (San) , a 1 4* 

Femando V, a5a , a6o. 

Fidelidad, a4, ao6, a8a, a88, 199. 

Filipinas, a 5 6. 

Filosofía, 5i, 83, 3ia, 3ao. 

Firmeza i35 

Física, 3ia. 
Flora, III. 
Fortaleía, 3, 61, 101, 116, i43, 170, 194, aia, 345, a64, 

376, 390. 
Fortuna, i36, 373. 
Fraude, a45. 

Fue^, 8, 91, ia7, i6a, a46. 
Fuena, 374* 
Furor bélico, 89. 

G 

Calatea, i6a. 

Galicia, ia6. 

Ganimedcs, 193. 

Genio de la Sagacidad, a 06. 

Genio exterminador del Crimen , a 1 a. 

Geografía, ia6. 



( 331 ) 

Geometría I 85. 

Gloría, ii4f i33« 
Gloría de los Príncipes | 3i4* 
Gloría verdadera, 3 o 5. 
Gracias, i8o, 3i4* 
Granada, lao, a54* 
Gralilod, a a 4. 

H 

Hebe, 194. 

Heladio (San), a 16. 

Mércales, 3o, 46, 72, 96, io3, i34, 177. 

Hermenegildo (San) , a 1 5. 

Heroismo, 79. 

Hi^ja, i8a. 

Himeneo, a38. 

Historia, 66, 87, aa9, 3 18. 

Honor, 64» 80, aa8, 397. 

Horas, i58, i83, a4a. 

I 

Iglesia Católica, a. 

India Occidental, ia4. 

India Oriental, lao. 

Ingenio, 3i3. 

Invierno, ai, ia8y 140, a48. 

Iris, 109. 

Isabel la Católica , a5a p a6o. 

Isidoro (San), ai6. . 

J 

Jano, i83. 
Jason, 96. 

Jueces infernales y 184* 
Juicio, 1 44* 
Juno, a99 176, a38. 
Júpiter, 39, 5i, 101 y lio, 175. 

Justicia, 5, 61, 96, 107, 143, 170, 194, aii, a45^a65, 267, 
¿76, 390. 



( 332 ) 

L 

dj, 184. 

Leandro (Sui)\ a 16. 

León I laSy a54* 

Libenlidad, 9 1.64 y Bo| iSS» 299. 

LibitiiUi 1 85. 

Ldgicaí 309. 

Locero matatino, 943. 

M 

Mage»Uid de Espada , i63, a 3 a. 

Majestad regia, 273. 

Magnanimidad I lo, 78, ii3. 

Bilagnificencia , 79. 

Mañana I a 4 8. 

Bilane, 3i, 5o, 89, io3, 11a, 19a. 

Matemáticas, 85, 3o 8. 

Mediodía, a 4 8. 

Medusa, 35. 

Méjico, a 56. 

Melpómene, 47 9 >4^* 

Memoria, 377, 3i3. 

Mentira, a o. 

Mercurio, a3, 3a, 5o, 100, 108, 134* 169. 

Mérito, 66, 101, 139, i38, aa7, 387, 3o6. 

Metafísica, 3 11. 

Minerva, a3, 3o, 45, ^5, 78, 99, 106, 177, 3i5i 

Minos, 184. 

Monarquía Española, 60, 95, 99, 106, aa5, a33, 367. 

Mnger misteriosa, a a a. 

Murcia, ia4. 

Masas, 47i 4^» ^i^i *46i ^i^. 
Música, 5a. 

N 

Neplano, 3i, 96, io3, m, ia5, i;6. 
Kereidas, 16 a. 



(333 ) 

Ninfas atmosféricas y ^o. 
Noblesa, 6a 14^9 3361 lyS. 
l^oche, 346, 34g. 



O 



OcoéanOi no. 

Otoñoy 31 y 137, 140, 348. 



Pales, 34. 

Pan^ 101 y 191. 

Parcas» i84} 373. 

Patriotismo, 79. 

Pasy 10, 67, 81, 961 1071 i37i 338, 367, 378, 3g3^ 

Pelayo, 316. 

Peré, 356. 

Piedad, 334, 333. 

Pintora, £3, 85, 149, 288, 

Piracmon, 173. 

Placer, 336. 

Pintón, 3i , 45, 176. 

Poesía, 53, i45, 389, 3i3. 

Polinmia, 47» i4^« 

Polnz, 19a. 

Pomona, 190. 

Potestad Soberana^ 310^ 33a. 

Premio, 64, i38. 

Primavera, ao, 127, 140, 347. 

Proserpina, 3i, 46, 178. 

Prosperidad y 38a. 

Providencia, 371. 

Pmdenda, 5, 61, 99, 116, i44t ^>if ^^^i ^7^f >9o« 
Psiqais, 179. 

R 

Radamanto, 184. 
Ramiro 1,317. 
Raxon, 3. 
Rebelión y 3 a 9. 



(C334) 

Reciredo I, ai 5. 

RecompeuM» a 86. 

Reli^on, if 6o I aiO| aa4» a33, 3o5, 

Rhesy 3 1. 

Retórica 9 3ii. 

Riofy ia8. 

Rocío y a44< 

Roma 9 i4i* 

S 

Sabiduría, a o 5. 

Sabios (los sícle) de Grecia , 3i4* 

Sacrificio, a 79. 

Salad, a 80. 

Santander, ia4. 

Sátiros, 34. 

Satamo,3i, iii, i83. 

Sevilla, 118. 

Silencio, i44> ^0 7> ^^9- 
Sileno, 187. 
Sinceridad, 399. 
Sol, 1 57, 1 8a. 
Stéropes, 17a. 
Suelo, a 39, a46« 

T 

Talía (Gracia), 180. 

Talía (Musa), 48, 146. 

Tarde, a49. 

Templanu, 61, a65, a 76, a9o. 

Teología , 3ao. 

Terpsícore^ 4^»'>4^ 

Temis, 177. 

Tetis, lio. 

Tiempo, ao, 65, xoa, 148, 171, a3o, a44t a7a, 3i8. 

Tierra, 7, 90, 10a, I a8, 16a, a44f 247- 
Tifón, 3i. 

Tiranía Sarracena, la. 



(335) 



Titanes, 3i. 
Tnjano, i33. 
Tritones y iGa. 



U 



Uraniat 47 > >4^' 



V 



Valencia, ia6. 

Valor, 170. 

Velocidad, 88. 

Venas, 33, 5o, io3, 11a, 161, 169, 179. 

Venus celeste , 101. 

Verdad, a, 19, 88, i38, a45, 3i5. 

Vertomno, 190. 

Victoria, 11, 89, 96, loi, 116, 170, 19a, a6i. 

Victoria constante, i3. 

Victorias, i34< 

Vientos, 4if >58 y 159. 

Vigilancia, 3, 65. 

Virtnd, 63, 73, 107, ia9, aa7, a88| 39$, 3o6. 

Virtnd heroica, i34, 374, 3o3. 

Volapia, 74* 

Volcano, 3a, 49f xi^i i^i» ^S^- 






\ 



S^f/¿6/